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  • Entre enero y julio de 1919, tras la primera guerra mundial ese devastadorconflicto cuyas consecuencias se extendieron hasta Oriente Prximo yzonas de Asia y frica, dirigentes de todo el mundo llegaron a Pars paratratar de organizar una paz duradera. En esa Conferencia de Paz, los tresgrandes el presidente estadounidense Woodrow Wilson, ms losprimeros ministros de Inglaterra y Francia, David Lloyd George y GeorgesClemenceau se enfrentaban a una tarea gigantesca: poner en pie unaEuropa en ruinas, obtener de Alemania unas gravosas reparaciones deguerra, detener el avance de la reciente Revolucin rusa y gestionar elinestable equilibrio de poderes tras la desaparicin de viejos imperios y laaparicin de nuevas entidades polticas, como Iraq, Yugoslavia o Palestina.El apasionante y pormenorizado relato de unas negociaciones en que sedecida sin compasin el destino de las ms diversas naciones hace dePars, 1919. Seis meses que cambiaron el mundo un libro fundamental paraentender los conflictos del ltimo siglo y descubrir la cara oculta y pocoamable de la diplomacia internacional; no menos fascinante es la galera deretratos de personajes como Lawrence de Arabia, Winston Churchill o HoChi Minh, que aos despus acabaran desempeando un papelpreponderante en la historia del siglo XX.

  • Margaret MacMillanPars, 1919

    Seis meses que cambiaron el mundo

  • Para Eluned y Robert MacMillan

  • AGRADECIMIENTOS

    El presente libro lleva mi nombre en la portada, pero no existira sin lasnumerosas personas que me alentaron a tratar un tema de semejanteenvergadura, me animaron a seguir en los momentos de desaliento y tuvieronpaciencia y me escucharon cuando lo nico que yo quera era hablar de laSociedad de Naciones. Debo sealar a algunas en particular para expresarlesespecialmente mi agradecimiento. Sandra Hargreaves, Avi Shlaim, Peter Snow yLord Weidenfeld me ayudaron a convertir una idea en un proyecto serio.Considero que fue una gran suerte para m que acabara editando el libro JohnMurray. Grant McInty re y Matthew Tay lor llevaron a cabo una valiosa ymeticulosa edicin. Contraje una inconmensurable deuda intelectual con micolega y amigo Bob Bothwell, que en el transcurso de los aos me ayud aaclarar mis ideas no slo sobre la Conferencia de Paz, sino tambin sobre escribirhistoria. Orde Morton; Thomas Barcsay ; David, Catharina, Thomas, Alex, Megany Ann MacMillan; Peter Snow; Daniel Snow y Barbara Eastman ley eron partesdel libro y me dieron consejos imprescindibles. Mis padres, Eluned y Robert,leyeron toda la obra, a menudo varias veces, sin quejarse. Tuve dos notablescolaboradores en su preparacin: Rebecca Snow, que obtuvo las ilustraciones, yJohn Ondrovcik, que comprob el texto y recopil la bibliografa. Bob Manson, AlWargo y Errol Aspevig me ayudaron en distintas etapas de la preparacin.

    Por permitirme citar material de sus colecciones o de su propiedad intelectualestoy agradecida a las siguientes personas y entidades: los Archivos Nacionalesde Escocia por los Lothian Papers (GD40/17); Nigel Nicolson por HaroldNicolson, Peacemaking, 1919, Methuen, Londres, 1964; el Director del Archivode la Cmara de los Lores, en representacin del Beaverbrook Foundation Trust,por los Lloyd George Papers; Princeton University Press por Arthur S. Link, TheDeliberations of the Council of Four, 2 volmenes, Princeton University Press,Princeton, Nueva Jersey, 1992; y el patronato del Museo Britnico por los BalfourPapers. Se ha hecho todo lo posible por localizar a los propietarios de losderechos, por lo que la autora agradecera que se le indicaran las posiblesomisiones.

    Tambin estoy agradecida a mi patrn, la Universidad de Ryerson, porconcederme tiempo y al St. Antony s College de Oxford por un periodo

  • maravilloso como profesora adjunta. Los Snow y los MacMillan de Londres y losDaniel-Shlaim de Oxford me ofrecieron hospitalidad y aliento sin lmites. Si ellibro no refleja todo esto, la culpa es ma.

  • NOTA SOBRE LOS TOPNIMOS

    Muchos de los lugares que se mencionan en el libro tienen varios nombres;por ejemplo, Lviv (en la actual Ucrania) se llama tambin Leopol, Lemberg,Lwow, Lvov Generalmente les he dado los nombres que se usan en laactualidad, pero donde existe un nombre conocido en nuestra lengua, porejemplo Mnich, lo he utilizado. En el caso de determinadas polmicas en laConferencia de Paz, he utilizado la forma que se usaba en 1919: Danzig (Gdansk),Fiume (Rijeka), Memel (Klaipeda), Shantung (Shandong), Teschen (Cieszyn oTesn), Tsingtao (Qingdao).

  • Introduccin

    En 1919 Pars era la capital del mundo. La Conferencia de Paz era el asuntoms importante del momento y sus participantes, las personas ms poderosas delplaneta. Se reunan da tras da. Discutan, debatan, se peleaban y volvan areconciliarse. Hacan pactos. Redactaban tratados. Creaban nuevos pases ynuevas organizaciones. Cenaban juntos y juntos iban al teatro. Durante seismeses, entre enero y junio, Pars fue a la vez el gobierno del mundo, su tribunalde apelacin y su parlamento, el lugar donde se centraban sus temores y susesperanzas. Oficialmente la Conferencia de Paz dur todava ms, hasta 1920,pero aquellos primeros seis meses son los que cuentan, pues en ellos se tomaronlas decisiones clave y se encadenaron crucialmente los acontecimientos. Elmundo nunca ha visto nada parecido ni volver a verlo.

    La conferencia se celebraba porque la orgullosa, confiada y rica Europaacababa de despedazarse a s misma. Una guerra que haba empezado en 1914 acausa de una disputa por el poder y la influencia en los Balcanes haba arrastradoa todas las grandes potencias, desde la Rusia zarista en el este hasta Gran Bretaaen el oeste, y a la mayora de las potencias menores. Slo Espaa, Suiza, losPases Bajos y las naciones escandinavas haban logrado mantenerse al margendel conflicto. Se haba luchado en Asia, en frica, en las islas del Pacfico y enOriente Prximo, pero sobre todo en suelo europeo, a lo largo de laresquebrajada red de trincheras que se extenda desde Blgica en el norte hastalos Alpes en el sur, a lo largo de las fronteras de Rusia con Alemania y su aliadaAustria-Hungra, y por los mismos Balcanes. Haban llegado soldados de todo elmundo australianos, canadienses, neozelandeses, hindes, terranovensespara luchar por el Imperio britnico; vietnamitas, marroques, argelinos,senegaleses para combatir por Francia, y finalmente los estadounidenses,enfurecidos a ms no poder por los ataques alemanes contra sus barcos.

    Lejos de los grandes campos de batalla, Europa presentaba ms o menos elaspecto de siempre. Las grandes ciudades seguan en su sitio, las lneasferroviarias an existan, los puertos todava funcionaban. No fue como en laSegunda Guerra Mundial, en la que hasta los edificios resultaron pulverizados.Las prdidas fueron humanas. Millones de combatientes pues an no haballegado el momento de las grandes matanzas de civiles murieron en aquelloscuatro aos: 1 800 000 alemanes, 1 700 000 rusos, 1 384 000 franceses, 1 290 000

  • austrohngaros, 743 000 britnicos (y otros 192 000 del imperio) y as hasta elminsculo Montenegro, con 3000 hombres. Hubo nios que se quedaron sinpadre, mujeres que perdieron a su marido y muchachas que vieron cmo seesfumaba la oportunidad de casarse. Y Europa perdi a los que hubieran podidoser sus cientficos, sus poetas, sus lderes y los hijos que tal vez hubieran tenidoesos hombres. Pero la lista de bajas mortales no incluye a los que perdieron unapierna, un brazo o un ojo, ni a los hombres cuyos pulmones sufrieron los efectosde los gases asfixiantes o cuyos nervios nunca se recuperaron.

    Durante cuatro aos las naciones ms avanzadas del mundo haban empujadoa sus hombres, su riqueza, los frutos de su industria, su ciencia y su tecnologa auna guerra que puede que empezara por casualidad, pero que fue imposibledetener, porque los dos bandos estaban demasiado igualados. Los Aliados no seimpusieron hasta el verano de 1918, cuando los aliados de Alemania empezarona flaquear al tiempo que de Norteamrica llegaban tropas de refresco. La guerratermin el 11 de noviembre de 1918. En todas partes la gente esperaba condesnimo que lo que sucediera a continuacin no fuese tan malo como lo queacababa de terminar.

    Cuatro aos de guerra debilitaron para siempre la suprema confianza queEuropa tena en s misma y que la haba llevado a dominar el mundo. Despus delo ocurrido en el frente occidental, los europeos ya no podan decir al resto delmundo que tenan una misin civilizadora que cumplir. La guerra derribgobiernos, humill a los poderosos y trastorn sociedades enteras. En Rusia lasrevoluciones de 1917 acabaron con el zarismo, sin que nadie supiera an quocupara su lugar. Al terminar la contienda, Austria-Hungra desapareci y dejun gran vaco en el centro de Europa. El Imperio otomano, con sus vastasposesiones en Oriente Prximo y su pedacito de Europa, estaba casi acabado. LaAlemania imperial era ahora una repblica. Naciones antiguas Polonia,Lituania, Estonia, Letonia salieron de la historia para volver a la vida, mientrasnuevas naciones Yugoslavia y Checoslovaquia se esforzaban por nacer.

    La Conferencia de Paz de Pars suele recordarse por haber dado paso altratado con Alemania, firmado en Versalles en junio de 1919, pero siempre fuemucho ms que eso. Los otros enemigos Bulgaria, Austria y Hungra, queahora eran pases independientes el uno del otro, y el Imperio otomano debantener sus tratados. Haba que trazar nuevas fronteras en el centro de Europa y enOriente Prximo. Lo ms importante de todo era la necesidad de restablecer elorden internacional, quiz sobre una base diferente. Era el momento propiciopara una Organizacin Internacional del Trabajo, una Sociedad de Naciones,acuerdos sobre cables telegrficos internacionales o una aviacin internacional?Despus de una catstrofe tan grande las expectativas eran enormes.

    Incluso antes de que en 1918 enmudecieran los caones, haban empezado aalzarse voces de queja, de exigencia, de enojo. China pertenece a los chinos .

  • Kurdistn debe ser libre . Polonia ha de volver a vivir . Hablaban enmuchas lenguas. Formulaban muchas exigencias. Estados Unidos deba ser elpolica mundial, o los estadounidenses tenan que volver a casa. Los rusosnecesitan ayuda; no, hay que dejarles que se las arreglen solos. Los eslovacos sequejaban de los checos, los croatas de los serbios, los rabes de los judos, loschinos de los japoneses. Las voces expresaban preocupacin, dudas sobre si elnuevo orden mundial sera mejor que el antiguo. En el oeste se murmurabancosas sobre ideas peligrosas procedentes del este; en el este se reflexionaba sobrela amenaza del materialismo occidental. Los europeos se preguntaban si algunavez se recuperaran. Los africanos teman que el mundo se hubiera olvidado deellos. Los asiticos vean que el futuro era suyo; el nico problema era elpresente.

