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Primera edición: noviembre de 2017

D.R. © Suprema Corte de Justicia de la NaciónAvenida José María Pino Suárez núm. 2Colonia Centro, Delegación CuauhtémocC.P. 06065, Ciudad de México, México.

Prohibida su reproducción total o parcial por cualquier medio sin autorización escrita de los titulares de los derechos.

El contenido de esta obra es responsabilidad exclusiva de los autores y no representa en forma alguna la opinión institucional de la Supema Corte de Justicia de la Nación.

Impreso en MéxicoPrinted in Mexico

Esta obra estuvo a cargo de la Dirección General de Relaciones Institucionales de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

La edición y el diseño estuvieron al cuidado de la Coordinación de Compilación y Sistematización de Tesis de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Sistema Bibliotecario de la Suprema Corte de Justicia de la NaciónCatalogación

POQ010.113C373c2017

Cátedra de Derechos Humanos : Suprema Corte de Justicia de la Nación : ediciones 2015-2016 y 2016-2017 / [esta obra estuvo a cargo de la Dirección General de Relaciones Institucionales de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ; presentación Ministro Luis María Aguilar Morales]. -- Primera edición. -- Ciudad de México, México : Suprema Corte de Justicia de la Nación ; Barcelona, España : Universitat Pompeu Fabra, 2017.x, 560 páginas ; 23 cm.

Contenido: Parte I. Los derechos humanos en el derecho constitucional y el derecho internacional: los retos de la interpretación conforme: El control de convencionalidad y la evolución de la protección judicial en la Suprema Corte de Justicia de la Nación / Juan N. Silva Meza. -- Criterios relevantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación emitidos durante 2015 / Alberto G. Pérez Dayán. -- Principio de interpretación conforme, su incorporación expresa al texto constitucional, con motivo de la reforma constitucional en materia de derechos humanos y su aplicación práctica / Alberto Pérez Canales, Jorge Jannu Lizárraga Delgado. -- Interpretación conforme de normas penales / Jorge Vázquez Aguilera. -- Interpretación evolutiva de la Constitución: estudio comparado de impugnación del reconocimiento legislativo del matrimonio entre personas del mismo sexo / María Vianney Amezcua Salazar, Héctor Orduña Sosa. -- Teoría y práctica de la interpretación conforme: un análisis comparativo / Natalia Reyes Heroles Scharrer, Carlos Javier Castaños Villaseñor. -- El Estado mexicano frente a los derechos humanos. Reflexiones en torno al deber de ejercicio del control difuso por parte de los jueces / Guadalupe Margarita Ortiz Blanco. -- El diálogo jurisprudencial horizontal en la construcción de estándares regionales para la protección de derechos fundamentales / Jerónimo Díaz Rebolledo. -- El convenio de Roma y su interpretación por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos / Alejandro Saiz Arnaiz. -- Parte II. La garantía judicial de los derechos económicos, sociales y culturales: Avances jurisprudenciales en la Suprema Corte de Justicia de la Nación en materia de derechos económicos, sociales y culturales / Alberto G. Pérez Dayán. -- Derecho del consumidor a la información en productos alimenticios / María Cristina Martín Escobar. -- Breve análisis de las medidas tutelares y la justiciabilidad de los derechos económicos, sociales y culturales / Irma Gómez Rodríguez, Genaro Ramírez Pérez. -- Derecho humano al agua y al saneamiento. Su justiciabilidad a nivel internacional y en México / Jonathan Bass Herrera. -- La garantía judicial de los derechos económicos, sociales y culturales / Mireya Meléndez Almaraz. – Salud con calidad: la implementación de políticas públicas como herramienta para tutelar efectivamente los derechos económicos, sociales y culturales de las personas / Ursula Vianey Gómez Pérez -- Los derechos sociales y la tejedora de sueños / Itziar Gómez Fernández. -- Los Tribunales Constitucionales ante la crisis del Euro; los casos español y portugués / Maribel González Pascual. -- El recurso de amparo como mecanismo de tutela de los derechos fundamentales en España / Pablo Pérez Tremps. -- La interacción entre los Tribunales que garantizan derechos humanos: razones para el diálogo / Alejandro Saiz Arnaiz

1. Derechos Humanos – Interpretación constitucional – Ensayos – México 2. Protección de los Derechos Humanos – Interpretación conforme 3. Derecho Internacional – Normas constitucionales I. México. Suprema Corte de Justicia de la Nación. Dirección General de Relaciones Institucionales II. Aguilar Morales, Luis María, 1949- , escritor de prólogoLC KGF3003

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Suprema Corte de Justicia de la NaciónCátedra de Derechos Humanos

Ediciones 2015-2016 y 2016-2017

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SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN

Ministro Luis María Aguilar Morales Presidente

Primera SalaMinistra Norma Lucía Piña Hernández

Presidenta

Ministro José Ramón Cossío DíazMinistro Alfredo Gutiérrez Ortiz MenaMinistro Jorge Mario Pardo RebolledoMinistro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea

Segunda SalaMinistro Eduardo Medina Mora Icaza

Presidente

Ministro José Fernando Franco González SalasMinistro Javier Laynez Potisek

Ministra Margarita Beatriz Luna RamosMinistro Alberto Pérez Dayán

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V

Contenido

Presentación ............................................................................... IX

PARTE ILos derechos humanos en el derecho constitucional y el derecho

internacional: los retos de la interpretación conforme

El control de convencionalidad y la evolución de la protección judicial en la Suprema Corte de Justicia de la Nación

Juan N. Silva Meza ................................................................... 3

Criterios relevantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación emitidos durante 2015

Alberto G. Pérez Dayán ............................................................ 19

Principio de interpretación conforme, su incorporación expresa al texto constitucional, con motivo de la reforma constitucional en materia de derechos humanos y su aplicación práctica

Alberto Pérez Canales Jorge Jannu Lizárraga Delgado .................................................. 47

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CÁTEDRA DE DERECHOS HUMANOS...

VI

Interpretación conforme de normas penales

Jorge Vázquez Aguilera ............................................................. 89

Interpretación evolutiva de la Constitución: estudio

comparado de impugnación del reconocimiento legislativo

del matrimonio entre personas del mismo sexo

María Vianney Amezcua Salazar

Héctor Orduña Sosa .................................................................. 113

Teoría y práctica de la interpretación conforme:

un análisis comparativo

Natalia Reyes Heroles Scharrer

Carlos Javier Castaños Villaseñor ............................................. 141

El Estado mexicano frente a los derechos humanos.

Reflexiones en torno al deber de ejercicio del control difuso

por parte de los jueces

Guadalupe Margarita Ortiz Blanco ........................................... 161

El diálogo jurisprudencial horizontal en la construcción

de estándares regionales para la protección de derechos

fundamentales

Jerónimo Díaz Rebolledo ........................................................... 191

El convenio de Roma y su interpretación por el

Tribunal Europeo de Derechos Humanos

Alejandro Saiz Arnaiz .............................................................. 209

PARTE IILa garantía judicial de los derechos económicos,

sociales y culturales

Avances jurisprudenciales en la Suprema Corte de Justicia

de la Nación en materia de derechos económicos,

sociales y culturales

Alberto G. Pérez Dayán ............................................................ 261

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CONTENIDO

VII

Derecho del consumidor a la información en productos alimenticios

María Cristina Martín Escobar ................................................. 287

Breve análisis de las medidas tutelares y la justiciabilidad de los derechos economicos, sociales y culturales

Irma Gómez Rodríguez Genaro Ramírez Pérez .............................................................. 307

Derecho humano al agua y al saneamiento. Su justiciabilidad a nivel internacional y en México

Jonathan Bass Herrera .............................................................. 343

La garantía judicial de los derechos económicos sociales y culturales

Mireya Meléndez Almaraz ........................................................ 371

Salud con calidad: La implementación de políticas públicas como herramienta para tutelar efectivamente los derechos económicos, sociales y culturales de las personas

Ursula Vianey Gómez Pérez ...................................................... 407

Los derechos sociales y la tejedora de sueñosItziar Gómez Fernández ............................................................ 427

Los Tribunales Constitucionales ante la crisis del Euro; los casos español y portugués

Maribel González Pascual ......................................................... 473

El recurso de amparo como mecanismo de tutela de los derechos fundamentales en España

Pablo Pérez Tremps ................................................................... 499

La interacción entre los tribunales que garantizan derechos humanos: razones para el diálogo.................................

Alejandro Saiz Arnaiz .............................................................. 539

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IX

Presentación

En reconocimiento a la labor jurisprudencial desarrollada

por la Suprema Corte en la protección de derechos fun­

damentales, la Universidad Pompeu Fabra, con sede en la ciudad

de Barcelona, España, y el Alto Tribunal mexicano, crearon en

2015 la Cátedra de Derechos Humanos Suprema Corte de Justicia de la

Nación. A través de la Cátedra, ambas instituciones han moti vado

el conocimiento de la comunidad jurídica sobre la actividad que

realiza la Suprema Corte de México en la promoción, el res peto,

la protección y garantía de los derechos humanos en el país.

Por medio de cursos de capacitación dirigidos a Secretarios de

Estu dio y Cuenta de la Suprema Corte, Conferencias Magistrales

im partidas por Ministros del Alto Tribunal en la Universidad

Pompeu Fabra y conferencias dictadas en México por profesores

e inves tigadores de esta casa de estudios, la Cátedra ha ofrecido

un importante espacio para la reflexión y el análisis sobre temas

de actualidad en el derecho constitucional y convencional. Criterios

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CÁTEDRA DE DERECHOS HUMANOS...

X

relevantes emitidos por las Salas y el Pleno de la Suprema Corte,

así como visiones novedosas sobre el papel de la justicia constitu ­

cional en la defensa de derechos fundamentales y en la promoción

de valores sociales como el bienestar y la igualdad, han sido

compartidos con estudiantes, profesores y servidores públicos en

el seno de esta iniciativa.

La presente obra reúne los trabajos elaborados por Ministros de la

Suprema Corte de Justicia de la Nación, profesores de la Univer­

sidad Pompeu Fabra y Secretarios de Estudio y Cuenta del Alto

Tribunal, con motivo de las primeras dos ediciones de la Cátedra,

celebradas en los ciclos 2015­2016 y 2016­2017, bajo los temas

"Los derechos humanos en el derecho constitucional y el derecho

internacional: los retos de la interpretación conforme" y "La garan­

tía judicial de los derechos económicos, sociales y culturales",

respectivamente. Los textos incluidos en esta publicación avanzan

en la discusión pública sobre la trascendencia de las decisiones

judiciales en las sociedades modernas, así como su impacto en la

consolidación del régimen democrático y en la preservación de

las libertades y los derechos ciudadanos.

Con la edición de la obra y la realización de la Cátedra de Derechos

Humanos Suprema Corte de Justicia de la Nación, el Alto Tribunal

continúa con su labor de divulgación de la cultura jurídica y man ­

tiene su compromiso con la difusión del conocimiento sobre su

actividad jurisdiccional.

Ministro Luis María Aguilar Morales

Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación

y del Consejo de la Judicatura Federal

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Los derechos humanos en el

derecho constitucional

y el derecho internacional: los

retos de la interpretación

conforme

Parte I

EDICIÓN 2015-2016

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El control de convencionalidad y la evolución de la protección judicial en la Suprema Corte de Justicia de la Nación

JUAN N. SILVA MEZA*

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* Ministro en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

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5Fue a partir de la muy importante reforma constitu cional

de junio de 2011, donde se replanteó el régimen mexicano

de protección de derechos, que la Suprema Corte de mi país se ha

dado a la tarea de dialogar con el sistema interamericano, aunque

también con otros tribunales nacionales, sobre pro blemas que nos

son comunes.

Este diálogo parte del entendimiento generado por la lingua franca

que hoy representa la exigencia de protección y promoción de los

derechos humanos, de todas las personas, sin importar su nacio ­

nalidad, su origen étnico, su condición socio­económica, su edad,

su género.

Más allá de la tradición jurídica y la ubicación geográfica de cada

uno de nuestros tribunales, el lenguaje de los derechos humanos

devela una verdad común: que los problemas y retos que enfrenta

un juzgador, al realizar su trabajo, son universales.

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EL CONTROL DE CONVENCIONALIDAD...

6

Quienes integramos este gremio, nos damos cuenta que en

cualquier país del mundo, la función judicial representa el último

bastión de defensa de las personas; la mejor garantía de paz,

civilidad y armonía entre los pueblos. Así lo exige nuestra Consti­

tución nacional y así lo señalan los tratados internacionales en

materia de Derechos Humanos que han sido ratificados por nues­

tro Estado y que por ello, nos obligan.

Debemos dialogar, es cierto, pero para ello necesitamos generar

las condiciones para que ese diálogo no se convierta en monólogo,

en donde cada juez del sistema, pretenda defender "su" verdad, y

donde se desprecien los contenidos de la ley y la Constitución.

Por eso, la relevancia de ejercer los controles de constitucionali­

dad y convencionalidad con la mayor responsabilidad entre los

juzgadores.

No es casualidad que las nuevas generaciones de jueces exigen

más y mejor información; más y mejores herramientas; más y

mejor orientación jurisprudencial por parte de las instancias

superiores. Es con ese propósito que las iniciativas como la impul­

sada por la Universidad Pompeu Fabra al establecer la Cátedra

de Derechos Humanos Suprema Corte de Justicia de la Nación,

cobran verdadero significado.

En este artículo recupero la conferencia impartida en el marco de

la Cátedra mencionada, haciendo un recuento de la evolución

del sistema jurisdiccional mexicano, para entender que la actual

Revolución de los Derechos Humanos en México, se remonta un

siglo y medio atrás, y que hacia adelante, anuncia un proceso

de adaptación que apenas empieza.

A pesar de que el espíritu de la Revolución mexicana plasmó en

la Constitución de 1917 la primera manifestación de los derechos

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JUAN N. SILVA MEZA

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sociales en el mundo (contemporáneos a los del texto constitucio­

nal votado en Weimar o incluso coincidentes con el tono de algunas

de las reivindicaciones de la Revolución de octubre en Rusia), el

sistema jurídico mexicano tuvo que esperar muchos años de ajus­

tes, antes de llevar al aparato judicial a la eficiencia en el sistema

de los derechos humanos.

Y aunque en México existían procedimientos de protección judi­

cial, antes que en muchos otros países, la conquista de los dere­

chos fundamentales se ha debido enfrentar a múltiples desafíos:

pues, por todos es sabido que un cambio de mentalidad no se da

de la noche a la mañana.

En ese contexto, debemos recordar que en 1841, se creó un recurso

procesal de excepción, cuyo objetivo era la protección individual.

Fue implantado por primera vez en la Constitución del estado

de Yucatán, a propuesta de Manuel Crescencio Rejón, con el fin de

controlar por vía jurisdiccional los excesos del poder, pudiendo

el individuo anteponer este recurso (llamado "amparo") contra

actos invasivos a los derechos individuales y contra defectos de

constitucionalidad de las leyes en vigor.

Cuando el amparo fue retomado en la legislación federal en 1847,

por influencia de Ignacio Vallarta y Mariano Otero, dicho recurso

procesal quedaría instaurado para analizar situaciones de excep­

ción que debían ser corregidas por el poder judicial.

Las primeras peticiones de amparo coincidieron con la ocupación

de las tropas norteamericanas en territorio mexicano, entre sep­

tiembre de 1847 y febrero de 1848. Y para muestra de una norma­

lización del recurso entre ciudadanos comunes, se tiene registro

de una de las primeras sentencias de amparo, contra disposicio­

nes que privaban del empleo de Comandante de Escuadrón, a

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Darío Servín de la Mora, dado de baja en el ejército, del 4 de

agosto de 1848.

Si bien este juicio de amparo había sido concebido como parte de

las competencias de jueces federales de primera instancia, muy

pronto su utilización saldría del marco de un procedimiento de

excepción para convertirse en un medio utilizado cotidianamen­

te por los ciudadanos. Las decisiones tomadas por los poderes

políticos se enfrentaban así al arbitraje (no político sino constitu­

cional), emitido por un poder judicial, que acaso podría adquirir

una notoriedad desmedida, al volverse capaz de anular cualquier

tipo de decisión pública.

Sobre este particular, se pueden consultar los archivos históricos

que resguarda la Suprema Corte Mexicana, esto es, expedientes

judiciales que muestran el uso cotidiano que adquirió este proce­

dimiento contencioso entre personas comunes, como medio para

eludir la arbitrariedad de las decisiones de Gobierno de todo tipo.

También, sobre este punto, en octubre de 2015 los comités de

UNESCO reunidos en Abu Dabi, determinaron incluir como patri-

monio universal de la humanidad el fondo documental del am­

paro mexicano, resguardado por la Suprema Corte, en la medida

que el amparo quedó inscrito en la Declaración Universal de los

Derechos Humanos de 1948.

Pues bien, así transcurrieron la segunda mitad de los siglos XIX y

primera del XX. Tiempos en los que la Suprema Corte jugaría

finalmente un papel cada vez más importante en la toma de

decisiones fundamentales del País.

La transformación radical que colocó al Poder Judicial en el vér­

tice de las decisiones políticas más importantes del país, inició

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hace exactamente veinte años, cuando el establecimiento de un

Estado de Derecho parecía la condición fundamental para el

desarrollo económico de los años venideros. Desde diciembre de

1994, unos días después de asumir la Presidencia de la República,

Ernesto Zedillo impulsó una reforma constitucional relativa al

sistema de tribunales federales y a la Suprema Corte, como una

de las primeras medidas legislativas de su gobierno.

Fue un momento crítico del desarrollo institucional de la Suprema

Corte; una verdadera revolución judicial que pondría a prueba la

madurez institucional del tribunal. Se redujo el número de inte­

grantes de la Corte (pasando de 26 a 11 ministros). Y sin embargo,

la transición se completó sin sobresaltos.

A partir de ese momento, las competencias contenciosas del tri­

bunal fueron ampliadas considerablemente, con la presencia de

nuevos procedimientos jurisdiccionales y actores facultados para

iniciar recursos ante ella, tales como los municipios, los repre­

sentantes del ombudsman o las dirigencias de los partidos políti­

cos nacionales, quienes estarían legitimados para plantear litigios

en la Suprema Corte y ventilar con ello conflictos jurisdiccionales

frente a los demás poderes del Estado.

De esta forma, la jurisprudencia reciente de la Suprema Corte

en materia de distribución de competencias entre órganos se ha

normalizado, y ha servido para hacer posible la entrada en vigor

de medidas gubernamentales promovidas a nivel federal en lo

que respecta a la delimitación de competencias entre la Fede­

ración y las de los Estados, por ejemplo, para deslin dar la per­

secución del tráfico de drogas en pequeña cantidad, anteriormente

exclusiva de las autoridades federales. La noción de autoridades

de proximidad, podría finalmente convertirse en una decisión

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10

revestida de fuerza, gracias al soporte de autorida des policiacas e investigadoras subnacionales.1

Sin embargo, este impulso del contencioso constitucional en su parte competencial, tiende a dejar de ser la única vía por la cual se puede poner en duda el ejercicio de una competencia. Aquello podría significar que la mencionada "revolución" de la justicia constitucional mexicana ha encontrado, en el justiciable, un im­pulso que hacía falta para completar el modelo de defensa de la Constitución en México.

ß

Ahora bien, la reforma de junio de 2011, que introdujo en el Título Primero de la Constitución la mención a "los derechos humanos y sus garantías" deja atrás la antigua mención a las "garantías individuales". La transformación parece implicar una calidad adi­cional, militante a favor de un ámbito de actuación que tiende a ampliarse, como lo veremos enseguida.

Este reposicionamiento ha involucrado la voluntad manifiesta del Tribunal Constitucional Mexicano; lo anterior, como com­plemento de la reforma al art. 1o. constitucional. En este sen­tido, interpretaciones que se produjeron en épocas cercanas a la reforma de 2011 fueron útiles para reconocer, por primera vez, la existencia de intereses difusos, con lo cual se ha podido am­pliar el ámbito de protección jurídica que tradicionalmente se había otorgado al individuo a través del amparo.

En función de una nueva concepción de los derechos difusos, se pueden corregir afectaciones abstractas a la sociedad. Refiero por

1 Acciones de Inconstitucionalidad 20 y 21/2010, "Competencia de las legislaturas locales", y "entrada en vigor de penas locales en materia de narcomenudeo", ambas del 21 de junio de 2011.

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ejemplo al caso de Tulum­Tancah, un sitio arqueológico de la cul­

tura Maya, en el municipio de Tulum, Estado de Quintana Roo,

que se declaró potencialmente afectado por la urbanización de

espacios turísticos en la zona aledaña a la mencionada reserva

ecológica.2

Un argumento similar fue empleado para dar tratamiento a la

afectación potencial que puede producir el humo de tabaco,

de tal suerte que una restricción legal implantada para limitar

su consu mo en espacios públicos, debe entenderse conforme

a la Cons ti tución. Del mismo modo, otra decisión declaró válido

el establecimiento de espacios confinados para fumadores.3

Aunado a los aspectos anteriores, la reforma constitucional in­

corporó al nuevo texto del artículo 1o. constitucional, por un lado,

el ejercicio de la "interpretación conforme", que para algunos

presenta un esbozo de bloque de constitucionalidad, formado por

la Constitución y los tratados, que a partir de este momento se

vuelven referente vinculante para todos los juzgadores del país.

Y, por otro lado, se incorporaron en la reforma los principios de

universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad, a la

luz de los cuales se deben interpretar estos derechos por parte

de todos los operadores jurídicos del país. Derivado de estas dos

cues tiones es que estamos empezando a hablar en México del

efecto útil del Derecho Internacional de los Derechos Humanos.

2 Controversia Constitucional 72/2008, "Parque Nacional Tulum, zona ecológica pro­tegida" y la Zona de Monumentos Arqueológicos Tulum­Tancah del 12 de mayo de 2011.

3 Amparos en Revisión 96, 97, 160, 123, 234 y 340/2009, "Ley de Protección a la Salud de los No­Fumadores en el Distrito Federal" y "La Ley para el Funcionamiento de Esta­blecimientos Mercantiles del Distrito Federal" del 15 de marzo de 2011; en el caso de la hipótesis contraria, véase el Amparo en Revisión 2/2012 "Constitucional establecer en lugares públicos o privados, zonas exclusivas para fumadores" del 29 de febrero de 2012.

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Por virtud de los ajustes en nuestro método de interpretación,

aunado a la inserción de estos principios, el ámbito protector del

juicio de amparo ha quedado inscrito en un plano internacional

de protección, aunque potenciando también su ámbito interno,

en la medida que el justiciable puede ya invocar tales principios

y hacerlos exigibles por esta vía procesal que le es conocida y

confiable, como lo es a través del amparo.

Sin duda, la apertura del ordenamiento constitucional al derecho

internacional de los derechos humanos, se ha visto también favo­

recida por lo resuelto en el expediente Varios 912/2010, formado

con motivo del cumplimiento que el poder judicial debía dar a la

sentencia citada al principio de este reporte sobre el caso Radilla

Pacheco vs México, emitida por la Corte Interamericana de Derechos

Humanos.

De este precedente, que puede considerarse un parteaguas en la

justicia constitucional mexicana, cabe destacar que a partir de

esta resolución se ha incorporado la obligación para todo órgano

judicial de llevar a cabo un control difuso, en términos de la Corte

IDH, de constitucionalidad y de convencionalidad.4

Con ello, cada juzgado y tribunal del país se ha convertido en

garante de los derechos de las personas, bajo el entendido de que

el marco normativo de origen interno debe ser contrastado con el

marco normativo de origen internacional —constituido no sola­

4 Contradicciones de tesis 434/2011, "Contra la omisión del Ministerio Público de pro­curar la conciliación en la averiguación previa, procede el juicio de Amparo Indirecto" del 07 de marzo de 2012; 393/2010 "Ofendido o víctima del delito puede acudir al jui­cio de Amparo Indirecto con el carácter de tercero perjudicado cuando el acto reclamado sea una orden de aprehensión o un auto de formal prisión" del 23 de febrero de 2011; y 229/2011 "Víctima u ofendido del delito autorizado a promover juicio de Amparo Directo contra la absolución del inculpado" del 07 de diciembre de 2011.

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mente por los tratados internacionales específicos de la materia,

sino por toda norma sobre derechos humanos contenida en un

tratado internacional del que el Estado mexicano forme parte, así

como de las interpretaciones que a sus textos se den en las sen­

tencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, para

el ámbito regional.

También se debe mencionar que el proceso legislativo que dio

lugar a la multicitada reforma constitucional refiere a una deci­

sión fundamental del legislador, que coloca a todas las auto­

ridades del país en la situación potencial de comprometer la

responsabilidad internacional del Estado mexicano en caso de que

sus actos atenten contra el catálogo de los derechos humanos.

Es pues, a partir de estas reformulaciones que la jurisprudencia

constitucional se ha pronunciado respecto de la responsabilidad

que debe ligar a las autoridades, por ejemplo, en materia de in­

vestigación de los delitos, determinando que el Ministerio Público

responde no solo frente a la víctima, sino también frente al ofen­

dido o afectado (pensemos en sus familiares) por sus acciones o

inacciones.

La victima u ofendido puede, desde ahora, presentar un recurso

contra la declaración de inocencia de una persona inculpada.5

Igualmente, sobre las condiciones del régimen penitenciario,

aspecto legislativo sobre el que nos pronunciamos en el Pleno

recientemente; la Suprema Corte se ha pronunciado, confir­

5 Contradicciones de Tesis 434/2011, "omisiones del ministerio público de proponer la conciliación en la etapa de la averiguación previa"; y 393/2010 "derecho de la víc­tima u ofendido de participar en el juicio de amparo en materia penal"; y 229/2011 "víctima u ofendido autorizado a promover un recurso contra la absolución del inculpado".

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mando el derecho de todo inculpado de compurgar la pena de

prisión en la ciudad más cercana a su domicilio.6

Pero sobre todo, vale la pena resaltar que la reforma del 2011,

ha logrado que el problema de la aplicación de los tratados en el

ámbito interno sea visto desde una perspectiva distinta, que segu­

ramente permitirá a los juzgadores del país terminar con añejas

discusiones que parecían girar en círculos desde hace varias déca­

das, y que difícilmente propiciaban soluciones definitivas.

Es en el contexto del cambio de mentalidades que la Suprema

Corte ha tenido la ocasión de revisar varios de los derechos de la

personalidad, o mejor dicho, del tradicional capítulo de las perso­

nas en derecho civil. Por vía jurisprudencial, se ha reconocido que

el derecho a no ser discriminado se traduce en el derecho de una

persona transexual a cambiar de nombre sin que quede apuntado

el hecho en el acta del registro civil.7 Otras decisiones relevantes,

como la que declara conforme a la Constitución federal la reforma

al Código Civil del Distrito Federal que reconoce los matrimonios

de personas del mismo sexo,8 o bien, el reconocimiento del dere­

cho que tiene una persona de reivindicar la paternidad de un hijo

de matrimonio, no obstante de no ser el marido,9 son muestra de

que la mayoría de los ministros que integramos este alto Tribunal

6 Acción de Inconstitucionalidad 20/2011, del 09 de enero de 2012 y el Amparo en Revisión 151/2011 del 12 de enero de 2012.

7 Amparo Directo 6/2008. 8 Acción de Inconstitucionalidad 2/2010 « Matrimonio entre personas del mismo

sexo y su derecho a la adopción de menores en el D.F. » del 16 de agosto de 2010; Con­troversia Constitucional 7/2010 « Reconocimiento del matrimonio celebrado en el DF entre personas del mismo sexo » del 23 de marzo de 2010, Amparo en Revisión 824/2011 « Derecho a una pensión no encuentra limitantes por razón de género » del 15 de febrero de 2012.

9 Contradicción de tesis 152/2011, "Legitimación del varón, que no es el marido, para controvertir la paternidad de un hijo nacido durante el matrimonio" del 23 de noviem­bre de 2011.

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JUAN N. SILVA MEZA

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empezamos a reconocer, al igual que en muchos otros países, que

la familia que creímos tradicional, conformada por la unión de un

hombre, una mujer y los hijos, ha dejado de ser un esquema inmu­

table. Llevando este razonamiento al plano de los derechos socia­

les, la SCJN reconoció el derecho de una pareja homosexual a

servicios de salud cuya atención había sido negada por el Instituto

Mexicano del Seguro Social.10

Finalmente, podríamos decir que parece que este diálogo jurispru­

dencial, en el que los tribunales de la región nos hemos inscrito,

se normaliza y adquiere un halo de absoluta normalidad.

Al referirse a mecanismos de reparación por violaciones a los

derechos humanos, la Primera Sala de nuestra Suprema Corte se

ha pronunciado sobre el establecimiento de un derecho funda­

mental a la reparación, que este mismo órgano hace derivar direc­

tamente del art. 63 de la Convención Americana sobre Derechos

Humanos; es entonces que antes inclusive que existiera una legis­

lación especial en la materia, las víctimas podían hacer uso del

amparo para defender estos derechos constitucionales.11

Pero la adopción de criterios también va de aquí para allá: los

criterios sentados por nuestra Suprema Corte empiezan a interac­

tuar con los de otras jurisdicciones. Hace algunos años, la justicia

civil de Chile había reconocido posibles afectaciones que podrían

sufrir las hijas de una mujer separada de su marido y posterior­

mente unida en un esquema de pareja homosexual estable, como

criterio para privarle de la tutela de sus hijas. Al llevar la cuestión

10 Amparo en revisión 86/2012, "Amparo contra la negativa del IMSS para asegurar a una pareja del mismo sexo" del 28 de marzo de 2012.

11 [Tesis 1a. CXCIV/2012 (10a.) y 1a. CXCV/2012 (10a.)]

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 15 22/11/17 2:28 p.m.

EL CONTROL DE CONVENCIONALIDAD...

16

al sistema interamericano, la Corte IDH determinó condenar al

Estado chileno.12

En su razonamiento, la Corte Interamericana citó expresamente

criterios construidos tanto a nivel del Tribunal Europeo de Dere­

chos Humanos, en la parte de los peritos que deben presentar

dictámenes ante un tribunal, y citó también criterios emitidos

por esta Suprema Corte de México respecto del derecho que se

reconoció en 2010 a las parejas homosexuales a adoptar menores

de edad, estimando que los estudios científicos que se conocen en

la actualidad no pueden justificar una afectación psicológica

en menores que estén bajo tutela de una pareja de personas del

mismo sexo, destacando que las condiciones de vida de cada fami­

lia deben evaluarse en lo particular y no desde un punto de vista

estadístico.13

Sin embargo, tampoco se deben echar las campanas al vuelo,

pues parte de las reformas constitucionales recientes y su im­

plementación siguen siendo controvertidas entre los operadores

jurídicos, debido a lo inhabitual de su uso entre juzgadores y a la

potencial dispersión de los criterios jurisprudenciales que podrían

generarse entre los 1,100 jueces y magistrados federales que exis­

ten, y en los cerca de 6,000 homólogos estaduales que pudieran

iniciarse en el control difuso de convencionalidad con criterios

cuyos lineamientos precisos no han sido definidos todavía.

Una solución ante esa dificultad fue prevista por la Suprema Corte

en la sentencia del caso Radilla,14 al afirmar que los parámetros

12 Caso Atala Riffo y Niñas vs. Chile, de 24 de febrero de 2012. 13 Acción de Inconstitucionalidad 2/2010 de 16 de agosto de 2010, párr. 338.14 Varios 912/2010, párrafo 36 y cuadro posterior.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 16 22/11/17 2:28 p.m.

JUAN N. SILVA MEZA

17

del control de convencionalidad se deben entender dentro del

sistema imperante de control constitucional. Es así como a partir

de este momento, el control difuso de convencionalidad se abre

también al de constitucionalidad.

Debo decir además que los esfuerzos por acercar la internaciona­

lización de los tribunales sobrepasa la mera actividad jurisdiccio­

nal, trasladándose también a los ámbitos administrativos, de los

servicios técnicos de los tribunales. Durante los cuatro años en

que presidí la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que culmi­

naron el último día de 2014, surgió la imperiosa necesidad de

fomentar el intercambio de información jurisprudencial. Junto

con la Corte Interamericana de Derechos Humanos, trabajamos

de la mano con su anterior Presidente, don Diego García Sayán,

y se creó un Buscador Jurídico Interamericano, que puede consul­

tarse en el sitio web de nuestro Alto Tribunal, que siendo accesible

de manera libre por cualquier interesado, al día de hoy se ha con­

vertido en una herramienta de uso cotidiano que contribuye a

mejorar el sistema de protección de los derechos de las personas

a nivel continental. Igualmente, México forma parte de la Comi­

sión de Venecia, asegurando cada trimestre el envío de criterios

relevantes en inglés y francés.

La posibilidad de dialogar con otros tribunales del mundo nos ha

empezado ya a abrir puertas y horizontes nuevos; oxigena y

refresca nuestras prácticas y esfuerzos comunes,  para encontrar

soluciones que en otras latitudes se han presentado frente a pro­

blemas que advertimos, de carácter universal. Los juzgadores nos

hemos dado cuenta que voltear a ver a otros tribunales también

genera una satisfacción, cuando en determinados momentos, no

solo somos inspirados por decisiones de otros tribunales, sino que

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 17 22/11/17 2:28 p.m.

EL CONTROL DE CONVENCIONALIDAD...

18

también nuestras decisiones, cuando interpretan de forma ade­

cuada los criterios de la normativa interamericana, también son

retomados para fundar otras sentencias. Esto es, que siempre

es satisfactorio pensar que el diálogo es de ida pero también de

vuelta.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 18 22/11/17 2:28 p.m.

Criterios relevantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación emitidos durante 2015

ALBERTO G. PÉREZ DAYÁN*

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 19 22/11/17 2:28 p.m.

* Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 20 22/11/17 2:28 p.m.

21Con motivo de la apertura de la Cátedra de Derechos Humanos

Suprema Corte de Justicia de la Nación en la prestigiada Uni­

versidad Pompeu Fabra, se me solicitó participar como conferen­

ciante magistral para exponer, ante la comunidad estudiantil, los

principales criterios emitidos por el Tribunal Constitucional mexi­

cano durante el año 2015. Sentencias relevantes en el ámbito de

los derechos humanos, así como en otras materias de interés

para el justiciable, han sido dictadas por una Suprema Corte de

Justicia cada vez más consciente de su misión constitucional y

de su función social dentro de un Estado Democrático de Derecho.

Derivado de esa conferencia magistral, y como parte de los traba­

jos comprometidos en el marco de la Cátedra establecida conjun­

tamente por la Universidad y la Suprema Corte de México, se ha

publicado la presente obra colectiva. En las siguientes páginas

recojo los criterios relevantes expuestos durante la conferencia,

con el ánimo de contribuir a la divulgación de la cultura jurídica,

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 21 22/11/17 2:28 p.m.

CRITERIOS RELEVANTES DE LA SCJN...

22

a la formación académica de los estudiantes y al conocimiento

sobre la actividad jurisdiccional desarrollada por el máximo tri­

bunal de mi país.

I. Derechos humanos

En este rubro, se determinó que de acuerdo con lo previsto en el

Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Cultura­

les, el derecho al nivel más alto de protección a la salud, conlleva

para el Estado mexicano dos obligaciones fundamentales. La pri­

mera estriba en adoptar las medidas necesarias, hasta el máximo

de los recursos de que disponga, para lograr progresivamente la

plena efectividad de ese derecho. La segunda obligación consiste

en implementar las condiciones necesarias que aseguren a las

per sonas el acceso oportuno a los servicios básicos de salud y que

el tratamiento de las enfermedades, afecciones y discapacidades

sea apropiado, a fin de evitarles mayores sufrimientos, lo que

implica contar con instalaciones, bienes y servicios de calidad,

que sean aceptables desde el punto de vista médico, científico y

cultural.

Asimismo, se estableció que para poder determinar si el derecho

al nivel más alto de protección de la salud ha sido violado, el juz­

gador está posibilitado para verificar que las autoridades hayan

empleado todos los recursos disponibles para lograr su plena

efec tividad, pues aun cuando en principio el Poder Judicial no

debe sustituirse en las funciones de los Poderes Ejecutivo y Legis­

lativo por cuanto hace a la elaboración de las políticas públicas

y la asignación de recursos, lo cierto es que la propia Constitución

General de la República exige que se contraste la actuación de los

órganos democráticos con los estándares contenidos en la propia

Constitución y en los Tratados Internacionales en materia de

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 22 22/11/17 2:28 p.m.

ALBERTO G. PÉREZ DAYÁN

23

derechos humanos de los que el Estado mexicano es parte y

que, desde luego, vinculan a todas autoridades.

Bajo esas premisas, al analizar el caso concreto, la Segunda Sala

concedió el amparo a los quejosos, en virtud de que las autori­

dades responsables no demostraron haber empleado todos los

recursos disponibles para brindarles un tratamiento médico apro­

piado a la enfermedad que padecen, no obstante haber recono­

cido que las instalaciones en donde se les presta el servicio

médico no cuentan con los estándares de calidad necesarios para

evitar riesgos de contagio que pueden poner en peligro su vida, e

incluso la del propio personal. Al efecto se precisó que correspon­

derá a las autoridades responsables establecer qué medida es la

más adecuada para lograr ese objetivo, esto es, mediante la remo­

delación del pabellón donde se les presta el servicio médico, o

bien mediante la construcción de uno nuevo, en la inteligencia de

que si estas dos opciones no son compatibles con las políticas

públicas implementadas en materia de salud, deberán realizar

las gestiones necesarias para que se les proporcione el tratamiento

apropiado en otra institución del sector salud.

El criterio en mención resulta de gran trascendencia para el orden

jurídico nacional, en tanto constituye un ejercicio de colaboración

armónica entre los poderes del Estado mexicano, ya que frente a

un acto inconstitucional, se procuró brindar pautas o lineamien­

tos que coadyuven a la implementación de políticas públicas

eficientes en el ámbito del derecho a la protección de la salud,

considerando desde luego que las necesidades sociales son infini­

tas y los recursos públicos son limitados.

En otro aspecto, atendiendo a lo previsto en el Convenio 169 de

la Organización Internacional del Trabajo y la Declaración de las

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 23 22/11/17 2:28 p.m.

CRITERIOS RELEVANTES DE LA SCJN...

24

Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, en

relación con el derecho de consulta a los pueblos y comunidades

indígenas que tutela el artículo 2 de la Constitución General de la

República, se precisó que su ejercicio corresponde exclusivamente

a las personas físicas que forman parte de una comunidad o un

grupo indígena, dado que tiene como como finalidad perpetuar

su identidad cultural, razón por la cual, las personas morales care­

cen de legitimación para impugnar la violación a ese derecho a

través del juicio de amparo.

En cuanto a su sentido y alcance, se determinó que el derecho de

consulta a los pueblos y comunidades indígenas constituye una

prerrogativa fundamental en tanto es necesaria para salvaguar­

dar la libre determinación de los pueblos, así como los demás

derechos culturales y patrimoniales que la Constitución y los tra­

tados internacionales les reconocen, permitiéndoles participar de

forma activa y constante en los asuntos políticos del Estado; sin

embargo, ello no significa que se les deba consultar siempre que

se vean involucrados en una decisión estatal, sino únicamente

cuando se pueda causar un impacto significativo en su entorno y

sus condiciones de vida, lo que deberá valorarse en cada caso,

tomando en cuenta que algunas situaciones que se han conside­

rado de impacto significativo para los grupos indígenas son, entre

otras, la pérdida de territorios, el desalojo de sus tierras, el ago­

tamiento de recursos necesarios para su subsistencia física y cul­

tural, y la destrucción y contaminación del ambiente tradicional.

Además, se estableció que el debido respeto a ese derecho precisa

que la consulta sea previa a la ejecución del acto, culturalmente

adecuada, informada y de buena fe, esto es, la consulta debe rea­

lizarse durante la fase de planificación del proyecto, a través de

medios e instrumentos idóneos para las comunidades indígenas,

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 24 22/11/17 2:28 p.m.

ALBERTO G. PÉREZ DAYÁN

25

de modo tal que la imposibilidad de acceso a las tecnologías de la

información no signifique un menoscabo al ejercicio de ese dere­

cho, debiendo proporcionar información clara y precisa sobre la

naturaleza y consecuencias del proyecto, sin que medie cualquier

tipo de coerción por parte del Estado o de particulares que actúen

con su autorización o aquiescencia.

Conforme a lo anterior, al resolver el caso concreto, la Segunda Sala

determinó que al otorgar el permiso para la liberación al ambien­

te de un organismo genéticamente modificado en áreas geográfi­

cas delimitadas en la Planicie Huasteca, la Península de Yucatán

y el Estado de Chiapas, las autoridades responsables violaron en

perjuicio de los quejosos su derecho a la consulta como miembros

de diversas comunidades indígenas, toda vez que la consulta

pública que se realizó durante el procedimiento respectivo, no es

culturalmente adecuada e informada, fundamentalmente, porque

se llevó a cabo a través de una página de internet, sin tomar en

cuenta las costumbres y tradiciones de las comunidades indíge­

nas afectadas y sin proporcionar información clara y precisa sobre

la naturaleza y los posibles riesgos del proyecto, con la respectiva

traducción en sus lenguas natales.

En consecuencia, se concedió el amparo para el efecto de que se

dejara insubsistente el permiso en comento, por lo que hace a los

territorios de los municipios de Yucatán y Campeche en donde se

encuentran asentadas las comunidades indígenas a las que per­

tenecen los quejosos, hasta en tanto las autoridades competentes

para ello, lleven a cabo la consulta respectiva conforme a los

lineamientos antes precisados. El criterio descrito es de especial

relevancia, en tanto permite instrumentar algunos de los meca­

nismos necesarios para garantizar los derechos fundamentales de

nuestros pueblos y comunidades indígenas.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 25 22/11/17 2:28 p.m.

CRITERIOS RELEVANTES DE LA SCJN...

26

En relación con el principio de interpretación más favorable a la

persona que consagra el artículo 1 constitucional, se precisó que

debe aplicarse cuando el operador jurídico advierte que el derecho

humano en análisis está tutelado en diversas normas generales o

en una sola que admite diversas interpretaciones, caso en el cual,

deberá elegir la que conceda la protección más amplia o sea

menos restrictiva, de lo que se sigue, que no es necesario que

exista un conflicto de normas ni que sean de la misma natura­

leza o que tengan la misma finalidad para que opere el aludido

principio.

En ese contexto, se consideró que lo determinado por el Tribunal

Pleno en el sentido de que las restricciones constitucionales preva­

lecen sobre cualquier norma convencional, no significa que deban

aplicarse indiscriminadamente, ya que atendiendo al principio

de interpretación más favorable a la persona, el intérprete cons­

titucional puede delimitar su alcance interrelacionándola con las

disposiciones que conforman el marco constitucional en el que

se encuentra inmerso, de modo tal que, sin vaciar de contenido la

disposición suprema, se privilegie la interpretación que implique

una menor restricción al derecho humano de que se trate.

Asimismo, se estableció que la restricción constitucional prevista

en el apartado B del artículo 123 constitucional relativa al derecho

a la estabilidad en el empleo, consistente en que los servidores

públicos de confianza, en ningún caso tendrán derecho a la reins­

talación, precisamente, es acorde con lo convenido por el Estado

mexicano en el Protocolo San Salvador y la Convención Ameri­

cana sobre Derechos Humanos, en el sentido de que se podrán

establecer limitaciones y restricciones al goce y ejercicio de los

derechos humanos por razones de seguridad e interés general y

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 26 22/11/17 2:28 p.m.

ALBERTO G. PÉREZ DAYÁN

27

las que resulten necesarias por las justas exigencias del bien

común, en una sociedad democrática.

Con base en las premisas antes señaladas, se estableció que, tra­

tándose de los servidores públicos de confianza que pertenecen

al sistema del servicio profesional de carrera en la administra­

ción pública federal, el derecho a la estabilidad en el empleo cobra

un especial significado, ya que al preverse que sólo podrán ser

removidos en los casos expresamente señalados en la ley, se garan­

tiza que no podrán ser destituidos bajo criterios subjetivos, dis­

crecionales o de índole político; sin embargo, ello no significa la

posibilidad de ser reinstalados en caso de despido injustificado,

pues además de que existe restricción constitucional expresa, el

legislador ordinario no previó esa posibilidad, sino únicamente

el derecho a recibir una indemnización la que, por asimilación, de

acuerdo con lo dispuesto en los aparatados A y B del artículo 123

constitucional y en la Ley Federal del Trabajo, comprende tres

meses de sueldo y veinte días de salario por cada año de servicios

prestados.

Lo así determinado por la Sala resulta de especial relevancia, ya

que para dotar de contenido a una previsión legal, se atendió a

los postulados constitucionales que rigen el derecho a la estabili­

dad en el empleo, privilegiando la interpretación que permitiera

una menor restricción a este derecho; esto es, ante la omisión del

legislador ordinario de precisar los conceptos que deben consi­

derarse para calcular el monto de la indemnización, se buscó que

ésta fuera susceptible de resarcir plenamente la afectación cau­

sada por un despido injustificado, considerando para ello que por

disposición constitucional no tienen derecho a la reinstalación

ni al pago de salarios caídos.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 27 22/11/17 2:28 p.m.

CRITERIOS RELEVANTES DE LA SCJN...

28

Por último, se destacó que la circunstancia de que los servidores

públicos de confianza de libre designación no gocen de las pre­

rrogativas antes señaladas, no implica una violación al derecho

humano de igualdad, ya que de acuerdo con la ley, las plazas que

pueden ocupar corresponden a los cargos de mayor jerarquía

dentro de la administración pública federal, lo que evidencia que

su designación atiende a razones de estricta confianza, por la

con fidencialidad, seguridad o alta especialidad requerida para

el desempeño de las funciones inherentes al cargo, de ahí que el

legislador haya decidido liberar a los titulares de los órganos

del Estado de la obligación de justificar la pérdida de la confianza.

II. Materia común

En relación con la jurisprudencia de la Suprema Corte, se estable­

ció que aun cuando comparte las características de abstracción,

generalidad e impersonalidad, propias de una "norma general", no

es susceptible de someterse a un control de regularidad constitu­

cional, al ser el resultado de la función interpretativa que ejercen

los órganos terminales normativamente habilitados para emitirla,

al resolver los asuntos de su legal competencia, cuyas decisiones

son definitivas e inatacables.

Aceptar que la jurisprudencia puede ser impugnada a través del

juicio de amparo, significaría desconocer la calidad de cosa juz­

gada de las resoluciones de donde emanan y la obligatoriedad de

su observancia, lo que cobra relevancia al tener en cuenta que

el Tribunal Pleno sostiene que la jurisprudencia emitida por la

Suprema Corte de Justicia no puede someterse a un control de

constitucionalidad o de convencionalidad ex oficio por órganos

jurisdiccionales de menor jerarquía, criterio que por identidad de

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 28 22/11/17 2:28 p.m.

ALBERTO G. PÉREZ DAYÁN

29

razón, es aplicable a la sustentada por lo Plenos de Circuito y los

Tribunales Colegiados de Circuito.

En consecuencia, se determinó que la garantía de irretroactivi­

dad de la ley prevista en el párrafo primero del artículo 14 cons­

titucional, no le es aplicable a la jurisprudencia, sin embargo, ello

no significa que se pueda aplicar retroactivamente en perjuicio

de las personas. Al respecto, se precisó que el principio de irretro­

actividad de la jurisprudencia que tutela el artículo 217 de la Ley

de Amparo, no impide que se aplique a los actos o hechos jurí­

dicos ocurridos con anterioridad a que cobre vigencia, excepto

cuando conlleve un efecto retroactivo en perjuicio de las perso­

nas, lo que necesariamente implica la preexistencia de un cri­

terio jurisprudencial que al ser modificado o sustituido por uno

nuevo, varía el entendimiento de la situación jurídica que define.

Ello, porque la retroactividad de la jurisprudencia sólo puede veri­

ficarse respecto de una jurisprudencia anterior que versa sobre el

mismo tema, modificando, superando o sustituyendo el criterio

relativo. Por tanto, lo que proscribe el principio de irretroactividad

de la jurisprudencia no es su aplicación retroactiva per se, sino

sólo aquella que afecta los derechos adquiridos o las situaciones

jurídicas definidas conforme a una jurisprudencia anterior.

Por último, se destacó que la aplicación de la jurisprudencia de la

Suprema Corte de Justicia es obligatoria a partir de su publica­

ción en el Semanario Judicial de la Federación, no obstante, si estando

pendiente de publicación, el operador jurídico advierte que se

contrapone a la emitida por algún Pleno de Circuito, formalmente

publicada, entonces deberá ponderar caso por caso su aplicación,

atendiendo a las particularidades del asunto y tomando en cuenta

que la jurisprudencia no tendrá efecto retroactivo en perjuicio de

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 29 22/11/17 2:28 p.m.

CRITERIOS RELEVANTES DE LA SCJN...

30

persona alguna, lo que implica que deberá justificar esta situa­

ción de manera razonable, consistente y uniforme, con la conse­

cuencia legal de que este ejercicio argumentativo, debidamente

justificado, en ningún caso implicará contravención al artículo

217 de la vigente Ley de Amparo.

III. Responsabilidad patrimonial del estado

Atendiendo a los principios indemnizatorios de la responsabili­

dad patrimonial del Estado, la Sala estableció que el daño moral

ocasionado por la falta de atención médica oportuna por parte de

las instituciones de seguridad social, es susceptible de ser reparado

mediante el pago de una indemnización. Al efecto precisó que,

por regla general, corresponde al particular demostrar el daño

moral que reclama a través de los medios de prueba que estime

conducentes, excepto cuando el daño ocasionado, dada su natu­

raleza trascendental en la integridad física o psíquica de la per­

sona, hace evidente el menoscabo a sus bienes extra­patrimoniales

o espirituales.

Además, señaló que la situación económica de la víctima sólo

se puede tomar en consideración para cuantificar el monto de la

indemnización, cuando el daño moral tenga consecuencias de

carácter patrimonial o material, toda vez que las aflicciones, las

humillaciones, el padecimiento o el dolor, son aspectos entera­

mente ajenos a la pobreza o riqueza de quien la resiente.

Por cuanto se refiere al procedimiento de responsabilidad patri­

monial del Estado instado con motivo de la deficiente prestación

del servicio médico por parte del Instituto de Seguridad y Servi­

cios Sociales de los Trabajadores del Estado, se determinó que la

reclamación con que inicia el procedimiento respectivo, debe tra­

mitarse conforme a lo previsto en la Ley Federal de Procedimiento

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 30 22/11/17 2:28 p.m.

ALBERTO G. PÉREZ DAYÁN

31

Administrativo, no así en términos de lo previsto en el Reglamento

de Quejas Médicas y Solicitudes de Reembolso del referido ins­

tituto, máxime que el procedimiento que ambos ordenamientos

prevén, son substancialmente diferentes.

Asimismo, se estableció que la circunstancia de que el artículo 24

de la Ley Federal de Responsabilidad Patrimonial del Estado no

contemple un recurso o medio de defensa ordinario para impug­

nar el desechamiento de una reclamación, no trasgrede los dere­

chos de audiencia y de acceso a la justicia, ya que en contra de esa

determinación resulta procedente el juicio de amparo indirecto;

sin que obste el hecho de que sea un medio extraordinario de

defensa, toda vez que los aludidos derechos fundamentales, se

respetan en la medida en que se consigne en un ordenamiento

general un recurso o medio de defensa en el que se conceda al

particular la oportunidad de defender sus derechos, lo que

de modo alguno implica que ello deba realizarse necesariamente

ante una instancia ordinaria.

IV. Competencia económica

De acuerdo con la Ley Federal de Competencia Económica, se

considera práctica monopólica absoluta el acuerdo entre agentes

económicos que compiten entre sí, que tenga por objeto o efecto

un resultado anticompetitivo, mediante el establecimiento, con­

certación o coordinación de posturas o su abstención en licita­

ciones, concursos, subastas o almonedas públicas.

Sobre el particular, la Sala precisó que una práctica monopólica

absoluta no se configura porque el monto de los precios oferta­

dos por los agentes económicos haya sido a la alza o la baja, sino

por la existencia de una concertación de acuerdos para fijar postu­

ras que tengan por objeto o efecto resultados anticompetitivos,

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 31 22/11/17 2:28 p.m.

CRITERIOS RELEVANTES DE LA SCJN...

32

con independencia del número de ocasiones en que ello ocurra o

de la continuidad de su realización, de ahí que no se requiera que

la conducta sea ininterrumpida para tenerla por actualizada, ya

que puede verificarse de manera constante e incuso por una sola

ocasión.

Asimismo, se estableció que algunas de las características que

pueden evidenciar la existencia de una práctica monopólica

absoluta son la similitud de los precios ofertados, ya sea para

ganar o perder; la entrada de nuevos competidores que refleje un

cambio drástico en la disminución en los precios ofertados; y la

existencia de un patrón de posturas ganadoras o perdedoras

en los procesos de licitación, o bien, de agentes económicos que

preponderantemente resultan ganadores con una notable dife­

rencia respecto de los restantes competidores, en la inteligen­

cia de que tales supuestos deberán acreditarse a través de los

medios de prueba que la autoridad obtenga en los procedimien­

tos respectivos.

Se destacó que este tipo de conductas anticompetitivas se carac­

terizan por la secrecía con que se llevan a cabo a fin de ocultarlas

y evitar dejar evidencia o vestigio de su existencia, motivo por el

cual es válido que la autoridad acuda a la integración de pruebas

indirectas o circunstanciales para tenerlas por demostradas, lo

que de modo alguno se opone al principio de presunción de ino­

cencia, dado que los sujetos investigados están en posibilidad de

desvirtuarlas al ejercer su derecho de audiencia.

En ese tenor, se consideró que el análisis económico que elabora

la Comisión Federal de Competencia Económica con base en

documentos e información de carácter económico, constituye

una prueba indirecta con la que válidamente se puede demostrar

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 32 22/11/17 2:28 p.m.

ALBERTO G. PÉREZ DAYÁN

33

la existencia de una práctica monopólica absoluta, toda vez que

de ese análisis se desprenden indicios que conducen a presuncio­

nes que, adminiculadas entre sí, permiten tener por acreditado el

comportamiento anticompetitivo concertado.

Lo así decidido por la Sala constituye un precedente de gran

trascendencia en el derecho procesal administrativo, ya que el

análisis económico constituye un método de averiguación, de bús­

queda de la verdad, siendo que en el procedimiento administrativo,

la materia de la prueba es de comprobación o demostración, pero

no de búsqueda. Esto es, al aceptarse que ante la complejidad

de los fenómenos económicos, es posible acudir a los medios de

prueba indirectos para acreditar la existencia de conductas anti­

competitivas, se modifica el sentido jurídico de la prueba en los

procedimientos relativos, con rasgos muy similares a lo que ocurre

en materia penal.

En otro aspecto, se determinó que la recta interpretación del ar­

tículo 28 constitucional permite establecer que toda práctica

monopólica daña a los consumidores o a la sociedad en general,

aunque no tenga por objeto o efecto un alza en los precios u obli­

gar a los consumidores a pagar precios exagerados, lo que se

explica al tener en cuenta que todo acto que impide la sana

com petencia y la libre concurrencia, afecta el eficiente funcio­

namiento de los mercados de bienes y servicios, impidiendo que

éstos se adquieran a su costo real.

En consecuencia, se determinó que la existencia de acuerdos entre

agentes competidores entre sí con el objeto de fijar o manipular

el precio de venta o compra de bienes y servicios, o el intercambio

de información con el mismo objeto o efecto, configura una prác­

tica monopólica absoluta en los términos de la ley relativa, con

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 33 22/11/17 2:28 p.m.

CRITERIOS RELEVANTES DE LA SCJN...

34

independencia de que los precios establecidos no sean a la alza o

exagerados, máxime que ello es acorde con lo previsto en el ar­

tículo 28 constitucional, en tanto lo que prohíbe es toda conducta

que constituya una ventaja indebida exclusiva a favor de una o

varias personas en perjuicio del público en general o de alguna

clase social.

Esto es, la concertación de un grupo de agentes económicos que

compiten entre sí para fijar el precio de venta o de compra de un

determinado bien o servicio, por sí, constituye una práctica

monopólica absoluta, incluso cuando el precio establecido sea

menor al que prevalece en el mercado, pues si bien ello puede

favorecer a un sector del público consumidor, lo cierto es que

impide la sana competencia y la libre concurrencia, al colocar en

una situación de desventaja al resto de los agentes económicos

que compiten en el mismo mercado.

V. Responsabilidad de servidores públicos

En esta materia se precisó que la pretensión del Estado al fin car

la responsabilidad respectiva puede ser punitiva o reipersecu­

toria y si bien ambas pretensiones pueden derivar de una misma

conducta infractora, lo cierto es que cada una da lugar a diversos

procedimientos que se rigen por sus propias reglas, cuya natura­

leza es distinta.

La punitiva tiene como fin sancionar al servidor público por in­

frac ción a las normas que rigen su actuación y se dirige exclusi­

vamente a su persona, por lo que no debe trascender a ninguna

otra, independientemente de su relación con el servidor público

infractor. En cambio, la reipersecutoria tiene por objeto resarcir el

daño patrimonial causado al Estado por un indebido ejercicio de

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 34 22/11/17 2:28 p.m.

ALBERTO G. PÉREZ DAYÁN

35

los recursos públicos y, en consecuencia, se dirige al patrimonio

del servidor público infractor.

En ese contexto, se arribó a la conclusión de que la indemniza­

ción que deriva de un procedimiento de responsabilidad resarci­

toria es imponible aun cuando el servidor público responsable

haya fallecido, dado que en este supuesto, la pretensión del Es­

tado no es castigar a la persona, sino resarcir los daños y perjui­

cios ocasionados a la hacienda pública que sean estimables en

dinero; de ahí que no tenga el carácter de sanción y, por tanto,

para su cuantificación no resultan aplicables las reglas previs­

tas para determinar el monto de las sanciones económicas que

derivan de un procedimiento de responsabilidad administrativa.

En concordancia con el principio de presunción de inocencia y el

derecho al mínimo vital, se estableció que la suspensión tem­

poral en el empleo y la retención de las percepciones del ser­

vidor público investigado, es una medida razonable dado que

tiene por objeto facilitar el curso del procedimiento de responsa­

bilidad administrativa, así como garantizar el adecuado desarrollo

de la función pública y es apta para ello; sin embargo es preciso

garantizar el derecho a un ingreso mínimo para la subsistencia

del presunto infractor, cuyo monto deberá ser equivalente al

30% de su ingreso real y nunca inferior al salario tabular más

bajo que se cubra en la institución en la que laboraba al decre­

tarse la suspensión, misma que deberá cubrirse hasta en tanto

se dicte la resolución respectiva.

VI. Procedimiento contencioso administrativo

Al tener en cuenta que el ejercicio del derecho de acceso a la

justicia está sujeto al cumplimiento de ciertos requisitos y presu­

puestos procesales, se determinó que la circunstancia de que el

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CRITERIOS RELEVANTES DE LA SCJN...

36

Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa deba declarar

la improcedencia del juicio ante su incompetencia para conocer

del asunto por razón de materia, en términos de lo previsto en la

Ley Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo, no

importa una violación a ese derecho, ya que el deber de presentar

la demanda ante autoridad competente, constituye una carga

pro cesal razonable que se justica en función de la correcta admi­

nistración de justicia.

También se precisó que el principio de retroactividad previsto en

el artículo 13 de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso

Administrativo, conforme al cual, la sentencia dictada en el juicio

de lesividad que modifica o revoca una resolución favorable al

particular, tiene efectos retroactivos hasta por cinco años previos

a la presentación de la demanda, sólo resulta aplicable cuando se

advierta que el beneficio obtenido por el particular fue producto

de un acto de mala fe, no así cuando fue resultado de una pro­

puesta legítima y bajo los supuestos de ley, sin la existencia de

una indebida intención de manipular los hechos en perjuicio

de la autoridad.

En ese contexto, al resolver el caso concreto, la Sala determinó

que la negativa del amparo solicitado, no implica que la quejosa

deba pagar la contribución analizada por el periodo a que se

refiere la consulta que presentó ante la autoridad administrativa,

al no advertirse que la resolución favorable que le recayó fuera

producto de un acto de mala fe.

VII. Otros temas en materia administrativa

Se declaró que la Ley General para el Control del Tabaco, en cuanto

prohíbe la comercialización, venta, distribución, exhibición, pro­

moción o producción de cualquier objeto que, sin ser un producto

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 36 22/11/17 2:28 p.m.

ALBERTO G. PÉREZ DAYÁN

37

del tabaco, contenga algún elemento visual o auditivo que lo iden­

tifique con productos del tabaco, viola la garantía de igualdad,

pues si bien tiene como fin garantizar el derecho a la protección

de la salud y a un ambiente sano, lo cierto es que constituye una

medida desproporcional en virtud de que restringe otros derechos

constitucionalmente protegidos, como el de la libertad de tra­

bajo, al vedar por completo las referidas actividades, no obstante

que la comercialización de productos del tabaco, que son los que

inciden directamente en la salud de las personas, se encuentra

permitida y regulada bajo condiciones específicas, máxime que

existen otras medidas menos restrictivas para lograr el fin desea­

do, como las previstas para los productos del tabaco.

La inconstitucionalidad de la disposición legal en comento, no

tiene como consecuencia permitir que la quejosa produzca,

comercialice, venda, distribuya o promocione cualquier objeto

que no sea un producto del tabaco, pero que contenga elemen­

tos que lo relacionen con él, de manera irrestricta, sino en las

mismas condiciones que quienes producen, enajenan, distribu­

yen o promocionan artículos de tabaco; porque si estos últimos se

encuentran en el comercio, pero bajo ciertas restricciones respecto

de su empaquetado, publicidad y promoción, entre otras, es claro

que el agraviado deberá sujetarse igualmente a dichas medi­

das que, además, son acordes con la finalidad que busca la Ley

General para el Control del Tabaco y que se vinculan con el cui­

dado del ambiente y la protección de la salud pública.

A partir de una nueva reflexión, la Sala sostuvo que la negativa

de la Comisión Federal de Electricidad a devolver las cantidades

pagadas con motivo del suministro de energía eléctrica, es un acto

de naturaleza comercial y, en consecuencia, las controversias

suscitadas entre las partes derivadas con motivo de ese acto

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CRITERIOS RELEVANTES DE LA SCJN...

38

deben decidirse en la vía ordinaria mercantil, conforme a lo pre­

visto en la fracción II del artículo 104 constitucional, que prevé la

competencia de los tribunales de la Federación para conocer de

todas las controversias del orden civil o mercantil sobre el cum­

plimiento y aplicación de leyes federales, estando en posibilidad

el actor de acudir ante las instancias del orden común, cuando

sólo se afecten intereses particulares.

En el ámbito del derecho administrativo sancionador, se estableció

que los tipos punitivos de remisión tácita, son aquellos supuestos

hipotéticos de ley, en los que la conducta infractora se prevé en

términos abstractos y requiere de un complemento para inte­

grarse plenamente, para lo cual válidamente puede remitirse a

normas reglamentarias u otras disposiciones de carácter admi­

nistrativo, toda vez que en el modelo de Estado regulador, como

el nuestro, el principio de legalidad tiene aplicación en sus dos

vertientes, pero de manera diferenciada, esto es, el principio de

tipicidad exige la predeterminación inteligible de la conducta, sin

embargo, el principio de reserva de ley deja de ser absoluto para ser

relativo, en virtud de que la regulación de ciertos aspectos que

se caracterizan por su dinamismo o tecnicismo, requieren de la

coparticipación de los órganos estatales especializados en la mate­

ria de que se trate.

En esa tesitura, se determinó que el artículo 71 de la Ley Federal

de Telecomunicaciones y Radiodifusión al señalar que se impon­

drán sanciones pecuniarias por incumplimiento de las obligacio­

nes previstas en materia de operación e interconexión de redes

públicas de telecomunicaciones, así como de las obligaciones o

condiciones establecidos en los títulos de concesión o permiso

y por otras violaciones a las disposiciones de la propia ley y a las

disposiciones reglamentarias y administrativas que de ella emanen,

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 38 22/11/17 2:28 p.m.

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no transgrede el principio de tipicidad y exacta aplicación de la

ley, ya que se trata de un tipo administrativo de remisión tácita,

en virtud de que precisa en abstracto la conducta infractora, con­

sistente en incumplir obligaciones y para integrarla remite a las

disposiciones legales, reglamentarias y administrativas que regu­

lan el cúmulo de obligaciones que se imponen a los concesio na­

rios en materia de telecomunicaciones, lo que impide que la

autoridad administrativa determine, arbitrariamente, la conduc­

ta que debe ser sancionada.

En el ámbito castrense, se estableció que los preceptos legales y

reglamentarios que regulan el procedimiento administrativo

sancionador del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, respetan las

formalidades esenciales del procedimiento, el debido proceso y el

derecho a la legalidad consagrados en los artículos 14 y 16 cons­

titucionales, ya que de su análisis integral se advierte que el

Consejo de Honor, al emplazar al militar que desplegó la con­

ducta cuestionada, debe hacerle saber la causa o motivo por el

que se le va a juzgar a efecto de que esté en oportunidad de ofre­

cer pruebas y alegar lo que a sus intereses convenga, así como la

fecha y lugar donde habrá de llevarse a cabo la audiencia respec­

tiva, como un acto previo al desarrollo material del procedimien­

to que culminará con el dictado de una resolución fundada y

motivada.

En materia de propiedad industrial, se puntualizó que la titulari­

dad del derecho a la imagen comercial, entendida como la plura­

lidad de elementos que combinados entre sí, permite distinguir

productos o servicios, representando una ventaja competitiva en

virtud de la identificación generada, se encuentra protegida en la

fracción XXVI del artículo 213 de la Ley de la Propiedad Indus­

trial, al sancionar como infracción administrativa, la combinación

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CRITERIOS RELEVANTES DE LA SCJN...

40

de elementos que permitan identificar productos o servicios igua­

les o similares en grado de confusión a otros protegidos por la

propia ley, y que causen o induzcan al público a confusión, error

o engaño, por hacer creer o suponer la existencia de una relación

entre el titular de los derechos protegidos y el usuario no

autorizado.

VIII. Materia fiscal

En este rubro destaca la declaratoria de constitucionalidad del

artículo 69­B del Código Fiscal de la Federación vigente a partir

de 2014 que prevé el procedimiento relativo a la presunción de

operaciones inexistentes, que se verifica cuando los contribu­

yentes no cuentan con los recursos humanos y materiales para

prestar los servicios o producir, comercializar o entregar los

bienes que amparan las facturas que emiten, o se consideran no

localizables.

Al efecto se determinó que se trata de un procedimiento de

prueba, dado que su objeto es conceder a los contribuyentes un

plazo para ofrecer las pruebas que estimen conducentes para

desvirtuar la presunción de inexistencia de las operaciones que

amparan las facturas que emiten o que reciben, de lo que se

sigue que no se viola el principio de presunción de inocencia ni la

garantía de previa audiencia, máxime que en el referido proce­

dimiento no se determina la situación jurídica de cada contribu­

yente ni la eficacia de las facturas, en tanto para ello es necesario

que se inicie un procedimiento de fiscalización.

En ese sentido, se sostuvo que tampoco se viola el principio de

irretroactividad de la ley, habida cuenta que la circunstancia

de que una factura se haya expedido con anterioridad a la vigen­

cia de la norma impugnada, por sí, no significa que goce de efi­

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 40 22/11/17 2:28 p.m.

ALBERTO G. PÉREZ DAYÁN

41

ca cia jurídica, ya que para ello es menester que reúna los

requisi tos previstos en los artículos 29 y 29­A del Código Fiscal de

la Federación.

También se determinó que la publicación que se hace en el Diario

Oficial de la Federación y en la página de internet del Servicio de

Administración Tributaria, para dar a conocer el nombre y el

registro federal de los contribuyentes que emiten facturas que

amparan operaciones presumiblemente inexistentes, no viola el

derecho a la libertad de trabajo, dado que no impide el desarrollo

normal de sus actividades, lo que cobra relevancia al tener en

cuenta que la primera publicación tiene por objeto dar certeza de

la notificación y del plazo que se les concede para que presen­

ten las pruebas que estimen conducentes a fin de demostrar la

existencia de esas operaciones, mientras que la segunda publica­

ción tiene como fin proteger los derechos de terceros.

Finalmente, se precisó que el nombre, la razón o denominación

social y el registro federal de los contribuyentes son datos perso­

nales pero públicos, por lo que las autoridades pueden propor­

cionarlos para protección de terceros.

En relación con el impuesto al valor agregado, se sostuvo que la

equiparación de la transportación área de bienes que va de cual­

quier punto del país hacia las poblaciones ubicadas en las franjas

fronterizas con la transportación aérea internacional, no genera

un trato desigual injustificado respecto de la transportación área

que va de estas zonas al interior del país, dado que tiene como fin

extra fiscal favorecer la competitividad y estimular el comercio

en las fronteras.

Se sostuvo que el deber impuesto a los contribuyentes en mate­

ria de retención y entero de contribuciones a cargo de terceros, a

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 41 22/11/17 2:28 p.m.

CRITERIOS RELEVANTES DE LA SCJN...

42

efecto de que procedan las deducciones autorizadas en el código

federal tributario, es una medida que tiene por objeto lograr una

eficiente recaudación de impuestos, lo que implica que obedece

una finalidad constitucionalmente válida y además es apta para

ello, ya que las deducciones autorizadas que derivan de gastos o

erogaciones efectuadas con terceros, suponen para éstos la per­

cepción de ingresos gravables, de lo que se sigue que la obligación

de retener y enterar el impuesto relativo, además de asegurar la

veracidad de la documentación que respalda la deducción, per­

mite que el correlativo ingreso sea gravado.

IX. Materia laboral

A partir de lo determinado por el Tribunal Pleno en la acción de

inconstitucionalidad 1/2012, la Sala modificó su criterio para

sostener que las relaciones de trabajo entre los organismos pú­

blicos descentralizados locales y sus trabajadores no se aseme­

jan necesariamente a las de los contratos colectivos reglamentados

por el apartado A del artículo 123 constitucional, sino que se

encuentran dentro del ámbito de la facultad reglamentaria de los

congresos locales y por tanto se pueden organizar conforme a

cual quiera de los apartados de la norma constitucional en cometo,

de acuerdo a las particularidades y necesidades de cada entidad

federativa.

Se estableció que la circunstancia de que la Ley Federal del Tra­

bajo fije la competencia para conocer de conflictos individuales

de seguridad social, en la Junta especial de la Federal de Conci­

liación y Arbitraje que ejerce jurisdicción donde se localiza la

clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social donde está ins­

crito el asegurado y sus beneficiarios, no contraviene el derecho

de acceso a la justicia, por el contrario garantiza su ejercicio, ya

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 42 22/11/17 2:28 p.m.

ALBERTO G. PÉREZ DAYÁN

43

que se entiende que la clínica donde se encuentran inscritos es la

más cercana a su domicilio, por así disponerlo el Reglamento de

la Ley del Seguro Social en Materia de Afiliación, Clasificación

de Empresas, Recaudación y Fiscalización.

En relación con lo previsto en el artículo 18 del mencionado re­

glamento de la Ley de Seguro Social, en el sentido de que las

empresas deberán clasificarse para determinar la prima del se­

guro de riesgos de trabajo, cuando haya cambio de fracción, acti­

vidad o clase por disposición del propio reglamento, se sostuvo

que tal disposición no transgrede los principios de reserva de ley

y jerarquía normativa, dado que la Ley del Seguro Social, en su

artículo 73, expresamente prevé esa situación al señalar que si el

cambio de actividad se da con motivo de una disposición reglamen­

taria, se deberá cubrir la prima media de la clase que le corres­

ponde conforme al reglamento.

Al analizar la constitucionalidad del régimen de subcontratación

laboral que prevé la Ley Federal de Trabajo, se tomó en conside­

ración que al establecer como condición para el usuario de los

servicios contratados bajo ese régimen, el deber de verificar per­

manentemente que el contratista cumpla con las disposiciones

legales en materia de seguridad social y medio ambiente en el

trabajo, se persigue un fin constitucionalmente legítimo relacio­

nado con la protección del derecho al trabajo que se materializa

con el pago oportuno de los salarios y demás prestaciones de

segu ridad social de los trabajadores, dado que tiene como fin, pro­

tegerlos ante el eventual incumplimiento de las obligaciones

legales por parte de los contratistas, de lo que se sigue que no

es violatorio del principio de seguridad jurídica y es acorde con

lo dispuesto en el artículo 5 de la Constitución General de la

República.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 43 22/11/17 2:28 p.m.

CRITERIOS RELEVANTES DE LA SCJN...

44

En lo que respecta al requisito de edad exigible para acceder a la

jubilación tratándose de los trabajadores sujetos al régimen del

artículo Décimo Transitorio de la Ley del Instituto de Seguridad y

Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, publicada en el

Diario Oficial de la Federación el treinta y uno de marzo de dos

mil siete, se determinó que la circunstancia de que se prevean

treinta años de cotización para los varones y veintiocho para

las mujeres, no vulnera el derecho de igualdad, por el contrario,

lo afianza en la medida en que tal distinción obedece a una

acción afirmativa del Estado, tendente a erradicar condiciones

que impi dan una consolidada y permanente discriminación por

razón de sexo en contra de las mujeres.

Asimismo, se sostuvo que el artículo 51 de la ley en cita, en cuanto

prevé la incompatibilidad de una pensión por jubilación y un tra­

bajo remunerado que implique incorporación al régimen de segu­

ridad social del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los

Trabajadores del Estado, no contraviene los derechos de igualdad

y no discriminación así como el de seguridad social, ya que los

pensionados que se reincorporan a ese régimen no se encuentran

en la misma situación jurídica que aquellos que aunque desem­

peñan una actividad remunerada no se incorporan al mismo,

habida cuenta que una vez que desaparece la incompatibilidad, se

puede gozar de nueva cuenta de la pensión por jubilación.

En otro aspecto, se estableció que el principio constitucional de

libertad sindical se ubica en el ámbito formal de la regulación

interna de las organizaciones sindicales, no así en la ejecución ma­

terial de sus estatutos, ya que el derecho a redactarlos sin inje­

rencia de autoridad o persona alguna, deben ejercerlo con sujeción

al principio de legalidad, en tanto deben precisar las causas de

infracción y los procedimientos para sancionarlas.

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ALBERTO G. PÉREZ DAYÁN

45

En consecuencia, se concluyó que los tribunales sí están posibili­

tados para revisar la legalidad de los procedimientos disciplina­

rios sindicales que culminan con la expulsión de uno de sus

miembros, ya que éstos pueden acudir ante las instancias corres­

pondientes, en ejercicio de su derecho de acceso a la justicia, a fin

de que se determine si la decisión del sindicato se ajusta a lo

establecido en sus propios estatutos.

En una nueva reflexión, la Sala estableció que el convenio laboral

sancionado por la Junta de Conciliación y Arbitraje mediante

resolución firme, es vinculante para las partes y, por tanto, es

improcedente la acción de nulidad que se intente en su contra

aduciendo una renuncia de derechos con base en hechos y pres­

taciones que ya fueron analizadas por la autoridad laboral, lo que

de modo alguno impide que la autoridad de amparo tenga por no

puestas las cláusulas del convenio para regir la relación laboral

o las prestaciones relativas, cuando advierta que disponen condi­

ciones inferiores a las normas generales de protección a favor de

los trabajadores. Esta decisión, además de ser acorde a los princi­

pios de seguridad y certeza jurídicas, permite garantizar la efica­

cia de los medios alternativos de solución de controversias a que

se refiere el artículo 17 constitucional.

Por último, en el ámbito laboral, se determinó que la autorización

que se prevé en la Ley Federal del Trabajo para que los patro­

nes que obtengan sus ingresos exclusivamente del cuidado de

bienes que produzcan rentas o del cobro de créditos y sus inte re­

ses, apliquen un mes de salario como límite máximo para el

reparto de utilidades, en lugar del 10% de la renta gravable para

efectos del impuesto sobre la renta, no transgrede el derecho de

igualdad, ya que tal distinción obedece a una finalidad constitu­

cionalmente válida, en virtud de que tiene por objeto que los

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CRITERIOS RELEVANTES DE LA SCJN...

46

patrones no se vean imposibilitados para cubrir esa prestación,

además es apta para ello, dado que garantiza al trabajador la per­

cepción de esa prestación y es proporcional, porque se trata de

patrones que se ubican en una situación que no refleja la verda­

dera participación del trabajador en la actividad que genera el

ingreso.

Estos son algunos de los principales criterios emitidos por las

Salas y el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación

durante el año 2015. Acorde con las más recientes reformas cons­

titucionales en vigor, la Suprema Corte ha fortalecido y ampliado

el contenido de los derechos fundamentales que el marco jurídico

aplicable reconoce en nuestro país. Ejerciendo su función de con­

trol de constitucionalidad y de control de convencionalidad, la

Suprema Corte ha interpretado los derechos humanos a la luz de

una mayor protección de la persona, en una constante búsqueda

por favorecer el bienestar social e individual desde el Derecho y

su aplicación. El tribunal constitucional mexicano continuará en

los siguientes años por este camino de ampliación de derechos

y fortalecimiento de principios rectores que deben prevalecer en

un Estado Democrático de Derecho, a través de una jurispru­

dencia garantista consciente de su función social.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 46 22/11/17 2:28 p.m.

Principio de interpretación conforme, su incorporación expresa al texto constitucional, con motivo de la reforma constitucional en materia de derechos humanos y su aplicación práctica

ALBERTO PÉREZ CANALES* JORGE JANNU LIZÁRRAGA DELGADO**

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 47 22/11/17 2:28 p.m.

* Licenciado en Derecho (México).** Secretario de Estudio y Cuenta. Suprema Corte de Justicia de la Nación

(México).

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 48 22/11/17 2:28 p.m.

49I. Aclaración previa y metodología

Las reformas constitucionales del 6 y 10 de junio de 2011, en

materia de amparo y derechos humanos, respectivamente,

generaron una nueva concepción sobre el alcance de los derechos

humanos y su protección, particularmente con la adición de

los párrafos segundo y tercero al artículo 11 de la Constitución

1 Artículo 1. En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internaciona­les de los que el Estado mexicano sea parte, así como de las garantías para su protec­ción, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece.

Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con esta Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección más amplia.

Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de pro mover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En con secuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las vio­laciones a los derechos humanos, en los términos que establezca la ley.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 49 22/11/17 2:28 p.m.

PRINCIPIO DE INTERPRETACIÓN CONFORME...

50

Política de los Estados Unidos Mexicanos, en los que se incorpo­raron los principios de interpretación conforme, de interpretación más favorable a las personas o principio "pro homine", universa­lidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad, circuns­tancia a la que se le ha denominado comúnmente, un "nuevo paradigma constitucional" en materia de protección de este tipo de prerrogativas fundamentales.

De esta suerte, en el párrafo primero del citado precepto consti­tucional, existieron ciertas modificaciones significativas, prime­ramente respecto de los titulares o sujetos de protección de los derechos humanos, se sustituyó la voz "gobernado" por la de "persona", el verbo "otorgar" cambió por "reconocer", de igual forma, el objeto de protección transitó de los vocablos "garantías individuales" al de "derechos humanos", en la inteligencia de que al Título Primero, Capítulo I, se le denominó "De los Derechos Humanos y sus Garantías", alteración que supone la coexistencia de los derechos humanos como prerrogativas fundamentales inherentes a la naturaleza humana (concepción ius naturalista), con aquellas facultades derivadas del texto constitucional o mecanismos protectores, que recubren y garantizan el debido ejercicio de las primeras (ideología ius positivista), susceptibles de significar una frontera al hibris o ejercicio intransigente de las potestades autoritarias.

A su vez, el espectro de protección de los derechos humanos se amplió, incorporando a los tratados internacionales, con indepen­dencia de su contenido material, según determinó el Constitu­yente Permanente, en el proceso legislativo correspondiente, como instrumentos de protección, impactando notablemente al pará­metro de la regularidad constitucional de la totalidad de los actos que despliega el Estado.2

2 Lo anterior se corrobora con el texto de la jurisprudencia número 20/2014 del Pleno de la Suprema Corte de Justicia mexicana que lleva por rubro: "DERECHOS HUMANOS

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 50 22/11/17 2:28 p.m.

ALBERTO PÉREZ CANALES • JORGE JANNU LIZÁRRAGA DELGADO

51

El presente trabajo, se centrará en la modificación realizada al

párrafo segundo del artículo 1 constitucional, dado que en él se

incorporaron tanto el principio de "interpretación conforme"

como el pro homine o de interpretación más favorable a las

personas; lo anterior en virtud de que ambos principios se encuen­

tran estrechamente vinculados, dado que el primero "interpreta­

ción conforme" se ve reforzado por el segundo "de interpretación

más favorable" o "pro persona", pues este último obliga a maximi­

zar la interpretación conforme de todas las normas expedidas por

el legislador mexicano al texto constitucional y a los instrumen­

tos internacionales, en aquellos escenarios en los que la referida

interpretación permita la efectividad de los derechos humanos

de las personas frente al "vacuum legis" o vacío legislativo que

previsiblemente pudiera ocasionar la declaración de inconstitu­

cionalidad de la disposición de observancia general.

No pasa inadvertido el reto que ha significado para la Suprema

Corte mexicana, la incorporación de los principios de interpre­

tación conforme y el de interpretación más favorable a la persona,

previstos en el artículo 1, párrafo segundo, de la Constitución

Política de los Estados Unidos Mexicanos, pues ello ha supuesto

entre otros temas, reabrir la discusión sobre la supremacía

constitucional, la jerarquía normativa, la integración de un nuevo

bloque de constitucionalidad así como de un exiguo paráme tro

de la regularidad constitucional, el papel de las restricciones cons­

ti tucionales frente a los instrumentos internacionales como

atenuantes a los principios de interpretación conforme y de inter­

pretación más favorable a la persona, entre otros.

CONTENIDOS EN LA CONSTITUCIÓN Y EN LOS TRATADOS INTERNACIONALES. CONS­TITUYEN EL PARÁMETRO DE CONTROL DE REGULARIDAD CONSTITUCIONAL, PERO CUANDO EN LA CONSTITUCIÓN HAYA UNA RESTRICCIÓN EXPRESA AL EJERCICIO DE AQUÉLLOS, SE DEBE ESTAR A LO QUE ESTABLECE EL TEXTO CONSTITUCIONAL."

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PRINCIPIO DE INTERPRETACIÓN CONFORME...

52

En este sentido, se abordará primeramente el procedimiento

legis lativo de reforma constitucional de 10 de junio de 2011 y la

manera en la que fueron incorporados al texto constitucional

los citados principios; el alcance, contenido y relación existente

entre éstos, destacando particularmente el desarrollo doctrinal

y diversos enfoques del principio de interpretación conforme,

tomando en cuenta los diversos conceptos abordados en el curso

impartido en la Universitat Poempeu Fabra del 9 al 13 de noviem­

bre de 2015; los límites al principio de interpretación conforme

y las restricciones constitucionales; finalmente, una vez analiza­

dos estos aspectos, se hará referencia a la aplicación del principio

de "interpretación conforme" a un asunto resuelto por la Segunda

Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con motivo

de la solicitud de inconstitucionalidad de un precepto de la Ley

Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores

Públicos.

II. Integración de los principos de interpretación conforme

y pro persona al texto constitucional

En el presente apartado, se destacan el entorno y circunstancias

particulares en las que se introdujeron de manera expresa en el

lenguaje constitucional mexicano, los principios de interpre­

tación conforme y de interpretación más favorable a la persona

(pro homine o pro persona), incluyendo sus diversas modulacio nes,

ello dado que resulta conveniente precisar que se trata de dos

principios que se complementan.

En efecto, mientras que el principio de interpretación conforme

supone, armonizar su contenido de conformidad con el texto cons­

titucional o con el contenido de algún instrumento inter nacio nal,

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 52 22/11/17 2:28 p.m.

ALBERTO PÉREZ CANALES • JORGE JANNU LIZÁRRAGA DELGADO

53

el principio de interpretación más favorable a la persona, obliga al

operador jurídico a optar por aquella disposición que mayor

beneficie a la persona. De esta manera, el juez constitucional

ante una disposición normativa que pudiera arrojar diversas

inter pretaciones o sentidos, deberá optar por aquella que más se

apegue al texto de la Constitución General o, en su defecto, acu ­

dir a los instrumentos internacionales aprobados por el Estado

mexicano, es decir, deberá en primer término dotarla de un sen ­

tido que signifique la preservación del texto legal pero además

deberá privilegiar aquella interpretación que proyecte un mayor

beneficio a la persona.

Bajo este orden de ideas, surgen diversas interrogantes, entre

ellas, el ponderar si dentro de los posibles sentidos de una dispo­

sición de observancia general, deberá privilegiarse la interpreta­

ción conforme constitucional sobre la convencional, si esta última

opera de manera subsidiaria ante la ausencia de una disposición

expresa en el texto constitucional o si debe preferirse la interpre­

tación de conformidad con los tratados internacionales, con inde­

pendencia de que exista una prohibición, restricción, limitación o

excepción expresa en la Constitución.

Además, surge la disyuntiva sobre si el contenido de los tratados

internacionales que prevengan una regla más favorable a la

persona, deben o no prevalecer frente a las restricciones o limita­

ciones previstas expresamente en el texto constitucional, esto es,

si se atendiera a la aplicación indiscriminada de los principios de

interpretación conforme y de interpretación más favorable, aún

ante la existencia de alguna norma constitucional restrictiva que

prohíba la integración o aplicación de la norma convencional, el

tratado internacional, como una norma derivada del texto cons­

titucional, la anularía en un acto de aplicación concreto llevado a

cabo por cualquier operador jurídico competente.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 53 22/11/17 2:28 p.m.

PRINCIPIO DE INTERPRETACIÓN CONFORME...

54

De esta manera, uno de los temas medulares consiste en deter­

minar si las normas cuya interpretación resulte más favorable a

las personas, incluida aquella que suponga la conservación y ade­

cuación de la ley al texto constitucional, deben ser aplicadas por

los operadores jurídicos, a pesar de la existencia de una dispo­

sición expresa del Constituyente enunciada a manera de límite,

restricción, excepción o prohibición, en relación con el alcance de

algún derecho humano o, aún en el caso de estar frente a una

norma convencional más favorable, no era posible aplicarla por

tratarse de reservas infranqueables que el Constituyente o Poder

Revisor de la Constitución Federal decidió prevalecer como una

expresión lógica de su soberanía, imposibilitando con ello un ejer­

cicio pleno de integración, ponderación o armonización de dere­

chos entre las norma convencional y la restricción constitucional.

Ante ello, resulta necesario acudir a la evolución del párrafo

segundo del artículo 1 constitucional, destacando primeramente

el "Dictamen de las Comisiones Unidas de Puntos Constituciona­

les y de Derechos Humanos, con proyecto de decreto que modi­

fica la denominación del Capítulo I y reforma diversos artículos

de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en

materia de derechos humanos", de la Cámara de Diputados,

publicado el 23 de abril de 2009, en la Gaceta Parlamentaria, con

registro 2473­XVI.3 Destaca la redacción del párrafo segundo, en

3 "Artículo 1o. En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos por esta Constitución y en los tratados internacio­nales de derechos humanos ratificados por el Estado mexicano, los cuales no podrán restringirse ni suspenderse, sino en los casos y con las condiciones que la misma Constitución establece. Las garantías para su protección serán las que establezcan la Constitución y las leyes que de ella emanen

Tratándose de normas de derechos humanos, éstas se interpretarán de conformi­dad con esta Constitución y con los tratados internacionales de derechos humanos de los que México sea parte. En su aplicación, bajo el principio de no contradicción con

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55

el cual si bien ya se distinguía la existencia de los principios de

interpretación "de conformidad" y de "interpretación más favora­

ble a la persona", también se obligaba a que en materia de dere­

chos humanos, la posibilidad de aplicar la norma más benéfica a

la persona con independencia de que estuviera en la Constitución

o en algún instrumento internacional, quedaba expresamente

supeditada al principio de "no contradicción" con el texto mismo

de la Ley Fundamental.

En este orden de ideas, si bien los tratados internacionales inte­

grarían el nuevo parámetro de regularidad de los actos de autori­

dad, al mismo nivel que la Constitución, como una modulación

del principio de interpretación conforme ahora también respecto de

los instrumentos internacionales, lo cierto es que su aplicación,

aunque fuese más favorable, se encontraba condicionada a que

no se tratase de un regla o norma de protección de algún derecho

humano que contraviniere el texto constitucional.

Cabe destacar que, con independencia a que dicho texto haya

sido modificado, esta propuesta se acerca mucho a lo resuelto

por el Tribunal Pleno en la contradicción de tesis 293/2011, en el

sentido de que si bien las normas relativas a derechos huma­

nos deberán interpretarse de conformidad con lo dispuesto en

el texto constitucional y los instrumentos internacionales aproba­

dos por el Estado mexicano, conformando un nuevo parámetro

de control de regularidad constitucional, lo cierto es que cuando

esta Constitución, se observarán aquéllas que resulten más favorables a los derechos de las personas.

Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen obligación de pro­mover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En con­secuencia, el Estado deberá prevenir, investigar y sancionar las violaciones a los dere­chos humanos."

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PRINCIPIO DE INTERPRETACIÓN CONFORME...

56

en la Constitución exista una disposición restrictiva al ejer­

cicio de aquellos, se deberá estar a lo que establece el texto

constitucional.4

Si bien esta primera propuesta permitía la integración de normas

de fuente convencional, siempre y cuando no estuvieran en con­

tradicción con el texto constitucional, resultaba insuficiente para

dar respuesta a la ubicación precisa de los tratados internacio na­

les en el orden constitucional interno, es decir, no se podría concluir

contundentemente si quedarían al propio nivel de la Cons titu­

ción o seguirían ubicándose por debajo de ella.

Ahora bien, por su parte, en la Cámara de Senadores se formuló

el "Dictamen de las Comisiones Unidas de Puntos Constituciona­

les y de Estudios Legislativos, con opinión de la Comisión de

Reforma del Estado, respecto a la Minuta Proyecto de Decreto que

modifica la denominación del Capítulo 1 del Título Primero y

reforma diversos artículos de la Constitución Política de los Es­

tados Unidos Mexicanos, en materia de derechos humanos",

de fecha 7 de abril de 2010 , en el que se consideró oportuno

su primir las expresiones normativas "principio de no contradic­

ción" y el de "aplicación más favorable a las personas", destacando

la utilización únicamente del principio de "interpretación confor­

me" con el objeto, de lograr la ampliación constitucional de los

derechos humanos a través de la figura de la "subsidiariedad",

es decir, estar en aptitud de armonizar el derecho doméstico con

las disposiciones internacionales a través de tal principio, propi­

ciando un ejercicio de aplicación subsidiaria del ordenamiento

internacional, con el objeto de llenar las lagunas existentes, sin

4 Vid cit. 2

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ALBERTO PÉREZ CANALES • JORGE JANNU LIZÁRRAGA DELGADO

57

que esto llegare a significar en ningún momento, la derogación o

desaplicación de una norma interna.

Debe precisarse que bajo el sistema de "interpretación confor­

me" des provisto del "principio pro persona", no se atendería a

criterios de subordinación normativa, sino al principio de "subsi­

diariedad", lo que supondría que cualquier operador jurídico

pudiera acudir a normas de derechos humanos contenidas en los

tratados internacionales de los que México fuera parte, para ofre­

cer por la vía de la complementación o subsidiariedad, una mayor

protección a las personas.

Como se suprimió el principio de "interpretación más favorable a

la persona", también se eliminó la previsión del principio de "no

contradicción" entre los tratados internacionales y el texto cons­

titucional, implicando así la imposibilidad de aplicar las normas

que resulten más favorables a las personas, como herramienta

integradora o de ponderación en aquellos casos en que los textos

correspondientes apuntaran a diversas soluciones contrarias

entre sí.

Así, con la inclusión exclusivamente del principio de "interpreta­

ción conforme", ya no se especificó que debía aplicarse la norma

que resultara más benéfica a la persona, pues ello quedó subsu­

mido en la regla de "subsidiariedad", que permitía a los jueces

constitucionales acudir a normas de fuente internacional con la

finalidad de ampliar la protección del derecho humano que se

tratare y no de preferir el que más protección brinde.5

5 Lo anterior deriva literalmente de las consideraciones que conforman el referido dictamen (fojas 14 y 15), discutido en la Cámara de Senadores, el 7 de abril de 2010, cuyos razonamientos quedaron plasmados de la siguiente forma: "Por ello, se propone adoptar el principio de ‘interpretación conforme’ que se ha establecido y aplicado en otros

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PRINCIPIO DE INTERPRETACIÓN CONFORME...

58

Es decir, al suprimir los principios de "no contradicción" de las

normas convencionales y de "interpretación más favorable a la

persona", para dejar únicamente el de "interpretación conforme",

se habilitaban subsidiariamente normas de fuente internacional

con el objeto de colmar lagunas existentes en el texto constitucio­

nal o en el derecho interno, sin que ello implicara, bajo ninguna

circunstancia, la derogación o desaplicación de una norma de

carácter interno.

De igual forma, se impedía desconocer el sistema de jerarquía

normativa ya existente, ya que el cambio propuesto al párrafo

segundo del artículo 1 constitucional aprobado inicialmente por

la Cámara de Diputados, no implicaba una modificación a la

posición jerárquica de los tratados internacionales respecto del

texto constitucional, sino únicamente la posibilidad de que los

órganos jurisdiccionales pudieran acudir a las normas de dere­

chos humanos contenidas en instrumentos internacionales de los

que México sea parte, con la finalidad simplemente de ofrecer

una mayor garantía de protección a las personas por vía de la

complementariedad.

sis temas garantistas, destacadamente el español, con óptimos resultados. El argumento estriba en que, tomando en cuenta nuestros antecedentes constitucionales, este principio resulta el más adecuado para llevar a cabo una armonización del derecho doméstico con las disposiciones internacionales. En virtud del principio de interpretación conforme se da una aplicación subsi­diaria del ordenamiento internacional con el objeto de llenar las lagunas existentes, sin que esto signifique, en ningún momento, la derogación o desaplicación de una norma interna. Este sis­tema no atiende a criterios de supra­subordinación ni implica un sistema de jerarquía de normas que no se considera conveniente modificar sino que, a través del principio de subsidiariedad, se abre la posibilidad de que el intérprete de la Constitución pueda acudir a las normas de derechos humanos consagradas en los tratados internacionales de los que México sea parte, para ofrecer una mayor garantía a las personas. La ‘interpretación conforme’ opera como una cláusula de tutela y garantía de los derechos, recurriéndose a las normas de los tratados internacionales de derechos humanos cuando haya necesidad de interpretación de los derechos constitucional­mente reconocidos. El efecto que se logra es una ampliación en la protección de los derechos humanos. La propuesta del segundo párrafo del artículo 1 constitucional es lo siguiente: ‘Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con esta Constitución y con los tratados internacionales sobre derechos humanos antes señalados’."

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Circunstancia que se traduce en que las normas internacionales quedarían confinadas a un papel secundario y subsidiario, es decir, en un segundo plano respecto del texto de la Constitución Federal mexicana, sirviendo únicamente como posibilidad para que los jueces ampliaran el ámbito de protección de los derechos huma­nos estrictamente en todo aquello en que no se advirtiera norma específica del orden jurídico nacional que regulara una situación en lo particular.

En esa virtud, el texto del dictamen modificado de los párrafos primero y segundo del artículo 1, se aprobó en el Senado el 8 de abril de 2010, en el cual se suprimían los principios de "no contra­

dicción" y "pro persona", quedó redactado de la siguiente manera:

Artículo1. En los Estados Unidos Mexicanos todas las perso­

nas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta

Constitución y en los tratados internacionales sobre dere­

chos humanos en los que el Estado mexicano sea parte,

así como de las garantías para su protección, los cuales no

podrán restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo

las condiciones que esta Constitución establece.

Las normas relativas a los derechos humanos se interpreta­

rán de conformidad con esta Constitución y con los tratados

internacionales sobre derechos humanos antes señalados.

Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias,

tiene la obligación de promover, respetar, proteger y garanti­

zar los derechos humanos de conformidad con los prin­

cipios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y

progresividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir,

investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos

humanos, en los términos que establezca la ley.

Ahora bien, una vez remitido a la Cámara de Diputados, las Comi­siones Unidas de Puntos Constitucionales y de Derechos Humanos

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PRINCIPIO DE INTERPRETACIÓN CONFORME...

60

de la referida Cámara, elaboró un nuevo dictamen de fecha 14 de

diciembre de 2010, en el que se propusieron numerosas modifica­

ciones al artículo 1.

Entre otras razones, se destacó que el cambio de redacción pro­

puesto al artículo 1, obedecía a la intención de ampliar la protec­

ción de los derechos humanos que puedan derivar de cualquier

tratado internacional del que México sea parte, sin que tenga

necesariamente por objeto la protección de los derechos humanos;

circunstancia que resulta de especial interés, ya que con la incor­

poración de los principios "interpretación conforme" y de "protec­

ción más favorable a las personas", se buscó que el juzgador

constitucional, buscará el sentido normativo que más se apegará

al texto constitucional o al cualquier instrumento internacional,

con independencia de nomenclatura formal; en otras palabras, se

eliminó el criterio rigorista de que únicamente los tratados inter­

nacionales en materia de derechos humanos, fueran los que inte­

graran el nuevo parámetro de la regularidad constitucional de los

operadores jurídicos.

Incluso, se destacó que el hecho de mantener la redacción que

proponía el Senado, en el que se suprimía el principio "pro persona"

sin complementar al de "interpretación conforme", supondría la

incorporación de aquellos instrumentos internacionales que

exclusivamente fueran en materia de derechos humanos, lo

que limitaría el reconocimiento histórico de los derechos previs­

tos en otros instrumentos en los que se contempla la dignidad

humana, en la inteligencia de que ello tampoco implicaba que se

incorporarán al parámetro de regularidad, otros instrumentos

que nuestro país haya suscrito en materia comercial o de índole

similar.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 60 22/11/17 2:28 p.m.

ALBERTO PÉREZ CANALES • JORGE JANNU LIZÁRRAGA DELGADO

61

En ese tenor, se destacó que la intención de la propuesta conte­

nida en el párrafo primero del artículo 1 constitucional, tiene su

reflejo en la redacción sugerida en el párrafo segundo del propio

numeral, toda vez que incorporar el principio "pro homine, pro

persona o de interpretación más favorable" al texto de la Ley

Fundamental, implica adicionar la protección que beneficie de

manera amplia a las personas, lo que además representa el forta­

lecimiento de las propias prerrogativas que las dignifiquen.

Además, las Comisiones Unidas de la Cámara de Diputados, en

un ejercicio de preponderancia de derechos, consideró que en la

Constitución General debían prevalecer aquellas disposiciones

que protegen los derechos humanos de las personas en nuestro

país, siempre y cuando su contenido material se refiera a las pre­

rrogativas esenciales propias de la dignidad ontológica de las

personas.

Derivado de lo anterior, la Cámara de Diputados propuso el

siguiente texto:

IV. Modificaciones

Artículo 1. En los Estados Unidos Mexicanos todas las per­

sonas gozarán de los derechos humanos reconocidos en

esta Constitución y en los tratados internacionales sobre

derechos humanos de los que el Estado mexicano sea parte,

así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio

no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y

bajo las condiciones que esta Constitución establece.

Las normas relativas a los derechos humanos se interpreta­

rán de conformidad con esta Constitución y con los tratados

internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo

a las personas la protección más amplia.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 61 22/11/17 2:28 p.m.

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Como se advierte de lo anterior, en el texto del artículo 1, párrafos primero y segundo, se incorporaron expresamente los princi­pios de "interpretación conforme" y "pro persona", con el objeto de ampliar el ámbito de protección respecto de todos los instrumen­tos internacionales y no sólo aquellos instrumentos que formal y nominalmente reconocieran derechos humanos, sino también la posibilidad de integrar otro tipo de convenciones en cualquier materia, siempre y cuando de su articulado pudiere deducirse un derecho fundamental, agregándolos al nuevo parámetro de regu­laridad de los actos de autoridad.

Lo anterior se justificó en el hecho de una preponderancia de derechos en la medida en la que no sólo se integraran los derechos fundamentales previstos en instrumentos internacionales en la materia, sino en que el juzgador constitucional estuviera en apti­tud de acudir a otros tratados o convenios, con independencia de su especialidad, en tanto pudieran proveerle de reglas de conte­nido protector más amplio.

La presente modificación fue discutida y aprobada por la Cámara de Diputados, en sesión del 15 de diciembre de 2010, en esa virtud, se devolvió a la Cámara de Senadores para una nueva valoración.

En este sentido, en sesión de 8 de marzo de 2011, se dio cuenta al Pleno del Senado con la "Minuta Proyecto de Decreto que modi­fica la denominación del Capítulo I y reforma diversos artículos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de derechos humanos"; y en relación con el contenido

del artículo 1 constitucional se dio cuenta con lo siguiente:

II. CONTENIDO DE LA MINUTA

Se reforma el Capítulo 1 del Título Primero de la Constitu­

ción Política para denominarse: DE LOS DERECHOS Y SUS

GARANTÍAS.

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Artículo 1o. constitucional:

En el primer párrafo se cambia el término individuo por el

de persona, se incorpora el goce de los derechos humanos

reconocidos en la Constitución y en todos los tratados inter­

nacionales que haya ratificado México, así como de las

garantías para su protección.

Incorpora la interpretación conforme a la Constitución y a

los tratados internacionales en la aplicación de las normas

de derechos humanos, así como el Principio Pro Persona.

(…)

Segunda. El párrafo segundo del artículo 1o. constitucional

nuevamente se elimina la acotación mencionada, para am­

pliar la protección de los derechos humanos contenidos

en tratados internacionales de los que México sea parte.

Asimismo, se modificó para establecer el principio pro homine

o principio pro persona, es decir, que el derecho debe inter­

pretarse y aplicarse siempre de la manera que más favorezca

a las personas. Dicha modificación se realizó con el ánimo

de reflejar lo establecido en el párrafo primero ya señalado,

ya que al adicionar la protección que beneficie de manera

amplia a las personas, representa el fortalecimiento de las

prerrogativas que las dignifiquen.

Este principio representa una máxima protección para las

personas, ya que se deberá aplicar la norma contenida en el

orden jurídico nacional o en el tratado internacional que

más proteja los derechos de las mismas. Con esto se refuer­

zan las garantías y los mecanismos de protección.

De lo anterior se confirma, en lo tocante al artículo 1 constitucio­

nal, que en el nuevo dictamen discutido y aprobado por mayoría

calificada el 8 de marzo de 2011, se enfatizó la incorporación de

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PRINCIPIO DE INTERPRETACIÓN CONFORME...

64

los principios de "interpretación conforme" y de "protección más

amplia a las personas", con el objeto de ensanchar el parámetro

de regularidad no sólo a los instrumentos internacionales en

materia de derechos humanos, sino a cualquier tratado con inde­

pendencia de su especialidad o materia, siempre y cuando fuere

susceptible de potencializar la protección de cualquier derecho

humano.

Debe destacarse que la presente reforma regresó por última oca­

sión a la Cámara de Diputados, la que finalmente aprobó por

mayoría calificada el texto definitivo en los términos anteriores

el 23 de marzo de dos mil once; en la misma fecha se remitió a las

entidades federativas el proyecto de decreto por el que se modi­

fica la denominación del Capítulo I del Título Primero y se re­

forman varios artículos de la Constitución Política de los Estados

Unidos Mexicanos, en materia de derechos humanos, únicamente

por lo que hace a lo aprobado por ambas Cámaras (diez artículos

constitucionales, reservándose únicamente el tema del ar tículo 102,

apartado B, párrafo décimo segundo), lo anterior para los efectos

del artículo 135 constitucional.

Así, el 1 de junio de 2011 se llevó a cabo la Declaratoria de Validez

de la Reforma Constitucional de Derechos Humanos, aprobado

hasta esa fecha por veintiún Congresos Estatales, de ahí que en

términos del artículo 135 constitucional (dos terceras partes de

los integrantes en sesión de cada una de las Cámaras, más la

mayoría de los Congresos locales), existía formalmente la refe­

rida reforma y el texto propuesto era ya parte integrante de la

Norma Fundamental; finalmente, el viernes 10 de junio de 2011

se publicó en el Diario Oficial de la Federación, la reforma consti­

tucional en materia de derechos humanos.

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65

Según se puede apreciar, del procedimiento legislativo que conclu­

yó con la reforma constitucional de 10 de junio de 2011, en ma te­

ria de derechos humanos, en las diferentes propuestas de redacción

y modificación del artículo 1 constitucional, no se especificó que

los principios de "interpretación conforme" y de "interpretación

más favorable", fueran susceptibles de aplicarse de manera irres­

tricta e indiscriminada; por el contrario, desde la primera propuesta

existieron justificaciones expresas para asegurar la posibilidad

de aplicar normas convencionales que no contradijeran expresa­

mente el texto constitucional. En un segundo momento se transitó

a la posibilidad de aplicar las normas de protección de derechos

humanos en sede internacional como reglas de aplicación "subsi­

diaria", respetando siempre el sistema de jerarquía normativa.

Por último, que la incorporación expresa de estos dos principios,

de manera complementaria, tuvo el objeto de incluir cualquier

especie de tratados internacionales, con independencia de su

materia, en tanto reconocieran un derecho humano, privilegiando

la incorporación a reglas de protección más benéficas o ventajo­

sas para las personas que complementaran las existentes en el

ámbito jurídico interno.

De esta manera, la incorporación de los principios de interpre ta­

ción conforme y pro persona, significaron una discusión que inde­

fectiblemente impactó en un replanteamiento de los principios

de supremacía constitucional, jerarquía normativa, restricciones

y prohibiciones constitucionales; en efecto, toda vez que el juez

constitucional está obligado a preferir el sentido normativo de

una disposición de observancia general que más se apegue al texto

constitucional y al de los instrumentos internacionales, cuyo con­

tenido material sea de prerrogativas fundamentales, también

deberá optar por aquella interpretación que resulte más benéfica

para la persona, lo que de manera alguna supondría dejar de

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PRINCIPIO DE INTERPRETACIÓN CONFORME...

66

aplicar el texto constitucional cuando de sus disposiciones se

advierta la existencia de alguna prohibición, restricción o limita­

ción del ejercicio de algún derecho humano, hipótesis en la cual

deberá aplicarse directamente el texto de la Ley Fundamental, sin

estar en posibilidad de armonizarlo o integrarlo con el contenido

de algún instrumento internacional.

III. Contenido de los principios pro persona y de interpretación conforme

Como se destacó anteriormente, los principios de "interpretación

más favorable a la persona" y de "conformidad constitucional y

convencional", se encuentran íntimamente relacionados, puesto

que adicional a que el órgano jurisdiccional se encuentre obligado

a desentrañar el alcance de la norma impugnada que signifique

su conservación y apego al texto constitucional y a los diversos

instrumentos internacionales de los que el Estado mexicano

forma parte, además deberá optar por aquella armonización o

interpretación que signifique un mayor beneficio a la persona.

De esta manera, se analizarán de manera sucinta los referidos

principios.

1. Principio de interpretación más favorable a las personas, pro persona o pro homine

Cómo se destacó, en el dictamen de fecha 14 de diciembre de 2010,

se incorporó expresamente el principio de interpretación más

favo rable, con el objeto de ampliar el ámbito de protección res­

pecto de todos los instrumentos internacionales y no sólamente

en relación con aquellos tratados internacionales que formal y

nominalmente fueran de derechos humanos, sino también la posi­

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67

bilidad de integrar otro tipo de instrumentos al nuevo parámetro

de la regularidad de los actos de autoridad.

A su vez, en el diverso dictamen de 8 de marzo de 2011, se con­

ceptualizó que el principio de interpretación más amplia, es aquel

que postula que el derecho debe interpretarse y aplicarse siem­

pre de la manera que más favorezca a las personas.

Bajo este orden de ideas, el principio propone el análisis de las

normas desde el peso sustantivo que éstas tienen en la protec­

ción de las personas, en contraste con la rigidez de los criterios de

supremacía, jerarquía o producción normativa, así como con un

sistema estricto de producción de interpretaciones obligatorias

para los distintos operadores jurídicos.

Desde esta perspectiva el principio de interpretación "pro persona",

significa una herramienta interpretativa a través de la cual se

pondera, ante una disyuntiva entre dos normas, que deberá apli­

carse aquella cuya protección resulte más favorable o benéfica

para la persona o en su defecto menos restrictiva para la persona.

En otras palabras, en el supuesto de que un mismo derecho

funda mental esté reconocido en las dos fuentes supremas del

ordenamiento jurídico, a saber, la Constitución y los tratados

internacionales, la elección de la norma que será aplicable en

materia de derechos humanos, atenderá a criterios que favorez­

can a la persona; aunado a ello, dicho criterio interpretativo, en

caso de que exista una diferencia entre el alcance o la protección

reconocida en las normas de estas distintas fuentes, deberá pre­

valecer aquella que represente una mayor protección para la per­

sona o que implique una menor restricción; en esta lógica, el

catálogo de derechos fundamentales no se encuentra limitado a

lo prescrito en el texto constitucional, sino que también incluye

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PRINCIPIO DE INTERPRETACIÓN CONFORME...

68

a todos aquellos derechos que figuran en los tratados internacio­

nales ratificados por el Estado mexicano.6

En el ámbito jurisprudencial del sistema Interamericano, la Corte

Interamericana, ha referido en lo atinente a la interpretación más

favorable, lo siguiente:

181. Es preciso recordar que la Corte en diversas ocasiones ha aplicado el principio de la norma más favorable para interpretar la Convención Americana, de manera que siem­pre se elija la alternativa más favorable para la tutela de los derechos protegidos por dicho tratado. Según lo ha estable­cido este Tribunal, si a una situación son aplicables dos nor­mas distintas, "debe prevalecer la norma más favorable a la persona humana.7

106. Asimismo, la Corte ha señalado, al igual que la Corte Europea de Derechos Humanos, que los tratados de dere­chos humanos son instrumentos vivos, cuya interpretación tiene que acompañar la evolución de los tiempos y las condiciones de vida actuales. Tal interpretación evolutiva es consecuente con las reglas generales de interpretación consagradas en el artículo 29 de la Convención Americana, así como las establecidas por la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados. En este sentido, al interpretar la Convención debe siempre elegirse la alternativa más favo­rable para la tutela de los derechos protegidos por dicho tratado, según el principio de la norma más favorable al ser humano.8

6 Vid. Tesis jurisprudencial número 107/2012, de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de México, que lleva por rubro: "PRINCIPIO PRO PERSONA. CRITERIO DE SELECCIÓN DE LA NORMA DE DERECHO FUNDAMENTAL APLICABLE."

7 Corte IDH. Caso Ricardo Canese Vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas. Sen­tencia de 31 de agosto de 2004. Serie C No. 111, Párrafo 181. Consultable en el vínculo electrónico del Buscador Jurídico de Derechos Humanos de la Suprema Corte de Jus­ticia de la Nación http://www.bjdh.org.mx/BJDH/

8 Corte IDH. Caso de la "Masacre de Mapiripán" Vs. Colombia. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 15 de septiembre de 2005. Serie C No. 134, Párrafo 106. Consulta­

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ALBERTO PÉREZ CANALES • JORGE JANNU LIZÁRRAGA DELGADO

69

218. En segundo lugar, el artículo 299 ha sido utilizado para

fijar criterios de interpretación, tales como el principio de

"interpretación evolutiva" de los tratados de derechos huma­

nos, que es "consecuente con las reglas generales de inter­

pretación consagradas" en dicho artículo. Asimismo, se ha

desarrollado el principio de "aplicación de la norma más favo­

rable a la tutela de los derechos humanos" como deri vado

del artículo 29.b) y la prohibición de privar a los derechos de

su contenido esencial como derivado del artículo 29.a).10

2. Principio de interpretación conforme

Según los diversos conceptos abordados en el curso impartido en

la Universitat Pompeu Fabra del 9 al 13 de noviembre de 2015, el

principio de interpretación conforme tiene su punto de partida

en aquellas latitudes en donde se conjunta la jurisdicción consti­

tucional concentrada con la difusa.11

ble en el vínculo electrónico del Buscador Jurídico de Derechos Humanos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación http://www.bjdh.org.mx/BJDH/

9 Artículo 29. Normas de InterpretaciónNinguna disposición de la presente Convención puede ser interpretada en el sen­

tido de:a) permitir a alguno de los Estados Partes, grupo o persona, suprimir el goce y ejer­

cicio de los derechos y libertades reconocidos en la Convención o limitarlos en mayor medida que la prevista en ella;

b) limitar el goce y ejercicio de cualquier derecho o libertad que pueda estar reco­nocido de acuerdo con las leyes de cualquiera de los Estados Partes o de acuerdo con otra convención en que sea parte uno de dichos Estados;

c) excluir otros derechos y garantías que son inherentes al ser humano o que se derivan de la forma democrática representativa de gobierno, y

d) excluir o limitar el efecto que puedan producir la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre y otros actos internacionales de la misma naturaleza.

10 Corte IDH. Caso Apitz Barbera y otros ("Corte Primera de lo Contencioso Adminis­trativo") Vs. Venezuela. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 5 de agosto de 2008. Serie C No. 182, Párrafo 218. Consultable en el vínculo electró­nico del Buscador Jurídico de Derechos Humanos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación http://www.bjdh.org.mx/BJDH/

11 En el caso de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, ello en­cuentra sustento en lo previsto en la segunda parte del único párrafo del artículo 133, que dispone: "Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que emanen de ella y todos los Tratados que estén de acuerdo con la misma, celebrados y que se cele­

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 69 22/11/17 2:28 p.m.

PRINCIPIO DE INTERPRETACIÓN CONFORME...

70

En este sentido, dicho principio supone la posibilidad de dotar

de un contenido conforme a la disposición impugnada y salvar su

constitucionalidad, ajustándola a lo dispuesto en el texto cons­

ti tucional o en el de algún instrumento internacional; debe

des ta carse que en este segundo supuesto, conformidad conven ­

cio nal, únicamente se analiza si la ley se ajusta al tratado, sin la

posibilidad de invalidarla.

A su vez la interpretación conforme supone ponderar y utilizar el

principio de proporcionalidad, en la inteligencia de que su inte­

gración tiene límites como la imposibilidad de distorsionar el

contenido de la ley que se intenta armonizar con el contenido de

la Constitución o de algún instrumento internacional.

La conformidad puede ser entendida en un doble sentido: como

mera compatibilidad o como conformidad stricto sensu; la prime­

ra, vendría a significar ausencia de contradicción, la segunda,

deducibilidad.

En el derecho español, el principio de interpretación conforme se

sustenta en el artículo 10.2 de la Constitución Española,12 en el

sentido de que las normas relativas a los derechos fundamen­

tales y a las libertades que dicho texto constitucional reconoce,

deberán interpretarse de conformidad con la Declaración Uni­

ver sal de Derechos Humanos así como los tratados y acuerdos

bren por el Presidente de la República, con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de toda la Unión. Los jueces de cada Estado se arreglarán a dicha Constitución, leyes y tratados, a pesar de las disposiciones en contrario que pueda haber en las Constitu­ciones o leyes de los Estados."

12 Artículo 10.2. Las normas relativas a los derechos fundamentales y a las libertades que la Cons­

titución reconoce se interpretarán de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y los tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas mate­rias ratificados por España.

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internacionales sobre las mismas materias ratificados por el Reino

de España. Lo cual supone que toda interpretación de los dere­

chos fundamentales presentes en la Constitución española que

sea compatible, por no contradictoria, con los textos internacio­

nales de derechos humanos, en el entendido de que la conformi­

dad únicamente se alcanza en los supuestos de plena identidad,

esto es, siempre que el resultado de la interpretación lleve a otorgar

a los derechos fundamentales un contenido lógicamente deduci­

ble de aquellos mismos textos internacionales.

Asimismo, la interpretación conforme se fundamenta en el diverso

"favor legis" o principio de "conservación legal"; de esta manera,

la interpretación conforme está limitada por dos aspectos, uno

subjetivo y otro objetivo: por un lado, encuentra su límite en la

voluntad objetiva del legislador ordinario, es decir, la funciona­

lidad y alcance que el legislador imprimió a la norma (criterio

subjetivo) y, por otro, por el resultado final o el propio texto de la

norma en cuestión (criterio objetivo); En otras palabras, la inter­

pretación conforme encuentra sus límites allí donde entra en

contradicción con el texto de la norma y la voluntad del legisla­

dor claramente reconocida.

En el caso de la voluntad objetiva del legislador, la interpretación

conforme puede realizarse siempre y cuando el sentido norma­

tivo resultante de la ley no conlleve una distorsión sino una

atemperación o adecuación frente al texto original de la disposi­

ción normativa impugnada.

Cabe destacar, que el operador jurídico al utilizar el principio de

interpretación conforme no puede suplantarse en el ejercicio

de la función legislativa, pues ello supondría una indebida irrup­

ción en sus atribuciones constitucionales, así como trastocar el

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PRINCIPIO DE INTERPRETACIÓN CONFORME...

72

principio de división funcional de atribuciones o principio de

división de poderes.

Tampoco es posible la interpretación conforme cuando su incon­

formidad con el texto constitucional o "inconstitucionalidad" no

sea evidente y únicamente existan ciertos indicios, ya que dicha

herramienta hermenéutica parte del diverso principio de "con­

servación de la ley", que significa que el juez constitucional

deberá agotar todas las posibilidades de encontrar en la disposi­

ción normativa impugnada un significado que la haga compatible

con la Constitución o con algún instrumento internacional.

En este sentido, la idea que subyace en la interpretación conforme

implica mantener el orden de valores de la Constitución a través

de la interpretación de las leyes ordinarias; así, el principio de

interpretación conforme encuentra sus raíces en el de la "unidad

y cohesión del orden jurídico; para mantener este orden, las leyes

que legislador ordinario, deberán ser interpretadas de acuerdo

con la Ley Fundamental y los instrumentos internacionales de los

que el Estado respectivo sea parte. Dicho de otra manera, el prin­

cipio de interpretación conforme de todas las normas del orde­

namiento a la Constitución y a los tratados internacionales, es

una consecuencia elemental de la concepción del ordenamiento

como una estructura coherente, como una unidad o contexto.

