Leyendas aragonesas

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La Torre de Doña Blanca Albarracín es una localidad preciosa y con una factura medieval, que fácilmente sumerge al visitante en un mundo de leyenda, una sensación que se acrecienta aún más si cabe cuando llega el atardecer. Por eso no es extraño que sea un escenario ideal para imaginar hechos extraordinarios, como es el caso de la leyenda de la Torre de Doña Blanca. Se cuenta que la infanta Doña Blanca emprendió la huida de Aragón, temerosa de los celos y los miedos que le tenía su cuñada, la reina. De esta forma llegó hasta Albarracín donde la familia Azagra, dueña y señora de la población, la acogió con aparente hospitalidad. Sin embargo, nadie volvió a ver con vida a la infanta, y se dice que fue encerrada en una torre de las murallas, la que aún hoy conserva su nombre, donde murió de tristeza. Existe la creencia de que su apenada alma todavía habita en la torre, de la que sale en las noches de luna llena para bajar a bañarse en las aguas del río Guadalaviar. © Prames

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  • La Torre de Doa Blanca

    Albarracn es una localidad preciosa y con una factura medieval, que fcilmente sumerge al visitante en un mundo de leyenda, una sensacin que se acrecienta an ms si cabe cuando llega el atardecer.

    Por eso no es extrao que sea un escenario ideal para imaginar hechos extraordinarios, como es el caso de la leyenda de la Torre de Doa Blanca.

    Se cuenta que la infanta Doa Blanca emprendi la huida de Aragn, temerosa de los celos y los miedos que le tena su cuada, la reina.

    De esta forma lleg hasta Albarracn donde la familia Azagra, duea y seora de la poblacin, la acogi con aparente hospitalidad.

    Sin embargo, nadie volvi a ver con vida a la infanta, y se dice que fue encerrada en una torre de las murallas, la que an hoy conserva su nombre, donde muri de tristeza.

    Existe la creencia de que su apenada alma todava habita en la torre, de la que sale en las noches de luna llena para bajar a baarse en las aguas del ro Guadalaviar.

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  • La Barona de Escriche

    Este pequeo pueblo de la provincia de Teruel fue, en su da, sede del barn de Escriche quien gan su rango gracias a vencer a una legendaria fiera, que atemorizaba a los habitantes de todo este territorio, y que haba vencido a los ms atrevidos caballeros.

    Para derrotar a esta horrible bestia, se bast de un sencillo espejo y una espada.

    Cuando se enfrent al monstruo lo primero que hizo fue colocar el espejo ante su cara, por lo que la fiera se viera reflejada, quedando boquiabierta ante su fealdad, momento que aprovech el valiente para clavarle la espada en la boca, el nico punto vulnerable que la fiera tena, y que hasta entonces nadie haba podido vulnerar.

    De esta manera consigui matar a la bestia y se pudo volver a repoblar el lugar.

    El rey, agradecido ante semejante valenta, le concedi en barona todas las tierras que fuera capaz de recorrer durante un da, naciendo as la Barona de Escriche.

    Aquella hazaa, es el origen de la siguiente jota:

    "Nadie le teme a la fiera,

    que la fiera ya muri

    al revolver una esquina,

    un valiente la mat."

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  • M d'ella

    En el escudo de la localidad de Maella aparece una mano femenina que alude a una leyenda local originada en el siglo XV.

    Segn esta tradicin, en el castillo de la localidad viva el conde y seor de Maella, que abusaba de su poder.

    La poblacin se levant, harta de los abusos del seor feudal; fracasando la revuelta y siendo detenido entre otros el cabecilla del levantamiento a quien encerr y orden ajusticiar.

    Ante esta situacin, la novia del joven preso decidi acudir ante el conde para suplicarle la liberacin de su amado. El seor qued prendado de la hermosura de la joven y para aprovecharse de semejante oportunidad le dijo que lo liberara siempre y cuando ella le entregase su mano.

    La joven sin dudarlo un instante acept el trato, as que volvi a su casa y con una decisin admirable se cort la mano para despus envirsela al conde en una bandeja de plata.

    El conde al verla exclam: la mano de ella! y, sobrecogido ante tal acto de amor, decidi cumplir su palabra y liberar al joven mozo.

    sta es la leyenda de la M della que, en el dialecto catalano-aragons que se habla en la zona, significa "mano de ella".

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  • El pozo del Diablo

    El conocido popularmente como pozo del Diablo en el pueblo de Layana, lo construy, segn cuenta la tradicin, el mismo Satans a peticin de una moza del pueblo, la cual al habitar lejos de las riberas del ro estaba cansada de bajar todos los das a recoger agua hasta el cauce.

    Por ello convoc al demonio y le ofreci su alma a cambio de un pozo, siempre y cuando se lo construyera antes del amanecer, y antes de que cantara el gallo.

    Satn con el objetivo de captar el alma de la joven comenz afanoso la construccin del pozo esa misma noche, creyendo que, sin duda, lo iba a acabar antes del alba.

    Pero la moza como vio que conseguira terminarlo antes del plazo, por lo que ella acabara condenada en el infierno, decidi engaar al diablo y acerc un candil al gallo para que cantara.

    De este modo logr su pozo, al mismo tiempo que se esfum el demonio.

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  • La Cruz del Sobrarbe

    A las afueras del pueblo medieval de Ansa se eleva un templete en recuerdo de la batalla que ganaron los cristianos a los musulmanes, una batalla en la que la leyenda dice que se les apareci una cruz en llamas sobre una carrasca, lo cual fue todo un revulsivo para las mermadas fuerzas de los sobrarbenses.

    En la actualidad se sigue celebrando en Ansa la fiesta de La Morisma en la que se rememora el triunfo de los ejrcitos cristianos sobre los musulmanes a las puertas de la villa en el ao 724.

    Segn la leyenda, antes de la batalla el nmero de musulmanes era muy superior al de los cristianos, sin embargo, stos vencieron gracias al nimo que les dio su jefe Garci Jimnez, pero, sobre todo, porque en plena lucha se les apareci sobre una carrasca una gran cruz roja resplandeciente, lo cual fue tomado como un buen presagio y como una confirmacin de que Dios luchaba de su lado contra el infiel.

