Lechner. Tres Formas de Coordinacion - El Capital Social Como Problema Cultural.

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Tres lamas de coardinaciin social prspecijva comparllda respcto al llluro.

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dominaci6n legitima en tanio es rconocido como la autoridad miixima que liene el monopolio de lomar decisiones vinculanles para loda la poblaci6n y, de ser necesario, imponerlas mediante sanciones Soble la base de su posici6n como centrc ieftilquico de la sociedad, el Estado ar'ficula la vida social medlante unacoordinaci6n politica. luego 6n la LC6mo opera lacoordinaci6n polillca? Ellase apoyadesde existencia de una adminislraci6n pllblica y, por supueslo, en el delecho (tanto el cueryo de leyes como la adminislraci6n de juslicia); pro tam'

A laparcon la conlomacl6n delEslado hasido acotada y especiiicada su funci6n coordinadora. Concepios como estado de derecho y estado de bienestar, asi como las leorias de la democracia y del pluralsmo, van configurando e intepretando el alcance de la coordinaci6n poliiica. Esias breves alusiones sel6n suficientes para vislumbrar la determinacion le6Para conocer ei alcance practico de la cooldinaci6n polilica remito a la instituci6n mas conocida: la planiilcaci6n. A raiz de la crisis de 1929 y ia "economia de guerra", incluso en sociedados con economias de roea cado parecia laclible y deseable un "capilalismo organizado", donde la coordinaci6n eslatal conirolara las lrracionalidades delmercado. Tal intervenci6n racionalizadora del Estado depende, sin mbarqo, do ciefias condlciones. Presupone una realidad socialde escasa complejidad lpara que las normas abstractas san apLlcables); una cadena de casualidad s'Tple y directa (pr a poder 'nflur sobre los destinrlarios.; Fl a"cpso d loda la informaci6n rlevante (para podel presumir que las indicaciones

ica.

bi6n aclla a traves de la politjca econ6mica e incluso de la educaci6n (socializaci6n escold de normas, conocimientos y hibibs comparldos). Medianio tales mecanismos elEstado arllcula y s)nletiza la divelsidad so_ cial en un conjunb mas o menos coherente, En t6rminos generales, la coordinaci6n po)i1ica se calacteriza porser: i)cenlralizada: el Estado s ellnico nllcleo rector o, por asidecirlo, el v6nice de la pidriide societaldesde la cualse ordena el coniunlo d pro'iD

jererqlicai las decisiones son lomadas y comunicadas por las

auto_

son coreclas) y, inalmenle, una ejecuci6n obdiente de las medidas (osea, sin requerir iniciat'vas propias delejecutoro su identiJicaci6n con las metas). Se puede hablar de un "paradigma de la planilicaci6n raclonal"

dades politicas o adminisxalivas legitimas a trav6s de los procedimien" los legdles estdblecidos; iii) pliblica: la coordinaci6n poliiica remiie (como fundamento y desli' natario)a laciudadaniay su eiercicio en elambito pliblico; iv) deliberada: la coordinaci6n responde a prop6siios y criterios lijados Hasta el dia de hoy nuesira concepci6n de la coordinaci6n social se encuentB marcada por la forma espectlica de la coordinaci6n polilica Ahora bien, el poder estatal d regulaci6n legal nunca ha sido la inica forma; paralelamenle, tambi6n el dinero y el conocimiento opelan como mecanismos de coordinaci6n. Olras areas como la religi6n, la 6tica o Ia cultun contribuyen igualmente de manela indirecta Sin embargo, en la mdida en qu6 el Estado doviene la insiancia princlpal de coordinaci6n, algunas dimenslones de lacoordjnaci6n politica se vuelven crileriosgene_ rals. Asi, la idea comin de coodinaci6n suele aludira tres dimensiones lmplicilas en la coordinaci6n polatca: i) la regulaci6n, en tanio ordena legalmente las rlaciones entre dile' rentes prccesos y actores y resuelve posibles confliclos; ii) la representaci6n, en tanlo replesenta las ideas predominanles acrca del orden social, ofrecjendo una imagen sirnbolica de la "unjdad" de la vlda social medianle la cual los difelnles actores se sienlen pertenecienles a una misma sociedad; iii) la conducci6n, en tanto encauza las dilerencias sociales en una

que descansa sobrc tes supuestos: i) metas inequivoms y claramente pdoizadas, medios inequivocos y claramenle airibuidos y unacasualidad lambi6n inequivoca; ii) criterios claros -rcntabilidad, eiicacia, eliciencia' para deiorminar y evaiuar el cumplimienio de las metas f,iadas; y, soble lodo, iii) el supuesto de que una plllalidad de acciones lacionalgs indivi duales s6 agrega sln iisuras ni lagunas en un resultado linal racional y6pnmo @ssner 1995, 8s). En Am6ri.a Latina, la coordinacr6n polilica hatenido su expresi6n m6s nitida en el Estado desarrollista d los afros sesenta. Podemos caracterizar esta lorma de Eslado por Ia afijculaci6n de tres ejes: i) el Estado como molor del desarrollo econ6mico, fomenlando un proceso de industrializaci6n sustiiuliva de las imporlaciones; ii) la afirmaci6n del Estado como .epresentante de la naci6n, extend:endo la ciudadania (polilca y social) a los seclores sociales hasta entonces marginados, y iii) la racionalizaci6n de la inlervencion aclrva del Eslado en nombre de un proyeclo

de rodemra.ion. Ln esle .narco ros parseb lalrnodmpr'.anos crer. 1s_ trumenlos especiales d planificaci6n con el Iin de coordirtar los dis|ntosaspeclos del desarrollo sociocon6mico, En un analisis retrospectvo resulta miis lacilver los m6riios y lracasos del Estado desarrollista en Am6rica Latina. Habiendo sido la respuesla adecuada a la realidad (nacional e internacional) posteior a la Segunda

.

