Letras 12 de abril

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Letras SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN | NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA | COORDINADOR: VÍCTOR RODRÍGUEZ MÉNDEZ | 12DEABRILDE2014 | DE CAMBIO [ Letras ] Miguel Carmona El sueño de la crisálida GASPAR AGUILERA DÍAZ GASPAR AGUILERA DÍAZ GASPAR AGUILERA DÍAZ GASPAR AGUILERA DÍAZ GASPAR AGUILERA DÍAZ | PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2 Cartas apócrifas: Ejercicio de recuerdos ESTEBAN MARTÍNEZ |PAG. 7 PAG. 7 PAG. 7 PAG. 7 PAG. 7 Roma: la resurrección del péplum EL TERCER OJO EL TERCER OJO EL TERCER OJO EL TERCER OJO EL TERCER OJO SYLVAIN PROVILLARD | PAG. 4 PAG. 4 PAG. 4 PAG. 4 PAG. 4 La canela. Sabor de mujer A LA SAZÓN A LA SAZÓN A LA SAZÓN A LA SAZÓN A LA SAZÓN NETZAHUALCÓYOTL ÁVALOSROSAS|PAG.5 PAG.5 PAG.5 PAG.5 PAG.5 El ruido de fondo del miedo a la muerte FORMAS BREVES FORMAS BREVES FORMAS BREVES FORMAS BREVES FORMAS BREVES JAIME MARTÍNEZ OCHOA | PAG. 6 PAG. 6 PAG. 6 PAG. 6 PAG. 6 CREACIÓN CREACIÓN CREACIÓN CREACIÓN CREACIÓNPATTISMITH|PAG.8 PAG.8 PAG.8 PAG.8 PAG.8

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LetrasSUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN | NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA | COORDINADOR: VÍCTOR RODRÍGUEZ MÉNDEZ | 12 DE ABRIL DE 2014 |

D E C A M B I O[Letras]

Miguel CarmonaEl sueño de la crisálidaGASPAR AGUILERA DÍAZ GASPAR AGUILERA DÍAZ GASPAR AGUILERA DÍAZ GASPAR AGUILERA DÍAZ GASPAR AGUILERA DÍAZ | PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2

Cartas apócrifas:Ejerciciode recuerdosESTEBAN MARTÍNEZ | PAG. 7 PAG. 7 PAG. 7 PAG. 7 PAG. 7

Roma: la resurreccióndel péplumEL TERCER OJOEL TERCER OJOEL TERCER OJOEL TERCER OJOEL TERCER OJO SYLVAIN PROVILLARD |PAG. 4PAG. 4PAG. 4PAG. 4PAG. 4

La canela. Saborde mujerA LA SAZÓNA LA SAZÓNA LA SAZÓNA LA SAZÓNA LA SAZÓN NETZAHUALCÓYOTLÁVALOS ROSAS | PAG. 5 PAG. 5 PAG. 5 PAG. 5 PAG. 5

El ruido de fondo delmiedo a la muerteFORMAS BREVESFORMAS BREVESFORMAS BREVESFORMAS BREVESFORMAS BREVES JAIME MARTÍNEZ OCHOA |PAG. 6PAG. 6PAG. 6PAG. 6PAG. 6

CREACIÓNCREACIÓNCREACIÓNCREACIÓNCREACIÓN PATTI SMITH | PAG. 8 PAG. 8 PAG. 8 PAG. 8 PAG. 8

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2 2 2 2 2 | LETRAS ~ CAMBIO DE MICHOACAN SÁBADO 12 DE ABRIL DE 2014

iguel Carmona Virgen, reconoci-do dibujante, diseñador, editor,escritor, comparte su pasión, au-dacias y hallazgos con ese desta-cado grupo generacional de artis-

tas visuales michoacanos como EnriqueOrtega, J. César Zamarripa, Derli Romero,Marco A. López Prado, Alejandro Delgado,Esteban Silva, Guillermo Castellanos, Ra-fael Sosa , Mizraím Cárdenas, Soledad Ta-folla, Juan Guerrero, Fernando García,Juan Pablo Luna, Rosa Angélica Gómez,entre otros, y cuyos valiosos anteceden-tes se encuentran en pintores como Ma-nuel Ocaranza, Luis Sahagún, Alfredo Zal-ce, Martín de la Torre, Francisco Rodrígu-ez Oñate, Efraín Vargas, Gilberto Ramírez,para señalar a algunos.

Misterio, enigma, transparencia y hu-medad, parecieran ser los términos másadecuados para intentar definir esta partede la obra plástica de Miguel Carmona –muy próxima al abstraccionismo-, creadadurante los años 2012 al 2014.