Es importante advertir que esta regla interpretativa opera con ca­

rácter previo al juicio de invalidez, es decir, antes de considerar

a una norma jurídica como constitucionalmente o convencional­

mente inválida, es necesario agotar todas las posibilidades de

encontrar en ella un significado que la haga compatible con la

Constitución o con los tratados internacionales y que le permita,

por tanto, subsistir dentro del ordenamiento; de manera que,

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ALBERTO PÉREZ CANALES • JORGE JANNU LIZÁRRAGA DELGADO

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como se había destacado, sólo en el caso de que exista una clara

incompatibilidad o una contradicción insalvable entre la norma

ordinaria y la Constitución o algún instrumento internacional, pro­

cedería declararla inconstitucional o en su caso inconvencional.

En esta lógica, el operador jurídico debe evitar en la medida de lo

posible ese desenlace e interpretar las normas de tal modo que

la contradicción no se produzca y la norma pueda salvarse, esto

es, ha de procurar, siempre que sea posible, huir del vacío que se

produce cuando se niega validez a una norma y, en el caso con­

creto, de ser posibles varias interpretaciones, debe preferirse

aquella que salve la aparente contradicción.

Aunado a lo anterior, el principio de "interpretación conforme" de

todas las normas del ordenamiento a la Constitución y a los trata­

dos internacionales aplicables, se ve reforzado y complementado

por el principio "pro persona", contenido en el propio párrafo se­

gundo del artículo 1 de la Constitución Política de los Estados

Unidos Mexicanos, el cual obliga a maximizar la interpretación

conforme en aquellos escenarios en los cuales, dicha interpreta­

ción permita la efectividad de los derechos fundamentales de las

personas frente al vacío legislativo que puede provocar una decla­

ración de inconstitucionalidad de la norma.13

13 Ahora bien, en cuanto al alcance y aplicación del principio de interpretación con­forme, la Suprema Corte mexicana, ha emitido los siguientes criterios relevantes, de los cuales se recogen varias de las ideas antes apuntadas, dichos criterios llevan por rubro: "INTERPRETACIÓN CONFORME. NATURALEZA Y ALCANCES A LA LUZ DEL PRINCIPIO PRO PERSONA." "INTERPRETACIÓN CONFORME EN ACCIONES DE INCONS­TITUCIONALIDAD, CUANDO UNA NORMA ADMITA VARIAS INTERPRETACIONES DEBE PREFERIRSE LA COMPATIBLE CON LA CONSTITUCIÓN." "PRINCIPIO DE INTERPRETA­CIÓN DE LA LEY CONFORME A LA CONSTITUCIÓN." "PRINCIPIO DE INTERPRETACIÓN MÁS FAVORABLE A LA PERSONA. PRESUPUESTOS PARA SU APLICACIÓN" "PRINCIPIO DE INTERPRETACIÓN MÁS FAVORABLE A LA PERSONA. SU CUMPLIMIENTO NO IMPLICA QUE LOS ÓRGANOS JURISDICCIONALES NACIONALES, AL EJERCER SU FUNCIÓN,

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PRINCIPIO DE INTERPRETACIÓN CONFORME...

74

Por último, debe destacarse que la interpretación conforme de las

normas emitidas por el legislador ordinario únicamente procede

tratándose de asuntos jurisdiccionales, es decir, cuando se surta

la competencia de los jueces constitucionales o se esté en el

supuesto de procedencia de los medios de control de la constitu­

cionalidad que son de la competencia de los Tribunales Federales

mexicanos, lo que excluye la posibilidad de que éstos actúen

como órganos de naturaleza consultiva, al carecer de facultades

para conocer de este tipo de asuntos, como si se trataré de la

Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Lo anterior, fue

determinado por la Segunda Sala de la Suprema Corte mexicana

al conocer de un recurso de reclamación en el que se pretendía

que el Alto Tribunal conociera de la inconstitucionalidad de la Ley

de Migración, soslayando los requisitos de procedencia del jui­

cio de amparo y reforzando su pretensión en el principio de inter­

pretación conforme.14

IV. Límites a los principios de interpretación conforme y pro persona a luz

de diversos precedentes emitidos por la suprema corte mexicana

Como se destacó anteriormente la inclusión de los citados prin ci ­

pios generó un debate extenso en la Suprema Corte mexicana,

prin cipalmente en torno a la ubicación jerárquica de los ins trumen tos

DEJEN DE OBSERVAR LOS DIVERSOS PRINCIPIOS Y RESTRICCIONES QUE PREVÉ LA NORMA FUNDAMENTAL."

14 Las tesis que surgieron a raíz de la resolución del referido asunto, llevan por rubro: "ACCIÓN DECLARATIVA DE INTERPRETACIÓN CONFORME DE LA LEY DE MI­GRACIÓN. IMPROCEDENCIA DE LA SOLICITUD EN CUANTO A LA INTEGRACIÓN DE UN EXPEDIENTE "VARIOS" Y SU EVENTUAL PRONUNCIAMIENTO DE FONDO." "ACCIÓN DECLARATIVA DE INTERPRETACIÓN CONFORME DE UNA DISPOSICIÓN DE OBSER­VANCIA GENERAL. LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN CARECE DE FACULTADES PARA CONOCER DE ELLA AL NO TENER SUSTENTO CONSTITUCIONAL."

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internacionales, así como el alcance de dichos principios y su

frontera con las restricciones, prohibiciones o limitaciones pre­

vistas expresamente en la Constitución Federal, como una mani­

festación del Constituyente Permanente o Poder Reformador de

la Ley Fundamental, al tratarse de una expresión significativa

de su soberanía, lo cual impide que los jueces constitucionales,

ante una disposición constitucional restrictiva esté en posibilida­

des de armonizar la ley de conformidad con el contenido de algún

instrumento internacional o incluso de aplicar aquella norma

que más beneficie a la persona.

En otras palabras, ante una restricción constitucional, deberá de

aplicarse el sentido de la norma impugnada que más se ajuste

al texto de la Ley Fundamental (interpretación conforme consti­

tucional), sin que el operador jurídico ante la existencia de una

norma más favorable a la persona en sede convencional, esté en

posibilidad de aplicarla.

Lo anterior, tuvo el siguiente desarrollo, en un primer momento, el

3 de septiembre de 2013 al resolver la contradicción de tesis

293/2011, diez de los once Ministros que integran el Tribunal

Pleno del más Alto Tribunal mexicano, se manifestaron genérica­

mente por la prevalencia del sentido de la restricción constitu­

cio nal expresa frente a cualquier otra norma que resultara más

favorable a la persona.

Durante el extenso debate surgieron diversas posturas en cuanto

a la aplicación del principio interpretación más favorable y de

ma nera implícita el de interpretación conforme, a raíz de la re­

forma constitucional de 10 de junio de 2011, las cuales se podrían

sintetizar en tres: la primera, relativa a la interpretación irres­

tricta del principio que postula que siempre deberá aplicarse la

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PRINCIPIO DE INTERPRETACIÓN CONFORME...

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norma que resulte más favorable, con independencia de las res­

tricciones constitucionales que pudieran existir, de ahí que si la

norma más protectora se encuentra en algún instrumento inter­

nacional, inmediatamente se aplica la regla al caso; una segunda

postura atemperada, en la que el principio, si bien implica buscar

la aplicación de la disposición más favorable, en caso de que exista

alguna restricción, deberá ponderarse tanto la norma en sede

convencional que resulta más benéfica, como la propia restric­

ción, desentrañando las justificaciones, ya sea del Constituyente

Originario o del Permanente y aplicar en caso de que las justifica­

ciones relevantes de interés general, bien común o alguna otra

de carácter social, cultural, económica o de seguridad pública, no

logren superar los requisitos de razonabilidad e idoneidad en la

medida, la norma convencional al caso concreto; la última se refiere

a que el principio de interpretación más favorable encuentra su

frontera en el texto del artículo primero constitucional en el que

se prevé que la única vía permisible para restringir o suspender

derechos humanos, son los casos y condiciones expresas que se

prevén en el propio texto superior, de ahí que en caso de que

exista alguna restricción, excepción, limitación o prohibición con­

tundente en la Ley Fundamental, prevalece su sentido sin que el

juzgador se encuentre en posibilidad de llevar a cabo cualquier

valoración ulterior, es decir la amplitud de la norma convencio­

nal sobre un determinado derecho humano sucumbe ante la

voluntad soberana del constituyente mexicano, sin impedir, desde

luego, que la restricción misma puede ser interpretada a su vez,

de forma también restringida.

Lo resuelto en dicho precedente generó la tesis jurisprudencial

número 20/2014 del Tribunal Pleno, que lleva por rubro: "DERECHOS

HUMANOS CONTENIDOS EN LA CONSTITUCIÓN Y EN LOS TRA­

TADOS INTERNACIONALES. CONSTITUYEN EL PARÁMETRO DE

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CONTROL DE REGULARIDAD CONSTITUCIONAL, PERO CUANDO

EN LA CONSTITUCIÓN HAYA UNA RESTRICCIÓN EXPRESA AL

EJERCICIO DE AQUÉLLOS, SE DEBE ESTAR A LO QUE ESTABLE­

CE EL TEXTO CONSTITUCIONAL."15

En un segundo momento, la Segunda Sala de la Suprema Corte de

México, sostuvo que cuando se quisiera desconocer el contenido

de una restricción, prohibición, limitación o excepción consti­

tucional, con apoyo en una norma de fuente internacional, los

argumentos sostenidos en este sentido, resultaban ineficaces o

inoperantes, pues dichas disposiciones constituyen una expresión

del Constituyente mexicano que prevalece en todo caso y condi­

ción, frente a cualquier otra norma derivada, con independencia

de que ésta (tratados internacionales) tenga el mismo nivel que la

Constitución Federal.16

15 El rubro del citado criterio jurisprudencial lleva por texto: "El primer párrafo del artículo 1o. constitucional reconoce un conjunto de derechos humanos cuyas fuentes son la Constitución y los tratados internacionales de los cuales el Estado mexicano sea parte. De la interpretación literal, sistemática y originalista del contenido de las refor­mas constitucionales de seis y diez de junio de dos mil once, se desprende que las normas de derechos humanos, independientemente de su fuente, no se relacionan en términos jerárquicos, entendiendo que, derivado de la parte final del primer párrafo del citado artículo 1o., cuando en la Constitución haya una restricción expresa al ejercicio de los derechos humanos, se deberá estar a lo que indica la norma constitu­cional, ya que el principio que le brinda supremacía comporta el encumbramiento de la Constitución como norma fundamental del orden jurídico mexicano, lo que a su vez implica que el resto de las normas jurídicas deben ser acordes con la misma, tanto en un sentido formal como material, circunstancia que no ha cambiado; lo que sí ha evolucionado a raíz de las reformas constitucionales en comento es la configuración del conjunto de normas jurídicas respecto de las cuales puede predicarse dicha supre­macía en el orden jurídico mexicano. Esta transformación se explica por la amplia ción del catálogo de derechos humanos previsto dentro de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el cual evidentemente puede calificarse como parte del conjunto normativo que goza de esta supremacía constitucional. En este sentido, los derechos humanos, en su conjunto, constituyen el parámetro de control de regu la­ridad constitucional, conforme al cual debe analizarse la validez de las normas y actos que forman parte del orden jurídico mexicano."

16 Lo anterior se advierte del contenido de la jurisprudencia número 119/2014, que lleva por rubro: "AGRAVIOS INOPERANTES. LO SON AQUELLOS QUE PRETEN­DEN LA DESAPLICACIÓN DE UNA RESTRICCIÓN, PROHIBICIÓN, LIMITACIÓN O

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PRINCIPIO DE INTERPRETACIÓN CONFORME...

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Con independencia de lo anterior, en caso de que la existencia

de una disposición restrictiva en el texto constitucional, impida al

ope rador jurídico aplicar una norma más favorable en sede cons­

titucional, debe destacarse que la Segunda Sala de la Suprema

Corte, determinó posteriormente que el contenido de la propia

restricción constitucional es susceptible de ser atemperada con­

forme a los propios postulados constitucionales, de la manera

que le resulte menos lesiva a las personas, pero sin vaciarla de

contenido.

Es decir, si bien la existencia expresa de una disposición restric­

tiva o prohibitiva en el texto constitucional, supone la imposibili­

dad de acudir a una norma de fuente internacional que pudiera

resultar más benéfica, lo cierto es que ello no significa que el juez

constitucional atempere la propia restricción, conforme a los pro­

pios principios constitucionales.17

Finalmente, la propia Segunda Sala, ha sostenido que las restric­

ciones, prohibiciones o limitaciones constitucionales, además de

significar una manifestación expresa de la soberanía del Consti­

tuyente mexicano, que impide su ulterior ponderación e integra­

ción con otros instrumentos internacionales, dichas disposiciones

también encuentran sustento en lo previsto en los artículos 30 y

32.2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.

Esto es, los Estados integrantes de la citada Convención han dis­

puesto que la forma de limitar válidamente el ejercicio de los

EXCEPCIÓN CONSTITUCIONAL, CON APOYO EN UNA DISPOSICIÓN DE CARÁCTER CONVENCIONAL."

17 Lo anterior se contiene en la tesis aislada CXXI/2015, que lleva por rubro: "RESTRIC­CIONES CONSTITUCIONALES AL GOCE Y EJERCICIO DE LOS DERECHOS Y LIBERTADES. SU CONTENIDO NO IMPIDE QUE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN LAS INTERPRETE DE LA MANERA MÁS FAVORABLE A LAS PERSONAS, EN TÉRMINOS DE LOS PROPIOS POSTULADOS CONSTITUCIONALES."

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derechos y libertades de las personas en un Estado constitucional

y democrático, sea a través de restricciones o limitaciones, que

deberán estar contenidas de manera expresa en las Constitu­

ciones de cada uno de los Estados integrantes de la Convención

Americana.18

V. Aplicación práctica del principio de interpretación conforme

El principio de interpretación conforme se aplicó como herramien ta

hermenéutica en el amparo en revisión 652/2014, resuelto por la

Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en se­

sión de veintiocho de enero de dos mil quince.

En el referido asunto se planteaba la inconstitucionalidad del ar­

tículo 21, fracción V, párrafo cuarto,19 de la Ley Federal de Respon­

sabilidades Administrativas de los Servidores Públicos, que prevé

18 Ello se desprende del contenido de la tesis aislada CXXVIII/2015 de la Segunda Sala, que lleva por rubro y texto: "RESTRICCIONES CONSTITUCIONALES AL GOCE Y EJERCICIO DE LOS DERECHOS Y LIBERTADES. ADICIONALMENTE A QUE SE TRATEN DE UNA MANIFESTACIÓN EXPRESA DEL CONSTITUYENTE MEXICANO QUE IMPIDE SU ULTERIOR PONDERACIÓN CON OTROS INSTRUMENTOS INTERNACIONALES, TAM­BIÉN SE ENCUENTRAN JUSTIFICADAS EN EL TEXTO DE LA CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS.

19 "ARTÍCULO 21. La Secretaría, el contralor interno o el titular del área de respon­sabilidades impondrán las sanciones administrativas a que se refiere este Capítulo mediante el siguiente procedimiento:

(…)V. Previa o posteriormente al citatorio al presunto responsable, la Secretaría, el contra­

lor interno o el titular del área de responsabilidades podrán determinar la suspensión temporal de su empleo, cargo o comisión, si a su juicio así conviene para la conduc­ción o continuación de las investigaciones. La suspensión temporal no prejuzga sobre la responsabilidad que se le impute. La determinación de la Secretaría, del contralor interno o del titular del área de responsabilidades hará constar expresamente esta salvedad.

En el supuesto de que el servidor público suspendido temporalmente no resultare responsable de los hechos que se le imputan, la dependencia o entidad donde preste sus servicios lo restituirán en el goce de sus derechos y le cubrirán las percepciones que debió recibir durante el tiempo en que se halló suspendido.

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PRINCIPIO DE INTERPRETACIÓN CONFORME...

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que en el caso en que un servidor sea sujeto a un procedimiento

de responsabilidad administrativa, la Secretaría de la Función

Pública, el Contralor Interno o el Titular del Área de Responsabi­

lidades de la dependencia o del órgano de gobierno respectivo,

podrá suspenderlo temporalmente de sus funciones y de sus

percepciones, para la continuación o conducción de las investi­

gaciones a que haya lugar; incluso, dicha suspensión puede

decretarse antes de que el funcionario sujeto a investigación sea

notificado del inicio de un procedimiento administrativo instau­

rado en su contra.

La Segunda Sala determinó que se trata de una medida cautelar

que tiene por objeto facilitar el curso de las investigaciones y que

por la naturaleza de este tipo de procedimientos, se busca pro­

teger y preservar los intereses públicos fundamentales así como

garantizar el adecuado desarrollo de la función pública y, en su

caso, prevenir que se sigan generando mayores daños a la admi­

nistración pública.

De esta manera, se determinó que la separación temporal del

servidor público de sus funciones es razonable, en tanto tenga

por objeto cumplir con los fines señalados en el propio artículo,

como es el de facilitar el curso de las investigaciones o evitar un

perjuicio mayor a la administración pública.

Ahora bien, en cuanto a la suspensión de las percepciones o de

los ingresos del servidor público sujeto a investigación en un pro­

cedimiento de responsabilidad administrativa, resulta conforme

a lo previsto en el artículo 113, párrafo primero,20 de la Constitu­

20 Artículo 113. Las leyes sobre responsabilidades administrativas de los servidores públicos, determinarán sus obligaciones a fin de salvaguardar la legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad, y eficiencia en el desempeño de sus funciones, empleos, cargos

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ción Federal, ya que resulta razonable e idónea a la finalidad pre­

tendida por el Constituyente y por el propio legislador ordinario.

De esta manera, los ingresos a los que tiene derecho el servidor

público derivan precisamente del desempeño de las funciones que

le son encomendadas y tendrá derecho a aquellas, siem pre

que dicha función se desarrolle. En esa medida, cuando se ordena

una suspensión del servidor público en sus labores, es inconcuso

que esa suspensión conlleva por sí misma, la imposibilidad de que

el servidor público reciba los emolumentos que le son propios al

cargo, en tanto no se está desarrollando ninguna función que los

respalde, o bien del que deriven.

En esa virtud, el servidor público sujeto a un procedimiento admi­

nistrativo de responsabilidad conserva su calidad de inocente

—tal como se desprende de lo previsto en el artículo 21, fracción V,

párrafo primero de la Ley Federal de Responsabilidades Adminis­

trativas de los Servidores Públicos— hasta en tanto no exista un

resolución administrativa por parte de la autoridad competente

que determine la plena acreditación de la infracción y su corres­

pondiente destitución, empero dicha circunstancia no implica la

proscripción de la facultad de la autoridad administrativa de dic­

tar las medidas cautelares que, con fundamento en la legislación

de la materia, estime pertinentes para la protección de los prin­

cipios rectores del servicio público, en la inteligencia de que, en el

y comisiones; las sanciones aplicables por los actos u omisiones en que incurran, así como los procedimientos y las autoridades para aplicarlas. Dichas sanciones, además de las que señalen las leyes, consistirán en suspensión, destitución e inhabilitación, así como en sanciones económicas, y deberán establecerse de acuerdo con los bene­ficios económicos obtenidos por el responsable y con los daños y perjuicios patrimo­niales causados por sus actos u omisiones a que se refiere la fracción III del artículo 109, pero que no podrán exceder de tres tantos de los beneficios obtenidos o de los daños y perjuicios causados.

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PRINCIPIO DE INTERPRETACIÓN CONFORME...

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dado caso de que no se acredite que se configuró la infracción

correspondiente, tendrá derecho a que se le restituya en el pleno

goce de sus derechos y, en consecuencia, se le cubran las per­

cepciones que dejó de recibir durante el tiempo que estuvo

suspendido.

Bajo esta tesitura, la Segunda Sala determinó interpretar la dispo­

sición de conformidad con el contenido de la Constitución Política

de los Estados Unidos Mexicanos así como los tratados internacio­

nales en materia de derechos humanos, lo que supuso su recono­

cimiento de conformidad o validez, siempre y cuando se interprete

dicha disposición en el sentido de que la autoridad administrativa

sancionadora contemple en el acuerdo de inicio del procedimiento

de responsabilidades, el pago de una cantidad equivalente al sala­

rio o ingreso mínimo de subsistencia, esto es, desde el momento en

que el servidor público es notificado del inicio del procedimiento

de responsabilidad y suspendido en el pago de sus emolumentos,

durante el periodo en que se lleven a cabo las investigaciones

res pectivas y hasta en tanto la autoridad, Órgano Interno de Con­

trol, no dicte resolución administrativa en la que determine su

responsabilidad y destitución del cargo; en el entendido de que,

dictada la resolución respectiva, el servidor público fuera exonerado

de cualquier responsabilidad, deberá cubrírsele el remanente del

total de las percepciones que dejó de recibir, descontando, la can­

tidad que sí se le cubrió por concepto de ingreso subsistencial.

Es decir, para salvar la constitucionalidad y convencionalidad del

citado precepto legal, la Corte determinó que la autoridad instruc­

tora deberá garantizar el derecho a un ingreso mínimo para la

subsistencia del presunto responsable, de ahí que en forma simul­

tánea, deberá determinar la cantidad que le otorgará para cubrir

sus necesidades básicas de sana alimentación, vestido, vivienda,

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salud, entre otras; cantidad que no deberá ser inferior al salario

tabular más bajo que se cubra en la institución en la que labo­

raba el responsable al momento de decretarse la suspensión y

que deberá cubrirse hasta en tanto se dicte resolución adminis­

trativa en el procedimiento de origen en el que se determine su

responsabilidad y se le destituya del cargo.21

Como se advierte de lo anterior, ante la disyuntiva de declarar la

inconstitucionalidad del artículo 21, fracción V, de la Ley Federal

de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos,

en la medida en la que se privaba al servidor público de sus ingre­

sos mientras se estuviere sustanciando el procedimiento admi­

nistrativo de responsabilidad, se optó por dotarla de un sentido

normativo que, por una parte, respetara los fines constitucionales

de legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia, y por

otra, resultará afín con el concepto de ingreso subsistencial; obli­

gando a la autoridad administrativa encargada del procedimiento

sancionatorio a otorgar un ingreso mínimo equivalente al 30%

de su ingreso real y nunca inferior al salario tabular más bajo

que se cubra en la Institución de gobierno de que se trate, depen­

diendo de la gravedad de la infracción cometida, que aseguré la

21 Lo resuelto por la Segunda Sala de la Suprema Corte, generó las tesis aisladas XVII/2015 y XVIII/2015, que llevan por rubro: "RESPONSABILIDADES ADMINISTRATI­VAS DE LOS SERVIDORES PÚBLICOS. LAS MEDIDAS CONSISTENTES EN LA SUSPEN­SIÓN TEMPORAL DEL EMPLEO Y LA RETENCIÓN DE LAS PERCEPCIONES SIEMPRE QUE RESPETE EL MÍNIMO DE SUBSISTENCIA DURANTE EL PROCEDIMIENTO RESPECTIVO PREVISTO EN EL ARTÍCULO 21, FRACCIÓN V, DE LA LEY FEDERAL RELATIVA, HASTA EN TANTO SE DICTA LA RESOLUCIÓN ADMINISTRATIVA EN LA QUE SE DETERMINAN AQUÉLLAS, SON CONSTITUCIONALES." Y "RESPONSABILIDADES ADMINISTRATIVAS DE LOS SERVIDORES PÚBLICOS. EL ARTÍCULO 21, FRACCIÓN V, DE LA LEY FEDERAL RELATIVA, QUE PERMITE LA SUSPENSIÓN TEMPORAL EN EL EMPLEO Y LA RETENCIÓN DE PERCEPCIONES, DEBE INTERPRETARSE EN EL SENTIDO DE QUE EL ÓRGANO IN­TERNO DE CONTROL PREVENDRÁ UN INGRESO MÍNIMO PARA LA SUBSISTENCIA DEL SERVIDOR PÚBLICO DURANTE EL PROCEDIMIENTO RESPECTIVO, HASTA EN TANTO NO SE DICTE LA RESOLUCIÓN ADMINISTRATIVA QUE DETERMINE AQUÉLLAS."

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subsistencia del servidor público durante todo el procedimiento

respectivo y hasta en tanto no se dicte la resolución administra­

tiva correspondiente, momento en el cual se definirá su situación

jurídica.

Cabe destacar que posteriormente se denunció la discrepan cia de

criterios entre la Primera y la Segunda Sala de la Suprema Corte

de Justicia de la Nación; de esta manera, el catorce de noviem­

bre de dos mil dieciséis, se resolvió la contradicción de tesis

311/2015, en la cual se confirmaron los criterios antes señalados,

por mayoría de los señores Ministros en sesión por lo cual las tesis

adquirieron ahora el carácter de jurisprudencias.

En este punto, es importante destacar que la mayoría de los Minis­

tros del Tribunal Pleno determinó que se agregara el razonamiento

relativo a que aquel servidor público que fuera exonerado de

cualquier responsabilidad en el procedimiento sancionatorio, trae­

ría como consecuencia cubrírsele el remanente del total de las

percepciones que efectivamente dejó de recibir, descontando

aquella cantidad que sí se le cubrió por concepto de ingreso

subsistencial.

De igual forma, se hizo alusión al artículo 124, fracción I,22 de la

nueva Ley General de Responsabilidades Administrativas, actual­

22 "Artículo 124. Podrán ser decretadas como medidas cautelares las siguientes:I. Suspensión temporal del servidor público señalado como presuntamente respon­

sable del empleo, cargo o comisión que desempeñe. Dicha suspensión no prejuzgará ni será indicio de la responsabilidad que se le impute, lo cual se hará constar en la resolución en la que se decrete. Mientras dure la suspensión temporal se deberán decretar, al mismo tiempo, las medidas necesarias que le garanticen al presunto res­ponsable mantener su mínimo vital y de sus dependientes económicos; así como aquellas que impidan que se le presente públicamente como responsable de la comi­sión de la falta que se le imputa. En el supuesto de que el servidor público suspendido temporalmente no resultare responsable de los actos que se le imputan, la dependen­cia o entidad donde preste sus servicios lo restituirán en el goce de sus derechos

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mente en vigor, en el que el legislador federal incluyó el ingreso

subsistencial, bajo la expresión "mínimo vital", confirman do con

ello la incorporación de un ingreso que permita la subsistencia del

servidor público mientras se lleve a cabo el procedimiento sancio­

natorio y hasta en tanto se dicte la resolución correspondiente.

Finalmente, los criterios jurisprudenciales 2/2017 y 3/2017, apro­

bados por el Tribunal Pleno y que derivaron de lo resuelto en la

contradicción de tesis 311/2016,23 llevan por rubro y texto:

RESPONSABILIDADES ADMINISTRATIVAS DE LOS SERVI­

DORES PÚBLICOS. EL ARTÍCULO 21, FRACCIÓN V, DE LA

LEY FEDERAL RELATIVA, QUE PERMITE LA SUSPENSIÓN

TEMPORAL EN EL EMPLEO Y LA RETENCIÓN DE PERCEP­

CIONES, DEBE INTERPRETARSE EN EL SENTIDO DE QUE

EL ÓRGANO INTERNO DE CONTROL PREVENDRÁ UN

INGRESO MÍNIMO PARA LA SUBSISTENCIA DEL SERVI­

DOR PÚBLICO DURANTE EL PROCEDIMIENTO RESPEC­

TIVO, HASTA EN TANTO NO SE DICTE LA RESOLUCIÓN

ADMINISTRATIVA QUE DETERMINE AQUÉLLAS. En concor­

dancia con los principios de presunción de inocencia y

derecho al mínimo vital, previstos en los artículos 1o., 3o.,

4o., 6o., 13, 14, 16, 17, 27, 31 y 123 de la Constitución Política

de los Estados Unidos Mexicanos, así como 8, numeral 2, de

la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que

poten cializan significativamente la protección de la digni­

y le cubrirán las percepciones que debió recibir durante el tiempo en que se halló suspendido."

23 Contradicción de tesis 311/2015. Entre las sustentadas por la Primera y la Segunda Salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. 14 de noviembre de 2016. Mayoría de seis votos de los Ministros Margarita Beatriz Luna Ramos, José Fernando Franco González Salas, Jorge Mario Pardo Rebolledo, Eduardo Medina Mora I., Alberto Pérez Dayán y Luis María Aguilar Morales; votaron en contra Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, José Ramón Cossío Díaz, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, Norma Lucía Piña Hernández y Javier Laynez Potisek. Ponente: Alberto Pérez Dayán. Secretario: Jorge Jannu Lizárraga Delgado.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 85 22/11/17 2:28 p.m.

PRINCIPIO DE INTERPRETACIÓN CONFORME...

86

dad humana, se concluye que el artículo 21, fracción V, de

la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los

Servidores Públicos, en cuanto permite la suspensión tem­

poral en el empleo y la retención de las percepciones del

servidor público que es investigado, resulta conforme con

el texto de la Norma Fundamental, particularmente con su

artículo 113, siempre y cuando se interprete en el sentido

de que la autoridad administrativa sancionadora contemple

en el acuerdo de inicio del procedimiento de responsabili­

dades, el pago de una cantidad equivalente al salario o

ingreso mínimo de subsistencia, esto es, desde el momento

en que el servidor público es notificado del inicio del proce­

dimiento de responsabilidad y suspendido en sus labores y,

por ende, en el pago de sus emolumentos, durante el periodo

en que se lleven a cabo las investigaciones respectivas y

hasta en tanto la autoridad no dicte la resolución que ponga

fin al procedimiento de responsabilidad. En esa virtud, la

autoridad instructora debe garantizar el derecho a un ingreso

mínimo para la subsistencia del presunto responsable; de

ahí que, en forma simultánea, habrá de determinar la can­

tidad que le otorgará para cubrir sus necesidades básicas de

alimentación, vestido, vivienda, salud, entre otras, la cual

deberá ser equivalente al 30% de su ingreso real y nunca

inferior al salario tabular más bajo que se cubra en la insti­

tución en la que laboraba el servidor público al decretarse

la suspensión, dependiendo de la gravedad de la infracción

cometida, y que deberá cubrirse hasta en tanto se dicte

resolución administrativa en el procedimiento de origen,

pues sólo en el supuesto de que se determine su responsa­

bilidad y se le destituya del cargo de manera definitiva, al

haber sido desvinculado de la institución, podrá buscar otra

fuente de ingresos.

RESPONSABILIDADES ADMINISTRATIVAS DE LOS SERVI­DORES PÚBLICOS. LAS MEDIDAS CONSISTENTES EN LA SUSPENSIÓN TEMPORAL DEL EMPLEO Y LA RETEN CIÓN

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 86 22/11/17 2:28 p.m.

ALBERTO PÉREZ CANALES • JORGE JANNU LIZÁRRAGA DELGADO

87

DE LAS PERCEPCIONES SIEMPRE QUE RESPETE EL MÍ­

NIMO DE SUBSISTENCIA DURANTE EL PROCEDIMIENTO

RESPECTIVO PREVISTO EN EL ARTÍCULO 21, FRACCIÓN V,

DE LA LEY FEDERAL RELATIVA, HASTA EN TANTO SE

DICTA LA RESOLUCIÓN ADMINISTRATIVA EN LA QUE

SE DETERMINAN AQUÉLLAS, SON CONSTITUCIONALES.

Del precepto y fracción citados se advierte que en el proce­

dimiento de responsabilidades administrativas de los ser­

vidores públicos se otorga la facultad discrecional en favor

de la Secretaría de la Función Pública, del Contralor Interno

o, en su caso, del Titular del Área de Responsabilidades, para

suspender temporalmente a un servidor público del empleo,

cargo o comisión, si así lo estima pertinente para la conduc­

ción o continuación de las investigaciones. En este sentido,

dicha medida cautelar tiene por objeto facilitar el curso de

éstas y, por la naturaleza de los procedimientos de respon­

sabilidades administrativas de los servidores públicos, busca

proteger y preservar los intereses públicos fundamentales

de legalidad, lealtad, honradez, imparcialidad y eficiencia,

así como el adecuado desarrollo de la función pública y, en

su caso, prevenir que se sigan generando mayores daños

a la administración pública; de ahí que, en términos del

artículo 113 de la Constitución Política de los Estados Unidos

Mexicanos, puede determinarse que la suspensión temporal

en el empleo del servidor público es idónea y razonable,

siempre que tenga por objeto facilitar el curso de las inves­

tigaciones o evitar un perjuicio ulterior a la administración

pública. Ahora bien, las razones que justifican dicha suspen­

sión son extensivas a la retención de las percepciones del

servidor público, en tanto se respete el mínimo de subsis­

tencia, por constituirse como un aspecto inherente a la labor

que desempeña, es decir, en la medida en que los ingresos a

los que tiene derecho derivan del desempeño de las funcio­

nes que le son encomendadas y a los cuales tendrá derecho

siempre que dicha función se desarrolle; en el entendido de

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 87 22/11/17 2:28 p.m.

PRINCIPIO DE INTERPRETACIÓN CONFORME...

88

que, dictada la resolución respectiva, si el servidor público

fuera exonerado de cualquier responsabilidad, deberá cubrír­

sele el remanente del total de las percepciones que dejó de

recibir, descontando la cantidad que se le cubrió por con­

cepto de ingreso subsistencial.

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Interpretación conforme de normas penales

JORGE VÁZQUEZ AGUILERA*

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* Secretario de Estudio y Cuenta. Suprema Corte de Justicia de la Nación (México).

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91I. Planteamiento del problema

En los últimos años México se ha caracterizado por la

implementación de diversas reformas constitucionales

de carácter estructural, que han impactado de diversas maneras al

orden jurídico nacional.1 Incluso, su adecuada compresión pare­

cería exigir una nueva forma de pensar, decir y hacer el Derecho.2

De entre esas reformas destaca la de 10 de junio de 2011, a través de

la cual se estableció, entre otras cosas, la obligación de interpretar

1 Reformas educativa, energética, en materia de transparencia y protección de datos, en justicia para adolescentes, etc.

2 A grado tal que se han reconsiderado los planes y programas de estudio de la licen ­ciatura en Derecho en prácticamente todas las Universidades del país, fomentándose a la vez la impartición de cursos de capacitación y actualización para los operadores jurídicos. A nivel federal, esa labor está a cargo del Instituto de la Judicatura Federal (IJF), donde se imparten cursos para la actualización en justicia para adolescentes, perspectiva de género, nuevo sistema penal acusatorio y oral, entre otros.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 91 22/11/17 2:28 p.m.

INTERPRETACIÓN CONFORME DE NORMAS PENALES

92

las normas relativas a los derechos humanos de conformidad con la

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM) y

los tratados internacionales de la materia —que hubieren sido

ratificados por nuestro país—, favoreciendo en todo tiempo a las

personas la protección más amplia.3

Lo anterior puso en el centro de la discusión a los mencionados

derechos y condicionó la adopción de un parámetro de regulari­

dad constitucional que los considerara dentro del conjunto de

normas de las que era factible decretar supremacía.4

Asimismo, en los ejercicios de control constitucional cobró rele­

vancia la interpretación armónica, surgiendo algunas inquietudes

sobre su viabilidad cuando ésta tiene por objeto textos normati­

vos del orden penal, pues esa manera de explorar sus alcances

pudiera contraponerse al principio de legalidad en su vertiente

de taxatividad.

Tales inquietudes son las que motivaron la realización del pre­

sente trabajo, en el entendido de que las ideas expresadas cons­

tituyen una simple aproximación al problema, con el compromiso

de que en un futuro próximo se tenga la oportunidad de ampliar

su desarrollo.

No quisiera entrar en materia sin expresar mi más sincero agrade­

cimiento tanto a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN)

3 Con motivo de dicha reforma se modificó la denominación del Capítulo I del Título Primero de la Constitución General, que aludía a las "Garantías Individuales", para referirse ahora a "De los Derechos Humanos y sus Garantías".

4 Al resolver la Contradicción de tesis 293/2011, la Suprema Corte de Justicia de la Nación mexicana determinó que a partir de la indicada reforma constitucional, los derechos humanos forman parte del conjunto de normas jurídicas respecto de las cuales podía predicarse dicha supremacía y que, en ese sentido, integran el citado parámetro de control, conforme al cual debe analizarse la validez de las normas y actos que forman parte del orden jurídico mexicano.

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JORGE VÁZQUEZ AGUILERA

93

como al Departamento de Derecho de la Universitat Pompeu Fabra, por la oportunidad que me brindaron de asistir al curso "Los Derechos Humanos entre el Derecho Constitucional y el Derecho Internacional: los retos de la interpretación conforme", impartido en la ciudad de Barcelona, España, durante el mes de

noviembre de 2015.

II. Interpretación conforme y la reforma constitucional mexicana en materia

de derechos humanos de 10 de junio de 2011

De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, vigésimo tercera edición, interpretar, en su primera acepción, es "explicar o declarar el sentido de algo".5 Ese algo, tratándose de la interpretación jurídica, se identifica con un texto normativo y, por cuanto hace a la interpretación identificada como "conforme", de un texto normativo de rango inferior a aquel que deba servir como parámetro de regularidad constitucional.

En México, la interpretación conforme se ha desarrollado bajo dos principios que fueron previamente reconocidos en la jurispru­dencia de la Corte Suprema de los Estados Unidos de América, a saber:

1) Todas las normas generales deben interpretarse in harmony with the Constitucion; y,

2) Primae facie, aquéllas deben presumirse constitucionales, puesto que es necesario partir de la idea de que los órganos legislativos no expiden intencionalmente normas contrarias a la Carta Fundamental.6

5 http://dle.rae.es/?id=LwUON38.6 Cfr. Ferrer Mac­Gregor, Eduardo. Panorámica del Derecho procesal constitucional y conven­

cional, España, Marcial Pons, 2013, p. 197. Podemos advertir que la mencionada pre­

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 93 22/11/17 2:28 p.m.

INTERPRETACIÓN CONFORME DE NORMAS PENALES

94

Tal ejercicio hermenéutico constituye una manifestación de la

supremacía normativa de la Constitución,7 referida al momento

de la aplicación de cualquier enunciado normativo secundario, de

tal suerte que si un dispositivo legal admite diversos sentidos, el

juez debe elegir el que sea más compatible con la Ley Suprema.8

De ahí que antes de considerar que un texto normativo secun­

dario es contrario a la Constitución, es menester agotar todas

las posibilidades de encontrar en éste un significado que lo haga

com patible con aquélla, propiciándose de ese modo su subsistencia

dentro del ordenamiento jurídico, de manera que sólo cuando

exista una rotunda incompatibilidad o una contradicción insalva­

ble entre éste y la Norma Fundamental, procedería declarar su

invalidez.9

sunción de constitucionalidad se manifiesta en los requisitos exigidos para declarar la invalidez de las normas generales; por ejemplo, tratándose de las controversias constitucionales y las acciones de inconstitucionalidad a que se refiere el artículo 105 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, además de la legitimación que debe tener el promovente para que se inicie válidamente el procedimiento, se requiere que la decisión de invalidez correspondiente se apruebe por una mayoría calificada de ocho votos. Los Ministros integrantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación son once.

7 Al respecto resulta relevante recordar la conocida resolución del Juez Marshall en el caso Marbury vs Madison, de 1803, en la que se dijo: "…los poderes del Legislativo están definidos y limitados; y para que estos límites no se confundan u olviden, la Constitución es escrita. ¿Con qué objeto se limitan los poderes y a qué fin se estable­cen tales limitaciones por escrito si aquéllos a quienes se refieren pueden obviarlas en cualquier momento? […] Está fuera de discusión que, o bien la Constitución contro­la cualquier ley contraria a ella, o bien el Legislativo puede alterar la Constitución a través de una ley ordinaria". De ahí que la Judicial Review constituya el "mecanismo principal para evaluar la constitucionalidad de la legislación". Cfr. Tushnet, Mark. Constitucionalismo y Judicial Review, Perú, Palestra, 2013, p. 72.

8 Existe una clara distinción entre la prevalencia de sentidos y la prevalencia de normas. En el caso mexicano, esta última se encuentra establecida en el artículo 133 de la Constitución General, que señala: "Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que emanen de ella y todos los tratados que estén de acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren por el Presidente de la República, con ratificación del Senado, serán la Ley Suprema de toda la Unión. Los jueces de cada Estado se arregla­rán a dicha Constitución, leyes y tratados, a pesar de las disposiciones en contrario que pueda haber en las Constituciones o leyes de los Estados".

9 Véase la jurisprudencia 1a./J. 37/2017 (10a.), de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, intitulada: "INTERPRETACIÓN CONFORME. NATURALEZA Y

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 94 22/11/17 2:28 p.m.

JORGE VÁZQUEZ AGUILERA

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Por tanto, como lo determinó el Tribunal Constitucional Español (TCE), en aras de la conservación de la ley, lo primero que se debe hacer es "explorar las posibilidades interpretativas del precepto cuestionado, por si hubiera alguna que permitiera salvar la pri­macía de la Constitución".10

Esa subsistencia normativa genera duda en el ámbito penal, pues para quienes reconocen que la interpretación conforme admite diferentes modalidades,11 sin atribuirle propiamente una función "integradora",12 no es fácil distinguir entre ese ejercicio interpre­tativo —cuando es extensivo— y la posible violación de la reserva de ley penal, por la cual se debe partir de una absoluta prohibi­ción de la analogía y la mayoría de razón in malam partem.13

Así, para dilucidar tal inquietud, resulta de singular importancia hacer un breve recuento sobre la interpretación conforme a raíz de la reforma constitucional mexicana de 10 de junio de 2011, pues a partir de entonces las posiciones adoptadas sobre dicho tópico han variado significativamente.14

En efecto, a raíz de la citada reforma se modificó el parámetro de

regularidad constitucional aplicable, por lo que de acuerdo con

ALCANCES A LA LUZ DEL PRINCIPIO PRO PERSONA". Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 42, Mayo de 2017, Tomo I, p. 239.

10 STC 59/2008.11 Extensiva, restrictiva o simplemente modificadora.12 Cfr. Fromot, M. La justice constitutionnel dans le monde, Francia, 1996, pp. 89­90. Citado

por Ferrer­Mag­Gregor, op. cit., p. 198. 13 Cfr. Diez­Picazo, Luis María. Sistema de Derechos Fundamentales, 2a. edición, España,

Thomson­Civitas, 2005, pp. 446­449.14 Para lo cual influyó sustancialmente la sentencia dictada por la Corte Interame­

ricana de Derechos Humanos en el caso Radilla Pacheco vs. México, en la que se indicó, entre otras cosas, que era obligatorio para todos los jueces nacionales ejercer un control ex officio de convencionalidad, lo cual implícitamente significa autorizarlos a llevar a cabo un control difuso de las normas secundarias. A partir del cumplimiento a esa determinación, la Suprema Corte de Justicia de la Nación modificó sus criterios en torno al citado control difuso, contemplado expresamente en el artículo 133 constitucional.

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INTERPRETACIÓN CONFORME DE NORMAS PENALES

96

el actual artículo 1o. de la CPEUM, dicho parámetro se integra, en

materia de derechos humanos, con los preceptos contenidos en la

Constitución General y los que se encuentren en tratados inter­

nacionales que hayan sido suscritos por nuestro país, así como su

interpretación por parte de los tribunales competentes.15

Derivado de esa modificación a nuestra Ley Fundamental, el

párrafo segundo del numeral invocado, dispone:

Las normas relativas a los derechos humanos se interpreta­

rán de conformidad con esta Constitución y con los tratados

internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo

a las personas la protección más amplia.16

15 Las autoridades judiciales deben aplicar el parámetro de regularidad constitu­cional, incluidos por supuesto los estándares sobre derechos humanos, lo cual no se limita al texto de la norma nacional o internacional, sino que se extiende a la inter­pretación que hagan los órganos autorizados para ello. Véase la tesis aislada 1a. CCCXLIV/2015 (10a.), de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de rubro: "PARÁMETRO DE REGULARIDAD CONSTITUCIONAL. SE EXTIENDE A LA INTERPRETACIÓN DE LA NORMA NACIONAL O INTERNACIONAL". Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 24, Noviembre de 2015, Tomo I, p. 986.

16 Desde nuestra perspectiva, existe diferencia entre el párrafo segundo del artículo 1o. de la Constitución mexicana y el numeral 10.2 de la Constitución española, pues mientras que en el primero de esos preceptos se dice que la armonización interpreta­tiva se debe hacer con apoyo en la propia Constitución, en el caso español aquélla debe tomar como referencia directa al derecho internacional. Por ello, de acuerdo con Ale­jandro Sáiz, a través de la interpretación conforme, se trata de "adecuar la actuación de los intérpretes de la Constitución a los contenidos de aquellos tratados, que devie­nen así, por imperativo constitucional, canon hermenéutico de la regulación de los derechos y libertades en la Norma Fundamental". Citado por Caballero Ochoa, José Luis, en La Interpretación Conforme. El modelo constitucional ante los tratados internacionales sobre Derechos Humanos y el Control de Convencionalidad, México, Porrúa­IMDPC, 2013, p.27.

Esta diferenciación en el parámetro permitió a la Suprema Corte mexicana soste­ner que las restricciones a los derechos humanos contenidos en nuestra Ley Suprema debían prevalecer. Véase la jurisprudencia P./J. 20/2014 (10a.), del Tribunal Pleno, intitulada: "DERECHOS HUMANOS CONTENIDOS EN LA CONSTITUCIÓN Y EN LOS TRATA DOS INTERNACIONALES. CONSTITUYEN EL PARÁMETRO DE CONTROL DE REGULARIDAD CONSTITUCIONAL, PERO CUANDO EN LA CONSTITUCIÓN HAYA UNA RESTRICCIÓN EXPRESA AL EJERCICIO DE AQUÉLLOS, SE DEBE ESTAR A LO QUE ESTABLECE EL TEXTO CONSTITUCIONAL". Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 5, Abril de 2014, Tomo I, p. 202.

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JORGE VÁZQUEZ AGUILERA

97

Ahora bien, por la naturaleza de la interpretación conforme, ésta

se puede catalogar como una interpretación propiamente "cons­

titucional",17 toda vez que exige tanto desentrañar el sentido de la

norma sujeta a control, como el del texto que sirve como pará­

metro de regularidad.18

No obstante, desde mi punto de vista, aunque tal interpretación se

entiende reservada a órganos especializados —tribunales consti­

tucionales—, la misma no puede verse como una labor exclusiva

de aquéllos, pues compete a los jueces ordinarios decidir, en un

primer momento, si los textos legislativos que deben aplicar a los

casos concretos sometidos a su consideración, son o no acordes

al parámetro de regularidad respectivo.19

De hecho, hoy en día se considera que son precisamente los

jueces ordinarios los que deben jugar un papel de singular rele­

vancia en la protección de los derechos humanos20 y que la

17 Si es que se acepta la existencia de una distinción entre la asignación de sentido relativa a un texto normativo fundamental y uno secundario. Lo cual derivaría, según Guastini, no de la actividad en sí misma a desarrollar, sino de los sujetos legitimados para llevarla a cabo y su objeto de estudio, estableciéndose determinadas peculiarida­des que la caracterizan, mismas que estarían enfocadas esencialmente a los siguientes factores: a) sujetos facultados para realizarla; b) técnicas utilizadas; y, c) problemática que envuelve. Cfr. Guastini, Ricardo, Estudios de teoría constitucional, México, Fontamara, 2003, pp. 255­256.

18 De acuerdo con el constitucionalista alemán K. Hesse, citado por Ferrer Mac­Gregor, la interpretación conforme no sólo plantea un problema en relación con el contenido de la norma secundaria sometida a control, sino también con el del propio texto cons­titucional, por lo que se exige "tanto la interpretación de la ley como la interpretación de la Constitución". Cfr. Ferrer Mac­Gregor, Eduardo. Op. cit., p. 198.

19 Sin que ello implique desconocer sus diferentes atribuciones, como más adelante se precisará.

20 Este enfoque ha despertado un creciente interés por analizar cuál debería ser el "perfil" de tales operadores jurídicos. En un interesante estudio, Marco Antonio Mene­ses afirma que en un Estado Constitucional, los jueces deben ser racionales, pues "su actividad ya no es meramente de aplicación de la ley, sino que debe atender en prin­cipio a lo dispuesto en la Constitución y en consecuencia hacer un test de constituciona­lidad, al grado de poder rechazarla en caso de que sea contraria al supraordenamiento". Cfr. Meneses Aguilar, Marco Antonio. La justicia ordinaria en el Estado Constitucional, en

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INTERPRETACIÓN CONFORME DE NORMAS PENALES

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jurisdicción constitucional debe tener un rol estrictamente

subsidiario.21

Así, el denominado control "difuso" de constitucionalidad está

llamado a cumplir un papel crucial en el respeto de la suprema­

cía de la Carta Fundamental que anteriormente se le negó22 y que

ahora resurge a través de una interpretación evolutiva del artículo

133 de la CPEUM.

Tras reflexionar al respecto, pareciera que el citado precepto

constitucional, al señalar textualmente que "los jueces de cada

Estado se arreglarán a dicha Constitución, leyes y tratados, a pesar

de las disposiciones en contrario que pueda haber en las Consti­

tuciones o leyes de los Estados", pudo ser suficiente para concluir

que los mencionados operadores jurídicos estaban obligados, de

suyo, a realizar una interpretación conforme y que la inclusión

del segundo párrafo del artículo 1o. constitucional, mediante la

reforma de 2011, simplemente vino a ampliar el parámetro de regu­

laridad respectivo en torno a la materia relativa a los derechos

humanos.

De cualquier manera, esta última adición, sumada a la senten­

cia emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos

Justiça Constitucional e Direitos Fundamentais, Porto Alegre, Livreria do Advogado editora, 2015, pp. 170­171.

21 Al respecto, Rafael Jiménez Asensio, siguiendo a Pablo Pérez Tremps, señala: "son los jueces y tribunales que forman parte del Poder Judicial los garantes inmediatos de los derechos de los ciudadanos en su cotidiana labor de aplicación del ordenamien­to jurídico y, en consecuencia, de la propia Constitución", adquiriendo tales jueces la condición de "primeros garantes de los derechos fundamentales". Cfr. Jiménez Asensio, Rafael. El Constitucionalismo. Proceso de formación y fundamentos del Derecho constitucional. 3a edición, España, Marcial Pons, 2005, p. 154.

22 En la jurisprudencia P./J. 74/99 —ahora sin efectos—, se indicó que el citado control difuso de constitucionalidad no estaba autorizado por nuestra Ley Fundamental. El rubro de dicho criterio, era: "CONTROL DIFUSO DE LA CONSTITUCIONALIDAD DE NORMAS GENERALES. NO LO AUTORIZA EL ARTÍCULO 133 DE LA CONSTITUCIÓN". Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo X, Agosto de 1999, p. 5.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 98 22/11/17 2:28 p.m.

JORGE VÁZQUEZ AGUILERA

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(Corte IDH) en el caso Radilla Pacheco vs. México —entre otros fac­tores—, constituyeron un "parteaguas" en el entendimiento del con­trol difuso por parte de los jueces ordinarios y el importante papel que están llamados a desarrollar en la justicia constitucional.

En efecto, de acuerdo con lo resuelto por el Pleno de la SCJN, aqué­llos deben realizar dicho control ex officio, al igual que los propios tribunales de amparo respecto a las normas que regulan su proce­der, verbigracia, la Ley de Amparo, la cual no queda exenta de dicho control al tratarse de una legislación infra­constitucional.23

En el caso Mexicano, se ha dicho que la distinción entre control de convencionalidad y control de constitucionalidad de preceptos secundarios tiene un carácter meramente didáctico, en virtud de que al integrar las normas relativas a derechos humanos un solo bloque —ya sea internas o externas—, constituyen un mismo parámetro de regularidad, debiéndose privilegiar aquellas que mejor protejan al "derecho humano en juego", sin estar sujetas a jerarquización.24

De lo hasta aquí expuesto, podemos afirmar que la interpreta­ción conforme no es una tarea exclusiva de los tribunales consti­tucionales, pero no cabe duda de que éstos tendrán la "última palabra" sobre los alcances de la norma fundamental que sirva como parámetro, quedando plasmado el sentido del texto fun­damental de que se trate en los criterios jurisprudenciales que

23 Véase la tesis aislada P. IX/2015 (10a.), de epígrafe: "CONTROL DE REGULARIDAD CONSTITUCIONAL EX OFFICIO. LOS TRIBUNALES COLEGIADOS DE CIRCUITO DEBEN EJERCERLO SÓLO EN EL ÁMBITO DE SU COMPETENCIA". Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 21, Agosto de 2015, Tomo I, p. 355.

24 Así lo sostuvo el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por mayoría de votos, al resolver la Contradicción de Tesis 293/2011, en sesión de 3 de septiembre de 2013. Tal determinación, desde nuestro punto de vista, está referida única y exclusi­vamente al citado parámetro de regularidad, de tal suerte que esa identificación nor­mativa sólo alude a la fuente y de ningún modo confunde entre lo que constituye uno y otro control.

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INTERPRETACIÓN CONFORME DE NORMAS PENALES

100

emitan, mismos que en términos del artículo 217 de la Ley de

Amparo25 son de observancia obligatoria para todos los jueces

ordinarios del país —federales, locales y militares—26, lográndose

así dotar de seguridad jurídica a los justiciables. En consecuen­

cia, la "jurisprudencia" sirve para uniformar los criterios, ya sea

dentro de un mismo Circuito Judicial27 o en todo el territorio nacio­

nal, pudiéndose integrar por reiteración de criterios, contradic­

ción de tesis o sustitución.28

III. Interpretación conforme y el principio de legalidad penal.

Normas sustantivas y normas adjetivas

Al resolver la acción de inconstitucionalidad 157/2007,29 el Pleno

de la SCJN determinó, por unanimidad de ocho votos, que al

25 "Artículo 217. La jurisprudencia que establezca la Suprema Corte de Justicia de la Nación, funcionando en pleno o en salas, es obligatoria para éstas tratándose de la que decrete el pleno, y además para los Plenos de Circuito, los tribunales colegiados y unitarios de circuito, los juzgados de distrito, tribunales militares y judiciales del orden común de los Estados y del Distrito Federal, y tribunales administrativos y del trabajo, locales o federales.

La jurisprudencia que establezcan los Plenos de Circuito es obligatoria para los tri­bunales colegiados y unitarios de circuito, los juzgados de distrito, tribunales militares y judiciales del orden común de las entidades federativas y tribunales administrativos y del trabajo, locales o federales que se ubiquen dentro del circuito correspondiente.

La jurisprudencia que establezcan los tribunales colegiados de circuito es obligato­ria para los órganos mencionados en el párrafo anterior, con excepción de los Plenos de Circuito y de los demás tribunales colegiados de circuito.

La jurisprudencia en ningún caso tendrá efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna".

26 En términos del artículo 13 de la Constitución Federal, el fuero de Guerra subsiste única y exclusivamente para conocer de delitos contra la disciplina castrense, siempre que un civil no se vea involucrado.

27 Derivado de la reforma constitucional de 10 de junio de 2011, surgieron en nuestro país los denominados "Plenos de Circuito", integrados primordialmente de los Presi­dentes de los Tribunales Colegiados de Circuito. La atribución de dichos Plenos es resol­ver la contradicción de criterios existente entre Tribunales Colegiados de un mismo Circuito y sus determinaciones son obligatorias para todos los órganos jurisdiccionales ubicados dentro de su circunscripción.

28 Artículo 215 de la Ley de Amparo.29 Sesión de 20 de octubre de 2008.

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JORGE VÁZQUEZ AGUILERA

101

analizar la constitucionalidad de las normas penales era inviable

llevar a cabo una interpretación "conforme" de las mismas.

Sobre el particular, se sostuvo que dicha interpretación era "inad­

misible", en atención a las particularidades del principio de lega­

lidad que rige esa materia, como son, entre otras, la reserva de

ley, la prohibición de la aplicación retroactiva en perjuicio y la

exigencia de taxatividad.30

Aunque en esa determinación se asignó a la interpretación "con­

forme" una función que no le corresponde, estimo que atendiendo

al sentido del fallo, lo que se quiso decir es que una norma penal,

en sí misma contraria a la Constitución, no dejaba de serlo so

pretexto de tergiversar su sentido, pretendiendo "armonizarla"

con lo dispuesto en la Ley Suprema; de hecho, al emplearse en esa

resolución la expresión "integradora", resulta claro que se aludió

30 De ese asunto derivó la jurisprudencia P./J. 33/2009, de rubro y texto: "NORMAS PENALES. AL ANALIZAR SU CONSTITUCIONALIDAD NO PROCEDE REALIZAR UNA INTERPRETACIÓN CONFORME O INTEGRADORA. Si bien es cierto que al realizar el análisis de constitucionalidad de disposiciones generales es factible que la Suprema Corte de Justicia de la Nación acuda a la interpretación conforme, e incluso emita resoluciones integradoras a efecto de corregir las omisiones que generan la inconstitu­cionalidad, también lo es que el empleo de dichas prácticas interpretativas es inadmi­sible en materia penal, en atención a las particularidades del principio de legalidad en esta rama jurídica, como son: a) Reserva de ley, por virtud del cual los delitos sólo pueden establecerse en una ley formal y material; b) La prohibición de aplicación retro­activa de la ley en perjuicio de alguna persona (verbigracia, leyes que crean delitos o aumenten penas); y, c) El principio de tipicidad o taxatividad, según el cual las con­duc tas punibles deben estar previstas en ley de forma clara, limitada e inequívoca, sin reenvío a parámetros extralegales, y que implica la imposibilidad de imponer penas por analogía o por mayoría de razón, y la prohibición de tipos penales ambiguos. Ade­más, la determinación que haga el legislador al emitir la norma constituye la esencia del respeto al principio de legalidad en materia de imposición de penas, pues acorde con los aspectos que abarca dicho principio aquél está obligado a estructurar de manera clara los elementos del tipo penal, delimitando su alcance de acuerdo a los bienes tutelados, imponiendo la determinación del sujeto responsable y de sus condicio­nes particulares y especiales, así como a establecer con toda claridad las penas que deben aplicarse en cada caso". Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXIX, Abril de 2009, p. 1124.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 101 22/11/17 2:28 p.m.

INTERPRETACIÓN CONFORME DE NORMAS PENALES

102

a la complementación de un texto normativo y no precisamente a

la sola tarea de desentrañar sus alcances.

Al respecto, Víctor Ferreres, aludiendo al derecho español, consi­

dera que la indicada interpretación conforme representa una

"alternativa" a la "cuestión de inconstitucionalidad", pero que

resulta altamente complicado establecer límites para diferenciar

entre una labor de "interpretación" de la ley penal y la "recons­

trucción de la misma".31

Partiendo de lo previsto en el párrafo tercero del artículo 14 de la

CPEUM,32 el principio de legalidad, identificado bajo el aforismo

latino nullum crimen nulla poena sine lege,33 se erige como un derecho

fundamental a través del cual se establece que, en los juicios del

orden criminal, está prohibido imponer, por simple analogía y aun

por mayoría de razón, pena alguna que no esté expresamente

decretada por una ley exactamente aplicable al delito de que

se trate.34

31 Cfr. Ferreres Comella, Víctor. El control de las leyes penales por parte de los jueces ordi­narios, en Constitución y sistema penal (Coordinador Juan Carlos Hortal Ibarra), España, Marcial Pons, 2012, pp. 112­113.

De acuerdo con el artículo 5.3 de la Ley Orgánica del Poder Judicial español, deter­mina que procederá el planteamiento de la cuestión de inconstitucionalidad cuando por vía interpretativa no sea posible la acomodación de la norma al ordenamiento constitucional.

32 Que prevé: "En los juicios del orden criminal queda prohibido imponer, por simple analogía, y aún por mayoría de razón, pena alguna que no esté decretada por una ley exactamente aplicable al delito de que se trata".

33 Expresión atribuida a Feuerbach, que de acuerdo con tal jurista estaba vinculada con la prevención general. Cfr. Bacigalupo, Enrique. Principios de Derecho penal. Parte General, 5a. edición, España, Akal, 1998, p. 55.

34 Para Santiago Mir, la diferencia entre interpretación —siempre permitida cuando sea razonable y compatible con los valores constitucionales— y analogía —prohibida si perjudica al reo—, es que mientras la primera se busca el sentido del texto, mediante la segunda se lleva a cabo su aplicación a un supuesto no comprendido en aquél, ni siquiera en alguno de sus sentidos posibles. Cfr. Mir Puig, Santiago. Derecho Penal. Parte General, 9a. edición, Argentina, B de F, 2011, p. 115.

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JORGE VÁZQUEZ AGUILERA

103

Tal postulado, de reconocimiento internacional,35 representa un

verdadero límite al ius puniendi y se compone de dos partes:

1) La primera, contenida en la expresión nullum crimen sine

lege, referida a la descripción de la "conducta punible", la cual

podemos asimilar a la idea de "delito",36 esto es, a la acción

u omisión típica, antijurídica y culpable; y,

2) La segunda, inserta en la frase nullum poena sine lege, alusiva

a la consecuencia jurídica a imponer, ya sea pena y/o medida

de seguridad.

De ahí que sea necesario que en el enunciado normativo se pre­

cise tanto la materia de la prohibición (supuesto de hecho o tipo

penal), como la sanción correspondiente (consecuencia jurídica o

punibilidad), derivándose de lo expuesto las siguientes exigencias:

• Ambos aspectos deben estar establecidos en una disposi­

ción normativa, formal y materialmente legislativa (reserva

de ley).

35 El artículo 9.1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, publicado en el DOF de 20 de mayo de 1981, establece: "Todo individuo tiene derecho a la libertad y a la seguridad personales. Nadie podrá ser sometido a detención o prisión arbitrarias. Nadie podrá ser privado de su libertad, salvo por las causas fijadas por ley y con arreglo al procedimiento establecido en ésta".

La Convención Americana Sobre Derechos Humanos, suscrita en San José de Costa Rica el 22 de noviembre de 1969 y publicada en el DOF de 7 de mayo de 1981, en su dispositivo 9o., prevé: "Principio de Legalidad y de Retroactividad. Nadie puede ser condenado por acciones u omisiones que en el momento de cometerse no fueran delictivos según el derecho aplicable. Tampoco se puede imponer pena más grave que la aplicable en el momento de la comisión del delito. Si con posterioridad a la comi­sión del delito la ley dispone la imposición de una pena más leve, el delincuente se beneficiará de ello".

La Corte Interamericana de Derechos Humanos desarrolló los alcances del citado principio en el caso Castillo Petruzzi y otros vs. Perú (Fondo, Reparaciones y Costas). Senten­cia de 30 de Mayo de 1999, parágrafos 120 y 121.

36 En el entendido de que no se soslaya la diferencia entre la descripción del hecho (abstracción normativa) y el hecho mismo (acontecimiento fáctico).

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INTERPRETACIÓN CONFORME DE NORMAS PENALES

104

• El precepto debe ser previo, escrito, cierto y estricto, con lo

que se excluye la aplicación retroactiva en perjuicio, la cos­

tumbre como fuente del derecho punitivo, las cláusulas

genéricas y la extensión analógica o por mayoría de razón

in malam partem.

Esos requerimientos, propios de un Estado Democrático de Dere­

cho, se dirigen en un primer momento al legislador —taxatividad—

y en uno ulterior a la autoridad jurisdiccional —al analizar la

tipicidad de la conducta de los justiciables—, debiendo acatarlos

en su propio ámbito de competencia.37

Ahora bien, la indicada taxatividad tiene como propósito evitar

la arbitrariedad en la creación y aplicación de la ley penal, sin

embargo, la observancia de este principio de ningún modo implica

la obligación para el legislador de definir cada vocablo o locución

utilizada al redactar algún tipo penal, toda vez que ello tornaría

imposible su función, bastando por tanto un suficiente grado de

determinación que permita a los gobernados saber de manera

clara qué conductas están sancionadas penalmente.38

En torno a esa precisión, Jescheck sostiene que "los tipos penales

deben poseer una redacción lo más exacta posible que evite la

37 Véase la jurisprudencia 1a./J. 10/2006 de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de rubro: "EXACTA APLICACIÓN DE LA LEY PENAL. LA GARAN­TÍA, CONTENIDA EN EL TERCER PÁRRAFO DEL ARTÍCULO 14 DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL, TAMBIÉN OBLIGA AL LEGISLADOR". Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXIII, Marzo de 2006, p. 84.

38 Tal y como lo indicó la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la jurisprudencia 1a./J. 54/2014, intitulada: "PRINCIPIO DE LEGALIDAD PENAL EN SU VERTIENTE DE TAXATIVIDAD. ANÁLISIS DEL CONTEXTO EN EL CUAL SE DESEN­VUELVEN LAS NORMAS PENALES, ASÍ COMO DE SUS POSIBLES DESTINATARIOS". Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro 8, Julio de 2014, Tomo I, p. 131.

Tal claridad y precisión facilita la tarea del juzgador, pues reduce de algún modo la arbitrariedad, sin que ello dé lugar a pensar que nos decantemos por la mera aplica­ción mecánica de los textos legales.

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JORGE VÁZQUEZ AGUILERA

105

remisión o conceptos extensivos, amenazar con consecuencias

jurídicas inequívocas y contemplar marcos penales de enver­

gadura limitada"39 y afirma que se deben rechazar las llamadas

"normas penales en blanco", es decir, aquéllas en las que la con­

ducta delictiva se describe en términos demasiados abstractos

—defectuosas— y, por ende, requieren de un complemento para

integrarse plenamente.

Al respecto, la Primera Sala de la SCJN sentó jurisprudencia en la

que determinó que las normas penales en blanco no son incons­

titucionales cuando remiten a otras que tienen el carácter de

leyes en sentido formal y material, por lo que no se aceptó tal

constitucionalidad cuando la mencionada remisión se hace a

una norma de carácter reglamentario.40

De ahí que desde mi punto de vista, en términos del párrafo ter­

cero del citado ordinal 14 constitucional, resulte inviable llevar a

cabo una interpretación extensiva de la ley penal sustantiva en

perjuicio del justiciable y, mucho menos, una de índole "integra­

dora", pues esto último conllevaría al juez a complementar un

texto normativo, ya sea en cuanto al supuesto de hecho —tipo

penal— o respecto a su consecuencia jurídica —pena y/o medida

de seguridad—.41

39 Cfr. Jescheck, Hans­Heinrich, Tratado de Derecho Penal, Parte General, 5a. edición, España, Comares, 2002, p. 146.

40 Véase la jurisprudencia 1a./J. 10/2008, de rubro: "NORMAS PENALES EN BLANCO. SON INCONSTITUCIONALES CUANDO REMITEN A OTRAS QUE NO TIENEN EL CARÁC­TER DE LEYES EN SENTIDO FORMAL Y MATERIAL". Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXVII, Febrero de 2008, p. 411.

Para el TCE la remisión reglamentaria está autorizada, siempre que: a) ésta sea expresa; b) las dificultades técnicas inherentes a la regulación del bien jurídico lo justifique; y c), el núcleo básico de la prohibición y la pena correspondiente estén previstas en la ley penal —STC 12/1987, 3/1988, 122/1990 y 24/2004.

41 Convirtiéndolo prácticamente en legislador.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 105 22/11/17 2:28 p.m.

INTERPRETACIÓN CONFORME DE NORMAS PENALES

106

Sin embargo, esto último no significa que la autoridad judicial

esté impedida para desentrañar el sentido de una expresión con­

tenida en una norma penal sustantiva; es más, tal ejercicio her­

menéutico es necesario y se suele realizar con frecuencia.

De hecho, toda aplicación de una norma —incluida la penal—

requiere de un entendimiento de la misma y nada se logra negán­

dolo, pues dicha negativa nos trasladaría innecesariamente a

añejas discusiones del todo superadas,42 de tal suerte que una

"aplicación exacta" de los tipos penales y de las sanciones a impo­

ner también exige una consideración referente a los valores fun­

damentales que se pretenden salvaguardar, siendo estos últimos

los que direccionan finalmente sus alcances.

Como ejemplo de lo anteriormente expuesto, están los denomi­

nados elementos típicos de valoración jurídica o cultural, iden­

tificados por la doctrina penal como componentes "normativos"

de la descripción típica,43 cuya delimitación exige la realización de

una tarea hermenéutica por parte del juzgador.

Así, nadie dudaría en que para poder subsumir una conducta en el

tipo penal del delito de discriminación contemplado en el artículo

149 Ter Código Penal Federal mexicano, sería indispensable para

42 Por ejemplo, es ilustrativo de ello la antagónica posición que en su momento tuvieron Beccaria y Lardizábal, toda vez que para el primero no había posibilidad de interpretación judicial, so pretexto de "consultar el espíritu de la ley", dado que de ese modo el juzgador adquiría el carácter de legislador, en tanto que para el segundo tal consulta era necesaria, a menos de que la ley fuese clara. Cfr. Bacigalupo, Enrique. Op. cit., pp. 62 y 63. Pietro Verri, protector de Baccaria, sostenía que interpretar era "crear" y, por tanto, recomendaba prohibir esa actividad. Citado por Prieto Sanchís, Luis, Interpretación Jurídica y creación judicial, Perú, Palestra­Themis, 2007, p. 58.

43 Santiago Mir señala que son elementos normativos "los que aluden a una realidad determinada por una norma jurídica o social", distinguiendo entre elementos norma­tivos jurídicos y elementos normativos sociales, pudiendo subdividirse en elementos referidos a una "valoración" y elementos referidos a un "sentido". Cfr. Mir Puig, Santiago. Op. cit., p. 242.

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JORGE VÁZQUEZ AGUILERA

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el juzgador desentrañar primero cuándo un trato diferenciador

tiende a tal discriminación y cuándo persigue simplemente la

protección de "grupos socialmente desfavorecidos", debiéndose

por añadidura delimitar qué son esos colectivos y quiénes los

integran.

De igual manera, tratándose del delito contra la biodiversidad des­

crito en el numeral 420 Bis de ese mismo ordenamiento punitivo,

se debe precisar, como requisito sine qua non, qué es fauna "exótica",

pues ello le permitirá al operador verificar si la liberación de algún

ejemplar animal en un medio natural actualiza o no tal supuesto

normativo, por corresponder éste a esa clase de animales.

Incluso, para determinar la actualización de tipos penales de

menor complejidad también se debe realizar ese ejercicio inter­

pretativo; por ejemplo, pensemos en la delimitación del concepto

"cosa mueble" para los efectos del robo,44 o bien, la de "lugar soli­

tario" para tener por acreditada una agravante en el injusto de

abuso sexual.45

Otro ejemplo de la citada labor hermenéutica lo son las decisio­

nes que descansan en la delimitación de los alcances protectores

del tipo, apoyadas en una interpretación ontológica, como sucedió

al resolverse el caso de la portación de arma —machetes— por

parte de jornaleros del campo durante una protesta social dentro

de una zona urbana.46

44 En el que ha habido debate acerca de si estarían incluidos en esa expresión los que la legislación civil considera inmuebles por su destino.

45 Lo que plantea la disyuntiva de si se trata de un sitio despoblado o podría ser una zona urbana, pero sin presencia momentánea de testigos.

46 Véase la jurisprudencia 1a./J. 111/2004, de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, intitulada: "PORTACIÓN DE ARMA DE FUEGO SIN LICENCIA. SUPUESTO EN QUE NO SE ACTUALIZA ESE DELITO RESPECTO DE LOS EJIDATARIOS, COMUNEROS O JORNALEROS DEL CAMPO", en la que se determinó que la citada

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 107 22/11/17 2:28 p.m.

INTERPRETACIÓN CONFORME DE NORMAS PENALES

108

Todos estos ejemplos evidencian la necesidad del juzgador de

efectuar una interpretación de enunciados normativos de índole

penal, sin que encontremos alguna razón de peso que autorice a

excluir, per se, la mencionada interpretación "conforme", siempre

y cuando aquélla no derive en una extensión analógica de la ley o

en un argumento de mayoría de razón in malam partem.47

Por otro lado, los textos normativos de carácter adjetivo o proce­

sal no representan mayor problema, dado que no están sujetos al

invocado principio de legalidad, en su vertiente de taxatividad.

Así, al resolver el amparo directo 12/2014 en sesión de 11 de marzo

de 2015, la Primera Sala de la SCJN, a través de una interpretación

"conforme" del artículo 353 del Código de Procedimientos Penales

para el Estado de Guanajuato,48 estableció que las víctimas u

ofendidos del delito estaban legitimados para interponer recurso

ordinario de apelación contra sentencias intermedias o definiti­

vas pronunciadas en un proceso penal, a pesar de que el citado

precepto no lo autoriza expresamente, dado que el derecho fun­

damental de acceso a la justicia les faculta para defender directa

o indirectamente sus derechos.49

portación, fuera del radio de acción en el que se desenvuelven por virtud de su activi­dad, sí era constitutiva de delito. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXI, Enero de 2005, p. 314.

47 Así lo determinó la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la tesis aislada 1a. CLXXIII/2016 (10a.), de rubro: "INTERPRETACIÓN CONFORME. NO LA CONSTITUYE LA DELIMITACIÓN DEL ALCANCE Y CONTENIDO DE UN ELEMENTO NORMATIVO DEL TIPO PENAL QUE SE REALIZA DESDE UN ÁMBITO DE LEGALIDAD". Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 31, Junio de 2016, Tomo I, p. 696.

48 Que indica: "Tienen derecho a apelar: el Ministerio Público, el inculpado y los defensores".

49 Lo anterior se reiteró al fallar los amparos directos 32/2014, 54/2014, 62/2014 y 72/2014, dando lugar a la jurisprudencia 1a./J. 79/2015 (10a.), en cuyo texto se indica que la supremacía constitucional obliga tanto al legislador como al juez a ajustar sus actos a la Ley Fundamental. El criterio jurisprudencial de referencia es del tenor siguiente: "VÍCTIMA U OFENDIDO DEL DELITO. TIENE DERECHO A INTERPONER EL

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JORGE VÁZQUEZ AGUILERA

109

Quizá pudo declararse la inconstitucionalidad del citado precepto

legal de orden adjetivo y no sostener su constitucionalidad a través

de lo que nos parece una forzada interpretación "conforme".

Lo ante rior, debido a que el texto de la norma secundaria cuestio­

nada no admitía otorgarle un sentido diverso al de la exclusión

RECURSO DE APELACIÓN CONTRA LAS SENTENCIAS INTERMEDIAS Y DEFINITIVAS EN EL PROCESO PENAL, AUN CUANDO LA LEY NO LO LEGITIME PARA ELLO (INTER­PRETACIÓN CONFORME DEL ARTÍCULO 353 DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS PENA­LES PARA EL ESTADO DE GUANAJUATO). El precepto citado que prevé que tienen derecho a apelar el Ministerio Público, el inculpado y los defensores, debe interpretarse conforme al derecho humano de acceso a la justicia contenido en el artículo 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que en el caso involucra la existencia de un recurso efectivo, el derecho a la verdad y a la justicia, que en favor de la víctima u ofendido del delito son reconocidos por la Constitución, por lo que debe leerse en el sentido de que la víctima u ofendido del delito tiene derecho de apelar la sentencia, los autos o las resoluciones previstas en los artículos 354 y 355 del Código de Procedimientos Penales para el Estado de Guanajuato, con la finalidad de defender directa o indirectamente los derechos que consagran en su favor el artículo 20, apar­tado B, de la Constitución Federal, en su texto anterior a la reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación el 18 de junio de 2008, y los tratados internacionales, de conformidad con el numeral 1o., párrafo primero, de la Norma Fundamental. Lo ante­rior, conforme al principio de supremacía constitucional contenido en el artículo 133 de la propia Constitución, el cual se configura como una directriz consustancial del sistema jurídico­político mexicano que descansa en la expresión primaria de la sobe­ranía en la expedición de la Constitución y que por ello la coloca por encima de todas las leyes y de todas las autoridades. En este sentido, más que una facultad, la suprema­cía constitucional impone a toda autoridad un deber de ajustar los actos desplegados en el ejercicio de sus atribuciones a sus preceptos, por lo que el Poder Legislativo, al expedir las leyes, debe observar la Ley Suprema, de igual forma que el Ejecutivo y el Judicial al ejercer sus facultades. Así, considerar que la legitimación para impug­nar las resoluciones intermedias y definitivas en el proceso penal está constreñida sólo al Ministerio Público, inculpado y defensores, como lo hace el artículo 353 del código referido, haría nugatorios los derechos humanos de la víctima u ofendido del delito contenidos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, cuya motivación legislativa fue la de rescatarlos del olvido en que se encontraban, factor que motivó a reconsiderar a nivel constitucional la posición que ocupan en la etapa preliminar de averiguación previa y el proceso penal, con el propósito de mejo­rar su situación jurídica y afianzar su participación activa, principalmente para obtener la reparación del daño que el hecho típico les originó; de ahí que los derechos funda­mentales de la víctima u ofendido del delito derivados de un proceso penal, no pueden hacerse nugatorios por un deficiente o insuficiente desarrollo normativo por parte del legislador secundario. Las anteriores consideraciones no deben entenderse en el sen­tido de que las víctimas u ofendidos del delito deben agotar el recurso de apelación previo a acudir al juicio de amparo, porque precisamente la falta de legitimación nor­mativa para hacerlo impide que les sea exigible agotar el principio de definitividad". Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 25, Diciembre de 2015, Tomo I, p. 244.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 109 22/11/17 2:28 p.m.

INTERPRETACIÓN CONFORME DE NORMAS PENALES

110

de la legitimación de la víctima u ofendido para interponer el

mencionado recurso ordinario, sin que ello implicara negarles a

las víctimas u ofendidos el acceso al citado recurso, ya que la legi­

timación bien pudo desprenderse del propio texto del numeral

20 de la CPEUM. No obstante, la trascendencia del criterio estriba,

desde nuestra óptica, en reconocer que la directriz del juzgador,

al aplicar una norma o decidir un asunto, debe ser la Ley Funda­

mental, aunado a la reiteración del reconocimiento de los pasivos

del delito como "parte" en el proceso penal, en igualdad de armas.

IV. Conclusiones

1. En México, la interpretación conforme se ha desarrollado

bajo dos principios que fueron previamente reconocidos en

la jurisprudencia de la Corte Suprema de los Estados Unidos

de América: 1) todas las normas generales deben inter­

pretarse in harmony with the Constitucion; y, 2) primae facie,

aquéllas deben presumirse constitucionales.

2. Dicha presunción implica tener cierta "deferencia" hacia el

legislador democrático y en aras de conservar la ley, explo­

rar las posibilidades interpretativas del precepto cuestionado,

por si hubiera alguna que permitiera salvar la primacía de

la Norma Fundamental.

3. Aunque tal ejercicio hermenéutico exige desentrañar

tanto el sentido de la norma sujeta a control, como el del

texto fun damental que sirve como parámetro de regularidad,

creemos que la misma no debe estar reservada a los tribu­

nales constitucionales —claro que éstos tendrán la "última"

palabra—, pues compete a los jueces ordinarios decidir, en un

primer momento, si los textos legislativos que deben apli­

car a los casos concretos sometidos a su consideración son

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 110 22/11/17 2:28 p.m.

JORGE VÁZQUEZ AGUILERA

111

o no acordes al parámetro de regularidad respectivo, de tal

suerte que la justicia constitucional debe asumir un papel

estrictamente "subsidiario".

4. A raíz de la reforma constitucional de 10 de junio de 2011

en materia de derechos humanos, en México dicho paráme­

tro se integra con los preceptos contenidos en la Constitución

General y los que se encuentren en los tratados interna­

cio nales que hayan sido suscritos por nuestro país, así como

su interpretación por parte de los tribunales competentes.

5. La interpretación conforme de ningún modo autoriza a los

juzgadores a complementar un texto legal relativo a un tipo

penal y mucho menos a imponer sanciones no previstas

expresamente por el legislador —pues ello contraviene el

principio de legalidad—, pero es necesario precisar que ello

no quiere decir que exista una imposibilidad de desentra­

ñar el sentido de los textos normativos de índole penal, ya

sean sustantivos o adjetivos, en armonía con los preceptos

fundamentales.

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Interpretación evolutiva de la Constitución: estudio comparado de impugnación del reconocimiento legislativo del matrimonio entre personas del mismo sexo

MARÍA VIANNEY AMEZCUA SALAZAR* HÉCTOR ORDUÑA SOSA**

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* Secretaria de Estudio y Cuenta. Suprema Corte de Justicia de la Nación (México).

** Secretario de Estudio y Cuenta. Suprema Corte de Justicia de la Nación (México).

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 114 22/11/17 2:28 p.m.

115

Introducción

Con frecuencia, en la doctrina y especialmente en la juris­

dicción constitucional, se presenta la disyuntiva sobre las

posibles lecturas de la Constitución. Algunos se inclinan por una

perspectiva originalista, que sea fiel a la intención de los emiso­

res de la norma, y otros proponen que el ejercicio interpretativo

se ajuste a la evolución de la realidad social.1

Un caso que ha planteado esta disyuntiva a los tribunales consti­

tucionales es el análisis de constitucionalidad de las modifica­

ciones legislativas respecto a la definición del matrimonio. Así se

1 Mastromarino, Fabrizio, "Sobre la interpretación evolutiva de la Constitución: Notas al margen de una reciente sentencia del Tribunal Constitucional español sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo", Doxa. Cuadernos de Filosofía del Derecho, 56 (2013), pp. 169­171. Guastini, Riccardo, "¿Peculiaridades de la interpretación consti­tucional?", en Estudios de teoría constitucional, México, Fontamara, 2001, pp. 264 y 265. Chiassoni, Pierluigi, "El textualismo razonable: una tentación resistible", en A. Gutman (ed.), Una cuestión de interpretación: Los tribunales federales y el Derecho, Lima, Palestra, 2015, pp. 15­17.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 115 22/11/17 2:28 p.m.

INTERPRETACIÓN EVOLUTIVA DE LA CONSTITUCIÓN...

116

puede advertir en las sentencias emitidas en medios de control

abstracto de constitucionalidad en España (sentencia 198/2012,

de 6 de noviembre de 2012 en el recurso de inconstitucionalidad

6864­2005) y México (sentencia de 16 de agosto de 2010 en la

acción de inconstitucionalidad 2/2010), promovidos por actores

políticos que basaron su impugnación en la inamovilidad o petri­

ficación de un concepto de matrimonio reconocido en normas

constitucionales, o convencionales, al cual alegan que le es esen­

cial el principio de heterosexualidad.

Ambas resoluciones enfrentan planteamientos tendentes a impug­

nar la constitucionalidad de reformas legislativas que modificaron

la definición del matrimonio, para reconocerlo entre personas del

mismo sexo, con los mismos derechos y régimen que el celebrado

entre un solo hombre y una sola mujer, lo que incluye el derecho

a adoptar. Las impugnaciones cuestionan tanto el cambio de la

definición del matrimonio, como el derecho a adoptar reconocido

a las uniones entre personas del mismo sexo. En ambos casos, los

tribunales constitucionales realizaron el estudio separado de esas

dos cuestiones.

En este trabajo se presentan los resultados de un estudio compa­

rado de las dos sentencias, tomando en cuenta tres ejes: aspectos

procesales, parámetro de control y argumentación. Ese ejercicio

es posible, porque ambos fallos se emitieron en casos con elemen­

tos comunes: el tipo de medio de impugnación, las alegaciones

de los promoventes y en cierta medida hay una coincidencia sus ­

tan cial en su conclusión (ambos tribunales reconocieron que la

reforma combatida se encontraba dentro del margen de libertad

de configuración del legislador).

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117

No obstante, resultan claras y evidentes las diferencias. Por ejem­

plo, los respectivos textos constitucionales, así como las normas

y doctrina convencionales derivadas del sistema regional al que

se encuentra sujeta cada una de dichas jurisdicciones.

A pesar de ello, la comparación de consideraciones permitirá adver­

tir la forma en que los tribunales constitucionales se aproxima­

ron a la disyuntiva entre interpretación originalista o evolutiva

en el entendimiento del matrimonio. Asimismo, ayudará a ponde­

rar la relevancia de los elementos culturales comunes de las

demo cracias de corte occidental o sociedades que asumen como

modelo de organización el Estado democrático de Derecho, para

leer textos constitucionales que, en principio, difieren en conte­

nido y en algunos elementos contextuales propios.

No se pretende valorar la justicia de las dos decisiones frente a

una concepción ideal del matrimonio o de los valores de una

sociedad plural y democrática, sino más bien comparar las res­

pectivas líneas argumentativas, a efecto de arribar a algunas

conclusiones sobre la forma en que ambos tribunales constru­

yeron la lectura evolutiva de su Constitución. Por tal motivo, no

se abordarán modificaciones legislativas y fallos posteriores a

las sentencias analizadas.

I. Aspectos procesales

Ambas sentencias se emitieron en procedimientos de control abs­

tracto de leyes. En el caso español, se trata de un recurso de

inconstitucionalidad previsto en el artículo 161.1 a) de la Consti­

tución Española (CE), mientras que en el caso de México se trata

de una acción de inconstitucionalidad prevista en el artículo 105,

fracción II, de la Constitución Política de los Estados Unidos

Mexicanos (CPEUM).

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INTERPRETACIÓN EVOLUTIVA DE LA CONSTITUCIÓN...

118

El recurso de inconstitucionalidad español fue promovido por 72

diputados del Partido Popular del Congreso en contra de la Ley

13/2005, por la que se reformó el Código Civil español para

igualar los efectos del matrimonio homosexual y heterosexual.

La acción de inconstitucionalidad mexicana fue promovida por el

Procurador General de la República en contra de la reforma a los

artículos 146 y 391 del Código Civil del Distrito Federal, aprobada

por la Asamblea Legislativa de dicha entidad federativa. En este

elemento procesal se advierte una primera diferencia. En España

la acción fue intentada por una minoría parlamentaria contra la

ley aprobada por la mayoría, mientras que en México la impug­

nación fue presentada por un órgano del Poder Ejecutivo de la

Federación para combatir una reforma legislativa aprobada por

el Poder Legislativo de la capital de la República, en ejercicio de

las facultades que le reconoce el artículo 122 CPEUM.

En ninguno de estos procedimientos se llevó a cabo una consulta

pública. Sin embargo, en el caso mexicano destaca que, a solici­

tud de la Suprema Corte, la Universidad Nacional Autónoma de

México remitió informes rendidos por el Programa de Bioética, la

Escuela Nacional de Trabajo Social, la Facultad de Psicología y

el Instituto de Investigaciones Sociales de dicha institución, los

cuales, como se expondrá más adelante, sirvieron de sustento a

la decisión.

Ambas resoluciones concluyeron con el reconocimiento de validez

de las normas impugnadas. En el caso de España, la sentencia fue

aprobada por el tribunal integrado por once magistrados, con un

voto concurrente y tres votos particulares discrepantes. La sen­

tencia mexicana se aprobó con votaciones diferenciadas de sus

once ministros. La decisión de fondo obtuvo mayoría de nueve

votos con dos votos particulares disidentes, salvo el estudio de

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MARÍA VIANNEY AMEZCUA SALAZAR • HÉCTOR ORDUÑA SOSA

119

validez en relación con el artículo 16 CPEUM, contenido en el con­

siderando sexto, el cual se aprobó por una mayoría de seis votos.

Respecto de la sentencia en su conjunto, por cuestiones procesa­

les y de fondo, se formularon cuatro votos particulares disidentes

y tres concurrentes.

En el caso de México, la acción se promovió el 27 de enero de 2010

y la sentencia se aprobó en sesión de 16 de agosto de ese mismo

año. En España, el recurso se intentó el 30 de septiembre de 2005

y la sentencia se emitió el 28 de noviembre de 2012. Es de desta­

carse la dilación del tribunal español, pues permitió la evaluación

de la nueva definición y su aceptación por la sociedad, lo cual se

hace constar en la sentencia, además de que hizo posible incor­

porar los fallos del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que

se emitieron en ese lapso.

A continuación se insertan dos cuadros con los principales plan­

teamientos de los medios de impugnación y los votos disidentes

y concurrentes que se formularon en cada uno de ellos.

TABLA I. Principales planteamientos de los promoventes

México España

I) El modelo ideal de familia protegido por la Constitución es el que se con­forma por padre, madre e hijos.

II) La institución civil idónea para la tutela de ese modelo familiar es el matrimonio.

III) La reforma del D.F. que permite el matrimonio entre personas del mismo género no está motivada, ya que no explica por qué con esa medida se combate la discriminación contra los homosexuales.

A) La reforma vulnera la Constitución, que reconoce el derecho al matri­monio sólo entre heterosexuales, el cual se apoya en conceptos jurídicos seculares como esposo, esposa y pro­ creación.

B) Lo anterior se corrobora con lo pre­visto en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Pacto Inter­nacional de Derechos Civiles y Políticos y el Convenio de Roma, instrumen­tos internacionales que refieren el de­recho del hombre y la mujer a casarse y formar una familia.

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INTERPRETACIÓN EVOLUTIVA DE LA CONSTITUCIÓN...

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IV) Además, éstos ya contaban antes de la reforma con figuras para la protec­ción de sus derechos, como la prevista en la Ley de Sociedades de Conviven­cia del D.F.

V) Si el matrimonio tutela, entre otras cosas, los derechos de la descendencia de los cónyuges, entonces dicha insti­tución civil es incompatible para los homosexuales.

VI) La adopción por parte de homo­sexuales vulnera el principio del inte­rés superior del niño, ya que podría no propiciar su adecuado desarrollo.

VII) La reforma impugnada implica además que las restantes entidades fe de rativas deben reconocer en su terri torio el matrimonio homosexual, lo que vulnera el sistema federalista.

C) Si bien las instituciones deben adaptarse a las circunstancias de cada época, lo cierto es que el matrimonio es una institución garantizada consti­tucionalmente y, por tanto, su modifi­cación corresponde al poder refor ma­ dor de la Constitución y no al legislador ordinario.

D) La reforma impugnada es despro­porcional para los objetivos que persi­gue, ya que éstos pueden garantizarse mediante otras vías, como se ha optado en otros Estados.

E) La reforma impugnada, al permitir a los homosexuales adoptar, antepone sus intereses a los del menor, ya que no hay nada que demuestre la con­veniencia del adoptado de convivir en el seno de una pareja gay.

TABLA II. Votos disidentes y concurrentes

España

Manuel Aragón Reyes

La operación consistente en averiguar cuál es hoy el núcleo esencial de una garantía institucional no es, en modo alguno, aunque la sentencia lo confunda, realizar inter­pretación evolutiva de la Constitución, sino simplemente interpretar la Constitución de acuerdo con el concepto generalmente acuñado de "garantía institucional". La fun­ción de este Tribunal no es, en realidad, apreciar que la ley es "constitucional", sino que "no es inconstitucional", y ello no es un mero juego de palabras, sino que encierra un profundo sentido sobre la capacidad y legitimidad del ejercicio de la jurisdicción constitucional. Además, el cum­plimiento de los mandatos constitucionales de igualdad y no discriminación no obligan al legislador a garantizar la unión entre personas del mismo sexo a través del matrimonio.

Ramón Rodríguez Arribas

Una vez reconocida la constitucionalidad del matrimonio entre personas del mismo sexo, nada impide que puedan ejercer la adopción, lo mismo que los matrimonios cons­tituidos por personas de diferente sexo y, para la pro­tección de los derechos e intereses del menor, basta la inter vención del juez que autoriza la adopción, lo cual es

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una simplificación del verdadero problema y no se puede deferir al juez, porque es ponerle en una tesitura social­mente muy comprometida y, a veces, de difícil salida.

Andrés Ollero Tassara

Su principal discrepancia se refiere a que la sentencia no tomó en cuenta la necesidad de llevar a cabo una reforma constitucional en lo relativo al matrimonio, satisfaciendo las exigencias del art. 167 de la Constitución. Consideró legítimo que se estime arcaica la concepción constitucio­nal del matrimonio como necesariamente heterosexual, pero ello no haría sino obligar a dar paso, por la vía del art. 167, a una reforma del texto constitucional.

Juan José González Rivas

El modelo que la Constitución prevé del matrimonio, según se desprende de los debates de las Cortes constituyentes, es el heterosexual, por lo que para su alteración sería necesaria una reforma constitucional. Así, el matrimonio tiene un carácter fundamental y una finalidad esencial basada en la unión entre personas de distinto sexo, requi­sito que no puede quedar eliminado por una interpreta­ción evolutiva que no preserve su garantía constitucional. Por otro lado, permitir la filiación por adopción por parte de personas del mismo sexo contraviene la configuración constitucional de la filiación y atenta contra el prevalente interés del menor.

México

Luis María Aguilar Morales

No debió analizarse el artículo 391 del Código Civil del D.F. (que prevé los requisitos para adoptar), ya que la reforma impugnada no modificó tal precepto y, por tanto, no puede considerarse a éste como un nuevo acto legislativo.

No corresponde a la Suprema Corte valorar la idoneidad de la nueva connotación del matrimonio asignada por el legislador del D.F., ya que dicha acción se encuentra den­tro de la libertad normativa de la que goza esa autoridad, pues la Constitución se limita a establecer un marco de referencia conceptual del matrimonio en términos suficien­temente amplios como para permitir una configuración específica por cada legislatura estatal.

Sergio Valls Hernández

No debió haberse suprimido en la redacción de la senten­cia el apartado en el que, como ministro ponente, hizo un análisis de derecho comparado sobre la tendencia al reco­nocimiento de las uniones civiles y matrimonios homo ­sexuales en diversos países y por distintos organismos internacionales.

Sergio Aguirre Anguiano

La Constitución consignó la igualdad del varón y la mujer, así como el deber del Estado de proteger la organización y desarrollo de la familia; por tanto, es claro que el tipo de

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familia que prevé es la formada por hombre, mujer y los hijos que lleguen a procrear. La unión entre dos personas del mismo sexo no puede comprenderse dentro del con­cepto histórico, social y jurídico del matrimonio. Por otro lado, al no encontrarse demostrado que la familia inte­grada por homosexuales asegure el desarrollo pleno del infante o, por lo menos, que no le resulte perjudicial, debió declararse la inconstitucionalidad de las normas impug­nadas, en atención al interés superior del menor.

Arturo Zaldívar Lelo de Larrea

No comparte la idea de que la Constitución impida a la Corte indagar si los menores pueden sufrir una afectación por vivir en una familia homoparental, ya que la tesis de que no existe tal afectación sólo puede corroborarse una vez que se ha examinado lo que ha dicho la ciencia sobre este tema. Rechazar la posibilidad de hacer esa indaga­ción, argumentando que ello supondría "caer en un razo­namiento prohibido constitucionalmente", no constituye una respuesta satisfactoria a la cuestión planteada.

José Fernando Franco González Salas

Los matrimonios celebrados conforme a la legislación del D.F. son válidos en todo el país, por virtud de la cláusula prevista en el artículo 121 constitucional, pero sus efectos jurídicos, mientras no exista una ley reglamentaria, corres­ponderá determinarlos a cada Estado en que se preten­dan ejecutar y, eventualmente, los jueces de cada uno de ellos resolverán los conflictos de leyes que puedan surgir en relación con los actos del estado civil de las personas. Además, en la sentencia se debió incorporar y poner el mayor de los énfasis en que, en materia de adopción, lo más importante conforme a nuestro régimen constitu­cional, es la responsabilidad del juez tomar en cada caso que se someta a su jurisdicción las medidas necesarias para garantizar el interés superior del menor.

II. Parámetros de control

La impugnación en España tiene como base los artículos 32 y 39 CE, además de los principios de igualdad (14 CE) e interdicción de la arbitrariedad. Para el estudio de las consideraciones, es relevante el artículo 32 CE, que regula de manera específica el matrimonio, como una garantía institucional y un derecho constitucional.

Artículo 32

1. El hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimo­nio con plena igualdad jurídica.

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2. La ley regulará las formas de matrimonio, la edad y capa­

cidad para contraerlo, los derechos y deberes de los cónyu­

ges, las causas de separación y disolución y sus efectos.

Asimismo, por la vinculación regional de España, en cuanto al

derecho a contraer matrimonio, destacan los artículos 12 del Con­

venio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y

Libertades Fundamentales de 19502 y 9 de la Carta de Derechos

Fundamentales de la Unión Europea.3

En México, la impugnación se enderezó por vulneración al princi­

pio de igualdad (1 CPEUM), protección de la familia (4 CPEUM),

interdicción de la arbitrariedad (14 y 16 CPEUM) y afectación a la

seguridad jurídica atendiendo a las competencias de las enti­

dades de la Federación (121 CPEUM). La Constitución no prevé de

manera expresa la garantía institucional del matrimonio ni el

derecho a contraerlo. Originalmente, en el texto constitucional de

1917, el artículo 130, párrafo tercero, establecía:

El matrimonio es un contrato civil. Este y los demás actos

del estado civil de las personas son de la exclusiva compe­

tencia de los funcionarios y autoridades del orden civil, en

los términos prevenidos por las leyes, y tendrán la fuerza y

validez que las mismas les atribuyan.

Dicho párrafo fue objeto de modificación (tanto en orden como

en contenido), mediante decreto publicado el 28 de enero de 1992,

para quedar de la siguiente forma:

2 Artículo 12. Derecho a contraer matrimonio. A partir de la edad núbil, el hombre y la mujer tienen derecho a casarse y a fundar una familia según las leyes nacionales que rijan el ejercicio de este derecho.

3 Artículo 9. Derecho a contraer matrimonio y derecho a fundar una familia. Se garan ­tizan el derecho a contraer matrimonio y el derecho a fundar una familia según las leyes nacionales que regulen su ejercicio.

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INTERPRETACIÓN EVOLUTIVA DE LA CONSTITUCIÓN...

124

Los actos del estado civil de las personas son de la exclusiva

competencia de las autoridades administrativas en los tér­

minos que establezcan las leyes, y tendrán la fuerza y vali­

dez que las mismas les atribuyan.

Esta disposición contiene las bases de la separación del Estado y

la Iglesia, así como el ejercicio de la libertad religiosa y de culto.

Según se aprecia, originalmente la Constitución mexicana definía

al matrimonio como un contrato civil y un acto del estado civil de

las personas, cuya regulación corresponde exclusivamente a la

autoridad civil. En cambio, con la reforma constitucional de 1992,

por la cual se reconoce personalidad jurídica a las iglesias y agru­

paciones religiosas, se elimina el concepto de matrimonio como

contrato civil, así como su reconocimiento constitucional como acto

del estado civil, y deja una facultad legislativa amplia para regu­

lar los actos del estado civil.

En cuanto al derecho regional vinculante para México, el artículo

17 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos de 19694

contiene regulación expresa del derecho a contraer matrimonio.

4 Artículo 17. Protección a la Familia1. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y debe ser prote­

gida por la sociedad y el Estado.2. Se reconoce el derecho del hombre y la mujer a contraer matrimonio y a fundar

una familia si tienen la edad y las condiciones requeridas para ello por las leyes inter­nas, en la medida en que éstas no afecten al principio de no discriminación establecido en esta Convención.

3. El matrimonio no puede celebrarse sin el libre y pleno consentimiento de los contrayentes.

4. Los Estados Partes deben tomar medidas apropiadas para asegurar la igualdad de derechos y la adecuada equivalencia de responsabilidades de los cónyuges en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del mismo. En caso de disolución, se adoptarán disposiciones que aseguren la protección necesaria de los hijos, sobre la base única del interés y conveniencia de ellos.

5. La ley debe reconocer iguales derechos tanto a los hijos nacidos fuera de matri­monio como a los nacidos dentro del mismo.

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Ambos países tienen como referentes del sistema universal de

protección de los derechos humanos los artículos 16 de la Decla­

ración Universal de Derechos Humanos, 23 del Pacto Internacio­

nal de Derechos Civiles y Políticos, 10 del Pacto Internacional

de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y la Convención de

Naciones Unidas sobre consentimiento para el matrimonio, edad

mínima para contraerlo y registro de éste.

III. Argumentación

1. Estructura argumentativa

Las sentencias coinciden en realizar el estudio separado de estas

dos cuestiones: primero, abordan la constitucionalidad del cambio

en la definición del matrimonio y, posteriormente, se ocupan del

derecho a adoptar.

Pues bien, la sentencia española descartó, en primer lugar, las

impugnaciones relativas al principio de igualdad (14 CE), la inter­

dicción de la arbitrariedad (9.3 CE) y la protección de la familia

(39 CE). La respuesta del tribunal se basa primordialmente en sus

propios precedentes para fijar los alcances de esos derechos.

Posteriormente, a partir del fundamento jurídico 6, se pronuncia

sobre la vulneración al artículo 32 CE, atendiendo a la doble pers­

pectiva de la regulación constitucional del matrimonio: garantía

institucional y derecho. Por último, en el fundamento jurídico 12,

desestima la impugnación que tendía a evidenciar la vulneración

al interés superior del niño.

La solución de fondo de la sentencia mexicana se estructura en

tres apartados (quinto, sexto y séptimo considerandos). El quinto

considerando se destina al análisis de los conceptos de invalidez

relacionados con la falta de motivación legislativa (16 CPEUM), en

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INTERPRETACIÓN EVOLUTIVA DE LA CONSTITUCIÓN...

126

el cual se incluye el estudio de razonabilidad de la reforma, los

argumentos sobre vulneración al principio de igualdad (1 CPEUM),

así como la contravención a la igualdad entre el hombre y la mujer,

la protección de la familia y la libertad reproductiva (4 CPEUM).

En el sexto considerando, se aborda la vulneración a la seguridad

jurídica, en cuanto a su aplicación (16 CPEUM) y la afectación a

las competencias de los demás estados de la Federación, que ten­

drán que reconocer los actos celebrados en el Distrito Federal

al am paro de la nueva definición del matrimonio (121 CPEUM).

En el séptimo considerando, se desestiman las alegaciones diri­

gidas a evidenciar la inconstitucionalidad del derecho a adoptar,

reconocido a los matrimonios de personas del mismo sexo.

En cuanto al análisis de fondo sobre la constitucionalidad de la

nueva definición del matrimonio, la sentencia del Tribunal

Constitucional español dedica su respuesta al análisis exclusivo

del artículo 32 CE. En cambio, la sentencia mexicana, al abordar

la razonabilidad de la modificación legislativa, se ocupa de las

cuestiones relativas al principio de igualdad, al derecho a con­

traer matrimonio y a la protección de la familia.

Asimismo, hay una evidente diferencia estructural derivada del

propio parámetro constitucional empleado por cada tribunal. Para

España, fue relevante el análisis del matrimonio como garantía

institucional, en virtud de que dicho concepto ha sido desarro­

llado en su doctrina y derivado del propio texto constitucional

(32 CE). Para la Corte mexicana, no fue necesario ni resultó rele­

vante la definición del matrimonio como objeto de una garantía

institucional protegida por la Constitución, porque ésta no lo

prevé así y el promovente no lo planteó. En cambio, destinó un

considerando para desarrollar el problema de seguridad jurídica

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 126 22/11/17 2:28 p.m.

MARÍA VIANNEY AMEZCUA SALAZAR • HÉCTOR ORDUÑA SOSA

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derivado del reconocimiento del matrimonio entre personas del

mismo sexo en el Distrito Federal, en relación con las autorida­

des de los estados de la República en los que aún no ha sido

reconocido.

2. Principales premisas y conclusiones

Respecto a la constitucionalidad del matrimonio entre personas

del mismo sexo, ambas sentencias coinciden en los siguientes

pronunciamientos:

• La protección de la familia está separada de la del

matrimonio.

• Ese cambio legislativo no constituye discriminación norma­

tiva ni carece de manera absoluta de explicación racional.

• La Constitución es un documento vivo, por lo que la inter­

pretación constitucional debe evolucionar atendiendo a la

realidad social.

• La regulación del matrimonio entre personas del mismo

sexo se encuentra dentro de la libertad de configuración del

legislador.

• La medida legislativa es una opción que promueve la igual­

dad del individuo y favorece la dignidad de la persona y el

libre desarrollo de la personalidad (fj. 11 —España— y párr.

272 —México—).

• Ninguna de las sentencias contiene una afirmación en el

sentido de que esa extensión sea vinculante desde el punto

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INTERPRETACIÓN EVOLUTIVA DE LA CONSTITUCIÓN...

128

de vista constitucional.5 Ambas aclaran que no prejuzgan

sobre la constitucionalidad de otras opciones que elija el

legislador.

En relación con la constitucionalidad del matrimonio entre per­

sonas del mismo sexo, destacamos algunas de las diferencias en

las principales afirmaciones de los fallos.

Respecto al principio de igualdad, la sentencia española parte de

la afirmación contundente de que no es posible censurar la ley

desde la perspectiva de igualdad por abrir la institución del

matrimonio, con base en su propia doctrina sobre la "discrimi­

nación por indiferenciación". La decisión de la Corte mexicana

aclara que, al ampliar la institución del matrimonio y no consti­

tuir una acción afirmativa, la norma general tiene particulari­

dades que obligan a verificar su razonabilidad, atendiendo a dos

interrogantes esenciales:

i) si la opción elegida por el legislador trastoca o no bienes o

valores constitucionalmente protegidos y ii) si los hechos,

sucesos, personas o colectivos guardan una identidad sufi­

ciente que justifique darles el mismo trato, o bien, si tienen

diferencias objetivas relevantes y, por ende, debe dárseles un

trato desigual, el cual estará entonces no sólo permitido, sino,

en algunos casos, exigido constitucionalmente (párr. 224).

En cuanto a la interdicción de la arbitrariedad, según se aprecia en

el fragmento transcrito, la sentencia del tribunal de México

vincula ese estudio con el del principio de igualdad y sirve de base

para verificar la finalidad de la medida, el concepto de ma tri­

5 Esta afirmación, sin embargo, se emite con posterioridad en otros fallos de la Corte mexicana, como las acciones de inconstitucionalidad 28/2015 (Jalisco), 32/2016 (Chiapas) y 29/2016 (Puebla) y diversos amparos resueltos por la Primera Sala, de los que derivó, entre otras, la tesis 1a./J.84/2015 (10a.).

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monio y su evolución en la legislación. En cambio, en la senten cia

española, el argumento de interdicción de la arbitrariedad se

desestima por deficiencias formales de la impugnación que no

alcan zan a desvirtuar la presunción de constitucionalidad de la

medida. Además, a juicio del tribunal, basta con estimar que la ley

impugnada no resulta en discriminación normativa y no carece

de manera absoluta de explicación racional, lo que implica una

exigencia menor a la requerida en México.

En la sentencia española se afirma como conclusión una defini ­

ción de matrimonio,6 de la que se desprenden las notas esencia­

les de dicho instituto que debe reconocer el legislador, a saber, la

igualdad entre los cónyuges, la libre voluntad de contraerlo con

la persona de la propia elección y la manifestación de esa volun­

tad. En cambio, el fallo de México no precisa una definición del

matrimonio ni señala sus contenidos esenciales; aclara que no

está sujeto a un concepto constitucional predeterminado y que

en la sociedad se ha desvinculado su finalidad de la procreación,

sosteniéndose primordialmente en los lazos afectivos, sexuales,

de identidad, solidaridad y compromiso mutuos de quienes desean

tener una vida en común (párr. 242 y 249).

A pesar de no haber afirmado cuáles son las notas esenciales del

matrimonio, la Suprema Corte de México sostuvo que la diversi­

dad sexual de los contrayentes no es un elemento definitorio de

la institución matrimonial en la Constitución, sino más bien el

6 "(…) tras una evidente evolución, tenemos en la sociedad española actual del matrimonio, como comunidad de afecto que genera un vínculo, o sociedad de ayuda mutua entre dos personas que poseen idéntica posición en el seno de esta institución, y que voluntariamente deciden unirse en un proyecto de vida familiar común, pres­tando su consentimiento respecto de los derechos y deberes que conforman la insti­tución y manifestándolo expresamente mediante las formalidades establecidas en el ordenamiento".

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INTERPRETACIÓN EVOLUTIVA DE LA CONSTITUCIÓN...

130

resultado de la concepción social que, en un momento histórico

dado, existió (párr. 256).

Dado que en México no se encuentra previsto en el texto consti­

tucional el derecho a contraer matrimonio, la Suprema Corte, por

una parte, lo derivó del derecho al libre desarrollo de la personal­

idad y, por otra, dio contenido a sus alcances en los tratados inter­

nacionales, a fin de dar respuesta a los motivos de invalidez que

pretendían una lectura restrictiva de ese derecho a favor del prin­

cipio de heterosexualidad. Al respecto, se afirmó que dichos tra­

tados sólo "amparan el derecho, tanto del hombre como de la

mujer, a contraer matrimonio libremente y con su pleno consen­

timiento", pero no obligan a los Estados a establecer una sola

forma de matrimonio y lo que en todo caso prohíben es que se

restrinja de forma arbitraria o irracional la libertad de contraerlo

(párr. 256).

Esta argumentación no fue necesaria en el fallo español, en

atención al contenido del artículo 32.1 CE. En el desarrollo del

derecho a contraer matrimonio, el Tribunal Constitucional realiza

algunas afirmaciones que no se encuentran en la decisión de la

Corte de México. Es el caso de la precisión de que la ley no amplió

el "elenco de titulares del derecho individual, sino una modifi­

cación de las formas de su ejercicio. Por tanto, es preciso deter­

minar si la citada modificación supone un ataque al contenido

esencial del derecho fundamental". Además, aclaró que tal modi­

ficación no afectó o modificó el derecho, ni su ejercicio, recono­

cido a favor de las personas heterosexuales.

Respecto a la constitucionalidad de la adopción, ambas senten­

cias coinciden en la afirmación principal de que el interés superior

del niño no exige que sean excluidos los matrimonios del mismo

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sexo, sino que en cada caso debe atenderse al bienestar del menor

de edad. En la sentencia mexicana se afirma de manera tajante

que declarar inconstitucional la reforma legal impugnada porque

el menor de edad sería objeto de discriminación por vivir en una

familia homoparental implicaría "constitucionalizar" la discrimi­

nación (párr. 332).

3. Tipos de interpretación

En ambos fallos, la principal cuestión interpretativa es la deter­

minación de los alcances de la institución del matrimonio. En el

caso de España, a fin de dar contenido al artículo 32 CE y, en el de

México, como parte del análisis de los límites constitucionales

al legislador, a pesar de que la Constitución no lo reconoce expre­

samente como institución o derecho. En ambos casos, la cuestión

surgió porque se planteó la preexistencia de una definición de

matrimonio inmodificable por el legislador.

Los dos tribunales recurrieron a la evolución del matrimonio, a

fin de dilucidar si, efectivamente, la heterosexualidad es una nota

esencial de la institución del matrimonio, garantizada constitu­

cional o convencionalmente.

La sentencia de España comienza respondiendo los motivos de

impugnación, con base en los métodos tradicionales de inter­

pretación: literal, sistemático y teleológico (basado en la intención

del legislador). De ahí extrae como primera conclusión que el art.

32 CE es manifestación de la voluntad del Constituyente de afian­

zar la igualdad entre el hombre y la mujer, sin resolver otras

cuestiones, lo cual no significa que implícitamente se acogiera el

matrimonio entre personas del mismo sexo, pero tampoco signi­

fica que lo excluyera; y que, desde una estricta interpretación

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INTERPRETACIÓN EVOLUTIVA DE LA CONSTITUCIÓN...

132

literal, sólo identifica los titulares del derecho a contraer matri­

monio, y no con quién debe contraerse (fj. 8).

Posteriormente, aborda la interpretación evolutiva, con base en la

orientación metodológica que se presenta en el primer párrafo.

Se menciona que ese tipo de interpretación se proyecta de manera

especial en la categoría de la garantía institucional y lleva a desa­

rrollar la noción de cultura jurídica, que hace pensar en el Derecho

como un fenómeno social vinculado a la realidad en que se desa­

rrolla y que ya había sido evocada en la jurisprudencia del Tribu­

nal Constitucional (fj. 9).

La cultura jurídica se integra por los siguientes elementos

conformadores:

• La interpretación literal, sistemática u originalista de los

textos jurídicos.

• La observación de la realidad social jurídicamente relevante,

sin que esto signifique otorgar fuerza normativa directa a lo

fáctico.

• Las opiniones de la doctrina jurídica y de los órganos con­

sultivos previstos en el propio ordenamiento.

• El derecho comparado que se da en un entorno socio­cultural

próximo y en materia de construcción de la cultura jurídica

de los derechos.

• La actividad internacional de los Estados, manifestada en

los tratados internacionales, en la jurisprudencia de los

órganos internacionales que los interpretan y las opiniones

y dictámenes elaborados por los órganos competentes del

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 132 22/11/17 2:28 p.m.

MARÍA VIANNEY AMEZCUA SALAZAR • HÉCTOR ORDUÑA SOSA

133

sistema de Naciones Unidas, así como por otros organismos

internacionales de reconocida posición.

Aclara que el camino de entrada de estos elementos se encuentra

en el principio dispuesto en el art. 10.2 CE, respecto a la interpre­

tación conforme.

Con base en dichos elementos, concluye que la Ley 13/2005, den­

tro del amplio margen concedido por el art. 32 CE, desarrolla la

institución del matrimonio conforme a la cultura jurídica espa­

ñola, sin hacerla en absoluto irreconocible para la imagen que de

la institución se tiene en la sociedad española contemporánea.

De dicha cultura advierte que existe aceptación del matrimo­

nio entre personas del mismo sexo, sin que para ello sea nece­

sario advertir un reconocimiento unánime.

La argumentación de la sentencia mexicana tiende a dilucidar

si la Constitución fija una noción determinada de matrimonio y

de familia, para, de ahí, establecer si la labor normativa del legis­

lador, a ese respecto, se encontraba o no limitada. Se parte de la

protección de la familia, prevista en el art. 4 CPEUM. En dicho pre­

cepto no se protege un modelo ideal de familia. Se establece que,

en un Estado democrático de derecho, en el que el respeto a la

pluralidad es parte de su esencia, lo que debe entenderse prote­

gido constitucionalmente es la familia como realidad social y, por

ende, tal protección debe cubrir todas sus formas y manifestacio­

nes en cuanto realidad existente (párr. 235).

Se atiende a la opinión de los especialistas de la Universidad

Nacional Autónoma de México, que describieron la realidad social

sobre la configuración de las familias, así como a datos del Ins­

tituto Nacional de Estadística y Geografía, y se afirma que la

realidad social no sólo debe ser atendida por el legislador, sino

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 133 22/11/17 2:28 p.m.

INTERPRETACIÓN EVOLUTIVA DE LA CONSTITUCIÓN...

134

también "debe guiar la interpretación constitucional y legal que

realiza esta Corte, como Tribunal Constitucional, a fin de que la

Constitución sea un documento vivo" (párr. 238­240).

Posteriormente, se narra la evolución de la institución del matri­

monio, entendido tradicionalmente como el celebrado entre un

hombre y una mujer. Se afirma que no se trata de un concepto

inmutable o "petrificado" y, por tanto, no es concebible que su

conceptualización tradicional no pueda ser modificada por el

legis lador ordinario, puesto que la Constitución no lo sujeta a

un concepto predeterminado. Se toma en cuenta la seculariza­

ción de la sociedad y del propio matrimonio; que la transformación

de las relaciones humanas ha llevado paulatinamente a diversas

formas de relación afectiva, sexual y de solidaridad mutua y, de

ahí, a modificaciones legales en cuanto a la institución del matri­

monio, que han derivado en la redefinición del concepto tradicio­

nal que se ha tenido en cada época y a su desvinculación de una

función procreativa (párr. 242­250).

Destaca en la sentencia mexicana que se invoca un precedente

(amparo directo 6/2008), conforme al cual se derivó la libertad o

no de contraer matrimonio del derecho al libre desarrollo de la

personalidad (párr. 251 y 263).

Luego se retoma la interpretación evolutiva para desestimar los

argumentos de la impugnación, en los que se hizo valer el "espí­

ritu" del Constituyente y el "texto" de los tratados internacionales.

La Corte advierte que, dada la situación histórica de la homo­

sexualidad (la cual incluso se consideraba una enfermedad), al

momento de la creación, reforma, suscripción o ratificación de

dichos documentos, no existía la exigencia de considerar o no esta

situación, porque, en los hechos, no eran realidades sociales

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 134 22/11/17 2:28 p.m.

MARÍA VIANNEY AMEZCUA SALAZAR • HÉCTOR ORDUÑA SOSA

135

difundidas, no habían adquirido la relevancia que hoy ostentan y,

por lo mismo, eran definiciones sobre las que, al no existir una

exigencia sustancial de regulación, no fueron recogidas por dichas

normas (párr. 253).

Así concluye que no es sostenible una interpretación de la Cons­

titución o los tratados internacionales, en el sentido restrictivo

pretendido por el promovente, pues la interpretación constitucio­

nal debe estar, por un lado, siempre en correspondencia con la

realidad social y, por otro, debe tender a tutelar las múltiples

diferencias que caracterizan a una sociedad asentada en la plura­

lidad y heterogeneidad de intereses, expectativas y preferencias

(párr. 254).

El tribunal aclara que se debe ser muy cuidadoso al interpretar la

Constitución, "ante temas que involucran la ampliación o la igual­

dad de las personas homosexuales y la protección de sus uniones

que, evidentemente, han transitado dentro de la sociedad por un

camino difícil".

Con base en esos argumentos, la Suprema Corte justifica que la

diversidad sexual de los contrayentes no es constitucional ni

legal mente un elemento definitorio de la institución matrimo­

nial, sino más bien el resultado de la concepción social que, en un

momento histórico dado, existe, pero no el núcleo esencial del

matrimonio.

4. Fuentes y precedentes

En ambas sentencias existe similitud de fuentes. Las dos confron­

tan la argumentación con el derecho o la garantía reconocidos en

la Constitución. No emplean como parámetro un derecho o insti­

tución desde su reconocimiento en tratados internacionales, esto

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 135 22/11/17 2:28 p.m.

INTERPRETACIÓN EVOLUTIVA DE LA CONSTITUCIÓN...

136

es, en España se fijan los alcances del derecho y la garantía con­

tenidos en el artículo 32 CE, mientras que en México se precisa la

protección a la familia, contenida en el artículo 4 CPEUM y el dere­

cho a contraer matrimonio, que se derivó del derecho al libre desa­

rrollo de la personalidad.

En la sentencia del Tribunal Constitucional español, se advierte

que la argumentación interpretativa en materia constitucional se

basó en los siguientes elementos:

1. Elementos literales de la propia Constitución: aspectos con­

textuales, como títulos de capítulos y secciones, o la ubica­

ción del artículo 32 CE.

