LIBROS Q,UE ENSEWAMRBIEN

EL AMOR SENTIMENTALNormas prácticaspara evitarequivocaciones

CÓTvTO GANARAMIGOS

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CIEN T'ÓNMUI,ASPARA EL ÉXTIOUna lectura para

dominar la iray el mal genio

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P. ELIÉCER SÁLESMAN

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ELAMORWRDADERO

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PROLOGO

Cuando Jesucristo anunc¡ó asus d¡s-cípulos como va a ser el Juicio Final,dijo que en aquel d ía ante el D¡vinoJuez serán d¡vididos los seres hum a-nnos en dos grupos. a su derecha pa-ra ir a serfelices en el cielo para siem-pre, estarán quienes se ded¡caron ahacer obras de caridad a los demás ,ya su izquierd a, para ir a la eterna con-denac¡órl , qued arán quienes se ne-garon a ayud ar con obras de caridada los necesitados. Con esto queríaenseñar que uno de los mejores fru-tos del amor de caridad será conse-guirnos una sentencia favorable eldía del Juicio. Para lograr obtener unpuesto ala derecha del Juez Divino yconseguir la eterna felicidad van aayud ar fuertemente la lectura de laspaginas de este l¡bro.

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En otro de los l¡bros de esta coleccióntratamos el tema del "Amor senti-mental" con sus ventaj as y peligros.

En el presente vamos a explicar lasventajas y condiciones, del amor ver-dadero, el amor de caridad, el amorespiritual, el que nunca nos va a de-cepcionar y siempre nos traerá ale-grías profundas y duraderas.

S¡, corno decía San Juan de la Cruz,"al fi nal de nuestra vida terrenalvamos a ser examinados por Diosacerca de cómo y cuanto fue nuBS-tro amor a los dernás", resulta muyoportuno y provechoso ir aprendien-do normas que nos enseñen a amarmas y amar mejor. Y eso es lo quepodremos aencontraren este l¡bro.

Oj alá pud¡éramos repetir con el santoy sabio Cardenal Mercier: "AIgo hay

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que no puedo negar y eS que he am a-

do inmensamente amis Prój imos".

Jesús en su discurso de despedidaen la Últi ma Cena nos dej ó estemensaj e conmovedor: "H ij itosmíos, un mandamiento nuevo lesdoy: que Se amen unos a otros Go'rno yo los he amado. En esto se Go-

nocerá que son mis d¡scípulos: sise aman unos a otros"'

Al Señor le suplicarnos que cada per-

Sona que lea estas páginas, note al

fi nal de su lectura que sí va progre-sando en lograr cumplir el importan-tísimo mandamiento del amor del

Divino Maestro.

DIME COMO AMASY

QU

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IfI{ ERES

Existe un bello libro cortenseñanzas prácticas p arasaber amar bien. Se titula:

DOS MIAIUTOS PMDIOSsu lectura agrada y hace biett.

IMPORTANCIA DELAMORDE CARIDAD

CAPíTULO I

Defi nic¡ón. La Sagrada B¡blia defi neasíel verdadero amor, el amor de ca-ri dad: "Es amar a Dios con todo el co-razón, con toda el alma y sobre todaslas cosas y amar al prój imo como asírnismo,". (Deut 6,5).

Del amor a D¡os hemos hablado enotros de nuestros I¡bros. Acerca delamor serv¡ble hemos publ¡cado un l¡-bro en esta misma colecc¡ón. Ahoratrataremos del verdadero amor alprój imo.

Una página clásica. Santa Teresitacuenta en su hermosa autobiografía

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t¡tulada "Historia de un alm ?", queella buscaba ansiosamente una en-señanza segura acerca del valor delamor de caridad, y que al fi n la en-contró en el famoso capitulo 13 de laCarta a los Cori ntios, donde SanPablo d¡ce lo siguiente: "Aunque yohablara las lenguas de todos los se-res humanos y de los ángeles, si notengo amorde caridad, soy como unalata que resuena o metal que retum-ba.

Aunque yo tuviera el don de profe cíay conocieratodos los misterios y todala ciencta, aunque tuviera una fe tangrande que fuera capaz de trasladarmontañas, si no tengo amor de cari-dad, nada soy.

Aunque repart¡era todos mis bienes yentregara mi cuerpo a las llamas, sino tengo amor de caridad, de nadame aprovecha". (1 Corl3).

B

EI rnandamiento preferido. Tantoama Jesús la cari dad hacia los de-rnás que la consideracomo "su mall-damiento" y d¡ce: "Este es mi rnan-damiento, que se amen unos aotros como yo los he amado".

(Jn 1 3).

El termómetro. San Francisco deSales decía. LAlguien quiere saberqué tanto ha avanzado en santidad?Pues aquíestáel termómetro que se-ñala en qué grado de santidad se ha-lla: el amor de caridad que tiene haciael prój imo.

Buena señal. EI Apóstol San Juanrepetía: "La señal de que hernospasado de Ia muerte espiritual a lavida del espíritu es que amarnoscon caridad a los demás" (1 Jn 3,14)

I

Repetición necesaria. Narra la ant¡-gua trad¡ción que cuando el ApóstolSan Juan era ya muy anciano siem-pre que pred¡caba a sus d¡scípulos lesdecía: "H¡jitos míos, árnense unos aotros con amor de caridad" y que alfi n un día los d¡scípulos le pregunta-ron: "Padre, ¿por qué nos dice siem-pre el mismo consej o? Y él les respon-d¡ó: "Es que si cumplen este mandatoya con eso habrán asegurado su san-tidad y su eterna salvación".

La ley fundamental. Los obispos detodo el rnundo reunidos en el ConcilioVaticano ll (en 1965) enviaron a to-das las gentes este mensaje: La leyfundamental para conseguir Ia per-fección humana y la transformacióndel mundo es cumplir el manda-rniento nuevo de Jesús "Amarnosunos aotros como cristo nos ha affl¿l-do". Y esto no hay que practicarl o

únicamente en los acontecimientosextraordinarios sino en Ia vida decada día.

Fuerte necesidad, El ser humano estan déb¡l y tan necesitado de los de-más, que solamente si hay amor decaridad lograra realizarse y llegar aléxito verdadero. Por eso debemosprod¡gar arnor verdadero a los demás(Aubray).

Un d¡stintivo. San Juan Bosco afi r-maba. "Lo que d¡stingue a los h¡jos deD¡os de los h¡j os del mundo y de losseguidores del dernonio es el amorde caridad hacia los demás".

(MB 3, 607)

Lo que une y perfecciona. EI Após-tol San Pablo insistía en sus cartas:"Antes que todo es necesario reves-tirse del amorde caridad, porque este

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es el vínculo de la perfección ósea, elque une y perfecciona . (col.3, 14)

Una huena med¡da. Los santos di-cen: "es más quien rnás arna y conmás caridad", y recuerdan que la vir-tud pr¡ ncipalísima de todas es lade lacaridad, pues si no fuera así se ríafal-so el evangelio. Y se atreven a afi r-mar: "Alguien puede irse al infiernosiendo casto, pero nadie se conde-narási tiene amorde caridad".

(Esquercia).

Una no!'ma del Redentor. DecíaJe-sús:"Nadie tiene mayor amor queel gue dá la vida por sus ami-gos" (Jn 3.10) La vida se puede irdando minuto a minuto y día por día,amando a los otros con amor genero-so y caritativo; bondadoso, sacrifica-do y amable.

Recuerdo de un santo. Un granapósto! del s¡glo pasado escr¡ b¡ó a unamigo: "Las virtudes que le haránfeliz en esta vida y en Ia eternidad,serán Ia hum¡ldad y Ia caridad".

Síntesis completa. Amar a D¡os yamar al prój imo es Ia síntesis, o com-pendio o resumen de toda Ia moral deun buen cristiano. Jesús dij o que enamar a D¡os con todo el corazón ysobre todas las cosas y am ar al pró-jimo como a sí mismo, está resumidotodo Io que la ley de la B¡blia y losprofetas han mandado hacer (Alt. 22,

4o), EI amor de caridad es Ia ley su-prema paratodos los creyentes.

Un ala que eleva. EI amor a D¡os y alprój imo es un ala que eleva hacia unplano superior. Nunca es pequeñolo gue se hace con arnor de cari-dad. (Chiara Lubich)

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Es lo que va a quedar. Lo que he-mos hecho con verdadero amor, esoserá lo que en defi nitiva gued ará parala vida etern a. Lo demás serán ceni-zas gue se lleva el viento.Nunca podremos pecar por am ardemasiado b¡en . (Quoist).El amor a D¡os y el amoral prój imo eslo que le dávalor alo que hacemos.

La gran cualidad de Dios. D¡ce SanJuan: "Dios es amor y el que per-manece en el verdadero amor per-manece en D¡os y D¡os en él un 4,16)Por Io tanto el principal y mas irn-portante regalo del cielo el que masnecesitamos recibir es el de arn ara D¡os y tener caridad para con elprój imo.

(Concilio Vaticano L. G.42)

Un puente. El amor a D¡os es comoun puente inmenso entre Él y nosotros

y el amor de caridad es un puente pa-ra comunicarnos con los demás y lle-varl es nuestro verdadero cari ño y losfavores que podamos repartir. No de-jemos jamás que ese puente rnara-villoso deje de funcion ar y de prestarsus formidables servicios. Perdón Se-ñor, porque nos regalaste este amor,pero es muy poco Io que te amamos aTí,y hay mas de cuatro mil millones depersonas a las cuales no amamos.,

i

Lo único. Cuando me muera dej aréaquí todo Io que tengo y rne llevaréúnicamente lo que haya hecho poramor a D¡os y al prój imo y lo que hayadado porcaridad.

Algo que merece todo respeto. Elfamoso Ca rdena I Cag I ¡ero civ tlizadorde la Patagonia, empezó un sermónde Ia s¡guiente manera: "Como obis-po podría hablarles sentado. Como

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sacerdote debería hablarles de pies.Pero este tema que voy atratarles estan subl¡me y sagrado, que deberiahab¡arles de rod¡llas. Voy a hablarlesdel amora D¡osydel amoral prój imo."

Lüe donde viene? La virtud de la ca-ridad la regala D¡os a cada uno el díadel bautismo. Ella es una virtud sobre-natural, importada del cielo. T¡ene porfi n aumentar nuestra capacidad natu-ral de am dr, fort¡ficar y purificar nues-tro amor, de manera que resulte nosolo un amor material, sino un amorsobrenatura!.

Razones. EI Apóstol San Juan ex-pone dos razones para amar. "Ame-rfios a tl¡os porque EI nos arnó pr¡-mero" (Jn 4,14) y amemos a los de-más porque quien no ama al prój imoa quien ve, ño puede amar a D¡os, aquien no ve ". (Jn.4,20).

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Un gran descubrimiento. Santa Te-resita del Niño Jesús en su impresio-nante libro: "Historia de una alrna"(el cual todos deberíamos leer, por-que su lectura hace un gran bien)narra que ella vivía pensando cualsería su puesto y ofi cio en el CuerpoMístico de Cristo y que después demucho orar y meditar, al leer el Ca-pitulo 13 de la Pri rnera Carta a LosCori ntios donde San Pablo habla delamorde cari dad, exclamó: "Mi puestoen el Cuerpo Místico es en el cora-zóJ1 . M¡ misión es el amor. Ded¡car-me a am ar a DioS Con todo el Cora-zón, y a amar a mi prój imo con amorespiritual y generoso". Esto la llevÓ auna gran Santidad en muy PoCo tiem-po (murió con apenas 24 años) r

El mejor resumen. Dicen que en Iaantigüedad los israelitas habían ofre-cido un premio a quien fuera caPaz

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de resumir todas las enseñanzas dela Sagrada Biblia en un párrafo tancorto que una persona lo pudierarecitar parada en un solo pie. Nadie lohabía logrado, pero vino el Hijo deD¡os y nos d¡o, un formidable resu-men d¡ciendo: "Arnar a D¡os con to-da el alma y con todas las fuerzas yamar al pr irno como a sí mismo".Y añad¡ó: "En esto queda resumidotodo Io que enseña el L¡bro santo, laLey y los profetas" . (Aht.22,26)

Una norrna que no falta. San Agus-tín decía: "Si callas, cál late por amora Diosy al prój imo. Si gritas, grita poramor. S¡ corriges hazlo por caridad ,ysi perdonas hazlo también por cari-dad. oue el amor verdadero sea laraíz mas íntima de donde provengantodos tus pensamientos, palabras yacciones, y así no te vas a equivo car,porque del amor de caridad no puede

salir nada malo. Ama bien y haz loque quieras".

Buena medida. El maravilloso l¡bro"lmitación de Cristo" recomienda:"No midamos la santidad propia oajena por las visiones ni por la muchaciencia mística, ni por apari encias ex-ternas. M¡dámosla solamente por elamor que se tiene hacia D¡os y haciael prój imo y por la hum¡ldad. Lo de-más es humo que se lleva el viento".

EI rnás constante deseo d¡vil'to. Je-sucristo vino al mundo para ser nues-tro maestro y gu ía seguro en el cam-po espiritual y para enseñarnos quées lo que más ag rada a D¡os, Y É1,

ninguna otra cosa recomienda tantoni con tan fuertes expresiones comoel amar a Dios y tener caridad paracon el prój imo. Y su discípulo pre-ferido, San Juan, nos dej ó este

1B

mensaje: "Qu¡en d¡ce que ama aD¡os, pero no asu hermano, es men-tiroso". (Jn 4,20)

EI rnejor regalo. El Padre GarcíaHerreros, gran apóstol del siglo vein-te, andaba repitiendo. "No olvidemosgue el mejory mas admirable resla-lo que nos guiere hacer el espírituSanto eS el amor, el amor hacia DioSy el amor de caridad hacia el prój imo"¿Lo ped ¡ re mos frecu e nte m e nte?

Un testarnento inolvidable. Las ulti-mas palabras del que se va o del quese muere son siempre mas recor-dadas y meditadas. Jesús en la no-che de su despedida, e¡ la últimaCena nos dejó su testamento d¡cien-do: "En esto conocerán gue sonrnis discípulos, en que se amanunos a otrosn'. (Jn 1s,ls)

Señal precisa. Santa Catalina le pre-guntó en una visión a Nuestro Señor:¿Como puedo conocerque mi amor aD¡os si es verdadero y está progre-sand o? Y la respuesta de Jesús fueesta; "Esto lo conocerás m¡d¡endo elgrado de amor de caridad que tieneshacia los demás. Porque el amor aD¡os y el amor al prój imo son comodos vasos comunicantes. S¡ el unosube, el otro tamb¡én".

El Juicio que nos espera. El MartesSanto por Ia tarde, después de habersalido por ultima vez del templo deJerusalén, Jesús llegó con sus d¡scí-pulos al Monte de los Olivos y sen-tándose allíles contó como va aser elJuicio fi nal al cual todos tendremosque p,resentarnos. Y narró que en esedía El d¡vidirá a las gentes en dosgrandes grupos: a su derecha para laeterna salvación estarán quienes se

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dedicaron a hacer obras de caridaden favor de los necesitados y a ta iz-quierd a, pa ra su eterna perdición, losgue no quisieron hacer obras de cari-dad a quienes necesitaban de suaYuda \lt. 25). Pensemos por unosmomentos ¿Aqué lado de Jesús es-

para soportar los defectos de nues-tros destinatarios, ni valor pa ratraba-iar en esta labor tan du ra y a vecesingrata.

Una exigencia de D¡os. D¡ce el pro-feta Isaías que Nuestro Señor leanunció: ¿Oué es lo que yo quiero yexijo de mis seguidores? Oue partansu pan con el hambriento, que rega-len vest¡dos a los pobres, que ayudena los que están presos, y consuelen alos tri stes y angustiados. S¡ hacenesto les sanaré las heridas de su al-ma y cuando clamen a Míles respon-deré prontamente y recibirán todaclase de premios". (/s. 58,7) Ante pro-mesas tan impresionantes Lquién nose animará a demostra con mayorgenerosidad su amor de cari dad ha-cia los mas pobres y angustiados?

Señal que no falta. San Juan en supr¡ mera carta d¡ce: "La señal parasaber si ya hemos pasado de lamuerte espiritual a la vida verdaderaes que tengamos un amor verdaderoa los demás, uñ amor no solo de

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palabras, sino también de buenasobras".

De todos el rr!ás irnportante. Un an-ciano de barba blanca se acercó aJe-sús y le preguntó: " ¿Cuál de los (3Os)mandamientos que hay en la B¡bliaes el mas importante?" y el Salvadorle dio una respuesta verdaderamenteconsoladora: "De todos los manda-mientos de la B¡blia el más impor-tante es este: "Amarás al Señorcon todo corazón, con toda el almay sobre todas las cosas. Y el segurl-do en importancia es "Amarás alprójimo como a tí mismo !ú

Lo que nos van a preguntar. El fa-moso San Juan de Ia Cruz escri bióuna frase que se ha hecho célebre entodo el mundo. Dice así: "En el ata r-decer de Ia vida seremos juz,gadosacerca del amor". De nuestro amor

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a D¡os y del amor que hemos tenidohacia el prój imo vamos a ser juzga-dos. Y de la cantidad y calidad de eseamor va a depender qutzás en granparte nuestro puesto en Ia etern¡dad.Por eso conviene esforzarse portratar de progresar en el verdaderoarnor, y pedir a D¡os que nos losaumente y perfeccione.

Señal para distinguirlos. Dijo Je-sús: "En esto se conocerá que miPadre está en Mí y Yo en Uste-des"... ¿En qué? En que tienenhermosos templos? No. En que ayu-nan? No. "En que se aman unos aotros" y añad¡ó el Divino Maestro:"En esto conocerán gue son misd¡scípulos a.a. ¿En qu é? En que lle-van un Cristo al cuello? No. En quéhacen procesiones? No. "En que searnan los unos a los otros"

(San Juan 13) .

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IF,¡t

IOj alá Ia gente de ahora pud¡erarepartir lo que decían los pr¡ merostiempos al ver el comportamiento delos segu¡dores de Jesucristo: "MirenGomo se arnan",

¿ALGUIEN DESEA

APREI{DERAAMARBIEI.{?

Lea y relea el interesante

folleto:

I? MAT{ERAS DEAMARDe esta misma colección.

Bendeciñ aDios porhaberlo leído

LOS ENEMIGOS DELVERDADERO.AMOR

CAPÍTULO 2

PELIGROS CONTRA ELAMOR DE GARIDAD.

Haciendo más mal que b¡er^t. Cuan-tas veces los creyentes en vezde en-fervorizar a los dernás estamos for-mando enemigos de Ia lglesia porqueno los amamos ni les demostramosque sí en verdad los estimamos.Nuestra dureza y aspereza hacenmas mal que bien.

Peligro en el choque. Al terminaruna guerra contra un país enemigo,

26 27

los holandeses mandaron hacer unmedallón el cual por una de las carastenía la imagen de dos bueyes aran-do y esta inscri pc¡ón: "l,Jnidos so-mos fuertes", y por la otra cara laimagen de dos vasos de vidrio cho-cando el uno contra el otro en mediode las olas y esta leyend a: "S¡ cho-eamos, nos rornpernos". Es que delas faltas de caridad no se consiguensino males y desd¡chas.

Hablan pero no hacen. DecíaJesúsque hay que tener cuidado para noimitar el ma! ejemplo de los fariseosque hablan pero no hacen. Y el Con-cilio Vaticano dijo algo parecido conesta bella frase: "Algunos tienen yprofesan amplias y generosas opi-niones acerca de la caridad que hayque tener para con los demás, peroen realidad viven tan despreocLr-pados e indlferentes como si no les

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interesaran nada las necesidades deIos pobres". Y ese puede ser un malde mi modo de comportarme: hablarrnuy bonito acerca de la caridad, peroen cambio, ho hacer nada o demasia-do poco a favor de los que necesitanmiayuda, ¡Seríafatal!

Un peligro moderno. Dijeron los pa-dres del Concilio: "EI progreso esmuy út¡l y provechoso, pero existe elpeligro de que las personas camb¡enla jerarquía de los valores y en vezdepensar en como ayudar a |os demás,se ded¡quen solamente a querer pro-gresar individualmente. Olvidarse delnecesitado es dañoso y peligroso.(G,S,37)

Desproporc¡ón. San Juan Cri-sóstomo decía a quienes cometíanfrecuentes faltas de caridad: "Tepreocupas porque tus cabellos se

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han desarreglado o porque tus vesti-dos están manchados, pero no tepreocupas por todo el desorden quearrnas en el Cuerpo Místico de Cristocon tus faltas de caridad hacia los de-más, con tus murmuraciones, tus er1-

vidias y tus odios. Eso sí es lo quemas merece preocupación y enmien-da. No olvides Io que anunció SanPablo: "Ouien hace injurias a losdernás, recibirámales en la medidade los males que h¡ao". (Col 3,2s).

Pequeños avisos, Peligrosa la equi-vocación de pensar que para acer-carse más a Dios se necesita en-juiciar alos hermanos.

No solo quebrantan el quinto manda-miento los que matan a cuchillo o abala, sino quienes destrozan con sulengua murmuradora la fama de losdemás.!.¡

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E¡ apóstol Santiago enseña quequien desprecia uno de los manda-mientos, con eso estáfaltando contratoda la Ley de D¡os. Y uno de losmandamientos, el pr¡ ncipal de todos,es el amora D¡os y al prój imo.

Señor: que por mi causa no vaya ad¡sminuir Ia caridad en ninguna parte,sino que mas bien contri buya yosiempre aaumentarla.

La maña de los cangrejos, Un pes-cador llevaba un grupo de cangrej osvivos entre un canasto y alguien lepreguntó. ¿No hay peligro de queesos cangrejos se salgan de ah í?- yel otro le respond¡ó: "No señor, ellosno logran salirse de aquí porque loscangrejos son como las personasenvidiosas. al que va a subir, Ios de-más Io tiran de las patas hacia abaio".

Oue dañoso peligro pa ra Ia caridades la envidia. No puede aceptar gueotros tri unfen y se entristece si es quelo logran. En cambio la verdadera ca-ridad se aleg racon los que se alegrany goza por los gozos sanos de los de-más.

Una trampa en el camino, Dueronlos obispos en el Concilio: "Estén to-dos atentos a enca uzar rectarnente§us afectos no sea que el apego alomaterial y sensual de este mundo lesimpida conseguir el verdadero amora D¡os y al próiimo". Es que en esto serePite lo que afirmaba San Agustín:"Si tu amor es hacia to espiritual, esun amor noble y espirituat. Pero si eSsolo a lo sensual ¿qué quieres que tediga? Tu amores soto anim al, instintoy nada mas".

Peligro a Ia vista. Añad ía el granorador San Juan Crisóstomo: "Si noayudas al necesitado tienes que re-cord ar que la voz de Cristo te va adecir el día del Juicio F¡nal: "Tuvehambre y no me quisiste dar de co-rner, vete rnald¡to al fuego eterno".(Mt. 25,41) Oye esto y atérrate, cuén-tales esta noticia a tus familiares yamigos, no sea que por ser egoístas ytacaños tengan que correr la mismam ala suerte que tuvo el rico epulónque no quiso ayudar al pobre Lázaro.El d¡nero guardado no te hará feliz nite I¡brará de castigos eternos, pero eld¡nero repart¡do entre los necesita-dos sí te traerá bendiciones en estatierrayVida Eterna en el cielo".

La m ari posa engañadora. Ves unahermosísima manposa llena de visto-sos colores y te encanta y ag rada.Pero esa mari posa va depositando

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huevos que se convierten en gusa-nos, lo cuales destrozan los cultivos.Asi sucede con ciertos amores sen-suales. T¡enen apariencia de muchaagradabil¡dad, pero los efectos des-tructores que dej an en el alma sonfatales. ¡Cuidado con este peligro!

Una lucha que trae derrotas. Cuan-tas veces la conciencia nos d¡ce quedebemos perdonar y no amargarl e Iavida a quien nos htzo sufri r. EI en-tendimiento nos enseña que Ia ven-ganzaes algo que no nos conviene nise debe hacer, pero el corazón nosd¡ce que nos agrada ver sufri r a Iapersona que nos ofend¡ó , y en la pe-Iea entre la cabeza y el corazón,gana el corazón. Dejamos constan-cia en nuestra conciencta que eseproceder nuestro es malo, pero no Iodetestarnos ni Io evitamos. ¿Enton-ces de qué nos sirve tanto aviso? EIcorazón es muy traicionero. Si nos

dej amos llevar y domin ar por é1, va-

rnos acometer muy dañosas equivo-

caciones.

Enemigos traicioneros. Amamospoco, porque nos esforzamos muy

poco por Gonocer las cualidades de

ios demás. Si los conociéramos me-

jor los amaríamos mas'pa ra el egoísmo la única PreocuPa-ción es el placer tla propia sati sfac-

ción. Y si no elevamos nuestro amor

por encima de lo corporal, aquello es

solo pasióJ.l . Ouien verdaderamenteama busca mas allá del cuerpo- Es

necesario que el obj eto que atrae

nuestro amor no solamente que nos

encanta, sino algo que nos eleve. La

sensibilidad eróÚca no es verdadero

amor, sino solo insti nto. Y la erotiza-

ción trae consecuencias pavorosas.

Oue nuestrosea algo que

amor a los demás no

nos produzca miseria

3435

esp¡r¡tual sino algo que nos traigabendiciones de D¡os.El peor peligro para la amistad es laconcu piscencia. (Tirso de Aretlano).

Un cambio irracional, Dej ar la amis-tad con D¡os por un amor indebido esuna prostitución. Una vez Jesucristole dijo en una visión a una santa:o'LSeráque esa persona es más her-mosa que yo? ¿Por qué entoncespreferi rla a mi amistad? Un temor deúltirna hora: El gran educador SanJuan Bosco decía mori bundo: "Sialgo terno en n,tis discípulos es guese deien llevan por la dernasiadasensibilidad en sus armistades yque permitan que las personas seacerquen demasiado a ellos". Sugran amigo Monseñor Cagliero queestaba junto a su lecho agontzante Ierespond¡ó: "Esto nos lo ha repetidomuchas veces y trataremos de no

olvidarl o nunca". Oue bueno seríaque record árarnos siempre tan sabio

consejo de tan gran educador!

La demasiada confianza, Dicen

que nadie despreci a tanto a un gran

personaje como el empleado que loatiende en us servicios domésticosy que conoce todas sus miseri as yOebilidades. En la amistad sucedeque cuando damos a las demás per-

sonas mas confi anzade la que debe-

ríarnos dar, en vez de aumentar su

aprecio hacia nosotros, se les dismi-

nuye, y la demasiada familiaridadpróducó desprecio y fatta de respeto-

baridad con todos, pero nunca fami-

liaridad o confi ancitas exageradascon nad¡e.

La miel venenosa. Decía San Fran-

cisco de Sales que la miel venenosa

de ciertas flores muy atractivas deja

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un sabor amargo en la garganta yProduce mareos. Y de ahl éaca lá

No solidari zarse con el mal. Un pre-dicador estando de pie, d¡ce a losoyentes, que estaban Sentados: "LoS

resPonde: "Es que vimos a Sumer-ced de pies y nos dio tastima dejarloirse solo pa ra allá". No ,lasol¡d aíidadno nos puede llevar nunca a buscarnuestro propio mal espiritual.

CAPÍTULO 3

AMENAZAS OUE PUEDENHACER MUCHO MAL

Un enemigo paralizador. Cuidadocon el pesimismo que nos d¡ce quenosotros no tenernos las sufi cientescapacidades para tener una buenarelación de amistad con los demás yque no podemos progresar en esto.Recordemos gue con la ayuda deDios y un continuo esfu erzo de nues-tra parte iremos haciendo notablesprogresos en nuestra relaciones decaridad con las otras personas. EIOb¡spo de Sales repetía: "No haycampo tan estéri I que si se le riega yabona y cultiva, no produzca buenosfrutos". Así sucede con nuestra per-sona¡¡dad.