Como entrevistos a través de una esce-na marina el color, la línea y el volumenen una especie de ósmosis palpable se vantransformando en esa oruga cuyo centroen algunos de ellos es la caracola, como lafigura mítica y simbólica de todo aquelloque se concentra en su interior: intensi-dad, textura luminosa, resonancia de plie-

Miguel CarmonaEl sueño de la crisálidaPOR GASPAR AGUILERA DÍAZPOR GASPAR AGUILERA DÍAZPOR GASPAR AGUILERA DÍAZPOR GASPAR AGUILERA DÍAZPOR GASPAR AGUILERA DÍAZ

gues y resquicios del cuerpo femenino,bajo el destello luminoso que el talentosoy sensible pintor va imprimiendo en cadac u a d r o .

Es muy interesante observar cómo estaparte de la obra de Miguel Carmona guar-da resonancias y ecos de la etapa de losaños 80 que provenían de esa permanen-te búsqueda estética de elementos arrai-gados en la naturaleza y en las caracterís-ticas que la definen junto con el ser huma-no: la vida marina, terrestre, cósmica, yque llega hasta los orígenes de nuestra his-toria ancestral, que desde luego, nuncaserán suficientemente agotados.

En estos cuadros cercanos al figurati-vismo, nos sorprende y atrae no sólo layuxtaposición de tonos, texturas y colo-res sino esas reconstrucciones de lascrisálidas que parecieran tener un origenonírico sostenidas tan sólo por los hilosinvisibles de una seda que los sostiene pre-cariamente y que por otra parte nos acer-ca y nos recuerda la fragilidad de la queestamos hechos.

El pincel diestro y maduro de MiguelCarmona nos permite atisbar al interior dela crisálida: ese cuerpo multiforme y colo-rido en el que siempre están presentes frag-mentos de la figura femenina que respiranuna profunda sensualidad y un erotismoespontáneo y natural.

M Caparazón, membrana, molusco amo-roso que se va transformando hastacondensarse de manera polimorfa en estaserie de lienzos al óleo incluyendo el mu-ral Meditación de la crisálida.

Se cierra este ciclo con el mural Medi-tación de la crisálida (óleo en lienzo so-bre madera) con una dimensión de tres pordos metros, elaborado en el año 2012 y enel que se despliegan diversos elementosde una mitología que parecieran venir delos cuatro elementos originarios: tierra,aire, agua y fuego. Cuya figura central esde nuevo una caracola marina verde casitransparente rodeada de símbolos que noshacen recordar la evolución de la vida des-de la sensual fertilidad femenina, hasta lamuerte, en una llameante comunión delser humano con el universo, como deslum-brante alquimia de su propia divinidad, yel espectador absorto evoca el célebreAleph de Jorge Luis Borges, ese espaciomágico en el que parecieran confluir to-das las cosas trascendentes del Universo.

Sobresale la figura del hombre sabioque viene transitando sin apegos llevandoa cuestas la imagen terrible del vacío y lamuerte, una vez que se libera de atadurasmundanas, exponiendo su vulnerabilidadbajo el resguardo de la mística femeninaen la que se gestó y con la única certeza desu propia finitud fatal a cuestas.

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SÁBADO 12 DE ABRIL DE 2014 LETRAS ~ CAMBIO DE MICHOACAN | 33333

En la página anterior yen la presente, sietemuestras de la seriesobre el sueño de lacrisálida, del artistagráfico Miguel Carmo-na. En la portada deeste suplemento, elcuadro Meditación dela crisálida.

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4 4 4 4 4 | LETRAS ~ CAMBIO DE MICHOACAN SÁBADO 12 DE ABRIL DE 2014

Roma: la resurrección del péplumEL TERCER OJO EL TERCER OJO EL TERCER OJO EL TERCER OJO EL TERCER OJO :: Roma fue creada en 2004, aprovechando el regreso de los péplums a la pantalla grande. La serie es un fascinante viaje a los últimos años de la Repúblicaromana, y un retrato realista de la vida cotidiana de los plebeyos y de los juegos de poder de los patricios. POR SYLVAIN PROVILLARDPOR SYLVAIN PROVILLARDPOR SYLVAIN PROVILLARDPOR SYLVAIN PROVILLARDPOR SYLVAIN PROVILLARD [email protected]

s el año 52 antes de Cristo. El generalromano Cayo Julio César derrota enla batalla de Alesia a Vercingetórix, elcaudillo de las tribus galas. Llega el finde su mandato como procónsul y se nie-

ga a liberar sus legiones, tal como se lo hapedido el Senado. Está a punto de cruzar elrío Rubicón. Alea jacta est: la suerte está echa-da. Ahora el general y sus fieles soldados vana dirigirse hacia Roma para tomar el poder.El pueblo respalda a César y los patricios apo-yan a Pompeyo el Grande. La lucha de pode-res, en la que César quiere transformarla República en Imperio, apenas empieza. Lasinstituciones están en crisis, la guerra civilentre populistas y conservadores estalla,hombres y mujeres con ambición quierentomar el mando. La primera temporada deRoma cuenta estos apasionantes hechos ocu-rridos entre la Guerra de las Galias y los no-torios Idus de marzo, fecha del asesinato deCésar en 44 a. C.

