Libro El Camino de Los Cerros

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LOS CAMINOS DE LOS CERROS

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UN PACTO AMBIENTAL PARA LA CIUDAD

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LOS CAMINOS DE LOS CERROS

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CONTENIDO

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Un pacto ambiental

para la ciudadT

res motivaciones llevaron a la Administración distrital a realizar este

libro: la primera, dar a conocer una perspectiva distinta de los cerros

orientales que evidencia el potencial ecológico-ambiental, cultural

y recreativo, más allá de la simple admiración de los cerros, y desarrolla una

propuesta para la consolidación de un corredor ecológico, recreativo y de

conectividad biológica sobre los 52 kilómetros de cerros que bordean de

sur a norte la ciudad; la segunda, sensibilizar a los ciudadanos y a los go-

bernantes, y en general a todos aquellos que tienen que tomar decisiones

sobre lo que significan las 14.116 hectáreas de la Reserva Forestal, para que

este proyecto de vida que hoy visualizamos sea expresión de la voluntad

colectiva y del Pacto por la defensa de los cerros que caracterizarán la ciu-

dad del futuro. La tercera motivación es involucrar a los pobladores y a las

comunidades de borde, garantizando así la construcción y sostenibilidad

de uno de los proyectos de mayor impacto ambiental en la ciudad.

Si bien ha habido controversias, debates, informes y libros que invitan a

pensar en los cerros orientales de la ciudad, aquí señalamos un reto para

los próximos años, una ruta posible que se concreta en un corredor de

propiedad pública, de 52 kilómetros de largo, con un ancho variable en-

tre 12 y 1.250 metros, que garantiza la preservación de la Reserva Forestal

de los cerros orientales y establece definitivamente el ordenamiento del

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Luis Eduardo Garzón

Alcalde Mayor

borde occidental de la reserva y la delimitación de los usos urbanos en el

borde oriental de la ciudad.

Esta nueva mirada que entregamos a la ciudad se enriquece con otras

perspectivas de los cerros. Por eso, en este libro presentamos y resalta-

mos otras miradas, otros caminos; una invitación que concreta su papel

como un oferta ambiental, cultural y recreativa desde su potencial natu-

ral, ecológico y paisajístico:

La ciudad vista desde los cerros.

Los cerros mirando a la ciudad.

Los cerros mirando a otros cerros.

Los cerros desde su interior.

Los caminos de los cerros, idea que da nombre a la publicación.

Detrás de los cerros, la región.

Lo cierto es que la visión que tenemos hoy de los cerros ha cambiado des-

de cuando eran un asentamiento de los Muiscas. Las Administraciones

han sido conscientes de estos dinamismos y por ello destacan la impor-

tancia de su conservación y la necesidad de integrarlos al desarrollo urba-

no y al imaginario cultural y paisajístico de la población. Nada mejor que

la apropiación por parte de la gente para que este patrimonio natural ten-

ga un futuro distinto, de cara a la ciudad y a la región.

Los habitantes y vecinos de la reserva, por su parte, han emprendido di-

versas formas de uso y preservación: grupos de caminantes, observado-

res de aves, asociaciones y fundaciones de carácter privado que dan a co-

nocer mediante publicaciones sus vías, los valles, ríos y quebradas que

enriquecen el paisaje de los cerros orientales.

Entonces, Administración y ciudadanía, de cara al siglo XXI, deberán deci-

dir conjuntamente el futuro de los cerros como factor de identidad de la

ciudad, como punto de referencia ineludible y como referente vivo de

una ciudad cambiante.

Bogotá, urbana y rural, regional y global, y todo lo que la integra, debe po-

nerse de acuerdo y trabajar en una propuesta que permita construir este

pacto social y ambiental en beneficio de las generaciones futuras.

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Los caminos

de los cerros:

un proyecto

de impacto

metropolitano

La propuesta que presenta hoy la Secretaría Distrital de Planeación

recoge estudios e iniciativas que durante muchos años han traba-

jado autoridades nacionales y distritales, y es un compromiso deci-

dido por el ordenamiento de los cerros orientales de Bogotá. Plantea una

visión que los acerca e integra como una de las ofertas de competitividad

natural más significativas que tiene la ciudad, reconociéndoles, además

de su papel ambiental, un nuevo rol de esparcimiento, recreación y cultu-

ra. Este estudio se concreta sobre una área libre de 415 hectáreas, ubica-

das en el borde occidental de una parte de la Reserva Forestal de los Ce-

rros Orientales, sobre la cual hay todavía muchas discusiones que hacen

complejo el camino para concretar su futuro.

La propuesta define un corredor que cruza las localidades de Usaquén,

Chapinero, Santa Fe, San Cristóbal y Usme. Se propone como un proyecto

estratégico y de competitividad para desarrollarse a lo largo de 52 kilóme-

tros que recorren la ciudad desde Usme, en el extremo sur, hasta la calle

193 en el norte.

El proyecto identifica y concreta tres estrategias:

1. La estrategia social que permite a las comunidades de los barrios de

borde la incorporación al proyecto, por cuanto integra programas de

seguridad, convivencia, participación, educación ambiental, activida-

des productivas y el rescate y apropiación del patrimonio cultural.

2. La estrategia biofísica que busca mantener y recuperar el activo am-

biental del corredor, considerando la oferta de aire y recreación que

representa para la ciudad.

3. La estrategia de infraestructura que, mediante la construcción de

52 kilómetros de sendero, busca generar apropiación, incorporación

e incremento de los índices de espacio recreativo para los 6,7 millo-

nes de habitantes.

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Page 11: Libro El Camino de Los Cerros

Luis Eduardo Garzón

Alcalde Mayor

Este proyecto tiene un impacto metropolitano de magnitudes similares a

la construcción de un metro o un sistema de ciclovías.

A la Secretaría Distrital de Planeación le ha correspondido liderar este pro-

yecto y cuenta hoy no solo con el estudio de la propuesta que aquí se pre-

senta, sino con los diseños completos que hacen posible, en un corto pla-

zo, construir el primer tramo del corredor. Para entender la magnitud del

proyecto y la necesidad de lograr el consenso de todos los actores, pre-

sentamos, a continuación, una breve descripción del camino recorrido

que nos condujo a este proyecto.

La Reserva Forestal Protectora Bosque Oriental de Bogotá, cuenta con

tres autoridades que buscan su preservación. Sin embargo, además de

ellas, existe un sinnúmero de entidades ambientales que trabajan, de for-

ma indirecta, por las 14.116 hectáreas que la constituyen, lo que la convier-

te en uno de los territorios más complejos para la toma de cualquier deci-

sión de planeación, gestión o financiación.

Con la Resolución 076 de 1977 del Ministerio de Agricultura, el Gobierno

nacional definió la Reserva Forestal de los bordes orientales pero esta no

se acompañó con un plano en el cual se indicaran sus límites. Esta dificul-

tad, junto con otras razones jurídicas y administrativas, trajo como resulta-

do la falta de control y la consecuente ocupación de una parte importan-

te de la reserva forestal. En consecuencia, en 1998 la Corporación Autóno-

ma Regional (CAR), con el visto bueno del Departamento de Planeación

Nacional y considerando las diferentes ocupaciones que se daban en el

lugar, sustrajo algunas hectáreas de la Reserva y permitió la ocupación y la

legalización de algunos barrios. Simultáneamente, y de manera ilegal, se

ocuparon otras hectáreas llegando a una ocupación total de 557 hectá-

reas correspondientes al 3,94% de esta reserva.

Después de 28 años, en abril de 2005, el Ministerio de Ambiente Vivienda

y Desarrollo Territorial, delimitó la Reserva, propuso dejar 13.143 hectáreas

en reserva forestal y sustraer 973, el equivalente a 6,89%, de las cuales 557

se encuentran construidas y 415 libres, y la denominó franja de adecua-

ción, sobre la cual determinó que se debía hacer un ordenamiento defi-

nitivo. A esta propuesta se interpuso una acción popular que considera

que las áreas ocupadas deben restituirse y sumarse nuevamente a la re-

serva. Las entidades nacionales y distritales reaccionaron frente a este

concepto, razón por la cual no hay todavía ninguna decisión.

Pese a que el tema jurídico aún no se ha definido, y que no es claro si exis-

te o no la franja de adecuación, todos coinciden en la necesidad de tener

un Plan de Ordenamiento Zonal y de Gestión para el borde occidental de

la reserva. Es en este punto donde la Secretaría Distrital de Planeación, con-

trató una investigación sobre el ordenamiento del borde oriental de los ce-

rros y adelantó el Estudio para el ordenamiento del corredor ecológico

y recreativo de los cerros orientales, que se ubica en el área de las 415

hectáreas todavía libres de ocupación, y desarrolló la propuesta que se pre-

senta en esta publicación.

Se requerirá, entonces, de la voluntad política, la precisión y generosidad

del trabajo en equipo y, finalmente, el aval y acompañamiento de gober-

nantes y ciudadanos a quienes está dirigida esta publicación. El objetivo, a

muy corto plazo, es generar acuerdos que garanticen la consolidación de

la protección de la Reserva Forestal de los Cerros Orientales como patrimo-

nio para las siguientes generaciones. Esperamos que este libro colme sus

expectativas.

Arturo Fernando Rojas Rojas

Secretario Distrital de Planeación

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Page 12: Libro El Camino de Los Cerros

Corredor social,

ecológico

y recreativo

La mayoría de los estudios que se han realizado sobre los cerros orien-

tales de Bogotá han reconocido en ellos un conjunto de valores am-

bientales, económicos y estéticos, y han hecho énfasis en el significa-

do que tienen como fuente ambiental y paisajística de la principal ciudad de

la región y del país. Los cerros se han convertido de muchas formas en ele-

mentos centrales del patrimonio ecológico de la región, y son uno de los últi-

mos relictos que le brindan paisaje natural y servicios ambientales. Sin em-

bargo, ninguna de las propuestas de estos estudios se ha podido concretar

en hechos reales y visibles para los ciudadanos.

El área límite o corredor de borde entre la ciudad y la Reserva Forestal de los

cerros orientales, denominada pie de ladera, poseía la mayor diversidad del

bosque altoandino. Sin embargo, en diversos momentos históricos fue alte-

rada y hoy en día es una de las zonas más degradadas de todo el ecosistema,

lo que genera una fragmentación de alto costo ambiental. Actualmente se

observa una transformación por la presencia de plantaciones exóticas, un

deterioro debido a los usos agrícolas, una alteración por fragmentación de la

cobertura vegetal y una degradación por la ocupación urbana y la explota-

ción minera, entre otros procesos.

Esta área intermedia altamente modificada es la que conforma un corredor

de población diversa, con procesos biofísicos y una ocupación con enormes

potenciales, pero también grandes fragilidades.

Adicionalmente, los habitantes de la región y de la ciudad han perdido su me-

moria y no reconocen ni sus quebradas, ni los nombres de los altos o de la ve-

getación que lo componía originalmente. Perdió lo que la sociedad Muisca

tenía en su momento: un sentido sagrado y de respeto por la naturaleza, las

lagunas y los árboles. Esta propuesta pretende concretar un espacio real para

que los ciudadanos sean protagonistas de su transformación. No se trata de

un discurso o de una falsa interpretación de los discursos, es un sueño que

tiene altas posibilidades de concretarse y en el que se recogen muchos de

10

Page 13: Libro El Camino de Los Cerros

los enfoques de propuestas anteriores surgidas en diversas instancias en las

que he participado.

Esta ensoñación busca que todos puedan caminar del lado de la naturaleza.

Es una propuesta sencilla que pretende sobrepasar los límites de la simple

ejecución de infraestructura para aumentar la sensibilidad de la población

hacia su geografía particular.

El sueño tendrá imágenes que se transformarán con el tiempo, con el cam-

bio de las estaciones y de los ciclos naturales; no seguirá procesos lineales si-

no que se desarrollará alternativamente en campos diversos: iniciará con pro-

cesos sociales, alternará con el restablecimiento de las coberturas vegetales,

se irá trazando un sendero que acerque a comunidades ricas y pobres, a pai-

sajes deteriorados con bosques majestuosos de encenillos o parajes de pára-

mos. Un proyecto de vida para que todos caminen por la misma ruta.

Esta propuesta puede ser tan contundente como lo sea su apropiación, o tan

vulnerable con una mala interpretación, ya que requiere intervenciones dife-

renciadas, con alta sensibilidad y delicadeza en cada lugar. Ella pretende que

en un futuro no lejano los cerros se conviertan para los bogotanos en lo que

fueron para los Muiscas: lugares sagrados y ceremoniales. Si alguna de las la-

deras de los cerros orientales se hubiera preservado hasta nuestros días, ve-

ríamos soberbios bosques de cedros con manchones de pinos romerones,

tíbares y nogales con parches de orquídeas y diversas coberturas.

¿Cómo recobrar ese paraíso? Recuperando el afecto de la gente hacia su na-

turaleza, un afecto real que los haga movilizar para recorrerla y defenderla.

Rescatando la memoria: redescubriendo sus quebradas, árboles y pájaros.