    Nosotros ya sabemos lo que significa vivir cuando se ha terminado una granguerra. Las voces de 1919 eran como las del presente. Cuando la guerra fraacab en 1989 y el marxismo sovitico fue a parar al cubo de la basura de lahistoria, fuerzas ms antiguas, la religin o el nacionalismo, salieron delcongelador. Bosnia y Ruanda nos han recordado lo potentes que pueden ser esasfuerzas. En 1919 haba la misma sensacin de que estaba naciendo un nuevoorden mientras las fronteras cambiaban sbitamente y el aire se llenaba denuevas ideas econmicas y polticas. Esto resultaba apasionante, pero tambinaterrador, en un mundo que pareca peligrosamente frgil. Algunos arguy en quehoy da la amenaza es el islam resurgente. En 1919 era el bolchevismo ruso. Ladiferencia radica en que nosotros no hemos celebrado una conferencia de paz.No hay tiempo para ello. Los estadistas y sus asesores se renen en brevesencuentros de dos, tal vez tres das, y luego se van a toda prisa. Quin sabe cules la mejor manera de resolver los problemas del mundo?

    Hay muchas correspondencias entre nuestro mundo y el de 1919. Veamosdos episodios muy diferentes del verano de 1993. En los Balcanes, serbios ycroatas desmembraron el Estado yugoslavo. En Londres los habitantes de unaminscula isla del Pacfico, Nauru, patrocinaron con su inmensa riqueza una obramusical sobre la vida de Leonardo da Vinci que fue un fracaso. Tanto Yugoslaviacomo Nauru deban su existencia como Estados independientes a la Conferenciade Paz de Pars. Las disposiciones que salieron de la conferencia se han idodeshaciendo desde entonces, y muchos de los dilemas de entonces todavaexisten: las relaciones entre Japn y China, Europa y Norteamrica, Rusia y susvecinos, Iraq y los pases occidentales.

    Para combatir esos dilemas e intentar resolverlos, acudieron a Parsestadistas, diplomticos, banqueros, militares, profesores, economistas yabogados de todas partes: el presidente estadounidense Woodrow Wilson y susecretario de Estado, Robert Lansing; Georges Clemenceau y Vittorio Orlando,presidentes de los gobiernos francs e italiano, respectivamente; Lawrence de

  • Arabia, envuelto en misterio y vestiduras rabes; Eleutherios Venizelos, el granpatriota griego que acarre el desastre para su pas; Ignacy Paderewski, elpianista convertido en poltico, y muchos que an tenan que destacar, entre ellosdos futuros secretarios de Estado estadounidenses, un futuro presidente delGobierno japons y el primer presidente de Israel. Algunos haban nacido para elpoder, como la reina Mara de Rumana; otros, por ejemplo David LloydGeorge, primer ministro britnico, lo haban obtenido gracias a sus propiosesfuerzos.

    La concentracin de poder atrajo a los periodistas del mundo, a los hombresde negocios, as como a los y las portavoces de una mirada de causas. Uno nohace ms que encontrarse con gente que se va a Pars , escribi el embajadorfrancs en Londres. Pars va a convertirse en un lugar de diversin paracentenares de ingleses, estadounidenses, italianos y caballeros extranjeros dedudosa moralidad que caen sobre nosotros con el pretexto de participar en lasnegociaciones de paz. [1] El voto para la mujer, los derechos para los negros,una ley del trabajo, la libertad para Irlanda, el desarme, las peticiones y lospeticionarios llegaban en gran nmero a diario procedentes de todo el mundo.Aquel invierno y aquella primavera Pars bull en planes: para una patria juda,una Polonia restaurada, una Ucrania independiente, un Kurdistn, una Armenia.Llovan las peticiones: de la Conferencia de Sociedades Sufragistas, del ComitCrpato-Ruso en Pars, de los serbios del Banato, de la Conferencia Poltica Rusa,que era antibolchevique. Los peticionarios procedan de pases que existan y depases que no eran ms que sueos. Algunos, como los sionistas, hablaban ennombre de millones de personas; otros como era el caso de los representantesde las islas Aland, en el Bltico en nombre de unos miles. Unos cuantosllegaron demasiado tarde; los coreanos de Siberia emprendieron el viaje a pie enfebrero de 1919 y cuando la parte principal de la Conferencia de Paz concluy ,en junio, no haban llegado ms all del puerto rtico de Arjngel[2].

    Desde el principio la Conferencia de Paz fue vctima de la confusin en lotocante a su organizacin, propsitos y procedimientos. Dado el gran nmero deasuntos tratados, probablemente era inevitable. Los Cuatro Grandes, es decir, laspotencias principales Gran Bretaa, Francia, Italia y Estados Unidosplaneaban una conferencia preliminar, para acordar las condiciones que seofreceran, y as celebrar despus una conferencia de paz en toda regla paranegociar con el enemigo. Los interrogantes surgieron inmediatamente. Cundopodran expresar sus puntos de vista las otras potencias aliadas? Japn, porejemplo, y a era una potencia importante en el Lejano Oriente. Y las potenciasmenores, como por ejemplo Serbia y Blgica? Ambas haban perdidomuchos ms hombres que Japn.

    Los Cuatro Grandes cedieron y las sesiones plenarias de la conferenciapasaron a ser eventos rituales. El trabajo de verdad, sin embargo, lo hicieron los

  • Cuatro Grandes y Japn en reuniones extraoficiales, y cuando tambin stas sevolvieron demasiado engorrosas, lo hicieron los lderes de los Cuatro Grandes. Amedida que fueron pasando los meses, lo que haba sido una conferenciapreliminar se convirti imperceptiblemente en la conferencia principal. En unaruptura con el precedente diplomtico que enfureci a los alemanes, susrepresentantes fueron llamados finalmente a Francia para recibir el tratado en suforma definitiva.

    Los negociadores haban albergado la esperanza de ser ms rpidos y estarmejor organizados. Haban estudiado con atencin el nico ejemplo de quedisponan: el Congreso de Viena, que puso fin a las guerras napolenicas. ElMinisterio de Exteriores britnico encarg a un distinguido historiador queescribiera un libro sobre el citado congreso con el fin de utilizarlo como gua enPars. (Ms tarde el historiador reconoci que su obra casi no haba surtidoefecto[3]). Los problemas con que se enfrentaron los negociadores de la paz deViena, aun siendo importantes, eran sencillos en comparacin con los de Pars. Elministro de Exteriores britnico, Lord Castlereagh, fue a Viena con slo catorceay udantes; en 1919 integraban la delegacin britnica casi cuatrocientaspersonas. Y en 1815 los asuntos se resolvieron con discrecin y sin prisas.Castlereagh y sus colegas hubieran visto con horror el intenso escrutinio pblicode que fue objeto la Conferencia de Paz de 1919. El nmero de participantes eratambin mucho mayor: ms de treinta pases mandaron delegados a Pars, entreellos Italia, Blgica, Rumana y Serbia, ninguno de los cuales exista en 1815. Lasnaciones latinoamericanas todava formaban parte de los imperios espaol yportugus. Tailandia, China y Japn eran pases remotos, misteriosos. Ahora, en1919, sus diplomticos se presentaron en Pars luciendo pantalones a ray as ylevitas. Aparte de una declaracin que condenaba la trata de esclavos, elCongreso de Viena no prest ninguna atencin al mundo ajeno a Europa. Lostemas que se trataron en la Conferencia de Paz de Pars iban del rtico a lasantpodas, de pequeas islas del Pacfico a continentes enteros.

    Asimismo, el Congreso de Viena tuvo lugar cuando haban amainado lasgrandes convulsiones que la Revolucin francesa provoc en 1789. En 1815 susefectos ya haban sido absorbidos, pero en 1919 la Revolucin rusa contaba slodos aos de edad y era difcil ver claramente qu repercusiones tendra en elresto del mundo. Los lderes occidentales vean el bolchevismo rezumando deRusia, amenazando la religin, la tradicin, todos los lazos que unan a sussociedades. En Alemania y Austria los soviets de obreros y soldados ya estabantomando el poder en las ciudades grandes y medianas. Sus propios soldados ymarineros se amotinaban. Hubo huelgas generales en Pars, Lyon, Bruselas,Glasgow, San Francisco, incluso en la aletargada Winnipeg en las praderascanadienses. Eran brotes aislados o llamas de un vasto fuego subterrneo?

    Los participantes en la conferencia de 1919 crean estar trabajando contra

  • reloj . Tenan que trazar lneas nuevas en los mapas de Europa, justamente igualque hicieran sus predecesores en Viena, pero tambin tenan que pensar en Asia,frica y Oriente Prximo. Autodeterminacin era la palabra de moda, perono ayudaba a elegir entre nacionalismos rivales. Los negociadores tenan queactuar como policas y tenan que dar de comer a los hambrientos. Si podan,tenan que crear un orden internacional que hiciese que otra gran guerra fueraimposible. Wilson prometi nuevas maneras de proteger a los dbiles y resolverlas disputas. La contienda haba sido una locura y un despilfarro de proporcionesmonumentales, pero quiz de ella saliera algo bueno. Y, por supuesto, laconferencia deba redactar los tratados. Estaba claro que haba que ocuparse deAlemania, castigarla por haber empezado la guerra (o era slo por haberlaperdido, como sospechaban muchos?), hacer que en el futuro mantuviese unaconducta ms pacfica, ajustar sus fronteras para compensar a Francia en eloeste y a las nuevas naciones en el este. Bulgaria deba tener su tratado. ElImperio otomano, tambin. Austria-Hungra planteaba un problema especial,porque y a no exista. Lo nico que quedaba era una minscula Austria y unainestable Hungra, pues la mayor parte del territorio de ambas perteneca ahora alas nuevas naciones. Las expectativas de la Conferencia de Paz eran enormes y,por consiguiente, el riesgo de sufrir una decepcin, grande.

    Los negociadores tambin representaban a sus propios pases y, como lamay ora de ellos eran democracias, deban tener en cuenta a su propia opininpblica. Estaban obligados a pensar en el futuro, en las prximas elecciones, y asopesar los costes de complacer o incomodar a sectores importantes de esaopinin. As pues, no gozaban de libertad total para actuar. Y resultaba tentadorpensar que todas las fronteras antiguas estaban en el aire. Era el momento desacar las exigencias antiguas y las nuevas. Los britnicos y los francesesacordaron discretamente dividir Oriente Prximo. Los italianos bloquearon lasexigencias de la nueva Yugoslavia, porque no queran un vecino fuerte.Clemenceau se quej a un colega: Es mucho ms fcil hacer la guerra que lapaz[4] .

    En los meses que pasaron en Pars los negociadores lograran hacer muchascosas: un tratado de paz con Alemania y las bases para la paz con Austria,Hungra y Bulgaria. Trazaron fronteras nuevas en el centro de Europa y enOriente Prximo. Es verdad que gran parte de lo que hicieron no dur. La gentedeca en aquel momento y ha venido diciendo desde entonces que laconferencia se prolong demasiado y las cosas no le salieron bien. Ha pasado aser un tpico decir que los acuerdos de paz de 1919 fueron un fracaso, quellevaron directamente a la Segunda Guerra Mundial. Eso representa exagerar suimportancia.