Sin embargo, los próceres romanos no sonlos principales protagonistas de la serie.Seguimos las vidas de los ricos y poderosos,pero los verdaderos héroes son dos hombrescomunes, atrapados en el torbellino de loseventos políticos, dos soldados de la TreceavaLegión que acompañaron a César en Galia:Lucio Voreno y Tito Pullo. Estos hombresrealmente existieron, ya que sus nombresfueron mencionados por César en sus Comen-tarios sobre la Guerra de las Galias, pero susvidas fueron totalmente noveladas paranutrir la intriga de la serie.

El primero de ellos es un centurión queaprovecha sus hazañas militares y sus rela-ciones con César y Marco Antonio para subirpoco a poco en la escala social. Pullo es unsimple infante que no sabe hacer mucho másque pelear con heroísmo y que tiene todaslas dificultades del mundo para reintegrarsea la vida civil. Ambos hombres sirven de tes-tigos privilegiados de la historia romana eincluso, a veces, influyen en su desarrollo.

Lucio y Tito permiten también al especta-dor adentrarse en la vida cotidiana de la Romade hace dos milenios. Las películas de estegénero suelen mostrar la abundancia y las

E

orgías de los patricios. Roma lo hace de igualforma pero se enfoca al mismo tiempo en losbajos fondos de la metrópoli que contaba conun millón de habitantes. El retrato delAventino es sorprendente en verosimilitud.La colina más meridional de la ciudad es unbarrio popular, sucio y poblado de malan-drines que roban, asesinan y fornican en cadaesquina.

Los creadores de la serie adoptaron un

tono naturalista que incluye el uso de un len-guaje crudo y escenas de violencia y sexoexplicitas. Querían mostrar ambos lados deuna ciudad en la cual el lujo cohabitaba conla pobreza. La serie Espartaco, menos realis-ta pero más brutal todavía, debe mucho aRoma en la representación de estos aspectossalvajes de la vida en la República romana.

Para lograr una descripción realista de laRoma antigua, los productores tuvieron ac-

Dos fotogramas de la teleserie Roma.

Cartel promocional de la serie Roma.

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SÁBADO 12 DE ABRIL DE 2014 LETRAS ~ CAMBIO DE MICHOACAN | 55555

ceso a un presupuesto nunca antes vistopara una serie de televisión. El canal HBO,nuevamente pionero en la producción deseries, puso el 85 por ciento de los 100millones de dólares para realizar la prime-ra temporada de Roma, y la BBC, el 15 porciento restante. El resultado es visualmen-te impecable y muy cercano a lo que loshistoriadores describen, gracias a unaambientación, decorados y vestuariosespectaculares. Es la primera serie con unpresupuesto colosal, trazando la ruta paraseries como Juegos de trono y Boardwalkempire. Para lograr más realismo, Romafue rodada en Italia, en locaciones realesy en la famosa Cinecittà, que básicamenteresucitó con el rodaje de la serie.

En estos estudios fueron justamenterodados los más célebres péplums, en suépoca de oro, entre 1958 y 1965: Helenade Troya, Ben-Hur y Cleopatra, entre mu-chos otros. El nombre de este género, queen inglés se conoce como sword and san-dal (espada y sandalia), fue creado por crí-ticos franceses que se burlaban de las tú-nicas (péplum en latín) que llevan los pro-tagonistas. Este tipo de filmes cayó en des-gracia durante 35 años. Fue hasta el año2000, que el filme Gladiador de RidleyScott puso otra vez de moda estas pelícu-las históricas de aventuras situadas en laantigüedad greco-romana. Siguieron cin-tas como Ágora, Troya y Alejandro Mag-no, y más recientemente cintas más fan-tásticas que realistas basadas en leyendasantiguas: 300, Furia de titanes y Aníbal elconquistador. Y la moda no ha muerto.Este año se estrenará Hércules y nuevepéplums más están actualmente rodándo-se en Hollywood: remakes de Ben-Hur ySpartacus, un biopic sobre la juventud deJulio César y una nueva versión de Cleo-patra con Angelina Jolie.

Roma podría ser considerada como laúltima parte de una trilogía histórica deHBO, después de Carnivàle, ambientadadurante la Gran Depresión de 1929, y Dead-wood, serie que se desarrolla en el OesteAmericano en 1870 con personajes rea-les, como los marshalls Wyatt Earp y WildBill Hickok, y Calamity Jane. Desgraciada-mente, estas tres series de gran calidadtuvieron el mismo destino trágico: fueroncanceladas después de dos o tres tempo-radas, básicamente por ser notoriamentecaras. De Roma nos queda un sabor a de-masiado poco, dado todas las historias quequedaban por contar: la segunda tempo-rada iba a terminar con la muerte de Bru-tus, la tercera y cuarta se iban a desarro-llar en Egipto, eventos que se tuvieron quenarrar rápidamente en la segunda mitadde la segunda temporada. La quinta tem-porada prevista iba a enfocarse sobre elascenso del Mesías en Palestina. A pesarde la decepción de los fans, las dos tempo-radas existentes de Roma son una deliciapara los ojos y, sin duda, un parte aguas enla historia de las series.

