Los centros históricos de las ciudades españolas - CORE · Ya al comienzo del proceso, el enfoque...

14
I INTRODUCCIÓN P RONTO habrá transcurrido un cuarto de siglo desde que se inició la recuperación de los centros históri- cos españoles, primera iniciativa urbanística de la De- mocracia, al comienzo de los años 1980. Es tiempo su- ficiente como para hacer balance, pero este no debe limitarse a reconocer las mejoras conseguidas, muy su- periores a todo lo imaginable a la muerte del dictador. Tanta o mayor atención requieren los desaciertos y las tareas pendientes en términos morfológicos, económi- cos, sociales o ambientales, debidos bien a la inercia del pasado, al propio modelo de intervención o a facto- res sobrevenidos. Es misión de la Geografía explorar el complejo sistema de realidades interligadas que inciden hoy en el casco antiguo (turismo, inmigración, movida, elitización, urbanismo estratégico), cuyo poder trans- formador o desestabilizador hace necesaria la búsqueda de soluciones flexibles e imaginativas, pero también idealistas. En consecuencia se mantiene vivo uno de los objetos más clásicos de la disciplina, la ciudad hereda- da, laboratorio privilegiado para la búsqueda de la uto- pía urbana. Presentar de modo crítico y para el conjunto del país el estado de la cuestión no es empresa fácil pues faltan estudios locales, también datos estadísticos suficientes, Ería, 72 (2007), págs. 75-88 SERGIO TOMÉ FERNÁNDEZ Departamento de Geografía. Universidad de Oviedo Los centros históricos de las ciudades españolas RESUMEN Veinticinco años de experiencia en rehabilitación de centros his- tóricos han aportado un modelo de intervención muy eficaz frente a ciertos problemas pero no totalmente exitoso en la búsqueda de solu- ciones sociales o funcionales. Eso hace inevitable un replanteamiento, con arreglo a las coordenadas del desarrollo sostenible, que sin embar- go chocan con los principios del urbanismo estratégico dominante. RÉSUMÉ Les centres historiques des villes espagnoles.- Vingt-cinq ans d'expérience en réhabilitation de centres historiques ont fourni un modèle d'intervention très efficace face à certains problèmes, mais in- suffisant a l'heure de chercher des solutions sociales et fonctionnelles. Il en résulte donc la nécessité inévitable de corriger partiellement le modèle en fonction des coordonnées du développement soutenable, qui sont pourtant contraires aux principes de l'urbanisme stratégique dominant. ABSTRACT Historical centres in Spanish towns.- Twenty-five years of expe- rience in rehabilitation of historical centres have produced a very ef- fective model of intervention facing certain problems, but not comple- tely successful in the search of social or functional solutions. It is necessary, therefore, to carry out a partial revision of the pattern, ac- cording to the premises of the sustainable development which howe- ver collides with the principles of the strategic dominant urbanism. Palabras clave / Mots clé / Key words Geografía Urbana, cascos antiguos, patrimonio, sostenibilidad. Géographie Urbaine, centre ville historique, patrimoine, dévelop- pement soutenable. Urban Geography, historical town centres, heritage, sustainable development.

Transcript of Los centros históricos de las ciudades españolas - CORE · Ya al comienzo del proceso, el enfoque...

Page 1: Los centros históricos de las ciudades españolas - CORE · Ya al comienzo del proceso, el enfoque riguroso de la ... que habla de «mejora en las ... Tampoco es conservacionista

IINTRODUCCIÓN

P RONTO habrá transcurrido un cuarto de siglo desdeque se inició la recuperación de los centros históri-

cos españoles, primera iniciativa urbanística de la De-mocracia, al comienzo de los años 1980. Es tiempo su-ficiente como para hacer balance, pero este no debelimitarse a reconocer las mejoras conseguidas, muy su-periores a todo lo imaginable a la muerte del dictador.Tanta o mayor atención requieren los desaciertos y lastareas pendientes en términos morfológicos, económi-cos, sociales o ambientales, debidos bien a la inerciadel pasado, al propio modelo de intervención o a facto-

res sobrevenidos. Es misión de la Geografía explorar elcomplejo sistema de realidades interligadas que incidenhoy en el casco antiguo (turismo, inmigración, movida,elitización, urbanismo estratégico), cuyo poder trans-formador o desestabilizador hace necesaria la búsquedade soluciones flexibles e imaginativas, pero tambiénidealistas. En consecuencia se mantiene vivo uno de losobjetos más clásicos de la disciplina, la ciudad hereda-da, laboratorio privilegiado para la búsqueda de la uto-pía urbana.

Presentar de modo crítico y para el conjunto del paísel estado de la cuestión no es empresa fácil pues faltanestudios locales, también datos estadísticos suficientes,

Ería, 72 (2007), págs. 75-88

SERGIO TOMÉ FERNÁNDEZDepartamento de Geografía. Universidad de Oviedo

Los centros históricos de las ciudades españolas

RESUMEN

Veinticinco años de experiencia en rehabilitación de centros his-tóricos han aportado un modelo de intervención muy eficaz frente aciertos problemas pero no totalmente exitoso en la búsqueda de solu-ciones sociales o funcionales. Eso hace inevitable un replanteamiento,con arreglo a las coordenadas del desarrollo sostenible, que sin embar-go chocan con los principios del urbanismo estratégico dominante.

RÉSUMÉ

Les centres historiques des villes espagnoles.- Vingt-cinq ansd'expérience en réhabilitation de centres historiques ont fourni unmodèle d'intervention très efficace face à certains problèmes, mais in-suffisant a l'heure de chercher des solutions sociales et fonctionnelles.Il en résulte donc la nécessité inévitable de corriger partiellement lemodèle en fonction des coordonnées du développement soutenable,qui sont pourtant contraires aux principes de l'urbanisme stratégiquedominant.

ABSTRACT

Historical centres in Spanish towns.- Twenty-five years of expe-rience in rehabilitation of historical centres have produced a very ef-fective model of intervention facing certain problems, but not comple-tely successful in the search of social or functional solutions. It isnecessary, therefore, to carry out a partial revision of the pattern, ac-cording to the premises of the sustainable development which howe-ver collides with the principles of the strategic dominant urbanism.

Palabras clave / Mots clé / Key words

Geografía Urbana, cascos antiguos, patrimonio, sostenibilidad.

Géographie Urbaine, centre ville historique, patrimoine, dévelop-pement soutenable.

Urban Geography, historical town centres, heritage, sustainabledevelopment.

Page 2: Los centros históricos de las ciudades españolas - CORE · Ya al comienzo del proceso, el enfoque riguroso de la ... que habla de «mejora en las ... Tampoco es conservacionista

76 E R Í A

y buena parte de la documentación accesible precisa sercontrastada a causa de su naturaleza propagandística.Así que las conclusiones aquí esbozadas representan só-lo un acercamiento. Precisamente para relativizar hayque partir del hecho de que los cascos antiguos son enti-dades geográficas de muy distinta escala, por tanto nosiempre comparables: 26 has. de extensión en Vitoria,400 en Sevilla; 11.000 habitantes en Orense o Pamplonafrente a 118.000 en Barcelona. Otros factores locales(situación de partida, papel en la ciudad actual) introdu-cen distancias apreciables, así como la opción políticadel gobierno local o autonómico. En efecto, aunque elmodelo aplicado pueda considerarse universal hay ciertomargen de variabilidad en el planteamiento de la inter-vención, y diferentes ritmos y situaciones dentro delproceso de recuperación. Quizá ningún ejemplo mejorsobre las diferentes velocidades que Castilla y León,que al día de hoy todavía no ha declarado Bien de Inte-rés Cultural conjuntos tan relevantes dentro del Caminode Santiago como Ponferrada. Esa casuística representaun aliciente fundamental para el estudio, tanto como elhecho de que ningún casco histórico resulte un espaciouniforme: discontinuidades, fragmentaciones, dinámicasdivergentes, mantienen como rasgo del pasado la duali-dad (TROITIÑO VINUESA, 1992). Máxime en las grandesciudades como Valencia (173 Has.) donde según FE-RRER REGALES (2003) se dan todas las situaciones, desdeel ghetto a la «gentrificación» y terciarización.

