LAS SEÑALES DE LOS TIEMPOS - Aguas Vivas · después darlo a conocer como galileo. Para conocer...

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Con esta revista completamos la serie de tres con que desarrollamos el tema «La restauración del testimonio de Dios», un tema de la mayor importancia en nuestros días. Desde los días de Lutero –y aun un poco antes– Dios ha venido reaccionando contra la decadencia y el cautiverio espiritual. Ahora, en los albores de este siglo XXI, la obra de restauración ha avanzado bastante, y la luz acumulada en estos siglos nos permite mirar con más esperanza el futuro. Por supuesto, en el mundo no hay esperanza. La condición del mundo es peor cada vez. Pero en Dios tenemos esperanza. Y en que Dios cumplirá su propósito con Su iglesia, en medio de toda incredulidad y escepticismo. No todos están conscientes de esta gran obra presente de Dios. Esto no es novedad, porque en todo tiempo Dios ha actuado a espaldas del orden establecido. Dios ha sorprendido a los hombres con su modo de actuar tan peculiar, como, por ejemplo, cuando hizo nacer al Niño Jesús en Belén, para después darlo a conocer como galileo. Para conocer los caminos de Dios se requiere discernimiento. Las «señales de los tiempos» no las pueden conocer quienes meramente conocen que habrá tempestad porque el cielo nublado tiene arreboles (Mateo 16:3). Se requiere tener los ojos ungidos con el colirio de Dios. Dios está produciendo un cambio de paradigma, y pocos son los que se están percatando de ello. Amarrados a las tradiciones y a una historia espléndida, muchos sectores de la cristiandad son incapaces de advertir el obrar presente de Dios. Pero, gracias a Dios, hay excepciones. Como dijo Pablo: «Aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia» (Romanos 11:5). Esperamos que los artículos de esta revista sean de ayuda para conocer un poco más cuáles son los caminos de Dios, y cuál es ese nuevo paradigma que Dios ha inaugurado en estos postreros días. LAS SEÑALES DE LOS TIEMPOS

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Con esta revista completamos la serie de tres con que desarrollamos eltema «La restauración del testimonio de Dios», un tema de la mayor importanciaen nuestros días.

Desde los días de Lutero –y aun un poco antes– Dios ha venido reaccionandocontra la decadencia y el cautiverio espiritual. Ahora, en los albores de estesiglo XXI, la obra de restauración ha avanzado bastante, y la luz acumulada enestos siglos nos permite mirar con más esperanza el futuro.

Por supuesto, en el mundo no hay esperanza. La condición del mundo espeor cada vez. Pero en Dios tenemos esperanza. Y en que Dios cumplirá supropósito con Su iglesia, en medio de toda incredulidad y escepticismo.

No todos están conscientes de esta gran obra presente de Dios. Esto no esnovedad, porque en todo tiempo Dios ha actuado a espaldas del ordenestablecido. Dios ha sorprendido a los hombres con su modo de actuar tanpeculiar, como, por ejemplo, cuando hizo nacer al Niño Jesús en Belén, paradespués darlo a conocer como galileo.

Para conocer los caminos de Dios se requiere discernimiento. Las «señalesde los tiempos» no las pueden conocer quienes meramente conocen que habrátempestad porque el cielo nublado tiene arreboles (Mateo 16:3). Se requieretener los ojos ungidos con el colirio de Dios.

Dios está produciendo un cambio de paradigma, y pocos son los que seestán percatando de ello. Amarrados a las tradiciones y a una historia espléndida,muchos sectores de la cristiandad son incapaces de advertir el obrar presentede Dios. Pero, gracias a Dios, hay excepciones. Como dijo Pablo: «Aun en estetiempo ha quedado un remanente escogido por gracia» (Romanos 11:5).

Esperamos que los artículos de esta revista sean de ayuda para conocer unpoco más cuáles son los caminos de Dios, y cuál es ese nuevo paradigma queDios ha inaugurado en estos postreros días.

LAS SEÑALES DE LOS TIEMPOS

2 AGUAS VIVAS

UNA REVISTA PARA TODO CRISTIANO / AÑO 8 · Nº 44 · MARZO - ABRIL 2007aguas vivas

TEMA DE PORTADALuminares en el mundo (3)¿Cuál es el testimonio de los cristianos en el mundo? Christian Chen ....................... 4De la cruz a la gloria (3)El caminar del cristiano ejemplificado en los patriarcas del AntiguoTestamento. Hoseah Wu ......................................................................................... 17Una Casa para Dios (3)La edificación del templo de Jerusalén como alegoría de la edificaciónde la Iglesia. Gino Iafrancesco ................................................................................ 26Un nuevo arroyoLa cristiandad está siendo testigo de un nuevo paradigmaen el mover de Dios. Bob Mumford ......................................................................... 39El fin de nosotros mismosLos cristianos necesitan tener una experiencia espiritual más profundaa fin de ser útiles a Dios. Gonzalo Sepúlveda ......................................................... 41

LEGADOEl tiempo en que vivimosLos libros de restauración –Daniel, Esdras, Nehemías, Ester– presentanun cuadro muy real de nuestro tiempo. T. Austin-Sparks ......................................... 46Los reclamos de DiosUna visión profética y actual del libro de Malaquías. G. Campbell Morgan ............... 54La tragedia de la actividad religiosa corrompida«Es posible moverse sin avanzar, y esto describe gran parte de las actividadesentre los cristianos de hoy», nos dice el autor. A. W. Tozer ...................................... 61

ESPIGANDO EN LA HISTORIA DE LA IGLESIAEl Príncipe de los Predicadores (2ª Parte)Charles H. Spurgeon, un hombre que hizo brillar hermosamenteel evangelio en la penumbra de la Inglaterra decimonónica ..................................... 65

ESTUDIO BÍBLICOBosquejo de Ester. A. T. Pierson ........................................................................... 78El Tesoro de DavidEstudiando los Salmos con C. H. Spurgeon ............................................................. 79Viendo a Cristo en el día del SeñorUn estudio de la 2ª Epístola a los Tesalonicenses. Stephen Kaung .......................... 85Los nombres de CristoAdmirable Consejero. Harry Foster ......................................................................... 94

INDICE

3AGUAS VIVAS

Foto de portada: «Puerto de Lota, Región del Biobío» (Autor: Mario Contreras).Las imágenes de esta edición no tienen necesariamente relación con personas o lugares

mencionados en los textos, salvo que se indique lo contrario.

INDICE

BIBLIA¿Cuánto sabe de la Biblia?Ponga a prueba sus conocimientos bíblicos ............................................................ 96

FAMILIALa vida hogareña de Corrie y Betsie Ten Boom¿Cómo fueron los hogares de los grandes hombres y mujeresde Dios del pasado? D. Kenaston ........................................................................... 98

JÓVENESSueños de juventudUna visión bíblica acerca del romance, noviazgoy matrimonio. Juvenal Santos Moura ..................................................................... 104

APOLOGÉTICA¿Cuán cerca estamos de las bestias?Similitudes y diferencias entre seres humanos y animales irracionalesa la luz de la Palabra de Dios y de evidencias científicas.Ricardo Bravo M .................................................................................................... 111

SECCIONES FIJASBocadillos de la Mesa del Rey ................................................................................. 45Joyas de Inspiración ............................................................................................... 64Cosas viejas y cosas nuevas ................................................................................... 76Maravillas de Dios ................................................................................................... 109

4 AGUAS VIVASTEMA DE PORTADA

¿Cuál es el testimonio de los cristianos en el mundo?

Según esta Escritura, sabemosque Cristo se presentará a laiglesia a sí mismo; y de acuer-

do con Pablo, será una iglesia glorio-sa. Esto significa que ella está en lafase de la luna llena, sin mancha, niarruga ni cosa semejante; sino santa ysin mancha.

Esta vez, por la gracia del Señor,deseamos saber cómo el Espíritu San-to ha obrado a lo largo de la historiade la iglesia; cómo él hizo esta obrade restauración luego que la iglesiacayó en el cautiverio de Babilonia.

TiatiraEn el mensaje anterior decíamos

que en los últimos 33 años del primer

siglo la iglesia empezó a decaer, y acinco de las siete iglesias el Señor lesdice en Apocalipsis: «Arrepiéntete».La iglesia estaba envejeciendo, teníaarrugas y manchas. Por eso, de lassiete iglesias, algunas aún estaban enla condición de luna llena, y otras enla condición de luna nueva. Todavíase llaman iglesias, aún son represen-tadas por un candelero de oro, yaquel candelero estaba en los lugarescelestiales. Pero su función como igle-sia ya no está. La luna está allí, peroel mundo no puede ver su luz.

Tiatira es uno de esos ejemplos.Ella no sólo representa a una iglesialocal en el primer siglo. El EspírituSanto utiliza la condición de Tiatira

Christian Chen

3ª Parte

Lectura: Efesios 5:25-27

5AGUAS VIVAS TEMA DE PORTADA

para representar el estado de la igle-sia en un período de su historia: laEdad Oscura.

Cuando la iglesia todavía estabaen la Edad Oscura, hubo un famosoobispo, el obispo de Wurzburg. Él de-bía conocer muy bien la palabra devida; sin embargo, oigan lo que decía:«Doy gracias al cielo porque nunca heleído las epístolas de Pablo, porque silas hubiera leído me habría convertidoen un hereje como Martín Lutero». Sucomentario representa la condición dela iglesia en aquella época. Si Pablohubiese oído esa declaración, habríadicho: «He trabajado en vano».

En aquella época, la condición ge-neral de la iglesia era de total oscuri-dad. Cuando la iglesia está en la fasede luna nueva, una cosa es cierta: lapalabra de vida se ha perdido.

Conocemos la historia de Tomásde Aquino, el gran teólogo. Un díaviajó a Roma, y el papa le invitó a vi-sitar la catedral, señalándole el oro yla plata que había en el techo y en losmuros. Tomás le hizo este comenta-rio: «¿Recuerda usted que nuestroprimer papa, Pedro, dijo: No tengooro ni plata?». El papa respondió:«Nuestro primer papa dijo eso, perohoy ya no decimos eso. Mire el techo,mire los muros; ahora tenemos oro ytenemos plata». Tomás de Aquinodijo: «Sí, ahora tenemos oro y plata,pero, ¿podemos decir: En el nombrede Jesús de Nazaret, yo te ordeno, le-vántate y anda? Tenemos oro y plata,pero ya no tenemos aquel poder».

Cuando hablamos acerca de laiglesia en la Edad Oscura, podemosmencionar miles de cosas que estánen oposición a la palabra de Dios.

Pero la mayor tragedia es que las per-sonas ya no saben lo que es la salva-ción. ¿Qué sabían ellos acerca de lasalvación? Ellos habían sido enseña-dos, no en lo que la Biblia dice, sinoen lo que la iglesia dice.

La enseñanza era que había dos ti-pos de pecados: pecado mortal y peca-do venial. El pecado mortal era dignode muerte, pero el pecado venial po-día ser perdonado. El pecado mortalconduce al infierno, al fuego eterno.Contradiciendo la enseñanza bíblica,se les enseñaba que los buenos iban alcielo, los malos al infierno, y si al-guien era mitad bueno y mitad malo,iría a un lugar llamado purgatorio.Allí purificarías tu alma hasta que es-tuviese preparada para ver a Dios.Ahora, ¿cuánto tiempo había que estarallí? De acuerdo con algunos cálculoshechos en el siglo XI, cada persona, enpromedio, comete a diario 30 pecadosveniales. Por cada pecado venial, de-bería pasar un día en el purgatorio. Siuna persona tiene 60 años de edad,¿saben cuántos años tendría que estarallí? ¡Mil ochocientos años!

Pero, ¿cómo se podía salir delpurgatorio? Se necesitaba a alguienque tuviera méritos: los santos, lospapas, los mártires, que han acumu-lado muchos méritos, para ponerlosen el ‘banco’ de la iglesia, de maneraque esos méritos pudieran ser distri-buidos entre el pueblo, y así, algunospecados podrían ser perdonados.

Entonces, suponiendo que alguiendebería estar 1800 años en el purgato-rio, por medio de esos méritos, se pue-de reducir ese tiempo sólo a unos cin-co años. Entonces, ¿cómo alguien va atratar con su salvación? Hay varios

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métodos: rezar el rosario, asistir amisa, pagar una peregrinación aRoma, y otras cosas por el estilo.

¿Es eso la palabra de vida? ¿Dedónde surgió este tipo de concepto?Esta gente no es budista, no pertene-cen a la religión de Babilonia. Ellosson así llamados ‘cristianos’. Ellos te-nían la Biblia, pero no tenían acceso aella. Nadie tenía certeza de su salva-ción. Tenían que trabajar, tenían quederramar muchas lágrimas, para ga-nar su salvación.

En la época de Martín Lutero, laiglesia había caído en tal condición,que ellos empezaron a vender ‘indul-gencias’. Si alguien compraba una in-dulgencia, sus pecados podían serperdonados. Existe una historia realsobre esto. Una persona compró laindulgencia, con la cual sus pecadoseran perdonados. Con el documentoen sus manos, fue y robó la caja don-de se guardaba el dinero de las in-dulgencias, ¡pues sus pecados ya es-taban perdonados!

La iglesia cayó en su condición másbaja. Al estudiar la historia de la iglesiaen esa época, cada página nos causavergüenza. Ahora, de acuerdo a los ca-pítulos 2 y 3 de Apocalipsis, esto estabarepresentado por la iglesia en Tiatira.

LuteroEn ese tiempo, Martín Lutero era

profesor de teología en la universi-dad. Pero antes de eso, su concienciale perturbaba. Sabía que él, por supropia condición, estaba siempre bajola ira de Dios, y quería hacer algopara aquietar su conciencia.

Un día, hubo una tempestad queparecía caer sobre su cabeza, y él

tuvo tanto miedo que se escondió enel campo. Lutero era muy supersti-cioso, y dependía de los méritos deSanta Ana. Entonces, dijo: «Ayúda-me, Santa Ana, y te prometo conver-tirme en monje». Después de ese inci-dente, él cumplió su promesa.

Como monje se mortificaba a símismo, pensando que iba a acumularalgún tipo de mérito para alcanzar susalvación. Detrás de aquellas puertas,él ya debería ser un santo. Sin embar-go, para su decepción, él descubrióque todavía era un pecador, y se afli-gía mucho por eso.

Un día, Lutero decidió visitarRoma. Esta visita a Roma era otra for-ma en que algunos pecados podíanser perdonados. En esa época habíaallí una escalera famosa, llamada laescalera de Pilato. Según la tradición,la escalera había estado antes en Jeru-salén, y se suponía que Jesús habíasido juzgado en ese lugar, y que lasangre de Jesús todavía estaba en ella.Si hoy uno visita Roma, aún está allí,y se ve a muchos así llamados cristia-nos que cuando suben por ella, lloranpor sus pecados, pensando que deesta forma serán perdonados.

En la mitad de su ascensión por laescalera –y la ascensión era hecha derodillas: muchas lágrimas, mucho su-dor–, Lutero oyó una voz del cielo:«Mas el justo por su fe vivirá» (Hab. 2:4).¡La luz celestial brilló sobre Lutero!

Gracias a Dios, por medio deMartín Lutero tenemos la Bibliaabierta. La Biblia ya no estaba másencadenada; él la tradujo al alemán.Él dijo: «Cuando traduzco a Moisés,quiero dar al pueblo la impresión deque Moisés es un alemán, y no un ju-

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dío». Ahora la Biblia está muy cerca.Ahora tenemos la fuente de la vida,podemos saber que estamos justifica-dos por la fe. Llegamos a ser hijos deDios y empezamos a crecer hasta serlo suficientemente maduros para en-cargarnos de los negocios de nuestroPadre; somos capaces de cumplir lavoluntad de Dios, Ahora ¿cómo po-demos hacer eso?

Si alguien permanece como unbebé, ¿cómo puede hacer la voluntadde Dios? Necesitamos crecer, y de nue-vo, es necesaria la palabra de vida.Gracias a Dios, por medio de Lutero,de Calvino, de Zwinglio, gente maravi-llosa, el Señor hizo resplandecer su luz.

En esta época todavía no es la lunallena; pero al menos tenemos un cuar-to de la luna. Luego, Dios va a haceruna obra mayor. A medida que Diosva trabajando en la historia, despuésde doscientos años, ya no sólo tendre-mos un cuarto sino la mitad de laluna. ¿Lo ven, hermanos? Es así comoDios empezó su obra de restauración.

Cuando es luna nueva, no se venada; toda la palabra de vida estáperdida, el paraíso está perdido.Pero, gracias a Dios, por medio de lamaravillosa obra de Lutero, Calvinoy otros, nuestros ojos se abrieron.Hoy tenemos una Biblia abierta. ¡Esmaravilloso! Una vez más, podemosllegar a la fuente de vida. Gracias aDios por ello.

Y más aún, empezamos a ver quehemos sido justificados por la fe, pormedio de la sangre de nuestro SeñorJesús, y más que eso, por medio deJuan Calvino, sabemos que todo espor gracia. Nosotros somos totalmen-te incapaces, no tenemos ninguna es-

peranza; de la cabeza hasta los pies,somos como los leprosos. Todo es pormedio de la gracia de Dios.

La justificación y el sacerdocioPor medio de Martín Lutero, no

sólo vimos la justificación por fe.También hizo otro gran descubri-miento en la palabra de Dios: elsacerdocio de todos los creyentes.

¿Qué significa eso? Que, entreDios y el hombre no hay ninguna cla-se intermedia, como en el AntiguoTestamento. En el judaísmo, había unsacerdote que llevaba las ofrendaspor otros al altar. Los sacerdotes seconvirtieron en una clase intermediaentre Dios y el hombre. Pero, graciasa Dios, cuando volvemos a la Biblia,es evidente que todos los que soncomprados por la preciosa sangre denuestro Señor Jesús son los sacerdo-tes que Dios tiene hoy.

Todos nosotros somos sacerdotes,y se supone que todos sirvamos aDios. Por su sangre, nosotros estamoscapacitados para estar en su presen-cia. ¿Qué queremos decir con la justi-ficación por la fe? Que podemos estaren la presencia de Dios sin ser consu-midos. Si tú ves la justificación por lafe, automáticamente sabes quiénessomos nosotros. Puedes verificarlocon la Biblia. En Apocalipsis y enmuchos otros pasajes descubriremosque todos nosotros somos sacerdotes.

Si estudiamos la historia de laiglesia, en los comienzos, todos sa-bían que todos eran sacerdotes. En elnorte de África, hubo un padre de laiglesia muy famoso: Tertuliano. Éldijo: «Nosotros, los laicos, ¿no somostambién sacerdotes?». ¡Aun en el

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tiempo de Tertuliano! ¿Se dan cuen-ta? Otro padre de la iglesia enAlejandría, llamado Orígenes, dijo:«¿O ignoráis que para ustedes tam-bién, esto es, a toda la iglesia de Dios,al pueblo de los creyentes, ha sidodado el sacerdocio?».

La justificación por la fe y elsacerdocio de todos los creyentes, soncosas que van de la mano. Si estos dospilares son establecidos, el problemaestá resuelto. En la estructura de laiglesia, una clase intermedia, los sa-cerdotes, eran responsables por dos‘sacramentos’: la celebración de lamisa, y el bautismo. Entonces, ¿quiéniba a celebrar la misa y los bautismos?Sólo ellos podían hacerlo, así que eranpersonas muy importantes. Ahorabien, toda esta estructura colapsaría sise predicaba la justificación por la fe oel sacerdocio de todos los creyentes.

Algunas veces nosotros tratamosde ser reformadores, y pensamos quetenemos que restaurar el orden en laiglesia. Tú puedes restaurar el ordende la iglesia, porque eso es más fácil,es una cosa técnica. Si eres un buen

organizador, puedes poner todo enorden.

El problema es éste: Si todo lo quete preocupa es la restauración del or-den de la iglesia, entonces todo lo quenecesitas es ser un buen organizador.Cuando la palabra de vida está siendorecuperada, el problema del orden enla iglesia ya está resuelto. No es por ladoctrina. Porque si estamos asidos dela palabra de vida, si ella es plena, en-tonces el testimonio también será ple-no. Y eso es lo que ocurrió con MartínLutero y muchos otros.

Una iglesia dentro de la iglesiaPero Lutero encontró algunos pro-

blemas, y él tenía un gran dolor inte-rior por eso. Él sabía que la iglesia sóloabarcaba a los cristianos renacidos. Sinembargo, él no tenía salida, porque laReforma había sido ayudada por el po-der político. Antes, todos los nacidosen el imperio romano, pertenecían a laiglesia. Ahora, todos los que nacían enAlemania, eran luteranos.

Lutero conocía la palabra de vida.Pero, debido a interferencias exter-nas, él no pudo hacer todo lo que sele había confiado. Entonces tuvo undeseo: «Un día habrá una iglesia den-tro de la iglesia, una iglesia invisibledentro de la que es visible». La asíllamada iglesia visible incluía a losincrédulos, pero la invisible sólo a loscristianos nacidos de nuevo.

Esa fue una frase famosa de Mar-tín Lutero. «Una iglesia dentro de laiglesia». Esto nos habla de que él vioclaramente lo que había sido reveladoen la Biblia; sin embargo, no pudo lle-gar a este ideal. Pero más tarde vemosque Dios sí pudo. Dios siempre va a

Lutero conocía la palabrade vida. Pero, debido ainterferencias externas,él no pudo hacer todo loque se le había confiado.Entonces tuvo un deseo:«Un día habrá una igle-sia dentro de la iglesia,una iglesia invisible den-tro de la que es visible».

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lograr aquello que se ha propuesto.Pero al menos aquí fueron restauradosdos pilares – la justificación por la fe yel sacerdocio de todos los creyentes.

Otra vez les digo: ver algo, es unacosa; hacer la voluntad de Dios, esotra cosa. La visión que hemos recibi-do es mayor que nuestra realidad. Asífue con Martín Lutero, y así es tam-bién con cada uno de nosotros. No medigas que, porque ves tanto, ya estásen la realidad de lo que ves. No. Esoes lo que ocurrió en el siglo XVI: ve-mos la justificación por la fe; esta es almenos la primera fase de la restaura-ción de Dios. No vemos aún la lunallena, pero al menos vemos un cuarto.¡Gracias a Dios! Es un comienzo mara-villoso. Si no tuviéramos aquello, hoytodavía estaríamos en oscuridad.

La adoración de la iglesia Sin embargo, cuando hablamos de

la justificación por la fe y el sacerdociode todos los creyentes, normalmenteaplicamos eso a nuestra vida indivi-dual. Pero estos dos principios tam-bién se aplican a la vida de la iglesia.

Cuando hablamos de la justifica-ción por la fe, significa que cada unode nosotros, por la gracia de Dios, porla sangre de nuestro Señor Jesús, estácapacitado para estar en la presenciade Dios, y esto nos habla de la adora-ción de la iglesia. Cuando nos referi-mos a la vida de la iglesia, lo que haydetrás del principio de la justificaciónpor la fe es nuestra adoración. ¿Dóndevamos a adorar? Según nuestro SeñorJesús, no era en Jerusalén ni en aquelmonte de Samaria. Jesús dijo: «Nosotrosadoramos lo que sabemos». Significa queaquella era una adoración falsa, corres-

pondía a la adoración de los paganos.Claro, los judíos conocían la ado-

ración, sabían quién era Dios. Peroentonces, ¿por qué Jesús dijo: «...lahora viene cuando ni en este monte ni enJerusalén adoraréis...»? ¿Qué significaJerusalén? El templo de Dios estabaallí; si tú deseas adorar, vas a Jerusa-lén. He allí todo aquel sistema judai-co que representaba la adoración.Cuando ellos hablaban de adoración,era la adoración según el AntiguoTestamento. Tú no te atreves a acer-carte y necesitas de un sacerdote quese presente a Dios en tu lugar. Sinembargo, si es la justificación por lafe, nosotros, por la preciosa sangre denuestro Señor Jesús podemos acercar-nos hasta la presencia de Dios. En elLugar Santísimo, podemos contem-plar su gloria a rostro descubierto.

El Señor dijo: «La hora viene...».Después que Jesús murió por noso-tros en la cruz, él abrió un caminonuevo y vivo para ti y para mí. Encualquier momento, nosotros pode-mos llegar a su presencia. Jesús dijoque el Padre está buscando verdade-ros adoradores. En el griego, la pala-bra ‘verdaderos’ no es un contrasteentre verdadero y falso. Hay dos pa-labras que se pueden traducir como‘verdadero’. Una se refiere a lo ver-dadero en contraste con lo falso. Peroen este pasaje, la palabra ‘verdadero’es opuesta a sombra. Esto significaque en el Antiguo Testamento, aque-lla adoración no era nada más quesombra; sin embargo, ahora, en elNuevo Testamento, nosotros estamosen la presencia de Dios, y esa es laverdadera adoración. La Biblia dice:«...adorarán en espíritu y en verdad».

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Pablo dice: «Vosotros sois el tem-plo de Dios». Hablando exteriormen-te, nosotros tenemos un cuerpo, asícomo el patio exterior; nuestra alma secompara con el Lugar Santo, y nuestroespíritu es el Lugar Santísimo. Así,cuando adoramos a Dios en el espíri-tu, significa que ya estamos en el Lu-gar Santísimo. ¿Qué es eso? ¡La justifi-cación por la fe y el sacerdocio de to-dos los creyentes! Esa es la adoraciónsegún el Nuevo Testamento.

La adoración según el AntiguoTestamento es caracterizada por el ju-daísmo; la adoración del Nuevo Tes-tamento caracteriza a la iglesia. Así,la justificación por la fe, por una par-te, se aplica a los individuos, y porotro lado, a la iglesia en general.

He olvidado decir algo que ocurrióen el siglo XVII. Normalmente, la gen-te necesitaba una catedral que les ayu-dara a entrar en la presencia de Dios.Pero, gracias a Dios, en el siglo XVII,Dios levantó a un hombre llamadoGeorge Fox y con él a otros hermanosllamados los ‘cuáqueros’. Ellos vieronalgo, vieron una luz interior. El Señordijo: «Yo soy la luz del mundo; el que mesigue, no andará en tinieblas, sino quetendrá la luz de la vida».

Ahora, la luz de la vida es una luzinterior, y representa la vida del Espíri-tu Santo. El Espíritu Santo habita ennuestro espíritu. Entonces, cuandoadoramos a Dios, no es necesario ungran edificio ni un programa de adora-ción. El Señor ya dio luz para perfec-cionarlo todo. Martín Lutero fue el pio-nero, él puso el cimiento, aunque nohaya establecido todo en su plenitud.Su visión fue mayor que su práctica.

Pero gracias a Dios que levantó a

los cuáqueros. Aunque ellos hayan idoa algunos extremos, aun así, tenemosque recordar este punto muy impor-tante que Dios nos quiere enseñar através de ellos. Cuando se traslada-ron a Boston, los puritanos les persi-guieron, les cortaron las orejas, lesarrancaron los ojos. Sin embargo, si-guieron avanzando. Gracias a Dios,hoy día nosotros vemos lo que ellosvieron en los siglos XVI y XVII.

Zinzendorf y la santificación por la feCuando llegamos al siglo XVIII

más la primera mitad del siglo XIX, sepueden mencionar tres nombres:Zinzendorf, John Wesley y JohnNelson Darby. También podemos agre-gar a George Fox. En el segundo perío-do del que estamos hablando, vemosque Dios levantó otro grupo de perso-nas, y ellos deseaban seguir adelante.

¿Quién era Zinzendorf? Era unnoble alemán, como aquel joven ricode la Biblia. Aquel joven tenía mu-chas riquezas, pero cuando Jesús ledijo «Sígueme», él dijo «No». Sin em-bargo, aquí tenemos otro joven rico, yéste le dijo «Sí» a su Maestro. El Se-ñor realmente lo usó para hacer unaobra de restauración, para llevar a laiglesia desde el cuarto de la luna has-ta la luna media. Damos gracias aDios por él.

Uno de los teólogos liberales másfamosos, llamado Karl Barth (1886-1968), hizo un importante comentariosobre Zinzendorf. Este comentario esmuy interesante, porque no pertene-ce al círculo evangélico. Él dijo: «Pro-bablemente, Zinzendorf es el únicocristocéntrico genuino de la edad mo-derna». Zinzendorf tenía un lema:

11AGUAS VIVAS TEMA DE PORTADA

«Tengo una pasión, y es Jesús, sóloJesús». Al estudiar su historia, sinduda, él era un hombre centrado enCristo Jesús.

Otro escritor hizo un comentariomuy interesante: «Zinzendorf fueMartín Lutero vuelto a la vida». Re-cuerden que Lutero tenía el sueño deuna iglesia verdadera dentro de laiglesia visible. ¿Quién hizo posibleese sueño? En tiempos deZinzendorf, hubo un granreavivamiento en Alemania, y laspersonas involucradas en ello fueronllamados ‘pietistas’. Se reunían enuna casa, estudiaban la Biblia, orabanjuntos y tenían una comunión mara-villosa. Los pietistas nunca intenta-ron formar una iglesia distinta de laIglesia Luterana. Hoy se habla sobreiglesias de células. ¿Quiénes fueronlos primeros en practicar esto de laiglesia por células? Los pietistas.

Cuando las personas iban a la igle-sia, se sentaban, oían el mensaje, can-taban un himno, oraban, y se iban acasa. Todo era pasivo. Sólo uno o dosmiembros eran activos. La iglesia, ¿erael cuerpo de Cristo? En teoría, sí. Pero,en la realidad, ¿dónde estaba el cuer-po? Ellos conocían la teoría de la justi-ficación por la fe, pero no actuaban deacuerdo con esa verdad.

Sin embargo, los pietistas erandistintos, y a causa de que realmentecreían en la justificación por la fe,ellos llegaban a la presencia del Se-ñor, estudiaban la Biblia, oraban jun-tos y tenían una comunión maravillo-sa con Cristo. Ellos absorbían la ener-gía y la gracia de aquella comunión,y tenían la fuerza para vivir una vidasanta, una vida de separación del

mundo. Por sí mismos, ellos nuncapodrían vivir una vida santa. Sin em-bargo, porque estaban en una nuevaposición en la presencia de Dios, eranfortalecidos, y de esta comunión reci-bían poder para vivir una vida mara-villosa y santa.

Zinzendorf fue Lutero vuelto a lavida; esto es verdad en cuanto alpietismo. Hubo un gran reavivamientoen la Iglesia Luterana, y aun más,aquella maravillosa comunión no sóloestaba integrada por luteranos, sinoque también por otras secciones de laiglesia. Ellos nunca dijeron «Nosotrossomos luteranos, y ustedes no lo son»,sino «Sólo somos hermanos». Habíauna maravillosa comunión donde semanifestaba el amor del cuerpo deCristo; no es de sorprender que ellostuviesen vida. Ahora no sólo tenemosla justificación por la fe, sino tambiénla santificación por la fe.

Los hermanos WesleyUn día, John Wesley viajó a los Es-

tados Unidos como misionero, y hubouna tempestad en el mar. Él tenía mu-cho temor, pero había veintiséis her-manos y hermanas alemanes en la ca-bina inferior de la nave. Eran herma-nos moravos, que se reunían conZinzendorf. Wesley descubrió que,aunque él era un gran hombre de igle-sia, aquellas personas tenían algo queél no poseía. Aquello le impresionótanto que, a su regreso a Londres, élencontró salvación en el salón de re-unión de los hermanos moravos.

Cuando John y Charles Wesleyfueron salvados, el Señor los usó paraencender el fuego del avivamiento enInglaterra. La influencia de este mo-

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vimiento, que fue llamado ‘Movi-miento de santidad’, fue muy grande.Cuando vieron la luz, desearon viviruna vida santa, y a causa de su testi-monio, toda Inglaterra cambió. Deotro modo, a Inglaterra le habría su-cedido lo mismo que pasó con Fran-cia. Allá hubo una revolución san-grienta. ¿Por qué no hubo algo simi-lar en Inglaterra? Porque Dios usó aJohn y Charles Wesley para traeraquel gran avivamiento.

Entonces, el testimonio de la iglesiafue muy brillante, casi como los trescuartos de la luna. Toda Inglaterra fueconmovida. Y no sólo eso. La influen-cia del movimiento de santidad fue tangrande, que de allí surgió el movi-miento pentecostal y el Ejército de Sal-vación. Eso es la santificación por la fe.Gracias a Dios, aunque hubo algunosexcesos con los cuales no concordamos,de alguna forma vemos que es eviden-te que en los siglos XVIII y XIX, el Se-ñor hizo una obra maravillosa.

La santificación por la fe se aplica alos individuos. Sin embargo, si unopersevera en la palabra de vida, losproblemas de la iglesia también seránresueltos. Seguir la santidad significabuscar ser liberado del poder del peca-do. Entonces, no permaneces en el pe-cado, y puedes vivir una vida victorio-sa. La vida santa es una vida de sepa-ración. Esta es la santificación por la fe.

Lo mismo se aplica a la iglesia.Cuando ella está secularizada y sevuelve parte del mundo, sucede loque vemos en 1ª Corintios. Algunoshermanos decían: «Yo soy deApolos», otros: «Yo soy de Pablo», yotros: «Yo soy de Cefas». ¿Qué dijoPablo acerca de eso? «Sois carnales».

Y no sólo eso. «No sólo sois carnales,sino que ese es el modelo de estemundo: división tras división». Esees el modelo del mundo. En el mun-do griego, algunos eran partidariosde Platón, otros de Aristóteles. Esta-ban divididos. Sin embargo, Pablo lesdijo: «¿Cómo es posible que el mun-do tenga entrada en vosotros?».

John Darby¿Qué es la iglesia? La iglesia es

celestial, por tanto, debe estar separa-da del mundo. Si estamos en la carne,si somos mundanos, la consecuenciaes división tras división. En la épocade Darby, el cuerpo de Cristo estabadividido. Gracias a Dios por Darby.Por una parte, él vio que la iglesia escelestial, y también vio que la iglesiaes santa, y que no tiene nada que vercon el mal. Separación del mundo yseparación del mal. Entonces se pue-de preservar la iglesia santa y unida.

Dividir la iglesia es dividir el cuer-po de Cristo. Eso es pecado, es un pe-cado corporativo. Si uno bebe vino,hiere su cuerpo, y eso es pecado. Sinembargo, si alguien divide el cuerpode Cristo, es pecado corporativo.¿Cómo podemos ser libres del secta-rismo? El único camino es separarnosdel mal y reconocer que estar dividi-dos es un pecado. Si vivimos una vidasanta, tenemos que permitir que laobra de la cruz trate con nuestro peca-do. Ese es el camino para la unidad,para mantener la iglesia santa.

En el tiempo de John NelsonDarby, él aplicó el mismo principio ala vida de la iglesia, y encontró el ca-mino por el cual la iglesia podía re-unirse con sencillez, en unidad y

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también en santidad. Sin embargo,otra vez hubo extremos allí, porqueellos enfatizaron el principio de sepa-ración más que el principio de unión.

Nosotros somos el cuerpo de Cris-to; todos nosotros somos de Cristo.Ese es el principio de unidad. Nadiepuede separarnos. Nosotros debemosaceptar a aquellos a quienes Cristo yaha aceptado. Sin embargo, ellos insis-tieron en el principio de separaciónmás que en el principio de unión.Cuando vieron que algunos estabanen las denominaciones, les dijeron:«Ustedes están asociados con el mal;por tanto, no tenemos nada que vercon ustedes, no tenemos comunióncon ustedes». Ellos querían mantenerla iglesia pura, y así nació el exclusi-vismo. Dejaron fuera a aquellos aquienes Jesucristo había recibido. Esoes una tragedia.

Supongamos que mi familia viveen una condición de mucha pobreza,y supongamos que mi hija es muydulce, y que hay un parásito en el ca-bello de mi hija. Mi esposa ama a mihija. Eso no significa que ella ama aese insecto; ella aborrece a aquel in-secto y va a tratar con él, aunque amaa su hija. Dios aborrece el pecado, sinembargo, él ama al pecador. Enton-ces, hermanos, si insistimos en elprincipio de separación, podremosmantener la iglesia pura, pero la igle-sia se hará cada vez más y más pe-queña. La iglesia tiene que abrazar atodos los cristianos que han nacidode nuevo.

Glorificación por la feEn aquellos ciento cincuenta años,

tenemos la santificación por la fe. Fi-

nalmente, desde la segunda mitaddel siglo XIX hasta el tiempo presen-te, descubrimos que el Espíritu Santoha avanzado un paso más. Desde lafase de un cuarto, a la mitad de laluna, y ahora él quiere que lleguemosa tres cuartos de la luna. Ha sido res-taurada la justificación por la fe, yluego la santificación por la fe.

Sin embargo, el Espíritu Santoquiere avanzar en su obra, y esta es laglorificación por la fe. Eso significa queel Señor regresará muy pronto. Enton-ces, nosotros estaremos maduros, por-que muchos hijos serán manifestados.Cuando ellos brillan, brillan como hijosque están siendo transformados en laimagen de Cristo. Esta filiación y el rei-nado, significan ser transformados a laimagen de Cristo. Y vemos que el Espí-ritu Santo realmente ha restaurado es-tas verdades en los últimos doscientoscincuenta años.

Govett y la «verdad del reino»Ahora, cuando hablamos acerca

de esto, debemos mencionar tresnombres. Antes de esto, debemosmencionar a Robert Govett (1813-1901). Su ministerio ha sido muy re-conocido en la segunda mitad del si-glo XIX.

Cuando llegamos a la época deDarby, no sólo vimos la justificación yla santificación por la fe, sino que lapalabra de verdad había llegado a talpunto, que estaba casi totalmente ple-na. Sin embargo, había dos sistemasteológicos: la Teología Reformada y laTeología Dispensacional. Y fue Darbyquien realmente nos dio entendimien-to. Es evidente que la Teología Refor-mada vino de Juan Calvino. Las dos

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están basadas en la palabra de Dios;pero, de alguna manera, ellas eranirreconciliables. Todos creían en la Bi-blia, la palabra inspirada por Diosmismo. Ahora, si eso es verdad, esasteologías deberían coincidir. ¿Cómoellos no pueden ver [...]? ¿Qué signifi-ca eso? ¿Por qué ambas no se puedenreconciliar una con otra? Nosotroscreemos en toda la Biblia, no segui-mos un sistema de enseñanza.

Entonces, apareció Robert Govett.El Señor realmente lo usó. Ahora, dealguna manera, al abrir la palabra deDios, vemos que en la Biblia no sólohay espacio para la Teología Refor-mada, sino también para la TeologíaDispensacional. Y si ponemos todaslas cosas de la Biblia juntas, veremosuna gloriosa verdad llamada ‘verdaddel reino’. Recuerden, si realmenteconocemos el reino, todo lo que eracontradictorio será armónico.

Indudablemente, Govett es unode los grandes siervos de Dios, levan-tado por Dios mismo. Spurgeon hizoel siguiente comentario sobre él: «Elseñor Govett escribió cien años antesde su propio tiempo, y llegará el díaen que sus obras serán atesoradascomo oro refinado». La profecía deSpurgeon se cumplió. Hoy, conseguirel libro de Govett sobre Apocalipsis,es casi imposible. En los Estados Uni-dos hay sólo cien copias, y cada unavale cien dólares. Son dos volúmenes,cada uno de ellos más voluminosoque la Biblia.

El libro que Govett escribió sobreApocalipsis es probablemente el me-jor. El Dr. Wilbur Smith, profesor dela Escuela Fuller de Teología (USA),dijo: «Una de las obras más profun-

das sobre Apocalipsis que conozco esel libro de Robert Govett. Mi propiaopinión es que él trae a su interpreta-ción un conocimiento más completode las Escrituras en relación al Apo-calipsis que cualquier otro escritor desu generación».

Cuando el hermano WatchmanNee hizo una exposición sobre Apo-calipsis en la ciudad de Shangai, elhermano Stephen Kaung quería edi-tar ese mensaje y publicarlo en formade libro. Pero el hermano Nee dijo:«No es necesario hacer eso; simple-mente compren el libro de RobertGovett sobre Apocalipsis».

Otro comentario acerca de Govett:«Pocos hombres podrían compararsecon él en originalidad de pensamien-to. Él también poseía una mente muyordenada y disciplinada, y podía tra-zar un tema a través de la Escrituracon una lógica sin errores» (Dr. CyrilJ. Barber).

Finalmente, tengo que mencionarlo que dijo un profesor de la Univer-sidad de Cambridge (R. E. D. Clark,The New International Dictionary ofthe Christian Church): «Sus escritosson extensos, de calidad variada, amenudo marcados por un alto nivelde erudición, un enfoque magnífica-mente lógico, una originalidad ex-traordinaria y una completa fideli-dad a la revelación bíblica». Y ahora,oigan cuidadosamente su veredictofinal: «Lejos, Govett es el mejor teólo-go». En otras palabras, Govett fue elmejor teólogo sistemático. Gracias aDios por este vaso.

Por obra del Espíritu Santo, estehermano pudo regresar a la palabrade Dios. Por una parte, él abrazó la

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Teología Reformada, y por otra, acep-tó la Teología Dispensacionalista. Sinembargo, en la Biblia, no hay contra-dicción. ¿Cómo es posible eso? Unaverdad gloriosa salió de ese estudio.Por medio de Govett, la iglesia descu-brió una verdad que estaba perdida.En la fase de la luna llena, en el tiem-po de Pablo, esa verdad estaba allí, yluego se perdió. Pero es muy impor-tante, porque este reino tiene que vercon nuestra madurez, nuestra filia-ción y nuestra realeza. Gracias aDios, que usó al hermano Govettpara ayudarnos a entender la glorifi-cación por la fe.

Convención de KeswickEn la última parte del siglo XIX,

en Inglaterra, el Señor usó una im-portante Convención o Conferencia,la Conferencia de Keswick. Aquelloshermanos y hermanas tenían unacarga acerca de una vida más profun-da, ellos deseaban crecer hasta la ma-durez. No sólo vivir una vida santa,sino ser transformados a la imagende Cristo.

T. Austin-Sparks y Watchman NeeY más que eso, a comienzo del si-

glo XX, en Inglaterra, el Señor levan-tó a otro siervo de Dios, TheodoreAustin-Sparks, considerado proba-blemente el hombre más espiritual ymás centrado en Cristo en estos vein-te siglos. Cualquiera que conoce susescritos no tiene dudas acerca de ello.El hermano Watchman Nee lo consi-deraba su mentor espiritual. Él hizoun comentario a sus co-obreros, di-ciendo que había sido influenciadopor dos personas que en aquella épo-

ca aún estaban con vida. Una es lahermana Margaret Barber. Él dijo: «Siella aún estuviera con vida, entoncesla iglesia no sería lo mismo hoy». Yluego él dijo: «Cuando viajé a Euro-pa, encontré a alguien que realmenteme hizo recordar a la hermanaBarber, y él es T. Austin-Sparks».

