Lesiones en la tauromaquia

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LESIONES EN LA TAUROMAQUIA “LA CORNADA”

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LESIONES EN LA TAUROMAQUIA“LA CORNADA”

INTRODUCCIÓN

Dentro de los deportes del mundo existen muchas lesiones de cualquier tipo; así es

como dentro de la tauromaquia las lesiones son muy graves, pueden ser

desde golpes fuertes que pueden ocasionar una contusión, hasta la lesión

más fuerte que es la cornada.

LA CORNADA

Es una herida ocasionada por el asta (punta) del cuerno del toro.

Las heridas por asta de toro constituyen un grupo singular dentro de las heridas inciso-contusas tratadas en el servicio de urgencias. La presencia de gérmenes en el asta procedentes de su entorno natural, las distintas trayectorias y profundidades de las heridas secundarias, las diferentes fuerzas causantes de estas últimas y su localización específica son elementos que deben tenerse en cuenta durante el tratamiento.

LA CORNADALas lesiones de mayor

gravedad derivan de la cogida, que puede dar lugar a

cornadas, que produce una herida incisa por asta de toro; o

heridas inciso-contusas con posibles lesiones

traumatológicas al ser arrollado y derribado sin ser corneado.

Lo peor para los toreros son las caídas y sus consecuencias,

casi más que las cornadas, al tenerles más tiempo apartados

de los ruedos.

PACIENTES Y HERIDAS

NUMERO DE PACIENTESDe los pacientes tratados en el servicio de urgencias debido a heridas por asta de toro en un periodo de nueve años, 163 necesitaron ingreso en el hospital. Sólo tres de estos pacientes eran mujeres. La edad media era de 33,6 años (el más joven tenía 14 años y el mayor 77). Los pacientes de 50-60 años sufrieron más heridas que los de 40-50 años, teniendo en cuenta que es poco probable que los del grupo de más edad participen en un mayor número de encierros.

TIPOS DE HERIDAEstos 163 pacientes sufrieron 191

heridas, de las que el 64 % presentaban una sola trayectoria y

el 36 % restante varias trayectorias. La localización más frecuente fue el

muslo, que junto con la pierna presentó el 50 % de las heridas. El

ano, el recto y la zona perineal fueron la segunda localización más

frecuente (13 %).

La gravedad de las lesiones es evidente por el daño que causan, así como por las diversas trayectorias a partir de un solo orificio. Es importante explorar y reconstruir el tejido y conocer la postura que tenía la persona cuando se produjo la herida. La elasticidad de los tejidos puede ocultar la gravedad de lesiones causadas por el asta a cierta distancia del orificio de entrada. Por esta razón, en ocasiones resulta difícil valorar la profundidad total de la herida, a pesar de una cuidadosa exploración digital.

TRATAMIENTOS

En todos los pacientes, el tratamiento consistió en la exploración física de

todas las trayectorias de las heridas bajo anestesia local o general, según

las circunstancias de la herida, y en la ampliación del orificio de entrada

cutáneo cuando era necesario un estudio completo de la herida.

A continuación se procedía a la irrigación de la herida con suero

salino y soluciones antisépticas, al desbridamiento del tejido

desvitalizado y al drenaje, además de una hemostasia meticulosa y la

corrección de las lesiones vasculares, óseas o viscerales asociadas.

La herida se dejaba abierta o parcialmente cerrada, con una clara

preferencia por el cierre parcial, seguido del cierre completo si se

consideraba necesario antes de dar el alta al paciente. Los drenajes se

dejaban colocados una media de 3,5 días, con una desviación estándar de

1,9 días.

TRATAMIENTOS

Los pacientes fueron tratados con antibióticos de amplio espectro para cubrir aerobios y anaerobios. Los antibióticos utilizados variaban según las circunstancias y las preferencias de cada cirujano, aunque en el 54 % de los casos se utilizó una combinación de metronidazol (Flagyla, Protostata), gentamicina (Geramycina) y ampicilina, en el 20% gentamicina y clindamicina (Cleocina) y en el 24% cefalosporinas.