    Testimonio de la enorme trascendencia de este hecho legendario es que hoy en da la carrasca y la cruz roja se mantienen en el escudo de la comarca del Sobrarbe y en el de la propia Comunidad Autnoma de Aragn.

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  • El trovador de la Aljafera

    El Palacio musulmn de la Aljafera de Zaragoza no slo es una joya artstica de primer orden a nivel espaol, sino que, adems, en sus estancias se ubica la trama de una de las peras ms famosas de Verdi.

    Pocos son los zaragozanos y aragoneses que saben que el origen de la famossima pera Il Trovatore

    de Giuseppe Verdi tuvo lugar en el castillo de la Aljafera de Zaragoza y, ms concretamente, en el torren de planta rectangular conocido como Torre del Trovador.

    La leyenda es una trama completamente inventada que dramatiz el escritor Antonio Garca Gutirrez, cuyo texto sirvi como base para el libreto de la pera de Verdi.

    La historia cuenta la vida del doncel Manrique de Lara, el cual durante su adolescencia se haba cultivado en facetas como el canto o la poesa, o sea se convirti en un trovador. Su vida fue de lo ms azarosa ya que por casualidades de la vida fue criado por una gitana, aunque en realidad era hijo de un noble zaragozano. Cuando lleg a la juventud se enamor perdidamente de una joven de la corte de la Aljafera llamada Leonor, de la que tambin estaba enamorado Antonio de Artal, hermano de Manrique, si bien ambos eran desconocedores de tal circunstancia.

    Leonor favoreca los amores con Manrique por lo que Antonio de Artal hizo que sta fuese encerrada en un convento. Sin embargo, el Trovador la rapt y huy con ella; as durante un tiempo vivieron juntos y felices hasta que los encontraron y fueron castigados. As el doncel Manrique de Lara fue encerrado en el torren de la Aljafera al que ha dado nombre y Leonor se suicid ante tal desgracia.

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  • La leyenda de la Torre del Tardn

    En esta leyenda se ejemplifican las habituales muestras de envidias y arrogancias que a lo largo de los siglos se repiten entre vecinos, como es el caso del enfrentamiento de las familias Rins y Tardn en la localidad oscense de Gistan.

    En el pueblo pirenaico de Gistan se ven dos grandes casas con sus respectivas torres pertenecientes a dos de las familias histricas de la localidad, la torre Rins y la torre del Tardn cuyo origen cuenta esta leyenda.

    Segn la tradicin, la casa ms antigua es la de Rins, y el dueo de ella estaba tan orgulloso de su casa que en una ocasin le dijo al amo de casa Tardn: - Eres menos que un grano de mijo! Evidentemente ste se ofendi y le respondi que: -ste grano de mijo te va a construir un rbol delante de tu casa que no te dejar ver el sol!

    De este modo, al poco tiempo cumpli su palabra y levant la Torre del Tardn delante de Casa Rins, y todava hoy se recuerda aquel hecho en la localidad mirando ambas construcciones desde la parte alta de la poblacin.

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  • La Campana de Huesca

    Hoy en da, realizando una visita guiada por la ciudad de Huesca se nos muestra un stano de lo que fuera el Palacio Real, donde se supone que acaecieron los hechos relatados en la leyenda de la Campana de Huesca.

    Siendo rey Ramiro II "El Monje", los nobles y potentados de su reino no le eran del todo fieles y no tenan gran confianza en su gobierno. El monarca preocupado ante esta situacin decidi consultar al abad de su antiguo monasterio para ver cmo resolver el problema. ste, prcticamente sin palabras, le mostr como cortaba en su huerto las coles que destacaban excesivamente sobre las dems. As, Ramiro II sac sus propias conclusiones.

    Convoc en 1136 a los nobles a Cortes en Huesca para comunicarles que iba a hacer una fabulosa campana que se oyera en todo el reino. Y ciertamente son en todos los sitios, ya que conforme los nobles llegaban a su palacio los fue decapitando uno a uno, para despus colgar sus cabezas en un stano de la residencia real.

    La imagen de esta masacre es estremecedora y por supuesto inventada, aunque est contrastado histricamente que en una ocasin se sublevaron ante su poder siete aristcratas y, el rey, por muy monje y cristiano que era, no dud un instante en mandarlos ejecutar.

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  • El Santo Grial de San Juan de la Pea

    Entre los muchos atractivos de este monasterio medieval como es su importante patrimonio artstico, su dilatada historia y el enclave natural en el que se encuentra, tambin se cuenta que este cenobio fue durante siglos el refugio para el Santo Grial, una de las reliquias ms veneradas de la Cristiandad.

    Dentro de toda la tradicin cristiana una de las reliquias ms veneradas ha sido el Santo Grial, el cliz empleado por Jesucristo para celebrar la Eucarista en su ltima Cena con los Apstoles. Tanto es as que diversas copas han sido reverenciadas como el Santo Grial. Sin embargo, la que parece ms posible que lo fuera, o al menos no existen argumentos cientficos que lo puedan negar, es el Santo Grial que se conserva en la Catedral de Valencia.

    El Santo Cliz lleg a Valencia en el ao 1437, tras una breve estancia en Barcelona, pero antes se haba custodiado durante casi once siglos en la provincia de Huesca, adonde lleg procedente de Roma debido a la mediacin de San Lorenzo.

    El dicono oscense, residente en Roma, ante el peligro que acechaba a los cristianos por la enfervorecida persecucin llevada a cabo por el emperador Valeriano, decidi enviar el Santo Grial a su tierra natal, y ah, en la ciudad de Huesca, se conserv desde mediados del siglo III hasta el ao 713. En ese momento, la invasin musulmana estaba llegando a su mxima expansin en Espaa, por lo que el Obispo oscense de la poca se refugi en las montaas pirenaicas, llevndose consigo distintas reliquias, entre ellas el Grial. De este modo y finalmente la reliquia lleg al Monasterio de San Juan de la Pea, donde permaneci hasta comienzos del siglo XV, siendo reverenciado durante todo ese tiempo por los reyes aragoneses y todo el pueblo en general.

