Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil...

126
Los Cien Mil Hijos de San Luis Benito Pérez Galdós Portada e ilustración de la edición de 1884 [5] Para la composición de este libro cuenta el autor con materiales muy preciosos. Además de las noticias verbales, que casi son el principal fundamento de la presente obra, posee un manuscrito que le ayudará admirablemente en la narración de la parte o tratado que lleva por título Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien se comprende que será dos veces interesante, y lo sería más aún si estuviese completo. ¡Lástima grande que la negligencia de los primeros poseedores de él dejara perder una de las partes más curiosas y necesarias que lo componen! Sólo dos fragmentos, sin enlace entre sí, llegaron a nuestras manos. Hemos hecho toda suerte de laboriosas indagaciones para [6] allegar lo que falta, pero inútilmente, lo que en verdad es muy lamentable, porque nos veremos obligados a llenar con relatos de nuestra propia cosecha el gran vacío que entre ambas piezas del manuscrito femenil resulta. Este tiene la forma de . Su primer fragmento lleva por epígrafe De Madrid a Urgel, y empieza así:

Transcript of Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil...

Page 1: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien

Los Cien Mil Hijos de San Luis Benito Peacuterez Galdoacutes

Portada e ilustracioacuten de la edicioacuten de 1884

[5]

Para la composicioacuten de este libro cuenta el autor con materiales muy preciosos Ademaacutes de las noticias verbales que casi son el principal fundamento de la presente obra posee un manuscrito que le ayudaraacute admirablemente en la narracioacuten de la parte o tratado que lleva por tiacutetulo Los cien mil hijos de San Luis El tal manuscrito es hechura de una sentildeora por cuya razoacuten bien se comprende que seraacute dos veces interesante y lo seriacutea maacutes auacuten si estuviese completo iexclLaacutestima grande que la negligencia de los primeros poseedores de eacutel dejara perder una de las partes maacutes curiosas y necesarias que lo componen Soacutelo dos fragmentos sin enlace entre siacute llegaron a nuestras manos Hemos hecho toda suerte de laboriosas indagaciones para [6] allegar lo que falta pero inuacutetilmente lo que en verdad es muy lamentable porque nos veremos obligados a llenar con relatos de nuestra propia cosecha el gran vaciacuteo que entre ambas piezas del manuscrito femenil resulta

Este tiene la forma de Su primer fragmento lleva por epiacutegrafe De Madrid a Urgel y empieza asiacute

- I - En Bayona donde busqueacute refugio tranquilo al separarme de mi esposo conociacute al general Eguiacutea (1) Iba a visitarme con frecuencia y como era tan indiscreto y vanidoso me revelaba sus planes de conspiracioacuten regocijaacutendose en mi sorpresa y riendo conmigo del gran chubasco que amenazaba a los franc-masones Por eacutel supe en el verano del 21 que Su Majestad nuestro catoacutelico Rey D Fernando (Q D G) anhelando deshacerse de los revolucionarios por cualquier medio y a toda costa teniacutea dos comisionados en Francia los cuales eran

lordm El mismo general D Francisco Eguiacutea cuya alta misioacuten era promover desde la frontera el levantamiento de partidas realistas

2ordm D Joseacute Morejoacuten oficial de la secretariacutea de la Guerra y despueacutes secretario reservado de Su Majestad con ejercicio de decretos el cual teniacutea el encargo de gestionar en Pariacutes con el Gobierno franceacutes los medios de arrancar a Espantildea el cauterio de la Constitucioacuten gaditana sustituyeacutendole con una cataplasma anodina hecha en la misma farmacia de donde salioacute la Carta de Luis XVIII

Yo alababa estas cosas por no rentildeir con el anciano general que era muy galante y atento conmigo pero en mi interior deploraba como amante muy fiel del reacutegimen absoluto que cosas tan graves se emprendieran por la mediacioacuten de personas de tan dudoso valer No conociacutea yo en aquellos tiempos a Morejoacuten pero mis noticias eran que no habiacutea sido inventor de la poacutelvora En cuanto a Eguiacutea debo decir con mi franqueza habitual que era uno de los hombres maacutes pobres de ingenio que en mi vida he visto

Auacuten gastaba la coleta que le hizo tan famoso en 1814 y con la coleta el mismo humor [8] atrabiliario despoacutetico voluble y regantildeoacuten Pero en Bayona no infundiacutea miedo como en Madrid y de eacutel se reiacutean todos No es exagerado cuanto se ha dicho de la astuta pastelera que llegoacute a dominarle Yo la conociacute y puedo atestiguar que el agente de nuestro egregio Soberano comprometiacutea lamentablemente su dignidad y aun la dignidad de la Corona poniendo en manos de aquella infame mujer negocios tan delicados Ella asistiacutea la tal a las conferencias administraba gran parte de los fondos se entendiacutea directamente con los partidarios que un diacutea y otro pasaban la frontera y pareciacutea en todo ser ella misma la organizadora del levantamiento y el principal apoderado de nuestro querido Rey

Despueacutes de esto he vivido muchas veces en Bayona y he visto la vergonzosa conducta de algunos espantildeoles que sin cesar conspiran en aquel pueblo verdadera antesala de nuestras revolucione pero nunca he visto degradacioacuten y torpeza semejantes a las del tiempo de Eguiacutea Yo escribiacutea entonces a D Viacutector Saacuteez residente en Madrid y le deciacutea laquoFelicite usted a los franc-masones porque mientras la salvacioacuten de Su Majestad siga confiada a las manos que por aquiacute tocan el pandero ellos estaacuten de enhorabuenaraquo

En el invierno del mismo antildeo se realizaron [9] las predicciones que yo por no poder darle consejos habiacutea hecho al mismo Eguiacutea y fue que habiendo convocado de orden del Rey a otros personajes absolutistas para trabajar en comunidad se desavinieron de tal modo que aquello maacutes que junta pareciacutea la dispersioacuten de las gentes Cada cual pensaba de distinto modo y ninguno cediacutea en su terca opinioacuten A esta variedad en los pareceres y terquedad para sostenerlos llamo yo enjaezar los entendimientos a la calesera es decir a la espantildeola El marqueacutes de Mataflorida (2) proponiacutea el establecimiento del absolutismo puro Balmaseda comisionado por el Gobierno franceacutes para tratar este asunto tambieacuten estaba por lo despoacutetico aunque no en grado tan furioso Morejoacuten se abrazaba a la Carta francesa Eguiacutea sosteniacutea el veto absoluto y las dos Caacutemaras a pesar de no saber lo que eran una cosa y otra y Saldantildea nombrado como una especie de quinto en discordia no se resolviacutea ni por la tiraniacutea entera ni por la tiraniacutea a media miel

Entretanto el Gobierno franceacutes concedioacute a Eguiacutea algunos millones de los cuales podriacutea [10] dar cuenta si viviese la hermosa pastelera Dios me perdone el mal juicio pero casi podriacutea jurar que de aquel dinero soacutelo algunas sumas insignificantes pasaron a manos de los pobres guerrilleros tan bravos como desinteresados que desnudos descalzos y hambrientos levantaban el glorioso estandarte de la fe y de la monarquiacutea en las montantildeas de Navarra o de Cataluntildea

Las bajezas la ineptitud y el despilfarro de los comisionados secretos de Su Majestad no cesaron hasta que aparecioacute en Bayona tambieacuten con poderes reales el gran paacutejaro de cuenta llamado D Antonio Ugarte a quien no vacilo en designar como el hombre maacutes listo de su eacutepoca

Yo le habiacutea tratado en Madrid el antildeo 19 Eacutel me estimaba en gran manera y como Eguiacutea me visitaba a menudo pero sin revelarme imprudentemente sus planes Desde que se encargoacute de manejar la conspiracioacuten seguiacuteala yo con marcado intereacutes segura de su eacutexito aunque sin sospechar que le prestariacutea mi concurso activo en teacutermino muy breve Un diacutea Ugarte me dijo

-No se encuentra un solo hombre que sirva para asuntos delicados Todos son indiscretos soplones y venales iquestVe usted lo que trabajo [11] aquiacute por orden de Su Majestad Pues es nada en comparacioacuten de lo que me dan que hacer las intrigas y torpezas de mis propios colegas de conspiracioacuten No me fiacuteo de ninguno y en el diacutea de hoy teniendo que enviar a Madrid un mensaje muy importante estoy como Dioacutegenes buscando un hombre sin poder encontrarlo

-Pues busque usted bien Sr D Antonio -le respondiacute- y quizaacutes encuentre una mujer

Ugarte no daba creacutedito a mi determinacioacuten pero tanto le encareciacute mis deseos de ser uacutetil a la causa del Rey y de la Religioacuten que al fin convino en fiarme sus secretos

-Efectivamente Jenara -me dijo- una dama podraacute desempentildear mejor que cualquier hombre tan delicado encargo si reuacutene a la belleza y gallarda compostura de su persona un valor a toda prueba

En seguida me reveloacute que en Madrid se preparaba un esfuerzo poliacutetico es decir un pronunciamiento en el cual tomariacutea parte la Guardia real con toda la tropa de liacutenea que se pudiese comprometer pero antildeadioacute que desconfiaba del eacutexito si no se haciacutean con

mucho pulso los trabajos tratando de combinar el movimiento cortesano con una ruidosa algarada de las partidas del Norte Discurriendo sobre [12] este negocio me mostroacute su grandiacutesima perspicacia y colosal ingenio para conspirar y despueacutes me instruyoacute prolijamente de lo que yo debiacutea hacer en Madrid del arte con que debiacutea tratar a cada una de las personas para quienes llevaba delicados mensajes con otras muchas particularidades que no son de este momento Casi toda mi comisioacuten era enteramente confidencial y personal quiero decir que el conspirador me entregoacute muy poco papel escrito pero en cambio me repitioacute varias veces sus instrucciones para que retenieacutendolas en la memoria obrase con desembarazo y seguridad en las difiacuteciles ocasiones que me aguardaban

Partiacute para Madrid en Febrero del 22

- II - Emprendiacute estos manejos con entusiasmo y con placer con entusiasmo porque adoraba en aquellos diacuteas la causa de la Iglesia y el Trono con placer porque la ociosidad entristeciacutea mis diacuteas en Bayona La soledad de mi existencia me abrumaba tanto como el peso de las desgracias que a otros afligen y que yo no conociacutea [13] auacuten Con separarme de mi esposo cuyo salvaje caraacutecter y feroz suspicacia me hubieran quitado la vida adquiriacute libertad suma y un sosiego que despueacutes de saboreado por alguacuten tiempo llegoacute a ser para miacute algo fastidioso Poseiacutea bienes de fortuna suficientes para no inquietarme de las materialidades de la vida de modo que mi ociosidad era absoluta Me refiero a la holganza del espiacuteritu que es la maacutes penosa pues la de las manos yo que no carezco de habilidades jamaacutes la he conocido

A estos motivos de tristeza debo antildeadir el gran vaciacuteo de mi corazoacuten que estaba ha tiempo como casa deshabitada lleno tan soacutelo de sombras y de ecos Despueacutes de la muerte de mi abuelo ninguacuten afecto de familia podiacutea interesarme pues los Baraonas que subsistiacutean o eran muy lejanos parientes o no me queriacutean bien De mi infeliciacutesimo casamiento soacutelo saqueacute amarguras y pesadumbres y para que todo fuese maldito en aquella unioacuten no tuve hijos Sin duda Dios no queriacutea que en el mundo quedase memoria de tan grande error

Faacutecilmente se comprenderaacute que en tal situacioacuten de espiacuteritu me gustariacutea lanzarme a esas ocupaciones febriles que han sido siempre el principal gozo de mi vida Ninguna cosa llana y natural ha cautivado jamaacutes mi corazoacuten [14] ni me embelesoacute como a otros lo que llaman dulce corriente de la vida Antes bien yo la quiero tortuosa y raacutepida que me ofrezca sorpresas a cada instante y aun peligros que se interne por pasos misteriosos despueacutes de los cuales deslumbre maacutes la claridad del diacutea que caiga como el Piedra en cataratas llenas de ruido y colores o se oculte como el Guadiana sin que nadie sepa doacutende ha ido

Yo sentiacutea ademaacutes en mi alma la atraccioacuten de la Corte no pudiendo descifrar claramente cuaacutel objeto o persona me llamaban en ella ni explicarme las anticipadas emociones que por el camino sentiacutea mi corazoacuten como el derrochador que principia a

gastar su fortuna antes de heredada Mi fantasiacutea enviaba delante de siacute en el camino de Madrid maravillosos suentildeos e infinitos goces del alma peligros vencidos y amables ideales realizados Caminando de este modo y con los fines que llevaba iba yo por mi propio y verdadero camino

Desde que llegueacute me puse en comunicacioacuten con los personajes para quienes llevaba cartas o recados verbales Tuve noticias de la rebelioacuten de los Guardias que se preparaba hice lo que Ugarte me habiacutea mandado en sus minuciosas instrucciones y halleacute ocasioacuten de advertir el mucho atolondramiento y ninguacuten concierto con [15] que eran llevados en Madrid los arduos traacutemites de la conspiracioacuten

Lo mejor y maacutes importante de mi comisioacuten estaba en Palacio adonde me llevoacute D Viacutector Saacuteez confesor de Su Majestad Muchos deseos teniacutea yo de ver de cerca y conocer por miacute misma al Rey de Espantildea y toda su real familia y entonces quedoacute satisfecho mi anhelo Hice un raacutepido estudio de todos los habitantes de Palacio particularmente de las mujeres la Reina Amalia Dordf Francisca esposa de don Carlos y Dordf Carlota del Infante D Francisco La segunda me parecioacute desde luego mujer a propoacutesito para revolver toda la Corte De los hombres D Carlos me parecioacute muy sesudo dotado de cierto fondo de honradez preciosiacutesima con lo cual compensaba su escasez de luces y a Fernando le diputeacute por muy astuto y conocedor de los hombres apto para engantildearles a todos si bien privado del valor necesario para sacar partido de las flaquezas ajenas La Reina pasaba su vida rezando y desmayaacutendose pero la varonil Dordf Francisca de Braganza poniacutea su alma entera en las cosas poliacuteticas y llena de ambicioacuten trataba de ser el brazo derecho de la Corte Dordf Carlota que entonces estaba embarazada del que luego fue Rey consorte tampoco se dormiacutea en esto [16]

Los palaciegos tan aborrecidos entonces por la muchedumbre constitucional Infantado Montijo Sarriaacute y demaacutes aristoacutecratas no serviacutean en realidad de gran cosa Sus planes faltos de seso y travesura teniacutean por objeto algo en que se destacase con preferencia la personalidad de ellos mismos Ninguno valiacutea para maldita la cosa y asiacute nada se habriacutea perdido con quitarles toda participacioacuten en la conjura Los individuos de la Congregacioacuten Apostoacutelica que era una especie de masoneriacutea absolutista tampoco haciacutean nada de provecho como no fuera allegar plebe y disponer de la gente fanaacutetica para un momento propicio En los jefes de la Guardia habiacutea maacutes presuncioacuten que verdadera aptitud para un golpe difiacutecil y el clero se precipitaba gritando en los puacutelpitos cuando la situacioacuten requeriacutea prudencia y habilidad sumas Los liberales masones o comuneros vendidos al absolutismo y que al pronunciar sus discursos violentos se entusiasmaban por cuenta de este estaban muy mal dirigidos porque con su exageracioacuten poniacutean diariamente en guardia a los constitucionales de buena fe He examinado uno por uno los elementos que formaban la conspiracioacuten absolutista del antildeo 22 para que cuando la refiera se explique en cierto modo el lamentable aborto y total ruina de ella [17]

NOTA DEL AUTOR A continuacioacuten refiere la sentildeora los sucesos del 7de Julio Aunque su narracioacuten es superior a la nuestra principalmente a causa de la graciosa sencillez y verdad con que toda ella estaacute hecha la suprimimos por no repetir ni aun mejoraacutendolo lo que ya aparecioacute en otro volumen

- III - Despueacutes de los aciagos diacuteas de Julio mi situacioacuten que hasta entonces habiacutea sido franca y segura fue comprometidiacutesima No es faacutecil dar una idea de la presteza con que se ocultaron todos aquellos hombres que pocos diacuteas antes conspiraban descaradamente Desaparecieron como caterva de menudos ratoncillos cuando los sorprende en sus audaces rapintildeas el hombre sin poder perseguirlos ni aun conocer los agujeros por donde se han metido A miacute me maravillaba que D Viacutector Saacuteez hombre de una obesidad respetable pudiese estar escondido sin que al punto se descubriese su guarida Los palaciegos se filtraron tambieacuten y los que no estaban muy evidentemente comprometidos [18] como por ejemplo Pipaoacuten dieron vivas a la Constitucioacuten vencedora unieacutendose a los liberales

Tuve ademaacutes la desgracia de perder varios papeles en casa de un pobre maestro de escuela donde nos reuniacuteamos y esto me causoacute gran zozobra pero al fin los encontreacute no sin trabajo exponieacutendome a los mayores peligros La seguridad de mi persona corrioacute tambieacuten no poco riesgo y en los diacuteas 9 y 10 de Julio no tuve un instante de respiro pues por milagro no me arrastraron a la caacutercel los milicianos borrachos de vino y de patrioteriacutea Gracias a Dios vino en mi amparo un joven paisano y antiguo amigo miacuteo el cual en otras ocasiones habiacutea ejercido en mi vida influencia muy decisiva semejante a la de las estrellas en la antigua caacutebala de los astroacutelogos

Pasados los primeros diacuteas pude introducirme en Palacio a pesar de la formidable y espesa muralla liberalesca que lo defendiacutea Encontreacute a Su Majestad lleno de consternacioacuten y amargura principalmente por verse obligado a poner semblante lisonjero a sus enemigos y aun a darles abrazos lo cual era muy del gusto de ellos en su mayoriacutea gente inocentona y creacutedula No me agradaba ver en nuestro Soberano tan poco corazoacuten pero [19] si en eacutel hubiera concordado el valor con las travesuras y agudezas del entendimiento ninguacuten tirano antiguo ni moderno le habriacutea igualado Su desaliento y desesperacioacuten no le impidieron que se enamorase de miacute porque en todas las ocasiones de su vida bajo las distintas maacutescaras que se quitaba y se poniacutea apareciacutea siempre el saacutetiro

Temerosa de ciertas brutalidades quise huir Brindeme entonces a desempentildear una comisioacuten difiacutecil para lo cual Fernando no se fiaba de ninguacuten mensajero y aunque eacutel no quiso que yo me encargase de ella porque no me alejara de la Corte tanto insteacute y con tales muestras de verdad prometiacute volver que se me dieron los pasaportes

El mes anterior habiacutea salido para Francia D Joseacute Villar Frontiacuten uno de los intrigantes maacutes sutiles del antildeo 14 aunque como salido de la academia del cuarto del Infante D Antonio no era hombre de gran iniciativa sino muy plegadizo y servicial en bajas urdimbres Llevaba oacuterdenes para que el marqueacutes de Mataflorida formase una Regencia absolutista en cualquier punto de la frontera conquistado por los guerrilleros Estas instrucciones eran conformes al plan del Gobierno franceacutes que deseaba la introduccioacuten de la Carta en Espantildea y [20] un absolutismo templado pero Fernando que haciacutea tantos papeles a la vez deseaba que sus comisionados afectando ser partidarios

de la Carta trabajasen por el absolutismo limpio Esto exigiacutea frecuentes rectificaciones en los despachos que se enviaban y avisos contradictorios trabajo no escaso para quien habiacutea de ocultar de sus ministros todos estos y aun otros inverosiacutemiles liacuteos

Yo me comprometiacute a hacer entender a Mataflorida y a Ugarte lo que se queriacutea transmitieacutendoles verbalmente algunas preciosas ideas del Monarca que no podiacutean fiarse al papel ni a signo ni cifra alguna Ya por aquellos diacuteas se supo que la Seo de Urgel habiacutea sido ganada al Gobierno por el bravo Trapense y se esperaba que en la agreste plaza se constituyera la salvadora Regencia A la Seo pues debiacutea yo dirigirme

La partida y el viaje no eran problemas faacuteciles Esto me preocupoacute durante algunos diacuteas y trateacute de sobornar para que me acompantildease al amigo de quien antes he hablado A eacutel no le faltaban en verdad ganas de ir conmigo al extremo del mundo pero le conteniacutea el amor de su madre anciana Mucho lucheacute para decidirle empleando razonamientos y seducciones diversas mas a pesar de la propensioacuten de su caraacutecter [21] a ciertas locuras y del considerable prestigio que yo empezaba a ejercer sobre eacutel se resistiacutea tenazmente alegando motivos poderosos cuya fuerza no me era desconocida Al fin tanto pudo una mujer llorando que eacutel abandonoacute todo su madre y su casa aunque por poco tiempo y con la sana intencioacuten de volver cuando me dejase en parajes donde no existiese peligro alguno El infeliz presagiaba sin duda su desdichada suerte en aquella expedicioacuten porque luchoacute grandemente consigo mismo para decidirse y hasta el uacuteltimo momento estuvo vacilante

Aquel hombre habiacutea sido enemigo miacuteo o maacutes propiamente de mi esposo Desde la nintildeez nos conocimos fue mi novio en la edad en que se tiene novio Sucesos lamentables que me afligen al venir a la memoria caprichos y vanidades miacuteas me separaron de eacutel yo creiacute que para siempre pero Dios lo dispuso de otro modo Durante mucho tiempo estuve creyendo que le odiaba pero el sentimiento que en miacute habiacutea era maacutes que rencor una antipatiacutea arbitraria y voluntariosa Por causa de ella siempre le teniacutea en la memoria y en el pensamiento Circunstancias funestas le pusieron en contacto conmigo diferentes veces y siempre que ocurriacutea algo grave en la vida de eacutel o en la miacutea [22] tropezaacutebamos providencialmente el uno con el otro como si el alma de cada cual vieacutendose en peligro pidiese auxilio a su compantildeera

En miacute se verificoacute una crisis singular Por razones que no son de este sitio yo llegueacute a aborrecer todo lo que mi esposo amaba y a amar todo lo que eacutel aborreciacutea Al mismo tiempo mi antiguo novio mostraba hacia miacute sentimientos tan vivos de menosprecio y desdeacuten que esto inclinoacute mi corazoacuten a estimarle Yo soy asiacute y me parece que no soy el uacutenico ejemplar Desde la ocasioacuten en que le arranqueacute de las furibundas manos de mi marido no debiacute de ser tampoco para eacutel muy aborrecible

Cuando nos encontramos en Madrid y desde que hablamos un poco caiacutemos en la cuenta de que ambos estaacutebamos muy solos Y no soacutelo habiacutea semejanza en nuestra soledad sino en nuestros caracteres principal origen quizaacutes de aquella Hicimos propoacutesito de echar a la espalda aquel traacutegico aborrecimiento que antes nos teniacuteamos el cual se fundaba en veleidades y caprichosas monomaniacuteas del espiacuteritu y no tardamos mucho tiempo en conseguirlo Ambos reconocimos las grandes y ya irremediables equivocaciones de nuestra primera juventud y nos maravillaacutebamos de hallar tan extraordinaria fraternidad en nuestras almas [23] iexclSer de este modo haber nacido el uno para el otro y sin embargo haber estado daacutendonos golpes en las tinieblas durante

tanto tiempo iexclQueacute fatalidad Hasta parece que no somos responsables de ciertas faltas y que estas por lo que tienen de placentero pueden tolerarse como compensacioacuten de pasados dolores y de un error deplorable y fatal dependiente de voluntades sobrehumanas

Pero no no quiero eximirme de la responsabilidad de mi culpa y de haber faltado claramente impulsada por moacuteviles irresistibles a la ley de Dios No nada me disculpa ni las atrocidades de mi marido ni la espantosa soledad en que yo estaba ni los mil escollos de la vida en la Corte ni las grandes seducciones morales y fiacutesicas de mi paisano y dulce compantildeero de la nintildeez Reconozco mi falta y atenta soacutelo a que este papel reciba un escrupuloso retrato de mi conciencia y de mis acciones la escribo aquiacute venciendo la verguumlenza que confesioacuten tan penosa me causa

Salimos de Madrid en una hermosa noche de Julio Cuando dejamos de oiacuter el rugido de la Milicia victoriosa me parecioacute que entraba en el cielo Iacutebamos coacutemodamente en una silla de postas con buenos caballos y un haacutebil mayoral de Palacio Yo habiacutea tomado un nombre supuesto [24] dicieacutendome marquesa de Berceo y eacutel era nada menos que mi esposo una especie de marqueacutes de Berceo Mucho nos reiacutemos con esta invencioacuten que a cada paso daba lugar a picantes comentarios y agudezas No recuerdo diacuteas maacutes placenteros que los de aquel viaje

iexclCuaacutentas veces bajamos del coche para andar largos trechos a pie recreaacutendonos en la hermosura de las incomparables noches de Castilla iexclCoacutemo se agrandaba todo ante nuestros ojos principalmente las cosas inmateriales Nos pareciacutea que aquella dulce vagancia no acabariacutea nunca y que los diacuteas venideros seriacutean siempre como aquel cielo que veiacuteamos dilatados serenos y sin nubes En tales horas o hablaacutebamos poco o vertiacuteamos el alma del uno en la del otro alternativamente por medio de observaciones y preguntas acordes con el hermoso espectaacuteculo que veiacuteamos fuera y dentro de nosotros pues de mi alma puede decirse que estaba tan llena de estrellas como el firmamento

Han pasado muchos antildeos entonces teniacutea yo veintisiete y ahora no lo quiero decir por no espantarme pero creo que he traspasado el medio siglo (3) Entonces mis cabellos [25] eran de oro ahora son de plata sin que ni una sola hebra de ellos conserve su primitivo color Mis ojos teniacutean el brillo que es reflejo de la inteligencia despierta y de los sentimientos bullidores ahora no son maacutes que dos empantildeadas cuentas azules de las cuales se escapa alguna vez fugitivo rayo Mi cara entonces respiraba alegriacutea salud y el alma rielaba sobre mis facciones como la luz sobre la superficie de las temblorosas aguas ahora es una maacutescara que me sirve para disimular los pensamientos y que a muchos deja ver todaviacutea huellas claras de la gran hermosura que hubo en ella Entonces era muy hermosa ahora soy una vieja que debioacute haber (4) sido guapa aunque si he de creer a don Toribio el canoacutenigo de Tortosa todaviacutea puedo volver loco a cualquiera En suma todo ha pasado mudaacutendose considerablemente e infinitas personas han pasado a ser recuerdos Lo que siempre estaacute lo mismo es mi paiacutes que no deja de luchar un momento por la misma causa y con las mismas armas y si no con las mismas personas con los mismos tipos de guerreros y poliacuteticos Mi paiacutes sigue siempre a la calesera

Pues bien en todo el tiempo transcurrido entre estas dos eacutepocas no he visto pasar diacuteas como aquellos Fueron de los pocos que tiene cada mortal como un regalo del cielo para toda [26] la existencia y que en vano se aguardan despueacutes porque no vuelven Estos aguinaldos de la vida no se reciben maacutes que una vez Salvador era menos feliz que

yo a causa de los deberes y las afecciones que habiacutea dejado atraacutes Yo procuraba hacerle olvidar todo lo que no fuese nosotros mismos mas resultaba esto muy difiacutecil por ser eacutel menos duentildeo de sus acciones que yo y aun si se quiere menos egoiacutesta Iacutebamos de pueblo en pueblo sin apresurarnos ni detenernos mucho Aquel vivir entre todo el mundo y al mismo tiempo sin testigo era mi mayor delicia Los diversos pueblos por donde pasaacutebamos no teniacutean sin duda noticia de la felicidad de los marqueses de Berceo pues si la tuvieran no creo que nos dejaran seguir sin quitarnos algo de ella

- IV - Gracias a nuestro dinero y a nuestro buen porte podiacuteamos disfrutar de todas las comodidades posibles en las posadas El calor nos obligaba a detenernos durante el diacutea caminando por las noches y ni en Castilla ni en [27] Aragoacuten tuvimos ninguacuten mal encuentro como recelaacutebamos con milicianos ladrones o espiacuteas del Gobierno

Maacutes allaacute de Zaragoza empezamos a temer que nos salieran al paso las tropas de Torrijos o de Manso Por eso en vez de tomar directamente el camino de Cataluntildea subimos hacia Huesca Salvador cuya antipatiacutea a los facciosos y guerrilleros era violentiacutesima se mostroacute disgustado al considerarse cerca de ellos Entonces tuve un momento de suacutebita tristeza oyeacutendole decir

-Cuando lleguemos a un lugar seguro o esteacutes entre tus amigos me volvereacute a Madrid

Yo deseaba que no llegasen ni el lugar seguro ni tampoco mis amigos Pero aunque mi tristeza fue grande desde aquel instante apoderaacutendose de mi corazoacuten como un presagio de desventuras estaba muy lejos de sospechar el espantoso golpe que nos amenazaba consecuencia providencial de nuestra falta y de mi criminal ligereza iexclAy piensa el malo que sus alegriacuteas han de ser perpetuas y la misma grata corriente de ellas le lleva ciego a lo que yo llamo la sucursal del infierno en la tierra que es la desgracia y el anticipado castigo de los delitos

De Huesca nos dirigimos a Barbastro siguiendo [28] por un detestable camino hasta Benabarre donde entramos al anochecer Detuvieron nuestro coche algunos hombres y al verles exclameacute

-Los guerrilleros Ya estamos en casa

Salvador mostroacute gran disgusto y cuando fuimos interrogados dio algunas contestaciones que debieron de sonar muy mal en los oiacutedos de los soldados de la fe Yo teniacutea confianza en mi gente y la seguridad de no ser detenida pero no fue posible evitar ciertas molestias Nos hicieron bajar del coche antes de llegar a la posada y presentarnos a un ruacutestico capitaacuten que estaba en la venta del camino bebiendo vino juntamente con otro guerrillero al modo de frailazo armado de pistolas y con dos o tres individuos de maliacutesima catadura

Sus maneras no eran en verdad nada corteses a pesar de defender causa tan sagrada como es la del Altar y el Trono pero con dos o tres palabras dichas eneacutergicamente y en tono de dignidad me hice respetar al punto Yo mostraba al que pareciacutea jefe mis papeles cuando observeacute que uno de los hombres alliacute presentes miraba a mi compantildeero de viaje con expresioacuten poco tranquilizadora Llegose a eacutel y ponieacutendole la mano en el hombro le dijo con brutal modo y expresioacuten de venganza [29]

-iquestMe conoces iquestSabes quieacuten soy

-Siacute -le respondioacute Monsalud paacutelido y coleacuterico- Ya seacute que eres un hombre vil tu nombre es Regato

El desconocido se abalanzoacute en ademaacuten hostil hacia mi amigo pero este supo recibirle con tanta valentiacutea que le hizo rodar por el suelo bantildeado el rostro en sangre Quedeme sin aliento al ver la furia de aquella gente ante el mal trato dado a uno de los suyos Milagro de Dios fue que no perecieacutesemos alliacute pero el capitaacuten pareciacutea hombre prudente y haciendo salir de la venta al agraviado nos notificoacute que estaacutebamos presos hasta que el jefe decidiera lo que se habiacutea de hacer con nosotros

Afectando serenidad le dije que mirara bien lo que haciacutea por ser yo persona de gran poder en la frontera y en Palacio pero encogieacutendose de hombros tan soacutelo me permitioacute despueacutes de largas discusiones hablar al que ellos llamaban coronel Saliacute desalada de la venta dejando en ella la mitad de mi alma pues alliacute quedoacute guardado por dos hombres mi ultrajado amigo y me presenteacute al coronel que era un capuchino de Cervera Acababa de despachar un bodrio y dos azumbres que le habiacutean puesto para que cenase y su paternidad despueacutes del pienso no teniacutea al parecer la cabeza muy serena Sin [30] embargo no me tratoacute mal Diacutejome que el Sr Regato le habiacutea informado ya de quieacuten era mi acompantildeante y que en vista de sus antecedentes y circunstancias no podiacutea ser puesto en libertad Puacuteseme furiosa yo me creiacute capaz de destrozar soacutelo con mis untildeas a aquel tremendo fraile coronel cuyas barbas y salvaje apostura poniacutean miedo en el corazoacuten maacutes esforzado Sin miramiento alguno le increpeacute dicieacutendole cuantas atrocidades me vinieron a la boca y amenazaacutendole con pedir su cabeza al Rey pero ni aun asiacute logreacute ablandar aquella roca en figura de bestia Oyome el baacuterbaro con paciencia sin duda por ser maacutes fraile que guerrero y resumioacute sus resoluciones dicieacutendome

-Usted sentildeora puede ir libremente a donde le acomode pero ese hombre no me sale de aquiacute

iexclAy si yo hubiera tenido a mis oacuterdenes diez hombres armados habriacutea atacado al batalloacuten cuadrilla o lo que fuera segura de destrozarlo que tanto puede el furor de una hembra ofendida Volviacute a la venta resuelta a sacar de ella a Salvador con mis propias manos desafiando las armas de sus guardianes pero cuando entreacute mi compantildeero de viaje mi adorado amigo mi pobre marqueacutes de Berceo habiacutea [31] desaparecido Le llameacute con la voz ronca de tanto gritar le llameacute con toda mi alma pero no me respondioacute Una mujer andrajosa que pareciacutea tan salvaje y feroz como los hombres que en aquel pueblo vi salioacute conmigo al camino y sentildealando a un punto en la oscuridad del espacio negro dijo sordamente

-Alliacute

Y mirando hacia donde su dedo me indicaba vi unas grandes sombras que pareciacutean murallones almenados y como ruinas hendidos Pregunteacute queacute sitio era aquel y la desconocida me contestoacute

-El castillo

La mujer llevando una cesta con provisiones marchoacute en direccioacuten del castillo Yo la seguiacute No tardamos en llegar y por una poterna desvencijada que se abriacutea en la muralla despueacutes de pasado el foso sin agua penetramos en un patio lleno de escombros y de yerba