T. Austin-Sparks ha sido conside-rado como un profeta del siglo XX.No sólo A. W. Tozer es consideradoun profeta, sino también T. Austin-Sparks. Al estudiar sus escritos, des-cubrimos algo muy fantástico. Cuan-do estudiamos teología sistemáticavamos a descubrir que es algo lógico,sistemático; sin embargo es por tópi-cos. Tenemos la Teología propiamen-te tal, acerca de Dios mismo; laCristología, acerca de Cristo; laPneumatología, sobre el Espíritu San-to. Así es la teología sistemática.

Cuando Dios levantó a T. Austin-Sparks, él conocía muy bien la teolo-gía sistemática. Sin embargo, detrásde todos esos variados tópicos, hayalgo que será una línea de plata, ca-paz de conectar y de unificarlos todosen torno a un pensamiento central.Ese es uno de sus maravillosos descu-brimientos. Ningún otro teólogo siste-mático pudo hacer eso. Su descubri-miento es la voluntad eterna de Dios.A causa de eso, nosotros no sólo cono-cemos la voluntad de Dios en plural,sino la voluntad de Dios en singular,de tal manera que ya no vemos la Bi-blia desde el punto de vista terrenal,sino desde el punto de vista celestial.

La revelación de Austin-Sparks esmuy grande. A veces, puede ser muyabstracta. ¿Quién la trajo a un nivelmás sencillo? El ministerio de

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Watchman Nee, que habló acerca dela iglesia como el cuerpo de Cristo.Sin duda, Austin-Sparks tuvo la vi-sión sobre la epístola a los Efesios –la iglesia es el cuerpo de Cristo, laplenitud. Es claro, esa es la iglesiauniversal. Sin embargo, el énfasis deWatchman Nee está en el capítulo 12de 1ª Corintios: «Vosotros sois elcuerpo de Cristo». «Ustedes, que es-tán reunidos en Corinto, son el cuer-po de Cristo».

Gracias a Dios, en el siglo XX, elSeñor levantó a alguien como Austin-Sparks, y asimismo a alguien comoWatchman Nee. Su lógica, su mente,es casi igual que el pensamiento deRobert Govett. Sin embargo, por otraparte, su visión tan profunda fueinfluenciada por Austin-Sparks.

D. L. Moody dijo: «Si tú quieresdarles un queque a los niños, no lopongas tan alto que ellos no puedan al-canzarlo; ni lo pongas tan bajo que lessea demasiado fácil tomarlo. Tiene queestar a la altura exacta». WatchmanNee tenía ese don. Él era capaz de po-ner la palabra de Dios en tal punto quese tornaba muy real, muy práctica.

Ustedes conocen su libro «LaVida Cristiana Normal». Desde elpunto de vista teológico, este librocubre la teoría de la salvación. Sinembargo, ¿por qué este libro se trans-formó en un clásico? Porque él pusoalgo tan difícil de entender como sihablase a los campesinos y a los sas-tres en China.

La restauración del testimonioEntonces, en los últimos 150 años,

a través de los ministerios de Robert

Govett, T. Austin-Sparks y WatchmanNee, y las Conferencias de Keswick,nuestros ojos fueron abiertos. Ahoraempezamos a ver no sólo la justifica-ción por la fe, la santificación por lafe, sino también la glorificación porla fe. Vamos siendo transformados ala imagen de Cristo.

Dios está obrando hacia la lunallena. No digo que ya hayamos llega-do a aquella fase, pero hemos vistocómo el Señor ha obrado en los últi-mos seiscientos años. En los siglosXVI y XVII, la justificación por la fe.Luego, en los siglos XVIII y XIX, lasantificación por la fe. Y en los siglosXIX, XX y XXI, la glorificación por lafe. Cuando reunimos todo esto, ve-mos que la palabra de vida está sien-do maravillosamente restaurada.

Ahora, sólo el Espíritu Santo pue-de conducirnos hacia la realidad,puede ayudarnos a crecer y hacerloreal en nuestras vidas. De esta forma,antes del regreso del Señor, él se pre-sentará a sí mismo una iglesia glorio-sa, una iglesia que no tiene gloria ensí misma. Pero cuando ella contemplaa su Maestro, absorbiendo su gloria,entonces es transformada a su seme-janza, de gloria en gloria.

Por la gracia de Dios, nosotrosresplandeceremos como la luna en eluniverso, asidos de la palabra devida. Y Pablo se regocijará en el díade Cristo, de no haber corrido envano o trabajado en vano. Esta es larestauración del testimonio del Señor.Que el Señor hable a nuestros corazo-nes.

(Versión editada de un mensaje impartido en la2ª Conferencia Internacional, septiembre 2005).

* * *

17AGUAS VIVAS TEMA DE PORTADA

El caminar del cristiano ejemplificado en los patriarcas del An-tiguo Testamento.

Hoseah Wu

3ª Parte

Para que Dios pueda restaurarla creación para sí mismo, ne-cesita primeramente restau-

rarnos a nosotros – la iglesia. Cuandola iglesia esté plenamente restaurada,entonces Dios restaurará toda la crea-ción para sí mismo. Nosotros somosel vaso principal, la figura clave parala restauración. Aquellos que estabanen el arca, son los que encontramosen Efesios 1:10. En la plenitud delcumplimiento de los tiempos, Diosreunirá todas las cosas en Cristo Je-sús, así las que están en los cieloscomo las que están en la tierra. En-tonces, en el arca, todo ha sido res-taurado para Dios.

Cuando nosotros intentamos

cumplir el testimonio de Dios en latierra, ese testimonio no sólo tieneque ser cumplido en nuestro medio.Recuerden que no es sólo para noso-tros, el pueblo de Dios, sino que de-berá incluir a toda la creación. Tene-mos una tremenda responsabilidaden el cumplimiento de nuestro llama-miento.

Y gracias a Dios, nuestra fe paraesa restauración tiene un fundamentosólido, porque aquello que Dios de-sea obtener para sí mismo, ya lo tieneen su Hijo. El ministerio del EspírituSanto es reproducir a Cristo en noso-tros, porque el testimonio no somosnosotros, sino Cristo en nosotros.Cuán necesario es que permitamos

18 AGUAS VIVASTEMA DE PORTADA

que el Espíritu Santo haga una obrareal tanto en forma individual, comocolectivamente – como iglesia.

AbrahamVamos a hablar otro poco sobre

Abraham. En la vida de Abraham,por medio de su fe y obediencia, y delos tratos de Dios con él, el objetivode Dios era que Abraham pudieratestificar cómo es Dios el Padre.Cuando vemos a Abraham, vemos elamor de Dios, porque él, al final desu vida, cuando ofreció a Isaac, ofre-ció todo de vuelta a Dios. No se re-servó nada para sí mismo, entregótodo en el altar; reconoció que el DiosTodopoderoso es quien lo merecetodo, y estuvo dispuesto a dar todopara Dios.

La verdadera adoración consisteen devolver a Dios todo lo que él nosha dado. En Romanos 8 hay unosversículos muy hermosos acerca deque Dios nos ha amado a tal puntoque él no retuvo nada para sí mismo.Y Abraham es un testimonio del amorde Dios. Él puso a su hijo sobre el al-tar como holocausto. El testimonio deAbraham es que Dios nos amó de talmanera que nos dio todo lo que tenía.

En todas las asambleas locales,necesitamos hermanos y hermanasque conocen algo del amor de Dios, yque estén dispuestos a permitir queese amor tenga expresión. Pienseneso. Sin ese amor, no habría Confe-rencia. Por detrás de esta Conferen-cia, hay personas que dieron sus vi-das, que devolvieron sus vidas aDios. Dios no puede proseguir si nohay amor, si no hay vidas entregadasen sus manos.

Gracias a Dios por esta Conferen-cia, porque tras ella hay amor deDios por su pueblo, hay amor por eltestimonio de Dios y por el pueblo deDios. Y el amor de los que han entre-gado sus vidas por esta Conferencia,ha obrado muchas veces en forma in-visible. Las personas no lo ven; sinembargo, Dios lo ha visto. Porquecuando Abraham ofreció a Isaac sola-mente dos lo sabían. Entonces, da-mos gracias al Señor por el amor ypor las vidas que fueron entregadas.

IsaacIsaac nos habla de la vida de re-

surrección, pues él fue puesto en elaltar, y de manera figurada estuvomuerto. Sin embargo, Dios le resucitóde la muerte. La vida que nos ha sidodada es la vida de resurrección deCristo. Cuando nosotros tenemos esavida de resurrección, como dijo elhermano Sparks, la muerte es histo-ria, porque Dios es Dios de vivos, node muertos.

Isaac nos habla de la vida de re-surrección. Esta es una vida de ascen-sión, una vida de plenitud. Todo loque hizo Isaac fue cavar pozos. Ycuando él estaba cavando sus pozos,tuvo conflictos. Isaac enfrentó oposi-ción; lucharon contra él. Sin embar-go, él no se rindió, porque cuandouno no se rinde, significa que está vi-viendo una vida de ascensión, por-que sabe que está arriba.

La realidad de una vida de ascen-sión es que un día tu vida natural es-tará dispuesta a someterse a la vidadel espíritu. Una vida de ascensiónsignifica que estás arriba, y cuando elespíritu está arriba, la carne se con-

19AGUAS VIVAS TEMA DE PORTADA

vierte en siervo del espíritu. Entoncespodrás cumplir la voluntad de Dios,y podrás expresar la voluntad deDios. Dios tiene que restaurar esavida abundante, esa vida de resurrec-ción, de ascensión, en su iglesia. Estaes la vida de los vencedores.

Hay muchas dificultades e impe-dimentos que necesitan ser vencidos,porque aquello que nuestro Dios de-sea, el enemigo lo odia. Sin embargo,gracias a Dios, a causa de la resurrec-ción, nosotros estamos al lado delVencedor; nuestra victoria ya estáasegurada, porque hoy Cristo ya estáen la gloria.

JacobJacob nos habla de transforma-

ción. Abraham nos habla del amor deDios como nuestro Padre. Isaac noshabla de Dios el Hijo, de la vida deresurrección de nuestro Señor Jesu-cristo, la vida de plenitud, la vidavictoriosa, la vida de ascensión. Es lavida de Cristo que nos ha sido dada.Entonces nos atrevemos a ser vence-dores y no ser derrotados, porque esavida ahora mora en nosotros. La epís-tola de Juan nos dice que mayor es elque está en nosotros que el que estáen el mundo. Y gracias a Dios por to-das esas promesas, y el Espíritu San-to desea hacer realidad todas esaspromesas en nuestra experiencia.

Una de las crisis de Jacob es queél luchó con Dios. Cuando él luchócon Dios, Dios dijo que Jacob venció.No hay nada errado en eso. ¿Deseantener a Dios para ustedes? ¿Deseanganar a Dios para sí mismos? Sí, por-que Dios se está dando a nosotros, yél desea que nosotros le venzamos.

Sin embargo, antes que podamosvencerle, él nos ha vencido a noso-tros. A menos que Dios no nos venzaprimero, no podemos ganarle a él.

En la revista Aguas Vivas hay al-gunos artículos de Harry Foster, uncolaborador del hermano Sparks. Élha escrito muchas lecciones para ni-ños; es un excelente maestro. Lo co-nozco personalmente a él y a su espo-sa; ambos han estado en nuestro ho-gar. Él escribió un libro devocionalacerca de los personajes bíblicos. Yallí dice que Jacob fue bendecido por-que estuvo feliz de que Dios le hayavencido. ¿Lo entienden? Dios con-quistó a Jacob para sí mismo. Si Dioste toma como su posesión, tú lo tie-nes todo. Dios no sólo venció a Jacob,sino que éste aceptó ser conquistadopor Dios. ¿Qué quiero decir? Que,una vez que fuimos conquistados,nosotros nos rendimos a él. Es posi-ble que alguien haya sido conquista-do, pero que no desee entregarse a él.

Voy a darles una ilustración muyconcreta. Durante la II Guerra Mun-dial, yo estuve en Filipinas. Antes quelos japoneses invadieran este territo-rio, le pertenecía a los Estados Unidos.Pero las tropas americanas y losfilipinos no estaban preparados parala guerra, y la invasión les tomó porsorpresa. Y había allí un gran soldado,el general Douglas MacArthur. Cuan-do los japoneses llegaron, MacArthurlogró escapar. Sin embargo, él tomóuna determinación, y antes de irse,dijo a los filipinos: «Volveré». Y, sa-ben, ellos vivieron con esa esperanzaen su mente. Todos los días, losfilipinos se preguntaban: «¿Cuándoregresará MacArthur a liberarnos?».

20 AGUAS VIVASTEMA DE PORTADA

Yo estuve allí durante los años dela ocupación, y fui testigo de los su-frimientos de la gente. Ocurrieron co-sas increíbles. En 1944 los americanosiniciaron la invasión del Pacífico, yen poco tiempo recuperaron Filipi-nas. Y cuando vimos a los soldadosllegando con sus tanques, hubo unagran fiesta de bienvenida. Algunosmeses después, los japoneses se rin-dieron, y en Tokio firmaron su rendi-ción incondicional. Oficialmente serindieron; sin embargo, había mu-chos soldados que estaban escondi-dos en la selva que se rehusaban arendirse.

¿Lo ven? Oficialmente, nosotrosnos rendimos; sin embargo, en lapráctica, estamos rehusando rendir-nos. Allí en la cruz, Su amor ya nosha conquistado. Es un hecho consu-mado, real. Sin embargo, nosotros nolo percibimos, no estamos dispuestosa rendirnos. Mientras más pronto nosrendimos, más temprano le reconoce-mos como el Cristo y Rey sobre nues-tras vidas.

Entonces, después de aquella lu-cha, Dios tocó el muslo de Jacob, yéste quedó cojo. Cuando uno se vuel-ve cojo por causa del Señor está apunto de conocer la plena bendiciónde Dios. Cuando percibimos que nopodemos andar por nosotros mismos,entonces nos apoyamos en él.

Espiritualmente, necesitamosquedar cojos. Entonces nos apoyare-mos en él y tendremos bendición elresto de nuestras vidas. No podemospermitir que él se vaya; le necesita-mos en todo tiempo. Sin él no pode-mos avanzar un solo paso. Cada pasoadelante es por su gracia y su poder.

Y aquellos de ustedes que tienen unahistoria con el Señor, cada vez queavanzan, es por obra de Dios, es porsu gracia. Que el Señor nos haga a to-dos espiritualmente cojos, para que élpueda manifestar su poder en noso-tros. Él puede conducirnos en el ca-mino que debemos andar.

Hermano o hermana, ¿ya fuisteconquistado? Gracias a Dios, en laCruz, fuimos conquistados. Ahorapodemos confesar: «¡Señor, tú me hasconquistado!».

JoséAhora queremos hablar sobre

José. Siempre que leo la historia deJosé, no puedo dejar de continuar le-yendo, porque es una historia tan be-lla y conmovedora. La historia deJosé abarca muchos capítulos en el li-bro de Génesis. La creación ocupasólo uno o dos capítulos. Isaac yJacob, algunos capítulos más. Pero, apartir del capítulo 28, parece que estátodo ocupado con Jacob y su familia,y José tiene un rol muy importante.

Quisiera compartir con ustedesalgunos rasgos únicos del carácter deJosé. No voy a hablar sobre sus sue-ños, que ustedes bien conocen. A cau-sa de ellos, sus hermanos le odiaban,y aun sus padres no le entendíancompletamente. Pero una de las ca-racterísticas de José es que tenía unaconexión muy íntima con su padre.Era muy apegado a su padre, era suhijo predilecto. Y el padre le hizo aJosé una vestimenta especial. Esta erauna muestra exterior; pero, si leemossu historia, vemos que hay una co-nexión muy estrecha entre José y supadre.

21AGUAS VIVAS

José tenía en aquella época unosdiecisiete años, y estaba al cuidadode las ovejas con sus hermanos. Élllegó a su casa y contó a su padre al-gunas cosas malas que hacían sushermanos. No es que él hablara malde sus hermanos a espaldas de ellos,sino que lo hacía con la esperanza deque enmendaran su conducta.

Hay una preocupación sincerapor los hermanos y hermanas. Cuan-do vemos que una cosa no es correc-ta, no debe ser para condenar ni criti-car, sino para orar por restauración.Todos nosotros tenemos fallas, nadiees perfecto, y necesitamos que el Se-ñor corrija nuestros yerros. Sin em-bargo, los hermanos de José no loapreciaron a él. Ellos le odiaban, peroel amor de él hacia ellos nunca cam-bió. Es por eso que José es un tipoperfecto de Cristo, en su amor por supadre y su amor por sus hermanos.

Ustedes recuerdan que, cuando elpadre llamaba a José, él inmediata-mente respondía: «Heme aquí». Enotras palabras, estaba siempre dis-puesto a responder para hacer la vo-luntad de su padre. Lo mismo, cuan-do Dios habló a Abraham, éste res-pondió: «Heme aquí». Ellos estabandispuestos, tenían su oído atento.Atentos para oír y atentos para obe-decer; estas dos cosas andan juntas.Cuando hay un oído atento para oír,es porque hay un corazón dispuestoa obedecer.

José sabía que sus hermanos leaborrecían. Su padre le envió a verqué estaban haciendo ellos, pero Joséno los encontró. Sabiendo que leodiaban, él pudo haber regresado in-ventando una excusa y diciendo:

«Los busqué, pero no los hallé; mimisión está cumplida». Sin embargo,cuando los andaba buscando, alguienle preguntó: «¿A quién buscas?». Élrespondió: «Busco a mis hermanos».Le dijeron: «He oído decir que fuerona Dotán». Y él fue a Dotán en pos deellos.

José es una figura perfecta denuestro Señor Jesucristo. Él vino a lossuyos, y los suyos rehusaron aceptar-lo. A pesar de ello, él vino. Eso noshabla del amor de José por su padre,y del amor de José por sus hermanos.

Lo que quiero compartirles esacerca del fin de la vida de José, y decómo él se reconcilió con sus herma-nos. Para que José ascendiera al tro-no, tuvo que pasar por algunas cosasmuy profundas en su vida. Sus her-manos le vendieron a los egipcios.Pero, siempre que se menciona su es-tadía en Egipto, las Escrituras nos di-cen que Dios estaba con él.

Para reinar con Cristo, ese reina-do que Dios está buscando tiene unalto costo. Ninguna cosa espiritualviene con facilidad. Tenemos queaceptar ese hecho. Aunque José sabíaque estaba destinado al trono, él esta-ba preparado para aceptar toda ladisciplina necesaria para llegar al tro-no. Hay una característica muy her-mosa en José: de todo lo que a él lesucedió, no se oye ni una palabra dequeja. El aceptó todo como si vinierade la mano de Dios sobre su vida. Éldijo: «Quizá mis hermanos tuvieronuna mala intención; sin embargo,Dios usó todo esto para bendición».

Cuando José era un esclavo en elpalacio de Faraón, aunque servía aun amo terrenal, en su corazón, él es-

TEMA DE PORTADA

22 AGUAS VIVASTEMA DE PORTADA

taba aprendiendo a servir a Jehová suDios. El capitán de la guardia recono-ció que Dios estaba con José. Y todala casa de aquel funcionario fue ben-decida porque José estaba allí. ¿Teimaginas a un esclavo bendiciendo asu señor? ¿Qué puede hacer un escla-vo? No puede contribuir en nada.Pero no es lo que puede hacer, sinosu presencia, pues Dios estaba conJosé.

Estamos viviendo días difíciles,días de maldad, días de tinieblas. Sinembargo, dondequiera que estemos,tenemos que resplandecer comoluminares, debemos ser sal de la tie-rra. Es por eso que estamos aquí. Asíque, dondequiera que José se encon-traba, la presencia de Dios estaba conél, y a través de todas sus pruebas,estaba dispuesto a conocer y apren-der quién es Dios. Y aprendió unatras otra, muchas lecciones de some-terse completamente, sin murmura-ciones.

¿Saben en qué fallaron los israeli-tas al entrar en Canaán? En que ellosmurmuraron, y la murmuración esincredulidad o desobediencia. Y delos labios de José no hubo ni una pa-labra de reclamo, porque, por sobretodo, él veía la mano de Dios sobresu vida. En los días en que estaba enla prisión, o cuando era esclavo encasa del jefe de la guardia, él apren-dió la preciosa lección de someterse.Dios estaba haciendo madurar a José,preparándole para el trono.

Vamos a ver una ilustración de lavida de José. ¿Recuerdan cuando élestaba en su hogar y tuvo esos sue-ños? Él no sabía su significado, sólotenía los sueños, pero no podía inter-

pretarlos. Pero, a medida que crecíaespiritualmente, poco antes de ascen-der al trono, el Señor le concedió sa-biduría para interpretar sueños, y fuepor medio de la interpretación deellos que Faraón le hizo subir al tro-no.

Dios anduvo en intimidad conJosé, hizo una obra profunda en él, alpunto que José conocía bien la mentede Dios, y podía interpretar sueños, yaun lo que ocurriría en el futuro. Espor eso que José ascendió al trono.Porque cuando llegó el tiempo opor-tuno, Dios lo promovió. En un senti-do, no fue Faraón quien elevó a Joséal trono, sino Dios mismo, porque ha-bía llegado la hora de ser promovido,y él se convirtió en salvador del mun-do.

José y sus hermanosAhora quiero compartir acerca de

algunos encuentros de José con sushermanos. Antes de eso, vamos a leeren Génesis 47. El pueblo vino a Josépara obtener pan, y José les dio pan.Pero su interés no era solamente dar-les pan. José deseaba ganar un pue-blo para sí mismo – tal como el SeñorJesús vino a buscar lo que estaba per-dido.

«No había pan en toda la tierra, y elhambre era muy grave, por lo que desfa-lleció de hambre la tierra de Egipto y latierra de Canaán» (Gén. 47:13). Esto serefiere al pan físico. Hoy hablamosdel pan espiritual. Hermanos y her-manas, ¿dónde podemos encontrarhoy el pan de vida, la palabra devida? ¿Dónde hay personas que real-mente conocen la mente del Señorpor medio de la Palabra?

23AGUAS VIVAS TEMA DE PORTADA

Voy a contarles una historia ver-dadera. Hubo un hermano que fue aHonor Oak a oír la predicación delhermano Sparks, por primera vez. Else sentó a escuchar, y decía: «Pero,¿de dónde saca él todo eso?». Y des-pués del encuentro, buscó al herma-no Sparks y le preguntó qué versiónde la Biblia estaba usando. Él decía:«¿Cómo es posible que él vea en laBiblia cosas que yo no veo? ¿Qué ver-sión de la Biblia está usando? ¿Quétipo de anotaciones hay en esta Bi-blia? ¿Cómo es posible que en losmismos versículos haya cosas que yono veo?».

Nosotros estamos viviendo endías de hambre espiritual. Y les digoque realmente nosotros somos privi-legiados; hoy mismo, tenemos el pri-vilegio de partir el pan juntos. Gra-cias a Dios, él es nuestro alimento,nuestra palabra de vida. Y nosotrossabemos que sólo él mismo puede sa-tisfacernos.

«Y recogió José todo el dinero que ha-bía en la tierra de Egipto y en la tierra deCanaán, por los alimentos que de él com-praban; y metió José el dinero en casa de

Faraón» (v. 14). No había pan enEgipto ni en Canaán, y la única ma-nera en que sobrevivirían era com-prando pan. «Acabado el dinero de latierra de Egipto y de la tierra de Canaán,vino todo Egipto a José, diciendo: Danospan; ¿por qué moriremos delante de ti,por haberse acabado el dinero?» (v. 15).Dios está haciendo hoy una obra muyprofunda. Nosotros deseamos pan, ypensamos que tenemos dinero paracomprarlo, pero tarde o tempranoiremos a la bancarrota – El dinero seagotará, y no habrá cómo comprarpan. Sin embargo, si deseas sobrevi-vir, buscarás la forma de obtenerlo.

«Y José dijo: Dad vuestros ganados yyo os daré por vuestros ganados, si se haacabado el dinero» (v. 16). Cuando seterminó el dinero, aceptó el ganado.«Y ellos trajeron sus ganados a José, yJosé les dio alimentos por caballos, y porel ganado de las ovejas, y por el ganadode las vacas, y por asnos; y les sustentóde pan por todos sus ganados aquel año»(v. 17). El pan es una cosaconsumible; cuando uno come el pan,le queda cada vez menos, y un díaéste se acaba.

«Acabado aquel año, vinieron a él elsegundo año, y le dijeron: No encubrimosa nuestro señor que el dinero ciertamentese ha acabado; también el ganado es ya denuestro señor; nada ha quedado delantede nuestro señor sino nuestros cuerpos ynuestra tierra. ¿Por qué moriremos de-lante de tus ojos, así nosotros como nues-tra tierra? Cómpranos a nosotros y anuestra tierra por pan, y seremos noso-tros y nuestra tierra siervos de Faraón; ydanos semilla para que vivamos y no mu-ramos, y no sea asolada la tierra» (v. 18-19).

Y después del encuentro,buscó al hermano Sparksy le preguntó qué versiónde la Biblia estaba usan-do. Él decía: «¿Cómo esposible que él vea en laBiblia cosas que yo noveo? ¿Qué versión de laBiblia está usando?

24 AGUAS VIVASTEMA DE PORTADA

Aquí vemos la progresión denuestro caminar espiritual. Todos no-sotros estábamos con hambre. Alprincipio, pensábamos que teníamoslos medios para satisfacer nuestrahambre. Pero cuando se nos agotaronlos medios, por detrás de eso, Diosestaba trabajando en su propósito. Eldinero se acabó, el ganado se fue,todo se fue; lo único que quedó fui yomismo. José estaba aguardando esemomento para ganarlos para sí mis-mo, porque él mismo representaba elpan.

A menudo nosotros buscamos lascosas fuera de Cristo, y así nuestrahambre nunca será satisfecha. Sinembargo, es Cristo todo lo que noso-tros necesitamos. José estaba esperan-do el momento cuando ellos dijesen:«No tenemos nada; todo lo que po-seemos es nuestro cuerpo, nosotrosmismos; tómanos para ti». Cuando lepertenecemos a Él, el problema delhambre está resuelto, porque Jesús esel verdadero pan. Lo importante noson las cosas que él da, sino él mis-mo, que es el pan de vida.

Quiero darles otro ejemplo: Cuan-do sus hermanos fueron a Egipto acomprar comida, ellos no reconocie-ron a José, pero él sí les reconoció.Sin embargo, él anhelaba el momentoen que ellos llegaran a saber conquién estaban tratando.

Quisiera concluir con un princi-pio muy importante: Para que el Se-ñor pueda restaurar a su pueblo,para reunirnos en uno ante su pre-sencia, su trono nos ha de mantenerunidos. La razón por la cual él esexaltado es porque todos deben con-fesar que él es el Señor. Si tú confie-

sas que él es tu Señor y yo confiesoque él es mi Señor, nosotros somosuno.

BenjamínAhora quiero compartirles acerca

del carácter de Benjamín, quien fue elinstrumento para reunir a la familia.Cuando Benjamín nació, Raquel lollamó ‘Hijo de tristeza’, y despuésJacob cambió su nombre por ‘Hijo demi mano derecha’.

En la historia de la relación entreJacob y sus hijos, ninguno de los ma-yores tenía intimidad con su padre.De hecho, varios de ellos le dierongrandes problemas. Pero, al leer lasEscrituras, percibimos que el corazónde Jacob y el de Benjamín estabanmuy unidos. Y cuando Judá prometióque la próxima vez que viniera aJosé, traería a Benjamín, José insistióen que lo trajera. Y Jacob dijo: «Si mequitan a Benjamín, moriré». Y creoque también Judá dijo: «Si llevo a mihermano menor, mi padre morirá».

Aquí tenemos un principio espiri-tual. Es claro que José no estaba consu familia. Benjamín era el único queen realidad comprendía el corazónde Jacob. Es evidente que Jacob anhe-laba ver a José. Aunque estaba próxi-mo a su muerte, Jacob siempreañoraba a José. Sin embargo, paraque Dios pueda restaurar a su puebloa sí mismo, una vez más, necesita le-vantar muchos benjamines, que cono-cen el anhelo del corazón del padre.

La oración del Señor es que noso-tros seamos uno. Ese es el deseo delSeñor, y éste también debería sernuestro deseo. Sólo el trono puedemantenernos unidos. Los que entien-

25AGUAS VIVAS

den el corazón de Dios están dispues-tos a pagar cualquier precio para per-manecer en la unidad del pueblo deDios. Cuando nosotros somos uno conla Cabeza, entonces el testimonio deJesucristo es plenamente realizado.

Dios desea que nos entreguemosa él. Hemos gastado todo nuestro di-nero, y aún tenemos hambre; vendi-mos nuestro ganado, y aún tenemoshambre. José dijo: «Ésta es la oportu-nidad; entréguense ustedes a mí, yjamás tendrán hambre». Esto es loque el Señor está buscando – Él nece-sita muchos benjamines.

En estos últimos días, cuando elpueblo está tan dividido, ¿quién en-tiende el anhelo de Dios de que todosu pueblo sea uno? Para que el testi-monio de nuestro Señor Jesucristo

sea plenamente cumplido, la unidaden el testimonio es vital. Un Dios, unSeñor, un pueblo. Todo es uno, y no-sotros somos uno. La Cruz nos haráuno. Gracias a Dios por eso.

Cuando Dios nos mire desde loalto, que estemos unidos, que seamosuno, olvidando nuestras diferencias,simplemente mirándonos los unos alos otros en Cristo Jesús, eso traerásatisfacción a Su corazón. Si quere-mos agradarle, guardemos con dili-gencia la unidad del Espíritu. Hayuna Cabeza, hay un Cuerpo. Hay unalimento, el Señor Jesús. Tenemos unsolo camino, y hay un solo testimonioque Dios busca: la plenitud de Cristoen todos nosotros.

(Resumen de un mensaje impartido en la2ª Conferencia Internacional, septiembre 2005).

TEMA DE PORTADA

* * *Puede venir hoy

Cuando el explorador irlandés Ernst Shackleton fue forzado a salir y de-jar su búsqueda en el Polo Sur, dejó a sus hombres en la Isla Elefantes,pero les prometió regresar por ellos. Tratando de hallar la mejor manerade hacer su viaje a South Georgia, trató de regresar por sus hombres paracumplir su promesa y fracasó; lo intentó de nuevo y fracasó. El hielo esta-ba entre ellos y la isla, por lo cual no podía acercarse. Él les había prome-tido a sus hombres regresar y no pudiendo hacerlo, no tenía reposo.

Aunque la temporada era adversa, y aunque le habían dicho que eraimposible que él pudiera llegar con el pequeño remolcador chileno «Yelcho»por la barrera de hielo que era muy gruesa entre ellos, lo intentó de nuevo.No era el tiempo del año adecuado, pero es raro decir que, entre más cercallegó a la isla, encontró una avenida abierta entre el mar y el lugar dondehabía dejado a sus hombres. Puso su barco en gran riesgo, recogió a todossus hombres, los puso a bordo, y salió antes de que el hielo chocara contraél. Todo esto se hizo en una media hora.

Cuando la emoción ya casi había terminado, se volvió hacia uno de sushombres y le dijo: «Bien, todos ustedes estaban empacados y listos». Elhombre contestó: «Como ve, jefe, Wild (el segundo al mando) nunca per-dió la esperanza, y cuando veíamos que el mar estaba libre de hielo, élenrollaba su saco de dormir y decía: Enrollen sus sacos de dormir, mucha-chos: el jefe puede llegar hoy».

Cristianos, enrollen sus sacos de dormir: El Señor puede venir hoy.

26 AGUAS VIVASTEMA DE PORTADA

La edificación del templo de Jerusalén como alegoría de laedificación de la Iglesia.

Gino Iafrancesco

2ª Parte

Puntos de referencia en el desarrollodel propósito de Dios

A lo largo de la Palabra del Se-ñor, aparecen ciertos puntosclave de referencia en el desa-

rrollo del propósito de Dios. El pri-mero es Adán y Eva. Aquí Dios reve-la cosas fundamentales. Después, enel tiempo de Abraham, de Isaac y deJacob, tenemos otro punto importan-te: Dios dice ser el Dios de Abraham,de Isaac y de Jacob.

En esos tiempos estaba Nimrod,estaba Hamurabi y otros personajes,pero Dios dijo ser el Dios deAbraham, de Isaac y de Jacob. La in-tervención de Dios en las vidas de es-tos patriarcas se constituyó en otro

punto importante de referencia en laobra continuada de Dios. Despuésvino Moisés, y comenzó Dios a traba-jar con el pueblo de Israel, y dio laLey. Entonces apareció un nuevopunto de referencia en la obra deDios. Siempre tenemos que volver alpunto de Adán, al punto de los pa-triarcas y también al punto de la Ley.

Después apareció otro importantepunto de referencia en la historia sa-grada: David. Con él, Dios abrió unanueva etapa en el avance de su obra.A los reyes siguientes, Dios los medíapor David. Todos estos puntos de re-ferencia van desarrollando el propó-sito de Dios. Desde el primero, ya seproyecta el propósito.

27AGUAS VIVAS TEMA DE PORTADA

En los días anteriores hemos recor-dado someramente algunas de estascosas. Ahora quisiéramos detenernosun poco en la casa de Dios en tiemposde David y de Salomón. Es un nuevopunto de referencia, y en cada nuevopunto de referencia, Dios añade deta-lles a la revelación. Él habla de lo mis-mo, pero acrecienta la revelación.

Todo el Antiguo Testamento esuna preparación para el Nuevo. Re-cordemos que Dios dice que lo relati-vo al misterio del Nuevo Testamentose vea con la ayuda de las Escriturasde los profetas (Rom. 16:25-26). Demanera que no sólo estamos leyendohistoria sagrada. Dios está hablandocosas espirituales; estas cosas son fi-gura de las cosas espirituales. Así quedebemos leer del velo para adentro.

La casa de Dios en tiempos de Da-vid y Salomón

Primeramente, vamos a abrir lapalabra del Señor en el libro primerode Crónicas.

En el capítulo 17 tenemos un mo-mento clave en la historia de la reve-lación. David estaba interesado enuna casa para Dios, e imaginaba quepodría ser de cedro. Pero Dios –comodespués también lo entendióSalomón– no habita en templos he-chos por manos humanas. Dios sí tie-ne en su corazón tener casa. En estepasaje, él habla de «mi casa». Pero nosería David el que se la edificaría.

Ya en otro pasaje, Dios le dice:«Tú has derramado mucha sangre; túno me edificarás casa. Pero tu hijo, élme edificará casa». Entonces vinoSalomón, uno de los hijos de David, ysegún los planos que recibió de Da-

vid, su padre, y que David recibió deDios, Salomón edificó el templo, elfamoso templo de Jerusalén.

Esta historia se cuenta dos vecesen la Biblia: en el libro de los Reyes yen el de Crónicas. En la primera, elénfasis está en Salomón y su casa;pero, en la segunda, el énfasis está enel Mesías y la iglesia. De manera queSalomón, como hijo de David, edifi-cando el templo material para Dios,es figura del verdadero Hijo de Da-vid, que es el Señor Jesús, el verdade-ro Rey de paz, el cual edificaría casaa Dios. «Tu hijo me edificará casa ... yafirmaré su trono eternamente».

Es claro que el trono de Salomónno fue eterno, porque Salomón era sólouna figura. El verdadero Hijo de Davides el Señor Jesús. No que el otro fuerafalso; era apenas una figura. Por tanto,el Señor Jesús tiene una encomienda deDios – edificar casa a su Padre. Enton-ces, la verdadera casa de Dios, que elverdadero Hijo de David edifica, es laiglesia, es el cuerpo de Cristo.

Así que, como vimos la edifica-ción de la iglesia en el tabernáculo,tenemos que ver también la edifica-ción de la iglesia en el templo. «Por-que vosotros sois el templo del Dios vi-viente» (2ª Cor. 6:16). El Nuevo Testa-mento nos habla de ser edificadoscomo un templo santo, para moradade Dios en el espíritu, como la igle-sia, el cuerpo único de Cristo, lasuma de todos los hijos de Dios dehoy, de ayer y de siempre. Somos eltemplo de Dios.

Miremos, entonces, en el libro deCrónicas algunas palabras importan-tes. Primeramente, miremos un pocoen el 22 y después en el 28.

28 AGUAS VIVASTEMA DE PORTADA

«Después mandó David que se re-uniese a los extranjeros que había en latierra de Israel, y señaló de entre elloscanteros que labrasen piedras para edifi-car la casa de Dios» (1 Crónicas 22:2).Dios usa extranjeros para labrar, paratratar con las piedras. «Asimismo pre-paró David mucho hierro para laclavazón de las puertas, y para las juntu-ras; y mucho bronce sin peso, y maderade cedro sin cuenta» (22:3). Muchacruz; mucha disciplina, ¿verdad?

Leamos en Colosenses 1:24, perovolveremos aquí otra vez. «Ahora megozo en lo que padezco por vosotros...».No, no era que Pablo fuera masoquis-ta; él no se gozaba por los dolores,sino porque esos dolores servían aotros. «...y cumplo en mi carne lo quefalta de las aflicciones de Cristo por sucuerpo, que es la iglesia».

No entienda mal este verso; nodice que a Cristo le faltan aflicciones,sino que a Pablo le faltaba participarde las aflicciones de Cristo un pocomás. Cristo consumó su obra; peronos concedió no solamente creer enél, sino también sufrir por él.

«...de la cual fui hecho ministro...»(Col. 1:25). Pablo era ministro delcuerpo, ministro de la iglesia. No erael funcionario de alguna organiza-ción menor que el cuerpo; él era unmiembro vivo del cuerpo vivo deCristo, él funcionaba en el cuerpo ypara el cuerpo.

Entonces, volvemos a Crónicas:«...mucho bronce sin peso, y madera de ce-dro sin cuenta» (1 Cr. 22:3). Estas cosasno se deben contar, porque los sidoniosy tirios habían traído a David abun-dancia de madera de cedro. «Y dijo Da-vid: Salomón mi hijo es muchacho y de

tierna edad, y la casa que se ha de edificar aJehová ha de ser magnífica por excelencia –la iglesia gloriosa– para renombre y hon-ra en todas las tierras; ahora, pues, yo leprepararé lo necesario» (v. 5).

Aquí, David está tipificando aCristo en su primera venida, prepa-rando lo necesario, para que Cristo ensu segunda venida pueda ser recibidopor la iglesia. Salomón es el hijo deDavid que muestra el trabajo de Cris-to ascendido, edificando su casa, parapresentarse a sí mismo una iglesia,una iglesia santa y gloriosa, sin man-cha y sin arruga. Debemos dejarnospresentar como una iglesia santa. Noestorbemos la unidad de la iglesia.

Ahora, vamos al capítulo 28 paraver algunas expresiones claves allí.Dice David a Salomón: «Mira, pues,ahora, que Jehová te ha elegido para queedifiques casa para el santuario; esfuérza-te, y hazla. Y David dio a Salomón suhijo el plano del pórtico del templo y suscasas, sus tesorerías, sus aposentos, suscámaras y la casa del propiciatorio. Asi-mismo el plano de todas las cosas que te-nía en mente para los atrios de la casa deJehová, para todas las cámaras alrededor,para las tesorerías de la casa de Dios, ypara las tesorerías de las cosas santifica-das. También para los grupos de los sa-cerdotes y de los levitas –o sea, de la

No podemos hacer igle-sias de blancos donde noentran los negros, o denegros, donde no entranlos blancos. No podemoshacer iglesias de ricos.

29AGUAS VIVAS TEMA DE PORTADA

casa pasa al sacerdocio–, para toda –mire esta expresión– la obra del minis-terio de la casa de Jehová» (vers. 10:13).

Esa expresión no es sólo del Nue-vo Testamento; ya está preparada enel Antiguo: Los obreros edificando elcuerpo de Cristo con todos los santos,que están tipificados en el levanta-miento del templo de Dios y en laerección del tabernáculo. Y esa expre-sión –la obra del ministerio de la casa deDios– que era el trabajo en el taberná-culo y en el templo, es también hoy eltrabajo de todos los santos, ayuda-dos, perfeccionados, por los obrerosde Dios.

Entonces, sigue diciendo: «...y paratodos los utensilios del ministerio de lacasa de Jehová». Tengamos presente elplano. David habló del plano de lacasa, del plano de las tesorerías, de lascámaras; incluso de los instrumentos.

Ahora, saltamos unos versos, yvamos a leer desde el 19. «Todas estascosas, dijo David, me fueron trazadas porla mano de Jehová, que me hizo entendertodas las obras del diseño». Así que estono fue sólo una ocurrencia de David.Sí, David quería hacerle casa a Dios,y Dios le explicó: «David, tú has de-rramado mucha sangre. Tú no meedificarás casa, pero tu hijo, él meedificará casa». Y entonces Dios le re-veló a David el diseño de la casa, elplano detallado en todas las cosas. YDavid le pasó a Salomón su hijo todoel plano, para que hiciera las cosasconforme al diseño que él había reci-bido de Dios. Así que Dios está de-trás de este diseño, así como estuvodetrás del diseño del tabernáculo.

De manera que si el tabernáculoes figura del verdadero tabernáculo,

y el templo es figura del verdaderotemplo, debemos poner atención aldiseño del templo, porque Dios nosestá hablando del misterio de Cristo,la iglesia, a través del tabernáculo y através del templo.

Dios comienza con algo sencillo,con los trazos maestros, y luego vaagregando detalles. Así actúa Dios.En Génesis 1:26, él dice: «Hagamos alhombre a nuestra imagen, conforme anuestra semejanza...». Y los hizo varóny hembra. En el segundo capítulo,vuelve a hablar de la hechura delhombre, pero añadiendo detalles. Escomo un dibujante que primero trazalas líneas principales, y después, al-rededor de ellas, pone los músculos,los nervios, la piel.

Así, por ejemplo, a Daniel, le per-mitió interpretar el sueño deNabucodonosor, donde aparece lahistoria de la humanidad a grandestrazos; pero luego, en las siguientesprofecías habla de lo mismo, peroañadiendo cada vez más detalles.Cuando llega la última visión de Da-niel, abarca tres capítulos, y lo quehabía dicho en el sueño deNabucodonosor y en la visión de loscapítulos 7, 8 y 9, ahora la llena dedetalles.

Dios empieza con la idea principal:«Le edificaré una mujer». Luego apare-ce Bet-el, la piedra, la unción, la liba-ción; luego el tabernáculo, y después eltemplo. Dios está hablando durantetoda la Biblia de la misma cosa, porquetoda la Biblia habla del misterio deCristo y la iglesia. El misterio de Cristoes la llave de toda la Biblia.