En otro orden de cosas, para plantear correctamenteel análisis también es preciso desechar el lenguaje en-mascarador o tramposo que tan a menudo contamina lostextos urbanísticos, plagados de conceptos utilizados in-debidamente (recualificación, regeneración, rehabilita-ción integral), para justificar acaso maneras de actuartotalmente indefendibles. Separar el grano de la pajatambién significa revisar los mitos construidos al res-pecto, entre ellos el de la ciudad de Oviedo como para-digma de rehabilitación integral cuando más bien resultaun buen exponente de todo lo contrario: fachadismo,construcción de apartamentos de lujo; gastos astronómi-cos en el puro adorno, desaparición del comercio tradi-cional y los ambientes característicos para crear un es-cenario turístico y dar rienda a la «movida» del fin desemana. Sólo la reutilización masiva de edificios porparte de la Administración representa allí un plantea-miento verdaderamente correcto. La falta de verdad estáno menos presente en otros tópicos del discurso domi-nante, como aquel que se usa reiteradamente en docu-mentación relativa a buenas prácticas: «En España laidea de crecimiento como paradigma del desarrollo ur-

bano ha sido sustituida por el concepto de calidad»1.¿Cómo encajar ahí los ritmos de urbanización y edifica-ción más vertiginosos de toda Europa?

Como ya se dijo, es propósito de estas páginas con-traponer la luminosidad de las conquistas con la sombraque sobre ellas proyectan los errores e insuficiencias.Que, según suele afirmarse, procederían en principio delhecho de haber aplicado la idea de la rehabilitación (ensu sentido original o con la desnaturalización posterior)sólo o fundamentalmente a las estructuras edificadas, re-legando su extensión a las relaciones sociales, la funcio-nalidad o los aspectos ambientales. Y aún cuando se va-yan definiendo aproximaciones más integrales, quedarápendiente el engranaje entre la Administración, respon-sable de los éxitos, y el sector privado a cuyo cargo que-da la vivienda, protagonista de los fracasos (CAMPESINO

FERNÁNDEZ, 2001; BOAVIDA-PORTUGAL, 2004).

Los procesos y problemas que ahora mismo se apro-pian de las áreas urbanas históricas terminan por dar lamedida de su riqueza como campo de estudio. Pues lavieja ciudad es hoy territorio de confrontación entreideologías acerca de lo urbano y por tanto fuerzas dedistinto signo (mercadotecnia y capitalismo salvajefrente a desarrollo sostenible y acción popular), conarreglo a las cuales conviven una forma de intervenciónbasada en el mero negocio y otra más apoyada en laparticipación o las obligaciones socioambientales(ÁLVAREZ MORA, 2001). Es decir, como si la realidadcaminase simultáneamente en direcciones diferentes.Quizá todo lo que ocurre tampoco resulte esencialmen-te nuevo pues, a despecho de las apariencias, probable-mente estamos ante otra reforma interior no tan distintaa la del siglo XIX. El parecido es notable en los cam-bios de uso, la presencia reforzada de las institucionespúblicas, el saneamiento o los derribos masivos, relati-vamente camuflados puesto que suelen conservarse lasfachadas. Como en el pasado, la intervención aumentael valor inmobiliario de porciones urbanas que ganancentralidad, se revitalizan económicamente y son colo-nizadas por las clases dominantes. Ese proceso, relati-vamente emparentable con el antiguo desventramientoo ensanche interior, contrasta con las partes no afecta-das donde los rasgos dominantes vienen dados por laobsolescencia, la depauperación y la inmigración, in-cluso el ghetto. Así que hay sustituciones sociales hacia

1 Es una afirmación realizada al presentar iniciativas desarrolladas en ciu-dades como Vitoria o Gerona. Cfr. Ciudades para un futuro más sostenible.Buenas Prácticas Españolas, http://habitat.aq.upm.es/bpes/lista.html.

Page 3: Los centros históricos de las ciudades españolas - CORE · Ya al comienzo del proceso, el enfoque riguroso de la ... que habla de «mejora en las ... Tampoco es conservacionista

LOS CENTROS HISTÓRICOS DE LAS CIUDADES ESPAÑOLAS 77

arriba y hacia abajo en ese espacio dual y contradicto-rio, donde coexisten presencias tan incongruentes comola residencia de los «yuppis» y el «botellón».

IILOS ASPECTOS MORFOLÓGICOS, ENTRE LAREHABILITACIÓN Y LA DESTRUCCIÓN DEL

PATRIMONIO

Como ya dijimos la dimensión material ha sido lamás cuidada, tanto en el planeamiento especial como enla intervención pública; de ahí los resultados obtenidosfrente al deterioro, gracias entre otros factores a un so-breesfuerzo digno de elogio en la restauración del in-gente fondo monumental. El estrato digamos superiordel patrimonio, integrado por las individualidades másvaliosas, comporta menos problemas en cuanto a su tra-tamiento que la herencia cultural restante, es decir losconjuntos de las ciudades antiguas, incluyendo su tejidoy la edificación vernácula, la de menor nobleza o anti-güedad. Ahí es donde resulta sumamente delicada la se-lección, el establecimiento de categorías y la búsquedade soluciones o usos, en una masa urbana compuestapor estratos temporales superpuestos, por tanto hetero-génea, con elevados volúmenes de unidades catastralesy habitacionales. Si un casco reducido como el de Gero-na reúne 2.200 alojamientos, en tamaños superiores co-mo el de Córdoba (La Villa y la Ajerquía) se salta a14.000 viviendas.

El mayor acierto de la experiencia española fue fi-jar, en los años ochenta y como remedio ideal para laciudad del pasado, el concepto de rehabilitación, relati-vamente inspirado en otros países. Se trataba de la mí-nima intervención necesaria para mejorar, adaptar, ha-cer habitable y capaz de acoger prácticamente cualquierfunción. Tal planteamiento, cuyas coordenadas esencia-les de austeridad y democratización coinciden esencial-mente con lo que hoy se entiende como sostenible, cho-có frontalmente contra las costumbres del pasado y lapresión inmobiliaria, de manera que su aplicación haresultado muy difícil e insuficiente, pudiendo quizá ha-blarse de una doble dinámica. Ha habido, por un lado,desarrollo y profundización del concepto, que se aplicacorrectamente aunque de manera casi siempre testimo-nial y por el sector público. En paralelo se asiste a suabsoluta desvirtuación a manos de la iniciativa privada,amparada en el poder local o regional cuando éste re-presenta básicamente los intereses de los constructores.Ya al comienzo del proceso, el enfoque riguroso de la

rehabilitación quedó bien explicitado en proyectos co-mo el Plan de Santiago (1989), que habla de

«mejora en las condiciones funcionales y de habitabilidad deun edificio, adecuándolo al uso específico señalado en el Plan,mediante la conservación mayoritaria o integral de la configura-ción arquitectónica y disposición estructural original, tanto in-terior como exterior. Las obras (…) podrán suponer una re-distribución espacial siempre que se conserven los elementosdeterminantes de la configuración tipológica. No obstante (…) lasobras podrán implicar la realización de patios interiores o la am-pliación de los existentes, con el objeto de alcanzar los niveles dehabitabilidad adecuados» (pág. 24).

Esas premisas se aplican allí a 1.800 edificios cata-logados. Las cosas no varían sustancialmente en docu-mentos muy posteriores como el Área de Rehabilita-ción de La Judería (Segovia, 2005), que al explicitar lasmás de trescientas actuaciones previstas establece comoobras de rehabilitación subvencionables la mejora defachadas, estructuras y cubiertas; la adecuación de ha-bitabilidad funcional y ambiental, así como la actuaciónintegral.

Así que el modelo teórico de intervención resultaflexible pero no fachadista, aunque los fondos públicosse hayan aplicado con cierta preferencia al manteni-miento externo. Tampoco es conservacionista más queen forma selectiva, de ahí que en la Ciutat Vella de Bar-celona hablen de un método «quirúrgico» que eliminalos elementos irrecuperables (para crear espacios abier-tos) y rehabilita lo demás. En evitación de interpretacio-nes muy ligeras de la idea se fueron añadiendo otrosmatices sustanciales en los Planes Especiales. El propioSantiago o Alcalá son algunos de los que han fijado laconservación del parcelario, elemento integrante del pa-trimonio cultural desmantelado en muchas ciudades porlas operaciones de vaciado y agregación de fincas. Bil-bao (1990) introduce un salto cualitativo en la catalo-gación, al incluir setenta bajos comerciales del centrohistórico, y contracatalogar los edificios y elementosdiscordantes (S.U.R.B.I.S.A., 1999). El paso siguientelo dan ciudades como Avilés (2002), que ve la posibili-dad de derribar en un futuro treinta edificaciones fran-quistas fuera de escala. Junto con esos avances tambiénse iban sentando principios obvios de actuación como elde concentrar espacialmente las inversiones en aras deuna mayor eficiencia (Madrid, Valencia).

