Lindqvist Sven - Historia de Los Bombardeos

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HISTORIA DE LOS BOMBARDEOS SVEN LINDQVIST

TRADUCCIN DE SOFA PAPE OCEANO/TURNER

Sven Lindqvist naci en 1932 en Estocolmo, donde reside en la actualidad. Ha realizado innumerables viajes por Asia, frica y Latinoamrica y es autor de treinta libros. Historia de los bombardeos ha sido aclamado por la crtica y traducido a varias lenguas. www.svenlindqvist.com HISTORIA DE LOS BOMBARDEOS Es un laberinto de mltiples entradas y ninguna salida que describe la atroz historia de la guerra area. Desde la invencin de la bomba en la China del siglo VII hasta Hiroshima, esta obra exhaustivamente documentada narra los hechos y se adentra en las tramas ocultas detrs del desarrollo tecnolgico, las leyes de la guerra y el derecho internacional. Las razones que llevaron a los Estados Unidos a arrojar la bomba sobre Hiroshima o el paralelismo entre la guerra colonial y las dos guerras mundiales son algunas de las cuestiones que Lindqvist desvela con el rigor apasionado de un detective. Este libro es una invitacin a reconstruir con l cada caso: Bienvenido al laberinto! Siga las flechas, componga este rompecabezas espeluznante y, cuando haya contemplado mi siglo, construya el suyo propio con otras piezas.

Primera edicin en castellano, octubre de 2002 Ttulo original: Nu dog du. Bombernas arhundrade Todos los derechos reservados. No est permitido la reproduccin total o parcial de la obra ni su tratamiento o transmisin por cualquier medio o mtodo sin la autorizacin escrita de la editorial. Esta obra ha sido publicada con la ayuda de la Direccin General del Libro, Archivos y Bibliotecas del Ministerio del Educacin, Cultura y Deportes de Espaa. La traduccin de esta obra al castellano ha sido posible gracias al apoyo financiero del Svenska Institutet. Copyright 1999, Sven Lindqvist Publicado por primera vez por Albert Bonniers Frlag AB, Estocolmo, 1999. Copyright en lengua castellana: Turner Publications, S. L. Rafael Calvo, 42 Madrid 28010 Diseo de la coleccin: Enric Satu Edicin especial para Editorial Ocano de Mxico para distribucin exclusiva en America Latina D.R. sobre la presente edicin: Editorial Ocano de Mxico S.A. de C.V. Eugenio Su, 59, Colonia Chapultepec Polanco Miguel Hidalgo, Cdigo Postal 11560, Mxico D.F. Mxico D.F. 11560. ISBN: 970-651-674-3 Depsito legal: M-42.013-2002 Printed in Spain

COMO LEER ESTE LIBRO Este libro es un laberinto con veintids entradas y ninguna salida. Cada entrada da paso a una narracin o exposicin que el lector seguir, desplazndose de un apartado a otro de acuerdo con los enlaces que indican la secuencia a seguir. Es decir, que de la entrada 1 hay que pasar al apartado 166 y continuar, apartado por apartado, hasta llegar al 173, en el que aparece un nuevo enlace que conduce a la entrada nmero 2. En caso de perderse, el lector podr guiarse consultando la seccin Las 22 entradas del laberinto que aparece en la pgina siguiente. Para desplazarse en el tiempo, el lector tendr tambin que desplazarse por el libro, a menudo hacia delante, pero tambin hacia atrs. Se encuentre donde se encuentre, estar rodeado de acontecimientos y pensamientos contemporneos que, sin embargo, pertenecen a otras secuencias distintas a la que est siguiendo en ese momento. sa es la intencin. De este modo, el texto aparecer como lo que es: uno de los muchos caminos posibles a travs del caos de la historia. Por tanto, bienvenido al laberinto! Siga los enlaces, componga este rompecabezas espeluznante y, cuando haya contemplado mi siglo, construya el suyo propio con otras piezas.

LAS 22 ENTRADAS AL LABERINTO Los nmeros hacen referencia a los apartados. Pum, ests muerto! 1, 166-173 En el principio fue la bomba 2, 24-25, 28-29, 32-33, 62, 65-68 Historia del futuro 3, 46, 55-57, 59-60, 72-73 La muerte llega volando 4, 76-78, 85, 135, 80-84 Qu se puede hacer en caso de guerra? 5, 26-27, 30-31, 35, 45, 40, 43-44, 48-49, 53-54, 58, 64, 75, 79, 39, 41-42, 47, 50 Bombardeando a los salvajes 6, 74, 100-102, 106-108, 112, 23, 113-114, 118, 123, 146-153 Los bombardeados se vuelven salvajes 7, 109-110, 126, 139, 141-143, 155 La ley y los profetas 8, 93-96, 103-104, 111, 124-125, 105, 115-117, 133-134, 140, 144-145 De Xauen a Guernica 9, 119, 390, 120-122, 391, 156-164, 293, 400 La esplndida decisin 10, 178-180, 174-175, 177, 181-182, 190-194, 196 Hamburgo, Asuchwitz, Dresde 11, 392, 200-211, 213-218 Tokio 12, 197-198, 219-222, 165, 223-228, 231 El sueo de la superarma 13, 69-71, 87, 183, 89-92, 127-128, 132, 186, 131, 137-138, 176, 189, 187-188, 199, 232-234 Hiroshima 14, 372-375, 235-236, 241-242, 249-250, 326-327, 352, 365-366, 376-378 Convivir con la superarma 15, 246-248, 251, 254-255, 262-266 Bombas contra la independencia 16, 97-98, 184, 229-230, 243, 256, 259-261, 282-286, 305309 Corea 17, 267, 269-272, 237-238, 244-245, 268, 273-275, 367, 276 Represalias masivas 18, 36-37, 61, 277-281, 287-292, 296-299, 301-303, 312-320 Represalias flexibles 19, 322-325, 328-333, 34, 88, 185, 334-338, 340, 344-347 Precisin quirrgica 20, 38, 51-52, 63, 86, 99, 129-130, 136, 154, 195, 212, 253, 257-258, 348-351, 353, 358-359

La bomba a juicio 21, 239-240, 252, 294-295, 300, 304, 310-311, 321, 339, 341, 357, 360362, 379, 381-389 Nada humano 22, 368-370, 393, 342, 371, 343, 394, 354-356, 380, 363-364, 395-399

CRONOLOGA La siguiente cronologa muestra a qu aos corresponde cada una de las secuencias. Aos 762-1910 1911-1939 1940-1945 1946-1955 1956-1965 1966-1975 1976-1985 1986-1995 1996-1999 Apartados 23-74 75-176 177-245 246-291 292-327 328-352 353-366 367-380 381-400

HISTORIA DE LOS BOMBARDEOS 1PUM, ESTAS MUERTO!Pum, ests muerto!, solamos decir. Te pill, decamos. Siempre jugbamos a la guerra. Muchos juntos, de dos en dos o en fantasas solitarias. Siempre a la guerra, siempre a la muerte. No juguis as, decan nuestros padres, podrais acabar igual. Vaya amenaza; si no haba nada que deseramos ms! No necesitbamos juguetes de guerra. Cualquier palo se converta en arma en nuestras manos, cualquier pia, en bomba. No recuerdo haber orinado una sola vez en mi infancia, ya fuera al aire libre o en el retrete, sin haber elegido y bombardeado un objetivo. A los cinco aos ya era un bombardero experimentado. Si todos jugis a la guerra, sola decirme mi madre habr guerra. Y estaba en los cierto: la hubo. 166

2EN EL PRINCIPIO FUE LA BOMBAEn el principio fue la bomba. Consista en una caa de bamb, de las que abundan en China, rellena de un explosivo, como, por ejemplo, la plvora inventada por los chinos en el siglo IX. Al taponar sus extremos, la caa se converta en una bomba. Si se destapaba un extremo, la caa sala despedida hacia delante en la explosin. De esta forma, la bomba se convirti en un cohete. Pronto fue desarrollado hasta transformarse en un cohete bifsico un gran cohete que se elevaba en el aire y arrojaba una lluvia de pequeos cohetes sobre el enemigo . Los chinos utilizaron cohetes de este tipo en la defensa de Kaifeng, en 1232. El uso del cohete como arma se extendi a travs de los rabes y de los

indios hasta llegar a Europa, alrededor del ao 1250, pero volvi a caer en el olvido hasta que los ingleses lo redescubrieron a principios del siglo XIX. Si se abra el cohete por el otro extremo, la bomba se converta en un fusil o en un can. La explosin despeda cualquier cosa que se hubiera introducido en el can, por ejemplo una bala o cualquier otra bomba menor, llamada proyectil. Tanto el fusil como el can haban sido desarrollados en China en 1280 y llegaron a Europa treinta aos ms tarde. 24

3HISTORIA DEL FUTURO 1880-1910Buenos das! Me llamo Meister, profesor Meister y voy a hablarles de la historia del futuro tal y como se describe en De aqu a trescientos aos, de William D. Hay. Cuando se public este libro, en 1881, mi poca se encontraba trescientos aos en el futuro del lector. Hoy en da, la sociedad de la Humanidad Unida en la que vivo est mucho ms cerca de la suya. Sin embargo, mi posicin de narrador se ha mantenido esencialmente inalterada. Voy a hablarles de un futuro que para m ya es pasado. Conozco lo que les va a pasar, puesto que ya lo he vivido. 46

4LA MUERTE LLEGA VOLANDOLa primera bomba lanzada desde un avin explot en un oasis a las afueras de Trpoli el 1 de noviembre de 1911. Los italianos han lanzado bombas desde un avin, comunic el diario sueco Dagens Nyheter al da siguiente. Uno de los aviadores ha dejado caer con xito varias bombas sobre el campamento del enemigo. Fue el teniente Giulio Cavotti quien, desde su frgil monoplano, lanz la bomba una

granada de mano danesa sobre el oasis norafricano de Taguira, cerca de Trpoli. Unos instantes ms tarde, atac el oasis de Ain Zara. En el primer ataque areo se lanz un total de cuatro bombas, cada una de ellas de dos kilos de peso. 76

5QU SE PUEDE HACER EN CASO DE GUERRA?Las leyes de la guerra se han enfrentado siempre a dos preguntas: cundo es lcito emprender una guerra? y qu est permitido hacer en una guerra? El derecho internacional siempre ha dado dos respuestas completamente diferentes, segn quien fuera el enemigo. Las leyes de la guerra protegen a los enemigos de la misma raza, clase y cultura y dejan desamparados a extranjeros y extraos. Cundo est permitido iniciar una guerra contra salvajes y brbaros? Respuesta: siempre. Qu est permitido hacer en una guerra contra salvajes y brbaros? Respuesta: todo. 26

6BOMBARDEANDO A LOS SALVAJESUna ilustracin en Robur, el conquistador (1886), de Julio Verne, muestra una aeronave que vuela majestuosa por el cielo de Pars, capital de Europa. Unos potentes proyectores enfocan las aguas del Sena, iluminando muelles, puentes y fachadas. Estupefactos aunque impasibles, los habitantes miran al cielo, asombrados ante tan inslita visin pero sin miedo, sin sentir la necesidad de buscar refugio. En la siguiente ilustracin, la aeronave sobrevuela frica, tan majestuosa e

inaccesible como antes. Sin embargo, en este caso no se limita a iluminar. Aqu, el ingeniero Robur interviene en los acontecimientos que se desarrollan en tierra. Con la autoridad y superioridad que los pueblos civilizados asumen para dominar a los que no lo son, nuestro ingeniero evita que tenga lugar un crimen. El arma de la aeronave entra en juego y la muerte y la destruccin caen sobre los criminales negros, quienes, con aullidos de terror, intentan escapar del fuego asesino. 74

