Lo Barnechea · 2020. 4. 30. · los ojos con que se revise, y cuántas memorias y reali-dades...

Lo Barnechea en imágenes

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Presentación

El rescate del patrimonio cultural inmaterial de la comuna es una tarea que la Corporación Cultural de Lo Barnechea ha desarrollado de manera incesan-te mediante su Área de Patrimonio. Ha establecido como principal metodología sumar la voz y el testimo-nio de los propios vecinos, porque pensamos que ese es el modo más inclusivo de escribir la historia local.

Es así como la comunidad ha donado sistemáticamen-te fotografías familiares, que representan invaluables testimonios de características, oficios, prácticas y usos sociales de tiempos pasados. Algunos de ellos se man-tienen y otros se han modificado. Sin embargo, las fotografías que aquí presentamos logran conservar, a través del tiempo, la sensibilidad de su época.

Esperamos que este libro, proceso de larga participa-ción social, genere una profunda reflexión en torno al tiempo pasado. Cómo ha cambiado la comuna, qué se ha mantenido y qué nos espera en el futuro, son interrogantes que se hacen necesarias y que nos ayudan a definir qué comuna queremos proyectar.

Este libro consta de cuatro capítulos que recorren la comuna desde distintas miradas: La Naturaleza; Lugares Emblemáticos; Familia y Amistad, y Ritos y Celebraciones, se presentan con nostalgia y expec-tación. Muchas de las escenas incluidas provocarán cercanía y complicidad entre los vecinos, pues se trata de lugares transversalmente conocidos, de pa-noramas familiares y celebraciones comunes, que reafirman que en Lo Barnechea se preserva su propia identidad con especial fuerza.

Esta publicación ha podido realizarse gracias al valioso apoyo de Anglo American, aliado en la tarea del rescate de la memoria local; y al Directorio de la Corporación Cultural de Lo Barnechea, compuesto por Adriana Ova-lle, Bárbara Lyon, Paz Hiriart, Pedro Felipe Montes, Juan Enrique Allard y Hernán Gana, quienes desintere-sadamente aportan al rescate de las tradiciones locales.

Finalmente, agradecemos a nuestros vecinos –actores culturales activos– y a sus familias. Su amor por la co-muna y sus tradiciones nos alienta a seguir adelante.

Solo nos resta invitarlos a la maravillosa aventura de recorrer este libro. Esperamos que quede como parte del legado familiar y que sea un punto de partida para la conversación, el recuerdo y la añoranza en torno a la identidad de nuestra comuna y el orgullo que sentimos por pertenecer a ella.

Felipe Guevara StephensAlcalde Municipalidad de Lo Barnechea

Presidente Corporación Cultural de Lo Barnechea

La operación Los Bronces de Anglo American –uno de los productores de cobre más grande de Chile–, está ubicada en la comuna de Lo Barnechea. Desde sus inicios ha sabido convivir e integrarse con las comu-nidades que rodean sus instalaciones porque para la Compañía es fundamental armonizar el crecimiento y el desarrollo social de estas.

El compromiso de Anglo American es desarrollar sus operaciones siguiendo los más altos estándares am-bientales y comportarse como un buen ciudadano em-presarial. Ello constituye un aporte al desarrollo social del país y de las comunidades aledañas a sus activida-des, siguiendo fuertes principios empresariales y polí-ticas de seguridad, salud, medio ambiente y calidad.

Sus esfuerzos están enfocados en generar bases para el desarrollo local mediante acciones concretas. En este sentido, la Corporación Cultural de Lo Barne-chea ha sido un aliado estratégico. En conjunto, han realizado tras largos años, distintas iniciativas de ca-lidad orientadas a levantar proyectos culturales que rescaten la tradición de la comuna, pues por todos es conocida la riqueza de su gente y la historia que la precede.

Los invitamos a revisar este libro y a empaparse de las imágenes y recuerdos que estas evocan, para salvaguardar el legado que hemos recibido de los habitantes de la comuna y proyectarlo a futuras generaciones.

Página anterior: Paseo precordillerano, 1965. Donada por Adolfo Dell’ Orto P.Izquierda: Mineros en Disputada de Las Condes, 1963. Donada por Cristóbal Rodríguez.

Introducción

El libro que tiene entre sus manos reúne cerca de 160 imágenes facilitadas por los vecinos de Lo Barne-chea; todas, en común denominador, se ofrecen como el aporte patrimonial de un proceso que pertenece de manera íntima a la comunidad: la escritura de una his-toria viva y reciente de nuestra comuna, cuyo énfasis está en el relato visual. En este sentido hemos querido que cada imagen –por separado y en conjunto– evo-que algún sentimiento o sensación, que sea un palpa-ble eco emocionado de vivencias y momentos para quienes revisen estas páginas.

Las fotografías han sido reunidas gracias a la partici-pación ciudadana y buscan convertirse en fragmentos de la historia local, para conformar y dar mayor vi-sibilidad a la memoria barnecheína, proyectando sus imágenes hacia el resto de la región.

Cada capítulo entrelaza –para quien ha compartido una fotografía con nosotros– recuerdos y experien-cias significativas sumamente heterogéneas, desde la diversidad de las familias que han quedado plasmadas en escenas cotidianas. Mediante las imágenes que aquí se presentan, se vislumbra además cómo la identidad social es un campo abierto que permite volver sobre el pasado y reinterpretar, desde el presente, el devenir de Lo Barnechea.