En el platillo opuesto de la balanza hay que situarlos errores y carencias, imputables bien al propio pla-neamiento o a la relación de fuerzas entre iniciativa pú-blica y privada. Parte de los problemas vienen dadospor el uso de criterios muy limitados al acotar los con-juntos históricos y discernir lo que debe ser considera-

Page 4: Los centros históricos de las ciudades españolas - CORE · Ya al comienzo del proceso, el enfoque riguroso de la ... que habla de «mejora en las ... Tampoco es conservacionista

78 E R Í A

do como patrimonio. La mala delimitación de núcleosllevó por ejemplo con mucha frecuencia a excluir dis-crecionalmente los espacios de borde, arrabales y con-tornos de la ciudad histórica, favoreciendo su destruc-ción en contraste con los distritos incluidos dentro deperímetro (CAMPESINO FERNÁNDEZ, 1993). En no pocoscasos ello ha obligado a ampliar límites posteriormente,generando tensiones con la propiedad o entre Ayunta-mientos y Comunidades Autónomas. El otro punto deatención se sitúa en los catálogos de patrimonio, dondeson bastante habituales las omisiones arbitrarias y eltratamiento insuficiente de elementos inventariados, sincontar las reclasificaciones que a veces se producen.Aunque en revisiones recientes se esté ampliando el es-pectro de las tipologías de interés, para añadir porejemplo el estilo imperial-historicista de posguerra, entérminos generales el patrimonio menor, popular o con-temporáneo ha quedado excluido, fuera de lo más so-bresaliente. Lo cual significa en la práctica que, no po-seyendo interés, pasa a estar en disposición de derribo.El disparate puede llegar al extremo de que se valoremás la arquitectura burguesa del siglo XIX que lasconstrucciones vernáculas más antiguas, convertidas enpasto para las inmobiliarias (Fig. 1).

Replantear o actualizar los inventarios de patrimo-nio es asimismo ineludible para atribuir con mayor sen-satez las figuras de protección, pues suelen aplicarse deforma generalizada categorías de conservación mínimasque sólo mantienen la fachada y permiten el vaciado in-terior, así como el añadido en altura. Más aún, entre losniveles manejados hay enunciados tan engañosos comola protección ambiental, que en ciertos casos autoriza elderribo. Los catálogos son pues el origen del llamadofachadismo, justificable acaso en ciertos supuestos pero

jamás como fórmula universal de intervención, pueshace desaparecer una parte sustancial del patrimoniodesde el momento en que elimina el tejido interno delcasco, los espacios domésticos y las superficies no edi-ficadas. Es difícil no suscribir a ese respecto la senten-cia demoledora emitida por Bernal Santa Olalla (2001)contra esa «taxidermia» o «destrucción pacífica» queno sólo deja sin sentido a los edificios, también expulsahabitantes y selecciona actividades (págs. 578-588). Esdecir, el vaciado como fundamento para una actuaciónclasista, empobrecedora en términos funcionales y decalidad ambiental.

Hay pues cierto desajuste entre el pensamiento quese maneja y su traslado a la protección del patrimonio,por tanto entre la teoría y la práctica, relativamente fá-cil de explicar. Por razones obvias, la Administraciónes quien podría garantizar que se materialice en su sen-tido original la idea de la rehabilitación, como obra deinterés social y cultural. Eso requeriría una cantidad in-gente de recursos, si la iniciativa fuese directa, entrandoen contradicción con la tendencia del Estado a inhibirseen la política de vivienda, como prueba la práctica de-saparición durante años y hasta fecha muy reciente delas viviendas protegidas (BOAVIDA-PORTUGAL, 2004).En realidad la participación pública de forma directa vaa ser casi insignificante, con escasas excepciones. Tam-poco los programas europeos como Urban I y II, aplica-dos entre 1994 y 2006 a un total de 23 cascos, incidensuficientemente en ese campo pues sus fondos no pue-den destinarse propiamente a construcción y mejora deviviendas, sino a arreglo de fachadas, cubiertas y acasolocales comerciales, en ciudades como Cádiz o Pam-plona (GARCÍA JAÉN, 1998; VALENZUELA RUBIO, 2000;DÍAZ, I., 2006). Así que el proceso se pone en manosprivadas, tratando de incentivar a los propietarios (engeneral poco interesados) y atraer capitales. Las sub-venciones, irregulares en el tiempo, desiguales segúnregiones aunque en general cortas, no siempre llegan alos pequeños propietarios y suelen destinarse con prefe-rencia a los elementos exteriores de la edificación, aun-que haya salvedades. Muchos titulares de inmueblesmantienen una actitud proclive al abandono y la obranueva, amparándose en factores como el abuso en losprecios de las actividades que rodean al sector de laconstrucción, responsables de que pueda salir compara-tivamente más caro el rehabilitar.

Al propio tiempo resultaría prácticamente imposiblemantener los cascos antiguos al margen de la dinámicageneral, donde la urbanización y la construcción de vi-vienda nueva son en gran medida el motor de la econo-

FIG. 1. La difícil conservación del hábitat popular (Ciudad Real).

Page 5: Los centros históricos de las ciudades españolas - CORE · Ya al comienzo del proceso, el enfoque riguroso de la ... que habla de «mejora en las ... Tampoco es conservacionista

LOS CENTROS HISTÓRICOS DE LAS CIUDADES ESPAÑOLAS 79

mía. A efectos de interés inmobiliario la ciudad históri-ca (o al menos parte de ella) puede constituir un bocadosuculento desde las premisas del urbanismo estratégico,máxime con la revalorización que introducen las inver-siones públicas en infraestructuras, equipamientos omejora de imagen. Un tratamiento ligero o permisivodel patrimonio en los catálogos termina por atraer a losinversores e interesar a los propietarios. Al final, termi-namos llamando rehabilitación a lo que prácticamentees obra nueva, quedan las fachadas pero son demolidoslos interiores para construir viviendas de precio desme-dido, con los tabiques más delgados de toda Europa ycuartos de baño que a menudo carecen de ventana. Conesa «contraarquitectura» se imponen los intereses pri-vados y la capitalización, al menos en la porción delcasco que más ventajas comparativas ofrezca, por suaccesibilidad o prestigio (MARTÍNEZ LÓPEZ, 1997). Lasobreocupación del suelo, la elitización social y la pér-dida de la herencia urbana son otras secuelas del mode-lo, contra el cual se alzan no pocas voces. Incluso hayquien ve como solución limitar el aprovechamiento ur-banístico para que la iniciativa privada se desinteresepor la ciudad antigua, y tome las riendas la Administra-ción (CASAR PINAZO, 2001).

IIILOS DESIGUALES RESULTADOS EN EL

TRATAMIENTO AMBIENTAL Y LANATURALIZACIÓN

Desde los años ochenta el pensamiento urbanísticocontenido en las distintas figuras de ordenación sumi-nistró soluciones para cualificar ambientalmente loscascos antiguos, pero solían ser sectoriales y no siem-pre llegaron a universalizarse. Las cosas fueron cam-biando al recurrir a la financiación europea, pues los di-versos programas incorporan principios estrictos deintervención sostenible, con especial énfasis en la ver-tiente socioeconómica y en el lado ambiental. El últimopaso se da con los novísimos planes especiales, enten-diendo por tal los fechados a partir de los últimos añosnoventa, que tratan de aportar respuestas integralesconciliando sostenibilidad y mercado. Pero en honor ala verdad las equivocaciones son tantas como los acier-tos, y los déficits están presentes casi sea cual sea el as-pecto que se someta a examen.