2. Elementos históricos: Constitución de 1931.

3. Instrumentos internacionales: artículos 16 de la Declaración

Universal de los Derechos Humanos, 23 del Pacto Interna­

cional de Derechos Civiles y Políticos, 10 del Pacto Internacio­

nal de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, 12 del

Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Huma­

nos y Libertades Fundamentales de 1950, 9 de la Carta de

Derechos Fundamentales de la Unión Europea y la Conven­

ción de Naciones Unidas sobre consentimiento para el

matrimonio, edad mínima para contraer matrimonio y regis­

tro de los mismos.

4. Precedentes del Tribunal Europeo de Derechos Humanos:

Schalk y Kopf c. Austria, de 24 de junio de 2010; Christine

Goodwin c. Reino Unido, de 11 de julio de 2002; I. c. Reino

Unido, de 11 de julio de 2002; Parry c. Reino Unido y R. y F. c.

Reino Unido, ambas de 28 de noviembre de 2006.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 136 22/11/17 2:28 p.m.

MARÍA VIANNEY AMEZCUA SALAZAR • HÉCTOR ORDUÑA SOSA

137

5. Documentos del Constituyente: Anteproyecto constitucional

y su redacción definitiva por la Comisión Mixta Congreso­

Senado.

6. Derecho comparado: Legislación extranjera y sentencias de

otros tribunales, como la de 9 de diciembre de 2004, emitida

por la Corte Suprema de Canadá.

7. Realidad social: Encuestas elaboradas por el Centro de Inves­

tigaciones Sociológicas, con motivo de la elaboración del

anteproyecto de Ley por la que se modifica el Código Civil

en materia de derecho a contraer matrimonio, en 2004 y

2010, sobre aceptación por la sociedad del matrimonio entre

personas del mismo sexo. Encuestas elaboradas por la Comi­

sión Europea en Estados miembros de la Unión, así como

en Bulgaria, Rumania, Croacia, Turquía y la comunidad

turco­chipriota (Eurobarómetro 2006). Cifras del Instituto

Nacional de Estadística, contenidas en el documento sobre

"Movimiento natural de la población", de 2005 a 2011 (vigen­

cia de la ley).

8. Doctrina: Se alude a ella, pero no se mencionan las

fuentes.

9. Legislación infraconstitucional: Se emplean como referen­

tes otras disposiciones del Código Civil, a fin de evaluar la

funcionalidad de la modificación constitucional.

En el caso de México, se advierten los siguientes elementos:

1. Elementos literales: Texto de los artículos 1 y 4 CPEUM.

2. Principios: Pro persona o pro libertatis.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 137 22/11/17 2:28 p.m.

INTERPRETACIÓN EVOLUTIVA DE LA CONSTITUCIÓN...

138

3. Instrumentos internacionales: Se mencionan los que invocó

el actor: artículos 16 de la Declaración Universal de los

Derechos Humanos (1948), 8 de la Convención Europea para

la Protección de los Derechos Humanos y Libertades Fun­

damentales (1950), 16 de la Carta Social Europea (1961), 17 y

23 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos

(1966), 10 del Pacto Internacional de Derechos Económi­

cos, Sociales y Culturales (1966), 17 de la Convención Ame­

ricana sobre Derechos Humanos (1969), 74 del Protocolo

Adicional I a la Cuarta Convención de Ginebra, relativa a la

protección debida a las personas civiles en tiempos de guerra

(1977), 18 de la Carta Africana de los Derechos Humanos

y de los Pueblos (1981), 9, 10 y 22 de la Convención sobre

los Derechos del Niño (1989), XXIII y XXV de la Carta Afri cana

de los Derechos y el Bienestar del Niño (1990) y Preámbulo de

la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas

de Discriminación contra la Mujer.

4. Derecho comparado: Se alude, pero no se citan las referen­

cias. Se invoca un precedente del Tribunal Europeo de Dere­

chos Humanos (Christine Goodwin v. Reino Unido).7

5. Realidad social actual e histórica: Opiniones técnicas elabo­

radas por diversas facultades y escuelas de la Universi­

dad Nacional Autónoma de México e indicadores del Instituto

Na cional de Estadística y Geografía.

6. Legislación infraconstitucional: Hay referencias en el estudio

a la evolución de la familia y de su protección en la ley civil.

7 Se incluye en este rubro, pues no es un precedente de un tribunal regional a cuya jurisdicción se encuentre sometido el Estado mexicano.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 138 22/11/17 2:28 p.m.

MARÍA VIANNEY AMEZCUA SALAZAR • HÉCTOR ORDUÑA SOSA

139

Gran parte de los elementos interpretativos sólo están aludidos,

pues durante la discusión del proyecto se acordó eliminar el

capítulo que contenía todas las referencias que le daban soporte,

las cuales quedaron como parte del voto particular del Ministro

Sergio Valls.

IV. Conclusiones

A pesar de las evidentes diferencias estructurales y materiales

derivadas de los respectivos textos constitucionales, se advier­

ten similitudes importantes en el fondo de las respuestas a las

cues tiones planteadas. Especialmente, destaca que ambos tribu­

nales enfatizaron la relevancia de la realidad social en la interpre­

tación constitucional.

El Tribunal Constitucional español fijó los elementos conforma­

dores de la cultura jurídica, los cuales vinculó con el mandato del

art. 10.2 CE. La Suprema Corte de Justicia de México no precisó

tales elementos, ni hizo alusión a la cultura jurídica, aunque en

su argumentación sí atendió a la realidad social y su evolución

histórica.

Llama la atención que en España se haya dado mayor peso a la

realidad social, como aceptación de la unión entre personas del

mismo sexo e, incluso, a los matrimonios celebrados en aplica­

ción de la ley impugnada; mientras que, en el caso de México, se

hizo énfasis en el momento histórico imperante al emitir o refor­

mar la Constitución y los tratados internacionales, así como a la

situación actual de las uniones entre personas del mismo sexo.

Sobre todo, se advirtió la existencia de un fenómeno social que

debe ser reconocido, como parte de la pluralidad que debe existir

en un Estado democrático, la secularización del matrimonio y la

desvinculación de éste de su originaria finalidad reproductiva.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 139 22/11/17 2:28 p.m.

INTERPRETACIÓN EVOLUTIVA DE LA CONSTITUCIÓN...

140

Resulta relevante que en el caso de México se haya argumentado

con base en el derecho a contraer matrimonio derivado del derecho

al libre desarrollo de la personalidad. Esta forma de reconocer

derechos como parte del contenido de otros, ante el silencio de la

Constitución o los tratados internacionales, es un instrumento

frecuentemente empleado por los tribunales constitucionales y

regionales en materia de derechos humanos.8

De la comparación de ambos fallos, se desprenden elementos comu­

nes en cuanto a los principios y derechos involucrados, así como

a la realidad social imperante; sin embargo, existen diferencias

notables en la argumentación, explicables no sólo por las par­

ticulares procesales de cada asunto, sino también por las condi­

cionantes que enfrentó cada tribunal en atención al propio texto

constitucional.

8 Morte Gómez, Carmen y Salinas Alcega, Sergio. "Los derechos económicos y sociales en la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos", en Antonio Embid Irujo (dir.), Derechos económicos y sociales, Madrid, Iustel, Gobierno de Aragón, 2009, p. 385.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 140 22/11/17 2:28 p.m.

Teoría y práctica de la interpretación conforme: un análisis comparativo

NATALIA REYES HEROLES SCHARRER* CARLOS JAVIER CASTAÑOS VILLASEÑOR**

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 141 22/11/17 2:28 p.m.

* Secretaria de Estudio y Cuenta. Suprema Corte de Justicia de la Nación (México).

** Secretario de Estudio y Cuenta. Suprema Corte de Justicia de la Nación (México).

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 142 22/11/17 2:28 p.m.

143Tomando como base tanto las exposiciones como los textos

del Dr. Alejandro Saiz Arnaiz,1 el presente trabajo tiene por

objeto, en primer término, hacer una comparación teórica entre

la previsión constitucional española y mexicana en torno al con­

cepto de interpretación conforme. A través de diversos criterios

emitidos por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN),

intentaremos construir la definición que se le ha dado en México

a la interpretación conforme.

Posteriormente, una vez teniendo un bosquejo del concepto de

interpretación conforme, se procederá a un análisis de la aplica­

ción práctica del mismo, esto dando respuesta a tres preguntas:

¿Cuándo hacer interpretación conforme y quién está obligado?

¿Respecto de qué procede la interpretación conforme? ¿El parámetro

1 En particular se toma como fundamento del análisis el texto titulado: La interpre­tación de los derechos fundamentales y los tratados internacionales sobre derechos humanos.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 143 22/11/17 2:28 p.m.

TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA INTERPRETACIÓN CONFORME...

144

de control se extiende a la interpretación/ jurisprudencia de

órganos autorizados?

Tanto el Tribunal Constitucional Español (TCE) como la Suprema

Corte de Justicia de la Nación (SCJN) han reconocido en el artículo

10.2, así como en el artículo 1o. de las respectivas Constituciones

"criterios interpretativos de los derechos fundamentales". En este

sentido, la SCJN, en Pleno y en Sala, ha aclarado que las normas

de derechos humanos contenidas en Tratados Interacionales y

aquellas contenidas en la Constitución, no se relacionan en tér­

minos jerárquicos, pues integran un "catálogo de derechos" que

funciona como parámetro de regularidad constitucional, que nu­

tre de contenido y alcance a los derechos fundamentales otor­

gando, de esta manera, la protección más amplia a la persona.2

2 DERECHOS HUMANOS CONTENIDOS EN LA CONSTITUCIÓN Y EN LOS TRATADOS INTERNACIONALES. CONSTITUYEN EL PARÁMETRO DE CONTROL DE REGULARIDAD CONSTITUCIONAL, PERO CUANDO EN LA CONSTITUCIÓN HAYA UNA RESTRICCIÓN EXPRESA AL EJERCICIO DE AQUÉLLOS, SE DEBE ESTAR A LO QUE ESTABLECE EL TEXTO CONSTITUCIONAL.

El primer párrafo del artículo 1o. constitucional reconoce un conjunto de derechos humanos cuyas fuentes son la Constitución y los tratados internacionales de los cua­les el Estado mexicano sea parte. De la interpretación literal, sistemática y originalista del contenido de las reformas constitucionales de seis y diez de junio de dos mil once, se desprende que las normas de derechos humanos, independientemente de su fuente, no se relacionan en términos jerárquicos, entendiendo que, derivado de la parte final del primer párrafo del citado artículo 1o., cuando en la Constitución haya una restric­ción expresa al ejercicio de los derechos humanos, se deberá estar a lo que indica la norma constitucional, ya que el principio que le brinda supremacía comporta el en­cumbramiento de la Constitución como norma fundamental del orden jurídico mexi­cano, lo que a su vez implica que el resto de las normas jurídicas deben ser acordes con la misma, tanto en un sentido formal como material, circunstancia que no ha cam­biado; lo que sí ha evolucionado a raíz de las reformas constitucionales en comento es la configuración del conjunto de normas jurídicas respecto de las cuales puede pre di­carse dicha supremacía en el orden jurídico mexicano. Esta transformación se explica por la ampliación del catálogo de derechos humanos previsto dentro de la Consti­tución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el cual evidentemente puede califi­carse como parte del conjunto normativo que goza de esta supremacía constitucional. En este sentido, los derechos humanos, en su conjunto, constituyen el parámetro de control de regularidad constitucional, conforme al cual debe analizarse la validez de las normas y actos que forman parte del orden jurídico mexicano.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 144 22/11/17 2:28 p.m.

NATALIA REYES HEROLES SCHARRER • CARLOS JAVIER CASTAÑOS VILLASEÑOR

145

Sin embargo, cabe referir que para el TCE la apertura al derecho

internacional de los derechos humanos, no constituye la incorpo­

ración de estos derechos al orden interno, sino a través del paráme­

tro antes mencionado, la actuación del interprete constitucional

se adecúa al contenido de los derechos humanos del orden inter­

nacional. En cambio, de la lectura del primer párrafo del artículo

1o. constitucional se desprende que la intención del constituyente

mexicano es incorporar al orden interno los derechos humanos

del orden internacional.

En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas goza­

rán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitu­

ción y en los tratados internacionales de los que el Estado

Mexicano sea parte, así como de las garantías para su pro­

tección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse,

salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitu­

ción establece.

Al respecto no se advierten criterios específicos de la SCJN, no

obstante, de la discusión plenaria de la contradicción de tesis

293/2011 se puede desprender que la interpretación mayoritaria

es en el sentido de que la reforma constitucional en materia de

DERECHOS HUMANOS RECONOCIDOS TANTO POR LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, COMO EN LOS TRATADOS INTERNACIO­NALES. PARA DETERMINAR SU CONTENIDO Y ALCANCE DEBE ACUDIRSE A AMBAS FUENTES, FAVORECIENDO A LAS PERSONAS LA PROTECCIÓN MÁS AMPLIA.

Acorde con lo sostenido por el Tribunal en Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la tesis de jurisprudencia P./J. 20/2014 (10a.),* las normas de derechos humanos contenidas en los tratados internacionales y en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos no se relacionan entre sí en términos jerárquicos, ya que se integran al catálogo de derechos que funciona como un parámetro de regula­ridad constitucional. Por tanto, cuando un derecho humano esté reconocido tanto en la Constitución Federal, como en los tratados internacionales, debe acudirse a ambas fuentes para determinar su contenido y alcance, favoreciendo en todo tiempo a las per­sonas la protección más amplia; en el entendido de que cuando exista en la Constitu­ción una restricción expresa al ejercicio de un derecho humano, se deberá estar a lo que indica la norma constitucional.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 145 22/11/17 2:28 p.m.

TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA INTERPRETACIÓN CONFORME...

146

derechos humanos de 2011, en particular a través del artículo 1o.

constitucional, se traduce en una amplificación del catálogo de

derechos humanos.

Así, en los criterios emitidos por la SCJN se ha sostenido que la

reforma al artículo 1o. constitucional se traduce, tanto en una

ampliación de los derechos humanos protegidos en el orden nacio­

nal, como en la operación de estos como parámetro de regulari­

dad constitucional.

El segundo párrafo del artículo 1o. de la Constitución mexicana

prevé el criterio pro persona como herramienta del control de con­

vencionalidad en los siguientes términos:

Las normas relativas a los derechos humanos se interpreta­

rán de conformidad con esta Constitución y con los tratados

internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo

a las personas la protección más amplia.

Previo a adentrarnos al análisis particular de la operación de la

interpretación conforme, consideramos importante referir que

la SCJN, en interpretación de la reforma en análisis, y en especí­

fico, del artículo 1o. constitucional, ha determinado un límite en

la ope ración de la interpretación conforme: las restricciones consti­

tucionales.

Como se puede advertir del primer criterio en cita, la SCJN ha

interpretado que el parámetro de regularidad constitucional con­

tenido en el artículo 1o. encuentra su límite en la propia Consti­

tución, es decir, la mayoría del Máximo Tribunal ha interpretado

que si el texto constitucional prevé una restricción a un derecho

humano, en términos del primer párrafo del artículo 1o., ésta

debe prevalecer.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 146 22/11/17 2:28 p.m.

NATALIA REYES HEROLES SCHARRER • CARLOS JAVIER CASTAÑOS VILLASEÑOR

147

Sobre este tema, la Segunda Sala de la SCJN, a través de una com­

paración entre las restricciones constitucionales y las conven­

cionales, ha interpretado que las primeras son acordes con la

Convención Americana de Derechos Humanos, al considerar

que, como manifestación soberana del constituyente, persiguen

fines de seguridad y de interés común.3

Diferimos de la interpretación que ha hecho la SCJN en materia de

restricciones constitucionales. En nuestro concepto, en tér mi nos

del artículo 1o. constitucional, el conjunto normativo en mate ­

ria de derechos humanos que opera como parámetro de regu lari­

dad constitucional no debe ceder ante las restricciones previstas

en el texto constitucional. Es decir, partiendo del supuesto de que

a partir de la reforma de 2011 se incorporan nuevas normas en

materia de derechos humanos a nuestro texto constitucional,

3 RESTRICCIONES CONSTITUCIONALES AL GOCE Y EJERCICIO DE LOS DERECHOS Y LIBERTADES. ADICIONALMENTE A QUE SE TRATEN DE UNA MANIFESTACIÓN EXPRE­SA DEL CONSTITUYENTE MEXICANO QUE IMPIDE SU ULTERIOR PONDERACIÓN CON OTROS INSTRUMENTOS INTERNACIONALES, TAMBIÉN SE ENCUENTRAN JUSTIFICA­DAS EN EL TEXTO DE LA CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS.

Conforme a lo resuelto por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en la contradicción de tesis 293/2011 (*), las restricciones constitucionales al goce y ejer­cicio de los derechos y libertades prevalecen sobre la norma convencional, sin dar lugar a emprender algún juicio de ponderación posterior; razonamiento que generó, a su vez, que esta Segunda Sala emitiera el criterio jurisprudencial número 2a./J. 119/2014 (10a.) (**), relativo a que son inoperantes aquellos agravios en los cuales se pretenda desconocer el texto de la Ley Fundamental cuando se esté en presencia de una dis­posición que contenga una restricción, prohibición, limitación o excepción constitu­cional. Ahora bien, adicional a ello, de lo previsto en los numerales 30 y 32.2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, se desprende que los Estados Parte han dispuesto que las restricciones convencionalmente permitidas, son aquellas que por razones de interés general se dictaren en las leyes domésticas, con el propósito para el cual han sido establecidas, además de resultar ineludibles por razones de seguridad y por las justas exigencias del bien común, en una sociedad democrática. En este sentido, las restricciones constitucionales encuentran sustento también en el propio texto del instrumento internacional en cita, pues se tratan de una manifestación so­berana del Constituyente Originario o del Poder Revisor de la Norma Fundamen­tal, en el que se incorporan expresamente este tipo de finalidades en la Constitución General.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 147 22/11/17 2:28 p.m.

TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA INTERPRETACIÓN CONFORME...

148

mismas que no se relacionan en términos jerárquicos, consideramos

que frente a una restricción prevista en el texto constitucional, el

intérprete no debe aplicar automáticamente la restricción, sino

proceder a un ejercicio de ponderación.

Considerar lo contrario, es decir, que las restricciones prevalecen

ante cualquier conflicto de derechos, implica sostener que frente

una restricción constitucional no hay garantías para el individuo.

Estimamos que este proceder es contrario al nuevo régimen de

dere chos humanos, en particular, al principio de interpretación

pro persona. El nuevo régimen constitucional exige un ejercicio de

ponderación ante cualquier antinomia y, esto necesariamente exige

rechazar cualquier absoluto.

En nuestro entendimiento, cuando un juzgador enfrenta una res­

tricción a un derecho humano prevista en el texto constitucional,

para cumplir con el mandato de interpretación conforme, deberá

ponderar en cada caso cuál es el derecho que se traduce en la pro­

tección más amplia para la persona.

Una vez habiendo analizado la concepción que se le ha dado, tanto

en México como en España, al principio de interpretación confor­

me se procede a analizar ciertos aspectos prácticos del desarrollo

de la interpretación conforme en ambos países. Se intentará dar

respuesta a las siguientes preguntas:

1. ¿Cuándo hacer interpretación conforme y quién está

obligado?

2. ¿Respecto de qué procede la interpretación conforme?

3. ¿El parámetro de control se extiende a la interpretación/

jurisprudencia de organos autorizados?

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 148 22/11/17 2:28 p.m.

NATALIA REYES HEROLES SCHARRER • CARLOS JAVIER CASTAÑOS VILLASEÑOR

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I. ¿Cuándo hacer interpretación conforme y quién está obligado?

Saiz se cuestiona si el mandato de interpretación conforme es

abso luto o bien si corresponde al intérprete decidir cuándo ha­

cerlo. En su concepto, la obligación de interpretación no está al

arbitrio del intérprete, pues éste esta constreñido a una obligación

de resultado. Además, en este punto, el autor precisa que la obli­

gación de interpretación conforme no se reduce al intérprete,

pues el Tribunal Español ha aclarado que el legislador también

debe interpretar los contendios constitucionales de conformidad

con el orden internacional.

Por otro lado, el autor concluye que a la luz del artículo 10.2 los

tratados internacionales operan como parámetro de validez, tanto

de las normas, como de los actos de los poderes públicos españo­

les en materia de derechos humanos, reitera que los contenidos

de tales normas se constituyen como límites para el legislador y

para los demás poderes públicos.

De un análisis de las discusiones doctrinales y de los criterios juris­

prudenciales en México es posible advertir que no ha sido motivo

de debate trascendental definir quién está obligado a realizar una

interpretación conforme, esto, pues de la lectura del segundo pá­

rrafo del artículo 1o. constitucional antes referido, en relación

con el tercer párrafo del mismo artículo, se ha entendido que el

principio de conformidad vincula a todas las autoridades del Es­

tado mexicano.

El tercer párrafo del artículo 1o. constitucional establece lo

siguiente:

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 149 22/11/17 2:28 p.m.

TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA INTERPRETACIÓN CONFORME...

150

Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias,

tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garanti­

zar los derechos humanos de conformidad con los principios

de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progre­

sividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir, inves­

tigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos

humanos, en los términos que establezca la ley.

Por otro lado, la respuesta a cuándo se debe realizar una interpre­

tación conforme, en particular cuándo el intérprete está obligado,

se advierte un desarrollo jurisprudencial más complejo. En pri­

mer término, llama la atención que el cuándo realizar una inter­

pretación conforme se ha definido más bien en terminos de la

atribución conferida a los jueces para hacer el control de conven­

cionalidad y no así en relación con la obligación de éstos de rea­

lizarla. Es decir, se ha aclarado que el control de convencionalidad

ex officio significa que los juzgadores tienen la facultad de hacer

un control de las normas que se van a aplicar, lo anterior, aun

cuando no sean jueces de control constitucional o bien aunque

no exista una solicitud expresa de las partes. No obstante, de ma­

nera poco precisa se ha resuelto cuándo se actualiza esta obli­

gación pues es criterio de la Segunda Sala que el control de

convencionalidad a cargo de los jueces no implica que deban ha­

cerlo "necesariamente" en todos los casos.4

4 CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD Y CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO. SU SIGNIFICADO Y ALCANCE.

La expresión ex officio no significa que siempre y sin excepción, los jueces deban hacer obligatoriamente el control de constitucionalidad de los derechos contenidos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en los tratados interna­cionales en los que el Estado mexicano sea parte; dicha expresión significa que ese tipo de control lo pueden hacer por virtud de su cargo de jueces, aun cuando: 1) no sean jueces de control constitucional; y, 2) no exista una solicitud expresa de las partes. En ese sentido, no debe pasarse por alto que el Tribunal en Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en el expediente varios 912/2010 (cumplimiento de la sen­tencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso Rosendo Radilla

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NATALIA REYES HEROLES SCHARRER • CARLOS JAVIER CASTAÑOS VILLASEÑOR

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Por otro lado, también es criterio de la Segunda Sala que la obli­

gación de interpretar en términos del principio pro persona se actua­

liza cuando el operador jurídico debe optar ante diversas normas

que implican una mayor o menor protección a la persona (sin

necesidad de que exista una antinomia), o bien, cuando una mis­

ma norma admite diversas interpretaciones.5 Lo anterior, aclara

la consideración en el sentido de que el intérprete no "necesaria­

mente" tiene que hacer una interpretación conforme, pues el

Pacheco), determinó que el control a cargo de los jueces del país que no formen parte del control concentrado, debía realizarse incidentalmente durante los procesos ordi­narios en los que son competentes, esto es, sin necesidad de abrir un expediente por cuerda separada. Así, la expresión ex officio que se predica del control judicial significa que los juzgadores tienen la facultad de controlar las normas que van a aplicar de cara a la Constitución y a los tratados internacionales de los que México sea parte, por el simple hecho de ser jueces, pero no que "necesariamente" deban realizar dicho control en todos los casos, en cualquiera de sus tres pasos: 1) interpretación conforme en sentido amplio; 2) interpretación conforme en sentido estricto; y, 3) inaplicación; sino en aquellos en los que incidentalmente sea solicitado por las partes o adviertan que la norma amerita dicho control, sin hacer a un lado los presupuestos formales y materiales de admisibilidad. En ese sentido, la propia Corte Interamericana de Dere­chos Humanos ha señalado que el control ex officio no necesariamente debe ejercer­se siempre, sin considerar otros presupuestos formales y materiales de admisibilidad y procedencia de ese tipo de acciones. Lo anterior supone que los jueces, en el ámbito de su competencia, antes de proceder al control ex officio en los tres pasos referidos, debie ron resolver o despejar cualquier problema relacionado con presupuestos de pro­cedencia o admisibilidad.

5 PRINCIPIO DE INTERPRETACIÓN MÁS FAVORABLE A LA PERSONA. PRESUPUESTOS PARA SU APLICACIÓN.

Si bien es cierto que en términos del artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, las autoridades deben interpretar las normas relativas a los derechos humanos de conformidad con el principio indicado, también lo es que dicha obligación se actualiza cuando el operador jurídico advierte que dos o más nor­mas son aplicables al caso y debe elegir la que otorga la protección más amplia a la persona, o bien, cuando sólo existe una norma aplicable, pero que admite diversas inter pretaciones que se traducen en mayor o menor protección a los derechos funda­mentales; lo que implica que no es necesario que exista un conflicto entre normas, ni que éstas sean de la misma naturaleza y finalidad para que sea aplicable el principio de interpretación más favorable a la persona. Ahora bien, en este supuesto, antes de hacer la interpretación, el juzgador debe determinar que efectivamente la o las nor­mas en cuestión son aplicables al caso concreto, es decir, que el derecho reconocido se encuentre tutelado en diversas normas o que la que lo tutela admite distintas inter­pretaciones. En este tenor, la obligación de resolver conforme al principio en cuestión se traduce en la elección de la norma o la interpretación más favorable para la per­sona, de entre las que resulten aplicables al derecho reconocido, pero no de todo el universo normativo.

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TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA INTERPRETACIÓN CONFORME...

152

intérprete está obligado a realizar una interpretación de confor­

midad con el orden internacional siempre que existan diversas

interpretaciones que impliquen mayor o menor protección para

el individuo.

Finalmente, advertimos que la Primera Sala ha ido aún más allá

en la respuesta al cuándo realizar una interpretación de conformi­

dad. Se ha resuelto que la interpretación conforme procede aun­

que el derecho humano de que se trate esté previsto en la propia

Constitución, pues dado que el control de convencionalidad no se

trata de un problema de jerarquía de normas sino de mera inter­

pretación, resulta que la obligación del interprete se actualiza

ante cualquier sospecha en la aplicación de la norma, o bien, siem­

pre que se alega violatoria de derechos fundamentales.6

II. ¿Respecto de qué procede la interpretación conforme?

Advertimos que en España queda claro que la interpretación con­

forme que realiza el TCE es respecto de la actividad normativa

6 CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD Y CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO. NO ES UNA CUESTIÓN DE SUBSIDIARIEDAD, POR LO QUE DEBE LLEVARSE A CABO AUN CUANDO EL DERECHO HUMANO DE QUE SE TRATE ESTÉ CONTENIDO EN LA CONS­TITUCIÓN FEDERAL.

La obligación de ejercer el control ex officio de constitucionalidad y convencionali­dad de una norma se actualiza aun en aquellos casos en los que el derecho humano de que se trate esté regulado en la propia Constitución Federal. Lo anterior, porque el Tribunal Pleno, al resolver el expediente Varios 912/2010, no hizo esa acotación, ni determinó que el control ex officio fuera una cuestión de subsidiariedad, sino que más bien recalcó que los jueces y todas las autoridades del país estaban obligados a velar por los derechos humanos y que esa vigilancia se traducía, en el caso de los juzgadores, en un problema interpretativo; para ello, se requiere que lleven a cabo efecti­vamente ese control en aquellos casos en los que la norma que se va a aplicar despierte sospechas para la autoridad aplicadora o sea señalada por el interesado como viola­toria de derechos en el juicio de amparo; en esos supuestos, deberá además llevar a cabo el ejercicio en los tres pasos que indica el expediente Varios 912/2010: interpre­tación conforme en sentido amplio, interpretación conforme en sentido estricto y, en su caso, inaplicación.

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NATALIA REYES HEROLES SCHARRER • CARLOS JAVIER CASTAÑOS VILLASEÑOR

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del legislador en los procesos de control de constitucionalidad de

leyes, así como, en los recursos de amparo, sobre la actuación

de los poderes públicos.

En cambio, una de las discusiones que han marcado el ejercicio

de la interpretación conforme en México se refiere al ámbito mate­

rial que abarca la obligación de todas las autoridades de realizar

dicha atribución. Es decir, de la lectura del artículo 1o. constitu­

cional se desprende que el objeto de la interpretación conforme

son las normas relativas a los derechos humanos. En este contexto,

no ha resultado controvertido que todas las leyes en materia de

derechos humanos son objeto de este control, pero ¿qué sucede

con la jurisprudencia emitida por la SCJN? ¿También esta sujeta

a un control de convencionalidad?

La respuesta de la mayoría de nuestro Máximo Tribunal ha sido

en sentido negativo, se ha resuelto que el control de convencio­

nalidad no alcanza a la jurisprudencia de la SCJN. En interpreta­

ción del artículo 94 constitucional que establece la obligatoriedad

de la jurisprudencia,7 así como del 2178 de la Ley de Amparo, se

resolvió que no son aplicables a la jurisprudencia las mismas

7 Artículo 94.(…)La ley fijará los términos en que sea obligatoria la jurisprudencia que establezcan

los Tribunales del Poder Judicial de la Federación y los Plenos de Circuito sobre la inter­pretación de la Constitución y normas generales, así como los requisitos para su inte­rrupción y sustitución.

8 Artículo 217. La jurisprudencia que establezca la Suprema Corte de Justicia de la Nación, funcionando en pleno o en salas, es obligatoria para éstas tratándose de la que decrete el pleno, y además para los Plenos de Circuito, los tribunales colegiados y unitarios de circuito, los juzgados de distrito, tribunales militares y judiciales del orden común de los Estados y del Distrito Federal, y tribunales administrativos y del trabajo, locales o federales.

La jurisprudencia que establezcan los Plenos de Circuito es obligatoria para los tribu­nales colegiados y unitarios de circuito, los juzgados de distrito, tribunales militares y judiciales del orden común de las entidades federativas y tribunales administrativos y del trabajo, locales o federales que se ubiquen dentro del circuito correspondiente.

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TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA INTERPRETACIÓN CONFORME...

154

razo nes que se toman en cuenta para inaplicar disposiciones

emitidas por el legislador que violan derechos humanos.9

Disentimos de esta interpretación realizada por el Tribunal Pleno

en el sentido de que el intérprete no puede inaplicar jurispru­

dencia obligatoria en el entendido de que esto afectaría los prin­

cipios de seguridad y certeza jurídica. En nuestro concepto, la

obligación de realizar una interpretación conforme prevista en

el texto del artículo 1o. de la Constitución sí abarca los criterios

jurisprudenciales.

Siguiendo la misma línea argumentativa que se expuso en torno

a las restricciones constitucionales, consideramos que aceptar

La jurisprudencia que establezcan los tribunales colegiados de circuito es obligato­ria para los órganos mencionados en el párrafo anterior, con excepción de los Plenos de Circuito y de los demás tribunales colegiados de circuito.

La jurisprudencia en ningún caso tendrá efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna.

9 JURISPRUDENCIA DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN. NO ES SUSCEPTIBLE DE SOMETERSE A CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD Y/O CONVENCIO­NALIDAD EX OFFICIO POR ÓRGANOS JURISDICCIONALES DE MENOR JERARQUÍA.

La obligación de las autoridades jurisdiccionales contenida en los artículos 1o. y 133 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, de realizar un control de constitucionalidad y/o convencionalidad ex officio en materia de derechos humanos y dar preferencia a los contenidos en la propia Ley Suprema y en los tratados interna­cionales, aun a pesar de las disposiciones en contrario contenidas en cualquier norma inferior, no contempla a la jurisprudencia emitida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, porque el artículo 94 constitucional establece que será obligatoria para todos los órganos jurisdiccionales de conformidad con lo que disponga la ley y, en este caso, la Ley de Amparo así lo indica tanto en la abrogada como en el artículo 217 de la vigente; de ahí que no privan las mismas razones que se toman en cuenta para inapli­car una disposición emitida por el legislador cuando viola derechos humanos de fuente constitucional o convencional. Cabe precisar que en los casos en los que se pudiera advertir que una jurisprudencia del Alto Tribunal desatiende o contradice un derecho humano, cualquiera que sea su origen, existen los medios legales para que se subsane ese aspecto. En conclusión, aun partiendo del nuevo modelo de interpretación consti­tucional, no es posible determinar que la jurisprudencia del Máximo Tribunal del país pueda ser objeto de la decisión de un órgano de menor grado que tienda a inaplicarla, como resultado del ejercicio de control de convencionalidad ex officio, porque permi­tirlo daría como resultado que perdiera su carácter de obligatoria, ocasionando falta de certeza y seguridad jurídica.

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que la jurisprudencia está excluida de la interpretación confor­

me no es congruente con el mandato constitucional en el sentido

de que debe prevalecer siempre la interpretación más favorable a

la persona.

La finalidad de la interpretación de conformidad es precisamente

el principio pro persona y, en consecuencia, estimamos que todas

las normas y actos de autoridad deben estar sujetas a este escruti­

nio. Cabe aclarar que este ejercicio de control no entra en conflicto

con la obligatoriedad de la jurisprudencia, en el mismo sentido

en que la inaplicación de una ley como resultado de una inter­

pretación conforme no implica su expulsión del ordenamiento

jurídico.

Finalmente, compartimos la argumentación vertida en el voto

particular del Ministro Juan Silva Meza, suscrito en la contradic­

ción de tesis 299/2013, en el sentido de que es insostenible acep­

tar, por un lado, que la jurisprudencia de la Corte Interamericana

opera en México como un estándar mínimo de protección de dere­

chos fundamentales y, al mismo tiempo, resolver que la jurispru­

dencia nacional admite un tratamiento distinto.

Por otro lado, y a manera de contraste, cabe hacer notar que un

Tribunal Colegiado de Circuito, en una tesis aislada, a través de

una interpretación extensiva de los alcances del control de con­

vencionalidad, determinó que resulta que éste puede ejercerse

no sólo respecto de normas generales, sino que es factible reali­

zarlo respecto de cualquier actuación u omisión del estado, es

decir, respecto de cualquier acto o hecho de una autoridad pública.

Lo anterior se justifica al considerar que, dado que lo que exige la

interpretación conforme es interpretar el derecho en términos

del tratado, resulta que esto se traduce en una exploración no

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TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA INTERPRETACIÓN CONFORME...

156

sólo de jure sino también de facto de los actos de autoridad. En este

sentido, se determina que una omisión que provocó una vulnera­

ción a un derecho humano también es suceptible del control de

convencionalidad.10

III. ¿El parámetro se extiende a la interpretación/jurisprudencia

de órganos autorizados?

Saiz refiere que la adopción de la jurisprudencia del Tribunal Euro­

peo de Derechos Humanos ha sido de tal manera natural en

España, que el TCE no se ha preocupado por explicar su utiliza­

ción, la acepta más bien como una conscuencia. En México los

tér minos para considerar vinculante la jurisprudencia interame­

ricana y, en consecuencia, como parte del parámetro de control,

han sido más específicos.

10 CONTROL DE CONVENCIONALIDAD. PUEDE EJERCERSE RESPECTO DE CUAL­QUIER ACTUACIÓN U OMISIÓN DEL ESTADO: ACTOS Y HECHOS.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación, mediante ejecutoria dictada en el expe­diente varios 912/2010, que aparece publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro I, Tomo 1, octubre de 2011, página 313, con motivo del cumplimiento de la sentencia pronunciada en el caso Radilla Pacheco contra los Esta­dos Unidos Mexicanos, del índice de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, delineó las condiciones y efectos del ejercicio de control de convencionalidad; des tacó que al emplear éste, los Jueces nacionales, independientemente de su jurisdicción y competencia, están obligados a dejar de aplicar una norma inferior dando preferencia a los contenidos de la Constitución y de los tratados en esta materia, pero esa posibi­lidad no supone la eliminación o el desconocimiento de la presunción de constitucio­nalidad de las leyes, sino que, precisamente, parte de ésta, al permitir hacer el contraste previo a su aplicación. Aunado a lo anterior y en una interpretación exten­siva de los alcances de ese control, cuyo objetivo es velar por los derechos humanos, se colige que puede ejercerse no sólo respecto de normas generales, lo cual generaría su inaplicación, sino que es factible jurídicamente realizarlo respecto de cualquier actua ­ción u omisión del Estado: actos y hechos. Lo anterior es así, porque, de cierta manera, el control de convencionalidad no es más que la interpretación del derecho conforme con los tratados, y con dicha interpretación lo que se realiza es la exploración de las circunstancias de jure y de facto que subyacen al acto de autoridad reclamado [sin importar si la voluntad estatal se externó: acto positivo (normas generales, actos con­cretos); o bien, si no hubo voluntad y la omisión provocó una vulneración a algún derecho humano].

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El Tribunal Pleno ha resuelto que la fuerza vinculante de la juris­

prudencia interamericana obedece a que a que en dichos crite­

rios se desarrolla el contenido de los derechos consagrados en la

Convención Americana sobre Derechos Humanos. En este tenor,

en la resolución del Varios 912/2010 la SCJN consideró que la in­

terpretación realizada por la Corte Interamericana en los casos

en los que el Estado mexicano fue parte, adquiere el carácter y

fuerza vinculante de precedente jurisprudencial.11

11 SENTENCIAS EMITIDAS POR LA CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMA­NOS. SON VINCULANTES EN SUS TÉRMINOS CUANDO EL ESTADO MEXICANO FUE PARTE EN EL LITIGIO.

El Estado mexicano ha aceptado la jurisdicción de la Corte Interamericana de Dere­chos Humanos, por ello, cuando ha sido parte en una controversia o litigio ante esa jurisdicción, la sentencia que se dicta en esa sede, junto con todas sus consideraciones, constituye cosa juzgada, correspondiéndole exclusivamente a ese órgano internacio­nal evaluar todas y cada una de las excepciones formuladas por el Estado mexicano, tanto si están relacionadas con la extensión de la competencia de la misma Corte o con las reservas y salvedades formuladas por aquél. Por ello, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, aun como tribunal constitucional, no es competente para anali­zar, revisar, calificar o decidir si una sentencia dictada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos es correcta o incorrecta, o si excede en relación con las normas que rigen su materia y proceso. Por tanto, la Suprema Corte no puede hacer ningún pronunciamiento que cuestione la validez de lo resuelto por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ya que para el Estado mexicano dichas sentencias constituyen cosa juzgada. Lo único procedente es acatar y reconocer la totalidad de la sentencia en sus términos. Así, las resoluciones pronunciadas por aquella instancia internacio­nal son obligatorias para todos los órganos del Estado mexicano, al haber figurado como parte en un litigio concreto, siendo vinculantes para el Poder Judicial no sólo los puntos de resolución concretos de la sentencia, sino la totalidad de los criterios con­tenidos en ella.

SENTENCIAS EMITIDAS POR LA CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMA­NOS EN ASUNTOS DONDE EL ESTADO MEXICANO FUE PARTE. PARA QUE SUS CRITE­RIOS TENGAN CARÁCTER VINCULANTE NO REQUIEREN SER REITERADOS.

De los párrafos 339 y 347 de la sentencia dictada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso Radilla Pacheco vs. Estados Unidos Mexicanos, se advier­te que los Jueces y tribunales internos, además de velar por el cumplimiento de las disposiciones de fuente internacional, deben tomar en cuenta la interpretación que de éstas ha realizado esa Corte, así como la obligación del Estado de garantizar que la conducta que motivó su responsabilidad no se repita. De lo anterior se sigue que la in­terpretación en materia de derechos humanos realizada por esa Corte Internacional, al resolver un caso en el que el Estado mexicano fue parte, aun cuando se trate de una sentencia aislada por lo que hace a éste, adquiere el carácter y fuerza vinculante de pre ce­dente jurisprudencial, máxime que este Alto Tribunal, en la tesis aislada P. LXV/2011 (9a.), de rubro: "SENTENCIAS EMITIDAS POR LA CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS

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TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA INTERPRETACIÓN CONFORME...

158

Sin embargo, posteriormente se especificó que en aquellos casos

en los que México no es parte, el operador jurídico debe atender

a ciertas condiciones para poder acudir a la jurisprudencia inte­

ramericana. En primer término, ha de verificar la existencia de

las mismas razones que motivaron el pronunciamiento en el caso

concreto.12

Además se interpretó que debe "armonizarse" la jurisprudencia

interamericana con la nacional. Es decir, la aplicación de la juris­

prudencia interamericana se debe hacer en colaboración con la

nacional y no en contradicción con la misma. En este punto consi­

deramos que el segundo requisito exigido al intérprete, el relativo

HUMANOS. SON VINCULANTES EN SUS TÉRMINOS CUANDO EL ESTADO MEXICANO FUE PARTE EN EL LITIGIO.", derivada de la resolución del expediente varios 912/2010, sostuvo que las resoluciones pronunciadas por la Corte Interamericana son obligato­rias para todos los órganos del Estado mexicano, al haber figurado como parte en un litigio concreto, siendo vinculantes para el Poder Judicial. Por tanto, para que los crite­rios de las sentencias emitidas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en asuntos donde el Estado mexicano fue parte adquieran el carácter de vinculantes, no requieren ser reiterados, máxime que respecto de estas sentencias no operan las reglas que para la conformación de la jurisprudencia prevé el artículo 192 de la Ley de Amparo.

12 JURISPRUDENCIA EMITIDA POR LA CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. ES VINCULANTE PARA LOS JUECES MEXICA­NOS SIEMPRE QUE SEA MÁS FAVORABLE A LA PERSONA.

Los criterios jurisprudenciales de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, con independencia de que el Estado mexicano haya sido parte en el litigio ante dicho tribunal, resultan vinculantes para los Jueces nacionales al constituir una extensión de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, toda vez que en dichos crite­rios se determina el contenido de los derechos humanos establecidos en ese tratado. La fuerza vinculante de la jurisprudencia interamericana se desprende del propio man­dato establecido en el artículo 1o. constitucional, pues el principio pro persona obliga a los Jueces nacionales a resolver cada caso atendiendo a la interpretación más favo­rable a la persona. En cumplimiento de este mandato constitucional, los operadores jurídicos deben atender a lo siguiente: (i) cuando el criterio se haya emitido en un caso en el que el Estado mexicano no haya sido parte, la aplicabilidad del precedente al caso específico debe determinarse con base en la verificación de la existencia de las mismas razones que motivaron el pronunciamiento; (ii) en todos los casos en que sea posible, debe armonizarse la jurisprudencia interamericana con la nacional; y (iii) de ser imposible la armonización, debe aplicarse el criterio que resulte más favorecedor para la protección de los derechos humanos.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 158 22/11/17 2:28 p.m.

NATALIA REYES HEROLES SCHARRER • CARLOS JAVIER CASTAÑOS VILLASEÑOR

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a la "armonización", no es necesario en un juicio de ponderación

en términos del principio pro persona.

Conforme al criterio de la SCJN, existe una diferencia entre la fuer­

za vinculante de la jurisprudencia interamericana en los casos en los

que México no ha sido parte, de aquellos en los que sí. En nuestro

concepto, cualquier criterio emitido por la Corte Interamericana,

independientemente de que México haya sido parte, resulta obli­

gatorio para los jueces mexicanos pues, como refiere el criterio

de la SCJN, dotan de contenido a los derechos consagrados en la

Con vención Americana sobre Derechos Humanos que forman par­

te, en términos del artículo 1o. constitucional, de los derechos hu­

manos protegidos en México.

Finalmente, advertimos un criterio de la Primera Sala de la SCJN

que nos parece tiende a una nueva concepción sobre la impor­

tancia de la interpretación que hacen los órganos autorizados de

los tratados internacionales.

El criterio de referencia es del tenor siguiente:

PARÁMETRO DE REGULARIDAD CONSTITUCIONAL. SE EX ­TIENDE A LA INTERPRETACIÓN DE LA NORMA NACIONAL O INTERNACIONAL. Las autoridades judiciales deben apli­

car el parámetro de regularidad constitucional —incluidos,

por supuesto, los estándares sobre derechos humanos—, lo

cual, claramente, no se limita al texto de la norma —nacional

o internacional— sino que se extiende a la interpretación

que hagan los órganos autorizados —tribunales constitucio­

nales y organismos internacionales según corresponda—.

Al respecto, la Corte Interamericana ha establecido que "los

órganos del Poder Judicial deben ejercer no sólo un control

de constitucionalidad, sino también de convencionalidad ex

officio entre las normas internas y la Convención Ameri cana".

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 159 22/11/17 2:28 p.m.

TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA INTERPRETACIÓN CONFORME...

160

En similar sentido, el Pleno de esta Suprema Corte de Justi­

cia estableció, en la Contradicción de Tesis 21/2011, que "el

control de convencionalidad es un control de constituciona­

lidad desde el punto de vista sustantivo, dada la interpre­

tación material que se hace del artículo 1o. constitucional".

De esta tesis se puede desprender lo que Saiz denomina la inter­

pretación de conformidad desde la jurisprudencia internacional

en su doble plano. Es decir, en la interpretación de la Primera Sala

el parámetro de regularidad constitucional mexicano no sólo

toma en cuenta el contenido de la jurisprudencia, sino también

las pautas o parámetros que ésta ha desarrollado.

En este tenor, notamos un avance en la concepción de la fuerza

vinculante de la jurisprudencia interamericana. Como bien refi­

rió Pérez Tremps en su exposición, estamos convencidos de que

en ciertas ocasiones acudir a la interpretación que los Tribunales

Internacionales hacen de los diversos tratados puede tener una

"fuerza vinculante" mayor que acudir simplemente al texto de la

norma.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 160 22/11/17 2:28 p.m.

El Estado mexicano frente a los derechos humanos. Reflexiones en torno al deber de ejercicio del control difuso por parte de los jueces

GUADALUPE MARGARITA ORTIZ BLANCO*

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 161 22/11/17 2:28 p.m.

* Secretaria de Estudio y Cuenta. Suprema Corte de Justicia de la Nación (México).

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 162 22/11/17 2:28 p.m.

163I. Introducción

Dentro del marco del cumplimiento de las sentencias

pronunciadas por los tribunales internacionales, cobra

particular relevancia para el Estado mexicano la decisión adop­

tada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el

Caso Radilla,1 debido a que tal determinación originó que el Tribu­

nal Constitucional de México emitiera importantes criterios en la

materia.

Con la reforma del diez de junio de dos mil once al artículo 1o. cons ­

titucional, México inició una nueva etapa en su vida jurídica, que

obedeció a la expresa inclusión de los derechos humanos de

1 Caso número 12.511 Rosendo Radilla Pacheco contra los Estados Unidos Mexica­nos. El cumplimiento de esta sentencia por parte del Poder Judicial Federal dio origen al trámite y resolución de la "Consulta a Trámite VARIOS 912/2010". Resuelta el 14 de julio de 2011. Por mayoría de siete votos.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 163 22/11/17 2:28 p.m.

EL ESTADO MEXICANO FRENTE A LOS DERECHOS HUMANOS...

164

fuente nacional e internacional en el texto de su Ley Suprema. Este

cambio impuso obligaciones concretas a cargo de todas las auto­

ridades públicas del país, con el propósito de alcanzar el pleno

respeto y garantía de tales derechos, al dejar establecida la obli­

ga ción para todas las autoridades, en el ámbito de sus competen­

cias, de promover, respetar y garantizar los derechos humanos, de

conformidad con los principios de universalidad, interdependencia,

indivisibilidad y progresividad.2

Así, el cumplimiento de la decisión adoptada por el tribunal inter­

nacional, junto con la reforma constitucional del 10 de junio de

2011, dieron lugar a que la Suprema Corte de Justicia de la Nación,

en su labor de máximo intérprete, determinara, entre otras cosas:

1. Que los tratados internacionales en materia de derechos

humanos y la Constitución Federal se encuentran en el mis­

mo nivel jerárquico, por lo que los jueces y magistrados judi­

ciales y administrativos tienen el deber de tomar en cuenta

2 "Artículo 1o. En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los de­rechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condi­ciones que esta Constitución establece.

Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con esta Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección más amplia.

Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de pro­mover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En con­secuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca la ley.

Está prohibida la esclavitud en los Estados Unidos Mexicanos. Los esclavos del ex­tranjero que entren al territorio nacional alcanzarán, por este solo hecho, su libertad y la protección de las leyes.

Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el gé­nero, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la reli­gión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas."

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GUADALUPE MARGARITA ORTIZ BLANCO

165

por encima, incluso, de la legislación nacional, lo que dicen

los tratados internacionales en esta materia, de acuerdo a

principios específicos de interpretación.3

2. Que los juzgadores del país tienen la obligación de aplicar un

control convencional ex officio, al mismo tiempo de dejar de

aplicar aquellas normas que consideren inconstitucionales.4

El control difuso de la constitucionalidad y convencionalidad

adquie re, a partir de entonces, una nueva dimensión, al exten­

derse el deber de su ejercicio a todos los jueces del país, en térmi­

nos de lo considerado por el Tribunal Pleno.

La justificación del mecanismo difuso de este medio de control se

encuentra en la noción de supremacía constitucional5 y en su

efectiva garantía, pues si algún acto se contrapone al texto cons­

titucional o convencional deben ser considerados nulos por los

jueces.

El presente trabajo busca exponer los alcances de esa obligación

de las autoridades, en el ámbito de sus competencias, en los tér­

minos en que ha sido interpretada por la Suprema Corte de Justi­

cia de la Nación.

II. Generalidades sobre el control difuso

La característica distintiva de este sistema de control constitu­

cional consiste en dotar a todo el aparato judicial de la facultad

3 Consulta a Trámite Varios 912/2010, fallada el 14 de julio de 2011 por el Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y Contradicción de Tesis 293/211, fallada el 3 de septiembre de 2013, por el propio tribunal Pleno.

4 Idem.5 Ibidem.

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EL ESTADO MEXICANO FRENTE A LOS DERECHOS HUMANOS...

166

de vigilancia y cumplimiento del texto constitucional, es decir, en

los jueces se deposita la confianza para hacer valer la Constitu­

ción como norma superior a cualquier otra. En el caso de que una

ley sea contraria a la Norma Fundamental, los tribunales no están

obligados a cumplirla.

Aunque al respecto hay debate,6 puede decirse, en términos genera­

les, que El control difuso surgió propiamente a partir de 1803, cuan­

do la Suprema Corte de los Estados Unidos de Norteamérica, al

fallar el caso Marbury vs. Madison, declaró contraria a la Constitu­

ción una ley que creaba cargos judiciales de índole menor, ejer­

ciendo de este modo la revisión judicial de las leyes o "judicial

review." 7

Los jueces ordinarios, como aplicadores naturales de las leyes, pue­

den invocar directamente la Constitución en todos los casos so­

metidos a su potestad, por lo que están autorizados para dejar de

aplicar una ley, si ésta se contrapone al texto constitucional.

El precedente judicial en el sistema norteamericano de justicia es

de importancia mayúscula, porque éste constituye regla de apli­

cación para todos los casos. En la sentencia no sólo se dirime la

controversia entre partes sometida a la potestad judicial, sino

que, también, nace una norma de aplicación para otros casos.

El juez norteamericano debe velar porque los actos y leyes que

analiza sean acordes con la Constitución, actividad fundamental

que realiza en ejercicio de un control difuso.

6 Historiadores y constitucionalistas señalan a menudo el caso Winthrop de 1727 como el precedente que sirvió a Marshall para encontrar fundamento jurídico para la resolución del asunto presentado por Marbury ante la corte.

7 J.A.C. Grant. El Control Jurisdiccional de las Leyes: Una contribución de las Améri­cas a la Ciencia Política. Revista de la Facultad de derecho de México. UNAM. Número 47 julio­septiembre, Año 1962 pág. 420.

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GUADALUPE MARGARITA ORTIZ BLANCO

167

III. El ejercicio del control constitucional difuso en México

antes de la reforma de 2011

A lo largo de la discusión académica, como de la interpretación

jurisprudencial, el control difuso ha encontrado defensores de su

aplicación y también seria oposición, de ahí que en la historia ju­

dicial de este país es posible encontrar precedentes que sostienen

la vigencia de un control constitucional difuso, y otros más, que

específicamente rechazan su aplicación. Cuenta de ello son los

criterios que, redactados en tesis, la Suprema Corte de Justicia de

la Nación ha emitido sobre el tema, a lo largo de los años:

LEYES, FACULTAD DE LAS AUTORIDADES PARA DECLA­RARLAS ANTICONSTITUCIONALES. Si el quejoso en un jui­

cio de amparo, no demuestra que el artículo 479 de la Ley

Federal del Trabajo, no es anticonstitucional, sólo sería exigi­

ble la prueba si la cuestión planteada hubiese versado sobre

la constitucionalidad o inconstitucionalidad del citado pre­

cepto, pero no cuando la queja se concretó únicamente a

impugnar que la Junta de Conciliación y Arbitraje respec­

tiva, hubiera tenido facultad para interpretar la ley y para

dejar de aplicar ese artículo, aduciendo como fundamento

para hacerlo, que era anticonstitucional, y si el Juez de ampa­

ro admite que la Junta como encargada de aplicar la ley y

autorizada, por lo mismo, para interpretarla, sí tuvo facul­

tad para declarar anticonstitucional el citado artículo 479, y

para dejar aplicarlo por este motivo, debe tenerse en cuenta

que, de acuerdo con lo prevenido en el artículo 133 de la Cons­

titución Federal, las autoridades comunes deberán ajustar

sus procedimientos a las disposiciones de dicha Constitu­

ción Federal, a pesar de las disposiciones en contrario que

puedan existir en otras leyes o Constituciones Locales, lo que quiere decir que tratándose de disposiciones manifies­tamente contrarias a la Constitución Federal, las autori­

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EL ESTADO MEXICANO FRENTE A LOS DERECHOS HUMANOS...

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dades comunes deberán abstenerse de aplicarlas, sin que esto signifique que tratándose de un precepto de ley, que no está en contradicción manifiesta con texto expreso alguno de la Constitución, y cuya inconstitucionalidad sólo podría sostenerse con razonamientos que no pueden derivarse de una manera clara y precisa de la misma ley, pueda una autoridad común declarar anticonstitucional un precepto de esta naturaleza, no estando facultada para hacer semejante declaración, toda vez que esa facultad sólo la tienen la Suprema Corte o los Jueces de Distrito, en su caso.8

CONSTITUCIONALIDAD DE LAS LEYES, COMPETENCIA DEL TRIBUNAL FISCAL PARA EXAMINARLA Y ESTATUIR SOBRE ELLAS. Dentro de la órbita de sus atribuciones lega­

les, las Salas del Tribunal Fiscal de la Federación puede, al

resolver las cuestiones de su competencia, deben decidir,

conforme al artículo 133 de la Carta Magna, (que ordena que

todas las autoridades del país arreglarán sus actos o reso­

luciones a lo que en ella se establece, a pesar de las disposi­

ciones en contrario que pueda haber en otras leyes), si la ley que apoya los actos impugnados es o no constitucio­nal, ya que ningún ordenamiento secundario y ningún acto de autoridad, pueden prevalecer contra la Constitución General de la República. Ahora bien, no puede considerarse

jurídica la abstención de una de dichas Salas, para resolver

un caso sometido a su decisión, dictando sobreseimiento en

el juicio, por considerarse incompetente para conocer so­

bre la constitucionalidad o inconstitucionalidad de la ley de

donde derivó el acto, pues a ello equivale ese sobreseimien­

to, ya que deja de estimar y analizar la cuestión que se le

8 Época: Quinta Época. Registro: 382197. Instancia: Cuarta Sala. Tipo de Tesis: Aislada. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo XLVI. Materia(s): Laboral. Tesis: Página: 2966. Amparo en revisión en materia de trabajo 5172/35. Barra Ignacio de la y coagra­viado. 5 de noviembre de 1935. Unanimidad de cuatro votos. Relator: Salomón González Blanco.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 168 22/11/17 2:28 p.m.

GUADALUPE MARGARITA ORTIZ BLANCO

169

hubiere propuesto, infringiendo con ello los artículos 14 y

16 constitucionales.9

AMPARO CONTRA LA INCONSTITUCIONALIDAD DE AL­GUNOS PRECEPTOS DE UNA LEY. El procedimiento judi­

cial, de modo especial el que se refiere al amparo, debe ser

de excepción; la regla general cuando se trata de querellas

o diferencias de particulares entre sí o de particulares con

autoridades, debe consistir en que dichas diferencias termi­

nen por arreglo entre las partes, sin necesidad de acudir al

Juez, a quien, por su propia naturaleza, se le encomienda la

resolución de cuestiones respecto a las cuales no están de

acuerdo las partes. El artículo 17 de la Constitución Federal,

al establecer que ninguna persona podrá hacerse justicia

por sí misma, no prohíbe en manera alguna el arreglo extra­

judicial; solamente cuando la voluntad de las partes no al­

cance a procurar ese arreglo, debe intervenir la voluntad

decisoria del Estado, a través del Juez, para decidir los pun­

tos en que existe desacuerdo, e imponer la resolución. Como

consecuencia de lo anterior, debe darse oportunidad a las

autoridades administrativas para que cumplan sus obliga­

ciones, especialmente, la que tiene cualquier autoridad de

colocar por encima de todos sus actos, la Carta Magna. Esta obligación consignada concretamente en el artículo 133, respecto a los Jueces de los Estados, existe sin necesidad de texto expreso, tocante a todas las autoridades del país, por lo que, cuando alguna autoridad administrativa aplica una ley inconstitucional, lo que hace es desconocer la Cons titución de la República y la querella constitucional que surge, no debe ser llevada sin más trámite, ante la

9 Época: Quinta Época. Registro: 326678. Instancia: Segunda Sala. Tipo de Tesis: Aislada. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo LXXII. Materia(s): Admi nistrativa, Constitucional. Tesis. Página: 2570. Amparo administrativo en revisión 1908/41. Ortiz Rubio Pascual. 27 de abril de 1942. Unanimidad de cuatro votos. El Ministro Octavio Mendoza González, no votó por las razones que constan en el acta del día. La publi­cación no menciona el nombre del ponente.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 169 22/11/17 2:28 p.m.

EL ESTADO MEXICANO FRENTE A LOS DERECHOS HUMANOS...

170

autoridad judicial, por medio del juicio de amparo, sino

que previamente debe darse oportunidad a la propia autori­

dad que se supone violadora, para que enmiende su vio­

lación, oportunidad que la tiene con el empleo del recurso

ordinario, y solamente cuando la ley secundaria no consa­

gra el recurso o cuando agotado el mismo, no se obtiene la

reparación, el perjudicado puede acudir al remedio excep­

cional del amparo.10

TRIBUNAL FISCAL DE LA FEDERACIÓN, FACULTADES DEL, PARA EXAMINAR LA CONSTITUCIONALIDAD DE UN ACTO ADMINISTRATIVO. Conforme al artículo 202, inciso b), del

Código Fiscal, son causas de anulación la omisión o el in­

cumplimiento de las formalidades de que deben estar reves­

tidos la resolución o el procedimiento impugnados. El tribunal de la materia está facultado para anular un acuerdo de la autoridad gubernativa tanto si no se llenaron los requisi­tos previstos por la norma legal correspondiente, cuanto en el caso de que se hayan omitido las formalidades esencia­les del procedimiento consagrados por la Constitución.11

LEYES, CONSTITUCIONALIDAD DE LAS. SU VIOLACIÓN ALEGADA ANTE EL TRIBUNAL DE APELACIÓN. Si bien es

cierto que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha de­

clarado en sus ejecutorias que sólo la autoridad judicial

federal puede calificar la constitucionalidad de las leyes, fue­

ra de esta especial hipótesis, las autoridades judiciales

10 Época: Quinta Época. Registro: 325957. Instancia: Segunda Sala. Tipo de Tesis: Aislada. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo LXXIII. Materia(s): Administra­tiva. Tesis. Página: 75. Amparo administrativo en revisión 2336/40. Ochoa María y coa­graviados. 1o. de julio de 1942. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Manuel Bartlett Bautista. Relator: Gabino Fraga. Véase: Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917­1985, Octava Parte, página 175, tesis relacionada con la jurisprudencia 112, de rubro: "AMPARO CONTRA LA INCONSTITUCIONALIDAD DE ALGUNOS PRECEPTOS DE UNA LEY.".

11 Época: Sexta Época. Registro: 802274. Instancia: Segunda Sala. Tipo de Tesis: Juris­prudencia. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Volumen CXXXII, Tercera Parte. Materia(s): Administrativa. Tesis. Página: 146.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 170 22/11/17 2:28 p.m.

GUADALUPE MARGARITA ORTIZ BLANCO

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deben apegar estrictamente sus resoluciones a los precep­

tos constitucionales, teniendo en cuenta la supremacía

constitucional establecida en el artículo 133 de la Constitu­

ción Federal; por tanto, si ante un tribunal de apelación se alega la violación de tales normas, como agravio, tiene el deber ineludible de examinarlas y repararlas cuando las estime fundadas.12

El Tribunal Constitucional de México, antes de la reforma de 10

de junio de 2011 al artículo 1o. constitucional, había conside­

rado que el control de la Constitución tenía un mecanismo estricto

que correspondía llevar a cabo sólo al Poder Judicial Federal; esto

es, antes de la reforma y de la resolución del Expediente Varios

"Caso Radilla", sostenía la imposibilidad de ejercer un control difu­

so, por no estar autorizado en el artículo 133 de la Constitución

Federal:

CONTROL JUDICIAL DE LA CONSTITUCIÓN. ES ATRI­BUCIÓN EXCLUSIVA DEL PODER JUDICIAL DE LA FEDERA­CIÓN. La supremacía constitucional se configura como un

principio consustancial del sistema jurídico­político mexi­

cano, que descansa en la expresión primaria de la sobera­

nía en la expedición de la Constitución, y que por ello coloca

a ésta por encima de todas las leyes y de todas las autorida­

des, de ahí que las actuaciones de éstas deben ajustarse

estrictamente a las disposiciones de aquélla. En este senti­

do, más que una facultad, la supremacía constitucional im­

pone a toda autoridad el deber de ajustar a los preceptos

fundamentales, los actos desplegados en ejercicio de sus

atribuciones. Por tanto, si bien es cierto que los tres Poderes

12 Época: Séptima Época. Registro: 242149. Instancia: Tercera Sala. Tipo de Tesis: Ais­lada. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Volumen 32, Cuarta Parte. Materia(s): Constitucional, Civil. Tesis. Página: 21. Amparo directo 4559/70. Adolfo Juárez Bello. 16 de agosto de 1971. Unanimidad de cuatro votos. Disidente: Enrique Martínez Ulloa. Ponente: Ernesto Solís López.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 171 22/11/17 2:28 p.m.

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172

de la Unión deben observar la Ley Suprema, no puede afir­marse que por esta razón, las autoridades puedan, por sí y ante sí, en el ejercicio de funciones materialmente juris­diccionales, examinar la constitucionalidad de sus pro­pios actos o de los ajenos, toda vez que, al respecto, la propia Constitución consagra, en sus artículos 103 y 107, un medio de defensa exprofeso, por vía de acción, como es el juicio de amparo y lo encomienda, en exclusiva, al

Poder Judicial de la Federación, sentando las bases de su pro­

cedencia y tramitación. (Tesis P./J. 73/99. Semanario Judicial de

la Federación y su Gaceta. Novena Época. 193588. Pleno X,

Agosto de 1999.Pág. 18. Jurisprudencia Constitucional).

"CONTROL DIFUSO DE LA CONSTITUCIONALIDAD DE NOR­MAS GENERALES. NO LO AUTORIZA EL ARTÍCULO 133 DE LA CONSTITUCIÓN. El texto expreso del artículo 133 de la

Constitución Federal previene que "Los Jueces de cada Estado

se arreglarán a dicha Constitución, leyes y tratados a pesar

de las disposiciones en contrario que pueda haber en las

Cons tituciones o leyes de los Estados.". En dicho sentido lite­

ral llegó a pronunciarse la Suprema Corte de Justicia; sin

embargo, la postura sustentada con posterioridad por este

Alto Tribunal, de manera predominante, ha sido en otro sen­

tido, tomando en cuenta una interpretación sistemática del

precepto y los principios que conforman nuestra Constitu­

ción. En efecto, esta Suprema Corte de Justicia de la Nación

considera que el artículo 133 constitucional, no es fuente de facultades de control constitucional para las autori­dades que ejercen funciones materialmente jurisdicciona­les, respecto de actos ajenos, como son las leyes emanadas del propio Congreso, ni de sus propias actuaciones, que les

permitan desconocer unos y otros, pues dicho precepto

debe ser interpretado a la luz del régimen previsto por la

propia Carta Magna para ese efecto." (Tesis P./J.74/99. Sema­

nario Judicial de la Federación y su Gaceta. Novena Época.

193­435).

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 172 22/11/17 2:28 p.m.

GUADALUPE MARGARITA ORTIZ BLANCO

173

El criterio que actualmente se sostiene abandonó expresamente

las tesis anteriores y reconoció el ejercicio del control difuso, como

un modelo de control de constitucionalidad, en los siguientes

términos:13

De conformidad con lo previsto en el artículo 1o. de la Constitu­

ción Federal, todas las autoridades del país, dentro del ámbito de

sus competencias, se encuentran obligadas a velar no sólo por los

derechos humanos contenidos en la Constitución Federal, sino

también por aquellos contenidos en los instrumentos internacio­

nales celebrados por el Estado mexicano, adoptando la interpre­

tación más favorable al derecho humano de que se trate. Lo que

se conoce doctrinalmente como principio pro persona.

Estos mandatos deben interpretarse junto con lo establecido por

el diverso 133 para determinar el marco dentro del que debe rea­

lizarse el control de convencionalidad ex officio en materia de

derechos humanos a cargo del Poder Judicial, el que deberá adecuar­

se al modelo de control de constitucionalidad.

Es en la función jurisdiccional —como está indicado en la última

parte del artículo 133 en relación con el artículo 1o. constitucio­

nales— en donde los jueces están obligados a preferir los dere­

chos humanos contenidos en la Constitución y en los tratados

13 Al resolver el veinticinco de octubre de dos mil once la solicitud de modificación de jurisprudencia 22/2011, el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de­terminó "ÚNICO: Han quedado sin efectos las tesis jurisprudenciales números P./J. 73/99 y P./J. 74/99, de rubros: "CONTROL JUDICIAL DE LA CONSTITUCIÓN. ES ATRIBU­CIÓN EXCLUSIVA DEL PODER JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN." y "CONTROL DIFUSO DE LA CONSTITUCIONALIDAD DE NORMAS GENERALES. NO LO AUTORIZA EL ARTÍCULO 133 DE LA CONSTITUCIÓN. La nueva tesis lleva por rubro ."CONTROL DE CONVEN­CIONALIDAD EX OFFICIO EN UN MODELO DE CONTROL DIFUSO DE CONSTITUCIO­NALIDAD".

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 173 22/11/17 2:28 p.m.

EL ESTADO MEXICANO FRENTE A LOS DERECHOS HUMANOS...

174

internacionales, aun a pesar de las disposiciones en contrario

que se encuentren en cualquier norma inferior.

Si bien los jueces no pueden hacer una declaración general sobre

la invalidez o expulsar del orden jurídico las normas que conside­

ren contrarias a los derechos humanos contenidos en la Consti­

tución y en los tratados (como sí sucede en las vías de control

directas establecidas expresamente en los artículos 103, 105 y

107 de la Constitución), sí están obligados a dejar de aplicar las

nor mas inferiores dando preferencia a las contenidas en la Cons­

titución y en los tratados en la materia.

La actual postura del Tribunal Constitucional de este país abre una

forma distinta de control, al permitir que los juzgadores dejen de

aplicar aquellas normas que se consideren contrarias a los dere­

chos humanos establecidos en la Constitución y en los tratados

internacionales. Esta determinación significó, sin lugar dudas, un

cambio importante en el sistema judicial, pues a partir de la pu­

blicación del criterio, no sólo se realiza un control directo o con­

centrado de constitucionalidad, sino que todos los jueces del país

fueron autorizados a realizar un control difuso.

IV. Fundamento constitucional del ejercicio del control difuso

En los artículos 1o. y 133 de la Constitución Federal descansa el fun­

damento de este medio de control constitucional y conven cional.

El artículo 1o., en sus dos primeros párrafos, dispone que en nues­

tro país todas las personas deben gozar de los derechos humanos

reconocidos en ese ordenamiento y en los tratados internaciona­

les de los que el Estado mexicano sea parte, así como de las garan­

tías para su protección; y que las normas relativas a los derechos

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GUADALUPE MARGARITA ORTIZ BLANCO

175

humanos se interpretarán de conformidad con la Constitución y

con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en

todo tiempo a las personas la protección más amplia.14

En su párrafo tercero establece el deber para todas las autoridades

de "promover, respetar, proteger y garantizar los derechos huma nos de

conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indi­

visibilidad y progresividad."

El artículo 133 dispone que la Constitución, las leyes del Congreso

de la Unión que emanen de ella y todos los Tratados que estén de

acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren por el Presi­

dente de la República, con aprobación del Senado, serán Ley

Suprema y que los jueces de cada Estado se arreglarán a dicha

Constitución, leyes y tratados, a pesar de las disposiciones en con ­

trario que pueda haber en las Constituciones o leyes de los Estados.15

En la resolución del expediente varios 912/201016 "Caso Radilla",17

el Tribunal Constitucional del país sostuvo que los mandatos con­

tenidos en el reformado artículo 1o. constitucional, deben leerse

14 "Artículo 1o. En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internaciona­les de los que el Estado mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condi­ciones que esta Constitución establece.

Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con esta Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección más amplia".

15 "Artículo 133. Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que emanen de ella y todos los Tratados que estén de acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren por el Presidente de la República, con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de toda la Unión. Los jueces de cada Estado se arreglarán a dicha Consti­tución, leyes y tratados, a pesar de las disposiciones en contrario que pueda haber en las Constituciones o leyes de los Estados."

16 Ver referencias de la nota 1.17 Si bien, el "Caso Radilla" es el que resolvió la Corte Interamericana de Derechos

Humanos, lo cierto es que en nuestro país, el que se identifica por la sociedad como "Caso Radilla", es el expediente de la Suprema Corte relativo a la Consulta a Trámite Varios 912/2010 sobre cumplimiento de la sentencia de la Corte Internacional.

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EL ESTADO MEXICANO FRENTE A LOS DERECHOS HUMANOS...

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junto con lo establecido por el diverso artículo 133 de la propia

Cons titución Federal para determinar el marco dentro del que

debe realizarse este control de constitucionalidad y convenciona­

lidad. Con este criterio, el control concentrado que regía la actua­

ción de los jueces se amplía, a efecto de dar apertura al control

difuso. Los juzgadores mexicanos están obligados a preferir los de­

rechos humanos contenidos en la Constitución y en los Tratados

Internacionales, a pesar de las disposiciones en contrario estableci­

das en cualquier norma inferior (salvo por la propia Constitución,

en cuyo caso se ha de estar a la restricción constitucional).

V. Las consideraciones del Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia

de la Nación que establecen el ejercicio del control difuso

La figura denominada control de convencionalidad ex officio fue

conceptualizada por el Alto Tribunal en los términos siguientes:

"CONTROL DE CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO EN UN MODELO DE CONTROL DIFUSO DE CONSTITUCIONALI­DAD. De conformidad con lo previsto en el artículo 1o. de la

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, to­

das las autoridades del país, dentro del ámbito de sus com­

petencias, se encuentran obligadas a velar no sólo por los

derechos humanos contenidos en la Constitución Federal,

sino también por aquellos contenidos en los instrumentos

internacionales celebrados por el Estado Mexicano, adop­

tando la interpretación más favorable al derecho humano

de que se trate, lo que se conoce en la doctrina como prin­

cipio pro persona. Estos mandatos contenidos en el artículo

1o. constitucional, reformado mediante Decreto publicado

en el Diario Oficial de la Federación de 10 de junio de 2011,

deben interpretarse junto con lo establecido por el diverso 133 para determinar el marco dentro del que debe realizarse

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 176 22/11/17 2:28 p.m.

GUADALUPE MARGARITA ORTIZ BLANCO

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el control de convencionalidad ex officio en materia de de­rechos humanos a cargo del Poder Judicial, el que deberá adecuarse al modelo de control de constitucionalidad exis­tente en nuestro país. Es en la función jurisdiccional, como está indicado en la última parte del artículo 133 en relación con el artículo 1o. constitucionales, en donde los jueces es­tán obligados a preferir los derechos humanos contenidos en la Constitución y en los tratados internacionales, aun a pesar de las disposiciones en contrario que se encuentren en cualquier norma inferior. Si bien los jueces no pueden hacer una declaración general sobre la invalidez o expulsar del orden jurídico las normas que consideren contrarias a los de­rechos humanos contenidos en la Constitución y en los tratados (como sí sucede en las vías de control directas esta­blecidas expresamente en los artículos 103, 105 y 107 de la Constitución), sí están obligados a dejar de aplicar las normas inferiores dando preferencia a las contenidas en la Consti­tución y en los tratados en la materia."18

Quedó establecido, en la interpretación mayoritaria del Tribunal

Pleno, entre otros aspectos fundamentales, que:

Al resolver los asuntos sometidos a su competencia, los jue­ces nacionales, de conformidad con lo resuelto en la contra­dicción de tesis 293/2011, deben inicialmente observar los derechos humanos establecidos en la Constitución Federal y en los tratados internacionales de los que el Estado mexicano sea parte, utilizando el método de interpretación establecido en el párrafo segundo del artículo 1o. constitucional. En el en­tendido de que ante la existencia de antinomias entre la

18 TA. 10a. Época; Pleno; S.J.F. y su Gaceta; Libro III, Diciembre de 2011, Tomo 1; Pág. 535.

VARIOS 912/2010. 14 de julio de 2011. Mayoría de siete votos; votaron en contra: Sergio Salvador Aguirre Anguiano, Jorge Mario Pardo Rebolledo con salvedades y Luis María Aguilar Morales con salvedades. Ausente y Ponente: Margarita Beatriz Luna Ramos. Encargado del engrose: José Ramón Cossío Díaz. Secretarios: Raúl Manuel Mejía Garza y Laura Patricia Rojas Zamudio.

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EL ESTADO MEXICANO FRENTE A LOS DERECHOS HUMANOS...

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Constitución Federal y los tratados internacionales, debe es­tarse a lo previsto en nuestra Constitución, tal como lo deter­mina el primer párrafo de su artículo primero.

Todas las autoridades del país, dentro del ámbito de sus com petencias, se encuentran obligadas a velar, no sólo por los derechos humanos contenidos en la Constitución, sino tam bién por los derechos humanos contenidos en los ins­tru men tos internacionales firmados por el Estado mexica­no, adop tando la interpretación más favorable al derecho humano de que se trate (lo que se entiende en la doctrina como el principio pro persona), pero respetando, en todo caso, las limitaciones y las restricciones a los derechos hu­manos establecidos exclusivamente en la Constitución.

Si bien, los jueces ordinarios no pueden hacer una declara­ción general sobre invalidez o expulsar del orden jurídico las normas que consideren contrarias a los derechos humanos contenidos en la Constitución y en los tratados internacio­nales (como sí sucede en las vías de control directas esta­blecidas expresamente en los artículos 103, 105 y 107 de la Carta Magna), sí pueden dejar de aplicar estas normas infe­riores, dando preferencia a los contenidos de la Constitu­ción y de los tratados internacionales en esta materia.

Así, el control de constitucionalidad que antes se concentraba se hace extensivo y obliga a todas las autoridades jurisdiccionales del país, a fin de que verifiquen si las leyes inferiores a la Consti­tución y a los tratados internacionales en materia de derechos humanos respetan, protegen y garantizan las prerrogativas de las personas.

Al respecto, se emitió la siguiente tesis:

"PASOS A SEGUIR EN EL CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD Y CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO EN MATERIA DE DERECHOS HUMANOS."

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El Poder Judicial, al ejercer un control de convencionalidad ex officio en materia de derechos humanos, deberá realizar los siguientes pasos:

a) Interpretación conforme en sentido amplio, lo que significa que los jueces del país —al igual que todas las demás auto­ridades del Estado mexicano—, deben interpretar el orden jurídico a la luz y conforme a los derechos humanos reco­nocidos en la Constitución y en los tratados internacionales en los cuales el Estado mexicano sea parte, favoreciendo en todo tiempo a las personas con la protección más amplia;

b) Interpretación conforme en sentido estricto, lo que significa que cuando hay varias interpretaciones jurídicamente váli­das, los jueces deben, partiendo de la presunción de consti­tucionalidad de las leyes, preferir aquella que hace a la ley acorde a los derechos humanos reconocidos en la Constitu­ción y en los tratados internacionales en los que el Estado mexicano sea parte, para evitar incidir o vulnerar el conte­nido esencial de estos derechos; y,

c) Inaplicación de la ley cuando las alternativas anteriores no son posibles. Lo anterior no afecta o rompe con la lógica de los principios de división de poderes y de federalismo, sino que fortalece el papel de los jueces al ser el último recurso para asegurar la primacía y aplicación efectiva de los de­rechos humanos establecidos en la Constitución y en los tratados internacionales de los cuales el Estado mexicano

es parte.19

19 PLENO. VARIOS 912/2010. 14 de julio de 2011. Mayoría de siete votos; votaron en contra: Sergio Salvador Aguirre Anguiano, Jorge Mario Pardo Rebolledo con salvedades y Luis María Aguilar Morales con salvedades. Ausente y Ponente: Margarita Beatriz Luna Ramos. Encargado del engrose: José Ramón Cossío Díaz. Secretarios: Raúl Manuel Mejía Garza y Laura Patricia Rojas Zamudio.

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EL ESTADO MEXICANO FRENTE A LOS DERECHOS HUMANOS...

180

Incluso, en el engrose de la resolución del Tribunal Pleno se ela­

boró un cuadro que muestra los diferentes tipos de control:

Tipo de control

Órgano y medios de

control

Fundamento constitucional

Posible resultado

Forma

Concentrado: Poder Judicial de la Federación (tribunales de amparo):a) Controversias

constituciona­les y acciones de inconstitucio­nalidad

b) Amparo indirecto

c) Amparo directo

105, fracciones I y II

103, 107, fracción VII103, 107, fracción IX

Declaración de inconstitucionali­dad con efectos generales o interpartes

No hay declara­toria de inconstitucionali­dad

Directa

Control por determinación constitucional específica:

a) Tribunal Electoral en juicio de revisión constitucional electoral de actos o resoluciones definitivos y firmes de las autoridades electorales locales en organización y calificación de comicios o controversias en los mismos

b) Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación

Artículo 41, fracción VI, 99, párrafo 6o.

99, párrafo 6o.

No hay declara­ción de inconsti­tucionalidad, sólo inaplicación

Directa e incidental

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Difuso: a) Resto de los tribunalesa. Federales:

Juzgados de Distrito y Tribunales Unitarios de proceso federal y tribunales administra­tivos

b. Locales: Judiciales, adminis­trativos y electorales

1o., 133, 104 yderechos huma nos en tratados

1o., 133, 116 yderechos huma nos en tratados

No hay declaración de inconstitucional­idad, sólo inapli­cación

Incidental

Interpretación más favorable:

Todas los autori­dades del Estado mexicano

Artículo 1o. y derechos humanos en tratados

Solamente interpretación aplicando la norma más fa­vorable a las personas sin inaplicación o declaración de inconstituciona­lidad

Fundamen­tación y motiva­ción.

De conformidad con los sistemas señalados por el Máximo Tribu­

nal del país, el control de la constitucionalidad y convencionalidad

de normas generales por vía de acción está depositado en exclu­

siva en los órganos del Poder Judicial de la Federación, quienes

deciden en forma terminal y definitiva si una disposición es o no

contraria a la Constitución Federal y a los tratados internaciona­

les sobre derechos humanos; ya sea porque así lo declaren con

efectos permanentes en amparo indirecto, o bien, tratándose de

la vía directa, ordenando solamente su inaplicación al caso con­

creto; todo ello mediante el análisis exhaustivo de los argumentos

que propongan los quejosos en su demanda, o en los casos en que

así proceda, en suplencia de la queja.

Cabe anotar que la decisión adoptada por el Tribunal Pleno, como

ocurre con las decisiones trascendentales de los tribunales cons­

titucionales, fue motivo de serios y profundos debates, que se

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 181 22/11/17 2:28 p.m.

EL ESTADO MEXICANO FRENTE A LOS DERECHOS HUMANOS...

182

desarrollaron durante varias sesiones públicas, en las que se fue­

ron adoptando acuerdos por mayoría de votos y no por unani­

midad de sus integrantes. Los votos particulares engrosados a la

decisión mayoritaria dan buena cuenta de todo ello.

El control difuso que realizan las autoridades del país, en el ámbito

de su competencia, se ejerce de manera oficiosa, sí y solo sí, en­

cuentran razones para hacerlo, apoyándose en el imperio del cual

están investidas para juzgar conforme a la Constitución y a los

tratados internacionales en materia de derechos humanos.

El control ordinario que ejercen estas autoridades en su labor coti­

diana, es decir, su competencia específica, se limita a dilucidar

un conflicto entre partes, en materia de legalidad, con base en los

hechos, argumentaciones jurídicas, pruebas y alegatos propues­

tos por los litigantes. El juez ordinario, al aplicar la norma, puede

realizar de oficio un contraste entre su contenido y los derechos

humanos que reconoce el orden jurídico nacional (es decir, lle­

var a cabo un control difuso) en ejercicio de una competencia

genérica.

Esta reflexión oficiosa que realiza el juzgador no forma parte de

la disputa entre los litigantes, no integra la litis, pues en las vías

indirectas de control, la pretensión de las partes no puede con sis­

tir en aspectos de constitucionalidad, ya que ello sería tanto como

equiparar los procedimientos ordinarios que buscan impartir

justicia entre los contendientes, a los diversos que fueron creados

específicamente con el propósito fundamental de resguardar el

principio de supremacía constitucional.

Con el cambio de criterio y la inclusión del control difuso, los tri­

bunales ordinarios pronto se enfrentaron con diversos casos en

que los litigantes, como parte de su reclamo de demanda, les hicie­

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 182 22/11/17 2:28 p.m.

GUADALUPE MARGARITA ORTIZ BLANCO

183

ron valer de manera concreta que realizaran un control difuso

sobre determinadas normas. Ante esa solicitud hubo juzgadores

que procedieron a razonar en su sentencia, con abundantes con­

sideraciones, por qué no era el caso de realizar un control difuso,

o bien, las razones por las que consideraban que una norma se

ajustaba al texto constitucional; sin embargo, hubo jueces que

determinaron que el ejercicio de esta labor era oficioso y sólo

procedía en el caso de que hubiera mérito para realizarla, no a

petición de las partes.

Fue así como surgieron criterios discrepantes sobre la forma de

proceder respecto de esta nueva obligación que correspondía a

los jueces.

La Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al

resolver la Contradicción de tesis 336/2013, relativa a los alcances

del ejercicio del control difuso, emitió la siguiente jurisprudencia,

en la que esclarece el debate:

"CONTROL DIFUSO. SU EJERCICIO EN EL JUICIO CONTEN­CIOSO ADMINISTRATIVO."

En el cuerpo de la jurisprudencia se expresan importantes consi­

deraciones que permiten comprender la postura del Alto Tribu­

nal: Si bien las autoridades jurisdiccionales ordinarias, para hacer

respetar los derechos humanos pueden inaplicar leyes secunda­

rias —lo que constituye un control difuso de su constitucionali­

dad y convencionalidad— también lo es que subsiste el control

concentrado de constitucionalidad y convencionalidad de leyes,

cuya competencia corresponde en exclusiva al Poder Judicial de

la Federación, a través del juicio de amparo, las controversias

constitucionales y las acciones de inconstitucionalidad.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 183 22/11/17 2:28 p.m.

EL ESTADO MEXICANO FRENTE A LOS DERECHOS HUMANOS...

184

La diferencia entre ambos medios de control radica en que en el

primero, la competencia específica de los órganos del Poder Judi­

cial de la Federación encargados de su ejercicio es precisamente

el análisis de constitucionalidad y convencionalidad de leyes, por

tanto, la controversia consiste en determinar si la disposición de

carácter general impugnada expresamente es o no contraria a la

Constitución y a los tratados internacionales, existiendo aquí

la obligación de analizar los argumentos que al respecto se aduz­

can por las partes. En cambio, en el segundo (control difuso) el

tema de inconstitucionalidad o inconvencionalidad no integra

la litis, pues ésta se limita a la materia de legalidad y, por ello, el

juzgador por razón de su función, prescindiendo de todo argu­

mento de las partes, puede desaplicar la norma.

En los juicios contencioso administrativos, la competencia espe­

cífica del Tribunal es en materia de legalidad y, por razón de su

función jurisdiccional, puede ejercer control difuso; sin embargo

—y esta es la conclusión fundamental— si el actor formula con­

ceptos de nulidad expresos, solicitando al tribunal administra­

tivo el ejercicio del control difuso respecto de determinada

norma, de existir coincidencia entre lo expresado en el concepto

de nulidad y el criterio del tribunal, éste puede inaplicar la dis­

posición respectiva, expresando las razones jurídicas de su deci­

sión, pero si considera que la norma no tiene méritos para ser

inaplicada, bastará con que mencione que no advirtió violación

alguna de derechos humanos, para que se estime que realizó el

control difuso y respetó el principio de exhaustividad que rige

el dictado de sus sentencias, sin que sea necesario que desarrolle

una justificación jurídica exhaustiva en ese sentido, dando res­

puesta a los argumentos del actor, pues además de que el con­

trol difuso no forma parte de su litis natural, obligarlo a realizar el

estudio respectivo convierte este control en concentrado o directo,

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 184 22/11/17 2:28 p.m.

GUADALUPE MARGARITA ORTIZ BLANCO

185

y transforma la competencia genérica del tribunal administra­

tivo en competencia específica.

Si en el juicio de amparo se aduce la omisión de estudio del con­

cepto de nulidad relativo al ejercicio de control difuso del tribu­

nal ordinario, el juzgador debe declarar ineficaces los conceptos

de violación respectivos, pues aun cuando sea cierto que la autori­

dad responsable fue omisa en su estudio, tal proceder no amerita

que se conceda el amparo para que se dicte un nuevo fallo en el

que se ocupe de dar respuesta a ese tema, debido a que el Poder

Judicial de la Federación tiene competencia primigenia respecto

del control de constitucionalidad de normas generales y, por ello,

puede abordar su estudio al dictar sentencia. Si, además, en la

demanda de amparo se aduce como concepto de violación la in­

constitucionalidad o inconvencionalidad de la ley, el juz gador

sopesará declarar inoperantes los conceptos de violación rela­

cionados con el control difuso y analizar los conceptos de violación

enderezados a combatir la constitucionalidad y convencionalidad

del precepto en el sistema concentrado.20

En la ejecutoria correspondiente se explica la diferencia toral en­

tre los medios de control, el concentrado y el difuso; la que estri­

ba, esencialmente, en que:

20 Contradicción de tesis 336/2013. Entre las sustentadas por los Tribunales Colegia­dos Primero del Trigésimo Circuito y Primero en Materias Administrativa y de Trabajo del Décimo Sexto Circuito. 22 de enero de 2014. Cinco votos de los Ministros Sergio A. Valls Hernández, Alberto Pérez Dayán, José Fernando Franco González Salas, Margarita Beatriz Luna Ramos y Luis María Aguilar Morales. Ponente: Margarita Beatriz Luna Ramos. Secretaria: Guadalupe Margarita Ortiz Blanco. Época: Décima Época. Registro: 2006186. Instancia: Segunda Sala. Tipo de Tesis: Jurisprudencia. Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación. Libro 5, Abril de 2014, Tomo I. Materia(s): Común, Administrativa. Tesis: 2a./J. 16/2014 (10a.). Página: 984

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 185 22/11/17 2:28 p.m.

EL ESTADO MEXICANO FRENTE A LOS DERECHOS HUMANOS...

186

En el control concentrado que se ejerce a través del juicio

de amparo es decisión del quejoso que el tema de inconsti­

tucionalidad o inconvencionalidad de la ley forme parte de

la litis, al plantearlo expresamente en su demanda.

En el control difuso, en cambio, tal tema no integra la litis,

que se limita a la materia de legalidad, pero por razón de su

función, por decisión propia y prescindiendo de todo argu­

mento de las partes, el juez ordinario puede desaplicar la

norma que a su criterio no resulte acorde con la Constitu­

ción o con los tratados internacionales en materia de dere­

chos humanos.

El control difuso que realizan los jueces ordinarios, en el ámbito de

sus competencias, constituye una herramienta más en su labor

de hacer justicia conforme a la Ley Suprema. Esta facultad es

ejercida por el órgano judicial ex officio, es decir, por razón de su

oficio y sin que medie petición alguna de parte.

Si el tribunal de legalidad considera que la norma no se opone al

texto de la Constitución o a los tratados internacionales en mate­

ria de derechos humanos, bastará con que mencione en una frase

expresa que no advirtió que la norma fuese violatoria de derechos

humanos, para que cumpla con el deber de realizar el control

difuso; sin que sea necesario que desarrolle toda una justifica­

ción jurídica.

Esto es, la Segunda Sala del Alto Tribunal de Justicia resolvió que

no puede imponerse a un tribunal administrativo la obligación de

contestar de fondo los argumentos de inconstitucionalidad o incon­

vencionalidad que le hagan valer en la demanda, ya que tal pro­

ceder implicaría que la vía se equipare al control concentrado,

desvirtuándose, con ello, la distinción entre los dos modelos de

control, que están perfectamente diferenciados en el sistema.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 186 22/11/17 2:28 p.m.

GUADALUPE MARGARITA ORTIZ BLANCO

187

En México prevalece un control concentrado, pues la propia Consti­

tución Federal establece procedimientos de control constitucional

directo, como son: el juicio de amparo, la acción de inconstitucio­

nalidad y la controversia constitucional, en los que, vía impugna­

ción de normas, pueden plantearse temas de violación a derechos

humanos, acerca de los cuales, el Poder Judicial Federal debe rea­

lizar un pronunciamiento expreso.

Esto quiere decir que cuando se trata de procedimientos de con­

trol centralizado, el tema de inconstitucionalidad o de inconven­

cionalidad de leyes, forma parte de la litis, por petición expresa

del demandante, y el juez está obligado a pronunciarse de forma

concreta y directa sobre el mismo, pero cuando se refiere al ejer­

cicio del control difuso, si bien se autoriza a las autoridades ju­

risdiccionales a realizar un análisis de constitucionalidad o de

convencionalidad de normas, tal estudio es ajeno a la litis. Solo

en los casos en que, motu proprio, el juez considere la necesidad

de inaplicar una norma de jerarquía inferior, podrá hacerlo, razo­

nando en su sentencia los motivos de tal proceder.

VI. Conclusiones

En el sistema jurídico mexicano, a partir de la reforma de 10 de

junio de 2011 al artículo 1o. constitucional, y de la resolución del

Expediente Varios "Caso Radilla", existen dos formas de control

de la constitucionalidad y convencionalidad de las leyes:

• El control concentrado que realizan órganos del Poder Judi­

cial de la Federación, por medio de vías directas, esto es, a

través de acciones de inconstitucionalidad, controversias

cons titucionales y juicios de amparo.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 187 22/11/17 2:28 p.m.

EL ESTADO MEXICANO FRENTE A LOS DERECHOS HUMANOS...

188

• El control difuso, por parte del resto de los jueces del país,

en forma incidental, durante los procesos ordinarios en los

que son competentes.

El control de la constitucionalidad y convencionalidad de los actos

de autoridad encuentra sustento en el principio de supremacía

constitucional, que obliga a la autoridad judicial a realizar un con­

traste entre una norma legal y otra de rango constitucional o

convencional, para determinar si la de rango inferior se adecua

a la de mayor jerarquía.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación tiene la facultad de inter­

pretar y definir en última instancia la inconstitucionalidad o

inconvencionalidad de una norma.

En los procedimientos de control concentrado, el tema de incons­

titucionalidad o de inconvencionalidad de leyes forma parte de la

litis, por petición expresa del promovente, y el juez federal está

obligado a pronunciarse de forma directa sobre el mismo.

El control difuso que realizan las autoridades del país, en el ámbito

de su competencia, se ejerce de manera oficiosa, sí y solo sí, en­

cuentran razones para hacerlo, apoyándose en el imperio del cual

están investidas para juzgar conforme a la Constitución y a los

tratados internacionales en materia de derechos humanos.

En México prevalece un control concentrado, pues la propia Consti­

tución Federal establece procedimientos de control constitucional

directo, como son: el juicio de amparo, la acción de inconstitucio­

nalidad y la controversia constitucional, en los que, vía impugna­

ción de normas, pueden plantearse temas de violación a derechos

humanos, acerca de los cuales, el Poder Judicial Federal debe rea­

lizar un pronunciamiento expreso.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 188 22/11/17 2:28 p.m.

GUADALUPE MARGARITA ORTIZ BLANCO

189

En el ejercicio de control difuso no puede imponerse a un juez la

obligación de contestar de fondo los argumentos de inconstitu­

cionalidad o inconvencionalidad que le hagan valer las partes, ya

que tal proceder implicaría que la vía se equipare al control con­

centrado, desvirtuándose, con ello, la distinción entre los dos mo­

delos de control, que están perfectamente diferenciados en el

sistema.

VII. Bibliografía

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Cfr. Zarco, Francisco, Historia del congreso extraordinario consti­

tuyente (1856­1857), México, Colegio de México, 1956, p. 1034;

y Derechos del pueblo mexicano. México a través de sus Cons­

tituciones, 5a. ed., México, Cámara de Diputados del Congreso

de la Unión­Miguel Ángel Porrúa, 2000, t. XII, p. 1192.

Moctezuma Barragán, Javier. MEX: UNAM, INSTITUTO DE INVES­

TIGACIONES JURÍDICAS, 1994. SERIE C. ESTUDIOS HISTÓRI­

COS / UNAM, INSTITUTO DE INVESTIGACIONES JURÍDICAS;

42MEXICO, EDITORIAL UNAM­IIJ, 1994, 447.

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Editorial Porrúa. Trigésima novena edición. MÉXICO, 2007.

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Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 189 22/11/17 2:28 p.m.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 190 22/11/17 2:28 p.m.

El diálogo jurisprudencial horizontal en la construcción de estándares regionales para la protección de derechos fundamentales

JERÓNIMO DÍAZ REBOLLEDO*

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 191 22/11/17 2:28 p.m.

* Subdirector de Relaciones Nacionales. Suprema Corte de Justicia de la Nación (México).

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 192 22/11/17 2:28 p.m.

193Establecida en 1979 como órgano jurisdiccional con com­

petencia contenciosa en los Estados miembros de la

Convención Americana sobre Derechos Humanos, la Corte Inter­

americana de Derechos Humanos (CoIDH) ha resuelto o se en­

cuentra por resolver —al cierre de 2016—un total de 246 casos

contenciosos que involucran a 22 Estados Parte.1 Es decir, en 37

años de funcionamiento, la Corte Interamericana ha resuelto, en

promedio, 6.6 casos por año.2

Para poner en perspectiva los números que arroja el trabajo juris­

diccional desarrollado por la Corte Interamericana recupero la

1 Venezuela y Trinidad y Tobago han denunciado la Convención Americana sobre Derechos Humanos (CADH) y desde 2012, veinte Estados de las Américas reconocen la competencia contenciosa de la Corte IDH.

2 Informe Anual de Labores de la Corte Interamericana 2016. Disponible en http://www.corteidh.or.cr/tablas/informe2016/espanol.pdfhttp://www.corteidh.or.cr/tablas/informe2016/espanol.pdf

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 193 22/11/17 2:28 p.m.

EL DIÁLOGO JURISPRUDENCIAL HORIZONTAL...

194

estadística de la Corte mexicana. Al Pleno y a las dos Salas que

com ponen el Tribunal Constitucional mexicano ingresaron en 2016

un total de 16,696 asuntos; y al Poder Judicial de la Federación en

su conjunto, incluidos los Juzgados de Distrito y los Tribunales

Unitarios y Colegiados de Circuito, el número de ingresos ascen­

dió a 1,061,263 asuntos. Esos son los promedios que se observan

regularmente cada año. La mayoría de los asuntos incluidos en

estos datos procede de juicios de amparo en los que se demanda

la violación de algún derecho humano contenido en el cuerpo nor­

mativo interno o en tratados internacionales.

Del millón de asuntos que se procesan anualmente en la justicia

federal ordinaria, únicamente el 1.6% realiza el recorrido vertical

hacia la justicia constitucional, y de este segundo universo de asun­

tos, menos del 0.1% logra trascender las fronteras nacionales

para insertarse en el ámbito de la justicia internacional. Por ejem­

plo, mientras que a la Suprema Corte mexicana ingresaron en

2016 poco más 16 mil asuntos, ese mismo año la Corte Interame­

ricana conoció únicamente de 2 casos en los se demanda al Estado

mexicano. Es más probable para un usuario de la justicia ganar el

premio mayor de la lotería nacional que llevar su caso a la justi­

cia regional interamericana. Esta realidad asimétrica, explicaré a

lo largo de las siguientes páginas, tiene un efecto significativo

en la calidad del diálogo jurisprudencial y en sus resultados para

la generación de estándares judiciales más avanzados.

Los pocos casos sometidos cada año a la competencia contenciosa

del tribunal regional son, quizá, la expresión más clara del carác­

ter subsidiario de la justicia interamericana. Dicho de otro modo,

el sistema interamericano se activa una vez que las instancias

domésticas se han agotado y, presumiblemente, han fallado en

su misión de proteger a víctimas y/o de sancionar a autoridades

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 194 22/11/17 2:28 p.m.

JERÓNIMO DÍAZ REBOLLEDO

195

responsables por la violación de derechos humanos. La naturaleza

subsidiaria tiene una vocación de respeto por la soberanía de las

autoridades estatales y, en términos de lo que puede procesar un

tribunal regional, ayuda a prevenir la saturación del sistema. Sin

embargo, esta misma naturaleza subsidiaria, reflejada en el bajo

número de asuntos, impide que la Corte Interamericana conozca

de una mayor diversidad de conflictos y pueda pronunciarse jurí­

dicamente sobre las nuevas realidades que amenazan a los dere­

chos humanos.

La asimetría descrita limita las posibilidades que se pueden des­

prender de un diálogo jurisprudencial entre el Tribunal regional y

los tribunales nacionales, entendiendo que "una remisión a una

sentencia de otro tribunal o una referencia a cierta doctrina ela­

borada en una sede jurisdiccional no­nacional, no son, por sí mis­

mas, expresión de diálogo alguno." El diálogo jurisprudencial

va más allá de la sola mención a los criterios construidos por

cole gas responsables de interpretar y aplicar el derecho. Se trata,

menciona Saiz Arnaiz citando a Rafael Bustos, de "una comuni­

cación entre tribunales derivada de una obligación de tener en

cuenta la jurisprudencia de otro tribunal para aplicar el propio

Derecho."3

Lo anterior exige de los aplicadores judiciales un ejercicio conti­

nuo de lectura a las sentencias externas, observar cómo otros

juzgadores interpretan la Convención Americana, la contrastan

con su derecho interno y resuelven buscando armonizar ambos

cuerpos jurídicos a la luz de la norma más protectora de la persona.

3 Luis López Guerra y Alejandro Saiz Arnaiz (coords.), Los sistemas interamericano y europeo de protección de los derechos humanos. Una introducción desde la perspectiva del diá-logo entre tribunales, Palestra, Perú, 2015, pp. 154 y 155.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 195 22/11/17 2:28 p.m.

EL DIÁLOGO JURISPRUDENCIAL HORIZONTAL...

196

Es decir, para poner en práctica el diálogo jurisprudencial no basta

con hacer mención al derecho externo, es necesario tomarlo en

serio. El problema, resumiría, consiste en que de una decena

de casos al año con criterio regional, serán pocos los asuntos en

sede interna que puedan relacionarse con los conflictos conocidos

por la Corte IDH, y que puedan motivar el inicio de un nutrido diá­

logo jurisprudencial. El diálogo vertical revela con ello sus limi­

tados alcances para promover estándares más evolucionados y

garantistas en la aplicación e interpretación del marco jurídico

que protege los derechos humanos.

La Corte Interamericana resuelve poco. Y si nos atenemos a los

diferentes periodos históricos, podremos notar que buena parte

del trabajo contencioso recuerda los abusos cometidos por los

gobiernos no democráticos establecidos alrededor del continente.

Desde su primer caso, la Corte Interamericana comenzó a cono­

cer de asuntos en los que se demandaba a los Estados nacionales

por violaciones a los derechos a la vida, consagrado en el artículo

4o. de la Convención; a la integridad personal (art. 5o.); a la liber­

tad personal (art. 7o.); y a las garantías judiciales (art. 8o.). Son

asuntos relacionados con ejecuciones extrajudiciales, desaparicio­

nes forzadas, tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o

degradantes, y omisiones y violaciones al debido proceso, pro­

ducto de juicios sumarios que no respetaron derechos procesales

elementales de cualquier imputado. Dicho de otra manera, la labor

contenciosa realizada por la Corte Interamericana durante la

mayor parte de su existencia revela el trabajo reivindicativo desa­

rrollado por el organismo para reconocer la presencia, en los años

ochenta y noventa, de dictaduras y dictablandas que oprimieron

a los pueblos latinoamericanos.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 196 22/11/17 2:28 p.m.

JERÓNIMO DÍAZ REBOLLEDO

197

Las sentencias asociadas a estos casos impartieron justicia a las

víctimas y a sus familias, a través de diversas medidas de repara­

ción que incluyen la indemnización, el reconocimiento público de

responsabilidad estatal y la adopción de medidas de no repeti­

ción. Sin embargo, hoy en día estas sentencias parecerían un tanto

ajenas frente a los nuevos retos y los nuevos problemas que en­

frenta la justicia en América Latina. En la actualidad, los jueces

nacionales están más necesitados por conocer la interpretación

sobre derechos económicos, sociales, culturales y ambientales

(DESCyA), sobre derechos políticos y sobre garantías de la persona

frente a las nuevas tecnologías y frente al uso y la divulgación de

información, que sobre la aplicación del derecho constitucional y

convencional en violaciones asociadas a regímenes no democrá­

ticos. Debido a las características de los conflictos dirimidos por

la Corte IDH, hoy son menos las pistas que se pueden encontrar

en el trabajo jurisdiccional interamericano sobre asuntos nove­

dosos, de las que se pueden encontrar en sentencias emitidas por

otros tribunales nacionales. Aquí es cuando el diálogo jurispru­

dencial horizontal cobra mayor significado, en detrimento del

que puede construirse de forma vertical.

El Tribunal Constitucional de Perú podría nutrirse más de un cri­

terio emitido por la Corte Suprema de Colombia o por la Suprema

Corte mexicana para dirimir una controversia sobre derechos po­

lítico­electorales, o bien sobre las condiciones que debe reunir el

concepto de vivienda digna, o sobre los derechos de pueblos y co­

munidades indígenas. La sola cantidad de asuntos que conoce un

tribunal constitucional, comparado con los que son sometidos a

consideración del tribunal regional, hace pensar que la construc­

ción más moderna, en el sentido evolucionista del término, podría

desprenderse de las sentencias nacionales. Así, los tribunales de

otros países recogerán el trabajo considerado ejemplar desarrollado

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 197 22/11/17 2:28 p.m.

EL DIÁLOGO JURISPRUDENCIAL HORIZONTAL...

198

por sus pares de otros Estados Parte. En muchos casos, además, la

Corte Interamericana no tendrá elementos de comparación, a

falta de casos contenciosos vinculados a un derecho en particu­

lar o a la forma de interpretarlo a la luz de determinado concepto

de violación.

En sus orígenes, la creación del tribunal regional para las Américas

obedeció a tres razones principales: 1) impartir justicia en casos

en los que las instancias domésticas evidenciaron falta de apego

al Estado de Derecho (regímenes autárquicos que respondían a la

voluntad unipersonal del líder nacional); 2) impartir justicia en

casos en los que, a pesar de manifestar apego al Estado de Derecho,

las instancias domésticas se restringían a interpretar únicamen­

te las normas internas, las cuales resultaban menos garantistas

de los derechos humanos que el contenido de la Convención; y

3) crear estándares generales de protección de los derechos fun­

damentales que pudiesen ser compartidos en el continente ame­

ricano en su conjunto, de modo que se vayan eliminando prácticas

transgresoras en todos los Estados Parte.

Con el fin de los gobiernos autoritarios, el primer objetivo del tri­

bunal regional quedó superado. Aún subsisten comportamientos

no democráticos en algunas naciones latinoamericanas pero

éstos no advierten la existencia de una tendencia regional como

antaño. Con respecto al segundo objetivo, el diálogo jurispruden­

cial vertical —aquel que practican los jueces nacionales recogiendo

jurisprudencia interamericana—es cada vez más frecuente, sobre

todo a partir de las sentencias recientes de la Corte IDH que han

impuesto la obligación al juez doméstico de realizar un control

difuso de convencionalidad. En el caso Radilla Pacheco vs. Estados

Unidos Mexicanos (2009), la Corte Interamericana estableció que

"… cuando un Estado ha ratificado un tratado internacional como

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 198 22/11/17 2:28 p.m.

JERÓNIMO DÍAZ REBOLLEDO

199

la Convención Americana, sus jueces, como parte del aparato del

Estado, también están sometidos a ella… En otras palabras, el Po­

der Judicial debe ejercer un control de convencionalidad ex officio

entre las normas internas y la Convención Americana…".4 La Corte

Interamericana expandió los alcances de este criterio en la sen­

tencia del caso Cabrera García y Montiel Flores vs. México (2010), al

establecer que "Los jueces y órganos vinculados a la administra­

ción de justicia en todos los niveles están en la obligación de

ejercer ex officio un control de convencionalidad".5 El camino por

recorrer para que todos los jueces de todos los países miembros

del sistema interamericano ejerzan un control de convencionali­

dad ex officio y difuso es aún largo. Pero está trazado. Finalmente, me

parece que el tercer objetivo se muestra hoy en día como el de

menor avance de los tres. La explicación, nuevamente, remite al

escaso número de asuntos que son competencia de la Corte

Interamericana.

La forma para que América Latina expanda los estándares de pro­

tección de los derechos humanos y se constituya incluso en un

referente para otras regiones del orbe radica en el diálogo juris­

prudencial horizontal. Que el tribunal de un país recupere senten­

cias de otro tribunal, la mayoría de las cuales ni siquiera fueron

recurridas ante el Sistema Interamericano. Posteriormente, que

la propia Corte Interamericana de Derechos Humanos observe

4 Caso Radilla Pacheco vs. Estados Unidos Mexicanos. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 23 de noviembre de 2009. Disponible en http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_209_esp.pdf

5 Caso Cabrera García y Montiel Flores vs. México. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de noviembre de 2010. Disponible en http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_220_esp.pdf

El primer antecedente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre la obligación de los poderes judiciales de ejercer el control de convencionalidad data del 2006, al resolver el caso Almonacid Arellano y otros vs. Chile.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 199 22/11/17 2:28 p.m.

EL DIÁLOGO JURISPRUDENCIAL HORIZONTAL...

200

este intercambio de razonamientos y lo haga suyo en la construc­

ción de sus propios criterios. De ahí resultarán nuevas formas de

interpretar el Derecho con matices pro persona más garantistas.

A continuación describo un caso emblemático resuelto por la

Suprema Corte mexicana que ilustra la importancia de que tribu­

nales nacionales y la propia Corte Interamericana, tomen en consi­

deración los criterios construidos por los Estados miembros del

sistema, en un esfuerzo por desarrollar paulatinamente un diálogo

jurisprudencial horizontal, a partir del cual puedan formarse es­

tándares más sólidos y vanguardistas en la protección de los dere­

chos fundamentales en las Américas.

En el año 2013, producto de un Juicio de Amparo Directo en Revi­

sión, el Alto Tribunal conoció de la solicitud de un peticionario de

declarar la nulidad de un contrato de compra venta de un inmue­

ble tipo casa habitación.6

En su demanda, el quejoso argumentó la violación al derecho hu­

mano a una vivienda digna y decorosa, debido a que el inmueble

adquirido carecía de iluminación y ventilación adecuadas. No obs­

tante, en primera instancia jurisdiccional, el juez de la causa deter­

minó la improcedencia de la acción, en atención a que el inmueble

no se encontraba dentro de las previsiones constitucionales,

por no tratarse de una "vivienda popular".

La Suprema Corte, al conocer del asunto, estableció que en la reso­

lución recurrida se dio una interpretación restrictiva del artículo

4o. constitucional, el cual establece el derecho a una vivienda

digna y decorosa, pues éste no tiene por objeto limitar el derecho

6 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3516/2013.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 200 22/11/17 2:28 p.m.

JERÓNIMO DÍAZ REBOLLEDO

201

a la vivienda a un sector social, sino garantizar el disfrute de una

vivienda adecuada de forma universal. Adicionalmente, en la ela­

boración de la sentencia respectiva no se había considerado lo

establecido en tratados internacionales suscritos por México.

La Suprema Corte estableció que, de conformidad con lo dispuesto

en el artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Hu­

manos; y 11, apartado 1, del Pacto Internacional de Derechos Eco­

nómicos, Sociales y Culturales (PIDESC), el derecho a una vivienda

digna es un derecho fundamental, inherente a la dignidad del ser

humano, y elemental para contar con el disfrute de otros dere­

chos fundamentales, como el derecho a la salud. Asimismo, el

Alto Tribunal determinó que el derecho a la vivienda no se debe

interpretar en un sentido restrictivo, si no que deberá considerarse

como el derecho de todos a vivir en seguridad, paz y dignidad, sean

cuales fueren los ingresos económicos de la persona.

Al interpretar el derecho a la vivienda digna y decorosa, la Supre­

ma Corte determinó que ésta, debe ser un espacio que garantice

un nivel mínimo de bienestar. Es decir, contar con "infraestructura

básica adecuada, que proteja de la humedad, la lluvia, el viento,

así como riesgos estructurales; [disponer de] instalaciones sani­

tarias y de aseo, un espacio para preparar e ingerir los alimentos

y espacio adecuado para el descanso". En respuesta favorable al

peticionario de la justicia federal, la vivienda digna debe contar

con "iluminación y ventilación adecuadas, acceso al agua potable,

electricidad, y drenaje. Además, se deberá brindar a sus ocupantes

seguridad jurídica en cuanto a su propiedad o legítima posesión,

y contemplar la prevención de desastres y la protección física del

inmueble".

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 201 22/11/17 2:28 p.m.

EL DIÁLOGO JURISPRUDENCIAL HORIZONTAL...

202

El Alto Tribunal amparó a un quejoso, pero al hacerlo, envió un

im portante mensaje para los desarrolladores inmobiliarios, sea

que ofrezcan la venta de viviendas populares o que se dediquen

a la construcción de inmuebles dirigidos a segmentos sociales de

mayores ingresos: ni el descuido, ni el engaño, pueden ser motivo

para ignorar el derecho humano que tenemos todos a contar con

una vivienda digna, y ésta, para ser efectivamente digna y deco­

rosa, debe reunir condiciones mínimas de higiene, salud, seguri­

dad y bienestar.

En la construcción de este criterio la Suprema Corte ejerció un con­

trol de convencionalidad que implicó la revisión cuidadosa de

aquellos instrumentos internacionales suscritos por México y que,

en su contenido específico, pudieren ser invocados por incluir dis­

posiciones más protectoras en el ámbito de los derechos huma­

nos de orden económico, social, cultural y ambiental, que aquellas

disposiciones de derecho interno.

Otro ejemplo del control de convencionalidad y la interpretación

conforme que desarrolla en la actualidad la Suprema Corte mexi­

cana, se relaciona con la protección de derechos fundamentales

para pueblos y comunidades indígenas. Es decir, los derechos hu­

manos de las colectividades. A través del Amparo en Revisión

631/2012, la Suprema Corte de Justicia de la Nación conoció del

re curso interpuesto por integrantes de una tribu indígena asen­

tada en el estado de Sonora, México. Los representantes de esta

comunidad reclamaron que la autoridad administrativa no les con­

cedió derecho de audiencia para discutir el proyecto "Acueducto

Independencia", el cual, consideraba la comunidad indígena,

afectaría su suministro de agua.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 202 22/11/17 2:28 p.m.

JERÓNIMO DÍAZ REBOLLEDO

203

Instancias jurisdiccionales inferiores habían estimado que la que­

ja no resultaba procedente, por dos motivos principales: primero,

que los miembros de la comunidad indígena únicamente habían

acreditado su pertenencia a la tribu, mas no su carácter de repre­

sentantes; y segundo, que el "Acueducto Independencia" no cons­

tituía un acto privativo por el cual se debería otorgar audiencia

previa a la comunidad quejosa, debido a que no versaba sobre sus

derechos reales o bienes de su propiedad. La interpretación que

había prevalecido en el recorrido judicial del asunto ignoró la

evolución que ha alcanzado la protección de los derechos funda­

mentales de pueblos y comunidades indígenas. En su papel de

Tribunal Constitucional, la Suprema Corte de Justicia de la Nación

desarrolló una interpretación más garantista que favoreció al

pueblo de Vicam, Sonora, en su búsqueda por obtener justicia.

La Corte invocó el Convenio 169 de la Organización Internacional

del Trabajo sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independien­

tes. En sus artículos 6o., 7o. y 15, el Convenio prevé la obligatoriedad

de las autoridades de consultar con los pueblos indígenas, me­

diante procedimientos apropiados, aquellas medidas de carácter

legislativo o administrativo que sean susceptibles de afectarles

directamente. Al respecto, debe resaltarse que el Convenio referido

habla de la necesidad de consulta ante la eventualidad de produ­

cir una afectación; es decir, no requiere actualizarse la afectación

de facto, basta con su posibilidad, para que deba procurarse el diá­

logo entre autoridad y pueblo indígena. Lo anterior tiene la sensata

finalidad de que se escuchen argumentos y razones de ambas

partes, para llegar a decisiones más consensuadas. En el caso refe­

rido la Corte mexicana amparó al quejoso ejerciendo un control

de constitucionalidad y convencionalidad compatible con el prin­

cipio pro persona, estableciendo así criterio garantista que podrá

ser retomado por otros órganos jurisdiccionales nacionales.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 203 22/11/17 2:28 p.m.

EL DIÁLOGO JURISPRUDENCIAL HORIZONTAL...

204

Estos criterios, como muchos otros desarrollados por tribunales

nacionales de la región, constituyen valiosas herramientas de apo­

yo para que la propia Corte Interamericana de Derechos Humanos

construya sus propios criterios y formas de interpretar la Con­

vención, y son también una fuente inagotable de asistencia jurí­

dica para los jueces de los 20 países miembros que reconocen la

competencia contenciosa del organismo regional. En la gestación

de un diálogo jurisprudencial horizontal en América Latina está, en

última instancia, la posibilidad de crear estándares uniformes

en la interpretación y aplicación del Derecho convencional y na­

cional, en beneficio del bienestar social y de la mayor protección

de la persona humana, en su vida, en su dignidad, y en su legíti­

ma aspiración a un desarrollo integral.

Los dos criterios descritos en estas líneas representan esta nueva

gama de pronunciamientos que las personas esperan de sus tribu­

nales constitucionales; es decir, pronunciamientos sobre asuntos

que trascienden los tiempos del abuso del poder despótico rela­

cionado con gobiernos autoritarios y se instalan, en cambio, en el

campo de los derechos de avanzada orientados a generar bie­

nestar social y corregir desequilibrios derivados del modelo de

organi zación económica y social establecido. En este sentido, recu­

perando la conocida alegoría, las sociedades modernas anhelan

tribunales constitucionales y cortes supremas que corrijan aque­

llas expresiones de desigualdad que la mano invisible no ha lo­

grado atemperar, y que lo hagan a la luz de la mayor protección

posible de los derechos humanos. Ese es el parámetro de validez

que debe orientar, hoy en día, las deliberaciones de los jueces na­

cionales responsables de ejercer control de constitucionalidad y

de convencionalidad dentro de su jurisdicción.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 204 22/11/17 2:28 p.m.

JERÓNIMO DÍAZ REBOLLEDO

205

Los usuarios de la justicia en las Américas no podemos aspirar a

que la Corte Interamericana conozca y resuelva nuestro reclamo

por la violación de algún derecho humano por parte de autorida­

des nacionales. Es más probable que ganemos el premio mayor de

la lotería de nuestro país. Sin embargo, sí podemos esperar que

los tribunales nacionales continúen su evolución a partir del ejer­

cicio de un control de convencionalidad difuso que, incluso, ponga

en práctica el diálogo jurisprudencial horizontal en beneficio de

una protección más amplia del derecho humano en cuestión.

Podemos, asimismo, buscar que los parámetros fijados en la justicia

ordinaria que conoce de una gran cantidad de asuntos contencio­

sos (un millón en el caso de los Juzgados y Tribunales mexicanos)

recupere instrumentos internacionales suscritos por el Estado

mexicano, sentencias más garantistas emitidas por otros tribu­

nales nacionales de la región, o incluso criterios novedosos fija­

dos por órganos de otras latitudes. Los términos de la discusión

jurídica deben abandonar la rígida jerarquía normativa de otras

épocas y dar paso a un debate cuyo eje rector lo proporcione el

respeto, el ejercicio y la protección del derecho humano.

Este diálogo jurisprudencial horizontal será la puerta hacia un or­

den social con mayor bienestar y con pleno respeto hacia la pro­

tección más amplia de los derechos fundamentales de la persona

humana. En este camino, podremos en un futuro cercano obser­

var cómo la Corte Interamericana recoge con mayor frecuencia

las argumentaciones jurídicas nacionales contenidas en la inter­

pretación de algún derecho humano convencional. Está práctica

podría incluso ser más frecuente que a la inversa: la recupera­

ción por parte del juez doméstico de los razonamientos jurídicos

desarrollados en una sentencia interamericana. Y ello será, sin

duda, en beneficio del propio sistema interamericano de protección

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 205 22/11/17 2:28 p.m.

