Letras de Cambio (17 abril 2011)

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Letras SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN | NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA | COORDINADOR: VÍCTOR RODRÍGUEZ MÉNDEZ | 17 DE ABRIL DE 2011 | NÚMERO 3517 DE CAMBIO [ Letras ] José Revueltas A 35 años de su muerte POR POR POR POR POR MANUEL NOCTIS MANUEL NOCTIS MANUEL NOCTIS MANUEL NOCTIS MANUEL NOCTIS | PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2 Notas sobre existencialismo ESPERANZA ROMÁN| PAG. 5 PAG. 5 PAG. 5 PAG. 5 PAG. 5 El cerebro y la música DANIEL GALILEA| PAG. 4 PAG. 4 PAG. 4 PAG. 4 PAG. 4 Los hermanos Dardenne: una persona con cuatro ojos SYLVAIN PROVILLARD| PAG. 8 PAG. 8 PAG. 8 PAG. 8 PAG. 8 CREACIÓN CREACIÓN CREACIÓN CREACIÓN CREACIÓN LOS OJOS AMARILLOS DE LOS COCODRILOS| PAG. 6 PAG. 6 PAG. 6 PAG. 6 PAG. 6

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Suplemento cultural del diario Cambio de Michoacán...

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LetrasSUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN | NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA | COORDINADOR: VÍCTOR RODRÍGUEZ MÉNDEZ | 17 DE ABRIL DE 2011 | NÚMERO 3517

DE CAMBIO[Letras]

José RevueltasA 35 años de su muertePOR POR POR POR POR MANUEL NOCTISMANUEL NOCTISMANUEL NOCTISMANUEL NOCTISMANUEL NOCTIS | PAG. 2PAG. 2PAG. 2PAG. 2PAG. 2

Notas sobre existencialismoESPERANZA ROMÁN| PAG. 5 PAG. 5 PAG. 5 PAG. 5 PAG. 5

El cerebro y la músicaDANIEL GALILEA| PAG. 4 PAG. 4 PAG. 4 PAG. 4 PAG. 4

Los hermanos Dardenne:una persona con cuatro ojosSYLVAIN PROVILLARD| PAG. 8 PAG. 8 PAG. 8 PAG. 8 PAG. 8

CREACIÓN CREACIÓN CREACIÓN CREACIÓN CREACIÓN LOS OJOS AMARILLOS DE LOS COCODRILOS| PAG. 6 PAG. 6 PAG. 6 PAG. 6 PAG. 6

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Un tequila por José RevueltasA 35 años de su muertePOR MANUEL NOCTISPOR MANUEL NOCTISPOR MANUEL NOCTISPOR MANUEL NOCTISPOR MANUEL NOCTIS

Para Martín Dozal Jottar (por su trabajo inaudito)

Se hizo un susurro tan tenue quehasta la batalla de las hojas con el viento calla;Pero aquí pasó alguien sobre la tierra,que la dejó fértil, paso a paso sembró unasemilla,paso a paso el polvo se ha convertido en montaña.Brenda Oronoz D. “Una página a José Re-v u e l t a s ”

l prolífico escritor, guionista de ciney activista social José Revueltas na-ció el 20 de noviembre de 1914 en lapoblación de Canatlán (muy cerca deSantiago Papasquiaro*) en el estado

de Durango. En este tiempo la familia seencontraba muy bien asentada dentro delmarco social del México posrevolucionario.Su padre, José Revueltas, era un minero dela sierra duranguense, mientras que su madre,Romana, asistía a las labores de casa. José

E

para su corta edad. “José Revueltas se in-volucra muy pronto, cuando aún era ado-lescente, en la lucha política; sin embargo,rápidamente la literatura y el análisis teóricose integran, como actividades vitales, a laprimera”.1

José fue un materialista dialéctico, marxista,impregnaba fuertemente el toque filosóficodentro de sus obras literarias y de su vidamisma. La familia Revueltas era en gene-ral atea, pero con una fuerte espiritualidadinterna. José fue miembro del Partido Co-munista, uno de los duros dentro de éste,siempre presente en la lucha contra lasactividades marginales del poder hacia elpueblo. Fundó y dirigió la Liga ComunistaEspartaco; de ambos lugares y partidos fueexpulsado por sus certeras críticas al fun-cionamiento de cada uno de los sectores;José fue uno de los primeros críticos ha-cia los errores de la izquierda mexicana. Todoello se fue concentrando en Revueltas de-

era el octavo miembro de una basta fami-lia de 12 hermanos, entre los que destacaronpersonas como Silvestre, gran músico deprofesión, quien es considerado como unode los principales compositores dentro dela música mexicana; el caso también deRosaura, quien se dedicó a la actuación, peroprincipalmente como bailarina con gran éxito;y el caso de Fermín, que era pintor, igualcon reconocimiento dentro de su medio.

En 1920 abandonan Durango para ins-talarse en el Distrito Federal. Ahí estudianen el Colegio Alemán. Su padre muere tresaños después, en 1923, cuando José sólocontaba con 9 años. A partir de ese momentopasó a ser un niño de la calle, un vagabundo,habiendo terminando sólo la primaria comosoporte educativo. Durante cuatro años estudióen La Biblioteca Nacional, sumergidofantásticamente en el mundo de los libros,desarrollando gran parte de su vida en lasociedad decadente, condiciones paupérrimas

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bido a ciertos factores políticos y socialesnacionales como el Cardenismo, la Revo-lución Mexicana y el Vasconcelismo. Se diceincluso que el Cardenismo fue el despertarpara Revueltas hacia las artes, así comotambién se le reconoce a Fermín, a José ya Silvestre su trayectoria, gracias al Vas-concel ismo.