38 39

Por eso un notable educador decía:"H ay una frase que nunca debemospronunciar y es esta: "Yo soy así yno soy capaz de ser de otra mane-ra".Eso es n pesimismo paralizadory rnentiroso. Digamos mas b¡en:"Dios y yo: victoria segura". "S¡ Cris-to está con nosotros ¿quién podrácontra nosotros?. (Rom 8,31).

Lemas confortantes. S¡ nosotros noardemos en amor de cari dad, habrámuchos que padecerán de frío espi-ritual (lvlaurac).

Con la moral hay que ir corrigiendoIos errores de nuestros instintos, ycon la buen conciencia y Ia caridad,ir evitando errores que van contra lamoral.Ouien no ama a los demás, ignora laalegríade vivir. (Sa adi)

Tela rañas asesinas. Ciertas amista-des son telarañas que atrapan y qui-

tan todas las energ ia . Ofrecen dul-zuras y dan amarguras. Ciertos amo-res comienzan con sonrisas y termi-nan en lágri mas-

Atractivo peligroso. La belleza im-presiona pero si se fij a la vista. La

belleza produce una tiranía e el co-razórl . Así como la verdad impre-siona la mente, la belleza impresionael corazón. Y sucede entonces que el

amor no está en el corazón sino en

los ojos. y este atractivo es escla-vizante y pel ig roso . (Cam7oamor)

No querer lo que no es posible. Al-go que nos puede llevar a ser duros Y

poco compre sivos con los demás es

pretender que todos sean y piensen

como nosotros. Eso es olvidar que

D¡os despué de crear una persona

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rompe el molde. El sabio Kempisdecía: "si nosotros después de tantospropósitos y deseos de ser buenos,seguimos teniendo caídas a causade nuestras malas inclinaciones ¿porqué pretender que los demás no lastengan?- S¡ pretendemos que losotros sean perfectos, nuestra vida es-tarásiempre oscurecida por la inquie-tud y el mal humor".

Un mal muy posible. El cuerpo alamar tiene que tener cuidado para noheri r ni hacer sufri r al alm a, porque siel cuerpo goza, pero el alrna sufre, lafelicidad nunca será co pleta ni du-radera. Siempre será ¡ f¡ nitamentesuperior amar con toda el alma queamar con todo el cuerpo.

Amor de z.orro. Muchas veces sehabla de amor, pero lo gue se ofrecees un "amorde zorro", que busca solo

el mayor provecho para si mismoaunque se haga el mal a los dernás , ysi la otra persona es ingenua y sinmalici a, se le convierte en "¡diota út¡l"(Por eso quien tiene alma sencilla debuey no debe andar por donde tran-sitan los lobos que no buscan sinohacer mal). Y es que lo que a las al-mas sencillas e ingenuas les aterra yles parece indebido, eh cambio paraquienes no tienen temor a ofender aD¡os y a hacer el mal al prój imo lesparece muy natural.

Amor del malo. Muchos y muchasaman con malici a, con egoísmo, confi nes torcidos. Se ríen de la inge-nu¡dad de las personas sencillas yquieren engañar sin que los otros seden cuenta de que les están enga-ñando. Y llaman "amor" !o que es úni-camente un descarado egoísmo,¡Tengamos cuidado!

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Peligro de quemarse. En el amorsens¡ble no se reflexiona y por eso secometen tantas i m prudenc tas. Expo-nerse demasiado al sol produce que-maduras y hasta cáncer de piel y lodeja a uno encandelillado y lleno desed ardiente. Y algo parecido sucedecuando alguien se expone a las lla-mas del sentimentalismo. Lo pruden-te sería alejarse de lo que es sola-mente sentimental, porque sus "que-monesn' pueden deb¡litar y quemarm uchas energ ías espi rituales.

Una corriente dernasiado impetuo-sa. Nada hay tan indiferente cuandose le mira desde lejos y tan impresio-nante cuando se Ie siente en el cora-zórl , como el amor sens¡ble. Desdelejos puede uno reírse y burlarse delas locuras de quienes arden en amorsentimental y sensual, pero paraquien !o siente esto es como Ia

corri ente devastadora de las aguasde un dique cuyas compuertas sehan roto y cuyo torrente impetuosoarrastra con todo Io que encuentra asu paso. El amor sens¡ble no lo puedemedir sino quien Io siente, porque elamor es los mas suj etivo y lo mastierno que existe. Solo quien lo expe-ri menta y es protagonista de él puedemedir su intensidad. Desde fuera so-lo Se ven movimientos externos, mu-chas veces hasta ridículos, pero elvolcán que arde por dentro es devas-tador e incontenible. LPor qué deci-mos esto? Para que no nos expon-gamos sin más ni más a enamora-mientos que al pr¡ ncipio parecen in-trascendentes e inofensivos termi-na n siendo escla vizantes.

(Tirso de Arellano).

Amor subversiyo. El amor se vuel-ve, rebelde y traicionero, Si se deja

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r

guiar por una emotividad exage raday desquiciada que lo lleva a conver-tirse en una aberración o sea en unproceder fuera de lo normal. El amorse torna su versivo si se deja domi-nar por Ia alucinación erótica y se vapor el camino lubrico o de los gocessensuales exagerados. Y a esto coJl-tri buyen muchísimo lo que se ve y loque se oye. "ojos que ven, corazónque consiente".

Medios gue rnatan el verdaderoamor. El cine, la Televis¡óJ.r, el lnter-net, los impr sos, si son eróticos, por-nográfi cos, exageradamente serl-suales, pueden llevar tácilmente aque el amor se vuelva falso y enga-ñoso, engañado y engañador. pormedio del cine, de la televis¡ón, dellnternet y de las lecturas porno-gráfi cas pueden llegar la obsesiónsexual, ufl deseo exagerado e

incontrolable de placeres sensuales,y entonces estos medios en vez deinstruir, lo que hacen es pervertir, yllegan la degeneración, Ia peruersióny la fatal¡dad de confundir amor consexo. Con razón Jesús insistía enque "las ventanas del alma son losojos y si por ellos dej amos entrar a losasesinos del espíritu, todo estaráperdido". (Lc. 11,34) Santo Tomas de-cía: "EI corazónva allá adonde van Ioojos".

Peligro de perder la libertad. Cuarl-do San Juan Bosco era joven educa-dor se htzo un propósito que se esfor-zó siempre por cumplir y que reco-mendó muchísimas veces a sus d¡s-cípulos: "No apegaré jamás mi Go-razón a ninguno". Y repetía la frasede San Jerónimo: "O amar a todosigualmente o no amar a ninguno". Esque el apego sensible a alguien (que

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no sea el cónyuge) reduce a !ímitesdemasiado pequeños nuestro amor,y lo empequeñece.

Algo gue enfría. Decía un veteranosacerdote: "La experiencia me haenseñado que si quiero vivir en pazcon todos tengo que abstenerme dedar opiniones políticas, por que ellasnos consiguen muchos enemigos.Desde que dejé de dar opiniones po-líticas he gozado de admirable paz."

NOEL

APlhGTJIMOSVERDADERO

^eMOR(1 TesS)

4B

CAPÍTULO 4

RIESGOS OUE HAYAUE EVITAR

puntos negativos. Cuando decimosalgo en contra de otra Persona, eS

señal de que ese juicio negativo ya loteníamos aprobado en nuestro cere-

bro, Jesús de cía: "De Io que se siBll'te en el corazon de eso hablan loslabios". (Alt. 12,34)

S¡empre habráalgún punto en el que

dos corazones no coinciden. si se in-

siste mucho en esto, la vida se vuelve

insoportable.

S¡ el amor es interesado, cuando Iapobreza entra por la puerta, el amor

sale por la ventana,

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EI amor sensible y sentimental esciego y quienes se dejan dominar porél no pueden ver las tonterías guehacen. (Sh akesp eare).

A las personas jóvenes y a las lámpa-ras encendidas quien las toca se que-ma o se enciende.

Avisos del cielo. Las faltas de amorde caridad ofenden mucho a D¡os porSer una desobed¡encia a un mandatoestricto que Él ha repetido muchasVECES.

EI gran enemigo del amor de caridades el odio, el rencor. Y este anida enlos corazones orgullosos. Cuandouno eS humilde no encuentra dificul-tad en olvid ar las ofensas y reconocerque ese sufri miento recibido se lomerecía por sus propios pecados ypara progresar en santidad, y quequien nos ofend¡ó no Io hizotanto por

rnaldad sino por deb¡lidad o por malainformac¡ón.

El Apóstol San Juan repetía siernpre:"Quien no ama a los demás no es deD¡os, porque este es el mensaj e quehemos recibido desde el pri ncipio:que nos amemos unos a otros". Enlas siguientes seis paginas presen-tarernos unas doctrinas del gran sicó-logo internacional, el Padre Larra-ñaga.

Enernigos de la caridad. Desde elfondo de nuestro subconsciente afl o-ran a la superf¡ cie los peores enemi-gos del amor de caridad. orgullo,odio,envidia, resentimiento, agresividad.Y estas fu erzas negativas tratan delanzarnos en contra de los demás.Una sobreestima de sí mismo puedellevarlo a uno acomportamientos quea pr¡ mera vista aparecen como des-precio alos demás . ( Larrañaga)

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Un cernenterio contagioso. El sub-consciente es un cementerio de re-cuerdos olvidados que en el mo-mento menos pensado son revividospor la memoria y se convierten en unvolcán que lanza agresividad sobrelos que nos han ofend¡do. Hay quetener mucho cuidado para no resu-citaresos recuerdos tan dañosos (¡b).

Tendencias anticaritativas, Nues-tra naturaleza deb¡litada por el peca-do original tiene tendencias que vancontra el amor de caridad. Así porejemplo quiere atender muy bien a Iapersona simpática, pero rechazar a Iaantipática; hacer competencia a losdemás y cornpensarse despresti-giando a los otros. De estas tenden-cias se puede repetir lo que D¡os ledijo a Caín: "Están a tu puerta ace-chándote como una fiera, pero tudebes domin arl as". Son los

instintos negativos los cuales no lo-graremos vencer sino con muchaoración y estando alerta para no de-jarnos dominar por ellos. Cuando es-tos impulsos violentos se hacen pre-sentes es cuando hay que recurri r aJesús y decirle: "Sálvanos Señor,gue perecernos", porque si EI noviene en nuestra ayuda las fu erzasinferiores aplastarán nuestra perso-nalidad y se abri rán brechas casi in-curables en !a fraternidad, y se produ-cirán situaciones de alta tensión y po-demos convert¡rnos en personas tris-tes y agresivas".

Un ídolo rnaléfico, La mayor partede las d¡ficultades que encontramospara relacionarnos con los demás sedeben a una imagen exageradamen-te alta que nos h¡cimos de nosotros.Nos fabri camos un ídolo para adorar,es Ia autoimagen. Y así a quienes

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radoren esa .autoimagen les quere- El ,¡r¡, pendientes del prestigio per-mos y les tratamos bien, pero a quie_ sonal es causa de muchas faltas con_nes le nieguen ad ración a nuestro tra la fraternidad. pero si uno miraídolo les sentimos aversión y anti- objetivamente lo que en realidad es ypatía' vale, va llegando a la humildad y a láLa mitad de la vida la gastamos en ,áiOrO"r, éabiduría y ya no vive tanfabricarnos nuestra autoimagen, er pánaiente de ras arabanzas ajenas.prestigio personal, la buena fama, Ia r-'popularidad,.todoloquepuedaf".rg- una rucha probremática. De ra ru-

i:":iP Y:1d:9,:l1v-la otramitad de Jna "ntr"

tas dos i ásenes viene erra vroa la empleamo¡_ 9| _!9te1O9r probtema para ta cc nüivencia. Et in-esa autoimagen, no se^a_que la pérdi- áiüouo t¡ ne una imagen de sí mismoda de prestigio la pueda acabar. i'ü soc¡e¿aO tiene otra. y como no le

En cambio los santos ro oue busca- echan el suficiente incienso de ado-

ban era agrrOaiá óios;r-ñ;. i;; ración a su autoimagen, le llega la de-

vivían peñdie;t;l;-q;;l;;# presiónylaasresividad'Alsentirqueadorará y rindiera

-ñ"ñ;ri" ;';; no le aprecian como él cree que seautoimagin,sinoqdÑ;á;t,j;S;ño, merece, vive preocupado y amar-estuvierá contento d" ar-;;do ü gado pues siente que su imagenobrar.Yporlotantoteníanrr,áipái social no tiene el esplendor que élque nosot os y mejores relac¡dnád-áá ambiciona. Y se amarga porque lecaridad con lo-s Oemas. critican. Y a causa de su orgullo hay

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una enorme desproporción entre Iapequeñ ez de Ia critica que Ie hacen yla profundidad de la depresión que lellega. Es que se formó una imageninflada de sí mismo al ver que la pin-chan con la critica, estalla en am ar-gura y desilus¡ón. Al notar que tratande opacar su imagen se ded¡ca a lu-char contra los demás y a faltarles ala caridad. ¡Grave peligro!

Una amargura destructora. Exis-ten person s que sienten que seconstruyen si mismas cuando des-truyen Ia b ena imagen de los de-más. No hay conducta mas destruc-tora que Ia de quien se siente frus-trado. Cuando quiere heri r a los otrosles destroza su buena imagen. Nohacen, pero critican a guienes si ha-cen. Su labor es la agresión. Se sien-ten felices cuando pueden exclam ar:"Todo anda mal". Y cuando la buena

imagen de los demás cae por el sue-lo. Entonces sí se sienten contentosporque ven que las imágenes de losotros han caído al mismo nivel que Iade ellos. ¡Dios nos I¡bre de la frustra-ción!

Glase peligrosa. Los acomplej adosque se creen menos de lo que son yde lo que pueden (V que no hay queconfundirlos con los tímidos) son pel¡-grosos en cuanto al amor de cari dadpor su especial agresividad. Llevanun fondo de resentimiento que afl oracada vez que se les presenta unaoportunidad de compl¡car Ia vida a losdemás. Externamente aparecen hu-m¡ldes y llenos de bondad, pero en elmomento pensado sacan del sub-consciente una carga negativa quedaña la vida comunitaria. El día me-nos pensado amanecen vest¡dosde tristeza y no lo pueden evitar. Su

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enfermedad es !a tristezay el no valo-rizarse en lo que son y en Io que pue-den llegar a ser y obtener con la ayu-da de D¡os. Si no luchan contra sucomplejo de inferioridad y de incapa-cidad, pueden ser dañosos para la vi-da de fraternidad.

EN EMIGAS DE LA FRATERN I DAD.

a.) La envid¡a. Es una tristezao pen-sar por el bien aleno. Es una reacciónagresiva al sentir pál ida y pequeña suprop¡a imagen ante Ia imagen delotro.b.) La depresión. Por no sentirseaceptado. Es un decai miento de áni-mo a! sentir la desproporción entre laprop¡a imagen que tiene de sí mismoy Ia pobre imagen que los demás tie-nen de é1. Quien sufre de esta depre-sión es una persona que sufre pro-fundamente. Una criatura d¡gna deenorme comprensión y respeto.

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c.) La mania enfermiza Por el PreS-tigio personal. Hay quienes viven detal manera obsesionados Por haceruna buena figura ante las otras per-Sonas que pasan Su existencia teme-rosos de perder el fulgor de su fi gurasocial. pero sucede frecuentementeque Como criaturas humanas Come-ten errores y son criticados. EntoncesSe ded¡Can a hacer Verdaderas acro-bacias de explicaciones para no per-der SU buena fi gura. No les interesatanto lo que son en realidad sino loque quieren aparentar que Son, Y si

su buena imagen Se ve amenazadasienten una agon ía de muerte. Poreso Ia defi enden Continuamente Y an-tes que alguno les diga nada ya estándando explicaciones a SUS actuacio-nes. Ti enen pavor a la critica. Y las

contradicciones que alguien puedahacer a SuS ideas las consideran Co-

mo un alaque personal Y un agravio.

Este es un escollo fuerte contra lavida de fraternidad.

OTROS TRESADVERSARIOS

a.) El orgullo. Gran parte de nues-tras energías pueden ser quemadasinútilmente por preocup aciones queestán al seruicio del orgullo. Es tristeel constatar como se lucha, comobriega y se fatiga la persona por laap ariencia pasajera y engañado radeun buen nombre. En cambio qué pazy que alegre fraternidad se sientencuando sabemos renunciar al vanoorgullo y a Ia preocupación por el"que d¡rán" Ios demás y cuando Ioque deseamos es que D¡os esté con-tento de nuestro comportamiento.b.) El egoísrno. Donde uno no pien-sa sino en lo suyo, Ia fraternidad vo-laráporel aire hecha mil pedazos.

Cuando alg ien se enamora tanto delprop¡o prestigio que por cualquiercontrariedad se siente amenazadofácilmente faltará al amor de caridadhacia los demás y ofend erá a losotros. lmposible la fraternidad sin lahurn¡ldad y con una alma dominadapor el orgullo.c,) El narcisisrno. El vivir pensandosolamente en Ia prop¡a apari encia, e J'r

aparecer bien. Esto ata y esclavtza. Yno se habla sino de si misrno. Aquellaactuación bri llante que tuve, esa co-laboración que me p¡dieron, Ia perso-na que me alabó, esos que me coJl-sultan. Y la cabeza se Ia pasa todo eldía recordando lo que agrada a suvanidad y se va engordando la im a-gen de su y ,y va creciendo ei deseode mayores grandezas y el temor deperder el bri llo de su imagen, Así elamor fraterno queda relegado a unsegundo plano ¡Qué lastima!

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Para sobrellevar con Pacienciarutestras propias debilidades Y

los defectos de los demás resultautilísimo leer el formidable librito:EI- AF...TE DE APROVECIMR

AITIESTRáS F,MTASConsuela, aníma y fortalece.

CAPITULO 5

INCONVENIENTES OUE SEPUEDEN PRESENTAR

El sueño de las rosas. San JuanBosco en una de sus visiones con-templó que las personas tienen queviaj ar por este mundo por un caminoque tiene muchas rosas, pero en me-dio de ellas existen unas esp¡nas muypunzantes que imp¡den avanzar conla debida regularidad. Y una voz delcielo Ie d¡j o: "Esas espinas son lassimpatías y antipatías. Cuando al-guien se deja llevar por simpatía pre-fi ri endo a unas personas más que aotras solamente porque !e son másag radables sentimental mente, estassimpatías exageradas e indebidas levan a detener mucho en el caminohacia la perfecc¡ón. Y cuando alguiense dej a do inar por sus antipatías y

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no las combate, rezando por las per-sonas que Ie resultan antipáticas, ypensando eD que cada una de ellases hija de D¡os, heredera del cielo ycreada a imagen y semejanza deD¡os y por Io tanto d¡gna de aprecio ycari ño, las antipatías pueden enfri ardañosamente su corazón y peryudi-car enormemente la vida de fraterni-dad y de caridad"

ENFERMEDADES CONTRALA CARIDAD

En esta vida moderna tan agitadaexisten unas enfermedades espiri-tuales que afectan muy negativa-mente la caridad y Ia convivencia.Recordemos algunas.

a.) El nerv¡ósisrno. Es Ia enferme-dad de Ia época actual y la causapr¡ ncipal de muchos d¡sgustos en el

hogar y en los sitios donde trabaj a-mos o vivimos. Ese vivir afanados porun montón de detalles negativos vadeb¡litando el sistema nervioso y lle-va a d¡sgustarse fácilmente por cual-quier cosa (Oj ala leyéramos el bellísi-mo l¡bro" No se d¡sguste por pegue-ñeces", de esta rnisma colecc¡ón).b.) El apresurarniento. El l¡bro de losProverbios d¡ce: "Para el apresur?-do, todo son pérdid?s", y así suce-de en verdad. El sabio Bossuet afi r-maba "La prec¡pitación es señal dedeb¡l¡dad de voluntad", pues cu ántomas déb¡l de carácter es una per-sona, mas prec¡pitadamente obra.Cuando se procede a las carreras elsistema nervioso empieza a desinte-grarse y los impulsos ya no obedecena las ordenes calmadas de Ia volun-tad. En lug ar de ser dueños de lasituación no sentimos dominados porella. Por todos los lados nos tiran:

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recuerdos amargos del pasado, emo-ciones negativas por el presente,Sustos por el futuro. Y Se siente unovencido, derrotado y llega al neruio-sismo y Se experi menta una profundainfelic¡dad. EI último eslabón de estacarrera se llama STRESS, es deciruna fatiga depresiva, un desgasteexagerado, debido a que consumiómuchas energ ías queriendo resotverlos Problemas a mayor velocidad delaque era posible.c.) La irasc¡bil¡dad. s¡ una personaeS irascible por natu raleza, cuando lellegan el apresu ramiento y el nervio-sismo, aumenta su irascib¡l¡dad y em-pieza ad¡sgustarse por peq ueños de-talles, y de una manera despropor-cionada. Quien tiene tendenciasmelancólicas, al sentir nerviosismoau menta rásu melanco lía.cuando en un grupo existen estasenfermedades sicológ icas au mentan

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las respuestas bruscas. Es imposibleque haya armonía entre personastensas. Por eso cualquier ej erciciopara relaj arse y controlarse es unaayuda inestimable e imprescind¡blepa racre ar u na verdadera fratern ¡dad .

Para la inmensa mayoría de nosotrosamar verdaderarnente signifi ca viviratentos y v¡gilantes sobre nuestrasreacciones natu rales, superando lasemociones con las convicciones.

La demasiada confi anza. En nom-bre de Ia confianza se puede llegar afaltar a Ia cortesía y al debido respeto.La demasiada confianza puede llevara tener modales vulgares. Por esoexiste un desafío afavor de la frater-nidad: saber combinar Ia confianzacon Ia cortesía. San Francisco deAsís decía que cada prój imo es unembajador de D¡os y que hay que tra-tarlo con reglas de alta cortesía.

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ll

ftflornentos negros. Todos tenemosuna alto grado de normatidad y pode-rnos llegar hasta un noventa por cien-to de norm al¡dad, pero et resto es in-madureze impulsividad. Cada uno estratable Y hasta ag radable, pero deun momento a otro "§ale con una delas su}as". En este momento, si en-tramos en relación con él tendremosconfl icto seguro. Sin embargo, cuan-do Ya Pasó esta "salida en lalso", elsuieto vuelve a la normat¡dad y tornaa ser una excelente person a. Ciertasreacciones agresivas son unos ver-daderos peligros pa ra ta ida de cari-dad con los demás ,y es necesario ir-Ias limando y puliendo hasta hacerque vayan desapareciendo. Los "mo-mentos negros" son un paso en falsoque ha} gue ir evitando pa ra podervivir en fraternidad.

LA INADAPTAGIÓN. Uno de estosproblemas rnas d¡fíci les de resolveren el trato con los demás es el desaberse adaptar al modo de ser delas personas con las cuales debemostratar. Adaptarse s¡gnifi ca evitar cho-ques. Acercarse pero no chocar.

¿Por qué antes de casarse todo eramiel y después de casados aparecela hiel? Es que aparecieron los ras-gos confl ictivos.

Los inadaptados padecen una neu-rosis producida por su incapacidadde adaptarse al modo de ser y depensar de quienes viven a su lado.Amar es adaptarse. Los neuróticosson confl ictivos. Echan Ia culpa a to-do el mundo porgue son incapacesde reconocer su prop¡a culpab¡l¡dad.El neurótico analiza a los demássolamente con su prop¡o criterio y sus

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gustos personales y por eso chocacon ellos. Todos somos un poco neu-róticos o neuróticos a ratos. Para serequil¡brados tenemos que ser comoel agua: iradaptándose al medio en elque nos ha correspond¡do vivir.

Los solitarios. A los que solamentese buscan a si mismos les resultamuy d¡fícilmente amar en verdad alos otros porque andan "fugitivos" deellos. Existe la crisis de evasión: vivirfugitivos huyendo del trato con Iosdemás. Algunos levantan murallasentre ellos y los otros. La B¡blia afi r-ma: "No es conveniente que elhombre esté solo", El terreno tristedel aislamiento es muy estéri l. El so!¡-tario y alejado del trato con los de-más, encuentra la paz, pero una pazmuy parecida a la de los muertos. ElConcilio Vaticano dejó ésta ense-ñanza: "Aislarse es disminuirse".

Nitanto tratar con todos que nos vuel-va superr¡ ciales, ni tanto aislarse de

los demás que nos vuelva misántro-pos o enemigos del trato con los

otros. No rechacemos los momentosen los que podemos dar y recibirmuestras de caridad fratern a.

El peligro del SECULARISMO

Se llama seculari smo el organizar la

vida como si D¡os no existiera. Estopuede suceder en nuestro trato de

amistad con la gente, y entonces estequed aráreducido auna simple activi-dad externa sin verdaderas bases es-pirituales. Solamente Jesucristopuede mantenernos en el verdaderoamor de cari dad. si Él no interuiehe,nuestro grupo puede llegar a seruna asociación de neuróticos o de

hipócritas. Sin Cristo la caridad es

una utopía, ósea algo irrealizable.

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Jesús, manso y amable que demos-tró su amor dando la vida por aque-llos a quienes ama, es el que dará eléxito a nuestro amorde caridad.

Un peligro rnuy real. Cualguiera denosotros puede llegar a odiar. Puedeser que ahora no odiemos, por un fa-vor especial de Dios, pero es nece-sario convencernos de que si vivimosrecordando los males que hemos re-cibido y hasta aumentándolos ennuestra imaginación, Ileguemos has-ta a odiar a algunas personas. Y estosería lo peor que nos pud¡era suce-der, porque Jesucristo prometió quesi no perdonamos a los que nos hanofendido, tampoco D¡os nos perdo-nará nuestras culpas. Claro que noes lo mismo odiar que record ar. Pue-de ser que no nos sea posible olvid arlas ofensas que hemos recib¡do. Perosi rezamos por los que nos han

ofendido y en vezde desearles malesles deseamos que les vaya bien y nosesforzamos por no hablar mal deellos y por no negarles el saludo ni unfavor que nos p¡dan , aunque s¡gamosrecordando sus ofensas (V oj alá quelográramos olvidarlas del todo) ya notendremos odio. Porque odiar es noquerer perdon ar y desearl es males alos que nos han hecho males. Eso síes tremendamente dañino y peligro-so,y D¡os nos l¡bre de tan espantosomal.

EL RESENTIMIENTO. Hay algo con-tra lo cual debemos estar constante-mente en guardia, es el resentimien-to, el cual consiste en vivir recordan-do con d¡sgusto y amargura ofensaspasadas y los d¡sgustos que otrosnos proporcionaroJl . Este pasar y pa-sar el "disco rayado" de las ofensasrecibidas apaga el amor de caridad y

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aviva los senti mientos de venganza.No podemos permitir que nada, porinj usto que haya sido, logre seguiramargando nuestra vida y envene-nando los recursos de nuestra me-mori a. El resentimiento, el vivir recor-dando ofensas recibidas es el vene-no mental y espiritual más tóxico detodos. En vezde repasaren la memo-ria las ofensas que hemos recibido,recemos por nuestros ofensores (co-mo Cristo que en la cruz exclamaba:"Padre, perdónalos, porque no sabenlo que hacen") y recordemos que si

Dios perm¡t¡ó que este sufri mientonos suced¡era seguramente será pa-ra nuestro bien y no para nuestro mal.Aunque ahora todavía no lo logremosentender bieJl .

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CAPíTULO 6

GENTE OUE PONEEN PELIGRO EL AMOR

DE CARIDAD

Personas peligrosas. El santo sa-cerdote Chevrier decía: "Una perso-na ded¡cada a derr¡ bar hace rnasdaños en un día, que e! provechogue h¡cieron cien cult¡vadores enun año." Y esto lo afi rmaba al hablarde ciertas personas que en su tratocon los demás parece que su ofi ciofuera derri bar Ia buena fama y el buennombre de los otros.

