Logored - Septiembre 2013
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Dijo alguna vez el genial Karl Jáspers que todo hombre termi-nará siendo tal hombre, en fun-
ción de la causa que abrace en su vida. Y esto podemos hacerlo ex-tensivo también a los grupos y co-munidades. Porque la “causa” da identidad al que la abraza y éste, le da rea-lidad a la causa. Hace diez años se iniciaron las ac-tividades del CLAE UCA, asu-miendo el compromiso de promo-ver y profundizar los aportes de Viktor Frankl a la comprensión del hombre. La tarea fue sostenida con entusiasmo y fidelidad al pen-samiento de uno de los más gran-des pensadores del siglo 20, gene-rador de una verdadera revolución en el mundo “psi” y en el ámbito del humanismo en general. La his-toria de los congresos organiza-dos, va marcando el rumbo y el ritmo del trabajo realizado: “Salven al hombre”, “Un mundo para todos”, “Educación, familia y salud” y “El sentido como
herramienta” Planteamos la necesidad de reac-cionar ante un cierto positivismo que deshumaniza la realidad humana (“Salven al hombre”). Luego propusimos repensar un mundo inclusivo que sea acogedor de todos, más allá de las diferen-cias personales (“Un mundo para todos”). Continuamos con la inquietud de favorecer ámbitos propicios para l a r e a l i z a c i ó n p e r s o n a l (“Educación, familia y salud”), y sugerimos reflexionar sobre la ne-cesidad de priorizar la búsqueda
EDITORIAL
La persona en el centro Por Claudio García Pintos
Nuestra portada
Auditorio San Agustín (pp.2-3)
EL ESTUDIANTE COMO
CENTRO DEL APRENDI-
ZAJE: desde una pers-
pectiva logoterapeútica
(pág.4-7)
TERAPIA DE RESCATE:
UNA EXPERIENCIA
INÉDITA EN LA VILLA (pág.8-11)
LA PAGINA DE
CAVEF (pág.12)
COCINAR CON
SENTIDOS (pp.13-16)
LA FAMILIA PROMOTO-
RA DE HUMILDAD PRE-
VIENE EL BULLYING (pp.17-23)
INFORMACIONES
CLAE UCA (pp. 25-26)
EL CENTRO DE LA
PERSONA
Una lectura desde la
ontología dimensional (pp. 27-34)
LA PÁGINA DE
LOGOFORO (pág. 36)
LA CASA TOMADA (pp.37-40)
EL SENTIDO DE LA
MÚSICA Y LA MÚSICA
DEL SENTIDO (pág.41-45)
LA PERSONA EN EL CENTRO (*) EDITORIAL
de sentido como respuesta a un mundo que desconcierta a la per-sona humana con
propuestas impersonales (“El sen-tido como herramienta”). Pasaron ya 10 años y 4 congresos. El CLAE UCA sigue trabajando con el mismo entusiasmo, compromiso y fidelidad del primer día. Convoca a este quinto congreso con las mis-mas ilusiones que convocó al pri-mero. Y, mirando hacia atrás, des-cubre cuál es la causa que ha abrazado en su corta historia. Por-que el espíritu del CLAE UCA
siempre ha sido priorizar a la per-sona humana y privilegiar todo aquello que personaliza. La causa da identidad al CLAE UCA, y éste, le da realidad a la causa. Por eso, sin dudas, este quinto congreso debe llamarse “La Persona en el Centro”.
Este número está íntegramente de-dicado al congreso. En números subsiguientes, recuperamos las secciones habituales y seguiremos incluyendo trabajos presentados en el evento.
43– SEPTIEMBRE – 2013
(*) Tomado del programa del congreso
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LOGORED© es una publicación digi-
tal mensual, de suscripción gratuita,
dedicada a difundir novedades y re-
flexiones en torno a la Logoterapia y
el Análisis Existencial.
Director:
Claudio García Pintos
Secretario de Redacción:
Federico García Presedo
Colaboradores:
(en este número)
El equipo CLAE UCA y todos los
conferencistas y ponentes en Espa-
cios de Reflexión y Aulas de Trabajos
Libres, quienes aportan sus trabajos
para ser publicados en este número
de LOGORED y en sucesivas edicio-
nes.
A todos ellos, muchas gracias.
El contenido de los artículos y
columnas es de entera responsabili-
dad de sus autores.
El material contenido en esta publi-
cación puede ser reproducido, previa
autorización de su autor y citando la
fuente. Por favor, contactarse con los
autores al mail que figura en cada
caso. Gracias.
Mail de contacto:
En esta oportunidad, NUESTRA PORTADA se com-
pone con una foto de la cabecera del Auditorio SAN
AGUSTIN, del Campus Universitario Puerto Madero,
de la Pontificia Universidad Católica Argentina
“Santa maría de los Buenos Aires” (UCA) Este Audi-
torio ha sido sede de la mayoría de las actividades
académicas realizadas por el CLAE UCA en sus 10
años de vida. Tan es así que, prácticamente, es vi-
venciado como su lugar, su hogar. Su “terruño” pa-
ra utilizar una expresión acertada, trabajada du-
rante las sesiones del congreso que acaba de finali-
zar. Pero, ¿qué ha hecho el CLAE UCA en estos
10 años de vida? Esta es una pregunta que puede
responderse de varias formas. Pero como no es in-
tención realizar un profundo y acabado “balance y
memoria” de sus actividades, solo vamos a detener-
nos en el recuerdo de algunas de sus proyecciones.
En el ámbito académico, ha realizado una serie de
jornadas, cursos introductorios y encuentros, des-
tinados a promover y hacer conocer los principios
del pensamiento frankliano y su aplicación en dife-
rentes ámbitos del quehacer. Abordaron cuestiones
tales como la libertad, la responsabilidad social, el
sentido del humor, la educación, etcétera, en una
variada gama de temáticas. Asimismo se organizó
un Posgrado Universitario en Logoterapia (de dos
años de duración), con reconocido éxito de cursan-
tes que, si bien no ha podido aún replicarse, es ex-
pectativa cierta poder reabrirlo próximamente. El
CLAE ha adherido y auspiciado muchos de los Di-
plomados y Maes-trías en Logoterapia que se dictan
en diferentes entidades latinoamericanas, partici-
pando incluso con sus integrantes en actividades
docentes regulares en ellos. Ha brindado asesora-
miento y capacitación en diferentes entidades y
fundaciones del país, interesadas en renovar sus
prácticas a partir de la Logoterapia frankliana. Por
otro lado, ha logrado integrar al Plan de estudios de
la Licenciatura en Psicología de la UCA, una mate-
ria optativa, “Logoterapia”, que desde su incorpora-
ción es cursada (elegida u optada) por el 85% de los
alumnos. Finalmente, los integrantes del equipo
CLAE son directores de TIF (trabajo de integración
final) de muchos de los jóvenes que acceden al títu-
lo de Licenciados en Psicología, con trabajos reali-
zados desde la Logoterapia como marco teórico refe-
rencial.
En el ámbito científico, los miembros del
equipo realizan investigaciones varias, sien-
do muchos de ellos doctorandos en pleno
proceso de acreditación de sus trabajos, en
orden a acceder al máximo grado académico
de Doctor en Psicología. Para el CLAE es
muy importante que sus integrantes sigan
estudiando, investigando y madurando en lo
profesional, y es condición de pertenencia.
La mayoría de ellos ha escrito libros, artícu-
los, reportes de investigaciones y todos ellos
han hecho presentaciones en congresos na-
cionales e internacionales. El perfil del equi-
po CLAE debe ser de la mayor capacitación
posible. En la actualidad, el CLAE ha esta-
blecido alianza operativa con la FAL
(Fundación Argentina de Logoterapia) y
SAPSS (Sociedad para el Avance de la Psico-
terapia centrada en el Sentido, Colombia),
en un inédito proyecto de asociar tres insti-
tuciones en una misma investigación desde
la Logoterapia, incorporando al equipo a
muchos jóvenes estudiantes de Psicología de
la UCA interesados en formarse en esta es-
cuela. Un primer reporte del proyecto se
acaba de presentar en el congreso reciente.
En el ámbito científico, también podemos
señalar la realización de sus primeros cinco
congresos, todos ellos con amplia repercu-
sión en la comunidad Logoterapéutica Ibe-
roamericana, siendo considerado en la ac-
tualidad por los observadores, como el más
importante congreso de Logoterapia del
mundo, recibiendo en sus sucesivas edicio-
nes participantes y asistentes de Iberoaméri-
ca y Europa.
En lo social, el CLAE ha auspiciado, acom-
pañado y colaborado, con el programa de
aplicación de la Logoterapia en barrios ca-
renciados de Buenos Aires (Villa 1-11-14),
apoyando la labor de un grupo de profesio-
nales y los llamados “curas villeros”, traba-
jando por la dignidad de la persona huma-
na. Este programa, auspiciado desde sus
inicios por el Cardenal Jorge Bergoglio
(actual Papa Francisco), ya cumplió cinco
años de desarrollo con resultados exitosos.
En un apretado recuerdo, transitando ahora el
vacío Auditorio San Agustín en el que aún re-
suenan las actividades realizadas durante tres
jornadas intensas de un humanismo vivo, en
acción, como organizador y fundador del CLAE
y Director del centro durante estos primeros 10
años de vida, siento un profundo agradecimien-
to por todos los que lo han integrado, todos los
que lo integran y todos los que se acercan con
la intención de sumarse al equipo. Siento el or-
gullo de contar con un grupo de jóvenes profe-
sionales formados seriamente en Logoterapia,
quienes han aprendido a amar a la persona
humana, a comprometerse fielmente con el le-
gado frankliano y abrazar la causa de privile-
giar todo lo que personaliza. Y ellos mismos
están acompañando a otros, aún más jóvenes
(estudiantes de la carrera de Psicología), que se
abren con interés a la posibilidad de formarse
como ellos e integrarse al centro. Es por eso
que, con una mezcla de emociones, sobre las
que resalta la alegría, he decidido renunciar a
mi responsabilidad como Director del CLAE
UCA, sintiendo que mi misión ya está cumpli-
da. Es necesario que me aparte para permitir
que estos jóvenes puedan asumir, ahora, la
responsabilidad de continuarla y proyectarla
aún más en realizaciones mayores. Siempre he
creído que el destino de todo hijo es superar al
padre y el de todo alumno, superar al maestro.
Soy feliz porque siento que, quienes ayer fueron
mis alumnos, hoy son colegas firmemente en-
caminados a superarme. Pongo en sus manos
la “gorra de capitán”, y asumo para mí el birre-
te de marinero. Uno más dentro de este equipo,
porque dejo el cargo de Director, pero nunca la
tarea por la persona humana, porque esa, nun-
ca debe darse por cumplida.
A mi equipo, “mis chicos”, todo mi agradeci-
miento, mi admiración y respeto. Ellos son, ver-
daderamente, el CLAE UCA.
Dr.Claudio García Pintos
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NUESTRA PORTADA
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El estudiante como centro del
aprendizaje: desde una perspectiva
logoterapeútica
Por Lic. Claudia Inés USUBIAGA
Mail de contacto: [email protected]
L os escenarios actuales de nuestra
escuela muestran una diversidad de alumnos que reflejan cómo la crisis de los últimos tiempos ha
cambiado su paisaje. No hay duda de que la sociedad se ha fragmentado y en consecuencia cambiaron las relaciones
entre los alumnos y los docentes. Ellos se encuentran frente a situaciones
y problemáticas nuevas –desnutrición, desintegración del grupo familiar, caren-cias graves, necesidad de contención, un
grado inédito de desinterés, sensación de fracaso, marginalidad, violencia– que forma parte de la realidad de los alum-
nos y que conllevan (…)“a la falta de va-lores sobre los cuales encontrar un sen-
tido a la vida, al trabajo, a la familia, a la educación e incluso, a la propia dignidad personal” Mons. Guillermo José Garlatti
(2010). Para la que muchas veces los do-centes, no conocen respuestas y que de-
ben enfrentarse a ellas. Ésta escuela nos interroga y nos cuestio-na sobre el re- pensar las prácticas do-
centes más adecuadas que puedan contribuir a sostener al alumno social-mente vulnerable favoreciendo y gene-
rando en ellos factores resilientes que posibiliten la transformación en estu-
diantes. Esta nueva “realidad interpela a la conciencia cristiana provocando la ne-cesaria denuncia que debe dar paso al
anuncio” Mons. Guillermo José Garlatti (2010).
Dos preguntas que deberemos hacernos como docentes para poder pasar del análisis crítico de la realidad a propues-
tas para poder trabajar en un futuro no
muy lejano.
¿Cuáles son las representaciones que los do-centes se construyen acerca de los alumnos de sectores vulnerables que concurren a la
escuela? ¿Cómo influyen estas representa-ciones en los resultados escolares y en las interacciones de estos niños y jóvenes con
el conocimiento que se les brinda en la es-cuela?
Al indagar las representaciones de los do-centes sobre los alumnos y más específica-mente “socialmente vulnerables” y no sobre
todos los alumnos, y cómo estas influyen en el curso del proceso de aprendizaje, resulta claro desde el comienzo que esta diferencia-
ción es en sí mismo el producto de una re-presentación social que estará condicionan-
do las políticas educativas que de su resul-tado deriven para guiar cambios en el proce-so, que en última instancia es el objetivo que busca aportar el presente trabajo. Se establecerá, entonces, una primera pre-gunta como centro de la problematiza-
ción: ¿De qué manera las diferencias de contexto social entre docentes y alum-nos condicionan los resultados y las po-
tencialidades del proceso educativo en la escuela?
En la actualidad, la diferenciación, dentro
del propio ámbito de la escuela, de los niños y jóvenes socialmente vulnerables respecto de los que no lo son, quiebra la posibilidad
de una unidad de criterios de los docentes respecto de qué hacer con ambos en tanto
comunidad. Es más: las visiones de la “vulnerabilidad” y el riesgo de que los jóve-nes y niños que concurren a la escuela cai-
gan en ella, carga las aulas de una estigma-
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tización a priori. Los alumnos
“vulnerables” son, desde este punto de vista, “diferentes”. Están en “condiciones de riesgo”, “hay que ayudarlos a salir”,
“hay que contenerlos”. Pero esa función de “contención” no está destinada a todos los sectores que com-
ponen la población escolar, sino a los ni-ños y jóvenes de los sectores más vulne-
rables. Hay que considerar como fundamental a la hora de reconocer la estructura de re-
presentaciones que se establecen en el cuerpo docente la cuestión de que los do-centes adscriben a una determinada
clase, a un determinado sector social del que obtienen su imaginario, y también de
su falta de identificación con los niños y jóvenes procedentes de contextos muy di-ferentes del suyo.
La procedencia social del docente debe ser tenida en cuenta para conocer su po-
tencial de representaciones respecto de los alumnos y de los problemas que pre-senta la institución escolar actual. Esta
determinará una relación de similitudes y diferencias con los alumnos, que influirán en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Desde este punto de vista, cabe la pre-gunta: cuando el docente se propone un
modelo de acción para la incorporación a la escuela de niños y jóvenes socialmente vulnerables que no tenga que resignar la
calidad educativa para desempeñar la función de contención, ¿es su verdadera
preocupación la integración, o su inquie-tud pasa más bien por la integración de poblaciones escolares con patrones so-
cioeconómicos y culturales muy diferen-tes al suyo, cualquiera sea este último? Es momento de introducir otro interro-
gante como centro de la problematiza-
ción: ¿De qué manera las diferencias de época entre profesores y alumnos condicionan los resultados y las poten-cialidades del proceso educativo en la
escuela?
Es usual que cuando se habla de las pro-blemáticas de la escuela en contextos de vulnerabilidad, se hable de los docentes
como operadores de cambio sin tener en
Es usual que cuando se habla de las pro-
blemáticas de la escuela en contextos de vulnerabilidad, se hable de los docentes como operadores de cambio sin tener en
cuenta que estos también tienen su perte-nencia a una época en donde se formaron, con un imaginario asociado a ella.
A menos que la comunidad educativa real –no la surgida de una “visión fantasmáti-
ca” Lekowitz (2007), es decir, personas de diferentes épocas y con diferentes necesi-dades que de hecho conviven en una mis-
ma institución física, a la que concurren aunque no los hayan guiado impulsados por proyectos comunes, sean capaces de
generar en el seno de la escuela experien-cias verdaderamente transformadoras.
Para lograr esto, el primer paso será
“desechar” toda visión fantasmática de la realidad para poder operar sobre ésta. El
segundo paso debería ser reconstituir la comunidad educativa. Podríamos decir entonces que una multiplicidad de cir-
cunstancias socio-históricas hicieron que se halle en conflicto la noción de
“comunidad educativa”.
Durante muchos años esa noción de “comunidad educativa” funcionó, si bien no como comunidad de objetivos, sí como
sistema de representaciones que permit-ían mantener activo el sistema. La proce-
dencia socio histórica del docente debe ser tenida en cuenta para conocer su po-tencial de representaciones respecto de los
alumnos socialmente vulnerables. Esta determinará una relación de similitudes y
diferencias con los alumnos, que influyen en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Entonces…
Es posible construir –o reconstruir– una comunidad educativa en base a la idea de que hay problemas comunes por resolver?