-iexclAquiacute aquiacute le han encerrado -exclameacute mirando a todos lados como quien ha perdido el juicio

La mujer se detuvo ante miacute y sentildealando el suelo dijo con voz muy luacutegubre

-iexclAbajo

Yo creiacute volverme loca Los ojos de la horrible persona que me daba tan tremendas noticias [32] brillaban con claridad verdosa como los de animal felino Quise seguirla cuando subioacute la escalerilla que conduciacutea a las habitaciones practicables entre tanta ruina pero un centinela me echoacute fuera brutalmente amenazaacutendome con arrojarme al foso si no me retiraba maacutes pronto que la vista Estas fueron sus propias palabras

Corriacute hacia el pueblo resuelta a ver de nuevo al coronel capuchino de Cervera Pero tanta agitacioacuten agotoacute al fin mis fuerzas y tuve que sentarme en una gran piedra del camino fatigada y abatida porque a mi primera furia sustituyoacute una afliccioacuten profundiacutesima que me hizo llorar No recuerdo haber derramado nunca maacutes laacutegrimas en menos tiempo Al fin sobreponieacutendome a mi dolor seguiacute adelante jurando no continuar el viaje sin llevar en mi compantildeiacutea al infeliz cuanto adorado amigo de mi nintildeez Desperteacute al capuchino que ya roncaba el cual de muy mal talante repitioacute su fiera sentencia diciendo

-Usted sentildeora puede continuar su viaje pero el otro no saldraacute de aquiacute sin orden superior Yo seacute lo que me digo iexclPisto que ya me canso de sermonear Vaya usted con Dios y deacutejenos en paz

Despreciando su barbarie insistiacute y amenaceacute [33] y al cabo me dio algunas esperanzas con estas palabras

-El jefe de nuestra partida acaba de llegar Haacuteblele usted a eacutel y si consiente

-iquestQuieacuten es el jefe

-D Saturnino Albuiacuten -me contestoacute

Al oiacuter este nombre vi el cielo abierto Yo habiacutea conocido en Bayona al ceacutelebre Manco y recordeacute que aunque muy baacuterbaro haciacutea alarde de generosidad e hidalguiacutea en todas las ocasiones que se le presentaban No quise detenerme ni un instante y al punto me informeacute de que D Saturnino estaba en una casa situada junto al camino a la salida

del pueblo en direccioacuten a Tremp Desde la plaza se veiacutean dos lucecillas en las ventanas de la vivienda Corriacute allaacute guiada por la simpaacutetica claridad de aquellas luces semejantes a dos ojos y que eran para miacute fanales de esperanza Llegueacute sin aliento agitada por la fatiga y un dulce presagio de buen eacutexito que me llenaba el corazoacuten

El centinela me dijo que no se podiacutea pasar pero apelando a mis bolsillos paseacute En la escalera en el pasillo alto fui repetidas veces detenida pero con el mismo talismaacuten abriacuteame paso

-Ahiacute estaacute -me dijo un hombre sentildealando una puerta detraacutes de la cual se oiacutean alteradas [34] voces en disputa Sin reparar maacutes que en mi afaacuten empujeacute la puerta y entreacute

Albuiacuten que estaba en pie se volvioacute al sentir el ruido de la puerta y me interrogoacute con sus ojos que expresaban sorpresa y coacutelera por mi brusca entrada Otro guerrillero estaba junto a la mesa con los codos sobre ella encendiendo un cigarro en la luz del veloacuten de cobre que alumbraba la estancia

-iquestQueacute se le ofrece a usted sentildeora -me dijo Albuiacuten moviendo con gesto de impaciencia su uacutenica mano

Yo no habiacutea dado cuatro pasos dentro de la habitacioacuten cuando observeacute que maacutes allaacute de la mesa habiacutea otro hombre apoltronado en un silloacuten con los pies extendidos sobre una banqueta inclinada la cabeza sobre el hombro y durmiendo tranquilamente con ese suentildeo del guerrillero cansado que acaba de recorrer dos provincias y marear a dos ejeacutercitos Al verle iexclSanto Dios me quedeacute yerta muda como estatua no pude pronunciar una palabra ni dar un paso ni respirar ni huir ni gritar El terror me arrancoacute suacutebitamente del pensamiento mis angustias de aquella noche

Aquel hombre era mi marido

-iquestQueacute se le ofrece a usted sentildeora -volvioacute a preguntarme el Manco [35]

Pasado el primer instante de terror en miacute no hubo otra idea que la idea de huir de desaparecer de desvanecerme como el humo o como la palabra vana que se lleva el viento

-Pero iquestqueacute se le ofrece a usted demonio -repitioacute el guerrillero

-iexclNada -contesteacute y a toda prisa saliacute de la habitacioacuten

Yo creo que ni un relaacutempago corre como yo corriacute fuera de la casa No veiacutea maacutes que el camino y mi veloz carrera nunca me pareciacutea bastante apresurada para llegar al centro del pueblo donde habiacutea dejado mi coche

A lo lejos detraacutes de miacute sentiacute voces burlonas que deciacutean

-iexclLa mujer loca la mujer loca

Eran los bravos a quienes yo habiacutea dado tanto dinero para que me dejasen pasar A cada instante volviacutea la cabeza por ver si mi marido veniacutea corriendo detraacutes de miacute

Llegueacute medio muerta a donde estaba mi coche y tirando del brazo del cochero para que despertase griteacute

-iexclFrancisco Francisco vuela vuela fuera de este horrible pueblo

Y me metiacute en el coche

-iquestAdoacutende vamos sentildeora -me preguntoacute el pobre hombre sacudiendo la pereza [36]

-iquestEstaacutes sordo Te he dicho que vueles iquestHablo yo en griego que vueles hombre Mata los caballos pero ponme a muchas leguas de aquiacute

-iquestA doacutende vamos sentildeora iquestHacia la Seo

-Hacia el infierno si quieres con tal que me saques de aquiacute

Mi coche partioacute a escape y siguiendo el camino en direccioacuten a Tremp paseacute junto a la malhadada casa donde habiacutea visto a mi esposo Entonces los baacuterbaros reunidos junto a la puerta me aclamaron otra vez arrojando algunas piedras a mi coche Su grito era

-iexclLa mujer loca la mujer loca

En efecto lo estaba iexclAh iexclBenabarre Benabarre maldito seas En ti acaboacute mi felicidad en las espinas de tu camino dejeacute clavado mi corazoacuten chorreando sangre Fuiste mi calvario y la piedra resbaladiza de mal aguumlero donde caiacute para siempre cuando maacutes orgullosa marchaba Fuiste el tajo donde el cielo puso mi cabeza para asegurar el golpe de su cuchilla pero con ser obra del cielo mi castigo iexclte odio execrable pueblo de bandidos iexclSepulcro de mi edad feliz no puedo verte sin espanto y mientras tenga lengua te maldecireacute [37]

- V - Llegueacute a la Seo el 14 de Agosto iexclQueacute viaje el de Benabarre a la Seo Si antes todo se adaptaba al lisonjero estado de mi alma despueacutes todos los caballos eran malos todos los caminos intransitables todas las posadas insufribles todos los diacuteas calorosos y las noches todas tristes como los pensamientos del desterrado Mi alma sin consuelo mientras maacutes gente veiacutea maacutes sola se encontraba Mi pensamiento no podiacutea apartarse de aquel lugar siniestro donde habiacutean quedado mi amor y mi suplicio mi falta y mi conciencia representados cada una en un hombre

Casi antes de desempentildear mi comisioacuten trateacute de ocuparme de salvar al infeliz que habiacutea quedado cautivo en Benabarre pero Mataflorida me dijo sonriendo

-Luego luego mi querida sentildeora trataremos de ese asunto Infoacutermeme usted de lo que trae pues no hay tiempo que perder Hoy mismo constituiremos la Regencia

Maacutes de dos horas estuvimos departiendo [38] Eacutel como hombre muy ambicioso y que gustaba de ser el primero en todo recibioacute con gusto las instrucciones reservadiacutesimas que le daban gran superioridad entre sus compantildeeros de Regencia Eran estos el baroacuten de Eroles y don Jaime Creux arzobispo de Tarragona ambos lo mismo que Mataflorida de clase humildiacutesima sacados de su oscuridad por los tiempos revolucionarios lo cual no era un argumento muy fuerte en pro del absolutismo Una Regencia destinada a restablecer el Trono y el Altar debioacute constituirse con gente de raza Pero la edad revuelta que corriacuteamos los exigiacutea de otro modo y hasta el absolutismo alistaba su gente en la plebe Este hecho que ya veniacutea observaacutendose desde el siglo pasado lo expresaba Luis XV diciendo que la nobleza necesitaba estercolarse para ser fecundada

De los tres regentes el maacutes simpaacutetico era Mataflorida y tambieacuten el de maacutes entendimiento el maacutes tolerante Eroles y el maacutes malo y antipaacutetico D Jaime Creux No puede decirse de estos hombres que habiacutean marchado con lentitud en sus brillantes carreras Eroles era estudiante en 1808 y en 1816 teniente general El otro de cleacuterigo oscuro pasoacute a obispo en premio de su traicioacuten en las Cortes del antildeo 14

Yo no teniacutea mi espiacuteritu en disposicioacuten de [39] atender a las ceremonias con que quisieron celebrar los triunviros el establecimiento de la Regencia Despueacutes de publicar su ceacutelebre manifiesto proclamaron solemnemente al Monarca restituyeacutendole a la plenitud de sus derechos seguacuten deciacuteamos entonces Levantoacutese en la plaza de la Seo un tablado sobre el que un sacristaacuten vestido de rey de armas gritoacute laquoiexclEspantildea por Fernando VIIraquo y luego dieron al viento una bandera en la cual las monjas habiacutean bordado una cruz y aquellas palabras latinas que quieren decir por este signo venceraacutes Los altos castillos que coronan los montes en cuyo centro estaacute sepultada la Seo hicieron salvas y aquello en verdad pareciacutea una proclamacioacuten en toda regla

Despueacutes de la ceremonia poliacutetica hubo jubileo por las calles y rogativa puacuteblica a que concurrioacute el obispo con todo el clero armado y el cabildo sin armas Era un espectaacuteculo edificante y al mismo tiempo horroroso Daba idea de la inmensa fuerza que teniacutean en nuestro paiacutes las dos clases reunidas clero y plebe pero los frailes armados de pistolas y los guerrilleros con vela en la mano el general con crucifijo y el arcediano con espuelas moviacutean a risa y a odio juntamente El ejeacutercito de la fe uniformado soacutelo con el gorro catalaacuten habriacutea [40] parecido un ejeacutercito de pavos si no estuviera bien probado su indomable valor

Yo veiacutea aquella procesioacuten chabacana horrible parodia del levantamiento nacional de 1808 y aquellas espantosas figuras de curas confundidas con guerreros como se ven las ficciones horrendas de una pesadilla Tal espectaacuteculo era excesivamente desagradable a mi espiacuteritu y la bulla del pueblo me poniacutea los nervios en el maacutes lastimoso desorden Semejante Carnaval en Urgel que es sin disputa el pueblo maacutes feo de todo el mundo era para enfermar y aun enloquecer a cualquiera Mi privilegiada naturaleza me salvoacute

Y pasaban diacuteas sin que me fuera posible hacer nada de provecho por mi amado prisionero de Benabarre Obteniacutea siacute promesas y aun oacuterdenes de la Regencia pero como no podiacutea trasladarme yo misma al lugar del conflicto era muy difiacutecil que tuviesen cumplimiento Antes me dejara morir que encaminarme a paraje alguno donde hubiese probabilidades de encontrar la persona o siquiera las huellas de mi esposo y seguacuten mis averiguaciones este no habiacutea abandonado el bajo Aragoacuten

Al fin supe que mi cara mitad unieacutendose a Jeps dels Estanys habiacutea pasado a la alta Cataluntildea [41] Llena de esperanza entonces corriacute a Benabarre cargada de oacuterdenes de Mataflorida y del mismo Eroles que acababa de ponerse a la cabeza de la insurreccioacuten catalana Ninguacuten obstaacuteculo podiacutean oponerme ya los guerrilleros mas por mi desgracia cuando llegueacute al funesto pueblo de Aragoacuten ni un solo partidario del realismo quedaba en su recinto el castillo habiacutea sido volado y el miacutesero cautivo seguacuten me dijeron trasladado a otro punto

-iquestVivo -pregunteacute

-Vivo y cargado de cadenas -me contestoacute la misma mujer de aquella horrenda noche de Agosto- Se iba muriendo por el camino pero le daban comida y bebida para que no acabase de padecer

No tuve tiempo para entregarme a inuacutetiles lamentaciones porque corrioacute por todo el pueblo esta horrible voz iexcllos liberales iexclque vienen los liberales y tuve que huir Con mucho trabajo y gastando bastante dinero pude escapar a Francia por Canfranc

NOTA DEL AUTOR Aquiacute concluye el primer fragmento de las curiosas Memorias Como el segundo se refiere a sucesos ocurridos en la primavera del 23 resultando una interrupcioacuten de siete meses nos vemos en la necesidad [42] de llenar tan lamentable vaciacuteo con relaciones propias que abreviaremos todo lo posible para que no se echen de menos por mucho tiempo las aventuras de la dama viajera contadas por ella misma

- VI - La primera determinacioacuten del Gobierno popular que sucedioacute al de Martiacutenez de la Rosa despueacutes de las jornadas de Julio fue nombrar general del ejeacutercito del Norte al rayo de las guerrillas al Napoleoacuten navarro D Francisco Espoz y Mina En medio de su atolondramiento los siete Ministros a quienes la Corte llamaba los Siete nintildeos de Eacutecija no careciacutean de iniciativa y de cierta arrogancia emprendedora que por alguacuten tiempo les permitioacute sostenerse en el poder con prestigio El nombramiento de Mina y aquella orden que le dieron de hacer tabla rasa de las provincias rebeldes no pudieron ser maacutes acertados

El gran guerrillero no necesitaba muy vivas excitaciones para sentar su pesada mano a los pueblos Navarros y catalanes le conociacutean Pero antantildeo habiacutea hecho la guerra con [43] ellos y ahora debiacutea hacerla contra ellos lo cual era muy distinto Antes se batiacutea contra tropas regulares y ahora con ellas perseguiacutea las partidas Bien se ve que el coloso de las guerrillas estaba fuera de su natural esfera y asiento Iba a hacer el papel del enemigo durante la guerra de la Independencia

A pesar de esta desventaja empezoacute con muy buen pie su campantildea No podiacutea decirse propiamente que habiacutea partidas en el Norte sino que todo el Norte desde Gerona hasta Guipuacutezcoa y desde el Pirineo hasta las inmediaciones del Ebro ardiacutea con horrible llamarada absolutista Quesada a cuyo lado despuntaba un precoz muchacho llamado Zumalacaacuterregui dominaba en Navarra juntamente con Guergueacute y D Santos Ladroacuten Albuiacuten y Cuevillas y Merino asolaban la tierra de Burgos Capapeacute el Aragoacuten Jeps dels Estanys el Trapense Romagosa y Caragol a Cataluntildea donde el baroacuten de Eroles trataba de formar un ejeacutercito regular con las desperdigadas gavillas de la fe Muchos frailes del paiacutes empezando por los aguerridos capuchinos de Cervera que habiacutean escapado del furor de las tropas liberales y concluyendo por los monjes de Poblet que tanto trabajaron en la conspiracioacuten formaban en las filas del Manco o de Capapeacute o de Misas [44]

Mina tomoacute el mando de las tropas de Cataluntildea y al poco tiempo el aspecto de la campantildea principioacute a mudarse favorablemente a nuestras armas En 24 de Octubre despueacutes de obligar a los facciosos a levantar el sitio de Cervera arrasoacute a Castellfollit poniendo sobre sus ruinas el ceacutelebre cartel que deciacutea laquoAquiacute existioacute Castellfollit Pueblos tomad ejemplo y no deis abrigo a los enemigos de la patriaraquo

En Noviembre tomoacute a Balaguer En el mismo mes obligoacute a muchos facciosos a pasar la frontera en presencia del cordoacuten sanitario con que nos amenazaban los franceses En 20 de Enero uno de los suyos el brigadier Rotten jefe de la cuarta divisioacuten del ejeacutercito de Cataluntildea haciacutea sufrir a San Llorens de Morunys el tremendo castigo de que habiacutea sido viacutectima Castellfollit diciendo a las tropas en la orden del diacutea laquoLa villa esencialmente rebelde llamada San Llorens de Morunys seraacute borrada del maparaquo

Aquel destructor de ciudades sentildealaba a cada regimiento las calles que debiacutea saquear antes de dar principio a la operacioacuten de borrar del mapa No de otra manera procedioacute Hoche en la Vendeacutee pero este sistema de borrar del mapa es algo expuesto sobre todo en Espantildea

El 8 de Diciembre puso Mina sitio a la Seo [45] de Urgel mientras Rotten iba convenciendo a los rebeldes catalanes con las suaves razones que indicamos y en uno de los pueblos demolidos y arrasados precisamente en aquel mismo San Llorens de Morunys llamado tambieacuten Piteus ocurrioacute un suceso digno de mencionarse y que causoacute maravilla y emocioacuten muy viva en toda la tropa

Fue de la manera siguiente Para que el saqueo se hiciera con orden Rotten dispuso que el batalloacuten de Murcia trabajase en las calles de Arantildeas y Balldelfred el de Canarias en las calles de Frecsures y Segories el de Coacuterdoba en la de Ferronised y Ascervalds dejando los arrabales para el destacamento de la Constitucioacuten y la caballeriacutea Lo mismo en la orden de saqueo que en la de incendio que le siguioacute fueron exceptuadas doce casas que perteneciacutean a otros tantos patriotas

El regimiento de Coacuterdoba funcionaba en la calle de Ferronised entre la consternacioacuten de los aterrados habitantes cuando unos soldados descubrieron un hondo soacutetano o mazmorra y registraacutendolo por si en eacutel habiacutea provisiones almacenadas para los facciosos vieron a un hombre aherrojado o maacutes propiamente dicho un cadaacutever viviente cuya miserable postracioacuten y estado les causaron espanto No vacilaron en [46] prestarle auxilio cristianamente sacaacutendole de alliacute en hombros despueacutes de quitarle con

no poco trabajo las cadenas y cuando el cautivo vio la luz se desmayoacute pronunciando incoherentes palabras que maacutes bien expresaban demencia que alegriacutea

Rodeaacuteronle todos siendo objeto de gran curiosidad por parte de oficiales y soldados que no cesaban de denostar a los facciosos por la crueldad usada con aquel infeliz Este pareciacutea haber permanecido bajo tierra mucho tiempo seguacuten estaba de liacutevido y exanguumle y sin duda era viacutectima del furor de las hordas absolutistas y maacutes que criminal castigado por sus delitos un buen patriota condenado por su amor a la Constitucioacuten

Un capitaacuten ayudante de Rotten llamado D Rafael Seudoquis se interesoacute vivamente por el cautivo y despueacutes de mandar que se le diera toda clase de socorros le apremioacute para que hablase El hombre sacado del fondo de la tierra pareciacutea joven a pesar de lo que le abrumaba su padecer y se sorprendioacute muy agradablemente de ver los uniformes de la tropa Las primeras palabras que pronuncioacute fueron

-iquestEn doacutende estaacuten

-iquestLos facciosos -dijo Seudoquis riendo- [47] Me parece que no les veremos en mucho tiempo seguacuten la prisa que llevan Ahora buen amigo diacuteganos coacutemo se llama usted y quieacuten es

El cautivo haciacutea esfuerzos para recordar

-iquestEn queacute antildeo estamos -preguntoacute al fin mirando a todos con extraviados ojos

-En el de 1823 que parece seraacute el peor antildeo del siglo seguacuten como empieza

-iquestY en queacute mes

-En Enero y a 15 diacutea de San Pablo ermitantildeo Si usted recuerda cuaacutendo le empaquetaron puede hacer la cuenta del tiempo que ha estado en conserva

-He estado preso -dijo el hombre despueacutes de una larga pausa- seis meses y algunos diacuteas

-Pues no es mucho otros han estado maacutes No le habraacuten tratado a usted muy bien eso es lo malo pero descuide usted que ahora las van a pagar todas juntas El pueblo seraacute incendiado y arrasado

-iexclIncendiado y arrasado -exclamoacute el cautivo con pena- iexclQueacute laacutestima que no sea Benabarre

-Sin duda el cautiverio de usted -dijo Seudoquis intimando maacutes con el desgraciado- empezoacute en ese horrible pueblo aragoneacutes [48]

-Siacute sentildeor de alliacute me trajeron a Tremp y de Tremp a Masbruacute y de Masbruacute aquiacute

-iexclOh iexclbuen viaje ha sido iexclY seis meses de encierro bajo el poder de esa canalla No seacute coacutemo no le fusilaron a usted seiscientas veces

-Eran demasiado inhumanos para hacerlo

Llevaacuteronle fuera del pueblo en una camilla y a presencia del brigadier que le interrogoacute Desde el cuartel general vio las llamas que devoraban San Llorens y entonces dijo

-Arde lo inocente las guaridas y los perversos lobos estaacuten en el monte

El bravo y generoso Seudoquis fue encargado por el brigadier de vestirle pues los andrajos que cubriacutean el cuerpo del cautivo se caiacutean a pedazos Al diacutea siguiente de su maravillosa redencioacuten hallose muy repuesto por la influencia del aire sano y de los alimentos que le dieron y aunque le era imposible dar un paso podiacutea hablar sin acongojarse como el primer diacutea por falta de aliento

-iquestQueacute ha pasado en todo este tiempo -preguntoacute con voz deacutebil y temblorosa al que continuamente le daba pruebas de generosidad e intereacutes- iquestSigue reinando Fernando VII

-Hombre siacute todaviacutea le tenemos encima -dijo Seudoquis atizando la hoguera alrededor de la cual vivaqueaban juntamente con el cautivo [49] cuatro o cinco oficiales- Gotosillo sigue nuestro hombre pero auacuten nos estaacute embromando y nos embromaraacute por mucho tiempo

-iquestY la Constitucioacuten subsiste

-Tambieacuten estaacute gotosa o mejor dicho acatarrada Me parece que de esta fecha enterramos a la sentildeora

-iquestY hay Cortes

-Cortes y recortes Pero me parece que pronto no quedaraacuten maacutes que los de los sastres

-Y queacute iquesthay revolucioacuten en Espantildea

-Nada estamos en una balsa de aceite

-iquestQueacute Ministerio tenemos

-El de los Siete nintildeos de Eacutecija iquestPues queacute vamos a estar mudando de nintildeos todos los diacuteas

-iquestY ha vuelto la Milicia a sacudir el polvo a la Guardia Real

-Ahora nos ocupamos todos en cazar frailes y guerrilleros siempre que ellos no nos cacen a nosotros

-iquestY Riego

-Ha ido a Andaluciacutea

-iquestHay agitacioacuten allaacute

-Lo que hay es mucha sangre vertida en todas partes

-Revolucioacuten completa iquestDoacutende hay partidas [50]

-Pregunte usted que doacutende hay espantildeoles

-Toda Cataluntildea parece estar en armas contra el Gobierno

-Y casi todo Aragoacuten y Navarra y Vizcaya y Burgos y Leoacuten y mucha parte de Guadalajara Cuenca Aacutevila Toledo Caacuteceres Hay facciones hasta en Andaluciacutea que es como decir que hasta las ranas han criado pelo

-iexclQueacute horrible suentildeo el miacuteo -dijo luacutegubremente el cautivo- y queacute triste despertar

-Esto es un volcaacuten amigo miacuteo

-iquestPero queacute quieren

-Confites Piden Inquisicioacuten y cadenas

-iquestY quieacuten los dirige

-El Rey y en su real nombre la Regencia de Urgel

-Una Regencia

-Que tiene su Gobierno regular sus embajadores en las Cortes de Europa y ha contratado hace poco un gran empreacutestito iexclSi no hay paiacutes ninguno como este Espanta el ver coacutemo falta dinero para todo menos para conspirar

-iquestY queacute hace el Gobierno

-iquestQueacute ha de hacer Boberiacuteas Trasladar los curas de una parroquia a otra declarar vacantes las sillas de los obispos que estaacuten en la faccioacuten fomentar las sociedades patrioacuteticas suprimir [51] los conventos que estaacuten en despoblado y otras grandes medidas salvadoras

-iquestNo ha cerrado el Gobierno las sociedades patrioacuteticas

-Ha abierto la Landaburiana para que los liberales tengan una buena plazuela donde insultarse

-iquestSiguen los discursos

-Siacute pero abundan maacutes los cachetes

-iquestY queacute generales mandan los ejeacutercitos de operaciones

-Aquiacute Mina en Castilla la Nueva ODaly Quiroga en Galicia en Aragoacuten Torrijos

-iquestY vencen

-Cuando pueden

-Es una delicia lo que encuentro a mi vuelta del otro mundo

-Si casi era mejor que se hubiese usted quedado por allaacute Asiacute al menos no sufririacutea la verguumlenza de la intervencioacuten extranjera

-iquestIntervencioacuten

-iexclY se asusta iquestPues hay nada maacutes natural Seguacuten parece allaacute por el mundo civilizado corre el rumor de que esto que aquiacute pasa es un escaacutendalo

-Siacute que lo es

-Los Reyes temen que a sus Naciones respectivas les entre este maleficio de las Constituciones [52] de las sociedades Landaburianas de las partidas de la Fe de los frailes con pistolas y nos van a quitar todos estos motivos de distraccioacuten Lejos del mundo ha estado usted y muy dentro de tierra cuando no han llegado a sus oiacutedos las ceacutelebres notas

-iquestQueacute notas

-El re mi fa de las Potencias Las notas han sido tres todas muy desafinadas y las potencias que las han dado tres tambieacuten como las del alma Rusia Prusia y Austria

-iquestY queacute pediacutean

-No puedo deciacuterselo a usted claramente porque los embajadores no me las han leiacutedo pero si seacute que la contestacioacuten del Gobierno espantildeol ha sido retumbante y guerrera como un redoble de tambor

-Es decir que desafiacutea a Europa

-Siacute sentildeor la desafiamos Ahora se recuerda mucho la guerra de la Independencia pero yo digo como Cervantes que nunca segundas partes fueron buenas

-iquestDe modo que tendremos otra vez extranjeros

-Franceses Ahiacute tiene usted en lo que ha venido a parar el ejeacutercito de observacioacuten Entre el cordoacuten sanitario y el de San Francisco nos van a dar que hacer Digo y los [53] diputados el diacutea en que aprobaron la contestacioacuten a las notas fueron aclamados por el pueblo Yo estaba en Madrid esa noche y como vivo frente al coronel San Miguel las murgas no me dejaron dormir en toda la noche Por todas partes no se oyen maacutes que mueras a la Santa Alianza a las Potencias del Norte a Francia y a la Regencia de Urgel Ahora se dice tambieacuten como entonces laquodejarles que se internenraquo pero la tropa no estaacute

muy entusiasmada que digamos Con todo si entran los interventores no les recibiremos con las manos en los bolsillos

-Tremendos diacuteas vienen -dijo el cautivo- Si los absolutistas vencen no podremos vivir aquiacute O ellos o nosotros Hay que exterminarles para que no nos exterminen

-Diga usted que si hubiera muchos brigadieres Rotten pronto se acababa esa casta maligna Fusilamos realistas por docenas sin distincioacuten de sexo ni edad ni formalidades de juicio iexclAy del que cae en nuestras manos Nuestro brigadier dice que no hay otro remedio ni entienden maacutes razoacuten que el arcabuzazo Ayer hicimos catorce prisioneros en San Llorens Hay de toda casta de gentes mujeres hombres dos cleacuterigos un jesuita que usa gafas un escribano de setenta antildeos una mujer [54] puacuteblica dos guerrilleros invaacutelidos en fin un muestrario completo El jefe les ha sentenciado ya pero como esto no se puede decir asiacute se hace la comedia de enviarles a la caacutercel de Solsona y por el camino cuando viene la noche y se llega a un sitio conveniente pim pam se les despacha en un santiameacuten y a otra

-Si no me engantildeo -dijo el cautivo- aquellos paisanos que por alliacute se ven son los prisioneros de San Llorens

En una loma cercana a distancia de dos tiros de fusil se veiacutea un grupo de personas custodiadas por la tropa Pareciacutea un rebantildeo que se habiacutea detenido a sestear

-Cabalmente -dijo Seudoquis- aquellos son Dentro de una hora se pondraacuten en camino para la eternidad iexclY estaacuten tan tranquilos Como que no han probado auacuten las recetas del brigadier Rotten

-Ojo por ojo y diente por diente -dijo el cautivo contemplando el grupo de prisioneros- iexclAh gran canalla no se entierran hombres impunemente durante seis meses no se baila encima de su sepultura para atormentarle no se les insulta por la reja no se les arroja saliva e inmundicia sin sentir maacutes tarde o maacutes temprano la mano justiciera que baja del cielo [55]

Despueacutes callaron todos No se oiacutea maacutes que el rasgueo de la pluma con que uno de los oficiales escribiacutea teniendo el papel sobre una cartera y esta sobre sus rodillas Cuando hubo concluido el cautivo rogoacute que se le diese lo necesario para escribir una carta a su madre anunciaacutendole que viviacutea pues seguacuten dijo en todo el tiempo de su ya concluida cautividad no habiacutea podido dar noticia de su existencia a los que le amaban

-iquestViviraacuten como yo -dijo tristemente- o afligidos por mi desaparicioacuten habraacuten muerto

-Dispeacutenseme usted -manifestoacute Seudoquis- pero a medida que hablamos me ha parecido reconocer en usted a una persona con quien hace algunos antildeos tuve relaciones

-Siacute Sr Seudoquis -dijo el cautivo sonriendo- El mismo soy Conspiramos juntos el antildeo 19 y a principios del antildeo 20

-Sentildeor Monsalud -exclamoacute el oficial abrazaacutendole- buen hallazgo hemos hecho sacaacutendole a usted de aquella mazmorra iexclYa se ve iquestCoacutemo podriacutea conocerle si estaacute usted hecho un esqueleto Ademaacutes en estos tiempos se olvida pronto iexclHe visto tanta

gente desde aquellos felices diacuteas porque eran felices siacute Aunque sea entre peligros el conspirar es siempre muy agradable sobre todo si se tiene fe [56]

-Entonces teniacutea yo mucha fe

-iexclAh Y yo tambieacuten Me hubiera dejado descuartizar por la libertad

-iexclCon queacute afaacuten trabajaacutebamos

-Siacute iexclcon queacute afaacuten

-iexclNos pareciacutea que de nuestras manos iba a salir acabada y completa la maacutes liberal y al mismo tiempo la maacutes feliz Nacioacuten de la tierra

-Siacute iexclqueacute ilusiones Si no estoy trascordado tambieacuten nos hallamos juntos en la logia de la calle de las Tres Cruces

-Siacute alliacute estuve yo alguacuten tiempo En aquello nunca tuve mucha fe

-Yo siacute pero la he perdido completamente Vea usted en queacute han venido a parar aquellas detestables misas masoacutenicas

-Nunca tuve ilusiones respecto a la Orden de la Viuda

-Pues nosotros -dijo Seudoquis riendo- tuvimos hasta hace poco en el regimiento nuestra caverna de Adorinam Pero apenas funcionaba ya iexclCuaacutenta ruina amigo miacuteo iexclCoacutemo se ha desmoronado aquel fantaacutestico edificio que levantamos Yo he sido de los que con maacutes gana con maacutes conviccioacuten y hasta con verdadera ferocidad han gritado iexclConstitucioacuten o muerte Haacutebleme usted con franqueza Salvador iquesttiene usted fe [57]

-Ninguna -repuso el cautivo- pero tengo odio y por el odio que siento contra mis carceleros estoy dispuesto a todo a morir matando facciosos si el general Mina quiere hacerme un hueco entre sus soldados

-Pues yo -manifestoacute Seudoquis con frialdad- no tengo fe tampoco tengo odio muy vivo pero el deber militar supliraacute en miacute la falta de estas dos poderosas fuerzas guerreras Pienso batirme con lealtad y llevar la bandera de la Constitucioacuten hasta donde se pueda

-Eso no basta -dijo Monsalud moviendo la cabeza- Para este conflicto nacional se necesita algo maacutes En fin Dios diraacute

Y empezoacute a escribir a su madre

- VII -

Despueacutes de dar noticia de su estupenda liberacioacuten exponiendo con brevedad los padecimientos del largo cautiverio que habiacutea sufrido escribioacute las frases maacutes carintildeosas y una pateacutetica declaracioacuten de arrepentimiento por su desnaturalizada conducta y la impiacutea fuga que tan duramente habiacutea castigado Dios Manifestando [58] despueacutes su falta de recursos y que maacutes que un viaje a Madrid le conveniacutea su permanencia en el ejeacutercito de Cataluntildea rogaba a su madre que vendiese cuanto habiacutea en la casa y juntamente con Solita se trasladase a la Puebla de Arganzoacuten donde pasariacutea a verlas pidiendo una licencia Concluiacutea indicando la direccioacuten que debiacutea darse a las cartas de respuesta y pediacutea que esta fuera inmediata para calmar la incertidumbre y afaacuten de su alma

Aquella misma tarde habloacute con el brigadier Rotten el cual era un hombre muy rudo y fiero bastante parecido en genio y modos a don Carlos Espantildea Aconsejole este que viera al general Mina en cuyo ejeacutercito habiacutea varias partidas de contraguerrilleros organizadas disciplinariamente antildeadioacute que eacutel (el brigadier Rotten) se habiacutea propuesto hacer la guerra de exterminio quemando arrasando y fusilando en la seguridad de que la supresioacuten de la humanidad traeriacutea infaliblemente el fin del absolutismo y concluyoacute diciendo que pasaba a la provincia de Tarragona con todas las fuerzas de su mando excepcioacuten hecha del batalloacuten de Murcia que le habiacutea sido reclamado por el general en jefe para reforzar el sitio de la Seo Monsalud sin vacilar en su eleccioacuten optoacute por seguir a los de Murcia que iban hacia la Seo [59]