Los descontentos. Otra clase degentes que son muy peligrosas parala vida de amor de caridad son quie-nes tienen Ia cultura del descontentoy tratan de elevarla al rango de virtud.De todo critican y de nada están

contentos. Son los eternos "tíosquejitas". Oj alá no pertenezcamosnunca a ese grupo de "sepulturerosde la alegría".

Los d¡alécticos. Los marxistas in-ventaron una nueva modalidad deobrar en el mundo. Ia d¡aléctica: eloponerse sistemáti camente a la so-ciedad tal cual está funcionando. Esel arte de vivir opon¡éndose a todo Ioque se hace. Necesariamente amar-ga la existencia prop¡a y de los quetienen que tratar con el d¡aléctico. Encambio el cristianismo s¡gue el lemadel bondadoso Pontífice Juan XXlll:"darle irnportancia a lo que nosune y no a lo que nos divide" y tratade mej orar lo que no es muy bueno,pero sin despreciar lo que yaexiste.

Los pri rnitivos. En ciertos partidosdeport¡vos y en algunas discusiones

o cuando nos Contradicen tenemos etpeligro de tener reacciones de pr¡-m¡t¡vos de sangre caliente, que es-tallan instantáneamente y la nzan pa-Iabras sin pens ar en lo que d¡ce¡ . Poreso debemos preguntarnos de vezen cuando: ¿he reaccionado con ani-mosidad y sin meditar bien en tos quedigo y hago? Si asíha sido tengo quePoner remedio a tiempo porque estoni me conviene a mí ni sirve pa ranada a los que conrnigo tratan.

¿PERO OUÉ MAESTRO? La teyen-da antigua narra el caso de un ¡rom-bre que atodo lo que afirmaba añad íala palabra "pero". Y un día un discí-Pulo fue a preguntarle si se casabaCon un aioven muy virtuosa. El otro lerespond¡ó: "Sí, Ia joven es buen a,pero...". El consultante Ie preguntóafanado: ¿Pero gué rnaestro? y etotro Ie diio: "No, cáSese tranquito"

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r-M?.r el joyen quedó con la duOa.metida en et a.tma y no se casó y vivióuna existencia ilena de tristáza y:soledad. y murió de melancól,r-i.po-,co antes de morir, tas ultimas óata-,bras que le dijo a su profesoii,iáronestas "¿pero qué mabst ra? _fs quealgu.nas personas tienen la mala ma-ña de poner "peros" a todo y ;;o'es ,

muy peligroso.

Los perfeccionistas. Oué aburridosería el mundo si todos fueran igua-les' A uno que pedía un alto empleode gobierno le pusieron este impedí-i?lto: "Es que usted es perfeccio-nista Y guiere que todos sean per.fectos Y esto amarga mucho ta vidade sus subordinadoJ',El se dio cuenta de que este defectoIe hacía mucho dano y em pezó acorregirse Y a aceptar que cada cualtenga su p opio modo de ser y de

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pens?r,y que la perfección no se co]'l-sigue ya en esta tierra sino que hayque ir tratando de conseguirla poqu¡-to apoco.

Los d¡scut¡dores. El sabio Franklinnarra en su interesante autobiografíaque él tenía la malacostumbre de dis-cutir y así ganaba muchas d¡scrl-siones pero perd ía muchos amigos.Hasta que un día un hombre muyreligioso Ie d¡jo: ¿De veras eso queusted afi rma es tan importante quemerezca una d¡scus¡ón? P¡enseque en cada d¡scusión se pierde algoy casi nunca se gana nada. Usted po-dría tener numerosas buenas amis-tades si dej ara el vicio de vivir d¡s-cutiendo -Y d¡ce el gran estad¡sta quedesde entonces dejó de d¡scutir y queal fi nal de su vida podía sentir Iaalegría de no tener enemigos. Es queel ser d¡scutidor es peligroso y muydañoso.

¡L

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Amores peligrosos. No todo amores caridad. Hay grados en el amor. Siamamos solamente porque la otrapersona nos agrada y nos conviehe,puede ser gue no estemos buscandoel bien de los demás sino satisfacernuestros propios gustos y esto sellama amor de concupiscencia, Encambio si lo que buscamos es el b¡enespiritual de los dernás y ni nuestraprop¡a satisfacc¡ón, eso se llamaamor de benevolencia y es buenísi-mo y provechoso. EI amor es ciego ynecesita prudencia que lo guíe nosea que cometa errores. Hay que de-cir: "Espíritu Santo,guíame para querni amor no sea jamás imprudentey loco, ni solo por fi nes materiales,porque entonces en vez de fabri car-me un paraíso me estaría preparan-do un destierro de Bab¡lonia".San Agustín cuenta en su hermo-sísimo l¡bro "Las Confesiones" (que

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todos deberíamos leer porque es pro-

vechoso y transformante) "En mi iLI-

ventud deseaba am ar y ser amado

pero sin saber escoger bien mi modo

de am ?r,y caí en las cadenas del amor

esclavizante; me vi arrastrado hacia el

abismo por esa corriente devastador?,

fu i azotado por esas barras de hierro

caliente que se llaman "celos" y tuve

que sufrirtemores, iras y conli.ndas. Y

todo por no haberme sabido librar a

tiernpo de amores peligrosos"-

Un día perdido. D¡cen los histori a-

dores que el amable emperador T¡to

(año 70) cuando le sucedía que un

día no había hecho ningún favor, esa

noche antes de a;ostarse escri bía en

su diario: ''Diaperdido. Hoy no hice

ningún favor", Con razÓn el santo

padle Felipe Rinald¡ escri bía a sus

discípulosi "Lo gue mas temo de

ustedes es que lleguen a ser

L

s¡mples funcionarios y no padresbondadosos de los dernás". Y JuanPablo Il exclamaba: "existe el peligrode que en vezde ded¡carnos al servi-cio de los otros nos ded¡quemos alservicio de nuestro amor prop¡o y denuestro egoísmo. No olvidemos nun-ca que Jesús ha recomendado quequien desea llegar a estar en lospr¡ meros puestos en el Reino de loscielos se ded¡que a prestar servicioshumildes. P¡damos al Espíritu Santoque nos conceda un espíritu nuevo,un corazón nuevo que ya no sea durocorno de piedra, sino sensible ante eldolor ajeno".

El caso del rico epulón. Jesús narra-ba el hecho impresionante de un ricoque se fue al infierno por no haberquerido ayudar al pobre Lázaro queen Ia puerta de su casa pedía s¡quieraun mendrugo de pan para saciar su

82B3

hambre. Este es un peligro inminente

pa ra cada uno de nosotros: que ? la

ho ra de la muerte vayamos a recibir

sanciones muy fuertes de la Justicia

Divina por no haber querido socorrer a

quienes necesitaban de nuestras ayu-

das. Recordemos que todo Io que al

fi nal de la vida no hayamos dado, lo

habrernos perdido y otros se lo re-

parti rán. Dios nos libre de correr la

mala suerte del rico epulón.

MICRO POENIA

Dar. TodO hombre que te busca va a

pedirte algo; el rico aburrido, la ame-

nidad de tu onversa ciÓn; el pobre, tu

dinero; elfris te, un cons ueto; el débil ,

unes tí mulo; el que lucha, una aYuda

morri ; y tú osas impacientarte Y tÚ

osas pensar ¡qué fasfidio! ¡lnfeliz! La

tey es condida que reparte miste-

riosa mente /as excelencias se ha

L

Deberías caer de rodiltas ante et pa-dre celesfe y decirle: gracias porquePuedo dar, Padre mio nunca másPasará por mi se/n btante ta sombrade la impaciencia.

Amado Nervo.

B4 85

r(

IE

tItI

LOS DEFECTOS OUEENFRIAN YANULAN ELAMOR

CAPÍTULO 7

IMPERFECCIONES MUYDAÑOSAS

Un lern a. En España hicieron un con-greso juvenil con este tema: "Tan !le-nos de tantas cosas y tan vacíosde amor". Esto es como una rad¡o-grafía de la vida de muchos de noso-tros. Vamos amontonando cachi-vaches, pero no progresamos en elamor hacia los demás.

,

I

t¡-

Un cornején muy dañoso. La expe-riencia de muchos de nosotros nosha enseñado que existe un defectocapaz de corroer el amor de caridad,y es el dedicarse a dar opinionespolíticas porque el odio político es

tremendo y no Se apaga. En esto de-beríamos imitar a San Juan Boscoque exclamaba: "El haberme negadoa part¡cipar en política y el no haberdado opiniones políticas me hanmantenido en paz y me han l¡bradode muchos enemigos".

Pedir perdón y no querer perdonar.D¡os no perdona las faltas a quien se

niega a perdonar a los que le han ofen-d¡do. Y Jesús exige que si al ir a depo-sitar nuestra ofrenda en el altar recor-damos que alguien está enojado corl-tra nosotros, dejemos allí nuestraofrenda y vayamos pr¡ mero a recon-ciliarnos con el otro. Es que un grave

B6 87

defecto sería pretender que NuestroSeñor nos perdone las ofensas que lehemos hecho a É1, pero mientras tan-to no queramos perdonar las que noshan hecho anosotros.

La ho rizontal¡dad. Algunos reducenla traternidad a d¡mensiones de sirn-ple grupo humano y en vez de apo-Yarse sobre motivos de fe se apoyansolo en técnicas de relaciones hum a-nas. Y si se pierde la d¡mensión evan-gélica de Ia fraternidad, esta se des-morona. Solamente si experi menta-mos que D¡os es nuestro "Padre ",seremos capaces de considerar a losdemás como "hermanos", y así nosayudaremos, nos respetaremos yfros amaremos mucho más, ?unquetengamos distintos temperamentos yprovengamos de regiones muy diver-sas, porque tenemos un mismo jefe:Jesucristo un mismo guía: el Espíritu

Ft:

Santo , y un mismo ¡deal: servir al Pa-dre Celestial. Desde ahora hasta el

fi n del mundo el egoísmo levantaráaltas murallas entre nosotros y lasdemás personas, pero el amor a

Nuestro Señor logrará derri barlas yhacerlas desaparecer. Con tal de quenuestro amor no sea solamente hori-zontal, sino vert¡cal, ósea con miras aquien nos gu ía desde el cielo, el mis-mo D¡os.

Piedrecitas en el zapato. EI neurót¡-co o resentido que vive quej ándosede todo, está siempre descontento.El y quien vive encolerizándose porpequeñeces son como p¡edras en elzapato que imp¡den llegar lej os en lavida de fraternidad.

EI [nrnaduro requiere que todos seadapten a sus gustos, en vez de tra-tar de adaptarse al gusto de los

demás. Quien es infantil, tiene inca-pacidad de darse. El amargado sesiente atropellado a todo momento yvive en permanente cl isgusto por logue le sucede.

Niños viejos. Hay por ahí niños decu arenta años que hicieron de SU vi-

'Ca una búsqueda de cari ño y de apre-

cio; que le quieran, que le estimen,que le alaben. Y no han crecido sico-lógicamente. El grado máxi mo demad Urezes el de arn ar sin Ser amadoni correspondido, el no buscar seramado sino am ar. El no buscar sercom prend ido si no com prender.

Los murmuradores. Murmurar esuna falta de respeto, Es meterse en lavida del otro, es levantar un tribunalparaj uzgar sus intenciones, es publ¡-

Car Sentencia Condenatoria Contra é1.

No tenemos derecho a p¡sar e invadir

88 89

el terreno sagrado y pr¡vativo del otro,La murmuración es amargura corn-pensadora. Reacción de almas pe-queñas y no realizadas que tratan dedestruir a los demás pa ra levantarsesobre sus cenizas. "La lengua mur.muradoraes odiada por D¡os y porIa gente", dice la sagrada Escritu ra,¡Tremendo!

Las arnlstades posesivas entorpe-cen el crecimiento de la personalidadde ambos.La persona que solo se interesa porsí misma no siente placer en dar sinoen recibir. Al mundo exterior no tocontempla sino en Ia medida en guepueda extraer provecho de é1. Care-ce de interés por los demás. Limita alnorte con el Yo, al sur con el yo, aloriente con el Yo, al occidente con elYo. Egoísmo se llama este defecto.

90 91

F!)

El defecto de no amarse a si rnis-rno, Gran parte de las personas queencuentran d¡fi cultad pa ra aceptar alos demás es porque no consiguenaceptarse a si mismas. Quien se re-ch aza a s í mismo, rech azarátam biéna los otros.Podemos pecar por la falta de amor anuestra person a. La falta de amor a simismo es grave como la falta de amora los demás. "Arnarás a tu prójimocorno te amas a t¡ mismo", dice laBiblia. Pero ¿Y si no nos amamos anosotros mismos? Las mismas obl¡-gaciones que tengo para con los de-más las tengo para conmigo mismo:respetarme, aceptarme, compade-cerme.En los demás no debemos am ar sola-mente sus cualidades sino su perso-na. Y así hay que hacer consigo rnis-mo. No encontramos d¡fi cultad enam ar nuestras cualidades, pero la

d¡fi cultad emp¡eza cuando aparecennuestras limitaciones. Tengamoscompresión con nuestras limitacio-nes como Ia debemos tener para conlas de los demás.

La tristeza. Es un d¡sgusto por unresultado negativo. Mientras vivamosrecordando ese mal resultado segu¡-remos viviendo tri stes. Santa Teresarepetía: "Le tengo !'nás temor a unapersona trlste que a una legión dedernonios". Y es que la tri steza escontagiosa y puede afectar dañosa-mente al ambiente donde vivimos.Puede ser que la tristeza provengade una enfermedad que tenernos(por ejemplo del hígado o de los ner-vios) y en ese caso haríamos muybien esforzándonos por obtener sucuración. Pero si no proviene de unaenfermedad del cuerpo, probable-mente proviene de una enfermedad

92

r

del alm a. San Juan Bosco decia. "Eltriste o es malo o está rnalo". D¡oses alegre las 24 horas de cada día,pero el d¡ablo es triste los 60 minutosde cada hora. ¿A quien n s quere-mos asemej dr, a D¡os o al d¡ablo?Pidamos muy frecuentemente en laoración la gracia de Ia aleg ría. Este esuno de los mas bellos regalos que elEspíritu Santo concede asus devotos.

Eltemor. Proviene de fij ar la atenciónen un mal que nos puede llegar en elfuturo. Jesús decía: "No tengan te-mor, yo he vencido al mundo". Y enla Sagrada Escritura se repite fre-cuentemente este consej o: "No te-man". Es que "S¡ D¡os está con no-sotros ¿quién od rá contra 11 o-sotros?" (Rom B). Vivimos llenos detemores: una enfermedad, una per-sona, uh fracaso. Y si al temor no sele domina se va conv¡rtiendo en

tL-

angustia. Por eso hay que esf orzarsepor apartar Ia atención de eso quenos atemori za parael futuro. El salmo54 nos da una formula maravillosa:"Coloque sus problemas enmanos de D¡os y El interyendrá".Esto es provechosísimo para alej artemores vanos. Causa pena el pen-sar cuantas energías se consumeninútilmente por los seres humanospor preocuparse por sucesos quepueden suceder en el futuro y proba-blemente no van a suceder, o no su-cederán con la gravedad con que noslos imaginamos o si suceden recibi-remos de D¡os las iluminaciones y lafortaleza para saber enfrentarl os. Y lograve es que esto perj ud¡ca mucholas relaciones pacifi cas con los de-más porque cuando la paz se va acausa de los temores, nos llegan lasreacciones compulsivas contra losotros.

La sobrevalorizac¡óJl . Un defectornuy dañoso de quienes tienen ado-ración por su autoimagen es quesobrevalorizan sus propias cualida-des y sus valores personales y vivenpendientes de que las otras personasles admiren y elogien. Y así a quienesios aprecian y alaban les tienen ca-ri ño, pero a quienes no les ri nden cul-to de admiración Ies sienten antipa-tía. Cuando se Ie concede demasia-da importancia a Io que los demásopinan de nosotros, la vida se vuelveproblem áti ca para el individuo y paralos que lo tienen que tratar.

Un grave problema. Para la vida decaridad y de fraternidad, uno de losmas graves problemas es no acep-tarse uno como es (físicamente, inte-lectualmente etc) y vivir eseandouna imagen aureolada y sin defectosque no se logra obtener, Esto es una

L95

ilusión, ósea algo que no correspon-de ala realidad. S¡ alguien empiezaaam ar esa irnagen ilusori a de símismo(lo que quisiera ser pero que no lograser) le llegan depresiones, comple-jos, desilusiones, iras y otras conse-cuencias muy dañosas para la vidade fraternidad. Es muy bueno fij arse¡deales altos de lo que se desea !le-

gar a Ser, pero enamorarse de unaimagen desproporcionada de per-

fección y querertenerl a atoda costa ypronto, roba la alegría del vivir y dañala vida de caridad con los demás.

La tiranía del gué opinarárl , Una im-perfección que nos hace daño es el

vivir exage radamente pend ientes del

prestigio, de la opinión pÚbl¡ca. Es to-

do lo contrario del proceder de los

santos para quienes lo importante es

lo que opina D¡os y la cal if¡ cación que

el Divino Ju ez le dé a nuestro

96 97

proceder. A Ia inmensa mayoría deIas personas no les interesa tanto Ioque son en realidad sino Io que apa-recen ante los demás, y Io que losotros opinan acerca de'ellos. Les in-teresa mas la apariencia que Ia rea-Iidad. Se esmeran más por causarmej or impresión a la gente que por te-ner contento a D¡os. Y así es el or-gullo el que va haciendo de árb¡tro ensu vida y les va d¡ciendo lo que tienenque hacer y evitar. Parece que estu-vieran trabaj ando en un escenariocon un solo fi n: aparecer bien. Suideal es tener una imagen espléndidaque las mult¡tudes admiren y aplau-dan. Esto es cosechar humo que nosirve para nada . (Larrañaga).

La sola fi lantropía. S¡ se ama a losdemás pero no por amor a D¡os sinopor simple fi lantropía o amor natural,puede ser que en abstracto y en

It-

teoría sí se les sienta amor, perocuando la prop¡a conveniencia tro-p¡ece con derechos alenos se fal lará.En cambio si se les ama porque sonhij os de Dios y porque Cristo con-sidera como hecho a El mismo todo elbien que hacemos a los otros, ahísi el arnor es verdadero y no se dej avencer por el egoísmo.

Fantras dañ¡nas. Fácilmente tende-mos a comentar con otras personaslos defectos qenos que hemos ob-servado o escuchado. Eso va contrala cari dad. Así como a los extraños nodebemos hacer conocertodos los se-cretos de nuestra casa, y a los quenos escuchan no podemos contarleslos defectos de otras personas. Delos demás o hablar bien o no hablar.

Dos personajes antipáticos. Cuan-do leemos Ia parábola del buen

9B

samaritano nos causan repulsión el

sacerdote y el levita que pasaron junto

al herido y no hicieron nada por ayu-

darlo. Pero esos podemos ser noso-tros si cuando vemos a otros sufri r no

nos conmovemos ni hacemos lo que

podamos por ayud arles a resolver en

algo su m alasituaciÓn.

¿Qué tal? D¡ces: "Yo no le deseo ma-es ni le hago ningún mal a quien me

ofendió pero no soy capazde hacerle

el b¡en ni de tratarle con amabilidad".-Y Lqué tal que D¡os hiciera esto con-

tigo cuando lo ofendes? No olvidesque con la medida con que trates alos demás, con esa medida te trataráDios atí. (San Bernardo).

99

CAPÍTULO B

DEFIGIENCIAS OUE SEDEBERíar,¡ EVITAR

Desproporción. A veces se ama aun perrito y se es indiferente ante elprój imo. Se les echa pan a los pecesy' se les niega comida a los pobres.En esto habría que cumplir lo queaconsej aba Cristo: "Hacer aquello,pero no dej ar de hacer esto últi-rnon'. Por algo decía un hambriento:"Señor, yo !o único que dese aría se-ría poder comer como comen losperros de los ricos".

Coraz.ones enfermos. San JuanBosco en una visión contempló quemuchas personas tienen el corazonroído y emponzoñado. Y Ie fue d¡-cho que son los que guardan odio yantipatía en su corazón. A otros vio

Para quien desea evitar desgastesnervioso por vivir enfadandose será

mu)/ útil la lectura del hermoso libro:,\il# 5E DfSGffSTE I)üR

PE, EHE{ESSe consi*e donde venden estelibrito que estamos leyendo.

100 10 1

con el üorazontrío y congelado, ylefue dicho que son los que no se inte-resan Por dar las ayudas gue nece-sitan las otras personas, ni se co¡l-mueven ante el Sufri miento aieno. Yen un tercer grupo vio unos que te-nían el corazonvacío ,y tavozceles-tial le avisó gue son los que tienen undefecto muy criticado en la Bibliaguees "el desalrlof", no aman a tos de-más- Líbrenos Dios de que nuestrocorazÓn tenga estos defectos tan pe-ligrosos Y dañosos! Valemos to quevale nuestro corazÓn. ¿Cómo es él?

Las preferencias. Uno de los defec-tos que mas daño hacen a la caridades el mostrar preferencias hacia cier-tas Personas. Quien sabe si esasgentecitas gue aparecen más imper-fectas Y menos d¡gnas de nuestroafecto, sean las que más están nece-sitando demostraciones de cari ño y

de aprecio. Y además sucede fre-cuentemente que las personas queexternamente aparecen menos sim-páticas, en el interior de su alma sonmás agradables a D¡os que las queexternamente tienen mucha simpa-tía. Quizás ese prój imo que vemoscaer tantas veces, tenga mas humil-dad y luche mas por ser bueno queaquellos que tienen una docena devirtudes llamativas y agradables,

Buenos solo fuera de casa. El ¡¡brode los Proverbio d¡ce que algunos enla calle y en Ias reuniones son muyamables como corderos, pero dentrode su casa son ásperos y agresivoscomc fi eras. Pero a los que mas de-sea D¡os que tratemos bien es a los"próximos" a los que viven mas cercade nosotros. Un santo decía que eldiablo suele dej arnos que de vez encuando seamos amables y atentos

102103

con los de afuera, con tal de que s¡g a-mos siendo desatentos y duros conlos de adentro en el sitio donde vivi-mos.

Arrrorsin dominio. Freud afi rma quecuando la relaj ación moral lleva adarle rienda suelta al erotismo y a lasensual¡dad, sin imped¡rles ningunade sus exageradas exigencias, elamor pierde gran parte de su valor yse reduce a una simple pasión ani-mal. Un amorsin dominio ni d¡sciplinapierde buena parte de su val¡d ezanteDios y queda sin esperanzas de reci-bir premios en Ia eternidad ni gocesespirituales en el alma. El amor sinlos frenos de la mortifi cación se pue-de convertir en una aberracióJt, o enun procederfuera de lo normal. Es re-baj ar! o demasiado. Si algunos tuvie-ran que contar como han sido susamores, Ios presentes tendrían quesalir corriendo.

¿Amor solo GorPoral? El amor cor-

[orat se fija solo en las gracias.físicas

y si estas se van se va muriendo' o se

ía OisminuYendo. En cambio el amor

eipiritual vá en la otra personalantos

deialles que merecen amarle que

cuando los atractivos físicos van dis-

*-iñry"ndo, el amor en vez de dis-

minuír va aumentando. El amor físico

tián" un limite Y se reduce a lo cor-

óárá1. Et amor áspiritual se extiende

ñasta lo infinito. El placer sensual es

breve como una gota de rocío Y mien-

tras ríe se v muriendo' El Placer

áró¡t¡tual es duradero y pacífico' Que

nuestro amor no sea erótico pues se

puede convertir en psicosis y nos ha-

lí, "onflictiva

la vida' Que sea espiri-

tuat y así nos llenará de paz' (Tagore)

Amor Pagano- Un defecto de nuestro

modo de amar Puede ser que ama-

mos a los pagano, por las cualidades y

104105

atractivos de Ia otra persona y por losfavores que nos hacen y no po r amor aDios ni por conseguir premios eternos.Si sentimos repugnancia hacia algúnprój imo tenemos el peligro de des a-cred¡tarlo con palabras inconvenien-tes. Arnar únicamente porque nosagrada las personas eso solo instinto,D¡os nos dio el amor pa ra am ar a to-dos Y ¿nosotros amamos únicamentea una docena? Y ¿los demás mitlo-nes se nos quedarán sin sentir amorde caridad hacia ellos?

Amar Por egoísmCIs. Los que seimaginan que aman son rnuchísimos,Pero los que aman de verdad son mu-cho menos. Es que el amor corre elpeligro de ser simplemente un egoís-mo exaltado. El auténtico amor decaridad encuentra su propia felicidaden buscar la verdadera felicidad delos demás. Confiemos en nuestro

106

amor si lo que busca es el bien delprój imo. Desconfi emos si Io que bus-ca es solamente aparecer amable.

El defecto de Santa Teresa. Cuentaesta santa en su hermosa "Autobio-grafía" (cuya lectura emociona yestremece) "M¡ defecto era que veíaun rostro hermoso y su fi gura se mequedaba en la mente para recordarlaa toda hora, pero desde que contem-plé en visión a Jesucristo, cuya her-mosura es infi nita, desde entonceslos seres humanos, aún los mas her-mosos, ffie parecen como hormigas"

I .' ' r . ,

Lascivia es vivir enam orándose decuerpos hermosos. LSeremos lasci-vos nosotros? ¡Líbrenos el Señor deese mal!

Enemigos irreconc¡l¡ables. A Freudlos que mas Io odiaron mas tardefueron aquellos d¡scípulos con los

L107

$§

¡

cu ales se mostró demasiado sensi-ble en su trato.

Propongamos amar de tal manera deahora en adelante que en la últimahora no tengamos que arrepentirnosde haber amado demasiado poco odemas tado sens¡ blemente .

Los arnoríos. San Francisco de Sa-les d¡ce: "Cuidado con los amoríos,esos amores falsos que se quedansolo en la sens¡b¡l¡dad y que no bus-can el verdadero b¡en prop¡o y de laotra persona. Eso amoríos deb¡litanmucho Ia voluntad y lo vuelven a unoesclavo de sus propios afectos"

Los rencorosos. Los otros no nece-sitan nuestros juicios negativos sinonuestra oración. Los rencorosos sonseres que se imaginan que tom án-dose ellos el veneno, Ios que se van a

nnori r son los que los ofendieron. V¡-ven amarg ándose la vida con el re-cuerdo de las ofensas que les hicie-ron, y mientras tanto los ofensoressiguen pasando la vida tranquilos ycontentos ¿Quién es el que sufrem ás? El que ofend¡ó o el que viverecordando con rabia la ofensa reci-bid a? Eso es amargarse Ia vida inú-tilmente.

Amor demasiado restringido. Ex-clama San Agustín: "Dices que sola-mente quieres ayud ar a tus herm a-nos, a quienes son de tu familia. Pero¿es que los pobres y necesitados noson hermanos tuyos en Adán y enJesucristo, hij os del mismo PadreDios? D¡ces que solo amas a quieneste ag radan, pero ¿es que tu amor noes humano sino que amas como lasbestias, únicamente por instinto?-D¡ces que si compartes con los otros

108 109

tus dineros, te vas a empobrecer,Pero ¿es que te imaginas que Diosno será tan suficientemente gene-roso fa.ra recompensarte? ¿OÚ¡dasque EI ha prometido devolverte cien

ego rega-tro Señor,

ves egoístamente sotamente pa rati.Cristo te promete pagarte las ayudasque das a los demáa como si se lashub¡eras dado a Ét mismo en per-sona"

Pobreza de afectos. Al pri mer fogo-nazo decimos: "amo a todo et mun-do", pero luego nos darnos cuenta deque no arnamos casi a nadie y tene-mos gue dedicarnos actam ar:;padreDios auméntanos el amor de caridad,Sigue curnpliendo siempre on noso-tros Io que nos prometiste por medio

110

del profeta Ezequiel cuando dij iste:"Os daré un corazón nuevo. Os in-fundiré un espíritu nuevo. Os qui-taré el corazón de piedra y os daréun corazón de carne" (Ex.3O,2O) ¿Dequé me sirve ser rico si no enriquezcoa los demás?