LA CANELA

Sabor de mujerA LA SAZÓN :: POR NETZAHUALCÓYOTL ÁVALOS ROSASA LA SAZÓN :: POR NETZAHUALCÓYOTL ÁVALOS ROSASA LA SAZÓN :: POR NETZAHUALCÓYOTL ÁVALOS ROSASA LA SAZÓN :: POR NETZAHUALCÓYOTL ÁVALOS ROSASA LA SAZÓN :: POR NETZAHUALCÓYOTL ÁVALOS ROSAS

o solo es dulce y amarga. También escaliente. Si fuera un planeta, segura-mente le llamarían Venus. Su personi-ficación es sensual, picara y apasiona-da. Sus atributos en formas, sabor, aro-

ma, historia, experiencia y derroches le in-funden un carácter de mundana realeza. Po-dría referirme a ella citando a Oscar Wilde:“Me gustan los hombres con futuro y las mu-jeres con pasado”.

Y es que esta chica ha sido tan deseada queen China se pagó su peso en oro; tan mística yaudaz, que participó en rituales de sacrificioy placer en Arabia, India, Egipto, Grecia y elImperio Romano. El viajero y comercianteveneciano, Marco Polo, la secuestró para ale-jarla de otros pretendientes. Fue invitadaexclusiva de la mítica flota: British East IndiaCompany. Portugal invadió su tierra natal,precisamente, para intentar hacerla suya.Más tarde, Holanda la lució por toda Europa.

Mitológicamente se cree que fue de las pri-meras bellezas que arribaron proveniente delParaíso, a través del Río Éufrates, a la cuencadel Mediterráneo. Herodoto se refirió a sucrianza aludiendo un exuberante bosque cus-todiado por dragones alados que impedían, asangre y fuego, cualquier tipo de contactohumano. También se le vislumbró ardiendoeternamente, junto a nardos y mirra, en elnido de renacimiento del Ave Fénix.

Su nombre original es Cinnamomum Ve-rum. Proviene del griego Kinnamomon, quesignifica madera dulce, al igual que la pala-bra hebrea Quinamom; a su vez, derivada deltérmino Kayu Manis, proveniente de Malasiae Indonesia, donde también indica: palocaramelo. El epíteto Verum, refiere su lugarde nacimiento: Ceilán (actual Sri Lanka). Losfranceses la bautizaron cariñosamente comoCannelle, diminutivo de Canne, como se ledice también a la “caña” de azúcar.

La canela es la corteza extraída (cortada yenrollada para su mercado) de un árbol quecrece principalmente en auténticos paraísostropicales de la India y el Sudeste Asiático.Al mismo tiempo, suave y astringente, es en-tre las especias una reina erótica que explotaen formas atrevidas en bebidas alcohólicas,postres europeos y guisados orientales. Enfin, es una pelirroja, sabrosa y picante, de tie-rra caliente. Pero, no hay que pensar que pordispuesta es una cualquiera. Se trata de unadiosa de sol capaz de prodigar los más rela-

N jantes placeres y los más auténticos benefi-cios para el bien vivir.

La medicina tradicional china, e india(ayurveda), validan a la canela como un com-ponente que genera temperaturas propiciaspara el adecuado funcionamiento del orga-nismo. Este tipo de disciplinas, prodigiosa-mente preventivas, proclaman al calor comouna fuerza ordenadora. De hecho, en Chinaactual, la ingesta de bebidas heladas es incon-cebible en un contexto de salud pública tra-dicional e institucional.

Además de intensificar el sabor de vinos,carnes y manjares, y ser versátil elementocosmético (su té, por ejemplo, hace brillar elcabello), la canela facilita el sueño, la diges-tión, y reduce los niveles de azúcar por opti-mizar el metabolismo de la insulina. Hoy, quela salud se vende cara, embazada y en píldorases oportuno reconocer que si adquirimoscanela de Ceilán (la más roja y sustanciosa)nos hacemos de un vitamínico que incluye:manganeso, hierro, calcio; además, de unapoción que alivia fiebres y dolencias, fortale-ce el sistema inmunológico y es tan efectivacomo antioxidante que era utilizada paraembalsamar faraones. Lo más estimulante denuestra protagonista es que sus efectos alu-den a las deidades del amor. Si le somosafectos, nos mantiene con buen aliento, del-gados, calientes y con un propicio flujo cir-culatorio, cordial a los encuentros frontalesy a la dinámica y potencia sexuales.

