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JOSEF CAREL

PROPUESTA POR UN MUNDO

MEJOR

Junio 2011

PROPUESTA – por un mundo mejor de Josef Carel ©

Revisión de textos – Yvette Schryer Grupo de apoyo literario - Literarte Todos los derechos están reservados

al autor salvo autorización especifica. Año 2011

 ISBN: 978-84-9009-103-6

ISBN ebook: 978-84-9009-104-3    

Ruego por las próximas generaciones desde mis hijos Yair y Amir. Que a partir de este tiempo se logre un mundo mejor...  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Contenidos

A modo de introducción 1 1. Inicio ¿Qué más amig@? 3 El pecado primordial 6

Vida Económica Consum(o)ismo 68

Producción Abolir diferencias 83

Vida Social ¿Vivir en comunidad? 103 Comunidades intencionales 115 Twin Oaks – un caso particular 119 Agricultura comunitaria 171

Principios Sencillos principios 173 Ruptura 174 Lo pequeño es hermoso 179 Autoengaño 181 La alianza definitiva 184 El hombre común 187 Principios, Yo-tu, Yo-ello 189 Para que vivir – citando a Henry D. Thoreau 200 ¿Podríamos vivir sin violencia? 202 ¿Hacer justicia o resolver conflictos? 209 Simplemente así 213 Una ética diferente 218

2. Realidades El sistema

Insípida ley – poesía 225 En nombre de la eficiencia 227 Doblen campanas doblen 229 Una evasión eventual 231 Confesión 235 Por los senderos – poesía 238

Un día en la vida del ejecutivo JotaCé 239 La ansiedad ya no viene 248 Urbanismo y tecnología 249 Planeta en quiebra – poesía 256

Medioambiente ¿Inoperancia o intereses? 258 Colapso de sociedades 261

Fanatismo Humanidad miserable 277 Elogio de la locura 279 Diario de una pesada carga 280 Deshumanización 281 Suenan las campanas – poesía 284 Violencia – definición 285 Un oxidado tren – narrativa 295 Una mosca en el café – poesía 299

Virtualidad La gaviota cibernética 300 El llanto de una madre 302 Convivir – poesía 308

Solo yo Una estúpida historia 312

Sociedad Emilio o De la educación 316 Democracia, diplomacia, falacia 317 A plena voz – poesía 319 De pronto una furiosa tormenta 321 Una inocente aventura 333 Laberinto 338 Una madre y la sociedad, sorda ciega y muda 341 Mi amigo, un pequeño ratero 346 Tormentosa venganza 351 Y llegó la oscuridad 355

3. Imágenes Visión cósmica

Imagino – poesía 363 Figura fugaz – poesía 364

El usuario requerido 365 La estupidez humana 368 Cuando llega el momento 372 Un espejo dialéctico 373

Personajes Gracias por la atención dispensada 376 El ente supremo 378 Mandrágora – guión teatral 382 Advertencias de un paranoico 389

Estructuras Estirpe 391 Cuadros de una exposición 399 Aquí estoy, parado y absorto – poesía 400 Un mundo feliz 401 Juicio vertiginoso 403 El pensamiento de Martin Buber 405

4. Epilogo Resumiendo 412

5. Bibliografía y Citas 416

 

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A modo de introducción

Este libro se gestó decenas de años atrás, un día en el que los rayos del sol dieron de pleno en mis ojos y aturdieron la visión del mundo. Eran días de guerra, toda una novedad para una persona joven que nunca había vivido algo similar y entonces sin saber distinguir entre tragedia e ilusión óptica escribí: “Punto y coma, final de una oración, principio de otra más. Quedan las huellas, el rastro de los pies marcado al caminar, el espasmo de una lucha que no fue tiempo ni paz. Solo significa la impotencia de seguir batallando. La falta de sentido. El cansancio brutal. La desesperanza. Nada tiene ya importancia; no hay motivo.

Los hijos, lo que una vez fue la esperanza a través del fruto del amor, se convierte en la trágica consecuencia de la desilusión y deja creer que todo fue como una pompa de jabón y no hay fuerza de voluntad para darle algún significado de realidad.

Hoy, mucho tiempo después, tan desesperado como entonces pretendo descubrir que todo podría ser diferente y que tan solo dependería de la propia voluntad de los humanos para que los rayos del sol no intimiden más.

Los textos de este libro son diferentes unos de otros y no siguen una cadencia única, pero hay un hilo muy fino que entreteje una intrincada maraña con un mensaje bien claro y definido.

Josef Carel, Junio 2011

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Capítulo 1 - Inicio

“...las ideas primigenias...las molestias, cuestionamientos sin respuesta...enigmáticos pensamientos...dolores y punzadas que estallaban e inundaban el alma sufriente...pero alguna vez una sonrisa de un niño al pasar o la cara ajada de un anciano...que ya lo vio todo y que tal vez lo olvidó...mucha gente que necesita que les recuerden quienes son, de donde vienen y adonde van...”

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¿Qué más amig@?

¿Qué más puedo decir, amig@? ¿Cómo puedo resumir todo? ¿Cuánto más podría continuar?

¡Si es que todas las letras están talladas en piedra a sangre y fuego! ¡Si es que todo ya está dicho, desde siempre!

He leído muchos escritos, hasta la bibliografía recomendada. Dialogué con filósofos e intelectuales. Discurrí con poetas y escritores. Discutí con sacerdotes y religiosos. Me ofusqué frente a políticos e ideólogos. Me enfrasqué en bruscos encuentros públicos.

¿Qué más, amig@?

He recorrido estepas y sabanas. Atravesado desiertos. Escalado montañas y sus picos. Navegado por todos los mares, ríos y lagunas. Sumergido en selvas y bosques. Penetré en hondas cavernas. Trepé a altos árboles para ver a lo lejos. Me encaramé sobre gibas, corcovas y lomos animales. Monté extraños vehículos. Volé a todas las alturas imaginables hasta que el sol derritió mis alas. En el espacio sideral me aturdió el silencio y la oscuridad infinita.

¿Adónde más, amig@?

He llegado a todos los pueblos y aldeas, caminado por calles de barro y piedra. Encontré sabios ancianos, les honré y pedí consejo. En las grandes ciudades, divagué con borrachos y prostitutas en oscuros bares. Escuché muy atento sus desventuras. Lloré sus desgracias y busqué aprender. Agentes de

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policía me aprehendieron e investigaron. Llegué a los más encumbrados jueces y les inquirí. No quisieron responder o no sabían. Cavé fosos bajo la tierra, examiné las hormigas, gusanos y lombrices y aprendí de sus vidas. Vi también desde abajo, las raíces de la vida natural. Me acerqué a todos los animales del reino. Aprendí sus lenguajes y documenté sus mensajes. En cavernas y cuevas, descifré mensajes de antepasados.

¿Cuánto más, amig@?

He llevado ciegos de sus manos, para indicarles el camino. Hablé a gritos hasta que mi garganta se secó con los sordos. Rogué y supliqué comprensión a los incrédulos. Busqué transar con los más fanáticos. Prometí premios y regalos. Arranqué mi piel y cubrí la inclemencia de los indigentes. Expuse mis más cálidas y amistosas sonrisas ante los arrogantes.

Solo propuse amor y sin odios, atención sin desaprensión. Sugerí ser solidario, callar y prestar atención. No buscar razón ni justicia, solo comprensión. No ambicionar, compartir. Modestia, honestidad, decoro. Respeto a todo nivel, sin jerarquías, sin excelencias. Recomendé el dialogo mutuo, múltiple y constante. La contemplación como método. El trabajo solo por necesidad. Otorgar el máximo respeto a la naturaleza, rememorar siempre su caridad y resguardar de ella.

¿Qué más, amig@?

¿Predicar desde una cruz? ¿Condenar infieles? ¿Prometer paraísos? ¿Revoluciones? ¿Progreso infinito? ¿Alegrías sin fin?

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¿Erradicar tristezas? ¿Vida eterna? ¿Mocedad y riqueza? ¿Gozos sin fin?

No sé amig@, ya todo fue prometido hace añares. Se iniciaron multitud de credos, creencias, dogmas e ideologías. Al fin quedaron la inercia, fragmentos del tiempo y algunas costumbres que nada intimidan, ni siquiera las palabras talladas a sangre y fuego.

¿Qué más puedo decir, amig@?

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El pecado primordial

En este documento nos sumergimos en los acontecimientos que llevaron a la humanidad a su estado actual, y que desde nuestro punto de vista, contienen todos los elementos para amenazar seriamente su existencia. No pretendemos que sea este un estricto estudio científico, pero no obstante, los hechos y acontecimientos que aquí analizamos y de los cuales deducimos, como así también los modelos que damos a nuestro cometido a la perfección. Queremos demostrar de manera fehaciente que está en el ser humano la elección de la calidad de su vida, la de quienes le rodean y la del mundo terrenal en el que mora. Con esto se quiere demostrar que la historia anterior, tanto como lo actual, no es cuestión de fuerza mayor y no tiene orígenes divinos incuestionables. Por supuesto que la definición de “ser humano” se refiere no exclusivamente a la persona individual, sino a todo el conjunto social al cual pertenece. De ahí que nos proponemos demostrar que el marco o sistema ético - moral dentro del cual la persona nace, crece y se desarrolla es el que marca las pautas de la conducta conjunta de sus miembros. Pero de esto se desprende también, que es la calidad de los “valores humanos” los que determinan el valor del tal sistema ético-moral que, repetimos, define la conducta humana, para bien o para mal. Podríamos denominar a este proceso, determinismo, pero como no creemos en absoluto que tenga relación con lo divino ni con lo natural preestablecido, preferimos que sea, en cambio, un paradigma determinante. Por el contrario, estamos convencidos de que la naturaleza y toda la creación existe por fuerza propia y le corresponde al ser humano adaptarse a ellos, a fin de lograr una existencia armónica. La pretensión, utilizada

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hasta el cansancio, de que se puede y hasta se debe adaptar la naturaleza a las necesidades humanas, constituye el punto clave del pecado primordial, como le denominamos. La arrogancia del hombre de considerar su capacidad de servirse de su imaginación y ver más lejos en el tiempo que cualquier otra especie viviente, como prueba de su superioridad, le dio la sensación que todo el universo había sido creado para él y estaba a su servicio. La soberbia del hombre fue entonces capaz de crear formas que corroborasen tales prerrogativas, como ser las divinidades bajo las cuales, había sido diseñado, “a semejanza e imagen”.

Los acontecimientos de la historia del hombre contemporáneo comprueban sin dudas lo que estamos afirmando y pese a todo, en las circunstancias actuales resulta ser muy engorroso el tratar de develar tales aberraciones. En parte por incredulidad en cuanto a las deducciones lógicas de las propuestas, pero en una inmensa dimensión por el miedo íntimo y esencial de los individuos a confrontarse con cambios en sus vidas. Esto es producto también de la reluciente soledad en la que la mayoría de las personas viven. Escondidos detrás de puertas de acero y encerrados con varios candados, cerrojos y pestillos, los hombres apenas si atinan a cumplir con los designios estipulados: Ganarse el sustento, preservar la salud, divertirse y cuidar a sus descendientes, hijos y en general hacer todo lo factible y lo que esté a sus alcances para subsistir. La mediocridad ha alcanzado, así parece ser, su máxima expresión en la época moderna, pues esta puso al servicio del hombre, medios tecnológicos que hacen casi innecesario el asomarse al mundo externo real. Todo se puede hacer cómodamente, y esto

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es lo más importante, sin requerir ningún compromiso personal, desde la diminuta sala de estar, simplemente apretando los botones del comando central. En los términos de este tipo virtual de vida la persona humana ha sido despojada de una de sus más importantes características, la capacidad de contemplar y discernir. El sistema reinante ha dotado al hombre moderno de una inmensidad de posibilidades virtuales, que le ahorran la necesidad de inquirir o de construir con su propio esfuerzo. Todo está hecho y solo necesita elegir, pero resulta ser que también en este rubro se adivina de antemano cual va a ser su predilección, aquello que fija “la mano invisible”. A esta altura, consideramos indispensable hacer hincapié sobre lo antedicho en cuanto a la soledad del ser humano. Si, efectivamente, las personas están desligadas de fuertes lazos con otras personas y solo puede confiar en sí mismo para casi todo. No obstante el concepto de familia existe aún, pero debemos reconocer que este ha disminuido tanto en su tamaño como en la medida del compromiso de los miembros entre sí en cuanto al principio de apoyo mutuo. Si consideramos, por ejemplo, la medida de seguridad económica y hasta física bajo las cuales vive el individuo actual, podremos comprender fácilmente hasta donde esto se redujo. No es ningún secreto, que para poder sustentarse económicamente, la pequeña familia reducida a la pareja y sus hijos, debe depender de sus propios esfuerzos, lo cual de por si no es un impedimento. Recordemos no obstante, que el futuro económico del individuo y de su pequeña familia, esta librado a su propio riesgo en el mundo del trabajo flexible, que está supeditado a los caprichos de mercados inestables y empresas más cambiantes aún. Así, atentos a Zygmunt Bauman y su

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“Modernismo Liquido”: “La sospecha de que nada de lo que ya ha sido probado y conseguido es inmune a la decadencia ni ofrece garantía de duración es, sin embargo, la proverbial mosca en la sopa. Las pérdidas equilibran las ganancias. La vida está condenada a navegar entre dos aguas, y ningún marinero puede jactarse de haber encontrado un itinerario seguro ni libre de riesgos”. Pero entonces debemos preguntarnos ¿qué pasa cuando cunden las dificultades? ¿A quién o a quienes pueden acceder aquellas solitarias personas? Por lo general, solo quedan los parientes o amistades más cercanas, que a su vez, también están limitados en sus poderes o sufren de dificultades similares. La tendencia general, por ende, es la del colapso personal aunque paralelamente queda la opción de las instituciones públicas, que a pesar de que sus “responsabilidades” son las de otorgar ayuda, se encuentran sumergidos, la mayor parte de las veces, en procedimientos burocráticos, que en el mejor de los casos, dejan en sus clientes necesitados, la sensación de ser meros objetos.

No es de extrañar entonces, que la época actual que vive el mundo moderno occidental no sea era de revoluciones. Por el contrario ahora reina casi absolutamente y sin objeciones, el conformismo. Más bien, la persona media pareciera muy contrariado de que le molesten cuando alguien osa señalarles, la costra negra bajo sus uñas. Entonces con un pequeño pincel las cubre de color y esconde la desgracia.

Claro que la ceguera no es general y están aquellos que: “miran al cielo aunque estén, como todos los demás, con los pies hundidos en el barro”, al decir de Oscar Wilde quien también

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señaló: “Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo”. Pese a ello hay quienes observan la realidad de nuestro mundo con creciente preocupación e inquietud, pero incluso estos excelentes, cuando llega el momento de la verdad, solo adoptan posiciones intermedias irreverentes e inocuas. Por lo general se trata de buscar remiendos para telas que se deshacen. Así por ejemplo, el aclamado sistema de la democracia representativa, pretende ser el propio supervisor de los representantes, cuando se corrompen, pero no admiten que los exagerados poderes que aquellos logran detentar son propios del sistema. Entonces, el así llamado ciudadano, aquel que se esconde detrás de mil puertas y que está programado para ser servil, aunque aparenta vivir en una libertad virtual, se desprende de sus propias responsabilidades que pone a disposición de aquellos que dicen representarle. Sabemos ya que los “representantes” gozan de periodos de amplia libertad de acción e inmunidad, durante las cuales logran llevar a la práctica sus cometidos.

En muchos casos los periodos de “servicio” de estos representantes se repite de una cadencia a otra, a veces hasta el fin de sus días, convirtiéndose en “profesionales de la política”. Por otra parte y como ya afirmamos, la atomización y fragmentación del grupo humano, conduce al individuo a una típica conducta de átomo casi libre, que paradójicamente se halla atado con fuerza a una órbita específica.

Lo más extraño del momento actual es que los pocos discernimientos y críticas de algunos notables, son oportunamente aprovechados por el sistema para sus egoístas

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finalidades. Pongamos como ejemplo, la acción de los “Movimientos Verdes” que abogan por el consumo de productos más sanos para las personas. Lejos de que las sociedades adopten modos de vida más modestos y pasar a reducir en general el consumo masivo, los industriales en dichas sociedades, han adoptado “modelos de producción verde” que pretenden emular el mundo natural. La mayor parte de las veces se trata de actitudes ridículas, algo así como endulzar el café con edulcorantes de menor valor calórico, para luego engullir un buen trozo de tarta de chocolate, para nada dietético. Lo más absurdo de todo este ditirambo industrial, es que ese tipo de actitudes recibe el mote de “Vida Sana”. Podría denominarse esto “puro cinismo”, pero resulta ser que en este término también hay un error, pues tiene un significado mucho más puro del que se conoce comúnmente. Según la enciclopedia los cínicos: “Reinterpretaron la doctrina socrática considerando que la civilización y su forma de vida era un mal y que la felicidad venía dada siguiendo una vida simple y acorde con la naturaleza. El hombre llevaba en sí mismo ya los elementos para ser feliz y conquistar su autonomía era de hecho el verdadero bien” (Wikipedia). Indudablemente, la economía industrializada no concuerda de ninguna manera con este concepto “cínico” de la “vida simple y acorde con la naturaleza”.

En otro aspecto, quizás mucho más serio y pero igualmente perjudicial, es que el ser humano también ha perdido su capacidad de sensibilizarse frente a los hechos de terrible injusticia que son ya corrientes y asiduos en nuestro mundo. Incluso cuando se trata de cosas que ocurren frente a sus narices,

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a su paso por las veredas de su ciudad o en la esquina de su barrio, las personas se hacen a un lado evitando todo lo posible tomar parte activa de los hechos. Por supuesto que desde la pantalla de la TV, no hay riesgos de ser increpados y además, muy rápidamente los tristes hechos son cubiertos por otras imágenes y sonidos, menos comprometedores. Sin dudas que, el mismo proceso actúa cuando se trata de hechos que suceden “muy lejos de uno”. Entonces la persona espectadora sabe que se trata de “asuntos ajenos” y que “nuestro gobierno va a tomar las medidas del caso, para asegurar la provisión de las materias primas que necesitamos”. Por ejemplo cuando peligran las previsiones energéticas; no importa entonces cuanta sangre humana corra por los campos petroleros, las minas de metales y minerales. No importa tampoco que la basura y los desperdicios tóxicos que producimos a raudales, cubran los ríos y dañen las aguas que otros, en aquellos lugares lejanos, habrían de beber. Máxime habremos de hacer una pequeña donación a la institución verde de turno, para tranquilizar nuestras conciencias. De todas maneras siempre podemos cambiar de canal, ver alguna telenovela intrascendente o alguna “reality” que no nos comprometa. De aquí, no va a nacer ninguna revolución.

La sumisión del ser humano

En la década de los 60, se llevaron a cabo en Estados Unidos, varios experimentos destinados a descubrir las razones que pudieron llevar a simples personas, a plegarse masivamente a hechos criminales aberrantes, producidos contra una parte especifica de la población y dirigidos por las autoridades

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oficiales de ciertos países y sus sociedades. Visiblemente influenciados por los tremendos acontecimientos mundiales ocurridos hasta tan solo 15 años antes, estudiosos de las ciencias sociales y psicológicas, buscaban alguna explicación a los hechos. Un cuestionamiento clave surcaba las mentes de dichos intelectuales, ¿lo ocurrido en el Holocausto de los judíos en particular, había sido como resultado de las características de una nación especifica o podría ocurrirle a cualquier pueblo o nación? Las aseveraciones de la filósofa judeo-alemana Hannah Arendt en su libro-artículo periodístico que trataba de “La banalidad del mal”, daba mucho que pensar, como así también otras conocidas acciones de violencia contra partes de la sociedad mundial que conformaban conocidas naciones, también servían de modelos empíricos a aquellos científicos.

Los experimentos llevados a cabo por el psicólogo Stanley Milgram de la Universidad de Yale a partir del año 1961 y publicados en 1963, pretendían responder específicamente a los motivos que llevaron al criminal de guerra Adolf Eichmann a actuar contra los judíos de Europa según las órdenes impartidas por sus jefes. Para ello, Milgram ideó un método experimental, mediante el cual unas personas, debían someter a duros castigos físicos, por medio de corrientes eléctricas cada vez más elevadas, a otros sujetos. Todos los participantes actuaban bajo las ordenes específicas de los supervisores que habían sido munidos de la autoridad pertinente. Es de destacar que todos los que infligían los castigos, eran personas jóvenes y demostradas como gente moralmente normativa. Durante el experimento, los participantes recibían órdenes de ir aumentando la potencia de las descargas eléctricas, aun cuando los sujetos castigados

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emitían gritos y quejas cada vez más violentas y desesperantes. El experimento demostró, según palabras del propio investigador, que: “La férrea autoridad se impuso a los fuertes imperativos morales de los sujetos (participantes) de lastimar a otros y, con los gritos de las víctimas sonando en los oídos de los participantes, la autoridad subyugaba con mayor frecuencia. La extrema buena voluntad de los adultos de aceptar casi cualquier requerimiento ordenado por la autoridad constituye el principal descubrimiento del estudio”. Es de destacar que el experimento se repitió desde entonces, incontables veces en distintas partes del mundo, aunque con algunas variantes. En la absoluta mayoría de los casos el aberrante y sumiso comportamiento de los participantes fue similar.

Durante la primera semana del mes de Abril de 1967, el profesor de Historia de una escuela secundaria de Palo Alto, California, Ron Jones, llevó a cabo un experimento que pretendía demostrar: “que incluso las sociedades libres y abiertas no son inmunes al atractivo de ideologías autoritarias y dictatoriales”. Para ello, el profesor Jones creó un Movimiento que llamó “La tercera Ola”, que según sus explicaciones a los alumnos, eliminaría todo tipo de democracia. Así Jones inició una serie de órdenes disciplinarias que los alumnos debían acatar sin chistar, aumentando los niveles de disciplina cada vez más. Además el Movimiento fue equipado con una serie de símbolos, como ser saludo particular, himno, vestimenta y por supuesto, reglas de comportamiento. Todo a fin de unificar y otorgar al grupo con una identidad propia y creciente. Otro aspecto del experimento, fue que ciertos alumnos fueron designados para cumplir cargos

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disciplinarios, por parte del profesor Jones, que en este caso representaba a la autoridad máxima. Ya al tercer día del experimento, el maestro se vio sumamente sorprendido, ante todo por las mejoras académicas de los miembros de la “Tercera Ola”, que ya sumaban más de 200 alumnos. Incluso descubrió que algunos de estos estaban dispuestos a denunciar a otros porque “no cumplían con todas las órdenes”. Pero al cuarto día, cuando Jones vio que el experimento se estaba yendo fuera de control, puso final a los hechos. El profesor de historia explicó a sus alumnos qué es lo que venía a indicar dicho experimento en referencia al Fascismo y en particular sobre la Alemania Nazi. En esa oportunidad Jones les proyectó a sus alumnos una película sobre el Holocausto. Los alumnos percibieron entonces lo que había ocurrido en el experimento, pues se vieron reflejados en los hechos que la película relataba. No obstante, Ron Jones fue muy criticado, en especial por muchos de sus colegas y al fin tuvo que abandonar el ejercicio de la profesión que amaba, la enseñanza.

Experimentos similares se llevaron a cabo muchas veces más y con diversas variantes, como ser “La cárcel de Stanford”, llevado a cabo en la Universidad homónima, en el cual unos estudiantes actuaban como presos y carceleros. Pero el experimento tuvo que ser cancelado luego de unos días, porque se “les iba de las manos” a sus productores.

Los experimentos mencionados se relacionan casi directamente con hechos acontecidos a fin de explicar las actitudes de los individuos que actuaron, por lo general, bajo rígidas autoridades políticas. Pero si retornamos a la conclusión fundamental de las

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investigaciones, por la cual, bajo circunstancias de presión grupal, “se tiende a adoptar el modelo dictado por el grupo”, y siendo entonces que la moral de la persona individual es la moral del grupo, lo único que se necesita es “crear las reglas y normas pertinentes”. Este axioma en cuanto a la sociedad humana no es nuevo y así lo entendieron desde siempre los estudiosos de las sociedades y de la psicología del individuo. Pero creemos necesario insistir en esto, pues consideramos que también la gran mayoría de los actos de violencia de los cuales somos testigos a diario, están fundamentados en modelos similares. Para simplificar las ecuaciones, aseguramos que una persona violenta porta consigo una carga ética y moral que lo concibe “normalmente” como violento. Podría tratarse, por ejemplo, de un individuo ya adulto, que desde niño, vivió en un ambiente violento, tanto en el entorno familiar como en el medio en el cual desarrolló sus “cualidades” violentas.

En este caso las pautas éticas y morales, son la “norma” en dicha sociedad y, como señalamos, el individuo no puede dejar de “adaptarse al modelo dictado por el grupo”. Claro que el mecanismo es similar tanto si se trata de grupos y sociedades grandes o pequeñas y tanto si las bases morales están dictadas por religiones o filosofías específicas. Por lo general, los principios teológicos de las religiones, esconden sofisticadamente las reglas morales que estimulan al fin, actos de violencia. Pongamos como ejemplo el caso de los infieles, heréticos, ateístas, idolatras, paganos, etcétera. Pero amén de ello, consideramos que la “falta de marcos éticos-morales” o la “debilidad de los existentes”, conducen a su vez a que los individuos se acoplen instintivamente a lo que existe y que

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puede contenerlos. Esto a fin de “no quedar solos y apartados”. Los casos típicos son los de alumnos en colegios y escuelas, especialmente en aquellos establecimientos donde cientos de niños y jóvenes activan bajo la tutela de pocos adultos o donde en general no se ejercen disciplinas que impongan rígidas normas de conducta. En cuanto a las instituciones escolares de dura línea es ya un caso diferente en los cuales se cohíben expresiones libres e independientes de los pupilos y a ello nos oponemos seriamente. Por otra parte, no hay dudas de que en la sociedad moderna actual, los marcos ético-morales son sumamente débiles. Es el caso de los alienados grupos familiares que “...escondidos y encerrados detrás de puertas de acero...” no pueden contener a sus jóvenes crías, que indefectiblemente pasan a pertenecer, por lo menos parcialmente, a otros grupos de referencia cuyas reglas ético-morales, son muchas veces de dudosa calidad. Muchos de estos son las “barras” o “bandas” que acogen entonces a aquellos extraviados, y que imponen pautas de conducta acorde con las normas estipuladas por el propio grupo. Muchas veces se forjan en ellos, líderes carismáticos que imponen rígidas reglas a sus miembros y otras tantas veces se convierten en violentas bandas conformadas por gente definitivamente débiles por no estar contenidos en un medio que refuerce su personalidad. Desde un punto de vista contrapuesto, la debilidad de valores humanos verdaderos que identifica a las sociedades modernas, es explotada con óptimos resultados por el sistema comercial capitalista. Este, haciendo uso y alarde de sofisticadas publicidades, aprovecha las truncadas necesidades de la gente para “venderles lo que necesitan”: autoestima, calidez, aprecio o

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en general todo lo que significa ausencia de valores. El mensaje consciente y subconsciente del vendedor al comprador es que en la acción de la compra “hay una compensación personal más allá del valor intrínseco del producto”. “Se cuestiona la hipótesis de que el comportamiento del ser humano en su faceta de comprador de productos anunciados sea lógico racional, puesto que la realidad nos demuestra que el factor emocional es, en numerosas ocasiones, más resolutivo que el racional” (Wikipedia).

No creemos que sean necesarios más elementos para comprobar nuestras aseveraciones de que las personas en general son sumamente maleables y de ahí la imperiosa necesidad de crear marcos y sistemas en los cuales reinen normas morales y éticas adecuadas, que estén basadas en valores tales como: sabiduría, prudencia, sensibilidad, apertura, tolerancia y por sobre todo. Además creemos imprescindible desarrollar un gran sentido de la crítica, la auto critica, responsabilidad para con el “otro” y discernimiento entre lo verdadero y lo falso.

Consideramos importante, no aceptar jamás ninguna aseveración, sin reflexión y sin ser recapacitada. El conocimiento profundo puede ser lo único que prevenga a todo ser humano sobre la veracidad de algo y en particular en cuanto a las doctrinas de moda. Debemos insistir y emular el sabio dicho de Sócrates: “Solo sé que no sé nada” y seguir machacando y aprendiendo sin fin. Abogamos entonces por sociedades que otorguen a sus miembros normas y guías que conduzcan al individuo a desarrollar plenamente sus capacidades de discernimiento y sus cualidades personales.

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Pero amén de ello, no debemos olvidar uno de los aspectos más críticos, ética y moralmente, que fue olvidado por muchos milenios y que se refiere a la terrible situación de la mujer en la sociedad. Durante miles de años e incluso hasta nuestros días, en amplias partes de la sociedad humana, el 50% de las personas que conforman la humanidad son brutalmente discriminadas. No solo que padecen del escarnio y del rechazo, sino que la mujer ha sido reducida a un estado de mero objeto y que está a disposición del hombre de turno que la domine. Este estado de cosas se denomina: Paternalismo. Como veremos más adelante, rechazamos absolutamente el concepto de que esta cultura ha sido fruto de la naturaleza misma, pues creemos que en ella tal diferencia ética simplemente, no existe. Desde los inicios de la historia, quienes la han escrito no estaban interesados en esa verdad.

Los tiempos olvidados

Los progresos en las ciencias sociales como en la arqueología, nos están permitiendo corroborar por primera vez lo que ya se sabía instintivamente por conjeturas y estimaciones. Mucho antes de la Historia Moderna y de la Antigua, conocidas como las civilizaciones clásicas, existieron otras sociedades y culturas, entre cuyas características no estaba el dominio absoluto del varón sobre las mujeres, como aquellas que les siguieron. En dichas sociedades, de acuerdo con los nuevos testimonios, la mujer gozaba de una posición igualitaria a la del hombre.

Hace unos 4000 a 7000 años antes de la nueva era, según todas las evidencias, existía una Europa cuyas ciudades y poblados no solo que “no estaban rodeadas de portentosas murallas

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defensivas, ni tampoco estaban construidas sobre cerros altos y escarpados, sino que estaban ubicados en hermosos entornos de buena tierra y agua, y por la disponibilidad de campos de pastoreo”. Esta frase es una cita de uno de los libros que publicó la arqueóloga y científica, Marija Gimbutas, basados en sus trabajos de investigación que llevó a cabo en muchas partes de Europa a partir de 1946 y durante casi toda su vida activa hasta 1994. Gimbutas demostró fehacientemente, que los pobladores anteriores a Grecia y Roma, no fueron simples “bárbaros”, como muchos historiadores clásicos pretendieron, sino que por el contrario, pertenecían a sociedades progresistas, tal vez más aún que las posteriores. Una de las principales obras de Gimbutas, siendo académica en la Universidad de California, fue “Las Diosas y Dioses de la Europa Antigua”, (Gimbutas, 1982) en la cual cataloga y analiza cientos de hallazgos arqueológicos en un área que se extiende aproximadamente, desde el Mar Egeo y el Adriático hacia el norte, hasta Checoslovaquia, el sur de Polonia y Ucrania Occidental.

“Durante dos milenios de estabilidad agrícola, su bienestar material había ido mejorando gradualmente gracias a su eficiencia creciente para explotar los fértiles valles de los ríos”, afirma Gimbutas. Según esta, aquellos pueblos cultivaban una gran cantidad de productos agrícolas y hasta criaban todos los animales domésticos de la actualidad, excepto el caballo. Desarrollaron técnicas de alfarería y del tallado en piedra y hueso y hasta incluso la metalurgia del cobre. No faltaba tampoco el comercio por medio de barcos a vela, que datan del milenio VI (A.C.) y que se pueden observar en imágenes grabadas en cerámicas. Pero como ya mencionamos, brillan por

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su ausencia, las pesadas fortificaciones y las armas que caracterizaron a las civilizaciones posteriores. Se entiende entonces que aquellas sociedades antiguas, eran esencialmente pacíficas. Tampoco se han encontrado vestigios de daños causados por las guerras, como ser incendios y destrucciones tan típicos de las eras siguientes.

En cuanto a la vida diaria, el testimonio arqueológico indica que el predominio masculino no era la norma, ni tampoco el matriarcado. “Se manifiesta una división del trabajo entre ambos sexos, pero sin una superioridad de uno sobre otro”, escribe Gimbutas, quien además agrega como dato significativo, que en los cementerios antiguos no había ninguna diferencia en el equipamiento de las tumbas de hombres y mujeres, lo cual es un indicativo más de que se trataba de sociedades igualitarias. El compendio de hallazgos de la arqueóloga incluye unas 30.000 figurillas miniaturas provenientes de más de 3.000 excavaciones y que proporcionan información elocuente sobre la vida diaria de sus habitantes. Pero hay un tema que es más que importante en cuanto a estas figurillas: la presencia constante de imágenes femeninas y en especial: la Diosa Madre. Esto nos lleva a una de las civilizaciones antiguas más conocidas y visitadas en la actualidad, la de la Isla de Creta, en la cual se desarrolló a partir del Neolítico, la civilización Minoica. Es aquí en particular, en donde en las obras de arte, se hace notoria la ausencia de temas bélicos, sin imágenes de “nobles guerreros” o escenas de batallas. Tampoco hay huellas de “heroicos conquistadores” arrastrando a sus cautivos encadenados ni otras evidencias de esclavitud. En agudo contraste con los clásicos invasores masculino-dominantes, es una evidencia histórica particular, en

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estas sociedades adoradoras de la Diosa Madre, la ausencia de pomposas tumbas de caudillos ni tampoco trazas de poderosos gobernantes que erigiendo enormes monumentos, acarrean consigo al sacrificio y a la muerte a millares de seres humanos más débiles. Nos referimos entre otros casos, a las tan adoradas como inútiles Pirámides de Egipto y muchas “obras” similares. Como relata la investigadora Riane Eisler en su libro “El cáliz y la espada” (Eisler, p. 1987) “En el arte neolítico, ni la Diosa ni su hijo consorte portan los emblemas que hemos aprendido a asociar con el poder – lanzas, espadas o relámpagos, los símbolos de un soberano y/o deidad terrenal que se hace obedecer a través de la muerte y mutilación. Aún más, es impactante en el arte de este período la carencia de la imaginería gobernante/gobernado, amo/súbdito, tan característica de las sociedades dominadoras. Lo que si encontramos por doquier – en templos y casas, en pinturas murales, en la decoración de vasos, en esculturas, estatuillas de greda y bajorrelieves – es un rico despliegue de símbolos de la naturaleza. Estos, asociados con el culto de la Diosa, atestiguan el temor y admiración por la belleza y misterio de la vida”. En general, las evidencias arqueológicas, señalan que la deidad de una Diosa-Madre es venerada por la mayoría de los pueblos de la época, basado seguramente en la particularidad de la mujer, siendo ella quién biológicamente otorga la vida. Vendría a ser esto una especie de mezcla de politeísmo y monoteísmo, aunque de ninguna manera adquiere las particularidades del absolutismo del Dios Padre masculino. La Diosa tiene diferentes nombres y hasta características dispares en los diversos pueblos. En algunos casos, había más de una Diosa-Madre que eran adoradas

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de la misma manera. Muchos de estos símbolos paganos se pueden encontrar hasta nuestros días en ciertas tradiciones cristianas.

Lamentablemente, muchos estudiosos, adeptos a la teoría de que siempre tiene que existir la división dicotómica entre dominantes y dominados, trataron de explicar que dichas sociedades antiguas de las Diosas femeninas, tenían que ser por fuerza, matrilineales y Matriarcados. Pero las evidencias en estas civilizaciones antiguas se refieren no a una dominación específica de alguno sobre otro sino de una civilización que vive en armonía entre todas las partes naturales de la sociedad. Pero esto no parece ser claramente aceptado como una posibilidad por parte de los historiadores y estudiosos acostumbrados a pensamientos monolíticos. En palabras de Riane Eisler:“...hay unos cuantos que intentan desacreditar o de algún modo redefinir el fenómeno cretense, para hacerlo calzar con aquellos prejuicios generalmente aceptados tales como que la antigüedad era de índole guerrera y (a excepción de los hebreos) menos evolucionada espiritualmente que nosotros, la gran mayoría de los eruditos y ciertamente quienes han hecho algún extenso trabajo de terreno en la isla, parecen incapaces de contener su admiración e incluso asombro, al describir sus hallazgos”. Pero amén de las características equitativas entre hombres y mujeres, parece ser que en Creta se desarrolló una sociedad en donde también reinaba “la más completa aceptación de la gracia de vivir que el mundo haya conocido” (citado por R. Eisler de “El origen de los Dioses: Las maravillas de Creta y Micenas” de J. Hawkes) y por lo demás una distribución equitativa de la riqueza: “El estándar de vida –

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aun de los campesinos – al parecer era alto...Ninguno de los hogares encontrados hasta ahora sugiere la existencia de condiciones muy pobres de vida”. En cuanto a la forma de gobierno, parece ser que era centralizada en varios palacios cretenses. “Pero aquí la centralización no acarreó consigo un gobierno autocrático, ni impuso la utilización de avanzadas tecnologías solo para beneficio de un minoría poderosa, o ese tipo de explotación y brutalización de las masas tan llamativas en otras civilizaciones de la época” - según resume Eisler quien cita también a Nicolas Platon en su “Creta”: “Todos los centros urbanos tenían sistemas perfectos de desagüe, instalaciones sanitarias y comodidades domesticas” - y además - “no cabe duda que en la Creta minoica se llevaron a cabo grandes obras públicas, pagadas con los tesoros reales. Aunque hasta ahora sólo se han despejado unos pocos restos, estos han sido reveladores: viaductos, caminos pavimentados, puestos de vigilancia, refugios viales, cañerías de agua, fuentes, estanques, etc. Hay evidencia de obras de irrigación a gran escala, con canales para llevar y distribuir agua”. Y continua describiendo Platon (citado por R. Eisler): “Toda la vida estaba impregnada por una ardiente fe en la diosa Naturaleza, fuente de toda creación y armonía. Esto condujo a un amor a la paz, horror a la tiranía y respeto por las leyes. Aun entre las clases gobernantes parece haberse desconocido la ambición personal; en ninguna parte encontramos el nombre de un autor adosado a una obra de arte ni un registro de las hazañas de un gobernante”.

Pese a lo antedicho respecto a las sociedades del Neolítico, anteriores al periodo de la Historia Clásica con sus

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civilizaciones tan ponderadas por los historiadores, se sumaron a ellos pensadores occidentales que buscaban una explicación al “progreso” de estas últimas civilizaciones. Entre ellos, surgieron los materialistas que relacionando el adelanto social con la tecnología, creyeron ver en ello la raíz de la evolución de las sociedades. Uno de los más destacados fue el Antropólogo de clara tendencia “materialista”, Lewis Henry Morgan (1818-1881), quien en un destacado libro escribió: “Las últimas investigaciones con respecto a las condiciones iniciales de la raza humana, tienden a la conclusión que la humanidad comenzó su carrera desde lo más bajo de la escala y elaboró su camino hacia arriba desde la barbarie a la civilización a través de una lenta acumulación de conocimiento experimental”. Más aun, Morgan consideró una serie de parámetros elementales relacionados con el progreso lineal de las sociedades humanas, además de los inventos y descubrimientos tecnológicos, como ser: “Subsistencia, Gobierno, Lenguaje, Familia, Religión, Vida de hogar, Arquitectura y Propiedad”. Pero en ninguna parte menciona este autor las características culturales de aquellas civilizaciones en situación de progreso y en particular sus posiciones y acciones con respecto al pacifismo y la vida armónica con la naturaleza. Parece ser que esos aspectos no pueden ser considerados como “progreso”. Como contraposición al concepto materialista que considera la evolución humana, la conocida Antropóloga Ruth F. Benedict (Benedict, 1934), destacó en sus estudios la íntima relación entre el individuo y la cultura a la que está asociado en su vida diaria: “...toda cultura es un total integrado y que posee su propia configuración. A su turno, cada individuo en tal

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configuración cultural porta las características de tal cultura y se conduce de acuerdo a tales pautas”.

Pero retornando a los acontecimientos con aquellas civilizaciones pacificas de la “Europa Antigua”, según Marija Gimbutas y el relato sobre la civilización Minoica en Creta según R. Eisler, encontramos que: “...es importante enfatizar que Creta no fue una sociedad ideal o una utopía, sino una sociedad humana real, con problemas e imperfecciones. Fue una sociedad que se desarrolló milenios atrás, cuando aún no existía nada parecido a la ciencia como la conocemos ahora, cuando todavía los procesos de la naturaleza generalmente se explicaban – y trataban – a través de creencias animosas y ritos propiciatorios”. Y aclara la autora al respecto de los ritos de esta sociedad, en sus notas (cap. 3 – 24): “Como aún es usual en la mayoría de las religiones del mundo, estos ritos minoicos a menudo tomaban la forma de ofrendas rituales tales como flores, frutas, vino o granos. En contraste con hallazgos posteriores en Mesopotamia y Egipto de sacrificios humanos masivos y aparentemente rutinarios (por ej., el entierro de un faraón junto con su séquito de cortesanos y esclavos), el único hallazgo de un sacrificio ritual en Creta...parece haber representado, en palabras de Joseph Alsop, ´una medida desesperada para evitar lo que debe haber parecido el fin del mundo´. De hecho, para los protagonistas del drama recientemente revelado por los arqueólogos, lo era. Los remezones de un colosal terremoto hicieron que se derrumbara el techo (interrumpiendo lo que parece haber sido un sacerdote apuñalando a un mancebo), matándolos a ambos. (Joseph

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Alsop, ´Una perspectiva histórica´ en el National Geographic 159)”.

Nuevamente, lo que pretendemos demostrar y que sigue en este documento una línea constante, es el concepto ético que adoptamos de pacifismo, vida armónica con la naturaleza y entre los miembros de cada comunidad, sin jerarquías ni autoritarismo. Creemos que todos estos valores están dados por la configuración de cada cultura en particular y que sus propios miembros eligieron y conformaron. Según parece y así lo asumimos, tal elección no tiene necesariamente relación con un estado específico de “progreso” material y/o tecnológico de las sociedades. Las comunidades de la “Europa Antigua” según Gimbutas no habían llegado al alto nivel de vida de la Civilización Minoica en Creta y sin embargo en ambas se practicaban pautas culturales similares en cuanto a paz y armonía.

El final y el comienzo de todo

La historia universal parece contabilizarse por millones de años y la existencia de los humanos por decenas de miles, pero luego vienen las denominadas civilizaciones que se computan por miles de años. De aquí entonces, que la historia de los humanos es apenas un pequeñísimo punto en la enorme consecución universal. Por ende, consideramos que los periodos de existencia de una civilización u otra, si fueron extensos o cortos, no tiene mayor importancia para nuestro caso, en el que pretendemos demostrar la realidad de la existencia de sociedades que fueron intrínsecamente pacíficas y que en ellas no hubo dominio masculino sobre sus co-participantes femeninos. Insistimos a su

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vez, que los estudiosos modernos de las sociedades humanas antiguas, estaban imbuidos de prejuicios y preconceptos y por ello acomodaron las conclusiones a las metodologías por ellos utilizadas. A raíz de ello es que somos testigos aun en nuestros días, de definiciones que consideramos erróneas, como ser: “Hasta el inicio de la colonización europea, en el siglo XV, una gran parte del planeta estaba ocupado por “grupos humanos que no pertenecían a ningún estado”. Muchas sociedades tribales se transformaron en estados cuando fueron amenazados, o recibieron la influencia de estados ya constituidos. Algunas "tribus", como por ejemplo los Casitas de Babilonia o los Manchuria de China, consiguen conquistar a estados muy desarrollados y, posteriormente, se integraron dentro de sus estructuras. Es, pues, el desarrollo de la agricultura el que crea las condiciones necesarias para hacer posible la emergencia de sociedades complejas, llamadas "civilizaciones", la formación de estados y la aparición de mercados. Y, de manera paralela, el desarrollo de la tecnología permitió al hombre ejercer un control de la naturaleza y desarrollar sistemas de transporte y redes de comunicación” (Wikipedia). Es decir que lo que se aprecia es solo aquello que estaría relacionado con la civilización europea, como símbolo de progreso y bajo la tutela de un estado organizado políticamente, al mismo estilo. Así mismo es comúnmente aceptado el concepto de un desarrollo cronológico del progreso humano, lo cual rechazaría toda propuesta de sociedades “progresistas” que existieron en tiempos previos a nuestra actual civilización Indo Europea.

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Lamentablemente, y seguramente bajo similares preconceptos, no tuvieron la misma repercusión las amplias investigaciones de estudiosos como Marija Gimbutas, con respecto a las sociedades de su “Europa Antigua”, los descubrimientos en cuanto a la civilización Minoica en la Isla de Creta o del asentamiento poblacional de Catal Huyuk en Anatolia de la actual Turquía, entre otros.

De todas maneras hay evidencias que aquellas sociedades paulatinamente llegaron a su fin, cuando terminaron sucumbiendo frente al poder arrasador de las culturas del Patriarcado, por el cual todo pasó a estar bajo el dominio de la masculinidad. Pero aclaremos, no se trata de una simple posición de una parte del género humano con respecto al otro, sino más bien de un cambio conceptual profundo. Viene al caso la definición del concepto de masculinidad: “En la cultura humana, la masculinidad es el reflejo de la actividad hormonal que genera actitudes y cualidades viriles secundarias que no dejan lugar a dudas sobre la definición del género. La masculinidad se ve reflejada en actitudes corporales y de expresión oral que lo hacen denotarse del resto de su género como un macho dominante, exitoso y sexualmente aceptable. Estas señales tienen la aceptación de la mujer que busca ser receptora del legado genético del macho” (Wikipedia). En lo antedicho, el término que mejor define con respecto a nuestros enunciados, se refiere a las “cualidades viriles” del género masculino, y la relación con el “vigor” que estos ostentan y que significa: “Fuerza o actividad notable de las cosas animadas o inanimadas. Viveza o eficacia de las acciones en la ejecución de las cosas. Fuerza de obligar en las leyes u ordenanzas” (Real

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Academia Española). Es decir, sin más, el dominio por la fuerza, pero que además parece tácitamente entendido que: “esas señales de ´macho dominante` es aceptado y hasta bienvenido por la mujer `dominada` y que por supuesto allí se explican expresamente por ser parte de la “actividad hormonal” del macho.

Creemos también que existe otro error conceptual en cuanto a aquellas sociedades comúnmente denominadas “primitivas”, tal como se refleja en la definición etimológica del termino, “Patriarcado”: “Organización social primitiva en que la autoridad es ejercida por un varón jefe de cada familia, extendiéndose este poder a los parientes aun lejanos de un mismo linaje” (RAE). Decimos “error”, pues como hemos visto en cuanto a las civilizaciones del Neolítico que estudiamos anteriormente, que pese a pertenecer a épocas anteriores a la Historia Moderna, no cabrían para nada en el esquema de Patriarcado, como oficialmente se define, ni tampoco al concepto de “organización social primitiva”.

Marija Gimbutas, imaginó la “Hipótesis de los Kurganes”, refiriéndose a pueblos predecesores de la cultura Indo Europea, que provenientes de las estepas pónticas del lejano noreste europeo, se extendieron por la fuerza, arrasando entre otras, a las civilizaciones pacíficas, desarmadas y desprovistas de murallas defensoras de la “Europa Antigua”. Por su lado la progresista cultura Minoica, vencida por los Aqueos, un pueblo centro-europeo que impuso paulatinamente su cultura guerrera a la civilización Minoica.

El modelo imperialista

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Aproximadamente 3000 años antes de la nueva era, da comienzo el dominio masivo de las entidades paternalistas en forma de portentosos Imperios que impusieron diferentes normas de conducta entre los humanos. Estas estuvieron entonces dedicadas a saciar sus ambiciones expansionistas, con la intención de lograr el dominio y el poder sobre otros pueblos. El instrumento fundamental de estas entidades fue la guerra y por ella sucumbían todos los otros valores humanos. La definición del filósofo francés Joseph de Maitre, es más que significativa: "La guerra es divina en la gloria misteriosa que le rodea y en el atractivo no menos explicable que nos lleva hacia ella. La guerra es divina por la manera como se produce independientemente de la voluntad de los que luchan. La guerra es divina en sus resultados que escapan absolutamente a la razón". O la definición del filósofo del romanticismo alemán, Hegel quien casi santificó el significado de la guerra: “la guerra es bella, buena, santa y fecunda; crea la moralidad de los pueblos y es indispensable para el mantenimiento de su salud moral. Es en la guerra donde el Estado se acerca más a su ideal porque es entonces cuando la vida y los bienes de los ciudadanos están más estrechamente subordinados a la conservación de la entidad común”. No es de extrañar entonces que después de miles de años desde que rigen tales normas de conducta humana se siga pensando como Richard Holmes, que: “la guerra es una experiencia universal que comparten todos los países y todas las culturas”. Es decir, que a ojos de nuestra civilización moderna, aparentemente nunca existió otra forma de relación humana que la guerra, con toda la muerte y la destrucción que trae aparejado.

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Lamentablemente, la lista de Imperios a lo largo de la Historia Clásica humana y hasta nuestros días es sumamente extensa:

Los grandes imperios antiguos:

A partir del III Milenio antes de Cristo surgieron grandes civilizaciones, creadoras de imperios territorial y orgánicamente más vastos cada vez. Los principales núcleos de civilización fueron:

* Antigua China, * Antigua India, * Antiguo Egipto, * Antiguo Perú, * Mesopotamia, * Hatti, * Europa Occidental, * Hebreos y Fenicios, * Asiria y Caldea, * Antigua Grecia, * Etruria, * Celtas

Imperios de Eurasia:

Hacia finales del primer milenio A.C., por una serie de circunstancias, todas las regiones civilizadas de Eurasia se unificaron en varios imperios:

* Imperio Persa, * Reinos Helenísticos, * Imperio Romano, * Partos y Sasánidas, * Bactria

y Kushan, * Imperio Han, * Edad media en Eurasia:

En general las grandes culturas (Imperios) de la época fueron:

* Europa Occidental, * Imperio Bizantino, * Rusia, * Mundo Musulmán, * India medieval, * China medieval, * Japón medieval, * Turcos y Mongoles, * Indochina e Insulandia

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África de los europeos:

Reinos e imperios africanos:

* Malí, * Songhai, * Kush, * Axum, * Zimbabwe

Mesoamérica y el Mundo Andino:

* Los Olmecas, *Cultura Maya y de Teotihuacán, * Imperio Tolteca, * Monte Albán, * Imperio Inca, * Los Quechuas La lista definitivamente no es completa ni detallada y cabría, tal vez, entrar en las peripecias guerreras de cada uno de dichos Imperios y culturas. En otro aspecto y de acuerdo con muchos historiadores y pensadores modernos, los desplazamientos de los pueblos, con sus guerreros a la cabeza, sirvieron como método de intercambio cultural. Según aquellos estudiosos, se puede resumir la Historia Humana como: “una sucesión gradual de descubrimientos y de nuevos inventos, como por desarrollos muy acelerados ligados a cambios de paradigma y a periodos revolucionarios, que finalmente hacen posible la evolución material y espiritual de la humanidad” (Wikipedia).

Por supuesto que, dicho con sarcasmo, los “cambios de paradigmas” se refieren a las influencias de los conquistadores de turno que impusieron con el poder de las armas, tal “evolución material y espiritual de la humanidad”.

En este sentido, creemos que no hay ejemplo más paradigmático y significativo para nuestra tesis, que el Imperio Romano, pues resume en su historia todo lo que los tipos de sociedades

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paternalistas significan. Pero además, porque un gran numero de intelectuales de la historia moderna, la han tomado como modelo denominándola, “Civilización”, y asociando a esta con Grecia, a fin de definir las bases del modernismo. Pero no nos podemos dejar engañar, Roma fue y significó todo lo más aberrante del despojo humano y de la explotación del hombre por el hombre. Veamos algunas definiciones fundacionales:” Roma se fundó el día 11 antes de las calendas de mayo, sería el 21 de abril de 753 a. C. Fundada Roma, ya comenzó a guerrear contra sus vecinos, esta vez por conseguir mujeres, a las que raptaron durante unos juegos en los que invitaron a todos los pueblos Vecinos” (Monografias.com, Roma). O por ejemplo la definición del término, “Imperialismo”, que según la Enciclopedia Británica: “es la política cuya finalidad es la conquista y dominación de territorios y a las gentes que los pueblan y que se oponen a dicha dominación”. Más grave aún, que algunos estudiosos insinúan, es que los hechos de las conquistas, llevan siempre aparejado la sensación de que esto: “no se podría nunca llevar a cabo y más aún resguardar por largo tiempo, sin la participación activa de los propios pueblos bajo la dominación de los conquistadores” (Robert López, El nacimiento de Europa). Esta definición nos lleva de inmediato a una asociación de ideas, según la cual y refiriéndose a los casos de mujeres bajo dominación masculina, se alega muchas veces que: “no sería posible sin la colaboración expresa de las propias mujeres” o como citamos anteriormente, “pareciera ser que estas aceptan plácidamente tal dominación”. No es para nada un desatino recordar que en las sociedades en las cuales domina el género masculino, la parte femenina está obligada a la

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sumisión ante sus hombres. Así, por ejemplo, la mayoría de las religiones conocidas encubren sus propuestas maniqueas, otorgando al hombre las funciones políticas públicas y a la mujer lo privado en el hogar, al cual debe recluirse por propia voluntad.

Roma se dedica entonces a la guerra y a la conquista y el heroísmo de sus guerreros sigue siendo aún en nuestros días tan aclamado: “aquellos hombres que combaten contra todos sus vecinos año tras año son la simiente de una raza de titanes que conquistará el mundo conocido paseando sus estandartes por tres continentes desde Escocia a Arabia, desde Gibraltar hasta Crimea” (Monografías.com, Roma). La soberbia de los historiadores no tiene a veces límites, al ensalzar de manera desproporcionada los alcances de este tipo de imperialismo: “En sus años juveniles llegó la autoridad de Roma hasta los límites más remotos del mundo civilizado y hasta más allá aún, al anexarse a sí misma las tierras bárbaras más fértiles y menos decadentes. En los años de su mayoría de edad, el gobierno romano, se encerró dentro de fronteras fortificadas para defenderse de ataques por parte de nómades y semi – nómades, de los barbaros del norte y del sud, que venían de las tierras de pastoreo y de bosques o de los desiertos donde el olivo nunca florecía. En el oriente estaba el Imperio Persa, más débil y menos sofisticado, gobernado por los mismos principios, pero que hay que respetar mientras. Más lejos aún estaba la muralla China, que se defendía de sus propios bárbaros. Explica así Robert López en su libro “El nacimiento de Europa” y resume: “Esos tres orgullosos estados, Roma, Persia y China, constituían una continua cadena, desde el Océano Atlántico y

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hasta el Océano Pacifico, y cada uno a su turno tomó la función de organizar a los pueblos cultos y de frenar a los pueblos salvajes” (Lopez, 1965).

Así, sin más ni más los intelectuales de la cultura occidental hacen una disección de la Historia Universal, adjudicando automáticamente el papel de “progresistas” a los pueblos dominadores y de “salvajes y bárbaros” a los que vencidos y vejados debieron someterse ante la conquista brutal de aquellas “nuevas culturas”.

Otro historiador importante de la Europa Moderna, atribuye a Roma características culturales avanzadas: “los romanos lograron el poder de la autoridad, mayor aún que lo que Atenas y Esparta pudieron ambicionar y esto fue por ser guerreros de coraje y de sabiduría disciplinada, que se conformaban con poco, de carácter sagaz e inteligentes, vivían vida familiar sana, fieles a las leyes y al orden, por su naturaleza y sus maneras y fieles a las tradiciones de sus ancestros”. H.A.L. Fisher, continua con más adulaciones al férreo carácter que dominaba en la Roma pre – imperial y nos recuerda con gran satisfacción la manera pacífica por la cual se resolvieron los diferendos entre Patricios y Plebeyos, que dominaron el área política romana durante más de 200 años. Y no obstante: “Uno a uno fueron obligados los oponentes a Roma en Italia a reconocer su fuerza y poder aceptando al fin su dominio…ya en el tercer siglo A.C. dominaba Roma a todos los pueblos de Italia” (Fisher, 1935). Al fin, es claro y sabido por todos en la actualidad, la historia de las “cultas” conquistas romanas y como se convirtió,

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definitivamente, en el Imperio “donde nunca se pone el sol”, dicho que significaba su enorme magnitud.

Adorando al Supremo Patriarca

Más de 1000 años antes de la nueva era, un pequeño pueblo que había sucumbido ante el Imperio Egipcio, los hijos de Abraham, prometían ya su absoluto respeto a una sola figura e imagen transcendental, a un único Dios, que poseía características de ente superior. Esa imagen estaba por encima de todo ser viviente y se le consideraba el creador de todo lo existente en el cosmos. Era un ente todopoderoso, omnipotente. Era la representación del Supremo Patriarca Masculino que poseía toda la perfección y el absolutismo del Universo por entero. Era indiscutible. Era un Dios terrible, que podía someter a sus infieles enemigos o a los incautos, a los más terribles castigos y tormentos. En su momento fue magnánimo con el pueblo hebreo que lo concibió por primera vez, cuando “con brazo fuerte” les salvó del oprobio de la esclavitud a la que habían sido sometidos por el Faraón egipcio. Pero por otra parte, cuando en el período de 40 años de consolidación como pueblo en el Sinaí, una parte de ellos decepcionados por las duras condiciones del desierto, decidieron orar a un becerro de oro, fueron castigados duramente. Moisés, el profeta y auto designado hacedor de los designios del todo poderoso, mandó a su hermano Arón con la ayuda de los sacerdotes Levitas, a matar a unos 3.000 de aquellos infieles. Eso para demostrar claramente al resto del pueblo “a quien había que rendir pleitesía”. Desde entonces tanto en el judaísmo, como en las religiones que le siguieron, el Cristianismo y el Islam, rige el miedo visceral como método de asegurar la

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sumisión de los fieles. Pero aun había que reiterar que dicha divinidad tenía identidad masculina, y con este fin se usaron medios aparentemente más sofisticados, aunque mucho más crueles a largo plazo. Se creó entonces el mito del Pecado Original, cuando la mujer Eva, que había sido creada de una costilla del cuerpo del hombre, pasó a ser desde entonces parte inseparable de este, pero además ella le seduce a pecar, desobedeciendo claramente las órdenes del todopoderoso. Lo que en otras circunstancias, podría ser tan solo un simple y fatuo cuento de ignorantes, pasó a ocupar un lugar preponderante en las bases teológicas de todas las religiones monoteístas. Desde entonces y a través de los miles de años transcurridos, el género femenino carga con un fatal estereotipo. ¿Con qué tipo de alimaña no fue comparada? ¿Qué perverso apodo no se utilizó para describirla? ¿A qué tipo de vejaciones no fue sometida? ¿Cuánta impureza representa su presencia? Aquellos espeluznantes estereotipos sirvieron sobre todo para alejar a la mujer, desde entonces, y en algunos lugares del mundo hasta nuestros días, de la parte pública y política de la sociedad.

Estas religiones crearon una serie de parámetros, que sirvieron de guía y método para acrecentar el dominio sobre sus súbditos. Comenzaba con lo que mencionamos anteriormente, la idea del Paraíso, como máxima ambición a la cual el hombre podría aspirar, siempre y cuando cumpliera con los requisitos del sistema. Pero amén de ello, estaba su terrible contraparte, el infierno, en el cual el infiel sería castigado con toda dureza por la tremenda y colosal fuerza del Dios. Toda la humanidad y cada uno en particular se enfrentarían ante el Omnipotente, cuando llegara su turno en el Juicio Final. La aberración que esto

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representa lo definió genialmente Heinrich von Kleist a través de su terrible personaje, Michael Kolhaas que destruye y asesina a diestra y siniestra, obsesionado por lograr la “justicia personal total”. Esta es, según von Kleist: “la prueba del aspecto patológico de la teología política cuando anhela el Día del juicio final” (Kleist, 1811). Y haciendo un punto aparte ¿No estamos ante algo tan actual representado por las actitudes similares del terrorismo mundial? Volveremos sobre este aspecto más adelante, en relación al acontecer de nuestros días.

No obstante, recordemos que las sociedades Politeístas estaban conformadas por varios tipos de divinidades, algunas de ellas también femeninas, bajo ciertas categorías jerárquicas. Pero estos dioses y diosas, muchas veces semejaban seres humanos o animales con propiedades específicas y con sentimientos bastante “humanos” ya que también, como los humanos, competían entre ellos, hacían alianzas o las rompían y combatían, para luego forjar nuevas coaliciones de acuerdo a sus intereses. Frente a estos dioses, las personas podían elegir, dedicándoles ofrendas y a veces sacrificios personales.

Por supuesto que esto no evitó las desmedidas ambiciones del Imperio Romano, en su periodo pagano, y sus dioses no fueron magnánimos con los pueblos conquistados. Pero el Imperio logró su mejor momento y así pasar a la posteridad, cuando Constantino I - el grande, legalizó al Cristianismo en el año 313 D.C. y luego con el Concilio de Nicea del 325 D.C. institucionalizó la Iglesia Cristiana, que fue desde entonces denominada, la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana. De esta manera y homologando a cualquier modelo moderno

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monopolista, el Cristianismo se elevó al estatus de Religión Universal. Esto a diferencia del judaísmo, que pese a todas sus fallas, se limitó a su propio pueblo y a su territorio, pretendiendo significar: “ser un ejemplo para todas las naciones”. Tan exitosa fue la acción de la Iglesia, que desde entonces se erigió en la más rica, propiamente dicho, de todas las Instituciones Religiosas. Además creó para sus fieles un ameno catálogo de símbolos con los cuales identificarse, siendo aunque algunos de ellos un claro ejemplo de una simple antropofagia, como en el caso de la “comunión con Cristo”, en el cual el fiel “come su cuerpo y bebe su sangre”. Su supremacía durante siglos y de allí su soberbia, no le permitió aceptar la existencia de opositores y entonces demostró tener horribles garras, que usó sin ningún reparo.

También los cristianos suprimieron la importancia pública de las figuras femeninas, reservando para ellas apenas la función de cuidar de sus familias, bajo la jurisdicción masculina por supuesto, pues la Iglesia veía en la familia, como en el judaísmo que le precedió, la base programática de sus instituciones.

Una versión interesante del cristianismo fue el Protestantismo, cuyo argumento central parece ser fundamental para el posterior desarrollo del sistema económico que reina hoy en día en nuestro mundo moderno. Según el esquema que desarrolló el sociólogo Max Weber, bajo los principios de la profunda creencia en la “predestinación” y el “ascetismo” como forma de vida, se desarrolló el individuo capitalista, que indiscutiblemente domina hoy en día sobre el planeta.

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Pero a estas religiones monoteístas les sucedió, dados sus principios inamovibles, el Islam, que bajo los designios de su fundador, Mahoma, se declaró a sí mismo como el último Profeta y a la religión que creó, como la única verdad para toda la Humanidad. Si bien las religiones anteriores en las cuales el profeta basó sus principios, utilizaban el miedo ancestral como elemento para establecer su dominio sobre los creyentes, el Islam fue mucho más lejos aún, declarando el absolutismo de su Alá. Mahoma a su vez, el último profeta, reconocía la existencia de sus antecesores hebreos y cristianos, pero declaraba la nulidad del mesianismo de Cristo. El Islam nació en cunas bañadas en sangre, combatiendo a todos sus opositores y borrando físicamente también, a sus maestros judíos que habitaban la península arábiga, de quienes tomó, no en préstamo, los principios que redactó en el libro santo del Islam, el Corán. Pero más aún la trayectoria de esta religión desde entonces indica que su intención es continuar sumiendo a todo el mundo en más y mayores baños de sangre, hasta lograr imponer sus verdades a todo el mundo. Y no obstante, el Islam conoce sus limitaciones, así como las supo Mahoma mismo en su momento y cuando llegó a la conclusión que sus fuerzas eran limitadas en aquellos momentos, optó por una paz temporal, la “Hudna” que declaró en su lucha contra los infieles de Meca y que luego rompió descaradamente cuando sintió que podía vencer y que fue similar a su actitud con los judíos de Medina, cuando ya no necesitó de ellos. Entonces, con la ayuda de beduinos mercenarios, asesinó hasta el último de aquellos; Mahoma prometió a sus combatientes del desierto que toda la riqueza de los judíos, iba a ser de los vencedores y así se

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aseguró fieros combatientes que paralelamente portaban los estandartes del Profeta.

Mahoma, a diferencia de los infieles a los cuales combatía y que exterminaban a las niñas recién nacidas, prometió derechos para las mujeres.

Pero sin titubear un momento, ubicó a las mujeres musulmanas bajo el dominio absoluto de sus hombres, una vez el padre o hermanos y otra su marido. Apoyó la poligamia y también, lo que hoy se considera en occidente por lo menos, un terrible crimen, la pedofilia, él mismo se casó con una niña de 6 años de edad. Estos aspectos decadentes del Islam no escapan tampoco a ciertos críticos provenientes de la misma nación islámica, como la versión de un estudioso del Islam, el intelectual Abdelwahab Medebb, que declara: “el Islam está enfermo y de acuerdo a su diagnosis, el problema es que el Islam promueve el uso de la violencia, en nombre de Dios, para solucionar problemas”(Wikipedia). Debemos aceptar que no se trata de actitudes históricas exclusivas del Islam, pues la violencia “en nombre de Dios”, fue característica de muchas otras religiones, también fuera del monoteísmo. La gran diferencia es que las actitudes violentas promovidas por el Islam, continúan hasta nuestros días, adoptando formas de terror masivo contra poblaciones civiles. El judaísmo aprueba la lucha armada solo si se trata de la defensa de su propio pueblo y territorio. El cristianismo borró de sus anales el uso de la fuerza promoviendo el ejemplo del “amor cristiano”, aunque no siempre la Iglesia está exenta de luchas internas, a veces muy agresivas. Además, el Islam promueve el martirizo entre sus fieles, la conocida

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“Jihad”, que aunque encubierta por una especie de lucha de fe interna de cada fiel, es generalmente comprendida como la “guerra de la Nación del Islam” por su supremacía.

Como ejemplo típico, el escritor egipcio Nagib Majfuz, único premio Nobel del mundo árabe, sus libros fueron declarados ilegales en todos los países árabes, porque el escritor apoyó la firma de la paz con Israel en 1978 y su nombre pasó a ocupar un lugar de la “lista de muerte” de los fundamentalistas islámicos. En 1994 Majfuz fue víctima de un atentado del cual salvó su vida, pero quedó paralitico de su mano derecha, con la cual escribía. Es sabido que todos los ciudadanos de países árabes y algunos países musulmanes no árabes también, sufren de discriminación si profesan alguna otra fe que no sea el Islam. El Corán mismo, en base a las normas y costumbres legadas por Mahoma mismo, sufragaban por medio del pago de impuestos especiales (el Dim`i) gastos de los gobiernos de dichos países. Además del valor del dinero en sí, dichos pagos tienen como finalidad también el disminuir y demostrar como inferior a aquellos ciudadanos infieles. Las Iglesias y las Sinagogas, además, deben ser siempre mas bajas que el minarete de cualquier Mezquita musulmana. En este sentido podemos decir que en cuanto al Islam, todo y todos son fundamentalistas. El Islam además, reacciona violentamente a todo tipo de crítica, como lo fue en algunos sonados casos.

El patriarcado de occidente

Lo narrado hasta este párrafo, viene a oficiar de preámbulo a lo que interesa al fin, en nuestros análisis: el estado actual de la humanidad. De allí deduciremos finalmente, nuestra Propuesta.

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Cabe pintar ahora, en leves y rápidos trazos, el cuadro de los acontecimientos fundamentales que llevaron a la actualidad. Ante todo, la brutal y paulatina invasión del barbarismo paternalista, que impuso reglas de juego que siguen vigentes hasta nuestros días, con breves variantes “cosméticas”. La simbología de la dominación por la fuerza, iniciada por las hordas imperialistas pasó al fin por el tamiz de las modernas teorías del mercado. Primero por obra y arte de las conquistas colonizadoras de las nuevas potencias desde el medioevo, cuyas finalidades eran apoderarse de especias y materia primas, apetecidas por los nuevos ricos europeos. En el interín, con sus pesadas botas y sus filosos sables, destruyeron en el camino todo signo de vida de los pueblos “salvajes” que la conquista dominó, imponiendo a su vez, sus propias pautas “culturales”. Pueblos enteros fueron diezmados y puestos a trabajar en condiciones de esclavitud extremas, a fin de satisfacer los enormes apetitos de las potencias “civilizadas”.

En su libro “La venas abiertas de América Latina”, narra Eduardo Galeano uno de los más tremendos y absurdos acontecimientos de la historia; la brutal conquista de América Latina por parte de España, cuyos expresos fines eran las riquezas del continente y que fueron extraídas a pura fuerza indígena. Como un ejemplo de toda la maraña de explotación, desde todo el continente, esta vez desde las entrañas de la sierra pre-andina, veamos como lo explica este autor: “Dicen que hasta las herraduras de los caballos eran de plata, en la época del auge de la ciudad de Potosí. De plata eran los altares de las iglesias y las alas de los querubines en las procesiones…en Potosí la plata levantó templos y mansiones, monasterios y

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garitos, ofreció motivo a la tragedia y a la fiesta, derramó la sangre y el vino, encendió la codicia y desató el despilfarro y la aventura…para arrancar la plata de América, se dieron cita en Potosí, los capitanes y los ascetas, los caballeros de lidia y los apóstoles, los soldados y los frailes. Convertidas en piñas y lingotes, las vísceras del cerro rico alimentaron sustancialmente el desarrollo de Europa…entre 1503 y 1660, llegaron al puerto de Sevilla 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata. La plata transportada a Europa en esa época, excedía tres veces el total de las reservas europeas…aquella sociedad potosina, enferma de ostentación y despilfarro, solo dejó a Bolivia la vaga memoria de sus esplendores, las ruinas de sus iglesias y palacios y, ocho millones de cadáveres de indios. En 1581, Felipe II, había afirmado ante la audiencia de Guadalajara, que ya un tercio de los indígenas de América había sido aniquilado, y que los que aún vivían se veían obligados a pagar tributos por los muertos…la esclavitud grecorromana resucitaba de los hechos, en un mundo distinto” (Galeano, 1971).

Pero esta barbaridad narrada, apenas si representa una ínfima porción de la criminalidad conjunta de aquellos imperios europeos, en detrimento de la humanidad toda. Al mismo tiempo, la propia Europa estaba sumida en la podredumbre de una sociedad feudal dividida por los ricos y aristócratas que todo lo poseían y los embrutecidos campesinos y los artesanos de las ciudades, derrumbados bajo la presión del servilismo a los nobles y encumbrados. El escritor Peter Prange, describe en su novela “La filosofa”, basado en la historia del pensador francés Denis Diderot, el aspecto que presentaban los barrios pobres de

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Paris, y también las consecuencias de las cuales en realidad sufrían todos los habitantes de la ciudad, aún los más ricos y poderosos: “Los intestinos del gran pulpo, fermentaban de manera peligrosa. Día tras días se llevaban a cabo en las Iglesias de Paris 5000 misas acompañando las almas de muertos en sus caminos al paraíso, mientras que en las calles y callejones, se desplazaba el olor a azufre. ¡Resentimientos y conflictos eran cosa común! Y mientras los curas que leían sus homilías dictadas por los obispos, que prohibían comer huevos en días de ayuno, en los salones negaban los libre- pensadores la existencia de Dios todopoderoso. Los ricos, que durante el día se jactaban en sus elegantes carrozas, mientras recorrían plácidamente el Bosque de Boulogne, no podían sentirse igualmente seguros durante las noches, cuando bandas de asaltantes se escudaban en las penumbras de la noche…¿es que estas diferencias, que clamaban al cielo, eran la voluntad de Dios? ¿O tal vez eran los resultados del orden que los seres humanos organizaron durante siglos? La población de Paris estaba dividida en clases separadas totalmente entre ellas, como por paredes invisibles. La clase más débil numéricamente, pero no en cuanto a su significado, era el de los príncipes y nobles de alta alcurnia; detrás de ellos estaban los que vestían capas y togas – sacerdotes, jueces – y los siguientes eran los dueños de capitales y seguidamente los propietarios de negocios y comerciantes, los artistas, los artesanos, los asalariados y los sirvientes; al final de la lista estaba la chusma, la muchedumbre. ¿Pero en donde comienza la muchedumbre? Vagos y desocupados había en todas las clases. Tantos eran los de la nobleza, que podían fácilmente demostrar su alcurnia

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hasta los días de Adán y Eva, ¡se espantaban ante todo trabajo como las polillas del fuego! Detrás de ellos estaban los señores de la clase media, que adjudicaban sus títulos a hechos heroicos de algún antiguo Padre antecesor ya olvidado, solo para que puedan seguir reposando apaciblemente durante el resto de sus días. Bajo estos las bandadas de empleados, trabajadores de juzgados y los escribientes – todos los aduladores y perseguidores de honores, que toda su contribución al estado consistía en aumentar la carga de los impuestos. La Iglesia mimaba al numeroso grupo de aprendices de sacerdocio, que venían de las escuelas como negros nubarrones sin traer nunca ninguna utilidad a alma humana alguna. Los médicos iban de casa en casa con sus instrumentos haciendo sangrías a todos, sano o enfermo, por un módico precio. Las gentes de las finanzas – desde los autorizados a cobrar impuestos y hasta el más pequeño prestamista – caían sobre sus víctimas como un enjambre de víboras y chupaban su sangre. Cuando la vista capta a todas esas personas, cuya labor diaria no produce ningún beneficio salvo miseria; todos los propietarios y los recaudadores de impuestos, que no conocen otra ocupación más que dormitar; todos los jueces y abogados dispuestos al soborno, a los conductores de carrozas, los carreros y los jóvenes peones de establos; y cuando se agrega a este enorme ejercito de vagos también las infinitas bandas de monjes, sacerdotes de categoría y servidores de catedrales – solo entonces se puede comprender, con espanto, cual es la verdadera situación de la capital del reinado”. Y de boca de un pequeño personaje de la novela, describe el autor la abismal diferencia entre la riqueza de un famoso Palacio y los barrios

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bajos de Paris: “El infante, que nunca antes vio la pobreza y la miseria en las calles de Paris y no conoció las pestilentes viviendas, los nauseabundos baños ni las humeantes y roñosas cantinas; le parecía que el lujo del palacio era lo mismo en todo el mundo. Las salas y las filas de habitaciones, no le impresionaban gran cosa, tampoco las pinturas, las estatuas y las antigüedades. No le llamaban la atención los espejos adornados de oro, ni de los ricos palios y ni siquiera de la enorme cantidad de platos que eran servidos a su mesa. Incluso las carrozas de ceremonia, adornadas con los emblemas del estado, no impresionaban al niño cuando pasaban a su lado, mientras jugaba en los jardines del palacio” Pero más deprimente aun es la descripción que hace el autor, Prange, de los paisajes de Paris, que se descubrían ante los ojos del viajero: “Un pesado olor a podredumbre colgaba sobre Paris, corría por sus callejuelas y calles, se amontonaba en las plazas, fermentaba y se convertía en un pegajoso e inamovible bloque…ninguna brisa corría como para refrescar el aire y darle nueva vida ¿y de donde podía venir tal brisa? el aire estaba contaminado de los vapores de los mataderos y las pescaderías, de los pozos negros y los cementerios y estaba apresado en las angostas e intrincadas calles, sin poder condensarse. Las casas construidas en los puentes sobre el rio, evitaban que el viento pase al otro lado de la ciudad y así poder quitar el aire contaminado. Cada paso que se daba, cada bocanada de aire que se inhalaba, eran perseguidos por la pestilencia de los muertos en vida, la fetidez de las ciénagas, heces y sangre”. Finalmente, el escritor describe las consecuencias inevitables de tal aberrante estado en el cual

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estaba sumida Europa toda y que llevó a uno de los más terribles acontecimientos de sangre que iniciaron, algún posible cambio futuro: “Una nueva época comenzó. La tormenta de la revolución pasó ya por sobre Francia…fueron aquellos, cinco años de furia y destrucción que estaban destinados a dar por tierra con los fundamentos de la sociedad…la dirigencia de aquel estado, estaban ilusionados que estaban seguros bajo la protección del Dios, pero tal benevolencia se desvaneció en unas pocas décadas, tanto en los cielos como sobre la tierra. El edificio del poder putrefacto y enmohecido desde sus fundamentos y hasta sus muros, no soportó las fuerzas de la tormenta de la rebelión, que se despertó en el pueblo y cayó para siempre” (Prange, 2004).