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Trcs farnas de coordinaci6n sacial

49los contexios y las dinAmicas sobre loscuales se prelende influir; iv) problemas de complejidad: a raiz de la crcciente diieinciaci6n y complejidad de la realidad social elinslrumental politico disponible resulta

cuena Mundial, pronto se revelan sus conlradicciones internas. Tal vezel quiebre de la democracia chilna en 1973 sea la expresi6n mes dla_ malca de sus limites, pues en ese entonces explota un coniunto de pro_ blemas que en los a6os siquientes afctar6n en mayor o menor medida a los dem6s paises de la reQi6n. En i6minos habemasianos pndemosi) una c sis de racionalidad: la rccurrente crisis ,iscal (aglavada pol la crisis d6 la deuda exierna a comienzos de los afros ochenla) indica que las dinanrlcas de la polilica y d a ecoionria obedecen a 169cas espci ficas y que, por lo tanlo, el manejo politico de las va ables econ6mlcas se encunlla reslringidol ii) una crisis de legiljm dad: la polalizacion ideoi6gica de aquelos anos seiala una prorunda divisi6n de la sociedad acelca del orden social de_

inefciente. Elalcance cada lez mas rcstringido de laintervencj6n estalalindica un debilitamiento de la soberania lanto exlema como intelna del Estado. Exlemamente, el Estado nacional ve disminuida su soberania de cara a la olobalizaci6n, especialmente por la gran autonomia de las coffienles ilnancieras internacionales y la gravitaci6n de las instancias supranacio' nales. lntmamente, la centralidad del Eslado se encLrenlla cuestionada por la nueva complejidad de la vida sbcial, por el auge de ml]lliples aclo_ res socioron(imicos con capacidad de presionar y 'toloniallzar" a inter_venci6n estalal y tambi6n por ]a expansi6n de motivaciones indlvidualistas que socavan decir, los recursos sentido comunllario, 6lioo normalivos en que se basaba la cooldinaci6n politica (l,Issnr

el

s

iil) una cisis de mollvaci6n:

eJ collJlicio polltico

ideo6gico debllita la

identilicaci6n con el Estado y, por ende, ia disposici6n a obedecer sus in-

1995. 121 ss.). A lines de los aios selenia y delinilivamenle con el co' lapso linanc,ero de 1982 se hace patente el agotamiento del 'modelo estadoc6ntrico". Es en esl contexlo quq la ojensiva neoliberal propone e impone una nuevafoma de coordinacl6n social.

Lafunci6n coordinadora delEstado se encueniraen entredicho no s6lo en Am6rica Latina. Tambi6n en Europa mueslra mas y mrs deficiencias. En los afros setenla las esperan2as depositadas en lapianincaci6ny en la "mano invisible politica'del plwalismo se diluyen. Se obsetua, por el

conlraio, una siluaci6n paraddjim: una crciente demanda de inleNenci6n estatal provoca una sobrerregulaci6n de la vida social a la vez que por otro lado, t'aslada al Eslado una sobrecarga de sxigenciasl. La concepci6nde una coordinadora integralo plafiJlcaci6n globalde la socidad

2 La caotdinaci6n sacial nediante el nercado

se desmorona a la vez que suJgen dudas acerca de la gobemabiidad democralica. Tambi6n l6mulas mes suaves como el neocorporatismobasado en el reconocirniento de que los principales intereses organizados (emprosarios y sindicalos) han de colaborar en cualquier intento eiclivo de coordinar el proceso scon6mico, dejan ver sus limitaciones. Por do qu ier la coordinaci6n iererquica porpaiie delEstado comienza a enfreniar serios obstacubs a raiz de: i) problemas de implementaci6ni las instancias estatales no logran eje' cutar adecuadamente los prcgmmas politicos ya sea porque las eslructu ras inslltucionales ho son aptas, ya sea porque las inslancias intemediasd

slorsiolan d corLn(a( dn ii) problemas de motivaci6n: los deslinataios rehisan obedecer, sea

porqus los aclores sociales demandan mayor auionomia o porque hay intereses organizados con un relalivo "pode, de veto'; iii) problemas d6 conocimiento: hay una falta de informaci6n acerca de

El 6xito del neoliberalismo responde a la decepci6n generalizada acerca de la coordinaci6n polilica. Desde linales de los aios seienta la eslrategia neoliberal denuncia los electos parad6iicos de la acci6n estalal -por provocar un bloqueo del desarrollo social an lugar de fomenlarlo_, a la par que impulsa un conjunto de medidas (liberalizaci6n de los merca_ dos, desregulaci6n, privatizaci6n, descentalizaci6n administraliva) desti' nadas a lorlalecer el papel dl mercado. En visiade las creclenles insuficiencias de la coordinaci6n politica, el neoliberalismo -al menos en su discurso ideol6gico Ietende hacer del mercado el principio exclusivo de coordinaci6n social. Subyacente a esla 'ievoluci6n sllenciosa" encontra_ mos una concepci6n diierenie del orden. Betomando la insprlacl6n liberal que concebia la sociedad "como rcsultado de la acci6n humana, peto no como ejcuci6n de algLln diseio humano (Ferguson 1767), la propuesta neoliberal entiende el orden social como un olden auloorganizado y autorregulado. Por consiguienle, en lugar de contrareslar las lendencias centrilugas de una sociedad diferenciada medianle una coordinaci6n central pretende, por el contrario, eliminar toda inlerferencla politica que

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Trcs {otnas de coordinaci6n social

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distorsione las "leyes delmercado" como mecanismo aulomafico de equi' librio. A pesar de que el objelivo declaraclo del discurso neoliberal apunla a

social. Por el conlrario, acenila las desigualdades sociales, iomenla la exc[]si6n y gneraliza las iendencias de desjntegraci6n. La misma glo' balizaci6n d los mercados va acompaiada de una fuerte segmenlaci6n

una reorganizacion radical de la sociedad, en.os hechos lds relormas operan primordialmente como cofieclivo de la intervenci6n estatal. No obstantg, conviene dislinsuir bien las dos fomas de coordinacion con el iin de apreciar los problmas planteados. A diierencia de la coordinaci6npolilica, la coordinaci6n a trav6s del mercado s caracteriza pors:,er:

al inierior de cada sociedad. Asi, las dinemicas disgregadoras del mer'cado hacen palente sus limitaciones como jnstancia coordinadora. En tercer lugar, cab6 poner en entredicho el postulado neoliberal (incluyendo elp/rblic cholcq del "individuallsmo radical" omo.unica con' ducia racional ([,{essner 1905, ]76 ss.). Como indican bs perralos anleores, no hay coordinaci6n sociaL sin que los individuos se orienlen por

i) descenkalizada: supone que la dilerenciaci6n de la sociedad conlleva la abolici6n no s6lo de un centro rlnjco, sino de cualquiercento; ii) privada: la coodinaci6n ya no remite a la ciudadania y, por tanto, a alguna idea de "bien com[n', sino a la relaci6n enle individuos en tanlo propietarios privadosi

