LITERATURA | Premio Cervantes, 2012 'Se me pasó la edad de hacer poesía, pero sigo' José Manuel...

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José Manuel Caballero Bonald LITERATURA | Premio Cervantes, 2012 'Se me pasó la edad de hacer poesía, pero sigo' José Manuel Caballero Bonald, jerezano de 86 años, figura central en la poesía española, al menos desde los años 50, ha entrado hoy en el palmarés del Premio Cervantes, el de más prestigio de la literatura en español. Su nombre sucede a los de Nicanor Parra y Ana María Matute y pone el colofón a una carrera que este año desgranó su último (y quizá final) título: 'Entreguerras'. "Creo que se me pasó la edad de hacer poesía, pero sigo en ello. No escribiré ningún libro más, ya no me queda tiempo, pero no renuncio a algún poema suelto, porque la poesía se aloja sola en la memoria cuando menos lo esperas". Así se expresaba a primera hora de esta tarde Caballero Bonald después de conocer el fallo a preguntas de EL

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Jos Manuel Caballero BonaldLITERATURA| Premio Cervantes, 2012

'Se me pas la edad de hacer poesa, pero sigo'Jos Manuel Caballero Bonald, jerezano de 86 aos, figura central en la poesa espaola, al menos desde los aos 50, ha entrado hoy en el palmars del Premio Cervantes,el de ms prestigio de la literatura en espaol. Su nombre sucede alos de Nicanor Parray Ana Mara Matute y pone el colofn a una carrera que este ao desgran su ltimo (y quiz final) ttulo: 'Entreguerras'."Creo que se me pas la edad de hacer poesa, pero sigo en ello.No escribir ningn libro ms, ya no me queda tiempo, pero no renuncio a algn poema suelto, porque la poesa se aloja sola en la memoria cuando menos lo esperas". As se expresaba a primera hora de esta tarde Caballero Bonald despus de conocer el fallo a preguntas de EL MUNDO. Feliz por el premio y quiz agotado por una carrera tan larga.

La longevidad y la abundante obra de Caballero Bonald no son los nicos atractivos de este fallo. Caballero Bonald es tambin uno de los personajes ms carismticos y reconocibles en la literatura espaola: "Chamn de s mismo", fue la definicin que se escuch del poeta jerezano en la presentacin de 'Entreguerras'.Excesivo, a veces txico, alucinatorio, forjado con una tica a la antigua, sibarita, casi comunista, seorito, dandi, teatral, abarrocado, luminoso, spero... Partidario de la felicidad, segn la frase de Carmen Riera.Todos esos calificativos sirven para entender la figura de Caballero Bonald y, con ella, su poesa. Bonald debut en los aos 50 con 'Las adivinaciones'. Desde ese momento, su nombre apareci en la lista de los poetas de la Generacin del Medio Siglo y su cara,en la foto fundacional del homenaje a Antonio Machado en Coillure. Barral, Gil de Biedma, ngel Gonzlez. Hoy, slo quedan vivos Nieva y Caballero Bonald, cuya particularidad, desde elprimer momento, fue la de aportar una voz en algo luminosa al discurso del desencanto y la angustia de aquellos aos de la primera posguerra.

Porque la vida de Caballero Bonald haba sido luminosa, por lo menos al principio. La prueba est en sus soberbias memorias, llenas de recuerdos encantadores y juguetones de una infancia de nio aristcrata de Jerez. La obsesin por el mar, la evocacin de Doana, la madre francesa (y el padre cubano), los estudios de Filosofa, Nutica y Astronoma, los aos de Cdiz y de Sevilla, el descubrimiento de Madrid.

Pero la vida no es tan sencilla. Y la Espaa de esos aos, menos. Bonald se acerc al Partido Comunista, aunque nunca lleg a militar, reneg de su origen de seorito, vivi en Bogot y en Mallorca, entr en la rbita de Camilo Jos Cela ysali de ella escandalosamente, descubri su voz como narrador, vivi el desencanto del xito esquivo.

En 2000, Caballero Bonald tena en su currculo ocho poemarios y cinco novelas, adems de otros libros de artculos y ensayos y la primera parte de sus memorias. Su nombre ya haba optado a la Real Academia Espaola pero haba quedado excluido enuna votacin no del todo clara. Pero su figura no tena an la autoridad de patriarca de la literatura espaola que tiene hoy. La conclusin de sus memorias, su poemario 'Manual de infractores' y el gran proyecto de 'Entreguerras' (un libro de un nico poema que cuenta su vida y su mundo), han hecho que su Cervantes fuera, casi, una obviedad.Memoria de infancia

La Ctedra Vargas Llosa homenajea aJos Manuel Caballero Bonaldel prximo 13 de mayo a las 19:30 horas enCasa de Amrica. Los cantautores Miguel Ros, Joaqun Sabina y Joan Manuel Serrat leern algunos poemas del autor."El que no tiene dudas, el que est seguro de todo, es lo ms parecido que hay a un imbcil", afirma Caballero Bonald en una entrevista con Efe, en la que desgrana las claves de su nuevo poemario, que llega maana a las libreras editado por Seix Barral y que l considera "una suma de ltimas voluntades".