LA NOTA, LA RECETA, O EL REMEDIOLa combinación miel y canela, en té, resulta enuna bebida de cualidades: antioxidantes,digestivas, diuréticas, antibacteriales,sinergéticas, regenerativas; vasodilatadoras, ypor ende, afrodisiacas. Para obtener unaporción hierve taza y media de agua con unacaña completa de canela. Deja reposar 10minutos y vuelve a hervir (obtendrás mayorsustancia). Agrega una cucharada sopera demiel. Deja tibiar. Hazla tuya placenteramente.Nota 1: no tires el bagazo. Es una generosafuente de fibra: agrégalo a tu licuado omastícalo (mantiene una sutil dulzura). Nota 2:de acuerdo a las medicinas orientales, miel ycanela expulsan el frío del cuerpo y revitalizanpáncreas, vejiga y riñones; órganos muysensibles a bajas temperaturas y cuyo colapsose relaciona a patologías en el sistemaauditivo.

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El ruido de fondo del miedoa la muerteFORMAS BREVES FORMAS BREVES FORMAS BREVES FORMAS BREVES FORMAS BREVES :: Reseña a Ruido de fondoRuido de fondoRuido de fondoRuido de fondoRuido de fondo, de Don DeLillo. POR JAIME MARTÍNEZ OCHOA POR JAIME MARTÍNEZ OCHOA POR JAIME MARTÍNEZ OCHOA POR JAIME MARTÍNEZ OCHOA POR JAIME MARTÍNEZ OCHOA [email protected]

l profesor Jack Glady, su esposa Babettey sus hijos (más los que han procreadoen otros matrimonios), viven en un su-burbio universitario de EU. Todo pare-ce tranquilo en esa bella y apacible re-

gión norteamericana: las calles lucen limpias,las casas son cómodas y hay un centro co-mercial inmenso, donde todas las familiaspueden ir a surtirse de mercancías que quizáno necesiten.

Glady da un curso sobre Hitler en una pe-queña universidad para ricos en la que nofaltaban tampoco estudios sobre Elvis Presleyo el cine sobre accidentes automovilísticos.

Hay algo, sin embargo, que rompe esta ideade paz en el matrimonio Glady: un ruido defondo que se escucha a todas horas. En princi-pio, es un ruido que proviene de las televisio-nes y las estaciones de radio. En un universoen el que el consumismo es lo más importan-te, sólo la televisión puede ofrecer una ciertarivalidad. Las televisiones y las estaciones deradio están encendidas a toda hora, creandode esa manera la ilusión de fraternidad.

Pero hay otro ruido, escondido en ese ruidosuperficial: es el ruido del miedo a la muerte,un ruido que no se sabe de dónde viene, quésonido tiene, cuál es su verdadero significado.Este ruido no pueden escucharlo todos, en parteporque no les apetece, en parte porque no tie-nen las capacidades auditivas para percibirlo.

Jack Glady y su esposa Babette son la ex-cepción. Desde siempre se saben en posesiónde ese extraño poder. Pero este miedo no es,como en muchos, algo natural, propio de laraza humana. Es un miedo físico, que puede

E palparse como una enfermedad. Para ellos noexiste ninguna clase de distracción: el ruidode fondo siempre está ahí, presente en lasconversaciones, en el sonido de la televisión,en las tertulias de la radio.

En este contexto, un día ocurre un hechodramático: un camión cisterna choca contraun tren y una nube tóxica se desprende delcontenedor y se alza hacia la atmósfera. Todala población debe ser recluida y de repenteaquella gente de clase media alta, consumi-dora y feliz, se ve atrapada en unas escenasde país tercermundista, con refugios llenosde víctimas y multitudes que deambulan porlos bosques en busca de un refugio. Al finalno ocurre nada de peligro, pero en su afánpor escapar Jack Glady ha quedado expues-to a las ondas de la radiación.

Este hecho desafortunado introduce enGlady el veneno de la muerte, lo que le da a sumiedo una dimensión física, alejada de las en-soñaciones nocturnas sobre el miedo a morir.Glady sabe que va a morir como lo sabemostodos, pero ahora tiene dentro de su cuerpoun veneno que se desarrollará y, al cabo dediez o treinta años, acabará con su vida.

Junto con este hecho, Glady descubre quesu esposa ha estado asistiendo en secreto aun laboratorio donde un grupo de médicoselaboran una píldora para desterrar el miedoa la muerte. Aunque al final la medicina serevela como inútil, los afanes de su mujerhacen pensar a Glady que nada basta paraborrar el sonido atroz que significa el temora la desaparición física.

Ruido de fondo, de Don DeLillo es una nove-

la mayor de las letras norteamericanas y unintento por comprender el hecho de que la vidaalgún día se va a terminar. Novela pop y devanguardia, DeLillo utiliza todos los clichés dela vida norteamericana para abordar una te-mática inusual. Encontramos aquí las referen-cias a un posible apocalipsis tóxico, el consu-mismo, los abusos de la televisión, los científi-cos que bordean la locura, la extravagancia deciertas universidades gringas en las que no soninusuales los cursos sobre Hitler o Elvis Presley.

Pero, ¿qué es ese ruido de fondo del miedoa la muerte?

En las últimas páginas Gladney y un amigocatedrático, Murrary, intenta explicarlo, enun largo diálogo no exento de humor yteorías disparatadas.