Aspiramos a una respuesta afirmativa. Entendiendo a problemas como una bue-
na oportunidad para un cambio no como un obstáculo para el funcionamiento con-siderado “normal”. Deberíamos tener en
cuenta algunos principios y factores que colaborarían en la respuesta afirmativa: “Desde la perspectiva humanista integral y
solidario” (…) la comunidad educativa tie-
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ne “que formar personas con firmes prin-
cipios y valores”. Mons. Guillermo José Garlatti (2010). Trabajo colectivo con otros docentes en el
análisis de los problemas que surgen en la práctica cotidiana.
La seguridad de poder explicar ante ellos
las propias dudas y errores sin temor a ser criticados.
Ayuda instrumental por parte de los que tienen otros conocimientos sean o no do-
centes. El oficio de ser docente tiene que ver con decisiones que se toman automáticamen-
te y otras que pueden ser “revisadas” Ni-castro (2007). En esto de poder ser revi-
sadas tendremos que ser sumamente cautos en las conclusiones ya que debe-mos tener en cuenta que somos parte del
mismo proceso.
Las miradas serán situacionales, esto nos lleva a reconocer las contingencias coti-
dianas y regulares del funcionamiento
institucional.
No poner el énfasis en poner todo en pa-
labras sino saber si éstas son escucha-das., es mucho más que oir ya que supo-ne operaciones complejas que están liga-
das al conocimiento, a la posibilidad de discernir, de tomar contacto con los otros y a la vez mantener una distancia apro-
piada
Poder pensar a nuestros alumnos y a la comunidad educativa no desde lo que
quedó sino desde lo que hay: Tal como lo señala Lewkowicz (2004) lo
que hay y lo que queda no son sinónimos. Lo que queda remite a los restos, a las
ruinas: “los alumnos antes estudiaban”, “los profesores enseñaban con más ga-nas”, etc, son dichos que se dicen y repi-
ten una y otra vez. Es posible pensar que lo que percibimos y sentimos es extrañe-za. Nostalgia y melancolía por el pasado
perdido. Aquello que se soñaba eterno y
ya no es.
Lo que hay: si pensamos desde éste lugar
podríamos pensar en un proceso que se inicia, no desde la resignación sino desde
la “resignificación” Dartiguelongue (2002).
Requiere de la suspensión de los prejui-cios que sólo intentan calmarnos ante la falta de certezasSi la escuela es lo que hay requiere de ingenio, de volver a
pensar, de acercarse a cada situación a cada alumno para comprenderlo.
Una postura preocupada por el qué hacer, el cómo hacer, que no se pregunta por los significados, por los fines y por los propó-
sitos que hacen de marco, señala sólo un rasgo típico de ésta época que es el apre-
mio para que las cosas salgan más allá de
todo.
Si seguimos pensando desde el concep-to de lo que hay no podemos de dejar de
mirar la época actual y del impacto que ésta produjo en general y en el aprendizaje
en particular.
Ubicarse en la época actual (posmodernidad), fue una respuesta crítica
y plena de decepción a la modernidad, no fue un simple cambio de época sino un cambio de paradigma. Estructurándose
diferencias significativas en la personali-dad de niños, jóvenes y adultos. Y por lo
tanto de docentes y alumnos.
Caractericemos un poco más la época y
avanzando en el tema:
Sociedad caótica, globalizada, con exclu-
siones serias (violencia, drogas).Zapping, shopping, marketing. internet. No se bus-can verdades absolutas. Hay un senti-
miento de vacío, de aburrimiento, de des-
motivaciones
Esto produce fuertes impactos en el área cognitiva producto de la época
que intentaré explicarlos:
La desorganización y la desconcentra-ción en los niños y jóvenes son nuevas
problemáticas del aprendizaje hoy. Por qué?
Una de las fuentes del deterioro es la posi-ción que asumen los padres de paridad con sus hijos. La faltan de contención fa-
miliar provocan en los jóvenes impulsivi-dad y desorganización.
La falta de límites y jerarquías se traducen
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en un deterioro de las funciones lógicas, lo
que impide o dificulta el desarrollo DEL PENSAMIENTO ABSTRACTO necesarios
para el éxito en los estudios. No pueden entregarse al sostenimiento de un objetivo, entonces hay apatía y desgano, los estu-
dios producen temor y conductas fóbicas
(no se puede)
La familia dejó de ser un factor estructu-
rante en la formación del niño y del joven, si bien se avanzó en la cercanía, confianza y demostración de cariño en el vínculo en-
tre padres e hijos no se pudo acompañar estas transformaciones con la construc-
ción de buenos modelos de contención y diferenciación tan necesarios para la evo-lución del pensamiento. Los vínculos simé-
tricos e indiferenciados generaron múlti-ples patologías actuales que hicieron im-
pacto en los procesos de aprendizaje.
Otra fuente del deterioro es el modelo posmoderno del ser adulto: eterna juven-tud…y el adulto dónde está? Para lograr el
pasaje al ser adulto hay tres duelos que debe atravesar el jóven según la psicóloga
Aberasturi: que parecería que hay que re-visarlos. Estos son:
1. Duelo por el cuerpo: el cuerpo del ado-lescente es el ideal y al que todos quieren llegar
2. Duelo por los padres: no hay brecha ge-neracional.
3. Duelo por los valores de la infancia (omnipotencia, narcisismo) no sólo no se abandonan sino se sostienen desde lo so-
un modelo social que sostiene el facilismo
y el hedonismo produciendo dos proble-mas gravísimos de nuestra sociedad ac-
tual: Falta de valores y falta de modelos a seguir. Las diferencias de roles entre adultos y jóvenes, entre docentes y alum-
nos hay que mantenerlas, la relación debe
ser clara y asimétrica.
Para concluir, sabemos que la tarea no es
sencilla, requiere de nosotros un desafío permanente para poder poner en el cen-tro de la comunidad educativa no al
alumno sino al estudiante, para ello ten-
gamos siempre presente que:
Deberemos buscar escuchar y ser escu-
chado. De esta manera, los alumnos reci-ben la posibilidad de aprender a aprender
y aprender a ser Climent, (2009). Esto quiere decir que los alumnos tengan las
herramientas necesarias para poder resol-ver situaciones de la vida cotidiana, pu-diéndose integrar a la comunidad a la que
pertenecen.
Deberemos pensar que no se trata de
buenas o malas voluntades, unos que
pueden y otros que no, unos que son vícti-mas y otros victimarios sino de poder pen-
sar que se trata de relaciones complejas cargadas de subjetividades inscriptas en una realidad histórica.
Deberemos poder pensar no sólo que
miramos sino que nos miran. Una mira-da donde la sensibilidad hacia sí y hacia los otros ocupa un lugar privilegiado.
La presentación de la Lic. Claudia
Inés Usubiaga, fue acompañada
por dos colegas que ampliaron los
conceptos y los ilustraron a partir
de dos experiencias realizadas en
colegios.
Estas presentaciones también
acompañarán próximas ediciones
de LOGORED.
"¿¡Te casás, Silvana!?", pregunta Vane-
sa, entre incrédula y sorprendida por la noticia que acaba de escuchar de una conversación ajena. La futura esposa
lanza un "sí" que no parece satisfacer la curiosidad de su vecina de banco en la
mesa de madera que todos comparten en el patio del Centro de Orientación de
la villa 1-11-14 del Bajo Flores.
"¿Y con vestido blanco?", insiste Vanesa
con curiosidad sobre lo que parece un acontecimiento poco común en el barrio. "No, no me parece...", dice Silvana casi
convencida. Tiene 39 años y hace tres ni se le ocurría que algún día se casaría. Y
menos aún que en tan poco tiempo iba a recuperarse del alcoholismo; recuperar a su hijo mayor, que vivía con el padre, y
organizar una familia con seis hijos y su futuro esposo, Jesús, que se recuperó de
la adicción al paco y ayuda a otros.
Ella fue la primera paciente del equipo de psicólogos del Centro de Orientación María Madre del Pueblo de la villa. La
derivaron los sacerdotes de la parroquia, que hoy son los que mejor conocen el
lugar. "Actúan como agentes de salud para nosotros, porque nos derivan a los pacientes y nos dicen cuáles son sus
problemas más urgentes. Es una población
vulnerable, a la que le va la vida en esos problemas, así que necesita cambios rápi-dos", resume la doctora Patricia Ovejas de
Santángelo, coordinadora general del centro de orientación, que depende de un programa
de la Universidad Católica Argentina (UCA).
El equipo aplica una técnica inédita que
combina la logoterapia con el psicoanálisis adaptado a poblaciones vulnerables. Sus
mayores exponentes locales, los doctores Claudio García Pintos y Héctor Fiorini, su-pervisan desde el Centro de Logoterapia y
Análisis Existencial (CLAE) de la UCA el progreso que va obteniendo el equipo con
esta intervención. Aunque está destinada a los chicos de entre 4 y 14 años, es imposible no ocuparse del resto de la familia. Desde
2011, el equipo brindó 2425 prestaciones a 130 personas. "Que hay que multiplicar por cinco, porque el efecto alcanza a toda la fa-
milia", comentó Ovejas de Santángelo. El año pasado, 20 personas quedaron en lista
de espera por la demanda que tiene el equi-po de cinco psicólogas, asistidas por cuatro profesionales voluntarios y 33 estudiantes
que se inscriben para las prácticas.
La adherencia al tratamiento es casi perfec-ta: del 95 por ciento. Las urgencias incluyen
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TERAPIA DE RESCATE: UNA EXPERIENCIA INEDITA EN UNA VILLA Un equipo de psicólogos y sacerdotes aplica en el Bajo Flores un enfoque único que
recupera con éxito a familias
Por Fabiola Czubaj | LA NACION
En su edición del pasado martes 20 de agosto, el diario LA NACION (Argentina) publicó como
nota de tapa, la experiencia llevada a cabo por un grupo de profesionales y curas villeros, en la
Villa 1-11-14, localizada en el barrio del Bajo Flores de la ciudad de Buenos Aires.
Este trabajo fue presentado en el congreso que acabar de realizarse, y LOGORED considera
importante difundirlo. Por eso, transcribimos a continuación el informe periodístico.
abandono, adicciones (sobre todo al pa-
co y al alcohol), abusos, problemas judi-ciales, depresión, psicosis o ansiedad, conflictos familiares, falta de escolari-
dad, problemas de conducta, exposición a situaciones de riesgo e intento de sui-
cidio, entre otras.
A cada paciente se le hace una evalua-
ción para incorporarlo al centro o deri-varlo al psiquiatra o el centro de salud.
Cada sesión dura 30 minutos y la histo-ria clínica incluye tests gráficos que se repiten cada seis meses. Las diferencias
en los trazos y la organización de los di-bujos no dejan de sorprender a los pa-
cientes ni a los profesionales.
"Integramos la logoterapia, que nos per-mite trabajar con el sufrimiento, la búsqueda del sentido de la vida y con el
ser humano como centro de su existen-cia, capaz de salir adelante, con el psico-
análisis adaptado a pacientes de sitios carenciados y hospitales, donde la tera-pia tiene que ser muy dinámica", explica
Ovejas de Santángelo, que tiene 17 años de experiencia de trabajo hospitalario. El psicoanálisis aporta las herramientas
para detectar los "focos" o problemas que cada paciente necesita resolver o
metas que desea alcanzar.A AL AZAR
El equipo aclara que no es una combi-nación de técnicas improvisada, sino una investigación de ocho años con la
que la coordinadora del centro se doc-toró summa cum laude . El grupo está
reunido en una pequeña habitación con techo de chapa, una de las dos de la
construcción donde funciona el centro.
En pocos minutos comenzará a circular
el mate. Sólo faltan los sacerdotes Gus-tavo Carrara, vicario episcopal para la
pastoral en las villas; Hernán Morelli, y Nicolás Angellotti, que derivan a los pa-cientes. Ellos participarán el sábado en
el 5° Congreso Latinoamericano de Logo-terapia y Análisis Existencial para pre-
sentar un libro con los resultados de esta
intervención asistencial (informes: personacentro.blogspot.com.ar ). El resto del equipo son todas mujeres.
Están las licenciadas Belén de la Peña, Agustina Larrea, Florencia Halliburton y Andrea Eterovic Terceros, que es boliviana
y aporta la comprensión de una cultura muy común en la villa. Se organizaron para
recibir a LA NACION, pero no es fácil. Sur-gen vocecitas que dicen "¡hola!" y ellas sa-len a ver quién es. Cada tanto, por la puer-
ta se asoma alguna cabecita, que desapare-ce enseguida. Al rato, las psicólogas vol-verán con los tímidos visitantes a buscar
los juegos con los que "habilitan la pala-
bra", como dicen.
Explican que no hacen asistencialismo. Si
llega un chico descalzo o con frío a la tera-pia, primero resuelven ese "obstáculo" para avanzar. En la sesión, el paciente tiene que
focalizar qué quiere de su vida. "Cuando se escuchan historias de violación, abuso,
hambre, tenemos que consolar y abastecer para luego trabajar lo más profundo -dice Ovejas de Santángelo-. Un chico con ham-
bre se va a ir no sólo con algo en la panza,
sino también con medias y abrigo."
"(Pero eso) no significa que hacemos asis-
tencialismo -agrega De la Peña-. Al paciente le queda claro que no es nuestra función calzarlo o alimentarlo. Se va sabiendo cómo
tiene que conseguirlo."AMBIENTE HOSTIL
Afuera, en el patio compartido con la guar-dería y el jardín de infantes, está Silvana.
Algunos de sus hijos van y vienen; son José (8 años), Celeste (15), Erica (16), Juan (9) y Emanuel (12). No está Maxi, de 11, con el
que ella va a la primaria. Todos fueron pa-cientes del centro. "Me costó un montón sa-lir adelante acá -recuerda-. Hay que tener
mucha fuerza de voluntad porque mirás lo que está haciendo gente que conocés de
siempre y sentís impotencia. Por ahí veo gente trabajadora que está pasando y estos chicos, en su locura, la atacan, la golpean.
Hay muchos chicos adictos y mucha gente trabajadora que pelea para que sus hijos
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puedan salir adelante. Acá me preocupa
el futuro de mis hijos."
Ella quiere ir al secundario y trabajar en lo que pueda. Ya está buscando un lu-gar para mudarse. Cae la tarde y Silva-
na se despide, después de responderle a Vanesa que su vestido de novia no será
blanco.
Llegan los sacerdotes y es una revolu-ción. Todos los saludan. Ellos atienden todo a la vez. "Acá es así", dice el padre
Morelli. También se ocupan de la cons-trucción de un colegio secundario, nece-
sario para la salida laboral de los jóve-nes. Para eso, están necesitando fondos y equipamiento, que se pueden ofrecer
"La parroquia tiene una mirada integral de la vida -explica el padre Morelli-. Eso
incluye el cuidado de la salud física, mental, espiritual y material, con la educación, la vi-vienda, la alimentación y el trabajo. Cuando surgió la propuesta del centro de orientación, nos gustó. Y la asistencia de la gente de-
muestra que les sirve."
Un joven que pasa cerca con una chica del
brazo lanza envalentonado: "¡Padre! Ella me dice que se quiere casar conmigo". Como si nada, el sacerdote responde: "Bueno... que
le pida permiso a tu esposa". La respuesta no pasa inadvertida para los jóvenes, que siguen caminando mientras el muchacho
improvisa los primeros acordes de la marcha nupcial..
El Centro de Orientación Psicológica de la Villa 1-11-14 del Bajo Flores depende del
programa Construyendo Juntos de la UCA, que financia el trabajo. El centro funciona
desde mayo de 2011 con un centro de orien-tación psicopedagógica para un mejor segui-miento de los pacientes.
La terapia utilizada combina la logoterapia de Víktor Frankl y el psicoanálisis breve
adaptado a poblaciones vulnerables de
Héctor Fiorini. Aunque el trabajo en la villa está orientada a chicos de entre 4 y 14
años, el equipo de trabajo afirma que es un enfoque inédito para asistir en situaciones de emergencia. El objetivo es aproximarse a
un diagnóstico, identificar focos de conflicto e intervenir para hacer prevención primaria
y secundaria. La idea de persona "libre y responsable" de la logoterapia facilita el tra-bajo con el sufrimiento y la búsqueda de
sentido de la vida. La psicoterapia breve psi-coanalítica refuerza la capacidad de identifi-
car y superar un problema por vez.
El padre Gustavo Carrara coordina el equipo
y supervisa la interacción del centro con otros proyectos de la parroquia, como el
jardín de infantes Virgen de Itatí, el Hogar de Cristo o la sede del Ministerio de Justicia
para atender problemas legales.