Pero José también sufrió y se vio involu-crado con la ley, habiendo ingresado a lasIslas Marías en dos ocasiones, la primerafue en 1932, por haber participado en unamanifestación en apoyo a una empresa ta-bacalera mexicana y la segunda de igualmanera por manifestarse a lado de campesinosen 1934. También estuvo preso en la prisiónde Lecumberri –donde conoció a Martín DozalJottar, uno de los impulsores incansablesde su obra-. Es por estos motivos que prin-cipalmente “en vida padeció enormementepor las dificultades que encontró para pu-blicar sus escritos políticos, y de hecho lamayor parte de estos permaneció inéditahasta su muerte”.2 Durante siete años se dedicóa estudiar las críticas que hacían hacia suobra y su persona, dándose cuenta que sólose trataba de un dogmatismo de los gran-des del gobierno y del poder, para sudesprestigio.

José revueltas también incursionó dentrodel cine mexicano, en 1940 inicia su faceta.Fue adaptador y guionista, siempre tratandode revolucionarlo adoptó el cinedrama comofuente principal, llegó a ser líder del cinemexicano, fue director alguna vez pero sinéxito con la película Papaloapan; comoadaptador participó con el director y cineastaRoberto Gavaldón, en películas como Ladiosa arrodillada, La otra, El socio, Deseada,La casa chica, La Escondida y otra más.Alcanzando el reconocimiento del públi-co cuando recibe en 1947 el premio a la mejoradaptación por La otra.

En 1949, José publicó Los días terrena-les, la obra que fue motivo de apasionadasimpugnaciones y polémicas. En ella planteabalos temas de la lucha de clases con una vi-sión introspectiva que, sin dejar de ser fiela su militancia marxista, ponía en crisis eldogma de “personaje positivo” al presen-tar personajes con una vida interior en laque se debatían las contradicciones de lacondición humana. “Me parece que la de Re-vueltas, mejor que una obra abierta, lo queautorizaría cualquier clase de lectura, in-cluyendo las más arbitrarias y subjetivas,es una obra en proceso, inconclusa por lanaturaleza misma de su tarea, por más queesté de hecho cerrada de un doble modo porla muerte de su autor y por la publicación,ya consumada, de sus obras completas”.3

Entre las obras que escribió Revueltasse encuentran tales como Los muros de agua,El luto humano, Los días terrenales, Loserrores, El apando, Dormir en tierra, Ma-terial de los sueños, México 68: juventudy revolución, Escritos políticos I, II y III,El conocimiento cinematográfico y susproblemas, entre muchos otros más. Te-niendo entonces en cuenta que “el compromisode José Revueltas es uno solo e indivisible:la verdad. En la búsqueda de la realidad esencialhumana, invariablemente retratada en suliteratura”.4 Y poniendo de manifiesto que“sí, algo hay de mágico en el espíritu de JoséRevueltas, por esa indivisible congruenciaentre vida y obra; en ambas se refleja laangustiosa lucha de un hombre contra todoaquello que destruye al género humano,sabiéndose simultáneamente destruido así mismo”.5

Hay que recordar también que Revuel-tas fue el principal defensor del cómico Tin

ma sociedad-autoridad.José Revueltas muere el 14 de abril de

1976, pero hoy en día sigue significando muchopara la literatura, es uno de los máximosexponentes literarios mexicanos –aunqueno se le quiera reconocer en demasía ofi-cialmente por su participación social yactivista-, principalmente porque Revueltasantes de ser escritor era un humano, unapersona consciente del medio de desigualdady discriminación social en que vivía (y sesigue viviendo), del sufrimiento humano quetanto le aquejaba, es por ello que “hace muchafalta el recuerdo de personalidades comoJosé Revueltas, aunque nos quede grandeen todos sentidos, no porque lo idealicemossino porque le echó ganas a la vida hasta elúltimo momento, contra todo, con todo ypor todo, adelantándose a su tiempo, comolos grandes artistas, diciendo sus verdades,como todas las verdades, incomprendidas”6.

* Dato curioso es que José Alfredo Cendejas,el poeta infrarrealista y mejor conocido comoMario Santiago Papasquiaro, haya adoptadoprecisamente ese nombre/seudónimo en ho-menaje y memoria de José Revueltas.

Notas

1 Andrea Revueltas, José Revueltas: su obra,su tiempo.2 Andrea Revueltas, José Revueltas: su obra,su tiempo.3 Evodio Escalante, Un testamento litera-rio y filosófico.4 Alfredo Velarde, Efemérides de una éticainsobornable.5 Ángel Mauro, editorial, revista GeneraciónNo. 6.6 Luis Ángel Martínez, La sombra de JoséRevuelta.

Notas tomadas de la revista Generación (No.6,1996, especial de José Revueltas).

Tan, cuando este fue atacado duramente porel entonces pensador nacional José Vascon-celos, quien lo tachaba de antinacionalis-ta –por su figura de pachuco- y por quebrantaral lenguaje, en este caso al español –con eluso tan característico del spanglish que teníaGermán Valdés-. José escribió varios artí-culos donde mencionaba principalmente quela proyección que tenía Tin Tan con su per-sonaje de pachuco no era una desnaturalizacióndel mexicano, sino una mera representa-ción de un descuido provocado por la mis-

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El cerebro y la músicaARTÍCULO ARTÍCULO ARTÍCULO ARTÍCULO ARTÍCULO :: Estudios hallan que ante sonidos placenteros se libera dopamina. Euforia, tranquilidad, alegría o tristeza son algunas de las emociones que provoca la música.