    Realmente no se puede asegurar que aquella copa fuera el cliz usado por Jess, sin embargo los estudios arqueolgicos realizados sobre la copa conservada en Valencia atestiguan la antigedad de la misma, ya que si bien todos los adornos de joyas y partes como el pie inferior son aadidos hechos en la Edad Media, la copa en s se trata de una realizacin datada entre el siglo IV a.C y I d.C, ejecutada en Egipto o en Siria, lo cual podra coincidir con el vaso que usara Jess. Adems, la calidad y valor de los adornos medievales nos dicen que durante mucho tiempo fue tenida como una obra reverenciada y muy valiosa; es decir, la tradicin de que se trataba del Santo Grial vena de muy antiguo.

    En definitiva, los datos histricos y las certificaciones arqueolgicas se mezclan con las dudas y lo legendario, todo ello para concebir una de las tradiciones de mayor calado en Aragn: la presencia durante siglos del Santo Grial de Cristo en el Monasterio de San Juan de la Pea.

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  • Leyenda del Monte Perdido

    Todas las montaas de cierta altura tienen su propia leyenda, pero alguna como el caso de Monte Perdido posee varias, ya que su forma y su simbolismo han sido durante siglos motivo de

    inspiracin para los habitantes de esta zona de Sobrarbe.

    El Monte Perdido, la tercera cumbre de la cordillera pirenaica con 3.355 metros, es escenario de diversas leyendas. Entre ellas, quizs la ms bonita sea la que alude a un Palacio Mgico que existe en su cima.

    Este maravilloso Palacio fue construido en el origen de los tiempos por el mtico Encantador de las Cumbres, Atland, el cual hechiz la construccin para que no pudiera entrar cualquiera. Protegido por murallas y torreones de materiales pulidos, en su interior se cobija una vasta extensin de jardines y prados que evocan el mismsimo paraso terrenal. Pero, como ya se ha dicho, el Palacio permanece hechizado y tan slo es posible entrar en l a lomos de un caballo volador.

    La belleza de esta leyenda no tiene nada que ver con la realidad, y basta con subir hasta la cima para comprobarlo, sin embargo conocerla proporciona un valor aadido a la ascensin.

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  • Las Tres Sorores

    Se conoce como Tres Sorores a tres de las ms bellas montaas del Sobrarbe todas ellas en la parte ms alta del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido . Estas montaas son el propio Monte Perdido , el Cilindro de Marbor y el Pico Aisclo.

    Esta leyenda relata el origen de tres montaas pirenaicas, y sita este origen en los primeros siglos de nuestra Era, lo cual lgicamente es imposible.

    Segn esto, tres hermanas cristianas habitaban alegremente en su poblado preparando el matrimonio con tres mozos del mismo pueblo, contando para ello con el beneplcito y el orgullo de su padre. Sin embargo, lleg la invasin goda a la aldea y la devastaron llevndose a los hombres como prisioneros, mientras que las mujeres huyeron a los bosques y tan slo regresaron una vez acabada la refriega.

    Al volver, las tres hermanas vieron que ni sus novios ni sus padres estaban ah, pero en cambio encontraron herido a uno de los godos al que ayudaron a curarse con la promesa de que ste les ayudara a recuperar a sus seres queridos presos.

    Evidentemente, el godo las enga y una vez en su campamento les dijo que el padre y los tres pretendientes haban renegado del cristianismo y se haban casado con mujeres godas, cuando en realidad haban sido asesinados al intentar huir.

    Descorazonadas, decidieron no regresar a su aldea y se casaron con tres godos. Aquel hecho hizo que se les apareciera el espectro de su padre para recriminarles sus actos y su conversin al arrianismo.

    Las tres hermanas, avergonzadas huyeron a las montaas a vivir en soledad, pero hasta ah les sigui el espectro, que con toda su ira activ un vendaval que las mat y las cubri de nieve y piedra dando as origen y forma a las montaas de Monte Perdido, el Cilindro de Marbor y el Soum de Ramond o Pico de Aisclo.

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  • El Dolmen de la Losa Mora

    La Sierra de Guara debido al aspecto fantasmagrico de muchos de sus paisajes es un territorio ideal para imaginar hechos legendarios. De todos ellos, hay uno donde la naturaleza e historia se alan para ser el escenario de una aparicin extraordinaria, es el Dolmen de la Losa Mora.

    Entre las abandonadas aldeas de Otn y Nasarre, cerca de Rodellar y dirigindonos al conocido barranco de Mascn llegaremos a contemplar la gran piedra prehistrica que es el Dolmen de la Losa Mora. Observando su tamao y su ubicacin solitaria en el paisaje es fcil comprender que las gentes del lugar imaginaran fantasas para explicarse cmo pudo surgir semejante mole en ese enclave.

    De ah que apareciera la remota leyenda que dice que por esas tierras pas una hilandera con su rueca y una gran piedra sobre la cabeza, y que cuando lleg al lugar donde est el dolmen dej la piedra en posicin horizontal sobre otras dos que ah estaban clavadas en el suelo.

    Para comprender esta leyenda hay que saber que la figura de una hilandera es una especie de hada en las mitologas remotas, que representa la vida y la muerte, ya que mientras ella hila con su rueca est viva, pero cuando se le acaba el hilo se muere, y en ese caso deja la piedra que lleva cargada sobre la cabeza para hacer su propia tumba.

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  • La Cueva del Caco

    El Moncayo y sus inmediaciones es otro de los territorios de Aragn donde se sitan muchas leyendas tradicionales. Muchos seres mitolgicos han habitado en esta montaa, y uno de ellos fue el gigante Caco.

    En las cercanas del pueblo de Los Fayos se refugi, en una de sus huidas, el mtico gigante Caco, habitando en una cueva donde guardaba todos los objetos que robaba. Con l viva una hermana gemela suya, con el mismo tamao y la misma fuerza.

    Muy cerca de Los Fayos, en Agreda, en la provincia de Soria, habitaba otro gigante, Pierres, el cual quera conocer a Caco. As que se dirigi a Los Fayos a verlo. Pero antes se encontr a su hermana labrando un campo, y cuando le pregunt dnde estaba Caco, sta le indic la cueva, levantando el arado y la yunta en el aire. De este modo lleg a la cueva y ambos gigantes tuvieron un encuentro cordial, regado con enormes cantidades de vino.