Salioacute pues Murcia al diacutea siguiente muy temprano en direccioacuten a Castellar llevando el triste encargo de conducir a los catorce prisioneros de San Llorens de Morunys Seudoquis no ocultoacute a Salvador su disgusto por comisioacuten tan execrable pero ni eacutel ni sus compantildeeros podiacutean desobedecer al baacuterbaro Rotten Puacutesose en marcha el regimiento que maacutes bien pareciacutea cortejo fuacutenebre y en uno de sus uacuteltimos carros iba Monsalud viendo delante de siacute a los infelices cautivos atraillados algunos medio desnudos y todos abatidos y llorosos por su miserable destino aunque no se creiacutean condenados a muerte sino tan soacutelo a denigrante esclavitud

Camino maacutes triste no se habiacutea visto jamaacutes Lleno de fango el suelo cargada de neblina la atmoacutesfera y enfriada por un remusguillo helado que del Pirineo descendiacutea todo era tristeza fuera y dentro del alma de los soldados No se oiacutean ni las canciones alegres con que estos suelen hacer menos pesadas las largas marchas ni los diaacutelogos picantes ni maacutes que el luacutegubre compaacutes de los pasos en el cieno y el crujir de los lentos carros y los suspiros de los acongojados prisioneros El diacutea se acaboacute muy pronto a causa de la niebla que al modo de envidia lo empantildeaba y al llegar a un aacutengulo del camino en cierto sitio llamado los tres [60] Roures (los tres robles) el regimiento se detuvo Tomaba aliento porque lo que iba a hacer era grave

Salvador sintioacute un suacutebito impulso en su alma cristiana Eran los sentimientos de humanidad que se sobreponiacutean al odio pasajero y al recuerdo de tantas penas Cuando vio que la horrible sentencia iba a cumplirse hundioacute la cabeza sepultaacutendola entre los sacos y mantas que llenaban el carro y oroacute en silencio Los ayes lastimeros y los tiros que pusieron fin a los ayes le hicieron estremecer y sacudirse como si resonaran en la cavidad de su propio corazoacuten Cuando todo quedoacute en luacutegubre silencio alzando su angustiada cabeza dijo asiacute

-iexclQueacute cobarde soy El estado de mi cuerpo que parece de vidrio me hace deacutebil y pusilaacutenime como una mujer No debo tenerles laacutestima porque me sepultaron durante

seis meses porque bailaron sobre mi calabozo y me injuriaron y escupieron porque ni aun tuvieron la caridad de darme muerte sino por el contrario me dejaban vivir para mortificarme maacutes

El regimiento siguioacute adelante y al pasar junto al lugar de la carniceriacutea Salvador sintioacute renacer su congoja

-Es preciso ser hombre -pensoacute- La guerra [61] es guerra y exige estas crueldades Es preciso ser verdugo que viacutectima O ellos o nosotros

Seudoquis se acercoacute entonces para informarse de su estado de salud Estaba el buen capitaacuten tan paacutelido como los muertos y su mano ardiente y nerviosa temblaba como la del asesino que acaba de arrojar el arma para no ser descubierto

-iquestQueacute dice usted amigo miacuteo -le preguntoacute Salvador

-Digo -repuso el militar tristemente- que la Constitucioacuten seraacute vencida

- VIII - Hasta el 25 de Enero no llegaron a Canyellas donde Mina teniacutea su cuartel general frente a la Seo de Urgel Habiacutean pasado maacutes de sesenta diacuteas desde que puso sitio a la plaza y aunque la Regencia se habiacutea puesto en salvo llevaacutendose el dinero y los papeles los testarudos catalanes y aragoneses se sosteniacutean fieramente en la poblacioacuten en los castillos y en la formidable ciudadela [62]

Mina hombre de mucha impaciencia teniacutea en aquellos diacuteas un humor de mil demonios Sus soldados estaban medio desnudos sin ninguacuten abrigo y con menos ardor guerrero que hambre A los cuarenta y seis cantildeones que guarneciacutean las fortalezas de la Seo el heacuteroe navarro no podiacutea oponer ni una sola pieza de artilleriacutea El paiacutes en que operaba era tan pobre y desolado que no habiacutea medios de que sobre eacutel como es costumbre vivieran las tropas Por carecer estas de todo hasta careciacutean de fanatismo y el grito de Constitucioacuten o muerte haciacutea ya muy poco efecto Era como los cumplimientos que todo el mundo los dice y nadie cree en ellos Un invierno friacuteo y crudo completaba la situacioacuten derramando nieves escarchas hielos y lluvia sobre los sitiadores no menos desabrigados que aburridos

Delante de la miserable casilla que le serviacutea de alojamiento soliacutea pasearse D Francisco por las tardes con las manos en los bolsillos de su capote y pisando fuerte para que entraran en calor las entumecidas piernas Era hombre de cuarenta y dos antildeos recio y avellanado de semblante rudo en que se pintaba una gran energiacutea y todo su aspecto revelaba al guerreador castellano maacutes aacutegil que forzudo En sus ojos sombreados por cejas muy espesas brillaba la [63] astuta mirada del guerrillero que sabe organizar las emboscadas y las dispersiones Teniacutea cortas patillas que empezaban a emblanquecer y una piel bronca las mandiacutebulas asiacute como la parte inferior de la cara muy pronunciadas la cabeza cabelluda y no como la de Napoleoacuten sino piriforme y

amelonada a lo guerrillero No careciacutea de cierta zandunga (5) su especial modo de sonreiacuter y su hablar era como su estilo conciso y claro si bien no muy elegante pero si no escribiacutea como Julio Ceacutesar soliacutea guerrear como eacutel

No le educaron sus mayores sino los menores de su familia y tuvo por maestro a su sobrino un seminarista calaveroacuten que empezoacute su carrera persiguiendo franceses y la acaboacute fusilado en Ameacuterica Se hizo general como otros muchos y con mejores motivos que la mayor parte educaacutendose en la guerra de la Independencia sirviendo bien y con lealtad ganando cada grado con veinte batallas y defendiendo una idea poliacutetica con perseverancia y buena fe Su destreza militar era extraordinaria y fue sin disputa el primero entre los caudillos de partidas pues teniacutea la osadiacutea de Merino el brutal arrojo del Empecinado la astucia de Albuiacuten y la ligereza del Royo Sus crueldades de que tanto se ha hablado no saliacutean como las de Rotten de las perversidades [64] de un corazoacuten duro sino de los caacutelculos de su activo cerebro y constituiacutean un plan como cualquier otro plan de guerra Supo hacerse amar de los suyos hasta el delirio y tambieacuten sojuzgar a los que se le rebelaron como el Malcarado

Poseiacutea el genio navarro en toda su grandeza siendo guerrero en cuerpo y alma no muy amante de la disciplina caminante audaz cazador de hombres enemigo de la lisonja valiente por amor a la gloria terco y caprichudo en los combates Ganoacute batallas que equivaliacutean a romper una muralla con la cabeza y fueron obras maestras de la terquedad que a veces sustituye al genio En sus crueldades jamaacutes cometioacute viles represalias ni se ensantildeoacute como otros en criaturas deacutebiles Peleando contra Zumalacaacuterregui ambos caudillos cambiaron cartas muy tiernas a propoacutesito de una nintildea de quince meses que el guipuzcoano teniacutea en poder del navarro Fuera de la guerra era hombre corteacutes y fino desmintiendo asiacute la humildad de su origen al contrario de otros muchos como D Juan Martiacuten por ejemplo que aun siendo general nunca dejoacute de ser carbonero

Salvador Monsalud habiacutea conocido a Mina en 1813 durante la conspiracioacuten y despueacutes en Madrid Su amistad no era iacutentima pero siacute [65] cordial y sincera Oyoacute el general con mucho intereacutes el relato de las desgracias del pobre cautivo de San Llorens y a cada nueva crueldad que este referiacutea soltaba el otro alguna eneacutergica invectiva contra los facciosos

-Ya tendraacute usted ocasioacuten de vengarse si persiste en su buen propoacutesito de ingresar en mi ejeacutercito -le dijo estrechaacutendole la mano- Yo tengo aquiacute varias partidas de contraguerrilleros compuestas de gentes del paiacutes y de compatriotas miacuteos que me ayudan como pueden Desde luego le doy a usted el mando de una compantildeiacutea iquestacepta usted

-Acepto -repuso Salvador- Nunca fue grande mi aficioacuten a la carrera militar pero ahora me seduce la idea de hacer todo el dantildeo posible a mis infames verdugos no asesinaacutendolos sino vencieacutendolos Este es el sentimiento de que han nacido todas las guerras Ademaacutes yo no tengo nada que hacer en Madrid El duque del Parque no se acordaraacute ya de miacute y habraacute puesto a otro en mi lugar He rogado a mi madre que venda todo y se traslade a la Puebla con mi hermana No quiero Corte por ahora Las circunstancias y una inclinacioacuten irresistible que hay dentro de miacute desde que me sacaron de aquel horrible sepulcro me impulsan a ser guerrillero [66]

-Eso no es maacutes que vocacioacuten de general -dijo Mina riendo

Despueacutes convidoacute a Monsalud a su frugal mesa y hablaron largo rato de la campantildea y del sitio emprendido que seguacuten las predicciones del general tocaba ya a su fin

-Si para el diacutea de la Candelaria no he entrado en esa cueva de ladrones -dijo- rompo mi bastoacuten de mando Dariacutea todos mis grados por podeacuterselo romper en las costillas a Mataflorida

-O al arzobispo de Creux

-Ese se pone siempre fuera de tiro Ya marchoacute a Francia por miedo a la chamusquina que les espera iexclAh Sr Monsalud si no es usted hombre de corazoacuten no venga con nosotros Cuando entremos en la Seo no pienso perdonar ni a las moscas El Trapense al tomar esta plaza pasoacute a cuchillo la guarnicioacuten Yo pienso hacer lo mismo

-iquestA queacute cuerpo me destina mi general

-A la contraguerrilla del Cojo de Lumbier Es un puntildeado de valientes que vale todo el oro del mundo

-iquestEn doacutende estaacute

-Hacia Fornals vigilando siempre la Ciudadela Los contraguerrilleros del Cojo han jurado morir todos o entrar en la Ciudadela [67] antes de la Candelaria Me inspiran tal confianza que les he dicho laquono teneacuteis que poneros delante de miacute sino para decirme que la Ciudadela es nuestraraquo

-Entraraacuten entraremos de seguro -dijo Monsalud con entusiasmo

-Y ya les he leiacutedo muy bien la cartilla -antildeadioacute Mina- Ya les he cantado muy claro que no tienen que hacerme prisioneros No doy cuartel a nadie absolutamente a nadie Esa turba de sacristantes y salteadores no merece ninguna consideracioacuten militar

-Es decir

-Que me hareacuteis el favor de pasarme a cuchillo a toda esa gavilla de tunantes Amigo miacuteo la experiencia me ha demostrado que esta guerra no se sofoca sino con la ley del exterminio llevada a su uacuteltimo extremo

Salvador oyendo esto se estremecioacute y por largo rato no pudo apartar de su pensamiento la luacutegubre fase que tomaba la guerra desde que eacutel imaginoacute poner su mano en ella

Mina encargoacute al novel guerrillero que procurara restablecerse daacutendose la mejor vida posible en el campamento pues tiempo habiacutea de sobra para entrar en lucha si continuaba la guerra como era creiacuteble en vista del estado del paiacutes y de los amagos de intervencioacuten [68] Otros amigos ademaacutes del general encontroacute Salvador en Canyellas y pueblos inmediatos relaciones hechas la mayor parte en la conspiracioacuten y fomentadas despueacutes en las logias y en los cafeacutes patrioacuteticos

- IX - La Seo de Urgel estaacute situada en la confluencia de dos riacuteos que alliacute son torrentes el Segre originario de Puigcerdaacute y el Balira un bullicioso y atronador joven enviado a Espantildea por la Repuacuteblica de Andorra Enormes montantildeas la cercan por todas partes y tres gargantas estrechas le dan entrada por caminos que entonces soacutelo eran a propoacutesito para la segura planta del mulo Sobre la misma villa se eleva la Ciudadela maacutes al Norte el CASTILLO entre estas dos fortalezas el escarpado arrabal de Castel-Ciudad y en direccioacuten a Andorra la torre de Solsona La imponente altura de estas posiciones hace muy difiacutecil su expugnacioacuten es preciso andar a gatas para llegar hasta ellas

El 29 Mina dispuso que se atacara a Castel-Ciudad [69] El eacutexito fue desgraciado pero el 1ordm de Febrero operando simultaacuteneamente todas las tropas contra Castel-Ciudad Solsona y el Castillo se logroacute poner avanzadas en puntos cuya conquista haciacutea muy peligrosa la resistencia de los sitiados Por uacuteltimo el diacutea 3 de Febrero a las doce de la mantildeana las contraguerrillas del Cojo y el regimiento de Murcia penetraban en la Ciudadela defendida por seiscientos hombres al mando de Romagosa

Aunque no se hallaba totalmente restablecido Salvador Monsalud volviacutea tan raacutepidamente a su estado normal que creyoacute de su deber darse de alta en los criacuteticos diacuteas 1ordm y 2ordm de Febrero Ademaacutes de que se sentiacutea regularmente aacutegil y fuerte le mortificaba la idea de que se le supusiera maacutes encarintildeado con la convalecencia que con las balas Tomoacute pues el mando de su compantildeiacutea de contraguerrillas a las oacuterdenes del valiente Cojo de Lumbier y fue de los primeros que tuvieron la gloria de penetrar en la Ciudadela Sin saber coacutemo sintiose dominado por la rabiosa exaltacioacuten guerrera que animaba a su gente Vio los raudales de sangre y oyoacute los salvajes gritos todo ello muy acorde con su excitado espiacuteritu

Cuando la turba vencedora cayoacute como una venganza celeste sobre los vencidos sintioacute siacute [70] pasajero temblor pero sobreponieacutendose a sus sentimientos recordoacute las instrucciones de Mina y supo transmitir las oacuterdenes de deguumlello con tanta firmeza como el cirujano que ordena la amputacioacuten Vio pasar a cuchillo a maacutes de doscientos hombres en la Ciudadela y no pestantildeeoacute pero no pudo vencer una tristeza maacutes honda que todas las tristezas imaginables cuando Seudoquis acercaacutendose a eacutel sobre charcos de sangre y entre los destrozados cuerpos palpitantes le dijo con la misma expresioacuten luacutegubre de la tarde de los tres Roures

-Me confirmo en mi idea amigo Monsalud La Constitucioacuten seraacute vencida

Al diacutea siguiente bajoacute a la villa de la Seo que le parecioacute un sepulcro del cual se acabara de sacar el cuerpo putrefacto Su estrechez loacutebrega y huacutemeda asiacute como su suciedad haciacutean pensar en los gusanos insaciables y no se podiacutea entrar en ella con aacutenimo sereno Como oyera decir que en los claustros de la catedral convertidos en

hospital habiacutea no pocas personas de Madrid se dirigioacute allaacute creyendo encontrar alguacuten amigo de los muchos y diversos que teniacutea Grande era el nuacutemero de heridos y enfermos mas no vio ninguacuten semblante conocido En el palacio arzobispal estaban soacutelo [71] los enfermos de maacutes categoriacutea Dirigiose allaacute y apenas habiacutea dado algunos pasos en la primera sala cuando se sintioacute llamado eneacutergicamente

Miroacute y dos nombres sonaron

-iexclSalvador

-iexclPipaoacuten

Los dos amigos de la nintildeez los dos colegas de la conspiracioacuten del 19 los dos hermanos aunque no bien avenidos de la logia de las Tres Cruces se abrazaron con carintildeo El buen Bragas que poco antes viendo malparada la causa constitucional habiacutea corrido a la Seo a ponerse a las oacuterdenes de la Regencia cual hombre previsor padeciacutea de un persistente reuacutema que le impidioacute absolutamente huir a la aproximacioacuten de las tropas liberales Confiaba el pobrecito en las infinitas trazas de su sutiliacutesimo ingenio para conseguir que no se le causara dantildeo y como tuvo siempre por norte hacerse amigos aunque fuera en el infierno muy mal habiacutean de venir las cosas para que no saliese alguno entre los soldados de Mina A pesar de todo estuvo con el alma en un hilo hasta que vio aparecer la figura por demaacutes simpaacutetica de su antiguo camarada y entonces no pudiendo contener la alegriacutea le llamoacute y despueacutes de estrecharle en sus brazos con la freneacutetica alegriacutea del condenado que logra salvarse le dijo [72]

-iexclQueacute bonita campantildea habeacuteis hecho Habeacuteis tomado la Seo como quien coge un nido de paacutejaros Si he de ser franco contigo me alegro no se podiacutea vivir aquiacute con esa canalla de Regencia Yo vine por cuenta del Gobierno constitucional a vigilar ya tuacute me entiendes y me marchaba cuando iexclQueacute desgraciado soy Pero supongo que no me haraacuten dantildeo alguno iquesteh iquestTienes influencia con Mina Dile que podreacute ponerle en autos de algunas picardiacuteas que proyectan los Regentes Te juro que diera no seacute queacute por ver colgado de la torre al arzobispo

Monsalud despueacutes de tranquilizarle pidiole noticias de Madrid y de su familia

Pipaoacuten permanecioacute indeciso breve rato y despueacutes antildeadioacute con su habitual ligereza de lenguaje

-iquestPero doacutende te has metido iquestTe secuestraron los facciosos Ya me lo suponiacutea y asiacute lo dije a tu pobre madre cuando estuvo en mi casa a preguntarme por ti La buena sentildeora no teniacutea consuelo Se comprende iexclNo saber de ti en tanto tiempo

iquestVive mi madre -preguntoacute Salvador- iquestEstaacute buena

-Hace algunos diacuteas que falto de Madrid y no te puedo contestar -dijo Bragas mascullando [73] las palabras- pero si recibieses alguna mala noticia no debes sorprenderte Tu ausencia durante tantos meses y la horrible incertidumbre en que ha vivido tu buena madre no son ciertamente garantiacuteas de larga vida para ella

-Pipaoacuten por Dios -dijo Monsalud con amargura- tuacute me ocultas algo tuacute por caridad no quieres decirme todo lo que sabes iquestVive mi madre

-No puedo afirmar que siacute ni que no

-iquestCuaacutendo la has visto

-Hace cuatro meses

-iquestY entonces estaba buena

-Asiacute asiacute

-iquestY Sola estaba buena

-Asiacute asiacute Las dos pareciacutean tan apesadumbradas que daba pena verlas

-iquestSeguiacutean viviendo en el Prado donde yo las dejeacute

-No volvieron a la calle de Coloreros Comprendo tu ansiedad Si no hubiera huido con la Regencia una persona que se toma intereacutes por ti que te nombra con frecuencia y que hace poco ha llegado de Madrid

-iquestQuieacuten

-Jenara [74]

-iquestHa estado aquiacute No me dices nada que no me abrume Pipaoacuten

-Marchoacute con el arzobispo y Mataflorida iexclQueacute guapa estaacute Y conspira que es un primor Soacutelo ella se atreveriacutea a meterse en Madrid llevando mensajes de esta gente de la frontera como hizo en la primavera pasada y volver locos a los Ministros y a la camarilla Pero te has puesto paacutelido al oiacuter su nombre Ya ya seacute que os quereacuteis bien Ella misma ha dejado comprender ciertas cosas iexclCuaacutento ha padecido por arrancar de la faccioacuten a un hombre secuestrado en Benabarre Ese hombre eres tuacute Bien claro me lo ha dado a entender ella con sus suspiros siempre que te nombraba y tuacute con esa palidez teatral que tienes desde que hablamos de ella Amiguito bien bravo mozas de tal calidad bien valen seis meses de prisioacuten A doce me condenariacutea yo por haber gustado esa miel hiblea

Y prorrumpioacute en alegres risas sin que el otro participase de su jovialidad Reclinado en la cama del enfermo la cabeza apoyada en la mano Monsalud pareciacutea la imagen de la meditacioacuten Despueacutes de larga pausa volvioacute a anudar el hilo del interrumpido coloquio diciendo

-iquestConque ha estado aquiacute hace poco [75]

-Siacute iquestves esta cinta encarnada que tengo en el brazo Ella me la puso para sujetarme la manga que me molestaba Si quieres este recuerdo suyo te lo puedo ceder en cambio de la proteccioacuten que me dispensas ahora

Salvador miroacute la cinta pero no hizo movimiento alguno para tomarla ni dijo nada sobre aquel amoroso tema

-iquestY dices que hizo esfuerzos por rescatarme -preguntoacute

-Siacute iexclpobre mujer Se me figura que te amoacute grandemente pero acaacute para entre los dos no creo que la primera virtud de Jenara sea la constancia Si tanto empentildeo teniacutea por salvarte iquestpor queacute no te salvoacute siendo como era amiga de Mataflorida del arzobispo y del baroacuten Con tomar una orden de la Regencia y dirigirse al interior del paiacutes dominado por los arcaacutengeles de la fe Pero no habiacutea quien la decidiera a dar este paso y antes que meterse entre guerrilleros me dijo una vez que preferiacutea morir

-Y iquestcrees tuacute que ella podriacutea darme noticias de mi familia

-Se me figura que siacute -dijo Pipaoacuten poniendo semblante compungido- Yo le oiacute ciertas cosas No seraacute malo querido amigo que te dispongas a recibir alguna mala noticia [76]

-Diacutemela de una vez y no me atormentes con tus medias palabras -manifestoacute Salvador lleno de ansiedad

-De este mundo miserable -antildeadioacute Bragas con una gravedad que no le sentaba bien- iquestqueacute puede esperarse maacutes que penas

-iexclYa lo seacute Jamaacutes he esperado otra cosa

-Pues bien Yo supongo que tuacute eres un hombre valiente iquestPara queacute andar con rodeos y palabrillas

-Es verdad

-Si al fin habiacutea de suceder si al fin habiacuteas de apurar este caacuteliz de amargura iexclAh mi querido amigo siento ser mensajero de esta tristiacutesima nueva

-iexclOh Dios miacuteo lo comprendo todo -exclamoacute Salvador ocultando su rostro entre las temblorosas manos

-iexclTu madre ha muerto -dijo Pipaoacuten

-iexclOh bien me lo deciacutea el corazoacuten -balbucioacute el hueacuterfano traspasado de dolor- iexclMadre querida iexclyo te he matado

Durante largo rato estuvo llorando amargamente [77]

- X -

Creyendo ahora conveniente el autor no trabajar maacutes por cuenta propia vuelve a utilizar el manuscrito de la sentildeora en su segunda pieza que concuerda cronoloacutegicamente con el punto en que se ha suspendido la anterior relacioacuten

Los lectores perdonaraacuten esta larga incrustacioacuten ripiosa tan inferior a lo escrito por la hermosa mano y pensado por el agudo entendimiento de la sentildeora Pero como la seguridad del edificio de esta historia lo haciacutea necesario el autor ha metido su tosco ladrillo entre el fino maacutermol de la gentil dama alavesa El segundo fragmento lleva por tiacutetulo DE PARIacuteS A CAacuteDIZ y a la letra dice asiacute

A fines de Diciembre del 22 tuve que huir precipitadamente de la Seo que amenazaba el cabecilla Mina No es faacutecil salir con pena de la Seo Aquel pueblo es horrible y todo el que vive dentro de eacutel se siente amortajado Mataflorida salioacute antes que nadie [78] treacutemulo y lleno de zozobra No podreacute olvidar nunca la figura del arzobispo montando a mujeriegas en un mulo apoyando una mano en el arzoacuten delantero y otra en el de atraacutes y con la canaleja sujeta con un pantildeuelo para que no se la arrancase el fuerte viento que soplaba Es sensible que no pueda una dejar de reiacuterse en circunstancias tristes y luctuosas y que a veces las personas maacutes dignas de veneracioacuten por su estado religioso exciten la hilaridad Conozco que es pecado y lo confieso pero ello es que yo no podiacutea tener la risa

Nos reunimos todos en Tolosa de Francia Yo resolviacute entonces no mezclarme maacutes en asuntos de la Regencia Jamaacutes he visto un desconcierto semejante Muchos espantildeoles emigrados viendo cercana la intervencioacuten (precipitada por las altaneras contestaciones de San Miguel) temblaban ante la idea de que se estableciese un absolutismo fanaacutetico y vengador y suspiraban por una transaccioacuten interpretando el pensamiento de Luis XVIII Pero no habiacutea quien apease a Mataflorida de su borrica o sea de su idea de restablecer las cosas en el propio ser y estado que tuvieron desde el 10 de Mayo de 1814 hasta el 7 de Marzo de 1820 Balmaseda le apoyaba y D Jaime Creux (el gran jinete de quien antes he hablado) era partidario [79] tambieacuten del absolutismo puro y sin mancha alguna de Caacutemaras ni camarines pero el baroacuten de Eroles y Eguiacutea se oponiacutean furiosamente a esta salutiacutefera idea de sus compantildeeros

Mi amigo el general de la coleta (ya separado de la pastelera de Bayona) queriacutea destituir a la Regencia y prender a Mataflorida y al arzobispo Mataflorida fuerte con las instrucciones reservadiacutesimas de Su Majestad que yo y otros emisarios le habiacuteamos traiacutedo seguiacutea en sus trece La Junta de Cataluntildea los apostoacutelicos de Galicia la Junta de Navarra los obispos emigrados enviaban representaciones a Luis XVIII para que reconociese a la Regencia de Urgel mientras la Regencia misma echaacutendosela de soberana enviaba una especie de plenipotenciarios de figuroacuten a los Soberanos de Europa

Nada de esto hizo efecto y la Corte de Francia conforme con Eguiacutea y el baroacuten de Eroles puso a la Regencia cara de hereje Por desgracia para la causa real Ugarte habiacutea sido quitado de la escena poliacutetica y todo el negocio como puede suponerse andaba en manos muy ineptas Alliacute era de ver la rabia de Mataflorida que alegaba en su favor las oacuterdenes terminantes del Rey pero nada de esto valiacutea porque los otros tambieacuten

mostraban cartas [80] y mandatos reales Fernando jugaba con todos los dados a la vez iquestSu voluntad quieacuten podiacutea saberla

Entretanto todo se volviacutea recados misteriosos de Tolosa a Pariacutes y a Madrid y a Verona Eguiacutea se carteaba con el duque de Montmorency ministro de Estado en Francia y Mataflorida con Chateaubriand Cuando este sustituyoacute a Montmorency en el Ministerio nuestro marqueacutes vio el cielo abierto por ser el vizconde de los que con maacutes ahiacutenco habiacutean sostenido en Verona la necesidad de volver del reveacutes las instituciones espantildeolas Necesitando negociar con eacutel y no queriendo apartarse de la frontera de Espantildea por temor a las intrigas de Eguiacutea y del baroacuten de Eroles me rogoacute que le sirviese de mensajero a lo que accediacute gustosa porque me agradaban iquesta queacute negarlo aquellos graciosos manejos de la diplomacia menuda y el continuo zarandeo y el trabar relaciones con personajes eminentes Priacutencipes y hasta soberanos reinantes Yo dicho sea sin perjuicio de la modestia habiacutea mostrado regular destreza para tales tratos asiacute como para componer haacutebilmente una intriga y el haacutebito de ocuparme en ello habiacutea despertado en miacute lo que puede llamarse el amor al arte Mi belleza y cierta magia que seguacuten dicen tuve contribuiacutean no poco entonces [81] al eacutexito de lo que yo nombraba plenipotencias de abanico

Tomeacute pues mis credenciales y partiacute para Pariacutes con mi doncella y dos criados excelentes que me proporcionoacute Mataflorida Estaba en mis glorias Felizmente yo hablaba el franceacutes con bastante soltura y teniacutea en tan alto grado la facultad de adaptacioacuten que a medida que pasaba de Tolosa a Agen de Agen a Poitiers de Poitiers a Tours y a Pariacutes pareciacuteame que me iba volviendo francesa en maneras en traje en figura y hasta en el modo de pensar

Llegueacute a la gran ciudad ya muy adelantado Febrero Tomeacute habitacioacuten en la calle del Bac y despueacutes de destinar dos diacuteas a recorrer las tiendas del Palais Royal y a entablar algunas relaciones con modistas y joyeros pediacute una audiencia al sentildeor Ministro de Negocios Exteriores Eacutel que ya teniacutea noticia de mi llegada enviome uno de sus secretarios dignaacutendose al mismo tiempo ofrecerme un billete para presenciar la apertura de las tareas legislativas en el Louvre

Mucho me holgueacute de esto y dispuacuteseme a asistir a tan brillante ceremonia en la cual debiacutea leer su discurso el Rey Luis XVIII y presentarse de corte todos los grandes dignatarios de aquella fastuosa Monarquiacutea Confieso que [82] jamaacutes he visto ceremonia que maacutes me impresionase iexclQueacute solemnidad queacute grandeza y lujo El puesto en que me colocaron los ujieres no era el maacutes coacutemodo pero vi perfectamente todo y la admiracioacuten y arrobamiento de mi espiacuteritu no me permitiacutean atender a las molestias

La presencia del anciano Rey me causoacute la sensacioacuten maacutes viva Aclamaacuteronle ruidosamente cuando aparecioacute en el gran saloacuten y en realidad inspiraba afecto y entusiasmo Bien puede decirse que pocos reyes han existido maacutes simpaacuteticos ni maacutes dignos de ser amados Luis XVIII tomoacute asiento en un trono sombreado con rico dosel de terciopelo carmesiacute Los altos dignatarios se colocaron en pie en los escantildeos alfombrados No se veraacute en parte alguna nada maacutes grave ni maacutes suntuoso ni maacutes imponente

Su Majestad Cristianiacutesima empezoacute a leer iexclQueacute voz tan dulce queacute acento tan pateacutetico A cada paacuterrafo era interrumpido por vivas exclamaciones Yo lloraba y atendiacutea

con toda mi alma Se me grabaron profundamente en la memoria aquellas ceacutelebres palabras laquoHe mandado retirar mi embajador Cien mil franceses mandados por un Priacutencipe de mi familia por aquel a quien mi corazoacuten se complace en llamar [83] hijo estaacuten a punto de marchar invocando al Dios de San Luis para conservar el trono de Espantildea a un descendiente de Enrique IV para librar a aquel hermoso reino de su ruina y reconciliarlo con Europaraquo

Ruidosos y entusiastas viacutetores manifestaron cuaacutento entusiasmaba a todos los franceses alliacute presentes la intervencioacuten Yo aunque espantildeola comprendiacutea la justicia y necesidad de esta medida Asiacute es que dije para miacute pensando en mis paisanos

-Ahora vereacuteis brutos coacutemo os haraacuten andar derechosraquo

Pero el bondadoso Luis XVIII siguioacute diciendo cosas altamente patrioacuteticas soacutelo bajo el punto de vista franceacutes y ya aquello no me gustaba tanto porque en fin empeceacute a comprender que nos trataban como a un hato de carneros He sido siempre de una volubilidad extraordinaria en mis ideas las cuales variacutean al compaacutes de los sentimientos que agitan hondamente mi alma Asiacute es que de pronto y sin saber coacutemo se enfrioacute un poco mi entusiasmo y cuando Luis dijo con altanero acento y entre atronadores aplausos aquello de Somos franceses sentildeores sentiacute oprimido mi corazoacuten sentiacute que corriacutea por mis venas raacutepido fuego y pensando en la intervencioacuten dije para miacute [84]

-No hay que echar mucha facha todaviacutea amiguitos Somos espantildeoles sentildeores

Pero no puedo negar que la pompa de aquella Corte la seriedad y grandeza de aquella Asamblea acorde con su Rey y existente con eacutel sin estorbarse el uno a la otra hicieron grande impresioacuten en mi espiacuteritu Me acordaba de las discordias infecundas de mi paiacutes y entonces sentiacutea pena

-Allaacute -penseacute- tenemos demasiadas Cortes para el Rey y demasiado Rey para las Cortes

El diacutea siguiente 1ordm de Marzo era el sentildealado por Chateaubriand para recibirme Yo teniacutea viviacutesimos deseos de verle por dos motivos por mi comisioacuten y porque habiacutea leiacutedo la Atala poco antes hallando en su lectura profundo deleite No seacute por queacute me figuraba al vizconde como una especie de triste Chactas de tal modo que no podiacutea pensar en eacutel sin traer a la memoria la ceacutelebre cancioacuten

Pero todo cambioacute cuando entreacute en el Ministerio y en el despacho del ceacutelebre escritor que llenaba el mundo con su nombre y habiacutea divulgado la maniacutea de los bosques de Ameacuterica el sentimentalismo catoacutelico y las tristezas quejumbrosas a lo Reneacute Vestiacutea de gran uniforme Su semblante paacutelido y hermoso no teniacutea maacutes defecto que el estudiado desorden de los cabellos [85] que asemejaban su cabeza a una de esas testas de aldeano en cuya selvaacutetica espesura jamaacutes ha entrado el peine En sus ojos habiacutea un mirar tan vivo y penetrante que me obligaba a bajar los miacuteos Estaba bastante decaiacutedo aunque su edad no pasara entonces de los cincuenta y dos antildeos Su exquisita urbanidad era algo finchada y friacutea Sonreiacutea ligeramente y pocas veces contrayendo los casi imperceptibles pliegues de su boca de maacutermol pero frunciacutea con frecuencia el centildeo como una mantildea adquirida por la costumbre de creer que cuanto veiacutea era inferior a la majestad de su persona

Pareciome que la presencia de la diplomaacutetica espantildeola le habiacutea causado sorpresa Sin duda creiacutea ver en miacute una maja de esas que conforme eacutel dice en uno de sus libros se alimentan con una bellota una aceituna o un higo Debioacute (6) admirarle mi intachable vestido franceacutes y la falta de aquella gravedad espantildeola que consiste seguacuten ellos en hablar campanudamente y con altaneriacutea En sus miradas creiacute sorprender una observacioacuten algo impropia de hombre tan fino Pareciome que miraba si habiacutea yo llevado el rosario para rezar en su presencia o alguna guitarra para tocar y cantar mientras durase el largo plazo de la antesala En sus primeras palabras advertiacute marcado [86] deseo de llevarme al terreno literario porque empezoacute hablando de lo mucho que admiraba a mi paiacutes y del Romancero del Cid asunto que no vino muy de molde en aquella ocasioacuten