POR DANIEL GALILEAPOR DANIEL GALILEAPOR DANIEL GALILEAPOR DANIEL GALILEAPOR DANIEL GALILEA

onfianza, placer, sensación de unidad conlos demás y el mundo, amor por la na-turaleza, euforia, tranquilidad, ganas dehacer cosas y acercarnos a otros. Tam-bién el recuerdo de momentos y lugares

bellos, sensaciones de apertura espiritual,elevación del nivel de consciencia, alegría sincausa, lágrimas… Éstas son sólo algunas de lasvariadas e intensas emociones y sensacionesque provoca en los seres humanos la música,esa singular combinación de melodía, ritmoy armonía, que el filósofo griego Platón decíaque era “para el alma lo que la gimnasia parael cuerpo”, y que según el escritor Oscar Wildeera “el arte más cercano a las lágrimas y losrecuerdos. . .”

Varios estudiosos se ocupan de analizar losefectos de la música en el comportamiento delas personas. Tal es el caso de expertos delInstituto Neurológico de Montreal y de laUniversidad McGill, en Canadá, quienes handescubierto que un neurotransmisor (mensajeroquímico entre las neuronas y nervios) liberadoen el cerebro y denominado dopamina gene-ra las sensaciones placenteras e “incluso losescalofríos” que surgen cuando se escucha unamúsica que resulta agradable al oído.

Según la investigación, dirigida por el doc-tor Robert Zatorre, los sonidos placenterosinducen la liberación de dopamina, una sustancianecesaria para generar las emociones y sensacionesde disfrute que acompañan la ingestión dedeterminados alimentos y que producen lasdrogas o el sexo. El estudio cuantificó la dopaminaque se libera al escuchar música, teniendo encuenta la forma en que provocaba escalofríosentre los ocho participantes en el estudio, asícomo los cambios en el comportamiento desu piel y en la frecuencia cardiaca, la respira-

ción y la temperatura corporal.Gracias a una combinación de técnicas de

diagnóstico por imagen, que permite visualizarla actividad cerebral, los expertos descubrieronque los niveles de liberación de la dopaminase correlacionan con el grado de excitaciónemocional que ocasionaba la música delexperimento. De tal moco que ese neurotrans-misor cerebral aumenta en respuesta a otrosestímulos o actividades de recompensa comolo son la comida, las relaciones sexuales o elhecho de obtener dinero, y que también pro-duce bienestar ante ciertos estímulos, comoel hallarse enamorado.

En el estudio se comprobó que los niveles dedopamina eran hasta un 9 por ciento más elevadosen los participantes cuando escuchaban músi-ca que les agradaba. “Esto demuestra que laspersonas obtenemos placer de la música, unarecompensa abstracta, la cual es comparablecon la que logramos con estímulos biológicosmás básicos”, según los investigadores canadienses.

Una misma sensibilidad

Según sea suave, lenta y relajante, o trepidante,rápida y estimulante, la música puede provocaren la persona que la escucha un impacto sen-timental tan variado como intenso. Pero laspreguntas claves son: ¿provoca el mismo efectoen todas las personas? y ¿la música es verda-deramente un lenguaje universal, como sue-le afirmarse?

De acuerdo con un estudio del Instituto MaxPlanck de Neurología de Leipzig (Alemania),la respuesta a este último interrogante esafirmativa, ya que los sentimientos expresadosmusicalmente se entienden igual en todo el mundoy la música logra superar sin mayores dificultades

Clas barreras entre las culturas.

Un equipo de investigadores dirigido porel doctor Max Fritz realizó dos experimentospara analizar la capacidad humana de reco-nocer la alegría, la pena o el miedo al escucharpiezas musicales pertenecientes a una cultu-ra ajena a la suya.

En el primer ensayo, se tocaron piezas brevespara piano compuestas según los principiosde la música europea ante un grupo de “mafas”(etnia de Camerún que compone su propia músicasin haber tenido contacto con la occidental)y otro grupo de control formado por oyentesoccidentales. Tras escuchar cada pieza musi-cal, los “mafas” debían relacionarla con unaserie de reproducciones de expresiones facialesque ya se sabe que tienen una interpretaciónuniversal. Así se comprobó que los “mafa” podíanreconocer con éxito las tres emocionesexpresadas en la música occidental. La músi-ca con un ritmo rápido, tiende a ser identifi-cada con la alegría, en tanto que para la tristezao el miedo el ritmo es menos decisivo que latonalidad, según explicó el doctor Fritz.

En el segundo experimento se investigó silas sensaciones agradables o desagradables setransmiten de forma similar a través de la música“mafa” o de la música occidental. En los paísesoccidentales, las consonancias son percibidascomo más agradables que las disonancias, y sequiso determinar si esto era igual entre los “mafa”.

Según el doctor Fritz, “los camerunesestambién mostraron una clara preferencia porlas consonancias, aunque la diferencia entrela percepción de la disonancia y la consonanciano es tan marcada como entre los occidenta-les. Cuando a un ‘mafa’ le gusta una pieza musical,suele gustarle también una versión disonantede la misma, aunque menos”.

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Notas sobre existencialismoMUTACIONES MUTACIONES MUTACIONES MUTACIONES MUTACIONES :: POR ESPERANZA ROMÁN VALADEZPOR ESPERANZA ROMÁN VALADEZPOR ESPERANZA ROMÁN VALADEZPOR ESPERANZA ROMÁN VALADEZPOR ESPERANZA ROMÁN VALADEZ

A mis alumn@s, como invitación a leer. Y a pensar.

