Las Relaciones Económicas y El Antiperonismo Como Móviles de La Política Exterior

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Las relaciones económicas y el antiperonismo como móviles de la política exterior (1955-1958) Introducción El 23 de septiembre de 1955 el general Eduardo Lonardi asumía la presidencia de la república en Buenos Aires frente a una gran manifestación que celebraba la caída del régimen peronista. Como vicepresidente sería designado el contraalmirante Isaac Rojas. El nuevo presidente rescató el lema urquicista de “ni vencedores ni vencidos”, para señalar que intentaría una reconciliación. La Confederación General del Trabajo exhortó a los trabajadores a mantener la calma y concurrir a sus trabajos. (1) No obstante, a la ya establecida antinomia peronismo- antiperonismo, se sumaría una fuerte fractura en el movimiento triunfante que pondría obstáculos en la marcha misma del proceso revolucionario. Por un lado, se encontraba el presidente Lonardi y sus seguidores nacionalistas, quienes pretendían corregir los excesos del régimen -desmontar su estructura autoritaria y las regulaciones represivas- pero rescatar su obra en materia social. El presidente declaraba la guerra a la inflación, la burocracia parasitaria y la corrupción. Se oponía al contrato con la Standard Oil, por ser contrario al interés nacional, y proponía solucionar los problemas con la Iglesia por medio de la firma de un concordato. Trató también de sentar las bases de un peronismo sin Perón, pidiendo la colaboración de los trabajadores y manteniendo la CGT y el diario La Prensa en manos de éstos. A fin de implementar su política de reconciliación, Lonardi nombró a personas de su confianza en puestos importantes. De esta manera ingresaron al gobierno corporativistas, católicos integristas y antiguos simpatizantes de los regímenes totalitarios. Entre los civiles figuraron el cuñado del presidente Clemente Villada Achával, ex presidente de la Juventud Católica de Córdoba, designado asesor de la Presidencia; Mario Amadeo ocupó el

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Las relaciones econmicas y el antiperonismo como mviles de la poltica exterior (1955-1958) IntroduccinEl 23 de septiembre de 1955 el general Eduardo Lonardi asuma la presidencia de la repblica en Buenos Aires frente a una gran manifestacin que celebraba la cada del rgimen peronista. Como vicepresidente sera designado el contraalmirante Isaac Rojas. El nuevo presidente rescat el lema urquicista de ni vencedores ni vencidos, para sealar que intentara una reconciliacin. La Confederacin General del Trabajo exhort a los trabajadores a mantener la calma y concurrir a sus trabajos. (1) No obstante, a la ya establecida antinomia peronismo-antiperonismo, se sumara una fuerte fractura en el movimiento triunfante que pondra obstculos en la marcha misma del proceso revolucionario. Por un lado, se encontraba el presidente Lonardi y sus seguidores nacionalistas, quienes pretendan corregir los excesos del rgimen -desmontar su estructura autoritaria y las regulaciones represivas- pero rescatar su obra en materia social. El presidente declaraba la guerra a la inflacin, la burocracia parasitaria y la corrupcin. Se opona al contrato con la Standard Oil, por ser contrario al inters nacional, y propona solucionar los problemas con la Iglesia por medio de la firma de un concordato. Trat tambin de sentar las bases de un peronismo sin Pern, pidiendo la colaboracin de los trabajadores y manteniendo la CGT y el diario La Prensa en manos de stos. A fin de implementar su poltica de reconciliacin, Lonardi nombr a personas de su confianza en puestos importantes. De esta manera ingresaron al gobierno corporativistas, catlicos integristas y antiguos simpatizantes de los regmenes totalitarios. Entre los civiles figuraron el cuado del presidente Clemente Villada Achval, ex presidente de la Juventud Catlica de Crdoba, designado asesor de la Presidencia; Mario Amadeo ocup el ministerio de Relaciones Exteriores y Juan Carlos Goyeneche fue designado secretario de Prensa. Adems de estos nacionalistas, el presidente tuvo intencin de incorporar al gabinete a algunos justicialistas que le merecieran confianza. Uno de ellos fue el ex canciller Atilio Bramuglia, en quien se pens para ocupar el ministerio de Trabajo, pero ste result inaceptable para la oposicin. No obstante, un ex funcionario de dicho ministerio bajo el rgimen anterior ocupara el puesto. Enfrentada al grupo anterior se hallaba una tendencia denominada liberal, centrada en la marina de guerra y luego fortalecida por el ejrcito cuando ste reincorporara a la oficialidad separada por el gobierno peronista. La apoyaban tambin los partidos polticos minoritarios y los sindicalistas antiperonistas, todos los cuales exigan la desaparicin de todo vestigio del rgimen derrocado. Esta gente no comprenda las medidas conciliadoras de Lonardi ni aceptaba el hecho de haber llevado a cabo la revolucin para que todo quedara igual. Tanto los antiperonistas que haban sufrido la crcel o el exilio, como los partidos polticos tradicionales que haban sido marginados durante los aos del rgimen peronista consideraban que les haba llegado la hora de actuar. Su resistencia a una dictadura totalitaria era la justificacin esgrimida para buscar una desperonizacin del pas que, en su opinin, era necesaria para instaurar una verdadera democracia. Por estos motivos, estos grupos reclamaban el desmantelamiento de todos los resortes del peronismo, entre ellos el partido, la CGT, los organismos econmicos, los medios de comunicacin, etc. A su vez, el Comit Nacional del radicalismo, presidido por Arturo Frondizi, se distanci de su participacin en el golpe, declarndose a favor de una poltica de conciliacin y sosteniendo inclusive la conveniencia de mantener la estructura de la CGT. Esta actitud llevara al partido a su fractura y abrira a Frondizi el camino a la presidencia. Una sorda lucha por el poder va a ir desarrollndose. Mientras el presidente el presidente trataba de avanzar contra la corriente, las presiones que apuntaban a sus colaboradores inmediatos sospechosos de querer establecer un estado corporativista se profundizaron. A comienzos de octubre, el secretario de Prensa se vio obligado a renunciar. El 24 fue prohibida el calificativo peronista, se implement en la CGT un proyecto de normalizacin sindical y se arrest a numerosos peronistas. Los oficiales liberales de la marina no confiaban en la poltica del presidente, y su jefe, el almirante Rojas, representaba la ms completa intransigencia. El ministro de Ejrcito, Len Bengoa, quien se negaba a reincorporar masivamente a los oficiales antiperonistas a fin de evitar que la fuerza tomara un matiz partidario opuesto al proyecto de los nacionalistas, y pretenda restringir la depuracin del arma a slo quienes hubieran delinquido, fue acusado de lenidad y renunciara el 9 de noviembre. (2) Una Junta Consultiva formada por los representantes de los partidos no peronistas y presidida por Rojas, al convertirse en un apoyo a los liberales aumentara an ms las tensiones. El organismo tena el propsito de rescatar los partidos polticos, dejados de lado por Lonardi, invocando otra legitimidad para rechazar el continuismo, es decir, la de la democracia liberal. El presidente lament que en la Junta no estuvieran representadas todas las corrientes polticas del pas y record que el ex presidente haba tenido un gran respaldo popular, por lo cual el rechazo de todos los peronistas provocara una grave crisis en el pas.