El libro se organiza en capítulos que conforman cuatro hítos distintivos de la comuna, y consiguen narrar una historia escrita por todos quienes han colaborado en esta publicación. Naturaleza (la presencia del río, las quebradas, Farellones, El Arrayán, entre otros) es un elemento transversal y recurrente para quienes convi-ven o han convivido en la comuna. Vida al aire libre, paseos dominicales y panoramas familiares fijados en blanco y negro o a color, constituyen en aquella zona de recuerdos (entregados por la fotografía) un eje en la historia familiar de distintas generaciones. Lugares Emblemáticos da cuenta de cómo los espacios de la comuna se han ido transformando y habitando de manera paulatina, guardando en sus rincones anécdo-tas compartidas por familias históricas. El Cerro 18, la vida en la mina y los cambios urbanísticos, entre otros, son prueba de ello en este capítulo. Familia y Amistad habla de los vínculos que, a pesar de la diver-sidad y heterogeneidad de la comuna, se comparten y emocionan a múltiples generaciones.

Por último, Ritos y Celebraciones es un capítulo que recorre, de manera cercana, festividades familiares como bautizos, matrimonios y cumpleaños, señalan-do qué prácticas se mantienen vigentes y cuáles han ido quedando de lado con el paso del tiempo. Lo cen-

tral aquí es el hecho de que los propios vecinos son quienes han construido este gran relato, orientado al desarrollo de procesos de re-significación de su his-toria más antigua y reciente. En este sentido, dicha colaboración ha sido primordial para promover una participación activa en cuanto a lo que la comunidad quiere perpetuar como parte del legado patrimonial barnecheíno.

El ejercicio de reflexionar y revisar el pasado abre siempre muchas posibilidades, porque no existe una historia o una versión única de él. Esta dependerá de los ojos con que se revise, y cuántas memorias y reali-dades sociales se integren a su lectura. Con este libro la Corporación Cultural de Lo Barnechea continúa promoviendo espacios de encuentro y reflexión en torno a su historia, fortaleciendo su capital social e in-corporando nuevas fuentes, que promuevan la apro-piación y re-significación de la memoria y patrimonio locales.

Agradecemos a todos quienes han colaborado en este libro, principalmente a los vecinos. Sin ellos, esta publicación no sería posible. De igual modo, a nuestro auspiciador, Anglo American, por creer en esta iniciativa. Agradecemos también al alcalde

y presidente de la Corporación Cultural de Lo Bar-nechea, Felipe Guevara Stephens, por la oportuni-dad de levantar este proyecto y a los miembros del Directorio de nuestra Corporación por su constante aporte al desarrollo de la cultura local.

Carla Raglianti SolivellesRosa Saavedra Vásquez

Hacer una foto es alinear la cabeza, el ojo y el corazón.

Henri Cartier-Bresson

contenidos

naturaleza

Familia y amistad ritos y celebraciones

lugares emblemáticos

12 13Lo Barnechea en imágenes naTUraLeZa

naturaLeza


En muchas de las fotografías se puede descubrir

un tópico recurrente: la naturaleza y la vida al aire

libre, entendidas como espacios de entretención y

profunda conexión familiar. La ribera del río, el Ce-

rro 18, El Arrayán, Farellones y quebradas cercanas,

entre otros, hacen que el entorno natural se sienta a

menudo como la extensión de cada hogar y de las

dinámicas que allí se desarrollan.

La naturaleza se cuela en la construcción del ima-

ginario colectivo y su presencia abrumadora nutre

las experiencias, recuerdos y relatos de las personas

que viven o han vivido en Lo Barnechea. El entorno

natural guarda, a su vez, huellas de la vida pasada,

observadas desde el presente. Las transformaciones

que el paisaje natural ha sufrido en Lo Barnechea

Página anterior: Ibaldo Dávila. Paseo precordillerano con turistas, 1969. Donada por Marta Dávila Espinoza.Izquierda: Mujer a caballo, año indefinido. Donada por Cecilia Vera Solís.

Un bosque de eucaliptos me recuerda,un olor de eucaliptos me hace aire;

me recuerdo y me olvido hacia mi infancia.

Alberto Rubio

no han mermado el apego de sus vecinos por la vida al aire libre, el cariño a la precordillera y a la fuerte presencia del río, pues sus paisajes no se agotan al cambiar, sino que van adquiriendo nuevos sentidos y significaciones.

Dichos cambios han quedado plasmados en las foto-grafías que compartimos con ustedes. Son el testimo-nio fiel de la conjugación del pasado con el presente y nos hablan de organizaciones sociales arraigadas, costumbres, prácticas, amistad y cercanía con el mundo natural.

Reconocer estos parajes para quienes han transitado por ellos resulta conmovedor y nostálgico, emociones posibles de compartir con todos los habitantes de la comuna y sus visitantes.


“Tenía 25 años en 1952, y era un hermoso día de verano en mi cerro adorado. Corría una brisa tibia que rozaba nuestras mejillas, habitual en las tardes de Lo Barnechea. Todo olía a jazmín y espino fresco, estábamos rodeados de enormes manchones de flo-res silvestres, amapolas y flor del yuyo”.

Juanita Guerra Gómez

Cerro 18, 1952. Donada por Juanita Guerra Gómez.