Su mundo libre no es el nuestro.Simone de Beauvoir

El que no siente nada es incapaz de escribir.J. P Sartre

oy profesora de filosofía a nivel bachillerato,y como parte de la evaluación del ter-cer parcial, las y los chavos tendrán queelaborar un ensayo, tarea nada sencillasi tomamos en cuenta que la mayoría de

ell@s, pese a estar a unos meses de ingresaren la universidad, difícilmente saben redac-tar por escrito sus ideas y pensamientos, mevi en una disyuntiva, o me arriesgaba a pro-poner una especie de “experimento literario”,o asumía que pasaría gran parte de mis vacacionesleyendo textos bajados de internet, pero queen nada me mostrarían lo que mis alumn@sen realidad piensan. El experimento, consistióen lo siguiente: el tema a desarrollar sería escribirun diario, y debían relacionar su contenido conla corriente filosófica del existencialismo, paraello investigamos un poquito en la bibliotecay otro poquito en la red. Debo admitir que sentídesánimo, pues casi nadie entendía cómo y porqué un diario —el hecho de contar sus vidas—podía ser entregado como un texto con im-portancia académica, así que me di a la tareade mostrarles cómo otras y otros habían de-sarrollado esta propuesta. Para mi sorpresay mejora de ánimo (hizo que le encontrará sentidoa levantarme a las 6 de la mañana todos losdías), cuando comenzamos a leer en específicolos diarios de mujeres como Anaïs Nin y Simonede Beauvoir, las cosas fueron siendo más sencillas,y aunque ahora tendré que trabajar en la re-dacción y en la ortografía, el objetivo está logrado:hacerlos reflexionar acerca de sí mismos, delas consecuencias y responsabilidades de susactos. En fin, agradezco los resultados, puesvaloro cada palabra compartida, y a cambioy como ayuda para su examen (sí, lo siento,habrá un examen) les doy este pequeño en-sayo acerca de una de las autoras que han lo-grado transformar mi vida y pensamiento. Ojaláy a quien lea esto pueda alentarl@ a buscarpor sí mism@ y en diversos lugares la respuestaa los misterios de la vida.

Simone de Beauvoir

Filósofa francesa, es una de estas figuras fe-meninas a las que hay que recordar, en las quehay que pensar. Nació un 9 de enero de 1908,en Francia, hija de una familia católica, queordenaba el mundo en bueno y malo. Por su-puesto que Simone habitaba la región del bien:durante su juventud hacía un retiro espiritualtodos los años para orar, rezar el rosario, meditary tomar notas sobre los impulsos del alma.

Años más tarde está joven formal, que escuchódecir a su padre que “la mujer es lo que su maridohace de ella, es él quien debe formarla” (Simonede Beauvoir, Memorias de una joven formal,Ed. Sudamericana,1999,p. 39), se convertiríaen una de las escritoras cuyo pensamientoreaccionario la llevó a escribir El segundo sexo(1949), texto que cuestiona la identidad femenina,y que pone en tela de juicio la esencialidadbiológica a la que se ha reducido el ser de lasmujeres. La frase “no se nace mujer, uno sehace mujer”, cuestiona los paradigmas no sólo

morales y religiosos, sino también teóricos,tal vez por ello el libro estuvo dentro de la “listade libros prohibidos” por la Iglesia católica.

Beauvoir escribe no sólo desde su ser mu-jer, sino que lo hace además bajo la perspec-tiva de una filosofía existencialista, misma quela lleva a pensar más allá de la escuela, trasladala filosofía a los cuerpos concretos, al sexo, alos recuerdos, habla de la vejez, de la muer-te. Su obra se relaciona íntimamente con suvida, además de ensayos y novelas escribe librosautobiográficos, e intenta vivir acorde con suscreencias .

Bajo el lema existencialista de Libertad, Simoneafirma que nunca se sometería a nadie: era yseguiría siendo, dueña de si misma. Renunciaa creer en Dios, pues algo molesto de él es queprohíbe muchas cosas, y afirma que sin él unose hace plenamente responsable de sus elecciones.

Sus ideas se trasladarán también al ámbitode la política, se le considera como una de lasprecursoras del feminismo dentro de la filo-sofía política, al afirmar que el sexo femeni-no está limitado por el conjunto entero del pa-triarcado, que el mundo masculino se haapropiado de lo neutro (de lo humano), ocasionauna revolución moral que se verá concretizadaen logros como el de la legalización del abortoen Francia. Beauvoir cree que la emancipaciónde la mujer ha estado unida a las emancipacionessociales.

La época en la que vivió Beauvoir fue sinduda creadora de cambios radicales en la so-ciedad mundial, los paradigmas se cuestionabany se proponía el planteamiento de una nuevaforma de pensar, de hacer política, de vivir.Simone asume no solamente está actitud crí-tica ente los valores políticos vigentes, sinoque además invita a reflexionar acerca de lasituación de las mujeres, sacando de la esferade lo privado la situación política de desigualdaden la que se encontraban muchos seres humanos,sin otra razón aparente más que la de ser mujeres.De esta forma, al hablar de la construcción socialdel sexo, lo que más tarde representará elconcepto de Género, ella se convierte en clavepara entender las transformaciones sociales,producto de los movimientos feministas.Pensarse a sí misma y escribirlo, reflexionar

S

acerca de la situación concreta del cuerpofemenino (temas como la menstruación, lamaternidad, la independencia femenina, sonrecurrentes en sus escritos), teorizar lo “otro”(lo femenino), quitarle la esencia biológica asu definición, justificaron su existencia; valdríala pena leerla, hacernos nosotr@s también esaspreguntas fundamentales: ¿qué significa sermujer?, ¿qué significa ser el segundo sexo?, ¿quésignifica ser el primero?

Quien afirme que la lucha de las mujeres porel logro de sus derechos es cosa ya pasada, deberíaconocer la historia de quienes han ocasionadolos cambios sociales -quienes los han produ-cido siempre son quienes incomodan con loque dicen, y muchas de ellas son mujeres- deberíapensar en los problemas que atañen a las mujeresdesde una perspectiva distinta, reconocer al“otro” como sujeto, como otro igual a mí, pensary aplicar la equidad.

Simone de Beauvoir esperaba que algún díael argumento de El segundo sexo estuvieraperimido, superado, pensado y transformado;que las mujeres al pensarse a sí mismas seautodefinieran desde su ser mujeres. La ideade una nueva definición de lo femenino, queno nos reduzca a madres, esposas, bellas, buenas,tiernas, santas, putas, locas, etc., creemos, esaún un proyecto.

