Legislacion Comparada Sobre Cargas y Deudas de La Herencia

18
LEGISLACION COMPARADA SOBRE CARGAS Y DEUDAS DE LA HERENCIA LEGISLACIÓN COMPARADA LATINOAMERICANA La división ipso jure de las deudas en el momento del fallecimiento es un principio de tradición románica, difundido por la influencia del Código Napoleón. Resulta difícil comprender su lógica, y mucho menos su justicia. Lo prudente y honesto es pagar en primer término las deudas y luego repartir el excedente entre los herederos. ¿Por qué debe cargar el acreedor con la insolvencia de uno de ellos? Es una solución irrazonable, que trastorna el orden jurídico y moral. La legislación moderna ha reaccionado en forma general contra este sistema, asegurando ante todo el derecho de los acreedores. Algunos códigos establecen el principío de que todos los herederos están obligados solidariamente al pago de las deudas hereditarias (Código suizo, art. 603; brasileño, art. 1796; español, art. 1084; portugués, art. 2115; alemán, art. 2058). El Código alemán y el mexicano (arts. 1750 y sigs.) organizan la liquidación de la herencia en forma tal de asegurar que primero serán pagadas las deudas y luego se hará la partición. Empero, es una solución admitida casí unánimemente que, una vez hecha la partición, las deudas deben dividirse en proporción de las respectivas

Transcript of Legislacion Comparada Sobre Cargas y Deudas de La Herencia

LEGISLACION COMPARADA SOBRE CARGAS Y DEUDAS DE LA HERENCIA LEGISLACIN COMPARADA LATINOAMERICANA La divisin ipso jure de las deudas en el momento del fallecimiento es un principio de tradicin romnica, difundido por la influencia del Cdigo Napolen. Resulta difcil comprender su lgica, y mucho menos su justicia. Lo prudente y honesto es pagar en primer trmino las deudas y luego repartir el excedente entre los herederos. Por qu debe cargar el acreedor con la insolvencia de uno de ellos? Es una solucin irrazonable, que trastorna el orden jurdico y moral. La legislacin moderna ha reaccionado en forma general contra este sistema, asegurando ante todo el derecho de los acreedores. Algunos cdigos establecen el principo de que todos los herederos estn obligados solidariamente al pago de las deudas hereditarias (Cdigo suizo, art. 603; brasileo, art. 1796; espaol, art. 1084; portugus, art. 2115; alemn, art. 2058). El Cdigo alemn y el mexicano (arts. 1750 y sigs.) organizan la liquidacin de la herencia en forma tal de asegurar que primero sern pagadas las deudas y luego se har la particin. Empero, es una solucin admitida cas unnimemente que, una vez hecha la particin, las deudas deben dividirse en proporcin de las respectivas porciones hereditarias. De lo contrario, estara siempre pendiente sobre todos los herederos la amenaza de una demanda por una deuda que ignoran; si el deudor ha sido negligente, que pague sus culpas y divida su accin contra todos los herederos, sin hacer caer sobre unos el peso de la insolvencia de los otros. Nuestro artculo 3490 Ver Texto permite, por va indirecta, llegar a resultados prcticos similares; y si otros textos oscurecen la cuestin, ah est la labor de la doctrina y la jurisprudencia para esclarecerla y adoptar el sistema ms justo. Cabe agregar que, aun los cdigos que se han mantenido fieles al principio de la divisin ipso jure en el momento de la

