Leopoldo Saez

9
El Español de Chile EL ESPAÑOL DE CHILE EN LAS POSTRIMERIAS DEL SIGLO XXI "Un shileno se casha al tiro'l Este es un panorama muy general de la situación actual del español en Chile. Se presentan algunas de las tendencias y características más importantes en fonología, fonética, morfosintaxis, léxico. Muchas de las aseveraciones se respaldan con citas de la prensa, encuestas y con un corpus de medio millón de palabras-textuales del lenguaje periodístico. 1.1.- No espero suscitar ningún enconado debate si sostengo que el mundo ha cambiado muchísimo en los últimos veinte años y que estos cambios han ido en desmedro del manejo de las habilidades lingüísticas. Se aprecia en todos los niveles una marcada preferencia por el ícono en reemplazo de la palabra, por los flippers, videojuegos y juegos computacionales en lugar de la lectura de cuentos, por el test y las pruebas de selección múltiple frente a la redacción de un texto. La misma situación la viven la literatura frente al cine y el video; el diálogo frente a los efectos especiales y la acción, en Chile las ciencias "duras" frente a las "blandas". Esto ha llevado a que en España, Estados U nidos, Argentina exista una gran insatisfacción por la creciente incapacidad en el manejo de la lengua estándar en su variedad formal. Como no es este un problema exclusivo de los chilenos, es muy probable que sus causas tampoco sean exclusivamente nuestras y tengan un alcance mucho más general. 1.2.- En Chile se lee y se escribe poco. Los libros tienen tiradas reducidas y son mucho más caros que en México, España o Alemania. Tampoco son muy leídas las revistas o periódicos, que se financian por el avisaje. Para los lectores habituales se ha hecho evidente un deterioro en el trabajo de los correctores de pruebas. Incluso en los diarios más tradicionales, además de las erratas habituales, con alarmante frecuencia aparecen gruesos errores, que hubieran sido un escándalo en otros tiempos. Los medios realmente difundidos son la televisión y la radio.

description

escritor

Transcript of Leopoldo Saez

El Español de Chile

EL ESPAÑOL DE CHILE EN LAS POSTRIMERIAS DEL SIGLO XXI

"Un shileno se casha al tiro'l

Este es un panorama muy general de la situación actual del español en Chile. Se presentan algunas de las tendencias y características más importantes en fonología, fonética, morfosintaxis, léxico. Muchas de las aseveraciones se respaldan con citas de la prensa, encuestas y con un corpus de medio millón de palabras-textuales del lenguaje periodístico.

1.1.- No espero suscitar ningún enconado debate si sostengo que el mundo ha cambiado muchísimo en los últimos veinte años y que estos cambios han ido en desmedro del manejo de las habilidades lingüísticas. Se aprecia en todos los niveles una marcada preferencia por el ícono en reemplazo de la palabra, por los flippers, videojuegos y juegos computacionales en lugar de la lectura de cuentos, por el test y las pruebas de selección múltiple frente a la redacción de un texto. La misma situación la viven la literatura frente al cine y el video; el diálogo frente a los efectos especiales y la acción, en Chile las ciencias "duras" frente a las "blandas".

Esto ha llevado a que en España, Estados U nidos, Argentina exista una gran insatisfacción por la creciente incapacidad en el manejo de la lengua estándar en su variedad formal. Como no es este un problema exclusivo de los chilenos, es muy probable que sus causas tampoco sean exclusivamente nuestras y tengan un alcance mucho más general.

1.2.- En Chile se lee y se escribe poco. Los libros tienen tiradas reducidas y son mucho más caros que en México, España o Alemania. Tampoco son muy leídas las revistas o periódicos, que se financian por el avisaje. Para los lectores habituales se ha hecho evidente un deterioro en el trabajo de los correctores de pruebas. Incluso en los diarios más tradicionales, además de las erratas habituales, con alarmante frecuencia aparecen gruesos errores, que hubieran sido un escándalo en otros tiempos. Los medios realmente difundidos son la televisión y la radio.