El patriarcado del lejano oriente

Como ya hemos subrayado, nuestros argumentos están dirigidos a demostrar la tremenda influencia de las ideas éticas y las normas sociales que de ellas se desprenden y que hacen al comportamiento de los individuos que conforman las sociedades.

Debido a que nos interesa sobremanera el presente y al final un esbozo de futuro, es más que imprescindible hacer mención del Lejano Oriente, como los occidentales prefirieron denominar en perfecta relación con su centralista disposición geográfica. Nos referiremos en particular a algunas de aquellas naciones, que se destacan hoy en día por su tremenda y creciente influencia: China, India, Japón y Corea; pero no dejamos de apreciar, también, a muchos otros pueblos y naciones de la región. En general se trata de pueblos con una trayectoria histórica

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milenaria, que se desarrollaron casi sin influencias externas occidentales y hasta en cierta manera superaron a aquellos. Y no obstante se puede trazar un paralelo con las anteriores mencionadas civilizaciones y culturas, en cuanto a que también las estructuras sociales de estas naciones del oriente, fueron y lo son aún, patriarcados. China y Japón, pero también la India y Corea, tuvieron a sus cabezas toda clase de emperadores, reyes y nobles en general, que ejercían el poder absoluto. Las dinastías de China, como los emperadores japoneses a su turno, poseían la propiedad de todas las tierras y eran dueños absolutos de sus súbditos, que rendían pleitesía a los soberanos. La absoluta mayoría de los habitantes de China, en particular, eran campesinos que vivían subyugados en un estado de permanente esclavitud.

En el siglo 5to. A.C., surge una de las figuras más influyentes en la historia china, el filósofo Confucio, literalmente llamado “Maestro Kong” quien introdujo una serie de principios éticos y morales, no una religión. Los principios confucianos hicieron mella no solo en China, sino en muchos otros pueblos y naciones de la región, pero en particular en Japón y Corea, países que nos interesan en este estudio.

La esencia de sus enseñanzas se puede condensar en los siguientes principios: “...la buena conducta en la vida, el buen gobierno del Estado (caridad, justicia, y respeto a la jerarquía), el cuidado de la tradición, el estudio y la meditación. Las máximas virtudes son: la tolerancia, la bondad, la benevolencia, el amor al prójimo y el respeto a los mayores y antepasados. Si el príncipe es virtuoso, los súbditos imitarán su

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ejemplo: gobernante/súbdito; marido/mujer; padre/hijo. Una sociedad próspera sólo se conseguirá si se mantienen estas relaciones en plena armonía. La base de la doctrina confuciana es recuperar a los antiguos sabios de la cultura china e influir en las costumbres del pueblo” (Wikipedia). Confucio pretendía dotar, en particular a los dirigentes, de una serie de principios que les podrían convertir en excelentes mandatarios, cuyos deberes deberían ser:

1. Amar al pueblo, renovarlo moralmente y procurarle los medios necesarios para la vida cotidiana

2. Por este motivo, debe servirse en primer término como soberano a “Aquel que es el Primer Dominador”.

3. Cultivar la virtud personal y tender sin cesar a la perfección.

4. En la vida privada como en la pública, observar siempre el sendero superior del “Justo Medio”.

5. Tener en cuenta las dos clases de inclinación propias del hombre: unas proceden de la carne y son peligrosas; las otras pertenecen a la razón y son muy sutiles y fáciles de perder.

6. Practicar los deberes de las cinco relaciones sociales (explicadas más abajo).

7. Tener por objeto final la paz universal y la armonía general.

Las obligaciones del mandatario al ejercer su autoridad, estaban homologadas por la exigencia de absoluta lealtad por parte de los súbditos del estado, pero no solo esto. Confucio establecía claramente un modelo jerárquico en el que dominaban las relaciones entre los pares: “Entre gobernador y ministro; Entre padre e hijo; Entre marido y mujer; Entre hermano mayor y

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hermano menor; Entre amigos”. Y en resumen: “Estas relaciones tienen, además, una característica principal: Mientras el superior tiene la obligación de protección, el inferior, de lealtad y respeto. En último término, todas las personas están sujetas a la voluntad del cielo (tiamchi; t’ien-chih), que es la realidad primera, la fuente máxima de moralidad y de orden”. Es decir que Confucio veía como imprescindible la existencia de un orden establecido, basado en jerarquías y en el cual “cada uno tendría que saber su lugar”. Y de allí que Confucio admite tácitamente la existencia de personas de carácter superior, que aunque según sus preceptos deben “ganarse” tales prerrogativas, pero a la par y por debajo de aquellos existen los que deben obedecer y ser leales “ganando” a su vez, con sus esfuerzos personales, la protección prometida por quienes les gobiernan. Una de las conocidas citas adjudicadas a Confucio, lo explica así: “El hombre más noble es digno, pero no orgulloso; el inferior es orgulloso pero no es digno”. La revolución comunista del 1949 tuvo que confrontarse con tales pautas culturales y éticas tan enraizadas en el pueblo, pero: “A pesar de que eran revolucionarios conscientes, no pudieron escapar completamente de la cultura en la que había nacido. Los nacionalistas, así como revolucionarios, no tenían intención de transformar a China en una réplica de cualquier país extranjero. Ellos tenían una actitud ambivalente hacia el pasado de su país y su sociedad tradicional, condenando algunos aspectos y elogiando a otros...además, como administradores prácticos, los líderes de 1949 dedicaron mucha

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energía y atención al cambio de algunos aspectos de la sociedad tradicional, como la propiedad de tierra rural y el contenido de la educación, dejando otros aspectos, como la estructura de familia, en gran parte sin tocar...la armonía social debe ser conseguida dentro del estado, cuyos administradores conscientemente seleccionan las políticas apropiadas y las acciones necesarias para educar tanto en cuanto a las reglas individuales como en cuanto a las masas...El Confucionismo afirmaba que entendía al modelo inherente a la organización social y política y por lo tanto concebía que las autoridades tenían todos los derechos y la obligación para dirigir la sociedad y el estado” (Wikipedia). Creemos que según lo antedicho, podemos deducir fácilmente qué tipo de individuo conforma la sociedad, basada en los principios Confucianos. Es decir, una sociedad en la cual cada uno de sus componentes son conscientes que dependen mutuamente unos de otros y entonces en sus labores actúan perfectamente sincronizados como en la mejor y más exacta maquinaria. Siguiendo este ejemplo metafórico, los dispositivos de control, funcionando bajo un plan predeterminado, supongamos un programa computado, reparten órdenes a cada una de las partes de la gran máquina que controlan y estas a su vez llevan a cabo sus misiones específicas. Por supuesto que el sistema otorga a cada parte seguridad y protección, pero a cambio de lealtad y disciplina. La opinión y las ideas personales de los individuos no tienen lugar alguno, salvo que dadas sus propias categorías en el entorno social, estén “capacitados” para ello. Hasta aquí el caso de China y sus semejantes, Japón y Corea.

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Mucho más trágico, pero indudablemente más perjudicial, es el sistema de castas que aún rige en la India y que separa estructuralmente a la nación como un todo en clases pseudo - sociales, cuya interacción es un modelo de dominio de una por sobre otra: “Casta (en sánscrito = varan, literalmente ‘color’ (visto como una cualidad) corresponden a una forma de estratificación social, establecida en forma tradicional y prescripta, por el hinduismo en la india, la cual clasifica a las personas dentro de la sociedad en cuatro grandes grupos. En forma general casta se refiere a cualquier forma de estratificación que pone énfasis en factores heredados o de nacimiento del individuo para clasificarlo socialmente... El hinduismo enseña que los seres humanos fueron creados de las diferentes partes del cuerpo de una divinidad (Brahma). Dependiendo de la parte del cuerpo de donde los humanos fueron creados, éstos se clasifican en cuatro castas básicas, las cuales definen su estatus social, con quién se pueden casar, y el tipo de trabajos que pueden realizar. A pesar de que varios reformadores sociales han tratado de abolirlo, el sistema de castas continúa siendo una característica indeleble de la sociedad india” (Wikipedia). Las cuatro castas fundamentales se reconocen así:

Los brahmanes (sacerdotes, maestros, académicos) son la casta más alta, que —según ellos— salieron de la boca de Brahmā. Los chatrías (clase política-militar), que salieron de los hombros de Brahmā.

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Los vaishias(comerciantes, artesanos y agro ganaderos), que se formaron de las caderas de Brahmā. Los shudrás (siervos y los obreros), que provienen de los pies de Brahmā.

Pero por sobre todo, está la más inferior de todas las castas, los “Dalits”: (parias, mlechas) son los intocables, una clase tan baja que se considera fuera de los varnas. Los hindúes consideran que los dalits son tan bajos como el mar. Y hasta alguna vez existían también los invisibles: “En algunas partes de la India aparte de los intocables, existía una casta de personas "invisibles", que únicamente podían salir a la calle de noche. La base de toda la idea de las castas está en que: “cada 'varna' o casta, tiene sus propias reglas de vida o "senda del deber" (dharma). Al morir el cuerpo, el alma afronta su destino transmigrando a un ser inferior o superior (karma). Quienes siguen fielmente la "senda del deber", dharma, se encontrarán un poco más altos en el cuerpo de Purusha en la próxima reencarnación. La violación de "la senda del deber", dharma, lleva a un descenso en la próxima reencarnación del alma, hacia el rango de paria o incluso a la reencarnación en un animal”.

Fin del principio - principio del final

¿La historia llega a su fin? Puede ser, pero una vez mas comienza otro párrafo de la misma cosa que surgió una vez, como si se tratara de un axioma.

No compartimos la definición de “historicismo” de Karl Popper de que se trata de: “Una aproximación a las ciencias sociales

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que asume que la predicción histórica es su objetivo principal...”. Nuestra concepción de las cosas históricas no presupone un “desarrollo” objetivo, sino mas bien una consecuencia de las ideas que se forjaron en ciertas épocas, se impusieron por sobre otras y en nuestro caso, por el uso de la fuerza y la coerción. Tampoco concordamos con el “materialismo histórico”, pues como hemos señalado con ejemplos particulares, los progresos logrados por ciertas sociedades antiguas fueron malogrados por los imperios que las destituyeron. Recordemos solo el caso de los trabajos científicos que sucumbieron bajo las hogueras en la Biblioteca de Alejandría y entre ellos aquel que incluso ya entonces, medía la redondez de la tierra con admirable exactitud.

Lo que sí pretendemos es remarcar el triunfo rotundo del Patriarcado, que con ciertas variantes continúa hasta nuestros días. Mencionamos anteriormente a los Imperios con sus soberanos absolutistas, que aunque no optaban por imponerse étnicamente, destruyeron culturas nativistas cuando estas contrariaban los designios imperiales. Pero a la sazón, surgieron las religiones monoteístas que bajo la bandera del único y absoluto Dios, sometieron a los pueblos conquistados bajo promesas de paraíso o, de lo contrario, “atenerse a las consecuencias” de caer en terribles infiernos. Así durante años y siglos, una inmensa parte de la humanidad quedó sumergida en la ignorancia y la miseria. Primero eran los dioses paganos pero con facciones humanas o animales y luego un invisible, todopoderoso y omnipotente Dios que aterraba.

Pero nada parece ser eterno y un buen día algo se hizo trizas, una imagen reflejada en las aguas de un lago, que se rompió en

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pedazos en algún lugar del cosmos, por una piedra que alguien lanzó. No sabemos bien si esto ocurrió, pero podemos hacer conjeturas. ¿Quizás un pastor en alguna Isla de la Grecia antigua o las sombras que veía reflejadas en las paredes de una caverna? Tal vez no lo sabremos nunca, pero tampoco tiene importancia donde ó como ó sí el hecho mismo que a partir de un instante cualquiera dio comienzo a una nueva era y algo a su vez desapareció. O tal vez, parafraseando al científico: “En la naturaleza nada se crea nada se pierde, todo se transforma”. Queremos significar que el Patriarcado no terminó entonces sino que fue reemplazado por otro, tal vez más sutil, más elegante, pero a su vez más peligroso y temerario.

Aclaremos, nos referimos al desarrollo del conocimiento humano, al dominio de las ciencias y lo que se manifiesta como su efecto final y definitivo: el dominio, por parte del hombre, de manera cada vez más notoria y creciente, de la naturaleza misma. Ante el terror ancestral del hombre por los efectos de la naturaleza, las tormentas o los vientos, las sequias para los campesinos, los estragos causados por animales salvajes, las heladas o la falta de agua, el hambre y la muerte por inanición y cuantos más estragos ante los cuales aquel se encontraba prácticamente indefenso. De pronto alguien pudo dar alguna explicación lógica, aunque fuera mínima, pero que por otra parte, no dependía de ninguna imagen mítica o divina. De inmediato un invento mecánico reemplazó la mano del obrero y multiplicó sus fuerzas. Más tarde otro humano, tal vez motivado por los logros de aquél, imaginó ilimitadas posibilidades, que hasta entonces estaban solo bajo la voluntad y el poder de los dioses. De hecho, creemos que cabe reproducir aquí el cambio

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producido en las deidades tal como lo concibió Friedrich Nietzsche en: “Así habló Zaratustra” (1884):

“Muertos están todos los dioses, ahora queremos que viva el superhombre”. Pero previamente reconoce el hombre de boca de Zaratustra:

“Estoy hastiado de mi sabiduría como la abeja que ha recogido demasiada miel, tengo necesidad de manos que se extiendan” Y reanuda su cuestionamiento cuando se encuentra frente a un santo que sigue, a pesar de Zaratustra, con las antiguas creencias y supersticiones:

“¡Será posible! ¡Este viejo santo en su bosque no ha oído todavía nada de que Dios ha muerto!” ¡No! ¡Definitivamente no! ¡Dios no parece muerto! Nietzsche solo anuncia el nacimiento de una nueva divinidad... ¡el superhombre! Y aun cuando el filosofo declara fervientemente que: “La última cosa que yo pretendería sería «mejorar» a la humanidad”, creemos que esa es exactamente la forma que la humanidad interiorizó los logros de los hombres, que portando el estandarte del conocimiento, las ciencias y sus aplicaciones tecnológicas, les denominó: progreso.

Pese a todas aquellas “novedades”, en el mundo de las divinidades, muchos creyentes seguían absortos y convencidos del omnipotente, y su única verdad posible. O como lo testimonia Rashel en su diario (personaje principal de “Le village de l`Allemand” de Boualem Sansel): “Las personas que encontré me dijeron todas aquellas cosas que alivianan el dolor y que adjudican al trágico y ancestral destino del hombre, sin el cual no vale nada, como un robot que anda por el desierto y se

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oxida: “a Dios pertenecemos y a él retornamos...no somos mas que polvo y se lo lleva el viento...nadie sabe que le espera después de la muerte...crean en Dios, él es la vida y la resucitación de los muertos...Alá nunca abandona a sus creyentes...” (Sansel, 2008). Y pese a todo, con perseverancia y no con pocos éxitos, el andar del superhombre parecía inamovible, impertérrito frente a su destino, convencido de si mismo al decir de Nietzsche (El anticristo, 1888):

“¿Qué es bueno? Todo lo que acrecienta en el hombre el sentimiento de poder, la voluntad de poder, el poder mismo”. ¿Qué es malo? Todo lo que proviene de la debilidad. ¿Qué es felicidad? La conciencia de que se acrecienta el poder; que queda superada una resistencia. No contento, sino aumento de poder; no paz, sino guerra; no virtud, sino aptitud (virtud al estilo renacentista, virtú, virtud carente de moralina). Los débiles y malogrados deben perecer; tal es el axioma capital de nuestro amor al hombre. Y hasta se les debe ayudar a perecer” (Nisztche, 1888).

No creemos de ninguna manera que este filósofo alemán haya pretendido ser el antecesor del peor régimen antihumano que haya existido nunca. Por otra parte tampoco podemos dejar de imaginar la soberbia de quienes, erigiendo la más perfecta maquinaria de muerte, la del nazismo alemán, se consideraron así mismos como el superhombre de Nietzsche.

Boualem Sansel, el escritor Argelino acierta al resumir el modelo de aquel superhombre y lo compara con sus semejantes islamistas, en su libro “Le village de l`Allemand”: “Hitler era el Fhürer de Alemania, una especie de Gran Imam, con sombrero

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de oficiales y traje negro. Cuando tomó el poder, trajo consigo una nueva religión, el nazismo. Todos los alemanes colgaron de sus cuellos una cruz esvástica, que era un símbolo: Soy nazi, creo en Hitler, vivo a través suyo y por él. Eso significaba que quién no se colgaba la cruz en el cuello, era condenado a muerte. Hitler prohibió muchas cosas a los alemanes, justo como el Imam del barrio nuestro y sus veredictos y después que los domó como se debe, cuando se convirtieron en verdaderos nazis, locos por su religión y por el Fhürer, este declaró que los judíos, los extranjeros, los inmigrantes, los enfermos, los mancos, los inválidos...y (toda clase de debilidades más)...deberán desaparecer. Todos ellos son impuros, de razas inferiores, no estaban capacitados para vivir y los padres que les dieron vida, deberían quemarse en el infierno. Hitler ordenó a todos los judíos de Europa, ponerse una estrella de David amarilla sobre sus pechos, para que la policía pudiese deshacerse de ellos más fácilmente. A todas esas personas, millones de seres humanos, las pusieron dentro de hornos especiales, como los que se usan para incinerar la basura del barrio, pero mucho más grandes, enormes. ¿Se imaginan ustedes las escenas? Millones de personas, hombres, mujeres y niños, cazados en las calles como conejos, encerrados en enormes estadios, grabados sus brazos con un numero, trasladados como animales en trenes y camiones a los Campos de concentración y muerte...” (Sansel, 2008).

Sin lugar a dudas, las escenas de la época nazi, tal como las narra el personaje de Sansel, son imposibles de digerir por cualquier persona que se precie de ser humanamente sensible, pero no es la destrucción y asesinato de seres humanos en sí lo

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que pretendemos analizar, sino la forma, la manera, el mecanismo científico y el uso de la tecnología moderna. Todo ello sirviendo a las más bajas pasiones humanas. La historia humana esta saturada de ejemplos de genocidios y de destrucción absurda de miles y millones de seres humanos, en casos de guerras, conquistas, revueltas y cuanta acción de violencia podamos imaginar. Lo que diferencia el caso del nazismo, que Sansel proyecta a su vez en el Islam, por pretender este la destrucción de los “infieles” a Mahoma, es el método “científico-industrial” con el cual se emprendió el proyecto Nazi. En todo caso ambas son fruto de pasiones irracionales, aún cuando la Europa de la segunda guerra mundial, pretenda pertenecer al mundo racional de las ciencias, mientras que el Islam es considerado parte del mundo mítico irracional.

Pero volvamos a retomar el hilo de nuestras ideas. El inicio del conocimiento científico que iba a cambiar totalmente la faz de la humanidad, tuvo sus duros inicios al tener que enfrentarse al fanatismo de las religiones. La condena de Galileo en 1633 por sus descubrimientos que contrariaban los dogmas de la Iglesia, como previamente con Giordano Bruno, no consiguieron al fin dar por tierra con el progreso del cientifismo. Mas luego la Revolución Francesa tendría que terminar con el feudalismo e instaurar seguidamente la Revolución Burguesa que llenó el vacío que dejaron las clases decadentes. Pero todo ello fue la antesala de la Revolución Industrial que al fin instauró la producción en masa y que suponía una solución a la pobreza de Europa.

Denis Diderot, uno de los prominentes filósofos anteriores a la Revolución Francesa, dedicó su vida casi por entero al

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monumental trabajo de crear “La Enciclopedia” junto con D’Alambert y en 1755 escribió en el tomo 5to. Tomo: “He dicho que sólo a un siglo filosófico le correspondía intentar una Enciclopedia; y lo he dicho porque esta obra exige en todas sus partes más audacia de espíritu de la que suelen tener los siglos de gusto pusilánime. Hay que examinarlo todo, removerlo todo, sin excepción y sin miramientos (...) Hay que pisotear todas las viejas puerilidades; derribar las barreras que la verdad no haya alzado; devolver a las ciencias y a las artes la libertad que le es tan preciosa (...) Hacía falta un tiempo razonador en el que no se buscasen las reglas en los autores sino en la naturaleza (...) Y sin embargo no faltaban en esta obra como en todo el cientifismo, las pasiones que muchas veces como en los asesinos actos violentos de Robespierre durante la inminente revolución en la que corrieron ríos de sangre (lo que los británicos denominaron “la etapa del reinado del terror”. Y sin embargo Diderot el justo filosofo aclama los actos de pasión: “Se increpa sin fin contra las pasiones; se les imputa todas las penas del hombre y se olvida que son también la fuente de todos sus placeres. (...) sólo las pasiones, y las grandes pasiones, son las que pueden elevar el alma a las grandes cosas. Sin ellas no hay nada sublime ni en las costumbres ni en las creaciones, (...)” (Diderot, 1755). Y frente a ello, la Iglesia se defiende mientras emprende la retirada: “La enciclopedia no es sino una incitación a la destrucción de la religión y una acción subversiva contra el estado, como Dios lo creó para los humanos. La semilla destructiva que germina y se expande desde allí. Helvetius declara que el interés del individuo está en si mismo únicamente y esa es la base del comportamiento

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humano. ¡Amor propio como base de la moral!” (Radomisky, personaje eclesiástico de la novela de Peter Prange).

No hay una total sinrazón en los argumentos del defensor de la Iglesia frente a los ataques de los filósofos del racionalismo y la felicidad terrenal. Helvetius representaba las teorías del utilitarismo que es resumido como: "el máximo bienestar para el máximo número. De este modo el utilitarismo recomienda actuar de modos que produzcan la mayor suma de felicidad posible en conjunto en el mundo”.

Pero sin perjuicio de las elevadas intenciones de los filósofos contrarios a los dogmas de todas las Iglesias y concepciones espiritualistas, el modelo del cientifismo y el desarrollo de las tecnologías, no pudo al fin, como ya sabemos, evitar las pasiones humanas irracionales. El fin de las violencias de las guerras, la erradicación de la pobreza, la solidaridad entre los pueblos y por sobre todo la vida armónica con la naturaleza, se logró. Desde cierto punto de vista, y si observamos nuestro mundo actual desde una visión crítica, todo lo contrario fue lo correcto.

En el año 1536 se dictaron en Inglaterra las “Leyes de los pobres” por el cual se juntaban fondos para ayudar a los pobres, pero amén del problema que la clase alta era muy pequeña en numero, los donantes se preguntaban, por boca del economista inglés, John Stuart Mill:“¿Cómo podemos mitigar las penas de la desgracia y el fracaso sin dañar los incentivos por el esfuerzo y el éxito?”. Claro que desde el punto de vista de los nobles poseedores de las tierras, de todos los medios de producción y los derechos políticos, proponían como única solución: el

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aumento de la producción de bienes. Lo que mas tarde llevaría a Karl Marx a una propuesta similar, como así también a Adam Smith, creador de las bases del capitalismo liberal. Una pequeña diferencia entre ambos: Marx reclamaba la “dictadura del proletariado” mientras Adam Smith proclamaba el liberalismo que favorecería a la burguesía, pretendiendo este cuidar los “incentivos por el esfuerzo y el éxito” individuales, como alegaba Stuart Mill (Wikipedia).

De todas maneras el modelo industrial requería de una organización totalmente diferente a las antiguas sociedades agrícolas, basadas socialmente en torno al núcleo familiar. Se instauró entonces el “Estado-Nación”, que se inició oficialmente con el acuerdo de la “Paz de Westfalia” de 1648 que trazaron arbitrariamente las fronteras y limites entre los nuevos estados, destruyendo entonces todo otro tipo de organización social previamente establecido. De pronto aquellos estados que incluían en su seno a pueblos de muy diferente extracción, con sus culturas, lenguas y territorios, se vieron obligados a vivir bajo el dominio etnocentrista de los nuevos dueños. Muchos pasaron a ser simples minorías étnicas y políticas sin poder ni capacidad de resolver sus cuestiones internas “a sus maneras”. Lo mismo ocurrió, pero ya en la segunda mitad del siglo XIX, cuando las potencias colonizadoras europeas, se dividieron entre ellas los territorios africanos, creando Estados-Naciones que nada tenían que ver con los 10.000 pueblos y tribus que convivían entre ellos hasta entonces.

Así nació lo que denominamos desde aquí, el “Patriarcado Industrial”, generalmente basado en el sistema capitalista y cuya finalidad fundamental fue y es la de incrementar la explotación

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de los recursos naturales del planeta de manera sistemática. Recordamos nuevamente, que también para el marxismo, la creación de productos y servicios fue fundamental, pero en el sistema liberal era el individuo quien estaba solo frente al sistema y no habría lugar a debilidades. Pero no solo de producción se trataba, pues el sistema requería de la contraparte a la producción: el consumo, y esto también pasó a tomar un lugar preponderante.

Entonces, las catedrales e Iglesias desparecieron del centro de las ciudades y su lugar pasó a ser ocupado por los Centros de Producción masivos y los Centros Comerciales, que representan hoy día el consumo masivo. Los otrora pequeños y familiares pueblos se trocaron al fin en enormes Centros Metropolitanos en donde pululan decenas de millones de seres humanos que organizados en pequeñas células familiares, cumplen con los ritos y ceremonias de la “Nueva Religión”.

Impresiona ser testigo de la influencia de antiguas pautas culturales en estos tiempos modernos: Por una parte el proceso de la colonización de América del Norte, estuvo acompañado por la rigurosa creencia en el poder del “esfuerzo individual y las ambiciones de éxito”, tal como lo sugería Max Weber (Weber, 1905). No es de extrañar entonces que en aquella parte del mundo reine el individualismo y que se cuiden los “derechos privados” con cierto fanatismo. Por otra parte, la China de Confucio, que argumentaba la necesidad imperiosa del orden establecido bajo autoridades eficientes pero guardando la disciplina de forma rigurosa. China abandonó al marxismo y se abocó de pleno a colmar el mundo de productos de su fabricación. Europa, convencida de ser el pilar fundamental de

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toda civilización superior, se dedicó de pleno a “convencer” al resto del mundo de que sus culturas eran inferiores. El precio por aquel aprendizaje, debían pagarlo aquellos nativos con especias, materias primas y fuerza humana, que occidente se llevaba.

En los siguientes capítulos, entramos en detalle, aunque, como ya advertimos, sin intenciones de investigaciones científicas, en los resultados de los acontecimientos a los que nos referimos en este preámbulo. Los textos, no responden por lo general a los esquemas académicos conocidos y pertenecen más bien a las categorías literarias conocidas. Quisimos de esta manera combinar nuestras opiniones políticas e ideológicas con métodos más reflexivos.

Aunque hemos ya resumido básicamente nuestra propuesta, volvemos a mencionarlo: Creemos firmemente que “son las ideas de los hombres” lo que cambian la cosa y no necesariamente la materia es lo que prima en la conducta humana y los desarrollos culturales. No obstante, como el caso de la civilización Minoica, la escasez de tierras cultivables les obligó a desarrollar el comercio, pero ello no fue motivo de sus concepciones pacifistas o del lugar igualitario de la mujer en la sociedad. Más bien, en este caso primó la visión e idea de la mujer como creadora de vida. En un caso actual y de “nuestros tiempos”, podemos dar el ejemplo de una nación cuyos dirigentes decidieron de manera consciente elegir el camino de la paz, prohibiendo por ley la existencia de instituciones militares de todo tipo e incluso restringiendo las fuerzas policiales en numero y armamento. Nos referimos a Costa Rica, que en 1948 luego de una cruenta guerra civil, su líder entonces,

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convenció a su pueblo que no podían haber ni vencidos ni vencedores. Dando un ejemplo personal entregó el poder de manera democrática, retirándose él mismo a un exilio voluntario. Costa Rica está rodeada de países en condiciones materiales y territoriales similares y no tiene menos “necesidades” de defensa que cualquier otro. Lo que primó aquí fue “la idea” del pacifismo y de la defensa civil, y que fue comprobada efectivamente en el campo de la realidad.

Te dejamos entonces, lector@, en los capítulos siguientes con nuestras narraciones en donde esperamos encuentres otros modelos de respuestas.

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Vida económica

Consum(o)ismo

En este párrafo, trataremos lo que consideramos es la consecución normal y lógica del ramo de la producción, significando con ello que la meta de aquella es y debe ser el consumo. Pero, paradójicamente tal vez, no iniciamos con aquella, pues creemos que la producción debería estar corroborada por lo que se debería considerar, “consumo normal como manera de satisfacer las necesidades reales” de las personas. Veamos una definición académica del termino: “Consumo es la acción y efecto de consumir o gastar, bien sean productos, y otros géneros de vida efímera, o bienes y servicios, como la energía, entendiendo por consumir como el hecho de utilizar estos productos y servicios para satisfacer necesidades primarias y secundarias”(Wikipedia).

Necesidades primarias, son aquellas que nos permite la supervivencia, como ser alimentos, vestimenta y similares, mientras que necesidades secundarias son las que nos permite mejorar nuestro bienestar. En este párrafo, pese a que vamos a centrarnos en el aspecto de las necesidades secundarias en cuanto a los motivos de consumo, consideramos que dicha división hace ya mucho tiempo que perdió su significado, por lo menos para la parte occidental del planeta. En el mundo en el que vivimos, aquel simple consumo para satisfacer necesidades reales de supervivencia e incluso de bienestar, se trocó por acción y arte del modernismo post-industrial en puro “consumismo”. El uso del término se refiere a que las simples acciones de vida y supervivencia del ser humano, de manera

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individual, adquirieron carácter de actitudes de masas, gobernadas por instintos que nada tienen que ver con aquellas “necesidades”. Una cierta definición consensual es: “la acumulación, compra o consumo de bienes y servicios considerados no esenciales, como al sistema político y económico que promueve la adquisición competitiva de riqueza como signo de status y prestigio dentro de un grupo social”(Wikipedia).

En principio, tanto la producción como el consumo, están integradas en el marco de las actividades sociales, cuya base primordial es el intercambio de objetos o servicios entre las personas que conforman la comunidad. Se trata más bien de un proceso que incluye la comunicación entre las personas con el fin de negociar tal intercambio, teniendo cada parte conciencia de lo que hace.

En tiempos pasados dichas transacciones daban lugar a eventos especiales, que constituían más actividades sociales que, se centraban en el intercambio o comercio de mercancías. Eran las “Ferias”, que aún pueden verse en lejanos y pequeños poblados de países del tercer mundo. “Una feria es un evento social, económico y cultural —establecido, temporal o ambulante, periódico o anual— que se lleva a cabo en una sede y que llega a abarcar generalmente un tema o propósito común. Puede tener por objetivo primordial la promoción de la cultura, alguna causa o estilo de vida, generalmente en una forma divertida y variada; más comúnmente el objetivo es la estimulación comercial, pues tiene la finalidad de lucro o de generar ganancias para las localidades anfitrionas, personas u

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organizaciones patrocinadoras, y participantes hospitalarios, a cambio de un tiempo grato que incluye diversión y entretenimiento, participación en juegos de azar y de destreza, alimentos, manjares y golosinas, objetos, o juguetes, etc., para los participantes visitantes y negociantes, ya sean estos menores o mayores de edad, dependiendo del evento, consignas, características, costumbres locales y leyes que rigen el lugar” (Wikipedia).

Lamentablemente, a nuestro parecer, los principios de simpleza de la transacción en pos de suplir necesidades primarias y de bienestar se distorsionaron totalmente, a consecuencia del industrialismo y, su puesta en práctica, el capitalismo. Tal como en cuanto a la producción, también en el complementario consumo, los principios que rigen son los de maximizar las ganancias para las empresas, en este caso promoviendo el consumo de aquella producción masiva. Es decir que a una producción en masa, debe corresponder un consumo de similar o cuantitativamente mayor, con el fin de que la maquinaria no se pare nunca y por el contrario siga creciendo de manera constante. Esto como un ideal, que de acuerdo a los ideólogos de la sociedad moderna, debe regir en los destinos de todos sus miembros. Los economistas contemporáneos, entre los cuales se destacó J.M. Keynes, aducían que para que la demanda se mantenga estable, se deben asegurar los ingresos de las personas y para ello, este consideraba que los gobiernos deben actuar para crear trabajos, aun cuando sean innecesarios, con el fin de provocar un proceso de demanda de productos y así motivar la industria. Esto tal vez fue cierto para sacar las economías del atascamiento provocado por algunas crisis financieras, que

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como a nuestro parecer fueron provocadas por la manipulación especulativa y no por el mercado real. Es el caso de la gran depresión de 1929.

Y no obstante, los modernos empresarios con el apoyo de los especialistas en mercadeo y promoción crearon nuevos modelos cuya finalidad era lograr elevar el nivel de consumo de las personas por encima de la simple “satisfacción de necesidades”. Los métodos en sus primitivas formas consistían en “crear necesidades” que hasta aquel momento no existían, salvo en una manera empírica. En realidad, los empresarios no tuvieron que hacer demasiados esfuerzos en desarrollar formas sofisticadas de mercadeo, una vez que descubrieron que lo que buscaban las personas era encontrar su “identidad perdida”. Ello, fue el resultado inevitable de la Revolución Industrial, que necesitada de obreros y empleados fragmentó a la comunidad hasta convertirla en átomos, separados e inanimados. Esto es, individuos encerrados entre las cuatro paredes de su vivienda, junto a sus pequeñas familias. Los niveles de individualismo adquirieron entonces magnitudes de pandemia colectiva. Cada uno para sí mismo, aun cuando en las calles de las ciudades, se observan a cientos y a miles de “ciudadanos” moverse en un mismo sentido, actúan como autómatas. Ya no miembros de una comunidad a la cual están integrados y que valiéndose de sus pautas culturales les otorga identidad a las personas que la conforman. Un estudio de psicología social define el proceso de identidad así: “¿Quién soy? Este interrogante se relaciona con el concepto de Identidad. La identidad empieza a desarrollarse en la infancia a través del proceso de socialización. En este sentido, la identidad se construye en relación con los demás y

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con el mundo. Pero cuando las personas no pueden completar dicho proceso de socialización por que las circunstancias no le permiten un modelo de referencia, como ser la comunidad, entonces deben optar por acciones de relaciones alienantes. Entra ellas se destaca lo que algunos denominan “consumo compulsivo”: “En la actualidad el consumo juega un rol muy importante en la formación de la identidad. Erich Fromm en su libro Tener y Ser describe los peligros del consumismo que comprometen la identidad y la forma como la publicidad comercial destruye el juicio crítico a través de la sugestión. El consumo patológico puede manifestarse a través de la compra compulsiva y el consumo compensatorio”. Desarbo y Edwards, (1996 en Sun et al., 2004) encontraron una relación entre la compra compulsiva y el materialismo, la negación, la búsqueda de aprobación, la dependencia, la depresión, la baja autoestima, la búsqueda de excitación, el perfeccionismo y la falta de autocontrol. Valence et al, (1988 en Sun et al., 2004) identificaron correlaciones positivas significativas entre la compra compulsiva y la depresión. Por otro lado, Mowen y Spears (1999 en Sun et al., 2004) hallaron una relación positiva entre la compra compulsiva y la inestabilidad emocional”. Un estudio de la Universidad Northwestern demostró que la carencia de poder incrementa la voluntad de un individuo para adquirir productos que simbolicen estatus (Rucker y Galinsky, 2008). Por ejemplo, “un individuo puede sentir la urgencia de comprar un artículo costoso con el fin de atenuar el sentimiento de impotencia que le produjo una discusión con el jefe. Sin embargo, el consumo compensatorio sólo genera un alivio transitorio y no resuelve la problemática subyacente”.

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Zygmund Bauman responde a esa misma cuestión: “¿Quién soy? Esta pregunta sólo puede responderse hoy de un modo delirante, pero no por el extravío de la gente, sino por la divagación infantil de los grandes intelectuales. La identidad en esta sociedad de consumo se recicla. Nuestras comunidades son artificiales, líquidas, frágiles; tan pronto como desaparezca el entusiasmo de sus miembros por mantener la comunidad ésta desaparece con ellos” (Bauman, 2004).

Y continua analizando: “Como señalara T. H. Marshall en otra ocasión, cuando mucha gente corre simultáneamente en la misma dirección, hay que formular dos preguntas: ¿detrás de qué corre, y de qué huye? Los consumidores están corriendo detrás de sensaciones -táctiles, visuales, olfatorias - placenteras, o tras el deleite del paladar augurado por los coloridos y centelleantes objetos exhibidos en las góndolas del supermercado o en las vidrieras de las tiendas departamentales, o tras las sensaciones más profundas y consoladoras prometidas por un asesor experto. Pero también tratan de escapar de la angustia causada por la inseguridad. Desean, por una vez, estar libres del temor a equivocarse, a ser desatentos o desprolijos. Por una vez quisieran estar seguros, confiados, confirmados, y la virtud que encuentran en los objetos cuando salen de compras es que en ellos (o así parece, al menos por un tiempo) hallan una promesa de certeza.

La compra compulsiva/adictiva es siempre el ritual diurno destinado a exorcizar la horrenda aparición de la incertidumbre y la inseguridad que acosa por las noches. Es, por cierto, un ritual cotidiano: los exorcismos deben repetirse a diario, ya que

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en las góndolas del supermercado todos los productos llevan estampada la "fecha de vencimiento" y ya que la clase de certeza que se vende en los comercios no logra cortar las raíces de la inseguridad que instó al comprador a salir a comprar. Sin embargo, lo más importante, lo que permite que el juego siga -a pesar de su evidente inconclusión y de su falta de perspectivas de un final-, es la cualidad maravillosa de los exorcismos: son efectivos y gratificantes, no tanto porque consigan disipar los fantasmas (algo que rara vez logran), sino por el simple hecho de ser llevados a cabo. Mientras el arce del exorcismo siga vivo, los espectros no serán invencibles. Y en la sociedad de consumidores individuales, todo debe hacerse individualmente, por uno mismo. ¿Qué otra cosa, aparte de salir de compras, satisface tan bien el requisito de hacerlo por uno mismo?” (Bauman, 2004).

Empero, las acciones empresarias continuaron en pos de métodos y medios para acrecentar tales situaciones emocionales para el consumidor y uno de los cambios más paradigmáticos, a nuestro parecer, en relación a épocas anteriores, es la erección de los nuevos templos que hacen al culto del mercadeo, como analogía de los templos religiosos: los centros comerciales (Mall, Shopping) que algunos pretenden comparar con actividades sociales de otras épocas: “El centro comercial, además de tener una entidad comercial o económica, también tiene una gran connotación sociológica o antropológica, pues es un espacio de intercambio social y humano. Cumple las mismas funciones que cumplía la antigua plaza del pueblo: lugar de encuentro, manifestación de los intereses de las personas hacia los otros vecinos, que al final de la jornada en

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un fin de semana han pasado por allí, que es como la calle mayor que va a la plaza mayor en los pueblos o su equivalente en los barrios (Wikipedia)”. Bueno, no nos engañemos, estos lujosos espacios, son de muy difícil comparación con aquellas plazas de pueblo, en especial porque la finalidad de aquellas era radicalmente socio-política y lo comercial era más que nada un agregado. En derredor de las plazas había, la Iglesia o Catedral, la municipalidad, el juzgado regional y hasta la comisaría policial. Como explica la enciclopedia: “Con frecuencia son el elemento nuclear de una población, el lugar alrededor del cual comienzan a levantarse las edificaciones más representativas, con lo que se convierten en símbolos del poder, y en ocasiones reflejan la dualidad de poder (religioso y político). Son típicas en muchos pueblos la plaza del ayuntamiento y la plaza de la iglesia; en localidades mayores son más propias la plaza de la catedral o la plaza del palacio”.

Entonces, pretender otorgar a los centros comerciales un carácter social raya, a nuestro parecer, con lo arrogante de los modernos empresarios. Incluso hasta les han despojado, por ejemplo, a estas “plazas” de los típicos bancos o asientos que antes servían a la gente, para sencillamente reunirse y conversar. Ahora los empresarios se preocupan de que la gente este en movimiento perpetuo, obligada a entrar en los negocios o si quieren descansar, entrar en los bares y...consumir. Lo que también es cierto es que los símbolos de poder, que antes concentraban las instituciones públicas, han sido desplazados hacia estos “Centros Comerciales”.

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Algo similar ocurre con respecto a los métodos utilizados en los esquemas publicitarios de las empresas en la actualidad, cuando apuntan estas a las más profundas e íntimas emociones de las personas en pos de motivar la compra de más y más mercancías u objetos. Pretenden así satisfacer “necesidades” imperiosas utilizando todo tipo de subterfugios psicológicos que en definitiva reemplazan al “Ser” por el “Tener”, como lo definió tan bien Erich Fromm: “La alternativa entre tener que se opone a ser, no atrae al sentido común. Parece que tener es una función normal de la vida: para vivir, debemos tener cosas. Además, debemos tenerlas para gozarlas. En una cultura cuya meta suprema es tener (cada vez más), y en la que se puede decir de alguien que "vale un millón de dólares" ¿cómo puede haber una alternativa entre tener y ser? Al contrario, parece que la misma esencia de ser consiste en tener; y si el individuo no tiene nada, no es nadie” (Fromm, 2007).

También en otro campo de la vida social humana, la cultura clásica y sus elementos representativos (las artes por sobre todo) han sufrido un grave revés con el advenimiento del industrialismo, cosa que advirtieron tempranamente los miembros de la “Escuela de Frankfurt”, Horkheimer y Adorno en su famoso trabajo: `La industria cultural. Iluminismo como mistificación de masas´: “La industria cultural reemplaza al arte con el entretenimiento y el entretenimiento aparece como una de las formas indiferenciadas de la actividad humana. El entretenimiento se ha vuelto la continuidad del proceso de acumulación capitalista en las horas aparentemente no productivas. La cultura industrializada (y aquí industrializada significa que es parte de las transacciones mercantiles y no la

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forma de su producción material) constituye la claudicación del espacio de autonomía que caracteriza a la cultura. Por su parte, la industria cultural se protege declarándose irresponsable: como entretenimiento rehúye su importancia en la constitución de la vida pública y privada; como producción comercial, se desliga de los aspectos culturales declarándose pura mercancía. Solapadamente, la industria cultural simula estar al margen de la vida.

En los hechos, se ha ido transformando en un modelo de vida. No está al margen del conjunto de las prácticas e ideas con que se entreteje la existencia de cada uno sino que, por el contrario, la industria cultural incluye la totalidad de la vida en su percepción del mundo como espectáculo. El espectáculo se ofrece como mundo, sostenía con trágica lucidez Guy Debord hace más de treinta años. No se trata de otra manera de ser, sino de la desaparición del mundo como tal. La desaparición del mundo como creación y reconocimiento de los seres humanos. El drama, si bien se lo ve, es ontológico. La industria del entretenimiento es la negación de la fiesta, lugar del gasto improductivo. Pero precisamente en la fiesta, y no en el descuido del entretenimiento, se despliega el espíritu humano” (1988, pp. Horkehimer, Adorno).

Pero lo que hoy caracteriza a este mundo del arte masificado es que los medios de difusión concentran sus esfuerzos en las tecnologías que se venden masivamente, a precios accesibles, pero mucho menos en los contenidos que se divulgan. Estos son “fabricados” con los mismos métodos seriales de la industria que opta por la repetición constante con insignificantes

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diferencias cada vez, pues su finalidad es el entretenimiento destinado a hombres masa automatizados. Para peor, la globalización amplió esa estandarización a todo el mundo y lo único que diferencia a uno del otro, y no siempre, son los idiomas de los diferentes países. Esta masificación de la producción y además el hecho que estos medios populares de comunicación sirven a fines publicitarios, lograron abaratar sus costos por unidad, mientras que por otra parte las instituciones que difunden artes, como los teatros, operas, salas de concierto y hasta salas de cines, no pueden competir debido a los elevados costos de producción en relación a la industria de la cultura. Así unas pocas elites sociales formada por lo general por gente de edad cada vez más elevada, pueden tener acceso a esas expresiones de arte. Está también el ámbito de las artes independientes, pero siempre falto de medios económicos, solo atiende a unos pocos eruditos del ambiente intelectual.

Pero no solo en cuanto a la motivación de los consumidores a comprar más y más es que las empresas y consorcios actúan. Estos, actuando en conjunto muchas veces, como monopolios disfrazados, han desarrollado toda una serie de artilugios y sofisticados métodos, destinados a obligar al consumidor de sus productos, a seguir consumiendo indefinidamente. Hasta tienen un nombre específico tales maniobras de marketing, que se denominan “anclas”. La analogía no es para nada casual. Uno de estos tipos de maniobras, son los contratos a los que los consumidores se ven prácticamente obligados y que se destacan en el rubro de las comunicaciones. Así, por ejemplo, quien desea poseer un teléfono móvil, se tienta a pagar una mensualidad por la posesión del aparato (aparte de los costos de

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la línea y demás) durante muchos meses (por lo general entre 18 y 36 meses). No obstante dicho pago mensual “no se siente casi”, pero posteriormente, el incauto cliente descubre que está “anclado” a la empresa por medio del contrato que firmó. De querer anular el contrato, digamos para mudarse al servicio de otra empresa, descubre atónito el cliente, que debe abonar una enorme multa o esperar todos esos largos meses a que el contrato caduque. Pero, no nos preocupemos demasiado por la empresa si es que pierde a su cliente, pues en realidad todas las demás empresas del ramo, ofrecen condiciones similares y pronto se descubre, que no hay manera de escapar. Con esto los consorcios tiran por tierra con el famoso principio neo-liberal de la competencia y la ley de oferta y demanda. El precio de equilibrio económico es una simple falacia.

Pero estos métodos coercitivos son típicos también de otros ramos de la economía; las industrias farmacéuticas, por ejemplo, por medio de los sistemas médicos, hacen esfuerzos enormes por lograr que los pacientes consuman medicamentos que realmente no necesitan. Según un periodista del “New York Times” citando a un famoso cómico norteamericano, este explicaba que: “las publicidades sobre remedios, transmitidas por los canales de televisión, enfrentan a los telespectadores con una larga lista de síntomas que se producen cuando uno sufre una enfermedad u otra, hasta tal punto que casi sin querer el espectador se va a encontrar con que ´realmente sufre de alguno de dichos síntomas´. A veces, no explican para qué sirve el medicamento publicitado, ´muestran una mujer sobre un caballo o un hombre en la bañera y sencillamente les preguntan: ¿estás deprimida? ¿estás sola? ¿te duelen los

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dientes? ¿es que todos los días te despiertas bien en la mañana?. Al fin el incauto espectador se dice a sí mismo: “Es cierto, seguramente sufro de tal o cual cosa, necesito ese medicamento”.

Las compañías a su vez invierten enormes sumas en convencer a los médicos sobre las cualidades de sus productos. La gran mayoría de los congresos y convenciones médicas, son organizados y financiados por estas empresas y también muchas de las investigaciones que “confirman” los beneficios de tales o cuales productos fabricados por ellos.

En otro caso, como es en los rubros alimenticios, enormes empresas y consorcios hacen esfuerzos promoviendo el uso de cultivos o cría de animales por medio de la llamada “ingeniería genética”, cuyo fin declarado es el de aumentar la producción, pero que además pretende crear monopolios exclusivos. Hasta los años 50, por ejemplo, un pollo llegaba a su peso máximo después de 80 días. Hoy en día, por medio de las tecnología genética, se consigue lo mismo en 40 días apenas, lo cual redunda en grandes ganancias para todos, incluido el consumidor, por la reducción del precio de los alimentos. Lo que no cuentan los consorcios, es sobre los enormes daños a corto y a largo plazo, a veces impredecibles, ya que los transgénicos: “causan contaminación genética de la biodiversidad, creando una especie de bio-imperialismo, monopolios sobre la vida misma. Está también causando contaminación del conocimiento – deteriorando la ciencia independiente y promoviendo la seudo-ciencia. Otros estudios demostraron claramente los riesgos para la salud de las papas

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transgénicas o, por ejemplo, el maíz mejicano que había sido contaminado en su centro de diversidad” (Wikipedia). Todo esto quiere decir simple y trágicamente, que una vez que se ha comenzado el cultivo o la cría de animales por medios de la ingeniería genética, ya no se puede retornar a los tipos anteriores. Esto significa, dependencia de por vida de aquellos métodos y de aquellas empresas. Esto no tiene otro nombre, a nuestro parecer que, consumo coercitivo y violento.

Otros modelos cuyos fines son, provocar un constante o incluso creciente consumo de productos, se denomina “Obsolencia programada”, lo cual significa, que el producto comprado, tiene un límite de vida y que este periodo ha sido así planificado expresamente. No obstante, estas maniobras fueron creadas en los años 50, por medio de la colaboración entre las empresas, que supuestamente debían competir entre ellas ofreciendo mejores productos o de más larga vida. Así, en un sonado caso de las lámparas eléctricas, los productores se dedicaron a acortar las horas de vida de sus filamentos. La finalidad era por supuesto, aumentar las ventas de lámparas a costas de los propios consumidores, que estaban entonces obligados a reemplazarlas periódicamente.

Pero esto no es mera historia, pues muchas empresas han logrado sofisticar en nuestros días, dichos métodos. Por ejemplo, las impresoras para computadoras, contienen un mecanismo electrónico que cuenta el número de impresiones y cuando se llega al límite prefijado, el aparato deja de funcionar. Para mayor confusión del cliente, la impresora avisa por medio de un mensaje en la pantalla de la computadora que “es

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necesario cambiar una pieza de la impresora”; luego, cuando el usuario llega al laboratorio, se entera que la reparación cuesta mucho más que un aparato nuevo. Otro aspecto de la misma cuestión, es que hoy en día los precios de compra de las impresoras son sumamente atractivos. Entonces por otra parte, esta aquello que alegábamos en cuanto al consumo compulsivo, buscando la satisfacción con “lo nuevo”; un modelo más adelantado y demás. Pero muy pronto descubre el comprador, que el costo de reemplazar las cargas de tinta, son superiores a los de la propia impresora. Entonces nuestro cándido usuario descubre también en donde residen las verdaderas ganancias de la empresa.

En general, este mismo esquema se repite en casi toda la extensión de la producción de objetos o servicios, tratando de manipular las necesidades reales o impuestas de los consumidores a fin de que repita sin cesar las mismas acciones consumidoras.

Parafraseando a Mahatma Gandhi en cuanto a las necesidades humanas y las limitaciones del planeta: “El mundo es más que suficiente para satisfacer las necesidades reales de todos, pero muy pequeño para satisfacer las avaricias de algunos”.

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Producción

Abolir diferencias

La historia de los Rangos y Jerarquías en nuestras civilizaciones es, probablemente, tan antigua como la existencia humana, cuando según algunos investigadores, ya en tribus prehistóricas habían figuras carismáticas que poseían el poder y la autoridad sobre los demás y de allí provenían sus privilegios especiales.

En épocas posteriores, la nobleza eran las clases superiores, que además de autoridad, eran dueños de las propiedades que los míseros vasallos trabajaban, mientras aquellos gozaban del ocio: “Algunas de las características de esta clase social eran que no pagaban determinados impuestos, tenían grandes extensiones de tierras y gran cantidad de campesinos o siervos que trabajaban para ellos. Si un siervo lograba sobrevivir durante un año y un día lejos de su señor, podía conseguir la libertad. Los nobles poseían castillos y armas, disponían de tiempo libre para la caza, la pesca, o incluso para organizar torneos como las justas o combates con espadas en tiempos de paz. En el caso de estallar algún tipo de conflicto armado, estaban obligados a ponerse al servicio del rey para las guerras. La nobleza anterior a los tiempos feudales se fundamentó con el devenir de los tiempos en los beneficios otorgados por los romanos antes de la conquista de los francos que se constituían de por vida y cuyas denominaciones y formas se transfirió más tarde a los beneficios eclesiásticos” (Wikipedia). Pero además, los beneficios otorgados por la pertenencia a esta clase superior, podían ser heredados con el fin de continuar el linaje. De estas clases surgían también las monarquías: “A través de la historia

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muchos monarcas han ostentado poder absoluto, que sirve para guardar el linaje real, a veces sobre la base de la supuesta divinidad”. Como podemos apreciar de lo antedicho, las características de sustentación de los poderes de autoridad y jerarquía a veces se originaron también en las instituciones religiosas. En el judaísmo por ejemplo: “se habla de la Tribu de Leví de donde provienen los Cohanim o Sacerdotes que dirigían las ceremonias religiosas en el primer y segundo templo”. Aunque a diferencia, esta nobleza que no ostentaba ningún poder material, hasta hoy en día tiene privilegios religiosos. En cuanto al Islam, por ejemplo: “La civilización islámica comenzó con un poder político y religioso concentrado en el califato que, después de la unidad inicial, mantenida hasta el califato omeya se disgregó espacialmente originando una pluralidad de estados que buscaron su legitimación en distintas formas de monarquías, con estructuras, según su amplitud, más o menos tribales, nacionales o imperiales, ligadas o no en cuanto a la sucesión a una teórica vinculación familiar con el profeta Mahoma”. Hasta la actualidad, en varias naciones musulmanas, su dirigencia está basada en monarcas, cuya principal prerrogativa es la de heredar sus privilegios particulares. También las monarquías cristianas europeas eran dinastías apoyadas firmemente por la Iglesia. Pero aun cuando la época del feudalismo llegó a su fin, la tenencia de los poderes simbolizados por la jerarquía, solamente trocó el modelo: “En los últimos siglos de la Baja Edad Media, con el declive del feudalismo y la aparición de los Estados nacionales en torno a las monarquías autoritarias, el poder territorial ejercido a escala de los nacientes mercados nacionales se fue centralizado

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en la figura del Soberano, que no reconocía poderes superiores como habían sido los poderes universales medievales (Wikipedia). En principio estos gobernantes eran apoyados por la naciente clase media o burguesía, que se beneficiaba de la existencia de un gobierno central fuerte que mantuviese el orden y una situación estable para el desarrollo del comercio en el naciente capitalismo; lo que no es contradictorio con que al mismo tiempo garantizaran el predominio social de nobleza y clero, los estamentos privilegiados del Antiguo Régimen. Es decir que el poder autoritario apenas cambio de disfraz, para resurgir nuevamente en la era capitalista. En este periodo, entonces, de las naciones industriales capitalistas, promovidas por la tendencia al enriquecimiento individual por medio de la explotación de las ambiciones personales, marcaron el nacimiento de un nuevo tipo de individuo de rango superior. Este era aquel que desarrollando sus propias capacidades personales, como carisma y espíritu de lucha llegaba al súmmum de la humanidad: “En su ´Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo´, Max Weber presenta la tesis de que las ideas puritanas influyeron en el desarrollo del capitalismo”. Pese a que hay aquí una aparente paradoja en cuanto a la modestia de la devoción religiosa: “Weber mostró que algunos tipos de protestantismo favorecían la búsqueda racional del beneficio económico y actividades mundanas que han tenido un significado espiritual y moral positivo. No era el objetivo de esas ideas religiosas, sino más bien un producto - la lógica inherente de dichas doctrinas y los consejos derivados directa o indirectamente, promovían la planificación y auto-negación de la búsqueda de un beneficio económico”. (Weber, 1905)

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Es decir, que lo que primaba era el éxito en si al enriquecerse, por los propios esfuerzos de la persona, mientras que el capital o la propiedad logrados eran las pruebas del logro. De hecho, partiendo de esas bases, no es nada extraño ver de qué manera se cultiva aún en nuestros tiempos el éxito de personas que logran triunfar adquiriendo fama y que además acumularon enormes capitales. Es decir que a la manera de aquel mismo ascetismo protestante, como lo señalaba Weber, los grandes y famosos de nuestra época, son gente que lograron sus fortunas a través del esfuerzo personal, aunque paradójicamente, pero plenamente de acuerdo al concepto weberiano, no la riqueza eran sus metas, sino el éxito en si en pos de la posteridad. Esto mismo, desde nuestra óptica, contiene los rasgos genéricos de aquella nobleza antigua. A este tipo de gente se les concede, hoy en día, las capacidades propias de las clases dirigentes, con los privilegios del caso. Los demás, debemos sentirnos orgullosos de servir a aquellos y estar satisfechos de ser atendidos, tener trabajo por ejemplo, y gozar de algún ingreso que nos permita vivir, bajo cierto bienestar. Uno de los símbolos modernos de dicha concepción esta ejemplificado en los libros de la escritora Ayn Rand, la cual: “defendía el egoísmo racional, el individualismo, y el capitalismo laissez faire, argumentando que es el único sistema económico que le permite al ser humano vivir como ser humano, es decir, haciendo uso de su facultad de razonar. En consecuencia, rechazaba absolutamente el socialismo, el altruismo y la religión” (Wikipedia).

Nuestro documento, como ya hemos advertido, no es programático y por ende no tiene intención de entrar en detalles. Las propuestas, como así también el material de fondo

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publicado, son de índole ideológica. Es el desarrollo de ideas que a su vez, creemos, puedan servir de base para algún tipo de acción futura. Hacemos hincapié en que a ojos de muchos nuestras propuestas pueden parecer utópicas, difíciles o imposibles de llevarse al campo de la práctica, pero pese a ello, así como ejemplificamos nuestros argumentos, también pondremos a disposición de los lectores ejemplos concretos de propuestas.

Lo primero, es en cuanto al trabajo y los trabajadores y como inicio cuestionamos la existencia misma de diferencias de ingresos, muchas veces monstruosas. Por supuesto, no está en primer término el problema de los ingresos altos, muchas veces inmensos y por ende cuestionables, sino por sobre todo, criticamos profundamente al hecho, en el cual, empleados y obreros que bajos ingresos, muchas veces ínfimos e intolerables, pues desde todo punto de vista no permiten ni siquiera una vida modesta y menos aún, adolecen de futuro. Entonces preguntamos: ¿porque esas tremendas diferencias? ¿porque un empleado de limpieza, por ejemplo, debe percibir tan bajos ingresos? Desde este mismo punto debemos cuestionar las propias necesidades de cada ser humano: ¿es que tanto con respecto a las necesidades primarias (alimentos, vestimenta, seguridad, etc.) como en las secundarias (bienestar), hay diferencias de categorías entre los seres humanos? Desde ya damos por entendido, que consideramos ingresos, a todo tipo de rentas o ganancias capitales que perciben los dueños y propietarios de los medios de producción. Y por supuesto, es lo contrario en cuanto a la gente que no posee tales recursos de los ricos. Consideramos entonces que la simple propiedad de los

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medios de producción sirve a fines de acumular ingresos, mientras que a su vez, se considera que el trabajo físico y mental invertido por las personas, sea de menor magnitud o importancia. De esta manera queremos responder a quienes aún aseveran: ¡Los empleados u obreros perciben salarios, muchas veces muy buenos y por lo demás nada tienen que ver con las épocas del capitalismo inicial!

Ciertamente, que las épocas han cambiado considerablemente y pese a ello, tal como señalamos en el capítulo sobre la producción, nos encontramos con que los patrones y dueños de las empresas tienen actualmente, las facultades de manipular con esas propiedades y al fin, cuando ellos así lo crean conveniente, despojar a los trabajadores de sus ingresos. Hemos visto como, por ejemplo, los empresarios suelen aventurar las rentas extras de las empresas en dudosas inversiones o los casos en los que consorcios compran a competidores, con el único fin de cerrar las fábricas, para eliminar competencias, pero dejando a los trabajadores en la calle. Por supuesto, que rechazamos absolutamente la concepción tan común entre los adeptos del capitalismo, que es ahí justamente, el único lugar y medio en donde se puede dar el factor: iniciativa. Ese mismo valor, que aquellos consideran indispensable para el “progreso económico” de toda la humanidad. No solo que consideramos necesaria la participación de los obreros en la producción, sino que creemos que estos son tan capaces o mucho más, a veces, de tomar iniciativas. Esta capacidad creativa, no es de ninguna manera propiedad exclusiva de dueños o propietarios, salvo que sus obreros y empleados estén sometidos a un estado continuo de idiotización por estar obligados a realizar trabajos insulsos,

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repetitivos y aburridos hasta el hastío. Por lo demás cuestionamos también la validez misma de la terminología dedicada al “progreso”, si no se consideran, también, sus limitaciones.

Nuestra propuesta primordial consiste en que se deben promover a los empleados u obreros de toda empresa a coparticipar de la propiedad de las mismas, y poder ser así miembros activos de la administración colectiva, con plenos poderes: es lo que se denomina, autogestión empresarial. Pero además, es condición imperiosa equiparar los ingresos de todos aquellos empleados u obreros que participan activamente del proceso de producción de productos o servicios. En este sentido consideramos que también, por ejemplo, quienes se ocupan de la limpieza u otras labores de apoyo, deben percibir ingresos similares tanto como quien realiza labores de producción o de administración.

A este respecto, consideramos que las labores primarias de producción y dirección no podrían llevarse a cabo sin los trabajadores de apoyo. Este principio es el que les proporciona a unos y a otros la justificación de su existencia y por ende de salarios equitativos. De adoptarse estos principios la planificación de la distribución de las tareas debería ser muy diferente a lo acostumbrado. Creemos que no sería nada duro para cualquier directivo o gerente, escribir sus cartas o correos electrónicos por sus propios medios, sin necesidad de una secretaria que “haga por él” esas tareas, lo mismo en cuanto a servirse un café o asear el espacio en donde trabaja. En cuanto a los ingresos, la narrativa que aquí publicamos denominada, “El Ejecutivo JotaCé”, como caso típico pero basado en hechos

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reales, que el salario del Gerente General en relación con la empleada de limpieza es 40 veces mayor y 25 veces superior al de su secretaria. Esto sin tomar en cuenta los ingresos del Gerente por dividendos, bonos y demás beneficios con los cuales sus empleados apenas si podrían soñar. Nuevamente nos preguntamos: ¿Es que esas personas tienen necesidades especiales? ¿No son seres humanos como todos? Es más que imperiosa la necesidad de equiparar ingresos, pero otorgando al trabajador el poder de ser parte de la gestión de la organización a la que da una buena parte de sus recursos humanos.

Pero tenemos una propuesta adicional, de índole financiero, que aunque no se refiere al trabajo y a los trabajadores en sí, podría apoyar la gestión de estos. Consideramos que toda empresa necesita de capitales financieros para su normal funcionamiento, en particular en economías dominadas por mercados. De aquí que consideremos necesario que aún una empresa auto-gestionada por sus empleados necesite de la acumulación de ganancias. La pregunta sería, que destinos tendría dicho capital y la respuesta lógica sería: poder sufragar los costes de materias primas, maquinaria, etcétera por una parte y por lo demás, se podrían otorgar como simples dividendos al final del año fiscal, por ejemplo. Por otra parte esto significaría evitar costos usurarios por intereses bancarios.

Y pese a todo, finalmente, toda empresa estaría necesitada, cuando lo considere importante, de conseguir capitales financieros para sufragar, por ejemplo, nuevos proyectos. En estos casos, creemos que tales empresas podrían emitir acciones y venderlas al público. Pero esto se podría llevar a la práctica

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siempre y cuando se tomen las medidas necesarias para evitar la especulación con ellas. Por lo tanto, dichas acciones no serían comercializables, también porque, de acuerdo a nuestras expectativas, no existirían los medios bursátiles para comercializarlas. En este caso, el valor de cada unidad, se calcularía en relación a la rentabilidad del proyecto y además, su poseedor tendría libre acceso a todos los detalles y procesos del proyecto.

Por último, consideramos que toda empresa económica, debería tener una relación estructural con la comunidad en la cual están ubicadas sus instalaciones y de la cual provienen los propios trabajadores. La comunidad, extendería entonces sobre la empresa su cobertura de protección y por su parte la empresa dedicaría parte de sus ganancias extras a la comunidad misma, participando en sus instituciones públicas, culturales y demás.

En realidad, no estamos innovando mucho que digamos con parte de estas propuestas, dado que existen en el mundo actual innumerables ejemplos de empresas de estas características. Pero si pretendemos promover estas formas económicas y sociales. Uno de estos modelos, es el cooperativista y que según la organización madre internacional, la Alianza Cooperativa Internacional, existen en 92 países, empresas y asociaciones cooperativas que representan a millones de personas en todo el mundo. Se define cooperativa como: “una asociación autónoma de personas que se han unido voluntariamente para formar una organización democrática cuya administración y gestión debe llevarse a cabo de la forma que acuerden los socios, generalmente en el contexto de la economía de mercado o la

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economía mixta, aunque las experiencias cooperativas se han dado también como parte complementaria de la economía planificada. Su intención es hacer frente a sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales comunes haciendo uso de una empresa. La diversidad de necesidades y aspiraciones (trabajo, consumo, comercialización conjunta, enseñanza, crédito, etc.) de los socios, que conforman el objeto social o actividad cooperativizada de estas empresas, define una tipología muy variada de cooperativas” (Internacional, 2011).

Los principios que rigen la mayoría de estas asociaciones cooperativas, se basan en aquellos que crearon los “Pioneros de Rochdale” de Inglaterra, en el año 1844 y a partir de los cuales se desarrollaron las bases ideológicas que rigen en la actualidad a toda cooperativa: “Adhesión voluntaria y abierta; Gestión democrática por parte de los asociados; Participación económica de los asociados; Autonomía e independencia; Educación, formación e información; Cooperación entre cooperativas; Interés por la comunidad”. Como podemos apreciar, estos principios se asemejan a nuestra propuesta y siendo entonces que desde hace mucho tiempo han sido puestos en práctica y existe mucha experiencia acumulada, creemos que ampliar el modelo hasta su generalización sería solo cuestión de decisiones políticas.

Es el caso, por ejemplo, de las así denominadas “Empresas recuperadas”, que podríamos titular como, “Experiencia particular”, que se dio desde hace unos años en la Argentina y algunos otros países de América Latina (Uruguay, Puerto Rico).

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Argentina en especial, fue el país en donde este modelo desplegó sus alas, como consecuencia de una situación política que hizo las veces de gatillo disparador: “Las revueltas de diciembre del 2001 evidenciaron una crisis de magnitud inusitada en la historia argentina y un nivel de movilización equiparable a la rebelión obrera estudiantil que explotó en Córdoba en el año 1969. A pesar de no haber participado directamente en las movilizaciones sociales de las jornadas de diciembre, las empresas recuperadas por sus trabajadores (ERT), objeto de estudio de la presente comunicación, representan, junto al movimiento de desocupados y de las asambleas barriales, las respuestas más contundentes que adoptaron las clases subalternas en el marco de esta crisis estructural”.(´Autogestión obrera: Autonomía y heteronomía en las fábricas recuperadas por sus trabajadores en la Argentina actual’ (Farel, 2008).

En principio, se trató de empresas en dificultades económicas y que sus propietarios originales optaron como solución para ellos mismos, el vaciamiento de las empresas, sin importar el destino de los trabajadores, que la mayor parte de las veces, ni siquiera gozaron de las indemnizaciones legales: “Así es como, frente al quiebre, legítimo o fraudulento, de unidades productivas, los trabajadores y trabajadoras emprendieron un avance sobre el control de los medios de producción, recuperando y auto-gestionando las empresas abandonadas por el capital”.

Según los datos publicados en varios medios, se trata de unas 150 empresas conformadas por unas 13.000 personas empleadas en ellas. En la gran mayoría de los casos los trabajadores se

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organizaron bajo el modelo cooperativista, pero con grandes dificultades: “La tendencia predominante ha sido convertir la empresa en una cooperativa auto-gestionada; en muchos casos no en total conformidad puesto que los trabajadores han aceptado este estatus debido a que es el más cercano disponible en el ordenamiento legal antes que porque ellos mismos lo hayan deseado en principio- una de estas causas es el desprestigio que tiene en la opinión pública -dependiendo también de cada país- el movimiento cooperativo clásico”(Wikipedia).

Como se puede comprender, el proceso de recuperación de las empresas no fue nada fácil, por tratarse ante todo, de un país regido desde siempre, por principios capitalistas entre los cuales la propiedad privada de los medios de producción y de las rentas producidas por el mismo capital, fueron siempre santificadas. Frente a tal situación, los trabajadores debían comprobar fehacientemente que les correspondía algún derecho sobre aquellos, siendo que perdían así el poder de sustentación económica. En el caso Argentino, lo que facilitó el proceso al fin y al cabo, fueron los apoyos políticos provinciales y luego nacionales, a las acciones judiciales. Los planteamientos eran muy serios, por cuanto el cierre de dichas empresas se producía mayormente, por las dificultades económicas y financieras de sus propietarios. Ahora era necesario responder, entre otras, a las demandas de los acreedores. A su vez, los obreros constituidos ya en los titulares de las empresas exigían la expropiación de las fábricas con sus inmuebles y maquinarias. Y no obstante, el proceso según testimonios, fue un éxito.

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Veamos un ejemplo documentado: “A las ocho abren el local y encienden las máquinas del taller, que está en los fondos del edificio. El olor a aserrín, a madera recién cortada marca el comienzo del trabajo. “Vengan temprano para hablar tranquilos; a las diez ya no se puede”, había advertido el día anterior, al combinar la entrevista, Guillermo Sabatella. No exageraba: incluso antes, desde las nueve de la mañana, empiezan a llegar clientes al local. Vienen a retirar pedidos de molduras, una de las especialidades de la casa, y muebles. En los mostradores, dos hombres y dos chicas se reparten en la atención al público, mientras al fondo los obreros avanzan con los encargos. En Maderera Córdoba trabajan veintidós personas, catorce más que las que recuperaron la empresa tras su quiebra, a mediados de 2003. El lugar tiene el sello de un movimiento que está demostrando, con el paso de los años, su capacidad para mantener los puestos de empleo. Desde que a principios de la década se empezaron a recuperar fábricas, casi ninguna cerró. Tampoco redujeron personal; por el contrario la enorme mayoría lo ha incrementado” (Pagina 12, 20 de Enero 2009). Además la constitución orgánica de la empresa del caso, certifica el principio de la equidad: “En esta cooperativa de trabajo –ubicada al 3100 de la avenida Córdoba– no hay trabajadores de terceras empresas, sino que todos son socios: los carpinteros, los administrativos, los de ventas y hasta la mujer que hace la limpieza. Están ganando, en promedio, unos tres mil pesos por mes”.

Y no obstante, según dicho artículo periodístico, existen también dificultades de índole personal que deben ser superadas: “¿Es difícil administrar una empresa con una cooperativa? “Sí – dice

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el entrevistado - “hay que ponerse de acuerdo en cómo repartir utilidades y hay que convencer a todos de que es necesario reinvertir. Eso es lo más difícil, todos los años. Pero bueno... nosotros somos una cooperativa de trabajo y el objetivo social de una cooperativa no es acumular sino dar más trabajo, sacar más gente de la calle”. Por supuesto, que estas empresas deben enfrentar también las condiciones de crisis del mercado abierto: “En los movimientos de empresas recuperadas hay matices en el diagnóstico de la situación actual. Caro cuenta que en los sectores más afectados, como las autopartistas, hubo casos en que tuvieron que adelantar las vacaciones por falta de producción, y que en cambio están fuertes las que producen alimentos o artículos de primera necesidad. Fabio Resino, del Hotel Bauen, resalta la defensa del trabajo como la principal fortaleza de las recuperadas en este nuevo escenario. Y propone volcarlas al mercado interno” (Pagina-12, 2000). Desde Zanon, Raúl Godoy define así la mirada de los ceramistas: “La crisis nos abre un debate, porque nosotros recuperamos la fábrica para tenerla abierta, dando trabajo. No podemos ser los que la paremos, nuestra principal ventaja es nuestra historia; vamos a pelear con todo para mantener los niveles de producción”.