muerte, le han introducido algunas atenuaciones: as, por ejemplo, el Cdigo italiano (art. 573) y venezolano (art. 1114) establecen que, tratndose de una deuda hipotecaria, los coherederos cargan con la insolvencia de uno de ellos. RESPONSABILIDAD DE LOS LEGATARIOS.- Los legatarios de cuota responden por las deudas del causante en proporcin a su parte (art. 3499 Ver Texto ). Su diferencia con los herederos es que no tienen responsabilidad ultra vires. Pero, en este caso, el Cdigo brinda al acreedor una doble va: o bien dirigirse directamente contra el legatario por la parte que le corresponde pagar; o bien hacerlo contra los herederos prescindiendo de aqul, en cuyo caso los herederos tendrn luego accin contra el legatario de cuota por la parte que a ste le corresponda (art. citado). El ltimo es un procedimiento complicado, que no tiene justificacin alguna. En cambio, los legatarios particulares no tienen ninguna responsabilidad por las deudas del causante. Empero, pueden ser obligados a contribuir a ellas si no alcanzase el haber sucesorio para pagarlas, en cuyo caso contribuirn en proporcin del valor de sus respectivos legados (art. 3501 Ver Texto ). Ejemplo: el causante deja una herencia cuyo activo suma $ 500.000; hace dos legados, uno de $ 100.000 y otro de $ 50.000 e instituye heredero a un extrao; adems, deja deudas por $ 400.000. En tal caso, el heredero nada recibe y lo que falta para cubrir la deudas ($ 50.000), es pagado a prorrata por los legatarios. RGIMEN LEGAL.- Llmese cargas de la sucesin a las obligaciones nacidas despus del fallecimiento, en tanto que las deudas hereditarias son las contradas por el causante. Caben dentro de este concepto, los gastos de sepelio, los de administracin de la sucesin, honorarios de los abogados, apoderados, partidores, peritos (ver nota 1), etctera.

Esta distincin tiene importancia porque las cargas de la sucesin deben ser pagadas primero que las deudas. Con respecto a los gastos de sepelio, el privilegio surge del artculo 3880 Ver Texto, inciso 1; con relacin a los dems, originados en el juicio sucesorio, en el artculo 3879 Ver Texto , referente a los gastos de justicia hechos en inters de los acreedores. Es verdad que, estrictamente, algunas de esas funciones no tienen inters para los acreedores, que lo mismo podran cobrar sus crditos (por ej., administracin, particin, etc.); pero la jurisprudencia ha hecho interpretacin extensiva de aquella norma y les ha reconocido prioridad (ver nota 2). Tambin del punto de vista de los legatarios particulares interesa esta distincin: no contribuyen al pago de las deudas del causante sino en caso de que los restantes bienes no alcanzaren a pagarlas; en tanto que, tratndose de las cargas, deben contribuir en proporcin de su legado porque son gastos hechos en inters comn; a menos, claro est, que el testador haya dispuesto que se le entreguen libres de todo gravamen. Cabe hacer la excepcin de los gastos de sepelio, que no recaen sobre los legatarios, a menos que sean de cuota. Sobre lo que debe entenderse por gastos funerarios y su rgimen legal, vase Tratado de Derecho Civil, Contratos, t. 2, nmeros 1830 y siguientes. PROPORCIN EN QUE DEBEN PAGARSE.- Tambin las cargas se dividen entre los herederos, pero no en proporcin de las porciones hereditarias (como ocurre con las deudas) sino de lo que cada uno recibe en la particin (ver nota 3). La cuestin tiene importancia cuando alguno de los herederos debe colacionar. Supngase que uno de los tres hijos del causante haya recibido en vida toda la parte que le corresponde en la herencia; mientras participa del pago de las deudas, en una tercera parte, no carga con los gastos del sucesorio. Es justo que as sea, porque l no recibe ningn beneficio por esos trabajos, y porque los honorarios deben calcularse con relacin al patrimonio que ha quedado a la muerte, no al

conjunto; de esta regla se exceptan los gastos de sepelio, que deben ser afrontados en proporcin a las respectivas hijuelas, incluidos los bienes colacionados (ver nota 4). 1.- CARGAS Y DEUDAS DE LA SUCESION DE LA SUCESION LEGISLACION ARGENTINA Desde Pothier en adelante, la doctrina distingue dentro del pasivo hereditario entre las deudas y las cargas de la sucesin. Las primeras son las obligaciones contradas por el causante que se trasmiten al heredero, que sucede no solamente en las relaciones activas, sino tambin en las relaciones pasivas, y que resulta, por tanto, pasivamente legitimado respecto de las acciones que pueden intentar los acreedores del difunto.