Entonces, veamos ahora en el li-bro de Reyes la edificación del tem-

30 AGUAS VIVASTEMA DE PORTADA

plo por Salomón. Pero no leeremossolamente arquitectura o ingenieríacivil, sino el misterio de Cristo, por-que el verdadero Hijo de David estáedificando el verdadero templo quees el cuerpo de Cristo. Él es el arqui-tecto, y los ministros de Dios sontambién como peritos arquitectos quetienen que interpretar el plano parala edificación. Pablo decía: «...yo comoperito arquitecto puse el fundamento...»(1ª Cor. 3:10). Ese es el trabajo del mi-nisterio del cuerpo de Cristo – inter-pretar los planos del arquitecto.

La edificación del temploEn el capítulo 6 encontramos un

pasaje que la Sociedad Bíblica tituló«Salomón edifica el templo». O sea,éste es una figura del Señor Jesús edifi-cando el cuerpo de Cristo. ¿Ustedes seacuerdan de aquel pasaje en Efesiosdonde habla de la altura, la anchura, laprofundidad, la largura de Cristo?Bueno, vamos a empezar a leer algo deeso aquí. Salomón edifica el templo – elhijo de David edifica la casa de Dios.

Vamos a revisar desde el verso 1al 14. El Espíritu Santo le puede ha-blar a usted cosas que yo no voy adecir aquí. Usted, después, comple-mentará, elaborará y enriquecerá eso.

Fijémonos en algo: Desde el verso1, ya aparece un misterio. «En el añocuatrocientos ochenta después que los hi-jos de Israel salieron de Egipto...». Cuan-do usted hace una cronología absolutade la Biblia, siguiendo los años queaparecen en ella, notará que entre lasalida de Egipto y la edificación deltemplo por Salomón hay mucho másde cuatrocientos ochenta años. Pero, sia toda esa cantidad de años usted le

resta los años en que ellos estuvieronbajo gobiernos ajenos –por ejemplo,cuando estuvieron bajo los madianitasu otros gentiles– al restar esos añosperdidos, obtendrá exactamente cua-trocientos ochenta años.

Esto quiere decir que, para Dios,los años perdidos no cuentan. Noso-tros tenemos una cuenta en el cielo.Pablo les hablaba a los filipenses deque lo que ellos habían hecho estabaregistrado en los cielos: «...busco frutoque abunde en vuestra cuenta» (Flp.4:17). Algunos de ustedes tienencuentas en los bancos, pero todos us-tedes tienen cuenta en los cielos, yesa cuenta está siendo engrosada.Pero el tiempo perdido, lo que ocupa-mos en otra cosa, cuando no anda-mos en el Señor y en lo suyo, no secuenta. No importa si los años realesfueron como seiscientos treinta y tan-tos; para Dios, sólo fueron cuatro-cientos ochenta, porque mientrasellos estaban bajo otros ‘señores’,Dios no lo quiere ni contar.

El tiempo que tiene significadopara Dios es éste: cuatrocientosochenta años. Y vuelve otra vez aaparecer el 48 por 10. Ayer estudiába-mos el 48, que era el número de lacasa. Ahora, aquí aparece en el tiem-po por 10 = 480. Muchas cosas que enel tabernáculo son 1, en el templo son10. En el tabernáculo es un candelero;en el templo son diez. Quiere decirque Dios quiere la multiplicación delcandelero por toda la tierra. En el ta-bernáculo eran 48, en el templo, 480.

Y dice: «...después que los hijos de Is-rael salieron de Egipto, el cuarto año delprincipio del reino de Salomón sobre Is-rael...». El cuarto año. Note que prime-

31AGUAS VIVAS TEMA DE PORTADA

ro es la cabeza; primero es Dios. Pri-mero es el Padre, el Hijo y el EspírituSanto. También, cuando iban a cruzarel Jordán, después de tres días, o sea,en el cuarto día. Eso quiere decir que,después de la cabeza, es el cuarto.Después de los tres años, en que se ca-racterizó quién es Salomón, porque éles la cabeza de Israel, entonces llegó lahora de edificar. Primero, la cabeza,luego el cuerpo.

«...en el mes de Zif...», que es elmes segundo. También el tabernáculose edificó en el segundo mes. El pri-mer año comenzó con el mes de lapascua. Todo comienza con la pas-cua, todo comienza con el Señor Je-sús, su muerte por nosotros, su resu-rrección y su ascensión. Entonces vie-ne el Espíritu, y comienza la iglesia.No puede empezar la casa en el añoprimero y en el mes primero. En elmes segundo comenzó a edificar lacasa de Jehová.

La casa que el rey Salomón edifi-có a Jehová tenía sesenta codos delargo, veinte de ancho y treinta dealto. Es como un rectángulo, pero es-pacial, no plano. Esta es la casa deDios. La iglesia tiene que ser llena delas medidas de Cristo. La Biblia noshabla de las medidas de Cristo. Yesta es la casa de Dios. Algo nos estárevelando Dios con estas medidas.

En primer lugar, nos habla dellargo: sesenta codos. Aquí volvemosa ver la inclusividad del corazón deDios. Sesenta viene de seis por diez.Ya sabemos que el número 6 es el nú-mero del hombre. Y el 10, el númerode la generalidad. Dios quiere unacasa que tenga sesenta codos de lar-go, o sea, que incorpore a toda clase

de seres humanos. Lo mismo se ve enel tabernáculo: Dios quiere una casacon gente de toda tribu, lengua, na-ción, clase social. Ninguna iglesia sele puede edificar al Señor con exclu-siones.

Dios no excluye razas, no excluyeclases sociales, ni analfabetos, ni eru-ditos. Dice Pablo que el Señor escogiólo vil, lo menospreciado, lo que no es.«Pues mirad, hermanos, vuestra voca-ción, que no sois muchos sabios según lacarne, ni muchos poderosos, ni muchosnobles...» (1ª Cor. 1:26). Sí, puede ha-ber alguno, pero la mayoría no somosnobles. Sangre azul y sangre roja co-rriente, hay en la casa de Dios.

No podemos hacer casas meno-res, no podemos hacer iglesias deblancos donde no entran los negros,o de negros, donde no entran losblancos. No podemos hacer iglesiasde ricos. Hay personas que les gustair a los barrios de los ricos, porqueallá se codean con el alcalde, con fu-lano y con zutano, y no quieren co-dearse con los del barrio más pobre.

La iglesia abarca a todos los queel Señor llama, a todos los que él en-gendró. Esa es la medida de Dios; nopodemos tener otra medida. Cadahermano tiene que sentirse cómodoen la iglesia, no importa que sea po-bre, no importa que sea analfabeto,no importa su raza, su clase. El Señorlo escogió, y esa es la longitud de lacasa de Dios.

La anchura de la casaAhora, la casa de Dios también

tiene anchura. Pero es curioso que laanchura es apenas un tercio del lar-go. Es un rectángulo. El largo son se-

32 AGUAS VIVASTEMA DE PORTADA

senta; el ancho, solamente veinte, latercera parte. En este punto, discutenlos calvinistas y los arminianos: Loscalvinistas dicen que hay expiaciónlimitada, o sea, que el Señor sólo mu-rió por algunos. Y los universalistasdicen que murió por todos. Aquí ve-mos este rectángulo. Después, habráotro rectángulo más pequeño. Peroeste primer rectángulo nos ayuda aentender esa complicación.

Vamos al libro de Zacarías, a mi-rar allí una expresión importante.Zacarías 13:8-9 dice: «Y acontecerá entoda la tierra, dice Jehová, que las dosterceras partes serán cortadas en ella, yse perderán; mas la tercera quedará enella. Y meteré en el fuego a la tercera par-te, y los fundiré como se funde la plata, ylos probaré como se prueba el oro. Él –osea, este pueblo del tercio– invocarámi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblomío; y él dirá: Jehová es mi Dios».

Notemos que el Señor dice clara-mente en esa profecía que dos terciosse perderán; pero un tercio pasarápor el fuego, y quedará siendo elpueblo de Dios. Ahora, el apóstolJuan dice muy claramente: «Cristo ...es la propiciación por nuestros pecados; yno solamente por los nuestros, sino tam-bién por los de todo el mundo» (1ª Juan2:2). O sea, el sacrificio de Cristo tie-ne la capacidad de salvar a toda per-sona humana que exista. Si alguno nose salva, no es porque el Señor noquiera, sino porque ellos no quieren,porque ellos resisten, porque ellos noreciben. Por eso se pierden.

Dios «...quiere que todos los hombressean salvos» (1ª Tim. 2:4). Dios noquiere que alguno perezca. Diosquiere que todos procedan al arre-

pentimiento. Pero si Dios quiere quetodos se salven, ¿por qué no todos sesalvan? No es porque Dios no quiera;es porque el hombre no quiere. Laluz vino al mundo, pero «los hombresamaron más las tinieblas que la luz, por-que sus obras eran malas» (Juan 3:19), yesta es la condenación.

De manera que la casa de Diostiene forma de rectángulo. Dios quie-re gente de toda tribu, lengua, na-ción, sexo, y clase social; sin embar-go, no todos serán salvos, sino aque-llos que crean. Entonces, la poblaciónmundial se reduce a un tercio. ¿Aca-so no fue un tercio el que se rebeló?Dios tenía muchos ángeles, pero latercera parte se fue con Satanás. En-tonces, Dios se reservó ese otro terciopara su gloria, para su casa.

Dios quiere que todos sean sal-vos. La expiación es universal, la in-tención de Dios es sincera; él quierela salvación de todos, pero en la prác-tica, es limitada, porque serán los quecreen, los que están en Cristo, y enCristo son escogidos.

Por eso vemos un rectánguloaquí. Aunque el largo son sesentacodos, el ancho son sólo veinte, latercera parte. Si analizas la humani-dad, hoy en día, un tercio por lo me-nos dice ser cristiano, y otros dostercios dicen ser o musulmanes, obudistas, o hinduistas, o animistas, ocualquier otro ‘ismo’ diferente alcristianismo.

Una iglesia maduraVolvamos a 1 Reyes 6. «...y treinta

codos de alto» (v. 2). ¿Ustedes saben loque quiere decir el número 30? En laBiblia, es el número de mayoría de

33AGUAS VIVAS TEMA DE PORTADA

edad. Hoy en día, en Colombia, losmuchachos que tienen dieciocho años,votan. A los dieciocho años, se les con-sidera mayores de edad. Claro que to-davía no se mantienen, todavía noproveen para su esposa ni sus hijos.

La Biblia consideraba que la ma-yoría era a los treinta, no a los diecio-cho. Por eso el Señor Jesús esperóhasta los treinta. También los levitas,desde los veinticinco años comenza-ban a acercarse al tabernáculo, peroapenas a los treinta ejercían en plenapropiedad.

¿Y qué quiere decir que Diosquiere que su casa tenga treinta co-dos de alto? Quiere decir que la igle-sia está destinada a la estatura de laplenitud de Cristo. Dios no quiereuna iglesia de niños; él quiere unaiglesia madura. ¿Cómo Cristo se va acasar con una niña? Tiene que casar-se con una iglesia madura.

Dios quiere una iglesia madura.La iglesia debe evangelizar, debeacordarse de los hombres; pero, des-pués de salvarlos, tiene quediscipularlos, alimentarlos, instruir-los, enseñarlos, reunirlos como igle-sia, presentarlos al Señor como igle-sia. Dios quiere que vengan a laepignosis, al pleno conocimiento de laverdad. O sea, crezcan a una posiciónen que puedan comprender todo elconsejo de Dios, la suma de la Pala-bra, la palabra de Dios cumplida.

Treinta codos – la estatura de laplenitud de Cristo. Una iglesia desalvos y maduros. Una iglesia de sal-vos discipulados, conducidos a laplenitud. Esas son las medidas queDios dijo: sesenta pies de largo, vein-te de ancho y treinta de alto.

Los vencedoresAhora vamos a ver otro rectángu-

lo. Verso 3: «Y el pórtico delante deltemplo de la casa...». Cuando dice lacasa, abarca el atrio, el lugar santo yel santísimo. El templo de la casa, elsantuario, es el santo y el santísimo.La casa en general incluye el atrio. Elpórtico del templo de la casa no es elpórtico de afuera, no es para que losperdidos se salven, sino que los sal-vos venzan. Es otro rectángulo.

Dios quiere que todos se salven,pero sólo se salvan los que creen. Yquiere que todos los que creen seanvencedores, pero solamente es la mi-tad. Eran diez vírgenes esperando alesposo, las diez tenían aceite en lalámpara, pero sólo la mitad tenía acei-te en la vasija además de la lámpara.

Entonces dice aquí: «Y el pórtico de-lante del templo de la casa tenía veinte co-dos de largo a lo ancho de la casa...». Osea, antes era sesenta de largo y veintede ancho. El veinte son los realmentecreyentes. Ahora, este otro pórtico esotro rectángulo de veinte codos, lomismo que tiene el ancho de la casa.O sea, abarca a todos los creyentes.

«...el ancho delante de la casa era dediez codos», o sea, la mitad. ¿Se dacuenta? El Señor murió por todos,pero sólo se salva un tercio. Ahora,Dios quiere que todos los salvos seanvencedores, pero solamente la mitadson prudentes. Los otros son salvos,esperan al esposo, tienen aceite en lalámpara, y la lámpara del Señor es elespíritu del hombre. Si tienen aceiteen la lámpara, su espíritu es regene-rado, pero no tienen aceite tambiénen la vasija, no han permitido que lavida del Señor pase a sus almas –

34 AGUAS VIVASTEMA DE PORTADA

piensen conforme a Cristo, tengan elsentir de Cristo, y la voluntad reno-vada, y sigan a Cristo.

Muchas vírgenes salvas son insen-satas; sólo la mitad es prudente, e hizoque pasara el aceite de la lámpara a lavasija, del espíritu al alma. Por eso apa-rece otro rectángulo aquí. Veinte de an-cho, como el de la casa – son los salvos.Pero sólo diez de largo – la mitad.

La necesidad de revelación«E hizo a la casa ventanas anchas por

dentro y estrechas por fuera» (v. 4).Aquí vemos el mismo principio delas pieles de tejones en el tabernácu-lo. Por fuera, se veía como un ratóngrande; por dentro estaba la gloria.Los de afuera no veían. La Bibliadice: «...el que no naciere de nuevo, nopuede ver el reino de Dios» (Juan 3:3).El hombre natural no percibe las co-sas que son del Espíritu de Dios, y nolas puede entender, pero el espiritualdiscierne todas las cosas.

Por eso dice aquí que la casa teníaventanas anchas por dentro y estre-chas por fuera. O sea, el que estáadentro puede ver todo lo que pasaafuera; pero el que está afuera nopuede ver bien lo que hay adentro.

Así es la casa de Dios. Las cosas deDios sólo se pueden ver por revelaciónde Dios, de adentro hacia fuera. Pero elhombre natural, afuera, no puede. En-tender las cosas de Dios no es cuestiónde capacidad. Los que están adentrotienen discernimiento; los que estánafuera no pueden ver ni entrar.

Los diáconos, obispos y obreros«Edificó también junto al muro de la

casa aposentos alrededor, contra las pare-

des de la casa alrededor del templo y dellugar santísimo; e hizo cámaras lateralesalrededor. El aposento de abajo era decinco codos de ancho, el de en medio deseis codos de ancho, y el tercero de sietecodos de ancho; porque por fuera habíahecho disminuciones a la casa alrededor,para no empotrar las vigas en las paredesde la casa» (vers. 5-6).

Dios no quiere dejar a la casaabandonada a sí misma; él la rodeade cámaras laterales. Es el mismoprincipio que vimos en el tabernácu-lo. Estaban todas las tablas alrededor,pero el Señor les quiso poner cincobarras, para que esas barras protegie-ran y mantuvieran derechas las ta-blas; la casa fuera reforzada y guar-dada, ninguna tabla se saliera, y fue-ra mantenida en su lugar.

Así también, el Señor le mostró aDavid y a Salomón que él quiere quesu casa esté rodeada alrededor porcámaras. En esas cámaras se guarda-ban los tesoros; allí los sacerdotes sevestían y se desvestían, salían de unestado común y se vestían las vesti-duras sacerdotales. También en lacasa de Dios tenemos el diaconado, elobispado y el apostolado.

Dios quiere que la casa esté res-guardada, protegida, por los diáconos,que tienen que servir a las necesidadesde los santos, y por los ancianos. Se ne-cesitan los presbíteros, que son los mis-mos obispos. En la Biblia, obispos, pas-tores, presbíteros, se intercambian.

Cuando Pablo escribe a Tito em-pieza hablándole de que lo había de-jado en Creta para que corrigiese lodeficiente y estableciese presbíterosen cada iglesia local. Y luego dice:«Porque es necesario que el obispo...». Él

35AGUAS VIVAS TEMA DE PORTADA

viene hablando de los ancianos. Pri-mero empieza a hablar de cómo debeser el carácter de cada uno de ellos,pero ahora ya no le llama anciano,sino obispo, «...que fuere irreprensible,marido de una sola mujer...».

Obispos y ancianos, en la Biblia,son la misma cosa. En la iglesia de losfilipenses, estaban los santos con losobispos y diáconos. Ahí está la casa deDios. Sin embargo, la iglesia y los an-cianos no están aislados. La iglesia lo-cal no está aislada. Ella es parte de laiglesia universal, está en comunión conotras iglesias, y la obra del Señor estáen manos de los obreros, que trabajan aun nivel más universal que local.

Los ancianos cuidan de la iglesiaen su localidad, pero los obreros edi-fican el cuerpo de Cristo universal-mente. Por lo tanto, Dios quiere quelos ancianos tengan comunión conlos apóstoles. Por eso dicen los após-toles: «...eso os anunciamos, para quetambién vosotros tengáis comunión connosotros»– Ese ‘nosotros’ es el equipode los obreros, los apóstoles– y nues-tra comunión – porque ellos no estánaislados, tienen una comunión– ver-daderamente es con el Padre, y con suHijo Jesucristo» (1ª Juan 1:3). Por esoexiste la comunión apostólica, o sea,la comunión de los apóstoles entre sí,y de las iglesias con los apóstoles, yde los apóstoles con las iglesias.

Entonces, le dice Pablo a Timoteo:«Contra un anciano, no admitas acusa-ción, sino con dos o tres testigos. A losque persisten en pecar, repréndelos de-lante de todos, para que los demás tam-bién teman» (1ª Tim. 5:19-20). O sea,que los obreros hacen una auditoríade los ancianos que ellos establecie-

ron de parte de Dios. Dios los esta-bleció, pero los usó a ellos para ha-cerlo, de manera que los ancianos es-tán bajo la supervisión de los obrerosque los establecieron. Ellos gobiernanen la iglesia, pero en la obra gobier-nan los obreros. Los obreros fundanuna iglesia y establecen los ancianos;mas, si los ancianos se portan mal,entonces no se puede admitir acusa-ción sin testigos contra un anciano.

Los obreros no se pueden meteren la jurisdicción de otros, dondeotros han trabajado. Eso les toca a losque trabajaron allí, los queevangelizaron, los que discipularon,los que edificaron. Los que instruye-ron a la iglesia, los que han enseña-do, corrigen las cosas deficientes,nombran a los ancianos. Ellos son losapropiados para oír los problemasque a veces causan los ancianos.

Entonces, encima de la segundacámara, hay una tercera. La primeracámara, que es el diaconado, tiene cin-co codos de ancho; pero la de arriba esun poco más ancha, tiene más respon-sabilidad, abarca más, porque en laiglesia, los ancianos gobiernan a losdiáconos, y no los diáconos a los an-cianos. Entonces, sobre la segunda cá-mara, de seis codos, Dios colocó unatercera cámara de siete codos. Así quelos diáconos, los ancianos, los obreros,cuidan a la iglesia, la rodean así comolas barras en el tabernáculo.

El diaconado está en el primer lu-gar de abajo, pero hay una escaleraen forma de caracol que sube del pri-mer piso, dando vueltas y vueltas. Laescalera no es directa. Pasas por unaprueba, pasas otra vez por aquí, unpoco más alto, y cuando has sido

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aprobado, puedes pasar al segundolugar, al segundo piso, y del segundopuedes pasar al tercero.

Por ejemplo, el hermano José, enla iglesia en Jerusalén, era un hombreque servía, que ayudaba y consolabaa los hermanos. Y los apóstoles lecambiaron el nombre por Bernabé,que quiere decir ‘hijo de consolación’.El hermano Bernabé comenzó a seruna persona de confianza en la igle-sia, y cuando hubo una necesidad,entonces lo enviaron para ver cómoestaban las cosas allá en Antioquia.

Cuando él llegó a Antioquia, noera apóstol, sino un colaborador de losapóstoles. Y él llegó y vio allí la graciade Dios. Él no vio los problemas. Ycomo era varón bueno, los animó paraque continuaran. Era alguien de con-fianza. Llegó a ser profeta y maestro,hasta que se quedó en Antioquia, yllamó a otro joven, otro hermano, quehabía sido problemático. Era Saulo.

Pero Saulo también subió la escale-ra, y llegó a ser profeta y maestro,como otros hermanos. En Antioquiahabía profetas y maestros, pero no ha-bía apóstoles. Pero, en determinadomomento, el Espíritu Santo dirigió alos demás hermanos: «Apartadme aBernabé y a Saulo para la obra a que los hellamado» (Hech. 13:2), y ahí subieron laescalera hasta el tercer piso, hasta la cá-mara de siete codos de ancho. Les fueampliada la responsabilidad.

Desde el capítulo 14, se habla delos apóstoles Bernabé y Pablo. Perono empezaron arriba; empezaronadentro de la casa de Dios. Hay her-manos que se caracterizan porque es-tán siempre sirviendo. «Entonces, va-mos a ponerlos a prueba –dice Pablo–

a ver si van a ser diáconos». O sea,que ya actúan como diáconos, sinserlo. Cuando pasen la prueba, serándiáconos en propiedad. Ahora pasana servir a la casa, rodeando la casa,en asuntos primero materiales, admi-nistrativos. No se meten con doctri-nas, claro, pero tienen que guardar elmisterio de la fe y otras cosas.

Y entre esos hermanos, tenemos,por ejemplo, a Esteban, que era diáco-no. Él llegó a ser un hombre de Dios,que no sólo servía a la iglesia, sinomucho más. Esteban enseñaba, testifi-caba, y fue el primer mártir de la igle-sia. Y también Felipe, quien llegó a serevangelista, o sea, pasando del primerpiso al segundo, no como jerarquía,sino como servicio, porque la respon-sabilidad en la casa de Dios es parahacerse cargo de mayores problemas.

Cada vez que subes, hay mayorresponsabilidad, problemas más difí-ciles, asuntos que nadie quiere tocar.Pero son necesarias todas esas cáma-ras laterales alrededor de la casa,para cuidarla. Y esa escalera es en ca-racol, o sea, que la persona pasa ypasa por el mismo lugar, pero cadavez un poco más. ¿No le ha sucedidoa usted así? La escalera en la casa deDios es en caracol, repitiendo y repi-tiendo, para ir avanzando.

Sin agregar peso a la casaSeguimos en 1 Reyes 6: «...por fue-

ra, había hecho disminuciones a la casa al-rededor, para no empotrar las vigas en lasparedes de la casa» (v. 6). Miren el cui-dado del Señor. Dios no quiere queesas cámaras –esos diáconos, ancianosy obreros– pesen demasiado sobre lasparedes de la casa. Las vigas no se tie-

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nen que poner encima de la pared,sino en estas disminuciones que se ha-cen, para que no pesen demasiado.

Vamos a ver esas disminucionesen 1ª Pedro 5:1-3: «Ruego a los ancia-nos que están entre vosotros, yo ancianotambién con ellos –porque había subi-do del segundo al tercer piso–, y testi-go de los padecimientos de Cristo, quesoy también participante de la gloria queserá revelada: Apacentad la grey de Diosque está entre vosotros, cuidando de ella,no por fuerza, sino voluntariamente; nopor ganancia deshonesta, sino con ánimopronto; no como teniendo señorío sobrelos que están a vuestro cuidado, sinosiendo ejemplos de la grey».

«...no por fuerza...». Si es por fuer-za, presiona demasiado. Los santossienten que las personas están ha-ciendo las cosas por obligación. ‘Ay,es que me tocó esto a mí. ¿Por qué nopredica usted, que yo estoy muy can-sado?’. Si es por fuerza, hace presiónsobre las paredes de la casa, hacepresión sobre los santos. ¿Dónde estála disminución, esa columnita quehay que poner? Ahí dice: «...volunta-riamente...». La primera disminuciónes voluntariedad. No por fuerza, sinovoluntariamente.

Segundo «No». «...no por gananciadeshonesta, sino con ánimo pronto...».Hoy en día es tan común esquilmarlas ovejas, es tan común que la genteempieza a predicar del diezmo y de laprosperidad solamente para llenarselos bolsillos, haciendo mercadería delos santos, como los fariseos que comopretexto hacían largas oraciones, perotenían el ojo en la casa de la viuda.‘Ah este hermano es rico, este puedeofrendar bastante. Hermano, venga,

siéntese aquí en el estrado’. Pero San-tiago dice: ‘Hermano, no hagan acep-ción de personas en la iglesia’.

«...no por ganancia deshonesta...».Esa viga no se puede poner en la pa-red, hay que ponerle una columna,una saliente aquí: «...ánimo pronto...»,voluntariedad.

Pero son tres pisos. Y el otro es:«...no como teniendo señorío sobre los queestán a vuestro cuidado, sino como ejem-plos de la grey». Entonces ahí usted veque las paredes de la casa no están so-portando demasiado peso. No hay unseñorío exagerado, no estánesquilmando a los santos, no está ha-ciendo las cosas por profesión, sino poramor, voluntariamente, con ánimopronto, siendo ejemplos de la grey. Lascámaras laterales eran para guardar lacasa en vez de cargarle sobrepeso.

Preparados en las canterasVerso 7: «Y cuando se edificó la casa,

la fabricaron de piedras que traían yaacabadas, de tal manera que cuando laedificaban, ni martillos ni hachas se oye-ron en la casa, ni ningún otro instru-mento de hierro». Así como el oro sig-nifica la naturaleza divina; la plata,la redención; el bronce, la disciplinade Dios, el hierro significa la autori-dad. (Apoc. 2:26-27). Sin embargo,cuando se edificaba la casa, las pie-dras ya venían preparadas. Las pie-dras se preparan en las canteras.

Hay hermanos que están en lascanteras, siendo preparados. Algunosestán sufriendo martillazos. Allá sí seoye el martillazo. Esas canteras tie-nen personería jurídica, tienen letre-ros y todo, y son hijos de Dios. Sonlas piedras de Dios, y ellos deben ser

38 AGUAS VIVASTEMA DE PORTADA

un solo templo para Dios.Claro, las piedras se sacan de las

canteras. Gracias a Dios que hay can-teras, y la gente se está salvando.Pero, qué vamos a hacer con las pie-dras, si es un montón de piedras alfrente del lote de cada uno. Ahí nopuede vivir Dios. Cómo va a vivir él siponemos un montón de piedras acá yotro montón allá. Cada piedra tieneque ser tratada y preparada en la can-tera. Y cuando la trae el Señor, ya pue-de encajar con sus hermanos, porquesi no encaja, vuelve para la cantera, arecibir martillo, a recibir cincel.

Y cuando ya esté listo, entoncesya puede tener comunión con sushermanos, ahora no se necesita quese oigan serruchazos ni martillazos,como dice el verso 7: «...y cuando seedificó la casa, la fabricaron de piedrasque traían ya acabadas». Cuando se en-cuentran unos hermanos con otros,parece que era como si se hubieranconocido, como que estamos hablan-do las mismas cosas, el mismo len-guaje. Estamos en el mismo Espíritu.

Pero si usted se encuentra con al-guien: ‘Y, hermano, pero las herma-nas ahí usan la falda hasta aquí...’. O:‘No se pudieron corbata para predi-car’. Bueno, pase otros meses en lacantera, hasta que ya no le molesteque los hermanos no tengan corbata.«...acabadas, de tal manera...». O sea, detal manera ya estaban acabadas,«...que cuando las edificaban, ni marti-llos ni hachas se oyeron en la casa, niningún otro instrumento de hierro». Eratodo tan suave, tan agradable.

«Labró, pues, la casa –Labró, eso es apunta de golpes, ¿no?– y la terminó; y la

cubrió con artesanados de cedro». Cubier-ta de cedro; la cruz de cedro la cubría.Después se le ponía oro, y en el oro seponían palmeras. De todas maneras,las piedras no se veían. Cada hermanodetrás de la cruz, negándose a sí mis-mo, no haciendo las cosas por sí mis-mo. Si no, vuelve para la cantera.

«Edificó asimismo el aposento alrede-dor de toda la casa, de altura de cinco co-dos –Gracia. Cinco codos, todo es gra-cia– el cual se apoyaba en la casa conmaderas de cedro». Pero, ¿cómo se apo-yaba en la casa? En aquellas disminu-ciones, en aquellas columnas.

El objetivo es la PresenciaEn el verso 11, dice: «Y vino pala-

bra de Jehová a Salomón diciendo: Conrelación a esta casa que tú edificas, sianduvieres en mis estatutos e hicieresmis decretos, y guardares todos mis man-damientos andando en ellos, yo cumplirécontigo mi palabra que hablé a David tupadre; y habitaré en ella...».

El objetivo de la casa es la presen-cia. Lo que ha caracterizado los gran-des avivamientos es la presencia delSeñor. Se edifica el tabernáculo paraque la nube lo llene; se edifica la casapara que la nube la llene. Dios quiereun lugar en la tierra para poder mani-festar su presencia. La tierra está llenade su gloria, pero no se le conoce. Élquiere que sea llena del conocimientode su gloria. Y la gloria de Dios quierellenar la iglesia. Para eso se edifica lacasa: para la gloria, para la presencia.

«...y no dejaré a mi pueblo Israel. Asípues Salomón labró la casa y la terminó».

(Síntesis de un mensaje impartido en Rucacura,enero de 2006).

* * *

39AGUAS VIVAS TEMA DE PORTADA

Elías estaba sentado cerca deun arroyo, en aquella sequíaen Israel, cuando de repente,

el arroyo se secó. Él comenzó a quejarse:«Señor, ¿qué estás haciendo conmigo?¿Acaso este arroyo no vino de ti para miprovisión?». «Sí», respondió Dios.

¿Qué hizo Elías entonces? ¿Ustedpiensa que él se levantó para repren-der al diablo? ¡No! Al contrario, éloyó la explicación de Dios: «Elías,este arroyo se secó porque yo quieroabrir otra fuente».

Me gustaría sugerir que Dios se haestado manifestando desde 1945 hastaacá, en un avivamiento de señales, sa-nidades y grandes ministerios. El Es-píritu de Dios ha sido derramado, y

grandes hombres de Dios se han le-vantado para proclamar la Palabra. Apesar de algunas cosas falsas entremedio, Dios realmente estaba con esosministerios, y multitudes abarrotabanlas grandes carpas donde señales ymaravillas se manifestaban.

En esa época, yo quedé confuso yle pregunté al Señor: «¿Qué estás ha-ciendo?». Él me mostró que este es elministerio de Juan el Bautista, procla-mando: «¡Despierta, iglesia! ¡Despier-ta, mundo! ¡Dios se está moviendo enla tierra!».

Pero digo una verdad: este arroyose está secando, los ministerios indi-viduales se están secando. En otro lu-gar, Dios está abriendo otra fuente

La cristiandad está siendotestigo de un nuevo paradig-ma en el mover de Dios.

Bob Mumford

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llamada «el cuerpo de Cristo». Y enla medida que el nuevo arroyo co-mienza a fluir, mucha suciedad e im-pureza inicial comienza a salir a flotey a ser llevada por los primeros to-rrentes. Si vemos algunas manifesta-ciones u operaciones raras dentro deeste cuerpo que se está formando, po-demos quedarnos tranquilos, puescon el tiempo las aguas se limpiarán.

Al mismo tiempo, serán necesa-rios cambios muy drásticos para efec-tuar esta transición en el plan deDios. Uno de los primeros cambios esque usted no podrá más contratar unpastor para hacer todo su trabajo.¡Cada uno tendrá que funcionar, élmismo, en el lugar escogido por Dios!Dios está derribando ese sistema vie-jo. Él está llevando a sus siervos haciaministerios más perfectos en su plan.

Alguien va a decir: «¿Acaso nofue de Dios todo lo que tuvimos has-ta ahora: pastores, iglesias y grandesministerios?». ¡Sí, realmente fue deDios! Pero ahora ese arroyo se estásecando. Otro arroyo está comen-zando a fluir. Se llama Cuerpo deCristo, o también «Funcionamientode cada miembro». Es cuando cada

hombre, mujer o niño, participa y sedesarrolla en el derramamiento y elfluir del Espíritu de Dios. Como re-sultado, se quiebra aquel patrón do-ble de acción (clero y laicos, teóricoy experimental).

Algunas personas han denominadoeste nuevo arroyo «el nuevo derrama-miento del Espíritu», o «RenovaciónCarismática». Este nombre no es ade-cuado. No es una reforma ni una reno-vación – ¡es una revolución! Y si es unarevolución, algunos serán heridos, al-gunas cosas serán derribadas, habrácambios, cosas extrañas, tumultos, ymuchas cosas que nos gustaría quenunca sucediesen. Pero no hay otro ca-mino. ¿Usted piensa que es posible unarevolución sin una chispa al menos?

(Tomado de Reinando em Vida.Traducido desde el portugués).

Este arroyo se está secan-do, los ministerios indivi-duales se están secando.En otro lugar, Dios estáabriendo otra fuente llama-da «el cuerpo de Cristo».

* * *La singularidad del cristianismo

Años atrás en una Conferencia se debatió un tema singular: «¿En qué sediferencia el cristianismo de las demás religiones del mundo?». Algunos delos participantes argumentaron que el cristianismo es singular en la ense-ñanza de que Dios se hizo hombre. Sin embargo, algunos objetaron di-ciendo que otras religiones enseñan doctrinas similares. ¿Y la resurrec-ción? «No», dijeron, «otras religiones creen que los muertos resucitan». Eldebate se volvió muy acalorado.

C. S. Lewis llegó tarde, se sentó, y preguntó: «¿A qué se debe todo estealboroto?». Cuando se enteró que aquello era un debate sobre la singula-ridad del cristianismo, inmediatamente comentó. «¡Ah!, pero eso es fácil.Es la gracia».

Citado en Nuestro Pan Diario

41AGUAS VIVAS TEMA DE PORTADA

La bien conocida exclamaciónde Pablo en Romanos 7:24,suele desconcertar a muchos

cristianos. Muchos llegan a dudar deque esta expresión represente a un re-nacido; más bien les parece la condi-ción de un mundano sin relación al-guna con Jesucristo el Salvador. Sinembargo, debemos reconocer que, enla sabiduría divina, este famoso capí-tulo 7 del libro de Romanos está muybien ubicado en el Nuevo Testamento.

La revelación de nosotros mismosHasta la mitad del capítulo 5 de

Romanos, Pablo expone profusa-mente acerca de la obra de nuestro

Señor Jesucristo en la cruz en su as-pecto externo al hombre en sí: el lava-miento de los pecados cometidos, pormedio de la sangre derramada (3:25),el reposo de la conciencia o la bien-aventuranza de quien se sabe perdo-nado (4:7) y en paz para con Dios(5:1). Pero, a partir de la segundaparte del capítulo 5 de esta importan-te epístola, el Espíritu Santo comien-za a revelarnos la condición de «no-sotros mismos»; ya no sólo los delitosy pecados que nos alejaban del Diossanto, sino más bien la «constitución»del hombre mismo a causa de la he-rencia adánica (5:19).

Ninguno de los frutos del verda-

Gonzalo Sepúlveda

Los cristianos necesitan tener una experiencia espiritual másprofunda a fin de ser de utilidad para Dios.

«¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?» (Romanos 7:24).

42 AGUAS VIVASTEMA DE PORTADA

dero cristianismo podrá verificarseen la vida y testimonio prácticos delcreyente, a menos que logre com-prender esta vital revelación que lasEscrituras nos muestran acerca denosotros mismos. La soñada restau-ración de la iglesia, la vida corporati-va, el funcionamiento de todos losmiembros, la unidad de los hijos deDios renacidos en Cristo, el testimo-nio del evangelio por medio de laiglesia a las naciones, etc., no será po-sible, nada será una gozosa realidad,a menos que todos, o la mayoría, o almenos muchos hermanos y hermanasen Cristo, lleguemos a una clara e in-teligente experiencia de Romanos ca-pítulos 6 y 7.

Una de las mayores desgraciasdel cristianismo contemporáneo con-siste en que la gran mayoría de loshermanos no pasa de Romanos 4 ensu experiencia de fe, lo cual les hacetremendamente vulnerables a la horade enfrentar situaciones de prueba,tribulaciones, persecuciones, desilu-siones, conflictos entre hermanos,(léase divisiones), y batallas espiri-tuales con el enemigo, Satanás, elacusador.

Cuando leemos Romanos capítu-los 12 al 16, nos encontramos con unaiglesia soñada: con todos los miem-bros amándose, prefiriéndose y ben-diciéndose unos a otros (12), con unfiel testimonio ante el prójimo, antelas autoridades civiles, desechandolas obras de las tinieblas y vistiéndo-se del Señor Jesucristo (13), recibién-dose unos a otros, sin contiendas,menosprecios ni juicios, viviendopara el Señor (14), soportándose, reci-biéndose y abundando en esperanza

por el poder del Espíritu Santo, lle-nos de todo conocimiento (15), y to-dos los santos sirviendo con gozo alSeñor, abriendo sus casas para la co-munión de la iglesia y para la evan-gelización, atentos contra toda divi-sión y tropiezo contra la doctrina(Cristo), sirviendo siempre a «nues-tro Señor Jesucristo» y aplastando aSatanás bajo sus pies (16). Benditaiglesia de Cristo, bendita novia queespera a su amado, bendito testimo-nio a quienes yacen en sus pecados,bendita luz a un mundo egoísta y es-clavo de bajas pasiones… Esa es laiglesia soñada por todo siervo fiel y –por qué no decirlo–, por Cristo mis-mo. Es la iglesia gloriosa, es la gloriapostrera (mayor que la primera), porla cual el Señor vendrá, cerrando lahistoria de la gracia e iniciando lanueva era de su bendito reinado(como se anuncia en Apocalipsis12:10; 19:7 y 20:6).

Pero, amados hermanos, nada deesto podrá realizarse, si no pasamospor el «molinillo» de Romanos 6 y 7.Hemos de llegar al fin de «nosotrosmismos», a tenernos por hombres ymujeres miserables, incapaces de rea-

Dejemos atrás los tiem-pos de flojera y negligen-cia, los tiempos en quesólo leíamos pasajesdevocionales favoritos ennuestras Biblias, y rogue-mos al Señor que nos re-vele su palabra de la cruz.

43AGUAS VIVAS TEMA DE PORTADA

lizar los propósitos divinos; nuestrasfuerzas deben ser debilitadas al ex-tremo, para dar lugar a la vida siem-pre poderosa y triunfante del Espíri-tu Santo. Cuando un cristiano no hapasado por este tipo de crisis, sueletornarse peligroso –más aún, de pocofiar– en la obra de Dios.

Cuando Pedro sugirió al Señorque no fuese a Jerusalén, sin darsecuenta, estaba recurriendo a sus pro-pias ideas, o sea, a su fuerza natural,a sus «buenas intenciones». Como sa-bemos, el Señor Jesús atribuyó a Sata-nás mismo tales intenciones (Mateo16: 22-23). (En este episodio Pedro re-presenta a muchos cristianos inexper-tos, a medio formar, llenos de buenasopiniones, pero lejos de agradar a suSeñor). Fue sólo tras el triste episodiode la negación, que este siervo llegó aconocerse a sí mismo. Tal experienciaes el mejor símil de lo relatado por elapóstol Pablo en Romanos 7:24. Enaquel llanto amargo (Mateo 26:75),Pedro tomó real conciencia de su mi-seria personal.

En Lucas 5:8, Pedro tiene concien-cia de los pecados cometidos en suvida antes de conocer al Señor Jesús,pero en Mateo 26 llega a tener con-ciencia de su incapacidad natural deagradar al Señor con sus propiasfuerzas: tuvo el «querer hacer el bien,pero no la capacidad de realizarlo»(Romanos 7:18). Esto es lo que técni-camente podríamos definir como «laoperación o experiencia subjetiva de lacruz». En el Antiguo Testamento estetema está ampliamente tipificado entodos los fracasos de Israel en su pe-regrinación por el desierto y tambiénen la circuncisión de todos los varo-

nes en el collado de Aralot, hecho re-latado en el libro de Josué capítulo 5,entre otros pasajes.

La necesidad de una experienciamás profunda

Amados hermanos y hermanasque de corazón limpio invocáis el pre-cioso nombre de nuestro Jesucristo entodo lugar, vivimos una hora crucialen el desarrollo del propósito de Diosen esta generación. Es urgente y nece-sario que inclinemos el corazón anteel trono de nuestro bendito Dios y Pa-dre y reconozcamos que, a menos quela vida de resurrección de Jesucristonuestro Señor se manifieste en cadauno de nosotros, no seremos de mu-cha utilidad en su reino. Para esto, esnecesario que Su palabra se haga vidaen nosotros, que dejemos atrás lostiempos de flojera y negligencia, lostiempos en que sólo leíamos pasajesdevocio-nales favoritos en nuestras Bi-blias, y roguemos al Señor que nos re-vele su palabra de la cruz (1ª Cor.1:18)tal como él desea que la conozcamos;que pasemos a una etapa más eleva-da, más madura, de nuestra experien-cia en Cristo Jesús.

¿Hasta cuándo nuestro testimonioestará limitado a la experiencia del la-vamiento de nuestros pecados por Susangre? ¿No será ya tiempo de levan-tarnos a proclamar que en Cristo he-mos muerto al pecado y que ademáshemos muerto a la ley? No descanse-mos (en realidad no hay descanso po-sible), hasta que lo que está escrito enRomanos 6, 7 y 8 venga ser parte denuestra vida misma, de nuestra bendi-ta experiencia en Cristo. De otra ma-nera, pasaremos a formar parte de la

44 AGUAS VIVASTEMA DE PORTADA

extensa lista de cristianos frustrados,que jamás entraron en las riquezas dela gracia de nuestro Dios y que estánexpuestos a tener gran pérdida en eltribunal de Cristo.

Dios nos llama a ser protagonistasde nuestro tiempo, vencedores enmedio de un cristianismo tibio y con-formista. Es hora de levantarnos conel poder de la «ley del Espíritu devida en Cristo Jesús», para que el Se-ñor Jesucristo obtenga Su iglesia glo-riosa. Él la obtendrá sin duda, peronuestra aspiración debe ser estar ahí:ser parte de la novia vestida de linofino, ser uno de los vencedores deApocalipsis 2, ser de los siervos fielesde Mateo 25.