    Despus se fueron a cazar al Moncayo. Pierres desgarr fcilmente a un len y Caco a una vaca. Una vez satisfechos de la cacera se encaminaron hacia Tarazona y de camino se encontraron con un tercer gigante, Sansn, que como no llevaba presa alguna decidi arrancar una carrasca de cuajo y echrsela al hombro.

    De esta manera aparecieron en Tarazona, donde aquel episodio con muchos ms detalles y personajes, como por ejemplo el mismsimo Hrcules, todava se recuerda en las pinturas que adornan la fachada de la Casa Consistorial.

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  • La Basa de la Mora

    En todo el Pirineo aragons son numerosos los ibones o lagos de alta montaa que han quedado como recuerdo del tiempo de los glaciares. Estos ibones son espacios agrestes de una belleza natural portentosa y por lo tanto lugares para la ensoacin que han

    hecho que se conciban muchas leyendas, como en el caso de la Basa de la Mora o Ibn de Plan.

    Subir caminando desde Plan hasta el ibn del mismo nombre supone una excursin fabulosa, especialmente en sus tramos finales cuando ya se empieza a ver dicho ibn. Pero subir el da de San Juan y pasar la noche arriba, puede proporcionar un espectculo realmente excepcional, o al menos eso nos cuenta una leyenda local.

    Segn sta, en la noche de San Juan emerge sobre las aguas del ibn la figura de una mora que comienza a bailar al mismo tiempo que se mueven serpientes enroscadas por su cuerpo adornado con brillantes joyas.

    Cmo lleg esta mora hasta este lugar?

    Se supone que es el espritu de una mujer musulmana que se perdi en estas montaas huyendo de las violentas luchas entre moros y cristianos y su espectro qued preso en este ibn, aunque no todo el mundo lo puede ver. nicamente las personas buenas y sin pecados disfrutan con esta visin, cuya creencia es tal que incluso da nombre al ibn, ya que en la zona se le conoce como Basa de la Mora.

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  • La Aparecida

    Esta leyenda alude a la propia construccin del monasterio cisterciense de Veruela en Vera del Moncayo. Evidentemente estos hechos no pueden contrastarse histricamente, sin embargo la existencia de ste origen legendario aporta un atractivo ms al monumento.

    El mejor cronista de las leyendas que rodean las poblaciones del Moncayo ha sido el poeta Gustavo Adolfo Bcquer. l nos relat la leyenda de La Aparecida segn la cual Don Pedro de Atars cansado de tanta lucha contra el infiel se retir a su castillo en Borja para dedicarse a una de sus pasiones favoritas: la caza.

    Una tarde estando por las faldas del Moncayo oscureci sin que l hubiera obtenido pieza alguna.

    De pronto vio una cierva y comenz la persecucin sin darse cuenta de que se quedaba slo. Ya metido en pleno bosque se inici una fuerte tormenta y l pidi clemencia al cielo para que la Virgen Mara se apiadara de l. Milagrosamente sus plegarias fueron escuchadas y se le apareci la Virgen rodeada de un haz de luz sealndole el camino de regreso pero, a cambio, le pidi que levantara un templo en su honor, y as fue como Don Pedro de Atars inici las obras para la fundacin del Monasterio de Veruela.

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  • La Victoria del Conde Aznar

    Esta leyenda rememora la reconquista cristiana de Jaca en el siglo VIII en la que la poblacin se enfrent a un gran ejrcito musulmn encabezado por cuatro reyes moros. Aquella victoria tuvo una trascendencia muy importante en la historia aragonesa, tanto es as que en el actual escudo de Aragn uno de los cuarteles lo ocupan las cabezas de esos cuatro reyes vencidos.

    Tras la reconquista cristiana de Jaca, comandada por el Conde Aznar en el ao 758, los musulmanes decidieron recuperar esa plaza y sitiaron la ciudad con un ejrcito que superaba los 90.000 hombres. Los cristianos, ante esa amenaza, en vez de esperar

    decidieron salir a combatir, pero antes el conde y sus capitanes se reunieron a orar ante la imagen de la Virgen que salvaguardaban en la capilla del castillo.

    As atacaron una noche de tormenta el campamento musulmn cogindoles a traicin, pero no acabaron con ellos y en poco tiempo

    volvieron al asedio de Jaca.

    De esta manera se reanud el combate, una lucha cruenta en la que cada poco tiempo se vea cruzar entre los hombres una mujer coronada con un vestido blanqusimo y un nio en brazos, lo que los cristianos interpretaron como que la Virgen estaba con ellos. Al mismo tiempo en Jaca, la poblacin que se haba quedado en la ciudad fue a rezar ante la imagen de la Virgen y vieron alarmados como haba desaparecido. Entonces se vieron obligados, nios, ancianos y mujeres a acudir en ayuda de los hombres. Ya amaneciendo vieron sobre una loma las tropas cristianas con la imagen de la Virgen, que en realidad era la misma que la mujer que haba cruzado el campo de batalla.

    Aquella victoria sobre los musulmanes se festej aquel ao con gran alegra, y en la actualidad los jaqueses siguen celebrando una fiesta en conmemoracin de aquel triunfo cristiano.

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  • La Leyenda del Aneto

    La cima ms alta de la cordillera pirenaica, con 3.404 metros en el Valle de Benasque, tambin tiene sus propias leyendas respecto a la formacin de su cumbre en el enfrentamiento entre el gigante Aneto y el mtico Atland.

    Atland es un misterioso personaje descendiente de los mticos atlantes que sostenan el mundo. Nuestro Atland fue un personaje con una apariencia humana relativamente familiar, ya que era como un viejo barbado cuyo poder radicaba en que poda hechizar las montaas, de hecho tambin se le conoce como el Encantador de las Cumbres. Pero Atland fue asesinado de un flechazo por el gigante Aneto.

    Ante este asesinato el cielo, para vengarse, envi un rayo contra Aneto y lo sepult, a lo que sigui un terremoto que hizo desaparecer su cuerpo y al mismo tiempo surgi la montaa que en la actualidad sigue llevando su nombre.

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  • Las Brujas de Tella

    El pueblo oscense de Tella es uno de los lugares aragoneses preferidos por las brujas para celebrar sus macabros aquelarres y hechizos, e incluso sus actuales habitantes muestran toda la relacin entre Tella y las brujas en un museo dedicado a ellas.