clerto'bien coml1n". La coordinaci6n socialsupon de parie de os actores (individuales y colectivos) una cotnbinaci6n de racionalidad instru' nental (para maxinrizar sus benellcios privados) con una oientaclon co' munitaria. EI hecho de que ya no exisla una moral [nica, vinculante palalodos, pone de Ieljeve las exigencias de un recoooclmiento rcciproco en las relaciones sociales. En realidad, la auionomia indlvidual en la lormuIaci6n de Freferencias y decisiones se encuentra reiaivizada por el en' lorno socioculturaly, en consroto, por las ideniidades coleciivas. Por eso, la dimensi6n simb6lica de ,a coordinaci6n es de gran relevancia. El mer cado, en cambio, no olrece ni un imaginado coleclivo acerca del oden existentB ni un horizonte de futuro. Es decir, la coordinaclon medianle el mercado no asume dos dimensiones tipicas de la coodinaci6n politica: larepresentaci6n y la conducci6n. A comienzos de los aios noventa se pueden sacar dos lecciones basi cas de los procesos de modernizaci6n en Am6ica Latina. Por un lado, la estrategia que predomina da lugar a una impresionante expansi6n de la sociedad de mercado, la cuaigenera un dinamismo social inusitado en la regi6n- La sociedad latinoamericana adquiere un gradotalde complejidad que ya no es posiblo pensa, en una lnstancia cenlral de coordinaci6n social, Simullaneamennlne empero, el mismo avance de la modernizaci6n y la consiguiente diversificaci6n de los aclores (potenciada por la globaliza-

iii) horizontal: el debililamienio de la jerarqula es dica]izado al punto de negff toda relaci6n de doriinaci6n, suslituy6ndola por una secuenciade acuerdos entre iguales acerca de jntercambios enue equivalentes;

iv) no inlencionada: tomando al mercado por un paradigma dl equili' espontaneo de inlereses, la coordinaci6n social es concebida como elresullado no intencionado, aubmalco, de la interacci6n social.

bio

elinientode coordinar la vida social por medio delmer' cado deja algunas expe encias imporlanles- En primer lugar, los paisesEn pocos affos

la noamericanos aprenden rapidamenle que el mercado mundial -p ncipal referente del ajuste esuuctural- opera coniorme al paradigmade la "compeliuvidad sist6mica"3. Esto significa que la competiuvidad internacional no valora tanto la ventaja comparalva de uno u olrc faclor econ6mico como la capacidad de organizaci6n y gesti6n que lenga un pais para combinar Ln anpho conjunlo de laclores econonrcos y no FLon6mlcos, "EI mundo productivo regido por el nuevo paradigma se caracte-

iza por la importancia de la lecnologia, cuyo desarrollo y consecuencias se realizan en el la,go plazo. En ese marco, el mantenimiento de la eli. ciencia depende de que se establezcan strategias con un amplio horizonle temporal, asi corno mecanlsmos coleclivos capaces de aminotar los altos niveles de incertidumbre corespondienle ' (P6rez 1996,363). Requiere pues una adiculacidn dliberada de muy diversos aclores en torno a un "consenso eslrat4gico coleclivo"; o sea, una inieruencion activa que rebasa las inicialivas pivadas delmercado. En segundo lugar, la oxperiencia lalinoamericana pone de rnaniiiesto que elmercado porsisolo no genera nisuslenta un orden social. Elmercado (junto con la adminislraci6n) Iomenta una integraci6n sist6mica basada en la racionalidad iormal (l6cnica), pero no impulsa una inlegraci6n

ci6n) incrementsr las demandas de coordinaci6n. Ello indica, por otro lado, las severas limitaciones que enlrenta la funci6n coordinadora delmercado. La coordinaci6n esponlanea y horizontal entre los aciores es imporlanle, pero insuficienle para siablecr las reolas fundamenlales de la convivencia social, generar representaciones coleclrvas del orden so-

cialy oireceruna conducci6n anticipato ade cara

a los desaJios luturos. Como consecuencia, en poco miis de unad6cada Am6rica Latlna pas6 del descubimiento del mercado al redescubrlmienlo del Estado. ActuaF menle no caben dudas de que la reconversi6n econ6mica s6lo s vlable

(econ6mica

y

socialmentei

si puede apoyarse en una seie de ins'

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Tres fomas de coordinaci'n social

53 cia, educaci6n, politica) desafiollen racionalidades y diniimicas especili, cas, conJormando "subsisiemas luncionales" rejalivamenle cerados y aLlloffeieridos, Estos operan de acuerdo con sus c6digos funcionales y, por lo tar o, s6lo asimilan "mensajes' externos en la medida en que sean traducibles a la "l6gica' interna del subsistema. Luhman extrema as conclusionos de esta tendencia, alponer de relieve dos consecueFcias: la gran autarquia de cada subsistema funcional, y, por consiguiente, la ausencia de todo cenrcs. Visio asi, la politica quedaia reducida a un subsistema mas, sin capacidad de in luiren los demas subsistmas6La teoria da Luhmann parece exagerar las leMencias inrplicitas en ladiferenciaci6n iuncional. Nlas que la elimihaci6n de todo centro, cabe prcsumir ladesapaici6n de un cenlrc lnico, capa? de ordenar al conjunlo d la sociedad. llabra que concebir la sociedad corno Lrna constelacj6n mul tic6ntrica. Por otra pate, tampoco desaparece toda inffuencia del subsis tema politico en otros ambilos. N46s bien, su campo de acci6n queda li-

tituciohes nuevas y especiiicas de una sociedad de mercado, como enii-

dades reguladolas, comisiones, anlimonopolios, agencias de desarrollo regional, entes de lomento de ,a exportaci6n, agenclas de protecci6n al consumidor y, sobre todo, redes de segurldad social. El desarrollo d ial instiluclonalidad es lanto mas diiicil por cuanto ahora no s6lo existe un nimero mucho mas alto de actores que inlervienn, sino que 6stos tie#n una capacidad mucho mayor de resistencia y movilizaci6n frenle a medi das que atectn sus intefeses particulares4. A dilerencia de la prlrnera fas6, ya no se puede invocar el "miedo al caos" pala imponer detenninadas relormas. En todos los paises existe, con mayor o menor inlensidad una soiiedad civil" ionalecida y altamente diverslficada. La situaci6n se caracleriza por una creciente complejidad soclal que obliga a l,6nlos y complicados procesos de negociacl6n y concerlaci6n, Reaparece, enton, ces, en un luoar prioritario la politica en tanto elaboradora de consensos acerca de las normas ,undamontales y de acuerdos sectoriales. Es en este contexto que lana iuerza una lercera,orma de coordinaci6n social.

riitado por la compatibilidad con la l6gica interna de los demas subslstemas. En consecuencia, convlene relner dos conclusiones crucales para la coordinaci6n social: p mero, la politica pierde su cenlralidad ierarquica de,modo que, segundo, cualquier iniervenci6n politica en otros subslsl mas queda resl ngida.La diierenciaci6n no es un proceso novedoso: en eiecto, la modernidad