EL DIÁLOGO JURISPRUDENCIAL HORIZONTAL...

206

de los derechos humanos, cuyo funcionamiento se entiende con

carácter subsidiario, como expliqué al inicio de este texto.

Esta dinámica podría también favorecer un mayor entendimien­

to entre los países que reconocen la competencia contenciosa de la

Corte IDH con dicho tribunal regional. Hasta la fecha, se tiene

el antecedente de dos Estados Parte que denunciaron la Conven­

ción Americana luego de ser sentenciados por la Corte Interame­

ricana por la violación de derechos humanos. Trinidad y Tobago

en 1998 y Venezuela en 2012.7 Más allá del desprestigio que genera

desconocer un instrumento jurídico o un mecanismo internacio­

nal en cuanto las decisiones que se desprenden de ellos afectan

el interés nacional, destacaría que el trabajo de la Corte IDH efec­

tivamente puede provocar más inconformidad en otros Estados

nacionales. A ningún gobierno en funciones le agradará saberse

sentenciado por una instancia supranacional, máxime cuando las

medidas de reparación contempladas por el sistema interameri­

cano rebasan con mucho el tipo de sanciones que imponen las

autoridades estatales en el ámbito interno, como por ejemplo to­

das aquellas medidas dirigidas a prevenir la repetición de casos

similares (estas medidas incluyen la orden de modificar la legis­

lación, lo cual implica un trabajo de coordinación descomunal en

países que prevén una separación de Poderes en las ramas ejecu­

tiva, legislativa y judicial).

Así, algunos Estados Parte del sistema podrían verse en la tenta­

ción de denunciar la Convención cuando las resoluciones del or­

ganismo regional les sean desfavorables. Ante ello, un diálogo

jurisprudencial horizontal entre tribunales nacionales, y una cre­

ciente incorporación de los argumentos jurídicos vertidos en este

7 http://www.corteidh.or.cr/index.php/es/acerca­de/historia­de­la­corteidh

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 206 22/11/17 2:28 p.m.

JERÓNIMO DÍAZ REBOLLEDO

207

diálogo, por parte de la Corte Interamericana (en la construcción

de sus propios criterios regionales), abonará en gran medida al

buen entendimiento en el seno del sistema interamericano. Ello,

porque enviará la señal en todo el continente, no de que existe

una autoridad superior a los países que, casualmente, se sostiene

en parte con sus aportaciones; sino que existe un orden jurídico

regional que vela por la armonía y el respeto en el contienente.

El objetivo final de construir sociedades más justas en América

Latina y de erigir un orden jurídico moderno que dé cuenta de

la vigencia de un verdadero Estado de Derecho en los países de la

región, no puede provenir de la muy esporádica acción del tribu­

nal regional que condena, en casos particulares, la inobservancia

de nuestro marco jurídico internacional. Provendrá, en cambio, de

ese diálogo horizontal entre tribunales nacionales, por naturale­

za más activo, que revela la determinación de los jueces naciona­

les de velar por los derechos de los gobernados y de contribuir, a

través de la labor jurisdiccional, a la consolidación de democra­

cias constitucionales en nuestro continente.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 207 22/11/17 2:28 p.m.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 208 22/11/17 2:28 p.m.

El convenio de Roma y su interpretación por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos

ALEJANDRO SAIZ ARNAIZ*

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 209 22/11/17 2:28 p.m.

* Catedrático Jean Monnet de Derecho Constitucional Europeo. Universitat Pompeu Fabra (UPF, Barcelona)

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 210 22/11/17 2:28 p.m.

211El Consejo de Europa es la primera organización inter­

nacional con vocación continental que se crea tras la II

Guerra Mundial. Su existencia se debe, en buena medida, al Con­

greso de La Haya, que en mayo de 1948 reunió a más de mil delega dos

y observadores (políticos, representantes de comunidades religio­

sas, académicos, periodistas, escritores) de veinte Estados europeos.

Se hizo visible de este modo la fortaleza del movimiento en pro de

la unificación europea, en el que existían dos grandes orien tacio­

nes: la favorable a la puesta en marcha de una federación euro­

pea, encabezada por Francia y Bélgica, y la de quienes proponían

estructuras de cooperación intergubernamental, como Gran Bre­

taña, Irlanda y Suecia. En la ciudad holandesa se aprobaron nume­

rosas resoluciones entre las que, por lo que aquí interesa, deben

destacarse las relativas a la creación de una asamblea consultiva

elegida por los Parlamentos nacionales y la que proponía la ela­

boración de un Carta de derechos humanos y la creación de un

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 211 22/11/17 2:28 p.m.

EL CONVENIO DE ROMA...

212

Tribunal para garantizar su cumplimiento.1 Las distintas percep­

ciones sobre la construcción europea encabezadas por Francia y

Gran Bretaña llegaron a una fórmula de compromiso de la que

salió el Consejo de Europa, cuyo Estatuto, firmado en Londres el

día 5 de mayo de 1949,2 entró en vigor el 3 de agosto del mismo

año. En la actualidad, el Consejo cuenta con cuarenta y siete Es­

tados miembros, todos los del continente excepto Bielorrusia y

la Ciudad del Vaticano.

El artículo 1 del Estatuto define como objetivo de la organiza­

ción, la realización "de una unión más estrecha entre sus miem­

bros" y la promoción "de los ideales y de los principios que son su

patrimonio común" (apdo. a), entre los que se cuentan, a la luz del

Preámbulo del Estatuto, la libertad individual, la libertad política

y la preeminencia del Derecho. Aquel objetivo se perseguirá a

través de los órganos del Consejo mediante, entre otros medios,

"la protección y el desarrollo de los derechos humanos y de las

liber tades fundamentales" (apdo. b), sin perjuicio de la contribu­

ción de sus miembros a la "tarea de las Naciones Unidas y de las

demás organizaciones o uniones internacionales de las que sean

parte" (apdo. c). Además, el artículo 3 del Estatuto impone a todo

1 La movilización a favor de la garantía internacional de los derechos humanos se expresó simultáneamente en las dos orillas del Atlántico. A comienzos del mes de mayo de 1948, antes del inicio del Congreso de La Haya, se clausuraba en Bogotá la IX Con­ferencia Internacional Americana, en cuya Acta Final los Cancilleres se comprometían a la creación de una Corte Interamericana destinada a garantizar los derechos del hombre. En aquella misma Conferencia se suscribió la Carta de la Organización de Es­tados Americanos (OEA), en la que se "proclaman los derechos fundamentales de la persona humana sin hacer distinción de raza, nacionalidad, credo o sexo" (artículo 5.j), y se aprobó la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, el primer documento internacional que contiene un catálogo acabado de derechos. Seis meses más tarde, la Asamblea General de las Naciones Unidas votó la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

2 Los Estados signatarios en aquella fecha fueron Francia, Gran Bretaña, Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Irlanda, Italia, Dinamarca, Noruega y Suecia.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 212 22/11/17 2:28 p.m.

ALEJANDRO SAIZ ARNAIZ

213

miembro del Consejo el reconocimiento del "principio de la

preeminencia del Derecho" y del "principio en virtud del cual

toda persona sometida a su jurisdicción debe disfrutar de los

derechos humanos y de las libertades fundamentales". Se prevé,

además, para los casos de vulneración "grave" de lo establecido

en el artículo 3, la suspensión del "derecho de representación"

del Estado, la invitación por el Comité de Ministros a "retirarse" del

Con sejo y, de no atenderse dicha invitación, la expulsión por deci­

sión del citado Comité (artículo 8).3

La estructura orgánica fundamental del Consejo de Europa (artícu­

los 10 y ss.) consta de un Comité de Ministros y de una Asamblea

Consultiva (Asamblea Parlamentaria), ambos asistidos por la Secre ­

taría del Consejo. Del primero forman parte los Ministros de Asun­

tos Exteriores (o sus delegados) de todos los Estados miembros; de

la segunda, un número de representantes de los Parlamen tos na­

cionales (en la actualidad, 318 titulares y un número idéntico de

sustitutos) elegidos por éstos de entre sus miembros. Ningún

Estado miembro tiene menos de dos escaños ni más de dieciocho.

En el marco de las finalidades del Consejo de Europa, el Comité

de Ministros y la Asamblea parlamentaria elaboran Recomenda­

ciones. No se trata, en ningún caso, de textos jurídicos que obliguen

a los Estados parte sino, más bien, de orientaciones no vinculan­

tes; una especie de soft law. Además, en el seno del Consejo se

concluyen Convenios internacionales que se abren a la firma

3 En 1981 la Asamblea Parlamentaria privó a Turquía, tras un golpe de estado, de los escaños que en su seno le correspondían. Sólo en 1984, tras la celebración de eleccio­nes libres, Turquía recuperó su representación. Años antes, en 1969, y siempre tras un golpe de estado, Grecia se retiró del Consejo horas antes de su expulsión por el Comité de Ministros.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 213 22/11/17 2:28 p.m.

EL CONVENIO DE ROMA...

214

de los Estados miembros para su posterior ratificación por los

mismos.4

Tal y como ya se ha recordado, una de las Resoluciones aproba­

das en la Conferencia de La Haya de 1948 proponía la elaboración

de una Carta de Derechos y el establecimiento de un Tribunal

para su aplicación. En concreto, el texto de la Resolución era el

siguiente:

We desire a Charter of Human Rights guaranteeing liberty

of thought, assembly and expression as well as the right to

form a political opposition; we desire a Court of Justice with

adequate sanctions for the implementation of this Charter.

El proceso de elaboración del Convenio no fue fácil,5 aunque no

se prolongó excesivamente en el tiempo. Poco más de dos meses

después de la firma del Estatuto de Londres, se presentaron sen­

dos borradores de Convenio Europeo de Derechos Humanos y de

Estatuto del Tribunal Europeo, elaborados por P.­H. Teitgen, Sir D.

Maxwell­Fyfe y F. Dehousse,6 y aunque la actitud del Comité de

4 Algunos de estos Convenios, el total de los cuales es de más de doscientos, han sido firmados por Estados no miembros, incluidos Estados no europeos y, también, por las Comunidades Europeas (hoy, Unión Europea). La lista completa de los Convenios puede consultarse en http://conventions.coe.int.

5 Los travaux préparatoires del Convenio se publicaron entre los años 1961­1964 en una edición ciclostilada confidencial de la que sólo se distribuyeron ejemplares a los Gobiernos, a la Comisión y al Tribunal. En 1972 se autorizó la edición pública en ocho tomos de aquellos trabajos.

6 Teitgen era un político democristiano, parlamentario y varias veces ministro en la IV República francesa; vinculado a Schuman y a su proyecto de integración europea. Fue nombrado juez del Tribunal Europeo de Derechos Humanos en 1976. Maxwell­Fyfe fue un político conservador británico, fiscal en los juicios de Nuremberg, diputado, ministro de Interior y Lord Chancellor. Partidario de la integración europea, fue el pri­mer Presidente del Comité de asuntos jurídicos y administrativos de la Asamblea Par­lamentaria del Consejo de Europa. Dehousse, profesor de Derecho Internacional, fue el representante belga en los primeros años de la Asamblea General de la ONU y miembro del Consejo Económico y Social; como senador socialista accedió a la presi­dencia de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa entre 1956 y 1959.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 214 22/11/17 2:28 p.m.

ALEJANDRO SAIZ ARNAIZ

215

Ministros era menos favorable a la puesta en marcha inmediata

del proceso que habría de conducir a la aprobación del Convenio,

prevaleció finalmente el criterio de la Asamblea Consultiva. Dos

argumentos pesaron decisivamente: el carácter "imperfecto" de

la Declaración Universal de Derechos Humanos (fruto de una tran­

sacción en las Naciones Unidas entre las dos grandes corrientes

ideológicas del momento, y sin fuerza vinculante al tratarse de

una resolución de la Asamblea General de la Organización) y la

muy reciente y brutal historia europea en materia de derechos

humanos. El Committee on Legal and Administrative Questions de la

Asamblea Consultiva puso manos a la obra y elaboró un proyecto

que enumeraba doce derechos (para cada uno de los cuales se

contenía una expresa referencia a su correspondiente en la DUDH),

creaba una Comisión y un Tribunal Europeo de Derechos Huma­

nos y otorgaba a los particulares y a los Estados un "derecho de

petición" ante la Comisión. Sólo los Estados y la Comisión podían

remitir los casos ante el Tribunal. Precisamente este armazón ins­

titucional y el derecho individual de acceso a la Comisión fue­

ron los temas más polémicos. El Pleno de la Asamblea aprobó con

pocas modificaciones, el 8 de septiembre de 1949, el texto propuesto

para su remisión al Comité de Ministros (la conocida como Reco­

mendación número 38). Este, contra la opinión de la Asamblea,

propuso a los Gobiernos de los entonces doce Estados miembros

del Consejo de Europa la designación de un Comité de Expertos

in tegrado por abogados, jueces, parlamentarios y profesores, que

debería elaborar un anteproyecto de Convenio a partir de los ma­

teriales salidos de la Asamblea y de otros propuestos por el Secre­

tariado del propio Consejo.

El Comité de Expertos presentó su texto tras seis semanas de tra­

bajo en las que asumió como material principal, y así lo recono­

cía, el borrador de la Asamblea Consultiva. Aquel texto era abierto

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 215 22/11/17 2:28 p.m.

EL CONVENIO DE ROMA...

216

tanto en lo relativo al catálogo de derechos a declarar, como en

cuanto a la eventual institución de un Tribunal, aspectos ambos

en los que formulaba varias hipótesis. El Comité de Ministros con­

vocó una "Conferencia de Altos Funcionarios de los Gobiernos"

(Committee of Senior Officials) que habría de preparar su decisión

última. Esta Conferencia se reunió entre los días 8 y 17 de junio

de 1950 y formuló una propuesta de consenso en lo tocante al

carácter más o menos detallado de los derechos declarados, ma­

teria ésta en la que los Estados se encontraban divididos entre los

partidarios de la mera enumeración de los derechos (así se había

decidido por la Asamblea) y quienes defendían la formulación de­

ta llada de los mismos. La mayoría de los altos funcionarios eran

contrarios a la creación de un Tribunal, prosperando finalmente

la iniciativa sueca que convertía en opcional (a voluntad de cada

Estado) el sometimiento a su jurisdicción. Gran parte de los Es­

tados avalaban, contra el criterio de tres de ellos, el "derecho de

petición" individual ante la Comisión. Devuelto el texto al Comité

de Ministros, éste, en agosto de 1950, adoptó la decisión de sol­

ventar los dos grandes escollos mediante las denominadas cláu­

sulas opcionales: las referidas a la competencia del Tribunal y al

acceso individual directo a la Comisión.

El día 4 de noviembre de 1950 se firmó en Roma el Convenio

Europeo de Derechos Humanos (CEDH). Entró en vigor el 3 de

septiembre de 1953, de acuerdo con cuanto establecía su artículo

66.2, es decir, tras el depósito de diez instrumentos de ratifica­

ción. En el momento presente los cuarenta y siete Estados miem­

bros del Consejo de Europa son también partes del Convenio (una

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 216 22/11/17 2:28 p.m.

ALEJANDRO SAIZ ARNAIZ

217

regla no escrita impide que un país que forme parte del Consejo

de Europa pueda no estar vinculado por el Convenio de Roma).7

El Preámbulo del CEDH establece un vínculo inmediato, que en

aquel entonces fue imposible de afirmar en las Naciones Unidas,

entre los derechos, "la primacía del Derecho" y la existencia de

un "régimen político verdaderamente democrático". El Tribunal

Europeo de Derechos Humanos ha considerado que "el pluralis­

mo, la tolerancia y el espíritu de apertura" son los elementos

constitutivos de una sociedad democrática (STEDH Handyside, de

7 de diciembre de 1976), y que ésta "no supone la supremacía

constante de la opinión de la mayoría", sino que exige "un equili­

brio que asegure a las minorías un trato justo que evite todo abuso

de posición dominante" (STEDH Young, James y Webster, de 13 de

agosto de 1981). En su fundamental sentencia en el caso Partido

Comunista Unificado de Turquía, de 30 de enero de 1998, el Tribunal

ha sistematizado su jurisprudencia en la materia al decidir sobre

la compatibilidad con el Convenio de la disolución de aquel Par­

7 El artículo 59.2 del Convenio Europeo de Derechos Humanos autoriza a la Unión Euro pea a adherirse al Convenio. Por su parte, el artículo 6.2 del Tratado de la Unión Europea (TUE) dispone que ésta "se adherirá" al Convenio Europeo de Derecho Humanos. En abril de 2013, y después de unas negociaciones nada fáciles, se cerró el acuerdo de adhesión entre el Consejo de Europa y la Unión Europea, representada por la Comisión. Esta se dirigió al Tribunal de Justicia, en virtud del artículo 218.11 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, para que el Tribunal dictaminara sobre la compatibilidad del proyecto de acuerdo de adhesión con el Derecho de la Unión. En fecha 18 de diciembre de 2014, el Tribunal de Justicia emitió el Dictamen 2/2013 en el que se concluía que aquel proyecto de acuerdo era incompatible, por ra­zones de distinto tipo, con el Derecho de la Unión Europea. La decisión del Tribunal de Justicia, contraria a la voluntad de todos los Estados miembros de la Unión, del Parla­mento Europeo, del Consejo y de la Comisión, fue criticada de manera casi unánime por los estudiosos del Derecho Europeo, que vieron en el Dictamen una defensa por parte del Tribunal de Luxemburgo de su posición frente al Tribunal de Estrasburgo, cuya "última palabra" en materia de derechos humanos, aquel no parece dispuesto a aceptar. En 2017, la adhesión de la Unión al Convenio no forma parte de las priori­dades políticas del momento, por lo que el mandato del artículo 6.2 TUE seguirá incumplido.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 217 22/11/17 2:28 p.m.

EL CONVENIO DE ROMA...

218

tido por la Corte Constitucional turca, es decir, juzgando acerca

de una medida nacional restrictiva del pluralismo político. Se dice

allí que la democracia es "un elemento fundamental del orden

público europeo"; el "único modelo contemplado por el Conve-

nio y, por lo tanto, el único compatible con él". La democracia es,

para el Tribunal de Estrasburgo, indisponible por el propio sobe­

rano: deja de ser una realidad

"cuando la población de un Estado, incluso mayoritaria­

mente, renuncia a sus poderes legislativo y judicial en bene­

ficio de una entidad que no es responsable ante el pueblo al

que gobierna, ya sea esta entidad laica o religiosa" (resulta

también fundamental, para entender la estrecha relación

entre el Convenio y la democracia, la Sentencia dictada por

la Gran Sala en el caso Refah Partisi y otros, el 13 de febrero

de 2003).

Las Sentencias del Tribunal son una auténtica guía de principios

sobre la democracia y su relación con los derechos humanos. Bien

podría afirmarse, entonces, que la democracia querida por el

Con venio es, para el Tribunal, una democracia militante.8 En los tér­

minos del propio Tribunal de Estrasburgo, es lícito promover un

cambio en las estructuras legales y constitucionales del Estado

con dos condiciones:

primero, los medios empleados para alcanzar ese fin han de

ser legales y democráticos; segundo, el cambio propuesto

ha de ser compatible con los principios democráticos fun­

damentales. De cuanto se ha dicho resulta que un partido

político cuyos líderes incitan a la violencia o proponen una

8 Una idea que se completa, además, con el carácter absoluto de algunos de los derechos proclamados en el Convenio, de los que se afirma que no pueden padecer "ninguna derogación": "artículo 2, salvo para el caso de muertes resultantes de actos lícitos de guerra", y "artículos 3, 4 (párrafo 1) y 7", (artículo 15.2 CEDH).

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 218 22/11/17 2:28 p.m.

ALEJANDRO SAIZ ARNAIZ

219

política que no respeta la democracia y persigue su destruc­

ción y la vulneración de los derechos y libertades reconocidos

en una democracia, no puede reclamar la protección del

Convenio frente a las sanciones que le hayan sido impues­

tas por estas razones (STEDH Refah Partisi y otros, ya citada).

El Convenio es el primer tratado internacional de la historia de

la humanidad cuyo objeto es la garantía de los derechos huma-

nos;9 por eso mismo, y desde un entendimiento universal de su

titularidad, prescinde de la nacionalidad, de modo que las obliga­

ciones resultantes de aquél se predican de los Estados parte res­

pecto de toda persona sometida a su jurisdicción (artículo 1), y no

solo de los ciudadanos de todos los vinculados por el mismo. Por

su modo de redacción, al igual que por la voluntad de sus auto­

res, las disposiciones del Convenio que proclaman derechos po­

seen la calidad de self-executing; además, desde el propio texto del

Convenio se impone a los Estados la existencia de un recurso

efectivo para la reparación de las violaciones de los derechos que

en él se declaran (artículo 13). El mecanismo de garantía de los

derechos resultante del Título II CEDH era, obviamente, una gran

novedad: las denuncias por violación de los derechos humanos se

sometían a unas técnicas de resolución alejadas de los tradiciona­

les mecanismos de la diplomacia; unas técnicas, en definitiva, muy

distintas del arreglo político entre Estados que, en una mate­

ria como la regulada por el Convenio, hubiera equivalido a privi­

legiar su voluntad en perjuicio de los titulares de los derechos.

9 En concreto, en el Preámbulo del CEDH se lee que los Gobiernos signatarios están "[R]esueltos a tomar las primeras adecuadas para asegurar la garantía colectiva de algunos de los derechos enunciados en la Declaración Universal" (la cursiva está añadida).

Aunque anteriores en el tiempo, es conocido que ni la Declaración Universal de Derechos Humanos, aprobada por la Asamblea General de la ONU en París el 10 de diciem­bre de 1948 [Resolución 217 A (III)], ni la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, votada por la IX Conferencia Americana en Bogotá medio año antes, son tratados internacionales.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 219 22/11/17 2:28 p.m.

EL CONVENIO DE ROMA...

220

La Comisión y, sobre todo, el Tribunal Europeo de Derechos

Humanos, eran la más evidente expresión de la nueva realidad

protectora.

Ahora bien, el objeto radicalmente transformador del CEDH, al­

gunos de cuyos elementos conformadores se acaban de enunciar,

se hizo compatible con un diseño conservador evidente. Si nos

fijamos en el catálogo de derechos comparándolo con el de la

Declaración Universal, aprobada casi dos años antes por la Asam­

blea General de las Naciones Unidas, hemos de concluir que el

Convenio de Roma tiene una apariencia mucho más prudente: en

éste hay menos derechos, algunos de los que se contienen van

acompañados de una muy generosa formulación de los límites

que pueden imponérseles y, en fin, brillan por su ausencia los de­

rechos económicos y sociales. La propia existencia de la Comisión

Europea de Derechos Humanos (órgano no judicial, aunque tam­

poco estrictamente político o diplomático) y el carácter opcional

de su competencia para conocer de las demandas de los particu­

lares;10 el acceso al Tribunal, limitado a la Comisión y a los Esta­

dos que hubiesen aceptado su jurisdicción; el posible papel del

Comité de Ministros como órgano de garantía que declaraba la

existencia o no de una violación si el caso no llegaba al Tribunal,

o las reservas que los Estados podían formular en el momento de

la firma, son una buena prueba de las precauciones que rodearon

en su momento la puesta en marcha de un Convenio que, por su

objeto y finalidad, marcaba un punto de inflexión en la concep­

ción del Derecho Internacional. En palabras de Hersch Lauterpacht,

10 Unas demandas que se presentaban ante el Secretario General del Consejo de Europa, y no directamente ante la propia Comisión (artículo 25.1 CEDH, versión original.)

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 220 22/11/17 2:28 p.m.

ALEJANDRO SAIZ ARNAIZ

221

sin duda uno de los más relevantes internacionalistas de la épo­

ca, el Convenio de Roma

engender[s] restrictions of sovereignty more far­reaching in

their implications than any yet propounded in the annals of

international utopias.

Al hacer balance de estos casi setenta años de vida del Convenio,

creo que debe reconocerse que su dimensión transformadora ha

prevalecido con claridad sobre sus contenidos conservadores,

que han evolucionado en aquella misma perspectiva de cambio,

de transformación. Esta afirmación se sustenta en un doble dato:

las sucesivas reformas del Convenio mediante los Protocolos que

se le han ido añadiendo y la actuación del Tribunal de Estrasburgo

reescribiendo por vía interpretativa algunos de los contenidos del

instrumento convencional.

Hasta el momento presente se han sumado al Convenio firmado

en 1950 un total de catorce Protocolos,11 algunos de los cuales aña­

dieron nuevos derechos al catálogo resultante del Título I mien­

tras que otros modificaron contenidos relativos al mecanismo

de garantía.12 Es así evidente que se ha enriquecido la lista de los

11 El total de Protocolos que están o han estado en vigor serían quince si se suma el denominado Protocolo XIV bis, que veintidós Estados suscribieron para adelantar la aplicación de ciertos contenidos del Protocolo XIV ante el bloqueo de su entrada en vigor por parte de la Federación Rusa, que no procedió a su ratificación hasta comienzos de 2010, es decir, casi seis años después de su apertura a la firma.

12 El Protocolo I, conocido como Protocolo Adicional, (firmado en 1952), que garanti­za el derecho de propiedad, el derecho a la educación y el derecho a elecciones libres. El Protocolo II (1963), que atribuía al Tribunal competencia para emanar opiniones consultivas. El Protocolo III (1963), que modificaba los artículos 29, 30 y 34 del CEDH, referidos a la Comisión. El Protocolo IV (1963), que prohíbe la prisión por incumplimien­to de obligaciones contractuales, reconoce el derecho a la libre circulación, prohíbe la expulsión de nacionales y las expulsiones colectivas de extranjeros. El Protocolo V (1966), que reformaba los artículos 22 y 40 CEDH, sobre la composición de la Comisión y del Tribunal. El Protocolo VI (1983), que supuso la abolición de la pena de muerte excepto en tiempos de guerra o de peligro inminente de guerra. El Protocolo VII (1984),

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 221 22/11/17 2:28 p.m.

EL CONVENIO DE ROMA...

222

derechos convencionales (aunque solo los presentes en el aquel

Título vinculan a todos los Estados parte, mientras que los añadi­

dos mediante sucesivos Protocolos únicamente lo hacen a quie­

nes los ratificaron).13

que enumera las garantías de procedimiento en caso de expulsión de extranjeros, reco­noce el derecho a un doble grado de jurisdicción en materia penal, el derecho a in­demnización en caso de error judicial, el derecho a no ser juzgado o castigado dos veces y la igualdad entre esposos. El Protocolo VIII (1985), relativo a la organización del Tribunal y de la Comisión y a las competencias de esta última, artículos 20, 21, 23, 28, 29, 30, 31, 34, 40 y 41. El Protocolo IX (1990), sobre la competencia del Tribunal, artícu­los 31, 44, 45 y 48 CEDH. El Protocolo X (1992), que reformaba el artículo 32 CEDH. El Protocolo XI (1994) modificó radicalmente el mecanismo de garantía de los derechos convencionales. El Protocolo XII (2000), que contiene una prohibición general de dis­criminación en el ejercicio de todo derecho garantizado por la ley. El Protocolo XIII (2002), que prohíbe la pena de muerte en toda circunstancia de tiempo y lugar. El Pro­tocolo XIV (2004), que reforma la organización interna del Tribunal, las competen­cias de sus diferentes órganos y hace posible la adhesión al Convenio de la Unión Europea.

Las modificaciones vigentes al texto original del Convenio son las resultantes de los Proto colos I, IV, VI, VII, XII y XIII (en lo relativo a los derechos reconocidos, y para los Estados que los hayan ratificado) y de los Protocolos XI y XIV en lo tocante a los mecanis mos de garantía. En estos dos últimos casos las reformas se han incorporado al articu lado del Convenio, en concreto a los Títulos II y III del mismo.

En el momento presente se encuentran abiertos a la firma dos Protocolos opcionales, el XV (junio de 2013) y el XVI (octubre de 2013). Los contenidos más relevantes del primero de ellos consisten en la introducción en el Preámbulo del Convenio de una referencia al principio de subsidiariedad y al margen de apreciación nacional, así como en la limi­tación del plazo para presentar las demandas individuales a cuatro meses desde el agotamiento de las vías nacionales de recurso (artículo 35 CEDH). Por su parte, el Pro­tocolo XVI faculta a los más altos tribunales de los Estados parte a plantear opiniones consultivas al TEDH en el contexto de un caso pendiente ante aquéllos, una técnica que puede recordar, aunque las diferencias son apreciables, a las cuestiones prejudi­ciales de interpretación reguladas en el artículo 267 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. La entrada en vigor del primero de ambos Protocolos requiere la aceptación de todos los Estados parte (en mayo de 2017 cuarenta y cinco Estados han firmado el Protocolo XV y catorce de ellos no han procedido aún a la ratificación); la del segundo, la de al menos diez de ellos (por el momento constan dieciocho firmas y siete ratificaciones).

13 En mayo de 2017, esta es la situación de los diversos Protocolos:­ Protocolo I, no ha sido ratificado por Suiza y Mónaco.­ Protocolo IV, Grecia y Suiza no lo han firmado, el Reino Unido y Turquía no lo han

ratificado.­ Protocolo VI, no ha sido ratificado por Rusia.­ Protocolo VII, Alemania y Holanda no lo han ratificado; el Reino Unido no lo ha

firmado.­ Protocolo XII, no se ha firmado por nueve Estados y otros dieciocho aún no lo han

ratificado.­ Protocolo XIII, Azerbaijan y Rusia no lo han firmado; Armenia no lo ha ratificado.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 222 22/11/17 2:28 p.m.

ALEJANDRO SAIZ ARNAIZ

223

Aunque los derechos sociales siguen siendo los grandes ausen-

tes del Convenio, ha de reconocerse que el TEDH ha enfatizado

la estrecha relación que existe entre tales derechos y los procla-

mados en aquél:

El Tribunal no ignora que la progresiva realización de los

derechos sociales y económicos depende de la situación de

cada Estado, y sobre todo de su situación económica. Por

otro lado, el Convenio debe interpretarse a la luz de las condi­

ciones de vida de cada momento […], y dentro de su campo

de aplicación tiende a lograr una protección real y efectiva

del individuo […]. Porque, si bien el Convenio recoge dere­

chos esencialmente civiles y políticos, gran parte de ellos

tienen implicaciones de naturaleza económica y social.

Por eso, el Tribunal estima, como lo hace la Comisión, que

el hecho de que una interpretación del Convenio pueda

extenderse a la esfera de los derechos sociales y económi­

cos no es factor decisivo en contra de dicha interpretación;

no existe una separación tajante entre esa esfera y el campo

cubierto por el Convenio (STEDH Airey, de 9 de octubre

de 1979).14

14 En el caso citado en el texto, el TEDH entendió que la asistencia jurídica gratuita, a cargo del Estado, puede ser en ciertas circunstancias, también en asuntos civiles, una exigencia del proceso equitativo del artículo 6.1 CEDH. En esta misma línea de protección, indirecta podría decirse, de los derechos sociales, puede citarse la jurispru­dencia que considera algunas prestaciones de la seguridad social, allá donde las legis­laciones de los Estados las reconocen, como "bienes" o "propiedad" en el sentido del artículo 1 del Primer Protocolo Opcional (por todas, véase la STEDH Stec y otros, GS, de 12 de abril de 2006). O también cómo, sin ánimo de agotar los ejemplos, el derecho de toda persona al respeto de su domicilio, del artículo 8 CEDH, se ha utilizado en algu­nos supuestos como posible límite a la pérdida de la propia vivienda, por ejemplo, en la STEDH McCann, de 13 de mayo de 2008:

"The loss of one’s home is a most extreme form of interference with the right to respect for the home. Any person at risk of an interference of this magnitude should in principle be able to have the proportionality of the measure determined by an independent tribunal in the light of the relevant principles under Article 8 of the Convention, notwithstanding that, under domestic law, his right of occupation has come to an end".

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EL CONVENIO DE ROMA...

224

En el ámbito del Consejo de Europa los derechos económicos y

sociales se declaran en la Carta Social Europea, adoptada en 1961

y revisada en 1996, que no prevé una garantía jurisdiccional para

los mismos (el Comité Europeo de Derechos Sociales no es un

tribunal) y que ha sido ya citada en numerosas ocasiones por el

TEDH.

Es igualmente evidente, para entender como las reformas del Con­

venio han completado su condición transformadora, que desde

finales de 1998, con la entrada en vigor del Protocolo XI, también

la tutela de los derechos convencionales ha evolucionado en cla­

ve garantista, al asegurarse mediante un procedimiento del que

han desaparecido todos los actores no jurisdiccionales (Comi­

sión y Comité de Ministros) y en el que el acceso directo del indi-

viduo al Tribunal de Estrasburgo se ha convertido en el solo cauce

de iniciación de aquel procedimiento15 (a salvo siempre las muy

residuales demandas interestatales).16

Junto con estas modificaciones formales, a través de sucesivos

Protocolos, la jurisprudencia del Tribunal ha contribuido tam-

bién, y lo ha hecho de modo decisivo, a redefinir algunos de los

contenidos que expresaban la opción conservadora presente

La doctrina de las obligaciones positivas (de la que más adelante se dirá algo en el texto), al igual que los artículos 3 y 14 del Convenio, se han empleado también por el TEDH para ofrecer tutela "par ricochet", como se ha escrito por algún autor, a los de­rechos económicos y sociales.

15 Al final de este texto pueden consultarse dos fichas, obtenidas de la web del pro­pio Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en las que se describen los procedimien­tos ante dicho Tribunal.

16 De las que por el momento solo se han dictado tres Sentencias sobre el fondo (Irlanda v. Reino Unido, de 18 de enero de 1978; Chipre v. Turquía, de 10 de mayo de 2001 y Georgia v. Rusia, de 3 de julio de 2014). El caso Dinamarca v. Turquía finalizó con un arreglo amistoso el 5 de abril de 2000.

En la actualidad hay, además, cuatro demandas pendientes de Ucrania contra Rusia, una de Eslovenia contra Croacia y una más Georgia contra Rusia.

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ALEJANDRO SAIZ ARNAIZ

225

(en parte) en el diseño inicial.17 El Tribunal de Estrasburgo aclaró

en una de sus primeras Sentencias que sus

decisiones sirven no solo para decidir los casos llevados ante

él sino, más generalmente, para clarificar, salvaguardar y

desarrollar las reglas creadas por el Convenio (STEDH Irlanda con-

tra Reino Unido, 18 de enero de 1978; la cursiva está añadida).

Pondré ahora solo algunos ejemplos de esta actuación innovadora

del Tribunal.18

Algunos de los derechos convencionales, singularmente los pro­

clamados en los artículos 8­11 CEDH, van acompañados de una

generosa cláusula definidora de los límites que aquéllos pueden

padecer. Pues bien, el Tribunal ha sido riguroso al fijar las condi-

ciones de calidad que ha de reunir la ley nacional (concebida

siempre en términos materiales, es decir, no solo como acto nor­

mativo del Parlamento, sino como regla de Derecho) que establez­

ca los límites en cuestión: ha de ser accesible y lo suficientemente

precisa (completada, en su caso, con la jurisprudencia de los Tri­

bunales nacionales) como para permitir a su destinatario, en su

caso mediante la oportuna asistencia técnica, adecuar su com­

17 Conviene notar en este momento que el Tribunal se constituyó formalmente en 1959, pero que hasta 1975 solo dictó un total de 10 Sentencias. Ed Bates se ha referido al Tribunal para este período como "la bella durmiente". Por su parte, desde 1955 la Comisión Europea de Derechos Humanos resolvía sobre la "toma en consideración" de las demandas individuales y, en su caso, concluía sobre la eventual violación por parte del Estado de las obligaciones que le incumbían en virtud del Convenio. Durante esos veinte años, la Comisión elaboró una sólida doctrina en interpretación del CEDH que posteriormente fue asumida, en gran parte, por el propio Tribunal.

18 Aludiré a la fijación de estándares para validar las restricciones de los derechos convencionales; a las doctrinas de las obligaciones positivas y del efecto horizontal del Convenio; al control de la validez de las reservas estatales y a las medidas cautelares.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 225 22/11/17 2:28 p.m.

EL CONVENIO DE ROMA...

226

portamiento a la misma (por todas, SSTEDH Sunday Times, de 26

de abril de 1979 y Hassan y Tchaouch, de 26 de octubre de 2000).19

Además, la letra del Convenio impone que la injerencia en los

derechos garantizados (los límites que a los mismos pueden im­

ponerse) ha de ser necesaria en una sociedad democrática, lo

que para el Tribunal significa que ha de corresponder a una nece­

sidad imperiosa y que ha de ser proporcional, siendo en todo

caso obligada la interpretación restrictiva de las cláusulas que

suponen una excepción a un derecho garantizado (STEDH Klass y

otros, de 6 de septiembre de 1978). En la STEDH Mouvement Raëlien

Suisse (GS, de 13 de julio de 2012), el Tribunal recordó que

19 En una reciente Sentencia (Tommaso, 23 de febrero de 2017, GS), el TEDH se referi­do a la calidad de la ley, y en concreto a su previsibilidad, en los siguientes términos:

"The Court reiterates its settled case­law, according to which the expression "in accordance with law" not only requires that the impugned measure should have some basis in domestic law, but also refers to the quality of the law in question, requiring that it should be accessible to the persons concerned and foreseeable as to its effects […].

One of the requirements flowing from the expression "in accordance with law" is foreseeability. Thus, a norm cannot be regarded as a "law" unless it is formulated with sufficient precision to enable citizens to regulate their conduct; they must be able – if need be with appropriate advice – to foresee, to a degree that is reasonable in the circumstances, the consequences which a given action may entail. Such consequences need not be foreseeable with absolute certainty: experience shows this to be unattainable.  Again, whilst certainty is highly desirable, it may bring in its train excessive rigidity, and the law must be able to keep pace with changing circumstances. Accordingly, many laws are inevitably couched in terms which, to a greater or lesser extent, are vague and whose interpretation and application are questions of practice v[…].

The level of precision required of domestic legislation – which cannot in any case provide for every eventuality – depends to a considerable degree on the content of the law in question, the field it is designed to cover and the number and status of those to whom it is addressed […].

The Court reiterates that a rule is "foreseeable" when it affords a measure of protection against arbitrary interferences by the public authorities […]. A law which confers a discretion must indicate the scope of that discretion, although the detailed procedures and conditions to be observed do not necessarily have to be incorporated in rules of substantive law […]". (Apartados 106­109).

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 226 22/11/17 2:28 p.m.

ALEJANDRO SAIZ ARNAIZ

227

the authorities are required, when they decide to restrict

fundamental rights, to choose the means that cause the

least possible prejudice to the rights in question,

Y en Nada (GS, 12 de septiembre de 2012) aclaró que

for a measure to be regarded as proportionate and as neces­

sary in a democratic society, the possibility of recourse

to an alternative measure that would cause less damage to

the fundamental right at issue whilst fulfilling the same

aim must be ruled out.

Fruto de la actividad del Tribunal Europeo de Derechos Humanos

reescribiendo en cierta medida los contenidos de los derechos pro­

clamados en el Convenio puede también considerarse la teoría

de las obligaciones positivas, según la cual los Estados no han de

limitarse a abstenerse de todo atentado a los derechos sino que

en ocasiones deben de comprometerse activamente para garan­

tizarlos de modo efectivo. Unas obligaciones positivas que se ma­

nifiestan, por ejemplo, en el ámbito del derecho a la educación

(STEDH Affaire linguistique belge, de 23 de julio de 1968), del dere­

cho a un proceso equitativo (STEDH Guincho, de 10 de julio de

1984), del derecho a elecciones libres (STEDH Mathieu-Mohin y

Clerfayt, de 2 de marzo de 1987), del derecho a la libertad sindical

(STEDH Gustafsson, de 25 de abril de 1996) y, muy particular mente,

del derecho a la intimidad personal y familiar (por todas, STEDH

Ignaccolo-Zenide, de 25 de enero de 2000). Igualmente como expre­

sión de una opción judicial no explicitada en el Convenio ha de con si­

derarse su efecto horizontal, que supone la aplicación de aquél a

las relaciones entre particulares (de acuerdo con el precedente

alemán de la Drittwirkung) tanto cuando la inacción del Estado

hace posible la violación por un privado de un derecho garantiza­

do (STEDH López-Ostra, de 9 de diciembre de 1994), como cuando

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 227 22/11/17 2:28 p.m.

EL CONVENIO DE ROMA...

228

el Estado pone a disposición del particular los medios para llevar

a cabo la vulneración del derecho a otra persona, por ejemplo

man teniendo vigente una legislación contraria al Convenio

(STEDH Young, James y Webster, de 13 de agosto de 1981).

La STEDH Bédat (29 de marzo de 2016, GS) recuerda el posible

vínculo entre las obligaciones positivas y la tutela que el Conve-

nio ofrece frente a actos inicialmente imputables a particulares:

Although the object of Article 8 is essentially that of

protecting the individual against arbitrary interference by

the public authorities, it does not merely compel the State

to abstain from such interference: in addition to this

primarily negative undertaking, there may be positive

obligations inherent in effective respect for private or family

life. These obligations may involve the adoption of measures

designed to secure respect for private life even in the sphere

of the relations of individuals between themselves […].

The Court notes that in order to fulfil its positive obligation

to safeguard one person’s rights under Article 8, the State

may have to restrict to some extent the rights secured under

Article 10 for another person. When examining the necessity

of that restriction in a democratic society in the interests of

the "protection of the reputation or rights of others", the

Court may be required to verify whether the domestic

authorities struck a fair balance when protecting two values

guaranteed by the Convention which may come into conflict

with each other in certain cases, […].20

La competencia para el control de la validez de las reservas for­

muladas por los Estados en el momento de la firma del instru­

mento internacional (artículo 57 CEDH) resulta ser un argumento

20 Apartados 73 y 74.

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ALEJANDRO SAIZ ARNAIZ

229

adicional que refuerza el papel jugado por el Tribunal privilegian­

do la naturaleza sui generis del Convenio de Roma. Nunca antes

un tribunal internacional había fiscalizado las reservas estata­

les. Su admisión expresa en el Convenio, que no deja de plantear

algún problema teórico a propósito de su aceptación en un tratado

que protege derechos humanos, se acompaña de una jurispruden­

cia iniciada hace ya veinte años (STEDH Belilos, de 29 de abril de

1988), y carente de fundamento explícito en el propio Convenio,

que atribuye a su órgano de garantía facultades de enjuiciamiento

sobre la adecuación al texto convencional de las reservas estata­

les. En más de una ocasión el Tribunal de Estrasburgo ha conside­

rado inválida alguna de tales reservas, teniéndola por no puesta

al resolver el caso en el que fue alegada por el Estado demandado

(por todas, STEDH Ilascu y otros, de 4 de julio de 2001).

El Convenio no dice nada sobre eventuales medidas cautelares

que pueda tomar el Tribunal: no las prohíbe, pero tampoco expli­

cita su posible adopción. No sería del todo equivocado sostener

que los Estados partes no consideran necesario atribuir al Tribu­

nal en el propio Convenio la competencia para dictar medidas

obligatorias de este tipo ya que nunca, en los últimos sesenta y

cinco años, se ha planteado su reforma para incorporarlas. En la

práctica del Tribunal estas medidas, previstas en su Reglamento

(artículo 39), suelen venir referidas a supuestos en los que de

expulsarse o concederse la extradición de una persona, existiría

para la misma un peligro grave que afectaría a los derechos que

resultan de los artículos 2 (vida) o 3 (prohibición de torturas) del

Convenio. De manera más excepcional, pueden otorgarse medi­

das de este tipo en casos en los que estén en juego los artículos

6.1 y 8 CEDH. El carácter obligatorio de tales medidas resultaba

controvertido hasta la STEDH Mamatkulov y Ascarov, de 4 de fe­

brero de 2005 (GS), en la que el Tribunal concluye que

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 229 22/11/17 2:28 p.m.

EL CONVENIO DE ROMA...

230

todo Estado parte en el Convenio al que se solicita que se

indiquen medidas cautelares para evitar que se cause un

daño irreparable a la víctima de la violación alegada, debe

respetar estas medidas y abstenerse de cualquier acto u

omisión que perjudique la integridad y efectividad de la

sentencia definitiva.

La disposición del Convenio que se entiende incumplida de no

observarse esas medidas es el artículo 34, referido a las deman­

das individuales.

Se podrían dar más ejemplos, pero creo que los que hasta aquí se

han dejado escritos son una buena prueba de que los contenidos

del Convenio que se firmó en 1950 se han visto completados (¿co­

rregidos?; ¿mejorados?) con el transcurso del tiempo no solo a

resultas de las sucesivas modificaciones formales de las que aquel

texto ha sido objeto, sino también por la obra de un Tribunal fir­

memente comprometido con su condición de último intérprete

de un documento en el que las obligaciones que los Estados partes

asumen lo son en forma de derechos individuales de toda perso­

na sometida a su poder público. Esta es, a día de hoy, la realidad

del Convenio y de su Tribunal, que ha caracterizado a aquel do­

cumento como "instrumento constitucional del orden público

europeo" (STEDH Loizidou, Objeciones Preliminares, 25 de marzo

de 1995) y ha rechazado toda pretensión de incumplimiento fun­

dada en razones constitucionales internas (STEDH Partido Comu-

nista Unificado de Turquía, ya citada), siendo así que el Tribunal de

Estrasburgo se ha convertido en no pocas ocasiones en juez,

formal mente indirecto, de la convencionalidad de las Constitu-

ciones nacionales (Sentencias Rekvenyi, 20 de mayo de 1999;

Wille, 28 de octubre de 1999; Sejdic y Finci, 22 de diciembre de

2009, GS; Anchugov y Gladkov, de 4 de julio de 2013; Kulinski y

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Sabev, de 21 de julio de 2016, y Decisión sobre la admisión Vittorio

Emmanuelle di Savoia, de 13 de septiembre de 2001).

En su lectura del Convenio, el Tribunal de Estrasburgo hace uso

de algunas herramientas interpretativas a las que me referiré

brevemente a continuación: las nociones autónomas, el margen

de apreciación nacional, el entendimiento del Convenio como un

instrumento vivo, el argumento comparativo y el empleo de otros

referentes internacionales.

a) Las nociones autónomas: evitando el empleo de categorías na­

cio nales el Tribunal se ha esforzado por atribuir un significado

propio, europeo, a ciertos conceptos presentes en el Convenio.

De esta manera se hace posible la aplicación por igual del Conve­

nio a todos los demandantes, con independencia de su nacionali­

dad (o del Derecho del Estado demandado), y se fijan nociones

que por su transversalidad pueden resultar más fácilmente acep­

tables por los órganos nacionales de los Estados signatarios. Así ha

ocurrido, de modo particular, respecto de los derechos garantiza­

dos en los artículos 5, 6 y 7 CEDH.21 No puede desconocerse que

tales nociones autónomas son el resultado de la puesta en común

de diversas percepciones nacionales y, en su caso, de otros instru­

mentos y órganos internacionales de garantía de los derechos

humanos, por lo que la autonomía solo puede ser relativa; absoluta

únicamente respecto de cada ordenamiento nacional individual­

mente considerado. Las nociones autónomas, de este modo, son

una creación jurisprudencial que contribuye notablemente a la

21 De ambas disposiciones suelen citarse como ejemplos los siguientes conceptos "autónomos": privación de libertad, detención, derechos y obligaciones de carácter civil, materia penal, testigos, acusación, penas, y bienes. También la noción de vícti­ma, presente en el artículo 34 CEDH ("Demandas individuales") tiene un significado convencional propio.

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EL CONVENIO DE ROMA...

232

conformación de un espacio europeo de los derechos fundamenta­

les: expresarían una suerte de síntesis de categorías nacionales, sin

identificarse plenamente con ninguna, y facilitarían la interpre­

tación uniforme del Convenio también por los aplicadores judi­

ciales de los Estados.

El TEDH ha justificado también las nociones autónomas porque

si se dejara al Derecho de cada Estado parte definir lo que las dis­

tintas categorías convencionales significan, los Estados podrían

así excluir por propia decisión la aplicación del Convenio alegando,

por ejemplo, que un determinado ilícito tiene carácter adminis­

trativo y, en consecuencia, evitando la aplicación de las garantías

del artículo 6 CEDH ("acusación en materia penal") a la deci­

sión de la autoridad nacional que impone una sanción por su

comisión. En los términos del propio Tribunal:

if the Contracting States were able at their discretion, by

classifying an offence as "regulatory" instead of criminal, to

exclude the operation of the fundamental clauses of Articles

6 and 7, the application of these provisions would be

subordinated to their sovereign will. A latitude extending

thus far might lead to results incompatible with the object

and purpose of the Convention (Öztürk, 21 de febrero de

1984).

b) El margen de apreciación nacional: en el case-law del Tribunal se

reconoce a los Estados parte en el Convenio un margen de apre­

ciación (de discreción) para la adopción de medidas injerentes en

los derechos presentes en aquel. Se trata, en palabras de F. Sudre,

de "una necesidad funcional" del sistema. Es una doctrina de ela­

boración jurisprudencial, inicialmente concebida por la Comisión

Europea de Derechos Humanos ya en los años cincuenta del pa­

sado siglo, que se aplicó en un primer momento únicamente a los

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 232 22/11/17 2:28 p.m.

ALEJANDRO SAIZ ARNAIZ

233

derechos que resultan de los artículos 8 a 11 CEDH, si bien con

posterioridad se ha ampliado a otros derechos convencionales,

como los presentes en los artículos 5, 6 y 14 CEDH, así como al

derecho de propiedad del artículo 1 del Protocolo I.

Es una doctrina muy polémica por sus efectos, lo que ha suscita­

do abundantes críticas doctrinales. Sin embargo, no puede per­

derse de vista que el margen de apreciación nacional, implícito

en la primera STEDH [Lawless (No. 3), de 1 de julio de 1961, inter­

pretando el artículo 15 CEDH], se configura en el caso Sunday

Times, de abril de 1979,22 como el resultado de una apuesta del

Tribunal de Estrasburgo en favor de un mayor control por parte

de los órganos de garantía del Convenio de la actuación de las

autoridades nacionales, frente a una actitud inicial de la Comi­

sión y del propio Tribunal mucho más respetuosa con las decisio­

nes estatales. Frente al voto de los nueve jueces disidentes en

Sunday Times, que insistieron en la tesis de un control europeo

más limitado, los once jueces de la mayoría, tras recordar que no

corresponde al TEDH sustituir o desplazar a los tribunales na­

cionales, precisaron que esto no significa

that the Court’s supervision is limited to ascertaining whether

a respondent State exercised its discretion reasonably,

carefully and in good faith. Even a Contracting State so acting

remains subject to the Court’s control as regards the

compatibility of its conduct with the engagements it has

undertaken under the Convention (apartado 59).

El margen nacional de apreciación parte de la idea de subsidiarie­

dad sobre la que reposa el Convenio todo: las autoridades nacio­

nales, mejor conocedoras de la propia realidad, se encuentran en

22 Aunque se anuncia en la STEDH Handyside, de diciembre de 1976.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 233 22/11/17 2:28 p.m.

EL CONVENIO DE ROMA...

234

la posición óptima para garantizar la aplicación del Convenio y

de las limitaciones que éste posibilita. Por decirlo en los términos

que resultan de la STEDH Handyside, ya citada:

gracias a sus contactos directos y constantes con las fuer­

zas vivas de su país, las autoridades estatales se encuen­

tran en principio mejor colocadas que el juez internacional

para pronunciarse

sobre el contenido de las exigencias del orden público europeo

y sobre la necesidad de una medida injerente. El Tribunal se mues­

tra de este modo receptivo a la diversidad europea, a las plura­

les concepciones jurídicas que expresan, hoy quizá más que

nunca, los cuarenta y siete Estados que se han adherido al Con­

venio de Roma de 1950, que no impone, como recordó en Sunday

Times, una "uniformidad absoluta". Las tradiciones culturales,

históricas, religiosas, la diversa concepción de ciertas institucio­

nes como la familia, las plurales realidades políticas en los Estados

recién salidos de largos períodos totalitarios, son algunos factores

que condicionan en el entendimiento del TEDH los contenidos de

los derechos y libertades. En los términos del propio Tribunal, re­

solviendo un polémico caso relativo a la libertad religiosa (S.A.S.,

GS, de 1 de julio de 2014) :

It is also important to emphasise the fundamentally

subsidiary role of the Convention mechanism. The national

authorities have direct democratic legitimation and are, as

the Court has held on many occasions, in principle better

placed than an international court to evaluate local needs

and conditions. In matters of general policy, on which

opinions within a democratic society may reasonably differ

widely, the role of the domestic policy­maker should be

given special weight […]. This is the case, in particular,

where questions concerning the relationship between State

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 234 22/11/17 2:28 p.m.

ALEJANDRO SAIZ ARNAIZ

235

and religions are at stake […]. As regards Article 9 of the

Convention, the State should thus, in principle, be afforded

a wide margin of appreciation in deciding whether and to

what extent a limitation of the right to manifest one’s

religion or beliefs is "necessary". That being said, in delimiting

the extent of the margin of appreciation in a given case, the

Court must also have regard to what is at stake therein […].

It may also, if appropriate, have regard to any consensus

and common values emerging from the practices of the

States Parties to the Convention […] (apartado 129).

Puede ocurrir así que medidas restrictivas admisibles en un país,

no lo serían en otros. Tal resulta, por ejemplo, de la STEDH en el

caso Podkolzina, de 9 de abril de 2002, en el que el Tribunal reco­

noce que la exigencia de acreditar un elevado conocimiento de la

(única) lengua oficial para poder concurrir como candidato a las

elecciones parlamentarias supone una injerencia en el derecho

a elecciones libres (artículo 3, Protocolo I) admisible en ciertas

circunstancias como las que concurren en la realidad de un Estado

como Letonia, pero que no lo sería en defecto de esa singular

realidad:

A los efectos de la aplicación del artículo 3, toda ley electo­

ral debe apreciarse siempre a la luz de la evolución política

del país, de modo que detalles inaceptables en el marco de

un sistema determinado pueden justificarse en el de otro.

En consecuencia, concluye el Tribunal, la obligación de un eleva­

do conocimiento de la lengua letona resulta justificable a tenor de

"consideraciones de orden histórico y político que son propias" de la

citada República báltica. La pregunta resulta obligada: ¿puede en

estas condiciones identificarse un estándar europeo mínimo para

el derecho de sufragio pasivo?

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 235 22/11/17 2:28 p.m.

EL CONVENIO DE ROMA...

236

El margen de apreciación nacional, obvio es el recordatorio, y así

resulta de la jurisprudencia de Estrasburgo, no está excluido del

control por parte del TEDH: en caso contrario se diluiría, hasta

desaparecer, el canon convencional de los derechos fundamenta­

les. De nuevo en palabras del propio Tribunal:

This margin of appreciation, however, goes hand in hand

with a European supervision embracing both the law and

the decisions applying it. The Court’s task is to determine

whether the measures taken at national level were justified

in principle and proportionate […] (STEDH S.A.S., apartado

131).

Dicho control se concreta (rectius: puede concretarse), tal y como

acabamos de comprobar en S.A.S., en el test de proporcionalidad,

en cuya realización el Tribunal tiene en cuenta la naturaleza del

derecho afectado,23 la complejidad técnica de las actividades en

juego24 y un elemento fundamental como es la eventual exis­

tencia de lo que podríamos denominar communis opinio entre los

Estados, es decir, un denominador común o entendimiento (más o

menos) compartido sobre el aspecto litigioso del derecho. En cierto

modo, la doctrina que ahora se comenta puede compararse, en el

plano puramente interno, con el principio de deferencia al legis­

lador democrático, que ha de orientar la actividad de control de

23 Así, por ejemplo, el margen de apreciación es "reducido", y por lo tanto el control europeo más riguroso, en el ámbito del artículo 10 (libertad de expresión) en materia de elecciones (Orlovskaya, de 21 de febrero de 2017), o cuando están en juego aspectos de la vida privada personal y familiar (artículo 8, por ejemplo STEDH Schalk and Kopf, de 24 de junio de 2010). O cuando se quiere justificar una diferencia de trato por razo­nes de sexo u orientación sexual (artículo 14 CEDH, por ejemplo X and Others v. Austria, GS, de 19 de febrero de 2013)

24 La discrecionalidad estatal para afectar restrictivamente derechos es mayor al decidir sobre medidas económicas y sociales de carácter general, como por ejemplo la fijación de la edad de jubilación (Stec and Others, GS, de 12 de abril de 2006), o al in­tervenir en urbanismo (Sporrong and Lönnroth, de 23 de septiembre de 1982).

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 236 22/11/17 2:28 p.m.

ALEJANDRO SAIZ ARNAIZ

237

constitucionalidad de las leyes en los Estados en los que existe.

El respeto a la obra del legislador, resultado de su elección demo­

crática, se convierte aquí en consideración hacia el Estado sobe­

rano y sus particularidades; si aquél se desvanece más allá de los

límites de la interpretación conforme, ésta desaparece cuando la

injerencia en el derecho fundamental supone que aquél deja de

existir.

Los riesgos de una doctrina como la ahora referida están fuera de

discusión. En efecto, su compatibilidad con el Convenio, conce­

bido a la luz de su artículo 53 como un estándar mínimo, resul­

ta en no pocas ocasiones conflictiva; del mismo modo que parece

enor memente valorativo (y por lo mismo polémico) un criterio

como el de la presencia del mencionado denominador común.

Poco puede sorprender, así las cosas, que las críticas al Tribunal

de Estrasburgo en esta materia sean abundantes. Se ha dicho, por

ejemplo, que la aplicación de la misma ha permitido a algunos

Estados escapar a los patrones compartidos en el resto de Europa;

que el Tribunal es en ocasiones poco claro o incluso contradicto­

rio en el manejo de su doctrina; que en alguna oportunidad in­

cluso ha dejado pura y simplemente de explicar porqué la medida

nacional restrictiva era compatible con el CEDH, limitándose a

remitirse al margen de apreciación o, en fin, que ha evolucionado,

sin aclararlo suficientemente, en la intensidad de la aplicación de

esta doctrina a ciertos derechos convencionales. Todos los proble­

mas que el margen de apreciación nacional expresa se pusieron

en evidencia en la STEDH Lautsi, de 18 de marzo de 2011 (GS).

Dicha doctrina, que había estado completamente ausente en el

razonamiento de la Sentencia unánime de la Sala (de 3 de no­

viembre de 2009) por la que se declaró que Italia había vulnerado

el artículo 2 del Protocolo I, junto con el artículo 9 CEDH, al man­

tener el crucifijo en las aulas de la escuela pública, se convirtió,

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 237 22/11/17 2:28 p.m.

EL CONVENIO DE ROMA...

238

tal y como el Gobierno italiano había defendido, en la auténtica

ratio decidendi de la decisión de la Gran Sala, por la que se consi­

deró, con dos votos discrepantes, que la vulneración no se había

producido. Reproduzco a continuación algunos pasajes de esta

muy controvertida STEDH:

The Court takes the view that the decision whether or not

to perpetuate a tradition falls in principle within the margin

of appreciation of the respondent State. The Court must

moreover take into account the fact that Europe is marked

by a great diversity between the States of which it is composed,

particularly in the sphere of cultural and historical

development. It emphasises, however, that the reference to

a tradition cannot relieve a Contracting State of its obligation

to respect the rights and freedoms enshrined in the

Convention and its Protocols.

[…]

The fact remains that the Contracting States enjoy a margin

of appreciation in their efforts to reconcile exercise of the

functions they assume in relation to education and teaching

with respect for the right of parents to ensure such

education and teaching in conformity with their own

religious and philosophical convictions […].

That applies to organisation of the school environment and

to the setting and planning of the curriculum[…]. The Court

therefore has a duty in principle to respect the Contracting

States’ decisions in these matters, including the place they

accord to religion, provided that those decisions do not lead

to a form of indoctrination […].

The Court concludes in the present case that the decision

whether crucifixes should be present in State­school

classrooms is, in principle, a matter falling within the

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 238 22/11/17 2:28 p.m.

ALEJANDRO SAIZ ARNAIZ

239

margin of appreciation of the respondent State. Moreover,

the fact that there is no European consensus on the question

of the presence of religious symbols in State schools (see

paragraphs 26­28 above) speaks in favour of that approach.

This margin of appreciation, however, goes hand in hand

with European supervision […], the Court’s task in the

present case being to determine whether the limit mentioned

in paragraph 69 above has been exceeded.

In that connection, it is true that by prescribing the presence

of crucifixes in State­school classrooms – a sign which,

whether or not it is accorded in addition a secular symbolic

value, undoubtedly refers to Christianity – the regulations

confer on the country’s majority religion preponderant

visibility in the school environment.

That is not in itself sufficient, however, to denote a process

of indoctrination on the respondent State’s part and

establish a breach of the requirements of Article 2 of

Protocol No. 1. […]. (Apartados 68­71).

Más arriba se ha recordado que el principio de proporcionalidad

puede actuar como límite al margen de apreciación nacional. Pues

bien, la STEDH Lautsi es un buen ejemplo de cómo la libertad de

decisión del Estado, apelando al referido margen, puede ser abso­

luta, desvinculada de toda idea de proporcionalidad. En toda la

Sentencia no se hace una sola referencia al test de proporcionali­

dad, de manera que el margen de apreciación nacional se mani­

fiesta en la práctica ayuno de límites.25 En otro caso al que ya se

25 Aunque la idea de límites aparece como una afirmación apodíctica, al final de la motivación de la decisión del Tribunal:

"It follows from the foregoing that, in deciding to keep crucifixes in the classrooms of the State school attended by the first applicant’s children, the authorities acted within the limits of the margin of appreciation left to the respondent State in the

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 239 22/11/17 2:28 p.m.

EL CONVENIO DE ROMA...

240

ha hecho referencia, y en el que también estaba en juego, entre

otras, la libertad religiosa del artículo 9 CEDH, el Tribunal de Estras­

burgo fue más cuidadoso al aceptar el (amplio) margen de aprecia­

ción nacional después de que la medida injerente estatal superara

el test de proporcionalidad (S.A.S., apartados 155­161).

c) La interpretación del Convenio ha de hacerse, dada su condición

de "instrumento vivo" (STEDH Airey, 9 de octubre de 1979), a la luz de

las circunstancias del momento, influida por la evolución de las

normas y de la sociedad (STEDH Soering, 7 de julio de 1989). La inter­

pretación ha de ser dinámica, evolutiva (STEDH Goodwin, GS, de

11 de julio de 2002), como corresponde particularmente a todo

texto jurídico en el que se declaran derechos, y ha de tener en

cuenta "las condiciones de vida actuales y las concepciones que

prevalecen hoy en día en los estados democráticos" (STEDH

Dangeville S.A., 16 de abril de 2002). Se trata, qué duda cabe, de un

criterio interpretativo que juega contra la voluntad de los autores

del Convenio tal y como resulta de los trabajos preparatorios, de

los que, en la práctica, ya se ha distanciado en alguna oportuni­

dad el Tribunal de Estrasburgo (STEDH Sorensen y Rasmussen, GS, de

11 de enero de 2006; Bayatyan, GS, de 7 de julio de 2011). Mediante

esta interpretación dinámica el Tribunal garantiza el logro del

efecto útil del Convenio, que reclama derechos reales y efectivos,

no teóricos e ilusorios, y se muestra atento a las tendencias que

en materia de derechos humanos se expresan en el contexto euro­

peo (y mundial), reforzando los argumentos a favor de la acepta­

ción de su propia jurisprudencia.

context of its obligation to respect, in the exercise of the functions it assumes in relation to education and teaching, the right of parents to ensure such education and teaching in conformity with their own religious and philosophical convictions" (apartado 76, STEDH Lautsi).

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 240 22/11/17 2:28 p.m.

ALEJANDRO SAIZ ARNAIZ

241

La interpretación evolutiva o dinámica del Convenio de Roma

puede llevar al Tribunal a identificar, en la interpretación del de­

recho afectado, las tendencias existentes en el ámbito de los Es­

tados democráticos o las que resultan de instrumentos

internacionales especializados. Así se afirma, por ejemplo, en la

STEDH Bayatyan, recién citada, en la que se lee

that the Convention is a living instrument which must be

interpreted in the light of present­day conditions and of the

ideas prevailing in democratic States today […]. Since it is

first and foremost a system for the protection of human

rights, the Court must have regard to the changing conditions

in Contracting States and respond, for example, to any

emerging consensus as to the standards to be achieved […].

Furthermore, in defining the meaning of terms and notions

in the text of the Convention, the Court can and must take

into account elements of international law other than the

Convention and the interpretation of such elements by

competent organs. The consensus emerging from specialised

international instruments may constitute a relevant

consideration for the Court when it interprets the provisions

of the Convention in specific cases […].

d) El uso del argumento comparativo. Ya se acaba de apuntar, y se

dejó escrito también al tratar del margen nacional de aprecia­

ción, que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos tiene muy

presente en su discurso motivador el estado de la cuestión sobre

la que ha de resolver en los ordenamientos parte del Consejo de

Europa (muy singularmente en ellos) y en otros ordenamientos

democráticos. La referencia a esta especie de communis opinio (o a

su ausencia) en el razonamiento del TEDH se convierte, ade­

más, en un elemento fuertemente legitimador de la decisión por

cuanto su contenido se hace depender en alguna medida del cri­

terio mayoritariamente compartido por los Estados parte del

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 241 22/11/17 2:28 p.m.

EL CONVENIO DE ROMA...

242

Convenio con los que el Tribunal dialoga (en respuesta a las deci­

siones nacionales) a través de sus sentencias. La proximidad de

este criterio interpretativo con el que resulta de las (nunca acla­

radas por su contenido) "tradiciones constitucionales comunes a

los Estados miembros", empleado por el Tribunal de Justicia de la

Unión Europea desde 1970, e incorporado al Derecho primario en

1992 con el Tratado de Maastricht,26 está, a mi juicio, fuera de toda

duda; su utilidad, a los mismos efectos, también. En ausencia de

dicho denominador común, el margen de apreciación nacional

será mayor (STEDH Fretté, 26 de febrero de 2002); si, por el con­

trario, el entendimiento compartido es una realidad, el control

europeo será mucho más exigente (STEDH Marckx, 13 de junio de

1979, STEDH Goodwin, ya citada).

e) Otros referentes internacionales. En el CEDH no existe, al contra­

rio de cuanto sucede en la Carta Africana sobre Derechos Humanos

y de los Pueblos (artículo 60) y en la Convención Americana de

Derechos Humanos (artículo 29.d), ninguna disposición que recla­

me el empleo de otras fuentes iusinternacionales en la interpre­

tación de los derechos declarados. El artículo 53 CEDH, rotulado

"Protección de los derechos humanos reconocidos" (artículo 60 en

la versión original), ha sido visto por algunos como una llamada

a la lectura de los derechos convencionales teniendo en cuenta

otros posibles tratados existentes en la materia, lo que no sería sino

aplicación del artículo 31.3.c) de la Convención de Viena sobre

26 En la actualidad, el Tratado de la Unión Europea alude a dichas tradiciones en su artículo 6.3:

"Los derechos fundamentales que garantiza el Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales y los que son fruto de las tradiciones constitucionales comunes a los Estados miembros formarán parte del Derecho de la Unión como principios generales".

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 242 22/11/17 2:28 p.m.

ALEJANDRO SAIZ ARNAIZ

243

Derecho de los Tratados, de 1969, que se refiere al principio de

integración sistémica como técnica de interpretación.

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que no ha utilizado

nunca el artículo 53 como fundamento del empleo de otros trata­

dos para la interpretación de alguno de los derechos conven­

cionales, no tiene ningún problema a la hora de incorporar a sus

sentencias alusiones a otros textos internacionales o a decisio­

nes de los órganos de garantía de éstos. La Declaración Universal

de Derechos Humanos, los Pactos de Nueva York, Convenciones

sectoriales elaboradas en el seno de Naciones Unidas o del propio

Consejo de Europa, Derecho de la Unión Europea, Convenios de la

Organización Internacional del Trabajo, resoluciones del Comité

de Derechos Humanos, del Comité Europeo de Derechos Sociales,

sentencias del Tribunal de Luxemburgo y de la Corte Interameri­

cana de Derechos Humanos, entre los más relevantes. Se trata, en

todo caso, de documentos (en el sentido más amplio del término)

que expresan tendencias internacionales muy mayoritariamen­

te compartidas en el terreno de los derechos humanos y que, de

ese modo, contribuyen a avalar las opciones estrasburguesas que,

además, se vinculan a textos asumidos por todos o por una bue­

na parte de los Estados signatarios del Convenio. La decisión del

Tribunal se presenta así incardinada en el contexto internacional

y como una parte del mismo.

Un buen ejemplo de cuanto se acaba de decir puede encontrarse

en la polémica STEDH Demir and Baykara, GS, de 12 de noviembre

de 2008, en la que después de un detenido repaso a la propia doc­

trina sobre la interpretación del Convenio, con especial refe rencia

a las reglas de interpretación de los artículos 31 a 33 del Convenio

de Viena sobre Derecho de los Tratados, y tras un minucioso recor­

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 243 22/11/17 2:28 p.m.

EL CONVENIO DE ROMA...

244

datorio de los propios precedentes de utilización de fuentes

iusinternacionales, soft law incluido, el Tribunal concluye que

[…] in defining the meaning of terms and notions in the

text of the Convention, can and must take into account

elements of international law other than the Convention,

the interpretation of such elements by competent organs,

and the practice of European States reflecting their common

values. The consensus emerging from specialised international

instruments and from the practice of Contracting States

may constitute a relevant consideration for the Court when

it interprets the provisions of the Convention in specific

cases.

In this context, it is not necessary for the respondent State

to have ratified the entire collection of instruments that are

applicable in respect of the precise subject matter of the

case concerned. It will be sufficient for the Court that

the relevant international instruments denote a continuous

evolution in the norms and principles applied in internatio­

nal law or in the domestic law of the majority of member

States of the Council of Europe and show, in a precise area,

that there is common ground in modern societies […].

(Apartados 85­86).

Una reciente STEDH, dictada por la Gran Sala en el caso Helsinki

Bizottság, de 8 de noviembre de 2016, contiene un apretado resu­

men de la mayoría las técnicas interpretativas a las que se ha

aludido en las últimas páginas. Los apartados 118 a 125 de la refe­

rida Sentencia afirman cuanto sigue:27

27 Se mantienen en este caso en el texto las remisiones que el propio Tribunal hace a su previa jurisprudencia.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 244 22/11/17 2:28 p.m.

ALEJANDRO SAIZ ARNAIZ

245

The Court has emphasised that, as an international treaty,

the Convention must be interpreted in the light of the rules

of interpretation provided for in Articles 31 to 33 of the

Vienna Convention of 23 May 1969 on the Law of Treaties

(see Golder, cited above, § 29; Lithgow and Others v. the United

Kingdom, 8 July 1986, §§ 114 and 117, Series A no. 102; Johnston

and Others v. Ireland, 18 December 1986, §§ 51 et seq., Series

A no. 112; and Witold Litwa v. Poland, no. 26629/95, §§ 57­59,

ECHR 2000III).

Thus, in accordance with the Vienna Convention, the Court

is required to ascertain the ordinary meaning to be given to

the words in their context and in the light of the object and

purpose of the provision from which they are drawn (see

Johnston and Others, cited above, § 51, and Article 31 § 1 of

the Vienna Convention quoted above in paragraph 35).

Regard must also be had to the fact that the context of the

provision is a treaty for the effective protection of individual

human rights and that the Convention must also be read as

a whole, and interpreted in such a way as to promote internal

consistency and harmony between its various provisions

(see  Stec and Others v. the United Kingdom  (dec.) [GC], nos.

65731/01 and 65900/01, §§ 47­48, ECHR 2005X, and Rantsev,

cited above, § 274).

The Court emphasises that the object and purpose of the

Convention, as an instrument for the protection of human

rights, requires that its provisions must be interpreted and

applied in a manner which renders its rights practical

and effective, not theoretical and illusory (see Soering v. the

United Kingdom, 7 July 1989, § 87, Series A no. 161).

Furthermore the Convention comprises more than mere

reciprocal engagements between Contracting States (see

Mamatkulov and Askarov v. Turkey  [GC], nos. 46827/99 and

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 245 22/11/17 2:28 p.m.

EL CONVENIO DE ROMA...

246

46951/99, § 100, ECHR 2005I, and Ireland v. the United Kingdom,

18 January 1978, § 239, Series A no. 25).

Account must also be taken of any relevant rules and

principles of international law applicable in relations between

the Contracting Parties (see  Al-Dulimi and Montana

Management Inc.  v. Switzerland  [GC], no. 5809/08, § 134, 21

June 2016); the Convention cannot be interpreted in a

vacuum and should so far as possible be interpreted in

harmony with other rules of international law of which it

forms part (see, for instance, Al-Adsani v. the United Kingdom [GC],

no. 35763/97, § 55, ECHR 2001XI;Bosphorus Hava Yolları Turizm

ve Ticaret Anonim S irketi v. Ireland  [GC], no. 45036/98, § 150,

ECHR 2005VI; Hassan v. the United Kingdom [GC], no. 29750/09,

§§ 77 and 102, ECHR 2014; and Article 31 § 3 (c) of the Vienna

Convention quoted above in paragraph 35).

Being made up of a set of rules and principles that are accepted

by the vast majority of States, the common international or

domestic­law standards of European States reflect a reality

that the Court cannot disregard when it is called upon to

clarify the scope of a Convention provision (see  Opuz v.

Turkey, no. 33401/02, § 184, ECHR 2009). The consensus

emerging from specialised international instruments and

from the practice of Contracting States may constitute a

relevant consideration for the Court when it interprets the

provisions of the Convention in specific cases (see Bayatyan

v. Armenia  [GC], no. 23459/03, § 102 and §§ 108­10, ECHR

2011, finding that an objection to military service fell within

the ambit of Article 9;  Scoppola v. Italy  (no. 2)[GC], no.

10249/03, §§ 104109, 17 September 2009, on the principle of

retrospectiveness of the more lenient criminal law under

Article 7; and Rantsev, cited above, §§ 27882, on the applicability

of Article 4 to human trafficking).

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 246 22/11/17 2:28 p.m.

ALEJANDRO SAIZ ARNAIZ

247

Finally, recourse may also be had to supplementary means

of interpretation, including the preparatory work (travaux

préparatoires) of the treaty, either to confirm a meaning

determined in accordance with the above steps, or to establish

the meaning where it would otherwise be ambiguous,

obscure, or manifestly absurd or unreasonable (see Saadi v.

the United Kingdom [GC], no. 13229/03, § 62, ECHR 2008, and

Article 32 of the Vienna Convention quoted above in

paragraph 35). It can be seen from the case­law that the

travaux préparatoires  are not delimiting for the question

whether a right may be considered to fall within the scope

of an Article of the Convention if the existence of such a

right was supported by the growing measure of common

ground that had emerged in the given area (see, for

example Sigurður A. Sigurjónsson v. Iceland, 30 June 1993, § 35,

Series A no. 264)".

El manejo de nociones autónomas, el reconocimiento de un mar­

gen de apreciación nacional, la interpretación dinámica del Con­

venio, la investigación sobre la eventual existencia de una communis

opinio entre los Estados parte y el uso de otros referentes interna­

cionales son, en mi opinión, los puntos fuertes de la intervención

del Tribunal de Estrasburgo en el "circuito europeo de los dere-

chos fundamentales". Desde el empleo de estas categorías, la ju­

risprudencia de aquel Tribunal se ha hecho respetada y respetable,

haciendo posible su participación en un juego de interacciones y

condicionamientos recíprocos con los Tribunales Constitucionales

(o Supremos) nacionales y con el Tribunal de Justicia de la Unión

Europea. Estos son, en otros términos, sus principales argumen­

tos para relacionarse con el resto de protagonistas del diálogo

desde una posición de clara apertura, de aceptación de lo ajeno,

y de reivindicación de la propia influencia o capacidad para con­

dicionar las decisiones ajenas. La cada vez más frecuente cita de

las Sentencias del TEDH por parte de los Tribunales nacionales,

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su utilización por el Tribunal de Justicia desde mediados de los

años noventa del pasado siglo, y la referencia en el Preámbulo de

la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea a la

"jurisprudencia" del TEDH, como una más de las fuentes de las

que "emanan" los derechos que la Carta reafirma, es la mejor prue­

ba de cuanto acaba de decirse.

Las Sentencias del Tribunal son obligatorias, pero sus efectos

son esencialmente declarativos. El Convenio no explicita como una

obligación de los Estados la de adoptar concretas medidas de re­

paración de la vulneración declarada por el Tribunal, más allá del

pago de la satisfacción equitativa (artículos 41 y 46 CEDH). Sin

embargo, también en este terreno la jurisprudencia del Tribunal

de Estrasburgo está reescribiendo, en concreto desde finales del

pasado siglo, el Convenio de Roma de 1950. La reproducción de

unos pasajes de la STEDH Verein gegen Tierfabriken Schweiz (VgT)

(no. 2), GS, de 30 de junio de 2009, puede resultar muy demostra­

tiva de cuanto acaba de decirse:

As regards the requirements of Article 46, it should first be

noted that a respondent State found to have breached the

Convention or its Protocols is under an obligation to abide

by the Court’s decisions in any case to which it is a party. In

other words, a total or partial failure to execute a judgment

of the Court can engage the State Party’s international

responsibility. The State Party in question will be under an

obligation not just to pay those concerned the sums

awarded by way of just satisfaction, but also to take individual

and/or, if appropriate, general measures in its domestic

legal order to put an end to the violation found by the Court

and to redress the effects, the aim being to put the applicant,

as far as possible, in the position he would have been in had

the requirements of the Convention not been disregarded

[…].

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ALEJANDRO SAIZ ARNAIZ

249

These obligations reflect the principles of international law

whereby a State responsible for a wrongful act is under an

obligation to make restitution, consisting in restoring the

situation which existed before the wrongful act was

committed, provided that restitution is not "materially

impossible" and "does not involve a burden out of all

proportion to the benefit deriving from restitution instead

of compensation" (Article 35 of the Draft Articles of the

International Law Commission on Responsibility of States

for Internationally Wrongful Acts – see paragraph 36 above).

In other words, while restitution is the rule, there may be

circumstances in which the State responsible is exempted

– fully or in part – from this obligation, provided that it can

show that such circumstances obtain.

In any event, respondent States are required to provide the

Committee of Ministers with detailed, up­to­date information

on developments in the process of executing judgments

that are binding on them (see Rule 6 of the Committee

of Ministers’ Rules for the supervision of the execution of

judgments and of the terms of friendly settlements, in

paragraph 35 above). In this connection, the Court emphasises

the obligation on States to perform treaties in good faith, as

noted, in particular, in the third paragraph of the preamble,

and in Article 26, of the 1969 Vienna Convention on the Law

of Treaties (see paragraph 37 above).

Admittedly, subject to monitoring by the Committee of

Ministers, the respondent State in principle remains free to

choose the means by which it will discharge its obligations

under Article 46 § 1 of the Convention, provided that such

means are compatible with the conclusions set out in

the Court’s judgment […]. However, in certain special

circumstances the Court has found it useful to indicate to a

respondent State the type of measures that might be taken

to put an end to the situation – often a systemic one – which

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EL CONVENIO DE ROMA...

250

has given rise to the finding of a violation […]. Sometimes,

the nature of the violation does not even leave any choice

as to the measures to be taken […].

With regard in particular to the reopening of proceedings,

the Court clearly does not have jurisdiction to order such

measures […]. However, where an individual has been

convicted following proceedings that have entailed breaches

of the requirements of Article 6 of the Convention, the Court

may indicate that a retrial or the reopening of the case,

if requested, represents in principle an appropriate way of

redressing the violation […]. This is in keeping with the

guidelines of the Committee of Ministers, which in

Recommendation R (2000) 2 called on the States Parties to the

Convention to introduce mechanisms for re­examining

the case and reopening the proceedings at domestic level,

finding that such measures represented "the most efficient,

if not the only, means of achieving restitutio in integrum" (see

paragraph 33 above) (apartados 85­89).

Las obligaciones del Estado condenado no se limitan al pago de

la satisfacción equitativa, antes bien, aquél ha de tomar las medi­

das individuales y generales necesarias para enmendar las con­

secuencias de la violación del derecho fundamental, situando al

demandante, si ello fuera posible, en la posición en la que se en­

contraría de no haberse desatendido las exigencias resultantes

del Convenio (restitutio in integrum). Y aunque el Estado es libre

para decidir qué actuaciones llevar a cabo para alcanzar ese obje­

tivo, en ocasiones, es el propio Tribunal el que le indica (o incluso

le impone en el fallo) las concretas medidas que deben de adoptarse.

En el sistema convencional, corresponde al Comité de Ministros

velar por la ejecución de las sentencias del Tribunal. Tras la en­

trada en vigor del Protocolo XIV se ha reforzado el papel del

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251

Comité y se ha dado una cierta participación al órgano jurisdic­

cional en la fase de ejecución (artículo 46.3­5): se ha previsto una

especie de incidente de aclaración de sentencia que puede pro­

mover el Comité de Ministros por mayoría de dos tercios de sus

miembros y, también a demanda del mismo Comité y por idéntica

mayoría, se ha hecho posible que el TEDH declare que un Estado

ha incumplido su obligación del artículo 46.1 (fuerza obligatoria

de las sentencias), correspondiendo entonces a aquel Comité exa­

minar "las medidas que sea preciso adoptar".28

Más allá del efecto de cosa juzgada de los pronunciamientos del

Tribunal, que resulta de la lectura de los artículos 42 y 44 CEDH,

y de su "fuerza obligatoria" ex artículo 46 CEDH, que se proyectan

únicamente para las partes en el litigio, la importancia de las

sentencias del Tribunal de Estrasburgo traería causa del conocido

como efecto de "cosa interpretada", que consistiría en la vincu­

lación29 de todos los Estados parte del Convenio a la jurisprudencia

elaborada por el Tribunal al interpretar sus disposiciones. La ra­

zón para este efecto, que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos

nunca ha explicitado formalmente, se encontraría en los artícu-

los 1 (por el que los Estados reconocen a toda persona sometida

a su jurisdicción los derechos convencionales), 19 (que crea el

Tribunal para asegurar el respeto por los Estados de los compro­

misos que resultan del Convenio) y 32 CEDH (que define la com­

28 La Memoria Explicativa del Protocolo XIV da algunas pistas sobre la incorporación de estas previsiones al Convenio. De su lectura puede concluirse que los Estados son plenamente conscientes de que la ejecución de las sentencias del TEDH es el talón de Aquiles del mecanismo convencional, pero, al tiempo, aquella misma lectura eviden­cia que los Estados son incapaces de ponerse de acuerdo en un sistema más exigente, que limite la dimensión política de la ejecución, en beneficio de la judicial, y que prevea sanciones directas para los incumplidores.

29 Obviamente entendida en un sentido débil, no como obligación impuesta directa­mente por el propio Convenio.

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252

petencia del Tribunal afirmando que "se extiende a todos los

asuntos relativos a la interpretación y la aplicación del Convenio

y de sus Protocolos"). En palabras del entonces Presidente del

TEDH, el luxemburgués Spielmann:

The second way in which the reality of the Convention

mechanism surpasses the original model is in the impact of

the Court’s judgments. The States’ express obligation to

abide by judgments only concerns judgments delivered

against them, as Article 46 § 1 provides. Yet that fails to

capture the true potency of the Court’s rulings. Its binding

determinations in a case, contained in the operative

provisions of the judgment, rest upon its authoritative

interpretation of the text of the Convention. To put it another

way, res judicata is paired with res interpretata (or "l’autorité de

la chose interprétée"). Those interpretations are closely

studied and followed by domestic courts.30

La res interpretata, en definitiva, quiere poner en evidencia que los

efectos de las sentencias del Tribunal, en particular de la inter­

pretación que de los derechos lleva a cabo en las mismas, no se

limitan al caso concreto y para el Estado demandado. El TEDH

afirmó en una de sus primeras decisiones, que ya se ha recordado

en páginas precedentes, que sus sentencias sirven para "elucida-

te, safeguard and develop the rules instituted by the Convention",31

explicitando así su valor como instrumento para la concretiza­

ción o desarrollo de unos enunciados normativos dotados de una

elevada dosis de apertura e indeterminación, de modo que por

esta vía interpretativa se generarían "nuevas" obligaciones a

cargo de los Estados, que se encuentran vinculados al texto del

30 Keynote Speech de la "Conference on Judgments of the European Court of Human Rights. Effects and Implementation" (Göttingen, 20 de septiembre de 2013)

31 Irlanda v. Reino Unido.

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CEDH, a los derechos allí declarados, tal y como los aclara y con­

creta el TEDH. Además, aunque el Tribunal no está formalmente

obligado a seguir sus propios precedentes, "es preferible, en interés

de la seguridad jurídica y de la previsibilidad, que no se aparte,

sin una buena razón", de ellos (STEDH Mamatkulov y Askarov, ya

citada). El sometimiento del TEDH a la propia jurisprudencia es

un claro mensaje a los Estados, que pueden resultar condenados

si se alejan de esa misma jurisprudencia. La necesidad de expli­

citar la fuerza vinculante de los precedentes del Tribunal se puso

de manifiesto por el Presidente Costa en 2009 en los siguientes

términos:

[…] consensus could make it possible to give binding effect

to the Court’s judgments in respect of their interpretation

of the Convention. This would strengthen the States’

obligation to prevent Convention violations. It is no longer

acceptable that States fail to draw the consequences as

early as possible of a judgment finding a violation by another

State when the same problem exists in their own legal

system. The binding effect of interpretation by the Court

goes beyond res judicata in the strict sense. Such a

development would go hand in hand with the possibility for

citizens to invoke the Convention directly in domestic law

("direct effect") and the notion of ownership of the

Convention by the States. It will constitute a new step in

the evolution of Convention law, whose effectiveness and

positive consequences for all concerned should not be

underestimated.32

Aunque el ya conocido obiter dictum referido al papel del Tribunal

de Estrasburgo en la aclaración, protección y desarrollo de las

32 Memorandum of the President of the European Court of Human Rights to the States with a view to Preparing the Interlaken Conference, 2010.

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reglas creadas por el CEDH no es fácil de encontrar en decisiones

posteriores, el Tribunal se ha ocupado periódicamente de insistir

en que sus sentencias ofrecen la

interpretación auténtica de los derechos y libertades defini­

dos en el Título I del Convenio,

y que al ejercer su control

ha de considerar si las autoridades nacionales han tomado

suficientemente en cuenta los principios que resultan de

sus sentencias dictadas en asuntos similares, incluso cuan­

do se refieren a otros Estados.33

Además, ha recordado que una de las finalidades del CEDH es la

de extender

la jurisprudencia en materia de derechos humanos al con­

junto de la comunidad de los Estados parte del Convenio.34

Hay, en definitiva, pocas razones para dudar de la voluntad del

TEDH al considerar su interpretación del Convenio de Roma como

vinculante, o al menos orientadora, para todos los obligados por

el texto convencional. También la Asamblea Parlamen taria del

Consejo de Europa ha otorgado un valor particular a la jurispru­

dencia del TEDH, expresado en los siguientes términos:

el case­law del Tribunal forma parte del Convenio amplian­

do así su fuerza jurídica vinculante erga omnes (a todas las

otras partes). Esto significa que los Estados no solo han de

ejecutar las sentencias del Tribunal dictadas en casos en los

que hayan sido parte, sino que también han de tomar en

33 STEDH Opuz v. Turquía, de 9 de junio de 2009.34 STEDH Rantsev v. Chipre y Rusia, de 7 de enero de 2010.

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consideración las posibles implicaciones que las sentencias

dictadas en otros casos pueden tener para su propio siste­

ma y práctica jurídicas.35

Comportándose de este modo, es decir, favoreciendo la seguridad

jurídica y la previsibilidad en la lectura del Convenio, el Tribu­

nal de Estrasburgo parece aproximarse mucho más a un Tribunal

Constitucional o Supremo (institucional y existencialmente pre­

ocupado por la estabilidad de la propia doctrina, de la que solo es

posible el alejamiento previa explicitación y justificación bastan­

te) de cuanto pueda estarlo a otro de carácter internacional (que

por definición no está vinculado a la propia jurisprudencia).

Segu ramente, la singularidad del Convenio, en cuanto instru­

mento de garantía colectiva de los derechos y libertades "destina­

do a proteger y promover los ideales y valores de una sociedad

democrática" (STEDH Soering, ya citada), facilita el paralelismo

apuntado.

Bibliografía

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EL CONVENIO DE ROMA...

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La garantía judicial de los derechos

económicos, sociales y culturales

Parte II

EDICIÓN 2016-2017

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 259 22/11/17 2:28 p.m.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 260 22/11/17 2:28 p.m.

Avances jurisprudenciales en la Suprema Corte de Justicia de la Nación en materia de derechos económicos, sociales y culturales

ALBERTO G. PÉREZ DAYÁN*

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 261 22/11/17 2:28 p.m.

* Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, México. Ponencia presentada en la Cátedra sobre "La Garantía Judicial de los Derechos Económicos, Sociales y Cultu­rales, impartida en la Universidad Pompeu Fabra Barcelona, España. Segunda Edición, 2016.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 262 22/11/17 2:28 p.m.

263La Ley Suprema de México1 ha conferido el más alto y virtuo­

so de los compromisos a los integrantes del Poder Judicial

de la Federación, es por ello que las señoras y señores Ministros de

la Suprema Corte de Justicia de la Nación, así como los titulares

de los Tribunales Electoral, Colegiados y Unitarios de Circuito y

Juzgados de Distrito, son garantes y férreos vigilantes en el cum­

plimiento no sólo de la justiciabilidad de los Derechos Humanos

llamados de primera generación, es decir, de los "Derechos Civiles

y Políticos", sino también en el acceso a la justicia, en su carácter

de garantía procesal constitucional, respecto a los "Derechos Eco­

nómicos, Sociales y Culturales".

1 El artículo 94, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, estable­ce en el primer párrafo lo siguiente: "Se deposita el ejercicio del Poder Judicial de la Federación en una Suprema Corte de Justicia, en un Tribunal Electoral, en Tribunales Colegiados y Unitarios de Circuito y en Juzgados de Distrito…"

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 263 22/11/17 2:28 p.m.

AVANCES JURISPRUDENCIALES EN LA SCJN...

264

En efecto, el artículo 17 constitucional reconoce no solamente

derechos fundamentales, como el "acceso a la justicia" y desde

una perspectiva muy propia de la tradición europea, a la "tutela

jurisdiccional efectiva", sino que además prevé obligaciones diri­

gidas principalmente a los poderes ejecutivo y legislativo en el

ámbito federal y estatal, ya que se asegura la existencia y funcio­

namiento de la defensa pública, la regulación de las acciones

colec tivas y de los mecanismos alternativos de solución de con­

troversias.

Y es de medular importancia que atendiendo a una tradición ju­

rídica pregonada por los tribunales mexicanos, sea precisamente

a través de los "criterios jurisprudenciales" que la Suprema Corte de

Justicia de la Nación impulse y consolide el derecho al "acceso a

la justicia", como uno de los elementos que integran el derecho

más amplio a la "tutela jurisdiccional efectiva".

Es por ello que la Primera Sala del Máximo Tribunal del país, ha

sostenido que de los artículos 14, 17 y 20, apartados B y C, de la

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y 8 de la Con­

vención Americana sobre Derechos Humanos, deriva el derecho

de "acceso efectivo a la justicia", el cual comprende, en adición

a determinados factores socioeconómicos y políticos, el derecho a

una "tutela jurisdiccional efectiva" y los mecanismos de tutela no

jurisdiccional que también deben ser efectivos y estar fundamen­

tados constitucional y legalmente. De ahí que tal y como se ha

venido sosteniendo en la jurisprudencia 1a./J. 42/2007, de rubro:

"GARANTÍA A LA TUTELA JURISDICCIONAL PREVISTA EN EL

ARTÍCULO 17 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 264 22/11/17 2:28 p.m.

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UNIDOS MEXICANOS. SUS ALCANCES",2 el acceso a la "tutela

jurisdiccional efectiva" se define como el derecho público subje­

tivo que toda persona tiene, dentro de los plazos y términos que

fijen las leyes, para acceder de manera expedita a tribunales inde­

pendientes e imparciales, a plantear una pretensión o a defen­

derse de ella, con el fin de que, a través de un proceso en el que

se respeten ciertas formalidades, se decida sobre la pretensión o

la defensa y, en su caso, se ejecute esa decisión. De ahí que este

derecho comprenda tres etapas, a las que corresponden tres de­

rechos: (i) una previa al juicio, a la que le corresponde el derecho

de acceso a la jurisdicción, que parte del derecho de acción como

una especie del de petición dirigido a las autoridades jurisdicciona­

les y que motiva un pronunciamiento por su parte; (ii) una judi­

cial, que va desde el inicio del procedimiento hasta la última

actuación y a la que corresponden las garantías del debido proce­

so; y, (iii) una posterior al juicio, identificada con la eficacia de las

resoluciones emitidas. Los derechos antes mencionados alcan­

zan no solamente a los procedimientos ventilados ante jueces y

tribunales del Poder Judicial, sino también a todos aquellos segui­

dos ante autoridades que, al pronunciarse sobre la determina­

ción de derechos y obligaciones, realicen funciones materialmente

jurisdiccionales.

Como bien podrá apreciarse, el "acceso a la justicia" y con ello a

una "tutela jurisdiccional efectiva" representa metafóricamente el

portal a la justiciabilidad y protección de todos los Derechos Hu­

manos, incluidos por supuesto los "Derechos Económicos, Socia­

les y Culturales".

2 Correspondiente a la Novena Época, con número de registro 172759, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, tomo XXV, abril de 2007, materia Cons­titucional, página 124.

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AVANCES JURISPRUDENCIALES EN LA SCJN...

266

Y en el concierto internacional, del cual no estamos aislados y

mucho menos nos mostramos indiferentes, la Comisión Intera­

mericana de Derechos Humanos, ha señalado que en los últimos

años, el Sistema Interamericano de Protección a los Derechos Hu­

manos,3 ha reconocido la necesidad de delinear principios y es­

tándares sobre el alcance de los derechos constitucionales de

carácter procesal, particularmente al "debido proceso" aplicado a

toda actuación judicial y administrativa y a la "tutela judicial

efectiva", cuyo último responsable es el juez, quien garantiza la

vigencia y supremacía constitucional y legal en casos que involu­

cran la vulneración de "Derechos Económicos, Sociales y Cultura­

les" o "DESC".

La Suprema Corte de Justicia de la Nación, como máximo órgano

de control constitucional, ha incorporado a su jurisprudencia

una visión integral de los derechos fundamentales a afecto de

garantizar la protección de la dignidad de los individuos, de las

comunidades y de los grupos vulnerables,4 que en honor a la

3 El Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos, se integra con los órganos denominados: Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Corte In­teramericana de Derechos Humanos, así como los documentos base, tales como la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, aprobada en la 9a., Conferencia Internacional Americana en Bogotá, Colombia, el 02 de mayo de 1948. La Convención Americana sobre Derechos Humanos, también llamada "Pacto de San José de Costa Rica", suscrita en San José de Costa Rica el 22 de noviembre de 1969, en la Conferencia Especializada Interamericana sobre Derechos Humanos. Así como con las Obligaciones de los Estados miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) en materia de Derechos Humanos.

4 http://www.archivos.diputados.gob.mx/Centros_Estudios/Cesop/Comisiones/d_gvulnerables.htm: El concepto de vulnerabilidad se aplica a aquellos sectores o gru­pos de la población que por su condición de edad, sexo, estado civil y origen étnico se encuentran en condición de riesgo que les impide incorporarse al desarrollo y acceder a mejores condiciones de bienestar. El Plan Nacional de Desarrollo (PND) define la vulnerabilidad como el resultado de la acumulación de desventajas y una mayor po­sibilidad de presentar un daño, derivado de un conjunto de causas sociales y de algu­nas características personales y/o culturales. Considera como vulnerables a diversos grupos de la población entre los que se encuentran las niñas, los niños y jóvenes en situación de calle, los migrantes, las personas con discapacidad, los adultos mayores

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verdad y a una realidad innegable, tales colectivos sociales cada

día aumentan exponencialmente y sus necesidades se tornan sui

géneris.

Así, en el Máximo Tribunal existe una plena consciencia y auten­

tica sensibilidad de que detrás de los expedientes que se anali­

zan, se encuentran niñas y niños, mujeres y hombres, personas

adultas mayores y grupos vulnerables, con legítimas reivindica­

ciones, consecuentemente se debe conservar la imparcialidad

objetiva al momento de emitir las resoluciones, a efecto de con­

solidar la confianza en esta Institución.

y la población indígena, que más allá de su pobreza, viven en situaciones de riesgo. El Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) concibe a la vulne­rabilidad como un fenómeno de desajustes sociales que ha crecido y se ha arraigado en nuestras sociedades. La acumulación de desventajas es multicausal y adquiere varias dimensiones. Denota carencia o ausencia de elementos esenciales para la sub­sistencia y el desarrollo personal, e insuficiencia de las herramientas necesarias para abandonar situaciones en desventaja, estructurales o coyunturales. Desde una pers­pectiva alimentaria, la Organización de la Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) define un grupo vulnerable al que padece de inseguridad alimen­taria o corre riesgo de padecerla. El grado de vulnerabilidad de una persona, un hogar o un grupo de personas está determinado por su exposición a los factores de riesgo y su capacidad para afrontar o resistir situaciones problemáticas. Mientras que la Comi­sión Nacional de los Derechos Humanos considera una amplia gama de grupos vul­nerables que incluye a las mujeres violentadas, refugiados, personas con VIH/SIDA, personas con preferencia sexual distinta a la heterosexual, personas con alguna enfermedad mental, personas con discapacidad, migrantes, jornaleros agrícolas, despla­zados internos y adultos mayores, la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables enfoca su atención a cuatro grupos: Niños, adolescentes, adultos mayores y personas con discapacidad. Una acepción más amplia refiere que, en general, los grupos men­cionados, alimentariamente por definición, viven en condiciones de pobreza extrema. Los ingresos de los pobres extremos no les permiten adquirir una cantidad suficiente de alimentos para poder desempeñar sus actividades económicas y sociales satisfac­toriamente. En consecuencia, estos ingresos tampoco les alcanzan para atender el resto de sus necesidades básicas como salud, vivienda y educación. Esto es, la pobreza extrema configura una situación de vulnerabilidad. Si bien la vulnerabilidad de quie­nes padecen pobreza alimentaria es crítica, también son vulnerables aquellos que se clasifican en pobreza de capacidades. Estudios del Banco Mundial revelan que la vul­nerabilidad de las personas y las familias ante situaciones adversas es intrínseca a la pobreza, "Cuando los recursos del hogar no alcanzan para adquirir el valor de la canasta alimentaria, más una estimación de los gastos necesarios de salud, vestido, calzado, vivienda, transportes y educación".

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268

Ahora, las sentencias dictadas por el Alto Tribunal del país cobran,

cada vez, mayor relevancia para la vida económica, social y cul­

tural. De tal suerte que nuestra labor de interpretar la Norma

Fundamental a la luz del respeto de los Derechos Humanos cons­

tituye una obligación constitucional y ética, así como un compro­

miso ante la comunidad internacional.

Meritorio resulta traer a cuenta lo señalado en la obra intitulada

"Los Derechos Humanos en la actividad jurisdiccional de la Su­

prema Corte de Justicia de la Nación",5 porque basta decir que las

decisiones del Máximo Tribunal tienen un gran impacto en la so­

ciedad, a través de diversos mecanismos:

• Los alcances generales de las sentencias que recaen a las

acciones de inconstitucionalidad y controversias constitu­

cionales —cuando estas últimas se refieren a normas gene­

rales— significaron una profunda transformación de nuestro

sistema jurídico y responden a la imperiosa necesidad de

garantizar la supremacía constitucional.

• Las denominadas tesis temáticas que obligan a suplir la

queja deficiente a favor del particular, aun cuando el acto o

norma reclamados no han sido específicamente declarados

inconstitucionales por la jurisprudencia de la Suprema Corte

de Justicia de la Nación, pero sí queda claramente compren­

dido dentro de la tesis que ha establecido un límite protec­

tor para los gobernados respecto de normas similares.

5 "Los Derechos Humanos en la actividad jurisdiccional de la Suprema Corte de Justicia de la Nación". Poder Judicial de la Federación, Dirección General de la Coordi­nación de Compilación y Sistematización de Tesis, Naciones Unidas, Derechos Huma­nos, Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos 2010, México, pp. LVII – LIX.

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269

• Vía la acción de inconstitucionalidad en materia electoral,

la Suprema Corte de Justicia de la Nación establece criterios

para el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Indirectamente, a través de este mecanismo, los criterios

del Alto Tribunal alcanzan a las autoridades administrati­

vas en esa materia y a las autoridades jurisdiccionales, tan­

to en el ámbito local como en el federal. Esto es así porque

la jurisprudencia que establece el Tribunal Electoral es obli­

gatoria para dichas autoridades por mandato de ley, y dicho

Tribunal incorpora a su vez como fuente obligatoria para la

aplicación del derecho electoral la jurisprudencia emitida

por el Tribunal Constitucional del Estado mexicano.

• La obligatoriedad de la jurisprudencia del Tribunal Supre­

mo, alcanza a todos los juzgadores federales y a los tribuna­

les militares y judiciales del orden común de los Estados y

de la Ciudad de México, así como a los tribunales adminis­

trativos y del trabajo, locales o federales.

En consecuencia, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, como

la Institución Superior en Administrar Justicia a nivel nacional y

encargada de proteger la Constitución y aplicar los tratados inter­

nacionales como normativa jurídica interna, ha desplegado un

papel cada vez más preponderante en los últimos años. Su activi­

dad tiene un efecto luminoso en tanto que su jurisprudencia

constituye el referente a seguir para todo el aparato jurisdiccio­

nal federal y una guía importante para el resto de los órganos

jurisdiccionales estatales. Bajo este contexto, la compilación6 de

6 La Coordinación General de Compilación y Sistematización de Tesis, organismo dependiente del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, creado por acuer­do del 13 de diciembre de 1988, atiende al requerimiento de compilar, depurar, siste­matizar y difundir con celeridad los criterios que constituyen y fundamentan los fallos de la Suprema Corte de la Justicia de la Nación y de los Tribunales Colegiados de Circuito.

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270

criterios jurisprudenciales relacionada con Derechos Humanos,

es el resultado de un esfuerzo destinado a fortalecer los proce­

sos de juridificación en las sentencias emitidas, clasificándolas

conforme al Derecho Humano que se trate en ellas.

Los criterios jurisprudenciales que a lo largo de los años han logra­

do consolidar congruente y sistemáticamente la interpretación

constitucional en la defensa de los Derechos Humanos, inicial­

mente aquellos que propugnaban por las libertades de la perso­

na, es decir, los de carácter Civil y Político, pero que ahora con una

mayor presencia versan sobre la protección y garantía de los de­

rechos llamados de igualdad, o Derechos Económicos, Sociales y

Culturales.

Así se tiene que, aunque los Derechos Civiles y Políticos son de

mucha importancia porque se identifican con valores, condiciones

e intereses inherentes a la vida, integridad personal, propiedad,

posesión de libertades etc., las personas se verían "restringidas

en lo que pueden hacer con esa libertad o valores inherentes al

individuo, si son pobres, están enfermas, son analfabetas o

discriminadas".7

Con el firme propósito de que las rationes decidendi inherentes en las resolucio­nes judiciales se traducen en criterios jurídicos generales que, además de facilitar la labor de juzgadores y litigantes, constituyen una aportación importante a la doctrina del Derecho. Por lo tanto, es el máximo Tribunal Jurisdiccional de la nación respon­sable de la coherencia y consistencia de las resoluciones que dicten los tribunales federales, así como de la formulación clara y de la rápida difusión de los criterios en que los fallos se sustentan.

7 Cancado Trindade, Antonio Augusto, "Democracia y Derechos Humanos: El régimen emergente de la promoción internacional de la democracia y del Estado de derecho", en Revista do Instituto Brasileiro de Direitos Humanos, Año 1, vol. 1, núm. 1, 1999, p. 21. "En simples palabras, hoy en día comprendemos mejor que si una persona no es capaz de satisfacer sus necesidades básicas, por no acceder a los servicios de salud, a la educación, ni al agua potable, tiene posibilidades muy remotas de obtener empleo o participar en la vida comunitaria. Existe también la posibilidad de ser excluida de participar en los procesos de la toma de decisiones que han de influir en su vida como, por ejemplo, el derecho a votar. Hay pruebas de que los patrones regulares de exclusión

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ALBERTO G. PÉREZ DAYÁN

271

Condiciones desafortunadas para la humanidad que los Dere­

chos Económicos, Sociales y Culturales neutralizan al constituir

una herramienta fundamental para reducir las desigualdades y

potenciar las capacidades básicas del ser humano, que les permi­

tan acceder a los recursos necesarios para disfrutar de un nivel de

existencia digno, enmarcado dentro de la concepción personal

de lo que Fabre llama una "vida buena",8 y así participar activa­

mente en la dinámica comunitaria y en las decisiones políticas

que afectan su entorno.

Consecuentemente, los Derechos Económicos, Sociales y Cultu­

rales, lejos de entrañar la negación de las libertades, representan

su desarrollo y su extensión a todos los ciudadanos, propiciando

con seguridad la convivencia social a través de su contenido igua­

litario, dado que, como lo señala Bobbio, su razón de ser "como el

derecho a la educación, el derecho al trabajo, el derecho a la salud,

es una razón igualitaria, pues tienden a hacer menos grande la

desigualdad entre quien tiene y quien no tiene, o a poner un nú­

mero de individuos siempre mayor en condiciones de ser me nos

desiguales respecto a individuos más afortunados por nacimien to

y condición social".9 En ese sentido, también se constituyen en

social y migración dan por resultado que a muchos sectores marginados les sean ne­gados los beneficios de las actividades de desarrollo", en Ríos Kohn, Rebeca, "Vivir libre de la pobreza es un derecho humano", en AA. VV., Consolidación de derechos y garan­tías: Los grandes restos de los derechos humanos en el siglo XXI. Seminario conme­morativo del 50 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, Consejo General del Poder Judicial, Madrid, 1999, p. 98.

8 Si tenemos sed, frío, hambre, y estamos enfermos, si somos personas sin hogar, entonces no tenemos la capacidad física ni intelectual para encuadrar y revisar nuestra concepción de la vida buena y mucho menos para llevarla a cabo, en Febre, Cécile, Social rights under the Constitución. Goverment and the decent life, Clarendon Press, Oxford, 2004, p.19.

9 Bobbio, Norberto, Derecha e Izquierda, Razones y significados de una distinción política, nueva ed. rev. Y amp., con una respuesta a los críticos, Taurus, Madrid, 1995, p 151.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 271 22/11/17 2:28 p.m.

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un factor imprescindible de cohesión social, de legitimación polí­

tica10 y suponen una garantía para la propia democracia, esto es,

para el efectivo disfrute de las libertades personales, civiles y

políticas.

Pues bien, es momento de llamar a escena un caso en particular

de los denominados en el derecho anglosajón "leading cases" (ca­

sos principales o sentencias paradigmáticas) que fue analizado y

resuelto en la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la

Nación de la que honorablemente formo parte, tomando en cuenta

las directrices, principios y convencionalidad que rigen a los Dere­

chos Económicos Sociales y Culturales, y con ello ensalzar una

vez más la prerrogativa de "tutela jurisdiccional efectiva", como

garantía constitucional en su aspecto procesal, que tal y como ya

ha quedado precisado, nos permite el acceso a la justiciabilidad no

sólo de los derechos de libertad, sino también a los de igualdad.

El asunto deriva del conocimiento y resolución de un amparo en

revisión, en el que los quejosos argumentaron violaciones a sus

Derechos Humanos previstos en los artículos 1o., 4o., 14 y 16 de la

Carta Magna, ya que los actos reclamados, que por cierto, prove­

nían de autoridades legislativas, ejecutivas y administrativas, en su

carácter tanto de ordenadoras como ejecutoras, radicaba esencial­

mente en la omisión de ejecutar un proyecto denominado "Cons­

trucción y Equipamiento del Servicio Clínico para Pacientes con

VIH/SIDA y Co­infección por Enfermedades de Transmisión Aérea",

también conocido como "Pabellón 13", así como la omisión de auto­

rizar la transferencia de los recursos suficientes para tal fin.

10 Rodríguez Olvera, Óscar, Teoría de los derechos sociales en la Constitución Abierta, Comares, Granada, 1998, pp. 141, 261.

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Los justiciables manifestaron, sustancialmente, que los actos re­

clamados impedían el acceso al goce del más alto nivel posible de

salud; que las autoridades responsables violaban ese Derecho

Humano, porque no habían destinado el máximo de los recursos

que disponen para la ejecución del citado proyecto, con lo cual se

transgredía además el derecho a la vida, porque los enfermos de

VIH/SIDA se encuentran expuestos a contagio y co­infecciones

de enfermedades oportunistas y altamente agresivas; y que se dis­

criminaba a los quejosos por cuestiones socioeconómicas, debido

a que carecen de posibilidades para acudir con los médicos priva­

dos que les puedan brindar el servicio especializado, lo que hacía

evidente que el Estado no había adoptado medidas para prevenir,

reducir y eliminar las condiciones y actitudes que generaban la

discriminación en la práctica.

El Juez de Distrito en Materia Administrativa que conoció de la

demanda de amparo indirecto, decidió, por una parte, sobreseer

en el juicio respecto de diversos actos reclamados y, por otra, ne­

gar el amparo y protección de la justicia federal solicitado, al con­

siderar, esencialmente, que los derechos humanos de los quejosos

no habían sido transgredidos. Lo que derivó en la interposición

del recurso de revisión por parte de los impetrantes de garantías

y la adhesiva por cuanto a las autoridades responsables.

El Tribunal Colegiado en Materia Administrativa al que corres­

pondió el conocimiento del asunto, consideró que éste era de tal

trascendencia e interés superlativo que correspondía a la Supre­

ma Corte de Justicia de la Nación su resolución.

Es oportuno señalar que los impetrantes de amparo argumenta­

ron en sus agravios que los actos reclamados y su convalidación

al negárseles el amparo y protección de la justicia federal, trans­

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 273 22/11/17 2:28 p.m.

AVANCES JURISPRUDENCIALES EN LA SCJN...

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gredían los Derechos Humanos de legalidad, seguridad jurídica,

salud y vida.

La Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,

que determinó ejercer la facultad de atracción para resolver el

asunto en cuestión, cuya ponencia correspondió al ahora exposi­

tor, en la ejecutoria que se emitió, de manera previa se precisó el

alcance y contenido del Derecho Humano al nivel más alto posi­

ble de la salud humana, el cual como lo sabemos se encuentra

dentro de la esfera jurídica de los "DESC".

Se trajeron a cuenta además los criterios pronunciados por la Su­

prema Corte de Justicia de la Nación acerca del derecho a la

salud, tutelado en el artículo 4o. de la Constitución Política de los

Estados Unidos Mexicanos, estableciendo que:

• El derecho a la salud no se limita a prevenir y tratar una

enfermedad, sino que atento a la propia naturaleza huma­

na, va más allá, en tanto comprende aspectos externos e

internos, como el buen estado mental y emocional del indi­

viduo, es decir, se traduce en la obtención de un determinado

bienestar general integrado por el estado físico, mental,

emocional y social de la persona; confluyendo así de mane­

ra transversal un derecho fundamental más, consistente en

el derecho a la integridad físico­psicológica de la persona y

con ello a su vez proteger un Derecho Humano de carácter

estrictamente Civil.

• Del artículo 4o. de la Constitución Federal, que establece

que toda persona tiene derecho a la salud, derivan una serie

de estándares jurídicos de gran relevancia. El Estado mexi­

cano ha suscrito convenios internacionales que muestran

el consenso internacional en torno a la importancia de ga­

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rantizar al más alto nivel ciertas pretensiones relacionadas

con el disfrute de este derecho. La realización progresiva del

derecho a la salud a lo largo de un determinado periodo no

priva de contenido significativo a las obligaciones de los

Estados, sino que les impone el deber concreto y constante

de avanzar lo más expedita y eficazmente posible hacia su

plena realización.

• Si bien para la justiciabilidad del derecho a la salud en el

juicio de amparo es menester constatar que se invoque la vio­

la ción de un derecho fundamental que incorpora preten­

siones jurídicas subjetivas y que la invasión al derecho que

se denuncia represente un tipo de vulneración remediable

por dicha vía, lo cierto es que ello no permite descartar que, en

ciertas ocasiones, dar efectividad al amparo implique adop­

tar medidas que colateral y fácticamente tengan efectos para

más personas que las que actuaron como partes en el caso

concreto, siempre y cuando tales efectos tengan una rela­

ción fáctica o funcional con los de las partes.

Directrices anteriores que precisamente encuentran sustento en

las tesis y jurisprudencias de rubros siguientes: "DERECHO A LA

SALUD, NO SE LIMITA AL ASPECTO FÍSICO, SINO QUE SE TRA-

DUCE EN LA OBTENCIÓN DE UN DETERMINADO BIENESTAR

GENERAL",11 "DERECHO A LA SALUD. IMPONE AL ESTADO LAS

OBLIGACIONES DE GARANTIZAR QUE SEA EJERCIDO SIN DISCRI-

MINACIÓN ALGUNA Y DE ADOPTAR MEDIDAS PARA SU PLENA

11 Tesis: P. LXVIII/2009, consultable en la página 6, tomo XXX, diciembre de 2009, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta.

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REALIZACIÓN".12 y "DERECHO A LA SALUD. SU TUTELA A TRA-

VÉS DEL JUICIO DE AMPARO".13

Se destacó que el Derecho a la Salud previsto en el artículo 4o. de la

Constitución General de la República, puede entenderse como

la obligación del Estado de establecer los mecanismos necesarios

para que todas las personas tengan acceso a los servicios de sa­

lud encaminados a la obtención de un determinado bienestar ge­

neral integrado por el estado físico, mental, emociona y social de

la persona, del que como ya se había establecido líneas arriba,

impulsa transversalmente la protección de un diverso Derecho

Humano de carácter Civil, como lo es la integridad físico­psicoló­

gica de la persona.

Derecho Humano a la Salud que es complejo y por ello provoca

un despliegue amplio de posiciones no sólo jurídicas sino incluso

materiales respecto a los recursos para su protección entre los

particulares y para el Estado, en el entendido que la salvaguarda

de la salud y el desarrollo de los correspondientes sistemas sani­

tarios asistenciales son sólo unas de tantas tareas fundamenta­

les para la legitimación de un Estado de Derecho Democrático,

representando una de las claves para el bien común.

Así, la salud de las personas representa una meta prioritaria para

el Estado y, a su vez, es pilar estratégico para que se reconozcan e

impulsen otras prerrogativas o derechos fundamentales, ya que

las posibilidades de que las personas sean sanas física y emo­

cionalmente permitirá su habilitación para desplegar y hacer

12 Tesis: P. XVIII/2011, consultable en la página 29, tomo XXXIV, agosto de 2011, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta.

13 Tesis: P. LXVIII/2011, consultable en la página32, tomo XXXIV, agosto de 2011, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta.

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efectivas dichas prerrogativas; verbigracia: la salud física y emo­

cional de una persona le permitirá y le habilitará para ejercer su

derecho a participar en la vida política del país, a transitar libre­

mente por él, a encontrar un trabajo remunerado, a educarse con

calidad, a encontrar espacios culturales, etc.

Para robustecer armónicamente lo anterior, se atendió al bloque

de constitucionalidad al partir del supuesto según el cual "las

normas constitucionales no son sólo aquellas que aparecen ex­

presamente en la Carta Magna sino también aquellos principios

y valores que no figuran directamente en el texto constitucional,

pero a los cuales la propia Constitución remite".14

Es por ello que al haber establecido la noción general del Derecho

Humano a la Salud que tutela el artículo 4o. constitucional, en

cuanto a su contenido y alcance, se ensambló lo dispuesto por el

artículo 12 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, So­

ciales y Culturales,15 el cual reconoce el derecho de toda persona

al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental.

14 Rodrigo Uprimny Yepes, Bloque de constitucionalidad, derechos humanos y pro­ceso penal, 2a. ed. Bogotá, Consejo Superior de la Judicatura­Universidad Nacional de Colombia, 2008, p. 25, disponible en http://www.ejrlb.net/biblioteca2011/content/pdf/a16/1.pdf.

15 Artículo 12.1. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona al

disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental.2. Entre las medidas que deberán adoptar los Estados Partes en el Pacto a fin de

asegurar la plena efectividad de este derecho, figurarán las necesarias para:a) La reducción de la mortinatalidad y de la mortalidad infantil, y el sano desarrollo

de los niños;b) El mejoramiento en todos sus aspectos de la higiene del trabajo y del medio

ambiente;c) La prevención y el tratamiento de las enfermedades epidémicas, endémicas, pro­

fesionales y de otra índole, y la lucha contra ellas;d) La creación de condiciones que aseguren a todos asistencia médica y servicios

médicos en caso de enfermedad.

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Precisándose que el disfrute de ese Derecho Humano impone

obligaciones positivas a los Estados Partes entre las que destacan

por la particularidad del presente caso, las medidas necesarias

para la reducción de la mortalidad, el tratamiento de las enfer­

medades y, especialmente, la creación de condiciones que aseguran

a todos, asistencia médica y servicios en caso de enfermedad.

A lo anterior también se armonizó lo dispuesto por el ordinal 2

del Pacto en cuestión,16 ya que de su contenido se advierte que el

Estado mexicano se encuentra obligado a:

I. Adoptar medidas, tanto por separado como mediante la

asistencia y la cooperación internacional, especialmente

económicas y técnicas;

II. Hasta el máximo de los recursos de que disponga; y

III. Para lograr progresivamente, por todos los medios apropia­

dos, la plena efectividad de los derechos humanos recono­

cidos en la convención.

16 Artículo 2.1. Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se compromete a adoptar

medidas, tanto por separado como mediante la asistencia y la cooperación interna­cionales, especialmente económicas y técnicas, hasta el máximo de los recursos de que disponga, para lograr progresivamente, por todos los medios apropiados, inclusi­ve en particular la adopción de medidas legislativas, la plena efectividad de los dere­chos aquí reconocidos.

2. Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a garantizar el ejercicio de los derechos que en él se enuncian, sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social.

3. Los países en desarrollo, teniendo debidamente en cuenta los derechos humanos y su economía nacional, podrán determinar en qué medida garantizarán los derechos económicos reconocidos en el presente Pacto a personas que no sean nacionales suyos.

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En suma, se fijaron obligaciones y directrices de contenido —in­

mediatas— y de resultado —mediatas o de cumplimiento progre­

sivo—. Las primeras se refieren a que los derechos se ejerciten

"sin discriminación" y a que el Estado "adopte medidas", dentro

de un plazo razonablemente breve, que sean deliberadas, concre­

tas y orientadoras lo más claramente posible hacia la satisfac­

ción de las obligaciones convencionales.

Las obligaciones de resultado se relacionan con el principio de

progresividad, el cual debe analizarse a la luz de un dispositivo

de flexibilidad que refleje las realidades del mundo real y las difi­

cultades que implica para cada país el asegurar la plena efectividad

de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Asimismo, co­

rresponde a cada Estado parte una obligación mínima de asegu­

rar por lo menos, la satisfacción de niveles esenciales de cada

uno de los derechos contenidos en el pacto. Esto es, las obligacio­

nes convencionales requieren de un estándar mínimo de cum­

plimiento, pero no se agotan ahí, sino que resulta menester que, al

mismo tiempo, el Estado se encuentre realizando todas las medi­

das necesarias para asegurar la plena efectividad de los Derechos

Económicos, Sociales y Culturales.

Por lo que en la sentencia en análisis se estableció que el derecho

al nivel más alto posible de salud debe entenderse como "un de­

recho al disfrute de toda gama de facilidades, bienes, servicios y

condiciones necesarias para alcanzar un estado de bienestar ge­

neral; que no sólo abarca la atención de salud oportuna y apro­

piada, sino acceso al agua potable y a condiciones sanitarias

adecuadas, el suministro adecuado de alimentos sanos, una nu­

trición adecuada, una vivienda adecuada, condiciones sanas en

el trabajo y el medio ambiente, y acceso a la educación e infor­

mación sobre cuestiones relacionadas con la salud, incluida la

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AVANCES JURISPRUDENCIALES EN LA SCJN...

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salud sexual y reproductiva. En el entendido que existen elemen­

tos esenciales que informan el desarrollo del Derecho Humano a

la salud, a saber, la disponibilidad, accesibilidad, aceptabilidad y

calidad".

Lo anterior implica, entre otras cuestiones, que el Estado

mexicano:

I. Cuente con un número suficiente de establecimientos, bie­

nes y servicios públicos de salud y centros de atención a la

salud, cuya naturaleza dependerá particularmente de su

nivel de desarrollo;

II. Que tales establecimientos estén al alcance de la población,

en especial los grupos vulnerables o marginados, y

III. Que además de resultar aceptables desde el punto de vista

cultural deberán ser apropiados desde el punto de vista cien­

tífico, médico y ser de buena calidad.

Una vez depurado el contenido y alcance del Derecho Humano al

disfrute más alto posible a la salud, en su vertiente de tratamiento

de las enfermedades y creación de condiciones que aseguran a

todos asistencia médica y servicios médicos en caso de enferme­

dad, se tomó en cuenta por los integrantes de la Segunda Sala las

cuestiones "fácticas" del caso en particular, en aras de dilucidar

las razones del porqué las autoridades señaladas como responsa­

bles habían incumplido injustificadamente con las obligaciones

que derivaban del referido derecho fundamental.

Por ello, en el asunto se explicó el marco general del VIH/SIDA, pon­

derándose al caso en concreto la aplicabilidad de los principios

generales del derecho a la salud; lo que dio paso para establecer

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281

con precisión la litis que consistió en determinar si las condicio­

nes en que se les había proporcionado la atención médica a los

quejosos resultaban apegadas al Derecho Humano del nivel más

alto posible de salud, de manera tal que no se encontraran inde­

bidamente expuestos a padecer otras infecciones, enfermedades

y trastornos, que vulneraran su integridad personal e inclusive

pu sieran en peligro su vida.

De tal suerte, la Segunda Sala al analizar íntegra y acuciosamen­

te las circunstancias tanto constitucionales, convencionales y no

convencionales, medios probatorios, así como los recursos materia­

les y económicos disponibles para garantizar ese Derecho Huma­

no al más alto nivel posible de la salud de los quejosos, consideró

que las autoridades responsables no demostraron que habían rea­

lizado todos los esfuerzos posibles para utilizar los recursos que

estaban a su disposición y lograr con ello la plena efectividad del

mismo, al limitarse a afirmar la falta de disponibilidad de presu­

puesto para llevar a cabo las medidas tendientes a lograr ese obje­

tivo, siendo omisas en aportar al expediente respectivo medio

probatorio alguno para sostener su postura.

Por lo cual concluyó que en la especie sí se encontraba acreditada

la transgresión a las obligaciones previstas en los artículos 4 de la

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 2 y 12 del

Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Cultura­

les, determinándose revocar la sentencia recurrida y otorgar el

amparo y protección de la Justicia Federal a los quejosos; y de

manera por demás interesante, dejó bien establecido en qué con­

sistieron los efectos de la concesión del amparo.

Al efecto dispuso que el Instituto Nacional de Enfermedades

Respiratorias "Ismael Cosío Villegas", en coordinación con el Co­

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misionado Nacional de Protección en Salud y Comité Técnico de

Fideicomiso de Protección Social en Salud, debían tomar todas las

medidas necesarias para salvaguardar el derecho humano al ni­

vel más alto posible de salud de los quejosos, considerando que

son portadores de VIH, motivo por el cual tenían que recibir tra­

tamiento médico en instalaciones separadas del resto de los pa­

cientes, a efecto de evitar el contagio de alguna enfermedad.

Determinación que implicaba por supuesto la posibilidad de que

las autoridades en su carácter de responsables consideraran

qué me dida resultaba la más adecuada para poder brindar a los que­

josos un tratamiento médico apropiado a su padecimiento, ya sea

mediante remodelación de las instalaciones del servicio clínico 4,

en donde se les brindaba tratamiento, o bien, mediante la cons­

trucción de un nuevo pabellón hospitalario.

Finalmente, se puntualizó, en el supuesto de acreditar que ningu­

na de las opciones antes mencionadas resultaba compatible con

las políticas públicas en materia de salud implementadas por las

autoridades en su carácter de responsables, estaban constreñi­

das en realizar las gestiones que estimaran pertinentes para que

los quejosos, a satisfacción razonable calificada por el juzgador,

fueran atendidos en algún otro hospital o clínicas del sector salud

en los que pudieran recibir tratamiento médico adecuado e idóneo

para combatir su enfermedad y con ello garantizar plenamente

el Derecho Humano a la salud personal.

Lo trascendente de la ejecutoria en comento, además de abonar

en el avance de la justiciabilidad de los derechos económicos so­

ciales y culturales en México, resulta en el logro alcanzado con

su ejecución, traducido en la construcción del "Pabellón 13" en el

Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, que es una

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realidad, pues en el procedimiento de ejecución se llevó a cabo la

inspección judicial a través de la cual pudo constatarse que los

pacientes que ahí se atienden reciben tratamiento médico ade­

cuado; por tanto, el objetivo que se traduce en la atención que

reciben los quejosos en ejercicio del derecho al disfrute al nivel

más alto posible de salud, se expandió para todos aquellos pa­

cientes con VIH/SIDA, lo que si bien no formaba parte de los efec­

tos del fallo protector, sí se materializó y resultó en beneficio de

la sociedad.

Así, me permitiré decir que cada asunto que involucre posibles

violaciones a Derechos Fundamentales o planteamientos litigiosos

derivados de su transgresión y de los que conocemos y resolve­

mos las señoras y los señores Ministros de este Alto Tribunal, ge­

nera una valiosa e importante experiencia que se atesora y se ve

materializada en los criterios que en su momento podrían integrar

jurisprudencia, fuente formal del Derecho, y en el caso que se ex­

puso involucró como eje toral de protección un Derecho Humano

concerniente al nivel más alto posible de salud, componente ele­

mental de la esfera jurídica de los Derechos Económicos, Sociales

y Culturales que la Carta Magna de este país reconoce.

No queda más que citar las tesis que fungirán como cimentación

y amalgama de los futuros criterios jurisprudenciales en los que

descansarán las decisiones de la magistratura nacional en los re­

clamos y demandas de la sociedad mexicana por violaciones a

sus Derechos Económicos, Sociales y Culturales, con las voces "DE-

RECHOS ECONÓMICOS, SOCIALES Y CULTURALES. CUANDO EL

ESTADO ADUCE QUE EXISTE UNA CARENCIA PRESUPUESTARIA

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AVANCES JURISPRUDENCIALES EN LA SCJN...

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PARA SU REALIZACIÓN, DEBE ACREDITARLO"17 y "SALUD. DE-

RECHO AL NIVEL MÁS ALTO POSIBLE. ÉSTE PUEDE COMPREN-

DER OBLIGACIONES INMEDIATAS, COMO DE CUMPLIMIENTO

PROGRESIVO",18 se enmarcan los criterios que emergieron en el co­

nocimiento a la transgresión de un Derecho Fundamental como

lo es la Salud de las personas, situándola en el nivel más alto posi­

ble. Lo que nos permite día con día, colocarnos en el concierto

internacional de la protección de tales Derechos Humanos de

corte igualitario en un nivel óptimo y progresivo.

Se reafirma y queda claro que las características de indivisibili­

dad e indisociabilidad de los Derechos Económicos, Sociales y Cul­

turales, alcanzan incluso a los Derechos Civiles y Políticos al existir

transversalidad entre ellos, puesto que en su exigibilidad y justi­

ciabilidad su cruzamiento —estrecha relación— es inevitable al

con fluir simbióticamente con un fin único y supremo como lo es

la dignidad del ser humano.

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Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 286 22/11/17 2:28 p.m.

Derecho del consumidor a la información en productos alimenticios

MARÍA CRISTINA MARTÍN ESCOBAR*

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* Secretaria de Estudio y Cuenta. Suprema Corte de Justicia de la Nación (México).

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 288 22/11/17 2:28 p.m.

289I. Introducción

A partir del reconocimiento de los llamados derechos econó ­

micos, sociales y culturales en los primeros instrumentos

internacionales, como genuinos derechos humanos que imponen

obligaciones de cumplimiento inmediato a los Estados, como la

de garantizar niveles mínimos en el disfrute de esos derechos,

garantizar su ejercicio sin discriminación, y la obligación de tomar

medidas deliberadas concretas y orientadas a su satisfacción, se

construyen bases para la tutela efectiva de protección por la vía

jurisdiccional.

En México, el análisis de sentencias de temas relacionados con el

reconocimiento de derechos humanos, se ha intensificado a par­

tir del impacto que produjo la reforma constitucional en esa ma­

teria de junio de 2011, por lo que las reflexiones sobre el rol de los

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 289 22/11/17 2:28 p.m.

DERECHO DEL CONSUMIDOR A LA INFORMACIÓN...

290

jueces en la construcción y consolidación de los principios cons­

titucionales, ha sido determinante en una nueva perspectiva sobre

la democracia constitucional. Así, la función de los jueces resulta

esencial en nuestro modo de entender la democracia, pero al

mismo tiempo no deriva de la democracia.

Con motivo de la presentación de una demanda de amparo, se en­

frentó a un caso donde se vieron involucrados los derechos del

consumidor a la información de productos alimenticios. En dicho

asunto, el Juez de Distrito declaró inconstitucional los lineamien tos

a que se refiere el artículo 25 del Reglamento de Control Sanitario

de Productos y Servicios que deberán observar los productores de

alimentos y bebidas no alcohólicas preenvasadas para efectos

de la información que deben ostentar en el área fron tal de exhibi­

ción, así como los criterios y las características para la obtención

y uso del distintivo nutrimental a que se refiere el artículo 25 Bis

del Reglamento de Control Sanitario de Productos y Servicios.

Así, el presente trabajo tiene como objetivo reseñar la resolución

dictada por dicho Juez de Distrito con la finalidad de relacionar

esa decisión y los criterios de ella derivados, principalmente del

reconocimiento de los derechos a la nutrición como un componen­

te tanto del derecho a la salud como del derecho a la alimenta­

ción, así como las distintas aristas que podría generar los alcances

al amparo otorgado a la quejosa.

Como se verá, el tema, tiene en el centro de la problemática jurí­

dica a dilucidar, lo referente al derecho humano a la salud, en cuya

protección se encuentra el derecho a una alimentación adecua da

y a la información de los productos alimenticios.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 290 22/11/17 2:28 p.m.

MARÍA CRISTINA MARTÍN ESCOBAR

291

En el desarrollo de este trabajo se expondrán brevemente las no­

tas que caracterizan al derecho fundamental a la salud; ense­

guida se establecerán los antecedentes de la demanda de amparo

y se explicará la ratio desidendi de esta determinación; para final­

mente plasmar las reflexiones conclusivas obtenidas del análisis

realizado.

II. El Derecho a la Salud

El derecho a la salud se ha interpretado como un derecho humano

fundamental e indispensable para el ejercicio de los demás dere­

chos. En cuanto a su efectividad, se ha afirmado que ésta se puede

alcanzar mediante procedimientos complementarios, tales como

la formulación de políticas en materia de salud.

En México, el derecho a la salud está reconocido en el artículo 4o.

constitucional, que dispone que "toda persona tiene derecho a la pro-

tección de la salud" y en diversos instrumentos internacionales

como la Declaración Universal de los Derechos Humanos (artículo

25),1 el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y

Culturales (artículo 12)2 y el Protocolo Adicional a la Convención

Americana sobre Derechos Humanos.3

1 Artículo 25. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegu­re, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el ves­tido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias inde­pendientes de su voluntad"

2 Artículo 12. 1. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental".

3 Artículo 10. 1. Toda persona tiene derecho a la salud, entendida como el disfrute del más alto nivel de bienestar físico, mental y social.­­­ 2. Con el fin de hacer efectivo el derecho a la salud los Estados Partes se comprometen a reconocer la salud como un bien público y particularmente a adoptar las siguientes medidas para garantizar este derecho: ­­­ a. La atención primaria de la salud, entendiendo como tal la asistencia sanitaria esencial puesta al alcance de todos los individuos y familiares de la comu­

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DERECHO DEL CONSUMIDOR A LA INFORMACIÓN...

292

La Suprema Corte de México se ha pronunciado en múltiples oca­

siones sobre este derecho fundamental. Por ejemplo, al resolver

el amparo directo 6/2009, la Corte sostuvo que el derecho a la

salud no se limita a prevenir y tratar una enfermedad, sino que

atento a la propia naturaleza humana va más allá en tanto com­

prende aspectos externos e internos, como el buen estado mental

y emocional del individuo; es decir, se traduce en la obtención de

un determinado bienestar general integrado por el estado físico,

mental, emocional y social de la persona, del que deriva un de­

recho fundamental consistente en el derecho a la integridad

físico­psicológica.4

En el Amparo en Revisión 315/2010, el Tribunal Pleno de la Corte

de México sostuvo que la realización progresiva del derecho a la

salud a lo largo de un determinado periodo, no priva de contenido

significativo a las obligaciones de los Estados, sino que les impo­

ne el deber concreto y constante de avanzar lo más expedita y

eficazmente posible hacia su plena realización.5

En este orden, la nutrición es un componente tanto del derecho a

la salud como del derecho a la alimentación. En el artículo 11 del

nidad; ­­­ b. La extensión de los beneficios de los servicios de salud a todos los individuos sujetos a la jurisdicción del Estado; ­­­ c. La total inmunización contra las principales enfermedades infecciosas; ­­­ d. La prevención y el tratamiento de las enfermeda­des endémicas, profesionales y de otra índole; ­­­ e. La educación de la población so­bre la prevención y tratamiento de los problemas de salud, y ­­­ f. La satisfacción de las necesidades de salud de los grupos de más alto riesgo y que por sus condiciones de pobreza sean más vulnerables.

4 Véase la tesis P. LXVIII/2009 del Tribunal Pleno, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXX, diciembre de 2009, Materia Consti­tucional, página 6, registro digital 165826, de rubro: "DERECHO A LA SALUD. NO SE LIMITA AL ASPECTO FÍSICO, SINO QUE SE TRADUCE EN LA OBTENCIÓN DE UN DE­TERMINADO BIENESTAR GENERAL".

5 Véase la tesis P. XVI/2011del Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de México, de rubro: "DERECHO A LA SALUD. IMPONE AL ESTADO LAS OBLI­GACIONES DE GARANTIZAR QUE SEA EJERCIDO SIN DISCRIMINACIÓN ALGUNA Y DE ADOPTAR MEDIDAS PARA SU PLENA REALIZACIÓN".

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MARÍA CRISTINA MARTÍN ESCOBAR

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Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Cul­

turales (PIDESC) el derecho a la alimentación adecuada forma

parte junto con los derechos al vestido y a la vivienda, del dere­

cho a un nivel de vida adecuado para la persona y su familia y a

la mejora permanente de las condiciones de existencia. Este Pacto

especifica el derecho fundamental de toda persona a estar prote­

gida contra el hambre.

III. El derecho a la alimentación

El derecho humano a la alimentación es reconocido internacional­

mente en el sentido de proteger el derecho de los seres humanos

a alimentarse con salud, ya sea produciendo su alimento o adqui­

riéndolo. En este sentido, el derecho a la alimentación requiere

que los Estados proporcionen un entorno propicio en el que las

personas puedan desarrollar plenamente su potencial para pro­

ducir o procurarse una alimentación adecuada para sí mismas o

para sus familias.6 Ello trae como consecuencia que la aplicación

de la normativa relativa al derecho a la alimentación tenga una

gran repercusión en las constituciones nacionales, legislaciones,

sistemas judiciales, instituciones, políticas y programas, así como

en varios temas relacionados con la seguridad alimentaria.7

El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Comité

de DESC) reconoce que el derecho a la alimentación adecuada se

ejerce cuando las personas tienen acceso físico o económico, en

6 Cfr. "Derecho Humano a la Alimentación y a la seguridad alimentaria". Comisión Presidencial Coordinadora de la Política del Ejecutivo en Materia de Derechos Huma­nos. http://www.corteidh.or.cr/tablas/r29521.pdf Consultado el 26 de junio de 2017.

7 Así lo expresó Olivier De Schutter, Relator Especial de las Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación desde mayo de 2008, en el documento "Derecho a la alimen-tación". http://www.srfood.org/es/olivier­de­schutter­2 Consultado el 26 de junio de 2017.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 293 22/11/17 2:28 p.m.

DERECHO DEL CONSUMIDOR A LA INFORMACIÓN...

294

todo momento, a una alimentación adecuada o a medios para

obtenerla.8 De ahí que los países deben hacer efectivo el derecho

a la alimentación a nivel nacional, tal y como se menciona en el

Comentario General no. 12 sobre el derecho a la alimentación

del citado Comité y las Directrices Voluntarias en apoyo de la

Realización Progresiva del Derecho a una Alimentación Adecuada

en el Contexto de la Seguridad Alimentaria Nacional; las accio­

nes gubernamentales deben incluir el establecimiento de meca­

nismos institucionales adecuados, en particular para identificar

las amenazas emergentes al derecho a la alimentación a través

de normativa que regule efectivamente la tutela de ese derecho

fundamental.

Entre los múltiples acciones tendentes al conocimiento de una

alimen tación adecuada nutrimental, se encuentra el etiquetado de

alimentos en los productos envasados. Este etiquetado tiene el poten­

cial de influir en la elección de alimentos, así como en los hábitos

alimentarios de los consumidores. Al ser el etiquetado nutrimen­

tal la única fuente de información con la que cuenta el consumi­

dor en el punto de venta, es importante que éste sea capaz de

localizar, leer, interpretar y comprender la información que se

pre senta en los empaques de los alimentos y bebidas, con el fin

de que cualquier persona pueda elegir productos saludables.

Así, la adecuada información nutrimental del etiquetado permite

que los consumidores tengan la capacidad de reconocer los dife­

rentes nutrimentos que aparecen en las etiquetas, así como las

unidades de medida utilizadas y el papel que juega cada uno de

ellos en el organismo y en la salud en general. Además de com­

prender la información nutrimental, los consumidores deben po­

8 Comentario General 12 del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales

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MARÍA CRISTINA MARTÍN ESCOBAR

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der utilizarla; esto implica que saben en dónde encontrarla, leerla

y ser capaces de interpretarla con el fin de tomar una serie de

decisiones respecto al consumo de alimentos.9

IV. El Amparo Indirecto 1440/2015

Una asociación civil promovió juicio de amparo indirecto ante los

tribunales federales en el que impugnó los siguientes actos:

a) Lineamientos a que se refiere el artículo 25 del Reglamento

de Control Sanitario de Productos y Servicios que deberán

observar los productores de alimentos y bebidas no alcohó­

licas pre envasadas para efectos de la información que de­

berán ostentar en el área frontal de exhibición, así como los

criterios y las características para la obtención y uso del dis­

tintivo nutrimental a que se refiere el artículo 25 Bis del

Reglamento de Control Sanitario de Productos y Servicios.

b) Modificación de la Norma Oficial Mexicana NOM­051­SCFI/

SSA1­2010.

c) La ejecución de los actos reclamados en la aplicación en los

etiquetados de diversos productos.

La quejosa en defensa de sus intereses adujo que las especifi­

caciones del etiquetado que prevé la normatividad impugnada,

contiene irregularidades que ponen en riesgo derechos que están

tutelados por la Constitución, como la salud, el derecho a una

9 "Revisión del etiquetado frontal: análisis de las Guías Diarias de Alimentación (GDA) y su comprensión por estudiantes de nutrición en México" elaborado por el Instituto Nacional de Salud Pública, consultable en: http://www.cdi.salud.gob.mx:8080/BasesCDI/Archivos/EstudioseInvestigaciones/revisionEtiquetadoFrontal.pdf

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 295 22/11/17 2:28 p.m.

DERECHO DEL CONSUMIDOR A LA INFORMACIÓN...

296

alimentación adecuada, así como el derecho a una información

necesaria, de conformidad con la Observación General número

1410 "El derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud (artículo

12)" del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales

que interpreta el Pacto Internacional sobre esta materia, de la que

México es parte.

Lo anterior, debido a que el etiquetado induce al error al consu­

midor, pues las normas impugnadas sólo prevén el criterio de

azúcares totales expresados en kilocalorías o calorías en el eti­

quetado frontal de los productos, lo que no permite diferenciar el

contenido de azúcares añadidos, que son nocivos para la salud.

La relevancia jurídica del presente caso se materializa en el aná­

lisis que el juzgador realizó de los derechos fundamentales a la

salud, a la alimentación y el acceso a la información nutrimental,

confrontándolos con las normas impugnadas, tomando como refe­

rente la obligación del Estado mexicano de garantizar un marco

normativo adecuado en la materia.

En el estudio de la sentencia se hizo alusión al derecho funda­

mental de los niños, relativo a disfrutar del más alto nivel posible

de salud y, específicamente, el combate al sobrepeso y obesidad

infantil, mediante la promoción de una alimentación equilibra­

da, e impulsar programas de prevención e información sobre es­

tos temas.

En la sentencia, el Juez de Distrito estableció que la quejosa con­

taba con interés legítimo individual y colectivo, porque los actos

reclamados incidían en forma real y actual, aunque de manera

10 22o. período de sesiones (2000). Observación general No. 14. El derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud (artículo 12).

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297

indirecta, en los derechos fundamentales y legales de los consu­

midores (interés legítimo colectivo) que la quejosa (interés legíti­

mo individual) tenía por finalidad proteger de acuerdo al objeto

social plasmado en sus estatutos.

Al respecto, sostuvo que la quejosa era una Asociación Civil que

tenía por objeto, entre otros, promover y defender los derechos de

los consumidores, por lo que resultaba claro que demostraba su­

frir una afectación real y actual, de manera indirecta, por causa

de los actos reclamados, en virtud de que las normas reclamadas

se dirigían a regular del etiquetado de alimentos y bebidas preen­

vasadas lo cual incide en la cantidad, claridad y veracidad de la

información que tienen a la vista los consumidores para adoptar

decisiones en materia de salud y alimentación; y por tanto, esta­

ba en aptitud de defender la tutela de los derechos fundamen­

tales y legales que tenía en los consumidores.

Para la resolución del juicio de amparo, el juzgador consideró di­

versos aspectos relevantes en el análisis de los derechos huma­

nos involucrados; entre ellos, la justificación de los derechos a la

vida, integridad personal, derecho a la salud y a la alimentación,

y su interdependencia. Tal premisa la hizo derivar del criterio

sustentado por la Corte Interamericana en el sentido de que el

derecho a la vida es un derecho humano fundamental cuyo goce

pleno constituye una condición para el ejercicio de todos los de­

rechos. A su vez, reafirmó el hecho de que los derechos a la vida

y a la integridad personal se encuentran directa e inmediatamen­

te vinculados con la atención de la salud humana.11

11 Caso Albán Cornejo y otros. Vs. Ecuador. Fondo Reparaciones y Costas. Sentencia de 22 de noviembre de 2007. Serie C No. 171.

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DERECHO DEL CONSUMIDOR A LA INFORMACIÓN...

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El Juez de Distrito sostuvo que la interdependencia entre el dere­

cho a la salud y a la alimentación se encuentra reconocida desde la

Declaración Universal de Derechos Humanos que establece que

toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le

asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en espe­

cial la alimentación (art. 25).

Y que conforme al artículo 11 del Pacto Internacional de los De­

rechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) el derecho a la

alimentación adecuada forma parte junto con los derechos al ves­

tido y a la vivienda, del derecho a un nivel de vida adecuado para

la persona y su familia y a la mejora permanente de las condicio­

nes de existencia. Este Pacto especifica el derecho fundamental

de toda persona a estar protegida contra el hambre.

En otro orden, el Juez de Distrito consideró que la información es

fundamental para el derecho a la alimentación, pues permite a las

personas conocer los alimentos y la nutrición, los mercados y la

asignación de recursos. Refuerza la participación de las personas

y la libertad de opción de los consumidores. La protección y la pro­

moción del derecho a buscar, recibir e impartir información faci­

litan de esta manera el ejercicio del derecho a la alimentación.

Consideró, asimismo, que la efectividad del derecho a la salud se

podía alcanzar mediante numerosos procedimientos comple­

mentarios, como la formulación de políticas en materia de salud,

la aplicación de los programas de salud elaborados por la Organi­

zación Mundial de la Salud (OMS) o la adopción de instrumentos

jurídicos concretos.

En el caso del derecho fundamental de todas las personas a la

alimentación nutritiva y de calidad, el Juez de Distrito advirtió una

serie de obligaciones positivas a cargo del Estado de garantizar

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 298 22/11/17 2:28 p.m.

MARÍA CRISTINA MARTÍN ESCOBAR

299

dicho derecho, mediante la adopción de medidas adecuadas para

garantizar que: (i) los artículos producidos por los fabricantes

sean inocuos para el uso al que se destinan y para el normalmente previ-

sible; (ii) la facilitación de los consumidores instrucciones sobre el uso

adecuado de los artículos e información sobre los riesgos que entraña el

uso al que se destinan o el normalmente previsible; y (iii) la obligación

de los gobiernos de formular o estimular la formulación de programas

generales de educación e información del consumidor, incluida la infor-

mación sobre los efectos en el medio ambiente de las decisiones y el com-

portamiento de los consumidores y de las consecuencias, incluidos costos

y beneficios. Ello con el fin de que puedan elegir libremente la mo­

dificación de las modalidades de consumo, teniendo en cuenta

las tradiciones culturales del pueblo de que se trate.

Por otra parte, el Juez aludió a estudios acerca del impacto nutri­

mental de los azúcares en la salud de las personas. De manera

destacada, señaló que la estrategia de utilizar un etiquetado al

frente del paquete surge de la preocupación de los Estados por los

problemas de diabetes, obesidad y enfermedades crónicas no transmi-

sibles que actualmente aqueja a la comunidad global, por lo que

la declaración de nutrimentos como grasas, sodio, azúcares y el

contenido de energía, principales factores dietéticos relaciona­

dos con el aumento en la prevalencia de estos padecimientos, tiene

como objetivo que la población tome decisiones más saludables,

basadas en información concreta, con la finalidad de ayudar a

prevenir y revertir estos problemas de salud.

Las consideraciones que preceden llevaron a concluir que los actos

reclamados se emitieron en contravención a los parámetros reco­

mendados por las directrices de la Organización Mundial de la

Salud, la Estrategia Nacional para la Prevención y el Control

del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes de 2013 y los estudios del

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DERECHO DEL CONSUMIDOR A LA INFORMACIÓN...

300

Instituto Nacional de Salud Pública en México. Ello, en virtud de

que al emitirse las normas reclamadas no se atendieron las reco­

mendaciones y parámetros allí previstos, y que la normativa se

apartó también de la satisfacción de intereses colectivos como lo

es el de los consumidores y el interés superior de la niñez, por ser

los niños un grupo vulnerable para efectos de lo controvertido

por la quejosa.

Concretamente, en virtud de que el sistema normativo en mate­

ria de etiquetado de alimentos y bebidas no alcohólicas preen­

vasados obligaba a los productores a que exhibieran en el área

frontal de exhibición del producto, la sentencia de amparo con­

templó los efectos siguientes:

i) Las azúcares totales en aporte energético con base en un

porcentaje de base de 360 calorías (debe señalarse que cada

gramo de azúcar total equivale a 4 kilocalorías).

ii) Representar el porcentaje del aporte calórico de azúcares

totales en kilocarías o calorías. Se advierte que dicho siste­

ma normativo no expresa los azúcares añadidos de los pro­

ductos, es decir, aquellos azúcares que fueron añadidos por

el productor que no se encuentran intrínsecamente en los

alimentos.

iii) Asimismo, el sistema normativo genera que resulte comple­

jo para los consumidores contar con información compren­

sible a fin de tener certeza del impacto que tiene el producto

en la salud de las personas.

Se consideró que el etiquetado propuesto en el sistema normati­

vo impugnado carecía de un criterio que distinguiera a los azúca­

res añadidos de los azúcares naturales (aquellos contenidos de

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 300 22/11/17 2:28 p.m.

MARÍA CRISTINA MARTÍN ESCOBAR

301

manera natural en los alimentos). De ahí que derivado de que el

sistema normativo sobre etiquetado frontal de alimentos utilizaba

el parámetro de azúcares totales y señalaba como base para de­

terminar el porcentaje de contenido energético 360 calorías, ge­

neraba que resultara complejo para los consumidores contar con

información comprensible a fin de tener certeza del impacto que

tenía el producto en la salud de las personas.

El juez de amparo sostuvo que el sistema normativo no respetó el

valor de referencia consistente en azúcares agregados presentado

en la Estrategia Nacional para la Prevención y el Control del so­

brepeso, obesidad y diabetes, por lo que no se hizo esta distinción

dificultando a los consumidores tener información al porcentaje

real de azúcares agregados o añadidos. Por lo anterior, el juzgador

concluyó que se violaron el derecho a la salud, a la alimentación

(de calidad) y a la información alimenticia, procediendo así a otor­

gar el amparo solicitado por la quejosa.

V. Reflexiones conclusivas

La inexistencia de criterios sobre un tema tan trascendente, pone

a esta sentencia en un status relevante. Y es que los derechos

consti tucionales de los consumidores, que involucran el dere­

cho a una información pertinente, suficiente sobre el producto y

a la posibilidad de poder elegir un alimento, conforme al modelo

de vida escogido, cumple diversas funciones en nuestro sis tema.

Por ejemplo, sirve como principio para garantizar el derecho de

las personas a la información relevante sobre los productos

alimenticios que consumen; los habilita a elegir de una manera

libre los productos alimenticios que deseen consumir, conforme

a su propia orientación de vida; y primordialmente, garantiza

la protección y prevención en materia de salud, al admitir los

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DERECHO DEL CONSUMIDOR A LA INFORMACIÓN...

302

eventuales riesgos ligados con aspectos del desarrollo de estos

pro ductos que son desconocidos hasta el momento por la socie­

dad, sobre la base del principio precaución.

Ahora, del estudio realizado a la sentencia de referencia, se obtie­

ne que el Juez de Distrito se allegó de diversos elementos, pruebas

y demás consideraciones mediante las cuales confrontó el deber a

cargo de los poderes públicos de informar y advertir al consumidor

sobre los ingredientes de los productos alimenticios en tutela del

derecho fundamental a la alimentación nutritiva y de calidad.

Y si bien debe ponderarse el libre desarrollo de la personalidad

que consiste en la facultad de todo individuo a elegir en forma

libre y autónoma su proyecto de vida, en concreto, la libertad que

debe ejercer el consumidor al elegir los productos que desea con­

sumir y la consecuente prohibición del Estado dirigida a regular

qué productos pueden o no consumir las personas en su vida dia­

ria; ese derecho, tal como lo refirió el juzgador, se mermaría si no

contaran con la información veraz sobre el contenido de tales pro­

ductos, de manera que el deber a cargo de los poderes públicos de

informar y advertir al consumidor sobre los ingredientes de los

productos alimenticios constituye una garantía, y no un obstáculo

para el ejercicio eficaz del libre desarrollo de la persona y de las

elecciones del consumidor.

En nuestro concepto, esta determinación encuentra plena justifi­

cación en el hecho de que el Estado tiene la obligación de garan­

tizar la vida, salud e integridad de las personas, en concreto, en el

deber de tutelar y dictar la medidas necesarias a fin de que la infor­

mación suministrada al consumidor sea eficaz, clara y veraz so­

bre la calidad de los productos alimenticios para la salud de las

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MARÍA CRISTINA MARTÍN ESCOBAR

303

personas a fin de que este pueda elegir aquel que desee más para

su proyecto individual.

VI. Injerencia del juez en políticas públicas

Ahora bien, la sentencia del Juez de Distrito revive un viejo debate

de teoría política que puede plantearse en los siguientes cuestio­

namientos: ¿Pueden los jueces ordenar el Estado la adopción de

políticas públicas? ¿Pueden los jueces a través de sus sentencias

establecer órdenes a las autoridades en el diseño de políticas pú­

blicas? O más bien, ¿Pueden los jueces confeccionar políticas

públicas?

Recordemos, el Juez de Distrito, dentro de los alcances de la pro­

tección constitucional, resolvió conceder el amparo para que se

llevaran a cabo las siguientes acciones:

• Las autoridades responsables, en el ámbito de sus compe­

tencias, al diseñar la política pública sobre el etiquetado

de productos alimenticios y bebidas preenvasadas, deberán

tomar en cuenta y respetar los derechos fundamentales a

la salud y a la alimentación de los consumidores.

• Las autoridades responsables, en el ámbito de sus competen­

cias, deberán aplicar directamente el texto constitucional e

inaplicar para el caso en concreto las porciones normativas

declaradas inválidas, y en su caso, adecuar la normativa in­

ternacional a fin de que se modifique el sistema de etique­

tado frontal de alimentos.

• Informar a través de los medios de comunicación que utili­

za en ejercicio de sus funciones sobre los efectos adversos

que genera el consumo de azúcares libres o añadidos en la

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DERECHO DEL CONSUMIDOR A LA INFORMACIÓN...

304

población y especialmente sobre los menores de edad de

acuerdo a los estándares de la Organización Mundial de la

Salud, la Estrategia Nacional para la Prevención y el Control

del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes de 2013 y los estu­

dios del Instituto Nacional de Salud Pública señalados en

esta sentencia.

Pues bien, la tarea fundamental de todo Estado es gobernar a una

comunidad política; y la forma en cómo decide llevarla a cabo de­

termina significativamente el destino de una sociedad. Los go­

biernos intervienen sobre la realidad a través de la acción pública

con una cierta intencionalidad, ya sea para modificarla o para

intentar mantener el statu quo.12 El qué hace un gobierno y cómo

lo hace, al intervenir sobre una determinada realidad, reconoce

varios mecanismos, siendo uno de los principales las "políticas

públicas", pues éstas representan la realización concreta de

las deci siones o mandatos de los gobiernos.13

Las políticas públicas son aquellas decisiones y posteriores accio­

nes gubernamentales plasmadas en la resolución de un problema

social, cuya ejecución favorecerá la función primordial de toda en­

tidad de atender los problemas de una sociedad. Juegan un papel

fundamental para la adecuada protección de los derechos huma­

nos, pues no basta ni es suficiente la positivación de un derecho

en el sistema normativo, sino que para lograr su eficacia se re­

quiere necesariamente la inclusión de temas relacionados con el

12 Cfr. Fierro, Jaime, Guía Metodológica para la Formulación de Políticas Públicas Regionales, Chile, gtz – Subdere, 2008, pág 7.

13 Cfr. idem.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 304 22/11/17 2:28 p.m.

MARÍA CRISTINA MARTÍN ESCOBAR

305

desarrollo y la gobernabilidad mediante procesos de diseño, formu­

lación, ejecución y evaluación de políticas públicas.14

En este sentido, los derechos humanos deben inspirar al Estado

en el diseño e implementación de las políticas públicas, requi­

riendo de él acciones afirmativas tendentes a lograr un estándar

máximo de salvaguarda y protección de tales derechos. Por ello,

el papel fundamental de las políticas públicas en el diseño de

acciones del gobierno, es el de ser una directriz para la ejecución

de los mandatos contenidos en una norma; es decir, la exigencia

plena de los derechos humanos debe llevarse a cabo mediante

acciones gubernamentales.

Así, si bien corresponde a la actividad jurisdiccional contrastar su

labor con el principio de progresividad de los derechos fundamen­

tales y con el principio pro persona mediante pronunciamientos

que den las directrices para lograr su efectividad, la limitante se

encuentra en la invasión de facultades que corresponden a otros

Poderes de la Unión. Desde nuestra perspectiva, la autoridad ju­

dicial carece de fundamento democrático para tomar y adoptar

decisiones de políticas públicas, fundamento que sí tendrían el

Legislador y el Ejecutivo.

En el caso, el Juez de Distrito actuó quizá ante una falta de regu­

lación específica sobre el tema del informe nutrimental de ciertos

productos alimenticios, cuya regulación correspondía en primer

lugar a las autoridades estatales —primeras obligadas a afrontar

una situación socialmente relevante—, sin embargo, lo hicieron en

14 Cfr. Jiménez Benítez, William G., Políticas públicas, normas jurídicas y papel de los jue-ces", Ponencia presentada el 30 de octubre de 2012 en la XVII Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Cartagena, Colombia.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 305 22/11/17 2:28 p.m.

DERECHO DEL CONSUMIDOR A LA INFORMACIÓN...

306

forma precaria e inefectiva. Es ante ese déficit de implementa­

ción que el juez intervino y ordenó ciertas medidas para la debida

protección de los derechos fundamentales de los consumidores,

sin embargo, esta decisión tiene repercusiones importantes, en­

tre ellas, los límites de la jurisdicción constitucional en el ejerci­

cio de sus funciones. En nuestro concepto, uno de los límites del

juez es su propia competencia. En nuestro sistema jurídico, la auto­

ridad judicial solo puede intervenir una vez sea llamada a pro­

nunciarse sobre una situación jurídica específica, bien sea para

resolverla o como órgano de consulta. Se trata de una justicia a

petición de parte, que opera luego del ejercicio de las acciones

existentes, en interés particular o en interés del colectivo.15

Así, es indudable que el juez puede constituir un actor fundamen­

tal en las políticas públicas, pero ello debe ser en pleno respeto a

la esfera de atribuciones que le corresponde a los entes públicos;

por lo tanto, el mandamiento judicial debe ser en pleno respeto al

principio democrático de separación de poderes. Lo anterior cons­

tituye un importante desafío, dado que los mecanismos, proce­

dimientos y métodos para el cumplimiento de la obligación de los

Estados de reparar a las perso nas de violaciones a los derechos hu­

manos, en la mayoría de los casos donde impera el moderno es­

tado constitucional de derecho, se expresa mediante la sentencia

de un tribunal jurisdiccional.

15 Henao Pérez, Juan Carlos, "El Juez Constitucional: Un actor de las Políticas Públi­cas", Revista de Economía Institucional 15, 29, 2013, pp. 67­102.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 306 22/11/17 2:28 p.m.

Breve análisis de las medidas tutelares y la justiciabilidad de los derechos economicos, sociales y culturales

IRMA GÓMEZ RODRÍGUEZ* GENARO RAMÍREZ PÉREZ**

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 307 22/11/17 2:28 p.m.

* Secretaria de Estudio y Cuenta. Suprema Corte de Justicia de la Nación (México).** Abogado postulante (México).

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 308 22/11/17 2:28 p.m.

309Previa y merecidamente resulta importante recordar que

el avance en la protección vía jurisdiccional de los Derechos,

Económicos, Sociales y Culturales,1 nos impulsó a mirar y actuar

1 http://www.jornada.unam.mx/2015/01/17/opinion/016a2pol: "…El derecho a una vivienda digna, a la alimentación, al agua, al medio ambiente sano, a la cultura y a la energía, entre otros, constituyen la piedra angular de una verdadera democracia. Cons­cientes de ello, no pocas organizaciones y movimientos sociales han emprendido la lucha política y jurídica para alcanzar a plenitud el goce de las condiciones de vida que les permitan vivir humana y dignamente. Los logros y las brechas abiertas para su defensa son valiosos y diversos. En el terreno jurídico se han logrado sentencias favo­rables en las que jueces y magistrados reconoce los derechos sociales como derechos susceptibles de ser protegidos legalmente. El avance en este ámbito ha sido tal, que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) emitió el Protocolo de actuación para quienes imparten justicia en casos relacionados con proyecto de desarrollo e infraes­tructura (http://ow.1y/HjzCY). Este documento forma parte de una serie de protocolos que años recientes ha emitido la SCJN, muchas veces ayudada por diversas organiza­ciones de la sociedad civil que tienen amplia experiencia en estos temas, de bido a su trabajo con personas y comunidades que padecen violaciones sus derechos colectivos. Se trata, pues, de una herramienta que oriente a las y los juzgadores frente a aquellos casos de violación de derechos relacionados con supuestos proyectos de desarro­llo o infraestructura, también conocidos como megaproyectos. Con base en están­dares de derecho internacional, construye una definición de dichos proyectos, expli cando cuáles son sus características principales y los beneficios que producen. Proporciona

"En definitiva se trata de buscar la eficacia de la justicia frente a situaciones de urgen­cia que requieren decisiones también de urgencia."

Augusto Mario Morello Enrique Véscovi

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 309 22/11/17 2:28 p.m.

BREVE ANÁLISIS DE LAS MEDIDAS TUTELARES

310

no solamente de manera concéntrica y cerrada, sino también uni­

versal y expansiva, fuera de nuestras fronteras nacionales, a

través de la concepción de modelos jurisdiccionales supranacio­

nales en el respeto y garantía de los Derechos Humanos; en pocas

palabras, iniciar la travesía hacia la globalización de la justicia

universal de todos los derechos fundamentales para todos.

En efecto, la garantía jurisdiccional internacional de los dere­

chos se ha ido abriendo camino en ciertos ámbitos regio­

nales, y en particular en Europa y América. En el ámbito

europeo podemos incluso encontrar avances muy notorios

en la consideración del individuo como sujeto de derechos en

el plano internacional, con capacidad para acudir a instan­

cias internacionales para obtener una respuesta frente a la

vulneración de sus derechos imputable a un Estado. En esta

línea hay que destacar la gran labor llevada a cabo por el

Consejo Europeo, organización internacional creada el 5 de

mayo de 1949 entre varios países de Europa occidental (y a

la que posteriormente se han incorporado Estados de Europa

del Este), como comunidad política cuyos valores fundamen­

tales son la defensa de la democracia, es Estado de derecho

y los derechos humanos. En este ámbito pueden destacarse

varios convenios auspiciados por esta organización, y en

particular el Convenio para la Protección de los Derechos

además una serie de principios de carácter general para comprender e interpretar íntegramente los derechos humanos, toda vez que la implementación de un mega­proyecto puede generar violaciones a derechos humanos. El protocolo hace un análi­sis sobre los derechos, incluyendo principalmente los económicos, sociales, culturales y ambientales que se pueden ver afectos. Destaca también la sistematización de sen­tencias, tanto nacionales, como internacionales, que permiten acercarnos a conocer el avance jurisdiccional que existe en esta materia. Es necesario mencionar que el protocolo no es por sí mismo un documento obligatorio, vinculante, pero los instru­mentos jurídicos nacionales e internacional en los que está fundamentado sí lo son. Ojalá esta herramienta sirva de apoyo a las y los impartidores de justicia, a quienes corresponde determinar la viabilidad y legitimidad de un proyecto de desarrollo. E igualmente a la sociedad civil, a la comunidad académica y a los pueblos que luchan por la defensa de sus territorios, bienes naturales y derechos económicos, sociales, culturales y ambientales…"

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 310 22/11/17 2:28 p.m.

IRMA GÓMEZ RODRÍGUEZ • GENARO RAMÍREZ PÉREZ

311

del Hombre y las Libertades Fundamentales, firmado en

Roma el 4 de noviembre de 1950 y dedicado fundamental­

mente a los derechos civiles y políticos (en adelante, "Convenio

de Roma" "Convenio europeo" o simplemente, "el Conve­

nio), y la Carta Social Europea, firmada en Turín el 18 de

octubre de 1961, que recoge sobre todo derechos del ámbito

social y económico.

Como antes apuntaba, este modelo de reconocimiento y ga­

rantía de los derechos en un ámbito geográfico limitado ha

sido posteriormente utilizado en otros continentes, siendo

de destacar la protección alcanzada en América, a tra vés de

un sistema que presenta no pocas semejanzas.2

Sin embargo y contrastando lo anterior, la tan anhelada justi­

ciabilidad de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, ha

encontrado ante una realidad pujante, un "trato diferenciado" y

"discriminatorio" en su tutela judicial efectiva, al ser confrontados

con los Derechos Civiles y Políticos; es decir, un desbalanceado

"peso­contrapeso" al tratar de dimensionar su alcance de protec­

ción y garantía jurisdiccional.

Efectivamente, si bien es cierto los Derechos Económicos, Socia­

les y Culturales se les reconoce la calidad y el aprecio de derechos

del hombre, también no menos verdad resulta que en la práctica

no están concebidos como tales, a diferencia de los Derechos

Civiles y Políticos, los cuales aparte de ser reconocidos universal­

mente se encuentran dotados de un estatuto y trato jurídico que

los garantiza en su pleno ejercicio. De tal forma debe hacerse

2 FRANCISCO JAVIER DÍAZ REVORIO. "Tendencias recientes de la justicia constitu­cional en el mundo". Ensayos escogidos. Enrique Uribe Arzate, Pedro José Carrasco Parrilla (coordinadores Universidad de Castilla­La Mancha). Serie El Derecho. Miguel Ángel Porrúa Editor. México 2011., pp 104­105.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 311 22/11/17 2:28 p.m.

BREVE ANÁLISIS DE LAS MEDIDAS TUTELARES

312

notar la diferencia entre los conceptos "reconocimiento" y "garantía"

de los derechos, puesto que el primero no implica la circunstan­

cia de plena realización en la realidad, lo que lamentablemente

sucede con los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, los

que a título personal consideró no se encuentran debidamente

garantizados.

Son de entenderse los procesos históricos y sociales que han for­

jado la construcción y desenvolvimiento de tales derechos huma­

nos, los cuales siempre han estado presentes en la historia de la

humanidad como sociedad, tal y como lo expone el señor Magis­

trado Armando Cruz Espinosa de la siguiente manera:

La teoría de los derechos humanos se ha conformado en una

corriente teórica que se conoce como constitucionalismo,

cuya esencia resalta el principio ideal de todo Estado, el "go­

bierno de las leyes". La teoría "apropiada" o al menos con­

veniente para los presentes efectos es la que percibe a los

derechos humanos como un movimiento histórico y civili­

zatorio que ha progresado conforme se han superado distin­

tas crisis de los modelos de Estado —Estado liberal, Estado

benefactor y Estado regulador— y sostiene la conveniencia

de agrupar los derechos humanos en tres generaciones. Como

afirman Richar Pierr y Burns H. Veston, la historia del con­

tenido de los derechos humanos refleja la evolución de las

percepciones de qué valores y capacidades exigen, en dife­

rentes momentos, mayor atención y, simultáneamente, de­

mandas a la humanidad de continuidad y estabilidad, lo cual

es explicado por la teoría generacional de los derechos hu­

manos. El autor de esta teoría es Karel Vasak y su inspi­

ración fueron los tres temas de la revolución francesa, la

primera generación de derechos civiles y políticos —liber­

tad— la segunda generación de los derechos económicos,

sociales y culturales —igualdad— y la tercera generación

derechos de solidaridad —fraternidad. Esta clasificación no

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 312 22/11/17 2:28 p.m.

IRMA GÓMEZ RODRÍGUEZ • GENARO RAMÍREZ PÉREZ

313

es lineal ni está ordenada axiológicamente, más bien, son

acumulativos, traslapados e interdependientes. Las tres gene­

raciones implican modalidades distintas de conseguir la

dignidad humana y corresponden al género de los derechos

humanos, pero, como lo sostiene María José Falcón y Telia,

este modelo teórico no busca generar compartimentos rí gi­

dos y cerrados que separen los derechos humanos en cate­

gorías perfectamente nítidas, porque "los derechos en realidad

están interrelacionados e introducen fronteras fluidas y

fluctuantes", incluso hay derechos híbridos, como el dere­

cho a la educación, ubicado entre la primera y segunda ge­

neración, o el derecho al medio ambiente saludable, ubicado

entre la segunda y tercera.3

Partiendo de lo expuesto y entrando de lleno al desarrollo del pre­

sente tema resulta importante hacer el siguiente planteamien to

desde una perspectiva hermenéutica:

"A caso las medidas tutelares, conocidas en el plano internacio­

nal como medidas provisionales y medidas cautelares, siendo

una figura procesal elemental y básica en la preservación de una

situación jurídica fundamental, tendrían que entenderse e im­

plementarse en la praxis con una naturaleza jurídica "diferente"

o "especial" en su justiciabilidad al garantizar la observancia de

los Derechos Económicos, Sociales y Culturales con especial refe­

rencia a los Derechos Civiles y Políticos."

Dicho en otras palabras: "Las medidas tutelares encuentran me­

nor resonancia de protección jurisdiccional al tratar de garanti­

zar el pleno ejercicio de los Derechos Económicos, Sociales y

3 Armando Cruz Espinosa, "ACCIONES COLECTIVAS Reflexiones desde la Judicatura" –Acciones Colectivas en México, Poder Judicial de la Federal, Consejo de la Judicatura Fe­deral, Instituto de la Judicatura Federal­Escuela Judicial. 2013. Introducción páginas 148­149.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 313 22/11/17 2:28 p.m.

BREVE ANÁLISIS DE LAS MEDIDAS TUTELARES

314

Culturales a diferencia de los Derechos Civiles y Políticos que tie­

nen un mayor rango de garantía al activar alguna medida preven­

tiva para evitar se tengan por consumados en razón a su afectación

y de un modo irreparable."

Para tratar de solventar lo mejor posible la cuestión planteada y

atendiendo a una necesidad de orden en su exposición se acudirá

a un método comparativo4 que se presenta como un criterio de

la interpretación valorativa de los resultados empíricos, y que en el

presente desarrollo tendrá dos fines concretos: (a) hacer compren­

sibles las cosas desconocidas a partir de cosas conocidas mediante

la analogía, la similitud o el contraste (la llamada comparación

pedagógica); y (b) sistematizar, enfatizando precisamente la dife­

rencia (la llamada comparación sistematizadora), «consideran­

do lo particular del objeto analizado no como singularidad sino

como especificidad».5

Para ello se acudirá, como primer objeto de estudio referencial, al

Derecho Patrio, concretamente al Juicio de Amparo, el cual prevé

y regula una medida cautelar de suma importancia como lo es la

figura procesal de la suspensión,6 para posteriormente hacer una

4 Método Comparativo, procedimiento de la comparación sistemática de casos de análisis que en su mayoría se aplica con fines de generalización empírica y de la veri­ficación de hipótesis. Cuenta con una larga tradición en la metodología de las ciencias sociales; aunque también se encuentra en otras disciplinas, puede decirse que en grado especial es propia de la Ciencia Política.

5 Un principio general de la metodología por comparación es que "no se puede com­parar lo que no es parecido o igual".

6 El artículo 107, fracción X de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexica­nos establece: "…Los actos reclamados podrán ser objeto de suspensión en los casos y mediante las condiciones que determine la ley reglamentaria, para lo cual el órgano jurisdiccional de amparo, cuando la naturaleza del acto lo permita, deberá realizar un análisis ponderado de la apariencia del buen derecho y del interés social. Dicha sus­pensión deberá otorgarse respecto de las sentencias definitivas en materia penal al comunicarse la promoción del amparo, y en las materias civil, mercantil y adminis­trativa, mediante garantía que dé el quejoso para responder de los daños y perjuicios que tal suspensión pudiere ocasionar al tercero interesado. La suspensión quedará sin

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 314 22/11/17 2:28 p.m.

IRMA GÓMEZ RODRÍGUEZ • GENARO RAMÍREZ PÉREZ

315

revisión de las medidas provisionales y medidas cautelares en el

plano internacional. Figuras procesales de previo y obligado pro­

nunciamiento que respectivamente se decantan tanto en sede

nacional como en el ámbito mundial, particularmente estas últi­

mas en el Sistema Interamericano de Protección a los Derechos

Humanos a través de sus Órganos Colegiados: Comisión Intera­

mericana de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de

Derechos Humanos.7

Así se tiene que en sede nacional la finalidad tuteladora y el objeto

de mantener viva la materia del juicio de amparo es de importan­

cia capital para una real y eficiente justiciabilidad de todo de­

recho fundamental, ya sea en el ámbito civil o político, o en la

dimensión económica, social y cultural, lo que se concretiza con

el acto procesal cautelar denominado "suspensión provisional

y/o definitiva".

La Nueva Ley de Amparo8 regula diversas clases de suspensión,

conservándose la de oficio y la instancia de parte; sin embargo, la

primera se subdivide cuando es de plano y de trámite incidental.

Distinguiéndose así los siguientes tipos de suspensión. I. Suspen­

efecto si éste último da contragarantía para asegurar la reposición de las cosas al es­tado que guardaban si se concediese el amparo y a pagar los daños y perjuicios consiguientes…"

7 El Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos, además de integrarse con los citados órganos colegiados, se conforma con los documentos base, tales como la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, aprobada en la 9a., Conferencia Internacional Americana en Bogotá, Colombia, el 02 de mayo de 1948. La Convención Americana sobre Derechos Humanos, también llamada "Pacto de San José de Costra Rica", suscrita en San José de Costa Rica el 22 de noviembre de 1969, en la Conferencia Especializada Interamericana sobre Derechos Humanos. Así como con las Obligaciones de los Estados miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) en materia de Derechos Humanos.

8 Nueva Ley publicada en el Diario Oficial de la Federación el 2 de abril de 2013.

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BREVE ANÁLISIS DE LAS MEDIDAS TUTELARES

316

sión de oficio y de plano. II. Suspensión de oficio con trámite inci­

dental. III. Suspensión a instancia de parte.

I. La suspensión de oficio y de plano (sin mayor trámite) de con­

formidad con el artículo 126 de la ley de la materia en vigor, se

concederá de esta forma cuando se trate de actos que importen

peligro de privación de la vida, ataques a la libertad personal fuera

de procedimiento, incomunicación, deportación o expulsión, pros­

cripción o destierro, extradición, desaparición forzada de perso­

nas, alguno de los prohibidos por el artículo 22 de la Constitución

Política de los Estados Unidos Mexicanos,9 así como la incorpora­

ción forzosa al Ejército, Armada o Fuerza Aérea nacionales.

Como podrá apreciarse, ahora se contempla de manera expresa

la "incomunicación" y atendiendo las sentencias más recientes de la

Corte Interamericana de Derechos Humanos, ya se incluyó como

causal para la suspensión de plano la "desaparición de personas", es

por ello qué en todos los supuestos el juzgador debe actuar con

un máximo de cuidado al atender los hechos expuestos en la de­

manda, o bien, al señalamiento expreso de las partes, externado

bajo protesta de decir verdad.

De lo anterior, queda claro que tal medida cautelar —suspensión

atendida de oficio por el órgano jurisdiccional y decretada inmediata­

mente o de plano— se perfiló principal y únicamente en la protec­

ción cautelar en la violación a Derechos Civiles fundamentales,

como lo son:

9 Artículo 22. Quedan prohibidas las penas de muerte, de mutilación, de infamia, la marca, los azotes, los palos, el tormento de cualquier especie, la multa excesiva, la con­fiscación de bienes y cualesquiera otras penas inusitadas y trascendentales. Toda pena deberá ser proporcional al delito que sancione y al bien jurídico afectado…".

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 316 22/11/17 2:28 p.m.

IRMA GÓMEZ RODRÍGUEZ • GENARO RAMÍREZ PÉREZ

317

• La vida,

• La libertad en sus diversas variantes: personal y de tránsito,

• El debido proceso,

• Seguridad jurídica,

• Protección de estatus migratorio y

• Plena integridad personal.

Sin que de dicha disposición legal se advierta la protección especial

de algún Derecho Económico, Social y Cultural, es decir, el legis­

lador originario considero que, en la transgresión a esos Derechos

Humanos de carácter estrictamente Civil, la medida cautelar y/o

tutelar preventiva debía de activarse ipso facto y sin mayor trámite

al protegerse los máximos valores del ser humano como la vida, la

libertad, la integridad personal, la seguridad jurídica, el debido

proceso, estatus migratorio etc.

Salvaguardando a como diera lugar la razón de "ser" de la persona

en el planeta tierra —su perpetuación y hegemonía como especie—,

como humano (protegido y libre) el cual vive y se desarrolla en

una sociedad que deba conducirse a través de la dirección de un

Estado de derecho y en una sana convivencia democrática de sus

integrantes.

Fundamentos ideológicos, filosóficos y teológicos, así como teo­

rías y doctrinas instituidas por grandes pensadores como Herbert

Hart, John Rawls, Ronald Dworkin, Luis Recasens y Luigi Ferrajoli

entre otros más, han aportado sin duda alguna un sentido claro

y un valor pletórico a la protección de los Derechos Humanos,

con una relativa inercia en la defensa del individuo como perso­

na en sus Derechos Civiles y Políticos; sin embargo, la excelencia

de ese legado bien podría verse cuestionada al no encontrar en él

respuesta y solución inmediata a las necesidades de la persona,

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 317 22/11/17 2:28 p.m.

BREVE ANÁLISIS DE LAS MEDIDAS TUTELARES

318

pero ahora como parte indispensable de la sociedad, como unidad,

como cohesión multi­personal de igualdad, así como de su medio

ambiente, ya que su vulnerabilidad inmediata y letal no sólo se

podrían dirigir hacia el individuo como persona, al poner en ries­

go su vida, su libertad —en todas sus expresiones—, su integridad

personal, sus bienes y posesiones, su estatus migratorio y su dig­

nidad, sino que también esa fragilidad, que en no muy pocas

ocasiones es igualmente lastimosa, perniciosa y letal se actualiza

igualmente en determinados grupos sociales en condición de vul­

nerabilidad, manifestándose claramente ante un abrumador y

desgarrador déficit (prestacional) de salud pública de calidad, tra­

bajo estable y bien remunerado, educación de calidad, vivienda

digna y medio ambiente sano etc.

II. Suspensión de oficio con trámite incidental. Una de las mayo­

res novedades en la Ley de Amparo es la inclusión de la modali­

dad de la suspensión de oficio con trámite incidental, puesto que

se prevé que ésta será procedente cuando se reclamen la extradi­

ción y actos que, de llegar a consumarse, harían físicamente im­

posible al quejoso restituir en el goce de su derecho reclamado

(supuesto en el que antes procedía la suspensión de plano), en el

entendido de que el juzgador deberá pronunciarse en torno a

tal medida en el cuaderno respectivo y no en el auto dictado en el

expediente principal de amparo, lo que trae como consecuencia

procesal inmediata la sustanciación de un cuaderno incidental

con lo cual las partes tendrán el derecho procesal de aportar me­

dios de prueba y esgrimir alegatos en audiencia. Lo que una vez

substanciado conllevará al dictado de la resolución interlocuto­

ria en la que se resuelva en definitiva sobre la suspensión.

Este trato substancial y procesal concebido en la naturaleza de la

suspensión de oficio y tramitada vía incidental, no impone una

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 318 22/11/17 2:28 p.m.

IRMA GÓMEZ RODRÍGUEZ • GENARO RAMÍREZ PÉREZ

319

mayor urgencia para decretar la medida cautelar y/o preventiva

como en la suspensión de oficio y de plano, empero exige un ele­

mento de procedencia al establecer que el acto de autoridad y/o

de un particular10 en caso de llegar a consumarse, haga física­

mente imposible al quejoso restituir en el goce de su derecho

reclamado.

Como podrá apreciarse, el elemento clave para que opere dicha

medida de suspensión queda a criterio del órgano jurisdiccional,

pero en función a la imposibilidad de restituir el ejercicio y/o goce

del derecho reclamado, resultando claro que al no tratarse de los

Derechos Civiles fundamentales: como la vida, la libertad, la in­

tegridad personas etc., etc., bien podría atreverme a decir que

incluso los Derechos Políticos fundamentales (verbigracia: derecho

a votar y ser votado, de reunión, de asociación etc., etc.) e igual­

mente a los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, por ejem­

plo: la negativa por parte de la autoridad o de un particular a la

prestación de servicios médicos de calidad, al acceso a una vivien­

da digna, a la construcción de nuevos centros escolares de exce­

lente nivel etc., caen en una categoría menor diferenciada y con

ello discriminatoria al no estar privilegiados en su protección y

garantía a través de una medida cautelar eficiencia y expedita.

III. Suspensión a instancia de parte. Si bien en el recién cuerpo de

leyes subsisten como exigencias para conceder la suspensión que

la solicite el quejoso y que no se siga perjuicio al interés social ni

se contravengan disposiciones de orden público, se suprime el

10 Ley de Amparo, reglamentaria de los artículos 103 y 105 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Artículo 5o. Son partes en el juicio de amparo: …II…Para los efectos de esta Ley, los particulares tendrán calidad de autoridad responsable cuando realicen actos equivalentes a los de autoridad, que afecten derechos en los términos de está fracción, y cuyas funciones estén determinadas por una norma general.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 319 22/11/17 2:28 p.m.

BREVE ANÁLISIS DE LAS MEDIDAS TUTELARES

320

requisito antes previsto en la fracción III del artículo 124 del abro­

gado, consistente en que sean de difícil reparación los daños y

perjuicios que se causen al agraviado con la ejecución del acto: lo

que representa que se concede al juzgador una facultad de ma­

yor alcance para determinar, en cada caso particular, la viabili­

dad de la medida, atendiendo a la apariencia del buen derecho y

al peligro en la demora, acorde con lo dispuesto por la fracción

X del artículo 107 constitucional.

Asimismo, en la actual legislación se traslada la descripción de lo

que ha de entenderse por disposiciones de orden público al ar­

tículo siguiente, en el que se adicionaron nuevos supuestos a

saber:

• Las encaminadas a salvaguardar el aspecto financiero del

conglomerado social.

• Las relativas a que se impida el aprovechamiento o explota­

ción de los bienes del dominio directo referidos en el artícu­

lo 27 de la Constitución Federal.

• En los procedimientos en los que de concederse la suspen­

sión se afecten intereses de menores o incapaces o se impi­

da el pago de alimentos.

Cabe hacer notar que con la reforma a la Ley de Amparo se elimi­

nó la prohibición de conceder la mencionada suspensión a ins­

tancia de parte cuando se produzca daño al medio ambiente o al

equilibrio ecológico. Asimismo, aun cuando subsiste la hipótesis

de que existe una afectación al orden público cuando con la con­

cesión de la medida suspensional se permita el incumplimiento

de órdenes militares, ahora se delimita qué tipo de mandamien­

tos de dicha índole realmente son susceptibles de transgredirlo.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 320 22/11/17 2:28 p.m.

IRMA GÓMEZ RODRÍGUEZ • GENARO RAMÍREZ PÉREZ

321

Aclarando que la inobservancia involucra únicamente a quienes

forman parte de la milicia y sólo en situaciones excepcionales,

como aquellas tendentes a salvaguardar la independencia, sobe­

ranía y seguridad nacionales, así como el auxilio a la población

civil. Ponderación que se encuentra en armonía con diversos cri­

terios establecidos en resoluciones dictadas por órganos del Po­

der Judicial de la Federación, en las que se ha determinado que

por el simple hecho de estar en presencia de un acto emitido por

una autoridad militar no necesariamente conduce a concluir que

la suspensión decretada contra su ejecución pueda implicar

perjuicio a la sociedad o contravención a disposiciones de orden

público.

Se hace notar que la legislación en trato faculta al Juez Federal

para que, excepcionalmente, conceda la suspensión no obstante

que se trate de actos que se estimen atentatorios del orden público

o el interés social, sin con la negativa pueda causarse una afecta­

ción mayor a ese interés. Esta última posibilidad, que bien no po­

dría estar lejos de acontecer, le faculta al juzgador ponderar algún

caso concreto que con la aplicación rigorista del precepto, preten­

diera un agravio a un sector determinado, pero que, en realidad,

generara una alteración social grave.

El distinguido Señor Juez de Distrito, Tron Petit Jean Claude, en su

libro intitulado "Manual de los incidentes en el juicio de amparo,

México, Themis, 2006", discurre sobre la importancia de dicha me­

dida suspensional al señalar que:

…El acuerdo que concede la suspensión provisional o la re­

solución que otorga la definitiva, pueden ser de la máxima

importancia para la eficacia y funcionalidad del juicio de

amparo.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 321 22/11/17 2:28 p.m.

BREVE ANÁLISIS DE LAS MEDIDAS TUTELARES

322

En efecto, y en tanto que mantienen viva la materia del liti­

gio, le dan sentido y vigencia a la sentencia, pues en ciertos

casos ésta puede ser una quimera si ha desaparecido ya la

materia de la controversia o, incluso, pudo operar el sobre­

seimiento del juicio. De ahí que la ley le conceda un valor

importante a este incidente, regulándolo de manera tal que

tenga una gran eficacia y su trámite sea sencillo y expedito,

pues de no ser así, se frustraría su razón de ser y se convier­

te en inútil.

Causa.­ El antecedente necesario es que el acto reclamado

tenga efectos positivos y, como consecuencia de ello, se de­

crete la suspensión o paralización de tales consecuencias,

siempre con el fin de preservar la materia del juicio.

Con la suspensión, la consecuencia para las autoridades es

imponerles obligaciones bien sean de no hacer o de hacer,

que en caso de desatenderse, conducirán irremediablemen­

te a la violación del acuerdo o resolución de suspensión.

Finalidad.­ Lo que se persigue con el incidente de referencia,

es mantener la operatividad y eficacia del proveído cautelar

que ordena la suspensión; y en caso de que fuere violada

por las autoridades, esclarecer ese evento, conminarlas a

acatar la decisión en lo subsecuente y restituir las cosas al

estado que tenían al momento en que se decretó la sus­

pensión, preservando con ello la materia del juicio hasta en

tanto se decida la controversia en lo principal. Otro aspecto

importante es dejar perfectamente definida y, en su caso,

fincada la responsabilidad de las autoridades, para aplicar

las sanciones conducentes…

Como podrá apreciarse el rasgo característico de tal medida cau­

telar es sin duda alguna la "paralización" de cualquier acto pro­

veniente de autoridad competente para emitirlo, o bien de un

particular que los emita de forma equivalente a aquella, y con

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 322 22/11/17 2:28 p.m.

IRMA GÓMEZ RODRÍGUEZ • GENARO RAMÍREZ PÉREZ

323

ello activar de inmediato la garantía de tutela judicial efectiva11

en protección de los derechos fundamentales trastocados; de ahí

la vital importancia de echar a andar la maquinaria judicial a tra­

vés de la justiciabilidad12 de todos los derechos fundamentales,

tanto civiles y políticos, como económicos, sociales y culturales.

De tal suerte que el juicio de amparo resulta un medio y fin de­

terminante para la garantía y protección de los derechos funda­

mentales, pero con el importante énfasis en la implementación

oportuna de la medida cautelar denominada suspensión (de ofi­

cio, de plano a petición de parte, provisional y definitiva) que sin

duda alguna hace real su justiciabilidad y torna pleno el ejercicio

de la garantía individual de tutela judicial efectiva.

Pues bien, ante tan importante característica cautelar y protectora

de la figura procesal en estudio, me queda claro que ésta debe de

operar y/o activarse de inmediato (de oficio y de plano) en la pro­

tección y garantía efectivas no sólo de los Derechos Civiles y Polí­

ticos, sino igualmente en los Derechos Económicos, Sociales y

11 Conforme a los artículos 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, 1o. y 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, son obligacio nes de los juzgadores, salvaguardar el derecho humano a la protección judicial, favorecer en todo tiempo a las personas con la protección más amplia e impartir justicia pronta y expedita, pues acorde al artículo 1o. de la Constitución Federal, las autoridades tie­nen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos, de manera que la falta de resolución pronta, completa e imparcial que categórica­mente establece el artículo 17 de la propia Constitución, haría nugatoria la garantía individual de tutela judicial efectiva.

12 La justiciabilidad entendida como el proceso jurídico a través del cual se exige a la autoridad competente resolución sobre el incumplimiento de autoridades diversas en cuanto a los derechos específicos de la ciudadanía que se presumen violenta­dos. En cambio la exigibilidad de estos derechos se podría definir como un proceso sociopolítico en el que a través de mecanismos diversos, uno de los cuales es el judicial, se exige a los estados el cumplimiento de sus obligaciones para con la ciudadanía , en tanto que detentadora de derechos. La exigibilidad en este sentido comprende diver­sos tipos de acción como lo son la denuncia del incumplimiento, la movilización, la presión, el cabildeo, en síntesis: el uso del poder político de la sociedad para exigir del Estado el cumplimiento de las obligaciones que por derecho le corresponde.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 323 22/11/17 2:28 p.m.

BREVE ANÁLISIS DE LAS MEDIDAS TUTELARES

324

Culturales, porque como se hecho notar solamente en aquellos va­

lores y condiciones supremas del ser humano, como persona: (la

vida, libertad, integridad personal, seguridad jurídica, debido pro­

ceso etc., etc.) su efectividad es inmediata y contundente, no así

en los derechos fundamentales en los que, o bien, están en peligro

inminente o de plano ya están siendo afectados en su protección

y garantía, tal es caso a la salud pública de alguna comunidad

vulnerable (ejemplo: comunidades indígenas o grupos de perso­

nas desplazadas por inseguridad o conflicto armado), en la educa­

ción de calidad de muchas generaciones e, incluso en la alimentación

nutritiva básica de las personas (concretamente aquellas que se

encuentran en condición de calle o personas de la tercera edad);

porque es innegable que existe un aletargamiento, falta de inte­

rés, despreocupación e indiferencia en el ejercicio de la garantía

de tutela judicial efectiva (justiciabilidad) y los daños ocasionados

son más que irreparables, son en la realidad catastróficos para

todo conglomerado social de un país porque a la postre sus

efectos dañinos se extienden en toda una población.

Y si bien es cierto que la Ley de Amparo, prevé tanto la suspen­

sión de oficio tramitada en vía incidental, así como la promovida

a petición de parte, estableciendo requisitos de procedibilidad ta­

les como:

• Cuando se reclamen actos que, de llegar a consumarse,

harían físicamente imposible al quejoso restituir en el goce

de su derecho reclamado;

• La solicite el quejoso;

• Que no se siga perjuicio al interés social ni se contravengan

disposiciones de orden público;

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 324 22/11/17 2:28 p.m.

IRMA GÓMEZ RODRÍGUEZ • GENARO RAMÍREZ PÉREZ

325

• Considerar y atender a la apariencia del buen derecho; y

• El peligro en la demora.

Los que al colmarse por el peticionario del juicio de amparo y re­

clamar la afectación y/o violación a sus derechos fundamenta­

les, tales como salud pública de calidad, trabajo estable y bien

remu nerado, educación de óptimo nivel, vivienda digna y medio

ambiente sano etc., trae como consecuencia que se decrete

la suspensión en esos términos, sin embargo el trato y proce­

dimiento resulta diferenciado y discriminatorio al no alcanzar una vía

de acceso rápida y eficiente para al menos suspender y con ello

paralizar cualquier afectación a los Derechos Económicos, Socia­

les y Culturales que estén en perentorio peligro o bien estén siendo

ya afectados, los cuales resultan en su valores y consideraciones

igualmente importantes para todo ser humano.

Una respuesta a lo anterior, podrían resultar las Acciones Colec­

tivas que mediante decreto publicado en el Diario Oficial de la

Fede ración el 29 de julio de 2010, fue reformado el artículo 17 de

la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, para incluir un

tercer párrafo, en el que se expresó que el Congreso de la Unión

expediría las leyes que regulen las Acciones Colectivas. Esta reforma

partió del reconocimiento de que algunos derechos difusos y co­

lectivos, por su carácter transindividual, quedaban fuera del ám­

bito de protección de los mecanismos tradicionales de carácter

individual, y que era necesario garantizar a los interesados el

acceso a la justicia, para hacer efectivos esos derechos. Posterior­

mente, en decreto publicado en el mismo órgano el 30 de agosto

de 2012, se reformaron y adicionaron diversos ordenamientos lega­

les, entre ellos, el Código Federal de Procedimientos Civiles, para

incluir el Libro V, denominado "De las Acciones Colectivas", en el

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 325 22/11/17 2:28 p.m.

BREVE ANÁLISIS DE LAS MEDIDAS TUTELARES

326

que se precisó el alcance de la norma constitucional aludida; se

indicaron qué tipos de derechos e intereses colectivos serán objeto

de tutela; los procedimientos que se seguirán; la autoridad judi­

cial competente para conocer de ellos; qué sujetos están legitimados

para iniciar los mismos; los alcances y efectos de las sentencias,

y la forma de resarcir la vulneración de los derechos en disputa,

entre los aspectos que más importan.

Figura legal que afortunadamente también regula las medidas pre­

cautorias para su eficacia las cuales se configuran y rigen en tor­

no a los conceptos de necesidad y adecuación; debiéndose tomar

en cuenta que su efectividad radica en su especialización en rela­

ción a los bienes, derechos, e intereses colectivos a los que se dirija.

Este ensayo reelabora el esquema legal establecido en los artícu­

los 610 y 611 del Código Federal de Procedimientos Civiles, bajo

un marco integral que explica las condiciones de trámite, admisibi­

lidad, resultado y efectividad. Estos tópicos se desarrollan también

con relación a diversos aspectos prácticos de su tramitación, y

además se estudian los elementos que debe contener y justificar

una medida precautoria. Empresa anterior que se presta para un

estudio mayormente minucioso y que por obvias razones no se

abordará aquí en razón al fin que se pretende con el desarrollo

del presente trabajo.

Previamente al análisis de las medidas provisionales13 y de las

medidas cautelares, tanto en el Corte Interamericana de Dere­

chos Humanos como en la Comisión Interamericana de Derechos

Humanos, es necesario mencionar brevemente el origen, los ante­

13 Debe puntualizarse que en la Corte Interamericana de Derechos Humanos también se dictan otras medidas denominadas "urgentes". Para lo fines del trabajo me referiré a medidas provisionales y en algunos casos se tratarán como las medidas urgen­tes (en la Corte) y las medidas cautelares (en la Comisión).

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IRMA GÓMEZ RODRÍGUEZ • GENARO RAMÍREZ PÉREZ

327

cedentes, el concepto y el objeto de tales medidas, con la inten­

sión de entender estas instituciones procesales que nacen en el

derecho privado interno de los Estados, y posteriormente se tras­

ladan al derecho internacional público, así como su superposi­

ción de éste al derecho internacional de los derechos humanos, en

cuyo ámbito su objeto es la protección de los derechos humanos.

Los distinguidos procesalistas AUGUSTO MARIO MORELLO y EN­

RIQUE VÉSCOVI, etiquetan a las medidas provisionales y medidas

cautelares, de la siguiente forma:

Decimos medida cautelar, porque no nos parece adecuada

la distinción que han hecho los internacionalistas entre

medidas cautelares y medidas provisionales, provisorias o de

urgencia, todas ellas características de aquellas. Esto es que

no responden, a nuestro juicio, a una distinción científica.14

Su origen cautelar (del latín cautela), es un verbo transitivo, que

significa "prevenir", "precaver". Y cautela (del latín cautela, de ca­

tus, cauto) "precaución y reserva con que se procede". Cautelar,

adjetivo derivado de preventivo, precautorio. "Dícese de las medidas

o reglas para prevenir la consecución de determinado fin o preca­

ver lo que se pueda dificultar".15 A su vez el término "precaver,

significa prevenir un riesgo, daño o peligro, para guardarse de él y

evitarlo.16

Así podríamos establecer en un sentido amplio que por medidas

cautelares se entiende "adoptar las disposiciones para prevenir

14 AUGUSTO MARIO MORELLO y ENRIQUE VÉSCONI. "La eficacia de la justicia. Valor supremo del procedimiento, en el área de la cautela", Revista Uruguaya de Derechos Procesal, núm. 4 1984, pág. 543.

15 Diccionario de la Lengua Española 21a. ed., t. I, Real Academia Española, Madrid, España, Editorial Espasa­Calpe, S.A., 1992, pág. 444.

16 Diccionario de la Lengua Española, ob. cit., t. v, pág. 1095.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 327 22/11/17 2:28 p.m.

BREVE ANÁLISIS DE LAS MEDIDAS TUTELARES

328

un daño o peligro cuando las circunstancias lo impongan"; pero

es en el escenario del derecho procesal en el que se conceptuali­

zan con mayor precisión las instituciones jurídicas.

Un gran aporte al derecho procesal, en general, y en particular al

derecho internacional de los derechos humanos, hizo el insigne

pro cesalista italiano PIERO CALAMANDREI en su célebre obra:

"Introducción al estudio sistemático de las providencias cautelares", al

considerar que la más adecuada denominación es la de "providen­

cia cautelar", porque se distingue por sus propios caracteres de

todas las otras providencias jurisdiccionales. Un carácter distintivo

de las providencias cautelares es su provisoriedad, o sea la limi­

tación de la duración de los efectos propios de estas providencias.

Las mismas difieren de todas las otras providencias jurisdiccionales

no solo por la cualidad de sus efectos, sino por una cierta limita­

ción en el tiempo de los efectos mismos.17

Pero cuál es el interés específico que justifica el decreto de cual­

quiera de las modalidades de las medidas cautelares. Es el punto

de reflexión y de partida del procesalista italiano, quien expresa

lo siguiente:

"Este interés surge siempre de la existencia de un peligro de daño

jurídico, derivado del retardo de una providencia jurisdiccional

definitiva, es decir al dictado de una sentencia definitiva (pericu­

lum in mora)".18 Los aportes del procesalista italiano al derecho

17 PIERO CALAMANDREI, Introducción al estudio sistemático de las providencias cautelares, Buenos Aires, Editorial Bibliografía Argentina, traducción de SANTIAGO SENTÍS MELENDO, prólogo de EDUARDO J. COUTURE, 19454, págs., 31 36 y 37.

18 Peligro en la demora; se aplica a las providencias cautelares porque previenen el riesgo de que la demora en llegar hasta la sentencia hago ilusorio el fin del proceso. GERMÁN CISNEROS FARÍAS. Diccionario de frases y aforismos latinos, México, Uni­versidad Nacional Autónoma de México, 2003, pág. 89.

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IRMA GÓMEZ RODRÍGUEZ • GENARO RAMÍREZ PÉREZ

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procesal general, y en especial al sistema interamericano de dere­

chos humanos, son los siguientes: a) En el derecho procesal se dis­

tinguen dos clases de providencias judiciales, la providencia de

fondo o la providencia definitiva (sentencia) del proceso, y las demás

providencias que el juez adopta en el trámite del proceso; y entre

éstas se destaca la providencia cautelar que tiene el carácter de

la provisoriedad o temporalidad, es decir, de la limitación de la

dura ción de sus efectos en el tiempo; b) La procedibilidad de la pro­

videncia cautelar requiere la presencia de un interés jurídico, que

surge ante la existencia de un peligro de daño jurídico, derivado

del retardo en la producción de la providencia definitiva; es lo

que denomina (periculum in mora), es decir, el riesgo o peligro que

se corre mientras se dicta la providencia definitiva, y tal riesgo

no será otro que la consumación del daño jurídico; c) Ante la emi­

nencia del peligro se requiere que la providencia cautelar tenga el

carácter de urgente, es decir, que el juez debe dictarla sin retardo;

d) Entre el daño temido y el daño efectivo la amenaza de que éste

se consume definitivamente transformándose en un daño irrepa­

rable al derecho; e) Ante la amenaza del derecho, la producción

de la sentencia (providencia definitiva), que protegería dicho de­

recho, ofrece el riesgo de convertirse en una decisión judicial in­

eficaz, por la demora en producirse; f) La demora en la adoptación

de la providencia definitiva alimenta el riesgo irreparable; g) La de­

mora y, consecuentemente, el riesgo de realizarse el daño irrepa­

ra ble, justifica el interés jurídico de la víctima en obtener la

providencia para cautelar el derecho, mientras se produce la pro­

videncia definitiva que finalmente lo garantice y por lo pronto se

protege su existencia.

Estos aportes doctrinales son aplicables a las distintas formas que

adquieren las medidas en el sistema interamericano de derechos

humanos:

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BREVE ANÁLISIS DE LAS MEDIDAS TUTELARES

330

• Medidas provisionales

• Medidas urgentes y

• Medidas cautelares.

Así tenemos que para la procedencia de estas medidas se requie­

re la concurrencia de los siguientes requisitos:

• Que el caso sea grave,

• Que sea urgente y

• Que se busque evitar el daño irreparable.19

Desde el punto de vista procesal en el sistema interamericano las

medidas provisionales se establecieron en la Convención Ameri­

cana sobre Derechos Humanos en los siguientes términos:

"En casos de extrema gravedad y urgencia, y cuando se haga ne­

cesario evitar daños irreparables a las personas, la Corte, en los

asuntos que esté conociendo, podrá tomar medidas provisionales

que considere pertinentes. Si se tratare de asuntos que aún no

estén sometidos a su conocimiento, podrá actuar a solicitud de la

Comisión".20

Esta preceptiva fue desarrollada posteriormente por los reglamen­

tos de la Corte y de la Comisión Interamericanas; en el de ésta se

les denominó medidas cautelares y omite el adjetivo "extrema", a

fin de facilitar el rápido pronunciamientos de la Comisión solici­

tándole al Estado que las adopte.

19 Estos son los estándares internacionales que se exigen para la procedencia de las medidas, según algunos especialistas en la materia.

20 Artículo 63, parágrafo 2, de la Convención Interamericana de Derechos Humanos "Pacto de San José, suscita en la conferencia especializada Interamericana de Dere­chos Humanos del 7 al 22 de noviembre de 1969.

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331

Por su parte el tratadista uruguayo EDUARDO J. COUTURE expresa

que las llamadas providencias cautelares o actos procesales na­

cen con ocasión del proceso, acceden a éste, subsisten mientras

subsiste la razón que las justificó y cesan cuando aquella desapa­

rece, constituyen el resguardo que protege contra los daños que

pudiera causar el juicio que debe seguirse en cierta inferioridad

de condiciones.

En efecto, las providencias cautelares podrían formularse con anti­

cipación a la iniciación de un procedimiento, o concomitante o

simultáneamente con la presentación de la petición (o deman­

da); en otras palabras, las medidas se pueden solicitar previa­

mente a la formulación de la petición; en una u otra hipótesis, el

objeto es resguardar la protección del derecho contra los daños

que podrían producirse eventualmente si tales medidas no se soli­

citaran y decretan judicialmente.

En conclusión, en la Convención Americana y en los reglamentos

de la Comisión y de la Corte Interamericanas se vislumbra el apor­

te del procesalista CALAMANDREI, en cuanto al contenido, natu­

raleza y formalidades jurídicas de las medidas cautelares, las

me didas provisionales o medidas urgentes.

Concentremos ahora el desarrollo del tema en los "derechos huma­

nos" y de las medidas cautelares en trato en el momento de su

violación y/o amenaza. El objeto de las medidas cautelares o provi­

sionales es el de proteger derechos humanos ante amenazas por un

Estado, o por particulares con la aquiescencia, tolerancia, beneplá­

cito u omisión del Estado, por un Estado dentro de la jurisdicción

de otro Estado. Pero antes de abordar dicho planteamiento, debe

quedar claro qué se entiende por amenaza, y según los dicciona­

rios, por amenaza puede entenderse: "Dicho o hecho con que se

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 331 22/11/17 2:28 p.m.

BREVE ANÁLISIS DE LAS MEDIDAS TUTELARES

332

da entender el propósito más o menos inmediato de causar un

mal" .21

En un sentido amplio significa dar a entender con actos o pala­

bras que se quiere hacer algún mal a otro. Desde el punto de vista

penal, significa el anuncio en hechos o expresiones, de causar

a otro un mal que constituya delito bien en su persona, honra o

propiedad.

Según la doctrina: "Las medidas provisionales de protección han

sido ordenadas en la práctica en casos que impliquen una ame­

naza inminente a la vida o integridad personal." Se infiere de lo

anterior, que por lo general las medidas provisionales y cautela­

res giran alrededor de las amenazas, como también de las vio­

laciones en algunos casos. Tanto en una como en otra el efecto

de la medida es diferente: en la amenaza se busca evitar la vul­

neración, mientras que en la violación lograr la cesación de sus

efectos.

Expuesto lo anterior, ahora resulta importante delimitar las cla­

ses de medidas, las que con fundamento en la Convención y en el

Reglamento de la Corte y su jurisprudencia, FIX­ZAMUDIO pre­

senta las siguientes clases de medidas:22

Concretamente las medidas adoptadas por la Corte son:

• Medidas de urgencia. Son aquellas que adopta el presidente

de la Corte, cuando ésta no se encuentra en sesiones, por

las que dispone requerir al Estado para que dicte las provi­

21 GUILLERMO CABANELLAS, Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual, t v. 16a. ed., Buenos Aires, Editorial Heliasta, 1991, pág. 272.

22 HÉCTOR FIX­ZAMUDIO, Prólogo al Compendió de resoluciones de la Corte, medidas provisionales: 1987­1996, E: núm. I, 1996, pág. VIII.

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333

dencias urgentes necesarias23 —para proteger los derechos

humanos—, asegurando la eficacia de las medidas que

des pués podría tomar la Corte en el siguiente periodo de

sesiones. Estas medidas no tienen base convencional ni re­

glamentaria; esta figura se explica en la medida en que la

Corte no es un órgano permanente y por tanto requiere dar

respuesta a requerimientos urgentes para evitar daños irre­

parables. Cuando la Corte entra en sesiones, mediante una

resolución ratifica la resolución adoptada por su presidente

y decreta las medidas provisionales y su alcance jurídico es:

la no decisión sobre el fondo de la controversia existente

entre los peticionarios y el Estado y con ello garantizar que

la Corte puede ejercer fielmente su mandato.

• Medidas provisionales. Son aquellas que profiere directamen­

te la Corte, cuando se encuentra en sesiones ordinarias o

extraordinarias, ordenando al Estado con precisión las me di­

das que sean necesarias para proteger los derechos, o para

preservar una situación jurídica. Estas medidas tienen base

convencional.

• Medidas cautelares. Son aquellas que la Comisión Intera­

mericana le solicita al Estado que adopte. No tienen base

convencional pero están consagradas en el artículo 25 del

Reglamento de la Comisión Interamericana.

Pasemos ahora a señalar los criterios para clasificar las medidas en

estudio. Para EMILIA SEGARES R., las medidas se podrían clasi fi­

car según el sujeto protegido o según el derecho protegido. Es de­

cir, si se trata del sujeto, podrían clasificar según se trate de la

23 O "cuantas medidas sean necesarias", suelen decir las resoluciones que ha dictado el presidente de la Corte.

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BREVE ANÁLISIS DE LAS MEDIDAS TUTELARES

334

presunta víctima, de sus familiares, de un testigo, de una comu­

nidad, etc. Si se clasificara según el objeto o derecho protegido, se

podrían dividir en vida e integridad personal, centros de deten­

ción, etc.24

La clasificación podría ser así:

Según el sujeto afectado

1. Niños

2. Grupo de personas innominadas

3. Una comunidad organizada

4. Una comunidad indígena

5. Familiares

6. Testigos

7. Abogados defensores

8. Cualquier persona

Según el derecho por proteger

1. A la propiedad

2. A garantías judiciales y protección judicial

3. A la libertad de expresión

4. A la vida e integridad personal

5. De circulación o locomoción

6. Al trabajo

7. A la salud.

24 EMILIA SEGARES R., "Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre las medidas provisionales", en Justicia, libertad y derechos humanos. Ensayos en homenaje a Rodolfo E.; Piza Escalante, San José de Costa Rica, Instituto Interamericano de Derechos Humanos, t. I. 2003, pág. 293.

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Esta clasificación permite presentar didácticamente la relación

de las medidas provisionales y las cautelares, que se decretan en

atención a las distintas modalidades de amenazas a los derechos

humanos. En efecto, el sujeto podrá ser presunta víctima o sus

familiares, incluido el abogado defensor en el Estado o ante la

Corte Interamericana; peritos que dictaminaron ante los jueces,

o en estos órganos internacionales; también se ha considerado

un número determinado e indeterminado de personas (una co­

munidad), o una comunidad indígena.

Se hace notar que la jurisprudencia de la Corte y de la Comisión

indica que los derechos humanos más amenazados son el:

• El derecho a la vida y

• El derecho a la integridad personal,

Tal y como lo demuestran las estadísticas; sin embargo, las medi­

das cautelares pueden extenderse a otros derechos o libertades,

tales como la libertad de expresión, el derecho a la educación, el

derecho de residencia, etc.

Siguiendo la jurisprudencia de la Corte de Justicia Centroameri­

cana se podrían clasificar desde otra perspectiva jurídica, a fin de

resaltar las distintas posibilidades que eventualmente puedan

presentarse en la práctica, en la siguiente forma:

Para salvaguardar las personas:

a. Presunta víctima

b. Una comunidad o grupo de personas

c. Familiares de las víctimas

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BREVE ANÁLISIS DE LAS MEDIDAS TUTELARES

336

Para salvaguardar las pruebas:

1. Testigos

2. Peritos

3. Documentos

Para salvaguardar los bienes:

Al respecto, ANTONIO CANCADO TRINDADE sostuvo lo siguien­

te: "Las medidas adoptadas han revelado ser un instrumento de

excepcional importancia para la protección de la vida e integri­

dad personal de víctimas y testigos y para la preservación del

material probatorio en los procesos ante la Corte." 25

Las medidas cautelares y las medidas provisionales se decretan

"inauditam alteram parte", o sea, sin audiencia de otra parte, esto

es, sin audiencia del Estado, es decir, que éste no interviene en la

toma de la decisión por la Comisión o la Corte, según el caso, preci­

samente porque las medidas pretenden frenar o contener el abuso

del poder estatal. Sin embargo, se han presentado casos de solici­

tudes de medidas cautelares a la Comisión en las que ésta, antes

de tomar decisión, pide informes al Estado; consideremos que

todo depende de la gravedad y urgencia. El procedimiento que debe

cumplirse respecto de cada medida es diferente. Comoquiera, las

medidas provisionales proceden en caso de extrema gravedad y

urgencia, a fin de evitar perjuicios irreparables a las personas.

25 "Informe del Presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos a la Comisión de Asuntos Jurídicos y Políticos (CAJP) del Consejo Permanente de la OEA" (16 de marzo de 2000), en Informe: bases para un proyecto de protocolo a la Convención Americana sobre Derechos Humanos, para fortalecer su mecanismo de protección (2001), t. H. 2a.., mayo 2003, pág. 115.

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337

Por último, no debe olvidarse que el objeto y fin de la Conven­

ción es la protección de los derechos humanos; empero de todos

ellos, tanto liberales ­Civiles y Políticos, como de igualdad­Económi­

cos, Sociales y Culturales, por tanto, la preceptiva internacional

debe interpretarse pro homine: la aplicación de la norma más favo­

rable y menos restrictiva a favor de la persona humana.

Conclusiones

Atendiendo al método comparativo y a los fines a los que se pre­

tende arribar con su empleo, en hacer comprensibles las cosas

desconocidas a partir de cosas conocidas mediante la analogía, la

similitud o el contraste (la llamada comparación pedagógica); y

sistematizar, enfatizando precisamente la diferencia (la llamada

comparación sistematizadora), «considerando lo particular del

objeto analizado no como singularidad sino como especificidad»,

paso a su propuesta:

Primera: Se sostiene que tanto en el Derecho Nacional, concreta­

mente, a través del Juicio de Amparo, como en el Sistema Inte r­

americano de Protección a los Derechos Humanos a través de

sus Órganos Colegiados: Comisión Interamericana de Derechos

Hu manos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, existe

y se mantiene un "trato diferenciado" y "discriminatorio" de los Dere­

chos Económicos, Sociales y Culturales en su tutela judicial efec­

tiva (justiciabilidad), al ser confrontados con los Derechos Civiles

y Políticos; al no garantizarse en los primeros un acceso eficaz,

definido y expedito en la implementación de las medidas cautela­

res para evitar como primer deber garante cesen de inmediato los

efectos dañinos en tales derechos y con ello evitar se tengan por

consumados en razón a su afectación y de un modo irreparable.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 337 22/11/17 2:28 p.m.

BREVE ANÁLISIS DE LAS MEDIDAS TUTELARES

338

Segunda: Concientizar y con ello llegar al convencimiento pleno

que la valía, aprecio e importancia para el progreso sostenido de

toda sociedad humana, es el balance y armonía en su protección

judicial tanto de los Derechos, Económicos, Sociales y Culturales,

así como de los Derechos Civiles y Políticos; es decir, reforzar su

indivisibilidad e indisociabilidad en su esfera de justiciabilidad, pues­

to que tanto la vida o libertad son tan transcendentales, como la

salud sostenida de calidad y el hecho de contar con un trabajo

estable y bien remunerado; paradójicamente la vida no sería vida

plena si la persona o personas padecen enfermedades por no

contar con dicho servicio de salud de calidad, o bien, la libertad

de una persona no sería plena al no contar con la oportunidad de

un empleo estable y bien remunerado. Empezando por emplear un

concepto único como: Derechos Humanos Integrados y/o Derechos

Fundamentales Incorporados.

Tercera: La efectividad de las medidas cautelares dependerá de su

grado de especialización; acercar el proceso al tipo de daño, acto,

hecho o actividad, producirá una sustantividad radical pare cida a

los remedies norteamericanos, pero bajo un sistema integrador

y no excluyente entre todos los derechos humanos, tanto libe­

rales ­Civiles y Políticos, como de igualdad­Económicos, Sociales

y Culturales. Condicionar un sistema integrador total, no sólo en

su exigibilidad sino en su justiciabilidad.

Cuarta: Las medidas precautorias colectivas, previstas y regula­

das en las Acciones Colectivas, requieren implementar estrate­

gias para su efectividad, y estas se traducen en una inteligencia

judicial particular para lograr su adecuación constante.

Quinta: El trámite de la medida precautoria puede caracterizarse

dentro de un esquema básico de condiciones de trámite, de admi­

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IRMA GÓMEZ RODRÍGUEZ • GENARO RAMÍREZ PÉREZ

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sibilidad, resultado y efectividad, considerando en todo momento

y de una forma integradora, como unidad, tanto a los Derechos,

Económicos, Sociales y Culturales, así como a los Derechos Civi­

les y Políticos.

Sexta: Al resolver una medida cautelar en cualquiera de los "dere­

chos fundamentales integrados", puede realizarse un esquema de una

norma individualizada colectiva de protección temporal, que

exponga los elementos que constituyen la necesidad y adecuación,

que a su vez se traducen la demostración de la causalidad que

verifique el origen del daño y su imputación. La medida precauto­

ria debe especificar entre otras cosas, el perímetro del derecho o

interés colectivo, las obligaciones directas e indirectas de la de­

mandada, así como los medios de apremio estratégicos para lograr

su cumplimiento, esquematizando éstos últimos en forma tal que

preventivamente se controle su efectividad en forma permanente.

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Derecho humano al agua y al saneamiento. Su justiciabilidad a nivel internacional y en México

JONATHAN BASS HERRERA*

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 343 22/11/17 2:28 p.m.

* Secretario de Estudio y Cuenta. Suprema Corte de Justicia de la Nación (México).

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 344 22/11/17 2:28 p.m.

345I. Marco jurídico internacional sobre el derecho humano al agua

y al saneamiento

El derecho humano al agua y al saneamiento1 no fue re­

conocido expresamente ni en la Declaración Universal

1 Respecto al debate relativo a si debe entenderse un derecho humano al agua y al saneamiento o si deben tratarse como dos derechos distintos, resulta útil la precisión realizada por la Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre el derecho al agua potable y al saneamiento: "La Resolución de la Asamblea General de 2010 por la que se reconoce explícitamente el derecho humano al agua y al saneamiento, la Resolu­ción del Consejo de Derechos Humanos del mismo año que aclara que ese derecho se deriva del derecho a un nivel de vida adecuado y la Resolución del Consejo de Derechos Humanos de 2011 por la que se renueva el mandato de la Relatora Especial sobre el derecho al agua potable y al saneamiento (y se modifica su denominación) se refieren a un solo derecho humano. No obstante, la propia Relatora Especial es de la opinión de que el agua y el saneamiento deberían tratarse como dos derechos humanos dis­tintos, incluidos ambos en el derecho a un nivel de vida adecuado y con idéntico esta­tus. Hay razones prácticas que justifican este enfoque. Con excesiva frecuencia, cuando se mencionan conjuntamente el agua y el saneamiento, la importancia de este último se ve rebajada debido a la preferencia política otorgada al agua. El hecho de nombrar el

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 345 22/11/17 2:28 p.m.

DERECHO HUMANO AL AGUA Y AL SANEAMIENTO...

346

de Derechos Humanos, ni en el Pacto Internacional de Derechos

Económicos, Sociales y Culturales (en adelante, PIDESC) adopta­

dos en 1948 y 1966, respectivamente. Esta omisión atendió al con­

texto mundial de la época, el cual era muy diferente al actual, lo

que se debe principalmente al gran crecimiento demográfico2 y

al deterioro del medio ambiente, que ha contribuido a agravar los

problemas de la falta de agua y saneamiento.

Desde 1970, el derecho al agua y al saneamiento, como un dere­

cho humano independiente comenzó a tener mayor apoyo de la

comunidad internacional a través de declaraciones de naturaleza

no vinculante —soft law—, sin embargo, dichos pronunciamientos

agua y el saneamiento como derechos humanos separados brinda una oportunidad a los gobiernos, la sociedad civil y otros interesados para prestar una atención especial a la definición de normas específicas para el derecho al saneamiento y, a continuación, para la realización de este derecho. Además, la separación del derecho al saneamiento del derecho al agua supone reconocer que no todas las opciones de saneamiento se basan en sistemas basados en el agua." Por lo tanto, para no entrar en dicho debate y exceder los propósitos del presente trabajo, nos referiremos al derecho al agua y al saneamiento como un mismo derecho humano al ser la postura que fue tomada por los órganos de Naciones Unidas en las resoluciones citadas y que motivaron su inclu­sión en nuestro derecho interno.

De Albuquerque, C., Derechos hacia el final. Buenas prácticas en la realización de los dere­chos al agua y al saneamiento, Madrid, Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, Oficina de Derechos Humanos, 2012, p. 32. [recurso electrónico] Visible en: http://www.ohchr.org/Documents/Issues/Water/BookonGoodPractices_sp.pdf

2 Según un Informe de Naciones Unidas, durante el siglo XX, la población urbana mundial se multiplicó por más de diez, mientras que la población rural, aunque tam­bién creció, solo se duplicó. En la actualidad, la mitad de la población mundial vive en centros urbanos; mientras que, en 1900, la población urbana estaba por debajo del 15%. En 1900, no abundaban las <<ciudades millón>> (con más de un millón de habi­tantes) y las de más de 10 millones eran desconocidas: no obstante, alrededor del año 2000, había 387 ciudades de más de un millón de habitantes y 18 con más de 10 mi­llones de habitantes. UN, UNESCO, UNWATER, Programa Mundial de Evaluación de Recursos Hídricos, El agua, una responsabilidad compartida. 2do. Informe de las Naciones Unidas sobre el desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo (versión español), Zaragoza, 2006, pp. 89 y ss., consultado en Mitre Guerra, E.J., El Derecho al agua. Naturaleza jurídica y protección legal en los ámbitos nacionales e internacionales. Madrid, Iustel, 2012, p. 29.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 346 22/11/17 2:28 p.m.

JONATHAN BASS HERRERA

347

sirvieron para evidenciar las prácticas de los Estados y sus obliga­

ciones en relación con ese derecho.3

De manera paralela, varios tratados internacionales de derechos

humanos han incluido una referencia explícita del derecho al

agua y al saneamiento para la realización de otros derechos

huma nos, como se puede observar en el artículo 14.2.h) de la

Con ven ción sobre la Eliminación de todas las formas de Discrimi­

nación con tra la Mujer de 1979,4 el artículo 24.2.c) y e) de la Con­

vención sobre los Derechos del Niño de 19895 y el artículo 28.2.a)

3 La Declaración y Plan de Acción de Vancouver derivada de la Conferencia so­bre Asentamientos Humanos de 1976 identifica el agua como una necesidad básica y emite recomendaciones a países en desarrollo para que lleven a cabo medidas enca­minadas a evitar la contaminación del agua. El Plan de Acción de Mar de Plata deriva­do de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el agua de 1977 insiste que todas las personas tienen derecho al acceso al agua potable en calidad y cantidad necesarias para cubrir sus necesidades básicas. En el mismo sentido se estableció en la Agenda 21 de la Conferencia de Río de Janeiro sobre Medio Ambiente y Desarrollo de 1992. De la Conferencia Internacional sobre Agua y Medio Ambiente de Dublín celebrada en 1992 derivó la Declaración de Dublín en la cual se señala que existe el derecho de todos los seres humanos a tener acceso a agua pura y al saneamiento a un precio asequible. Asimismo el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y Desarrollo del Cairo de 1994 incluye el derecho al agua como una de las garantías indis­pensables para asegurar un nivel de vida adecuado.

Estas declaraciones eventualmente desembocaron en una resolución emitida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 2000 relacionada con el derecho al desarrollo, en la que se reconoció que los derechos a la alimentación y al agua, son derechos fundamentales cuya promoción constituye un imperativo moral tanto para los Estados como la comunidad internacional.

4 "Artículo 14…2. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para eliminar la discrimina­

ción contra la mujer en las zonas rurales a fin de asegurar, en condiciones de igualdad entre hombres y mujeres, su participación en el desarrollo rural y en sus beneficios, y en particular le asegurarán el derecho a:

h. Gozar de condiciones de vida adecuadas, particularmente en las esferas de la vivienda, los servicios sanitarios, la electricidad y el abastecimiento de agua, el transporte y las comuni­caciones.

…"5 "Artículo 24…2. Los Estados Partes asegurarán la plena aplicación de este derecho y, en particular, adopta­

rán las medidas apropiadas para:…

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 347 22/11/17 2:28 p.m.

DERECHO HUMANO AL AGUA Y AL SANEAMIENTO...

348

de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Disca­

pacidad de 2006.6

El derecho internacional humanitario también reconoce el acce­

so al agua potable y al saneamiento. Los Convenios de Ginebra

adoptados en 1949 —ratificados por la mayoría de los países, entre

ellos, México en 1952— y sus Protocolos Adicionales de 1977 rela­

tivos a conflictos internacionales7 se refieren a la importancia que

tiene el acceso al agua y al saneamiento para la salud y la super­

vivencia de los prisioneros de guerra y las poblaciones civiles en los

conflictos armados internacionales y no internacionales.

Unas décadas después, en el año 2002, el Comité de Derechos

Económicos, Sociales y Culturales8 aprobó la Observación General

c) Combatir las enfermedades y la malnutrición en el marco de la atención primaria de la salud mediante, entre otras cosas, la aplicación de la tecnología disponible y el suministro de alimentos nutritivos adecuados y agua potable salubre, teniendo en cuenta los peligros y riesgos de contaminación del medio ambiente;

…e) Asegurar que todos los sectores de la sociedad, y en particular los padres y los niños, co­

nozcan los principios básicos de la salud y la nutrición de los niños, las ventajas de la lactancia materna, la higiene y el saneamiento ambiental y las medidas de prevención de accidentes, ten gan acceso a la educación pertinente y reciban apoyo en la aplicación de esos conocimientos;

…"6 "Artículo 28 …2. Los Estados Partes reconocen el derecho de las personas con discapacidad a la protección

social y a gozar de ese derecho sin discriminación por motivos de discapacidad, y adoptarán las medidas pertinentes para proteger y promover el ejercicio de ese derecho, entre ellas:

a) Asegurar el acceso en condiciones de igualdad de las personas con discapacidad a servicios de agua potable y su acceso a servicios, dispositivos y asistencia de otra índole adecuados a precios asequibles para atender las necesidades relacionadas con su discapacidad;

…"7 Protocolo I. Relativo a conflictos internacionales (ratificado por México), II. Relati­

vo a conflictos no internacionales (no ratificado) y III. Relativo al emblema distintivo adicional (ratificado).

8 Órgano responsable de supervisar el cumplimiento del Pacto Internacional de Dere­chos Económicos Sociales y Culturales, establecido en virtud de la resolución 1985/17, de 28 de mayo de 1985, del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC).

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349

número 15 sobre el derecho al agua,9 la cual constituye una inter­

pretación al PIDESC —suscrito y ratificado por México en 1981—

y es el documento más importante sobre el tema, toda vez que

desarrolla de manera más amplia el contenido del derecho en

cuestión. En ese sentido, el Comité señala que el fundamento ju­

rídico del derecho al agua se encuentra en los artículos 11 (párrafo

1)10 y 12 (párrafo 1)11 del PIDESC, pues se encuadra en las garan­

tías indispensables para asegurar un nivel de vida adecuado, y se

encuentra asociado al derecho al más alto nivel posible de salud

y al derecho a una vivienda y alimentación adecuadas.12

El Comité define el derecho al agua como "el derecho de todos a dis­

poner de agua suficiente, salubre, aceptable, accesible y asequible para el

uso personal y doméstico" pero también reconoce que el agua tiene

diversas finalidades aparte de dichos usos que incluso podían tener

relación con otros derechos —por ejemplo, con el derecho a una

alimentación adecuada, a la salud, a ganarse la vida mediante un

trabajo, a participar en la vida cultural— determinación que pre­

tende evidenciar la importancia del acceso al agua para prevenir

9 En la Observación General número 15 el Comité señaló que el derecho al agua está implícito en el derecho a disfrutar de un nivel de vida adecuado; a partir de 2010 en la Declaración sobre el derecho al saneamiento Doc. E/C.12/2010/1 determinó que ese mismo criterio se aplica también al saneamiento.

10 "Artículo 111. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a un nivel de

vida adecuado para sí y su familia, incluso alimentación, vestido y vivienda adecuados, y a una mejora continua de las condiciones de existencia. Los Estados Partes tomarán medidas apropia­das para asegurar la efectividad de este derecho, reconociendo a este efecto la importancia esencial de la cooperación internacional fundada en el libre consentimiento. 

…"11 "Artículo 121. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona al disfrute del

más alto nivel posible de salud física y mental.…"12 OG. 15 de 2002, Derecho al Agua. (artículos 11 y 12 del Pacto). Doc. E/C.12/2002/11.

Adoptada por el Comité de DESC interpretando el artículo 11 y 12 del PIDESC, en el 21a. periodo de sesiones. párr. 3.

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350

la hambruna, enfermedades y pobreza. Otro uso al que se refiere

es el relativo a garantizar la sostenibilidad de los fines agrícolas.13

Para garantizar la realización efectiva del derecho al agua, el Co­

mité establece ciertas condiciones que debe cumplir la presta­

ción del servicio de suministro de agua:14

a) La disponibilidad, consistente en que el abastecimiento de

agua para cada persona debe ser continuo y suficiente para

los usos personales y domésticos —que comprende el con­

sumo, el saneamiento, la colada, la preparación de alimentos

y la higiene personal y doméstica—. La disponibilidad del agua

debe estar basada en una cantidad mínima de agua para cada

persona, para lo cual el Comité remite a las Guías para la

Calidad del agua potable de la OMS, en la cual se afirma que

la cantidad mínima por persona es de 20 litros.15

b) La calidad, que se refiere a que el agua necesaria para cada

uso personal o doméstico debe ser salubre y tener un color,

olor y sabor aceptables para dichos usos.

c) La accesibilidad, consistente en que el agua y las instala cio­

nes y servicios de agua deben ser accesibles (tanto de mane­

ra física como económica —costos asequibles—) para todos

y sin discriminación alguna. De acuerdo con las directrices

de la OMS, la fuente de agua debe encontrarse a menos de

1 kilómetro de distancia del hogar y el tiempo de despla­

13 Ibidem, párrs. 2, 6 y 7.14 Ibidem, párr. 12.15 Guías para la calidad del agua potable, incluye el primer apéndice. Vol.1:Recomen­

daciones.Tercera edición. pág 82. Visible en: http://www.who.int/water_sanitation_health/dwq/gdwq3_es_fulll_lowsres.pdf

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 350 22/11/17 2:28 p.m.

JONATHAN BASS HERRERA

351

zamiento para la recogida no debería superar los 30

minutos.16

El Comité también hace referencia a diversas obligaciones positi­

vas y negativas de los Estados, tanto de cumplimiento inmediato,

como lo es la adopción de medidas dirigidas a la plena realización

del derecho al agua, así como de aplicación progresiva, mediante

la adopción de políticas hídricas y legislación dirigida a la ade­

cuación de suministro de agua que cumpla con las condiciones

antes descritas.17

Asimismo, establece obligaciones mínimas esenciales, entre las

cuales se encuentran las de garantizar el acceso a la cantidad esen­

cial mínima de agua suficiente para uso personal y doméstico y

prevenir enfermedades, poner en marcha programas de agua des­

tinados para proteger grupos vulnerables y marginados, entre otras

y señala las violaciones en que pueden incurrir los Estados ya sea

mediante acciones u omisiones.18

En el tema relativo a las violaciones al derecho al agua, si el Esta­

do alega la limitación de recursos como imposibilidad para el

pleno cumplimiento de las obligaciones, éste tiene la carga de jus­

tificar que ha tomado las medidas posibles y utilizado todos los

recursos de que dispone para cumplir con el derecho, lo cual se

desprende de la interpretación realizada por el Comité de Dere­

chos Económicos, Sociales y Culturales en la Observación General

16 Idem. 17 OG. No. 15, párrs. 17 y ss.18 Ibidem. párrs. 37 y 39 y ss.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 351 22/11/17 2:28 p.m.

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352

número 3 sobre la índole de las obligaciones de los Estados

Partes.19

Por su parte, la Asamblea General de las Naciones Unidas median­

te la resolución 64/292 de 28 de julio de 2010,20 reiteró el reco­

nocimiento del derecho al agua y al saneamiento como "un derecho

humano esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los dere­

chos hu manos" y exhortó a los Estados a otorgar recursos financie­

ros, capacitación y transferencia de tecnología para ayudar a los

países a proporcionarlo. En el mismo sentido se pronunció el Con­

sejo de Derechos Humanos en la resolución 15/9 de 30 de septiem­

bre de 2010.21

A pesar de que se trata de instrumentos jurídicos no vinculantes,

"muchas resoluciones de la Asamblea General de las Naciones

Uni das son textos de incitación a una modificación del orden ju­

rídico internacional que aunque tengan un valor dudoso, sobre

todo si son adoptados por mayoría, sirven al menos para poner en

cuestión el Derecho establecido y para apuntar hacia el Derecho

deseado por la nueva mayoría de los Estados miembros de la comu­

nidad internacional. El valor jurídico de tales resoluciones, que

en todo caso deben ser consideradas de buena fe por los Estados

miembros de las Naciones Unidas, va a depender de la práctica

internacional."22

19 OG. 3 de 1990, La índole de las obligaciones de los Estados Partes (párrafo 1 del artículo 2 del Pacto). Doc. E/1991/23. Adoptada por el Comité de DESC en el 5o. periodo de se­siones. párr. 10.

20 Resolución 64/292 aprobada por la Asamblea General en la 108o. sesión plenaria, de 28 de julio de 2010. Doc. A/RES/64/292.

21 Resolución 15/9 aprobada por el Consejo de Derechos Humanos en el 15o. periodo de sesiones, de 30 de septiembre de 2010. Doc. A/HRC/RES/15/9.

22 Carrillo Salcedo, J. Curso de derecho internacional público. Madrid, Tecnos, 1991, pp. 132­133, consultado en Mitre Guerra, E.J., Op. cit. pág. 98.

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353

Así, en el contexto del reconocimiento de los derechos de tercera generación se puede identificar la transición hacia al constitucio­nalismo del derecho al agua, teniendo un papel fundamental para ello la resolución de la Asamblea General antes mencionada.23

II. El derecho humano al agua en México

La reforma constitucional al artículo 4o. en cuanto al recono­cimiento del derecho humano al agua, retoma diversos alcances y obligaciones de la citada Observación General No. 15 así como diversas fuentes de índole internacional.

Dicha reforma se compuso de ocho iniciativas presentadas por distintos partidos políticos, las cuales fueron turnadas a la Comi­sión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados, para su análisis y dictamen. Para el dictamen final,24 se tomaron como base las iniciativas presentadas por los Diputados Guillermo Cueva Sada y Jaime Fernando Cárdenas Gracia, haciendo hincapié en que las demás iniciativas se tomarían en cuenta para efectos de enri quecer las consideraciones expuestas.

En cuanto a las fuentes de derecho internacional a las que se hizo referencia en dicha propuesta de reforma, se encuentran las siguientes:

• La Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948,

signada por nuestro país en ese mismo año, en su artículo

25.25

23 Mitre Guerra, E.J., Op. cit. pág. 115.24 Dictamen de la Comisión de Puntos Constitucionales, con Proyecto de Decreto

que Reforma y Adiciona el Artículo 4o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. 28 de abril de 2011.

25 Artículo 25. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios.

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354

• La Observación General número 15 sobre el Derecho al

Agua del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Cultu­

rales de las Naciones Unidas.

• La Convención Sobre los Derechos de los Niños, en su ar­

tículo 24, inciso c).

• El artículo 11, párrafo 1, del Pacto Internacional de Derechos

Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas,

ratificado por nuestro país en 1981.

Además de los pronunciamientos de diversos organismos inter­

nacionales, como:

• La UNESCO, que en su Segundo Informe de las Naciones

Uni das sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el

Mundo, "Agua para todos, Agua para la Vida", ubicó diversos

desafíos mundiales en torno al agua, los cuales atienden

principalmente a la crisis mundial que existe en torno al

líquido vital, y que se resumen en la satisfacción de las

necesidades humanas básicas; en la protección de los eco­

sistemas en bien del planeta, así como de los entornos

urba nos en beneficio de la población; asegurar su abasteci­

miento y promover una industria más limpia; llevar a cabo

un uso responsable del agua, compartiendo dicho recurso

en los niveles interregional y transfronterizo; y asegurar un

desa rrollo sostenible, mediante la correcta administra­

ción del vital líquido.

• Tercer Informe de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo

de los Recursos Hídricos en el Mundo, en el que se señala:

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 354 22/11/17 2:28 p.m.

JONATHAN BASS HERRERA

355

El agua es vital en todos los aspectos de la vida humana. El uso

inteligente del agua y la gestión de los recursos hídricos son

un componente esencial del crecimiento, el desarrollo socio­

económico y la reducción de la pobreza y la igualdad, los

cuales son aspectos esenciales para la consecución de los obje­

tivos del Desarrollo del Milenio.

Hay que crear políticas efectivas y marcos legales para de­

sarrollar, aplicar y reforzar las normas y reglas que regulan

el uso y la protección de los recursos hídricos. Las políticas

hídricas operan dentro de un contexto político local, nacio­

nal, regional y global y de marcos legales que deban apoyar

los objetivos encaminados a una utilización racional del

agua.

Por otra parte, en el dictamen de reforma se hizo también un

estu dio de derecho comparado a fin de tomar en cuenta el conte­

nido de las Constituciones de Ecuador, Chile, Suiza, Portugal y

Cuba, en relación con la regulación del derecho al agua, y se desta­

caron también los antecedentes históricos y las legislaciones loca­

les en relación con el tema.

Después de todo ello, se concluyó, entre otros aspectos relevan­

tes, lo siguiente:

El agua es un recurso natural limitado por lo que su uso y

conservación resultan de interés público, la nación tiene en

todo momento el derecho de transmitir su dominio a los par­

ticulares. Este es un bien fundamental para la vida y la salud.

También es condición necesaria para vivir dignamente y

para la realización de otros derechos. En virtud de que actual­

mente el texto Constitucionalmente regula lo relativo al uso

y aprovechamiento de los recursos hídricos de la nación, los

promoventes plantean adicionar un párrafo al Artículo 4o.

en el que se establezca el derecho de toda persona al acceso,

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 355 22/11/17 2:28 p.m.

DERECHO HUMANO AL AGUA Y AL SANEAMIENTO...

356

disposición y saneamiento de agua para consumo, de mane­

ra suficiente, salubre y asequible, así como el deber a cargo

del Estado de garantizar este derecho.

Como bien lo señalan los promoventes el acceso y disponi­

bilidad que los gobernados tienen a los recursos hídricos, es

un factor que se encuentra directamente vinculado con la

calidad de vida de los gobernados, razón por la que ha sido

contemplado dentro del artículo 11 del Pacto Internacional

de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

El hecho de garantizar este derecho implica el disponer de

agua suficiente, salubre, aceptable, accesible y asequible para

el uso personal y doméstico. Si bien este derecho entraña el

uso y aprovechamiento del recurso, lo cierto es que el Estado

debe garantizar que este tipo de acciones sean congruentes

con la capacidad de carga de los ecosistemas de los cuales se

obtienen, respetando en todo momento los principios de sus­

tentabilidad que rigen la materia, con el objeto de que este

derecho pueda ser ejercido intergeneracionalmente.