Dentro del epígrafe genérico que aquí se trata unade las cuestiones mayores es, según dice la ley del Pa-trimonio de 1985, la relación de la ciudad antigua con

su bastidor físico y con los paisajes históricos. Ahí en-traría el tratamiento dado a los elementos naturales, yen términos generales lo relativo al verde urbano. Altérmino de la Dictadura la mayoría de las ciudades ape-nas sacaban partido del potencial contenido en la to-pografía o las riberas fluviales, cuando no lo habíansacrificado irremisiblemente. Ahora hay experienciassatisfactorias en cuanto a la recuperación de los empla-zamientos más vistosos, como el espolón de Alcoy olas elevaciones inmediatas a cascos, entre ellas el cerrode Santa Catalina en Gijón y el monte Gibralfaro enMálaga. Otras poblaciones (Pamplona, Logroño) hanresuelto correctamente la difícil convivencia entre laciudad histórica y el río, o han logrado poner en valorla aureola envolvente del núcleo primigenio, su marconatural o rural cuando ocupa una posición de borde ur-bano. Entre los proyectos de obligada referencia figurael Plan Verde de Segovia (1991), que con fondos FEDER

restaura los paisajes ribereños circunstantes al casco,reforestando 68 hectáreas. Por su parte el ya nombradoPlan Especial de Santiago estableció una corona de pro-tección en los arrabales, preservando los huertos (conobligación de cultivarlos), de modo que el 50% del es-pacio correspondiente al recinto histórico queda libre(MARTÍ ARIS, 1995). En Toledo el Plan Especial de1998 también salvaguarda la margen sur del Tajo, pró-xima al antiguo núcleo, ocupada por los cigarrales;mantiene allí la división catastral, los cierres e inclusofija las especies tradicionales a plantar en los jardines.Otras ciudades (Granada, Cáceres, Teruel), beneficia-rias del programa Urban II (2002-2006) al ser sus distri-tos históricos zonas en crisis, han efectuado obras deacondicionamiento y plantaciones forestales en lugaresde interés paisajístico, paseos de antiguo origen y áreastradicionales de esparcimiento. Al ajardinarlos, esos es-pacios con función de mirador contribuyen notable-mente a realzar el caserío al que dan vista.

Multiplicar el verde es en todo caso el apoyo básicopara la naturalización del casco antiguo, mediante el ar-bolado de calles y plazas, los parques y jardines. Lasplantaciones de alineación se han incrementado en lamedida en que lo permite la latitud de las vías públicas(400 árboles en el pequeño casco de Santa Cruz de Te-nerife), asegurando la supervivencia de los vegetalescon procedimientos como el riego por goteo utilizado enMadrid (Fig. 2). Mayor dificultad entraña el crear zonasverdes de cierta entidad, resultando más viable la pre-servación de lo existente y el desarrollo de pequeñasmasas verdes diseminadas. Los jardines históricos, bienprotegidos en algunas regiones (Andalucía tenía un in-

Page 6: Los centros históricos de las ciudades españolas - CORE · Ya al comienzo del proceso, el enfoque riguroso de la ... que habla de «mejora en las ... Tampoco es conservacionista

80 E R Í A

ventario de 45 ya en 1999), continúan siendo una asig-natura pendiente en el conjunto del país. Añón y Luengo(2003), refiriéndose a los de mayor valor, hablan demedio centenar sin catalogar, que compondrían la partemás frágil del patrimonio español. Aún en el caso de lasáreas ajardinadas con inferior antigüedad o interés, hayque mantenerlas a salvo de reformas degradantes perosacar partido de ellas, como se hace en Granada al con-vertir el Carmen de Los Mártires en jardín botánico.

Allí, al igual que en todas las ciudades, la gran bazaa jugar reside en los pequeños espacios verdes interioreso pericentrales (patios, huertos, jardines), de carácterdoméstico, asociados a construcciones tradicionales (SE-CO DE LUCENA, 1971). En Andalucía, la riqueza de esossistemas es tal que constituyen un factor destacadísimode calidad ambiental, al oxigenar la trama edificada. Poreso ciudades como Málaga (PEPRI de 1998) tratan deimpedir que los patios, estructurantes fundamentales dela morfología urbana, puedan perder su función. Córdo-ba, por poner otro ejemplo, inventaría en su Plan Espe-cial (2003) 350 construcciones de tipología tradicional,con patios que contienen vegetación o jardines. Toledofigura entre las poblaciones que protegen los patios deparcela frente a posibles agregaciones de fincas.

El estudio en positivo de los casos particulares nopuede llevarnos a la generalización. Son tantas o más lasciudades que en lugar de naturalizar artificializan suscentros históricos: camuflan con edificación cerrada losvalores topográficos de su emplazamiento (Oviedo),convierten sus ríos en canales constreñidos por escolle-ras (Ponferrada), desmantelan sus arrabales (León). Co-mo ya se dijo, la delimitación incorrecta de los conjun-tos facilitó en muchos casos el desperdicio de lasposibilidades de mejora ambiental que ofrecían los es-pacios de borde o envolventes. La amenaza inmobiliariacontinúa cercando a la ciudad antigua, en la medida enque se proyecta sobre su entorno más o menos inmedia-to. Véase si no la polémica suscitada en 2006 por la pre-visión de construir sobre una parte de las vegas del Tajo(La Alberquilla, Huerta del Rey), hasta ahora protegi-das, que son la cuenca visual y el entorno paisajísticodel viejo Toledo, ciudad considerada tradicionalmentecomo la mejor representación material de la Historia deEspaña. La paralización cautelar de ese proyecto, al ha-berse encontrado restos arqueológicos cuya relevanciase valora a la fecha de escribir estas líneas (Octubre de2006), aún no permite hablar de desactivación del ries-go. Por otro lado los pequeños islotes verdes del interiorde las manzanas han desaparecido en las ciudades quepermiten reparcelar o sustituirlos por reducidos patios

de luces, para rellenar más densamente el escaso suelode la ciudad vieja. El efecto indeseable de esa prácticaes una peor salubridad al disminuir la ventilación, el so-leamiento pero igualmente el frescor y el efecto anticon-taminación de los huertos y patios ajardinados. Este ex-tremo ya fue reportado en Sevilla por Bernal SantaOlalla (2001).

Capítulo aparte en la intervención ambiental vienedado por los planteamientos e iniciativas relativos a ur-banización del casco, responsables de la satisfacción re-sidencial que ofrezca, su idoneidad para la acogida deotras funciones, y la eficiencia que posea en el consumode recursos o la gestión de residuos. Dentro de tan am-plio campo, tal vez uno de los mayores logros ha sido larenovación de infraestructuras y redes técnicas, parcial-mente debida al aporte comunitario. La envergadura delas obras, que afectan tanto al saneamiento como elalumbrado o la pavimentación, el gas natural e inclusola fibra óptica, han llevado a hablar de una reurbaniza-ción, con avances tan palpables como la instalación decontenedores subterráneos y la recogida neumática debasuras (Vitoria, Barcelona, León, Sevilla). El objetivoes un casco mejor equipado y más saludable, finalidadesadonde también conducen las operaciones de sanea-miento en el tejido urbano. Barcelona o Málaga estánentre las ciudades donde se ha procedido localmente alesponjamiento de áreas congestionadas; Pamplona actúaen el mismo sentido liberando patios interiores de man-zana, lo cual representa un nivel más suave que la re-composición intensa ejecutada en ciertos enclaves de lacapital catalana. Dichas mejoras también representan encierto modo un arma de doble filo, pues crean condicio-nes para la llegada del capital privado a fragmentos máso menos amplios del centro histórico, que se encarecen.Así parece haber sucedido en el barrio de San Luis y LaAlameda de Sevilla con el Urban I.

De todas las inversiones enumeradas, lo más directa-mente perceptible por el ciudadano es el tratamiento delas vías y espacios públicos, precisamente lo más con-trovertido en el modelo español. Imposible negar quelos antiguos escenarios urbanos ofrecen un aspecto mu-cho más cuidado, con cambios de diferente intensidadsegún los casos. Cuando la intervención es prudente ysubraya el valor del caserío y la trama, merece toda laaprobación; cuando es intensa, hasta el extremo de me-tamorfosear o falsificar la imagen urbana, da pié a unaserie de objeciones de fondo. La primera el gran dispen-dio de recursos públicos, no siempre justificado, espe-cialmente cuando se aplica al ornato excesivo de ele-mentos sueltos o retazos del tejido, oasis a veces en un

Page 7: Los centros históricos de las ciudades españolas - CORE · Ya al comienzo del proceso, el enfoque riguroso de la ... que habla de «mejora en las ... Tampoco es conservacionista

LOS CENTROS HISTÓRICOS DE LAS CIUDADES ESPAÑOLAS 81

mar de deterioro. Reflexión aparte merece el resultadode las obras, particularmente las ejecutadas en las plazasaunque no sólo en ellas. La falta de creatividad ha lleva-do en muchos casos a borrar algo tan consustancial a laciudad histórica como la diversidad de espacios para lavida colectiva, sometiéndolos a una especie de recetaúnica. El gusto es a menudo muy dudoso por la exagera-ción ornamental y el carácter inapropiado del mobilia-rio, donde el árbol queda relegado a la categoría deadorno. El decorado resultante, provisto acaso de farolasmil ochocientos, esculturas, jardineras, fuentes, sustraeautenticidad y resta encanto al casco, dificultando la lec-tura de las formas de vida tradicionales. El falseamientoes tanto mayor cuando las fachadas antiguas ocultanbloques nuevos, o las construcciones de nueva planta serinden a los estilos de imitación histórica. Detrás de eseurbanismo de imagen está la ideología de la ganancia,cuyo objetivo es revalorizar el centro histórico y dedi-carlo al turismo, el terciario y la residencia exclusiva.En otras ocasiones, detrás hay políticos que enriquecena sus amigos con las obras, mientras contentan a votan-tes poco exigentes, cada vez menos dispuestos a efec-tuar una lectura crítica de su ciudad.