    Se han recogido diversas historias relacionadas con la habitual presencia de brujas en Tella, y hasta se tiene constancia de la Danza das Bruxas que todava se baila en la poblacin. Pero de todos los episodios se puede encontrar uno protagonizado por un brujo.

    Se cuenta que en una ocasin la poblacin de Tella le pidi ayuda a un brujo porque una tormenta haba provocado desprendimientos y se haba cerrado el camino de acceso al pueblo. El brujo se ofreci a ayudarles, no slo eso, dijo que poda mover la gran piedra cada l slo pero que nadie le deba mirar mientras lo haca. Y adems como recompensa los vecinos tenan que comprometerse a no llamarle nunca para realizar los trabajos comunales del pueblo.

    Una vez aceptadas las condiciones, el brujo en un momento apart la piedra y no slo eso, sino que la desplaz y la encaj en la ladera de arriba para que no volviera a ocurrir que cayera.

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  • La Ta Casca de Trasmoz

    Gustavo Adolfo Bcquer, en una de sus narraciones, cuenta lo que le sucedi un da en el que, paseando por los bellos parajes cercanos al Monasterio de Veruela, qued desorientado en el camino que transcurre entre Litago y Trasmoz.

    Al rato de ir deambulando por la zona top con un pastor que le advirti para que no tomara la senda de "La ta Casca".

    "En ella fue despeada la seora en cuestin, y al ser rechazada por Dios y por el Diablo, su alma vaga por ese camino y, mediante engaosos sonidos, unas veces con lloros de nio otras con gruidos de lobo, atrae a los ingenuos caminantes para, con su seca mano, despearlos por el barranco"- le relat el hombre.

    La leyenda cuenta que la ta Casca era muy conocida en Trasmoz. Fue acusada de ser la ejecutora de males de ojo y todos los hechizos imaginables por los vecinos del lugar, quienes la persiguieron hasta el precipicio en cuestin y, a pesar de los ruegos y splicas de la anciana, fue arrojada al arroyo donde muri.

    En realidad este personaje existi, y fue despeada el ao 1850, segn se narra en los peridicos de la poca, ya que se le presuma practicante de las malas artes de la brujera, tan arraigadas en estas tierras.

  • Los Corporales de Daroca

    Corra el siglo XIII durante la reconquista de Valencia por Jaime I, cuando las tropas aragonesas libraron una dura batalla en la que finalmente consiguieron la victoria.

    El ejercito moro se preparaba para atacar el castillo de Chio, una de las fortalezas conquistada por los cristianos en la batalla.

    Se produjo una alarma de ataque enemigo y las tropas cristianas, enteradas de la maniobra, decidieron celebrar una misa en la que comulgaran los seis capitanes en representacin de todas las tropas.

    Mientras se celebraba la eucarista se produjo el ataque enemigo y el sacerdote celebrante, que era Mosn Mateo Martnez y natural de Daroca, hubo de suspender la celebracin y decidi introducir las seis Formas en los

    Corporales y esconderlos en lugar seguro.

    Una vez que los cristianos obtuvieron la victoria en la localidad valenciana de Luchente, el sacerdote volvi al lugar para recuperar las formas y not con estupor que las seis hostias haban sangrado quedando grabadas en la blanca tela que las envolva.

    Cuando el ejrcito sarraceno volvi a atacar, el sacerdote enarbol los Corporales como bandera y persigui a los

    moros hasta el lugar donde se edific el convento de Corpus Christi.

    Posteriormente surgi una disputa entre los mandos de los ejrcitos cristianos para decidir en qu lugar seran guardados los Corporales. Al no llegar a ningn acuerdo, se opt por introducir las reliquias en una pequea arca de plata y depositarlas en los lomos de una mula que nunca hubiera estado por esas tierras.

    La mula sigui su camino hasta Daroca, haciendo odos sordos a las viandas que le eran ofrecidas en las diferentes localidades por las que pasaba, hasta que el da 7 de marzo del ao 1239 el animal cay muerto en la ciudad, como se encarga de recordar la lpida existente en la Iglesia de la Trinidad de Daroca.

    Como se puede observar, al igual que en otras leyendas, se entremezcla la historia con la tradicin siendo difcil delimitar dnde comienza una y dnde termina la otra.

  • La Morica encantada de Daroca

    A lo largo de la historia medieval aragonesa, una de sus principales ciudades fue Daroca. Gobernada durante siglos por los musulmanes, los populares moros, como en tantos otros sitios, la imaginacin de las gentes concibi

    leyendas para mostrar la maldad de los musulmanes, como en el caso de esta narracin popular.

    En el importantsimo patrimonio histrico - artstico de Daroca se descubren en cualquier lugar las huellas de su pasado musulmn, aunque muchos restos de aquella poca se han ido perdiendo con el paso del tiempo. Entre los restos perdidos, se encontraba el castillo donde se desarroll el episodio de la Morica encantada.

    Se cuenta que el rey moro Aben Gama hizo traer de Arabia a la bellsima Melilah para casarse con ella, e incluso le construy un fastuoso palacio. Pese a ello, la mujer nunca estuvo enamorada de su marido. Mientras tanto, el rey prosegua sus enfrentamientos con los cristianos y, en uno de estos altercados, captur al caballero cristiano Jaime Dez de Aux, que decidi que sera ejecutado.

    Sin embargo, en poco tiempo Melilah se enamor del caballero y lleg a proponerle ayuda para escapar, siempre y cuando se casara, despus, con ella. Evidentemente Jaime Dez acept. De esta manera, estando sitiada Daroca, la mora liber al caballero pero en la huda fue prendida por su marido, el cual orden matarla tirndola al pozo.

    De ah que se crea que todava todas las noches Melilah, la Morica encantada, recorre el pasillo subterrneo que une los restos del castillo con ese pozo.

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  • Leyenda de Pyrene

    Pyrene es la ninfa de la mitologa clsica de quin legendariamente procede el nombre del Pirineo, o los Pirineos.

    Esta leyenda trata de explicar cmo surgieron unas montaas que recibieron de los primitivos habitantes el culto correspondiente a un Dios.