No hotel sino farn¡l¡a. No podemosvivir como en un hotel, procu randosolamente no molestar a los demáspero sin preocup arnos de ellos. Tene-mos que vivir como en una familiaprocurando ayudar a todos. Oue devez en cuando nos preguntemos:¿en qué podré ayud ar a los que vivenconmigo para que Ia vida les sea masag radable y placent era?

Envi lecirn iento. E! Concil io Vaticanod¡jo: "El amor humano se envilece yempequeñece cuando el individuo seencierra en una dorada soledad sin

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interesarse por Io que están necesi-tando los otros. En cambio se robus-tece cuando cada cual trata de dedi-carse al seruicio de la comun¡dad ogrupo donde vive . (GS. St)

Hl gran apóstol de las cárceles r¡or.teailneri§ana§ llevaba una vida ordi-naria, cuando un día en una Capilla sepuso a pensar: hasta ahora solameJl-te he Pensado en mi mismo. Pero¿En rn¡ Dios y en mi próji m o? y sepropuso preocuparse por ellos y des-de entonces se entregó por completoa ayudar a los más necesitados. Te-nía temor de que Jesucristo tuvie raque decirle en el día del Juicio aque-Ilas sus terri ble palabras: "Estuvepre§ü y no quisiste irrne a Gonso.Iar". (Mt.2s,4l)

Viejo§ Bn phna juventud. Los quedicen que la vida es una aburri miento

112

es porque no han aprendido a ded¡-car su vida a amar a D¡os y al prój irno.Son viejos a los 30 años porque nohan sabido poner amor de caridad asu vid a. S¡ se dedican a prestar servi-cios hum¡ldes a los demás experi-rnentarán en su propia vida aquellapromesa del Libro Santo "Hazel biefi,y recib¡rás buenas recompens?s,sino de la gente, sí de D¡os"

(Ecl . 7 2,2)

EI individualismo. Aveces nos com-portamos como miserables indivi-dualistas y nos complacemos en ha-cer resaltar nuestras d¡ferencias: yosoy pobre y él es rico; yo soy inteli-gente y él idiota. Nos olvidamos denuestro m aravilloso parentesco: el eshij o de D¡os y yo tamb¡én; él es segu¡-dor de Cristo y también yo. EI es he-redero del reino de los cielos y oj alátambién yo !o sea. (Evely)

;;'d;Hr;GOürlG Penitencía es que partas tuPan Gün e! hambriento yregales detus vestidos al rlecesitado,, (rs58 ,7) HaY rnuchos que sí reciben panPara su estómago pero no hay quienles bri nde el pañ del verdadero afec-to' ¿Pgl qué n regatarto nosotros?No olvidernos que el mandarnientode am ar at próiimo es muy preferido

JesÚs de cía: "si fto son mejoresque [*s farlseos, r]o en trarán al rei.sT# de §os cte§ssol. Y los fariseos des-preciaban a los otros y se cre íanme-;iores que los demás . ítLtc. 1B,g)

,

*esF r#p+rc¡ün. El arnor propio;quiere que pa ra él ha ya rnucha cari-dad, Pero él pa ra lo;" demás, rJada, :

::1?:_:n..I, que u§"u reErsros' srn;

por Jesús hasta el grado de llam arl o"mi mandamiento". ¿S erá esenuestro distintivo? Oj alá que sí Iosea.

Condenar sin averiguar. Una cam-pesina tenía domesticada una man-gosta (que es un animal salvaj e pare-cido a un gato y que es domesticable)Dejó al anim alejo en su casita cui-dando al niñito recién nacido y ella sefue al río a lavar la ropa ,y le d¡j o: "cuí-deme al niño, pero cuidado, no se levaya a ocurri r morderlo"- Poco des-pués llegó una serpiente a morder alniño. La mangosta (que es una ani-mal muy ágil para atacar a las ser-p¡entes) se lanzó y Ia destrozó. Y conel hocico todavía lleno de sangre sefue hacia el río donde Ia campesinaestaba lavando la ropa como parainform arl e de la buena noticia. Lamuj er al ver Ia sangre en su hocico le

#Ill ic#ridad vaEe sreeffiss qiá*un laico i

::lf*jy:, IDioslos drceporm;l; f

114115

gr¡tó enfurecid a: "Mise rable, mordisteal niño"_y le dio un tremendo garrota-zo. Se fue enseguida a la casa y en-contrÓ al niño sonriente y sano y a laferozserpiente a los pieá de ta camadestrozada por los dientes de la man-gosta. Se dio entonces cuenta de loPeligroso que es conden ar a losdemás antes de haberse informa.do biell . ¿Me tra erá este ejemplo at-guna e señanza?

Arnor enfermo. Si el amor no se tra-duce en favores, ayudas y señales decari ño al prójimo, es un amor enfermo(Pujol) A veces pensamos que ob ra-mos por amor Y IOs hacemos poregoísrno. Caridad es da ry no conten-tarse con recibir; es donación totat sinesperar recompensa. Así ha sido elamor de Jesucristo hacia nosotros.Pero si el amor no se hace solucionesconcretas no es auténtico.

116

A un muchachito le p¡dió el profesor deliteratura que cornpletara esta es-trofa: "Mari posa vagarosa- tu que vasde rosa en rosa...y el niño completóasí: "Mari posa tan hermosa... ¿no es-tarás tuberculosa?-AIgo parecido ten-dríamos que preguntarle a nuestroamor hacia el prój imo: se timientotan hermoso ¿no estarás tubercrr-loso? - Es que amor sin buenas obrases algo muerto, o por lo menos gra-vemente enfermo.

La frialdad. Una vezSan Roberto diouna limosna a un pobre pero Io hizocon fri aldad e indiferencia. Luego sepuso a pensar: "le d¡ste limosna pe-ro no Ie d¡ste cariño", y se fue y Ieestrechó al pobre las manos conafecto fraternal. Así si se umple loque anunció Ia Sagrada Escritu ra:"Dios prernia al que da con ale-gria", Tendríamos que tener cuidado

117

para cumplir lo que rec mienda elLibro Santo: "üuando des lirnosnasnü las aüsmpañes con palabrasduras ni con gestos humíllantes.,,Examinémonos de vez en cuandopara ver si los favores que hacemos alos demás los acompañamos conamabilidad o mas b en con friardad.sería una lastima esta faltade afectoy de alegria.EIuena presunta. No olvidemosaquella antigua frase de los santos"si Dios te tratara a tí con ra friardad9on la que tu tratas a los que te pidenfavores ¿Cómo te iría?

Amor pa ajero. Si el amor es sola-mente por lo transitorio , por los exter-no, se acaba muy pronto. Amar por-que me hizo una favor. . amar porquet1e1e los ojos brillantes...porque son_ríe bonito. Uno se acostumbra a todo,hasta a la belleza. pero en cambio si

118119

amamos porque la otra persona re-presenta a Jesucristo y todo favorque Ie hacemos a ella lo recibe Nues-tro Señor como hecho a El, ese amorsíserá muy du radero.

Los defectos de los otros. Dios nospide que odiemos al pecado pero noal pecador. D¡chosos defectos quesilven para darnos cuenta de lo su-perfi cial que es nuestra amistad lacual solarnente quiere encontrar sim-palía en Io que son y en lo que hacenlos otros y nos llevan a impetrar aNuestro Señor que intervenga y nosvuelva mas generosos y nos quiteestos excesos de egoísmo que tene-rnos.. Es el egoísmo el que hace queIos defectos de los demás enfríennuestro cari ño hacia ellos. S¡ tuvié-ramos caridad los amaríamos tantomás cuanto más déb¡les y defectuo-SOS SON.

Para evitar desilusiones y fracasosal arutdr, contribuye enorrrterutertte

leer el librito:EL t-q,4,1#$R

Jd á᧠B,'srr td-ja..§ 3' p eligr#§.Por Sálestnart.

Es ur:.a lectura que cortmuevey libra de ecluivocaciottes.

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CCMO AUMENTAR Y HACERCRCER EL AMOR DE

CA,.RIDAD

CAPÍTULO 9

TÉCNICAS OUE PRODUCENMUY BUENOS RESULTADOS.

El examen. Los autores esp¡ritualesestán de acuerdo en que uno de losrnej ores métodos para progresar enuna virtud o cualidad es el exarni-narse frecuentemente la concienciaacerca del modo como estamos prac-ticando esa virtud y de Ias fal Ias que

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estamos cometiendo al respecto. Poreso es bueno preguntarse de vez encuando: ¿de qué clase es el amorque tengo y dernuestro hacia los de-más? Es de amistad, de fraternidad,o ¿solo de instinto? ¿Amo porque es-timo a esas personas y deseo hacer-les el bien, o solamente porque meatraen y me gustan? ¿Qué tanto porciento hay de cari dad en mi amor ha-cia mis prój imos y qué tanto por ciel't-to hay de sensual¡dad y de egoísmoen él?.

Adquiri r convicciones. El verdade-ro amor de caridad no es espontá-neo, porque !a otra persona me gustao me atrae, sino que brota de unaconvicc¡ón, de una idea cierta quetengo de que sí debo am ar a losotros, porque son mis hermanos enCristo, hij os del mismo Padre Celes-tial, herederos como yo del Reino

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eterno ,y porque "éste es el manda-miento que tenemos de Dios, queel gue ama a Dios ame tarnbién alprójirno". (Jn 4,21)

Un carisrna. EI amor espiritual esuna carism a, un regalo venido delcielo, y por Io tanto hay que ped¡rlofrecuentemente. Los santos afi rman:"No hay personas que son capacesde am ar y otras que no son capacesde tener verdadero amor, sino perso-nas que sí piden frecuentemente ycon fe a D¡os que les conceda el am arverdaderamente y personas que nopiden al cielo la gracia de am ar bien, ypor eso nunca aman como deberíanamar. ¿Cuántas veces pido en mioración cada semana la gracia desaber amar bien a los demás? Oj alásean muchas y cada vez más. Nopuedo olvid ar aquella promesa deJesús: .'Mi Padre dará el buen

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espíriÉu a los que se Io pidart" Y

¿qué mejor buen espíritu puede ha-cerque el de saber amar b¡en?

Una gracia senrlanal. San Juan Bos-co , a imitación de muchos otros gran-des santos, ded¡caba cada sábadosu Misa, comun¡ón, Rosario, [ezo delos salmos y visitas al Santísimo Sa-cramento a pedir la virtud de la cari-dad, la gracia de amar a D¡os con to-da el alma y al prój irno como a si

mismo. Y Io obtuvo de manera admi-rable, ho solamente paraél mismo si-no para muchos otros para los cualespedía siempre esa gracia. ¿Haré yo

algo parecido?

Un Gapitulo impresionante. Las per-

sonas espirituales se estremecen de

emoción cuando leen y meditan el ca-pitulo 13 del evangelio de San Juandonde se nana el lavatorio de los pies

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que Jesús hizo a su apóstoles y el

mandato que nos 9ejO de amarnosunos a otros como EI nos ha amado.Hagamos el ensayo de leer y meditarese bello capítulo del ernangelio y senti-remos crecer de manera notona nues-tro amor de fraternidad.

Otra clase de "cristos". El Padre sa-lesiano Mantovani que fundó en Cal-cuta una obra inmensa de caridad !la-mada Las B¡enaventuranzas, (enasociación con Ia Madre Teresa) de-cía a la gente: "Para aumentar elamor verdadero ayuda muchísimo fi-jar los oj os en Cristo crucifi cado, ensus dolorosas heridas, y pensar ensus atroces sufri mientos. Pero exis-ten otros "Cristos" que si los contem-plamos nos van a avivar también mu-chísimo el amor de caridad, son lospobres abandonados, los enfermosque no tienen quien les ayude, lcs

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n¡ños sin hogar, las madres sin me-d¡os para ayud ar a sus h¡j os, los an-cianos sin protección etc.F¡j emos de vez en cuando nuestramuada en ellos y sentiremos crecerelamor compasivo y encenderse la lla-ma de la verdadera caridad".

ft#edfrtls pera santÉfi tarse. San Juande la Cruzaconsej aba pensar que laspersonas que nos rodean y con lascuales tenemos que tratar y trabaj arson medios que Dios emplea paraform ar en nosotros la imagen de san-t¡dad que Él desea que lleguemos a

tener. Asícorno con el cincel el art¡stava trabaj ando el bloque de mármolpara obtener una bella estatua y conel p¡ncel va el p¡ntor formando un her-moso retrato, Dios por medio de losque nos rodean, con sus defectos,palabras y peticiones nos va mode-lando hasta llevarnos a la santidad. S¡

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consideramos de esa manera a lasdemás personas llegaremos a amar-las como medios formidables quenuestro Señor emplea para llevarnosala perfecc¡óJ1 .

Una devoción que aumenta la cari-dad. Nuestro Señor le prometió asanta Marg arita que quienes practi-quen la devoción al Sagrado Corazónde Jesús aumentarán su amor a Diosy al prój imo y lograrán vivir en uniónde caridad con los demás. Oj alá pu-d¡érarnos leer el bello l¡brito t¡tulado"Devoción al Sagrado Corazón de Je-sús", de esta misma colecc¡ón. Goza-remos leyéndolo, y su lectura harásubir en varios grados nuestro verd a-dero amor.

Una petición conced¡da. San FelipeNeri sentía que su arnor hacia D¡os yhacia el prój imo era demasiado frío y

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se dedicó a pedir a D¡os y a la vi rgenSantísima la gracia de am ar más ymejor cada día. Y em pezó a tener ta-les ímPetus de amor de caridad quese le saltó una costilla a causa delCrecirniento de Su corazófl , y era talessus sentimientos de amor hacia Diosque tenía que exclam ar: "No más Se-ñor, no más, porque me voy a morirde amor". Y su caridad hacia el pró-jimo llegó atal grado que en Roma nohabía en su tiempo un sacerdote tanpopulary tan apreciado por el pueblo.Los jóvenes Io amaban corno al mejorde los papás y las señoras lo busca-ban siempre para ped¡rte direcciónespiritual. Es que había ped¡do mu-cho y había obtenido la gracia de ob-tener el verdadero amor, el amor decaridad. H ay que pedir más a D¡os elcarisma de la caridad, porque si Él noenvíaese amor, no nos llega.

Una gracia que estaba haciendomucha falta. Cuando Santa Margari-ta Alacoque recib¡ó el encargo depropagar la devocrón al Sagrado Co-razón le recordo a Nuestro Señor queella tenía el defecto de que era rnuyfría en cuanto el arnor hacia D¡os y alprój imo y Jesús le d¡j o: "Pídemé lagracia de amar con toda el alma y yote concederé una chispa del amorque a Mí me sobra". Ella se ded¡códía por día a pedir en su oración eldon de caridad y un día en una de susapari ciones Jesucristo tomó con sumano una de las chispas del fuegoque rodeaba su corazóny se la lanzóal corazón de Marg arita. Desde en-tonces ella empezó a sentir un amortan grande hacia D¡os y hacia el prój i-mo que en pleno invierno con unatemperatura de varios grados baj ocero tenía qué abri r Ia ventana de suhab¡tación porque le parecía que seincend¡aba de amor.

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¿Pido Yo este faYor a Dios? ¿Lo pidomuchas veces y para muchas perso-nas? Oj aláque si.

EI exaftlen fl natr. San Juan de la Cruzrecomienda que de vezen cuando re-cordemos que al fi nal de Ia vlda vE-ITIüS A Ser exarrNi nados por Diosacerca Ce córno y cuanto fue nuBS-tro affior hacía |os dernás, y que delresultado de ese examen va adeperl-der nuestro puesto en la eternidad(Mat. 25,40) Ouien frecuentementePiensa en ese riguroso examen guele va a hacer el D¡vino Ju ezy del pre-mio o sanción que le va adar, segu ra-mente Sentirá un fuerte deseo y pro-pósito de mejorar y aumentar conti-nuamente Su amor de caridad . ¿quéopinará actualmente el buen Dioé delrnodo como Io amamos a Él y comoamamos al PrÓj imo? lmportante pen-saren esto.

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Preguntas para hacerse, Los san-tos recomiendan que nos pregun-temos en el examen de concienciaacerca de cuanto amor damos, yacerca del amor negado. Porquetamb¡én se puede pecar por negaramor a quien deberíamos darlo.Otra pregunta aconsej able es esta:¿creo que D¡os es tan poderoso quepuede llenar de verdadero amor micorazón? O será que en esto me faltafe?¿También en cuanto al amor de cari-dad demostramos ese misrno interésque tenemos en examinarnos acercade !a castidad? Porque Ia caridad esaún mas importante que la castidad.

Un buen recuerdo. San Juan Boscofrecuentemente cuando se desped íade sus discípulos al salir de una desus casas les decía: "Recuerdensiempre que son hermanos". Este

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recuerdo sirve rnucho para aumentarel amor hacia los otros.

A arnar se aprende arnando. SanFrancisco de Sales insistía en que lapersona que quiera progresar en el

amor se ded¡que a hacer cada díamuchos actos de amor a D¡os y deamor de caridad hacia los demás.Oue frecuentemente repitamos: "Es-to que estoy haciendo es por amor deD¡os". "Esto lo sufro por amor a Nues-tro Señor". "Yo amo a esas personasporque por ellas murió Jesucristo ypor ellas está Él rezando en el cielo"Y que cuando veamos venir una per-sona a ped¡rnos algún favor pen-semos: "Voy a recibir bien a Jesucris-to que viene a mí, d¡sfrazado de pró-jimo". Y repetía: "un arte no se apren-de sino ej erc¡tándolo, asísucede conel amor verdadero: a arnar seaprende arnando". Así iremos

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desplazando el interés del yo hacialos otros y aumentará nuestra ca-ri dad.

Rernedios de los Santos. LoS eSPe-

cialistas en santidad recomiendanque pa ralograr obtener de D¡os el pr¡-

rnero y más importante de los caris-mas que es el del amor de caridadConviene emple ar estos medios:a) Escuch ar o leer frecuentemente la

Palabra de D¡os.b) Frecuentar los Sacramentos espe-cíalmente el de la Eucaristía. Quiense acerca a un horno ardiente nece-sari amente se llena de calor. Y asÍtambién quien se acerca a Jesús en

la Eucaristíaaumenta su fuego de ca-

ridad.c) Ded¡carse asiduamente a la ora-ciór,l , y oj aláauna oració afectiva.d) Negarse a si mismo, especial-mente en cuanto a instintos y afectos

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desordenados y demostraciones in.debidas de afecto sens¡ble.e) Prestar seryicios humildes a losdemás.Por más de veinte sigtos se han expe-ri mentado estos remedios en todos loPaíses Y han producido muy buenosresultados.

Hay que hacer cualquier sacrificiocon tal de conservar la caridad frater-na. Sufri rlo todo con tal de no romperel espíritu de caridad. Que se pierdacualquier bien mate rial con tal de queno se pierda lacaridad. (S.J.Bos co)

ME PROPT]SE HACERFELTZA LA GINITE QTIEVIVE A MI ALRREDEDOR

LAS CUALIDADES OUE DEBETENER EL AMOR

CAPíTULO 10

PERFECCIONES OUE NOPUEDEN FALTAR

Affrar corno amó Cristo. El DivinoMaestro nos dij o: "Este es mi malrJ-damiento, que se amen unos aotros como yo los he amado" (Jn 1s)

¿Y cómo nos amado Cristo?a) Con un amor perdonador. MieJl-tras Io crucifi caban exclamaba. "Pa-dre, perdónalos, porque no saben

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(Juan XXIil)

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Io que hacen". Perdonó a la Magda-lena , a la mujer adulte ra, a la pe cado-ra, a Zaqueo , al buen ladrórl , a SanPedro que lo había negado etc.b) Con un afno!'generoso, Dé siem-Pre más de Io que le piden. Pa ra unparal ítico le pidieron la salud del cuer-po Y JesÚs le dio además la salud delalma, Perdonándole los pecados. EIladrÓn de la cruz le pid¡ó que se acor-dara de él y le prometió llevárselo alParaíso. Hizo muchos milagros aunantes de que Ia gente se atrevie ra apedírselos. Siendo el más rico de to-do el universo se h¡zo el más pobreen la tierra pa ra salvarnos. Cristo síque cumPl¡ó aquel consejo de LosProverbios: "No niegues un favor aguien lo necesita si puedes hacerlo".c) Amo!' espirituat. Jesús no sola-mente se Preocupa por ayud ar encuanto a lo corporal y materiat sino

sobretodo por obtener que laspersonas salven el alma y lleguen ala santidad. Toda su predicación tien-de hacia ese fi n: Ia convers¡ón, lasantificación de sus seguidores. Novino a calmar el hambre de los estó-magos sino a llevar las almas hacia lasantidad y la salvación.d) Arnorsacr¡fi cado .Él decía"nadietiene rnayor amor que el que da lavida por los demás", y la dio y de Iamanera mas dolorosa y cruel que loshumanos pud¡mos inventar. S¡endo elmás poderoso en el cielo se hizo elmas déb¡l y necesitado en Ia tierra.S¡endo el más glorificado en laeternidad se expuso a las más terri-bles humillaciones en esta vid a. Enverdad nos puede repetir las pala-bras de D¡os en Ia Bibl¡a: "Pueblomío, ¿qué más podía hacer por tique no lo hayahecho?"

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Una buena respuesta. Al Cardenalsarto de venecia (futuro pontíficeSan Pío X) llegó un hombrecito a pe_dirle gue le ayud ara a sacar del cosoa un burro que ten ía para recoger car-tones y que la policía le habíá deco-misado. El Cardenal le dijo: "tré y ha_blaré con la policía". El húmilde ñom_bre le respondió:-"No Monseñor, por_que eso le causará molestias" - y elSanto Cardenal añadió: "Es que ca.ridad sin sacriflcio no existe". euébuena respuesta esa. ¿eué nos va apagar Dios si el favor que hicimos nonos costó nada? pero si nos cuesta,entonces sí el premio será grande.

No aíslarse. Cuando San pablo seconvirtió optó por un comportamientoque estaba muy lejos del aistamientofariseo. Tomó, como ideal de vida eldedicarse totalmente al bien de losdemás aunque esto le costara mu-chos sufrimientos (Holztner) Es gue138

una car¡dad que no es d¡fusiva no esverdadera caridad.

Hacerse querer. Cuando San JuanBosco fundó el primero de sus cole-gios fuera de la ciudad donde él vivía,envió de d¡rector a su mejor d¡scípulo,el Padre Rú a, y al despedirse le dej óeste hermoso consej o: "H ágasequerer". Y cuando ya estaba mori-bundo dio a sus d¡scípulos ese mis-ma recomendación: "Háganse que-rer". En una famosa carta que envióa sus amigos de todo el mundo en1BB4 d¡ce: "No basta con am ?r, sinoque hay que demostrarles a los de-más que los amamos con un verd a-dero amor". El había recibido de D¡osen grado sumo el don de hacersequerer y amaba a todos con un amorsanto e inmenso.Uno de sus famosos d¡scípulos de-cía:"yo veía que me quería de un

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rnodo que nunca había experimenta-do antes, muy superior a cualquierotro afecto. Se notaba que el amorsobrenatu ral ard íaen su corazón".

Buen retrato. Un exalumno sacerdo-te afi rmaba: "En Juan Bosco veíamosretratado el amor de D¡os hacia noso-tros, por eso no podíamos dej ar deamarl o. Nuestro Señor Ie dio un cora-zón de padre amable, capaz de unaentrega total. Por eso un día cuandoel santo en un recreo preguntaba asus alumnos: ¿A quién se parece elPadre x? - y ellos respondían al sr...N. ¿Y el Padre B? al señor... L,..Luego preguntó: ¿Y Don Bosco aguien se parece? y un niño con unaespontane¡dad admirable exclamó:"Don Bosco se parece a NuestroSeñor" todos estuvieron de acuerdocon tan hermosa respuesta ¿Pod ránafi rmar algo sernejante de nosotros?¡Quién sabe!

Programa de actual¡dad, La mayorcomunidad religiosa educadora de laactual¡dad redactó este programa pa-ra sus religiosos: "EI buen creyentecomo Cristo, buen Pastor, tiene queser abierto al trato social, cordial, estard¡spuesto a dar el pr¡ mer paso en elrelacionarse amigablemente con losdemás, a recibir siempre con bondada quienes recurren a é1, a tratar a to-dos con paciencia y con special res-peto. Su afecto debe ser el de un bon-dadoso padre y el de un cari ñoso her-mano; el de un buen amigo, c?paz desuscitar correspondencia de amis-tad .

Su castidad y equilibrio deben llevarlea amar a todos pero sin dej ar-seesclavizar por exageraciones sen-sibles y a mantenerse sereno". Oj aláeste sea nuestro programa personal.

Una mujer que nos da lecciones. EI

Papa Juan Pablo ll gran devoto de la

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Santísima V¡ rgen decía: "M aría nosda unos admirables ej emplos acercade las cualidades que debe tener el

amor hacia los demás. Se apresuró a

llevar ayudas aun antes de que se laspid¡eran. Cuando supo que su prirnalsabel iba a necesitar una muj er deconfianza que Ie atendiera al tener supr¡ mer hijo siendo ya de bastanteedad, "n#aría fue de prisr", d¡ce el

evangelio. Porque Nuestra Señorasiempre va de pri sa cuando necesi-tamos de Ella algún favor. Cuando enCaná los jóvenes esposos necesita-ron un milagro de Jesús, sin que na-die le pid¡eraese favor, M aríaarrancócon sus ruegos e! pr¡ mer milagro desu H¡jo. Cuando en el Calvario todosinsultaban a Jesús y Io despreciabany sus amigos habían huido llenos depavor, María, d pies estuvo allijunto a la cruz, consolándolo y ani-mándolo. Qué b en ejemplo para

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que comparemos nuestro amor decaridad con el de Ia Madre de Dios ynos preguntemos si también noso-tros nos esforzamos por prestar ayrl-das con la mayor rap¡d ezque nos seaposible y aun antes de que los otrosse atrevan a pedirnos esos favores, ysi en verdad somos solid arios con losque sufren y los acompañamos ensus penas".

Fijarse en Io que sí vale. La personaque tiene cari dad no se fij a en las fal-tas del próji mo sino en sus cualida-des. Narra la leyenda que una vezCristo y sus d¡scípulos pasaron juntoa un perro recién muerto y que uno delos apóstoles exclamó. ¡"Qué piel tanfea la que tenía"! r y otro dij o: "que pa-tas tan torcidas" Y Jesús con unasonrisa en los labios añad¡ó: "Peromiren que d¡entes tan hermosos po-seia"- Y los apóstoles comentaban:

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"Etr Maestro ve cualidades hasta enun perro muerto'*ñaráeste ej emplo?

¿Qué nos ense-

EI ejempEo ¡deal. Ouien desea sabercual fue y como obró el rnodelo nu.rnero uno de cari dad gue ha existidoy existiráen el mundo, tiene gue estu-d¡ar el modo como Jesucristo trató alos demás. Él dijo: "Eiernplo les hedado, Para que Io que yo he hechoIo hagan tarnbtén ustedes. Y seránfelices si Io hacen" (Jn 13) Jesús fueamigo de todo el mundo: de los po-bres, de los enfermos, de los niños,de los Publ ícanos y de los paganos.Los fariseos Ie pusieron un apodornuy honroso: "el que es amigo deIos Pecadores y corne con ellos".Pero lo ha cía pa ra poder convertirlosy salvar su alm a. Todos hallaban ensu persona compresión, amor, ayu-das generosas y amabtes. San Pedro

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d¡ce de Él: "Pasó haciendo el b¡en".Se le veía rodeado de leprosos, deparal íticos, de sordos, mudos, cie-gos. Su actuación era como la de! solque "alumbra a los malos y buenos".