Aumentando la cultura: conociendo las historias de sus barrios legales o de

origen informal, con valor patrimonial o popular. Conociendo a todo tipo de

vecinos. Sus habitantes pueden transmitir a los visitantes sus conocimientos

de etno-botánica o las historias de barrios. Los visitantes podrán divertirse

con deportes de riesgo como escalada, pasando por tarabitas y puentes col-

gantes, o en actividades agro ecológicas plantando en cultivos urbanos, re-

cogiendo semillas para crear viveros satélite de especies nativas o plantándo-

las en corredores ecológicos. Algunos vecinos podrán percibir un ingreso adi-

cional participando en la construcción del sendero, o ayudando al Jardín Bo-

tánico en la eliminación del retamo. Podrán igualmente perderse sin correr

peligro, y enamorarse mirando los nevados y otros cerros o los eclipses y las

estrellas. Los estudiantes de universidades y colegios presentes en el corre-

dor también podrán ejercer un patronato para restaurar alguna quebrada o

bosque. Son tantas y tan variadas las actividades que podrían incrementar el

afecto de los ciudadanos hacia sus cerros, que un día la sociedad aprenderá

a exigir su preservación y entonces será posible eliminar las normas restricti-

vas y prohibitivas que constituyen su panorama actual.

Por fin podríamos saber físicamente hasta donde llega la ciudad y empieza

la reserva, porque estaría delimitada por un sendero de 52 kilómetros que irá

restaurando a su paso la diversidad que originalmente existía en el pie de la-

dera y los ciudadanos podríamos vigilar que no se siga deteriorando.

¿Podremos darnos una nueva oportunidad para volver al paraíso? ¿Seremos

capaces como sociedad de hacerlo? El reto es crear un paradigma distinto pa-

ra los habitantes de Bogotá y de la región, con un lenguaje sencillo y a la vez

complejo, como la naturaleza, donde podamos redescubrir senderos posi-

bles y distintos.

Diana Wiesner Ceballos

Arquitecta paisajista - Autora de la propuesta

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Page 14: Libro El Camino de Los Cerros

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

Fundación de Bogotá

José María Vergara y Vergara a Fernán Caballero

Este sitio ha de perder su nombre de Teusaquillo; y así

como doy al territorio el nombre de mi patria, ha de

llamarse esta ciudad |Santafé, por la gran semejanza que

advierto en estos lugares con los de la vega de Granada.

Mirad esa Serrezuela que queda al noroeste, y es el

principado de nuestro buen amigo, el cacique de Suba, el

primer cristiano que ha habido en esta tierra, y a quien

hemos llamado don Alonso de Aguilar. ¿No se os figura

Benalcázar, a la sierra de Elvira? ¿Ese pueblecito que nos

queda al frente y que los naturales llaman Fontibón, no

ocupa exactamente el mismo lugar que nuestra Santafé

en la vega del Genil? Esas colinas llamadas de Soacha que

nos quedan al sur, ¿no se asemejan a las del |Suspiro del

|Moro, donde Boabdil se despidió de su patria con una

lágrima? Aquí quedará Santafé al pie de esos dos cerros,

como Granada al pie de sus collados; y esos dos cerros

los llamaremos al uno Monserrate, y al otro Guadalupe, y

edificaremos en esa cumbre dos capillas.

Page 15: Libro El Camino de Los Cerros

NUESTROS CERROS... ARTE Y PARTE EN LA HISTORIA DE LA CIUDAD

PRIMERA PARTE

Page 16: Libro El Camino de Los Cerros

LOS CAMINOS DE LOS CERROS 14

Nuestros cerros…

arte y parte en la historia

de la ciudad

Cerr

oPan

de

Azúcar

Alto

La

Laguna

Cuchilla

ElC

his

cal

Cuchilla

Serr

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Sierras del Chicó

Barrio Las Cruces

calle 3ª al sur, 1940,

Daniel Rodríguez.

Fotografías propiedad de

Museodebogotá

Page 17: Libro El Camino de Los Cerros

NUESTROS CERROS... ARTE Y PARTE EN LA HISTORIA DE LA CIUDAD15

1

Cañón entre dos montañas.

Los cerros orientales de Bogotá hacen parte de un sistema montañoso

que atraviesa Latinoamérica desde el sur, en Chile, hasta Venezuela. Loca-

lizados en la cordillera oriental, pertenecen al Sistema de Áreas Protegi-

das de la nación y del distrito capital, y poseen alturas que van de los 2.800 a los 1

3.600 metros sobre el nivel del mar. Los cerros comienzan en el Boquerón de

Chipaque, al sur de la ciudad, en la localidad de Usme, en el que se sitúan los

páramos de Cruz Verde, Choachí y Verjón; si continuamos el recorrido hacia el

norte podemos encontrar boquerones, picos y páramos de menor altura, como

el cerro de La Teta, la cuchilla de El Zuque, al sur de Bogotá, los cerros de Monse-

rrate y Guadalupe, en el centro de la ciudad, el cerro El Cable, a cuyos pies se

encuentra el Parque Nacional, el Alto de los Cazadores, a la altura de la calle 86,

el páramo La Cumbrera y los boquerones de San Francisco y San Cristóbal, en

Usaquén, la cuchilla Serrana, a la altura de las Sierras del Chicó, y el cerro Pan de

Azúcar, hasta terminar en la planicie de La Caro, cerca de Chía. Los cerros orien-

tales que bordean la ciudad de Bogotá constituyen 14 mil hectáreas, es decir,

casi el 9% de las 160 mil que tiene nuestro territorio.

Cerr

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Alto

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Parque Nacional Cerro Guacamayas

Cerro Juan Rey Cuchilla El Gavilán

Parque Entrenubes

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LOS CAMINOS DE LOS CERROS 16

Del mar a la montaña

La geografía se transforma con la historia

Hace al menos cien millones de años la Sabana de Bogotá estaba rodeada de

mar. A medida que su profundidad fue disminuyendo empezaron a surgir for-

maciones montañosas hasta que el mar desapareció definitivamente, hace

unos 65 millones de años, convirtiéndose entonces en una planicie costera

cubierta de pantanos y desembocaduras de ríos, donde se acumularon arenas,

arcillas y restos de vegetación que fueron transformando el entorno y dieron

lugar a la formación Guadalupe, un conjunto de montañas que abarca el 53%

de los cerros orientales. Lo que conocemos como los cerros orientales se origi-

naron a raíz de movimientos de la tierra (tectónicos) que ocurrieron alrededor

de hace 10 millones de años.

Contar lo que sucedió entre esa época y la actualidad tomaría mucho tiempo y

sería tema de varios libros. Por ello, vamos a dar un salto en la historia de nuestra

ciudad hasta llegar a los primeros habitantes y vamos a ver qué relación tenían

con los cerros orientales de Bogotá. Sin duda, los cerros han tenido transforma-

ciones importantes, ya que cada grupo humano plantea los usos que cree con-

venientes para su subsistencia. Claro, muchos de ellos favorecen a nuestras

montañas pero otros no. Veremos porqué.

La ciudad de Bogotá, tal como la conocemos actualmente, guarda alrededor de

sus cerros múltiples y entrañables historias. Mucho antes de la Conquista habita-

ban en el altiplano los Muiscas, un grupo social gobernado por caciques, divi-

dido en cacicazgos, separados unos de otros por cerros y montañas, y distribui-

dos en los valles y partes planas de la sabana. Aunque al parecer en los cerros no

había asentamientos de gran importancia, la zona donde se fundó Santa Fe de

Bogotá corresponde a la falda del cerro Guadalupe, lugar en el que se desarro-

llaba el poblado de Teusaquillo, sitio en el que los Zipas tomaban sus baños

rituales. Los indígenas consideraban los cerros como espacios sagrados, y por

eso los cuidaban y celebraban allí sus ceremonias de adoración al sol y extraían

plantas medicinales y sagradas. Toda la naturaleza era sagrada para ellos. Hoy

hemos perdido no sólo esa cultura sino el concepto mismo de lo sagrado, que

debemos tratar de recuperar.

La calma muisca

Cerros tutelares del

centro de Bogotá:

Monserrate

y Guadalupe

Page 19: Libro El Camino de Los Cerros

NUESTROS CERROS... ARTE Y PARTE EN LA HISTORIA DE LA CIUDAD

1520

� Destrucción del bosque

nativo del pie de ladera.

� Primera fragmentación y

alteración del ecosistema.

1538

� Fundación de Bogotá.

� Construcción de

santuarios en los cerros.

1782

� Expedición Botánica e

inventario de especies.

SIGLO XIX

1855

� Primeras reforestaciones

de los cerros con árboles

foráneos.

1861

� Venta de predios de la

Iglesia en los cerros.

1882

� Construcción de las

parroquias de Las Aguas y

Egipto.

1890

� Construcción de tanques

de almacenamiento de

agua en las laderas de los

cerros.

Cerros y ciudad,

487 años

de historia

2

Arbusto de origen europeo. La especie debe su nombre a que las hojas están modificadas en espinas

de hasta 4 cm de longitud.

Augusto Le Moyne,

registró en sus crónicas

"Viajes y estancias en

América del Sur", en 1834,

el estado de los cerros:

"tienen un aspecto triste lo

mismo de lejos que de

cerca, pues sus

alrededores están

desprovistos de árboles…"

17

Nuevos territorios, nuevas realidades

Con la llegada de los conquistadores, aparte de que se cambió totalmente el

sentido cultural y religioso de los primeros habitantes de la sabana, comenzó

también la deforestación de las laderas de los cerros: la leña utilizada para coci-

nar se extraía de los partes altas, al igual que la madera que se utilizaba para la

construcción de casas, iglesias, muebles, y curtiembres. Árboles como el cedro

y el nogal, que antes se consideraban sagrados, fueron talados, y las quebradas

y ríos recibieron otros nombres.

Posteriormente, en particular durante el siglo pasado, producto del aumento de

la población y de la presión del desarrollo urbano, se utilizaron grandes áreas de

los cerros (las que en su momento eran los extremos norte y sur de la ciudad)

para extraer arenas, arcillas y grava con destino a la construcción, lo cual llevó al

exterminio total de la vegetación en estas zonas. Sumado a estos procesos de

extracción está la expansión urbana que poco a poco fue invadiendo toda la

zona del piedemonte de los cerros orientales, fragmentando los ecosistemas

de mayor diversidad biológica.

Ante esta realidad innegable se empezaron a dar los primeros pasos para con-

servar el patrimonio de los cerros. Entendiendo que ellos representan un pul-

món imprescindible para la ciudad se llevaron a cabo acciones de reforestación

con especies foráneas como eucaliptos, pinos y acacias, lo que incidió en la

oferta visual pero no solucionó los problemas de fragmentación de los ecosiste-2

mas originales; así mismo, la plantación del retamo espinoso generó mayores

problemas, tantos que hoy en día persisten y que agravan la degradación de

dichos ecosistemas. Una acción importante fue la compra de terrenos por parte

de entidades públicas como la Empresa de Acueducto de Bogotá, que adquirió

50,3 hectáreas para proteger las fuentes de agua de la degradación que necesa-

riamente produce el desarrollo urbano, y como control y límite para la expansión

de asentamientos informales.

Page 20: Libro El Camino de Los Cerros

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

70

80

Los años setenta

Los años ochenta

Todas las ciudades en el mundo crecen a medida que crece la población, cuando cam-

bian los intereses de sus habitantes o en cuanto suceden fenómenos sociales o políti-

cos que hacen que las personas se desplacen hacia ellas. Sin duda, este ha sido el caso

de Bogotá. Hacia la década de los años setenta, la ciudad comenzó a expandirse hacia

sus cuatro puntos cardinales, lo que por supuesto incluyó a los cerros. Este crecimiento

los impactó e impactó sus ecosistemas, sus fuentes de agua y sus reservas naturales.

La ciudad reaccionó al ver que su mayor patrimonio natural estaba en peligro. Por ello se

inició un proceso formal de protección, a través de decretos y normas dictadas por las

administraciones locales y nacionales. Como primera actuación, mediante Acuerdo 30

del 30 de septiembre de 1976, del Instituto de Recursos Naturales Renovables y del

Ambiente (INDERENA), y aprobado por la Resolución 076 de 1977 del Ministerio de Agri-

cultura, creó lo que todavía hoy en día se conoce como la Reserva Forestal de los

Cerros Orientales, con la que se buscaba proteger las fuentes de agua que abastecen a

la Sabana de Bogotá; allí sólo se permitió la producción de frutos del bosque. Posterior-

mente el Acuerdo 7 de 1979 del Distrito, que regula el ordenamiento del territorio y

define el Perímetro de Servicios como línea que delimita el área dentro de la cual las

empresas distritales suministraban los correspondientes servicios públicos. Esta línea se

asume como perímetro urbano y coincide con el límite occidental de la reserva.

En esta década los ojos de la ciudad se vuelven a los cerros. La dinámica del desarrollo

urbano produjo una valoración distinta de los mismos: en ese momento se volvieron

atractivos, tanto para los estratos altos, que querían tener una vista privilegiada de la ciu-

dad, como para los urbanizadores que vieron la oportunidad de construir ilegalmente y

vender sus proyectos a personas necesitadas.

De esta manera aparecieron nuevos asentamientos de vivienda popular, situados por

fuera del perímetro urbano, los cuales se legalizaron y se integraron al área compren-

dida dentro de este perímetro, sin tener en cuenta la prohibición de desarrollo urbano

en el área de reserva forestal, definida por la Resolución Nacional del 77.

Ante esta arremetida las Administraciones distritales tuvieron que responder con más

planes y programas específicos de protección y reforestación para la recuperación

ambiental de los cerros orientales.

SIGLO XX

1920

� Explotación de los cerros

y desarrollo de las

primeras urbanizaciones

obreras.

1922

� Inicio de la industria

ladrillera en la falda de los

cerros.

1929

� Construcción del

funicular en Monserrate.