Es fácil reconocer la vida de Cristofluyendo en otro hermano. Resulta her-mosa y sencilla la relación de comu-nión, de amor y aun de servicio entresiervos, hermanos y hermanas, cuyoúnico centro de sus vidas es Cristo mis-mo. De otra forma, si tan sólo nos en-contramos con un ‘sabio cristiano’, deconocimientos fuera de nuestro alcan-ce, con una vida cristiana teórica y reli-giosa, al relacionarnos con tal herma-no, nos encontraremos tal vez con bue-nas doctrinas, con una linda historia,pero, en fin, sólo tocaremos ‘al hombre’que sostiene ciertas verdades (por lascuales luchará hasta rendir su vida),pero lamentablemente, al no encontrar-nos con la inconfundible vida de Cristoen él, la comunión es algo casi imposi-ble… La cruz no ha sido probada en laexperiencia; la arrogancia y la autosufi-ciencia del hombre natural aún estándemasiado presentes.

Seguramente para muchos denuestros lectores este tema les resul-tará conocido y recurrente en estapublicación, pero de alguna manerasentimos que no debemos dejar deinsistir sobre el mismo, pues la igno-rancia de muchos hijos de Dios lestiene cautivos, sin salida ni respuestaante las grandes interrogantes del es-tancamiento de la fe. Es triste ver amultitudes de cristianos, en muchoslugares, siguiendo liderazgos y/odoctrinas erráticas. Muchas veces, lasovejas del Señor terminan esquilma-das por quienes –como profetizó Pa-blo en Hechos 20:29– no perdonandoal rebaño, hacen mercadería de lossantos, mientras éstos yacen en su ig-norancia, obnubilados por las cosasexternas de la fe.

Muchos terminarán frustrados,desilusionados, pues nunca madura-ron; vivieron por la fe de otros, hastaterminar enredados en su propia rui-na.

Digamos, finalmente, que Diosquiere que, además de reconocernospecadores a causa de las faltas come-tidas, lleguemos al fin de nosotrosmismos, a reconocer que, a menosque Cristo viva en nosotros (esto im-plica nuestra crucifixión en él), nopodremos agradarle jamás. Entoncesnos aferraremos al Espíritu Santo, po-deroso para vivificarnos interiormen-te y, en comunión con todos los quese han negado a sí mismos, veremoslos días más gloriosos de la historiade la iglesia… ¡la iglesia gloriosa porla cual nuestro Esposo celestial notardará en regresar!

* * *

45AGUAS VIVAS BOCADILLOS DE LA MESA DEL REY

El Señor Jesús dijo en cierta ocasión: «El que me envió con-migo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siem-pre lo que le agrada» (Jn. 8:29). Este versículo nos muestra lanormalidad de la relación del Padre y el Hijo. El Hijo en sumisiónabsoluta; Su carácter dócil y reverente ante el Padre, agradándo-le en todo. Su sometimiento constante a la voluntad de Dios lepermitía disfrutar de su agradable compañía siempre. ¿No esperfecto?

Sin embargo, cuando estaba en la cruz, Él exclamó: «Elí, Elí,¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me hasdesamparado?» (Mat. 27:46). Este grito lacerante contrasta deltodo con el anterior. Hay ahí desamparo, indefensión, angustia.Este es un grito desgarrador, incontenible, que surge de sus en-trañas.

El desamparo respecto de Dios es desgarrador aún para no-sotros, que vivimos una comunión sólo relativa con Dios. ¿Cómolo sería para Él, que nunca dio motivos para ser dejado solo?¡Para Él era algo extraño, impensable, incomprensible! ¿Por quéentonces el Padre le deja solo en la mayor necesidad, en el peormomento?

Por favor, no busquemos la causa en Dios, como si hubiesetraicionado al Hijo. No la busquemos en el Hijo, como si hubiesedejado de agradar al Padre. Más bien busquémosla en nosotros,los pecadores, cuyos pecados Él cargaba en la cruz en ese mo-mento: «Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros» (Isaías53:6).

Las más viles acciones, los mayores despropósitos, los peca-dos más horrendos pesaban sobre sus hombros. Por eso el Pa-dre le dejó. ¡Oh qué sinrazón, qué locura! ¡Oh, qué injusticia laque se le hizo! Los cielos fueron conmovidos, la tierra se oscu-reció, los sepulcros se abrieron y los infiernos se espantaron.Los universos más lejanos debieron de saberlo también. Toda lacreación de Dios detuvo el respiro en ese momento sublime.¡Oh, mi Señor bendito!

«Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nues-tros dolores ... él herido fue por nuestras rebeliones, molido pornuestros pecados ... por su llaga fuimos nosotros curados» (Isaías53:4-5).

Y, he aquí, bendita gracia, los que debimos estar ahí, fuimosdeclarados libres. ¡Libres para siempre!

SEPARACIÓN

46 AGUAS VIVASLEGADO

El terreno en el cual nosotrosestamos es muchísimo máspositivo en el tiempo presente

que el que disfrutaron los santos delAntiguo Testamento, porque nosotrosmiramos atrás, al logro victorioso delCalvario. Sin embargo, la posición yla condición del Antiguo Testamentoes también un cuadro real de nuestropropio tiempo y condición espiritual;estoy pensando en términos de librosde la Biblia y no de versículos.

Los libros de Daniel, Esdras, Ne-hemías y Ester tienen que decirnos alrespecto. Estoy convencido de que es-tamos viviendo en un tiempo repre-sentado por estos libros, y en ese sen-tido estamos viviendo tiempos bíbli-cos, de manera que estos libros son

muy actuales, y tienen hoy un signifi-cado permanente.

No puedo pensar que el Señor noshaya dado meramente una colecciónde libros de historia sobre cosas quepasaron hace siglos sin un valor realpara nosotros. Su Palabra dice: «Por-que las cosas que se escribieron antes, paranuestra enseñanza se escribieron» (Rom.15:4), de manera que Dios nos quieredecir algo a través de ellos.

El primer factor: la cautividad espi-ritual

Veamos lo que estos libros repre-sentan, y cómo ellos tocan nuestrotiempo. Hay factores comunes enellos. Primero, su fondo histórico ge-neral – el pueblo de Dios en cautivi-

T. Austin-Sparks

Los libros de restauración –Daniel, Esdras, Nehemías y Ester–presentan un cuadro muy real de nuestro tiempo.

Lectura: Esdras 8

47AGUAS VIVAS

dad en Caldea, como resultado deuna crisis espiritual.

Sin adentrarnos en lo que Babiloniay Caldea pueden significar, damos porsentado el hecho de que, cuando el tes-timonio de Dios se desmorona en supueblo, viene un estado de cautividadespiritual, y espiritualmente ellos que-dan fuera del lugar donde se asienta eltestimonio de Dios.

Ellos estaban en un terreno, en unorden de cosas, con respecto al culto,exteriormente ordenado por hom-bres, pero detrás de aquello estaba lamano de Satanás como el dios de estesiglo. Babilonia representa el domi-nio de un orden religioso establecidopor el hombre, un orden terrenal decosas, en el ámbito del culto goberna-do por el dios de este siglo a travésdel hombre. Pero en medio de esascondiciones estaban los que aún se-guían al Señor, representando algoque no estaba comprometido con eseestado; ellos estaban descontentos einteriormente resistían a aquéllos.

La carga del corazónEstos cuatro libros representan

eso; y en cada caso encontramos alvaso mencionado bajo una gran cargaacerca del testimonio del Señor, susintereses, su nombre, y su pueblo porcausa de ese Nombre. Ese es el se-gundo factor común.

Detengámonos aquí, porque esaquí donde empieza ese ministerio.

En general hoy, el pensamiento y laconcepción plena del Señor no es lacosa general hallada entre su pueblo.El testimonio del Señor ha sido quebra-do grandemente, y la gran multitudllamada por Su Nombre es gobernada,

manipulada y controlada por algo quees religiosamente de la tierra y no delos cielos, del hombre y no del EspírituSanto; y es necesario ver la imposibili-dad de aceptar ese estado de cosas.

Una cosa es reconocer esto, y real-mente otra es estar asociados con elmover del Señor para recuperar parasí mismo aquello que está en Sus pro-pósitos. Uno puede ocuparse todo eltiempo con el mal estado de las cosas,lamentarse, hacer a las personas sen-tirse miserables, y aun así no lograrnada. Eso no es suficiente. Yo creoque había muchos en Caldea que la-mentaban las cosas y hablaban de‘los buenos días de antes’. Es bastan-te fácil hacer eso, y en cierto sentidoes descontento religioso; pero eso noproduce fruto en el movimiento derecuperación del Señor. El Señor ac-tuaría en relación a esta situación, yél está obrando. Esdras se inicia conla actividad soberana de Dios (capí-tulo 1:1). Dios no sólo actúa desde elexterior, no sólo soberanamente, sinoque hay algo que lo precede, quehace posible su actividad, que intro-duce la soberanía de Dios.

Todos estos que representan Suvaso para tratar con la situación, eranhombres que tenían una gran cargaen relación a los hechos, y ellos noson usados por Dios en una situaciónasí a menos que tengan dicha carga.

Vemos a Esdras derramándose de-lante de Dios de tal manera que laspersonas se reunieron en torno suyo y,cuando vieron su desesperada pre-ocupación por el estado de cosas, fue-ron conmovidos tan tremendamenteque no había él terminado de orar,cuando vinieron a él y procuraron en-

LEGADO

48 AGUAS VIVASLEGADO

mendar rumbo. Así vemos a Esdras,lejos de Jerusalén, con una gran cargapor el testimonio del Señor.

Nehemías, allá en Babilonia, esmostrado con una carga similar. Por-que, habiendo preguntado a Hanani ya sus amigos acerca de su estada en Je-rusalén, y oyendo de ellos un informedeplorable, esto lo cargó tanto que susemblante se demudó, y él, sabiendoque su vida corría peligro, fue ante elrey con una cara triste –porque eraprohibido ir ante el rey con tal sem-blante– pues él no podía ocultar laaflicción de su corazón por los intere-ses y el testimonio del Señor, en rela-ción al pueblo llamado por Su nombre.

Ester, otro vaso escogido por el Se-ñor, es presentada igualmente entre-gando su vida por la vida de su pue-blo – esta gente cuya vida representalos intereses y el testimonio de Diossobre la tierra. Esta es la manera enque Dios nos hace asumir Su preocu-pación por sus intereses en la tierra.

Daniel también es un hombre conuna carga, orando tres veces al día. Ydurante tres semanas enteras, ¡quéoración hace, moviendo el cielo y latierra! Él es un hombre con una carga;y allí es donde el ministerio real em-pieza. Dios se procura un vaso, uninstrumento traído en tan estrecha co-munión con él, que las condiciones deruina y fracaso imperantes se vuelvenun sufrimiento agudo, una agonía.

Pablo supo algo de ese «sufrir porcausa de Su cuerpo ... completando loque falta de los padecimientos deCristo». ¡Nosotros debemos enfrentareso! La actitud que va a contar paraDios es el compartir Su preocupación.

Hay todo un romanticismo de la

obra cristiana, pero todo el entusias-mo y el interés de la actividad cristia-na organizada es mero encanto. Loque cuenta no es lo que nosotros so-mos delante de los hombres en estamateria, sino lo que somos ante Diosen el cuarto secreto, teniendo aflicciónde corazón por Su testimonio. ¿Tienesuna carga, una pasión? ¿Es para ti unaangustia la crisis del testimonio delSeñor en la tierra entre aquellos queinvocan Su nombre? Nunca lograre-mos nada hasta que hagamos nuestroSu sentir. El servicio, en su valor real,permanente, eterno, dependerá de lamedida en que la carga entra en noso-tros. Éste es un día para asumirla: sies un esfuerzo para los inconversos opara el pueblo del Señor, cada verda-dera actividad espiritual nace del es-fuerzo, y aquéllos que han sido másusados por Dios en cada época hansido hombres y mujeres que teníanesta carga en su alma, en su vida ínti-ma con Dios. ¿La tienes tú? Quizás di-gas ‘No’. Entonces pídele al Señor quete introduzca en Su preocupación,derrámate delante de él para ser traí-do a Su carga durante el tiempo enque tú vivas.

Todo esto representa a aquéllosque toman en sus corazones una car-ga que los lleva a un punto donde susintereses han pasado a segundo pla-no. Ellos toman su vida en sus ma-nos, y sostienen todo respecto al pro-pio interés y testimonio del Señor,dejándolo todo por Dios. Ésta sevuelve una carga del corazón para serllevada todo el tiempo, no meramen-te como una carga del ministerio.¡Oh, que el Señor ponga esta cargadentro de nosotros, para que donde-

49AGUAS VIVAS LEGADO

quiera que estemos, no podamos per-manecer ociosos! Esto es necesario entodo servicio real. No que nosotrosestemos siempre dando la impresiónde ser desdichados. Había una con-fianza y una fe que creaba en estossiervos de Dios una extraña y muyreal paradoja – «como entristecidos,mas siempre gozosos» (2ª Cor. 6:10).

Amados, ése será uno de los fac-tores liberadores en cualquier vida.El camino de la liberación de sí mis-mo y de la introspección es tener par-ticipación en la carga del Señor. La li-beración de sí mismo viene aparejadaa la acción de involucrarse en los in-tereses del Señor. Tú puedes llegar aestar atado con tus propios proble-mas espirituales, y la manera deliberarte es tener la carga de todo elpueblo de Dios en tu corazón. Esocrea el ministerio, que significa fuer-za, que significa oración. Tener unacarga del Señor nos emancipa. ¿Latienes tú, o estás envuelto con las co-sas, jugando con guijarros en la pla-ya, en lugar de salir fuera, a lo pro-fundo de Dios en su gran tarea? ¿Es-tás simplemente interesado o deses-peradamente involucrado; simple-mente teniendo un buen pasar, orealmente llevando encendido tu co-razón con las necesidades del pueblode Dios? ¿Estás verdaderamente allí?

La gran necesidad del Señor: un ins-trumento

El Señor debe tener un instru-mento, un instrumento como Daniel,sea personal o colectivo, que se mue-va hacia él a favor de su testimonio.Debe tener un Nehemías, con un co-razón afligido por Su pueblo, a causa

de la crisis del testimonio. Debe tenerun Esdras, que en ningún momentose compromete con lo que es contra-rio a la mente de Dios. Debe tener uninstrumento como Ester, que desechatodo temor, y va, tomando su vida ensus manos, a sitiar el trono por lavida de su pueblo, para la liberacióndel pueblo de Dios de la amenaza delenemigo. ¡Oh, lo que forjaron esasoraciones! Y, amados, si queremos serinstrumentos eficaces para el Señoren su obra del fin de los tiempos, lacarga del Señor debe entrar en nuestrocorazón de esa manera; debemos serejercitados de una manera muy pro-funda en los intereses de Dios. Nodebemos reservarnos nada de lo quecontará para el Señor y sus intereses.¡Te sorprenderías al ver cómo pasaríael Señor si tú le das una oportunidad!

Todo empieza con un reconoci-miento de la necesidad y la carga deestas cosas en nuestros corazones.Cuando realmente estemos en ellopor el impulso del Espíritu Santo, sehallarán, encarnados en nosotros, losrasgos comunes encontrados en estosinstrumentos del Antiguo Testamen-to; y nosotros seremos hallados comoun pueblo consagrado hacia esta úni-ca cosa: la carga del Señor y la pre-ocupación de corazón por Su testimo-nio en Su pueblo.

Segundo factor: La oposición del ene-migo

Luego, cuando asumes la carga,encuentras que estás en un ambientede oposición, y que realmente estásen una batalla. Ese es otro rasgo co-mún en estos libros; cada uno deellos representa una situación de te-

50 AGUAS VIVASLEGADO

ellas y viene el conflicto. Después ve-mos cuán insensatos hemos sido alpermitir que el diablo nos envuelva enuna situación humana, cuando es unproblema espiritual. Realmente no hasido la falta de las personas; ha habi-do un asunto espiritual en juego, y to-das estas cosas fueron provocadas yutilizadas por el enemigo para ocu-parnos con lo menor, de manera quenos ciega al problema real, dejándo-nos así fuera de la oración, y anulan-do nuestra posición a favor de los de-rechos del Señor que en algún punto uotro están siendo desafiados.

Es un ámbito de conflicto incesan-te, y parecería que hemos entrado enesa parte de los tiempos cuando elenemigo no toma descanso, y noso-tros encontramos que no tenemos re-poso. Tú no debes hacer nada desligadode Dios, y nunca debes actuar fuera de, oaparte de, Dios; tal actitud expuestahabrá sido detectada por el enemigo,y tendrás que pagar por ello.

El ministerio cuádrupleHay un aspecto cuádruple del mi-

nisterio de estos instrumentos usadospor Dios. Daniel es el primero en em-pezar este movimiento hacia la restau-ración en Babilonia, y es interesante ysignificativo que se inició con la ora-ción. Daniel levantó el testimonio deDios en Babilonia mediante la oración.Dios reaccionó a través de un instru-mento de oración. La mirada de Danielestá dirigida a Jerusalén; él está orandopara que Dios recupere lo que ha per-dido. Su preocupación es el lugar delNombre, y él la expresa orando.

«...desde el primer día que dispusistetu corazón a entender y a humillarte en

rrible oposición y antagonismo, todoscombinados para detener la obra.Esdras – «Ahora nuestros enemigos».Y no estás lejos de Ester cuando des-cubres que estás en medio de un con-flicto. ¿Y qué sobre Daniel? ¡El fosode los leones era para orar!

Si nosotros vamos a permanecercon Dios en aquello que representatotalmente su propósito, tendremosque enfrentarnos al más feroz anta-gonismo, conflicto y presión, en todomomento; el enemigo no va a pasarpor alto ningún método para frus-trarlo todo. ¿Por qué tanto antagonis-mo? ¿Por qué tanta presión? Cadavez que sucede algo que cuenta paraDios en relación a su propósito parael tiempo del fin, allí está, lo encon-trarás todo el tiempo.

¿Dónde obtiene el diablo su infor-mación? Él averigua cuando nosotrostenemos un importante mensaje deDios, y nos encontramos con esta pre-sión de adentro y de afuera cuandoestamos en una tarea que cuenta paraDios. Cuando viene esto, es seguroque concierne a algo en lo cual Diosestá involucrado. Vendrá por mediode personas, y si culpamos a las per-sonas y enfocamos nuestra atenciónen ellas, hemos extraviado el rumbo;empezamos a luchar contra los hom-bres, pero en realidad se trata de algomás profundo. «Porque no tenemos lu-cha contra sangre y carne, sino contraprincipados, contra potestades, contra losgobernadores de las tinieblas de este siglo,contra huestes espirituales de maldad enlas regiones celestes» (Ef. 6:12).

Las personas se enemistan entre sí,y eso nos sobrepasa; enfocamos nues-tra atención en ellas, nos airamos con

51AGUAS VIVAS LEGADO

la presencia de tu Dios, fueron oídas tuspalabras; y a causa de tus palabras yo hevenido. Mas el príncipe del reino dePersia se me opuso durante veintiúndías» (Daniel 10:12-13). A través de laoración de Daniel, los poderes del in-fierno habían sido conmovidos hastalo más profundo, incluso hasta resis-tir a uno de los arcángeles más altosdel Cielo – «Miguel, uno de los princi-pales príncipes, vino para ayudarme».

Notemos que Ester viene luego, yes como si el diablo dijera: «Daniel haorado para conseguir que el pueblosalga y regrese a Jerusalén; yo voy ahacer imposible que ellos vuelvan».Así que nosotros lo vemos, a través delmalvado Amán, procurando aniquilara los judíos, determinado a eliminartodo remanente que pudiese regresar.Hoy el enemigo se opone tenazmente aque haya un remanente para Dios, tra-yendo muerte, presionando en todaslas formas, firmemente decidido a pa-ralizarlos. Dios controla todosoberanamente, y todas las maquina-ciones de Amán son anuladas.

Entonces Esdras levanta el testimo-nio, y su carga es por la casa de Diosen Jerusalén. Y él, con el remanente, re-gresa y edifica la casa y erige el altar.

Finalmente, entra Nehemías. Supreocupación son los muros y las puer-tas de Jerusalén. Él tiene urgencia porestablecer una clara distinción entre loque es de Dios y lo que no es de Dios.Él es diligente en salvaguardar el testi-monio de Dios; vemos su celosa vigi-lancia sobre el día de reposo: «... losamonesté ... y les dije ... ¿Qué mala cosa esesta que vosotros hacéis, profanando así eldía de reposo? ... Y les amonesté y les dije... Si lo hacéis otra vez, os echaré mano»

(Neh. 13:15–21). El sábado es ese grantestimonio de la integridad de la obrade Dios. Los muros hablan de la deli-mitación donde termina lo que no esde Dios; hay un límite claro, y más alláde éste, las cosas no son de Dios, ellasno tienen ningún lugar aquí, son ex-cluidas. Los muros representan la au-sencia de mezcla, la ausencia de super-posición, y una delimitación clara. Esees el mensaje de Nehemías.

El Cuadro de Honor de DiosAhora volvamos a Esdras 8, y vea-

mos lo que significa para nosotros.Notemos que se mencionan varios

nombres: los nombres de «aquellosque subieron conmigo de Babilonia».Aquí hay un registro de aquéllos quese separaron absolutamente para se-guir con Dios. He aquí una escriturasanta, y es como si el Espíritu Santotomase la pluma y anotara los nom-bres de los que asumieron una res-ponsabilidad en el testimonio deDios, y él está escribiendo cada nom-bre de toda la fiel compañía que llevóa cabo Su obra; porque el EspírituSanto habría hecho el comentario sialguien se hubiese detenido en el ca-mino. No, éstos dejaron la tranquili-dad y las comodidades de Babiloniapor una jornada larga y difícil, ame-nazados por muchos peligros, y re-gresaron a una ciudad en ruinas.

Hay un trabajo arduo, una cuotade sufrimiento, oposición, y muchomás, pero ellos deseaban pagar elprecio y afrontar todo; y éstos sonaquellos cuyos nombres son graba-dos con tal cuidado, y sus nombresestarán allí en tanto la Biblia esté vi-gente; ellos son los «llamados, y escogi-

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dos, y fieles» absolutos para Dios,cualquiera sea el costo. Es hermosoque Dios tenga en cuenta el nombrede cada uno de esos hombres que es-tán trabajando. ¿Estamos avanzandonosotros con Dios? ¿O estamos calcu-lando el precio y retirándonos?

Y entonces notamos que la siguien-te nota en el capítulo es la declaraciónde Esdras: «... no hallé allí de los hijos deLeví» (Esd. 8:15). ¿Por qué? Los levitaseran aquéllos que sólo tenían una he-rencia en Dios; ellos no tenían herenciaen la tierra (Jos. 14:4-5). Ir a una tierrade desolación en la cual ellos no teníanherencia, no parecía muy prometedor,y ellos estaban consiguiendo más enBabilonia de lo que podrían tener allí,y así no podían ver cómo iban obtenersu sustento. Ellos sabían que no teníanningún derecho a entrar en el reino delas cosas terrenales; y a causa de queno tenían herencia en la tierra, sino te-nían que confiar en el Señor, se queda-ron en Babilonia. ¡Aquéllos que teníanque salir y tener su porción sólo enDios, fueron miserablemente pocos;ningún levita salió!

¿Y no ocurre lo mismo en el mi-nisterio de la Palabra, cuando alguiensale de un sistema donde está segurode su sustento? Es una prueba de fetener una posición asegurada en elmundo de la religión, y salir, y sólotener su porción en Dios y no en elmundo. No hay muchos que puedanhacer eso. Así que no hay ningún le-vita en ese registro.

Dando a Dios una oportunidadEl siguiente hecho es: Esdras pro-

clamó ayuno (vers. 21-23). ¿Qué seña-la esto, espiritualmente? Sólo esto: ¡El

Señor vela por ti! Eso es todo. Sí, peroes de nuevo una prueba de fe, porquees una jornada de fe. ¿Puede el Señorguiarnos? ¿Hacemos bien en no con-sultar al rey? En otras palabras, debe-mos interceder para ayudar a loshombres, para ayudar al mundo; ase-gurándonos de obtener una respuestaefectiva. Eso es lo que significa; peronosotros pensamos que no podemosactuar sin echar mano a los recursosdel mundo. ¡Pero podemos contar conDios! Él velará por nosotros. Ese es eltestimonio, amados – Dios nos guar-da. Esa es nuestra conducta segura,exitosa y victoriosa.

Al ver los Salmos 121 al 134 des-pués de Esdras 8:21; notamos que hayun caminar en ellos todo el tiempo, yuna nota firme de confianza y victoria.Algunos han pensado que ellos canta-ron eso en su viaje. Ellos expresan esaconfianza absoluta en Dios: «Como Je-rusalén tiene montes alrededor de ella, asíel Señor está alrededor de su pueblo». Esoes algo mucho mejor que todos los jine-tes y caballos de este mundo. El Señorpuede velar por ti. Confía en él; no ba-jes a Egipto o al rey de Babilonia porayuda; dale al Señor una oportunidadpara mantener su propio testimonio.Así ellos siguieron esta jornada de fe yel Señor les respaldó en su confianza.

Esdras 8:24-30 trata con el depósito;la ofrenda voluntaria santa al Señor:«Vigilad y guardadlos, hasta que los peséisdelante de los príncipes de los sacerdotes ylevitas, y de los jefes de las casas paternas... en Jerusalén». Es de bendición consi-derar esto como el depósito que el Se-ñor nos confió en el principio. De esoescribe el Apóstol a Timoteo: «...guardalo que se te ha encomendado» (1ª Tim.

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6:20). Por causa de Su testimonio, el Se-ñor ha encomendado al vaso aquellascosas que representan la plenitud deSu salvación. Tú tienes el bronce, laplata y el oro; sabemos lo que eso sig-nifica, y todo esto es el depósito, estascosas sagradas de «la fe una vez dadaa los santos». Esos grandes elementosde la salvación: la Justicia, la Reden-ción y la Santificación.

Al entrar al tribunal del tabernácu-lo, nos encontramos de inmediato conel bronce –el altar de bronce–, con todosu maravilloso significado del cuerpodel Señor Jesús total y completamenteconsagrado a la voluntad de Dios, «porel cual nosotros somos santificados» –el holocausto perfecto que provee paranuestra Santificación (Heb. 10:10). En-tonces tenemos la plata de nuestra Re-dención, y el oro de esa conformación ala imagen divina. Ese es el depósito dela fe. Judas insta a los creyentes a quecontiendan ardientemente por la feuna vez dada a los santos. Ese es el de-pósito confiado a nosotros al principio,y para ser ofrecido completo al final dela jornada. Pablo podía decir al final desu vida: «He guardado la fe», y él lo de-volvió completo al final en la casa deDios.

Esto representa el ministerio con-cerniente a la Casa de Dios, el testi-monio entero, el Evangelio pleno. Lafe plena una vez entregada a los san-tos es confiada a nosotros; y tiene queser atesorada en la casa de Dios, res-guardada en la jornada, y por finpresentada al Señor sin mezcla. Eltestimonio claro; sin perder ni unatilde, sino devuelto entero.

El Señor nos dé la gracia y fuerzapara guardar nuestra confianza y pre-sentarla a él diciendo: ‘No hemos per-dido nada, hemos guardado la fe, he-mos corrido la carrera’. Hay una coro-na de justicia delante de nosotros.

Todo esto es muy bueno comoverdad bíblica, pero si sólo llega has-ta ahí, yo he hablado en vano. Conoz-co la dificultad de involucrar a otraspersonas en la preocupación y cargade uno mismo. Creo que ustedes tie-nen una cuota de percepción acercade cómo están las cosas hoy; ellas sonespiritualmente terribles, pero hayaquéllos que buscan más de Dios, einquieren acerca de dónde puedenencontrar alimento espiritual.

Creo que el Señor hará algo ennuestro día – el día de las cosas pe-queñas. Él empezará teniendo un ins-trumento con una carga, en el cualdepositará la revelación plena del Se-ñor Jesús; un instrumento que saldráen fe y confiará en Él, dando al Señoruna oportunidad para ser vindicado.Que el Señor nos constituya en partede tal instrumento y también muevaa otros. Pregúntale al Señor por estamateria, y, si es verdad, ponla en tucorazón y entra en comunión con élen aquello que él hará hoy.

Es una prueba de fe teneruna posición asegurada enel mundo de la religión, ysalir, y sólo tener su por-ción en Dios y no en elmundo. No hay muchosque puedan hacer eso.

* * *

54 AGUAS VIVASLEGADO

La condición del pueblo

El libro de Malaquías contienepalabras claves que revelan lacondición del pueblo. Pala-

bras que el pueblo empleó para res-ponder a cada uno de los mensajesque el profeta les entregó y que de-muestran cuál era su verdadera acti-tud.

Las palabras referidas son: «¿Enqué?», y aparecen en siete ocasiones.El profeta viene por primera vez alpueblo con la declaración: «Yo os heamado, dice Jehová», y ellos responden:«¿En qué nos amaste?» (1:2). Luegodice: «Han menospreciado al Señor», yellos contestan: «¿En qué hemos me-nospreciado tu nombre?» (1:6). Luego:

«Han contaminado mi altar», y ellos re-plican: «¿En qué te hemos deshonrado?»(1:7). Después su mensajes es: «Mehabéis cansado», y ellos dicen: «¿Enqué te hemos cansado?» (2:17). Otra vezdice: «Volveos a mí», y ellos respon-den: «¿En qué hemos de volvernos?»(3:7). Otra vez más: «Me habéis roba-do», y ellos preguntan: «¿En qué te he-mos robado?» (3:8). Finalmente elmensaje es: «Habéis hablado violenta-mente contra mí», y su respuesta es:«¿En qué te ofenden nuestras palabras?»(3:13).

Estas palabras nos demuestran latrágica condición del pueblo. El tem-plo se ha reconstruido, el altar levan-tado, los sacrificios se ofrecen, las

G. Campbell Morgan

Una visión profética y actual del libro de Malaquías.

55AGUAS VIVAS LEGADO

fiestas y los ayunos se observan me-tódicamente, con el ritual y la formaexterior cumplidos perfectamentehasta en el más mínimo detalle. Aeste pueblo, sumido en esta condi-ción, llega la profecía y se le planteala queja divina.

Este pueblo no está en abierta re-beldía contra Dios, y tampoco niegansu derecho a recibir sus ofrendas,sino que se engañan pensando quepor haber traído sus ofrendas le hansido fieles todo el tiempo. Han estadoactuando de una manera muy estric-ta y meticulosa en las observanciasexteriores, pero sus corazones han es-tado lejos de sus ceremonias. Se hanestado jactando en su conocimientode la verdad, respondiendo a esa ver-dad de una manera mecánica o técni-ca; pero sus corazones, sus vidas, sucarácter, su naturaleza interior, todoshan sido una contradicción perpetuaa los ojos del cielo, a la voluntad deDios.

Cuando el profeta les dice lo queDios piensa acerca de ellos, conasombro e impertinencia le miran ala cara y le dice: «¡No entendemos

nada de lo que dices!». Podemos tra-ducir toda esta situación al lenguajedel Nuevo Testamento recordandolas palabras: «Teniendo la forma de lapiedad, mas negando el poder de ella» (2ªTim. 3:5, V. M.). Han llegado a la te-rrible condición de imaginar que loque Dios solicita es sólo adherirse ala letra y no comprenden que la letra,en el mejor de los casos, no es másque una desgarbada representaciónde lo que Dios demanda en el espíri-tu.

Los reclamos de DiosEn contra de este pueblo formalis-

ta y autosatisfecho, por medio de sumensajero Dios expresó siete recla-mos que pueden sintetizarse de la si-guiente manera: Profanidad, sacrile-gio, avaricia, negligencia en el servi-cio, honra del vicio (o sea la traicióncontra el pacto del cielo), robo a Diosy blasfemia contra Dios.

Profanidad«El hijo honra al padre, y el siervo a

su señor. Si, pues, yo soy padre, ¿dóndeestá mi honra?, y si soy señor, ¿dóndeestá mi temor?» (1:6). «Ofrecéis sobre mialtar pan inmundo ... pensáis que lamesa de Jehová es menospreciable» (1.7).

Aquí encontramos que este pue-blo se dirige a Dios como «Padre»,pero sin darle honor alguno. Tambiénle llama «Señor», pero no demuestratener ningún temor de él. Además,considera que su mesa es desprecia-ble, colocando sobre ella pan inmun-do. Sin embargo, al oír el reclamo delprofeta, responden: «¿En qué?». Valedecir que están perfectamente satisfe-chos de que Dios es su Padre. Su po-

La Iglesia y la cristian-dad son dos cosas distin-tas. La cristiandad es laexpresión exterior delcristianismo que ha difa-mado a Cristo y ahuyen-tado a las masas de gen-tes de nuestras ordenan-zas y lugares de culto.

56 AGUAS VIVASLEGADO

sición es absolutamente ortodoxa. Nipor un instante disputan el hecho deque Dios es su Señor. Sin embargo,Dios les dice: «Me llamáis Padre y mellamáis Señor. ¿Dónde está mi honra?¿Dónde está mi temor?».

Traen su pan al altar y yo piensoque si tuviéramos la oportunidad deanalizarlo no lo hallaríamos contami-nado en el sentido literal de la pala-bra. Con sorpresa en nuestra voz, ex-clamaríamos: «¡Ese pan no está con-taminado!». Sin embargo, quedó con-taminado por las mismas manos quelo pusieron sobre la mesa. ¿En quéconsiste la profanación? La raíz delsignificado de la palabra es: «alejadodel templo» (pro, del; fanum, tem-plo), y su uso se ha generalizadopara señalar cosas no sagradas, sinode uso común.

Este pueblo era culpable de laprofanidad en el peor sentido de lapalabra, ya que se apropiaban de larelación que los nombresinvolucraban: Padre, «honra», Señor,«temor», pero estaban lejos de temer-le, no le atribuían honra alguna salvoen las palabras, credos y obras exte-riores. Así degradaban las cosas sa-gradas de Dios y las relajaban al ni-vel de la mediocridad, al punto dehacer la afirmación: «La mesa deJehová es despreciable».

Ningún hombre contaminadopuede ofrecer pan puro sobre el altarde Dios. Al recibir o rechazar lasofrendas, Dios las mide por el carác-ter de la persona que las ofrece. Eneste caso particular, los hombres seaproximaban a la mesa y colocabansus ofrendas sobre ella diciendo: «Pa-dre» y «Señor», pero antes de llegar a

la mesa no habían rendido ningúnhonor al Padre, ni habían demostra-do temor alguno hacia el Señor. Ellosmismos no eran aceptos, y por lo tan-to, sus dones habían sido rechazados.

La profanidad en su máxima ex-presión se ha de encontrar en el ser-vicio externo, en los mismostabernáculos del Altísimo. Hoy es laprofanidad de la cristiandad. No merefiero a la profanidad de la Iglesia.La Iglesia y la cristiandad son dos co-sas distintas. La cristiandad es la ex-presión exterior del cristianismo queha difamado a Cristo y ahuyentado alas masas de gentes de nuestras orde-nanzas y lugares de culto. No hayprofanidad más detestable que la deexpresión ortodoxa y corazón hetero-doxo. Dones presentados a Dios pormanos impuras son en sí impuros,pues Dios sólo acepta la ofrenda en lamedida en que ha aceptado al dador.La ofrenda que traemos a Dios es laverdadera expresión del valor conque valoramos el altar.

Esta consideración debería hacer-nos meticulosamente cuidadosos enlo que respecta a la forma en queofrendamos a Dios, y salvarnos de laherejía de las herejías, que consisteen imaginar que podemos negociarnuestra aceptación por medio denuestras ofrendas. Si esta aseveraciónes correcta, ¿cuántos dones y ofren-das colocadas sobre el altar han sidorechazadas por Dios?

Sacrilegio«Cuando ofrecéis el animal ciego para

el sacrificio, ¿no es malo? Asimismo,cuando ofrecéis el cojo y el enfermo, ¿noes malo? Preséntalo, pues, a tu príncipe,

57AGUAS VIVAS LEGADO

¿acaso se agradará de ti, o le serás acep-to? Dice Jehová de los ejércitos» (1:8).

Aquí hallamos un movimientoprogresivo de la maldad, algo queexcede a la profanidad, a saber, el sa-crilegio. Esto brota inevitablementede la profanidad. Estos hombres es-tán ahora ofreciendo a Dios lo ciego,lo cojo y lo enfermo. El requerimientodivino según la ley mosaica era queel cordero que se colocaba sobre el al-tar debía ser «sin defecto», o sea, delo mejor del redil, pero estos hombreshabían perdido el sentido de lo quesignificaba la adoración, pues guar-daban lo mejor del rebaño para sí, ytraían al altar el animal cuyo aspectomismo producía desprecio, sencilla-mente para mantener la forma del sa-crificio y la apariencia que tanto codi-ciaban.

Dios les llama a hacer cuentas poresta su mezquindad, y les dice – ob-servemos al agudo sarcasmo de laspalabras que emplea el profeta: «Pre-séntalo, pues, a tu príncipe; ¿acaso seagradará de ti, o le serás acepto?».¿Por qué presenta Dios esta queja?Porque las ofrendas que presentabansobre el altar no eran de ningún valorpara los hombres que las ofrecían.

No les costaban nada, y Dios eva-lúa siempre la ofrenda por lo quecuesta al dador y no por el valor in-trínseco de la misma. ¿Hemos apren-dido esta lección, aún en nuestrosdías? Esta lección fue subrayada porel Señor Jesús cuando «vio a los ri-cos», los descendientes directos delos hombres a quienes Malaquíasprofetizaba, «que echaban sus ofren-das en el arca de las ofrendas» (Luc.21:1). Él no evaluó una sola ofrenda

por el valor intrínseco, sino por loque le costaba al alma que la ofrenda-ba. En el ofrendar de los ricos no ha-bía elemento alguno de negación pro-pia; la viuda en cambio, sí que sintióla ausencia de las dos blancas. Repre-sentaban su alimento, el único ali-mento que podría haber obtenido, ypor el hecho de haberse sacrificado,Dios aceptó y valoró su ofrenda infi-nitamente más que cualquier otra.¿Qué es lo que revela un sacrificio?No una búsqueda egoísta de un fa-vor, sino la estima de aquél a quien laofrenda es entregada.

Siempre hemos considerado queun sacrilegio consistía en violar untemplo y hurtar elementos destina-dos al culto. No es así. En realidad esentrar en un templo y colocar algo enel lugar de las ofrendas, sea esto unarca, una bolsa o un platillo. No olvi-demos esto. El sacrilegio consiste endarle a Dios algo que nada nos costó,porque pensamos que Dios no valenada. Dios busca a quienes colocanen su altar un don que les cuesta pri-vación o sacrificio.

Avaricia«¿Quién hay de vosotros que cierre

las puertas o alumbre mi altar de balde?»(1:10). Esta es la más terrible denun-cia de la avaricia que encontramos entodo el libro. El servicio a Dios habíadegenerado en la esclavitud a unapasionado interés egoísta.

Dios desea hombres que le ofrez-can servicio sólo por amor a él aun-que nunca reciban una recompensa.Por supuesto que nos referimos a ni-veles espirituales superiores a los quese podía pretender en los días de

58 AGUAS VIVASLEGADO

dio de los hechos. El ritualismo es lacristiandad que dice: «Dios es fasti-dioso. Dios es cansador», y de estamanera le desprecia. La preocupa-ción por las vestimentas eclesiásticas,el incienso y demás elementos ritua-les ¿qué significan? Sencillamenteque los hombres se han cansado deuna adoración espiritual y procuransatisfacer y agradar la parte sensualde su naturaleza. Todo el clamor pro-fano e impío pidiendo sermones máscortos y más amenos es evidenciaque los hombres están diciendo: ¡Quéfastidio es esto! Muchos creyentesque no objetarán estar ante una largapelícula, miran sus relojes y se poneninquietos si el predicador se excede,por unos minutos, de lo que se consi-dera que es su tiempo asignado.

Este es un problema serio – muyserio. Cuando los hombres se cansande escuchar y meditar en las cosas deDios, el mal está adentro. En el fondoexiste la avaricia y detrás de ella el sa-crilegio, y detrás de él, la profanidad.Examinemos nuestro corazones, y vea-mos si las cosas de Dios se han trans-formado en un mero deber, en una car-ga, de la cual nos desprenderíamos sipudiéramos, y que sólo la soportamospara mantener una apariencia.

Traición«Habéis hecho cansar a Jehová con

vuestras palabras. Y decís: «¿En qué lehemos cansado? En que decís: Cualquie-ra que hace mal agrada a Jehová, y en lostales se complace; o si no, ¿dónde está elDios de justicia?» (2:17).

¿Qué quisieron decir con esto? Loque decían era: «Nuestro Dios es unDios de amor, y por lo tanto no habrá

Malaquías, pero debemos tener pre-sente que estamos viviendo en unadispensación mucho más elevada queaquella. Nuestro servicio ¿es humanoo divino? Si ofrecemos el vaso deagua esperando recompensa, es comosi no lo diéramos. Cuandoministramos a personas enfermas oencarceladas, si lo hacemos para queél nos dé su aprobación en el día fu-turo, es como si no lo hiciéramos.Dios está pidiendo una entrega denuestras vidas a él que se expresa así:«Derramamos todo a tus pies, y si túnos coronas, nos regocijaremos, perosólo por el hecho de disponer de unacorona para arrojarla a los pies deCristo». Cuando un hombre alcanzaeste estado interior, la avaricia se haesfumado de su servicio.

Fastidio en el servicio«Además habéis dicho: ¡Oh qué fasti-

dio es esto! Y me despreciáis» (1:13).En la vida de estos hombres es

dable observar un proceso de degra-dación. La profanación, el sacrilegio,la avaricia y ahora el fastidio y elaburrimiento. Si el hombre está bus-cando una recompensa cuando cierrauna puerta o enciende una lámpara,pronto se cansará y dirá: «¡Oh quéfastidio!», y lo despreciará. Por otraparte, si pone todo su esfuerzo yenergía buscando el reino por lo quees, nunca se quejará de fatiga.

Creo que esta es una de las carac-terísticas más sobresalientes de estaépoca. Los grandes principios se re-velan en cosas pequeñas y de mane-ras inesperadas, y la cristiandad estádiciendo: «Esto es fastidioso», no enpalabras, pero sí ciertamente por me-

59AGUAS VIVAS

un juicio. Ese hombre que usted diceser malo es bueno, sólo que usted nolo conoce. Dios encuentra satisfacciónen él».

Esta actitud excede al fastidio y aldesprecio. Es una abierta traición ensu peor expresión. Equivale a condo-nar y aun excusar el pecado. Consti-tuye un intento de disimularlo, comosi no tuviera importancia. Cuando elhombre comienza a excusar el peca-do, y decir que realmente no tieneimportancia; cuando dice que Dios sedeleita en aquellos que practican lamaldad y que no habrá un juicio paracondenar al pecador, entonces esehombre es culpable de grave traición.