"La edad me ha ido dejando/ sin venenos, malgast en mala hora/ esa fortuna,/qu ms puedo perder?/ Llega el tiempo ruin de los antdotos./ Materia devaluada, la aventura/ disiente de ella misma y se aminora".

Estos versos pertenecen al poema inicial de "La noche no tiene paredes", en cuyas pginas el escritor recupera el espritu beligerante del libro anterior y vuelve a "abominar de los gregarios, los biempensantes, de los que siempre eligen lo ms correcto", afirma durante la entrevista, que tiene lugar en su casa de Madrid.

La literatura es tambin "una forma de defensa contra las ofensas de la vida", y ltimamente son muchas las cuestiones que le producen "malestar e indignacin". "Abres un peridico y no lees ms que calamidades. Todo est plagado de sinrazones, injusticias", asegura el autor de "Las horas muertas", "Descrdito del hroe" o "Diario de Argnida", que est "muy preocupado" por la actual crisis financiera.

"La noche es aqu una metfora y una experiencia directa. Es la libertad y es la nocturnidad en su sentido ms amplio, incluido el delictivo, y es tambin la noche mstica. Me apetece mucho andar por las zonas prohibidas de la noche, siempre lo he hecho", dice este escritor afable e irnico, que ha sido galardonado con premios como el Nacional de las Letras, el Reina Sofa de Poesa Iberoamericana o el Andaluca de las Letras.Su gran amigo y compaero de generacin ngel Gonzlez, fallecido en enero de 2008, es uno de los poetas a los que rinde homenaje Caballero Bonald en su nuevo libro, junto a otros como Baudelaire, Juan Ramn Jimnez, Ausis March, Gngora, Ibn Arab o Csar Vallejo.

Son "poetas predilectos, y casi todos ellos fueron tambin unos desobedientes. Y la gran literatura, me gusta repetirlo, est hecha por grandes desobedientes", subraya.

El Caballero Bonald que aflora en las pginas de este libro no es siempre el mismo. Unas veces es el hombre beligerante, otras el que est lleno de dudas -"Qu palabra inhumana la palabra certeza", dice en un poema- y otras el amante de las contradicciones y aforismos: "La nica estrategia que puede ms que el tiempo es conseguir perderlo impunemente", escribe.

"Vivir es ir dejando atrs la vida", asegura en otro verso el escritor, que ya tiene un nuevo proyecto en marcha. Se trata de una biografa potica sobre su vida en Madrid.

Ana MendozaDe Las adivinacionesCENIZA SON MIS LABIOSEn su oscuro principio, desdesu vacilante estirpe, cifra inicial de Dios,alguien, el hombre, espera.Turbador sueo yerguesu noticia opresora ante la furiaoriginal de la que el cuerpo es hecho, antesu herencia de combate, dando vidaa secretos quemados,a recnditos signos que an callabany pugnan ya desde un deseo msero para emerger hacia canciones,mudo dolor atnito de un labio, el elegido,que en cenizas transformala interior llama viva de lo humano.Quiz slo para luchar acecha,permanece dormido o silencioso

buscando, besando el terso prpado rosa,el pecho inextinguible de la muchacha amada,quiz slo aguarda combatircontra esa mansa lgrima que es letra del amor,Contra aquella luz aniquiladoraque dentro de l ya duele con su nombre: belleza.All en el torpe sueo todoslos simulacros de la fe consume,difunde apenas con fugaz certeza,unitivo rescoldo de sus vivientes brasas.En tanto el hombre lucha: existe,traduce la armona furtiva del azar,bebe en los borbotones de su tiempo,se confina en la fiebre donde afloransu linaje, su origen, su imposibledestino de buscador de Dios,de elegido que espera,ahora,todava,encender la ceniza de sus labios.

VERSCULO DEL GNESIS Por las ventanas, por los ojosde cerraduras y races,por orificios y rendijasy por debajo de las puertas, entra la noche.Entra la noche como un truenopor las rompientes de la vida,recorre salas de hospitales,habitaciones de prostbulos, templos, alcobas, celdas, chozos,y en los rincones de la boca entra tambin la noche.Entra la noche como un bulto de mar vaco y de caverna,se va esparciendo por los bordesdel alcohol y del insomnio,lame las manos del enfermoy el corazn de los cautivos,y en la blancura de las pginasentra tambin la noche.