El acompañante natural de dichas reformas suele serla peatonalización de calles, entendida de manera selec-tiva o como solución general según ciudades. Quizá sehan tenido más en cuenta sus evidentes bondades quelos inconvenientes que plantea, como el aislamiento físi-co, el perjuicio a ciertas clases de comercio o el apoyoque presta a la conversión del casco en recinto de ocio, amenudo también más inseguro. Aparte de ello, de nadasirve restringir el acceso rodado con medidas tan con-tundentes como la instalación de bolardos, si no se re-plantea previamente el esquema de circulación y el mo-delo de transporte en el conjunto de la ciudad. Sin esareflexión, que entre otras cosas debe priorizar el trans-porte público, la peatonalización no hace más que ex-pulsar el tránsito hacia otras vías, congestionándolas.

Hay que tratar pues en términos más amplios la ac-cesibilidad al casco antiguo y la movilidad urbana, obje-to de otros avances significativos que pueden agruparseen dos familias. De una parte está la mejora del trans-porte público en horizontal, con nuevas líneas de auto-bús que establecen sus terminales en la ciudad heredada(Pamplona), vehículos mejor adaptados a las tramas an-gostas o menos contaminantes, al estar alimentados congas licuado o electricidad (Gijón). En ciudades que hanrecobrado el tranvía o metro ligero (Valencia, Bilbao) eldistrito histórico resulta uno de los más beneficiados,como ocurrirá próximamente en Santa Cruz de Tenerife

o Vitoria dentro de los planes de movilidad sostenible.Por otro lado debe valorarse la superación de barreras odiscontinuidades topográficas mediante transporte verti-cal, con soluciones audaces como las escaleras mecáni-cas (instaladas en Toledo, proyectadas en Cuenca) o losascensores (Lérida, Ponferrada, Pamplona), cuya efica-cia como vías de acceso peatonal es superior si se com-binan con estacionamientos disuasorios.

IV¿CÓMO REGENERAR LA BASE ECONÓMICA

LOCAL?

Suele afirmarse que, en un principio, el modelo apli-cado adoleció de inhibición en lo relativo a crear unascondiciones económicas satisfactorias. Faltó en efectoenergía a la hora de actuar frente a procesos negativoscomo la pérdida de funciones tradicionales o la excesivaespecialización en ciertas actividades; pero también esverdad que desde el comienzo el sector público ha con-tribuido decisivamente a la reactivación, por ejemplo in-yectando usos terciarios institucionales que han reforza-do la centralidad y la capacidad de atracción (Fig. 3).Como todo comentario general este debe ser matizado,ya que a efectos funcionales el centro histórico se resistea la generalización pues es siempre un espacio carentede uniformidad, y las diferencias entre unas y otras ciu-dades no son menos considerables que su parecido. Asimple vista las grandes aglomeraciones poseen por ra-zones evidentes una capacidad muy superior para man-tener vivo el antiguo comercio u otros usos heredados yproceder a la renovación económica de sus cascos; lasciudades medianas y pequeñas suelen tener mayor difi-

FIG. 2. La Cava Baja, en el Área Rehabilitación Preferente de laplaza Mayor (Madrid).

Page 8: Los centros históricos de las ciudades españolas - CORE · Ya al comienzo del proceso, el enfoque riguroso de la ... que habla de «mejora en las ... Tampoco es conservacionista

82 E R Í A

cultad para ocupar satisfactoriamente sus distritos histó-ricos, excepto cuando siguen desempeñando el papel decentro urbano como ocurre en las poblaciones que notuvieron Ensanche.

En todos los casos las últimas décadas vienen mar-cadas por una doble dinámica de ganancia y pérdida.Por un lado los cascos decaen al rebajarse en parte supeso o su protagonismo pues la dimensión histórica seha extendido a los escenarios decimonónicos, que con-centran gran parte de la atención (proyectos, inversio-nes). Además el modelo de urbanización difusa EdgeCity genera nuevas centralidades periféricas, con lascuales la vieja ciudad no siempre puede competir venta-josamente para atraer usos económicos, razón por lacual tampoco es capaz de conservar sus motores de vidatradicionales que le aportaban la riqueza propia de unespacio diverso. Como contrapeso actúa la función pú-blica, sustanciada en los grandes equipamientos, mas lafunción turística con el desarrollo comercial que llevaaparejado. Son las principales ganancias, producto de uncontexto favorable definido por el auge de lo local, lanueva valoración del patrimonio cultural y sobre todolas estrategias de promoción y el marketing urbano,fuerzas que confluyen para convertir al casco en un acti-vo económico de valor creciente. Recuperarlo, insertaren él un sistema potente de dotaciones y funciones cen-trales, revestirlo con realizaciones prestigiosas, resultanapoyos inestimables a la proyección exterior de la ciu-dad, a su fortaleza para competir atrayendo inversiones,residentes y visitantes.

El colosal esfuerzo de los poderes públicos para aco-modar en el centro histórico un amplísimo dispositivode equipamientos administrativos, culturales, asistencia-

les o formativos, probablemente sea el mayor acierto deestos años. Tan fuerte incorporación institucional no só-lo sirvió para perpetuar el carácter tradicional de espa-cio director, también permitió dar uso o reutilizar milesde edificios nobles o al menos singulares, incluso partedel patrimonio industrial histórico en ciudades comoAlcoy. Esa actividad terciaria comunitaria ha sido enocasiones alojada en costosas construcciones de nuevaplanta (Barcelona, Santiago, Pamplona), obedientes auna política de imagen que busca crear monumentos ac-tuales, despertando no poca controversia. Pueden susci-tar igualmente discusión su efecto revalorizador y el es-caso beneficio para la población residente, necesitadaquizás de otra clase de servicios. Pero son ya relativa-mente numerosas las ciudades, Vitoria o Córdoba entreotras, que dan preferencia a instalaciones asistencialescomo guarderías infantiles o edificios tutelados para latercera edad.

Una fracción significativa de las dotaciones introdu-cidas es de carácter cultural, centros de interpretación ymuseos que por su número, variedad y planteamientorepresentan un aliciente destacado para el turismo. Condistintas intensidades, la irrupción de la actividad turísti-ca es un denominador común a los cascos antiguos es-pañoles. Desde la perspectiva geográfica, autores comoCampesino Fdez. (2001) o Troitiño Vinuesa (2004) es-tablecen de forma prácticamente definitiva los pros y loscontras. Dentro del sinfín de repercusiones positivas es-tá el hecho de proporcionar recursos para la conserva-ción, obligando al menos teóricamente a priorizar obje-tivos de tipo cultural o ambiental (como la movilidad),siempre y cuando se plantee en términos sostenibles.Pero no es deseable una dependencia excesiva de la ex-plotación turística que, si se convierte en monoactividadhipertrófica, entraña riesgos como la masividad, la espe-culación del suelo o la desnaturalización del centro his-tórico. De su efecto devaluador dan idea los impactosque a veces provoca, por ejemplo el polémico paradorde turismo en el recinto del castillo de Lorca. Los planesde excelencia turística (el de Ávila en 1999, por citar al-guno) precisamente tienen entre sus finalidades la deneutralizar tales amenazas, a la vez que sientan condi-ciones razonables para extraer todo el aliciente de lavieja ciudad.

La faceta primordial del turismo es el crecimientocomercial que alimenta, parte del cual se concentra en lahostelería de bares y pubs, que cuando sobrepasa ciertoumbral y especialmente si desplaza a otras actividadespuede convertirse en un factor de degradación. Dedicarla herencia urbana al ocio intensivo y a la diversión ju-

FIG. 3. Oviedo, reutilización de edificios por la Universidad yembellecimiento de espacios públicos.