Pero la novela, amén de su seriedad, estambién una comedia. En sus diálogos con sufamilia, en las reacciones de sus hijas antecualquier hecho, se asoma una cierta ironíapreñada de buen humor que no deja de re-sultar reconfortante.

Ruido de fondo no es, sin embargo, unanovela de ideas. Se trata de una obra en laque se reflexiona mucho, en la que se tocantemas esenciales de la vida y la muerte, perotodo abordado desde una óptica irónica en laque la recreación de las atmósferas es taneficaz como las reflexiones de las pobres cria-turas que la habitan.

Novela sorprendente, genial, Ruido de fon-do es la prueba fehaciente de que Don Delilloes uno de los más grandes novelistas vivosde la actualidad y sin duda un escritor quemerece el reconocimiento público.

El escritor Don DeLillo.

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SÁBADO 12 DE ABRIL DE 2014 LETRAS ~ CAMBIO DE MICHOACAN | 77777

n estos días de tantas celebraciones,estimados lectores, me voy a tomar lalibertad de traer a su memoria la im-portancia de servidor en la ida de uste-des, los humanos.

En un principio…pues sucedió que por mi-lenios les tenía sin cuidado la existencia deservidor…bueno, tal vez exagero, puede queme tomaron en cuanta cuando les iluminabael sol, pues por la noche dormían… o la pasa-ban aterrorizados por verdaderos o supues-tos peligros.

Ah!, pero esas parciales y mínimas diferen-cias, fueron haciéndome cada vez más y másimportante en su existir. En la medida en quefue evolucionando su especie, con eso de lainvención de la agricultura y el pastoreo, másy más le fue necesario y le urgió al hombre elsaber y precisar mi paso para obtener bue-nas cosechas o bien saber cuando había quetrasladar a los rebaños de unos pastos a otros,por ejemplo, por lo que comenzaron a dividira servidor en días, los días a convertirlos ensemanas, las semanas en meses, los meses enaños y los años los dividieron en estaciones:primavera, verano, otoño e invierno, divisio-nes todas de servidor a las que fueron aco-modando, y a veces sujetando férreamente,las actividades de sus vidas.

Igualmente, sus deseos y necesidad de re-cordar hechos, supuestas divinidades, perso-nas, que les fueron benéficos, para celebrarlosy nefastos por perjudiciales, para conjurarloscon sacrificios purificaciones, se les hizo im-prescindible y, por lo tanto más y más impor-tante en y para sus vidas. En los inicios de eseproceso civilizatorio, los más viejos, los brujos,los sacerdotes de las primitivas religiones delas primeras sociedades humanas se encarga-ron de transmitir esos saberes y hechos a lasgeneraciones siguientes, saberes y hechos queal convertirse en usos y costumbres, fuerondándoles a los humanos el sentido de pertene-cer a una comunidad, de una identidad tantoen lo personal como en lo social.

La relación entre ustedes, los humanos yservidor no estuvo libre de dificultades, de-bido a errores de cálculo en los días, sema-nas, meses y años concebidos por los hom-bres, errores que hicieron que no coincidie-sen con el giro, con la vuelta completa de laTierra alrededor del Sol. En los trabajos deajuste para reparar esos errores de cálculo,fueron notables los llevados a cabo en la de-nominada Civilización Occidental y Cristia-na, y el resultado de los mismos se ha impues-to en la globalidad en la que respiran, al pun-to de que países que poco o nada tienen quever con el cristianismo o tiene en poco a ser-vidor, como la India, se mueven y se rigen yhasta celebran fechas consagradas por el Oc-cidente cristiano, como las de principio y fi-nal de año y Santa Claus, por ejemplo.

Por lo expuesto hasta aquí, servidor selimitará a traer a su memoria, estimados lec-tores, el por que de mis nombres en la actua-lidad. Provienen del latín. Calendario, calen-darización, por ejemplo, derivan del latín ca-lenda, que designaba el primer día de cadames; enero, que actualmente es el primero delaño, viene de Janus, que era el dios que abríalas puertas y tenia el don de ver el pasado y elfuturo y cuyo festival se celebraba en esa épo-ca; hay que recordar que es el primero delaño por las reformas llevadas a cabo en el año

E

451 antes de Cristo por un grupo de magistra-dos, que reacomodaron a enero como el pri-mero del año, en vez de marzo que hasta eseaño se iniciaban en marzo, con lo que queda-ron los meses y el año casi como los conoce-mos en la actualidad. En inglés, enero es Janu-ary, que se parece mucho más al original. Fe-brero proviene de februa un festival de puri-ficaciones religiosas que tenían lugar en díasde dicho mes. Marzo tiene su origen en Mar-te, el dios de la guerra. Abril procede de lapalabra latina aprire, que significa abrir, yaque en esa pepota, en la primavera, se abrenlos retoños y los botones de las flores.