    Cuenta la leyenda que el hroe Heracles vino a la Iberia, con el objetivo de robar los bueyes de Gerin,

    gigante monstruoso que trat de poseer a la ninfa Pyrene. Pero sta huy y se escondi en una zona entre Espaa y Francia. Gerin entonces incendi todo el lugar para encontrarla. Pyrene, a punto de abrasarse, grit desesperada y llor y sus lgrimas crearon los ibones. Heracles la oy y acudi en su auxilio. Cuando la encontr la ninfa estaba ya moribunda y slo tuvo tiempo de contar al hroe lo ocurrido.

    Heracles, conmovido por el trgico final de Pyrene, levant un mausoleo sobre su cuerpo muerto, amontonando todas las rocas y piedras que encontr, creando una gran cordillera que llam Pirineos en recuerdo de Pyrene.

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  • Leyenda de Formigal

    Segn cuenta la leyenda, en la montaa de Formigal habitaron las formigas /hormigas blancas que protegieron a la diosa Culibillas. Balaits acab con muchas de ellas haciendo aparecer as la nieve en Formigal.

    Cubilillas era hija de Anayet y de Arafita. En aquellas elevadas cimas donde apenas son capaces de sobrevivir algunos animales, habitaban unos insectos milenarios, las hormigas blancas, que haban elegido para vivir las laderas de Formigal.

    Cubilillas pasaba largos ratos junto a ellas, disfrutando de su amistad. Cerca de all, el gran Balaits observaba con placer a Culibillas y quiso hacerla su esposa. Pero Culibillas era inocente como una nia y sus juegos se limitaban a compartir risas y alegras con las hormigas blancas. Vindose desdeado una y otra vez, Balaits decidi secuestrar a su amada. Conocedoras las hormigas de las intenciones perversas de Balaits, abandonaron en tropel su segura morada de Formigal para proteger a su amiga. Cubrieron todo el inmenso cuerpo de la diosa y la ocultaron as de la vista de Balaits, quien abandon su propsito, no sin antes aplastar en su furia a miles y miles de hormigas blancas. A partir de este momento la cima de Formigal qued cubierta de nieve.

    Culibillas, en agradecimiento, clav un pual en su pecho para cobijar en su interior a las hormigas que sobrevivieron a la ira de Balaits. A este agujero se le llama an hoy el Forato de Pea Forata, y est junto a Sallent de Gllego. Dicen que si uno acerca el odo a l podr escuchar las rtmicas palpitaciones del generoso corazn de Culibillas.

    El mito de Formigal, cuyo nombre proviene de la palabra formiga, hormiga en aragons, probablemente trata de dar una explicacin legendaria a la aparicin de la nieve, un manto formado por miradas de hormigas blancas.

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  • El puente de Olvena

    Es habitual que al circular por la carretera que asciende a Graus y al valle de Benasque, veamos en uno de sus tramos ms angostos varios vehculos aparcados en la cuneta. Sus propietarios seguramente han parado para contemplar un paraje realmente bello dominado por la roca y el curso del ro sera al fondo, e incluso algunos de ellos se habrn atrevido a escalar por los paredones rocosos que flanquean el cauce. Nos encontramos en el conocido como el Congosto de Olvena que se convierte en la entrada o salida, segn nuestra direccin, de la Comarca de Ribagorza.

    El topnimo de este enclave natural se debe a la cercana poblacin de Olvena, situada en la orilla contraria al discurrir de la carretera. De hecho, la localidad siempre ha estado en la ribera opuesta al camino. Por ello, ya hace muchos siglos, en la Edad Media, sus habitantes debieron construir un puente para vadear las aguas del sera y salvar los murallones por los que discurre encajado. An hoy podemos observar ese puente de piedra que casi milagrosamente permanece en pie, aunque por l ya no se circula.

    La espectacularidad del paisaje y la destacada presencia de este puente inspiraron un origen legendario, ya que no se crea que pudiera haber sido construido por el hombre.

    As, segn esta leyenda, es obra del diablo, que sin duda no lo construy para hacer el bien, sino engaado. En concreto se relata que le enga una bella muchacha del lugar, la cual, harta de tener que cruzar el ro como todos sus vecinos, ofreci su alma al diablo a cambio de que ste construyera un puente con la nica condicin de que el demonio lo tena que hacer a lo largo de una sola noche. Satans acept el trato y quedaron en que si l edificaba el puente antes de que cantara el gallo, la muchacha le entregara su alma. Sin embargo, la chica le enga ya que pese a que las artimaas del diablo hicieron que el puente se alzara en tan solo una noche, ella poco antes del amanecer hizo que cantara el gallo, sin que el demonio hubiera puesto las ltimas piedras, aunque el puente ya era practicable (de hecho, hoy an se mantiene en pie).

    Esta leyenda nos la pueden contar en muchos otros lugares de Aragn casi con el mismo argumento pero cambiando el escenario, sin embargo uno de los lugares donde ms fcil es evocarla es en el Congosto de Olvena, donde incluso la sealizacin vial indica la presencia de "Puente del Diablo".

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  • La Cueva de las Gixas de Villana de Jaca

    Bajo el macizo de Collarada, en el municipio oscense de Villana de Jaca, se encuentran las grutas de Las Gixas o "casa de las brujas". La existencia de estas cavidades se remonta a la ltima era glaciar, hace 25.000 o 30.000 aos. Desde entonces, el agua, gota a gota, ha creado uno de los paisajes espeleolgicos ms bellos del Pirineo Aragons donde las estalactitas y estalagmitas florecen a lo largo de sus 800 metros de recorrido.

    Segn se avanza hacia el interior la cueva va ganado altura, sonidos y formas, hasta llegar a la "catedral". En esta sala la altura alcanza los 16 metros y las formaciones ptreas se manifiestan en todas sus variantes. Columnas que unen suelo y techo, cortinas que dejan entrever a los primeros murcilagos que se asoman curiosos ante los extraos, y figuras con formas familiares que despiertan la imaginacin de los visitantes.