Las cargas, por el contrario, son obligaciones que nacen con posterioridad al fallecimiento del causante, pero se originan como un efecto necesario de la apertura de la sucesin. Conviene recordar, como bien se ha advertido, que no siempre el concepto de sucesin es adecuado para encapsular todas las situaciones, puesto que mientras el heredero se presenta como sucesor en cuanto a las deudas -ya que l sustituye al causante-, no ocurre lo mismo con respecto a las cargas. En stas no puede hablarse de sucesin, porque nacen por primera vez en cabeza del heredero y constituyen materia de obligaciones que l asume a titulo originario, aunque encuentren su motivacin en el hecho de suceder en el patrimonio. Asumen la consideracin de cargas, por tanto, todos los gastos provenientes de las operaciones necesarias para determinar qu bienes son los que integran el patrimonio del causante, cul es el valor de ellos, cmo han de distribuirse y, por ende, el honorario correspondiente a las labores de loa profesionales que han llevado adelante el trmite sucesorio. La Suprema Corte de la provincia de Buenos Aires tuvo

ocasin de precisar que la determinacin de lo que constituyen cargas de la sucesin se rige por los arts. 3474, 3879 y sus notas ilustrativas. La distincin entre deudas y cargas reviste un inters prctico que se proyecta en dos direcciones. En primer lugar, las deudas deben ser soportadas en proporcin al derecho hereditario (art. 3490), mientras que con relacin a las cargas los obligados deben contribuir conforme al inters que cada uno tenga en la masa. En segundo lugar, las cargas gozan del privilegio derivado de los gastos causdicos (art. 3899, inc. l), fundado en la conceptuacin de que ningn acreedor puede cobrarse de los bienes que integran una masa, sin que primero sean satisfechas las obligaciones derivadas del mantenimiento y conservacin de ella.

Las deudas del causante por GUILLERMO BORDA

EL PRINCIPIO DE LA DIVISIN DE LAS DEUDAS.- Los herederos suceden al causante en todas sus obligaciones y son deudores de todo lo que l era deudor (art. 3417 Ver Texto ) siempre, claro est, que se trate de obligaciones transmisibles mortis causa. El problema no presenta dificultades cuando el heredero es uno. Cuando son varios, el artculo 3490 Ver Texto establece la divisin de pleno derecho de la deuda entre los herederos en proporcin de sus respectivas fracciones. No hay solidaridad entre ellos; de tal modo que cada uno debe la parte que le corresponde y no tiene que cargar con la insolvencia de los dems.

MOMENTO EN QUE SE PRODUCE LA DIVISIN DE LAS DEUDAS.Sobre este punto, se han sostenido en nuestro derecho dos opiniones:

a) Segn la primera, la divisin se produce de pleno derecho en el instante mismo de la muerte. Los fundamentos son los siguientes:

1) el artculo 3491 Ver Texto establece que cada uno de los herederos puede librarse de toda obligacin pagando su parte en la deuda; este derecho lo puede ejercer antes de la particin, como lo pone de manifiesto la nota al artculo 3475 Ver Texto , segn la cual habiendo pagado uno de los herederos la parte que le corresponde en la deuda, puede exigir la entrega de los bienes que le ha tocado en la particin. Todo ello revela que la divisin de las obligaciones se ha producido antes de la particin, ya que de lo contrario el acreedor podra rechazar el pago parcial (art. 742 Ver Texto ); 2) las fuentes citadas al pie del artculo se refieren a leyes y autores en los que se sostiene la divisin en el momento de la muerte (ver nota 2)

b) De acuerdo con una segunda opinin, a la que nosotros adherimos, la divisin se opera cuando, por efecto de la particin, se ha hecho entrega a los herederos de sus partes hereditarias (ver nota 3): 1) El principal sustento de esta teora es el artculo 3490 Ver Texto , que textualmente dice as: Si los acreedores no hubieran sido pagados, por cualquier causa que sea, antes de la entrega a los herederos de sus partes hereditarias, las deudas del difunto se dividen y fraccionan en tantas deudas separadas cuantos herederos dej, en la proporcin de la parte de cada uno. Lo que significa que la divisin se hace despus que los bienes han sido entregados a los herederos y no antes. 2) Es verdad que el argumento fundado en el artculo 3491 Ver Texto y la nota al artculo 3475 Ver Texto es importante, pero ms lo es el texto que trata especficamente la cuestin y establece el momento en que se opera la divisin; en todo caso, habr que admitir una contradiccin entre ambas normas y entonces hay que preferir la solucin que mejor resuelve los intereses en juego (ver nota 4). Llama la atencin, en efecto, que siendo opinin unnime la de que es preferible mantener la indivisin de las deudas hasta el momento de la particin, no se la adopte cuando hay un texto expreso y claro que as lo ordena.