LA NACION(C)
Página 10
Diario LA NACION, edición impresa del martes 20 de agosto de 2013
La Editorial San Pablo ha publicado
en su colección NOESIS, el libro que relata la experiencia de este programa, bajo el título “LA LOGOTERAPIA EN
LAS VILLAS”
Todos los autores involucrados en el libro, cedieron sus derechos de autor en beneficio del programa, destinando lo recaudado por la venta del libro al proyecto de construcción de una escue-
la secundaria en la Villa 1.11.14
Una manera de colaborar con el programa
es comprando el libro o contactándose
con el Padre Carrara
Mail de contacto:
Hacer algo o hacer nada marca una dife-rencia. ¡¡Hacer algo “suma” y hacer nada,
“resta”!! Todos los que quieran “sumar”,
pueden hacerlo.
Página 11
Dra.Patricia Ovejas, Coordinadora del programa Padre Morelli y Padre Carrara, “curas villeros”
Panel durante el congreso presentando la experiencia
La Página de CAVEF Cátedra Abierta Viktor E. Frankl
Director: Dr.Claudio García Pintos
Por Claudio García Pintos
Mail de contacto:
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facebook.com/claudio.garciapintos.1
http://cavefblog.blogspot.com.ar/
“Creo que se podría decir que primero des-cubrí mi teoría para mí mismo. Se suele decir que cuando alguien funda un sistema psico-terapéutico, lo que hace, en resumidas cuen-tas, es relatar su propio historial patológico, dejar constancia escrita de él en ese sistema. Todos sabemos que Sigmund Freud padeció pequeñas fobias y que Alfred Adler no fue precisamente, un niño sano y robusto. De ese modo, Freud llegó a su teoría del complejo de Edipo, y Adler a la del complejo de inferiori-dad.
Debo decir que no soy ninguna excepción a esta regla. Soy consciente de que, cuando empecé a madurar, tuve que luchar mucho contra el sentimiento de que, al fin y al cabo, todo era un completo sinsentido. Aquella lu-cha acabó convirtiéndose en una determina-ción, y entonces, desarrollé un antídoto con-tra el nihilismo”, confiesa Viktor Frankl en el libro “En el principio era el senti-do” (Paidós, 2000), dando cuenta del origen de la Logoterapia.
Esa determinación le permitió desarrollar un sistema teórico-práctico que revolucionó el mundo de las ciencias del hombre. En mi opinión el principal eje de esta “revolución” fue devolverle el objeto de estudio. Sí, por-que las ciencias del hombre sufrían, paradó-jicamente, de una cierta insuficiencia antro-pológica, como si, siendo “del hombre”, estu-vieran perdiéndolo de vista en el mismo acto de pretendido conocimiento y comprensión de su naturaleza y existencia.
A partir de allí, desarrolla una cosmovisión, un sistema teórico y una escuela de psicote-rapia, que propone cambios de paradigma en la ciencia, en la práctica clínica, educa-cional, organizacional, familiar, social.
Su aporte científico no empaña su testimonio
como hombre, sino que se complementan co-herentemente en una vida que despierta admira-ción y respeto.
Un nuevo septiembre nos encuentra conmem-rando su fallecimiento y celebrando su vida.
Gracias Frankl por tu aporte teórico; gracias Viktor, por esa chispa de sentido que supiste contagiar al hombre.
02-09-1997 / 02-09-2013
16º Aniversario de su fallecimiento
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COCINAR CON SENTIDOS
Por Sebastián BLASCO
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Entrada
¨La vida es como una caja de bombones, uno nunca sabe lo que le va a tocar¨ (Forrest Gump).
P or lo general el hombre es capaz de encontrar sentido a la vida
realizando una obra, haciendo una tarea, un trabajo, o llevan-
do a término una misión (es decir, a través de lo que en logoterapia se llaman “valores de creación”), o a través de la
contemplación del arte, de la naturaleza o de la singularidad única de la persona amada ("valores de experiencia"). El acto
de cocinar encierra y abarca estos valo-res, pudiendo ser motivo de sentido para
el hombre. La cocina surge así como un verdadero microcosmos de nuestra exis-tencia, la cual se configura y se reconfi-
gura en función de la visión de hombre que poseamos, o sea, depende de nues-
tra cosmovisión. La misma, indiscutible-mente, sitúa al ser humano en el centro desde el cual tiene que irradiar todo el
pensamiento (Segura Fernández, 2004). Cocinar es preparar alimentos con la sencilla motivación de la alegría que se
crea al producir algo para otros. Es un acto de creación, pro-activo y pro-
ductivo. Los alimentos cautivan por su sabor, sus aromas, el color y las textu-ras propias de la comida. Este carácter
de acto creativo pone a la cocina en el mismo terreno de la poesía, que en su
origen significa construcción, producción de cosas con sentido. Sabemos que alguien puede cocinar para
sí mismo, pero es sorprendente cómo aun en
ese caso, el resultado es susceptible de com-partirse y en la mayoría de casos se hace. La receta que se cuenta al otro día, la buena
sensación que se relata más tarde, guardar el pedacito para alguien o preparar luego el mismo plato en una reunión, son demostra-
ciones de que la cocina es equiparable a los libros. Así se lea para uno, el conocimiento
que deja un libro sólo se completa cuando se comparte, se transfiere o se replica, interpre-tado por el lector. Es frecuente escuchar a
las personas decir “uno sólo come cualquier cosa, pero acompañado, vale la pena cocinar algo rico”.
La cocina puede ser contemplada como una actividad placentera y como ritual, como un
tiempo para pensar, para reencontrarse con lo sencillo, e incluso como una oportunidad para hacer amistades o acercarse a quien se
quiere. La finalidad de la cocina está en ali-mentarse. Sin embargo, el sentido de cocinar está, más que en la comida misma, en el proceso y en las infinitas variables que pue-de tener. Tal como en el antiguo relato de
Ítaca, el sentido del viaje no está en llegar, sino en el transcurso del viaje. En suma, en
lo que se vive al viajar, o al cocinar. El cocinero inevitablemente pone su cariño al cocinar y esto es un ingrediente tangible,
notable como la pimienta y fuerte como el jengibre. El cariño transforma los alimentos, los calibra y los perfecciona. Cocinar es una
forma de generar alegría, placer y alimento para el mundo. Ya sea en lo cotidiano, en
casa o en ocasiones especiales, en pequeño o en grande, cocinar es una cuota de bien. Se cocina para construir. No se cocina para
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dañar a otros, sino para alimentarlos. Si
la cocina implica todo esto, entonces la actividad de cocinar con alegría ayuda a mejorar un poco nuestro entorno.
Es notable destacar que el vocablo sabor tiene la misma raíz que saber. El sabor propicia un placer indescriptible, que es
parecido al placer que da la seguridad de saber algo. El acto de saborear es el dis-
frute en sí mismo, como el conocimiento es el sentido en sí mismo. Los sabores rememoran, motivan sensaciones, nos
transportan. Unen nuestra parte emo-cional con la intelectual. Preparar comi-da estimula el uso de todos los sentidos.
Siguiendo lo expuesto por el célebre y distinguido Brillat-Savarin, a la hora de
comer se pone en juego una constelación sensorial. Todos nuestros sentidos act-úan conjuntamente para lograr degustar
alguna especialidad. Sería imposible apreciar un plato si nos encontramos
resfriados. Cuantas veces nos quema-mos el paladar haciendo que no poda-mos disfrutar lo que comemos. Tanto el
olfato, como el tacto, el gusto, la audi-ción y la vista se ven implicados en la cocina.
Por otro lado, en su libro la Fisiología del Gusto, Savarin, habla de la emoción co-
mo el sentido más importante que se desencadena a la hora de comer y de co-cinar. Cuando comemos, muchas veces
nos trasladamos a otros lugares, nos en-contramos con ciertas personas de nues-
tro pasado, despierta en nosotros distin-tas sensaciones. La cocina como un lu-gar retórico ligada a nuestra historia.
Muchos cocineros tienen la creencia que son prestadores de servicios, de platos delicados y sofisticados. Sin embargo,
estoy convencido que los cocineros so-mos ¨prestadores de momentos¨. Vende-
mos situaciones. Nuestros platos prefe-ridos o las comidas más ricas que hemos consumido se encuentran ligadas a algu-
na situación específica afectiva, un re-cuerdo, una emoción. ¨Las milanesas de
mama¨, ¨Las lentejas de la abuela¨, ¨El asado de papa”, seguramente estas rece-tas sean similares a tantas otras, pero
para nosotros son únicas, las más ricas.
Las embestimos, les damos el lugar de mag-
nificencia. Las atamos a nuestros sentidos emocionales. Aquí, ya estamos pasando del pasaje de cocinar con los sentidos a cocinar
como sentido. Ahora bien, ¿Cómo es que el acto de cocinar y alimentarse se ha convertido en un espa-
cio para el desarrollo de valores y búsqueda de sentido? ¿Cómo es que una necesidad
primaria básica puede llevarnos hacia la au-totrascendencia? La cocina siempre ha estado implicada en la
vida del hombre. Por instinto, por necesidad biológica, requerimos alimentarnos para lo-grar sobrevivir. De esta manera, aprendimos
que ingiriendo ciertas sustancias dentro de nuestro organismo cobramos mayor energía,
suplimos la sensación desagradable del hambre, nos encontramos más aptos para la lucha por la supervivencia. Todo el reino
animal se rige de esta manera. El hombre como cazador nato, se alimenta-
ba de todo lo que poseía a su alcance. Sin embargo, dentro de historia de la humani-dad hay un hito fundamental que cambió el
curso de la cocina: el descubrimiento del fuego. Junto con el mismo, el hombre co-mienza a cocinar los alimentos. Se diferencia
de los animales. Tal como menciona el an-tropólogo Levi-Strauss, se produce el pasaje
de la natura a la cultura. Existe un elemento que media entre el hombre y el alimento, es-te es el fuego, la cultura.
A partir de aquí, la cocina adquiere el carác-ter de acto cultural. Cada vez que come-
mos denotamos signos de la cultura, del tra-bajo del hombre. Siempre va a mediar algún elemento entre nosotros y el alimento, ya se-
an las diferentes cocciones que conocemos como un tenedor, una servilleta o un man-tel.
La cocina como acto cultural implica la in-tervención del hombre en todos sus que-
haceres. Implica sentido de pertenencia e identidad a un grupo, con sus rituales y cos-tumbres. Es común escuchar que la mejor
forma de conocer un lugar es a través de su cocina, ya que la misma evidencia la geo-
grafía del lugar (los recursos con los cuales cuentan para cocinar), como así su ritmo de vida, su idiosincrasia y su temperamento.
La cocina como acto cultural implica el en-
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cuentro con otro. El compartir a través de
lo que se come. Siguiendo a Groucho Marx, “El mejor Banquete del mundo no merece ser degustado a menos que se ten-
ga alguien para compartirlo”. Para algunos será el asado de los domin-gos al mediodía, para otros las pastas de
los sábados, para otros las pizzas de los viernes, para otros las milanesas de todos
los días. Lo importante es que todos tene-mos un día para compartir en la mesa con otro nuestra existencia.
¨Ya pueden pasar a la mesa…” Un grito de victoria para el cocinero. Lo escuchamos y nos dirigimos a la mesa sin saber con qué
nos vamos a encontrar. Una cita a ciegas. La sorpresa se hará presente.
Plato Principal
¨Debemos buscar alguien con quien comer y beber antes que buscar algo que comer y beber, pues comer solo es llevar la vida de un león o de un lobo.” (Epicurio) Mencionamos la mesa como un lugar para
compartir con el otro. Donde podemos to-marnos el tiempo para pensar, hablar, dia-
logar y conversar. Si hablamos de la coci-na como espacio físico podemos afirmar que es uno de los lugares más frecuenta-
dos en todas las casas. Es el espacio más cotidiano que poseemos. Es un lugar per-manente de encuentro con otros. A través
de este encuentro podemos lograr la auto-trascendencia, el desensimismamiento del
hombre. La misma hace alusión a la capa-cidad que posee el hombre para salir al en-cuentro de algo o alguien que esté por fue-
ra de sí mismo. El hombre es el ser que para llegar a ser él mismo, necesita la me-
diación del otro. Solo gracias a este en-cuentro llegará a su perfeccionamiento. El hombre necesita de la mediación de otro
para llegar a ser el mismo. Solos, no nos conocemos bien y nos juzgamos mal. El
camino más seguro de mi mismo a mi mis-mo, pasa por el rodeo de la mirada de otro (Mounier, citado en Ponce León 2000).
Hegel ha insistido mucho sobre la pro-blemática de la mirada del otro. En el en-cuentro con el otro se ve un medio para
elevarse, crecer, llegar a ser plenamente
humano (Jollien, 2001).
En la cocina también siempre abriga el calor del horno. De allí salen los aromas que distinguen a cada familia. Allí afloran
nuestras emociones más profundas. Reí-mos, lloramos, discutimos, nos alegramos. La cocina tiene un aura particular. Tiene
algo de mágico. Se transforman productos en platos. Hay secretos, enigmas y recetas
guardadas que no serán sacadas a la luz. Hay bullicio, ruidos y olores. Y al final de todo, como en la magia, hay aplausos por
el placer ocasionado. Por el momento dis-frutado y compartido. No es casual que el significado etimológico
del vocablo compartir sea ¨compartir el pan¨. Y la palabra compañero la podemos
desglosar en dos: comedere (comer) y pa-nis (pan), por lo cual el compañero es el que come su pan con o con quien se come
del mismo pan. El mismo Jesús en la última cena reparte
el pan entre sus discípulos, comparte con ellos su vida. Cada vez que comulgamos Jesús se da a nosotros a través del pan.
Estos hechos evidencian el grado la impor-tancia que tiene el pan Tan solo con agua, levadura y harina po-
demos transformar con nuestras propias manos dichas materias primas hasta obte-
ner una preparación antiquísima y base de la alimentación del hombre. Sin duda que para hablar del pan, debe-
mos detenernos en el amasado. No abor-daremos dicho proceso desde sus cualida-
des técnicas y su desarrollo físico; sino que hablaremos sobre sus implicancias a nivel emocional. Etimológicamente la pala-
bra amasar significa dar amor a la masa. Amasar conecta a uno con lo más interno de su persona, donde todos los sentidos
trabajan conjuntamente para lograr una pieza artesanal. Un bien para uno, experi-
mentando un valor de creación. Podemos entender a los valores de crea-ción como aquella posibilidad de dar. No
se trata de dar algo externo, sino ofrecer algo interno, mío, producto de mi creación
y trabajo, como lo dice su nombre. La sola presencia del hombre dignifica la vida, por lo cual es un acto de dar. Cuando cocina-
mos estamos entregando lo mejor nuestro,
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estamos poniendo nuestro amor en
aquello que hacemos. Por otro lado existen, además, los valo-res de experiencia, llamados también de
recibir. A través de ellos tengo la capaci-dad de recibir lo que me ofrece la natu-raleza y el mundo: vivencias estéticas
naturales, que son imágenes de Dios, o creadas por el hombre. Sin embargo,
quizá la experiencia más plena es la del amor de Dios y de los demás. El encuen-tro Yo-Tu, que nos habla de la unicidad
e irrepetibilidad del ser humano, del de-sarrollo de sus potencialidades cada vez mayores, que nos enriquecen gratuita-
mente. El cocinero experimenta este va-lor al compartir con otro su actividad,
sus acciones, sus quehaceres. De la mis-ma forma, el comensal puede desarrollar un valor de experiencia al degustar un
plato. Contemplar y admirarse del acto creativo del hombre, que es imagen de
Dios. Por último encontramos los valores de actitud, aquellos vinculados con la acti-
tud que el hombre adopte ante un desti-no irremisible. La cocina es un espacio con diversas variables que escapan al
control del hombre. Dicha imprevisibili-dad en si conlleva una situación que
apela al hombre a un desafío. Muchas veces se encuentra frente a diferentes adversidades que deberá sortear y apelar
en relación al cumplimiento de dicho va-lor.
La escuela propuesta por Viktor Frank nos dice que la fuerza que impulsa y mueve al hombre es la búsqueda de un
sentido. Dicho sentido es personal y se encuentra afuera de uno mismo, en el mundo circundante. Por tal motivo, el
hombre se autotrasciende en dicha búsqueda. El espíritu es quien va a cap-
tar los valores. A la vez, son los valores quienes nos guiarán hacia el sentido que buscamos y el cual nos llevara a la auto-
trascendencia. La cocina puede ser un campo para encontrar un sentido a la
propia vida.