1930

� La Sociedad de Mejoras y

Ornatos contrató la

arborización de la ciudad

con urapanes.

1933

� Inauguración del Parque

Nacional, único espacio

público que articula los

cerros con la estructura

urbana.

1938

� Construcción del teatro

al aire libre La Media Torta.

1940

� Revegetalizaciones

aisladas de las cuencas del

río San Francisco y del

cerro Guadalupe.

1944

� El Plan de Soto Bateman

incluye a los cerros como

zonas de reserva.

1949

� Le Corbusier propone

para Bogotá un plan

regional metropolitano.

18

Arriba:

Demolición con maquinaria,

1945, Daniel Rodríguez.

Barrio Los Rosales,

1946, Daniel Rodríguez.

Centro:

Monserrate (aérea),

1966, Saúl Orduz.

Abajo:

Panorámica Parque Nacional

de norte a sur,

1950, Daniel Rodríguez.

Fotografías propiedad de

Museo bogotáde

Page 21: Libro El Camino de Los Cerros

NUESTROS CERROS... ARTE Y PARTE EN LA HISTORIA DE LA CIUDAD

90Los años noventa

Puede decirse que en esta década se aceleraron las construcciones sobre los cerros.

Aparecieron urbanizaciones como Montearroyo, Sierras del Moral, y se desarrollaron las

partes altas de Santa Ana, Santa Bárbara y Bosque de Medina, todas de estratos altos, y

numerosas urbanizaciones informales sobre la salida a Villavicencio. También aumentó

la subdivisión de predios y la construcción de viviendas en todo el valle sobre la cuenca

del río Teusacá, que nace en el páramo de El Verjón y corre detrás de los cerros orientales

hasta el valle del Sopó, alimentando el embalse San Rafael, a la altura de la calle 127. Este

desorden es producto de la flexibilidad normativa que el municipio de La Calera ha

tenido sobre el sector, lo que amenaza el equilibrio ambiental y genera una doble pre-

sión de desarrollo sobre esta importante reserva natural.

En el año 1990 se dio un cambio en la legislación para proteger este crecimiento desor-

denado: se crearon las áreas suburbanas, que son zonas que rodean las áreas urbanas

de la ciudad y de los corregimientos y veredas cercanas. También reciben este nombre

las zonas que rodean las vías de acceso a la ciudad y aquellas donde conviven al tiempo

modos de vida rurales y urbanos. Se definió una regla general para que estas áreas fun-

cionaran y es que estas debían tener usos agrícolas mientras no hicieran parte de las

áreas urbanas, es decir, mientras no se integraran a la ciudad. Sin embargo, esta norma-

tiva trajo consecuencias complejas que hoy se encuentran en debate. A finales de la

década de los noventa, y producto de la Constitución de 1991, se sancionó la Ley 388/97

que obligó a las ciudades del país a crear los Planes de Ordenamiento Territorial, POT,

con el fin de aprovechar las potencialidades de la ciudad, identificar sus problemas y pro-

poner alternativas de solución a los mismos.

1950

� Inicio de explotación de

canteras en el área

comprendida entre los

barrios Santa Ana y Santa

Bárbara. � Desarrollos

como Los Rosales y

Calderón Tejada ocurren

en terrenos de antiguas

canteras, haciendo uso

especialmente de las áreas

planas. � Desde los años

cincuenta hasta los

setenta, por factores

socioeconómicos y

políticos, poblaciones de

origen campesino se

asientan en la localidad de

San Cristóbal de forma

espontánea e informal.

1953-1957

� Construcción del

Hospital Militar.

� Construcción de

viviendas en canteras

abandonadas. � Desarrollo

de vivienda en los cerros

del centro, norte y sur.

� Construcción del

teleférico de Monserrate.

1961

� Ampliación del Parque

Nacional hasta el camino

de Monserrate.

Años setenta

� Inicio de las

parcelaciones de la

Floresta de la Sabana.

� Desarrollo de la avenida

de Los Cerros.

Arriba:

Construcción calle 121

Centro:

La Estrellita

Abajo:

Parque Nacional

19

Page 22: Libro El Camino de Los Cerros

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

XXI

3

Para mayor información consulte la página www.sdp.gov.co

El nuevo siglo

Siguiendo el mandato de la Ley 388, Bogotá adoptó en 2000 el POT, mediante el Decreto

619. En él se ratificó la existencia de la reserva forestal, que ya mencionamos, y su admi-

nistración y manejo por parte de la Corporación Autónoma Regional, CAR; creó los

Corredores Ecológicos de Borde, que son franjas de 50 a 100 metros de ancho en suelo

rural, que integran la ciudad con los cerros y actúan como límites naturales de la ciudad

para facilitar el control del crecimiento urbano ilegal; sin embargo, su manejo no fue

reglamentado. Así mismo, en el año 2003 se adelantó la primera revisión del POT (Decre-

tos 1110 de 2000 y 469 de 2003), cuyas disposiciones fueron compiladas en el Decreto

190 de 2004, que aún se encuentra vigente.

Hoy en día tres entidades: la CAR, el Ministerio del Medio Ambiente, y la Secretaría de Pla-

neación, trabajan conjuntamente para definir las condiciones de ordenamiento de esta

área. (Gráficos página siguiente).

Como podemos observar, la visión de los cerros ha cambiado a lo largo de su historia

desde que fueron asentamiento de los Muiscas. Las Administraciones y los ciudadanos

poco a poco hemos entendido el papel que juegan en el equilibrio ambiental y como

soporte del desarrollo urbano. Muchos habitantes y vecinos de la reserva han empren-

dido varias formas de apropiación, que incluyen grupos de caminantes, observadores

de aves, asociaciones y fundaciones privadas que dan a conocer mediante publicacio-

nes las vías existentes, los valles, ríos y quebradas que enriquecen el paisaje de los

cerros orientales.

De esta manera, entre todos, Administración y ciudadanía, podremos definir frente al

siglo XXI el futuro de los cerros como factor de identidad de Bogotá y como punto de refe-

rencia permanente de una ciudad que cambia.

3

1979

� Definición de los cerros

como área de

conservación forestal, por

parte de la CAR.

Años ochenta y

comienzos de los noventa

� Aparición de los barrios

Juan XXIII y las Acacias.

� Sobre la vía a La Calera

surgen los barrios San

Isidro, San Luis y La

Esperanza, en zonas de

reserva forestal.

1990-2000

� Aparecen en la parte

norte de los cerros las

urbanizaciones Bosque de

Orquídeas, Floresta de la

Sabana, Bosque de Torca.

� Presencia en el norte de

una alta oferta

inmobiliaria, que va de los

estratos dos a seis,

apoyada en la existencia

de lotes en desarrollo,

antiguas canteras, colegios

y comercio. � Presencia de

multifamiliares de estrato

seis, en la zona

comprendida entre las

calles 153 y 127.

2005

� Resolución 0463 que

redefine los límites de la

reserva protectora del

bosque oriental de Bogotá

y crea la franja de

adecuación.

Arriba:

Sierras del Chicó

Centro:

Barrio San Luis

Abajo:

Cerros sector Santa Ana

20

Page 23: Libro El Camino de Los Cerros

NUESTROS CERROS... ARTE Y PARTE EN LA HISTORIA DE LA CIUDAD

DESARROLLO HISTÓRICO DE LA NORMATIVA DEL ÁREA DE ESTUDIO DEL CORREDOR

Suelo urbano

Reserva

forestal

Perímetro

urbano

Área

suburbana

Franja de

adecuación

Desarrollo

urbano

Desarrollo

legalizado

incorporado

Convenciones

1977

Declaración y alinderamiento de la reserva

forestal.

1990 / Acuerdo 6

Definición de área suburbana; permite

incorporaciones a suelo urbano.

2005 / Resolución 463

Creación de la franja de adecuación:

redelimita y sustrae áreas de la reserva.

2006 / PZFA

No se reglamenta en espera del fallo a la

acción popular impuesta a la franja de

adecuación.

2006 / Resolución 1142

Plan de manejo ambiental de la reserva

forestal.

2007

El área aún se encuentra en zona de reserva.

1990 / Acuerdo 6

Definición de área suburbana, permite

incorporaciones a suelo urbano.

2004 / Acuerdo 190

Rectificación del perímetro urbano y

ratificación del suelo de reserva forestal.

Crea el corredor ecológico de borde.

21

Área detallada

Page 24: Libro El Camino de Los Cerros

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

Los cerros, una reserva natural

Climas especiales

Los cerros de Bogotá son un lugar lleno de sorpresas. En un recorrido por

sus múltiples caminos podríamos encontrarnos con aves, reptiles, anfi-

bios, orquídeas (unas 77 especies), bromelias (47), en fin, un sinnúmero

de especies vivas que enriquecen el paisaje y complementan la presencia de

quebradas, árboles nativos y otras variedades que se desarrollan en un clima

muy particular.

Los cerros de Bogotá no tienen un solo ecosistema, es decir, posee diversos gru-

pos de seres vivos cuyos procesos vitales se relacionan y se desarrollan en un

mismo ambiente. En los cerros encontramos el ecosistema alto andino, que se

ubica en alturas entre 2.900 y 3.800 metros sobre el nivel del mar; allí hay una mar-

cada presencia de árboles y arbustos que miden de tres a ocho metros de alto.

Los robledales y los bosques de niebla, los raques, encenillos y tibar, son típicos

de estos ecosistemas.

El ecosistema bajo andino se encuentra también en los cerros con una altura

aproximada de 2.600 metros, y se caracteriza por la presencia de alisos y cedros.

Otro ecosistema es el de subpáramo, cuya altura va de 3.000 a 3.200 metros.

Éste se caracteriza por tener una vegetación enana, que resiste muy bien los

vientos fuertes. En ese contexto se desarrollan actividades agropecuarias, fores-

tales y mineras, cuya referencia son las canteras, sitios de los que se extrae de la

montaña la arena y la gravilla necesarias para construir la ciudad. Es común ver-

las cuando se recorren zonas como Usaquén, donde aún se puede observar el

deterioro de las montañas por esta actividad.

Por último, en los cerros orientales encontramos el ecosistema de páramo, que

se encuentra en alturas que van desde los 3.200 metros y más. Este ecosistema,

aunque es el de menor extensión en los cerros, es de suma importancia ya que

allí se produce y almacena el agua que se necesita para su supervivencia.

22

Page 25: Libro El Camino de Los Cerros

LOS CERROS, UNA RESERVA NATURAL

Las especies

Si hacemos un recorrido por estos ecosistemas

podemos encontrar algunas especies que predo-

minan en los tres ambientes. Aunque no se

encuentran en abundancia es muy probable que

conozcamos algunas de ellas:

Laurel

Helecho

Tuno

CucharoEncenilloRodamontes

Amargoso

Saltón

Uvo de páramo MusgoFrailejón

OrquídeaSietecueros

23

2.6

00

msnm

entr

e2

.90

0y

3.8

00

msnm

entr

e3

.00

0y

3.2

00

msnm

3.2

00

ym

ás

msnm

RaqueChusque

Páramo:

Subpáramo:

Alto andino:

Bosque de Lauráceas:

Cedral:

Bosque de Alisos:

Frailejón, Uvito de páramo, Romero de

hoja ancha, Chusque, Musgo saltón, Espino

espuelo, Té de Bogotá, Puyas.

Tagua, Romero blanco, Amargoso,

Canelo, Ají de páramo, Sietecueros de Páramo,

Laurel dorado, Oreja de mula, Mano de oso

bogotano, Helecho, Pegamosco, orquídeas .

Higuerillo, Cucharo, Rodamonte,

Montañero, Encenillo, Arrayán, Raque, Mortiño,

Carbonero, Helecho marranero, quiches.

Aliso, Cedro, Raque, Garrocho,

Tuno, Espino, Arrayán, Mano de Oso, Cucharo.

Laurel, Tibar, Trompeto,

Cucharo.

Cedro, Tibar, Almanegra, Tunos.

Aliso, Raque,

Garrocho.

Bajo andino:

Page 26: Libro El Camino de Los Cerros

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

Una fauna escondida

Al igual que lo que sucede con la flora, en los cerros

orientales de Bogotá es posible encontrar esporádi-

camente una gran variedad de aves, mamíferos, rep-

tiles y anfibios. Copetones, lechuzas, búhos, mur-

ciélagos, armadillos, ranas, salamandras y hasta

lagartos hacen parte de la larga lista de especies

que recorren nuestros cerros, ¡y no sabíamos que

estaban allí!

Reptiles: se encuentran principalmente 4 familias,

5 géneros y 5 especies, entre las que se cuentan

lagartos de collar negro, iguanas, culebras sabane-

ras y lagartijas.

24

CopetónLechuzaCucarachero común

Rana

Mirla

Lagarto

Mamíferos: existen 14 familias, 17 géneros y 18

especies. La familia que se destaca por poseer más

especies y géneros es la Molosidae, a la que perte-

necen los temidos pero inofensivos murciélagos.

También es posible encontrar ardillas, conejos, chu-

chas, guaches, ratas y ratones, curíes y armadillos.

Page 27: Libro El Camino de Los Cerros

LOS CERROS, UNA RESERVA NATURAL

Anfibios: en este grupo encontramos salaman-

dras, ranas de dardo y ranas arbóreas. En total hay 3

familias, 6 géneros y 9 especies.

