Ley 3058

5
LEY DE HIDROCARBUROS #3058 Después de 11 anteproyectos de Ley de Hidrocarburos que fueron ventilados en el Parlamento y en medio de un clima de creciente tensión y descontento de los sectores sociales que exigían la nacionalización de los hidrocarburos, el 17 de mayo de 2005, el presidente del Congreso Nacional, Hormando Vaca Diez, sancionó la nueva Ley de Hidrocarburos N° 3058 ante la negativa de Mesa para poner su firma y promulgar esa ley. La decisión del presidente Carlos Mesa de devolver esa ley provocó generalizadas críticas y nuevamente surgieron amenazas sindicales de protesta en la sede de gobierno. Mesa alegó que este proyecto dividía al país y que estaba en riesgo la integridad nacional. Indicó que su contenido “era confiscatorio” para las empresas petroleras extranjeras y aseguró que no la promulgaría por considerarla “suicida e inviable”. La Ley de Hidrocarburos tenía por objetivo darle a Bolivia un horizonte de esperanza, de certeza, de seguridad hacia adelante. La nueva ley del gas buscaba impulsar una economía mixta en el sector de hidrocarburos, fortalecer YPFB y su participación en toda la cadena productiva, fomentar el consumo interno de gas natural e incrementar los niveles de

description

Ley 3058

Transcript of Ley 3058

Page 1: Ley 3058

LEY DE HIDROCARBUROS #3058

Después de 11 anteproyectos de Ley de Hidrocarburos que fueron ventilados en el

Parlamento y en medio de un clima de creciente tensión y descontento de los

sectores sociales que exigían la nacionalización de los hidrocarburos, el 17 de

mayo de 2005, el presidente del Congreso Nacional, Hormando Vaca Diez,

sancionó la nueva Ley de Hidrocarburos N° 3058 ante la negativa de Mesa para

poner su firma y promulgar esa ley.

La decisión del presidente Carlos Mesa de devolver esa ley provocó generalizadas

críticas y nuevamente surgieron amenazas sindicales de protesta en la sede de

gobierno.

Mesa alegó que este proyecto dividía al país y que estaba en riesgo la integridad

nacional. Indicó que su contenido “era confiscatorio” para las empresas petroleras

extranjeras y aseguró que no la promulgaría por considerarla “suicida e inviable”.

La Ley de Hidrocarburos tenía por objetivo darle a Bolivia un horizonte de

esperanza, de certeza, de seguridad hacia adelante.

La nueva ley del gas buscaba impulsar una economía mixta en el sector de

hidrocarburos, fortalecer YPFB y su participación en toda la cadena productiva,

fomentar el consumo interno de gas natural e incrementar los niveles de

exportación, además de priorizar la industrialización con la consecuente

generación de valor agregado a las exportaciones.

Este instrumento legal obligaba a la migración de contratos en un plazo de 180

días. En materia impositiva, creó el Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) del

32% sobre el total de la producción de hidrocarburos, un tributo no acreditable ni

deducible que se medía y pagaba con las regalías. En su momento, se explicó que

la vigencia de este “sobreimpuesto”, al que se sumaban el 18% de regalías,

participaciones y otros tributos, constituía una carga de más del 50% para las

petroleras, que incluso analizaban dejar el país por no ser atractivo a sus

intereses.

Page 2: Ley 3058

La coparticipación del IDH quedó distribuida en un 4% para los departamentos

productores de hidrocarburos, 2% para los departamentos no productores y un

saldo a favor del TGN, pueblos indígenas y originarios, comunidades campesinas,

municipios, universidades, Fuerzas Armadas, Policía Nacional, entre otros. El

destino de los recursos se distribuyó entre los sectores de educación, salud,

caminos, desarrollo productivo y empleo.

Aunque no le asignó recursos, esta norma dio curso a la refundación de YPFB y

estableció su participación en toda la cadena productiva, a partir de la

recuperación de las acciones de las empresas petroleras capitalizadas

administradas por las AFP, que se destinaban al pago del Bonosol. También se

promovió la descentralización de sus oficinas en los departamentos productores

del país, Cochabamba, Chuquisaca, Santa Cruz y Tarija.