3) Las fuentes citadas al pie del artculo no pueden invocarse en apoyo de la tesis contraria. Se explica la cita de tales fuentes, porque tambin en ellas se trata de la divisin ipso jure de las deudas; slo que, en cuanto al momento en que ella se opera, VLEZ SARSFIELD se apart claramente de esos antecedentes. El artculo 1220, Cdigo Napolen, tiene una redaccin muy distinta a nuestro artculo 3490 Ver Texto ; es natural que, ante ese texto, la doctrina francesa haya debido admitir la regla de que la divisin se produce en el momento de la muerte. Pero no obstante ello, y a pesar de no contar con nuestro artculo 3490 Ver Texto , la jurisprudencia francesa, apoyada por muy prestigiosos juristas, ha encontrado el camino para atenuar los efectos de aquel principio, por lo menos en lo que atae al problema ms grave, que es la insolvencia de uno de los herederos. En sntesis, ha decidido que, no obstante la divisin legal, la prenda genrica que exista a favor de los acreedores en vida del de cujus contina aun despus de su muerte, hasta la particin, existiendo de manera indivisible sobre la herencia entera (ver nota 5), de modo tal que los acreedores hereditarios se pueden cobrar sobre todos los bienes, aunque uno de los herederos sea insolvente. Los tratadistas franceses se han esforzado por encontrar una conciliacin lgica entre esta solucin y el principio de la divisin de pleno derecho en el momento de la muerte; vanos esfuerzos, porque la contradiccin es evidente. Con mayor cordura dicen PLANIOL y RIPERT que sta no es sino una limitacin al principio de la divisin, fundada en imperiosa consideracin de equidad (ver nota 6). Cunto ms fcil resulta llegar a estas conclusiones en nuestro derecho, con el poderoso auxilio del artculo 3490 Ver Texto. Cabe aadir que la admisin de este punto de vista refuerza considerablemente la opinin de quienes ven en la sucesin una persona jurdica; a despecho de las teoras de los juristas, los acreedores dirigen sus demandas contra la sucesin. Muchas explicaciones se pueden dar de este hecho para conciliarlo con el principio de la divisin ipso jure en el

momento de la muerte (ver nota 7); pero lo cierto es que, en la prctica, las cosas ocurren como si la divisin no se hubiera operado. Pensamos que el esfuerzo de los autores debera tender ms bien a explicar y dar base jurdica a ese estado de cosas, que todos reputan conveniente, y no a divorciar la prctica de los principios.

En los prrafos siguientes, pondremos de relieve las consecuencias que tienen la adopcin de uno u otro momento como punto de partida para la divisin ipso jure de las deudas.

Cabe aadir que la circunstancia de que uno de los herederos haya aceptado con beneficio de inventario, no tiene ninguna influencia en la divisin de las deudas; su parte se computar como si hubiere aceptado renunciando al beneficio (art. 3490 Ver Texto ). CONSECUENCIAS DE LA DIVISIN IPSO JURE DE LAS DEUDAS.Ellas son:

a) Si muchos sucesores universales son condenados conjuntamente en esa calidad, cada uno de ellos ser solamente considerado como condenado en proporcin de su parte hereditaria (art. 3491 Ver Texto ).

b) La interpelacin hecha por los acreedores de la sucesin a uno de los herederos por el pago de la deuda, no interrumpe la prescripcin respecto de los otros (art. 3493 Ver Texto ).