Yo vieacutendole en tan buen terreno y considerando cuaacutento debiacutea (7) agradarle la lisonja me afirmeacute en el terreno literario y le hableacute de su universal fama asiacute como del gran eco de Chateaubriand por todo el orbe Eacutel me contestoacute con frases de modestia tan ingeniosas y bien perfiladas que la misma modestia no las hubiera conocido por suyas Preguntome si habiacutea leiacutedo el Genio del Cristianismo y le contesteacute al punto que siacute y que me entusiasmaba aunque la verdad es que hasta entonces no habiacutea ni siquiera hojeado tal libro mas recordando algunos pasajes de los Maacutertires le hableacute de esta obra y de la gran impresioacuten que en miacute produjera Eacutel parecioacute maravillado de que una dama espantildeola supiera leer y me dirigioacute varias galanteriacuteas del maacutes delicado gusto Por mi belleza y mis gracias materiales yo no debiacutea de ser de palo para el vizconde Despueacutes supe que con cincuenta y dos antildeos a la espalda auacuten se creiacutea bastante joven para el galanteo y amaba a cierta artista inglesa con el furor de un colegial [87]

- XI - Entrando de lleno en nuestro asunto el triste Chactas me dijo

-Ya oiriacutea usted ayer el discurso de Su Majestad La guerra es inevitable Yo la creo conveniente para las dos Naciones y he tenido el honor de sostener esta opinioacuten en el Congreso de Verona y en el Ministerio contra muchos hombres eminentes que la juzgaban peligrosa En cuanto a la cuestioacuten principal que es la clase de Gobierno que debe darse a Espantildea no creo en la posibilidad de sostener el absolutismo puro Esto es un absurdo aun en Espantildea y las luces del siglo lo rechazan

Yo le hice una pintura todo lo fiel que me fue posible del estado de nuestras costumbres y de las clases sociales en nuestro paiacutes asiacute como de los personajes eminentes que en eacutel habiacutea haciendo notar de paso conforme a mi propoacutesito que un solo hombre grande existiacutea en toda la redondez de las Espantildeas Este hombre era el marqueacutes de Mataflorida

-Reconozco las altas dotes del sentildeor Marqueacutes [88] -me dijo Chateaubriand con finiacutesima sonrisa- Pero la conducta de la Regencia de Urgel ha sido poco prudente Su manifiesto del 15 de Agosto y sus propoacutesitos de conservar el absolutismo puro no pueden hallar eco en la Europa civilizada

Yo dije entonces usando las frases maacutes delicadas que no era faacutecil juzgar de los sucesos de Urgel por lo que afirmaran hombres tan corrompidos como Eguiacutea y el baroacuten de Eroles a los cuales con buenas palabras puse de oro y azul Concluiacute mi perorata afirmando que la voluntad de Fernando era favorable a los planes de Mataflorida

-Para nosotros -dijo- no hay otra expresioacuten de la voluntad del Rey de Espantildea que la contenida en la carta que Su Majestad Catoacutelica dirigioacute a nuestro Soberano

El piacutecaro me iba batiendo en todos mis atrincheramientos y me desconcertoacute completamente cuando me dijo

-El Gobierno franceacutes ha acordado nombrar una Junta provisional en la frontera hasta que las tropas francesas entren en Espantildea

-iquestY la Regencia

-La Regencia dejaraacute de existir mejor dicho ha dejado de existir ya

-Pero Fernando no le ha retirado sus poderes [89] antes bien se los confirma secretamente un diacutea y otro

Al oiacuter esto el insigne escritor y diplomaacutetico no contestoacute nada Conociacute que se veiacutea en la alternativa de desmentir mi aserto o de hablar mal de Fernando y que como hombre de intachable cortesiacutea no queriacutea hacer lo primero ni como Ministro de un Borboacuten lo segundo Vieacutendole suspenso insistiacute y entonces me dijo

-Indudablemente aquiacute hay algo que ahora no se puede comprender pero que andando el tiempo se ha de ver con claridad

Despueacutes deseando mostrarme el maacutes filantroacutepico intereacutes por la ventura de nuestro paiacutes afirmoacute que eacutel habiacutea trabajado porque se declarara la guerra sosteniendo para esto penosas luchas con Mr de Villeacutele y sus demaacutes colegas que la resistencia de Inglaterra y de Wellington habiacutean exigido de su parte grandes esfuerzos y constancia y por uacuteltimo que auacuten necesitaba de no poca energiacutea para vencer la oposicioacuten a la guerra que las Caacutemaras mostrariacutean desde el primer diacutea de sus sesiones

-Muchos -antildeadioacute Chactas- me consideran loco Otros me tienen laacutestima Algunos y entre ellos los envidiosos preguntan si podreacute yo conseguir lo que no fue dado a Napoleoacuten Pero yo fiacuteo al tiempo la consagracioacuten de este gran [90] hecho tan necesario a la seguridad del orden y la justicia en los pueblos de Occidente

Habloacute tambieacuten de las sociedades secretas y de los carbonarios a quienes pareciacutea tener muchiacutesimo miedo y yo empeceacute a comprender que el objeto de la intervencioacuten no era poner paz entre nosotros ni hacernos felices ni aun siquiera consolidar el vacilante trono de un Borboacuten sino aterrar a los revolucionarios franceses e italianos que bulliacutean sin cesar en los tenebrosos fondos de la sociedad francesa jamaacutes reposada ni tranquila

Prometioacute contestar a Mataflorida mas sin mostrarse muy entusiasta de las altas prendas de mi amigo ni indicar nada que trascendiese a propoacutesitos de acceder a su peticioacuten Bajo sus frases corteses yo creiacutea descubrir cierto menosprecio de los

individuos de la Regencia y aun de todos los que mangoneaban en la conspiracioacuten De un solo espantildeol me habloacute con acento que indicaba respeto y casi admiracioacuten de Martiacutenez de la Rosa Atribuiacute esto a mera simpatiacutea del poeta

Despedime de eacutel deplorando el mal eacutexito de mi embajada y aquiacute fue donde se deshizo en cumplidos buscando y hallando en su fina habilidad cortesana ocasioacuten para deslizar dos o tres galanteriacuteas con discretos elogios de mi [91] hermosura y del paiacutes donde florece el naranjo Me habiacutea tomado por andaluza y yo le dejeacute en esta creencia

A los dos diacuteas fue a pagarme la visita a mi alojamiento de la calle del Bac y en su breve entrevista me parecioacute que huiacutea de mencionar los oscuros asuntos de la siempre oscura Espantildea En los diacuteas sucesivos visiteacute a otras personas entre ellas al Ministro de lo Interior Mr de Corbiere y a algunos sentildeores del partido del conde de Artois como el priacutencipe de Polignac y Mr de la Bourdonnais Tambieacuten tuve ocasioacuten de tratar a dos o tres viejas aristoacutecratas del barrio de San Germaacuten ardientes partidarias de la guerra de Espantildea y no muy bien quistas con el Rey filoacutesofo y tolerante que gobernaba a la Francia convaleciente auacuten de la Revolucioacuten y del Imperio De mis conversaciones con toda aquella gente pude sacar en limpio el siguiente juicio que creo seguro y verdadero Las personas influyentes de la Restauracioacuten deseaban para Francia una Monarquiacutea templada y constitucional fundada en el orden y para Espantildea el absolutismo puro Con tal que en Francia hubiera tolerancia y filosofiacutea no les importaba que en Espantildea tuvieacuteramos frailes e inquisicioacuten Todo iriacutea bien siempre que en ninguna de las dos Naciones [92] hubiese franc-masones carbonarios y demagogos

Teniacutean de nuestro paiacutes una idea muy falsa Cuando Chateaubriand que era el genio de la Restauracioacuten deciacutea de Espantildea alliacute el matar es cosa natural ya sea por amor ya sea por odio puede juzgarse lo que pensariacutean todas aquellas personas que no supieron escribir el Genio del Cristianismo Nos consideraban como un pueblo heroico y salvaje dominado por pasiones violentas y por un fanatismo religioso semejante al del antiguo Egipto

La princesa de la Tremouille se asombraba de que yo supiera escribir y me presentoacute en su tertulia como un objeto curioso aunque sin dar a conocer ninguacuten sentimiento ni idea que me mortificasen Yo creo que ni uno solo de sus amigos dejoacute de enamorarse de miacute ilusionados con la idea de mi sentimentalismo andaluz y de mi gravedad calderoniana y de la mezcla que suponiacutean en miacute de maja y de gran sentildeora de Dulcinea y de gitana El maacutes rendido se suponiacutea expuesto a morir asesinado por miacute en un arrebato de celos pues tal idea teniacutean de las espantildeolas que en cada una de ellas se habiacutean de hallar comprendidas dos personas a saber la cantaora de Sevilla y dontildea Jimena la torera que gasta navaja y la dama [93] ideal de los romances moriscos Yo me reiacutea con esto y llevaba adelante la broma

Volviendo al asunto de la guerra de Espantildea direacute que al salir de Pariacutes no teniacutea duda alguna acerca del pensamiento de los franceses en esta cuestioacuten Ellos no haciacutean la guerra por nuestro bien ni por el de Fernando Poco se les importaba que despueacutes de vencido el constitucionalismo establecieacutesemos la Carta o el despotismo neto Allaacute nos entenderiacuteamos despueacutes con los frailes y los guerrilleros victoriosos Su objeto su bello ideal era aterrar a los revolucionarios franceses harto entusiasmados con las demencias de nuestros bobos liberales y ademaacutes dar a la dinastiacutea restaurada el prestigio militar que no teniacutea

El principal enemigo de los Borbones en Francia era el recuerdo de Bonaparte y el dejo de aquel dulce licor de la gloria con cuya embriaguez se habiacutean enviciado los franceses Una Monarquiacutea que no daba batallas de Austerlitz que no satisfaciacutea de ninguacuten modo el ardor guerrero de la Nacioacuten y que no tocaba el tambor en cualquier parte de Europa no podiacutea ser amada de aquel pueblo en quien la vanidad iguala a la verdadera grandeza y que tiene tanta presuncioacuten como genio Era preciso armarla como decimos en nuestro paiacutes era [94] necesario que la Restauracioacuten tuviera su epopeya chica o grande aunque esta epopeya fuese de mentirijillas era indispensable vencer a alguien para poder poner el grito en el cielo y regresar a Pariacutes con la bambolla de las conquistas Dios permitioacute que el anima vili de este experimento fueacutesemos nosotros y que la desgraciada Espantildea cuya fiereza libroacute a Europa de Bonaparte fuese la viacutectima escogida para proporcionar a Francia el desahoguillo marcial que debiacutea poner en olvido a aquel mismo Bonaparte tan execrado

Mi viaje a Pariacutes modificoacute mucho mis ideas absolutistas en principio si bien pensando en Espantildea no podiacutea admitir ciertas cosas que en Francia me pareciacutean bien Toda la vida me he congratulado de haber visto y hablado a monsieur de Chateaubriand el escritor maacutes grande de su tiempo Aunque su fama se eclipsoacute bastante despueacutes de la revolucioacuten del 30 lo cual indica que habiacutea en su genio mucho tomado a las circunstancias no puede negarse que sus obras deleitan y enamoran principalmente por la galanura de su imaginacioacuten y la magia de su estilo y auacuten deleitariacutean maacutes si en todas ellas no hablase tanto de siacute mismo Tengo muy presente su persona por demaacutes agradable y su rostro simpaacutetico y lleno de aquella expresioacuten [95] sentimental que se puso de moda haciendo que todos los hombres pareciesen enamorados y enfermos Me parece que le estoy mirando y ahora como entonces me dan ganas de llevar un peine en el bolsillo y sacarlo y daacuterselo diciendo laquoCaballero haacutegame usted el favor de peinarseraquo

- XII - Ahora hablemos iquestpor queacute no de la violentiacutesima pasioacuten que inspireacute a un franceacutes Era este el conde de Montguyon coronel del 3ordm de huacutesares Yo le habiacutea conocido en Tolosa habiendo tenido la desgracia de que mi persona hiciera profunda impresioacuten en eacutel trastornando las tres potencias de su alma Era soltero de treinta y ocho antildeos bien parecido y atento y finiacutesimo como todos los franceses Persiguiome hasta Pariacutes donde me asediaba como esos conquistadores joacutevenes e impacientes que han oiacutedo la ceacutelebre frase de Ceacutesar y quieren imitarla Al principio me mortificaban sus obsequios le rechazaba hasta con menosprecio y altaneriacutea pero al fin sin corresponder a su amor de ninguna manera admitiacute la parte superficial de [96] sus galanteriacuteas Esto le dio esperanza pero siempre me trataba con el mayor respeto Deseando sin duda identificarse con las ideas que suponiacutea en mi tierra se habiacutea hecho una especie de D Quijote cuya Dulcinea era yo A veces me pareciacutea por demaacutes empalagoso pero despueacutes de muchos meses de indiferencia absoluta empeceacute a estimarle reconociendo sus nobles prendas Cuando me disponiacutea a volver a mi paiacutes se me presentoacute rebosando alegriacutea y me dijo

-Acabo de conseguir que me destinen a la guerra de Espantildea De este modo consigo tres grandes objetos que interesan igualmente a mi corazoacuten guerrear por la Francia visitar la hermosa tierra de Espantildea y estar cerca de usted

Eacutel pretendiacutea que me detuviese para partir juntos pero a esto no accediacute y me marcheacute dejaacutendole atraacutes aunque deseosa iquesta queacute negarlo de que no me siguiese a mucha distancia pues a causa del fastidio de viaje tan largo Francia con ser tan bella empezaba a aburrirme de lo lindo

iquestSe creeraacute que yo habiacutea olvidado a mi pobre cautivo de Benabarre iexclAh no y hasta el uacuteltimo momento que estuve en la Seo de Urgel me ocupeacute de su desgraciada suerte Cada vez que veniacutea a mi pensamiento la idea de sus penas [97] me estremeciacutea de dolor y toda alegriacutea se disipaba en mi espiacuteritu Pero este tiene en siacute mismo una energiacutea restauradora no menos poderosa que la del cuerpo y sabe curarse de todos sus males siempre que le ayude el mejor de los Esculapios que es el tiempo

Voltaire que no por impiacuteo y blasfemo dejoacute de tener mucho talento escribioacute una historieta titulada Los dos consolados en la cual pone de relieve las admirables curas de aquel charlataacuten el uacutenico cuyos especiacuteficos son infalibles Yo he leiacutedo esa novelita asiacute como otras del ceacutelebre escritor sacriacutelego y esta debilidad miacutea imperdonable quizaacutes en una dama tan aceacuterrima defensora de la religioacuten la confieso aquiacute contritamente rogando a mis lectores que no revelen a ninguacuten cura de mi paiacutes tan feo secreto ocultaacutendolo principalmente al sentildeor canoacutenigo de Tortosa mi director espiritual el cual se enfureceraacute si le hablan de las novelas de Voltaire aunque a miacute me consta que eacutel tambieacuten las ha leiacutedo

Pues bien el tiempo fue cicatrizando mis heridas sin curarlas Yo tambieacuten podiacutea erigir una estatua con la inscripcioacuten A celui qui console pues la ausencia indefinida y los diacuteas que pasaban raacutepidamente habiacutean calmado aquel insaciable afaacuten de mi alma En miacute reinaba la [98] tranquilidad pero no el taciturno y seco olvido y una aparicioacuten repentina del ser amado podiacutea muy bien en breviacutesimo instante destruir los efectos del tiempo renovando mi mal y aun agravaacutendolo

Desde Pariacutes a la frontera no cesaba el movimiento de tropas Por todas partes convoyes cuerpos de ejeacutercito y oficiales que iban a incorporarse a sus regimientos Francia podiacutea creerse auacuten en los diacuteas del gran soldado Hasta Burdeos no tuve noticias ciertas de mi querida Regencia y de mi ilustre mandatario el marqueacutes de Mataflorida iexclAy La suerte de este insigne hombre de Estado no podiacutea ser maacutes miserable Eguiacutea habiacutea triunfado a pesar de las furiosas protestas del regente de Urgel y para colmo de desdicha como auacuten quisiera este llevar adelante sus locas pretensiones el duque de Angulema le mandoacute prender juntamente con el arzobispo confinaacutendoles a Tours Asiacute acabaron las glorias de aquellos dos ambiciosos Yo llegueacute a tiempo para verles y cuando manifesteacute al marqueacutes las poco lisonjeras disposiciones del triste Chactas el atroz Regente desairado llamoacute a Chateaubriand intrigante enredador mal poeta y franchute Esta fue la venganza del coloso

Bayona era un campamento cuando yo [99] llegueacute El nuacutemero de espantildeoles casi superaba al de franceses y en todos reinaba grande alegriacutea Reanudeacute entonces mis buenas relaciones con el baroacuten de Eroles hacieacutendole ver que mi viaje a Pariacutes habiacutea tenido por causa asuntos particulares y entre risas y bromas me reconcilieacute con Eguiacutea el

cual por razoacuten del mismo gozo y embobamiento del triunfo estaba muy dispuesto a perdonar En cuanto a las negociaciones yo no teniacutea humor de seguir ocupaacutendome de ellas y deseaba retirarme a descansar sobre mis laureles diplomaacuteticos no soacutelo porque mi entusiasmo absolutista se habiacutea enfriado mucho sino porque desde alguacuten tiempo las conspiraciones y los manejos poliacuteticos me causaban hastiacuteo Ya he dicho que siempre fui muy inclinada a la mudanza en mis ocupaciones Mi espiacuteritu se aviene poco con la monotoniacutea y si hubo un diacutea en que me sedujeron las embajadas otro llegoacute en que me repugnaron iexclMaacutegico efecto del tiempo cuya misioacuten es renovar creando las estaciones con los admirables ciacuterculos del universo Tambieacuten el alma humana ve en siacute la alterada sucesioacuten de las primaveras e inviernos en sus dilataciones y recogimientos

Yo deseaba entrar en Espantildea y teniacutea propoacutesito de reanudar las diligencias para averiguar [100] el paradero de mi cautivo de Benabarre En Bayona una familia francesa legitimista con quien yo teniacutea antigua amistad me convidoacute a pasar unos diacuteas en su casa de campo inmediata a Behobia y unos parientes miacuteos invitaacuteronme a que les acompantildease a Iruacuten un par de semanas A ambos ofrecimientos accediacute empezando por el de Behobia aunque la frontera no me pareciacutea el punto maacutes a propoacutesito para residir en los momentos en que principiaba la guerra Pero la gente de aquel paiacutes estaba segura de que Angulema atravesariacutea faacutecilmente el Pirineo por ser muy adicto al absolutismo todo el paiacutes vasco-navarro

Todaviacutea no habiacutea pasado Su Alteza la raya cuando se rompioacute el fuego junto al mismo puente internacional Los carbonarios extranjeros que andaban por Espantildea unidos a otros perdidos de nuestro paiacutes habiacutean formado una legioacuten con objeto de hacer frente a las tropas francesas Constaba aqueacutella de doscientos hombres tristes desechos de la ley demagoacutegica de Italia de Francia y de Espantildea y para seducir a los cien mil hijos de San Luis se habiacutean vestido a la usanza imperial y ondeando la bandera tricolor gritaban en la orilla espantildeola del Bidasoa laquoiexclViva Napoleoacuten IIraquo

Su objeto era fascinar a los artilleros franceses con este maacutegico grito mas tuvieron la desdicha de que tales aclamaciones fueran contestadas a cantildeonazos y con sus banderas y sus enormes morriones huyeron a San Sebastiaacuten Pasma la inocente credulidad de los carbonarios extranjeros y de los masones espantildeoles Oiacute decir en Behobia que los liberales franceses Lafayette Manuel Benjamiacuten Constant y otros fiaban mucho en los doscientos legionarios mandados por el republicano emigrado coronel Fabvier iexclQueacute desvariacuteos engendra el furor de partido Corriacutea esto parejas con la necia confianza del Gobierno espantildeol que aun despueacutes de declarada la guerra no habiacutea tomado disposiciones de ninguna clase hallaacutendose sus tropas sin maacutes recursos ni elementos que el parleriacuteo de los milicianos y el gaacuterrulo charlatanismo de los clubs

XIII Hacia los primeros diacuteas de abril vi pasar a los generales de divisioacuten Bourdessoulle duque de Reggio y Molitor que entraron en Espantildea por Behobia Despueacutes pasoacute Su Alteza el sobrino de Luis XVIII con todo su Estado Mayor en el cual iba Carlos Alberto priacutencipe de Carignan No se puede imaginar cortejo maacutes lucido Yo no habiacutea

visto nada tan magniacutefico y deslumbrador como no fuera la comitiva de Joseacute Bonaparte antes de darse la batalla de Vitoria [102] el antildeo 13 feliz para la causa espantildeola pero de muy malos recuerdos para miacute porque en eacutel perdiacute la batalla de mi juventud casaacutendome como me caseacute

Tambieacuten vi pasar a mi amigo Eguiacutea remozado por la emocioacuten y tan vanaglorioso del papel que iba a representar que no se le podiacutea resistir como no fuera tomando a broma sus bravatas Iban con eacutel D Juan Bautista Erro y Goacutemez Calderoacuten aquel a quien el mordaz Gallardo llamaba Caldo puacutetrido El baroacuten de Eroles que con los anteriores tipos debiacutea formar la Junta al amparo del Gobierno franceacutes entroacute por Cataluntildea con el mariscal Moncey

No recibieron a los franceses las bayonetas ni la artilleriacutea del Gobierno constitucional sino una nube de guerrilleros que les abrieron sus fraternales brazos ofrecieacutendose a ayudarles en todo y a marchar a la vanguardia abrieacutendoles el camino Tal apoyo era de grandiacutesimo beneficio para la causa porque los partidarios realistas ascendiacutean a 35000 iexclAy de los franceses si hubieran tenido en contra a aquella gente Pero les teniacutean a su favor y esto soacutelo iexclqueacute fenoacutemeno poniacutea al buen Angulema por encima de Napoleoacuten El absolutismo espantildeol no podiacutea hacer al hijo de San Luis mejor presente que aquellos 35000 salvajes entre [103] los cuales (iexclcuaacutento han variado mis ideas Dios miacuteo) tengo el sentimiento de decir que estaba mi marido iexclY yo le habiacutea admirado yo le habiacutea aceptado por esposo diez antildeos antes soacutelo por ser guerrillero Cuando se hacen ciertas cosas ya que no es posible que el porvenir se anticipe para avisar el desengantildeo debiera caer un rayo y aniquilarnos

- XIII - El conde de Espantildea mandaba las partidas de Navarra Quesada las de las Provincias Vascongadas y Eroles las de Cataluntildea iexclCoacutemo fraternizaron las partidas con los franceses que habiacutean sido origen de su nacimiento en 1808 Era todo lo que me quedaba por ver Se abrazaban dando vivas a San Luis a San Fernando a la religioacuten a los Borbones al Rey a la Virgen Mariacutea a San Miguel arcaacutengel y a los Sermos Infantes Yo no lo vi porque no quise pasar la frontera Me repugnaban estas cosas y los soldados de la fe habiacutean llegado poco a poco a serme muy antipaacuteticos

Largamente hableacute de esto con el conde de [104] Montguyon que me perseguiacutea tenazmente permaneciendo en Behobia todo el tiempo que le fue posible Eacutel elogiaba a los guerrilleros diciendo que a pesar de sus defectos eran tipos de heroiacutesmo y de aquella independencia caballeresca que tanto habiacutea enaltecido el nombre espantildeol en otros tiempos Tambieacuten le seduciacutean por ser como los frailes gente muy pintoresca Mi Don Quijote era una especie de artista y gustaba de hacer monigotes en un libro dibujando arcos viejos mendigos casuchas una fila de chopos carros lanchas pescadoras y otras menudencias de que estaba muy envanecido

Debiacutea ser (8) proacuteximamente el 9 de Abril cuando me trasladeacute a Iruacuten para vivir con la familia de Sodupe-Monasterio gente muy hidalga maacutes catoacutelica que el Papa realista

hasta el martirio y de afabiliacutesimo trato Frecuentaban la casa (que era maacutes bien palacio con hermosos prados y huerta) todos los espantildeoles que el gran suceso de la intervencioacuten traiacutea y llevaba de una Nacioacuten a otra y muchos oficiales franceses de cuyas visitas se holgaban mucho los Sodupe-Monasterio porque oiacutean hablar sin cesar de exterminio de liberales del trono de San Fernando y de nuestra preciosiacutesima fe catoacutelica

Alliacute Montguyon no me dejaba a sol ni [105] a sombra pintaacutendome su amor con colores tan extremados que me daba laacutestima verle y oiacuterle Su acendrado y respetuoso galanteo mereciacutea en efecto alguna misericordia Le permitiacute besar mi mano pero no pudo arrancarme la promesa de seguirle al interior de Espantildea Cada vez sentiacutea yo maacutes deseos de quedarme en Iruacuten y en aquella apacible vivienda donde sin que faltara sosiego habiacutea bastantes elementos para combatir el fastidio Con esta resolucioacuten mi D Quijote que ya pareciacutea querer dejar de serlo en la pureza de sus ensuentildeos amorosos estaba desesperado Despidiose de miacute muy enternecido y besaacutendome con ardor las manos voluptuosidad inocente de que nunca se hartaba iexclCuaacuten lejos estaba el llagado amante de que no pasariacutean dos horas sin que cambiara diametralmente mi determinacioacuten

Pasoacute del modo siguiente Al saber que yo estaba en Iruacuten fue a visitarme un individuo que auacuten no podiacutea llamarse personaje y al cual conociacute en Madrid el antildeo anterior y tambieacuten el 19 Se llamaba D Francisco Tadeo Calomarde y era de la mejor pasta de servil que podiacutea hallarse por aquellos tiempos Hijo del Ministro de Gracia y Justicia se habiacutea criado en los cartapacios y en el papel de pleitos los legajos fueron su cuna y las reales ceacutedulas [106] sus juguetes Su jurisprudencia llena de pedanteriacutea me inspiraba aversioacuten Teniacutea fama de muy adulador de los poderosos y seguacuten se deciacutea comproacute el primer destino con su mano casaacutendose con una muchacha muy fea a quien dio maliacutesimos tratos

Los que le han juzgado tonto se equivocan porque era listiacutesimo y su ingenio maacutes bien socarroacuten que brillante antes agudo que esclarecido era maestro en el arte de tratar a las personas y de sacar partido de todo Habiacutease hecho amigo de D Viacutector Saacuteez y aun del mismo Rey y del Infante D Carlos por sus bajas lisonjas y lo bien que les serviacutea siempre que encontraba ocasioacuten para ello

Entonces teniacutea cincuenta antildeos y acababa de salir del encierro voluntario a que le redujo el reacutegimen liberal Habiacutea ido a la frontera para llevar no seacute queacute recados a los sentildeores de la Junta Me lo dijo y como no me importaban ya gran cosa los dimes y diretes de los realistas que no por estar tan cerca de la victoria dejaban de andar a la grentildea fijeme poco en ello y lo he olvidado Calomarde no era mal parecido ni careciacutea de urbanidad aunque muy hueca y afectada como la del que la tiene maacutes bien aprendida que ingeacutenita La humildad de su origen se trasluciacutea bastante [107]

Hablamos de los sucesos de Madrid que eacutel habiacutea presenciado y prolijamente me informoacute de todo

-Siento que usted no hubiera estado por allaacute -me dijo- habriacutea visto coacutemo se iba desbaratando el constitucionalismo soacutelo con el anuncio de la intervencioacuten Si no podiacutea ser de otra manera Ahora estaacuten que no les llega la camisa al cuerpo y en ninguna parte se creen seguros Despueacutes que ultrajaron a Su Majestad le han arrastrado a Andaluciacutea con el dogal al cuello como el maacutertir a quien se lleva al sacrificio

-No tanto Sr D Tadeo -le dije- Su Majestad habraacute ido como siempre en carroza y mucho seraacute que los mozos de los pueblos no hayan tirado de ella

-Eso se deja para la vuelta -indicoacute Calomarde riendo- Ahora los franc-masones han seducido a la plebe y Su Majestad por donde quiera que va no oye maacutes que denuestos El 19 de Febrero cuando se alborotaron los masones y comuneros porque estos queriacutean sustituir a aquellos en el Ministerio los chisperos borrachos y los asesinos del Rastro daban mueras al Rey y a la Reina Un diputado muy conocido aparecioacute en la Plaza Mayor mostrando una cuerda con la cual proponiacutea ahorcar a Su Majestad [108] y arrastrarle despueacutes La canalla penetroacute hasta la Caacutemara real iexclEscaacutendalo de los escaacutendalos Pareciacutea que estaacutebamos en Francia y en los sangrientos diacuteas de 1792 El mismo Rey me ha dicho que los Ministros entraban en la Caacutemara cantando el himno de Riego

-iexclOh no tanto por Dios -repetiacute ofendida de las exageraciones de mis amigos- Poco mal y bien quejado

-Me parece que usted con sus viajes a Francia y sus relaciones con los Ministros del liberal y filoacutesofo Luis XVIII se nos estaacute volviendo franc-masona -dijo D Tadeo entre bromas y veras- iquestHay en la historia desacato comparable con el de obligar al Rey a partir para Andaluciacutea

-iexclOh Dios nos tenga de su mano iexclqueacute desacato iexclqueacute ignominia -exclameacute remedando sus aspavientos- Es preciso considerar que un Gobierno cualquiera que sea estaacute en el caso de defenderse si es atacado

-Seguacuten mi modo de ver un Gobierno de pillos no merece maacutes que el decreto que ha de mandar a Ceuta a todos sus individuos iexclAh sentildeora miacutea y coacutemo se ha entibiado el fervor de usted Bien dicen que los aires de esa Francia loca son tan nocivos [109]

-Creo lo mismo que creiacutea pero mi absolutismo se ha civilizado mientras el de ustedes continuacutea en estado salvaje El miacuteo se viste como la gente y el de ustedes sigue con taparrabo y plumas Si el Gobierno de pillos ha resuelto refugiarse en Andaluciacutea llevaacutendose a la Corte ha sido para no estar bajo la amenaza de los batallones franceses

-Ha sido -dijo Calomarde riendo brutalmente- porque sabiacutean que Madrid no tiene defensa posible que los ejeacutercitos de Ballesteros y de La Bisbal son dos fantasmas que cuatro soldados y un cabo de los del Sereniacutesimo Sr Duque de Angulema podiacutean cualquier mantildeanita sorprender a la Villa y a los Siete Nintildeos y al Congreso entero y al Ayuntamiento soberano y a toda la comunidad masoacutenica y Landaburiana Esta es la pura verdad iexclY queacute bonito espectaacuteculo han dado al mundo En presencia de la intervencioacuten armada iquestcoacutemo se preparan esos mentecatos para conjurar la tormenta Llamando a las armas a treinta mil hombres y disponiendo (esto es lo maacutes salado) que con los milicianos que quieran seguir al Congreso se formen algunos batallones recibiendo cada individuo cinco reales diarios iexclSe salvoacute la patria sentildeora

-El Gobierno -repuse prontamente- creyoacute [110] sin duda que los franceses eran como los Guardias del 7 de Julio es decir simples juguetes de miliciano

-iexclYa se lo diremos de misas -dijo frotaacutendose las manos- Ya pagaraacuten su alevosiacutea Soacutelo por el hecho de obligar a nuestro Soberano a un viaje que no le agradaba mereceriacutean todos ellos la muerte

-Hasta los Reyes estaacuten en el caso de hacer alguna vez lo que no les agrada

-Incluso viajar con un ataque de gota iquesteh iexclCrueles y sanguinarios maacutes sanguinarios y crueles que Neroacuten y Caliacutegula Ni a un perro vagabundo de las calles se le trata peor

-Si el Rey no teniacutea en aquellos diacuteas ataque de gota -repliqueacute complacieacutendome en contradecirle- Si estaba bueno y sano La prueba es que despueacutes de clamorear tanto por su enfermedad anduvo algunas leguas a pie el primer diacutea de viaje

-Bueno concedo que Su Majestad estaba tan bueno como yo iquestY si no queriacutea partir

-Que hubiera dicho laquono partoraquo

-iquestY si le amenazaban

-Haberles ametrallado

-iquestY si no teniacutea metralla

-Haberse dejado llevar por la fuerza

-iquestY si le mataban [111]

-Haberse dejado matar Todo lo admito menos la cobardiacutea

-Amiguita usted se nos ha franc-masoneado -me dijo el astuto intrigante dando carintildeosa palmada en mi mano- A pesar de esto siempre la queremos mucho y la serviremos en lo que podamos Yo estoy siempre a las oacuterdenes de usted

Inflado de vanidad el amigo del Rey hizo elogios de siacute mismo y despueacutes antildeadioacute

-He tenido el honor de ser indicado para secretario de la Junta que se va a formar en la frontera

-iexclOh amigo miacuteo doy a usted la enhorabuena -manifesteacute sumamente complacida y deplorando entonces haber estado algo dura con Calomarde- No se podiacutea haber pensado en una persona maacutes idoacutenea para puesto tan delicado

-iquestSe le ofrece a usted algo -dijo D Tadeo comprendiendo al punto mi cuarto de conversioacuten

-Siacute pero yo acostumbro dirigirme siempre a la cabeza -afirmeacute resueltamente- Ya sabe usted que soy muy amiga del general Eguiacutea Presidente de la Junta

-iexclAh entonces

-Sin embargo No puedo molestar a Su [112] Excelencia con ciertas menudencias tales como pedir noticias de personas averiguar alguna cosilla de poca monta

-Para esto es maacutes propio un secretario tan bien informado como yo de todos los pormenores de la causa