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Los ojos amarillos de los cocodrilosKatherine Pancol*

C R E A C I Ó NC R E A C I Ó NC R E A C I Ó NC R E A C I Ó NC R E A C I Ó N

oséphine dejó escapar un grito y soltó el pelador.La hoja había esbalado sobre la patata pro-duciéndole un gran corte en la piel, en elnacimiento del puño. Sangre, había sangrepor todos lados. Se miró las venas azules, la

incisión roja, el fregadero blanco, el barreño deplástico amarillo en el que permanecían, blancasy relucientes, las patatas peladas. Las gotas de sangrecaían de una en una, salpicando el revestimientoblanco. Apoyó las manos en el borde de la pila yse echó a llorar.

Necesitaba llorar. No sabía por qué. Tenía de-masiadas buenas razones. Ésta serviría. Buscó untrapo con la mirada, lo cogió y lo comprimió so-bre la herida. Me voy a convertir en fuente, en fuentede lágrimas, fuente de sangre, de suspiros, voy adejarme morir. Sería una solución. Dejarse morir,sin decir nada. Se apagaría como una vela que seagota .

Dejarse morir erguida sobre la pila. No morimoserguidos, rectificó enseguida, morimos tumbadoso arrodillados, la cabeza dentro del horno o en labañera. Había leído en el periódico que el métodode suicidio más corriente en las mujeres era el detirarse por una ventana. Los hombres prefierencolgarse. ¿Por la ventana? Nunca podría hacerlo.Pero desangrarse llorando, ignorar si el líquido quesale de una es rojo o blanco. Dormirse lentamente.Entonces... ¡suelta el trapo y mete los puños en lapila! Y aun así, aun así... tendrías que quedarte depie, y no morimos de pie.

Salvo en combate. En las guerras...Y aún no estamos en guerra.Suspiró, se colocó el trapo en la herida, enjugó

sus lágrimas y miró su reflejo en la ventana. To-davía tenía el lápiz enganchado en el pelo. ¡Ven-ga! —se dijo—. ¡Pela patatas! ¡Ya pensarás despuésen lo demás!

* * *

Esa mañana de finales de mayo, en la que el termómetromarcaba 28 grados a la sombra, en el quinto piso,resguardado bajo el toldo del balcón, un hombrejugaba al ajedrez. Solo. Reflexionaba ante el tablero.Para hacerlo lo más verídico posible incluso secambiaba de sitio y, al hacerlo, se amparaba en unapipa que empezaba a aspirar. Se inclinaba, resoplaba,levantaba una pieza, la volvía a soltar, resoplabade nuevo, volvía a coger la pieza, la desplazaba,movía la cabeza, soltaba la pipa y se sentaba en elotro lado. Era un hombre de estatura mediana, deaspecto muy cuidado, pelo castaño y ojos marrones.El pliegue de su pantalón caía recto, sus zapatosbrillaban como recién salidos de la caja, la camisaremangada dejaba ver unos antebrazos y unos puñosfinos, y las uñas lucían el pulido y el brillo que sólose consigue a partir de una concienzuda manicura.Su piel estaba teñida de un ligero bronceado, quese adivinaba permanente, y completaba su ima-gen de persona rubia. Se parecía a esos recortablesde cartón vestidos con calcetines y ropa interiorde los juegos infantiles y que podían vestirse contodo tipo de trajes: piloto de aviación, cazador,explorador... Era un hombre de esos que podíanmeterse en el decorado de un catálogo para inspirarconfianza y subrayar la calidad del mobiliarioe x p u e s t o .

De pronto, una sonrisa iluminó su rostro. “Jaquemate —murmuró a su imaginario adversario—. ¡Ay,amigo! ¡Estás perdido! ¡Apuesto a que ni siquieralo has visto venir!” Satisfecho, se dio un apretónde manos a sí mismo y moduló su voz para dirigirsealgunas felicitaciones. “¡Bien jugado, Tonio! Hasestado muy bien”.

Se levantó, se estiró frotándose el pecho y de-cidió servirse una copita aunque no fuera la hora.Normalmente tomaba un aperitivo hacia las seisy diez, por la tarde, mientras veía “Cuestión paraun campeón”. El programa de Julian Lepers se habíaconvertido en una cita que aguardaba con impaciencia.Le irritaba perdérselo. A las cinco y media ya es-taba esperándolo, anhelando conocer a los cua-tro concursantes con los que iba a medirse. Tam-bién quería saber qué traje llevaría el presentador,y la camisa y la corbata con las que lo combinaría.Se decía que debería tentar a la suerte e inscribirse.Se lo decía cada tarde, pero no hacía nada. Habríatenido que pasar pruebas eliminatorias, y habíaalgo en esas dos palabras que le desalentaba.

Levantó la tapa de una cubitera, cogió cuida-dosamente dos cubitos, los dejó caer en un vaso yvertió Martini blanco. Se agachó para recoger unhilo sobre la moqueta, se incorporó y mojó sus labiosen el vaso, bebiendo a ligeros sorbos como expresiónde su satisfacción.

Cada mañana, jugaba al ajedrez. Cada mañana,seguía la misma rutina. Se levantaba a las siete aligual que los niños, desayunaba rebanadas de panintegral, tostadas a temperatura cuatro, con mermeladade albaricoque sin azúcar añadido, mantequilla saladay zumo de naranja recién exprimido a mano. Des-pués, 30 minutos de gimnasia: ejercicios para laespalda, abdominales, pectorales, muslos... Lec-tura de la prensa que sus hijas, por turno, iban abuscarle antes de irse al colegio. Atento estudiode los anuncios por palabras, envío de currículumcuando una oferta le parecía interesante, ducha,afeitado con maquinilla, jabón y brocha, elecciónde la ropa para la jornada y, por fin, la partida deajedrez.