    Haba dos realidades en el mundo de 1919 y no siempre concordaban. Unaestaba en Pars y la otra estaba sobre el terreno, all donde la gente tomaba sus

  • propias decisiones y libraba sus propias batallas. Cierto es que los negociadorestenan ejrcitos y marinas de guerra, pero trasladar sus fuerzas era una tarealenta y laboriosa all donde haba pocos ferrocarriles, carreteras y puertos, comoen Asia Menor o el Cucaso. El nuevo vehculo, el avin, an no era lo bastantegrande ni resistente para llenar ese vaco. En el centro de Europa, donde y a sehaban tendido los rales, el derrumbamiento del orden signific que, aunque sedispusiera de locomotoras y vagones, no hubiera combustible. Realmente nosirve de nada censurar a este o aquel pequeo Estado , dijo Henry Wilson, unode los generales britnicos ms inteligentes, a Lloy d George. La raz del malest en que el decreto de Pars no rige. [5]

    El poder supone voluntad, como hoy est descubriendo Estados Unidos y elmundo: la voluntad de gastar, y a sea dinero o vidas. En 1919 esa voluntad habaquedado inoperante entre los europeos; la Gran Guerra signific que los lderesde Francia, Gran Bretaa o Italia ya no pudieran ordenar a sus respectivospueblos que pagaran un alto precio por el poder. Sus fuerzas armadas se estabanreduciendo da tras da y los lderes no podan confiar en los soldados y losmarineros que quedaban. Los contribuy entes queran que se pusiera fin a lascostosas aventuras en el extranjero. Slo Estados Unidos tena la capacidad deactuar, pero no se vea a s mismo desempeando ese papel y su poder an noera lo bastante grande. Es tentador decir que Estados Unidos desperdici unaoportunidad de imponer su voluntad a Europa antes de que las ideologas rivalesdel fascismo y el comunismo pudieran arraigar. Eso es interpretar el pasado deacuerdo con lo que ahora sabemos sobre el poder estadounidense despus de otragran guerra. En 1945 Estados Unidos era una superpotencia y las nacioneseuropeas se encontraban muy debilitadas. En 1919, sin embargo, Estados Unidosan no era claramente ms fuerte que las otras potencias. Los europeos podanhacer caso omiso y as lo hacan de sus deseos.

    Los ejrcitos, las marinas de guerra, los ferrocarriles, los sistemaseconmicos, la ideologa, la historia todo esto es importante para comprenderla Conferencia de Paz de Pars. Pero tambin lo son los individuos, porque, alfinal, quienes redactan informes, toman decisiones y ordenan a los ejrcitos quese pongan en movimiento son personas. Los negociadores de la paz llevaron aPars sus propios intereses nacionales, pero tambin sus predilecciones y susaversiones. En ningn otro lugar estas cosas fueron ms importantes que entre loshombres poderosos que se sentaron juntos en Pars, especialmente Clemenceau,Lloyd George y Wilson.

  • Primera parteLa preparacin de la paz

  • 1Woodrow Wilson llega a Europa

    El 4 de diciembre de 1918, el George Washington zarp de Nueva York con ladelegacin estadounidense en la Conferencia de Paz a bordo. Los caonesdispararon salvas, las multitudes congregadas en los muelles prorrumpieron envtores, los remolcadores hicieron sonar sus sirenas, y aviones y dirigibles delejrcito volaron en crculo. Robert Lansing, el secretario de Estadoestadounidense, solt varias palomas con mensajes dirigidos a sus parientes en losque expresaba sus profundas esperanzas de paz duradera[1]. El barco, que habasido un transatlntico alemn, pas por delante de la estatua de la Libertad yentr en el Atlntico, donde una escolta de destructores y acorazados esperabapara acompaar al George Washington y su cargamento de grandes expectativas

    hasta Europa[2].A bordo se encontraban los mejores expertos disponibles, salidos de las

    universidades y del gobierno, con cajones llenos de material de consulta yestudios especiales, los embajadores francs e italiano en Estados Unidos yWoodrow Wilson. Ningn presidente estadounidense haba ido a Europa durantesu mandato. Los adversarios de Wilson le acusaban de infringir la constitucin;hasta sus partidarios pensaban que tal vez era una imprudencia. Perdera elpresidente su gran autoridad moral participando en el ajetreo de lasnegociaciones? La opinin del propio Wilson era clara. Firmar la paz era tanimportante como lo haba sido ganar la guerra. Se lo deba a los pueblos deEuropa, que pedan a gritos un mundo mejor; se lo deba a los miembros de lasfuerzas armadas estadounidenses. Ahora es mi obligacin , dijo a un Congresomeditabundo justo antes de emprender el viaje, interpretar hasta el fin mipapel, para hacer realidad aquello por lo que dieron la vida . Un diplomticobritnico fue ms cnico: dijo que Wilson se senta atrado por Pars como unadebutante se siente extasiada ante la perspectiva de su primer baile[3] .

    Wilson escribi a su gran amigo Edward House, que y a se encontraba enEuropa, que contaba con permanecer en el viejo continente slo el tiemponecesario para trazar las lneas generales de los acuerdos de paz. No era probableque se quedara hasta que tuviera lugar la Conferencia de Paz oficial con elenemigo[4]. Se equivoc. La conferencia preliminar se convirti, sin quererlo

  • nadie, en la definitiva y Wilson se qued durante la mayor parte de los seismeses comprendidos entre enero y junio de 1919. La cuestin de si deba o nohaber ido a Pars, que preocup a tantos de sus contemporneos, parece ahorapoco importante. Desde Franklin Roosevelt en Yalta, hasta Jimmy Carter enCamp David o Bill Clinton en Wye River, los presidentes estadounidenses se hansentado a trazar fronteras y negociar acuerdos de paz. Wilson haba establecidolas condiciones para los armisticios que pusieron fin a la Gran Guerra. Por quno deba participar tambin en la forja de la paz?

    Aunque al ser elegido presidente en 1912 Wilson no mostraba gran inters porla poltica exterior, las circunstancias y sus propios principios polticosprogresistas le haban hecho cambiar de postura. Al igual que muchos de suscompatriotas, haba acabado viendo la Gran Guerra como una lucha entre lasfuerzas de la democracia, por ms que estuvieran representadasimperfectamente por Gran Bretaa y Francia, y las de la reaccin y elmilitarismo, representadas demasiado bien por Alemania y Austria-Hungra. Conel saqueo de Blgica, la guerra submarina sin limitaciones y su osada al tratar deinducir a Mxico a hacer la guerra contra Estados Unidos, Alemania habaempujado a Wilson y a la opinin pblica estadounidense hacia los Aliados. Alproducirse en Rusia una revolucin democrtica en febrero de 1917, desapareciuna de las ltimas reservas: que entre los Aliados hubiera una autocracia. Aunqueen su campaa de 1916 haba prometido que el pas seguira siendo neutral,Wilson meti a Estados Unidos en la guerra en abril de 1917. Estaba convencidode hacer lo correcto. Lo cual tena su importancia para el hijo de un pastorpresbiteriano que comparta la profunda conviccin religiosa de su padre, aunqueno su vocacin.

    Wilson naci en Virginia en 1856, justo antes de la guerra civilestadounidense. Aunque durante toda su vida sigui siendo un hombre del sur enmuchos aspectos la insistencia en el honor y sus actitudes paternalistas ante lasmujeres y los negros, tambin acept el resultado de la guerra. AbrahamLincoln era uno de sus grandes hroes, junto con Edmund Burke y WilliamGladstone[5]. El joven Wilson era a la vez muy idealista e intensamenteambicioso. Despus de cuatro aos muy felices en Princeton y una temporadapoco grata ejerciendo la abogaca, encontr su primera vocacin como maestroy escritor. En 1890 volva a estar en Princeton, como miembro destacado delcuerpo docente. En 1902 se convirti en rector de la universidad, con el apoyoprcticamente unnime del patronato, el profesorado y los estudiantes.

    Durante los ocho aos siguientes Wilson transform Princeton, que dej deser una letrgica escuela universitaria para caballeros y se convirti en una granuniversidad. Cambi el plan de estudios, recaud importantes cantidades dedinero e introdujo en el profesorado a los jvenes ms brillantes y mejores detodo el pas. En 1910 ya era una figura nacional y el Partido Demcrata de

  • Nueva Jersey, controlado por dirigentes conservadores, le invit a presentarse alas elecciones a gobernador. Wilson accedi, pero insisti en concurrir con unprograma progresista que inclua el control de las grandes empresas y laextensin de la democracia. Obtuvo una victoria arrolladora y en 1911 y aempezaron a formarse clubes cuyo lema era Wilson para la presidencia .Wilson hablaba por los desposedos, los privados del derecho a voto y todosaquellos que no se haban beneficiado del rpido crecimiento econmico definales del siglo XIX. En 1912, en una larga y reida convencin, fue nombradocandidato demcrata a la presidencia de los Estados Unidos. En noviembre, conlos republicanos divididos por la decisin de Teddy Roosevelt de concurrir a laselecciones como progresista, Wilson fue elegido presidente. En 1916 fuereelegido con una proporcin todava mayor del voto popular.

    Su carrera fue una serie de triunfos, pero hubo momentos aciagos, tanto en lopersonal como en lo poltico, depresiones y enfermedades repentinas ydesconcertantes. Asimismo, dej tras de s una estela de enemigos, muchos delos cuales antes eran sus amigos. Un ingrato y un embustero , dijo un dirigentedemcrata de Nueva Jersey en un brindis[6]. Wilson nunca perdonaba a quienesno estaban de acuerdo con l. Odiar se le da muy bien , coment suencargado de prensa y devoto admirador Ray Stannard Baker[7]. Tambin eratozudo. Tal como dijo House en tono de admiracin:

    Siempre que se plantea un asunto se muestra absolutamente imparcial yrecibe con agrado todas las sugerencias o consejos que lleven a una decisincorrecta. Pero se muestra receptivo slo durante el periodo en que estsopesando el asunto y preparndose para tomar su decisin. Una vez la hatomado, la decisin es definitiva y no quiere or ms consejos ni sugerencias.A partir de entonces no hay forma de hacerle cambiar de opinin[8] .

    Lo que algunos consideraban admirable era egosmo peligroso a ojos deotros. El embajador francs en Washington vio a un hombre que, de habervivido hace un par de siglos, habra sido el may or tirano del mundo, porque noparece tener la ms leve idea de que alguna vez pueda estar equivocado[9] .

    Esta faceta del carcter de Wilson se manifest en el momento de escoger alos dems comisionados o plenipotenciarios, como se llamaba a los delegadosprincipales, que deban acompaarle en la Conferencia de Paz. l mismo erauno. House, mi alter ego , como le gustaba decir a Wilson, era otro. Escogi aregaadientes a Lansing, su secretario de Estado, como tercer plenipotenciario,principalmente porque hubiera sido embarazoso dejarle en casa. Mientras que enotro tiempo Wilson haba admirado el inmenso cmulo de conocimientos de

  • Lansing, su meticulosa mente de hombre de ley es y su aparente disposicin apermanecer en segundo plano, en 1919 la simpata de antes ya haba dado paso ala irritacin y el desdn. Result que Lansing tena opiniones, a menudo muyfirmes, que se contradecan con las del presidente. No tiene imaginacin , sequej Wilson a House que tom nota con entusiasmo, ni capacidadconstructiva, y muy poca verdadera capacidad, del tipo que sea. [10] El cuartoplenipotenciario, el general Tasker Bliss, ya se encontraba en Francia en calidadde representante estadounidense en el Consejo Supremo de la Guerra. Personajereflexivo e inteligente, a quien encantaba pasar el tiempo en la cama con unapetaca de licor leyendo a Tucdides en griego, era tambin un hombre que, segncrean muchos de los miembros subalternos de la delegacin estadounidense,haca y a mucho tiempo que haba dado lo mejor de s. Quizs eso no importaba,y a que Wilson slo hablara con l en cinco ocasiones durante la Conferencia dePaz[11]. El ltimo elegido por el presidente, Henry White, era un diplomticoretirado, encantador y afable, cuy a carrera haba alcanzado su apogeo muchoantes de la contienda. A la seora Wilson le resultara til en Pars para resolvercuestiones de protocolo[12].