Una vez más debemos señalarque este es uno de los pecados quese practica y que prevalece en nues-tro tiempo actual. A quien me señaleun pueblo o grupo de personas quese ha cansado de un cristianismo ro-busto buscando sólo un culto estéti-co, le podré decir que tiene delantesuyo a un núcleo de personas paraquienes la mención de un juicio divi-no les resulta intolerable. ¿Qué es loque están haciendo tales personas?Están rebajando el nivel del gobier-no divino, y tan pronto un hombreque está dentro de la Iglesia cometeeste pecado, se constituye notoria-mente culpable de la más grave trai-ción contra Dios.

Toda esta filosofía acerca de Dios,como de un Dios de amor que pasapor alto livianamente el pecado, noes ni más ni menos que una equivo-cada interpretación de lo que es elamor. El amor es el declarado y eter-no enemigo del pecado, y en el ins-tante en que Dios comenzara a excu-

sar el pecado –como el hombre es tanpropenso a hacer– dejaría de amar alhombre.

Robo«¿Robará el hombre a Dios? Pues vo-

sotros me habéis robado» (3:8).¡Qué terrible denuncia! ¿Cómo le

habían robado? Ellos preguntaron:«¿En qué te hemos robado? En vues-tros diezmos y ofrendas». En otras pa-labras, había una demanda divina queDios había formulado a este pueblo.El diezmo le debía ser entregado a él,y ellos habían respondido a esta de-manda. Alguien dirá: «Si eso es lo quehabía pedido Dios, seguramente es locorrecto». No nos engañemos. Cons-tantemente oímos decir que Dios de-mandaba el diezmo. Esta no es toda laverdad. Dios demandaba el diezmocomo el mínimo, y ellos, despreocupa-damente, le habían dado lo que él leshabía reclamado –el mínimo– en diez-mos y ofrendas. Le habían robado aDios en que no habían respondido a lademanda divina en el espíritu que ha-bía sido formulada. Habían ofrecidolo que estaba estrictamente permitidopor regla y por norma, pero no en elespíritu del amor.

No creo que el diezmo sea algosobre lo cual debamos insistir. Diosdemanda todo. Todo lo que somosdebe ser suyo. Cada moneda emplea-da en forma egoísta equivale a robar,en esta dispensación de la gracia.

Blasfemia«Vuestras palabras contra mí han

sido violentas, dice Jehová. Y dijisteis:¿Qué hemos hablado contra ti? Habéisdicho: Por demás es servir a Dios. ¿Qué

LEGADO

60 AGUAS VIVASLEGADO

aprovecha que guardemos su ley, y queandemos afligidos en presencia de Jehováde los ejércitos?» (3:13-14).

Este es el pecado de blasfemar.¿En qué consisten la blasfemia? La pa-labra significa hablar injuriosamente.Decir algo que herirá a la persona aquien se habla. Los hombres han lle-gado a emplearla mayormente con re-lación a cosas divinas. Blasfemar equi-vale a decir aquello que injuria a Dios,su causa y su reino. A estas personasDios dice: «Vuestras palabras contramí han sido violentas». Vale decir:«Han blasfemado violentamente con-tra mí». Ellos preguntan: «¿Qué he-mos hablado contra ti?». Dios prosi-gue diciendo: «Habéis dicho: Por de-más es servir a Dios. ¿Qué aprovechaque guardemos su ley y que andemosafligidos en presencia de Jehová?¿Qué beneficios sacamos de todoesto?». ¿Pensamos que decían esto enforma explícita y verbal? ¡Por supues-to que no! Ni por un instante pode-mos imaginarlo.

La más extrema expresión deblasfemia es una descripción engaño-sa de Dios por parte de personas queprofesan amar su nombre y aparen-

tan esperar con un deleite exuberantela venida de su reino. El hombre queblasfema abiertamente y que de pie ycon cara al sol grita: «Yo odio a Dios»es menos peligroso en cuanto a la in-fluencia que su vida pueda ejercer,que el hombre que dice amar a Diospero vive desobedeciéndole. La blas-femia que debe temerse es aquellaque en una congregación se une paradecir: «Hágase tu voluntad, venga tureino», mientras que en su vida estáconstantemente evadiendo la volun-tad de Dios y negándole el derechode reinar dentro de él.

¡Oh hermanos, si la Iglesia creyeraen el reino y en la voluntad de Dios, ysi toda la Iglesia de Cristo rogara elpróximo domingo, en el poder del Es-píritu y con incuestionable honestidadesta oración, cómo se aceleraría la ve-nida del reino de Dios! Es la blasfemiadentro de nuestro círculo inmediato laque estorba, y por eso la iglesia se hatornado en un diletante deprimenteen el consejo de los reyes y gobernan-tes, haciendo poco o nada en su capa-cidad corporativa para elevar al mun-do hacia el cielo y hacia Dios.

(Adaptado de Me han defraudado).

* * *Sirviendo donde estás

En la ciudad de Birmingham, un policía se convirtió a Cristo. Pero cuandodesempeñaba su trabajo presenciaba tales cuadros de pecado y desgracia,que por un tiempo su esposa y él pidieron a Dios que les abriera la puertade otro empleo. Oraron, pero no recibieron respuesta.

Por fin, un día él dijo a su esposa: «Me parece que hemos cometido unerror. Hemos implorado que se me conceda cambiar de empleo, pero em-piezo a creer que Dios me ha colocado como policía a propósito. Ahora voya pedirle que me ayude a servir donde estoy». Así comenzó su vida demagníficos servicios. Su influencia sobre los demás policías creció tantoque pronto lo nombraron director de detectives. Fue el instrumento queDios usó para convertir a varios criminales.

Alfredo Lerín, 500 ilustraciones

61AGUAS VIVAS LEGADO

Probablemente no hay otrocampo de actividad humanaen que existe tanto desperdi-

cio como sucede en el campo de la re-ligión.

Es perfectamente posible al serhumano pasar una hora en la iglesiao incluso en una reunión de oración.La conocida expresión «elija la iglesiaevangélica más cercana a su domici-lio», que últimamente viene usándo-se en todos los lugares, puede teneralgún valor si hace recordar a una ci-vilización materialista que este mun-do no es todo y que existen algunasriquezas que no pueden ser compra-das con dinero. Con todo, no debe-mos olvidar que un hombre puede

frecuentar una iglesia toda la vida y,pese a eso, no mejorar.

En la iglesia común en que, añotras año, oímos las mismas oracionesrepetidas todos los domingos, sepiensa que, a falta de otra expectativamás distante, esas oraciones seránrespondidas. Al parecer, basta conque sean hechas. Las frases trilladas,el tono religioso, las palabras carga-das de emoción tienen su efecto su-perficial y temporal, pero el adoradorno está más cerca de Dios, ni en me-jor condición moral y más seguro deque recibirá el cielo de lo que estabaantes. A pesar de que por veinte añosha seguido la misma rutina los do-mingos, y se ha ausentado de su casa

A. W. Tozer

«Es posible moverse sin avan-zar, y esto describe gran par-te de las actividades entre loscristianos de hoy», nos diceel autor.

62 AGUAS VIVASLEGADO

por dos horas para asistir al culto, élperdió más de 85 días en este ejerci-cio inútil.

El autor de Hebreos afirma quealgunos cristianos estaban caminan-do sin salir de su lugar. Tuvieron mu-chas oportunidades para crecer, sinembargo, no hubo desarrollo; tuvie-ron tiempo suficiente para madurar,pero aún eran niños. Por eso, exhortóa esos cristianos a que abandonasensu inexpresiva esfera religiosa y sedejasen llevar hacia lo perfecto. (Heb.5:11-6:3).

Es posible moverse sin avanzar, yesto describe gran parte de las activi-dades entre los cristianos de hoy. Essimplemente desperdicio de movi-miento.

En Dios hay movimiento, peronunca desperdicio de movimiento; élsiempre actúa teniendo en cuenta unpropósito preestablecido. Al ser crea-dos a su imagen, somos, por natura-leza, formados para que justifique-mos nuestra existencia sólo cuandoestamos actuando con un propósitoen mente. La actividad hecha al azarestá por debajo del mérito y la digni-dad del ser humano. La actividadque no resulta en avance en direccióna una meta, es inútil; con todo, la ma-yoría de los cristianos no tienen ideadefinida de aquello que se esfuerzanen alcanzar. En el círculo vicioso dela religión, ellos continúan perdiendoel tiempo y energía en algo que, Diossabe, ellos nunca invierten más deuna hora. Esta es una tragedia dignade Esquilo o Dante.

Por detrás de este trágico desper-dicio normalmente hay una de estastres causas: el cristiano desconoce

las Escrituras; no cree; o es desobe-diente.

Pienso que la mayoría de los cris-tianos simplemente no es instruido.Tal vez ellos hayan oído hablar delReino cuando no estaban debidamen-te preparados. Es casi seguro quecualquier persona que se haya con-vertido en los últimos treinta añosoyó que sólo tenía que aceptar a Jesúscomo Salvador personal y que todoestaría bien. Es posible que algúnconsejero le haya dicho, además, queahora ganará la vida eterna y que,ciertamente, irá para el cielo cuandomuera, si, de hecho, el Señor no vol-viese y la llevase triunfante antes delterrible momento de su muerte.

Después de esta primera entradaprecipitada en el cielo, normalmenteninguna otra palabra se le dice. Elnuevo convertido se ve con un marti-llo y un serrucho en la mano y nin-gún proyecto. La persona no tiene lamás mínima noción de lo que se es-pera que haga. Por eso, cae en la tris-te rutina de lustrar su instrumentouna vez cada semana y guardarlonuevamente en su estuche.

A veces, sin embargo, el cristianodesperdicia sus esfuerzos por causade la incredulidad. Es posible que to-

La actividad que no resul-ta en avance en direccióna una meta, es inútil; contodo, la mayoría de loscristianos no tienen ideadefinida de aquello que seesfuerzan en alcanzar.

63AGUAS VIVAS LEGADO

dos nosotros, hasta cierto punto, ten-gamos culpa en este sentido. En nues-tras oraciones en particular y en nues-tros cultos públicos, siempre estamospidiendo a Dios que haga cosas queya hizo o que no puede hacer por cau-sa de nuestra incredulidad. Suplica-mos que él hable cuando ya habló yestá hablando en este exacto momen-to. Pedimos su presencia cuando él yaestá presente y espera que lo reconoz-camos. Rogamos al Espíritu que ven-ga sobre nosotros, cuando permanen-temente le impedimos actuar por cau-sa de nuestras dudas.

Es evidente que el cristiano nopuede esperar la manifestación deDios mientras esté en una condiciónde desobediencia. Si el hombrerehúsa a obedecer a Dios en algúnpunto definido, si él obstinadamenteimpone su voluntad para resistir al-

gún mandamiento de Dios, sus otrasactividades religiosas serán en vano.Él puede frecuentar la iglesia porcincuenta años sin tener provechoalguno. Puede diezmar, enseñar,predicar, cantar, grabar, editar o di-rigir una conferencia bíblica hastaquedar tan viejo que nada le queda-rá al final, sino cenizas. «Obedeceres mejor que los sacrificios» (1Samuel 15:22).

Sólo necesito agregar que este trá-gico desperdicio es innecesario. Elcristiano fiel tendrá placer en todoslos momentos que pasa en la iglesia yaprovechará estas oportunidades. Elcristiano instruido y obediente se en-tregará a Dios como barro al alfarero,y el resultado no será el desperdicio,sino la gloria eterna.

(Tomado de Verdadeiras profecias.Traducido desde el portugués).

* * *La persistencia de Moody

Cierta vez, cuando J. Wilbur Chapman aún no era salvo, fue invi-tado por D. L. Moody para conversar. «Doctor Chapman», le dijo,«¿usted es un cristiano salvo? ¿Usted pertenece a Cristo?». «Nome atrevo a decir que lo soy, aunque yo espero conocer a Dios»,respondió Chapman. Entonces, Moody leyó Juan 3:16 con él. Alfinalizar la lectura, Moody le preguntó nuevamente: «DoctorChapman, ¿usted es un cristiano salvo? ¿Usted pertenece a Cris-to?». Él aún respondió: «No me atrevo a afirmarlo, pero esperomucho conocer a Dios». En seguida, Moody leyó Juan 3:16 una vezmás.

Después de terminar la lectura por segunda vez, miró a Chapmanseriamente. Chapman se sintió tan presionado con la mirada deMoody, que rezongó en voz alta: «Yo realmente espero poder decirque pertenezco a Cristo». Entonces, Moody habló con gran sinceri-dad: «Doctor Chapman, ¿usted sabe de qué Palabra está dudan-do?». De inmediato, Chapman despertó a la realidad y percibió queestaba dudando de la Palabra de Dios.

Más tarde, a lo largo de toda la vida, Chapman testificó que todolo que Dios había dicho, estaba dirigido a él.

Watchman Nee, Vida cristiana equilibrada

64 AGUAS VIVASJOYAS DE INSPIRACION

UN VEREDICTO TOTALMENTE ACERTADO

Llegará un día en que cada uno de nosotros será sometido aun veredicto totalmente acertado.

En esta vida, todos nos hemos enterado de juicios o veredic-tos sobre nosotros. Cada cierto tiempo descubrimos de quémanera nos califica el prójimo. No me refiero a lo que nos dicena la cara, que en general carece de importancia, sino a ciertasconversaciones que a veces escuchamos por casualidad o a lasopiniones inadvertidamente emitidas por nuestros vecinos, em-pleados o subordinados en sus actividades y a los juicios terri-bles o encantadores expresados con gran naturalidad por losniños y también por los animales. Estos descubrimientos pue-den ser las experiencias más dulces o amargas de la vida; perodesde luego podemos dudar de la sensatez de estos jueces y noserá tan intenso nuestro placer o dolor. Si nos consideran cobar-des o abusadores, tenemos la esperanza de que sean ignoranteso mal intencionados; si confían en nosotros o nos admiran, te-memos que estén equivocados por tener una visión parcial. Talvez la experiencia del juicio final será parecida a estas pequeñasvivencias, pero en una escala infinitamente superior.

Ese juicio será infalible. Si es favorable, no tendremos temor;si es desfavorable, no existirá esperanza de error. No sólo cree-remos en el veredicto; en cada fibra de nuestro ser consternadoo encantado, reconoceremos sin dudar que somos tal como hadicho el Juez: ni más ni menos ni de otra forma. Tal vez tambiéncomprendamos que podríamos haber vislumbrado vagamenteesa descripción en el curso de la vida. Tendremos ese conoci-miento, al igual que toda la creación: nuestros antepasados, pa-dres, esposas, maridos e hijos. La verdad irrefutable y manifiesta(en ese momento) de cada uno de nosotros será conocida portodos.

Tal vez podríamos ejercitarnos preguntándonos cada vez conmás frecuencia qué aspecto tendrán las cosas que decimos ohacemos (o no hacemos) bajo el resplandor de la luz irresistible,tan diferente a la del mundo, pero de la cual tenemos suficienteinformación como para tomarla en cuenta. Las mujeres suelenpreguntarse cómo luciría un vestido a la luz del día cuando loven con iluminación artificial. Todos nosotros tenemos un pro-blema similar: no vestir nuestra almas para la luz eléctrica deeste mundo, sino para la luz del día de la otra vida.

C. S. Lewis

65AGUAS VIVAS ESPIGANDO EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA

2ª Parte

Procedente de una antigua familiacristiana inglesa, Charles H. Spurgeonmostró tempranamente inclinación por lalas cosas espirituales. Convertido a los 15años, a los 17 ya era pastor. A los 20 añosse hizo cargo de una de las iglesias másantiguas y prestigiosas de Londres. Muypronto comenzó a atraer multitudes porsu predicación. Fuera de Inglaterra sunombre también se hizo conocido graciasa la publicación de sus sermones, que seleían con devoción en todo el mundo. Supopularidad creció hasta el punto de con-vertirse en un verdadero fenómeno reli-gioso. Sin embargo, también hubo unafuerte hostilidad hacia su persona, a cau-sa de su juventud, su denuedo, y sus fir-mes convicciones doctrinales. Las dificul-

tades alcanzaron su punto más álgidocuando ocurrió un accidente en una desus reuniones, que causó la muerte a 7personas, y dejó a otras 28 heridas. Estaterrible tragedia dejó una huella muyprofunda en el joven predicador. No obs-tante se repuso, y continuó su ministerio.

Colegio de Pastores

A fin de ayudar a los jóvenesque tenían el llamado a lapredicación, Spurgeon creó

en 1856, con recursos propios, el Co-legio de Pastores, que comenzó conun solo alumno y un solo maestro. Enpoco tiempo, se construyó un edificiopara el Colegio. A fines de 1872, dadala alta demanda de los estudiantes, se

Precoz, prolífico, polémico, elocuente. Charles HaddonSpurgeon, un hombre que hizo brillar hermosamente el evan-gelio en la penumbra de la Inglaterra decimonónica.

66 AGUAS VIVASESPIGANDO EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA

construyó un hogar para el Colegio.En su discurso anual de 1890,Spurgeon informaba que en los 34años del Colegio, habían sido recibi-dos en él 828 postulantes, de los cua-les 673 ejercían en la obra.

El Colegio de Pastores fue la obrafavorita de Spurgeon. «El que con-vierte un alma saca agua de unafuente; pero el que prepara un gana-dor de almas, está cavando un pozodel cual millares pueden beber elagua de la vida eterna. Por eso cree-mos que nuestra obra entre 1os estu-diantes es la mayor responsabilidadde todas aquellas en las cuales hemospuesto las manos...».

Desde el año 1865 se organizó la«Conferencia Anual» del Colegio dePastores. A estos encuentros veníantodos los que habían pasado por susaulas, para tener una semana de re-frigerio espiritual, en el abrazo de loscompañeros, en la comunión, en elestudio a los pies del Maestro.Spurgeon siempre tenía para ellospalabras de cariño y aliento, de ex-hortación y consejo.

Hacia fines de 1857 se publicó suprimer libro, el primero de muchosque habría de publicar: El Santo y SuSalvador, escrito principalmente«para la familia del Señor,» aunquecontiene muchos pasajes destinadosal lector inconverso.

Al modo de Wesley y de Whitefield,Spurgeon solía predicar al aire libre.Cierta vez predicó debajo de un granárbol donde hacía poco había muertoun hombre partido por un rayo. De esamanera, él enfatizaba lo inesperado dela muerte. En otra ocasión, 10.000 per-sonas le escucharon predicar junto a

una gran roca y cantar con todo fervor«Roca de la Eternidad». Predicó tam-bién en establos, cobertizos, y una vez,incluso, predicó sobre una carreta.

A fines de 1858, los sentimientosde Spurgeon en contra de la esclavi-tud se hicieron ampliamente conoci-dos, pues en una reunión nocturna,Spurgeon invitó a John A. Jackson,un esclavo fugitivo originario de Ca-rolina del Sur, USA, a que subiera alpúlpito con él. Esto hizo que perdieramucho del apoyo que recibía de losEstados Unidos, y afectó la venta desus sermones en aquel país. Tal vezpor eso, pese a las múltiples invita-ciones que habría de recibir poste-riormente, Spurgeon nunca accedió avisitar Estados Unidos. Más tarde re-cibiría también invitaciones para visi-tar Australia y Canadá, pero él con-testaba que no tenía permiso de suSeñor para abandonar su puesto.

Mientras se levantaba el Taberná-culo Metropolitano, Spurgeon, losdiáconos y algunos miembros de laiglesia, acostumbraban reunirse aorar en medio de los trabajos de laconstrucción. Por fin, el 1° de marzode 1861, fue terminado el Tabernácu-lo Metropolitano. Tenía capacidadpara 6.000 personas; además habíaun salón para la Escuela Dominical,con capacidad para 1.000 personas; yotras dependencias.

Días de éxito y reconocimientoEl primer servicio que se celebró

en el Tabernáculo Metropolitano fuede oración, dirigido por Spurgeon, el18 del mismo mes, con una asistenciade más de mil personas. Las celebra-ciones de apertura tuvieron una du-

67AGUAS VIVAS ESPIGANDO EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA

ración de 5 semanas. Variaspredicaciones sobre la gracia fueronexpuestas por el propio Spurgeon ypor otros predicadores invitados.

En estos momentos teníaSpurgeon 26 años de edad, y sólo ha-cía 6 que se encontraba en Londres.No obstante su juventud, y el tiemporelativamente corto en que se hallabaal frente de este trabajo, había efec-tuado una labor verdaderamente bri-llante. La fama de Spurgeon no cesó,ni mermó con la edificación del Ta-bernáculo Metropolitano. Al contra-rio, su renombre iba creciendo a me-dida que pasaban los años.

Durante el año 1861 se distribuye-ron 200,000 sermones impresos en lasUniversidades de Oxford yCambridge, y salió a luz una ediciónalemana que se expuso en la Feriadel Libro de Leipzig. Muchos perió-dicos de Estados Unidos seguían pu-blicando sus sermones cada semana.

El volumen de sermones del «Púl-pito del Tabernáculo Metropolitano»correspondiente al año de 1864 esuno de los más importantes de todala colección que contiene 56 volúme-nes. La razón es que incluye sermo-nes sobre «La Regeneración Bautis-mal», «Niños Traídos a Cristo y no ala Pila Bautismal», «El Libro de laOración Común» (utilizado por laIglesia de Inglaterra, anglicana), y«Pesado en las Balanzas». Spurgeonsabía que había «atizado un nido decascabeles» y estaba plenamente con-vencido que la venta de sus sermonesbajaría dramáticamente, pero a partirde ese momento se vendieron más.

En 1865 se inició la publicación deuna revista mensual a la que puso por

nombre La Espada y La Paleta de albañil.La revista incluía la publicación desermones, de artículos y de reseñas delibros. También mantenía informadosa sus lectores acerca de las demásobras del ministerio de Spurgeon.

En 1865 predicó un mensaje titula-do «La Verdadera Unidad Promovi-da,» que tiene mucha vigencia ennuestros días. En 1866 volvió a predi-car sobre este tema. Spurgeon demos-tró sus simpatías a favor de una ver-dadera unidad cristiana al visitar Es-cocia en la primavera de ese año, asis-tiendo a la Iglesia Libre de la Asam-blea de Escocia y predicando en otraiglesia de San Jorge y para las IglesiasPresbiterianas Unidas de Edimburgo.

La Sociedad de Colportores y el Or-fanato

En 1866 fue creada la Asociaciónde Colportores. Su propósito era ha-cer circular la mayor cantidad posiblede libros sanos, de carácter cristiano.Para Spurgeon, los colportores noeran sólo vendedores de libros, sinoeran verdaderos «misioneros predi-cadores, y pastores». Algunas cifrasdan elocuente muestra de ello.

Durante los primeros dos años,hubo sólo 6 hombres en este trabajo.En 1872, había 13; en 1874 había 35;en 1875, había 45. En 1880, que era el14o. año de su existencia, la Asocia-ción contaba con 79 colportores y sehabían vendido 396.291 libros y re-vistas, se habían efectuado 631.000visitas misioneras, y celebrado 6.000servicios de predicación. En prome-dio, cada año cada colportor habíavendido 5.016 libros y revistas; efec-tuado 7.987 visitas; y celebrado 75

68 AGUAS VIVASESPIGANDO EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA

servicios de predicación. Siguiendo elejemplo de los colportores, un grupode miembros del Tabernáculo partióa la India en labor misionera.

El año siguiente comenzó a con-cretarse otro sueño de Spurgeon: unOrfanatorio. Como alguien dijo: «ElOrfanatorio representa de la maneramás hermosa uno de los rasgos mástiernos de Spurgeon. Su amor a losniños sólo fue excedido por el amorque los niños le tenían a él». Muchasocasiones, extenuado por el exceso detrabajo, y preocupado por los muchosproblemas, Spurgeon iba alOrfanatorio para encontrar descansofísico y mental. Allí, Spurgeon eracomo «un niño grande entre otrosmuchos niños pequeños».

No obstante, Spurgeon nuncatuvo el propósito deliberado de fun-dar un asilo de niños. Su creación fueprovidencial, y es preciso que nos re-firamos a ella para conocer un pocomás a este hombre. En el año 1866,hablando Spurgeon de una maneraincidental, de algunas cosas queconstituían una necesidad imperiosa,mencionó un Orfanatorio, haciendoénfasis en los millares de niños queen la misma Londres carecían de pany de abrigo. Esta nota fue leída poruna asidua lectora de Spurgeon, laSra. J. Hillyar, que era viuda de unclérigo anglicano y que poseía mu-chos bienes. Después de meditarlomucho, puso a disposición deSpurgeon una fuerte suma de dineropara la construcción de unOrfanatorio. Spurgeon declinó acep-tar el ofrecimiento, aconsejándole quehiciera esa donación al Orfanatoriode G. Müller, de Bristol.

Con esa carta Spurgeon creyó quequedaría terminado este asunto. Perocasi inmediatamente recibió una se-gunda carta, en la que ella le decíaque Dios había puesto en su corazónentregarle esa cantidad, y que de noser él quien la administrara, el dinerono sería donado. De esa maneraSpurgeon se vio obligado a empren-der la fundación del Orfanatorio.

A la donación de Mrs. Hillyar seagregaron muchas otras. Los edifi-cios del Orfanatorio de Stockwell es-tuvieron terminados a fines de 1869.En él ingresaron niños a centenares,de todas las clases sociales y denomi-naciones cristianas, convirtiéndose enuno de los asilos de huérfanos másgrandes de Inglaterra. En 1880 se co-menzó la construcción delOrfanatorio de niñas.

De acuerdo con la manera de pen-sar de Spurgeon, la única disciplinaque se empleaba en el Orfanatorio deStockwell era la del amor, la palabracariñosa, y la afectuosa persuasión.Muchos de los niños criados allí fue-ron predicadores del Evangelio.

La obra se extiendeEn 1867, en vista de las frecuentes

enfermedades y el enorme trabajo deSpurgeon, la iglesia le nombró a suhermano James como auxiliar. Desdeesta fecha, y por espacio de 24 años,estos dos hermanos estuvieron alfrente de aquella gigantesca obra.Hacia finales de este mismo año seterminó un Asilo de Ancianos condoce habitaciones para ancianitas.

Si bien Spurgeon nunca visitó Es-tados Unidos, tuvo estrecha comu-nión con cristianos norteamericanos.

69AGUAS VIVAS ESPIGANDO EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA

En 1875, los evangelistas norteameri-canos D. L. Moody y Sankey predica-ron en el Tabernáculo Metropolitano.El 6 de Junio Spurgeon predicó enuna campaña de Moody y Sankey enla ciudad de Londres.

El 15 de agosto de ese mismo año,Spurgeon predicó un sermón titulado«Prescindiendo del Sacerdote», quecausó una gran controversia promo-vida por los periódicos controladospor la Iglesia de Inglaterra.

Durante una reunión de oraciónque tuvo lugar la última noche deenero de este año, Spurgeon habló encontra del uso del título «Reverendo»(aunque él todavía lo usaba para nodificultarle su tarea al cartero). Élafirmaba que nadie lo había ordena-do, y nadie lo haría nunca. Su únicaordenación provino de «la mano tras-pasada».

Su preocupación por la formaciónde los predicadores llevó a Spurgeona consultar unos 4.000 libros paraanalizarlos y recomendar los mejores.

La noche del primer domingo deJulio de 1875, se comenzó a usar unaestrategia de evangelización nuevaen el Tabernáculo Metropolitano: sesolicitó a toda la congregación quecediera sus asientos, para que las per-sonas que nunca habían venido pu-dieran escuchar el Evangelio. Debidoal buen resultado que tuvo esta expe-riencia, se repitió muchas veces en elfuturo.

En Diciembre de 1876 Spurgeonpredicó una serie de cinco sermonessobre Cristo: «Cristo el Fin de laLey», «Cristo el Conquistador de Sa-tanás», «Cristo el Vencedor del Mun-do», «Cristo el Hacedor de Todas las

Cosas Nuevas» y «Cristo el Destruc-tor de la Muerte». Al año siguiente,publicó un libro, El Glorioso Logro deCristo, una colección de siete sermo-nes acerca de Cristo como vencedorde Satanás, del mundo, de la muerte,etc.

En 1878, en el mes de Julio, se pu-blicó un excelente libro titulado: «LaBiblia y el Periódico.» Spurgeon estabaconvencido que debía leerse el perió-dico «para ver cómo mi Padre celes-tial gobierna el mundo.» El libro con-tiene una colección de reportes de pe-riódicos sobre diversos incidentes,vistos desde una perspectiva espiri-tual, para beneficio de predicadores ymaestros de la escuela dominical. Al-gunas veces Spurgeon seleccionabaalgunos de esos incidentes y predica-ba sermones completos acerca deellos. Por ejemplo, durante dos do-mingos del mes de Septiembre, pre-dicó dos sermones acerca del hundi-miento del barco Princesa Alicia.

Las ancianas y las enfermedadesCon el paso de los años, la enfer-

medad del reumatismo y la gota co-menzaron a atacar fuertemente aSpurgeon. Continuamente debió au-sentarse del púlpito, y tomarse perío-dos de descanso en la ciudad deMenton, Francia, a veces por sema-nas o meses. Por este tiempo un pe-riódico de los Estados Unidos acusa-ba a un popular predicadorlondinense de falta de templanza, ex-presando que su enfermedad de lagota requería frecuentes visitas aFrancia, siendo la gota el resultadode excesivo consumo de cervezas, co-ñac y vino de Jerez.

70 AGUAS VIVASESPIGANDO EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA

Pero Spurgeon continuaba suobra. Continuamente recibía fuertessumas de dinero, sea como regalos(en sus cumpleaños especialmente),donativos o ingresos por la venta desus libros. Gran parte de esos dineroslos canalizaba hacia las obras de ayu-da. En 1879 Spurgeon donó 5.000 li-bras esterlinas para los asilos y el res-to para otras causas que loameritaban, tales como el Fondo deAuxilio para los Ministros Pobres.

Spurgeon también tuvo preocupa-ción por las ancianas pobres. El «Ho-gar de las Ancianas» había nacido 50años antes de que Spurgeon vinieraal pastorado de la Iglesia New ParkStreet; y se originó en el corazón deJuan Rippon. Sin embargo, debió sumayor incremento a Spurgeon. En1880 encontraban abrigo en este asilo17 ancianas, la mayor parte de lascuales eran antiguos miembros de laIglesia del Tabernáculo.

Este asilo era un verdadero hogarpara las ancianas. Spurgeon nuncacreyó en la conveniencia de que laspersonas recluidas en una instituciónbenéfica vivieran hacinadas en gran-des salones, y menos aun siendo an-cianas, las que como tal, tienen sushábitos de vida ya formados, y suscostumbres hechas. Proveyó un grannúmero de habitaciones para que enellas pudieran vivir individualmentelas asiladas, y en estas habitacionesreunió todas las comodidades posi-bles dentro de un bien entendido es-píritu de economía, a fin de que losúltimos años de vida de estas ancia-nas fueran tranquilos y agradables.Allí vivían aquellas viejecitas inde-pendientemente, sin embargo, en fa-

milia, con el aprecio y la considera-ción de todos. Eran consideradas nocomo objeto de caridad, sino comobuenas hermanas a quienes se estabaen el deber sagrado de sostener, ha-ciéndoles llevaderos los últimos ins-tantes de la existencia.

La popularidad de Spurgeon lle-gó a alturas insospechadas, tanto,que hacía severa competencia a lospolíticos más connotados de la época.Se cuenta que un estudiante de unaescuela en los Estados Unidos, cuan-do se le preguntó quién era el PrimerMinistro de Inglaterra, respondió: ¡Elseñor Spurgeon!

Precisamente el Primer Ministrode Inglaterra, Mr. Gladstone, visitóen 1882 el Tabernáculo Metropolita-no. La visita del señor Gladstone fueinesperada de tal forma que no sepreparó un sermón especial para laocasión. El Primer Ministro se reuniópreviamente en privado conSpurgeon durante quince minutos, yposteriormente se volvió a reunir conél para felicitarlo por la excelente la-bor que se desarrollaba.

En 1884 fue la celebración delcumpleaños número cincuenta delpredicador, celebración que tuvo lu-gar los días 18 y 19 de Junio. Los pe-riódicos comentaron el evento y con-gratularon al predicador por ser unode los hombres mejor conocidos de sutiempo, habiendo sido primero «unacuriosidad y posteriormente una noto-riedad.» El Tabernáculo estaba com-pletamente lleno en las reuniones quetuvieron lugar esas dos noches. 7.000personas estuvieron presentes la no-che del 19 de Junio. En una respuestacaracterística a los buenos deseos que

71AGUAS VIVAS ESPIGANDO EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA

le expresaban, Spurgeon dijo que «élno atravesaría la calle para ir a escu-charse él mismo.» En el evento predi-caron hombres eminentes tales comoD. L. Moody y O. P. Gifford, de los Es-tados Unidos y Canon Wilberforce, ylos doctores Newman Hall y JosephParker.

Spurgeon era un firme calvinista,pero reveló su condición universal alpredicar en el mes de Abril a favor dela Sociedad Misionera Wesleyana.

Se rompe la paz: La Controversiadel declive

Las cosas siguieron muy bien has-ta el año 1887. Este fue el año en lavida de Charles Haddon Spurgeonde acuerdo a sus biógrafos y a loshistoriadores de la iglesia. Debido alcurso de los eventos de ese año y a ladecisión tomada por Spurgeon, fuecriticado, alabado y evaluado desdeentonces. Fue el año de la «Contro-versia del declive».

Spurgeon veía desde hacía tiempocon preocupación las tendenciasmodernistas entre ciertos predicado-res bautistas de su día. Entre los erro-res estaba el negar el sacrificio expia-torio de Cristo, la inspiración bíblicay la justificación por la fe. Los bautis-tas, en vez de poner orden en sus fi-

las, y aclarar los puntos en disputa,tenían comunión con talesmodernistas.

Según Spurgeon, ellos razonabanasí: «Sí, nosotros creemos en la Divi-nidad de Jesús; pero no dejaríamos aun hombre afuera de nuestro compa-ñerismo por pensar que nuestro Se-ñor es un mero hombre. Nosotroscreemos en la expiación: pero si otrohombre la rechaza, él no debe, debi-do a esto, ser excluido de nuestro nú-mero». Por tanto, Spurgeon consideróun deber separarse de ellos: «El sepa-rarnos a nosotros mismos de aquellosque se separan a sí mismos de la ver-dad de Dios no es sólo nuestra liber-tad, sino nuestro deber».

Spurgeon no quería entrar en dis-puta, tampoco ejercer presiones paraque ellos cambiaran su proceder, sinosimplemente quiso salir de en mediode ellos, conforme a la Palabra. «Eldeber obligatorio de un verdaderocreyente hacia hombres que profesanser cristianos, y sin embargo nieganla Palabra del Señor, y rechazan losfundamentos del Evangelio, es salirde entre ellos». Spurgeon presentó surenuncia a la Unión Bautista, la quefue aceptada el día 18 de Enero.

La Controversia del Declive seconvirtió en tema de conversación enlos Estados Unidos y Canadá duranteeste año. «El Bautista Nacional» deFiladelfia censuró a Spurgeon; encambio, la Convención Bautista de laProvincia Marítima de Canadá, leapoyó.

El predicador confesó que la «ten-sión de la controversia casi ha que-brantado mi corazón». La controver-sia se reflejó en la predicación de ese

«El separarnos a noso-tros mismos de aquellosque se separan a sí mis-mos de la verdad de Diosno es sólo nuestra liber-tad, sino nuestro deber».

72 AGUAS VIVAS

año: «Aferrándose a la Fe», «La Infa-libilidad de la Escritura», «NingúnCompromiso», son algunos títulos desus predicaciones.

Últimos díasDurante los últimos días de

Spurgeon recrudeció la enfermedadde la gota, a la cual se agregaron elreumatismo y, al final, la enfermedadde Bright (que ataca severamente losriñones).

A fines de 1891, los médicos y ami-gos le aconsejaron otro viaje aMentone. Durante los tres meses quemediaron entre su llegada a Mentone ysu muerte, semanalmente escribió a sucongregación epístolas cariñosas queeran leídas públicamente. Estas cartasmuestran al hombre de Dios expresan-do la hermosura de Cristo. El 21 de di-ciembre de 1891 escribió una cariñosacarta a los niños del Orfanatorio, ha-ciéndoles presente su cariño, y dándo-les saludables consejos.

Parece que la última carta queSpurgeon escribió a su Iglesia es laque aparece fechada el 15 de enerode 1892. El 17 participó en un cultofamiliar; y el 18 la gota le afectó la ca-beza. El martes 26 era el día señaladopara traer al Tabernáculo las ofren-das de acción de gracias. Ese díaSpurgeon dictó a su secretario, el Sr.Harrald, el siguiente telegrama: «Yoy esposa, cien libras, sincera acciónde gracias, para gastos generales delTabernáculo. Cariños a todos los ami-gos». Y entonces cayó en la incons-ciencia, la que continuó casi todo eltiempo restante. Antes había dicho asu secretario: «Mi obra ha termina-do’. Y a su esposa: «¡Oh querida, he

gozado un tiempo glorioso con mi Se-ñor!».

Charles H. Spurgeon durmió enel Señor el 31 de enero de 1892, ro-deado de su esposa, uno de sus hijos,su hermano y co-pastor, su secretarioparticular, y tres o cuatro amigos. Sucuerpo fue colocado, días después, ensu lugar de descanso terrenal, juntoal sepulcro del misionero RobertMoffatt.

A la muerte de Spurgeon, toda laprensa se ocupó de él llenando suscolumnas con sus datos biográficos,con la enumeración y apreciación desu obra, y estimación de su carácter.

Durante su pastorado, un total de14.692 personas fueron bautizadas yse unieron al Tabernáculo Metropoli-tano. Sus sermones continuaronpublicándose durante 27 años poste-riores a su muerte, de tal forma que«aun estando muerto, habla.» Actual-mente, los libros y sermones deSpurgeon, así como su vida y minis-terio, siguen inspirando a miles decristianos en todo el mundo.

Perfil del hombre de DiosSpurgeon vivió y brilló con clari-

dad extraordinaria, en una época enque, en su propio país, descollabanmagníficos predicadores. Muchos sepreguntaban dónde estaba el secretode su poder y la clave de su éxito. Dehecho, no poseía las característicasque pueden hacer a un hombre atrac-tivo para las masas. Su estatura eramediana; su cuerpo era fuerte, perocomún, con tendencia a la obesidad;su rostro, sombreado en los últimosaños por una barba poco poblada, noera ciertamente la representación de

ESPIGANDO EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA

73AGUAS VIVAS ESPIGANDO EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA

la belleza; y su personalidad toda,contemplada en el púlpito, no teníaaquella simpatía atrayente que tantose admira en los grandes de la tribu-na.

Una parte de la prensa comenzó adecir que Spurgeon debía su éxito aque era un excéntrico del púlpito.Pero nunca fue tal. Por el contrario,era más bien pausado y severo, y susmovimientos eran los de esperarse entodo orador, aun de la escuela másconservadora.

En lo que Spurgeon poseía unverdadero tesoro, rico e inagotable,era en su voz, en tiempos en que nose conocía el micrófono. Alguien hadicho que mientras se llenaba el Ta-bernáculo parecía una enorme colme-na. Pero tan pronto Spurgeon subía alpúlpito, todos estos rumores se aca-llaban, y en medio de un gran silen-cio, vibraba con una gran intensidadsu voz clara y cristalina de timbremetálico; voz halagadora pero viril;voz que se prestaba, de manera ma-ravillosa, para los matices de senti-mientos más delicados y diversos.

La voz de Spurgeon era robusta, yextensa, y siempre llegó claramentehasta el último de los oyentes. En va-rias ocasiones en Inglaterra, y Escociahabló al aire libre a multitudes de 14y 15.000 personas. En cierta ocasión,mientras probaba su voz en el solita-rio Palacio de Cristal, un trabajadorque se encontraba en un andamiomuy alto, poniendo cristales a una delas ventanas, le oyó decir: «Palabrafiel y digna de ser recibida por todos:que Cristo Jesús vino al mundo parasalvar a los pecadores’. Estas pala-bras fueron repetidas con una voz

baja, suave, distinta. El hombre sesorprendió grandemente, porque noveía a nadie en el edificio; pero estaspalabras llegaron a su corazón, yaceptó a Cristo.»

Una de las características espiri-tuales que Spurgeon poseía era su fefirme e invariable; una fe que se so-breponía a las dificultades y contra-tiempos. Aquellas cosas fundamenta-les de que hablaba, acerca de Dios, deCristo, de la vida eterna, no eranpara él meras teorías, sino tremendasrealidades. Dios llenaba todo su hori-zonte. Jesús era tan absolutamente elSeñor de su corazón, que las lágrimascorrían de sus ojos a raudales cuandohablaba del Salvador. Jesucristo habíafascinado su corazón.

Esta fe profunda se manifestabaen su fidelidad a la verdad. En suvida toda era guiado exclusivamen-te por esa lealtad a la Palabra deDios. W. C. Wilkinson dice: «Lacosa más admirable acerca deSpurgeon, era ésta: la absoluta, sen-cilla y completa fidelidad que man-tuvo siempre, sin intermitencias,desde el juvenil comienzo hasta lamadura terminación de su obra laserena e imperturbable fidelidad demente y de corazón, de conciencia,..de voluntad, de todo lo que habíaen él, y de todo lo que había de él,al mero y puro, incambiable, noacomodaticio novotestamentarioEvangelio de Cristo, que es el mis-mo ayer y hoy, y para siempre...¡Sea Dios bendecido por ello!».

Otra característica inapreciable enSpurgeon era su espíritu de oración.Creía absolutamente en la necesidadde la oración, y la práctica de su vida

74 AGUAS VIVASESPIGANDO EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA

nunca estuvo en desacuerdo con ello.Cierta vez, unos visitantes proceden-tes de los Estados Unidos le pregun-taron cuál era el secreto de su éxito.Él les respondió: «Mi gente ora pormí». Cuando alguien entraba de visi-ta al Tabernáculo Metropolitano, él lollevaba a la sala de oración en el sóta-no, donde siempre había gente inter-cediendo de rodillas. EntoncesSpurgeon declaraba: «Aquí está lacentral eléctrica de esta iglesia».

Orar era tan natural para él comorespirar. Wayland Hoyt, un amigo,cuenta el siguiente testimonio: «Yoestaba caminando con él (conSpurgeon) en el bosque, y cuando lle-gamos a cierto lugar simplementedijo, venga arrodillémonos junto aesta cabaña y oremos, y así elevó sualma a Dios en la más reverente yamorosa oración que he oído».

También, según Theodore Cuyler,mientras caminando por el bosquetuvieron un tiempo de humorismo,Spurgeon paró de repente y dijo:«Venga Theodore, agradezcamos aDios por la risa», y allí mismo oró.