La introducción de la televisión por cable, al parecer, ha contribuido a segmentar los espectadores, de modo que quien desee ver programas con exigencias culturales algo mayores, por lo general, debe recurrir al cable. Salvo excepciones, la televisión normal ha seguido una línea de entretenimiento fácil, de humorismo callejero. Ha aparecido un tipo de animador agresivamente ignorante y ramplón. En Chile esta situación ha producido incluso un debate en el Parlamento acerca de la "chabacanización" de la televisión, que llegó a su punto culminante con ocasión del Mundial de Fútbol celebrado en Francia.

Hasta hace poco tiempo en la radio y la televisión se encontraban los modelos del buen hablar. Hoy la informalidad y, en ocasiones, la vulgaridad han invadido estos medios, especialmente las radios AM. Los programas juveniles, de conversación, de curaciones milagrosas (gracias a, por ejemplo, "la aleta de tiburón potenciada"), de conversión religiosa, de solución de problemas sentimentales suelen tener a mal rentados conductores o animadores de un bajísimo nivel cultural, no aptos como modelos de habla oral formal.

1.3.- Pero hay además un problema cultural ambiental.

Gabriel Valdés (1919, abogado), ex Canciller, ex Presidente del Senado, varias veces precandidato

presidencial, un protagonista y observador privilegiado de nuestra clase política, en la presentación del último libro de Lafourcade dio un testimonio muy decidor:

"La cultura del político del primer Senado constituyente era impresionante. Tenía la capacidad de hacer una improvisación y citar a Plutarco o un pasaje de Shakespeare, hablar de Platón y de pasearse por las ideas del mundo. Eso hoy no se da".

Y en el otro lado del espectro político, Volodia Teitelboim (1916, abogado, literato y fino crítico) tiene la misma opinión:

"La oratoria política es el reflejo del espíritu y la mentalidad de una época. Durante el siglo pasado el género alcanzó un nivel sobresaliente en los llamados Padres de la Patria […] Hoy la oratoria ha muerto y esto tampoco es para ponerse a llorar, pero como hombre que estuvo en el Parlamento veo en él un empobrecimiento gradual del lenguaje, lo que no es más que el reflejo de lo que sucede en el país. En Chile se habla un castellano deficiente, la gente modula mal y apenas se las arregla con un escaso vocabulario." El Sábado, 60, 85-99.

¿ y nuestros dinámicos y agresivos empresarios jóvenes y modernizadores?

"¿Quién es Descartes?, preguntó un banquero chileno cuando Jacques Chirac lo mencionó en su discurso, durante la inauguración de la Asamblea de Gobernadores del Bid." 027,21-3-993.

La tradicional radio Andrés Bello, que sólo difundía música clásica, tuvo que cerrar. Las universidades por problemas presupuestarios tienen selias dificultades para mantener sus orquestas, conjuntos de teatro, cuerpos de ballet, coros, radios.

A todo este ambiente cultural general hay que agregar la situación de la enseñanza escolar, que, por fortuna, se ha convertido en un programa central del gobierno. Sin entrar en mayores detalles, citemos algunos factores negativos: masificación de la enseñanza, cursos demasiado numerosos, profesores mal pagados y sin prestigio social, locales con infraestructura deficiente, errada concepción de la enseñanza de la lengua materna, alumnos desmotivados.

Como podía esperarse, los resultados no han sido satisfactorios: los egresados de la enseñanza media no son capaces de leer comprensivamente ni de redactar aceptablemente en la variedad formal (olvidemos piadosamente la ortografía); tampoco entienden, ni mucho menos hablan, lenguas extranjeras; los hablantes indígenas olvidan su lengua y no alcanzan a aprender el castellano.

1.4.- En la actualidad el dominio del registro formal ya no es un atributo indispensable del dirigente, del líder social. Muchos no son competentes en la norma culta fónica, morfosintáctica, léxica. En documentos oficiales, incluso del Ministerio de Educación, brillan gruesas faltas de ortografía. Más aun, da la impresión de que aquellos que tienen conocimientos y lecturas que les permitirían un empleo elegante del idioma, se autocensuraran para hundirse en un gris e impersonal empleo rutinario.