La Ermita del Toyo, año indefinido. Donada por Adolfo Dell’ Orto P.


Cerros barnecheínos, década del 90.

Donada por Adán Sandoval.

Carrera de huasos en el cerro, año indefinido.

Donada por Araceli Pérez Troncoso.

Cazadores en el sector de Las Quiscas, año indefinido. Donada por Kevin Villar Parra.


Valle El Plomo, 1965. Donada por Adolfo Dell’ Orto P.

El Arrayán, 1965.Donada por Adolfo Dell’ Orto P.

El Arrayán, 1965.Donada por Adolfo Dell’ Orto P.

El Arrayán, década del 60. Donada por Juan José Ávila Montenegro.


Niños jugando en el río Mapocho, 1983. Donada por Joel Maldonado Torrealba.

Cancha en Las Varas, 1992. Donada por Onesina Farías Gajardo.

Partido de fútbol en el río Mapocho, década del 80. Donada por Ilaria Vargas Moreno.


“Mi mamá vendía leche que daban las vacas a toda la población que existía por donde ella vivía, y así hacía dinero para la casa”.

Enrique Saavedra Miranda

Familia en el patio de su casa, año indefinido. Donada por Wiliam Montoro Cayul.

Sector precordillerano, año indefinido. Donada por Enrique Saavedra Miranda.


Puente La Pasarela, año indefinido. Donada por Maximiliano Mansilla.

Familia Rojas Pérez, vista al Cerro 18, 2001. Donada por Héctor Moreno Pérez.

Cerros de Lo Barnechea, década del 80. Donada por Wladimir Manríquez Espinoza.

Vista precordillerana, década del 80. Donada por Adolfo Dell’ Orto P.


“Esta foto muestra a mi abuelo, Silvestre Alarcón Pérez, cuando tenía 25 años. En esa época trabajaba tirando mulas, las que cargaban de las minas de cal que estaban en el fundo de El Arrayán, para quemarlas en los hornos que se encuentran más arriba de la Quebrada Verde del cajón de El Arrayán. Esa cal se vendía para las minas”.

Melissa Durán

Fundo El Arrayán, 1957. Donada por Melissa Durán.

Cercanías de la Mina Disputada de Las Condes, 1965. Donada por Adolfo Dell’ Orto P.

Cercanías de laguna Castro (hoy laguna Turquesa), 1965. Donada por Adolfo Dell’ Orto P.


Arrieros, 1920.Donada por Adolfo Dell’ Orto P.

Camping, 1920. Donada por Adolfo Dell’ Orto P.


Almuerzo en Río Blanco, 1961. Donada por Adolfo Dell’ Orto P.

Familia Dell’ Orto en cerro Provincia, 1965. Donada por Adolfo Dell’ Orto P.

Cerro 18, 1965. Donada por Adolfo Dell’ Orto P.


“La foto fue tomada detrás de la casa, en una huerta que mis papás tenían en el cerro. Era tiempo de primavera y se pueden ver las flores silvestres y atrás unas plantas de choclos”.

Catalina Castillo Villagra

Paseo familiar en Cerro 18, año indefinido. Donada por José Ismael Pardo Peña.

Cerro Pochoco, El Arrayán, año indefinido. Donada por Catalina Castillo Villagra.


“Corría el año 1960 y salir de vacaciones era una gran hazaña. Así fue como la familia Álvarez tomó la gran decisión de realizar un largo viaje hacia las alturas heladas de Farellones”.

María Luisa Soto Cifras

Familia Álvarez de paseo en Farellones, 1960. Donada por María Luisa Soto Cifras.

El Tranque (a un costado del Centro de Salud), 1977. Donada por María Jesús Araya.


Sector puente La Pasarela, 1982. Donada por Fernando Da Silva Flores.

Villa Paulina, 1987.Donada por Adolfo Dell’ Orto P.


“Parque de las flores” en La Dehesa, año indefinido. Donada por Sara González González.

Adolfo Dell’ Orto en las cercanías de Mina Disputada de Las Condes, 1965.

Donada por Adolfo Dell’ Orto P.

42 43Lo Barnechea en imágenes LUGareS eMBLeMÁTIcoS

LuGareS emBLemátIcoS


Es frecuente escuchar que el paso del tiempo co-bra sentido cuando sopesamos en una imagen antigua los cambios en el paisaje: la construcción de nuevas casas, la pavimentación de calles antes de tierra, la mejora de espacios comunes. En las imágenes que compartimos en este capítulo se observa parte de estos procesos culturales y sociales, además de cons-tatarse cómo los habitantes nutren estas transiciones históricas, convirtiéndose ellos mismos en una parte constitutiva del sentido de su entorno. El paisaje de Lo Barnechea es también su gente.

La comuna ha sufrido modificaciones que han permiti-do ampliar sus espacios habitados, integrar nuevas rea-lidades y modos de vivir y fortalecer los ya existentes. Estos procesos graduales han quedado plasmados en las fotografías de los lugares que acá presentamos. Su

Ves al pueblo y los campos extendidos como las páginas del silabario

donde un día sabrás que leíste la historia de la felicidad.