Al igual que el derecho a un medio ambiente sano, la natu­

raleza de este derecho lo ubica dentro de los derechos difu­

sos, por lo que se considera adecuado introducirlo como una

garantía individual y a su vez de interés general o colectivo.

Por lo que toca a la redacción del párrafo, ésta contiene las

características básicas para garantizar el derecho al agua,

como el abastecimiento, la calidad y la obligación a cargo

del Estado para garantizarlo.

Estas Comisiones Unidas reconocen que la contaminación

de las cuencas hidrográficas y el abatimiento de los mantos

freáticos son un problema que impide al Estado garantizar

la calidad de los recursos hídricos que son destinados para

consumo humano o para actividades primarias, la reforma

que se propone, se traduce en una importante oportunidad

para impulsar una política nacional dirigida al saneamiento,

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 356 22/11/17 2:28 p.m.

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357

uso y aprovechamiento sustentable del recurso; compromiso

que ha sido adquirido por nuestro país desde hace años

y que desafortunadamente, no se ha podido abordar como

se esperaba, por solo mencionar un antecedente, en 1996 la

XI Reunión de Ministros de Medio Ambiente de América

Latina y el Caribe, de la cual formó parte nuestro país, reco­

noció como el principal problema ambiental de la región, la

contaminación de los ríos y de las franjas costeras.

Estamos de acuerdo en que el derecho al agua, necesaria­

mente debe incorporarse dentro de la gama de garantías

individuales y sociales, ya que es la base para satisfacer otro

tipo de derechos como el Derecho a la Alimentación o el

Derecho a la Salud.

El agua es un elemento indispensable para la vida humana, la

salud y por tanto, elemento esencial para vivir adecuada­

mente, además de ser necesario para la producción de

alimen tos y el desarrollo de otro tipo de actividades econó­

micas. Resulta preocupante que en México, entre 12.1 y

12.8 millones de personas carecen de agua potable, además,

en algunos estados del país, el porcentaje déficit del sumi­

nistro fijo de agua potable alcanza cifras preocupantes tales

son los casos de Guerrero con un 37%; Oaxaca con un 29.9%;

Chiapas con 29.4%; Veracruz con un 27.3%, y Tabasco con

26.2%.

Es por ello que esta Comisión dictaminadora estima nece­

sario mandatar desde la Constitución, el diseño de políticas

públicas que garanticen el derecho social al agua y que a su

vez, se garantice la calidad y cantidad para el consumo hu­

mano y el aprovechamiento sustentable del recurso tal como

lo expresan los pactos internacionales suscritos y ratifica­

dos por México cuyos lineamientos y compromisos aún no

han sido plasmados en nuestra Carta Magna.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 357 22/11/17 2:28 p.m.

DERECHO HUMANO AL AGUA Y AL SANEAMIENTO...

358

Adicionalmente, el hecho de garantizar a la población me­

nos favorecida el acceso a este recurso hídrico se traduce en

un factor determinante para reducir los índices de pobreza

de la nación, hipótesis que se ve fortalecida por lo seña­

lado dentro del Informe de las Naciones Unidas sobre el Desa­

rrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo, coordinado por

la UNESCO. En ese sentido México ha ratificado diferentes

tratados internacionales en el que se establece el derecho

humano al acceso al agua, como el Pacto Internacional de

Derechos Económicos, Sociales y Culturales en sus artícu­

los 11 y 12, la Convención sobre la Eliminación de todas las

formas de Discriminación contra la Mujer en su artículo 14

y en el inciso c) del párrafo segundo del artículo 24 de la

Convención de los Derechos del Niño.

Resulta evidente la voluntad de nuestro país con respecto

al tema planteado por la presente reforma, razón por la cual,

se ve fortalecido su contenido resultando procedente su

aprobación por estas Comisiones Dictaminadoras, ya que el

introducir a la Carta Magna dichos compromisos, impulsan

la Política Nacional sobre el tema.(…)

El texto propuesto en dicho dictamen, es el que se aprobó final­

mente y se encuentra hoy plasmado en el párrafo sexto del ar­

tículo 4o. Constitucional, que para mayor referencia a continuación

se transcribe:

Artículo 4o..­ (…) Toda persona tiene derecho al acceso, dis­

posición y saneamiento de agua para consumo personal y

doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequi­

ble. El Estado garantizará este derecho y la ley definirá las

bases, apoyos y modalidades para el acceso y uso equitativo

y sustentable de los recursos hídricos, estableciendo la par­

ticipación de la Federación, las entidades federativas y los

municipios, así como la participación de la ciudadanía para

la consecución de dichos fines.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 358 22/11/17 2:28 p.m.

JONATHAN BASS HERRERA

359

III. Sistema Interamericano de Derechos Humanos

En el sistema interamericano de derechos humanos, quizás el

precedente más notable en relación con el derecho humano al agua,

se encuentra en el caso de la Comunidad Indígena Xákmok Kásek

v. Paraguay.26

El caso está relacionado con el despojo de tierras ancestrales de

varias comunidades indígenas. En síntesis, la Corte Interameri­

cana de Derechos Humanos emitió un pronunciamiento en cuanto

a la vulneración del derecho a la vida digna de los integrantes de

la comunidad, en donde sostuvo que la asistencia estatal en ma­

teria de acceso y calidad de agua, alimentación, servicios de salud

y educación, no había sido suficiente para superar las condiciones

de especial vulnerabilidad en que se encontraba la comunidad.

En particular, respecto al acceso y calidad de agua como elemento

para poder gozar de una vida digna, la Corte consideró demos­

trado que el agua suministrada por el Estado durante los meses

de mayo a agosto de 2009 no superaba más de 2.17 litros por per­

sona al día. Al respecto, basándose en la Observación General

No. 15 emitida por el Comité de Derechos Económicos, Sociales y

Culturales y otros estándares,27 determinó que la mayoría de las

26 Caso Comunidad Indígena Xákmok Kásek Vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de agosto de 2010. Serie C No. 214.

27 La cita que realiza la Corte Interamericana es la siguiente:"Ver J. Bartram and G. Howard, "La cantidad de agua domiciliaria, el nivel de servicio

y la salud", WHO, 2002. WHO/SDE/WSH/03.02: "Los estimados de las necesidades de las madres lactantes que realizan una actividad física moderada en temperaturas superiores al promedio indican que 7,5 litros per cápita por día atenderían las necesi­dades de la mayoría de las personas en casi todas las condiciones. Cabe observar que la calidad de esta agua debe tener un nivel tolerable de riesgo". Ver también: P.H. Gleick, (1996) "Basic water requirements for human activities: meeting basic needs", Water International, 21, pp. 83­92".

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 359 22/11/17 2:28 p.m.

DERECHO HUMANO AL AGUA Y AL SANEAMIENTO...

360

personas requiere mínimo de 7.5 litros por persona por día para

satisfacer el conjunto de las necesidades básicas que incluye ali­

mentación e higiene.28

En ese sentido, la Corte consideró que las gestiones que el Estado

había realizado no eran aptas para proveer a los miembros de

la Comunidad de agua en cantidad suficiente y calidad adecua­

da, lo cual los exponía a riesgos y enfermedades. En consecuencia,

orde nó la adopción de manera inmediata, periódica y permanente,

del suministro de agua potable suficiente para el consumo y aseo

personal de los miembros de la comunidad y la instalación de letri­

nas o cualquier tipo de servicio sanitario adecuado.

Para tales efectos, la Corte decretó la elaboración de un estudio en

el que se debía establecer: 1) la periodicidad en la que las entre­

gas debían realizarse; 2) el método que debía emplearse para reali­

zar las entregas y asegurar la preservación sanitaria del agua; 3) la

cantidad a entregarse por persona y/o por familia, y; 4) el tipo

y cantidad de servicio sanitario a entregar.29

Estudio que además, siempre debía contar con el punto de vista

de los miembros de la comunidad y que sería transmitido a la

Comisión Interamericana y a los representantes de las víctimas,

a efecto de que remitieran las observaciones que estimaran per­

tinentes y con base en ello la Corte podría disponer al Estado el

requerimiento a los especialistas para que completen o amplíen

el mismo.30

28 Caso Comunidad Indígena Xákmok Kásek Vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de agosto de 2010. Serie C No. 214. párrs. 194­196.

29 Ibidem. párr. 303.30 Ibidem. párr. 304.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 360 22/11/17 2:28 p.m.

JONATHAN BASS HERRERA

361

IV. Derecho comparado

Cada vez existen más tribunales que se han

pronunciado en relación con el derecho humano al agua y al sa­

neamiento y su suministro. En el siguiente apartado se destacan

algunos pronunciamientos relevantes, referentes a la negativa a

prestar el servicio de manera parcial o total.

1. Sudáfrica

En Lindiwe Mazibuko, la Corte Constitucional conoció de un caso

en donde diversos peticionarios demandaban la ilegal instalación

de medidores de agua pre pagados, así como la falta de razonabi­

lidad en las políticas de agua básica y gratuita que existía en la

enti dad al no tomar en consideración a gente de escasos recursos.31

La Corte Constitucional, al resolver la casación interpuesta, consi­

deró que el acceso al agua constituye un derecho perfectamente

protegible, al estar reconocido en la sección 27.1.b de su Carta de

Derechos.

Sin embargo, esta protección no implicaba que dicho órgano en su

carácter de tribunal constitucional, pudiera definir el mínimo bá­

sico del derecho, pues esa resultaba en una tarea poco objetiva

con siderando que la situación de cada grupo social es diferente,

como también sus necesidades.

En este sentido, la Corte reconoció que la Constitución sudafricana

no imponía una obligación al Estado de poner en marcha políti­

cas o la entrega de agua de manera inmediata, sino que suponía

31 Mazibuko and Others V. City of Johannesburg and Others (CCT 39/09) [2009] ZACC 28; 2010 (3) BCLR 239 (CC) ; 2010 (4) SA 1 (CC) (8 October 2009).

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 361 22/11/17 2:28 p.m.

DERECHO HUMANO AL AGUA Y AL SANEAMIENTO...

362

la necesidad de adoptar medidas legislativas razonables, de for­

ma progresiva y de acuerdo a los recursos disponibles para la rea­

lización del derecho de acceso al agua,32 en donde para definir la

razonabilidad indicada se requería de un contexto específico para

que el gobierno pueda determinar la implementación o no de un

programa.33

Finalmente, la Corte consideró que las obligaciones positivas que

la constitución imponía al Estado para el cumplimiento de los

derechos sociales y económicos, podía ser exigible a los tribuna­

les, entre otras formas, a través de las siguientes maneras:

a. Si el gobierno no realizaba ninguna acción para realizar el

cumplimiento de esos derechos, un tribunal podía requerir

al gobierno que tome medidas suficientes.

b. Si las medidas implementadas por el Estado no resultaban

razonables, los tribunales podían ordenar la revisión de las

mismas para cumplir con los estándares constitucionales

de razonabilidad.

Por otro lado, concluyó señalando que la obligación de progresivi­

dad, imponía un deber del Estado de continuamente revisar sus

políticas, con la finalidad de asegurar que pueda satisfacerse de

forma progresiva, el derecho tutelado.34

2. Argentina

La Juez Sustituta de Primera Instancia Civil y Comercial de la Ciu­

dad de Córdoba, conoció de un caso en donde a diversas familias de

32 Ibid., párr. 57.33 Ibid., párr. 60. 34 Ibid., párr. 67.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 362 22/11/17 2:28 p.m.

JONATHAN BASS HERRERA

363

escasos recursos de la localidad, les fue desconectada su toma de

agua, ante la falta de pago.35 Los habitantes buscaron la media­

ción de la autoridad administrativa para que interviniera, pero no

tuvieron una respuesta favorable e incluso les fue suspendida

por parte de la distribuidora la entrega de 50 litros diarios de agua,

a pesar de lo reconocido en el propio marco regulatorio.

En la sentencia, la Juez estimó que la vulneración de ese derecho

comprometía la salud e integridad de los peticionarios teniendo

numerosas implicaciones, en especial para gente que se encon­

traba en situaciones de pobreza.

La Juez reconoció los esfuerzos de la autoridad compareciente

para la futura instalación de un sistema que tomara en conside­

ración la situación socioeconómica de los peticionarios. Asimis­

mo, en cuanto a la posibilidad de desconectar una toma de agua

por falta de pago, estimó que dicha decisión resultaba legal, siem­

pre que ésta se entendiera como una reducción en el suplemento

de agua otorgado y no un cierre total.

Para estos efectos, se ordenó que la autoridad tenía que proveer

un mínimo no de 50 litros de agua diarios por casa, como se esti­

pulaba en la normativa correspondiente, sino que debía de ser de

200 litros diarios, pues el mínimo reconocido resultaba insufi­

ciente para garantizar condiciones básicas de higiene y salud para

una familia.

Adicionalmente, la Juez reconoció que el Estado es el ente encar­

gado de prestar un servicio público a pesar de que pudiera existir

35 Quevedo, Miguel Ángel y Otros c/Aguas Cordobesas S.A. (2002). Consultado en: "The Human Rights to Water and Sanitation in Courts Worldwide. A Selection of National, Regional and International Case Law". Wash United and Water Lex. pp. 81­83.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 363 22/11/17 2:28 p.m.

DERECHO HUMANO AL AGUA Y AL SANEAMIENTO...

364

una concesión hacia entes privados, por lo que era en él quien

recaía la responsabilidad de regular y controlar la distribución

referida.

3. Colombia

La Corte Constitucional colombiana en el caso Flor Enid Jiménez

de Correa v. Empresas Públicas de Medellín,36 conoció de una acción de

tutela en la que a una señora de escasos recursos y con un pa­

decimiento severo en el riñón, le fue cortado el servicio de agua y

energía eléctrica por falta de pago.

Aun cuando posteriormente le fue ofrecido un sistema de refinan­

ciamiento por parte de la compañía, las partes no pudieron acep­

tarlo en vista de la difícil situación económica de la señora.

La acción de tutela eventualmente llegó a la Corte Constitucio­

nal, en donde dicho tribunal, partiendo de una interpretación de

los artículos 11 y 12 del Pacto Internacional de Derechos Económi­

cos Sociales y Culturales y la Observación general 15 del Comité,

sentó las bases para el reconocimiento del derecho al agua, seña­

lando lo indispensable que resultaba para poder llevar una vida

digna, así como un presupuesto para la realización de otros

derechos.

Por otra parte, la Corte reconoció que existe una obligación del

Estado de poder proporcionar agua a todos aquellos que no tie­

nen medios suficientes para acceder a ella, previniendo cualquier

36 Flor Enid Jiménez de Correa c/ Empresas Públicas de Medellín [2007] Corte Constitucional

T­270/07. Consultado en: "The Human Rights to Water and Sanitation in Courts World­wide. A Selection of National, Regional and International Case Law". Wash United and Water Lex. pp. 116­118.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 364 22/11/17 2:28 p.m.

JONATHAN BASS HERRERA

365

tipo de discriminación en cuanto a su distribución y acceso. Asi­

mismo, señaló que para que el agua pudiera ser accesible para

todos, el Estado debía implementar precios accesibles o inclusive

su distribución gratuita.

En consecuencia, la Corte ordenó la reinstalación del sistema de

distribución de agua y ordenó al Estado que asistiera a la señora

para realizar el trámite de una pensión correspondiente con la

que se financiaría el suministro, a partir de un plan de pagos que

sería acordado entre la entidad distribuidora y la promovente.

V. Avances y retrocesos en algunas sentencias emitidas por el Poder Judicial

de la Federación en México en torno al derecho al agua

1. Amparo indirecto 575/2015-I-A del Juzgado Primero de Distrito

en el Estado de Quintana Roo

En este asunto, alrededor de 50 personas, habitantes de la comu­

nidad de San Antonio Soda, ubicada en el Municipio de Othón P.

Blanco, en el Estado de Quintana Roo, promovieron un juicio de

amparo, en el que señalaron como acto reclamado "la omisión

de aprobar presupuesto público para que tengan en su domicilio

acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal

y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible".

Al dar respuesta a la demanda formulada en su contra, las auto­

ridades responsables manifestaron que no contaban con pre­

supuesto para realizar las obras necesarias para dotar de agua a

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 365 22/11/17 2:28 p.m.

DERECHO HUMANO AL AGUA Y AL SANEAMIENTO...

366

dicha comunidad, pues ello requería una inversión de aproxima­

damente $70,000,000.00 (setenta millones de pesos 00/100).37

Una vez tramitado el juicio de amparo, el Juez Primero de Distrito

en el Estado de Quintana Roo, partiendo del análisis del artículo

4o. constitucional que prevé el derecho humano al agua, así como

de los puntos 12 y 16 de la Observación General 15 del Pacto Inter­

nacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, y to­

mando en consideración que las autoridades no exhibieron prueba

alguna o estudio que acreditara el costo de la referida inversión,

y tomando en consideración que el Estado debe tomar medidas

hasta el máximo de los recursos para satisfacer los derechos eco­

nómicos, sociales y culturales,38 concedió el amparo para el efec­

to de que:

a) Las autoridades responsables Ayuntamiento de Othón P.

Blanco, Quintana Roo y Directora de la Comisión de Agua

Potable y Alcantarillado del Estado de Quintana Roo, ambas

con sede en esta ciudad, en el ámbito de sus facultades, debe­

rán tomar las medidas necesarias y realizar los trámites

respectivos, a fin de que los integrantes del poblado de San

Antonio Soda, tengan acceso, disposición y saneamiento de

agua para consumo personal y doméstico en forma suficien­

te, salubre, aceptable y asequible; para lo cual, necesaria­

mente deberán ser incluidos en los proyectos o programas

que sobre el particular se realicen; sin que ello implique que

los impetrantes del amparo queden excluidos de las obliga­

ciones que todo usuario de agua potable tiene, conforme a

las leyes establecidas para tal efecto;

37 Alrededor de $3 millones de dólares de los Estados Unidos de América.38 Se hizo alusión a la tesis aislada de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justi­

cia de la Nación, identificada con el número 2a. CIX/2014 de rubro: "DERECHOS ECO­NÓMICOS, SOCIALES Y CULTURALES, CUANDO EL ESTADO ADUCE QUE EXISTE UNA CARENCIA PRESUPUESTARIA PARA SU REALIZACIÓN, DEBE ACREDITARLO".

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 366 22/11/17 2:28 p.m.

JONATHAN BASS HERRERA

367

b) Por tratarse de un derecho humano de primera genera­

ción, por las razones apuntadas en la presente ejecutoria, en

tanto se da cumplimiento con lo anterior, la responsable de­

berá continuar abasteciendo a los quejosos del vital líquido

por medio de pipas, de forma constante y suficiente; y

c) La diversa autoridad responsable Congreso del Estado de

Quintana Roo de esta ciudad, deberá autorizar un presu­

puesto para acatar la sentencia de amparo, debiendo realizar

previamente los trámites correspondientes para la aproba­

ción del citado presupuesto.

Esta sentencia fue confirmada en revisión por el Segundo Tribu­

nal Colegiado del Vigésimo Séptimo Circuito el 23 de junio de 2016

en el expediente 117/2016, por lo que constituye cosa juzgada.

2. Amparo indirecto 891/2014 del Juzgado Tercero de Distrito

en el Estado de Durango

En este asunto, un residente del Fraccionamiento Cumbres, perte­

neciente a la ciudad de Durango, en el Estado de Durango, pro­

movió un juicio de amparo, en el que señaló como acto reclamado

"la negativa a proporcionarle el servicio doméstico de agua pota­

ble y saneamiento en su domicilio":

Al dar respuesta a la demanda formulada en su contra, las auto­

ridades responsables manifestaron que la solicitud del promo­

vente fue rechazada, en virtud de que aún no se contaban con las

obras e infraestructura necesarias para prestar ese servicio pú­

blico en su domicilio.

Una vez tramitado el juicio de amparo, en la sentencia de primera

instancia se negó el amparo, partiendo de la idea de que "a lo impo­

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 367 22/11/17 2:28 p.m.

DERECHO HUMANO AL AGUA Y AL SANEAMIENTO...

368

sible nadie está obligado", por lo que si se encontraban en cons­

trucción las obras necesarias para abastecer de agua en el

domicilio del quejoso, éste debía esperar a que las mismas conclu­

yeran, sin que se hiciera análisis alguno sobre el derecho humano

al agua, o bien a la posibilidad de que le fuera suministrado tem­

poralmente a través del servicio de pipas.

Esta sentencia fue confirmada en revisión por el Primer Tribunal

Colegiado del Centro Auxiliar de la Décima Región en el expe­

diente 497/2014, por lo que constituye cosa juzgada.

VI. Algunas conclusiones en torno a la exigibilidad del derecho humano

al agua y al saneamiento

Para algunos autores, con la aprobación de la reforma al artículo

4o. constitucional, se convirtió al derecho al agua y al saneamien­

to, en un derecho autónomo, justiciable, esencial para el pleno

disfrute de la vida y de los demás derechos, con un contenido pre­

ciso y del que derivan todas las obligaciones señaladas en el ar­

tículo 1o. constitucional.39

Adicionalmente, algunas posturas señalan que el reconocimien­

to de este derecho debe basarse en otros conceptos como el de

derecho usufructuario, propiedad común, uso razonable y preser­

vación de la fuente común, antes incluso que como derechos me­

ramente jurídicos otorgados por el Estado o reconocidos por la

ley,40 en las que debe existir una gestión del recurso fundada en

39 Gutiérrez Rivas, Rodrigo. "La justiciabilidad del derecho humano al agua y al saneamiento en México." Revista Defensor. Número 06, año X, junio de 2012. Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal. p. 44.

40 García Morales, Aniza. "El derecho humano al agua". Editorial Trotta. 2008. p. 19

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 368 22/11/17 2:28 p.m.

JONATHAN BASS HERRERA

369

un interés general con participaciones activas de las comunida­

des involucradas.41

Pero aun cuando pudiera existir una doctrina o conceptos comu­

nes que han sido desarrollados en las últimas décadas respecto

al derecho al agua y al saneamiento, lo cierto es que su exigibili­

dad a través de los tribunales no deja de estar exenta de discusión

y contradicciones. Como se puede apreciar de la breve reseña de

fallos judiciales emitidos en diversas latitudes, así como por algu­

nos tribunales mexicanos, el reconocimiento de este derecho pue­

de estar sujeto a condicionantes y modalidades que deben ser

advertidas por parte de los operadores jurídicos, previo a efectuar

un reconocimiento pleno de este derecho. Adicionalmente, no

existe un consenso claro en cuanto a los contenidos mínimos que

pudiera representar el derecho al agua, pues aun cuando se puede

reconocer la exigibilidad del derecho, los tribunales no siem­

pre cuentan con todos los elementos para ordenar el desarrollo

del mismo.

Sin embargo, no existe duda de que el acceso al agua y al sanea­

miento es una condición indispensable para un nivel de vida ade­

cuado, así como para el goce de varios otros derechos humanos,

como los derechos a la vida, la salud, la educación, la vivienda, el

trabajo y la protección contra tratos o penas crueles, inhumanos

o degradantes. También es un elemento crucial para lograr la igual­

dad de género y erradicar la discriminación.

Es por ello que es de gran importancia que, a través de la vía judi­

cial, se vaya dando un mayor desarrollo sobre el derecho en cues­

tión, pues como se vio en el primer apartado del presente trabajo,

41 Ibid.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 369 22/11/17 2:28 p.m.

DERECHO HUMANO AL AGUA Y AL SANEAMIENTO...

370

en el Derecho internacional existen varios pronunciamientos con

respecto a la comprensión del derecho al agua y al saneamiento,

pero sobre todo, el documento que dota de contenido a ese dere­

cho e induce a los Estados a tomar medidas para mejorar el acceso

al agua y al saneamiento es la Observación General número 15, la

cual, si bien no es vinculante, debería tomarse en consideración

y tener efecto jurídico, en vista de que se trata de un documento

emitido por un órgano supervisor, legitimado por un tratado inter­

nacional para proponer una interpretación de este tipo.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 370 22/11/17 2:28 p.m.

La garantía judicial de los derechos económicos sociales y culturales

MIREYA MELÉNDEZ ALMARAZ*

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 371 22/11/17 2:28 p.m.

* Secretaria de Estudio y Cuenta. Suprema Corte de Justicia de la Nación (México).

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 372 22/11/17 2:28 p.m.

373I. Surgimiento del estado constitucional. relación entre derechos humanos,

estado constitucional y democracia

Los derechos humanos, como categoría conceptual, nacen

a partir de la emergencia de los Estados Constitucionales,

en los que la Norma Fundamental organiza el poder público y lo

somete a límites. Esta premisa que no es sólo reconocida por juris­

tas, sino por sociólogos y filósofos ha dado lugar a diversas teorías

que buscan exponer el fundamento de los derechos humanos y

explicar el papel que tienen éstos en el funcionamiento de una

sociedad democrática en un estado de Derecho. De esas teorías,

para el desarrollo del presente trabajo, se toman las ideas expresa­

das por Sieyes en su Ensayo sobre los privilegios y en su obra ¿Qué

es el Tercer Estado? publicados entre 1788 y 1789, así como la pro­

puesta de John Rawls en su Teoría de la Justicia (1971).

Aunque la verdad de los hechos resplan­dezca, siempre se batirán los hombres en la trinchera sutil de las interpretaciones.

Gregorio Marañón

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 373 22/11/17 2:28 p.m.

LA GARANTÍA JUDICIAL DE LOS DERECHOS...

374

En lo que ve a la concepción de Emmanuel­Joseph Sieyes, este

polí tico francés, partiendo de las ideas de la Ilustración, particu­

larmente de aquellas doctrinas contractualistas, estima que hay

una ley madre de la que han de proceder todas las demás, a saber:

No perjudiques a tu prójimo. Esta es, dice, la gran ley natural que el

legislador ha de tomar en cuenta en su quehacer cotidiano; de

ella derivan todas las leyes positivas, que el propio autor clasifica

en buenas y malas, siendo las primeras aquellas que pueden im­

pedir que se perjudique al prójimo; en tanto que las segundas

corresponden a aquellas que no sirven para este fin mediata o

inmediatamente, porque ponen trabas al ejercicio de la libertad

y se oponen a las leyes verdaderamente buenas.

En su construcción teórica, Sieyes parte de una realidad incuestio­

nable, la prolongada esclavitud de las conciencias ha introducido

los más deplorables prejuicios, el pueblo cree —dice—, casi de

buena fe, que solo tiene derecho a lo que está expresamente per­

mitido por las leyes e ignora que la libertad es anterior a toda socie­

dad, a todo legislador; ha dejado de comprender que los hombres

no se han asociado más que para defender sus derechos de los

malvados y para desarrollar, ya en total seguridad, sus faculta­

des morales y físicas. El pueblo parece desconocer que el legis­

lador se ha establecido para proteger sus derechos, no así para

concederlos, pues los mismos les son inherentes al hombre por

naturaleza, de manera que solo puede limitarse la libertad popular

para evitar todo perjuicio a la sociedad. La libertad civil se extiende,

entonces, a todo lo que la ley no prohíbe.1

1 Sieyes, Emmanuel, ¿Qué es el Tercer Estado? Ensayo sobre los privilegios, Alianza, Madrid, 1994.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 374 22/11/17 2:28 p.m.

MIREYA MELÉNDEZ ALMARAZ

375

La premisa fundamental que ha quedado descrita y que se en­

cuentra contenida en el Ensayo sobre los privilegios, sirve de punto

de partida para el desarrollo de otros de sus postulados esencia­

les, la distinción entre el Poder Constituyente y los Poderes Cons­

tituidos, así como la permanencia y la inamovilidad de aquellas

normas constitucionales en las que se prevén derechos funda­

mentales, proposiciones que se explican en su obra: ¿Qué es el

Tercer Estado?

En la concepción de Sieyes, la Nación existe ante todo, es el origen

de todo, se forma por el derecho natural mismo, su voluntad es

siempre legal, ella es la propia ley. Antes y por encima de la Nación

sólo existe el derecho natural. De la voluntad de la Nación, dice,

emanan las leyes constitucionales que se dividen en dos tipos: unas

regulan la organización y las funciones del cuerpo legislativo;

otras determinan la organización y las funciones de los diferentes

cuerpos activos. El autor denomina a estas leyes, fundamenta­

les, no porque puedan llegar a ser independientes de la voluntad

nacional, sino porque los cuerpos que existen y actúan a partir y

a través de ellas no pueden modificarlas. En esa línea de pen­

samiento, la Constitución no es obra del Poder Constituido, sino

del Poder Constituyente. Ningún tipo de poder delegado puede

cambiar lo más mínimo las condiciones de su delegación. Las

leyes constitucionales son, en este sentido, fundamentales. Las dos

primeras, las que establecen la legislatura, son fundadas por la

voluntad nacional antes de toda Constitución; suponen su primer

grado. Las segundas, dice el autor incorporando la idea esencial

de una democracia representativa, deben ser establecidas por una

voluntad representativa especial.

En ese tenor, Sieyes considera que la Nación es todo lo que puede

ser por el mero hecho de que es, no depende de su voluntad

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 375 22/11/17 2:28 p.m.

LA GARANTÍA JUDICIAL DE LOS DERECHOS...

376

atribuirse más derechos de los que tiene. En su evolución a un Es­

tado constitucional se advierten tres etapas. En la primera época,

tiene todos los derechos de una Nación. En la segunda época, los

ejerce. En la tercera da a ejercer a sus representantes todo lo nece­

sario para la conservación y el buen orden de la comunidad.

Es así que el autor concibe, con meridiana claridad, que las leyes

propiamente dichas, aquellas que protegen a los ciudadanos y de­

ciden el interés común, son obra del cuerpo legislativo que se ha

formado y actúa según sus condiciones constitutivas.

Tal conclusión permite inferir que existen límites sustanciales a

las decisiones del legislador democrático (aun cuando puedan ser

apoyadas por la mayoría soberana), límites que son dados en

función de la protección a los derechos fundamentales, que no

pueden desconocerse ni aún mediante la realización de un ejer­

cicio democrático.

En adición a lo anterior, otro aspecto que destaca en la teoría de

Sieyes, es que en la implementación del nuevo orden Constitu­

cional, no se trata únicamente de preservar un ámbito inmune de

libertad frente al cual los diversos poderes públicos no han de in­

terferir, como se planteó originalmente el problema de las liber­

tades en el constitucionalismo decimonónico, pues frente a la

concepción del Estado como "vigilante nocturno", como lo llamó

Ferdinand Lasalle, Sieyès tempranamente habría de plantear,

bien que en forma rudimentaria, la tesis que ha caracterizado al

Estado social de derecho, esto es, a la característica que informa

a los hoy llamados derechos sociales, que ya no sólo exigen abs­

tenciones de parte del Estado, sino inclusive de acciones que éste

deberá realizar en favor de los individuos.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 376 22/11/17 2:28 p.m.

MIREYA MELÉNDEZ ALMARAZ

377

Similares consideraciones se advierten en los postulados de John

Rawls, filósofo estadounidense quien, al justificar el surgimiento

del Estado Constitucional, así como los contractualistas plantea­

ban una situación hipotética previa a la conformación del Estado,

sugiere lo que denomina una posición originaria, en la que los indi­

viduos, como tales, no formaban parte aún de una sociedad ni

poseían características específicas. Ante la existencia de un velo

de la ignorancia, esos sujetos que habrían de comprometerse en un

pacto social se encontraban impedidos para conocer cuál sería

su lugar y su destino antes de involucrarse en ese acuerdo. A par­

tir de ese supuesto hipotético, Rawls explica que los individuos

debieron pactar los principios que habrán de regir la sociedad, ins­

piradores y guías de la convivencia en sociedad. El velo de la igno­

rancia sobre qué tipo de persona serían o qué características o

recursos tendrían permitió garantizar la máxima imparcialidad

o neutralidad, de manera que pactaron aquellos principios que,

independientemente del tipo de persona que estaban destinados

a ser y el lugar que habrían de ocupar en la sociedad, no los afec­

tara en particular sino que, antes bien, fueran lo más beneficioso

posible para todo tipo de individuos que integrara esa sociedad

pluralista a la que pertenecerían. En esas circunstancias, los indi­

viduos, por la vía de la razón habrían de pactar dos principios cen­

trales de la justicia: igualdad de libertades e igualdad de oportunidades.

El principio de igualdad de libertades implica la misma garantía

para cada integrante de la sociedad de contar con libertad religio­

sa, política, de pensamiento, de expresión de movimiento, de ocu­

pación, en tanto que el de igualdad de oportunidades especifica

la necesidad de que se trate de oportunidades reales y no solo

formales, de manera que no basta declarar que todos los integran­

tes de la sociedad tienen iguales oportunidades para desarrollarse

como personas sino garantizar las condiciones sociales que permitan

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LA GARANTÍA JUDICIAL DE LOS DERECHOS...

378

una posibilidad real de alcanzar el desarrollo anhelado. Esto, con

la adición de que, aquellos que resulten ser más beneficiados en

esa distribución azarosa que antecede al pacto social, han de poner

parte de su suerte y de su talento al servicio de los menos bene­

ficiados o desventajados (principio de diferencia).

A partir de las anteriores premisas Rawls habla de cuatro fases o

etapas para desarrollar una sociedad justa basada en el pacto ini­

cial: (i) en la primera fase se verifica el pacto de estos principios

de libertades y de igualdad incluyendo el principio de diferencia;

(ii) en una segunda etapa se desarrollaría la Constitución Política,

como documento que ha de regular, en gran medida, la conviven­

cia en una sociedad moderna; (iii) el tercer escalón es el conjunto

de leyes elaboradas en torno y tomando como base la Constitu­

ción, las cuales habrán de diseñar, dentro de los límites de los

prin cipios de justicia previamente seleccionados, un sistema rela­

tivo a los poderes constitucionales del gobierno, así como los de­

rechos fundamentales de los ciudadanos y, (iv) finalmente, la

cuarta fase sería la aplicación de todas las leyes en los tribunales

y desde las distintas posiciones de gobierno. Cada una de las fa­

ses está vinculada directa o indirectamente a los principios de

justicia pactados originalmente.

Entonces, de acuerdo con la teoría sociológica sobre una sociedad

justa, planteada por Rawls, los derechos en el estado constitucional

reflejan cómo el Estado (poder público) se relaciona con sus ciu­

dadanos como sujeto soberano, es éste quien enumera una serie de

prerrogativas que se compromete a garantizar a sus habitantes

para lograr una sana convivencia y los incluye en una Constitu ción

(Norma Fundamental) para que, posteriormente, sean desarrolla­

dos en las leyes elaboradas por el Poder legislativo y que habrán de

ser aplicadas por el Poder Judicial.

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379

Como se advierte, ambas teorías, la desarrollada por Emmanuel

Sieyes desde 1788 y la que sugiere John Rawls en 1971, guardan

ciertas similitudes en su origen y en su desarrollo, al tiempo que

se complementan entre sí, pues las dos parten de la base de que son

los individuos (la Nación), en el goce de ciertos derechos, ya sea

pactados desde antes de la formación de una sociedad o inheren­

tes a ellos mismos, quienes deciden el establecimiento de una

Constitución con el fin de proteger sus derechos, pues es en esa

Ley Fundamental que el Estado garantiza no solamente la pro­

tección de ciertas prerrogativas que, posteriormente, habrán de

desarrollarse en leyes elaboradas por el Poder Legislativo, sino

también las condiciones sociales que, como leyes buenas, permi­

tirán al gobernado una posibilidad real de lograr su efectivo desa­

rrollo como persona. Garantías que indiscutiblemente limitan la

actuación del Estado pero que, eventualmente, también pueden

llegar a limitar la libertad popular, en la medida de que el ejerci­

cio de esas prerrogativas no puede quedar a disposición de las

mayorías.

El contenido de tales doctrinas empata con el desarrollo histórico

que ha tenido la concepción de los derechos humanos que, en su

origen, se alzaron como una expresión de la soberanía nacional

al constituir un acervo propio de cada Estado frente a sus gober­

nados, la medida en que éstos se garantizan en la Constitución

soberana es indicativo del tipo de relación que guarda cada Estado

con los suyos; así, encontramos aquellos que van de un liberalis­

mo total a otros que practican un proteccionismo que llega a ser

exacerbado y, entre uno y otro extremos, Estados cuya Constitu­

ción, en el tema de derechos humanos, se advierte austera, razo­

nable o abundante en su exposición.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 379 22/11/17 2:28 p.m.

LA GARANTÍA JUDICIAL DE LOS DERECHOS...

380

La concepción de los Derechos Humanos doctrinaria e histórica­

mente, entonces, no se puede entender desvinculada de la Cons­

titución, ni ésta, a su vez, de la existencia de un Estado democrático

cuyo poder se encuentra limitado en función, precisamente, de la

salvaguardia de tales derechos. En ese mismo enfoque, la jurisdic­

ción constitucional solo tiene sentido en una democracia consti­

tucional, con garantías constitucionales de los derechos humanos

y de los derechos políticos, con separación de poderes dentro de un

estado de Derecho.

En las proposiciones hasta aquí dadas se explica la relación que

existe entre Constitución, derechos humanos y democracia. Asi­

mismo, tales premisas ponen de manifiesto la existencia de un

nexo indisoluble entre la soberanía popular y los derechos funda­

mentales sustanciales, por virtud del cual, el ejercicio mismo de

dicha soberanía encuentra límites en el contenido de la Norma

Fundamental, lo que ha dado lugar a cuestionar la definición tradi­

cional y puramente formal de lo que es la democracia, entendida

ésta como una forma de organización del Estado en la cual las

decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante meca­

nismos de participación directa o indirecta que confieren legiti­

midad a sus representantes.

Es en ese sentido que Ferrajoli propone una redefinición de la

soberanía popular, de las relaciones entre pueblo y democracia

compatible con el paradigma de la democracia constitucional, que

supondría lo siguiente: "1) La soberanía no puede entenderse como

el poder absoluto del pueblo o de sus representantes (la democra­

cia implica que la mayoría no puede constitucionalmente suprimir

o limitar las posibilidades de la minoría para convertirse en mayo­

ría); 2) Referido al pueblo como un todo, la soberanía —en cuanto

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 380 22/11/17 2:28 p.m.

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principio de legitimidad de carácter negativo— pertenece a todo el

grupo, al conjunto, y no a un individuo o a un conjunto de indivi­

duos; 3) Referido al pueblo en cuanto serie de individuos, de ciu­

dadanos, la soberanía pertenece a todos y cada uno de ellos, o

sea, la soberanía popular consiste en el conjunto de derechos polí­

ticos, civiles, de libertad y sociales de los ciudadanos".2

En ese tenor, concluye que democracia, soberanía popular y dere­

chos fundamentales, constituyen perspectivas o aspectos de una

misma realidad y, por lo tanto, las garantías constitucionales de los

derechos fundamentales son también garantías de la democracia.

En la redefinición así propuesta, la democracia no tiene que ver

únicamente con quién decide (el pueblo o sus representantes) y

cómo se decide (por mayoría) sino también con qué se decide, pues

existen límites sustanciales o de contenido a las decisiones de la

mayoría, límites que corresponden, precisamente, a los derechos

fundamentales, derechos que han sido definidos como el coto ve­

dado por Ernesto Garzón Valdés o como la esfera de lo indecidible,

por Luigi Ferrajoli.

Es esta concepción, si bien no libre de críticas en algunos aspec­

tos de su desarrollo3 y al margen de la validez intrínseca de sus

postulados, sobre la que habrá de gravitar el análisis de uno de

los temas que apuntalan el presente trabajo en el que, a partir

de la afirmación contundente de que los Derechos Económicos,

Sociales y Culturales sí son susceptibles de protección judicial, se

2 Ferrajoli, Moreso y Atienza, La teoría del derecho en el paradigma constitucional. Funda­ción Coloquio Jurídico Europeo, Madrid, 2008, p. 137.

3 De ello dan noticia las críticas formuladas por José Juan Moreso y Manuel Atienza, en torno la posición escéptica en materia moral de Ferrajoli y a la discriminación de ciertos conceptos en su teoría.

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LA GARANTÍA JUDICIAL DE LOS DERECHOS...

382

reconoce la legitimación del poder judicial para revisar y revocar

actos emitidos por órganos elegidos democráticamente, incluso

aquellos actos que son el resultado de ejercicios democráticos

(referéndum, plebiscito, consulta popular, etcétera), sea por la

violación a los derechos reconocidos en la Constitución o por

la contravención a los límites establecidos en la Ley Fundamen­

tal, por haber transgredido ese coto vedado.

Tales proposiciones llevan implícito el reconocimiento de que

el poder judicial se encuentra facultado para revisar, a petición

del justiciable (individual o colectivamente), que el Estado cum­

pla con la satisfacción de aquellos derechos de índole económica,

social y cultural, lo que puede implicar la implementación de

polí ticas públicas y, por ende, la asignación del gasto público, lo

que de suyo genera serias críticas por los detractores de esa posi­

ción; pero no sólo eso, tal protección conlleva también la posibili­

dad de revocar decisiones adoptadas democráticamente cuando

el objeto de aquellas no era disponible para ser sometido a una

decisión popular, por tratarse de un derecho fundamental y es en

ese sentido que merece especial atención la pregunta sobre qué

puede decidirse en un Estado Constitucional de Derecho pero,

aún de mayor relevancia, dar respuesta a los cuestionamientos

sobre ¿quién interpreta cuáles son esos derechos?, ¿quién decide

si los mismos se encuentran, o no, efectivamente tutelados por

la Carta Fundamental?, sea a través de las normas dadas por el

Constituyente originario, por el Constituyente Permanente e

incluso, ahora que el Derecho Internacional ha cobrado mayor

relevancia y aplicación a nivel interno, si tales derechos están

consagrados en los tratados internacionales suscritos por el

Estado de que se trate.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 382 22/11/17 2:28 p.m.

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II. Derechos económicos, sociales y culturales

En 1945, con el fin de la Segunda Guerra Mundial, la comunidad

internacional en su relación entre Estados, hasta entonces reco­

nocía la no injerencia y la reciprocidad. Después de ese año, la

comunidad internacional despierta de su letargo por las violacio­

nes sistemáticas de los derechos básicos que mueven las concien­

cias de los Estados. Es así como en la Carta de San Francisco (26 de

junio de 1945) se asume un compromiso de promover y respetar

derechos humanos, si bien no garantiza su tutela a través de cual­

quier mecanismo. Es hasta 1948 que, con la Declaración Universal

de Derechos Humanos se expide el primer documento interna­

cional que contiene un listado de derechos humanos4 que tam­

poco establece garantías y sí, por el contrario, define su carácter

no vinculante. En esa declaración, a fin de satisfacer los intereses

de los dos bloques ideológicos entonces predominantes, el de la

izquierda comunista y el de las democracias liberales, se integran

tanto los derechos civiles y políticos, como los derechos económi­

cos, sociales y culturales que, incluso, algunas constituciones no

preveían, como lo son: el derecho de protección a las mujeres en

estado de gravidez o en época de lactancia, así como el derecho a

la salud y a la asistencia médica; derecho a la alimentación, al

vestido y la vivienda; a la educación en condición de igualdad de

oportunidades, y a recibir gratuitamente la educación primaria;

participar en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes

y disfrutar de los beneficios que resulten de los progresos intelec­

tuales y de los descubrimientos científicos.

4 Esto, si bien meses antes la Declaración Americana ya había enunciado una serie de derechos; sin embargo, tal declaración es regional y no comprende a toda la comu­nidad internacional.

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LA GARANTÍA JUDICIAL DE LOS DERECHOS...

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En ese mismo año (1948) se empiezan a negociar en el seno de

Naciones Unidas, tanto el Pacto Internacional de Derechos Civiles

y Políticos, como el Pacto Internacional de Derechos Económicos,

Sociales y Culturales (en adelante PIDESC); sin embargo, no sería

sino veinte años después que tal negociación daría resultados.

El 19 de diciembre de 1976, se abrió a firma, en la ciudad de Nueva

York, E.U.A. el Pacto Internacional de Derechos Económicos So­

ciales y Culturales, en la que se reconoce que, "con arreglo a la Decla­

ración Universal de Derechos Humanos no puede realizarse el ideal del

ser humano libre, liberado del temor y de la miseria, a menos que se den

condiciones que permitan a cada persona gozar de sus derechos econó­

mico, sociales y culturales, tanto como de sus derechos civiles políticos".

En el continente americano, los Estados miembros de la Organi­

zación de Estados Americanos consideraron necesario reafirmar,

desarrollar, perfeccionar y proteger esos derechos en un instrumen­

to regional, con la finalidad de consolidar, sobre la base del respeto

integral de los derechos de la persona, el régimen democrático

representativo de gobierno, así como el derecho de sus pueblos al

desarrollo, a la libre determinación y a disponer libremente de

sus riquezas y recursos naturales. Con ese motivo, en 1988 suscri­

bieron el "Protocolo Adicional a la Convención Americana en Ma­

teria de Derechos Económicos, Sociales y Culturales", conocido

como "Protocolo de San Salvador", entre los derechos reconocidos

en ese protocolo están los derechos al trabajo y a condiciones jus­

tas de trabajo, así como a la sindicación, a la seguridad social, a

la salud, al medio ambiente sano, a la alimentación, a la educa­

ción y a disfrutar de los beneficios de la cultura.

Una de las cuestiones que ha suscitado controversia es el recono­

cimiento de la calidad de derechos fundamentales a este tipo de

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 384 22/11/17 2:28 p.m.

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385

derechos de carácter social, por las dificultades que representa

su tutela, por su ambigüedad, porque no parten de la concepción

del individuo. Sin embargo, en el caso específico de México, en

donde la distinción de los derechos fundamentales y los derechos

humanos se advierte inane en la medida de que el artículo 1o.

Cons titucional incorpora a la propia Norma Fundamental aque­

llos derechos humanos reconocidos en tratados internacionales,

la crítica apuntada pierde fuerza en la medida de que el propio

texto establece en su parte dogmática el reconocimiento de esos

derechos y, en la parte orgánica, los mecanismos de defensa y

los órganos a los que corresponde su tutela.

En cuanto a estos derechos, no sobra decir que, a la inversa de lo

ocurrido con los derechos civiles y políticos, que tuvieron su ori­

gen en el ámbito interno de los Estados y sólo después fueron

regulados por la Comunidad Internacional, a los derechos econó­

micos, sociales y culturales se les consideró fundamentales antes

en el derecho internacional que en el seno nacional de cada Esta­

do, no obstante su proyección sigue siendo más débil y menos los

mecanismos para garantizar su observancia, al encontrarse siem­

pre sujetos a la fórmula de que su observancia está condicio nada

a que las circunstancias (básicamente situación económica) del

Estado permitan atenderlos.

El respeto de esos derechos económicos, sociales y culturales se

traduce en el deber de los Estados Parte, de garantizar las condi­

ciones más básicas que permiten al ser humano vivir y vivir con

dignidad, con atención a los principios de progresividad y de no

regresividad, cuya observancia se advierte compleja en la medida

de que, en no pocas ocasiones, la garantía de tales derechos invo­

lucra una doble condición en la que se diluyen los derechos civi­

les y políticos con los derechos de la colectividad, que impactan

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LA GARANTÍA JUDICIAL DE LOS DERECHOS...

386

en una carga económica para el Estado que debe generar políticas

públicas no planeadas, con el consecuente uso de recursos públi­

cos y empleo de partidas presupuestales originalmente destinadas

a otros rubros.

III. La tutela de los derechos económicos, sociales y culturales a cargo del estado

Idealmente, dado el compromiso adquirido con la suscripción

de los instrumentos internacionales ya mencionados (PIDESC y

Pacto de San Salvador, en el caso del Hemisferio Occidental), co­

rresponde a los Estados Parte, a través de los órganos instituidos

democrá ticamente, garantizar el ejercicio efectivo de los dere­

chos de la colec tividad ahí contenidos, siempre en el entendido

de que, en términos del artículo 4 del PIDESC, los Estados Parte,

en el ejercicio de los derechos garantizados pueden someter tales

derechos a limitaciones determinadas por la ley, sólo en la medida

compatible con la naturaleza de esos derechos y con el exclusivo

objeto de promover el bienestar general en una sociedad demo­

crática, lo que se logra mediante el establecimiento de políticas

públicas.

En concepto de André Nöel Roth, las políticas públicas constan de

cuatro elementos para ser efectivas, a saber: 1) La identificación

de situaciones en las cuales se pretende intervenir, bien sea por­

que se trata de eventos considerados como problemáticos, o bien

porque existen intereses políticos que así lo exigen; 2) la defini­

ción de objetivos que guiarán la intervención en las situaciones

previamente identificadas; 3) la creación y el diseño de progra­

mas, acciones o medidas que tengan como propósito la conse­

cución de los objetivos tratados con anterioridad y 4) todo ello

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 386 22/11/17 2:28 p.m.

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387

contando con la participación del Estado, bien sea ésta directa o

indirecta.5

En el desarrollo de esos elementos, debe partirse de la base de

que las políticas públicas están sometidas a determinadas reglas

de juego definidas por normas jurídicas, incluidas aquellas que

reconocen derechos humanos, por ende, cuando en la formulación,

implementación y evaluación de las políticas públicas se trans­

greden o se inobservan tales disposiciones protectoras de los

derechos humanos, el papel de la justicia constitucional o más

específicamente, el papel de los órganos encargados de vigilar la

regularidad constitucional de los actos de autoridad, cobra espe­

cial valor con miras a dar eficacia a las obligaciones asumidas, lo

que desde luego corresponde a un mayor activismo judicial en

la vida política de un Estado.

Y es que no puede desconocerse que la falta de recursos de la

mayoría de los Estados, aunado al fenómeno detestable de la co­

rrupción de la vida política, que impacta en el funcionamiento

de las instituciones básicas del Estado de Derecho impidiendo su

ínte gro funcionamiento, la desigualdad en la distribución de la

riqueza, la proliferación de mafias de distinta índole, la desigual­

dad de género, el individualismo posesivo, la falta de igualdad de

oportunidades, recursos y bienes, el alarmante déficit de solidari­

dad, así como la polarización social al aumento de actitudes etno­

centristas, racistas y xenófobas,6 dan lugar a que las autoridades

encargadas de tutelar esos derechos sociales incurran en el

5 André­Noël Roth, Políticas Públicas­ Formulación, implementación y evaluación, Aurora, Bogotá, 2007.

6 Aguilera, Rafael Enrique, La relación de una triada compleja entre el derecho, la moral y la política. Publicado en el Anuario de la Facultad de Derecho, ISSN 0213­988X, N| 28, 2010, pp. 455­491. (https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3438198)

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desconocimiento de las obligaciones a su cargo, en franca viola­

ción a los derechos humanos. Este desconocimiento debe ser re­

prochado por el encargado de tutelar la estricta observancia de

tales derechos y que, en el caso de aquellos Estados que cuentan

con "constituciones justiciables"7 es decir, con textos constituciona­

les que establecen mecanismos judiciales de control constitu­

cional, corresponde a los jueces la obligación de verificar que los

poderes púbicos hayan sometido sus actos a la Constitución, esto

es, en el caso específico de que se trata, que las políticas públicas se

ajusten a los derechos que protege la Norma Fundamental.

En esa línea argumentativa, corresponde cada vez más a los dere­

chos fundamentales el papel de correctores de la estrechez de

miras y del corto plazo de la política, pues recuerdan en todo

momento a sus destinatarios los fines constitucionales y las obli­

gaciones a largo plazo que están por encima de intereses propios,

de manera que, en aquellos casos en que la política cede a las pre­

siones de los poderosos intereses o privilegia a sus clientelas, los

derechos fundamentales recuerdan el mandato de igualdad.

Son precisamente los derechos humanos los que, dentro del egoís­

mo del sistema, generan todavía cierta unidad y ponen riendas a

la racionalidad económico­tecnológica dominante, son éstos los

que permiten conocer, qué se puede decidir y qué no por el colec­

tivo democrático.

7 Concepto establecido por Heinz Klug (1977), citado por Javier Couso. Universidad Diego Portales, Chile. Revista de Ciencia Política / Volumen XXIV / No. 2 / 2004 / 29­48. Consolidación democrática y Poder Judicial: los riesgos de la judicialización de la política. Según el autor, de acuerdo con esta concepción, dado que el objetivo final del Estado de derecho es obligar al gobierno a respetar las reglas básicas del juego consa­gradas en la Constitución, es indispensable introducir un cuerpo independiente, las cortes de justicia, dotados de la facultad de controlar el respeto efectivo de la Consti­tución por parte del resto de las autoridades políticas, incluidos los poderes ejecutivo y legislativo.

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IV. Tutela judicial como mecanismo institucional para defender esos

derechos, en caso de inobservancia

Si bien para Roth, los jueces no están en la mejor posición para

tomar decisiones que tienen consecuencias redistributivas de las

partidas presupuestarias y de los recursos económicos planeados

por los órganos legislativo y ejecutivo mediante la implementación

de políticas públicas, lo cierto es que el control judicial es el que ha

encontrado mayor aceptación en la doctrina jurídica. La defensa

del control judicial de la constitucionalidad de los actos de auto­

ridad tiene una larga historia, desde Alexander Hamilton en "El

Federalista", en donde argumentó sobre dicho control respecto de

los actos del legislativo; Emmanuel Sieyes en Europa, quien formu­

ló su propuesta para configurar un Tribunal Constitucional (La Jury

Constitutionnaire)8 y defendió un mecanismo de revisión con el ar­

gumento de que el control judicial de la Constitución haría del

principio de supremacía constitucional algo concreto, aseguran­

do que la Constitución, como Ley Suprema, tuviera una primacía

efectiva respecto de los actos legislativos, idea que también fue

aplaudida por Alexis de Tocqueville y con el tiempo ha ido gana­

do terreno.

Sobre esto, no sobra mencionar que en realidad todo acto legisla­

tivo implica gasto público, todo acto legislativo, directa o indirec­

8 Si bien existe un debate sobre si tal órgano de control constitucional sería de na­turaleza política o acaso un apéndice del Poder Legislativo, hay justificaciones para aseverar que la propuesta del Abate de Fréjus se dirigía más bien al Poder Judicial (Véase Carpio Marcos, Edgar, Lajury Constitutionnaire en el pensamiento de Sieyes. Revis­tas del Instituto de Investigaciones Jurídicas UNAM. Número 95. Consultable en la página https://revistas.juridicas.unam.mx/index.php/derecho­comparado/article/view/ 3587/4320

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tamente genera políticas públicas y toda revocación, modificación

o alteración de esos actos legislativos impacta en tales políticas.

En torno a la posición que apoya la tutela judicial de los DESC,

sus detractores encuentran una serie de inconvenientes en su

ejercicio, algunos débiles en su argumentación, como los relati­

vos a que los derechos sociales no constituyen derecho positivo

susceptible de protegerse, que los jueces no deciden sobre políticas

públicas, que se vulnera la división de poderes tradicionalmente

establecida; así como otros, de mayor complejidad que han dado

lugar a una mayor discusión, como los consistentes en la falta

de legitimidad democrática del órgano jurisdiccional, que le im­

pide cuestionar la dignidad de la norma emitida por el legislador

demo crático, el policentrismo que deriva de que cualquier deci­

sión adoptada sobre políticas públicas habrá de impactar en los

otros rubros sociales y que puede desembocar en resultados per­

niciosos para el propio colectivo, incluso, para los grupos más

vulnerables; la falta de conocimientos técnicos y la falta de flexi­

bilidad del juez, quien no puede cambiar sus decisiones cada vez

que cambien las circunstancias que imperaban al momento de

emitir su resolución.

En respuesta a esas críticas, se ha dicho que los órganos jurisdic­

cionales, si bien no encuentran su legitimación en el voto popular,

sí lo hallan en las peticiones que los propios gobernados formulan

en sus demandas, en la confianza que les depositan al someter

a su consideración ciertos problemas para su resolución, es decir,

lo jueces no actúan propria auctoritate, preguntándose al azar

sobre los casos que advierten cuestionable en su vida diaria, son

los justiciables los que acuden a los órganos jurisdiccionales a

solicitar su intervención para la resolución de asuntos en los que

plantean la transgresión a sus derechos. Se ha dicho al respecto:

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"…los jueces no actúan por iniciativa propia, sino a posteriori de algo ya

ocurrido, cuando un caso les es sometido, y ya se comprende que poco

poder será capaz de desplegar quien no pueda actuar por iniciativa

propia. Por añadidura se limitan al litigio cuya solución les es requerida.

Es verdad que a base de repetir sentencias los tribunales sientan jurispru­

dencia de alcance general, pero ello necesita un periodo de tiempo siempre

largo".9 Es así como, por ejemplo, la Suprema Corte de Justicia mexi­

cana resolvió casos sobre interrupción de embarazo, matrimonio

entre personas del mismo sexo, adopción, mariguana, límites de

la autonomía universitaria, VIH, etcétera. Así, la agenda de los tri­

bunales está dada por los gobernados.

Por otro lado, al conocer de esas demandas, darles trámite y resol­

verlas, los órganos jurisdiccionales no actúan de manera autori­

taria, en realidad es el orden jurídico el que le impone las normas

procesales que ha de observar, de manera que su actuación se

verifica dentro de un plano institucional, a partir del ejercicio de

las facultades que la propia Constitución le otorga, esto, además

de que, en el caso de la Corte mexicana, los asuntos se discuten

en sesiones públicas. Finalmente, si bien sus decisiones tienen un

margen de subjetividad, ésta se diluye a través de ejercicios argu­

mentativos, aplicación de reglas lógicas y asesoría técnica para

lograr una mejor toma de decisiones.

En cuanto a la asignación de recursos públicos y a la imposibilidad

que se le reprocha al Poder Judicial para disponer del presupues­

to que se encuentra ya destinado a otras áreas de la Administra­

ción Pública. No debe soslayarse que la comunicación entre los

Poderes es de suma relevancia en la resolución de este tipo de

9 Pereira Menaut, Antonio­Carlos, Lecciones de Teoría Constitucional, Universidad Pana­mericana, Porrúa, 2005, p. 223.

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asuntos, el diálogo entre los diferentes Poderes del Estado se pre­

senta como un mecanismo útil en la toma de las decisiones judi­

ciales, a fin de evitar consecuencias indeseadas que pudieran ser

perjudiciales para la ciudadanía (más que para los propios Pode­

res), sin desconocer la obligación a su cargo para satisfacer los

derechos cuya inobservancia se alega. Es evidente que un trabajo

coordinado y conjunto de los tres poderes permitiría la protec­

ción, a cabalidad, de este tipo de derechos.

Es así que puede concluirse válidamente que los órganos de con­

trol constitucional, cuyo ejercicio se encuentra depositado en tri­

bunales jurisdiccionales, están legitimados para resolver sobre la

observancia de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales,

por la petición misma de los gobernados, por tratarse de institu­

ciones implementadas a partir de un orden constitucional, cuya

regulación orgánica y funcional genera seguridad jurídica, por las

facultades que la misma Carta Fundamental le otorga para revisar

la regularidad constitucional de los actos de autoridad y por la

posibilidad de comunicación y colaboración con los otro Poderes

del Estado.

Hasta aquí la conclusión del primer tema planteado, surgen en­

tonces las siguientes interrogantes.

V. ¿Sobre qué puede decidirse en un estado cons-titucional de derecho? ¿qué derechos integran

el coto vedado?, pero más aún ¿quién interpreta si tales derechos se encuentran, o no, efectiva-

mente tutelados por la carta fundamental?

En las democracias se parte de la base de que los ciudadanos son

seres autónomos capaces de autogobernarse, el autogobierno co­

lectivo supone la capacidad de una autonomía individual, cuyo

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ejercicio se verifica dentro de un marco jurídico regido por leyes

precisas, generales y no retroactivas. No puede desconocerse, sin

embargo que en esta relación cotidiana, siempre está la posibili­

dad de alguna tensión entre el ejercicio democrático y la protec­

ción de los derechos consagrados constitucionalmente.10

Los ciudadanos, por el solo hecho de serlo, tienen un conjunto de

derechos que la democracia parlamentaria no puede vulnerar,

una zona protegida a priori que Ernesto Garzón llamó el coto vedado

de los derechos y que Luigi Ferrajoli denominó la esfera de lo inde­

cidible, derechos que no pueden ser tocados por las instituciones

del Estado.

En este sentido, Luigi Ferrajoli explica que democracia, soberanía

popular y derechos fundamentales, constituyen perspectivas o

aspectos de una misma realidad y, por lo tanto, las garantías cons­

titucionales de los derechos fundamentales son también garantías

de la democracia. De esta manera, la democracia —dice— no tiene

que ver únicamente con quién decide (el pueblo o sus representan­

tes) y cómo se decide (por mayoría) sino también con qué se decide,

pues existen límites sustanciales o de contenido a las decisiones

de la mayoría, límites que corresponden, precisamente, a ese coto

vedado.

Tal reflexión no representa problema alguno. Ciertamente, si se

comparte la premisa de que existen ciertos derechos que son into­

cables por los poderes constituidos democráticamente e incluso,

vedados a la voluntad soberana, es evidente que la democracia

no tiene que ver únicamente con quién decide (el pueblo o sus

10 Cátedra impartida por el Doctor Josep Joan Moreso, el 17 de octubre de 2016, en la Universidad Pompeu Fabra, Barcelona.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 393 22/11/17 2:28 p.m.

LA GARANTÍA JUDICIAL DE LOS DERECHOS...

394

representantes) y cómo se decide (por mayoría) sino también con

qué se decide. La dificultad no radica, pues, en reconocer esa ase­

veración como válida, la complicación es determinar cuáles son

los mecanismos funcionales para proteger esos derechos, pues es

esto lo que puede generar esa tensión de la que se habla entre la

democracia y el control para la protección de los derechos que

corresponden a esa esfera de lo indecidible.

Así, el problema es que debe elegirse un modelo de control cons­

titucional, en donde es el órgano encargado de esa protección el

que decide qué derechos comprende ese coto vedado, cuáles son

los que corresponden a la esfera de lo indecidible. De esta manera,

cuando afirmamos que tal protección corresponde a un Tribunal

Constitucional de orden jurisdiccional, es precisamente esa Cor­

te constitucional, o incluso, sólo la mayoría de esa Corte, median­

te el sistema de revisión de la Constitución (judicial review), la que

decide esa cuestión, cuyas implicaciones no son menores por las

consecuencias fácticas que esto lleva consigo, pues en tal caso

nos encontramos frente a un dilema: O vence la mayoría parla­

mentaria, o vence la mayoría elitista de una Corte Suprema.

Existen dos casos que nos permiten comprender de mejor manera

la problemática planteada, ambos relacionados con derechos cul­

turales, uno, es el fallo dictado por la Corte Suprema de los Esta­

dos Unidos en el caso J. Obergefell v. Hodges; mientras que el otro

corresponde a la resolución del recurso de inconstitucionalidad

7722­2010, por el que se emitió la Sentencia 177/2016 de 20 de

octubre de 2016, en la que el Tribunal Constitucional Español se

pronunció sobre el tema de la prohibición implícita de las corridas

de toros.

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MIREYA MELÉNDEZ ALMARAZ

395

En la sentencia del veintiséis de junio de 2015, que resolvió el caso

J. Obergefell v. Hodges, la Corte Suprema de los Estados Unidos decla­

ró que todos los Estados de esa Nación tienen obligación de con­

ceder licencias de matrimonio a parejas del mismo sexo bajo la

Decimocuarta Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos.

La conclusión argumentativa del fallo fue que "no existe una unión

tan profunda como el matrimonio", mientras que en su construc­

ción se afirmó que la Constitución de 1787 "no permite que los

Estados prohíban a las parejas del mismo sexo contraer matri­

monio en los mismos términos y condiciones acordadas a las pa­

rejas de sexos contrarios". La Corte desestimó los argumentos de

los funcionarios demandados, encargados de ejecutar  las leyes

impugnadas, con la justificación de que tales autoridades habían

"violado la Enmienda Catorce de la Constitución, al negarle a quie­

nes reclamaban ‘dignidad igual a los ojos de la ley’, ‘su derecho a

casarse o a que sus matrimonios fueran legales en otros Estados,

que le daban reconocimiento total’; todo partiendo de la base

de que la ‘dignidad igual a los ojos de la ley’" es un derecho que les

otorgaba la Constitución. Así, se estimó que las leyes que justifi­

caron la manera de proceder de los funcionarios, transgredían la

Enmienda IV,11 al establecer que el matrimonio debe ser entre

hombre y mujer.

La sentencia fue dictada con el respaldo de cinco votos. Emitieron

sus votos disidentes el Chief Justice Roberts, el Juez Scalia, el Juez

Thomas y el Juez Alito.

11 "[...] Ningún Estado podrá hacer o imponer cualquier ley que pueda reducir los privilegios e inmunidades de los ciudadanos de los Estados Unidos; ni Estado algu­no podrá privar a cualquier persona de su vida, libertad o propiedad, sin un debido pro­ceso legal; ni negar a cualquier persona dentro de su jurisdicción protección igual de las leyes".

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 395 22/11/17 2:28 p.m.

LA GARANTÍA JUDICIAL DE LOS DERECHOS...

396

Los votos particulares expresados por los disidentes correspon­

den más bien a una crítica sobre el método apropiado de inter­

pretación de la Constitución y a la concepción de cultura jurídica

sobre interpretación constitucional. De hecho, el Juez Scalia expli­

có que la sustancia de la sentencia en materia de matrimonio no

era lo importante del fallo, pues las leyes de los Estados pueden

regular el tema como lo estimen las legislaturas, reconociendo el

matrimonio cualquier vínculo sexual, lo cual puede tener efec­

tos sociales adversos como otras leyes controversiales. Lo impor­

tante en realidad es saber quién es el que rige al ciudadano:

La decisión de hoy dice que mi Gobernante, y el Gobernante

de 320 millones de americanos de costa a costa es una ma­

yoría de los nueve jueces de la Corte Suprema. La decisión

en estos casos, es la última extensión de hecho —y la última

extensión que uno pueda imaginar— del poder que la Corte

reclama para crear ‘libertades’ que ni la Constitución ni sus

Enmiendas siquiera mencionan. Esta práctica de control

de  constitucionalidad por un comité no electo de nueve,

siempre acompañada (como es hoy) de extravagantes ad­

miraciones de libertad, le roba al Pueblo la libertad más im­

portante que está en la Declaración de Independencia y

venció en la Revolución de 1776: la libertad de gobernarse

a sí mismo.

En similares términos expresó su crítica el Chief Justice Roberts,

quien a partir del reconocimiento de que el derecho que la mayo­

ría dijo tutelar fue el de "libertad", sostuvo que la Corte Suprema

de Estados Unidos ha interpretado la Due Process Clause para in­

cluir componentes "[...] ‘sustantivos’ que protegen ciertos intereses

de libertad contra privaciones por parte del Estado ‘independien­

temente del proceso que se prevea’. La teoría es que algunas liber­

tades están ‘de tal manera enraizadas en las tradiciones y conciencia

de nuestro pueblo que han de tener rango constitucional’ y por

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 396 22/11/17 2:28 p.m.

MIREYA MELÉNDEZ ALMARAZ

397

tanto no pueden ser privadas sin una convincente justificación"

pero que, "[...] (p)ermitir que jueces federales no­electos seleccio­

nen  cuáles derechos no enumerados son los que deben tener

rango de ‘fundamentales’ —y anular leyes estadales sobre la base

de esa determinación— levanta preocupaciones obvias sobre el

papel judicial. Nuestros precedentes en consecuencia han insis­

tido que los jueces ‘deben tener un gran cuidado’ en identificar

derechos fundamentales  implícitos,12 y ‘menos que la libertad

protegida por la Due Process Clause sea sutilmente transformada

en la preferencia política de los miembros de esta Corte’ …".

Agregó que los precedentes de la Corte Suprema de Estados Unidos

han requerido que un derecho fundamental implícito sea "muy

hondamente enraizado en la historia y tradición de esta Nación"

y que "implícito, en el concepto de libertad ordenada, es que ni la

libertad ni la justicia existirían si fuese sacrificado".

El juez Alito, por su parte, también enfatizó su preocupación en la

metodología y en la interpretación formulada por la mayoría res­

pecto del entendimiento del derecho a la "libertad", sobre lo cual

sostuvo:

Para evitar que jueces no electos impusieran al pueblo ame­

ricano su visión personal de la libertad, la Corte ha sostenido

que la ‘libertad’ en la Cláusula de Debido Proceso debe ser

entendida para proteger no solo esos derechos que están

‘hondamente enraizados en la historia y tradición de esta

Nación’. Y está fuera de toda disputa que el derecho al matri­

monio del mismo sexo no está entre esos derechos. En efec­

to, ‘En este país, ningún Estado ha permitido el matrimonio

del mismo sexo hasta que la Corte Suprema de Justicia

12 Énfasis añadido.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 397 22/11/17 2:28 p.m.

LA GARANTÍA JUDICIAL DE LOS DERECHOS...

398

de Massachusetts sostuvo en 2003 que limitar el matrimo­

nio a parejas de sexo opuesto violaba la Constitución del

Estado.

Ni el derecho al matrimonio del mismo sexo está hondamen­

te enraizado en las tradiciones de otras naciones. ‘Lo que

[esos que argumentan a favor de un derecho constitucional

al matrimonio de mismo sexo] buscan,  en consecuencia,

no es la protección de un derecho hondamente enraizado

sino el reconocimiento de un muy nuevo derecho, y buscan

esta innovación no del órgano legislativo electo por el pue­

blo, sino de jueces no electos. Enfrentado a tal exigencia, los

jueces tienen que tener tanto caución como humildad’. Para

la mayoría de hoy, no importa que el derecho al matrimonio

del mismo sexo carezca de hondas raíces e incluso sea

contrario a la larga tradición establecida. Los jueces en la

mayoría reclaman la autoridad para  conferir protección

constitucional sobre tal derecho simplemente porque ellos

creen que es fundamental.

En concordancia con la decisión adoptada por la mayoría, los di­

sidentes reconocen que el elemento clave para que los derechos

humanos sean materia de protección constitucional es el rango o

reconocimiento constitucional que tengan como derechos, inde­

pendientemente de la posibilidad que sean además regulados por

las leyes, su disidencia estriba en la premisa de la que parte el fallo,

esto es, que el matrimonio es un derecho fundamental, a partir

de la interpretación formulada por la propia Corte Suprema, en

ejercicio de una facultad que la minoría no reconoce; de ahí que

el juez Scalia concluyó en su voto disidente, suscrito también

por el juez Thomas, diciendo que "Un sistema de gobierno que

hace del Pueblo un subordinado de un comité de nueve abogados

no merece llamarse como una  democracia", y el Chief Justice

Roberts, en su voto disidente precisó: "Si yo fuera un legislador, yo

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 398 22/11/17 2:28 p.m.

MIREYA MELÉNDEZ ALMARAZ

399

podría ciertamente considerar esa visión como una materia

de política social.13 Pero como juez, y como materia de derecho

constitucional, encuentro insostenible la posición de la mayoría".

Por eso precisó que su voto disidente no se refería si a su juicio la

institución del matrimonio debía ser cambiada e incluir a las pa­

rejas del mismo sexo, sino, en realidad, era sobre "nuestra repú­

blica democrática" y sobre si "la decisión debe quedar en manos

del pueblo actuando a través de sus representantes electos, o en

manos de cinco abogados que tienen el encargo que los autoriza

a resolver disputas legales de acuerdo con la ley", concluyendo

que "la Constitución no deja dudas sobre la respuesta".

Y es que en relación esa sentencia adquiere relevancia el hecho de

que el 4 de noviembre de 2008, apenas unos años antes, se había

sometido a referéndum en el estado de California la Proposición

8 de reforma de la Constitución para limitar el matrimonio al que

puedan contraer personas de sexo distinto. El resultado: una ma­

yoría del 52,5% votó a favor de la Proposición 8, frente al 47,5%,

que lo hizo en contra. Aprobada la Proposición 8, en California se

prohibió pro futuro contraer matrimonio a las parejas del mismo

sexo, si bien se mantuvo el reconocimiento de los ya celebrados.

De esto resulta entonces que, contra la mayoría de los ciudada­

nos de California que decidieron reformar su Constitución local

para establecer que el matrimonio sólo puede celebrarse entre

un hombre y una mujer, debió prevalecer lo decidido por una ma­

yoría de cinco personas que estimaron la inconstitucionalidad de

esa disposición. Queda así evidenciada la tensión entre el ejercicio

democrático y la decisión del órgano de control constitucional,

en donde quedó reconocido que el elemento clave para que los

13 Énfasis añadido.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 399 22/11/17 2:28 p.m.

LA GARANTÍA JUDICIAL DE LOS DERECHOS...

400

derechos que se estimaron transgredidos fueran materia de pro­

tección constitucional, es el rango o reconocimiento constitucio­

nal que tengan como derechos humanos, siendo ese el componente

que generó la discrepancia en el sentido del fallo.

En lo que ve a la sentencia 177/2016 de 20 de octubre de 2016,

dictada por el Tribunal Constitucional español, cabe relacionar

brevemente sus antecedentes.

A partir de una iniciativa legislativa popular, para someter a vo­

tación del Pleno del Parlamento la supresión de las corridas de

toros en Cataluña, el 28 de julio de 2010, el Parlamento de Cata­

luña aprobó, por mayoría absoluta, la Ley de modificación del

artículo 6 del Decreto Legislativo 2/2008, de 15 de abril, por virtud

de la cual se eliminó la excepción de las corridas de toros de la

prohibición del uso de animales en espectáculos donde se les pue­

da ocasionar sufrimientos o herir la sensibilidad de las personas,

lo que supone la abolición de este espectáculo en Cataluña a partir

del 1 de enero de 2012.

En la Sentencia 177/2016, de 20 de octubre de 2016, el Tribunal

Constitucional español resolvió el recurso de inconstitucionalidad

7722­2010, interpuesto por cincuenta Senadores del Grupo Parla­

mentario Popular respecto de la referida disposición. En síntesis,

los recurrentes argumentaron que la fiesta de los toros forma

parte del patrimonio cultural de España y, por tanto, su prohibición

vulnera las competencias estatales derivadas del artículo 149.1,

apartados 28 y 29, en conexión con el artículo 149.2 constitucional.

En la resolución del asunto, el Tribunal Constitucional español

partió de la base de que las corridas de toros son una actividad con

múltiples facetas o aspectos que explican la concurrencia de

competencias estatales y autonómicas en su regulación, lo que

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 400 22/11/17 2:28 p.m.

MIREYA MELÉNDEZ ALMARAZ

401

no es sino consecuencia de su complejo carácter como fenómeno

histórico, cultural, social, artístico, económico y empresarial y, a

partir de ello resolvió que, en efecto, la norma cuestionada fue

emitida por una autoridad carente de competencia para legislar

sobre patrimonio histórico y cultural, por lo que declaró incons­

titucional y nulo el art. 1 de la Ley del Parlamento de Cataluña

28/2010, de 3 de agosto, de modificación del art. 6 del texto refun­

dido de la Ley de protección de los animales, aprobado por Decreto

Legislativo 2/2008, de 15 de abril.

Ahora bien, en contra de las consideraciones que pusieron énfa­

sis en un análisis competencial, de carácter predominantemente

jurídico­formal, tres de los Magistrados integrantes del Tribunal

Constitucional español formularon sendos votos particulares, de

los que cobra relevancia el emitido por el Magistrado Juan Antonio

Xiol Ríos, en el sentido de que la resolución del conflicto debía

partir de un ejercicio de ponderación, como criterio para concluir

que se actualiza la prioridad competencial de la decisión autonó­

mica de eliminar determinados espectáculos taurinos en la excep­

ción a la prohibición general de la utilización de los animales en

espectáculos cruentos, esto, a partir de un análisis sobre una y otra

cultura. En cuanto a la posición del emisor de la norma cuestio­

nada, consideró que debían destacarse los elementos siguientes:

La protección de los animales no aparece reconocida con

sustantividad propia en la Constitución. Ahora bien, en el

contexto internacional se pone de manifiesto el profundo

significado e incipiente avance que tiene dentro del nuevo

paradigma de relación de los seres humanos con su entor­

no el respeto debido al resto de seres sensibles con el que

debe compartirlo. De manera constante va incorporándose

la protección de los animales como un interés constitucio­

nal [así, por ejemplo, y solo en el ámbito europeo, cabe citar

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 401 22/11/17 2:28 p.m.

LA GARANTÍA JUDICIAL DE LOS DERECHOS...

402

la reforma del art. 20 a) de la Constitución alemana en 2002;

y del art. 11 bis de la Constitución de Luxemburgo en 2007].

También se constata esa presencia creciente en la elabo­

ración de convenios y textos internacionales en el marco

del Consejo de Europa todavía en proceso de la obtención del

número necesario de ratificaciones para su entrada en vigor

(Convenios del Consejo de Europa para la protección de los

animales de compañía y para la protección de los anima­

les en el momento de su sacrificio). Especial referencia me­

rece su reconocimiento en el marco del derecho de la Unión

Europea, toda vez que ya en el art. 13 del Tratado de funcio­

namiento de la Unión Europea se menciona la necesidad

de tener «plenamente en cuenta las exigencias en materia de

bie nestar de los animales como seres sensibles» cuando se

formulen y apliquen determinadas políticas de la Unión tan­

to por parte de la propia Unión como por los Estados Parte.

En ese sentido, la norma controvertida, al tener como objeto

reducir los supuestos de utilización de animales en espec­

táculos cruentos, representa en lo sustantivo, desde este

específico punto de vista, un progreso en las medidas de pro­

tección de los animales alineada con la demanda de una

so ciedad avanzada.

En cuanto a los fundamentos del espectáculo taurino explicó:

La tauromaquia como objeto de protección cultural cuenta

en su favor con un fuerte apoyo en la tradición. Sin embar­

go, no es una manifestación cultural neutral desde el punto

de vista del sistema de valores que representa ni de la mis­

ma se puede predicar un mismo nivel de implantación en

todo el territorio del Estado y respecto de la globalidad de

sus manifestaciones. Enfrentada con la anterior reflexión

sobre la protección de los animales, se observa (i) el carácter

cruento de determinados espectáculos taurinos, donde el

derramamiento de la sangre y la muerte es parte consus­

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 402 22/11/17 2:28 p.m.

MIREYA MELÉNDEZ ALMARAZ

403

tan cial de esa tradición en su núcleo artístico, y (ii) la desafec­

ción y el choque que esto puede provocar con determinado

sistema de valores que puede tener un desigual asentamien­

to en el territorio del Estado. En ese contexto, su propio carác­

ter no neutral, enfrentado a otros intereses sustantivos, y

con una eventual desigual presencia y afección en las cul­

turas de los distintos pueblos de España, determina que su

protección no pueda ser reconocida con carácter omnímodo.

Resultaría contradictorio defender que todos los intereses

constitucionales, incluyendo los derechos fundamentales, no

son absolutos y hacer aplicación del deber de protección de

la cultura con carácter absoluto y con independencia de la

naturaleza e implantación de la concreta manifestación cul­

tural en los diferentes pueblos de España.

En conjunción con el carácter no neutral de la tauromaquia

desde el sistema de valores que representa, el principal lími­

te que puede predicarse de la pretensión de imponer la su­

premacía de esa protección cultural de la tauromaquia a

nivel estatal contra cualquier otra consideración y decisión

autonómica es el reconocimiento de la pluralidad de pue­

blos y culturas integrantes de Estado español y el respeto

debido a su propio sistema de valores concretado en las nor­

mas que aprueba su órgano de representación política.

En opinión del magistrado discrepante, el ejercicio de pondera­

ción de ambas culturas debía partir de la base de que hay pueblos

y nacionalidades integrados en España para concluir que, una

imposición de protección cultural de la tauromaquia en todas sus

manifestaciones y en toda la extensión del territorio del Estado no

puede pretenderse prevalente con ese carácter omnímodo frente

al reconocimiento de específicas competencias exclusivas de la

Comunidad Autónoma de Cataluña con incidencia directa en ma­

teria de espectáculos taurinos, como son las relativas a la protec­

ción de los animales y espectáculos públicos, y el respeto debido

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 403 22/11/17 2:28 p.m.

LA GARANTÍA JUDICIAL DE LOS DERECHOS...

404

a un sistema de valores culturales propio de la nacionalidad ca­

talana cuya protección constitucional está garantizada mediante

el reconocimiento de la pluralidad de los pueblos de España y sus

culturas.

Con la resolución de este asunto también se pone en evidencia la

discrepancia entre lo decidido democráticamente (cuyo resulta­

do dio lugar a una iniciativa popular) y lo decidido por el Tribunal

Constitucional, que si bien dirigió su análisis a una cuestión com­

petencial, emitió una decisión opuesta a lo que una mayoría de­

mocrática había opinado. En adición a ello, el voto particular del

magistrado Juan Antonio Xiol Ríos da noticia de que, al igual que

lo considerado por la Corte norteamericana, de haberse empren­

dido el análisis de fondo de la cuestión planteada, el elemento cla­

ve para que el derecho que se estimó transgredido hubiera sido

materia de protección constitucional debía derivar del rango o reco­

nocimiento constitucional que tuviera como un derecho humano.

Es así que en las sentencias que han sido relatadas se advierte

que, en ambos casos, la decisión judicial contradice la voluntad

popular; además, en ambos casos se afirma que es el reconocimien­

to del derecho que se estima vulnerado como un derecho fun­

damental, lo que da lugar a su tutela para imponerlo de manera

omnímoda.

Siendo entonces la categorización de los derechos humanos o

derechos fundamentales (según su grado de protección) el límite

entre el ejercicio democrático y la tutela constitucional, sobre qué

puede decidirse en un Estado Constitucional de Derecho, lo que debe

reflexionarse es si quienes coinciden en que esa tutela debe llevar­

se a cabo por un órgano judicial de mayor jerarquía y entidad,

léase un Tribunal Constitucional, una Corte Suprema o alguno

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 404 22/11/17 2:28 p.m.

MIREYA MELÉNDEZ ALMARAZ

405

equivalente, están dispuestos a aceptar que sea ese órgano (o la

mayoría de sus integrantes) que no fue elegido democráticamen­

te, quien decida qué decisiones se encuentran vedadas para el

ejercicio democrático colectivo, mediante la definición de los de­

rechos humanos susceptibles de protección. Requiere esa acepta­

ción una confianza absoluta en el órgano de control de regularidad

constitucional.

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Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 406 22/11/17 2:28 p.m.

Salud con calidad: La implementación de políticas públicas como herramienta para tutelar efectivamente los derechos económicos, sociales y culturales de las personas

URSULA VIANEY GÓMEZ PÉREZ*

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 407 22/11/17 2:28 p.m.

* Secretaria de Estudio y Cuenta. Suprema Corte de Justicia de la Nación (México).

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 408 22/11/17 2:28 p.m.

409I. Introducción

El presente trabajo tiene como objetivo demostrar cómo

el Poder Judicial puede coadyuvar en la implementación

de políticas públicas, incluso puede hacer que dichas políticas pú­

blicas tengan alcances mayores de los que se previeron con su

diseño, todo ello en aras de respetar, proteger y garantizar efecti­

vamente los derechos sociales, económicos y culturales de las

personas, específicamente, el derecho a la salud.

En este orden de ideas, se describirá, en primer lugar, la política

pública objeto de nuestro análisis y, en segundo lugar, se analiza­

rá el caso judicial en el que intervino un Juez de Distrito; así como

la Suprema Corte de Justicia de la Nación, donde se logró fortale­

cer y extender los alcances de una política pública que permeó

en todo el sistema de salud (público y privado) en México.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 409 22/11/17 2:28 p.m.

SALUD CON CALIDAD...

410

II. Política Pública: Implementación de las Guías de Práctica Clínica

para la protección efectiva del derecho a la salud

En aras de proteger y hacer efectivo el derecho a la salud, el Estado

Mexicano en el Plan de Desarrollo Nacional 2007­2012 planteó

como objetivo brindar servicios de salud eficientes, con calidad,

calidez y seguridad para el paciente mediante la implementación

de un sistema de calidad. En cumplimiento a dicho objetivo, el

Pro grama Sectorial de Salud 2007­2012 y el Plan Nacional de Salud

2007­2012 determinaron, en lo que aquí interesa, la necesidad de

impulsar la utilización de las guías de práctica clínica y protoco­

los de atención médica.1

Las guías referidas fueron definidas por la Secretaría de Salud

como "un conjunto de recomendaciones desarrolladas de forma sistemá-

tica para ayudar a los profesionales y a los pacientes en la toma de deci-

siones sobre la atención sanitaria más apropiada, seleccionando las

opciones diagnósticas y/o terapéuticas más adecuadas en el abordaje de

un problema de salud o una condición clínica específica.2

Lo que se buscó con la creación de dichas guías fue evitar que los

profesionales de la salud en el desempeño de sus labores habi­

tuales, frente a un mismo problema de salud, eligieran abordajes

1 Se destaca que la política de calidad del Programa Nacional de Salud 2013­2018, siguiendo con la misma línea del Programa anterior, estableció la necesidad de desarro­llar acciones de estandarización de servicios de salud con calidad. En ese sentido, las guías de práctica clínica sigue consolidándose como una herramienta de consulta para los profesionales de salud que les permiten tomar decisiones acertadas y dismi­nuir la variabilidad en la práctica clínica.

2 Dicha definición fue plasmada en el documento "Metodología para la implementación de Guías de Práctica Clínica" emitido por el Centro Nacional de Excelencia dependiente de la Subsecretaría de Innovación de la Secretaría de Salud (p. 17).

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 410 22/11/17 2:28 p.m.

URSULA VIANEY GÓMEZ PÉREZ

411

diferentes derivados de diversas causas como pudieran ser: incer­

tidumbre,3 ignorancia,4 presiones externas,5 recursos limitados6 o

preferencias del paciente.7

De manera que las guías de práctica clínica tienen como objeto

estandarizar los procesos de atención médica, con lo cual, el juicio

o el criterio médico deja de ser la base central en la toma de deci­

siones médicas como anteriormente se realizaba, complementán­

dose ahora por métodos científicos estandarizados, consensuados

y evaluados, que ofrecen la mejor evidencia científica y, en conse­

cuencia, el máximo beneficio con el mínimo riesgo a los usuarios,

promoviendo mejoras sustanciales en el proceso de atención

médica que impactan en la evolución de un padecimiento o la

calidad de vida del paciente, tutelando de manera efectiva el ejer­

cicio del derecho a la salud previsto en el artículo 4o. de nuestra

Norma Fundamental.

Se observa así, que desde el año 2008 hasta la fecha, la Secretaría

de Salud ha desarrollado alrededor de 800 Guías de Práctica Clíni­

ca oficiales,8 cuyo objetivo principal, como ya quedó precisado, es

proporcionar información basada en la mejor evidencia científica

disponible sobre los principales problemas de salud del país, para

orientar en la toma de decisiones clínicas y gerenciales, a fin de

3 No existe evidencia científica que defina el valor de los posibles métodos diagnós­ticos o tratamientos.

4 Existe evidencia científica, pero el clínico la desconoce o no la actualiza.5 El profesional conoce el valor de las pruebas o tratamientos, pero el contexto obli­

ga al uso de otros abordajes.6 No se dispone de la técnica diagnóstica o del tratamiento recomendado, por lo que

se utiliza una alternativa.7 Bajo el concepto de conocimiento informado, en la mayoría de los casos la deci­

sión última la tiene el paciente o su familia, por lo que su escala de valores define sus preferencias.

8 http://cenetec­difusion.com [fecha de consulta 13 de noviembre de 2017].

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412

contribuir en la mejora de la efectividad, seguridad y eficiencia

en la atención médica.

Bajo este panorama, y con el fin de cumplir con el objetivo de las

guías de práctica clínica, la Secretaría de Salud, a través de la Direc­

ción Adjunta de Calidad en Salud emitió la Instrucción 283/2011

a través de la cual se informa a todas las instituciones de salud el

acuerdo celebrado por el Consejo Nacional de Salud el 9 de di­

ciembre de 2010 en el que se determinó que las instituciones del

sector y los servicios estatales de salud a través de los responsa­

bles de calidad conducirían la implementación de las guías de

práctica clínica en las instituciones del sector y en los servicios

de salud, así mismo se determinó como objetivo que las guías se

constituyan en un referente habitual en la práctica profesional

de la atención de la salud; igualmente se determinó incorporar a

las guías como referente para los procedimientos de resolución

de quejas sobre la atención médica por el Comité o Comités

correspondientes.

Sin que además deba dejar de mencionarse que el uso de las guías

de práctica clínica son un elemento que ya se toma en cuenta

para efectos de acreditar y/o certificar a todas las instituciones

de salud de primer nivel de atención, lo anterior se ve materiali­

zado en la Instrucción 328/2011 emitida por la Secretaría de Salud

a través de la Dirección Adjunta de Calidad en Salud, que deter­

mina que para la aprobación de la cédula de acreditación se cali­

ficará la difusión, capacitación e implantación de las guías de

práctica clínica.

ß

Hasta el momento, la implementación de la política pública se

encuentra en curso, y aunque es muy paulatina su ejecución, lo

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 412 22/11/17 2:28 p.m.

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cierto es que todas las instituciones públicas de salud, a efecto

de acreditarse, deben cumplir con el requisito de que sus proce­

dimien tos médicos se rijan por dichas guías o protocolos médi­

cos de actuación, lo que garantiza que las personas que se atienden

en hospitales públicos gocen, al menos, de calidad en la atención,

requisito mínimo indispensable para el disfrute efectivo del dere­

cho a la salud.

III. Presentación del caso

El caso materia de análisis, es un claro ejemplo de cómo la inter­

vención de un órgano jurisdiccional puede coadyuvar en la im­

plementación de una política pública e, incluso, puede extender

sus propios alcances, con la finalidad de hacer efectivos los dere­

chos económicos, sociales y culturales de las personas, en este

caso, el derecho a la salud.

Los hechos del caso son los que a continuación se narran.

Una mujer acudió ante la Comisión Nacional de Arbitraje Médico

(CONAMED) y presentó una queja por negligencia en contra de

dos médicos que laboraban en un prestigiado hospital privado.

La queja fue declarada fundada por la CONAMED al considerar

que la cirugía que le practicaron a la paciente a través de la cual

le quitaron parte de su intestino grueso, resultaba innecesaria e

injustificada. En contra de dicha determinación, los médicos pro­

movieron un juicio de amparo, en la vía indirecta;9 sin embargo,

en dicha instancia el Juez de Distrito resolvió confirmar la resolu­

ción de la CONAMED, resolución de amparo que fue confirmada

9 Juicio de Amparo Indirecto 501/2011, fallado el 22 de noviembre de 2011, por el Juez Sexto de Distrito del Centro Auxiliar de la Primera Región en Cuernavaca, Morelos.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 413 22/11/17 2:28 p.m.

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414

por la Suprema Corte de Justicia de la Nación,10 de la cual emana­

ron diversas tesis aisladas, que se expondrán más adelante.

IV. Análisis del caso y la contribución del Poder Judicial en la implementación

efectiva de una política pública en materia de salud a efecto de tutelar

el derecho a la salud

En términos de Abramovich (2009), un punto fundamental de

cualquier análisis de procesos de judicialización de una política

pública es observar cómo inciden ciertos marcos institucionales;

así como qué definen, sobre qué materia deciden, qué ordenan y

cómo deciden los tribunales en estos asuntos. Bajo estas premi­

sas, analizaremos el presente asunto.

Como ya se dijo, el Juez de Distrito confirmó la resolución de la

CONAMED por considerar que los médicos sí habían incurrido en

mala práctica médica; sin embargo, es importante dar a conocer

las consideraciones en las que se sustentó la sentencia de ampa­

ro, a efecto de entender el impacto que dicha resolución tuvo en la

implementación y extensión de la política pública en cuestión.

El Juez de Distrito realizó un análisis del derecho a la salud y es­

tableció que ese derecho integra el núcleo intangible definido

como mínimo vital, por encontrarse dentro de aquellas medidas

imprescindibles para evitar que la persona se vea reducida en su

valor intrínseco como ser humano;11 de allí que su interpretación

10 Amparo en Revisión 117/2012, fallado el 28 de noviembre de 2012, por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.

11 Ver Torres Ávila, Jheison. El mínimo vital en la jurisprudencia de la Corte Constitucional. Bogotá, Cigep­Diakonia, 2002. Por México, véase la tesis: "DERECHO AL MÍNIMO VITAL

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 414 22/11/17 2:28 p.m.

URSULA VIANEY GÓMEZ PÉREZ

415

judicial había llegado a implicar deberes positivos para el Estado

dirigidos a generar condiciones de acceso al agua potable, servi­

cios sanitarios adecuados, suministro apropiado de alimentos

sanos, vivienda adecuada, condiciones sanas en el trabajo y en el

medio ambiente, acceso efectivo a la educación e información,

incluida la salud sexual y reproductiva, lo que debe propiciar un

marco de colaboración institucional para su debida garantía entre

jueces, legislador y administración, a la luz del principio de divi­

sión de poderes.

Bajo esta línea argumentativa, el juez constitucional cita una tesis

aislada de la Suprema Corte de Justicia de la Nación12 donde se

EN EL ORDEN CONSTITUCIONAL MEXICANO. El derecho constitucional al mínimo vital cobra plena vigencia a partir de la interpretación sistemática de los derechos fundamentales consagrados en la Constitución General y particularmente de los ar­tículos 1o., 3o., 4o., 6o., 13, 25, 27, 31, fracción IV, y 123. Un presupuesto del Estado Democrático de Derecho es el que requiere que los individuos tengan como punto de partida condiciones tales que les permitan desarrollar un plan de vida autónomo, a fin de facilitar que los gobernados participen activamente en la vida democrática. De esta forma, el goce del mínimo vital es un presupuesto sin el cual las coordenadas centrales de nuestro orden constitucional carecen de sentido, de tal suerte que la inter­sección entre la potestad Estatal y el entramado de derechos y libertades fundamen­tales consiste en la determinación de un mínimo de subsistencia digna y autónoma protegido constitucionalmente. Este parámetro constituye el contenido del derecho al mínimo vital, el cual, a su vez, coincide con las competencias, condiciones básicas y prestaciones sociales necesarias para que la persona pueda llevar una vida libre del temor y de las cargas de la miseria, de tal manera que el objeto del derecho al mínimo vital abarca todas las medidas positivas o negativas imprescindibles para evitar que la persona se vea inconstitucionalmente reducida en su valor intrínseco como ser hu­mano por no contar con las condiciones materiales que le permitan llevar una existen­cia digna. Así, este derecho busca garantizar que la persona —centro del ordenamiento jurídico— no se convierta en instrumento de otros fines, objetivos, propósitos, bienes o intereses, por importantes o valiosos que ellos sean. [No. Registro: 172,545. Tesis aislada. Materia(s): Constitucional. Novena Época. Instancia: Primera Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. XXV, Mayo de 2007. Tesis: 1a. XCVII/2007. Página: 793. Amparo en revisión 1780/2006. Lempira Omar Sánchez Vizuet. 31 de enero de 2007. Cinco votos. Ponente: José Ramón Cossío Díaz.]

12 Tesis aislada 1a. LXIII/2008, Novena Época, Primera Sala, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, tomo XXVIII, julio de 2008, página: 456, de rubro: "DERECHO A LA SALUD. SU PROTECCIÓN EN EL ARTÍCULO 271, SEGUNDO PÁRRAFO, DE LA LEY GENERAL DE SALUD". Amparo en revisión 173/2008. Yaritza Lissete Reséndiz Estrada.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 415 22/11/17 2:28 p.m.

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establece que el derecho a la salud, entre varios elementos, com­

prende: el disfrute de servicios de salud de calidad en todas sus

formas y niveles, de manera que para garantizar la calidad en los

servicios de salud el Estado debe emprender las acciones necesa­

rias para alcanzar ese fin, tales acciones podrían ser el desarrollo

de políticas públicas y/o el establecimiento de controles legales.

Así, una forma de garantizar el derecho a la salud, es establecer

regulaciones o controles destinados a que los prestadores de ser­

vicios de salud satisfagan las condiciones necesarias de capacita­

ción, educación, experiencia y tecnología en establecimientos con

condiciones sanitarias adecuadas y en donde se utilicen medica­

mentos y equipo hospitalario científicamente aprobados y en

buen estado.

Además de lo anterior, la sentencia recoge un precedente de la

Corte Interamericana de Derechos Humanos13 donde se conside­

ró que los Estados tienen el deber de regular y fiscalizar toda la

asistencia de salud prestada a las personas bajo su jurisdicción,

como deber especial de protección a la vida y a la integridad per­

sonal, independientemente de si la entidad que presta tales

servicios es de carácter público o privado, concluyendo que la falta

de ese deber de regular y fiscalizar generaba responsabilidad in­

ternacional en razón de que los Estados son responsables tanto

por los actos de las entidades públicas como privadas que pres­

tan atención de salud, ya que bajo la Convención Americana los

supuestos de responsabilidad internacional comprenden los actos

de las entidades privadas que estén actuando con capacidad es­

30 de abril de 2008. Cinco votos. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretaria: Dolores Rueda Aguilar.

13 Caso Ximenes Lopes Vs. Brasil Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 4 de julio de 2006.V Serie C No. 149.

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tatal, así como actos de terceros, cuando el Estado falta a su deber

de regularlos y fiscalizarlos, de manera que la obligación de los

Estados de regular no se agotaba en los hospitales que prestaban

servicios públicos, sino que abarcaba toda y cualquier institución

de salud.

Bajo dichos argumentos, el Juez concluyó que el derecho a la sa­

lud no sólo debe ser respetado por instituciones públicas sino

también por las instituciones privadas y su personal. Lo anterior,

atendiendo a que los hospitales privados no deben privilegiar el

lucro empresarial y/o personal de los médicos mediante cirugías

innecesarias e injustificadas porque ello atenta contra los dere­

chos humanos a la integridad personal, a la vida y a la salud de

los pacientes, lo que actualiza mala praxis médica, así como la

obligación de pago de daños y perjuicios e inclusive, en su caso,

una conducta delictuosa.

Sentado a lo anterior, y al no tener el Juez de Distrito algún medio

objetivo para juzgar si en el caso se había respetado el derecho a

la salud por parte de la institución privada y sus médicos, de ofi­

cio advirtió la existencia de las Guías de Práctica Clínica, resal­

tando su importancia y utilidad, y consideró que dichas Guías

debían utilizarse como referente básico por todos los servido­

res del sector salud, la Comisión Nacional de Arbitraje Médico y/o

comisiones estatales; así como por todas aquellas autoridades

jurisdiccionales que conocieran de una controversia de responsa­

bilidad médica con la finalidad de que la prestación del derecho

a la salud sea eficaz y segura tanto en hospitales públicos como

en hospitales privados; especialmente, porque la falta de utiliza­

ción de las Guías de Práctica Clínica era susceptible de generar

actos y resoluciones contrarias al derecho fundamental a la salud.

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Así, el Juez de Distrito utilizó como parámetro orientativo y obje­

tivo de validez el contenido de la Guía "Diagnóstico y tratamiento

diverticular del colón" 14 misma que ya se había publicado al mo­

mento de emitirse la resolución de la CONAMED, con la finalidad

de contrastar su contenido con lo resuelto en la sentencia recla­

mada, y llegó a la conclusión de que dicha sentencia coinci­

día con lo establecido en aquél protocolo y, por tanto, debía ser

confirmada.

En contra de la determinación del Juez de Distrito, los médicos

quejosos interpusieron un recurso de revisión mismo que fue

atraído por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la

Nación,15 donde se resolvió confirmar la resolución recurrida y de

la cual, en lo que aquí interesa, derivaron los siguientes criterios

aislados:

DERECHO FUNDAMENTAL A LA SALUD. IMPONE DEBERES TANTO A LOS PODERES PÚBLICOS COMO A LOS PAR­TICULARES QUE SE DEDICAN AL ÁMBITO DE LA SALUD. El derecho a la salud consagrado en la Constitución Política

de los Estados Unidos Mexicanos impone deberes comple­

jos a todos los poderes públicos dentro del Estado, desde el

legislador y la administración, hospitales públicos y su per­

sonal médico, hasta los tribunales; pero también a los

particulares, tales como los médicos, hospitales privados, em­

pleadores y administradores de fondos de pensiones y jubila­

ciones. En consecuencia, del análisis del contenido y estructura

del derecho fundamental a la salud, se desprende que éste

es vinculante no sólo frente a los órganos del Estado, sino

que adicionalmente, posee eficacia jurídica en ciertas rela­

14 Su consulta es pública dentro de la página de internet de la Secretaría de Salud registrada con el número SSA­219­09.

15 Amparo en Revisión 117/2012, fallado el 28 de noviembre de 2012, por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

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ciones entre particulares. Por ello, en los asuntos de su co­

nocimiento, los tribunales deben atender a la influencia de

los valores que subyacen en el derecho a la salud, fungien­

do como un vínculo entre la Constitución y los particulares

al momento en que resuelven un caso concreto. Así las co­

sas, en virtud de la fuerza normativa de la Constitución, no

resulta compatible concebir que los hospitales privados y

su personal médico son regidos únicamente bajo figuras de

derecho privado, en especial cuando estos sujetos obran en

aras a la protección de la salud de las personas. En efecto,

en virtud de la complejidad de los sistemas jurídicos en la

actualidad, y de la estrecha relación entre sus componentes

normativos, es claro que existen numerosos ámbitos en los

cuales no se puede hacer una división clara y tajante entre

derecho público y privado. Lo anterior se actualiza en el

ámbito de los hospitales privados y su personal médico, ya

que su actuar tiene repercusiones en la protección de la sa­

lud de los pacientes. En conclusión, no puede negarse que

el objetivo consistente en proteger el derecho a la salud de

los pacientes es un fin público, pues excede el mero interés

de los particulares al ser una meta inherente del Estado

mexicano.16

GUÍAS O PROTOCOLOS MÉDICOS EXPEDIDOS POR LA SE­CRETARÍA DE SALUD O POR LA AUTORIDAD COMPETEN­TE EN LA MATERIA. SU FUNCIÓN PARA EFECTOS DE DETERMINAR UNA POSIBLE MALA PRÁCTICA MÉDICA. Las guías o protocolos médicos expedidos por la Secretaría

de Salud o por la autoridad competente en la materia res­

ponden a la cristalización escrita de criterios de prudencia,

sin que constituyan verdades absolutas, universales, únicas

16 Época: Décima Época, Registro: 2002501, Instancia: PRIMERA SALA, Tipo Tesis: Tesis Aislada, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Localización: Libro XVI, Enero de 2013, Tomo 1, Materia(s): Constitucional, Tesis: 1a. XXIII/2013 (10a.), Pag. 626, [TA]; 10a. Época; 1a. Sala; S.J.F. y su Gaceta; Libro XVI, Enero de 2013, Tomo 1; Pág. 626.

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y obligatorias en su cumplimiento, pero permiten habitual­

mente definir lo que se considera, en ese estado de la ciencia,

práctica médica adecuada y prudente ante una situación

concreta, fijando por escrito la conducta diagnóstica y tera­

péutica aconsejable ante determinadas eventualidades

clínicas, lo que equivale a positivizar o codificar la lex artis.

Estas guías o protocolos no limitan la libertad prescriptiva

del médico en su toma de decisiones, por cuanto un buen

protocolo es flexible y dinámico, siendo susceptible de mo­

dificación. Cabe incluso apartarse de él si el médico entiende,

según su experiencia, que el resultado buscado exige otra

terapia y su actuación se halle fundada científicamente,

aunque en estos casos, ante una hipotética reclamación, la

justificación del médico que se desvíe de su contenido de­

berá ser más rigurosa y exhaustiva. Desde el punto de vista

jurídico, los protocolos otorgan al médico cierto amparo a la

hora de justificar su actuación, especialmente ante las

reclamaciones de que puede ser objeto; de manera que una

actuación médica ajustada a los protocolos propios de la espe­

cialidad constituye un elemento muy importante para su

defensa. Por tanto, el protocolo ostenta, como es lógico, un

enorme valor orientativo para el juez, aun cuando no le

vincula, ni le obliga a su aplicación forzosa.17

En principio, la actuación conjunta del Juez de Distrito con la

Suprema Corte de Justicia logró, por un lado, coadyuvar en la im­

plementación, difusión y eficacia de la política pública en cues­

tión; y, por otro, logró extender sus alcances al considerar que

tanto los hospitales públicos como privados debían respetar el

derecho a la salud, y con ello, en la medida de lo posible, utilizar

17 Época: Décima Época, Registro: 2002531, Instancia: PRIMERA SALA, Tipo Tesis: Tesis Aislada, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Localización: Libro XVI, Enero de 2013, Tomo 1, Materia(s): Civil, Tesis: 1a. XXVI/2013 (10a.), Pag. 636, [TA]; 10a. Época; 1a. Sala; S.J.F. y su Gaceta; Libro XVI, Enero de 2013, Tomo 1; Pág. 636.

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421

dichas guías o protocolos de actuación a efecto de brindarle sa­

lud con calidad a las personas, lo anterior, en términos de Abra­

movich V, y Courtis (2006), constituyen cargas que el Estado debe

imponer a los particulares a fin de satisfacer los derechos socia­

les, tales como el derecho a la salud.

Aunado a lo anterior, con ambas resoluciones se le otorga un con­

tenido mínimo esencial al derecho a la salud, que en este caso

consiste en establecer que todas las instituciones que presten ser­

vicios de salud deben de brindarlos con calidad, todo ello con el

afán de realizar efectivamente los derechos sociales.

La intervención de los órganos judiciales en este caso, tuvo como

efecto limitar la arbitrariedad de los particulares frente al dere­

cho a la salud, lo que se considera un ejercicio muy interesante

de ponderación entre los derechos fundamentales y humanos en

juego, como son el derecho a la salud de los pacientes y el dere­

cho a una debida fundamentación y motivación de los médicos;

principalmente que, en este asunto, como señala Silva García

(2012) el Estado tenía el deber de emitir medidas necesarias y razo­

nables de protección a los sujetos vulnerables, como es el caso de

la paciente, quien resulta ser el sujeto más vulnerable en la rela­

ción médico­paciente, al depositar en el médico sus bienes más

preciados como son: la vida, la salud y la integridad personal.

A la luz de lo anterior, podemos considerar que el tipo de asunto

sobre el que decidió el órgano jurisdiccional respecto de la política

social en cuestión, fue la que Abramovich y Pautassi (2009) clasi­

fica como decisión judicial que reconfigura aspectos parciales de

las políticas públicas o de los sistemas de protección social en

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curso, obligando a extender el alcance de las prestaciones y ser­

vicios a supuestos no contemplados y beneficiarios excluidos.18

Esto es así, toda vez que, en el caso, en términos del autor citado,

los demandantes no atacan el contenido o el alcance de la política

pública a la luz de estándares jurídicos, sino los procedimientos

seguidos para decidir o implementar dicha política pública.

En el caso, implícitamente la paciente, al solicitar la intervención

judicial para hacer justiciable su derecho a la salud, obligó a los

órganos jurisdiccionales a analizar de oficio la política pública en

curso (implementación de guías de práctica clínica) a efecto de que

la misma se hiciera efectiva y se corroborara con ello la mala praxis

en que incurrieron los médicos tratantes. Lo que antecede, pro­

vocó que el tribunal le diera mayores alcances a la política en cues­

tión, incidiendo no sólo en el ámbito público sino también en el

ámbito privado, como ya se explicó.

Por otro lado, se aprecia del caso materia de análisis, que el reme­

dio que adoptó tanto el Juez de Distrito como la Corte, según la

clasificación propuesta por Abramovich (2009), fue la emisión de

una orden detallada y completa de cumplir con prestaciones y

18 Victor Abramovich y Laura Pautassi, clasifican las materias o asuntos sobre los que pueden ser convocados a decidir los tribunales respecto de las políticas sociales en los siguientes supuestos: a) decisiones judiciales que invalidan políticas sociales por ser contrarias a estándares jurídicos; b) decisiones judiciales que disponen la imple­mentación de políticas públicas definidas por las instancias políticas y no ejecutadas por las burocracias interiores inferiores o locales; c) decisiones judiciales que obligan a definir políticas públicas o emprender reformas estructurales de los sistemas de protección social, a partir de la aplicación directa de las normas constitucionales; d) decisiones judiciales que reconfiguran aspectos parciales de las políticas públicas o de los sistemas de protección social, en curso, obligando a extender el alcance de las prestaciones y servicios a supuestos no contemplados y beneficiarios excluidos; y, f) deci siones judiciales que ordenan reformular los procedimientos para la elabora­ción o implementación de las políticas, los espacios de participación o los niveles de información pública disponible sobre ellas. p.50.

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423

servicios, en este caso se constriñó a los hospitales privados y a su

personal a tutelar efectivamente el derecho a la salud de las per­

sonas; así como a seguir como criterios orientadores en el desem­

peño de la prestación de los servicios de salud, las guías o

protocolos clínicos. Y no sólo eso, se estableció que dichos crite­

rios clínicos podían servir como medio muy importante de defensa

de los médicos en los procesos jurisdiccionales en los que fueran

parte.

En este sentido, si bien el Alto Tribunal de nuestro país no deter­

minó darle fuerza vinculante a las guías o protocolos clínicos, lo

cierto es que su decisión, junto con la del Juez contribuyó a que

dicha política pública abarcara no sólo el ámbito público, sino

también el ámbito privado, donde los médicos parecían inmunes

de la actuación del Estado.

Finalmente, cabe agregar que aunque la intervención judicial, en

principio, sólo benefició directamente a una persona (la paciente),

lo cierto es que dicha sentencia incide y sigue incidiendo en todo el

sistema de salud. Esto es así, a consecuencia de los remedios u

órdenes que estableció el órgano judicial en dicha resolución, que

no sólo estaban dirigidos a los médicos tratantes o al hospital

privado al que pertenecían, sino a todo el sistema de salud (públi­

co y privado) y a su personal médico. De ahí que, en tanto se sigan

invocando estos precedentes emitidos por el más Alto Tribunal

del país, repercutirán en todos los pacientes que se encuentren

en la situación del caso que ahora se analiza e, incluso, pudiera

repercutir en el curso que se le ha dado a la política pública en

cuestión, pues la Secretaría de Salud, en términos de lo interpre­

tado y del contenido del derecho a la salud, se encuentra obligada

a mejorar la implementación de dicha política, a efecto de cum­

plir con el mandato que exige el derecho social a la salud.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 423 22/11/17 2:28 p.m.

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424

V. Conclusiones

Hasta la fecha, la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la

Nación; así como los criterios derivados de ella siguen teniendo

eco en el Sistema Nacional de Salud, incluso la propia CONAMED

ha recomendado la aplicación de las Guías de Práctica Clínica,19

como una de las medidas que se deben tomar para prevenir el

error médico, la mala práctica y la responsabilidad profesional,

En adición a lo anterior y como parte de la implementación de

la política pública, el primero de junio de 2016, fue reformado el

artículo 32 de la Ley General de Salud20 para el efecto de que, en

la atención médica, los prestadores de servicios de salud se pue­

dan apoyar en las Guías de Práctica Clínica. Al respecto, se destaca

que la "INICIATIVA CON PROYECTO DE DECRETO QUE MODIFICA

EL ARTÍCULO 32 DE LA LEY GENERAL DE SALUD, EN MATERIA DE

PRÁCTICA CLÍNICA" proponía el "deber" de aplicar las Guías de Prác­

tica Clínica; sin embargo, dicha iniciativa fue modificada mediante

Dictámen de la Comisión de la Cámara de Senadores, para esta­

blecer la optatividad de su uso, modificación que fue aprobada

mediante Dictámen de la Comisión de Salud de la Cámara de

Diputados.

Por otro lado, el 28 de abril de 2017 se publicó en el Diario Oficial

de la Federación el Reglamento de Quejas Médicas y Solicitudes de

Reembolso del ISSSTE, donde se determinó como parte del pro­

19 https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/3884719.pdf [Fecha de consulta 13 de enero de 2017].

20 "Artículo 32. Se entiende por atención médica el conjunto de servicios que se proporcionan al individuo, con el fin de proteger, promover y restaurar su salud.

Para efectos del párrafo anterior los prestadores de servicios de salud podrán apo­yarse en las Guías de Práctica Clínica y los medios electrónicos de acuerdo con las normas oficiales mexicanas que al efecto emita la Secretaría de Salud."

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 424 22/11/17 2:28 p.m.

URSULA VIANEY GÓMEZ PÉREZ

425

ceso de queja y reembolso que en los informes que rindan las

Unidades Médicas involucradas deberán mencionar las Guías de

Práctica Clínica aplicables y, en su caso, la referencia a la justifi­

cación de su inobservancia que obre en el expediente.21

Con estos resultados, se constata la relevancia de la intervención

jurisdiccional para la protección efectiva de los derechos econó­

micos, sociales y culturales; máxime cuando esa participación

tiene el potencial de alcanzar a una sociedad entera; y, aunque

muchos llamarían dicha intervención como activismo judicial, lo

que en algunos ámbitos resulta muy criticado; lo cierto es que,

la participación prudente y bien enfocada del juez en asuntos de

esta índole, coadyuva con los otros poderes del Estado a la pro­

tección más amplia de los derechos económicos, sociales y cultu­

rales, como sucedió en el caso, al darle efectividad a una política

pública en materia de salud y extendiendo sus efectos al ámbito

privado.

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21 Artículo 42.­ Los informes que rindan las Unidades Médicas involucradas deberán contener al menos, lo siguiente:

V. La mención de las Guías de Práctica Clínica aplicables y en su caso, la referencia a la justificación de su inobservancia que obre en el expediente. En ningún caso podrá mencionarse justificación alguna que no conste por escrito y debidamente firmada en el expediente;

(…)"

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 425 22/11/17 2:28 p.m.

SALUD CON CALIDAD...

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Caso Ximenes Lopes Vs. Brasil Fondo, Reparaciones y Costas. Sen­

tencia de 4 de julio de 2006.V Serie C No. 149.

Juicio de Amparo Indirecto 501/2011, fallado el 22 de noviembre

de 2011, por el Juez Sexto de Distrito del Centro Auxiliar de la

Primera Región en Cuernavaca, Morelos.

Amparo en Revisión 117/2012, fallado el 28 de noviembre de 2012,

por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la

Nación.

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Los derechos sociales y la tejedora de sueños

ITZIAR GÓMEZ FERNÁNDEZ*

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* Profesora Titular de Derecho Constitucional. Universidad Carlos III de Madrid.

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429I. Introducción: Johana y Penélope

Johana Airey nació en Irlanda en el año 1932. Se casó a los

21 años y tuvo cuatro hijos. Cuando tenía cuarenta, tras

numerosos episodios de violencia infringidos por su esposo e in­

tentar durante ochos años un acuerdo de separación amistosa, el

Sr. Airey abandona el hogar, una vez fue condenado por agresión

a su mujer. Dos años después, en 1974 un Tribunal irlandés exige

al Sr. Airey que abone a su familia una pensión alimenticia. Pero

los pagos no se producen, y la separación amistosa resulta impo­

sible, de modo que la Sra. Airey decide judicializar la separación.

Pero el sistema no contempla el derecho a la asistencia jurídica

gratuita en este tipo de procesos civiles. Y Johana no tiene medios

económicos para contratar un abogado. En 1978 el asunto, tras

pasar por la Comisión de Derechos Humanos del Consejo de Europa,

llegará al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que, en una

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LOS DERECHOS SOCIALES Y LA TEJEDORA...

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sentencia dictada el 9 de octubre de 1979, declara la vulneración

del derecho de acceso a la jurisdicción de la requirente (art. 6.1

CEDH). En ese momento Johana Airey tenía ya 47 años.

El Tribunal entiende que el Estado irlandés debió haber facilitado

a la Sra. Johana Airey los medios para acudir a la jurisdicción civil

en defensa de su voluntad de separación. Unos medios que exigía

una prestación efectiva y positiva del Estado, con un evidente alcan­

ce económico destinado a sufragar la asistencia jurídica de la

recurrente. En su argumentación, el Tribunal de Estrasburgo ase­

guró no ignorar que "el desarrollo de los derechos económicos y sociales

depende mucho de la situación de los Estados y de sus finanzas" (STEDH

asunto Airey c. Irlanda, de 9/19/1979, § 26), pero insistió asimismo

en que el Convenio Europeo de Derechos Humanos debía ser leído

a la luz de las condiciones de vida del momento, asumiendo que

este "dentro de su ámbito de aplicación tiende a otorgar una protec­

ción real y concreta del individuo", de modo que aunque se limite

a enumerar esencialmente "derechos civiles y políticos, muchos de ellos

tienen proyecciones de orden económico o social". Así, el TEDH asumi­

rá que no deben adoptarse interpretaciones de los derechos del

CEDH que excluyan cualquier afectación de los derechos sociales,

porque los derechos no se encierran en compartimentos estancos.

Estrasburgo habla en esta sentencia de la indivisibilidad de los de­

rechos, y de la necesidad de realizar una interpretación contextua­

lizada y evolutiva de los mismos.

Pero la evolución de los contextos se asemeja a veces a la toga que

tejía Penélope. La tejedora de sueños en la épica Odisea, hacía y

deshacía con fidelidad y dedicación, instalada en la espera de quien

no terminaba de llegar. Así pasaron diez años. Y eso parece suce­

der también con la igualación de estatuto de los derechos sociales

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ITZIAR GÓMEZ FERNÁNDEZ

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en el marco del sistema de garantías nacional y/o internacional

de los derechos humanos.

Desde la sentencia Airey, que marca un hito en la reconstrucción

de la idea de justiciabilidad —indirecta eso si— de los derechos

sociales, la teoría, la jurisprudencia y la práctica han ido tejiendo

de día y destejiendo de noche, durante casi cuatro décadas, la

trama sobre la que construir un modelo de protección y garantía

de los derechos que no distinga donde los textos internacionales

y nacionales han venido a consagrar unas, en ocasiones, insalva­

bles diferencias.