Postre
¨El descubrimiento de un nuevo plato hace más por la felicidad humana que el de una nueva estrella¨ (Brillat-Savarin – gastrónomo francés -) Hasta ahora estuvimos hablando de la coci-
na como aquella actividad por lo cual des-piertan en uno emociones, sentimientos y puede ser captadora de valores para lograr
sentido. Esta cocina difiere mucho de la cre-encia de muchos cocineros de la cocina co-mo ciencia. Esta cocina, enmarcada por la
utilización de tubos de ensayo, pipetas e hidrógeno líquido, es rigurosa, metodológica
y despersonalizada. Este trabajo toma a la cocina como un arte. Entiendo al arte como el enrarecimiento de la cotidianidad, la
irrupción de la normalidad, podemos inferir que está al alcance de todos nosotros. Todos
poseemos la potencialidad creadora para co-cinar. Cocinar es un Arte porque requiere que
nuestros sentidos puedan captar la sensibi-lidad que nos rodea. Cocinar es un Arte por-que pone en juego nuestra capacidad de cre-
ar. Cocinar es un Arte porque nos apela a descubrir nuevos horizontes. Cocinar es un
Arte porque implica utilizar nuestros valores de experiencia. Cocinar es un Arte porque transformamos materia en producto. Coci-
nar es un Arte porque desarrolla nuestro espíritu y plenifica nuestra alma. Cocinar es
un Arte porque nos conecta con nuestro cuerpo. Cocinar es un Arte porque el error es el acierto de nuestro aprendizaje. Coci-
nar es un Arte porque en sus detalles recae el secreto de su grandeza. Cocinar es un Ar-te porque le aporta la sal necesaria a nues-
tros días.
“Somos mucho más de lo que comemos, pero podemos hacer que lo que comamos nos ayu-de a ser mucho más de lo que somos.” Adelle Davis.
D entro del contexto del V Con-
greso de Logoterapia y Análisis Existencial “La persona en el Centro”, estamos abordando
un tema donde, justamente la persona
queda literalmente en el centro.
Bullying
Esto es el Bullying. Poner al otro en el centro de la agresión o humillación. Y se da al insultar, divulgar rumores, lasti-
mar física o intencionalmente ignorar a
alguien.(1)
Es la “Conducta de persecución física y/o psicológica que realiza un alumno o alum-na contra otro, al que elige como víctima de repetidos ataques. Esta acción negati-va e intencionada, sitúa a la víctima en posiciones de las que difícilmente puede salir por sus propios medios”(2). Para emplear correctamente el término
“bullying” ( acoso escolar) ha de haber un desequilibrio de poder o de fuerza (una relación asimétrica): El escolar que está expuesto a las acciones negativas tiene mucha dificultad para defenderse.(3)
"Es evidente que los estudiantes que constantemente evocan imágenes o pen-samientos de experiencias dolorosas (y que consumen mucha energía eliminán-dolos) tendrán una menor capacidad pa-ra concentrarse en el trabajo escolar". "Y normalmente esto no es fácil de observar,
porque a menudo sufren en silencio".(4)
Los bullies molestan a los más pequeños
o a los niños más vulnerables. Apuntan
a los niños que son diferentes, que no usan
ropa de moda o que forman parte de una mi-noría social o racial. Molestan a niños que se están desarrollando y son torpes con su
cuerpo, o con sobrepeso, o hasta los más es-tudiosos o muy tímidos. No necesitan mu-cho para inspirarse si tienen la intención de
herir, humillar o dejar de lado a alguien de su círculo de amigos. No sólo humilla a los
niños que son atacados, también afecta a los testigos cercanos, especialmente si ellos no
saben qué hacer al respecto.
El sujeto maltratado queda, así, expuesto física y emocionalmente ante el sujeto mal-tratador, generándose como consecuencia
una serie de secuelas psicológicas (aunque estas no formen parte del diagnóstico); es común que el acosado viva aterrorizado con
la idea de asistir a la escuela y que se mues-tre muy nervioso, triste y solitario en su vida
cotidiana. En algunos casos, la dureza de la situación puede acarrear pensamientos so-bre el suicidio e incluso su materialización,
consecuencias propias del hostigamiento
hacia las personas sin limitación de edad.
El cyber-bullying se expande viralmente por
la web y puede humillar de una manera muy
difícil de detener.
A pesar de los esfuerzos por darle visibilidad
al acoso escolar, la mayoría de los casos de bullying continúan pasando inadvertidos. Según una encuesta realizada por el Obser-
vatorio de la Convivencia Escolar de la UCA, 1 de cada 4 alumnos entre 10 y 18 años ma-
nifestó tenerle miedo a alguno de sus com-pañeros. Frente a la violencia indirecta el
46% dice sufrirla a veces y el 11% mucho.
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Por Lic. Lucila GONZÁLEZ
Mail de contacto: [email protected]
Por Lic. María JURADO
Mail de contacto: [email protected]
LA FAMILIA PROMOTORA DE
HUMILDAD, PREVIENE EL BULLYING
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En las edades más tempranas interviene
más la agresión física directa y verbal, mientras que en el secundario se trans-forma en indirecto -murmuraciones,
amenazas, robos- y lo social -rechazo y aislamiento-, algo muy preocupante ya
que la aceptación en el grupo es crucial.
El 32% dice sufrir a veces agresiones físicas y el 62% agresiones verbales. Aunque también hacen autocrítica: el
62% confió haber maltratado a sus com-pañeros a veces y el 6% continuamen-
te(5).
¿Cómo darme cuenta si un niño sufre
bullying?
Señales de alerta en la escuela y en
las tareas escolares: Cambio repentino en la asistencia a
clase o en el rendimiento académi-co.
Éxito académico, parece el niño mi-
mado o la niña mimada del profe-sor o de la profesora.
Le cuesta concentrarse en clase, se distrae con facilidad.
Se va tarde al recreo y regresa pronto
a al aula.- Tiene algún tipo de dificultad en el
aprendizaje.
Falta de interés en las actividades o en actos de la escuela.
Deja de asistir a actividades de la es-
cuela que le gustaban.
Señales de alerta en cuanto a lo so-cial
Solitario, retraído, aislado. Escasas o nulas habilidades socia-
les/interpersonales.
No tiene amigos ni amigas o tiene me-nos que otros estudiantes; poco
popular, suelen elegirlo último o última para formar grupos o equi-pos.
No tiene sentido del humor o tiene un humor inapropiado.
Otros estudiantes suelen burlarse o reírse de el o de ella, se meten con el o ella, le toman el pelo, lo me-
nosprecian y/o insultan. No sabe
hacerse valer. Otros estudiantes lo molestan, y le dan
patadas o golpes a menudo. No sabe
defenderse. Utiliza un lenguaje corporal característi-
co: hombros encorvados, cabeza ga-
cha, no mira a las otras personas a los ojos, los rehúye.
Tiene una diferencia ostensible que lo aparta de sus compañeros o compañe-ras.
Prefiere la compañía de los adultos en los tiempos libres.
Toma el pelo, molesta o irrita a otros, los
provoca y no sabe cuando parar. Ha empezado de pronto a acosar a otros
estudiantes.
Señales de alerta en lo fisico:
Frecuentemente enfermo. Se queja frecuentemente de dolores de
cabeza, de panza, etc. Arañazos, moretones, ropa u objetos per-
sonales rotos o dañados sin una expli-cación obvia.
Repentino tartamudeo.
Tiene una diferencia de carácter físico que lo aparta de sus iguales: lleva an-teojos, tiene sobrepeso o pesa menos
de lo que debería, es más alto o más bajo que sus compañeros, habla raro,
tiene un aspecto raro, anda raro. Cambio es su pauta de comidas: pérdida
repentina de apetito.
Torpe, descoordinado, le va mal en los
deportes.
Señales de alerta en lo emocional, con-ductual
Cambio repentino de humor o de compor-tamiento.
Pasivo, huraño, callado, tímido, retraído, irritable.
Baja o nula autoestima y confianza en si
mismo. En exceso sensible, cauto, apegado.
Nervioso, ansioso, preocupado, temeroso, inseguro.
Llora con facilidad, y a menudo, se an-
gustia, sufre cambios de humor extre-mos.
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Irritable, problemático, agresivo, iras-
cible, se revela contra otros (pero siempre pierde).
S e c u l p a d e l o s p r o b l e -
mas/dificultades. Excesivamente preocupado por su se-
guridad personal; dedica mucho
tiempo y esfuerzos a pen-sar/preocuparse por ir y volver a
salvo del comedor escolar, del ba-ño, del recreo, evita siempre cier-tos lugares de la escuela.
Menciona la posibilidad de salir co-rriendo.
Menciona la posibilidad de suicidio
El Programa Olweus de Prevención
contra el acoso (6)
El Programa Olweus de Prevención con-
tra el acoso ha sido desarrollado y eva-luado durante un periodo de más de 20
años. Se fundamenta en cuatro princi-pios derivado principalmente de la inves-tigación sobre el desarrollo y modifica-
ción de los comportamientos problemáti-cos implicados, en particular el compor-tamiento agresivo. Estos principios com-
portan la creación de un ambiente esco-lar – e idealmente también del hogar –
caracterizado por:
• cordialidad, interés positivo e implica-
ción por parte de los adultos
• límites firmes ante un comportamiento
inaceptable
• Una aplicación consistente de sancio-
nes no punitivas y no físicas por
comportamientos inaceptables o viola-
ciones de las reglas
• adultos que actúen con autoridad y co-
mo modelos positivos
El mensaje que preside el programa es: No aceptamos el acoso dentro nuestra escuela y pondremos los medios para
ponerle fin. Un objetivo importante radi-ca en cambiar las “estructuras de opor-
tunidad y recompensa” de forma que haya menos posibilidades y ninguna re-compensa al comportamiento acosador
dentro y fuera de la escuela.
La familia
En una época caracterizada por el egoísmo, la violencia, la falta de esperanza, donde muchos viven sin sentido, sin futuro, sin
raíces ni proyectos la familia busca trascen-der esta situación a través de la educación
en valores, lanzando puentes a los demás y
construyendo comunidad.
La familia como valor básico y fundamental
contribuye al crecimiento y desarrollo de ca-da uno de sus miembros en un marco de en-cuentro, donde todos tienen algo para dar y
por medio del diálogo constructivo los inte-grantes procuran brindarse ayuda mutua y apoyo incondicional. Es el seno de una fami-
lia el lugar propicio donde se aprende de la sabiduría de los grandes y de la inocencia y
espontaneidad de los más chicos, donde se siembran las semillas de la esperanza, la ca-ridad y el respeto por la dignidad humana,
Juan Pablo II nos recuerda que es allí donde una persona se encuentra por primera vez
con aquellos valores que lo convocan duran-te toda su vida. Pero para ello es necesario repensar a la familia como una comunidad,
la comunidad básica.
Ser comunitario es una construcción especí-ficamente humana que va más allá del ser
social, es SER CON LOS OTROS, hay un en-cuentro y una entrega, se genera tal intimi-dad que le da calidez a los vínculos afecti-
vos. Cuando hablamos de comunidad pen-samos en compromiso con algo y alguien
significativo que me permite un vínculo esta-ble a través del cual pueda conocerme mejor y comprenderme. De acuerdo a como vivi-
mos en esa comunidad; ya sea desde el ego-centrismo, o desde nuestro ser libre y res-
ponsable, vamos a pasar de estar con los otros a ser con los otros, respondiendo así al compromiso que nos une, nos orienta, nos
direcciona y motiva como familia.
El hombre como ser libre y responsable es el autor de su vida, con una actitud activa y
trascendente se hace cargo de su búsqueda ¨busca para encontrar¨ y en esa búsqueda va
encontrando plenificación al entrar en com-
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promiso con algo o alguien. La familia
comprometida con la educación de los hijos procura convocarlos a vivir la vida llena de valores en lugar de vicios. El Dr.
Claudio García Pintos dice que ese com-promiso con alguien funciona como un principio de coherencia que otorga uni-
dad (todos mis esfuerzos se colman en pos de algo), orientación (algo en lo que
estoy comprometido) y dirección. Si no hay coherencia aparece dispersión, en lugar de unidad, desorientación en lugar
de orientación y apatía en el lugar de compromiso, y es ahí cuando la voluntad de sentido se ve frustrada, se intenta lle-
gar por un atajo y en lugar de haber vo-luntad de sentido, hay voluntad de poder
o placer, presentándose conductas del
tipo acoso escolar o adicciones.
¨El peor ataque a la familia es el egocen-trismo que impide la creación, realizar el valor de creación que dispone poner algo
de mí para aportar algo al mundo¨(7)
Decimos entonces que el hombre es li-bre, tiene apetito de valores y busca que su vida tenga sentido, la vía regia para el
logro pleno de la vida espiritual, es la realización de valores (camino natural
para descubrir y realizar sentido) ¨ los valores me atraen, pero no me empujan. En situación de libertad y de responsabi-lidad me decido por la realización de va-lores, me determino por la realización de valores, me abro al mundo de los valo-
res(8)¨
Muchos autores consideran que la pato-
logía de esta época es el ¨síndrome de ca-rencias valorativas¨(9), por eso creemos que es tan importante que la familia ten-
ga un rol activo en este sentido y por medio del ejemplo sorprenda a sus hijos
mostrándoles que vive con valores, en
lugar de señalar las falta.
Humildad
En los tiempos que corren parece haber cierta confusión y desorientación en lo
que a valores se refiere y la humildad no le escapa a eso. Muchos creen que ser
humilde es restarle importancia a las pro-
pias virtudes, mostrarse inferior a los de-más, ser sumiso, o pobre, incluso Nietzsche afirma que¨ La humildad es una debilidad, una falsa virtud que esconde las decepciones
en su interior¨
Sin embargo según la Real academia espa-
ñola, humildad es, ¨La virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este
conocimiento.¨
Como dice Fernando Rivas Ravaque en
¨Terapia de las enfermedades espirituales¨, hay que reivindicar y reinventar la humildad como elemento clave en todo crecimiento
personal y espiritual, por eso consideramos que ser humilde no solo es conocer nuestras debilidades y limitaciones sino también
nuestras virtudes y fortalezas para que por medio de ese conocimiento podamos llegar a
la paz interior. El practicar la virtud de la humildad libera del apego innecesario a lo material y a ciertas actitudes tales como el
orgullo, la soberbia y la vanidad que atentan
contra esa paz buscada.
Ser humilde es conocerse a uno mismo y
buscar crecer pero no creyéndose superior ni inferior a los demás. A través de ese cono-cimiento podemos respetarnos y aceptarnos
así como también aceptar y respetar al otro como otro, siendo él, percibirlo y aceptarlo
como diferente de mí, ¨ el otro no es un es-calón para que yo suba en mi consideración de mi mismo¨. La humildad nos permite tra-tar al prójimo con ternura, amabilidad, com-
pasión.
Al comienzo dijimos que el mal de nuestra época era el egocentrismo, y creemos que es a través de la humildad que este se puede
combatir, siendo un camino opuesto al egoísmo, la arrogancia y la autosuficiencia, nos ayuda a ejercer la generosidad, el com-
promiso y la fraternidad. Por eso depende de nosotros colocar a la persona en el centro,
pero no como objeto de humillaciones y críti-cas sino a través de la promoción de lo sano y lo fuerte en ella, enaltecerla, transmitiendo
por medio del ejemplo valores y principios que permitan hacer aflorar todo ese poten-cial que tienen los jóvenes y comprometerse
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con su realidad.
¿Cómo promover la humildad?
Etimológicamente educación proviene del latín Educare, guiar, sacar a la luz,
para que las personas se orienten al sen-tido de sus vidas, no tomar decisiones por los otros, educar en positivo, resal-
tando la esperanza, la solidez en las pro-pias convicciones y el valor de intentar cambiar lo que si se pueda cambiar Para
ello el marco necesario es el de la apela-ción a un encuentro y al dialogo, desde
la familia principalmente y desde la es-
cuela.
¨La educación desde la perspectiva fran-kleana es una educación para la libertad y para asumir con responsabilidad las consecuencias de nuestras propias deci-siones (…) siguiendo en la línea discursi-va de la educación para, la logoterapia se inscribe en la actitud de promover que el ser humano sea una persona comprometi-da con su realidad personal y comunita-ria, pues el sentido de la vida se relacio-na con la totalidad de la vida que los se-
res vamos tejiendo¨ (11)
Como dijimos anteriormente el primer paso para educar en valores es Vivirlos antes de nombrarlos y definirlos desde el
pensamiento formal ¿Cómo ayudar a que los niños y los jóvenes vivan la humil-
dad?
De 3 a 8 años
Reconocer nuestros límites en los múlti-
ples campos de nuestra existencia no so-lo es un principio de sabiduría univer-salmente reconocido, sino el principio de
todo posible crecimiento en humildad. Por eso pensamos que desde muy chicos se puede educar en humildad a través
del juego, poniendo el foco en que a ve-ces se gana y a veces se pierde, en que
para unos juegos somos más habilidosos
que para otros.
“En la vida se juega jugándose, compro-metiéndose, y esto nos hace felices”, ex-
plica Susana Gamboa de Vitteleschi, autora
del libro Descubrir valores jugando. A través del juego, reconocemos derechos y deberes, toleramos y apreciamos la verdad, la justicia
y la libertad. Y también respetamos la diver-sidad:“El juego es innato en las personas. Es como comer o dormir. El jugar divierte y hace que se pongan sobre la mesa todas
las cuestiones relativas al ser humano”.
De 9 a 12 años
Entre los 9 y los 12 años se puede educar la
humildad a través de la lectura de algún cuento, fabula o poesía. El Dr Claudio Garc-ía Pintos en su libro Logoterapia en cuentos
nos expresa la importancia de la palabra es-
crita como recurso terapéutico.