Aves: existen registros de 30 familias, 92 géneros y

119 especies. Las que más se destacan son los coli-

bríes, tominejos, monjitas, siriríes, petirrojos titiribí,

chisgas cabecinegras, canario semilleros, canario

bogotanos, copetones, gorriones, tángaras, lechu-

zas, búhos bogotanos, gallinazos, mirlas sinsontes,

cucaracheros y águilas polleras y de cabeza amarilla.

Especies amenazadas

Vale la pena llamar la atención sobre el hecho de

que la constante caza de especies, la tala de árboles

y la contaminación de suelos y agua han producido

muchas pérdidas en el hábitat en el que viven, ani-

dan y se alimentan muchas de las especies que

mencionamos. Por eso es importante que todos

nos apropiemos de los cerros y de su riqueza, que la

sintamos como nuestra y que la cuidemos como se

cuidan el jardín de la casa o los animales domésti-

cos. Si no lo hacemos, tristemente algunas de estas

especies tendremos que verlas sólo en las fotogra-

fías de los libros.

25

Guache

Leptophobia aripa aripa

Tángara Carbonero Grillo

Dryas iulia

Page 28: Libro El Camino de Los Cerros

LOS CAMINOS DE LOS CERROS 26

Arriba:

Quebrada Rosales

Centro:

Quebrada La Vieja

Abajo:

Río San Francisco

Ríos y quebradas

El área de estudio se extiende sobre dos cuencas,

en el norte la del río Juan Amarillo, y en el sur la del

río Fucha. En ellas nacen 2 ríos de los cuales hacen

parte 53 quebradas. Un análisis de los caudales

mínimos para las quebradas de la parte frontal de

los cerros orientales, permite observar que en

periodos de retorno de 5 hasta 100 años, la mayoría

presentan valores de cero, y en general son sólo los

ríos San Cristóbal y San Francisco y las quebradas

Yomasa, Arzobispo y La Chorrera los que transpor-

tan agua permanentemente.

La mayoría de las 53 quebradas que se ubican en

los cerros se encuentran en estado natural pero

algunas están deterioradas debido a la deforesta-

ción y a la transformación que causa en el ambiente

la reforestación con especies vegetales foráneas

que, aunque se desarrollan rápidamente, no son

adecuadas para el suelo de nuestros cerros. Las

basuras, la construcción de alcantarillados informa-

les, la invasión y la construcción de canteras, tam-

bién contribuyen al deterioro de las aguas. Pero no

todo es negativo. Por ejemplo, la quebrada La Vieja,

de Chapinero, se encuentra en un proceso de recu-

peración emprendida por la Asociación de Vecinos

Amigos de la Vieja. Muy seguramente muchas de

nuestras quebradas pueden ser “adoptadas” o apa-

drinadas por grupos ecológicos que quieran que el

agua de los cerros se preserve.

Page 29: Libro El Camino de Los Cerros

LOS CERROS, UNA RESERVA NATURAL27

Quebrada Soratama

Quebrada Arauquita

Quebrada San Cristóbal

Quebrada El Cedro

Quebrada Bosque de Pinos

Quebrada Contador

Quebrada Bosque Medina

Quebrada Trujillo

Quebrada Callejas

Quebrada Santa Bárbara

Quebrada Chorrera (Molinos)

Quebrada Pozo Claro

Quebrada Chicó

Quebrada San José

Quebrada Rosales

Quebrada La Vieja

Quebrada Los Olivos

Quebrada Las Delicias

Quebrada Pardo Rubio

Río Arzobispo

Quebrada Choachí

Quebrada Santo Domingo

Quebrada Las Brujas

Río San Francisco

Quebrada Roosevelt

Quebrada Padre de Jesús

Río Fucha (San Cristóbal)

Quebrada Aguas Claras

Quebrada La Laguna

Quebrada El Chuscal

Quebrada Ramajal

Quebrada Los Toches

Quebrada Aguamonte

Quebrada Chorro Silverio

Quebrada Chiguaza

Quebrada Seca

Quebrada Mochón del Diablo

Quebrada San Bruno

Quebrada Santa Isabel

Quebrada Manzanares (San Agustín)

Quebrada Chorrerón (Canal Laches)

Quebrada Mina Vitelma

Quebrada Morales

Quebrada Nueva Delhi

Quebrada San Camilo

Quebrada Verejones

Quebrada Santa Librada

Quebrada Bolonia

Quebrada El Raque

Quebrada San Pedrina

Quebrada Arrayanal

Quebrada Yomasa

SECTOR

NORTE

SECTOR

CENTRO

NORTE

SECTOR

CENTRO

SECTOR

SUR

CU

EN

CA

JU

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LO

CU

EN

CA

FU

CH

A

Page 30: Libro El Camino de Los Cerros

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

D

Las miradas de los cerros

esde tiempos inmemoriales los cerros han tenido diversos puntos de

encuentro con la ciudad y con sus ciudadanos quienes hemos encon-

trado en ellos un sitio clave para representar nuestras creencias religio-

sas, y nuestras tendencias culturales. A lo largo del tiempo hemos convertido a

los cerros en lugares de peregrinación, miradores urbanos, o, incluso, en refe-

rentes de ubicación para orientarnos desde cualquier sitio de la ciudad. ¿Quién

no ha recorrido u observado a otros subir a pie, corriendo, o incluso de rodillas,

los cientos de escalones que separan la falda de la montaña hasta la iglesia de

Monserrate? ¿Quién no ha divisado a lo lejos la majestuosidad de la Virgen que

corona el cerro de Guadalupe? No muchas personas podrían responder positi-

vamente porque estos íconos son tradicionales y ocupan un lugar especial en el

imaginario de la gente.

Los cerros son prácticamente una muralla natural que rodea toda la urbe, y por

eso podemos percibirlos a partir de diversas miradas: desde cualquier punto de

ellos puede divisarse una panorámica de toda la ciudad; en el norte podríamos

destacar la vista sobre la sabana de Bogotá, los cerros de Suba, y, además, Chía y

Cota. A la altura de las localidades de Chapinero y Santa Fe podemos apreciar los

avances del desarrollo urbano, particularmente el que corresponde al centro de

la ciudad. En las localidades de San Cristóbal y Usme se puede ver parte del sur,

especialmente la zona rural de esta última.

Los cerros,

patrimonio cultural y religioso

28

Viajes por el interior de las provincias de

Colombia

John Potter Hamilton

Biblioteca V Centenario, Viajeros por Colombia, Colcultura,

Bogotá, 1995

Divisamos una hermosa vista de Bogotá a distancia

de tres o cuatro leguas. Está situada al pie de una

cadena de montañas que cierran el límite de la

sabana de Bogotá; la hermosa catedral y los

conventos de Guadalupe y Monserrate en la cumbre

de las dos colinas son objetos llamativos y

conspicuos.

Page 31: Libro El Camino de Los Cerros

LOS CERROS, PATRIMONIO CULTURAL Y RELIGIOSO29

Pero los cerros no se limitan a ser miradores de la ciudad. Si es la ciudad la que

decide mirarlos, podemos encontrar elementos naturales como sus formacio-

nes montañosas, la vegetación y los recursos hídricos. Entre estos valores, llama-

dos también bióticos por referirse a seres vivos, se encuentran elementos natu-

rales muy atractivos desde el punto de vista paisajístico como los cerros El Zuque

y La Teta, en la localidad de San Cristóbal; Los Frailejonales, en el piedemonte del

cerro El Zuque; los bancos de orquídeas y los bosques de eucalipto en la locali-

dad de Usaquén.

De otra parte, y particularmente en las mañanas despejadas, es posible ver otros

cerros desde los cerros. En efecto, en la falda de Monserrate, a la altura del Par-

que Nacional se pueden visualizar los nevados del Tolima y del Ruiz.

Asimismo, los cerros se dejan recorrer por dentro. Ejemplo de este acerca-

miento poco conocido son las cuevas localizadas en los cerros de Santa Ana, y,

además, atrás de ellos podemos encontrar la región que los circunda. Por últi-

mo, podemos encontrar una sexta perspectiva de los cerros: la de los caminos.

Recorrerlos, de un extremo al otro nos permite apreciarlos y conocer sus poten-

ciales y riquezas.

(1) Los cerros miran la ciudad

(2) La ciudad mira los cerros

(3) Los cerros se miran entre sí

(4) Los cerros por dentro

(5) Detrás de los cerros

(6) Los caminos de los cerros

1

2

3

4

5 6

Page 32: Libro El Camino de Los Cerros

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

SANTUARIO DE MONSERRATE

Monserrate o “Monte en forma de dientes”, con 3.152

metros de altura, acoge el santuario construido en 1640 por

Pedro Solís de Valenzuela en honor de Nuestra Señora de

Monserrate, originaria de un monte de España, muy cercano

a Barcelona. La obra fue terminada en 1657, gracias a la

colaboración de los santafereños, quienes con gran esfuerzo,

y como penitencia, subían materiales para la construcción.

Fue reconstruida a comienzos del siglo XX, y se derrumbó por

una falla en su estructura. El templo actual se terminó en

1925, y es uno de los mayores atractivos turísticos de la

ciudad. La tradición popular cuenta que la imagen del Cristo

Caído llegó por equivocación al santuario, pero que cuando

la iban a bajar se hacía inmensamente pesada y cuando la

subían era muy liviana. Al santuario de Monserrate se llega

por tres caminos: a pie, por teleférico o por funicular.

30

TORRES DEL SILENCIO

Tótem en la cordillera

(…) Allá arriba está el tótem y allá abajo la ciudad, como si

una imagen sagrada, similar a las de las civilizaciones

primitivas, hubiera decidido protegerla y vigilarla. El enclave

especial de Bogotá en un alto páramo entre dos cordilleras,

su clima frío y su cielo grave, le confieren naturalmente un

aire de lugar sagrado (…). (…) De ahí que la coincidencia

entre la inmensa obra escultórica realizada por Eduardo

Ramírez Villamizar en el flanco de la montaña bogotana, y la

naturaleza peculiar de la ciudad, sea tan aguda y reveladora.

(…). Fragmentos del folleto Ramírez Villamizar, escultor,

MAM, Bucaramanga, 1989, texto inédito de Marta Traba.

ORIGEN DEL SANTUARIO DE LA PEÑA

El 10 de agosto de 1625, Bernardino de León, un hombre

humilde de Santa Fe de Bogotá, encontró en los cerros al

oriente de la capital y detrás de la Iglesia de la Peña, las

imágenes de Jesús, María, José y el Arcángel San Miguel

delineadas en la roca viva. Cuando las autoridades

eclesiásticas comprobaron el hecho, sin poder explicar el

origen de tales figuras, autorizaron a los ciudadanos para que

las veneraran públicamente. Desde el año 1716 el Santuario

de la Peña se presenta como una joya en el patrimonio de

Bogotá. Además, la parroquia cuenta con obras de arte de

grandes maestros como Gregorio Vásquez Arce y Ceballos,

Pedro de Laboria, y el pintor colombiano Gonzalo Ariza,

entre otros.

Cultura y religión

Otro de los elementos referenciales de los cerros es el rico patrimonio cultural

que ofrecen, representado en monumentos, obras de arte, objetos históricos,

infraestructuras en desuso y manifestaciones religiosas. Podemos destacar algu-

nos de ellos, los más reconocidos por los ciudadanos, pero no por ello los únicos:

Abajo:

La Virgen de Guadalupe es un

referente tradicional de los

cerros orientales

Page 33: Libro El Camino de Los Cerros

LOS CERROS, PATRIMONIO CULTURAL Y RELIGIOSO

ON

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HC

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AB

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SI

RC

NA

S

E

MS

U

31

En el barrio Delicias del Carmen, en San Cristóbal Norte, fue

emplazada por la comunidad una virgen sobre el antiguo cauce de

la quebrada que lleva el mismo nombre.

En el Parque Nacional, en el sector de los cerros, está ubicada una

obra del escultor colombiano Eduardo Ramírez Villamizar, llamada

Las Torres del Silencio. La escultura está conformada por 16 torres

de concreto que se encuentran sobre una colina desde donde se

tiene una vista espectacular del centro internacional.

En el cruce de la avenida Circunvalar y el río San Francisco se

encuentran tres elementos patrimoniales: el antiguo puente sobre

el río; el Chorro de Padilla, una pila de agua que servia

antiguamente para surtir del líquido a los habitantes de los barrios

vecinos; y el molino de San Francisco, uno de una serie que se

encontraban sobre el río y que servían antiguamente a la industria

harinera.

En el centro de Bogotá, en una ubicación visible en la mayoría de

la ciudad, se encuentran los santuarios de Monserrate, con su

iglesia y el monumento al Señor Caído, objeto constante de

peregrinación, y el de Guadalupe, con una virgen de 15 metros de

altura construida por el escultor Gustavo Arcila Uribe, en 1946, y

una pequeña ermita consagrada a la Virgen, además de un

mirador desde donde se puede apreciar una imponente vista de la

ciudad.

Sobre la vía a Choachí se encuentra una antigua casona donde

funciona una cárcel de menores, llamada Hogar de la Poesía.

Sobre la misma vía y un poco más al sur se encuentra un puente

sobre el río San Agustín, que era el límite sur de la ciudad. Muy

cerca de allí está ubicado el santuario de la Peña lugar de

peregrinación que rememora la aparición de la Virgen en un lugar

cercano. Desde este punto también hay una excelente vista del

centro de la ciudad.

En el límite entre las localidades de Santa Fe y San Cristóbal se

encuentra la primera planta de tratamiento de aguas del país, la

de Vitelma, construida entre 1933 y 1938 en los cerros orientales

de Bogotá. La puesta en funcionamiento de esta planta y de la

represa de la Regadera que la alimentaba, fue un avance

importante en la cobertura y la calidad del servicio para los

habitantes de la ciudad.