3 La

coordinaciin social nediante redes

La veloci,Cad con que se derumb6 la "sociedad esladoc6ntrica' de lan ,arga lrryeclorid en Arnerica I alina y la , crrdrd aun mryor con qLe srr gio y se agol6 la contrao,ensiva neoliberal hace que nos siniamos en rlre-

dio de una avalancha que se desliza vefiiginosamente hacia qui6n sabe d6nde. [4ientras dedicamos el afen de cada d'a a acornodamos laboio samente a las sorprBsas de la vida, perdemos de vista las tmnsiorrnaciones estructurales de nueslms sociedades. N4ris que un debate ideo69 co ("Eslado versus mercado') o un simple anelisis de coyuntura, lo que se necesita es reconslruir un marco interpretalivo de la nueva realidad so cial, Observamos, entonces, que nuestro aparato conceptual habitual se havuelto obsoleto. Las mismas nociones de 'Estado" o "poiitica" parecen

se caracledza por la lensi6n entre dilerenciacj6n e integraci6n. Sin em bargo, la nuva calidad de la diferenciaci6n afecla lambi6n al proceso de intograci6n social. Seg[n Luhmann (1992), el lin de los metarelalos que caracteriza a la poslmodernidaad signilica pone, l6imino a una coordi naci6n "de segundo nivel'. Es decir, desaparece cuahuier "jnstancia su

pe or" capaz de coordinar aLconjunlo soclal. Por consiguienle, la

coordi

demasiado gruesas para dar cunta de fen6menos que adivinarnos mucho mas compleios, Es hora de hacer un alio y recur r a los avances de las ciencias sociales. Palaleneruna visi6n sist6mi.ade los prcblemas que, seg0n vimos, enjtenta la coodinaci6n social es parlcularrnente su - gercnte ia teoria de sistema desarrollada por Niklas Luhmann. Ella hace especial hincapi6 en una lendencia -de prsencia creclenle a lo largo de la evoluci6n soclal- que hoy adqulere un signlficado notodo: lproceso de diircnciaci6n funcionai. Este proceso caractedstico de la modernizaci6n da lugar a que cicrtas areas de la vida social (economia, derecho clen-

naci6n social habria de ser internalizada al interlor de cada subsistema. Los subsisiemas se coo inaian entre si mediante aiustes internos, que asimilarian las sef,ales y iurbulencias externas. La coordrnacr6n quedaria incorporada pues a la aulorrguJaci6n. Pero ial adaplaci6n reciproca parece precaria, en vista de lagran inlerdependencla de politica, economia, derccho, ciencia. Los grandes prcblmas no se dejan localizar en un solo 6mbito. En efeolo, uno de los len6menos sobresalientes hoy en dia es la simultaneidad .con que crece la lndepndencia de cada slbsislema a la vez que aumenta la interdependencia de ellos. Sitodo subslstema lun cional avanza inexorablemenle eri su dinam:ca aulorreferencial, por otro lado tambi6n s conlorman contextos cada vez mas gbbales, que cruzana distintos subsistemas.

La obra de Luhmann lene el m6 to de olrecer un marco le6rico para

i

Tres

larnas de caotdinaci6n social

55cimiento, elc,) distribuidos enlre diferntes actores da lugar a una interacci6n sist6micaa que desborda lanto los mecanismos del mercado como los del conirol jeriiquico;

analizar ladiferenciaci6n y consiguient autonomia de l6gicas funcjonales especilicas, De este modo pemile comprender las razones eslructurales subyacedes a las dilicultades que ha tenido la coordinaci6n politica en el lllimo tiempo. Queda claro que la reslicci6n del campo de acct6n de ta poliiica no se debe a una "conspiraci6n neoliborat,, ni a ta incaDacidad de los d[igenres poliricos. Fqtrmos ante und protunda r.est,rtu]acion oe nueskas sociedades quo socava aj anterior ,primado de la polilica,. Sin embargo, no desaparce el carecbr expansivo de la politica; de hecho, 6sla sigue intervlniendo en los demas subsistemas en la medida en oue las decisiones pohi;cas sp a.opldn a sus tog,cas especihcas. Ld leora oe Luhmann no da cuenta de esla parlicularidad de Ia politicaT. Como toda teoria de sistgmas, tampoco aborda la inleracci6n entr6 actores, aspecto

arn mes por los

ix) esia complejidad nueva de las relaciones sociales es potenciada procesos de globalizaci6n, que le dan una dimensi6n

iransnacional. ConsideEndo el cambio de conlexto que ha tenido lugar en los 0llimos a6os, parece obvio qLre es insufcienie una coordinaci6n centralizada por pan del Estado, e inadecuada una coordinaci6n entregada exclusiva-

central de cualquier coordlnaci6n. No obstante, ayuda a visuatizar

et

acondicionamiento de los actores de acuerdo con la,,l6gica iuncional,,del campo en que actran. En este sentido, contribuye a establecer el nuevo marco do relerencia en que debemos analizar los problemas de la coor,

mente a las ieyes del mercado. Hoy en dia, un enloque de la coordinaci6n social ha do lener en cuenia las siguientes dimensiones dl pro, blema'l\rFqsner 199.. I 65): i) la compleiidad crecienle del proceso (desde el reconocimienlo de tln problema hasta la implementaci6n de las politicas y la evatuaci6n de sus

ii) la mulliplicacion de los actores que intervienen (estatates y p vados);

Dirk l\4essner (1995, 171 ss.) sintetiza el nuevo contexto en las siguientes tendsncias:

i) el prcceso de dilerenciaci6n iuncional, destacado por

Luhmann,

iii) la relevancia de la cooperaci6n entr Estado, mercado e instituciones s6ciales (asociaciones civijes, universidades, etc.); iv) la exislencia y cootbinaci6n de diferents estructu.as organjzativas (coordinaci6n jererquica staial, pacios neocoporatistas, acuerdos empresariales, otc);

conlleva una crocjente seclofialjzaci6n do la sociedad; ii) este hcho imptica un df;slico aumonto de los intereses en y iuego una mucho mayor pluralidad ds actores, lo cual crnduce a una lobreabundancia de paflicipanles en la elaboraci6n de polilicas;iii) la diferencjaci6n de los actores aumnta las demandas de intervn ci6n statal; tj6ne lugar, entonces, un infiemnto do instancias y de licas que sobrecaan alEslado;

poti

iv) lo anterior indjca una mayor djierenciaci6n interna delaparato estalal; 6ste nunca fue una unidad monolilica, pero ahora su heterogeneidad se convierte en rasqo sobresallente:

v) la divelsidad de las tareas d coordinacj6n (desde el acopio de informaci6n hasta la creaci6n deconsenso); vi) la diferenciaci6n de las lunciones estalales (desde et odenamiento juridico hasia ,unciones de arbitrajo, seguimiento, orientaci6n y superuisi6n);,

vii) ia diferenciaci6n de los insirumentos {desde decretos administlatios y (onlrdros de der.cho publco hrstd mecanrsmos survFs corno in-

v) frsnte a la diterenciaci6n de la sociedad y ta sobrecarga de ta adrni nist acj6n piblica, el Estado ha de delegff lunciones; tal delegaci6n es a su vez una politica;

centivos financiercs, acuerdos iormales e inlomales o simples medianle la distribuci6n de inlomacj6n).