Algunas de las admoniciones mássolemnes que Spurgeon jamás diri-giera a su congregación fueron acercadel peligro de que cesaran de depen-der de Dios en oración. «¡Que Diosme ayude si dejáis de orar por mí!Avisadme en aquel día, y tendré quecesar de predicar. Avisadme cuandoos propongáis cesar en vuestras ora-ciones, y clamaré: «Dios mío, dame latumba en este día, y que yo duermaen el polvo».». Estas palabras no eranelocuencia de predicador, sino queexpresaban los sentimientos más pro-fundos de su corazón. Creía que sin

el Espíritu de Dios nada podía hacer-se. Cuando su congregación cesarade sentir su «dependencia entera yabsoluta en la presencia de Dios», es-taba seguro de que «antes de pocotiempo vendrían a ser objeto de des-precio y comentario velado, o quizásun mero leño sobre el agua».

A los predicadores enseñaba: «Sitiene que haber algún hombre debajodel cielo obligado a cumplir con elprecepto «orad sin cesar», lo es sinduda alguna el ministro cristiano. Estetiene tentaciones especiales, pruebasparticulares, dificultades singulares ...necesita por consiguiente mucha másgracia que los otros hombres, y comoél lo sabe así, se ve obligado a clamarincesantemente, pidiendo fuerza alFuerte, y a decir: «Levantaré mis ojosa los montes, de donde viene mi soco-rro ... Las oraciones que hagáis seránvuestros ayudantes más eficaces mien-tras vuestros sermones estén sobre el yun-que todavía ... si podéis mojar vuestrapluma en vuestro corazón, recurrien-do a Dios con toda sinceridad, escribi-réis bien; y si arrodillados en la puertadel cielo podéis reunir vuestros mate-riales, no dejaréis de hablar bien ...Nada puede poneros tan gloriosamen-te en aptitud de predicar, como el queacabéis de bajar del monte de comu-nión con Dios, para hablar con loshombres. Nadie es tan a propósitopara exhortar a los hombres, como elque ha estado luchando con Dios a fa-vor de ellos».

Pero, sin duda, lo que caracterizade manera más clara y significativa elministerio de Spurgeon es su predica-ción absolutamente Cristocéntrica.Cristo era el fondo y el centro de su

75AGUAS VIVAS ESPIGANDO EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA

predicación, ya se refiriese a su divinapersona, o a su bendita obra. Para él elúnico propósito y finalidad de la pre-dicación era presentar a Cristo almundo; pero no a un Cristo ético e im-perfecto, sino al Cristo de los Evange-lios, perfecto en su humanidad y ensu divinidad; un Cristo Salvador, cru-cificado y muerto para nuestra reden-ción; un Cristo que es el único reme-dio a nuestras enfermedades, y la solasolución a todos nuestros problemas,cualesquiera que éstos sean.

Spurgeon solía decir alrespecto: »Muchos, son los aspectosbajo los cuales hemos de considerar anuestro divino Señor, pero yo he dedarle siempre la mayor prominencia asu carácter salvador, de Cristo, nuestrosacrificio, el que lleva nuestros pecados. Sihubo una época en la cual hubiera ne-cesidad de ser claros, decididos y ve-hementes en este punto, es ahora...Tratar de predicar a Cristo sin la cruz,es negarlo con un beso ... Los queechan a un lado la expiación como sa-tisfacción por el pecado, también dangolpe de muerte a la doctrina de lajustificaci6n por la fe... El pensamientomoderno no es otra cosa que la tenta-tiva de retrotraer el sistema legal de lasalvación por las obras... Algunospredicadores evidentemente no creenque el Señor está con su Evangelio,porque a fin de traer y salvar a los pe-cadores, su evangelio es insuficiente ytienen que agregarle las invencionesde los hombres. La predicación delsencillo Evangelio ha de ser comple-mentada, creen ellos. . .Si vuestroEvangelio no tiene el poder del Espíri-tu Santo en él, no lo podéis predicarcon confianza».

Spurgeon amaba proclamar «lagloria de Dios en la faz de Jesucris-to». Cristo era el «tema glorioso, in-tensamente absorbente» de su minis-terio, y ese Nombre convertía sus fa-tigas en el púlpito en un «baño en laaguas del Paraíso». Esta fue su carac-terística aun desde los primeros añosde su ministerio. Por eso, no es desorprender que repasando los títulosde sus sermones en 1856 y 1857 en-contremos este nombre constante-mente repetido: «Cristo en los Nego-cios de Su Padre»; «Cristo, Poder ySabiduría de Dios»; «Cristo Levanta-do»; «La Condescendencia de Cris-to»; «Cristo Nuestra Pascua»; «CristoEnsalzado»; «El Ensalzamiento deCristo»; «Cristo en el Pacto».

En uno de tales sermones, titula-do «El Nombre Eterno», predicado aprincipios de 1855 cuando tenía vein-te años, describe lo que sería delmundo si el nombre de Jesús pudieraser eliminado del mismo. Incapaz derefrenar sus propios sentimientos, ex-clamó: «Sin mi Señor, no tendría elmenor deseo de estar aquí; y si elEvangelio no fuera cierto, bendeciríaa Dios por aniquilarme en este mis-mo instante, pues no desearía vivir sivosotros pudierais destruir el nombrede Jesús».

Muchos años después, la señoraSpurgeon recordaba este mismo ser-món, y describía del modo siguientesu final, cuando la voz de Spurgeoncasi se estaba extinguiendo a causadel agotamiento físico: «Recuerdo,con extraña claridad después de tan-to tiempo, la noche del domingo enque predicó aquel sermón. Era un

(Continúa en la página 119)

76 AGUAS VIVASREFLEXION

LA SIMIENTE DE LA MUJER

La escena de la desobediencia en el huerto de Edén es dolo-rosa. Todavía nos duele cuando la leemos. La tentación y la caí-da. Adán y Eva avergonzados, temblando ante la presencia deDios; la serpiente, triunfante; la creación de Dios, confundida.

Dios sale al encuentro de los protagonistas de tan trágicosacontecimientos. Sus palabras son fuertes; su sentencia, irrevo-cable.

Pero de las palabras a la serpiente hay unas que tienen espe-cial importancia, porque son un aviso velado de un hecho queocurrirá unos cuatro mil años después: «Y pondré enemistad entreti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya» (Gén. 3:15).

No nos referiremos aquí a la enemistad entre ambas simien-tes, sino al hecho de que todo ello, y lo que sigue, está referido ala simiente de la mujer. No a la simiente de Adán y Eva, sino a lasimiente de la mujer.

La misma mujer que fue objeto del engaño; y que provocó elmás grande descalabro habría de ser el instrumento por mediodel cual Dios habría de traer el remedio.

Cuando el ángel se aparece a María, la doncella de Nazaret,en aquella inolvidable escena, le dice: «El Espíritu Santo vendrásobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por locual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios»(Luc. 1:35).

El ángel habla con María acerca del nacimiento de Jesús. Nolo comunica a hombre alguno, sino a esta mujer. Y es que se hacumplido el tiempo de que aquella vieja profecía se cumpla. Erael tiempo de que naciera la simiente de la mujer.

Como sabemos, Jesús no nació por voluntad de varón, sinode Dios. Esto lo sabe todo cristiano, y en ello se alegra. Sin em-bargo, lo admirable y no siempre conocido, es que Dios lo anun-ció en el huerto, en aquellas palabras dichas a la serpiente. ¿Loentendió la serpiente? ¿Lo supo la mujer?

Seguramente no.Ésta es, entonces, la primera clave dejada por Dios en las

Escrituras acerca de su misterio eterno, y es el anuncio de lavindicación de aquella débil criatura que cayó tan vergonzosa-mente.

COSAS VIEJAS

77AGUAS VIVAS REFLEXION

EL CANTO DE ZACARÍAS

Lucas 1:63-79

Zacarías ha estado nueve meses mudo. No es un hombre ig-norante, no es un hombre cualquiera. El pertenece a la familiade los sacerdotes de Israel. Incluso más: se le ha aparecido unángel, y le ha hablado. Pero hace nueve meses que Zacarías nohabla.

El ángel le dijo que su mujer (¡tan anciana ya!) va a tener unhijo. ¿Un hijo? (¿No es ella una anciana?) ¡Un hijo! Y que será unprofeta. Zacarías enmudece de puro espanto, de estupefacción... ¡de incredulidad! Entonces el ángel le deja mudo.

Zacarías ahora está hablando por señas, escribiendo en ta-blillas. Todos están consternados, ¿qué sucede? ¡Zacarías ha vistovisión en el santuario! ¡Algo grande va a ocurrir!

Pasan los nueve meses, y Zacarías ni una sola palabra. Naceel niño. «¿Cómo se llamará?» – le preguntan. Él anota en unatablilla: «Juan es su nombre».

Entonces ocurre un milagro: Zacarías habla. Su boca se haabierto y un chorro de alabanza comienza a fluir por ella. ¡Es-panto! Siguen ocurriendo cosas extrañas en esta familia.

Luego ocurre un segundo milagro. Zacarías habla, no de suhijo que está ahí, a la vista de todos, atrayendo todas las mira-das.

Zacarías, lleno del Espíritu Santo, bendice a Dios y comienzaa hablar de otra persona. Habla de Uno que aún no ha nacido,pero que hará una obra portentosa. Por Él serían salvados de susenemigos y del temor para servir a Dios. ¡La alabanza fluye araudales no hacia Juan, su hijo, sino hacia el Santo Ser que ha-brá de nacer en tres meses más!

Luego, Zacarías habla de su hijo, de Juan, el profeta precur-sor. El preparará su camino. Eso es todo. Aunque no es poco.

Dos milagros. El primero de ellos da lugar al segundo, al másgrande: El testimonio acerca de Jesucristo. Lo primero queZacarías habló, luego de su mudez, no fueron palabras para re-cibir a su hijo, sino para anunciar a su Señor.

COSAS NUEVAS-

78 AGUAS VIVASESTUDIO BIBLICO

Este libro es el romance de la providencia. Ester, una judía cautiva, llega a sernovia del rey de Persia, Asuero. Ella llegó al reino en un tiempo crítico. El planinicuo de Amán para destruir al pueblo judío, impedido por la intercesiónaudaz de Ester, terminó en la destrucción de aquél. La fiesta de Purim, insti-tuida por los judíos en memoria de esta liberación, es guardada hasta hoy. Asícomo Rut representa a los gentiles viniendo a la iglesia, Ester representa a laiglesia yendo a los gentiles.

Claves para el estudio de la Palabra

Ester

Palabra clave: Providencia Versículo clave: 4:14.

A. T. Pierson

La doctrina de la providencia divinaencuentra aquí una parábola históri-ca. 1. Hay una Mano invisible por de-trás de los quehaceres humanos. 2.Tanto el bien como el mal tiene susrecompensas finales. 3. La prosperi-dad de los inicuos es insegura y nosatisface, terminando en adversidad.4. La adversidad de los buenos esuna prueba de fe, que lleva a la pros-peridad. 5. La retribución es otorgadacon exactitud poética. 6. Hasta losmenores eventos están alineados enel plan de Dios. 7. Providencia no esdestino, sino que consiste en oracióny resolución, libertad y responsabili-dad.

El nombre de Dios no aparece aquí.Hay un control secreto de los asuntos

de Su pueblo: una Mano oculta cam-bia el escenario. Solamente los ojosde la fe ven el factor divino en la his-toria humana, pero para un observa-dor atento, toda la historia es unazarza ardiente, encendida con la pre-sencia misteriosa. Este libro es la ven-tana rosada en la inmensa catedraldel Antiguo Testamento. Si la luztransmitida es tenue, revela un traza-do bellísimo y diseños simbólicos enla estructura y paneles coloridos.

La gracia es ilustrada aquí. Haysustitución, sacrificio voluntario y vi-cario, un cetro extendido a un supli-cante, audiencia con el rey y oraciónrespondida, promesas sin límites(8:8), y victoria final contra los ene-migos.

* * *

79AGUAS VIVAS ESTUDIO BIBLICO

Salmo 135Este Salmo está compuesto de mu-

chos fragmentos seleccionados, y con-tiene la continuidad y frescor de unpoema original. El Espíritu Santo a ve-ces se repite; no porque le falten pen-samientos o palabras, sino porque esconveniente que nosotros oigamos lamisma cosa en la misma forma. Contodo, cuando nuestro gran Maestrousa repetición es, en general, con va-riantes instructivas que merecen nues-tra cuidadosa atención.

Salmo 136No sabemos quién escribió este Sal-

mo, pero sabemos que era cantado enel Templo de Salomón (2 Cr. 7:3-6), y

que los ejércitos de Josafat lo cantaronen su victoria en el desierto de Tecoa.

«Cuando, en tiempo del empera-dor Constancio, san Atanasio fue ata-cado de noche en su iglesia deAlejandría por Sirianus y sus tropas,y muchos fueron heridos y asesina-dos, el obispo de Alejandría estabasentado en su sitial y ordenó al diá-cono que empezara este Salmo, y elpueblo contestó, alternando: «Porquepara siempre es su misericordia».Christopher Wordsworth.

Salmo 137Esta oda quejumbrosa es una de

las composiciones más encantadorasde todo el libro de los Salmos, por su

Estudiando los Salmos con C. H. Spurgeon

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poder poético. Si no fuera inspirada,ocuparía un lugar muy elevado enpoesía, especialmente la primera par-te, que es tierna y patriótica en altogrado. Que hallen faltas en ella losque nunca han visto su templo incen-diado, su ciudad en ruinas; es posibleque no hablaran con bocas de tercio-pelo si hubieran sufrido de esta ma-nera.

«En cada una de sus líneas sepueden oír el gemido del cautivo, ellamento del exilio y el suspiro de lossantos». W. Ormiston.

Salmo 138Este Salmo está colocado en el lu-

gar apropiado. Fuera quien fueraquien editó y ordenó estos poemassagrados, tenía buena vista para no-tar la oposición y el contraste; porquesi en el Salmo 137 vemos la necesidadde silencio ante los provocadores yburladores, aquí vemos la excelenciade una confesión valerosa. Hay tiem-pos de silencio, no sea que echemosperlas a los cerdos; y hay tiempos dehablar abiertamente, no sea que senos tache de cobardes. El Salmo esevidentemente de carácter davídico,exhibiendo toda la fidelidad, valor ydecisión que conocemos en el rey deIsrael y príncipe de los salmistas.

Naturalmente, los críticos han pro-curado negar la paternidad de Davida causa del hecho de que se mencionael Templo, aunque resulta que en unode los Salmos que se admite fueron deDavid se menciona esta palabra. Mu-chos críticos modernos son lo que lasmoscas a la comida: no pueden hacerningún bien, y a menos que se lasahuyente, causan gran mal.

Salmo 139Uno de los himnos sagrados más

notables. Canta la omnisciencia yomnipresencia de Dios, infiriendo deellas el derrocamiento de los poderesde maldad, puesto que él ve y oye loshechos y palabras abominables de losrebeldes y, sin duda, los tratará enconformidad con su justicia.

El fulgor de este Salmo es como eldel zafiro, o «cristal terrible» deEzequiel; sus destellos son ráfagas deluz que cambian la noche en día.Como faros, su cántico santo proyec-ta una luz clara hasta los confinesmás alejados del mar y nos adviertecontra el ateísmo práctico que nohace caso de la presencia de Dios y,con ello, hace naufragar al alma.

Naturalmente, los críticos descar-tan que ésta sea una composición deDavid, a causa de ciertas expresionesarcaicas en él. Creemos que sobre losprincipios del criticismo hoy en bogasería muy fácil probar que Milton noescribió el Paraíso perdido. Sabiendoqué disparatadas inferencias sacan loscríticos en estas cosas, hemos perdidotoda fe en ellos y preferimos creer queDavid es el autor de este Salmo, por laevidencia interna del estilo y la mate-ria, más bien que aceptar la opiniónde hombres cuyo juicio es evidente-mente indigno de confianza.

«Aben Ezra hace notar que éste esel Salmo más glorioso y excelente detodo el libro; de que es muy excelenteno cabe duda; de que sea el más exce-lente, es más difícil de aceptar». J. Gill.

«Hay un Salmo que los cristianosharían bien si, como Pitágoras consus preceptos áureos, lo repitierancada mañana y cada tarde. Es la ape-

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lación de David a una buena concien-cia ante Dios contra las sospechasmaliciosas y calumnias de los hom-bres en el Salmo 139». SamuelAnnesley.

«Este Salmo es una de las compo-siciones más sublimes del mundo.¿Cómo pudo el zagal que vigilabaovejas concebir un tema tan sublimey escribir en tonos tan sublimes?».George Rogers.

«El Salmo de David». «Cómo pue-de algún crítico asignar este Salmo aotro que no sea David, no lo puedoentender. Cada línea, cada idea, cadagiro de expresión y transición es suyoy sólo suyo. En cuanto a los argu-mentos sacados de dos expresionescaldeas que hay en él, son realmenteuna fruslería. Estas expresiones con-sisten meramente en la sustitución deuna letra por otra, muy semejante enforma, y puede ser fácilmente el errorde algún copista, especialmente unoque hubiera usado el idioma caldeo;pero los argumentos morales para lapaternidad de David son tan fuertescomo para anular este criticismo ver-bal, o mejor literal, y otras objecionesmucho más formidables, caso de queaparecieran». John Jebb.

Salmo 140Este Salmo está en el lugar apro-

piado a continuación del 139, demodo que casi puede leerse tras elanterior sin hallar una brecha entrelos dos. El conjunto del Libro de losSalmos quedaría dañado seriamentesi se interfiriera con el orden de losmismos, como algunos han propues-to. Es el grito del alma acorralada, lasúplica de un creyente perseguido in-

cesantemente y sitiado por enemigosastutos, que ansían su destrucción.

David era perseguido como unaperdiz por los montes y raramentetenía un momento de descanso. Estaes la apelación patética a Jehová pi-diendo protección, una llamada quegradualmente se intensifica en la de-nuncia de sus acerbos enemigos. Coneste sacrificio de oración ofrece la salde la fe, porque en una manera muymarcada y enfática expresa su con-fianza personal en el Señor como Pro-tector de los oprimidos y como supropio Dios y defensor. Pocos Salmoscortos son tan ricos en la joya precio-sa de la fe.

Salmo 141Título: «Salmo de David». Sí, Da-

vid está bajo sospecha; tiene miedode hablar para no inculparse él mis-mo, inadvertidamente, al tratar dedefenderse; David, calumniado y si-tiado por sus enemigos; David, cen-surado incluso por los santos, y to-mándolo con paciencia; David, de-plorando la condición del bando pia-doso por el cual había sido reconoci-do como jefe; David, esperando enDios con expectación confiada.

El Salmo pertenece a un grupo decuatro, y es bastante semejante a losotros tres. Su significado es profundo,de modo que en algunos puntos esmuy oscuro; con todo, incluso en susuperficie, tiene polvo áureo. En sucomienzo, el Salmo es iluminado conel resplandor que se levanta con el in-cienso vespertino que se eleva hacia elcielo; luego viene la noche, lenguajeen cuyo significado no podemos casiver nada; y ésta da lugar, luego, a la

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luz de la mañana, en la cual nuestrosojos están junto al Señor.

«Pocos Salmos abarcan en una di-mensión tan reducida tantas gemasde verdad preciosa y santa». BartonBouchier.

Salmo 142Este «Masquil» está descrito para

nuestra instrucción. Nos enseña prin-cipalmente, por medio del ejemplo, laforma de ordenar nuestra oración entiempos de aflicción. Una instrucciónasí es una de las partes más necesa-rias, prácticas y efectivas de nuestraeducación espiritual. El que haaprendido a orar, ha recibido instruc-ción en la más útil de las artes y lasciencias. Los discípulos dijeron alHijo de David: «Señor, enséñanos aorar»; y aquí David nos da una valio-sa lección al enumerar sus propiasexperiencias en cuanto a la súplicahallándose bajo una nube.

Salmo 143«Salmo de David». Se parece tan-

to a otros Salmos davídicos que acep-tamos el título sin la menor vacila-ción. La historia de David lo ilustra,y su espíritu respira en él. Por qué hasido clasificado como uno de los sieteSalmos Penitenciales no podemos de-cirlo; porque es más bien una reivin-dicación de su propia integridad, yuna oración indignada contra sus ca-lumniadores, que una confesión defalta. Es verdad que el segundo versí-culo prueba que él nunca había ni so-nado intentar justificarse delante delSeñor; pero en ello es difícil ver quehaya el quebrantamiento de espírituque hallamos en la penitencia. Parece

más bien marcial que penitencial,más bien una súplica para ser libera-do de la tribulación que un reconoci-miento compungido de trasgresión.

«Al hacer este Salmo (según se veclaramente), David se hallaba en al-gún peligro extremo; fuera por partede Saúl, que le había forzado a huir ala cueva como en el Salmo anterior, opor parte de Absalón su hijo, o por al-gún otro, esto es incierto. Este valiosoSalmo, pues, contiene estas tres cosas:Primera, una confesión de sus peca-dos. Segunda, una lamentación porlas injurias infligidas. Tercera, una sú-plica de liberación temporal y de gra-cias espirituales». Archibald Symson.

Salmo 144Nos parece muy probable que el

Salmista, recordando que había reco-rrido ya antes parte de este territorio,sintió que su mente se dirigía hacianuevos pensamientos, y que el Espíri-tu Santo usó esta disposición de Da-vid para sus propios propósitos eleva-dos. Para nosotros todo el Salmo apa-rece perfecto tal como está, y muestratal unidad todo él, que sería un actovandálico y un crimen espiritual elquitar parte alguna del mismo.

Salmo 145Éste es uno de los Salmos alfabé-

ticos, compuesto con mucho arte, e in-dudablemente así ordenado para ayu-dar a la memoria. El Espíritu Santo con-desciende incluso al uso de métodos deartificio del poeta para asegurarse laatención e impresionar al corazón.

Ciertamente la alabanza de Davides la mejor alabanza, porque es la deun hombre de experiencia, de sinceri-

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dad, de calma y de intenso fervor enel corazón. Nadie puede rendir laalabanza ofrecida por David, porqueesto sólo David pudo hacerlo, peropodemos tomar el Salmo de Davidcomo modelo y procurar hacer nues-tra propia adoración personal tan se-mejante a él como sea posible; tarda-remos mucho en igualar nuestro mo-delo. Que cada lector cristiano pre-sente su propia alabanza al Señor y lallame con su propio nombre. ¡Qué ri-queza y variedad de alabanzas pre-sentaríamos en este caso por mediode Jesucristo!

Salmo 146Nos hallamos ahora en los «Ale-

luyas». El resto de nuestro caminotranscurre por 105 montes deleitosos.Todo es alabanza al final del libro. Laclave es aguda; la música son címba-los que retiñen. ¡Oh si tuviéramos elcorazón lleno de gratitud gozosa,para poder correr, saltar y glorificar aDios como hacen estos Salmos!

«Este Salmo da en forma resumi-da el Evangelio de la confianza. In-culca los elementos de fe, esperanzay acción de gracias». Martín Geier.

Salmo 147Este es un cántico notable. En él

se celebran la grandeza y la bondadcondescendiente del Señor. El Diosde Israel es presentado en la peculia-ridad de su gloria como cuidando delos afligidos, los insignificantes, losolvidados. El poeta halla un gozo es-pecial en alabar a uno que está tanlleno de gracia. Es un Salmo de laciudad y del campo, de la primeracreación y de la segunda, de la comu-

nidad y de la iglesia. Es todo él bue-no y agradable.

Salmo 148Este cántico es uno e indivisible.

Parece casi imposible exponerlo endetalle, porque un poema vivo nopuede ser disecado verso tras verso.Es un cántico sobre la naturaleza y lagracia. Como un relámpago cruza elespacio y su resplandor envuelve cie-lo y tierra en un ropaje de gloria, asíla adoración del Señor en este Salmoilumina todo el universo y hace queresplandezca con el fulgor de la ala-banza. El canto empieza en los cielosy va descendiendo hasta las profun-didades, para volver a ascender denuevo, hasta que el pueblo cercano aJehová se ha unido a su melodía.Para su exposición el requisito princi-pal es un corazón ardiente de reve-rente amor al Señor de todos, al cualsea la gloria para siempre.

«El último en ser creado, el hom-bre, pero el primero en canto, no pue-de contenerse. Danza, canta; da órde-nes a todos los cielos con los ángelesen ellos que le ayuden; «bestias y ga-nado, reptiles y aves», todos debenhacer lo mismo; incluso los «drago-nes» no deben quedar silenciosos; y«todas las profundidades» debenaportar su contribución. Trae inclusoobjetos inertes a su servicio -tambo-res, trompetas, arpas, órganos, cím-balos-, por si por algún medio, puedeél dar expresión a su amor y sugozo». John Pulsford.

«Milton, en su Paraíso Perdido (Li-bro 5, línea 153), ha imitado este Sal-mo de modo elegante, y lo ha puestoen boca de Adán y Eva en su estado

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de inocencia como su himno matuti-no». James Anderson.

«Este Salmo no es ni más ni menosque una gloriosa profecía del día veni-dero en que no sólo se habrá extendidoel conocimiento del Señor sobre toda latierra, como las aguas cubren el mar,sino que todo ser creado en el cielo yen la tierra, animado e inanimado, des-de el arcángel más elevado a través detodos los grados y fases del ser, hastael átomo más pequeño; jóvenes y don-cellas, viejos y niños, y todos los reyesy príncipes y jueces de la tierra - seunirá en su himno milenial a la alaban-za del Redentor». B. Bouchier.

Salmo 149Estamos casi en el último Salmo y

todavía entre ‘Aleluyas’. Este es unnuevo cántico, evidentemente a pro-pósito para la nueva creación y loshombres que tienen un nuevo cora-zón. Es el cántico que puede ser can-tado a la venida del Señor, cuando lanueva dispensación derribe a los ini-cuos y honre a todos los santos. Eltono es jubiloso y rebosante. En todoél se oye el resonar de címbalos y ar-pas, al ritmo de los pies de las donce-llas que golpean el suelo con sus dan-zas.

Salmo 150Hemos llegado a la última cum-

bre de esta cordillera de los Salmos.Se eleva a gran altura en el claro azuldel cielo, y sus laderas están bañadaspor la luz del sol del mundo eternode la adoración. Es un éxtasis. El poe-ta profeta está lleno de inspiración yde entusiasmo. No discute, no expli-

ca, no enseña, sino que prorrumpe en«¡Alabad a Dios! ¡Alabad a Dios!».

«El Salmo anterior termina con uncoro de alabanza a Dios, en el cual elpoeta llama a todo el pueblo, todos losinstrumentos de música sagrada, todoslos elementos y todas las estrellas, paraque se unan al mismo. Final sublimede esta obra de 60 años cantada por elpastor, el héroe, el rey y el anciano.

«En este Salmo final vemos elmismo entusiasmo casi inarticuladodel poeta lírico; ¡las palabras se agol-pan en sus labios con tal celeridad,flotando hacia arriba, a Dios, su fuen-te, como el humo del gran incendiodel alma avivado por la borrasca!Aquí vemos a David, o mejor dicho,el corazón humano mismo con todaslas notas que le ha dado Dios, aflic-ción, gozo, lágrimas y adoración:poesía santificada en su expresiónmás elevada, un vaso de perfume de-rramado en los peldaños del Temploy esparciendo su fragancia desde elcorazón de David al corazón de todala humanidad». William Plumer.

«El primero y el último Salmo tie-nen el mismo número de versículos,y los dos son cortos y memorables;pero el objetivo de ambos es muy dis-tinto; el primero es una instrucciónelaborada respecto a nuestro deber,nos prepara para los consuelos denuestra devoción; éste es todo éxtasisy arrobamiento, y quizá fue escritocomo una conclusión de estos cantossagrados, para mostrar cuál es el de-signio de todos ellos, a saber, el deayudarnos a la alabanza a Dios». M.Henry. FIN.Extractado de «El Tesoro de David» de C. H. Spurgeon.

* * *

85AGUAS VIVAS ESTUDIO BIBLICO

Las dos epístolas del apóstolPablo a los tesalonicenses sonlas primeras cartas que él es-

cribió. Él las escribió poco tiempo des-pués de haber sido usado por Diospara fundar la iglesia en Tesalónica.

Sabemos que la iglesia enTesalónica fue generada a través delos dolores de parto del alma de Pa-blo y, después de haber sido fundada,aquella iglesia sufrió persecucióncontinuamente. Mientras Pablo esta-ba aún en Corinto, él escribió su pri-mera carta a la iglesia, con el propósi-to de animar a aquellos cristianosque estaban pasando por tribulación.

Sabemos que el mejor aliento quese puede dar a una iglesia, no importa

si ella es joven o antigua, es incenti-varla a permanecer firme en la espe-ranza de la venida del Señor. Por esarazón el apóstol Pablo menciona cons-tantemente la venida del Señor en suprimera carta a los tesalonicenses.

Ya mencionamos con anterioridadque la venida o la parousía del Señorsignifica ‘presencia’. La parusía se re-fiere a una llegada y al espacio detiempo que sigue a la llegada. Por lotanto, la parusía es en realidad un es-pacio de tiempo. La parusía del Señorse extiende por un período de tiem-po, y cubre una serie de eventos. Demodo resumido, la parusía del Señorocurre en dos etapas.

En Hechos 1:11, los discípulos es-

Stephen Kaung

Segunda Epístola a los Tesalonicenses

Lectura: 2ª Tesalonicenses 2:1-17.

AGUAS VIVAS 85

86 AGUAS VIVASESTUDIO BIBLICO

taban en el monte de los Olivos ypresenciaron cuando el Señor fue ele-vado al cielo hasta que fue cubiertopor una nube. Ellos aún estaban mi-rando a los cielos cuando se les apa-recieron dos varones con vestidurasblancas que les dijeron: «Varonesgalileos, ¿por qué estáis mirando al cielo?Este mismo Jesús, que ha sido tomado devosotros al cielo, así vendrá como le ha-béis visto ir al cielo».

La ascensión del Señor al cieloocurrió en dos etapas. La primera,desde el monte de los Olivos hastalas nubes, fue visible. La segunda,desde las nubes hasta el cielo, fue in-visible. Y los varones dijeron a losdiscípulos que él volvería de la mis-ma manera. Así como su ausencia fueen dos etapas, su presencia ocurriráen dos etapas, aunque en orden in-verso.

En su venida, la primera etapaserá desde el trono a los aires, en for-ma invisible. La segunda, desde lasnubes hasta el monte de los Olivos,será visible. Si tenemos en mente es-tas dos fases, ciertamente no estare-mos confundidos.

El problema que los cristianos deTesalónica estaban enfrentando en re-lación a la venida del Señor era a cau-sa de aquellos que habían creído en ély habían fallecido (ver 1ª Tes. 4).Cuando pensaban en el retorno delSeñor, que es una bendita esperanza,ellos se entristecían, porque pensabanque aquellos que habían muerto en elSeñor no presenciarían su arribo. Esprobable que pensaran que aquelloshermanos habían perdido la gran ben-dición de ser llevados al cielo, esto es,el privilegio de ser arrebatados.

Por esto, en su primera carta, Pa-blo intentó mostrarles que en la veni-da del Señor se producirá el arrebata-miento, en el cual estarán tanto losvivos como aquellos que durmieronen Cristo Jesús. Ellos serán levanta-dos de entre los muertos y llevados alos aires junto con los vivos, y todosestarán con el Señor.

No mucho tiempo después, Pablorecibió noticias de Tesalónica, y sesintió motivado a escribirles otra car-ta. En ella, Pablo intenta hablar sobrela segunda etapa de la parusía. En lacarta anterior, él trata de la primerafase: la venida del Señor desde el tro-no hasta los aires. Hoy sabemos quenuestro Señor Jesús está sentado a ladiestra del Padre, pero un día él ven-drá, y su venida comenzará desde eltrono.

Al leer toda la Palabra de Diosponiendo juntos los pasajes de la Bi-blia relacionados con este mismoasunto, descubrimos que llegará undía en que, repentinamente, algo va aacontecer aquí en la tierra. Y, graciasa Dios, sabemos que eso puede ocu-rrir en cualquier momento. Un día,en todo el mundo, algunos cristianoshabrán desaparecido, habrán sido lle-vados. Mateo 24 dice que dos estarándurmiendo juntos; uno será llevado yel otro será dejado. Dos estarán tra-bajando en un molino por la mañana;uno será llevado y el otro será deja-do. Dos estarán trabajando en el cam-po al mediodía; uno es llevado y elotro es dejado. Sabemos que ‘dos’ re-presenta a los cristianos queestuvieren vivos en la ocasión de lavenida del Señor.

Esa es nuestra gran oportunidad.

87AGUAS VIVAS ESTUDIO BIBLICO

En la venida del Señor, aquellos cris-tianos que estén preparados, velandoy orando, que estén dispuestos a to-mar su cruz y seguir al Señor, que seestán liberando de las cadenas quelos atan al mundo, aquellos que esténapercibidos y, por tanto, son los ven-cedores de la iglesia, ellos serán lle-vados primero, como aquel hijo va-rón mencionado en Apocalipsis 12.

En cuanto el hijo varón nace, él esarrebatado para el trono, preparandoel camino para que el Señor vengadesde el trono a los aires. El hijo va-rón se refiere a un grupo de perso-nas, es colectivo, porque está escritoque ellos han vencido al acusador pormedio de la sangre del Cordero, porla palabra del testimonio de ellos, ymenospreciaron la vida de sus almashasta la muerte (Ap. 12:11).

Después que ellos sean arrebata-dos para el trono, habrá guerra en losaires. Miguel y sus ángeles lucharáncontra Satanás y sus seguidores, y nohabrá más lugar para Satanás en losaires, donde actualmente se localizasu cuartel general. Satanás y sus se-guidores serán arrojados a la tierra, yasí los aires serán limpiados para queel Señor pueda descender desde eltrono hasta los aires.

Durante este período, sobre la tie-rra, habrá una gran tribulación, por-que el trío de maldad –Satanás, el fal-so profeta y el anticristo– estarán enla tierra. Sin embargo, gracias al Se-ñor, a través de la gran tribulación, lasiega estará siendo preparada.

Los primeros frutos, las primicias,representados por los vencedores, yahabrán sido tomados. Pero, ¿qué deciren relación al resto de la cosecha? El

resto de los cristianos estará prepara-do y, al son de la última trompeta, laséptima, los muertos en Cristo seránlevantados de entre los muertos y, jun-to con los que estén vivos en la tierra,serán arrebatados hacia los aires, paraencontrarse allí con el Señor

En esa ocasión habrá el tribunalde Cristo. Todos aquellos que perte-necen a la familia de Dios se reuniránen torno al Señor y serán juzgadoscomo una familia. Sus obras seránexaminadas, y aquellos cuyas obrassean oro, plata y piedras preciosas,serán recompensados. En cambio,aquellos cuyas obras sean madero,heno y hojarasca, verán sus obrasdestruidas, aunque ellos mismos se-rán salvos como por fuego.

Esta es la primera parte de laparusía, conforme se nos muestra en1ª Tesalonicenses. Sin embargo, tene-mos la impresión de que Pablo omitióla segunda parte, aquella que se re-fiere a la venida del Señor desde losaires a la tierra. En verdad, él men-ciona este asunto, pero será tratadoespecialmente en la segunda carta.

La primera carta se refiere a laprimera fase de la parusía, que estáespecialmente relacionada con laiglesia. Es la venida del Señor parasus santos, y el arrebatamiento estáincluido en este periodo. La segundacarta trata en especial la segunda fasede la parusía, y se relaciona princi-palmente con el mundo. Es la mani-festación de su parusía, el esplendorde su presencia. Es la venida del Se-ñor con sus santos, relacionada prin-cipalmente con la cuestión del juicio.Es importante tener presente esto alavanzar en este estudio.

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La iglesia en Tesalónica tenía unnuevo problema, y no sabemos concerteza cómo surgió. Sin embargo, te-nemos una indicación importante,pues en el capítulo 2 de la segundacarta, dice: «...no os dejéis mover fácil-mente de vuestro modo de pensar, ni osconturbéis, ni por espíritu, ni por pala-bra, ni por carta como si fuera nuestra,en el sentido de que el día del Señor estácerca. Nadie os engañe en ninguna ma-nera...».

Es probable que, durante aquelcorto período de tiempo entre la pri-mera y la segunda carta, alguien pro-fetizó y dijo que el día del Señor ha-bía llegado. Quizás haya sido una pa-labra, o tal vez alguien haya falsifica-do una carta, como si fuese del após-tol Pablo. Cuando los creyentes oye-ron estas cosas, quedaron sumamenteperturbados.

En la 1ª a los Tesalonicenses, elproblema de ellos estaba relacionadocon aquellos que habían partido conel Señor. Ahora su problema era conrespecto a los vivos. Si, en efecto, eldía del Señor había llegado, esto eraalgo terrible, porque el día del Señores el día de la ira y del juicio, y ellosestarían presenciando ese día.

Tal vez sea importante que tenga-mos claridad en esta cuestión. En suprimera carta, Pablo mencionó el díadel Señor: «...Porque vosotros sabéisperfectamente que el día del Señor ven-drá así como ladrón en la noche; quecuando digan: Paz y seguridad, entoncesvendrá sobre ellos destrucción repentina,como los dolores a la mujer encinta, y noescaparán» (1ª Tes. 5:2-3).

De alguna manera el enemigo in-tentó introducir un poco de mentira

en la verdad. Es verdad, Pablo habíamencionado algo con respecto al díadel Señor. Él dijo: «...el día del Señorvendrá así como ladrón en la noche».Será algo súbito, repentino, inespera-do. «...cuando digan: Paz y seguri-dad...», como si todo estuviere en pazy seguridad, súbitamente, vendrá ladestrucción. El día del Señor es des-trucción, «...vendrá sobre ellos destruc-ción repentina, como los dolores a la mu-jer encinta, y no escaparán».

Alguien, entonces, dijo que el díadel Señor había llegado. ¿No estánustedes enfrentando tantos proble-mas? ¿No están sufriendo tantas per-secuciones? ¿No están pasando portantos sufrimientos? ¡Bueno, eso esevidencia de que el día del Señor lle-gó, y ustedes están viviendo ese día!Mas, si esto fuese verdadero, ¿cuálsería la esperanza de ellos?

En verdad, cuando Pablo escribióla primera carta, él intentó alentarloscon la esperanza de la venida del Se-ñor (cap. 4). Él dijo: El Señor está vi-niendo en breve, y cuando él venga,«...los muertos en Cristo resucitarán pri-mero. Luego nosotros los que vivimos, losque hayamos quedado, seremos arrebata-dos juntamente con ellos en las nubespara recibir al Señor en el aire».

Ahora necesitamos recordar que,en el capítulo 4, Pablo está hablandocon respecto a ‘nosotros’, es decir, Pa-blo y los cristianos tesalonicenses. Enel capítulo 5, él dijo: «Pero acerca de lostiempos y de las ocasiones, no tenéis ne-cesidad, hermanos, de que yo os escriba.Porque vosotros sabéis perfectamente queel día del Señor vendrá...».

Nuevamente, Pablo está escribien-do a los hermanos tesalonicenses,

89AGUAS VIVAS ESTUDIO BIBLICO

pues él dice ‘vosotros’. Pero en el ver-sículo 3, cuando Pablo dijo: «...cuandodigan ... vendrá sobre ellos...». En otraspalabras, después que Pablo hablócon los cristianos de Tesalónica res-pecto de la primera etapa de laparusía, entonces él pasa a tratar so-bre la segunda etapa. Él dijo: Vendráel día del Señor, pero eso no se refierea ustedes; ese día es para ‘ellos’. ¿Yquiénes son ‘ellos’? ‘Ellos’ se refiereal mundo. El mundo va a decir ‘paz yseguridad’, y entonces vendrá sobreellos la destrucción repentina, y notendrán escapatoria.

Mas, en cuanto a ustedes, herma-nos, oigan: «Mas vosotros, hermanos,no estáis en tinieblas, para que aquel díaos sorprenda como ladrón. Porque todosvosotros sois hijos de luz e hijos del día;no somos de la noche ni de las tinieblas.Por tanto, no durmamos como los demás,sino velemos y seamos sobrios» (1ª Tes.5:4-6).

De esta manera, las palabras ‘eldía del Señor’ están relacionadas conel mundo, y no con la iglesia. Conrespecto a la iglesia, se dice que sonhijos de la luz, y el día del Señor novendrá sobre ellos como un ladrón.Pero, de alguna forma, los cristianostesalonicenses no lo entendieron.Ellos confundieron todo. Pensaronque el día del Señor ya había llegadoy, en consecuencia, no había más es-peranza para ellos; habían perdido laoportunidad, y estaban, por tanto, vi-viendo el día del juicio.

Entonces, Pablo intentó una vezmás corregir sus conceptos y com-prensión de estos acontecimientos, yles habló: No, no; el día del Señor novendrá sin que antes acontezcan dos

cosas. Primero, la apostasía, y luego,la revelación del hombre de pecado,el hijo de perdición.

Podríamos pensar que el proble-ma de los tesalonicenses residía en elhecho de que ellos estaban esperandodemasiado temprano la venida delSeñor, y por eso Pablo les estuviesetratando de explicar que el Señor novendría tan pronto, porque debíanacontecer algunas cosas antes de suvenida. No, ese no era el problema.El problema real es que ellos confun-dieron las dos etapas de la parusía.Ellos confundieron los dos días.

En la Biblia es mencionado ‘el díade Cristo’ y ‘el día del Señor’. Sin em-bargo, esas dos expresiones no son lamisma cosa. Lamentablemente, en al-gunas versiones de la Biblia, los tra-ductores usaron una misma expre-sión tanto para ‘el día del Señor’como para ‘el día de Cristo’. Por estarazón, muchas personas confundenambos días.

Pero, al leer con cuidado el NuevoTestamento, se descubre que ‘el díadel Señor’ y ‘el día de Cristo’ son dosdías diferentes. El ‘día de Cristo’ serefiere a la primera etapa de laparusía, y está relacionada con laiglesia. El ‘día del Señor’, por otrolado, se refiere a la segunda parte dela parusía, y está relacionada con elmundo, con el juicio.

A fin de comprender bien esa di-ferencia, vamos a estudiar esto unpoco más en detalle.

El día de Cristo«...estando persuadido de esto, que el

que comenzó en vosotros la buena obra,la perfeccionará hasta el día de Jesucris-

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to» (Flp. 1:6). Aquella buena obra queDios comenzó en ti, él la completaráhasta el día de Jesucristo.

«...para que aprobéis lo mejor, a finde que seáis sinceros e irreprensibles parael día de Cristo, llenos de frutos de justi-cia que son por medio de Jesucristo, paragloria y alabanza de Dios» (Flp. 1:10-11). O sea, si, por la gracia de Dios,nosotros somos capaces de discernirlas cosas excelentes, nosotros podre-mos ser puros e irreprensibles en eldía de Cristo. Cuando el día de Cris-to venga, estaremos puros y sin culpaalguna.