La elección de la vestimenta era el momento másdelicado de la mañana. Ya no sabía cómo vestirse.¿Con ropa de fin de semana, ligeramente informal,o con traje? Un día en el que se había vestidoapresuradamente con un chándal, su hija mayor,Hortense, le había dicho: “¿Ya no trabajas, papá?

¿Estás siempre de vacaciones? Me gustas más cuandote pones guapo, con una chaqueta bonita, camisay corbata. No vuelvas a buscarme al colegio ves-tido con chándal”. Y después, más dulcemente porque,esa mañana, esa primera mañana en la que ella lehabía hablado en ese tono él había palidecido, añadió:“Te digo esto por ti, papaíto, para que sigas sien-do el papá más guapo del mundo”.

Hortense tenía razón, los demás le miraban deforma distinta cuando iba bien vestido.

Terminada la partida de ajedrez, regaba las plantascolgadas de la barandilla del balcón, arrancaba lashojas muertas, podaba las ramas viejas, vaporizabacon agua los nuevos brotes, aireaba la tierrasirviéndose de una cuchara y abonaba cuando eranecesario. Un camelio blanco le tenía muy preo-cupado. Le hablaba, le dedicaba una atención es-pecial, limpiándolo hoja por hoja.

Todas las mañanas, desde hacía un año, la mis-ma rutina.

Esa mañana, sin embargo, se había retrasado conrespecto a su horario habitual. La partida de ajedrezhabía sido dura, debía tener cuidado y no dejarsellevar; resulta difícil cuando no se tiene ocupaciónalguna. No se debe perder el sentido del tiempoque pasa y que se va sin que nos demos cuenta.Ten cuidado Tonio, ten cuidado. No te dejes lle-var, sobreponte.

Se había acostumbrado a hablar en voz alta yfrunció el ceño al oír su propia recriminación. Pararecuperar el tiempo perdido, decidió abandonarlas plantas.

Pasó delante de la cocina donde su mujer pelabapatatas. Sólo veía su espalda, y notó, una vez más,que estaba ganando peso y que en sus caderas ibanacumulándose nuevos michelines.

Cuando se mudaron a esa casa de las afueras,cerca de París, ella era alta y fina, sin michelines...

Cuando se mudaron, las niñas llegaban a la al-tura de la pila.

Cuando se mudaron...Eran otros tiempos. Él levantaba su jersey, colocaba

* Ofrecemos un adelanto de la novela que es un éxito enFrancia y que comenzará a circular en México editada porLa esfera de los libros

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DOMINGO 17 DE ABRIL DE 2011 LETRAS ~ CAMBIO DE MICHOACAN | 77777

sus manos sobre sus senos y suspiraba “¡querida!”hasta que ella cedía y se inclinaba tirando con lasdos manos de la colcha para no arrugarla. Losdomingos, ella cocinaba. Las niñas pedían cuchi-llos “¡para ayudar a mamá!” o los restos de los cazospara “limpiarlos con la lengua”. Las observabancon ternura. Cada dos o tres meses, las medían ymarcaban su altura con lápiz en la pared; habíanumerosas rayitas con las fechas y los dos nom-bres: Hortense y Zoé. Cada vez que se apoyaba enel quicio de la puerta de la cocina se sentía invadidopor una profunda tristeza. El sentimiento de un tiempoperdido para siempre, el recuerdo de una épocaen la que la vida le sonreía. No le pasaba nunca nien el dormitorio ni en el salón, sólo en la cocina,siempre en esa estancia que, en otro tiempo, eraun oasis de felicidad. Calurosa, tranquila, aromática.Las cacerolas humeaban, los trapos se secaban sobrela barra del horno, el chocolate se fundía al bañomaría y las niñas troceaban nueces. Blandían undedo coronado de chocolate, se dibujaban bigotesque se lamían a lengüetazos, y el vaho de los cristalesdibujaba bordados nacarados que le transmitíanla impresión de ser el papá de una familia esquimalen un iglú del Polo Norte.

En otro tiempo... la felicidad había estado allí,sólida, reconfortante. Sobre la mesa permanecíaabierto un libro de Georges Duby.

Se inclinó para leer el título: El caballero, la mujery el cura. Joséphine trabajaba sobre la mesa de lacocina. Lo que, en otro tiempo, había sido un ingresosuplementario, ahora servía para mantenerles.Investigadora en el CNRS, ¡especializada en la vidade las mujeres del siglo XII! Antes no podía evitarburlarse de sus estudios, hablaba de ellos concondescendencia, “mi mujer es una apasionada dela historia, ¡pero sólo del siglo XII! ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja!...”Le parecía que aquello tenía algo de aristocrático.“No es muy sexy el siglo XII, querida”, decíapellizcándole el trasero. “Pero si fue entonces cuandoFrancia se embarcó en la modernidad, el comercio,la moneda, la independencia de las ciudades y...”

Y la besaba para hacerla callar.Hoy, el siglo XII les daba de comer. Carraspeó

para que ella se girara. No se había peinado y teníael pelo recogido con un lápiz en lo alto del cogote.

—Voy a dar una vuelta...—¿Vendrás a comer?—No lo sé... Hazte la idea de que no.—¡Y por qué no me lo has dicho antes!No le gustaban las peleas. Hubiera sido mejor

salir directamente mientras gritaba “me voy, ¡hastaluego!”, y ¡hala! alcanzaba la escalera, y ¡hala! ellase quedaba con sus preguntas en la punta de la lengua,y ¡hala! sólo tendría que inventarse algo cuandov o l v i e s e .

Porque siempre volvía.—¿Has consultado los anuncios por palabras?—Sí... hoy no había nada interesante.—¡Siempre hay trabajo para el que quiere tra-

bajar!Trabajar sí, pero no en cualquier cosa, pensó

sin decírselo, pues ya conocía lo que seguiría. Habríatenido que irse, pero seguía pegado al quicio de lapuerta .