Es claro, el trabajo es lo que hay que defender a toda costa, pero esta vez el peso se reparte mucho más equitativamente. Lo que está en juego es la vida misma y no el capital.

Hasta aquí nos centramos en organizaciones económicas, como ser empresas que producen directamente objetos o servicios, aunque a diferencia de las empresas privadas, su centro de interés son las personas que componen dichas empresas en

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función de sus trabajadores. Además, hemos advertido que estas asociaciones, por lo general, tienen alguna interacción con las comunidades sociales que les rodean.

Pero más allá de estos experimentos y prácticas, creemos que debemos ocuparnos también de otros tipos de comunidades, en las cuales los elementos de sustento económico están integralmente incluidos, pero no son base única de sus estructuras, como en el caso de las empresas antes mencionadas. Se trata un tema álgido y de suma importancia para el concepto general de este documento, y por lo tanto, lo vamos a tratar en detalle separadamente, aunque creemos necesario anticipar algunas generalidades al respecto de ellas, las comunas y comunidades.

No obstante, ya recordamos la definición de comunidad, pero parece necesario reiterar, que lo que mancomuna a una entidad de este tipo, es la unión de un grupo de personas, bajo ciertos aspectos que son comunes a todos, como ser: un idioma, costumbres, valores, tareas, visión del mundo, edad, ubicación geográfica (un barrio por ejemplo), estatus social, roles, etcétera. Pero amén de ello y por lo menos en nuestro caso, queremos referirnos a los “valores” e “ideas” de equidad bajo los cuales se organiza la vida diaria de sus integrantes, aunque en otros casos también están regidas por principios ecológicos o de economía sustentable.

Existen en el mundo miles de comunidades de diferentes tipos, algunas de ellas con antiguas tradiciones que suman miles de años, pero muchas otras han nacido durante los últimos decenios y surgieron también como oposición al mundo violento y

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materialista que habitamos. Muchas de estas comunidades modernas están cobijadas por Organizaciones y Federaciones que otorgan apoyo a nivel mundial ayudando también a crear nuevas comunidades. Amén de ello se desarrollaron teorías y prácticas cuyas efectividades están siendo demostradas a diario en todo el planeta. Muchas de esas mismas comunidades, tuvieron que pasar graves experiencias y muchos fracasos, pero al fin lograron superar las dificultades, llegando a un alto nivel de estabilidad y que suman ya varias décadas de realización y crecimiento.

Jean Jacques Rousseau en su “Origen de la desigualdad del hombre” discurría muy seriamente sobre la capacidad del hombre de superar sus propias debilidades: “Pero aun cuando las dificultades que rodean todas estas cuestiones dejaran lugar para discutir sobre esta diferencia entre el hombre y el animal, hay otra cualidad muy específica que los distingue y sobre la cual no puede existir discrepancia, y es la facultad de perfeccionarse, facultad que con ayuda de las circunstancias, desenvuelve sucesivamente a las restantes y reside en nosotros, tanto en la especie como en el individuo; mientras que un animal es al cabo de algunos meses lo que será toda su vida, y su especie al cabo de mil años es lo que era el primer año de esos mil años. ¿Por qué sólo el hombre es susceptible de convertirse en imbécil? ¿No es porque vuelve de este modo a su estado primitivo, y porque en tanto que el bruto, que nada adquiere, ni tiene tampoco nada que perder, permanece siempre en su instinto, el hombre pierde por la vejez u otros accidentes todo lo que la perfectibilidad le había hecho adquirir, cayendo así mucho más bajo que el mismo bruto?” (Rousseau, 1754).

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Según parece, Rousseau, como muchos pensadores de su época, no tenía en verdad muchas nociones reales sobre las formas de vida de aquellos “primitivos” y “brutos”, ya que nunca había salido de las habitaciones en las cuales escribía, pero sí conocía a la perfección las aberraciones sociales y económicas de su época. Y pese a todo, Rousseau era un humanista y sabía que el hombre podría salir de su “imbecilidad” si procedería con métodos más humanos. Al fin, para este pensador, “todo ser humano era instintivamente bueno al nacer” y solo la sociedad distorsionada podía trocarlo en un monstruo. Su “Emilio” es un ejemplo claro de lo que se puede lograr en materia de educación infantil, lo cual sirvió, como base teórica, a pedagogos como Pestalozzi o Montessori.

Un modelo antropológico que desarrolló Víctor Turner y denominó: Communitas determinaba los límites de las relaciones entre los individuos y la transición ritual de un estado a otro, lo cual permitiría al individuo llegar ascender a un estado superior para mancomunar con otros seres humanos: “Communitas es un sustantivo en latín que refiere a una comunidad no estructurada en la cual la gente se encuentra en igualdad de términos y en donde existe un alto grado de sentimiento de comunidad. Es frecuentemente utilizado como préstamo lingüístico en antropología cultural y en las ciencias sociales. Communitas es un intenso espíritu de comunidad, un sentimiento de gran igualdad social y proximidad. Communitas es característica de las personas que experimentan liminalidad juntas. Este término es usado para distinguir la modalidad de las relaciones interpersonales de un área de la vida en comunidad. Existe más de una distinción entre estructura y

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communitas. La más familiar resulta ser la diferencia entre secular y sagrado. Cada posición social tiene algo sagrado acerca de ella. Este componente sagrado es adquirido durante el rito de paso, a través del cambio de posiciones. Parte de esta gracia sagrada se logra a través de la humildad transitoria aprendida en estas etapas, esto permite a las personas alcanzar una posición más alta. Communitas es un punto agudo de comunidad, capaz de llevarla al siguiente nivel y que permite compartir una experiencia común, usualmente a través del rito de paso. Esto lleva a todos sus miembros a un estado de equidad” (Wikipedia).

Como sabemos, las ideas de Rousseau, y de Descartes previamente, entre otros pensadores europeos acompañaron el nacimiento de los profundos cambios que se dieron en casi todo el mundo a partir de la Revolución Francesa. Su finalidad fue la de pasar del despotismo de los gobiernos absolutistas a formas que aseguraban a las personas su propia humanidad en términos de mayor igualdad. Entre ellos, aunque por un muy corto tiempo, se dio la “Comuna de Paris” que: “gobernó durante 60 días promulgando una serie de decretos revolucionarios, como la autogestión de las fábricas abandonadas por sus dueños, la creación de guarderías para los hijos de las obreras, la laicidad del Estado, la obligación de las iglesias de acoger las asambleas de vecinos y de sumarse a las labores sociales, la remisión de los alquileres impagados y la abolición de los intereses de las deudas. Muchas de estas medidas respondían a la necesidad de paliar la pobreza generalizada que había causado la guerra. Sometida casi de inmediato al asedio del

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gobierno provisional, la Comuna fue reprimida con extrema dureza” (Wikipedia).

Por lo demás y aún en la actualidad se definen muchas veces a este tipo de comunidades, como Utopías: “Las utopías suelen ser teorías o credos alrededor del concepto de comunidad como asociación voluntaria cuyo fin es el bien común y con relaciones de tipo igualitarias”. Hay muchos ejemplos y mucha literatura sobre ambos temas 'comunidad' y 'utopía', pero no necesariamente ambos términos están unidos. El ejemplo concreto en el cual se basan estos conceptos es el de Thomas More, un pensador del siglo 16 que proponía ya entonces nuevos esquemas de vida para la humanidad y que él mismo denominó entonces “Utopía”. La segunda parte del libro narra los acontecimientos diarios de la gente que vive en la “Isla de Utopía”.

Pero ya no más ideales irrealizables, pues la práctica demuestra que ese tipo de vida no solo es factible, sino que es una necesidad imperiosa. En siguientes capítulos querremos internarnos en un caso en particular, el de la Comunidad de Twin Oaks en Virginia, Estados Unidos. Ahora solo finalizamos con una descripción poética que inicia un texto denominado: “Una antigua tradición”: “La palabra se desparramó entre la gente. Muchos de nosotros puede sentir las energías corriendo entre nosotros, y cuando pasa que nos encontramos en los senderos en los edificios comunales, esa energía puede ser sentida como el abrazo del espíritu de una persona a otra, como interacción, uniendo hacia algo mayor y más maravilloso que cada parte individual. Con cada conversación, cada caricia de

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los ojos, la sensación es compartida; es tiempo del encuentro en ceremonia” (Butcher, p. 2011).

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Vida Social

¿Vivir en comunidad?

Nuevamente nos hallamos en un campo en donde la terminología usual, a nuestro parecer, es un tanto engañosa. Nos referimos a los términos: Sociedad y Comunidad, y que generalmente lleva acoplado a ellos, el concepto artificioso: Gobierno democrático. Aceptamos que el primero, pretende representar algo general en cuanto a elementos que mancomunan a las personas: “Las sociedades humanas son entidades poblacionales; dentro de la población existe una relación entre los sujetos (habitantes) y el entorno, ambos realizan actividades en común y es lo que les da una identidad propia. También, sociedad es una cadena de conocimientos entre varios ámbitos, económico, político, cultural, deportivo y de entretenimiento. Además, dentro de la sociedad existen varias culturas que son creadas por el hombre, y estas tienen su propio territorio para poder desarrollar una interacción acertada con los sujetos de las mismas creencias, costumbres, comportamientos, ideologías e igual idioma”. En cuanto a las comunidades, la definición comúnmente aceptada es: “un grupo o conjunto de individuos, seres humanos que comparten elementos en común, tales como un idioma, costumbres, valores, tareas, visión del mundo, edad, ubicación geográfica (un barrio por ejemplo), estatus social, roles. Por lo general en una comunidad se crea una identidad común, mediante la diferenciación de otros grupos o comunidades (generalmente por signos o acciones), que es compartida y elaborada entre sus integrantes y socializada. Generalmente, una comunidad se une

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bajo la necesidad o meta de un objetivo en común, como puede ser el bien común” (Wikipedia).

Hasta este punto, las definiciones parecen correctas, por lo menos en el campo teórico, aunque adolecen de profundidad y en verdad los problemas comienzan cuando se pretende explicar con estos conceptos, los hechos reales que suceden a diario. Nuestra critica es en particular en cuanto al termino: sociedad, pero, por extensión, también en lo que se refiere a: comunidad. Cómo podemos apreciar la definición de sociedad se refiere a que: “existe una relación entre los sujetos” pero referido a “actividades comunes”. Esta definición ambigua no es lo mismo en: Comunidad. En este caso los seres humanos: “comparten elementos en común”, aportando ciertos detalles, entre ellos: “valores, visión de mundo, estatus social, roles”, todo lo cual lleva a una identidad que les asocia, aunque “diferenciada de otros grupos o comunidades”. Entonces los problemas comienzan, y de aquí nuestra critica, cuando se transfieren estos conceptos a los hechos con los cuales nos enfrentamos dentro de las sociedades en las cuales vivimos y en particular en cuanto a sus organizaciones institucionales.

En este punto, convergen todos los modelos de grupos humanos, al requerir algún modo de conducción de todas las voluntades individuales. Jean Jacques Rousseau, el gran filósofo del siglo 18, que a partir de cuya propuesta de “Contrato Social”, se basan casi todos los modelos actuales de convivencia y autoridad, convino en que toda sociedad debería ser regida por “la suprema voluntad general”, que el pensador denominó “soberanía” pero que solo sería poseída por el “Estado”: “Cada

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uno de nosotros pone en común su persona y todo su poder bajo la suprema dirección de la voluntad general, recibiendo a cada miembro como parte indivisible del todo” (Rousseau J. J., 1762). Rousseau hace hincapié también sobre la constitución de los órganos legales de dicha forma de gobierno sobre la sociedad constituida e indica qué es necesario a su modo de ver: “analizar las nociones de “ley”, que no sería otra cosa que un acto de la voluntad general, es decir, donde el "pueblo" sería el "legislador". Rousseau hace que sea imprescindible la figura del legislador representante, que es “un hombre extraordinario" en el Estado” (Wikipedia). No obstante, Rousseau no es tan ingenuo como para creer que todos los legisladores designados como representantes serán siempre del tipo “hombre extraordinario” y que guardarán tales principios: “Es precisamente porque la fuerza de las cosas tiende siempre a destruir la igualdad, por lo que la fuerza de la legislación debe tender a mantenerla”. Pero no seremos incautos ni inocentes, conociendo en la actualidad bien de cerca los niveles de corrupción que se descubren a diario en nuestro mundo democrático, pese a la “fuerza de la legislación”. Así, las fuerzas del poder, depositadas en pocas manos, tienen casi siempre la capacidad de revertir la probidad de cualquier humano designado representante. Pero aún si se tratara de administraciones públicas habitadas por personas sumamente rectas que fueran plenamente conscientes de sus obligaciones civiles, deberemos reconocer sus limitaciones, a veces imposibles.

Para referirnos concretamente, preferimos dar algunos ejemplos, aunque no únicos, de casos que son de amplio conocimiento en

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todo el mundo y en particular en el occidente. Así, vemos casi a diario en los medios de comunicación hechos relacionados con la “Violencia doméstica” donde se repiten titulares como: “Dos mujeres mueren a manos de sus parejas en las últimas horas”, aunque a veces son más explícitos cuando buscan alguna culpabilidad, por ejemplo: “Mujeres fueron asesinadas por sus parejas, pero la policía no se hace responsable”. Constantemente los medios describen hechos violentos con sus habituales víctimas, lo cual de por sí ya no parece llamar mas la atención, por su repetición, y que al fin deja en todos la sensación de fracaso. Lo que en realidad nos aqueja, es la terrible percepción de que estamos cada vez más desprotegidos y de ahí la tendencia natural, como en los casos antes mencionados por las opiniones periodísticas, de acusar a las instituciones, pues no cumplen con sus obligaciones.

La policía no nos puede proteger y las entidades jurídicas no son capaces de prevenir. Es clásico ya, que en casi todos estos casos de violencia doméstica, hubieron antecedentes, como ser: repetidas denuncias a las autoridades encargadas del orden y hasta en muchos casos, la emisión de edictos por parte de la justicia como ser órdenes de alejamiento para las personas violentas. Además y como parte de estos procesos, se sabe dar mucha difusión pública, tanto a los hechos como a los castigos cuando se juzga a los culpables en los medios de comunicación masiva cuya intención declarada es: “Evitar en el futuro nuevos actos de violencia similar, enseñando con el ejemplo”. Esto y los propios sistemas de castigo a los infractores debieran, según las concepciones del sistema social al que nos referimos, lograr evitar o al menos disminuir, la ocurrencia de tales hechos.

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Lamentablemente los conocimientos empíricos, no confirman para nada estas concepciones comúnmente aceptadas, en cuanto a los logros de justicia y en cuanto al comportamiento humano. Muy por el contrario, es posible que la divulgación de un hecho criminal, sirva a otras personas para imitar a aquellos y darles coraje para cumplir con sus propias aberraciones. Así no es raro ver noticias sobre hechos similares ocurridos en zonas alejadas una de otra, pero en tiempos cercanos.

Lo que describimos aquí, representa desde nuestro punto de vista el fracaso absoluto de tales concepciones y en particular de la acepción de que “vivimos en sociedad” o que “somos parte de alguna “comunidad”, aunque se pretenda por todos los medios disfrazarlas. Desde nuestra óptica crítica, ninguna de dichas aseveraciones parecen ciertas, por cuanto creemos que en la práctica no existe ni uno ni otro mecanismo. Máximo podemos aceptar que, en particular en el occidente, estamos conformados como un “grupo casual de personas”, que cumplimos con ciertas consignas en tiempos y lugares específicos, que rápidamente suelen expirar, y luego se esfuman. Así, por ejemplo, solemos residir en edificios en los que como colmenas, cada individuo o grupo familiar básico, permanece encerrado en su célula y apenas si tenemos alguna relación con nuestros vecinos. Un ejemplo parecido; cuando vamos diariamente a nuestros lugares de trabajo para cumplir con la rutina de “ganarse la vida”, pero las relaciones con las otras personas son siempre limitadas, superficiales, inestables y cada vez más, temporales. Cuando alguien deja el trabajo al momento de jubilarse o por cualquier otro motivo, y aunque haya estado allí decenas de años, en poco tiempo pasa al olvido. Como decíamos en otras partes de este

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documento, nuestras “sociedades” son poco sólidas y en verdad somos parte de esa “Modernidad Liquida”, como la describe ciertamente Zygmunt Bauman en su trabajo del mismo titulo.

Por lo tanto y dada esta realidad, no es extraño que desliguemos nuestras propias responsabilidades personales y sociales en las instituciones constituidas por los así denominados, gobiernos democráticos. Y en verdad, no podemos seguir culpando indefinidamente a la policía de la inseguridad en la que vivimos. ¿Que podríamos pretender, que para cada ciudadano haya un policía que lo cuide? O por otra parte ¿que se declare legal la posesión de armas? Como bien sabemos, en donde estas normas rigen, no han servido gran cosa en cuanto a abolir el crimen, más bien lo contrario. Lo mismo podemos alegar en cuanto al sistema legal, al que se suele acusar de ser lento, burocrático e inefectivo. Lamentablemente, dada la constitución de los “grupos casuales” de los que somos miembros temporales, no tenemos otra posibilidad que hacer uso de sus instituciones, poniendo en marcha todas las artimañas de las que seamos capaces para simplemente poder sobrevivir. Somos entonces conscientes de que sencillamente “no tenemos en quien confiar más que en nosotros mismos”. Otra posibilidad es la de encomendarnos a Dios, pero aunque la fe nos abrace y cobije, en algún momento habremos de descubrir que en realidad, se trata de “un dios desnudo”.

A nuestro parecer, lo que diferencia básicamente entre los denominamos “grupos casuales” y lo que preferiríamos como agente de referencia efectivo para todo ser humano, las “comunidades”, es que en aquellos, no existe ningún tipo de

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compromiso personal por parte de sus miembros o que es sumamente frágil. De todas maneras, consideramos las interacciones entre las personas que forman aquellos grupos, como inestables y por ello, endebles. Nuevamente diríamos, para ejemplificar el caso, que casi no podemos confiarnos en tales relaciones, cuando llegado el momento, necesitamos de algún apoyo. Por ello, se solía aseverar antaño que: “solo en la familia se puede confiar”, cuando se trataba de la familia amplia, pero entonces descubrimos que aquella telaraña se fue debilitando con el paso hacia el modernismo y quedó, al fin, como una concepción típica de gente mayor pero que cada vez es menos popular entre los jóvenes. Llegado el momento, los ancianos descubren que están abandonados y en soledad, porque los hijos se independizaron en pos del progreso. Para ello, la creativa sociedad industrial ha creado las “casa de ancianos”, en donde conviven viejos decrépitos y que solo sirven a sus propietarios para despojar a aquellos de sus últimos ahorros. Los ancianos, a diferencia de antaño y de algunas tribus que conservaron sus tradiciones, ya no tienen tampoco ningún papel ni valor. Entonces la persona mayor era respetada, se valoraban sus consejos que eran seguidos por todos y eran un elemento clave para el buen funcionamiento de las comunidades. Se pensaba con lógica aplastante que, “el que más vive más sabe”. De hecho la civilización moderna, repleta de tecnología, valora más la productividad y la utilidad inmediata, que la experiencia acumulada durante años de vida. Se piensa que las personas mayores no son capaces de entender y asimilar los adelantos técnicos y así se va relegando cada vez más a los ancianos. Muchas veces incluso, estos terminan siendo una carga para sus

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familiares y entonces los hijos encuentran en las instituciones para ancianos, una solución fácil. Estas a su vez y siendo que son parte del mundo comercializado, se adjudican propiedades sociales y humanas, pretendiendo ocupar el lugar de las legítimas familias y comunidades. Veamos una descripción, como ejemplo, de esas “casas de ancianos”: “Algunos asilos están equipados como un hospital. El personal presta cuidados médicos, así como fisioterapia y terapia del habla y ocupacional. Puede haber un puesto de enfermería en cada piso. Otros centros procuran aparentar ser más un hogar. Tratan de brindar una sensación de vecindario. Con frecuencia, no tienen un cronograma diario fijo y pueden contar con cocinas abiertas para los residentes. Se les fomenta a los integrantes del personal a establecer relaciones con los ocupantes” (Wikipedia). Como se puede apreciar de este simple ejemplo, se trata de detalles técnicos en cuanto a los cuidados de la salud y alguna referencia a ciertas “relaciones sociales” y/o “actividades recreativas”. Por supuesto que todo esto obvia la simple posibilidad de admitir que se trata de un ente extraño en donde el anciano esta ya relegado a “no ocupar más ninguna función social o política”.

Llegados a este punto, queremos alegar en favor de lo que consideramos como imperioso para el ser humano, vivir en comunidad. Que el hombre no puede vivir en soledad y necesita estar rodeado por otras personas, es ya una certeza irreversible. Pero por otra parte coincidimos con Sartre cuando afirma que: “el hombre empieza por existir, se encuentra, surge en el mundo y que después se define...”. Lo cual parece significar que los hombres mismos, pero en el marco del conglomerado humano

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que los alojaría, serían los responsables únicos por definir sus cualidades. Es decir que en el entorno de la comunidad, es donde bajo su tutoría procede el ser humano a formarse y desarrollar su futuro y en esto aportan plenamente los conceptos de Piaget sobre el desarrollo mental del niño: “el pensar se despliega desde una base genética sólo mediante estímulos socioculturales, así como también el pensar se configura por la información que el sujeto va recibiendo, información que el sujeto aprende siempre de un modo activo por más inconsciente y pasivo que parezca el procesamiento de la información. Es así que Piaget puede afirmar que los principios de la lógica comienzan a desarrollarse antes que el lenguaje y se generan a través de las acciones sensoriales y motrices del bebé en interacción e interrelación con el medio, especialmente con el medio sociocultural, en lo que a partir de la psicología vygotskiana (en nombre del psico-pedagogo Lev Vygodtzki), podemos denominar mediación cultural. Por tal demostración, Piaget hace notar que la capacidad cognitiva y la inteligencia se encuentran estrechamente ligadas al medio social y físico” (Wikipedia). Claro que podemos hacer efectivos los estudios de Piaget sobre la psicología infantil al hombre adulto que surge del niño. Queremos demostrar de esta manera, la importancia vital que tiene para el ser humano, la pertenencia a un entorno social que le servirá de referencia. Pretendemos indicar también, la importancia de la forma y cualidades o mejor dicho, a la manera de Lev Vigodtzki, “el medio socio-cultural”: “Vygotski observó cómo las funciones mentales superiores se elaboran mediante interacciones sociales con personas significantes en la vida del niño, particularmente con parientes pero también con

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otros adultos. Mediante esas interacciones, el niño en su cultura accede a aprender los hábitos de la mente - del espíritu (mind) - incluyendo los patrones de discurso, el lenguaje escrito u otros conocimientos simbólicos, y mediante todo lo cual el niño derivará significados que afectarán a la construcción de su propio conocimiento. Esta premisa clave es denominada a menudo como mediación cultural. El conocimiento específico al que accede un niño mediante esa interacción también representa el conocimiento compartido de una cultura. Este proceso es conocido como internalización”. Desde otro punto de vista, la famosa antropóloga norteamericana, Margaret Mead se preguntó hasta qué punto podría influir aquella “mediación cultural” específica a la comunidad, haciendo el siguiente planteamiento: “¿Los disturbios que angustian a nuestros adolescentes son debidos a la naturaleza misma de la adolescencia o a la civilización? ¿Bajo diferentes condiciones la adolescencia presenta diferentes circunstancias?" Mead llegó a la conclusión de que así era” (Mead, 1950). Con lo cual creemos que damos por demostrado, que es el grupo social al cual está aferrado el ser humano y las pautas culturales impuestas por este, el que va a modelar su conducta, corregirla y controlarla durante toda su vida. Veamos una definición de “cultura”: “es el conjunto de todas las formas, los modelos o los patrones, explícitos o implícitos, a través de los cuales una sociedad regula el comportamiento de las personas que la conforman. Como tal incluye costumbres, prácticas, códigos, normas y reglas de la manera de ser, vestimenta, religión, rituales, normas de comportamiento y sistemas de creencias. Desde otro punto de vista se puede decir que la cultura es toda

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la información y habilidades que posee el ser humano” (Wikipedia).

Empero, finalizando este capítulo, debemos retornar a nuestra crítica de lo que se denomina erradamente sociedad o comunidad. Observamos una vez más, que se trata en realidad, de “grupos casuales” que meramente coinciden en algunos actos comunes, pero que adolecen de firmeza y solidez y que como indica Z. Bauman, todos residen en un medio líquido, tan ineficazmente moldeable. Las acciones de la globalización socio-económica, junto con la industria de la cultura global del entretenimiento, han hecho del ser humano un ente distendido e identificable como individuo. En un mundo donde todo y todos tienden a parecerse, no es posible expresar a un yo definido. Se trata de una cultura endeble. Retornando a los problemas de la violencia doméstica, como fenómeno que representa el fracaso de la modernidad debemos analizar, aunque mas no sea levemente, el caso de la “Violencia Juvenil”, pues creemos que este aspecto representa mejor que todos, la destrucción de los delicados tejidos de las comunidades tradicionalmente establecidas. Así, el alejamiento progresivo de los jóvenes de sus familias y comunidades que poseían controles sobre aquellos, y dado el vacío que eso produjo resultó en la creación de organismos paralelos en los cuales los jóvenes encontraron refugio. Conformados entonces en bandas, pandillas o patotas, adquieren roles sociales específicos bajo principios a los cuales todos sus miembros deben adherirse. Por lo general, estos grupos crean sus propios liderazgos aberrantes, generalmente intimando a sus miembros a comportamientos de estilo “para-militar”, con grados y jerarquías particulares. La característica

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fundamental de estos grupos es la de estar a la margen de la sociedad establecida, pues de ella han escapado, contrariando todo aquello que limite su independencia. El uso del alcohol, las drogas, costumbres sexuales promiscuas, son comunes en estos grupos, además de las practicas violentas: “La violencia juvenil es una de las formas de violencia más visibles en la sociedad. En todo el mundo, los periódicos y los medios de radiodifusión informan diariamente sobre la violencia juvenil de pandillas, en las escuelas y en las calles. En casi todos los países, los adolescentes y los adultos jóvenes son tanto las principales víctimas como los principales perpetradores de esa violencia. Los homicidios y las agresiones no mortales que involucran a jóvenes aumentan enormemente la carga mundial de muertes prematuras, lesiones y discapacidad“ (Salud, 2002).

Estamos convencidos, entonces, que no solo la constitución de comunidades como entes de cohesión entre las personas es fundamental para asegurar una vida de sana creatividad, sino que es imprescindible que ellas se levanten sobre los pilares seguros de una ética progresista que incluya, el respeto por los derechos humanos individuales y el apoyo mutuo. En el capítulo “Sencillos Principios” en este documento, resumimos la ética sobre la cual creemos deben asentarse las verdaderas comunidades humanas.

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Comunidades Intencionales(*)

Definición:

Una comunidad intencional es un conjunto de personas cuyo eje de convocatoria persigue principios de afinidad y apoyo mutuo, planteándose en general una relación pacífica y armónica entre sus miembros, y de respeto y cuidado de la naturaleza donde se radican.

Modos y metodologías:

Las metodologías planteadas pueden ser variadas. Desde las más antiguas, estrictas y dogmáticas, hasta las más modernas, liberales y abiertas. Se encuentran asimismo casos de comunidades cuyas familias miembros habitan viviendas individuales, construidas con materiales extremadamente austeros, hasta lujosas residencias de alto nivel tecnológico. De igual manera también existieron experiencias de convivencia absoluta, donde todos los espacios se comparten.

En los últimos tiempos se ha dado en reducidos sectores sociales del mundo occidental, una corriente de iniciativas tendientes a la conformación de villas residenciales o rurales, en los que el principio de afinidad de sus miembros gira en torno a la denominada Nueva Era, con marcadas tendencias ecologistas y a veces proclives hacia corrientes espirituales hindúes occidentalizadas. En similar línea social, y con mayores o menores puntos de contacto con dichas tendencias, también se han formado comunidades de objetivos sustentables en cuanto al uso racional de la tierra, vegetarianismo, aplicación de técnicas

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no agresivas (sin fertilizantes químicos), cultivos cíclicos, agroecología, permacultura, tecnologías blandas, alimentación natural, utilización de recursos renovables, reciclado de residuos, etc. Algunas de estas experiencias se denominan eco-villas o bien eco-aldeas.

Tipos de comunidades:

* De propiedad compartida Cooperativa. Es una comunidad con una economía de

autogestión interna compartiendo igualitariamente todos los ingresos que provienen de una economía de mercado o mixta con el exterior de la comunidad. Comuna. Es una comunidad con una democracia

económica interna compartiendo igualitariamente todos los ingresos que provienen de un estilo de vida autosuficiente. * De propiedad privada Co-vivienda. Comunidad compuesta de casas privadas

con cocinetas completas complementadas con extensos espacios que comparten con otras viviendas en común. * Comunidades utópicas * Motivos ecológicos

Eco-aldea. Comunidad ideada por el astrofísico Robert Gilman cuya intención es ser social, ecológica y económicamente sostenible. * Motivos psicológicos

Walden dos. Comunidad basadas en la obra literaria del mismo nombre creada por B. F. Skinner en 1948. El autor imagina una utopía basada en el conductismo tomando como referencia el Walden de Henry David Thoreau.

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* Motivos religiosos

Comunidad cristiana. Comunidades inspiradas en una ideología cristiana: Menonitas Cuáqueros Amish Monasticismo. Comunidad que practica la renuncia a los

objetivos terrenales para dedicarse completamente a los aspectos espirituales Cristiano Budista Hindú Jainista Islámico * Ideología política

Comunidad igualitaria. Comunidades que practican la democracia directa, feminismo, ecologismo, la no violencia y la cooperación. Kibbutz: Comunas inspiradas en una ideología sionista

socialista. Moshav: Tipo de comunidad rural israelí de carácter

cooperativo, similar al kibutz, formado por granjas agrícolas individuales y promovidas por el sionismo laborista. * Otros motivos ideológicos o de variados Comunidad de la Nueva Era Comunidades Hippies Comunidades de Gitanos

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* Comunidades de transición

Las comunidades de transición son comunidades ya establecidas o formadas intencionalmente para amortiguar los efectos del agotamiento del petróleo. Fue un concepto creado por Louise Rooney y popularizado por Rob Hopkins en su libro "Manual de pueblos de transición".

* Ejemplos

Pueden encontrarse en todo el mundo comunidades intencionales formadas y nucleadas en torno a creencias y figuras religiosas, las que suelen actuar también como factor de unión y consenso entre sus miembros.

Ejemplos de estas últimas son las ancestrales congregaciones de menonitas, con dogmas y normas de convivencias cristianas extremadamente rígidas, hasta los grupos que se nuclean como comunidades devocionales de Sathya Sai Baba, de tendencias sociales más abiertas.

* Comunidades no religiosas

Entre las experiencias no religiosas pueden contarse aquellas cuya filosofía constitutiva ha tomado bastantes postulados desde el hipismo, aunque hoy en día pueden o no compartir fielmente dicha idiosincrasia.

(*) Editado a partir de temática resumida de: Wikipedia, Comunidad Intencional; Sitio de Felowship of Intentional Communities: www.ic.org; Sitio www.petalolimon.blogia.com

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Comunidad Twin Oaks – un caso particular (I)

Introducción:

Los textos a continuación son extractos de la obra de Kat Kinkade, que fuera una de las fundadoras de la comunidad Twin Oaks en Estados Unidos. En su libro titulado ¿Is It Utopia Yet? (¿Es aún una utopía?) y que publicó en 1993 relata la autora las experiencias y peripecias que pasaron los miembros de esa particular comunidad, y ella en particular, hasta cumplir entonces 26 años de existencia. Kat falleció el año 2008, pero hoy la comunidad es una realidad de casi 44 años. Para publicar la traducción de las citas del libro, que hemos elegido, recibimos la autorización especial de la Comunidad y su Editorial. Creemos que esta forma narrativa puede ser más esclarecedora sobre este tipo de vida comunitaria, que cualquier exposición teórica.

Twin Oaks, ubicada en el Estado de Virginia, en la provincia de Louisa en Estados Unidos, nació en el año 1967 como una “comunidad intencional” cuyo fin era crear una forma de vida equitativa para todos sus miembros, sin distinción alguna. Al inicio fue una población rural, aunque con el tiempo desarrollaron otros rubros de manufactura y servicios, para ampliar las fuentes de ingresos. Los valores que la caracterizan son los de cooperación, compartir, no violencia, ecología e igualdad.

En la actualidad la comunidad suma unos 100 miembros (85 adultos y 15 niños) y cuentan con unas 180 hectáreas de tierras,

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que incluyen parcelas laborables, de pastoreo y bosques madereros.

El proceso de la creación y desarrollo de la comunidad estuvo plagado de problemas y crisis que con mucho esfuerzo fueron solucionando, muchas veces bajo el imperativo de readaptar los mismos principios básicos, pero sin nunca renunciar a los valores declarados al inicio.

La autora sobre si misma

“A los 17 años de edad, yo creía que era comunista...lo cual significaba para mí que todo ser humano sobre la tierra, debía poseer los mismos derechos que todos de compartir cosas y objetos de manera equitativa”.

“Cuando fundamos Twin Oaks en 1967, tuvimos que centrar la atención en cuestiones prácticas: la manera de organizar la comunidad, el sistema laboral, acuerdos en cuanto a la propiedad común y la gran dificultad de mantener al grupo unido por un largo plazo de tiempo a fin de asegurar su supervivencia. No obstante, pese a todas aquellas cuestiones concretas, los ideales sobrevivieron, hasta la fecha, de la misma forma como al inicio. Ese ideal tiene un nombre, “Igualdad”.

“Pese a todo, ya a los 62 años de edad, no me considero más comunista. Todavía perseguimos una Utopía, pero ya no mantenemos una sola teoría económica. Habiendo conseguido, al fin y al cabo, crear y mantener una comunidad en una buena posición social y económica, aunque no sea todo exactamente como al principio, la propia lucha por lograr establecer la

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comunidad, solucionó muchos problemas, aunque a su vez creó otros y que aún deberemos de solucionar.”

Introducción - la comunidad

“Para quienes no saben que es una “comunidad intencional”, esto quiere decir que es una sociedad con claras reglas y limitaciones, que cada miembro debe aceptar desde el principio”.

“Probablemente, la impresión más fuerte para quienes nos visitan por primera vez es que el paisaje de Twin Oaks es muy verde. Hemos hecho pequeños claros en el bosque a fin de levantar allí nuestras residencias, pero algunos terrenos que previamente se usaban para la agricultura los hemos reforestados. Otro aspecto es que hay muchos espacios libres que permanecen en su forma natural y no han sido elaborados artificialmente, lo cual da una impresión de naturaleza pura”.

“Por todas partes se puede ver gente en movimiento, dando una aparente impresión de falta de ocupación especifica. (Ello se debe en gran parte al sistema laboral particular de la comunidad, que luego explicaremos). La mayor parte de las personas, almuerzan en el comedor principal, aunque en todos los edificios hay pequeñas cocinas en las cuales cada uno puede preparar sus propias pequeñas comidas”.

“Twin Oaks es una comuna, pero no tiene nada que ver con el sentido estereotipado de los años sesenta (sexo, drogas y desorden). Nuestra “comunidad”, como preferimos llamarla y no “comuna”, está muy bien organizada y no obstante es

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bastante flexible, gracias a su sistema laboral, que es único. Como todo hogar, también aquí dormimos, comemos y nos recreamos, pero a diferencia de los hogares convencionales en las ciudades, nosotros trabajamos en el mismo lugar donde residimos para producir nuestros ingresos y es donde nos administramos. Es decir, todo se hace en el seno del mismo área físico”.

“He aquí algunas razones del éxito de Twin Oaks: El `sistema de crédito laboral’, que permite flexibilidad y libertad de acción; las necesidades básicas están totalmente cubiertas: buena alimentación, viviendas cómodas, seguridad médica y hasta pequeñas sumas de dinero efectivo para cada uno; una economía comunitaria pero sin dar rienda suelta a gastos superfluos; Nuestras puertas están siempre abiertas, para visitantes y nuevos miembros, pero también para quienes quieren abandonar la comunidad; Nadie está sometido a igualdad de ideas y creencias, cada cual es libre de pensar como quiera y manifestarlo abiertamente; Pese a todo tenemos un sistema perfectamente organizado para todo, lo cual da seguridad a los miembros de la comunidad; Somos suficientemente grandes y fuertes como para permitir movimiento en la estructura comunitaria; Otros motivos podrían ser también: El ambiente general, que permite congeniar y sentir la unión entre todos; cuidamos muy bien de nuestros niños; vivimos en un ambiente sano; tenemos muchas oportunidades para aprender y progresar, incluido posibilidades de liderazgo; nunca estamos estancados en el mismo lugar y siempre cambiamos y crecemos; somos gente de esencial buena voluntad e inspiramos confianza y esperanzas”.

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Forma de gobierno

“Twin Oaks usa lo que denominamos ´Administración Planificada` como forma de gobernar la comunidad. El sistema ha demostrado su capacidad, por su perfecto funcionamiento durante muchos años. ´Planificación` se refiere a un consejo formado por tres miembros de la comunidad, los cuales sirven en dicho puesto durante 18 meses consecutivos. Luego son reemplazados por otras personas. Durante dicho periodo el consejo se encarga de definir la política administrativa de largo plazo, el control de los recursos y los gastos y además se encarga de todo aquello que sirva al buen funcionamiento de la comunidad”.

“En la práctica no existe ningún tipo de jerarquía, y los encargados de cada sección tienen amplia libertad en sus acciones, pese a que deben emitir reportes periódicos al consejo administrativo. Todas las decisiones se toman después que se estudian las voluntades de los miembros de la comunidad, pero en todo caso las actividades especificas son tratadas a nivel administrativo”.

“No obstante, en la comunidad somos todos “trabajadores” pero por lo general nadie está ocupado a tiempo completo en ningún puesto, y así un miembro del consejo o encargado de sección, también trabaja en otro rubro, como todo el mundo. Cada uno toma las responsabilidades de las cuales se cree capaz, pero nadie hace de jefe de ninguna otra persona”.

“A fin de limitar el poder de los miembros del ´Consejo` existe la asamblea general en la cual se pueden “vetar” decisiones del

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consejo por medio de un 20% de votos secretos. Es decir que toda decisión del consejo necesita contar de antemano con el apoyo del 80% de la comunidad”.

“La comunidad posee sus medios de comunicación entre los miembros, algunos de ellos informales, pero que han demostrado su eficiencia durante años. Uno de ellos se denomina “O-I Board” (Pizarra de Opiniones e Ideas) y desde su creación en 1970, ha contribuido notablemente como forma de expresión de los derechos democráticos de los miembros de la comunidad. En la práctica, en dichas pizarras los miembros publican hojas en las cuales escriben sus Ideas y/u Opiniones, sobre todo tema o cuestión relacionado con el funcionamiento de la comunidad. En realidad, la gente lee las notas publicadas, de la misma manera que otros leen un periódico. Una buena costumbre es la de agregar a cada nota un papel en blanco, para que los lectores puedan escribir sus propios comentarios. Las propuestas concretas pasan al ´Consejo` para su tratamiento posterior.

“No obstante todos los medios antedichos, lo que prima por sobre todo en cuanto a los acontecimientos y decisiones de la comunidad son los ´Estatutos` los cuales definen básicamente las normas y reglas de la comunidad. Estos, como todo sistema legal, no son fáciles de cambiar y requieren por lo general un proceso bastante extenso. De ahí también su importancia”.

El sistema de créditos por labores

“Básicamente este sistema representa la economía corriente de Twin Oaks. Una unidad de crédito equivale a una hora de

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trabajo. Con la excepción de los enfermos y ancianos, cada miembro de la comunidad está comprometido a dar 42 horas semanales de trabajo (en la actualidad, según el sitio de Twin Oaks). La cuota es determinada por el ´consejo´ de planeamiento. A primera vista dicha cuota parecería bastante importante, pero por otra parte, las siguientes labores están consideradas también como unidades de crédito: limpieza de la casa o habitación; tiempo de compras; cuidado de niños; lavado de ropas; cocina; cortar el césped; reparaciones en el hogar; trabajo voluntario para organizaciones sociales; visitas al médico; votar en las elecciones; participación en funerales, etcétera. Año tras año se agregan nuevos temas a la lista”.

“Como se puede apreciar, la contabilidad del trabajo en unidades de crédito, permite una gran flexibilidad. Los miembros de la comunidad usualmente varían sus ocupaciones laborales de acuerdo a sus necesidades y deseos. Hay quienes han decidido especializarse en un número reducido de labores, mientras que otros prefieren una constante variación, alternando entre trabajos físicos y labores que ocupan más la mente o que incluyen recreación”.

“La acumulación de unidades de crédito a favor, permite a los miembros, planificar periodos de vacaciones de acuerdo a las voluntades y necesidades personales. Esto implica a su vez un alto nivel de privacidad”.

“Hay labores que son obligatorias y deben planificarse por turnos. Esto por lo general ocupa un par de días por semana. Otras labores a elección se incluyen en un reporte semanal de

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cada miembro y cada uno puede ver en este los detalles de trabajo y el balance de créditos”.

“En un inicio, se habían establecido cuotas de horas acreditables por cada tipo de labor, en especial en cuanto a los trabajos más duros, pero con el tiempo aprendimos que eso llevaba a muchas discusiones. Al fin se decidió dar un valor igual de créditos a todas las labores. Esto viene funcionando muy bien durante todos estos años”.

“Una de las grandes ventajas del sistema comunitario, incluido el tema de los créditos, es que en realidad nunca hay desempleo en la comunidad. Por supuesto que si los ingresos económicos de la comunidad varían, los gastos también se acomodan a estos, bajando el consumo cuando es necesario, esperando ´mejores épocas` o posponiendo compras. Es decir que todos en conjunto cargamos con las responsabilidades de manera equitativa, pero nunca va a ocurrir que algunos puedan permitirse consumir lo que otros no pueden”.

“Por supuesto que pueden ocurrir situaciones desagradables con miembros que rehúsen trabajar lo necesario. Eventualmente dicha persona deberá al fin y al cabo abandonar la comunidad. Generalmente se trata el problema a nivel directo con la persona para intentar entender las razones de tales actitudes, y de ser posible, buscar la forma de dar apoyo personal para solucionar el problema. A veces se requiere dar tiempo y no presionar injustamente. De todas maneras, en Twin Oaks no hay ningún sistema de castigos o multas y al fin y al cabo la persona del caso hará abandono de la comunidad por propia voluntad. Nadie va a correr a presentarle la cuenta, mejor que se vaya”.

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“Los beneficios del sistema laboral, desde el punto de vista social, están a la vista. Nadie va a increpar a alguna persona si se la encuentra a las 10 de la mañana sentada en el jardín leyendo, por ejemplo. Aquí no cumplimos todos con el mismo horario laboral como es costumbre en la ciudad. Debido a la flexibilidad del sistema cada uno puede planificar sus ocupaciones”.

“Lógicamente que hay problemas también, en particular debido a la falta de control y supervisión constantes. Y así, quienes lo quieran pueden aprovecharse del sistema a su favor. Pero en una comunidad tan reducida como la nuestra (85 adultos), tales hechos y faltas saltan rápidamente a la vista y al fin el propio infractor termina por sentirse desmoralizado. Hay personas que no pueden manejarse a si mismos, cuando tienen tal nivel de libertad de elección. Las expectativas de la comunidad son bastante amplias e indulgentes y quienes están acostumbrados a regímenes duros e inflexibles, de pronto se encuentran a la deriva”.

“Otro tipo de problemas, se relaciona con quienes están acostumbrados a calcular sus labores en términos de dinero, dólares y no unidades de crédito. En estos casos, el sistema de Twin Oaks puede significar una falla, pues las labores acreditables, como ser la limpieza de la habitación no siempre se las puede ´valorar` en términos de dinero. Por otra parte hay quienes exigen que cada acción personal sea considerada como ´unidad de crédito`, pues de lo contrario, así consideran algunos, no serían valoradas por la comunidad”.

“Nada es perfecto, pero cada problema que surge es un desafío para la comunidad y hallar soluciones o experimentar con

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variantes, sirve para su constante desarrollo. Y pese a todo, la validez de los principios éticos de la comunidad y sus enormes beneficios están a la vista”.

La economía comunitaria

“Cuando hablamos de la economía comunitaria, nos referimos también a los ingresos que se generan por medio de sus actividades. Estos van a una cuenta bancaria común, pero nosotros no somos empleados y no ganamos salarios. En lugar de esto, la comunidad cubre todas nuestras necesidades: Alimentación, vestido, vivienda, salud, necesidades de los hogares, muebles, automóviles, recreación y demás. En general la comunidad se reserva el derecho de definir qué es una “necesidad” y qué no lo es”.

“Sin lugar a dudas, repetimos, el sistema despierta no pocos problemas, básicamente porque algunos miembros cargan con sus propios ´valores culturales` de los hogares de donde provienen y ciertas cosas son entonces ´necesidades`. Hay gente que recibe ayuda y apoyo financiero de sus padres, por ejemplo, para ciertos gastos que la comunidad no cubre y eso está permitido. ¿Esto crea desigualdades entre la gente? Sin lugar a dudas que las hay en Twin Oaks, pero cuando analizamos de que se trata, vemos que no pasan de unos cientos de dólares al año. Algunas veces se han despertado conflictos en torno a ello, pero sin mayores consecuencias. Por otra parte, hay quienes aprovechan sus días de vacaciones, para trabajar fuera de la comunidad y poder así ganarse algunos dólares mas para comprar algo que les interesa y que la comunidad no sufraga. Esto está contemplado como posibilidad”.

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“Este año hemos creado una comisión, cuyo fin es el de distribuir pequeñas sumas de dinero, entre los miembros que están necesitados de adquirir algo que no está contemplado por el presupuesto comunitario. Esto viene también a equiparar con aquellos que logran buenos ingresos extras afuera de la comunidad”.

“Debo confesar que mis ideas sobre la cuestión de la “igualdad” entre las personas han sufrido ciertos cambios. En mi juventud me preguntaba ¿porque algunos tienen más posesiones que otros? Y juraba para mis adentros que iba a hacer todo lo posible por evitarlo. También hoy en día creo en la necesidad de una mayor equidad entre los seres humanos, pero ahora encuentro que la mejor respuesta es la siguiente: La mayor parte de las personas valoran ciertas pequeñas libertades personales más que las igualdades, y por lo tanto una sociedad es más eficiente si sus reglas no son tan rígidas. La igualdad es un medio y no una finalidad en sí. La conclusión es que no podremos crear un estado de absoluta justicia y lo mejor que podemos hacer es lograr un buen nivel de equidad”.

Iniciativas

“Durante el año 1974 tuvimos una seria crisis, que en parte se debió a una mala administración financiera. Gastábamos más de lo que ingresaba. No nos quedó más remedio que buscar puestos de trabajo fuera de la comunidad. Pero un día uno de nuestros miembros, Ken, propuso que en vez de trabajar afuera fabricando hamacas, podría probar de hacerlo, de manera independiente, en las instalaciones de la comunidad. Junto a otras dos personas, se pusieron a cambiarle la cara al pequeño

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local de ventas que teníamos y así lograron crear una de las mejores fuentes de ingresos para Twin Oaks. En 1975, teníamos ya grandes órdenes de compra por parte de la empresa ´Pier One Imports` lo cual nos dio una gran ventaja comercial. Pero esto se debió también a que nuestros compañeros invertían incontables horas de trabajo en dicha empresa. Había que viajar por muchos pueblos y ciudades, participar en ferias y exposiciones, pese a que no disponíamos muchas veces de dinero para pagar hoteles y restaurantes. Muchas noches nuestra gente pasó las noches en bolsas de dormir, dentro del camión. Con el tiempo, fuimos diversificando los productos, siempre como resultado de iniciativas personales”.

“Los últimos tiempos hemos variado nuestras fuentes de ingresos incluyendo dos rubros que además de buenos ingresos nos ha permitido dar ocupación a miembros de más alto nivel profesional. El negocio de la “Indexación de libros” llegó de manos de un admirador nuestro, Bill, quién venía trabajando en dicho negocio varios años antes con buen éxito. Bill ingresó en la comunidad como miembro activo junto con su negocio y además trajo algunos de sus anteriores clientes.

Otro caso es la planta de producción de Tofu y subproductos que es bastante reciente (a la fecha de redacción del libro, 1993), pero ya vemos los frutos del trabajo de nuestra gente. Los productos se venden a Restaurantes chinos y a distribuidores de la región”.

“Una gran ventaja que tenemos en cuanto a los precios de nuestros productos, está en que en la comunidad no existen ´empleados de alta categoría` con inflados salarios. Por otro

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lado, también producimos por nuestros propios medios varias de las materias primas a costos más reducidos”.

“En general, los ingresos per cápita, se estiman en unos 5300 dólares anuales, lo cual para los habitantes de cualquier ciudad, significa ´estar por debajo de la línea de pobreza`, pero para nosotros e incluso en comparación con otras comunidades intencionales, nos permite vivir con plena seguridad de satisfacer todas nuestras necesidades, tanto las básicas como las de cierto confort. En parte debido a que nos auto-abastecemos de algunas materias básicas de consumo (verduras, legumbres, leche, granos, etc.) y además al comprar en grandes cantidades reducimos los costos. Otro aspecto es la propia vida comunitaria y aquí reside nuestro gran secreto, compartir. De momento, el hecho de que vivimos en residencias comunales significa que no necesitamos comprar o construir viviendas particulares, con sus respectivas reparticiones, lo cual es ya una gran ventaja. Compartir comedores y cocinas, jardines y lugares de recreación, salas de estar, significa reducir los gastos iniciales y los de manutención de manera significativa. Otro rubro, es en cuanto a los vehículos. Para satisfacer las necesidades de nuestras empresas y de los individuos, poseemos una flota de 20 vehículos (según el sitio de Twin Oaks) y también tenemos nuestro propio taller de reparaciones, lo cual nos ahorra muchos gastos extras. Además, siempre compramos vehículos de segunda mano. Por supuesto que existen las posesiones individuales de cada miembro, pero en general adoptamos el principio de “compartir” todo lo posible”.

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“A fin de decidir la forma del “Consumo colectivo” de la comunidad, lo cual significa ´como gastamos nuestros ingresos`, hemos creado una especie de sistema que denominamos “Trade off Game” (el juego de las compensaciones). En realidad esto se aplica una vez por año y entonces cada miembro hace su propia estimación de gastos para el siguiente año. Los informes detallados de cada miembro son luego estudiados y de ellos se extrae un promedio que representaría las voluntades colectivas, aun cuando ciertos gastos serían para satisfacer as voluntades de algunos individuos y no las de todos. Así se determinan también cuales son los proyectos preferenciales para el siguiente periodo. Por supuesto que todo dependerá de los ingresos reales a devenir”.

Nivel de vida versus Expansión

“Este es un tema de suma importancia y tiene para nosotros un trasfondo ideológico. Así como en cualquier sociedad económica, también nuestros miembros producen un excedente financiero por medio de sus labores, sean estas productivas o de servicios. La pregunta de siempre es, ´que se hace con dicho superávit. Muchas veces se ha discutido el tema en nuestra comunidad y por lo general solo una parte pequeña de los miembros propone realizar inversiones que produzcan ganancias y rentas. Es decir, acumular capitales. Y no obstante, la gran mayoría de la gente opina que la mejor inversión es “elevar nuestra calidad de vida”, aunque siempre bajo los principios éticos en los que se basa la comunidad. Eso significa que no nos interesa la riqueza material, ni las extravagancias o lo superfluo. En principio queremos llevar una vida modesta, centrados en lo

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espiritual y no en lo material. Ya no usamos más con el mismo sentido los términos: ´Nivel de vida` y ´Calidad de vida´. Ninguno de nosotros cree que la acumulación de bienes lleve a mas felicidad”

Comunidad Twin Oaks – un caso particular (II)

“Comenzamos en Junio de 1967 y entonces necesitábamos un refugio seguro antes del invierno. Todo lo que teníamos era una pequeña y vieja casita de campo y dos depósitos más pequeños aún, que debían servir a ocho personas. La prioridad entonces era mejorar las condiciones de la vivienda”.

“Contábamos con una sola persona con cierta experiencia en construcción y también con algunos fondos que sirvieron para erigir el primer edificio que denominamos “Armonía”. Cuatro años más tarde Henry se agregó como miembro, era arquitecto y gracias a su contribución profesional pudimos diseñar y levantar seis de los actuales edificios. Estos además pusieron un cierto orden en nuestra vida comunitaria y por primera vez teníamos lugar adecuado para todo y para todos”.

Este tema es una introducción al sistema general de la comunidad, por cuanto la construcción de viviendas y edificios comunes fueron hechos con el propio esfuerzo de los miembros de la comunidad que aunque dirigidos por profesionales, esto era parte de la ideología misma del movimiento comunitario. El resultado final, además de contar con diseños propios adaptados a los propósitos de la comunidad, fue una reducción considerable en los costos, lo cual también es importante en la ideología comunitaria: Viviendas cómodas pero modestas sin

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lujos superfluos, en las cuales cada miembro tenga su privacidad a la par de espacios públicos comunes a todos (comedores, baños, salas de estar, salas de actos, etc.)”.

Crisis personal

“Con el correr de los años y el crecimiento de la población de Twin Oaks, descubrí que mi estatus y prestigio de fundadora fue perdiendo su categoría e influencia en la toma de decisiones, y de allí también una cierta sensación de haber pasado a segundo plano, lo que me puso muy triste. Entonces comenzó a forjarse en mí la idea de iniciar un proyecto comunitario nuevo, en otro lugar. Esto correspondía con mis ideas y mi carácter pionero. Siempre fui consciente del papel de la crítica en la construcción de una sociedad sana, pero cuando una vez alguien me tiró a la cara: ´Tú tienes demasiado poder aquí`, me di cuenta que algo había cambiado, aunque aún no tenía una clara idea de lo que había pasado”.

“Otra cosa que influyó fue que en aquella época publiqué mi primer libro y con él también Twin Oaks se dio a conocer en público. Además, la comunidad tomó la decisión de cerrar sus puertas y no aceptar más miembros, alegando que un mayor número iba a contrariar el carácter íntimo de ella. Eso estaba también en oposición a mis ideas que habían nacido de la lectura del libro de B.F. Skinner “Walden Dos” (El autor propone en forma novelesca la creación de una Comunidad Intencional de unos 1000 miembros. El libro se publicó en 1948)”.

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“Me acusaron también de ser responsable de la situación de desorden y caos que se había dado en la comunidad, que según mis detractores, se debía a un crecimiento demasiado rápido”.

“El resto de dicha historia, es lo acontecido en ´East Wind`. Dejé Twin Oaks junto a dos personas más y amigos de afuera y nos fuimos a fundar una nueva comunidad, que iba a tener las características de Twin Oaks, pero a diferencia de esta, no íbamos a cerrar las puertas nunca ante nadie. En realidad, East Wind es bastante diferente de Twin Oaks, pero paradójicamente, no llegó a ser tan grande como ella. Ahora (1993), residen allí 65 personas adultas a diferencia de las 85 de T.O., aunque todo funciona allí muy bien. Y con todo, luego de cinco años de trabajo sentí que estaba perdiendo mi entusiasmo y fe. Me di cuenta que nadie quería ser pionero, sino agregarse a algo ya hecho y formado. En Twin Oaks había una lista de espera”.

“Lo que estaba ocurriendo me confundía. Entonces yo daba conferencias tratando de atraer nuevos miembros al sistema comunitario, pero cada vez era más difícil, la gente más crítica y hasta en cierto momento, hostil. Los medios de comunicación avisaban que los “años 60” se habían ido para siempre con su cultura de libertad y solidaridad. Ahora estábamos en los días de la ´Generación del Yo`. East Wind tuvo que aceptar mucha gente no muy bien capacitada para la vivencia comunitaria y eso llevó a grandes dificultades. Con el tiempo y luego de serias crisis, la comunidad se recuperó con gente diferente y hoy es una prospera y estable comunidad”.

“Parte de mis desilusiones, se debían a que era testigo de los peores aspectos del comunitarismo. Veía gente sentadas en las

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escaleras de los edificios, fumando cigarrillos y bebiendo sus cafés, a las 11 de la mañana, mientras otros trabajaban duramente para cuidar de la comunidad y de sus ingresos. Aquellos vagos denominaban a estos ´workoholicos` (enfermos de trabajo), pero la situación era bien clara, la calidad de la gente es lo que hace la diferencia y esa fue la lección que había entonces olvidado en cuanto a Twin Oaks. Pero fue solo cuestión de tiempo descubrir esa simple verdad: Dar de comer al pobre y hambriento no soluciona nada si no se le enseña a hacerlo por sus propios medios, aunque en sociedad. Esto es verdad también en una comunidad, solo que en esta la persona no está sola y hay apoyo mutuo”.

“Así, desmoralizada, caí nuevamente en las garras del capitalismo, me fui a trabajar a Boston por cuatro áridos años, hasta que un día unos compañeros de Twin Oaks vinieron a visitarme en la ciudad. Ellos trajeron consigo las memorias de mi anterior hogar y conversando durante horas volví a ocupar mi lugar. En un momento olvide mis cínicas conclusiones sobre los movimientos comunitarios y mi desilusión personal. La visita me dio entonces la sensación de estar todavía con vida y que no era en Boston donde estaba mi corazón. Tenía que retornar a casa”.

La comunidad se desarrolla y crece

“En los años que no estuve en la comunidad, pasaron muchas cosas que yo no experimenté, pero que me daban la pauta que Twin Oaks se había desarrollado. Nacieron nuevos rubros económicos, se construyeron más y mejores viviendas, nacieron

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niños, pero también un compañero falleció. Nada fue en vano y todo sirvió al fin para la estabilidad de la comunidad”.

“El diseño de las instalaciones de Twin Oaks en sus primeros tiempos, respondía a las necesidades sociales que entonces habíamos asumido. Cada uno tenía su habitación privada, en donde dormía y tenía sus efectos personales y su privacidad. El resto de nuestra vida social era abierta y pública. Salas de estar, baños, comedores. Viendo todo esto a la distancia de 25 años, parece que lo otro fue apropiado para la época en que éramos todos jóvenes y sin ataduras. Pero para la gente casada y que además tiene niños, ese diseño ya no era adecuado. Después de vivir en tales condiciones durante años, uno ya no necesita ver todos los días caras nuevas. Entonces se necesita la compañía fija de las personas conocidas hacia quienes ha desarrollado afectos particulares. Y si tienen niños, necesitan de suficiente privacidad para mantener la unidad familiar y tratar a sus hijos sin tener espectadores”.

Durante los años de Kat fuera de Twin Oaks sucedieron varios acontecimientos de índole social, que demostraron a su vez, la importancia de la flexibilidad de una comunidad a fin de adaptarse a necesidades cambiantes. Uno de estos hechos fue la creación de ´sucursales´ dentro de la comunidad formada por personas que tenían características comunes y por ello exigieron vivir a la margen de Twin Oaks, aunque no completamente separados. Esta sub-comunidad se denominó ´Marion´ y luego surgió también ´Tupelo´ formada por gente joven únicamente. Estas ´sucursales´ al fin, no prosperaron, pero a partir de ellas se concibió la necesidad de apoyar la

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promoción de “Grupos Afines” que denominaron “Small Living Groups” (pequeños grupos residenciales), los cuales contaban con su propia infraestructura, como ser: Comedor propio, Sala de estar y demás. No obstante esto no encerraba del todo a la gente dentro de ningún grupo afín específico y todos estaban abiertos a la comunidad general, pero aún sirven hoy en día, como grupos de referencia para cada individuo.

Las influencias externas

“Muchas veces es necesario un punto de vista externo, para poder apreciar mejor lo que pasa en nuestro interior. Así, mi exilio de nueve años y en particular los años “capitalistas” en Boston me sirvieron para ver con otros ojos los aspectos materiales de la vida en Twin Oaks. De pronto la estética (o falta de ella) o simples cuestiones de higiene, adquirieron para mi cierta importancia, lo que contrastaba con los años anteriores en la comunidad. Retorné en 1982 con un camión repleto de muebles y enseres que ni siquiera entraban en mi pequeña habitación en Twin Oaks. El sillón que traía y la alfombra, que no tenían nada de especial, eran mucho mejores que todo lo que había en la comunidad. El congelador fue para la cocina comunitaria y lo mismo una computadora Apple que aporté para el uso de todos. Pero lo que hizo más ruido entre la gente, fue la lavadora de platos que ubicamos rápidamente en la cocina, ante los ojos atónitos del encargado. Twin Oaks hoy en día (1993) tiene cinco cocinas auxiliares además de la central y en todas hay equipos automáticos incluidos lavadoras. En aquel entonces reinaba un ambiente de ´anti-tecnología´ entre la gente y de allí que mis actitudes incidieron en graves discusiones públicas. Por

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una parte el miedo de los conservadores de que desboquemos en una carrera tecnológica burguesa y por otra parte la necesidad de alivianar los trabajos pesados a fin de liberar fuerzas y tiempo en actividades más espirituales”. Dicho sea, esto fue contemplado por Skineer en su “Walden Dos”, pues la finalidad de su comunidad utópica era la de reducir la jornada laboral a 4 horas diarias, ya que consideraba esencial que los individuos contasen con todas las posibilidades para desarrollar sus capacidades personales. El trabajo era un medio para satisfacer las necesidades de las personas y no un fin en sí.

“Mi computadora ayudó entonces a revolucionar todo el proceso contable de Twin Oaks y lo mismo ocurrió con los vasos y copas de vidrio que puse, a propósito, en los estantes del comedor en lugar de las baratijas de plástico que servían entonces a la gente. La primera reacción de la encargada del comedor fue de devolver los utensilios de plástico, pero porfiadamente coloqué otra vez los vidrios en las alacenas y al fin, allí quedaron por mucho tiempo más. Luego estos adquirieron popularidad y las siguientes compras para la cocina fueron similares. Habíamos elevado nuestro nivel de vida un escalón más.

Haciendo política interna

“El “Grupo de los Martes” nació de manera casual en el edificio ´Morningstar` donde moraba cuando un día alguien organizó un asado para todos sus habitantes. Con la comida vino también la charla y sin quererlo llegamos también a dialogar sobre acontecimientos comunitarios, es decir: comenzamos a ´hacer política interna`. Las reuniones del grupo pasaron a ser asiduas y

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así mismo su temática política. Esto creó ciertos enojos y críticas por parte de otros miembros de la comunidad que no participaban del grupo y sus discusiones, argumentando que ello reemplazaba en cierta forma a las instituciones comunitarias y además podría influir negativamente en los miembros de la comunidad. Al inicio el Grupo tenía una mala reputación en toda la comunidad, pero finalmente al agregarse a este, otra gente que gozaba de buen nombre en Twin Oaks, sirvió para superar el problema. En particular ayudó que se integraran personas con posiciones opuestas a las del grupo y eso nos obligó a ampliar los límites del dialogo, demostrando que el debate político libre era más que necesario en una comunidad como la nuestra”.

Resumiendo

“Resumiendo, luego de 26 años, hemos resuelto las ´dificultades del parto´ y que hoy parece que fueron simples, pero en realidad su solución satisfactoria dio la oportunidad de llegar a la estabilidad de nuestra comunidad. Construimos viviendas que nos dieron refugio en los duros días de invierno, aun cuando todavía faltaban muchos detalles de confort. Luego pusimos atención en resolver el tema de los ingresos, lo cual al inicio supuso trabajar fuera de la comunidad. El próximo paso fue llegar a acuerdos políticos en cuanto al futuro de la comunidad y tratar las diferencias en cuanto a las finalidades y los métodos para llegar a ellas. No obstante teníamos nuestras propias tierras entonces pero nos preguntábamos si era suficiente y si debíamos hipotecarlas para lograr fondos para iniciar otras empresas. Nos preguntábamos como íbamos a seguir con el trabajo externo o si

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la finalidad era que ´todos estuvieran en casa´. Había gente que vinieron con sus viviendas móviles, y no sabíamos si eso sería viable para una comunidad. Nos cuestionábamos el tema de la educación de los niños, si tenía que ser cuestión personal y privada de los padres o pertinente a la comunidad como ideología”.

“Ya tenemos viviendas adecuadas, aunque las comodidades dependen de la manera que cada uno compuso la suya. Las habitaciones varían de tamaño, las más pequeñas son de 3 por 4 metros y las mayores de 4 por 6 metros, pero cada uno se las arregló para tener las mayores comodidades posibles. Eso además de los espacios compartidos, como los comedores, salas de estar, salas de actos, jardines y demás. El medio ambiente externo, los jardines y espacios naturales, ya están muy bien organizados y dan una sensación de bienestar y paz natural. Hemos crecido también en la cantidad de terrenos generales, que suman hoy unas 160 hectáreas. Ya no estamos presionados por dificultades financieras y pudimos engrosar nuestra cuenta bancaria, lo que nos permite seguridad y futuro. Ya tampoco podemos ser acusados de ser “muy serios”, como en el pasado. Tenemos tiempo libre para nuestras diversiones, fiestas y celebraciones. Hemos creado también una cultura propia, con rituales, humor y hasta lenguaje singular. El movimiento de gente ya no es más una amenaza para la continuidad de Twin Oaks. Ya no discutimos sobre las comidas en comunidad o en privado, contamos con ambas posibilidades. Podría seguir así con una lista interminable de temas, problemas y acontecimientos, pero sería muy aburrido. Al fin, hemos aprendido a consolidar nuestra comunidad en un entorno estable

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y pleno de esperanzas. No hay dudas que en diez años más esto será muy distinto, pero también habremos de conservar los principios que nos llevaron a establecer esta forma de vida”.

Comunidad Twin Oaks – un caso particular (III)

Comemos lo que cosechamos

“Una encuesta que el consejo realizó entre los comuneros en cuanto a cuales serían los costos que estarían dispuestos a que la comunidad sufrague a fin de cultivar nuestros propios alimentos, la respuesta fue un tanto inesperada, ya que el cultivo propio de verduras y legumbres fue apoyado por una abrumadora mayoría. El valor que el grupo le da al tema de verduras frescas de cultivos orgánicos no se puede medir en dólares y céntimos. Es evidente que se trata del valor moral de las cosas y en este caso también el orgullo y la felicidad de ver los resultados de nuestro trabajo. Cuando los tomates ya destacan por su rojizo esplendor y los surcos de las verduras se llenan de frutos ¿Quién puede evaluar todo eso en fríos términos económicos?”.

“Por supuesto que la tendencia a auto-satisfacer las necesidades alimenticias no podría ser nunca llevada a cabo totalmente, pues siempre habrán elementos que se deban adquirir afuera. De todas maneras consideramos que los menús de nuestros comedores son de gran diversidad y buena calidad, aun cuando los cocineros son un tanto criticados justamente por los niños de la comunidad. Las ideas de que lo saludable es bueno, no siempre va con los deseos de los pequeños. En una charla que tuvimos con jóvenes miembros de la comunidad, que viven desde niños aquí, les preguntamos sobre las memorias de ellos

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sobre Twin Oaks. La gran mayoría mencionó positivamente la libertad e independencia de la que gozaron desde niños, pero así mismo todos al unísono declararon que.. ¡odian el Tofu!” (Cuajada elaborada a partir de la leche de Soja).

“A decir verdad, el tema de la comida en Twin Oaks tuvo un desarrollo similar al de toda la comunidad, cuando al principio comíamos cualquier cosa o lo que había. Pero con el tiempo y el arribo de nuevos miembros estalló una especie de ´Guerra de cocina´. Primero fue el problema relacionado con aquellos que eran vegetarianos, por ejemplo, pero luego sobrevino el tema de la cantidad versus calidad. Esto también se relaciona con lo dicho en el capítulo anterior en cuanto a la lucha ´por la tecnología´, que al fin ayudó a lograr cambios fundamentales en este rubro también”.

Los constructores

“El tema de la construcción de nuevos edificios no fue problema al inicio pues era evidente qué era lo que necesitábamos, aunque con el correr del tiempo surgieron otras necesidades que buscaban soluciones adecuadas. En aquellos momentos se desataron graves discusiones y la primera objeción fue: ´no necesitamos más edificios´, ´no hacen falta más comodidades y también, ´no esperamos que la población crezca´. Por lo demás, construir edificios significa gastos y tal vez sería preferible gastar en otras cosas. Otro problema era que los edificios necesitan tierras y ´tal vez sería mejor que sigan adornando el espacio vital´. Para mí, construir significaba ´progreso, pero para muchos otros aquello tenía una connotación negativa relacionada con todo lo malo de las ciudades de América, el

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crimen y la miseria. No obstante yo comprendía perfectamente tales objeciones, pero ante mis ojos veía un futuro mejor para el mundo con cada comunidad creada y cada edificio construido en ellas. Eran las nuevas estructuras edilicias que bajo los designios del comunitarismo iban a ir mejorando nuestro planeta. En ese sentido hay que definir exactamente qué es lo que se entiende por progreso, es decir ´aquello que da al hombre vida y protección pero sin destruir el medio ambiente. Lo que hoy se denomina sustentabilidad. En Twin Oaks teníamos bosques que nos podían dar los materiales necesarios para construir, pero resolvimos devolver a la naturaleza lo que le quitamos y para ello plantamos nuevos árboles”.

“Para cada proyecto de construcción se designaba un Encargado que recibía el título de “Honcho” (derivado de la lengua japonesa y que señala al encargado de algo) y que por lo general se trataba de una persona con conocimientos del tema. Su primer trabajo era presentar un presupuesto que el Consejo debía autorizar, pero como ocurrió varias veces, al final los costos reales superaban el presupuesto inicial. Se consideraba importante que los miembros de la comunidad participen activamente en la construcción, pero en cuanto a los profesionales, eran contratados de afuera. Varias veces resultó que las propias ambiciones de los “Honchos” eran las causantes de los costos elevados, pues el orgullo propio los empujaba a que “su” edificio fuera el mejor, aun cuando al fin el beneficiado iba a ser la comunidad y no él mismo”.

La serenidad de aceptar lo que no puedo cambiar

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“En este punto quiero hacer hincapié en lo que siempre consideré como “mi visión” de las cosas. Destaco que al inicio estaba muy influenciada por el “Walden Dos” de B.P. Skineer, en particular con su Ingeniería Social. Por ejemplo en una de sus escenas los niños de Walden entran en filas al comedor y en absoluto silencio comen sus alimentos. Al finalizar se levantan como una sola persona y se retiran a sus aposentos, a las ´Residencias Infantiles´ de la comunidad. Pero ya sabemos que la Psicología Conductiva fue abandonada hace tiempo con desprecio y hoy reconozco, por suerte, que nuestros niños en Twin Oaks no se parecen a los de Skineer ni por casualidad. Los nuestros son chicos atractivos, sanos y socialmente precoces. El medio ambiente escolar de ellos es sumamente rico y se puede decir que tienen ´una infancia feliz´. Yo estoy un tanto desilusionada, pues no es lo que imaginaba. Me refiero a que no se tomó en cuenta algunos aspectos, que considero positivos, de la Ingeniería Conductiva, y que nuestros niños, por ejemplo, aprendan qué es auto-control, desarrollo de genuina curiosidad intelectual, adquirir buenos modales y otras actitudes similares, antes de los 6 años de edad, como Walden Dos prometía. Pero estas no son cosas en las que yo podía usar mi influencia a través de los medios de comunicación existentes en Twin Oaks. Al fin llegué a la conclusión que ninguna política social puede o debe, prevenir a padre alguno el determinar por sí mismo el modo de educar a sus propios niños, y hay momentos en los cuales hay que aceptar aquello que uno no puede cambiar. Pese a todo considero a Twin Oaks mi hogar y debo aceptar lo que esta comunidad es. En estos casos yo no puedo hacer como el

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rey en el libro de Saint-Exúperi “El Principito”, que le daba órdenes al sol para que se asome”.

Educación y futuro

“En el libro de Ingrid Komar (1983) que estudia en particular la experiencia de Twin Oaks, la autora describe el sistema educativo de la comunidad: ´El programa para los niños contiene un amplio margen de amor y atención hacia los niños, lo que representa uno de los beneficios del cuidado comunal de los niños. Cada uno de ellos, durante el día tiene un momento en el cual acapara toda la atención de sus padres o algún otro adulto, y en otros segmentos de tiempo, pertenece al grupo general cuando el maestro les enseña algo´. Esto sirvió a los efectos del sistema educativo implantado en Twin Oaks durante los primeros años de su existencia, cuando los niños vivían en su ´Residencia Infantil´ que habíamos establecido en concordancia con el sistema de los Kibutz en Israel. La residencia misma tenía el nombre ´Degania´ (el primer Kibutz de Israel fundado en 1909). Entonces considerábamos que el tema de la educación era de responsabilidad de la comunidad toda y no solo de sus padres. Las ideologías convergían a ese punto. La escuela en la cual estudiaban los niños en la comunidad, denominada ´Oakley School´ pretendía ser mejor que lo que ofrecían las escuelas públicas de la región. Su Directora de entonces Trisha, infundía en sus programas valores como ser: Cooperación, comprensión inter-racial y feminismo, además de los estudios regulares. Pero ciertos problemas de índole financiera, relacionada con un número muy bajo de alumnos, terminaron con esta institución en 1990. ¿Qué hacer?, algunos padres derivaron a sus hijos a las

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escuelas públicas, pero otros que no gustaban para nada de la idea, se asociaron y comenzaron a desarrollar en conjunto planes de enseñanza en casa, para niños de hasta 6 años de edad. En el plan participaban algunos maestros privados de afuera y también algunos padres. El experimento siguió durante casi un año, pero al fin resultó que los propios chicos no aceptaban la nueva relación Maestro-Alumno paralela a la relación Padre-Niño. En particular ellos desafiaban las imposiciones disciplinarias. Teníamos entonces chicos inteligentes pero que, paradójicamente, no aprendían a leer y escribir. Hubo un intento de que los niños estudien en una escuela especial bajo el sistema Montessori, pero resultó muy oneroso para la comunidad. Al fin no quedó más remedio que las escuelas públicas, lo cual minó un tanto nuestras perspectivas comunitarias. En estos momentos (1993), la comunidad está en proceso de determinar cuál será el futuro de la educación de sus pequeños miembros. Debo recordar que al inicio seguíamos las líneas teóricas sugeridas por Skineer en ´Walden Dos´. Todo ello sonaba muy bien desde mi punto de vista y Dios sabe cuánto hubiera yo preferido ser criada por expertos y no por mis padres. (El padrastro de Kat Kinkade fue encarcelado por haber atentado sexualmente contra sus dos hijastras, Kat y su hermana).