7LOS BOMBARDEADOS SE VUELVEN SALVAJES Historia del futuro (2)Jeremy Tuft es un hombre de clase media, de mediana edad y sobreprotegido, indefenso si se le despoja de sus privilegios. En la novela futurista de Edward Shanks, Los habitantes de las ruinas (1920), su Londres natal es bombardeado y gaseado. Cuando, ciento cincuenta aos ms tarde, Jeremy vuelve milagrosamente a la vida entre los escombros, descubre que se encuentra en una Edad Media. Los ingleses se han convertido en salvajes que viven entre las ruinas del siglo XX, una civilizacin que les resulta incomprensible. El argumento de la novela de Shanks resulta totalmente moderno. En 1920, aviones britnicos bombardearon al Mul loco en Somalia, iniciando as el bombardeo sistemtico de salvajes y brbaros del perodo de entreguerras. Ese mismo ao, se public la primera de una larga serie de novelas futuristas en las que las bombas devuelven Inglaterra a la barbarie y los ingleses se convierten en salvajes. 109

8LA LEY Y LOS PROFETASLa Primera Guerra Mundial acab con la vida de diez millones de personas e hiri a veinte millones ms. Puede esto considerarse un crimen contra la humanidad? O acaso es

aceptable, siempre y cuando los muertos y heridos sean hombres jvenes y armados? Un nmero desconocido de nios y ancianos murieron a causa del hambre y las enfermedades, consecuencia directa del bloqueo naval al que los britnicos sometieron Alemania. Fue un crimen contra la humanidad? O es aceptable, teniendo en cuenta que los britnicos nada que tuvieron que ver con que los alemanes enviaran al frente los pocos alimentos de que disponan, permitiendo as que nios y ancianos pasaran hambre? La matanza en el frente pareca carecer de sentido, incluso mientras tuvo lugar. La guerra se haba estancado y los militares buscaban desesperadamente frmulas para agilizar las batallas. El combate areo pareca ofrecer la solucin ms evidente; los ataques a la poblacin civil forzaran una rpida resolucin de la situacin y traeran victorias definitivas. Sin embargo, el atajo colonial estaba prohibido en Europa. Se consideraba un crimen contra la humanidad salvar las vidas de los soldados a costa de bombardear a mujeres, nios y ancianos. Los derechos humanos parecan prohibir lo que las necesidades militares aparentemente exigan, una contradiccin presente en todo el siglo XX. 93

9DE XAUEN A GUERNICATodos en Xauen han odo hablar de Guernica. En Guernica nadie ha odo de hablar de Xauen. Y sin embargo, son ciudades hermanas. Dos pequeas poblaciones en la ladera de una montaa, a pocos kilmetros de las costas norte de Espaa y Marruecos respectivamente. Ambas son muy antiguas: Guernica fue fundada en 1366 y Xauen en 1471. Ambos son lugares santos: en Guernica se encuentra el roble sagrado del pueblo vasco; en Xauen, el sagrado sepulcro de Moulay Abdessalam Ben Mchich. Las dos son capitales: Guernica para los vascos y Xauen para los jibala. Las dos tenan alrededor de 6,000 habitantes cuando fueran bombardeadas, Guernica en 1937 y Xauen en 1925. Ambas fueron bombardeadas por

legionarios: Guernica por legionarios alemanes que servan bajo el mando de Franco, Xauen por norteamericanos bajo mando francs, al servicio de los intereses del poder colonial espaol. Ambas fueron descubiertas por un corresponsal del Times londinense, Guernica por George Steer; Xauen por Walter Harris, quien escribi: 119

10LA ESPLNDIDA DECISINEl 10 de mayo de 1940 Churchill fue nombrado Primer Ministro de Inglaterra. El 11 de mayo dio la orden de bombardear Alemania. Fue una decisin esplndida, escribe J. M. Spaight, experto en derecho internacional y ministro del Aire britnico. Gracias a esta decisin, hoy en da los ingleses pueden ir por el mundo con la cabeza bien alta. Cuando Churchill decidi bombardear Alemania, saba que los alemanes no deseaban una guerra de bombardeos. Sus fuerzas areas, a diferencia de las britnicas, no estaban preparadas para portar bombas pesadas. Churchill sigui bombardeando, incluso sabiendo que las represalias seran inevitables. Sacrific Londres y otras ciudades inglesas conscientemente en nombre de la libertad y la civilizacin. It was a splendid decision. 178

11HAMBURGO, AUSCHWITZ, DRESDEEn el verano de 1948 me hosped en casa de una familia obrera inglesa, en St Albans, a las afueras de Londres. Fue un verano fro, y cuando nos sentbamos a tomar el t por la tarde solamos encender una estufa elctrica que simulaba un montn de brasas ardiendo. Por alguna extraa razn, me acord de las ciudades arrasadas en Alemania y les habl de mi viaje por el pas, de cmo el tren se haba abierto paso, horas tras hora, entre las ruinas ennegrecidas de lo que antes eran los hogares de miles de seres humanos.

Bombardebamos los transportes militares que circulaban por las vas frreas, me dijo mi familia anfitriona. El que algunas casas situadas a lo largo de las vas frreas se quemaran fue desafortunado, pero inevitable. As es la guerra. No fueron slo unas cuantas casas, contest. La ciudad de Hamburgo result arrasada por las bombas britnicas. Es la tercera vez que atravieso la ciudad y no he visto ms que ruinas. Tienen que haber sido los norteamericanos, dijo mi anfitrin, Los bombarderos britnicos nunca atacaron a civiles. Siento contradecirle, pero fue al revs. Los norteamericanos bombardearon las fbricas de da y de noche, los britnicos las zonas residenciales. Me temo que sta era la pauta que seguan. No quiero or ms propaganda alemana en mi casa, dijo mi anfitrin, cortando en seco la conversacin. Los bombarderos britnicos atacaron objetivos militares y punto. 392

12TOKIOEn la primavera de 1941 se produjo una serie de explosiones misteriosas en una fbrica de tintes sintticos de Du Pont. El qumico de Harvard Louis Frieser, encargado de la investigacin, descubri, ms o menos por casualidad, que al quemarse, el divinilacetileno se transformaba en una sustancia pegajosa con un inusual poder adherente. Se le ocurri que un lquido como aqul encerrado en una bomba poda extenderse en forma de terrones ardientes y pegajosos que se adheran a edificios y seres humanos y que seran imposibles de extinguir o eliminar. 197

13EL SUEO DE LA SUPERARMA Historia del futuro (3)El 10 de diciembre de 1903 (una semana antes de que despegara el primer avin), los Curie recibieron el premio Nbel de Fsica. Haban demostrado que la materia radioactiva libera enormes cantidades de energa. Los descubrimientos se haban sucedido a una velocidad vertiginosa. La radiacin que Roentgen haba descubierto por casualidad en 1895, condujo a Becquerel a descubrir la radiactividad del uranio al ao siguiente, ms tarde al descubrimiento de Thomson de los planetas, los electrones que rodean el ncleo del tomo y finalmente, en 1898, al descubrimiento por Marie Curie del radio y del polonio. Y en 1903, el ms tarde premio Nbel de Fsica, Frederick Soddy, ofreci una charla al Cuerpo Real de Ingenieros sobre la energa nuclear como superarma del futuro. La idea de un arma atmica no resultaba particularmente aterradora, puesto que las armas se utilizaban primordialmente en las colonias y, por tanto, no suponan una amenaza para los ciudadanos europeos, por lo comn civilizados. La imaginacin poda jugar libre y despreocupadamente con la idea. 69

14HIROSHIMALa Smithsonian Institution es el nombre colectivo de un grupo de museos que constituye la memoria nacional de los Estados Unidos. El ms apreciado es el Museo Nacional del Aire y del Espacio, en Washington, D.C. Con alrededor de ocho millones de visitantes al ao, es el museo ms visitado del mundo. El nico rival posible es el famoso templo-museo de Yasukuni, en Tokio, visitado tambin por unos ocho millones de personas al ao. Y Yasukuni hace asimismo las veces de memoria de una nacin, o mejor dicho, de la memoria blica de la nacin japonesa.

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15CONVIVIR CON LA SUPERARMA Historia del futuro (4)En Hiroshima todo acab en un segundo. Pero la bomba misma no se ha acabado. Sigue ah, aguardando su prxima oportunidad, dice Faos Cheeror, un refugiado de Europa del Este a quien el escritor sudafricano Horace Rose conoci en Londres, a finales del verano de 1945. Truman dice que la energa nuclear es demasiado terrible para soltarla en un mundo sin ley. Eso lo dijo Truman despus de haberla soltado. Utiliz la bomba para acortar la guerra y salvar vidas. Perteneces a una nacin de hipcritas, amigo mo, dice Faos. Estoy pensando en las vctimas de la bomba en todas las guerras futuras, las guerras que ya han estallado en los sueos de algunos enajenados. En El sueo del manaco. Una novela sobre la bomba atmica (1946) asistimos a la destruccin de Londres y Nueva York en un ataque nuclear. Pero, en realidad, el manaco del ttulo no odia ni desprecia a los londinenses, sino a los negros de su propio pas. Son monos infrahumanos cuya existencia slo se justifica cuando sirven a los blancos. Atribuirles deseos y sentimientos humanos sera ridculo. Cuando se alzan contra sus opresores, no duda ni un instante en destruirlos con la bomba atmica. Un pas que hasta hace poco estaba lleno de vida, de color, movimiento y actividad, apareca ahora total y absolutamente desierto, total y absolutamente mudo. 246

16BOMBAS CONTRA LA INDEPENDENCIAMientras todos los ojos estaban puestos en la superarma y en la necesidad de evitar la destruccin total, los bombarderos retomaban su antiguo papel de garantes del poder colonial europeo. Seguan lanzndose las mismas bombas de siempre, ardan las mismas poblaciones de siempre. Las guerras se presentaban como acciones policiales destinadas a reinstaurar el orden o a combatir terroristas. Pas mucho tiempo antes de que Europa reconociera, y de mal grado, que estas guerras eran de verdad y estaban intrnsecamente ligadas al derecho a la independencia. 97

17COREAEl 25 de junio de 1950 me encontraba en el edificio del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en Nueva York. Me faltaba un ao para acabar el bachillerato y al otoo siguiente deba incorporarme al servicio militar obligatorio. Me haban concedido una beca para estudiar Relaciones Internacionales. Por eso estaba all cuando el Consejo de Seguridad decidi intervenir en la guerra de Corea. Cul sera la postura de Suecia? Haba una gran presin para que participsemos. En Nueva York me hicieron esta misma pregunta una y otra vez. De pronto, las relaciones internacionales haban dejado de ser algo que concerna slo a los adultos. Era a m a quien planteaban la cuestin. Sera yo, personalmente, quien tendra que disparar y bombardear. Yo, que, cuando la guerra acababa de empezar, apenas haba odo hablar de Corea. Me sent en la biblioteca de la ONU e intent averiguar por qu tena que matar o dejarme matar. 267

18REPRESALIAS MASIVAS Historia del futuro (5)El 27 de enero de 1796 el joven investigador Charles Cuvier dio su primera conferencia pblica en el Institut de France, en Pars. Ante una audiencia atnita, demostr que las especies creadas por Dios no eran eternas. Podan, dijo, extinguirse en una especie de revolucin de la tierra. Y nosotros, las nuevas estirpes que las habamos reemplazado, podamos tambin ser destruidas y sustituidas por otras. 36