,s6iabs'

vi) esto nos recuerda la paradola de Luhmann: aumenta la autoromia relaliva de cada susisiema funcional, pero lambi6n la interdependencia de ellos; vii) la mayor inieracci6n de instancias estatales y a.tors sociales y ta creaci6n de insiancias mixtas conirjbuyen a dituir la frontera entre lo pLlblico y lo pivado; viii) la necesidad de arlicular y compartjr recursos (jniormaci6n, cono,

En ests contoRo se inserta el recjente auge de la coordinacj6n m6diante redes. En i6minos generales, 6sla se enliende como la coordi nacron horizonral anLe orlerenleq dctores inleresados en Ln m,smoasunto con ellin de negociar y acordar una soluci6lr. lvessner (1995, 211ss I espoL'liLr ast.o oueconsliruye una,ed.

i) es una invnci6n inslilucional que responde a tas pecuJiaridades de una sociedad polic6nlica;ii) combina la comunicaci6n veriicaly la horizontal, pero es un tipo os, pecifico de coordinaci6o, diierenle a las iormas de coordinaci6n poiitica o

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Tres farnas de caodinaci'n social

57nuestros paises, cabe recordar los estudios de Axekod (ll,'lessner cila a Axekod 1984). Si los actores no pueden evltar una relaci6n de dependen_ cia mufua, seade modo confllclivo o cooperalivo, y sitalsiluaci6n puede dumr por liempo indetinido, volviendo incalculables los eventuales costos y beneficios, entonces pueden surgir relaciones de cooperaci6n incluso en un contexlo degaan desconliaanza. El auge de las redes duranle aios recientes rcsponde, segin vimos, a la crcciente diferenciciacir6n de la sociedad. Donde la vida social se expresa en una densidad slgniiicativa de aclores, la coordinaci6n social ya no puede estar entregada exclusivamenle a un ordenamiento jerarquico.

coordinaci6n por el mercado:

vrncLla oi'"renles orqaniTaciones, estable..ndo und ;nie'dccion entre sus representantes (no se reiiere a las relaciones al inleriorde unasola organizaci6n); iv) es polilica cuando rellne autoridades estatales (que puden seJ diforentes instancias en conllicto enbe si) y/o parlidos politicos con actores econ6mlcos y sociales;

iii

v) las relaclones en ella lienden a ser rnas iniormales que lormales (no implica la {ormaci6n de una nueva organizaci6n); vi) hay dependencia reciproca enlre los parlcipantes n ella (ninguno tiene por si solo todos los recursos necesarios -inlormaci6n, recursos linancieros, implementaci6h legal para resolver el problema y depende, porlanto, do]a cooperaci6n ds,os demas); .vii) su objelivo es el de formular y llevar a cabo decisiones colectivas en tomo a determinado tema companido (es decir, tos participantes se hacen cargo de ejecutar debida-mente las decisiones tomadas y por lo tanto son corresponsabJes en la soluci6n del problenra; en el momnto en que 6sla se logra se disuelve la red en tanto vincutaci6n ljmitada en el

A la inversa, las redes operan salis{actoaiar0enle s6lo donde exisle unapluralidad reFesentaliva de los intereses y las opiniones sociales. Elior talecimiento de la socjedad civil no significa empero una correlaci6n de suma cerc en delimenlo del Estado. La coopelaci6n entre los actoles socioecon6micos requiere la inlervencj6n del Estado, pol cuanlo 6sle dispone de recursos jntransferibles iimplementa.i6n juridica de los acuel_ dos, convenios inlemacionales) o medios adiclonales tecursos financie_ ros, inlomaci6n sislematjzada). Una premisa basica de la coodinaci6n medianle rdes radica pues en cierio equillbrjo entre sociedad y Eslado. Ambas lendencias -por un lado diversidad y fortalecimiento de la sociedad civii y por olro redimensionamiento de la acci6n stalal impulsan una transfomaci6n d6 la poliiica (v6ase Lechner 1996). Tiene lugar asi una informali2aci6n de la politica; 6sta liende a desbordar la inslitucionalidad del sistema polilico para instalaIse en las nuevas zonas qrises entre poEs lacombinaci6n de socldad tuede y Estado fuede la que da lugar a las redes polilicas como combinaci6n de regulaci6njeler

viii) su punio de parlida es un confliclo o una diversidad de inlereses que ella encauza medianle una cooperaci6n competitiva (cada actor deJa vez que colabora en dcidir una soluci6n compadida). Caba dislinguir lipos dllerentes de redes, segln el nrjmerc de partici. pantes, la vinculaci6n fuerte o d6bil entre ellos, el qrado de estabitidad de la red, su campo de acci6n, elc6tera, En todo caso, ioda red responde a cie.ta l6gica funcionalo, que se lraduce en algunas regtas rninir(as, como la disiribuci6n justa de costos y benelicios entre los padicipantes; la reci-

Uende sus intersses propios a

lilca y sociedad.

quica y coordinaci6n horizontal. ZQu6 signiiica esta nueva modalidad de coordinaci6n para el Eslado? Como seiala olra cienlista social aleriana, nenate trlayntz, "la discusi6n recienle en ciencias poLiticas deja ver que, de hecho, no se puede hablar

procidad (que va mas aila del inlercambio e incluye coni)anza, t'ai play y una vinclrlaci6n intersubjeliva que sustenla etsentmienro de pedenencia a una comunidad); la aulolimltaci6n de cada actor y et respeio a los intereses legilimos de los otros actores.

de una relirada resignada dei Estado. A las lareas eslaiales chsicas,crryo portadoryano suelo ser el Eslado nacionalunita o, sino un sislema

En Am6rica Lalina conviene relener especialmente ta necesidad de una relaci6n de conlianzai relaci6n tanb mas artesgada, pero tambi6n mas imprescindible cuanto mas ince,'tidumbre reina. La contianza tnreradel rimbito colidiano) opera como un mecanismo reducror de ta compt;jidad y, por ende, corno un poderoso Jubricante de la cooperaci6n. Aposiar po.la confianza, a pesarde los riesgos de ser defraudado, muchas veces es un cabub raclonal precisamonte en situaciones de conlronlaci6n. Anle siluaciones de punlo mlerto y de bloqueo reciproco tan frecuenles en

politico-administrativo de di{erentes fliveles, se agregan ahora mas y mas las tareas de gesli6n de la interdependencia social (...) La 'conduccj6n' en el senlido de jnlluir deliberadamente en los procesos sociaies, sigue

siendo

en

principio

la

lunci6n especilica del sislema

po

i

lico-adminislralivo. Lo que ha cambiado es la forma en que ei Estado in-

lenta clmp,ir sus tareas" {l\,4aynt 1995, 157 y 163). Vale decir, slamos no Irenie a un retroceso, sino anle un cambio de foima de la acci6n