Según recientes conversaciones con Valerie, de la comunidad de Twin Oaks, la gran mayoría de los padres adoptaron el sistema de “HomeSchooling” (Educación en casa), que según parece ser está adquiriendo más y más adeptos en diferentes partes del mundo. En la comunidad, los padres disponen de más tiempo libre en comparación con las ciudades, ya que sus ´trabajos´ están en casa y además que las horas de enseñanza

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se les acreditan como labores. De esta manera es más accesible para ellos la posibilidad de educar a sus propios niños. Según las publicaciones en diversos medios, hay padres que siguen el Currículo oficial, adquiriendo los libros necesarios o tomando prestados de Bibliotecas públicas. Los resultados son evaluados, también oficialmente, como muy positivos: Los resultados de la educación en el hogar han sido evaluados en diversos países, incluyendo USA y el Reino Unido. Sin necesidad de utilizar o implementar las mismas medidas que las instituciones escolares, se consigue un nivel de conocimientos muy bueno (Extraído del sitio www.educaciónlibre.org). Según estimaciones el sistema posibilita al niño un ambiente heterogéneo en el cual convive con personas de diferentes edades a diferencia de estar confinado, como en la escuela común, a grupos de la misma edad. Para quienes creen que esto último ayuda al proceso de socialización del niño, es por el contrario una mayor limitación que mas bien perjudica a la integración del niño como persona al medio natural que es, por lógica heterogéneo: Desde siempre las personas se han socializado en su entorno más inmediato, la familia (hermanos, padres, abuelos, primos), vecinos y amigos. Las niñas y niños que se educan en el hogar tienen más tiempo para convivir con personas de distintas edades y condiciones, en lugar de estar sometidos a la convivencia con iguales y con unos pocos referentes adultos durante la mayor parte del día y dosificada en pequeños recreos. Los niños y niñas educados en casa suelen manifestarse más libre y espontáneamente en cualquier reunión. La mayoría realizan actividades formativas (música, pintura, informática, talleres, deportes) con otras personas con las que

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forman equipos colaborativos desde la motivación y deseo de realizar cosas. Pocas instituciones educativas tienen capacidad para adaptarse a las distintas formas de aprender de los chicos. Cuando se suman dificultades en el aprendizaje del tipo dislexia, problemas físicos o psicológicos, el número de centros que pueden hacer frente a estas situaciones es muy bajo. Las mismas dificultades aparecen con los que tienen un nivel de aprendizaje superior a la media de la clase. Los padres que optan por no escolarizar a estas niñas y niños pueden necesitar asesoramiento especializado pero, en muchas ocasiones, podrán ayudar a sus hijos mejor que en el colegio al ofrecer una educación individualizada, adaptada a su ritmo, necesidades y habilidades. En Estados Unidos solamente, las cifras de los niños con escolaridad en sus casas, es cada vez mayor. En el año 2006 casi 2 millones de niños recibían ese tipo de educación.

Controversias comunitarias

Esta simple historia, como la narra Kat Kinkade, ejemplifica de manera contundente las diferencias de carácter de las personas que conforman una sociedad estructurada y la manera que los hechos, las ideas y las conductas personales, pueden influir en la comunidad toda. Pero además, a nuestro parecer, significa que cada individuo puede ser fundamental en una sociedad, si esta permite expresiones personales. Y no obstante en cuanto a las controversias, la solución de ellas no siempre puede satisfacer las voluntades generales y es entonces cuando se descubre que algunas personas no pueden sobrellevar, sin mayores consecuencias personales, el hecho de estar entre los

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perdedores. Muchas veces entonces el orgullo personal supera la conciencia colectiva. Veamos el relato de los hechos: “Cuando retorné a Twin Oaks de mi “exilio”, descubrí que el rubro agrícola de la comunidad estaba bien asentado sobre sus bases. Sus productos beneficiaban a toda la comunidad e incluso se vendían muy bien los excedentes. Y no obstante en lo que se refiere al establo de nuestras vacas lecheras, su estado provocó una de las más grandes controversias en la historia de la comunidad. Unos años antes habíamos planeado la construcción de un establo moderno, pues las instalaciones que veníamos usando eran ya viejas y muy incomodas. Una heladera en invierno y una montaña de moscas en verano, lo cual además lo hacía insalubre. El sitio elegido para el nuevo establo era al otro lado de la carretera que dividía nuestras propiedades. Pero entonces los planes cambiaron y en su lugar se decidió construir primero un edificio residencial. Durante 10 años se pospuso la construcción del establo. Por supuesto que las instalaciones existentes se hacían cada vez más inhóspitas. Pero en el año 1985 el establo pasó a ser prioritario, aunque los encargados en ese momento del establo decidieron que había que planificar todo de nuevo. Entonces comenzaron nuevos problemas, pues las gentes del establo no estaban de ninguna manera dispuestos a trasladarlo al otro lado de la carretera, alejados del centro de acción de la comunidad. Por una parte, la opinión predominante era que ´había que instalar el establo lejos del centro y de las viviendas, en particular por razones de higiene´. Pero uno de los miembros que había regresado entonces a Twin Oaks, se puso de lado del equipo del establo y comenzó una campaña de convencimiento de la gente para abortar la decisión del Consejo.

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Organizó una petición para invalidar dicha decisión y obligar a nuevos diálogos. Uno tras otro esta persona fue convenciendo a un número suficiente de miembros de la comunidad y en muchos casos logró cambiar sus posiciones. Al final el Consejo propuso un plan que era un compromiso entre las diferentes posiciones y en 1986 comenzó la construcción del nuevo establo, que a su vez sufrió serios inconvenientes financieros, lo cual pospuso su inauguración hasta 1989. El edificio era amplio y construido en su mayor parte con paredes de ladrillos y cemento. Pero entonces comenzaron nuevamente las quejas del equipo del establo alegando que la construcción con cemento hacía de la sala de ordeñe algo muy grande, frío e inhóspito. En definitiva no estaban dispuestos a aceptar el nuevo edificio, pese a los cambios que proponía el encargado de su construcción. La comunidad misma se había dividido en sus opiniones. Al fin, no se podían tirar 30.000 dólares de inversión ni 8.000 horas de trabajo de la comunidad, pero la encargada del establo entonces, Hildegard, una simpática y sociable persona, renunció a su cargo y lo mismo hizo el resto del equipo. No sabíamos quién podría reemplazar a esta gente y estábamos muy preocupados, hasta que un día apareció en la pizarra O-I (Opiniones e Ideas), un escueto mensaje: “Yo estoy dispuesta a tomar el cargo”, firmado “Shana”. Por supuesto que todos la conocíamos, pero la pregunta era si tenía las suficientes calificaciones como para tomar semejante responsabilidad. Entonces en una reunión con el Consejo Shana aclaró la cuestión: ´Tengo un título académico en Agricultura, experiencia en cultivos y alguna experiencia en la cría de animales. Pese a que no soy experta en el tema de vacas lecheras, tengo conocimientos generales del tema y creo

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que puedo asumir el cargo sin problemas´. Shana estaba encantada con las nuevas instalaciones, que según ella, eran espaciosas, fáciles de limpiar, tenían calefacción para el invierno y buena ventilación para el verano, refrigeración para la leche y amplios depósitos”.

“Twin Oaks tiende a evaluar controversias del pasado en relación con el número de personas que abandonaron la comunidad a raíz de estas. En el caso del establo, perdimos a cinco miembros de la comunidad, que lamentablemente, pertenecían a la parte perdedora del debate. Lo ocurrido me sirvió de lección sobre política y proceso comunitario. En primer término el hecho de haber extendido por tanto tiempo el tema del establo, nos obligó a pagar un serio precio social. En aquel entonces yo pensaba que no había ningún apuro y se podían demorar las cosas, pero no fui consciente de los problemas que esto acarrearía. Hoy veo que entonces estábamos todos enfocados en esa cuestión y era el momento de poner en práctica las cosas. Había entonces un ímpetu y momento adecuado para ello y no se debía posponer. Luego, mientras el tiempo pasa, cuesta retornar a las mismas condiciones. También pasa que la gente se cambia, unos abandonan y nuevos llegan y estos últimos están alejados de los anteriores acontecimientos. Ahora reconozco, entre otras, que el alejamiento del establo del centro de la comunidad, junto con sus moscas y aromas, era necesario para ampliar la parte residencial de Twin Oaks. Esto era importante también para agregar nuevos miembros a la comunidad. La gente tiene también memoria selectiva y a través del tiempo olvidan sus opiniones iniciales”. Como se puede apreciar los procesos de toma de decisiones en una comunidad

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difieren sustancialmente de aquellas sociedades que se manejan bajo las órdenes estrictas de autoridades fijas e inamovibles.

Movimiento y estabilidad

“Las buenas noticias son que ya somos 42 personas que residimos en Twin Oaks por más de 5 años consecutivos y pese a todo considero que todavía no hemos vencido definitivamente el problema del movimiento de gente. Hasta un cuarto de la población total rota anualmente y eso es un problema, aunque no tan grave como parecería, pues muchos de los que abandonan regresan nuevamente. Uno de los problemas más agudos y que es causa también del abandono de gente es que se ´pierden amistades´ que se habían forjado. Cuando personas cercanas a uno se alejan, se crea para el que queda un vacío. En una encuesta que realizó el Consejo, hubo quienes destacaron la necesidad de evitar cambios constantes en las estructuras de la comunidad, a fin de crear un ambiente de estabilidad que perdure. Otros propusieron en el mismo tono, que haya un edificio residencial específico para los que están temporalmente a prueba en la comunidad. Luego estos pasarían a sus residencias fijas. Algo efectivamente pasó pues la proporción de abandonos comenzó a declinar marcadamente. Otro aspecto que parece ser importante es en cuanto al nivel y la calidad de vida en Twin Oaks, aunque también somos testigos de las crisis económicas que afectan a la sociedad externa. Mucha gente que buscan soluciones de más largo plazo suelen golpear a nuestras puertas y entonces si podemos ofrecer estabilidad y condiciones de vida respetables, habrá más gente que tienda a quedarse con nosotros. Por supuesto que una comunidad como la nuestra

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ofrece un ambiente de amistad y tranquilidad lo cual muchas veces es un buen motivo para intentar este tipo de vida. Pero no es solo el tema económico lo que atrae a mucha gente a nuestra comunidad. Hice una pequeña encuesta entre nuestros visitantes y candidatos y me asombré cuando escuche sus razones: Ellos hablan de la alienación en las ciudades, el consumismo exagerado, la influencia negativa de la Televisión, el crimen en las calles y la inseguridad personal, los desastres ecológicos, la búsqueda de sentido en sus vidas, el deseo de vivir en contacto con la naturaleza, la necesidad de explorar sus potenciales internos en un ambiente favorable y así otros aspectos similares. “Es una locura lo que ocurre allí afuera”, me dijeron muchos y de allí que pese a todos los problemas que tenemos, Twin Oaks es fundamentalmente una comunidad sana”.

Algunos problemáticos casos particulares

“Vamos a tomar el caso de Josie (la hija de la autora). Cuando inició sus estudios en medicina, ella intentó continuar como miembro de la comunidad y hacer sus prácticas de su carrera en Twin Oaks a cambio de Créditos de Labor (el sistema de trabajo de la comunidad). Pero en el curso de los estudios tuvo necesidad de un vehículo, que pidió prestado a la comunidad, pero esta no estaba preparada para tales situaciones pues no había tenido precedentes. Ello significó que durante los próximos 5 años Josie tuvo que arreglarse pidiendo favores a vecinos y amigos. Posteriormente la comunidad le permitió tomar un pequeño préstamo bancario con el cual compró un automóvil usado y bajo un arreglo especifico con la comunidad. Pero pese a todo y en particular debido a que la mayor parte de

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su vida Josie la había pasado en Twin Oaks, ella se sintió profundamente herida por la rigidez e insensibilidad a sus intereses particulares, demostradas por la comunidad. Todo ello en nombre de la igualdad. Al fin, ella tuvo que abandonar la comunidad cuando tuvo que hacer la residencia profesional. A partir de entonces tuvo su independencia económica y pese a que extrañaba enormemente a Twin Oaks, no pudo renunciar a lo que había logrado. Pese a todo, Josie no renunció por completo a continuar las relaciones cercanas con la comunidad y para ello se instaló en un poblado cercano, lo que le permite visitar asiduamente Twin Oaks”.

“Otro ejemplo es el de Joanie. Ella dejó la comunidad después de esperar durante mucho tiempo una mejora en las comodidades ofrecidas a sus miembros. Después de siete años en Twin Oaks ella creía que tenía derecho a una habitación más amplia y una pequeña sala para que su niño pueda jugar y explayarse, sin tener que estar recogiendo todo el tiempo sus juguetes para evitar molestias a otros en la sala de estar común. Lo que Joanie anhelaba era que la comunidad crezca y progrese de la misma manera que ella a nivel personal. Era tiempo, según ella, de dejar atrás las ideologías de la juventud y a cambio crear mejores condiciones para quienes ya habían renunciado a tales ideales juveniles”.

“Christopher y Joyce estaban en posiciones similares. Joyce quería una casa para ella sola, que pudiese decorarla a su gusto y que sus objetos queden en los mismos lugares de siempre sin que nadie los toque. Christopher estaba desilusionado con la economía comunitaria, pues ambicionaba una creciente

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prosperidad, en lugar de los valores que Twin Oaks priorizaba, como ser: contar con tiempo libre para actividades intelectuales y demás, más libertad personal, flexibilidad laboral y evitar compromisos profesionales. Rico estaba en algo similar y al final llegó a la conclusión que no creía en los ideales colectivos de la comunidad y que el sistema capitalista, pese a sus faltas, era el mejor camino”.

“Si Twin Oaks hubiera sido más permisible en cuanto a su estándar de la igualdad entre sus miembros y hubiese permitido a la gente hacer trabajos privados para ganar dinero personal, probablemente muchas personas que probaron la vida en la comunidad, se hubiesen quedado en ella. Pero el camino de la comunidad en tal sentido es muy lento y francamente, espero que siga así. Pienso en un ejemplo metafórico de la biología: Las especies sobreviven si se adaptan al medioambiente y se reproducen. La “especie” Twin Oaks es ese grupo que gusta de la comunidad tal y como es, con ingresos compartidos, gastos controlados, sistema laboral flexible y demás. Al inicio este fue el medioambiente creado por los fundadores y con el tiempo nuevos miembros llegaron atraídos por tales principios y cada nueva ola de miembros (una “generación” metafórica) debió crear profundas raíces y hacer propias dichas reglas y normas de la comunidad, a fin de sobrevivir. Por supuesto que están los que aceptan al principio dichas reglas pero con el tiempo buscan cambios (¿mutaciones?). En verdad la comunidad cambia, pero no tan rápidamente”.

“Twin Oaks es más prospera hoy día que hace diez años y ya predije que la corriente actual hacia una vida más simple no va a

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parar la humana ambición natural de mejorar las cosas y en otros diez años tendremos un más alto nivel de vida. Para algunos este proceso será muy lento y para otros demasiado rápido, pero al fin quedaremos con la misma mezcla de miembros veteranos y nuevos, pacientes e impacientes, permanentes y transitorios”.

Transcribimos ahora la respuesta de Valerie, miembro de Twin Oaks, que recibimos en estos días en cuanto a la temática antes mencionada. Esto, debido a que Kat Kinkade escribió su libro hace ya 17 años. He aquí en pocas palabras lo que acontece en la comunidad luego de más de 43 años de su existir:

“En general, parece ser que la comunidad va a continuar su existencia por mucho tiempo más. Su población varía todo el tiempo pero como siempre la lista de espera de los candidatos que quieren nuestro estilo de vida, no se hace más pequeña. Nuestra población está en su máximo amén de dicha lista. Personalmente considero una lástima la perdida de alguno que otro grupo social que nos abandona, aunque al fin nos adaptamos y seguimos adelante. Yo personalmente vivo aquí desde hace 19 años y mi pareja aún más y estamos muy bien adaptados. Nada puede asegurar que sigamos aquí indefinidamente, pero salvo que ocurra algo tremendo a nivel personal, aquí estaremos por mucho tiempo más. En cierta manera es bueno que tengamos estabilidad a largo plazo, aunque balanceado con el movimiento de gente nueva que trae nuevas caras y renovadas energías. Ambas tienen su valor para una comunidad como la nuestra”.

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Comunidad Twin Oaks – un caso particular (IV)

Narrativa sobre intimidades y diversidades

“Sexo, amor y celos y en particular con respecto a este último aspecto, la comunidad lucha rechazando absolutamente este sentimiento. Por ello es que la libertad de amar es factible en una comunidad más que en cualquier otra sociedad. Los celos no son apoyados de ninguna manera. Pese a que tal posición puede resultar extraña para nuestros padres y mucha gente de afuera, estamos en contra de los sentimientos posesivos como una propuesta de moralidad. Así como alguien con conciencia puritana puede controlar sus impulsos eróticos impulsado por creencias religiosas, tanto una persona con conciencia comunitaria puede controlar sus impulsos, teniendo siempre en su memoria los principios morales básicos que rigen a esta”.

En el capítulo sobre las comunidades de los Zapotec en México, analizamos las diferencias entre el pueblo de San Andrés, pleno de actitudes violentas y el pueblo de La Paz, pacifico por propia elección y que además rechaza abiertamente todo tipo de expresiones de celos. A raíz de ello, las mujeres de este pueblo en particular, gozan de mayor independencia, creando así un mejor ambiente de colaboración y solidaridad.

“De todas maneras debo rechazar absolutamente las ideas foráneas sobre lo que acontece íntimamente en una sociedad comunitaria, que tienden a creer que se vive en total ´libertinaje´. No hay dudas que en una sociedad en la cual las personas viven en cercanía unas de otras, las posibilidades de mutua atracción serán mayores. Y no obstante las normas de

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libre elección en cuestiones sexuales es no solamente consistente desde una visión filosófica sino que mucho más factible de adoptar en su práctica. Y pese a todo, debo enfatizar que la vida íntima de nuestra gente en la comunidad es básicamente similar a cualquier otra persona de otra sociedad, es decir que queda en el ámbito privado. Ambas posibilidades, las de relaciones formales y las relaciones casuales, coexisten pacíficamente en nuestra comunidad. Eso sí, evitamos muchos de los males de las sociedades externas, en particular en cuanto al tema de la violencia doméstica. Hay un solo aspecto del tema de los amoríos que no puede ocurrir en una comunidad y es la cuestión de las ´relaciones secretas´. Las cosas se descubren rápidamente y nada queda en el misterio y menos en el espacio de los implicados, cuando se trata de terceras partes. Y no obstante, la cercanía física tiene sus problemas, pues cuando una relación falla o se deteriora, los actores continúan en el lugar. No se esfuman como suele suceder en una ciudad. Los daños personales entonces pueden ser más fuertes y sus heridas más difíciles de sanear. En estos casos, terceras partes suelen hacer las veces de mediadores terapéuticos”.

“La ideología de la diversidad. Al inicio de nuestra comunidad creíamos en la necesidad de equivalencia ideológica y en cierta forma podemos decir que los fundadores creamos ciertas reglas inamovibles que continúan hasta nuestros días. Reglas financieras estrictas, prohibición de la televisión y la autoridad comunitaria en cuanto a la forma de criar los niños, fueron parte de las bases ideológicas de Twin Oaks. Y no obstante, creemos que existe un margen bastante amplio para la expresión de ideas

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diversas y la prueba está en que nuestra comunidad prosperó allí donde muchas otras fracasaron”.

“Y pese a todo hay un aspecto que no pudimos superar y se trata de la diversidad social. En nuestra sociedad casi no hay gentes de color u homosexuales, por ejemplo. Por supuesto que no tenemos ningún tipo de discriminación deliberada. Algunas veces han llegado a Twin Oaks grupos de gente provenientes de una capa social específica, pero así también nos han dejado. Tomemos el caso de Ira, una mujer negra de 43 años de edad que llegó recientemente luego de haber experimentado tres comunidades diferentes. Ira se siente bien entre los blancos, que a su vez no destacan el color de su piel y por el contrario es ella quien si nombra dicha diferencia. Pero ella alega que la diversidad social es importante y es necesario no esconderla. Ira opina a su vez, que hay algunas normas de nuestra comunidad que contradicen las de las gentes de color y que son para ellos inaceptables, como ser: el nudismo, las familias pequeñas, la vestimenta simple, el desorden, etcétera. Si lo que dice Ira es cierto, también es correcto que producimos en ellos algún rechazo, aunque de manera accidental. Es probablemente una cuestión de impedimento cultural. Por otra parte también personas como Ira, pueden actuar de la manera que les plazca y comprar privadamente el tipo de ropa que les parezca adecuada. Y no obstante, no estamos dispuestos a cambiar nuestras reglas con la finalidad de atraer gente. Por el contrario, son ellos quienes deben adaptarse a nuestras pautas culturales”.

“Pese a que somos conocidos en el movimiento comunitario como “la gente de clase media”, en comparación con la sociedad

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general y en base a nuestros ingresos, en comparación, estamos en la ´línea de la pobreza nacional´. Incluso en la cercana ciudad de Louisa, que no se destaca por su gente rica, somos considerados pobres y nos conocen por nuestras compras de ropa y muebles de segunda mano o cosas que otros se desprenden de ellas. Quienes nos denominan de “gente de clase media” se refieren a nuestra conducta. Pese a nuestra diversidad de opiniones, nos conocen por ser gente ´pacifica´. No gritamos ni nos enfrentamos directamente unos contra otros y si tenemos algo desagradable para decir, lo hacemos por medio de notas escritas y aun entonces lo hacemos con mucho tacto para no herir a nadie. Si llega a nosotros alguien que viene de alguna familia o cultura donde es costumbre gritar y violentarse para ser escuchado, se va a encontrar en dificultades en Twin Oaks. Nosotros tratamos de evitar beligerancia, sarcasmo, insultos, agresividad y toda conducta verbal que sea violenta o cause miedos a otras personas. Ira opina que esta conducta es un tipo de clasismo y que cuando explicamos a los nuevos candidatos nuestras normas de conducta, les estamos rechazando o poniendo objeciones a sus propias culturas. Pese a todo existen en nuestra comunidad ciertas barreras que impiden cambios culturales, pues están íntimamente aceptados por quienes formamos esta comunidad y no tenemos intenciones de cambiarlas. Violencia no aceptaremos de ningún modo, bajo ningún tipo de justificación. En cuando a ´Clase social´, yo misma no sé qué quiere decir eso. Vengo de una familia que sufrió profundamente la época de la depresión (1929) y viví en una casa donde faltaba de todo, pero aprendí a leer y nunca abandoné los libros y adquirí buenos modales. Admiro los

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diálogos inteligentes y a la gente que tiene buenos argumentos y buen humor cuando discutimos, pero rechazo cinismo y sarcasmo”.

Mi posición en el espacio de Twin Oaks

“La Era de la Nueva Cultura de Twin Oaks, me tomó un poco desprevenida, siendo la última del grupo de los fundadores que residen aún en la comunidad. En parte se debe al tipo de gente que se fue agregando con el tiempo y que al fin conformaron algo un tanto diferente de lo que yo hubiera deseado personalmente. Frente a ello, se plantean una serie de preguntas en cuanto a mi permanencia en Twin Oaks. Admito que a veces mis ideas ´anticuadas´ son motivo de algunos enojos hacia mí, aunque veo que muchas veces me soportan por ´mí avanzada edad´ y sencillamente, como sucede muchas veces con ´los viejos´, evaden mis opiniones. Por otra parte, aunque no actúo exactamente como se esperaría de cualquier otro comunero, pese a todo soportan mis ´excentricidades´. En mis años fuera de la comunidad, como relaté anteriormente, tuve mucho tiempo para evaluar las cosas y en especial comparar entre el mundo “abierto” de la ciudad y las particularidades de la comunidad. Al fin, llego siempre a la misma conclusión de que las ventajas de Twin Oaks son mucho más valiosas que sus deficiencias. Un aspecto es evidente, la alta calidad moral y ética de la gente de la comunidad es un beneficio de incalculable valor. Una cosa es segura en cuanto a la libertad personal de quien vive en una comunidad; no es tan sencillo hacer lo que a uno le plazca de buenas a primeras. La comunidad está poblada por miembros con diferentes ideas y posiciones, aunque existe una base de

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principios que nos rigen a todos. La única posibilidad de lograr cambios o imponer voluntades propias es la de lograr un consenso y eso tiene su precio: requiere un proceso. Por otra parte la pertenencia a una comunidad otorga un marco de seguridad, paz y tranquilidad que no se advierte hoy en día en ningún otro tipo de sociedad”.

Crimen en la comunidad

“Lo que sigue, son narraciones sobre hechos acontecidos durante años en Twin Oaks que de acuerdo a sus características y magnitudes se pueden titular: “Pequeños crímenes, pequeños castigos”. Y no obstante para una comunidad como la nuestra que mantiene altos valores éticos y morales, dichos hechos fueron significativos y aún los son. El tipo más común, y en realidad el único de tales crímenes, se refiere a robos. El primer ladrón que recuerdo se llamaba Simón, que se llevó $400 de la caja, por cuanto el consideraba que nosotros arruinamos su automóvil. Tenía razón, pero en aquel entonces no podíamos sufragar los gastos de la reparación. En años siguientes, Evan, robó dinero efectivo de la caja. Fue lamentable porque era amigo de uno de nuestros chicos y no podíamos expulsarlo. Lo que hicimos fue ponerle candado a la caja que hasta entonces permanecía siempre abierta. El caso de Mel, el joyero, fue bastante más grave. Al inicio algunos de nuestros compañeros, desconfiaron de él. No daba buena sensación y además era una persona bastante mayor que los nuestros. Pero aún no teníamos suficiente experiencia con nuevos candidatos. Con su profesión nos indujo a hacer negocios en la artesanía de oro, plata y piedras preciosas. Estas cosas eran sumamente caras y un día

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todo el inventario de materiales preciosos desapareció junto con Mel. Lo que aprendimos de ese hecho fue, en primer lugar, “creer en nuestros instintos” pero por otra parte aprendimos a no dejarnos influir demasiado por una sola experiencia. Mi conclusión personal fue que no hay que buscar negocios cuyo inventario de materiales es pequeño y fácilmente transportable. Además, sin dudas debemos estar preparados a sufrir alguna que otra pérdida de vez en cuando. Un día descubrimos la falta de uno de los vehículos, pero que al fin resultó que un nuevo miembro se lo había llevado al otro extremo del país, debido a una fallida relación amorosa. Volvió luego de unos días, pero entonces se dedicó a las bebidas alcohólicas con las cuales quiso tapar sus escrúpulos. Nos sentimos aliviados el día que decidió dejar la comunidad. Pero quizás el caso más sonado fue el de D., un hombre de piel negra, de unos 30 años de edad y que tenía una gran habilidad para el piano, lo cual alegraba mucho nuestras reuniones y fiestas. D. venía de New York en donde había vivido en un edificio invadido y también había tenido alguna experiencia con cocaína. Se llevaba muy bien con mucha gente de la comunidad y además, seamos sinceros, nos halagaba mucho el hecho que era una persona de piel negra, pues nos hacía sentir más justos socialmente. Uno de los trabajos que D. gustaba de hacer eran los viajes a la cercana ciudad de Louisa, haciendo mandados para la comunidad, que incluían frecuentes compras, para lo cual llevaba dinero en efectivo, de la comunidad. Al inicio, todo fue muy correcto y D. rendía perfecta cuenta de los gastos hechos. Pero cada viaje a Louisa se extendía más y más y al fin resultó que había encontrado en el pueblo a un grupo de músicos negros que estaban contentos de

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su arte como pianista. D. usaba nuestro vehículo para dichos viajes, lo cual no era un gran problema para la comunidad, también porque sus amigos comenzaron a visitarlo de vez en cuando en Twin Oaks, lo cual nos parecía correcto y natural. Pero una vez volvió muy tarde y sin poder dar explicaciones satisfactorias sobre los gastos hechos ese día. Se trataba de unos cientos de dólares que fueron gastados en la compra de drogas. Pero nosotros queríamos darles a todos el beneficio de la duda, no crear estereotipos y además darles la oportunidad de corregir sus caminos por sí mismos. En una reunión particular con D. dejamos bien claro nuestras condiciones para que pueda seguir siendo miembro de la comunidad. Ante todo debería trabajar horas adicionales para devolver el dinero, no tenía derecho a vacaciones y no podría seguir con los viajes a la ciudad. Pero rápidamente llegamos todos a la conclusión, incluido D. mismo, que no iba a poder cumplir con tales designios. No tenía suficiente auto disciplina y tampoco Twin Oaks no sabía cómo enseñar tales valores. Al final dejó la comunidad y nosotros quedamos con la sensación que no sabíamos tratar con gente que viniera de tan bajos niveles de pobreza. Otros hechos delictivos ocurridos en Twin Oaks, se relacionaban con algunos alimentos, como ser una caja con barras de helados que yo había comprado y de la cual me desaparecieron tres de la cuatro que había. Algo similar les paso a algunos compañeros que guardaban cajas con latas de cerveza en alguno de los refrigeradores. Lo mismo con carnes que habían comprado privadamente. Por supuesto que esto causaba más daños morales que otra cosa, pues era evidente que se trataba de gente “de adentro” lo cual nos dejaba consternados. Nunca pudimos descubrir a nadie con ´las manos

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en la masa´, pero años después nuestro niños cuando se hicieron adultos contaron sus aventuras de la niñez”.

“Otro aspecto que va contra los principios de la comunidad es lo que se refiere a corrupción. Mas bien digamos, hechos inmorales que atentan contra la ética del lugar. Lo primero que recuerdo ocurrió en 1969, con una persona que ocupaba entonces el puesto de Encargado del Trabajo. Un visitante, al cual se le solicitó que ayude lavando los platos luego del almuerzo, vestía una camisa que llamó la atención del encargado. El visitante ofreció regalarle la camisa a condición que lo reemplace en el lavado de platos. Nuestro ´encargado´, ni lento ni perezoso convenció a otro visitante que haga dicha indeseada labor y a cambio se llevó la camisa de la visita. ¿Corrupción? ¡Sin lugar a dudas! El encargado aceptó un soborno y aunque se trata de un ejemplo insignificante es el único caso que recuerdo, luego de 26 años”.

“Los estatutos de Twin Oaks son claros en cuanto a crímenes como robo, violencia física y similares, que pueden ser motivo para expulsar a alguien, pero no incluye nada en cuanto a ofensas verbales, aunque en algún momento pensamos en ampliarlos. Tomemos un caso: Carl y Alice formaban una pareja, pero ella puso fin a la relación. Carl se sintió herido y estaba enojado y quiso hablar con ella para cambiar su decisión. Alice no quería saber de nada pero él insistía, golpeaba a la puerta de su habitación cada rato, le obstruía el paso cuando ella iba de un lado a otro. Pese a que Alice fue clara y pidió a Carl que no la moleste más, el continuaba. Alice es de baja estatura y Carl es grande y musculoso, ella le tenía miedo y pidió la

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protección de la comunidad. ¡Por supuesto que estábamos dispuestos a protegerla!, y aunque los estatutos no dicen nada al respecto, los demás creímos que las actitudes de Carl contenían violencia. Claro que podemos cambiar los estatutos, pero este tipo de comportamiento es difícil de definir con palabras, por cuanto no hay dos casos que sean iguales. Lo que debemos hacer es tratar cada caso de manera particular, conversar y dialogar sobre la cuestión, como y cuando se dé”.

“Las expulsiones deliberadas en Twin Oaks son muy raras, aún en casos extremos. Recuerdo el caso de una persona, como yo la percibí, que se llevó ´sin permiso´ unos miles de dólares de la comunidad. Según ella, era un préstamo que tomó de la comunidad, por imperiosa necesidad y se comprometía a devolver el dinero. A mi parecer no tenía ninguna intención de pagar, así como no preguntó a nadie si podía llevar el dinero. Pero dicha persona llevaba ya varios años en la comunidad y era muy apreciada. Durante mucho tiempo intenté convencer al Consejo para que tome las medidas pertinentes, pero sin efecto. Ellos le propusieron que tome un préstamo privado para devolver, por lo menos, parte del dinero. Yo seguía insistiendo hasta que un día una buena compañera me dijo: Kat, al final la comunidad se va a resentir más contigo que con ella, por denominarla ladrona. Yo usaba los términos ´corrupción y podredumbre´, pero otros compañeros llamaron mi atención sobre la gravedad del uso de dichas palabras por mi parte. Al fin cerré la boca, pero la persona esa que tomo el dinero, se había enojado mucho por haber sido acusada y al fin dejó la comunidad un tiempo después”.

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Poder y liderazgo

“La cuestión de gobierno y poder en la comunidad, ha sido un tema dominante durante todos estos años. Mi propia experiencia en cuanto al uso del poder en Twin Oaks es muy rico e intenso. En nuestro pequeño contexto yo misma experimenté el significado del “crecimiento de poder” y pero también, “caída de poder” (yo uso dichas citas, pero todos sabemos, que no tienen el mismo significado aquí que en cualquier sociedad externa). Tal vez debo explicar que significa para nosotros el término “poder”. Por lo general es equivalente a “influencia” y el poder de alguien que consigue imponer algo propio. Una persona persuasiva parecería tener cierto poder y en cierta manera nuestro sistema le da a tal persona cierta autoridad, pero deberá a su vez, interpretar correctamente la voluntad de la comunidad y tomar decisiones acordes. No obstante ser miembro del Consejo (formado por tres personas) otorga poderes, pero muy raramente ha sido utilizado por alguien de forma personal. Por otra parte las situaciones en las cuales deben tomarse decisiones cruciales son raras. La mayor parte de la función de Consejero es de índole administrativa. Una de las preguntas a las que ningún candidato normal va a responder positivamente sería: ¿Tienes algún plan de trabajo preestablecido? El trabajo de Consejero en realidad, no es muy atractivo que digamos y no hay tanta gente que se preste a él de forma consciente. Muchas veces es muy difícil de llevar a cabo, pues constantemente hay que tomar en cuenta las voluntades de la gente. El periodo establecido para esa función es de 18 meses y en todo ese tiempo hay que estar atento y tratar de no defraudar a nadie. Ya tuvimos gente que pensaron que cuando

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estén en funciones van a implementar sus planes y voluntades, pero llegados al momento de la verdad, descubrieron que no era tan sencillo. Hay otras maneras de influenciar en una comunidad que la simple toma del poder, pues este no es tal. Alguien dijo alguna vez: “Puedo ser una buena Consejera y al mismo tiempo traicionar a mis amigos o regresar a mis amigos y dejar de ser Consejera, por lo tanto presento mi renuncia”.

“Personalmente tuve dos veces experiencia como Consejera y en ambas oportunidades comencé con mucho entusiasmo, pero terminé agradeciendo el final de mi campaña. Hay quienes opinan que alguien que sabe como ser efectivo políticamente sin necesidad de ocupar un puesto público, no debería actuar en tales cargos, pues su capacidad de influenciar sería, en tales condiciones, dañina para la comunidad. Otros creen también que se debe sospechar de quienes buscan la oportunidad de ocupar cargos públicos. Yo no concuerdo con tales aseveraciones, pues creo que se puede influir en los hechos y decisiones de la comunidad sin ocupar necesariamente cargos públicos. Eso si, siempre quise ocupar cargos públicos porque me permitía oficialmente ocuparme de cuestiones del ámbito político interno. Para mí, ambas oportunidades fueron muy interesantes, pero ya a mi edad, no estoy más interesada en tales actividades. Además encuentro que hay muchas otras y mejores alternativas para influir en nuestra sociedad. Por otra parte hay en Twin Oaks mucha gente capaz y carismática que sin ser Consejeros, tienen capacidades de liderazgo. Efectivamente, en una comunidad igualitaria hay lugar también para estas expresiones, pero siempre y cuando no pasen los límites del poder que la gente esté dispuesta a conceder. Nadie por otra parte, puede renunciar

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a ejercer su parte de responsabilidad en cuanto a la vida de la comunidad. Eso no se puede delegar en ninguna otra persona, por más capaz y carismática que sea”.

“De todas maneras, nuestra forma de gobierno me lleva muchas veces a pensar, qué pasaría si fuera posible de aplicar en la sociedad externa y cambiar entonces el tipo de gobierno conocido. Probablemente sería considerado una utopía, y en realidad que yo no sabría decir cómo aplicarlo”.

El ejemplo de Twin Oaks

“Cierta vez una compañera me preguntó, cuál era el significado de la comunidad. En realidad en esos momentos no sabía muy bien que responder. Y yo me preguntaba: ¿Es que Twin Oaks va a ser el comienzo de una larga cadena de comunidades similares que termine definitivamente con el odio, la violencia y el competivismo grosero en el mundo? Y otra más: ¿Es que podríamos ser nosotros la imagen y ejemplo de un tipo de vida mejor para otros, que imparta una visión de cooperación y esperanza? Yo admito que en aquellos momentos vivía en la comunidad para mi propio beneficio, porque me gustaba el lugar y su forma de vida. Por otra parte esperaba que mucha otra gente se integre a vivir con nosotros, pero también por sus propios beneficios personales y no solo como una cuestión ideológica”. (Kinkade, 1993)

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Agricultura comunitaria

Siguiendo con la temática sobre formas de vida comunitaria, queremos hacer hincapié en cuanto a la variedad de modelos que funcionan en base al mutuo apoyo y cooperación entre personas y grupos aparentemente opuestos, pero que logran de forma sencilla alcanzar altos niveles de solidaridad. Creemos que siendo nuestro mundo actual sumamente centralizado y competitivo, estas demostraciones de socialidad tienen suma importancia, pues demuestran que no todo es mera utopía. He aquí un pequeño artículo, al respecto, extraído de Wikipedia:

La agricultura sostenida por la comunidad es un modelo socio-económico relativamente nuevo de producir comida y de organizar la distribución y las ventas, apuntando a aumentar la calidad de la comida y el cuidado dado a la tierra, las plantas y animales- mientras se reducen sustancialmente los desperdicios de comida y los riesgos financieros para los productores. Es también un método para que los pequeños granjeros y campesinos tengan un mercado cerrado exitoso en pequeña escala. Se enfoca en un sistema de recolecta y entrega semanal de vegetales, frutas, verduras, hortalizas, a veces también flores, y hasta leche o carne.

Esta clase de agricultura funciona con un grado mucho mayor que el usual de involucración de los consumidores, de manera que sea muy fuerte la relación consumidor-productor. El diseño de base incluye desarrollar un grupo cohesionado de consumidores que esté dispuestos a financiar el presupuesto de una estación entera para conseguir alimentos de calidad e igualmente un grupo comprometido de productores. El sistema

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tiene muchas variaciones, en cuanto a cómo el presupuesto de la granja es apoyado por los consumidores y cómo los productores entregan los alimentos, y por lo mismo, en cuanto a los niveles de riesgo compartido entre productores y consumidores.

El sistema nació en la década de 1960 en Japón, Alemania y Suiza, como respuesta a los problemas de la alimentación sana y de la urbanización de los suelos agrícolas. Posteriormente se extendió a Estados Unidos y Canadá, donde se han formalizado unos 1500 grupos de productores-consumidores, conocidas como “Community-supported agricultura”(CSA), que se especializan en productos orgánicos. También se han conformado grupos similares en Holanda, Dinamarca, Hungría, Portugal, Australia, Nueva Zelandia, Ghana y otros países. Actualmente 17 millones de japoneses participan del sistema teikei (enlace) para asegurarse comida fresca y sana mediante un sistema de intercambio y distribución diferente al mercado convencional. En Francia existe una asociación para mantener la agricultura campesina AMAP, que extiende sus objetivos a la solidaridad con el movimiento campesino de la Confédération Paysanne (Wikipedia).

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Principios

Sencillos principios

Ser humano,

Comprende ante todo que eres parte de todo lo que existe y le debes respeto absoluto a todo ello y a cada una de sus partes.

Por otro lado,

Si necesitas algo de lo existente, al tomarlo debes preocuparte que aquello tenga continuidad, que no disminuya la cantidad existente, ni su calidad y que no se pierda del todo.

Además deberás saber,

Que no puedes existir en la total soledad, sino más bien en el marco de tus semejantes y para ello deberás a aprender a convivir mediante el apoyo mutuo, pero sin reclamar equidad entre dar y recibir.

Y aun así,

Tú y el grupo al cual perteneces y te identifiques, deberán respetar profundamente la existencia de otras sociedades, aprendiendo a compartir bajo el principio del apoyo mutuo.

Deberás tener presente,

Que tu independencia y libertad no puede ser juzgada indiscriminadamente por los demás y tampoco tu podrás hacerlo.

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Y en todo caso,

Cualquier diferendo que se presente, deberá ser resuelto mediante el dialogo, arribando al consenso. Todo esto debe hacerse de inmediato, sobre los hechos y sin ningún tipo de manipulación.

Finalmente,

Deberás saber que no existe nada por sobre ti, pero tampoco existe algo inferior y aun siendo único, deberás consentir que todo lo existente y cada una de sus partes, son también únicas.

Humano, si logras al fin vivir bajo estos simples principios, habrás logrado lo mejor para ti y los tuyos y por favor, no digas que estos principios son utópicos en el mundo en el que hoy vivimos, pues así es como tú y los que piensan y actúan de manera similar, ayudaran a la hecatombe de la humanidad.

Ruptura

La propuesta de principios recién mencionados, son elementos destinados a lograr ...´una vida mejor´, pero creemos necesario, hacer ciertas aclaraciones:

El tercer párrafo inducía a la persona a: “...existir en el marco de sus semejantes, para lo cual debería aprender a convivir bajo el

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principio del ´apoyo mutuo´...”. Ahora bien, dada la realidad de la que somos testigos a diario, de violencia interpersonal y de todo tipo, cabe preguntar porqué dicha premisa no se cumple en la actualidad y de ahí que cabe también investigar, como rescatar las raíces de tales acciones. Veamos una propuesta:

El eminente investigador y uno de los fundadores de la escuela sociológica, Emile Durkehim, utilizaba por primera vez un término creado por él, en su excelente estudio “El Suicidio”. Se trataba de la “Anomia” (o anomía), que significa: “...la falta de normas o incapacidad de la estructura social de proveer a ciertos individuos lo necesario para lograr las metas de la sociedad” (Durkheim, 1897). Destaco estas definiciones por estar convencido de su papel primordial en toda explicación de los hechos.

En principio, este investigador se propuso tratar la cuestión de la ´solidaridad´ entre humanos o la falta de ella en la sociedad, tratando de explicar bajo los términos de la escuela sociológica, la interacción entre los seres humanos, fuera de las escuelas de la psicología o la filosofía. Esta metodología dio entonces un empuje al estudio de las sociedades modernas, llegando a la conclusión de su profundo fracaso, debido, en parte, a lo que Durkheim denominó, parafraseando a Karl Marx, “la división del trabajo”. Esta modalidad contemporánea era parte de los “hechos sociales” que debía estudiar la sociología y su método se refería a los ”...modos de actuar, pensar y sentir externos al individuo, y que poseen un poder de coerción en virtud del cual se imponen a él..."

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En su estudio sobre “El suicidio”, Durkehim se pregunta ante todo: ”...¿es que este fenómeno, debe interesar al sociólogo? Si el suicidio es un acto individual que influye solo sobre el individuo, se debe seguramente a cuestiones de la propia persona y por ende debe interesar solo a la psicología...”. Pero, explica Durkehim a continuación que si no investigamos solo un caso individual de suicidio, sino una serie de estos hechos acontecidos dentro de un marco social, llegaremos a la conclusión que todos ellos tienen particularidades comunes y por lo tanto, definitivamente se trata de un “hecho social” y que tiene su explicación en ese marco.

De aquí la importancia del concepto de Anomia. Según Durkehim, el aumento de casos de suicidio debidos a acontecimientos de envergadura general, tales como guerras, caída repentina en la pobreza de una gran masa social, se dan de manera provocativa en aquellas sociedades que perdieron su cohesión interna y por ende carecen de propiedades solidarias. Es decir que el individuo está en absoluta soledad y no puede confiar en la acción protectora de su sociedad, pues sencillamente esta no existe como tal.

Nuevamente, según este estudioso: “En las sociedades primitivas, la solidaridad surge de la conciencia colectiva y la denomina solidaridad mecánica: la identificación con un grupo social se produce por las condiciones de igualdad, está en boga la idea de comunidad en tanto los individuos tienen «cosas en común», que producen un fuerte compromiso. Y por otra parte: En las sociedades modernas, esa conciencia colectiva es más débil y la solidaridad que existe en ellas es orgánica, puesto que

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surge de las diferencias producidas por la división social del trabajo, que es en general la respuesta que el siglo XIX da a la pregunta sobre el origen de todo hecho social. La solidaridad es, más particularmente, por necesidad en este tipo de sociedades, en las que las pasiones son reemplazadas por los intereses” (Wikipedia).

La moraleja entonces es que, para cambiar la dura rutina de los hechos en nuestra sociedad moderna, debemos abogar por un cambio en sus estructuras devolviendo valores como... solidaridad, responsabilidad y compromiso. Para que ello suceda, deben crearse comunidades en las cuales las personas puedan realizarse plenamente como tales, adquiriendo responsabilidad y compromiso, uno frente al otro y no por simples intereses momentáneos.

Ante todo deben eliminarse del mapa todas las instituciones monstruosas en términos numéricos. Las Mega-Fabricas, Mega-Hospitales, Mega-Escuelas y todos los entes similares en las cuales sus clientes, sean estos los empleados como los usuarios, son meros números y no seres humanos.

Para ello deben eliminarse del léxico actual los conceptos de “Máxima rentabilidad y rendimientos”, ya que en el contexto económico actual, no se toman en cuenta los costos que se podrían deducir de aspectos subjetivos, como ser: Dignidad humana, calidez, respeto, solidaridad, y similares. De aquí que también debe eliminarse el concepto del “beneficio económico de las grandes empresas” que considera que, los costos de producción por unidad son mas bajo en la medida que la producción, y por ende las empresas, son más grandes. Es lo que

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se denomina “Economía de Escala”. Así, por ejemplo, los sofisticados equipos médicos, se construyen en unidades de enormes tamaños y por lo tanto son sumamente costosos y así están destinados a los Mega-hospitales, y por lo tanto las pequeñas clínicas no puede adquirir. De esa manera se está promoviendo la producción en gran escala y de enormes tamaños. Por nuestra parte, tenemos la seguridad que nuestros técnicos e ingenieros son capaces de producir equipo similar de tamaño más humano y a costos accesibles, en comparación con los grandes consorcios médico-farmacéuticos que prefieren sustanciales ganancias produciendo y vendiendo equipos monstruo a precios abultados. Otro ejemplo, también en el rubro de la salud, es el de los remedios genéricos como en el caso del SIDA, que cuando fueron producidos por pequeñas empresas en países del tercer mundo, su costo bajó en cientos de veces comparado con lo que pedían los consorcios del primer mundo. Aquellos reclamaban el reintegro de los costos de desarrollo de dichos remedios, pero en unos pocos años y no en la vida total del medicamento. Quienes argumentan a favor de ese tipo de economía, los neo-liberalistas en la actualidad, alegan que los inmensos capitales necesarios para la investigación y desarrollo de nuevos medicamentos y equipamiento, solo se pueden llevar a cabo en empresas que concentran grandes capitales. Nosotros consideramos que tales alegatos son falsos argumentos que defienden al capitalismo y la explotación del ser humano.

Como respuesta a dichas propuestas, abogamos por un mundo de dimensiones humanas, en donde el individuo común no sea un estorbo. Veamos seguidamente la obra de un excelente y particular economista cuya visión de mundo se alejó

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definitivamente de las soberbias del crecimiento monstruoso e inhumano, aportando ideas sobre una forma diferente de “hacer economía”.

Lo pequeño es hermoso

Ernst Friedrich "Fritz" Schumacher (1911 – 1977), de origen alemán, fue un intelectual y economista que tuvo una influencia a nivel internacional con un trasfondo profesional como estadística y economía, que desarrolló fundamentalmente en Inglaterra. Trabajó como Jefe Consejero Económico para la National Coal Board de Gran Bretaña durante dos décadas. Sus ideas se volvieron bien conocidas en la mayor parte del mundo angloparlante durante la década de los setenta. Es bien conocido por sus críticas a los sistemas económicos de Occidente y por su propuesta por una tecnología descentralizada. Veamos algunas cortas citas de su libro: “... ¿Qué es lo que realmente necesitamos de los científicos y tecnólogos? Yo contestaría: necesitamos métodos y equipos que sean: - suficientemente baratos de modo que estén virtualmente al alcance de todos;

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- apropiados para utilizarlos a escala pequeña; y - compatibles con la necesidad creativa del hombre. "...Schumacher cita a Gandhi: “Yo deseo que los millones de pobres de nuestra tierra sean sanos y felices y los quiero ver crecer espiritualmente...Si sentimos la necesidad de tener máquinas, sin dudas las tendremos. Toda máquina que ayuda a un individuo tiene justificado su lugar...pero no debería haber sitio alguno para máquinas que concentran el poder en las manos de unos pocos y tornan a los muchos en meros cuidadores de máquinas, si es que estas no los dejan antes sin trabajo...". Y continúa el autor: “Supongamos que el objetivo reconocido por inventores e ingenieros llegue a ser, según observaba Aldous Huxley, dotar a la gente corriente de los medios necesarios para hacer un trabajo provechoso e intrínsecamente significativo, ayudando a hombres y mujeres a independizarse de sus patrones, de modo que se transformen en sus propios empleadores, o en miembros de un grupo auto gestionado y cooperativo, que trabaje para su subsistencia y para un mercado local. “Cita de Aldous Huxley: "...Otras ventajas...serían una vida humanamente más satisfactoria para más gente, una mayor y genuina democracia auto gestionada y una feliz liberación de la estúpida y perniciosa educación de los adultos dada por los productores de bienes de consumo masivo mediante la publicidad." (Schumacher, 1973)

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Hasta aquí, unas sucintas citas de la obra de este particular pensador, aunque lamentablemente, sus ideas de diluyeron en la enorme y monstruosa obra de las ideas del “crecimiento económico” a todo precio, como ya lo mencionamos.

Autoengaño

En una lectura anterior, señalábamos la premisa de Durkheim,  que este creador del estructuralismo   en el estudio de la Sociología denominó Anomia, y que indicaba la incapacidad de algunas sociedades de proveer a sus miembros de los medios para lograr sus metas.

Desde otro punto de vista proponemos ahora asomarnos a la historia antigua, aunque tiene también su parte actual en cuanto a las sociedades humanas y observar algunas de sus fallas. Para ello nos apoyaremos, nuevamente en las investigaciones del científico norteamericano Jared Diamond y en particular de su estudio “Colapso”, que trata los motivos que llevaron a algunas sociedades al desastre. (Diamond, 2005)

En el anterior texto citamos al artículo: “Sencillos principios” y dentro de este la segunda propuesta al ser humano: “...si necesitas algo de lo existente, al tomarlo debes preocuparte que aquello tenga continuidad, que no disminuya la cantidad

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existente, ni su calidad y que no se pierda del todo”. Nos referimos aquí, a la parte material de nuestro hábitat, a la manera que hacemos uso de él para nuestra subsistencia, pero también de cómo lo cuidamos ´para que tenga continuidad´. Lo cual se conoce hoy en día, como “economía sustentable”.

Si en su libro “Armas, gérmenes y acero” (1997), Diamond planteaba las diferencias del desarrollo de las sociedades en los últimos 13.000 años, en su trabajo “Colapso” (2005), el investigador plantea, más detenidamente, el “porque de la caída de algunas sociedades, pero también del éxito de otras”. Pero no solo en cuanto a lo antiguo, sino también reflejando los mismos cuestionamientos con respecto a nuestro mundo actual y su incierto futuro.

Pero por sobre todo y a lo largo de las 592 páginas de su libro, Diamond vuelve una y otra vez sobre la más álgida pregunta: ¿Porque los hombres y sus sociedades toman decisiones expresamente destructivas para sí mismas y a sabiendas de ello? Y agrega al respecto el autor: “...dicha pregunta no solo llama la atención de mis estudiantes (UCLA), sino también de historiadores y arqueólogos profesionales”. Jared Diamond reconoce que no tiene respuestas fehacientes, ni tampoco otros estudiosos y entre otros, menciona el famoso libro de Bárbara Tuchman “La Marcha de la locura” en la cual la escritora rememora, las perjudiciales decisiones que sociedades, entes y países tomaron a plena conciencia y que siempre les llevó al desastre y en algunos casos, a la ruina total.

Así también Diamond, que basa gran parte de su estudio en la destrucción del medioambiente y en particular debido asl

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desmonte de selvas y montes, desnudando a estos de los árboles y matorrales naturales que servían no solo de protección y base alimenticia para dicha sociedades, sino que protegía el tesoro más importante para las comunidades agrícolas, la tierra. Cuando el científico describe los posibles acontecimientos que provocaron el colapso de la sociedad que vivía en la Isla de Pascua, ubicada en total soledad en medio del Océano Pacifico, a 4000 kilómetros al oeste del país que hoy la gobierna, Chile, y a 2000 km al este de la Isla habitada más próxima, llega a la conclusión que no hubo allí ningún hecho sorprendente o inesperado para sus ocupantes. Diamond comenta entonces una pregunta planteada por uno de sus estudiantes y que tal vez puede representar todo el proceso mismo de la destrucción consciente de dicha sociedad humana: “... ¿qué se pudo haber dicho a sí mismo, aquel habitante de la Isla Pascua, cuando taló con su hacha el ultimo árbol de la isla?...”. La sociedad humana de esa isla despareció casi en su totalidad, dejando solamente unas 600 estatuas enormes, que según parece ser, fueron talladas por los antiguos habitantes de la Isla.

Como mencionamos, de hecho no hay algo único y absoluto que pueda servir de respuesta. Diamond menciona las diferentes posibilidades, en cuanto a que pudo ser a conciencia y a sabiendas, por ejemplo cuando los hechos benefician los intereses de los depredadores, sin importarles de los demás, pero también existen otras variantes, en cuanto a las actitudes autodestructivas del hombre, como lo menciona el historiador italiano, Carlo M. Cipolla en su “Teoría de la estupidez humana”. El tercer artículo de dicha teoría, indica que la peor estulticia (al decir de Erasmo), es aquella en la cual el propio

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depredador es el mayor perjudicado. Pero, según el autor de “Colapso”, no todo es negativo ni tampoco todo es autodestrucción, pues existen algunos ejemplos de sociedades, que actuaron mas sabiamente, tales como ciertas tribus de Nueva Guinea o incluso, en cierta época de su historia, el moderno país del Japón, que estudió Diamond. También se destaca el ejemplo que incluimos en el articulo a continuación y que trata también el caso de los pobladores de la Isla Tikopia en el Océano pacifico. En definitiva, todo es cuestión de unas buenas e inteligentes decisiones.

La alianza definitiva

“Uno de los más significativos entre los poemas litúrgicos y plegarias hebreas, que son parte de las “Selijot” que se leen en el día del Perdón (Iom Kipur), imagina a Dios como el creador y a los seres humanos como ´la materia en manos del creador´. Los oradores, por medio de dicho poema, exigen del todopoderoso, cumplir con la alianza entre Él y ellos, y que cuando se disponga a la tarea de diseñarlos, como un joyero hace con sus materiales o un sastre con sus vestidos, que recuerde su compromiso de creador y no les colme de instintos que puedan llevar al hombre a volcarse contra otros seres humanos” (Sobol, 2011).

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Estas frases son parte de un artículo del escritor israelí Yehoshua Sobol. Seguidamente, el periodista hace votos para que “...tal poema se haga eco en los cerebros de todos aquellos poseedores de autoridad, a quienes se les concedieron las fuerzas para dominar a otras personas, influir sobre sus vidas y sus destinos...”. Para Sobol, tal tipo de alianza debe existir entre todas las personas y aquel en el cual se haya depositado la autoridad, y debe recordar siempre los términos de respeto que le obligan hacia su prójimo. Estamos de acuerdo sobre la validez de tales aseveraciones de índole. Y no obstante, tal como está comprobado en todo modelo empírico, la realización efectiva de todas las reglas morales que rigen sobre un individuo, están íntimamente relacionadas con la sociedad a la cual pertenece. La persona va a ´recordar´ y hacer efectivos sus compromisos morales en la medida que exista una comunidad que por si misma se encargue de “cumplir y hacer cumplir” tales reglas. Sus propios miembros deben hacer las veces de supervisores y críticos, uno del otro, limitando así los poderes otorgados a quienes fueron designados para ocupar puestos de autoridad. En su libro “Colapso...”, el científico Jared Diamond, que ya nombramos, nos relata sobre una pequeña comunidad que vive en una diminuta Isla del pacifico, denominada “Tikopia” y que, desde hace unos 7.000 años consigue sobrevivir en un medio natural bastante difícil, acosados por violentos ciclones varias veces al año. Según este investigador, los pobladores de esta Isla lograron crear un estado de vida armónica con la naturaleza

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y sobreponerse a los instintos destructivos que dieron por tierra con otras sociedades y civilizaciones. En el caso de Tikopia, Diamond describe el método, desarrollado por dicha comunidad, y que él denomina “del tipo desde abajo hacia arriba”. Se refiere al hecho, de que todas las normas sociales y las técnicas de supervivencia desarrolladas en dicha sociedad, provinieron desde sus bases mismas, de cada uno de los miembros que la conforman. Así, esta comunidad no tiene ningún tipo de autoridad formal, ni forma estricta de gobierno que imponga su autoridad. Las únicas personas que gozan de cierto tipo de respeto, mayor que lo común, son algunos denominados “sabios” o “respetables”, por lo general “cabezas de familia”, a quienes los miembros de la comunidad saben dirigirse para recibir consejo y apoyo. Pero fuera de respeto y consideración, aquellos no gozan de ningún otro privilegio particular. Ellos deben trabajar sus parcelas y preocuparse por la alimentación propia y de sus familias, al igual que cualquier otra persona. Por lo demás las decisiones que comprometen a toda la comunidad, se toman de manera colectiva, por medio de reuniones y parlamentos Ad-hoc. De esta manera, no hay ningún peligro de que “ciertos instintos” insanos, dicten las reglas de comportamiento de gobernadores y de altas autoridades, tal como lo conocemos en nuestras modernas sociedades. Allí, sencillamente, no se le da la oportunidad a nadie de que debido a su categoría de gobernante, como se dice comúnmente, “se le suba a la cabeza”. Todo depende, en realidad, de las determinaciones tomadas por

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cada una de las comunidades, al inicio mismo de su vida comunitaria y en particular de aquellos miembros más carismáticos, que supieron aportar su sabiduría en favor de la sociedad entera. También tiene importancia el hecho de que se trata de una sociedad pequeña, que vive en un territorio de tamaño reducido, abordable por todos y cada uno de sus miembros.

El hombre común

Como anunciamos ya desde nuestro titulo, estos textos tienen por objeto hacer un esbozo de posibilidades para lograr una sociedad mejor. Pero por sobre todo creemos necesario centrarnos en el objetivo fundamental, el hombre común. Repetimos que no tenemos intención de internarnos en planes y programas detallados, y por el contrario hacer un esquema de las bases sobre las cuales poder luego, construir la praxis de ese mundo que anhelamos. Así, por ejemplo, es la intención de nuestros “Sencillos principios” y su razón es lo que exponemos a lo largo de todas estas páginas, esperando que no escape a la inteligencia del lector, la magnitud de la distorsión de nuestra actualidad.

Ante todo hacemos hincapié en las circunstancias que aún en nuestra era moderna del siglo XXI, hacen mella en el ser

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humano común, como lo predijo el controvertido científico Wilhelm Reich, que en un documento denominado “Discurso del hombre común”, explicaba: “...que a lo largo de varias décadas vivió, primero con ingenuidad, luego con asombro y finalmente con horror, cómo el hombre común del pueblo atenta contra su propia persona; cómo sufre, se rebela, venera a sus enemigos y mata a sus amigos; cómo, toda vez que obtiene poder como “representante del pueblo”, abusa de ese poder y lo torna más cruel que el que había debido padecer antes por parte de algunos sádicos de las clases superiores” (Reich, 1946). Reich que había escapado a duras penas del despotismo nazi, fue más tarde, a raíz de sus teorías sobre la sexualidad en la salud mental de las personas, perseguido implacablemente en los Estados Unidos en la época del Macartismo, muriendo al fin en la cárcel, de un ataque cardiaco. En su libro, resume Reich el problema del hombre común, mientras le exhorta: “...Jamás he oído quejarte de que ´vosotros me promovéis a ser el futuro señor de mí mismo y de mi mundo. Pero no me decís de qué modo uno es su propio señor ni en qué estoy mal encaminado o me equivoco al pensar o al actuar”. Aquí radica lo más importante de nuestra propuesta para la mejora de nuestro mundo: El reconocimiento por parte del individuo de su propia capacidad de erigirse en un ser “realmente libre” y capaz de autogestión, de crear ideas propias y poder entonces participar del proceso del consenso, dentro de la comunidad:

Resumiendo, desde otra perspectiva: “...personalidad, cultura y sociedad son conceptos inseparables. La estructura de carácter del individuo medio de una sociedad y la estructura socioeconómica de ésta, son interdependientes...es un error

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creer que si cambiamos radicalmente la estructura política y económica automáticamente cambiará el carácter social de las personas, porque la nueva élite, si está llevada por el mismo carácter social autocrático anterior, tenderá a recrear la misma estructura. O que cambiando el espíritu de las personas se cambiarán automáticamente las estructuras, porque el cambio se limitará a la esfera privada, o la prédica de los valores espirituales se combinará con la práctica de los valores opuestos y esta terminará anulando aquella" (Polcan).

Principios, Yo-tu, Yo-ello

En la serie que comenzamos con el decálogo de “Sencillos principios”, incluimos aquellos que se podrían considerar como fundamentales y críticos, aunque todos sean de similar importancia, a nuestro parecer. Pero por sobretodo quisimos destacar el elemento de la libertad de la que debe gozar todo ser humano: “...deberás saber que no existe nada por sobre ti, pero que tampoco existe nada inferior y aun siendo único, deberás consentir que todo lo existente y cada una de sus partes, son también únicas...”.

Con esta aseveración quisimos destacar que las relaciones entre las personas y entre ellas y las “cosas”, están condicionadas por el logro de un equilibrio constante entre todas las partes. Para

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que ello suceda, el ser individual, pensante y consciente debe asumir total responsabilidad sobre sus hechos, pero también los de todos los demás, que conforman la sociedad en la cual existe y actúa. Esto lo hicimos patente en el principio que determina la importancia de vivir en sociedad. Por otra parte y a su vez, debemos tener claro que también el conjunto social, como tal y como ente, debe actuar en absoluta armonía con cada individuo que le conforma, sin tratar de imponer sus propias ideas a alguna de las partes que le conforman, en contra de su voluntad. Como recalcamos, se trataría de instituir los mecanismos adecuados para lograr una interacción armónica entre los individuos que conforman tal comunidad, pero esto no es suficiente. Previo al inicio mecánico de las relaciones, se deben crear y admitir de manera consciente los principios éticos, tal como Moisés en el Monte de Sinaí, pero a diferencia de aquel hecho histórico, estamos convencidos que es fundamental evitar erigir “Jerarquías” que marquen diferentes pautas entre sus seguidores. El término más adecuado para significar el método de acercamiento entre las personas es el consenso, lo cual se entiende como... “Acuerdo producido por consentimiento entre todos los miembros de un grupo o entre varios grupos”. Pero ampliando su significado incorporamos el sentido de la palabra ´consentimiento´: “Acomodarse por bondad al gusto y voluntad de alguien...o algo, y en este caso a la voluntad del grupo, sociedad o comunidad en la cual actuamos” (Wikipedia). Es decir que aceptamos por propio interés y a pleno gusto la idea o decisión a la cual se ha llegado en el plenario de la comunidad, pero eso sí, siempre bajo la visión crítica de las cosas, sin hacer descuentos. Es decir, no consentir porque “es necesario”, sino

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porque realmente, como individuo, has llegado a convencerte de lo acordado. Pero para que esto ocurra y se desarrolle a pleno, deben existir una serie de condiciones y requisitos que coadyuvan en tal mecanismo. Aunque hay varios problemas básicos que pueden minar la concreción de este modelo: 1. La tendencia del ser humano a la obediencia y sumisión a la autoridad formal conformada. 2. La tendencia a desligar sus propias responsabilidades en otros, generalmente en aquellos que, a los ojos de las personas, ejercen algún tipo de autoridad. Aparentemente hay una contradicción en aquel “sencillo principio” que asevera la necesidad del individuo de depender de algún grupo social, pues como decimos...”no puedes existir en soledad”...lo cual admite una cierta obligación del individuo con la sociedad. En este aspecto creemos necesario recordar los estudios e investigaciones sobre el tema de la “obediencia a la autoridad” y entre ellos los realizados por el psicólogo Stanley Milgram, a partir del año 1961 en Estados Unidos, y que fueran resumidos en un libro publicado en 1974: “Obediencia a la autoridad. Un punto de vista experimental” y que pretendía responder a la pregunta suscitada a raíz del juicio al jerarca nazi, Adolf Eichman: ¿Podría ser que Eichmann y su millón de cómplices en el Holocausto sólo estuvieran siguiendo órdenes? ¿Podríamos llamarlos a todos cómplices? La frase que resume las conclusiones del investigador es más que significativa: “La extrema buena voluntad de los adultos de aceptar casi cualquier requerimiento ordenado por la autoridad constituye el principal descubrimiento del estudio” (Milgram, 1974).

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En términos generales, el experimento consistía en lograr por medio de simples órdenes que emanaran de una “autoridad”, de que los participantes infligieran castigos sumamente dolorosos y hasta peligrosos a las personas que colocaron bajo su dominio y a instancias de dicha autoridad. Es de destacar, que los participantes eran personas normales desde todo punto de vista. El experimento se llevó a cabo muchas veces desde entonces con diversas variantes, en otros países y en diferentes condiciones, pero los resultados y las conclusiones fueron siempre similares.

No obstante, muchos autores trataron el tema, pero dieron a su vez interpretaciones diversas que en ciertos casos se relacionan con ideologías políticas. Hannah Arendt, escribió un artículo a raíz del juicio a Eichmann en Jerusalén que tituló: “La banalidad del mal”, del cual se desprendía el concepto de que en realidad los barbaros hechos de los Nazis, podrían haber sido cometidos por cualquier otra sociedad, que hubiera llegado a condiciones similares. Un poco mas lejanos en dicha temática, en cuanto a la obediencia ciega, pero no menos critica, es la posición ideológica del comunismo, que alega que la libertad de los individuos fue sometida y adormecida por los sueños místicos de las. Otro punto de vista no menos emblemático, está en el estudio que escribiera el médico y psiquiatra austriaco-estadounidense, Wilhelm Reich sobre los orígenes psico-sociales del nazismo: “La Psicología de masas del fascismo”, en el que explica, entre otras cosas: “...los discursos que se pronunciaban en los mítines del Nacional Socialismo destacaban por su habilidad para influir en las emociones de los individuos al interior de las masas y evitar, en la medida de

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lo posible, cualquier argumento relevante”. Es decir que si buscamos en la reacción de las masas en su apoyo al Nazismo algún elemento de racionalidad, no lo vamos a encontrar de ninguna forma. Pero volviendo a los experimentos de Milgram sobre la obediencia, cabe aportar las dos posibles explicaciones del investigador sobre el comportamiento humano, que transcribimos aquí literalmente:

La primera es la teoría del conformismo, que describe la relación fundamental entre el grupo de referencia y la persona individual. Un sujeto que no tiene la habilidad ni el conocimiento para tomar decisiones, particularmente en una crisis, lo cual llevará la toma de decisiones al grupo y su jerarquía. El grupo es el modelo de comportamiento de la persona.

La segunda es la teoría de la cosificación (agentic state), donde, según Milgram, la esencia de la obediencia consiste en el hecho de que una persona se mira a sí misma como un instrumento que realiza los deseos de otra persona y por lo tanto no se considera a sí mismo responsable de sus actos. Una vez que esta transformación de la percepción personal ha ocurrido en el individuo, todas las características esenciales de la obediencia ocurren. Este es el fundamento del respeto militar a la autoridad: los soldados seguirán, obedecerán y ejecutarán órdenes e instrucciones dictadas por los superiores, con el entendimiento de que la responsabilidad de sus actos recae en el mando de sus superiores jerárquicos (Milgram, 1974).

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Ya aceptamos anteriormente, que todo ser humano debe desarrollarse en un entorno social, aunque basado en los principios éticos de armonía y solidaridad, también antes expuestos y tal como Durkheim los señalaba en cuanto a sociedades del pasado: “En las sociedades primitivas, la solidaridad surge de la conciencia colectiva y se denomina solidaridad mecánica: la identificación con un grupo social se produce por las condiciones de igualdad, está en boga la idea de comunidad en tanto los individuos tienen «cosas en común», que producen un fuerte compromiso”.

Y no obstante la tan deseada cohesión de un cierto grupo, para hacer las veces de elemento de protección a sus miembros, entre otras cosas, puede derivar en actitudes de grupo antagónicas y adversas hacia otros grupos y puede llegar a afectar internamente a la comunidad misma y a la sociedad humana como un todo. Es lo que advertimos en una de las sentencias de nuestros ´Sencillos Principios´: “Y aun así, tú y el grupo al cual perteneces y te identifiques, deberán respetar profundamente la existencia de otras sociedades, aprendiendo a compartir bajo el principio del apoyo mutuo”.

Lamentablemente estos principios no siempre fueron cumplidos y lo demuestra ampliamente la extensa historia de los hechos humanos, en particular en la forma de violentos conflictos, tanto inter-grupales como intra-grupales. Esta definición que parece un tanto pálida o suave, se refiere en realidad y concretamente a uno de los flagelos que todavía afectan a la humanidad.

Esto nos lleva a intentar explicar las diferentes formas y causas de las confrontaciones, pero no solamente entre grupos,

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sociedades, pueblos y naciones, sino que afectan también a individuos.

El término que define las bases de todo tipo de confrontación, ataque, rechazo y en general todo comportamiento humano agresivo es, el ser o estar considerado por el otro o los otros, como diferente. Siendo que, en la acepción de alguien o algunos como diferentes, pueden estos pasar a ser una amenaza para quienes se relacionan con aquellos.

No obstante, todos los seres humanos que habitan este planeta son semejantes y muy parecidos entre si, y no obstante cada cual lleva su sello de identidad que lo hace único e individual. Y pese a todo como explicábamos en nuestros ´Sencillos Principios´: “deberás saber que no existe nada por sobre ti, pero tampoco existe algo inferior y aun siendo único, deberás consentir que todo lo existente y cada una de sus partes, son también únicas”. Es decir, que pese a todo debemos admitir que existen diferencias entre los humanos, algunas de ellas físicas y otras culturales, espirituales, conceptuales, psicológicas y más. Muchas veces debemos reconocer que esta tal diversidad humana es lo que hace al medio humano sumamente interesante, en particular en cuanto a las diferentes manifestaciones culturales, tales como en los campos de las artes y en todo lo productivo del hombre. Mas de una vez, a lo largo de la historia, los intercambios culturales entre comunidades, pueblos e individuos han sido de gran beneficio para el progreso general, pero muchas de dichas transacciones se produjeron por medios violentos y eso es lo lamentable de los casos.

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Veamos algunas de las formas que adquiere en la sociedad humana tal antagonismo: Racismo: “El racismo es una forma de discriminación de

las personas recurriendo a motivos raciales, tono de piel u otras características físicas de las personas, de tal modo que unas se consideran superiores a otras. El racismo tiene como fin intencional o como resultado, la disminución o anulación de los derechos humanos de las personas discriminadas y denotará toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basadas en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o étnico que tenga por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural o en cualquier otra esfera de la vida pública.

Xenofobia: La xenofobia es el odio y rechazo al extranjero, con manifestaciones que van desde el rechazo más o menos manifiesto, el desprecio y las amenazas, hasta las agresiones y asesinatos. Una de las formas más comunes de xenofobia es la que se ejerce en función de la raza, esto es, el racismo.

Homofobia: El término homofobia hace referencia al rechazo o de forma extendida, a la aversión, odio, prejuicio o discriminación, contra hombres o mujeres homosexuales, aunque también se incluye a las demás personas que integran a la diversidad sexual, como es el caso de las personas bisexuales o transexuales, y las que mantienen actitudes o hábitos comúnmente asociados al otro sexo, como los metrosexuales y

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las personas “con pluma” (Se conoce como pluma al conjunto de actitudes, gestos, la vestimenta, etc. de una persona, que se identifican como pertenecientes al sexo opuesto de forma estereotipada).