    La gruta de las Gixas, debe su nombre a un agujero que ilumina una de las salas que la componen. Cuenta la leyenda que aqu, bajo esta "chimenea", las brujas hacan aquelarres e imploraban al demonio. Se supone que ste era un espacio donde encontraban las condiciones perfectas para realizar sus ritos y ver a travs de la "chimenea" la luna y las estrellas, elementos imprescindibles en sus ceremonias.

    Pero las bruxas (brujas en aragons) no fueron los nicos habitantes de esta cueva sino que, hace ya 10.000 aos, los hombres del Neoltico vivan en estas salas, las mismas que sirvieron de guarida y almacn a muchos hombres que lucharon durante las guerras Carlistas y en la Guerra Civil.

    No todas las reuniones brujeriles eran iguales. Haba encuentros de dos tipos que se llamaban Esbat o Sabbat. Los primeros eran de importancia menor, ms habituales, y podan realizarse en mayor nmero de sitios: encrucijadas de caminos, bosques, ruinas o incluso casas. Los Sabbat, sin embargo, se reservaban para das especiales como la Noche de Difuntos o la de San Juan, y los lugares elegidos estaban cargados de energa y misterio. Esos sitios reservados para los grandes aquelarres solan ser o los prados situados sobre las cimas de las montaas o las inmensas cuevas que existen en el interior de esas mismas montaas, sin olvidar otros lugares de ambiente encantado como algunos famosos castillos deshabitados. De hecho, tanto los legajos de la Inquisicin como la tradicin popular, sealan muchos lugares donde las bruxas celebraban sus reuniones o chuntas en Aragn.

    La Cueva de As Guixas, se abre al lado de un dolmen, dato importante pues relaciona de alguna manera los ritos atribuidos a las brujas con la antigua religin de los pueblos megalticos y, en definitiva, relaciona el mundo de los vivos y el culto a los muertos.

    Las bruxas que se dirigan volando a sus lugares de reunin se encontraban en un punto concreto pasada la hora mgica de la medianoche. All todas juntas rendan culto al diaple o diablo, que se presentaba como buco (macho cabro), como hombre oscuro montado en un buco o en un caballo negro, con perro, o en la figura humana con partes de animal como patas de cabra, cuernos, orejas de carnero... As, con todos estos datos y el espacio subterrneo de la Cueva de las Guixas de Villana, nos podemos imaginar las fantasmagricas escenas que legendariamente han tenido lugar en esta famosa gruta.

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  • Leyenda de San Jorge

    San Jorge naci segn cuenta la tradicin en el ao 270 en Capadocia, siendo hijo de padres nobles y ricos. Mrtir cristiano cuyo vaco biogrfico ha sido llenado con diversas historias y leyendas que lo presentan como un militar que despus de confesar su fe cristiana, sufri las mayores torturas y propici sonadas conversiones.

    A fines del primer milenio, se forj la leyenda de su lucha contra un terrible dragn para liberar una bella princesa o doncella. Su culto se extendi rpidamente por el mundo cristiano y su fiesta litrgica se ha celebrado siempre el 23 de abril, tanto en los calendarios orientales como en el romano y en el hispano-mozrabe.

    En Aragn la devocin a San Jorge, presentado como ideal del caballero cristiano, adquiri especial relevancia a partir del siglo XII, gracias a las rdenes militares, a los relatos de los cruzados y sobre todo, a la casa real aragonesa.

    Su figura se relacion con la batalla de Alcoraz (Huesca) de 1096, en el curso de la cual habra ayudado al ejrcito del rey Pedro I. Batalla rodeada de leyenda que relata cmo las tropas moras, situadas en Huesca, buscaron el socorro del rey de Zaragoza Almozaben, que acudi al sitio con innumerables tropas. Al campamento cristiano

    acudi toda la nobleza montaesa con sus huestes, pero era inmensamente mayor el ejrcito musulmn. Apareci entonces San Jorge luciendo cruz roja en pecho y escudo y trayendo un caballero con l con las mismas cruces. Comenzada la batalla, todos quedaron admirados por su valor, siendo la victoria para los cristianos.

    En vano buscaron al caballero annimo, San Jorge, para darle las gracias, pues haba desaparecido como haba llegado. Encontraron a su acompaante que cont que estando en Antioqua en la guerra de las cruzadas de Oriente, mataron a su caballo y al encontrarse en el suelo, lanz el grito de guerra "San Jorge, a ellos! Y cuenta la leyenda que inmediatamente vio a su lado a un joven caballero que lo mont a la grupa de su caballo y volando por los aires lo transport desde Tierra Santa a Aragn, a los llanos de Alcoraz, en auxilio de los cristianos de Huesca, contribuyendo a su victoria sobre los moros.

    El jinete era San Jorge, y en el lugar de la batalla levantaron una ermita en su honor. Su cruz roja en campo blanco fue la seal de Aragn y puede afirmarse que San Jorge ha sido formalmente patrono de Aragn desde la Edad Media.

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  • Teruel. Ciudad del Toro y la Estrella

    El toro y la estrella son un emblema muy antiguo apareciendo ya en monedas de varias ciudades espaolas acuadas en poca romana.

    La tradicin cuenta que en el siglo XII, durante la Reconquista, el rey Alfonso II tras tomar varias plazas importantes, sigui por la ribera del Martn y, al llegar a lo que ahora es Teruel, parti a su ejrcito para enfrentarse a rebeldes en las montaas de Prades, quedando el resto de sus

    guerreros en las llanuras de Cella con rdenes de permanecer a la defensiva. En este punto es donde se confunden historia y leyenda pues los guerreros desobedecieron las rdenes del rey y siguieron a un toro bravo al que le iba siguiendo una estrella desde el firmamento, pues lo haban visto en sueos premonitorios. Seal que, segn ellos, marcaba el sitio donde establecer una nueva poblacin. As tomaron la fortaleza de Teruel plantando su estandarte en la plaza conquistada.

    Este hecho se encuentra representado en uno de los cuatro cuarteles del escudo de Teruel, con un toro que lleva encima una estrella.

    Por otra parte, segn la etimologa de Teruel, el antiguo Turba o Turbana proviene de dos palabras hebreas, "thor" y "bat", que significan "lugar del toro".