Esto sin duda debe guardar relación con otras características nacionales. No nos gusta llamar la atención y nos molesta muchísimo que alguien se destaque. Los chilenos usamos ropa de pocos colores y muy apagados. Nuestras casas están muy alejadas del colorido de las mejicanas, por ejemplo. Hablamos en voz baja, somos casi inaudibles para los españoles. Y en Santiago evitamos sistemáticamente el contacto verbal con desconocidos. En los taxis colectivos es normal que los

cuatro o cinco pasajeros que comparten el estrecho espacio durante a lo menos media hora, eviten mirarse y no intercambien palabra alguna, lo que sería absolutamente insoportable para un cubano.

Tampoco discutimos. Ya no hay debates en el país. ¿Es la herencia de los diecisiete años negros?

1.5.- En Chile vivimos un proceso de globalización y de intemacionalización de todo tipo: economía, comunicaciones, viajes. Cada vez llegan más extranjeros a nuestro país y un tercio de los chilenos viaja al exterior, gracias a un evidente mejoramiento de nuestro estándar de vida. Nos relacionamos con el mundo a través de Internet. Compramos en Miami. Nuestros empresarios invierten en Argentina, Perú, Bolivia6 y hacen alianzas estratégicas por doquier. El país está ingresando a las asociaciones económicas más importantes del mundo: APEC, Mercosur, NAFTA, VE. Nos conectamos por cable con Alemania, Francia, España, Italia, lo que culturalmente significa que en televisión, además del Colo Colo y del Wanderers de Valparaíso, podemos ver jugar al Internazionale ("Bambam" Zamorano), a "la" Lazio ("Matador" Salas), al Real Madrid, al Bayem München, Boca Juniors, Toluca, al Newcastle en copas, recopas y supercopas. En honor a la objetividad, habría también que decir que alrededor de un cuarto de los chilenos vive todavía en la pobreza (y más de 800.000 en la indigencia) prácticamente al margen de la modernidad, y la distribución de los ingresos es una de las más injustas del mundo..

Se ha creado una cultura internacional en la que los jóvenes de todo el Imperio usan jeans, t-shirts con leyendas en inglés, zapatillas de tenis, comen_ hamburguesas y hotdogs, papas fritas con ketchup, escuchan tecno, rap, new wave, hip hop; asisten a idénticos conciertos de los mismos conjuntos musicales' que recorren el mundo, ven las mismas películas devorando cantidades increíble_ de pop corn y bebiendo bebidas colas. En los confines del Imperio, en Chile, estamos empezando a celebrar el halloween. Poco nos falta para incorporar el thanksgiving y el lndependence Day.

Estamos más abiertos que nunca a posibles influencias de otros dialectos del español. En la televisión vemos programas españoles, telenovelas (culebrones) argentinas, mexicanas, venezolanas. Las películas están dobladas en Puerto Rico y México.

Naturalmente todo esto tiene consecuencias lingüísticas.

* Introducción de un aluvión de anglicismos en los léxicos especializados, muchos de los cuales se instalan luego en la lengua común. Hemos documentado más de tres mil voces, entre anglicismos crudos, adaptaciones, traducciones, calcos semánticos, variantes y agregamos entre diez y quince a la semana. Son especialmente abundantes en los léxicos de la computación, música popular, deportes, administración de empresas, vestimentas, publicidad.

* Estos anglicismos no coinciden necesariamente con los de otros dialectos. Por ejemplo, en Chile desconocemos, afortunadamente, la familia flipar, fjlipada, flipado, flipador, flipante, flipero, flipeta, flipota. No usamos pil y nuestros pilosos son los tradicionales.

* No he percibido una gran influencia de los dialectos del español que nos son familiares a través de la televisión y del cine. Sólo en el lenguaje infantil ha habido algún uso de expresiones de . 'El Chavo del 8" (un programa mexicano) como "sin querer, queriendo", o el uso más extendido de menso "tonto, torpe", cllispotearse "equivocarse".

* Se nos van haciendo conocidos elementos culturales muy alejados. De los kuchenes, ñoquis y lasañas, incorporados hace mucho, pasamos a los wantanes, chapsui, sushi, sashimi, tacos, terrinas. Los más sofisticados están disfrutando de las ciboulettes y del aceto balsámico.