¨ El libro en su finalidad biblioterapéutica, nos revela tanto como nos rebela (…) en un primer momento nos hace ver, nos ilumina una situación, revelándonos aspectos, mati-ces, circunstancias, alternativas, giros que hasta entonces no eran vistos o apreciados por nosotros. Luego una vez iluminado el pa-norama, nos sacude, nos estimula, nos incen-tiva en nuestras genuinas posibilidades de elaborar una respuesta propia y significativa, rebelándonos respecto de la situación por re-solver, saliendo de la desesperación, la con-fusión o la resignación y actuando en función
de una respuesta nueva y posible¨
Los cuentos utilizados en esta etapa procu-
ran poner el énfasis en descubrir lo mejor de cada uno y aceptar que todos somos diferen-
te y esa diferencia nos enriquece en la medi-
da que estemos abiertos al otro.
De 13 a 17 años
Se educa la humildad a través de activida-des concretas, solidarias, poniendo el foco en que conociendo nuestras diferencias bus-
quemos abrirnos a los demás, por medio del servicio. Es en este nivel en el que se experi-menta verdadera alegría, diferente a la alegr-
ía pasajera que nos ofrecen los placeres egoístas. Cuando la disposición a dar ayuda
va dirigida hacia otro fortalece al que da.
¨Por que pertenece a la esencia del hombre el
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ser también abierto, ¨abierto al mundo¨. Por que ser hombre significa, por sí mis-mo, estar orientado hacia más allá de sí mismo. La esencia de la existencia huma-na se encuentra en su autotrascndencia, por así decirlo. Ser hombre significa estar, desde siempre, orientado y dirigido a algo o alguien, estar dedicado a un trabajo al que se enfrenta a un hombre, a otro ser humano al que ama, o a Dios a quien sir-
ve¨(14)
Se puede observar que desde muy chicos
es posible educar el valor de la humil-dad, a través de conocernos a nosotros mismos, aceptarnos diferentes pero no
por eso menos importantes unos de otros y saliendo al encuentro del otro pa-ra servirle. Dejando así de ocupar el lu-
gar de víctima, victimario u observador pasivo para tomar un rol activo frente al
acoso escolar cada vez más común en
esta época.
Conclusión
Frente al Bullying que pega y hunde de-jando a su alrededor ondas expansivas en el agua por el dolor de quienes lo pa-
decen, la familia como primera escuela de formación en valores tiene una misión
que es posible, es difícil y es bella. Su ta-rea es sembrar en tierra fiirme, el valor de la humildad para que crezca en sus
miembros la capacidad de reconocer los propios límites, aceptar las diferencias y servir, muriendo así al orgullo, la sober-
bia, la vanidad, el desprecio, la agresión y naciendo al encuentro con el otro, la
entrega, la fraternidad y fundamental-
mente a ser con el otro.
Referencias
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(7) GARCÍA PINTOS, Claudio, Clases del Posgrado de
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(8) GARCÍA PINTOS, Claudio, Frankl por definición:
Consultor temático de Logoterapia y Análisis Existen-
cial, Ed San Pablo, Buenos Aires, Argentina, 2007.
(9) Idem 1
(10) http://www.rae.es/drae/srv/search?id=ng3sBHeaCDXX2dWMAJ6J
(11) PAREJA HERRERA, Guillermo, Articulo ¨La edu-
cación, Viktor Frankl y su análisis existencial so-
bre la existencia humana¨ Frankl por definición:
Consultor temático de Logoterapia y Análisis Existen-cial, Ed San Pablo, Buenos Aires, Argentina, 2007,
pag 437.
(12)http://www.materna.com.ar/Home/Articulos-
materna-Home/Reflexionar-juntos-7-juegos-para-
ensenar-valores/Articulo/ItemID/18605/
(13) GARCÍA PINTOS, Claudio, La Logoterapia en cuentos, el libro como recurso terapéutico Ed San Pa-
blo, Buenos Aires, Argentina, 2001.
(14) FRANKL, Viktor E, Psicoanálisis y Existencialis-mo: De la psicoterapia a la Logoterapia, 2da Ed, FCE,
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TERCER ENCUENTRO FEDERAL DE LOGOTERAPIA Viedma, del 14 al 16 de noviembre
LOGORED INFORMA: del 14 al 16 de noviembre del corriente año, se
llevará a cabo en la ciudad de Viedma (Provincia de Río Negro, Argenti-
na), el TERCER ENCUENTRO FEDERAL DE LOGOTERAPIA, organiza-
do de manera conjunta por el Proyecto Presencia (de la Ciudad Autó-
noma de Buenos Aires), la Fundación Italopatagónica (de la ciudad de
Viedma) y el Centro de Enfoque Familiar (de la ciudad de Esquel). La
intención y finalidad del encuentro es crear un espacio de intercambio
de experiencias y conocimientos, entre profesionales que ejercen y apli-
can la Logoterapia en distintos ámbitos, en los diferentes puntos del
país. La primera edición se realizó en Tucumán (2011) y la segunda en
Esquel (2012) Unos de los objetivos previstos es la posible creación y
afianzamiento de una Red Federal de Logoterapeutas.
Los interesados en participar del evento pueden contactarse con el
Lic. José Menna ([email protected])
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Centro de Logoterapia y Análisis Existencial
Universidad Católica Argentina
El Comité Organizador, el Comité Científico, las autoridades del congreso, y el equipo
CLAE, agradecen a TODOS (conferencistas, expositores de Espacios de Reflexión y de Au-
las de Trabajos Libres, auspiciantes, adherentes, autoridades y personal administrativo de
la Facultad de Psicología y Psicopedagogía de la UCA, Centro de Estudiantes de Psicología
UCA, invitados especiales y asistentes), el haberse reunido en torno de la consigna “la Per-
sona en el Centro”, desarrollando un congreso con calidad académica y científica, y cali-
dez humana.
Decía Viktor Frankl que “desde Auschwitz sabemos de lo que el hombre es capaz, y desde
Hiroshima, lo que está en juego”. Y es cierto. Pero no es suficiente “saberlo”, hay que hacer
algo. Trabajar por la persona humana para que pueda ser ella misma, realizada, la que
haga realidad un mundo mejor, amigable. En las jornadas de este congreso, percibimos
un humanismo “en acto vivo”, dispuesto a avanzar por ese cambio.
Por todo eso, el CLAE UCA, organizador del evento, expresa su satisfacción por el desarro-
llo del mismo y agradece a TODOS por alentar nuestra esperanza de ver ese mundo, hecho
realidad. Muchas gracias.
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En la ceremonia de apertura del 5º Congreso
Latinoamericano de Logoterapia y Análisis
Existencial, “La Persona en el Centro”, en sus
palabras iniciales, el Dr. Claudio García Pin-
tos, presidente del evento, anunció su deci-
sión de renunciar al cargo de Director del
CLAE UCA.
Entre otras consideraciones destacó su inten-
ción de permitir con esta decisión, que las
nuevas generaciones de jóvenes profesionales
formados en la especialidad, puedan ir asu-
miendo posiciones de dirección y liderazgo en
la región, dándole continuidad y proyección a
la promoción de la Logoterapia y el Análisis
Existencial de Viktor Frankl. Señaló que la
organización de este congreso marcaba el fin
de una década de trabajo durante la cual pu-
do fundar y organizar el centro, darle funcio-
namiento, posicionarlo en la región y cumplir
con los primeros objetivos de promover el pen-
samiento frankliano en el ámbito universita-
rio. Habiendo formado, asimismo, un grupo
de profesionales que actualmente constituye
el equipo del centro, interpreta que cumple el
ciclo de su gestión y pone en manos de ellos
pone en manos de ellos la continuidad, pro-
yección y crecimiento del CLAE, continuando
el trabajo en pos de los mismos objetivos.
La decisión de renuncia no significa el aban-
dono del centro, del cual, según sus palabras,
“no me alejo, simplemente, me quito la gorra de
capitán para ponerme el birrete de marinero,
pasando ahora a ser un miembro más del equi-
po”.
La continuidad de la gestión del centro, reca-
erá ahora bajo la responsabilidad de la Lic.
Lucía COPELLO, proyectándose a partir de
esta nueva directoría, una modalidad dinámi-
ca que permita a la organización, ir renovan-
do autoridades regularmente, en períodos de
tres años.
De no mediar inconvenientes, su designación
será oficial en las próximas semanas. Por su
parte, el equipo CLAE confía en el éxito de la
nueva dirección y le da la bienvenida al cargo
a la Lic,. Copello.
Cambio de Autoridades
Nueva Directora del CLAE UCA Lic.Lucía COPELLO
Lucía Copello es Doctoranda en Psicología, Universidad del Salvador. Licenciada en Psicología, egresada de la Universidad Católica Argentina, Buenos Aires. Psicoterapeuta de adolescen-tes y adultos, con especialidad en Logoterapia y Análisis Exis-tencial y formación en Terapia Cognitivo Conductual.
Profesional de la Dirección General de Políticas de Juventud, dependiente de vice jefatura de Gobierno desempeñando tareas de investigación, diseño, supervisión y evaluación de proyectos de políticas públicas en materia de empleo y orientación vocacio-nal destinados a los jóvenes de la ciudad. Miembro y secretaria del CLAE (Centro de Logoterapia y Análisis Existencial de la Uni-versidad Católica Argentina).
Co-Autora del libro “Frankl por Definición. Consultor temático de Logoterapia y Análisis Existencial”, editorial San Pablo, Colección Noesis, 2007. Autora del libro “Logoterapia en Cárceles, el sufrimiento como escuela de humanización”, editorial San Pablo, Colección Praxis, 2009.Columnista mensual de la revista digital LOGORED. Dicta cursos y talleres de Introducción a la Logoterapia y Análisis Existencial, así como de temas afines, en diversos ámbitos a nivel nacional e internacional.
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EL CENTRO DE LA PERSONA
Una lectura desde la ontología
dimensional.
Por Lic.Pablo ETCHEBEHERE
Mail de contacto:
C omo todos ustedes saben el pen-
samiento de Viktor Frankl se orienta en dos direcciones. Por un lado nos encontramos con la
dirección terapeútica, la que ha bautiza-do logoterapia. Por otro nos encontramos
con la dirección antropológica, la cual para diferenciarla del psicoanálisis la ha denominado análisis existencial(1). Nuestra exposición se va a mantener en esta dirección antropológica y tiene co-
mo único fin responder a la siguiente pregunta ¿cuál es el centro de la perso-
na?
Previamente, como enseñan los libros de
lógica, debemos hacernos otra pregunta, pregunta fundamental, decisiva: ¿hay
centro en la persona? ¿existe realmente un centro en la persona? Al formularnos estas preguntas vino a mí una frase que
Jorge L. Borges refiere en un texto de Otras inquisiciones(2). La frase habla de
una esfera “cuyo centro está en todas partes y su circunsferencia en ninguna”. Ella será como nuestro hilo de Ariadna a
través del cual nos internaremos en el
laberinto de la ontología de la persona.
Sin embargo, para responder a nuestra
pregunta inicial debemos, aún antes, aclarar un concepto, todavía más central
y qué es, precisamente, el de persona. Nuestra exposición, entonces, tendrá tres partes. En la primera mostraremos
qué significa persona para Viktor Frankl. Allí confrontaremos dos modelos de per-
sona que se encuentran en pugna, dis-tinguiéndose constantemente uno de otro en el pensamiento frankliano. En la
segunda parte nos ocuparemos de la familia
semántica del término centro. En la última parte esperamos responder a la pregunta inicial ¿en qué radica el centro de la perso-
na?
La persona y sus modelos.
1.1. La etimología.
La etimología de la palabra persona es muy rica. Por un lado desde la lengua griega apa-
rece la idea de máscara. Persona se relacio-na con el personaje teatral, de modo que las
personas del drama son las que representan los papeles protagónicos. De acuerdo con lo dicho podemos afirmar que el hombre es
persona cuando representa un papel, rees-cribe con su vida un papel que le fue asigna-
do. O con otras palabras, el hombre es per-sona cuando cumple una misión. A su vez podemos decir que el hombre es persona
cuando cumple un papel protagónico. Pero ser protagonista no significa ocupar un lu-
gar destacado en el teatro de la vida ya sea por sus cualidades, físicas o espirituales. No. Protagonista en griego puede ser tradu-
cido como el “primer luchador”, protagonista es aquél que enfrenta la lucha por la vida. Así entonces, el hombre muestra su rostro
de persona no sólo representando un papel, sino también enfrentando la adversidad. Va-
lores de creación y de actitud hacen del
hombre una persona.
Junto a la etimología griega nos encontra-
mos también con etimologías de origen lati-no. En primer lugar queremos señalar una anterior aún al latín, que proviene de la len-
gua etrusca, según la cual la palabra perso-
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na viene de persu que significa también
máscara, pero ya no en el ámbito del teatro, sino que persu corresponde a la máscara mortuoria. El hombre es perso-
na entonces, cuando tuvo una vida tal que sobrevive a la muerte. Su vida valió
tanto la pena que su identidad, su ros-tro, perdura en el tiempo…su persona es
“más fuerte que la muerte”.
Otra etimología, propia del medioevo la-tino, nos dice que persona proviene de la
construcción per se una, que podemos traducir como “de suyo una”. El hombre entonces es persona cuando es una uni-
dad única e independiente. Ahora bien, junto con estas raíces Viktor Frankl nos propone aún una más. De acuerdo con
él, el término persona proviene de perso-nare. “En la conciencia de la persona
humana personat una instancia extra-humana.”(3) Así entonces, el hombre es
persona cuando a través de él (per) sue-na (sonare) una voz. El hombre es perso-na cuando se vuelve mensajero, trans-
misor de otra voz, de un sentido. Queda por ver, claro, de quién esa voz y qué
sentido tiene.
La noción.
Luego de ver los orígenes del término
persona, pasemos ahora a tratar de lo que Viktor Frankl entiende por persona. Para ello nos basaremos en su texto titu-
lado Diez tesis sobre la persona.(4) Para nuestro autor, la persona es un indivi-
duum insummabile, esto es, no puede ni ser divido ni ser agregado como parte de
algo más amplio, como sería la masa, la gente. Viene aquí el eco de la etimología
medioeval: la persona es de suyo una.
Además cada persona es un ser nuevo y es también espiritual, por lo tanto no
pertenece exclusivamente a la facticidad ni a un eterno retorno de lo mismo. Por eso también es yoica, es decir, no se en-
cuentra bajo la dictadura del ello. Puesto que la persona es una unidad y una tota-lidad es ella también dadora de unidad y totalidad. A su vez es dinámica, siempre
está transcendiéndose y enfrentándose a sí
misma. Vuelve aquí lo que referimos al ámbito del teatro: el hombre es persona en tanto que representa, actúa, a veces en co-
media, a veces en tragedia, el drama de la
vida.
Finalmente la persona no se comprende a sí
misma por un acto de inmanencia sino pre-cisamente desde la transcendencia. Estas
dos notas nos recuerdan la última etimolog-ía señalada: en la persona suena algo distin-
to, algo otro que ella misma.
Los modelos.
Hemos visto la etimología, hemos visto, sus-cintamente, qué entiende nuestro autor por
persona. Pero, como apuntamos en la intro-ducción, Frankl aclara en varios pasajes qué
es ser persona a través de la confrontación con otro modelo. De esta confrontación ob-tendremos no pocas ideas. A nuestro enten-
der hay dos modelos de persona en el hori-zonte del pensar frankliano. Los llamaremos,
para evitar “personificaciones”, modelos
abiertos y modelos cerrados.
El modelo cerrado es el que corresponde a lo que nuestro autor llama mónada, o mode-
lo monadológico(5). De acuerdo con este mo-delo el hombre, para comprenderse, debe in-
tersarse sólo en sí mismo.(6)
¿A qué nos referimos cuando hablamos de monadológico? El término fue acuñado por
Gottfried Leibniz y según él mónada es una “sustancia simple”(7), que no puede “ser al-terada o cambiada en su interior por alguna
otra criatura”(8). Esto es así porque las mónadas “no tienen ventanas por las cuales
algo pueda entrar o salir”(9). De ahí que todo cambio en ella debe provenir de “un princi-pio interno, ya que en su interior no podría
influir una causa externa”(10) Es por eso que Leibniz no duda en afirmar que las mónadas son autárquicas, es decir que po-
seen “una suficiencia que las convierte en fuentes de sus acciones internas, y por así
decirlo, en autómatas incorpóreos”(11) Estas
mónadas piensan al reflexionar.