Page 9: Los centros históricos de las ciudades españolas - CORE · Ya al comienzo del proceso, el enfoque riguroso de la ... que habla de «mejora en las ... Tampoco es conservacionista

LOS CENTROS HISTÓRICOS DE LAS CIUDADES ESPAÑOLAS 83

venil, una especie de «parque temático» en palabras deCasar Pinazo (2001), plantea serios inconvenientes delos que nos ocupamos en epígrafe aparte. En cuanto alresto del comercio, su expansión es un proceso comple-jo con manifestaciones características como la agrupa-ción por actividades. Las franquicias se asocian espa-cialmente en las calles de tradición mercantil (Real deLa Coruña, Correo y Bidebarrieta en Bilbao), que termi-nan por semejarse en todas las ciudades dada la reitera-ción de firmas y las características de los locales. Alcontrario, el moderno comercio de diseño, relacionadocon la moda pero también con el artesanado o el arte,compañero a veces de las franquicias, actúa como dife-renciador por ejemplo en la madrileña calle Fuencarral.Partes menos valoradas ofrecen otros exponentes de larenovación funcional, como las tiendas de inmigrantesen las ciudades mayores.

Esa dinámica más o menos espontánea convive coniniciativas destinadas a una alteración controlada de losusos, como ya se vio en el caso de los servicios públi-cos. He ahí una fuente primordial de gestación de bue-nas prácticas, enmarcadas con frecuencia en programaseuropeos como los Urban, o surgidas al amparo del pla-neamiento especial. Su finalidad, tal como declara elPlan Estratégico de Gerona (1999), es evitar la especia-lización, mediante usos combinados del espacio. Valen-cia viene trabajando desde 1995 para equilibrar las acti-vidades de mañana, tarde y noche, a fin de romper conlas descompensaciones de la estructura funcional quedejan vacía la ciudad antigua durante gran parte del díao de la semana. Para ello es preciso asegurar la supervi-vencia y la actualización de las actividades tradiciona-les, a la vez que se atraen otras diferentes (Fig. 4). Elprimero de esos objetivos puede encontrar un apoyofundamental en las Zonas Comerciales Abiertas, relati-vamente capaces de competir con las grandes superfi-cies periféricas. Su fuerza de atracción seguramente seincrementaría en caso de materializar la ya vieja idea deuna especialización por calles. Planteada por vez prime-ra en Vitoria, no dio el fruto esperado aunque al menosen la calle Correría hay una concentración comercialmuy apreciable. Zaragoza es otra de las ciudades que hajugado posteriormente con la propuesta de los itinera-rios, que no harían sino resucitar la distribución de losgremios en la ciudad medieval.

Devolver a la vida los antiguos trabajos u ocupacio-nes, adaptándolos a los requerimientos actuales, es fun-ción que corresponde a las incubadoras de artesanía ylos talleres de recuperación de oficios (Jaén, Cuenca),que a menudo actúan también como semilleros de las

artes y para los jóvenes creadores. La captación de nue-vas actividades corre a cargo de los viveros o centros deiniciativas empresariales, que ayudan a crear negocios yacogen ideas renovadoras, por ejemplo en Granada rela-cionadas con la tecnología de la información. Una ini-ciativa oficial de impacto, por ejemplo la introducciónde usos universitarios, campus completos o facultades(Alcalá, Toledo, Cartagena, Valencia, Barcelona, Gero-na), puede, por el grado de renovación funcional que re-presenta y los flujos que desencadena, crear condicionescomparativamente mucho más favorables para la rege-neración del tejido empresarial.

VSOLUCIONES SOCIALES PARA UN ESCENARIO

DE TENSIONES Y CONFLICTOS

Por su carácter conservador que le lleva a eludir res-ponsabilidades colectivas, el discurso urbanístico post-moderno ha favorecido una intervención más o menosclasista en las áreas centrales históricas (MARTÍNEZ

LÓPEZ, 1997). La alternativa, democratizar plenamenteel acceso a aquellas, hubiera necesitado el empuje de laacción cívica y unos vínculos comunitarios mucho másintensos que los realmente existentes. A falta de ello, hahabido que esperar a que el sistema asuma una parte delos planteamientos propios del desarrollo sostenible, enmateria de integración y equilibrio social, frente a las si-tuaciones de desigualdad o de mala convivencia. Buenaparte de los problemas más característicos en la ciudadantigua están relacionados con la obsolescencia y la de-gradación material de sus distritos menos valorados, yasean bolsas de pobreza heredadas o ámbitos más re-

FIG. 4. Santa Cruz de Tenerife, la preservación del comercio tra-dicional es todavía una asignatura pendiente en gran parte de España.

Page 10: Los centros históricos de las ciudades españolas - CORE · Ya al comienzo del proceso, el enfoque riguroso de la ... que habla de «mejora en las ... Tampoco es conservacionista

84 E R Í A

cientemente depauperados. La dinámica imperante pue-de en ellos ser el abandono o la conversión en ghetto,según ciudades. En el primer caso se acumulan las vi-viendas vacías por la pérdida de pobladores, y los quepermanecen forman un grupo cada vez más envejecido einsolvente. Por ejemplo en León, con un cuarto de aloja-mientos desocupados, entre 2005 y 2006 cayeron en un20% las solicitudes de tarjetas de acceso para residentespor las bajas en el padrón. La otra posibilidad, especial-mente en núcleos de cierto tamaño o con infraviviendahistórica (partiditos gaditanos, corrales de Madrid), es laganancia de vecinos con aporte más o menos significati-vo de inmigrados. La «extranjerización» no es ajena a laexistencia de más de dos mil alojamientos marginales enel barrio madrileño de Lavapiés, y esa conexión con lavivienda deteriorada parece repetirse en Zaragoza o Ali-cante, por citar algunos nombres (RED DE LAVAPIÉS,2001; C. V., 2006). En éste caso como en el anterior es-tamos ante áreas sensibles, donde la exclusión social yen no pocos casos la inseguridad ciudadana se traducenen una percepción exterior negativa (Fig. 5).

El fenómeno opuesto a esa «extranjerización» es laelitización, como realidad fijada espacialmente aparte obien conviviente y sucesoria en los propios barrios de-gradados según van revalorizándose. Las grandes opera-ciones urbanas, o al menos las inversiones en infraes-tructuras y equipamientos que acompañan el proceso derecuperación en los centros históricos, terminan por ac-tivar el mercado inmobiliario a beneficio de la iniciativaprivada. Los propietarios tradicionales se desprenden desus inmuebles para recoger el plusvalor, y los promoto-res y constructoras que se adueñan del barrio deciden sudestino como espacio terciarizado y de clase, con vi-viendas de gama media y sobre todo alta (Fig. 6). En ese

tránsito se generan tensiones que suelen cobrar forma demobbing o «acoso inmobiliario», entendiendo por tal laspresiones tendentes a la expulsión de los residentes tra-dicionales, inquilinos de renta antigua o vecinos afecta-dos por iniciativas de remodelación urbana, con o sin re-alojo (A. V., El cielo está enladrillado, 2006). Vellutersen Valencia, el barrio chino de Barcelona rebautizadocomo El Raval, son ejemplos del mismo salto hacia arri-ba que el capital impone con los precios de las nuevasviviendas (CASAR PINAZO, 2001).

La especialización social es tan poco recomendablecomo la monofuncionalidad, cuando el casco se con-vierte en territorio turístico y entregado al ocio juvenil,por tanto un coto hostelero. En Pamplona y León, cuyosnúcleos antiguos son zonas de diversión nocturna, secontabilizaron 216 y 199 establecimientos de ese ramo,en el año 2000 y 2003 respectivamente (GONZÁLEZ

GONZÁLEZ, M. J., 2005). Volúmenes empresariales decalibre suficiente como para hablar de una actividad in-vasora que desplaza al comercio tradicional, colisionacon el uso residencial (especialmente si es selecto) y de-ja inactivas las viejas calles durante largos tramos hora-rios en los días de diario. El despertar del fin de semana,para la multitudinaria ceremonia del llamado botellón,resulta preocupante por lo que parece encerrar de mani-festación patológica, signo de una sociedad enferma queatribuye a los jóvenes el papel de consumidores entrega-dos al ocio, por tanto conservadores del sistema en lugarde rebeldes. Los instrumentos arbitrados para impedir elsobredesarrollo de la actividad hostelera que sostiene lamovida, declarar Zonas Acústicamente Saturadas o Zo-nas Saturadas de Negocios Hosteleros, no han dado re-sultado suficiente. Tampoco las medidas contra el con-sumo de alcohol en la calle (leyes antibotellón, trasladode esa función a espacios exteriores), pues no se orien-tan hacia las causas de lo que la ciudadanía comienza apercibir como primer problema en los barrios históricos,aparte de la vivienda, por las molestias y la violenciaque origina. Su capacidad perturbadora puede incremen-tarse exponencialmente cuando se proyecta sobre ámbi-tos ya castigados por la presencia de actividades delicti-vas (narcotráfico, prostitución ilegal, hurtos callejeros),sobre todo en las grandes ciudades.