Prejuicio: Un prejuicio es el proceso de formación de un concepto o juicio sobre alguna cosa de forma anticipada, es decir, antes de tiempo, implica la elaboración de un juicio u opinión acerca de una persona o situación antes de determinar la preponderancia de la evidencia, o la elaboración de un juicio sin antes tener ninguna experiencia directa o real. Consiste en criticar de forma positiva o negativa una situación o una persona sin tener suficientes elementos previos. Es una actitud que puede observarse en todos los ámbitos y actividades de la sociedad, en cualquier grupo social y en cualquier grupo de edad, e implica una forma de pensar íntimamente relacionada con comportamientos o actitudes de discriminación.

Estigma: En sociología, estigma es una condición, atributo, rasgo o comportamiento que hace que su portador sea incluido en una categoría social hacia cuyos miembros se genera una respuesta negativa y se les ve como culturalmente inaceptables o inferiores. El concepto fue acuñado en 1963 por Erving Goffman en su reconocido libro del mismo título, donde precisa la noción sociológica del término como membresía a un grupo social menospreciado (grupo étnico, religión, nación, etc.), distinguiéndola de las nociones anatómicas (abominación del cuerpo) y psicológicas (defectos del carácter del individuo).

Demonización: La demonización o satanización es la técnica retórica e ideológica de desinformación o alteración de

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hechos y descripciones, que consistente en presentar a entidades políticas, étnicas, culturales o religiosas, etc., como fundamentalmente malas y nocivas; como forma de justificar un trato político, militar o social diferenciado, o también para atribuir de incorrecto lo que está en contra de lo que se cree o apoya. Generalmente se recurre a sentimientos para manipular a quienes se convencen más con éstos que con razones. En la demonización, la influencia pública de un individuo o sector con un grado elevado de visibilidad — como el gobierno o los medios de comunicación de masas — se pone en juego para estimular una reacción de descrédito que elimine las restricciones morales o legales para actuar en detrimento del grupo demonizado. La demonización del otro transforma al demonizador en alguien tan indiscutible e indiscutido como Dios. En los casos más extremos se presenta a los miembros del grupo segregado como infrahumanos o inhumanos, como los judíos o los gitanos en la Alemania Nazi; sin embargo, más frecuente es la simple presunción de culpabilidad, que lleva en la práctica a la restricción de los derechos civiles del grupo aún sin un refrendo administrativo” (Wikipedia).

Hasta aquí en cuanto a ciertas características del ser humano y del mundo que ha creado para habitarlo, pero que reclama la atención de toda aquella persona que no esté tácitamente dispuesta a aceptarlo como hecho divino ineludible o condición sine qua non. Quisiéramos hacer más claro el rumbo de nuestros argumentos que podrían indicar el camino hacia un mundo mejor o por lo menos esbozar alguna que otra solución. Concluimos este capitulo, entonces, con unas citas del filósofo y humanista Martin Buber:

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“La sociedad moderna: Su disolución progresiva es el precio que tenemos que pagar por la emancipación política del hombre que tiene lugar con la Revolución francesa y por el nacimiento de la sociedad burguesa a que da origen. Pero con esto aumenta de nuevo la soledad humana. Al hombre de la época moderna que, como vimos, había perdido el sentimiento de estar hospedado en el mundo, el sentimiento de la seguridad cosmológica, las formas orgánicas de la comunidad le ofrecían un hogar en la vida, un remanso donde descansar en la unión directa con sus iguales, una seguridad sociológica que le preservaba del sentimiento de abandono total. Pero también esta seguridad se le ha ido desvaneciendo.

Las nuevas formas de sociedad que trataron de colocar de nuevo a la persona humana en conexión con los demás como, por ejemplo, la unión, el sindicato, el partido, han podido, sin duda, despertar pasiones colectivas capaces de “llenar”, como se dice, la vida de un hombre, pero les ha sido imposible restaurar la seguridad perdida; la creciente soledad es tan sólo adormecida por el tráfago de las ocupaciones, pero cuantas veces el hombre vuelve a su remanso, a la realidad genuina de su vida, percibe de pronto la sima de su soledad y en ella experimenta, al encararse con el fondo mismo de su existencia, toda la hondura de la problemática humana

La problemática: Nuestra época ha experimentado esta torpeza y fracaso del alma humana, sucesivamente, en tres campos diferentes.

El primero ha sido el de la técnica. Las máquinas que se inventaron para servir al hombre en su tarea acabaron por

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adscribirle a su servicio; no eran ya, como las herramientas, una prolongación de su brazo, pues el hombre se convirtió en su mera prolongación, en un miembro periférico pegadizo y coadyuvante.

El segundo campo ha sido el de la economía. La producción, que aumentó en proporciones prodigiosas con el fin de suministrar al número creciente de hombres aquello que habían menester, no ha logrado desembocar en una coordinación racional. Parece como si la producción y empleo de los bienes se desprendiera también de los mandatos de la voluntad humana.

El tercer campo es el de la acción política. Con espanto creciente fue dándose cuenta el hombre en la primera Guerra Mundial y, ciertamente, a los dos lados de la trinchera, que se hallaba entregado a potencias inabordables que, si bien parecían guardar relación con la voluntad de los hombres, se desataban de continuo, se burlaban de todos los propósitos humanos y traían consigo la destrucción de todos. Así se encontró el hombre frente al hecho más terrible: era como el padre de unos demonios que no podía sujetar” (Buber, 1942).

Para qué vivir

Henry David Thoreau (Concord, Massachusetts 1817-1862). Escritor, trascendentalista y filósofo con algunas tendencias anarquistas, famoso por su “Walden” y el tratado “La desobediencia civil”. Thoreau fue también, agrimensor, naturalista y conferenciante. Además de ser considerado, uno de

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los padres fundadores de la literatura estadounidense, hoy día se le estima como un pionero de la ecología y de la ética ambientalista. Thoreau quiso experimentar la vida en la naturaleza, por lo que vivió dos años en un bosque cerca de Walden Pond, no lejos de su familia y amigos en Concord.

En 1846, Thoreau se negó a pagar impuestos debido a su oposición a la guerra contra México y a la esclavitud en Estados Unidos, por lo que fue condenado a prisión durante unos días. De este hecho nació su tratado “La desobediencia civil”, siendo así pionero, al proponer algunas ideas como el pacifismo y la no violencia que resurgirían con fuerza en el alter-mundismo del siglo XX (el movimiento anti-globalización ). En este texto declara uno de los conceptos principales de su ideología: la idea de que el gobierno no debe tener más poder que el que los ciudadanos estén dispuestos a concederle, llegando a tal punto que propone la abolición de todo gobierno. Veamos unas citas de uno de sus escritos, “Para que vivía”: “...Fui a los bosques porque deseaba vivir en la meditación, afrontar únicamente los hechos esenciales de la vida, y ver si podía aprender lo que ella había de enseñarme, y no sucediera que estando próximo a morir descubriese que no había vivido...me parece que la mayor parte de los hombres están en una extraña incertidumbre sobre si será del diablo o de Dios la vida, y han llegado a la conclusión, un poco apresurada, de que el principal fin del hombre sobre la tierra es: ´glorificar a Dios y gozar de El eternamente´...Nuestra vida queda hecha trizas debido a los detalles. Un hombre honesto tiene apenas necesidad de contar más que con los diez dedos de sus manos y

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en casos extremos puede añadir los diez dedos de los pies y tomar en globo lo demás. ¡Simplicidad, simplicidad, simplicidad! Sean tus asuntos dos o tres y no un centenar o un millar...En medio de este mar picado de la vida civilizada, son tales las nubes, las tormentas, las arenas movedizas, y los mil y un detalles que deben considerarse, que un hombre, si no quiere zozobrar e irse a pique sin llegar a ningún puerto, tiene que vivir haciendo estimas, y ha de ser un gran calculador, por cierto, para que tenga éxito. ¡Simplifica, simplifica!...” (Guier, 1975).

¿Podríamos vivir sin violencia?

El título es un reto más que una pregunta retórica, dados los niveles pavorosos de violencia existentes a lo largo y a lo ancho del mundo y en todos los niveles posibles. Por regla general las fuentes de investigación académica dirigen sus miras a los puntos más álgidos de la violencia, tratando de caracterizar los orígenes de los conflictos. La mayor de las veces se trata de tareas sumamente frustrantes, por cuanto las únicas soluciones factibles y efectivas se refieren, por lo general, a un giro total en las estructuras sociales y/o económicas. En definitiva, las propuestas de los intelectuales, no dejan grandes esperanzas y las pocas empresas reales llevan a resultados marginales. En casos como la violencia doméstica, aun cuando seamos testigos

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de un aumento considerable en la concienciación de los públicos, exigiendo de las instituciones estar inmiscuidas, los números absolutos de casos siguen en alza.

Sin menospreciar estas observaciones, proponemos un cambio radical en el punto de vista, enfocando nuestras observaciones justamente hacia aquellas sociedades que practican a diario y desde hace cientos y miles de años, formas de vivir pacíficas, en las cuales los niveles de agresión y violencia son sensiblemente menores o inexistentes. Por lo general, la violencia caracteriza a los países del occidente, aunque como veremos seguidamente, existen sociedades no-violentas también en estas regiones.

No obstante, es necesario reconocer que el número de sociedades en las cuales los conflictos son resueltos de manera pacífica, son la excepción y no la norma. Este texto, se basa en un artículo publicado en 1996 en la revista “Journal of Peace Research” por Bruce D. Bonta, quien a su vez recopiló unos 110 trabajos de investigación de científicos y estudios sobre 24 sociedades pacificas en las cuales se pudieron reconocer y determinar técnicas de resolución de conflictos, usadas por estos. Esto dentro de un total de 47 sociedades consideradas no violentas, en términos comparativos a lo conocido en occidente.

Sin entrar en detalles sumarios, las cantidades de miembros de estas sociedades, suman en algunos casos millones de personas y en otros se trata de cientos o decenas de miles, aunque hay también sociedades mucho más pequeñas constituidas por decenas y centenas. Muchas de ellas se encuentran en zonas, consideradas subdesarrolladas de Asia y África o de las Islas del Pacifico, pero como mencionamos anteriormente, moran

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también en el occidente, sociedades como: los Amish, los Menonitas y Hutteritas en USA, los Naskapi y los Inuitas en Canada o los Zapotec en Mexico.

Concluye el Dr. Bonta su trabajo: “Las actitudes de resolución de conflictos en estas 24 sociedades pacificas estudiadas, difieren considerablemente de todo otro tipo de sociedad en el mundo. La evolución personal y la vida social en las sociedades pacificas se han basado en el esfuerzo por alcanzar – y conseguir – un estado de ausencia total de conflictos y violencia. Las personas, en estos grupos, no aceptan que la existencia de conflictos, a ningún nivel, sea algo normal o productivo para alguien, como muchas veces es aceptado en Occidente. (Por ejemplos las técnicas de mercadeo agresivas). Para aquellos, eso es dañino y destructivo, tratando de evitar al máximo todo tipo de enfrentamientos y si esto resulta difícil, lograr una resolución rápida y no violenta de estos conflictos. Pero, mientras que las técnicas de resolución de conflictos, en algunos casos, son similares a las usadas en occidente, aquellos ponen énfasis en ciertas estrategias de manera única. Por ejemplo, la negociación directa entre las partes, que es un enfoque tan usual en occidente, casi no se practica en estas sociedades. Antes que negociar conflictos, la mayoría de los miembros de las sociedades pacíficas, prefieren prevenir conflictos por medio del auto-dominio de sí mismos y también ayudar a otra gente a resolver sus disputas. Las personas, en este tipo de sociedades, prefieren evitar controversias, escapar de posibles conflictos e incluso, separar familias o comunidades, con el fin de sortear las dificultades. Negociaciones de uno a uno, son demasiado polémicos para mucha de esta gente. Incluso quienes están en

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calidad de observadores o son testigos casuales de alguna querella, en estas sociedades, van a tratar de ayudar entusiásticamente a solucionar los diferendos – en total contraste con lo que ocurre en las áreas urbanas modernas, en donde los extraños prefieren evitar estar envueltos en conflictos y escapan de ellos.

En muchas de las sociedades pacíficas, los encuentros comunales se utilizan regularmente, como técnica para la resolución de conflictos, mientras que en occidente se hace uso de juicios formales en juzgados a fin de determinar culpabilidad o inocencia o a definir que es correcto y que erróneo”. Recalca Bonta la diferencia: “Las reuniones comunales ejemplifican la importancia de la “prevención y resolución concretas” de los conflictos, mientras que occidente se basa en un concepto abstracto de...justicia” (Bonta, 1996).

Por dar un ejemplo, un individuo que está enojado, en aquellas sociedades, va a referir en público sus problemas sin dirigirse a nadie en particular – lo cual lo transforma en una discusión retórica en el seno de toda la comunidad, sin crear una confrontación directa que atañe solo a las partes relacionadas. Recalcamos, evitar conflictos, en estas sociedades, es mucho más importante que la confrontación con ellos, y la resolución de disputas de cualquier manera no violenta es el mas alto logro de la sociedad.

Por sobre todo, la resolución de conflictos, en las sociedades pacíficas, se relaciona con estrategias y técnicas que se basan en el razonamiento de la “imperiosa necesidad” de preservar las relaciones humanas y los modelos sociales pacíficos, lo cual es

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muy diferente a lo concebido en occidente, que basa todo en la búsqueda de justicia. En principio, la gente en las sociedades pacíficas, creen profundamente que deben evitar los conflictos y de no poder, estos se deben resolver a la brevedad posible. Ellos ven en la no-violencia algo absolutamente esencial para el correcto funcionamiento de sus sociedades.

En contraste, científicos sociales y escritores occidentales, están convencidos que los conflictos son inevitables y en cierta medida son productivos, y se espera que las sociedades humanas sepan administrar tales conflictos. Sociedades occidentales, en general, ven a la fuerza y la violencia como males necesarios e incluso, justificables, en cuanto a las relaciones externas. (¿Es el caso de la competitividad capitalista, por ejemplo?)

Otro aspecto en el cual las sociedades pacificas contrastan notablemente con el resto del mundo, es que aquellos no imponen castigos a quienes a quienes violan las normas, excepto por el excepcional uso del “ostracismo”. Por otra parte ellos depositan muy poca confianza en las estructuras políticas institucionales, a diferencia de la capacidad de sus propias comunidades para lograr la paz. Las más pacificas entre estas sociedades, tienen ideologías que promueven la rendición ante la fuerza o la oposición pasiva, como conducta general. Lo destacable de todo ello, es que las sociedades pacificas – y el éxito de estos en resolver conflictos – se funda en una concepción de mundo que incluye la no-violencia como una de las características más importantes de la humanidad.

“Sus concepciones no son solo ideología: ello integra lo psicológico, lo social, lo religioso, y las estructuras éticas que

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de manera constante refuerzan sus creencias comunes en la vida pacífica”.

¿Cómo podríamos relacionar las estrategias de resolución de conflictos y las creencias de los pueblos pacíficos con las complejas sociedades del mundo actual? En un nivel práctico, los profesionales en la resolución de disputas, podrían encontrar en algunas de las técnicas utilizadas en tales sociedades, la posibilidad de aplicarlas de tanto en tanto, como por ejemplo el uso del humor para distender tensiones, o por otra parte, dar énfasis en el desarrollo de auto-contención individual en el caso de tener que enfrentar hostilidades. En algunas reparticiones oficiales, los empleados que trabajan con público, están siendo entrenados en distender tensiones para evitar actos de posible violencia, como en hospitales y demás.

Y no obstante, las sociedades pacificas nos dan una lección mejor aún, en cuanto a resolver conflictos sin uso de violencia: Ellos demuestran una y otra vez que para resolver conflictos y en orden de ser parte de la sociedad moderna, debe existir un ferviente compromiso con la idea de la no-violencia. Si los ejemplos de las sociedades pacíficas, tienen alguna validez, la no-violencia debe ser aceptada como uno de los mayores ideales y la más fuerte creencia aceptada por las sociedades modernas.

Nosotros podemos imaginar brevemente a un mundo que resuelve conflictos de forma no-violenta por medio de la visión que nos proyectan las sociedades pacificas: una visión de individuos que siempre prefieren conductas pacificas antes que la agresión, y que van a evitar siempre los conflictos y confrontaciones; sociedades que siempre van a tener presente

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amplias tradiciones éticas, religiosas y sociales para contener un mundo de paz y la visión de una sociedad capaz de construir y reforzar creencias no-violentas en la vida social. En Mayo de 1995, la UNESCO creó un plan destinado a la creación de estructuras pacíficas, basado, entre otras en las experiencias de estas sociedades.

Pese a todo, estos ejemplos, no pueden llegar demasiado lejos – por cuanto no dan una completa y amplia respuesta – a los complejos conflictos con los cuales se enfrenta nuestro mundo actual. Por otra parte, los pueblos pacíficos, son capaces de proveer una base para la comprensión de la solución exitosa de conflictos e inspirar, por otra parte, una visión del potencial de paz.

Los argumentos, en cuanto a la gran complejidad de la problemática occidental, en comparación con la reducida escala de las sociedades pacificas que aquí estudiamos, pueden llevar a una justificación de la naturaleza violenta de los humanos en general y de que los conflictos son inevitables. Y pese a todo, tales razonamientos empalidecen frente a la imagen que nos dejan estas gentes pacificas: la humanidad puede ser pacifica, la gente puede crear estructuras seguras destinadas a evitar y resolver conflictos y puede aceptar que los castigos y enfrentamientos armados no son esenciales en la conservación de estados de paz. La respuesta consiste, en construir, en nuestras sociedades, concepciones de mundo de pacifismo que sean tan fuertes como las de aquellos pueblos pacíficos. Este sería un primer paso.

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¿Hacer justicia o resolver conflictos?

El Antropólogo Clayton Robarcheck junto a su esposa Carole, pasaron muchos años realizando trabajos de investigación en el seno de sociedades que se destacan por ser pacificas. Una de ellas, son las tribus de los Semai Senoi residentes en Malasia y que conforman en conjunto una población de unos 15.000 personas aproximadamente. Los Robarchek llevaron a cabo sus trabajos de campo, residiendo con los Semai durante unos 14 meses, en varias oportunidades durante los años 1974 - 1978, pero además durante muchos años no abandonaron las relaciones con esta gente, pues el Prof. Robarchek continuó luego trabajando en la Universidad Kebansaan en Malasia. Entre otras particularidades de esta cultura, nos da este científico un ejemplo sobre la manera de solucionar conflictos, para lograr mantener un estado de paz y armonía entre todos los miembros de la comunidad. Lo que interesa en nuestro caso es destacar los principios que rigen a dicha sociedad al momento de enfrentarse con una “situación conflictiva. Ello en contraposición a los principios de “justicia” que rigen nuestra sociedad moderna.

No pretendemos aquí hacer una comparación de los hechos específicos, sino de destacar la diferencia de métodos que hacen a ambas sociedades, la indígena y la occidental, lo cual sería comparar entre el principio de “solución de conflictos” por una parte y el de “hacer justicia” por otro lado, tal como rige en nuestra sociedad moderna, y entonces concluir en cuanto a la calidad de vida de cada sociedad.

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Podemos definir la actuación de los Semai, de acuerdo a las investigaciones de los Robarchek, destacando los siguientes principios:

1. Los conflictos contienen un “potencial nocivo inmediato” para toda la comunidad 2. De ahí que la comunidad toda deba actuar de forma rápida y directamente 3. Los hechos les conciernen a todos y no solo a los contrincantes y por ello “no es un caso particular”, pues atenta contra los principios morales de la comunidad 4. De ahí que sea obligación y derecho de todos los miembros de la sociedad de “participar en las discusiones” y dar sus opiniones sin reparo alguno 5. En la practica, las “opiniones en si” no pueden incluir ningún tipo de testimonio u acusación abierta contra ninguna de las partes ni crear confrontaciones entre ellas. 6. Pese a que las acciones comunitarias son dirigidas por una persona considerada “honorable” por toda la comunidad y que su opinión final sería importante, debe basarse en las opiniones generales. No obstante su función no es punitiva y en ningún momento tiende a “hacer justicia” sino más bien a “buscar la armonía y la paz” entre todos. No es necesario tampoco ningún castigo particular. 7. Siguiendo el principio No. 2 aquí mencionado, el honorable recalca al finalizar las acciones, que no hay lugar a ningún tipo de apelación posterior a lo allí dictaminado. Ahí mismo se da por finalizado el conflicto.

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Veamos ahora un ejemplo de nuestra sociedad actual: En el año 1998 un joven demandó a dos personas mayores, por hechos ocurridos en su contra unos 8 años antes y por un periodo de casi 4 años seguidos. Los hechos, comenzaron, según el demandante, cuando era un niño de 11 años de edad pero continuaron hasta alcanzar los 15 años de edad. El afectado, no solo que no hizo su demanda en algún momento cercano a los hechos, sino que tampoco hizo partícipe a nadie de lo que había ocurrido en su contra, ni siquiera a sus propios padres. La demanda y acusación las hizo cuando el joven tenía ya 18 años de edad, aduciendo que todo ello le había afectado de manera personal.

Las autoridades actuando “en nombre de la comunidad publica”, inició en base a dicha demanda los procesos judiciales de acuerdo a los términos de la justicia estatal, la cual considerando que los hechos son de índole “criminal”, procede a detener de inmediato a los sospechosos e inicia las “investigaciones del caso”. Estas se basan en los testimonios dados por ambas partes, pues no habían testigos presenciales, pero el testimonio verbal del demandante es considerado inamovible, tal como lo creen los propios investigadores. De hecho las cosas llegaron al proceso judicial inicial, pero luego que pasara un muy largo periodo de investigación, y mientras, los acusados permanecían todo ese tiempo bajo “prisión preventiva”. Al fin, los jueces liberan a uno de los acusados, por creer que el demandante “no había dicho toda la verdad”, pero el segundo es sentenciado a 4 años de prisión, pese a que este también declaraba, por medio de sus abogados por supuesto, que el demandante había mentido también en su caso.

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Pese a ello, el acusado tuvo que cargar con su castigo, pese a que finalmente fue sobreseído, pero tuvieron que pasar casi 19 largos años desde el comienzo de los hechos destacados, hasta que una instancia superior liberó a este acusado de todo cargo.

Es necesario destacar que el acusado, ahora liberado de cargos, es ya un anciano de 76 años de edad, pero que llevó sobre sus hombros una monstruosa carga durante más de 12 años. No podemos menos que pensar que es un hombre arruinado y no cabe dudas que ya nada se puede subsanar en su caso personal.

Lo que sí cabe aquí es volver a comparar los casos comentados en cuanto a las acciones de los Semai, destinadas por una parte a preservar la vida “armoniosa” de la comunidad evitando o solucionando todo conflicto que pueda dañar a ese estado de vida pacífica. Por otra parte, nuestra civilización occidental, se basa en la búsqueda de “justicia” tratando de equilibrar las partes litigantes, definiendo a alguna de ellas como la causante de desequilibrio y castigando a esta, como ejemplo para los demás.

Como podemos bien ver, las cárceles de occidente están repletas y desbordan de “ejemplos” de seres humanos que reinciden una y otra vez a causa de ese mismo “proceso judicial” pues es totalmente incapaz de reeducar a los procesados por ella.

Podemos en este punto concluir, si tomamos en cuenta los ejemplos aquí citados, que no es justicia ni educación por medio de castigos lo que debemos ambicionar, y menos aun dejando todo esto en manos de instituciones de profesionales extraños a la comunidad. Por el contrario, es la comunidad toda y cada uno

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de sus miembros quienes deben tomar las riendas, aportando de su parte en cada caso, trabajando mancomunados por la paz y la armonía, sin desligar responsabilidades en otros y menos aún, dejarlas en manos de las “autoridades” (Bonta, 1996).

Simplemente así...

En el pueblo La Paz, en la puerta de su casa, una pareja de padres despiden a su pequeño hijo, que va por primera vez a la escuela: “Vaya con Dios hijito, y si en su camino se encuentra con algún extraño, sonríale. Si aquel le corresponde la sonrisa, deténgase a saludarle, pero si su respuesta es hosca, ignórelo y aléjese lo más rápido que pueda”.

En el poblado San Andrés, los padres se despiden del pequeño que comienza la escuela: “Vaya con Dios hijo, y si en su camino se topa con un extraño, desconfíe de él y no se le acerque por nada, y si es hosco y agreste, defiéndase”.

Con este simple relato, quisimos indicar el significado y ciertas diferencias en cuanto a la discutida temática de las: “Sociedades Pacificas frente a Sociedades donde reina la Agresividad” y la manera de actuar de sus miembros en comunidades semejantes. Nos basamos en un trabajo antropológico desarrollado en aquellos dos poblados, cuyos nombres tal como figuran aquí, son seudónimos. Los estudios de campo guardaron todas las

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reglas profesionales de manera estricta y fueron llevados a cabo por dos Antropólogos, el Dr. Douglas Fry y el Dr. Carl O'Nell, por épocas, durante varios años en las décadas de los 80, los 90 y hasta el año 2004.

En principio se trata de dos poblados que difieren notablemente entre ellos, por la forma de vida de sus gentes en cada uno de ellos, y en particular en cuanto a las diferentes actitudes hacia la violencia. Tal como revela el seudónimo, adjudicado por O'Nell, La Paz es un pueblo pacífico, mientras que en San Andrés, los niveles medidos, de agresión, superan con creces los de aquel. Paradójicamente, las características étnicas básicas de estos pueblos son similares: Se encuentran en el Estado de Oaxaca, en el sur de México y los habitantes de ambos pertenecen a la etnia de los Zapotec, cuya historia se remonta a más de 1500 años y suman en la actualidad unas 300.000 personas en todo el país. La Paz cuenta con unos 2.000 habitantes, mientras que San Andrés, a unos 6 kilómetros de distancia de aquella, cuenta con unas 3.000 personas.

En ambas comunidades, la mayoría son campesinos, y cada familia trabaja sus propias tierras. Las comunidades mantienen también terrenos comunes para el pastoreo. También producen, por lo general las mujeres, trabajos manuales que venden en los mercados urbanos cercanos. Hay pocas diferencias entre las economías de ambas comunidades.

En cuanto a la etiología (estudio de las causas de las cosas) en las conclusiones de los investigadores, no es factible señalar una motivo único y exclusivo que explique la diferencia de conducta, pacifica o agresiva, de ambos poblados. Y no obstante

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a lo largo de los textos y narrativas de ambos profesionales, vuelve de manera insistente una respuesta a la pregunta- ¿Porque La Paz es más pacifica que San Andrés? “Un factor es que la gente de La Paz, mas consistentemente internalizan actitudes e imágenes de sí mismos, contrarrestando toda expresión de agresividad”* y a diferencia de la gente de San Andrés...”los ciudadanos de La Paz no mencionan la presencia de gente irrespetuosa o violentas en su comunidad...” y también en oposición a San Andrés...”en La Paz no hay ningún tipo de creencias que pueda condonar cualquier forma de violencia. La gente de La Paz, poseen ideales, valores y creencias que son más sólidos en contra de las expresiones de agresividad que los de San Andrés”.

La Antropología otorga al principio de socialización gran importancia en cuanto a la conducta de los individuos que la componen, como lo aclara el Dr. Fry: “...durante la socialización, los individuos adquieren representaciones de lo que significa el mundo, adoptando una serie de valores y ganando conocimiento del significado de sus propios actos...”. Un aspecto práctico de lo mismo se denomina: “Estrategias de la administración de conflictos”, que explican los mecanismos que se ponen en marcha a fin de prevenir posibles actos de violencia. Estos mecanismos tienen dimensiones internas y externas. Por ejemplo: “la creencia en La Paz que la hostilidad, el enojo y la violencia pueden ser causados por ciertas enfermedades, podría bien operar como un determinante interno de la existencia de algún conflicto...y nos atrevemos a agregar...que hay que tratar antes que derive en desgracia”. Por otra parte, cuando se solicita la intervención de alguna autoridad ajena, para interrumpir un

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proceso violento tal como suele ocurrir en San Andrés, se trata de un mecanismo externo: “...una variedad de mecanismos ayudan a preservar la paz en ambas comunidades, pero a pesar de eso los patrones internalizados para evitar conflictos, negar sus existencias o la prevención de hostilidades son mucho más consistentes en La Paz que en San Andrés...”y nuevamente observamos...los valores internos de paz y respeto son mucho más eficaces.

Es importante destacar dos sectores de ambas sociedades en donde tal vez mejor se expresan las diferentes acepciones de las conductas pacificas o agresivas, los niños y las mujeres. En los patrones de socialización, la valorización del sexo juega un importante papel en cuanto a la diferencia de tranquilidad en ambas comunidades. El tema de los celos, deriva a menudo en actos de violencia en San Andrés, lo cual casi no ocurre en La Paz. Aquí, las mujeres toman parte en la vida social y económica de las familias, estando a la par de los hombres. En general expresiones de celos son consideradas inapropiadas para gente mayor y denominadas simplemente ridículas en La Paz, mientras que en San Andrés pueden ser motivo de asesinatos. Por ejemplo, las mujeres casadas tienen prohibido relacionarse con hombres fuera de sus familias.

En cuanto a los niños, siendo que son el futuro de toda sociedad, la diferencia de concepción en cuanto a los modelos de disciplina y las actitudes de los padres hacia los niños en ambas comunidades, como hemos observado ya al inicio, adquieren suma importancia. En este aspecto aclara el Dr. Fry: “...he presentado información y observaciones en cuanto a las

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posturas de los padres respecto a sus hijos, aduciendo que no solo que en La Paz es menos frecuente el uso de castigos físicos, sino que nuestros descubrimientos nos llevan a comprobar nuevamente que se trata de una gran manifestación del esquema de controles internos que rigen en La Paz en mayor medida que en San Andrés. Los estudios generales, en cuanto a las actitudes de padres hacia sus hijos, son conocidos ampliamente y revelan siempre que: “cuando los padres suelen dialogar con los hijos con el fin de solucionar conflictos, también esos niños adoptan en el futuro, ese modelo...y por el contrario, cuando son comunes los modelos de agresión verbal y física, los niños siguen por la misma senda...”.

Atendamos a los conceptos educativos vertidos por progenitores de ambos poblados. Un padre de San Andrés: “...la idea que tenemos aquí...es que hay que castigar al niño, darle un golpe de vez en cuando, con el fin de que aprenda a obedecer...” mientras que unos padres de La Paz explican un típico dialogo con sus hijos: “Escucha hijo, si tu no obedeces...yo no podré ayudarte...tu como hijo, nos debes respeto...somos tus padres... debes respetar nuestras palabras, porque sabes que tu madre y tu padre somos quienes te criamos y cuidamos de ti”.

Sobran las palabras

Quedaría por determinar los orígenes mismos de las diferencias de conceptos en la gente de ambas comunidades, aunque esto ha resultado algo engorroso para los mismos investigadores. Nosotros creemos firmemente, que sus gérmenes están radicados en las ideas fundamentales sobre los valores humanos que rigen cada sociedad y que tuvieron su génesis por allí, en

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algún momento de sus historias. No podemos menos que citar las palabras de un padre de La Paz: “Si mi hijo es testigo de mi respeto hacia otras personas...pues...él también va adquirir esos sentimientos. Por sobre todo, los padres debemos dar el ejemplo”. Y nosotros agregaríamos...todos, en el entorno de nuestras comunidades, debemos ser ejemplo.

Por fin, creemos que la existencia de comunidades como La Paz, tiran por tierra con los conceptos sobre la “naturaleza” intrínseca de la violencia en los seres humanos y en particular en cuanto a la parte masculina de la misma.

*“Proceso mediante el cual un individuo incorpora en su personalidad los patrones de conducta prevalecientes en la sociedad”.

Una ética diferente

Las crónicas policiales de estos días saben relatar de un crimen cometido por un jovencito de apenas 16 años de edad, siendo su victima un compañero de clases de la misma edad. Los cronistas centran sus observaciones de los sucesos, en la falta de reacción por parte de otros compañeros de ambos jóvenes, que presenciaron los hechos y sin embargo tuvieron miedo, escaparon y le dejaron desangrarse hasta su muerte. Pareciera que son culpados de haber transgredido ciertas reglas y

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principios de compañerismo, pero por otra parte ni los periodistas, y menos aún los lectores se atreven a indagar sobre los motivos en sí que llevaron a lo ocurrido. Nos atrevemos a aseverar, que también reina el miedo por descubrir la verdad, porque sencillamente esto implica a todos, aún cuando se pretenda ubicar lo acontecido en el marco personal. Sencillamente la gente prefiere evitar reconocer que las cosas le implican. Según los detalles a la vista del caso, se trataría de gente “normativa”, de clase media acomodada, siendo esos jóvenes, estudiantes de secundario que estaban festejando con una botella de licor. ¡Ah! dirían muchos...ahí está el eje en torno al cual todo gira. ¡El alcohol y sus estragos a temprana edad! Y pese a todo, las propias autoridades policiales recalcan que los implicados no estaban ebrios ni inconscientes a tal nivel, que “no supieran lo que hacen”.

Pero veamos...alejémonos unos pasos del caso concreto y observemos el medio en el cual tales hechos acontecen y preguntemos, por ejemplo ¿Hubiese podido esto suceder si se tratase de un grupo del genero femenino? Sin duda alguna la respuesta a coro, seria: ¡No! ¡Imposible o muy raro que mujeres actúen de manera tan compulsiva! y de inmediato surgen las archiconocidas ideas sobre la “naturaleza esencial” que supuestamente caracteriza a cada uno de los sexos y que de manera axiomática diferencia a ambos géneros en su manera de actuar.

Es evidente, por simple estadística, que personas del genero femenino, están mucho menos implicadas en actos criminales que su contraparte. Pero recordemos, aunque haya a quienes no

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les convenza, de la existencia aún en nuestros días, de sociedades que se caracterizan por su pacifismo. Sabemos también de civilizaciones antiguas cuya existencia se destacaba por la igualdad de los géneros y aunque se trata de casos menores, merecen a nuestro parecer una dedicación particular y no una consideración de desecho, como eso de que “la excepción hace a la regla”. Desde nuestra óptica, la excepción puede ser la regla y depende solo de nuestra decisión.

Lo antedicho, nos lleva directamente a considerar un modelo ético que se podría denominar “de características femeninas” y que lleva por título: “La ética del cuidado”, una translación directa del término acuñado en inglés: Ethics of Care y que debe su desarrollo a la investigadora Carol Gilligan, quien hizo su propuesta en su libro: “Una voz diferente”(1982). Gilligan acepta que las mujeres razonan de manera diferente a los hombres, pero rechaza totalmente que esto hace a la mujer inferior o que hay alguna deficiencia en tal tipo de pensamiento. Esto fue como reacción y a raíz de las conclusiones a las cuales arribó Lawrence Kohlberg, del cual Gilligan fuera discípula. Kohlberg realizó un trabajo sobre el desarrollo moral de los niños, por el cual identificó etapas. Una de sus conclusiones fue que las niñas se desarrollaban mas lentamente o de manera deficiente en comparación a los varones. En un ejemplo muy citado con dos niños de 11 años de edad, que les fue requerido en un experimento que Kohlberg llevó a cabo, debieron aquellos resolver un dilema moral basándose en ciertas prioridades, apelando a reglas y principios. El dilema al cual los dos niños debían responder trataba el caso de un hombre cuya esposa moribunda, dependía de un remedio que no podían pagar. La

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pregunta era: ¿Debería el hombre robar la medicina para salvar a su esposa? Para el varón, de ambos niños, estaba claro que esa era la única opción para el hombre, girando su respuesta en torno a las reglas que rigen la vida y la propiedad.

Sin embargo la niña respondió intuitivamente de forma diferente. Ella sugirió que el hombre tendría que intentar ir a hablar con el farmacéutico y ver si “en conjunto podrían encontrar alguna solución al problema”. Es evidente que detrás de la propuesta masculina está la acepción del respeto a las reglas y los principios vigentes en dicha sociedad y que responde definitivamente a la tradición Kantiana y de otros filósofos contemporáneos, aún vigente en gran parte de la sociedad humana actual.

En esta base, descalificó Kohlberg la respuesta de la niña, considerándola deficiente y su desarrollo moral “insuficiente”. Por supuesto que para quienes las reglas y principios deben ser inamovibles, no pueden considerar factible ningún modelo diferente (Gilligan, 1982).

Y no obstante, otra pensadora feminista importante, Nel Noddings, en su libro: “Cuidado y Preocupación: un enfoque femenino de la ética y moral educativas” (1984), argumenta que una moralidad basada en reglas y principios es en si misma inadecuada. Noddings rechaza la idea que los principios deben ser universales y considerar todo bajo una misma y única concepción. Algo así como: “Cuando suceda X, debes hacer Y”. Tanto Gilligan como Noddings opinan que lo mas probable es que las mujeres apelen al conocimiento concreto y detallado de

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la situación dada, y que consideren el dilema en términos de las relaciones que ocurren en él (Noddings, 1984).

Pero, como opina Jean Grinshaw, profesora británica de filosofía: “...la concepción de que las mujeres no actúan por principios, de que son intuitivas y están más influidas por consideraciones «personales» se ha utilizado tan a menudo en contextos de infravaloración de la mujer que también puede sospecharse de cualquier distinción entre mujeres y hombres que parezca depender de esta diferencia” (Wikipedia). Es decir que además, las concepciones éticas feministas corren el riesgo de ser consideradas “demasiado femeninas” y que por ende “no contemplen la realidad”. Siendo esta “realidad” el mundo competitivo y agresivo en el cual todos vivimos.

Retornando ágilmente al caso que encabeza este documento, creo que podemos relacionar entre los hechos y las concepciones aquí vertidas. Basta presenciar las característicos diálogos entre jóvenes del sexo masculino en los cuales se destacan términos como: “ser hombre”, “honor”, “gloria”, “coraje”, “valentía”, “éxito”, “conquistas” y un poco mas allá también ponderaciones sobre la capacidad y el poder sexual. Por su parte las mujeres optan por lo emocional y por el uso de términos que definen como “románticas” a las relaciones con el sexo opuesto.

En cuanto a la forma de confrontar conflictos, estudios sobre el tema demuestran a las claras las preferencias femeninas por el compromiso y la reconciliación, haciendo hincapié en la particularidad de cada caso. Pero, no obstante y yendo mas lejos aún, hay fundamentados motivos para creer que la mujer, sea cual sea la razón de ello, posee mas sensibilidad por los “otros”

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seres humanos o por los animales, que el promedio de los varones.

Finalmente, es parte de nuestra Propuesta generalizar el uso y puesta en práctica de los valores que están detrás de esta Ética del Cuidado y Preocupación por el “otro” y de sus equivalentes: atención, comprensión, solidaridad, caridad, bondad, generosidad, dadiva... en definitiva, proponemos que los humanos en general, optemos por ser, un poco más femeninos.

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Capítulo 2 – realidades

“...miopía galopante de seres acunados durante siglos bajo tradiciones, que impávidas ven pasar la crueldad de este mundo. Acurrucados entre las sombras amenazantes, las personas deciden optar por lo fácil y conocido, evitando el compromiso con esa realidad...y que según parece...es de no acabar...”

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El sistema

Insípida ley

El regocijo por la ley, no es el de un burgués amable,

más bien es un paisaje desolador repleto de naranjas voladoras.

Es deprimente lo que se muestra

ante mis ojos, como si fuera tan solo la metáfora de una multitud fantasmagórica.

Son festejos etéreos

que suenan a celular descontrolado, por la ley insulsa e imposible que sabe a burgués desteñido

Son las celebraciones de tierras lejanas, donde las leyes crecen entre las ramas

de los naranjales pulcros, sin previas normas ni valores morales.

Es el fragor de la nada,

que trocó la vivencia popular, en industrializada cultura.

Son los plásticos y las chispas

de los fuegos artificiales, que juega en la rutina prepotente,

del día sin cimiente.

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Es el precio que ha de pagar

cada cual, a fin de poder pertenecer y ser parte del planeta tierra,

del occidente indómito.

Es el regocijo por la ley o la diversión vomitiva, de las letras digitales,

que no pudimos digerir.

Pero no desesperemos, que a la sazón nos espera, una ración de ´hasshish o una buena adquisición

en el “Shopping” del centro.

La ilusión adquirida nos portara en magníficas alas

de olvido de quienes somos o fuimos alguna vez.

Alegrémonos hermanos,

que ya, a la desabrida ley, le pondremos sal y pimienta,

en el bar de enfrente.

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En nombre de la eficiencia

En nuestro mundo industrial hay un lugar para cada cosa y

todo está planificado a la perfección, en favor de la eficiencia.

Así, cada máquina y cada persona cumple su función programada, acorde con los pasos y acciones,

documentados en carpetas y archivos.

Ya no más una persona, todo un día un par de zapatos, dale que te dale.

Ahora tenemos productos a cientos y miles y maquinas que dale que te dale, a la gente.

Así también, la eficiencia se ha extendido

a la sociedad toda y ya no más padres ni comuneros, todo el día con los hijos,

ahora tenemos servicios sociales de profesión.

Por eso, recomendemos de inmediato a nuestros niños, enfermos y ancianos, abrir carpetas en tales departamentos

y pegar sus teléfonos en el refrigerador. Estas estrofas tienen como argumento una joven madre que asesinó a sus dos niñas de 4 y 6 años de edad. Las acusaciones del público recayeron sobre los servicios sociales, estimando que “no hicieron lo suficiente por evitar el crimen”. A esto se agregaba la información con respecto al estado psíquico de la mujer, lo cual según el periodismo, “era

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sabido por las autoridades” y que pese a ello...”no hicieron nada”. Nos preguntamos entonces ¿Y que hubieran podido hacer dichos profesionales de la sociedad? Lo único factible habría sido quitar por la fuerza de la ley a las niñas del poder de sus padres y colocarlas temporalmente en manos de una familia “adoptiva”. Sin dudas esta alternativa no pasó por alto a dichas autoridades, pero se supone que tratándose de buenos profesionales, sabrían que no es tan fácil, ni tan positivo, separar a los hijos de sus padres naturales. Se sabe a conciencia cierta, que muchas veces los hijos prefieren a padres “malos” que a buenas y simpáticas familias adoptivas, ya que les son a los niños, unos absolutos extraños. Generalmente, comienza de esta manera un deambular de los párvulos de un hogar adoptivo a otro, y presos de la desesperación, terminan muchas veces en manos de la policía por actividades delictivas de todo tipo. ¿Y cuál es la solución que aquí proponemos? Pues, retornar a la vida de comunidad verdadera, en donde todos y cada uno son responsables y participes de la vida de cada miembro. Así, por ejemplo, hay tribus en las cuales “todos los mayores son padres y madres” de todos los niños de la comuna. Allí no hacen falta servicios sociales, familias adoptivas extrañas y por sobre todo...hay una línea moral y de conducta establecida para todos. Pero este es otro tema sobre el que ampliamos en otras secciones de nuestro documento.

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Doblen campanas, doblen Las campanas doblaban intensamente, algunas llamando y otras recordando. Unas con tintineos como cristales transparentes, sonidos huecos, vacíos, pulcros. Otras, con profundos y pesados ronquidos que aturdían. Las de más allá tañían en lo alto de alguna torre eclesiástica, como un péndulo que corría entre la verdad y el olvido o la mentira santa y el arrepentimiento. Claro que ninguna prometía nada y cuando se les preguntaba respondían con evasivas...como muchos personajes conocidos saben hacerlo. Cuando les comprometían y ponían en cierto apuro, solo atinaban a tocar con más ahínco. Tal vez para apagar esas voces molestas. Cierta vez, hubo un conato de rebelión ante tanta critica y ya roncas y cansadas de golpear a plena fuerza, sencillamente prorrumpieron en silencio. Entonces se hizo la muerte y se apagaron todos los brillos del metal y hasta las voces de cristal de las pequeñitas dejaron de agitarse, bajando sus vibraciones a cero. El ambiente era increíble, patético, insulso y el aire se tornaba raro, hasta el éter del espacio infinito parecía intrigado. Los personajes se miraban unos a otros y no podían encontrar algo que suplante a los sonidos inexistentes. Probaron con carteles de todos los tamaños, pero los ciegos no los podían ver. Se tomaron todos de las manos intentando transmitir señales epidérmicas, pero muchos confundían los significados hasta lo absurdo. Se inventaron maquinas exentas de alarmas auditivas, pues dañaban la rebelión, pero se las denominó “rompehuelgas”, “mariconas” y “homosexuales”. En definitiva una gran calamidad para la sociedad, que históricamente portaba campanas milenarias y ya su ADN no consentía cambio alguno.

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En conclusión, a las 3 de la tarde de un buen día, se firmaron los acuerdos que ponían fin al desastre y al caos que había sobrevenido. ¡Al fin se terminó esta desazón! decían los personajes que se abrazaban cálidamente. Respiraron ya normalmente y esa noche durmieron todos con placidez. Las campanas de todo tipo irrumpieron nuevamente en el ámbito humano y esta vez ya no necesitaban de ningún esfuerzo especial, pues no había ya voces de la oposición que molestasen sus sonidos. Sencillamente se había prohibido por ley emitir acorde alguno que pudiese perjudicar a la música campanil. Se prometían graves castigos para quienes osasen transgredir el más pequeño de los artículos de aquel acuerdo. ¿Y al fin – opinaban casi todos – para que queremos tal libertad, si nos trae tantos problemas? Y otros correspondían - ¡Cierto, queda ya corroborada la imperiosa necesidad de las campanas! ¡Ellas marcan el ritmo y el compás de nuestras relaciones! ¡Sin su autoridad no tenemos vida!¡Abajo la anarquía!

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Una evasión eventual Versión teatral

Personajes

Ella: Hermosa y elegante mujer, casada con un hombre de buena posición económica. Con Él se siente protegida y segura pese a que nunca pudieron encontrar una lengua común, ni poder expresar sentimientos y sensaciones. Fue la elección de sus padres, aunque en realidad nunca se la impusieron. Todo estaba implícito en sus ademanes, miradas y en las palabras de aliento y de temor. Nunca nadie le preguntó qué es lo que realmente quería. Era alta y esbelta, los hombres tenían miedo de acercarse. También su padre le temía y la recelaba. Nunca la acarició ni la tuvo en su regazo, ni de niña. En realidad, el matrimonio fue, escapar de la sobreprotección. Era de común acuerdo, matrimonio a cambio de libertad. Tenía cierta independencia, pero no se sentía realmente libre. Él No. 1: El marido. Trabaja duramente en su empresa, fruto de muchos esfuerzos de generaciones pasadas. Tenía que estar a la altura de las circunstancias. Expresaba constantemente su orgullo por todo lo que poseía. Esto incluía a su hermosa mujer. Sonreía con placer frente a las miradas de envidia de todos esos poderosos hombres, con quienes negociaba. En momentos de debilidad, hubiese querido poder compartir con ella sus temores y dudas. De a momentos, imaginaba una íntima acaricia de ella en su nuca. Tampoco su madre nunca le acarició. Su médico le había recetado unos excelentes calmantes.

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Él No. 2: El amante. Un perfecto bohemio. Un intelectual sin ningún producto de su intelecto. Mucha labia, aunque capaz de escuchar y retornar la palabra adecuada. Nunca le interesó su aspecto exterior, sabía elaborar su imagen por medio de versos y gestos. En realidad no tenía nada y vivía siempre al día. Sabía navegar muy bien en la intrincada selva de la sociedad moderna. Su matrimonio había sido un fracaso, pero tenía mucho éxito con las mujeres, en especial con las bonitas entre ellas. Su padre había sido un borracho consuetudinario que nunca llegó a nada. Pero él recordaba con profundo placer, las juergas que de niño había pasado, junto a su progenitor. Despreciaba la pobreza y a los pobres. Estaba convencido que los pobres, son así porque no saben llegar a donde está la riqueza y el poder.

Escenas Escena 1 Sobre el escenario en sus extremos se suceden sendas escenas familiares. Los proyectores iluminan alternativamente cada una de ellas, de acuerdo a los acontecimientos. Ella: en su juventud, sentada junto a sus padres en la sala del hogar. La madre: mientras mantiene sus manos ocupadas en su labor, se dirige a su hija: -- ¿Amor? ¡De que amor me estás hablando hija! El amor necesita alimento diario, y si no, fíjate en tus primas a donde

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llegaron. Mucho amor pero casi no tienen de que vivir. ¡No querida, no desperdicies tus cualidades! El padre: enfrascado en la lectura del periódico, aprueba lo dicho con un gruñido. -- ¡Ahá! y mientras, observa a su hija por encima de sus lentes de lectura, con una severa mirada. Ahora, mientras la iluminación disminuye sobre la anterior escena, se enciende sobre la otra escena familiar. Él No 1: de joven, sentado junto a sus padres durante la cena de la familia. Entre bocado y bocado, habla a su padre, pero sin levantar los ojos del plato: -- ¡Tiene razón usted padre! Las maquinarias modernas son muy importantes, porque multiplican la producción de la industria maderera y con ello mejoran la calidad de los productos y el nivel económico. -- Así es, afirma el padre, y además no olvides lo que decía tu querido abuelo. La capacidad creativa del hombre, podrá recrear la belleza natural de los bosques, y aún mejorarla. Escena 2 De tarde, en un parque de la ciudad, detrás de un árbol, casi en la penumbra. Ella y el amante, están abrazados. Él la besa con fruición, mientras sus manos recorren su cuerpo sin cesar. Ella trata de alejarlo con su brazo izquierdo, pero lo atrae con su mano derecha, mientras acaricia su espalda.

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-- ¡Que te importa que la gente nos mire! Es solo por envidia, nada más. Además nadie tiene tiempo, están todos apurados. -- Tengo miedo que me vean, tengo miedo de mí misma. Debo irme. Escena 3 De noche, sentados en el fastuoso comedor de la mansión, frente al hermoso ventanal y detrás, el paisaje de la bahía iluminada. Ella y su marido. Él habla: -- Al fin podemos tener un momento de quietud para ambos. No fue fácil para mi desligarme de tanto trabajo. Pero ¿te conté del éxito que hemos tenido en nuestros negocios? ¡Claro un poco te lo debo a vos! ¿Te acuerdas de aquel viaje al Japón? ¡Que geniales que son esa gente! ¡Cuanto que he aprendido de ellos, no te podes imaginar! Bueno, es la ocasión esperada para brindar... ¡Felicidades querida!

Epilogo La vida continua y se desarrolla tal y como fue planificada y prevista. Así, desde los inicios de la ética y moral humanas. Todo destinado a someter los impulsos del primitivismo del hombre. Así mismo, en estas sencillas escenas están las bases de esa misma moral. Aquí hay de todo, ambiciones, lucha, responsabilidad y preocupación. De todo, pero también una eventual evasión de sentimientos comprometedores.

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Y nos preguntamos ¿es que tendrá alguien, por lo menos, el valor de escapar de ese mensaje hereditario y la integridad de cambiar?

Confesión Estimada Sra. En respuesta a mi anterior misiva, en la cual me tilda usted de “impulsivo”, tal y como lo describe la Real academia española - "Dicho de una persona que suele hablar o proceder sin reflexión ni cautela, dejándose llevar por la impresión del momento". No niego que en cuanto a el caso particular de la carta que le escribí, pude haberme dejado llevar por las emociones. De haberlo racionalizado o haber sido menos importante, hubiese procedido sencillamente, a dejar las cosas pasar. Si, creí ver en usted una persona incapaz de relacionarse de ninguna manera con gente de alguna otra raza u origen. Pero, me pregunto, hasta donde se pueden dejar las emociones de lado, cuando estas a través de los siglos, no han dejado a la razón gobernar y bajo la autoridad de ellas se llevaron a cabo las

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más denigrantes vejaciones ¿O es que existe alguna tercera opción?. Me pregunto si al redoblar el tambor bajo los clamores patrióticos de ¡Viva la Patria! y ¡Muerte a los enemigos!, estuvo presente algún tipo de razón humana en el sentido que Emmanuel Kant le quiso dar ¿O fueron solo emociones irracionales que provocaron actos "impulsivos"? ¿Es que las matanzas impunes de inocentes y débiles "enemigos de la patria" se podrían denominar, "actos racionales"? Y no obstante, si nos despojamos de las emociones y nos internamos en alguno de los tantos estudios hechos a posteriori, sobre cualquier acción en contra de grupos humanos indefensos que llenan las páginas de la historia humana, advertiremos una racional y detallada planificación. Claro, se podría decir que la razón sucede a las emociones y que una vez puestas en marcha en los corazones de las gentes, actúan casi como razón pura. De ahí podría se podría arribar a la definición filosófica que divide entre el bien y el mal, o según suponía Freud, ambos son valores que actúan en una combinación ambivalente. Podría también ser que el ser humano no es ni lo uno ni lo otro. Pero estoy en una redundancia, ya lo mencioné en mi anterior carta. Sigamos adelante. Digamos por ejemplo, un grupo de hinchas en un estadio de fútbol. Así, actuando en grupo y viéndolos vociferar como desaforados, podríamos sencillamente denominarlos... ¡turba! Y pensar que se trata de un comportamiento irracional desatado bajo circunstancias que hacen de ese comportamiento algo

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¡legítimo y natural! Así diremos: - En el estadio es factible. Pero además las lenguas populares dirían: - Esos escenarios son justamente para el vulgo. La gente culta no aparece por allí. ¿Y si le dijera que por separado, muchos y cada uno de los integrantes de esas barras, pueden ser amantes padres, adorables maridos y dedicados estudiantes? - Bueno - respondería alguno - la gente necesita un poco de esparcimiento y algún catalizador para las tensiones acumuladas. - ¡Perfecto! - respondería otro - ¿pero esas personas necesitan también destruir cosas y objetos? - y de paso ya que están, tal vez dejar en el suelo a uno que otro contrincante. Y ahora supongamos a algún grupo de activistas políticos. De esa gente que posee "conciencia social" y que dicen reclamar mejoras sociales. - ¡Vayan a trabajar, vagos! - les dicen unos - ¡Respeten a la gente de bien! - mascullan aquellos. - ¡Nuestros padres trabajaron duramente para amasar sus fortunas con todo derecho! - declaman los terceros desde sus púlpitos. - ¡Ya no tienen ni siquiera respeto por Dios! - proclaman sus enviados especiales sobre la tierra. Y por supuesto que están aquellos comedidos, que aún andrajosos y muertos de hambre rinden pleitesía al poderoso de turno y repiten como loros: - ¡Váyanse de vuelta a donde vinieron!. ¿Y aun le parece a usted, señora, que soy impulsivo?

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Por los senderos del mundo

Camino por las calles y senderos del mundo, me acerco a los humanos y pido abrazarlos

En Europa preguntan por mi ascendencia,

y mis conocimientos sobre las artes

En América del Norte si soy poderoso y si mis amigos son famosos

En el Sur de América de mis contactos políticos

y de las mujeres que me acompañan

En Asia me piden alimentos y carnes fermentadas, y cuentan el número de esclavos que me siguen

En África solo perciben mi color desteñido,

y se ríen por mis dientes podridos

En Arabia soy un traidor infiel, me raptan diez veces y gritan “Aláh U´Akbar”(*)

En las estepas de Rusia me regalan un Siberiano,

pero me acusan de sabotaje soviético

Al fin agotado regreso a mi casa, me refugio en el baño y vomito hasta el último humano

(*) en árabe – ´Dios es todopoderoso´

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Un día en la vida del ejecutivo JotaCé “A las 6 de la mañana suena puntualmente el despertador y, como siempre, llama mi atención el contraste entre la dulce, delicada musiquita del aparato y la perspectiva del arduo día que me espera. Doy un brinco para expulsar mis oscuros pensamientos y pongo manos a la obra. Despierto suavemente a mi compañera, encendiendo la luz en la habitación de los niños, pongo el agua a calentar, el biberón de la beba en su recipiente, dejo correr el agua en la bañera, lavo mi cara y dentadura, vuelvo a la habitación de los niños para apurarlos y seguidamente computo el tiempo restante para esa fase del día. Tenemos apenas 35 minutos y no hay tiempo que perder, no se puede remolonear ni dedicar caricias a los párvulos ni a la señora. Ella, tiene a su cargo llevar a la beba a la guardería y yo depositar al niño en su jardín de infantes. Mi socia consiguió por fin un caso importante en la oficina de abogacía y eso merece su buena dedicación. Yo soy, lo que se denomina un ejecutivo y se espera de mi, total dedicación. En general el día de nuestra pareja comienza bien temprano en la mañana y finaliza casi entrada la noche. Los niños, durante la tarde están a cargo de una institutriz. Al fin dejo a mi hijo en manos de su maestra jardinera y como casi siempre, me doy cuenta que no me despedí de él, ni siquiera un beso. En realidad hace una semana que no lo veo despierto y ni siquiera pudimos pasar algunos momentos juntos. Casi no lo conozco. Instintivamente pienso que le voy a pedir a mi secretaria que me compre algún juguete para llevarle, pero recuerdo entonces que ya lo hice varias veces y el regalo quedó indefectiblemente abandonado en alguna esquina de su habitación”.

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Esto es el sistema “Seguidamente monto mi carruaje de hierro, me aíslo totalmente cerrando las ventanas, me abrocho el cinturón de seguridad y me dispongo a sumarme al tropel de cajas de lata que como ratas van saliendo de sus agujeros. Engrosamos así las filas en las que cientos y miles de personas inician diariamente la carrera hacia la urbe. ¿Carrera digo? Pues lo que ocurre me recuerda una película del “Lejano Oeste”, en la cual inacabables filas de Bisontes corren enloquecidos levantando columnas de polvo bajo un ruido ensordecedor. Pienso en un acontecimiento de vida o muerte en el cual ninguno se puede parar ni por un instante, pues sería muerto de inmediato bajo las patas de sus semejantes. Bueno, aquí estamos en la misma, pues no parecería ser que alguno estaría dispuesto a perdonar ni siquiera una pequeña demora. Los bocinazos y las miradas furibundas lo dicen todo. La violencia es inmanente a ese estado de cosas. Ahora mismo le mandé un sabroso insulto al del Ford que se me cruzo por delante. Si hubiese tenido un arma seguro que le disparo ¿Carrera dije? Que va, si estamos andando a paso de tortuga pese a que recién inauguraron el nuevo puente que se supone acortaría las distancias y que además, costó una enormidad. Mas adelante vemos que sencillamente alguien está cambiando el neumático de su carro y eso es suficiente para que todos aminoren la velocidad para observar el espectáculo ¿Ridículo? Pues a mí me recuerda una clase de Economía Financiera en la cual se mencionaba la “flexibilidad de una curva” por la cual si una pequeña variación de un parámetro

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produce una gran variación en otra variable, tenemos entonces una alta flexibilidad. Es exactamente lo que pasa aquí, un sola persona parada con su vehículo a la vera del camino, conduce a que la columna de carruajes de hierro se extienda por varios kilómetros ¿Contamos las perdidas?. Estoy arribando a la oficina, después de 40 minutos con los bisontes y se me ocurre calcular que siendo la distancia desde mi casa unos 20 kilómetros, he viajado a una velocidad promedio de 30 Kilómetros la hora. Y entonces me pregunto ¿Para qué mi velocímetro marca como velocidad máxima 240 Km/h?”. “Al fin acabo por estacionar pero quedo postrado y sin aliento tratando de aliviar un poco la tensión antes de comenzar el día laboral, pero realmente me disculpo estimados lectores pues lo que tengo para relatar es bastante complejo. Ruego entonces, tengan paciencia”. Esto es el sistema “Apenas unos minutos y luego, de un salto, abandoné la cabalgadura y dirigí mis pasos hacia la entrada del edificio, pero como siempre al caminar por el enorme estacionamiento no pude evitar mi perplejidad por el espectáculo en el que cientos de carruajes, algunos de ellos de mucho lujo y elevados costos, quedan postrados en ese lugar por muchas y largas horas sin ninguna utilidad ¿No es un desperdicio? murmuro para mis adentros ¿Tan solo para el traslado de una sola persona? Sacudo mis reflexiones y entro al bar de la planta baja en donde, como

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todos las mañanas, compro mi desayuno, un café en un vaso de cartón con una media luna, que luego tomaré sobre mi escritorio, en absoluta soledad. El edificio es imponente, todo cubierto de cristal, con pisos de mármol constantemente en acción de limpieza por parte de una troupe de gente que en posición de ruego y súplica van moviendo en continuo vaivén sus escobas y trapos. Por lo general se trata de mujeres mayores vestidas con guardapolvo blanco, todo ello destinado a irradiar pureza y pulcritud, pero se trata de personas con rostros grises que hacen una labor denigrante por salarios más tristes aún. Un grupo de personas trepamos dentro de la caja metálica, cada uno a su respectivo piso, en total silencio y cuidando de no depositar la mirada en ojos ajenos. Parecemos espectros de seres humanos. Sonrío para mis adentros, rememorando aquella vez que alguien soltó una flatulencia sumamente ponzoñosa y que yo personalmente tuve que soportar durante 30 pisos. Era gracioso ver las caras y las actitudes circunspectas de la gente, todos guardando un sepulcral silencio. Con un poco menos de pudor burgués, alguien hubiera emitido un poderoso insulto y otro alguna compulsiva carcajada. Quienes entran por primera vez a las oficinas de la empresa quedan extasiados por el paisaje urbano que se refleja a través de los enormes ventanales, desde esas alturas. Para quienes estamos ya reprimidos hasta el hastío por el trabajo diario, tales sensibilidades están totalmente suprimidas. El paisaje podría ser también un decorado cualquiera, pero peor aún, pues las enormes paredes de vidrio resultan ser una trampa existencial. Por una parte penetran enormes cantidades de energía solar, que

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convierten los espacios en invernaderos con temperaturas que llegan a más de 50 grados centígrados, lo que obliga a enfriar el ambiente artificialmente, también en pleno invierno. Por otro lado, no hay ventanas que se puedan abrir más de unos centímetros lo cual hace necesario ventilar artificialmente. El piso de toda la oficina esta alfombrado pero su aspecto se diluye frente a los malos aromas que desprende, por la falta de ventilación natural. También a ello uno se acostumbra, al fin. Los espacios y habitaciones cercanos a las paredes de vidrio están destinados a los ejecutivos de la empresa, para que gocen del espectáculo, pero todas las mañanas se hace imprescindible ventilarlos y refrigerarlos para que sus ocupantes puedan acceder directamente. Los espacios internos son para las jerarquías más bajas que aunque no sufren las radiaciones directas, tampoco pueden gozar de aire fresco ni luz natural. Quienes pueblan estos espacios sufren, por lo general, de sensación de ahogo y sin embargo no hay lugares de escape. Las celdas de cristal, paredes de estuco y pisos alfombrados son en fin, celdas”. Esto es el sistema “Los empleados de nuestra oficina se pueden catalogar bajo diversas categorías, pero también se pueden identificar por sus horarios de trabajo. Antes de las 7 de la mañana llegan los workahólicos (gente enferma, imposibilitados de no trabajar) que a su vez son los últimos en abandonar el lugar, y los jubilados que padecen de insomnio. Luego le siguen los jóvenes ejecutivos, que como yo, son impulsados por la imperiosa

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necesidad de construir sus futuros y por ende deben impresionar a sus jefes con sacrificios personales. Nosotros nos pavoneamos frente a las oficinas de los jefes a eso de las 7,30 de la mañana, pero nunca después de las 8 horas. Siempre portando algún documento o carpeta en manos, por si las dudas. A eso de las 8 de la mañana penetra el pelotón de empleadas oficinistas. Son por lo general madres jóvenes que portan bolsas con sus alimentos para el mediodía, y que luego comerán en sus propias mesas de trabajo, sobre modestas servilletas de papel. De inmediato la pequeña cocina de la oficina, demasiado reducida para tanta gente, se puebla de narrativas y discusiones sobre lo acontecido en el capítulo de la telenovela de ayer y/o las aventuras de los párvulos que otra vez sus madres abandonaron en manos extrañas. Seguidamente cada uno de los habitantes de la oficina, acomodados en sus nichos, se conecta a su respectivo dispositivo hipnotizador, fijando en él su mirada y que casi no abandonarán hasta el final del día laboral. Sobre las mesas se depositan pilas de papeles, que los empleados, con ágiles movimientos van moviendo de una a otra, todo ello de manera imperceptible, pues los ojos siguen siempre fijos en las pantallas de los aparatos. A veces, me divierto pensando que este espectáculo de hipnosis sería lo que más impresionaría a algún ser de otro planeta que se asomase a estudiar las actividades humanas. Los ejecutivos, debemos demostrar que no somos autómatas y justificar de alguna otra manera nuestras encumbradas acciones y para ello se han inventado las reuniones de directorio o de trabajo, como suelen ser denominadas. Para ello, en el centro de la planta se encuentra la sala de sesiones. Las reuniones se

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llevan a cabo algunas veces en los despachos de los ejecutivos, pero en todos los casos tienen una particularidad: se realizan a puertas cerradas. Esto es lo que marca la gran diferencia, adentro están los de la iniciativa, afuera los que realizan los trabajos técnicos o de apoyo, como se les titula. Los simples obreros no tienen lugar en cuanto al proceso que implica pensamiento. Un ejemplo actual: R. trabajó una semana entera en la preparación de un encuentro con los representantes de otra empresa a la cual se le iban a ofrecer los servicios de su compañía. El día de la reunión las puertas se cerraron delante de ella. Esto define la escala jerárquica pero mucho más: El Director General gana 40 veces más que la ayudante de limpieza y 25 veces más que una empleada no jerárquica como R., esto sin contar los bonos y dividendos que suelen repartir entre ellos, de vez en cuando”. Esto es el sistema “A las 16 horas salen apuradas de la oficina las madres jóvenes a retirar a sus pequeños de los lugares donde los depositaron. A las 18 horas se van los subalternos solteros, al final de una jornada de 10 a 12 horas. Los ejecutivos, apagamos las luces de la oficina ya entrada la noche, aunque seguimos el día de trabajo durante el viaje a casa con los teléfonos móviles y a veces en los mismos hogares con las portátiles Laptop. A diario, al regreso a casa, entro en la habitación de los niños a saludarles, aunque ya dormidos, y a veces sucumbo ahí mismo sobre la alfombra. Mi esposa y yo hemos aprendido a dormir muy pocas horas y

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aunque me avergüenzo de hacerlo público, también aprendimos a vivir...casi sin sexo”. Esto es el sistema... característico de la moderna sociedad industrial y la así denominada “revolución” y que tuvo como fin centrar los esfuerzos en la producción masiva, pero en su camino provocó el mayor desastre de la humanidad, la alienación(*). El método básico radicó en la “división del trabajo” por la cual cada labor realizada por un inferior no tiene un fin en sí y solo los ejecutivos o superiores pueden sintetizar el propósito de la labor completada. Esto es lo que trazó la diferencia entre “labor” y “trabajo”, como lo definió la pensadora Hanna Arendt(**). Según aquella, la labor es esencial para la existencia humana y lleva a la producción de objetos de utilidad para el hombre, que pueden enorgullecer a su creador. En cambio, realizar un mero trabajo sin perspectiva lleva a la apatía y mecanización de la persona trabajadora. El trabajo es entonces, un mero medio de “ganarse la vida” al cual no se puede renunciar, ya que paralelamente, esa revolución creó la imperiosa necesidad del consumo compulsivo y por lo tanto la eliminación del libre albedrío. Otro aspecto de la misma situación, pero a nivel de la sociedad, es que al mismo tiempo se creó una sociedad mecanizada conducida bajo la “Ingeniería Social”, como denominó al sistema el filósofo Karl Popper. Esto significó la creación y utilidad de las instituciones que, se supone, organizan la vida social de los hombres. Lo que no pudo, o no quiso prever Popper fue que esas instituciones tiraron por tierra con la toma de responsabilidad de cada persona o del grupo social al cual pertenecen. Así, por dar simples ejemplos,

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el crimen termina siendo responsabilidad de la policía, la educación de nuestros hijos depende de las instituciones pedagógicas y la vida pública queda en manos de los políticos. Llegado a este punto solo resta volver al inicio y preguntar: ¿Que nos queda entonces?. (*) Proceso mediante el cual el individuo o una colectividad transforman su conciencia hasta hacerla contradictoria con lo que debía esperarse de su condición. (Real Academia Española) (**) Cita de su libro “La Condición Humana” (1958) “...los seres humanos se presentan unos a otros, no como objetos físicos, sino qua hombres. Esta apariencia, diferenciada de la mera existencia corporal, se basa en la iniciativa; pero en una iniciativa (el appetitus beatitudinis) que ningún ser humano puede detener y seguir siendo humano”.

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La ansiedad ya no viene Últimamente, la ansiedad ya no viene en frasco. En verdad, hacía tiempo que no la veía y eso me dejó una sensación de vacío. De pronto, cada vez que presiento su figura en mi interior, me viene al recuerdo, de que no muchas veces estuvo allí presente. Todo sería tan sencillo si se podría administrar por vía nasal. Ya van varias noches que se me vuelca el vaso y todo su contenido. En la penumbra, apenas si logro ver las sombras que la ansiedad va dejando. Si al menos me hubiera escuchado a mí mismo, cuando puse el despertador. Es que estaba sumamente irritado de tanta angustia, cuando finalmente el silencio se apoderó de todo. Ahora, en mi mesita de luz solo queda el gotero y en mis labios una frase: Pensé que la conocía, que era como siempre… una pastilla.

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Urbanismo y tecnología Este texto, se alimenta de los trabajos desarrollados por dos estudiosos de nuestra época. El primero, también cronológicamente, Lewis Mumford (1895-1990) quién era un sociólogo, historiador y urbanista estadounidense se ocupó por sobre todo de la técnica, la ciudad y el territorio, desde un punto de vista histórico y regionalista. Sus estudios fueron sumamente críticos en cuanto al desarrollo de las grandes urbes dominadas por las nuevas maquinarias movidas por la energía del vapor y la electricidad, que se fabricaban a partir del uso masivo del carbón y de ahí la denominación que recibieron las ciudades modernas de Mumford,: “Villa Carbón”. “Lugares oscurecidos por las nubes de carbón quemándose y las manchadas caras de los obreros de las monstruosas fábricas y minas que dominaban el espacio urbano de aquellas épocas”. Así describe Mumford estos acontecimientos y sus resultados: “...si el capitalismo tendía a extender el dominio del mercado y a convertir todas las partes de la ciudad en un producto negociable, el paso del artesanado urbano organizado a la producción fabril en gran escala transformó las ciudades industriales en oscuras colmenas que diligentemente resoplaban, rechinaban, chillaban y humeaban durante doce y catorce horas por día, a veces sin interrupción el día entero. La rutina esclavizadora de las minas, el trabajo en las cuales constituía un castigo intencional para delincuentes, se convirtió en el medio normal del nuevo trabajador industrial. Ninguna de estas ciudades prestó atención al viejo dicho: ´Puro trabajo y nada de juegos hacen de Juanito un chico tonto´. Villa Carbón

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se especializaba en la producción de chicos tontos” (Mumford, 1945). Jacques Ellul (1912-1994), filosofo, sociólogo, teólogo y también autocalificado, anarquista cristiano francés, escribió varios libros sobre la ´sociedad tecnológica´, en los cuales explicaba, entre otras cosas que: “...vivimos en una sociedad tecnológica, que se denomina sistema técnico, cuyo modelo de racionalidad es la eficacia. El hombre es un ser constituido por una gran diversidad de dimensiones (poética, simbólica, religiosa, técnica, etc.) pero la tecnología ha borrado todas las demás dimensiones, para centrarse en la potencia y en la eficacia...”. Por otra parte la actual consideración de las posibilidades que la tecnología moderna otorga al ser humano, como ser mayor libertad, es para él un simple engaño y da como ejemplo:“...aparentemente somos libres, por ejemplo de comprar un automóvil y con el movernos a la otra punta del globo, y entonces podríamos alegar...la técnica nos da mayor libertad...pero daremos un pequeño ejemplo – explica Ellul – llega la época de las vacaciones (en Francia por ejemplo), 3 millones de parisinos deciden, de forma independiente uno del otro, visitar las costas del Mediterráneo, usando sus automóviles. Es decir que 3 millones de personas deciden ´libremente´, hacer la misma cosa y al mismo tiempo. Pero yo me pregunto si es que la técnica automotor, bajo este ejemplo, realmente le otorga a esta gente la liberación tan ansiada. ¿Es que toda esta gente ha reflexionado en algún momento lo que están haciendo, siendo que en realidad están dirigidos por la técnica y el tipo de vida que llevan, determinando que se

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conviertan todos en una masa coherente y completa?”. Y continua explicando Ellul que en una sociedad de este tipo, es casi imposible para la persona, para el individuo de actuar bajo su propia responsabilidad y libertad de acción. Y en otro aspecto enfoca este investigador, el problema de la responsabilidad individual de la persona, por el efecto de la división del trabajo en pequeñas y separadas porciones, que logran al final, que nadie de manera individual pueda tomar la responsabilidad sobre una acción conjunta. Ellul da un ejemplo: “...supongamos una represa eléctrica que de pronto se desmorona... ¿quién sería el único responsable?: El geólogo hizo el estudio de las tierras y formaciones subterráneas, el ingeniero planificó toda la obra, los constructores con sus equipos armaron todo el proyecto, el político incentivó la construcción del dique, para desarrollar electricidad ¿Y entonces, al fin y al cabo, quien es el responsable del desastre? (Ellul, 1976). Como sabemos de casos similares, las investigaciones y acciones legales, que seguramente se llevarán a cabo durante años, no van a llegar nunca a una conclusión definitiva y en el mejor de los casos, se va a encontrar siempre algún “chivo emisario” que cargue con la culpa. Y podríamos agregar también de nuestro peculio una pregunta que viene al caso: ¿Cómo es que los políticos nunca pagan ni son castigados por decisiones que han tomado en nombre de aquella masa pública y que indudablemente causaron perjuicios a la sociedad de la cual eran sus lideres, pero que han relegado en ese mismo publico sus propias responsabilidades?.