—Ya sé lo que me vas a decir, Joséphine, ya losé .

—Lo sabes, pero no haces nada para que cambie.Podrías hacer cualquier cosa, simplemente paraaportar algo al puchero... Él hubiera podido continuarla conversación, se la sabía de memoria, “socorrista,jardinero en un club de tenis, vigilante nocturno,empleado de una gasolinera...”, pero sólo retuvola palabra “puchero”. Sonaba extraño relaciona-do con la búsqueda de empleo.

—¡Te parecerá gracioso! —gruñó ella apuñalándolecon la mirada—. ¡Debo parecerte muy prosaica cuandote hablo del sucio dinero! ¡El señor quiere una montañade oro! ¡El señor no quiere cansarse por cuatro perras!¡El señor quiere estima y consideración! Y, por ahora,el señor sólo tiene una única forma de existir, ¡irsea casa de su manicura!

—¿De qué estás hablando, Joséphine?

—¡Sabes muy bien de QUIÉN estoy hablando!Ella le miraba ahora de frente, envarada, con

un trapo anudado en el puño, desafiándole.—Si te refieres a Mylène...—Sí, me refiero a Mylène... ¿Todavía no sabes

si va a hacer un descanso a la hora de comer? ¿Poreso no sabes responderme?

—Jo, detente... ¡esto va a acabar mal!Demasiado tarde. Ella ya sólo pensaba en Mylène

y en él.¿Quién se lo habría contado? ¿Un vecino, una

vecina? No conocían a mucha gente en el edificiopero, cuando se trataba de chismorrear, los ami-gos aparecían rápidamente. Alguien ha debido deverle entrar en el edificio de Mylène, a dos calles

de allí.—Vais a comer en su casa... Ella te habrá pre-

parado una quiche y una ensalada, una comida ligeraporque, después, ella tiene que trabajar, ella...

Rechinó los dientes para marcar la palabra “ella”.—Y después os echaréis una pequeña siesta, ella

cerrará las cortinas, se desnudará dejando su ropapor el suelo e irá a tu encuentro bajo el grueso edredónde bordado blanco...

Él escuchaba, estupefacto. Mylène tenía un edredóngrueso de bordado blanco. ¿Cómo lo sabía?

—¿Has estado en su casa?Ella lanzó una risa sarcástica y se ajustó el nudo

del trapo con su mano libre.—Ajá, tenía razón. ¡El bordado blanco va con todo!

Es bonito y práctico.—Jo, déjalo.—¿Dejar qué?—Deja de imaginar cosas que no existen.—¿Acaso no tiene un edredón de bordado blanco?—Deberías dedicarte a escribir novelas. Tienes

mucha imaginación.—Júrame que no tiene un edredón de bordado

blanco.De pronto le invadió la cólera. Ya no podía

soportarla. Ya no soportaba su tono de maestrade escuela, siempre con algo que reprocharle,diciéndole lo que tenía que hacer, cómo hacerlo;ya no soportaba su espalda encorvada, su ropa sinforma ni color, su piel enrojecida por la falta de

cuidado, su pelo castaño, fino y lacio. Todo en ellaolía a esfuerzo y parsimonia.

—¡Prefiero irme antes de que esta discusión vayademasiado lejos!

—Prefieres irte con ella, ¿eh? Ten al menos el valorde decir la verdad, ya que no lo tienes para bus-car trabajo ¡holgazán!

Esa fue la gota que colmó el vaso. Sintió cómola cólera le bloqueaba la frente y golpeaba sus sienes.Escupió las palabras para no tener que arrepentirse:

—¡Pues sí! Nos vemos en su casa, todos los díasa las doce y media. ¡Ella me calienta una pizza ynos la comemos en la cama, bajo el edredón de bordadoblanco! Después recogemos las migas, le quito elsujetador, que también es de bordado blanco, y labeso por todos lados ¡por todos lados! ¿Estás con-tenta? ¡No deberías haberme obligado a decírtelo,te lo advertí!

—¡Tú tampoco deberías haberme obligado! Si tevas con ella, no te molestes en volver. Haces tusmaletas y desapareces. No será una gran pérdida.

Él se separó del quicio de la puerta, giró los talonesy, como un sonámbulo, entró en su habitación. Sacóuna maleta de debajo de la cama, la colocó sobrela colcha y comenzó a llenarla.

Vació sus tres cajones de camisas, sus tres cajonesde camisetas, calcetines y calzoncillos en la granmaleta roja con ruedas, vestigio de su esplendorcuando trabajaba en Gunman and Co., el fabricanteamericano de fusiles de caza.

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8 8 8 8 8 | LETRAS ~ CAMBIO DE MICHOACAN DOMINGO 17 DE ABRIL DE 2011

Los hermanos Dardenne:una persona con cuatro ojosEL TERCER OJOEL TERCER OJOEL TERCER OJOEL TERCER OJOEL TERCER OJO :: Con su cine de denuncia social y sus guiones emotivos y contundentes, los hermanos Dardenne han logrado conmover a un público amplio y encontrar elreconocimiento de sus pares. POR SYLVAIN PROVILLARDPOR SYLVAIN PROVILLARDPOR SYLVAIN PROVILLARDPOR SYLVAIN PROVILLARDPOR SYLVAIN PROVILLARD [email protected]

uizá nunca hayan escuchado sus nombresni visto una de sus películas. Sin em-bargo, en 2005, Luc y Jean-Pierre Dar-denne entraron al club elitista de losdirectores que han ganado dos veces

la codiciada Palma de Oro. Desde la invenciónde este trofeo en 1955, solamente Francis FordCoppola, Shohei Imamura, el danés Bille Au-gust y Emir Kusturica han logrado tal hazaña.Fue justamente este último, en calidad de Pre-sidente del Jurado en 2005, quien entregó susegunda Palma a los hermanos belgas por supelícula El niño. El triunfo ocurrió en un fes-tival de alto nivel, con películas de directo-res como Lars Von Trier, David Cronenberg,Atom Egoyan, Gus Van Sant, Hou Hsiao-Hsien,Wim Wenders, Jim Jarmusch, Michael Haneke,entre otros.