-Exactamente Diacutegame usted si lo sabe en doacutende estaacute ahora un piacutecaro de mala estofa que se emplea en bajas caacutebalas del Rey y tiene por nombre Joseacute Manuel Regato

-iexclAh iexclRegato Debe de andar por Andaluciacutea con la Corte No es de mi negociado ese caballero iquestQueacute iquestHay ganas de sentarle la mano

-Por sentarle la derecha dariacutea la izquierda

-Pocas noticias puedo dar a usted del sentildeor Regato Tengo con eacutel muy pocas relaciones Quizaacutes Pipaoacuten que conoce a todo el mundo pueda indicar doacutende se halla y el modo de sentarle no una mano sino las dos siempre que sea preciso

-Y Pipaoacuten iquestdoacutende estaacute

-Aquiacute

-iexclAquiacute iexclPipaoacuten -exclameacute con gozo- Yo le dejeacute en la Seo muy enfermo y creiacute que habiacutea caiacutedo en poder de Mina

-En efecto cayoacute pero eacutel ya usted le conoce con su destreza y habilidad parece que [113] encontroacute por alliacute amigos que le favorecieron

-Quiero verle quiero verle al punto -dije con la mayor impaciencia- Deseo mucho tener noticias de la Seo y de las facciones de Cataluntildea

Y entonces se realizoacute aquel proverbio que dice laquoEn nombrando al ruin de Romaraquo

Por la vidriera que daba a la huerta de la casa viose la mofletuda cara y el pequentildeo cuerpo de Pipaoacuten que habiendo tenido noticia de mi residencia en Iruacuten iba tambieacuten a verme Mucho nos alegramos ambos de hallarnos juntos y nuestras primeras palabras despueacutes de los cordiales saludos fueron para recordar los tristes diacuteas de la Seo su enfermedad y mi abatimiento y luego por el enlace propio de los recuerdos que van de lo triste a lo placentero hablamos del miedo del arzobispo de las casacas que usaba Mataflorida y de otras cosas friacutevolas y chistosas de esas que ocurren siempre en los diacuteas traacutegicos y nunca faltan en los duelos Despueacutes de estos desahogos Pipaoacuten tomando aquel tono burlesco que unas veces le sentaba bien y otras le haciacutea muy insoportable me dijo

-Le traigo a usted noticias muy buenas de una persona que le interesa y con las noticias una cartita [114]

- XIV - Yo me puse paacutelida Comprendiacute de quieacuten hablaba Pipaoacuten pero no me atreviacute a decir una palabra por hallarse delante el entrometido y curioso Calomarde gran coleccionador de debilidades ajenas Varieacute de conversacioacuten aguardando para saciar mi afanosa curiosidad a que D Tadeo se marchase pero el piacutecaro habiacutea conocido en mi semblante la turbacioacuten y ansiedad que me dominaban y no se queriacutea retirar Pareciacutea que le habiacutean clavado en la silla iexclAy queacute gusto tan grande poder coger un palo y romperle con eacutel la cabeza iexclQueacute pachorra de hombre

Quise arrojarle con mi silencio pero eacutel era tan poco delicado que conociendo mi mortificacioacuten se arrellanaba en el blando asiento como si pensara pasar alliacute el diacutea y la noche Pipaoacuten con su expresivo semblante me deciacutea mil cosas que no podiacutea yo comprender claramente pero que me deleitaban como avisos o presentimientos lisonjeros Llegoacute un momento en que los tres nos callamos y callados estuvimos maacutes de un cuarto de hora Calomarde tocaba [115] una especie de paso doble con su bastoacuten en la pata de la mesa cercana El grosero y pegajoso cortesano habiacutea resuelto quemarme la sangre u obligarnos a Pipaoacuten y a miacute a que hablaacutesemos en su presencia

Resistiacute todo el tiempo que pude Mi caraacutecter fogoso no puede ir maacutes allaacute de cierto grado de paciencia pasado el cual estalla y se sobrepone a todo atropellando amistades conveniencias y hasta las leyes de la caridad Nunca he podido corregir este defecto y la estrechez de los liacutemites de mi paciencia me ha proporcionado en esta vida muchos disgustos Forzando la voluntad puedo a veces aguantar maacutes de lo que permite la extraordinaria fuerza de dilatacioacuten de mi espiacuteritu pero entonces estallo con maacutes violencia rompo mis ligaduras a la manera de Sansoacuten y derribo el templo Vino por fin el momento en que se me subioacute la mostaza a la nariz como dicen las majas madrilentildeas y ponieacutendome en pie suacutebitamente mireacute a Calomarde con enojo Sentildealaacutendole la puerta exclameacute

-Sr D Tadeo tengo que hablar con Pipaoacuten le suplico a usted que nos deje solos

Debiacutean de ser muy terribles mi expresioacuten y mi gesto porque Calomarde se levantoacute temblando y con voz turbada me dijo [116]

-Sentildeora manos blancas no ofenden

iexclManos blancas no ofenden Diez antildeos despueacutes Calomarde debiacutea pronunciar esta frase al recibir un desaire maacutes violento que el miacuteo la ceacutelebre bofetada de la Infanta Carlota una Princesa que como yo teniacutea muy limitado el tesoro de su paciencia y estallaba con tempestuosas coacuteleras cuando la bajeza y solapada intriga de los Calomardes se interponiacutean en su camino

Pipaoacuten y yo nos quedamos solos En pocas palabras me refirioacute que habiacutea visto a Salvador Monsalud sano y salvo en la Seo de Urgel Al oiacuter esto el corazoacuten dio un salto dentro de miacute como una cosa muerta que torna a la vida como un Laacutezaro que resucita por sobrehumano impulso

-Mina le salvoacute en San Llorens de Morunys -me dijo- y desde que se restablecioacute se puso a mandar una compantildeiacutea de contraguerrilleros

Al decir esto Pipaoacuten me alargoacute una carta que abriacute con presteza febril queriendo leerla antes de abrirla Al mismo tiempo y de una sola ojeada leiacute el fin y el principio y el medio Era la carta pequentildea y friacutea Deciacuteame en ella que estaba en libertad y que no pensaba salir en mucho tiempo del lugar donde estaba fechada que era Urgel Sentiacute mi corazoacuten inundado [117] de un torrente de sangre glacial al ver que no conteniacutea la carta expresiones de ardiente carintildeo

-iquestDe modo que sigue en Cataluntildea -pregunteacute a D Juan

-No sentildeora A estas horas va camino de Madrid

-Pues iquestcoacutemo dice en su carta que no piensa salir de la Seo

-Esa carta me la dio cuando nos separamos el diacutea 30 de Marzo pero dos diacuteas despueacutes supe por nuestro comuacuten amigo el capitaacuten Seudoquis que Mina habiacutea encargado a Salvador que fuese a Madrid a llevar un mensaje reservadiacutesimo a San Miguel y a otras personas

-iquestDe modo que estaacute

-Sobre Madrid como se dice en los partes militares

-Pero eso iquestes cierto

-Tan cierto como que estoy hablando con una dama hermosa

-iquestY salioacute

-Seguacuten mis noticias el 10 de este mes No sabiacutea queacute camino tomar pero seguacuten me dijo Seudoquis estaba decidido a ir por Zaragoza que es el maacutes derecho aunque no el menos peligroso

-iquestSabe la muerte de su madre [118]

-Yo le di la mala noticia

-Pero iquestqueacute va a hacer ese hombre en Madrid -dije sintiendo una tempestad en mi cerebro- Si alliacute no hay ya Gobierno ni nada

-Pero estaacute en Madrid el gran Consejo de la franc-masoneriacutea Mina es de la Orden de la Acacia sentildeora Ahora se trata de que la Viuda haga un esfuerzo supremo

En mi espiacuteritu notaba yo aquella poderosa fuerza de dilatacioacuten de que antes he hablado Unas cuantas palabras habiacutean trastornado todo mi ser mi pulso latiacutea con violencia asaltaacuteronme ideas mil y el ardoroso afaacuten de movimiento que ha sido siempre una de las foacutermulas maacutes patentes de mi caraacutecter se apoderoacute de miacute Sin necesidad de que yo le despidiese dejome Pipaoacuten que iba en busca de Eguiacutea para solicitar un puesto en la Junta y despueacutes de pasada mi turbacioacuten pude sondear aquel revuelto pieacutelago de mi espiacuteritu y mirar con serenidad lo que en el fondo de eacutel habiacutea

iexclCuaacuten grande habiacutea sido mi engantildeo al creer moribunda la aficioacuten aquella que tantas dulzuras dio a mi alma en el verano del 22 La ausencia habiacuteala escondido entre las cenizas que diariamente depositan los sucesos de cada instante esa multitud de ascuas de la vida que van pasando sin interrupcioacuten y apagaacutendose [119] hora tras hora Pero aquella ascua del verano del 22 era demasiado grande y quemadora para pasar y extinguirse como las demaacutes

Bastoacute que oyera pronunciar su nombre que me le anunciaran vivo para que se verificase en miacute un brusco retroceso a los diacuteas de mi felicidad y de mi desgracia El tiempo volvioacute atraacutes las figuras veladas perdieron la sombra que las encubriacutea las apagadas palabras que soacutelo eran ya ecos confusos volvieron a sonar como cuando eran la muacutesica a cuyo compaacutes danzaba con la embriaguez de la pasioacuten mi alma iexclCuaacutento me habiacutea engantildeado y queacute juicios tan erroacuteneos hacemos de nuestros propios sentimientos y de todo aquello que estaacute lejos Nos pasa lo mismo que al ver las lontananzas de la tierra cuando confundimos con las vanas y pasajeras nubes los montes soacutelidos e inmutables que ninguna fuerza humana puede arrancar de sus seculares asientos

Fue aquello como una vuelta como un aacutengulo brusco en el camino de la vida Desde entonces vi nuevos horizontes paisaje nuevo y otra gente y otros caminos iexclY yo habiacutea creiacutedo poder olvidarle y aun poner en su altar vaciacuteo al conde de Montguyon iexclQueacute delirio iexclLo que pueden la ausencia la distancia la ignorancia El tiempo que me habiacutea consolado hiriome [120] de nuevo y un diacutea un instante marcado en mi vida por cuatro palabras como cuatro estrellas resplandecientes habiacutea destruido la obra lenta de tantos meses

Con la presteza que Dios me ha dado formeacute mi plan de viaje Tengo algo del genio de Napoleoacuten para esto de los grandes movimientos Para miacute la facultad de trasportar todo el intereacutes de la vida de un punto a otro del mundo es otra prenda muy principal de mi caraacutecter y al mismo tiempo una necesidad a la que muy difiacutecilmente puedo resistir El destino me ha presentado siempre los sucesos a propoacutesito para tales juegos de estrategia sublime

Aquella misma tarde dispuse todo y por la noche sorprendiacute a mi D Quijote con la noticia de mi viaje Aficionada a jugar con los corazones que caen en mis manos (a excepcioacuten de uno solo) como juega el gatito con el ovillo que rueda por el suelo dije al conde de Montguyon

-Me he asustado de la soledad en que voy a quedar despueacutes que usted se marche y voy a Madrid De esta manera podreacute vigilar a cierto caballero franceacutes por si anda en malos pasos

Eacutel se puso tan contento que olvidoacute aquella noche hablarme de la guerra y de los laureles que iban a recoger Pareciacutea un loco hablando [121] de los alcaacutezares de Granada de los romances moriscos de las ricas hembras de las boleras de los frailes que protegiacutean los amores de los grandes de las volcaacutenicas pasiones espantildeolas y de las mujeres enamoradas que eran capaces del martirio o del asesinato Eacutel se creiacutea heacuteroe de mil aventuras romaacutenticas e interesantes caballeriacuteas tales como se las habiacutea imaginado leyendo obras francesas sobre Espantildea Empleo la palabra romaacutenticas porque si bien no estaba en moda todaviacutea es la maacutes propia El romanticismo existiacutea ya aunque no habiacutea

sido bautizado Excuso decir que Montguyon me juroacute amor eterno y una fidelidad inquebrantable como la del Cid por Dordf Jimena

Yo necesitaba de eacutel para mi viaje por lo cual me guardeacute muy bien de arrancar una sola hoja a la naciente flor de sus ilusiones Era muy difiacutecil viajar entonces porque casi todos los vehiacuteculos del paiacutes habiacutean sido intervenidos por ambos ejeacutercitos Montguyon me prometioacute una silla de postas Y cumplioacute su oferta ponieacutendola a mi disposicioacuten al diacutea siguiente

Con el primer movimiento del ejeacutercito franceacutes coincidioacute mi marcha sobre Madrid como una conquistadora El estreacutepito guerrero que en derredor miacuteo sonara despertaba en mi mente ideas de Semiacuteramis [122]

- XV - Paseacute por Vitoria y por la Puebla de Arganzoacuten como los diacuteas felices por la vida del hombre a escape No miraba a ninguacuten lado por miedo a mis malos recuerdos que saliacutean a detenerme

En los pueblos todos del Norte la intervencioacuten venciacutea sin batallas y antes de que asomara el morrioacuten del primer franceacutes de la vanguardia la Constitucioacuten estaba humillada Los mozos todos comprendidos en la quinta ordenada por el Gobierno se uniacutean a las facciones y eran muy pocos los milicianos que se aventuraban a seguir a los liberales No he visto una propagacioacuten maacutes raacutepida de las ideas absolutistas Era aquello como un incendio que de punta a punta se desarrolla raacutepidamente y todo lo devora En medio de las plazas los frailes predicaban mantildeana y tarde con pretexto de la Cuaresma presentando a los franceses como enviados de Dios y a los liberales como alumnos de Satanaacutes que debiacutean ser exterminados

El general Ballesteros mandaba el ejeacutercito [123] que debiacutea operar en el Norte y liacutenea del Ebro para alejar a los franceses No viendo yo a dicho ejeacutercito por ninguna parte sino inmensas plagas de partidas pregunteacute por eacutel y me dijeron en Bribiesca que Ballesteros convencido de no poder hacer nada de provecho se habiacutea retirado nada menos que a Valencia Movimiento tan disparatado no podiacutea explicarse en circunstancias normales pero entonces todo lo que fuera desastres y yerros del liberalismo teniacutea explicacioacuten

Al ver coacutemo creciacutea en los pueblos la aversioacuten a las Cortes y al Gobierno el ejeacutercito perdiacutea el entusiasmo A su paso como se levanta polvo del camino levantaacutebanse nubes de facciosos que al instante eran soldados aguerridos Asiacute se explica que el ejeacutercito de Ballesteros compuesto de diez y seis mil hombres se retirara sin combatir emprendiendo la inverosiacutemil marcha a Valencia donde podiacutea adquirir alguacuten prestigio derrotando a Sempere al Locho y al carretero Chamboacute tres nuevos generales o arcaacutengeles guerreros que le habiacutean salido a la fe

En Duentildeas me adelanteacute dejando atraacutes a los franceses teniacutea tanta prisa como ellos y menos estorbos en el camino aunque los suyos no eran tampoco grandes iexclCuaacutento deseaba yo ver tropas regulares espantildeolas por alguna parte [124] En verdad me daba verguumlenza que los hijos de San Luis a pesar de que nos traiacutean orden y catolicismo se internaran en Espantildea tan faacutecilmente Con todo mi absolutismo yo habriacutea visto con gusto una batalla en que aquellos liberales tan aborrecidos dieran una buena tunda a los que yo llamaba entonces mis aliados Espantildeola antes que todo distaba mucho de parecerme a los sentildeores frailes y sacristanes que en 1808 llamaban judiacuteos a los franceses y ahora ministros de Dios

En Somosierra encontreacute tropas Eran las del ejeacutercito de La Bisbal destinado por las Cortes a cerrar el paso del Guadarrama amparando de este modo a Madrid Mis dudas acerca del eacutexito de aquella empresa fueron grandes Yo conociacutea a La Bisbal iquestCoacutemo no habiacutea de conocerle si le conociacutea todo el mundo Fue el que el antildeo 14 se presentoacute al Rey llevando dos discursos en el bolsillo uno en sentido realista y otro en sentido liberal para pronunciar el que mejor cuadrase a las circunstancias Fue el que en 1820 hizo tambieacuten el doble papel de ordenancista y de sedicioso La inseguridad de sus opiniones habiacutea llegado a ser proverbial Era hombre altamente penetrado del axioma italiano ma per troppo variar natura e bella [125] Yo no comprendiacutea en queacute estaba pensando el Gobierno cuando le nombroacute Si los Ministros se hubieran propuesto elegir para mandar el ejeacutercito maacutes importante al hombre maacutes a propoacutesito para perderlo no habriacutean elegido a otro que a La Bisbal

Paseacute con tristeza por entre su ejeacutercito Aquellos soldados capaces del maacutes grande heroiacutesmo me inspiraban laacutestima porque estaban destinados a desempentildear un papel irrisorio como leones a quienes se obliga a bailar Sentiacutea yo impulsos de arengarles dicieacutendoles laquoiexclQue os engantildean pobres muchachos No dejeacuteis las armas sin combatir Si os hablan de capitulacioacuten degollad a vuestros generalesraquo

En Madrid halleacute un abatimiento superior a lo que esperaba Se hablaba alliacute de capitular como de la cosa maacutes natural del mundo Soacutelo teniacutean entusiasmo algunos infelices que no serviacutean para nada el cuerpo de coros de los clubs y de las sociedades secretas la gente gritona y tambieacuten muchos de los que habiacutean tirado del coche de Fernando VII cuando volvioacute de Francia el antildeo 14 Los absolutistas creiacutean con razoacuten ganada la partida y afectaban cierta generosidad magnaacutenima iexclPobre gente Algunos de estos pajarracos vinieron a visitarme entre ellos D Viacutector Saacuteez y tuve el gusto [126] de mortificarles aseguraacutendoles que Angulema traiacutea orden de obsequiarnos con las dos Caacutemaras y un absolutismo templado suaviacutesimo emoliente para nuestra anarquiacutea Esto poniacutea a mis buenos amigotes maacutes furiosos que las bravatas de los liberales pues auacuten habiacutea liberales con alma bastante para echar bravatas

Pero yo me ocupaba poco de tales cosas Mi primer cuidado fue hacer algunas averiguaciones concernientes a la entrantildeable poliacutetica de mi herido corazoacuten Felizmente a la casa donde yo viviacutea que era honradiacutesimo albergue de una noble familia alavesa iba a menudo un tal Campos hombre muy intrigante director de Correos si no recuerdo mal gran maestre de la Orden masoacutenica o por lo menos principaliacutesimo dignatario de ella amigo iacutentimo de los liberales de maacutes viso y tambieacuten de algunos absolutistas como hombre que sabe el modo de comer a dos carrillos

Yo le habiacutea tratado el antildeo anterior y charlando juntos me reiacutea mucho de los masones lo cual a eacutel no le enojaba Entre bromas y veras soliacutea enterarme de algunas cosas reservadas porque no era hombre de extraordinaria discrecioacuten ni tampoco de una incorruptibilidad absoluta En los diacuteas de mi llegada de Iruacuten que eran los de mediados de Mayo del 23 le [127] pregunteacute si esperaban los masones alguacuten mensaje reservado de Mina Negolo mas yo aseguraacutendolo con el mayor descaro y nombrando al mensajero le hice confesar que esperaban oacuterdenes de Mina de un diacutea a otro Eacutel lo mismo que su secretario cuyo nombre no recuerdo me aseguraron no haber visto todaviacutea en Madrid a Salvador Monsalud ni tener noticia alguna de eacutel

-No ha llegado auacuten -dije- Mucho tarda

Sin reparar en nada fui a su casa Un portero tan locuaz como pedante liberal muy faroloacuten de aquellos a quienes yo llamo sepultureros de la libertad porque son los que la han enterrado me informoacute de que el Sr Monsalud faltaba de Madrid desde el mes de agosto del antildeo anterior

-Puede que la Sra Dordf Solita sepa algo -me dijo- Pero no es faacutecil porque anoche lloraba Como no llorase de placer que tambieacuten esto sucede a menudo

-iquestDe modo que la casa subsiste -le pregunteacute

-Subsiste siacute sentildeora pero no subsistiraacute mucho tiempo si el Sr D Salvador no vuelve del otro mundo

-Pues queacute iquestha muerto

-Asiacute lo creo yo Pero esa joven sentimental [128] siempre tiene esperanzas y cada vez que el sol sale por el horizonte esparciendo sus rayos de oro iquestme entiende usted

-Siacute acabe de una vez el Sr Sarmiento

-Quiero decir que siempre que amanece lo cual pasa todos los diacuteas la Sra Dordf Solita dice laquoiexclHoy vendraacuteraquo Tal es la naturaleza humana sentildeora que de todo se cansa menos de esperar Y yo digo iquestqueacute seriacutea del hombre sin esperanza Dispeacutenseme la sentildeora pero si piensa subir tengo el sentimiento de no poder acompantildearla porque como mi hijo es miliciano

-iquestY queacute

-Como es miliciano y el honor le ordena derramar hasta la uacuteltima gota de su sangre en defensa de la dulce patria y de la libertad preciosiacutesima del geacutenero humano

-iquestY queacute maacutes -dije complacieacutendome en oiacuter las graciosas pedanteriacuteas de aquel hombre

-Que impulsado por su ardoroso corazoacuten capaz del heroiacutesmo y por mi paternal mandato ha ido a Caacutediz con las Cortes y como ha ido a Caacutediz con las Cortes y no volveraacute hasta dejar confundida a la faccioacuten y a los cien mil y quinientos hijos nietos o tataranietos del calzonazos de Luis XVIII Por vida de la chilindraina y con cien mil

pares de docenas de [129] chilindrones que si yo tuviera veinte antildeos menos Pues digo que como Lucas ha ido a Caacutediz y es un leoacuten mi hijo un verdadero leoacuten resulta que me es forzoso estar al cuidado de la puerta iquestme entiende la sentildeora

-Estaacute bien -le dije riendo- Puedo subir sola

Quise darle una limosna porque su aspecto me parecioacute muy miserable pero la rechazoacute con dignidad y cierto rubor decoroso propio de las grandezas caiacutedas

Subiacute a la casa Mi corazoacuten subiacutea antes que yo

- XVI - En seguida que llameacute salieron a abrir Se conociacutea que en la casa reinaba la impaciencia Una mujer descorrioacute con presteza el cerrojo y me rogoacute que entrase Era ella Yo recordaba haberla visto en alguna parte

Careciacutea de verdadera hermosura pero al reconocerlo asiacute con gozo no pude dejar de concederle una atraccioacuten singular en toda su persona un encanto que habriacutea establecido al instante [130] entre ella y yo profunda simpatiacutea si en medio de las dos no existiese como infranqueable abismo la persona de un hombre Vestiacutea de luto y la delgadez de su rostro anunciaba el paso de grandes penas Cuando me vio alterose tanto y su turbacioacuten fue tan grande que no podiacutea dirigirme la palabra Por mi parte la mireacute con serenidad y altaneriacutea como de superior a inferior haciendo todo lo posible para que ella se creyese muy honrada con mi visita

Yo habiacutea oiacutedo hablar a Salvador con carintildeo y admiracioacuten que me ofendiacutean de aquella singular hermana suya que no era tal hermana ni aun pariente y que muy bien podiacutea ser otra cosa Nunca creiacute en la fraternidad honrada y carintildeosa de que eacutel me habiacutea hablado porque conozco un poco el corazoacuten del hombre y admito soacutelo los sentimientos cardinales y fundamentales y no esas mixturas y composiciones sutiles que no sirven maacutes que para disfrazar alguna pasioacuten iliacutecita Deseaba conocer por miacute misma a la dichosa hermana tan ponderada por eacutel y ver si teniacutea fundamento el secreto odio que mi alma hacia ella sentiacutea Desde que la vi a pesar de que me fue muy patente su inferioridad personal con respecto a la nieta de mi abuela me parecioacute tener delante a una [131] rival temible maacutes peligrosa cuanto maacutes humilde en apariencia Al instante trateacute de buscar en ella un defecto grande de esos que afean espantosamente a la mujer Mi ingenioso rencor encontroacute al punto aquel defecto y dije en mi interior

-Esta muchacha debe de ser una hipocritona No hay maacutes remedio sino que lo es

Mi juicio fue raacutepido como la inspiracioacuten como la improvisacioacuten Desde la puerta a la sala a donde me condujo hice mil observaciones entre ellas una que no debo pasar en silencio La casa estaba tan perfectamente arreglada que no pareciacutea vivienda sin duentildeo Todo se hallaba en su sitio sin el maacutes ligero desorden en perfecto estado de limpieza descubrieacutendose en cada cosa el esmero peregrino que anuncia la mano de una

mujer poseedora del genio domeacutestico Creeriacutease que el amo era esperado de un momento a otro y que todo se acababa de disponer para agradarle cuando entrara

Al sentarme reconcentreacute mis ideas acerca del plan que habiacutea formado y le dije

-Seacute que usted padece mucho por saber el paradero del amo de esta casa y como tengo noticias de eacutel vengo a tranquilizarla

-iexclOh iexclsentildeora iexclcuaacutenta bondad -exclamoacute con repentina alegriacutea- De modo que usted [132] sabe doacutende estaacute y por queacute no viene iquestLe han vuelto a coger los facciosos

-No sentildeora Estaacute libre y bueno

-Entonces no tiene perdoacuten de Dios -dijo abatiendo el vuelo de su alma que tanto se habiacutea elevado con las alas de la alegriacutea- No no tiene perdoacuten de Dios

-iquestUsted le ha escrito

-Muchas veces Dirijo las cartas al ejeacutercito de Mina con la esperanza de que alguna llegue a sus manos pero no recibo contestacioacuten Es una iniquidad de mi hermano Por poco que se acuerde de miacute por muy grande que sea su olvido iquestseraacute tal que no me haya escrito una sola vez

-Los que estaacuten en armas -dije sonriendo- no se acuerdan de las pobres mujeres que lloran

-Yo creo que me ha escrito Eacutel es muy bueno y me considera mucho No es capaz de tenerme en esta incertidumbre por su voluntad

-iquestPero usted no ha recibido ninguna carta

-En Febrero vinieron dos pero despueacutes ninguna Quizaacutes se hayan perdido

-Podriacutea ser

-A veces me figuro que no me escribe porque viene Todos los diacuteas creo que va a llegar y desde que siento pasos en la escalera corro a [133] ver si es eacutel Todo lo tengo preparado y si viene nada encontraraacute fuera de su sitio

-Siacute ya lo veo Es usted una alhaja El pobre Salvador debe de estar muy satisfecho de su hermana Eacutel la aprecia a usted mucho Me lo ha dicho

-iexclSe lo ha dicho a usted -exclamoacute tan vivamente conmovida que casi estuvo a punto de llorar

-Me lo ha dicho siacute Eacutel me cuenta todo Para miacute nunca ha tenido secretos

Sola me miroacute de hito en hito durante un momento que me parecioacute demasiado largo iquestQueacute habiacutea en la expresioacuten de su semblante al contemplar el miacuteo iquestEnvidia No podiacutea

ser otra cosa pero la apariencia indicaba maacutes bien una resignacioacuten dolorosa Le habriacutea tenido mucha laacutestima si no hubiera estado convencida de que era una hipoacutecrita

-Muchas veces me ha hablado de usted -proseguiacute- elogiaacutendome sus bellas cualidades para el gobierno de una casa Vea usted de queacute manera ha venido a encontrarse sola al frente de este hogar vaciacuteo conservaacutendole tan bien para cuando eacutel vuelva

-La pobre Dordf Fermina -dijo- que murioacute de pesadumbre por la peacuterdida de su hijo me encargoacute todo al morir poniendo en mi [134] mano cuanto teniacutea y ordenaacutendome que lo guardase y conservase hasta que pareciera Salvador

-iquestEntonces ella no le creiacutea muerto

-Dudaba Siempre teniacutea esperanza -manifestoacute Solita dando un suspiro- Yo le hablaba a todas horas de la vuelta de su hijo y la verdad siempre tuve esperanza de verle entrar en la casa porque una voz secreta de mi corazoacuten me deciacutea que volveriacutea El diacutea antes de fallecer Dordf Fermina escribioacute una larga carta a su hijo iexclCuaacutentas laacutegrimas derramoacute la pobre Yo habriacutea dado con gusto mi vida porque la infeliz madre viera a su hijo antes de morir Pero Dios no lo quiso asiacute

-iquestY esa carta -pregunteacute deseosa de conocer aquel detalle

-Esa carta la depositoacute en miacute Dordf Fermina mandaacutendome que la entregase a Salvador en su propia mano si pareciacutea

-iquestY si no pareciacutea

-Dontildea Fermina me mandoacute que le buscase por todos los medios posibles y que si teniacutea noticias de eacutel y no veniacutea a Madrid fuese a buscarle aunque tuviera que ir muy lejos

-Pero iquestcoacutemo podraacute usted emprender esos viajes iexclpobrecilla -exclameacute mostrando una compasioacuten que estaba muy lejos de sentir [135]

-Eso seriacutea lo de menos No me faltan aacutenimos para ponerme en camino ni tampoco recursos con que emprender un largo viaje porque Dordf Fermina me entregoacute todos sus ahorros para que los destinase a buscar a su hijo

-iexclAh entonces Y para el caso de no encontrarlo iquestqueacute dispuso esa sentildeora

-Que esperase y le volviera a buscar despueacutes

-iquestY para el caso de que fuera evidente su muerte

-Que echase al fuego la carta sin leerla iexclHa sido desgraciada suerte la nuestra -prosiguioacute la hueacuterfana con abatimiento- Un mes despueacutes de haber subido al cielo aquella buena sentildeora vino la carta de Salvador anunciando que estaba libre iexclAy en mi vida he tenido mayor alegriacutea ni mayor tristeza juntas tristeza y alegriacutea sin que pudiesen ser

separadas Yo le contesteacute dicieacutendole lo que pasaba y rogaacutendole que viniese Desde aquel diacutea le estoy esperando Han pasado tres meses y no ha venido ni me ha escrito

-Pues ha llegado la ocasioacuten de que usted cumpla la uacuteltima voluntad de la pobre sentildeora difunta partiendo en busca de ese hijo desnaturalizado

-iexclSi no seacute doacutende estaacute Un amigo que lee [136] todos los papeles puacuteblicos y sabe por doacutende andan los ejeacutercitos las guerrillas y las contraguerrillas me ha dicho que las tropas de Mina se han disuelto Otro que vino del Norte me aseguroacute que Salvador habiacutea emigrado a Francia Yo a pesar de estas noticias le espero tengo confianza en que ha de venir y he resuelto aguardar lo que resta de mes Sigo mis averiguaciones y si en todo Mayo no ha venido ni me ha escrito pienso ponerme en camino y buscarle con la ayuda de Dios

-Siento quitarle a usted una ilusioacuten -dije adoptando definitivamente mi diaboacutelico plan y resolvieacutendome a ponerlo en ejecucioacuten- Salvador no vendraacute por ahora no puede venir

-iquestLo sabe usted de cierto -me preguntoacute vivamente turbada y con algo de incredulidad en sus hermosos ojos

-iquestDuda usted de miacute -dije poniendo en mi semblante esa naturalidad inefable que es uno de mis maacutes preciosos resortes para expresar lo que quiero- Precisamente no he venido a otra cosa que a decirle a usted su paradero despueacutes de tranquilizarla por si le creiacutea enfermo o muerto

-iquestY doacutende estaacute

-Habiendo rentildeido con Mina por una cuestioacuten [137] de amor propio pasoacute a las contraguerrillas que siguen al general Ballesteros

-iquestEntonces sigue en el Norte

-No sentildeora Ya sabe usted que el ejeacutercito de Ballesteros se ha retirado a Valencia

-A Valencia siacute Efectivamente lo oiacute decir iquestDe modo que Salvador estaacute en Valencia

-Siacute y estos informes no son vagos ni fundados en conjeturas porque yo misma

Al llegar aquiacute di un suspiro afectando cierta emocioacuten Despueacutes acabeacute asiacute la frase

-Yo misma me separeacute de eacutel en Onteniente el 20 de Abril

-iquestEs cierto sentildeora lo que usted me dice -me preguntoacute con gran agitacioacuten

-Siacute pero no creo que haga usted el disparate de ponerse en camino para Levante -indiqueacute con objeto de que no conociera mi verdadera idea

-iquestPues queacute vendraacute

-Venir no No vendraacute en mucho tiempo mayormente si de hoy a mantildeana capitula la Corte y se establece el absolutismo Yo creo que se veraacute obligado a emigrar embarcaacutendose en cualquier puerto de la costa

-iexclEmbarcarse -exclamoacute con desaliento- No sentildeora no eso no puede ser Corro allaacute al momento [138]

Se levantoacute como si de un vuelo pudiera trasladarse a Valencia

-iquestY seraacute usted capaz de emprender un viaje tan largo iquestTendraacute usted valor -manifesteacute con fingida admiracioacuten

-Yo tengo valor para todo sentildeora -me respondioacute

Despueacutes del primer movimiento de credulidad la vi como abatida y vacilante Dudaba

-Puede usted escribirle -le dije- con la direccioacuten que yo le deacute y cuando reciba la contestacioacuten de eacutel ponerse en camino Lo malo seraacute que en ese tiempo tome la guerra otro aspecto y llegue usted tarde

-Eso seriacutea terrible Yo creo que si voy debo ir hoy mismo iquestY de eacutel se separoacute usted el 20 de Abril

Dudaba todaviacutea Al llegar a este punto la voz de la conciencia que auacuten me deteniacutea fue acallada por mis celos y no penseacute maacutes que en el eacutexito completo del plan que me habiacutea propuesto No vacileacute maacutes y penseacute en la carta que me habiacutea traiacutedo Pipaoacuten

-Me separeacute de eacutel el 20 de Abril -afirmeacute- pero despueacutes de eso hallaacutendome en Aranjuez recibiacute una carta suya