Así entonces, según este modelo el hombre
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es persona cuando se encuentra separa-
do de todo lo demás. Separado es el sig-nificado etimológico de una palabra muy usada por la filosofía y que es la palabra
absoluto. La persona es entonces, algo ab-soluto, in-dependiente y que posee en
sí un universo completo.(12)
Enfrentado a este modelo cerrado está el modelo abierto o relacional, que es el que adopta Viktor Frankl. Para ver clara-
mente qué significa aquí “abierto” o “relacional” apelaremos al siguiente tex-
to: “partiremos de la afirmación de que todo ser es siempre, sustancialmente, un ser-otro. En efecto, todo lo que podamos
destacar en lo existente dentro de la res-tante plenitud del ser sólo podrá delimi-
tarse por el hecho de ser, en cada caso, diferenciable. Sólo mediante la referencia de un ser a otro ser podemos constituir
ambos. Lo previo es siempre la relación del ente como «siendo otra cosa que».
Ser=ser otro, es decir, «ser otro que», por lo tanto, relación; en rigor, sólo la rela-ción «es». De aquí que podamos también
formular el pensamiento de este modo:
todo ser es un ser-en relación.”(13)
Junto a estas afirmaciones de carácter
ontológico podemos agregar una de carácter óntico: “el hombre no es una mónada cerrada, y la psicología degene-
ra en alguna clase de monadología a no ser que reconozca la apertura del hom-
bre al mundo […] Esta apertura de la existencia es reflejada por la autotrans-cendencia del ser humano que a se vez
se refleja en la cualidad intencional de
las fenómenos humanos.”(14)
La clave de este modelo está en que la
persona no puede ser en soledad, sólo puede ser persona en una comunidad existencial con otro. Así entonces, la per-
sona alcanza su rango ontológico, prime-ro, en la apertura al otro, y segundo en
la comunicación con ese otro. Aparecen aquí los conceptos de intencionalidad es-
to es, tendencia al otro; y el de transcen-dencia, salida al otro. La identidad auténtica (15), ese tesoro tan buscado,
no está, entonces, en el solo sujeto sino
en la relación, en el “estar-uno-junto-a-
otro”. Como varias veces afirma Frankl “toda realidad humana se caracteriza por su orientación hacia algo”(16). Por eso, el
yo no se vuelve yo, no se convierte en el yo sino a través, junto al tú (17). Aparece aquí, insospechadamente, un eco de la etimolog-
ía del personare. Solamente orientado a al-go distinto de sí el hombre encuentra su
lugar. Pero si nuestro autor afirma -resumiendo lo dicho hasta aquí- que “pertenece a la esencia del hombre el carác-
ter orientado y centrado sea en algo o en alguien, en una obra o en una persona”
(18), ¿cuál será el centro del hombre? ¿dónde estará el centro si sólo junto al otro puede el hombre ser persona? Estas pre-
guntas nos llevan a investigar el concepto
de centro.
El centro.
2.1. Las etimologías.
Al hablar de centro nos introducimos en lo que Frankl denomina una ontología dimen-
sional. Si buscamos en un diccionario nos damos cuenta que los significados de esta
palabra pertenecen, en su mayoría, al ámbito de la geometría. Pero no nos pode-mos quedar allí, debemos, como Frankl nos
propone, pasar de un estilo more geometrico
a un estilo more ontologicus.(19)
Nuevamente retornemos a las etimologías.
En latín centrum significa “la pierna fija del compás entorno a la cual gira la otra” (20).
Pero este término latino proviene de uno griego que es kéntron y que significa
aguijón. ¿A qué nos llevan a pensar estos
sentidos?
Para trazar líneas con un compás necesita-mos previamente apoyarnos, asegurarnos
para que esa línea, supongamos una cir-cunsferencia, salga bien. El compás necesi-
ta fundamentarse en algo más firme que él para poder cumplir su misión, su función. Esto nos lleva a la primera conclusión. El
centro de la persona es aquello que le da un fundamento desde el cual actuar. A par-
tir de este centro logra concentrar sus
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energías evitando dispersarse, cayendo en
la vaguedad.
Pero pasemos a la otra etimología. Centro es un aguijón, algo que que se clava en
un terreno firme -imaginemos esas som-brillas de la playa- y su firmeza le da re-sistencia al viento, si está bien firme no
se volará. Aquí aparece junto al matiz del fundamento el matiz de la resistencia. Lo que está bien fundamentado puede resis-
tir las adversidades. Pero hay aún otra intepretación. El centro es aguijón, tam-
bién, en cuanto que nos pincha, en cuan-to que nos hace reaccionar. Así entendido el centro de la persona es lo que la mue-
ve, la saca de la indiferencia, de la apatía. El centro de la persona es lo que le exige
una respuesta, la vuelve, podríamos de-
cir, responsable.
2.2. El centro y el espíritu.
Quisieramos aquí, a partir de estas expli-
caciones, trasladar el tema del centro al tema del espíritu. La idea es ampliar la noción de espíritu y no quedarnos sola-
mente con una visión intelectualista o ra-cional, de acuerdo con la cual espíritu
significaría -en Frankl- solamente logos o nous. A partir de la imagen del funda-mento podríamos decir que el espíritu de
la persona es también éthos. Nuestro au-tor varias veces nos llama a “ontologizar
la moral”, es decir, “superar el deber con el sentido”(21), para ello debemos tener
en claro qué significa éthos. Esta palabra, en griego, fue traducida al latín como mo-ral, como costumbre. Éthos significa las
costumbres socialmente aceptadas por la moral. Pero también significa otra cosa,
t a m b i é n s i g n i f i c a “ m o r a d a ” , “carácter”(22). La ética, entonces, no habla a lo general en el hombre, sino que,
en su transcendencia al sentido, le habla “ad personam” y “ad situationem”. El cen-
tro de la persona, entendido como éthos, es el lugar donde ella mora, su forma pro-pia con la que traza las líneas de su vida.
Por lo tanto, espíritu no es solamente lo-
gos sino también éthos.
Pero recién dijimos que el centro es
aguijón. Esta función de aguijonearnos, de no dejarnos en paz, la queremos referir a otro término griego que es eros (23). El
centro de la persona es algo erótico, que tiene como misión el darnos alas, como
quería Platón; el permitirnos sobrepasar las situaciones de limitación y llevarnos más allá. “La emocional logique du coeur hace que el hombre tienda siempre a una realidad […] impidiéndole caer en la apa-
tía”(24) Tengamos aquí en cuenta que “corazón no significa nada más que el núcleo y el centro del hombre, la persona,
a saber, la persona íntima, la persona es-piritual profunda.”(25) De este modo, lo-gos, éthos y eros, forman lo que Frankl lla-ma “la tríada de la antropología filosófica”
(26). El eros en cuanto que lo impulsa a vivir y el éthos en cuanto que le da una morada, una fisonomía propia, configuran
el centro de la persona. No cabe duda que la persona sin centro, es decir, sin logos,
ni éthos ni eros, no sería persona. Aún más “el centro no puede ser anónimo, sino único e irremplazable” (27) Pero -como
verán en este discurso hay muchos “pero”- ¿de qué modo podemos encontrar este
centro? ¿qué método hemos de usar?
2.3. El centro y lo excéntrico.
Para responder a esta pregunta comparti-
remos dos textos de Viktor Frankl. El pri-mero dice así: hay que “enfocar el existir humano(28), excéntricamente, fuera del fo-
co de la exacta ciencia natural, sólo enton-ces captaremos no solamente el ser-así
humano, sino el existir humano.” Aquí aparece una primera respuesta. El centro
de la persona puede ser tematizado a través de dos métodos. El primero sería el método propio de las ciencias naturales
que pertenecen al campo óntico, encarga-do de describir el ser-así humano. Este centro es claro y distinto y se alcanza por
reflexión y es razonable. Pero el centro del cual estamos hablando, el centro ontológi-
co de la persona es excéntrico, está fuera de foco…Esto nos lleva a tener cuidado en una cosa: no hacer ni del logos -entendido
ese centro?
Sabemos que para Frankl lo humano del
hombre radica en el espíritu. Pero recién vimos que ese espíritu no es únicamente
logos, sino que además está el éthos y el eros. También vimos que para ser realmen-te espíritu debe escapar de la objetiviza-
ción. Como dice nuestro autor “el verdadero ser-hombre comienza allí donde termina
toda comprobabilidad y fijabilidad, donde cesa toda determinabilidad inequívoca y de-finitiva”(32) Es por eso que vamos a propo-
ner como centro del hombre al espíritu pero
en tanto que inconsciente.
En primer lugar debemos recordar que
“dentro del espíritu lo racional e intelectual ni siquiera representan lo específico en el hombre, más bien, lo emocional y lo exis-
tencial” (33) Así entonces, lo espiritual no se reduce al logos, sino, como venimos
viendo tiene como centro lo emocional, al
eros.
Ahora bien, poner en el centro de la perso-na, del homo sapiens, del animal racional,
lo erótico no puede sino asustarnos o lle-varnos a la sospecha de un irracionalismo.
He aquí donde entra el otro elemento de ese centro: lo inconsciente. Lo espiritual en tanto inconsciente es “irreflexionable en
tanto que ciego frente a toda autoobserva-ción que pretenda aprehenderla en su pun-
to de origen” (34) Por eso ante el incons-ciente espiritual “cualquier reflexión inne-
cesaria lo que hace es perjudicar”(35)
Debemos también tener presente que, si
bien lo espiritual inconsciente carece de autoconocimiento reflexivo, posee un tipo de conocimiento que es una autocompren-
sión implícita. Además “es más sabia de lo que él mismo vislumbra, y también más sa-
bia de lo que él se cree” (36) Pero lo es con una sabiduría distinta a la de la razón, es
una sabiduría del corazón.
3.1. La confianza.
¿En qué consiste esta sabiduría? La res-puesta a esta pregunta agrega, a nuestro
Página 31
como sentido- ni del eros ni del éthos al-
go tan claro, tan evidente que se vuelven
objetos entre los objetos.
De ahí que Frankl nos hable varias veces del pudor que mantiene al amor y a la fe
lejos de la objetivización (29). Demasiado claro, demasiado seguro, el centro de la
persona se vuelve un centro neurótico, que posee “una voluntad de llegar a una seguridad absoluta en los conocimientos
y en sus decisiones, la obsesión de cono-cer las cosas de un modo absolutamente seguro y de tomar decisiones absoluta-
mente morales.”(30)
El segundo texto nos habla del punto de fuga (31). Este es un elemento que bien
cabría agregar en una ontología dimen-sional. El punto de fuga se caracteriza por no estar en el dibujo, por no estar en
el cuadro, pero hacia él convergen todas las líneas del dibujo. Ese punto de fuga
no está en lo inmanente del dibujo pero le da sentido, desde afuera. Es, como di-cen los diccionarios, un “punto impropio
situado en el infinito”.
Y así nos encontramos con el centro de nuestro laberinto. Porque si para acce-
der a lo ontológico del hombre debemos volvernos excéntricos, salirnos de foco, y si al mismo tiempo lo que le da sentido
es un punto fuera de lo humano ¿cómo podemos hablar de centro? O ¿será que este centro de la persona lo aguijonea
constantemente para salir de sí, para transcenderse? Responder a estas pre-
guntas nos lleva al último punto de
nuestra conferencia.
El centro de la persona. El inconscien-
te espiritual.
Estamos buscando el centro de la perso-na. Como una especie de coincidencia de los opuestos, el centro se nos manifestó
como fundamento, como algo fijo, pero también como aguijón que nos impulsa y, a su vez, como algo excéntrico, fuera
de foco.¿Cómo caracterizar, entonces,
donando una visión monadológica. Es hora
que levantemos el telón del último acto de
esta escena.
1.3. La pasión.
“Situado ante el abismo, el hombre ve la
profundidad y lo que percibe en el fondo del abismo es la estructura trágica de la exis-tencia. Lo que se le revela es: que la exis-
tencia humana, en última instancia y en lo
más profundo, es una pasión.”(45)
Llegamos finalmente al centro de nuestra
búsqueda. Queremos concluir diciendo que el centro de la persona se nos muestra co-
mo pasión, entendida -propiamente- como aquello que recibe la acción de otro, que ansía la acción de otro. Esto nos plantea
una paradoja: porque la pasión no es un centro que concentre, que integre, sino un
centro que nos pone excéntricos, fuera de sí, alienados, esperando la voz del otro. En-tender el centro de la persona como pasión
nos permite descubrir que lo que mueve al hombre no es él mismo sino algo o alguien
que desde fuera lo llama. No cabe duda que el siglo XX nos ha demostrado que hace ya tiempo que hemos perdido el paraíso de la
razón, que hemos perdido también el paraí-so de las seguridades. Otra imagen de lo humano se yergue. Una imagen que va des-
de el sentido de la pasión a la pasión por el sentido. La imagen del sabio ha pasado, la
imagen del seguro, del firme ha pasado, nos queda la más humana, la del paciente
que espera, en confianza, vivir con sentido.
“Donde las palabras son pocas, cualquier palabra está de más” (46) Mis palabras no
fueron pocas, espero que no hayan sido de
más.
Página 32
entender, una nota a lo inconsciente es-
piritual en la cual hasta ahora no había-mos reparado. Frankl nos dice que la confianza es “la sabiduría propia del co-
razón”(37) Incluso nos habla de que hay que confiar en el inconciente.(38) Hemos escuchado muchas veces hablar de los
maestros de la sospecha. Marx, Nietzs-che y Freud son señalados como autores
cuya misión en la historia fue la de des-enmascarar al hombre. No cabe duda que han logrado su cometido y nos han
dejado sin antifaz. Como vimos al co-mienzo, el hombre es persona en tanto que máscara. No puede no ocultarse, no
puede no “desaparecer detrás de la reali-zación de actos espirituales” (39) Porque
el espíritu en tanto que inconsciente “ve y no puede ser visto, oye y no puede ser
oído, piensa y no puede ser pensado”(40)
El único modo que tenemos de acercar-
nos a nuestro centro y creemos, al centro del otro es a través de la confianza. Por
eso Frankl no duda en exigir la “restauración de una primordial confian-za en la propia existencia”(41), incluso
nos habla de una reeducación para la confianza.(42) Creo que ya es hora que
los muertos del nihilismo entierren a sus muertos y darnos cuenta que a pesar de todo, debemos confiadamente darle un sí
a la vida.
Y esta educación en la confianza de lo inconsciente se vuelve necesaria porque en nuestra búsqueda de sentido pode-
mos caer en la confusión y olvidarnos que normalmente existe “una incerti-
dumbre de cumplir con el sentido (43)
Queremos terminar esta exposición, ya excesiva, con una última caracterización del centro de la persona. Como ya sabe-
mos “la verdadera persona profunda, es decir, la espiritual existencial en su di-
mensión profunda es siempre incons-ciente.”(44) Ya sabemos que el centro no lo ocupa el logos sino lo emocional. Ya
sabemos que a ese centro llegamos des-enfocando nuestra óntica mirada y aban-
Página 33
el cuerpo que le está particularmente asignado y
cuya entelequia constituye: y como ese cuerpo ex-presa todo el universo por la conexión de toda la
materia en el lleno, el alma representa también todo
el universo, al representar ese cuerpo que le perte-
nece de manera particular.” Leibniz, G. W. Monado-logía, § 62. Y no podemos dejar aquí de citar el
párrafo § 67: “cada porción de la materia puede ser concebida como un jardín lleno de plantas, y como
un estanque lleno de peces. Pero cada rama de la
planta, cada miembro del animal, cada gota de sus
humores, es también un jardín o un estanque simi-
lar.” (13) Psicoanálisis y existencialismo, 24. Cfr. Ärtzliche Seelsorge. Grundlagen der Logotherapie und Existen-zanalyse. 10º Aufl. Wien, Franz Deuticke, 1982,
pág. 12.
(14) Psicoterapia y humanismo. ¿Tiene sentido la vi-da? 2º ed. México, Fondo de Cultura Económica,
1984, 56-57.
(15) Sobre el tema de autenticidad es interesante
leer el texto de Theodor W. Adorno La jerga de la au-tenticidad.En Obras completas, 6. Madrid, Akal,
2005.
(16) El hombre doliente. Fundamentos antropológicos de la psicoterapia. Barcelona, Herder, 1987, 65.
(17) Cfr. Psicoanálisis y existencialismo, 25.
(18) Logoterapia y análisis existencial, 190.
(19) Cfr. Teoría y terapia de las neurosis. Madrid,
Gredos, 1964.
(20) Corominas, Joan. Diccionario crítico etimológico de la lengua castellana. Madrid, Gredos, 1976. (21) El hombre doliente. Fundamentos antropológicos de la psicoterapia. Barcelona, Herder, 1987, 36. En
otros pasajes como en Voluntad de sentido, 33, lee-
mos que “la moral debe ser ontologizada, existencia-
lizada, fenomenologizada”.
(22) En realidad no es una palabra sino que en grie-go son dos palabras distintas, una se escribe con
épsilon y la otra con eta. Al trascribirlas al latín no
sabemos cuál corresponde a cual, por eso aquí
hemos introducido los dos significados griegos.
(23) Es cierto que, para Frankl, sexualidad, eros y
amor corresponden cada uno a una dimensión del
hombre. Pero hemos preferido mantener el término
en griego y no poner amor por su relación más cer-
cana a la finitud. Cfr. Psicoanálisis y existencialismo, 186. (24) Psicoanálisis y existencialismo, 165.