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Pero, retornando a Mumford y su descripción sobre las urbanizaciones del siglo 19 y principios del 20, declara este que: “...el hecho más colosal fue el desplazamiento de población que se produjo en todo el planeta, acompañado a su vez por un tremendo aumento de la población urbana. En Inglaterra y Nueva Inglaterra (Estados Unidos), resulto ser que más del 80% de sus pobladores vivían en poblaciones urbanas. Todo esto conllevaba la creación de un estilo de vida y culturas de hacinamiento y la convivencia en términos sumamente peligrosos para el individuo”. Por otra parte, compara Mumford la diferencia entre lo que produce la agricultura para la humanidad, en comparación con la minería, como ejemplo: “...la agricultura crea un equilibrio entre la naturaleza salvaje y las necesidades sociales del hombre. Repone deliberadamente lo que el hombre sustrae de la tierra; siendo el campo arado, el huerto bien cuidado, el viñedo apretado, los vegetales, los cereales y las flores ejemplos de propósito disciplinado, de crecimiento ordenado y de belleza de forma. Por su parte, el proceso de minería es destructivo; el producto inmediato de la mina es desorganizado e inorgánico; y lo que se saca una vez de la cantera o el pozo no puede ser reemplazado así, la minería presenta la imagen misma de la discontinuidad humana, hoy aquí y mañana ya no, estando ora febril de lucro, ora agotada y vacía..." Y no creamos que estos relatos se refieren solo a la época de Mumford a principios de siglo. Veamos por ejemplo los resultados producidos por las minas de extracción de minerales o metales, del tipo “a cielo abierto” y las heridas que dejan en plena naturaleza, generalmente irreparables.

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Los resultados catastróficos para el futuro de esas mismas tierras: “...Tenemos que tener en cuenta que los suelos de mina son medios que usualmente presentan situaciones extremas en los principales parámetros químicos, pues se trata de sistemas que han sido sometidos a una oxidación intensa y acelerada. Estas condiciones de acidez crean un ambiente altamente tóxico para los organismos acuáticos o terrestres. No podemos obviar que los suelos pierden todos sus nutrientes fundamentales, reduciendo por completo su actividad biológica, debido a la baja retención de agua. Es decir, una pérdida total para las generaciones venideras por el deterioro definitivo de esos suelos" (Wikipedia). Pero aún no hemos finalizado con los conceptos de Ellul sobre la técnica y en particular sobre los efectos de la existencia de estas para los humanos. Describe así Ellul un ejemplo para él: “...de lo más horrible que pude alguna vez haber escuchado...se trata de un hecho relacionado con el Director del campo de concentración de Bergen-Belzen, en Alemania. Durante el juicio en Nuremberg, le fue preguntado... ¿es que no le parece terrible lo que allí sucedió? ¿todos esos cadáveres?, le explicaba el fiscal... ¿y que podía yo hacer? Replicaba el director alemán - los hornos tenían tan poca capacidad, que no podíamos procesar tantos cadáveres y nos causaban tremendos dolores de cabeza ¡Yo no tenía tiempo para pensar en todas esas personas, yo estaba permanentemente ocupado con el problema de los hornos!” Y explica Ellul su visión del ejemplo: “...esto es típico de lo que puede lograr en el hombre su concentración en las

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tecnologías en lugar de ser un humano responsable frente a sus congéneres" (Ellul, 1976). Salvando las diferencias de lo que tal ejemplo significa para el caso particular al que se refiere el filosofo, es evidente que algo similar sucede en nuestra época “post-moderna”, cuando vemos el perfeccionamiento casi inacabable de los aparatos, denominados “gadgets”(*) electrónicos, frente a la pobreza de los contenidos difundidos por los medios masivos de comunicación. Estos siguen convirtiendo a los individuos cada vez más en “masa” que no necesita de tomar responsabilidades personales. Esto se relaciona también a los conceptos de urbe moderna vertidos por Mumford, por los cuales, las ciudades industriales necesitaban también de consumidores irresponsables, que no puedan reparar en sus necesidades intrínsecas para su vida diaria sino en el consumir “porque así todos lo hacen”. Y Ellul define entonces la importancia de la técnica como...“la totalidad de métodos que racionalmente alcanzan la eficacia absoluta (en una etapa dada de desarrollo) en todos los campos de la actividad humana”. No hay duda alguna que la eficacia de producción alcanzada por las nuevas técnicas, ha superado a las épocas iniciales del capitalismo industrial. En principio nadie se opone a la técnica en sí y su desarrollo, pero diferencia entre las técnicas misma y la operación humana de ellas, es decir su uso. Por ello Ellul las denominaba, “ambivalentes”, dando como ejemplo del mal uso y desperdicio de todos esos “gadgets” que primero se inventan para luego tratar de encontrar “para que sirven”. Por mientras las personas se han convertido en lo que denominaba, “despojos

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humanos” y así define el proceso: "El fenómeno técnico transforma a la economía, al Estado y al hombre. A nivel económico, con el establecimiento de un sistema central y dirigista; en lo político, con la reducción del Estado a una empresa y la restricción cada vez mayor de la democracia; y al hombre, con su reconstrucción y adaptación a un mundo tecnificado a través de la propaganda, la escuela y el espectáculo. A medida que se extiende, el fenómeno técnico reemplaza el medio humano por uno que le es más ventajoso a las máquinas". Debemos hacer también una aclaración en cuanto a la comparación, aquí mas arriba, de Mumford entre Agricultura e Industria. Las condiciones actuales del sistema capitalista han transformado totalmente las actividades agrícolas convirtiéndose estas en “Una industria más” de la cual toman parte enormes consorcios eliminando por completo aquella visión épica del campesino que laboraba su parcela. Ahora son simples obreros que montan monstruosas maquinarias cuya producción es mayor que nunca, pero también los perjuicios que estas causan a la naturaleza. (*)Gadget es un dispositivo que tiene un propósito y una función específica, generalmente de pequeñas proporciones, práctico y a la vez novedoso y suelen tener un diseño más ingenioso que el de la tecnología corriente (Wikipedia).

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Planeta en quiebra

Gira por los intersticios yermos como por fuerza misteriosa

Parece un punto en la oscuridad

o una monstruosa realidad

¿Expolia con saña sus propias carnes o cambia su piel?

De grandes ciencias no hay evidencia

y solo resta una triste definición:

Estupidez Girando iba por los intersticios ociosos entre moléculas cargadas que una vez habían representado un orden impuesto por fuerzas divinas. Los elementos que le conformaban parecían depender de algún otro plan establecido, oscuro, misterioso. Al pasar era tan solo un susurro, mudo y ciego. No dejaba estelas ni huellas que pudiesen permitir un seguimiento. Sencillamente desaparecía en lo infinito y había que permanecer siglos con los ojos abiertos de par en par para volver a verlo pasar. No era factible adivinar ni menos calcular con exactitud el instante en que desde algún punto cardinal se iniciase esa bola diminuta que iba a brillar luego a la vista de cualquiera. A veces surcaba por los cielos a lo ancho y entonces se podían distinguir detalles de su trayectoria, pero otras, de pronto aparecía de frente y el pequeño punto luminoso se convertía rápidamente en una esfera enorme que aterraba al pasar.

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Lo que llamaba la atención eran los cambios que se iban produciendo en su superficie. Su perfecta y azul redondez se iba como carcomiendo dejando a la vista un interior en estado de descomposición. Parecían ruinas de antiguas estructuras edilicias que se estaban desmoronando hacia adentro, como faltas de sustentación. Era un espectáculo calamitoso y cada vez que hacia su aparición se observaba con mayor claridad su estado de destrucción. Ya no eran necesarios instrumentos especiales. A sola vista se podían corroborar los hechos. Lo extraño era que esa bola corrupta todavía continuase su imperturbable girar sin que, al parecer, se produjeran otras consecuencias. No, era ya bien claro que era todo un acontecer interno, endógeno, y todo el resto del espacio infinito parecía ajeno totalmente al fenómeno. Era indudable que algo en su interior actuaba en contra de sí mismo, de sus propios intereses. No cabría otra opción analítica: “Si un objeto atenta contra su propia integridad, es porque ha llegado a su máximo estado de inconsciencia y no tiene ya ningún valor intrínseco, esencial”. En ese caso el suicidio se puede ver como un estado circunstancial de un objeto individual, desconectado de alguna relación ecológica. Pero como sabemos que eso es un imposible, solo nos resta admitir una de dos: que somos testigos de alguna metamorfosis cuya naturaleza desconocemos o que estamos presenciando las consecuencias de la mayor calamidad: la estupidez.

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Medioambiente

¿Inoperancia o intereses? Un pequeño artículo periodístico, que lamentablemente muy pocos llegan a leerlo, advierte sobre el terrible peligro que se cierne sobre decenas y hasta centenas de miles de habitantes de una ciudad densamente poblada y que se origina una importante industria química, que mantiene allí un deposito que contiene hasta 14.000 toneladas de amoniaco líquido. Esto, que fue ya publicado infinidad de veces como un grave y factible peligro, no logra mover los mecanismos gubernamentales centrales y así el peligro existe como inminente desde hace años y parece ser que es solo cuestión de suerte que no haya sucedido hasta el momento algún desastre masivo, aunque sí ya hubo que lamentar la pérdida de vidas de algunos operarios del consorcio. Este material se mantiene en estado líquido a una temperatura de 32 grados bajo cero, pero es suficiente que su estado cambie aunque sea por unos segundos para que el gas liberado provoque daños irreparables en un radio bastante amplio. La empresa química dueña de dicho establecimiento, no está interesada en buscar alternativas a dicho depósito, pese a que el amoniaco allí contenido es de importación y está destinado a otras fábricas de la empresa en zonas alejadas de dicha ciudad. Su transporte en enormes camiones a través de otras densas zonas pobladas, presupone también un peligro para otros miles de habitantes del país. Sencillamente, el consorcio quiere evitar gastos y utiliza todas las estratagemas judiciales posibles, por medio de una fuerte armada de profesionales del derecho jurídico, a fin de rechazar o posponer discusiones judiciales.

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Como ya sabemos, el sistema jurídico-judicial occidental permite que los conflictos continúen plenos de vida, durante años y años. Hasta aquí, los datos concretos del caso, lo cual nos lleva a un planteamiento de índole social y político. En primer lugar debemos preguntar: ¿Las autoridades son conscientes de lo que ocurre y de los peligros a los cuales están expuestos miles y miles de habitantes? Siendo la respuesta afirmativa: ¿Porque no se han tomado las medidas del caso hasta el momento, siendo que el problema lleva ya muchos años de existir? Y atreviendo alguna sospecha al respecto, cabría preguntar: ¿Es que existen en los políticos intereses relacionados con los capitalistas dueños de dichas industrias? ¿Es que las autoridades apoyan la gestión del consorcio de minimizar costos de producción y así tratar de evitar, tal vez, el despido de personal de la empresa? De ser así ¿No se trata de políticas populistas a fin de asegurarse, los políticos, perdurar en sus puestos?. Este último párrafo representa la posición clásica de las organizaciones de izquierda, que tradicionalmente acusan al capital y al capitalismo de mantener políticas destinadas a maximizar ganancias, aún a costa de sufrimiento humano. Sin rechazar por completo tales argumentos, quisiéramos proponer aquí un alegato un tanto diferente, como ya insinuamos. A nuestro parecer, el ejemplo señala la posible “inoperancia” de un gobierno centralizado, que, por una parte, está ocupado en la “solución” de problemas generales y públicos

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y por otro lado sus prioridades son de naturaleza política-ideológica. Un ejemplo clásico, es la problemática de defensa del país, lo cual requiere de la concentración de muchos recursos nacionales, que es por lo general, a costa de necesidades locales o regionales, que siempre quedan relegadas. Otra forma de esa misma “inoperancia”, es la división de las labores de los gobiernos en diferentes instituciones ministeriales, las cuales concentran también, “intereses centralizados”, pero esta vez bajo la rubrica de cierta especialización profesional. Los resultados al final son los mismos, pues de tanta diversificación se crean mecanismos burocráticos incapaces de reaccionar en tiempo real y de llevar a cabo misiones locales y regionales. Estos son los órganos de un mismo cuerpo central y único. Una analogía concreta sería en cuanto al sistema impositivo que alimenta al gobierno central, el cual esta autorizado a distribuir los ingresos en base a “sus propios intereses”, que no necesariamente van aparejados con las necesidades locales o regionales. Estos, por su parte, se ven obligados a someterse a las autoridades centrales, actuando más de una vez como meros pedigüeños. No es casual entonces, que las periferias queden siempre relegadas. La experiencia de desastres ocurridos, nos proporciona buenos argumentos para tales alegatos, pero además y en cuanto al tema que aquí nos ocupa sobre hechos de peligro inminente que podrían darse, cabe una pregunta sumamente cruel pero además, capciosa: ¿Si llegase a ocurrir algún desastre (que rogamos nunca se haga realidad), quien va a correr con las consecuencias, incluidos los costos económicos y financieros? No hay la

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mínima duda que empresas como las del ejemplo, no están cubiertas por seguros que cubran también los daños a terceros y menos aún, las pérdidas humanas. Pero finalmente y como ya es típico en todos estos casos y en cuanto a los esquemas políticos existentes, los ciudadanos relegamos nuestra propia responsabilidad en tales inoperantes gobiernos o como se sabe decir...Dios es grande...

Colapso: porque unas sociedades perduran y otras desaparecen En el año 2005 Jared Diamond, un conocido científico Norte-americano, publicó un estudio que lleva el nombre de este artículo, en el cual estudia los motivos, que a su parecer, llevaron a algunas sociedades, por el investigadas, al colapso total mientras que otras lograron perdurar. No por casualidad, el primer capítulo lo dedica Diamond al Estado de Montana en Estados Unidos, en donde él mismo estableció su segundo hogar, ello por la belleza y los atractivos naturales de la zona. Montana pertenece a la primera potencia mundial por excelencia y en su momento fue uno de las regiones más ricas y prosperas del país, pero en nuestros días ocupa apenas el penúltimo lugar. Según Diamond...”los problemas ambientales de Montana en nuestros días, incluyen casi toda la docena de causas que

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preocuparon a sociedades pre-industriales del pasado y que amenazan hoy a distintas sociedades del mundo". Las 12 causas de posibles colapsos, según las define Diamond son las siguientes: Factores que influyeron en sociedades pasadas (y actuales): La deforestación y la destrucción del hábitat Los problemas de suelo (erosión, salinización y pérdidas de fertilidad del suelo) Los problemas de manejo de agua (escasez de agua, contaminación hídrica y tratamiento de aguas residuales) La caza excesiva La pesca excesiva Las consecuencias de introducir especies que suelen ser depredadoras (especies invasoras) El crecimiento poblacional humano El aumento del impacto per cápita en el medio ambiente (huella ecológica) Nuevos factores que influyen en sociedades presentes (y que se suman a las anteriores): Los cambios climáticos ocasionado por el hombre (Influencia antropogénica sobre el clima) La acumulación de químicos tóxicos en el medio ambiente (contaminación).

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La escasez de energía (pronosticada por la teoría del pico de Hubbert y gran consumo de recursos energéticos a nivel mundial. El uso humano de toda la capacidad fotosintética de la Tierra. Pero retornando al caso del Estado de Montana, según Diamond “...las causas más notables son, los desechos tóxicos, bosques, tierras, el agua (y a veces el aire), cambio climático, perdida de variedades biológicas y la introducciones de clases depredadoras. Veamos el problema que más se nota a simple vista – desechos tóxicos”. Realmente, hay en Montana una creciente preocupación debido al arrastre de agroquímicos, desechos orgánicos, contenidos de pozos de desagote, por medio de las aguas subterráneas, aunque la mayor preocupación en cuanto a este tema, se debe a los deshechos de las minas de minerales y metales, algunas del siglo pasado pero otras de la actualidad, cuyo daño es continuo. Diamond detalla los tipos de metales y las formas de extracción que han dañado y muchas siguen causando tremendos daños al medio ambiente, sin que se pueda remediar y que seguramente continuará “in eternum”. “...existen en Montana unas 20.000 minas abandonadas, algunas de ellas de los últimos tiempos, pero la mayoría tienen 100 años y más aun y seguirán derramando ácidos y metales tóxicos por siempre jamás. La gran mayoría de estas minas, no tienen hoy en día dueños a quien reclamar responsabilidad por los daños y aún si los hay, es de suponer que no disponen de los

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medios financieros como para rehabilitar y sanear dichas minas”. El autor señala la importancia que la extracción de minerales y metales tiene para la industria moderna y la tecnología actual, pero por otra parte reconoce que en muchos casos los gastos de reparación del medio ambiente dañado recaen sobre el público, quien debe pagar los gastos que no pagaron en su tiempo, ni pagan aún hoy día las corporaciones que explotan el dominio público. Cabe entonces preguntarse, cual es el precio real de producción de dichos metales y por consiguiente también, de toda la cadena de productos que les siguen. Las empresas se “lavan las manos” y aducen, por una parte que los costos de rehabilitación los llevarían a la quiebra y por otra, las grandes empresas usan todo tipo de subterfugios por disminuir sus costos. “...estos dos tipos de respuestas, por parte de las corporaciones, explica Diamond, despiertan una pregunta que vuelve repetidas veces a lo largo de este libro, cada vez que intentemos comprender como pueden, individuos o grupos, en cualquier sociedad, actuar de manera dañina a conciencia, contra la sociedad entera. No obstante, la disminución de gastos puede beneficiar a la empresa a corto plazo, pero esas actitudes dañan a la sociedad entera y hasta es posible que sean un problema para la propia empresa y de la minería en general, a largo plazo. No obstante, la opinión pública cambió mucho en Montana y obligó al cierre de muchas empresas mineras. Y pese a ello, el mismo autor plantea una alternativa nada aceptable, desde otro punto de vista: “...hubiera sido mejor para Montana, si desde el

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inicio no hubieran comenzado a extraer cobre, por ejemplo, en Montana y en lugar de ello lo hubieran importado” (Diamond, 2005).

Medioambiente, colapso de sociedades y soluciones

En el articulo anterior iniciamos la descripción del estudio que llevó a cabo el científico norteamericano Jared Diamond en su libro “Colapso” y que le ocupó unos 39 años de su vida académica. Ahora vamos a resumir dicho trabajo, pero también relacionarlo finalmente con otros temas de importancia humana y que hacen a la filosofía de nuestro documento y que elevar propuestas con la intención de mejorar nuestras condiciones de vida. No obstante casi la mitad del trabajo de este científico, está dedicado a varias civilizaciones del pasado y a los motivos ambientales que llevaron a su desaparición, pero la segunda sección se refiere a sociedades actuales y más aún, a proyectar las causas del pasado en el futuro no muy lejano. Un modelo urbano actual que le sirvió a Diamond para iniciar y llevar a cabo su investigación es la ciudad de Los Angeles en las costa del Pacifico en la que reside actualmente.

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En el capítulo que concluye el libro, resume Diamond 12 categorías que representan los diversos problemas que podrían ser causas de la destrucción del hábitat de la sociedad humana. Ocho de ellas estuvieron presentes en las ya desaparecidas civilizaciones estudiadas pero otras cuatro se sumaron en los últimos tiempos y acosan a nuestra sociedad moderna. Es de destacar, que el autor llama la atención sobre las posibles soluciones que pudieron haber tomado aquellas antiguas sociedades (pero que no lo hicieron y de allí el fracaso) y que son imprescindibles de tomar en la actualidad, si es que se quiere evitar el desastre. He aquí las diferentes categorías de problemas medioambientales, según Diamond: 1. Destrucción del hábitat natural – “por medio de su transformación para el uso humano, como ser la construcción de ciudades y pueblos, tierras agrícolas y campos de pastoreo, carreteras, campos de deportes – y todo ello a un ritmo cada vez más creciente”. Los hábitat naturales, cuyo nivel de perdida es motivo de constantes discusiones académicas incluyen, bosques, pantanos, arrecifes de coral, fondos de mares y océanos y demás...hasta la fecha, más de la mitad de los bosques originales (de hacen unos 8.000 años) ya han sido destruidos, pero al ritmo acelerado actual, otra cuarta parte va a desaparecer en el término de los 50 años siguientes. La desaparición de los bosque, según el autor, es una pérdida neta para el ser humano, pues además de ofrecernos maderas para la construcción y demás utilidades, nos proveen de

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“importantes servicios ecológicos”, como ser, entre otros, la conservación de la tierra y sus valores nutrientes. Sin ellos se convierte todo en un desierto inhabitable. La deforestación, según el autor, fue la causa fundamental por la cual cayeron las sociedades antiguas y también en el caso del fracaso del Estado de Montana de Estados Unidos en nuestra era. Como se ha dicho anteriormente, la pérdida del hábitat de pantanos y arrecifes son determinantes para el deterioro total. 2. Alimentos naturales - “En particular los peces y seguidamente también otros frutos de mar que contribuyen en gran parte al consumo humano de proteínas naturales. En la práctica, estas son proteínas que recibimos gratuitamente (salvo los costos de la pesca y transporte) y ellas disminuyen nuestra dependencia de proteínas provenientes de animales que debemos criar por cuenta nuestra. (Vacas, cerdos, corderos, etcétera). Unos dos mil millones de personas, la mayor parte de ellos pobres, consumen proteínas provenientes de los océanos...pero por desgracia...la gran mayoría de las reservas marinas importantes ya se desmoronaron casi en su totalidad. Nosotros nos basamos en la cría de peces y derivados en piletas artificiales...como medio de aportar proteínas animales a un costo más bajo, pero en cierto sentido, la cría de peces provoca un daño mayor aún a la pesca natural. Por lo general se alimenta a los peces de las piletas con otros peces de mar, a veces en cantidades mucho mayores de lo que las piletas artificiales abastecen a los consumidores. Estos peces de cría contienen a su vez, un porcentaje mayor de tóxicos que los peces naturales. Incluso la posible mezcla genética con peces de cría artificial, daña a la naturaleza, pues han sido diseñados

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genéticamente para una reproducción rápida y por ello destruyen la capacidad de supervivencia de los peces naturales. 3. Perdida de la variedad silvestre – Ya hemos perdido gran parte de las clases silvestres y la variedad biológica ha disminuido. Al ritmo presente, una gran parte de lo restante desaparecerá en el término de los próximos 50 años. Es innecesario recordar que unas cuantas especies, como ser animales comestibles o plantas cuyas frutas son alimenticias o árboles de utilidad, nos son importantes desde el punto de vista económico. Hay quienes plantean: ¿a quién le interesan esas especies pequeñitas?...dicho argumento no llega a lo más fundamental y es que esas “pequeñitas especies” tienen una función fundamental en todo el sistema natural y se pueden comparar con los pequeñitos tornillos que pueblan a miles la estructura de un avión de pasajeros. Este podría seguir volando si faltan algunos, pero si falta uno en un sistema básico o faltan muchos, el avión se viene a pique. Hay miles de ejemplos sobre la importancia de dichas especies, como ser los gérmenes que habitan los suelos y contribuyen a fijar el nitrógeno, que de lo contrario se hace necesario el agregado de fertilizantes artificiales con su respectivo costo, o en el caso de las abejas y otros insectos que ayudan a la polinización de las plantas, sin la cual no sería posible ninguna planta frutal o vegetales. Así mismo la vejación de la naturaleza por la caza excesiva de animales grandes y pequeños que tienen su función en la cadena alimenticia natural. 4. Erosión de los suelos – En la actualidad, las tierras cultivadas, son erosionadas por las aguas y los vientos en una proporción de 10 a 40 veces más rápido que el ritmo natural de

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su formación y en una proporción de 500 a 10.000 veces más ligero si se trata de tierras boscosas. Todo lo cual quiere decir, pérdida neta de tierras cultivables. Para dar un ejemplo, la mitad de las tierras del Estado de Iowa en Estados Unidos, que están consideradas de las mejores del país, han sido erosionadas a lo largo de los últimos 150 años. Otro aspecto del deterioro de las tierras, es el tema de la salinización, lo cual se produce por la sobre-explotación agrícola de las tierras, la cual utiliza y elimina los materiales alimenticios de la misma a un ritmo más rápido que su renovación natural. Dichos procesos llevaron a la estimación de la perdida a nivel planetario de un 20% y hasta un 80% de todas las tierras cultivables (depende de los diversos estudios). Esto ocurre justo cuando el crecimiento de la población mundial está en pleno auge y se hace imprescindible conseguir alimentos. 5. Fuentes de energía - Las fuentes principales de energía y en especial de las sociedades industrializadas son los combustibles fósiles: Petróleo, gas natural y carbón. Pese a las innumerables discusiones en cuanto al número de pozos de depósitos de petróleo y gas que no se han descubierto aún, y pese a que los recursos de carbón se consideran enormes, el concepto aceptado por todos los investigadores es que las fuentes de energía que son relativamente fáciles (y económicos) de explotar, tienen una vida real de unas pocas decenas de años. 6. Fuentes de agua – La mayor parte de las aguas en nuestro planeta, como ríos y lagos, ya son aprovechados para el riego, aprovisionamiento hogareño y uso industrial y para casos que no necesitan ser extraídos. En todo el mundo los

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acuíferos subterráneos son explotados a un ritmo mucho más alto que el de su renovación natural y están destinados a vaciarse. Por supuesto que se podrían desalinizar las aguas de mar, pero estos son procesos muy costosos y necesitan de enormes cantidades de energía, además de ser necesario transportarlas desde las costas a los centros de consumo. Algunas sociedades del pasado sucumbieron por el problema del agua y aún hoy en día unas 1000 millones de personas en el mundo, carecen de fuentes de aguas potables. 7. Fotosíntesis – Aparentemente parecería que las fuentes de luz solar son infinitas y de allí que se considere que el planeta es capaz de cultivar todo tipo de plantación. En los últimos 20 años se descubrió que no es así. La cantidad de luz solar en el proceso de fijación de la fotosíntesis, por unidad de superficie – y como resultado de ella, el ritmo de desarrollo de las plantas, está determinada por las temperaturas y las precipitaciones pluviales. Los primeros cálculos sobre la capacidad fotosintética, se llevó a cabo en 1986, llegando a la conclusión que el hombre ya utiliza (por ejemplo en agricultura, en bosques plantados o en campos de golf) o desperdicia (la luz que cae sobre superficies construidas y que la refleja de regreso al espacio), la mitad de la capacidad fotosintética del planeta. Considerando el crecimiento de la población humana y su influencia sobre el medioambiente, se espera que la mayor parte de la capacidad de fotosíntesis del mundo será explotada hasta la mitad del presente siglo. Es decir, que la mayor parte de la capacidad solar será aprovechada por el hombre y muy poco quedará para el crecimiento de vegetación natural.

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8. Polución y contaminación – Las industrias (en especial la química), producen y emiten al aire, a la tierra, a los océanos, a los lagos y ríos, cantidades de productos tóxicos. Una parte de estos no existen como tales en la naturaleza, salvo en pequeñas cantidades (como el mercurio y las hormonas, por ejemplo), pero el hombre las produce artificialmente en enormes cantidades. Los primeros de estos químicos que despertaron la atención, fueron los diversos tipos de pesticidas que, según se descubrió dañan a muchos otros tipos de animales, cuyas carnes consume el hombre, pero que además perjudican a toda la cadena alimenticia. Pero el tipo y las cantidades de productos dañinos son mucho mayores aún. Nosotros los ingerimos cuando comemos y bebemos, los aspiramos al respirar y hasta penetran a través de nuestra dermis. Algunos de estos químicos, aparecen en pequeñas cantidades, pero son capaces de dañar nuestra herencia genética y hasta nuestro sistema reproductor. De forma directa, solo en Estados Unidos mueren unas 130.000 personas por año por la contaminación del aire. Algunos de estos productos químicos se desintegran a un ritmo sumamente lento (el DDT o los Bifenilos carbonados), pero algunos no se desintegran jamás (mercurio por ejemplo), y permanecen en el ambiente por tiempo indefinido. De aquí que los costos de limpieza de lugares contaminados (minas por ejemplo) sean enormes (y no siempre eficientes). En muchos lugares del mundo ni se piensa en la necesidad de limpiar lugares contaminados (Rusia, China, etc.). 9. Especies extrañas – Se refiere a la implantación de tipos de vegetaciones y/o animales que de manera intencional o casual han sido transferidos de sus lugares originales a otras

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partes del planeta. Algunas especies fueron expresamente importadas, para su explotación agrícola (la caña de azúcar en América Latina) o animales domesticados o plantas ornamentales. Pero muchos de estos y otros destruyen las especies locales y gran parte de estos casos han sido documentados, y así también los daños que causan a las economías locales. En muchos casos estos daños son irreversibles. 10. Contaminación atmosférica – Los gases que emite la actividad de los seres humanos daña la capa de Ozono que nos protege o actúan produciendo el efecto invernadero reflejando los rayos solares que retornan de la superficie del planeta devolviéndolas al interior de la atmósfera promoviendo el aumento de las temperaturas. Este es el conocido efecto del “calentamiento planetario”. Los principales gases dañinos son el dióxido de carbono que se origina en las quemas y en la respiración, y el metano que se origina en la fermentación de materias vegetales en los estómagos de los animales rumiantes. Por supuesto que tanto quemas como rumiantes siempre existieron en la naturaleza, pero el uso que el hombre hace de la quema de combustibles fósiles y la cría de enormes rebaños de ganado, incrementaron enormemente las cantidades de dichos gases emitidos a la atmósfera. Pese a las grandes discusiones del pasado, hoy día no hay duda alguna sobre los daños que dicho efecto causa y causara a la sociedad humana. 11. Crecimiento poblacional – Mas personas requieren mayores cantidades de alimentos, espacio, agua, energía y otros recursos. Aun cuando hay diferencias entre países y continentes en cuanto al ritmo de crecimiento y en algunos es

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negativo, no hay dudas de que la población mundial sigue creciendo. Y también si se decidiera hoy mismo limitar el número de hijos por pareja a 2 por cada uno, la población seguiría aumentando a un ritmo mayor por otros 70 años. La pregunta básica es si el mundo tiene recursos suficientes para todos, tomando en cuenta que muchos de estos son finitos o su renovación es mucho más lenta que lo necesario. 12. Influencia ambiental – Pese a lo dicho anteriormente, lo más grave no es el número de habitantes, sino su influencia (dañina) sobre el medio ambiente. Ante todo los seres humanos consumen y producen deshechos. El índice de daño, calculado por persona – los recursos que consume cada uno y los desechos que acumula en el ambiente – es diferente de un lugar a otro, pero es muy elevado en el primer mundo y muy pequeño en el tercero. En promedio, cada habitante de Estados Unidos o de Europa Occidental o Japón, consume una cantidad de recursos 32 veces superior a lo del tercer mundo y así también de desechos. Pero últimamente, algunos de los países del tercer mundo están elevando su nivel de vida (China, India) y por otra parte crece el número de inmigrantes provenientes del tercer mundo en los países del primero. Así, por ejemplo, la inmigración a Estados Unidos (legal e ilegal) es el principal motivo de su crecimiento poblacional. En este aspecto es de esperar, que los dirigentes del primer mundo, no puedan o no quieran convencer a sus ciudadanos de que deben disminuir su calidad de vida y disminuir el consumo. Pero la pregunta crítica es: ¿qué va a pasar cuando los países del tercer mundo descubran que no tienen ninguna posibilidad

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de mejorar su nivel de vida, porque el primer mundo no está dispuesto a renunciar? (Diamond, 2005). Hasta aquí la descripción de las categorías de problemas que afectan al planeta y que pueden conducir a este al colapso, pero debemos agregar de inmediato que, según Diamond y otros científicos, la solución de algunos de ellos, no van a servir de mucho, salvo si se toman las decisiones adecuadas para encontrar soluciones a todo el espectro. Pero para que ello ocurra, deben lograrse ante todo cambios radicales en los mecanismos socio-políticos del universo humano, pero el científico aclara de inmediato que “...dadas las enormes divergencias entre las civilizaciones y en particular entre Oriente y Occidente, esta visión de futuro parecería imposible”. Pese a todo somos testigos de la acción de muchas organizaciones no gubernamentales y voluntarias, en particular en Occidente, que hacen una labor mancomunada con consorcios comerciales. En primer término esto se debe a una mayor concienciación del público en general sobre los problemas del medioambiente y por otra parte, el cambio de actitudes de algunos conglomerados comerciales. Un ejemplo es el de la adopción de una “filosofía del cuidado del medioambiente” por parte de un consorcio del petróleo, la compañía Chevron. Esta creó incluso un departamento especializado en la aplicación de metodología ambiental en las perforaciones de petróleo, con el fin de evitar casos como el de la empresa British Petroleum en el reciente desastre del Golfo de México. Sencillamente, Chevron llegó a la conclusión que los

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costos de reparación de cualquier desastre serían mucho mayores que su prevención. Un caso particular, es la creación de una Organización no gubernamental y sin finalidades de ganancias, destinada a la explotación sostenible de la madera en los bosques naturales. Esta institución, la FSC – Forest Stewardship Council – estableció una metodología para la administración correcta de bosques, respetando el principio de la sustentabilidad de los mismos y evitando que su producción se acabe alguna vez. Estos principios rigen la labor del personal especializado, que supervisa a su vez, el trabajo de las empresas madereras adheridas. Las maderas producidas de tal forma llevan el sello de la FSC, lo cual le confiere a los consumidores una certificación de su autenticidad. El caso es que, para que este mecanismo pueda funcionar correctamente, se hace imprescindible: la concientización del público consumidor (en este caso de los comercios madereros y las empresas de productos de madera), pero también y a raíz de esto último, del reconocimiento por parte de las empresas dueñas de bosques o que los explotan, de la conveniencia de la conservación de los mismos. Lamentablemente, son muchas las empresas y los países que todavía actúan destruyendo de manera indiscriminada los bosques, muchas veces aprovechando las debilidades de los pobladores locales, generalmente en el tercer mundo. Otro caso similar, que representa una posibilidad de solución a los problemas del medioambiente, es el de la organización voluntaria: Marine Stewardship Council – MSC, destinada a la conservación sostenible de las fuentes de pesca en mares y océanos. También en este caso, todo parte de la asociación

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voluntaria de las propias empresas del ramo de la pescadería, que se preocupan por la continuidad del negocio pesquero, sabiendo que si no van a controlar el ritmo de la explotación, al final ellos mismos van a desaparecer. Como podemos ver tanto de los ejemplos negativos, como de las soluciones viables, todo depende del grado de solidaridad que los hombres estén dispuestos a aplicar en sus acciones y del principio ético básico de la necesidad del apoyo mutuo, para poder vivir y sobrevivir.

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Fanatismo

Humanidad miserable Tan solo unos pocos minutos bastaron, para dejar claro el poder del fanatismo Islamo-Fascista en los pequeños cuerpos de inocentes criaturas. Tan solo instantes fueron suficientes, para corroborar una vez más la arrogancia de los seres humanos, que pretenden superar el poder de la naturaleza. El fanático actúa, se apodera del absolutismo y en su nombre le asigna toda la maldad posible, al así denominado, infiel. El ultraje de su sangre entonces está permitido, aún para un bebé de pecho. El hombre moderno, sumerge a su mundo en el océano de su soberbia y en nombre del Dios del progreso infinito, justifica el peligro y el riesgo. Desprecia la modestia y la simpleza porque atentan contra el designio del crecimiento. Esto es también una forma de fanatismo, ataviada con fachada de progreso. La verdad única y total de los representantes del Profeta, el último de los auto-designados sabios, impertérrito ante cualquier otra idea o creencia humana, arremete sin límites a cuchillo descubierto. Los prepotentes de la ciencia suprema, bajan la vista ante el desastre, muerden sus labios con bronca y prometen con fervor, recuperar lo perdido y una vez más luchar contra natura. Cuentan con las promesas de su divinidad.

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Y al fin, pese a que las pantallas nos siguen sobornando con “Reality”, ya con los ojos fuera de sus órbitas, los brazos caídos y la mente obstruida por las amenazas reales, nos preguntamos: ¿cuánto más? ¿hasta cuándo? ¿qué hacer?. Al fin, hombre - mujer, tal vez tan solo serían necesarios unos pocos momentos para reflexionar sobre estos términos y nociones: Amor; Amistad; Solidaridad; Modestia; Tolerancia; Respeto; Apertura; Apoyo mutuo; Compartir; Prestar atención; Recapacitar; Conformidad; Meditación; Consenso; Contemplación; Ecuanimidad; en definitiva: Humanidad. Piensa amig@, que en definitiva todo depende solo de ti. Que tomes las determinaciones que de dichas nociones se desprenden. No esperes que nadie te lleve, no desesperes si nadie te llama, las oportunidades están delante de ti y solo necesitas hacer tu elección. No pretendas crear algo nuevo ni esperes que te sigan multitudes. No te abrumes si estas solo o son pocos los que van por tu camino, cree en ti mismo. Cada uno debe descubrir su destino por sus propios medios. Piensa al fin, que en esas nociones esta la esencia de tu humanidad.

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Elogio de la locura El Elogio de la locura, literalmente de la estulticia o de la estupidez, es un ensayo escrito en el año 1509 por Erasmo de Rotterdam. Comienza con una loa satírica, tras esto, el tono se ensombrece con una serie de discursos solemnes, en los que la locura hace un elogio de la ceguera y la demencia y en los que el autor realiza un examen satírico de las supersticiones y de las prácticas piadosas y corruptas de la Iglesia Católica, así como de la locura de los pedantes. Veamos del libro, la cita de un párrafo titulado: "Supremacía de la estulticia sobre la razón": "...Hora es ya de que, a ejemplo de Homero, dejando las alturas, otra vez tornemos a la tierra, para que os demuestre que aquí, como allí, no hay nada alegre ni feliz en mis favores. En primer lugar, advertid qué solícitos cuidados ha puesto la madre Naturaleza, creadora del género humano, con el fin de que en nada falte el aderezo de la estulticia. En efecto, según los definidores estoicos, la sabiduría no es otra cosa que el gobierno de la razón; la estulticia, por el contrario, consiste en dejarse llevar por las pasiones. Ahora bien, para que la vida no fuera triste y amarga, ¡cuánto mayor lugar dio Júpiter a las pasiones que a la razón! Lo que va de media onza a una libra. Por eso, relegó aquélla a un pequeño rincón de la cabeza, mientras que llevó el desorden a lo restante del cuerpo y, además, le opuso dos tiranos violentísimos: la ira, que colocó junto al corazón, fuente de la vida, y la concupiscencia, cuyo dilatado imperio se extiende hasta un poco más abajo. Lo que

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pueda la razón contra estas dos fuerzas gemelas decláralo suficientemente la existencia de la generalidad de los mortales; pues, aunque clame por sus fueros hasta ponerse ronca, y muestre las normas de conducta para vivir honestamente, los hombres protestan de un modo ruidoso y se obstinan en sacudir un yugo despótico, hasta que, a la postre, fatigada la razón, acaba por ceder y rendirse" (Erasmo, 1506).

Diario de una pesada carga

Postración, pavor, perplejidad Y tal vez también, algún cargo de culpa

Y pecados para expiar.

Rápido, apuremos, comencemos ya Las ceremonias de purificación,

Antes que sea tarde.

Bajar las banderas a media asta, Empañar y suprimir toda expresión de alegría

Y caminar en punta de pies Que no sea mal interpretado.

Silencio niños, no es hora de rondas,

Nuestro destino está en juego Es momento de oración,

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De contemplación y no de objeción.

Dejemos ahora a los representantes del cielo, Transmitir nuestra súplica a las alturas

Mientras, nuestras cabezas En reverente silencio sometemos.

No despertar a los Ángeles de su depresión,

Respetar el poder de los enviados de Lucifer, Solo ofrendas y sacrificios.

Callemos, buena gente

No molestemos ni elevemos la voz, Porque un nuevo mito,

Está en formación.

Deshumanización

La violencia, es el miedo a las ideas de los demás y la poca fe en las propias.

(Mahatma Gandhi) Si hurgamos en la historia, desde la aparición del hombre sobre el planeta, llegamos a la conclusión que en demasiadas oportunidades asumió actitudes agresivas: contra otros hombres para apoderarse de sus pertenencias; entre tribus para robar alimentos y mujeres; contra otros pueblos para dominar y

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hacerlos sus esclavos; entre naciones para obtener territorios estratégicos, o líderes megalómanos con afán de conquistar más territorios y crear vastos imperios. En este ensayo, sólo queremos circunscribirnos al siglo veinte porque este es el período de mayor perfeccionamiento en todos los campos y además, el más cercano a nuestra memoria. El segundo milenio que acaba de finalizar, fue tan contradictorio desde cualquier punto de vista que es difícil pronosticar sus consecuencias futuras. Es posible imaginar los adelantos del futuro, pero nunca, la conducta de los seres humanos. Por un lado, durante el siglo veinte se produjeron los inventos, avances científicos y tecnológicos más asombrosos de toda la historia de la humanidad: De las radios con lámparas a las de transistores; las primeras calculadoras gigantes que hoy están adosadas a los relojes de mano; se inventó la televisión, el microondas, el teléfono celular con cámara fotográfica, video e internet incluido; la computadora personal; el rayo láser; se logró la fisión nuclear; desde los aeroplanos de tela de los hermanos Wrigth, a los modernos aviones intercontinentales con enorme capacidad de portar pasajeros y otros que rompen la barrera del sonido. El hombre emprendió la conquista del espacio y llegó a la luna; satélites de comunicación permiten observar en el televisor de nuestro hogar programas de todo el mundo; sondas espaciales llegaron a Marte y a Saturno; estaciones espaciales tripuladas por largos períodos sobrevuelan el planeta; a través del Internet comunicaciones instantáneas con cualquier punto del mundo. En la medicina, con las sulfamidas, la penicilina y las vacunas, se

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han vencido las infecciones y las enfermedades endémicas como tuberculosis, poliomielitis, paludismo, viruela, y se investiga para lograr vacunas contra el sida y el cáncer con buenas perspectivas. En el orden internacional, se crearon las Naciones Unidas para una mayor cooperación entre los países. Se comprendió que es positivo globalizar el intercambio entre las naciones en el orden político, económico, científico, cultural, monetario y turístico. Claro ejemplo de ello son, la Unión Europea, Nafta, Mercosur, Pacto Andino, ALALC, Pacto Asiático, y otras más, que sirven de ejemplo en regiones que se van integrando y colaborando entre sí. A pesar de todo ello hubo aspectos muy negativos: Fundamentalismo religioso, racismo, odios étnicos que provocaron masacres y cruentas guerras. ¿Qué le ocurrió a la humanidad en el siglo veinte? ¿No es incongruente el espectacular avance científico y tecnológico de este siglo, frente a la quiebra de los valores morales y éticos? Se incrementó en forma preocupante la violencia, la drogadicción, el crimen organizado, la delincuencia, y proliferaron las mafias con ramificaciones internacionales que estimuladas por sus fabulosos beneficios, promueven la venta de armas, la prostitución, el juego de azar y el narcotráfico, sin importarles que suman en la miseria a millones de jóvenes. ¡Nadie carga culpas en su conciencia! Honradez, compasión, y solidaridad quedaron como palabras sin sentido en el léxico humano. Es triste llegar a estas conclusiones, si analizamos los hechos del siglo que pasó.

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Suenan las campanas

Suenan las campanas en Wall Street se larga la carrera,

suben, bajan manos y acciones transpiran enardecidas las ruedas financieras

Suenan las campanas en Darfur,

se larga la carrera suben, bajan manos y acciones,

destilan babas las bocas hambrientas

Suenan las campanas por doquier,

se largan muchas carreras, suben, bajan manos y acciones,

enardecidas por la desazón de almas inquietas

Suenan las campanas en los corazones,

se largan las carreras, suben, bajan manos y acciones

y como siempre nadie ve la desesperación del otro.

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Violencia – definición(*) La '''violencia''' es un comportamiento deliberado, que provoca, o puede provocar, daños físicos o psicológicos a otros seres, y se asocia, aunque no necesariamente, con la agresión física, ya que también puede ser psicológica o emocional, a través de amenazas u ofensas. Algunas formas de violencia son sancionadas por la ley o por la sociedad, otras son crímenes. Distintas sociedades aplican diversos estándares en cuanto a las formas de violencia que son o no aceptadas. Por norma general, se considera violenta a la persona no razonable, que se niega a dialogar y se obstina en actuar pese a quien pese, y caiga en quien caiga. Suele ser de carácter dominantemente egoísta, sin ningún ejercicio de la empatía. Todo lo que viola lo razonable es susceptible de ser catalogado como violento si se impone por la fuerza. Existen varios tipos de violencia, incluyendo el abuso físico, el abuso psíquico y el abuso sexual. Sus causas pueden variar, las cuales dependen de diferentes condiciones, como las situaciones graves e insoportables en la vida del individuo, la falta de responsabilidad por parte de los padres, la presión del grupo al que pertenece el individuo (lo cual es muy común en las escuelas) y el resultado de no poder distinguir entre la realidad y la fantasía, entre otras muchas causas. Tipos de violencia El filósofo Edward Spinkfield plantea que un ser vivo puede sufrir violencia física y mental. Al analizar la violencia, la

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clasifica en directa, estructural y cultural, ordenando la relación entre estos tres tipos de violencia bajo el concepto de triángulo de la violencia por él introducido: * Violencia directa: Es la que realiza un emisor o actor intencionado (en concreto, una persona), y quien la sufre es un ser dañado o herido física o mentalmente. Remitiéndonos a la definición de violencia como la aplicación de métodos fuera de lo natural hablaremos de un abuso de autoridad en el que alguien cree tener poder sobre otro. Generalmente se da en las relaciones asimétricas: el hombre sobre la mujer o el padre sobre el hijo, para ejercer el control. Si bien la más visible es la violencia física, manifestada a través de golpes que suelen dejar marcas en el cuerpo (hematomas y traumatismos), no por ello es la única que se practica. * Violencia Física o mental: Este tipo de violencia se plantea al dañar o maltratar a otra persona ya sea hombre o mujer y no se da respeto. * Violencia estructural: Se manifiesta cuando no hay un emisor o una persona concreta que haya efectuado el acto de violencia. La violencia estructural se subdivide en interna y externa. La primera emana de la estructura de la personalidad que todos adquirimos de pequeños. La segunda proviene de la propia estructura social, ya sea entre seres humanos o sociedades. De acuerdo con Galtung, las dos principales formas de violencia estructural externa, a partir de la política y la economía, son: represión y explotación. Ambas actúan sobre el cuerpo y la mente, y aunque no sea consuelo para las víctimas, no necesariamente son intencionadas. Se consideran casos de violencia estructural aquellos en los que el sistema causa

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hambre, miseria, enfermedad o incluso muerte, a la población. Son ejemplos los sistemas cuyos estados o países no aportan las necesidades básicas a su población. * Violencia cultural: Se refiere a los aspectos de la cultura que aportan una legitimidad a la utilización del arte, religión, ciencia, derecho, ideología, medios de comunicación, educación, etc., que vienen a violentar la vida. Así, por ejemplo, se suele accionar con violencia en defensa de la fe o en defensa de la religión. Dos casos de violencia cultural pueden ser el de una religión que justifique la realización de guerras santas o de atentados terroristas, así como la legitimidad otorgada al Estado para ejercer violencia. Cabe añadir que toda violencia cultural es simbólica. La violencia directa es clara y visible, por lo que resulta relativamente sencillo detectarla y combatirla. En cambio, la violencia cultural y la violencia estructural, son menos visibles, pues en ellas intervienen más factores que determinan que el detectar su origen, prevención y remedio sea más difícil. Se pueden añadir más categorías para las diversas formas de violencia: * Violencia emocional: Se refleja a través de desvalorizaciones, amenazas y críticas que funcionan como mandato cultural en algunas familias o grupos sociales y políticos. * Violencia juvenil: Se refiere a los actos físicamente destructivos (vandalismo) que realizan los jóvenes y que afectan a otros jóvenes (precisemos aquí, que los rangos de edad para definir la juventud son diferentes en cada país y legislación). En todos los países, los principales actores de este tipo de violencia

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son los hombres, y la educación social es tal que el joven violento lo es desde la infancia o temprana adolescencia. Sin embargo, la interacción con los padres y la formación de grupos sociales, bandas o pandillas, aumenta el riesgo de que los adolescentes se involucren en actividades delictivas, violentas (acción directa) y no violentas (acción no directa). * Violencia de Género: Actos donde se discrimina, ignora y somete a la pareja o cónyuge, por el simple hecho de ser del sexo opuesto. La violencia de género no sólo atiende al sexo femenino, pero los casos de violencia de género casi siempre son del hombre hacia la mujer. Se cuestiona la utilización del argumento de las diferencias biológicas para justificar una serie de desigualdades en términos de derechos, privilegios y actividades entre hombres y mujeres, como si fueran parte de la naturaleza humana, cuando en realidad son construcciones sociales y culturales. La violencia de género se puede manifestar de forma similar para ambos sexos sin embargo, la opresión que experimentan las mujeres, existe y se reproduce en la cultura y la sociedad, es más dominante. Causas de la violencia # El alcoholismo: un gran número de casos registran que, en un alto porcentaje de los casos en los que las mujeres son agredidas por sus compañeros conyugales, éstos se hallan bajo el efecto del alcohol o de cualquier droga. # Ignorancia: y falta de conciencia respecto a creer que la mejor forma de cambiar la situación en la que se encuentra es a través de actos que incluyen violencia física: golpes, pleitos, peleas,

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zafarranchos, etc., en vez de recurrir a actitudes pacíficas, a la conversación, al diálogo, a la búsqueda de acuerdos. # El no ser capaces de aprender a controlar los impulsos que generan violencia. Internalizar normas culturales. # La falta de comprensión en las parejas, la incompatibilidad de caracteres. Un niño que se desarrolle en un ambiente conflictivo y poco armonioso, con muy poca voluntad de diálogo, con poca capacidad en los padres para la comunicación de los problemas, de las necesidades y de los sentimientos, con muy poca apertura y conversación para aclarar y resolver los problemas y aprender de ellos para no repetir las experiencias negativas, ha de ser, con grandes probabilidades, en el futuro próximo y en el lejano, una persona problemática y violenta, a su vez, con sus propios hijos y con quienes estén bajo su poder o influencia. # Falta de comprensión hacia los niños: sin estar conscientes de que los niños son seres inocentes, muchos adultos violentan o agreden o golpean o incluso abusan sexualmente de sus hijos, generando así graves trastornos emocionales en ellos. # La adicción a sustancias: es decir, la Drogodependencia física y psíquica, no la dependencia únicamente psíquica, a sustancias químicas diversas, tales como la nicotina y otras de las muchas sustancias incluidas en la fabricación industrial de los cigarros; a las bebidas alcohólicas; a las sustancias adictivas ilegales o "drogas", excepción hecha de la marihuana, de la cual se sabe que, aunque puede causar dependencia psíquica, no provoca dependencia física y, por punto consiguiente, no genera comportamientos violentos en quienes la consumen, es otra de las causas de la violencia. Muchas personas consumen sustancias adictivas con el fin de poder llegar a sentir que son lo

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que no son en realidad, causando con ello mucha violencia. Son muy frecuentes las noticias de casos en los que se sabe de una persona que, por no poder conseguir la dosis que necesita de la sustancia a la que es adicto, son capaces incluso de asesinar. # Falta de amor, comprensión, respeto hacia a la mujer; muchos hombres golpean a la mujer por un conflicto interno "odian a las mujeres" (misóginos). # También existe la violencia a personas con discapacidad, ya que estas no se pueden defender de maltrato psicológico, sexual etc. El debate y las contradicciones Tradicionalmente, la naturaleza humana ha sido pensada no sólo como lo heredado. Desde la tardía Edad Media, los intelectuales cada vez más atribuyeron diferencias entre clases y géneros a la socialización, más que a calidades innatas. En el siglo XX, los Nazis persiguieron el concepto de naturaleza humana definido por la raza. Los comunistas, en gran parte siguieron el pensar de Marx en la definición de la identidad humana como sujeto de estructuras sociales, no de naturaleza. Violencia innata Muchos escritores, científicos, dramaturgos y cineastas han apoyado la concepción de la supuesta maldad del ser humano, ya que por todas partes se manifiesta la violencia y la agresividad, llegándose así a la conclusión de que ésta pertenezca a la propia naturaleza humana. En el libro ''El señor de las moscas'', William Golding nos muestra lo que él define como un intento de analizar los

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defectos de la sociedad a la luz de los defectos de la naturaleza humana. Este libro considerado un clásico de la literatura inglesa de posguerra, explora dos temas en particular: la civilización contra la barbarie y la pérdida de la inocencia infantil. Parte de la idea de que tanto la sociedad como la naturaleza humanas están programadas para la crueldad, el sadismo y el crimen. Según Sigmund Freud con su teoría de la pulsión de muerte, es la tendencia inherente a toda vida orgánica que se evidencia en actos encaminados a la búsqueda de un estado anterior a la vida. Dentro de la última teoría freudiana de las pulsiones, designan una categoría fundamental de pulsiones que se contraponen a las pulsiones de vida y que tienden a la reducción completa de las tensiones, es decir, a devolver al ser vivo al estado inorgánico. Las pulsiones de muerte se dirigen primeramente hacia el interior y tienden a la autodestrucción; secundariamente se dirigirían hacia el exterior, manifestándose entonces en forma de pulsión agresiva o destructiva. Después que él, Konrad Lorenz, investigador austriaco que fue premio Nobel por sus trabajos sobre el comportamiento animal, defendió la misma idea con la definición ''instinto de lucha humano'', que explica como la causa de la violencia contemporánea. Cita un estudio sobre los indios Utas, argumentando que su vida es salvaje y está basada en la guerra y las razias, y que, por consiguiente, se pudo producir entre ellos un intenso proceso de selección, que según él ha dado como resultado un nivel de agresividad muy alto, siendo causada por cambios genéticos en tiempos relativamente cortos. La

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violencia, los homicidios, los suicidios y la neurosis son para Lorenz pruebas de la agresividad innata de los Utas. El dramaturgo Robert Ardrey defendió la misma tesis en sus libros ''African Genesis'' y ''The territorial imperative'', en los que habla de una territorialidad innata, que se refiere al dominio de cualquier área socio gráfica donde un animal de una particular especie consistentemente la defiende contra sus semejantes o incluso otras especies. Los animales defensores de territorios se nombran como animales territoriales. Y más tarde, el etnólogo Desmond Morris llega aún más lejos con su libro ''El mono desnudo'', en el que afirma que es una tontería debatir sobre controlar nuestros sentimientos de territorialidad y agresividad, ya que nunca lo permitirá nuestra propia naturaleza animal. Violencia aprendida El otro lado del debate son los que se posicionan defendiendo la violencia como algo aprendido. De lo que ya habló el filósofo Jon Stuart Mill, argumentando que hacer responsable de las diferencias de comportamiento y carácter a diferencias naturales innatas es la manera más corriente de eludir las influencias de la moral y la sociedad sobre la mente humana. Ashley Montagu, se apoya en esta afirmación y la continua, diciendo que es la postura más cómoda afirmar que el ser humano es un ser imperfecto, nacido en pecado y agresivo por naturaleza porque así no se le puede culpar por su forma de comportamiento. El defiende su teoría de que sólo la frustración de estos términos de amar y vivir son los que conducen a la agresividad y la violencia.

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El mismo Montagu nos habla de unos supuestos "hechos reales" de una situación similar a la acontecida en la novela de William Golding anteriormente citada. Se trata de unos acontecimientos ocurridos a principio de los años 60, donde unos melanesios dejaron en un atolón seis o siete niños de edades entre dos y doce años, con la idea de recogerlos después; pero hubo una tormenta y los niños no pudieron ser rescatados hasta al cabo de varios meses. Cuando fueron recogidos se descubrió que habían construido una comunidad en buena convivencia, sin luchas, peleas ni problemas de liderazgo. Se habla también de la característica más destacada de la especie humana y que es su ''educabilidad'', el hecho de que todo lo que sabe y hace como ser humano ha de aprenderlo de otros seres humanos. Los que se sitúan en este lado del debate se apoyan en los estudios sobre las sociedades cazadoras-recolectoras en las que la caza es muy importante para subsistir. En la caza son muy importantes la cooperación, la capacidad para solucionar los problemas rápidamente y la adaptabilidad. Aquí el instinto constituye otro tipo de inteligencia, que compartimos con otros animales, y que las hacen mantenerse siempre en el mismo lugar en la escala biológica. Por tanto, Montagu concluye que es improbable hablar en estas sociedades sobre un instinto de agresión, o de territorialidad, ya que la base de su supervivencia es la ayuda mutua y la preocupación por el bienestar de los demás. Otro factor a tener en cuenta sobre el instinto de territorialidad es que ninguno de los grandes simios (ni el gorila, ni el

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chimpancé, ni el orangután) ni la mayoría de los monos que han sido estudiados lo poseen. El profesor Omer Stewart, máxima autoridad científica, al parecer demostró que Konrad Lorenz estaba supuestamente equivocado en su investigación sobre los indios Utas, defendiendo que éstos nunca fueron belicosos ni estuvieron dominados por la violencia, la muerte, el suicidio o la neurosis. Según Montagu, Lorenz habla muchas veces de la belicosidad del hombre primitivo, pero al parecer no existe ninguna prueba de eso, lo defiende diciendo que si en realidad lo hubiese sido, no habría sobrevivido tanto tiempo, ya que el número de individuos que formaban los pueblos cazadores-recolectores era pequeño. Las pruebas señalan que las guerras no comenzaron a producirse hasta el desarrollo de las comunidades urbanas, hace no más de 10000 años. En lo relativo al territorio, Montagu defiende la idea de que los seres humanos tienen muchas maneras de entenderlo en función de cómo se les ha enseñado este concepto, ya que algunos están apegados a sus territorios y defienden celosamente sus fronteras; mientras que otros como los esquimales, carecen del sentido de propiedad territorial. La conclusión que defiende este otro lado del debate es que los hechos demuestran que el ser humano no nace con la agresividad, sino con un sistema muy organizado de tendencias hacia el crecimiento y el desarrollo en un ambiente de comprensión y cooperación, y que, cuando éstas se frustran, los seres humanos tienden hacia el desorden y a convertirse en las víctimas de los otros seres humanos igualmente afectados por

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estos desajustes. El mismo Montagu finaliza diciendo que para aprender a amar, hay que amar, y que sólo se aprende a hacerlo cuando se es amado. El afecto es una necesidad fundamental, ya que es la que nos hace humanos. (*) Articulo extraído de Wikipedia

Un oxidado tren

Había una vez..... ¡No! ¡Veamos! Habría existido una vez... un poblado con grandes complicaciones y que al parecer, tuvo que ser rescatado de si mismo. Era todo un misterio, probablemente un imposible a los ojos perplejos de aquel, cuyas intrincadas disquisiciones, le estaban llevando al borde de la insania. Observemos. En el centro de la escena, que se descubría ante el investigador, estaba el cuerpo inerte de un hombre que, al parecer, habría sido atropellado por un tren. Por lo menos, es lo que se podía rescatar, de la disposición de las cosas en aquel escenario. Así pensaba el arqueólogo, que había escrito en su diario.....”atropellado por un tren”.... pero, pensó y documentó luego... “allí no había ninguno”. Los restos metálicos de lo que fuera una vez una locomotora, estaban esparcidos en un estadio cercado, situado a varios cientos de metros del lugar donde se hallaba aquel cadáver.

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El espacio donde reposaba el occiso, dada la distribución de las vacías instalaciones halladas, poseía las características típicas de un puerto fluvial. Si fluvial, no marítimo...si se hubieran encontrado allí vestigios de algún río... pero, no se adivinaban ni el lecho seco de un arroyo, ni siquiera algún antiquísimo canal de riego. El sol caía pesadamente sobre el vértice de la cabeza del científico, que acariciando suavemente su blanca y tupida barba, secaba al mismo tiempo, las gotas de transpiración que rodaban por su cara. Con los ojos desorbitados y la mente obnubilada escuchaba a su capataz repetir: – ¡Coronel! ¡Escuche Coronel! - Es que de militar no tenía nada, era mas bien un apodo que le habían puesto, por su manera de ver las cosas. Así, por ejemplo, como esta vez, se paraba frente a los escenarios que investigaba, sobre alguna colina o promontorio, sin permitir que nadie estorbara el recorrido de su vista. Horadaba con sus negros ojos, los objetos y artefactos que en un radio de por lo menos 180 grados, posaban frente a él, tratando de comprender los mensajes que de ellos emanaban. – ¡Los objetos hablan! - sabía decir el erudito – ¡Poseen alma y personalidad! – ¡Callen ustedes, insensatos mortales! ¡El silencio será vuestro mejor aporte a la ciencia! - rugía y rumiaba el Don Coronel. – Disculpe – insistía el capataz – Pero hay aquí una insalvable distancia entre los hechos y las cosas.

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– ¿Que? ¡Que barbaridades esta usted diciendo! ¡Inculto batracio! - le saltaban las palabras de la boca como espuma. – Estimado Coronel – susurró una dulce y femenina voz, al oído derecho del investigador – El cuerpo aquí tendido, tiene todavía sangre fresca. Y aquellos despintados hierros, llevan una capa bien añeja de oxido. – ¿Como? - balbuceó la eminencia – ¿Este cuerpo aquí tendido, no es un fósil? - y elevando el tono de su voz rugió como un endemoniado: – ¡Pues no es eso lo que irradian los mensajes subliminales de la escena! ¡Ni siquiera el proceso metabólico basal podría engañarme de tal manera! ¡Ni el objetivismo circunstancial pondría en tela de juicio las aseveraciones científicas! ¡No señor! - decía despectivamente - ¡Aquí hay un engaño y lo voy a descubrir! - discurseaba el Coronel como poseído por un demonio. Se erguía sobre los extremos de sus botas, de frente al espectáculo que las ruinas y objetos ofrecían, mientras movía sus brazos a diestra y siniestra. Una vez señalaba el cuerpo tendido del destrozado cadáver y otras los elevaba al cielo, junto con sus ojos enceguecidos por el refulgente sol. Era una persona bastante madura ya y sin embargo siguió con su excelso discurso durante horas, rechazando todo ademán de apoyo de sus ayudantes. Ni el furioso sol, ni las moscas o los olores que emanaban del cadáver que posaba a sus pies, pudieron cambiar su actitud. Parecía ofrecer su vida toda en pos de lograr letradas explicaciones. – ¡La epopeya humana es inconmensurable! – escupía al viento el Coronel.

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– Vean ustedes las conquistas que nos legaron los griegos y romanos. Las enseñanzas supremas que nos dieron orden y sentido. Lo que permitió la transformación de la naturaleza, para el provecho de las futuras generaciones - exclamaba el anciano. – Esas almas superiores que fecundaron las semillas de nuestro mejor saber. Los que vencieron aquellas hordas bárbaras. Los hombres que supieron poner a las personas, cosas y valores en su correcto lugar para permitir la libre expresión de los hombres fuertes - se desgañitaba, mientras su voz se iba perdiendo en aquel incandescente atardecer. El cuerpo inerte se fue descomponiendo en sus partes mientras las instalaciones portuarias permanecían en su absoluto silencio. El río que alguna vez corrió frente a ellas, escondía su real existencia. El desarmadero en donde reposaban las partes de esa vieja locomotora, esperaba vanamente que algún comerciante de chatarra se dignase por aquellos lares. Pero quién se iba a atrever por esos desérticos parajes en donde ya nada ocurría. Eran poblados abandonados por sus gentes que habían dejado todo en pos de la modernidad. Sus historias y pasado, sus antepasados allí enterrados y con ellos su propia identidad. Esa misma, que ahora un viejo loco, ex catedrático retirado, quería rescatar de entre las inertes partes de un pasado impertérrito. Ese cuerpo, el cadáver todavía fresco de algún suicida o imprudente, era lo único realmente vivo, de todo aquel abandono. Esto parecía ser el único logro de la épica historia de los hechos humanos.

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Una mosca en el café Se ha caído nuevamente una mosca en el café y desde sus ponzoñosas entrañas envenena el alimento. Pero los incautos no lo ven pues se ha disfrazado de defensora de los derechos humanos. Sus alas las ha pintado de colores vivos con diáfanas pancartas y su cabeza la corona el turbante de los justos. Sorben las gentes del líquido infectado y de a poco van transformando sus gustos y el sabor putrefacto y amargo aparece de pronto dulce y justiciero. Ha caído otra vez la mosca tsé tsé del engaño y del sopor que atrapa las conciencias y que amenazan con el horror y las patrañas convertidas en poesías. Ha caído la mosca que cunde y que forja nuevamente la mano dispuesta a asestar la “solución final”.

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Virtualidad

La gaviota cibernética Afuera reinaba la obscuridad y titilaban suavemente las luces de la ciudad. Adentro del edificio reinaba el silencio, salvo algunos sonidos que también vibraban, cumpliendo un ritual. Era la escenografía en la cual actuaban los aparatos electrónicos y las computadoras, que parecían ser sus personajes. Emitían estridentes colores de las pequeñísimas lámparas que parecían hablar entre ellas en un desconocido idioma. Era un sordo y casi ciego mundo en el que actuaban todos sin emitir ruido alguno. El lugar era de una pulcritud única. En las pantallas se iban acumulando símbolos y signos que formaban figuras de infinitos colores. Probablemente tenían algún significado para aquella gaviota, que parada como petrificada en el marco externo de una de las ventanas, observaba detenidamente a las infernales maquinas. Era la cornisa del piso 54 en aquel edificio de oficinas. Había llegado por fin la obscuridad y el silencio relativo a aquellas alturas. Era la oportunidad de la gaviota de reposar del mundanal y aturdidor ruido, que durante el largo día subía desde las calles de la ciudad. Eran también las nubes de impúdica mugre que flotaban en las columnas de aire y que hacían dificultoso el vuelo de la gaviota. Más arduo aún, era el tratar de esquivar los impetuosos pájaros metálicos que surcaban el cielo de la ciudad, en veloces espasmos. Con ellos se movían los

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humanos que poblaban las modernas urbes de esa parte del planeta. A veces, en sus vuelos rasantes, las gaviotas confundían la línea del horizonte, por los reflejos en las ventanas de los edificios, que como enormes espejos parecían extender el cielo. Las gaviotas perdían así el punto de referencia para sus vuelos y se estrellaban dolorosamente contra los edificios. Hacía tiempo que nuestro pájaro surcaba los cielos de la ciudad. Había llegado, como muchas de sus compañeras, en pos de alimentos que eran escasos o se habían terminado por completo en las costas marinas a las cuales una vez pertenecieron. Muchas otras especies de aves habían ya desaparecido, sucumbiendo frente a los brutales cambios de la naturaleza. Su hábitat natural ya no ofrecía ninguna seguridad y también nuestra gaviota tuvo que ir en pos de las demás y penetrar las enormes ciudades de los humanos. Estos generan enormes cantidades de desperdicios y se podía con un poco de esfuerzo encontrar alguno que otro alimento. Las gaviotas son conocidas como aves de gran fortaleza y pueden sobrevivir en condiciones extremas. No obstante, también la nuestra sufría los imprevistos del nuevo hábitat de la ciudad y así por ejemplo, a veces se ahogaba con los plásticos mezclados con restos de comidas. Dando tumbos sobrevivía cada día hasta llegar la noche y con las penumbras del atardecer emprendía el vuelo ascendente que la llevaría, como todas las noches, a la cornisa de aquel edificio en el piso 54.

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Era algo extraordinario e incomprensible lo que allí ocurría, pero la gaviota ya sabía que tenía que pararse como congelada, sin moverse, y observar detenidamente una de las pantallas que titilaban. Era como una ceremonia que tenía sus reglas propias y era necesario respetarlas. En la pantalla aparecían primero unas series interminables de números y signos que corrían de izquierda a derecha y de arriba abajo, hasta que esa loca danza parecía detenerse repentinamente. La pantalla se obscurecía por un momento y luego de manera muy tenue y lenta se iba formando una figura. Al principio era apenas perceptible y borrosa, pero luego comenzaban a distinguirse las formas de las alas, luego el pico alargado de color amarillo anaranjado, la cola estirada hacía atrás, las largas patas y los pequeños ojitos negros que parecían mirarle. Entonces la figura de la pantalla abría su pico como señalando hacia la gran ventana en donde nuestra gaviota frotaba su pico contra el vidrio y el metal de la ventana y en un ronco grito parecía exclamar: ¡Mamá!

El llanto de una madre Revisando colecciones de artículos y documentos apilados, esperando su oportunidad, llamó nuestra atención un pequeño recorte de diario, que llevaba un título un tanto anémico junto a

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una caricatura aún más endeble (Igualdad animal, 2011). Pero resultó ser que el tema que trataba era sumamente serio, por lo menos en cuanto a la temática humanística de “Propuesta”. Transcribimos aquí algunas frases del artículo pues creemos que el relato es emblemático: “...Era una jovencita de ciudad, cuando pasé a residir durante dos años en un Kibutz (aldea rural colectiva en Israel). Durante una de las primeras noches, escuché el llanto de una mujer, como elevando a gritos al cielo, un profundo dolor. El llanto se repitió durante unas noches más y luego se fue desvaneciendo. Pasaron varios días y noches y los misteriosos lamentos volvieron a repetirse. Esta vez parecía ser alguna otra mujer, su tono de voz era diferente pero como el anterior eran profundos lamentos de sufrimiento y dolor. Traté de averiguar de qué se trataba, pero nadie en la aldea parecía entender de qué les estaba hablando. Al fin, pude descifrar el origen de aquellos desgarradores llantos...el establo de las vacas. Resulta ser, que cuando nace un ternero, la leche que produce la vaca-madre para su hijo, es sumamente grasoso, lo cual debe servir al recién nacido, pero es muy anti-económico para la industria lechera por sus clientes consumidores, que demandan productos de bajo nivel calórico. Por lo tanto, para que la vaca, no pase a ser menos rentable, aún por unas pocas semanas, el ternero es retirado de inmediato de la cercanía de su madre, para que esta vuelva a producir leche “común”. En cuanto el hijo es separado de su madre, comienza el lamento de esta durante varios días consecutivos. Su llanto tiene un absoluto aspecto humano y expresa la pérdida de manera bien clara y

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horrífica. Siendo uno testigo de tales hechos y expresiones, hay que ser sordo o sufrir de alguna anomalía emocional, para llegar a decir que los animales no tienen sensaciones ni que expresan sufrimiento, es decir, que no tienen alma. ¿Y el vástago, que pasa con él o ella? Si se trata de una ternera, será alimentada de un biberón de las manos ásperas de los ganaderos, para ser una futura ´unidad productiva´, como su madre. Si se trata de un macho, se lo encierra en una jaula del exacto tamaño de su cuerpo, en el cual solo puede estar de pié y no puede moverse. Esto es para que no desarrolle músculos, lo cual influiría sobre el precio de su carne en un mercado que solo aprecia...´delicadas carnes de ternero´”. “...El proceso de cría de una vaca lechera en un establo industrial, pasa los siguientes pasos: corte de sus cuernos, quema de un numero en su piel y perforación de uno de los oídos (sin ningún tipo de anestesia por supuesto); inyección de una elevada cantidad de antibióticos y puesta en práctica de una serie de métodos y medios para aumentar la producción de leche del animal; una ´vaca industrializada´ produce unos 40 litros diarios de leche, en lugar de 8 litros en el pasado; las glándulas mamarias de la vaca aumentan considerablemente su tamaño, lo cual es causa de infecciones y posteriormente del rápido colapso de la estructura ósea de la vaca, la que ya a los 4 años de edad, no puede mantenerse en pié, dislocando sus rodillas...” “...Las vacas son animales grandes, curiosos, sociales e inteligentes, especialmente sensibles a los sobresaltos que les

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estresan y causan miedo... Las vacas pueden llegar a vivir unos quince años, aunque normalmente se las asesina al año de su nacimiento para obtener de ellas una carne más tierna. Las relaciones entre la madre y la cría son especialmente fuertes y empieza cuando la madre se aparta del grupo para dar a luz a su cría. Una vez nacida, la madre empieza a lamerla y con ello se va familiarizando con el olor de ésta. A las madres les gusta dormir junto a sus hijos, cuidarles y protegerles. Las vacas explotadas por su leche lloran durante días cuando son separadas de sus crías, muchas de ellas se separan de las demás durante semanas para estar solas y recuperarse del duro golpe que supone alejarse de sus bebés. Durante ese tiempo se mantienen aletargadas y tristes y no es raro ver cómo otras vacas del grupo tratan de acercarse a ella para animarla. El sufrimiento que la separación de sus madres supone a las crías es comparable al que padecería un bebé humano al ser separado de su madre”. Hasta aquí las citas del artículo, pero en este caso no podemos menos que recordar que el ser humano, a menudo utiliza sencillos y aberrantes justificativos para algunas de sus peores acciones. En el caso de los animales ´comestibles’ o ´industrializables´, se comienza por definirlos ´no humanos´ y por lo tanto ´faltos de características valorables´. De ahí que el paso a su aniquilación para el ´consumo´ por parte de los seres humanos inteligentes, es muy rápido. Salvando las enormes distancias, pero solo a nivel temporario, y conociendo la historia de nuestra humanidad, sabemos que todos los genocidios humanos han pasado por un proceso similar de

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“deslegitimación” de la futura víctima, lo cual lo convierte no solo en ´disponible´ para ser eliminado, sino que por lo general su eliminación física se hace imprescindible y pasa a ser “una solución”. Pese a no tratarse este artículo de un estudio amplio y profundo del tema, debemos dar alguna que otra respuesta a posibles inquisiciones, como ser: ¿Cómo podría vivir el ser humano sin proteínas de origen animal? Bueno, no somos científicos para dar respuestas válidas al caso y solo podemos citar algunas fuentes: De Wikipedia: “Las fuentes dietéticas de proteínas incluyen carne, huevos, soja, granos, legumbres y productos lácteos tales como queso o yogurt. Las fuentes animales de proteínas poseen los 20 aminoácidos. Las fuentes vegetales son deficientes en aminoácidos y se dice que sus proteínas son incompletas. Por ejemplo, la mayoría de las legumbres típicamente carecen de cuatro aminoácidos incluyendo el aminoácido esencial metionina, mientras los granos carecen de dos, tres o cuatro aminoácidos incluyendo el aminoácido esencial lisina. Y en cuanto a la calidad de tales proteínas: ...las que provienen de animales que contienen todos los aminoácidos esenciales (leche, huevos, carne) y la proteína de soja son las más valiosas para el organismo”. De lo antedicho se desprende que aunque las proteínas animales son las más ventajosas para el ser humano, no están exentas de valor las de origen vegetal, algunas de alta calidad como ser la soja.