Alguien al cual debemos imitar.Jesús fue entre los apóstoles un her-mano mayor que los trataba con elrnismo cariño con que el Padre celes-tial lo había tratado at El. Pasadosmuchos años después de aquel t¡ern-po en que compart¡eron por días ymeses con el D¡vino Maestro, SanPedro recordaba: "En su boca no seencontró palabra indeb¡da. No de-volvía rnal por mal ni mald¡ción pormald¡ción". (1 Ped.2) Con infi nita pa-ciencia iba formando a sus d¡scípulosy corrigiéndolos. Era un sembradorinfatigable de esperanza. Con todarazón podía aconsej arl es: "Trátensecomo yo los he tratado a ustedes".

14s

Los he tratado como mi Padre Celes-tial me trata a mí. S¡ se aman como yolos am é, aun los más recalcitrantestendrán que reconocer que Yo soy elenviado del cielo. Aun en medio delas más terri bles persecuciones nome vieron nunca resentido ni renco-roso. Trátense así y se rán felices..,Con tan buen maestro ¿cómo debe ráSer en adelante nuestro modo de tra-tar a los demás? Cuanto mas adm ira-bles han sido los ejemplos de caridadgue hemos recibido, tanto mej or de-be ser nuestro trato con tos que nosrodean.

Dos esPeios. Un joven interno de uncolegio escri b¡ó a su m amá pid¡én-dole que le envia ra un espejo. Pocodespués recibió un paquete con estaleYenda "Le envío dos espejos. Unode cristal, que le recuerda como es sufísico ahora. Y otro de papel que le

enseña como debe ser su compor-tamiento de ahora en adelante"- Yese "segundo espejo" era una Vidade Jesucristo, er la cual se expl¡ca-ba detalladamente como fue y ha si-do el modo de tratar a los demás, em-pleado por Jesús. Oué buen espej opara que podamos mirar cual debeser nuestro comportamiento en cuall-to al amorde caridad.

Un motivo inspirador. Para que ha-ya verdadera vida de fraternidad esmuy provechoso que cada uno se es-fuerce para que los sentimientos y laconducta de Jesús sean el motivoinspirador de sus reacciones antelos demás. Así este recuerdo de losbuenos modos de obrar que ha te-nido Cristo sofocará los impulsosnegativos que nacen en el alma yllevará a aceptar y perdon ar a lasotras personas. Con Ia oración y la

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meditación debemos sofo car las ma-las inclinaciones de nuestro instinto yegoí:mo Y tratar de obtener en nues-tra vida unas conductas semejantesa las que JesÚs ha tenido con los de-más' Así Por ejemplo en vezde teneruna actitud explosiva cuando nosofenden o estamos disgustados, hayque qued ar en silencio como Jesúiante Pilatos Y ante los que to azota-ban Y coronaban de espinas. TerJe-mos que proponernos ser delicados,respetuosos con todos, pacientes co-mo Io fue JesÚs, manso y humilde decorazÓn que al lavar loé pies a susdiscípulos nos enseñó a prestar ser-vicios humildes alos que nos rodean.(Larrañaga).

,/

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CAPÍTULO 11

DETALLES OUE AYUDANMUCHO

El octavo sacramento. Decía SanFrancisco de Sales que los católicosdeberíamos tener un "octavo sacra-mento" que se llamaría: "Urbanidad,buenas maneras". Porque la caridadsi es verdadera debe manifestarse enamab¡l¡dad, bondad, buen trato aotros, atender a los enfermos , al egrara los ancianos, comprender a los an-gustiados y tener delicadeza en eltrato con toda clase de personas. EIL¡bro del Eclesiástico en la B¡bliad¡ce: "S¡ tienes agradadabilidad yamab¡l¡dad en tu trato y en tu col'l-versación, te amarán mas que a losque reparten muchas limosnas".Eso es digno de volverse a !eer.

Para arnar hay que apreciar. Nadieama lo que no aprecia. Por eso es

muy necesario que sintarnos y culti-vemos un verdadero aprecio hacia las

otras personas. EI aprecio es unaopinión favorable que se tiene haciaalguien. Y nace y crece al conocer y

valorar las cualidades que tienen y las

buenas obras que han hecho, comotambién su d¡gnidad de seres hu-manos, de herederos del cielo, hijosde D¡os y hermanos de Cristo. Siapreciarnos rnás, amaremos más,De Ia opinión que tengamos acerca delas demás personas depend eráenormernente el amor que les tendre-mos. S¡ tenemos una pobre ¡dea deellos les vamos a amar menos. Encualquier grupo humano la falta deaprecio lleva a la falta de fraternidad.S¡ nos formarnos imágenes defor-rnadas de los demás y pensamos másen sus defectos que en sus

150151

cualidades, fal la rá nuestro amor hacia

ellos . LPienso frecuentemente las

cualidades que ti enen las personas

con las cuales trato, en las buenas

obras que han hecho y en el gran valor

que tienen como hermanos de Cristo

e imagen y semejanza de Dios?

¿cuántas veces Y cuanto?

pequeños detalles. La caridad cu-

bre con un velo de compasiÓn los de-

fectos de los demás (Descartes) ¡

Caridad es perdon ?r, pero no dej ar

sin corregir lo que necesita ser corre-

gido. euien tiene caridad, siempretiene algo qué dar: tiempo, aVudas,

amab¡lid;d, perdón, felicitaciones,demost raciones de aprecio, oraciÓn

etc.La verdadera caridad no busca la co-

la otramodidad de sí mismo sino que

persona sea más feliz Y se

mej or.

vuelva

S¡ no podemos encontrar excusasfuertes para el modo de proceder de

la otra persona pensemos al menos:"La pasión deb¡ó ser muy fuerte. Si yo

hubieraestado en su lugar quizás ha-bría proced¡do peor" (SF de Sa/es/,En esto hemos conocido el amor deCristo hacia nosotros: en que se sa-crificó por salvarnos. Y nosotros tam-bién debemos sacrificarnos por losdemás (Sa n Juan 3,16).H¡j itos no arnemos solamente de pa-labras y de lengua, sino con buenasobras y de verdad (tb 3,18).

EI secreto de los grandes heroís-rnos. Lo que ha llevado a los másgrandes santos y santas de Ia lglesiaCatólica a hero ísmos impresionantesde caridad hacia el prój imo ha sidoaquella maravillosa promesa de Je-sús. "Todo el bien que le han hechoaunque sea al rnas hurnilde de mis

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hermanos, Yo lo cons¡dero comosi me lo hubieran hecho a Mí enpersona". (A4t.25,40)

Esta promesa de nuestro Salvador ha

llenado de emoción y e esperanza amillones de personas y les ha elevadoa generosidades extraordinarias. LLameditaré de vezen cuando?

La causa de ciertas exageracio-nes. San Francisco de sales era casiexagerado en Su demostraciones decaridad y simpatía aun hacia los masindignos y desagradecidos, pues tra-taba hasta a los mas miserables Y

despreciados con el misrno respetocon el que trataba a los mas grandesperson qes de la nación Y u día un

obispo le preguntó porque en su tratohacia los más pobres era tan exage-radamente atento Y amable Y él lerespond¡ó: "ES que en cada Personayo trato a Jesucristo el cu al nos

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prometió que todo lo que hacemos alos demás , aun a los mas hum¡ldes, loconsidera y lo paga corno si lo hic¡é-rarnos a El mismo. Y con nuestroadorable Redentor nunca serán exa-geradas las demostraciones de cari-ño y aprecio que le bri ndemos".LOuétal que nosotros pensáramos más enesta gran verdad? ¡Cuánto mej oraríanuestro trato hacia nuestros prój i-mos!Especialidades, Para los santos ca-da prój imo es Jesús que viene a pedirfavores, ayud a, buen trato , amab¡l¡-dad, respeto y colaboraciór1 .

Los que poseen la verdadera caridadtienen un amor personalizado, oseaaman y aprecian a los demás como alos dedos de su mano, a todos y acada uno en particular. Aman acada uno como es. No pretenden queun perro ladre en verso o que unburro rebuzne en poesía.

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La síntesis de Ia vida social es: sopor-to, comprendo, respeto, colaboro. Ytrato de que los dernás me soporten,me comprendan, ffie respeten y mecolaboren.

El verdadero amor es Dios (Dios esamor, d¡ce San Juan) y los verdade-ros amores vienen de D¡os y a El hayque ped¡rle mucho la gracia de arn ary de saber am ar bieJ"l . Jesús, corno h¡-zo en las bodas de Caná, puede ha-cer que las aguas turbias de nuestroegoísmo se conviertan en sabroso vi-no de amor de caridad. Y M aría San-tísima puede y quiere pedirle para no-sotros ese gran favor si nos enco-mendamos a E¡la con nuestra fre-cuente oración.

Pepitas de oro. Según sean nues-tras opiniones acerca del amor, asíserá el modo como amaremos. Por

eso es tan importante leer l¡bros quehablen del verdadero arnor (como es-te que tenemos en nuestras rnanos).

Cada persona es rnovida en su ob rarPor el amor. Y de lo que Sea su amordePend erá Io que sea su personali-dad. S¡ su amor es solamente sen-sual se llama "erótico" y se reduce suobrar a un rnodo de proceder sirnple-mente animaL si su amor eS espiri-tual se llama "ágape" o "caridad" y suproceder serásegÚn D¡os y le atraerágrandes premios del cielo pa ra estavida y paralaetern a.

Dios nos eligió para que amemosbien y enseñemos a otros a am ar de-b¡darnente (Pabto Vq El amor verda-dero debe ser "prendedizo". Oue lospapás y los educadores y tos verd a-deros amigos enseñen a los otros aamar sin egoísmo y Con generosidad.

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El amor de caridad es una virtudsobrenatural. No es producto denuestro pro io corazón. Sería comopretender que una p¡edra produzcarosas. Es un don o regalo del EspírituSanto. Lo consigu¡ó Cristo para noso-tros al derram ar su sangre por salvar-nos y santifi carnos y se va consi-guiendo p¡d¡éndolo frecuentementeen laoraciÓn (Alarmion) .

El amor como los ríos, a medida quese va volviendo más grande se va ha-ciendo mas profundo y menos ru¡do-so (Villaespesa).

Enseñanzas provechosas. Lo queh¡ce y dij e sin amor de D¡os y sin amoral prój imo qutzás lo habré perdido(Tasso).

El verdadero amor no se fija tanto enla prop¡a felicidad sino en contribuir ala felicidad de los demás.

(Sa nta Teresal

El amor si es auténtico, nunca estáocioso sin hacer nada por los de-más. (ib)

No todo arnor es amistad, porque la

amistad busca el bien del otro. Lasmej ores amistades son las que llevana am ar rnás a D¡os y a volvernos me-jores.Los santos no tenían amistades sinoera para hacerles bien a las personasy llevarlas a ser más amigas de D¡os,(SF de Sales)No basta decir "me gusta esa perso-na" sino "deseo hacerle bien a esaperson a", EI amor fraterno solamentees lo que debe ser cuando el bien deuno se convierte en bien de todos y el

mal de uno se considera mal de todos(S,J, Bosco)Pequeñas cualldades pero muynecesarias. San Francisco de Salesdecía: El amor de caridad hacia losdemás hace que seamos amablescon todos.

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Hay que ser siempre propensos ajuzgar bien del prój imo y a no conde-nar en nuestra mente a los demás.Hay que proponerse hacer el bien atodos y mal aninguno.El verdadero amor no excluye a na-die. Busca al prój imo, le habla, leaconsej a se hace todo para todospa ral levarlos, atodos aCristo.Amar no por simpatías natural es, si-no por amor a D¡os y al alma de losdemás. Porque si arnamos por sitrt-patia y por instinto nos estamosbuscando es a nosotros mismos.Am ar al prój imo porque así Io hamandado D¡os y porque Cristo nosenseñó con su ej emplo y sus pala-bras a hacerlo así.Amemos al prój irno buscando su blenespiritual y tratando de llevarlo por elcamino que conduce al cielo.

Nuevo modo de amar. Cristo procla-ma el amor al prój imo de una manera

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totalmente nueva. Antes se decía:"como a t¡ mismo". Jesús nos dice:"amar como yo los he amado a

ustedes", ósea de una manera total-mente desinteresada, sacrifi cada,generosa, espiritual sobrenatu ral y

sin buscar premios humanos sino di-vinos. ¡Oué intens¡dad tan d¡stinta!Es amar hasta dary desgastar Ia vidapor los que amamos. Es un manda-miento "nuevo" en su intensidad,(V¡ Ilard)

Permitir detalles de bondad. Los de-más no se creerán nunca tan buenoscomo cuando les hayamos permitidoque sean buenos con nosotros. De-seamos que los otros tengan detallesde amor de caridad pero a veces re-

husamos que nos bri nden nosotrosesos detalles de cari ño porque cree-mos que no los merecemos. Pero esque el amor tiene que ser gratuito,

que Se bri nda no porque la otra Per-Sona se lo merece sino porque el pro-p¡o co razón tiene bondad y delicade-za. Por eso permitamos que otrostengan detalles de cariño y estim a'ción como una demostraciÓn que les

damos de que los creemos buenoscon nosotros sin que lo merezcarnos.Alguien decía'. "lo que me disgusta eS

que me aman sin que yo lo merezca".Pues precisamente ahí está el granvalor del amor verdadero, que amano porque la otra persona es buen a,

sino porque el corazÓn de quien amaes bondadoso y amable . (EvelY)

Corno manifestar el amor. El Conci-lio Vaticano declarÓ: "La ley fund a-mental de la perfección humana es el

mandamiento del amor, pero la cari-dad no hay que tratar de practicarlasolamente en los acontecimientosextraordin ari os sino ante todo en Ia

16 1

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162

vida ordinaria de cada día". (GS 3g)El mejor modo de manifestar el amores sacri ficándonos por tos que ama-mos. No solo buscar et "estar yo bien,,y el "poseer Yo", sino et que los de-más estén Io mejor posibley tengan yposean lo que mas necesiten.

CAPITULO 12

PROPIEDADES MUYBENEFICIOSAS

Generosidad adulta. Adulto en cari-dad es quien sabe amary sacrifi carsepor los demás sin reclamar nada encamb¡o. La evolución de Ia person a-l¡dad en cuanto al amor de fraternidadconsiste en pasar del egoísmo infantila la generosidad de la persona adul-ta, de la necesidad de ser arnado y derecibir demostraciones de amor, a lacapacidad de am ar y de demostrarcari ño generoso a las otras personas.Hay madurez cuando ya no se espe-ra a recibir demostraciones de amorpara empezar am ar. El niño es egoís-ta. Se cree el centro de todo. EI adultotrata de hacer felices a los demás, dedar algo, de compartir. Y se es masfeltz cuando se sacrifi ca algo por otroque cuando se es mirnado por los

-t

NO BrqST&COIüMR.ES IüECES.üRIO Q[IELOS OTROS SE DEN

cuErrTn Dr QUE

LOS OS(s. J. BOSCO)

163

sús afirmaba: "Es rnejor yrnás aleg ría el dar que el(Hech 20,3s) Un verdadero

peligro pa ra la personatidad es seguirsiendo infantil, capr¡ choso, desco¡-tento, sin saber comprometerse nisacrificarse, y mend¡gando siempremuestras de cari ño y de aprecio. É ayquienes permanecen infantiles auncuando ya tienen canas en la cabeza¿seré yo de ese número? ouieraD¡os que no , y sí todavía pertene zcoa ese grupo, pues a salirme de ahí,que todavíaes tiempo . (Everty)

ArnGr selvicial. M aría Santísima ensu visitación a la pri ma tsabel se pre-senta como "Nuestra Seño ra deldelantal Puesto", la gue no vino aser servida sino a servir, la gue nosenseña que sí vale la pena ta actitudde estar al servicio del p róii mo; la queno se encerrÓ en su comodismo y ensus problemas sino que salió y stgue

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saliendo a ayud ar a quienes nece-sitan alguna colaboración. ¿Quiénestará ahora necesitando mi ayuda,rni visita, mi colaboración? Oue la Vir-gen Santísima me ilumine.(Pujol)

Demostraciones practicas deamor, El amor verdadero se traduceen ayudas, en dialogo, en servicios.S¡ amamos bien, tratamos bielJ. S¡amamos poco trataremos mal.No solo hay que querer el bien de losotros, sino querer bien a los otros.El verdadero amor se preocupa por Iasalvación de Ias almas de los demásy se angustia cuando ve que alguienestá en mal camino y con peligro deperdición. Se impresiona por los m a-Ies esp¡rituales que les pueden llegara las personas.Ouien ama de verdad trata de serrígido en pri ncipios morales porque sise descuida en esto se hace mal a símismo y permite muchos males a los

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demás. Trata de cre ar Un ambientedonde la inmoralidad no sea posible ydonde los errores sean posibles dócorregir.

RECONOCER Y ELOGIAR. OUiENama slnceramente reconoce y elogialos logros y tri unfos. No es de esosáequienes d¡cen sus sÚbditos: "Úni-camente habla de mis trabajos cuan-do algo me sale mal, pero en cambiocuando todo resulte b¡en, jamás mefelicita". En cambio sorprende al per-sonal felicitándole cuando algo resul-ta muy b¡en. Todos deseamos quenuestros esfuerzos Sean reconoci-dos Y si alguien nos elogia since ra-mente sentimos un cari ño du raderohacia esa person a. El elogio, la fetici-tación, el reco locimiento ej ercen unefecto muy du radero.

Saber soportar. Am ar b¡en es sabersoportar los defectos de los demás,

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pues la perfección no se encuentraen este mundo sino solamente en elParaíso eterno. En vez de vivir mur-murando, lo cual apaga y enfría la ca-ridad, pensemos en las cualidadesque las personas tienen (pues cadaser humano tiene d¡ez veces máscualidades que defectos) y cumpla-rnos Io que aconsej aba San Pab¡o:"Llevemos con paciencia las car-gas de los dernás, y así cumplire-rnos Ia ley de Cristo". (Gal 6,2)

Ayudas espirituales. La caridad ma-terial todos Ia entienden. Pero la cari-dad espiritual muchos no la apreciandeb¡damente o no la comprenden.Los santos tenían una inmensa cari-dad material, pero Ie daban más im-portancia aun a !a caridad espiritual.Así San Juan Bosco y San BenitoCottolengo pasaban horas y horasatendiendo a gentes que llegaban acontarles sus penas y a pedirles

consejos ,y aveces tenían que repetiry repetir sus consejos porque no leshacían caso. Y sin embargo siemprealegres y amables, era corno si con-sideraran un favor el que les hacían alirl es a importunar con quejas y peti-ciones de consej os. Y ambos repe-tían: "Si en verdad tenemos caridadparacon los demás debemos demos-trarla repart¡endo con generosidadpalabras espirituales; ser siempreevangelizadores con la palabra".

ffios voces. El pesimismo nos d¡ce:"esa persona tiene tal y tal defecto". Yel optimismo nos recuerd a: "tiene taly tal cual¡dad". No oigamos al pesi-rnismo sino al optimismo.Nunca tratemos a otro de la maneraque no quisiéramos que nos tratarana nosotros.Compartamos alegrías y penas, ex-periencias y proyectos.

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Amor Sacrificado. Am ar Por las Cu a-

lidades físicas que tiene la otra per-

sona es sensualidad. Amar Porquenos puede hacer favores, eS interéS,

egoísmo. El amor verdadero es sacri-fi cado. Es un amor que hace favoresque Cuestan, que presta aun Con peli-gro de que no devuelvan; que reem-plaza a quien necesita un relevo atiempo; que visita en el hospital o en

la cárcel aun con la molestia propia.

El caso de la Madre Teresa. Dicenque la famosa monj ita Madre Teresa

de Calcuta cuando llegaba a uno de

sus hospitales de benefi cencia bus-Caba al enfermo más repulsivo Y de-sagradable, al más desagradecido Y

m aleducado, para dedicarse a aten-derlo, y así obraba no Porque su

inclin ación natu ral la llevaba a ello,

sino por sacrifi cio y por amor a Dios.

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'&rnor perdon ador. Cristo mientrasle clavaban la mano derecha dio ungr¡to al cielo no pa ra pedir castigosPara SUS Verdu oS sino, "Padfe, per,dónalg* porque no saben lo quehacen". San Esteban el p imer m ártrmientras los judíos lo apedreaban, te-vantando los ojos hacia el cielo excla-mó: "Señor, no fes tengas en cuen.Éa este pecado" (Hech. 7,60) y noso-tros ¿cÓmo reaccionamos ante quie-nes nos ofenden? Si no perdonamosa los que nos ofenden, tampoco Diosnos perdon ará nuestras ofensas. Lte-garemos al Juicio F¡nat con un enor-me bullqV cargamento de pe cados aPedir al Señor que nos perdone, perotenemos el peligro de que el DivinoJu ez nos tenga qué decir: ,,S¡entomucho, Pero no les puedo perdon or,Porque ustedes no perdonaron a tosque los ofendieron". Y es que Jesúshizo una Promesa impresionante: ',Si

no perdonan a los demás sus ofen-sas, tampoco el Padre Celestial lesperdonará a Ustedes sus peca-dos". Pero si sí perdonamos, al ver-nos tan pecadores, pero arrepent¡dosJesús nos dirá. "Bueno olvidemosesto , ya que también ustedes perdo-naban a los que los ofendían y reza-ban por ellos" .y se cumpl¡rá la bellapromesa que El nos hizo: "S¡ perdo-nan a los demás sus ofensas, tarT'l-b¡én mi Padre Celestial |es perd()-nará a ustedes su pecados" (Mat.

6,6) ¡Qué hermosa noticia! D¡gna deno ser olvidada jamás.

Amor, buen hablador. Ouien amade verdad habla bien de los demás ysi no puede hablar bien se calla. Encambio qué responsab¡l¡dad tangrande van atener en el día del Juicioquienes tienen lengua murmuradoraque se Ia pasa criticando a los otros.

170 17 1

Es necesario aprender a hablar siem-pre de Io bueno, que siempre hay at-go bueno en los demás. Las otraspersonas, tarde o temprano sabránque hemos hablado bien de ellas ynos amarán más.

D¡straer la atención hacia otro te-ma* Santo Tomas Moro, sabio y m ár-tir, cuando alguien empezaba a ha-blar mal de otros, camb¡aba hábil-mente de te a, porej emplo diciendo:"Miren que hermosa arquitectura tie-ne este edifi cio" etc. Y si el otro se-gu ía con su murmuradera le advertíasuavemente: " ¿Y usted qué gana condecir esto?" El murmurador suspen-día enseguida su criticadera.

EI taburete de San Agustín. Volva-mos a repetir por provechoso, unej emplo que se narra en Ia vida deSan Agustín (cuya bellísima auto-

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biografía t¡tulada "Las Confesio-nes", no nos cansaremos nunca derecomendar a nuestros lectores) Es-te simpático santo tenía en su sala decomedor un taburete siempre vacíocon este letrero: "Este es el asientode los ausentes. Si alguien desea ha-[:lar mal de una persona ausente, leped¡mos el favor de alej arse de estecomedor" O)alá en cada mesa dehogar hubiera un asiento y un letrerosemej antes aeste.

Peligro a la vista, Tengamob cuida-do con el engaño de decir tres cuali-dades y contar luego un defecto. Por-que los oyentes olvid arán las trescualidades que nombramos, pero eldefecto que les contamos no lo van aolvidar )amás. Recordemos lo quedecía Tobías en la B¡bl¡a: "Lo que noquieres parati no lo hagas a nad¡e".

173

Arnor lirnosnero. Cuando a SanJuan Bosco le faltaban apenas unosmeses para su muerte se la apareciópor Última vez la Santísima V¡ rgen.Venía con rostro muy triste y le Ér.-guntó: LJuan por que has d.iado últ¡-mamente de insistir a la gente ace rcade la obligación que caOa cual tienede dar |imosnas según sus posibi-l¡dades?- EI le respondió: "Seño ra. esque me acusaron a Roma de que yoinsistía demasiado ace rca de la obli-gaciÓn de dar limosna r Y la Madre deDios Ie dtjo muy se ria: -"Y Lno sabesgue aunque uno Sea Sacerdote, Sise dedica a Ia impureza o deja dedar limosnas se conden ará? Elsanto se despertó llo rando de emo-ciÓn Y al día siguiente ordenó a unode sus secretarios que se ded¡ca ra arecoger todos los datos y ejemptosque Pud¡era para publicar un tibroacerca de Ia grave obligación que to-

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dos tenemos de dar limosnas. A lospoco meses mur¡ó el santo. EI l¡brosal¡ó publ¡cado varios meses des-pués de su muerte y se t¡tula "COMOHACERSE RICO PARA EL CIELODANDO LIMOSNAS EN LATIERRA". Oj alálo leyéramos. Es rnuyhermoso. Es de esta colecc¡ón. Esque si no repart¡mos limosnas segúnnuestras posib¡l¡dades nos puede su-ceder Ia terri ble suerte del rico epulónque se fue al infi erno por no quererayudar al pobre Lázaro. ¡Dios nos li-bre! Hablemos más a Ia gente acercade lo importante que es dar limosnas.Y examinémonos seriamente paraver si lo que estamos dando cumpleIas tres condiciones que recomen-daba SanAgustín.

Las tres condiciones de Ia limos-l'la. SanAgustín decía: "Debemos darmás de lo que acostumbrarnos dar,

más de lo que desearnos dar,, y conrfiás alesría y arTlab¡l¡dad de lo quelo hemos hecho hasta ahora". Es quemuchas veces damos pero sinempobrecernos un poco. Tocamos el

monedero pero no la b¡llete ra. O to'a-mos la billetera pero no la cheque ra,ouien sabe si en nuestra casa haymuebles, Vestidos, objetos que nonecesitamos Y casi no usamos . ¿Porqué no llevarlos a una parroquia u

obra de caridad paraque los repartana gente pobre? No olvidemos Io querepetía San Basilio: "Lo gue no nece-sitas no es tuyo, es de los pobres y sí

no lo repartes estás robando alos ne-cesitados" Tremenda frase, perocierta. JesÚs decía: Den limosna ytodo se volverá puro para ustedes(Luc 11 ,41)

176 177

CAPíTULO 13

EXIGENCIAS DEL AMORAUTENTICO

Arnor espiritual. Nuestra originali-dad consiste en am ar como Cristonos ha amado, y sacar de aquí lasconsecuencias.Jesús tiene un amor esp¡ritual; buscano solo el bien del cuerpo, sino antetodo el bien del alm a. Trata de hacer-nos más amigos de D¡os y conseguir-nos mayor premio para el cielo. Seríainteresante que nos examináramospara ver si el amor que sentimos ha-cia las demás personas le da impor-tancia a lo espiritual, al progreso ensantidad de ellas, o solamente sequeda en lo material, eñ Io pasaj ero ylo temporal. Porque a veces sucedeque los padres de familia se preocu-pan de que sus hij os anden bien

vestidos, vivan sufi cientemente ali-mentados, crezcan robustos y her-mosos, pero respecto al alma no sepreocupan nada, y ella es la que nun-ca se les va a mori r. El cuerpo sonunas arrobas de carne que se pudri-rán en un sepulcro o se convertiránen cenizas en un cernenterio. ¿A laspersonas que amo trato de hacerlasmas arnigas de D¡os y más llenas debuenas obras para el cielo? OuieraD¡os que sísea así. Porque de lo con-trario rni amistad es de cu arta clase ode quinta.

Adelantarse a hacerÍavores. La ca-ri dad de Jesucristo tiene la especia-l¡dad de que hace favores aun antesde que la gente se atreva a pedírse-los. Multiplicó los panes antes de quenadie se atrevieraa hacerl e semej an-te propuesta. Resuc¡tó al hijo de la

viuda de Naim sin que ella le hubiera

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dicho nada,y algo parecido hizo conLázaro , al cual resucitó sin que a al-guno se le hubiera ocurrido ped¡rlesemej ante rnilagronón tan grande.Aué hermoso es hacer favores antesde que los demás tengan la hurnilla-ción de ped¡rlos. ¿Somos nosotrosasí? Nos esmeramos por "adivinar" Ioque necesitan los otros? o ¿tl enenque rogarnos y contarnos en detalletodo Io que están necesitand o? Ilumí-nanos Señor.