    Segn otros autores, la fundacin de la ciudad de Teruel se atribuye a los fenicios que, remontando el cauce del ro Turia en busca de un lugar para establecerse, encontraron al fin una buena tierra con mucho ganado, levantando all un pueblo y dando el nombre a dicho ro de Turriar o Turia, debido a la abundancia de toros que haba y aplicando el nombre tambin a la poblacin.

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  • Santuario de Guayente

    En pleno valle de Benasque en la zona central de la cordillera pirenaica, rodeado de un entorno natural magnfico, se encuentra el Santuario de Nuestra Seora de Guayente, un lugar muy tranquilo que invita a la oracin y al recogimiento.

    Las construcciones que forman el actual Santuario se componen de dos partes principales, la iglesia y la residencia prioral. La iglesia, de planta regular, contiene ocho altares. Entre ellos sobresale el mayor que es un hermoso retablo renacentista con diez tablas de la vida de la Santsima Virgen en relieve de madera policromada. El cuadro del centro corresponde a la estatua de la Virgen de Guayente, la cual se puede llegar a adorar por su camarn, abierto detrs del altar mayor y con escalera por la sacrista. Su origen segn cuenta la leyenda se remonta al siglo XI, cuando al seor de Castaer, Hernando de Azcn, al pasar de Benasque a su palacio de Liri se le apareci la Santsima Virgen en el paraje conocido como Roques Trencadas. Construy all una ermita en honor de la Seora aadiendo alguna hacienda para sustentar al que cuidase de su culto. Todos los de esta noble casa de los Azcones, celaron desde entonces el culto de Nuestra Seora, heredando con la Barona de Castaer el devoto fervor de D. Hernando.

    Hallndose D. Francisco de Azcn, caballero de la Orden de Malta, en la batalla de Lepanto, invoc a Nuestra Seora de Guayente y logr victorioso apresar una galera de turcos. Vino despus a dar las gracias a la Seora y le ofreci por trofeo de su victoria una bandera ganada a los contrarios, que an hoy se ve all pendiente de los muros de la iglesia.

    A fines del siglo XIII, don Pedro Azcn, descendiente del fundador, don Hernando, paseaba por Guayente. Era manifiesto que la humildad y pequeas dimensiones de la ermita no correspondan ni a la afluencia ni al fervor de los devotos. Haba que construir una iglesia y en el momento que conceba esa idea, vio un gran resplandor y oy una dulcsima msica, lo que interpret como aprobacin de su pensar.

    En la ermita estaba don Pedro otro da, embargado por esta idea, cuando vio entrar a dos hombres jvenes. La uncin con que hicieron sus oraciones y el aire de distincin y de bondad que tenan, llev a don Pedro a entrar en conversacin y, en el curso de ella, a comunicarles su proyecto. Los jvenes hablaron con gran conocimiento de los problemas que podra presentar la construccin de la iglesia. Don Pedro comprendi que difcilmente encontrara gente ms capacitada y, entrando en confianza, les propuso encargarse de la obra. Los jvenes aceptaron.

    Fue la admiracin de todos la facilidad con que los trabajos adelantaban como si seres misteriosos los prosiguiesen durante la noche. Terminada la obra, los jvenes no admitieron remuneracin alguna alegando que haban trabajado en honor de la Virgen, y desaparecieron sin saber cmo.

    Ello confirm la sospecha que, en el curso de las obras, haba concebido don Pedro, eran enviados de Dios, por intercesin de la Virgen. As fue creado, segn la leyenda, el santuario llamado de la Santa Madre de Guayente.

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  • La Muerte de Roland

    Cuenta la leyenda que el famoso Roland fue llamado as porque al nacer cay rodando al suelo (rouland). Era hijo de la princesa Berta, hermana de Carlomagno, y del duque de Angers.

    Roland vivi su infancia en parajes campestres de Italia y Francia, en contacto abierto con la Naturaleza. Pasados los aos, se convirti en uno de los ms famosos caballeros de la poca por su destreza, su porte arrogante y su extraordinaria bravura.

    Con su to Carlomagno, march un da al histrico combate que haba de dar lugar a la derrota de Roncesvalles en la que el emperador, viendo prxima la derrota y su ejrcito desvencijado, huy por los montes. Roland, como un cadver ms, qued all, abandonado y herido, sepultado por el cuerpo inerte de su caballo.

    Cuando volvi en s y comprendi su precaria situacin, se levant con un sobrehumano esfuerzo apartando a su montura con ayuda de su poderosa espada Durandarte y apoyndose sobre una roca. Dicen que todava pueden verse las huellas de sus dedos sobre la piedra como testimonio de su descomunal fortaleza.

    Roland contempl unos momentos el terrible panorama y trat de orientarse para buscar el camino a Francia; pero tuvo que hacerlo con cautela porque el enemigo estaba al acecho. Despus de dos das y dos noches de grandes penalidades, trepando y escondindose entre los riscos, Roland consigui llegar hasta el valle de Ordesa.

    Una vez all, slo tena que trepar por las empinadas montaas que cerraban el valle. Pero el enemigo estaba cerca; ya poda escuchar el rumor de las tropas que lo perseguan y notar el aliento de los perros que olfateaban su rastro. No obstante, al ver que la noche se acercaba, hizo un esfuerzo ms y logr llegar ante el ltimo repecho de la montaa.

    Cuando ya estaba a punto de lograrlo apareci la jaura de perros que le haba estado rastreando. Con su espada Durandarte logr darles muerte sin problemas pero sus fuerzas se debilitaron an ms. Mir hacia abajo y vio las tropas que con paso rpido ya lo haban localizado e iban a por l. Comprendi que no podra hacer frente a la tropa que le persegua y, realizando un ltimo alarde, lanz su espada Durandarte al otro lado de la montaa para hacer llegar un ltimo saludo de despedida de su patria; pero no lo logr y la espada resbal por la ladera de nuevo hasta sus manos.

    Hasta tres veces lo intent con el mismo resultado. Sabindose muerto, con un esfuerzo sobrehumano, Roland lanz su espada por ltima vez con tal violencia que la espada golpe la montaa y la parti, dejando una brecha abierta. As Roland pudo ver por ltima vez su pas.

    Sus perseguidores lo encontraron muerto en este histrico lugar hoy dentro del Parque Nacioanl de Ordesa y Monte Perdido y conocido desde entonces como la Brecha de Roland.