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Pero hay otro aspecto no menos importante de esta temática y es...la cantidad de proteínas necesarias para la supervivencia humana. Y continua explicando Wikipedia: “Como el organismo es incapaz de almacenar las proteínas, el exceso digerido es convertido en azucares o ácidos grasos. El hígado retira el nitrógeno de los aminoácidos, una manera de que éstos pueden ser consumidos como combustible, y el nitrógeno es incorporado en la urea, la sustancia que es excretada por los riñones. Estos órganos normalmente pueden lidiar con cualquier sobrecarga adicional, pero si existe alguna enfermedad renal, será prescripta una disminución en el consumo de proteínas. El exceso en el consumo también puede causar la pérdida de calcio corporal, lo cual puede conducir a pérdida de masa ósea a largo plazo”. Sabemos también a ciencia cierta, que la sociedad occidental, está sobrealimentada y sufre las consecuencias de ello. De otras sociedades, las más primitivas y por lo tanto menos ´industrializadas´ sabemos que sus dietas están más equilibradas, pues consumen vegetales y algunas proteínas originadas de carne de pequeños animales de caza. Las dificultades de lograr cazar animales silvestres son conocidas por una parte, pero por otro lado nuestros ´primitivos´ saben perfectamente que si exageran en el número de piezas cazadas y en particular de las hembras, prontamente se van a quedar sin carne. De todas maneras, se trata de mundos mejor equilibrados entre la demanda y la oferta. Un equilibrio en el cual la sabia

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naturaleza tiene mucho más para decir que los humanos “desarrollados y progresistas” (Igualdad animal, 2011).

Convivir

Inmersos en una apocalíptica realidad sobrevivimos hoy conectados a los tubos

de oxigeno del modernismo.

Fueron las redes tejidas por románticas ideologías

que en pos de un futuro mejor perdieron al ser humano individual.

Librado a la pura razón,

la lógica mecánica alimentó al espíritu

por medio de sofisticados aparatos.

Lo humano fue desalojado por la ética de la razón pura y cubierta por los taparrabos de la ciencia todopoderosa

Luego, la comunicación entre las personas,

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se dibujó bajo las normas de la competencia, marginando la cooperación desinteresada y la dádiva sin más motivos que ser así.

El poder magnánimo de la justicia,

con su verdad única e infalible, eliminó para siempre

la alternativa de transar.

El objetivismo creó los mercados abarrotados de productos baratos,

producidos por personas más baratas aún y rápidamente substituibles.

Surgieron instituciones y gobiernos y la defensa armada de sus intereses,

instaurando seguidamente, la violencia como norma de convivencia.

Ocultos bajo el olvido y la displicencia, quedaron pueblos primitivos y gentes despreciadas

por la soberbia absolutista del progreso.

Lentamente, se fueron rescatando, pese a la intransigencia moderna,

las migas de aquel pan que otrora cocieron grupos humanos diferentes.

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Son sociedades pacificas, que sus códigos ignoran

toda relación de violencia y más aún, carecen de leyes escritas.

Su más apreciado valor, es la libertad individual, que convive en armonía

con la fraternidad.

“Queremos ser morales con el fin de permanecer en una relación de solidaridad

y para afianzar el ideal de nosotros como interesados en el otro”

Imaginemos esta ética aplicada a la educación

y veremos así generación tras generación, a niños imbuidos de normas

que rechazan todo tipo de violencia.

Investigadores pasados, no pudiendo escapar a sus propios designios occidentales,

buscaron explicaciones de índole económico, basados en el típico ritual del interés puro.

Aun hoy son muchos los incapaces de admitir que:

“Esas sociedad son no-violentas porque así lo quisieron”

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y hoy solo podemos callar y modestamente aprender las enseñanzas de aquellos “primitivos”.

Desmantelar todo tipo de autoridad institucional,

evitar el monopolio de los conflictos, verse cada uno como parte del litigio y su solución

y dar a conocer su posición.

No importa el tiempo que demande, el resultado del descontrol puede ser peor. Es imprescindible dedicar días y semanas

para poder arribar al fin, al consenso anhelado.

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Solo yo

Una estúpida historia Guión cinematográfico

Ráfagas de viento tormentoso, arrollaban los costados del barco que se mecía con tremenda violencia de un lado al otro en aquel mar embravecido. Las crestas de las enormes olas llegaban casi hasta las ventanillas del enorme salón del bar, en el cuál reinaba un extraño silencio, salvo el sordo zumbido del mar. El tipo seguía sentado al lado de la mesa de póquer, con una pasmosa tranquilidad, como si estuviera al margen de toda aquella debacle. La gente se había esfumado cuando se anunció la tormenta desapareciendo uno a uno de los lugares de recreo. Cada cual se fue a refugiar en su respectivo camarote y se amarró a alguna de las literas en donde el cabeceo de la nave parecía menos amenazador. Todos rezaban a sus Dioses particulares rogando por la salvación, pero aquel hombre, con un cigarro humeante en el costado de su boca, manejaba con destreza un mazo de naipes que iba desparramando sobre el verde tapete de la mesa. Acercando la cámara lentamente hasta un primer plano de la cara del tipo, se descubría en su boca un rictus que no era solo la posición del cigarro y más bien descubría una profunda amargura. Sus ojos debajo del sombrero de amplias alas, demostraban cansancio, abatimiento y hartazgo. Ello era también evidente por el temblequeo de sus manos, que ahora descubría nuestra cámara.

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Un acercamiento más profundo todavía de la cámara, hacía evidente pequeñas gotas de transpiración que manaban de abajo del sombrero. Saliva humedecía los costados de la boca y de su esperpento bigote. Parecían signos típicos de un previo infarto. Las manos temblaban a un ritmo más acelerado y los dedos ya no sostenían las cartas del mazo que se iban desparramando por el piso, como queriendo alejarse de la tragedia en puerta. Aquí la escena hace un “cross fade” (una imagen se esfuma mientras la otra aumenta su presencia) y surge otra vez la escena de inicio: El salón del barco está completamente iluminado y los proyectores bailan junto con el gentío de los pasajeros, que al son de una rítmica música mueven sus cuerpos, mientras sus bocas emiten alegres y bulliciosas risas. Es un ambiente festivo en donde todos muestran sus mejores prendas y otras cualidades personales. El mundo en esos momentos parece no haber padecido nunca malestar alguno. Las penas parecerían haberse olvidado o inexistentes. La cámara danza con los festejantes, acariciando unas y otras caras gozando al ritmo de la música, pero en un momento la lente se aparta de la brillante luz y retorna a la cara del tipo que sostiene un cigarro en las comisuras de los labios. A su lado una joven mujer, sonriendo a boca llena, sigue el compás de la música palmeando con sus manos. De vez en cuando hecha una mirada hacia el hombre que la acompaña. Él

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peina canas en sus cabellos aparentando ser más anciano que ella. ¿Y ahora? ¿Cómo seguimos esta historia, se pregunta el tipo? Entonces comenzó a recapacitar; era el dueño de ese transatlántico, es decir era el mayor accionista de la compañía naviera propietaria del barco; tenía una inmensa riqueza que pudo hacer gracias a aquella corazonada de proveer a la clase media de viajes de recreo marítimos por la zona del Caribe; tenía una hermosa y joven mujer que sabía muy bien darle esa sensación de hombre poderoso; sus relaciones y amigos se contaban entre los más encumbrados en el mundo de las finanzas y la política. En definitiva, había decidido que su ejemplo merecía ser entronizado por medio de algo que la posteridad pudiese apreciar. Pensó en los retratos que se hacían los poderosos en la antigüedad o en las estatuas de los griegos y los romanos y le pareció sumamente vulgar y repetido. Podría levantar algún edificio a su nombre, digamos de una institución académica o algo así, pero le pareció muy trillado. Y fue entonces cuando pensó entonces en los filósofos de la antigüedad: Pensó y trató de comprender ¿qué tuvieron aquellos para decir? ¿qué fue lo que tanto llamó la atención de sus seguidores?. Pensó que él podría muy bien ser un Platón o Aristóteles, Confucio o Espinoza, Kant o Sócrates ¿Qué dijeron de importante que él no sabría decir? Tenía el ejemplo de su vida, el éxito con el cual había sido coronado por la Providencia ¿Es

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que era poca cosa eso? ¿Cuánta gente en este mundo se muere de hambre a diario? ¿Y por otra parte cuantos son los que lograron amasar una fortuna como él? Sin lugar a dudas, era un hombre muy singular, lo cual era evidente por sus logros. Eso debía ser plasmado en un documento para la posteridad... se exaltó con su genial idea: Como buen hombre de negocios, contrató a los mejores profesionales del tema a quienes encargó el proyecto. Escritores de guiones, camarógrafos, sonidistas y cuanto profesional importante del tema. La filmación tendría lugar en alguno de sus transatlánticos, durante una de sus travesías regulares. Todo se inicia con tomas fotográficas de él en diferentes poses y la filmación de su discurso de bienvenida a los pasajeros. Ello durante un fastuoso festejo a bordo, durante la primera noche de navegación cuando todos los pasajeros están aturdidos y en éxtasis. En su discurso, recordó a los presentes los festejos de la aristocracia romana y enalteció esa simple manera de aquellos de vencer al destino. Ensalzó los buenos modales y la importancia de la diversión: "La vida es demasiado dura - les decía a los pasajeros - como para tomarla en serio". "Como aquellos antepasados" - gritó enardecido- "Bebamos y comamos porque mañana habremos de morir". Entonces no pudo adivinar cuanta verdad habría en esa frase.

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Sociedad

Emilio o De la educación Emilio” o “De la educación”, es un tratado filosófico sobre la naturaleza del hombre escrito por Jean Jacques Rousseau en 1762, y para él era la “mejor y más importante de todas sus obras”. Aborda temas políticos y filosóficos concernientes a la relación del individuo con la sociedad y particularmente señala cómo el individuo puede conservar su bondad natural (Rousseau sostiene que el hombre es bueno por naturaleza), mientras participa de una sociedad inevitablemente corrupta. "...Si queréis, pues, que el niño conserve su forma original, conservársela desde el instante que viene al mundo. Tan pronto como nazca, apoderaos de él y no le abandonéis ya hasta que no sea hombre; sin esto no tendrá éxito jamás. Como la verdadera nodriza es la madre, el verdadero preceptor es el padre. Que ambos se pongan de acuerdo en el orden de sus funciones, del mismo modo que en su sistema; que de las manos del uno el niño pase a las del otro. Él será mejor educado por un padre juicioso y comedido que por el maestro más sabio del mundo; pues el celo suplirá mejor al talento que el talento al celo. Pero los negocios, las funciones, los deberes... ¡Ah!, los deberes; ¡sin duda el último es el del padre! No nos extrañemos que un hombre, cuya mujer ha desdeñado el alimentar el fruto de su unión, desdeñe el educarlo. No existe cuadro más encantador que el de la familia; pero un solo rasgo alterado desfigura a todos los demás. Si la madre tiene precaria salud para ser nodriza, el padre tendrá demasiados asuntos para ser preceptor. Los hijos, alejados, dispersos en pensiones, en

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conventos, en colegios, llevarán por todas partes el amor de la casa paterna, o, por decirlo mejor, ellos extenderán el hábito de no estar apegados a nada. Los hermanos y las hermanas apenas se conocerán. Cuando todos estén unidos en ceremonia, podrán ser muy corteses entre sí; se tratarán como extraños. Tan pronto como no existe ya intimidad entre los padres, la sociedad familiar no mantiene la dulzura de la vida, y es preciso recurrir a las malas costumbres para suplirla. ¿Cómo es el hombre tan estúpido que no vea la cadena de todo esto?” (Rousseau J. J., Emilio, 1762)

Democracia, diplomacia, falacia

La falacia de que la “democracia es el gobierno del pueblo”

es similar a decir que la “diplomacia trata las relaciones entre aquellos”

Pero eso del dominio del pueblo es un gran ratón

como las mentirosas relaciones las tapa apenas un batón

“El genocidio no nos incumbe si contraría nuestros intereses

en las relaciones con el genocida, así declaraba una conocida figura”

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“La aplicación de la inteligencia y el tacto en la dirección de las relaciones oficiales” Así reza una conocida definición de la Diplomacia

y las relaciones internacionales o para ir más lejos, viene al caso

la filosofía del pragmatismo, para la cual: “el único criterio de validez de cualquier teoría científica,

ética o religiosa, debe basarse en los efectos prácticos de la misma”

¿Y de que nos sorprendemos entonces, si la historia desde siempre nos relata de actitudes similares de gobiernos

ciegos ante hechos asesinos?

No nos preguntemos en tal caso, donde estaban quienes el poder sustentaban

cuando los horrores ocurrían, porque con los intereses no coincidían

La democracia es apenas una mentira

porque son siempre los menos los que llevan la batuta

y para el pueblo solo queda...la prostituta

Veamos qué diferencia, cuando la visita de alguna artista, profesor, estudiante o deportista

o incluso un turista mezclado entre la gente que se inserta apenas momentáneamente.

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Para que hacen falta protocolos con trajes y papillón

recepciones y fiestas oficiales de encumbrados donde se destacan conversas insípidas

a veces denominadas negociaciones...estúpidas

Invierten entonces esfuerzos diplomáticos, los diplomáticos, en escribir enormes reportes

que nadie habrá nunca de leer u orinar (leak en inglés) hasta que los destape un Wiki-leak.(*)

(*) Sitio de internet donde se publicaron miles de documentos diplomáticos secretos. Leak (en inglés) = escape, fuga, mear

A plena voz Hoy a las 6 de la tarde se va a gestar mi nuevo nacimiento. Los generales en servicio y los retirados van a transpirar un momento. Las campanas de las catedrales anunciarán la llegada del mensaje de la verdad. Hoy sabré definitivamente el destino de aquel voto que deposité en las urnas una tarde inerte. Aquella vez parecía toda una promesa de futuro, pese a que las hojas de los arboles ni siquiera se agitaban. Y no obstante mis dirigentes, tan gentiles ellos, esbozaban sonrisas de complacencia al ver la urna aumentar su caudal.

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Luego corrió mucha agua por el río y surcaron los vientos por los cielos. Pero un día amaneció con tormenta amenazante. Paralizados por el miedo yo y los míos, dirigimos con angustia los ojos hacia las autoridades. Esperábamos de ellos una sombra de protección. Sus manos señalaron con firmeza hacia el cielo. Tenga usted plena confianza, pues desde las alturas él nos señala, repitieron al unísono los políticos y militares. ¿Es que las bombas caen, padre? decían tantas bocas y otras. ¡Es el precio de la libertad hijo, que debemos pagar! ¿Pero patrón – atiné a decir – no veo a nadie más que a los nuestros sucumbir, porque es así? ¡Desvergonzado! ¡¿Dónde está su patriotismo?! Respondieron los generales en servicio y los retirados. Y yo me acurruque y retomé la forma fetal y así sobreviví. ¡Pero ya no más amigos, porque hoy, al fin, la verdad saldrá a la luz! Ya no más promesas de dirigentes autoritarios ni palabras inermes. Hoy seremos nosotros quienes haremos uso de la palabra. Hoy diremos a voz en cuello y con pechos ardientes... ¡A sus órdenes mi General!

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De pronto, una furiosa tormenta De pronto la tormenta estalló en mil chispas destrozando suelos, quebrando paredes. Imágenes de horror se dibujaron en las caras, frunciendo ceños, arrancando ojos de sus órbitas. En las manos yacen periódicos arrugados que en primeras planas exponen la pornografía a toda vista, sin reparos, sin remilgos. Gestos de espanto frente a las pantallas de televisión que día y noche desparraman los signos del caos global. Parece no haber límites, ni un rincón lejano que sirva de refugio. Todo tejido aparece tomado, con daños irreversibles y las promesas de cura se descubren vanas, falsas. Los primeros momentos, parecían estar protegidos con el manto de la rápida respuesta de las autoridades y la seguridad que vendían con sus declaraciones. Se manejan cifras monstruosas, incalculables. ¡No volveremos a los errores del pasado! ¡Hemos aprendido! rezan los libros de estudio y de esa manera también, pregonan los políticos. ¡Crisis! retumba la palabra en los oídos y las mentes vagamente se reconocen en ellas a sí mismos. ¡Eso le pasa a otros a lo lejos, no aquí! Pero, de pronto... la tormenta Ahora estamos aterrados, buscamos culpables, individuos y sistemas. La terminología es vasta: ¡Capitalismo desenfrenado! ¡Ambición! ¡Afán de Lucro! ¡Liberalización irrestricta! y un sinfín de pulcros y técnicos conceptos, con un solo motivo: Tratar de justificar los pequeños errores de un sistema que, según esos especialistas, se demostraba perfecto. Desde esa

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óptica, el modelo, inserto en la convicción Darwinista del desarrollismo evolucionista, pretende medir el éxito con las reglas aritméticas o estadísticas: Cantidades de mercancías, aumentos de producción, mercadeo y por supuesto las sumas de las rentas obtenidas. Lo que ahora barajan los análisis profesionales, bajo esas mismas pautas, son los posibles factores desencadenantes. Se destilan enormes cantidades de tinta sobre el papel y las computadoras elaboran más y más complejos modelos que puedan dar en el clavo. Hasta profesionales de ciencias de la conducta han entrado en el juego de las adivinanzas. La táctica es sencilla: “corrigiendo algunos desperfectos, la maquina volverá a funcionar sobriamente”. Prematuro mi amigo, equivocado, insulso e insípido Un solo elemento se ha eliminado de esta parodia...al ser humano. Claro, pareciera esto una simple perogrullada ¿El ser humano? ¡Pero si todas las miradas de las ciencias están puestas allí, en un intento por mejorar la calidad de vida del individuo! Todo un ditirambo a sí mismos, ensalzando exageradamente a sus propias personas en calidad de, lo que atino a denominar ... ”entes supra-humanos”. Veamos: Un ejemplo muy actual y que nos corresponde: La “crisis” financiera de las Bolsas de Valores. Se trata de acciones u otros tipos de, los así denominados, papeles de valor que se comercian en esos recintos o por medios automatizados. Se supone que quienes poseemos ahorros, fruto de nuestro trabajo, podemos invertir en dichos instrumentos con el fin de acrecentar ese

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pequeño capital. Por supuesto que somos conscientes que también podemos perder, dado que estamos sujetos a la famosa ley de oferta y demanda. Pero claro está que son contados con los dedos de una mano, quienes pueden participar en esa ruleta rusa, de manera directa. Por lo general lo hacemos por medio de las instituciones financieras especializadas en dichas transacciones. Nosotros, los seres humanos simples, nos dejamos llevar por los “consejos” de quienes dicen ser “profesionales” de las inversiones, que dominan las técnicas de evaluación de dichas acciones. Muchas veces se trata en realidad, de consejos que nos dan terceros, ya que nuestro dinerillo va a parar a un Fondo de inversión de alguna institución. En verdad no tenemos idea de quién es el que decide comprar tal o cual acción o vender otra y por supuesto no conocemos los motivos de su decisión. Es decir, estamos poniendo el sudor de nuestra frente en manos de absolutos desconocidos. De vez en cuando la institución nos premia con algún reporte, en el cual podemos entender qué felices que somos en haber confiado en ellos. Pero si somos suficientemente suspicaces vamos a percibir que aunque nosotros no siempre ganamos y más bien a veces perdemos bastante, ellos siempre ganan. Nunca olvidan de cobrar sus comisiones. Y también habremos de saber que estas se calculan sobre el monto invertido y no sobre las ganancias o pérdidas. Sin dudas la institución es supra-humana, puesto que tiene personería jurídica propia, pero además se escuda en las sombras de su acción representativa. Nosotros, las personas que depositamos allí nuestros sueños e ilusiones, somos infra-

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humanos, pues no tenemos ningún tipo de acción directa. Para homologar la experiencia, es similar al voto político. Una vez cada tantos años se supone que podemos decidir en las urnas, pero luego y durante todos esos años, el político agraciado hace lo que quiere y poco podemos exigirle rendir cuentas. Pero en cuanto al tema de los papeles de valor, hay otro aspecto que a nuestro modesto saber es más crucial aún. Y se refiere a la institución o empresa que lo emitió. Se supone que una empresa emite acciones, con el fin de recaudar fondos para su desarrollo. Claro que, nuevamente suponemos, las acciones emitidas están avaladas por la propia empresa con sus propiedades físicas y capitales, como así también por su reputación. Aparentemente todo funcionaria de acuerdo a esos mismos principios benevolentes. La acción que se emite tiene un valor intrínseco relacionado con las antedichas características de la empresa. Pero hasta ahí llegamos, pues en cuanto las acciones pasan al sector de las Bolsas de Valores, comienza el regateo de compra y venta por parte de aquellos “representantes” de las instituciones financieras de inversiones. A partir de ese momento dichas acciones corren el peligro de perder toda relación con el estado financiero-económico real de la empresa que las emitió. Entonces el valor de compra-venta de las acciones está dado por la manipulación especulativa. Los parámetros que influyen y que fijan el valor de las acciones son arbitrarios y caprichosos. Sin lugar a dudas, la empresa que las emitió puede ser muy sana y positiva, o todo lo contrario, pero en la Bolsa podría ser todo lo opuesto. En gran parte, los sucesos

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tan drásticos de Wall Street tuvieron un trasfondo bastante similar. Las acciones que cayeron estrepitosamente no eran de empresas en quiebra, ni la real economía estaba en caída. Ahora bien, si retornamos el hilo del inicio y recordamos que fue un simple ser humano quien puso allí su dinero laboriosamente ahorrado, no hay dudas que en relación con las instituciones supra-humanas, su condición resulta ser muy inferior. No olvidemos, aquellas son organizaciones que están por encima de la persona individual y como tales tienen sus propios intereses que difieren básicamente de los de aquel. Este es un ser humano, con sus debilidades emocionales y un tanto irracionales, los otros son entes desprovistos de sentimientos. Finalmente, deberíamos profundizar en la génesis misma del embrollo, pero para ello debemos alejarnos definitivamente de los tecnócratas de la economía y sumergirnos en las ramas de las ideas que generan tales aberraciones. Podríamos, por ejemplo, rever a Max Weber quien relacionó en sus estudios, la religión con el capitalismo. Pero esto es materia para el siguiente capítulo.

De pronto, una furiosa tormenta (II)

A veces, cuando sufrimos un repentino achaque físico, los primeros dolores son duros de sobrellevar, pero con el tiempo estos amainan y podemos reconocer que la cosa “no es tan terrible”. Así por ejemplo, quien alguna vez ha sido internado en un hospital, pudo constatar que la cánula insertada en la vena del

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brazo para poder recibir tratamiento intravenoso, puede ser llevada clavada en la carne por largo tiempo. Y haciendo una simple y pequeña analogía... Ya llevamos un buen tiempo prendidos a los medios de comunicación masiva, como con aquella cánula, y vemos como la tensión se va distendiendo. En Estados Unidos ha sido electo un presidente de origen impensable en recientes épocas. Por otra parte, la mayoría de los gobiernos de occidente están actuando agresivamente con el fin declarado, de controlar la situación y hasta los discursos de algunos dirigentes parecen venir de otras bocas y otras ideologías. Se hace evidente que, como con aquel movimiento pendular, en algún momento, vamos a retornar a un estado de equilibrio... No preocuparse, nada va a cambiar radicalmente... ¿y no obstante? El mundo capitalista dentro del cual se desarrolla hoy en día la mayor parte de la actividad humana, nos ha legado una terminología particular que ya es inevitable hasta en nuestras comunicaciones cotidianas. Así, términos como “progreso”, “crecimiento económico”, “mercados”, “competencia”, “inversiones” y muchos más de este mismo tenor, son de amplio uso a todos los niveles de la sociedad humana. Esto es representativo de la idiosincrasia de estos tiempos modernos. Pero, ¿cómo y dónde se gestó toda esta pantagruélica realidad? Algunos pensadores relacionaron la pobreza indigente, con la propiedad sobre los medios de producción. Otros acudieron a los estudios de la moral y ética humanas, pensando que son las ideas y sus formas las que modelan la acción humana. Entre estos se destacó el sociólogo alemán Max Weber, al preguntarse cómo fue que justamente en el occidente se dieron las bases para la creación de este

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“proceso metódico de enriquecimiento”, como denominó al accionar del capitalista. Weber advirtió que había una diferencia substancial entre los soberbios ricos del pasado y los individuos que ahora actuaban como poseídos por un cierto “espíritu” que parecían estar “predestinados” por la providencia. Estos términos no son casuales, pues este investigador relacionó íntimamente los preceptos de Lutero y Calvino con la acción sistemática en pos del enriquecimiento de los individuos que se desarrollaron bajo dicha cultura. Es significativo que el pequeño librito en el cual Max Weber desarrolló dicha tesis, lleve el título de: “La ética protestante y el espíritu del capitalismo”. No vamos a entrar en el análisis de dichas teorías, que aunque las críticas han revelado en ellas algunas fallas, sí podemos aceptar ciertas conclusiones que nos atañen en estos tiempos. Zygmunt Bauman basado en Weber al estudiar los dañinos efectos de la globalización afirma: “...lo que marcaba el nacimiento del nuevo capitalismo era la separación de la actividad económica de lo doméstico (donde lo “doméstico” significaba la densa red de derechos y obligaciones mutuas mantenidos por las comunidades rurales y urbanas, por las parroquias o los gremios de artesanos, en las que familias y vecinos habían estado estrechamente envueltos). Con esta separación, el mundo de los negocios se aventuró por una auténtica tierra fronteriza, una tierra de nadie libre de problemas morales y restricciones legales y pronta a ser subordinada al código de conducta propio de la empresa” (Bauman, 2004). ¿No suena conocido? ¿No recuerdan el asunto de las especulaciones bursátiles? Creo que, amén de lo expuesto por Bauman, se hacen evidente algunos términos que este usa, a diferencia de la terminología

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antes señalada, palabras tales como: “mutuo”, “comunidades”, “familias”, parroquias”, “artesanos”. Afirmo que esto no es para nada casual y posee un profundo significado en cuanto a la vida actual de las personas. La sociedad moderna, bajo esta cultura, se destaca por su atomización, la cual se divide en partes sumamente pequeñas, es decir en individuos o pequeñas unidades familiares, que viven solas, aisladas unas de otras. El termino más adecuado para describir el tipo de existencia bajo dicha cultura es, “alienación”, que como lo explica la enciclopedia significa: Proceso mediante el cual el individuo o una colectividad transforman su conciencia hasta hacerla contradictoria con lo que debía esperarse de su condición. Dicho en otras palabras, cada uno vive para sí mismo, encerrado dentro de su cubículo y casi sin comunicarse con sus semejantes. Esto pese a que, en particular el ambiente urbano, se destaca por altos decibeles acústicos. Es decir se parlotea mucho, pero no se dice nada significativo. Porque no hay compromiso ni obligaciones. Porque solidaridad es una palabra destinada al olvido. Ayuda mutua es apenas un slogan y comunidad un elemento destinado a aumentar las ventas de las empresas. Amén de lo señalado, podríamos ampliar y profundizar en otros perjuicios del sistema y sus procesos aledaños, tales como la destructiva acción ecológica. Esto sin olvidar tampoco, los sangrientos conflictos que se suceden a lo largo y lo ancho del planeta. Y por sobre todo, debemos destacar las aberraciones de la pobreza en la cual apenas si subsisten millares de seres humanos, tal vez la mayoría de los habitantes del planeta. Finalmente, es necesario considerar las formas de organización política de nuestra sociedad. Debemos entonces

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preguntarnos: ¿Qué posibilidad tiene el individuo de influir sobre los hechos? Y de ahí se desprende también: ¿Es el hombre realmente libre? Pero esto es tema para el siguiente capítulo.

De pronto, una furiosa tormenta (III)

Continuamos postrados a los pies de la caja mágica, viendo desfilar al planeta ante nuestros ojos. Acurrucados en la poltrona ejercitamos con el control remoto, la búsqueda incesante de nuevas emociones que nos permitan sobrevivir las incomodidades, que estamos obligados a presenciar, de horripilantes acontecimientos que suceden fuera de la caja. Somos testigos virtuales pero también actores pasivos del diario acontecer humano. Y no obstante, físicamente, no estamos inmiscuidos ni comprometidos con nada. Somos totalmente irresponsables. Hemos delegado nuestra conciencia en manos de otros, de instituciones, gobiernos, empresas, patrones, directivos, pensadores, periodistas y todo tipo de autoridad constituida. Paradójicamente, hacemos alarde de las conquistas logradas por medio de la democracia representativa, pero votamos a un líder carismático cuya acción e ideología van en contra de nuestros propios intereses como clase social. Según aclaraba Wihlelm Reich en cuanto a la conquista del poder de los nazis...”los discursos que se pronunciaban en los mítines del Nacional Socialismo destacaban por su habilidad para influir en las emociones de los individuos al interior de las masas y evitar, en la medida de los posible, cualquier argumento relevante” (Reich, Psicología de masas del nazismo, 1950). Hoy día nos jactamos de vivir en países no dictatoriales y de tener

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derechos de expresión, pero igualmente nuestro comportamiento deja que desear en cuanto a nuestra conciencia individual. Consumimos los mismos productos detrás de los cuales corre todo el mundo y que nos impone la dictadura del consumismo dirigido. Somos no menos masa que una manada de corderos. Los medios de comunicación saben contarnos casi a diario de hechos espeluznantes: Recientemente un Supermercado, invitó al público a comprar sus productos “a precios de regalo”. A las 5 de la madrugada las puertas del establecimiento ya estaban abarrotadas de clientes y cuando 5 minutos después se abrieron las puertas, la multitud arrasó con ellas destrozándolas, pero más horrible aún, la gente atropelló al guarda del lugar quien murió bajo las botas de las personas desesperadas por cumplir con su función de consumidores. Y otro ejemplo, desde una óptica diferente: En un aeropuerto internacional una señora que llegaba a dicho país a visitar a su hija allí residente, fue detenida por sospechas de que la visa de ingreso que portaba en su pasaporte era falsa. Para los empleados no tenía importancia que días antes había sido derogada la ley que obligaba, a los ciudadanos del país de origen dicha persona, a portar visa de ingreso. Ya no era necesario. Pero además y al mismo tiempo, un juzgado del país prohibió la expulsión de esa mujer infractora por parte de las autoridades. A resultas de tales hechos, la turista llevaba ya 5 días viviendo en el aeropuerto sin poder ingresar al país o salir del mismo. ¿Kafka dijimos? No, se trata de hechos cotidianos de los cuales todos somos testigos y víctimas, pero que aparentemente parecemos obviar con el justificativo de que “son las excepciones del sistema democrático”. Karl Popper en su voluminoso libro “La sociedad abierta y sus enemigos”,

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propuso un esquema de control institucional que denominó: La ingeniería social”. Dichas instituciones se iban a encargar de esquivar las sinuosidades y fallas del sistema. Lo que olvidó el pensador de analizar en su propuesta es la existencia del individuo como ente independiente y subjetivo que no siempre concuerda con el modelo industrial de sociedad. A nuestro entender, en la sociedad atomizada en la que vivimos, el poder de cada individuo para crecer y desarrollarse de acuerdo a sus propios criterios, está sumamente disminuido. Hoy día, bajo el dominio de la globalización, ya tampoco tenemos refugio, pues ya no hay separación entre lo interno y lo externo. Lo local y lo ajeno dejaron de tener importancia. Nuestra identidad nacional ya es una mera coincidencia, pertenecemos a algo enorme y monstruoso. Si frente a la nación industrial dejó de existir la familia como elemento protector, las instituciones globales nos han quitado hasta este frágil refugio. Si soñamos en algún momento con otorgar a nuestros hijos una educación acorde con ciertas tradiciones o bajo alguna particularidad, como ser la auto-responsabilidad, nos encontramos que no existen opciones diferentes, mas que aquellas que nos dicta el régimen político establecido. Este a su vez esta postrado a los pies de la economía neo-liberal dominante. En la gran mayoría de las instituciones de estudios superiores, las carreras de la corriente humanística están sufriendo una formidable caída en el número de egresados. Por el contrario, en las ramas tecnológicas y de servicios se ha producido un tremendo auge. Administración de empresas, Mercadeo, Legislación comercial y similares se han convertido en las carreras predilectas. Esto no es casual y mas bien indican un alejamiento de todo tipo de temática

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considerada “espiritual”. No es nada casual que frente a tal auge de materialismo irresponsable, se produzca una huida de miles y miles de jóvenes descarriados hacia los brazos de las drogas. La imperiosa necesidad de encontrar respuestas en emociones inmediatas, como aquellas que vivimos frente a la “caja mágica”, lleva a estos jóvenes a las últimas consecuencias de la “espiritualidad virtual”. Vivir el momento, pasarla bien, no preocuparse demasiado, no tomar responsabilidades y en definitiva dejar todo en manos de “las autoridades responsables”, forman parte de las consignas bajo las cuales vivimos. Y entonces, debemos plantearnos ¿Porque nos sorprendemos lo que ocurre? y de allí que también nos preguntemos: ¿Que otras alternativas existen? ¿Qué podemos hacer cada uno de nosotros? Al fin, hagamos un ligero resumen de cuentas. Un cierto día los cielos se cubrieron de borrasca y sobre los habitantes de los otrora ricos continentes, se precipitaron amenazas de presente y futuro. Pero atónitos estos fueron testigos, frente a las pantallas de las cajas mágicas, del desfile de los aguerridos jinetes de los gobiernos, prestos a la lucha para vencer al demonio. ¿Y nosotros, que hacemos? Se preguntaron las gentes impertérritas por tanta acción desplegada. ¿Es que no tenemos ninguna función en este desbarajuste? osaron plantear algunos incrédulos. ¡Shh! ¡Silencio por favor, dejen trabajar a los especialistas! hicieron callar a los atrevidos de un sopetón.

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Una inocente aventura Nunca supe cómo y de dónde llegó esa tormenta de arena que lo cubrió todo y me dejó como aislado entre los árboles. Habíamos estado todo ese día, desde muy temprano en la mañana, trabajando duro para construir el campamento. Todos participaban, unos arrastrando troncos desde el río, otros juntando hierbas y ramas secas y muchas otras actividades más. Claro que, como siempre, habíamos quienes escapábamos el bulto a los trabajos pesados y duros. Yo me había ofrecido de "aguatero" y tenía como misión calmar la sed de los "obreros". Así, recorría los diferentes puestos de trabajo, ofreciendo mi mercancía. Por supuesto que era el primer consumidor, en particular de la fresca y dulce limonada. La mayoría tomaba agua, más bien tibia. Todo bajo la batuta de Isidoro, mi hermano mayor, quien fuera uno de los promotores de la idea y que se auto-denominó "líder". Al principio no hubo reservas algunas al respecto. Era el de mayor edad, más corpulento y además... insolente. Tenía carisma mi hermano sin duda, pero… Éramos como 30 los chicos del barrio, que con la ocasión de las fiestas nacionales, fuimos como todos los años junto con nuestros padres y familiares, al picnic en el bosque de la zona. Así, habíamos convenido, que mientras los mayores se ocupaban de sus charlas, juegos de naipes y grandes comilonas, nosotros los párvulos y demás jóvenes, construiríamos nuestro campamento. Al inicio de nuestra aventura, estábamos casi a tiro de piedra de nuestros mayores, pero cuando los trabajos de armado se

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hicieron más complejos, ya ni los veíamos y por supuesto que tampoco ellos a nosotros. Pero esto daba a nuestra aventura, una agradable sensación de autonomía. Formábamos una sociedad independiente. Al principio, no hubo mayores problemas organizativos y cada uno comprendía instintivamente su función. Los varones, salieron como tiro a buscar troncos y ramas, destinadas a la construcción de la "casa principal", y lo que debía ser el puesto de observación del campamento, una torre elevada sobre la cual habría de ondear nuestra bandera. Las chicas colaboraban en todo como podían y no escatimaban esfuerzos, pero a Isidoro eso no le pareció bien y las mandó a hacer "trabajos de mujeres". Debían preparar comidas para alimentar a los hombres que trabajaban y los machitos a su vez, las defenderían y les proveerían lo necesario. En un principio, no hubo mayores discusiones y las reglas del juego fueron fijadas por el líder, a quien le secundaban algunos de sus amigotes y también algunas de las chicas, que seguían a su vez a Mariana, la "reina", novia de mi hermano. Yo los miraba pleno de admiración y, por qué no reconocerlo, de envidia también. A mis ojos, ella era esbelta y hermosa, con su cabellera rubia cayéndole sobre los hombros, ojos celestes acerados y una hermosa dentadura que desplegaba como una bandera, con sus constantes sonrisas. Pero cuando el trabajo se hizo más arduo y abundaron las heridas en las manos y pies de los "obreros" y las ropas se les llenaron de transpiración, comenzaron las quejas, y se

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trastocaron en duros planteamientos exigiendo mayor equidad en el reparto de los trabajos. A ello respondían Isidoro y sus secuaces, que en toda sociedad existe una división de funciones y los hay también aquellos que no hacen trabajos físicos, pues se deben realizar también labores administrativas y de defensa, para las cuales hacen falta "profesionales". Sí, es cierto, respondían los damnificados obreros pero, ¿quién decidía cuáles eran aquí los más aptos para una u otra labor? Y en especial inquirían: ¿Cómo es que justamente los amigos y cercanos del "líder" resultaran ser los mejores administradores y soldados? Además preguntaban, ya a gritos: ¿Quién determinó que los poderes de la autoridad eran ilimitados? La trifulca que se armó fue brutal, y lo que comenzó como un simple cambio de palabras, desembocó rápidamente en insultos y en una fragmentación en grupitos de intereses. En definitiva, la meta de construcción del campamento estaba en un serio peligro. Hubo quienes directamente optaron por retirarse, sintiéndose que... "en realidad ellos no pertenecían a ese barrio y más bien tenían mejores cosas que hacer". Cuando parecía que todo estaba perdido y la empresa destinada al fracaso, sucedió algo que cambió los destinos del grupo y más que nada, las pretensiones de liderazgo de mi hermano Isidoro. Así como estábamos todos enfrascados en el intercambio de ideas y palabrotas, separados por opiniones, aparecieron de no sé dónde tres muchachones. Estaban armados con palos y venían a exigir que nos fuéramos todos de ese sector del bosque, pues le pertenecía a ellos que vivían en el barrio contiguo. La

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reacción fue inmediata. Ante el llamado del Isidoro, nos armamos de palos y piedras y en un santiamén los tres muchachones se hallaban rodeados de 30 pares de manos, blandiendo sendos palos, troncos, piedras y demás "armas de guerra". Las caras transpiradas e indignadas de todos los allí presentes, fue más que suficiente para que los amedrentados muchachos emprendieran una rápida y no muy digna retirada. Desde lejos y antes que desaparecieran de nuestra vista, alguien de ellos gritó: ¡Volveremos! Reconozco que algo que siempre caracterizó a mi hermano era la rapidez con que respondía a los acontecimientos en pos de sus propios intereses, mientras otros como yo, por ejemplo, necesitan tiempo para hacerse de una composición de lugar. Ni lerdo ni perezoso, Isidoro se paró sobre una piedra creando allí mismo una especie de teatro y nos dirigió una arenga digna de un verdadero líder político. "¡El enemigo común! ¡Defensa de los intereses de nuestra sociedad! ¡Intervención foránea! ¡Los enemigos internos! ¡Los quinta columnistas! ¡La preservación de nuestras pautas culturales! etc., etc.", fueron algunos de los términos que utilizó durante su larga y explosiva arenga. Y para finalizar su retórica y rematar la constitución definitiva de su poder, preguntó: ¿Hay aquí alguien que crea que puede hacer mejor las cosas? ¡Que se presente aquí y ahora! Lo que siguió ya ha sido contado de diversas maneras en situaciones verdaderamente serias y aún trágicas en la historia de muchos pueblos. En nuestra inocente y modesta aventura juvenil, la construcción del campamento tuvo como meta la amalgama de un elemento común a todos los participantes: construir un techo, bajo el cual nos cobijaríamos y una

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empalizada, detrás de la cual nos sentiríamos seguros. Era nuestro objetivo. Pero la manera como las cosas se realizaron, terminó por destruir la delicada filigrana que constituía nuestro grupo. Siempre creí que éramos todos chicos inteligentes y despiertos y por ello no íbamos a consentir que nos mandaran y que terminemos actuando contra nuestras propias convicciones, pero debo admitir que en algo me equivoqué. En cuanto a mi persona, cuando vi a aquellos amenazantes muchachones, me hice en los pantalones, como se dice, y opté por buscar la defensa de los más fuertes. Así también cuando se constituyó el poder del "Rey Isidoro 1o.", como denominé a mi hermano, renuncié a mis principios filosóficos y políticos, optando por la cómoda posición de súbdito de segunda categoría. Aunque también acepté con disimulado desdén, la función de "aguatero principal" pues me hacía partícipe de la clase obrera, pero sin transpirar como ellos. Por suerte, la sociedad humana está conformada también por gente con cojones y dispuestos a rebelarse, aún a costa de sufrimientos personales. Así, hubo entre los chicos quienes comenzaron a quejarse de las nuevas disposiciones y pese a que fueron destinados a sufrir castigos impuestos por la "sociedad", continuaron exigiendo cambios y mayor igualdad en los esfuerzos. Los "castigos" impuestos a los "rebeldes" sólo consiguieron fragmentar al grupo más aún y por ello cuando llegó las verdadera crisis, no se la pudo enfrentar. El techo de la "casa del

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pueblo", se vino abajo ante el primer viento fuerte y en la empalizada de defensa, se conformaron agujeros ante la pedrada del "enemigo" que había regresado con refuerzos. Las chicas lloraban y algunos de los varones también, por la bronca y la impotencia de no poder llevar a cabo nuestra aventura de construir un campamento en aquel bosque encantado. Parecen haber momentos, en los que alguna fuerza extraña interviene para borrar las huellas de los fracasos. De este modo, me parece, fue lo que pasó con esa tormenta de arena. De pronto, sin previo aviso y en el medio del terremoto que se había armado, comenzó a azotar la tormenta con un aturdidor pero monótono ruido, que fue cubriéndolo todo. La gente se espantó y cada uno echó a correr para su lado. Y como suele suceder después de las tormentas, se hizo el silencio. Ahora no sé si fue solo una pesadilla o que todo esto realmente ocurrió.

Laberinto El gentío era casi impenetrable, sobre todo porque las personas se movían en diferentes direcciones dentro de un espacio relativamente reducido. Era una de las calles principales de esa ciudad de veraneo, y por supuesto que los transeúntes siendo en su gran mayoría turistas, tenían todo el tiempo del mundo. Al

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contrario, parecían todos como queriendo extender sus paseos de ida y vuelta por esa avenida, que en definitiva era bastante corta. Para mí, esa acumulación de gente despertaba molestas inquietudes y como siempre en situaciones similares, tenía sensación de claustrofobia y de ser conducido como en un rebaño. No obstante, veía caras sonrientes de gentes bulliciosas que conversaban a toda voz, como presas de una libre excitación. Y así de pronto, esa casi idílica y un tanto romántica imagen, se convirtió en mi infierno personal. Mi pequeño hijo, en un arranque de emociones por verle la cara a aquel payaso que había pasado a su lado, se desprendió de mis manos y en un santiamén desapareció de mi vista. Vi su cabecita por un segundo y pude comprender la dirección en la que se movía, pero cuando ya me hice paso a codazos entre la gente, no estaba. El corazón me latía como un tambor y sentía la transpiración correr por mis mejillas. Por mi mente surcaban horribles pensamientos y aberrantes imágenes del niño perdido. Surgieron del inconsciente esos miedos primigenios que alguna vez habían alterado mi propia seguridad. Eran otras épocas y otras situaciones, pero ahora reflejaban mis cargos de culpa y las responsabilidades que había adquirido con mi matrimonio. Se arremolinaban los pensamientos ante los hechos y me planteaba, como iba a explicar lo acontecido a la madre del niño. Con los ojos desencajados veía ese supuestamente apacible paseo turístico, tornarse en una pavorosa maraña de fieras amenazantes, que mostraban sus horrorosas dentaduras. Grité el

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nombre del niño repetidas veces, pero no se hacían eco en las personas, que incluso parecían fastidiados porque alguien amenazaba su tranquilidad. Algunos me miraban como apiadándose de mí, pero otros me miraban francamente con bronca. Sentía la flema del odio hacia toda esa gentuza, y afloraba en mí, sin control, la sensación de una profunda alienación. Juraba para mis adentros, que si salíamos de esta, buscaría la manera de escapar a esas modernas urbes. Asumía la responsabilidad por rescatar a los míos de esas modernas trampas ciudadanas de acero y cemento. Me hervía la sangre, haciéndome paso entre el cúmulo de personas, esos seres a los cuales ya no pertenecía. Estaba como enceguecido y no distinguía detalle alguno de lo que había en mi derredor. Cuando ya estaba casi desmayado y parecía que mis piernas no iban a sostener más mi cansado cuerpo, vi al mocoso, sonriendo con ese goce tan particular que tiene un niño cuando está enfrascado realizando su mejor sueño. Estaba metido en la vidriera de un negocio de juguetes, sentado y rodeado de montones de muñecos de miles de colores. Las luces de los carteles publicitarios le daban en plena cara y parecía sumido en el más apoteósico placer. ¿Cómo había llegado allí? No lo entendía en ese momento, pero me abalancé sobre el vidrio del escaparate y empecé a dar golpes con las palmas de mis manos, mientras gritaba como una desaforado... ¡salí de allí inmediatamente! Claro, ahora a lo lejos, comprendo que en ese momento, habían aflorado de una sola vez, todos mis miedos e impotencia, trastocando en odio y

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violencia. ¿Porque me jugaste tan feo? - le gritaba a mi hijo desde afuera - ¿No ves que me estoy muriendo? Al fin, me miró desde su escondite con sus inmensos ojos, y aun siendo tan pequeño, comprendió mi desesperación. Lentamente se incorporó y con un poco de tristeza se fue despidiendo del paraíso en el que había estado sumergido por un tiempo. Era la inocente capacidad que tiene una persona, a esa temprana edad, de invertir todo su esfuerzo mental concentrado en su micro mundo. Cuando todavía el ser humano mantiene su individualidad inicial y antes que las reglas de la sociedad lo coarte. Caminábamos lentamente y en silencio tomados de la mano por la silenciosa calle. En mi mente vagaban ya ideas y pensamientos, que debíamos hacer para retornar a esa inocencia primitiva e infantil, que nos permita seguir gozando de la verdadera libertad. Tenía la certeza, que esa era nuestra deuda para con la futura generación.

Una madre y la sociedad, sorda ciega y muda (*) Ana tenía apenas 3 años, cuando su padre despareció de la casa y dejó a su familia sin protección. Su madre quedó sola con la niña y un hermanito menor, minusválido. Ana comenzó a pasar de mano en mano entre parientes y amigos. Varias veces fue

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objeto de abusos sexuales...”Mi madre presentó una denuncia ante las autoridades, pero nada pasó”. Nadie escuchó, nadie vio, nadie habló...leyenda china sobre la sabiduría humana (**). A los 7 años, pasó con su madre al centro del país. La madre de Ana comenzó a rehacer su vida, pero la niña fue enviada a un internado. Era una institución para delincuentes. La niña era objeto de violencia de todo tipo, con puños y cuchillos. Siempre intentaba escapar y volver a su casa. Terminó en otro internado, siempre buscando escaparse. En una de ellas, trabajando en el cuidado de un anciano, fue violada por su hijo. Nadie escuchó, nadie vio, nadie habló... A los 16 años de edad, pudo regresar al hogar, finalizó estudios con la ayuda de su madre, pero quedó embarazada. El padre del niño y sus familiares nunca lo reconocieron y las autoridades le nominaron “menor necesitado”, apenas a los dos meses de edad. El bebé enfermó y las autoridades del hospital denunciaron a la madre, por “sospechas de negligencia”, pese a que los análisis no podían determinar si el origen de su enfermedad era genético o ambiental. El juzgado y las autoridades sociales entraron en acción y declararon que el niño “probablemente sufrió por falta de cuidado por parte de la madre” y fue entregada a una familia adoptiva temporal. Pero nadie escuchó, nadie vio, nadie habló... (Los jueces nunca vieron al niño ni su vivienda) Los propios jueces dudaron de las explicaciones de las autoridades sociales, pero el peso de éstos frente a una joven

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mujer plagada de sospechas de desvaría e inestabilidad, no dudaron de quitarle el niño. Ana decidió demostrar su valía, estudió computación y logró un lugar de trabajo efectivo. Pero pronto descubrió que su hijo era maltratado y comenzó a pasar de manos en manos. Un día durante una de las visitas semanales descubrió que el pequeño, de apenas un año y medio, era castigado diariamente y tenía cortes sangrantes en su carita. Ana denunció el caso a la policía. No obstante, el niño no regresó a manos de su madre natural y por orden de las autoridades pasó a otra familia niñera (profesionales que viven de esa ocupación). Un día Ana se enteró por la radio que un pequeño fue encontrado vagando por las vías del tren. Supo de inmediato de quien se trataba. Pero nadie escuchó, nadie vio, nadie habló... Esta vez el niño fue trasladado a un internado en el norte del país, bien lejos de su madre, pero pese a todo Ana cumplía con su derecho a visitarle una vez por semana. Las autoridades declararon que se veían en el niño signos de “autismo, ataques de furia y volemia”. Pese a todos los esfuerzos por demostrar su integridad, con trabajo fijo y hasta disponer de un pequeño departamento, las autoridades sociales pidieron al juzgado que se corten todas las relaciones entre el niño y su madre. Entre otras cosas fue acusada que en dos ocasiones no llegó al internado a la visita semanal. Según Ana, una vez fue porque estuvo internada en el hospital y la otra porque su propia madre había sido internada.

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Pero las autoridades no renunciaron y presentaron los dictámenes de una batería de profesionales de la psicología, que acusaban directamente a la madre del niño. Los jueces determinaron que el niño “debía de ser entregado en adopción definitiva”. Él tenía entonces 5 años de edad. Pero nadie escuchó, nadie vio, nadie habló... (La jueza nunca vio al niño ni visitó el internado) Pese a ello, Ana no renunció y apeló, pero fue rechazada. Mas un año después, un juzgado en una instancia superior, aceptó la apelación “en base a las misma opiniones profesionales presentadas durante la acción judicial anterior”. Bajo la presidencia de tres jueces, esta instancia declaró que “existe una relación fundamental intensa entre madre e hijo”. Las visitas frecuentes de Ana y sus esfuerzos por lograr estabilidad en su vida, demostraban a las claras que: “la madre posee capacidad maternal”. Los jueces propusieron que las instituciones otorguen a esta, “alguna ayuda económica básica, apoyo moral e instrucción en la educación de su hijo”. Los jueces determinaron un periodo de unos 7-8 meses de prueba, condicionados a la ayuda de las autoridades sociales, pero estos, lejos de acatar la decisión, presentaron una apelación a la corte suprema, las cuales se rindieron definitivamente a las exigencias de ese “supra-ente” social, determinando la adopción definitiva del niño y el corte de relaciones con su madre natural y su familia. Pero nadie escuchó, nadie vio, nadie habló...

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Lo que hubo de ser una comunidad esencial y unida bajo una misma ética y moral nunca existió, y en la realidad, cada uno tuvo y tiene que arreglarse solo y con los medios a su alcance. Todo ello en medio de un ambiente hostil y competitivo en el cual se libra una constante lucha por la supervivencia. En este tipo de combate, quien no está preparado y munido de las armas necesarias, solo lleva las de perder. En particular cuando el individuo parte de bases débiles (dinero, relaciones, etcétera) y más aun cuando el enemigo es una institución gubernamental. En estos casos las probabilidades de éxito del individuo solo, son ínfimas. Las instituciones están formadas por empleados cuya situación de “profesionalidad” les proporciona las bases éticas para declarar su infalibilidad, por estar defendidos por el sistema de reglas y leyes que fueron dictadas bajo su misma influencia. En este proceso el ciudadano común no tiene casi ninguna cabida. (*) Basado en hechos reales publicado en el periódico "Haaretz" el 26.8.2005 La leyenda de los tres monos sabios: (**) Kikazaru: representado como el mono sordo, era el encargado de utilizar el sentido de la vista para observar todo aquel que realizaba malas acciones para transmitírselo a Mizaru mediante la voz. Mizaru: era el mono ciego. No necesitaba su sentido de la vista, puesto que se encargaba de llevar los mensajes que le contaba Kikazaru hasta el tercer mono, Iwazaru. Iwazaru: el tercero de los tres monos era el mono mudo, Iwazaru, que escuchaba los mensajes transmitidos por Mizaru

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para decidir la pena de los dioses que le caería al desafortunado y observar que se cumpliese.

Mi amigo, un pequeño ratero Shlomi era un pequeño ratero y drogadicto, que luego anduvo también metido en los negocios de las drogas y de secuaces y formaba parte de una pandilla de pendencieros. En otras circunstancias hubiéramos llegado a ser buenos amigos, porque en la base, Shlomi era una buena persona. Además era un hermoso ejemplar varonil, salvo su eterna flacura y su podrida dentadura, consumido por las drogas. Era alto, de tez clara, delgado y por sobre todo resaltaban unos ojos verdes claros y transparentes, típicos de algunos judíos oriundos de Bulgaria. Nos conocimos un día, al poco tiempo de comenzar mi trabajo en el barrio de Jaffa al sur de Tel Aviv, cuando de gira junto con un compañero con mas antigüedad, recorríamos las propiedades del Estado, que nuestra empresa administraba. Llegamos a un enjambre de edificios que en lamentable estado, se erigían a la vera de una calle transitada del barrio, pero a simple vista daba la impresión que no había como entrar en ellos. Mi compañero, mas experimentado, me pidió que le siguiera y comenzamos a caminar atravesando muros, pasillos malolientes y de vez en cuando aparecían a través de ventanas, las cabezas de personas de todo tipo. Mujeres que parecían

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ancianas, aunque a veces llevaban un crío en sus manos o un anciano sin dientes sentado impasible en una butaca. El paisaje no era muy alentador para quien, como yo, hacía sus primeros pasos en aquel planeta. De pronto, mi acompañante me hace señales de detenerme y no hablar, se adelanta un par de pasos, mete su cabeza por un agujero en la pared y seguidamente sonriendo exclama: ¡Hola Shlomi! ¿qué estas haciendo acá?. Un instante después este estaba parado frente a nosotros en el pasillo, esgrimiendo un tremebundo cuchillo, y nos gritaba: ¡Estoy refaccionando mi casa! – y con voz mas amenazante todavía - ¡Y que a nadie se le ocurra que me van a echar de aquí!. Mi compañero esgrimía su mas simpática sonrisa, mientras respondía con toda delicadeza: - Ni se nos ocurre…solo le estoy presentando nuestras propiedades a este nuevo empleado – dice, mientras me señala. Yo apenas atiné saludar con mi mano derecha, mientras con la izquierda secaba la traspiración de mi frente. ¿Podemos ver?, pregunta mi compañero. Shlomi se hace a un lado y así entramos en un espacio lleno de materiales de construcción y algunas paredes con un reluciente revoque. El techo de forma curva estaba como a 6 metros de altura, bien al estilo antiguo, con una sola ventana colgada en las alturas, al final de las paredes. Pero además el espacio era reducido y no me parecía adecuado para una división horizontal con paredes, para crear habitaciones y dependencias. Sin dudarlo y sin haberlo pensado debidamente, exclamé: ¡Sería mejor que construyas aquí un altillo! – Shlomi me miró como a un marciano - ¿Qué? ¿de qué estas hablando? – cuidándome de no hablar mucho con las manos, como es mi costumbre en general

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y esgrimiendo la mayor seriedad posible, le expliqué como podría optimizar el reducido espacio, para crear una vivienda habitable y cómoda. Sentí que allí se estaba esbozando un principio de acercamiento o algo parecido y que Shlomi depositaba en mí, algo similar a confianza. A la distancia de los hechos, no se me ocurre mejor manera de definir los hechos, pero puedo decir con seguridad que de no haber estado separados por nuestras simples posiciones, algo mas profundo se hubiera desarrollado. Mi compañero, que resultó muy humano y que había estado dedicado durante muchos años a ayudar a los pobres pobladores de aquel barrio, todo lo que su función formal le permitía, le aseguró a Shlomi antes de irnos: ¡No te preocupes, nosotros no vamos a denunciar tu invasión! ¡Claro que no podemos asegurarte, que otros funcionarios no lo hagan!. Shlomi tenía un hermano mellizo y una hermana un poco menor. También estaba casado y tenía una niñita que adoraba. Los padres vivían también en Jaffa y como muchos de esa comunidad habían sido instalados al venir al país, en las casas que dejaron los refugiados del 48. La gran mayoría, cuando la situación mejoró, se trasladaron a otras zonas, pero los padres de Shlomi no podían considerarse agraciados. Luego tuve la oportunidad de conocer a una pareja excelente de personas mayores, pero tristes y amargados, golpeados por la vida. Shlomi y su hermano parecían compartir la misma celda en la cárcel y así, cuando uno estaba libre, el otro “descansaba” a turno. La hermana, con quien pude conversar varias veces, me decía que ella no iba a caer en ese pozo y pese a que cargaba con

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un pequeñito, fruto de un fracasado matrimonio con un drogadicto, trabajaba con moza en un conocido Restaurante. Una vez, mi jefa, muy interesada en desalojar a Shlomi del lugar invadido, ya que el gobierno tenía interés en “desarrollar” la zona, me propuso que invite a mi amigo a una reunión oficial en nuestra oficina. La idea era de convencer a este que se acogiese a algunos de los planes oficiales de ayuda habitacional para parejas jóvenes. Al día siguiente vino y lo senté en la sala de sesiones a esperar a la jefa, que como siempre estaba “muy ocupada”. Hay que entender a gente como Shlomi. No son personas pacientes, ni están dispuestos a contemplaciones del tipo de buenos modales. El umbral de paciencia es muy bajo y se colma con suma rapidez, dependiendo también, de si han ingerido su porción de drogas ese día o no. Si se encuentra en estado de “crisis” por falta de la porción habitual, su comportamiento puede llegar a extremos muy violentos. Esa vez hice todo lo posible para tranquilizar a Shlomi y mientras esperábamos lo introduje en el tema de nuestra reunión. Luego la jefa, que casualmente era del mismo origen étnico que los padres de Shlomi, lo cual ayudo a suavizar la situación, propuso que ya mismo vayamos a las oficinas de aquella repartición gubernamental. Con una sola llamada de teléfono de ella, se concertó la entrevista y allí fuimos Shlomi y yo. Nos atendió una funcionaria, muy bonita ella, pero sin un solo gesto de amistad o calidez humana. En pocas palabras extendió delante de Shlomi todo el proceso burocrático del caso,

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incluidas todos las decenas de tramites que la pareja estaría obligada a recorrer. Shlomi, para mi gran sorpresa, la escuchó en silencio, pero cuando la chica le dijo que el tramite podría demorar unos años, este estalló: ¡Para que mierda me trajeron entonces aquí! ¿Para reírse de mí? – y mientras se levantaba y agarraba la silla en donde había estado sentado, con la clara intención de destrozarla entre sus manos o sobre la cabeza de alguien – gritaba: ¡Váyanse todos al carajo!. La funcionaria, lejos de amedrentarse y seguramente acostumbrada al tipo de comportamiento como el de Shlomi, comenzó a exclamar enloquecida - ¡Llamen a la guardia! ¡Traigan al policía!. Yo apenas atiné a tomar a mi amigo por el brazo y bajar a las corridas las escaleras hacia fuera de aquel edificio. Nos subimos al auto de Shlomi, que lo había estacionado en la vereda, como corresponde a gente libre como él y con brutas y tremendas maniobras partimos como en una carrera de fórmula uno. Confieso que yo estaba más divertido que asustado y en cierto momento los dos nos pusimos a reír como locos: ¡¿Viste la cara que puso la puta esa?! ¡Casi se caga en los pantalones! Ja, Ja, Ja. Luego de unas cuadras y cuando habíamos llegado a las oficinas de la empresa, Shlomi estacionó el auto y con gran tranquilidad me dijo: Ves querido amigo, que así no se puede llegar muy lejos. Yo no soy una persona común y corriente y no tengo ni las agallas ni la paciencia para soportar ese tipo de burocracia ni esa gente que se creen los dueños de todo. Yo voy a hacer mi vida tal como lo aprendí en la escuela de la calle y te aseguro que no voy a permitir jamás que nadie me ofenda ni aplaste mi honor. Nos abrazamos como hermanos y aunque parezca raro o cursi, ya en la oficina me encerré un buen rato en el baño y lloré.

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Tormentosa Venganza Las campanadas de la iglesia llamaban a misa nocturna. Algunos creyentes retrasados apresuraban sus pasos. La calle estaba ya en silencio y el viento esparcía los restos que quedaron de la procesión de esa tarde. No quedaban ningún rezago tampoco de la febril actividad de los negocios, cuyos cierres metálicos estaban firmemente cerrados. El farol de la esquina apenas si podía vencer las amenazas de aquella obscura noche. Las paredes vacías devolvían el eco de los pasos, que marcaban al compás los tacos de sus zapatos. La mujer se detuvo frente al negocio ubicado en la plaza principal, cuyo rótulo anunciaba "Rodolfo Hachenbach y Asociados". Miró a ambos lados de la calle y cuando se aseguró de estar sola, acercó al cierre metálico del negocio y con el extremo del paraguas marcó tres veces seguidas. Momentos después se sintieron suaves pasos dentro del local y al instante una pequeña rendija en la puerta mostró un ojo inquisidor. Todavía demoró un espacio de tiempo hasta que se abrió una pequeña puerta en el entorno del cierre metálico y una mano invitó a la mujer a pasar. Adentro reinaba la penumbra, pero la mano femenina que tomó a la mujer la fue guiando firmemente hacia el interior del local. Se detuvieron ambas bajo una pequeña lámpara que iluminaba débilmente la escena de aquel comercio de productos textiles. Estos se hallaban perfectamente ordenados en pulcras estanterías. Desde sus lugares parecían mudos testigos de aquellas dos mujeres, una jovencita y esbelta, la otra en comparación pequeña y enjuta, que se observaban mutuamente a

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los ojos. Luego de unos instantes y sin mediar palabra alguna, cayeron una en brazos de la otra. La mujer mayor sollozaba quedamente, la jovencita apretaba sus labios con firmeza mientras su mirada se posaba a lo lejos en algún oscuro lugar del recinto. En sus mejillas se podían apreciar tenues huellas de lágrimas vertidas. En sus manos se observaban rastros de cortes y algunas manchas precipitadamente mal quitadas. Los años se habían arrastrado penosamente desde aquella terrible tarde de otoño, hacían ya casi 18 años, cuando Rodolfo, el marido, había increpado a su esposa acusándola de adulterio y amenazándola con la expulsión del hogar. Le exigía deshacerse de la criatura que estaba al nacer y le endilgaba la destrucción del honor de la familia ante la comunidad. No hubo manera de quitar de aquella mentalidad testaruda y arrogante, la ceguera que le aquejaba. Él alegaba poseer pruebas fehacientes de parte de un testigo ocasional, aunque no sabía en detalle la identidad del detractor. Rodolfo endosaba a ella toda la responsabilidad del caso. Llevaban ya casi 10 años de casados y pese a todos los tratamientos médicos a los que ambos fueron sometidos, el heredero tan esperado no se anunciaba. Tal fue el júbilo del matrimonio cuando los análisis certificaron aquel embarazo y en particular por parte de Don Rodolfo, a quien así le seguiría un heredero en la empresa familiar. Los primeros meses pasaron bajo extremos cuidados médicos a los cuales Rodolfo obligaba a su mujer. Pero como una tormenta de verano, agria y cruel cayó aquella imputación de delito criminal

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sobre la apacible figura de la futura madre. Ya con un visible vientre del embarazo en progreso, sintió la desgracia sobrevenir. Fue su adversidad ser dueña de ese carácter aparentemente tan dócil que hacía en los demás la tarea fácil, cuando había de enfrentarse a alguna agresión. Así en sus silenciosos sollozos, parecía contradecirse cuando alegaba total inocencia. Rodolfo disparaba a quemarropa y encontraba en las quedas reacciones de ella, motivo más que suficiente para seguir adelante con sus furibundos ataques. Él procedía de una familia con un honorable pasado aristocrático y por ende no estaba en posición de concebir cualquier desliz en su propia casa. Era muy obtuso, pese a ser un hombre sumamente recto y tal vez por ello su propia ceguera e inflexibilidad. En aquellos años no se conocían los análisis genéticos y de allí que las pruebas circunstanciales tenían tanto poder. Debido a lo adelantado del embarazo hubo que continuar con él hasta el nacimiento. A su manera Rodolfo fue benevolente con ella y así, hizo todos los arreglos para que su esposa pasara el resto del tiempo en otro país hasta el nacimiento de la criatura. Allí mismo la hermosa niña fue entregada en adopción evitando toda posibilidad de identificación posterior. La madre biológica sólo rogó que se mantuviera el nombre propio en recuerdo de su propia madre, Dora. Pasaron los años, o más bien como antes describimos, se arrastraron en la triste vida de la Señora Hachenbach, quien a ojos de su marido parecía haberlo olvidado todo. Pero esta, secretamente había logrado averiguar el paradero de su hija y hasta logró alguno que otro contacto casual. Más aún, gracias al

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denuedo del viejo empleado contable del comercio de su marido, pudo enterarse de la identidad de aquel traidor, alcahuete que fue el causante de tanta tragedia y dolor. Aquel contable de tantos años en la empresa, conocía los pormenores del acuerdo social entre Don Rodolfo Hachenbach y su socio. Esa sociedad había sido consecuencia de algunos malos años de la empresa y entre otras cosas, otorgaba al socio el derecho de heredar la empresa en su totalidad, de no haber herederos por parte de la familia Hachenbach. La ambición es una característica humana harto conocida, pero hay ejemplares que bajo ciertas condiciones son capaces de actos dañinos, como este que se ha descrito. La sagacidad de aquel monstruo fue capaz de sacar provecho de las debilidades de Don Rodolfo y así tejer una red de oficiosas mentiras, en su propio provecho. El resto de la historia, el lector lo puede adivinar por sus medios, incluso llenar los espacios vacíos como mejor le plazca. Sólo quisiera, como relator, hacer acto de presencia de esta manera: Soy el nieto de Don Rodolfo Hachenbach, hijo de Dora, su hija legal. Estoy a la cabeza de la empresa familiar gracias a los esfuerzos mancomunados de dos heroicas mujeres, que lo arriesgaron todo en pos de lograr justicia. También hay en esta historia una importante moraleja: La ceguera no es solamente ocular.

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Y llegó la oscuridad Simha subió al tren. Primero fue un peldaño del vagón y luego ya sus dos pies en el mismo lugar, pudo subir lentamente al siguiente, dar vuelta su cabeza inclinándose y así observar a su pasado alejarse definitivamente. Dije "definitivamente", pero cuando posó sus pies en el peldaño, Simha todavía no lo sabía. ¿Entonces como sabemos que era definitivo? Podríamos decir "la historia lo demostrará", pero eso es retroactivo, "a priori". Podríamos también escribir "instintivo", dadas las condiciones. La madre lo había abrazado fuertemente en el umbral de la casa y susurrando a su oído, lo bendecía: - ¡Vaya por su camino, hijo! - así lo repetía una y otra vez frente a cada hijo o hija que cerraba una puerta detrás suyo. Cada vez era otra figura perdiéndose en la neblina del tiempo. Al final quedaron en el umbral dos solitarios ancianos mirándose a las caras, sin verse. Una vez hubo un futuro en el que creyeron, pero las ramas seguían desnudándose de sus hojas y en cada estación se secaba un árbol mas. Un verano tras otro aumentaba la pobreza humana. El suelo producía menos para los mas y solo mas para los menos. Habían sido miles de años de erosión y aridez de pensamiento. Absurdos y aberrantes personajes aferrados a sus prestigios. Otros, eran sórdidos egoístas del destino de los demás, creyéndose poseedores de la única verdad, la de su

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propio profeta y redentor. Aquellos para quienes Dios era solo un lamento, un destino ineludible. - ¡Ellos son los culpables! - exclamaban unos - ¡Nosotros los pecadores! - gesticulaban estos. - ¡Eliminarlos! - se pronunciaban - ¡Desnudémonos! - proferían los puritanos - ¡Retornar al glorioso pasado! - emitían con los ojos escudriñando el cielo. - Somos semejantes -observo alguno - Pero mejores que otros - aclaró el tiempo. - ¿Podríamos ir para aquel lugar? - propusieron las autoridades paternas- ¡No, para allá no, para aquel otro lado, quien no quiera que no venga, aquí ya no hay futuro - dijo Simha. Y cada uno se fue para su lado. En la estación de tren se rompió la escalerilla del vagón y cada uno saltó y trepó por las ventanas. Se terminaba todo! El pasado vívido y el futuro soñado. Los hijos y los nietos en el regazo de los abuelos. Se perdió la oportunidad, la tradición, el linaje y el recuerdo. Con una capa húmeda sobre sus pupilas, horadaban los ojos de Simha los promiscuos y tétricos paisajes de su Europa, en los que había amanecido su infancia. Entonces parecían prometer apacibles futuros, pese a algunos imprevistos temporales. Era el siglo 19 en el que discurrían ya nóveles y augustos ideales que parecían el presagio de una nueva humanidad. Las ráfagas venidas del occidente, parecían un puro tónico refrescante, frente a las obscuras tinieblas del pasado medieval. De las quietas y resquebrajadas ramas humanas parecían surgir nuevos

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y verdes brotes que rejuvenecían las vetustas epidermis de un continente enfermo. Aparatos mecánicos y eléctricos creaban un nuevo cenit y aclaraban la atmósfera. Los cielos parecían mas celestes y las nubes mas proficuas que nunca. Filósofos dialogaban con las masas en una nueva lengua y proponían términos distintos a aquellos que habían caducado siglos atrás. A los oídos de los relegados de siempre, parecían sonidos de campanillas alegres y suaves que acariciaban sus profundas heridas. Igualdad, proclamaba el titulo del mensaje - de los ojos de Simha asomaban lágrimas de bronca. Fraternidad - se erizaba su piel. Libertad - se secaba su garganta. Y por la ventanilla abierta, pese al fresco de Noviembre de 1927, corrían húmedas las decepciones y el desengaño. La cara al viento cortante, Simha buscaba desesperadamente todavía, ver el cuadro con claridad. Quería comprender su equivocación, el error de haber sido crédulo. Con vehemencia, las corrientes de su cerebro recorrían las células en busca de explicaciones racionales. El nudo del fracaso, por si acaso, todavía resistía a lo que el destino parecía haberle deparado. Era todavía un párvulo lleno de ideas confusas e ingenuas, cuando vio por primera vez, pero no ultima, la tragedia cundir en su familia y no alcanzaban las explicaciones ni los ojos rojos y lacrimosos de su madre, ni la terrible tristeza de su padre. Su hermano mayor había sido asesinado durante un mitin político. Resguardándose entre las penumbras de su casa, escuchaba de las personas mayores de la comunidad, términos como:

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"nacionalismo", "proletarios", "chivos emisarios", "el destino de siempre", "pueblo en desgracia", "asesinos de siempre", "ignorantes", "demonios" y muchos otros que ahora no recordaba, pero que tampoco entonces pudo comprender bien su significado. Ahora en aquel tren que se alejaba del escenario de su niñez y juventud, se esforzaba por poner orden a aquellas palabras y conceptos. Quería por todos los medios, tratar de entender las trifulcas de palabras y gritos entre sus hermanos. Su madre quiso resguardarlo y protegerlo de aquellas discusiones, pero solo logró acrecentar en Simha una desesperante sensación de abandono e indefensa. Veía con horror como se iba desintegrando el sutil y sensible tejido familiar. La coraza de la protección natural se iba desarmando, dejando a sus mas débiles miembros expuestos a la intemperie. Aún tan joven e inexperto, presentía ya el fin del resguardo familiar. -" Solo el retorno a los orígenes de nuestro pueblo y nación" - concordaban unos. -"Debemos ser la punta de lanza en la revolución social - esgrimían otros. - He aquí la oportunidad” Y así, la una emprendió el camino de oriente y otro se enroló en la revolución inminente. Y Simha fue un soldadito de papel en la Gran Guerra, se quemó y apenas salvo su triste figura como prisionero de guerra. A su final tomó el camino del retorno al medio familiar. Pero el tiempo les había jugado una mala pasada y ya no era lo mismo. Lo que fuera el marco de resguardo, estaba ahora invalido, de por sí desprotegido. Hermanos y

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hermanas partían a cumplir con los designios de sus destinos, pero en algunos sus rastros fueron perdidos, para siempre. La Pos-guerra, también por obra de la naturaleza, produjo algún germen de recuperación y por un momento ofreció alguna que otra sensación de promisión. Se produjo un cambio de autoridades. Los negocios y las oportunidades mejoraron y hasta Simha se dejó por un instante engañar. Con una doncella de la comunidad formó hogar y se entregó a proveer de un futuro mejor. El traqueteo de las ruedas y el repicar de los aceros del tren tamboreaban atrozmente en su cerebro, y fijaban el ritmo de su pensamiento. Unas veces, Simha se sumergía como en un letargo, con el lento y acompasado ritmo. En otras con el clamor de la locomotora a toda velocidad, creía verse acercar rápidamente a su destino en el horizonte. En las estaciones intermedias, observaba desde lo alto de su asiento a las personas que allí quedaban, pero solo veía mas victimas de futuras tragedias. Las figuras de campesinos labrando los campos que se iban achicando, parecían a los ojos de Simha, confundirse en el paisaje que también habría de desaparecer. Europa, para él, tenía las trazas de una desvencijada prostituta, vestida con harapos que no podían ya ocultar su demacrada y lacerada figura. Las ponzoñas y los cráteres que habían dejado en sus horribles facciones, aquellas depravadas y venéreas enfermedades sifilíticas de su pasado histórico, no podían ya

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disfrazarse bajo ningún cosmético. Miles de años de vapuleo por parte de toda calaña y fatuos personajes, que le dibujaron incongruentes figuras, dio por tierra con toda alternativa de vida positiva. Ni sus ciencias, ni sus opulentas conquistas pudieron amainar las tragedias que obnubilaron su humanismo. Apretaba Simha con fuerza y rabia sus labios, para no exclamar a grito pelado y frente a todos - ¿No ven lo que pasó? ¿No ven el vendaval que vendrá? ¿Están ustedes todos ciegos? Con las órbitas de sus ojos como desencajados, se repetía una y otra vez, para si mismo, las palabras que le había arrojado a su joven esposa. Desesperaba por que ella se aferraba a los mismos y ciertos argumentos que guerreaban también en su propio interior. - ¿Como podría alejarme tanto de la familia? ¿No ves que es para siempre? Eran además, las amenazas de lo desconocido, de la soledad y de tantas sombras en las que se sumía el futuro. No valían las experiencias de los demás, ni los fragantes comentarios de la gente. América sugería algo nuevo, inocente, puro y aún virgen. No se supo de grandes guerras ni de horribles hambrunas y menos aún de gente perseguida ni de crueles y despóticos gobernantes. El celeste de su cielo asemejaba mas pureza y su sol era optimista. Pero Simha, que a sus 30 años de edad, cargaba harto de tragedias, había descargado desde ya su inocencia y sabía que también América estaba invadida de europeos. Muchos portaban las bacterias de la misma ponzoña y tarde o temprano habrían de lagrimas provocar. La esperanza estaba en la magnitud de sus

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territorios y en la relativa corta historia de la conquista a comparación del anciano continente. Quedaban todavía lejanos parajes con gusto a misterio e inocencia. Con una tenue sonrisa en la comisura de sus labios, cambió Simha el retumbar del traqueteo de los trenes por el vaivén del barco de vapor. A veces en el inmenso mar y con el vapuleo de la nave, surgían de nuevo las lagrimas y en la oscuridad de la cabina, postrado sobre su litera, daba rienda suelta a la desesperación.