c) La insolvencia de uno de los herederos no grava a los otros y los solventes no pueden ser perseguidos por la insolvencia de su coheredero (art. 3495 Ver Texto ). Es un sistema injusto. Mientras haya bienes del

causante, los acreedores deben ser pagados en primer trmino; se dir que el acreedor diligente pudo solicitar la separacin de patrimonios u oponerse a la entrega de la hijuela al heredero (art. 3490 Ver Texto ) y con ello evitar todo perjuicio. Pero muchas veces la insolvencia se presenta inesperadamente; y adems, la gente confiada y de buena fe no es amiga de oponer acciones judiciales, siempre molestas. De pronto se encontrar con que parte de su crdito se ha evaporado (por la insolvencia de uno de los herederos), mientras subsisten importantes bienes del causante en poder de los otros sucesores. Si se acepta que la divisin de las deudas slo se opera en el momento de la particin y de la entrega de bienes, todos estos inconvenientes casi desaparecen, por lo menos en la mayor parte de los casos; entre la muerte del deudor y la particin, corre un perodo bastante prolongado, durante el cual no importa que uno de los herederos caiga o no en insolvencia, pues el acreedor se cobrar del conjunto de los bienes sucesorios. Todava ms: hay una hiptesis en que la teora de la divisin en el momento de la muerte no brinda ninguna posibilidad de defensa a los acreedores. Supngase que el heredero insolvente ha recibido en vida toda su porcin hereditaria. A la muerte nada le corresponder, pues sus coherederos lo obligarn a colacionar. Sin embargo, l tiene una parte en la herencia y el pasivo proporcional a ella no debe recaer sobre sus coherederos. Los acreedores perdern sin remedio posible una parte de sus acreencias, por ms que los bienes dejados por su deudor sean cuantiosos (ver nota 8). Por el contrario, si se admite nuestra teora, el acreedor podr, durante el estado de indivisin, cobrar sobre todo su crdito.

d) Los crditos que uno de los herederos tuviera contra la sucesin se extinguen por confusin hasta la concurrencia de su parte hereditaria (art. 3494 Ver Texto). Segn nuestro punto de vista, la confusin se opera

luego de la particin y entrega de lotes; segn la tesis opuesta, desde el momento mismo de la muerte del causante.

e) Cada uno de los herederos puede librarse de toda obligacin pagando su parte en la deuda. Si se admite la divisin en el momento de la muerte, es indudable que desde entonces puede pagarla. Si se admite en el momento de la particin, parecera que hasta entonces el pago parcial no procede y que el acreedor podra rechazarlo. Es lo que sostiene MACHADO (ver nota 9). Nos inclinamos, sin embargo, por reconocer este derecho a los herederos en todo momento. Es verdad que, no habiendo ocurrido la particin, la deuda permanece indivisa y, por tanto, parecera aplicable la regla general del artculo 742 Ver Texto , segn el cual nadie puede ser obligado a aceptar un pago parcial. Pero la divisin en la sucesin es un caso muy especial, que debe ser considerado a la luz de sus caractersticas propias. Lo normal es que la parte proporcional de la deuda sea el total definitivo de la obligacin de ese heredero; se justifica, pues, que este caso se vea sometido a reglas propias. El artculo 3491 Ver Texto , reforzado por la nota al artculo 3475 Ver Texto , da pie para admitir el pago parcial aun antes de la particin. Es una buena solucin, que pone a cubierto al que desea pagar, contra el riesgo de cargar con los intereses sobre la suma debida y los honorarios y gastos del juicio que eventualmente inicie el acreedor porque los acreedores no pagan. Pero entendemos que siempre quedar sujeto a esta condicin: que si luego resulta a su cargo una obligacin adicional por tener que soportar la insolvencia de un heredero, el acreedor tendr derecho a reclamarle la diferencia (ver nota 10). Consecuencia de la divisin es que, si uno de los herederos no satisface su parte en la deuda, slo l ser pasible de los daos y perjuicios que ocasione. Y si se ha estipulado una clusula penal para el caso de incumplimiento, dicha clusula funciona proporcionalmente slo para los remisos (ver nota 11) (art. 661 Ver Texto).

f) La circunstancia de que una deuda haya sido adjudicada totalmente a la hijuela de uno de los herederos no desobliga a los restantes respecto del acreedor, cuyo derecho legal no puede ser alterado por los convenios de aqullos (arts. 3497 Ver Texto y 3498). Es lgico que as sea, porque de lo contrario podran los herederos adjudicar la deuda a un coheredero insolvente, defraudando al acreedor.