No se puede hablar de suerte cuando sabe-mos que las cuatro veces que los largos de loshermanos fueron seleccionados en el másprestigioso festival del mundo, siempre hanganado un premio. El éxito y el renombre delos hermanos están vinculados con la Palmade Oro, que recibieron por su cuarto largo-metraje, Rosetta, en 1999. Fue una sorpresatotal: todo el mundo pensaba que Almodóvariba a ganar por fin el trofeo con Todo sobremi madre. Muchos críticos encontraron es-candaloso que una película con poco presu-puesto, de directores casi desconocidos y conuna actriz principiante (quien, además, se llevóel Premio a la Mejor Actriz), desbancara al directorespañol, que presentaba ese año una de susmejores cintas.

Esta decisión demostró una tendencia delfestival, en los últimos 15 años, de recompensara un cine con compromisos sociales y políti-cos. Los cineastas que conforman el jurado estáncada vez más conscientes de la misión (¿im-posible?) que tiene el cine contemporáneo deretratar la triste realidad de nuestro mundoy evidenciar sus disfuncionamientos. Variosdirectores con enfoque de denuncia social sehan llevado recientemente el premio: Mike Leighy Ken Loach, los líderes del cine social britá-nico; Michael Moore y su documental Fahr-enheit 9/11; Gus Van Sant con Elefante; el rumanoCristian Mungiu con 4 meses, 3 semanas y 2días, y el francés Laurent Cantet en 2008 conLa clase.

El cine de los hermanos Dardenne es honestoy directo. El nombre de su productora planteasu perspectiva: Dérives. Las cintas de los ci-neastas belgas son un espejo de la decaden-cia de las sociedades occidentales a la deriva,particularmente la de la parte francófona deBélgica. Los hermanos son originarios de lossuburbios populares de Lieja, marcados porel fuerte desempleo, la disgregación del tejidosocial y la falta de oportunidades para los jó-venes –tema subyacente en todas sus pelícu-las. Parece casi surrealista (aunque Magritteya lo retrataba de esa manera) que un país delprimer mundo lleve casi un año sin gobierno,y con una crisis política, social y de identidadnacional sin precedentes. Esta coyuntura seve reflejada en el cine de este país, sobre todoen el valón o francófono, que es la zona más

Q

afectada por la crisis.Los hermanos proponen mucho más que un

simple retrato de la realidad. Es cierto queempezaron su carrera con documentales, peropoco a poco les nacieron las ganas de contarhistorias fuertes, desgarradoras y cercanas ala vida de la gente humilde, en esto son here-deros directos del neorrealismo italiano. Supróxima película se llamará Le gamin au vélo(El niño de la bicicleta), probablemente comoun homenaje a la cinta Ladrón de bicicleta deVittorio De Sica.

Su estilo se inspira también de Robert Bresson.El personaje de Rosetta, en la película del mismonombre, que representa a una joven pobre queno logra integrarse a la sociedad belga, se parecemucho a la Mouchette, que también da nom-bre al filme, del director francés. Como con-secuencia del éxito de la película en Cannes,se aprobó en Bélgica una ley que favorece elempleo de jóvenes sin experiencia laboral paraevitar su marginación, tomando el nombre de“Ley Rosetta”. Aunque los cineastas bien sabenque la influencia del cine sobre la vida políti-ca es mínima, les parece un deber natural re-tratar la miseria de la ciudad en la cual crecieron.

Los hermanos Dardenne tienen la particu-laridad de trabajar siempre juntos, tanto enla escritura como en la dirección de sus lar-gos. Ellos mismos se definen como una per-sona con cuatro ojos. La gran ventaja de tra-bajar en dúo reside en el hecho de lograr unaretroalimentación permanente al momento dela creación del guión. Asimismo, en tanto eltrabajo del director es demandante (que secomporta como un director de orquesta que

tiene que revisar cada detalle minuciosamente),trabajar en pareja permite un mayor controly una presencia más significativa al momen-to del rodaje. Al igual que los hermanos Coen,uno de ellos se puede concentrar en la foto-grafía y la parte técnica, mientras que su almagemela dirige a los actores.

A muchos hermanos les ha ido bien en elmundo del séptimo arte, empezando con lospropios inventores del maravilloso aparato quenombraron “cinematógrafo”. De la misma forma,al principio del siglo XX, los cuatro hermanosAlva fueron unos de los pioneros del cinemexicano. Los hermanos Warner también erancuatro y crearon en 1923 una productora quesigue siendo una de las más importantes a ni-vel mundial. La fratría de los Marx, por su lado,revolucionó el cine cómico entre los años 20y 40. Y hay más: desde los hermanos Tavianien Italia y los Wachowski, directores del ex-celente Bound y la trilogía de los Matrix, has-ta los prolíficos Coen y los gemelos Quay,especialistas del cine de animación. Todos éstosformaron una alianza creativa que seguramenteno habrían podido lograr con sólo uno de ellos.

La noción de divertimiento, que muchas vecesse espera del cine, es completamente relati-va cuando uno se topa con obras como LaPromesa, El hijo, Rosetta, El niño o El silen-cio de Lorna. Les aseguro que no se van a reírni un segundo frente a las cintas de Jean-Pierrey Luc, sin embargo, la fuerza de sus historiasy personajes no los dejarán insensibles. Loshermanos Dardenne me han enseñado mucho.Amo su cine como amo la justicia, es decir,c iegamente.

La dupla Luc y Jean-Pierre Darsdenne.