Jorge Teillier

revisión logra emocionarnos, no importa cuánto tiem-po haya pasado desde su registro. Los hitos reconoci-bles permanecen: el río, la cordillera, las quebradas y cerros, pero también los íntimos espacios de comunión vecinal, allí donde se comparten recuerdos y códigos de larga data, afectos que han construido una histo-ria cuya solidez reafirma la identidad barnecheína, que pese a los cambios externos se mantiene inamovible.

Estas imágenes nos hablan de un afán por atesorar momentos; buscan guardar un pequeño tiempo que se compone de recuerdos sencillos (la calle donde se vivía, el camino al colegio, la plaza del barrio), pero que con los años trascienden para convertirse en pa-labras que esconden palabras más grandes: una his-toria, un futuro y el orgullo de haber pertenecido a un pasado.

Página anterior: Vista al Asentamiento Minero Pérez Caldera, década del 60. Donada por Alejandro Valdivia.Izquierda: Estación de transferencia Mina Disputada de Las Condes desde San Enrique hasta Pérez Caldera, década del 60. Donada por Samuel Berríos.


Rodolfo Ocampo y compañeros. Obra en Av. Lo Barnechea, década del 60. Donada por María Chávez.

Miguel Espinoza y amigo en Asentamiento Minero Pérez Caldera, década del 60. Donada por Alejandro Valdivia.

Amigos de la familia Valdivia Pereira en Asentamiento Minero Pérez Caldera, década del 60. Donada por Alejandro Valdivia.


“Hace muchos años, aproximadamente en la década de los treinta, se fundó una quinta de recreo (…) atendida por sus propios dueños, quienes decidieron crear dicha quinta en su propia casa (…) estaba ubicada en lo que conocemos ahora como Cuatro Vientos con Lo Barnechea. Este lugar era frecuentado por arrieros de Lo Barnechea, La Dehesa y El Arrayán”.

Francisca Carvajal

Fábrica de cartones en Raúl Labbé, década del 40. Donada por Berta Elvira Espinoza Acevedo.

Quinta de Recreo El León (Cuatro Vientos esquina Av. Barnechea), año indefinido.Donada por Francisca Carvajal.


“Todo comenzó como un terreno agrícola ganadero, llamado Fundo La Cruz. Por necesidades del dueño se convirtió en una copia del pueblo del oeste norteamericano (…) al que se le llamaba Far West”.

Constanza Espinoza Martínez

Far West de Quinchamalí (actualmente calle Augusto Mira Fernández), año indefinido. Donada por Constanza Espinoza Martínez.

Far West de Quinchamalí, 1973. Donada por Ariel Miranda.


“Cuando Lo Barnechea era un pueblo rural con calles de tierra, existía un pueblo lla-mado Pérez Caldera (…) transportaban cobre por una clase de andariveles o algo pa-recido. Un andarivel llegaba a la actual plaza San Enrique, pero en esa época era más conocida como Las Casas Verdes”.

Sofía Soto Orrego

María Isabel Van Aken. Farellones, 1948. Donada por Sandra Gaete Ziebold.

Asentamiento Minero Pérez Caldera, Mina Disputada de Las Condes, año indefinido. Donada por Sofía Soto Orrego.

Segundo Campeonato Panamericano de ski en Farellones (hoy canchas El Embudo), 1938. Donada por Camilo Badilla Garcés.

Roberto Lacourt. Farellones, década del 60. Donada por Clenda Rojas Arancibia.


Línea de microbuses Mapocho-Apoquindo, recorrido 67, Sector El Arrayán, década del 40. Donada por Sixto Frigiani Mariño.

Línea de microbuses Mapocho-Providencia, 1940.

Donada por Sixto Frigiani Mariño.

“En el año 1940 se inauguró la línea de microbuses Mapocho-Apoquindo, con una dota-ción de cinco máquinas. Su primer recorrido, el número 67, se inició desde Mapocho hasta el sector de El Arrayán. Posteriormente, esta línea de microbuses amplió su recorrido al pueblo de Lo Barnechea y pasó a llamarse Mapocho-Las Condes”.

Sixto Frigiani Mariño


Río Mapocho, vista al puente San Enrique, sector Tierras Amarillas, año indefinido. Donada por Raúl Soto Olivares.

Río Mapocho, vista al puente San Enrique, sector Tierras Amarillas, 1935. Donada por María Ismenia Gana Hernández.

Familia Mancilla Zúñiga a la orilla del río Mapocho, sector San Antonio, 1965. Donada por Pilar Espíndola.


“Ir al Tranque era el paseo dominical obligado, donde los vecinos del pueblo de Lo Barnechea e inquilinos de los fundos de La Dehesa disfrutaban cada fin de semana”.

Rayén Ramírez Cifuentes

Paseo dominical en El Tranque, 1965. Donada por Rayén Ramírez Cifuentes.

Paseo con los amigos, año indefinido. Donada por Adolfo Dell’ Orto P.


Niño a orillas del río, década del 90. Donada por Leonardo Obregón Rojas.

Niños en el Cerro 18, año indefinido. Donada por Carlos Añasco Gutiérrez.

Calle Lastra, década del 80. Donada por Karen Painemal Collío.

Puente La Pasarela, año indefinido. Donada por Nicolás Sanhueza.

Paseo en calle barnecheína, año indefinido.Donada por Jennifer Rojas Daza.