2.0- Prácticamente todos los chilenos hablamos español. Según el censo de 1992, Chile tiene 13.348.401 habitantes. El 83;5% vive en centros urbanos (11.140.405) frente al 16,5% (2.207.996), que todavía permanece en las zonas rurales. En la Región Metropolitana viven 5.257.937 personas. Los pueblos autóctonos hablan también español, en muchos casos, en forma muy rudimentaria. No ha sido determinado con rigor el número de hablantes de lenguas indígenas mono- y bilingües. En el censo de 1992 se registran 926.060 mapuches, 48.4 77 aymaras y 21.848 rapanui mayores de 14 años. Dannemann- Valencia, 1989 tienen cálculos aproximados muy diferentes: 464.475 hablantes indígenas: 200 aymaras, 250 aymara-quechuas, 2.000 kunsas, 460.000 mapuches, 20 kawaskar, 5 yaganes, 2.000 pascuenses.

2.1.- ¿ Cómo caracterizar la situación del español en Chile? Indicaré sólo algunos de los aspectos más generales:

.La lengua común coloquial sigue evolucionando motu proprio o por influencia de otros dialectos del español. Como siempre, la fonética y la morfosintaxis lo hacen en mucho menor medida que el léxico.

.Avance al parecer incontenible del registro informal hacia las situaciones formales: espacios de conversación televisados, clases magistrales, discursos. Nuevo es el ingreso tímido del registro vulgar en el lenguaje público. Esta situación ya se ha hecho habitual en programas cómicos o juveniles de radio y televisión. Incluso en la prensa escrita he documentado expresiones consideradas vulgares como cara de poto, carerraja "cínico, fresco", cartucho "pudibundo", cartuchismo. Es sólo el comienzo, que puede convertirse en un torrente, si se registra un aumento interesante del rating.

.Gran difusión del lenguaje juvenil que se extiende hacia la lengua común informal (no estar ni ahí, amermelado, aperrar, atillar, hacer atado, estar en otra, arrugar, chanta, cacha, estar chato/ apestado, pasarlo shansho). Algunos de los términos han nacido en la lengua vulgar o del hampa (bacán, mina/o, piola, quedar [con] cuello, pulento, marcar ocupado).

Un solo ejemplo de la penetración del lenguaje juvenil. El presidente de uno de los partidos de derecha hizo las siguientes declaraciones a la prensa:

"Si la derecha aperra con Lavín, Lavín va a ganar. Si la derecha arruga, Lavín va a perder." 08, 4-4-99 (Alberto Espina, 1956, abogado).

Hay aquí una situación algo extraña y contradictoria, ya que los jóvenes, por un lado, son un grupo segregado en cuanto a la ocupación, pero, por otro, lo joven se ha convertido cada vez más en un valor en sí y en un mercado apetecible. El lenguaje juvenil ha alcanzado un estatus y una difusión que no había tenido antes. Se aprovecha para la publicidad. Es la base de las telenovelas.

* Descenso en el nivel de dominio de la lengua: aumentan las secretarias incapaces de redactar una carta, los periodistas con dificultades de expresión; los profesionales que no pueden escribir informes comprensibles, las ediciones con faltas graves de ortografía; los hombres públicos que no dominan la variedad culta (nadien, plesbicito, el dieciseisavo aniversario, etc.). La inseguridad provoca

ultracorrecciones (palear, espúreo, arrear la bandera), que son una reacción a expresiones del tipo lión, tiatro de uso general.

2.2.- Se puede reconocer a un chileno con suma facilidad. Si escucha a alguien que dice: al tiro vuelvo, on" con una difusa terminación -on casi ininteligible] y trata a las mujeres de "m 'hijita", puede estar seguro de que está frente a un chileno auténtico. Normalmente tiene una articulación relajada, un tono suave, una intensidad baja.

La mujer chilena tiene un ritmo más rápido que el hombre, con un timbre agudo y su afán expresivo es tan grande que es capaz de seguir hablando aun cuando se le acabe el aire de los pulmones.