(

58

Tres

fo

nas de caordinaci;n sacial

I(l,lessner 1995,2]4 ss.i Llaynts 1995, 164):I

59 medianlo redes enlrenta serjos riesgos. Cabo resaltar lres peligrosPrimgro, Lrn bloqueo en la ioma de decisjones: sea porque un acior ene poder de veto, sea por los lazos de coniianza e incluso de complicidad entre los aciores, puede darse un estancamienlo del debate y una paralizaci6n de las decislones. Ademas, la misma coherenoa interna de la rcd tlende a evitar conilictos y conducir asia un bloquo de las innovaSegundo, la extemallzacl6n de los costos a terceros, no panlcipantes de la red: toda red esle siempre tentada de lrasladar los costos de sus acuerdos a tercems pades. A modo ds ilustraci6n, una red para la reiormadalsisiema de salud reine a instancias estalales, gremjos m6dicos y sindicalos pero no a la poblaci6n, que siendo la p ncipal afectada por el

Un problema crucial es, segln vimos, ta intedependncia de los dislintos subsistemas funcionales;por ejemplo, entre polillca y economia o enre Lien, ia v economta. Trabaiar esle suce pareriera sFr una Ered especitjca de la polidca. Segtln l\,laynts, ,,iormular elproblema de la inter,dependencia permite deinir los contenidos de las funciones de la politica: la gestj6n de la interdependencia de la teoria de la modernizaci6n. et debate en tomo a la leo a del Eslado se desplaza hacia las tareas do coordinaci6n" (Nlaynlz 1 995,.1 55). En efeclo, diversos aspeciosde la nueva Ioma de coordinac 6n recaen ineludiblemenie en el Estado. Di* Llessner {1995, 343 ss.) seiala algu_ nos campostiplcosde la intervenci6n estatat:

r) tareas de organizaci6n, coordinacion

y

moderaci6n (por ejemplo,

creando redes y reuniendo a los aclores prtinentes en tomo a la mesa); ij) funciones de mediaci6n (por ejemplo, desamando situaciones de veto o bloqueo reclproco)i ii.) lareas de,onrroJ{por ejempto. pncarqanoo ta ej"cucron de setu,Ltos

asunto no tieno inlereses organizados y, por ende, no es un "acior represenlable" en la rd.

plblicos a inslituciones pivadas); iv) Iunciones de iniciativa y orientaci6n (por ejernplo, hacjendo presentes inlereses generalese intereses de largo plazo en ias redes); v) funci6n corcctiva (por ejemplo, promoviendo Ia conformaci6n de un aclor represenlatjvo o el fodalecinrienio de actores d6biles).

Tercero, una toma de decisiones sin e,eclos vjnculantes: aunque un atribulo disiintivo de las redes es prccisamente el que lodos los parllcipanles se compromelen a colaborar en la ejecuci6n de los acuerdos lo mados, generalmnle las rcdes no disponen de poder de sanci6n paraquienes no cumplan su compromiso. El estuetzo realizado es en vano si a la postre uno de los padicipantes s relrae. La coordinaci6n mediante redes parece rssolver de manera adecuadauno de los aspecios seialados iniclalmentei laregulaci6n. En cambio, parece menos apta para hacerse cargo de las olras dos exigencias de cooF dinaci6n social: la representatjyidad y la conducci6n de cara al Juturo. La &bilidad mes notable de lacoodinacion via redes radica en su "d6licit de democracia'. Por efir:az, eliciente y electiva que pueda ser esla lorma de

En una 6poca de gran incenrdumbre que s6lo puede ser contranestada, en dolinjliva, mediante una vinculacj6n intersubjetiva, las redes operan como una especi de ,seguro mutuo,'; ellas discipiinan la competon_ cia, inhibiondo sus dindmicas dstrLlivas y canali2ando las espectaliyas reciprocas. La r6d6s pueden iunciona, en distinios niveles (nacional, ,egional, local) y refe rse a muy diversos probiemas. Es a trav6s de redes

qu se negocia la prjvatizaci6n de areas tecnol6gicamente comptejas(energia, telecomunicaciones), planes de desaffolio regjonal o relomas sectoriaies como las que se .efieren al medio ambinte, et sistema de salud o d la educaci6n. En estos casos, una red facllila no s6lo la arliculaci6n de diierenies actores, a vces antag6nicos, y sus rospec$vos re_ cuBos esgat6gicos, sino tambi6n la ejecuci6n eiectiva de tas decisiones tomadas. Esla coffesponsabitidad en ta ejecuct6n de las medidas acor dadas es de parlicular rejevancia, dado el debilitarnienlo de las capa, cidades eslatales de regulaci6n. Hoy en dia, buena parte de la polilica con existencia realtiene luoaren "oe tdles redes. Sin embargo. la re,Fvanod o pstas en ra coordinacron ,os procesos sociales no debe suscitar jlusiones, No son una panacea que

coordinaci6n, nada asegura su carecter demosatjco, La poblaci6n no organi2ada no tjen8 acceso a las redes y si bien los representantes del Estado en ellas deberian hacer valer los "intereses generales", puede no haber habido una deliberaci6n democratica previa acerca de ese bien

comln" especifico. No exisle una vinculaci6n inlrinseca enlre la coordinaci6n medianie reds y las inslituciones democr,lcas. Por el conlario, la representaci6n funcional a trav6s de las redes y la reprcsentaci6n lerritorlal tipica dB las inslituciones democralcas pueden llegar a ser canales paralelos, cuando no conkadlctorios. En coocreto, cab temer un desplazamiento de los parldos politicos. Dada la precaiedad de la labor parlamenlaria en nuestros paises, la funci6n legislaliva lacilmente se degrada a una mera ratjlicaci6n de los acuerdos tomados en la penumbra de las reds. Respondiendo a tales desgos, I\,lessner (1995, 359 ss.) pro-

resuelve lodos los problemas. por otra parle, tambj6n Ja coordjnaci6n

ii))

6A

Tres fornas de coordinacibn sacial

6tria obtener unavisi6n conjunta de la acci6n eslatal, del mercado y de las redes; a su vez, la ar culaci6n de los lres rnecanismos permitiria refor mular las modalidades de una coordinaci6n de la sociedad actual. Vislo as[, la interuenci6n del Estado aporta un complemento indispensable a la coordinaci6n que lleva a cabo el mercado y las rcdes, pafiicularmenle en lo que ioca a la rcpresentaci6n del conjunto socal y a la conducci6n de cara al futuro. En efcto, s6io el Eslado parece estar en condiciones de asegurar la dirnensi6n reprcsentalia de la coordinaci6n asi como cierta capacidad d conducci6n polilica. Ambos aspectos nos remiten a la democracia. aNo radicara precisamnle en sla funci6n coordinadora elsignifrcado de Lrn Estado democratico?