    La seleccin que hizo Wilson provoc un escndalo en Estados Unidos enaquel momento y ha suscitado polmicas desde entonces. Un hatajo detacaos , dijo el expresidente republicano William Taft; Lo dira bajojuramento si sirviese de algo[13] . Wilson haba desairado deliberadamente alos republicanos, la mayora de los cuales haba apoyado la guerra conentusiasmo a la vez que muchos de ellos compartan ahora su visin de unaSociedad de Naciones. El humorista Will Rogers simul que Wilson deca a losrepublicanos: Saben lo que les digo? Vamos a medias. Yo ir y ustedes puedenquedarse en casa . Incluso sus partidarios ms acrrimos le haban instado anombrar a hombres como Taft o al senador republicano de ms edad en elimportante Comit de Relaciones Exteriores, Henry Cabot Lodge. Wilson seneg, aduciendo diversas excusas poco convincentes[14]. La verdadera razn eraque no le gustaban los republicanos y no se fiaba de ellos. Pag cara su decisin,porque debilit su posicin en Pars y perjudic su sueo de un nuevo ordenmundial con Estados Unidos en el centro.

    Wilson continuaba siendo desconcertante, a diferencia de Lloyd George yClemenceau, sus colegas ntimos en Pars. Qu cabe pensar de un lder quehaca uso del lenguaje ms noble de la Biblia y, pese a ello, era tan despiadadocon quienes le contrariaban? Que amaba la democracia, aunque despreciaba a lamayor parte de los polticos de la oposicin; que quera servir a la humanidad,pero tena tan pocas relaciones personales Era, como pensaba TeddyRoosevelt, el oportunista ms insincero e insensible que hemos tenido en la

  • presidencia[15] ? O se trataba, como crea Baker, de uno de aquellos rarosidealistas, como Calvino o Cromwell, que de vez en cuando han aparecido en latierra y durante un momento, en un arrebato de extrao poder, han elevadotemporalmente a la humanidad errada a un nivel de satisfaccin superior al quele corresponda[16] ?

    Wilson quera poder y quera hacer grandes obras. Lo que una las dosfacetas de su carcter era su capacidad, tal vez engaosa, de formular susdecisiones de manera que fueran no slo necesarias, sino correctas desde elpunto de vista moral. Del mismo modo que la neutralidad de Estados Unidos enlos primeros aos de la guerra haba sido correcta para los estadounidenses, y dehecho para la humanidad, la entrada final del pas en el conflicto se convirti enuna cruzada contra la codicia y la insensatez humanas, contra Alemania y afavor de la justicia, la paz y la civilizacin. Con todo, esa conviccin, sin la cualWilson no hubiera podido intentar hacer lo que hizo en Pars, empuj alpresidente a no tolerar las diferencias y a cerrar los ojos ante los intereseslegtimos de los dems. Los que se oponan a l no slo estaban equivocados, sinoque eran perversos.

    Como los alemanes. La decisin de entrar en guerra haba sido muy dolorosapara Wilson. Haba trabajado por una paz negociada entre los Aliados y laspotencias centrales. Incluso cuando rechazaron su oferta de mediacin, cuandolos submarinos alemanes haban hundido barcos estadounidenses, cuandoadversarios como Roosevelt haban atacado su cobarda y cuando su propiogabinete se haba mostrado unnimemente partidario de entrar en guerra, Wilsonse haba limitado a esperar. Al final se decidi, porque, a su modo de ver,Alemania no le dejaba otra opcin. Es aterrador , dijo al comparecer ante elCongreso en abril de 1917 para pedir una declaracin de guerra, conducir aeste gran pueblo pacfico a la guerra, a la ms terrible y desastrosa de todas lasguerras, porque parece que la civilizacin misma est pendiente de un hilo. [17]En opinin del presidente, Alemania o al menos sus lderes llevaba unapesada carga de culpa. Se poda redimir a los alemanes, pero tambin haba quecastigarles.

    En las fotografas tomadas en 1919, Wilson parece un enterrador cadavrico,pero en persona era un hombre guapo, de rasgos finos y bien proporcionados ycuerpo enjuto y erguido. Haba en su porte algo que recordaba a un pastorprotestante o a un profesor universitario. Tena mucha fe en la razn y los hechos,pero le pareci auspicioso desembarcar en Europa el viernes 13 de diciembre. El13 era su nmero de la suerte[18]. Hombre profundamente emocional,desconfiaba de la emocin en los dems. Era buena cuando haca que laspersonas desearan lo mejor; peligrosa cuando, como el nacionalismo, lasembriagaba. Lloyd George, que nunca acab de tomarle la medida, enumer las

  • cualidades de Wilson a un amigo bondadoso, sincero, sin dobleces y acontinuacin aadi: carente de tacto, obstinado y vanidoso[19] .

    En pblico Wilson era rgido y ceremonioso, pero con sus ntimos eraencantador e incluso amigo de las bromas. Se senta especialmente a gusto conlas mujeres. Sola mostrar un gran dominio de s mismo, pero durante laConferencia de Paz perdi los estribos con frecuencia. (Es posible que sufriera underrame cerebral en Pars). Le encantaban los juegos de palabras y las quintillasjocosas, y le gustaba ilustrar sus razonamientos con ancdotas desenfadadas.Disfrutaba imitando acentos: escocs o irlands, como sus antepasados, o de losnegros del sur, como la gente que trabajaba para l en Washington. Era frugal ensus hbitos y a lo sumo beba un vasito de whisky al caer la noche. Le encantabanlos artilugios y le gustaban las pelculas, que a la sazn eran un invento reciente.Durante el viaje a Europa acostumbraba a asistir a las sesiones de cine que tenanlugar despus de la cena. Una noche la pelcula principal llen a todos deconsternacin, porque era un melodrama titulado The Second Wife (La segunda

    esposa[20]).Las relaciones de Wilson con las mujeres siempre haban dado pie a algunas

    habladuras. Durante su primer matrimonio tuvo amistad estrecha, posiblementeincluso romntica, con varias mujeres. Su primera esposa, a la que haba amadode manera profunda aunque no con pasin, haba muerto en 1914; a finales de1915 volva a estar casado, con una viuda rica de Washington que era unosdiecisiete aos ms joven que l. Que eso fuera motivo de chismorreos ledesconcertaba y enfureca. Nunca perdon a un diplomtico britnico por unchiste que circul por Washington: Qu hizo la nueva seora Wilson cuando elpresidente se le declar? . Se cay de la cama debido a la sorpresa . Lafamilia y los amigos de Wilson eran ms caritativos. Verdad que esmaravilloso ver a pap tan feliz? , exclam una de sus hijas. House, que msadelante se convertira en enemigo implacable de la seora Wilson, escribi ensu diario que era un alivio que el presidente tuviera a alguien que compartiese suspreocupaciones: Su soledad es pattica[21] .

    Edith Bolling, la nueva seora Wilson, acompa al presidente a Europa,privilegio que no se concedi a esposas menos importantes. Era afectuosa, alegrey rea mucho. Le encantaban el golf, ir de compras, las orqudeas y las fiestas.Todo el mundo estaba de acuerdo en que tena unos ojos maravillosos, peroalgunos la encontraban regordeta y decan que su boca era demasiado grande.En Pars opinaban que llevaba vestidos excesivamente ceidos y escotados, y lasfaldas demasiado cortas[22]. A Wilson le pareca hermosa. Al igual que l, eraoriunda del sur. La seora Wilson dijo a una compatriota que no queraacostumbrar mal a su doncella llevndosela a Londres, porque los ingleses

  • trataban demasiado bien a los negros[23]. Aunque era propensa a flirtear, comocorresponda a una dama del sur, era una astuta mujer de negocios. Despus dela muerte de su primer marido, haba llevado la joy era de la familia. Al casarsecon Wilson, ste dej bien claro que esperaba de ella que compartiera su trabajo.Edith acept el ofrecimiento con entusiasmo. No tena nada de intelectual, peroera lista y decidida[24]. Tambin era ferozmente leal a su nuevo esposo. Wilsonla adoraba.

    A bordo del George Washington los Wilson hacan vida aparte, coman casisiempre en su camarote y paseaban por cubierta cogidos del brazo. Los expertosestadounidenses estaban ocupados con sus mapas y sus papeles y se preguntabanunos a otros, con cierta inquietud, cul sera la poltica de su pas. Wilson habahablado mucho de principios generales, pero haba mencionado pocos detalles.Un joven llamado William Bullitt se atrevi a abordar al presidente y decirle quesu silencio los tena confundidos a todos. Wilson se mostr sorprendido, peroaccedi amablemente a reunirse con una docena de los principales expertos. Por primera, por primersima vez , dijo despus uno de ellos, el presidenteha hecho saber a todos cules son sus ideas y cul es su poltica . Habra pocasocasiones parecidas[25]. Los expertos salieron de la reunin animados eimpresionados. Wilson se mostr accesible y amistoso. Habl de la pesada tareaque les aguardaba y les dijo que contaba con que le proporcionasen la mejorinformacin. Aadi que podan acudir a l en cualquier momento. Ustedes medicen lo que est bien y yo luchar por ello . Se disculp por hablar de suspropias ideas: no eran muy buenas, pero las consideraba mejores que todas lascosas que haba odo[26] .

    Wilson seal que, en lo que se refera a negociar la paz, su pasdesempeara el papel que en justicia le corresponda: el de rbitro. Deban estara la altura de las grandes tradiciones estadounidenses de justicia y generosidad.Al fin y al cabo, seran las nicas personas imparciales que participaran en laConferencia de Paz . Advirti que haba algo ms: Los hombres con los quebamos a negociar no representaban a su propio pueblo . sta era una de lashondas convicciones de Wilson, lo cual es curioso si se tiene en cuenta que enaquellos momentos el Congreso de su propio pas estaba dominado por suscontrincantes polticos. Durante toda la Conferencia de Paz se aferr a lacreencia de que hablaba en nombre de las masas y de que, si lograba llegar aellas ya fueran francesas, italianas o incluso rusas, aceptaran sus puntos devista[27].