“Como era pequeña no entendía dónde estaba. Yo pensaba que era un lugar recóndito, donde el cielo tocaba la tierra, donde se juntaban los vivos con los muertos, pero mi padre –que era sabio– dijo: ‘hija, este lugar está sobre nosotros y tenemos la suerte de le-vantar la vista y verlo cuando queramos’. Entonces levanté mis pequeños ojos llenos de inocencia y ahí estaba la magnífica cima que yo creía lejana, llamada Farellones, donde pasé momentos maravillosos junto a mi familia”.

Jacqueline Valdivia Parada

Primeras casas en Farellones, 1983. Donada por Jaqueline Valdivia Parada.

Miguel Tapia en el Cerro 18 Sur, década del 80. Donada por Constanza Tapia.

Cerro 18, década del 80. Donada por Constanza Ortiz.

Cerro 18, 1995. Donada por Constanza Muñoz Bravo.


Edificio Consistorial, Municipalidad de Lo Barnechea, año indefinido. Donada por Rodrigo Rojas Molina.

Medialuna de Lo Barnechea, década del 80. Donada por Diego Pinto Cáceres.

Niños jugando en plaza barnecheína, año indefinido. Donada por Mariana Zúñiga.

Paseo Ermita San Antonio (actualmente Instituto Estados Americanos), año indefinido. Donada por Nicolás Sanhueza.


“Esta iglesia fue construida hace mucho, mucho tiempo, en las cercanías de La Dehesa. En la fotografía aparecen retratados el abuelo de mi padrastro y su hermano, quienes todas las tardes, como a eso de las dos y media, pasaban por la iglesia y bajaban de sus caballos para abastecerse de vino, que era su combustible para el viaje hacia el Santua-rio de la Naturaleza, en donde permanecían todo el fin de semana”.

Gildo Mena Molina

Paseo en bicicleta por el Cerro 18, 2000. Donada por Belén Parra Martínez.

Lo Barnechea, década del 80. Donada por Basilio Sandoval Silva.

Cerro 18 Sur, década del 90. Donada por Pedro Valdivia Parada.

Iglesia Santa Teresita, en Pedro Lira Urquieta, año indefinido. Donada por Gildo Mena Molina.


“Esta es una de esas fiestas de chilenidad que se viven en Lo Barnechea, con su típico rodeo, uno de los más emocionantes, alegres y llenos de colorido”.

Daniela Órdenes

Rodeo en El Toyo, 1997. Donada por Valentina Valenzuela Morales.

Medialuna de Lo Barnechea en Fiesta de la Chilenidad, año indefinido. Donada por Yerko Vergara.

Medialuna de Lo Barnechea en Fiesta de la Chilenidad, año indefinido. Donada por Daniela Órdenes.


Medialuna de Lo Barnechea, década del 90.Donada por Paloma Molina.

Mina Disputada de Las Condes, año indefinido. Donada por Constanza Tapia.

72 73Lo Barnechea en imágenes FaMILIa Y aMISTaD

FamILIa y amIStad


Es difícil pensar en la historia familiar sin el au-xilio de documentos ni objetos que se traspasen de generación en generación como tesoros portadores de sentido. Las fotografías, en este punto, son fundamen-tales: nos asoman como generosa ventana a tiempos pasados; ayudan a comprender nuestra historia per-sonal, a entrever en nuestros olvidos y en aquello que algún día pareció eterno y que habíamos perdido con el paso del tiempo y la vida. Es que las imágenes son uno de los patrimonios simbólicos más importantes de nuestros ancestros, pero también propios; una he-rencia de valor que transmite la responsabilidad de perpetuar los legados y los devenires.

Los modos de vida, costumbres y contextos sociales impresos en estas fotografías sorprenden y conmueven.

¿Cómo eran nuestros abuelos y padres, sus casas, sus vidas y dinámicas cotidianas en torno a la amistad? ¿Qué hacían en sus tiempos libres para divertirse y en

La casa de los Grandes Amigos.abierta como una ciudad

llena de árboles.

José Angel Cuevas

qué contexto situaban sus vínculos con la comunidad a la que pertenecían? Esas y muchas otras preguntas pueden responderse al repasar viejos álbumes fami-liares en donde lo maravilloso es que cada fotografía guarda su propia historia. No son solo visiones del pa-sado sino objetos entrañables. Tanto, que antiguamen-te se fotografiaba exclusivamente aquello que se quería hacer trascender.

Este capítulo nos permite recorrer escenas cotidianas de familia y amistad que evidencian que el tiempo pasa y trae cambios profundos. Pero más allá de modifica-ciones urbanas y tecnológicas, se mantiene la constan-te de un espacio simbólico que no cambia, ya que per-tenece inapelablemente al corazón de Lo Barnechea: compartir con los amigos y vivir gratamente en torno al mundo familiar. Estos elementos configuran la más esencial idea de hogar: el lugar donde late el corazón y viven arraigados los afectos más profundos.

Página anterior: Los Bancos de El Arrayán, 1957. Donada por Guadalupe Díaz.Izquierda: Ibaldo y Ramón Dávila. Sector de Farellones, década del 40. Donada por Juan Rodrigo Dávila.


“(Álvarez) Apellido de origen español que llevan mi adorada madre y mi querida abue-la; apellido que admiro mucho y que no alcanzó mi generación. Sin embargo, estoy or-gullosa de haber vivido toda mi vida en la calle que lleva el mismo nombre. Allí, donde tuve una niñez feliz, transcurrió mi infancia y juventud hasta los 28 años. Junto a todos mis primos, jugaba a las escondidas en la calle, a la pelota, a la pinta, al igual que mis tías en su niñez”.