19REPRESALIAS FLEXIBLESMeidiguozhuyi shi quan shije renminde zui xiongede diren. Estas fueron las primeras palabras en chino que aprend en el invierno de 1961 mientras estudiaba en la Universidad de Pekn. Me costaba memorizar la frase, en parque porque pensaba que lo que deca era falso: El imperialismo norteamericano es el gran enemigo de los pueblos del mundo. Me vea obligado a protestar una y otra vez contra la imagen distorsionada que ofreca el Gobierno chino de la poltica norteamericana. A lo largo de toda su historia, los Estados Unidos han defendido el derecho de los pueblos a la autodeterminacin, dije. Harn lo mismo en Vietnam. Subestimis la libertad de prensa de Norteamrica, dije. Antes o despus, la verdad siempre acaba sabindose. Un presidente no puede ignorar la opinin pblica en una democracia. As nunca ser reelegido. Slo el Congreso puede declarar la guerra, les expliqu a mis anfitriones chinos. Realmente creis que el Congreso, tan slo diez aos despus de Corea, ser capaz de

enviara a sus votantes y sus hijos a la muerte en una nueva guerra asitica? Jams. No ocurrir jams. No habr guerra en Vietnam. 322

20PRECISIN QUIRRGICAHaba una vez un francs, un norteamericano, y un alemn. El francs quera demostrar que la Tierra da vueltas. El norteamericano quera viajar a Marte en una nave espacial. El alemn quera llegar al Polo Norte en submarino. Crearon, junto con otros visionarios, un instrumento capaz de lanzar un cohete al espacio y a la vez soltar una docena de bombas de hidrgeno, cada una de ellas en una direccin determinada, hasta el otro lado del globo terrqueo, con mayor seguridad que el servicio de correos, ms rapidez que un avin y con una precisin quirrgica proverbial. 38

21LA BOMBA A JUICIOSi las bombas dum-dum estaban prohibidas por las leyes de la guerra debido al dolor innecesario que provocan y lo siguen estando en la actualidad, cmo puede estar permitida la bomba de hidrgeno? Si las leyes de la guerra prohben las armas que no distinguen entre no combatientes y combatientes, cmo pueden estar permitidas aquellas capaces de propagar una radioactividad incontenible por amplias zonas del globo terrqueo? Cmo pueden ser legales unas estrategias militares que prevn a sangre fra decenas de cientos de millones de vctimas civiles? Y si, gracias al uso de armas de precisin, se pudiera reducir el nmero de vctimas a unos pocos millones y a su vez mantener ocupadas las grandes ciudades del enemigo, acaso entonces las armas seran ms legales? Si entonces los ataques quirrgicos escalaran hasta

alcanzar las proporciones de una guerra atmica generalizada que destruyera a toda la humanidad, acaso los responsables de la toma de decisiones podran aducir, con la conciencia tranquila, que se haban ajustado en todo momento a las leyes vigentes? 239

22NADA HUMANO Historia del futuro (6)La guerra, dijo el gran terico militar Karl von Clausewitz, no es ms que un duelo a gran escala. Eso fue a principios del siglo XIX. Hoy en da ya no nos batimos en duelo. La idea de que dos hombres adultos crean que su honor depende de que se encuentren al amanecer a fin de que uno tenga la oportunidad de matar al otro en un ritual nos resulta absurda, incluso ridcula. Y la guerra? Nos resultar algn da igualmente absurda? 368

Al lector que ha llegado hasta aqu sin seguir ninguna de las secuencias: Ahora conoce el principio de todas ellas. Naturalmente, nadie puede impedirle proseguir la lectura pgina a pgina, como si se tratara de un libro tradicional. Tambin servir. Sin embargo, ste no es un libro como los dems. Mi intencin ha sido crear una nueva experiencia, y por ello le ruego que vuelva atrs. Elija una de las entradas y siga la secuencia que indican los nmeros situados al pie de cada apartado. Por ejemplo, de la entrada 1 al apartado 166.

23762Abu Hanifa, un influyente jurisconsulto de origen persa, fundador de una academia de leyes en Bagdad, fue el primero en prohibir el asesinato de mujeres, nios, ancianos, enfermos, monjes y dems personas no beligerantes. Asimismo, conden las violaciones y el asesinato de prisioneros. No sabemos gran cosa de l, aparte de que fue capturado en 762 despus de un intento de golpe de Estado y que muri cinco aos ms tarde en prisin.1 El sentido moral al que Charlton apel haba sido formulado en Iraq mucho antes de que la civilizacin llegara a las Islas Britnicas. Ya en el siglo VIII, cuando un Islam en pleno apogeo conquist Oriente Prximo y el norte de frica y penetr en Europa por das vas diferentes, un jurisconsulto de Bagdad trato de humanizar la guerra estableciendo un conjunto de normas que tardaran varios siglos en ser aceptados en Europa. Estas normas siguieron sin aceptarse, o al menos no se llevaron a la prctica, cuando haba pueblos de color envueltos en los conflictos. 113

241044Pero en el principio fue la bomba. Empez a utilizarse en guerras coincidiendo, ms o menos, con la publicacin de la frmula qumica de la plvora, en 1044. Las bombas se dejaban caer desde lo alto de las murallas de las ciudades o eran lanzadas contra el enemigo utilizando catapultas. La primera descripcin tcnica de una bomba, fabricada en China en el siglo XII, muestra una bomba rellena de unos treinta finos fragmentos de porcelana que salan1 Ziegler, 1994, prrafo 14.

despedidos con la explosin. A partir de 1412 existen descripciones de la bomba de fragmentacin, un cartucho fino de hierro forjado relleno de metralla o de fragmentos de porcelana que se haca pedazos con la explosin. Dichos pedazos estaban destinados a herir la piel y romper los huesos. Es decir, que las primeras bombas eran lo que hoy en da denominamos bombas antipersona, destinadas a objetivos llamados blandos.2

251207El primer relato de guerra que describe el uso de bombas data de 1207. Abunda en lo que ms tarde se conocera como el efecto moral o efecto del terror. Cuando las bombas explosionaban, sembraban el pnico en el enemigo; hombres y caballos huan del lugar tan rpido como podan.3 28

26En la Edad Media se distingua entre bellum hostile, guerra entre caballeros cristianos occidentales, y bellum romanum, guerra contra extraos, infieles, brbaros o campesinos insurrectos. La bellum hostile estaba sujeta al cdigo caballeresco y se rega por leyes estrictas. La bellum romanum era una guerra sin ley. Se la llamaba romana por que el Imperio Romano tena fama de ser especialmente despiadado en las guerras. Los romanos asesinaban o esclavizaban a sus prisioneros, saqueaban o destruan las ciudades del enemigo, masacraban poblaciones enteras sin hacer distinciones entre combatientes y no combatientes.4 La guerra romana fue el trmino medieval para designar lo que en el siglo XX se2 Needham, 1986, p. 180. 3 Needham, 1986, p. 168. 4 Howard, 1994, prlogo. Stacey, 1994. Sin embargo, esta distincin es anterior a los romanos: Schwarzenberger, 1976, p. 81. Gong, 1984, cap. 3.

denominara guerra total.

271625A la edad de treinta y seis aos, el holands Hugo Grotius (1583-1645) fue apresado despus de un golpe militar, condenado a cadena perpetua y despojado de todo su patrimonio. Dos aos ms tarde consigui huir a Francia donde, con los aos, sera nombrado embajador de Suecia. Durante el tiempo que pas en prisin y en el exilio escribi la obra que establecera las bases del derecho de la guerra moderno: Tres volmenes sobre la ley en la guerra y en la paz (1625). Mientras escriba su obra, la guerra de los Treinta Aos entre catlicos y protestantes asolaba Europa. Grotius constata con frialdad lo que todos saban: que en esta guerra todo estaba permitido. No haba ley alguna que protegiera la vida de nadie, ni siquiera la de nios y ancianos. Pero, prosigue Grotius, tambin todos sabemos que las leyes permiten muchas cosas que, sin embargo, son injustas. En primer lugar, todo lo que ocurre en una guerra injusta es, en consecuencia, injusto. E incluso en una guerra justa hay que intentar, en la medida de lo posible, evitar que mueran inocentes, siquiera por accidente. Hay que proteger a nios y ancianos, as como a las mujeres, siempre y cuando stas no ocupen el lugar del hombre en la guerra. Grotius concibi as la idea de un derecho internacional que por entonces no exista.5 30

281607Durante mucho tiempo la bomba fue considerada una versin rudimentaria del cohete y el can. Sin embargo, los primeros tericos de aviacin pronto se dieron cuenta de que la bomba poda convertirse en un arma terrible si se lanzaba desde el aire.

5 Grotius (1625) 1950, cap. 11. Helm, 1962. Hartigan, 1982, cap. 8. Ziegler, 1994, art. 32.

En su libro La nave area, aparecido en 1670, Francesco Lana de Terzi ya nos previno contra las aeronaves que, desde una altura apropiada, podran dejar caer fuego artificial, balas y bombas sobre casas, castillos y ciudades sin exponerse al ms mnimo peligro. Desafiando su propia advertencia, Lana de Terzi intento construir una aeronave basndose en el principio del vaco.6

291710En 1710 Gottfried Zeidler public El errante alado. Soaba con volar como una forma de viajar ms fcil y barata. Al igual que las cigeas y las golondrinas, al llegar el invierno, cualquiera podra emprender el vuelo hacia pases ms clidos. Sin embargo, tambin repar en la falta de seguridad que traeran consigo los aviones. Ningn pas, ninguna ciudad estar a salvo de los ataques areos. 32

301762La Ilustracin difundi la visin de Grotius sobre la proteccin de la poblacin civil. Charles de Montesquieu en El espritu de las leyes (1748) y Jean-Jacques Rousseau en El contrato social (1762) sostuvieron que la guerra es una lucha entre Estados y no entre individuos. Por tanto, hay que dirigir la violencia exclusivamente contra el Estado y sus fuerzas armadas y no contra la poblacin civil. El ideal era que los pueblos de los pases en lucha pudieran seguir viviendo como hasta entonces, dejando la guerra en manos de sus respectivos ejrcitos y dirigentes polticos. sta tesis asuma que todos los gobernantes eran como los dspotas que gobernaban el continente por aquella poca y no los representantes del pueblo, como en la incipiente democracia de Inglaterra. Asimismo, daba por supuesto un conflicto en el que slo6 Strehl, 1962, cap. 1.

participaran los ejrcitos terrestres continentales, sin contar con las armas ms importantes de Gran Bretaa: su Armada y el bloqueo comercial. Los efectos de un bloqueo no podan limitarse a las fuerzas armadas del enemigo. Por tanto, los ingleses consideraban que el comercio y la libre produccin eran objetivos militares. A lo largo del siglo XVIII se dieron excepciones vergonzosa al proceso de humanizacin de la guerra. De l se excluyeron, sobre todos los dems, tres tipos de oponentes: rebeldes, infieles y salvajes. Segn los ingleses, los irlandeses pertenecan a estas tres categoras a la vez. Numerosos investigadores han sealado el paralelismo entre los despiadados mtodos de pacificacin empleados por los ingleses en Irlanda y los aplicados por los pioneros ingleses con los indios americanos. Los soldados y franceses se trataban mutuamente como iguales cuando luchaban por sus reivindicaciones territoriales en Norteamrica; en cambio, todo estaba permitido en la lucha contra los indios.7

31Los puritanos llegaron a Irlanda y Amrica con la Biblia en la mano. La Biblia les serva de coartadas. Simplemente actuaban de acuerdo con los mandamientos del Seor recogidos en el captulo del Deuteronomio: 1 Cuando Jehov tu Dios te hubiere introducido en la tierra en la cual t has de entrar para poseerla, y hubiese echado de delante de ti muchas gentes: al Hetheo, al Geregeseo, y al Amorrheo, y al Cananeo, y al Pherezeo, y al Heveo, y al Jebuseo, siete naciones mayores y ms fuertes que t, 2 y cuando Jehov tu Dios las hubiese entregado delante de ti, y las hirieres, del todo las destruirs: no hars con ellos alianza, ni las tomars a tu merced. 16 Y destruirs a todos los pueblos que te da Jehov tu Dios: no los compadecer tu ojo; ni servirs a sus dioses, que te ser tropiezo.7 Montesquieu, 1748, 1 parte, cap. 3. Rousseau, 1762, 1 parte, cap. 4. Kotzsch, 1956, cap. 3. Helm, 1962. Weiglet, 1973, cap. 8. Howard, 1979, 5. Best, 1980, caps. 2:6, 3:7. Selesky, 1994. Allen, 1994, caps. 1-2.