Page 34: Libro El Camino de Los Cerros

CERROS ORIENTALES: PATRIMONIO ECOLÓGICO Y RECREATIVO DE BOGOTÁ

Los cerros cuentan

Conservación, 4%

Transfomación /

Invasión biológica, 1%

Degradación, 39%Alteración, 11%

Invasión

biológica

alteración, 2%

Transformación, 21%

Paramización, 0%

Deterioro, 20%

Deterioro / Invasión

biológica, 2%

32

Cobertura vegetal en el corredor

Crónicas de Bogotá

Por Pedro M. Ibáñez

En los cerros del oriente de la ciudad nacen los

siguientes riachuelos, que corren de Este a

Occidente: en Chapinero, barrio de la ciudad, dos

arroyos llamados quebradas;. entre este barrio y el

de Las Nieves, el riachuelo del Arzobispo, que forma

la cascada de La Ninfa; en el páramo de Choachí

nace el río San Francisco, que corta, con escaso

caudal, la ciudad, dejando, antes de entrar en ella,

agua para el servicio del acueducto público; en los

cerros de Guadalupe y La Peña nacen dos arroyuelos

llamados Manzanares y El Chuscal, origen del San

Agustín, más pobre en caudal que el San Francisco, y

que a él se une en la carrera 13. Una milla al sur del

área de población corre el río Fucha, que nace en el

páramo de Cruzverde, y a poco más de 5 kilómetros

al Sur, el Tunjuelo, el más caudaloso de los

nombrados, embellece las inmediaciones de la

capital. Todos estos ríos desembocan en el Bogotá o

Funza, Eunzha de los chibchas, y Patí de los panches,

que corre en el centro de la Sabana de Norte a Sur, y

forma, al separarse de ella, la magnífica cascada del

Tequendama. Es el río Funza la grande arteria del

sistema hidrográfico de Bogotá y de la Sabana.

Mezquinos arroyuelos, llamados quebradas de

Monserrate, San Diego, San Bruno, La Mosca, San

Juanito y La Calera, nacen en las faldas de los cerros

y llevan sus escasas aguas a los mayores ya

nombrados. Las aguas de Bogotá son límpidas y

excelentes para tomar, por lo notablemente finas.

Área total de la reserva forestal de los cerros

orientales

Área total ocupada con usos urbanos

Áreas ocupadas con barrios legales e ilegales

Áreas ocupadas con otros usos

Área corredor ecológico y recreativo

Estado de conservación del área del corredor

14.116 hectáreas.

557 hectáreas, parte de las cuales están

construidas.

339 hectáreas con barrios de origen informal.

149 hectáreas corresponden a barrios

legalizados.

190 hectáreas a barrios sin legalizar.

218 hectáreas ocupadas con incorporaciones o

predios con licencia, canteras e infraestructu-

ra de servicios.

415 hectáreas sin ocupar ubicadas entre la Re-

serva Forestal y los usos urbanos; es el área

donde se estudia y propone el Corredor ecoló-

gico y recreativo de los cerros orientales y don-

de se concretan “Los caminos de los cerros”.

96% con algún grado de transformación.

4%, es decir 16,6 hectáreas, se encuentran en

estado de conservación y aún mantienen la

apariencia externa de la vegetación nativa ca-

racterizada por el bosque altoandino.

Page 35: Libro El Camino de Los Cerros

LOS CERROS CUENTAN

3.2

00

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n

33

Page 36: Libro El Camino de Los Cerros

CERROS ORIENTALES: PATRIMONIO ECOLÓGICO Y RECREATIVO DE BOGOTÁ

Amenazas y futuro de los cerros

Diario de la Independencia.

José María Caballero

Biblioteca Banco Popular, Bogotá, 1974. Tomado de Ojos sobre

Bogotá, Alfredo Iriarte, Universidad de Bogotá Jorge Tadeo

Lozano, Bogotá, 1999.

1743. Viernes 18 de octubre sucedió en esta capital

un gran terremoto que duró siete minutos; se

vencieron las más de las iglesias y muchas casas, y se

cayó la ermita de Monserrate y la de Guadalupe lo

mismo, y la campana grande se vino a encontrar más

debajo de la mitad del cerro. Sucedió esto entre 10 y

11 del día. A esta hora sacaron a su majestad de

todas las iglesias en procesión. Por todas las calles y

plazas la gente andaba asustadiza y pasmada.

34

Perdiendo un tesoro natural

La ciudad: principal amenaza de los cerros

Como ya lo vimos en el apartado de las reservas naturales, los ecosistemas de

los cerros son especiales, y podríamos decir que únicos en el mundo. No es fácil

encontrar muchos lugares que combinen en un mismo sitio vegetaciones de

páramo y de bosque alto andino. Infortunadamente, gran parte de la riqueza

biológica de los cerros ha desaparecido a causa del desarrollo urbano. Sólo en el

área de estudio de las 415 hectáreas donde se propone el corredor ecológico y

recreativo de los cerros, es decir en una muestra del 2,93 del total de la reserva

sin ocupar que colinda con usos urbanos, observamos que el 96% del área tiene

algún grado de transformación y sólo el 4%, equivalente a 16,6 hectáreas de la

misma, se encuentra en estado de conservación.

Aunque de muchas y positivas maneras la ciudad y los cerros se integran, tam-

bién es cierto que ellos han sufrido muchos deterioros desde que surgió la ciu-

dad en la Sabana. En un primer momento ellos fueron el sitio ideal para pro-

veerse de madera y de agua, insumos que fueron vitales para el desarrollo urba-

no. Posteriormente, en el siglo XX, con la expansión de la ciudad y con las nue-

vas técnicas de construcción, los cerros volvieron a jugar un papel importante

en el desarrollo urbano, ya que de sus entrañas se extrajeron muchos de los

materiales necesarios para el crecimiento físico de Bogotá. Infortunadamente la

expansión de la ciudad, propiciada por el arribo de más habitantes y visitantes, y

por ser la capital del país, ha generado la necesidad de espacio adicional, lo que

ha presionado aún más la ocupación de los cerros. Este afán de construcción,

muchas veces descontrolada o ilegal, se ha convertido en una nueva amenaza

para su degradación.

Page 37: Libro El Camino de Los Cerros

AMENAZAS Y FUTURO DE LOS CERROS35

Aunque existen alternativas de solución para estos problemas, como lo vere-

mos más adelante, también es bueno dar un vistazo a algunos de los más repre-

sentativos que aquejan a los cerros. Conocerlos nos puede ayudar a resolverlos.

De las 114.116 hectáreas que tiene la reserva forestal de los cerros orientales 339,

es decir 2,40% del área, se encuentran ocupadas por barrios de origen informal.

Aun cuando el porcentaje es mínimo (2,39 del área total), el impacto sobre el

ecosistema de los cerros ha sido alto. Un gran porcentaje de la cobertura vegetal

nativa ha sido reemplazado por canteras, vías y asentamientos humanos. En la

zona se encuentran 35 barrios legalizados, 29 barrios en trámite y 22 incorpora-

ciones. En la localidad de Usaquén se encuentran la mayoría de barrios (23); le

sigue San Cristóbal con 17, Chapinero donde se localizan 14 barrios, y, finalmen-

te, Usme y Santa Fe que tienen el menor número, 6 y 4 barrios respectivamente,

los cuales se encuentran legalizados. En los barrios localizados en las zonas más

altas de la localidad de Usaquén como Soratama, Cerros del Norte y Santa Ceci-

lia Norte parte alta, hay muchas dificultades para que sus habitantes puedan

movilizarse; aún así, su ingenio se ha convertido en una oportunidad de servi-

cio: se han adecuado carros de tracción 4 x 4, que son los únicos que pueden

subir estas altas pendientes. En esta zona también se encuentra el mayor

número de canteras, que en la actualidad se encuentran cerradas. La totalidad

de barrios no cuentan con espacios públicos recreativos, con excepción de

pequeñas zonas verdes.

Como podemos ver, los cerros enfrentan muchos peligros; algunos son ocasio-

nados por fenómenos naturales y otros por nosotros mismos, ya que no los pro-

tegemos lo suficiente. Una buena manera de contrarrestar estos efectos negati-

vos es actuar en conjunto y propiciar que las autoridades intervengan de

manera articulada para protegerlos. Estos son algunos de los problemas que

enfrentan los cerros en la reserva, y sobre muchos de ellos podemos actuar para

evitarlos:

Presión constante

Factores de riesgo de destrucción de los cerros

Incendios forestales en época de verano.

Crecientes y avalanchas.

Inestabilidad de los suelos.

Deforestación.

Presencia de plantaciones forestales no nativas.

Presencia de cultivos y pastizales, incompatibles con la reserva.

Minería.

Viviendas ubicadas en zonas de alto riesgo como zonas de canteras abando-

nadas.

Presencia de 245 torres y antenas de telecomunicación.

Desconocimiento por parte de los propietarios de predios, acerca de las limi-

taciones que impone la reserva forestal y de las medidas de manejo plantea-

das por la CAR.

Falta de un inventario de predios baldíos existentes en la zona.

Falta de recursos financieros, logísticos y humanos para que la autoridad am-

biental controle el uso de los recursos de la reserva.

Falta de claridad sobre la definición de asentamientos humanos que puedan

considerarse como parte de la zona de reserva.

Presencia de usos incompatibles con los objetivos de una reserva forestal

protectora.

Degradación por construcción Invasión por retamo espinoso Degradación por ocupación

Page 38: Libro El Camino de Los Cerros

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

Un proyecto de vida para los cerros

Después de conocer la riqueza de nuestros cerros y sus proble-

mas prioritarios, es necesario también plantear propuestas visi-

bles que garanticen un futuro en armonía con la ciudad y con to-

dos nosotros. Para detener la cadena de impactos negativos sobre

los cerros, la ciudad propone la creación de un Corredor ecológi-

co y recreativo de los cerros orientales de Bogotá, el cual es fruto

de un estudio que recoge, identifica e integra varias alternativas

de solución en los temas sociales, de infraestructura y biofísicos

de los cerros orientales.

El corredor está contemplado en las áreas sin ocupación dentro

de los límites establecidos por la Franja de Adecuación o el área

de transición entre la ciudad y la Reserva Forestal de los cerros

orientales. Con aproximadamente 415 hectáreas y 52 kilómetros

de extensión, de propiedad pública, cruza la ciudad desde el ex-

tremo sur en Usme, pasando por las localidades de San Cristóbal,

Santa Fe, y Chapinero, hasta llegar a la calle 193, en Usaquén, al

norte de la ciudad Este corredor tiene un ancho variable entre 12

y 1.250 metros. En el sur se desarrolla entre las cotas 3.210 y

3.050 metros y en el norte entre las cotas 2.820 y 2.650. Es una

propuesta concreta para el ordenamiento del borde de los cerros

orientales de la ciudad y el borde occidental de la reserva.

Este corredor es quizás el patrimonio ambiental más significativo

de la ciudad y puede convertirse en un elemento de competitivi-

dad en el futuro. Su potencial se basa en una gran conciliación de

los habitantes y ciudadanos para recuperar el área más deteriora-

da de los cerros: su pie de ladera.

El corredor es una propuesta, un modelo de ordenamiento iden-

tificado que aún no es realidad, por lo tanto, algunos de los ele-

mentos que se describirán se refieren a potenciales que el estudio

identificó. Para hacerlo viable las propuestas serán evaluadas pa-

ra incorporarse al plan de ordenamiento de la ciudad, previa auto-

rización de las autoridades encargadas de este tema.

Las propuestas que se presentan a continuación están detalladas

en el Plan Director del Corredor Ecológico y Recreativo, e inclu-

yen el manejo del agua, la señalización, los tipos de sendero,

entre otros.

Page 39: Libro El Camino de Los Cerros

CORREDOR ECOLÓGICO Y RECREATIVO DE LOS CERROS ORIENTALES DE BOGOTÁ

SEGUNDA PARTE

Page 40: Libro El Camino de Los Cerros

LOS CAMINOS DE LOS CERROS 38

Más espacio público y naturaleza para todos

Rol regional

El modelo de Corredor ecológico y recreativo de los cerros orientales de

Bogotá, que se plantea como una estrategia social, biofísica y de infraestructura

que incluye un recorrido de 52 kilómetros de norte a sur, busca promover todos

esos elementos que los ciudadanos identificamos como valores simbólicos,

ambientales, patrimoniales y paisajísticos de los cerros orientales. Este proyecto

es de tal importancia que si se concreta tendremos ventajas muy importantes

en el mediano plazo: habría una mayor conectividad entre la ciudad y la región,

podríamos disfrutar más fácilmente el paisaje de los cerros, tendríamos más

espacios de recreación y de educación ambiental, podríamos recuperar con

mayor rapidez la biodiversidad de nuestros cerros, habría mayor seguridad,

ampliaríamos las áreas de uso público, permitiría un mayor control sobre el desa-

rrollo urbano en áreas de reserva, crearíamos más lazos afectivos con los cerros,

y nos apropiaríamos de un territorio que siempre ha sido nuestro pero que siem-

pre vemos de lejos. Lograríamos, en suma, una integración entre los cerros, la

ciudad y toda la población de Bogotá. Todos ganaríamos, si todos pusiéramos

de nuestra parte. Así ha sucedido en Río de Janeiro, Caracas y otras ciudades lati-

noamericanas que han protegido y aprovechado turística y recreativamente sus

montañas urbanas de manera sostenible económica y ambientalmente.