Francisca Acuña

Calle Álvarez, aproximadamente 1958. Donada por Francisca Acuña.

Celebración de cumpleaños, 1978. Donada por Digna Jorquera.


Casa cercana al río, 1978. Donada por Pilar Espíndola.

Miguel en su hogar de Cuatro Vientos, año indefinido. Donada por Valentina Celis Vergara.

Roberto Hintuya en su Primera Comunión, 1949. Donada por Matías Araya Hintuya.

Gemelos en el jardín, año indefinido. Donada por Estefany Pérez Montañez.


Familia Ortiz Valencia, 1954. Donada por María Valencia Moreno.

Rubén Morales junto a sus compañeros del Colegio Diego Aracena (Ex Liceo 188) en el puente del Ñilhue, década del 70. Donada por Jazmín Morales Díaz.

Calle Villa El Rodeo, pasaje Las Taguas, década del 80. Donada por Krishna Riveras Bravo.

Paseo al Cerro 18 Sur, 1979. Donada por Benjamín Galindo.


Mónica Riquelme, Violeta Riquelme, Lucinda Albornoz y María Riquelme. El Arrayán, 1966. Donada por María Riquelme Serrano.

Cercanías del Cerro 18, 1952. Donada por Juanita Guerra Gómez.

Juanita Ramírez y ahijada, 1965. El Arrayán. Donada por Juan Ignacio Solís.

Familia Riveros, año indefinido. Donada por Yesenia Bahamondes Parra.


Paseo en El Arrayán, 1960. Donada por Juan Ortiz Armijo.

Abuelita Edelmira Araya (abuelita Mancilla) junto a sus nietos, 1966. Donada por Pilar Espíndola.

La Planchada (Camino a Farellones, Km 25), 1969. Donada por Camila Catalán Toledo.


“Mis abuelos, José Espinosa y Berta Acevedo (…) instalaron una fábrica de cartones en Lo Barnechea el año 1939 (...) Somos muchos descendientes de este maravilloso matri-monio. La mayoría vivimos en este querido pueblo”.

María Inés Espinoza Silva

José Espinosa, Marta Acevedo e hijos, 1939. Donada por María Inés Espinoza Silva.

Faldas del Cerro 18 (vista por calle El Rodeo), año indefinido. Donada por Adolfo Dell’ Orto P.


“En esta imagen se encuentran retratados mi tío abuelo, Don Ovidio Parra, con una amiga, en la famosa plaza San Enrique. Allí se realizaban fiestas, que eran llamadas ‘Las delicias junta de baile’, donde se reunían todos los huasos de la época, amigos, familia-res. En este lugar se alegraban los ánimos, se escuchaban las típicas bromas y se cantaba a viva voz. Era uno de los tantos puntos de encuentro, como lo era también el famoso León y el Cielito”.

Rodrigo Ávila Leiva Compañeras de liceo, 1977. Donada por Valentina Sandoval.

José Espinosa Acevedo y Leontina Silva Álvarez frente a la fábrica de cartones en Raúl Labbé, 1943. Donada por María Inés Espinoza Silva.

Familia en la Plaza San Enrique, año indefinido. Donada por Rodrigo Ávila Leiva.

Los pies del Cerro 18, década del 70. Donada por Camilo Muñoz Ortiz.


“Cómo voy a olvidar que hace treinta años, un primero de octubre, llegamos a este lugar, llamado El Arrayán, en ese entonces comuna de Las Condes”.

Verónica Celis

La Ermita, camino a Farellones, década del 80. Donada por Luis Carvajal Encina.

El Arrayán, década del 80. Donada por Verónica del Carmen Celis.


“Todos los domingos la familia Lizana iba a las carreras de bicicleta, e iba especialmente a participar con todas las de ganar”.

Javiera Toledo López

Paseo familias Rojas Pinto, Soza Barrera, Pinto Rojas, Pinto Leal y Pinto López. Camino a Farellones, año indefinido. Donada por Manuel Rojas.

Microbús recorrido Las Condes 50, década del 80. Donada por Catalina Bravo Meza. Familia Lizana en carreras de bicicletas. Sector las Cuatro Canchas,

década del 80.Donada por Javiera Toledo López.

Av. Lo Barnechea, 1983. Donada por Fernanda Carvajal.

Lo Barnechea, década del 80. Donada por Mario Tobar Ojeda.


Foto familiar, año indefinido. Donada por Corita Susarte.

Ernesto Marcelino Rocha Oyarce. Calle El Esfuerzo, 1967. Donada por Camila Rocha.


“Una vez al mes bajaba una liebre que llevaba a la gente a comprar mercaderías al pue-blo. Esa era la única forma de poder comprar cosas para alimentarse. Los recursos en esa época eran demasiado escasos. Este cerro hoy en día está ubicado en la Curva 23 del Camino a Farellones”.

Francisca Pinto

Cajón de El Arrayán, 1973. Donada por María Ismenia

Gana Hernández.

Familia afuera de su casa en Curva 23 del Camino a Farellones, año indefinido. Donada por Francisca Pinto.


Fundo La Dehesa, década del 40. Donada por María Cecilia Vera Solís.