Con avidez fijoacute Solita sus ojos en miacute Por grande que fuera mi serenidad mi corazoacuten palpitaba [139] porque ni aun los criminales maacutes criminales hacen ciertas cosas sin algo de procesioacuten por dentro Confesareacute ahora la fealdad toda de mi accioacuten para que se comprenda bien la importancia de aquella escena y mi perverso papel

-Si me quisiera mostrar usted la carta de Salvador -me dijo en tono suplicante- al menos para saber con fijeza el punto en que se halla

-No la he traiacutedo -repuse con el mayor aplomo- pero volvereacute a mi casa que estaacute a dos pasos y la traereacute para que tenga usted ese consuelo y una seguridad que no pueden darle mis palabras

-iexclOh no sentildeora yo creo

-No estas cosas son delicadas Al instante traereacute a usted la carta que me escribioacute y que no estaacute fechada en Onteniente sino en otro pueblo del reino de Valencia pues como usted puede suponer el ejeacutercito se mueve casi todos los diacuteas

Diciendo esto me levanteacute Ella me daba las gracias por mi bondad en carintildeosas y vehementes palabras Brindose a ir conmigo porque yo no me molestase en volver pero esto no me conveniacutea y saliacute raacutepidamente iexclMiserable de miacute y cuaacutento me cegaba la pasioacuten y aquel detestable [140] afaacuten de hacer dantildeo a la que aborreciacutea Contareacute esto con la mayor brevedad posible porque me mortifica tan desagradable recuerdo y en verdad que si pudiera escribir estas vergonzosas liacuteneas cerrando los ojos lo hariacutea para no ver lo que traza mi propia pluma

- XVII - Corriacute a mi casa tomeacute la carta de Salvador y con ese golpe de vista del genio criminal comprendiacute que lo previsto por miacute momentos antes podiacutea realizarse faacutecilmente La data Urgel estaba escrita en letra ancha y mala La palabra podiacutea ser variada por una mano haacutebil y la miacutea fuerza es decirlo lo era aunque nunca hasta entonces se habiacutea empleado en tan infames proezas

Yo teniacutea muy presente a un primo miacuteo que habiacutea comerciado antildeos antes en un pueblo de Alicante llamado Vergel en las inmediaciones de Denia a orillas del riacuteo Bolana Esta palabra era el puntildeal del asesinato proyectado por miacute La tomeacute con la fiebre del rencor iexclQueacute admirablemente serviacutea para mi objeto iexclQueacute [141] bien dispuestas estaban sus letras para una obra sataacutenica No podiacutea pedirse maacutes no Teniacutea delante de miacute una de esas infernales coincidencias que deciden a los criminales vacilantes y a veces hasta a los justos les impulsan a escandalosos y horribles pecados

Tomeacute la pluma y con mano segura regocijaacutendome interiormente en la perfeccioacuten de mi obra convertiacute la palabra Urgel en Vergel La fecha era faacutecil de mudar tambieacuten Salvador habiacutea puesto Marzo en abreviatura Yo convertiacute el Marzo en Mayo dejando el diacutea que era el 3 lo mismo que estaba iexclOh cuando no se me cayoacute la mano entonces creo que tendreacute manos para toda mi vida

Del texto de la carta podiacutea mostrarse la primera plana donde deciacutea entre otras cosas insignificantes laquono pienso en muchos diacuteas salir de este puebloraquo

Corriacute allaacute con mi puntildeal Las traacutegicas figuras antiguas a quienes pintan alborotadas y arrogantes con un hierro en la mano no frunciriacutean el centildeo maacutes fieramente que yo al blandir mi carta homicida Subiacute a la casa Sola me esperaba en la puerta Entramos me senteacute al punto porque estaba muy cansada

-Vea usted -le dije- el pueblo donde ahora estaacute es Vergel He pasado por eacutel [142]

Solita devoraba con los ojos la carta

-Vergel -antildeadiacute mostraacutendole la carta- estaacute entre Pego y Denia sobre un riachuelo que llaman Bolana Si va usted a Onteniente le seraacute muy faacutecil llegar a Vergel

Ella seguiacutea leyendo

-Asegura que por ahora no piensa moverse de ese pueblo -dijo meditabunda- Mejor con eso tendreacute la certeza de encontrarle

-iquestPero de veras insiste usted en ir El resto de la carta no se lo ensentildeo a usted porque no puede interesarle -indiqueacute afectando la mayor naturalidad y guardando mi arma- No puedo creer que haga usted la locura de

-Ireacute ireacute -dijo con una resolucioacuten briosa que inundoacute mi alma de los freneacuteticos goces del eacutexito criminal

Despueacutes de manifestar asiacute su propoacutesito fruncioacute el centildeo y me dijo

-Cuando usted se separoacute de Salvador iquesteacutel sabiacutea que veniacutea usted a Madrid

-Lo sabiacutea

-iquestY coacutemo no le rogoacute que me viese y me tranquilizara

-Porque sabe -repuse con dignidad- que yo no sirvo para hacer las veces de correo Si he venido a esta casa ha sido por se lo direacute a usted con entera franqueza no quiero fingir [143] moacuteviles que no tuve al venir aquiacute aunque despueacutes que nos hemos tratado hayan sido distintas mis ideas

Solita atendiacutea a mis palabras como al Evangelio Yo le tomeacute una mano y ponieacutendome a punto de llorar me expreseacute asiacute

-Sentildeora Dordf Solita dije a usted al entrar que veniacutea con el simple objeto de tranquilizarla daacutendole informes de Salvador

-Asiacute fue sentildeora lo que usted me dijo

-Pues bien falteacute a la verdad quise encubrir mi verdadero objeto con una foacutermula comuacuten Pero yo no puedo fingir no puedo ocultar la verdad Mi caraacutecter peca de excesivamente franco natural y expansivo Mis pasiones y mis defectos la verdad toda de mi alma buena o mala se me sale por los ojos y por la palabra cuando maacutes quiero disimular Usted me ha inspirado simpatiacuteas usted me ha revelado una pureza de sentimientos que merece el mayor respeto Quiero ser como usted y hablarle con la noble veracidad que se debe a los verdaderos amigos iquestNo es usted hermana para eacutel pues quiero que lo sea tambieacuten para miacute

Solita al oiacuter esto se apartoacute lentamente de mi lado Noteacute en ella cierta aversioacuten contenida por el respeto

-Querida amiga -proseguiacute forzando mi [144] arte- No he venido aquiacute sino por un egoiacutesmo que usted no comprenderaacute tal vez He venido por ver su casa por conocer lo uacutenico que guarda Madrid de esa amada persona este asilo donde eacutel ha vivido donde murioacute su madre y por el cual parecen vagar auacuten sus miradas Queriacutea yo dar a mis ojos el gusto de ver estos objetos estos muebles donde tantas veces se han fijado los ojos suyos Nada maacutes ninguacuten otro objeto me trajo aquiacute He tenido ademaacutes el placer de conocerla a usted y ahora deseaacutendole que halle pronto a su hermano me retiro

Levanteme resueltamente Solita habiacutea prorrumpido en amargo llanto

-iexclOh iexclGracias gracias sentildeora -exclamoacute secando sus laacutegrimas- Le direacute que debo a usted este inmenso favor

-No no por Dios -repliqueacute vivamente- Ruego a usted que no me nombre para nada Veriacutea en miacute una debilidad que no quiero confesarle mediando como median en uno y otro los propoacutesitos de separacioacuten eterna

-Pues callareacute sentildeora callareacute iquestDe modo que usted no le veraacute maacutes

Al decir esto habiacutea tanto afaacuten en su mirada que me causoacute indignacioacuten La habriacutea abofeteado si mi papel no hubiera exigido gran prudencia y circunspeccioacuten [145]

-No sentildeora no le vereacute maacutes -le dije fijando maacutes sobre mi semblante la maacutescara que se caiacutea- Despueacutes de lo que ha pasado Pero no puedo revelarle a usted ciertas cosas Si usted le conoce bien conoceraacute su inconstancia Yo le he amado con fidelidad y nobleza Eacutel no quiero rebajarle delante de una persona que le estima Adioacutes sentildeora adioacutes iquestSe va usted al fin hoy

Esto lo dije en pie estrechando aquella mano que habriacutea deseado ver cortada

-Siacute sentildeora ireacute a buscarle puesto que eacutel no quiere venir

-iquestPero se atreve usted sola sin compantildeiacutea por esos caminos -indiqueacute deseando que me confirmase su resolucioacuten

-Dios iraacute conmigo -repuso la hipocritona con el acento de los que tienen verdadera fe- El ordinario de Valencia que sale esta noche era amigo de Dordf Fermina Con eacutel ireacute Tengo confianza en Dios y estoy segura de que no me pasaraacute nada Ahora tomada esta determinacioacuten estoy maacutes tranquila

-La felicidad le retoza a usted en el rostro -afirmeacute con cruel sarcasmo- Bien se conoce que es usted feliz Yo me congratulo de haber proporcionado a usted un cambio tan dichoso en su espiacuteritu [146]

Cuando pronuncieacute estas palabras debioacute secaacuterseme la lengua lo confieso

Poco maacutes hablamos Hiacutecele ofrecimientos corteses y saliacute de la casa Cuando bajaba la escalera sentiacute impulsos de volver a subir y llamarla y decirle laquono crea usted nada de lo que he dicho soy una embusteraraquo pero el egoiacutesmo pudo maacutes que aquel pasajero y deacutebil sentimiento de rectitud y seguiacute bajando Del mismo modo iba bajando mi alma escaloacuten tras escaloacuten a los abismos de la iniquidad Razoneacute como los perversos dicieacutendome que la viacutectima de mi intriga era una mujer hipoacutecrita y que las maquinaciones de mal geacutenero tan dignas de censura cuando recaen en personas inocentes son maacutes tolerables si recaen en quien las merece y es capaz de urdirlas peores Pero estos sofismas no acallaban mi remordimiento que empezoacute a crecer desde que saliacute de la casa y ha llegado despueacutes por su mucha grandeza y pesadumbre a mortificarme en gran manera

- XVIII - Verdaderamente mi accioacuten no pudo ser maacutes indigna iexclPrecipitar a una desamparada e [147] infeliz mujer a resolucioacuten tan loca obligarla por medio de vil engantildeo a emprender un viaje largo dispendioso arriesgado y sobre todo inuacutetil Al mirar esto desde tan distante fecha me espanto de mi accioacuten de mi lengua y de la horrible travesura y astucia de mi entendimiento

En aquellos diacuteas la pasioacuten que me dominaba y maacutes que la pasioacuten el envidioso afaacuten que me produciacutea la simple sospecha de que alguien me robase lo que yo juzgaba exclusivamente miacuteo no me permitieron ver claramente mi conciencia ni la infamia de la denigrante accioacuten que habiacutea cometido pero cuando todo se fue enfriando y oscureciendo he podido mirarme tal cual era en aquel diacutea y declaro aquiacute que seguacuten me veo no hay fealdad de demonio del infierno que a la miacutea se parezca

iexclY sigue uno viviendo despueacutes de hacer tales cosas iexclY parece que no ha pasado nada y vuelve la felicidad y aun se da el caso de olvidar completamente la perversa y villana accioacuten Yo no vacilo en escribirla aquiacute porque me he propuesto que este papel sea mi confesonario y una vez puesta la mano sobre eacutel no he de ocultar ni lo bueno ni lo malo La seguridad de que esto no lo ha de ver nadie hasta [148] que yo no me encuentre tan lejos de las censuras de este mundo como lo estaacuten los astros de las agitaciones de la tierra da valor a mi espiacuteritu para escribir tales cosas Yo digo laquoque todo el mundo escriba con absoluta verdad su vida entera y entonces iexclcuaacutento disminuiraacute el nuacutemero de los que pasan por buenos Las cuatro quintas partes de las grandes reputaciones morales no significan otra cosa que falta de datos para conocer a los individuos que se pavonean con ellas fatuamente como los coacutemicos cuando se visten de reyesraquo

Aquella tarde torneacute a pasar por alliacute y entableacute conversacioacuten con Sarmiento pero me fue imposible averiguar por eacutel si Solita insistiacutea en partir

Yo teniacutea gran desasosiego hasta no saberlo de cierto y para salir de mi incertidumbre quise averiguarlo por miacute misma Soy asiacute lo que puedo hacer no lo confiacuteo a los demaacutes Me fatigan las dilaciones y la torpeza de los que sirven por dinero y carezco de paciencia para aguardar a que me vengan a decir lo que yo puedo ver por mis propios ojos Al llegar la noche y la hora en que soliacutean partir los coches sillas de postas y galeras mi criada y yo nos vestimos manolescamente con pantildeoloacuten y basquintildea [149] y nos encaminamos al parador del Fuacutecar de donde seguacuten mis noticias saliacutea el ordinario de Valencia

No tuve que esperar mucho para satisfacer mi curiosidad Alliacute estaba Solita partiacutea irremisiblemente Ya no me quedaba duda La vi dentro del coche que saliacutea y no pude sofocar en miacute un sentimiento de profundiacutesima laacutestima forma indirecta que tomaba

entonces mi conciencia para presentarme ante los ojos la imagen de mi crimen Pero el coche partioacute ella se fue con su engantildeo y yo me quedeacute con mi laacutestima

No se habiacutea extinguido el rumor de las ruedas del carro de Valencia cuando sonoacute maacutes vivo estreacutepito de ruedas y caballeriacuteas Un gran coche de colleras entroacute en el parador Mi criada y yo nos detuvimos por curiosidad

-Es el coche de Alcalaacute -dijeron a nuestro lado- Esta noche viene lleno de gente

Por una de las portezuelas vi la cara de un hombre El corazoacuten pareciacutea haceacuterseme pedazos Me volviacute loca de alegriacutea No pude contenerme Era eacutel Mis exclamaciones carintildeosas le obligaron a bajar del coche y entonces me arrojeacute llorando [150] en sus brazos

- XIX - Al diacutea siguiente le aguardaba en mi casa y no fue hasta muy tarde cuando ya anocheciacutea Estaba muy fatigado triste y abatido Lo primero de que me habloacute fue del vaciacuteo que habiacutea dejado en su casa la muerte de su madre de la partida de su hermana a quien creiacutea encontrar en Madrid y del breviacutesimo espacio que un perverso destino habiacutea puesto entre la marcha de ella y la llegada de eacutel

-Castigo de Dios es esto -dijo- por mi descuido en escribirle y mi desnaturalizado proceder

Despueacutes pasoacute de la tristeza a la furia Yo procuraba arrancarle tan luacutegubres ideas recordaacutendole nuestro placentero viaje del verano anterior y la cataacutestrofe de su cautiverio haciacuteale mil preguntas sobre sus padecimientos emancipacioacuten campantildea de Cataluntildea y toma de la Seo pero soacutelo me contestaba con monosiacutelabos y secamente Escaso intereacutes mostraba por las cosas pasadas y aun yo misma que era un presente digno a mi parecer de alguna estima apenas podiacutea obtener de eacutel atencioacuten insegura [151] y casi forzada Su pensamiento estaba fijo en la fugitiva hermana y mis sutiles zalameriacuteas no podiacutean apartarle de alliacute No cesaba de discurrir sobre los moacuteviles de aquel viaje y yo sintiendo revivir y agitarse en miacute lo que siempre tuve de serpiente estuve a punto de indicarle que Soledad habriacutea partido arrastrada por alguacuten hombre pero en el momento en que desplegaba los labios para sugerir esta idea me contuve Aquella vez habiacutea vencido mi conciencia y hallaacutendome con fuerzas para las mayores crueldades no las tuve para la calumnia

Al fin creiacute prudente no decirle una palabra sobre aquella cuestioacuten

-Bastaba que yo viniese con deseo de verla -dijo hiriendo violentamente el suelo con el pie- para que ella huyese de miacute Asiacute son todas mis cosas Lo bueno existe mientras yo lo deseo Pero lo toco y adioacutes

Estas amargas palabras eran un desaire para miacute y por lo visto yo no estaba comprendida en el nuacutemero de las cosas buenas pero sofoqueacute mi resentimiento y seguiacute escuchaacutendole

-Desde que el deseo de venganza y mi odio al absolutismo -antildeadioacute- me inclinaron a tomar las armas tuve el presentimiento de que la campantildea se echariacutea a perder y asiacute ha sido Ya tienes a la plaza de Figueras en poder de [152] los franceses a Mina vagabundo sin saber queacute partido tomar y todo el ejeacutercito desconcertado y sin esperanza de vencer iexclGran milagro habriacutea sido que donde yo estoy hubiese victorias Desastres y nada maacutes que desastres La sombra que yo echo sobre la tierra destruye

-iexclQueacute necio eres iquestCrees acaso en las estrellas fatales y en el sino

-No debiera creer pero todo me manda que crea Ya ves Me enviacutea Mina a Madrid con una comisioacuten en que funda grandes esperanzas y desde que llego aquiacute pierdo las pocas esperanzas que traiacutea porque no hallo sino desanimacioacuten y flojedad Al mismo tiempo la ilusioacuten maacutes querida de este viaje se ha desvanecido como el humo Yo teniacutea una hermana maacutes que hermana amiga con una amistad pura y entrantildeable que nadie puede comprender sino ella y yo una amistad que tiene todo lo santo de la fraternidad y todo lo bueno del amor sin las tenebrosas ansias de este En mi hermana veiacutea yo todo lo que me queda de familia lo uacutenico que me resta de hogar en ella veiacutea a mi madre y una representacioacuten de todos los goces de mi casa la paz del alma dichas muy grandes sin mezcla de martirio alguno Pues bien llego y mi casa estaacute desierta Jamaacutes penseacute en perderla Ella el uacutenico ser de [153] quien estaba seguro vuela tambieacuten lejos de miacute y se va iexclAy Jenara iexclNo puedo decirte cuaacuten sola estaba mi casa Figuacuterate todo el universo vaciacuteo y sin vida Ni mi madre ni Soledad iexclQueacute sepulcro Dios miacuteo Asiacute se va quedando mi corazoacuten lo mismo que una gran fosa todo lleno de muertos Tuacute no puedes entender esto Jenara En ti todo vive Tu caraacutecter hace resucitar las cosas y eres un ser privilegiado para quien el mundo se dispone siempre del modo maacutes favorable pero yo

-Cuacutelpate a ti mismo -le dije- y no hables del destino Te quejas de que tu hermana te haya abandonado y no recuerdas que has estado mucho tiempo sin escribirle sin darle noticias de ti sin decirle ni siquiera laquoestoy vivoraquo

-Es verdad pero se amparoacute de miacute el estuacutepido delirio de la guerra Me sedujo la idea gloriosa que representaba nuestro ejeacutercito al perseguir a los realistas Soacutelo veiacutea lo que estaba delante de mis ojos y dentro de miacute el enemigo y los torbellinos de mi cerebro un ideal de gloriosas victorias que dieran a mi paiacutes lo que no tiene Ya sabes que yo me equivoco siempre Lo extrantildeo es que conociendo mi torpeza me empentildee en andar hacia adelante como los demaacutes hombres en vez de estarme quieto [154] como las estatuas Ahora todo lo veo destrozado caiacutedo y hecho pedazos por mis propias manos como el que entrando en un cuarto oscuro y lleno de preciosidades y a ciegas tropieza y lo rompe todo En Cataluntildea desengantildeos en Madrid maacutes desengantildeos todaviacutea un gran vaciacuteo del entendimiento y otro maacutes grande del corazoacuten Parece que la realidad de mis ideas es un ave que se asusta de mis pasos y levanta el vuelo cuando me acerco a ella iexclMaldita persona la miacutea

Debiacutea enojarme de tales palabras porque seguacuten ellas yo no era nada Pero no me mostreacute ofendida y solamente dije

-Si al llegar encuentras todo solo y vaciacuteo no es porque las cosas vuelen antes de tiempo sino porque tuacute llegas siempre tarde

-Tambieacuten es verdad Llego siempre tarde Ya ves lo que me ha pasado ahora -dijo con el mayor desaliento- Se le antoja al general Mina enviarme aquiacute cuando todo estaacute perdido Pero eacutel no contaba con la rapidez de este desmoronamiento no contaba con la retirada de Ballesteros sin combatir ni con la defeccioacuten de La Bisbal Mina tiene la desgracia de creer que todos son valientes y leales como eacutel

-iquestLa defeccioacuten de La Bisbal De modo que ya No creiacute que fuera tan pronto El conde [155] acostumbra preparar con cierto arte sus arrepentimientos

-No se dice puacuteblicamente pero es seguro que ya estaacute en tratos con los franceses para capitular Me lo ha dicho Campos que olfatea los sucesos De mantildeana a pasado el aborrecido estandarte negro ondearaacute en Madrid iquestA queacute he venido yo No parece sino que ha venido a izarlo yo mismo

-Pues no hagas caso de los masones ni de la guerra ni de la Constitucioacuten -le dije- iquestPara queacute te empentildeas en cosas imposibles iquestPor queacute desprecias lo que tienes y buscas fantasmas vanos

Eacutel me miroacute comprendiendo mi intencioacuten Su mirada no indicaba desafecto pero me era imposible vencer su tristeza Acompantildeome a cenar y mis alardes de humor festivo mi chaacutechara y las delicadas atenciones que con eacutel tuve no lograron disipar las nubes sombriacuteas que ennegreciacutean su alma Tambieacuten la miacutea se encapotaba lentamente cayendo en hondas tristezas porque acostumbrada a verse sentildeora de los sentimientos de aquel hombre padeciacutea mucho al considerar perdido su amoroso dominio y esa tiraniacutea dulciacutesima que al mismo tiempo embelesa al amo y al esclavo

Pero auacuten conservaba yo gran parte de mi [156] prestigio Venciacute aunque sin poder conseguir la tranquilidad que acompantildea a los triunfos completos porque descubriacute en su complacencia algo de violento y forzado Pareciacutea que al corresponder a mi leal carintildeo lo haciacutea maacutes bien por delicadeza y por deber que por verdadera inclinacioacuten Esto me atormentoacute toda la noche quitaacutendome el suentildeo Cuando pude dormir la imagen de la pobre hueacuterfana que recorriacutea media Espantildea buscando a su hermano a su amante o lo que fuera se me presentoacute para atormentarme maacutes iexclAy iexclqueacute terrible es una gran falta sin eacutexito

La visioacuten de la mujer errante no se quitaba de mi imaginacioacuten Pero yo entonces creyeacutendome menos amada de lo que mi freneacutetica ambicioacuten de amor exigiacutea pensando que me habiacutean vencido ajenos recuerdos y vaguedades sentimentales referentes a otra persona me gozaba con fiera crueldad en la desolacioacuten de la hermana viajera

-iexclBien -le deciacutea- corre tras eacutel corre hoy y mantildeana y siempre para no encontrarle al fin Muy bien hipocritona iexcliexclme alegro me alegro [157]

- XX -

Al diacutea siguiente muy temprano entroacute Campos en casa Ya he dicho que este masoacuten era amigo muy constante de la familia con quien yo viviacutea un matrimonio alaveacutes de edad madura y sin hijos extrantildeo por lo general a las pasiones poliacuteticas aunque la sentildeora como buena vascongada se inclinaba al absolutismo Campos entroacute gritando

-iexclYa nos la ha pegado ese tunante

Al punto comprendiacute lo que queriacutea expresar

-La Bisbal ha capitulado iquestno es eso -le dije- iexclQueacute noticia Ya lo suponiacuteamos

-Pero al menos sentildeora al menos -manifestoacute Campos con afaacuten- Las formas es preciso guardar ciertas formas Todos estamos dispuestos a capitular porque no es posible vivir en lucha con la general corriente ni con la Europa entera pero pero

-iquestY queacute ha hecho La Bisbal

-Dar un manifiesto

-Ya lo suponiacutea es el hombre de los manifiestos

-Un manifiesto en que dice que siacute y que no [158] y que tira y afloja y que blanco y que negro En fin un manifiesto de La Bisbal Despueacutes ha entregado el mando al marqueacutes de Castelldosrius y ha desaparecido El ejeacutercito estaacute desmoralizado La mayor parte de los soldados se van a donde les da la gana y aquiacute nos tiene usted como el 3 de Diciembre de 1808 en poder de los franceses iquestVamos a ver queacute hace ahora un hombre honrado como yo iquestQueacute hacen ahora los hombres que no se han metido en nada que desde su campo defendieron siempre el orden y las conveniencias

Yo haciacutea esfuerzos para contener la risa La zozobra del masoacuten en momentos de tanto apuro y su afaacuten por presentarse como hombre de orden ofreciacutean un cuadro tan gracioso como instructivo

-iquestDe modo que ya se acaboacute la Constitucioacuten -dijo la sentildeora de Saracha elevando majestuosamente las manos al cielo como en accioacuten de gracias- Pues ahora habraacute perdoacuten general Se reconciliaraacuten todos los espantildeoles daacutendose fraternales abrazos y amparaacutendose bajo el manto amoroso del Rey

Yo me echeacute a reiacuter

-No es mal perdoacuten el que nos aguarda -dijo Campos con detestable humor- iexclBonito manto nos ampararaacute Ya se ha alborotado la [159] gentuza de los barrios bajos y las caras siniestras las manos negras y rapaces los trabucos y las navajas van apareciendo Nada nada Tendremos escenas de luto y de ignominia otro 10 de Mayo de 1814

-iquestSeraacute posible Pues me parece que efectivamente hay algo de alboroto en la calle -dijo mi amiga asomaacutendose al balcoacuten

Viviacuteamos en la calle de Toledo que es la arteria por donde la emponzontildeada sangre sube al cerebro de la villa de Madrid en los diacuteas de fiebre Cruzaban la calle gentes del

pueblo en actitud poco tranquilizadora Al poco rato oiacutemos gritar laquoiexclviva la religioacutenraquo laquoiexclvivan la caenasraquo Fue aquella la primera vez de mi vida que oiacute tal grito y confieso que me horrorizoacute

Campos no quiso asomarse porque le enfureciacutean los desahogos de la plebe (mayormente cuando chillaba en contra de los liberales) y seguiacutea diciendo

-Veremos coacutemo tratan ahora a los hombres honrados que han defendido el orden que han procurado siempre contener al democratismo y a la demagogia

No pude vencer mi natural inclinacioacuten a las burlas y le dije

-Sr Campos no doy cuatro cuartos por su pellejo de usted [160]

-Ni yo tampoco -me respondioacute riendo

Eacutel en medio de su descontento esperaba filosoacuteficamente el fin seguro de sobrenadar tarde o temprano en el pieacutelago absolutista Era ademaacutes hombre de tanto valor como osadiacutea

La gente de los barrios bajos siguioacute alborotando todo el diacutea Moviose la tropa para mantener el orden y el general Zayas que mandaba en Madrid y habiacutea firmado la capitulacioacuten aquella misma mantildeana con los franceses pareciacutea dispuesto a ametrallar sin compasioacuten a la canalla En gran zozobra viviacuteamos todos los vecinos de la Villa porque se hablaba de saqueo y de la aproximacioacuten de las partidas de Bessiegraveres el infante aventurero que defendiendo el despotismo queriacutea lograr lo que no pudo conseguir combatiendo por la Repuacuteblica

Pero la principal causa de mi inquietud era no ver a mi lado a la persona que maacutes me interesaba en aquellos diacuteas Le espereacute toda la mantildeana y toda la tarde y como a ninguna hora pareciacutea y habiacutea hecho promesa de visitarme creiacute que le pasaba algo desagradable Por la noche no pude refrenar mi ardorosa impaciencia y voleacute a su casa Tampoco estaba en ella y el anciano portero y maestro de escuela armado de fusil en medio de la porteriacutea furioso y exaltado [161] cual si acabara de escaparse de un manicomio me inspiroacute tanto miedo que no quise esperar alliacute

Paseacute la noche en un estado de angustia horrible Corriacutean rumores de que al diacutea siguiente habriacutea saqueo prisiones muertes y escandalosas escenas Se deciacutea que los liberales maacutes sentildealados eran perseguidos por las calles como perros rabiosos y apedreadas sus casas Yo no podiacutea vivir Al amanecer del otro diacutea que era el 20 de Mayo busqueacute a Salvador en diversos puntos y tampoco le pude encontrar Antes de volver a casa vi movimiento de tropas en la Puerta del Sol y me dijeron que Bessiegraveres habiacutea aparecido con sus cuadrillas que yo llamaba de asesinos de la Fe por detraacutes del Retiro amenazando entrar en Madrid La plebe de los barrios bajos se le habiacutea reunido y como hambrientos perros aullaban mirando a la Corte con ansias de devorarla Todo Madrid estaba aterrado y yo maacutes que nadie no por el temor del saqueo sino por la sospecha de que la persona maacutes cara a mi corazoacuten hubiera sido viacutectima del furor de la plebe

Espereacute tambieacuten todo aquel diacutea Campos entroacute a darnos noticias de lo que pasaba Oiacuteamos cantildeonazos lejanos y a cada instante [162] creiacuteamos ver llegar y difundirse por las calles a la desenfrenada turba salvaje ebria de sangre y de pillaje Pero Dios no quiso que en aquel diacutea triunfaran los malvados El general Zayas destrozoacute a los asesinos de la Fe acuchillando a los chisperos y mujerzuelas que graznaban entre ellos La plebe aterrada volvioacute a sus oscuras guaridas y mucha gente mala huyoacute a los campos aguardando a poder entrar con los franceses Desde que supimos el gran peligro a que habiacuteamos estado expuestos los habitantes de Madrid todos deseaacutebamos que llegasen de una vez los cien mil hijos de San Luis para que estableciendo un Gobierno regular contuvieran a la canalla azuzada por los realistas furibundos

Al fin saliacute de la angustia que me atormentaba En la mantildeana del diacutea 21 el proacutefugo por quien yo habiacutea derramado tantas laacutegrimas se presentoacute delante de miacute en estado bastante lastimoso desencajado y lleno de contusiones con los ojos encendidos seca la boca cubierta de sudor la hermosa frente rotos y llenos de polvo los vestidos

Al punto comprendiacute que habiacutea sido maltratado por las feroces bestias populares No le dije nada y me apresureacute a cuidarle proporcionaacutendole alimento y reposo Eacutel me miraba [163] con extraviados ojos Apretando los puntildeos exclamoacute

-iquestHas visto a la canalla

Necesitaba sosiego y por todos los medios procureacute tranquilizarle

-No pienses maacutes en eso -le dije- y regociacutejate ahora en la paz de mi compantildeiacutea y en esta dulce soledad en que estamos

-iexclNo puedo no puedo -exclamoacute con gran agitacioacuten

Y despueacutes repetiacutea

-iquestHas visto a la canalla iexclPero queacute canalla es la canalla

Maacutes tarde me contoacute que se habiacutea visto en gran peligro porque al salir de un sitio en que estaban reunidas varias personas contrarias al despotismo fue acometido pudiendo salvar a duras penas la vida gracias a su energiacutea y al coraje con que se defendioacute

Su estado febril inspirome bastante ansiedad aquella noche que pasoacute en mi casa pero a la mantildeana siguiente su prodigiosa naturaleza habiacutea triunfado de la ebullicioacuten de la sangre irritada

-No puedo ir a mi casa -me dijo- y aun seraacute peligroso que salga a la calle pero yo necesito disponer mi viaje

-iquestVuelves al Norte [164]

-No tengo que ir a Sevilla donde estaacute lo que queda de Gobierno liberal No tengo ya ni un resto siquiera de esperanza pero es preciso que cumpla fielmente la comisioacuten del general Mina y vaya hasta las uacuteltimas extremidades para que me quede al menos el

consuelo de haberlo intentado todo y para que se pueda decir esta verdad terrible laquoNo hubo un solo liberal en Espantildea que supiera cumplir con su deberraquo

-Pues si vas a Andaluciacutea ireacute contigo -dije con mucho gozo regocijaacutendome ya con la idea de acompantildearle y huir de Madrid pueblo que tanto alarmaba a mi conciencia

-El viaje no seraacute faacutecil -respondioacute sin demostrar grande entusiasmo por mi compantildeiacutea- mayormente para una sentildeora

-Para miacute todo es faacutecil

-No se encontraraacuten carruajes

-Como ruede el dinero rodaraacuten los coches

-La policiacutea vigilaraacute la salida de los liberales

-No importa

Sin peacuterdida de tiempo empeceacute mis diligencias para nuestro viaje Las dificultades eran grandes Ninguacuten propietario de coches queriacutea arriesgar su material y sus caballeriacuteas porque los facciosos se apoderaban de ellas No me acobardeacute sin embargo y seguiacute mis pesquisas [165] Campos tambieacuten deseaba proporcionar a mi amigo faacutecil escapatoria

La entrada de los franceses que se verificoacute el diacutea 23 me dio alguna esperanza mas por desgracia entre las fuerzas de vanguardia no veniacutea el conde de Montguyon Vi en cambio muchos guerrilleros del Norte de fiero aspecto y tembleacute de pavor deseando entonces maacutes vivamente huir de la Corte

iexclY queacute desorden en los primeros momentos de aquel diacutea Por mucha prisa que se dieron los franceses a establecerse no lograron impedir mil excesos

Hombres cuyo furor habiacutea sido pagado corriacutean por las calles celebrando entre borracheras el horrible carnaval del despotismo Rompiacutean a pedradas los cristales trazaban cruces en las puertas de las casas donde viviacutean liberales como sentildeal de futuras matanzas escarneciacutean a todo el que no era conocido por su exaltacioacuten absolutista gritaban como locos maldiciendo la libertad y la Nacioacuten No escapaban de sus groseriacuteas las personas indiferentes a la poliacutetica porque era preciso haber sido perro de presa del absolutismo para obtener perdoacuten Algunos frailes de los que maacutes habiacutean escandalizado en el puacutelpito con sus sermones sanguinarios eran llevados en triunfo [166]

Yo saliacutea de misa de San Isidro y me vi insultada y seguida por una turba de mujerzuelas feroces soacutelo porque llevaba un lazo verde El color verde era ya el color de la ignominia como emblema del liberalismo que tantas veces habiacutea escrito sobre eacutel Constitucioacuten o muerte Vi maltratar a un joven de buen porte soacutelo porque usaba bigote y desde aquel diacutea el tal adorno de las varoniles caras fue sentildeal de franc-masonismo y de extranjeriacutea filosoacutefica