Una de las funciones más importantes que cumple el corredor son las relacio-

nes biofísicas que los integran como pieza ecológica dentro de la Estructura Eco-

lógica Regional. La actuación sobre dicho corredor contempla como principio

Corredor ecológico y recreativo

de los cerros orientales de Bogotá

Page 41: Libro El Camino de Los Cerros

CORREDOR ECOLÓGICO Y RECREATIVO DE LOS CERROS ORIENTALES DE BOGOTÁ39

Estrategia de desarrollo socio cultural:

el mayor pacto de borde de la ciudad

Esta estrategia busca que todas las personas que vivimos o disfrutamos de los cerros

de Bogotá tengamos más oportunidades en cuanto a desarrollo social, que nos apro-

piemos del territorio, que planeemos conjuntamente con las autoridades su destino,

que tengamos actividades sostenibles para su preservación y que realicemos accio-

nes efectivas para contener la expansión sobre sus espacios. Para lograr estos objeti-

vos esta estrategia integra programas de seguridad, de convivencia y participación

ciudadanas, de educación ambiental, actividades productivas, y el rescate y apropia-

ción del patrimonio cultural.

Estrategia ambiental y biofísica:

restablecer el ecosistema

Esta estrategia fue concebida para aumentar la conectividad ecológica de los cerros

con la ciudad y la región, y para restablecer progresivamente la biodiversidad del eco-

sistema del pie de ladera que se encuentra alterado.

Estrategia espacial y de infraestructura:

Museo urbano y ambiental a cielo abierto

La estrategia espacial busca demarcar físicamente el límite de la ciudad con la reserva

y disponerla para nuestro uso y apropiación, mediante un sendero con miradores y

estaciones de aprendizaje, con todos los ciudadanos como veedores de su protec-

ción. Este corredor tendrá asociados una serie de proyectos de movilidad, recreación,

educación, cultura y turismo. Este sendero podrá ilustrar, a lo largo de su recorrido, la

historia de la ciudad y de las transformaciones de su geografía.

ESTRATEGIA SOCIAL

Desarrollo social

1

ESTRATEGIA

BIOFÍSICA

� Conservación

� Conectividad

biológica

� Revegetalización

2

ESTRATEGIA DE

INFRAESTRUCTURA

� Manejo del agua

� Usos y actividades

� Criterios de manejo

de la infraestructura

3

ordenador los criterios ecológicos y sociales para la propuesta, dada su situación 4

como ecotono y sus condiciones ambientales y sociales.

Con miras a la zonificación y reglamentación, se tuvieron en cuenta las relacio-

nes regionales bajo tres aspectos:

Su papel como elemento estructurante del desarrollo territorial, por su reco-5

nocimiento como barrera geográfica a nivel regional.

Su función y el valor que tienen como fuente de oferta ambiental y escénica

para la ciudad y la región.

Las relaciones biofísicas que los integran como pieza ecológica dentro de una

Estructura Ecológica Regional por lo cual debe garantizar la conectividad de

las relaciones ecológicas verticales (entre las distintas franjas altitudinales y

transversales). Desde los bosques de aliso de las partes bajas hasta el páramo

de las cimas, pasando por los bosques de cedro, los bosques de lauráceas, las

distintas franjas del encenillal, el cordón de ericáceas y el subpáramo.

Las estrategias del modelo

Para abarcar los impactos más importantes que tendría sobre la ciudad y sus

habitantes, el modelo tiene tres estrategias:

El corredor actuará como zona de ecotonía regional con una doble función: consolidar y contener

el crecimiento de la ciudad a la reserva y mantener la conectividad ecológica entre la ciudad

y la región.

4

Trama de transición entre un ecosistema y otro.5

Camargo Germán, "Análisis ecológico de la dinámica de transformación de los bordes urbanos en

Bogotá D.C.", informe final de investigación, Universidad Piloto de Colombia,2000, Bogotá.

Page 42: Libro El Camino de Los Cerros

LOS CAMINOS DE LOS CERROS 40

ESTRATEGIA DE DESARROLLO

SOCIO CULTURAL

Todos participamos en la construcción

y sostenibilidad del corredor

El estudio del Plan Director del Corredor Ecológico y Recreativo ha identificado

quiénes son los actores, es decir, los beneficiarios directos del proyecto, el

potencial social y cultural de la zona, los procesos sociales que generan en este

momento sus habitantes y las necesidades más apremiantes del territorio. Una

vez obtuvo esta información determinó la aplicación de programas y proyectos

que tengan un alto impacto social en la ciudad, y que este impacto esté de

acuerdo con el eje social del Plan de Manejo del Borde Occidental y de la

Reserva Forestal de los Cerros Orientales de Bogotá D.C. Este plan, elaborado

por la SDP, incluye el diseño de programas, proyectos y acciones para conservar,

preservar, rehabilitar y recuperar los ecosistemas de la reserva forestal, y asume

su ordenamiento, manejo integral y administración.

Se propusieron cuatro programas que agrupan proyectos en cada uno de ellos:

el programa de actividades productivas, el programa de educación ambiental,

el programa de seguridad, convivencia y participación, y el programa de rescate

y apropiación del patrimonio cultural. Los principios que orientan estas pro-

puestas son el desarrollo social, la apropiación territorial, la planeación participa-

tiva, la sostenibilidad y la contención de la expansión.

Programa

de actividades productivas

El programa desarrolla los siguientes proyectos:

Mano de obra local.

Apropiación territorial y convivencia.

Fortalecimiento de procesos sociales para gru-

pos vulnerables.

Busca que utilicemos los recursos que ofrecen los

entornos natural y artificial para que generemos pro-

cesos, proyectos y actividades que fomenten el de-

sarrollo social, humano y productivo, tanto indivi-

dualmente como en comunidades y grupos. A par-

tir de este programa y utilizando las potencialidades

de la población podremos, entre todos, buscar solu-

ciones a los problemas sociales y de calidad de vida

de las comunidades marginadas para que se cons-

truyan oportunidades de vida digna.

Page 43: Libro El Camino de Los Cerros

CORREDOR ECOLÓGICO Y RECREATIVO DE LOS CERROS ORIENTALES DE BOGOTÁ41

Programa

de educación ambiental

Programa de seguridad,

convivencia y participación

Programa de rescate

y apropiación

del patrimonio cultural

Educación para guías ambientales.

Ciudadanos de educación ambiental en la edu-

cación no formal – PROCEDA.

Educación ambiental por medio de aulas am-

bientales.

Proyecto de educación ambiental - PRAE en la

educación formal.

Dentro de este programa se proponen los siguien-

tes proyectos:

Este programa busca que entendamos el tema am-

biental como un todo. No se trata de ver a las plan-

tas, los animales, la vegetación como elementos

individuales sino como un conjunto que se rela-

ciona y genera dependencias, con el que interac-

tuamos diariamente y el que necesita nuestra com-

prensión para emprender una verdadera conserva-

ción. Para ello el programa prevé procesos pedagó-

gicos, de formación, de gestión, de investigación y

de circulación del conocimiento sobre el tema.

El programa contempla los siguientes proyectos:

Reincorporación a la vida civil.

Educación para la convivencia.

Seguridad ciudadana.

Los temas de seguridad y convivencia son un asun-

to de todos. Este programa busca que en los barrios

que quedan cerca de la reserva forestal y en el sen-

dero ecológico los índices de violencia e inseguri-

dad se reduzcan.

Esos proyectos son:

Gestión del patrimonio cultural tangible e intan-

gible.

Investigación y circulación del patrimonio natu-

ral y cultural de los cerros.

Recreación y cultura.

Los proyectos de este programa buscan que todos

valoremos el patrimonio natural y cultural que nos

ofrecen los cerros orientales. No basta con conocer

los monumentos, es necesario cuidarlos, exaltar-

los, utilizarlos y darlos a conocer a los visitantes.

Page 44: Libro El Camino de Los Cerros

LOS CAMINOS DE LOS CERROS 42

ESTRATEGIA AMBIENTAL Y BIOFÍSICA

Para conectar la reserva con la ciudad y

generar una barrera de conservación de la

reserva

� Los corredores ecológicos:

� Los parques ecológicos:

Esta estrategia busca crear corredores y parques

ecológicos.

buscan formar

una conexión biológica entre los elementos na-

turales que existen dentro de la zona.

se localizan en zonas

de coberturas vegetales deterioradas y buscan

la recuperación ecológica integrada a la recrea-

ción pasiva de las comunidades ubicadas cerca

del área.

Para conservar las fuentes de agua:

Corredor Ecológico de Ronda

Para restaurar las laderas de los cerros:

Corredor Ecológico de Ladera

Con un ancho de hasta 30 metros, rodearían las

fuentes de agua de los cerros, tales como quebra-

das y nacimientos de ríos. Como estos corredores

buscan preservar recursos, sólo se permitirá su res-

tauración, no se autorizará la construcción de sen-

deros allí, a menos que sea indispensable para la

conectividad entre la ciudad y el corredor ecológico.

El ancho de este corredor es variable, pero tiene

como mínimo 15 metros. Ubicado en las laderas de

los cerros o en las vías adyacentes, su principal fun-

ción es unir rodales, que son un conjunto de espe-

cies vegetales que pueblan un terreno conectán-

dolo biológicamente con otros corredores, de esta

manera se facilita la circulación y permanencia de

aves y mamíferos asociados.

Page 45: Libro El Camino de Los Cerros

CORREDOR ECOLÓGICO Y RECREATIVO DE LOS CERROS ORIENTALES DE BOGOTÁ43

Manejos y tratamientos

Manejo de la vegetación

en las zonas más alteradas:

Bosques de color

(amarillos, violetas, rojos, verdes, plateados)

Jardín de colibríes

La vegetación del área se va a trabajar restable-

ciendo las coberturas naturales, o creando las que

sean necesarias a través de la restauración ecoló-

gica o con proyectos de paisajismo ecológico.

Como la vegetación de los cerros es tan diversa, se

propone que las plantas y árboles que tienen colo-

res iguales o similares se concentren en algunos

parches, de manera que se pueda disfrutar de un

recorrido, con colores distintos, dependiendo de la

época del año. Por ejemplo, para crear un bosque

de flores amarillas, se pueden plantar en el área

alcaparros, chicalás, borracheros, saucos de hoja

amarilla, y cualquier otro árbol nativo de ese mismo

color.

Existen especies específicas de plantas, llamadas

melíferas, como el abutilón, que resultan atractivas

para las aves, por la dulzura de sus flores. Los coli-

bríes disfrutan especialmente de estas especies. Si

se siembran jardines con ellas u otras con caracterís-

ticas similares, un gran número de colibríes acudirá

a chupar sus flores.

Bosques de perfumes

Bosque de mariposas

¿Imaginan un bosque en el que se puedan cerrar

los ojos y dejarse transportar por el olor de magno-

lios, caballeros de la noche, jazmines, entre otras

especies olorosas? Ese panorama es el que ofrece

la creación de este tipo de bosques.

Si se crean hábitats con vegetación apropiada para

atraerlas, podremos ver a lo largo del año infinidad

de mariposas de todas las especies que viven o tran-

sitan por la sabana .

Page 46: Libro El Camino de Los Cerros

LOS CAMINOS DE LOS CERROS 44

Propuesta

Actual

Bosques frutales

Jardín de orquídeas

Humedales artificiales

Se pueden plantar, cerca de los barrios, árboles

frutales como papayuelo, cerezo, freijoa,

tomate de árbol, brevo, entre otros.

Como si se tratara de crear una especie de “vi-

trina botánica” se puede propiciar la presencia

espontánea de orquídeas seleccionando áreas

cuyas condiciones climáticas y ambientales

sean adecuadas para la supervivencia de estas

hermosas especies.

En las zonas en las que actualmente se forman

empozamientos de agua se pueden generar

este tipo de humedales que permiten la pre-

sencia de especies vegetales y animales. En

algunos de los empozamientos que se forman

actualmente se ha detectado la presencia de la

tingua bogotana. Estos humedales servirían

también como reserva para el programa de pre-

vención de incendios.

Page 47: Libro El Camino de Los Cerros

CORREDOR ECOLÓGICO Y RECREATIVO DE LOS CERROS ORIENTALES DE BOGOTÁ45

Parques ecológicos

� Agronaturismo:

� Turismo de aventura:

� Turismo educativo:

Se plantea crear zonas de acuerdo con la edad de

los vecinos de la reserva, en las que podamos desa-

rrollar actividades recreativas, de agronaturismo y

deporte. También se programarían actividades de

turismo temático, según los intereses de los habi-

tantes.

reconocimiento de proyectos

agroecológicos realizados por redes de organi-

zaciones locales.

se practicarán senderis-

mo y deportes extremos en parajes exóticos y

aislados o en canteras.

visitas guiadas basadas en

experiencias educativas en el medio natural. Allí

aprenderemos a interpretar ecosistemas, cono-

ceremos los valores del uso y la conservación

del agua y de la vegetación.

basado en

productos y lugares que proporcionen salud y

paz espiritual como por ejemplo: agua, plantas,

bosques alejados, contemplación del paisaje.

Quien quiera tener momentos de bienestar físi-

co o mental los encontrará en estos recorridos.

Se plantean igualmente algunos proyectos para au-

mentar la cultura ambiental como la vitrina altoan-

dina para observar la composición florística original

de los cerros, el viverismo satelital, catálogo de espe-

cies en peligro, entre otros.