«...asidos de la palabra de vida, paraque en el día de Cristo yo pueda gloriar-me de que no he corrido en vano, ni envano he trabajado» (Flp. 2:16). Él dijo alos creyentes que ellos deberían serluz en el mundo, y de esa forma, Pa-blo podría enorgullecerse de ellos enel día de Cristo. Pablo se gloriaría enellos en el día de Cristo. (Ver también1ª Cor. 1:8).

De esta manera, se descubre queel día de Cristo, el día de Jesucristo,está relacionado con la iglesia. Cuan-do llegue el día de Cristo, todos noso-tros compareceremos delante de él.Nosotros le veremos, y nuestrasobras serán recompensadas. Es el díaque nosotros, como creyentes, esta-mos aguardando con gran expecta-ción.

Nosotros deberíamos vivir diaria-mente a la luz de aquel día, sabiendoque un día veremos al Señor y, poreso, queremos agradarle en todas lascosas. El apóstol Pablo vivía diaria-mente a la luz del día de Cristo. Éltrabajaba, sufría, se fatigaba y teníadolores de parto porque sabía que un

día él sería recompensado. Amadoshermanos, esta es nuestra bendita es-peranza – el día de Cristo.

El día del SeñorSabemos que hay otro día, al cual

llamamos ‘el día del Señor’. La ex-presión ‘el día del Señor’ se originóen el Antiguo Testamento, y fue usa-do posteriormente en el Nuevo.

En el Nuevo Testamento, se en-cuentra esa expresión en 1ªTesalonicenses 5:2-3: «Porque vosotrossabéis perfectamente que el día del Señorvendrá así como ladrón en la noche ... en-tonces vendrá sobre ellos destrucción re-pentina». Y en 2ª Tesalonicenses 2:2:«...que no os dejéis mover fácilmente devuestro modo de pensar, ni os conturbéis,ni por espíritu, ni por palabra, ni porcarta como si fuera nuestra, en el sentidode que el día del Señor está cerca».

Sin embargo, originalmente, laexpresión ‘el día del Señor’ viene delAntiguo Testamento, y es un términoempleado por los profetas. Encontra-mos esta expresión en los siguientespasajes: Isaías 2:12; 13:6, 9; 34:8. Jere-mías 46:10. Lamentaciones 2:22.Ezequiel 13:5; 30:3. Joel 1:15; 2:1.Amós 5:18. Abdías 15. Sofonías 1:7-8;18:2-3. Zacarías 14:1. Malaquías 4:5.

En el Antiguo Testamento, el díadel Señor es día de juicio, de ira, devenganza, de aflicciones. Dios envióese día a la nación de Israel por causade sus pecados. Dios envió ese día aEgipto, a Edom y a Babilonia tambiénpor causa de sus pecados, y en los úl-timos días, Dios enviará ese día atodo el mundo – el juicio de las na-ciones por causa de Sion.

Los creyentes de Tesalónica esta-

91AGUAS VIVAS ESTUDIO BIBLICO

ban en dificultades. Ellos habían sidoengañados por espíritu, por palabras,por falsas cartas diciendo que el díadel Señor había llegado. Es lógicoque eso se transformara en un pro-blema para ellos, pues, si todo eso eraverdad, ¿qué esperanza había paraellos? Lo habían perdido todo. PeroPablo les dice: «No, no; el día del Se-ñor no vendrá sin que ciertas cosasacontezcan primero».

Es importante aclarar aún unacosa más: hoy es día de misericordia.En el día de misericordia sucede algomuy interesante: los creyentes sufren.Los creyentes tesalonicenses creíanen el Señor Jesús; ellos tenían fe yamor. Su fe crecía y su amor eraabundante; pero aún así, sus padeci-mientos no disminuían. Era como siel mundo tuviese plena libertad paraperseguir a los cristianos, y nada leocurriese al mundo.

¿No es extraño esto? ¿Dónde estáel justo juicio del Señor? ¿Por qué mo-tivo el justo sufre y el impío prospera?El apóstol Pablo va a dar una explica-ción muy interesante. «...tanto, que no-sotros mismos nos gloriamos de vosotrosen las iglesias de Dios, por vuestra pacien-cia y fe en todas vuestras persecuciones ytribulaciones que soportáis. Esto es de-mostración del justo juicio de Dios, paraque seáis tenidos por dignos del reino deDios» (2ª Tes. 1:4-5). Observen la afir-mación de Pablo diciendo que ellos es-taban soportando aflicciones y que elhecho de que ellos estuviesen sufrien-do es prueba clara del justo juicio deDios. ¿No les parece interesante estaexplicación? Pero en los versículos si-guientes, él continúa: «...para que seáistenidos por dignos del reino de Dios, por

el cual asimismo padecéis. Porque es justodelante de Dios pagar con tribulación alos que os atribulan, y a vosotros que soisatribulados, daros reposo con nosotros,cuando se manifieste el Señor Jesús desdeel cielo con los ángeles de su poder, en lla-ma de fuego, para dar retribución a losque no conocieron a Dios, ni obedecen alevangelio de nuestro Señor Jesucristo» (2ªTes. 1:5-8).

Nosotros estamos viviendo en eldía de misericordia y, en este día, pa-rece que Dios permite que el justo su-fra, permite que el atormentador ago-bie al justo. Pablo dijo: «Esto es señalevidente del justo juicio de Dios».¿Cómo se explica esto? La explicaciónes la siguiente: Dios usa el sufrimientopara perfeccionarnos. El sufrimientoes por causa de la gloria a la cual esta-mos por entrar. Es por causa del reinode Dios, para que seamos considera-dos dignos del reino de Dios.

El mismo Señor Jesús sufrió pri-meramente, y después entró en lagloria. Por lo tanto, nosotros debemossufrir a fin de madurar, ser perfeccio-nados, considerados dignos de la glo-ria que estamos por recibir. En otraspalabras, Dios está utilizando a nues-tros enemigos para perfeccionarnos.Este es el justo juicio de Dios.

¿Permitirá el Dios justo que unacosa como esa continúe para siem-pre? ¡No! Vendrá el día en que él juz-gará al que nos atormenta, y nosotroshallaremos descanso en Él. Este es eldía del Señor, la revelación del SeñorJesús, el Apocalipsis.

Un día, el Señor vendrá desde losaires a la tierra, y vendrá con millaresde ángeles. Él vendrá con sus ejérci-tos celestiales y con los vencedores de

92 AGUAS VIVASESTUDIO BIBLICO

la iglesia. Él descenderá sobre estatierra, y habrá una última batalla, labatalla de Armagedón. Es la lucha deCristo y su ejército contra Satanás ysus seguidores; y Cristo destruirá alenemigo con el soplo de su boca. Sa-tanás será apresado y lanzado alabismo; el falso profeta y el anticristoserán arrojados en el lago de fuego yaquellos que siguen a la bestia seránmuertos.

El juicio vendrá sobre esta tierra,y Cristo reinará sobre la tierra duran-te mil años. La justicia reinará sobrela tierra. No pienses que el mundoescapará del juicio. Dios sólo está es-perando. Un día vendrá el juicio so-bre este mundo y todo el mal serádestruido. La justicia gobernará sobrela tierra. Cristo reinará para siemprey aquellos que están con Cristo reina-rán con él. Este es el día del Señor.

La apostasíaEntretanto, antes de llegar este

día, deben acontecer dos cosas: laapostasía y la manifestación del hom-bre de pecado. Pero, recuerden, estoestá relacionado con la segunda eta-pa de la parusía, y no con la primera.Por lo tanto, no es algo que nosotrosestemos esperando. Nosotros esta-mos esperando a Cristo, no alanticristo, pues es el mundo quiendebe sufrir en sus manos.

En primer lugar, habrá la aposta-sía. La palabra apostasía significaabandonar, salir, apartarse de algo.Significa abandonar la fe, apartarse dela fe. Nuestro Señor Jesús dijo: «En losúltimos días, ¿habrá fe sobre la tie-rra?». Nosotros sabemos que el espíri-tu de iniquidad ya está sobre la tierra.

Pienso que no hay duda sobre eso.El espíritu de iniquidad ya está so-

bre esta tierra, pero creemos que ha-brá una apostasía, un apartarse, unabandono general de la fe. No sólo elmundo se apartará más y más de laverdad, de la ley y del orden, sino queaun entre el pueblo de Dios habrá unapartarse y un abandono de la fe.

El apartarse y el abandono de lafe se está transformando en un fenó-meno generalizado. Las personas nocreen en la verdad. Creen en aquelloque no es verdad, creen en las menti-ras. No hay más modelos, no haymás absolutos; todo está siguiendo elerror. Si esto está aconteciendo, signi-fica que el camino para la manifesta-ción del hombre de pecado está sien-do preparado.

El hombre de pecadoEl hombre de pecado es la perso-

nificación del pecado, de la mismamanera que Cristo es la personifica-ción de la justicia. Él es el Justo, peroel hombre de pecado es exactamentelo opuesto. Él es el hombre de perdi-ción, así como Cristo es el hombre deVida, la vida eterna, el Padre eterno.

Dios usa el sufrimientopara perfeccionarnos. Elsufrimiento es por causade la gloria a la cual esta-mos por entrar. Es por cau-sa del reino de Dios, paraque seamos consideradosdignos del reino de Dios.

93AGUAS VIVAS ESTUDIO BIBLICO

Cristo es el Cordero, mas el hombrede pecado es una bestia.

Un día, el anticristo va a aparecersobre esta tierra y él se hará a sí mis-mo un dios. Destruirá toda religión.Él querrá que todas las personas loadoren como si él fuese Dios. Él harámilagros y otras cosas, mas el Señoraparecerá y lo destruirá con el soplode su boca.

Aquel que ahora lo detienePablo, sin embargo, dice que eso

aún no ha sucedido. El espíritu deiniquidad ya está aquí, pero el inicuotodavía no aparece, porque hay unoque aún lo detiene. Antes que aquelque lo detiene sea removido, ese ini-cuo no aparecerá.

¿Quién es este que lo detiene? Enla cristiandad hay muchas explicacio-nes diferentes, pero no podemos ha-blar aquí de todas ellas, porque es unasunto muy amplio. Mencionaré sóloaquellas interpretaciones que me pa-recen más satisfactorias. Si ustedesno concuerdan con ellas, pueden ha-cer sus propias indagaciones.

Creo que aquel que lo detiene serefiere a aquel hijo varón menciona-do en Apocalipsis 12. La iglesia sobrela tierra es la luz del mundo y la salde la tierra. Esto es lo que ella debe-ría ser. Nosotros debemos resplande-cer de modo que las tinieblas no pre-valezcan. Cuando la luz viene, las ti-nieblas retroceden.

Nosotros somos sal de la tierraporque, cuando hay sal, la corrup-ción no puede continuar, no puedeextenderse. Cuando el Señor dijo:«Vosotros sois la sal de la tierra ... voso-

tros sois la luz del mundo», estaba ha-blando eso a sus discípulos, a aque-llos que lo siguen (ver Mateo 5).

Hermanos, esto es lo que la igle-sia debería ser. La iglesia debería seraquel vaso apartado, santificado, lle-no de Cristo. Por lo tanto, es un testi-monio para el mundo. Es un poderque detiene las corrupciones malig-nas del mundo.

Lamentablemente, la iglesia hoyestá tan mezclada con el mundo, quees difícil distinguir lo que es la iglesiay lo que es el mundo. Por eso, no haytestimonio, no hay luz, no hay poderque detenga, no hay sal. Sin embar-go, gracias a Dios, en la iglesia aúnhay aquellos que son fieles al Señor;ellos son los vencedores de la iglesia.Ellos vencieron al enemigo por mediode la sangre del Cordero. Esto no sig-nifica que ellos sean perfectos, sinoque ellos confían en la sangre delCordero por la palabra de su testimo-nio. Su testimonio es real. Jesús es elSeñor de ellos, el Señor de sus vidas,y ellos no aman la vida de sus almas.Ellos están dispuestos a dar su vidadel alma por amor del reino de Dios.

Amados hermanos, agradecemosal Señor, porque nuestro Señor es jus-to. Él es justo al permitir que hoy su-framos por amor de su nombre, paraque seamos completos, para que lle-guemos a ser dignos de su reino. Por-que él es justo, un día él retornarácomo Rey de reyes y Señor de seño-res; todos sus enemigos serán des-truidos y su reino jamás tendrá fin.¡Alabado sea el Señor!

Tomado de Vendo Cristono Novo Testamento, Tomo III.

* * *

94 AGUAS VIVASESTUDIO BIBLICO

Parece haber acuerdo en quelos nombres citados en el muyconocido pasaje de Isaías 9:6

realmente son cuatro en número, ycada uno de ellos es un nombre do-ble. El primero de ellos es AdmirableConsejero.

Isaías tuvo la convicción de queDios resolvería los problemas de supueblo por medio de un agente hu-mano. Habría de ser un nuevo reino,perfectamente gobernado por unHombre perfecto. El gobierno estaríaen los hombros de uno que era unHombre y aun más que un hombre.Un niño nos es nacido – Él nació enBelén. Sin embargo, el Hijo, siendoeterno, nunca podría nacer, pero élfue amorosamente ‘dado’ a nosotrospara ser nuestro Salvador y nuestroRey. Los cuatro nombres nos ayudan

a identificarlo y a explicárnoslo, y po-demos hallar gran consuelo en esteprimer nombre: «...y se llamará sunombre Admirable Consejero...».

Todos aquellos que han tenidotratos personales con el Señor Jesúsestarán de acuerdo en que él está per-fectamente nombrado así. Él es elConsejero ideal, y él aconseja con elelemento milagroso adicional quesólo puede ser descrito como Admi-rable. Un consejero debe tener plenacomprensión de las verdaderas nece-sidades de aquel a quien va a ayudar.También debe tener total conocimien-to de cómo esas necesidades puedenser satisfechas. Y entonces él debe po-der comunicar al peticionario que lasolución está a su alcance y propor-cionarle la solución satisfactoria desus problemas.

Los nombres de Cristo (12).

Harry Foster

95AGUAS VIVAS ESTUDIO BIBLICO

En todas estas características, Jesússobresalió. El elemento admirable esque él mismo proporcionó el remedioque él prescribió. Esto es ilustrado portodas partes en el Evangelio. Él cono-cía las necesidades del pueblo –inclu-so los conocía por sus nombres– y lespodía transmitir con divina sencillezexactamente lo que había de hacerse.No había nada repetitivo en su conse-jo, y mientras estaba tratando con al-guien, él les daba la seguridad de queellos tenían toda su atención.

Aun después de resucitado, él ac-túa de idéntica manera. Tomemos ala iglesia en Laodicea como ejemplo.Él escuchó todo lo que ellos teníanque decir – un asunto de vital impor-tancia en cualquier consejo. Él diag-nosticó necesidades de las cualesellos estaban muy ignorantes. Lesaclaró que la historia de ellos, pasaday futura, constituía para él una granpreocupación personal. Y entonceslos aconsejó (Apoc. 3:18). Les hablódel oro, de las vestiduras blancas ydel colirio, que serían la respuestaadecuada a todas sus necesidades,pero aún hizo más. Él fue para ellosun Consejero Admirable, porque lesofreció provisión para sus apremian-tes necesidades – «...yo te aconsejo quede mí compres...».

Siempre es así. Cristo conocenuestro verdadero estado y nuestrasreales necesidades; y no sólo conocela respuesta – él también la tiene. Nosólo puede decirnos lo que hemos detener y lo que hemos de ser, sino queél mismo tiene la provisión lista paradarnos si sólo lo oímos y abrimos lapuerta para que él pueda entrar y ha-cerse cargo de nuestros asuntos. Él

es, indudablemente, el AdmirableConsejero. ¡Qué lástima que nosotrosno nos sirvamos más a menudo de laayuda que él nos brinda!

Hay un rasgo adicional de estenombre que es tan maravilloso queconfunde toda tentativa humana deentenderlo o definirlo. Este apuntaatrás, a los consejos divinos acerca dela Iglesia que fueron formulados enla eternidad. Este rasgo eterno nosrecuerda que todo consejo real que elSeñor Jesús nos da personalmenteestá basado en los propósitos de gra-cia planeados en amor que fueron de-clarados aún antes de que nosotrosnaciésemos.

El Señor no tiene que improvisar,como lo hacen a menudo los conseje-ros humanos; no está obligado a aco-modar sus consejos a las circunstan-cias en las que él nos encuentra de re-pente; él sabe el destino que ha deter-minado para nosotros y él nunca sedesvía de ese objetivo glorioso. Demanera que no sólo es sabio en elconsejo, sino que él es admirable ase-gurándose de que su consejo sabio secumpla. «Señor, tú eres mi Dios; te exal-taré, alabaré tu nombre, porque has hechomaravillas; tus consejos antiguos sonverdad y firmeza» (Isaías 25:1).

El día vendrá cuando el universoentero lo aceptará como su Consejero,y acerca de ese tiempo se nos diceque: «Lo dilatado de su imperio y la pazno tendrán límite...». ¿No es asombro-samente maravilloso que cada cre-yente pueda ahora llamar al Conseje-ro del universo para que sea su pro-pio Consejero personal?

Toward The Mark, Vol. 3, No. 2,Mar. - Abr. 1974.

96 AGUAS VIVASBIBLIA

¿CUÁNTO SABE DE LA BIBLIA?

El tema de esta sección en esta ocasión es «reyes de las naciones». Muchosreyes, de diversas naciones, se relacionaron directamente o indirectamente con elpueblo de Israel. Hemos seleccionado 21 de ellos, que sometemos a vuestra con-sideración. Si usted es un lector atento de la Biblia, no tendrá dificultades paraacordarse de sus nombres, y responder correctamente las preguntas.

Responda sin buscar ayuda. Hallará las respuestas correctas en la página 119.

1. Durante un fastuoso banquete quedio este rey babilonio, apareció unamano misteriosa estampando una ins-cripción sobre el muro del palacio.

a. Artajerjesb. Ciroc. Belsasard. Nabucodonosor

2. Rey de Gerar que le quitó al patriar-ca Abraham su esposa Sara:

a. Nimrod b. Zeboimc. Abimelec d. Mehujael

3. ¿Qué rey atacó a los israelitas de pasopor Canaán, para luego ser totalmentederrotado?

a. El rey de Aradb. El rey de Sodomac. El rey de Haid. El rey de Tiro

4. Rey de los sidonios, que dio a Acabcomo esposa a su malvada hija Jezabel:

a. Quedorlaomer b. Elimelecc. Amrafel d. Et-baal

5. Rey de Basán que fue famoso portener una enorme cama de hierro:

a. Betuel b. Nebaiotc. Og d. Lamec

6. Rey cananeo que organizó una alian-za de muchos pueblos contra Josué,siendo derrotados por la ayuda delSeñor:

a. Jabín b. Husamc. Baal-hanán d. Jobab

7. Rey de Moab que envió al profetaBalaam para que maldijera a Israel:

a. Adonisedec b. Balacc. Hoham d. Debir

8. Rey de Asiria que conquistó aSamaria y deportó a los israelitas aotros países:

a. Baladánb. Salmanasarc. Asuerod. Senaquerib

9. Rey de los amalecitas que fue captu-rado por Saúl y asesinado por Samuel:

a. Amalecb. Adoni-besecc. Cusan-risataimd. Agag

10. Rey cananeo notable en tiempos delos Jueces porque tenía novecientoscarros de hierro:

a. Eglón b. Sísarac. Jabín d. Madián

97AGUAS VIVAS BIBLIA

11. Rey de Tiro que envió madera decedro y carpinteros al rey David parala construcción del templo en Jerusa-lén:

a. Jerobaal b. Nahasc. Hadad-ezer d. Hiram

12. ¿A qué rey tuvo que contar su con-versión el apóstol Pablo?

a. César b. Herodesc. Agripa d. Festo

13. Rey filisteo que acogió a Davidcuando éste huyó de Saúl:

a. Zeba b. Magogc. Zalmuna d. Aquis

14. Rey que esperaba ver milagroscuando le enviaron a Jesús una vezarrestado:

a. Claudio b. Herodesc. Pilato d. Nerón

15. Rey que tuvo un sueño extrañoacerca de un árbol enorme y fructíferoque fue derribado de improviso, que-dándole sólo una raíz seca:

a. Daríob. Belsasarc. Arfaxadd. Nabucodonosor

16. Rey sirio que sitió a Samaria, cau-sando tal hambruna que la gente tuvoque recurrir a actos de canibalismo:

a. Ben-adad b. Rehobc. Hanún d. Sobac

17. Rey de los amorreos que rehusódejar pasar a los israelitas por su terri-torio:

a. Sehón b. Jericóc. Peleg d. Sisac

18. ¿Qué rey mesopotámico se casó conla israelita Ester?

a. Evil-merodac b. Asueroc. Tiglat-pileser d. Esar-hadón

19. Rey de Moab que fue famoso comocriador de ovejas:

a. Jehú b. Hazar-mavetc. Necao d. Mesa

20. Llegó a ser rey de Siria después dehaber asfixiado al rey Ben-adad con unpaño mojado:

a. Acab b. Hazaelc. Abimael d. Peleg

21. Rey que se vio forzado a poner aDaniel en el foso de los leones:

a. Darío b. Rezínc. Sadoc d. Adramelec

* * *¡Yo lo maté!

Es algo sencillo decir que Cristo murió por el pecado del mundo. Es otracosa bien distinta decir que Cristo murió por mi pecado. Señalar con eldedo a los que crucificaron a Jesús puede ser un pasatiempo interesante,pero es muy impactante pensar que puedo ser tan indiferente como Pilato,tan maquinador como Caifás, tan endurecido como los soldados, tanimplacable como la multitud, o tan cobarde como los discípulos. No es sólolo que ellos hicieron, sino que fui yo quien clavó a Cristo en el madero. Yocrucifiqué al Cristo de Dios. ¡Yo formaba parte de la burlona multitud!

H.G.B. en Nuestro Pan Diario.

98 AGUAS VIVASFAMILIA

«Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre pru-dente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos,y golpearon aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca» (Mt. 7:24, 25).

Al mirar el futuro de la iglesiaen la tranquila Norteamérica,veo venir oscuras nubes. La

persecución se acerca. La mayoría delos sinceros cristianos están de acuerdoen esto. En las reuniones, he pedidoque levanten la mano los que creen quepronto vamos a ver una persecución fí-sica, y el 75% lo hacen. Sin importarcómo interpretamos la Biblia acerca delos últimos días, mayormente estamosde acuerdo que la Biblia tiene muchodecir acerca de la persecución en losdías cercanos a la Segunda Venida deJesucristo. ¿Estamos preparados? ¿Es-tamos preparando a la siguiente gene-ración para que la puedan enfrentar?Estas preguntas son muy serias, espe-

cialmente al saber cuántos hogares noestán poniendo un cimiento sólido ensus hijos, con el cual puedan soportarlas futuras tormentas.

Corrie y Betsie ten Boom se criaronen un hogar donde les enseñaron apermanecer como una roca, cuando lastentaciones y tribulaciones las llevarona la cárcel. Corrie narra la historia deellas en su libro, The Hiding Place (ElRefugio Secreto). Los soldados alema-nes dividieron a la familia y los echa-ron en las cárceles durante la ocupa-ción de Holanda en la Segunda GuerraMundial. ¿Cuál era el crimen de ellos?Amar a los judíos y esconderlos de lossoldados alemanes. En la prisión, lasmemorias de su sólido hogar fueron

Dennis Kenaston

¿Cómo fueron los hoga-res de los grandes hom-bres y mujeres de Diosdel pasado?

99AGUAS VIVAS

como muros de poder para los pensa-mientos dolorosos de las dos hijas. Unvivo conocimiento de Dios, recibido enel hogar de su piadoso padre, les ayu-daba a descansar confiadamente en eldel Padre Celestial, a pesar de que semanifestaba el odio en todo su entornoámbitos, sea de las guardias o de lasencarceladas. Hay sabiduría en el ense-ñar a los hijos a soportar el dolor y lossufrimientos, para prepararlos para lostiempos difíciles. Nosotros, los norte-americanos, somos delicados y encon-tramos las depravaciones muy difícilesde soportar. Al estudiar las vidas de es-tas dos mujeres, se me aclaró de dónderecibieron su firme cimiento: Fue de suhogar piadoso; de allí salió la fuerzapara el momento de la gran aflicción.(Por supuesto, salió de Dios primero,pero su hogar piadoso era un canalabierto para que fluyera la gracia haciaellas). Miremos ahora ese hogar, paraencontrar ayuda en la preparación con-tra la inminente persecución.

La no amistad con el malAlgunos de nosotros sabemos

cómo es enfrentar solos las consecuen-cias de seguir a Jesús. En Norteaméricaa veces es fácil seguirle, porque el costo

es realmente poco. Pero cuando todoslos ahorros de tu vida están en peligro,no es tan fácil. Se necesitan hombres ymujeres de firmes convicciones, comoDaniel y sus tres amigos, quienes noactuaban en contra de sus conviccio-nes. Esta fue la herencia de la familiaTen Boom. El padre, el abuelo, y aun elbisabuelo eran hombres de principiosinamovibles, desde los días cuandoNapoleón gobernaba Holanda. Ellosescogieron servir a Dios, en lugar delos «poderes de facto».

Cuando el padre de Betsie yCorrie fue avisado del peligro de refu-giar a judíos, él respondió: «Sería unhonor para mí dar mi vida por la gen-te escogida de Dios desde los tiemposantiguos». Finalmente fue así, puesmurió en la cárcel, al igual que otrostres miembros de su familia. Estas só-lidas convicciones y las fuerzas inter-nas para cumplirlo, pasaron a la si-guiente generación. El padre y la ma-dre inculcaron a sus hijos una pasiónpor lo correcto desde una edad tem-prana. Y, durante los meses de cruelmaltrato en la prisión, esta cualidadllenaba a las dos hermanas en mediode sufrimientos inimaginables.

El ambiente de un padre piadosoCuando un hombre ama a Dios

con todo su corazón y anda con él,hay un ambiente santo alrededor deél. El padre de Betsie y Corrie era talhombre; su influencia en los hijos noes posible medirla fácilmente. Anda-ba con Dios mientras trabajaba en surelojería y guiaba a la familia. Y, acausa de su piedad interior, su carác-ter tocaba cada porción de su hogar.Amados, todos nosotros estamos pe-

Hay dos niveles de auto-ridad en el hogar: la au-toridad de posición y laautoridad espiritual. Sise hallan obrando juntasen un hogar, es unacombinación efectiva.

FAMILIA

100 AGUAS VIVASFAMILIA

leando para alcanzar esta meta. Pe-leamos para que los efectos de nues-tras vidas vayan más allá de los me-ros hechos realizados. Anhelamosque nuestros hechos broten de nues-tra relación con el Dios eterno.

Estudiemos algunas facetas de lavida de Casper ten Boom.

Fue un hombre que conoció bien laBiblia

Casper ten Boom era un cristianoque glorificaba a Dios por cada una desus diarias vivencias. Todo el día enla-zaba los eventos acaecidos con la Pala-bra de Dios. Conoció la Biblia, porquesiempre la leía y meditaba sobre sucontenido. Fue un teólogo autodidacto,predicador laico, maestro y apologistamuy conocido por sus habilidades dedebatir sobre las Escrituras.

Fue un negociante cristianoAbrió su relojería cada día con la

lectura de la Biblia y un tiempo deoración. Iba a la ‘segunda milla’ porsus clientes y rehusó actuar comoamante del dinero. Los principios cris-tianos le guiaban en su negocio, y pre-dicó el evangelio cuando se le presen-taba la oportunidad. Este negocio, conlos hijos colaborando, proveía de mu-chas horas para relacionarse el padrecon los hijos, trabajando lado a lado.

Autoridad calmada y quietaCorrie dijo: «Nosotros, los hijos,

teníamos que obedecer a papá, su vo-luntad era la ley, y lo entendíamosbien». La realidad de esto es un pocosorprendente. Su padre no fue undictador. Nunca hablaba sobre las «lí-neas de autoridad». Simplemente, era

una realidad entendida por toda lafamilia. El padre tenía una autoridadespiritual en sí, la que se difundía entodos los aspectos de la vida hogare-ña de los Ten Boom.

Hay dos niveles de autoridad enel hogar. La autoridad de posición yla autoridad espiritual. Si se hallanobrando juntas en un hogar, es unacombinación efectiva. Muchos padrestienen la autoridad de posición, peroles falta la espiritual, y por ello su au-toridad no funciona bien. Cuando elpadre anda con Dios y ejecuta la au-toridad que le ha sido dada por Dios,se realizan cosas hermosas. Cuandonosotros, los padres, tenemos las dosclases de autoridad en nuestra propiavida, no tenemos que forzar la suje-ción, ni demandar la obediencia.Casper ten Boom tenía la autoridadespiritual y los de su familia recono-cían su posición en el hogar. Y, cosashermosas ocurrían, cosas que tuvie-ron resultados eternos.

Nunca ocupó la vara para castigarQuizás esto te sorprende, que

haya destacado este punto ‘no-bíbli-co’, pero fíjate bien en lo que voy adecir. Tengo razón. He notado estepunto para los que piensan que elcastigar con la vara es la llave paratener orden en el hogar. La vara essolamente uno de los medios usadospara criar a los niños «en disciplina yamonestación del Señor». Creo quemuchos padres ponen demasiado én-fasis en la vara y ponen a un ladootros métodos, los cuales requierenmás tiempo y carácter de nuestraparte. Esto es un error grave.

Ten Boom era un maestro para es-

101AGUAS VIVAS FAMILIA

tablecer relaciones. Era lleno de amor,sabiduría y del Espíritu Santo. Estohizo que pudiera poner a un lado lavara en su hogar. No quiero decir quenosotros debemos seguir su ejemplo(porque si no tenemos tal don de edi-ficar las relaciones, vamos a fracasar),simplemente quiero que se sepa quela vara no es el secreto para tener unhogar ordenado.

Una relación amorosa y tierna,respaldada a veces con castigo a tra-vés de la vara es más correcta. A des-pecho de su error, Casper ten Boomlogró buenos resultados. Desarrolle-mos otras áreas de la crianza de ni-ños, estableciendo relaciones connuestros hijos, sin poner a un lado lavara cuando se necesite.

Fue un hombre de oraciónHe dicho anteriormente que

Casper andaba con Dios. Varios pun-tos de su vida lo prueban, pero suvida de oración es sobresaliente. Te-nía tiempos de oración personal, loscuales abrieron el camino para tenerun espíritu de oración sobre sí todo eltiempo. No había formalidad en susoraciones. Dios estaba con él todo eldía y charlaba con él a menudo. Em-pezaba a orar a media charla con otrapersona, si se sentía la necesidad dehablar con Dios. Igual que un niño,oraba a Dios mientras hablaba sobreasuntos importantes con otros.

El amor de un padreEstamos de acuerdo que el hombre

que ama a Dios, igualmente amará asu familia. Y, así era Casper. Hay tan-tos diferentes aspectos sobre el amorde este padre para sus hijos, que no

hay espacio para mencionarlos todosaquí. Tienes que leer el libro que yousé para preparar este estudio, In MyFather’s House (En la Casa de Mi Pa-dre) por Corrie ten Boom. Este hom-bre manso, pero firme, capturó los co-razones de todos los que vivían en suhogar. Su amor por ellos los afirmó ybendijo diariamente. Palabras amablesy un corazón simpático fluyeron haciasus hijos. Al acostarse por la noche to-dos esperaban la llegada del papápara la bendición final del día. Orócon ellos, cariñosamente los ayudó aacomodarse en la cama y puso sumano tierna en sus cabezas. Estas me-morias sostenían a sus hijas mientrasestaban encarceladas posteriormente.La seguridad de su padre abrió el ca-mino para que ellas confiaran en elPadre Celestial, en medio de sus aflic-ciones en la prisión.

El poder e influencia de un padrepiadoso establecerá al niño para todasu vida, aunque la madre no cumpla acabalidad su parte. Y esto es veraz,también, con una madre virtuosa, quetrabaje sola en la crianza de sus niños.Pero cuando una familia tiene a am-bos, un padre piadoso y una madreigualmente así, el hogar llega a seruna roca firme y sólida, sobre la cualse edificará una vida larga y estable.

La madre de Betsie y Corrie siem-pre estaba al lado de su piadoso ma-rido, y los dos proveyeron el cimien-to necesario para una vida de servi-cio y pruebas en el reino de Dios.Esta pareja se encontró mientras en-señaban a los niños en una clase de laescuela dominical. ¡Oh, cuán gozosoes ver el origen de un hogar piadoso!¡Qué alegría ver un joven y una jo-

102 AGUAS VIVASFAMILIA

ven, que aman a Dios, unirse en san-to matrimonio!

Puesto que está claro que el padretuvo la influencia dominante en elhogar de los Ten Boom, hay que no-tar que la madre era una potencia es-condida, obrando en las vidas de sushijos. La luz amable que brillaba ensus ojos bendijo a todos los que seacercaron a ella. La madre, cuyonombre era también Corrie, sufría demala salud durante los años de infan-cia de Betsie y Corrie y, falleció cuan-do su hija Corrie era ya una joven.Los largos años de sufrimientos traje-ron una gracia tierna a su vida y a suhogar. Cuando tenía la suficientefuerza física, guiaba a los niños y suhogar (bajo la autoridad de su mari-do). Su compasión para otros dejóuna gran impresión en sus hijos, lacual duró por toda la vida en cadauno de los cuatro hijos. A pesar deque vivían en la mayor pobreza,siempre hacía espacio en la mesapara uno más, si se necesitaba.

Adictos al Servicio a los SantosEsto describe a los Ten Boom per-

fectamente. El amor del padre hacialos judíos, el amor de la madre a losnecesitados y las actividades de lastías solteras, quienes vivían en el ho-gar, sumó un ambiente de continuoservicio para todos. El hogar rebosa-ba del vivir para el bien de otros y loshijos crecieron en tal tierra fértil. Y¿sabemos lo que pasó, no? Cada hijosiguió este ejemplo de servicio, hastaque en el tiempo de la juventud deCorrie y Betsie, la casa se hizo unacolmena de cariñosa actividad.«Otros, Señor, sí, otros. Que esto sea

mi lema». El cristianismo sin amar,sin dar y sin cuidar a otros es sola-mente una religión muerta, nadamás. No hay nada de valor en estopara legar a la siguiente generación.El cristianismo genuino es una reli-gión del corazón. Si no hay compa-sión para los otros, realmente no haynada que dar a los descendientes. Elpapá y la mamá se hicieron adictos(como dice la versión King James eninglés en 1º Cor. 16:15) al servicio,aunque no fueron ministros ordena-dos. Por consecuencia, los hijos esco-gieron lo mismo al llegar a ser adul-tos. En esto se esconde uno de los se-cretos para cautivar a la otra genera-ción. Hay que tener una motivación,una razón, una meta para unirse a lashuestes del Señor. El cielo es tan her-moso y el infierno un lugar no desea-do, pero la estimulación mayor paravenir a Dios es el servirle a Él. Estemotivo movió a Pablo en el camino aDamasco, clamando al Señor, «¿quéquieres que yo haga?».

ConclusiónMiremos otra vez hacia la prisión

y la persecución que sufrió toda la fa-milia Ten Boom. Las lluvias, sí, des-cendieron; y el viento, sí, sopló, peroesta familia fue guardada por un po-der invisible y por principios profun-damente arraigados. El señor y la se-ñora Ten Boom cavaron profundo,hasta encontrar la roca y pusieron uncimiento para la familia, «y la casasobre la roca permaneció». Es menes-ter que hagamos lo mismo, no por-que venga la persecución, sino por-que amamos a Dios con todo el cora-zón y queremos que nuestros hijos lo

103AGUAS VIVAS FAMILIA

amen también. No obstante, si vienela persecución, la familia estará bienpreparada como consecuencia de unhogar lleno del Espíritu Santo. Paraconcluir, notemos cómo ese hogarpiadoso sostenía a Betsie y Corrie.

Defendieron lo correctoHabía una causa, una razón, que

valía la pena sufrir. Por causa de quefueron enseñadas a tener conviccio-nes más valerosas que la muerte, pu-dieron padecer el odio y el maltrato.

Conocieron bien la BibliaLa Biblia llegó a ser una fuente de

fuerza para ellas. Fue preciosa paraellas y vieron la mano de Dios al per-mitirles conservar un Nuevo Testa-mento en la prisión (no se permitíanlas Biblias allí). Además, la Palabrafue guardada en sus corazones, saca-ban sabiduría y dirección de ella todoel día cuando no tenían una Biblia.

Seguras en el amor de su padrePor esto, pudieron descansar en

los brazos del Padre Celestial. Él sehizo su «Refugio secreto». Las acusa-ciones del enemigo no penetraron ensus corazones. El amor del padreabrió la puerta de la verdad del amordel Padre Celestial, y nada pudo da-ñarles en lo interior. Aquí se gana labatalla, en el corazón.

Las memorias de un hogar amorosoy sólido las sostenían

En realidad, vieron y escucharonla miseria por todos lados. Pero, en lanoche pudieron cerrar los ojos yrecordarse de las escenas del hogar: la

sonrisa de mamá, el cariño de papá, lamesa familiar y más. Estas escenas re-petidamente llegaron a sus mentes, yles animaron una y otra vez.

La abnegaciónLos tiempos difíciles y una familia

grande, hicieron posible que en mu-chas oportunidades vivieran sencilla-mente y se alegraran con eso. Solamen-te necesitaban a Dios para poder alcan-zar la felicidad en el hogar y esto lesayudaban a mirar más allá que las de-pravaciones presentes y hallar a Dios.

Vivieron por otros durante su encar-celamiento

¡Qué hermosa manera para olvi-dar tu propio sufrimiento y dolor! Ha-bía muchas mujeres necesitadas en elcampamento de la prisión, quienes noconocían al Señor. Betsie tomó la ini-ciativa en la evangelización, y Corriesiguió detrás. Esto les dio una motiva-ción que les sostenía. Tenían una ra-zón para vivir y para no desanimarse.Esta misma causa les guiaba en su ju-ventud, y en la prisión les guardó dela desesperanza en los días que pasa-ban tan lentamente.

Como padres, no sabemos lo queles pasará a nuestros hijos en el futu-ro. Dios no nos lo revela. Él quiereque vivamos por fe y le amemos a él.Nos ha revelado Su plan; criar a hijospiadosos y obedecerle a él. Bendeci-dos son los que tengan un cimientofirme forjado en el hogar por los pa-dres. Esto les apoyará en las pruebasresultantes en los últimos días.

(Publicado con autorización)http://www.elcristianismoprimitivo.com

* * *

104 AGUAS VIVASJOVENES

Tú, como joven, ¿tienes un sue-ño? ¿Cuál es tu sueño? Nues-tro sueño tiene que ser el sue-

ño del Señor para nosotros. Nuestrosueño se va con la mañana, pero te-niendo al Señor, aunque nosotros llo-remos toda una noche, la alegría ven-drá por la mañana. Necesitamos en-tregar completamente nuestros sue-ños a Dios.

El sueño de casarseTú tienes el sueño de casarte. Dice

un escritor que todas las mujeres tie-nen vocación para casarse. Ellas na-cieron con ese don. No sé si todos loshombres nacieron con ese don. Sóloexiste uno en la Biblia que es una ex-cepción: el apóstol Pablo. Él dijo:

«Quisiera que todos los hombres fue-sen como yo». ¿A usted le gustaríaoír ese mensaje del apóstol Pablo?¿Usted quiere hacer esa elección?¿Quedarse como él, dedicarse porcompleto a servir al Señor, sólo a laobra del Señor? Yo conocí una herma-na acá, cerca de esta región, que hizoesa entrega. Para mí fue una sorpre-sa. ¿Qué tal las jóvenes? ¿Tomaríanesa opción?

Pero también existe una palabradel Señor que dice: «No es bueno queel hombre esté solo». ¿Quién fue elprimero en preocuparse del matrimo-nio? ¿Fue Adán o fue el Señor? ¡Fueel Señor! Entonces, ¿por qué te pre-ocupas? ¿Por qué no entregas esesueño al Señor? Si tú entregas ese

Juvenal Santos Moura

Una visiónbíblica acer-ca del ro-mance, no-viazgo y ma-trimonio.

105AGUAS VIVAS JOVENES

sueño al Señor, él te va a entregar lomejor que tiene en su corazón.

Un joven se me acercó y me dijo:«Yo me quiero casar con fulana detal». Yo le dije: «Si tú te casas con talpersona, y no fuera la voluntad delSeñor, vas a enterrar tu ministerio, ynunca más vas a poder servir al Se-ñor. Si ella no te acompaña, si no de-sea hacer la voluntad del Señor, vas atener un gran perjuicio». Él me dijo:«No, yo la amo, y asumo todas lasconsecuencias». De hecho, su matri-monio fue un desastre. Cuando él erasoltero, ministraba en la iglesia, com-partía la palabra; y después que secasó, se apartó del Señor.

Nosotros necesitamos entregar to-dos nuestros caminos al Señor. El Se-ñor tiene un camino excelente paranosotros. Porque si tú sigues tu pro-pio camino, puedes ser impedido entu carrera cristiana, puedes tener ungran perjuicio en el propósito de Diospara tu vida. Si tú escoges, cierta-mente tu elección será errada. Ningu-no de nosotros tiene la capacidad deescoger. Sólo el Señor tiene la capaci-dad de hacerlo. Es por eso que yo en-seño a los jóvenes en Curitiba, queprimero viene el noviazgo, luego elmatrimonio y después el enamora-miento. Después que tú te cases, tevas a enamorar bastante. ¿Aceptanesa propuesta? Esa es la mejor pro-puesta de Dios. Porque cuando tú terelacionas en el matrimonio, el matri-monio está cubierto por la mano delSeñor, por la bendición del Señor.

Existe un capítulo en la Biblia, enLevítico, que dice que no se debe verla desnudez de otra persona. La úni-ca posición en la que se ve la desnu-

dez es una posición bendecida: elmatrimonio. Es la única posición enla que el Señor es participante y sealegra en la desnudez de dos perso-nas – de un hombre y una mujer. Por-que el Señor instituyó el matrimonio.El Señor ha derramado todo su amoren el matrimonio. Tanto, que dicenlas Escrituras que, cuando un hombrey una mujer se unen en matrimonio,el Señor es testigo de ese matrimonio.Eso está escrito en el libro deMalaquías. Ustedes lo pueden revisarallí. Él es el testigo. Pero en el matri-monio que es según su voluntad, élno sólo es el testigo, él es participan-te. Porque fue él quien escogió. ¿Us-ted quiere que el Señor sea partici-pante de su matrimonio?