Normalizar los espacios urbanos históricamenteconfigurados significa devolverles la condición de lu-gares diversos, económica y socialmente. Parte de lasmedidas correctoras consisten en dar preferencia al usoresidencial, mediante una política de vivienda que surtaefecto equilibrador. Ya el modelo aplicado en Boloniadurante la década de 1970 estableció la conveniencia de

FIG. 5. Corral rehabilitado en Embajadores (Madrid).

Page 11: Los centros históricos de las ciudades españolas - CORE · Ya al comienzo del proceso, el enfoque riguroso de la ... que habla de «mejora en las ... Tampoco es conservacionista

LOS CENTROS HISTÓRICOS DE LAS CIUDADES ESPAÑOLAS 85

insertar alojamiento público de interés social, encajan-do en las tipologías edificatorias tradicionales distintasvariantes habitacionales para destinatarios específicos(estudiantes, jubilados), sin convertir por ello el cascoen una agrupación de viviendas sociales. Con maticesnuevos, las premisas son hoy las mismas: viviendas depromoción pública en alquiler, viviendas protegidas depromoción privada, jugando con una gama relativamen-te amplia de modalidades de alojamiento. Pueden de-dicarse edificios singulares a habitación colectiva, yaprovechar las viejas casas erigidas sobre parcelas mi-nifundistas para crear pisos destinados a parejas jóve-nes o grupos no familiares, como se pretende hacer enCórdoba. Baeza fue pionera al reutilizar inmuebles pa-trimoniales para alojamiento oficial de alquiler, en losprimeros años noventa. Zaragoza, en cuyo Plan Integralpara el Centro Histórico (1998) estaban previstas casi500 viviendas públicas en arriendo, es uno de los muni-cipios que incorpora posteriormente prácticas de índoleparecida, mediante una Sociedad Municipal de Rehabi-litación Urbana.

Sin menospreciar su valor y el coste que represen-tan, es forzoso reconocer que esas experiencias no sue-len ir mucho más allá de lo puramente testimonial, y seorientan casi en exclusiva a los colectivos más abierta-mente insolventes. En un área tan sensible como CiutatVella (Barcelona), el balance del A.R.I. para el período1987-2002 arrojó un total de 2.330 viviendas públicas,volumen que sitúa a la capital catalana en el grupo decabeza en cuanto al papel de la Administración; sin em-bargo aquellos alojamientos apenas representan el 10%de las viviendas privadas, con alguna intervención re-habilitadora, promovidas en el mismo intervalo detiempo. Otra vía de actuación, ensayada en el marco deproyectos Urban (Cáceres, Pamplona), busca ocupar lospisos vacíos realizando censos y ofreciendo a sus pro-pietarios tanto estudios técnicos como ayudas a la reha-bilitación, o bien la posibilidad de ceder sus inmueblesa las oficinas municipales de gestión del mercado de al-quiler. Pero el programa europeo no parece haber re-suelto el problema de las viviendas degradadas en lasciudades andaluzas.

Hay experiencias válidas para la regeneración socialy el impulso funcional, como la denominada PuertaAbierta en el barrio de Bilbao La Vieja (1995-98). Allí,mediante actividades formativas, creación de empresasy promoción de empleo, los propios habitantes intervie-nen en la rehabilitación del Centro Municipal de LaCantera (vivero de empresas y capacitación laboral), elBilbo-Arte y el Bilbo-Rock, reutilizando en este último

caso una capilla. La clave del éxito parece haber sido laparticipación cívica, que sostiene una escuela de segun-da oportunidad en nuevas tecnologías o la reinserción deprostitutas en un centro de día para ancianos. Otras pro-puestas en materia de género, para crear cohesión y portanto buena convivencia, consisten por ejemplo en laapertura de empresas hosteleras para dar empleo a muje-res (Pamplona), y la prestación de servicios de guarderíapara madres que trabajan o se están formando (Jaén).Las demás esferas de acción se refieren a la TerceraEdad (centros de apoyo a los familiares cuidadores), losinmigrados (centros de acogida y orientación, casas decultura), o bien otros grupos marginales (bolsas de true-que de servicios). He ahí una muestra mínima de la am-plia serie de buenas prácticas, incubadas a menudo en elmedio favorable de los Urban, que nos sitúan en el ca-mino de la sostenibilidad. Según Fernando Roch (2001)la ciudad antigua sería el territorio más idóneo para

FIG. 6. Redescubrimiento inmobiliario y de clase en la calle Ma-yor de Palencia.

Page 12: Los centros históricos de las ciudades españolas - CORE · Ya al comienzo del proceso, el enfoque riguroso de la ... que habla de «mejora en las ... Tampoco es conservacionista

86 E R Í A

avanzar en esa dirección, ensayando otras formas de re-lación y de consumo. Nunes da Silva (2004) habla derescatar el urbanismo de proximidad, en los hábitos ymodos de vida. Pero está por ver hasta que punto el sis-tema admitiría que se produjesen verdaderos cambios,sin ir más lejos en la vivienda, cambios que en todo casoexigirían una implicación ciudadana hoy inexistente.

VICONCLUSIONES

Parece recomendable dar un giro al proceso urbanoen los centros históricos, retomando la idea de la rehabi-litación en su enunciado primigenio para adaptarla alcontexto actual. Éste obliga en primera instancia a res-tringir severamente las inversiones que no estén sufi-cientemente justificadas, en obra civil (por ejemplo or-nato o mobiliario) y construcción, para suprimir elnegocio de las grandes obras. En ellas, como en la recla-sificación de edificios protegidos y las exclusiones de

los catálogos, reside a menudo el germen de la corrup-ción. Como antídoto, los gastos de mayor cuantía debe-rían reservarse exclusivamente para finalidades socialeso ambientales. Sin apropiación ni exclusiones de clase,sólo la vivienda pública o de cooperativas podría asegu-rar que los cascos no sean espacios monocordes, poruno u otro extremo del espectro social. En el plano mor-fológico es tarea pendiente la superación del fachadis-mo, de manera que no resulte la primera opción para losinmuebles antiguos, ni tampoco la solución única parala imagen de la ciudad antigua. Eso también significaacabar con las falsificaciones, dando entrada cuandoproceda a lo expresamente nuevo, en lugar de lo mimé-tico. En cuanto a la mejora ambiental resulta convenien-te replantear la delimitación de núcleos, para incluir sincicatería los paisajes envolventes, y proteger o desarro-llar las superficies interiores a las manzanas de casas.Pon fin, en términos funcionales no cabe otra opciónque el uso múltiple del espacio, rebajando el peso de lasactividades de ocio intensivo para construir tejidos dePYMES.

ÁLVAREZ MORA, A. (ed.) (1999): Territorio y Patrimonio,Instituto de Urbanística de la Universidad de Valladolid, co-lección Ciudades, nº 4, 103 págs.

ÁLVAREZ MORA, A. (2001): «La cuestión de los centroshistóricos. Generaciones de planes y políticas urbanísticas re-cientes», en IGLESIAS GIL, J. M., ed.: Cursos sobre el Patri-monio Histórico, Santander, 440 págs., págs. 313-329.

ÁLVAREZ MORA, A. (coord.) (2001): Ciudad, Territorio yPatrimonio, Universidad de Valladolid, Instituto de Urbanís-tica, serie documentos, nº 3, 272 págs.

ANDRÉS SARASA, J. L. (2002): La Universidad, ante la re-habilitación de las ciudades históricas, Universidad de Mur-cia, 169 págs.

AÑÓN, C.; LUENGO, M. (2003): Jardines de España, Edi-ciones Lunwerg, 318 págs.

AYUNTAMIENTO DE CÓRDOBA (2004): Diez años de Patri-monio de la Humanidad, Córdoba (1994-2004), 60 págs.

AYUNTAMIENTO DE SANTIAGO (1989): Plan Especial deProtección y Rehabilitación de la Ciudad Histórica, Santiagode Compostela, 2 vols., 70 y 65 págs.

BERNAL SANTA OLALLA, B. (coord.) (1999): Vivir las ciu-dades históricas. Ciudad Histórica y calidad urbana, Univ.de Burgos, Fundación La Caixa, 269 págs.