Mayo tiene su origen en Maia o Maya,diosa de la fertilidad, pues en esa temporadase recogían las cosechas. Junio proviene deJuno, hermana y esposa de Jupite, el diossupremo de los romanos. Los nombres dejulio y agosto se derivan de Julio Cesar y CesarAugusto, que pusieron sus nombres a losmeses quintilis y sextilis, al llevar a cabo di-

Ejercicio de recuerdosCARTAS APÓCRIFAS CARTAS APÓCRIFAS CARTAS APÓCRIFAS CARTAS APÓCRIFAS CARTAS APÓCRIFAS :: POR ESTEBAN MARTÍNEZPOR ESTEBAN MARTÍNEZPOR ESTEBAN MARTÍNEZPOR ESTEBAN MARTÍNEZPOR ESTEBAN MARTÍNEZ

chos personajes reajustes al calendario. Sep-tiembre, octubre, noviembre y diciembre sedeben a los números de septem, siete; octo,ocho; novel, nueve y decem, diez, pues eseera el lugar que ocupaban esos meses en elcalendario de la antigua Roma, que comen-zaba en el mes de marzo.

Para cerrar estos recuerdos, dos datos cu-riosos más: alrededor del 900 después de Cris-to, todos los pueblos cristianos de ese tiempoadoptaron el concepto de Era Cristiana, crea-do en el 525 por el monje Dionisio el Exiguo ya contar los años hacia atrás y hacia delantepartiendo del nacimiento de Cristo. Hay querecordar que los mayas tenían un calendariomucho más exacto que el de los europeos altropezar Colón con el continente Americanoen sus proyectados de viaje a la India y China.

Sin más, deseándoles un feliz y prosperoaño de 2014.

EL TIEMPO

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CREACIÓNCREACIÓNCREACIÓNCREACIÓNCREACIÓN

Tejiendo sueñosPatti Smith

Una llamadaiempre imaginé que escribiría un libro, aun-que fuera pequeño, que transportara a unreino imposible de medir, incluso de recor-dar. Imaginaba muchas cosas. Que brillaba.

Que era buena. Que vivía sin sombrero en la cimade una montaña haciendo girar una rueda que asu vez hacía girar la Tierra, y que, invisible entrelas nubes, yo tenía alguna influencia, era de algu-na utilidad.

Deseos curiosos que, como plumas en el aire,volvían ligeros los miembros de una niña espigaday taciturna que apenas era capaz de impedir quesus calcetines cortos desaparecieran dentro desus zapatones.

Todos mis calcetines estaban deformados, talvez porque a menudo los llenaba de canicas. Loscargaba de ágata y de acero, y me iba. Aquello seme daba bien, y podía derrotar a cualquiera quetuviera alrededor.

Por la noche vaciaba el botín encima de la camay frotaba las canicas con una gamuza. Las orde-naba por colores, según sus cualidades, y ellassolas se reordenaban de nuevo..., pequeños pla-netas brillantes, cada uno con su historia, susansias de oro.

Nunca tuve la sensación de que esa facilidad paraganar a las canicas viniera de mí. Más bien pensa-ba que estaba en el objeto en sí. Un talismán quecobraba vida cuando yo lo tocaba. Así, encontra-ba magia en todo, como si todas las cosas, toda lanaturaleza llevara la impronta de un genio.

Había que ir con cuidado, había que ser sagaz.Porque los sagaces pueden capturar algo lejano yhacerlo suyo.

Y el viento levantaba los bordes de la tela quecubría mi ventana. Allí hacía yo guardia, alerta alo pequeño, que bajo la mirada atenta fácilmentese volvía monstruoso y bello.

Observaba, calculaba y, de pronto, ya no esta-ba allí: era un caprichoso planeador revolotean-do de campo en campo, inconsciente de mis tor-pes brazos o de mis calcetines rebeldes.

Me iba y no se enteraba nadie. Porque para to-dos yo seguía entre ellos, en mi pequeña cama,ensimismada en algún juego de niños.

Los recolectores de lanaHabía un campo. Había un seto de grandes mato-rrales que enmarcaba mi visión. El seto era sagra-do para mí: la fortaleza del espíritu. El campo tam-bién era objeto de mi reverencia, con su hierbaalta, incitante, y su poderosa pendiente.

Más allá, a la derecha, había un huerto, y a laizquierda, un cobertizo encalado sobre cuyaspuertas dobles habían escrito las palabras Hoe-down Hall. Allí, los domingos por la tarde, nosencontrábamos y bailábamos al son del violinistay su llamada.

Más tarde, después del baño, mi madre me pei-naba, y yo rezaba mis oraciones y ella me arropa-ba. Yo esperaba hasta que todo estaba en silen-cio. Entonces me levantaba, me subía a una silla,apartaba la tela que cubría la ventana y continua-ba mis rezos, vagando al encuentro de mi Dios.