    Toc otro de sus temas favoritos: asegur a sus oy entes que Estados Unidos nohaba entrado en guerra por razones egostas. En esto, como en tantas otras cosas,se diferenciaba de otras naciones, porque no quera territorios, tributos ni siquieravenganza. (Como seal de que la participacin estadounidense en la contienda

  • era diferente de la de los europeos, Wilson siempre haba insistido en que EstadosUnidos era un asociado y no un aliado). Estados Unidos actuaba generalmente sinegosmo: al ocupar Cuba, por ejemplo. Habamos entrado en guerra conEspaa , recalc, no por la anexin, sino para ofrecer a la desamparadacolonia la oportunidad de ser libre. [28]

    Wilson tenda a echar mano de ejemplos latinoamericanos, porque lamayora de sus experiencias formativas en el campo de las relaciones exterioreshaban estado relacionadas con Amrica Latina. Haba reformado, al menos a supropio gusto, la Doctrina Monroe, aquel desafo famoso lanzado a los europeos en1823 para que se abstuvieran de todo intento de colonizar el Nuevo Mundo otravez. La doctrina se haba convertido en un precepto fundamental de la polticaexterior de Estados Unidos, una capa al decir de muchos debajo de la que seocultaba la dominacin estadounidense de sus vecinos. Wilson la vea ms biencomo el marco dentro del cual todas las naciones de Amrica colaborabanpacficamente y un modelo para las naciones europeas en guerra. Lansing tenasus dudas al respecto, como era habitual con las ideas de Wilson: la doctrina esexclusivamente una poltica nacional de Estados Unidos y tiene que ver con su

    seguridad nacional y sus intereses vitales[29] .Wilson prestaba poca atencin a lo que vea como objeciones quisquillosas de

    Lansing[30]. Tena muy claro que sus intenciones eran buenas. Cuando tropasestadounidenses desembarcaban en Hait, Nicaragua o la Repblica Dominicana,era para defender el orden y la democracia: Voy a ensear a las repblicassudamericanas , haba dicho en su primer mandato presidencial, a elegir ahombres buenos[31] . Raramente mencionaba que tambin estaba protegiendoel canal de Panam y las inversiones estadounidenses. Durante su presidencia,Estados Unidos intervino repetidamente en Mxico para tratar de imponer all eltipo de gobierno que quera Washington. El propsito de Estados Unidos , dijoWilson, es nica y exclusivamente garantizar la paz y el orden en Amricacentral asegurndose de que los procesos de autogobierno all no seaninterrumpidos o dejados de lado. [32] Se llev una sorpresa cuando losmexicanos no vieron de igual manera el desembarco de tropas estadounidenses ylas amenazas de la misma procedencia.

    La aventura mexicana tambin demostr la propensin de Wilson, tal vezinconsciente, a hacer caso omiso de la verdad. La primera vez que envi tropas aMxico dijo al Congreso que era en respuesta a provocaciones e insultosrepetidos a Estados Unidos y sus ciudadanos por parte del general Huerta, elhombre que empez la revolucin mexicana. En realidad Huerta haba puestomucho cuidado en evitar lo que Wilson le imputaba[33]. En la Conferencia dePaz de Pars, el presidente afirmara no haber visto jams los acuerdos secretos

  • que los Aliados haban tomado durante la guerra y que, por ejemplo, prometanterritorio enemigo a Italia. El ministro de Exteriores britnico, Arthur Balfour, selos haba enseado en 1917[34]. Lansing, refirindose a su presidente, dijo entono agrio: Incluso se pasaban por alto hechos comprobados si no encajaban ensu intuicin, esa facultad semidivina de elegir lo que est bien[35] .

    Como puso de manifiesto el embrollo mexicano, Wilson no tema utilizar elconsiderable poder de su pas, ya fuera econmico o militar. Al terminar la GranGuerra, Estados Unidos era una nacin mucho ms poderosa que en 1914.Entonces contaba con un ejrcito minsculo y una marina de guerra mediana;ahora tena ms de un milln de soldados slo en Europa y su marina de guerrarivalizaba con la britnica. De hecho, los estadounidenses tendan a dar porsentado que haban ganado la guerra para sus aliados europeos[36]. La economade Estados Unidos haba avanzado mucho a medida que los campesinos y lasfbricas del pas producan grandes cantidades de trigo, carne de cerdo, hierro yacero para los Aliados. Mientras la parte estadounidense de la produccin y elcomercio mundiales creca inexorablemente, la de las potencias europeas seestancaba o decaa. Lo ms importante de todo para sus relaciones futuras eraque Estados Unidos haba pasado a ser el banquero de los europeos. Los aliadoseuropeos deban en total ms de siete mil millones de dlares al Gobierno deWashington y alrededor de la mitad de esa suma a los bancos estadounidenses.Wilson daba por seguro, y luego se vio que pecaba de exceso de confianza, queEstados Unidos se saldra con la suya por el sencillo procedimiento de ejercerpresiones econmicas[37]. Como dijo David Hunter Miller, su asesor jurdico:

    Europa est arruinada econmicamente y sus gobiernos lo estnmoralmente. La mera insinuacin de una retirada estadounidense, debida a laoposicin a sus deseos de justicia, de equidad y de paz, provocara la cada detodos los gobiernos de Europa sin excepcin, y una revolucin en todos lospases europeos con una sola posible excepcin. [38]

    En la reunin celebrada en el George Washington, Wilson tambin hablbrevemente de las dificultades con que tropezaran en el caso de las nacionessurgidas de las ruinas de Europa central: polacos, checos, y ugoslavos y muchosms. Podan tener la forma de gobierno que quisieran, pero deban incluir en susnuevos estados slo a quienes quisieran formar parte de ellos. Criterio no [es]quines son lderes intelectuales, sociales o econmicos, sino quines formanmasa del pueblo , anot uno de sus oy entes. Deben tener libertad sa es laclase de gobierno que quieren. [39]

    De todas las ideas que Wilson trajo a Europa, este concepto de la

  • autodeterminacin era, y ha seguido siendo, uno de los ms controvertidos yopacos. Durante la Conferencia de Paz, el jefe de la misin estadounidense enViena pidi varias veces a Pars y Washington una explicacin de los trminos.No recibi ninguna respuesta[40]. Nunca ha sido fcil determinar el sentido delas afirmaciones de Wilson. Desarrollo autnomo , el derecho de quienes sesometen a la autoridad a tener voz en sus propios gobiernos , los derechos y laslibertades de las naciones pequeas , un mundo seguro para todas las nacionesamantes de la paz que, como la nuestra, deseen vivir su propia vida, decidir sobresus propias instituciones[41] : las frases haban salido de la Casa Blanca einspirado a los pueblos de todo el mundo. Pero qu significaban? Se referaWilson, como a veces pareca, tan slo a una extensin del autogobiernodemocrtico? Quera decir realmente que cualquier pueblo que se consideraranacin deba tener su propio Estado[42]? En una declaracin que redact, peronunca lleg a utilizar, para persuadir al pueblo estadounidense de apoyar losacuerdos de paz, afirm: decimos ahora que todas estas personas tienenderecho a vivir su propia vida bajo los gobiernos que ellas mismas elijan formar.se es el principio estadounidense[43] . Sin embargo, no senta ninguna simpatapor los nacionalistas irlandeses y su lucha por liberarse de la dominacinbritnica. Durante la Conferencia de Paz insisti en que la cuestin irlandesa eraun asunto interno de los ingleses. Cuando una delegacin de nacionalistasirlandeses le pidi apoyo, le entraron ganas, segn dijo a su asesor jurdico, demandarlos al cuerno. Opinaba que los irlandeses vivan en un pas democrtico ypodan resolver las cosas por medios democrticos[44].

    Cuanto ms se examina el concepto de autodeterminacin de Wilson, msdificultades aparecen. Lansing se pregunt: Cuando el presidente habla deautodeterminacin, en qu piensa? Se refiere a una raza, un territorio o unacomunidad? . Lansing opinaba que era una calamidad que la palabra se lehubiera ocurrido un da a Wilson. Infundir esperanzas que nunca podrncumplirse. Me temo que costar miles de vidas. Forzosamente acabar quedandodesacreditada y dirn que fue el sueo de un idealista que no se percat delpeligro, hasta que ya era demasiado tarde para detener a los que intentabanconvertir el principio en una realidad[45] . Tal como se pregunt Lansing, quconstitua una nacin? Era una ciudadana compartida, como Estados Unidos, ouna etnicidad compartida, como Irlanda? Si no se autogobernaba, deba hacerlo?Y en tal caso, qu grado de autogobierno era suficiente? Poda una nacin,fuera cual fuese su definicin, existir felizmente dentro de un Estadoplurinacional mayor? A veces pareca que el presidente pensaba que s. Despusde todo, provena de un pas que albergaba a muchas nacionalidades diferentes yque haba hecho una guerra terrible, que Wilson recordaba muy bien, para

  • preservar su unidad.Al principio no quera desmembrar los grandes imperios plurinacionales

    como Austria-Hungra o Rusia. En febrero de 1918 haba dicho al Congreso quelas aspiraciones nacionales bien definidas deban satisfacerse, pero sin introducir nuevos elementos de discordia y antagonismo, o perpetuar los que yaexistan, que con el tiempo probablemente alteraran la paz de Europa y, porconsiguiente, del mundo[46] .

    Eso dio pie a otra serie de interrogantes. Qu era un nacionalismo biendefinido ? El polaco? Obviamente. Pero y el ucraniano? O el eslovaco? Y lassubdivisiones, los catlicos ucranianos, por ejemplo, o los polacos protestantes?Las posibilidades para dividir a los pueblos eran infinitas, especialmente enEuropa central, donde la historia haba dejado una rica mezcla de religiones,lenguas y culturas. Alrededor de la mitad de sus habitantes poda contarse comomiembros de una minora nacional u otra[47]. Cmo iban a asignarse lospueblos a tal o cual pas, cuando las lneas divisorias entre una nacin y otra erantan poco claras? Una solucin consista en dejar que los expertos se encargasende ello. Que estudiaran la historia, recopilaran estadsticas y consultaran con loshabitantes de la regin. Otra solucin, en apariencia ms democrtica, que haestado flotando en las relaciones internacionales desde la Revolucin francesa,era dar a los habitantes la oportunidad de elegir por medio de un plebiscito, con elvoto secreto, administrado por algn organismo internacional. Parece ser que elpropio Wilson no daba por sentado que la autodeterminacin entraaseplebiscitos, pero en 1918 mucha gente ya crea que as era. Quin deba votar?Slo los hombres o tambin las mujeres? Slo los residentes o cualquier personaque hubiera nacido en la zona en litigio? (Los franceses rechazaron con firmezala idea de un plebiscito sobre los territorios que haban perdido, Alsacia y Lorena,alegando que el voto sera injusto, porque Alemania haba expulsado a loshabitantes francfonos y haba introducido alemanes). Y si los habitantes dellugar no saban a qu nacin pertenecan? En 1920, al preguntar un investigadorindependiente a un campesino de Bielorrusia en las fronteras donde semezclaban rusos, polacos, lituanos, bielorrusos y ucranianos qu era, la nicarespuesta que obtuvo fue: Soy un catlico de estos pagos[48] . Expertosestadounidenses en Carintia, en los Alpes austracos, preguntaron qu haba quehacer al encontrar personas que no quieran formar parte de la nacin de sushermanos de sangre o muestren una indiferencia absoluta ante todas lascuestiones nacionales[49] .

    A finales de 1919 Wilson, escarmentado, dijo al Congreso: Cuandopronunci aquellas palabras [que todas las naciones tenan derecho a laautodeterminacin] fue sin saber que existan las nacionalidades, las cualesacuden a nosotros da tras da[50] . Wilson no fue responsable de la propagacin

  • de movimientos nacionales que buscaban sus estados propios esa bsquedahaba empezado en las postrimeras del siglo XVIII, pero, como dijo SidneySonnino, el ministro de Exteriores italiano, no cabe duda de que la guerra habasurtido el efecto de exacerbar el sentimiento de nacionalidad Tal vez EstadosUnidos lo foment al plantear los principios de manera tan clara[51] .