(25) Logoterapia y análisis existencial, 187.
REFERENCIAS
(1) En alemán se percibe más claramente la in-
tención en el nombre: Existenzanalyse se distin-
gue de Psychoanalyse. Debemos también distin-
guir el Existenzanalyse frankliano del Daseinsa-nalyse heideggeriano, términos dificiles de dife-
renciar en una traducción.
(2) Borges, Jorge Luis. La esfera de Pascal. En
Otras inquisiciones. Obras completas 1923-1972. Buenos Aires, Emecé, 1974, pp. 636-638. Allí en-
contramos el uso de esta metafóra inicialmente
aplicada al ser en Parménides aunque no con los
mismos términos. Propiamente aparece referida a Dios, como por ejemplo en Alain de Lille “Dios es
una esfera inteligible, cuyo centro está en todas
partes y la circunsferencia en ninguna.” Es tam-
bién aplicada al universo por Giordano Bruno:
“podemos afirmar con certidumbre que el univer-
so es todo centro, o que el centro del universo
está en todas partes y la circunsferencia en nin-guna” o a la naturaleza en Pascal “una esfera es-
pantosa, cuyo centro está en todas partes y la
circunsferencia en ninguna.” ¿Nos cabe ahora
que la apliquemos a la persona?
(3) Frankl, Viktor. La presencia ignorada de Dios. Psicoterapia y religión. 6º ed. Barcelona, Herder,
1986, 59.
(4) Frankl, Viktor. La voluntad de sentido. Barce-
lona, Herder, 1994, 106-115. Las diez tesis son:
1. La persona es un individuo. 2. La persona es
in-summabile. 3. Cada persona es absolutamente
un ser nuevo. 4. La persona es espiritual. 5. La persona es existencial. 6. La persona es yoica. 7.
La persona brinda unidad y totalidad. 8. La per-
sona es dinámica. 9. La persona se transciende y
se enfrenta a sí mismo. 10. La persona se com-
prende a si misma desde el punto de vista de la transcendencia.
(5) Cfr. Logoterapia y análisis existencial, 109.
(6) Psicoanálisis y existencialismo. De la psicotera-pia a la logoterapia. 2º ed. México, Fondo de Cul-
tura Económica, 1983, 51-52.
(7) Leibniz, G. W. Monadología, §1 Seguimos la
edición de Ezequiel de Olaso. Escritos filosóficos. Madrid, Machado Libros, 2003, 691 y siguientes.
(8) Leibniz, G. W. Monadología, § 7.
(9) Leibniz, G. W. Monadología, § 7.
(10) Leibniz, G. W. Monadología, § 11.
(11) Leibniz, G. W. Monadología, § 18.
(12)“Así aunque cada mónada creada represente todo el universo, representa con mayor distinción
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(39) El hombre doliente. Fundamentos antropológicos de la
psicoterapia. Barcelona, Herder, 1987, 163.
(40) La presencia ignorada de Dios. Psicoterapia y religión.
6º ed. Barcelona, Herder, 1986, 38.
(41) La presencia ignorada de Dios. Psicoterapia y religión.
6º ed. Barcelona, Herder, 1986, 73.
(42) Cfr. Teoría y terapia de las neurosis. Madrid, Gredos,
1964, 98.
(43) Psicoanálisis y existencialismo, 83.
(44) La presencia ignorada de Dios. Psicoterapia y
religión. 6º ed. Barcelona, Herder, 1986, 29.
(45) Logoterapia y análisis existencial, 145-146.
(46) Logoterapia y análisis existencial, 149.
(26) Logoterapia y análisis existencial, 41. (27) Psicoanálisis y existencialismo, 319.
(28) Voluntad de sentido, 60. El resaltado es nues-
tro.
(29) Cfr. Teoría y terapia de las neurosis. Madrid,
Gredos, 1964, 110. En Logoterapia y análisis exis-tencial (75) Frankl nos alerta frente a tres peligros
que puede conllevar la introducción de lo espiri-
tual en el ámbito de la psicología. Estos son el es-
piritualismo, el racionalismo y el intelectualismo.
(30) Voluntad de sentido, 265.
(31) Cfr. Voluntad de sentido, 70.
(32) Teoría y terapia de las neurosis. Madrid, Gre-
dos, 1964, 195.
(33) Logoterapia y análisis existencial, 75.
(34) Teoría y terapia de las neurosis. Madrid, Gre-
dos, 1964, 220.
(35) Logoterapia y análisis existencial, 84.
(36) Logoterapia y análisis existencial, 186.
(37) Teoría y terapia de las neurosis. Madrid, Gredos, 1964,
129.
(38) Cfr. La presencia ignorada de Dios. Psicoterapia y reli-
gión. 6º ed. Barcelona, Herder, 1986, 40.
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Los organizadores del 5º Congreso Latinoamericano de Logoterapia y Análisis
Existencial, agradecen a la producción, elenco y equipo técnico, por la maravillosa
función que realizaron el jueves 22 de agosto en adhesión al evento. El público
asistente pudo ingresar a través de la sensibilidad de las actuaciones, en el universo
vivencial de Viktor Frankl y comprender, fielmente, la profundidad vigorosa de su
mensaje como hombre y como cientìfico. A todos, MUCHAS GRACIAS!!
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logoterapeutas y para toda persona que quiere profundizar en el pensamiento de
Viktor E. Frankl es éste que contiene una cronología de los escritos del maestro:
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La Página de LOGOFORO
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ANÁLISIS EXISTENCIAL. LA PERSONA EN EL CENTRO, agradecen a LOGOFO-
RO y a PROYECTO PRESENCIA (a través de su programa radial “El valor de
Sentir”, Radio Stentor AM 1590) el apoyo que le han dado a la realización del
evento.
desde 1945 había irrumpido en el escenario
político y social argentino.
Interpreta también como otro momento histórico de la casa tomada el 25 de Mayo de 1973, cuando el camporismo gana aque-
llas elecciones, y “le toma la casa” a la
burguesía dominante de entonces.
No menos aguda podría ser también una
lectura psicológica, en la que diversos síntomas neuróticos como obsesiones y fo-
bias, van ocupando cada vez más espacio mental (la casa) y restringiendo el área li-bre de desenvolvimiento del Yo (el dueño de
casa).
La metáfora de la casa tomada parece hecha a medida para validar la célebre fra-
se de Freud: “el yo no es amo en su propia
casa”.
El Yo consciente y racional, sostenido en la
tradición iluminista de “la diosa razón”, abandonaba el prolongado dominio y sobe-ranía de sí mismo (abandonaba su casa) a
manos del inconsciente y la determinación
pulsional de la conducta.
Estas interpretaciones y sus respectivos
acentos, tanto en lo psicosomático como en lo sociocultural, me hicieron pensar que
también podría abordarse la metáfora de la casa tomada desde una clave existen-cial, y más específicamente, a la luz de la
antropología frankleana.
Bien sabemos, y no hace falta explayarse en ello, que lo esencialmente humano del
hombre, en la concepción tridimensional de Viktor Frankl, es su condición espiri-
tual.
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E l memorable cuento de Julio Cortázar, la casa tomada, pu-
blicado en 1947, relata la expe-riencia de una pareja de herma-
nos cuya casa va siendo tomada, progre-sivamente, desde el fondo hacia el frente, hasta que finalmente la deben abando-
nar.
Esta situación de la casa tomada, se constituye en una riquísima metáfora,
que puede recibir diferentes lecturas y variadas interpretaciones, según el cam-
po de acción donde se la sitúe, y la con-dición que se le dé, tanto a los ocupan-
tes como a los dueños de casa.
Así por ejemplo, en el campo biológico,
la casa podría representar el cuerpo, que va siendo tomado por el sostenido avan-
ce de un cáncer que va usurpando las distintas “habitaciones-órganos” hasta
su inexorable final.
Desde una óptica sociológica, podría citarse la interpretación sociopolítica del filósofo José Pablo Feinmann, quien re-
fiere que Cortázar se va de la Argentina en la década del 50 porque “los bombos
peronistas no le dejan escuchar a Bar-
tok”.
En esta línea interpretativa la casa re-
presentaría al país, los dueños de la ca-sa serían las clases dominantes (la oli-garquía y las clases patricias hegemóni-
cas), que van perdiendo “su casa”, pri-mero a manos de la “la chusma ultra-marina” (la inmigración de principios de
siglo), y después a manos del incipiente pueblo peronista, que desde 1945 ha-
LA CASA TOMADA
Por Lic.Enrique ADÚRIZ
Mail de contacto: [email protected]
Concibe al hombre naturalmente influen-
ciado por los múltiples condicionamientos físicos, psíquicos y socioculturales, más en absoluto determinado por ellos, antes
bien, y debido justamente a su dimensión espiritual, capaz él mismo de determinar sus propios actos y de oponerse a las pre-
siones y demandas de aquellas instan-
cias.
Vayamos pensando entonces la metáfora
de marras a la luz de esta perspectiva
existencial.
La casa es el lugar donde se habita, así lo
explicita ya su misma etimología,
(del latín casa, choza; edificios habitados por alguien), pero este lugar no es cual-
quier lugar, se trata de un lugar privile-giado, pues se trata de esos espacios que
construyen la identidad de los individuos, en la antípoda misma de los “no lugares”, esos espacios del anonimato que tan lúci-
damente advirtiera Marc Augé como
propios de la posmodernidad.
Allí habita “alguien”, no “algo”, el “alguien” que habita esta casa es el mis-mo ser humano, la casa que lo contiene y
donde mora es su propia humanidad, su
específica y singular condición humana.
Recordando la concepción tridimensional
de la antropología frankleana, dejemos que el mismo Viktor Frankl le de su im-pronta a este matiz. Dice en Logoterapia y
Análisis Existencial: “Por consiguiente, no solamente en la tercera dimensión, la de lo
espiritual, sino ante todo en la tridimen-sionalidad del cuerpo, alma y espíritu, el homo humanus está en su patria, en esta tri-unidad, allí, su humanitas está en su
tierra natal”.
Dejaría entonces de habitar su tierra, de
habitar plenamente su casa, en la medi-da que fuera resintiéndose o menos-
cabándose esta singularidad tridimensio-
nal.
Los diversos reduccionismos, con su
máxima señera “el hombre no es nada más que…” son modos concretos y efica-
ces de ir “tomando la casa”.
El biologismo, el psicologismo, y/o el so-
ciologismo, remiten “al mismo perro pero con distinto collar”, la misma concepción reducida del hombre a una sola de sus di-
mensiones constitutivas, impidiéndose así el pleno alojamiento del ser humano en su
humanitas primordial.
Así como en el relato de Cortázar los due-ños de casa van reduciendo cada vez más su hábitat, nuestro ser humano, víctima
de los diversos reduccionismos, también lo va padeciendo y muy en particular lo sufre
en lo propiamente constitutivo de su exis-tencia, aquello que lo hace debidamente humano y lo distingue del animal, en su
condición espiritual, y con ésta en su radi-
cal situación de ser libre y responsable.
Esta pérdida en lo distintivamente huma-
no es definitivamente mala para el hom-bre, y advirtamos con cuanta justeza y profundidad lo condensa Erich Fromm,
extraordinario humanista, cuando nos di-ce que “el mal es lo que el hombre pierde de sí mismo en el intento trágico de evitar el peso de su humanidad”. Una insidiosa
manera de ir cediendo terreno, eludiendo el peso existencial de la inquietante, cuan-do no dramática, “condena a ser libre” es entregar esas propiedades al se imperso-
nal, el “das man” en la específica expre-
sión alemana.
El “se dice”, “se piensa”, etc., le arrebata la libertad y la responsabilidad al propio sujeto, le toma el corazón mismo de la ca-
sa, siguiendo la metáfora que nos ocupa, y en esta íntima deshumanización confirma
el carácter trágico que denunciara Fromm
en su sentencia.
El relato también lo testimonia. Los due-
ños de casa en un momento dado, ya habiendo cedido toda la parte del fondo y con ello no pocas cosas, refieren las venta-
jas de la situación que viven en términos de “no pensar”. Cada uno con sus activi-dades había conseguido “matar el tiempo”,
“estábamos bien, y poco a poco empezába-mos a no pensar. Se puede vivir sin pen-
sar”.
Ciertamente dice bien, se puede vivir sin
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genuino, al “uno-mismo”, se expande y
cristaliza una calidad de existencia no ge-nuina, que no escucha el llamado de la
conciencia, una existencia inauténtica.
La conciencia da voces, la voz de la Exis-
tencia, la voz de lo más verdadero de sí, del genuino uno mismo, y también, para la an-
tropología frankleana, la voz de Dios. Y da voces para que el ser humano recuerde su “mismidad humana” si cabe decirlo de este
modo, para poder llegar a ser “uno mismo”, y pasar de la inautenticidad a la autentici-
dad de la existencia.
La casa tomada es renunciar a ese sí mis-
mo, es renunciar a escucharse en la con-ciencia y a respetar la verdadera intimidad
y mismidad del ser, es seguir cediendo el territorio de la “humanitas”, es dejar de ser
fiel al ser (genuinamente humano) y al
deber ser, también genuinamente humano.
En definitiva, la casa tomada es esa des-
humanización a partir de la dimisión de la condición espiritual y sus respectivas mani-
festaciones. Tomamos nota de las conse-cuencias de la claudicación de la libertad, la responsabilidad y la conciencia; no le va
en zaga la enajenación resultante de la ce-sión del amor, y muy especialmente de la autotrascendencia, a manos de una
suerte de autorreferencia narcisística, que pone el norte exclusiva y unilateralmente
en los propios estados anímicos y en la
consecución del placer.
Para la Logoterapia, la autotrascendencia
en tanto radical orientación hacia algo o alguien distinto y fuera de sí mismo, es una exigencia esencial de la existencia humana;
también hace al corazón de la casa que va siendo usurpada, y es igualmente trágica la pérdida de humanidad que se padece al no
asumirla y desplegarla.
La casa finalmente es tomada y los dueños la abandonan con lo puesto, y el final del
cuento tiene un remate genial, muy propio de su autor, que amerita referirse textual-
mente.
“…y salimos así a la calle. Antes de alejar-nos tuve lástima, cerré bien la puerta de en-trada y tiré la llave a la alcantarilla. No fue-
pensar y sin hacerse cargo ni responder
por los propios pensamientos y acciones. El conformismo, en su aceptación pasi-va y acrítica de lo establecido, así como
el colectivismo, en su disolución en la masa, son flagrantes renuncias a soste-ner y desarrollar la actitud libre y res-
ponsable que le cabe al homo humanus,
en el latino decir de Frankl.
Sin embargo y volviendo al cuento de
Cortázar, cuando inmediatamente agre-ga que los sueños en alta voz de su her-
mana lo desvelaban, invita a interpretar que desde lo profundo del ánima, desde el inconsciente como la reserva más pro-
funda de la persona (inconsciente espiri-tual para la Logoterapia) emerge una voz
que denuncia y despierta, para que no
se duerma, para que piense.
Dramático y crucial debate existencial para nuestro hombre contemporáneo,
al que le van tomando la casa, escuchar-se o no escucharse, percibirse en su ra-
dical humanidad o hacerse el sordo y
desentenderse de su deber ser quien es.
Escucharse es hacer lugar a la voz de
la conciencia, el órgano de sentido por excelencia, un poderoso radar que detec-ta intuitivamente totalidades llenas de
sentido, donde realizar valores en el ple-no ejercicio de la libertad y responsabili-
dad personal. No escucharse es no es-cuchar la voz de la conciencia, lo cual, en clave existencial, es una vía directa y
sin escalas a la tan mentada existencia inauténtica.
Martín Heidegger, eminente represen-
tante de la filosofía existencial, lo revela con su hondura característica cuando sostiene que “la Existencia se llama a sí misma en la conciencia…”. Ese “sí mis-mo”, el “mismo” del hombre y si cabe la
redundancia: la más plena mismidad del uno mismo, es convocado, es llamado a través de la conciencia, a ser sí mismo,
haciendo de la existencia una existencia genuina, una existencia auténtica. Pero
cuando la Existencia se queda estancada en lo general humano, en lo impersonal, en el Se (das man) y no trae a ser al Yo
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se que algún pobre diablo se le ocurriese robar y se metiera en la casa, a esa hora y
con la casa tomada”.
Una luminosa alegoría del hombre actual, o al menos del hombre existencialmente
inauténtico, que se ha dejado usurpar su casa, su humano modo de morar en ella,
y que tras haberla abandonando progre-sivamente, al final revela su inversión de valores y su confusión existencial. Perse-
vera en su atención y cuidado de que no le roben por el frente, de que no le entren
desde afuera, el control y las seguridades muy propias de la orientación existencial del tener (Fromm) donde la imagen, el éxi-
to, el placer y el poder son los bienes pre-ciados, mientras que, en realidad, ya le tomaron la casa desde adentro, le despo-
jaron el ser, el modo esencialmente
humano de existir.