En materia de comercialización, la Ley de Hidrocarburos, estableció límites sobre

precios y volúmenes. Además, priorizó el abastecimiento interno y elimina a los

mayoristas de la cadena comercialización interna.

Sobre el consumo interno, se establecieron subsidios para las tarifas de

distribución de gas natural por redes como una forma de facilitar el consumo

doméstico, la pequeña industria y servicios esenciales.

Las petroleras mostraron su disconformidad con el nuevo régimen que gravaba

mayores impuestos y regalías, éstas advirtieron un “clima de incertidumbre” para

las inversiones. En tanto, los movimientos sociales amenazaron con radicalizar

sus medidas de presión en procura de la recuperación de los hidrocarburos, la

viabilización de la Asamblea Constituyente, el cierre del Congreso Nacional, la

renuncia del Presidente y el adelantamiento de elecciones generales.

El 6 de junio de 2005, el presidente Carlos Mesa renunció irrevocablemente

después de dos amenazas previas efectuadas en marzo y junio. La aprobación de

la Ley de Hidrocarburos, sus diferencias con el Congreso Nacional y las

movilizaciones sociales fueron las razones expuestas para su dimisión ante el

Congreso. “No me dejan gobernar”, sentenció.

Page 3: Ley 3058

INCUMPLIMIENTO A LA APLICACIÓN DE LA LEY

En medio de las tensiones sociales alrededor de Plaza Murillo, se decidió trasladar

las sesiones del Congreso a Sucre, la capital de la República. Presionados por los

movimientos sociales, el presidente de la Cámara de Senadores, Hormando Vaca

Diez (MIR) y el presidente de la Cámara de Diputados, Mario Cossío (MNR),

dieron un paso al costado, dejando así la responsabilidad de la conducción del

país al presidente de la Corte Suprema de Justicia, Eduardo Rodríguez Veltzé,

quien en el marco de la sucesión constitucional, juró como Presidente de la

República, al filo de la media noche del 9 de junio de 2005.

La asunción de un presidente proveniente de las filas del Poder Judicial despertó

esperanzas y temores respecto el cabal cumplimiento de la Ley de Hidrocarburos,

más aún cuando Rodríguez Veltzé aclaró que su única misión era la preservación

del orden y la prosecución de las elecciones generales. En los hechos, el

Presidente jurista archivó la agenda de octubre y la recuperación de los recursos

hidrocarburíferos.

Bajo esa coyuntura, se impusieron las amenazas de ocho empresas petroleras,

excepto Petrobras, de acudir a organismos internacionales para impugnar la

nueva Ley de Hidrocarburos 3058 por considerarla confiscatoria y por no respetar

los contratos de riesgo compartido y acuerdos bilaterales de protección recíproca

de inversiones. Las petroleras ratificaron su intención de no migrar a los nuevos

contratos hasta que se impulse “un plan de incentivo al sector y se introdujera

cambios de fondo en la ley”.

Las compañías que recurrieron a estos argumentos fueron Repsol YPF, Total,

British Gas, Pluspetrol, Vintage, Pan American Energy, Exxon y Techint, que

consideraron que el régimen impositivo de la Ley 3058 era un exceso al obligarlas

a pagar el 50% de tributos (32% de IDH y 18% de regalías).

Temeroso de las acciones legales que asumieron las petroleras, Eduardo

Rodríguez, optó por ignorar la Guerra del Gas y el cumplimiento de la nueva Ley

de Hidrocarburos. Para evitar arbitrajes internacionales, esa administración

Page 4: Ley 3058

gubernamental forzó la ampliación de los plazos de negociación para que el

venidero gobierno asumiera decisiones. Esta característica marcó el proceder de

ese gobierno no sólo en el sector hidrocarburos.

El gobierno de Rodríguez Veltzé aseguró que no tenía capacidad para ejecutar la

nueva ley hidrocarburífera y el 22 de junio de 2005 reglamentó la aplicación del

IDH. Tras una prolongada presión y posterior negociación con los beneficiarios, el

gobierno determinó la obligatoriedad de que estas entidades, para recibir los

recursos, presentasen proyectos en diferentes rubros.