24

Y l entregar sus reyes en tu mano, y t borrars sus nombres de la cripta del cielo: nadie te har frente hasta que los destruyas. Desde el principio, el genocidio est inscrito en los textos ms tempranos y sagrado

de nuestra cultura. Basta leer el Viejo Testamento, la Illiada o la Eneida para encontrar las instrucciones.8 35

321781Un impresor francs, Restif de la Bretonne, se adentr en el futuro lejano en El viaje astral de un hombre volador (1781). En l describa viajes en cohete y escuadras de bombarderos que atraviesan el espacio inmenso del futuro, dejando una estela de infamia, miedo y horror.

331783Al ao siguiente, en Avin, los hermanos Montgolfier iniciaron una serie de experimentos con globos de aire caliente. Los primeros ascensos se realizaron en globos no tripulados, puesto que nadie saba lo que le poda pasar a un ser humano al abandonar la tierra para elevarse hacia lo desconocido. Tambin se lleg a probar el globo con un pato y una oveja como pasajeros, antes de que los hermanos Montgolfier lograran despegar en un globo el 21 de noviembre de 1783 y volar durante veinticinco minutos. Entre los espectadores se encontraba un teniente zapador prusiano de nombre J.C.G. Heyne. Tanto le impresionaron las posibilidades militares del globo que, pocos meses ms8 Illiada, canto 6, verso 55. Markusen, 1995, cap. 3. Waswo 1997.

tarde, public el primer libro que hablaba de la aeronave como arma. El globo aerosttico era capaz, escribi, de soltar una lluvia de fuego y destruccin sobre ciudades enteras con resultados catastrficos para sus habitantes. Pero, puesto que esta amenaza penda sobre la cabeza de todos los pases en guerra, stos, en opinin de Heyne, pronto acordaran una serie de normas que impediran el uso de aeronaves como herramienta de terror y destruccin masiva. Pronto se demostr que los globos eran tan vulnerables y difciles de pilotar que carecan prcticamente de valor militar. As, cien aos ms tarde, en 1899, las grandes potencias se pusieron de acuerdo en La Haya para seguir las recomendaciones de Heyne y prohibir los bombardeos desde globos aerostticos.9 62

341784Ya en la Edad Media, los chinos cargaban sus bombas con filamentos de loza o pedazos de chatarra que, en el momento de la explosin, salan despedidos en todas las direcciones. El mtodo fue redescubierto en 1784 por el teniente Henry Shrapnel, autor de una bomba hecha con plvora y pedazos de hierro. Se la denomin cartucho o bomba de metralla y fue la precursora de las bombas especialmente diseadas para matar a seres humanos que ms tarde se utilizaron a gran escala en Vietnam. 88

351803La conquista de Amrica se convirti en modelo, de la expansin europea en otras zonas apropiadas para la colonizacin blanca, desde Siberia, en el norte, hasta la Patagonia y Australia, en el sur.9 Baker, 1994. Heyne citado en Kenneth, 1982, cap. 1.

Esta expansin sirvi, por un tiempo, para aliviar la presin demogrfica en Europa. Thomas Malthus fue el primero en comprenderlo. En la segunda edicin (1803) de su obra principal, Ensayo sobre la poblacin, afirma que es posible solucionar temporalmente la escasez de alimentos de Europa exterminando la poblacin indgena de otros continentes; pero que sera moralmente indefendible repetir lo que estaba ocurriendo en Amrica: Si los Estados Unidos de Amrica siguen creciendo, lo que sin duda harn, aunque no con la misma rapidez de antes, los indios se vern obligados a retroceder cada vez ms hacia el interior del pas, hasta que la raza entera sea exterminada y el territorio ya no pueda expandirse ms. Ocurrira lo mismo en Asia y en frica? No, eso no poda ocurrir, escribi Malthus: Exterminar a la poblacin de la mayor parte de Asia y frica el momento, una idea inadmisible.10 45

361806La idea de extincin de Cuviers cautiv la imaginacin de sus contemporneos.11 Sera el autor francs Cousin de Grainville quien escribira el primer libro titulado El ltimo hombre (1806). En l, el sol empalidece, la Tierra envejece y los seres humanos estn cada vez ms exhaustos y deshidratados. El ltimo hombre frtil es trasladado en una aeronave a Brasil para aparearse con la ltima mujer frtil. Sin embargo, ya han doblado las campanas por la civilizacin, cuyo corazn, Pars, se ha detenido. Todo se derrumba y la Tierra se convierte en un desierto. Los dos amantes comprenden la futilidad de traer un nio a un mundo que agoniza y, as, los ltimos seres humanos renuncian con tristeza a unirse. Dios est involucrado. Por el contrario, no hay indicios de que la humanidad haya participado en su propia desaparicin.12

10 Malthus, 1982, libro 1, cap. 1. 11 Lindqvist, 1996, pp. 97-107. 12 Majevski, 1963, p. 114. Sambrook, 1966, p. 25

371826Cuando Mary Sller escribi su novela El ltimo hombre (1826), su marido se haba ahogado, su amigo Byron haba muerto y ella se encontraba sola. Por entonces, adems, toda Europa viva atemorizada por el clera bengal, una enfermedad epidmica mortal que se introdujo lentamente desde el este hasta alcanzar Inglaterra en 1831. De pronto, la romntica y generalizada Weltschmerz de la poca pareca tener un fundamento real. Su novela se desarrolla durante la dcada de los noventa del siglo XXI. La gente puede viajar a todas partes en globo; la pobreza y las enfermedades han sido erradicadas; las mquinas se ocupan de cualquier necesidad imaginable, y la paz y la prosperidad reinan por doquier. Antes, toda la energa del hombre estaba dirigida a la destruccin de sus especies; ahora la dedica a liberarlas y preservarlas.13 De pronto, este mundo feliz es azotado por una epidemia que devuelve a la humanidad a la violencia, la barbarie y la supersticin. Los cientficos y los polticos se sienten impotentes ante las fuerzas de la naturaleza. Lenta y dolorosamente, la humanidad se extingue. La alineacin que normalmente caracteriza al hroe romntico va, en este caso, un paso ms all: la existencia misma de la humanidad se convierte en un problema. Sin embargo, no hay indicios de que la plaga haya sido desatada intencionadamente. Nadie est intentando conscientemente aniquilar a su raza. 61

381852El francs se llamaba Lon Foucault (1819-1868), ms conocido por su pndulo. Pero ste13 Sller, 1994, xii. Wagar, 1962, caps. 1-2.

fue slo uno entre muchos mtodos que ide para demostrar que la Tierra gira. En 1852 invent el giroscopio el nombre viene del griego gyros, anillo, crculo, rotacin, y skopein, mostrar, un disco circular que, al estar suspendido sobre un eje libre, gira en todas direcciones. Mantiene una direccin constante con relacin a las estrellas, demostrando as, al igual que el pndulo, la rotacin de globo terrestre.14 El experimento de Foucault fall porque la friccin haca que el disco se detuviera antes de mostrar la rotacin de la Tierra. Sin embargo, en la dcada de 1960, su giroscopio fue equipado con un motor elctrico. Ahora el disco poda girar eternamente. Result que su eje sealaba en direccin norte-sur, como la aguja de una brjula magntica. 51

391854-1856Las fuerzas areas demostraron todo lo que eran capaces de hacer con las armas tradicionales del ejrcito.15 El 13 de julio de 1854 la marina norteamericana bombarde la ciudad indefensa de San Juan del Norte, en Nicaragua. Se adujo que el embajador de los Estados Unidos haba sido insultado y maltratado. La poblacin fue advertida de antemano. Tras varias horas de fuego ininterrumpido, el capitn norteamericano envi un destacamento de marines, quienes completaron la destruccin incendiando la ciudad. Los britnicos protestaron contra el bombardeo de una ciudad indefensa, un acto sin precedentes entre naciones civilizadas. No, tal comportamiento ya no era tolerable entre naciones civilizadas. Sin embargo, Nicaragua y China no pertenecan a este club.

14 MacKenzie, 1990, cap. 2. 15 Este prrafo y los tres siguientes se basan en Spaight, 1930, caps. 3-4. Vase Best, 1980, cap. 7.

Dos aos ms tarde, la Armada britnica incendi la ciudad de Cantn mediante un bombardeo que se prolong durante diez das, sin que los chinos respondieran al ataque. Un gran nmero de civiles muri. Durante el debate celebrado posteriormente en la Cmara de los Comunes se defendi la actuacin blica, argumentando que tan slo haban muerto ciudadanos chinos. La sola idea de que ellos tambin pudieran ampararse en las leyes internacionales resultaba del todo absurda: Qu les hablen a los chinos de respetar las leyes del derecho internacional! Con todo, el Gobierno britnico nunca sostuvo que el bombardeo de una poblacin indefensa estuviera justificado; simplemente se limit a negarlo. Mantuvo que el bombardeo haba estado dirigido contra los muros de la ciudad y que slo de forma accidental se haban daado los edificios adyacentes. Es una pena que, en el proceso, toda la ciudad resultara calcinada. 41

401863Por entonces la doctrina de Grotius y Rousseau segua vigente. En los Estados Unidos se convirti en ley mediante la Orden General n 100, aprobada el 24 de abril de 1863. Uno de sus artculos centrales establece: Los ciudadanos desarmados deben ser protegidos en persona, propiedad y honor en la medida en que las circunstancias de la guerra lo permitan.16 El artculo se convirti en una pieza clave de la legislacin. Sirvi de base para la Convencin de Ginebra de 1864, la Conferencia de Bruselas de 1874 y el Manual de Oxford para las leyes de guerra de 1880. Se aprobaron leyes similares en Alemania en 1870, Holanda en 1871, Francia y Rusia en 1877, Gran Bretaa en 1883 y Espaa en 1893. Y en la prctica?16 Hartigan, 1982, cap. 9. Walzer, 1992, cap. 2. Green 1993.