Mucho se ha escrito. Y los órganos internacionales de garantía han

dicho mucho. Se ha tejido para conceptualizar los derechos so­

ciales pero sin que se haya llegado a una definición cerrada uni­

versalmente válida. La definición de derechos sociales no es ni

sencilla, ni pacífica, ni seguramente sea este el momento de dete­

nerse en ella. Apunto tan sólo que, según mi concepción, podría

decirse que los derechos sociales son aquellos que buscan garan­

tizar la cohesión social, o dicho de otro modo, la integración de

todos los individuos de un determinado grupo social. Llevando

la definición a un terreno conceptual más clásico, serían todos

aquellos derechos cuya finalidad es garantizar la igualdad mate­

rial de los individuos.1

Se ha tejido para reforzar la idea de indivisibilidad, y de refuerzo

de la justiciabilidad de los derechos sociales. Pero la crisis econó­

1 En este punto es preciso aclarar, para salvar la coherencia del concepto apuntado, que existen derechos incluidos por buena parte de la doctrina entre los derechos sociales, como el derecho al medio ambiente que no responden a este criterio y que, por tanto, a mi juicio, no pueden ser calificados como derechos sociales. Profundizo en el concepto en el trabajo "Los derechos constitucionales de los trabajadores". CEF Legal, Revista Práctica del Derecho, núm. 130, noviembre 2011, pp. 125­152.

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mica de principios del S. XXI ha vuelto a deshacer parte del lien­

zo, devolviéndonos la convicción de que los derechos sociales son

beneficios de un sistema económico saludable, y no verdaderos

derechos individuales. Y que por ello son reversibles. Y que los ór­

ganos judiciales no pueden "secuestrar" la voluntad democrática

de los Parlamentos que deben reaccionar a la crisis con restriccio­

nes presupuestarias severas.

Los argumentos se suceden. Y estas líneas describen parte de esos

argumentos. Son los hilos que se tensan en el telar de Penélope.

II. ¿Por qué no puede abandonarse la reflexión sobre los derechos sociales?

Hermann Heller,2 a principios del siglo XX, en tiempos de la Repú­

blica de Weimar que ve gestarse el concepto contemporáneo de

Estado Social, plantea que tal Estado Social es la respuesta ante

la situación política europea del momento, que comenzaba a deba­

tirse entre la democracia y los totalitarismos como fórmulas de

gestión del poder. La idea fundamental que sustentaba sus plan­

teamientos se anclaba en el principio de igualdad y en la necesidad

de alcanzar una igualdad real, una igualdad material, que supe­

rase a la igualdad ante la ley y en la aplicación de la ley, propias

de la revolución francesa. Parece poco cuestionable la convicción

acerca de que si las condiciones económicas, sociales y culturales

de los individuos no son las mismas, o al menos no se encuentran

en un espectro próximo, es difícil predicar la aplicación de la igual­

dad formal y más aún creer que bastará con tal aplicación para

2 Heller, H.: "Estado de Derecho o Dictadura", en Escritos Políticos, Alianza Editorial S.A., Madrid, 1985. Véase también Heller, H.: Teoría del Estado (edición y prólogo de Gerhart Niemeyer, traducción de Luis Tobio). Fondo de Cultura Económica, México, 1955.

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ITZIAR GÓMEZ FERNÁNDEZ

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garantizar una participación política eficaz, realmente represen­

tativa y tendente a lograr un modelo democrático válido.

Hoy, un siglo después de que Heller plantease su teoría, la fractu­

ra existente entre la igualdad material y la igualdad formal no ha

desaparecido. Antes bien, la crisis económica que arrancó —y no

parece haber terminado— en la segunda década del S. XXI, nos ha

devuelto tasas de desigualdad apenas concebibles hace una dé­

cada, en el seno de los que considerábamos "Estados del Bienestar".

La vigencia de la distancia se ponía ya de manifiesto en el Preám­

bulo del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y

Culturales, de 1966, al reconocer que "con arreglo a la Declaración Uni­

versal de Derechos Humanos, no puede realizarse el ideal del ser humano

libre, liberado del temor y de la miseria, a menos que se creen condiciones

que permitan a cada persona gozar de sus derechos económicos, socia­

les y culturales, tanto como de sus derechos civiles y políticos". Dicho de

otro modo, en tanto el disfrute de los derechos civiles y políticos

puede conducirnos a una reflexión sobre la libertad, la igualdad y

la justicia formal, el disfrute de los Derechos Sociales nos enca­

mina a una reflexión sobre la necesidad de una justicia social, tan

necesaria para garantizar la paz, tanto a nivel del interior de cada

sociedad nacional, como a nivel internacional.

Es indudable que existe una relación directa entre el desarrollo

económico y la protección de los derechos sociales, de modo tal

que un mayor desarrollo económico sitúa a una sociedad en me­

jores condiciones para articular el respeto de los derechos socia­

les de sus miembros. Esta conexión es reconocida en el art. 55 de

la Carta de Naciones Unidas, en la Declaración sobre Progreso y

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LOS DERECHOS SOCIALES Y LA TEJEDORA...

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Desarrollo Social de 1969,3 y en la Declaración sobre el Derecho

al Desarrollo de 1986,4 ambas de la Asamblea General de Naciones

Unidas. Pero la conexión implica asimismo que en los países con

estructuras de desarrollo más precarias, o más inestables, o en

situaciones sobrevenidas o estructurales de regresión económica

las carencias en relación con el efectivo respeto a los derechos so­

ciales se acentúan sin que ello implique, necesariamente, que no

existe un reconocimiento normativo de esos derechos, o que no exis­

ten instrumentos de garantía de los mismos.

Si tiramos del anterior hilo argumental llegamos a la conclusión

de que el tema de los derechos sociales no sólo sigue siendo una

cuestión de interés teórico, porque aún no se ha construido un

sistema sólido y comúnmente aceptado respecto de su naturale­

za y de la necesaria igualación de estatuto con los derechos civi­

les y políticos, sino que, además, se ha convertido en un problema

político de primer orden. Efectivamente, los derechos sociales y el

derecho al desarrollo tienen hoy en día tantas o más implicacio­

nes políticas que los propios derechos civiles, porque marcan las

pequeñas y grandes diferencias de discurso entre los grupos, par­

tidos y "sensibilidades" políticas contemporáneas. En ese discurso

—independientemente del sentido en que se haga— recupera pro­

tagonismo el refuerzo o debilitación de los derechos sociales, el

límite a la precarización, la lucha contra la pobreza y la recupe­

ración económica, o la constitucionalización del sistema de garan­

tía de (algunos) derechos sociales.

3 La Declaración sobre el Progreso y el Desarrollo en lo Social, es proclamada por la Asamblea General de Naciones Unidas en su resolución 2542 (XXIV), de 11 de diciem­bre de 1969.

4 Esta declaración fue adoptada por la Asamblea General en su resolución 41/128, de 4 de diciembre de 1986.

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ITZIAR GÓMEZ FERNÁNDEZ

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La descripción realizada tiene una proyección evidente, y que

puede traerse al caso como verificación empírica de lo expuesto,

en el contexto español. La crisis económica en la zona euro llega

al sistema constitucional español en un momento en el que la

reflexión teórica sobre el alcance, límite y eficacia de los derechos

sociales había alcanzado un interesante nivel de desarrollo con

algún reflejo normativo importante,5 y en el que la jurisprudencia

europea, tanto del Tribunal de Justicia de la Unión,6 como del Tri­

bunal Europeo de Derechos Humanos7 había dado muestras de

apertura hacia el reconocimiento de la conexión entre los derechos

sociales y el resto de derechos fundamentales, caminando pausa­

damente hacia la idea del reconocimiento de la universalidad de

los derechos entendida como la superación de las divisiones

clási cas entre derechos civiles y políticos (o derechos de primera

5 A este respecto pueden citarse, entre otras, la Ley 9/2010, de 30 de agosto, del dere­cho a la vivienda de la Comunidad de Castilla y León; la Ley Foral 10/2010, de 10 de mayo, del derecho a la vivienda en Navarra; la Ley 1/2010, de 8 de marzo, Reguladora del derecho a la vivienda en Andalucía; la Ley 18/2007, de 28 de diciembre, del derecho a la vivienda en Cataluña; la Ley cántabra 2/2007, de 27 de marzo, de derechos y ser­vicios sociales; la Ley 10/2000, de 27 de diciembre, de la Carta de Derechos Sociales, de la Comunidad Autónoma del País Vasco, modificada por las leyes 4/2007, de 22 de junio y 8/2008, de 25 de junio; y la Ley Foral Navarra 9/1999, de 6 de abril, para una Carta de Derechos Sociales, modificada por la Ley Foral 13/2008, de 2 de julio.

6 Dan testimonio de esa evolución trabajos como el de Maestro Buelga, G.: "Consti­tución económica y derechos sociales en la Unión Europea", Revista de Derecho Comu­nitario Europeo, no. 7, 2000, pp. 123­154.

7 Desde la resolución del asunto Airey, de 9 de octubre de 1979, hasta el asunto Man­zanas Martín c. España (demanda núm. 17966/10), de 3 de abril de 2012, que condena a España por no otorgar la pensión de jubilación a un pastor protestante, la evolución de la jurisprudencia del TEDH en materia de derechos sociales ha sido importantí­simo. El análisis de la misma puede seguirse en Sudre, F.: « La protection des droits sociaux par la Convention européenne des droits de l’homme » Les Nouveaux Droits de l’Homme en Europe: Nuevos Aspectos de los Derechos Humanos en Europa. Bruylant, Bruse­las, 1999, pp. 103­126; y « La protection des droits sociaux par la Cour européenne des droits de l’homme: un exercice de «jurisprudence fiction»?», Revue trimestrielle des droits de l’homme, 14e année, núm. 55, pp. 755­779 ; y Morte Gómez, C., Salinas Alcega, S.: "Los derechos económicos y sociales en la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos", Derechos Económicos y Sociales [Embid Irujo, A. (Dir.)], Iustel, 2009, pp. 361­409.

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LOS DERECHOS SOCIALES Y LA TEJEDORA...

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y segunda generación) y derechos sociales (derechos de tercera

generación).

Este estado de opinión, no sólo académica, sino secundada también

por otros sujetos conformadores de la cultura jurídica europea,

vino a reforzarse cuando el Tratado de Lisboa, con la incorpora­

ción de la Carta de Niza al derecho originario de la Unión, dio el

paso de reconocer en un documento único, jurídicamente vincu­

lante, y con carácter de derecho originario de la Unión, derechos

pertenecientes a distintas "generaciones", sin clasificarlos ni por

su origen histórico, ni por su mayor o menor naturaleza presta­

cional, ni siguiera por su diverso sistema de garantías, sino por su

mayor o menor vinculación con los principios, que se entienden

comunes a todos los Estados de la Unión, de dignidad, libertad,

igualdad, solidaridad, reconocimiento de la ciudadanía y justicia.

El escenario hipotético en el que debería haber seguido desarrollán­

dose el trabajo por la consecución y consolidación de derechos en

la vieja Europa en general y en España en particular, era el de la

inmersión en la idea de la indivisibilidad de todos los derechos,

el de la consolidación de la teoría de las obligaciones positivas del

Estado respecto de todos los derechos y no sólo respecto de los

de rechos considerados tradicionalmente como prestacionales (so­

ciales), y el de refuerzo de los mecanismos normativos y jurisdiccio­

nales de garantía de los derechos sociales. Pero este escenario se

vio sustancialmente alterado con la llegada de la crisis económi­

ca a partir del año 2008 y por la consiguiente adopción de medidas

contra la crisis por parte de la Unión Europea (Banco Central

Europeo y Comisión Europea en particular) y de los países miem­

bros de la Unión, entre ellos España, para garantizar la estabili­

dad monetaria, medidas protagonizadas por la finalidad de lograr

el ajuste económico y la estabilidad presupuestaria. Esa estabi­

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ITZIAR GÓMEZ FERNÁNDEZ

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lidad, habida cuenta del enfriamiento de la economía, la reduc­

ción de la producción, y el descenso de los ingresos se ha buscado

por la vía de una acentuada reducción del gasto público, y por las

llamadas políticas de austeridad, que, hasta la fecha, no han per­

mitido recuperar ingresos lo suficientemente sustanciosos ni lo

suficientemente rápido, ni siquiera a través de la subida de impues­

tos, y que han llamado a nuevas medidas de restricción del gasto.

El traslado a los textos constitucionales, o el refuerzo según los

casos, del principio garantía del equilibrio presupuestario,8 que

lleva aparejado un reconocimiento de la estabilidad presupues­

taria como principio constitucional, la obligación clarísima de

control del endeudamiento y la vigilancia para que se garantice

el límite de déficit, hace plantearse de qué modo la garantía del

equilibrio presupuestario, aparejada a la voluntad férrea de reduc­

ción del déficit público, pueden llegar a chocar con la efectividad

de principios y derechos también contenidos en el ordenamiento

constitucional, particularmente de aquellos principios y derechos

tradicionalmente considerados como derechos sociales y por tanto

asociados a la idea de derechos prestacionales, es decir de dere­

chos que exigen un gasto público generalmente elevado, para ser

efectivos, y la idea de que poseen un grado de justiciabilidad o exi­

gibilidad jurisdiccional muy bajo o, respecto de determinados de­

rechos, sencillamente inexistente.

8 También en España se ha introducido, por vía de la reforma constitucional, un refuerzo del principio de estabilidad presupuestaria, tal y como explica en su trabajo, para este mismo volumen, la profesora Violeta Ruiz Almendral. El art. 135 CE, fue reformado en septiembre de 2011, y la finalidad de tal reforma, según su propia expo­sición de motivos perseguía "garantizar el principio de estabilidad presupuestaria, vinculando a todas las Administraciones Públicas en su consecución, reforzar el compromiso de España con la Unión Europea y, al mismo tiempo, garantizar la soste­nibilidad económica y social de nuestro país". Véase el BOE núm. 233, de 27 de septiem­bre de 2011.

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LOS DERECHOS SOCIALES Y LA TEJEDORA...

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Dos ejemplos paradigmáticos del choque se producen respecto

del derecho a la salud y el derecho a la educación. El Real De­

creto­ley 14/2012, de 20 de abril, de medidas urgentes de racio­

nalización del gasto público en el ámbito educativo y el Real

Decreto­ley 16/2012, de 20 de abril, de medidas urgentes para

garan tizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y me­

jorar la calidad y seguridad de sus prestaciones han sido, seguramen­

te dos de las normas de la XIa. legislatura que mayor contestación

social han concitado, traduciéndose esta en dos movimientos pa­

ralelos denominados marea blanca y marea verde. En materia de

recortes sanitarios la reacción social se hizo sentir por Comuni­

dades Autónomas, y particularmente en Madrid y en Cataluña.

En Madrid la marea blanca se enfrenta a los recortes en personal y

recursos y a la externalización de la gestión y en ambas Comuni­

dades Autónomas, además de contestarse el copago farmacéu­

tico, vigente en todo el territorio nacional actualmente, se protestó

también por la medida del cobro de un euro por receta, recurrida

por el Gobierno del Estado ante el Tribunal Constitucional, y anu­

lada por este en las SSTC 71 (para Cataluña) y 85/2014 (para Ma­

drid). Junto a ello una fuerte reacción social enfrentó también la

exclusión de los extranjeros irregulares del sistema sanitario pú­

blico, el movimiento #derechoacurar congregó la reacción de las

profesiones médicas a esta medida, reacción que ha sido seguida

por la adopción, en algunas Comunidades Autónomas, de medi­

das destinadas a paliar los efectos de esta medida. El Tribunal

Constitucional, en la STC 139/2016, de 21 de julio vendría a vali­

dar la exclusión sanitaria de los extranjeros irregulares.

El movimiento social en defensa de la educación pública se deno­

minó marea verde y estaba integrado por profesores, padres y

alumnos. La marea verde se origina en la Comunidad de Madrid,

en protesta por los recortes que empiezan a producirse al princi­

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ITZIAR GÓMEZ FERNÁNDEZ

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pio del curso escolar 2011/2012, y que suponen, tras la publica­

ción el 4 de julio de 2011 de las instrucciones de principio del curso

escolar 2011/2012, el despido de más de 3000 profesores interi­

nos. A esta medida se han sumado otras muchas, y en mayo de

2012 el Real decreto­ley 14/2012, de 20 de abril de 2012, para la

racionalización del gasto público en el ámbito educativo extendió

algunas de las medidas adoptadas en la Comunidad de Madrid al

resto del territorio nacional, lo que provocó también la expansión

de la marea verde. El Tribunal Constitucional validaría casi en su

totalidad el RDL 14/2012 en varias sentencias del año 2016, la

primera de las cuales fue la 26/2016, de 18 de febrero.

La reacción social frente a los recortes en estos dos ámbitos, ini­

ciados en algunas Comunidades Autónomas, secundados y gene­

ralizados después por la legislación estatal a que nos referimos, se

justifica en el fuerte sentimiento social de reducción de derechos

individuales por la vía de los ajustes presupuestarios que han

afectado a los fondos destinados, tanto a nivel estatal como a nivel

autonómico, a la educación y a la sanidad, y porque los problemas

vinculados a la financiación de ambos servicios públicos se han

unido con la redefinición simultánea del modelo de prestación

del servicio. Ese sentimiento ha tenido traducción política por

cuanto las mareas, multiplicadas a lo largo y ancho del territorio

nacional, han terminado por presentarse a diversas convocato­

rias electorales y a tener representación municipal, autonómica

y parlamentaria, en ocasiones con identidad propia, y en otras en

confluencia con otros partidos o formaciones, en particular con

Podemos. El tercer partido con representación parlamentaria en la

XIIa. legislatura.9 Un partido que incluye en su programa, y enar­

9 La información sobre resultados electorales puede consultarse en la web oficial del Ministerio del Interior: http://www.infoelectoral.mir.es/ (último acceso 7 de julio de 2017)

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LOS DERECHOS SOCIALES Y LA TEJEDORA...

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bola como seña de identidad, la recuperación y blindaje de los

derechos sociales. Del mismo modo que el Partido Socialista

Obrero Español, lleva al suyo la recuperación de los derechos la­

borales y la consagración, por ejemplo, del derecho a un ingreso

mínimo vital.

La reflexión, por tanto, sigue abierta, con una proyección política

renovada y con la cuestión de quien tiene la pelota de los de­

rechos sociales en su tejado: ¿los organismos internacionales de

integración económica, es decir la UE?, ¿un eventual y futuro po­

der constituyente que redefina la naturaleza de esos derechos

sociales?, ¿los órganos judiciales? ¿el Tribunal Constitucional?

Pero las respuestas a estas preguntas no están claras.

III. Los derechos sociales en el consejo de Europa

El surgimiento de la teoría de los Derechos Sociales puede fijarse

cronológicamente en el siglo XIX, momento en el que empiezan a

desarrollar su actividad los partidos social­demócratas, así como

los movimientos sindicales, debido al surgimiento de los conflic­

tos de clase, y donde empieza a tener un cierto predicamento la

doctrina social de la iglesia. Pero a pesar de su decimonónico sur­

gimiento, en el que no me detendré, y del mismo modo que su­

cede con los Derechos Civiles y Políticos, los años de la segunda

posguerra mundial ven surgir el fenómeno de la internacionali­

zación de los Derechos Sociales es decir de su reconocimiento

internacional y de la activación de los mecanismos de garantía a

nivel mundial. Así la Asamblea General de Naciones Unidas

aprueba en Nueva York, en 1966, el Pacto Internacional de Dere­

chos Económicos, Sociales y Culturales, y el Consejo Económico y

Social de las Naciones Unidas (ECOSOC) crea el Comité de Dere­

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ITZIAR GÓMEZ FERNÁNDEZ

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chos Económicos, Sociales y Culturales (CESCR),10 organismo en­

cargado del seguimiento del Pacto en virtud de lo dispuesto en la

parte IV del Pacto, aunque su impacto es relativamente bajo por

cuanto no conoce de quejas o demandas individuales. Además,

en el sistema de Naciones Unidas, se crea un organismo especia­

lizado, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que actúa

sobre los derechos laborales incluidos dentro de la categoría de

derechos sociales.

A partir de ahí, la internacionalización se desarrolla también en el

plano regional, y encuentra su sede europea en el Consejo de Eu­

ropa. Esta organización internacional aprueba inicialmente el Con­

venio Europeo de Derechos Humanos (CEDH), de 4 de noviembre

de 1950, ratificado por España con fecha 26 de septiembre de

1979, y cuyo principal garante es el Tribunal Europeo de Derechos

Humanos, que desarrolla una labor eminentemente jurisdiccio­

nal. Esa aprobación consagra la segregación de los derechos so­

ciales y de los derechos civiles y políticos, porque el CEDH, con

algún matiz que podría oponerse a esta observación,11 sólo se de­

dica a éstos últimos. El primero de tales matices tiene que ver con

10 El Comité se establece en virtud de la resolución 1985/17, de 28 de mayo de 1985, del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas. Pero en la práctica la trascenden­cia de este mecanismo no es demasiada porque mientras que en relación con los de­rechos civiles y políticos existe el Protocolo Facultativo al Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que formula las garantías y los mecanismos de protec­ción, que permite formular denuncias individuales y colectivas no se ha creado un instrumento paralelo en relación con los Derechos Sociales. Si bien es cierto que el Co­mité presentó el 25 de abril de 1997 a examen de la Comisión de Derechos humanos un proyecto de protocolo facultativo del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, cuyo objetivo era mejorar el sistema de garantía del pacto dan­do la posibilidad a los particulares y/o a los grupos de presentar denuncias ante el comité relativas al incumplimiento del Pacto, tal proyecto no se ha concretado en la aprobación del texto.

11 Sudre, F.: « La protection des droits sociaux pour la convention européenne des droits de l´homme », en VVAA ; Les nouveaux droits de l’homme en Europe. European Lawyers’ Union, European Lawyers’ Union Symposium, 1999, pp. 105.

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LOS DERECHOS SOCIALES Y LA TEJEDORA...

442

el reconocimiento del derecho a la libertad sindical, que puede

deducirse del derecho a la libertad de asociación contenido en el

art. 11 del CEDH,12 y se asociaría a la prohibición de trabajos for­

zados, esclavitud y servidumbre del art. 4 CEDH. El segundo se

refiere al reconocimiento, en los arts. 1 y 2 del Protocolo núm. 1 al

CEDH, de los derechos a la propiedad y a la educación. Por tanto,

el Convenio Europeo de Derechos Humanos, en principio limi­

tado en su contenido a los Derechos Civiles y Político, contiene

además los derechos sociales con menor carga prestacional, es

decir, algunso derechos laborales [libertad sindical, derivada del de­

recho a la libertad de asociación (art. 11 CEDH) y prohibición de trabajos

forzados, esclavitud, servidumbre (art. 4 CEDH], el derecho a la pro­

piedad (art. 1, protocolo núm. 1) y el derecho a la educación (art. 2,

protocolo núm. 1).

Habrá de esperar diez años a la aprobación de la Carta Social Eu­

ropea (CSE), de 18 de octubre de 1961, para encontrar un documen­

to equivalente al CEDH que contenga y reconozca las obliga ciones

de los Estados Parte en el Consejo de Europa para con los dere­

chos sociales.13

12 Esta forma de interpretar el derecho ha sido utilizada por el Tribunal de Estras­burgo, cuya jurisprudencia al respecto ha evolucionado desde un primer momento en que consideraba que el art. 11 CEDH consagraría, efectivamente, el derecho a la liber­tad sindical pero no fijaría las modalidades de su ejercicio, ni garantizaría a los sindica­tos, ni a sus miembros, un tratamiento preciso de parte del Estado (Syndicat national de la police belge, 27 de octubre de 1975; Young, James et Webster, 13 de agosto de 1981; Schmidt et Dahlström, 6 de febrero de 1976, Syndicat suédois des conducteurs de locomotives, 6 de febrero de 1976), hasta llegar a considerar que la libertad sindical entronca directamente con la Libertad de asociación, incluido su faceta "negativa" o "excluyente" (Sibson c. Reino Unido, de 20 de abril de 1993 consagra la interdicción de sindicación obligatoria, cuestión en la que se insiste en las SSTEDH Sigurour A. Sirgur­jonsson c. Islandia, de 30 de junio de 1993 y Gustafsson c. Suecia, de 25 de abril de 1996). Finalmente se terminará por integrar asimismo en el ejercicio del derecho de sindica­ción, el desarrollo de la negociación colectiva (STEDH Gustafsson c. Suecia, de 25 de abril de 1996)

13 Jimena Quesada, L.: Europa social y democrática de derecho. Dykinson, 1997, p. 108.

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ITZIAR GÓMEZ FERNÁNDEZ

443

Pero realmente el texto normativo que reconoce y desarrolla el

mecanismo de garantía de los derechos económicos, sociales y

culturales en el ámbito del COE es la Carta Social Europea (CSE)

que se firmó el 18 de octubre de 1961 en Turín. Buena parte de los

países integrantes del Consejo de Europa la ratificaron, si bien

tal ratificación no fue unánime en la medida en que la misma

—al contrario de lo que sucede respecto del Convenio de Roma de

1950— no es obligatoria para integrar el Consejo de Europa. Este

documento sufriría una importante revisión cuya firma se fecha

el 3 de mayo de 1996, y su entrada en vigor en 1999.14 La Carta de

Turín revisada no ha sido ratificada aún por todos los Estados que

en su día se adhirieron al Convenio original, lo cual genera un

doble sistema de protección que distingue entre países firmantes

de la Carta original y países firmantes de la Carta revisada. Los

primeros se someten a un mecanismo de garantía de cum­

plimiento que sigue el esquema clásico del "monitoreo" y los se­

gundos se acogen a un mecanismo de protección que se acerca

bastante a un modelo jurisdiccional.15 Entre estos últimos no se

encuentra España.

No obstante lo dicho, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos,

por vía interpretativa, también se ha convertido en artífice de una

suerte de garantía jurisdiccional de los derechos sociales, reali­

14 No obstante cabe recordar que, antes de aprobar la versión reformada de la Carta, se aprobaron varios protocolos adicionales, alguno de los cuales, ha pasado a inte­grarse en el texto de la Carta de 1996. Así deben citarse el Protocolo adicional de 5 de mayo de 1988 (Núm. 128), que reproduce la misma estructura de la Carta, efectúa una mejora y ampliación de la protección de algunos derechos ya incluidos en la carta y relativos al derecho al trabajo y a la protección social; el Protocolo de enmienda de 1991 (Núm. 142), el protocolo adicional de 1995 que prevé un sistema de reclamacio­nes colectivas (Núm. 158).

15 Jimena Quesada, L.: Europa social y democrática de derecho, pp. 108 y 109. En este mismo texto se puede seguir una descripción histórica del proceso de redacción de la Carta.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 443 22/11/17 2:28 p.m.

LOS DERECHOS SOCIALES Y LA TEJEDORA...

444

zando una rica labor de construcción que, a pesar de los límites

materiales impuestos a su jurisdicción, se adentra en la garantía

de muchos derechos sociales a través de mecanismos hermenéu­

ticos realmente interesantes.16

Vale la pena recordar, para dejar bien claro el contexto en que se

despliega y aplica la jurisprudencia del TEDH en materia de dere­

chos sociales, que la misma tiene su anclaje inicial en la STEDH

16 Existen diversos trabajos sobre la aproximación del Tribunal Europeo de Derechos Humanos a la protección de los derechos sociales. Pueden citarse particularmente, por su interés los textos de Chatton, G. T.: "La armonización de las prácticas jurispru­denciales del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y del Comité Europeo de Derechos sociales: una evolución discreta", Revista de Derecho Político, num. 73, 2008, pp. 273­310; Gómez Fernández, I.: "La protección de los derechos sociales en el marco del Consejo de Europa", en Facury Scaff, F.; Romboli, R.; Revenga, M.: A eficacia dos Direitos Sociais. Quartier Latin, Brasil 2010, pp. 71 a 92; Jimena Quesada, L.: Escritos sobre derecho europeo de los derechos sociales. Tirant lo Blanch, Valencia, 2004; Jimena Quesada, L.: Europa social y democrática de derecho. Dykinson, 1997; KOCH, I.E.: Human rights as indivisible rights: the protection of socio­economic demands under the European Convention on Human Rights. Leiden: Martinus Nijhoff, 2009; La Rocca, D.: "La patrimonialización de los Derechos en la Cien­cia Jurídica Europea", trad. Leonardo J. Sánchez Mesa, en ReDCE, núm. 5, Enero­Junio de 2006, pp. 121­144; Lezertua Rodríguez, M.: "Los derechos sociales fundamentales y el Convenio europeo de derechos humanos", Relaciones Laborales, T. II, 1990, pp. 1276­1296; Morte Gómez, C., Salinas Alcega, S.: "Los derechos económicos y sociales en la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos", Derechos Económicos y So­ciales [Embid Irujo, A. (Dir.)], Iustel, pp. 361­409; Palmer, E.: Judicial Review, Socio­Economic Rights and the Human Rights Act. Hart Publishing, Oxford, 2007; Pereira Da Silva, J.: "Alcune note sui diritti sociali nella Carta dei diritti fondamentali dell´Unione europea", Diritto Pubblico Comparato ed Europeo, num. 3, 2002, pp. 1120­1129; Sempere Navarro, A.: Prontua­rio de jurisprudencia social del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (1975­2009). Aranzadi, Cizur Menor (Navarra), 2009; Sonelli, S.: "I diritti sociali nella giurisprudenza della Corte europea dei diritti dell´uomo" Rivista Trimestrale di Diritto e Procedura Civile, num. 4, 2004, pp. 1439­1458; Sudre, F. : « La protection des droits sociaux par la Convention européenne des droits de l›homme » Les Nouveaux Droits de l’Homme en Europe: Nuevos Aspectos de los Derechos Humanos en Europa. Bruylant, Bruselas, 1999, pp. 103­126 ; « La protection des droits sociaux par la Cour européenne des droits de l’homme: un exercice de «jurisprudence fiction»?», Revue trimestrielle des droits de l’homme, 14e année, núm. 55, pp. 755­779, también publicado como Sudre, F. : « Exercice de «jurisprudence­fiction» : la protection des droits sociaux par la Cour européenne des Droits de l›Homme », en Benoît­Rohmer, F. y Grewe, C : Les droits sociaux ou la démolition de quelques poncifs : actes du colloque des 15 et 16 juin 2001, Faculté de droit, des sciences politiques et de gestion de l’Université Robert Schuman, Presses universitaires de Strasbourg, Strasbourg, 2003, pp. 145­168.

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445

Airey c. Irlanda, de 9 de octubre de 1979,17 a la que ya se ha hecho

referencia. A partir del planteamiento contenido en Airey, el TEDH

utiliza mecanismos de protección indirecta, recurriendo a dis­

tintas fórmulas de razonamiento jurídico que, como apunta la

Letrada Carmen Morte, tienen como "elemento común el ligar el

derecho de carácter económico o social a otro que sí está contem­

plado en el Convenio".18

Esta autora identifica varios de esos mecanismos o vías argumen­

tales: la protección de los derechos sociales a través de la res­

tricción en el disfrute de derechos contemplados en el Convenio,

particularmente el derecho a la propiedad privada que se contie­

ne en el art. 1 del Protocolo núm. 1;19 la consideración de los dere­

chos sociales como parte del contenido de derechos contemplados

en el CEDH, por ejemplo el derecho a la salud como integrante

del derecho a la vida privada y familiar del art. 8 CEDH,20 o el de­

recho a la negociación colectiva como parte del derecho a la li­

bertad sindical ex art. 11 CEDH; la protección del disfrute de los

derecho sociales mediante el recurso a la prohibición de discrimi­

nación del art. 14 CEDH y del Protocolo núm. 12; o el recurso a la

teoría de las obligaciones positivas a cargo de los Estados,21 teoría

17 En palabras de Sudre, la permeabilidad de la CEDH a los Derechos Sociales, resul­tado de una interpretación pretoriana constructiva, no sólo es producto de la juris­prudencia Airey, sino que también se conjugan con la importancia de ésta, movimientos diversos frutos del "activismo" del juez europeo que traducen a grados diferentes la presencia de Derechos Sociales en el derecho de la convención. Sudre, F.: « La protection des droits sociaux pour la convention européenne des droits de l´homme », Op. cit. p. 105.

18 Morte Gómez, C., Salinas Alcega, S.: "Los derechos económicos y sociales en la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos", Op. cit. p. 379.

19 Véase, entre otras, las SSTEDH James y otros c. Reino Unido, de 21 de febrero de 1986 o Mellacher y otros c. Austria, de 19 de diciembre de 1989.

20 Véase STEDH McGinley y Egan c. Reino Unido, de 9 de junio de 1998.21 Esta teoría es utilizada, por ejemplo, para establecer la obligación del Estado de

tomar medidas contra emisiones contaminantes de una estación de depuración (STEDH López­Ostra c. España, de 19 de diciembre de 1994), de facilitar el ejercicio del derecho de visita de un padre a su hijo (STEDH Hokkanen c. Finlandia, de 23 de sep­

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 445 22/11/17 2:28 p.m.

LOS DERECHOS SOCIALES Y LA TEJEDORA...

446

que afirma que la realización de los derechos enunciados por la

Convención reclama medidas positivas por parte del Estado que

puede ser condenado en caso de no hacer frente al desarrollo de

las mismas, sin perjuicio de que tal desarrollo pueda afectar di­

rectamente a derechos no contenidos en el CEDH y sólo indirec­

tamente a los que el convenio contempla. Por esta vía, y a pesar

de que el juez europeo se muestra reticente a hacer entrar se­

mejante teoría de pleno sobre el terreno de las prestaciones eco­

nómicas y sociales, se han reconocido algunos derechos sociales,

a pesar de que el tribunal no ha traspasado el escalón que separa

la "prolongación" económica o social de un derecho civil y políti­

co, del derecho social en tanto tal.22

La utilización de alguna de las anteriores fórmulas interpretati­

vas ha permitido, pues, al Tribunal de Estrasburgo, proteger (y

definir):

• El derecho al trabajo consagrado por su conexión con el art.

6.1 CEDH23 en la medida en que en el ejercicio del derecho

al trabajo subyace la existencia de una relación contractual

con un contenido patrimonial claro, y un vínculo evidente con

las obligaciones civiles. Otra dimensión de este derecho, la

de "ganarse la vida a través del propio trabajo" ha sido con­

sagrada también por el Tribunal en conexión con el multi­

tiembre de 1994), de facilitar el cambio de apellido (asunto Stjerna c. Finlandia, de 25 de noviembre de 1994), de garantizar la actuación diligente de las autoridades judicia­les en la medida en que la solución del litigio sea vital para el interesado (STEDH A. y otros c. Dinamarca, de 8 de febrero 1996), o de realizar una investigación profunda y efectiva en caso de alegación de tortura cuando la concurrencia de la misma tenga altos visos de probabilidad (STEDH Aksoy c. Turquía, 18 de diciembre de 1996).

22 STEDH Botta c. Italia, de 24 de febrero de 1998. En el mismo sentido las SSTEDH Gaygusuz c. Austria, de 16 de septiembre de 1996; y Van Raalte c. Países Bajos, de 21 de febrero de 1997.

23 STEDH Obermeier c. Austria, de 28 de junio de 1990 (trabajadores del sector pri­vado) y STEDH Darnell c. Reino Unido, de 26 de octubre de 1993 (funcionarios).

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ITZIAR GÓMEZ FERNÁNDEZ

447

facético derecho a la vida privada del art. 8 CEDH, que se

entiende también como derecho a una vida privada profe­

sional acorde con las expectativas y necesidades del indivi­

duo,24 y en conexión con el derecho a la propiedad del art. 1.

del Protocolo núm. 1, que se puede llegar a proteger cuando

el bien en cuestión es un útil de trabajo.25

• El derecho a determinadas prestaciones sociales como derecho a la

seguridad social26 se ha reconocido asimismo por la vía del

recurso al art. 6.1 CEDH,27 en especial el derecho a ciertas

indemnizaciones derivadas de un accidente de trabajo,28 el

derecho a una pensión complementaria de viudedad a títu­

lo de seguro social,29 el derecho a la prestación de seguro de

vejez,30 el derecho a una pensión de invalidez,31 o el derecho

a la pensión de los funcionarios públicos.32 También el re­

24 En este sentido SSTEDH Sidabaras y Dziautas c. Lituania, de 27 de julio de 2004; Rainys y Gasparavicus c. Lituania, de 7 de abril de 2005. Al respecto véase el comentario de Marguénaud, J.P.: « Le droit de gagner sa vie par le travail devant la Cour européenne des droits de l’homme  », Recueil Dalloz, 182e année, núm. 7 (16 febrero 2006), pp. 477­480.

25 STEDH Lallement c Francia, de 11 de abril de 2002.26 Véase al respecto el trabajo de Gómez Heredero, A.: La seguridad social como derecho

humano. La protección ofrecida por el Convenio Europeo de Derechos Humanos. Consejo de Europa Estrasburgo, 2007.

27 A pesar de la existencia de opiniones contrarias, incluso dentro de los propios jueces de Estrasburgo, hoy se entiende que, en determinados procesos de reclamación de ciertas prestaciones sociales, lo que predomina es un aspecto de derecho privado, y por tanto se ha integrado el derecho a recibir esas prestaciones sociales en la catego­ría de derechos civiles que permite la aplicación del art. 6.1 CEDH. Véanse las SSTEDH Salesi contra Italia, 26 de febrero de 1993, Schuler­Zgraggen contra Suiza, 24 de junio de 1993; y Kerojärvi c. Finlandia, de 19 de julio de 1995.

28 STEDH Feldbrugge c. Países Bajos, de 29 de mayo de 1986.29 STEDH Deumeland c. Alemania, de 29 de mayo de 1986.30 STEDH Salerno c. Italia, de 12 de octubre de 1992.31 STEDH Schuler­Zgraggen c. Suiza, de 24 de junio de 1993.32 Normalmente estas prestaciones no podrían encuadrarse dentro de la esfera del

derecho privado, pero la Corte considera aplicable el art. 6 CEDH a distintos proce­sos re lativos a derechos salariales y a prestaciones sociales de funcionares públicos (SSTEDH Francesco Lombardo c. Italia, de 26 de noviembre de 1992; Scuderi c. Italia, de 24 de agosto de 1993) basándose en la naturaleza puramente patrimonial del dere­

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LOS DERECHOS SOCIALES Y LA TEJEDORA...

448

curso al derecho a la vida privada y familiar (art. 8 CEDH) ha

servido para proteger par ricochet, el derecho a ciertas pres­

taciones sociales, cuando se ha entendido que las mismas

eran necesarias para asegurar la posibilidad de llevar una

vida familiar adecuada y respetuosa con el derecho reco­

nocido en el CEDH.33 Por último el derecho a la propiedad

(art. 1, Protocolo núm. 1) también ampara el derecho a re­

cibir ciertas prestaciones sociales. En este punto la juris­

pru dencia del TEDH ha sido más polémica, puesto que en

varios de sus pronunciamientos34 el Tribunal de Estrasbur­

go estableció que el art. 1 del Protocolo núm. 1 era aplicable

sólo si la persona afectada había contribuido a un fondo crea­

do por el Estado a efectos del pago ulterior de prensiones o

prestaciones. De este modo sólo las pensiones contributivas

recibirían protección del TEDH y no lo hacían las pensiones

no contributivas. Pero esta línea jurisprudencial35 se modi­

fica con la STEDH Stec y otros c. el Reino Unido de 6 de julio

de 2005, en la que se establece que el interés patrimonial

preciso para aplicar el Convenio concurre en todos aquellos

supuestos en que una persona cumple las condiciones fija­

das por su ordenamiento jurídico interno para recibir una

prestación, sea esta contributiva o no lo sea.36

cho reivindicado y en la idea de que el Estado, en estos casos, actúa igual que un empleador en el ámbito de un contrato de trabajo regido por derecho privado.

33 STEDH Petrovic c. Austria, de 27 de marzo de 1998.34 Por todos STEDH Gaygusuz c. Austria de 16 de septiembre de 1996. 35 Véanse al respecto las SSTEDH Federspev c. Italia, de 6 de septiembre de 1995;

Ouzounis y otras 33 personas c. Grecia, de 18 de abril de 2002; y Solodyuk contra Ru­sia, de 3 de junio de 2004.

36 Sobre esta cuestión Ducoulombier, P. : « Abandon de la distinction entre prestation contributive et non contributive comme critère de l’applicabilité de l’article 1 du Protocole 1: CourEDH, déc. Gde ch., Stec et autres c. Royaume­Uni, 6 juillet 2005 », en L’Europe des libertés, 5e année, núm. 18 (janv. 2006), pp. 24­25 ; y de Simon, A. : « Les prestations sociales non contributives dans la jurisprudence de la Cour européenne des Droits de l›Homme: à propos de l›arrêt Stec et autres c. Le Royaume­Uni (6 juillet

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ITZIAR GÓMEZ FERNÁNDEZ

449

• El derecho a la ayuda de urgencia, que es definido por el TEDH

como un derecho de propiedad siempre que esté previsto

en la legislación aplicable.37

• El derecho a prestaciones sanitarias (derecho a la salud), ha sido

vinculado por el TEDH con el derecho a la vida (art. 2 CEDH)

y con la prohibición de tortura y trato inhumano y degra­

dante (art. 3 CEDH). Así, el TEDH ha llegado a decir que el

art. 2 CEDH obliga al Estado, cuya actividad podrá ser con­

siderada lesiva del derecho cuando la misma ponga en peli­

gro la vida de una persona denegándole la atención sanitaria

que se ha comprometido a dispensar a la población en ge­

neral.38 Por su parte la aplicación del art. 3 CEDH ha per mi­

tido al Tribunal poner límites a la expulsión de los extranjeros

sometidos a un tratamiento médico que no podría seguirse

en su país de origen, suponiendo por tanto la expulsión un

grave riesgo para su salud.39 Se trata de un reconocimiento

muy limitado del derecho a la salud, pero es el primer paso.

• El derecho a la protección de los menores y a la asistencia social

vinculada a esa protección ha sido garantizado por su co­

nexión con el art. 3 en la STEDH Z y otros contra el Reino

Unido, de 10 de mayo de 2001, en que Inglaterra resulta

condenada por la negligencia con que sus autoridades mu­

nicipales habían actuado en materia de protección de me­

2005) », en Revue trimestrielle des droits de l’homme, 17e année, núm. 67 (1er juil. 2006), pp. 647­653.

37 STEDH Gaygusuz c. Austria, de 16 de septiembre de 1996. Sobre esta cuestión Malinverni, G.: « L›interprétation jurisprudentielle du droit d›obtenir de l›aide dans des situations de détresse », en Breitenmoser, S.: Human rights, democracy and the rule of law: liber amicorum Luzius Wildhaber, Nomos, Zürich: Dike ; Baden­Baden, 2007. pp. 427­436.

38 STEDH Nitecki contra Polonia, de 21 de marzo de 2002.39 STEDH D contra el Reino Unido, de 2 de mayo de 1997.

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LOS DERECHOS SOCIALES Y LA TEJEDORA...

450

nores respecto de los niños de una familia que habían cre cido

en unas condiciones de maltrato y desatención tan agudas

que era posible calificar tales condiciones como trato inhu­

mano y degradante. La inactividad de la administración

para evitar esa situación hace acreedor al Estado inglés de

la condena del TEDH.

• El derecho una vivienda digna, tipificado por su parte en el art.

31 de la Carta Social Europea, ha sido garantizado mediante

el recurso a la "teoría de las obligaciones positivas", y ello

desde la afirmación de que las sociedades modernas con­

sideran la vivienda como una necesidad primordial cuya

satisfacción no se puede dejar abandonada enteramente a

las fuerzas del mercado. En esta línea de razonamiento el

TEDH estima que la legislación nacional puede legítima­

men te inmiscuirse en las relaciones contractuales entre

particu lares para garantizar y proteger este derecho, y pue­

de, también legítimamente, imponer límites al derecho de

propiedad, basándose en la finalidad legítima de utilidad

pú blica o de interés general, o a otros derechos como el res­

peto a la vida familiar (art. 8 CEDH)40 o al domicilio (art. 8

CEDH)41 que, no obstante, y desde la STEDH Prokopovich c.

Rusia, de 18 de noviembre de 2004, se separa del derecho a

la vivienda.

• El derecho al medio ambiente, por su conexión con el derecho

al respeto de la vida privada y familiar.42

40 STEDH Scollo c. Italia, de 28 de septiembre de 1995; y STEDH Wallová et Walla c. República Checa, de 26 de octubre de 2006.

41 SSTEDH Barreto c. Portugal, de 21 de noviembre de 1995 y Larkos c. Chipre, de 18 de febrero de 1999.

42 SSTEDH López Ostra c. España, de 19 de diciembre de 1994, Balmer­Schafroth y otros c. Suiza, de 26 de agosto de 1997, y Guerra y otros c. Italia, de 19 de febrero de ­1998.

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ITZIAR GÓMEZ FERNÁNDEZ

451

La valoración que cabe hacer de toda esta jurisprudencia es posi­

tiva en un sentido fundamental: la superación de la idea de que

no es posible llevar a juicio el incumplimiento de los derechos so­

ciales. Ahora bien, ese dulce deja un regusto amargo en la medida

en que se descubre en la argumentación del Tribunal un intento

constante por "patrimonializar" los derechos, de manera que para

el juez europeo resulta más fácil proteger un derecho social cuan­

do descubre en el mismo la protección de un bien o interés patri­

monial. Sería preciso hacer una reflexión profunda sobre si este

argumento es el único que le sirve para anclarse al Convenio Eu­

ropeo de Derechos Humanos y otorgar a los derechos sociales una

protección que, a priori, aquel no le otorga, o si es efectivamente

signo de una noción patrimonial de los derechos sociales que puede

volverse en contra de la construcción de un concepto verdadera­

mente social de estos derechos.43 En cualquier caso esta permea­

bilización del Convenio de Roma por los derechos sociales,44 que

reconocen muchos otros autores,45 podría tener asimismo su pro­

43 Respecto de la cuestión de la patrimonialización de los derechos véase el trabajo de La Rocca, D.: "La patrimonialización de los Derechos en la Ciencia Jurídica Europea", trad. Leonardo J. Sánchez Mesa, en ReDCE, núm. 5, Enero­Junio de 2006, pp. 121­144.

44 Interesa recordar, en todo caso, y aunque lo hace extensamente también Carmen Morte en su trabajo, que también se han reconocido, por la vía de alguno de los pro­cedimientos hermenéuticos apuntados , el derecho al trabajo (STEDH Obermeier c. Austria, de 28 de junio de 1990 y STEDH Darnell c. Reino Unido, de 26 de octubre de 1993); el derecho de ganarse la vida a través del propio trabajo (SSTEDH Sidabaras y Dziautas c. Lituania, de 27 de julio de 2004; y Rainys y Gasparavicus c. Lituania, de 7 de abril de 2005) ; el derecho a la ayuda de urgencia, que es definido por el TEDH como un derecho de propiedad siempre que esté previsto en la legislación aplicable (STEDH Gaygusuz c. Austria, de 16 de septiembre de 1996) ; el derecho a prestaciones sanita­rias en conexión con el derecho a la salud (SSTEDH Nitecki contra Polonia, de 21 de marzo de 2002; y D contra el Reino Unido, de 2 de mayo de 1997); el derecho a la pro­tección de los menores y a la asistencia social (STEDH Z y otros contra el Reino Unido, de 10 de mayo de 2001); y el derecho una vivienda digna (SSTEDH Scollo c. Italia, de 28 de septiembre de 1995; Wallová et Walla c. República Checa, de 26 de octubre de 2006; Barreto c. Portugal, de 21 de noviembre de 1995 y Larkos c. Chipre, de 18 de febrero de 1999).

45 Resulta particularmente interesante la aproximación de Fredéric de Sudre a esta cuestión. Según su construcción la permeabilización se produce con tres niveles de

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LOS DERECHOS SOCIALES Y LA TEJEDORA...

452

yección a los ordenamientos nacionales, en particular al orde­

namiento español por la vía que exige para la interpretación de

los derechos fundamentales, el recurso a los tratados internacio­

nales sobre esta materia firmados y ratificados por España, en la

interpretación que de ellos hace, a su vez, el órgano internacional

competente (art. 10.2 CE).

IV. Los derechos sociales en el marco de la UE

La crisis económica y consiguiente recesión que arrancó en el

año 2008, la escalada vertiginosa de las cifras del paro en Europa,

la revisión del sistema europeo de bienestar social, la reestructu­

ración de los mercados de trabajo y de buena parte de los siste­

mas de seguridad social son algunos de los síntomas, someramente

descritos que ponen de manifiesto la enfermedad que castiga al

sistema de integración de la Unión Europea, un sistema de inte­

gración económica que se veía, quizá con excesivo optimismo,

graduación, la inserción, la inversión y la invención, que podrían entenderse como tres mecanismos exegéticos diversos. El grado de inserción, implica que el TEDH admite la posibilidad de controlar la violación de un derecho social de modo indirecto, si la parte alega vulneración del derecho a la tutela judicial efectiva (art. 6 CEDH), en el seno de un proceso en que se interesaba un derecho social. Es decir en el fondo el Tribunal asume una "prolongación" económica del derecho de acceso a los tribunales, garanti­zándose el derecho social en cuestión par ricochet. Ahora bien ratione materiae el art. 6.1 CEDH, es decir el derecho al justo proceso sólo se aplica a los litigios que versan sobre derechos y obligaciones de carácter civil o sobre acusaciones en materia penal. Esto significa que los derechos sociales encontrarán protección si se encuadran en alguno de estos dos grupos de litigios, siendo más fácil su inclusión en el primero de ellos que engloba todos los derechos y obligaciones de carácter civil, y por tanto todo el derecho privado, y que puede alcanzar incluso a los conflictos entre particular y administra­ción pública en los que esta última actúan como un privado. El grado de inversión supone el reconocimiento de algunos Derechos Sociales como límites legítimos del derecho de propiedad reconocido en el art. 1 del Protocolo Adicional al CEDH. Y el grado de in­vención, implica la utilización del derecho a la igualdad como anclaje en el que se instalaría la revisión de la actuación estatal en materia de adecuación de las presta­ciones sociales, y de igualdad de acceso a las mismas. Sudre, F.: «La perméabilité de la Convention Européenne des Droits de l’Homme aux droits sociaux », Op. cit. p. 469.

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ITZIAR GÓMEZ FERNÁNDEZ

453

con un rostro social en el que ahora parece que le cuesta recono­

cerse, lo que provoca una suerte de malestar entre los europeos

que creyeron en esa Europa de amable perfil social.

Seguramente esa dificultad de reconocimiento deriva de que la

integración europea parte, en los años 50 del siglo XX, de una idea

de integración económica de inspiración netamente liberal, y de

identidad claramente capitalista. Y en un contexto así, la integra­

ción política, que es la que en la década de los 90 se reviste del ya

mencionado "rostro social", es solo una decantación del prius

lógico que viene dado por la integración económica. La imagen

social es, por tanto, una suerte de máscara superpuesta a una

identidad con la que es difícil asemejarla, una identidad anclada

en una fuerte política económica promotora de un único mercado

interior.46

La política social europea surge, poco a poco, y a medida que se

consolida el mercado único, con la intención de desarrollar su al­

cance y mejorar las condiciones del mismo, y quizá bajo la pre­

sión de dos tipos de fuerzas. Por un lado la de las legislaciones y

políticas nacionales, en cuyas manos había quedado la gestión de

las cuestiones socio­laborales. Por otro lado la del derecho inter­

nacional de la OIT, organización que, en la Conferencia Internacio­

nal del Trabajo celebraba en junio de 1998 en Ginebra, aprobaría

la Declaración relativa a los principios y derechos fundamentales

en el trabajo y su seguimiento, que resalta como fundamenta­

les los derechos de los trabajadores a la libre asociación, a la li­

bertad sindical y a la negociación colectiva, la eliminación del

46 Sobre la identidad de la integración económica europea son interesantes las re­flexiones de Zorrilla Ruiz, M. Ma.: "Fatigosa introducción de los derechos sociales fun­damentales de los trabajadores en el espacio de la Unión Europea", en Estudios de Deusto, enero­junio 2010, pp. 287­308.

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trabajo forzoso u obligatorio, la abolición del trabajo infantil y la

eliminación de la discriminación en materia de empleo y ocupa­

ción. En la medida en que la integración económica se da entre

Estados que son miembros de esta organización internacional, la

cohabitación entre las normas OIT, cuyo objetivo primordial es

la protección de los trabajadores y el progreso social, y las normas

UE, cuyo objetivo básico es la integración y el progreso económico

por la vía de la desaparición de las trabas a la libre concurren­

cia,47 se convierte en una necesidad fundamental.

Pero ese surgimiento progresivo, y quizá obligado por un juego de

interacciones normativas, no deja de ser instrumental de una

de las libertades comunitarias, la libertad de circulación de traba­

jadores que evolucionará paulatinamente a la libertad de circula­

ción de personas.48 A medida que avanza la creación del mercado

único se percibe, desde las instituciones comunitarias, que su

consolidación y expansión encontrará un freno en las dificultades

derivadas de la falta de cohesión social entre las distintas regio­

nes europeas. Dicho de otro modo, si no existe un nivel de bienestar

social equivalente en todos los socios del proceso de integración,

la libertad de desplazamiento de trabajadores será una entele­

quia.49 Junto a esta percepción, la certeza de que las condiciones

socio­laborales pueden convertirse en un elemento de distorsión

47 En relación con el conflicto y cooperación entre las normas de la OIT y de la UE véase el trabajo de Casas Baamonde, M. E.: "Normas laborales internacionales, Dere­cho social europeo y derechos fundamentales", en Relaciones laborales: Revista crítica de teoría y práctica, no. 1, 1996, pp. 62­72, aquí p. 62.

48 Recuérdese que las libertades que han configurado el mercado único son la liber­tad de establecimiento, la libertad de circulación de capitales y de mercancías, a la que acompaña la creación del arancel exterior común, y la libertad de circulación de trabajadores. Como trabajo reciente sobre esta cuestión véase Pérez de las Heras, B.: El mercado interior europeo: las libertades económicas comunitarias: mercancías, personas, servicios y capitales. Universidad de Deusto, Bilbao, 2008.

49 En el mismo sentido Zorrilla Ruiz, M. Ma.: Op. cit., P. 292.

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ITZIAR GÓMEZ FERNÁNDEZ

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de la toma de decisiones empresariales, o dicho de otro modo, de

la libre competencia, puesto que pueden condicionar el estable­

cimiento de las empresas en aquellos territorios en que los costes

salariales y los costes sociales asociados al empleo sean meno­

res, impulsa también a las Comunidades a detenerse en los pro­

blemas relacionados con los derechos laborales. Deteniéndonos

un poco más en esta idea: no existiendo barreras legales al des­

plazamiento de capitales o al establecimiento de empresas, el mer­

cado será quien determine los criterios de ubicación de los me dios

de producción, y, en un contexto tal, los derechos laborales, las

expectativas salariales, y los costes sociales asociados al empleo

(esto es los seguros sociales, para simplificar mucho su denomi­

nación), se convierten en un elemento básico para la toma de

decisiones sobre el establecimiento de las empresas, de modo

que los derechos laborales, entendidos en sentido amplio, son

fundamentales en la configuración de un mercado común no

distorsionado.

Como ya se ha apuntado, en el origen del proceso de integración

europeo, los objetivos económicos del mismo concedieron poco

margen a la construcción de unas comunidades europeas "socia­

les".50 De hecho el Tratado de la Comunidad Económica Europea

(TCEE) de 1957, cuyo art. 2 definía los objetivos de la organización

en torno a los parámetros del desarrollo, crecimiento y estabilidad

del sistema económico con el mercado común como medio para

alcanzarlos, sólo se refirió a la necesidad de limitar la semana

laboral a 40 horas y a la promoción de la igualdad entre trabaja­

dores y trabajadoras, pero no se aproximó de manera sistemática

50 Al respecto véase Maestro Buelga, G.: "Constitución Económica y derechos socia­les en la Unión Europea", en Revista de Derecho Comunitario Europeo, año 4, no. 7, 2000, pp. 123­156, aquí p. 129.

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LOS DERECHOS SOCIALES Y LA TEJEDORA...

456

al tema de los derechos laborales, como no lo hizo tampoco en

relación con el resto de derechos fundamentales, cuyo sistema

sólo se desarrollaría posteriormente.51 Las razones de ello, siguien­

do a Pérez de los Cobos, podrían congregarse en torno a tres ideas:

a) la creencia de los redactores del Tratado de Roma de que una

organización de naturaleza económica como la Comunidad Eco­

nómica Europea no tendría incidencia alguna sobre los derechos

humanos; b) la convicción de lo innecesario de establecer a nivel

comunitario nuevos instrumentos de tutela de los derechos, re­

dundantes de los previstos a nivel nacional y a nivel interna­

cional en el Consejo de Europa, institución en la que todos los

Estados miembros fundadores estaban integrados; y c) la percep­

ción de que esa ausencia de alusiones a los derechos humanos en

los tratados constitutivos era garantía de un mantenimiento más

claro de la distribución de competencias que en el mismo se lle­

vaba a cabo.52 Así pues, la aproximación a la cuestión de los dere­

chos de los trabajadores, se articularía en torno a una construcción

funcionalista del sistema de integración europeo, de modo tal

que el desarrollo de los derechos laborales es instrumental de la

construcción del mercado único, y nunca eje promotor de las po­

líticas europeas.

La consagración normativa de los derechos sociales en el derecho

de la unión responde a un proceso que ha sido lento y tímido

hasta llegar a la aprobación de la Carta de Niza y a su incorpora­

ción al Derecho Comunitario con carácter vinculante por vía de

51 Respecto de la progresiva protección de los derechos fundamentales en la Unión Europea la bibliografía es rica y extensa. Por todos cabe citar por su calidad y por ser de las obras más recientes la de Díaz Crego, M.: La protección de los derechos fundamen­tales en la Unión Europea y en los Estados Miembros, Reus, Madrid, 2009.

52 Pérez De Los Cobos Orihuela, F.: "El reconocimiento de los derechos sociales fun­damentales en la Unión Europea", en Foro, Nueva Época, núm. 9/2009, pp. 13­31, aquí p. 14.

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la aprobación y entrada en vigor del Tratado de Lisboa,53 y ade­

más ha estado marcado por una compleja distribución de com­

petencias entre los Estados Miembros y la Unión, de modo tal que

el derecho comunitario se ha centrado en las cuestiones de:

a) la libre circulación de trabajadores,54

b) la igualdad de oportunidades en general55 y entre hombres

y mujeres en particular, con particular atención al desarro­

llo de políticas activas de conciliación para lograr el au­

mento de la tasa de actividad femenina,56

c) el establecimiento de normas mínimas en lo que se refiere a

algunos derechos de los trabajadores y a la organización del

trabajo, muy particularmente la protección frente a los des­

pidos colectivos57 y frente a las situaciones de insolvencia58

53 Tratado de Lisboa por el que se modifican el Tratado de la Unión Europea y el Tra­tado constitutivo de la Comunidad Europea, firmado en Lisboa el 13 de diciembre de 2007, Diario Oficial No. C 306 de 17 diciembre, 2007.

54 Véase la Directiva 96/71/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 16 de di­ciembre de 1996 sobre el desplazamiento de trabajadores efectuado en el marco de una prestación de servicios.

55 Véase la Directiva 2000/78/CE del Consejo, de 27 de noviembre de 2000, relativa al establecimiento de un marco general para la igualdad de trato en el empleo y la ocupación.

56 En relación con este eje de actuación véase Ortiz Lallana, C.: "Igualdad de dere­chos y oportunidades entre el hombre y la mujer en la Unión Europea", en Revista del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, No. 47, pp. 99­109. Destacan en este ámbito las Directivas 2006/54/CE del Consejo, de 10 de agosto de 2009, relativa a la aproximación de las legislaciones de los Estados Miembros que se refieren a la aplicación del princi­pio de igualdad de retribución entre los trabajadores masculinos y femeninos; y la Directiva 2010/18/UE del Consejo, de 8 de marzo de 2010, por la que se aplica el Acuer­do marco revisado sobre el permiso parental.

57 Véase la Directiva 98/59/CE del Consejo, de 20 de julio de 1998, referente a la aproxi­mación de las legislaciones de los Estados miembros que se refieren a los despidos colectivos.

58 Véase la Directiva 80/987/CEE del Consejo de 20 de octubre de 1980 sobre la aproxi­mación de las legislaciones de los Estados miembros relativas a la protección de los trabajadores asalariados en caso de insolvencia del empresario, modificada por la Directiva 2002/74/CE del Parlamento Europeo y del Consejo.

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y traspaso de empresas,59 la promoción del derecho de con­

sulta y la información60 de los trabajadores, y la organiza­

ción del tiempo de trabajo.61

d) la atención a las modalidades de flexibilización del merca­

do laboral,62

e) y el interés por la adopción de medidas mínimas de seguri­

dad y salud en el trabajo.63

Ahora bien, el desarrollo de estas competencias, siempre a través

de la aprobación de Directivas que dejaban un margen de actua­

ción a los Estados en el momento de la trasposición de las mis­

mas, ha corrido en paralelo a una lenta positivación de los

derechos laborales, considerados de manera global y sistemática,

en los textos fundadores. En 1986 el Acta Única Europea (AUE)

refuerza el mercado interior, acentuando la dimensión económi­

ca del proyecto comunitario. No obstante va a reconocer también

que es necesario reforzar la cohesión económica y social de la

59 Véase la Directiva 2001/23/CE del Consejo, de 12 de marzo de 2001, sobre la aproxi­mación de las legislaciones de los Estados miembros relativas al mantenimiento de los derechos de los trabajadores en caso de traspasos de empresas, de centros de acti­vidad o de partes de empresas o de centros de actividad.

60 Véase la Directiva 91/533/CEE del Consejo, de 14 de octubre de 1991, relativa a la obligación de que el empresario informe al trabajador de las condiciones aplicables al contrato o a la relación laboral.

61 Véase la Directiva 2003/88/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 4 de no­viembre de 2003, relativa a determinados aspectos de la ordenación del tiempo de trabajo.

62 Véanse las Directivas 97/81/CE del Consejo, de 15 de diciembre de 1997, relativa al Acuerdo marco sobre el trabajo a tiempo parcial concluido por la UNICE, el CEEP y la CES, modificada por la Directiva 98/23/CE; 99/70/CE del Consejo, de 28 de junio de 1999, relativa al Acuerdo marco sobre el trabajo de duración determinada de la CES, la UNICE y el CEEP; y 2008/104/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 19 de noviembre de 2008 relativa al trabajo a través de empresas de trabajo temporal.

63 Véase la Directiva 89/391/CEE del Consejo, de 12 de junio de 1989, relativa a la aplicación de medidas para promover la mejora de la seguridad y de la salud de los trabajadores en el trabajo.

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Comunidad. Desde esa afirmación, se hace posible el salto al de­

sarrollo de una política social adecuada, que fomente el diálogo

social a nivel europeo y que empiece a trabajar, por tanto, en el

desarrollo de los derechos laborales fundamentales. Así, desde

la percepción de que el mercado único exige, para su puesta en

práctica, de una adecuada dimensión social, es posible desarro­

llar esa dimensión, porque la libre circulación de las personas, así

como la realización del mercado interior, va a tener una serie de

repercusiones sociales que no pueden ser negadas, y que tendrán

que ver con la necesidad de garantizar la cohesión regional, es decir

el equilibrio regional intraeuropeo, y la cohesión social europea,

uno de cuyos elementos débiles es, sin duda alguna, la presencia

de un notable paro estructural.64

Por tanto, desde las bases sentadas por el AUE, se desarrolla el

texto de la Carta Comunitaria de Derechos Sociales Fundamentales

de los Trabajadores (CDFT), documento de soft law ,65 firmado en

Estrasburgo el 9 de diciembre de 1989, por los jefes de Estado y de

gobierno de los entonces países miembros, excepto el Reino Unido.

La Carta que a lo largo de sus 30 artículos, se refiere a 13 dere­

chos,66 se guía por dos ideas fundamentales: compensar las asi­

64 En el mismo sentido Richez, N.: "Protection sociale et intégration européenne », en Telò, M. (dir.) Quelle Union Sociale Europeénne ?, Editions Université de Bruxelles, 1994, pp. 171­193, p. 171

65 La naturaleza programática de la Carta queda perfectamente clara si se leen los artículos 27 a 30 de la misma. Se refiere además a esta cuestión Ordoñez Solis, D. La protección judicial de los derechos fundamentales de solidaridad. Comares, Granada, 2006, p. 49.

66 La libertad de circulación de los trabajadores, la libertad de elección y ejercicio de una profesión, el derecho a una retribución suficiente, el derecho al descanso sema­nal y a unas vacaciones anuales pagadas, el derecho a la protección social, la libertad de asociación, de negociación colectiva y de recurrir a acciones colectivas, incluida la huelga, el derecho a la formación profesional, a la igualdad de trato entre hombres y mujeres, el derecho de los trabajadores a la información, consulta y participación, el derecho a la protección de la salud y de la seguridad en el medio de trabajo, a la pro­

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460

metrías entre las dimensiones económica y social de la integración

europea y evitar el dumping social, esto es que el desarrollo del

mercado único y la promoción de la libre concurrencia pudiera

desembocar en el empeoramiento de las condiciones de vida y

trabajo de los europeos.67 Independientemente del carácter más

o menos innovador de la Carta esta supone un hito para el reco­

nocimiento de algunos derechos fundamentales de los trabaja­

dores y para el posterior trabajo tendente a la uniformización de

los sistemas sociales de la Unión,68 y es que, a partir de entonces,

cada reforma de los Tratados Constitutivos va a dar cabida a lo que,

podríamos denominar, la cuestión social.

Así el Tratado de Maastrich (1992) llevará a su art. 6.2 la jurispru­

dencia del Tribunal de Luxemburgo (TJUE) en materia de derechos

humanos, e incluirá en un Anexo, por lo demás no suscrito por el

Reino Unido, el acuerdo relativo a la política social, o, dicho de

otro modo el Protocolo no. 14 al Tratado de la Unión Europea. Este

acuerdo se inspira en la convicción, a la que ya se ha aludido,

de que la acción comunitaria debe dirigirse a evitar el "dumping

social", controlar la evolución del trabajo en la economía sumer­

gida, y favorecer la convergencia de los costes salariales, todo ello

desde la promoción, por parte de la Comisión Europea, del diálo­

go, la negociación y la concertación social como elementos de

regulación del mercado de trabajo y de las relaciones laborales69

tección de los niños y de los adolescentes, de las personas de edad avanzada, y de las personas con discapacidad.

67 Pérez de los Cobos Orihuela, F.: Op. cit., p. 17.68 En este sentido Ruiz Miguel, C.: "La repercusión constitucional del Tratado de la

Unión Europea". En VVAA: La Constitución Española en el ordenamiento comunitario europeo. XVI Jornadas de Estudio. Vol. I. Ministerio de Justicia e Interior. Secretaría General Técnica. Centro de Publicaciones. Madrid, 1995. Pp. 1177 y ss. Aquí p. 1191.

69 Richez, N.: "Protection sociale et intégration européenne », en Telò, M. (dir.) Quelle Union Sociale Europeénne ?, Editions Université de Bruxelles, 1994, pp. 171­193, p. 186.

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461

y, como correlato, de los derechos de los trabajadores.70 Para de­

sarrollar sus objetivos la Comisión no asume competencias sobre

la totalidad del ámbito de lo social, sino que se concentra en la

mejora de las condiciones de trabajo, en la protección social, y en

el diálogo social (representación y defensa de los intereses de los

trabajadores y de los empresarios).

Un lustro más tarde, y 46 años después de la entrada en vigor de

los tratados constitutivos, se operó la gran reforma social de los

tratados por obra de lo dispuesto en el Tratado de Amsterdam

(1997), que modifica el Tratado de la Unión Europea para que en

el preámbulo del mismo se confirme la adhesión de la Unión a

los derechos sociales fundamentales tal y como se definen en la

Carta Social Europea firmada en Turín el 18 de octubre de 1961 y

en la Carta comunitaria de los derechos sociales fundamentales de

los trabajadores de 1989; y el TCEE para que su art. 2 afirme que

"la Comunidad tendrá por misión promover, mediante el estable cimiento

de un mercado común y de una unión económica y monetaria (…), un

alto nivel de empleo y de protección social, la igualdad entre el hombre y

la mujer (…) la cohesión económica y social y la solidaridad entre los

Estados miembros", y sus arts. 117 a 120 recojan las polí ticas des­

tinadas a materializar los objetivos de fomento del empleo y me­

jora de las condiciones de vida y trabajo "a fin de conseguir su

equiparación por la vía del progreso, una protección social adecuada, el

diálogo social, el desarrollo de los recursos humanos para conseguir un

nivel de empleo elevado y duradero, y la lucha contra las exclusiones".

70 Recuérdese que la introducción de esta lógica en el Tratado de Maastricht resultó del empeño y movilización de Jacques Delors, presidente por entonces de la Comisión Europea, de la Confederación Europea de Sindicatos (CES) y del Comité Económico y Social del Parlamento Europeo.

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462

Finalmente la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Euro-

pea (2000) vendrá a recoger, de manera clara, los derechos de los

trabajadores. Si bien no es este el lugar para realizar un análisis

detallado de la evolución de la Carta, sí resulta útil recordar que

la misma nació71 como instrumento de soft law y que el fracaso

del proceso de ratificación de la Constitución Europea la congeló

en ese estatus hasta el momento en que la ratificación y entra­

da en vigor del Tratado de Lisboa (2010) la convirtió en un docu­

mento de derecho comunitario originario, esto es jurídicamente

vinculante, al igual que lo son los tratados y con el mismo peso y

valor que los mismos, si bien su texto no se integra formalmente

ni en el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, ni en el

Tratado de la Unión.72 Así pues la Carta de Derechos Fundamenta­

les ha corrido, formalmente, mejor suerte que la Carta de Derechos

de los Trabajadores, y compensa ampliamente, al menos desde un

planteamiento teórico, el fracaso de aquella porque incluye, desde

un innovador planteamiento de indivisibilidad de los derechos, si

no la totalidad, si la amplia mayoría de los derechos recogidos en

la CDFT.73

71 Recuérdese que la Carta se aprueba bajo la forma jurídica de Declaración Solem­ne por la Comisión, el Consejo y el Parlamento Europeo en el Consejo Europeo de Niza el 7 de diciembre de 2000. Al mismo tiempo resulta interesante también evocar el hecho de que en la Convención que redactaría la Carta hubo dos temas que generaron intensos debates. Uno el relacionado con la herencia religiosa de Europa, el otro el relativo a los derechos sociales fundamentales. Recoge esta cuestión Mayer, Franz C.: "La Charte européenne des droits fondamentaux et la Constitution Européenne » en RTD eur. 39 (2), abril­junio 2003, pp. 174­195, aquí p. 190 y 191.

72 Para la versión consolidada de ambos, así como de la Carta de Derechos Funda­mentales, consúltese el Diario Oficial No. C 83 de 30 de marzo de 2010.

73 Desde esa posición de indivisibilidad, al menos formal, de los derechos, la Carta de De rechos Fundamentales se estructura en torno a los seis grandes valores que se predican como integrantes de la esencia de la Unión: la dignidad (Título I), la libertad (Título II), la igualdad (Título III), la solidaridad (Título IV), la ciudadanía (Título V) y la Justicia (Título VI). Los derechos de los trabajadores se encuentran fundamentalmen­te en el Título IV, bajo la rúbrica de la solidaridad evidentemente, pero no solo. Así el Título reservado a la dignidad recoge la prohibición de la esclavitud y el trabajo forzoso (art.5), el Título dedicado a la libertad integra la libertad profesional y el derecho al

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Junto a la consagración de todos estos derechos en las normas

comunitarias, la labor del Tribunal de Justicia de la Unión ha ido

perfilando, en paralelo, el alcance de todo este elenco de dere­

chos. De hecho, la interpretación dinámica dada por la jurispru­

dencia de la Corte de Justicia a los tratados constitutivos, y sobre

todo al derecho comunitario derivado permite observar cómo, en

el nivel jurisprudencial, el reconocimiento de muchos derechos de

los trabajadores, ya se venía haciendo en el ámbito del derecho

comunitario incluso antes de su traslado a los textos fundadores

a través de la Carta de Niza.74

Dicho esto, la "construcción" pretoria de derechos fundamentales

en el ámbito de la Unión Europea se ha centrado en los derechos de

tradición liberal, es decir los clásicos derechos civiles. El desarro­

llo de los derechos laborales no ha sido tan creativo, sino que ha

estado vinculado a la interpretación de las directivas comunita­

rias que, en desarrollo de las competencias en políticas social, iba

elaborando la Unión.

Dicho de otro modo existe una rica jurisprudencia sociolaboral, a

pesar de lo cual el TJUE, reconociendo la conexión entre la inte­

trabajo (art. 15), así como la libertad sindical que se asocia a la libertad de asociación y reunión (art. 12), y el relativo a la igualdad incluye también el derecho a la igualdad entre hombres y mujeres (art. 23) así como la integración de las personas discapacita­das (art. 26). Por su parte bajo la rúbrica de los derechos de solidaridad, y en lo que hace a los derechos de los trabajadores, se incluyen el derecho de los trabajadores a la información y consulta en el ámbito de la empresa (art. 17); el derecho de negocia­ción y acción colectiva, incluido el derecho a la huelga (art. 28); el derecho de acceso a los servicios de colocación (art. 29); el derecho a la tutela en caso de despido injusti­ficado (art. 30); el derecho a unas condiciones de trabajo equitativas y justas (art. 31); la prohibición del trabajo de los menores y la protección de los jóvenes en el lugar de trabajo (art. 32); el derecho a la vida laboral y profesional (art. 33) se traduce en la tutela frente al despido ligado a las situaciones de maternidad; y el derecho a la segu­ridad social y a la ayuda social (art. 34) .

74 En este sentido véase Richez, N.: "Protection sociale et intégration européenne », en Telò, M. (dir.) Quelle Union Sociale Europeénne ?, Editions Université de Bruxelles, 1994, pp. 171­193, p. 182.

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gración económica y la dimensión social de esa integración, pero

"reticente a reconocer la efectividad de las previsiones de carác­

ter social"75 sin la intermediación del legislador comunitario, la

ha construido en torno la interpretación de las directivas comu­

nitarias en materia laboral, y por tanto en torno a los derechos

que en esas directivas se recogen y a las que hacíamos referencia

más arriba. Así la jurisprudencia laboral comunitaria atiende pre­

ferentemente a las cuestiones de la protección de los trabajado­

res frente a los despidos colectivos76 y frente a las situaciones de

insolvencia77 y traspaso de empresas,78 a la promoción del dere­

cho de consulta y la información de los trabajadores,79 y la organi­

zación del tiempo de trabajo.80 Ahora bien, si un tema se lleva la

atención preferente del Tribunal de Justicia es el que se refiere a

la igualdad laboral entre hombres y mujeres y al control de las

medidas de acción positiva o de conciliación.81

Junto a ello el Tribunal tiene muchas más dificultades para reco­

nocer la efectividad de los derechos que no tienen desarrollo a

través de normas de derecho comunitario originario, sin perjuicio

de lo cual admite por vía indirecta el derecho a la negociación

75 Ordoñez Solis, D.: Op. cit. p. 139.76 STJUE de 8 de junio de 1994, asunto Comisión/Reino Unido, incumplimiento de la

Directiva sobre despidos colectivos.77 SSTJUE de 15 de mayo de 2003, asunto Karin Mau; y de 11 de septiembre de 2003,

asunto Walcher.78 SSTJUE de 6 de noviembre de 2003, asunto Martin y otros; de 12 de marzo de 1998,

asunto Dethier Équipement/Dassy et Sovan; y de 10 de diciembre de 1998, asunto Hidalgo y otros.

79 SSTJUE de 21 de marzo de 2001, asunto Bofrost; de 13 de enero de 2004, asunto Kühne & Nagel; y de 15 de julio de 2004, asunto ADS Anker

80 SSTJUE de 29 de septiembre de 1987, asunto Gimenez Zaera/Instituto Nacional de la Seguridad Social; de 29 de septiembre de 2001, asunto BECTU; de 18 de marzo de 2004, asunto Merino Gómez; y de 5 de octubre de 2004, asunto Bernhard Pfeiffer y otros.

81 SSTJUE de 21 de octubre de 1999, asunto Lewen; de 23 de octubre de 2003, asunto Schönheit; de 30 de marzo de 2004, asunto Alabaster; y de 4 octubre de 2001, asunto Tele Danmark.

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colectiva, afirmando que a pesar de que pueden asociarse algu­

nos efectos restrictivos de la libre competencia a la concertación

social, los objetivos de política social que tales acuerdos persiguen

justifican esa limitación.82 Puede concluirse, por tanto que la crea­

ción jurisprudencial de derechos de los trabajadores en el ámbito

comunitario ha sido más bien tímida, y prueba accesoria de esta

afirmación es que el TJUE ha evitado pronunciarse respecto del

carácter vinculante y la eficacia de la Carta Comunitaria de De­

rechos de los Trabajadores,83 aunque ha acudido en ocasiones a

ella para reforzar sus argumentos interpretativos.84

V. Los derechos sociales en la jurisprudencia reciente del tribunal constitucional español

No creo que pueda decirse que, hasta el momento el TC haya in­

corporado la rica jurisprudencia del TEDH en materia de dere­

chos sociales. Si lo ha hecho en cambio, y en buena medida, en

relación con la jurisprudencia sociolaboral del TJUE.

Pero si el Tribunal Constitucional "ha hablado" poco sobre dere­

chos sociales y Estado social es en parte por las limitaciones de­

rivadas del principio de justicia rogada, pero sobre todo por la

exclusión de los derechos sociales de la garantía procesal del am­

paro constitucional. Sólo los derechos sociales contenidos en el la

Sección 1a. del Capítulo II del Título I [derecho a la educación

82 STJUE de 21 de septiembre de 1999 (asunto Albany)83 Véase la Sentencia de 12 de octubre de 2004, asunto Wippel. A pesar de ello la

Abogada General Kokott se había pronunciado en las Conclusiones Generales de 18 de mayo de 2004, en este asunto, a favor de considerar que la Carta, a pesar de carecer de fuerza vinculante debía ser considerada como instrumento de interpretación de las disposiciones de Derecho Comunitario. Referencia tomada de Ordoñez Solis, D.: Op. cit. p. 49.

84 SSTJUE de 9 de septiembre de 2003, asunto Jaeger, y de 5 de octubre de 2004, asunto Bernhard Pfeiffer y otros.

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LOS DERECHOS SOCIALES Y LA TEJEDORA...

466

(art. 27 CE) y derecho a la libertad sindical (art. 28 CE)] se benefi­

cian de este mecanismo de garantía que, durante mucho tiempo,

ha sido el que permitía al Tribunal desarrollar el alcance, conteni­

do esencial y límites al ejercicio de los derechos fundamentales.

Pero, además, en los últimos tiempos, preocupado por validar las

opciones del legislador —fundamentalmente del legislador esta­

tal— a la hora de afrontar la crisis económica, el Tribunal ha dado

pasos atrás en la configuración de algunos de los pocos derechos

sociales que había desarrollado en extenso, en particular en el

ámbito de los derechos laborales. En la STC 81/1982, resoluto­

ria de un recurso de amparo que planteaba la discriminación por

razón de sexo en el pago de horas extraordinarias en perjuicio de

los asistentes técnicos sanitarios varones, declaró que no se po­

día privar al trabajador sin razón suficiente para ello de las con­

quistas sociales ya conseguidas. Pero la cuestión es que la crisis

económica ha dado al legislador las razones suficientes para aco­

meter esa privación.

Pongamos algunos ejemplos. En relación con el derecho a la esta­

bilidad y la continuidad en el empleo, que se traduciría no en una

traba absoluta a ser despedido (STC 101/2000, FJ 5), sino en la

imposibilidad de ser despedido si no existe una causa justa, y

que, a su vez, habilitaría al Estado para intervenir normativamente

en materia de finalización de la relación laboral (SSTC 192/2003,

FJ 4, y 20/2004, FJ 2), la STC 119/2014, introduce una serie de lí­

mites al derecho a la estabilidad y continuidad en el empleo, acu­

diendo para diseñar esos límites a la invocación del respecto del

derecho a la libertad de empresa. Dice el Tribunal "resulta obligado

tener en cuenta que, como ocurre respecto a cualquier otro derecho —in­

cluidos los fundamentales— (…), el derecho al trabajo reconocido en el

art. 35.1 CE no es absoluto ni incondicional, sino que puede quedar sujeto

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 466 22/11/17 2:28 p.m.

ITZIAR GÓMEZ FERNÁNDEZ

467

a limitaciones justificadas en atención a la necesidad de preservar otros

derechos o bienes constitucionales dignos de tutela. Entre otros, y por lo

que ahora interesa, el derecho al trabajo puede entrar en conflicto con

el reconocimiento en el art. 38 CE de la libertad de empresa y el mandato

a los poderes públicos de garantizar y proteger su ejercicio y la defensa

de la productividad. Sin perjuicio de los límites necesarios, tales exigen­

cias derivadas del art. 38 CE pueden legitimar el reconocimiento legal en

favor del empresario de determinadas facultades de extinción del con­

trato de trabajo integradas en sus poderes de gestión de la empresa (STC

192/2003, de 27 de octubre, FJ 4)".

Por lo que hace a la negociación colectiva el Tribunal Constitu­

cional dijo en el FJ 3o. de su sentencia 58/1985 que la "facultad que

poseen "los representantes de los trabajadores y empresarios" (art. 37.1

de la C.E.) de regular sus intereses recíprocos mediante la negociación

colectiva es una facultad no derivada de la Ley, sino propia que encuentra

su expresión jurídica en el texto constitucional", lo que determina que el

mandato que el art. 37.1 de la Constitución formula a la Ley de garanti­

zar "«la fuerza vinculante de los Convenios» no significa que esta fuerza

venga atribuida ex lege. Antes al contrario, la misma emana de la Cons­

titución, que garantiza con carácter vinculante los Convenios, al tiempo que

ordena garantizarla de manera imperativa al legislador ordinario". Esta

doctrina vendrá a ser matizada por la STC 119/2014, de 16 de julio,

la primera de las que se pronuncian sobre la Ley que introduce la

reforma laboral del año 2012, y establecerá claramente que los

convenios colectivos pueden quedar supeditados a la ley por ra­

zones justificadas en cuanto a las materias objeto de negociación

o el sentido en que pueden ser reguladas por la autonomía colec­

tiva. El Tribunal entiende, frente a la previa defensa de la autono­

mía convencional, que "la consagración constitucional del derecho a la

negociación colectiva no conlleva el desapoderamiento normativo del Esta­

do para regular las relaciones laborales; la Constitución no ha dispuesto

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 467 22/11/17 2:28 p.m.

LOS DERECHOS SOCIALES Y LA TEJEDORA...

468

una reserva de regulación en favor de la autonomía colectiva que le otor­

gue el monopolio normativo en materia laboral".

El derecho a la vivienda también ha sido objeto de pronunciamien­

tos recientes por parte del supremo intérprete de la Constitución.

Así la STC 93/2015, de 14 de mayo,85 sobre el Decreto­ley andaluz

de uso social de la vivienda, establecerá que el derecho a la vivienda

más que un derecho subjetivo es un mandato a los poderes públi­

cos [SSTC 247/2007, de 12 de diciembre, FJ 15 c); 31/2010, FJ 16, y

110/2011, de 22 de junio, FJ 5],86 un mandato que, además ha de

ser ejercido con prudencia por las administraciones autonómicas

que verán limitada su propia competencia en materia de vivien­

da si su ejercicio "menoscaba" la política económica dictada por

el Estado. Por tanto, si el Estado establece una determinada polí­

tica económica con un determinado impacto en el ejercicio de los

derechos sociales, las Comunidades Autonomías no podrían mo­

dular dicho impacto, en defensa y promoción de los derechos, a

riesgo de menoscabar la competencia estatal ex art. 149.1.13 CE.

Por último puede asegurarse que el derecho a la protección de la

salud no ha corrido mejor suerte. La STC 39/2016, de 21 de julio,87

consagra la exclusión sanitaria, desvinculando absolutamente el

85 Recurso de inconstitucionalidad interpuesto por el Presidente del Gobierno en relación con diversos preceptos del Decreto­ley de Andalucía 6/2013, de 9 de abril, de medidas para asegurar el cumplimiento de la función social de la vivienda. Ponente Juan José González Rivas.

86 SENTENCIA 7/2010, de 27 de abril, FJ 7: Cumple advertir que el principio rector previsto en el art. 47 CE, párrafo primero, constituye un mandato o directriz constitucional que ha de informar la actuación de todos los poderes públicos (Administración General del Estado, Comu­nidades Autónomas y Corporaciones locales) en el ejercicio de sus respectivas competencias, a fin de promover las condiciones necesarias para que todo español pueda disfrutar de una vivien­da digna y adecuada (STC 152/1988, de 20 de julio, FJ 2)".

87 Recurso de inconstitucionalidad 4123­2012, interpuesto por el Parlamento de Na­varra en relación con diversos preceptos del Real Decreto­ley 16/2012, de 20 de abril, de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y mejorar la calidad y seguridad de sus prestaciones. Ponente Encarnación Roca.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 468 22/11/17 2:28 p.m.

ITZIAR GÓMEZ FERNÁNDEZ

469

derecho a la salud del derecho a la integridad física, y apartán­

dose, en este sentido, de la interpretación realizada por el TEDH a

la que se hace referencia más arriba. Bien es cierto que el FJ 8o. de la

sentencia constitucional afirma que "la naturaleza del derecho a la sa­

lud como principio rector no implica que el art. 43 CE constituya una

norma únicamente programática, vacía de contenido, sin referencias que

lo informen, especialmente con relación al legislador, que debe configurarlo

en virtud del mandato del art. 43.2 CE para que establezca las presta­

ciones necesarias para tutelar la salud pública. (STC 233/2007, de 5 de

noviembre, FJ 7; 154/2006, de 22 de mayo, FJ 8, y 14/1997, de 28 de enero,

FJ 11)". Pero al mismo tiempo, el reconocimiento es huero y silen­

cia la conexión del derecho a la asistencia sanitaria, el derecho a

la salud y el derecho a la vida, e insiste en que "el art. 43 CE debe

ser considerado como un principio rector constitucional dirigido a orientar

y determinar la actuación de los poderes públicos (ATC 221/2009, de 21

de julio, FJ 4), expresivo de "un valor de indudable relevancia constitucio­

nal" (ATC 96/2011, FJ 5), lo que se traduce en su obligación "de organizar"

la salud pública y de "tutelarla a través de las medidas, las prestaciones

y los servicios necesarios" (STC 95/2000, de 10 de abril, FJ 3)". Por tanto,

como no estamos ante un derecho fundamental, el legislador lo

puede todo, incluso excluir de la titularidad del derecho a un de­

terminado colectivo.

La conclusión es clara, en los últimos años, el Tribunal, excepción

hecha de los temas de protección de la maternidad o discrimina­

ción laboral —aunque incluso aquí se podría poner algún pero—,

no ha seguido la estela marcada por el TEDH y por el TJUE op­

tando por una interpretación abierta, expansiva y evolutiva de

los derechos sociales. No hay ninguna barrera normativa que lo

impida, como no las hubo antes del inicio de la crisis. Pero falta

"voluntad jurisprudencial" al respecto.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 469 22/11/17 2:28 p.m.

LOS DERECHOS SOCIALES Y LA TEJEDORA...

470

El Convenio de Roma viene a coincidir sustancialmente con la

Sección 1a. del Capítulo 2o. del Título I de nuestro texto constitu­

cional, esto es, los derechos susceptibles de garantía jurisdiccio­

nal ante el TEDH son básicamente los mismos que son objeto del

amparo constitucional. Siendo tal el paralelismo, el Tribunal Cons­

titucional español podría acudir a las fórmulas hermenéuticas

que utiliza Estrasburgo para extender a "otros derechos" su ámbi­

to de garantías, particularmente a los derechos sociales. No obs­

tante, hasta la fecha, no lo ha hecho. Y no sólo no lo ha hecho,

sino que en los últimos años la tendencia jurisprudencial no ha sido

evolutiva, sino claramente involutiva.

VI. ¿Teje el juez o teje la asamblea constituyente?

La descripción realizada nos permite concluir que la crisis eco­

nómica ha paralizado el impulso que el reconocimiento normati­

vo de los derechos sociales en el ámbito europeo, y también en la

esfera del ordenamiento nacional, había tomado. En el orden ex­

clusivamente doméstico las políticas de contención del gasto han

llevado a la restricción en el disfrute de los derechos sociales y a

la práctica desaparición de la labor promocional del Estado en rela­

ción con el disfrute de alguno de los derechos con mayor carga

prestacional, como la vivienda, o la asistencia social.

Esa parálisis ha ido acompañada por una inercia regresiva de la

jurisprudencia constitucional en algunos puntos. No solo no se ha

llegado a asimilar el juego interpretativo desarrollado por el TEDH

en materia de derechos sociales. Es que el recurso a nuestros ins­

trumentos hermenéuticos más clásicos ha conducido a una rede­

finición, a la baja, de determinados derechos.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 470 22/11/17 2:28 p.m.

ITZIAR GÓMEZ FERNÁNDEZ

471

La pregunta, entonces, es si cabe fiarse al intérprete para que re­

configure el modelo, o si es mejor plantearse la necesidad de refor­

mar la constitución para superar los límites a que se ha sujetado

el Tribunal Constitucional a la hora de conformar nuestro siste­

ma de garantía de los derechos sociales, respondiendo a un mo­

delo procesalmente pobre y restrictivo. Aunque, yendo más lejos,

también podríamos plantearnos si hace falta cambiar la definición

de los derechos (sociales) o cambiar solamente su modelo de ga­

rantías para asegurarnos la indivisibilidad y la irreversibilidad de

los derechos.

La idea de indivisibilidad de los derechos está latente, como hemos

visto, en la jurisprudencia del Tribunal de Estrasburgo, y lo está

también en la intención del Consejo de Europa88 que se ha dete­

nido en varias ocasiones en la reflexión sobre la ampliación de la

lista de derechos individuales contenidos en el Convenio de Roma

y sobre el traslado de algunos derechos de la Carta Social al siste­

ma de protección jurisdiccional de derechos del TEDH.89 Se habla

en todos estos textos (jurisprudenciales, normativos y para­nor­

mativos), o se deduce de su lectura, una suerte de permeabilidad

del Convenio de Roma, del "núcleo duro" de los Derechos Huma­

nos, hacia los derechos económicos, sociales y culturales. Algunos

88 En el mismo sentido Carrillo Salcedo, J. A.: "Protección de derechos humanos en el Consejo de Europa: hacia la superación de la dualidad entre derechos civiles y polí­ticos y derechos económicos y sociales", en Revista de Instituciones Europeas; 1991, n.2 (mayo­agosto), págs. 431­453

89 Véanse en este sentido la Proposición de Recomendación de la Asamblea Parla­mentaria relativa a la ampliación del campo de aplicación del Convenio Europeo de Derechos Humanos (DOC 4006 de 7 de julio de 1977); la Declaración sobre los Dere­chos Humanos adoptada por el Comité de Ministros el 27 de abril de 1978; la Reco­mendación 838 (1978) de la Asamblea Parlamentaria; y la Recomendación de la Asamblea Parlamentaria 1415 (1999). Sobre estos documentos cfr. Salas, A. : « Les droits sociaux et la Convention européenne des droits de l›homme » Op. cit. Págs. 580 a 583.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 471 22/11/17 2:28 p.m.

LOS DERECHOS SOCIALES Y LA TEJEDORA...

472

trabajos90 apuntan la idea de que, poco a poco, se vayan inte grando

al CEDH aquellos derechos sociales que cumplan con determinadas

características (fundamentalidad, universalidad, formulación pre­

cisa), pero tal planteamiento, que podría ser admitido como vía

de solución a corto plazo, sigue basándose en una percepción di­

cotómica de los derechos (derechos civiles y políticos vs. derechos

sociales).

En el sistema constitucional ni siquiera está claro que podamos

hablar de esa permeabilidad. Y, adicionalmente, no podemos hur­

tar a la reflexión la conciencia de que la idea de permeabilidad

sigue hablando de dos esferas materiales separadas: la húmeda

(la de los derechos sociales imprecisos, conflictivos, incómodos y

escurridizos) y la seca que se deja empapar (la de unos derechos

civiles y políticos siempre imprescindibles pero en ocasiones de­

masiado rígidos).

Por tanto me inclino por la opción de que teja el constituyente,

que sea el quien reformule el modelo para unificar (todos o parte

de) los derechos sociales y los derechos civiles y políticos, confi­

riendo un sistema equiparable de garantías, que no coloque en el

campo del intérprete la responsabilidad de tejer una tela sin pa­

trones, fiado a su mera intuición y buena fe. O a sus habilidades

hermenéuticas, que pueden ser muchas, pero también pueden

no serlo. Aunque no se me escapa la inocencia de mi opción en un

contexto en que la reforma constitucional es un deseo tan leja­

no como el de la llegada de Ulises, para Penélope, mientras tejía

y destejía.

90 Salas, A. : « Les droits sociaux et la Convention européenne des droits de l›hom­me » Op. cit. págs. 585 y ss

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Los Tribunales Constitucionales ante la crisis del Euro; los casos español y portugués

MARIBEL GONZÁLEZ PASCUAL*

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* Profesora Agregada de Derecho Constitucional. Universitat Pompeu Fabra.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 474 22/11/17 2:28 p.m.

475I. Introducción

En 2009 la Comisión Europea inició frente a Portugal y Es­

paña un procedimiento por déficit excesivo, además am­

bos Estados reclamaron asistencia financiera de la llamada Troika

firmando un Memorándum que establecía recomendaciones y

directrices que impactaban sobre las políticas públicas y los mer­

cados laborales de ambos países. No obstante, el Memorándum

firmado por España y el firmado por Portugal son sustancialmen­

te diferentes. El objetivo del memorándum portugués era superar

los fallos estructurales de la economía en el marco de una crisis

de la deuda soberana, mientras que España solicitaba ayuda que

solo se aplicaría al sector financiero. En otras palabras, el memo­

rándum fue el origen de la mayor parte de las medidas de auste­

ridad en Portugal pero no en España.1

1 Investigación financiada por MICINNDER2011 DER2014­57116­P.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 475 22/11/17 2:28 p.m.

LOS TRIBUNALES CONSTITUCIONALES...

476

Ambos Estados tomaron múltiples medidas que afectaban a los

derechos sociales y que fueron recurridas ante sus Tribunales Cons­

titucionales (TC), así como frente al TEDH y al TJUE. Este trabajo

analiza tan solo el papel de los TC de Portugal y de España res­

pecto de las medidas de austeridad analizando sus principales

ar gumentos durante la crisis. Con dicho objetivo, primero se enu­

merarán los elementos jurídicos que deben tomarse en cuenta

antes de comparar las jurisprudencias. En segundo lugar se estu­

diará el papel que las recomendaciones internacionales y euro­

peas jugaron en sus decisiones. Finalmente se discutirá como la

crisis económica ha afectado a la jurisprudencia sobre derechos

sociales en ambos países.

II. El marco constitucional de protección de los derechos sociales en españa y portugal

Ciertamente el estudio de la jurisprudencia de Portugal y España

permite analizar el papel de los TC en la crisis del euro, pero deben

tomarse en cuenta las diferencias sustanciales entre ambos siste­

mas constitucionales ya que afectan el alcance plausible de un

estudio comparado.

En primer lugar, cabe recordar la diferente compresión de los de­

rechos sociales de cada una de las Constituciones. La Constitución

española reconoce derechos sociales como el derecho a la educa­

ción, el derecho a la salud o a una vivienda digna, entre otros.

Ahora bien, de acuerdo con el art. 53.3 de la Constitución espa­

ñola los principios "reconocidos en el Capítulo tercero informa­

rán la legislación positiva, la práctica judicial y la actuación de

los poderes públicos. Sólo podrán ser alegados ante la Jurisdic­

ción or dinaria de acuerdo con lo que dispongan las leyes que los

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 476 22/11/17 2:28 p.m.

MARIBEL GONZÁLEZ PASCUAL

477

desarrollen", siendo que la mayoría de los derechos sociales está

en el Capítulo Tercero.

De hecho, los artículos constitucionales dedicados a los derechos

sociales han sido considerados por gran parte de la doctrina como

principios que, como mucho, deberían seguirse por el poder polí­

tico cuando las circunstancias económicas lo permitan.2 Cabría

pensar que el hecho de que el art. 1 de la Constitución declare que

España es un Estado social avalaría una interpretación que refor­

zara los derechos sociales, pero el TC español ha sido tradicional­

mente muy reticente a juzgar sobre la base de los derechos

sociales.

La Constitución portuguesa contiene una lista larga y detallada de

derechos sociales que pueden ser reclamados ante los tribunales,

sin embargo su art. 18 establece que solo los derechos civiles y

políticos son directamente aplicables. Este precepto ha avivado el

debate en la doctrina portuguesa sobre si los derechos sociales

son vinculantes en todo caso o si su alcance y efectividad debería

concretarse por el legislador.3 Ahora bien, con independencia de

esta controversia, es innegable que la constitución portuguesa

reconoce y garantiza los derechos sociales mucho más que otras

constituciones europeas, incluida la española. Es, por tanto, de

esperar que el TC portugués defienda los derechos sociales en

casos en los que el TC español no lo haga.4

2 Ferreres Comella., V., The Constitution of Spain. A contextual Analysis, Hart Publishing, Oxford, 2013, p. 237.

3 Guerra Martins, A., "Constitutional Judge, Social Rights and Public Debt Crisis", Maastricht Journal, volume 22, Issue 5, 2015, p. 690.

4 Fabre, C., "Social Rights in European Constitutions" Social Rights in Europe, Burca, G./ Witte, B. (Cood.), Oxford University Press, Oxford, 2005, p. 15.

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LOS TRIBUNALES CONSTITUCIONALES...

478

Esta respuesta diferente por parte de las Cortes es comprensible

cuando el texto constitucional difiera. Sin embargo cuando los

artículos constituciones puedan ser similares, la perspectiva de

los Tribunales puede ser distinta ya que una interpretación siste­

mática de cada constitución puede conducir a una conclusión

distinta. Además, es muy probable que el TC portugués esté mu­

cho más acostumbrado a juzgar los derechos sociales que el es­

pañol y que, por dicho motivo, sea más proclive a defenderlos.

En segundo lugar deben tenerse en cuanta las peculiaridades de

los procesos constitucionales. Así el TC portugués en varios casos ha

abordado las medidas de austeridad en el marco del proce dimien­

to a priori, proceso que obliga al tribunal a decidir en 25 días. Sin

embargo el TC español ha decidido dichos casos en el marco de

recurso de inconstitucionalidad, llegando a poner su sentencia

cuando la controversia principal ha desaparecido de facto. Así,

resolvió en 2015 la constitucionalidad de los recortes en los sala­

rios de los empleados públicos del 2012. Dado que en el ínterin se

había aprobado una ley reembolsando a los empleados la canti­

dad que reclamaban, el TC declaró la demanda inadmisible por­

que la petición principal había sido satisfecha.5

En tercer lugar en el caso español las comunidades autónomas

ostentan la mayor parte de las competencias en políticas sociales,

mientras que el Estado tiene la competencia sobre la ordenación

general de la economía y sobre la igualdad en el ejercicio de los

derechos constitucionales. Por tanto, muchas medidas de auste­

ridad han sido recurridas ante el TC en el marco de una controver­

sia competencial entre el Estado y las Comunidades Autónomas.

5 Sentencia del Tribunal Constitucional Español 81/2015,8.06.2015.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 478 22/11/17 2:28 p.m.

MARIBEL GONZÁLEZ PASCUAL

479

En las controversias competenciales puede subyacer una compre­

sión distinta de un derecho fundamental pero el conflicto com­

petencial determina el debate jurídico. En este sentido, en la

medida en que la política económica ha sido sinónimo de auste­

ridad, el choque entre la competencia del Estado sobre la ordena­

ción general de la economía cabe una demanda el Estado frente

a una política regional que incrementa el gasto público. Así cuan­

do Cataluña aumentó la partida presupuestaria relativa a sus

empleados públicos, la Ley de Presupuestos de Cataluña fue re­

currida ante el TC, el cual simplemente constató que había una

ley nacional que prohibía incrementar los gastos relativos al per­

sonal de las Administraciones Públicas. De manera que la partida

era inconstitucional simplemente porque contradecía la compe­

tencia estatal sobre la política económica.6

El Estado puede también alegar su competencia para mantener

un nivel general de igualdad entre los ciudadanos en todo el terri­

torio frente a una ley autonómica que disminuya una política

social. Así, Cataluña y Madrid establecieron una carga extra de un

euro por receta médica, con algunas exenciones a favor de grupos

vulnerables. Sin embargo, el TC consideró que esta carga extra

era inconstitucional. El Estado determina el presupuesto del siste­

ma sanitario garantizando así un estándar uniforme en el disfru­

te del derecho a la salud en España. De este modo las Comunidades

Autónomas no pueden disminuir servicios públicos esenciales sin

el respaldo estatal.7

6 Sentencia del Tribunal Constitucional Español 88/2016, 28.04.2016. 7 Sentencias del Tribunal Constitucional Español 71/2014, 6.05.2014 and 85/2014

24.06.2014.

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LOS TRIBUNALES CONSTITUCIONALES...

480

En consecuencia el TC ha decidido casos en que un derecho so­

cial ha sido reforzado y al contrario, pero el debate jurídico fue

estrictamente competencial. Por tanto, el sistema competencial

determina la argumentación jurídica de la corte, mientras que en

el caso portugués las competencias no juegan papel alguno al ser

un Estado fuertemente centralizado y la controversia gira en torno

al derecho social en sí.

En tercer lugar, el memorándum firmado por Portugal es muy di­

ferente del firmado por España, ya que este segundo se constriñe

a la asistencia financiera del sector bancario mientras que el por­

tugués abarca el conjunto de la administración pública. Lógica­

men te el memorándum español ha afectado el derecho a la

vivienda, mientras el portugués ha impactado en diversos dere­

chos sociales.8

Por tanto, cualquier estudio comparado de la jurisprudencia por­

tuguesa y española sobre las medidas de austeridad debe tomar

en consideración al menos las diferencias mencionadas porque

explican la divergencia entre ambas jurisprudencias en muchos

supuestos. Es aconsejable, por tanto, reducir el alcance del estu­

dio comparado o incluir en el mismo amplia información sobre

cada sistema constitucional, optando este trabajo por la primera

de ambas opciones limitándose a analizar la jurisprudencia de

cada Corte respeto al margen de actuación de los operadores na­

cionales cuando implementan decisiones relativas a la asistencia

8 Sobre el impacto del Memorándum en los derechos sociales en Portugal Nogueira de Brito, M., "Putting social rights in brackets? The Portuguese experience with welfare rights challenges in times of crisis", European Journal of Social Law, Volume 1­2, 2014. En cuanto al impacto del Memorándum sobre el derecho de vivienda en España cabe consultar mi trabajo González Pascual, M. "Social rights protection and Financial Crisis in Europe. The Right to Housing in Spain: a Cautionary Tale", Inter-American and European Human Rights Journal, volume 9, 2016.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 480 22/11/17 2:28 p.m.

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481

financiera internacional o la Unión Monetaria Europea en el marco

de la crisis del euro.

III. Los tribunales constitucionales español y portugués ante la crisis del Euro

La gobernanza económica europea y la asistencia financiera in­

ternacional a los Estados de la Eurozona implican nuevos retos

para la doctrina jurídica. De una parte, no se puede obviar que

este nuevo modelo constriñe a los Estados particularmente me­

diante un conjunto de recomendaciones e informes, de manera

que la fuerza jurídica real del soft law se ha convertido en un tema

crucial. De hecho no se puede subestimar la fuerza que en la

práctica tienen las recomendaciones de los organismos finan­

cieros. Tienen un impacto innegable en los legisladores naciona­

les ya que cualquier desviación puede conllevar, si no una sanción,

al menos una turbulencia económica.

De otra parte los tribunales nacionales tienden a ser más deferen­

tes tanto en contextos de crisis económica como frente a decisio­

nes internacionales. De hecho el policentrismo de los derechos

sociales como objeción a su justiciabilidad cobra especial fuerza

en contextos de asistencia financiera internacional. En este esce­

nario cualquier cálculo del impacto financiero y económico último

de una decisión judicial nacional es una mera conjetura. Diver­

sos factores contribuyen a los problemas de los tribunales para

decidir en estos casos; la impredecible reacción de los mercados

internacionales, las condiciones requeridas para la aceptación

política de las condiciones de retribución de la asistencia, la esta­

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 481 22/11/17 2:28 p.m.

LOS TRIBUNALES CONSTITUCIONALES...

482

bilidad macro­económica a largo plazo y la naturaleza cambian­

te de todos estos factores.9

Ciertamente tanto el TC español como el portugués son conscien­

tes de las implicaciones de sus decisiones, dada la crisis econó­

mica. Así ambos han insistido en la necesidad de enmarcar sus

sentencias en el contexto de una crisis económica, igualmente

han limitado el impacto real de su decisión suspendiendo los

efectos de la declaración de inconstitucionalidad si afecta a me­

didas económicas gubernamentales.10 No obstante la perspectiva

de ambos TC ha sido muy diferente.

Así, el TC español parece opinar que el Estado apenas tiene mar­

gen de actuación cuando implementa recomendaciones interna­

cionales, mientras que el TC portugués estima que dicho margen

ha empequeñecido pero persiste.

En el caso español la sentencia 2/2012 es una clara muestra de esta

concepción. El 27 de septiembre de 2011 fue reformado el art. 135

de la Constitución española. El nuevo precepto era fundamen­

talmente una respuesta al alto coste de los bonos españoles, de

mane ra que los mercados internacionales eran los principales

destinatarios de este artículo. Las Comunidades Autónomas eran

las segundas destinatarias de la reforma.

La reforma constitucional partía de un conjunto de leyes aproba­

do en 2001 que buscaba coordinar los presupuestos autonómico,

sin embargo este pacto interno de estabilidad no fue efectiva. La

Ley Orgánica de Estabilidad Financiera y Presupuestaria, prevista

9 King, J., Judging Social Rights, Cambridge University Press, Cambridge, 2012, p. 6.10 Sentencia del Tribunal Constitucional Portugués 353/2012 y Sentencia del Tribu­

nal Constitucional Español 140/2016, 21.07.2016.

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MARIBEL GONZÁLEZ PASCUAL

483

por el art. 135 de la Constitución española, sin embargo, otorgó

amplios poderes de inspección y sanción al gobierno central fren­

te a las Comunidades Autónomas que incumplieran los objetivos

de déficit estructural y deuda pública.11 Esta ley fue recurrida por

el gobierno de Canarias ante el TC-.

Uno de los artículos recurridos de dicha ley fue el 11.6 conforme

al cual "Para el cálculo del déficit estructural se aplicará la meto­

dología utilizada por la Comisión Europea en el marco de la nor­

mativa de estabilidad presupuestaria". De acuerdo con el gobierno

de Canarias esta previsión permite al gobierno central decidir uni­

lateralmente el déficit estructural en el que cada administración

puede incurrir dado que no hay una norma de la UE de obligado

cumplimiento en este punto concreto.12

No obstante el TC declaró la norma constitucional dada la mem­

bresía de España de la UE. De acuerdo con el TC, la UE no solo

tiene la potestad para exigir un determinado déficit presupues­

tario a los Estados sino también para establecer qué metodología

se empleará para concretarlo. En otros términos, "no sólo es cons­

titucionalmente necesario sujetarse al límite máximo de déficit

estructural fijado por la Unión Europea (arts. 126 TFUE y 135.2

CE), sino también acudir a las disposiciones que para su cálculo

se determinen en cada momento".13

11 Ruiz Almendral, V.," The Spanish Legal Framework for Curbing the Public Debt and the Deficit", European Constitutional Law Review, Volume 9, 2013, pp. 198­202.

12 De hecho el gobierno español se apoyó en el documento The cyclically-adjusted bu-dget balance used in the EU fiscal framework: an update published by European Economy. (Economic Papers 478 March 2013). Dicho informe explícitamente advierte que la opi­nión de sus autores no se corresponde necesariamente con la de la Comisión.

13 Sentencia del Tribunal Constitucional Español 215/2014, 22.10.2014. (Fundamento Jurídico 3o.)

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 483 22/11/17 2:28 p.m.

LOS TRIBUNALES CONSTITUCIONALES...

484

Así, paradójicamente, el TC sostuvo la fuerza del derecho de la UE

en un caso relativo a una norma de la UE cuyo cumplimiento no

era obligatorio. Esta decisión solo se puede entender en el marco

de una crisis económica durante la cual el TC ha sido extremada­

mente deferente tanto respecto de las decisiones del gobierno

central como de las recomendaciones de los organismos de la UE.

Esta tendencia ha sido incluso más clara cuando el TC ha abor­

dado las recomendaciones dirigidas a España en el marco de la

Asistencia Financiera. En este sentido varias Comunidades Autó­

nomas aprobaron normas sobre el derecho a la vivienda en las que

se preveía la suspensión temporal de los desahucios. Estas normas

fueron recurridas ante el TC y su aplicación fue sorprendida sobre

la base de la quinta revisión del programa de asistencia financiera.

De acuerdo con el TC la Troika, en la que participan la Comisión

Europea, el Banco Central Europeo y el FMI, está compuesta de ins­

tituciones independientes y altamente especializadas. Por este

motivo, el presidente del gobierno puede apoyarse en sus informes

para pedir la suspensión de una norma regional. En este sentido,

el TC consideró que los informes de la Troika ponían claramente

de relieve que las normas regionales sobre el derecho a la vivienda

hacían peligrar no solo el programa de asistencia financiera sino

las obligaciones internacionales que había asumido España.14

Posteriormente el TC declaró inconstitucional un Decreto Ley so­

bre la función social de la vivienda aprobado por el Gobierno de

Andalucía. El TC comparte que este decreto intenta proteger el

derecho a la vivienda, sin embargo considera que un elemento

central de la política económica española es la estabilización y

14 Autos del Tribunal Constitucional Español 69/2014, 10.03.2014 y 115/2014, 08.04.2014.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 484 22/11/17 2:28 p.m.

MARIBEL GONZÁLEZ PASCUAL

485

reorganización del sector bancario. De conformidad con ello el

Estado ha aprobado normas para proteger los deudores hipoteca­

rios vulnerables pero sin afectar particularmente el esquema hi­

potecario. Así el TC trajo a colación la Ley 1/2013, de 14 de mayo,

de medidas para reforzar la protección a los deudores hipote­

carios, reestructuración de deuda y alquiler social cuya medida

principal es la suspensión temporal de los desahucios. De acuerdo

con el TC esta norma ya había fijado el alcance de la protección

de grupos vulnerables sin hacer peligrar el sistema hipotecario.15

Aún más, el sistema hipotecario es crucial para el mercado finan­

ciero y las Comunidades Autónomas no podrían aprobar medidas

que alteraran el equilibrio ya establecido entre protección social

y política económica.

Este razonamiento seguía muy de cerca la carta enviada por la Co­

misión Europea al Gobierno español en Junio de 2013. De acuerdo

con esta carta la medida regional iba más allá del equilibrio que

permite reconciliar la protección de las familias más vulnerables

con la protección de la estabilidad financiera. El parecido con el

razonamiento del TC es tan indudable que cabe afirmar que una

decisión sobre derechos sociales tomada por un órgano democrá­

tico puede llegar a ser anulada sobre la base de un informe secun­

dario redactado por un organismo europeo.

De hecho el TC español ha elaborado su jurisprudencia sobre el

impacto de la crisis del euro en los derechos sociales apoyándose

en un dogma muy simple; los gobiernos deben seguir las reco­

15 Sin embargo la norma estatal era poco eficaz en la práctica. Así se ha puesto de relieve que no más del 0.77% de los hogares españoles entra en su ámbito de aplica­ción. Igualmente se ha calculado que solo el 7,6% de los hogares en los que todos su miembros están desempleados podía entrar en su definición de grupo vulnerable Gómez Pomar, F. and Lyczkowska, K., "Spanish Courts, the Court of Justice of the Euro­pean Union and Consumer Law", InDret, Issue 4, 2014, p. 30.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 485 22/11/17 2:28 p.m.

LOS TRIBUNALES CONSTITUCIONALES...

486

mendaciones europeas en materia económica al pie de la letra.

Por tanto, el TC ha amputado su posible capacidad de decisión res­

pecto de medidas económicas recomendadas por actores no

nacionales.

Por tanto, los derechos sociales carecen de protección en el plano

nacional frente al derecho internacional económico. Aún más, las

medidas nacionales que fomentan dichos derechos deben cum­

plir con las recomendaciones internacionales sobre política fiscal

so pena de ser anuladas. Sin embargo, ante los recortes en los

derechos sociales se deberían exigir que, cuando menos, se argu­

mentara por qué no puede adoptarse una medida menos severa

y que se protejan en todo caso a los grupos más vulnerables.16

El TC portugués mantiene una posición muy distinta sobre la im­

plementación de recomendaciones internacionales y europeas.

Así ha enfatizado que las medidas de austeridad cumplen con los

compromisos adoptados en el memorándum, siendo crucial para

Portugal la asistencia financiera internacional.17 Ahora bien, el tri­

bunal es plenamente consciente de que la fuerza vinculante de

las recomendaciones de organismos europeos e internacionales

dista de estar clara. Aún más, de acuerdo con el TC portugués, en

primer lugar, las recomendaciones de la UE en el marco de la Go­

bernanza Económica buscan imponer objetivos no los medios

que los gobiernos nacionales han de usar para alcanzarlos. En se­

gundo lugar, las medidas jurídicas internacionales deben ser con­

formes con la constitución portuguesa. Por último, de acuerdo

con el art. 4.2 TEU, la UE debe respetar la identidad nacional de

16 Goldmann, M., "Human Rights and Sovereign Insolvencies", working paper, April 2014. http://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=2330997

17 Sentencias del Tribunal Constitucional Portugués 396/2011 y 353/2012.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 486 22/11/17 2:28 p.m.

MARIBEL GONZÁLEZ PASCUAL

487

los Estados Miembros.18 Es una perspectiva diametralmente opues­

ta a la del TC español, pero también tiene varios puntos débiles.

En primer lugar aunque es cierto que las recomendaciones inter­

nacionales buscan fijar objetivos, como afirma el TC portugués, a

menudo estas recomendaciones son extremadamente detalladas,

especialmente en asuntos económicos. En segundo lugar, si bien

las recomendaciones internacionales no son vinculantes, des­

oírlas puede causar serios daños a la economía nacional porque

el Estado puede perder la confianza de los mercados internacio­

nales. Aún, más no seguir recomendaciones internacionales en el

ámbito económico si puede acabar generando sanciones a largo

plazo en muchos casos. Por tanto, la normativa europea e interna­

cional está profundamente entrelazada con la nacional, siquiera

sea por la vía de los hechos, y los tribunales nacionales no debe­

rían subestimar este vínculo.

En segundo lugar, aunque que la identidad nacional está ganando

terreno en las jurisprudencias nacionales relativas al marco nor­

mativo de la gobernanza económica, europea no ha ofrecido una

respuesta mínimamente clara. La identidad nacional aparece

como última línea de defensa, pero esta línea no ha sido trazada

y no es de esperar que se concrete en un futuro próximo.

Por tanto, el alcance e impacto final de las recomendaciones in­

ternacionales sobre los sistemas constitucionales dista de estar

claro. Ahora bien, de una parte los Estados no pueden esquivarlas

fácilmente dada su fuerza real. De otra parte si ni las recomenda­

ciones internacionales ni las medidas nacionales que las implemen­

tan pueden ser recurridas el Estado social puede ser desmantelado

18 Sentencia del Tribunal Constitucional Portugués 575/2014.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 487 22/11/17 2:28 p.m.

LOS TRIBUNALES CONSTITUCIONALES...

488

con independencia de las normas internacionales y nacionales

que consagran la igualdad y los derechos sociales. ¿Cómo resolver

este dilema?

En mi opinión los TC deberían llevar ante el Tribunal de Justicia

de la UE el impacto de la normativa europea relativa a la crisis del

euro en los derechos sociales. Difícilmente el TJUE evadiría una

pregunta hecha por un TC sobre la compatibilidad de las reco­

mendaciones de los organismos europeos con la Carta de De re­

chos Fundamentales de la UE o, al menos, sobre la naturaleza

jurídica de la recomendación.

De hecho el TJUE ha afirmado que los tribunales nacionales deben

tomar en consideración las recomendaciones de la UE, especial­

mente si ayudan a interpretar normas nacionales que implemen­

tan dichas recomendaciones o complementan normas de la UE

vinculantes".19 Por tanto, dado el soft law de la UE no puede ser

simplemente obviado por los tribunales nacionales, es preciso

por ello que el TJUE clarifique el margen de maniobra de los ac­

tores nacionales frente mismo, contribuyendo así a especificar el

papel de los TC en este nuevo escenario.

Aún más, cabría volver a preguntar al TJUE sobre la compatibili­

dad de los memoranda y la normativa relativa a la Unión Mone­

taria Europea con los derechos sociales recogidos en la Carta de

Derechos Fundamentales de la UE. La sentencia Ledra Adverti­

sing Ltd establece que las instituciones europeas están vincu­

ladas a la carta cuando redactan dichos memoranda.20 Ahora

bien esta decisión se tomó respecto del derecho de propiedad,

19 ECLI:EU:C:1989:646 Grimaldi parr. 18.20 ECLI:EU:C:2016:701, Ledra Advertising Ltd parra. 67.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 488 22/11/17 2:28 p.m.

MARIBEL GONZÁLEZ PASCUAL

489

derecho de carácter económico, de manera que la compatibi li­

dad de las medidas de austeridad instigadas por la UE con los de­

rechos sociales no ha sido debatida por el TJEU. Esa es la pregunta

que algún TC debería hacerle.

IV. Tribunales, derechos sociales y crisis económica

Los derechos sociales no pueden ser inmunes a una crisis eco­

nómica dada su dependencia de los recursos públicos. Es incluso

comprensible que se dude de la protección real que los tribunales

pueden ofrecer a los derechos sociales en el marco de una pro­

funda crisis económica. No en vano dos controversias tradicio­

nales respecto de los derechos sociales son el papel real de los

tri bunales respecto de los mismos y el equilibrio entre política

social y política económica.

