Boletín de lucha1 de Septiembre de 2014 | nro 31

BASTALOS TRABAJADORES DE LEARQUEREMOS UNA SOLUCIÓN

BASTA DE PATOTAS. BASTA DE POLICÍAS. BASTA DE FAMILIAS EN LA CALLE

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SIGUE LA LUCHApara que ninguna familia quede en la calleAyer domingo, los trabajadores despedidos y sus familias, votaron en asamblea nuevas medidas para continuar con el plan de lucha:

| Martes: Volanteada en 197 y Panamericana | Miércoles: Corte en Capital | Jueves: Jornada Nacional de Lucha

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En su editorial del día de ayer en el diario Página/12 Horacio Verbitsky se hace eco de la denuncia presentada por organismos de DDHH acerca del accionar ilegal de la Gendarmería que utilizó infiltrados en una de las jornadas de protesta de los trabajadores de Lear y las organizaciones solidarias. Reproducimos algunos extractos: “El presunto infiltrado de la Gendarmería entre los manifestantes que el 30 de julio reclamaban en la puerta de la fábrica Lear en realidad era el jefe del operativo (...) El canoso de barba es el coronel (R) del arma de Caballería Roberto Angel Galeano, un comando de 55 años que estuvo en las Malvinas con Mohamed Ali Seineldín, fue jefe de Inteligencia del Cuerpo de Ejército de Córdoba, y de Contrainteligencia en la Dirección de Inteligencia del Estado Mayor General del Ejército. La ex ministra de Defensa Nilda Garré lo pasó a retiro y su amigo Berni lo recicló como coordinador de las fuerzas de seguridad”

Infiltrado de Gendarmería

BASTA: los trabajadores de Lear queremos una soluciónYa van tres meses de lucha en Lear. Tres meses en los que se lograron 61 reincorporaciones y se ganó una enorme simpatía popular contra los despidos que se expresa en cientos de acciones solidarias en todo el país, en más de 700 mil pesos recaudados para el fondo de lucha, en el apoyo de importantes personalidades de organismos de Derechos Humanos, del arte, del periodismo, del deporte, de organizaciones gremiales y diputados. Todo esto porque la demanda “Familias en la calle Nunca Más” es algo sentido por millones de personas que no quieren volver a la desocupación. El paro nacional del último jueves en el que millones de trabajadores se expresaron de manera contundente en defensa del empleo entre otras demandas, también refuerza la lucha contra los despidos. Por esto todavía hay fuerza para seguir la pelea por las reincorporaciones que faltan. Van tres meses en los que la patronal y el SMATA se manejan en la más completa ilegalidad pasando por encima los fallos judiciales que se fueron consiguiendo. Ahora llegaron al colmo de generar en la fábrica un clima irrespirable con el accionar de la patota de la verde, organizada por los propios gerentes que se dedican a hostigar violentamente a los delegados, que fueron reinstalados luego de doce fallos judiciales a su favor, y que aún hoy la empresa se encarga de incumplir de manera completamente arbitraria, decidiendo cuándo los deja ingresar y cuándo no, pasando por encima de la ley que dictamina que al tener fueros se debe respetar el puesto de trabajo y permitir su ingreso. Generan un clima donde todos están intimidados porque dentro de la fábrica circula una patota amparada por la empresa que pone en

riesgo la seguridad de todos. La patronal y el SMATA hicieron que la planta esté rodeada con miles de efectivos de las distintas fuerzas de seguridad para “protegerla” de sólo algunas decenas de despedidos que seguimos exigiendo se nos devuelva el puesto de trabajo.No se puede así. Los trabajadores queremos una solución y es la patronal quien debe darla dando respuesta a nuestro reclamo. Son ellos los que pueden terminar con la patota adentro porque nadie puede salir de la línea si la empresa no quiere y ellos tienen que dar respuesta al reclamo que venimos haciendo ya hace tres meses. La lucha contra los despidos no se puede abandonar porque sería renunciar a llevarle el plato de comida a cada uno de los hijos de cada una de las familias que aún permanecen en la calle, en un momento en el que se hace cada vez más difícil conseguir trabajo. Es la patronal la que debe dar una solución. Van tres meses de lucha y todavía hay fuerza para seguir nuestra pelea.