Entra la noche como un vrtigopor la ciudad desprevenida,rasga las sbanas ms tristes,repta detrs de los cobardes,ciega la cal y los cuchillosy en el fragor de las palabrasentra tambin la noche.Entra la noche como un gritoentre el silencio de los muros,propaga espantos y vigilias,late en lo hondo de las piedras,abre sus ltimos boquetesentre los cuerpos que se aman,y en el papel emborronadoentra tambin la noche.

ESPERAY t me dices que tienes los pechos rendidos de esperarme,que te duelen los ojos de estar siempre vacos de mi cuerpo,que has perdido hasta el tacto de tus manosde palpar esta ausencia por el aire,que olvidas el tamao caliente de mi boca.Y t me lo dices que sabesque me hice sangre en las palabras de repetir tu nombre,de lastimar mis labios con la sed de tenerte,de darle a mi memoria, registrndola a ciegas,una nueva manera de rescatarte en vanodesde la soledad en la que t me gritasque sigues esperndome.Y t me lo dices que ests tan hecha a esta deshabitada cerrazn de la carneque apenas si tu sombra se delata,que apenas si eres ciertaen la oscuridad que la distancia poneentre tu cuerpo y el mo.

DOMINGOLa veis un da domingo.Lleva un cuerpo cansado, lleva un traje cansado(no lo podis mirar),un traje del que cuelgan trabajos, tristes hilos,pespuntes de temor, esperanzas sobranteshechas verdad a fuerza de ir remendando sueos,de ir gastando semanas, hambres de cada da,en las estribaciones de un pan dominical.La veis venir acaso de un afn desahuciado,de una piedad con fbulas, la veisvenir y ya sabis que est llamndose lo mismo que la vida,lo mismo que su traje hecho disfraz de olvido,hecho carne de engao comunal,cortado a la medida de mensuales lgrimas,de quebrantos tejidos con la ltimahebra de la intemperie, con las trizasde ese telar de amor donde entrevemosla pobreza de todos que es un cuerpo sin nadie.

Sucede que es un da ms bien cancin que nmero,ms bien como una lluvia de inclementes pestaas,de humilde mano abiertaque volver a vestir de desnudez la vida.Y entonces ya es mentira crecer sobre races,ya es mentira ese sueo blandamente nocivoque se nos va quedando arrendado en la piel,que se consume hasta perderseen un msero rastro de caricia aterida,hasta llegar a confundirse con un domingo annimo,con un tiempo de nadie hilvanado de lstima.Y entonces ese da, el domingo,ella viene llegando, corre, se nos acerca(todos la conocemos),nos mira igual que un charcode amor recin secado, nos contagiade todo cuanto es crdulo en su espera siguiente,porque est consolndose con un jornal vaco,porque est desvivindoseen una vana sucesin de acopios para huir,de ir contando los aos por trnsitos de trajes,por memorias zurcidas, por sueos arrancadosdel retal de un domingo cegador e ilusorio.

De Memorias de poco tiempoUN CUERPO EST ESPERANDODetrs de la cortina un cuerpo espera.Nada es verdad si no su encarnizadainminencia, esa insaciable culpaque a m mismo me absuelvoaborrecindome. Nada es verdad:un cuerpo est esperandotras el sordo estertor de la cortina.En la oquedad propicia del instanteque mientras ms deseo ms maldigo,quiero amar ese cuerpo, que l pervivahasta que su orfandad se haya cumplido.

Paredes jadeantes, sucio el suelode mercenaria obstinacin, allnos conducimos mutuamenteal voraz simulacro de la vida.(La amarra del amor nos hace libres.)Slo yo estoy suspenso del engao:reptante fiebre muda,mi memoria confunde sus fronterasentre las turbias rdenes del tiempo.De todo cuanto am, nada logrsobrevivir al cuerpo en que persisto.(La noche se agazapa entre las telasque un falaz movimiento hace carnales.)

Una mentira slo est esperandodetrs de la cortina. Soyotra vez mi cmplice: consisto en mi deseo,toco a ciegas la luz, me reconozcodespus de extraviarme, despedazoese fnebre espejo al que el placerse asoma, expocon mi turno de amor mi propia vida.De un vrtigo ritual pendiente el cuerpo, ya no es posible conjurar su lastre.

Fotografas de Caballero Bonald: GoogleModelos: [email protected]