Amor rnanso y arnable, De Cristod¡ce la Bibl¡a: "No grita, no discute, noacaba de partir la caña que ya estabamedio part¡da, ni acaba de apag ar lalámpara que ya estaba medioapagad a... (/s 42) Como manso cor-dero fue llevado al matadero sinprotestar. Como ovej a que se dej atrasquilar sin oponer resistencia (/sS3). Durante todos Ios ultraj e s,

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inj usticias y pavorosos tormentos desu santísima Pasión y muerte el Re-dentor estuvo "vestido de silencio"y el evangelio repite: "Y Jesús calla-ba" y "Jesús callaba" y no respondíanada. Oh, si en estas cualidades imi-táramos a Jesús, seríamos santos!Pero en cambio cuantas explosionesde mal genio tenemos. Porque a ve-ces estamos demasiado cansados yno descansamos a tiempo, o porquevivimos excesivamente preocu padospor el fututo o d¡sgustados por el pre-sente o entristecidos por el pasado.Cu ánto necesitamos supl¡carl e a Je-sús manso y humilde de corazón quenos vuelva mansos, hum¡ldes y ama-bles corno es su sagrado corazón. Yque nos regale un poqujto de esa in-mensa paciencia que a EI Ie sobra.

ArnCIr que reza por los amigos y losenernig()s. La B¡blia d¡ce una frase

180

muy consoladora: "Jesús está sierrl-pre en el cielo intercediendo pornosotros" (Hebre.7) Por esta causa

nos suceden tantas cosas buenas y

nos vemos l¡bres de tan espantosascal amidades que nos podrían suce-

der, pues la oración del Hij o de Dios

siempre es escuchada y respond¡dapor su padre Celestial. Cuando vio

que pedro lo iba a negar tres veces e

iba a ser terriblemente atacado por

Satanás le dij o: "Yo he rogado por típa ra que tu fe no desfallezca" - (Luc

22,32) y en la cruz rezaba por sus

enemigos. LOUé tanto rezamos no-

sotros por los que amamos? ¿Quétantas oraciones ofrecen los hij os por

su padres y los padres por sus h¡j os;

los amigos por sus arnigos y tambiénpor los enemigos?

Falla notable. San"No me digas que en

Agustín decia:verdad amas a

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tus h¡jos si no rezas p¡diendo paraellos la fe. Si no rezas por tus amigosno creo que los ames verdaderamen-te . ¿Rezas por tu patri a? Cumples lo

que aconsej aba el profeta Jeremías:"Recen por el país y la ciudad dor^l-de les ha tocado vivir, porgue subien será también el bien de uste-des". (Jer.39)

¿Por qué será que nuestra patria ynuestros familiares y amigos no sonmej ores? Puede ser porque no he-mos ofrecido más oraciones por sub¡en espiritual.

Layar los pies, El D¡vino Maestro elJueves Santo hizo una ceremoniaque jamás a sus sencillos apóstolesse les habría ocurrido que la fuera ahacer. Lavarles los pies a ellos. Estaera una acción que ni s¡quiera la ha-cían los papás con sus hijos ni losh¡j os con los papás, sino que estaba

reservada a los esclavos. Y el Hij o

eterno de Dios, el Rey de cielos Y

tie rrase anodilla alavar los pies a do-

ce hum¡ldes pescadores y pecado-

res, y entre ellos al terrible Judas Y

termlna prometiéndoles: "Serán feli-ces si hacen esto" (Jn.13) ¿có-mo podremos imitarlo en esto? Se

preguntan los santos, y responden:i'haóiendo sencillas y humildes aten-

ciones a los demás. Distribuyendosonrisas que consuelan. Saludandoaun alos antipáticos. Prestando algo

que nos piden. Ayudando y colabo-

iando en un trabaj o algo duro. Invi-

tando a una reunión familiar. Dando

demostraciones de aprecio aun apersonitas muy modestas y descono-

cidas. H aci endo pequeños favores,

Etc. Nuestro Señor nos ilumine mu-

chos detalles de estos en los cuales

podamos repetir en nuestra vida laadmirable acción de Jesús al iavarles

182183

los pies a los demás. Si lo hacemosestaremos cumpl¡endo su mandato:"Ásnense tümo yo los he arnado".¿Hemos ido avisitar a un enfermo eneste año? ¿o a un preso? ¿Cuántos

o cada semana? Oj alá sean muchosy el premio será inmenso.

&r?rar es dar y darse. Conviene pre-guntarse frecuentemente: LCu ántoestoy dand o? ¿Cuánto me estoy dan-do y sacrifi cando a favor de los de-m ás? Recordemos que los jóvenesadolescen de egoísmo. Esforcé-monos por romper ese candado quelos rnantiene amarrados a su indivi-dualismo. Enseñémosles a ser gene-rosos, a compartir. Recordémoslesmuchas veces la promesa de Cristo:"Con la medida con la que cada cualdá a los dernás, ton esa misma me-d¡da le darán tatmhién a é1" (Luc 6,38)

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buena lección, digna de ser apren-

d¡da Y Practi cada'

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Amor en los pensamientos. paraamar como Dios quiere hay que lle-nar nuestra mente de pensamientosafavor de los demás. En otraocasiónhemos contado que Ia revista Se-lecciones h¡zo una encuesta inter.nacional buscando la mej or fraseacerca del trato social, y Ia fraseganadora fue esta: "Cada pensa.miento gue tenemos en favor deotros es como un masaje gue le da.mos a nuestro rostro y Io vuelvemas sirnpático". Volvamos a leer es-ta frase tan hermosa y tan prove-chosa.Es que para tener aprecio hacia lasdemás personas lo mejor es pensaren las cualidades que tienen. Hastael peor bandido tiene más cualidadesque defectos porque sinó no habríasido creado irnagen y semejanzadeD¡os. Nadie ama Io que no estima ynadie estima lo que no aprecia. Por

186 187

eso es tan provechoso pensar de vezen cuando en Ias cualidades que tie-nen las otras personas y en las bue-nas obras que han hecho. Esoaumenta el aprecio, la estimaci ón y elamor hacia los demás. ¿Ded¡camosalgún tiempo a pensar en las cualida-des, virtudes y obras buenas del pró-jimo? Hablamos de esto? OuieraDios que sí.

Arnor que ni juzga ni condena.Nuestro Señor nos dej ó una promesamagnifi ca: "Si no juzgan no serániuzgados, si no condenáD, no s€-rán condenados por Dios". (Mt.7,1)

¡Qué maravilla! Que si nos abstene-mos de juzgar y conden ar a los de-más, nos l¡braremos de ser juzgadosy condenados por el Divino Ju ez. Es-to síque es un buen negocio. Dios sereserva el derecho de juzgar y con-denar. Hay personas de quienes

tenemos resPonsabilidad y de lascuales tendremos qu responder, porejemplo los hijos, tos alumnos, lossÚbditos. De esa clase de gente po-demos y tenemos que juzgar, porquehan sido confiadas a nuestros cuida-dos. Juzgar donde están, qué hacen,Por gué no han venido, gué tal estánaProvechando el tiempo; si prove-chan las oportunidades que se lesofrecen pa ra progresar; qué ctase deamistades y compañías tienen etc.De su Progreso o de su fracaso ten-dremos que dar cuentas el día delJuicio. Por eso nos preocupamos desu comPortamiento. Esa responsa-bilidad es seri pero nos puede traerPremios grandes en la vida y en taeternidad, y perenne gratitud de partede Dios y de las criaturas.Pero en cambio, de q ienes no teJ.J-dremos qué dar cuentas ¿para guévivir metiéndonos en su vid a?

1BB

Una buena petic¡ól"r. En un destarta-lado bus intermunicipal vi un letrerogrande que me impresionó y quenunca he pod¡do olvid ar: Decía así."Dlos MIo ¿QuE HARÉ PARA NOMETERME EN LO OUE NO MEIMPORTA? - Mucha veces he repe-tido du rante años y años esta inter-jección, porque me parece de granimportancta. Si de la vida y del com-portamiento de otra persona no voy atener qué dar cuenta a Dios el día delJuicio ¿para qué meterme entoncesahora ajuzgarla y condenarla? ¡Diosrnío, líbrame de meterme en lo que norne importa! Porque casi siempre (osin cas¡) me equivoco cada vez quecondeno.

El mori bundo de la tranquilidad. Unmonje que no había sido ciertamenteni el más fervoroso ni el más ejemplardel convento estaba mori bundo y

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demostraba una tranquilidad totat, Elsuperior se le acercó y le preguntó.¿No tiene miedo apresentarse ante elTri bunal de D¡os a dar cuentas? r NoPadre -¿Y Por qu é? - dígame Padre,respondió el rnori bundo ¿Jesucristocumpl¡rá todas las promesas gue hi-zo? Claro, que sí, sin dej ar ni siquierauna sin cumplir. Pues bien - añadió elenfermo; JesÚs prometió: "Si no jgz-gan no seránjuzgados. Si no conde-nan no serán Condenados por DioS"-Y yo me propuse du rante toda mi vidano juzgar ni conden ar a nadie. ¿fulecondenará Nuestro Señor? r Nolno,no lo conden ará - respondió el su-perior - S¡ usted no condeno a los de-más, tampoco el Divino Ju ez lo con-denará a Usted, porque Cristo es muyexacto en cumPlir todas su pro-mesas. - Y el enfermo murió en santaPaz- Me deseo y deseo a todos mislectores una muerte así, Ilena de

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tranquilidad, después de haber pasa-do una vida sin ded¡carnos ajuzgar nia conden ar a los demás.

Arnor en las palabras. Salomón ensu bellísimo l¡bro de Los Proverbiosdej ó esta bella enseñanza: "Una pa-!abra amable calma el mal genio delos otros, pero una palabra ásperaenciende la ira. Quienes, son am a-bles en sus palabra consiguen rnásamigos que quienes son muy genero-sos en ayudar" Las palabras amablesaumentan el núrnero de nuestrosamigos" No lo olvidemos.

B OI{DAD OSAS, AGRADAB LES

Y PROVUCHOSAS.(5.F. de Sales)

19 1

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192

CAPITULO 14

HJEMPLOS ACERCA DELVERDADERO AMOR

EI azúcar de la novia. Dicen que an-tiguamente en Suec¡a cuando unanovia se casaba, al salir de la cere-monia la aguard aba la m amá en lapuerta del templo y echándole en lalengua una cuch aradita de azúcar ledecía. "si eres dulce y suave en tuspalabras, tendrás un hogar en pazy serás más feliz" Palabra suave esla que felicita a los dernás, la que ala-ba sus cualidades, Ia que consuelaen momentos de tristeza y ani ma enhoras de desesperanza,la que publ¡-ca lo que sí le agrada de las demáspersonas y cal la lo que no Ie gusta delos otros; la que sabe disculpar, y res-peta como algo muy sagrado los

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secretos de los demás. Volvarnos arecordad la enseña nza de Salomón :"Las Palabras suaves aumentan elnúrnero de nuestros amigos,,.

Efectos del hablar bien. EI bello lí_bro "Matrimonio Fetiz,, id" ";t, co-lección ) narra que un hombre estabaen una reunión de amigos en ta cualtodos hablaban mal de"sus árplrmEI uno decía: ,'Mi mujer es una tata-

99a, cuyo modo de hablar es tañ terr¡-ble que si u?a se piente venenosa lamuerde en !g lengua se muere... laserpiente" - EI otro afirmaba: ,,Mi mu-jer es tan malgeniada que parece que

Ia ba utizaronrue con ácido'surfú-rLo,, yasí todos tos demás. ó;;il anuestro hombre re ,egó er türno- o.hablar, sintió que su orsullo y,, ,ror.propio le impedían ha6lar árf"O" ,,propig mujer y excramó. ;;tt¿i ,r]J, .ies admirable. yo no sé "oró-há..

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para lograr mantener el hogar con m¡salario mínimo. Y siernpre tan traba-)adora, tan ahorrativa, tan piadosa,tan paciente y tan fi el". Los demás,que estaban ya con sus tragos le gri-taron:Ah, con que este síse casó conuna santa, ¡-Y se rieron burlonamen-te. Pero cuando el mar¡ do volvía haciasu casa se puso a pensar: - "Lo quedije en la reunión sí es cierto. Mi mrl-jer es buena trabajadora, muy aho-rrativa, paciente, fi el y muy devota" yal pensar en esto sint¡ó que su amorhacia ella crecía en su corazón. Y alllegar a Ia casa, cuando su esposasal¡ó a rec¡birlo, él le dio un abrazo ca-r¡ ñoso. La muj er que no estaba acos-tumbrada a estas demostraciones decar¡ ño, porque el hombre era frío yseco, sint¡Ó que la sartén se le ca ía delas manos, de tanta emoción, y lepreguntó: -Mijo y ¿por qué éstas de-mostraciones de afecto?- y el le contó

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lo que le hab a pasado: en la reunióncon is amigos todos hablaron malde sus esposas, pero yo por mi or_gullo me puse a hablar bien de su_merced, de que es muy buena traba_jadora, ahorrativa, fiel, paciente,devota ,y al pensar en esto rre sentidoque aumentaba mi amor por su per-:ola Es que el pensar y habtar biendel prójimo aumenta el óariño que lesentimos. Ensayemos y veremos quesí es así.

Amsr rlue felicita. Es necesario es-timular al niño, a la esposa, al com_pañero de trabajo y felicitarle poraquello que nos gustó, áunque hayacosas que no nos gusten. Dicen gueel co inero del famoso generalWellington renunció a su cargo poresta razón: "Er generar nunca me feri-cita por nada. yo nunca sé si algo legustó. Y así no da gusto trabajar.;

196

La niña que lloraba. Una niña erabastante rebelde y mamá Ia regaña-ba cada día. Pero una vez dispusocomportarse muy bien y lo logró. Yesa noche cuando la m amá fue adespedirse de ella en la cama antesde acostarse, la niña se echó a llorary le d¡j o: "M amá siempre que me por-to mal me regaña. Y hoy que hice tan-to esfu erzo por portarme bien Lporqué no me felicita?- La m amá enten-d¡ó Ia lecc¡ón. Ouien sabe cuantaspersonas que dependen de nosotroso nos tratan, tend rán qué repetir en elfondo de su corazón: ¿Por qué nuncame felicita por nada? - Es que el ani-m ar a los demás es una verdaderaobra de caridad y rnuy provechosa.Hagámoslo y los haremos mas fel¡-ces y seremos mas felices nosotrostamb¡én.Caridad en el rostro. La sabiduríabíbl¡ca enseña: "Un rostro alegFB,

197

alegra los corazones de los de-más". San Francisco de Asís reco-mendaba a sus religiosos: "Que ja-

más la persona p¡adosa aparezcacon rostro triste o demasiado serio,Eso desacred¡ta la relig¡ól'l . Cada unoprocure ap arecer siempre santamen-te alegre y moderadamente jovial".En el formidable l¡bro t¡tulado "No se

d¡sguste por pequeñeces" se cuentaque un papá decía a su hijo: "Cadadía nos regalas un rostro triste y

amargamente d¡sgustado. Es un re-galo muy desagradable que nos vi-ves dando. ¿No sabes que tu rostrono te pertenece? Un rostro alegre yamable es un agradable regalo paralos que nos tratan" r Ouizás nos po-

dría ser út¡l mirarnos de vez en cuan-do al espejo y preguntarnos: L"esterostro que yo presento a los demás es

apto para ganarme su simpatía y

hacerlos más felices? ¿O más bien es

un semblante más apropiado para un

guardián de una cárcel de tenebro-

éos bandidos que pa ra un grupo ami-

go yfamiliar?

La causa. Claro está que cada cual

es responsable de la ag radabilidad o

desagradabilidad de su rostro, por-

que éste depende mucho de los perl-

samientos que tenemos, Dice el Libro

de los proverbios que lo que cada

persona piensa se retrata en su ros-

tro. Si tenemos pensamientos ale-

gres, amables, optimistas, nuestro

éemblante seráalegre ,amable , agra-

dable. pero si estamos llenos de pen-

samientos pesimistas, agresivos, lle-

nos de ira y de desprecio hacia los

otros, necesa riarnente nuestro rostro

se rá repulsivo , antipático, desagra-dable. No olvidemos nunca: lo que

cada uno piensa y siente, se trasluce

en su ca ra pa ra su simpatía o para

198 199

darle un aspecto de antipat ía y reput-siól'l . Pensemos mejor y más alegre-mente Y seremos más sim pátióos.Recordemos lo que recomendabaSan Juan Bosco: "H ay qué llevar lavista baj a, pero no lacabeza,,.

Urta te ra reputsiv a. En el bellísimoI¡bro '*SecreÉos pa ra triunfar en lavldfin*, que ha transformado a tantaspersonas en tantos países, se cuentael caso de aquel nombre que fue pre-sentado al Presidente Lincon pa raque le conced¡era un empleo. El Pre-sidente se negó a darle et nombra-miento, al udiendo esta caus a: "Surostro es desagradable" Le dijeronalgunos: ¿Y qué culpa tiene un nom-bre de que su ca ra sea desagra-dable? y el gran estadista respondió:-Sí, cada uno es responsable de surostro. Quien alimenta pensamientosamables y positivos se va formando

200

un semblante simpático, peor quienestá lleno de pensamientos agresi-vos y negativos se forma una rostrorepulsivo"- Y tenía razón. ¿Qué diráD¡os y que d¡rá la gente de mi rostro?Podré mej orar mi presentación, me-jorando mis pensamientos y Ilenandomi rnente de ideas de alegría, ama-b¡lidad y bondad? ¡Dios mío, que sisea así!

Amor con buenas obras. EI ApóstolSan Juan repetía: "No amemos so-lamente con palabras sino conbuenas obras". Los antiguos repe-tían este refrán: "Obras son amores-y no buenas razones"- Y Jesús cr¡ti-caba a esas personas que son cornoaquel sacerdote y aquel escri ba quepasaron junto a un herido y no qui-sieron hacer nada por ayud arl e ,y encambio elogió al buen sam aritanoque demostró su amor hacia el

201

necesitado dándole toda clase de

ayudas. Y dejó para cada uno esternandato: "Vaya y haga Io mismoque hiz.CI el buen sarnaritano".

(Lc 10)

[-as tres rned¡das. En el hermosoI¡bro ya citado: ,'Como hacerse ricopara el cielo dando lirnosnas en Iatierra" se narra el ej emplo del rey dePersia el cual el día anterior asu curn-pleaños llamó asus tres secretarios y

le dio a cada uno un costalado de ha-ri na (que en su tierra es costosísima)y les d¡j o. "aquí hay tres rnedidas.Cada uno reparta con Ia medida quequiera, a los pobres que están p¡dien-do en Ia puerta del palaci o. Lo que lessobre l!évenselo.AIIí había tres med¡das, Una era unpocillo de tomar café. La otra era unplato de tomar sopa y la tercera unplatón, El secretari o más tacaño

202203

escogió el Pocillo' RePartio a 9?d'pobrá un pocilladito de harina y él se

quedó con casi todo el costalado' El

t"gundo escogiÓ el Plato de tomar

ioóu. Dio a cadamendlgo un Platado

de harina Y él se quedó con medio

costalaOo. Ét tercero era más genero-

;. Escogió como medida el Platón'

ólo a caáa Pobre un Platonado de

ñarina Y él se quedó sin nada '

Al dia éiguiente el rey llamó a los tres

y les Oijó: " Cada no Presénteme la

medida que emPleó Para dar a los

n"."titados" - Ei primero presentÓ el

pocillo Y el rey mandó llenarlo con

monedas de oro: doce monedas' El

i"gundo Presentó el Platón Y el rey

mandÓ que lo llenaran de monedas

de oro: iento veinte monedas' El ter-

cero presentó el platón y el r9y lo hizo

llenar de monedas' Mas de mil' Y

mientras el tercero bendecía mil ve-

ces el haber emPleado una medida

generosa para dar a los demás, el pri-mero se entristecía de haber usadouna medida tan Pequeñota pa ra re-partir.Y el rey les dejó esta enseña nza: "Lamedica que ustedes, erfiplean paradar & los dem &*, esa medida se8l??Píeará para darles a ustedes".Esto se cumPlirá ahora y siempre,aquí y en todas partes, y especial-mente en el día del premio eterno enel cielo. ¿Oué med¡das voy aemple arde ahora en adelante pa radar aquie-nes necesitan de mis aYudas? Diosme ilumine Y me conceda lagracia detener un corazón muy generoso.Amén.

E¡ afflor verd adero trata de evitardissustos, Si en verdad amamosnos esforzaremos por evitar a los de-más aquello que les amargue inú-tilrnente Ia vid a. ¿Qué a los otros les

244

disgusta que hablemos mal de ellos?Pues no Io hagamos nunca. ¿que al-gunos son muy sens¡bles a las burlasy a las criticas? Pues ev¡témosles es-te d¡sgusto . LNo les ag rada que ha-blernos de nosotros mismo, de nues-tro tri unfos y realizaciones? Pues:punto en boca. Callemos y así los ha-remos menos infelices. LSon muysens¡bles a los ruidos? Procedamoscon exquisito cuidado al cerrar laspuertas, al salir y entrar en las hab¡-taciones, al emplear los aparatos mu-sicales, y hasta al hablar, para nosubir el tono más de Io conveniente.Hay cosas que hay que decir, aunquese disgusten, porque son para el m a-yor bien de ellos, corno las correccio-nes a los h¡j os y súbditos y compañe-ros, pero estas correcciones hay quehacerl as con gran bondad, en tonosuave y lej os de los demás.

205

Nuestro Señor nos ilurnine qué es loque le disgusta a los demás, paraevi-tarl o en cuanto podamos si lo Pode-mos evitar sin desagradar a D¡oS, 1l

sin hacerles daño aSUS almas.Descubri r a Cristo en el otro. EI cé-

lebre escritor Tolstoi n arra el hechode un zapatero que tenía mucho de-

Seo de poder encontrarse Con Cristoy hacerl e algÚn favor. Y una nochesoñó que al día s¡guiente llegaríaCristo a pedirl e tres favores: un vesti-do, uh almuerzoy una botella de vino.

Al levantarse preparÓ cuidadosa-mente los tres regalos y aguardó im-

paciente en la puerta de Ia zapateríaa que llegara Cri sto, pero Él no aPa-recía.Al fi n pasó un hombre lleno de hara'pos y le d¡jo:"Por favor, regál eme un

vestido, pues voy buscando emPleo,pero así de mal vestido como estoY

no me reciben en ninguna parte. "El

zapatero se conmovió y le regalóel vestido que tenia listo para dárseloa Cristo. Luego pasó por allí una po-bre muj er con unos niños muy des-nutridos y le rogó que les regalara al-go de comer pues tenían rnuchahambre. EI piadoso hombre les rega-Ió el almuerzo que había mandadopreparar para Jesús. Mas tarde llegóun ancianito temblando de frío (enRusia es tremendo el frío en invierno)y Ie contó al zapatero que el médico lehabía recetado que se tomara de vezen cuando una copa de vino, para lacirculación, pero que él era tan pobreque no tenía con qué comprarlo. Y labotella de vino que estaba reservadapara Jesucristo Ie fue regalada al po-bre anciano. Y aquella noche el buenzapatero se soñó que le decían:"Abra la B¡blia en el cap¡tulo 25 deSan Mateo verso 40".La abrió y leyóque allíd¡ce Jesús: "Todo favor que

206 207

fe han hecho a otros, aunque seanlos IrIás hurnildes, yo Io recibo y Iopago colrlo si me Io hubEeran he.cho a fuI í, per$on al r11ente,, r y elbuen hombre se dio cuenta de queaquel d ía había llegado Cristo tresveces a visitarlo, disfrazado de próji-mo, Pues donde quiera que hay unpobre, uJ'f necesitado, al lí esta Jesu-cristo escondido, esperando nuestraayuda, y sint¡ó Ia aleg ría más grandede toda su vid a.Oue el Espíritu Santo nos conceda lagracia de ve r aJesucristo en la perso-na de cada necesitado que venga aped¡rnos alguna ayud a.

Buen lfiodelo. En tos templos secanta una canción que d¡ce:

D¡choso quien en su vidaV¡ve corno viv¡ó M aría

208 209

S¡empre amando a los demásS¡empre sirviendo a los demás.Oj alá seamos de los que obran yviven de esa manera.

Excelentes modelos San Pablo re-comienda. "Vivamos en la caridadcomo Cristo que ofreció su vida ensacrifi cio por nosotros" . (Ef.S)

San Juan Bosco, era de tempera-mento fuerte e irascible ,y se propusodesde que era seminarista. "Trata réde imitar en todo lo que me sea posi-ble la dulzura, la mansedumbre y laamab¡l¡dad de San Francisco deSales, que es el más arnable de lossantos". Y de tal rnanera se propusoimitarlo que llegó a un grado subl¡mede amabil¡dad y mansedumbre. Esque el proponerse imitar un buen mo-delo de sant¡dad ayuda rnuchísimo aprogresar en caridad.

Repartir amabilidad. El gran pre-dicador San Bernardino, de"cá. ,,ilryque dar con amabilidad, con una son-risa, con una palabra bondadosa. Sino podemos dar dinero podemos daramistad, buen trato, y el trato amablees a veces mejor gue una timosna.Repartamos ,'tímosnas

de palabrasamables". No nos imaginamoscuanto gusta a un pobre, a ün enfer_ffio, a un anciano, la "limosna,, deunas palabras que signifiquen apre_cio, cariño-, bondad, jnterbs di supersona. y más si demostramos guetenemos interés espiritual pá sualma y por su eterna salvación. O" ,ngran santo decían sus discípulos: ,,Elsecreto de la simpatía que teníamoshacia él consistía en el afecto es_piritual que él nos tenía, en el ámorque demostraba hacia nuest aalma ynuestra salvación; afecto que noso_tros sentíamos y experiment ábarnos,,

210

Amor lleno de alegría. San Pabloaconsej a repetidas veces que teng a-mos aleg ría en nuestro trato con losdemás , y recuerd a. "Dios premia aquien dá con alegría", (2Cor 9,7). Suconsej o frecuenternente era este:"Estén siempre alegres. Les repi-to, estén siempre alegres" (1 les. s) .

Los antiguos afirmaban: "Quien dacon aleg ria, da dos veces". Con fre-cuencia deberíamos preguntarnos:¿en verdad m¡ trato hacia los demásestá lleno de alegría? ¿O más bien mirostro es demasiado serio y mis pa-labras demasiado frías? Convienepens ar en esto pa ra corregirnos.

SERVID ALSEÑORCOIüALEGRIA

(Salmo lOO)

211

Í'-

,,

El más famoso texto de relacioneshumanas )/ trato social que se ha escrito

se titula:{ # e'E# #,&r={ rryft ¡E h,É { G # S

Por Carne&e.Su lectura transforma a las persona,s,

212

rCAPÍTULO 15

COMO PODEMOSDEMOSTRAR OUE SI

AMIAMOS DE VERDAD

Presuntas necesarias: tenemosque preguntarnos una y otra vez.¿Cuántas veces he sonreído? ¿Acuantos? Y repetirnos lo que aquelsanto an iano se decía a sí mismocada mañan a. "Ánimo Juan: a estaralegre todo el día, a presentarte tancontento y amable, que la gente sien-ta gusto en tratar contigo. Animo queestás trabaj ando por un Amo que pa-ga muy bien cualquier favor y,buentrato que tu le dés atu prój imo. AnimoJuan: a sonreír como sonríen losniños, que es muy digno el esfor-zarse por tratar bien a todos, si conesto nos ganamos el cielo. Si Diospaga hasta un vaso de agua que

213

regalemos a un necesitado LCUántomás pagará los esfu erzos que hace-mos por hacer más alegre y más felizlavida de los otros tratándolos de unamanera alegre, agradable y llena desimpatía? Recordemos que en la

vida es rnejor una sonrisa que milIarnentos. Hay que llevar la cruzcan-tando y no suspirando.