Es conocido el debate doctrinal sobre si los Tribunales pueden (o

incluso si deben) garantizar los derechos sociales. De hecho, aunque

múltiples autores han rebatido de manera coherente las princi­

pales objeciones a la actuación judicial respecto de los derechos

sociales, los tribunales tienden a jugar un papel menor cuando se

trata de derechos sociales.21 No en vano algunas de las objecio­

nes a la actividad jurisdiccional respecto de los derechos sociales

están basadas en buenos argumentos como la legitimidad demo­

crática de un tribunal, el policentrismo que suelen implicar los

derechos sociales, la necesidad de flexibilidad y expertise cuando

se aborda la distribución de recursos públicos y la posible exis­

21 Langford, M., "Judicial Review in National Courts" in Economic, Social and Cultural Rights in International Law: Contemporary Issues and Challenges, Langford, M. (Cood.) Oxford University Press, Oxford, 2014, p. 447.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 489 22/11/17 2:28 p.m.

LOS TRIBUNALES CONSTITUCIONALES...

490

tencia de alternativas mejores a a decisión judicial.22 Ahora bien,

estas objeciones subrayan la necesidad de un jurisprudencia

prudente pero no comportan que los derechos sociales no sean

justiciables.

Además, la garantía de los derechos sociales tiene en cuenta la

situación económica de un país, de hecho uno de los principales

principios respecto de la protección de los derechos sociales es su

realización progresiva y no retrogresión dentro de los recursos dis­

ponibles. Una crisis económica puede permitir una cierta retrogre­

sión en el disfrute de los derechos sociales, tal y como tanto el TC

portugués como el español han reconocido recientemente.23 Aún,

más, en el caso concreto de la crisis de la deuda soberana, es cru­

cial reducir el déficit público y dicho fin es inalcanzable sin dismi­

nuir los gastos en políticas sociales.

Se cuestiona también la legitimidad de los tribunales para juzgar

medidas adoptadas para superar una crisis por los poderes demo­

cráticos, hecho que limita un control realmente efectivo.24 Preci­

samente la necesidad de superar la crisis económica es un criterio

decisivo en la jurisprudencia del TC español confiriéndole al go­

bierno central una capacidad de decisión casi ilimitada. Al respec­

to debe recordarse la sentencia 119/2014 relativa a la reforma

laboral aprobada por el gobierno español mediante Real Decreto

Ley el 10 de febrero del 2012, que incrementaba la flexibilidad

laboral en España.

22 King, J., ob. cit., pp. 3­7.23 Sentencia del Tribunal Constitucional Portugués 575/2014 y Sentencia del Tribu­

nal Constitucional Español 49/2015, 5.03.2015 (voto particular). 24 Way, A­S, Lusiani, N. y Saiz, I., "Economic and Social Rights in the Great Recession",

en Economic, Social and Cultural Rights in International Law: Contemporary Issues and Challenges,", en Riedel, E., Giacca, G. y Golay (Eds), Oxford University Press, Oxford, 2014, pp. 105­14.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 490 22/11/17 2:28 p.m.

MARIBEL GONZÁLEZ PASCUAL

491

Una de las controversias principales era la duración de un año

del período de prueba. El TC consideró que es constitucional por­

que supone un equilibrio razonable entre el derecho a trabajar y

la libertad de empresa. A juicio del tribunal el periodo de prueba

permite al empresario averiguar si un trabajador es el adecuado

para el puesto. Asimismo el período de prueba debe ser conforme

a la situación económica, de manera que durante una crisis ayu­

da a comprobar que el puesto de trabajo es sostenible para el em­

presario. Aún más, un año como período de prueba es legítimo

porque fomenta el empleo al promover la iniciativa empresa­

rial.25 Igualmente la reducción de las garantías frente al despido

se compensa por la posibilidad de que el trabajador sea contra­

tado al final del período de prueba, lo cual no podría conseguir­

se con otra normativa que otorgara menos flexibilidad al

empresario.

Como puso de relieve el voto particular, el auténtico parámetro

interpretativo fue la crisis económica, ya que sirvió tanto para

justificar la trasformación de la esencia del periodo de propia así

como para hacer innecesario cualquier equilibrio entre los de­

rechos del trabajador y los derechos del empresario. De hecho la

proporcionalidad de la medida se basaba en las afirmaciones del

gobierno respecto de la efectividad del Real Decreto Ley.

Por tanto, el TC español considera que le corresponde al gobierno

concretar la política económica, especialmente si hay una crisis

económica. Asimismo, toma en cuenta que los recortes presupues­

tarios y la estabilización del mercado financiero son una priori­

dad de la política económica. Sin embargo, casi cualquier medida

relativa a los derechos sociales tiene implicaciones económicas

25 Sentencia del Tribunal Constitucional Español 119/2014, 16.07.2014.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 491 22/11/17 2:28 p.m.

LOS TRIBUNALES CONSTITUCIONALES...

492

y presupuestarias, de manera que el razonamiento del TC acaba

siendo un callejón sin salida para los derechos sociales.

El TC portugués mantiene una postura completamente distinta.

Ha reconocido que la protección de los derechos sociales no es

ajena a la crisis económica, siendo relativo el principio de no re­

trogresión. Sin embargo ha declarado la inconstitucionalidad de

diversas medidas de austeridad con base en los principios de ex­

pectativas legítimas e igualdad proporcional. Asimismo, ha to­

mado en cuenta que la solidaridad es un principio intrínseco al

Estado social.

Las expectativas legítimas son parte indispensable del Estado de

derecho, de manera que "la ciudadanía debería poder planificar

sus vidas conociendo de manera cierta las consecuencias jurí di­

cas de sus acciones".26 Ahora bien, dicho principio debe ser com­

patible con la adopción de nuevas políticas públicas por parte de

las administraciones públicas. En todo caso, las expecta tivas

legítimas están llamadas a jugar un papel determinante en el

Estado social dado que los cambios jurídicos no pueden afectar a

aquellos cuyo modo de vida depende de manera esencial de las

prestaciones sociales.27

En el caso portugués las expectativas legítimas han sido alega­

das en múltiples supuestos por los demandantes28 pero el tribunal

solo ha aceptado su aplicación si la medida conllevaba una trans­

formación profunda de la situación jurídica de los afectados por

26 Craig, P. "Substantive Legitimate Expectations in Domestic and Community Law", The Cambridge Law Journal, Vol. 55, Issue 2, p­ 1996.

27 Sentencia del Tribunal Constitucional Federal Alemán, 1BvL 11/98, 20.02.2002 (Point 39).

28 Entre otras las sentencias 396/2011 y 187/2013.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 492 22/11/17 2:28 p.m.

MARIBEL GONZÁLEZ PASCUAL

493

la misma. Así, el TC portugués declaró la inconstitucionalidad

de la convergencia del sistema de pensiones y la recalificación de

los trabajadores públicos sobre la base de las expectativas legí­

timas. En ambos casos la posición jurídica de los destinatarios de

la norma había sido profundamente alterada y contradecía la tra­

dición del sistema jurídico portugués respecto a la seguridad labo­

ral de los trabajadores públicos y a la dualidad del sistema de

pensiones. Por tanto, este principio se aplica cuando la sustancia

del estatuto jurídico cambia pero no si se modifican elementos

adicionales como la cantidad a pagar.

El segundo parámetro que ha usado el TC portugués ha sido la

igualdad proporcional. De acuerdo con este principio hay claras

diferentes entre los trabajadores públicos y los trabajadores del

sector privado que justifican un tratamiento distinto. Así, se puede

exigir un mayor sacrificio de los trabajadores públicos para supe­

rar la crisis pero este sacrificio no puede ser desproporcionado.

A mi juicio este parámetro es problemática. El TC pondera los

recortes en los salarios que sufrieron los empleados públicos a lo

largo de los años, siendo declarados inconstitucionales por el sa­

crificio acumulado que comportaron.29 Sin embargo, si la igual­

dad tiene que ser proporcional entre empleados del sector

pú blico y privado, el TC debería haber analizado la situación eco­

nómica de los segundos para poder realmente establecer una

comparación. Sin embargo, al tomar solo en cuenta la situación

económica de los empleados públicos, el TC rompe su propia ló­

gica argumentativa.

29 Sentencias del Tribunal Constitucional Portugués 187/2013.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 493 22/11/17 2:28 p.m.

LOS TRIBUNALES CONSTITUCIONALES...

494

Paradójicamente el TC no necesitaba elaborar un nuevo princi­

pio para juzgar la constitucionalidad de los recortes salarios. En este

sentido el TC había considerado constitucional los recortes sobre

la base tanto de la necesidad de cumplir compromisos interna­

cionales en el corte plazo, como de la naturaleza estrictamente

transitoria de los recortes. De hecho había considerado las me­

didas de austeridad legítimas y necesarias en tanto que fueran

temporales, al renovarse anualmente se convirtieron en perma­

nentes y con ello en inconstitucionales.30 Por tanto, el gobierno

tuvo tiempo de adoptar una estrategia diferente para reducir el

déficit a largo plazo. De hecho, al menos tendría que haber argu­

mentado de manera convincente por qué se mantenían medidas

que se habían aprobado como temporales. Esta falta de justifi­

cación de medidas que disminuyen derechos presetacionales y

laborales, en clara contradicción con la jurisprudencia del TC, po­

dría haber servido para construir un parámetro de constituciona­

lidad más coherente y plausible que la igualdad proporcional.

De hecho, uno de los principales puntos débiles de la jurispruden­

cia del TC español es que parece ser transitoria ya que la crisis

económica coyuntural es el parámetro interpretativo central en

sus sentencias, sin embargo no solo se ha tratado de una crisis

particularmente persistente sino que posiblemente algunas de las

medidas recurridas son permanentes en la medida porque siguen

las exigencias de la Unión Monetaria Europea. En consecuencia,

dado que las medidas no van a ser anuladas ni los gobiernos

pueden seguir insistiendo en la urgencia de atajar la crisis ni los

tribu nales declarar su constitucionalidad basándose en su tem­

poralidad. En este sentido, el TC portugués parece ser mucho más

30 Sentencias del Tribunal Constitucional Portugués 396/2011y 413/2014.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 494 22/11/17 2:28 p.m.

MARIBEL GONZÁLEZ PASCUAL

495

consciente de los retos que deben afrontar los tribunales en el

nuevo escenario, sin perjuicio de que debería refinar su jurispru­

dencia sorbe la igualdad proporcional.

Igualmente merece la pena subrayar el papel que el principio de

solidaridad ha desempeñado en la jurisprudencia del TC portu­

gués. De hecho ha declarado la constitucionalidad de medidas

que tomaron en consideración el principio de solidaridad ajustan­

do su impacto a la capacidad económica de sus destinatarios.31

En el caso español este principio no ha jugado rol alguno,32 ni tan

siquiera en medidas que afectaban particularmente a grupos

empobrecidos.33 Aún más, el TC español tan solo ha considerado

inconstitucional la introducción de tasas judiciales porque podría

afectar al derecho a un juicio justo a aquellos con menos recur­

sos económicos.34 Así, el TC español está dispuesto a garantizar la

dimensión social de los derechos civiles y políticos pero no los de­

rechos sociales autónomamente considerados.

En este sentido el TC portugués inserta el principio de solidari­

dad en el diseño de las políticas económicas ya que exige que to­

men en consideración las necesidades reales de los miembros de

la sociedad a la hora de fijar el reparto de derechos y deberes de los

mismos. De esta forma el TC portugués enfatiza la comunidad,

como corresponde a una constitución con vocación social, mien­

tras el TC español se limita a reforzar la autonomía formal de los

miembros de la sociedad, a pesar de la apuesta de la constitución

española por el Estado social.

31 Sentencias del Tribunal Constitucional Portugués 413/2014 y 187/2013. 32 Sentencia del Tribunal Constitucional Español 49/2015, 5.03.2015 (voto particular). 33 Sentencia del Tribunal Constitucional Español 139/2016 , 21.07.2016. 34 Sentencia del Tribunal Constitucional Español 140/2016, 21.07.2016.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 495 22/11/17 2:28 p.m.

LOS TRIBUNALES CONSTITUCIONALES...

496

V. Conclusiones

La crisis del euro ha creado nuevos retos para los tribunales. La

vinculación de las recomendaciones europeas e internacionales

con las decisiones nacionales, y la fuerza real de las primeras

disminuye la protección que los TC pueden realmente ofrecer. Aún

más, la crisis de la deuda soberana ha exigido una rápida reduc­

ción del déficit presupuestario, medida que estaba llamada a im­

pactar sobre los derechos sociales.

En este marco los tribunales están siendo particularmente pru­

dentes a la hora de juzgar las medidas de austeridad. Así, tanto el

TC portugués como el español han suspendido los efectos de sus

sentencias declarando la inconstitucionalidad pero no la nulidad

de las medidas, además han preferido apoyarse en principios ge­

nerales del derecho o en derechos civiles antes que en los de­

rechos sociales en sí. La falta de unanimidad en las sentencias

citadas en este trabajo pone de relieve la compleja el reto jurídico

que implica el nuevo marco económico. En todo caso hay sustan­

ciales diferencias entre la jurisprudencia portuguesa y la españo­

la en aspectos cruciales como el impacto real de la crisis del euro

en el sistema jurídico nacional y los límites impuestos por la crisis

económica al papel del tribunal.

El TC portugués reconoce que los poderes nacionales deben to­

mar en consideración las recomendaciones europeas e inter­

nacionales, pero pone de relieve que éstas dejan algo de margen

a la política económica nacional. Además, dichas recomenda­

ciones no pueden definir las políticas sociales y económicas en

contradicción con los principios que consagra la constitución

portuguesa.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 496 22/11/17 2:28 p.m.

MARIBEL GONZÁLEZ PASCUAL

497

Respecto de los límites que conlleva la crisis económica el TC

portugués ha sido más generoso hacia las medidas urgentes y

transitorias, declarándolas inconstitucionales si se convertían en

permanentes. Así, el TC se muestra intransigente con la indo­

lencia de un gobierno que insiste en medidas que han sido consi­

deradas incompatibles con el marco constitucional en el largo

plazo. Ahora bien, en lugar de construir una argumentación só­

lida basada en su propia jurisprudencia el TC portugués ha crea­

do un principio nuevo muy problemático, la igualdad proporcional

que, a mi juicio, debería abandonar o, al menos, perfeccionar.

Por su parte el TC español ha construido su jurisprudencia sobre

la crisis del euro sobre la base de dos ideas; los gobiernos deben

seguir fielmente toda recomendación económica internacional o

europea y cuando éstas dejan margen, éste solo puede ser con­

cretado por el propio gobierno. Este razonamiento ha sido seguido

incluso para suspender o declarar nulas normas aprobadas por

poderes democráticos si el gobierno central las recurría. Por tanto

el TC acaba casi pareciendo en brazo ejecutor de la política eco­

nómica del gobierno, sin reflexionar sobre el alcance último de

las recomendaciones internacionales o europeas ni sobre las im­

plicaciones constitucionales del Estado Social.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 497 22/11/17 2:28 p.m.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 498 22/11/17 2:28 p.m.

El recurso de amparo como mecanismo de tutela de los derechos fundamentales en España

PABLO PÉREZ TREMPS*

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 499 22/11/17 2:28 p.m.

* Catedrático de Derecho Constitucional. Universidad Carlos III de Madrid.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 500 22/11/17 2:28 p.m.

501El objeto de estas páginas es realizar una exposición ge­

neral y somera de la regulación del "recurso de amparo"

en España. Su finalidad, pues, es meramente descriptiva con el

fin de ilustrar las claras diferencias existente con la institución

del "amparo" en México, con el que, no obstante, comparte deno­

minación, tomada claramente del Derecho mexicano ya en la

Segunda República española y su filosofía: la protección de los

De rechos Fundamentales.

I. Introducción

El art. 161.1.b) de la Constitución Española (CE) atribuye al cono­

cimiento del Tribunal Constitucional el recurso de amparo, que

se erige en una de las competencias fundamentales de la juris­

dicción constitucional tanto desde el punto de vista cualitativo

como cuantitativo: más del 95% de los asuntos que ingresan en el

Tribunal son recurso de amparo.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 501 22/11/17 2:28 p.m.

EL RECURSO DE AMPARO COMO MECANISMO...

502

La regulación específica del recurso de amparo se encuentra en el

Título III de la Ley Orgánica 2/1979, del Tribunal Constitucional

(LOTC), denominado «Del recurso de amparo constitucional», regula­

ción que se completa por algunos preceptos enmarcados en otras

Leyes y por Acuerdos del Pleno del Tribunal Constitucional dic­

tados en ejercicio de la competencia que le reconoce el art. 2.2

LOTC. El recurso de amparo, competencia básica de la jurisdicción

constitucional, ha sufrido una importante modificación en su con­

cepción respecto de su configuración inicial como consecuencia

de la aprobación de la Ley Orgánica 6/2007.

La introducción del recurso de amparo entre las competencias del

Tribunal Constitucional fue una decisión del constituyente adop­

tada casi por unanimidad y que contaba con el precedente his tó­

rico del recurso de amparo que la Constitución de 1931 atribuyó

al Tribunal de Garantías Constitucionales de la IIa. República Es­

pañola, como ya se ha adelantado. No obstante, el modelo segui­

do por el constituyente de 1978 y, sobre todo, por el legislador de

1979 se separa desde el punto de vista técnico del de la IIa. Repú­

blica para seguir de cerca el del recurso constitucional introduci­

do en el ordenamiento alemán tras la IIa. Guerra Mundial.

El recurso de amparo viene regulado en la Constitución como la

pieza final interna del sistema de garantía de los derechos y liber­

tades fundamentales constitucionalmente reconocidos. En efecto,

el art. 53.2 CE, al referirse a los instrumentos de protección de di­

chos derechos y libertades, establece que cualquier ciudadano

podrá recabar del Tribunal Constitucional su tutela a través del

recurso de amparo. Desde esta perspectiva, garantista y subjetiva,

el recurso de amparo es, pues, la garantía jurisdiccional interna

última de los derechos fundamentales. Pero, junto a ello, hay que

tener presente que el recurso de amparo, en cuanto competencia

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 502 22/11/17 2:28 p.m.

PABLO PÉREZ TREMPS

503

del Tribunal Constitucional, forma parte del conjunto de instru­

mentos con que este órgano cuenta para desarrollar su tarea de

«intérprete supremo» de la Norma Fundamental (art. 1.1 LOTC).

Esto hace que el recurso de amparo posea también una dimen­

sión objetiva, que va más allá de la garantía concreta e individual

de los derechos, proyectándose en el terreno de la interpretación

constitucional de dichos derechos, uno de los elementos esen­

ciales del sistema democrático (STC 69/1997, FJ 4). Ambos ele­

mentos, el subjetivo o garantista, y el objetivo o hermenéutico,

aunque es trechamente unidos entre sí, presiden toda la regulación

y la com prensión del recurso de amparo en cuanto instrumento

procesal.

Desde su instauración hasta la aprobación de la Ley Orgánica

6/2007 el recurso de amparo actuó básicamente, aunque no sólo,

como mecanismo de protección subjetiva de derechos; sin embar­

go esta Ley Orgánica lo que ha hecho es acentuar su dimensión

objetiva de interpretación de la Constitución sin obviar la subje­

tiva, en la conciencia del asentamiento, tras treinta años de vigen­

cia de la norma fundamental, del sistema judicial de protección

de los derechos fundamentales, la otra pieza esencial de la garantía

constitucional de éstos, de acuerdo con lo previsto en el art. 53.2

CE: "Cualquier ciudadano podrá recabar la tutela de las libertades y de­

rechos reconocidos en el art. 14 y la Sección Primera del Capítulo II (del

Título I CE) ante los tribunales ordinarios por un procedimiento basado

en los principios de preferencia y sumariedad y, en su caso, a través del

recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional".

II. Características

La primera nota que define el recurso de amparo constitucional

es la de tratarse, más que de un recurso propiamente dicho, de

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 503 22/11/17 2:28 p.m.

EL RECURSO DE AMPARO COMO MECANISMO...

504

una «acción constitucional». En efecto, el recurso de amparo no

re presenta en términos estrictos la reproducción de una acción

ante un órgano superior dentro de un determinado orden jurisdic­

cional —característica básica de los recursos ordinarios—, sino

que se sustancia ante un órgano, que aunque de naturaleza juris­

diccional, permanece ajeno al Poder Judicial como es el Tribunal

Constitucional y con un objeto concreto y determinado: garantizar

un derecho fundamental. Ello hace del recurso de amparo una

acción autónoma, aunque a menudo su objeto coincida total o

parcialmente con lo que con anterioridad fue objeto de discusión

ante jueces o tribunales ordinarios como consecuencia del carác­

ter subsidiario del recurso de amparo.

La segunda nota que hay que destacar del recurso de amparo es su

carácter extraordinario. Por una parte, como se deduce de lo dis­

puesto por el art. 53.2 CE, y expresamente dispone el art. 41.3

LOTC, no cualquier cuestión puede suscitarse ante el Tribunal Cons­

titucional mediante el recurso de amparo, sino sólo y exclusiva­

mente la protección de derechos y libertades fundamentales

(STC 3/2016, por ejemplo), y ni siquiera de todos ellos sino sola­

mente, como se ha visto, de los reconocidos en el art. 14, Sección

1a. del Capítulo II del Título I y objeción de conciencia del art. 30.2

CE. En consecuencia, tanto el fundamento de la acción como

su finalidad hacen del recurso de amparo una acción extra­

ordinaria.

La tercera nota básica del recurso de amparo es su carácter sub­

sidiario. La garantía que el Tribunal Constitucional otorga de los

derechos y libertades fundamentales es, como ya se ha señalado,

una garantía última en el orden jurídico interno. Para poder acce­

der a ella primero debe acudirse ante los jueces y tribunales or­

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 504 22/11/17 2:28 p.m.

PABLO PÉREZ TREMPS

505

dinarios, que, en cuanto poderes públicos vinculados por la CE

(arts. 9.1 CE y 5.1 Ley Orgánica del Poder Judicial —LOPJ—) y, en

concreto, por los derechos y libertades (arts. 53.1 CE y 7.1 LOPJ),

son los «garantes naturales» de esos derechos y libertades, según

expresión del propio Tribunal Constitucional (STC 170/2013, FJ 2,

entre otras). En consecuencia, sólo cuando se ha buscado la tute­

la de derechos fundamentales ante los jueces y tribunales, invo­

cando efectivamente esos derechos, y esa búsqueda ha resultado

insatisfactoria, puede acudirse ante el Tribunal Constitucional en

amparo, como se verá más adelante.

La cuarta característica del recurso de amparo es la de su flexibi­

lidad procesal. En tanto en cuanto el recurso de amparo es una

garantía de derechos fundamentales, la interpretación de sus re­

quisitos formales debe estar presidida por una cierta flexibili­

dad que, sin causar lesiones a derechos de terceros ni vulnerar el

principio constitucional de seguridad jurídica, permita cumplir

eficazmente esa función de tutela (STC 88/2013, FJ 4, por ejemplo).

No obstante, la minuciosa regulación procesal del recurso de am­

paro deja escasos espacios a esa interpretación.

La quinta y última característica del recurso de amparo deriva­

da de su regulación en la LOTC y, más aún, tras la LO 6/2007, es,

como ya se ha adelantado, la de funcionar en la actualidad como

un mecanismo de interpretación constitucional, exigiéndose que,

además de denunciarse una vulneración de esos derechos, dicha

vulneración posea una «especial trascendencia constitucional» [art.

50.1.b) LOTC], de modo que, como se verá, el Tribunal sólo debe

conocer de aquellos recursos que posean esa «especial trascen­

dencia».

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 505 22/11/17 2:28 p.m.

EL RECURSO DE AMPARO COMO MECANISMO...

506

III. Derechos protegidos

Como ya se ha señalado, el art. 53.2 CE limita el ámbito de protec­

ción que dispensa el recurso de amparo a determinados derechos

y libertades fundamentales: los garantizados en los arts. 14 a 30 CE.

Se trata, en su mayoría, de los derechos conocidos tradicional­

mente como «libertades públicas», de los derechos de «primera

generación», que garantizan un ámbito de libertad al individuo

frente a posibles intervenciones de terceros, en especial, de los po­

deres públicos.

Sin embargo algunos de los contenidos de los citados preceptos

constitucionales no reconocen auténticos derechos o libertades

fundamentales, sino otras instituciones jurídicas que se regulan

junto con los derechos por razones normalmente de conexión

material. En la medida en que no son propiamente derechos sub­

jetivos quedan excluidos del recurso de amparo; es el caso, entre

otros, del deber de colaboración del Estado con la Iglesia Católica

del art. 16. 3 CE (STC 93/1983, FJ 4), de los principios del sistema

punitivo y penitenciario del art. 25.2 CE (STC 128/2013, FJ, 3, entre

otras muchas) o de algunos de los deberes incluidos en el art. 27

CE (STC 86/1985, FJ 3).

Por otra parte, también hay que destacar que el recurso de am­

paro protege formalmente los derechos reconocidos en la Cons­

titución, no los que puedan garantizar los Convenios y Tratados

Internacionales. Éstos sirven de parámetro interpretativo, de

acuerdo con lo dispuesto por el art. 10.2 CE, que establece que

«las normas relativas a los derechos fundamentales y a las libertades

que la Constitución reconoce, se interpretarán de conformidad con la De­

claración Universal de Derechos Humanos y los tratados y acuerdos in­

ternacionales sobre las mismas materias ratificados por España». Pero

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 506 22/11/17 2:28 p.m.

PABLO PÉREZ TREMPS

507

ese valor interpretativo no implica que éstos posean, sin más,

rango constitucional y, en la medida en que no poseen ese rango,

no pueden ser protegidos en amparo, debiendo garantizarse a tra­

vés de los mecanismos ordinarios de protección de derechos que

ofrecen los jueces y tribunales ordinarios; «La interpretación a

que alude el citado art. 10.2 del texto constitucional no convierte a tales

tratados y acuerdos internacionales en canon autónomo de validez de las

normas y actos de los poderes públicos desde la perspectiva de los dere­

chos fundamentales. Si así fuera, sobraría la proclamación constitucional

de tales derechos, bastando con que el constituyente hubiera efectuado una

remisión a las Declaraciones internacionales de derechos humanos o, en

general, a los tratados que suscriba al Estado español sobre derechos fun­

damentales y libertades públicas. Por el contrario, realizada la mencio­

nada proclamación, no puede haber duda de que la validez de las

disposiciones y actos impugnados en amparo debe medirse sólo por re­

ferencia a los preceptos constitucionales que reconocen los derechos y li­

bertades susceptibles de protección en esta clase de litigios, siendo los

textos y acuerdos internacionales del art. 10.2 una fuente interpretativa

que contribuye a la mejor identificación del contenido de los derechos cuya

tutela se pide a este Tribunal Constitucional» (STC 64/1991, FJ 4, entre

otras).

Sin embargo, hay que tener en cuenta que existe una amplia iden­

tidad entre los derechos fundamentales reconocidos en la Cons ti­

tución y los consagrados en los tratados internacionales, por lo

que, desde el punto de vista material del recurso de am paro, la pro­

tección dispensada por éste se proyecta al tratado en tanto en

cuanto exista esa identidad de contenidos.

Por otra parte, el mandato de interpretación de los derechos cons­

titucionalmente reconocidos que recoge el art. 10.2 CE es seguido

por el Tribunal Constitucional, que acude habitualmente a los

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 507 22/11/17 2:28 p.m.

EL RECURSO DE AMPARO COMO MECANISMO...

508

tratados internacionales y a la jurisprudencia dictada al hilo de

ellos, singularmente a la del Tribunal Europeo de Derechos Hu­

manos, para concretar el contenido y alcance de los derechos por

la Constitución consagrados (STC 61/2013, por ejemplo).

IV. Actos recurribles

Desde la perspectiva de determinar qué lesiones son denuncia­

bles a través del recurso de amparo, el art. 41.2 LOTC establece

que «el recurso de amparo constitucional protege... frente a las viola­

ciones de los derechos y libertades... originadas por disposiciones, actos

jurídicos, omisiones o simple vía de hecho de los poderes públicos del

Estado, las Comunidades Autónomas y demás entes públicos de carácter

territorial, corporativo o institucional, así como de sus funcionarios o

agentes». En definitiva, se trata de una garantía frente a cualquier

actuación de poderes públicos que pueda lesionar los derechos y

libertades garantizados, entendiendo la expresión «poderes públi­

cos» de forma muy amplia.

Pero a pesar de la amplitud con la que se entiende dicha fórmula,

o precisamente por ella, han surgido dudas sobre su alcance.

¿Actos públicos? La primera cuestión es la derivada del carácter

público o no del acto, en especial ante actos u omisiones impu­

tables a entes en los que concurren elementos públicos y priva­

dos en su naturaleza o actividad. El Tribunal Constitucional ha

señalado que en estos casos dudosos hay que atender a las cir­

cunstancias concretas y en especial al ejercicio de «imperio» (STC

35/1983, FJ 3), en una línea paralela a la del ámbito de la jurisdic­

ción contencioso­administrativa.

¿Actos internos? Otra de las cuestiones a despejar es la relativa al

carácter interno o no del órgano al que se imputa la lesión. Resulta

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 508 22/11/17 2:28 p.m.

PABLO PÉREZ TREMPS

509

claro que el Tribunal Constitucional no puede controlar actos de

entes públicos no españoles, de autoridades extranjeras o de or­

ganizaciones inter o supranacionales (STC 64/1991, FJ 4, entre

otras). Pero, a su vez, esta afirmación debe ser objeto de algunas

matizaciones.

Por lo que se refiere a las actuaciones en España de los Estados

extranjeros, éstos gozan, en principio, de inmunidad de acuerdo

con el Derecho Internacional y con la L.O. 16/2015, de 27 de octu­

bre, sobre privilegios e inmunidades de los Estados extranjeros, las

Organizaciones Internacionales con sede u oficina en España y las Con­

ferencias y Reuniones internacionales celebradas en España. Pero al tra­

tarse de una inmunidad «relativa», alcanza exclusivamente a los

actos en los que está empeñada la soberanía, no así a los que

son actos de mera gestión (SSTC 140/1995, entre otras). Ello posi­

bilita que esos actos de gestión, aunque sea por la vía indirecta de

la impugnación de resoluciones judiciales que se pronuncian so­

bre ellos, puedan ser también controlados en amparo (STC 5/2007,

por ejemplo).

Por lo que respecta a actuaciones de Estados extranjeros llevadas

a cabo fuera de las fronteras españolas resulta, en cambio, claro

que no son fiscalizables en España. Sin embargo, cuestión distin­

ta, y técnicamente compleja, es el alcance del control que puede

ejercitarse sobre actos internos cuya finalidad es precisamente

dar eficacia en España a actos de un poder público externo, como

es el caso de las decisiones de extradición (STC 91/2000, FFJJ 6 a 8),

de ejecución de euroórdenes (STC 177/2006, FJ 7 ó 199/2009, FJ 7)

o de los exequatur que dan eficacia a sentencias o decisiones ex­

tranjeras (STC 132/1991, FJ 4). En estos supuestos el Tribunal ha

entendido que, aunque el acto o decisión a la que se da eficacia

interna procede de un órgano judicial extranjero, el órgano inter­

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 509 22/11/17 2:28 p.m.

EL RECURSO DE AMPARO COMO MECANISMO...

510

no que debe otorgarle eficacia debe asegurarse de que el acto

externo no vulnera el «contenido absoluto» o "contenido esencial" de

los derechos fundamentales puesto que, si así fuera, la decisión in­

terna, al dotarlo de eficacia, incurriría él mismo en una lesión del

correspondiente derecho fundamental. Por tanto debe ejercitarse

un control indirecto del acto externo, aunque ese control se rea­

lice desde un parámetro muy estricto como es el del contenido

absoluto o esencial del derecho. Dicho contenido no equivale al

parámetro interno, sino a los elementos esenciales del contenido

del derecho, determinados a partir, sobre todo, de convenios y

tratados internacionales y de la jurisprudencia del Tribunal Euro­

peo de Derechos Humanos (SSTC 91/2000, FJ 7, ó 26/2014, por

ejemplo).

Por lo que se refiere a las organizaciones internacionales y su­

pranacionales, conviene diferenciar los actos propiamente adop­

tados por dichas organizaciones de los actos internos que los

ejecutan o desarrollan. Comenzando por estos últimos, no hay

duda de que el poder público interno está vinculado por los dere­

chos fundamentales cuando se trata de ejecutar o desarrollar ac­

tos o normas de organizaciones inter o supranacionales, por lo que

el resultado de esa ejecución o desarrollo, en cuanto acto interno,

es controlable en amparo (STC 64/1991, FJ 4).

Distinto es el tratamiento no ya de los actos internos de ejecución

o desarrollo en España, sino de los actos de organizaciones inter o

supranacionales propiamente dichos que despliegan sus efectos

en este ámbito interno de forma automática sin mediación de

actos internos. Aunque la regla general es la exclusión de dicho

control en el ámbito interno, debiendo verificarse a través de los

mecanismos previstos en la correspondiente regulación inter o

supranacional, la Declaración del Tribunal Constitucional 1/2004

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 510 22/11/17 2:28 p.m.

PABLO PÉREZ TREMPS

511

(FJ 4) ha dejado abierta la puerta a controlar esos actos en su­

puestos muy extraordinarios y excepcionales en los que se lesio­

nen gravemente principios y valores constitucionales básicos sin

que se reparen esas vulneraciones por los mecanismos previstos

al efecto por el ordenamiento supranacional.

¿Actos de particulares? La siguiente cuestión que se suscita es la

relativa al control de lesiones originadas por actos de particu­

lares, en relaciones inter privatos. Afirmado que el recurso de am­

paro está diseñado para proteger frente a actos de naturaleza

jurídico­pública (art. 41.1 LOTC), en principio las lesiones de de­

rechos y libertades imputables a particulares queden excluidas

de la protección dispensada a través de este mecanismo procesal.

Sin embargo, en la práctica, esta regla se encuentra relativizada.

Por un lado, resulta claro que los derechos fundamentales vincu­

lan no sólo a los poderes públicos sino también a los particulares

(art. 9.1 CE), por más que a menudo esa vinculación no sea de la

misma naturaleza e intensidad.

Pero, además, y por otro lado, la vinculación a los particulares se

proyecta también respecto de los poderes públicos de manera

me diata. Esta vinculación mediata comporta, entre otras conse­

cuen cias, el que jueces y tribunales deban hacer efectivos esos

derechos en las relaciones entre particulares, lo que equivale a

que tengan que impedir o reparar las lesiones que en ese tipo de

relaciones se produzcan. Si así no lo hacen, están incurriendo

ellos mismos en una lesión de aquellos derechos; al ser los jueces

y tribunales poderes públicos, sus decisiones sí son impugnables

en amparo, de manera que a través del control de éstas se fiscali­

za la eficacia en las relaciones inter privatos de los derechos funda­

mentales susceptibles de ser protegidos en amparo: «Ciertamente,

el art. 53.1 del Texto constitucional tan sólo establece de manera expresa

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 511 22/11/17 2:28 p.m.

EL RECURSO DE AMPARO COMO MECANISMO...

512

que los derechos fundamentales vinculan a los poderes públicos, pero ello

no implica una exclusión absoluta de otros posibles destinatarios, dado

que... «en un Estado social de Derecho no puede sostenerse con carácter

general que el titular de tales derechos no lo sea en la vida social». De

aquí que este Tribunal haya reconocido que los actos privados puedan

lesionar los derechos fundamentales y que en estos supuestos los inte­

resados pueden acceder a la vía de amparo si no obtienen la debida pro­

tección de los Jueces y Tribunales a los que el ordenamiento encomienda

la tutela general de los mismos» (STC 177/1988, FJ 4).

Con esta construcción, además de ampliar el campo de protección

de los derechos fundamentales, el Tribunal Constitucional puede

realizar una labor mucho más completa y coherente de interpre­

tación de éstos y de la norma fundamental en su conjunto.

¿Disposiciones generales? El siguiente grupo de dificultades sobre el

alcance del recurso de amparo es el que surge de las dudas rela­

tivas no ya al causante de la lesión sino a la naturaleza misma

del acto causante de la lesión. Del art. 41.1 LOTC y de la juris­

prudencia se deduce también una visión muy amplia: cualquier

acto u omisión que produzca una lesión real y efectiva, proceda

de órganos administrativos, judiciales o parlamentarios.

Los mayores problemas surgidos en este terreno se han centrado

en el control de normas de carácter general, sean reglamentarias

o con fuerza de ley. En ambos casos se ha rechazado la posibi­

lidad de utilizar el recurso de amparo como instrumento de con­

trol abstracto, abriéndose, en cambio, vías para su control en

cuanto puedan generar directamente una lesión efectiva de dere­

chos o libertades, aunque en el caso de las normas con fuerza de

ley dicho control debe realizarse de manera indirecta a través del

art. 55.2 LOTC, la autocuestión o cuestión interna de constitucio­

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 512 22/11/17 2:28 p.m.

PABLO PÉREZ TREMPS

513

nalidad. En efecto, el control de las normas con fuerza de ley sólo

puede llevarse a cabo a través de los instrumentos procesales

existentes al efecto, que son el recurso y la cuestión de inconsti­

tucionalidad. Por ello, el art. 55.2 LOTC establece que, en aquellos

recursos de amparo en los que el Tribunal Constitucional entien­

da que la lesión de un derecho fundamental deriva no tanto del

acto impugnado como de una norma con fuerza de ley que le da

cobertura, el Tribunal debe plantear lo que se ha denominado una

autocuestión o cuestión interna de inconstitucionalidad para de­

clarar él mismo, y con efectos erga omnes, la inconstitucionalidad

de dicha norma con fuerza de ley. Como complemento de lo an­

terior, nada excluye que en un recurso de amparo, aunque el

objeto de impugnación sea un acto, pueda denunciarse la incons­

titucionalidad de la norma con fuerza de ley que le da cobertura,

pretendiendo su declaración de inconstitucionalidad ex art. 55.2

LOTC (STC 3/2016, por ejemplo).

Por lo que respecta, en cambio, a las normas reglamentarias, en

realidad la exclusión legalmente no existe: lo que sucede es que el

Tribunal, a veces, entiende que la lesión «concreta y efectiva» no está

anclada en la norma, sino en su aplicación, por lo que no se entra

a enjuiciar la norma en abstracto (STC 40/1982, FJ 3). Sin embar­

go, no faltan ejemplos en los que se ha superado esta dificultad y

se ha procedido al control directo de la norma reglamentaria

por lesión de derechos fundamentales (STC 141/1985, FJ 2, por

ejemplo).

V. Tipos

La LOTC distingue tres tipos básicos de recurso de amparo aten­

diendo al origen de la lesión que se denuncia, siendo las conse­

cuencias de dicha distinción especialmente procesales.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 513 22/11/17 2:28 p.m.

EL RECURSO DE AMPARO COMO MECANISMO...

514

a) Por una parte, el art. 42 se refiere al recurso de amparo con­

tra decisiones parlamentarias.

b) El art. 43 LOTC, en segundo lugar, regula el recurso de am­

paro contra actuaciones gubernativas y administrativas.

c) El art. 44 LOTC, en tercer lugar, se ocupa del recurso de am­

paro contra decisiones judiciales.

d) Junto a estos tipos básicos de recurso de amparo, en el or­

denamiento jurídico se han regulado otros recursos de am­

paro especiales; todos ellos, sin embargo, tanto por su

naturaleza, como por su tramitación procesal pueden ser

reconducidos a algunos de los tipos básicos.

El primer recurso de amparo especial es el relativo a posibles

vulneraciones del derecho a la objeción de conciencia al servicio

militar. Inicialmente, el art. 45 LOTC previó este recurso; con pos­

terioridad, este precepto quedó derogado al regularse la objeción

de conciencia y fijarse por la LO 8/1984 el régimen de recursos,

para finalmente quedar vacío de contenido al haberse dejado en

suspenso la obligatoriedad del servicio militar por la Ley 17/1999.

Por su parte, la Ley Orgánica de Régimen Electoral General ha

establecido dos recursos de amparo electorales: contra la procla­

mación de candidatos —art. 49— y contra la proclamación de

candidatos electos —art. 114—. Ambos se dirigen, en principio,

contra actos de la Administración Electoral, razón por la cual

se tratan en general de otras variedades de recurso de amparo

contra actos administrativos, aunque con importantes peculiari­

dades procesales, reguladas en el Acuerdo del Pleno del Tribunal

Constitucional de 20 de enero de 2000, por el que se aprueban normas

sobre tramitación de los recursos de amparo a que se refiere la Ley Or­

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 514 22/11/17 2:28 p.m.

PABLO PÉREZ TREMPS

515

gánica 5/1985, de 19 de junio, de Régimen Electoral General. No se ex­

pondrá en estas páginas la regulación de estos recursos de

amparo electorales en aras de la brevedad; baste con señalar que

los principios generales de su regulación son los generales aun­

que enmarcada en una simplificación de procedimientos y sobre

todo plazos para que resulten realmente eficaces.

Por último, hay otras previsiones normativas que hacen refe­

rencia a actos recurribles en amparo, pero que no constituyen un

proceso específico sino meras manifestaciones de alguno de los

tipos de amparo señalados, de modo que, aunque no existieran

esas precisiones, los actos a los que se refieren serían en todo caso

recurribles en caso de vulnerar derechos fundamentales.

Con la salvedad ya hecha de los recursos de amparo electorales,

la anterior clasificación de los recursos de amparo, derivada de

los criterios del legislador, no supone, sin embargo, grandes di­

ferencias entre unos recursos y otros. Por el contrario, con fre­

cuencia, los recursos de amparo se plantean con lo que se ha

denominado «carácter mixto» por cuanto una misma deman­

da se dirige contra dos actos de distinto origen: por lo general,

contra un acto administrativo, por lesionar un derecho funda­

mental, y contra una resolución judicial que revisaba ese acto y

que, en consecuencia, ha recaído en la vía judicial previa al am­

paro, por lesionar ese mismo u otro derecho fundamental.

VI. Legitimación y partes

La legitimación para interponer un recurso de amparo es uno de

los aspectos de esta institución procesal que se regula en la pro­

pia Constitución. Su art. 162.b) otorga dicha legitimación «a toda

persona natural o jurídica que invoque un interés legítimo, así como el

Defensor del Pueblo y el Ministerio Fiscal».

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EL RECURSO DE AMPARO COMO MECANISMO...

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La primera nota que hay que destacar es la amplitud con que se

reconoce la legitimación; en efecto, como el propio Tribunal Cons­

titucional ha señalado: «... el concepto de interés legítimo —catego­

ría más amplia que la de derecho subjetivo y la de interés directo— no

puede confundirse con el más restrictivo de la titularidad personal del

derecho fundamental o libertad pública cuyo amparo se pide, sino que

concurre en toda persona cuyo círculo jurídico pueda resultar afectado

por la violación de un derecho fundamental, aunque la violación no se

haya producido directamente en su contra, ya que en tales casos los recu­

rrentes se encuentran, respecto de los derechos fundamentales invocados,

en una situación jurídico­material que les confiere el interés legítimo que

exige el art. 162.1 b) CE para estar legitimados a efectos de interponer el

recurso de amparo» (STC 298/2006, FJ 4, entre otras).

A la luz de la propia dicción del art. 53.2 CE, por otra parte, podría

plantearse alguna duda en torno a la legitimación de extranjeros

para recurrir en amparo ya que se refiere a «cualquier ciudadano» a

la hora de determinar quién puede recabar la tutela de derechos

y libertades fundamentales, idea que se reproduce en el art. 41.2

LOTC. Sin embargo, la mayor amplitud de la fórmula del art.

162.b) CE ha hecho que se imponga una interpretación amplia de

la legitimación, congruente, por otra parte, con el disfrute de dere­

chos fundamentales por los extranjeros (art. 13.1 CE) y con la

vinculación entre derechos fundamentales y valor dignidad.

Por fin, como establece el propio art. 162.b) CE, tanto las personas

naturales como las personas jurídicas pueden interponer recur­

sos de amparo, habiéndose reconocido esa legitimación, incluso,

a personas jurídico­públicas titulares de derechos fundamen­

tales (STC 173/2002, FJ 4). Ahora bien, problema distinto al de la

legitimación es el de en qué medida las personas jurídicas son o

no titulares de ciertos derechos fundamentales, lo que puede

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 516 22/11/17 2:28 p.m.

PABLO PÉREZ TREMPS

517

acabar incidiendo, eso sí, en su legitimación para recabar la tute­

la judicial y constitucional (STC 139/1995, FFJJ 4 y 5).

El art. 46.1.b) LOTC completa la previsión general sobre legitima­

ción establecida en la Constitución con la exigencia procesal de

haber sido parte, en su caso, en el correspondiente proceso judi­

cial previo al amparo. Dicha previsión no es en realidad una exi­

gencia adicional sino una regla congruente con el principio de

subsidiariedad del recurso de amparo: puede acudir en amparo

quien instó la protección de su derecho ante los jueces y tribuna­

les ordinarios (STC 84/2000, FJ 1; apdo. 7.1 de este capítulo).

Por lo que respecta a la legitimación otorgada al Defensor del

Pueblo y al Ministerio Fiscal, se trata de una legitimación extraor­

dinaria, y así lo demuestra la práctica por el escaso número de

recursos planteados por ambas instituciones (en torno a un 0,5%

de los recursos). La justificación de esta legitimación radica en la

misión común que les compete de garantizar los derechos y liber­

tades fundamentales (STC 182/015 F.J. 2) y el uso de dicha legi­

timación queda supeditado a menudo a la falta de reacción frente

a una lesión de afectados concretos o a razones de economía pro­

cesal, lo que explica el escaso número de recursos de amparo

interpuestos bajo esta legitimación institucional.

En relación con otras partes en el proceso de amparo, el art. 47.2

LOTC establece la comparecencia, en todo caso, del Ministerio

Fiscal, con independencia de su legitimación para interponer el

recurso, en cuanto defensor de los derechos de los ciudadanos y

del interés público (art. 124.1 CE).

Asimismo, cualquier persona que se encuentre favorecida por el

acto recurrido o que ostente un interés legítimo en el mismo puede

comparecer como demandado o coadyuvante (art. 47.1 LOTC).

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 517 22/11/17 2:28 p.m.

EL RECURSO DE AMPARO COMO MECANISMO...

518

Con esa finalidad, admitida una demanda de amparo, debe empla­

zarse a quienes hubieran sido parte en el proceso previo (art. 51.2

LOTC).

El art. 52 LOTC se refiere a la posibilidad de personación del Abo­

gado del Estado si estuviera interesada la Administración Pública,

posibilidad que hay que entender que incluye no sólo a la Ad­

ministración del Estado, sino a cualquier administración que os­

tente ese interés, y que estará representada según las normas

correspondientes. Ello es especialmente relevante desde la pers­

pectiva del reparto de competencias que comporta el Estado de

las Autonomías puesto que ese interés a menudo está vinculado

a la titularidad y al ejercicio de una competencia material

concreta.

VII. Las exigencias de la subsidiariedad

La subsidiariedad que caracteriza al recurso de amparo tiene una

serie de manifestaciones procesales que se traducen en exigen­

cias de procedibilidad: haber sido parte en la vía judicial previa,

haber agotado ésta, y haber invocado la violación del derecho en

dicha vía judicial. Procede, a continuación analizar cada una de

estas exigencias.

1. Haber sido parte en la vía judicial previa

Como se ha indicado en el apartado anterior, el art. 46.1.b) LOTC,

al referirse a la legitimación, exige que quien interponga un recur­

so de amparo deba haber sido parte en la vía judicial previa. Pero,

como también se ha señalado, y así lo ha afirmado el Tribunal, esta

exigencia, más que estar vinculada propiamente a la legitima­

ción, se trata de una exigencia congruente con el principio de

subsidiariedad del recurso de amparo puesto que, existiendo la

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519

vía judicial previa, sólo puede interponer el recurso quien instó o

participó en dicha vía judicial previa al amparo. Ahora bien, como

es lógico, el haber sido parte en la vía judicial previa se trata de un

requisito exigible sólo a quien razonablemente pudo ser parte

en ese previo recurso y no a quien, por ejemplo, desconoció su

exis tencia (STC 158/2002, FJ 2, por ejemplo).

2. Agotamiento de la vía judicial

La exigencia de agotar la vía judicial se establece en los arts.

43.1.a) y 44 LOTC. Muy sintéticamente, dicha condición de proce­

dibilidad puede resumirse en los siguientes principios.

a) Cuáles sean las acciones y recursos que deban agotarse es un

problema que sólo cabe resolver en cada caso concreto a la vista

del origen de la vulneración y de otras circunstancias. En reali­

dad, pues, son las reglas procesales generales las que determinan

cuáles son los recursos procedentes. No existe, por tanto, norma

general al respecto. La única norma que podría considerarse

como tal es la introducida por la LO 6/2007 en el art. 241.1 LOPJ:

para reparar las lesiones de derechos fundamentales debe acu­

dirse al incidente de nulidad de actuaciones «siempre que no haya

podido denunciarse (la supuesta lesión) antes de recaer resolución

que ponga fin al proceso y siempre que dicha resolución no sea suscepti­

ble de recurso ordinario ni extraordinario». Como se deduce del tenor

del precepto se trata de una norma que pretende cerrar el sistema

judicial de protección de derechos creando un mecanismo proce­

sal con esa finalidad garantista para aquellos supuestos en los

que, producida una lesión, no exista otro mecanismo de protec­

ción ante los tribunales ordinarios, y sólo para estos casos (SSTC

216/2013, FJ 2 ó 2/2017).

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EL RECURSO DE AMPARO COMO MECANISMO...

520

b) El agotamiento sólo es exigible cuando efectivamente existan

remedios ante los jueces y tribunales. Dicho de otra forma, si el

acto al que se imputa una lesión no es recurrible, la exigencia de

los arts. 43 y 44 LOTC no comporta que deba acudirse a una vía

procesal no configurada en el ordenamiento, con la singularidad

ya señalada de la nulidad de actuaciones del art. 241.1 LOPJ; lo que

no cabe es acudir a recursos o remedios inexistentes o manifies­

tamente improcedentes. Es más, el agotamiento de la vía judicial

previa al amparo no implica la necesidad de interponer recursos

de dudosa viabilidad. Dicho de otra manera, aquellos recursos cuya

procedencia es cuestionable doctrinalmente, no deben exigírsele

al recurrente. Sólo deben exigírsele haber utilizado aquellos que

manifiestamente procedan y sean útiles para la defensa de su de­

recho; la duda razonable sobre la procedencia de un recurso,

además, exime de su planteamiento (STC 177/2007, FJ 2, por

ejemplo).

Ahora bien, si se utilizan recursos dudosos y éstos, posteriormen­

te, son inadmitidos, tampoco debe ello comportar la consecuencia

negativa para el recurrente de entender transcurrido el plazo

para recurrir en amparo, puesto que su actuación procesal ha sido

razonable y sin afán dilatorio (STC 131/2004, FJ 2, entre otras). Sin

embargo, la prolongación artificial de la vía judicial previa me­

diante la interposición de recursos manifiestamente improce­

den tes sí puede acarrear la extemporaneidad de la demanda de

amparo (STC 69/2003, FJ 11, por ejemplo).

c) El agotamiento de la vía judicial previa supone, además, que un

recurso de amparo resulta prematuro cuando se impugna una

decisión judicial que, aunque formalmente firme por no caber

recurso alguno contra ella, no ha desplegado totalmente sus

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PABLO PÉREZ TREMPS

521

efectos porque la lesión puede ser aún reparada dentro de un

procedimiento, o no resultar efectiva hasta que éste concluya.

El ejemplo más claro es el de la mayor parte de las resoluciones

interlocutorias. No obstante, aquellas resoluciones interlocuto­

rias que puedan generar por sí mismas una lesión autónoma de

un derecho fundamental, una vez firmes, sí pueden ser recurri­

das en amparo sin necesidad de esperar al fin del procedimiento

en el que se han adoptado (STC 76/2009, FJ 3, por ejemplo).

d) Atendiendo a la naturaleza de la lesión denunciada, la vía ju­

dicial previa no sólo incluye acciones o recursos propiamente di­

chos, sino cualquier remedio jurisdiccional que el ordenamiento

ofrezca para la reparación de esa lesión; un ejemplo es el inci­

dente de recusación cuando el derecho que se considera vulnera­

do es el de las garantías procesales por entender que el juez o

tribunal no es imparcial. Ese incidente no es propiamente un re­

curso, pero sí es un mecanismo procesal, es un remedio hábil

para reparar la lesión denunciada en esos casos (STC 140/2004, FJ

4, entre otras).

A la subsidiariedad del recurso de amparo se ha conectado, inclu­

so, la necesidad de agotar mecanismos de protección del derecho

que no son propiamente jurisdiccionales. Así, en los recursos de

amparo interpuestos de acuerdo con el art. 42 LOTC en los que

se recurren actos parlamentarios que, aunque no sean suscepti­

bles de impugnarse jurisdiccionalmente, sí son impugnables o

revisables a través de mecanismos de reconsideración en sede

parlamentaria (STC 20/2008, FJ 4, entre otras). En estos casos,

de todas formas, no está claro si la exigencia es propiamente de

subsidiariedad o de que la lesión sea real y efectiva, pero, fuere

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 521 22/11/17 2:28 p.m.

EL RECURSO DE AMPARO COMO MECANISMO...

522

como fuere, existe la obligación de agotar esa vía previa, aunque

no sea jurisdiccional.

3. La invocación previa del derecho vulnerado

La invocación previa del derecho vulnerado es otra exigencia

lógico­jurídica derivada de la subsidiariedad del recurso de am­

paro de modo que sólo cabe interponer éste si efectivamente se

ha producido la denuncia de la lesión ante los tribunales ordina­

rios. Desde el punto de vista de la subsidiariedad, no basta, pues,

con que haya existido un proceso previo a la interposición del

recurso de amparo del que hayan conocido los jueces o tribuna­

les ordinarios; además, a éstos se les ha tenido que dar la opor­

tunidad efectiva de reparar la lesión de derechos denunciada,

puesto que son, como se ha visto, los «garantes naturales» de los

derechos fundamentales. Resumiendo mucho el alcance de este

requisito puede sintetizarse en las siguientes ideas.

a) El Tribunal Constitucional ha interpretado esta exigencia de

invocación previa otorgándola una dimensión material y no for­

mal (STC 109/2008, FJ 2, entre otras); lo importante, pues, no es la

invocación o cita formal o ritual del precepto constitucional le­

sionado, sino que la cuestión que se pretende debatir ante el Tri­

bunal Constitucional haya sido ya objeto de discusión efectiva ante

los órganos judiciales, siempre que haya habido ocasión para ello

(STC 90/1999, FJ 2, por ejemplo).

b) Por lo que respecta al momento, la invocación del derecho vul­

nerado debe realizarse tan pronto como hubo ocasión para ello, tal

y como exige el art. 44.1.c), para así permitir efectivamente a los

órganos judiciales reparar la lesión, haciendo efectivo el principio

de subsidiariedad (SSTC 211/2007, FJ 3, ó 13/2016, por ejemplo).

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523

c) Por último hay que señalar que, aunque la invocación sólo viene

formalmente exigida por el art. 44.1.c) LOTC, el Tribunal ha en­

tendido que su vinculación con la subsidiariedad la hace también

exigible respecto de los recursos de amparo interpuestos contra

actos administrativos de acuerdo con lo previsto en el art. 43

LOTC, ya que si no fuera así la subsidiariedad no sería efectiva

(STC 88/2005, FJ 3, entre otras).

VIII. La especial trascendencia constitucional

Tras la reforma introducida por la LO 6/2007, para la admisión

a trámite de la demanda de amparo se exige que ésta posea «es­

pecial trascendencia constitucional» [art. 50.1.b) LOTC], siendo la ca­

rencia de ésta la que justifica buena parte de las inadmisiones.

Este requisito se acumula, pues, al de la existencia de lesión de un

derecho fundamental, exigencias que son distintas e indepen­

dientes.

Desde el punto de vista lógico, el planteamiento legal es también

distinto dado que «la especial trascendencia constitucional» remite a

una exigencia en positivo, de modo que el Tribunal, como ya se ha

apuntado, no entiende sin más de aquellas demandas que plan­

tean prima facie una posible lesión de un derecho constitucional,

sino que se exige el plus de acreditar que la lesión posee esa es pe­

cial trascendencia constitucional; por expresarlo gráficamente, an­

tes de la reforma se admitían a trámite las demandas que tenían

«contenido constitucional», que denunciaban una posible lesión del

derecho, rechazando a limine las demás; ahora la admisión se pro­

duce en positivo ya que se admiten las que, además de denunciar

una posible lesión del derecho, plantean un problema con espe­

cial trascendencia constitucional.

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EL RECURSO DE AMPARO COMO MECANISMO...

524

La «especial trascendencia constitucional» la remite el art. 50.1.b)

LOTC a tres conceptos: «importancia para la interpretación de la Cons­

titución», importancia «para su aplicación o para su general eficacia» e

importancia «para la determinación del contenido y alcance de los dere­

chos fundamentales». Esta definición legal resulta muy amplia, por

lo que la concreción de estos conceptos y, por tanto, del alcance del

requisito de admisibilidad hay que buscarla en las decisiones

del propio Tribunal.

a) Por un lado, el Tribunal ha entendido que es una exigencia para

el demandante, impuesta legalmente, que la demanda acredite,

la que demuestre que concurre la especial trascendencia consti­

tucional: «... el recurso de amparo, conforme a lo dispuesto en el art.

50.1 a) LOTC, no puede ser admitido a trámite si el recurrente no cumple

—además de los restantes requisitos procesales previstos en los arts. 42

a 44 LOTC— la ineludible exigencia impuesta por el art. 49.1 in fine

LOTC de justificar de manera expresa en la demanda de amparo la espe­

cial trascendencia constitucional del recurso, cuya naturaleza sustantiva

se refleja en la expresión "en todo caso" empleada por el precepto» (ATC

188/2008, FJ 1).

b) Sobre la naturaleza del requisito, el Tribunal ha señalado, asi­

mismo, que resulta insubsanable: «Pues bien, habida cuenta de que

la justificación de la especial trascendencia constitucional del recurso

(art. 49.1 in fine LOTC) es una inexcusable exigencia argumental para

el recurrente, vinculada con un requisito de orden sustantivo cuyo cabal

cumplimiento se conecta con la mejor ordenación, en su conjunto, del

recurso de amparo tal como resulta de la reforma introducida por Ley

Orgánica 6/2007, no cabe admitir que el incumplimiento de esta carga

en la demanda de amparo constituya un defecto subsanable, no siendo, en

consecuencia, procedente la apertura del trámite de subsanación previsto

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 524 22/11/17 2:28 p.m.

PABLO PÉREZ TREMPS

525

en el art. 49.4 LOTC (ni tampoco, obviamente, la subsanación por propia

iniciativa del recurrente)» (ATC 188/2008, FJ 3).

c) Afirmada la obligación de justificar la especial trascendencia

constitucional, y proclamada la insubsanabilidad del defecto de no

justificación, corresponde al Tribunal valorar su concurrencia.

Para determinar el alcance del concepto tal y como se define por

la LOTC, la primera aproximación ha sido en negativo, al descar­

tar, como se ha visto, que la especial trascendencia constitucio­

nal pueda confundirse con la existencia de lesión del derecho: «la

carga de justificar la especial trascendencia constitucional del recurso de

amparo es algo distinto a razonar la existencia de la vulneración de un

derecho fundamental. La argumentación sobre la concurrencia de la le­

sión de un derecho fundamental por la resolución impugnada es un presu­

puesto inexcusable en cualquier demanda de amparo y a esa exigencia se

refiere el inciso inicial del art. 49.1 LOTC cuando establece, como con­

tenido de la demanda, la exposición clara y concisa de los hechos que la

fundamenten y la cita de los preceptos constitucionales que se estimen

infringidos, fijando con precisión el amparo que se solicita para preservar

o restablecer el derecho o libertad que se considere vulnerado. Pero además,

en virtud de la reforma operada por la Ley Orgánica 6/2007, que añade

el transcrito inciso final al art. 49.1 LOTC, en todo caso el recurrente ha­

brá de justificar expresamente en su demanda de amparo la especial tras­

cendencia constitucional del recurso, sin que corresponda a este Tribunal

reconstruir de oficio la demanda cuando el recurrente incumpla la carga

de argumentación que sobre él recae en orden a justificar esa especial

trascendencia constitucional que, a su juicio, reviste el recurso de amparo

que ha interpuesto» (ATC 188/2008 FJ o STC 263/2016).

d) Respecto del contenido en positivo del concepto de «trascenden­

cia constitucional», el Tribunal, aunque de manera no cerrada, ha

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EL RECURSO DE AMPARO COMO MECANISMO...

526

identificado los siete supuestos más significativos de su concu­

rrencia. Así se ha sintetizado el contenido de este concepto:

Este Tribunal... considera que cabe apreciar que el conte­

nido del recurso de amparo justifica una decisión sobre el

fondo en razón de su especial trascendencia constitucional

en los casos que a continuación se refieren, sin que la re la­

ción que se efectúa pueda ser entendida como un elenco

definitivamente cerrado de casos en los que un recurso de

amparo tiene especial trascendencia constitucional, pues a

tal entendimiento se opone, lógicamente, el carácter dinámi­

co del ejercicio de nuestra jurisdicción, en cuyo desempeño

no puede descartarse a partir de la casuística que se pre­

sen te la necesidad de perfilar o depurar conceptos, redefi­

nir supuestos contemplados, añadir otros nuevos o excluir

alguno inicialmente incluido.

Tales casos serán los siguientes:

a) el de un recurso que plantee un problema o una faceta de

un derecho fundamental susceptible de amparo sobre el

que no haya doctrina del Tribunal Constitucional...;

b) que dé ocasión al Tribunal Constitucional para aclarar o

cambiar su doctrina, como consecuencia de un proceso de

reflexión interna,..., o por el surgimiento de nuevas reali­

dades sociales o de cambios normativos relevantes para la

configuración del contenido del derecho fundamental, o de

un cambio en la doctrina de los órganos de garantía encar­

gados de la interpretación de los tratados y acuerdos inter­

nacionales a los que se refiere el art. 10.2 CE;

c) cuando la vulneración del derecho fundamental que se

denuncia provenga de la ley o de otra disposición de carác­

ter general;

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d) ... si la vulneración del derecho fundamental traiga causa

de una reiterada interpretación jurisprudencial de la ley que

el Tribunal Constitucional considere lesiva del derecho fun­

damental y crea necesario proclamar otra interpretación

conforme a la Constitución;

e)... cuando la doctrina del Tribunal Constitucional sobre el

derecho fundamental que se alega en el recurso esté siendo

incumplida de modo general y reiterado por la jurisdicción

ordinaria, o existan resoluciones judiciales contradictorias

sobre el derecho fundamental, ya sea interpretando de ma­

nera distinta la doctrina constitucional, ya sea aplicándola

en unos casos y desconociéndola en otros;

f) en el caso de que un órgano judicial incurra en una nega­

tiva manifiesta del deber de acatamiento de la doctrina del

Tribunal Constitucional (art. 5 de la Ley Orgánica del Poder

Judicial: LOPJ);

g) ... cuando el asunto suscitado, sin estar incluido en ningu­

no de los supuestos anteriores, trascienda del caso concreto

porque plantee una cuestión jurídica de relevante y general

repercusión social o económica o tenga unas consecuen­

cias políticas generales, consecuencias que podrían concu­

rrir, sobre todo, aunque no exclusivamente, en determinados

amparos electorales o parlamentarios (STC 155/2009, FJ 2).

En consecuencia, corresponde al demandante acreditar que su

pretensión encaja en alguno de estos amplios supuestos o sugerir

al Tribunal un motivo que, sin estar incluido en éstos, justifique la

especial trascendencia.

IX. Demanda

El recurso se inicia mediante demanda dirigida al Tribunal Cons­

titucional en la que deben hacerse constar con claridad y preci­

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EL RECURSO DE AMPARO COMO MECANISMO...

528

sión la petición que se haga (art. 85.1 LOTC). Dicha demanda debe

estar presentada por Procurador y bajo dirección de Abogado de

cualquier Colegio de España (art. 81 LOTC).

Los recursos de amparo son gratuitos, ello sin perjuicio de las fa­

cultades que posee el Tribunal Constitucional de imponer costas

e, incluso, multas ante actitudes procesales indebidas (art. 95 LOTC).

Por otro lado, puede solicitarse el nombramiento de Abogado y

Procurador de oficio cuando concurran los requisitos generales

legalmente previstos, y según lo dispuesto en el Acuerdo del Pleno

del Tribunal Constitucional, de 18 de junio de 1996, sobre asistencia ju­

rídica gratuita en los procesos de amparo constitucional.

La demanda fija los límites del proceso, sin que éstos puedan

ampliarse posteriormente, ni siquiera en el trámite de alegacio­

nes, ni por el demandante ni por otras partes concurrentes (STC

5/2009, FJ 3, por ejemplo).

X. Plazo

El plazo para interponer la demanda de amparo varía según el

tipo de recurso: contra actos parlamentarios tres meses (art. 42

LOTC); contra actos administrativos y gubernativos 20 días (art.

43.2 LOTC), y contra actos jurisdiccionales 30 días (art. 44.2 LOTC).

Los recursos de amparo electorales están sometidos a plazos

extraordinariamente breves, como se apuntó.

En los casos llamados recursos mixtos basados tanto en el art. 43

como en el art. 44 LOTC, el plazo se entiende que es el de treinta

días del art. 44 LOTC por ser el más favorable para el recurrente

(ATC 177/2009, FJ 3 o STC 32/2017).

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El dies a quo para computar los plazos es la fecha en la que se tuvo

conocimiento de la resolución que puso fin a la vía judicial previa

(arts. 43.2 y 44.2 LOTC).

XI. El control de admisión

Un primer filtro de admisibilidad de las demandas de amparo lo

realizan las Secretarías de Justicia a las que corresponde verificar

que la demanda viene acompañada de la documentación necesa­

ria: acreditación de la representación del recurrente y resolución

recaída, con tantas copias como partes hubiere en la vía judicial

previa más una para el Ministerio Fiscal. Si esa documentación

no se adjunta a la demanda, las Secretarías de Justicia deben po­

nerlo de manifiesto para subsanar el defecto; si no se produce la

subsanación, se acuerda la inadmisión del recurso (art. 49.4 LOTC).

Si la demanda cumple con los requisitos formales, el control de

admisión propiamente dicho lo llevan a cabo las Secciones, for­

madas por tres Magistrados. Si no existe unanimidad sobre la ad­

misión en la Sección es la Sala de seis Magistrados la que decide

(art. 50.2 LOTC).

El control de admisión se extiende al conjunto de los requisitos for­

males, procesales y sustantivos. Respecto de los requisitos subsa­

nables o de acreditación subsanable, en el caso de incumplimiento

debe darse plazo de subsanación (art. 50.4 LOTC). También cabe

la inadmisión cuando se aprecie de forma liminar la inexistencia

de lesión, de modo similar a como se hacía antes de la reforma de

2007, cuando se apreciaba la "falta de contenido constitucional

de la demanda", es decir, la carencia de viabilidad de la aprecia­

ción de la lesión denunciada.

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530

La inmensa mayoría de los recursos de amparo resultan inadmi­

tidos a trámite (en torno al 95% de los interpuestos). Ello se debe

a que el art. 50 LOTC permite, como se ha visto, decretar la inad­

misión de la demanda no sólo por la existencia de vicios procesa­

les: extemporaneidad, falta de legitimación, falta de agotamiento

de la vía judicial previa o falta de invocación del derecho en dicha

vía judicial, etc. También cabe inadmitir por razones de fondo,

tales como que el Tribunal Constitucional ya hubiera desesti­

mado asuntos similares, o la apreciación liminar de la falta de

viabilidad de la demanda por motivos sustantivos.

En caso de inadmisión, la correspondiente providencia debe limi­

tarse a especificar el «requisito incumplido» y la providencia sólo es

recurrible en súplica por el Ministerio Fiscal en el plazo de tres días

(art. 50.3 LOTC). Dicho recurso debe resolverse por Auto, que deter­

minará la admisión o confirmará la inadmisión de la demanda.

Respecto de la especial trascendencia constitucional basta tam­

bién con la cita de su carencia según el art. 50.1.b) LOTC. No obs­

tante, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en su sentencia

Arribas Antón c. España, de 20 de enero de 2015, ha señalado la

conveniencia de dar una cierta seguridad y publicidad a los crite­

rios de apreciación de dicho requisito o que hace que el TC en la

sentencia que dicta en su día recoja en los antecedentes o en los

fundamentos en qué supuesto se basó la admisión acordada en

su día (SSTC 9/2015, F.J 3 ó 232/2015, FJ 2).

XII. Tramitación

Una vez admitido a trámite un recurso, el Tribunal Constitucio­

nal reclama las actuaciones del órgano al que se imputa la lesión

y del órgano judicial que conoció de la vía judicial previa. A la

vista de las actuaciones, el recurrente, el Ministerio Fiscal y quien

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531

hubiera sido parte en la vía judicial previa, una vez personado,

puede realizar alegaciones (art. 52.1 LOTC).

Las Salas deciden sobre el fondo del asunto cuando éste ha sido

admitido a trámite. Sin embargo, como se vio en el cap. II.4, la regla

general puede ser objeto de excepciones. Por un lado, el Pleno

puede recabar para sí el conocimiento de un recurso de amparo,

de acuerdo con el art. 10.k) LOTC, cuando lo estime conveniente

o cuando así lo acuerde la Sala (art. 13 LOTC); ello se hace con

cierta frecuencia, atendiendo, entre otras circunstancias, a la im­

portancia del asunto o a la necesidad de unificar criterios entre

las dos Salas. Por otro lado, cuando para la resolución del recurso

«sea aplicable doctrina consolidada del Tribunal» dicha resolución

puede deferirse a las Secciones (art. 52.2 LOTC), posibilidad legal

de la que se hace escaso uso.

XIII. Los incidentes: especial referencia a la suspensión

Los incidentes que puedan suscitarse en la tramitación del recurso

se substancian a través de la correspondiente pieza separada,

que se resuelve mediante Auto. Tres son los tipos de pieza sepa­

rada legalmente previstas durante la tramitación; no obstante

caben excepcionalmente otros incidentes normalmente poste­

riores como es, por ejemplo, el que se abre en el caso de solicitud

de exigencia de responsabilidad del Tribunal Constitucional por

anormal funcionamiento o los incidentes de ejecución.

1. Acumulación

El primer incidente de tramitación es el que resuelve sobre la

posible acumulación de recursos de acuerdo con los criterios del

art. 83 LOTC: «objetos conexos que justifiquen la unidad de tramitación

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 531 22/11/17 2:28 p.m.

EL RECURSO DE AMPARO COMO MECANISMO...

532

y decisión» (ATC 249/2004, por ejemplo). No hay una regla general

sobre acumulaciones, actuando el Tribunal con la discrecionali­

dad legalmente prevista en la legislación procesal general en fun­

ción del caso concreto.

2. Prueba

Otro de los posibles incidentes es el de prueba (art. 89 LOTC), si

bien no se hace uso de la práctica de prueba puesto que, dada la

naturaleza subsidiaria del recurso de amparo y el propio objeto

limitado de éste, todos los elementos necesarios para decidir sue­

len encontrarse en las actuaciones, en la demanda de amparo o

en las alegaciones, máxime si se tiene en cuenta que el Tribunal

Constitucional actúa a partir de los hechos declarados probados

en la vía judicial previa.

3. Suspensión

El tercer incidente, el más común, es el de suspensión. El art. 56.1

LOTC prevé la posibilidad de suspender la ejecución del acto por

razón del cual se reclame cuando esa ejecución hubiera de ocasio­

nar un perjuicio que haría perder al amparo su finalidad. El propio

precepto establece un contralímite: la existencia de perturbación

grave a los intereses generales o a los derechos fundamentales de

terceros.

La decisión sobre suspensión puede adoptarse en cualquier mo­

mento, oídas las partes y el Ministerio Fiscal (art. 56.2 LOTC), pu­

diéndose modificar cuando aparezcan nuevas circunstancias

(art. 57 LOTC).

En caso de necesidad cabe acordar la suspensión cautelarísima

inaudita parte en el momento de la admisión a trámite (art. 56.6

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 532 22/11/17 2:28 p.m.

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533

LOTC). Dicha decisión debe ratificarse posteriormente oídas las

partes (ATC 213/2009, FJ 1). En algún caso muy excepcional, las cir­

cunstancias del asunto han llevado incluso a decretar la suspen­

sión antes de la admisión a trámite evitando que el recurso pierda

su finalidad (ATC 16720119).

Es muy rica la práctica del Tribunal Constitucional en materia de

suspensión. De esta práctica cabe destacar varios principios que

guían su actuación atendiendo a los supuestos más habituales:

a) Existe un interés general en que se ejecuten las resolucio­

nes judiciales (ATC 173/2009, por ejemplo), lo que hace que

la regla general sea en realidad su no suspensión.

b) No se suspende la ejecución de resoluciones que impongan

obligaciones económicas o de carácter patrimonial puesto

que los daños en su caso ocasionados pueden ser reparados

(ATC 27/2015, FJ 3), salvo en casos muy excepcionales, como

pueden ser los que comportan actos dispositivos de bienes

(ATC 220/2008, FJ 2, por ejemplo).

c) Se suspenden las condenas privativas de libertad breves, pero

no las largas, impuestas por la comisión de delitos graves,

tomando como punto de referencia la duración media de la

tramitación de un amparo (ATC 157/2009, FJ 1); no obstante

hay circunstancia que pueden hacer que no se siga exacta­

mente este criterio (ATC 113/2009, FJ 1, por ejemplo).

d) Por lo que respecta en el ámbito penal a la suspensión de las

penas accesorias, éstas suelen seguir la suerte de la pena prin­

cipal (ATC 84/2014, FJ 2).

e) El art. 56.5 LOTC, como complemento de la previsión de sus­

pensión, prevé la posibilidad de condicionar la suspensión

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EL RECURSO DE AMPARO COMO MECANISMO...

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al otorgamiento de «fianza para responder de los daños y perjui­

cios que pudieran originarse».

f) Los intereses de menores deben ser especialmente ponde­

rados en los trámites de suspensión (ATC 119/2015, FJ 3).

g) La suspensión, aunque es la más habitual, no es la única me­

dida cautelar susceptible de ser adoptada. Cabe adoptar

otras medidas como, por ejemplo, la inscripción en el regis­

tro de la propiedad de la pendencia del recurso de amparo

(ATC 276/2000, por ejemplo).

A partir de estas ideas generales, la casuística en materia de sus­

pensión, hay que insistir en ello, es muy rica.

XIV. Sentencia

Los recursos de amparo admitidos a trámite, y una vez formula­

das las alegaciones de las partes, concluyen mediante sentencia,

salvo en aquellos casos en que terminan de forma anormal: desis­

timiento, pérdida de objeto, etc. La apreciación de estos casos

anormales de conclusión puede hacerse en auto o en sentencia.

La sentencia del Tribunal Constitucional, como es lógico, puede

ser estimatoria o desestimatoria. En el primer caso, el art. 55 LOTC

prevé tres tipos de posibles pronunciamientos: a) Declaración de

nulidad del acto recurrido; b) Reconocimiento del derecho; y c)

Restablecimiento del recurrente en la integridad de su derecho.

Los límites entre estos posibles pronunciamientos, en ocasiones,

no están claros, siendo, por lo demás, bastante común que el fallo

estimatorio recoja más de uno de ellos, siendo el reconocimiento

del derecho casi necesario ya que resulta presupuesto lógico de la

estimación del recurso.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 534 22/11/17 2:28 p.m.

PABLO PÉREZ TREMPS

535

Caben, también, sentencias que decreten la inadmisión total o

par cial del recurso cuando se aprecie en ese momento la con­

currencia de una causa de inadmisión, que no queda subsanada

por la inicial admisión a trámite: «conforme hemos señalado reitera­

damente (por todas, STC 230/2006, de 17 de julio, FJ 2, con abundante

cita jurisprudencial), nada impide que este Tribunal en momento o fase

procesal distintos a los previstos para la admisión de los recursos de am­

paro y, por tanto, también en el trámite de dictar Sentencia, pueda exami­

nar, incluso de oficio, los requisitos exigidos para la admisión a trámite

del recurso y, en caso de comprobar su incumplimiento, dictar un pronun­

ciamiento de inadmisión del amparo solicitado» (SSTC 73/2008, FJ 2,

por ejemplo o 24/2016).

En congruencia con la naturaleza y finalidad del recurso de am­

paro, el fallo posee una gran flexibilidad, permitiéndose así hacer

frente a todas las posibles circunstancias particulares del caso. Esa

flexibilidad está patente en el propio art. 55 LOTC, no sólo por la

triple previsión del contenido del fallo, sino, sobre todo, por la am­

plitud que cada uno de ellos deja a su concreción, por la posibili­

dad de modular los efectos determinando su extensión [ap. a)] y

por la de adoptar medidas adecuadas para la conservación del

derecho [ap. c)].

Como ya se ha visto, el art. 55.2 LOTC establece la obligación para

la Sala de plantear ante el Pleno la llamada «autocuestión» o «cues­

tión interna» de inconstitucionalidad cuando el amparo debiera

ser estimado porque sea una norma con fuerza de ley aplicada la

que genere la lesión de derechos (v. cap. III.5.1). Este deferimiento

del asunto, en la redacción actual del art. 55.2 LOTC, debe ser

previo a dictarse la sentencia.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 535 22/11/17 2:28 p.m.

EL RECURSO DE AMPARO COMO MECANISMO...

536

Las sentencias del Tribunal Constitucional no son susceptibles de

recurso alguno, con independencia de la posibilidad legal de acla­

rar conceptos oscuros o meros errores materiales mediante el

llamado recurso de aclaración del art. 93 LOTC.

Cuestión distinta es que España, en cuanto Estado sometido a la

jurisdicción del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH),

pueda ser demandada ante éste. En esos casos, por lo general, la

subsidiariedad de la actuación de la jurisdicción internacional

exigirá el agotamiento de los mecanismos internos de protección

de derechos y, por tanto, del recurso de amparo salvo en los ca­

sos de derechos no susceptibles de amparo.

Sin embargo, técnicamente, lo que se recurre ante el TEDH no es

la sentencia o decisión del Tribunal Constitucional, ni una even­

tual condena del TEDH puede comportar automáticamente la nu­

lidad de dicha sentencia o decisión interna. No obstante, en algunos

casos, una condena del TEDH ha traído consigo una posterior ac­

tuación del Tribunal Constitucional cuya finalidad es la repa­

ración de la lesión por la que España haya sido condenada (STC

245/1991). Una cuestión singular se plantea respecto de la posi­

bilidad de abrir el recurso de revisión de las resoluciones jurisdic­

cionales como consecuencia de la condena a España por parte

del TEDH, supuesto articulado en la legislación procesal general

a partir de la previsión general del art. 5 bis LOPJ y concretada en

las distintas leyes procesales, pero sin previsión específica en los

supuestos en los que esa condena sea directamente imputable a

una sentencia del Tribunal Constitucional.

Por último, corresponde al propio Tribunal Constitucional resolver

las incidencias que puedan surgir en la ejecución de sus senten­

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 536 22/11/17 2:28 p.m.

PABLO PÉREZ TREMPS

537

cias (art. 92 LOTC) a través del correspondiente incidente de

ejecución.

Como puede fácilmente deducirse de lo expuesto, y en congruen­

cia con lo señalado al inicio, el recurso de amparo en España se

distancia mucho de la configuración de su "hermano mayor"

mexicano, básicamente por las diferencias estructurales de los

correspondientes ordenamientos y, muy especialmente, por la di­

ferencia de sus modelos de justicia constitucional, el mexicano

claramente difuso y el español, típico sistema de justicia cons­

titucional concentrada de raíz europea o kelseniana.

XV. Nota bibliográfica

Por lo que respecta a la organización, funcionamiento y com peten­

cias del Tribunal Constitucional puede verse, por ejemplo, P. Pérez

Tremps, Sistema de justicia constitucional, 2a. ed. Civitas, Madrid

2016; o J.J. González Rivas, Comentarios a la Ley Orgánica del Tribunal

Constitucional, La Ley, Madrid 2010. Una exposición sistemática,

más amplia, y actualizada, del recurso de amparo, puede verse en

P. Pérez Tremps, El recurso de amparo, 2a. edic., Tirant lo Blanch,

Valencia, 2015.

El valor de los convenios y tratados internacionales como paráme­

tro de interpretación de los derechos fundamentales, puede verse

A. Saíz Arnaiz La apertura constitucional al Derecho Internacional y

Europeo de los Derechos Humanos. El artículo 10.2 de la Constitución es­

pañola, Consejo General del Poder Judicial, Madrid, 1999 y A. Queralt,

La interpretación de los derechos: del Tribunal de Estrasburgo al Tribunal

Constitucional, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Ma­

drid 2008 ; también P. Pérez Tremps "La experiencia española de

aplicación de las ‘Cartas’ europeas de derechos humanos por el

Tribunal Constitucional" en E. Ferrer Mac­Gregor y .E. Herrera,

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 537 22/11/17 2:28 p.m.

EL RECURSO DE AMPARO COMO MECANISMO...

538

Diálogo Jurisprudencial en Derechos Humanos, Tirant Lo Blanch, México

2013, pp. 397­413. En relación con el concepto de especial tras­

cendencia constitucional, M. Hernández Ramos, El nuevo trámite

de admisión del recurso de amparo constitucional, Reus, Madrid, 2009,

y más recientemente, del mismo autor "Incumplimiento de la bue­

na administración de justicia del Tribunal Constitucional en la

admisión del recurso de amparo. El caso Arribas Antón vs. España

del Tribunal Europeo de Derechos Humanos", Revista Española de

Derecho Constitucional 108, 2016, pp. 307­335, y la bibliografía allí

citada.

Sobre el principio de subsidiariedad, puede verse R. Bustos

(Coord.), La protección jurisdiccional de los derechos, Tirant Lo Blanch,

Valencia 2015.

Una exposición de los recursos de amparo electorales puede verse

en J. C. Duque, Elecciones políticas y Tribunal Constitucional, Thomson

Aranzadi, Cizur Menor, 2006 o P. Pérez Tremps "El recurso de am­

paro electoral en España", E. Ferrer Mac­Gregor y A. Zaldívar Lelo

de Larrea, (Coords.), La ciencia del Derecho Procesal Constitucional.

Estudios en homenaje a Héctor Fix­Zamudio en sus cincuenta años como

investigador del derecho, T. VI, Interpretación constitucional y juris­

dicción electoral, UNAM, Pons, México pp. 863­877.

Sobre el recurso de amparo de la Segunda República Española

puede verse, por ejemplo, J. L. García Ruiz, El recurso de amparo en

el Derecho español, Editora Nacional, Madrid, 1980.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 538 22/11/17 2:28 p.m.

La interacción entre los tribunales que garantizan derechos humanos: razones para el diálogo

ALEJANDRO SAIZ ARNAIZ*

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 539 22/11/17 2:28 p.m.

* Catedrático de Derecho Constitucional y Director del Departamento de Derecho de la Universitat Pompeu Fabra. Conferencia dictada en la Suprema Corte de Justicia de la Nación el 7 de junio de 2017.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 540 22/11/17 2:28 p.m.

541I. A modo de introducción: el concepto de diálogo judicial y su importancia

Las páginas que siguen tratan de profundizar en las razo­

nes que justifican, y hasta aconsejan, el tan traído y llevado

diálogo entre los tribunales que ocupan, en lo que aquí interesa,

una singularísima posición institucional como garantes de los dere­

chos fundamentales. Este es el caso, obviamente, de la CorteIDH,

del TEDH y de los tribunales constitucionales y supremos de

los Estados Parte de ambos sistemas de garantía de los derechos

humanos.

Ya el origen de la expresión "diálogos judiciales" nos orienta en la

finalidad que ahora se busca. La primera utilización del sintagma

"dialogue des juges" se atribuye a Bruno Genovois,1 quien sostuvo

1 Comisario del Gobierno. Conclusiones en el caso Ministère de l’Intérieur c/ Cohn-Bendit, decidido por el Consejo de Estado francés el 22 de diciembre de 1978 (D. 1979.155­161).

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 541 22/11/17 2:28 p.m.

LA INTERACCIÓN ENTRE LOS TRIBUNALES...

542

que en las relaciones entre el juez nacional y el juez comunitario

(el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas en aquella

época) no tendría que haber lugar "ni pour le gouvernement des juges,

ni pour la guerre des juges, mais pour le dialogue des juges". En otras

palabras: el diálogo se presenta como la alternativa a dos patolo­

gías bien conocidas en la historia del Estado constitucional, a saber,

el gobierno de los jueces y la guerra entre tribunales. Quizá con

un punto de exageración sería posible afirmar que una u otra (o

las dos) se han padecido en nuestros Estados en algún momento

a lo largo de los últimos doscientos años.

Es así como el diálogo parece haberse convertido en una necesidad

conceptual para explicar los vínculos existentes entre los tribu­

nales constitucionales o supremos, de un lado, y, de otro, algunos

tribunales integrados en estructuras internacionales o suprana­

cionales cuyas decisiones poseen una notable relevancia para la

interpretación y aplicación del derecho vigente en los Estados que

forman parte de aquellas. Ahora bien, y conviene aclararlo inme­

diatamente, no toda relación que estos diversos tribunales puedan

mantener entre ellos ha de encajar en la idea de diálogo si con

ésta se quiere expresar una realidad cualificada, no tanto, o no

solo, por los sujetos que en ella intervienen sino, sobre todo, por

las consecuencias o efectos que se derivan de ella. En otros térmi­

nos, una remisión a una sentencia de otro tribunal o una referencia

a cierta doctrina elaborada en una sede jurisdiccional no­nacional,

no son, por sí mismas, expresión de diálogo alguno. Ciertamente

evidencian una tendencia contemporánea de dimensión univer­

sal entre los aplicadores judiciales del derecho que podría consi­

derarse, en palabras de Julie Allard y Antoine Garapon, como una

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 542 22/11/17 2:28 p.m.

ALEJANDRO SAIZ ARNAIZ

543

más de las dimensiones de la globalización, pero nada más.2 Las

decisiones judiciales, en particular las de algunos tribunales inter­

nacionales y supranacionales, circulan, se difunden, son cono­

cidas, se citan (en un contexto en el que el desarrollo tecnológico

consiente el acceso a las mismas en tiempo real); pero esto no quie­

re decir que las reglas jurisprudenciales que —en su caso— de ellas

resultan, o que los criterios interpretativos que en ellas se contie­

nen, posean un singular valor o eficacia que obligue a la referen­

cia o a la toma en consideración. Al menos, no en todo caso.

Mi concepción del diálogo judicial sigue muy de cerca las propues­

tas de los dos colegas españoles que con mayor profundidad y

acierto han estudiado este fenómeno. Me refiero a Rafael Bustos

Gisbert y Aida Torres Pérez. Para el primero, se trata de "una comu­

nicación entre tribunales derivada de una obligación de tener en

cuenta la jurisprudencia de otro tribunal (extranjero o ajeno al

propio ordenamiento) para aplicar el propio Derecho".3 Esa comu­

nicación, precisa Aida Torres Pérez, consiste en el intercambio de

argumentos con la finalidad de lograr un entendimiento, una lec­

tura común (por armónica) del derecho, institución, categoría o

principio implicado en el diálogo.4 De esta aproximación resulta­

rían tres características que definen al diálogo judicial: su pro­

yección en escenarios de pluralismo constitucional, su condición

deliberativa y su función amortiguadora del conflicto. Me referiré

acto seguido telegráficamente a cada una de ellas.

2 Véase Julie Allard y Antonie Garapon, Les juges dans la mondialisation. La nouvelle ré-volution du droit, Seúl, París, 2005, pp. 11 y siguientes.

3 Rafael Bustos Gisbert, "XV Proposiciones generales para una teoría de los diálogos judiciales", Revista española de derecho constitucional, no. 95, 2012, p. 21.

4 Véase Aida Torres Pérez, Conflicts of rights. A Theory of Supranational Adjudication, Oxford University Press, Oxford, 2009, pp. 97 y siguientes.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 543 22/11/17 2:28 p.m.

LA INTERACCIÓN ENTRE LOS TRIBUNALES...

544

El diálogo judicial se concreta en espacios de pluralismo consti­

tucional que, en la caracterización de Neil Maccormick —magis­

tralmente releída por Rafael Bustos Gisbert—, son aquellos en los

que existen al menos dos Constituciones en sentido material, cada

una de las cuales es reconocida como válida pero sin que ningu­

na de ellas reconozca al resto como fuente de la propia validez.5

Es en esta situación en la que, al menos en un sentido descriptivo,

el diálogo es una comunicación obligatoria: la supervivencia del

sistema depende en buena medida de la existencia de esta rela­

ción entre los tribunales. El diálogo se convierte así en una alter­

nativa, la única practicable, al enfrentamiento.

El diálogo, y esta sería la segunda característica que ahora quiero

resaltar, asume la forma de un proceso deliberativo; de una discu­

sión colectiva (no es, obviamente, monólogo, soliloquio) a la bús­

queda de una solución compartida por ser mutuamente aceptable.

Se trata de alcanzar una interpretación compatible para todas las

partes que participan en la conversación. El objetivo que se persi­

gue no es la identidad, más la compatibilidad; no se trata de uni­

formar, sino de armonizar, de hacer compatibles lecturas distintas

del derecho implicado. Por lo mismo, la diversidad aceptable no

puede ser infinita: el diálogo ha de ser respetuoso con la diferen­

cia en un grado que dependerá de la intensidad del pluralismo

constitucional en presencia.

El diálogo, en fin, no se concibe como un medio para acabar con el

conflicto, para eliminarlo. Lo que se pretende es administrarlo en

el tiempo, amortiguarlo, en un proceso de constante adecuación.

Tal y como recuerda Aida Torres Pérez, con cita de Cass R. Sunstein,

5 Véase Neil Maccormick, Questioning Sovereignity. Law, State and Practical Reasoning in the European Commonwealth, Oxford University Press, Oxford, 1999.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 544 22/11/17 2:28 p.m.

ALEJANDRO SAIZ ARNAIZ

545

en el derecho, al igual que en la política, "el desacuerdo puede ser

una fuerza productiva y creativa, revelando errores, evidenciando

lagunas, provocando debates"6 en un proceso que visto en su con­

junto contribuye a reforzar la legitimidad de la decisión que final­

mente se adopta.

Las características que se acaban de enunciar encajan a la per­

fección en un sector material, el de los derechos fundamentales,

y en unos contextos geográficos, como el europeo y el americano,

en el que la dimensión pluralista del ordenamiento constitucio­

nal parece inequívoca. Cada uno en su ámbito, el CEDH y la CADH,

por un lado, y las Constituciones nacionales, por otro, comparten

un espacio normativo en el que las pretensiones de exclusividad

resultan pura y simplemente desmentidas por la propia voluntad

de los Estados (que fueron capaces de diseñar en su momento sen­

das garantías colectivas para los derechos humanos) pero en el

que, por el contrario y a la vez, se manifiestan más o menos espo­

rádicamente, aunque de modo ininterrumpido, las aspiraciones

de jerarquía o, como mínimo, de preferencia aplicativa de uno u

otro de aquellos textos. Estas pretensiones se expresan, en lo que

aquí y ahora interesa, mediante la actuación de los tribunales a

los que por el respectivo ordenamiento se otorga la competencia

para identificar, como más alta autoridad y con efecto vinculan­

te, el significado de los enunciados normativos iusfundamentales

allí presentes: el TEDH, la CorteIDH y los tribunales constituciona­

les (o supremos) de los Estados Parte de aquellos dos instrumentos.

La referencia que se acaba de hacer a la voluntad de los Estados

obliga a un breve excurso sobre el contexto histórico en el que

nacieron los dos instrumentos internacionales que se han citado.

6 Torres Pérez, op. cit. nota 4, p. 111.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 545 22/11/17 2:28 p.m.

LA INTERACCIÓN ENTRE LOS TRIBUNALES...

546

Aunque en Europa solemos olvidarlo con facilidad, la historia de

la tutela internacional de los derechos humanos se inició en el con­

tinente americano al mismo tiempo que en esta orilla del Atlán­

tico. En el mes de mayo de 1948, mientras que el Congreso de la

Haya exigía en su "Mensaje a los Europeos" la elaboración de una

carta de derechos humanos y la creación de un tribunal de justi­

cia que sancionara las violaciones a los mismos, se clausuraba

en Bogotá la IX Conferencia Internacional Americana, en la que se

suscribió la Carta de la Organización de Estados Americanos y en

cuya Acta Final los cancilleres se comprometieron a la creación

de una corte interamericana destinada a garantizar los dere­

chos del hombre. No está de sobra recordar que en aquella misma

reunión en la capital colombiana se aprobó la Declaración Ame­

ricana de los Derechos y Deberes del Hombre, el primer documento

internacional que contiene un catálogo acabado de derechos (ante­

rior en seis meses a la Declaración Universal de los Derechos

Humanos).

La semilla de ambos sistemas de garantía colectiva se sembró en

una casi total coincidencia temporal, aunque debe destacarse una

diferencia notable que expresa con claridad la alejada filosofía de

unos y otros padres fundadores. En efecto, mientras que en el

preámbulo de la Carta de la Organización de Estados Americanos

se afirma "el respeto por la soberanía" de cada Estado "y el mejo­

ramiento de todos en la independencia", nada similar puede en­

contrarse en el Estatuto del Consejo de Europa, firmado un año

más tarde; antes bien, en éste se alude al "patrimonio común" de

sus miembros y a la necesidad de crear una organización "que

agrupe a los Estados europeos en una asociación más estrecha".

El muy diferente contexto histórico en los dos continentes explica

también los distintos ritmos con los que se crearon y se han de­

sarrollado los respectivos sistemas de tutela internacional de los

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 546 22/11/17 2:28 p.m.

ALEJANDRO SAIZ ARNAIZ

547

derechos humanos, aunque ninguna de estas diferencias, ni la

suma de todas ellas, impide un tratamiento común, como el aquí

se pretende, de la idea de diálogo. Las características enunciadas

más arriba valen para ambos sistemas, aunque una mejor com­

prensión de los mismos obliga a tener presentes los datos que se

acaban de recordar.

Pues bien, es en este terreno normativo y jurisdiccional compar­

tido (los derechos humanos) en el que el diálogo resulta ser no

solo un concepto necesario para entender las relaciones entre los

protagonistas de la interpretación y aplicación judicial de los de­

rechos, sino una auténtica necesidad existencial (tomo el térmi­

no prestado de Pierre Pescatore) para garantizar la supervivencia

de una estructura institucional concebida para la garantía de

los derechos que ofrece un nivel de tutela en beneficio de los ciu­

dadanos como seguramente nunca antes había existido en nues­

tros continentes. Con una afirmación que no deja de tener algo

de boutade, hasta se podría considerar que en el momento presen­

te no existe soberano en nuestros países en materia de derechos

fundamentales: no hay ningún sujeto (tampoco estatal) que pueda

concretar como última e incuestionable autoridad el catálogo de

estos derechos y el contenido de cada uno de ellos; antes bien, uno

y otro se construyen desde las interacciones y los condicionamien­

tos recíprocos que se manifiestan en el doble plano, normativo y

más aun judicial, al que se acaba de aludir. En palabras del profe­

sor Francisco Rubio Llorente escritas para Europa, pero que pue­

den prolongarse al continente americano, podría afirmarse que los

derechos fundamentales que nuestras Constituciones declaran o

reconocen "no son obra del poder constituyente, sino aceptación

explícita por parte de éste de los límites que el Derecho le impo­

ne. La Constitución es, en este respecto, […] la positivización de

unos derechos que no reciben de ella la fuerza de obligar, pero sí

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 547 22/11/17 2:28 p.m.

LA INTERACCIÓN ENTRE LOS TRIBUNALES...

548

su validez positiva".7 Esa misma idea de apertura y permanente

transformación en este terreno resulta de la opinión de Neil Walker,

para quien "[T]he lesson of the post­war globalizing world is that

constitutional events are rarely conclusive and never self­contai­

ned, but feed into an on­going process of complex multi­sourced

influence".8

Es evidente que en cada litigio, para cada caso, se podrá identifi­

car una última autoridad que resolverá sobre la pretensión ius­

fundamental planteada, pero la construcción del contenido de

los derechos en juego, la identificación de sus posibles límites, las

técnicas de la ponderación que en su caso haya de llevarse a cabo,

en suma, la interpretación de los derechos fundamentales es ya, en

el presente y en nuestros continentes, el resultado de la actua­

ción, ciertamente diacrónica, asimétrica y desigual, pero en todo

caso conjunta, de los jueces y de los legisladores a los que me he

referido con anterioridad.

La participación en el diálogo es, no podemos desconocerlo, una

opción de política judicial. Solo quienes desean tomar parte en

una conversación lo hacen. Pero se equivocan quienes piensan

que la actitud dialógica sería expresión de debilidad, de renuncia

a los propios criterios y de postración de la propia posición insti­

tucional. Antes bien, el caso europeo es ilustrativo justamente de

lo contrario. En el espacio convencional está ya acreditado que los

tribunales con mayor voluntad de liderazgo y fortaleza doctri­

nal son los más activos protagonistas de esta conversación judicial.

7 Francisco Rubio Llorente, "Prólogo", en Juan Luis Requejo Pagés, Sistemas normati-vos, Constitución y Ordenamiento, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Madrid, 1995, p. XVIII.

8 Neil Walker, "The Receding Tape", Scottish Constitutional Futures Forum, 18 de sep­tiembre de 2013.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 548 22/11/17 2:28 p.m.

ALEJANDRO SAIZ ARNAIZ

549

Maribel González Pascual lo ha demostrado de manera muy con­

vincente en el caso del Tribunal Constitucional Federal alemán,9

y lo mismo cabe decir en los últimos tiempos del Tribunal Supre­

mo del Reino Unido.

Sin diálogo, podría concluirse de todo cuanto hasta ahora he sos­

tenido, las hipótesis de conflicto se multiplicarían, con grave riesgo

para la propia existencia del modelo, que sería difícilmente justi­

ficable en un contexto de flagrante desconocimiento recíproco o,

peor aun, de enfrentamiento entre unas autoridades judiciales

más empeñadas en la defensa de la propia posición institucional

y del propio criterio interpretativo que en la contribución al debate

continental sobre el contenido y significado de los derechos fun­

damentales y, en su caso, en la reparación de las vulneraciones

que éstos hayan podido padecer.

En su momento, hace ya casi veinte años, Joseph Weiler y Ulrich

Haltern alertaron, con una imagen traída del lenguaje de la guerra

fría, sobre la posible "destrucción mutua asegurada" como even­

tual resultado de un hipotético enfrentamiento entre el (entonces)

Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas y el Tribunal

Constitucional Federal alemán.10 Añádanse nuevos protagonistas

al posible conflicto e imagínese un "campo de batalla" de límites

borrosos (el de los derechos fundamentales) y la conclusión no

debería de ser distinta; antes bien, algunos no dudarían en con­

siderar que sería exactamente la misma pero agravada en sus

9 Véase Maribel González Pascual, El Tribunal Constitucional alemán en la construcción del espacio europeo de derechos, Thomson­Civitas, Madrid, 2010.

10 Theodor Schilling, Joseph Weiler y Ulrich Haltern, "Who, in Law, is the ultimate judicial umpire of European Community Competences?: the Schilling­Weiler/Haltern debate", Harvard Jean Monnet Paper Working Paper 10/96, 1996.

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 549 22/11/17 2:28 p.m.

LA INTERACCIÓN ENTRE LOS TRIBUNALES...

550

posibilidades destructivas que, con toda seguridad, tendrían efec­

tos letales para los tribunales no­nacionales.

Esta ya es una razón para el diálogo judicial: su práctica puede

facilitar el entendimiento minimizando los episodios de conflicto

entre tribunales. ¿Qué otros motivos, además del que se acaba

de enunciar, pueden servir para justificar no ya la conveniencia,

sino, como ya se ha dicho, la necesidad del apuntado diálogo? Pro­

cedamos a un repaso de los mismos desde la perspectiva de cada

uno de los sujetos judiciales implicados en la conversación. Alu­

diré, en primer lugar, a las razones desde los tribunales supremos

y constitucionales nacionales, para referirme a continuación a las

que pueden tener los órganos jurisdiccionales internacionales de

garantía de los derechos humanos para participar en la misma

conversación judicial.

II. Cuatro razones para el diálogo desde los tribunales

constitucionales o supremos nacionales

I. Allá donde se prevé, la cláusula de "interpretación de conformi­

dad" puede ser una valiosa herramienta de fomento del diálogo.

Ese mandato de interpretación conforme existe en España, en el

art. 10.2 de la Constitución de 1978, y existe también en varias

Constituciones de América Latina. Por ejemplo, en la mexicana

(art. 1), en la colombiana (art. 93), en la peruana (cuarta de las

Disposiciones Finales y Transitorias) y en la Constitución bolivia­

na, art. 13.

En mi opinión, la conformidad puede ser entendida en un doble sen­

tido: como mera compatibilidad o como conformidad stricto sensu.

La primera, vendría a significar ausencia de contradic ción; la

segunda, deducibilidad. Para la primera, se adecuaría al mandato

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 550 22/11/17 2:28 p.m.

ALEJANDRO SAIZ ARNAIZ

551

de conformidad toda interpretación de los derechos fundamen­

tales presentes en la Constitución que fuera compatible, por no

contradictoria, con los textos internacionales de derechos huma­

nos; para la segunda, se debería de entender que la conformidad

solo se alcanza en los supuestos de plena identidad, esto es,

siempre que el resultado de la interpretación llevara a otorgar a

los derechos fundamentales un contenido lógicamente deducible

de aquellos mismos textos internacionales. En definitiva: ausen­

cia de contradicción o identidad de contenidos. Las diferencias

entre una y otra lectura de la conformidad son muy evidentes,

aunque en ambos casos se excluye la contradicción con la fuente

iusinternacional: no se puede decir lo contrario de lo que esta

dice o negar lo que ella afirma (dejo de lado conscientemente el

problema de las contradicciones literales entre la Constitución

nacional y el tratado de derechos humanos). A salvo siempre, claro

está, la cláusula según la cual los convenios de derechos huma­

nos no pueden interpretarse en el sentido de limitar o perjudicar

el ejercicio de algún derecho reconocido por las leyes de cual­

quiera de los Estados Parte o por otras convenciones a las que per­

tenezcan los Estados (art. 53 CEDH; art. 29.b CADH).

Una directiva de interpretación como la ahora comentada se com­

porta como un incentivo al diálogo: en unos casos para evitar la

contradicción intentando salvar las propias posiciones; en otros,

para conseguir una interpretación integradora del derecho en

cues tión, es decir, una lectura del mismo que sea el resultado de

la interacción de quienes intervienen en el diálogo.

II. La segunda de las razones que explican la necesidad del diálo­

go desde la perspectiva de los tribunales constitucionales y supre­

mos tendría que ver con el principio pacta sunt servanda, bien

conocido por el derecho internacional público y codificado en el

Libro CATEDRA DERECHOS HUMANOS.indb 551 22/11/17 2:28 p.m.

LA INTERACCIÓN ENTRE LOS TRIBUNALES...

552

art. 26 del Convenio de Viena sobre Derecho de los Tratados de

1969. La participación en el diálogo a la búsqueda de soluciones

interpretativas compatibles puede servir para evitar sentencias que

declaren la violación de algún derecho y, por tanto, para sortear

la puesta en juego de la responsabilidad internacional del Estado

que se deriva de todo pronunciamiento de condena dictado por el

TEDH o la CorteIDH. Por otra parte, y aunque los sujetos interna­

cionalmente responsables del cumplimiento de las obligaciones

que resultan de estos acuerdos son Estados, no puede dejar de reco­

nocerse que la mayoría de las condenas acaban por suponer una

cierta desautorización del tribunal constitucional o del respectivo

tribunal supremo, ante los que normalmente se habrán agotado

las vías nacionales de recurso, uno de los requisitos para poder

acceder a la jurisdicción internacional (art. 35.1 CEDH; art. 46.1.a

CADH).

III. El tercero de los motivos en los que puede apoyarse para los

tribunales constitucionales o supremos la conveniencia del diá­

logo con los tribunales internacionales que tutelan derechos se­

ría, ya se ha dicho anteriormente, expresión de una decidida

opción de política judicial, de una clara voluntad de participar en

la construcción de un espacio (europeo, interamericano) de los

dere chos humanos, interviniendo en el debate (judicial), elevando

las propias propuestas y sometiéndolas, al hacerlo, a discusión

por parte de otros actores, en definitiva, ocupando un lugar en la

comunidad de intérpretes jurisdiccionales de los derechos funda­

mentales.

En esta línea, el actual Presidente del Tribunal Constitucional

Federal alemán, el profesor Andreas Voßkuhle, ha apelado a la nece­

sidad de sustituir conceptos como los de "superioridad" y "subor­

dinación" por otros que consientan una "descripción diferenciada"

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de aquellas relaciones entre los tribunales internacionales (el

Presidente Andreas Voßkuhle se refiere al TEDH y al TJUE) y los

tri bunales constitucionales o supremos desde categorías tales

como "unidad, diferencia y diversidad, homogeneidad y plurali­

dad, delimitación, interrelación e implicación. […] autonomía,

consi de ración y capacidad para actuar conjuntamente". Estos

tribunales, concluye, "administran justicia sin parapetarse unos fren­

te a otros, sino comprometiéndose en el intercambio mutuo de

ideas y prácticas. Haciéndolo así, las decisiones divergentes han

ocurrido raramente, y las ocasionales notas de desacuerdo se

han convertido en energía para la producción de nuevos desarro­

llos". Se trata, a mi juicio, de una excelente descripción de la idea

de diálogo (a tres bandas, en este caso) como decisión consciente

y con voluntad de protagonismo tal y como la ha entendido uno

de los más cualificados actores del mismo en el continente euro­

peo, es decir, el Tribunal de Karlsruhe.

IV. La última de las razones a las que quiero referirme tiene que

ver con el incremento de la legitimidad de las decisiones del tribu­

nal constitucional o supremo. En tanto que proceso deliberativo

en el que se discuten opiniones, lecturas de los derechos, inter­

pretaciones cruzadas, el diálogo refuerza la legitimidad de las

sentencias de quienes lo protagonizan. La construcción del con­

tenido de los derechos fundamentales y de sus límites puede pre­

sentarse así como el resultado de la participación de diversos

actores judiciales que interaccionan y se condicionan a la bús­

queda de una solución aceptable por todos, lo que seguramente

mejora también su grado de aceptación por los destinatarios de

la misma. En ocasiones puede suceder que la simple referencia al

precedente construido unilateralmente por el órgano jurisdiccio­

nal internacional (a modo de recepción o aceptación pasiva) po­

sea en la práctica el mismo valor adicionalmente legitimador, de

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LA INTERACCIÓN ENTRE LOS TRIBUNALES...

554

suma de auctoritas para la sentencia del tribunal constitucional o

supremo. Ese fue el caso, por ejemplo, en España, cuando la total

ausencia de una cultura judicial de los derechos fue suplida, en

los primeros años de andadura constitucional, por una generosa

remisión a los precedentes estrasburguenses (claro que, en estos

supuestos, ya se ha dicho, no hay diálogo, sino monólogo).

III. Cuatro razones para el diálogo desde los tribunales internacionales

de protección de los derechos humanos

I. La primera tiene mucho que ver con el carácter subsidiario de

la garantía internacional de los derechos que ofrecen ambas Con­

venciones y sus tribunales. Al enunciar las condiciones de admi­

sibilidad de una demanda individual, los ya citados arts. 46.1.a

CADH y 35.1 CEDH establecen que solo podrá acudirse a la ins­

tancia internacional después de agotar las vías de recurso internas,

conforme a los principios de derecho internacional generalmente

reconocidos. Se trata, como es de sobra conocido, de una carac­

terística común a todos los mecanismos de tutela jurisdiccional

o cuasi jurisdiccional existentes en el derecho internacional de

los derechos humanos, que preserva la competencia primaria

de los Estados para la protección de tales derechos, de manera

que la intervención externa únicamente se produce tras acredi­

tarse el empleo por el demandante de todas las opciones (en el

caso europeo, no necesariamente judiciales) que la propia legis­

lación ofrece para la tutela del derecho fundamental afectado y

que sean capaces de reparar la vulneración alegada.

En la mayoría de nuestros ordenamientos, el acceso a los tribuna­

les internacionales de derechos humanos solo es posible previo

paso por los tribunales supremos y/o constitucionales ya que,

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con muy contadas excepciones, todos los derechos presentes en

los tratados internacionales a los que me vengo refiriendo coinci­

den con los tutelables judicialmente en la sede nacional. Si la

pretensión de garantía en esta sede es desestimada y la demanda

contra el Estado se admite a trámite por la CorteIDH o por el TEDH,

estos decidirán sobre el fondo conociendo (y, más aun, teniendo

muy presente) el criterio del tribunal constitucional o supremo

nacional, es decir, la interpretación que éstos han dado al dere­

cho fundamental en conflicto.

En las sentencias de los tribunales internacionales de garantía de

los derechos humanos se contiene siempre un completo resu­

men de las fuentes y de la jurisprudencia internas que evidencia

el conocimiento por aquellos tribunales de los criterios en los que

se han basado las decisiones nacionales. Se trata, en todo caso, de

un modo de construir la propia sentencia que tiene en todo mo­

mento muy presentes los precedentes judiciales nacionales del

caso, en particular, los de las más altas jurisdicciones, ante las

que normalmente se agotarán las vías de recurso.

Sea como fuere, parece bastante claro que la idea de subsidiarie­

dad juega naturalmente a favor de la conversación judicial entre

los tribunales internacionales y los nacionales, ya que con sus

sentencias los primeros habrán de dar o quitar razones a cuanto

decidieron los últimos en el caso concreto, o a su propia doctrina

iusfundamental tal y como la hicieron suya otros tribunales

nacionales.

II. Una segunda razón que reforzaría la necesidad del diálogo

para el TEDH y la CorteIDH tendría que ver con la mayor acepta­

ción de sus decisiones. Es un motivo que también se apuntó más

arriba para el tribunal constitucional o supremo, pero creo que

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LA INTERACCIÓN ENTRE LOS TRIBUNALES...

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en este caso se manifiesta con una mayor intensidad, tal y como

se comprobará también con las dos razones adicionales de las

que trataré inmediatamente.

Ni el TEDH ni la CorteIDH pueden presentarse como unas instan­

cias aisladas, alejadas de los tribunales nacionales cuyas decisio­

nes están llamados a corregir si resultan incompatibles con las

res pectivas Convenciones. Antes bien, es conveniente que ambos

tribunales se dejen también influir por las lecturas nacionales de

los derechos y expliciten esa aceptación; la hagan visible en una

suerte de "cooperación ascendente" que presenta a dichos tribu­

nales como unos protagonistas más de la conversación judicial,

dispuestos también a dejarse condicionar por los otros miembros

de la comunidad de tribunales europeos o interamericanos. En otras

palabras: unos tribunales conscientes de su posición como posi­

bles lugares de corrección de decisiones nacionales, pero que se

esfuerzan por aproximarse a los destinatarios de sus sentencias

precisamente para reforzar su legitimidad al construirlas desde

el intercambio de categorías, cruces de conceptos o lecturas com­

partidas de los derechos.

III. Suele afirmarse, con mucha razón, que el CEDH, al igual que

la CADH, en su interpretación por el TEDH y la CorteIDH, respec­

tivamente, suponen un estándar común (mínimo, dicen algunos)

europeo o interamericano en materia de derechos fundamenta­

les. Una medida por debajo de la cual no pueden quedar las auto­

ridades nacionales so pena de condena por violación. Pues bien, y

esta sería una nueva razón para justificar la oportunidad del diá­

logo del que se viene tratando, la definición de esa medida común

desde el intercambio con los tribunales de los Estados vinculados

a uno y otro tratado de derechos humanos, ayudará a presentar

su contenido como el resultado no tanto de una imposición desde

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Estrasburgo o desde la capital costarricense, decidida por una ju­

risdicción internacional alejada de las diversas realidades nacio­

nales, sino, al contrario, como el fruto de una actuación conjunta

en la que han participado diversos sujetos con voluntad cons­

tructiva, aunque la decisión última en cada concreto asunto co­

rresponda a uno solo de ellos.

Si se presenta de este modo, el contenido de los derechos conven­

cionales, en definitiva, el patrón iusfundamental europeo o inte­

ramericano será visto como auténticamente común, mejorando

así su aceptación y la intensidad de su utilización en los Estados.

De esta manera, además, y en el concreto caso europeo, se podría

contribuir a racionalizar el empleo del margen de apreciación na­

cional —quizá la más polémica de todas las categorías elaboradas

por el TEDH en sus ya dieciocho mil sentencias—, que sería mu­

cho más difícil de explicar allá donde exista un estándar verda­

deramente compartido, también por su modo de producción.

IV. La cuarta de las razones que sostendría la necesidad del diálo­

go visto desde los tribunales internacionales de tutela de los de­

rechos humanos se podría reconducir a los efectos de la conocida

como cosa interpretada, en concreto, a su aceptación más gene­

ralizada y menos cuestionada en los Estados Parte de uno y otro

Convenio. Esta categoría creada por la doctrina europea y no ex­

plicitada en el texto convencional, ni utilizada por el propio TEDH,

resultaría de la interpretación sistemática del CEDH, en particular

de sus arts. 1, 19 y 32.1, y de su lectura de acuerdo con el princi­

pio de efecto útil. Más allá de la cosa juzgada, la res interpretata

quiere poner en evidencia que los efectos de las sentencias del tri­

bunal no se limitan al caso concreto y para el Estado demandado.

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LA INTERACCIÓN ENTRE LOS TRIBUNALES...

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El TEDH afirmó en una de sus primeras decisiones que sus senten­

cias sirven para "elucidate, safeguard and develop the rules instituted

by the Convention",11 explicitando así su valor como instrumento

para la concretización o desarrollo de unos enunciados normati­

vos dotados de una elevada dosis de apertura e indeterminación,

de modo que por esta vía interpretativa se generarían "nuevas"

obligaciones a cargo de los Estados, que se encuentran vincula­

dos al texto del CEDH, a los derechos allí declarados, tal y como

los aclara y concreta el TEDH. Además, el sometimiento de facto

del tribunal a los propios precedentes supondría una razón adicio­

nal para avalar la idea de aquel vínculo, ya que el Estado que des­

conociera el case-law de Estrasburgo acabaría siendo condenado

por aquel tribunal al hilo de una concreta demanda contra el

mismo.

Aunque el obiter dictum referido a la aclaración, protección y de­

sarrollo de las reglas creadas por el CEDH, que se acaba de repro­

ducir en el párrafo precedente, no es fácil de encontrar en las

sentencias posteriores del TEDH, éste se ha ocupado periódica­

mente de insistir en que sus sentencias ofrecen la "interpretación

auténtica de los derechos y libertades definidos en el Título I del

Convenio" y que al ejercer su control "ha de considerar si las auto­

ridades nacionales han tomado suficientemente en cuenta los

principios que resultan de sus sentencias dictadas en asuntos simi­

lares, incluso cuando se refieren a otros Estados".12 Además, ha

recordado que una de las finalidades del CEDH es la de extender

11 Asunto Irlanda v. el Reino Unido, no. 5310/71, sentencia TEDH de 18 de enero de 1978.

12 Asunto Opuz v. Turquía, no. 33401/02, sentencia TEDH de 9 de septiembre de 2009.

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"la jurisprudencia en materia de derechos humanos al conjunto

de la comunidad de los Estados Parte del Convenio".13

Hay, en definitiva, pocas razones para dudar de la voluntad del

TEDH al considerar su interpretación del CEDH como vinculante

para todos los obligados por el texto convencional. También la

Asamblea Parlamentaria ha definido como vinculante la juris­

prudencia del TEDH en los siguientes términos: "el case-law del

Tribunal forma parte del Convenio ampliando así su fuerza jurí­

dica vinculante erga omnes (a todas las otras partes). Esto significa

que los Estados no solo han de ejecutar las sentencias del Tribu­

nal dictadas en casos en los que hayan sido parte, sino que tam­

bién han de tomar en consideración las posibles implicaciones

que las sentencias dictadas en otros casos pueden tener para su

propio sistema y práctica jurídicas".14

Cuanto hasta aquí se ha dejado escrito sobre la cosa interpreta­

da en el marco convencional europeo podría extenderse, servata

distantia, al ámbito del conocido como control de convencio­

nalidad en la formulación que del mismo ha llevado a cabo la

CorteIDH.

Constatada esta circunstancia, a saber, la existencia en la doctrina

de ambos tribunales de una clara determinación en favor de la

condición vinculante de los propios precedentes, resulta obliga­

do concluir que el diálogo judicial puede resultar la mejor técnica

para hacer más fácilmente aceptable por los tribunales y otras

autoridades nacionales la utilización de reglas jurisprudenciales

fijadas en Estrasburgo o en San José. Unas reglas, resultado del

13 Asunto Rantsev v. Chipre y Rusia, no. 25965/04, sentencia TEDH de 10 de mayo de 2010.

14 Resolution 1226 (2000), Execution of judgments of the European Court of Human Right.

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LA INTERACCIÓN ENTRE LOS TRIBUNALES...

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intercambio, la interacción y los condicionamientos recíprocos,

establecidas con la participación de actores judiciales plurales

que intervienen en ese proceso con voluntad de construir están­

dares compartidos teniendo en cuenta su carácter vinculante.

En definitiva, las razones que desde la posición que ocupa el TEDH

en el seno del CEDH pueden darse para avalar la cosa interpre­

tada, al igual que las que ofrece la CorteIDH en defensa del control

de convencionalidad, se refuerzan si aquella posición se constru­

ye, no desde la superioridad y la subordinación, sino desde la

implicación y la interrelación. Solo así evitaremos, regresando a

Bruno Genevois, la guerra de los tribunales o el gobierno de algu­

nos (pocos) jueces.

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Esta obra se terminó de imprimir y encua-dernar en diciembre de 2017 en los talleres de Papiro Reproducciones, S.A. de C.V., Marcelino Dávalos núm. 12-1, Colonia Alga-rín, Delegación Cuauhtémoc, C.P. 06880, Ciudad de México, México. Se uti li za ron tipos Caecilia LT Std de 8, 9.5, 10.5, 12, 13 y 22, pun tos. La edi ción consta de 1,000 ejem- plares impre sos en papel bond de 75 g.

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