En lo que sigue mencionaré rápidamente los rasgos más generales del español común de Chile, esto es, el que no tiene marcas (diastráticas, como "vulgar", "popular", "culto", o diatópicas, como "propio de Chiloé", etc.). La fuente principal es un corpus de referencia: "Corpus Integral del Español de Chile" (CIECh). He utilizado para este trabajo el subcorpus de lenguaje periodístico, constituido por medio millón de palabras-textuales.

La referencia ocasional a personajes destacados de nuestra vida pública sólo tiene el fin de ilustrar con ejemplos concretos el grado de penetración de algunos de los fenómenos mencionados en los niveles socioeconómicos más altos.

"¡Cómo corrieron los chilenos Salas y Zamorano! Pelearon como leones. Chocaron una y otra vez contra la defensa azul. ¡Qué gentío llenaba el estadio! En verdad fue una jomada inolvidable. Ajustado cabezazo de Salas y ¡gol! Al celebrar Salas resbaló y se rasgó la camiseta. "

14 Siguen siendo útiles los trabajos clásicos de Lenz y Oroz (BDH, 1940; Oroz, 1966) y el más reciente de Rabanales, 1981, ligeramente ampliado en Rabanales, 1992.

15 Más de la mitad de este corpus periodístico (278.187 palabras textuales) fue obtenido en forma aleatoria de un universo formado por todos los diarios chilenos oficialmente establecidos, publicados entre 1970 y 1992. La otra parte está formada por prensa no oficial (boletines, volantes de vida efímera, subterránea, de escasa difusión) (204.494) y transcripciones de programas de radio (35.149) y televisión (7.249). En total son 1.001 textos de dimensiones variables, con un promedio de 511 palabras textuales por texto. He dejado sin considerar topónimos, antropónimos, frases en otros idiomas, con lo que se ha reducido a 469.170 el número de palabras textuales que pertenecen a 16.549 conjuntos flexionales, representados por lemas. Vid. Sáez, 1994.

6.- LÉXICO.

6.1.- Todo dialecto tiene peculiaridades en el campo léxico, especialmente en los niveles más bajos y en situaciones informales. Seguramente en el ámbito hispánico no debe de ser habitual un relato tan excesivamente zoológico como el siguiente:

Los gallos hicieron una vaca para salir con unas cabras caballas (buenas pechugas, mejor chancho) y superchoras. Los que no entraron en la burra, se subieron a una liebre. Llovieron los medios patos, las garzas, los loritos. Lo pasaron chancho y al ratito quedaron patos .

("Todos los hombres pusieron dinero para salir con unas muchachas físicamente estupendas, muy asertivas y decididas. Los que no cupieron en el auto viejo, subieron a un microbús. Llovieron los vasos de medio litro, los vasos delgados de cerveza, los jarritas de vino. Lo pasaron fantástico y al poco tiempo n tenían un solo peso.")

Es característico del español de Chile un fondo de léxico mapudungún, que no es muy numeroso, especialmente si no se consideran las voces de flora, fauna y toponimia, pero que está fuertemente arraigado en nuestra identidad.

El copihue es la flor nacional, el Colo-Colo, uno de los equipos de fútbol más populares, guata, poto y tuto (o trutro) son zonas corporales muy íntimas. Todo chileno conoce las lanchas y los desagradables guarenes, los pájaros diuca, pequén, loica, tenca, tricahue; los insectos pololo y colihuacho; los árboles: boldo, el peligroso litre, maqui, pellín, raulí, lingue, representantes de nuestro amenazado bosque nativo; las plantas bailahuén (protector de los hígados chilenos en acoso permanente), colihue, nalca, los mariscos locos y machas, que pertenecen a la cocina fina; la cholg(u)a y el luche son populares, como el curanto en el sur; el ulpo y la chupilca, bebidas con harina tostada, están más bien relegadas al campo. Pichintún, piñén, trapicarse, chuico, muño, cahunl, ma/ón, laque, pana son voces de uso habitual y generalizado, muchas con familias léxicas y significados figurados.

La frecuencia de uso es naturalmente un criterio que debe considerarse para medir la importancia de un elemento léxico, pero no el único; hay un aspecto cualitativo que no debiera desecharse, pese a su difícil determinación.

A mi entender, para la etimología de nuestras voces indígenas sigue siendo un modelo eldiccionario de Lenz, 1910.