Arnar sirviendo. S¡empre tiene ex-traordinaria v¡gencia aquello de queen el trato social "vale más quienpresta más servicios". El verdaderoamor supone un renunciarse a sí mis-mo, a sus comodidades y bienes.Desprenderse de algo que se estimamucho: tiempo, dinero, comodidad,planes, etc., con tal de poder prestarservicios y ser útiles a los demás.Arnar primero, antes de que los de-más nos demuestren amor. Am ar co-mo Jesús y por los tanto, ho solo dar

21 4

regalitos sino sacrifi car por los otrosnuestro tiempo, nuestra comodida-des y hasta algo de la prop¡a salud.Oue puedan repetir de nosotros loque decían de San Buenaventu ra."Empezar a tratarle es empezar aam arl €", por su espíritu de amableservicio y su bondad. Pero esto es undon o un regalo de D¡os y hay que pe-dirlo constantemente en la oración.Hay que repetir: "Espíntu Santo, da-nos el don de Ia simpatía".

Arn ar venerando, Los sicólogos di-cen que Ia primera condición pa raam ar a una persona es admirarla.¿Cómo podemos amar a alguien y te-nerle respeto si en nuestra mente ladespreciamos? Solamente si consi-deramos a los dernás como personasdignas de veneración, porque son hi-jos de D¡os, seres inmortales, por loscuales mur¡ó Cristo, y para quienes

21 5

está preparando Él un sitio eterno enel cielo, podremos vene rarl os yam ar-los.La veneración nace del aprecio y elaPrecio nace de la adm iración.¿Cuánto tiempo dedico a pens ar enlas cualidades y en el inmenso valorque tienen los seres humanos con loscuales tengo que tratar y vivir? Oj aláSea Un PoCo más. ESo ha ráCrecer no-tablemente mi arnor y mi vene raciónhacia ellos.

Callar es amar. Un modo ideat demanifestar nuestro amor hacia et pró-jirno es el silencio. C allar interior-mente Y exteriormente lo negativoque deseamos record ar respetto alos otros. Si en el co razón y en lamente de preciamos, de ahí naceránel rencor Y la frialdad en el trato ,yhasta las peleas. Cuando se producela murmuraciÓn o la criticadera , antes

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de que esta horrible palabrería apa-rezca en los labios ya había nacidoen el corazón y en la mente. Allí esdonde pri mero hay que hacer silen-cio. Suspender drásticamente todopensamiento o sentimiento en contrade los demás ,y ofrecer a Dios al sa-crifi cio de no juzgar y de no conden ar.Detener el juicio negativo, Ia conde-nación hacia los otros, porque siern-pre que condenamos nos equivo-carnos por falta de datos sufi cientes.Respetar al otro callando en lo inte-rior y poniendo un freno a los labios yun candado a la lengua para no ha-blar mal de nadie por ninguna razón.Eso síes am ar.

El culto del silencio. D¡ce el gransicólogo Larrañaga: "Saber callar lossecretos que nos han confi ado, y losdefectos que sabemos de Ios demás,y los pequeños problemas del grupo

217

donde vivimos, es una verdad erade-mostración de amor de caridad. perola persona inmadura se quiebra anteel peso de la información que ha reci-b¡do, le traicionan los nervios, se lesueltan las noticias, cuent a, se de rra-ma en Palabras que debe ría callar yhace con esto un dañoso mal a susamistades. No fue ca pazde ser due-ña de símisma y retener ta noticia y elsecreto recibido ,y propaga lo que de-bería callar. Es necesai¡o ce rrar laboca, ca,l lar a tiempo, defender conuna muralla de silencio ta buena famade las otras personas y ofrece r aDiosel sacrificio de no decir esas pa labrasque nos están picando en la punta dela lengua Pid¡endo que las digamos,pero que nuestra conciencia sabemuY bien que no debemos decirtas.Oue no tengan que afi rm ar de noso-tros aquellas palabras tan tristes."Lastirn a, perdió una ocasión de

218

haberse callado" r Y que cumpla-mos Io que d¡ce la Escritu ra: " ¿Hasoído algo en contra de tu prójirno?Que eso muera dentro de t¡ y nuncasalga al exterior por medio de tu in-formac¡ón" El Libro de los Proverbiosrepite: "Muerte y vida están en po-der de la lengua y quien sabe domi-narl a se libra de muchos males"(Prov. 18, 21) ¿LI egó a nuestro oídosuna noticia contra otro? ¿Sentimosganas de contarl a? Pues no la conte-mos. Guardémosla en el cofre del si-lencio. El silencio es oro.

AMAR ES RESPETAR. Esto es de-En las relaciones interperso-C!SIVO.

nales hay que dominar los impulsosque nos quieren llevar a faltar al res-peto a los demás. San Francisco deAsís escr¡ b¡ó esta recomendaciónhace mas de 800 años. "Los her-manos, los que viven en un grupo,

219

deben reverenciarse y honrarse mu-tuamente unos a otros y jamás mur-murar de los demás".Los especialistas afi rman que la pri-mera actitud para tener unas buenasrelaciones humanas es tener un granrespeto por las otras personas, Tra-tarl as com quien venera algo sa-grado. La falta de respeto es falta desociab¡l¡dad. E[ respeto tiene dosformas: una negativa: no juzgor, noconden ar. Otra positiva: sentir apre-cio por la otra persona y pensar biende ella y por lo tanto tratarl a conexquisita cortesía.

Arnar es adaptarse, Dicen que la

síntesis de la vida social es: "te so-porto para que soportes" ¿Qué gana-mos con vivir rechazando a los de-más?Amargarnos la vida nuestra y Iavida de ellos, y no conseguir nadaque valga la pena. Prudente es el que

220

cuando solo encuentra un poco deagrios limones, en vez de rech azar-los, fabrica con ellos una ag radablelimonad a. ¿Qué los otros no cam-bian? ¿Y en qué hemos cambiadonosotros? Llegarernos a la muertecon nuestros defectos bien conserva-dos y engordados. Hicimos quizásnovictado, retiros, cursillos, convi-vencias; asistimos a conferencias,leírnos l¡bros y no hemos cambiado nimej orado. ¿Y todavía viviremos,murmurando porque los otros nocambian con la rapid ez con que de-seamos que cambien? En la vida hayque adaptarse a las situaciones co-mo nuestros zapatos viej os y nuestroviej o abrigo se ha adaptado a nues-tros pies y a nuestra espalda encor-vada. Correg¡r Io que se pueda y Iodemás, pues, si no hay alli graveofensa a D¡os, adaptarse. No queda

221

otro remedio para no vivir inútilmenteamargados. Lo gue se pueda cam-b¡dr, tratar de cambiarl o. Lo que no sepuede, adaptarse a ello con pa-ciencia.

Arnar corno Jesús en lafratern¡dadde los Doce. Al estudiar el modo co-rno Jesús practicó el amor de caridaden la vida de fraternidad con sus doceapóstoles notamos ciertos detallesmuy simpáticos. Por ej emplo: que lopri mero nc es la justicia, sino Ia mi-sericordia. Oue no solo hay queam ar a Dios y a los hermanos sinotambién dejarse amar por ellos. Ouees necesario tener siempre presenteuna gran verdad y es: que el PadreD¡os está muy cerca de nosotros(nos rodea como el aire y la luz,siempre para hacernos el bien yayudarnos). Otra verdad que repiteJesús es que todos somos hijos deel rnisrno Padre Dios que nos

222

estima y nos ama, y por tanto nosdebemos am ar unos a otros. Oue de-bemos tratar a los demás como elPadre Celestial nos trata a nosotros,con misericordia, comprensión, ama-b¡l¡dad, respetg y generosidad. Así lohacía Jesús. El recordaba lo muchoque el Padre del cielo lo amaba y loayudaba y con ese mismo amor sededicaba a am ar a las demás perso-nas, y decía: "Como rni Padre meamó, así los amo yo a ustedes".Oj alá im¡táramos este ej emplo mara-villoso del Redentor porque Io mej orque podemos hacer en cuanto alamor es tener las misrna actitudesde Jesús. A ¡mitación de él debemosconcretar nuestro amor ded¡cándo-nos atrabaj ar por el bien espiritual delprój irno donde qulera que estemos.Los d¡scípulos que tienen un excelen-te maestro deben esmerarse por imi-tarl o. ¿Y qué mej or Maestro queJesucristo?

223

Jesús no se desanimaba ante la in-gratitud humana porque conocía el

amor infi nito de su Padre y los inmen-sos benefi cios que se consiguenarnando al prój imo con generosidad.(Celam)

NORMAS

La sonrisa es la d¡stancia rrras cor-ta *rTtre d*s pÉrsonas. Ella iluminaun semblante antes inexpresivo yapagado. No hay belleza comparablecon la del rostro iluminado por la son-risa... La sonrisa es una electricidadque se transmite . (Ortega y Gassef/

El sabio Shamai recomendaba: "T¡e-nes que recibir a cada persona conuna expresión alegre en tu rostro".Del Cardenal Mercier decían susalumnos: "sus ojos ta¡fib¡én eransonrlentes. Su muada llena de

224 225

bondad conseguía la amistad desde

las pri rneras ch arl as. Daba como un

rico, siendo pobre. Despilfarraba su

tiempo pa r atender alos demás"La persona recibe el 10% de mensa-jes verbales ,y el 90% de mensaj es

no verb ales, t ales como el tono de la

vo z,los gestos, la expresión del ros-

tro etc.Una simple mirada llena de caridad y

aprecio puede valer más que mil

palabfas". (R evista Primavera)

Nuestro rostro debería ser siempre go-

zoso , alegre, atrayente. (san Franclsco)

Oj alá puáieran afi rm ar de cada uno

de nosotros to que decían del gran

apóstol padre Antonio Aime: "No

recordamos haberlo visto impaciente

en ninguna circunstancia, ni supimos

de ninguna ofensa que le hubiera

causado anadie, ni de palabra, 11 i de

obra".

S¡ me pusieran a escoger entre sertem¡ble y ser amable, siempre esco-geréy preferi ré ser amable.

(Montaigne)Frecuentemente debo pregunt arme:¿Lo que voy a decir está motivadopor m¡ deseo de tener razón o por rnideseo de ser amable?

Para adquirir una conyersación sanamentealegre y simpática recomendamos el bello librl:

iL,E LL t§ig5 Ff, S ELF, {, ¡WUTE "9

226

MEDIOS Y REMED¡OS PARACCINSEGUIR Y AUMENTAR EL

AMOR VERDADERC

CAPÍTULO 16

RECURSCIS EUE SCNSUMAMENTE EFICACES.

L¡amar a Jesús. Cuando los impul-sos egoístas exigen satisfacción aqu í

y ahora, es entonces cuando hay quellam ar a Jesús a que calme la tem-pestad de nuestro espíritu y del cuer-po. Pensar en Jesús, en su conducta,en Sus palabras, en sus promesas yen su presencia muy cerca de noso-tros, es una excelente terap¡a. La ca-racterística de los "impulsos" es Ia

227

sorpresa y la violencia con que nosatacan. Cuando estamos "descuida-dos" entonces somos capaces decualquier barbari dad de la cual ten-drernos que arrepentirnos después.Y d¡remos "qué horror" r pero ya estáhecho. En un arranque de ira somoscapaces de arruinar en pocos mi-nutos la fraternidad que habíamoscultivado por meses y años. En quie-nes son inmaduros predomin.^n losimpulsos, y nosotros somos inrn a-duros. Por eso tenemos gran peligrode reaccionar deformando la reali-dad, p¡ntándola no como es sino co-mo Ia imaginamos. (Larrañaga)

Cuanto mas se ora, mas presenteestará Jesús en nuestra vid a. Y supresencia corno en la noche de la te-rri ble tempestad en el Mar de Gali lea,nos I¡brará de hundirnos en el mar den uestros arrebatos i ndebidos.

228

Remedio para tiempos difíciles' En

la segunda guerra mundial un grupo

de pñsioneros estaba Pasando una

situaciÓn muy difícil y sentían aburri-

miento y casi desesperación' Hasta

qr" ,nó de ellos recordÓ esta frase

de Tagore: "Busqué Dios Y no lo

veía. Busque la Paz de mi alma Y no

la encontraba' Busqué aYudar al

préiimo y allí encontré a los tres"'V tá dedfcaron a cuidar Y aYudar ca-

da uno a los demás Y Pronto notaron

los maravillosos resultados que pro-

duce el amor de caridad ' Es que

cuandounoaplicaSuscualidadesyhabilidades para hac r mejor la vida

de los otros, la vida propia se vuelve

también mL ;ho más feliz'

Una causa que no falla' ¿Por qué no

sentimos hacia los demás e e amor

decaridadquehansentidotantossantos Y tantas almas generosas?

229

Una amor que nos lleve a ded¡carnosa tratar a todos con bondad y gene-rosidad y a sacrifi carnos por hacerlesel mayor bien posible? Por una causapr¡ ncipalísima. porque no nos hemosded¡cado con constancia , y perseve-rancia a pedir con fe a Nuestro Señorque nos conceda la virtud de la cari-dad, el amor verdadero hacia los queson prój imos nuestros. (Marmión)

No pretender la uniforrn¡dad. Algoque sirue mucho paravivir en pazconlos otros es no pretender que los de-más obren y piensen como nosotros,pues no hay dos personas iguales en

el mundo. Uno se santifi ca ayunandoy otro pred¡cando. Alguien se gana el

cielo propagando buenas lecturas y

otro dedicándose a la meditación y a!a ccntemplación. Unos van de casaen casa pred¡cando y evangeltzando,y otros se retiran a Ia soledad a orar

230

y a hacer penitencia. Un lema muyprovechoso es el del Papa Juan XXlll(que ya en su tiempo repetía San

Agustín): "En lo esencial unidad; en

lo secundario l¡bertad; y en todofraternidad Y caridad" -

una comparación provechosísi-ma, San pablo decía que D¡os nos

destinó a ser lo más parecidos posi-

ble a Jesucristo y que cuando mayorsea nuestro parecido con el Reden-tor, más alto será nuestro puesto en

el cielo . (Rom. B,2g) Cuanto más nos

pare zcamos en nuestro modo de

ob rar al que tuvo Cristo, más agrada-bles seremos ante Dios. Por eso de-

bemos exa inarnos y compararnosfrecuentem nte con El. Por ej emplo

¿perdono como Jesús perdonó,orando por los que me han ofendido?

¿Ayudo aun antes de que me pidan

ayud a? ¿Doy más de lo que me

231

p¡den? ¿Me lntereso por el bienespiritual de los dem ás? ¿Corrij o convalor y suavida d? ¿Soy amable nosolamente con los sim páticos y

agradables, sino también con losdesagradables y antip áti cos? Felizde mísi así Io sigo haciendo, porquetend ré una felicitación de D¡os en eldía del Juicio, n'luchos amigos en Ia

vida y una gran glori a en la eternidad.

Frepósito: Comparemos nuestroamor con el de Cristo . ¿Se le parece?

¿En pensamientos, en palabras, enla bondad del rostro, en las buenasobras? Preguntémonos de vez encuando: LCu ántas veces he sidobuen sam aritano con las personasnecesitadas de ayud a? ¿A cuantoshe lavado los pies prestándoles servi-cios hum¡ldes? ¿Me sacrifi co y medesgasto por mis prój imos? ¿qué ca-lif¡ cación le estará poniendo D¡os ami

232

amor hacia los demás? Y digámosle:Cristo Jesús: te queremos imitar en tuamabil¡dad. ¡Hemos sido muy fl oj osen esto!. ¡Ayúdanos!

Remedios de los obispos. La reu-nión de todos los obispos del mundo,llamada Concilio Vaticano (en 1965)envió esta declaración: "Lo sobrena-tu ral se obtiene rezando. El amor ver-dadero, el amor de caridad es un re-galo del cielo, por eso hay que pedirlomuchas veces en la oración. Jesúsprometió que el Padre Celestial daráel buen espíritu a quien se lo pida enla oración. Y qué mej or buen espírituque la caridad" La caridad se áu-menta cornulgando. Ouien se acer-ca frecuentemente a un bondadoso,alguna bondad va adquiriendo. Y elmás bondadoso que existe es Jesu-cristo. Quien se acerca a un hornoardiente se llena de cal or. Y el horno

233

ardiente de caridad es Jesús. Por esoquien se acerca a la Sagrada Comu-nión va adquiriendo bondad y fuegode amor de caridad.".

LJna pregunta que ayuda fuenterner-te. Los santos insisten en que hayuna pregunta que nos puede apro-vech ar mucho para ser mas caritati-vos con los demás. Y es esta ¿Megustaría que rTIe trataran de esa ñra-nera? Al recibir !a petición de algúnfavor preguntarnos ¿Cómo me gus-taría que le respond¡eran a esa peti-ción si fu era yo el que Ia estaba ha-ciend o?

-Cuando corregimos: ¿Có-

mo quisiera que me hicieran esta co-rrecc¡ón? Seguramente el buen sa-m aritano del evangelio se preguntó a

si mismo: "Si yo estuviera a la orilladel camino, heri do despoj ado, aban-donado, ¿Cómo me gustaría que rnetrataran? r y proced¡ó a tratar al otro

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como deseaba que Io hubieran tra-tado a él mismo si se e contrara ensemej ante situación.

Jesús nos s¡gue d¡ciendo a cada unode nosotros Io que recomendó al ter-minar de narrar la parábola del buenSamaritano: "Vaya y haga Io mismoque él h¡z.o". No le desobedezcamostan importante mandam iento.

Un poco de optimisrno. No nos ex-trañemos de que sea bastante d¡fícilpracticar el amor de caridad. Nuestroegoísmo y el de los demás se oponenfuertemente a esta virtud, pero el po-der de D¡os es muchísimo más fuerteque nuestros egoísmos e individu a-lismos. Pensar que es im osible tenercaridad y practicar la caridad es dudardel poder y de la bondad de D¡os.No dudernos de ta capacidad que Étnos ha dado para am ar de verdad. Si

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esto fuera imposible nunca nos ha-

bríadado el mandamiento de amar al

prój imo y amar a Dios. Si sacrifi ca-

mos un poco nuestros puntos de vistay el prop¡o egoísmo, ya veremos que

sí nos podremos entender Y am ar. S¡

hacemos frecuentemente el ProPó-sito de Ser benévolos, Io iremos con-siguiendo, Y no olvidemos que segÚn

San Pablo, el Espíritu Santo deseadarnos estos regalos: '*üaridGd,afrlahillclad, hc¡ndad y Erlansedur?l 'ht"e". (Gal. 5) P¡dámoselos muchasveces (Chevrie)

Soluciüftes irnpürtada§. Cuandollegan los d¡sgustos la solución tieneque venir desde afuera, desde el

cielo. Jesucristo es el Libertador que

nos va asa car de estos Callej ones sin

Salid a. Solo El puede Cambiar nues-tras reacciones negativas y agresi-vas por olas de amab¡lidad Y de Per-

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dón. Solamente nuestro Salvadorpuede romper el prirner eslabón de lacadena de agresividad, conced¡élt-donos Ia gracia de perdon ar. Des-pués de esto ya el camino hacia lafraternidad queda abierto. Es verdadque los s¡quiatras nos ofrecen reme-d¡os humanos, pero La Ia hora de larealidad, síde veras sirven? Bastantelo dudamos. En cambio Jesucristonos puede regalar control de la rnentey control del cor zón y nos puedeconceder el favor de no vivir maltra-tando nuestro pobre corazón conrabietas, rencores y antipatías. Enco-mendémosle en I oración nuestrasrelaciones interpersonales y de fami-lia y supl¡quémosle que nos concedala gracia de no faltar a la caridad.

La actitud del publicano. CuentaJesús en el evangelio que dos hom-bres subieron al templo a orar. Eluno era f riseo y el otro publ¡cano. EI

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fariseo decía: "Gracias Señor porqueyo no soy como los demás hombres,ni Siquiera Como este publicano". En

carnbio el publ¡cano postrado por el

suelo no se atrevía ni siquiera a le-

vantar los oj oS y decía: "Misericol"dia Señoro que soy un pecador". Yd¡ce el D¡vino Maestro que el publ¡ca-no volv¡ó asu casa santifi cado y no el

fariseo. P ara tener unas buenas rela-ciones humanas todos necesitamostener la actitud del publicano. Admitirque Somos pecadores, que necesita-mos cembiar todo Io que en nuestrocomportamiento no está bien Y que

nos hace falta que otros nos aYudenpara llegar a ser mejores. Pero si te-nemos ia actitud orgullosa del fari-seo, esa actitud vanidosa de quien se

cree perfecto y que solo se interesapor las apari encias, Jamás tendre-mos un verdadero arnor de cari dadhacia los demás, porque siempre los

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viviremos despreciando, y creyéndo-los inferiores a nosotros, lo cual esuna solemne mentira.

L¡brarse del engaño del quererapa!'ecer. S¡ deseamos am ar comoD¡os quiere, debemos trabaj ar porconvencernos de que las ap ari enciay la buena fama son como un vacío,como una sombra que desaparececuando llega Ia luz y que lo impor-tante no es el aparecer sino el ser.Es que existe el peligro de sufri r yamargarse la vida por Io que es soloapari encia ,y vivir esclavos de Ia tira-nía del "qué dirán" y "qué pensarár'r".Esta preocupad ón quita mucha pazytrae continuas preocupaciones quedestrozan el sistema nervioso.

Para vivir en paz necesitamos aca-bar con Ia adoración de la estatuade nuestra autoimagen, de Io que

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pensarán y d¡rán los demás. EI día enque nos l¡bremos de esa esclavitudse d¡s¡parán como el humo muchasantipatías y resentimientos y volveráa rein ar la pazen nuestro corazór^l .

Lo que no se puede cambiar. Existeuna fórmula Ilena de sab¡duría queconsiste en lo s¡guiente:1o. ¿Podemos cambiar algo que nonos gusta? Cambiémoslo2o. No se puede cambiar esto? Puesdej ar que siga siendo así, porque condarle cabezazos a Ia pared no Ia va-mos a lograr derri bar, pero nuestracabeza sí se descalabra. Si cumpli-mos esta fórmula tendremos mayorpaz en nuestra alma y con los quenos tratan.

Ouitar asperezas. No lo olvidemos.si queremos am ar y ser amados tene-mos que ir suavizando aquellos ras-

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gos de nuestra personalidad que sonmas molestos a los demás.Moderar esas reacciones de cólera yd¡sgusto. Darse cuenta de cuales sonlos rasgos de la propia personalidadque más hacen sufri r a los otros.Cuando el otro queda lastimado ymolesto o irritado con nuestras reac-ciones, eso es señal de que los mo-dales nuestros son defectuosos e in-deb¡dos y que hay que tratar de refor-marlos. Muchas veces Ia gente nonos d¡ce con palabras que nuestrosmodales no les gustan pero con susreacciones de desagrado símanifi es-tan que no les agrada nuestro modoarnargo y áspero de tratar a los de-más. No olvidemos que para que ha-ya fraternidad es necesario cultivarun gran respeto hacia los otros ymucha delicadeza en los propiosmodales. Pero los buenos modales

solarnente se consiguen a base decontinuo esfuerzo y sacrifi cio. A algu-nos les ha tocado en suerte untemperamento amable y bondadoso.Han nacido así y sin esfu erzo sin-tonizan con personas de cualquiertemperamento. Sin embargo para Ia

mayoría de nosotros tratar bien a losdemás s¡gnifi ca una continua luchacontra nuestros instintos agresivos.Pero entonces nuestra caridad ten,drá más premio de parte de D¡osporque nos ha constado más.

La petición de un gran santo. Cuen-tan las crónicas que Santo Domingode Guzmán, uno de los mas famosossantos de Ia lglesia Católica, todos losdías Ie pedía a D¡os que le concedieray aumentara la virtud de la caridad, el

amor hacia D¡os y al prój imo; y que Io

consigu¡ó de una manera tal, que

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tratar con él era ya qued ar amigo suyopara siempre. LPor qué no ensaya-mos también nosotros pedir muchasveces de ahora en adelante tan granfavor del cielo? Si Jesús prometió:"Todo el que pide recibe" Lcómo vaa ser que no vayamos a obtener tanmaravilloso regalo?.DAR IMPORTANCIA A LOS DETALLESAm ar no es solo dar limosna. Necesi-tamos hacer trabaj ar la imaginaciónpara que ella nos vaya aconsej andolos detalles en los cuales podemosmanifestar nuestro verdadero amor alos otros, recordemos algunos:1r Ponerse en lugar del prójirno ypensar en corno juzgay p¡ensa la otrapersona.2, Estud¡ar los gustos ajenos. H a-cer en Ia memoria como un archivo ocolección de lo que gusta a las otraspersonas, pues a veces conocemos

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nuestros propios gustos pero no losajenos,y por eso frecuentemente nosabemos hacer una atenc¡ón.3. Satisfaser Gfipr¡chos aienos. Enalguna ocasión puede ser tan caritativodar un caramelo como regalar un pan.4. W*nsar hiÉn de todos. Mientrasno se demuestre lo contrario los de-más son buenos. Eso que no nosgusta no Io hacen por ser rnalos sinopor equivocacióJ"t ,

S,tultivffir Ia *irftpatía. Tratar de ad-quiri r un modo de ser alegre ,y conse-guir esa amab¡lidad que quizás Ia

natural eza no nos dio.6. Aniffrffir. No dej ar un acierto sin unelogio. Sobre todo si son personasmuy sens¡bles.7. üorrtsir ron cari ño. Así como Iamurmuración es muy negativa,la co-rrección cari ñosa es muy positiva. Aveces se necesita 50% de animacióny 50% de correcc¡ón.

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B. Dar confi anza, De manera que \osinferiores no sientan temor de venir ahablar con nosotros.9. Cu¡dar el lenguaje, de maneraque nunca demostremos despreciohacia nad¡e, sino aprecio hacia todos.10. Mostrarse ag radecido, d ar siem-pre Ia gracias, y mej or si es en públi-co. No callar los favores recibidos co-mo si ellos nos humillaran.11. Perdon ar y olvidar, no andarexh¡biendo un perdón que humilla alotro. Obrar como si nada hubiera pa-sado.12. Repartir saludos y sonrisás,aunque esto nos Cueste un poco. S a-ludar al portero, al ascensorista, alcobrador etc.13. Hacer favores sin hacerse rogar.Poner nuestras cosas a d¡sposiciónde los que las necesitan.14. Frestar libros, este también es unmodo de am ary de repart¡r Cultura.

245

EI mej»r Libro para adquirir unaperslnalidadsimpática y prlyechosa para los demás se

titula:

sf; TBf, 7- # 5 PÁR,q THI {iPJ FAR

Eil'm\ryfrF:Se clnsigue en librerías rel,sosas.

Es baratísimo,

246 247

CAPITULO 17

SECRETOS OUE AYUDAN.

Averiguar los gustos ajenos. Suce-de frecuentemente que cuando hace-mos un favor o un regalo a otra perso-na no atinamos a lograr que sea feliz,porque no nos tomamos el trabaj o deaverigu ar qué es lo que más le ag ra-da. Casos hay en que el día del cum-pleaños el m ari do le regala a la espo-sa un cheque por una alta cantidadde d¡nero y ella se echa a Ilorar, por-que lo que deseaba que le regalaranen aquella ocasión era un hermosoramo de fl ores.