Quien vio una vez tales escenas no puede olvidarlas Mis ideas habiacutean cambiado mucho desde mi viaje a Francia Conservando el mismo respeto al Trono y al Gobierno fuerte habiacutea perdido el entusiasmo realista Pero en aquel diacutea tristiacutesimo se desvanecieron en mi cabeza no pocos fantasmas y aunque seguiacute creyendo que uno solo gobierna mejor que doscientos el absolutismo popular me inspiroacute aversioacuten y repugnancia indecibles

No habiacutea concluido de referir en mi casa el gran peligro que habiacutea corrido por llevar un lazo verde cuando entroacute Campos Traiacutea semblante muy alegre

-Ya estaacute resuelta la cuestioacuten de tu viaje -dijo a Salvador- Esta noche puedes marchar si quieres [167]

-iquestCoacutemo -preguntamos eacutel y yo

-De un modo tan sencillo como seguro El marqueacutes de Falfaacuten de los Godos (9) habiacutea pensado marchar a Andaluciacutea Como la pobre Andrea estaacute tan delicada En fin se han decidido a salir esta noche Tienen silla de postas propia Al punto me he acordado de ti Falfaacuten de los Godos tiene gusto en llevarte y se alegra mucho de tu compantildeiacutea

-Eso no puede ser -dije vivamente saliendo al encuentro de aquella proposicioacuten con verdadera furia que trataba de disimular

-iquestPor queacute no ha de poder ser sentildeora miacutea -dijo Campos- En la silla de postas iraacuten coacutemoda y seguramente el Marqueacutes mi sobrina con su hijo la doncella y dos criados que seremos nosotros Salvador y yo Perfectiacutesimamente

El taimado masoacuten se restregaba las manos en sentildeal de regocijo

-Me parece una excelente idea -dijo Monsalud miraacutendome- iquestNo crees tuacute lo mismo

Yo no contesteacute nada Estaba furiosa Eacutel debioacute comprender (10) en mis ojos la tempestad que se habiacutea desatado en mi corazoacuten mas no por conocerlo se apresuroacute a conjurarla Antes [168] bien ocupose de disponer su viaje con una calma con una indiferencia hacia miacute que me irritaron maacutes Mi dignidad me impediacutea pedir un puesto en aquel coche que se iba a llevar la mitad de mi alma La misma dignidad me impediacutea recordarle nuestro dulce propoacutesito de ir juntos Encerreme breve rato en mi cuarto para que nadie conociese la alteracioacuten nerviosa que me sacudiacutea y con los dientes hice pedazos un pantildeuelo inocente Mis ojos secos e inflamados no podiacutean dar salida a la angustia de mi corazoacuten derramando una sola laacutegrima

Cuando me presenteacute de nuevo mi apariencia no podiacutea ser maacutes tranquila Afectaba naturalidad y hasta alegriacutea tanta era la fuerza de mi disimulo cuando yo llamaba todas las fuerzas de la voluntad para forjar la maacutescara de hierro bajo la cual escondiacutea mi verdadero semblante lleno de luto y consternacioacuten iexclQueacute padecimiento tan grande iquestCoacutemo no si Salvador mismo me habiacutea contado toda la historia de sus relaciones con Andrea Campos despueacutes marquesa de Falfaacuten de los Godos Yo la habiacutea tratado bastante despueacutes de ser marquesa La admirable hermosura de la americanilla representaacutendose en mi imaginacioacuten me la quemaba como un hierro abrasado

Tuve valor para verles partir Vi a la sobrina [169] de Campos subir al coche hacieacutendose la interesante con su languidez de dama enfermita vi al viejo Marqueacutes engomado y lustroso como un muntildeeco que acaba de salir del taller de juguetes vi a Salvador tomando en brazos y besando con el mayor gusto al nintildeo de la Marquesa no quise ver maacutes iexclEl coche partioacute iexclSe fueron

- XXI - Se fueron y yo me quedeacute Las laacutegrimas que antes no habiacutean querido salir de mis ojos brotaron a raudales abrasaacutendome las mejillas No podiacutea dejar de pensar en la hipocritona que corriacutea por los campos desiertos lanzada por miacute al interminable viaje de la desesperacioacuten pero lejos de tenerle laacutestima aquel recuerdo avivaba mi hondo furor hacieacutendome exclamar -iexclMe alegro mil veces me alegro

iexclCuaacuten grande habiacutea sido mi castigo Para que este fuera maacutes evidente fui condenada por Dios al mismo suplicio de viajar buscando a una persona amada al martirio indescriptible de correr un diacutea y otro diacutea como el que huye de su sombra siempre impaciente [170] siempre anhelante precipitada siempre de la esperanza al desengantildeo y del desengantildeo a una nueva esperanza Porque siacute yo emprendiacute tambieacuten el viaje a Andaluciacutea tres diacuteas despueacutes Estaba en la alternativa de morir de despecho o correr tambieacuten Hubo en miacute desde aquel diacutea algo de la maldicioacuten espantosa que pesaba sobre el judiacuteo errante y me sentiacute como arrastrada por la fuerza de un huracaacuten

iexclAy el huracaacuten estaba dentro de miacute misma en mi despecho en mis celos en un loco afaacuten de no hallarme lejos de dos personas cuya imagen ni un solo instante se apartaba de mi pensamiento Si mis lectores me han conocido ya por lo que va contado de mi borrascosa vida comprenderaacuten que yo no podiacutea quedarme en Madrid Mi caraacutecter me lanzaba fuera como la poacutelvora lanza la bala

Partiacute Pero antes debo decir coacutemo pude conseguir los medios para ello Mi primer paso fue recurrir a Eguiacutea mas desde la entrada de los franceses le habiacutean arrinconado como trasto viejo y una Regencia fresca y lozana funcionaba en su lugar Nombrola Angulema de acuerdo con el Consejo de Estado y la componiacutean los duques del Infantado y de Montemart el baroacuten de Eroles el obispo de Osma y don Antonio Goacutemez Calderoacuten Secretario de ella [171] era el venenoso Calomarde (11) al cual me dirigiacute solicitando un pase y licencia para el uso de coche-posta Recibiome tan friacuteamente y con tanta soberbia e hinchazoacuten que no pude menos de recordar al Don Soplado del poeta sainetero D Ramoacuten de la Cruz

Le desprecieacute como mereciacutea y recurriacute a don Viacutector Saacuteez nombrado Ministro de Estado pero este me recordoacute a la rana cuando quiso parecerse al buey Tuvo el mal gusto de echarme en cara mi supuesta conversioacuten al constitucionalismo y a la Carta francesa diciendo mil necedades presuntuosas y aun amenazaacutendome Su fatuidad semejante a la del pavo cuando se sopla y arrastra las alas para meter ruido me hizo reiacuter en sus propias barbas El uacutenico que se me mostroacute algo propicio fue Erro hombre honrado y modesto Pero nada positivo saqueacute de la flamante situacioacuten que daba pruebas

de su agudeza poliacutetica volviendo las cosas al propio ser y estado que teniacutean en 7 de Marzo de 1810 restableciendo los antiguos Consejos y la Sala de Alcaldes de Casa y Corte Era esto volver a los tontillos al guarda-infante y al pelo empolvado

Por mi ventura llegoacute a Madrid el conde de [172] Montguyon Le vi hiacutezome la centeacutesima declaracioacuten de amor y luego con semblante dolorido me dijo

-Soy muy desgraciado sentildeora en no poder estar cerca de vos Tengo que partir con el general Bourdesoulle para esa poeacutetica regioacuten que llaman la Mancha idealizada por las aventuras del gran caballero

Entonces le manifesteacute que si me proporcionaba los medios de hacer el viaje poniendo yo por mi cuenta todos los gastos le seguiriacutea a aquel encantado paiacutes que hizo ceacutelebre el gran caballero Al oiacuter esto se volvioacute todo obsequios y tres diacuteas despueacutes teniacutea yo a mi disposicioacuten una silla de postas con caballos del cuartel general de Bourdesoulle y un pase que me aseguraba el respeto de las turbas por todo el traacutensito que iba a recorrer

Saliacute al fin de Madrid acompantildeada de mi doncella Saliacute como el agua de una esclusa cuando se le abren las compuertas que la sujetan Yo no veiacutea bastante llanura por donde correr en ninguacuten momento me pareciacutea que andaba bastante mi coche enfadaacutebame el cansancio de las mulas la pesadez de los mesoneros y la flema del mayoral que se poniacutea siempre de parte de las caballeriacuteas en mi febril contienda con el tiempo y la distancia [173]

En los pueblos por donde raacutepidamente pasaba vi escenas que me causaron tanta indignacioacuten como verguumlenza En Ocantildea habiacutean quitado las imaacutegenes que adornaban el aacutengulo de algunas calles poniendo en su lugar el retrato de Fernando entre cirios y ramos de flores y debajo la piadosa inscripcioacuten laquoiexclVivan las caenasraquo En Tembleque presencieacute el acto solemne de arrojar al piloacuten donde bebiacutean las mulas a dos o tres liberales y otros tantos milicianos En Madridejos tuve miedo porque una turba que invadiacutea el camino cantando coplas tan disparatadas como obscenas quiso detenerme fundada en que el mayoral habiacutea tocado con su laacutetigo el estandarte realista que llevaba un fraile Necesiteacute mostrar mucha serenidad y aun derramar alguacuten dinero para que no me causasen dantildeo pero no pude seguir hasta que no llegaron a aquel ilustrado pueblo las avanzadas de la caballeriacutea francesa

En Puerto Laacutepice se rompioacute una ballesta de mi coche ocasionaacutendome una detencioacuten de dos diacuteas Las horas eran siglos para miacute Me quemaba la tierra bajo los pies Yo hubiera deseado poseer la autoridad de una reina asiaacutetica para vencer tantas dificultades atando a los hombres al pescante de mi coche La desproporcioacuten [174] enorme entre mi impetuoso anhelo y los medios materiales de que disponiacutea me llevaron a un lamentable estado nervioso que de ninguacuten modo podiacutea calmar Uacutenicamente logreacute un poco de alivio a aquel penoso hervor de mi caraacutecter empleando un medio bastante pueril pero que no pareceraacute muy absurdo a las mujeres que se me asemejan Consistiacutea en tomar el laacutetigo del mayoral y ponerme a descargar furiosos latigazos sobre los robles del camino en Sierra Morena y sobre los olivos de Andaluciacutea

En Sierra Morena halleacute nuevos obstaacuteculos Alliacute habiacutea una especie de ejeacutercito espantildeol mandado por una especie de general que teniacutea el encargo de hacer una especie

de resistencia a las tropas de Bourdesoulle Dios habiacutea decidido que no hubiese otro Baileacuten en la historia y los inocentes que creiacutean en un nuevo 19 de Julio de 1808 se llevaron gran chasco iexclParece mentira Quince antildeos despueacutes los papeles de aquel drama habiacutean cambiado Los personajes eran los mismos Creeriacutease que habiacutean resucitado los muertos de la gloriosa eacutepoca pero que al vestirse se habiacutean equivocado de uniforme

En pocas horas fue desbaratado Plasencia (que asiacute se llamaba el general que defendiacutea [175] la puerta de Andaluciacutea) y los franceses pisaron el glorioso campo de las Navas de Tolosa de Menjiacutebar y de Baileacuten Menos afortunada yo fui otra vez detenida y ahora el conde de Montguyon a quien Bourdesoulle mandoacute situarse en Guarromaacuten mostroacute muy poco intereacutes porque yo siguiera adelante Con todo tales artes useacute para sacar partido de su caballeriacutea andante que me libreacute de eacutel muy lindamente Por fin el 6 de Junio entreacute en Coacuterdoba donde no me detuve maacutes que lo preciso

El 9 por la tarde vi a lo lejos una inmensa mole rojiza que iluminaban los rayos del moribundo sol Ante miacute se extendiacutean hermosas llanadas de trigo como un campo de oro cuya reverberacioacuten amarilla ofendiacutea a los ojos Yo no habiacutea visto un cielo maacutes alegre ni un ambiente maacutes respirable y que maacutes embelesase los sentidos ni un crepuacutesculo maacutes delicioso La enorme torre que se destacaba a lo lejos sobre apretado caseriacuteo y entre otras mil torres pequentildeas iba creciendo a medida que yo me acercaba y pareciacutea venir a mi encuentro con gigantesco paso La torre era la Giralda y la ciudad Sevilla [176]

- XXII - iexclSevilla iexclDe queacute manera tan grata heriacutea mi imaginacioacuten este nombre iexclQueacute idealismo tan placentero despertaba en miacute No creo que nadie haya entrado en aquel pueblo con indiferencia y desde luego aseguro que el que entre en Sevilla como si entrara en Pinto es un bruto iexclEl Burlador D Pedro el Cruel Murillo Bastan estas tres figuras para poblar el inmenso recinto que es en todas sus partes teatro de la novela y el drama lienzo y marco de la pintura iexclY hasta las pinturas sagradas son alliacute voluptuosas Para que nada le falte hasta tiene a Manolito Gaacutezquez cuyas hipeacuterboles graciosas han dado la vuelta a Espantildea y parece que forman la base de la riqueza anecdoacutetica nacional

En Sevilla la noche y el diacutea se disputan a cuaacutel es maacutes bello pero cuando llega el rigor del verano vence irremisiblemente la noche asumiendo todos los encantos de la naturaleza y de la poesiacutea Para ella son los delicados aromas de jazmines y rosas para ella el picante [177] rumor de las conversaciones amorosas para ella la dulce tibieza de un ambiente que recrea y enamora las quejumbrosas guitarras que expresan todo aquello a que no pueden alcanzar las lenguas Cuando yo llegueacute se dejaba sentir bastante el calor sin ser insoportable pero las noches eran deliciosas un paraiacuteso en el cual no se echaba de menos el sol

Me alojeacute en una hermosa posada de la calle de Geacutenova y desde la noche de mi llegada vi a muchos diputados que moraban alliacute y a otros que iban a visitarles Aquello

era un hervidero de gente habladora una olla puesta al fuego Sus agitadas disputas sus gestos sus furores indicaban la gravedad de la situacioacuten

Viviacutean conmigo Arguumlelles Canga Arguumlelles Salvato Floacuterez Calderoacuten el canoacutenigo Villanueva y D Cayetano Valdeacutes el almirante Iban a visitar a estos Galiano Istuacuteriz Beltraacuten de Lis D Aacutengel de Saavedra despueacutes duque de Rivas y otros Con algunos de ellos teniacutea yo amistad Oyeacutendoles supe que se habiacutea descubierto una conspiracioacuten tramada por cierto general ingleacutes llamado Downie el mismo que habiacutea organizado una partida de combatientes en la guerra de la Independencia La conspiracioacuten debioacute de ser muy inocente como todas las modas de aquel tiempo y todo en ella fue de [178] sainete hasta el descubrimiento hecho por un cirujano

Tan soacutelo descanseacute en la noche de mi llegada y el diacutea siguiente que era el 10 de Junio di principio a mis investigaciones saliendo a hacer algunas visitas Al pasar por las calles maacutes principales experimentaba profunda emocioacuten creyendo ver semblantes conocidos Yo no seacute queacute habiacutea en aquella fisonomiacutea de la multitud para turbarme tanto pero esto pasa cuando lo que amamos se pierde en las oleadas del gentiacuteo al cual presta su rostro y su persona toda

Aprovechando bien el diacutea pude ver a muchas personas y dar con alguna que me indicoacute el domicilio de los marqueses de Falfaacuten Este era el principal objeto de mis impacientes ansias Pero en aquel diacutea 10 de Junio precursor de una de las fechas maacutes ceacutelebres de nuestra historia nadie hablaba de otra cosa que de poliacutetica de la resistencia del Rey a trasladarse a Caacutediz y del empentildeo de los Ministros en llevaacuterselo de grado o por fuerza Advertiacute entonces que no era Sevilla poblacioacuten muy liberal y que en la contienda entablada la mayoriacutea de los paisanos de Manolito Gaacutezquez se poniacutean de parte del Rey Por un fenoacutemeno extrantildeo la aristocracia apareciacutea maacutes enemiga [179] del absolutismo que el pueblo pero esto no me causaba sorpresa por haber observado el mismo contrasentido en Madrid

No pudiendo refrenar mi impaciencia aquella misma noche fui a casa del marqueacutes de Falfaacuten Las visitas de noche son sumamente agradables en verano y en aquel paiacutes contribuyendo a ello los frescos patios trocados en salones de tertulia Nadie puede sin haber visto estos agradables recintos formar idea de ellos y del hermoso conjunto que presentan las plantas la fuente de maacutermol con su murmurante surtidor los espejos los cuadros al mismo tiempo iluminados por las bujiacuteas y por el rayo de luna que penetra burlando el toldo la dulce chaacutechara de las conversaciones maacutes dulce a causa del gracioso ceceo beacutetico y por uacuteltimo las lindas andaluzas que alegrariacutean un cementerio cuanto maacutes un patio de Sevilla

Habiacutea pocas personas en casa de Falfaacuten Encontreacute a la Marquesa muy desmejorada y triste en gran manera lo cual no seacute si me causoacute pena o alegriacutea Creo que ambas cosas a la vez Yo justifiqueacute mi viaje a Sevilla suponiendo asuntos de intereses y no me atreviacute a preguntar por eacutel ni siquiera a nombrarle para que mi afectada indiferencia alejara todo recelo Teniacutea esperanza de verle entrar en el patio [180] cuando menos lo pensase y me preparaba para no turbarme en el momento de su aparicioacuten Cualquier ruido de la puerta me haciacutea temblar daacutendome los escalofriacuteos propios de la pasioacuten en acecho

Sin que me esteacute mal el decirlo y poniendo la verdad por delante de todo aun de la modestia yo estaba guapiacutesima aquella noche vestida al estilo de Pariacutes con una

elegancia superior a cuanto veiacutean mis ojos Harto me lo probaban los de los caballeros alliacute presentes que no se apartaban de miacute causando envidia a todas Como los andaluces no son cortos de genio aquella noche recibiacute galanteriacuteas y donaires para el antildeo entero

Mi afaacuten consistiacutea en sacar alguna luz alguacuten dato alguna noticia de mi conversacioacuten con la marquesa de Falfaacuten pero fuese discrecioacuten suma o ignorancia de la hermosa dama ello es que nada dejoacute comprender Hablaba lo menos posible y con sus miradas lo mismo que con el sentido de sus palabras soacutelo una cosa me deciacutea claramente es a saber que me aborreciacutea de todo corazoacuten Yo maestra consumada disimulaba mejor que ella

El marqueacutes de Falfaacuten de los Godos hablaacutendome de poliacutetica me distrajo de esta batalla que yo daba a la taciturna reserva de [181] Andrea Las aficiones que yo habiacutea mostrado en Madrid a las cosas puacuteblicas me perdieron entonces porque el buen sentildeor me atacoacute con verdadera ferocidad de charlatanismo deseando saber mi opinioacuten sobre sucesos y personas Mi fastidioso interlocutor era liberal templado partidario de un justo medio muy justamente mediano y de las dos Caacutemaras y del veto absoluto Habiacutea tenido sus repulgos de masoacuten repetiacutea los dichos de Martiacutenez de la Rosa y era bastante volteriano en asuntos religiosos Defendiacutea al clero como fuerza poliacutetica pero se burlaba de los curas del Papa y aun del dogma mismo sin que esto fuera obstaacuteculo para creer en la conveniencia de que hubiese muchos cleacuterigos muchos obispos muchiacutesimas misas y hasta Inquisicioacuten En suma las ideas del Marqueacutes eran el capullo de donde corriendo diacuteas salioacute la mariposa del partido moderado

Decir cuaacutento me mareoacute aquella noche fuera imposible Tuve que saber cosas que a la verdad me interesaban poco por ejemplo que Calatrava a la sazoacuten presidente del Ministerio no era hombre apropiado a las circunstancias que los masones primitivos o descalzos estaban en gran pugna con los secundarios o calzados y ambos con los comuneros y carbonarios [182] que los partidarios de San Miguel trabajaban por echarlo todo a perder maacutes de lo que estaba y que cuando ocurrioacute el cambio de Ministerio que habiacutea llevado al poder a los amigos de Calatrava se habiacutean visto cosas muy feas Exaltaacutendose a medida que entraba en materia me dijo que eacutel (el marqueacutes de Falfaacuten de los Godos) habriacutea sido ministro si hubiera querido cuando se negoacute a serlo Flores Estrada pero que no quiso meterse en danzas que eacutel (el propio Marqueacutes) habiacutea previsto los terribles sucesos que ya estaban cerca y que la ruina del pobre sistema era ya inminente y segura Apoyaacutebanle en esto todos los presentes mientras yo me aburriacutea a mis anchas oyeacutendole Era para morir

Habiendo dicho uno de los tertulios que Su Majestad se negariacutea resueltamente a salir de Sevilla el Marqueacutes habloacute asiacute

-Pues el Gobierno insiste en llevaacuterselo a Caacutediz iexclqueacute tonteriacutea y como el Rey insiste en no ir el Gobierno piensa declararle loco iexclLoco Su Majestad sentildeores el hombre maacutes cuerdo de toda Espantildea el uacutenico espantildeol que sabe a doacutende va y por doacutende ha de ir

Luego dirigieacutendose a miacute y como quien habla en secreto me dijo que Calatrava era un hombre atolondrado Yandiola Ministro de [183] Hacienda una nulidad y el de la Guerra Saacutenchez Salvador un insensato

Yo estaba nerviosa a maacutes no poder Las palabras se me veniacutean a la boca para contestarle de este modo

-iquestY a miacute queacute me cuenta usted de todo eso sentildeor Marqueacutes iquestQueacute me importa a miacute que Calatrava sea un majadero Yandiola y Saacutenchez Salvador dos majaderos y usted maacutes majadero que todos ellos

Pero con no poco trabajo me conteniacutea Obligada a decir algo a causa de mi piacutecara reputacioacuten me complaciacutea en contradecirle de modo que todo lo que para eacutel era blanco yo lo veiacutea negro A cuantos el Marqueacutes denigroacute yo les supuse talentos desmedidos En lo relativo a declarar loco a Su Majestad dije que me pareciacutea el acto maacutes cuerdo y acertado del mundo

-Pero sentildeora -me dijo el Marqueacutes- esto equivale a destronar a Su Majestad porque si le declaran incapacitado para reinar

-Justamente sentildeor Marqueacutes -repuse- Le destronan y luego le vuelven a entronizar le quitan y le ponen seguacuten conviene a las circunstancias iquestHay cosa maacutes natural iquestEl Rey no abre y cierra las Cortes Pues las Cortes abren o cierran al Rey cuando les acomoda

Tomaron a risa como lo mereciacutean mis observaciones [184] pero no por verme tan inclinada a las burlas cejoacute Falfaacuten en su fastidioso disertar

Entonces entroacute el priacutencipe de Anglona personaje distinguido de la fraccioacuten de Martiacutenez de la Rosa y el duque del Parque cuya vista me causoacute grande alegriacutea El Priacutencipe dijo que al diacutea siguiente habriacutea sesioacuten muy interesante para discutir lo que debiera hacerse en virtud de la negativa del Rey a salir de Sevilla Yo le pediacute una papeleta de tribuna al duque del Parque y ofrecioacute mandaacutermela Anglona se brindoacute a llevarme a Palacio Formando mi plan para el diacutea siguiente determineacute ver a Su Majestad y asistir a la sesioacuten de las Cortes encendiendo de este modo una vela a San Miguel y otra al diablo

El duque del Parque cuando no podiacutean oiacuterlo los demaacutes me dijo con malignidad

-Mi secretario a quien usted conoce le llevaraacute mantildeana la papeleta para la galeriacutea reservada de las Cortes

Al oiacuter esto parece que se abrieron delante de miacute los cielos Mi alma se llenoacute de alegriacutea que a no ser por el gran disimulo que echeacute sobre ella como se echa hipocresiacutea sobre un pecado hubiera sido advertida por la concurrencia Desde aquel momento todo se transformoacute a [185] mis ojos Cuanto dijo el marqueacutes de Falfaacuten de los Godos lo encontreacute discreto y agudo y sus majaderiacuteas me parecieron prodigios de ingenio y perspicacia poliacutetica A todo le contesteacute desplegando verbosidad abundante como en mis mejores tiempos de Madrid emitiendo juicios picarescos y sentenciosos juzgando a los personajes con graciosa malevolencia y retrataacutendoles con breves rasgos de caricatura Desde aquel momento tuve lo que me habiacutea faltado en toda la noche ingenio Respondiacute a las galanteriacuteas supe marear a maacutes de cuatro mortifiqueacute a la Marquesa alegreacute la reunioacuten Al retirarme no dejaba maacutes que tristezas y presentimientos detraacutes de miacute Yo me llevaba todas las alegriacuteas

- XXIII - Desde muy temprano me levanteacute pues poco dormiacute aquella noche Las noches de Sevilla no parece que son como las de otras partes para dormir Son para sontildear en vela Le aguardaba con tanta impaciencia que a cada instante saliacutea al balcoacuten esperando verle entre [186] la multitud que pasaba por la calle de Geacutenova De repente me anunciaron una visita Creiacute verle entrar saliacute corriendo pero mi corazoacuten dio un vuelco quedaacutendose friacuteo y quieto cual si hubiera tropezado en una pared Teniacutea delante al priacutencipe de Anglona un sentildeor muy bueno un caballero muy simpaacutetico muy atento pero cuya presencia me contrariaba extraordinariamente en aquel instante

Veniacutea para llevarme al Alcaacutezar

-Su Majestad -me dijo- recibe ahora muy temprano Anoche le manifesteacute que estaba usted aquiacute y me rogoacute que la llevase a su presencia hoy mismo

Yo quise hacer objeciones pretextando la inusitada hora pues no habiacutean dado las once pero nada me valioacute Eacuterame imposible resistir a aquella majaderiacutea insoportable que revestiacutea las formas de la maacutes delicada atencioacuten Tampoco podiacutea defenderme con dolor de cabeza vapores u otros recursos que tenemos para tales trances Humilleacute la frente como viacutectima expiatoria de las conveniencias sociales y despueacutes de arreglarme me dispuse a aceptar un puesto en la carroza del Priacutencipe no sin dejar antes a mi criada instrucciones muy prolijas para que detuviera hasta mi vuelta al que forzosamente habiacutea de venir Partiacute resuelta a hacer a Su Majestad [187] visita de meacutedico En aquella ocasioacuten deploreacute por primera vez que existieran Reyes en el mundo

Poca es la distancia que hay de la calle de Geacutenova al Alcaacutezar Antes de las doce estaba yo en la Caacutemara de Su Majestad y saliacutea gozoso a saludarme el descendiente de cien Reyes pegado a su regia nariz No pareciacutea nada contento pero mostroacute mucho placer en verme daacutendome a besar su mano y rogaacutendome que me sentase a su lado Tanta bondad que a cualquiera habriacutea ensoberbecido a miacute me hizo muy poca gracia y menos cuando con sus preguntas daba a entender que la visita seriacutea larga

Fernando quiso saber por miacute algunas particularidades de la entrada de los franceses en Madrid de la defeccioacuten de La Bisbal en Somosierra y de la derrota de Plasencia en Despentildeaperros Yo contesteacute a todo cuidando de la brevedad maacutes que de otra cosa y fingieacutendome ignorante de varios hechos que sabiacutea perfectamente pero ninguna de estas estratagemas me valiacutea porque Fernando VII que en el preguntar habiacutea sido siempre absoluto no se hartaba de oiacuter contar cada paso del ejeacutercito franceacutes y como ademaacutes de mis palabras le recreaba bastante como he dicho en otra ocasioacuten la boca que las deciacutea de aquiacute que no llevara [188] camino de saciar en muchas horas la curiosidad de su entendimiento y la concupiscencia de sus voraces ojos

-iexclAy iexclqueacute felices son las repuacuteblicas -penseacute- Al menos en ellas no hay Reyes pesados y preguntones que quieran saber noticias de la guerra a costa de la felicidad de sus suacutebditos

Yo le miraba haciendo esfuerzos heroicos para disimular mi descontento Al responderle deciacutea en mi interior

-Me alegrariacutea de que te encerraran en una jaula como loco rematado

Eacutel entonces sin indicios de conocer mi cansancio hablome asiacute con cierto tono de confianza

-Se empentildean en que me han de llevar a Caacutediz y yo me empentildeo en no salir de Sevilla Veremos si se atreven a llevarme a la fuerza o si yo cedo al fin

-No se atreveraacuten sentildeor

-Ellos saben -continuoacute- que en Caacutediz hay una terrible epidemia pero eso no les importa iexclA Caacutediz de cabeza iquestNada importa sentildeores diputados que yo y toda la real familia nos expongamos a perecer Veremos lo que decide el Consejo

-Decidiraacute lo maacutes conveniente [189]

-Yo les digo a esos sentildeores iquestCreen ustedes posible resistir a los franceses No Pues si al fin se ha de capitular iquestno es mejor hacerlo en Sevilla

-Admirable raciocinio sentildeor

-Nada a Caacutediz a Caacutediz y entretanto ni coches para el viaje ni recursos

Pareciacutea mortificado por dos o tres ideas fijas que agitadamente se sucediacutean en su mente y se enlazaban formando esa dolorosa serie de vibrantes ciacuterculos cerebrales que si no producen la locura la imitan Me fue preciso en vista de tanta pesadez fingirme enferma y pedirle permiso para retirarme Eacutel entonces iexcloh fiero y descomunal tirano se empentildeoacute en que me quedase en el Alcaacutezar donde se me preparariacutea habitacioacuten conveniente

-Te comprendo deacutespota -dije para miacute sofocando mi coacutelera

No habiacutea maacutes remedio que ser hurantildea y descorteacutes rehusando los obsequios y tapando mis oiacutedos a preguntillas que empezaban a dejar de ser poliacuteticas Al retirarme Su Majestad me dijo

-No saldreacute de Sevilla no saldreacute Veremos si se atreven

-No se atreveraacuten sentildeor -le respondiacute- Vuestra Majestad podraacute con una firme voluntad [190] desbaratar las maquinaciones de los peacuterfidos

Estas vulgaridades palaciegas le agradaban Le dejeacute entregado a sus febriles inquietudes y corriacute a calmar las miacuteas Por el camino iba contando el tiempo transcurrido que me pareciacutea largo como todo lo que precede a la felicidad que se espera Llegueacute a mi casa subiacute precipitadamente creyendo que eacutel saldriacutea a recibirme con los brazos abiertos pero en mis habitaciones halleacute un silencio y un vaciacuteo tristiacutesimos No estaba Mi primer impulso fue de ira contra eacutel por la audacia inaudita por la infame

crueldad de no estar alliacute pero luego tornaacuteronse contra el Rey mis furores cuando Mariana mi fiel criada me dijo que el caballero se habiacutea cansado de esperar

-iquestLuego ha estado aquiacute

-Siacute sentildeora ha estado maacutes de hora y media No hariacutea diez minutos que usted habiacutea salido cuando entroacute

-iquestY no dijo que volveriacutea

-No dijo nada maacutes sino que teniacutea que ir a las Cortes

-Yo tambieacuten tengo que ir a las Cortes -dije sintieacutendome como una maacutequina loca que mueve a la vez con precipitada carrera todas sus ruedas- Vamos viacutestete Mariana que no quiero perder esa gran sesioacuten [191]

Por no ir sola yo llevaba siempre conmigo a mi leal criada vestida de sentildeora imitando en esto la usanza francesa de las sentildeoritas de compantildeiacutea Esto era sumamente coacutemodo para miacute porque me libraba de la necesidad de admitir en muchos casos la compantildeiacutea de hombres importunos o antipaacuteticos En poco tiempo haciendo yo de sirviente y Mariana de sentildeora quedoacute vestida no tan bien que se desconociese su inferioridad con respecto a miacute pero con suficiente elegancia para poder ir al lado miacuteo Muchos la creiacutean hermana soltera o parienta pobre

- XXIV - Fuimos a las Cortes que estaban en San Hermenegildo en la calle de La Palma frente a San Miguel Difiacutecil hallamos la entrada a causa de la mucha gente que llenaba la calle agolpaacutendose en las puertas del edificio como las apintildeadas lapas en la roca Mujeres menos resueltas que nosotras habriacutean vuelto la espalda pero Mariana y yo sabiacuteamos romper las cortezas del vulgo y al fin nos abrimos paso y entrando [192] con desenfado y pie ligero subimos a la galeriacutea Desde antes de entrar en ella oiacutemos la voz de un orador que resonaba en medio del maacutes imponente silencio

Mucho hubimos de bregar para encontrar asiento pero al fin pidiendo mil veces perdoacuten y oyendo murmullos de descontento a un lado y otro logramos acomodarnos Mi primer cuidado no fue atender a lo que aquel gran orador deciacutea cosas sin duda altamente dignas de aplauso mi primer cuidado fue registrar con los ojos toda la galeriacutea reservada por ver si estaba alliacute quien me cautivaba maacutes que los discursos Pero ni a derecha ni a izquierda ni delante ni detraacutes le vi con lo cual la gran pieza oratoria que se estaba pronunciando empezoacute a serme muy fastidiosa

-iquestQuieacuten habla -pregunteacute a una sentildeora vieja que estaba junto a miacute

-Alcalaacute Galiano el gran orador -repuso en tono de extrantildeeza por mi ignorancia

-iquestY de queacute habla -pregunteacute sin temor de que la sentildeora vieja me creyera cerril

-iquestDe queacute ha de hablar Del suceso del diacutea

La sentildeora volvioacute el rostro hacia el saloacuten demostrando maacutes intereacutes por el discurso que por mis preguntas Yo no quise molestar maacutes y trateacute de atender tambieacuten El orador hablaba [193] de la patria del inminente peligro de la patria y de la salvacioacuten de la patria y de la gloria de la patria Es el gran tema de todos los oradores incluso los buenos No he conocido a ninguacuten poliacutetico que no estropeara la palabra patriotismo hasta dejarla inservible y en esto se me parecen a los malos poetas que al nombrar constantemente en sus versos la inspiracioacuten la lira el estro la musa ardiente la fantasiacutea hablan de lo que no conocen