VENDAJES

Vendajes de heridas asépticas• el imperativo más importante es la

prevención de una infección. Por lo tanto, la persona que realiza el tratamiento, y a la hora del cambio del vendaje, debe llevar ropas que excluyan cualquier roce con la región dañada. Tras una desinfección higiénica de las manos y para el primer cambio de vendaje, hay que utilizar guantes estériles; si no es posible, se recomiendan guantes de protección y la técnica de non-touch.

• Las heridas de operaciones y las heridas de ocasionales recientes, después de la desinfección de la piel, deben ser tapadas con gasas para heridas que sean suaves para la piel. Este tipo de protección de la herida no se deshilacha, es elástico y se ajusta a la superficie corporal.

Vendajes de heridas infectadas• La organización de los vendajes

corresponde a la misma que la de los grandes vendajes asépticos. La cantidad de relleno absorbente se rige por la intensidad de la secreción y por la frecuencia con la que se cambie el vendaje colocado. Para las infecciones profundas se recomienda un aclarado antibiótico de larga duración a través de drenajes de enjuague y absorbentes, y en casos de defecto cutáneo extenso, la irrigación abierta se realizará con enzimas necrosantes y soluciones antibióticas.

Toreros que han sufrido graves

cornadas.

MANUEL RODRÍGUEZ SÁNCHEZ «MANOLETE» 1917 – 1947: Nace el 4 de julio de 1917 en Córdoba. Muere en la madrugada del 29 de agosto de 1947, como consecuencia de una cornada recibida la tarde del 28 de agosto del toro "Islero" de la ganadería de Miura en la Plaza de Linares (Jaen). 

La figura de Manolete no deja de ser controvertida. Algunos le acusaron de elegir las ganaderías por su mayor comodidad y sugieren que prefería los toros "arreglados"; sin embargo, lo cierto es que se enfrentó con todo tipo de toros, como lo demuestran los reportajes gráficos. Con todo Manolete significó una revolución en el mundo de los toros por su toreo estatuario, vertical, circular e impasible, que presuponía un extraordinario valor y una técnica depuradísima. La seriedad de su arte causaba honda emoción en los tendidos.

Toreros que han sufrido graves

cornadas

FRANCISCO RIVERA « PAQUIRRI » 1948 -1984

Matador de toros nacido en Zahara de los Atunes (Cádiz) el 23 de marzo de 1948, hermano menor de José Riverita, también torero. Su toma de alternativa, prevista para el 17 de julio de 1966 en la Monumental de Barcelona, hubo de retrasarse por resultar cogido Paquirri en los lances de recibo, antes de que le cediera los trastos su padrino, Antonio Bienvenida. La ceremonia tuvo lugar un mes después, el 11 de agosto, cuando en la misma plaza, Paco Camino, en presencia de Santiago Martín el Viti le cedió la muerte de Zambullido, de Urquijo de Federico. Confirmó el 18 de mayo de 1967 repitiendo padrino y con José Fuentes de testigo. Primero del escalafón durante varios años y mandón de la fiesta desde 1972 hasta 1980, la figura de Paquirri se ha visto señalada por circunstancias externas a la fiesta —su matrimonio primero con una hija de Antonio Ordóñez y, más tarde con una popular tonadillera— e internas: su muerte a causa de una brutal cornada en la plaza de Pozo blanco (Córdoba) el 26 de septiembre de 1984, toreando de capa a su segundo, Avispado, de la ganadería de Sayalero y Bandrés. De sus compañeros de terna, también José Cubero Yiyo, encontraría la muerte en las astas de un toro, Burlero, de Marcos Nuñez.

bibliografias

• Hûter-Becker, A. y Schewe, H. y Heipertz, W. (2004). “Fisioterapia: Masaje, Primeros Auxilios y Técnicas de Vendaje”. Barcelona. Editorial: Paidotribo.

• Recuperado el día 15 octubre de 2013: http://www.clubtaurino.com/revista/revista98/12.htm

• Recuperado el día 15 octubre de 2013: http://www.medigraphic.com/pdfs/cirgen/cg-2004/cg042c.pdf