Preocupado en que no le roben, desde afuera, lo que tiene, en esta indolencia
no registra que ha ido perdiendo, desde
adentro, lo que es. La metáfora de la ca-sa tomada, así descripta e interpretada, podría también graficarse parafraseando
a Marc Augé como un transitar creciente de un “lugar” con nombre propio, con lo propio de ser humano (y no de otra mane-
ra), hacia una suerte de “no lugar”, o lu-gar de anonimato, sin nombre propia-
mente humano. “¡Pobre de aquel que no tiene hogar!”, concluye Nietzsche su
poema “Solitario”. Esta metáfora tiene su antípoda neta y cabal en la casa ínte-gramente ocupada, vivida de un modo
plenamente humano, auténtico, y sin re-taceos para evitar el peso de la humani-
dad, especialmente en lo que tiene de li-bertad, responsabilidad, conciencia y au-
totrascendencia.
Ninguna síntesis poética más perfecta pa-ra condensar el sentido y la potencia fe-cunda de la casa que, a mi gusto, la ex-
presada por el poeta y sacerdote argenti-no, Hugo Mujica, cuando dice que la ca-sa es el ámbito que permite “ser donde uno está y estar donde uno es”.
En apenas nueve palabras queda todo di-cho; privilegio y don de la poesía y los
poetas, pero la Logoterapia, siempre apela-
tiva, como la vida misma, tiene mucho que decir, en particular para quienes, hoy ya multitudinariamente, no habitan su pro-
pia casa, pues tienen la casa tomada.
Y ciertamente Viktor Frankl es la primera voz, tanto con su obra, pero mucho más
aún con su vida, (completa validación de aquella), pues ha dado cuenta de “la humanidad posible”, en la lograda y feliz expresión de Claudio García Pintos para titular uno de sus primeros libros. Tama-
ño testimonio existencial, personal y científico, lejos de convertirse en un ideal inalcanzable, cercano a una suerte de pro-
hombre, es una apelación a morar y vivir plena y vigorosamente en nuestra más
cardinal humanidad. Bien dice el autor de “Viktor E. Frankl. La humanidad posible” aludiendo a la técnica de la apelación logo-
terapéutica: “…sabemos que existe en el hombre una espiritualidad reprimida, in-consciente, algo que particularmente deno-mino la “humanidad posible”, aquella que aún no realizamos, con la que no nos conec-tamos. A esa realidad es a la que apunta directamente la apelación logoterapéutica, teniendo por intención el denunciarle al pa-ciente su propia capacidad de sentir, de ex-
perimentar, de vivenciar, de descubrir”.
La apelación frankleana es una apelación para que no nos ocupen la morada, para
desplegar en ella toda la humanidad posi-ble, pero, nobleza obliga, dejemos la últi-ma palabra apelativa a otro representante
de las letras, atento al carácter literario del
cuento que suscitó estas reflexiones.
Supo decir en su día William Faulkner: “La inextinguible voz de la condición huma-na no sólo perdurará, también prevale-
cerá”.
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E sta pintura se llama "La lección de
música" y es del pintor holandés Johannes Vermeer, del período barroco. En la misma, se ve que
sobre la tapa de la espineta que se está tocando, hay una inscripción en flamenco
que dice:
"La música es compañera de la alegría y
medicina para los dolores"
No es ni más ni menos que lo que nos su-cede a varios de nosotros en tanto músi-
cos, que sentimos la música como un enorme cable a tierra, donde demostra-
mos nuestros estados y nuestras mas pro-
fundas emociones. (ver http://youtu.be/
AKyJLpag2dA)
Sin duda el arte constituye un camino pri-
vilegiado hacia las profundidades de la persona humana. El arte constituye un caudal por donde la intuición y la expresi-
vidad humanas fluyen de manera absoluta
inspirando a la producción artística.
CONSIDERACIONES TEÓRICAS
Los valores y el hecho artístico
Sabemos que podemos reconocer en el
marco de la Logoterapia, tres tipos de va-
lores:
Valores de actitud,
Valores de experiencia y
Valores de creación.
Estos últimos hacen referencia a la capa-cidad humana de producir y crear a partir
de elementos significativos para la perso-na, dando lugar a una obra que conlleve
un sentido subjetivo y personal.
Frankl en su obra “Teoría y terapia de las neurosis, decía: “… no solamente el acto creador (que corresponde a la capacidad de trabajo) puede dar un sentido a la existen-cia, hablamos en este caso de la realiza-ción de valores de creación. Y no solamente la vivencia, el encuentro y el amor (que co-rresponden a la capacidad de goce), pue-
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EL SENTIDO DE LA MÚSICA
Y LA MÚSICA DEL SENTIDO
Por Lic. Emmanuel CORDOBÉZ
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Por Lic. Axel OTERO
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den dotar la vida de sentido, refiriéndonos entonces a los valores vivenciales- … pue-de uno dar sentido a su vida, realizando
una acción ejecutando una obra.”
Otra referencia a tener en cuenta es la que Frankl hace en su obra Psicoanálisis
y Existencialismo, en donde menciona:
“… los valores creadores o su realización, ocupan el primer plano en la misión de la
vida del hombre…”
En estos párrafos, Frankl entiende a de-terminadas acciones de las personas, co-
mo dotadas de una significación especial, las cuales dan lugar a la realización de
un sentido.
El hecho artístico, suele ser un fenómeno espontáneo e inherente al campo de lo perceptual. Las razones por las cuales, la
obra de arte logra movilizar la interioridad de una persona, están enteramente rela-
cionadas con su dimensión inconciente. En este punto, Frankl diferenciaba los as-pectos pertenecientes al inconciente
psíquico y al inconciente espiritual.
Es en esta dimensión espiritual incon-ciente, en donde radican los elementos
dadores de sentido para la persona, así como también, el lugar en donde el hecho artístico repercute, movilizando sus esfe-
ras mas profundas.
Es tal la conexión que logra establecerse entre estos elementos, que es natural que
el arte, en sus diversas formas, este mu-chas veces relacionado, con las acciones
significativas y dadoras de sentido en la
vida de las personas.
Dentro del arte consideramos a la música
como una de sus más excelsas manifesta-ciones y quizás la más sencilla de apre-
hender
La música como herramienta
Son muchas las posibilidades artísticas
que pueden ser tomadas como camino pa-
ra la expresión de producciones significati-vas para la persona. Estas herramientas
artísticas funcionan como elementos habi-litantes para llevar adelante caminos para
la realización de sentido.
Es posiblemente la música, el canal artís-
tico más privilegiado a la hora de ser utili-
zada como facilitador, como medio para.
Además el intenso placer que sentimos al
escuchar música provoca en el cerebro la secreción de dopamina, según un estudio
publicado en la revista Nature Neuroscien-
ce.
(http://www.nature.com/neuro/journal/v
14/n2/full/nn.2726.html) (oct 2011)
"Estamos más cerca de entender por qué estímulos abstractos como la música y el
arte nos producen placer, a pesar de que no son necesarios para la supervivencia",
afirman los autores, que aseguran que la música funciona como un amplificador
de las emociones.
Tal como afirma el Dr. Guillermo Pareja Herrera en una de sus Cartas Del Desier-to, “me siento hoy en un Rondó allegro vi-vace o estoy en un Allegro ma non tanto o (...) Iremos al parque para tener nuestro
Andante cantábile. Para mí fue un mundo nuevo iniciarme en los viajes de la imagi-
nación amorosa a través de las expresio-nes italianas del lenguaje musical. Hoy, muchos años después, al escribir estas
líneas me siento en un Adagio sostenuto
ed espressivo. “
Uno de los aspectos fundamentales que la música como herramienta nos permite ex-plorar es el aspecto superador que puede
tener para una persona.
Debido a la multiplicidad de formas con las que una persona puede relacionarse
con la música. Es posible lograr que quien posee una sensibilidad artística natural, pueda hallar elementos para la autosu-
peración personal. Conectándose con lo esencialmente valioso de su dimensión
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mentalmente la experiencia del reencuen-
tro con estos valores brinda la oportunidad de auto trascenderse y experimentar la cer-
teza de la vigencia de los mismos.
EXPERIENCIAS
Sobre Guitar ImproFest, relato en prime-ra persona del Lic. Prof. Emmanuel Cor-dobez
“Como todas las cosas trascendentes de la
vida, Guitar ImproFest (desde ahora men-cionada por su acrónimo GIF) nació por
una inquietud mezclada con necesidad: el deseo ferviente de conocer a otros músicos
como yo.
Internet está plagada de foros de músicos y
para músicos y yo estoy suscrito a varios, pero sentí en un momento la necesidad de
dejar de lado lo virtual, de generar un en-cuentro y un espacio que nos convocara a conocer a la otra persona que estaba detrás
del teclado y darle entidad por fin a eso que
nos igualaba, la música.
De este modo surgió un espacio de encuen-
tro entre personas que no se conocían en absoluto, pero que compartían una pasión:
la música.
Siempre vi a la música como un espacio de expresión genuina de la persona toda. La manera en la cual un músico transita por
la experiencia creadora es sin duda tan in-tensa como privilegiada debido a todos los
valores que se exponen sobre el escenario y ante cada nota. Lógicamente tenía muchas dudas sobre qué podía pasar en el encuen-
tro de personas que no se conocían, con va-lores a descubrir en el otro y con todo el de-safío que eso implicaba. Además de eso,
había que considerar las diferencias de
edad, destreza musical, experiencias, etc.
Guillermo Pareja Herrera habla en una de
sus Cartas del Desierto, de las “canciones del pueblo”, y se refiere a ellas como “las
canciones llamadas inmortales, las siempre vivas pues anidaron en el alma de los pue-blos y se trasmiten de boca en boca, de al-
ma en alma”. Recordé también a la sabi-duría gauchesca, con esa máxima implícita
pueda hallar elementos para la autosu-
peración personal. Conectándose con lo esencialmente valioso de su dimensión
humana.
(http://www.youtube.com/watch?v=JkC
SIWty-LE)
El arte y la espiritualidad inconciente
Viktor Frankl en su libro “Logoterapia y análisis existencial” decía: “… tanto por lo que se refiere a la producción artística, como por lo que se refiere a la reproduc-ción, el artista no puede prescindir en es-
te sentido de una espiritualidad incons-ciente. En el artista, la inspiración corres-ponde a la intuición, en si irracional, de la conciencia y por lo tanto, no racionaliza-ble completamente. E incluso tiene sus raíces en una esfera de espiritualidad in-consciente. A partir de ella, el artista crea. Y por consiguiente las fuentes, a partir de las cuales crea, se encuentran y permanecen en una oscuridad que nunca se puede aclarar completamente median-
te la conciencia”.
En este apartado, Frankl hace referencia
a la condición inconsciente de la inspira-ción artística, no en referencia al incons-
ciente psíquico, sino al inconsciente es-piritual. El arte constituye un caudal por donde la intuición y la expresividad
humanas fluyen de manera absoluta
inspirando a la producción artística.
En estos últimos tiempos, pudimos ver
números ejemplos en donde esta estre-
cha relación se ponía en marcha.
Asimismo, consideramos a los músicos
como quienes tienen el privilegio de po-der poner en marcha de manera natural valores de creación fundamentales como
elementos dadores de sentido. Inclusive de modo puramente intuitivo, el desarro-llo y puesta en marcha de los valores de
creación inherentes a la persona huma-na y que permanecen vigentes a lo largo
de toda la vida permiten a la persona desarrollar aquellos talentos que le son gratificantes y significativos. Y funda-
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1. Finalidad Terapéutica
De1sde esta mirada, el trabajo se encuen-
tra centrado fundamentalmente en el desa-rrollo y puesta en marcha de los valores de creación inherentes a la persona humana y
que permanecen vigentes a lo largo de toda
la vida.
El encuentro con estos valores permiten a
la persona desarrollar aquellos talentos que le son gratificantes y significativos.
Brindándoles la oportunidad de auto tras-cenderse y experimentar la certeza de que estos talentos permanecen vigentes a pesar
del paso del tiempo.
La música constituye un camino privilegia-do para la conexión con la dimensión espi-
ritual del hombre, donde se alojan aquellos valores dadores de sentido y fundamentales para cada persona. Atendiendo en todo mo-
mento la importancia de la auto trascen-dencia a través de una tarea significativa
para la persona y del efecto salutógeno que
esto conlleva.
2. Puesta en Marcha:
Este proyecto se encuentra orientado a to-da persona mayor a 60 años que tenga
algún tipo de talento musical.
La primera fase del proyecto constara en
recorrer diferentes instituciones geriátricas, hogares para personas mayores y centros
de jubilados. En cada lugar se presentara a
las autoridades un resumen del proyecto.
Una vez que se hayan reunido un numero
mínimo de participantes. Se comenzaran los ensayos manteniendo una modalidad participativa abierta, la cual permita la in-
corporación de nuevos músicos a lo largo
del proyecto.
La modalidad de encuentros estará pactada
con una frecuencia de 1 encuentro semanal en una primera instancia. Luego se incre-mentara a 2 encuentros semanales en las
instancias previas a las primeras presenta-
ciones.
A lo largo de estas jornadas se trabajaran
aspectos terapéuticos los cuales se instru-
en cada peña o en cada fogón que convo-
ca a una canción “que sepamos todos”.
Esa intuición borró toda diferencia que pudiera existir entre los asistentes a la primera edición de GIF. Y quedé maravi-
llado por la inexplicable magia producida en el encuentro entre personas que com-
partían una misma pasión.
Recordé al concepto frankliano de valo-res de creación, considerando que sin
buscar un hecho científico sino un hecho meramente artístico, eran esos va-lores los que se había puesto en juego.
Ya no el encuentro, sino el reencuentro
con los mismos.
Al día de hoy se llevan realizadas seis 6
ediciones realizadas de algo que co-menzó como un juego y en el cual la gente que se fue acercando para partici-
par agradece la posibilidad del reencuen-tro con los mencionados valores de crea-
ción. El evento es abierto y gratuito para
quienes son músicos.
Se puede chequear la información sobre
el evento y el modo de participar del mis-mo en http://www.facebook.com/GuitarImpro
Fest o enviando un correo electrónico al
autor de estas líneas”.
Sobre el Programa Tango Sentido
El programa Tango Sentido, a cargo del Lic. Axel Otero, es un proyecto de traba-
jo terapéutico enfocado desde el encua-
dre de la Logoterapia.
El objetivo central del proyecto, es el tra-
bajo terapéutico con personas mayores a
través de la música.
Para la realización del proyecto, se con-
formara un grupo musical integrado en-teramente por personas mayores de 60
años.
Tanto durante como después de la for-mación del grupo, se trabajaran aspec-tos terapéuticos de gran riqueza psíquica
y espiritual.
mo un juego. Es que la música es una
herramienta terapéutica que tiene el mismo valor que el juego. Será acaso por el mismo motivo por el cual en el idioma inglés,
“tocar un instrumento” y “jugar” se dicen
de la misma manera, play.
Y en el fondo deben ser lo mismo.
(ver
http://www.youtube.com/watch?v=RoLoFe
3Eze8 )
BIBLIOGRAFÍA DE REFERENCIA
- Frankl, Viktor. “Teoría y Terapia de las Neurosis”.
- Frankl, Viktor. “Psicoanálisis y Existencialismo”.
- Pareja Herrera, Guillermo. “Cartas del Desierto”.
Canciones del Pueblo
- Pareja Herrera, Guillermo. “Cartas del Desierto”.
Andante Cantabile
- García Pintos, Claudio y col. “Frankl por defini-ción”.
- Anatomically distinct dopamine release during an-
ticipation and experience of peak emotion to music.
Nature Neuroscience, oct. 2011
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mentaran y serán acompañados con el
trabajo musical.
Finalmente, se pactaran una serie de presentaciones en donde los integrantes del proyecto podrán llevar su talento y
su mensaje por distintos lugares del
país.
CONCLUSIÓN
La música entonces, constituye un cami-
no privilegiado para la conexión con la dimensión espiritual del hombre, donde
se alojan aquellos valores dadores de sentido y fundamentales para cada per-
sona.
¿Nietszche tenía razón? ¿Sin música la
vida sería un error?
No podemos afirmarlo con certeza.
Lo que sí podemos afirmar es que hay en
el mundo, muchas personas a las que se les vuelve a iluminar la cara con un bri-llo especial cuando después de 10 o 20
años, de manera fortuita o no, vuelven a
tener una guitarra junto a ellos…
Porque ese instrumento es algo más que
un trozo de madera o metal que resuena de una manera determinada. Es un vehí-culo para reencontrarse con uno mismo
y con los valores que se supo encarnar alguna vez, de manera intuitiva, casi co-
IZQ. Lic. Axel OTERO
DER. Lic. Emmanuel
CORDOBEZ
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El Equipo CALE UCA agradece a todas las
instituciones que adhirieron al evento y a
los auspiciantes que nos acompañaron en la
organización del congreso. Todos ellos tam-
bién trabajan por la persona. A TODOS...
¡¡Ya estamos trabajando para el 2015!!
¡¡Los esperamos!!