BERNAL SANTA OLALLA, B. (coord.) (1999): Revitaliza-ción funcional del centro histórico, un reto de las ciudadeshistóricas, Univ. de Burgos, 85 págs.

BERNAL SANTA OLALLA, B. (coord.) (2000): Oportunida-des de desarrollo sostenible para los conjuntos urbanos his-tóricos, Universidad de Burgos, 125 págs.

BERNAL SANTA OLALLA, B. (2001): «La conservación delpatrimonio como causa de la profunda e irremediable trans-formación urbana», en V. A.: Libro Homenaje al Doctor Je-sús García Fernández, Valladolid, págs. 577-588.

BERNAL SANTA OLALLA, B. (coord.) (2003): El medio am-biente urbano en las ciudades históricas, Univ. de Burgos,181 págs.

B I B L I O G R A F Í A

Page 13: Los centros históricos de las ciudades españolas - CORE · Ya al comienzo del proceso, el enfoque riguroso de la ... que habla de «mejora en las ... Tampoco es conservacionista

LOS CENTROS HISTÓRICOS DE LAS CIUDADES ESPAÑOLAS 87

BOAVIDA-PORTUGAL, L. (2004): «As condiçoes de sustan-tabilidade da reabilitaçao urbana», en Geonova, Revista doDepartamento de Geografía e Planeamento Regional, Lisboa,nº 10, págs. 175-190.

BOIRA MARQUÉS, V. (2001): «La ciudad histórica. De losprocesos de degradación a la regeneración urbana», en ROME-RO, J.; MORALES, A. (coords.): La periferia emergente. La Co-munidad valenciana en la Europa de las naciones, Ed. Ariel,Barcelona.

C. V. (2006): «¿Han oído hablar de Lavapiés?, historia deuna ruina provocada», en V. A.: El cielo está enladrillado.Entre el mobbing y la violencia inmobiliaria y urbanística,Ediciones Bellaterra, Barcelona, http//www.sindominio.net/violenciaurbanistica/files/enladrillado, págs. 135-146.

CALDERÓN CALDERÓN, B. (2003): «El paisaje de la ciudadhistórica española en el cambio de siglo. Entre el Renaci-miento y la invención de la memoria», en BERNAL SANTA

OLALLA, B.: El medio ambiente urbano en las ciudades histó-ricas, págs. 17-43.

CAMPESINO FERNÁNDEZ, A. (2001): «Las nuevas posibili-dades económicas del centro histórico», en IGLESIAS GIL, J.M., ed.: Cursos sobre el Patrimonio Histórico, nº 5, Santan-der, 440 págs., págs. 409-424.

CAPEL SÁEZ, H. (2005): El modelo Barcelona: un examencrítico, Ediciones del Serbal, 119 págs.

CASAR PINAZO, J. I. (2001): «La Ciutat Vella de Valencia:luces y sombras de un proceso de Rehabilitación ¿integral?»,en IGLESIAS GIL, J. M., ed.: Cursos sobre el Patrimonio Histó-rico, págs. 329-350.

Ciudades para un futuro más sostenible. Buenas Prácti-cas Españolas, en http://habitat.aq.upm.es/bpes/lista.html.

DÍAZ, I. (2006): «Especulación y luchas contra la gentrifi-cación en Sevilla», en V. A.: El cielo está enladrillado. Entreel mobbing y la violencia inmobiliaria urbanística, Ediciones.Bellaterra, Barcelona. http://www.sindominio.net/violenciaur-banística/files/enladrillado.

EXCMO. AYUNTAMIENTO DE SALAMANCA (2004): Plan Ge-neral de Ordenación Urbana del Municipio de Salamanca.Revisión-Adaptación, 115 págs.

FERNÁNDEZ SALINAS, V. (1994): «Los centros históricosen la evolución de la ciudad europea desde los años setenta»,Ería, Revista de Geografía, nº 34, págs. 121-131.

FERRER REGALES, M. (2003): Los centros históricos enEspaña: teoría, estructura, cambio, Gobierno de Navarra,Pamplona, 390 págs.

GARCÍA JAÉN, P. (1998): «Aplicaciones de la iniciativacomunitaria Urban», en Boletín de la A.G.E., nº 26, págs.191-206.

GARCÍA MARCHANTE, J. S.; TROITIÑO VINUESA, M. A.(1998): Vivir las ciudades históricas. Recuperación integraday dinámica funcional, Universidad de Castilla - La Mancha,267 págs.

GERENCIA MUNICIPAL DE URBANISMO DE CÓRDOBA (2002):Plan General de Ordenación Urbana 2001, Texto Refundido,t. VI: conjunto histórico.

GERENCIA MUNICIPAL DE URBANISMO DE CÓRDOBA (2003):Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico de Cór-doba.

GERENCIA DE URBANISMO DEL AYUNTAMIENTO DE CÓRDO-BA (1998): Memoria Justificativa y Propositiva del Plan Ge-neral, Córdoba, 155 págs.

GONZÁLEZ GONZÁLEZ, M. J. (2005): «El desarrollo econó-mico sostenible de los centros históricos», en Ería, RevistaCuatrimestral de Geografía, nº 68, págs. 365-373.

MARTÍ ARIS, C. (1995): Santiago de Compostela: la ciu-dad histórica como presente, Ediciones del Serbal, Consorciode Santiago, 302 págs.

MARTÍNEZ LÓPEZ, M. (1997): «Una deconstrucción histó-rica y social de la noción de centro histórico», InvestigacionesGeográficas, Universidad de Alicante, nº 18, págs. 131-146.

MEDINA GONZÁLEZ, P. (2001): Plan Especial de Rehabili-tación del casco medieval de Vitoria-Gasteiz.

MENÉNDEZ COLLANTES, M. (1995): «La rehabilitación ur-bana en Granada», Cuadernos Geográficos, nº 24-25, págs.139-165.

MINISTERIO DE ECONOMÍA Y HACIENDA (2004): Programade la Iniciativa Comunitaria Urban Jaén (2001-2006), Ma-drid, 129 págs.

MINISTERIO DE FOMENTO (1999): Segundo Catálogo deBuenas Prácticas. Ciudades para vivir, Hábitat II, Madrid,303 págs.

NUNES DA SILVA, F. (2004): «Políticas urbanas para umamobilidade sustentable: do diagnóstico às propostas», enGeonova, nº 10, págs. 157-174.

RED DE LAVAPIÉS (2001): La Rehabilitación de Lavapiéso el despotismo castizo: todo para el barrio pero sin elbarrio, 66 págs., http://es.Geocities.com/laboratoriourbano/despotismo.htm.

Page 14: Los centros históricos de las ciudades españolas - CORE · Ya al comienzo del proceso, el enfoque riguroso de la ... que habla de «mejora en las ... Tampoco es conservacionista

88 E R Í A

ROCH, F. (2001): «El centro histórico en el marco de lasostenibilidad económica y social», en IGLESIAS GIL, J. M.:Cursos sobre el Patrimonio Histórico, nº 5, págs. 391-407.

SECO DE LUCENA PAREDES, L. (1971): Cármenes de Gra-nada, Obra Cultural de la Caja de Ahorros, http://www.albaicin-granada.com/nueva/carmenes/textos4.htm.

S.U.R.B.I.S.A. (1999): Memoria del Plan Especial deRehabilitación del Casco Viejo de Bilbao. Texto refundido,180 págs.

TROITIÑO VINUESA, M. A. (1992): Cascos antiguos y cen-tros históricos, Ministerio de Obras Públicas y Transportes,Madrid, 225 págs.

TROITIÑO VINUESA, M. A. (2004): «Turismo y desarrolloen las ciudades históricas iberoamericanas. Desafíos y opor-tunidades», en ÁLVAREZ MORA, A. et al.: Ciudad, Territorioy Patrimonio. Materiales de Investigación II, UniversidadIberoamericana de Puebla, Universidad de Valladolid, págs.133-153.

V. A. (1989): História urbana i intervenció en el centrehistòric, IIIª Setmana d'Estudis Urbans a Lleida, Generalitatde Catalunya, 386 págs.

VALENZUELA RUBIO, M. (2000): «La regeneración de loscascos históricos en España. El programa URBAN, dinero co-munitario para una estrategia global», en BERNAL SANTA

OLALLA, B. (coord.): Oportunidades de desarrollo sosteniblepara los conjuntos urbanos históricos, págs. 87-125.

Recibido: 23 de noviembre de 2006Aceptado: 15 de enero de 2007