En la prctica, la reserva expresada como en la medida que las circunstancias de la guerra lo permitan result ser decisiva. Apenas un ao despus de la aprobacin de ley, el general unionista Sherman incendi la ciudad de Atlanta, iniciando as la devastacin sistemtica de los Estados sureos sin respetar ni civiles, ni propiedades, ni el honor de nadie. La guerra es cruel y es imposible ennoblecerla, dijo Sherman. Una vez el sur se hubo rendido, Sherman dirigi sus mtodos hacia los indios. En la prctica, las antiguas excepciones seguan en vigor: las leyes de la guerra no protegen a rebeldes ni a salvajes.17 43

411863En agosto de 1863 haba llegado la hora de un nuevo asalto. Un ingls haba sido asesinado en Kagoshima, Japn, y la Armada britnica reclam una compensacin daos y perjuicios. El bombardeo estaba dirigido a las fortificaciones de la ciudad pero, debido a la mar gruesa, result difcil limitarse a los objetivos militares. Ms de la mitad de la ciudad fue presea de las llamas y destruida por completo, escribi el almirante Kuper en su informe. El fuego, que sigue haciendo estragos, nos induce a creer que la ciudad de Kagoshima ha sido reducida a escombros, concluye Kuiper. En el debate de la Cmara de los Comunes, el almirante recibi todo el apoyo del Gobierno britnico. Kuper habra obrado de forma injustificable, dijo un portavoz, de haber dirigido las armas intencionadamente contra la poblacin civil. Pero ste no era el caso. Era inconcebible que unas instalaciones militares pudieran quedar inmunes a las acciones blicas por el simple hecho de hallarse tan cerca de instalaciones civiles, de manera que no pudieran ser atacadas sin que estas ltimas resultaran tambin daadas.17 Weigley, 1973, cap. 8. Gong, 1984, cap. 3.

se era el principio. El Ministerio de Asuntos Exteriores britnico aadi que tena que existir cierta proporcionalidad entre la prdida de vidas y propiedades civiles y las ventajas militares obtenidas con una operacin. Parece que Kuper careca de sentido de la proporcin.

421866En marzo de 1866 los espaoles bombardearon la ciudad indefensa de Valparaso, en Chile. Puesto que, en su mayora, fueron propiedades britnicas las que sufrieron daos, el bombardeo suscit gran indignacin en Inglaterra. En el debate de la Cmara de los Comunes, el ministro de Asuntos Exteriores no quiso poner en tela de juicio el derecho de dos pases enfrentados a bombardear las ciudades del enemigo, estuvieran stas o no indefensas. Sin embargo, una actitud as estaba lejos de ser civilizada. Un miembro de la Cmara fue tan torpe como para mencionar el incidente protagonizado por los ingleses en Kagoshima tres aos antes. Su comentario fue inmediatamente rechazado. William May, experto en Derecho Internacional, seal Valparaso como nico ejemplo de ciudad comercial atacada con el nico propsito de devastarla. Numerosos juristas siguieron su ejemplo y, as, Valparaso figur en los tratados de Derecho como ejemplo negro de un bombardeo inaceptable de una ciudad, hasta que, en 1937, el honor recay en Guernica. 47

431868Tomando como punto de partida las leyes de la guerra norteamericanas de 1863, el suizo Johann Caspar Bluntschli escribi en 1868 el primer cdigo internacional, Derecho internacional codificado. Todava no exista un organismo internacional que pudiera

sancionar estas leyes que, no obstante, tuvieron una gran repercusin. Fueron traducidas al francs, al espaol, al ruso y al chino, y siguieron reeditndose durante treinta aos.18 Bluntschli era consciente, por supuesto, de que, hasta entonces, el derecho internacional no contemplaba la proteccin de los pueblos no europeos. ste era un defecto que se propona enmendar. El derecho internacional no se circunscribe nicamente a la familia de naciones europea, sino que es aplicable a todos los lugares poblados del mundo. Escribi (art. 7). Puesto que los salvajes son seres humanos, deben ser tratados como tales y no deben ser privados de sus derechos humanos (art. 535). Bluntschli condena el exterminio de la poblacin nativa en las colonias americanas, comparndolo explcitamente con la persecucin de la que han sido vctimas los judos en varios pases europeos (art. 25). Condena asimismo la campaa genocida que los antiguos judos dirigieron contra los habitantes originarios de Palestina. Los mandamientos establecidos en el Deuteronomio contradicen los actuales y ms humanos conceptos jurdicos y ya no deberan constituir un ejemplo a seguir, escribi Bluntschli (art. 535). En 1868 resultaba ms imporante que nunca advertir de los peligros encerrados en el Deuteronomio.

441868Acababa de aparecer la primera edicin del cdigo de Bluntschli cuando diecisiete Estados representantes del mundo civilizado suscribieron la llamada Declaracin de San Petersburgo de 1868. Un pasaje central establece: El nico objetivo legtimo de un Estado beligerante debe ser debilitar los efectivos del enemigo.19 Sin embargo, la declaracin slo tena validez para los firmantes. No estaban incluidos ni salvajes ni brbaros. Tampoco se los invit a la Conferencia de Berlin de 188418 Ziegler, 1994, art. 42. 19 Green, 1993.

1885, que pretenda garantizar la paz en Europa mediante la divisin de frica. 48

451869El concepto de exterminio, que en 1803 era, por el momento, inadmisible, empez gradualmente a resultar ms natural e inevitable a medida que avanzaba el siglo XIX. En 1869, un imperialista britnico como Charles Dilke sostuvo en su best seller, Greater Britain, que la extincin gradual de las razas inferiores no es slo una ley natural, sino una bendicin para la humanidad.20 De pronto, el genocidio se tornaba motivo de orgullo: La raza anglosajona es la nica raza exterminadora de la Tierra, escribi Dilke. Los portugueses en Ceiln, los holandeses en Java, los franceses en Canad y Argelia han conquistado, que no exterminado, a la poblacin indgena. Hasta que se inici la ya inevitable destruccin de los indios de Amrica Central, de los maores y de los aborgenes australianos por parte de los colonizadores ingleses, ninguna raza populosa haba sido borrada de la faz de la Tierra por un invasor. Dilke carece de fundamento para otorgar a los ingleses semejante distincin. Sin embargo, sa no es la cuestin. Lo importante es el cambio de actitud que se produjo con respecto al exterminio de grandes poblaciones.21 40

46188020 Dilke, 1869, i:109, cap. 28. 21 Vase Lindqvist, 1992, pp. 100-135. Lindqvist, 1995, pp. 52-91, 119-143.

La mayor diferencia entre 1880 y 2180, dice el profesor Meister, es que la poblacin de la Tierra ha aumentado considerablemente. Sin embargo, este crecimiento no se ha producido de forma homognea. Ciertas etnias, por ejemplo la polinesia o los aborgenes australianos, se han extinguido por razones misteriosas. Otras, como los indios y los malasios, sobrevivieron durante mucho tiempo como una subraza en la sociedad colonial blanca, hasta desaparecer gradualmente. Hasta hoy se desconocen las verdaderas razones que expliquen la extincin de poblaciones tan considerables como la de la India El crecimiento demogrfico se produjo, sobre todo, en las naciones blancas que formaban parte de la Hermandad Unida, dominada por ingleses, norteamericanos, germanos y eslavos. Estos pueblos sumaban ms de la mitad de la poblacin de la Tierra. El imperio chino y frica negra integraban los grupos ms numerosos fuera de la comunidad blanca. Cuando la poblacin de la Tierra creci hasta alcanzar los 23,000 millones de habitantes. Se hizo evidente que la produccin de alimentos no bastara para abastecerlos. La fertilidad de las razas amarilla y negra resultaba tan amenazadora que la antigua idea de hermandad fue abandonada por obsoleta. En opinin del hombre blanco, las razas inferiores haban perdido sus rasgos de humanidad y ocupaban ahora una posicin muy cercana a la de los animales. Se convino que su poder de razonamiento era inferior al del hombre blanco y que su capacidad intelectual era limitada. Incluso la cacareada cultura china, sometida a un examen minucioso, result no ser ms que una forma elaborada de barbarie, incapaz de asimilar la civilizacin superior de la Hermandad Unida. De forma algo precipitada, los japoneses haban sido admitidos en la Hermandad Unida. Sin embargo, para ellos la civilizacin occidental no era ms que un barniz. De la misma manera que se puede ensear a un mono a blandir una espada pero jams a leer o escribir, los japoneses aprendieron a utilizar las herramientas de la civilizacin sin llegar a dominar la ciencia que las haba hecho posibles.

Una vez aireadas tales cuestiones, se produjo un cambio sorprendentemente rpido en la opinin pblica. Empezaron a escucharse murmullos contenidos que pronto se convirtieron en un formidable clamor: A qu estamos esperando? Apodermonos de estos pases! Dejemos que la inferioridad ceda el paso a la superioridad! No hay otra salida! Muerte a los negros! Aniquilemos a los chinos! Qu ocurri? Pues que los japoneses iniciaron una guerra que se extendi por el continente asitico y llev a la extincin de la raza de los hombres rasgados. Cierren los ojos e imaginen las imponentes escuadras de aeronaves, llamados lucogenostatos, acercndose a las costas chinas. Ya planean sobre las tierras de la raza condenada. Contemplen el intento desesperado del hombre amarillo de enfrentarse al hombre blanco con sus burdas armas. Finalmente, la flota area mongola sucumbe a los silenciosos y obstinados ejecutores caucsicos del decreto del destino. La batalla ya estaba decidida, antes incluso de empezar. Y cuando termin, los vengadores blancos siguieron su vuelo raso, silencioso y aterrador. Desde sus aviones cae una lluvia que mata todo lo que respira, una lluvia que extermina a la raza desahuciada. Qu ms se puede decir? Ya conocen la terrible historia pues sin duda es terrible de la destruccin de mil millones de seres en otro tiempo considerados los iguales del hombre intelectual. Por esa razn, cuando echamos la vista atrs y contemplamos a la raza amarilla, el desprecio se mezcla con la conmiseracin. Sin embargo, lo que realmente nos sorprende es que hubo un tiempo en que estos antropoides eran considerados parte importante de la familia humana. Una vez que se hubo exterminado a los chinos, el futuro de los africanos se convirti en el tema ms comn de conversacin. Reacios a quitarles la vida, se opt por buscar una manera de esterizarlos. Pero cuando los rumores de esta medida provocaron una revuelta negra contra los blancos, las cosas cambiaron. Los representantes de la Humanidad Blanca se vieron forzados a decretar el exterminio total de la raza negra.

Con todas las armas del mundo a su disposicin de los hombres y con los aviones necesarios para transportarlas, el Parlamento no tard en decidirse. Todos los Estados miembros aportaron aviones, soldados y equipamiento para la tarea, que se prometa ingrata, aunque inevitable. El hombre negro dej de existir. An quedaban unos pocos millones de negros y orientales en los Estados miembros de la Humanidad Unida. Naturalmente, no fueron aniquilados, aunque se tomaron medidas individualizadas para evitar su propagacin. Ahora, medio siglo despus del Gran Exterminio, incluso ellos pertenecen al pasado. Las razas inferiores no son ms que un recuerdo. Los pases en los que antao vivieron han sido repoblados por inmigrantes de raza blanca. El rostro de frica se transform como en un sueo.... Hoy en da, el mundo entero es de la Humanidad Unida.22 55

471882Pocas veces ha sido bombardeada una ciudad con pretextos ms pobres que cuando, en 1882, los britnicos arrasaron la ciudad de Alejandra. El Primer Ministro Gladstone se remiti a un derecho fundamental de la aldea global (como diramos hoy en da) segn el cual, sta puede intervenir, en aras de la paz, la humanidad y el progreso, en los asuntos de otros Estados, bombardeando, por ejemplo, sus ciudades y ocupando sus territorios. La Armada britnica bombarde Alejandra desde la salida hasta la puesta del sol. De noche, la ciudad se transformaba en un mar de llamas. La prensa extranjera sostuvo que el incendio haba sido causado por los bombardeos, pero los britnico lo negaron, afirmando que los egipcios haban incendiado la ciudad en su retirada. Ambas partes presentaron testigos oculares que confirmaron sus posturas.22 Hay, 1881, caps. 1 y 10.