A los solteros yo les hago un desa-fío: Entreguen su camino al Señor, ysólo sirvan al Señor. Ustedes no nece-sitan enamorar a alguien. ¿Por qué?Porque ustedes están en la comunióndel cuerpo de Cristo. Y en la comu-nión del cuerpo de Cristo, dice la Bi-blia, estamos en la luz. En la luz nosconocemos unos a otros. No necesita-mos tener una relación física para co-nocernos. Nosotros tenemos la rela-ción del cuerpo de Cristo. Necesita-mos la relación entre las familias. Diosdio a los padres para bendición delmatrimonio. También los padres tie-nen que acompañar esta relación.

En Jueces capítulo 2:10-11 dice:«Y toda aquella generación también fuereunida a sus padres. Y se levantó des-pués de ellos otra generación que no co-nocía a Jehová, ni la obra que él había he-cho por Israel. Después los hijos de Israelhicieron lo malo ante los ojos de Jehová, ysirvieron a los baales». Ustedes necesi-

106 AGUAS VIVASJOVENES

tan ser una generación que conozcaal Señor. Si no, ¿qué será de la gene-ración siguiente en la iglesia?

¿Percibiste ya que esa generaciónnueva eres tú, y que necesitas cono-cer al Señor? Tú necesitas permitir alSeñor que te guíe. Dice la historiaque cuando Watchman Nee tenía 18años, ya tenía 3.000 libros cristianosen su biblioteca. Y nosotros podemosver cuán fructífero fue él. Él mismodio un testimonio que un gran impe-dimento en su vida fue una pasiónque él tenía por una joven. El Señorprecisaba conquistar su corazón. Y elSeñor luchó con él en cuanto a esesentimiento, hasta que un día Nee seentregó totalmente. Entonces su mi-nisterio fue cada vez más fructífero.Ese fue un gran impedimento paradesarrollar su ministerio.

Ayuda en el ministerioCuando descansamos en cuanto a

eso, el Señor cuida de nosotros. Miesposa se casó la primera vez, y que-dó viuda al morir su marido en unaccidente. Ella quedó con dos hijos.Ella hizo una oración al Señor, si Élquisiese darle de nuevo un marido.Ella hizo una única oración y descan-só. Teniendo dos hijos, sería casi im-posible casarse de nuevo. Entonces elSeñor me convirtió a mí, y me hizocasar con ella. Cuando yo la conocí,ella estaba haciendo aseo en la casa.Ella ni siquiera estaba con sus ojos osus labios pintados. Estaba totalmen-te desarreglada. Yo no me imaginéque ella habría de ser mi esposa.

Pero yo no podría haberme casa-do con la persona más idónea. Todala bendición que he recibido en mi

ministerio es por causa de la granayudadora que tengo a mi lado. Conella yo aprendí a repartir, a servir; heaprendido muchas otras cosas, comola compasión, la misericordia. Ellame complementa. Yo soy cerrado; nosoy muy conversador, pero ella con-versa bastante. Ella habla bastantecon las personas, pero tiene una grandificultad para evangelizar. Ella ha-bla, atrae a las personas, y despuésyo les hablo de Cristo. Así nos com-plementamos en el ministerio.

El hermano Bob Mumford decíaque la mujer es el 50% del ministerio.Si tú te casas equivocadamente vas atener un ministerio de medio cuerpo.Tú necesitas de la persona correcta. Poreso, cuando Isaac recibió a su esposa,¿qué hacía Isaac? ¿Estaba desesperadodiciendo: «Yo estoy necesitando de unamujer»? ¿Era así como estaba Isaac? Élestaba orando cuando Rebeca llegó. ElEspíritu Santo, tipificado en la personade Eliezer, se preocupó de todo. Buscóla novia, la adornó, y la trajo a Isaac. Élestaba descansado. Cuando miramosla Biblia vemos que Isaac era una per-sona muy tranquila. No se preocupabapor nada. Él se preocupaba en servir alSeñor. Tanto, que cuando Rebeca se leacerca, él venía de la oración. Entonces,la mejor persona para casarse es aque-lla que está en la presencia de Dios.

Eliezer pidió una señal: «Aquellamujer que me diere de beber a mí –primero– y a mis camellos, esa habráde ser la mujer para el hijo de mi se-ñor». ¿Cómo son las jóvenes de Chi-le? ¿Son como Rebeca? ¿Cuántos li-tros de agua bebe un camello? Eliezertenía diez camellos. ¡Esta es una mu-jer buena para casarse! ¡Una mujer

107AGUAS VIVAS JOVENES

que sirve! La madre no necesitabamandarla a buscar agua. Ella teníapercepción del servicio. Ella estabapreparada para el matrimonio. Ellano necesitaba salir en busca de unenamorado. Ella necesitaba estar sir-viendo en la presencia de Dios.

Cuando Dios quisiere una noviapara un varón según su corazón, élva a buscar la mujer que está miran-do. Es Dios quien tiene que enamorara la mujer. Y cuando Dios enamora auna mujer, ella satisface todo el deseode su corazón. ¿Tú puedes confiar enel Señor? Los jóvenes, ¿pueden con-fiar en el Señor?

Los riesgos de los romancesUn romance representa un riesgo.

Un hermano contó una parábola deuna joven que tiene muchos enamora-dos, que después de un tiempo rompecon uno y se relaciona con otro, y otro.Esta joven es como una polera nuevaque está en una tienda, nueva. Y llegaun joven, delgado, se pone la polera,pero no le gusta. Entonces la devuelve.Luego llega otro, un poquito más gor-do, y se la pone. Pero tampoco le gusta,y también la devuelve. Después llegaotro aún más gordo. Se pone la polera,no le gusta, y la devuelve. ¿Qué sucedecon esa polera? Usted la verá en lapuerta de la tienda, con el letrero de«Oferta». Baja calidad; bajo precio.

Un hermano cuenta otra historia.Un joven se iba a casar con una jo-ven. Y cuando ellos estaban en el al-tar para recibir la bendición, se pusie-ron cinco muchachas al lado de la no-via. La novia se sintió molesta. En-tonces le habló al oído al novio:‘¿Quién son éstas?»’. ‘Estas fueron...’,

no sabía cómo explicar. ‘Yo me rela-cioné con todas ellas, pero yo te amosólo a ti’. Él les había hablado deamor a todas ellas, por eso, el día delcasamiento, todas estuvieron allí.Ellas creyeron en su palabra. Así, unpedazo de su corazón estaba concada una de ellas. Pero nuestro cora-zón debe estar con aquella que el Se-ñor ha reservado para nosotros.

A veces nosotros pensamos en serfieles después del casamiento. Pero tútienes que ser fiel a tu esposa antes delmatrimonio. El Señor la está reservan-do para ti, y no quiere que tú seas in-fiel. Él quiere que tú le sirvas, y queesperes en él. Él te mostrará el tiempocorrecto, entonces tú te vas a poder ca-sar con ella. Entonces tú vas a poderglorificar al Señor, porque fuiste fiel. Yese matrimonio va a ser fructífero. Novas a tener ningún peso en tu concien-cia por haber defraudado a alguien, oporque alguien se haya quedado conun pedazo de tu corazón. Y porque túte hayas quedado con algo de alguien,que no te pertenecía. Es por eso queprecisamos entregar nuestros corazo-nes al Señor.

El Señor se preocupará por tiYo quiero leer un pasaje de Jere-

mías, y después hacer un llamado. Je-remías 2:33. Esta es la experiencia deDios con Israel. Dios quería ser su úni-co amor, pero Israel no quiso. Y mire loque Dios les dice: «¿Por qué adornas tucamino para hallar amor?». El Señor lespregunta por qué ellos adornaban sucamino para buscar amor. El gran pro-blema nuestro es que nosotros quere-mos buscar amor, un amor que nos sa-tisface a nosotros mismos. Nosotros so-

108 AGUAS VIVASJOVENES

mos carentes, y queremos ser satisfe-chos. Pero el Señor dice: «¿Por quéadornas tu camino para hallar amor?».Tú no necesitas buscar amor. Tú nece-sitas estar en el Señor. El Señor esamor. Y el Señor va a proveer amorpara ti. Es el Señor quien provee.

Prosigamos en Jeremías 3:4: «A lomenos desde ahora, ¿no me llamarás amí, Padre mío, guiador de mi juven-tud?». ¿Es el Señor el guía de tu ju-ventud? ¿Tú sabes que él es tu Padre?¿Cuántos aquí quieren entregar su ju-ventud al Señor, para que él sea elguiador de ella? Si el Señor es elguiador de tu juventud, tú no vas aerrar. Tú vas a dar en el blanco. Túvas a servir al Señor, no vas a perdertu tiempo. El que estará preocupadopor tu novia o tu novio es el Señor.Porque tú eres una persona impor-tante para él. Tú estás sirviendo alSeñor y él no se va a olvidar de ti. Túno necesitas preocuparte de eso. Túnecesitas preocuparte del Señor, encómo agradar al Señor. Tal como loshermanos de Macedonia. Ellos se die-ron «primeramente al Señor, y des-pués» –dice el apóstol Pablo– «se die-ron a nosotros, por la voluntad deDios». Ellos se dieron primeramente

al Señor, y después se dieron a loshermanos por la voluntad del Señor.Si tú te das al Señor, él te va a dar elcompañero o compañera, y tú te da-rás a tu compañero o compañera, se-gún la voluntad del Señor.

¿Ustedes quieren eso? ¿Ustedesquieren escoger la mejor parte?Cuando nosotros nos damos al Señorentonces esperaremos en él.

Yo no necesito decir que no debe-mos esperar que él nos dé una perso-na inconversa. Él nos va a dar unapersona según su corazón. Unirse aun yugo desigual es como si –vamosa suponer– algún creyente se sube enuna tarima, y trata de levantar a al-guien no creyente hacia arriba. ¿Quées lo más normal que suceda? Que elque está abajo pueda más, y tire alcreyente hacia abajo. Entonces no ne-cesitamos decir que el Señor ni si-quiera quiere que pensemos en casar-nos con un incrédulo. Porque tú tevas a casar con el dios de él. Tú ten-drás que servir en el templo en que élsirve. Porque no hay acuerdo entre eltemplo de Dios y los ídolos. Tú tam-bién vas a participar de todos sus pe-cados, porque tú harás un pacto. Túserás co-partícipe con toda su vidaanterior; con todos sus pecados. Poreso es que el Señor advierte, para queningún cristiano se case con una per-sona que no sea cristiana. No necesi-to decir nada más acerca de eso.

Si ustedes están tomando esta op-ción con alegría, entonces ustedes se-rán vencedores. Ustedes sólo perde-rán si el Señor perdiere. Mas sabemosque el Señor nunca pierde. ¡Aleluya!

(Extractos de un mensaje impartido a los jóve-nes en el Campamento de Rucacura, 2007).

El que estará preocupadopor tu novia o tu novio esel Señor. Porque tú eresuna persona importantepara él. Tú estás sirviendoal Señor y él no se va a ol-vidar de ti. Tú no necesi-tas preocuparte de eso.

* * *

109AGUAS VIVAS MARAVILLAS DE DIOS

Por su testimonio cristiano,John había sido sentenciado a tre-ce años de prisión en su país co-munista. Después de unos diezaños él cometió un delito menor yfue enviado a un bloque de aisla-miento. Aquí reinaba el silencio yuna soledad absoluta.

John se deprimió tanto que undía, sintiéndose a punto de morir,clamó al Señor. ¿Qué sentido teníavivir de aquella forma? Diez añosde sufrimiento en el bloque gene-ral, ¡y ahora esto! Sentía (¿y quién podría culparlo?) que aquello eramás de lo que él podría resistir. Pero después de un rato recapacitó y,sintiéndose completamente avergonzado de su poca fe, empezó acantar muy suavemente el himno: «Cuenta tus bendiciones».

«Cuando, en las olas de la vida, la tempestad te envuelve,cuando te descorazonas, pensando que todo está perdido,cuenta tus muchas bendiciones, nómbralas una por una,y te sorprenderá lo que el Señor ha hecho».

Mientras cantaba quietamente, podía oír al preso de la celda con-tigua caminando de un lado a otro. De pronto John no pudo conte-nerse por más tiempo y prorrumpió a cantar con fuerza, dándosecuenta subconscientemente de que los guardias vendrían y lo casti-garían. ¿Quién sabe? ¡Quizás podrían golpearlo hasta matarlo! ¡Talvez ésta era la forma en que Dios iba a contestar su oración! Mien-tras estos pensamientos pasaban por su mente, su cerebro tambiénpercibió que los pasos del otro reo se habían detenido.

«¿Estás siempre oprimido con una fuerte carga?¿Te parece pesada la cruz que eres llamado a llevar?Cuenta tus muchas bendiciones, cada duda volará,y seguirás cantando mientras pasan los días».

John siguió entonando los versos del himno con mayor fuerza,volviéndose más seguro con cada coro, y escuchando con una orejael tintinear de las llaves del carcelero y sus pasos airados. En cual-quier momento él esperaba que se abriera la puerta y empezara lapaliza con la pesada porra.

«Así, en medio del conflicto, sea grande o pequeño,no te desanimes, Dios está por sobre todos;cuenta tus muchas bendiciones, los ángeles te asistirán,ayuda y consuelo tendrás al final de tu jornada».

UNA CANCIÓN EN LA NOCHE

110 AGUAS VIVAS

¡Pero nada sucedió! ¡Ningún guardia vino! Todo estaba en silen-cio, salvo el sonido de un golpe en el piso de la celda vecina. ‘Esepobre tipo debe haberse desplomado’, pensó John. Quizás se habíamuerto.

Pasaron las semanas, y John, habiendo cumplido su tiempo deencierro solitario, fue devuelto al edificio de la prisión general. Allípor lo menos tenía compañía, y la dieta era un poco mejor que elagua y el pan rancio que le habían mantenido vivo durante los últi-mos tres meses.

Una tarde, mientras descansaba después del trabajo del día, sin-tiéndose muy agradecido de Dios por haberle conservado la vida,empezó a tararear «Cuenta tus bendiciones». A poco de empezar sucanto, John sintió una mano sobre su hombro y volviéndose, vio aotro preso que estaba de pie allí.

– Oye –le dijo el hombre–, ¿estabas tú en la celda número tantoen el bloque de aislamiento, en tal fecha?

– Sí –contestó John.– Yo te escuché –dijo el hombre con creciente excitación–. ¡Yo te

oí! Tú cantaste esa melodía y esas palabras. Yo iba a matarme, habíahecho una soga con mi ropa interior y la había colgado del techo.Poco antes de que tú cantaras, detuve mi paseo en la celda, subí a lasilla y puse mi cabeza en el lazo. Entonces tú empezaste a cantar. Lohiciste más y más alto, y las palabras pasaron más fuertes. Yo espe-raba que los guardias vinieran a callarte. Entonces decidí que si ha-bía alguien en la prisión que pudiera cantar tan intrépidamente so-bre un Dios que cuidaba, la vida valía la pena. Saqué mi cabeza dellazo y me dejé caer al suelo. Ahora, háblame sobre este Dios y esta feque tú tienes, porque yo también quiero compartirla.

Conmovido, John le habló al hombre sobre el amor de Dios y lasalvación ofrecida a través de Jesucristo, y allí y entonces, él lo condujoal Salvador. Ahora estos dos hombres están en libertad juntos y ambosson diáconos en una de las iglesias detrás de la Cortina de Hierro.

Toward the Mark, Mayo-Junio 1977.

MARAVILLAS DE DIOS

111AGUAS VIVAS

Desde muy antiguo el hombreha reflexionado sobre las ca-racterísticas de animalidad

que hay en el ser humano, siendoademás consciente que hay algo en élque lo diferencia de los animalesirracionales o bestias.

Salomón, mucho antes de nuestraera, reflexionó sobre las diferencias ysimilitudes entre humanos y bestias,preguntándose si el espíritu de los hi-jos de los hombres sube arriba y si elespíritu del animal desciende abajo ala tierra (Eclesiastés 3:21). Previa-mente, al considerar lo corporal obiológico concluye: «Porque lo que su-

cede a los hijos de los hombres, y lo quesucede a las bestias, un mismo suceso es:como mueren los unos, así mueren losotros, y una misma respiración tienen to-dos; ni tiene más el hombre que la bestia;porque todo es vanidad. Todo va a unmismo lugar; todo es hecho del polvo, ytodo volverá al mismo polvo» (Ecl. 3:19-20).

Posteriormente ya en el sigloXVIII, se profundiza más el interéspor la animalidad humana, llegandoa forjarse la idea de parentesco entreel hombre y animales aparentementesimilares en forma, como los monos.Nace en aquel tiempo una enorme

APOLOGETICA

Ricardo Bravo M.

Similitudes y diferencias entre seres humanos y animalesirracionales a la luz de la Palabra de Dios y de evidencias cien-tíficas.

112 AGUAS VIVAS

curiosidad por los «eslabones perdi-dos», luego que hiciese su apariciónen la escena filosófica la teoría evolu-tiva darviniana. Falsas bestias huma-nas eran exhibidas entonces en loscircos europeos, avivando el fuego dela pasión filosófica y científica de laépoca. Dos siglos después cabe pre-guntarse cuánto se ha avanzado eneste ámbito.

¿Qué diferencia existe entre el hom-bre y una bestia?

Siguiendo el razonamiento que hautilizado la ciencia de la Zoología, lossimios compartirían con el hombrepatrones de comportamiento comple-jo, el que revelaría un mayor desarro-llo cerebral de ambos grupos, aunqueel cerebro del hombre, al ser másgrande, le daría ese valor agregadocomo especie, con una mayor inteli-gencia, memoria, etc. Por ello se hapostulado al tamaño del cerebrocomo un aspecto diferenciador entresimios y humanos. Sin embargo estoha probado no ser adecuado, porcuanto se han encontrado fósiles deun homínido que habría vivido haceunos veinte mil años, denominadoHomo floresiensis, el que pese a tenerun cerebro pequeño como el de unchimpancé, tenía funcionescognitivas avanzadas, algunas deellas similares a las del Homo sapiens(Este Homo floresiensis, como veremos,podría haber correspondido a unaraza pequeña de la especie humana,como los pigmeos).

Se ha dicho también que elgenoma humano sería similar hastaen un 98% al del chimpancé, lo queavalaría su relación parental. Sin em-

bargo, este argumento es más bienespeculativo por cuanto los estudiosrealizados, han demostrado enormesvariaciones respecto al número degenes de la especies humana. En untrabajo publicado el 2004 en la presti-giosa revista científica Nature(I.H.G.S.C., 2004), se redujo el núme-ro de genes de entre 20.000 a 25.000,en contraste con un trabajo publicadoen 2001 donde se señalaba que ten-dría hasta 40.000 genes. Un año an-tes, en 2000, se publicaba que el nú-mero de genes humanos estaba entre60.000 y 100.000. Es decir, en sólo 4años, se rebajó de 100.000 a 20.000 elnúmero de genes humanos. Con estaenorme variabilidad de datos, no esposible hacer comparaciones seriasentre especies.

Siguiendo este razonamiento desimilitud entre especies a nivelmolecular, bien se podría tambiénafirmar que nuestro antepasado di-recto no es un mono sino las plantasverdes, porque compartimos molécu-las altamente complejas y similaresentre animales y vegetales, de unautilidad biológica tal que ni unos niotros podrían vivir sin ellas. Los ve-getales tienen un tipo de moléculasdenominadas genéricamente comoclorofila, con distintas variedades,pero básicamente, tienen la grandio-sa propiedad de convertir energía lu-minosa en energía química, es decir,son máquinas que fabrican alimento,el cual sostiene finalmente a casi to-dos los seres vivientes del planeta.¿Tenemos clorofila los humanos yanimales? No, pero sería extraordina-rio si así fuese porque ya no tendría-mos que ir al supermercado a com-

APOLOGETICA

113AGUAS VIVAS

prar alimento, dado que lo fabricaría-mos a partir de la luz solar. Sin em-bargo tenemos una molécula casiigual a la clorofila (II) y se denominahemoglobina, ubicada dentro de losglóbulos rojos. Es la que le da el colorrojo a nuestra sangre y tiene la vitaltarea de transportar el oxígeno desdelos pulmones a todas las células delcuerpo y traer de vuelta el dióxido decarbono para ser eliminado en la res-piración.

Si se analiza la estructura básicade una molécula de Clorofila II, sedescubre que se trata de unaporfirina, compuesta de 136 átomosde hidrógeno, carbono, oxígeno y ni-trógeno, perfectamente ordenados enuna exacta y compleja relación, alre-dedor de un anillo central. En el cen-tro de esta intrincada estructura,existe un único átomo de magnesio.Si este átomo de magnesio es reem-plazado por un átomo de hierro, ubi-cándolo en el mismo lugar, entoncesse tiene una molécula ya no de cloro-fila II sino de hemoglobina (AnnieDillard 1974). Esta es la única dife-rencia esencial entre la clorofila II yla hemoglobina. En porcentaje, diría-mos que son similares en un 99%,pero su función es radicalmente dife-rente y en organismos altamente

disímiles (vegetales y animales).¿Prueba esto necesariamente que losanimales están muy emparentadoscon los vegetales o que la similitudde ADN entre humanos y chimpan-cés hace que unos desciendan deotros? No, no lo prueba. Lo evidentees que los seres vivos están hechosbajo un patrón estructural y funcio-nal similar, diseñados para vivir ali-mentarse y reproducirse en un mun-do con variables que actúan de mane-ra similar para todos; gravedad, luz,oscuridad, oxígeno atmosférico,dióxido de carbono, agua en estadolíquido, etc. Por ello es que los orga-nismos clasificados por la zoologíacomo vertebrados, compartimos unesqueleto óseo para resistir a la fuer-za de gravedad, pulmones queintercambian oxígeno y dióxido decarbono, un sistema sanguíneo quetransporta estos gases a todas las cé-lulas del cuerpo, sistema nervioso yendocrino que responde a ciclos dia-rios de luz y oscuridad, y que inte-gran funciones corporales, etc. El di-seño estructural y funcional de los se-res vivos es básicamente el mismo,pero pequeñas diferencias molecula-res pueden llegar a producir grandesdiferencias en forma y función en losseres vivos. Dos por ciento sería la di-ferencia del ADN entre humanos ychimpancé, sin embargo estos simiosy los demás primates tienen 24 paresde cromosomas en sus células, mien-tras que los humanos tenemos sólo 23pares. Por tanto es un cromosomacompleto de diferencia, además delsupuesto dos por ciento. A pesar deello, cierto porcentaje de científicosinsiste en el origen humano a partir

APOLOGETICA

114 AGUAS VIVAS

de monos, teniendo como base filosó-fica el evolucionismo. ¿Qué hay deverdad en el árbol genealógico evolu-tivo de los primates, que pone alhombre como especie ubicada en lacopa de ese árbol?

En busca de nuestros ‘antepasados’Los antropólogos paleontólogos y

genéticos moleculares se encuentrantrenzados en un debate acerca de laevolución humana (Investigación yciencia 1993). A partir de registros fó-siles, en algunos casos con esqueletosmás o menos completos y en otrossólo contando con un hueso, senominan especies antecesoras huma-nas, habiéndose postulado ya más deuna decena de ellas. Pero ¿qué crite-rios se usan para nombrar una espe-cie nueva?

Uno de los problemas en la cien-cia de la biología es su ambigüedadrespecto a ciertas definiciones funda-mentales y su posterior aplicación.En este caso, nos topamos con el con-cepto de especie. ¿Qué se entiende porespecie en biología? Existen variasdefiniciones, pero la que más resulta-do ha dado es el concepto biológicode especie. Este concepto estableceque una especie está conformada porindividuos similares entre sí, que sepueden reproducir, y que su descen-dencia sea viable, es decir, que las ge-neraciones descendientes se puedancontinuar reproduciendo. Veámoslocon un ejemplo. Los caballos y los as-nos son similares entre sí, se puedenllegar a reproducir, pero la descen-dencia resultante (la mula) ya no sepuede reproducir, es inviablereproductivamente. Por tanto los ca-

ballos y los asnos forman dos espe-cies distintas.

Otro concepto de especie, menospreciso, es el concepto morfológico otipológico, es decir, si la forma o tipode dos especies es muy distinta en-tre sí, entonces se estaría en presen-cia de dos especies. Este concepto deespecie ha sido desechado por lamayoría de los biólogos, no obstantese ha seguido utilizando a conve-niencia. La incongruencia de estadefinición es que a organismos simi-lares morfológicamente, se les puedeconsiderar de la misma especie nosiéndolo (caso de caballos y asnos),y organismos morfológicamente dis-tintos entre sí (un perro de raza SanBernardo y otro de raza chihuahua,por ejemplo) se les debiera clasificarcomo pertenecientes a dos especies(dado que son tan diferentes), cuan-do en verdad se trata de una sola.

Este no es un problema menoren Zoología por cuanto existen mu-chos ejemplos de especies clasifica-das como distintas, pero en reali-dad debieran ser solo una, si se leaplica el concepto biológico de es-pecie. Es el caso del perro domésti-co, el lobo y el dingo australiano.Desde el punto de vista Zoológicoestán clasificadas como tres espe-cies distintas, sin embargo son unasola especie. Existen variados ante-cedentes de cruza de dingos con pe-rros comunes en Australia, cuyadescendencia ha sido viable y lomismo ha ocurrido en el aparea-miento y posterior descendenciaviable entre lobos y perros. Estoocurre en otros animales también yexiste un extraordinario ejemplo de

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apareamiento entre felinos ocurridohace poco tiempo en un circo chile-no. Se trata de una cruza entre leóny tigre en que resultaron cachorroscon mezcla de ambos tipos biológi-cos y posteriormente éstos han po-dido reproducirse, lo cual los cons-tituye como razas, variedades osubespecies, pero dentro de unasola especie, si se tiene en cuenta elconcepto biológico de especie, quees más exigente que el conceptomorfológico o tipológico de especie.

Si este difícil problema, el definirqué es una especie aún estando conlos organismos a la vista, lo traslada-mos a la paleoantropología (cienciaque estudia los fósiles humanos), laque debe definir especies eventual-mente antecesoras de humanos, apartir de un solo hueso, o de un pu-ñado de ellos, el problema se multi-plica varias veces.

De acuerdo a la teoría evolutivagradualista darviniana, los seres hu-manos descenderíamos de animalessimilares a los monos, o habría unantepasado común entre monos y hu-manos (tesis mantenida, a pesar queal presente no existen evidencias con-cretas que demuestren una relaciónde ascendencia cierta entre humanosy simios). Ello explica el gran empe-ño que se ha puesto en descubrir enel registro fósil algunos huesos queestén en un camino intermedio entrehombres y monos. Ha habido inter-pretaciones de fósiles mal intenciona-das, manipulación de información yhasta intentos fraudulentos, como elllamado hombre de Piltdown, endonde unos «hábiles» seudo científi-cos combinaron una mandíbula de

orangután con un cráneo humanopara persuadir a la comunidad cien-tífica que se trataba de un cráneo detransición entre monos y humanos.Así todo, a pesar que aún no hay evi-dencias claras de los eventuales ante-pasados del hombre, existe un grannúmero de «especies antecesoras delhumano moderno» que la ciencia haido aceptando. Pero ¿cómo opera estenombramiento de especies?

Nominando especiesEn un ejercicio imaginativo, su-

pongamos que en algunos miles deaños más, algunos antropólogos se-guidores de la teoría evolutivadarviniana siguen empeñados en re-construir la línea filogenética huma-na. En uno de sus hallazgos podríanencontrarse con los esqueletos de loscinco hermanos kurdos o los tres her-manos chilenos de San Vicente, queactualmente sufren el síndrome deUner Tan; personas con deficienciamental que caminan con las manos(Algunos están rápidamente inter-pretando estos casos como un ciertotipo de evolución humana,retroalimentando a la teoría de espe-culación una vez más). Esta marchacuadrúpeda en personas que llevanalrededor de 50 años en esa posición,les ha deformado la columna verte-bral y parte del esqueleto de sus ma-nos y brazos. La hipótesis de nues-tros investigadores del futuro bienpudiera ser que se trata de osamentasque se asemejan bastante a un huma-no, pero que a juzgar por la disposi-ción de los huesos de su columna ymanos, debieran corresponder a unaespecie antecesora de los humanos

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bípedos, dado que aquellos, a todasluces, caminaban de manera cuadrú-peda. Un probable nombre científicopara esta «nueva especie» pudieraser Homo cuadrupedus, dado su simili-tud con el humano moderno, excep-tuando el tipo de desplazamiento.Supongamos que no contento conello, estos antropólogos del futuroviajan al polo norte, y al excavar ha-llan calaveras similares a las huma-nas (las que corresponderían a la ac-tual raza de esquimales). Pero loshuesos malares y las mandíbulas deestas calaveras son demasiado gran-des, además, algunas de ellas presen-tan una cresta ósea en la zona frontalsuperior. Concluyen que las caracte-rísticas de estas calaveras sonmorfológicamente más similares a lade los gorilas, con grandes mandíbu-las y también con una cresta ósea enla zona frontal. Debiera tratarse, portanto, de un eslabón intermedio entregorilas y humanos, por lo que habríade ser considerada como una nuevaespecie en la línea evolutiva de loshomínidos. Su nombre científico, cui-dando las reglas de nomenclaturataxonómica, sería algo así como:Homo goriliensis.

En ambos casos hipotéticos, se usóel concepto morfológico de especie (elmenos adecuado) para establecer lasrelaciones de parentesco y la posteriorclasificación. Sin embargo el lector po-drá respirar tranquilo, concluyendoque nuestros imaginativos y eventua-les parientes antecesores de la especiehumana (Homo cuadrupedus y Homogoriliensis) son sólo parte de un casoficticio. No obstante, este tipo de clasi-ficación zoológica es la que se ha he-

cho y la que se sigue haciendo, cadavez que aparece un nuevo hueso anti-guo, con características similares a lasde un esqueleto humano.

Retomando el caso de la simili-tud craneana entre humanos y gori-las, desde hace muchas décadas sesabe que la mayoría de los cambiosesqueléticos y musculares del cráneoson producto de hábitosalimentarios (Wallis 1931). Los es-quimales son un grupo de humanosque han vivido en condiciones bas-tante extremas y primitivas. Suelenalimentarse de carne sin cocinar, ypor lo tanto con elevado grado dedureza, usando generalmente losdientes para extraerla del hueso.Esta masticación vigorosa fortalecelos músculos faciales, los cuales re-quieren reforzar su anclaje en loshuesos del rostro, produciendo ten-siones que inevitablemente deforma-rán el cráneo, sobre todo si este tipode alimentación comienza a edadtemprana. Las anchas y fuertes man-díbulas, junto a la cresta ósea (debi-do al fuerte anclaje de los músculos

Existen investigacionesque señalan lo equivoca-dos que están quienes hanconsiderado como an-cestros humanos al Aus-tralopithecus y Homohabilis, porque estas espe-cies corresponderían a fó-siles de simios, altamentesimilares a los actuales.

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de la mandíbula) es parte del proce-so de cambio, en una sola genera-ción.

Dentro de los fósiles elevados a lacategoría de especie (usando el im-preciso concepto morfológico de es-pecie), que habrían sido «ancestros»de los humanos modernos y por tan-to clasificados en el Género Homo, seencuentran en orden temporal al me-nos seis: H. erectus, H. antecesor, H.heidelbergensis, H. neanderthalensis, H.floresiensis y H. sapiens. Considerandola forma inadecuada en que se hannominado estas especies, unida a lagran variabilidad que puede presen-tar en vida la estructura esqueléticade un organismo, es perfectamentefactible concluir que todas estas «es-pecies», ubicadas taxonómicamenteen el Género Homo, podrían corres-ponder perfectamente a variedades orazas dentro de la misma especie hu-mana, y «las diferencias entre ellasno son mayores que las que podemosencontrar entre razas humanas actua-les» (Leakey, 1981). Por tanto, estas 6especies, debieran corresponder auna sola.

Anterior al Género Homo, habríaexistido el Género Australopithecus, ala que correspondería «Lucy», el fó-sil homínido más antiguo encontra-do. Sin embargo, existen varias in-vestigaciones científicas (Oxnard,1975; Spoor et al. 1994; Gilbert,2004), las cuales señalan lo equivo-cados que están quienes han consi-derado como ancestros humanos aAustralopithecus y Homo habilis, por-que estas especies corresponderían afósiles de simios, altamente simila-res a los actuales. Los fósiles de

Australopithecus presentan dedospulgares de los pies oponibles, estre-chez de tórax y costillas macizas, aligual que chimpancés y oranguta-nes, lo que implica una vidaarborícola y no una locomoción te-rrestre bípeda. En el caso de Homohabilis, estos estudios concluyen queconsiderando los rasgos morfoló-gicos de los restos óseos encontra-dos, habría mezclas de huesos, endonde algunos se corresponden conel esqueleto humano actual, mien-tras que otros se corresponden conel Género de rasgos simiescos, elAustralopithecus. Las evidenciasapuntan a que debieran ser elimina-dos como eventuales especies ante-cesoras del Género Homo. Además,habría antecedentes que tanto elAustralopithecus, como el confusoHomo habilis y el Homo erectus ha-brían existido contemporáneamente(Gish 1995). En consecuencia, nopudo haber sido uno antepasado delotro, pues la propia teoría evolutivaapela a grandes espacios de tiempopara que una especie origine a otra.Por otro lado, los artefactos construi-dos por el hombre suelen ser encon-trados en un nivel estratigráfico másbajo que estas osamentas y, por lotanto, serían más antiguos que estossupuestos antepasados humanos(una incongruencia conveniente-mente no considerada).

Que el ser humano corresponde auna creación distinta y no es produc-to de evolución alguna, ya lo sabe-mos largamente por Génesis 1:26,«Entonces dijo Dios, hagamos al hombrea nuestra imagen, conforme a nuestra se-mejanza….».

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La esencia de la especie humanaLuego de lo revisado previamen-

te, se hace evidente que en tanto se-res biológicos, creados bajo un planestructural y funcional similar, losseres humanos compartimos en ma-yor o menor grado característicascon otros seres vivos, como ya se diocuenta Salomón en la antigüedad.¿Dónde está entonces la diferenciaentre humanos y bestias? La verda-dera esencia de la especie humanano la hemos de buscar en similitudesbiológicas con otros animales, por-que de hecho las hay, sino en aquelloque nos distancia definitivamente delos animales y que no es biológico.

Existe un caso extraordinario enla Biblia que nos da luces sobre ello,en donde un hombre fue trastornadoen una bestia y luego volvió a ser unhombre. Se trata de Nabucodonosor,quien fuera una persona con habili-dades y capacidades altas, que lofacultaron para llegar a ser rey enBabilonia, pero su soberbia conspiróen su contra, haciendo que Dios lecastigase, dejando de ser humano, yfuera degradado a bestia (posible-mente por 7 años). Lo que cambió enNabucodonosor lo encontramos en lasentencia dada por Dios en Daniel4:16; «Su corazón de hombre sea cambia-do, y le sea dado corazón de bestia, y pa-sen sobre él siete tiempos». Es en el co-razón en donde está la esencia de laespecie humana. No en el órganocardiaco propiamente tal, sino en loque éste representa; el asiento de lasemociones, de los sentimientos, de lacapacidad de razonar, de la concien-cia, la que nos lleva a reflexionar so-bre lo bueno y lo malo, es lo que co-

rresponde en definitiva al alma delhombre, distinta al alma de los ani-males, que no poseen las cualidadesdescritas. Constantemente en la Es-critura Bíblica se confirma esto y esrespaldado por el Señor a sus discí-pulos, cuando les señala que no se lesturbe el corazón (Juan 14:1), que delcorazón del hombre proceden los ma-los pensamientos y toda forma demaldad (Marcos 7:21), y el apóstolPablo le escribe a los romanos que laaceptación del evangelio tiene queser en el corazón (Romanos 10:9). Loshombres llevan el sello de Dios en elalma, ateos o creyentes, sienten la ne-cesidad de Dios, aunque expresadade distintas formas. Esto no está enningún animal. Sólo en el hombreexiste el sentido de trascendencia, elanhelo de eternidad, porque Dios lopuso en el corazón del hombre(Eclesiastés 3:11).

Por tanto, no es en la biología hu-mana donde hay que buscar la dife-rencia, porque ésta es corruptible, ylos huesos, la musculatura, las células,el ADN, y todo lo que comprende elcuerpo biológico animal se degradaráa sustancias inorgánicas, agua y salesminerales, siendo éstas últimas lasque permanecen por más tiempo (Gé-nesis 3:19). El hombre fue creado paratener una relación especial con Diosen tanto fue hecho a su imagen, privi-legio no otorgado a ninguna otra es-pecie animal. Lo que importa en defi-nitiva no es mirar hacia atrás tratandode buscar qué relación tiene el hombrecon el resto de las criaturas, porqueesta pregunta no la podremos respon-der en su totalidad, dado que se inser-ta en un acto único de Creación Divi-

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Respuestas correctas a «¿Cuánto sabe de la Biblia?»1C (Dan. 5:1-9), 2C (Gén. 20:2), 3A (Núm. 21:1-3), 4D (1 R. 16:31), 5C (Deut. 3:11), 6A (Jos. 11:1-5),7B (Núm. 22:2-6), 8B (2R. 17:3), 9D (1 S. 15:8-32), 10C (Jue. 4:2-3), 11D (2 S. 5:11), 12C (Hech. 26),13D (1 S. 21:11), 14B (Luc. 23:8), 15D (Dan. 4:10-18), 16A (2 R. 6:24-30), 17A (Núm. 21:21-26), 18B(Est. 2:1-18), 19D (2 R. 3:4), 20B (2 R. 8:15), 21A (Dan. 6:1-23).

CALIFICACIÓN: 13 a 15 = Suficiente; 16 a 18 = Bueno; 19 a 21 = Sobresaliente.

tema en el que se gozaba extremada-mente; su principal deleite era ensal-zar a su glorioso Salvador, y en aqueldiscurso parecía estar vertiendo sumismísima alma y vida en homenajey adoración ante su misericordiosoRey. ¡Y yo creí de veras que habríamuerto allí, frente a todas aquellasgentes! Al final del sermón, hizo unpoderoso esfuerzo para recuperar lavoz; pero la pronunciación casi le fa-

(Viene de la página 75) llaba, y sólo pudo oírse con acentoentrecortado la patética peroración:«¡Perezca mi nombre, pero sea parasiempre el Nombre de Cristo! ¡Jesús!¡Jesús! ¡Jesús! ¡Coronadle Señor de to-dos! No me oiréis decir nada más. És-tas son mis últimas palabras enExeter Hall por esta vez. ¡Jesús! ¡Je-sús! ¡Jesús! ¡Coronadle Señor de to-dos!» y entonces se desplomó, casidesmayado, en la silla que había trasél».

na. Lo que realmente importa es mirarhacia arriba y reflexionar respecto aqué relación podemos establecer connuestro Creador, en tanto personashechas a imagen de Dios, y lo que po-demos llegar a ser, si tomamos comomodelo al Hombre perfecto, como loes la persona de Jesús glorificado, quese encuentra a la diestra de Dios.

BibliografíaDillard, A. 1974. Pilgrim at Tinker Creek,

Harper‘s Magazine Press: New York.Gilbert, J. 2004. el hombre de Orce,

Almuzara, España.Gish, D. (1995), Evolution: The Fossils Still

Say No! (El Cajon, CA: Institute for CreationResearch).

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Investigación y ciencia 1993. Orígenes delhombre moderno.

Leakey, R. 1981. The making of mankind,Sphere Books, London.

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Spoor, F., B. Wood and E. Zonneveld. 1994.Implications of early hominid labryntinemorphology for evolution of human bipedallocomotion. Nature, Vol. 369.

Stringer, C. 1991. ¿Está en Africa nuestroorigen? En Orígenes del hombre moderno. Li-bros de Investigación y Ciencia. 1993, pág. 13-19.

Oxnard, Ch. 1975. The place ofAustralopiyhecines in human evolution:Grounds for doubt, Nature, Vol. 258.

Turney, C. 2006. Progress and pitfalls inradiocarbon dating. Nature, Vol. 443, 14.

Wallis, W. 1931. The structure of prehistoricman, in the Making of man.

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120 AGUAS VIVASPAGINA DEL LECTOR

CARTAS

Por razones de espacio, las cartas son resumidas.Toda bendición procede de Dios; por tanto, toda la gloria es para Dios.

Equipo Redactor: Eliseo Apablaza, Roberto Sáez,Gonzalo Sepúlveda.Además en esta edición: Stephen Kaung, HoseahWu, Christian Chen, Gino Iafrancesco, BobMumford, Juvenal Santos Moura, Ricardo Bravo.Diseño y diagramación: Mario Contreras.Traducciones: Andrés Webb, Mario Contreras.Distribución: Jorge Geisse Dumont.Fono/Fax 45-642904. Cas. 3045, Temuco, Chile.E-Mail: [email protected]

Contactos EE. UU, Canadá y Puerto Rico:James Huskey · Spanish Publishing MissionP. O. Box 1339, Guthrie, OK, (73044) USA.Email: [email protected] en México:Samuel González E. · Apartado Postal Nº 639C. P. 80000, Culiacán, Sinaloa, México.Email: [email protected]

UNA REVISTA PARA TODO CRISTIANO / AÑO 8 · Nº 44 · MARZO - ABRIL 2007

aguas vivas

ConferenciaHemos estado disfrutando de la re-

ciente Conferencia. Gracias a Dios porlo que él está haciendo en estos días.He visto unas cuatro o cinco veces losmensajes en video. Nos unimos al sen-tir del Espíritu en este hablar tan rico yde tanta edificación. Que Dios siga usan-do sus vasos para la gloria de Aquel quemerece toda la gloria, la honra y la ex-celencia.

Rodolfo Romero, McAllen, USA.

DevocionalesLeo las devociones diarias que uste-

des publican y me son de gran bendi-ción. Entre otros muchos devocionalesque podemos encontrar en Internet elsuyo es de los mejores que he leído.Gloria a Dios por ello y gracias a uste-des por publicarlo y por el trabajo queeso implica. Me despido con un saludoen el Señor, agradeciéndole a él que lesuse a ustedes para traer bendición dia-ria a nuestras vidas.

Alfredo Caravaca, Barcelona, España.

UnidosNo se imaginan de cuánta bendición

ha sido para mi vida (y para muchos aquienes reenvío) vuestra revista AguasVivas. Casi a diario el Señor me habla através de ella, cuidando y dirigiendo mispasos en este hermoso transitar en Sucamino. Ruego a nuestro Padre celes-tial, que siga creciendo vuestro minis-terio desde la Web, ya que sirve de ali-mento espiritual para tanta gente en losrincones más recónditos del planeta. Unfuerte abrazo desde Paraguay, lejosgeográficamente, pero unidos en unmismo cuerpo.

Rubén Yebrán, Asunción, Paraguay.

Palabra frescaCuánto gusto me da saber sobre este

ministerio. No tengo acceso a Internet,pero cuando puedo meterme en la red,voy a mirar el sitio. Me da mucho gustosaber sobre su definición de propósitos,y especialmente la visión de impartir unapalabra fresca de Dios a la iglesia.

J. C. R., Villa Clara, Cuba.