Edelmira Zúñiga en su Primera Comunión, 1962. Donada por Pilar Espíndola.

Retrato en casa emplazada a un lado de la Parroquia Santa Rosa, año indefinido. Donada por Nicole Farías Carrasco.


Grupo Brotes de Esperanza, 1979. Donada por Lorena Espíndola.

Escolares en Av. Barnechea esquina Robles, 1992. Donada por Matías Machuca Quiroga.

Afuera de la Parroquia Santa Rosa, 1983. Donada por María Jesús Araya.

102 103Lo Barnechea en imágenes rIToS Y ceLeBracIoneS

rItoS y ceLeBracIoneS


Sabemos que el tiempo es finito y que pasa indefectiblemente. Por lo mismo, instancias importan-tes o trascendentes de nuestra historia familiar, perso-nal o colectiva, son muchas veces registradas para re-cordar con posterioridad. Porque lo que ha ocurrido (en tiempos pasados) no desaparece totalmente si se trae a la memoria mediante fotografías, y dicho ejerci-cio cobra sentido en el presente. Nuestra identidad y recuerdos están relacionados con la temporalidad de sus contextos, y desde ellos afloran sentimientos que unen el pasado con el presente a través de un vínculo necesario.

Las celebraciones y ritos, de fuerte expresión simbóli-ca e intrínsecos a nuestra esencia, son parte primordial dentro del legado de la memoria de los pueblos. Todos hemos tenido ocasión de celebrar o conmemorar dis-tintas situaciones: desde fiestas hasta ritos funerarios, que se presentan en el transcurso de la vida de manera intermitente y configuran una experiencia y reflexión en torno a nuestras creencias.

Son espacios culturales y de socialización muy impor-

La fiesta fue tan movida y tuvo tal duración

que según cuenta un embudo duró hasta que se acabó.

Nicanor Parra

tantes; quiebran la rutina y las pautas que normalmen-te cumplimos. Sin lugar a duda, están dotados de un poder configurador de realidad. Muchas veces hemos visto cómo la celebración de un bautizo alinea a fa-milias completas y administra tiempos en torno a los preparativos; o de qué manera para la celebración de Cuasimodo, la comunidad barnecheína decora sus entornos, se reúne con antelación para ajustar deta-lles y define estéticas. Todo ello con el propósito de ofrecer una fiesta significativa y contenedora de tra-dición. Así, las celebraciones se vinculan a modos de vida e identidades compartidas y nutren el imaginario de una cultura.

En el caso de Lo Barnechea, las festividades y ritos se perpetúan desde tiempos inmemoriales.

No importa el contexto: la comuna ha sido testigo de innumerables conmemoraciones y reuniones, algunas de origen religioso y otras de carácter familiar, tradi-cional y cívico. En todas, destaca la alegría y el senti-miento común de pertenencia a una comunidad que se identifica con su entorno.

Página anterior: Cuasimodo, 1964. Donada por Verónica Salgado Ruiz.Izquierda: Cuasimodo, año indefinido. Donada por Adolfo Dell’ Orto P.


Carlos Araya y su curso (Escuela Nº 177 de Lo Barnechea), 1967. Donada por Matías Araya.

Escuela Estados Americanos en el desfile de los colegios de la comuna, 1964. Donada por Eloísa de los Ángeles.

Familia Dell’ Orto encumbrando volantines. En Cerro 18, año indefinido. Donada por Adolfo Dell’ Orto P.


“Corría el año 1974, era el Día de la Chilenidad (…) mi abuelo aparece en esta foto en el cerro con la bandera chilena de fondo, que flameaba al sol al son del viento. Mi abuelo jamás dejaba de usar sombrero y siempre firme con su escopeta, utilizada en labores de campo”.

Enrique Saavedra Miranda

Reunión en bosque de eucaliptos, año indefinido. Donada por Tania Gutiérrez Bustamante.

Juan Miranda. Día de la Chilenidad, 1974. Donada por Enrique Saavedra Miranda.

Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas (CPEIP), década del 80. Donada por Cassandra Pino.

Intervención radial, año indefinido. Donada por Flor Castillo.


“En mi casa todo el año se preparaban; era como si te fueras a casar, arreglando los vestidos, zapa-tos, coronas (…) lo más entretenido era la participación de toda la familia, los amigos, vecinos (…). En esta fiesta participaba todo el pueblo”.

Ana Matteo Rojas

Fiesta de la Primavera, 1969. Donada por Digna Jorquera.

Club Juventud Católica, cine del pueblo, año indefinido. Donada por Ana Matteo Rojas.


La foto muestra al grupo Urubamba, conjunto musical que nació en Lo Barnechea a fines del año 1977, como respuesta a la necesidad expresiva de sus fundadores, al alero de la profesora Elizabeth Rojas, de la Escuela 182 (Diego Aracena). La foto fue tomada en 1978 y el grupo aparece (…) en lo que alguna vez fue el Teatro de Lo Barnechea, ubicado al costado de la Parroquia Santa Rosa”.

Ernesto Rojas Saavedra

Grupo Urubamba en el Teatro Lo Barnechea, 1978. Donada por Ernesto Rojas Saavedra.

18 de septiembre, año indefinido. Donada por Yarima Leiva.

Celebración en Club Deportivo Trotamundo, año indefinido. Donada por Cindy Sánchez Maurer.