El objetivo del bombardeo era aplastar una revuelta nacionalista contra las fuerzas aliadas francesas y britnicas. El resultado fue que Egipto se convirti, durante medio siglo, en colonia britnica. Es posible que los britnicos hubieran planteado la intervencin como un acto humanitario, pero, desde luego, tambin tuvieron en cuenta intereses nacionales. Desde el punto de vista del derecho internacional, el problema ms serio fue el precedente que se haba sentado en Alejandra. A partir de ahora, se considerar lcito, se preguntaba el almirante Aube en Revue des deux Mondes, que la armada bombardee las ciudades costeras indefensas del enemigo?. En 1911 se habra podido aadir: Si lo que ya ha hecho la armada determina lo que se les estar permitido a las fuerzas areas en el futuro, qu ciudad podr sentirse a salvo de la destruccin?.23 50

48El derecho internacional slo existe para los poderosos. Todava no tiene en cuenta a los dbiles. El resto de la poblacin mundial, tres cuartas partes de la humanidad, no dispone de recursos contra la injusticia, escribi Joseph Hornung en una serie de artculos inslita y audaz, Los civilizados y los brbaros, en Rvue de droit international, en 1885. El principio del derecho internacional segn el cual las guerras slo se disputan entre Estados y ejrcitos y nunca entre naciones y sociedades civiles, no lo aplicamos a los conflictos con brbaros. La guerra entre Estados civilizados est regulada por el derecho internacional. Sin embargo, los Estados civilizados juzgan innecesarias tales consideraciones en los conflictos contra las supuestas naciones inferiores. En estos casos, hay que castigar a la poblacin entera.

23 Vase Boyle, 1962, p. 576, 1985: A lo largo del siglo XIX los almirantes britnicos desplegaron una propensin poco edificante a bombardear puertos enemigos a la mnima excusa [...] pero, puesto que la mayor parte de estos incidentes tuvieron lugar en lo que a partir de entonces se llamara el Tercer Mundo [...] Gran Bretaa fue menos criticada que otras grandes potencias.

Quemamos sus ciudades, talamos sus rboles frutales, masacramos a sus mujeres y a sus hijos. Y me pregunto: es sta la mejor manera de ensearles a amar la civilizacin.24

491885Y que pas con los que quemaban las ciudades de los salvajes y asesinaban a sus mujeres y sus nios? Qu aprendieron ellos? Cmo evitar que la anarqua y el desgobierno de las guerras del resto del mundo se propagaran a las europeas? James Anson Farrer fue uno de los primeros en hacerse esta pregunta. En su clsico Tradiciones y costumbres militares (1885), establece que la guerra entre pueblos de distintas civilizaciones embrutece ms a los civilizados que civilizan a los brbaros.25 Segn Farrer, est demostrado que las guerras europeas se envilecieron con las costumbres que las tropas adquirieron al otro lado del Atlntico. All se rompieron los lazos humanitarios a causa de las diferencias de raza y religin. All se abandonaron todas las inhibiciones. Advertimos este mismo fenmeno en la historia de Roma. Los cronistas romanos atestiguan cmo esta circunstancia socav tanto su capacidad para hacer la guerra como su carcter nacional. Las guerras coloniales han acostumbrado a militares y polticos europeos a considerar cualquier contienda militar como una expedicin punitiva contra rebeldes y criminales, dice Farrer. Han aprendido a contemplar al enemigo como a un criminal, exigiendo la rendicin incondicional en condiciones humillantes, lo que envenena y prolonga la guerra innecesariamente. Han aprendido a quemar ciudades y pueblos. Para un comandante britnico debera resultar igualmente inconcebible incendiar, en una mera demostracin del poder britnico, la capital de Ashantee o de Zululandia que incendiar Pars o Berln. Una vez un comandante ha llevado a cabo lo inconcebible suficientes veces qu ser,24 Hornunh, 1885, pp. 544, 552. 1886, p. 188. 25 Farrer, 1885, cap. 6.

a partir de entonces, concebible? Acaso la clase de guerra en la que Europa se enfrent a dos terceras partes de la humanidad durante tanto tiempo haba regresado en el siglo XX para hostigarnos a nosotros? 53

501896Durante el largo perodo de relativa paz del que disfrut Europa entre 1815 y 1914, el territorio que estaba bajo control europeo creci del 35% de la superficie de la Tierra hasta ocupar el 85%.26 El bombardeo de ciudades indefensas como Cantn y Alejandra fue, en esta poca, el tipo de guerra preferido por los ejrcitos europeos. No tenan por qu temer las represalias en sus pases de origen por parte de los pueblos en los que se desarrollaba la contienda, escribi Eberhard Spetzer, experto alemn en derecho internacional. Superpotencias navales inatacables como los EEUU y Gran Bretaa se vieron inducidas, gracias a sus victorias militares contra adversarios primitivos, a sacar conclusiones errneas sobre el valor de destruir hogares y atacar a la poblacin civil pacfica.27 Los ejrcitos europeos sacaron las mismas conclusiones errneas a travs de las experiencias adquiridas en las guerras pequeas. Hasta la Segunda Guerra Mundial, el texto britnico de referencia para este tipo de conflictos fue Guerras pequeas, principios y prctica (1896, 1906, 1990), del coronel C.E. Callwell. Callwell era un irlands educado en Inglaterra que sirvi como artillero en la India y en Sudfrica. Tras la espectacular acogida que tuvo su libro, se retir para convertirse en escritor profesional. La pequea guerra surge, segn Callwell, cuando un ejrcito regular se ve26 Kennedy, 1988, p. 150. 27 Spetzler, 1956, pp. 134-136.

envuelto en hostilidades contra fuerzas irregulares o fuerzas cuyo armamento, organizacin y disciplina son manifiestamente inferiores a los suyos. Las guerras pequeas pueden ser conquistas, como cuando una superpotencia pretende anexionar el territorio de razas brbaras a sus posesiones, o pueden ser expediciones punitivas contra vecinos beligerantes o destinadas a combatir la resistencia continuada en territorios previamente ocupados. En este tipo de conflictos no suele existir un ejrcito enemigo al que derrotar, ninguna capital que ocupar, ningn Estado con el que firmar la paz. La solucin a estos conflictos es atacar a la poblacin. El pueblo debe aprender a tener miedo. Hay que robar su ganado, destruir sus almacenes de comestibles e incendiar sus ciudades, aunque haya mentes bienpensantes que encuentren esto censurable. Aplastar toda una poblacin alzada en armas y sofocar un clima hostil generalizado con mtodos militares son formas de guerra dolorosas... y que generan especial angustia en las tropas, escribe Callwell. La represin de revueltas en lejanas colonias resulta, por regla general, en guerras prolongadas e invertebradas que luego nadie agradece. Una guerra de verdad puede terminar con la capitulacin del enemigo; en una revuelta hay que castigar y someter a toda la poblacin. La principal diferencia entre la pequea guerra y la guerra regular, concluye Callwell, reside en que, en la primera, la derrota de los ejrcitos enemigos incluso cuando stos existen no suele ser el objetivo principal, puesto que el efecto moral es a menudo mucho ms importante que el material. Adems, en ocasiones la guerra pequea tiene como nico fin sembrar el caos en el territorio enemigo, algo que no est sancionado por las leyes de la guerra.28 Aos despus, cuando se hizo evidente que el armamento moderno haba hecho prcticamente inalcanzable la victoria sobre un enemigo de similar potencial militar, result tentador imitar el modelo colonial e intentar alcanzar, por medio del terror, un efecto moral28 Callwell, 1990, pp. 22, 26, 42. Comprese con De Moor, 1989, introduccin.

devastador y sembrar as en Europa, la destruccin total, hasta entonces prohibida por las leyes de la guerra. 6

511897El norteamericano se llamaba Robert Goddard (1882-1945). Un da, cuando tena quince aos, estaba subido a un cerezo soando con el planeta Marte. Por entonces, Marte era un tema de actualidad que despertaba gran inters debido a una mala traduccin del italiano, que llev a la gente a creer que en l haba canales. El millonario Percival Lowell, astrnomo aficionado, hizo construir un observatorio en Arizona y crey descubrir cerca de doscientos canales, que describi en su libro Marte (1895). De la presencia de dichos canales concluy que existan marcianos y narr con gran despliegue de imaginacin su lucha contra la extincin de un planeta moribundo. Todo el agua que queda est concentrada en el hielo de los polos y los canales sirven para transportar la procedente del deshielo a aquellos oasis donde an hay algo de vida. La civilizacin superior de los marcianos est condenada a desaparecer porque nosotros, los terrcolas, no podremos salvarlos a tiempo.29 Por eso, el pequeo Robert Goddard, subido a su rbol, hizo la promesa solemne de que algn da ira a Marte. Y durante toda su vida regresara al cerezo cada ao, en la misma fecha, el 19 de octubre, para renovar su promesa.30

52El cohete se invent en China en el siglo XIII, pero fue en la India, a finales del siglo XVIII, donde los britnicos lo descubrieron y desde donde lo llevaron a Europa. Lo usaron por primera vez para incendiar Copenhague en 1807. Sin embargo, los cohetes cayeron en desuso debido a su falta de precisin. Nunca se saba con certeza donde aterrizaran.29 McCurdy, 1997, p. 112. 30 Cuando no se especifica la fuente, la informacin acerca de Goddard proviene de Coil, 1992.

Su empleo se reserv para los salvajes y a los brbaros. As, se utiliz en Argelia en 1816; en Birmania en 1825; en Ashantee en 1826; en Sierra Leona en 1831; en Afganistn en 1837-1842; en China en 1839-1842 y 1856-1860; contra Shimonoseki en 1864; en Amrica Central en 1867; en Abisinia en 1868; contra el pueblo zul en Sudfrica en 1879; contra los nagas en la frontera afgana en 1880; contra Alejandra en 1882, y contra rebeldes en Sudn, Zanzbar y frica oriental y occidental en 1894, slo por mencionar algunas de las ocasiones ms destacadas en las que los britnicos utilizaron cohetes para desmoralizar a enemigos nativos.31 sta era la primitiva arma de terror que Robert Goddard quera desarrollar hasta convertirla en un cohete capaz de transportar su nave espacial hasta Marte. 63

531898La ametralladora fue el arma por excelencia en las guerras coloniales. Se emple en todo el mundo para educar a nativos rebeldes y alcanz su apogeo con la batalla de Omdurman de 1898. All los ingleses perdieron cuarenta y ocho hombres, mientras que ms de diez mil sudaneses yacan inermes en el campo de batalla, abatidos por el fuego rpido de los rifles y ametralladoras de los britnicos. Ya por entonces hubiera sido posible prever Verdn y Sedn. Sin embargo, los europeos, sobre todo los britnicos, se negaban a admitir que tenan que agradecerle a la ametralladora sus nauseabundas victorias totales, tal como escribi John Ellis en Historia social de la ametralladora (1976). La esencia de la ideologa imperial europea era la fe, jams cuestionada, en la superioridad de la raza blanca. Hicieron falta varios millones de cadveres para convencer a los oficiales europeos de que la ametralladora tena el mismo efecto en los soldados europeos que en los sucios negros de frica.3231 Winter, 1990. 32 Ellis, 1993, caps. 1, 3, 4.