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Capítulo 3 – imágenes

“...aún resta optar por visiones virtuales de otro mundo y usar el poder magnifico de los seres humanos...imaginar...construir en líneas hipotéticas la felicidad que les ha sido negada en carne y hueso y simplemente vivir en otras esferas o mas allá de ellas...”

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Visión Cósmica Imagino

Extiendo mi vista al infinito señalo un punto cualquiera

penetro en sus profundidades

Imagino voces risas o llantos

Imagino cantos o murmullos Imagino amores ocultos

Vagando voy

por tiempos y espacios inconmensurables

soy testigo de lo imposible

Pretendo hallar el origen el punto inicial

y hasta su antecesor

Doy tumbos de una cuestión a otra

busco una única verdad me estrello inerme

Al fin cansado y aturdido

retorno y me aferro de mi cosmos

diminuto, abúlico...conocido

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Figura fugaz

Son solo sombras afirmo categórico

como un único consuelo que de tu imagen se advierte

Son solo imágenes

pronuncio vehemente como si fuera una trampa

detrás de tus sombras

Son solo realidades denuncio por tanto

como un atuendo fugaz que aquellas esconden

Pero todo esto que he advertido

se esfuma cuando enciendo la luz de la lámpara

sobre mi mesa de noche

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El usuario requerido Era el final de la jornada laboral y en su mente ya había elaborado las frases, por medio de las cuales le contaría a Sheila de los sensacionales acontecimientos de ese día. La relación con su amiga comenzó, como una inesperada opción de conocer gente por medio del Internet. Se había quedado solo y lentamente se sumió en la desesperación del silencio de su soledad, que no conseguía combatir de manera alguna. Sus amigos anteriores se fueron diluyendo, junto con su matrimonio y salvo las horas de trabajo en la oficina, tenía muy pocos contactos personales. De pronto se encontró sin un marco de referencia y de poco servían sus libros y su colección musical. El elemento humano, pese a todas sus falencias, había casi desaparecido de su vida. A su edad, la gente que estaba sola como él, resultaban pesadas y odiosas de tan enfrascados que estaban en sus propias dolencias. Y por eso, le resultó tan conmovedor y refrescante, cuando Sheila contestó a través del sistema mensajero, a la frase de apertura que había publicado en español e inglés: "Tengo una montaña de sentimientos para compartir con almas similares". Ella sencillamente escribió en su primer mensaje: "Hola, creo que yo soy una de tus almas gemelas... cuéntame de ti, dime quien eres y que buscas... yo voy a ser el espejo de tus sentimientos". Más de 3 años llevaban charlando casi a diario a través del Internet. Tenían sus horarios ya establecidos y cada uno presentía cuando el otro iba a cerrar la comunicación, para ir a

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comer o a dormir. Sus conversaciones fluían de una forma muy natural, como un río de montaña, con sus momentos rápidos y sus quietudes silenciosas, pero siempre corrían. Nunca hubieron momentos de fatiga o alguna desilusión, ni siquiera temporal. Ella siempre le respondía con las palabras esperadas y aún de su parte creía sentir algo similar desde el otro lado. Extraño, pensaba él ahora, camino a su casa después del trabajo, le parecía que conocía todos los recovecos del pensamiento de Sheila, pero en realidad ella nunca le quiso relatar cosas más íntimas..."eso no es lo importante en una amistad"...le respondía. Él lo aceptó así y nunca más insistió, pues lo veía como parte de las reglas del juego, y pensó que debía respetarlas, pues era la voluntad de ella. Ahora, ya acercándose a su casa, sonreía para sus adentros y pensaba como le iba a contar sobre el logro de ese día, cuando le informaron que había sido nominado, por fin, para el puesto jerárquico que tanto anhelaba. Tantas veces había compartido con Sheila, las desilusiones de sus fracasos con este tema y ella le recriminaba sus depresiones y le llamaba a ver el lado positivo de las cosas. Corrió a la habitación donde estaba su Computadora, la encendió y como siempre, fue a preparar una taza de café, que disponía al lado del teclado. Esperó a que se abriera el programa de mensajería y de inmediato se percató que el nombre Sheila no estaba iluminado como siempre que el interlocutor está operando del otro lado. Le resultó extraño y decidió esperar unos momentos a que ella apareciera en la pantalla. ¿Tal vez está ocupada? ¿Habrá salido de su casa? ¿Le habrá pasado algo

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a ella? Se planteaba preguntas mientras pasaban los minutos y luego las horas. Era muy extraño, y no recordaba que haya pasado muchas veces tal cosa. Más extraño aún, recapacitando y retorciendo su memoria, de pronto se dio cuenta que en realidad, era muy poco lo que sabía de Sheila y de su vida. Realmente ella había sido para él todos estos años, como un espejo que reflejaba sus propios sentimientos, pero... ¿qué era de ella y de su interior? Nunca lo había preguntado seriamente y se dejó llevar por la actitud de Sheila de no incomodarlo, y él fue realmente muy cómodo. Tuvo en ella un hombro en el que apoyarse y una voz que lo guiase. En sus momentos de debilidad, ella tuvo para él la palabra correcta. ¿Y ella? ¿Porque fue él tan egoísta y nunca le preguntó sobre sus sentimientos? Porque nunca pudo ver las facciones de su cara frente a él en persona y por ello no pudo adivinar lo que escondía y no expresaba con las palabras escritas. Esa era la respuesta y esa era la tremenda falencia de ese sistema de relación virtual. ¿Cómo sonreía Sheila? ¿Cómo caían las lágrimas por sus mejillas? ¿Cómo transpiraban sus manos? ¿A qué olía su piel? Eran tantas y tantas las preguntas sin respuesta y no había sistema electrónico que pudiera contestar. Por ello, sintió como clavarse un cuchillo en sus carnes, cuando al inquirir al sistema por el usuario denominado Sheila, pudo leer en la pantalla un lacónico mensaje que decía, en inglés: " Sorry, the requested user was not found" (Disculpe, el usuario requerido no pudo ser encontrado).

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La estupidez humana En este documento hemos publicado una breve mención de la obra maestra de Erasmo de Rotterdam, “Elogio de la locura”, título referido por su autor a la estulticia, más conocido popularmente como, ´la estupidez humana`. Erasmo centra la atención sobre la imposibilidad del ser humano, dicho en líneas generales, de diferir entre la razón y las pasiones, teniendo estas las de ganar casi siempre. De allí se derivan todas las maléficas y fatídicas consecuencias para la sociedad humana, de los hechos bajo la presión de las pasiones. Muchas veces aquellas están disfrazadas de altísimas intenciones de índole ideológicas, religiosas, filosóficas y demás elementos que se utilizan para convencer de su seriedad, dejando para las masas, la sofisticación harto incomprensible de sus palabras y declaraciones, que el inocente e inexperto individuo, o digamos así, el ignorante medio, está dispuesto a aceptar. Pero existen otras variantes en cuanto a las formas de la estupidez humana, tal como las definió el historiador italiano Carlo M. Cipolla en un ingenioso panfleto titulado Allegro ma non troppo, publicado en 1988, en el cual desarrolló una teoría titulada “Las leyes fundamentales de la estupidez humana” y que se las puede resumir así: 1. Siempre e inevitablemente, cualquiera de nosotros subestima el número de individuos estúpidos en circulación. 2. La probabilidad de que una persona dada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica propia de dicha persona.

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3. Una persona es estúpida si causa daño a otras personas o grupos de personas sin obtener ella ganancia personal alguna o incluso peor, provocándose daño a sí misma en el proceso. 4. Las personas no-estúpidas siempre subestiman el potencial dañino de la gente estúpida; constantemente olvidan que en cualquier momento, en cualquier lugar y en cualquier circunstancia, asociarse con individuos estúpidos constituye invariablemente un error costoso. 5. Una persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que puede existir. (Cipolla, 1988) De la tercera ley se puede deducir la clave de esta teoría y es el hecho de que irremediablemente una persona estúpida con sus acciones, causan daños a otras personas y peor aún...a si mismos. La historiadora Barbara Tuchman, en su libro “La marcha de la insensatez” recopila una serie de narraciones sobre hechos que ocurrieron a lo largo de la historia antigua y moderna y por eso el subtitulo es: “Desde Troya a Vietnam”. En todos estos casos, se demuestran los absurdos errores de los dirigentes de pueblos y naciones que llevaron a desastres de incontables daños y perjuicios, incluidos los mismos dirigentes que los desataron. Uno de ellos, relata como ejemplo, la manera que los británicos perdieron la colonias americanas por una simple codicia ciega de las autoridades británicas. El capitulo se denomina: “Recuerden a Roboam”...y se refiere a lo acontecido con este rey de Judea e Israel (unificados hasta aquel momento), de manera similar a los hechos que llevaron a los británicos a

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perder América, mas de 2000 años después. Roboam era hijo del rey Salomón y fue nombrado por este como autoridad del reino unido de las 12 tribus de Judea e Israel. Pero resulta ser que ya hasta aquello momento, Salomón con sus delirios de grandeza había llevado a su pueblo al borde del desastre económico, por los elevados impuestos que debían pagar para sufragar las obras monumentales de Salomón. Cuando Roboam asumió el reinado, sus ancianos consejeros cercanos, le propusieron disminuir la presión impositiva sobre el pueblo, con lo cual sin lugar a dudas “iba a conquistar las simpatías de todos y asegurar el futuro de su reinado”, pero tras de desoír los consejos y súplicas del pueblo, Roboam prometió ser más duro aún que su padre. A raíz de ello, los miembros de las 10 tribus de Israel, que habían sido forzados a aceptar un Rey de Judea, se alejan de este y nombran a “Jeroboam” como Rey de Israel. Por su lado Roboam se dio a la fuga dejando a todo el espacio de Judea e Israel a merced de sus enemigos de la zona, hasta que como sabemos, fue el inicio de la cadena de desastres para todo el pueblo de Israel y de Judea. Desde otro ángulo, el Profesor y economista chileno-alemán Manfred Max-Neef relata en su conferencia - artículo: “Una manera estúpida de vivir” que siendo aún muy joven le preocupaba encontrar algún atributo que destacase al ser humano de sus congéneres del reino animal. Investigando diversas alternativas, como ser: el alma, la inteligencia y hasta la capacidad de reír, pero nada de esto pudo dar con una explicación definitiva, hasta que escuchó un simple consejo de su padre: ¿Porque no intentas por el lado de la estupidez? Y así, llegó a crearse la primera disciplina académica relacionada con

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el tema: la Estupidología, materia que el Profesor Neef llegó a dictar en varios establecimientos académicos de Estados Unidos y Europa. En la conferencia arriba mencionada, dictada en Octubre de 1989 en Bristol, Inglaterra durante un acto de conmemoración del economista Schumacher, refiriéndose este a la crisis mundial, relata que durante uno de sus viajes, estando en su habitación en el hotel, le atacó de súbito, una sensación de desesperación - dice Max Neef – esto me ocurrió de repente cuando encerrado en mis pensamientos, llegué a la terrorífica conclusión de que...lo que crece con mayor velocidad y se difunde con la mayor eficacia y aceleración en el mundo entero es...la estupidez humana. Claro que no se trata exclusivamente de quienes gobiernan de una forma u otra ni tampoco de los tiranos entre ellos. Podemos fácilmente ver hasta dónde llega la tontera de los humanos, por ejemplo en cuanto a algo tan simple como la tiranía de la moda; así se pueden ver por doquier gentes “vestidas a la moda” que resultan sumamente deprimentes. Por ejemplo chicas, digamos así, bastante obesas, portando ropas que dejan a la vista toda sus gorduras y fealdades. Claro que lo hacen porque, como se dice tan tontamente...¡la moda no incomoda! ¿No incomoda? Así también recuerdo haber visto en otras épocas, hombres vistiendo pesados trajes en días de calor agobiante. Se trata por supuesto de un pequeño ejemplo, pero que muestra a las claras que muchos de los humanos no nos podemos dignar a asumir, que somos libres.

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Cuando llega el momento Cuando llega el momento, pareciera que todo el universo estaría concentrado en ese mismo punto, como si fuera el fin de una madeja de hilo que se fue desenrollando sin parar. ¿O es que tal vez se trate tan solo de un inicio? ¿De un algo que comienza a enrollarse nuevamente y que sin contar las vueltas que da sobre el carrete va a ir engrosando vivencias inacabables? Algo así previene la denominada teoría mecánica cuántica afirmando que todo es una sucesión de paquetes encadenados entre sí, pero cada uno tiene su propio comienzo y final, es decir su propia vitalidad, sin nunca “dejar de existir”. Así se conjuga la continuidad de la vida con su supuesto final. Y no obstante en la psicología de los hechos cotidianos tendemos a asumir el final de una etapa, como un estado de crisis que conlleva dolor y sufrimiento. Nos traiciona la memoria y lo palpable de las emociones recién vividas. Será tal vez, la ley de la conservación de la inercia que nos frena en el proceso del cambio, es decir de la crisis, pues ese es su significado. Denominamos a este hecho simplemente, miedo. Percibimos como amenazante lo que estará por venir, por ser desconocido, no experimentado. Y pese a todo parece ser que hay momentos que son únicos inestimables en su valor, y es cuando lo que finaliza nos muestra el siguiente paso como pleno de expectativas y esperanzas de superación.

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Un espejo dialéctico Son años ya que ando recorriendo como a la deriva el camino entre Esparta y Atenas, con mi espejo a cuesta, buscando gente y enfrentándolos con sus imágenes. Son muy pocos los que aceptan de buenas lo que se refleja. Son una inmensidad los que atentan contra lo que perciben y lo hacen de distintas maneras. Aunque, eso sí, siempre viene primero la acusación de que mi espejo esta torcido y luego la justificación ¡Ese no soy yo!. Y así por ejemplo cuando le planteo a un espartano con aspecto de ateniense renegado, que se ve un poco triste. Se limita a encogerse de hombros y a escupir una rápida respuesta ¡Si, es cierto! ¡Soy un simple esclavo, pero esos allá en Atenas con su supuesta democracia no llegan ni al almacén! ¡Incluso tengo más dinero que mi Señor dueño! - me susurra. Pero como todavía no me había echado de una patada, atino a proseguir con mi dialéctica: -¿Y pese a todo, no tienes nostalgias de tu terruño nativo? - ¡¿Nostalgias?! - ¡Que son esas pavadas emocionales! - me grita a voz de cuello y con sorna - ¡Yo tengo hace rato bien claro a donde pertenezco! ¡Son ustedes los reaccionarios efervescentes de la contra reforma, los que pretenden manipular nuestros ideales nacionales! - vociferaba con los ojos desorbitados y espuma en la boca. Pero como dije, pese a mi edad, fui lo suficientemente ágil como para esquivar el cachetazo que me tiró, mientras huía como loco alejándome de las murallas de Esparta. Pero no crean ustedes que en Atenas me fue mucho mejor. Aún y cuando regían ya las hordas democráticas y por doquier se

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enarbolaban las banderas de libertad. Sabido era que los treinta dirigentes adoraban tanto la “libertad” que al fin no pudieron menos que santificarla, prohibiendo el abuso, o el uso, de ella. Por eso, es que consideré importante confrontar a los atenienses en la calle por medio de mi espejo. ¡Cuánta alegría y satisfacción hay en tu rostro, hermano! - retribuía mi espejo ante su mirada lucida y perpleja. - ¿Y tú quién te crees que eres? ¡Zapallo! - me endilgó el hermano - ¡Estás haciendo un uso irracional de la santa libertad! ¡Mejor muestra esta imagen que aquí se refleja a tus amigos los espartanos a quienes tu tanto defiendes y que tienen sobrados motivos para sonreír! -¿Pero, no crees tú – atiné a deslizar mi frase – que tenía razón aquel anciano filosofo cuando opinaba que la Patria es el lugar donde mejor uno se siente? - y mientras le miraba atentamente a sus ojos veía crecer su incredulidad. -¿Es que eres tu un sofista? - respondió esta vez con un sospechoso respeto mientras se miraba al espejo que le había tendido frente a sus narices - ¡Estas defendiendo cualquier cosa ya! ¿Cómo me vienes a mí con tanto sacrilegio? -¡Ciudadano! - irrumpía el espejo – ¡estás viviendo en los tiempos de Pericles. ¡Es la época de oro de la Grecia toda! ¡No tienes ya a quien temer, habla con absoluta confianza y di todo lo que hay en tu corazón! - se desgañitaba el brillante vidrio. Pero he ahí que un tal Espinosa y un Nietzsche venían aseverando con absoluta seriedad que eso del “libre albedrío” es todo una absurda patraña. Claro que ante tales cosas no le quedaba más remedio a mi espejo que sacarme de dudas. El

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primer señorito de Esparta que confrontamos, se deshacía de la risa: ¡Por supuesto que es una prerrogativa de nuestra clase superior! ¿Cómo cree esa imagen allí, que también los esclavos pueden razonar? ¡Ah! Claro, que cuando me mandó con esa música a Atenas, imaginé enseguida los lineamientos que proyectaría mi espejo: - ¡Las reglas éticas de nuestra sociedad convergen hacia la igualdad! - pero he aquí la grave sorpresa cuando la imagen ateniense susurraba ¡Y... no obstante, debemos prestar una discreta, pero necesaria atención, a las excepciones a la regla! ¡Que para ello se denomina ética!. Juro que en aquellos momentos no pude comprender porqué mi espejo estalló en llantos y solo cuando se calmó un poco, apoyando su cabeza sobre mi hombro, soltó su confesión ¿Sabes? - me decía mientras le corrían todavía amargas lágrimas sobre sus desencajados vidrios – en aquel instante vi con toda claridad la pasmosa escena de Moisés en el Monte de Sinaí, que mientras declaraba con total solemnidad ¡No matarás!, mandaba a su hermano Aarón a degollar a todos sus opositores ¡Tres mil hombres mujeres y niños! ¡Solo por contradecir al caudillo!. Como se imaginarán, estimados amigos, después de toda esa lucha sin sentido, aquí estoy con mi espejo dialéctico al hombro, dando vueltas por el desierto de mi falta de conocimientos. Pero, para terminar, permítanme una pregunta más: ¿Debería beber la cicuta o no?

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Personajes

Gracias por la atención dispensada Julián Gonzáles caminaba erguido y enérgico, pero un poco mecánicamente como lo hacen los ciegos. Es un oficinista de 35 años de edad y casi se tropieza con Catalina Prieto de 72 años que tuvo que hacer malabarismos para poder esquivar el posible choque. Dio un paso atrás y pegó con el taco de su pesado zapato en el empeine del pie de Rita Manzi, la bailarina de 28 años que venía apurando el paso, porque se retrasaba a la cita medica. Julián, Catalina y la Manzi se mandaron cada uno una palabrota a su manera. Al Julián que había comido ravioles, la puteada le salió con un gusto a ajo que espantaba, mientras pensaba en su repugnante mujer. Catalina muy recatada ella, con la carga cultural del siglo 19 que llevaba encima, solo se atrevió a refunfuñar…¡bárbaro molusco! La Manzi, todavía manteniendo entre sus dedos el papel medio arrugado de la carta recién recibida, despotricaba contra medio mundo mientras la bilis le llegaba hasta las orejas ¡Vieja chota! ¡Porque no mira por donde camina! Demás esta contarte estimado lector, que estas escenas son solo una ínfima parte del diario quehacer humano. Para poder ser más escrupuloso, tendríamos que entrar en el relato de los detalles sobre los acontecimientos personales que llevaron a cada uno de estos personajes a la situación descripta. Pero me parece que sería una perdida lastimosa de tu precioso tiempo. ¿Que mas cabria agregar? ¿que el Gonzáles se lleva mal con su mujer? ¿que Rita no entiende porque su novio esta tan arisco? ¿y qué hay de las broncas de Doña Prieto con sus odiosos vecinos? esos que a las

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3 de la madrugada le tiran trapos incendiarios a su patio ¿es que aclararía algo la comprensión de la situación si supieras de las ambiciones ocultas de Julián o de los babosos manoseos a los que se somete noche tras noche la Rita durante la sesiones de Streap Tease? ¿podría servir de algo saber de los aburrimientos que nuestros tres personajes sobrellevan en sus vidas diarias? ¿de las abulias pasadas frente al televisor alimentando sus espíritus con divertidas e insignificantes comedias o de rutinarios acontecimientos deportivos?. No sé, son tantas las preguntas y los detalles y parecerían tan similares las respuestas para todos, aun cuando no tengo la seguridad de saberlas. Pero vamos a proponer un cambio de roles: Ahora es Rita la oficinista y en esos momentos está camino al encuentro con su novio, que supone la espera en la siguiente esquina con un ramo de flores en mano ¿le decimos la verdad? ¿la hacemos consciente de que el tipo la dejará plantada? ¿que pasaría entonces con Rita? ¿todo su mundo se vendría abajo? ¿es así de sencillo todo?. Julián por su parte, ha cumplido con el sueño de ser propietario de una hermosa lancha. Pero he aquí que le avisan que algunos envidiosos vecinos se la han quemado ¿es que esta sería la mejor opción para nuestra historia? ¿Julián necesariamente tiene que ser víctima? ¿tal vez enfermó del hígado como debía ser con Rita?. Pero cambiemos un poco los lentes de nuestra cámara, Catalina, no obstante sus 72 años, se disfraza todas las noches y media oculta por las penumbras del teatro, ofrece una presentación de Streap Tease que quita el aliento de los calentones en primera fila. El meneo de sus senos postizos arranca loas a todas voces y aplausos a no dar más ¿es que podría Catalina ser feliz por los inesperados resultados de su

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acción? ¿podría ser tal vez, que a su edad ya no hay mas reparos ni limites?. Ahora supongamos a Rita, exponiendo ante los empleados de la repartición publica los alcances del proyecto de renovación urbana, fruto de un arduo trabajo durante los últimos meses. Vestida con elegancia, hace uso de todos sus alardes profesionales ¿es que tendría algún motivo para envidiar a sus hermanas y madre que viven en un ignoto poblado? ¿en tal situación, seguiría la Manzi sufriendo por su engañoso novio?. Julián por su parte, tiraría el plato de ravioles a la basura y tomando una mochila con dos pilchas encima, se largaría por los caminos del mundo en busca de aventuras. Y como muy bien sabemos, quien las busca las encuentra, aun cuando terminara con 12 inyecciones intramusculares para erradicar un chancro duro ¿se olvidaría así de su mujer, de la oficina y de sus frustradas ambiciones marinas?. Lector, esto no es una novela, ni tampoco la apertura de una exposición filosófica. Es tan solo un mejunje de palabras más o menos coherentes con la intención de provocar un movimiento en tu materia gris. Gracias por la atención dispensada y... hasta el próximo capítulo.

El ente supremo El cazador dirigió sus pasos sigilosamente al interior del bosque. Iba en busca de alguna que otra pieza con las cuales agregar

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proteínas a la dieta de sus gentes. Todavía no sospechaba lo que le deparaba la selva para ese día. Se había hecho fama de buen cazador, pero Yagú prefería evitar toda manifestación de orgullo. Es necesario explicar que ese tipo de expresiones estaban condenadas en su sociedad. Cada uno dependía del otro y en el conjunto lograban superar muchas de las peripecias y peligros que la naturaleza les dispensaba casi a diario. Allí no había lugar a arrogancias de ninguna clase. Por lo general luego de un arduo día de caza, Yagú volcaba su preciada carga en el centro del poblado y se retiraba rápidamente a su choza. Los representantes de cada familia acudían prestamente llevando cada uno su parte del tesoro, de acuerdo al tamaño de la familia. Auscultó con sus oídos, afinó su vista y sin embargo no pudo explicar esa rara sensación que le amedrentaba. Algo le hacía dudar del bosque y lo que en el acontecía. Los sonidos tan típicos de la espesura no eran los mismos de siempre, algunos faltaban y otros no le decían nada. Comenzó a perder orientación sin saber como conducirse ante tales dudosas circunstancias. Erguido completamente ya su cuerpo, siguió dando pasos sin rumbo y sin demasiados cuidados hasta que casi chocó con una cerca de alambre muy alta que estaba extendida como un invasor en el bosque. Yagú quedó como petrificado con sus manos apoyadas sobre aquel desconocido animal. Quiso escapar, sintió el peligro sobrevenir, pero no le quedó tiempo, pues de pronto se vio rodeado por un grupo de personas que gritaban ordenes incomprensibles. Sus cabezas estaban

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totalmente cubiertas por sendos gorros que dejaban al descubierto solo ojos que le miraban con lanzas de llamas. Yagú se entregó sin resistencia y se dejó arrastrar por esa gente hacia la otra parte de la cerca. Estaba sumamente confundido y temía lo peor, pero para su sorpresa no le causaron ningún daño. Por el contrario, parecían interesados en demostrarse correctos con el, aún cuando no eran amistosos. Era una especie de lejanía exenta de toda expresión de calidez. Una cierta oficialidad. No sabía a que atenerse, pero sus instintos naturales le indicaban guardar silencio. La explosión de adrenalina le había debilitado y ahora sentía su boca seca y pegajosa. Pero las sorpresas se sucedían y unos momentos después otro grupo de personas se acercaron a el. Sus cabezas estaban ahora descubiertas y pudo observar sus facciones Eran seres humanos como el, sin dudas, pero le llamó la atención que todos vestían uniformes. Luego supo también, que las líneas dibujadas sobre sus hombros simbolizaban diferencias de jerarquía. Le hablaron en su lengua: − ¡Somos miembros de SECReNa, “Sociedad para la Explotación Científica de los Recursos Naturales”! - vociferó quien parecía estar a la cabeza del grupo. − ¡Nuestra finalidad es la de maximizar la explotación del bosque a fin de beneficiar a la humanidad! - recitaba otro. − ¡No tenemos nada contra ti ni los tuyos, pero desde ahora en más, este bosque será explotado de una manera racional! - le decía una señora que pintaba canas, mientras señalaba el espacio a su derredor con el dedo índice.

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Yagú rememoró las épocas de sus antecesores y aún así no logró encontrar en su memoria reminiscencias de un pasado similar. Sencillamente estaba ante algo totalmente desconocido e inconmensurable. ¡Estaba perdido! Un espasmo de lluvia tropical, le permitió un respiro y también juntando agua en las palmas de sus manos, calmar la sed y aplacar un poco su angustia. Pero con el renacer del sol después de aquel corto torrencial, tan común del trópico, arreciaron nuevamente los discursos de aquel comando. Escupían a destajo frases y términos que golpeaban el cerebro de Yagú, incomprensibles a los oídos de su cultura: “....racionalización del sistema...división del trabajo...economía de mercado...oferta y demanda... planificación...crecimiento acelerado....” y más aún. Yagú no entendía nada, pero en términos más propios de un hombre como él, pensaba para sus adentros: Si el bosque y la naturaleza ofrecen libremente y sin distinción sus frutos a todo ser humano necesitado, ¿Porque hay que destruirlo para erigirlo de nuevo bajo otra forma? La pregunta quedó flotando en el aire. Era noche ya cuando el cazador hizo su entrada en la aldea. Los leños de la fogata en el centro de ella aún ardían y las personas allí presentes, pudieron percibir esa forma fantasmagórica que se acercaba arrastrando sus pies. Atónitos, no daban a creer que era Yagú quien estaba frente a ellos. Eran sus ojos sin duda y también su conocido semblante, pero las vestiduras negras que llevaba, con un rotulo sobre su pecho que gritaba “SECReNa” asemejaban una tétrica forma de brujo.

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Lentamente se formó un círculo en su torno. Mujeres, hombres y niños en absoluto silencio le observaban sin chistar. Todos sentían que algo terrible había ocurrido pero no podían imaginar nada en particular. Esperaban las palabras de Yagú, que parado frente a ellos con la cabeza gacha, se abstenía de mirarlos directamente. El tiempo pareció como congelado hasta que lentamente levantó sus ojos, carraspeó unas veces y habló con voz incolora: - ¡El bosque, sus frutos y la naturaleza toda ya no están mas a nuestra disposición! ¡Desde ahora, todo queda bajo una cierta jurisdicción que no es humana!- y con voz entrecortada por suspiros añadió - ¡Desde mañana al despertar cada uno deberá esperar su orden y antes de ello no podrá hacer nada! ¡Tampoco pensar!

Mandrágora Guión teatral

1 Personajes: Mandrágora- Planta medicinal con características curativas personales. Corresponde al carácter, personalidad del usuario y al trato que de este recibe.

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Andrés- Joven miembro de la familia. Tipo despreciativo y despectivo. Posee de sí mismo un gran afecto, se cree sumamente inteligente frente a los descubrimientos que hace de las cosas; entre otras, por haber comprendido cómo funciona la teoría de la relatividad. Actúa despectivamente en especial con "Mandrágora", a quien denomina...Yuyo místico y a sus usuarios... Místicos absurdos... Sebastián- Hermano mayor de Andrés. Personalidad sumamente introvertida y callada. Trata de pasar inadvertido y se esconde del trato con los demás miembros de la familia. Parece tonto y actúa como tal. La única que sabe llegar hasta él es "Gervasia" la mucama, con un lenguaje sencillo y con su enorme ignorancia de las "cosas mundanas"... Era Veracruz- Planta decorativa muy usada en las mansiones y casas campestres de la época, por el gran esplendor de sus verdes hojas que se adaptan fácilmente a los ambientes plenos de decoraciones artificiales. Por lo demás no tiene ningún otro valor para el ser humano. Y no obstante compite y guerrea constantemente con la "Mandrágora". Es comúnmente denominada, Era-Vera Tatiana- Dueña de casa...o mejor dicho, esposa del dueño...Don Salazar. Trata de actuar como "verdadera" dueña de casa y "madre de familia", aunque parecería ser que nadie realmente presta atención a sus palabras. Confía plenamente en "Mandrágora" y en sus consejos y actitudes, pero casi no

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consigue convencer a nadie de sus efectos, salvo aquellos que apoya también su marido...Don Salazar. Por naturaleza, tiene relaciones cercanas con su hijo Sebastián, aunque siempre a nivel superficial. Sufre horrores tratando de acercarse a su hijo Andrés, quien por su puesto la ignora olímpicamente. Encuentra algún reposo espiritual en sus charlas con el "Padre Pablo", pero desconfía de este por la manera como expresa deseos sexuales hacia ella. Señorita Ágata- Una extraña, que hace las veces de secretaria personal del dueño, "Don Salazar"... No obstante es una mujer de edad madura, pero posee todavía cualidades físicas que la hacen sumamente atractiva ante los hombres de la casa y más aún, ante los oportunos, o inoportunos, visitantes e invitados del dueño. Parecería ser que tiene relaciones "muy cercanas" con Salazar lo cual sería motivo de sospechas y envidias por parte de la Sra. Tatiana.... pero es todo un error causado por la miopía de los humanos. En realidad, Ágata mantiene sus mejores relaciones en esa casa con "Mandrágora" y realiza con ella experimentos en secreto tratando de descubrir más aún de sus cualidades. Su actuar tiene raíces ideológicas muy profundas, que a veces está obligada a ocultar. Don Ignacio- Hombre mayor, aunque todavía no un anciano. Venido a menos en su situación socio-económica a causa del despilfarro que sus hijos y esposa hicieron con el patrimonio familiar. Es amigo de la casa y en particular del dueño Don Salazar. Suele pasar largas horas en la mansión y parece a veces ser parte de la misma. Dice haber inventado una lengua común

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con las plantas y por ello traduce a los demás miembros las expresiones vegetales de Mandrágora y Era-Vera. Sus opiniones nunca son atendidas por ninguno de los miembros de la casa. Gervasia, además de su ignorancia, toda su expresión externa aparenta fealdad física. Su cabello recogido en una trenza bajo un pañuelo hace destacar una nariz un tanto larga y ancha por sobre una boca demasiado grande con dientes sobresalientes. Sus ojos negros siempre brillan con un fulgor particular. Habla con la tonada típica del interior y muy quedamente, por lo que resulta difícil entenderla. Andrés la desprecia y se burla de ella, todo lo contrario que su hermano Sebastián, quien trata de inculcarle maneras de conducta más refinadas. Le enseñó a leer y a escribir con el fin de elevar su nivel cultural. Gervasia equivoca los términos aprendidos y termina por causar risas y sorna de los demás. Pero posee el don natural de comprender a las plantas sin necesidad de los artilugios lingüísticos de Don Ignacio. Don Salazar Dueño de la casa o digamos, de lo que resta de una mansión otrora aristocrática. Pese a todo, Don Salazar no vive en el pasado y procura introducir a los miembros de su familia en las características de la nueva época, no siempre con mucho éxito. Ha comprendido que su clase ya no tiene las prerrogativas de antaño y lucha a brazo partido por ir con la corriente de la época, pero debe hacerlo completamente solo. No puede contar con su esposa ni con sus hijos. Con quienes si tiene algún lenguaje común es con Don Ignacio, la Srta. Ágata que merece una explicación aparte y aunque

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parezca extraño, parece entenderse muy bien con "Mandrágora". Pero tampoco en estos puede confiar. Don Salazar pese a sus años, es todavía un hombre apuesto y por lo tanto de vez en cuando aflora en su vida alguna que otra relación romántica. La Srta. Ágata es un ejemplo de una relación romántica, que con el tiempo se tornó en intelectual y por lo demás muy creativa. Las horas que suelen pasar juntos en la oficina son el marco de una muy interesante y cultivada relación intelectual. Don Salazar y la Srta. Ágata colaboran en la creación literaria de diversas formas. Lo más reciente es la composición de una ópera tragicómica. En dicha labor la Srta. Ágata está encargada de la parte musical. Pablo - el cura-hombre relativamente joven, pero con aspecto de persona seria y madura. Su actuar deja mucho que desear en cuanto a su rango en la Nueva Iglesia Criptica por sus desenfrenos en la vida diaria. Esta institución heredó las bases de las tres grandes religiones monoteístas, pero también algunos aspectos del budismo y en particular las enseñanzas incluidas en el "Kama Sutra", las que él pretende concretar con toda mujer que encuentra a su paso...incluida la "Mandrágora". Inesita -Jovencita simpática y dulce, aunque un tanto descarriada que suele visitar la casa periódicamente debido a sus funciones de "Inspectora Socio-Protocolar". Título que nadie comprende su significado como también a la institución que representa. Inesita se ríe de cualquier cosa y por lo tanto lo que sale generalmente de su boca son sonidos guturales, carcajadas y resoplidos.

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Ricardo de la Fuente - Muy por el contrario de lo que su nombre y apellido insinúan, Ricardo no es ningún galán romántico ni perteneció en su pasado a alguna clase aristócrata. El apellido lo heredó de sus antepasados africanos, a quienes a su vez, les fue impuesto por sus dueños, que empleaban esclavos en sus plantaciones durante el siglo 18. Ricardo es de tez muy obscura, del tipo negroide africano con nariz ancha y labios gruesos. El señor De la Fuente ostenta muy orgullosamente un doctorado de una reconocida universidad y es además un experto en el campo de los "metales superiores" y asesora constantemente a Don Salazar en dichos temas. Pero sus visitas a la casa despiertan siempre un gran revuelo entre todos, hasta tal punto que las hojas de palma de la Era-Vera se tornan casi rojas emitiendo unas gotas que parecerían ser transpiración. 2 Argumento El tema básico es la problemática comunicación o incomunicación entre todos y cada uno de los personajes. Este aspecto humano tan básico es normalmente tratado como un medio de expresión de los miembros de una sociedad, cuyo fin sería el de mancomunar esfuerzos en la vida común. Esta vez quisiéramos tratar esa "aparente necesidad humana" no como un medio sino como un fin. Es decir, no importa cómo se expresa cada uno sino que es lo que se quiere comunicar. De acuerdo a nuestra teoría, en el contenido de toda comunicación está el "Yo" de cada uno y así se trata de aclarar a los demás miembros

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de la sociedad...quién es cada uno... de acuerdo a la acepción de sí mismo. Las plantas y en particular Mandrágora ofrecen aquí la posibilidad de neutralizar al sujeto en el proceso de la comunicación, haciéndolo obvio en cualquier tipo de objeto. Es decir, que si una planta habla es porque también tiene carácter y personalidad que lo quiere hacer público, lo mismo que las personas. Por otra parte la presencia de las plantas viene a recordar a los humanos su procedencia biología. En realidad los diálogos deberían demostrar que este y todo otro modelo de comunicación, son en realidad monólogos o dicho de otra manera, charlas de sordos. Y pese a todo, miembros fieles de la misma comunidad. 3 Tiempo y lugar Es el año 2048 en algún lugar del planeta tierra o mejor dicho, de lo que quedó de él y de la cultura de sus anteriores habitantes. Los sobrevivientes son una clase que logró salvar una parte del legado tecnológico previo a la hecatombe, pero están relegados a una pequeña porción del planeta que debido a su ubicación geográfica, pudo soportar las terribles radiaciones. No obstante, de tales actividades y otras surgieron materiales nuevos que los hombres supieron aprovechar. Y por otra parte, como en el campo medicinal, las personas quedaron a merced de lo que la naturaleza pudiera ofrecer y por ello cada uno hospedaba en su casa alguna que otra planta con capacidad curativa

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Advertencias de un paranoico

¡Que tiene mi perro, señor! que tiene mi perro que no me advierte

de los peligros inminentes que los restos de mi ojo izquierdo

susurran a mis oídos.

¡Que tiene mi perro, señor! que posa tranquilo en la esquina

y me cruza con las luces. que tiene mi perro que no admite

las sombras del pasado que en mi mente afluyen constantemente.

¡Que tiene mi perro, señor!

que no recuerda el peligro rojo, ni los turbantes sobre Iberia,

ni los oblicuos ojos mongoles, que recorren las estepas.

¡Que tiene mi perro, señor!

que no porta armas, ni prepara sus cañones,

si me coloca las armaduras, ni da aviso a las posteriores generaciones.

¡Que tiene mi perro, señor!

que no mordisquea a la gente, que mis pesados parpados recuerdan

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de siglos pasados.

¡Que tiene mi perro, señor! qué importa una niño más, una mujer,

un anciano jovial o un hombre de sobra. que le importa a mi perro,

si nuestro futuro está en peligro.

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Estructuras

Estirpe 1. Origen: Don Moisés se apellidaba Benadares, pero en realidad este tendría que haber sido solo su apodo. Su nombre era Bien Andares y derivaba del que recibió su tatarabuelo en alguna de sus rondas por colinas y montes, saltando como una cabra. Siendo así, tendrían que haberlo denominado Bien Trepares y hoy su sucesor y el resto de la prole se reconocerían como Don Moisés Bentrepares y herederos. Más extraño aún era el nombre del lugar donde se domiciliaban, Bordelago. Esto se descifraría como "El Borde del Lago". Ello supondría que dicho poblado estaría ubicado al borde de un lago, pero me pregunto -¿Cómo debería haberse llamado dicho lago? Supongamos que alguien, mucho tiempo atras, se hubiera topado con el lago durante una de esas mañanas en las que una modesta brisa le impone a su superficie un suave y delicado oleaje, apenas agitando pequeñas olas. ¿Bien podría ser ese el motivo para titular a "su" lago, "Trémulo"?. De ello podría haber derivado, mas luego, el nombre del poblado que allí se plantó: "Bordelago Trémulo" ¿Un poco ridículo, no? Pues no, realmente así se denominaba aquel lago, el poblado y sus gentes, que a través de los años y siglos dieron a la civilización muchos hijos pródigos. Al ser requeridos por intelectuales y dignos mandatarios sobre sus orígenes, replicaban con ahincó y plenos de orgullo: "Soy un Benadares de Bordelago a orillas del Trémulo". Otros reponían y corregían: “¡He nacido a orillas del Trémulo en el Borde del Lago y continuo la estirpe de los Bien Andares y los Bien Trepares!” Así, los ceños fruncidos de los

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extraños ante tales declaraciones, se borraban rápidamente y también las sonrisas de sorna, cuando algún líder ocasional aplaudía las brillantes ocurrencias de tal o cual prodigo Bordelaguense. “Hazte la fama y échate a dormir”, dice el refrán y nunca fue más cierto que aquella vez, pero también que aquella otra que seguidamente relatamos. Pues así como aquella "gens" engendró nobles almas, también reprodujo plebeyos y hasta alguno que otro retardado mental o deformado, de los cuales el mundo externo tuvo noticias. Por desgracia para aquella prole, no siempre lograron ocultar los resultados de esa costumbre de "dejar las cosas en casa", "para un Bordelaguense no hay mejor que otro Benadares". Pero cuando se dieron las reincidencias y el número de aberrantes creció de manera alarmante, ya no se pudieron contener las difamaciones de afuera. Los patriarcas y sacerdotes designados, que de acuerdo a las normas Benadarenses debían pertenecer a la estirpe pura, fueron cada vez más escasos. Si no daban a luz algún fofo mental, con la baba cayendo de una boca retorcida, a los pocos meses los recién nacidos amanecían sin respiración y si ya llegaban a cierta edad madura, resultaban portadores de alguna u otra malignidad corporal. No obstante, se instituyeron toda clase de reglas u obligaciones, cuya negación o incumplimiento por parte de alguno de los miembros y en particular de las mujeres, acarreaban serios castigos. Aun así, no se lograron mejores resultados. La estirpe Bordelaguense parecía destinada a su desaparición. Las pequeñas callejuelas del poblado ya no se regocijaban con las risas de sus pilluelos correteando entre ellas y a orillas de las aguas del lago ya no se veían alegres jovencitas secando ropas. Sencillamente ya no

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había ni unos ni otras. Se abrieron los libros de la historia, y una y otra vez evocaron las epopeyas de los pioneros que lograban conservar la estirpe pese a toda presión externa. Los consejos de los acontecimientos eran bien claros. La Gens prevaleció gracias a que forjó recios límites con el exterior. Y así rezaban mañana, tarde y noche los descendientes de Don Moisés "El enemigo está al acecho", "Unidos y cerrados siempre triunfaremos", "Desconfiad del extraño", "Sed correctos con el foráneo, pero nada más", "Lo nuestro es solo nuestro", "La familia no se abandona jamás", "Uno para todos y todos para cada uno", "Todos son enemigos, aunque no parezcan", "Desconfiad de quien les sonríe", "Todo es una trampa, ten cuidado", "El amor es solo…una palabra", "Amaos los unos a los otros....benadarenses", "Así como no hay caballos verdes, tampoco hay extranjeros honestos", "Las palabras las lleva el viento", "Somos los elegidos del arquitecto del Universo", y muchas otras arengas mas. Nobles sentimientos se despertaban en quienes oraban con fruición y sus almas se llenaban de dulzura. Los pechos de los orantes se henchían y las manos temblaban como las aguas del "Trémulo" en las mañanas ocasionales. – “Cuanto amor hay en estas frases” - se decían a sí mismos y para ellos mismos aquellos bordelaguenses, mientras sus miradas se dirigían a las alturas en busca del supremo. Con pasión agradecían sus bondades y rogaban que ponga fin a las adversidades. Pareció cosa extraña, pero llegado el momento crucial, surgieron de pronto los recuerdos de aquella fascinante pero intencionalmente olvidada historia. La leyenda de Débora Benadares:

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2. Leyenda: Había nacido un obscuro día de invierno, unos instantes después de una hermana melliza. En realidad nadie la advirtió al principio y la enorme barriga de la parturienta se le endilgaba a su acostumbrada gordura. Pero la pobre mujer seguía sollozando de dolor y no había manera de calmarla. Las comadres habían ya agotado todas sus triquiñuelas, cuando de entre las piernas medias abiertas de la dolorida mujer, apareció primero una pequeña cabecita y luego, como el corcho de una botella saltó al vacío el resto del cuerpo. Digo ´saltó porque de no ser por una de las parteras, la Débora aterrizaba directamente en el duro suelo. - ¡Ay, qué cosa más fea! - exclamó una de las presentes - todos los recién nacidos nacen arrugados y feúchos - soltó otra - ¡Pero "esto" es horroroso! Su piel era blanquinosa, como la leche o peor aún. Sus ojitos ciegos parecían cubiertos por una capa azul acerada y con bordes rojos que le daban un aspecto tétrico. Nadie abría la boca allí y así tampoco durante muchos años después, pero un día alguien ya en agonía confesó, que tuvo ganas de tirarla junto con la placenta. Pero los principios éticos Bordelaguenses no permitían siquiera tal pensamiento. No cabía duda alguna sobre el principio del elevado valor humano de un Benadares. Y como por un designio supremo, un corto tiempo después, aquella ávida criatura demostró un prematuro desarrollo pero se descubrió también su secreto. Era albina y la falta total de pigmentos se reflejaba en su piel, ojos y cabello. Era necesario cubrirla casi totalmente con ropas y aún cubrirle los ojos, para defenderla del sol, pero también para ocultarla a ojos ajenos. Pero paradójicamente, su desarrollo corporal fue muy superior a su hermanita y apenas esta pudo sostenerse sobre sus piernas, se transformó en una

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saeta imparable. Trataron de ocultarla, como hacían otras familias con sus aberrantes, pero no hubo manera. También sabía zafarse de las cuerdas con las que era atada. Revolcándose por el suelo no había ropas que aguantasen. Una de sus abuelas le cosió una especie de bolsa con agujeros para su cabeza y manos. Descalza saltaba como una cabra justificando así el nombre: Bientrepar. ¡Ay! ¡Si Don Moisés se levanta de su tumba, seguro que se muere otra vez! A decir verdad, a nadie le importaba mucho de la Débora y por el contrario, sus familiares parecían respirar con alivio cada vez que desaparecía de la casa. Por fin volvían el silencio y la tranquilidad. Ya bien entrada la noche, su madre dejaba una de las puertas medio abierta y un plato con algún alimento sobre el fogón de la cocina. En la mañana el plato estaba vacío, pero a veces podía esperar a Débora varios días seguidos. Nadie sabía ni quería saber de sus actividades durante esas desapariciones. Ella tampoco pedía nada ni parecía interesarse por los demás. Sencillamente los Benadares no hablaban ni se comunicaban y las aguas del lago seguían su ondulante movimiento. A veces algún forastero casual sabía contarles donde fue vista su blanca cabellera. Otras veces se supo que montada sobre un caballo a pelo no más, recorría extensas superficies de la región. Pero cuenta la leyenda no escrita y mejor dicho, escondida, que una mañana aparecieron sobre las colinas que rodeaban a Bordelago, grupos de personas y jinetes. Fueron inmediatamente reconocidos como miembros de una tribu de lejanas tierras. Había también mujeres y niños, vacas, cerdos, gallinas y demás pululantes. Eran forasteros y como tales se proyectaban como una amenaza para el poblado. No perdieron un solo momento de tiempo ni

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discurrieron en mayores averiguaciones sobre las intenciones de los visitantes. El pueblo de Bordelago se declaró en estado de alerta. Primero se dispusieron todos los medios para la defensa, pero también se hicieron rápidos preparativos para algo más serio. Los patriarcas sacaron a relucir sus brillantes uniformes y todos los símbolos del caso. Los jóvenes bordelaguenses sacaban brillo a sus armas y a sus ojos. En las posiciones de combate rechinaban los dientes y apretaban los puños los combatientes. Cantaron hasta el agotamiento, todos los himnos y canciones de guerra. Pero no pasaba nada. Los jóvenes combatientes exigían poner en práctica de inmediato la mejor de las defensas, el ataque, y así eliminar la amenaza foránea. Pero los precavidos sabían que no se podía así nomas atacar, sin haber sido provocados. Este cuento podría haber tenido su punto final aquí mismo, pero de ser así no habría habido motivo para ser recordado. Pero algo ocurrió, que dio que pensar y aún fue motivo para borrar los vestigios de aquella historia. 3. Epopeya: Un hermoso día bañado de sol, luego de una noche de lluvia, cuando el pasto y las plantas huelen a frescura y todavía posan pequeñas gotas en las hojas de los árboles, se vio bajar de la colina a un pequeño grupo de personas. Unos iban a caballo y otros caminaban lentamente en sus cercanías. Ya cerca se pudo distinguir a una pareja. La mujer llevaba una criatura en sus brazos. Los demás caminaban detrás de ellos. La cabellera y la piel blanca descubrieron la extraña figura de Débora y a su lado un hombre joven de clara fisonomía foránea. La comitiva entró lenta pero decididamente en el poblado. Dirigían sus pasos a la cabaña de los Benadares. Combatientes, patriarcas,

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comedidas, matronas y demás miembros del poblado, seguían atónitos los pasos de los visitantes. Frente a la puerta de la casa, el niño en sus brazos, su blanco cabello ondeando al viento, los ojos medio cerrados por el brillo del sol y a su lado su hombre. Pero la hija de los Benadares, la vergüenza de Bordelago, la tormenta sobre el Trémulo parecía exponer a todos sus congéneres a una grave amenaza, la más terrible y profunda, aquella frente a la cual no tenían defensa alguna y de la cual fueron advertidos desde siglos en las diarias oraciones. Los más horrendos e inimaginables castigos eran prometidos a quien osase quebrar la prohibición. A nadie perdonaría el supremo. Lo temible, lo más evitado, la asimilación, la entrega, la rendición. La quiebra de las santas reglas de pureza y conservación del linaje de los Benadares. Pero allí estaba la Débora con toda su altura, blanca cabeza, pálidos ojos. Era un espectáculo patético y surrealista. Con sus brazos extendidos mostrando a su criatura, la ofrecía a su madre y familiares, como la ofrenda de un devoto creyente. A su lado el hombre y detrás alineados quienes parecían ser los padres y hermanos del joven, estaban en absoluto silencio, pero cada uno llevaba en sus manos algo. Una gallina, una canasta conteniendo verduras, telas colgando de los hombros de otros y hasta un pequeño arrastrando una cabra. Pero la puerta no se abría y solo se veían reflejos de miradas fortuitas que se escapaban de entre los barrotes de las ventanas. Ni sollozos ni súplicas. Ni el roce de las ramas de los árboles. Hasta el viento y las tenues olas del lago dejaron de oírse. Era el silencio del vacío absoluto. - ¡Les traigo la salvación! - emitió con fuerza y serenidad la garganta de la Débora - ¡Este es el futuro! - temblaron sus labios y los brazos extendidos -

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¡Encontré otros colores y aromas! - decía quedamente - ¡Y combinan también con los nuestros! - ¡He visto ríos que se bifurcan - agregó suavemente - y luego vuelven a unirse! ¡Con más fuerza todavía! - ¡Sentí otros vientos soplar sobre mi cara y manos cálidas que me acobijaron! ¡Aprendí a orar en otras lenguas, al mismo Dios! - decía con firmeza mientras abrazaba con vigor a su niño. - ¡Estoy cansada...y busco mi pasado! - asomaron lágrimas que corrieron sobre la blanca piel. Pero nada, ni una mínima grieta, ni el asomo de una sonrisa, ni una mano extendida, ni un reto, insulto o exclamación. Por eso cuando se quebró el silencio fue como la explosión de un trueno de verano. -¡Broomm! Se escuchó desde adentro del rancho, como una tromba, la cachetada seguida de un doloroso sollozo infantil. - ¡Cállate la boca mocoso! ¡Que te voy a reventar! ¡Todavía quedaba una esperanza!

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Cuadros de una exposición Hoy vamos a ver al mundo exponer su vida con trazos delicados sobre telas y murales. También han de haber expresiones plásticas con alegres marionetas de la sección feliz. No han de faltar memorias lamentables con cuadros grises como las paredes de este templo. En ese lugar no podremos reposar pero, al final, buscaremos colores vivos que disipen lo agreste. Que contraste tan emocionante, esa caja musical sobre la tosca pared. Nos recuerda otra dimensión, otras sensaciones de placer infantil. Rememora en nuestra mente sonidos olvidados que como chispas encienden otros amores. Pero he aquí sorpresa incongruente que hiere nuestras almas románticas. Armas de fuego, sables antiguos e historias de sangre y fuego. Un pasado, un presente y tal vez un futuro que generales y coroneles añoran. Hacemos entonces algún reposo y nos guarecemos de las inclemencias cubriéndonos bajo las notas gloriosas del pentagrama de un, así denominado, genio de esta civilización. Pero, maldita sea, la realidad nos ataca sin piedad apabullando nuestros sentidos, dificultando la respiración. Pretende colmar nuestros sentimientos de culpa y ni siquiera tenemos un brazo fuerte que haga de sostén. Los ojos abiertos de par en par y no los podemos apartar.

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Extenuados, doloridos descubrimos con sorpresa que, mientras fuimos obligados a ver cruentas escenas, en otro planeta paralelo reinaban el regocijo, la alegría, el buen pasar y...la ceguera. Ahora solo nos resta elevar nuestras plegarias al cielo, murmurar discursos, y creer que algunos cuadros de la exposición, fueron apenas una pesadilla. Mañana será otro día y entonces surgirá el sol en un cielo azul.

Aquí estoy, parado y absorto O Rememorando a África

Aquí estoy, parado en la vereda de este mundo,

con un pasado condenable a mis espaldas, con un futuro oscuro como mi piel al frente,

y con un presente impuro, como sin presencia.

Aquí estoy, sin progenie plena de gloriosa historia, sin dimensión creativa, sin ciencias productivas, sin nada que sea apreciable a ojos evolucionados.

Aquí estoy desconcertado mirando a mi pasado,

que solo atina a barrer calles y limpiar los jardines de esos otros, los más avanzados,

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que observan impávidos el fenómeno.

Aquí estoy, andando imprudente sin mayor guía que la casualidad indecente de algún espacio vacío

que pueda contenerme, cuanto más por un momento, para evitar que tropiece del todo.

Aquí estoy, recordando tiempos y lugares impertérritos,

donde nada se mueve ni cambia ni pretende avanzar. Donde cada día y cada padre es similar a su antecesor,

donde todo está previsto, el presente como el pasado y el futuro.

Aquí estoy, destruyendo todo lo que era mío, pero sin poder construir algo que lo pueda ser, sin tener que desdeñar lo que pude haber sido,

solo anhelando la transparencia de mi piel.

Un mundo feliz "Un mundo feliz", escrito en 1932, describe una democracia que es al mismo tiempo, una dictadura perfecta; una cárcel sin muros en la cual los prisioneros no soñarían con evadirse. Un sistema de esclavitud donde, gracias al sistema de consumo y el entretenimiento, los esclavos amarían su servidumbre.

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"...Actualmente no siento deseos de demostrar que la cordura es imposible. Por el contrario, aunque sigo estando no menos tristemente seguro de que en el pasado la cordura es un fenómeno muy raro, estoy convencido de que cabe alcanzarla y me gustaría verla en acción más a menudo. Por haberlo dicho en varios libros míos recientes, y, por sobre todo, por haber compilado una antología de lo que los cuerdos han dicho sobre la cordura y sobre los medios por los cuales puede lograrse, un eminente crítico académico ha dicho de mí que constituyo un triste síntoma del fracaso de una clase intelectual en tiempos de crisis. Supongo que ello implica que el profesor y sus colegas constituyen otros tantos alegres síntomas de éxito...Pero volviendo al futuro...Si ahora tuviera que escribir este libro, ofrecería al Salvaje una tercera alternativa. Entre los cuernos utópico y primitivo de este dilema, yacería la posibilidad de la cordura, una posibilidad ya realizada, hasta cierto punto, en una comunidad de desterrados o refugiados del Mundo Feliz, que viviría en una especie de Reserva. En esta comunidad, la economía sería descentralizada y al estilo Henry George, y la política Kropotkiniana y cooperativista. La ciencia y la tecnología serían empleadas como sí, lo mismo que el Shabbat, hubiesen sido creadas para el hombre y no (como en la actualidad) el hombre debiera adaptarse y esclavizarse a ellas. La religión sería la búsqueda consciente e inteligente del Fin Último del hombre, el conocimiento unitivo del Tao o Logos inmanente, la trascendente divinidad de Brahama. Y la filosofía de la vida que prevalecería sería una especie de Alto Utilitarismo, en el cual el principio de Máxima Felicidad sería supeditado al principio del Fin Último, de modo que la primera

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pregunta a formular y contestar en toda contingencia de la vida sería: "¿Hasta qué punto este pensamiento o esta acción contribuye o se interfiere con el logro, por mi parte y por parte del mayor número posible de otros individuos, del Fin Último del hombre?" (Huxley, 1982)

Juicio Vertiginoso Lamento la exagerada rapidez con la cual unos juzgan a otros, buscando explicaciones superficiales a situaciones complejas. Condenan irremediablemente, marcando con manchas indelebles actitudes ajenas. ¡Oh ser! Que absurdo que eres en tu falta de esfuerzo por comprender, colocándote en la situación de víctima. Y no obstante me miras a mí con hastía porque oso advertir tu equivocación y hasta me tildas de extremista. ¡Oh ser! Porque tanto miedo y tantas dudas que manifiestas frente a situaciones que no concuerdan con tus costumbres conocidas. Tu que también eres responsable por la vida futura de hijos y nietos, cómo no tiemblas al trasmitir las mismas aberraciones. Tú que estás convencido de tu única y absoluta verdad ¿no dudas cuando a su vez eres víctima de afrentas similares?

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¡Oh ser! Como no comprendes que con las mismas armas que tu abres fuego, están las que te apuntan a ti. ¿Porque te obstinas en definirte diferente, más humano, más sensible, más justo si en realidad no eres capaz de advertir el valor de tal humanidad? ¡Oh ser! ¿Porque te apuras a decidir aun cuando es evidente la complejidad y las disparidades de entre los humanos? ¿ Porque crees que puedes decidir con rapidez, si es obvio que no estás en condiciones de juzgar a nadie ni a nada, ni siquiera a ti mismo? ¡Oh ser! ¿Es que no comprendes que no es así como será tu vida evidente, ni tu mundo claro? Al fin y al cabo deberás encomendarte a algo superior a ti, a alguna “Force majeure” que pueda explicar para ti lo incomprensible que te aterra y atemoriza. Al fin y al cabo, bajo esas supuestas aclaraciones, es como serás invadido por la fuerza de la convicción de la palabra ramera y absoluta. Esa “palabra” que hará innecesario el planteamiento de tus propias dudas. Evitarás así el conflicto interno y cualquier planteamiento que no coincida con la “palabra”. Serás un ser dichoso, porque te sentirás iluminado por su sabiduría, porque todo en ella esta explicado. Pero te pregunto ahora ¿qué pasará aquel día cuando algún atisbo de dudas asome detrás de tu seguridad y temas la venganza de aquella poderosa “palabra”? ¿En qué rincón de tus aposentos ocultarás ese oprobio? ¿Cómo podrás superar tu conciencia, si algún día ella se enciende en ti? ¿Cuán seguro estas de no dudar nunca?

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Oye ser, no esperes hasta el último minuto. No creas que nunca habrá de llegar. Sé valiente hoy día, ahora mismo y repite de manera constante: ¡Solo sé que no se nada! Luego veremos.

La propuesta de Martin Buber

El pensamiento de Buber constituye un aporte al amanecer de un nuevo humanismo. En contra de un mundo que se ha vuelto inhabitable para el hombre, Buber creyó necesario resaltar los valores fundamentales de la vida humana y contribuyó a marcar claramente el origen y el destino de toda la existencia humana. La solidaridad, el respeto por el otro, la tolerancia, la no discriminación y el amor por el prójimo son aquellos valores indispensables que los seres humanos deben recuperar para alcanzar su destino: la comunión con Dios. Sólo el camino del amor y de la tolerancia, vivida en todos los ámbitos de la vida humana (en la familia y en las instituciones civiles) permitirá que el hombre se realice plenamente. Tengo la experiencia de algo “Nada cambiará con agregar a las experiencias “externas” las experiencias internas, según una distinción en ningún modo eterna, que nace de la necesidad que la especie humana tiene de

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hacer menos agudo el misterio de la muerte. ¡Cosas externas o cosas internas, no son sino cosas y cosas! Nada cambiará la situación si añadimos “secretos” a las experiencias “visibles”, según esa presuntuosa sabiduría que conoce en la cosa un compartimiento cerrado y reservado solamente a los iniciados y del cual se tiene la llave. ¡Oh secreto sin misterio! ¡Oh amontonamiento de información! ¡Ello, siempre Ello! Considero un árbol. Puedo encararlo como a un cuadro; pilar rígido bajo el asalto de la luz, o verdor resplandeciente, suavemente inundado por el azul argentado que le sirve de fondo. Puedo percibirlo como movimiento: red hinchada de vasos ligados a un centro fijo y palpitante, succión de las raíces, respiración de las hojas, incesante intercambio con la tierra y el aire... y ese oscuro crecimiento mismo. Puedo clasificarlo en una especie y estudiarlo como un ejemplar típico de su estructura y de su modo de vida. Puedo deshacer su presencia y su forma al extremo de no ver en él más que la expresión de una ley; de una de las leyes en virtud de las cuales siempre concluye por resolverse un conflicto permanente de fuerzas, o de leyes de acuerdo con las cuales se produce la mezcla y la disociación de las materias vivientes. Puedo volatilizarlo y conservarlo sólo como u n número o una pura relación numérica.

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A pesar de ello, el árbol sigue siendo mi objeto, ocupa un lugar en el espacio y en el tiempo y conserva su naturaleza y constitución. Pero también puede ocurrir que por un acto de voluntad o por inspiración de la gracia, al considerar este árbol yo sea conducido a entrar en relación con él. Entonces el árbol deja de ser un Ello. Me ha captado la potencia de su exclusividad. Para esto no es necesario que yo renuncie a alguno de los modos de mi contemplación. Nada hay de lo cual deba hacer abstracción para verlo, nada debo olvidar de lo que sepa. La imagen y el movimiento, la especie, el ejemplar, la ley y el número se hallan indisolublemente unidos en esta relación. Todo lo que pertenece al árbol está ahí. Su forma y su estructura, sus colores y su composición química, su intercambio con los elementos del mundo y con las estrellas, todo está presente en una totalidad única. El árbol no es sólo una impresión, ni un juego de mi imaginación, ni un valor dependiente de mi estado de ánimo. Erige frente a mí su realidad corporal, tiene que ver conmigo como yo con él, pero de una manera distinta. No procuréis debilitar el sentido de esta relación; toda relación es recíproca. ¿Tendrá este árbol una conciencia, y una conciencia similar a la nuestra? De tal cosa no tengo experiencia. Pero, porque aparentemente tenéis éxito al hacerlo con vosotros mismos, ¿volveréis a intentar la descomposición de lo in-descomponible? Quien se hace presente a mí no es el alma ni la dríada del árbol, sino el árbol mismo.

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La melodía no se compone de sonidos ni el verso de palabras ni la estatua de líneas, sino que sólo mediante desgarraduras se llega hacer de su unidad una multiplicidad; lo mismo acontece con el hombre a quien digo Tú. Puedes abstraer de él el color de su cabello, o el color de sus frases, o el matiz de su bondad. Estoy sin cesar obligado a hacerlo. Pero cada vez que lo hago deja de ser Tú. Los sentimientos acompañan al hecho metafísico y metapsíquico del amor, pero no lo constituyen. Los sentimientos concomitantes pueden ser de especies muy diversas. El sentimiento de Jesús para con el poseso es otro que su sentimiento para el discípulo bien amado; pero el amor es uno. No hay en esto metáfora: es la realidad. El amor no es un sentimiento que se adhiere al Yo de manera que el Tú sea su “contenido” u objeto; el amor está entre el Yo y el Tú. Quien no sepa esto, y no lo sepa con todo su ser, no conoce el amor, aunque atribuya al amor los sentimientos que experimenta, que siente, que goza y que expresa. El amor es una acción cósmica. Para quien habita en el amor y contempla en el amor, los hombres se liberan de todo lo que los mezcla a la confusión universal; buenos y malvados, sabios y necios, bellos y feos, todos, uno después de otro, se tornan reales a sus ojos, se tornan otros tantos Tú, esto es, seres liberados, determinados, únicos; los ve a cada uno cara a cara. De una manera maravillosa surge de vez en cuando una presencia exclusiva. Entonces puedo ayudar, curar, educar, elevar, liberar. El amor es la responsabilidad de un Yo por un Tú. En esto reside la igualdad entre aquellos que se aman, igualdad que no podría residir en un sentimiento, cualquiera que fuese, igualdad que va del más

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pequeño al más grande, del más dichoso, del más protegido, de aquel cuya vida entera se halla incluid en la de un ser amado, hasta aquel que toda su vida está clavado sobre la cruz de este mundo porque pide y exige esta cosa tremenda: amar a todos los hombres. La relación es mutua. Mi Tú me afecta como Yo lo afecto a él. Nuestros discípulos nos forman, nuestras obras nos edifican. El “malvado” se torna revelador cuando la sagrada palabra primordial ha tocado su ser. ¡Cuántas cosas aprendemos de los niños y de los animales! Vivimos nuestras vidas inescrutablemente incluidos en la fluyente vida mutua del universo. -Te refieres al amor como si fuera la sola relación entre los hombres. Mas, hablando con propiedad, ¿puedes elegirlo como ejemplo único, si también existe el odio? -En cuanto el amor es “ciego”, esto es, en cuanto no ve la totalidad de un ser, todavía no está sometido a la noción primordial de la relación. El odio es, por su naturaleza, ciego. Sólo puede ser odiada una parte de un ser. Quien percibe un ser en su totalidad y está constreñido a repudiarlo, no se halla más en el reino del odio; se encuentra en el reino de la limitación humana de la capacidad de decir Tú. Es incapaz de decir la palabra primordial al otro ser humano que lo confronta. Esta palabra envuelve coherentemente una afirmación del ser a quien se dirige. Por eso está obligado a renunciar a sí mismo o al otro. El poder de entrar en relación reconoce su propia relatividad en esta barrera, barrera que solamente puede ser abolida con esa misma relatividad. Sin embargo, el hombre

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que experimenta inmediatamente el odio está más cerca de la relación que cuando no siente ni amor ni odio. No se puede vivir en el solo presente. La vida sería devorada si no se hubieran tomado precauciones para superarlo rápidamente y totalmente. Pero es posible vivir en el pasado únicamente; más todavía; sólo en el pasado cabe organizar una vida. Para ello es suficiente dedicar todos los momentos a experimentar y a utilizar, y entonces no nos quemarán más. Con toda la seriedad de lo verdadero has de escuchar esto: el hombre no puede vivir sin el Ello. Pero quien sólo vive con el Ello, no es un hombre” (Buber, 1942).

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Capítulo 4 – epilogo

“...apelamos a la desesperación pero también a las esperanzas que subyacen en cada uno de los que formamos la sociedad humana…simplemente porque anhelamos vivir y entonces sabemos ciertamente que para ello debemos convivir y ser solidarios también con el planeta que habitamos; parecen nimias palabras pero estamos seguros, convencidos, que no hay mas...”

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Resumiendo Partimos de la base que, pese a todo lo dicho y escrito, no hemos sido muy convincentes y que probablemente quedó en los lectores la sensación de que “no se ha dicho todo” o que “no hay en este documento una propuesta realizable, que se pueda poner en marcha de inmediato”. Ciertamente, y tal como aclaramos al inicio, se trata de un análisis de “los acontecimientos que llevaron a nuestro mundo a su estado actual y que poseen todos los elementos que pueden amenazar seriamente su existencia”. Y no obstante, están implícitas y así lo creemos, bien esclarecidas, las ideas detrás de las propuestas, aunque no estén contenidas en algún tipo de organización socio-política. Esto, insistimos, sería el resultado de la interiorización de nuestro empirismo. Finalmente Creemos que el hombre es lo que se propone ser y cuando un grupo entero, una sociedad completa, íntegramente establecida, actúa de una manera determinada bajo ciertas pautas culturales, es porque ha adquirido dicha forma de ser de manera colectiva, a sabiendas. Entonces, tal comunidad o miembros de esta, pueden expresarse, por ejemplo, con violencia o por el contrario, suprimir tales expresiones emocionales, dependiendo únicamente de las pautas adquiridas en dicho entorno. Por supuesto, que aceptamos tácitamente, la existencia de excepciones, que actúen contrarios a las normas éticas de las

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mismas, pero consideramos estos casos como irregulares, que paradójicamente certifican las reglas. Adjunto a lo antedicho, pretendemos que las formas de vida de las personas en el entorno social en el que viven y se desarrollan, están íntimamente ligados. Allí donde se valora y seguidamente se pone en práctica la solidaridad, la participación y cooperación, el respeto y la tolerancia, la igualdad o similitud y, por supuesto, el valor máximo y único de la vida humana, es lugar donde la persona puede lograr realizarse a sí mismo de manera óptima. Por supuesto que todos estos valores no vienen solos y deben ser adquiridos, pero creemos firmemente que el ser humano posee instintivamente y desde el momento mismo de su concepción, todos los elementos necesarios del caso. Una vez más, consideramos esto como los resultados de decisiones adoptadas por los seres humanos de manera consciente, a sabiendas, intencionalmente. En la practica, sería suficiente adoptar algunas de las propuestas aquí vertidas, como ser: la participación de empleados u obreros en la administración y rentas de las empresas. Paralelamente, las acciones emitidas por los consorcios y empresas podrían estar en manos de las personas que las adquieren, haciendo así a estos parte activa de aquellas. Esto de por si, sería mas que suficiente para revolucionar el sistema capitalista actual. Pero no sería suficiente, mientras continúe vigente el sistema Estado-Nación que hoy en día rige y concentra en sus manos el poder político. Sería imprescindible devolver al ser humano, al individuo su capacidad de tomar la

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responsabilidad sobre su vida, en el entorno comunitario que lo integre. Creemos que la persona se debe a si mismo su propia independencia intelectual y ella debe ser la base psicológica de su libertad. Sin lugar a dudas, toda sociedad justa está asentada sobre la libre critica dentro del entorno social y la autocrítica por parte de cada miembro que la conforma. Solo así se puede llegar a conformar una comunidad íntegra. El ser humano tiene necesidades materiales que deben ser satisfechas con la única y primordial finalidad de, simplemente: vivir. Son requisitos para su existencia: alimentación, vestimenta, seguridad personal, refugio, pero además: amor y afecto, reconocimiento, identidad, apoyo. Es entonces obligación de cada uno de procurarse todas aquellas necesidades, aunque debemos señalar también, que dicha obligación se hace extensiva a la sociedad toda que contiene al individuo. Como se puede apreciar mudamos los “derechos” individuales en “obligaciones” por cuanto es obvio que lo que reclama cada persona para sí mismo, debe ser reciproco hacia los “otros”. Por una parte nadie vive en el espacio vacío y por el contrario, todos moramos en un planeta, que es finito y tiene límites perfectamente conocidos. Si combinamos entonces entre los valores humanos que recién mencionamos, con las limitaciones de nuestro “hábitat”, la única posibilidad que resta es la de utilizar los recursos naturales que este nos ofrece de manera que se cumplan los requisitos de todos los humanos de manera equitativa y seguidamente, asegurar que los medios materiales necesarios para la vida humana, no se extingan.

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Producto derivado de la explotación de los recursos materiales del planeta, debe ser el evitar todo daño al mismo o a sus habitantes. Creemos que esto es una condición que no puede contemplar ninguna excusa. Esto es todo amig@, esperamos que en principio, concuerdes con los mensajes que aquí intentamos transmitir. Proponemos ahora reflexionar sobre el contenido de este documento, quizás compartiendo con otras personas e incluso haciendo efectivos algunos de nuestros argumentos.

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