� Turismo de salud física y mental:

Actual

Manejo del agua: recuperar lo sagrado

Como uno de los objetivos primordiales del mode-

lo es la educación ambiental para todos, el agua es

un elemento fundamental en el corredor ecológi-

co. La idea entonces es que el agua acompañe al

visitante durante todos sus recorridos, por lo que se

pueden crear escaleras para caídas de agua, donde

este recurso sea muy abundante, estanques y cana-

les. Todos ellos disponibles para la contemplación y

la relajación de los visitantes.

La presencia de estanques de aguas lluvias haría

parte de la estrategia de control de incendios ubica-

dos en diferentes partes del recorrido.

Propuesta museos mineros y parques del reciclaje

Page 48: Libro El Camino de Los Cerros

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

Esta estrategia busca fundamentalmente ofrecer-

nos posibilidades de movilidad, de uso de los espa-

cios públicos y de los espacios sociales y comercia-

les que se creen en todos los caminos de los cerros.

Se basa en varios subsistemas:

Movilidad

Espacio público

Equipamientos

ESTRATEGIA ESPACIAL

Y DE INFRAESTRUCTURA

El sendero como equilibrio entre el ecosistema y el hombre

“El camino fue el invento trascendental del hombre primitivo, lo abrió con la

planta de sus pies desnudos…”

46

Page 49: Libro El Camino de Los Cerros

CORREDOR ECOLÓGICO Y RECREATIVO DE LOS CERROS ORIENTALES DE BOGOTÁ47

En el que habría senderos peatonales y ciclorrutas

de montaña, que nos permitirían un desplazamien-

to seguro y amigable con el ecosistema.

En los lugares que sean necesarios se construirán

puentes o sistemas tipo tarabita para atravesar pun-

tos difíciles o zonas de alto valor ecológico que se

deteriorarían con un paso peatonal.

Como la idea no es sólo construir cosas nuevas, se

buscaría integrar las redes de senderos y ecorutas

que ya existan en la reserva forestal con elementos

del espacio público y con hitos urbanos y conectar-

los con la ciudad. Se propuso entonces la creación

de una red de senderos de conexión con la ciudad,

a partir de vías y andenes de la red vial existente.

Subsistema de movilidad

Donde podamos descansar, contemplar el paisaje,

recibir educación ambiental y utilizar la señaliza-

ción como punto de encuentro con amigos y veci-

nos. Se proponen para este subsistema la creación

de miradores urbanos y de los cerros, estaciones de

descanso, puntos de encuentro, umbrales del cerro

y parques ecológicos.

Conformado por espacios a los que podemos acu-

dir para recibir servicios sociales como educación y

comercio. Se propone la creación de aulas ambien-

tales y puntos de servicios complementarios en los

barrios.

Subsistema de espacio público Subsistema de equipamientos

Page 50: Libro El Camino de Los Cerros

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

Para trazar los senderos y ciclorrutas se acordaron

algunos criterios que se deberían tener en cuenta

cuando se vayan a construir:

48

� Se planteó la utilización de caminos existentes o

rastros de senderos de caminantes que ya han

abierto trochas.

� El recorrido debe permitir observar gran diversi-

dad de vegetación y respetar todos los acciden-

tes geográficos: piedras, árboles o curvas de ni-

vel, evitando afectar la naturaleza.

Subsistema

de movilidad

ActualPropuesta corredor ecológico de ladera

� El diseño detallado de cada tramo deberá hacer-

se con mucha sensibilidad y delicadeza, aumen-

tando el valor ambiental y paisajístico de cada lu-

gar, con la identidad que lo caracterice y se iden-

tifique su comunidad vecina.

Page 51: Libro El Camino de Los Cerros

CORREDOR ECOLÓGICO Y RECREATIVO DE LOS CERROS ORIENTALES DE BOGOTÁ49

� Se proponen senderos con diferentes niveles de

dificultad y riesgo, de acuerdo con las caracterís-

ticas de cada zona. Se pueden crear pasos ele-

vados mediante tarabitas y escalada en roca, de-

bidamente señalizados para los usuarios.

� El diseño de los senderos debe plantear recorri-

dos amenos y diversos, tratando de que las posi-

bilidades visuales sean las más interesantes y di-

vertidas.

Propuesta puente colgante y tarabita

Actual

Page 52: Libro El Camino de Los Cerros

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

Actual

Subsistema

de movilidad

Propuesta sendero y ciclorruta de montaña

50

� La ciclorruta de montaña se planteó sobre las últi-

mas vías de los barrios o por vías existentes. En lu-

gares donde las pendientes o la vegetación difi-

culten el trazado no se permitirá la existencia de

este tipo de ruta por el impacto que puede gene-

rar en la zona.

� El sendero se plantea siempre separado de la

ciclorruta de montaña, con excepción de los ba-

rrios en los que se comparte la vía existente.

� El sendero se trazó creando un borde en las zo-

nas de ocupación con el fin de limitar su creci-

miento; esto por supuesto no significa que se va-

ya a desplazar a ningún habitante de las áreas

aledañas al corredor.

Propuesta sendero y ciclorruta de montaña

Actual

Page 53: Libro El Camino de Los Cerros

CORREDOR ECOLÓGICO Y RECREATIVO DE LOS CERROS ORIENTALES DE BOGOTÁ51

Transporte tipo cable

Para complementar los sistemas de movilidad que

existan se propone ubicar sistemas tipo cable aéreo

en aquellos barrios donde es difícil o imposible el

acceso peatonal al corredor, bien sea por las condi-

ciones topográficas o por la distancia.

Calle 193 Barrio la Estrellita Buenavista

Calle 180 El Codito

Calle 166 Soratama La Cita

Calle 160 San Cristóbal Bosque de Pinos

Estación barrio El Paraíso

(calle 42) El Paraíso

Barrios donde podría plantearse

el transporte tipo cable

UNIDAD NORTE BARRIO

UNIDAD CENTRO NORTE

(Localidad de Chapinero)

Senderos de conexión

Están conformados por calles y andenes que ya exis-

ten, por los que se podría acceder al corredor. Allí se

podrían ubicar los puntos de encuentro. Se pro-

pone una red de senderos de conexión del corre-

dor con parques y espacios públicos existentes en

la ciudad.

Propuesta punto de encuentro Actual

Page 54: Libro El Camino de Los Cerros

LOS CAMINOS DE LOS CERROS 52

Subsistema

de espacio público

Miradores y estaciones

El corredor deberá convertirse en un gran museo a cielo abierto en el que poda-

mos conocer la historia de la ciudad desde los miradores y estaciones. La histo-

ria de los miradores es la historia de los barrios, de las construcciones, pero tam-

bién del agua, de los cambios de vegetación y geológicos, entre otros. Este reco-

rrido, mediante guías capacitados de la zona, nos permitirá a todos los bogota-

nos entender la transformación de los cerros y de la ciudad.

Las estaciones son lugares con interés biofísico como rocas, árboles notables,

bosques, avifauna, entre otros. Funcionan como aulas a cielo abierto para clases

de geología, biología, ecología, entre otras.

ActualPropuesta mirador de estrellas y nevados

Page 55: Libro El Camino de Los Cerros

CORREDOR ECOLÓGICO Y RECREATIVO DE LOS CERROS ORIENTALES DE BOGOTÁ53

Actual

Propuesta mirador urbano

Miradores

Estarían ubicados en puntos clave por su altura, su

riqueza biológica o geográfica. Se pueden confor-

mar miradores urbanos donde se tenga una vista

óptima de la ciudad y se pueda apreciar su creci-

miento, además de valorar su patrimonio cultural;

miradores ambientales, donde se puedan observar

y estudiar aves, rocas, árboles notables; o miradores

de estrellas en los que se observen los fenómenos

más representativos de la astronomía. Se deben ubi-

car en lugares alejados de las fuentes de luz artificial.

Page 56: Libro El Camino de Los Cerros

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

Estaciones

Pueden hacer parte de los miradores y se pueden

ubicar según la distancia del recorrido o por los

atractivos específicos que tenga la zona. Se calcula

que se podría construir una estación cada 300 me-

tros o más, dependiendo del recorrido. Una esta-

ción podría hacerse de manera sencilla con el en-

sanchamiento del camino y la ubicación de una

banca.

Subsistema

de espacio público

Propuesta mirador urbano

Actual

54

Estación de vida Estación del agua

Page 57: Libro El Camino de Los Cerros

CORREDOR ECOLÓGICO Y RECREATIVO DE LOS CERROS ORIENTALES DE BOGOTÁ

Umbral del cerro

Es el punto de acceso hacia el sistema de ecorrutas

de la reserva forestal. Cumple una función de ar-

ticulación entre el corredor, los sistemas de acceso

al mismo y la red de ecorutas. Se plantea como un

punto de encuentro y de orientación para que poda-

mos elegir allí las rutas que sean de nuestro agrado.

Actual

Propuesta estación y aula a cielo abierto

55

Page 58: Libro El Camino de Los Cerros

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

Servicios complementarios

Cuando el sendero tenga puntos cercanos a barrios

legalizados es posible que se ubiquen allí restau-

rantes o baños. Esto no sólo sería un recurso intere-

sante para los recorridos, sino que generaría una

fuente de ingreso para los vecinos de la zona del

corredor.

Subsistema

de equipamientos

56

Aulas ambientales

Son centros de educación ambiental en los que se

busca que las comunidades vecinas se unan a los

procesos de conservación y vigilancia de la reser-

va. Se ubicarían en zonas con valor patrimonial co-

mo la Casa Molinos de la Empresa de Acueducto

de Bogotá.

Propuesta estación urbana en barriosActual

Page 59: Libro El Camino de Los Cerros

CORREDOR ECOLÓGICO Y RECREATIVO DE LOS CERROS ORIENTALES DE BOGOTÁ

Casetas de guardabosques

Miradores de Avifauna

Puede funcionar como punto de información, torre

de vigía, guarda parques, o cuarto para un científico

que esté dedicado a investigaciones sobre la zona.

El sendero plantea un cordón de contingencia con-

tra incendios, por lo cual se prevén estanques de

aguas lluvias estratégicamente, los cuales serán

manejados por el guardabosques.

Básicamente es una plataforma de observación

que deberá ser usada, preferiblemente, por investi-

gadores y científicos. Se localizará de acuerdo con

la diversidad del área.

57

Actual

Propuesta estación de servicio

Page 60: Libro El Camino de Los Cerros

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

Los caminos de los cerros

La misa de los conquistadores

Rafael María Carrasquilla

Registro Municipal, Bogotá, 1938.

Un día el licenciado granadino don Gonzalo Jiménez

de Quesada, a la cabeza de un centenar de

soldados, llegó, después de un viaje de un año

entero, a esta hechicera sabana de Bogotá. El 6 de

agosto de 1538 fundó, en el sitio de Teusaquilllo, la

ciudad que, en el recuerdo de la patria ausente,

apellidó Santafé. Inauguró el Nuevo Reino de

Granada, en nombre de la corona de Castilla, con la

misa primera que celebró en estas alturas el

dominicano Frai domingo de las Casas. Sirvió de altar

un banco de césped, de retablo, los árboles del

bosque; de incienso, las aromas del campo; de

cúpula el dombo azul del firmamento; de órgano, los

murmullos de la selva, el trinar de los pájaros, el

susurrar de la brisa y de los riachuelos, entonces

puros, que se desprendían de los cerros altísimos de

la cordillera oriental.

58

L

Recorramos los cerros

os cerros orientales, junto con todas las riquezas y potenciales que acaba-

mos de conocer, hacen parte de la Estructura Ecológica Principal de la ciu-

dad, un conjunto de áreas naturales esenciales para mantener el equili-

brio entre lo construido y lo natural. Reconocidos como un componente funda-

mental del paisaje, pertenecen a nuestro patrimonio común, son un factor de

integración, de recreación, de desarrollo y de oportunidad para todos.

El valor que tienen su paisaje y sus puntos de referencia como los caminos rea-

les, las haciendas de valor patrimonial y arquitectónico, los cerros de Monserra-

te, Guadalupe, el Alto de la Viga y el Cerro de La Teta, por ejemplo, hacen nece-

sario que todos los consideremos como hitos geográficos y urbanos. La respon-

sabilidad de cuidarlos debe ser compartida entre nosotros, como habitantes de

la ciudad, y las instituciones encargadas de su conservación. Conocer los poten-

ciales paisajísticos de la reserva natural de los cerros orientales puede ser un

paso para empezar a quererlos y a apropiarlos. Lo más importante para noso-

tros, como ciudadanos, es poder recuperar el sentido que tenía la naturaleza

para la sociedad Muisca, es decir, tener afecto por nuestra geografía y recuperar

la cultura del paisaje.

Es probable que libros como este y otros que se han publicado sirvan de “abre-

bocas” para antojarse de conocer la cantidad de secretos que encierran nues-

tras montañas, pero la mejor manera de comprobar todas sus maravillas, de ena-

morarse de sus plantas, de sus caminos naturales, de su vista, de sus aromas, es

recorrerlos, a pie, cuando es posible, conocer sus límites, sus fuentes, la gente

que los tiene cerca para saber qué piensan de ellos, cómo se transforman con el

sol, o cómo sufren con los climas extremos.

Page 61: Libro El Camino de Los Cerros

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

ON

RT

DE

AD

IN

U

ET

RO

NO

RT

NE

CD

AD

IN

U

OR

TN

EC

DA

DI

NU

RU

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AS

U

O

R

E

NI

PA

HC

EF

AT

NA

SL

AB

ÓT

SI

RC

NA

S

E

MS

U

59

Les mostraremos a continuación los recorridos identificados en el estudio base

de esta publicación, contratado por la Secretaría de Planeación Distrital, SDP.