541898El mismo ao de la batalla de Omdurman, el banquero Jean de Bloch, polaco de nacimiento, financiero emprendedor y empresario ferroviario en Rusia, public un estudio en seis volmenes sobre el futuro de la guerra en el que prevea, hasta el mnimo detalle,lo que ocurrira durante la Primera Guerra Mundial. La pala ser un utensilio indispensable para el soldado, incluso ms que el fusil, escribi Bloch. Las matanzas alcanzarn una magnitud tan espantosa que las tropas no podrn conducir el combate a un punto decisivo. Lo intentarn, creyendo que todava luchan en las condiciones tradicionales, pero aprendern la leccin y nunca ms volvern a intentarlo. El poder de la nueva arma haca que la defensa fuera intensamente ms efectiva que el ataque. La defensa poda disponer una barrera de fuego insuperable para la infantera. Los ejrcitos se veran envueltos en interminables combates, muy similares a los asedios, que no decidiran las bayonetas, sino la capacidad econmica requerida para el sustento de estos ejrcitos. La obra de Bloch fue publicada simultneamente en los principales idiomas europeos y refutada por los expertos militares de todos los pases. La ofensiva superara el fuego de las ametralladoras de tres maneras 1) la iniciativa y el entusiasmo 2) la aceptacin de prdidas iniciales que, a la larga, resultaran provechosas 3) infundiendo moral a las tropas para que los soldados avancen a pesar de las fuertes prdidas. La victoria ser de los que hayan aprendido a no esquivar la muerte, sino a dejarse matar.33 Los tres mtodos recomendados por los militares eran, en esencia, el mismo, y ya haba sido probado en Omdurman. 5833 Clarke, 1966, cap. 4. Travers, 1979, pp. 264-286. Gatt, 1992, p. 109. Ellis, 1993. cap. 3.

551898En La ltima guerra o el triunfo de la lengua inglesa (1898), de Samuel W. Odell, hay otro profesor que imparte clases de historia del futuro. Vive en el ao 2600, cuando los Estados Unidos se componen de 185 Estados y pertenecen a la federacin mundial de naciones angloparlantes que, hace ya tiempo, acab con lenguas menores como el francs, el alemn y el italiano. En los albores de la historia hubo muchas razas, afirma el profesor, pero ahora chinos, malasios y negros han sucumbido a sus hermanos blancos y han desaparecido como pueblos o bien sobreviven a su merced. La raza blanca se ha extendido por todo el globo terrqueo sin encontrar resistencia. Algunos de los conquistadores se han dejado arrastrar a niveles inferiores, mezclndose con los pueblos conquistados. No as los pueblos de habla inglesa. El mal fue destruido, no asimilado.34 La violencia con la que se emplearon los europeos en sus asuntos coloniales result ser, por un tiempo, beneficiosa para el progreso del mundo. Incluso hubo casos en los que ni siquiera fue necesario emplear la violencia: los negros de los Estados Unidos emigraron a frica ya por el ao 1950 para instalarse pacfica y voluntariamente en Sudn. El conflicto con Rusia uni todava ms a los pases occidentales. A medida que se acercaban a la perfeccin humana, el abismo entre el bien y el mal se fue agrandando hasta tal punto que la guerra se hizo inevitable. Una guerra que slo poda terminar con la aniquilacin total de las fuerzas del mal. Las 1,500 aeronaves de los aliados fueron provistas de bombas con una fuerza explosiva sin precedentes y con una especie de napalm, un fuego imposible de extinguir.35 Nueve millones de cadveres ms tarde, se alcanz la victoria y comenz la ocupacin. Una ocupacin que enseara a Europa y Asia orientales el verdadero significado34 Odell, 1898, cap. 2. Franklin, 1988, cap. 2. 35 Odell, 1898, pp. 74, 152.

de libertad y civilizacin. Primero se prohibieron las lenguas autctonas y se introdujo el ingls en las zonas ocupadas. Todas las tierras que no estuvieran reservadas a los habitantes originarios fueron traspasadas a los inmigrantes del mundo civilizado. Los colonizadores actuaron como un poder opresor sobre los habitantes ignorantes y salvajes y ejercieron una influencia benfica sobre sus mentes ofuscadas.36 Despus de treinta y cinco aos de educacin, finalmente, en el ao 2600, fue posible fundar los Estados Unidos de Mundo, que comprendan a todos los pases y pueblos. Un antiguo sueo se haba cumplido, asegurando la paz para siempre la raza humana.

561898En Armageddon (1989), de Stanley Waterloo, la alianza anglosajona se ve forzada a exterminar un gran nmero de razas inferiores, por encima de todo a la eslava, esos ignorantes y desvalidos millones, desesperadamente sumidos en la pobreza y alienados por cuestin de raza, lengua y religin.37 La victoria est asegurada gracias a un nico genio norteamericano, cuyo invento, una nave area de combate, convierte la guerra en suicidio. A fin de conseguir la paz mundial, las naciones que ejercen el control deben disponer de una fuerza de destruccin tan masiva que no pueda siquiera ser cuestionada... Cuando la guerra signifique la muerte de todos, o de la inmensa mayora de los que en ella participan, se alcanzar la paz.38

571898Pero realmente es as? No es ms cierto acaso que cualquier superarma induce al que la tiene a ser el primero en atacar? Edison y la conquista de Marte (1898), de Garret P. Serviss, empieza donde termina36 Odell, 1898, cap. 15. 37 Waterloo, 1898, p. 243. 38 Waterloo, 1898, p. 259. Franklin, 1988, cap. 2.

La guerra de los mundos (1897), de H.G. Wells. Edison ha inventado un avin capaz de volar por el espacio exterior y un arma el desintegrador que deja todas las dems obsoletas. Por qu, entonces, esperar a que se produzca un nuevo ataque de Marte? Por qu no ocupar el planeta extranjero y, si cabe, destruirlo a fin de aniquilar la amenaza que ahora pende sobre la Tierra?. Los marcianos renen mil naves espaciales para defenderse contra el ataque sorpresa de la Tierra, pero no tienen ninguna posibilidad de vencer al desintegrador de Edison. Era como disparar al corazn de una manada de pjaros... Estaban prcticamente a nuestra merced. Cientos de naves espaciales se rompieron en mil pedazos y cayeron en las aguas hirvientes.39 El comandante declara: Estamos preparados para llevar a cabo la aniquilacin y no dejaremos un solo ser vivo sobre la faz de vuestro mundo.40 Edison lo detiene: No podemos asesinar a esta gente a sangre fra. Sin embargo, ya lo haban hecho, al hacer saltar por los aires los diques marcianos. Cuando los hombres de Edison ven a los marcianos luchar por sus vidas entre las olas, se arrepienten de sus actos: Ni siquiera podamos predecir cuantos millones pereceran por nuestra culpa. Por lo que sabemos, es posible que muchas de las vctimas sean totalmente inocentes... Era un espectculo aterrador. A todos nos invadi un sentimiento de compasin y arrepentimiento y nos hubiera gustado ayudar a nuestros enemigos, pero ya era demasiado tarde. Ms de nueve dcimas partes de los habitantes de Marte han perecido en el diluvio. Incluso si los restantes sobrevivieran, pasaran siglos antes de que pudieran recuperar el poder y hacernos dao.39 Serviss, 1898, cap. 15. Franklin, 1988, cap. 3. 40 Serviss, 1898, cap. 17.

La guerra preventiva ha alcanzado, pues, su propsito. Colmado de sentimientos nobles, Edison vuelve para dejarse aclamar como el salvador de la Tierra. 59

581899El material reunido en el estudio de Bloch dio pie a la celebracin de la Conferencia Internacional de la Paz celebrada en La Haya en 1899. Por entonces ya haba participantes que haban tomado conciencia de que la mayor amenaza futura para la poblacin civil vendra del aire. Los pequeos Estados queran adelantarse a los acontecimientos y defendan la prohibicin total de las guerras areas. Las grandes potencias, sobre todo Gran Bretaa, se opusieron a tal prohibicin. El comandante supremo britnica de la siguiente manera: Supondra una gran ventaja para una potencia como la britnica, que dispone de un ejrcito reducido, poder lanzar bombas desde un globo aerosttico. Las restricciones en la aplicacin de los descubrimientos cientficos en caso de guerra privan a un pas de las ventajas que, de otro modo, sus investigaciones cientficas y capacidad industrial le ofreceran. Es un hecho probado que el desarrollo cientfico de armas ha tendido a: a) disuadir a las naciones de entrar en guerra, b) reducir las prdidas en caso de guerra, y c) acortar la duracin de las campaas blicas y con ello, minimizar el sufrimiento de la poblacin civil.41 64

59190041 Siete de octubre de 1899. Watt en Howard, 1979.

En la primera novela de Robert W. Coles, La lucha por el imperio (1900), el imperio anglosajn ha alcanzado su apogeo. Londres no es tan slo la capital del mundo y de nuestro sistema solar, sino tambin del universo entero. A principios del siglo XX, Inglaterra y los Estados Unidos se reunifican y confederan con los Estados germanos de Europa. Los franceses, los italianos y dems pueblos mediterrneos se extinguen rpida y convenientemente, y la Confederacin toma posesin de sus pases. Rusia y Turqua son reducidos a la insignificancia. Pronto los anglosajones habrn absorbido a los restantes pueblos y dominarn la Tierra. La invencin de naves espaciales capaces de desafiar la ley de la gravedad fue determinante para el desarrollo. Todo el sistema planetario es colonizado y, en el ao 2236, los dems planetas ya estn tan densamente poblados como la Tierra. La raza humana se ha escindido en dos clases: los inteligentes, quienes ostentan el poder y los necios, sumidos en la esclavitud. La ambicin de los inteligentes crece sin parar. Gobernar una provincia o un pas ya no cuenta para nada. Todos ambicionan su propio planeta, su propio sistema solar, su propio universo. Los anglosajones construyen naces de guerra espaciales dotadas de armas terrorficas y recorren el espacio en busca de vctimas. All fuera, en la oscuridad, se cometern mltiples crmenes que nunca saldrn a la luz. Intrpidos cientficos construyen aeronaves cada vez mayores, adentrndose ms y ms en el abismo interestelar. All encuentran finalmente un digno oponente, un pueblo que ha alcanzado el mismo grado de civilizacin que ellos, los sirianos del planeta Kairet. La guerra es inevitable. Los sirianos bombardean Londres, pero la ciudad se salva gracias a un invento que obliga a las aeronaves surianas a estrellarse indefensas contra el suelo. Los anglosajones se toman una terrible venganza. Reducen la capital de los sirianos a escombros y, cuando su Gobierno sigue negndose a rendirse, destruyen una ciudad tras otra,

hasta lograr la rendicin incondicional.42 Londres es, una vez ms, la capital del universo.