A veces, en las extrañas noches de claridadpercibía movimiento entre la hierba. Al principiopensaba que eran las sacudidas de la lechuza blan-ca o las alas grandes y pálidas de una mariposaluna desplegándose y recogiéndose como un hábi-to medieval. Pero una noche se me ocurrió que

eran personas como nunca había visto, con extra-ños y arcaicos tocados y atavíos. Me parecía ver elblanco de sus gorros, y de vez en cuando una manoen el acto de asir, iluminada por la luna y las estre-llas o por el faro de un coche que pasaba.

Amanecía sobre el campo radiante, inundadode mil flores silvestres que a menudo cogíamospara entretejer coronas. Pero la principal atrac-ción era el viejo cobertizo negro habitado por losmurciélagos. Hace mucho que se incendió, peroentonces se alzaba como una chistera maltrechaque solo llevan los valientes o los desesperados.

En nuestras andanzas, mi hermano, mi herma-na y yo pasábamos por delante de él. Yo era lamayor, la pequeña aún no había nacido. Íbamoscaminando al centro del pueblo y escalábamos elmuro de piedra que protegía, como unos brazosmaternales, el cementerio de los cuáqueros. Susalmas buscaban reposo debajo de los grandescastaños y, aun de día, aquel nos parecía el lugarmás discreto y silencioso de la tierra. Allí, envuel-tos los tres en un aire solemne y plácido a la vez,soplábamos las cañas de los juncos que cortába-mos en el pantano; horas en comunión sin decir

una palabra. Esos momentos nos llenaban de ale-gría. Volúmenes de alegría que aún me place leer.

Al volver brincando a casa saludábamos todoaquello que nos cautivaba. El anciano que vendíapececillos. El riachuelo, que parecía tan ancho quebien podría haber sido la desembocadura del Dela-ware. La armería, el salón de baile y finalmente elcampo de Thomas nos saludaban, parecía que nosllamaran por nuestro nombre.

Corríamos a través de la hierba encontrándo-nos con nuestros amigos. A veces me tumbabasobre ella y miraba el cielo.

Toda la creación parecía trazada en lo alto y lasrisas de los otros niños me empujaban hacia unamovilidad que aspiraba a dominar. Allí alcanzabasa oír cómo se formaba una semilla o cómo sedoblaba el alma como un pañuelo.

Yo creía que estaban allí. De vez en cuando losoía murmurar y silbar como si estuvieran al otrolado de un muro de algodón. Los oía pero sin po-der descifrar el idioma que hablaban ni las melo-días que entretejían.

Cuando volvía todo estaba igual, corría a reu-nirme con los demás y jugábamos a las estatuas ya romper la cadena, o, si nos sentíamos valientes,nos aventurábamos a entrar en el cobertizo y lan-zar palos a los murciélagos. Cuando más tardecruzábamos la carretera, nunca olvidaba inclinarla cabeza al pasar por delante del matorral.

Una tarde me mandaron sola a la ciudad. Esta-ba nerviosa porque había decidido preguntar alanciano que vendía pececillos por aquella gentedel campo. Los niños tenían miedo al anciano,pero a cierta luz parecía casi un santo, eterno. Elhombre más viejo en la casa más vieja, una chozaque se tambaleaba, pintada de negro y algo apar-tada en un terreno cubierto de malas hierbas. Enel tejado inclinado estaba escrita la palabra CEBO.Ahí se le veía siempre sentado, hiciera el tiempoque hiciese, con pantalones de peto, melena ybarba blancas, vigilando el mundo y la tumba desu mujer, enterrada a la sombra de la casa.

Me detuve a su lado. Me pareció que no lleguéa preguntárselo, porque mi mente, que salía dis-parada en todas direcciones, no cooperaba conmi lengua. Pero tal vez se me escaparan una fraseo dos. Porque, mientras daba vueltas a la cazoletade su pipa con los ojos cerrados, sin apenas moverlos labios, respondió:

Son los recolectores de lana...No hice más preguntas. La respuesta me pare-

ció demasiado frágil, demasiado importante. Sim-plemente me fui, casi en volandas, sin apenasacordarme de despedirme. Pero mientras corríame volví para decir adiós con la mano, y sus ojosabiertos se encontraron con los míos y parecie-ron contener lo que solo cabría llamar esplendor.

Yo no estaba muy segura de qué era un reco-lector de lana, pero sonaba a profesión digna yme pareció un buen trabajo. De modo que seguívigilando. Hiciera el tiempo que hiciese. Luegocorría la tela y, tumbada en la cama, incapaz dedormir, me entretenía poniéndoles nombres ydiseñándoles, bajo el haz de mi linterna, los man-tos, las botas y las nubes que llamaban hogar.

Y la imagen de los recolectores de lana en esecampo somnoliento me daba sueño también. Ydeambulaba entre ellos, a través de abrojos y es-pinos, sin otra tarea más extraordinaria que res-catar un pensamiento fugaz del peine del viento,como un penacho de algodón.

Fragmento de Tejiendo sueños (Lumen) de PattiS m i t h .

S

La cantante, compositora y escritora Patti Smith.