l

pone insertar la coordinacl6n via redes en el triangulo habermasiano compuesto por el poder comlnicalvo (elecciones, parlanrento, opini6n plblica), elpoder social (intereses organizados) y elpoder adminiskatlvo(gobierno, tribunales de juslicia, adminishaci6n p0btica). Olro interrogante pendienle es Ia intgraci6n de la sociedad. Ei mismo [4essner deslaca que la coordinacj6n descenlratizada a trav6s de una 'ted de redes" no equivale a una integraci6n sociat. De hecho, tas redes iuncionan grac,as a recursos integrativos como confianza, respelo, lojeramia, reciprccidad, sensibilidad moral, seniido comunitario y oiros. presuponen pues -al igual que la democracia- la existencia de un capilat socjal" (Putnam 1993) o nornas basicas de la convlvencia social. No esta

claro, empero, la relacl6n entre la coordinact6n explicjta y acotada medianle redes y la cohesi6n cotidiana y dilusa que ofrecen las regtas de ci vilidad. Term,no estos ap!ntes inspirados en ellibro d6 Dirk l,lessnercon unos breves comentarios finales. En primer lugar, debo reilerar su caracter esquemaico. El esquema presentado me parece ritit para resaltar como Jos Nolas

cambios en las esi'ucturas sociales condicionan las formas de coordi naci6n social, En concordancia con translomaciones de la sociedad, la coordinaci6n ha operado principalmente a trav6s detEstado, dlnrercado o m6diant6 rdes. Pero no se tata de una secuencia en que la nueva torma elimina la anterior, sino mes bien de una combinacl6n de tos tlesmecanismos. Es en eJmarco de esta combinaci6n que debe ser insenada la relorma de, Estado.

'

Segundo, la esquemalizaci6n puede signircar un prinrer paso en la elabolaci6n de un marco interpretaljvo de Ja coordinaci6n en sociedades dilerenciadas- lJn "mapa' facilitaria lanensis de ciertos problernas como, por ej-, la mayor contingencia de los procesos sociales. Si se multiplicansituaciones que no son ni necesarias ni imposibles, tambi6n aumenia ta incerlidumbre; n las conlingenles se mullplican tanto las exigenc,as de

I2 3

una ponencia presdnlada elcoloquio conmehoralvo d6l 35 anivetsario de Cenlrc de Esludios de D4arolo (CENDES) c.recas Ellerlo es pade del pDyclo "Bo,oma dolEsladorlas nuoyas dioenicas de la coordinacfi sociar", que e aulor ha rcalizado en coaboraclon con Fan6 Ml in y Fmncisco Vad6s. Se ha apoyado en la exe enle obE de Dnk iressner oG ,el2flolr96se//scna,t {La sooiodad do rcd.4 que leva @mo sublilulo 'Desa.rollo econdmico y conpelilividad nlemacional como pobema do ra conduccidn social' y que consldeh sumamerle instruclva lanlo paraquonm roali?an una rollxi6n loddca sobrc a reloma delEstado como pahquie nos eldbomn reiorms concrcls de seg$da generacldn. Elaulor asume, porslpueslo, la rasponsrbilidad oxclusin por6lsBqu6ma que prosenta Nola del edilof Sobra la obra d6 D. M6snor viaso a rcscia de Chrslian von Hal deowang publicadaen 0C6,2,1997, pp.32 34

Elpresenlea lculo recoge

s

Mcssnal9SS,l44.EldiagnijEhcoinicialdatadecoDocidoinlomedeaConisidnT

ale%l Croner -urlloor WJbntu c'' ]Vossnor1995,90ss., ciandoinvesigacionesds nenateMaynL Enlre olros, vCas6 Bradlod (1994), asicoho Essr, H lrcbrand, Me6snery Meye. StamerSobro los asporros lnstlu.ionalG d6 la rcloma del Esrado en AmLldca Laltia, vdas

45

lomardecisiones como las diiiculades de calculabilidad. por olro tado, las diflculhdes de prcvisi6n tienen que ver con la simlrhaneidad. En ta me_ dldaen que 6lhorizonte de Juturo se rctrokae atpresente, inhibindo diie,r asuntos, toda acci6n deviene tendencialmente simult6nea. Hay que iomar medidas, mientras al rnisrno ljempo ocuren rnil olras cosas que inlluyen sobre el curso de acci6n No es custi6n de infomaci6n sino dehernpo. de la cdpd.idad \.1cron/adora dp ,a .oordind -ion.

'No qslem ol lunc[ons, nol even the po ilical can lahe lhe p]aco of hiorarchy and ils sumh[ \'r'o Iv6 ]n a rociely whlch cannol represent ils unily ln ils6ll, as lhs would conlhdlcl lhe loqlc ol lunclionaLdlliorenllalio0 !'r'e five in a sociery w lholl a summit aodwrlhoul a cenler. The unily ol soci6ty no lonqer comcs oulLo frhmo va e, porsupueslo, para la economia:lampoco

n lhis so.ey

lLuhmann,

al@njunlo de ld 9diedad una presenEci6n geneklde

ela puede coodinary eg limar al@ia ra olrecen Luhmain y

Finalmente cabe preguntarse a la tuz de lo expuesto si las actuales refomas del Estado -bastante agoladas en su irnpulso- no deberian ser revisadas en la perspecliva de lacoordinaci6n social. Talenloque permiti-

7 V6aso una c lca do Luhoann dcsde e punlo de vlsla de la concia Dolilica 6n voi Beyme (1914)y en Messner(1s9s,132 ss.) v6as6 Mesdner (1995,294 $.1. Alounos 6stud os ompl.cos de redes se encuenlran eo Main y MaynD (eds)lssi.

.1I I

62Eiblios'a,ia

Trcs

lomas de coordinaci6n sacial

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cPotg (ohie, En 1975, en el anexo allrahdo "Sobre la paz peFetua" -ese esbozo de un orden mundjal basado en la civilidad y el derecho, que hasia hoy sigue siendo fuenle de inspiraci6n Xant muestra por qu6 su Jilosofia de una polilica terrena de la paz, apareniemente tan ut6pica, es perfeciamente compallble -y tiene quo seio'con eisenlido realista de los sobdos "hombres de Eslado': la "paz perpeiua', su ideade un aulogobiemo de la humanidad global basado en principios de juslicia y de acuerdo a proce-

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'1r

dimientos regulados, no es, en primer lugar, "una idea vacia", sino algo humanamenle posible; en segundo lugar, esta concepci6n -que, repelimos, 6s en principlo realizable. constiluye un objelivo racionalmente ncesario y, porond6, una prcmisa p maria doacci6n para toda praxis poli. lica. S610 tras orjentar la acci6n ds acuerdo a la ra26n, y en el marco de

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las obligaciones asi supueslas, podri hallar aplicaci6n la Inteligenciapragmetica de polilicos y juislas. lvlas anles de saber qu6 es, en definiliva, lo corecto (en sentido normalivo-consuuctlvo), no se puede rellexionai sobre la mejor manera de inslitucionalizarlo. El eniendimiento praclico sigu6 al ideal racional, y no a la inveBa. De lo conbario,lodo pierde su seniido. Algo que no ha pedidosu validez hasla hoy.