60El malvado genio asitico, el doctor Yen How, babea de lujuria por una mujer britnica. Al verse rechazado por ella, decide vengarse exterminando a la raza blanca. Para l, tomar el poder en China y enfrentar subrepticiamente a la potencias europeas es coser y cantar. Luego se vuelve hacia los japoneses: Mirad unos quinientos o mil aos hacia delante y decidme qu veis. Los blancos y los amarillos enfrascados en una guerra a vida o muerte por la Tierra. Los blancos y los amarillos. No hay otros. Los negros son esclavos de ambos, los morenos no cuentan. Pero estos dos pueblos, en cambio, si cuentan. Y cuando un buen da se encuentren cara a cara y digan uno de nosotros debe desaparecer, quin ser el vencedor? Hoy en da los blancos pueden acabar con cientos de japoneses, pero pronto sern capaces de hacerlo con millones. Por tanto dice Yen How ser cuestin de tomar la iniciativa y sorprender a los europeos cuando menos lo esperen.43 Entonces, en El peligro amarillo (1898), de Matthew P. Shiel, el continente europeo es inundado por cuatrocientos millones de chinos que destripan a todo aquel que se cruza en su camino. Lo que hace que este bao de sangre sea particularmente espeluznante son las sudorosas mujeres chinas quienes, enloquecidas por el deseo y la sed de sangre, satisfacen su instinto criminal para luego, exhaustas, echarse a dormir sobre los montones de cadveres.44 A Inglaterra le espera el mismo destino. Tal vez su armada sea capaz de contener a los chinos frente a las extensas costas de Inglaterra. Sin embargo, tener que soportar veinte42 Cole, 1900, cap. 1, cap. 13ff, 202ff. 43 Shiel, 1998, cap. 2. 44 Shiel, 1998, p. 290. Wagar, 1982, cap. 1:10.

millones de cadveres chinos putrefactos flotando en el Canal de la Mancha durante los prximos aos no es una perspectiva demasiado alentadora. El hroe, Ard, encuentra otra solucin.45 Selecciona a ciento cincuenta chinos, le pone a cada uno de ellos una pequea inyeccin en el brazo y los devuelve a sus compatriotas. Una mancha negra aparece en sus mejillas, se forma una espuma negra entre sus labios. Pronto la peste habr liberado a Europa de la pesadilla amarilla. Bien est lo que bien acaba. El exterminio de los chinos no supone una gran prdida, puesto que sus oscuros y repugnantes instintos estn a aos luz del europeo ms miserable. El continente pasa a manos inglesas, Gran Bretaa gobierna el mundo y lugares como Alemania, Francia y Rusia slo existen como direccin postal. Ser humano es ser ingls. 72

611901De camino al Polo Norte, el protagonista de La nube prpura (1901), de Matthew O. Shiel, libera un gas, la nube prpura del ttulo. A su vuelta, descubre que ha matado a toda la humanidad y que slo l se ha salvado de la destruccin. l es el ltimo hombre. Es todopoderoso, pero no tiene a nadie a quien gobernar. Puede cometer el crimen que quiera, pero no hay nadie contra quien cometer crmenes. Busca a alguien a quien matar, pero ya ha matado a todo el mundo. Desesperado, incendia Londres y disfruta contemplando cmo desaparece la ciudad entre un mar de llamas. Luego incendia alegremente Pars, Calcuta, San Francisco e innumerables ciudades. Sospecha que debe de quedar alguien a quien matar en China y se traslada a ese pas, pero no encuentra a nadie y entonces decide incendiar Pekn. Cuando Constantinopla tambin estalla en llamas, se encuentra finalmente con una joven turca que ha45 Shiel, 1998, cap. 33. Franklin, 1988, cap. 2.

escapado al fuego. Una voz interior le susurra Mata, mata y delitate!.46 Este peculiar himno a la destruccin aparece como una puerta a un siglo que incendiara ms ciudades y matara a ms gente que cualquier otro siglo anterior. El incendiario global de Matthew Shiel es, por lo que he podido averiguar, el primer ser humano ficticio que destruye el mundo entero de forma consciente y deliberada. 277

621903El 17 de diciembre de 1903, a las 10:35 de la maana, despeg y vol el primer avin propulsado por motor. Claro que slo se mantuvo en el aire durante doce segundos en los que lleg a recorrer unos cuarenta metros, pero en ese momento se cumpli el sueo milenario. Por fin el hombre era capaz de volar! El hecho de que el hombre tambin sera capaz de bombardear desde el aire se olvid en medio de la algaraba. Todos los peligros asociados a la conquista del cielo desaparecieron como por arte de magia en la estela del primer avin.47 65

631904El alemn se llamaba Hermann Anschtz-Kaempfe (1872-1931). Para hacer realidad el sueo de su infancia necesitaba un instrumento que fuera capaz de dirigir un submarino bajo los bloques de hielo del Polo Norte, donde no brillan ni el sol ni las estrellas. Qu rumbo deba tomar? Cmo sabra si haba llegado a su destino? Se enfrent al problema convirtiendo el giroscopio de Foucault en un instrumento de navegacin, el girocomps. Por aquellos tiempos, todas las armadas modernas tenan problemas de navegacin debido a la sustitucin de los barcos de madera por barcos de acero.46 Wagarm 1982, cap. 18. 47 Corn, 1983.

El acero confunda a las brjulas magnticas. En 1904, Anschtz-Kaempfe tuvo listo un girocomps funcional que en 1908 fue instalado en uno de los barcos de guerra ms prestigiosos, el acorazado de combate Deutschland.48 Para su inventor no supuso ms que una victoria parcial. El sueo de su infancia no se cumpli hasta muchos aos despus de su muerte, cuando, en 1958, el USS Nautilus naveg desde el ocano Pacfico hasta el Atlntico bajo el hielo del Polo Norte.49 86

641907La prohibicin temporal de guerra area se prorrog en la segunda Conferencia Internacional de la Paz celebrada en La Haya en 1907, aunque, en la prctica, este hecho no tuvo trascendencia, puesto que varias superpotencias Alemania, Francia, Japn y Rusia no se molestaron en firmar el acuerdo. El resultado ms importante de la Conferencia fue la cuarta Convencin de La Haya, el llamado Reglamento relativo a las guerras terrestres, que sigue vigente en la actualidad. El artculo 25 establece que se prohbe atacar o bombardear, cualquiera que sea el medio que se emplee, ciudades, poblaciones, viviendas y edificios que se encuentran indefensos.50 Las palabras cualquiera que sea el medio se aadieron para hacer extensible la prohibicin a los ataques areos. 75

651908En 1908 una muchedumbre atnita contempl por primera vez un avin en las ciudades de Nueva York y Pars. Todas las miradas se dirigan, como hechizadas, a las ruedas de goma.48 MacKenzie, 1990, cap. 2. 49 MacKenzie, 1990, pp. 34, 141. 50 Biddle, 1994.

Realmente iban a poder despegar del suelo? Pues s, aconteci el milagro! Jams haba visto tal expresin de asombro en los rostros de una multitud!, public un diario de Chicago. todos y cada uno de los espectadores parecan ser conscientes de que este da era un hito en sus vidas.51 Muchos cristianos imaginan que Dios sabe volar y que vive en el cielo. Tambin otras religiones asocian la capacidad de volar con el poder divino y la inmortalidad. Por tanto, lo que la gente all congregada vio no slo fue un nuevo medio de transporte. En la capacidad de volar vieron una prueba de la perfeccin humana que recibieron con un embelesamiento poco menos que religioso.

66Con la aviacin pareca que se haba dado un paso hacia un nuevo elemento, hacia una nueva forma de vida. La gente hablaba de era area y crea que habamos dejado atrs nuestra existencia, hasta entonces terrenal y prosaica, para iniciar una vida nueva. Pronto el hombre sera capaz de moverse libremente en tres dimensiones. Volar sera tan normal como montar en bicicleta, tan natural como andar. Todos crean que el equivalente aerotransportado del Modelo T se encontraba a la vuelta de la esquina. Hubo periodistas que afirmaron que las grandes urbes pronto estaran conectadas mediante aerolneas regulares, una especie de aerobuses con capacidad para ms de cien pasajeros. Una profeca audaz en un tiempo en que los aviones apenas eran capaces de levantar a dos o tres personas del suelo. Todo lo bueno llegara con la aviacin: la democracia, la igualdad, la libertad. El aire sera el reino de la libertad, por el que uno podra moverse libre de obstculos como rales, barreras o guardabarreras. Las mujeres piloto se prometan un gran futuro en el aire, donde dejaran de aplicarse las viejas y trasnochadas distinciones entre sexos. Los chferes negros, por su parte, se ilusionaban pensando que, cuando los aviones sustituyeran a los automviles, ellos seran los pilotos y, por tanto, los nuevos amos del espacio areo.51 Corn, 1983, p. 4.

Se daba por hecho que el aire de las montaas y el sol curaban la tuberculosis. Por tanto, una estancia en el cielo, por corta que fuera, debera tener efectos teraputicos. En lo alto, en el aire puro y libre de bacilos, los enfermos y dolientes sern cuidados y recobrarn la salud en sanatorios privados y hospitales areos estatales y municipales.52 La aviacin elevara al ser humano por encima de la inmundicia de la tierra y creara una nueva forma de vida, segn Alfred W. Lawson, un temprano y firme partidario de la aviacin. Crea en un nuevo ser humano, el hombre de las alturas, 53 que nacera en el aire y cuya vida transcurra enteramente en el cielo. En un futuro, los hombres de la tierra que sigan sujetos al fondo del ocano areo sern vistos del mismo modo que nosotros contemplamos hoy en da a ostras y cangrejos, profetiz Lawson. Su hombre de las alturas superara todas las limitaciones terrenales y se convertira en ngel o en dios.

67Otros medios de transporte fueron acogidos con hostilidad apasionada por gente que tema sus consecuencias sociales. No as el avin. Nadie sostuvo que la aviacin deformara el paisaje, tal como lo haca el ferrocarril, ni que destrozara la moral de la juventud, como lo hacan la bicicleta y el automvil. Las nuevas armas ametralladoras, tanques, gases txicos eran sinceramente aborrecidas por el pblico en general. Sin embargo, los aviones no. Es cierto que los ingleses, de vez en cuando, teman que sus enemigos ancestrales, los franceses, invadieran Inglaterra mediante tropas que desembarcaran desde el aire. Pero su entusiasmo por los aviones venci su miedo inicial. Incluso cuando se utilizaron aviones para matar a civiles en tierra, la gente consider que, en general, el aire era ms puro y noble que cualquier otro campo de batalla. Se tena a los pilotos por los duelistas del aire, caballeros modernos que se batan en torneos52 Corn, 1983, p. 39f. 53 Corn, 1983: alti-man, ground-man.

celestiales. Se deca que los aviones preservaban la paz, sobre todo porque democratizaban los peligros de la guerra. Hasta entonces, los que dirigan las batallas desde el puesto de mando poco tenan que temer en cuanto a su propia seguridad. Sin embargo, en la era de la aviacin ellos tambin estaran expuestos y, por tanto, se lo pensaran dos veces antes de iniciar una guerra. Tambin se crea que la aviacin eliminara las causas mismas de los conflictos nacionales, al propiciar el acercamiento de los pueblos. Al volar por todo el mundo, la gente conocera a otras gentes y aprendera a respetarlas. Aquellos que en tierra se mostraban distantes y hostiles conviviran pacficamente en el firmemente en la era de la aviacin.

68Pero tras este evangelio pacifista se escondan otros oscuros sueos de futuro, sueos de dominacin mundial y de destruccin masiva con el avin como herramienta. 3

691908La novela de Roy Norton, The Vanishing Fletes (1908), se public el mismo ao que tuvo lugar la primera exhibicin de vuelo sobre Pars y Nueva York. El libro describe un futuro en el que los aviones son gigantescos y estn propulsados por la fuente de energa inagotable de la radiactividad. El viejo Bill Roberts y su brillante hija Norma estn a punto de descubrir en su laboratorio el secreto ltimo de la materia. Tan slo el Presidente de los Estados Unidos est al tanto de ello. No debe hacerse pblica la noticia, dice, porque si se da a conocer nuestro secreto no habr guerra, y la guerra es necesaria para nuestros propsitos.

Los japoneses y los chinos, que desconocen la existencia de la superarma, realizan un ataque relmpago contra los Estados Unidos. El Presidente norteamericano sabe cul es su deber: En nuestras manos est, gracias a un milagro, la mquina ms mortal jams concebida, y faltaramos a nuestro deber si dejsemos de utilizarla para controlar y con ello terminar con las guerras para siempre. Conduzcmonos, pues, con valenta, sin perjuicio de los reproches que puedan verterse sobre nosotros, porque somos los instrumentos de Dios y el suplicio se acabar pronto. Antes de que se pierd