    Wilson pas la mayor parte del tiempo en la conferencia con sus expertosdedicado a lo que ms importancia tena para l: la necesidad de encontrar unanueva manera de dirigir las relaciones internacionales. No fue una sorpresa parasus oyentes. En sus famosos Catorce Puntos de enero de 1918 y en discursosposteriores haba esbozado sus ideas. El equilibrio de poder, segn dijo alCongreso estadounidense en su discurso de los Cuatro Principios en febrero de1918, estaba desacreditado para siempre como medio de preservar la paz. Nohabra ms diplomacia secreta del tipo de la que haba llevado a Europa a hacerpactos calculadores, promesas imprudentes y alianzas comprometedoras, ascomo otras cosas que conducan a la guerra. Los acuerdos de paz no deban dejarel camino abierto a guerras futuras. No deba haber castigo ni reclamacionesinjustas, ni los vencidos deban pagar multas enormes indemnizaciones a losvencedores. se haba sido el error de Prusia despus de derrotar a Francia en1870. Los franceses nunca haban perdonado a Alemania por el dinero quehaban pagado y la prdida de sus territorios de Alsacia y Lorena. Era necesarioponer ms trabas a la guerra. Tena que haber controles de armamento, inclusoun desarme general. Los barcos deban navegar libremente por los mares delmundo. (Los ingleses saban muy bien que eso significaba el fin de su armatradicional que consista en estrangular la economa del enemigo bloqueandosus puertos y confiscando sus barcos que haba provocado la cada deNapolen y, segn pensaban ellos, acelerado la victoria aliada sobre Alemania).Haba que bajar las barreras comerciales para que las naciones del mundofueran ms interdependientes.

    En el centro de la visin de Wilson haba una Sociedad de Naciones queaportara la seguridad colectiva que, en una sociedad civil bien dirigida,proporcionaba el gobierno, sus leyes, sus tribunales y su polica. El viejosistema de poderes, de equilibro de poder, haba fallado con demasiadafrecuencia , anot un experto mientras hablaba el presidente. La Sociedad debatener un consejo que pudiera entrometerse en caso de surgir disputas. Si noconsegua nada la nacin culpable sera proscrita. Y ahora los proscritos nogozan de popularidad[52] .

    La visin de Wilson era liberal y cristiana. Pona en entredicho la opinin deque la mejor forma de preservar la paz era fomentar el equilibro entre lasnaciones, por medio de alianzas si haca falta, y de que la fuerza, y no laseguridad colectiva, era el medio de impedir el ataque. Wilson tambin ofrecauna rplica a la opcin que proponan los bolcheviques rusos: que la revolucin

  • traera un mundo nico donde no habra conflictos. El presidente crea en lasnaciones independientes y en la democracia, como mejor forma de gobierno ytambin como fuerza beneficiosa en el mundo. Cuando los gobiernos fueranelegidos por el pueblo, no lucharan de hecho no podran luchar unos contraotros[53]. Estos principios son estadounidenses , dijo al Senado en 1917. Nopodramos defender otros. Y son tambin los principios y las ideas polticas de loshombres y las mujeres de miras amplias de todas partes, de todas las nacionesmodernas, de todas las comunidades progresistas. Son los principios de lahumanidad y deben prevalecer. [54] Wilson crea hablar en nombre de lahumanidad. Los estadounidenses tendan a considerar que sus valores eranuniversales y que su sociedad y su gobierno eran modelos para el resto delmundo. Despus de todo, Estados Unidos era un pas que haban fundadopersonas que queran dejar un viejo mundo atrs y el objetivo de su revolucinhaba sido, en parte, crear un mundo nuevo. La democracia de Estados Unidos,su constitucin, incluso la forma en que ese pas haca las cosas, eran ejemplosque otros deban seguir por su propio bien. Como dijo uno de los ms jvenesestadounidenses que se trasladaron a Pars: Antes de que hayamos terminadocon estos tipos de aqu, les ensearemos a hacer las cosas y a hacerlasrpidamente[55] .

    La actitud de los estadounidenses ante los europeos era compleja: una mezclade admiracin por sus logros en el pasado, el convencimiento de que los Aliadosse hubieran visto perdidos sin Estados Unidos y la sospecha de que, si no tenancuidado, los arteros europeos volveran a atraparles en sus redes. Mientras hacansus preparativos para la Conferencia de Paz, los delegados estadounidensessospechaban que los franceses y los ingleses ya estaban preparando sus trampas.Quizs el ofrecimiento de una colonia africana o un protectorado sobre Armeniao Palestina tentara a Estados Unidos, y entonces, de pronto, sera demasiadotarde. Los estadounidenses se encontraran envilecindose bajo la mirada gozosade los europeos[56].

    El excepcionalismo estadounidense siempre ha tenido dos vertientes: un ansiaarreglar el mundo; la otra est dispuesta a girar la espalda con desprecio, si no sehace caso de su mensaje. Wilson dijo a sus compaeros de viaje que losacuerdos de paz deban basarse en los nuevos principios: Si no sale bien, elmundo pondr el grito en el cielo . Aadi medio en broma que l ira a algunaparte a esconder la cabeza, quizs a Guam[57] . La fe en su propioexcepcionalismo a veces ha llevado a los estadounidenses a cierta cerrilidad, a latendencia a predicar a las dems naciones en lugar de escucharlas, as como adar por sentado que los motivos estadounidenses son puros mientras que losajenos no lo son. Y Wilson era muy estadounidense. Acudi a la Conferencia dePaz, segn dijo Lloyd George, como un misionero dispuesto a rescatar a los

  • paganos europeos, con sus sermoncillos llenos de comentarios ms bienobvios[58].

    Resultaba fcil burlarse de Wilson y muchos lo hicieron. Tambin es fcilolvidar lo importantes que eran sus principios en 1919 y cuntas personas, y noslo en Estados Unidos, queran creer en su gran sueo de un mundo mejor. Alfin y al cabo, tenan un terrible punto de referencia en las ruinas que dejara laGran Guerra. Wilson mantena viva la esperanza de que la sociedad humana, apesar de la evidencia, estuviera mejorando; de que algn da las naciones viviranen armona. En 1919, antes de que cundiera la desilusin, el mundo estaba muydispuesto a escucharle. Lo que Wilson tena que decir toc una fibra sensible, noslo en los liberales o los pacifistas, sino tambin en las elites polticas ydiplomticas de Europa, las cuales, segn se dira falsamente ms adelante, noquisieron saber nada del asunto. Sir Maurice Hankey, secretario del Gabinete deGuerra britnico y, luego, de la propia Conferencia de Paz, siempre llevaba unejemplar de los Catorce Puntos en la cartera que reservaba al material deconsulta crucial. Deca que eran el trasfondo moral[59] . En toda Europahaba plazas, calles, estaciones de ferrocarril y parques que ostentaban el nombrede Wilson. En las paredes haba carteles que clamaban Queremos una paz deWilson . En Italia los soldados se arrodillaban ante su fotografa; en Francia elperidico izquierdista LHumanit sac un nmero especial en el que laslumbreras de la izquierda francesa rivalizaban alabando el nombre de Wilson.Los lderes de la revuelta rabe en el desierto, los nacionalistas polacos enVarsovia, los rebeldes de las islas griegas, los estudiantes de Pekn, los coreanosque trataban de sacudirse la dominacin japonesa: todos ellos se inspiraban en losCatorce Puntos[60]. El mismo Wilson lo encontraba estimulante, pero aterrador. Me pregunto , dijo a George Creel, su brillante jefe de propaganda, que sehallaba a bordo del George Washington, si, sin darse cuenta, ha tej ido usted unared para m de la cual es imposible escapar . Agreg que el mundo entero tenalos ojos puestos en Estados Unidos, pero ambos saban que unos problemas tangrandes no podan resolverse enseguida. Lo que me parece ver, y espero detodo corazn que est equivocado, es una tragedia de decepcin. [61]

    El George Washington arrib al puerto francs de Brest el 13 de diciembre de1918. Haba pasado slo un mes desde el fin de la guerra. Con Wilson de pie en elpuente, el barco entr poco a poco por una avenida de acorazados de las marinasde guerra britnica, francesa y estadounidense. El sol luca por primera vezdesde haca das. Las calles estaban adornadas con coronas de laurel y banderas.Los carteles pegados en las paredes rendan homenaje al presidente; losprocedentes de la derecha por salvarles de Alemania y los de signo izquierdistapor el nuevo mundo que prometa. Gran nmero de personas, muchas de ellasluciendo la indumentaria tradicional bretona, abarrotaban las calles, las azoteas,

  • los rboles; hasta las farolas estaban ocupadas. Llenaban el aire el sonido de lascornamusas bretonas y repetidos gritos de Vive lAmrique, vive Wilson . Elministro de Exteriores francs, Stphen Pichon, dio la bienvenida a Wilsondiciendo: le estamos tan agradecidos por venir a darnos la paz quenecesitamos . Wilson respondi sin comprometerse a nada y el grupo deestadounidenses subi al tren nocturno con destino a Pars. A las tres de lamadrugada, el mdico de Wilson mir casualmente por la ventanilla de sucompartimento. Vi no slo hombres y mujeres, sino tambin nios de cortaedad que esperaban con la cabeza descubierta y prorrumpan en vtores al pasarel tren especial. [62]

    La acogida que Wilson encontr en Pars fue un triunfo todava mayor, conmultitudes an ms numerosas, la ms notable demostracin , dijo unestadounidense que resida en la ciudad, de entusiasmo y afecto por parte de losparisinos de la que haya odo hablar, y no digamos ver . El tren que llevaba alpresidente entr en la estacin de Luxemburgo, que apareca engalanada conbanderolas y banderas y grandes masas de flores. Clemenceau, el presidente delGobierno francs, estaba all con sus ministros y su antiguo adversario, elpresidente de la repblica, Raymond Poincar. Mientras los caones retumbabanen todo Pars anunciando la llegada de Wilson, las multitudes empezaron aapretujarse contra los soldados que cubran la carrera. El presidente y su esposacruzaron la Plaza de la Concordia en un carruaje descubierto y subieron por losCampos Elseos hasta llegar a su residencia en medio de los gritos de entusiasmode la multitud. Aquella noche, durante una tranquila cena en familia, Wilsonafirm que estaba muy complacido con el recibimiento que le haban tributado.Dijo a los dems comensales que haba observado atentamente la actitud delgento y estaba convencido de que era de lo ms amistosa[63] .

  • 2Primeras impresiones

    La tarde de su llegada a Pars, Wilson mantuvo una reunin con el asesor enel que ms confiaba. El coronel Edward House no pareca lo que era, un texanorico. Bajito, plido, modesto y frgil, a menudo se sentaba con una manta sobrelas rodillas, porque no soportaba el fro. Justo al empezar la Conferencia de Pazenferm de gripe y estuvo a punto de morir. Hablaba en voz baja y dulce ymova sus manos pequeas y delicadas, segn dijo un observador, como si enellas sostuviera algn objeto. Se mostraba invariablemente sereno, razonable yalegre[1]. Al verle, la gente sola pensar en uno de los grandes cardenalesfranceses del pasado, tal vez Mazarino.