Demostrar amor. Un amigo nuestronos contaba lo siguiente. "Mi hogarandaba mal. Y una vez oí por radioesta invitación de San Pablo:"M ari dos demuestren amor hacia

sr,J esp**a". (Cot . 3, 19) Me hice en-tonces un propósito: "por esta sema-na voy a demostrar amor y tratar deevitar toda contrad¡cc¡ón". Antes so-lamente sintonizaba en TV los pro-gramas de mi gusto sin importarme elgusto de Ia muj er, ahora acepto tam-bién esos programas. AI llegar a casala felic¡té por lo bien que le quedabasu nuevo suéter. Ella se admiró y meagradeció. Me inv¡tó a dar un paseo;estaba cansado y no quería salir, pe-ro la acompañé de buena gana. Meinv¡tó a una exposición de colchas yadornos. Detesto eso pero fui conella. Llegamos tarde a una invitaciÓnporque la esposa empleó demasiadotiempo aneglándose. No la regañépor esto. M¡ hogar ha mej orado de talmanera en paz y armonía que hereafi rmado varias veces mi propósito:"PGr esta semana v*y a demostrararn*r'n"

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Un buen regalo, Caridad es dar I¡-

mosnas. Pero Lqué mejor limosnaque regalar un lib ro? Si damos sola-mente para el estómago, nuestrosregalos duran muy poquito tiempo. S¡obsequiamos para la p¡el (vestidos)para la vanidad (adornos) pa ra la co-modidad (muebles) todo esto se que-da solamente en el cuerpo. Pero síregalamos un buen l¡bro, este síapro-vecha al alma y ésta nunca se va amorir. Eternamente nos ag radece ránquizás el haberles regalado un buenlibro que les ayudó a volverse mej o-res y a ser más felices (San AntonioM. Claret) ¿Cuántos buenos l¡broshabré regalado cuando me muera?En cuantos hogares habrá un Bibliaregalada por rni? ¿Voy a empezar yadesde ahora mismo a regalar buenosl¡bros? Una señora exclamaba: "Des-de que adquirí la formidable costum-bre de regalar buenos libros en los

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cumpleaños, eh las bodas, en losgrados y demás fechas importantes,ha aumentado el número de misamistades y Dios me ha bendecidode una manera tal como nunca lo ha-bía imaginado". Es que a D¡os nuncase le trabaj a a bajo precio y Él es elmás interesado en que regalemos aotros buenos l¡bros que los ayuden asalvar su alm a.

PRING¡PIOS PARA NO OLVIDAR

Son mas quizás los que carecen dedemostraciones de amor, que los quecarecen de pan.La personalidad crece al darse a losdemás parasu bien .

La puerta para recibir bendiciones deD¡os es Ia benefi cencia, el d ar ayudasa los necesitados. (Madre Teresa de

Calcuta)

250 251

Poco a poco la gente se va dandocuenta de quien sí Ie ama y quien nole am a. (S. Fco. de Sa/es)

Falta y arrepentimiento. Señor: concuantos me encuentro sin am ar! os ysin demostrarles que los amo conamor de caridad, siendo todos h¡j osde nuestro Padre Celestial. Ningúnser humano que trate conmigo debe-ría ser para mí un "Don nad¡e", porque cada persona es apenas un pocoinferior a los ángeles. D¡os se sienteamado por míen cada persona u olvi-dado por míen cada individuo. Yo dis-fruto de mil cosas que debería com-partir con los necesitados. No puedopasar por el camino de la vida igno-rando a quienes necesitan mi ayuda,porque eso sería ignorar a Cristo querecibe como hecho o negado a El to-do favor que se hace o se niega a losdemás. M aría Santísirn a, Tu que has

sido siempre tan generosa y tanmiseri cordiosa con los que necesitande ayud a, concédeme sens¡b¡l¡dad ygenerosidad paraque el hermano ne-cesitado de mi ayuda no me sea ja-más indiferente.

torTsejos de sabios. Donde no hayamo[, pongamos amo[, y encontrare-mos amor. lSa n Juan de la Cruz)El arnor fiatÉ al recordar los favoresy cualidades de la otra persona. V¡vey crece cuando la inteligencia anali-za los valores de! otro. Muere cuán -

do se olvida Io que Ia otra personaha hecho por nosotros o las cualida-des que posee. (Raimundo Lull)Nunca es pequeño lo que se hace porverdadero amor. (Chiara Lubich)"Mi rostro lo sedujo para su ruina"- di-jo Jud¡t en la Biblia hablando de Helo-fernes. Muchos y muchas pueden re-petir hoy lo mismo.

252

Procure sana felicidad a otros y ustedmismo será mas dichoso, y ellos seesmerarán por hacerlo feliz.

(F González)Bri ndemos amor a los demás y nosganaremos su corazÓn. (Buski n)

PRINCIPIOS OUE NO DEBEIVIOSOLVIDAR.

Para am ?r, sirve mucho el compa-decer. (Exupery)Todo se p¡erde con el egoísmo. Todose gana con el verdadero amor.

(KempCAm ar bien es contri buir a la propiafelicidad y a la felicidad de otros.

(Chardin)EI verdadero amor nunca está ocio-so, sin hacer nada por los demás.

(Sa nta Teresa)Lo que hice sin amor a Dios o sinamor de caridad al prój imo, quizás lohabré perdido. (Tasso)

253

PEAUENOS CA§OS.A un hospital de pobres llegaron dosgrupos de visitantes. Unos fueron de-jando en cada cama de enfermo unregalo: eran ricos. Los del otro grupono tenían con qué comprar regalos,pero se sentaron junto a cada cama ach arlar amigablemente con los enfer-rnos. Son d¡versas clases de caridady muy valiosas ante D¡os.

Buena respuesta. Un anticatólico legritó al Padre L¡berman: "S¡ usted su-piera cuanto !o odio" - y el santo sacer-dote Ie respondió: "Y si usted supie-racuanto lo agno". Hermano usted nopodrá hacer nada para que yo deje deamarlo! - Esta respuesta es el cumpli-miento de Io que recomendó Jesucris-to: "Bendigan a los que los rnald¡cen".

Buena limosna" Mahoma decía: "Son-reíres tan caridad como dar limosna

254 255

Un misionero na rraba. "Et mej or re-cuerdo que tengo de mi madre es queella antes de dar una limosna, siem-pre procu raba sonreír',.

Diferencia, EI amor emocional espe-ra recompensa Y respuesta hurnana.El amor caridad se contenta con elpremio que Dios ha prometido aquie-nes saben am ar bien y desinteresa-damente.

Cu¡dado. ElApóstol San Juan en suscartas previene contra este peligro:"Cuidado con el amor que es desolo Palabras Y no va acompañadode obras buenas". Es falso y enga-ñoso.

Cualidad necesaria. Los especia-listas afirman que pa ra tener unabuena person alidad es necesario re-lacionarse bien con los demás.

ffie#*rderYlss sietr¡pre que somosherrTrfinos. Hij os del mismo Dios.Hermanos de Jesucristo. Herederosdel mismo cielo. Y que todo bien quehacemos a un ser humano !o p.agaráNuestro Señor como hecho a El mis-mo. Esto aumenta admirablemente elamor verdadero. (S an Juan Bos co)Demostrernos nuestro amor de cari-dad siendo amables con toda clasede personas. QLEe todos los que tra-Éen con ftosotr*s s* vuelvan arni-g¡üs nuestros. E! enemigo númerouno de Ia caridad es el egoísmo queno busca sino lo propio y no Ie da im-portancia a lo de los demás .(lb).

[.8 n reseto #e[ cielc., San Antonio M.Claret (cuya autobiografía pu bl ¡cadaen esta misma colección recomenda-mos, porque gusta y hace muchob¡en) decía "Cuando yo era arzobis-po de Cuba, al ver que nuestra casa

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episcopal en la cual había tantos sa-cerdotes y de tan d¡versa índole, rei-naba tanta paz, tanta alegría y tanadmirable armon ía y por tanto tiem-po, oo podía dar otra explicación queésta: "Aguí está el dedo de D¡os"(Ex. 8,19), ósea: esto es un regalo delcielo, uh favor especi I que el Señornos concede gor su infi nita bondad ymisericordia . Él bende cía los medioique nosotros poníam s paraobteneresa paz Y armonía, p r ej emplo ha-blar nunca mal de ninguno, trata r ato-dos con gran respeto y cordialidad,no faltar nunca a la meditación ni alaspracticas de piedad, estar todos en larecreación, etc, Es impresionante lacantidad y cal¡dad de caridad frater-na que Nuestro Señor concede aquienes le piden esta bella virtud y seesfuerzan por conservarla y aumen-tarla".

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Arnar como ama D¡os. Nuestro Se-ñor nos ama no porque nosotros so-mos buenos (que no lo somos) sinoporque El es bueno. Así hay queamar al prój imo. No porque los otrostienen cualidades especiales sinoporgue nuestro corazón está lleno deauténtico amor hacia ellos.

Revotruc!ón de Copérnico. Hastahace varios siglos la gente creía quela tierra era el centro de todo y que elso¡ d aba vueltas alrededor de ella.Pero el sabio Copérnico hizo un des-cubri miento que produjo una verd a-dera revolución en la astronom ía.Descubrió que es Ia tierra la que davueltas alrededor del sol. Algo pare-cido tenemos que hacer en cuanto alamor: quitarnos la ¡dea de que noso-tros somos el centro alrededor delcual todo debe girar. El centro de todoel amor debe ser Dios y el prój imo.

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Solo por ellos y no por nuestro egois-mo, debemos dedicarnos a arn ar.(Braden)

Tres rnodos de reaccion ar. La per-sona egoísta d¡ce. "No te amo porqueno te aprecio". La persona afectivaexclam a: "No te comprendo, pero tequiero". En cambio Ia persona ver-dade ramente i ntel igente afirrn a: "Tequiero porque trato de comprendertey porque me esfuerzo por apreciarte".

Tesoro escondido. Jesús contaba laparábola del que encontró en uncampo un tesoro escondido y vend¡ótodo lo que tenía con tal de conseguiraquel campo. EI amor verdadero esun tesoro escondido, es el sentimiert-to mas noble y el que mas necesita-mos conseguir. N¡ngún esfu erzo ni

fatiga serán demasiados con tal delograr am ar como Dios quiere que

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amemos. Es lo que más necesitamosy todos y en Io que nos sentimos másindigentes y necesitados. Tengo quepreguntarme de vezen cuando.¿Qué esfuerzos estoy haciendo paraamar rnás y mej or? D¡os sabrá pre-miar esp!énd¡damente cualquier es-fu erzo que hagamos por progresaren el amor hacia Él y en la caridadhacia el prój imo.

Saber d¡stinguir. Tengo que pensarmuy en serio si Io que creo que en míes amor Io es en verdad. ¿No serámas b¡en un sentimiento sensual,una simpatía, o un interés? Ytratardecorreg¡r cualquier equivocación alrespecto. Que nuestro amor no seaerótico porque se nos puede con-vertir en psicosis de la impureza y dela luj uria y volverá mas confl ictivanuestravid a. (Tagore)

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VALORES PARANO OLVIDARSan Agustín d¡ce: "Toda la B¡blia noshabla de amor. De amor de D¡os y deamor a las criaturas. Lo poco es mu-cho cuando Io inspira el amor. Elverdadero afecto engrandece hastalas actividades mas hum¡ldes,y subl¡-ma hasta los favores mas pequeños.Solo amando verdaderamente nosrealizaremos. Si no amamos, nuncaseremos seres plenamente reali-zados".

Amar sin que lo merezcan, Nadiepodrá decir )amás que merece elamor que D¡os le dá y le ofrece. EIamor de D¡os hacia las criaturas su-peratodos los cál culos y Iímite. Siem-pre es más grande y más generosode Io que podemos pens ar. Esteamor es de tal manera bondadosoque ninguna esperanza del ser hu-mano puede permanecer incompleta

s¡ confía en el amor de Dios. Las pro-mesas del amor que nos tiene Nues-tro Señor son eternas, ¡nfi nitas ysiempre se cumplel'r, Oj alá tratára-rnos de imitar en algo el modo deamar que tiene el buen D¡os.

lS. Fco. de Sa/es,)

Ley fundarnental. Am ar es la ley fun-damental de nuestro ser. Ouien noama está muerto espiritualmente. Esnecesario am arnos a pesar de las di-ferencias de edad, de gustos, de for-mac¡ ón, de ideas y nacionalidades.Pero puede haber engaño en el amorcuando se imagina que Ia compla-cencia basta.

262?6"

CAPITULO 18

CASOS OUE IMPRESIONAN

DECLARACIONES DE UNA GRANSANTA. una de las muj eres farnosasy mas santas de los últimos tiemposha sido la Madre Teresa de Calcuta.De ella son las s¡guientes expresio-nes:Cuando atiendo a un pobre sientouna gran aleg ría porque estoy aten-d¡endo aJesucristo en person a.Lo único que puede acab ar con la po-breza es compartir. S¡ los que tienenbienes materiales dieran el d¡ez porciento a los pobres, la pobreza casidesaparecería.Busquen a los más pobres y despro-tegidos y prodíguenles amor de cari-dad. D¡os nos ha dado los bienesmateriales pa ra que los compar-tarnos con los dernás. Cuando nos

muramos dejaremos aquítodo Io quehemos dado y nos llevaremos única-mente lo que d¡mos a los necesita-dos.

Ejemplo adrnirable. Me contaronque una familia hindú llevaba tresdías sin comer. Me llevé cuatro l¡brasde arroz y me fui a visitarlos. ¡Quérostro de hambre tenían! La mamátomó dos l¡bras de ese arrozy sal¡ó allevarl as a Ia casa de unos vecinosque estaban también sin comer. Mequedé m aravillada de tanta genero-sidad de esa gente tan pobre.

(Madre Teresa).

No solo dar ayudas y hacer favores,sino hacerlos con una sonrisa y converdaderas muestras de amab¡l¡dady bondad. Estimar a cada prój irno co-mo alguien que es imagen y seme-janza de D¡os. Demostrar una santa

264

amistad es la cima del verdaderoamor, Tenemos que esforzarnos porprogresar en el amor y ej ercitar nues-tra capacidad de am ar. No nos dej e-mos llevar del pesimismo diciendoque no tenemos un carácter amable.Con la ayuda de D¡os podemos pro-gresar también en generosidad, erbondad y en generosidad . (ib)

MANIFESTACION DE LAVERDADERA CARIDAD.Un buen cristiano no puede estarcontento si cada noche al irse a des-cansar no puede decir: "Hoy he he-cho bien aalguien".Señal: Santa Catalina preguntó aNuestro Señor: ¿Cuál será una señalde que sí me voy a salva r? y Él lerespond¡ó, "Una señal segura es nodej ar ningún día sin hacer algúnacto de caridad a favor de los de-mástt.

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Ejernplo para irnitar. En una altísimamontaña de Suiza vivían unas pare-jas de ancianos y Ilegó una nevadatremenda y de varios días. Uno deaquellos viej itos recordó que un ve-cino suyo, también muy anciano lehabía contado en días anteriores queen su casa tenían café pero no habíaleche. Entonces en medio de terri-bilísima nieve se fue a llevarl e unabotella de leche. Pero a mitad de ca-mino se encontró con el otro anciaho,el cual había recordado que este suamigo Ie había contado tamb¡én queen su casa sí había leche pero no te-nían café y se vino a traerles una bol-sa de café mol¡do. Los dos se abra-zaron entusiasmados al comprobarque su amor de amistad les habíahecho record ar a cada uno Io que elotro necesitaba y los había hechoviaj ar a llevarl o.Qué hermoso acto deamor.

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S¡ puedes tener seis cornodidades oadornos en tu casa, pues contentartecon tener solamente tres y el restoempléalo en ayud ar a los necesita-dos, y así tendrás comodidades yadornos parasiempre en el cielo.

(Cervantes)El milagro de Jesucristo que másconmueve a Ia gente es el hacer quesus discípulos se amen, se ayuden yse perdonen unos aotros. (Napoleón)Lo que más atrae bendiciones deD¡os sobre un coleg¡o es el grupo dejóvenes pobres becados y por el mis-mo colegio. (P Tomas Martínez)Oue nunca pase más de dos días unamigo nuestro enfermo sin que Io va-yamos a visitar o llamernos para saberde su estado de salud y saludarlo (¡b)

Es triste el abandono que algunos tie-nen hacia las tumbas de sus seresqueridos. ¿Cada cu ánto vamos a lastumbas de nuestros amigos a rezaruna oración por ellos? (tb)

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Sana imitación, El Sumo Pontífi ceP¡ó Nono decía a San Juan Bosco:"Imiten a los jesuitas, los cuales siem-pre hablan bien unos de otros, y almenos en su cumpleaños d¡cen pú-bl icamente sus cualidades".

AIgo que no podía faltar. Una santafundadora estaba haciendo su exa-men de conciencia antes de acos-tarse y se dio cuenta de que ese díano había hecho un favor especial a

ninguna persona porque había es-tado todo el día en su celda escri-b¡endo. Oyó un ruido en el piso deabajo. Era la anciana portera que es-taba cerrando la puerta del conventoy tenía que subir las escaleras contrabaj o porque sufría de artritis. Bajóla superiora y tom ándola en susbrazos sub¡ó a Ia ancianita, escalerasaniba. La viej ita llora de emoción yd¡ce: "Madre, ¿cómo se Ie ocurre a

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sumerced superiora gen ral llevar enbrazos a una pobre y miserable an-ciana portera?- y la santa le res-ponde. "Es que en este día no habíahecho ningún favor a alguien y no po-día acostarme sin pres ar ayuda aguien la necesitara". Así son los san-tos. Lastima que los que no somossantos estamos muy lej os de pro-ceder así.

Herrnoso ejemplo, La sagrada B¡-blia narra que David perseguido porSaúl pudo matarl o un día en una cue-va oscu ra y se contentó con quitarleuna punta de su manto. Y una nochesorprend¡ó a su perseguidor Saúldurmiendo en el campamento y pu-d¡endo m atarl o únicamente se con-tentó que con llevarse el vaso conque le rey tomaba agua, para demos-trarle después que había podidoquitarle la vida pero no había guerido

hacer ese rnal. Con razón Saúl al sa-ber estas noticias exclamó: "Por ha-ber hecho estas acciones tan ge-nerosas, D¡os te concederá éxito entodas tus empresas". Y así suced¡ó(lsam. 26) Oue el Espíritu Santo nosayude a sa car provechosas conclu-siones de tan bellos ej emplos.

Buenas enseñanzas. San Benito(año 400) decía: "Tratemos muy biena todos los huéspedes, y así Jesu-cristo nos d¡rá en el Juicio F¡nal:"Huésped fui y rne atendieron bien(Mt. 2s) Y Santa Teresa (año 1sS0)anunciaba: "Es tan grande el aprecioque Nuestro Señor tiene al amor decaridad hacia los demás, que cuantomayores sean las muestras de cari-dad que demos a los otros, más yrnás hará crecer nuestro amor haciaEl". ¡Buen negocio pues!

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Cuatro preguntas. Entre los indioschibchas, cuando una muj er se iba acasar, el sacerdote le hacía estaspreguntas:14. LAmarás a D¡os rnas que a tu m a-rid o?24. ¿Amarás a tu m arido mas que atus h¡j os?3a . LAmarás a tus h¡jos mas que a t¡misma?4 . ¿Si ves a tu mari do o a tus h¡j ossufri endo hambre, dej arás de comertú con tal de darl es alimentos a ellos?

-Si respondía Sí a estas cuatro pre-guntas, se procedía a celebrar el m a-trimonio . (Piedrahita)Tu amorvale, no por Io que los demásp¡ensan de t¡, sino por lo que hacespor ellos.

Una interferencia. Con el amor ha-cia el prój imo interferi mos Ia voz denuestros pecados que sube al cielo

p¡diendo castigo ¿Sabemos qué esuna interferencia? Es impedir que unmensaj e enviado desde lej os llegue asu destino. Al cielo sube el mensaj ede nuestros pe cados pid¡endo justocastigo, pero podemos interferi rlocon nuestro actos de caridad y asíevitar muchos males que nos ¡ban aIlegar.

Caridad aungue searnos pobres.Algunos d¡cen. rr Es que yo soy rnuypobre y no puedo hacer caridad; estoes para los ricos" r No es así. Repase-mos las obras de caridad. Las quesabemos de memori a son catorce,S¡ete corporales (d ar de comer al

hambriento, d ar de beber al sed¡ento,ayud ar a los presos, regalar vestidosa lo pobres, atender bien a los hués-pedes, y enterrar a Ios muertos) ysiete espirituales (enseñ ar al que nosabe, d ar buen ej emp¡o al que lonecesita, correg¡r al que se equivoca,

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consolar al triste, perdon ar Ias ofelJ-sas, sufri r c n paciencia los defectosde los demás,y rogar a Dios por losvivos y los muertos.)Aun de estas 14obras, Ia mitad las podemos haceraunque seamos sumarnente pobres.Pero es que la lista de las obras decaridad y de misericordia que pode-mos hacer hacia otras personas su-ma 96 y más obras, y de ellas más dela rnitad las podemos hacer sin tenerd¡nero ni r¡quezas ni cualidades es-peciales. Lo que necesitamos no esser ricos sino tener buen corazón yser generosos y record ar que todofavor hecho a los necesitados tend rábuenos premios de D¡os en esta viday en la eternidad.

¿Y si son antipáti cos y d¡fíciles? Esmuy costoso amar a los antipáti cos yd¡fíciles. Pero ese amor lleva, aun alos no creyentes a preguntarse si lanuestra no será la religión verdad era,

I

y los inclina a aceptarl a. JesÚs nosd¡ce que los amemos no porque sonantip áti cos sino porque todo el b¡enque les hacemos a ellos Io recibe co-mo si lo hub¡é ramos hecho a El enpersona.Am ar a Jesús es aceptar sus exigen-cias cuando nos pide am ar a los quenos quieren m al o nos han hecho mal.Sin Cri sto habrá discordia, antipatía,asco, al ej arniento y el camino estarábloqueado por el egoísrno, y domin a'rá el egoísmo, el interés personal, el

ind¡vidualismo. Pero al meditar queD¡os Padre nos dio asu Hij o tan mise-ricord ioso, aprenderemos a mostrar-nos tamb¡én nosotros misericordio-SOS.

asquerosos, a los más mal educa-dos, a los más repulsivos, para aten-derlos y demostrarle así a Cristo quelo que los rnovía no eran sus inclin a-ciones natu ral es sino la fe que ense-ña que todo lo que se hace afavor deun prój imo necesitado se hace a Je-sucristo mismo. Es que el éxito de Iafraternidad depende de que el amorde D¡os sea el motivo más profundopa ra n uestro com pofta rn iento.

(Larrañaga)

Amar a los enernigos. Jesús nosmanda amar a los enemigos, porguenadie tiene por verdadero enemigo aaquel a quien am a. Y esto lleva a notener a nadie por enemigo. No es quesintamos simpatía natu ral por ellos oque no sintamos y no nos duela el malque nos hacen (que Jesús también losentía) pero es tratar de tener uncorazón tan generoso que ama aun a

Los rnás repulsivos. Madre TeresaJuan de D¡os, Sansantos más, prefe-los enfermos más

de Calcula, SanCamilo y tantosrían siempre a

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lo que por natural eza no se les sienteamor. A los simpáticos todos los ama.Pero ¿qué m érito o ganancia para elcielo se ons¡gue con ello? En carn-bio al am ar a los antipáti cos nos esta-mos haciendo millonarios para laeternidad feltz.

Armar sln protestar. Si nosotros hu-b¡éramos estado en la p¡el de Jesúsen Ia noche de Getsmanío en el Vier-nes Santo habríamos hecho un an áL-sis equivocado de la situación y ha-bríamos d¡cho: "Señor, ¿cómo se Ieocurre poner de Pontífi ce a ese Cai-fas, o de Presidente al tal Pilatos, y derey al impuro Herodes?- Pero Jesúsno miró los acontecimientos con lasuperf¡ cial¡dad núestra sino que veíaen lo que le suce§ía un plan del Diossap¡entísimo quel todo Io d¡spone pa-ra nuestro b¡en. Y no se dedicó a pro-testar sino a obedecer.

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Así deberíamos hacer nosotros. Hallegado la hora de cerrar la boc?,guard ar silencio y aceptar en paz eltrato que el Padre Celestial ha permi-tido que nos den las dernás perso-nas. Los recuerdos amargos, los ata-ques a nuestro orgullo, la frialdad ha-cia nuestra person a, y hasta los des-precios. Llegó la hora de reconciliar-se con lo que ha suced¡do o que estásuced¡endo. Aceptar con ag radeci-miento las faltas de caridad, y deaprecio o amab¡l¡dad que hemos reci-b¡do o estamos recibiendo y ofrecertodo esto como un holocausto muyagradable a Dios. Aceptarl o con cal-ma. Paz en el alma. Todo fue paranuestro b¡en. Bend¡to sea D¡os.No exij amos amor. Conquistémoslo,ga né moslo, mere zcá moslo.

Un propósito fi nal: Seamos siemprehumanos, muy humanos con todos y

en todo. Pensemos de vez en cuan-do: Lcuál será la nnanera rnás huma'na de ohrar en este caso? lmitemos aSanto Domingo de Guzmán que to-dos los días pedía a Nuestro Señor lagracia de amar mucho al prój imo Y deamarl o cada vez más y mej or. Ouenuestra 15'. Obra de misericordiasea: 'nTratar a los dennás con el mis-ffro cari ño con q e deseannos quenos traten a nosoÉrosn'. Recorde-mos que al fi nal de Ia vida seremosjuzgados no solamente por las ideasque proclamarnos, sino obretodopor los favores y las aYudas que ha-yamos hecho al prój imo. Pensemosseriamente en todo esto Porque es

demasiado importante para que lo

vayamos aolvidar

LAMEDIDA DELAI/IOR

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ESMRSII{MEDIDA

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iTDICEPá9.

PrólogoPRIMERAPARTECapítulo 1 . IMPORTANCIA DELAMOR DE CARIDAD

SEGUNDAPARTELOS EN EM IGOS DEL VERDADERO AMORCapítulo 2. Peligros contra elamorde caridad.t.tr..!r.¡r.t.r..r.......!...r......... .... 27Capítulo 3:Amenazas que puedenhacermucho ma!.....!.................................... 39Capítulo 4. Riesgos que hay que evitar......... 49Capítulo 5:lnconvenientes que sepueden presentar............,................r..!...,...r 63Capítulo 6: Gente que pone enpeligro el amorde caridad............................ . 75

TERCERAPARTELOS DEFECTOS QUE ENFRIAN YANULAN ELAMORCapítulo 7 . lmperfecciones muy dañosas..... 85Capítulo B: Deficiencias que sedebe rían gvitar... ¡ t.. r..... ¡. r... ¡ t.,...... r.,.. t..... ¡.. o.. 101

CU,ARTAPARTECOMO AU MENTAR Y HACER CRECERELAMOR DE CARIDADCapítulo 9.Técnicas que producenmuy buenos resultados......,

QUINTIIPARTECUALIDADES QUE DEBE TENERELAMORCapítulo 10: Perfecciones que nopugdgn fa|tar., . . . . . . .,, . . . . . ¡ . ., . ., . . . . . r . . . ¡ . . . . . . . . . . . . . . .

Capítulo 11 . Detalles que ayudan mucho.....¡Capítulo 12: Propiedades muy beneficiosas.Capítulo 13, Exigencias del amor auténtico...Capítulo 14. Ejemplos acerca delverdadgro amo r...r ¡ t ! r . r r r . . ¡ r . . r t . . , r ¡ . ¡ . t . . . r ¡ r . . . . . r . t r

Capítulo 15: Cómo podemos dernostrarque sí amamos de verdad..,.....!....,.,.¡...,.,..¡..

SEXTAPARTEMEDIOSYREMEDIOSPARAAU M E NTAR ELAM O R VE RDAD E ROCapítulo 16: Recursos que sonsumamente eficaces..r........ ¡.......... ........!.!.,.Capítulo 17: Secretos que ayudan......¡.....,.¡.Capítulo 1 B: Casos que impresionan......!.....

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EL COMBATEESPIRITUALPara obtenerfirerza de voluntad

LECTURAS PARAADQUIRIRAffiILIDAD

NO SE DISGUSTEPOR PEQUEÑECESEnseñanzas que mejorana las personas '

El santo de laamabilidad

SANFRANCISCO

DE SALESSu vida y

enseñanza

LOSPROVERBIOS

DEL REYSALOMON

Para adquirirla verdadera

sabiduría

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