“En esta foto está mi padre, don Ibaldo Dávila Alvarado, apodado El Tuco. Tenía 26 años y fue uno de los primeros huasos de El Arrayán. Corría Cuasimodo todos los años desde pequeño. Esta tradición fue quedando en la familia. Es una fiesta muy impor-tante, para la que nos preparamos todos, ayudando a los más pequeños a adornar sus bicicletas. Mis hermanos se amanecían adornando a los caballos y preparando los trajes de huaso para la fiesta”.

Marta Dávila Espinoza

Ibaldo Dávila Alvarado en El Arrayán, 1945. Donada por Marta Dávila Espinoza.

Fiesta de Cuasimodo en Medialuna de Lo Barnechea, 1931. Donada por Constanza Guzmán.


“Niños y niñas en el día de su Primera Comunión, en una de las casas de inquilinos de la hacienda Las Condes, que estaba ubicada entre Avenida Las Condes y la calle San José de la Sierra”.

Digna Jorquera

Bautizo en Capilla de Quinchamalí, 1978. Donada por Digna Jorquera.

Hacienda Las Condes, 1972. Donada por Digna Jorquera.

Matrimonio de Patricia Negrete y Juan Véliz en Parroquia Santa Rosa de Lo Barnechea, 1963. Donada por Catalina López.

Padre Alfredo Arteaga casando a Osvaldo Tapia y Marcelina Olivos. Parroquia Santa Rosa de Lo Barnechea, 1956. Donada por Matías Gallegos Tapia.


“La princesa fue elegida candidataEn su escuela cuando esto era tradiciónNo fue reina pero estaba tan contentaUn regalo muy hermoso recibió”.

Patricia Bravo Jamett

Parroquia Santa Rosa de Lo Barnechea, 1965. Donada por Celinda Gema Rodríguez Gana.

Primera Comunión Angélica y Vicente Pinto, 1973. Donada por Bárbara Beas.

Patricia Bravo en la Fiesta de la Primavera, 1970. Donada por Patricia Bravo Jamett.


Navidad en Lo Barnechea, 1973. Donada por Sergio Fontanilla.

Primera Comunión en Parroquia Santa Rosa de Lo Barnechea, 1972. Donada por Nicole Pinto Pinto.


Fiesta de Cuasimodo en Medialuna de Lo Barnechea, 1995. Donada por Felipe Arellano Orellana.

Fondas sector Las Lomas, década del 80. Donada por Nicolás Carrasco.

Cuasimodo, Av. Lo Barnechea, década del 90. Donada por Lisette Meza Lisboa.


Fiesta de Cuasimodo en Medialuna de Lo Barnechea, año indefinido. Donada por Celeste Gómez.

Luis, Carlos y Tormentoso en el cerro, año indefinido. Donada por Gonzalo Díaz Araya.

Cuasimodo, década del 90. Donada por Bárbara Espinoza.

Cuasimodo. Av Lo Barnechea, año indefinido. Donada por Alejandra Camus Jaque.


“A mí me contaron que hace veinte años aproximadamente, se celebraba la Semana Barnecheína, que duraba siete días (…) la foto muestra una gran regata por el río Ma-pocho, en la cual algunos corrían”.

Manuel Gómez Gutiérrez

Competencia en Semana Barnecheína, 1980. Donada por Manuel Gómez Gutiérrez.

Matrimonio en Parroquia Santa Rosa, 1996. Donada por Bryann Vásquez Concha.

Bendición para el inicio del recorrido de micro 419 (Lo Barnechea - San Joaquín), década del 90. Donada por Javiera Araya Arancibia.

Plaza Parroquia Santa Rosa en el día de Cuasimodo, año indefinido. Donada por Javiera Astudillo.


“Nuestra vida transcurría entre escuela, patio y calle; la casa pobre en el valle, lejos de ruido y tranvía. Jugando día tras día no sabíamos de prisa, a lo más gozar la brisa que nos quemaba la cara”.

Ernesto Rojas Saavedra

Calle San Enrique, frente al 14.835, 1969. Donada por Ernesto Rojas Saavedra.

Deportivo Lo Barnechea, año indefinido. Donada por Eliseo Villarroel.

Los “Huaicocheros” en el Estadio Santa Rosa, década del 60. Donada por Miguel Guzmán Varela.


Cuasimodo, 1961. Donada por Francisco Espinoza Salgado.

Rodeo Villa Paulina, 1960. Donada por Juana Pinto.

Rodeo a los pies del Cerro 18, 1968. Donada por Adolfo Dell’ Orto.

Lo Barnechea en imágenes© Corporación Cultural de Lo Barnechea

Coordinación generalRosa Saavedra VásquezFrancisca Schultz Jofré

TextosFrancisca Schultz Jofré

FotografíasArchivo fotográfico Corporación Cultural Lo Barnechea

Fotografía de portadaGentileza Adolfo Dell‘ Orto P.

Edición, diseño y producciónOcho Libros

DiseñoSandra Gaete Ziebold

ImpresiónQuadGraphics

Primera edición: 1.500 ejemplaresImpreso en noviembre de 2013

Hecho en Chile

ISBN Nº 978-956-335-182-8Registro de Propiedad Intelectual Nº 235.164

Ninguna parte del libro puede ser reproducida, almacenada o transferida sin la expresa autorización de la Corporación Cultural de Lo Barnechea.


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