    En realidad no era coronel; se trataba slo de un ttulo honorario. Nunca habacombatido en una guerra, pero saba mucho de conflictos. En su juventud, Texasera un mundo en el que los hombres sacaban el revlver a la primera sospechade que alguien les insultaba. A los tres aos de edad ya montaba a caballo y sabamanejar armas de fuego. Uno de sus hermanos perdi la mitad de la carajugando con ellas; otro muri al precipitarse de un trapecio. Luego, el propioHouse sufri un accidente al caer de una soga y recibir un golpe en la cabeza.Nunca se recuper del todo. Como ya no poda dominar a los dems fsicamente,aprendi a hacerlo psicolgicamente. Me gustaba azuzar a los chicos para quese peleasen , dijo a un bigrafo, para ver qu hacan, y luego tratar dehacerles entrar en razn. [2]

    Se convirti en un maestro del arte de entender a los hombres. Al conocerle,casi todo el mundo le encontraba inmediatamente comprensivo y amistoso. Unhombre carioso , coment el hijo de uno de sus enemigos, incluso cuando teestaba degollando. [3] House amaba el poder y la poltica, de manera especialcuando poda actuar entre bastidores. En Pars, Baker le llam, lleno deadmiracin slo a medias, el agujerito por el que tienen que pasar muchosgrandes acontecimientos[4] . Raramente conceda entrevistas y casi nuncaaceptaba nombramientos oficiales. Debido a ello, por supuesto, era objeto deintensas especulaciones. Sola decir que lo nico que quera era ser til. En sudiario, sin embargo, House tomaba nota con esmero de los poderosos y pesadosque hacan cola para verle. Tambin anotaba fielmente todos los cumplidos, por

  • exagerados que fueran[5].Era demcrata, como la mayora de los sureos de su raza, pero perteneca

    al ala liberal y progresista del partido. Cuando Wilson entr en poltica, House,que ya era una figura en la poltica texana, reconoci en l a alguien con quienpoda trabajar. Los dos hombres se entrevistaron por primera vez en 1911,cuando Wilson se estaba preparando para las elecciones presidenciales. Casidesde el principio nuestra asociacin fue ntima , record House aos despus,cuando la amistad entre los dos se haba roto irrevocablemente, casi desde elprincipio nuestras mentes vibraron al unsono. [6] Dio a Wilson el afecto y lalealtad sin lmites que requera y Wilson le dio poder. Al morir su primera esposa,Wilson pas a depender todava ms de House. Usted es la nica persona delmundo con la cual puedo hablar de todo , escribi en 1915. A algunos puedohablarles de una cosa y a otros, de otra, pero usted es el nico a quien puedorevelar todo lo que pienso. [7] Cuando la segunda seora Wilson entr enescena, observ a House atentamente, con ojos aguzados por los celos.

    Al estallar la guerra, Wilson mand a House a las capitales de Europa en unintento infructuoso de detener la lucha y, al terminar la contienda, se apresur aenviarle a Pars para que negociase las condiciones del armisticio. No le hedado instrucciones , dijo Wilson a House, porque pienso que usted sabr lo quehay que hacer. [8] House reconoci de todo corazn que la nueva diplomacia deWilson era la mejor esperanza para el mundo. La idea de fundar la Sociedad deNaciones le pareci maravillosa. Tambin pens que le resultara ms fcil que aWilson alcanzar sus objetivos comunes. Mientras que el presidente erademasiado idealista, demasiado dogmtico, l, House, era un amaador quesaba mucho latn: aqu un gesto de asentimiento, all uno de indiferencia, un levecambio de nfasis, una promesa primero a ste y luego a aqul, un dejar de ladolas diferencias y lograr que las cosas marchasen bien. En realidad, no quera queWilson asistiera a la Conferencia de Paz. En su diario, durante los mesessiguientes, el leal lugarteniente anotara de forma metdica los errores de Wilson:sus arranques de mal genio, sus inconsecuencias, su torpeza en las negociacionesy su mentalidad estrecha[9] .

    House caa muy bien a Clemenceau, en parte porque lo encontraba gracioso,pero tambin porque pareca comprender perfectamente las preocupaciones deFrancia[10]. Me llevo bien con usted , le dijo Clemenceau, porque es unhombre prctico. A usted le comprendo, pero hablar con Wilson viene a sercomo hablar con Jesucristo! [11]. Lloyd George se mostr ms fro: House vea ms claramente que la may ora de los hombres o incluso de lasmujeres el fondo de las aguas poco profundas que se encuentran aqu y all enlos mayores ocanos y en los hombres . Un hombre encantador, en opinin de

  • Lloyd George, pero ms bien limitado: esencialmente un vendedor y no unproductor . House hubiera sido un buen embajador, pero nunca un ministro deExteriores. Quizs hable mucho en su favor , fue la amable conclusin deLloyd George, el hecho de que no fuera, ni con mucho, tan astuto como lcrea ser. [12] House no soportaba a Lloy d George, un cizaero que cambiade opinin como una veleta. No conoce en profundidad ninguna de las cuestionesde que se ocupa[13] . Pero Lloyd George saba qu deba hacerse para noperder de vista los fines. No puede decirse lo mismo de House, que pensaba quetodos los desacuerdos tenan solucin. Es un conciliador maravilloso , opinabaBaker, pero con los defectos correspondientes a su virtud, porque concilia losdesacuerdos de poca importancia con la carne slida de los principios. [14] Eralo que haba hecho House durante las negociaciones del armisticio.

    La Gran Guerra haba empezado con una serie de errores y termin enmedio de la confusin. La victoria lleg cuando los Aliados (e incluy amos en eltrmino a su asociado Estados Unidos) no la esperaban. Austria-Hungra estabadesmoronndose visiblemente en el verano de 1918, pero Alemania an parecafuerte. Los planes de los lderes aliados prevean, como mnimo, otro ao deguerra. A finales de octubre, sin embargo, los aliados de Alemania y a habanempezado a derrumbarse y pedan armisticios; el ejrcito alemn se hallaba enretirada hacia sus propias fronteras y Alemania misma se vea sacudida porestallidos revolucionarios. El armisticio con Alemania, el ms importante y a lalarga el ms controvertido, fue el resultado de una negociacin a tres bandasentre el nuevo Gobierno alemn en Berln, el Consejo Supremo de la Guerraaliado en Pars y Wilson en Washington. House, como representante personal delpresidente, fue el vnculo clave entre las partes. Los alemanes, que calcularonacertadamente que la mejor probabilidad de obtener condiciones de pazmoderadas era encomendarse a la clemencia de Wilson, pidieron un armisticiobasado en los Catorce Puntos. Wilson, que ansiaba empujar a sus aliadoseuropeos, que eran un tanto reacios, a aceptar sus principios, accedi a ello enuna serie de notas pblicas.

    La respuesta de Wilson irrit a los Aliados europeos. Adems, nunca habanestado dispuestos a aceptar los Catorce Puntos sin modificaciones. Los francesesqueran asegurarse de recibir compensaciones por los enormes daos que lainvasin alemana haba causado a su pas. Los ingleses no podan estar deacuerdo con el punto relativo a la libertad de los mares, y a que les impedira usarel bloqueo naval como arma contra sus enemigos. En una ronda final deconversaciones celebradas en Pars, House acept las reservas de los Aliados y,por consiguiente, se modificaron los Catorce Puntos para tener en cuenta lo quems adelante se dara en llamar las reparaciones que debera pagar Alemania,as como las negociaciones sobre la libertad de los mares en la propia

  • Conferencia de Paz. Adems, las condiciones militares del armisticio, que pedanno slo la evacuacin de las tropas alemanas de territorio francs y belga, sinotambin su retirada del mismo borde occidental de Alemania, contribuy eron engran medida a desarmarla, cosa que los franceses deseaban fervientemente[15].

    La forma en que se lleg al armisticio dio origen a gran nmero derecriminaciones posteriores. Los alemanes pudieron decir que slo lo habanaceptado basndose en los Catorce Puntos originales y que las subsiguientescondiciones de paz eran, por tanto, ilegtimas. Y Wilson y sus seguidores pudieronacusar a los taimados europeos de diluir las puras intenciones de la nuevadiplomacia.

    Cuando House y Wilson sostuvieron su primera conversacin el 14 dediciembre de 1918 por la tarde, y a desconfiaban de las intenciones de los Aliadoseuropeos. Aunque la Conferencia de Paz tardara an varias semanas enempezar oficialmente, las maniobras ya haban comenzado. Clemenceau yahaba sugerido a los britnicos que presentaran un acuerdo general sobre lascondiciones de paz, y los europeos, entre ellos los italianos, se haban reunido enLondres a principios de mes[16]. Clemenceau fue prudente y se cur en salud.Visit a House, que estaba enfermo, para asegurarle que la reunin de Londresno tena absolutamente ninguna importancia. l mismo asistira a ella slo porquepoda ser una ayuda para Lloy d George en las elecciones generales que seavecinaban[17]. Result que, debido a los desacuerdos sobre las exigenciasterritoriales de Italia en el Adritico y las peleas entre Gran Bretaa y Franciasobre la liquidacin del Imperio otomano, la reunin no produjo una polticaeuropea comn. Las tres potencias europeas tambin ansiaban no dar a Wilson laimpresin de que trataban de resolver las cosas antes de su llegada.

    House, que comparta la opinin de Wilson de que Estados Unidos iba a ser elrbitro de la paz, crea, sin tener muchos motivos para ello, que probablementeClemenceau se mostrara ms razonable que Lloyd George. As pues, Wilson seentrevist primero con el poltico francs. El astuto y anciano estadista escuchen silencio al presidente, interrumpindole slo para decir que le pareca bien quese creara la Sociedad de Naciones. Wilson se llev una impresin favorable yHouse, que esperaba que Francia y Estados Unidos formaran un frente comncontra Gran Bretaa, qued encantado[18]. El matrimonio Wilson pas el da deNavidad con el general Pershing en el cuartel general estadounidense en lasafueras de Pars y luego emprendi viaje a Londres.