Para realizarlo el grupo de consultores, con amplia experiencia en el tema de los 6

cerros, recorrió durante cuatro meses a pie y ubicándose con GPS, sus 52 kiló-

metros, de norte a sur (distancia que corresponde a la longitud del camino con-

siderando las sinuosidades del terreno; si unimos los extremos norte y sur con

una línea recta son 42 kilómetros). A partir de estos recorridos se concretaron las

tres estrategias de la propuesta de Corredor ecológico y recreativo de los cerros

orientales de Bogotá: social, biofísica y de infraestructura.

Los 52 kilómetros se caracterizaron mediante recorridos referenciados en cuatro

unidades territoriales, que a su vez tienen tramos específicos, determinados por

quebradas pertenecientes a las cuencas de los ríos Juan Amarillo y Fucha.

Veremos en cada tramo, el potencial paisajístico y de infraestructura que hay en

la reserva de los cerros orientales. Descubriremos sus bosques, quebradas,

patrimonio arquitectónico, vías y conectores, ciclorrutas, caminos, hitos natura-

les y artificiales y elementos naturales que unen a los cerros con la Estructura Eco-

lógica Principal de la ciudad. Así mismo identificaremos en ellos algunas mues-

tras de las estrategias planteadas en el apartado anterior, “Un proyecto de vida

para los cerros”. Una vez que conozcan el recorrido de las cuatro unidades terri-

toriales propuestas los invitamos a trabajar conjuntamente en un camino que

haga posible la gestión y materialización del corredor ecológico y recreativo de

los cerros orientales de la ciudad, un patrimonio para todos.

UNIDADES TERRITORIALES TRAMOS

Calle 193 La Estrellita

Quebrada Chorrera (Calle 109)

Río Arzobispo (Calle 39)

Río San Cristóbal (Calle 11 sur)

Quebrada Yomasa (Calle 86 sur) 51,57 km

UNIDAD

NORTE

Estrellita - Molinos

UNIDAD

CENTRO

Arzobispo - San Cristóbal

UNIDAD

CENTRO NORTE

Molinos - Arzobispo

UNIDAD

SUR

San Cristóbal - Yomasa

6

Sistema de Posicionamiento Global, que permite determinar en todo el mundo la posición de un obje-

to, una persona, un vehículo o una nave.

Cu

en

ca

Río

Juan

Am

aril

loC

uen

ca

Río

Fu

ch

a

CAMINO MIRADOR DEL NORTE

8 km / 2 horas y 40 minutos

CAMINO BOSQUE DEL NORTE

7 km / 2 horas y 30 minutos

CAMINO SIERRAS DEL ORIENTE

6,73 km / 2 horas y 15 minutos

CAMINO DEL AGUA (T-1)

3,87 km /1 horas y 20 minutos

CAMINO DEL PARQUE (T-2)

3,25 km / 1 horas y 5 minutos

CAMINO DE LOS SANTUARIOS (T-3)

6,46 km / 2 horas y 10 minutos

CAMINO MIRADOR DEL ZUQUE

7,36 km / 2 horas y 30 minutos

CAMINO ARCHIPIÉLAGO DE PÁRAMOS

7,31 km / 2 horas y 30 minutos

Quebrada Bosque de Pinos (Calle 150)

Quebrada La Vieja (Calle 70)

Río San Francisco (Calle 13)

Quebrada Chiguaza (Calle 48 sur)

TRAMO PRIORITARIO(13.57 Km)

N

Page 62: Libro El Camino de Los Cerros

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

15

km

Calle 109

Quebrada La Chorrera

Calle 193

Bosque de Pinos

60

Estación

Umbral de cerro

CONVENCIONES DE

RECORRIDO POTENCIAL

Mirador de estrellas

Mirador urbano

Estación de cable

Servicios

Altos y cerros

Jardín de orquídeas

Aula ambiental

Tarabitas

Punto de encuentro

Ciclorruta

Sendero ecológico

Cuerpos de agua

El Codito y La Estrellita

N

UNIDAD NORTE

Estrellita - MolinosDesde límite norte (Bosque de pinos calle 193)

a la subcuenca de la Chorrera

TRAMOS

Camino Mirador del Norte

8 kilómetros / 2 horas 40 minutos

Camino Bosque del Norte

7 kilómetros / 2 horas 30 minutos

Total 15 kilómetros

N

Cantera La Matuca

Quebrada Aguas Calientes

Bosque de pino y eucalipto

Buenavista

La Estrellita

1

2

3

4

1

2

3 4

Mirador del Norte

Horizontes

Altos de Serrezuela

El Codito

5

6

7

8

Quebrada Sarauz

Cantera La Roca

Bosques de María

Quebrada La Cita

9

10

11

12

56

7

8

9

10

11

12

1

Page 63: Libro El Camino de Los Cerros

LOS CAMINOS DE LOS CERROS61

Barrio Santa Cecilia

Virgen en la roca Mirador del Norte Senderos y ecorutas

Potencial escalada Canteras norte

Calle 170

Canteras La Laja y El Milagro

Servitá

Calle 165

13

14

15

16

Cerros Norte

Santa Cecilia y Arauquita

Quebrada Arauquita

Cantera

17

18

19

20

Calle 155

Carrera 7

Quebrada Bosque de Pinos

Calle 147

21

22

23

24

Cedro Alto

Sierras del Moral

Montearroyo

Bosque Medina

25

26

27

28

Unicerros

Las Delicias del Carmen

Quebrada Delicias del Carmen

Quebrada Santa Ana

29

30

31

32

2

13

14

1516

1718 19

20

21

22

23

24

25

26 27

28

29

30

31

32

Bosques del Marqués y de Medina

Bosque del NorteEstructura Cemento Samper

Conexiones urbanas existentes

Page 64: Libro El Camino de Los Cerros

U

S

M

E

62

U

S

M

E

10

,6K

m

Quebrada del Arzobispo

Calle 109

Quebrada La Chorrera

Estación

Umbral de cerro

CONVENCIONES DE

RECORRIDO POTENCIAL

Mirador de estrellas

Mirador urbano

Estación de cable

Servicios

Altos y cerros

Jardín de orquídeas

Aula ambiental

Tarabitas

Punto de encuentro

Ciclorruta

Sendero ecológico

Cuerpos de agua

N

N

El Refugio

Quebrada San José

Toscaba

1

2

3

Predio privado Mabruk

Rosales

Quebrada de Rosales

4

5

6

Bellavista

Quebrada La Vieja

Universidad Manuela Beltrán

7

8

9

Quebrada San José Quebrada Rosales

UNIDAD CENTRO NORTE

Molinos - ArzobispoDesde subcuenca La Chorrera

a quebrada Arzobispo

TRAMOS

Camino Sierras del Oriente

6,73 kilómetros./ 2 horas 15 minutos

Camino del Agua

3,87 kilómetros / 1 horas 20 minutos

Total 10,6 kilómetros

2

1

2

3

4

5

6

Page 65: Libro El Camino de Los Cerros

LOS CAMINOS DE LOS CERROS63

La Estrellita Mirador Bosque

Calderón Tejada-Monterrosales

Propuesta de arte ecológico

y restauración bosque plantado

Barrio El ParaísoRestauración corredor ecológico

de ronda quebrada Las Delicias

Desarrollos Bosque Calderón Tejada

Universidad Politécnico

Grancolombiano

10

11

Barrios Siberia Central,Pardo Rubio,

Villa del Cerro, Villa Anita

y San Martín de Porras

12 Quebrada de Las Delicias

Cerro del Cable

Barrio El Paraíso

13

14

15

Parque Nacional

Quebrada Arzobispo

16

17

Rappel en quebrada ArzobispoVilla del CerroPolitécnico Grancolombiano

7

8

9 10 1112

14

15

16

1713

Page 66: Libro El Camino de Los Cerros

U

S

M

E

64

9,7

1km

Calle 11 Sur

Río San Cristóbal

Calle 39

Quebrada del Arzobispo

Estación

Umbral de cerro

CONVENCIONES DE

RECORRIDO POTENCIAL

Mirador de estrellas

Mirador urbano

Estación de cable

Servicios

Altos y cerros

Jardín de orquídeas

Aula ambiental

Tarabitas

Punto de encuentro

Ciclorruta

Sendero ecológico

Cuerpos de agua

N

N

Río San FranciscoVisual cerros zona de los santuarios

UNIDAD CENTRO

Arzobispo - San CristóbalDesde subcuenca quebrada Arzobispo

a subcuenca río San Cristóbal

TRAMOS

Camino del Parque

3,25 kilómetros / 1 hora 5 minutos

Camino de los Santuarios

6,46 kilómetros / 2 horas 10 minutos

Total 9,71 kilómetros

3

Circunvalar

El Paraíso

Quebrada del Arzobispo

Tanque del Silencio

1

2

3

La Macarena

Bosque Izquierdo

Parque Nacional

Universidad Distrital

5

6

7

Barrio La Paz

Camino de Monserrate

Germania

Avenida Jiménez

9

10

11

Santuario de Monserrate

Estación del Funicular

Universidad de Los Andes

Río San Francisco

13

15

1

2

3

4

56

7

8

9

10

4 8 12 16

14

Page 67: Libro El Camino de Los Cerros

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

Niños bañándose en

Canal San Dionisio

65

Río San CristóbalSantuario de La Peña

Planta Vitelma

Camino del Parque

Asentamiento sobre corredor

ecológico de piedemonteParque Quebrada El Chorrerón

Instituto para ciegos

11

12

15

Hogar de La Poesía

Santuario de Guadalupe

Barrio Egipto

El Guavio

20

21

22

23

San Dionisio

El Consuelo

La Selva

El Dorado

27

28

29

30

Parque del Agua

Planta de tratamiento del

Acueducto de Vitelma

Escuela Logística

31

32

33

Parque de los Sentidos

Montecarlo

Río San Cristóbal

34

35

36

Teatro La Media Torta

Barrio La Candelaria

Universidad

Externado de Colombia

17

18

19

Santuario de La Peña

Los Laches

Tanque del acueducto

de San Dionisio

24

25

26

13

14

16

17

18 19

20

21

22 23

24

25

26

27

2829

30

3132 33

34 35

36

Page 68: Libro El Camino de Los Cerros

64

U

S

M

E

66

14

,67

km

Quebrada Yomasa

Calle 11 Sur

Río San Cristóbal

Estación

Umbral de cerro

CONVENCIONES DE

RECORRIDO POTENCIAL

Mirador de estrellas

Mirador urbano

Estación de cable

Servicios

Altos y cerros

Jardín de orquídeas

Aula ambiental

Tarabitas

Punto de encuentro

Ciclorruta

Sendero ecológico

Cuerpos de agua

N

N

Arboledas

UNIDAD SUR

San Cristóbal - YomasaDesde subcuenca río San Cristóbal

hasta la subcuenca quebrada Yomasa

TRAMOS

Camino Mirador del Zuque

7,36 kilómetros / 2 horas 30 minutos

Camino Archipiélago de los Páramos

7,31 kilómetros / 2 horas 30 minutos

Total 14,67 kilómetros

4

Frailejón corredor ecológico

de ladera Tivaque

1

3

5

6

7

8

9

10

11

1215

13

14

17

2

4

Montecarlo

Gran Colombia

La Cecilia

Aguas Claras

Río San Cristóbal

1

2

3

4

5

Los Alpes

Quebrada Ramajal

Altos del Zipa

Tanque de acueducto

Los Alpes

6

7

8

Quebrada Zuque

Cerro El Zuque

Moralba

Altos del Zuque

Quebrada Aguamonte

9

10

11 Quindío

La Arboleda

Corredor ecológico

de ladera La Arboleda

Las Gaviotas

12

14

15

13

16

17

18

Page 69: Libro El Camino de Los Cerros

Parque agroproductivo Tihuaque

65 LOS CAMINOS DE LOS CERROS67

Parque ArboledasCamino Mirador del Zuque Cerro El Zuque

Cultivo arvejas parque Las Violetas

21

16

7

18

19

20

21

22

23

24

25

26

27

28

29

30

31

32

33

3435

36

37

38

39

Museo Minero Parque El Reciclaje

Quebrada Chiguaza

Corredor ecológico

de ladera La Gloria

San Rafael

Cerro Juan Rey

19

20

21

22

Quebrada Verejones

Alto de las Cruces

Ciudad Londres

Quebrada Bolonia

Cerro de La Teta

23

24

25

26

27

Quebrada Raque

San Pedro

P. Agroproductivo Bolonia

Corredor ecológico de

ladera El Raque

28

29

30

31

P. Agroproductivo Arrayanal

Quebrada Arrayanal

Tihuaque

P. Agroproductivo Barrio

Tihuaque

32

33

35

34

Barrio Las Violetas

Quebrada Yomasa

Antigua vía al Llano

Conexión con Parque

Entrenubes

36

37

39

38

Niños San Ricardo Paupuri Laguna barrio Las VioletasVegetación corredor

ecológico de ladera Silverio

39

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www.caminantesyarmonia.com

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6468

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Page 72: Libro El Camino de Los Cerros

LOS CAMINOS DE LOS CERROS

Page 73: Libro El Camino de Los Cerros

UN PACTO AMBIENTAL PARA LA CIUDAD

Page 74: Libro El Camino de Los Cerros