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De ahi qle Otfried Hdfle opere lambi6n sobre esta base cuando en su nuevo libro, renovando las inlenciones kantianas, traza la arquilecl6nica de una leoria normallva de la polilica mundial. La obra que comentamos

es un librc circunspecto, exaciamente eslruclumdo y, pese a loda suescrupulosidad argumenlativa, iambi6n osado ya que su oblelo es nada nrenos que la legitimidady las caracteristicas instilucionalos biisicas de una futura Repiblica mundial, Por supueslo que no estamos anle un un habitualensayo mas delipo "plato rApido", sino ante una piezade

Puham, R. 19931 Maklrs Oen@@cy Wo*: Civic T?ditos in Modan ltaly, Ptin celor, New Jelsoyr Prncelon Universlty Prsss.

(

El capital social como problema culturalNORRIjR'I' LICTIN]iR'

Er, cAPrrAr socl,

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f,N CHTLE

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un cnfoquc que desde enlonces tuvo gran influencja er hs $tralcgias de desarrollo. El deiempeiio institucional y el eco6mico de un pais, annnaba, depcnden del capitd soLlexis.enie. La noci6n alude a Ia concordancia de coDfianzasocial, normas de recipro' udd v , ompr omi\o , iviro "n ,rn,r :so, i.r idn dl petlonas rorr ,'l fin dr coordinar acciones colectivas. Redes socia]es con estas caracteristicas facilitariaD la coordirraci6n yla cqrNtrucci6n d relaciones de cooperacii,n- De_este ru)do se pali:lrian l:s consecucncjas negativas de los camt'ios soci,lles en curso;mcdiaxtc el capital social se podria reducjr la incertidumbre e incrcmcnt.lrla integracj6 de la sociedad. Visualizado como un ncxo errtre h experien cia iricrosocid dc lagcnie y las estrucruras nracrcsociales d,rl pais, cl enfoque obtuvo una acepiaci6n nlmer,16

diata. Su aplicaci6n einpirica, sir embargo, es problemhljca. Una va.eta bibliogrdri con.uerda en quc se trata dc un concepto poco daro y de operacionalizaci6n dificil (Portes y I-andolt, 2000). No obstante, el denoDinado capital social pllrccc dar nombre a un fen6meno crucial eD la 6poca aciual (Kliksberg y Tomassini, 2000). Me refie.o a una tensi6rt en especial: las actLralcs estrategias de desarollo buscan;rcremet! tar el cxpital soci:l al misno tiernpo que impulsan cambios profundos en la cc,nvivencia. Tomo como rclcrencir el caso de Chilc. El ktforme dc Dcsarrollo Ilumano o,NUD,2001) aport2 algr os datossignificati!,os sobre el capi

'ln!.$igado.delPrograma ds Dsarollo Hunano cn Chilc, PNrrD Agradcz.o las discusiones.or),nis col.gas lng.nio Ortega, Pedrc Cnell y Rodrjgo Mi.qucz. EI rearo .s dc mi responsal,ilidad exclusiQ y no .omPfonete a h instnuci6n. Diridr corGponden.il a PNUD, czsilla 19.006 Vitacura, Santidgo, Chile. Ernail: [email protected].

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NIIN{' 2'ABRI'-rLrNlo 2002

rLC/\PIT,{LSOCL\L CONIO', TBLIN,ACULIUIiT\L

resultados en torno a cuatro Pretal social en eI pais. SintetiTo los dispo,,e Chile? fl In{or La p; era ofrece un maPa 93 186 orq n'ir'r Sin 5tr "{haustivo ieqr+ra par !os! r"."" ;nes por cada 10 000 habiuntcs' Po-r.ora cioncs, o servr:tsocrauolcr Pvr

l. En primcrluga(

i.lp."i.* r.'a"* u' "na encuesuroracio.ar' re1i11l""*':,?i r" 1o ::,:: - eaniz,.i"nF :.5.'r.:;;,;: q . p.rrcr,,. err rl;rr'u r'u' i"' ion'^' iJl"" t un lrl c' 'o(:al' I PFt -" .rls' riro i' qr r" muiet * rni' odulto' m't o' "1i* ".i,.'"*n.l p" rnj' hombr . r,ra., .,.i., p,,il' ras; de peneTr" ia las pFI-ona( Jel,." .'," l;*"., , *iir,,"n mryor

Fn+i.d-{+*'f Jlrli l^r 'l'l' ',, nq!Lr]o-+!!L{ eo ro,ilid," " 'ta,/i,t,/n,r"'4 '' .rri \''rlr ,r".;na-;,li;;f". r!,b:,.D;naa - Fiffi"-oi''rJ.lo 'l.rro\I" ' l"J''' r' l''r'"r"' U 'i'l' in.li,,n un'r^.,61.-di,1rre erI onlili'r;' i'ln' on'lil'd-''-sdr"r i^f ' -'og-.l P,i ..no 'err.:p':t 1r 'l'''p" J'i''l rPumin I l'r' "l^nr'" (li\u!.,. 'r,"l.,l. l.,JcI llir''^l'rr'' l'rIr"r'r"' ' " rle sr i:rerrrrrales Lrarrslbrmil.:]iorr.rs [s dal)le snponer qu., conro l':')(lo ''' i"''rr':''l\' 'r''rp'r Jer' t :' i',,,,1; .,,,',t', '1.,p'',od Lu''''FnP uur rrr' r"' I r"isjdc,J u,' \io,lbien como un flqjo. de caPi De ac erdo coir el contcxto hisl6rico' habria disliulos riPo$ 1a actua]ida.l, cierto "clirr't Postrnodcruo" hrcc prcfcrir tal social. In s lotr rclacioncs nris flexjbles l lent.rtivas c lugar de les orilaniTaciorx

a""n^'''ir^ ::,il'#;.;"";"1;;,i'o' suel'n t'rer ert'd {ril'iorr J I " " :'In;1:-J Pnr( rnJmerrr ' l,'5",.1'* r"'.,,r-r"dosPFr

rtirralns 'zr Pot .i.""" 'Jris,"'* r,6';' dapordrrsi uan'ifi'3jlopitJ ial pr oot t ''i ..*ia^ bu'cd' 'or "p'*'l'"cidn " .5","a',n".t",,..ai,loetorriur-unir'd:-qY'5'":'!:,!:'."^'I ede trjlrqd(ador-e:r

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