    Tambin en Gran Bretaa recibieron a Wilson multitudes que le adoraban,pero las conversaciones privadas del presidente con lderes britnicos noempezaron bien. Wilson tenda a mostrarse rgido, ofendido porque Lloy dGeorge y los principales ministros britnicos no se haban apresurado atrasladarse a Francia para darle la bienvenida y molesto porque las elecciones

  • generales britnicas obligaran a retrasar la inauguracin de la Conferencia dePaz. Al igual que la de muchos estadounidenses, la actitud de Wilson ante GranBretaa era ambigua, consciente de la deuda de Estados Unidos con sus grandestradiciones liberales a la vez que recelosa y envidiosa de su poder. Si Inglaterrainsistiera en mantener el dominio naval despus del conflicto , dijo Wilson aAndr Tardieu, ntimo colaborador de Clemenceau, Estados Unidos podraensearle, y le enseara, a construir una marina de guerra! [19]. En unarecepcin de gala celebrada en el palacio de Buckingham, Wilson habl sinrodeos a un alto cargo britnico, que enseguida hizo llegar los comentarios delpresidente a sus superiores: No deben hablar de los que venimos aqu como sifuramos primos suy os, y todava menos hermanos; no somos ni una cosa ni laotra . Agreg que era engaoso hablar de un mundo anglosajn cuando tantosestadounidenses procedan de otras culturas y que, adems, era una tonteraconceder demasiada importancia al hecho de que ambas naciones hablaraningls. No; hay slo dos cosas que pueden establecer y mantener relacionesms estrechas entre su pas y el mo: son la comunidad de ideales y la deintereses. [20] Los britnicos se llevaron otra sorpresa cuando Wilson norespondi a un brindis del rey por las fuerzas estadounidenses con un cumplidosimilar dedicado a las suyas. No haba una sensacin de amistad , comentLloyd George, ni de satisfaccin por reunirse con hombres que haban estadoasociados en una empresa comn y se haban librado por tan poco de un peligrocomn. [21]

    Lloyd George, que reconoca la enorme importancia de una buena relacincon Estados Unidos, se propuso cautivar a Wilson. La primera conversacinprivada entre los dos inici el deshielo[22]. Lloyd George inform con alivio asus colegas de que Wilson pareca dispuesto a hacer concesiones en los asuntosque los ingleses consideraban importantes, como la libertad de los mares y eldestino de las colonias alemanas. Wilson haba dado la impresin de que lo quems le preocupaba era la Sociedad de Naciones, de la que quera hablar encuanto se iniciara la Conferencia de Paz. Lloy d George se haba mostrado deacuerdo. Dijo que eso facilitara mucho la tarea de tratar las otras cuestiones. Losdos lderes tambin hablaron de cmo deban proceder en la conferencia. Era desuponer que seguiran la costumbre y se sentaran con Alemania y las otrasnaciones derrotadas para redactar los tratados[23].

    La costumbre, con todo, ofreci poca orientacin para el nuevo orden quequera Wilson. Los derechos de conquista y victoria estaban entretej idosprofundamente en la historia de Europa y al terminar guerras anteriores lasnapolenicas, por ejemplo los vencedores se haban apoderado de lo que lesapeteca, y a fuera territorios o tesoros artsticos. Asimismo, se haba esperado delos vencidos que pagaran una indemnizacin por los costes de la guerra y, a

  • veces, tambin reparaciones por los daos. Pero no haban dado todos ellos laespalda a estas cosas en el conflicto reciente? Ambos bandos haban hablado deuna paz justa sin anexiones. Ambos haban invocado los derechos de los pueblos aelegir sus propios gobernantes, los Aliados en voz ms alta y de forma mspersuasiva que las potencias centrales. E incluso antes de que Estados Unidosentrara en guerra, los Aliados y a haban empleado palabras como democracia yjusticia al exponer sus objetivos blicos. Wilson haba hecho suyo el programaaliado y lo haba convertido en una serie de promesas en firme que hablaban deun mundo mejor. Es verdad que haba tenido en cuenta cierta recompensa paralos vencedores: Francia recuperara los territorios perdidos, Alsacia y Lorena, oAlemania compensara los daos que haba ocasionado a Blgica. Pero losfranceses queran ms: territorio alemn, posiblemente; garantas contra unataque, sin duda alguna. Los ingleses queran ciertas colonias alemanas. Lositalianos exigan parte de los Balcanes y los japoneses, parte de China. Podajustificarse todo esto desde el punto de vista de la nueva diplomacia? Y adems,estaban todas las naciones del centro de Europa, algunas y a formadas, pero otrastodava en estado embrionario, que exigan ser escuchadas. Y los puebloscoloniales, las defensoras de los derechos de la mujer, los representantes deltrabajo, los negros estadounidenses, los lderes religiosos, los humanitaristas. Encomparacin, el Congreso de Viena haba sido sencillo.

    En sus primeras conversaciones con Wilson, tanto Clemenceau como Lloy dGeorge sealaron la necesidad de que los Aliados celebraran una conferenciapreliminar para decidir su propia postura ante la paz. Wilson se mostr reacio. Siresolvan todas las condiciones de la paz por adelantado, la conferencia generalsera puro teatro. En cambio, el presidente afirm que estaba dispuesto a sostenerconversaciones extraoficiales en busca de una postura comn de los Aliados. En realidad vena a ser lo mismo , dijo Lloyd George a sus colegas, pero elpresidente insisti mucho en su punto de vista. [24] Se acord reunirse en Pars,celebrar las conversaciones preliminares unas cuantas semanas a lo sumo yluego sentarse a negociar con el enemigo. Probablemente, al llegar ese momentoWilson regresara a Estados Unidos, o al menos eso pensaba Lloyd George[25].

    Despus de estos primeros encuentros con los hombres que seran sus colegasms allegados en Pars, Wilson viaj a Italia, donde tambin le recibieronclamorosamente. Pero los vtores, las recepciones solemnes y las audienciasprivadas no podan ocultar que el tiempo iba pasando. El presidente empez apreguntarse si todo ello no sera deliberado. Pens que el pueblo quera la paz,pero sus gobernantes daban largas al asunto por quin sabe qu motivos siniestros.El gobierno francs intent organizarle una visita a los campos de batalla. Wilsonse neg, enojado. Trataban de obligarle a ir a ver las regiones devastadas ,dijo a su pequeo crculo de ntimos, para que se enfureciera y favoreciese losdesignios de los gobiernos de Inglaterra, Francia e Italia . No estaba dispuesto a

  • dejarse manipular de semejante manera; la paz deba negociarse serenamente,sin emocin. Aunque las bombas hubieran convertido toda Francia en un crter,este factor no cambiara el acuerdo final. [26] La negativa de Wilson sent muymal a los franceses y la visita fugaz a los campos de batalla, que Wilsonfinalmente hizo en marzo, no logr que se les pasara el enfado.

    Wilson estaba a punto de sacar la conclusin de que sus puntos de vista y losde los franceses no eran tan parecidos como House le alentara a creer. ElGobierno francs haba redactado una lista muy detallada de los asuntosimportantes que deban decidirse y en ella la Sociedad de Naciones ocupaba unode los ltimos lugares[27]. Paul Cambon, el embajador francs en Londres, queera un hombre de inmensa experiencia, dijo a un diplomtico britnico: lamisin de la Conferencia de Paz era poner fin a la guerra con Alemania . LaSociedad de Naciones era algo que poda aplazarse fcilmente[28]. Muchosdirigentes franceses pensaban en una Sociedad que sera una continuacin de laalianza de la guerra y cuy o papel principal consistira en hacer cumplir el tratadode paz. Segn un memorndum interno, no importaba que gran parte del pblicofrancs pensara de forma ms idealista: eso puede ay udarnos[29] .Clemenceau se mostraba escptico en pblico. Al da siguiente de que Wilsonpronunciara en Londres un discurso en el que reiteraba su fe en que una Sociedadde Naciones sera la mejor forma de proporcionar seguridad a sus miembros,Clemenceau tom la palabra en la Cmara de Diputados. En medio de grandesaclamaciones, afirm: Hay un antiguo sistema de alianzas llamado el Equilibriode Poder, este sistema de alianzas, al que yo no renuncio, ser el pensamientoque me guiar en la Conferencia de Paz . Con mala intencin, haba hechoreferencia al noble candeur [candor] de Wilson, palabra que poda significar obien candor o ingenuidad pattica. (Las actas oficiales la transformaron engrandeur [grandeza].) La delegacin estadounidense vio el discurso de

    Clemenceau como un desafo[30].En ese discurso y en la reaccin que provoc en los estadounidenses se

    sembraron las semillas de lo que se convirti en un truculento y duradero cuadrovivo, especialmente en Estados Unidos. En un lado apareca Galahad, puro depensamiento y obra, iluminando el camino que llevaba a un futuro dorado; en elotro, el contrahecho gnomo francs, con el corazn negro de rabia yresentimiento, pensando slo en la venganza. En un lado, la paz; en el otro, laguerra. Es un buen cuento, pero injusto con sus dos protagonistas. Ambos eranliberales que vean con escepticismo conservador los cambios rpidos. Lo que lesdivida era el carcter y su experiencia propia. Wilson crea que la naturalezahumana era fundamentalmente buena. Clemenceau tena sus dudas. l y Europahaban pasado por demasiadas cosas. Por favor, no me interprete mal , dijo en

  • una ocasin a Wilson, tambin nosotros vinimos al mundo con los noblesinstintos y las elevadas aspiraciones que usted expresa tan a menudo y con tantaelocuencia. Nos hemos convertido en lo que somos, porque nos ha moldeado lamano brutal del mundo en el que tenemos que vivir y hemos sobrevivido sloporque somos gente dura . Wilson haba vivido en un mundo donde lademocracia estaba a salvo. He vivido en un mundo donde pegarle un tiro a undemcrata era de recibo. [31] Mientras que Wilson crea que el uso de la fuerzaacababa siendo un fracaso, Clemenceau haba visto lo contrario con demasiadafrecuencia. He sacado la conclusin de que la force [fuerza] es aceptable ,dijo a la amante de Lloyd George, Frances Stevenson, durante un almuerzo. Por qu est aqu este pollo? Porque no fue lo bastante fuerte como paraoponer resistencia a los que queran matarlo. Y me alegro de ello! [32].Clemenceau no se opona a la creacin de la Sociedad de Naciones;sencillamente no confiaba mucho en ella. Le hubiera gustado ver mscooperacin internacional, pero la historia reciente haba demostrado con crecesla importancia de tener la plvora seca y las armas preparadas por si acaso[33].Esta actitud era fiel reflejo de la opinin pblica francesa, que en su mayor partesegua desconfiando de Alemania[34].

    En la segunda semana de enero de 1919 Wilson volva a estar en Parsesperando a que empezase la conferencia preliminar. Viva lujosamente en unacasa particular que el Gobierno francs haba puesto a su disposicin. (Uno de loschistecillos de Wilson deca que los estadounidenses la estaban pagandoindirectamente con sus emprstitos a Francia). El hotel Murat perteneca a losdescendientes del gran militar epnimo, que se haba casado con una de lashermanas de Napolen, y sus propietarios lo haban alquilado al Gobierno. Msadelante, al agriarse las relaciones entre Francia y Estados Unidos, la princesaMurat pidi que le devolvieran la casa. El grupo presidencial, del que formabanparte el mdico personal de Wilson, el almirante Cary T. Gray son, y lasecretaria social de la seora Wilson, se instal con cierto desasosiego en losaposentos fros y relucientes, llenos de tesoros del pasado que se reflejabanincesantemente en enormes espejos. Un periodista britnico que vino aentrevistar al presidente encontr a ste vestido con un traje de franela gris ysentado ante un suntuoso escritorio de estilo imperio con una gran guila debronce por encima de la cabeza[35].

    El resto de la delegacin estadounidense se alojaba a cierta distancia, perotambin con considerable lujo, en el hotel Crillon. Me asignaron una habitacinenorme , escribi un profesor estadounidense a su esposa, techo alto,artesonado blanco chimenea, cuarto de bao enorme, cama muy cmoda, todoello de rico palo de rosa aejo. [36] A los estadounidenses les encant la

  • comida, les impresion la meticulosidad del servicio y les divirtieron los lentosascensores hidrulicos, que a veces quedaban colgados entre dos pisos hasta queuna cantidad suficiente de agua pasaba de un depsito a otro[37]. Debido a que elhotel en s era pequeo, sus oficinas estaban dispersas por los alrededores,algunas en lo que antes eran comedores privados en Maxims, en los que todavase notaba el olor rancio del vino y las viandas. Durante los meses q