Alcalaacute Galiano era tan feo y tan elocuente como Mirabeau Su figura bien poco acadeacutemica y su cara no semejante a la de Antinoo se embelleciacutean con la virtud de un talismaacuten prodigioso la palabra Le pasaba lo contrario que a muchas personas de admirable hermosura las cuales se vuelven feas desde que abren la boca Aquel diacutea el joven diputado andaluz habiacutea tomado por su cuenta el llevar adelante la hazantildea maacutes revolucionaria que registran nuestros anales

Los espantildeoles sentiacutean la comezoacuten de destronar algo y el afaacuten de probar la embriaguez revolucionaria que sin duda embelesa a los pueblos de Occidente como a los chinos el opio y dijeron laquohagamos temblar a los Reyes pues que ha llegado la hora de que los reyes tiemblen delante del puebloraquo Mas era aquiacute la [194] gente demasiado bondadosa para una calaverada sangrienta En otra parte al ver al Rey sistemaacuteticamente contrario a la Representacioacuten nacional le hubieran cortado la cabeza aquiacute le privaron del uso de la razoacuten temporalmente diciendo laquoSentildeor vuestro deseo de esperar aquiacute a los franceses nos prueba que estaacuteis loco Con arreglo a la Constitucioacuten declaramos que sois digno de un manicomio y de perder la autoridad real Vaacutemonos a Caacutediz y cuando estemos alliacute os adornaremos de nuevo con vuestra cabal razoacuten y seguiremos partiendo un confite como hasta aquiacuteraquo

Admirable recurso habriacutea sido este a mi parecer desde el punto de vista liberal teniendo un gran ejeacutercito para reforzar el argumento en los campos de batalla Sin fuerza aquel hecho probaba que los diputados estaban maacutes locos que el Rey y asiacute se lo dije a Falfaacuten de los Godos Con esto se comprende que el Marqueacutes habiacutea entrado en la galeriacutea colocaacutendose detraacutes de miacute Eacutel poniacutea mucha maacutes atencioacuten que yo al discurso y aun a los rumores que sonaban arriba y abajo

-Han llenado de gentuza la tribuna puacuteblica -me dijo en voz baja- para que aplauda las atrocidades que habla ese hombre

No seacute si era o no gente pagada pero es lo [195] cierto que a cada paacuterrafo coruscante terminado en la salvacioacuten de la patria o en el afrentoso yugo de esta Nacioacuten heroica la galeriacutea puacuteblica mugiacutea como una tempestad cercana iexclQueacute rugidos queacute gestos de baacuterbaro entusiasmo queacute manera de apostrofar Algunas sentildeoras tuvieron miedo y se retiraron lo cual me agradoacute en extremo porque la tribuna se quedoacute muy holgada

-iquestPiensa usted seguir hasta el fin -me dijo el marqueacutes de Falfaacuten endulzando su mirada hasta un extremo empalagoso

-Estareacute alguacuten tiempo maacutes -le dije- No me he cansado todaviacutea

Y miraba a diestra y siniestra esperando verle y no vieacutendole nunca Los que me conocen comprenderaacuten mi aburrimiento y pena No hay tormento peor que tener ocupada la mente por una idea fija que no puede ser desechada Es una espina clavada en el cerebro una acerada punta que hiere y que sin embargo no se puede ni se quiere arrancar Yo procuraba distraerme de aquel a manera de dolor agudiacutesimo charlando con Falfaacuten pero no conseguiacute nada La locura del Rey declarada por una votacioacuten que iba a verificarse la exaltacioacuten revolucionaria de los diputados la elocuencia fascinadora de Galiano no bastaban a dar otra direccioacuten a las fuerzas de mi espiacuteritu [196]

-iquestY usted queacute cree -me preguntoacute el Marqueacutes

-Yo no creo nada -respondiacute con el mayor hastiacuteo- Si he de hablar con franqueza nada de esto me importa gran cosa

-iexclQue declaren loco a Su Majestad

-Lo mismo que si lo declararan cuerdo Yo soy asiacute Parece que se cansan -antildeadiacute reparando que se suspendiacutean los discursos

-Es que ahora va una comisioacuten de las Cortes al Alcaacutezar a intimar al Rey Si no se resigna a salir

-iquestHabraacute maacutes discursos

-Las Cortes estaacuten en sesioacuten permanente Despueacutes vendraacute lo maacutes interesante lo maacutes dramaacutetico yo no pienso moverme de aquiacute

-Su Majestad ha de responder que no sale de Sevilla Me lo ha dicho esta mantildeana y aunque no tengo gran fe en su palabra parece que por esta vez va a cumplir lo que dice

-Lo mismo creo sentildeora En ese caso las Cortes despueacutes de este respiro que ahora se dan estaacuten dispuestas a poner en ejecucioacuten el artiacuteculo 187 de la Constitucioacuten

-iquestY queacute dice ese artiacuteculo

En el momento de formular esta pregunta me estremeciacute toda y me pasoacute por delante de [197] los ojos una claridad relampagueante Le vi habiacutea entrado en la tribuna inmediata y volviacutea sus ojos en todas direcciones como buscaacutendome Desde aquel instante las palabras del Marqueacutes no fueron para miacute sino un zumbido de moscardoacuten Por fin sus ojos se encontraron con los miacuteos

-iexclGracias a Dios -le dije empleando tan soacutelo el lenguaje de las pupilas

El Marqueacutes seguiacutea hablando Para que no descubriese mi turbacioacuten ni se enojase al verme tan distraiacuteda le pregunteacute de nuevo

-iquestY queacute dice ese artiacuteculo

-Si se lo he explicado a usted -repuso- Sin duda no me presta atencioacuten Es usted muy distraiacuteda

-iexclAh siacute estaba pensando en ese pobre Fernando

-El mejor procedimiento a mi modo de ver -manifestoacute Falfaacuten de los Godos gravemente- seriacutea

-iexclQue le cortaran la cabeza -indiqueacute mostraacutendome sin cuidarme de ello tan revolucionaria como Robespierre

-iexclQueacute cosas tiene usted -exclamoacute el Marqueacutes riendo

Y siguioacute hablaacutendome hablaacutendome es decir zumbando como un abejorro Pasados diez [198] minutos creiacute conveniente dirigirle otra vez la palabra y repetiacute mi preguntilla

-iquestY queacute dice ese artiacuteculo

-Por tercera vez se lo direacute a usted

Entonces me fue forzoso dedicarle un pedacito de atencioacuten

-El artiacuteculo 187 dice poco maacutes o menos que cuando se considere a Su Majestad imposibilitado moralmente para ejercer las funciones del poder ejecutivo se nombre una Regencia

-iquestCoacutemo la de Urgel

-Una Regencia constitucional sentildeora que desempentildee aquellas funciones

-iexclOh sentildeor Marqueacutes en todo soy de la misma opinioacuten de usted -exclameacute con artificiosa admiracioacuten- En pocos hombres he visto un juicio tan claro para hacerse cargo de los sucesos

Mireacute a Salvador Pareciome que con los expresivos ojos me deciacutea laquoSalgamosraquo Y al mismo tiempo saliacutea

-Yo me retiro sentildeor Marqueacutes -dije de improviso levantaacutendome

-Sentildeora iexclse marcha usted en el momento criacutetico -exclamoacute con asombro y pena- Se van a reanudar estas interesantes discusiones iexclQueacute discursos vamos a oiacuter

-Estoy fatigada Hace mucho calor [199]

-Sin embargo

Mientras en el saloacuten resonaba un rumor sordo como el anuncio de furibunda tempestad parlamentaria Mariana y yo nos dispusimos a salir pero en el mismo instante iexcloh contrariedad imprevista multitud de caballeros y sentildeoras entraron en la tribuna Eran los que habiacutean salido durante el periacuteodo de descanso que regresaban a sus

puestos para disfrutar de la parte dramaacutetica de la sesioacuten Ademaacutes numeroso gentiacuteo recieacuten venido se apintildeaba en la puerta No era posible salir

-Sentildeora -me dijo el Marqueacutes- ya ve usted que no es faacutecil la salida No pierda usted su asiento Esto acabaraacute pronto

No tuve maacutes remedio que quedarme Caiacute en mi asiento como un reo en su banquillo de muerte Lo que principalmente me apenaba era que entre la multitud habiacutea desaparecido el que bastaba a alegrar o entristecer mi situacioacuten En la muralla de rostros humanos aacutevidos de curiosidad no estaba su rostro ni otro ninguno que se le pareciese

-Sin duda me aguarda fuera -penseacute- iexclQueacute desesperacioacuten iexclCuaacutendo acabaraacute esta farsa [200]

- XXV - -La comisioacuten que fue con el mensaje a Palacio -dijo el Marqueacutes alargando su rostro para abarcar con una mirada todo el saloacuten- ha vuelto y va a manifestar la respuesta de Su Majestad

-Que le maten de una vez -indiqueacute en voz baja- iquestDice usted sentildeor Marqueacutes que esto acabaraacute pronto

-Quizaacutes no Me parece que tendremos para un rato Cosas tan graves no se despachan en un credo

Penseacute que se me caiacutea el cielo encima El profundo silencio que reinoacute durante un rato en aquel recinto obligome a atender brevemente a lo que abajo pasaba Un diputado en quien reconociacute al almirante Valdeacutes tomoacute la palabra

Pudimos oiacuter claramente las palabras del marino al decir laquoManifesteacute a Su Majestad que su conciencia quedaba salva pues aunque como hombre podiacutea errar como Rey constitucional no teniacutea responsabilidad alguna que escuchase la voz de sus consejeros y de los representantes [201] del pueblo a quienes incumbiacutea la salvacioacuten de la patria Su Majestad respondioacute He dicho y volvioacute la espalda

Cuando estas uacuteltimas palabras resonaron en el saloacuten un rumor de olas agitadas se oyoacute en las tribunas olas de patrioacutetico frenesiacute que fueron encrespaacutendose y mugiendo poco a poco hasta llegar a un estruendo intolerable

-Todos esos que gritan estaacuten pagados -me dijo el Marqueacutes

Entonces mireacute hacia atraacutes pues no podiacutea vencer el haacutebito adquirido de explorar a cada instante la muchedumbre y le vi Estaba en la postrera fila apenas se distinguiacutea su rostro

-iexclAh -exclameacute para miacute con gozo- iexclNo me has abandonado Gracias querido amigo

Advertiacute que desde el apartado sitio donde se encontraba atendiacutea a la sesioacuten con toda su alma Mi pensamiento debiacutea de estar donde estaba el suyo y atendiacute tambieacuten Segura de tenerle cerca segura de que fiel y carintildeoso me aguardaba pude tranquilamente fijar mi espiacuteritu en aquella turbulenta parte de la sesioacuten y en el orador que hablaba Era otra vez Galiano Su discurso que en otra ocasioacuten me hubiera fastidiado entonces me parecioacute elocuente y arrebatador

iexclQueacute modo de hablar queacute elegancia de frase [202] queacute fuerza de pensamiento y de estilo queacute ademaacuten tan vigoroso queacute voz tan conmovedora Siendo mis ideas tan contrarias a las suyas entonces no pude resistir al deseo de aplaudirle enojando mucho al Marqueacutes con mi llamarada de entusiasmo

-iexclOh sentildeor Marqueacutes -le dije- iexclQueacute laacutestima que este hombre no hable mal iexclCuaacutento creceriacutea el prestigio del realismo si sus enemigos carecieran de talento

Los argumentos del orador eran incontestables dentro de la situacioacuten y del artiacuteculo 187 que intentaban aplicar laquoNo queriendo Su Majestad deciacutea ponerse en salvo y pareciendo a primera vista que Su Majestad quiere ser presa de los enemigos de la patria Su Majestad no puede estar en el pleno uso de su razoacuten Es preciso pues considerarle en un estado de delirio momentaacuteneo en una especie de letargo pasajero

Estas palabras compendiaban todo el plan de las Cortes Un Rey constitucional que quiere entregarse al extranjero estaacute forzosamente loco La Nacioacuten lo declara asiacute y se pasa sin Rey durante el tiempo que necesita para obrar con libertad iexclSingular decapitacioacuten aquella Hay distintas maneras de cortar la cabeza y es forzoso confesar que la adoptada [203] por los liberales espantildeoles tiene cierta grandeza moral y filosoacutefica digna de admiracioacuten laquoAntes que arrancar de los hombros una cabeza que no se puede volver a poner en ellos dijeron arranqueacutemosle el juicio y tomaacutendonos la autoridad real la persona juriacutedica podremos devolverlas cuando nos hagan faltaraquo

Yo miraba a cada rato a mi adorado amigo y con los ojos le deciacutea

-iquestQueacute piensas tuacute de estos enredos Luego hablaremos y se ajustaraacuten las cuentas caballerito

No duroacute mucho el discurso de Galiano porque aquello era como lo muy bueno corto y habiacutean llegado los momentos en que la economiacutea de palabras era una gran necesidad Cuando concluyoacute las tribunas prorrumpieron en locos aplausos Entre las palmadas semejantes por su horrible chasquido a una lluvia de piedras se oiacutean estas voces laquoiexclA nombrar la Regencia iexclA nombrar la Regenciaraquo

-Sentildeora -me dijo el Marqueacutes horrorizado- estamos en la Convencioacuten francesa Oiga usted esos gritos salvajes esa coaccioacuten bestial de la gente de las galeriacuteas

-Van a nombrar la Regencia

-Antes votaraacuten la proposicioacuten de Galiano iexclAtentado sacriacutelego sentildeora Me parece que asisto [204] a la votacioacuten de la muerte de Luis XVI

-iexclQueacute exageracioacuten

-Sentildeora -antildeadioacute con solemne acento- Estamos presenciando un regicidio

Yo me echeacute a reiacuter Falfaacuten enfurecieacutendose por el regicidio que se perpetraba a sus ojos e increpando en voz baja a la plebe de las galeriacuteas era soberanamente ridiacuteculo

-Lo que maacutes me indigna -exclamoacute paacutelido de ira- es que no dejen hablar a los que opinan que Su Majestad no debe ser destronado

En efecto con los gritos de iexclfuera iexclque se calle iexcla votar ahogaban la voz de los pocos que abrazaron la causa del Rey La Presidencia y la mayoriacutea interesadas en que las tribunas gritasen no poniacutean veto a las demostraciones Veiacutease al alborotado puacuteblico agitando sus cien cabezas y vociferando con sus cien bocas En la primera fila los brazos gesticulaban sentildealando o amenazando o golpeaban el antepecho con las baacuterbaras manos que maacutes bien pareciacutean patas Muchas sentildeoras de la tribuna reservada se acobardaron y diose principio al solemne acto de los desmayos Esto fue circunstancia feliz porque la tribuna empezoacute a despejarse un poco haciendo menos difiacutecil la salida

-Sentildeor Marqueacutes -dije tomando la resolucioacuten [205] de marcharme- Me parece que es bastante ya

-iquestSe va usted Si falta lo mejor sentildeora

-Para miacute lo mejor estaacute fuera Aquiacute no se respira Adioacutes

-Que van a votar Que vamos a ver quieacutenes son los que se atreven a sancionar con su nombre este horrible atentado

-Ahiacute tiene usted una cosa que a miacute no me importa mucho iquestQueacute quiere usted yo soy asiacute Dormireacute muy bien esta noche sin saber los nombres de los que dicen siacute

-Pues yo no me voy sin saberlo Quiero ver hasta lo uacuteltimo quiero ver remachar los clavos con que la Monarquiacutea acaba de ser crucificada

-Pues que le aproveche a usted sentildeor Marqueacutes Veo que ya se puede salir Adioacutes tantas cosas a la Marquesa Ya sabe que la quiero

No hice muy larga la despedida por temor a que tuviese la deplorable ocurrencia de acompantildearme Saliacute iexclAy aquella libertad me supo a gloria iexclCon queacute placentero desahogo respiraba Al fin iba a satisfacer mi deseo la sed de mis ojos y de mi alma que ha tiempo no viviacutean sino a medias Desde que saliacute a los pasillos le vi allaacute lejos esperaacutendome Hiacutezome una [206] sentildea y ambos procuramos acercarnos el uno al otro cortando el apretado gentiacuteo que saliacutea Pero cuando estaba a seis pasos de eacutel sentiacute detraacutes de miacute la aacutespera voz de Falfaacuten la cual me hizo el efecto de un latigazo Volvime y vi su sonrisa y sus engomados bigotes que yo creiacutea haber perdido de vista por muchos diacuteas

-Sentildeora no se me escape usted -me dijo ofrecieacutendome su brazo- He salido porque la votacioacuten no es nominal Esos piacutecaros han votado levantaacutendose de su asiento iexclqueacute

escaacutendalo iexclVotar asiacute un acuerdo tan grave iexclTienen verguumlenza y miedo ya se ve Tome usted mi brazo sentildeora

La importuna presencia del estafermo me dejoacute friacutea No tuve otro remedio que apoyar mi mano en su brazo y salir con eacutel Frente a nosotros vi a Salvador que me parecioacute no menos contrariado que yo

-Querido Monsalud -le dijo el Marqueacutes- iquestha visto usted la sesioacuten iexclGran escena de teatro Me parece que correraacute sangre

No recuerdo lo que ambos hablaron mientras bajamos a la calle Me daban ganas de desasirme del brazo del Marqueacutes y empujarle con todas mis fuerzas para que fuera rodando por la escalera abajo que era bastante pendiente [207] Pero me fue forzoso tener paciencia y esperar fiando en que el insoportable intruso nos dejariacutea solos al llegar a la calle iexclVana ilusioacuten Sin duda se habiacutean conjurado contra miacute todas las potencias infernales El marqueacutes de Falfaacuten empleando su relamido tono que a miacute me sonaba a esquiloacuten rajado me dijo

-Ahora diacutegnese usted aceptar mi coche y la llevareacute a su casa

-Si yo no voy a mi casa -repuse vivamente- Voy a visitar a una amiga o quizaacutes como ya es tarde y no hace calor daremos Mariana y yo un paseo

-Bien a donde quiera usted que vaya la acompantildeareacute -dijo el Marqueacutes con la inexorable resolucioacuten de un hado funesto- Y usted Salvador iquesta doacutende va

-Tengo que ver a un amigo junto a San Telmo

-Entonces no digo nada Si va usted en esa direccioacuten no puedo llevarle Y usted Jenara iquesta doacutende quiere que la lleve

-Mil gracias un milloacuten de gracias sentildeor Marqueacutes -repuse- El movimiento del coche me marea un poco Me duele la cabeza y necesito respirar libremente y hacer algo de ejercicio Mariana y yo nos iremos a dar una vuelta por la orilla del riacuteo [208]

Bien sabiacutea yo que el sentildeor Marqueacutes no gustaba de pasear a pie y que en aquellos diacuteas estaba medianamente gotoso Yo no queriacutea que de ninguacuten modo sospechase Falfaacuten que Salvador y yo necesitaacutebamos estar solos Al indicar yo que iriacutea a pasear por la orilla del riacuteo claramente deciacutea a mi amado -Ve allaacute y espeacuterame que voy corriendo luego que me sacuda este abejoacuten

Comprendieacutendome al instante por la costumbre que teniacutea de estudiar sus lecciones en el hermoso libro de mis ojos se despidioacute Bien claro leiacute yo tambieacuten en los suyos esta respuesta laquoAllaacute te espero no tardesraquo

Luego que nos quedamos solos el Marqueacutes reiteroacute sus ofrecimientos Pareciacutea que no rodaba en el mundo maacutes carruaje que el suyo seguacuten la oficiosidad con que lo poniacutea a mi disposicioacuten

-La tarde estaacute hermosa Deseo pasear un poco a pie repetiacute como quien ahuyenta una mosca

-Pues entonces -me contestoacute estrechaacutendome la mano- no quiero alejarme de aquiacute auacuten debe pasar algo importante A los pies de usted sentildeora

Al fin al fin me soltoacute aquel gavilaacuten de sus impiacuteas garras Mariana y yo nos dirigimos [209] apresuradamente a la margen del Guadalquivir

-iexclAhora si que no te me escapas amor -pensaba yo

- XXVI - Cuaacuten largo me parecioacute el camino Mariana y yo iacutebamos con maacutes prisa de la que a dos sentildeoras como nosotras conveniacutea Pero aun conociendo que pareciacuteamos gente de poco maacutes o menos cuando vi la Torre del Oro los palos de los barcos y los aacuterboles que adornan la orilla aviveacute maacutes el paso No faltaba gente en aquellos deliciosos sitios mas esto me importaba poco

-Vamos hacia San Telmo -dije a Mariana- Creo que es aquel edificio que se ve maacutes abajo entre los aacuterboles

-Aquel es

-Mira tuacute hacia la izquierda y yo mirareacute hacia adelante para que no se nos escape Dijo que me esperariacutea en San Telmo

-Ya le veo sentildeora Alliacute estaacute

Mariana le distinguioacute a regular distancia y [210] yo tambieacuten le vi Me aguardaba puntualmente

-iexclAh briboacuten ya eres miacuteo -penseacute deteniendo el paso segura al fin de que no se me escapariacutea

Eacutel miraba hacia la puerta de Jerez como si nos aguardara por alliacute Avanzamos Mariana y yo dando un pequentildeo rodeo para acercarnos a eacutel por detraacutes y sorprenderle sacudieacutendole el polvo de los hombros con nuestros abanicos Yo sonreiacutea

Distaacutebamos de eacutel unos diez pasos cuando sentiacute que me llamaban

-iexclJenara Jenara -oiacute detraacutes de miacute sin poder precisar en el primer instante a quieacuten perteneciacutea aquella horrible e importuna voz

Volvime y el coraje me clavoacute los pies en el suelo Era el marqueacutes de Falfaacuten de los Godos que veniacutea hacia miacute sonriendo y cojeando Tan confundida estaba que no le pude decir nada ni contestar a sus empalagosos cumplidos

-Vaya que ha corrido usted amiguita -me dijo- Yo acabo de llegar en coche Es que en el momento de separarnos se me ocurrioacute una cosa

-iquestQueacute cosa

-Padeciacute un gran olvido -dijo relamieacutendose- Dispeacutenseme usted Como usted dijo que veniacutea a pasear a este sitio [211]

-iquestY queacute iquestqueacute iquestqueacute

Seguacuten me dijo despueacutes Mariana yo echaba fuego por los ojos

-Que olvideacute ofrecerme a usted para una cosa que sin duda le seraacute muy agradable

-Sentildeor Marqueacutes usted se burla de miacute

-iexclBurlarme No hija miacutea al punto que nos separamos dije para miacute laquoiexclQueacute desatento he sidoraquo Puesto que va al riacuteo debiacute brindarme a acompantildearla para ver el vapor y mostrarle ese prodigio de la industria del hombre

-iexclUsted estaacute loco sin duda -afirmeacute ocultando todo lo posible mi despecho- iquestqueacute es eso del vapor No entiendo una palabra

-iexclEl vapor sentildeora Es lo que maacutes llama la atencioacuten de todo Sevilla en estos diacuteas

-iquestY queacute me importa -dije bruscamente siguiendo mi camino

-Dispeacutenseme usted si la he ofendido -antildeadioacute el Marqueacutes siguieacutendome- pero como veniacutea usted a pasear al riacuteo y como yo tengo entrada libre siempre que quiero en esa prodigiosa maacutequina creiacute que la complaceriacutea a usted apresuraacutendome a mostraacutersela

-iquestQueacute maacutequina es esa -le pregunteacute detenieacutendome

Al decir esto habiacutea perdido de vista al imaacuten de mi vida [212]

-Mire usted hacia allaacute junto a la Torre del Oro

Mireacute y en efecto vi un buque de forma extrantildea con una gran chimenea que arrojaba negro y espeso humo Sus palos eran pequentildeos y sobre el casco sobresaliacutea una armazoacuten bastante parecida a una balanza

-iquestQueacute es eso -pregunteacute al Marqueacutes

-El vapor una invencioacuten maravillosa sentildeora Esos ingleses son el Demonio Ya sabe usted que hay unas maacutequinas que llaman de vapor porque se mueven por medio de cierto humo blanquecino que va enredando de tubo en tubo

-Ya seacute

-Pues los ingleses han aplicado esta maacutequina a la navegacioacuten y ahiacute tiene usted un barco con ruedas que corre maacutes que el viento y contra el viento Esto cambiaraacute la faz del mundo Yo lo he predicho y no me equivocareacute

Mirando hacia la maacutequina prodigiosa vi a Salvador que se dirigiacutea hacia la Torre del Oro Veaacutemoslo de cerca sentildeor Marqueacutes -dije marchando hacia allaacute- Verdaderamente ese barco con ruedas es una maravilla

-Creo que ahora va a dar un par de vueltas por el riacuteo para que lo vean Sus Altezas Reales [213] que estaacuten si no me engantildeo en la Torre del Oro

-Corramos

-iexclVa toda la gente hacia allaacute Descuide usted podremos entrar si usted quiere El capitaacuten es muy amigo miacuteo y los consignatarios son mis banqueros

-iquestDe quieacuten es esa maacutequina

-De una sociedad inglesa De veras hubiera sentido mucho no mostraacutersela a usted esta tarde Cuando me acordeacute faltaacutebame tiempo para acudir a reparar mi groseriacutea

-Gracias sentildeor Marqueacutes

Dejeacute de ver entonces la luz de mi vida Mi corazoacuten se llenoacute de angustia

-Yo estaba seguro de agradar a usted -me dijo Falfaacuten- Es un asombro ese buque

-Un asombro siacute apresuremos el paso

-Si no se nos ha de marchar

-iexclQue se nos pierde de vista que se nos va -exclameacute yo sin saber lo que deciacutea

-Sentildeora si estaacute anclado Podemos verlo con toda calma

Nos acercamos a la Torre del Oro junto a la cual estaba la nave maravillosa Teniacutea dos ruedas como las de un bataacuten resguardadas por grandes cajones de madera pintados de blanco con chimenea negra y alta en cuyo centro estaba [214] la maacutequina toda grasienta y ahumada como una cocina de hierro y el resto no ofreciacutea nada de particular De sus entrantildeas negras saliacutea una especie de aliento ardoroso y retumbante cuyo vaho causaba veacutertigos De repente daba unos silbidos tan fuertes que era preciso taparse los oiacutedos En verdad aquella maacutequina infundiacutea miedo Yo no lo tuve porque no podiacutea fijar en ella resueltamente la atencioacuten

-iquestSe atreve usted a entrar -me dijo el Marqueacutes

Yo mireacute a todos lados y vi reaparecer a mi amor perdido saliendo de entre la muchedumbre como el sol de entre las nubes

-No sentildeor yo me mareo soacutelo de ver un barco -respondiacute a Falfaacuten- Estoy satisfecha con admirar desde fuera esta hermosa invencioacuten y le doy a usted las gracias

Yo hubiera dado no seacute queacute porque el vapor echase a andar hacia la eternidad llevaacutendose dentro al marqueacutes de Falfaacuten de los Godos

-iexclOh -exclamoacute eacutel- embarqueacutemonos Yo le garantizo a usted que no se marea Daremos un paseo hasta Aznalfarache Vea usted cuaacutentas personas entran

-Pues yo no me decido Pero no se prive usted por miacute del gusto de embarcarse Adentro sentildeor miacuteo Yo me voy a mi casa [215]

-iexclAh no consiento yo que usted vaya sola a su casa -dijo con una galanteriacutea cruel que me asesinaba- Yo la acompantildeareacute

-Gracias gracias no necesito compantildeiacutea

-Es que yo no puedo permitir

De buena gana habriacutea cogido al Marqueacutes por el pescuezo como se coge a un pollo destinado a la cazuela y le hubiera estrangulado con mis propias manos iexcltal era mi rabia

-Al menos -antildeadioacute- ya que lo hemos visto por la popa vamos a verlo tambieacuten por la proa

Al decir esto el Marqueacutes dirigioacute sus miradas hacia la Maestranza y sus ideas variaron de suacutebito

-Vamos por alliacute viene mi sentildeora esposa -dijo sentildealando- iquestLa ve usted Por uacuteltimo se ha atrevido a salir a paseo aunque no estaacute bien de salud

Mireacute y vi a la marquesa de Falfaacuten que veniacutea con otra sentildeora Tambieacuten ellas atraiacutedas por la curiosidad se dirigiacutean hacia la Torre del Oro

-Aguardemos aquiacute -me dijo el Marqueacutes sonriendo- Veremos si pasa sin notar que estamos aquiacute

Andrea y su amiga estaban ya cerca de nosotros cuando Salvador pasoacute junto a ellas [216] se detuvo las saludoacute y continuoacute andando a su lado Nos reunimos los cinco

-iquestTambieacuten tuacute vienes a ver el vapor -exclamoacute Falfaacuten riendo- Ya te dije que era una maravilla Y usted Sra Dordf Mariacutea Antonia iquesttambieacuten viene a ver el vaporcito Y usted Salvador no quiere ser menos El que desee entrar que lo diga y nos embarcaremos

-iquestYo -dijo la Marquesa despueacutes de saludarme- Tengo miedo Dicen que revienta la caldera cuando menos se piensa

-iquestDe modo que eso tiene una caldera como las faacutebricas de jaboacuten -preguntoacute Dordf Mariacutea Antonia llevando a sus ojos el lente que usaba

-iquestEntran ustedes siacute o no -dijo el Marqueacutes empentildeado siempre en reclutar gente

-Yo no entrareacute -repuso la Marquesa con desdeacuten- me mareo soacutelo de ver ese horrible aparato Ademaacutes tengo que hacer

-iquestA doacutende vas ahora -preguntoacute Falfaacuten de mal talante

-A las tiendas de la calle de Francos Ya sabes que necesito comprar varias cosillas

-Pero si no has paseado auacuten

-iquestQue no Sra Dordf Mariacutea Antonia dice que no hemos paseado Si hace maacutes de hora y media que estamos aquiacute dando vueltas Ya nos [217] iacutebamos cuando te vimos y volviacute atraacutes para rogarte que nos acompantildees

-iexclYo -indicoacute el Marqueacutes con mucho disgusto- Ya sabes que no me agrada ir a tiendas

-Y a miacute no me gusta ir sola

-Dordf Mariacutea Antonia

-Es sentildeora y para ir a las tiendas conviene la compantildeiacutea de un caballero Mira hijito no te apures por eso Salvador nos acompantildearaacute

-Con mil amores -dijo mi amigo inclinaacutendose- Tengo mucho honor en ello

Cuando alliacute mismo no abofeteeacute a mi amante a la Marquesa al Marqueacutes a Dordf Mariacutea Antonia y a miacute misma de seguro queda demostrado que soy una oveja por lo humilde

-Siacute amigo Monsalud -manifestoacute Falfaacuten- acompaacutentildeelas usted se lo suplico Jenara y yo nos embarcaremos

iexclSe marcharon iexclAy no seacute coacutemo lo escribo Se marcharon sin que yo les estrangulase Dentro de miacute habiacutea un volcaacuten mal sofocado por mi disimulo El Marqueacutes me hablaba sin que yo pudiese responderle porque estaba furiosamente absorta y embrutecida por el despecho que llenaba mi alma

-Nos embarcaremos -me dijo Falfaacuten relamieacutendose [218] como un gato a quien ponen plato de su gusto

-iexclAh sentildeor Marqueacutes -dije de improviso apoderaacutendome de una idea feliz- Ahora me acuerdo de una cosa iexclqueacute memoria la miacutea

-iquestQueacute sentildeora

-Que yo tambieacuten tengo que comprar algunas cosillas iquestNo es verdad Mariana

-iquestDe modo que va usted

-Siacute sentildeor ahora mismo Son cosas que necesito esta misma noche

-iquestY hacia doacutende piensa dirigirse usted

-Hacia la calle de las Sierpes o la de Francos Son las uacutenicas que conozco

-Pues la acompantildeareacute a usted

Hizo sentildeas a su cochero para que acercase el coche

-Mi mujer -antildeadioacute- se va a enfadar conmigo porque no quise acompantildearla y la acompantildeo a usted

No hice caso de sus cumplidos ni de sus excusas

-Vamos vamos pronto -dije subiendo al coche

Este nos dejoacute en la plaza de San Francisco Nos dirigimos a las tiendas recorrimos varias calles pero iexclay estaacutebamos dejados de la [219] mano de Dios No les encontramos no les vimos por ninguna parte

En mi cerebro se fijaba con letras de fuego esta horrible pregunta laquoiquesta doacutende iriacuteanraquo

Cuando el Marqueacutes me dejoacute en mi casa ya avanzada la noche yo teniacutea calentura Retireme a pensar y a recordar y a formar proyectos para el diacutea siguiente pero mi cerebro ardiacutea como una laacutempara no pude dormir hablaba a solas sin poder olvidar un solo momento el angustioso tema de mi vida en aquellos diacuteas Por uacuteltimo mis nervios se aplacaron un tanto y me consoleacute pensando y hablando de este modo

-iexclMantildeana mantildeana no se me escaparaacute

- XXVII - Al levantarme con la cabeza llena de brumas penseacute en la extrantildea ley de las casualidades que a veces gobiernan la vida En aquella eacutepoca creiacutea yo auacuten en las casualidades en la buena o mala suerte y en el destino fuerzas misteriosas que ciegamente seguacuten mi modo de ver causaban nuestra felicidad o nuestra desgracia Despueacutes han variado mucho mis [220] ideas y tengo poca fe en el dogma de las casualidades

Mi cerebro estaba aquella mantildeana como he dicho cargado de neblinas Pero el diacutea no podiacutea haber amanecido maacutes hermoso y para ser 12 de Junio en Andaluciacutea no era fuerte el calor Sevilla sonreiacutea convidando a las dulces plaacuteticas amorosas a las divagaciones de la imaginacioacuten y a exhalar con suspiros los aromas del alma que van desprendieacutendose y saliendo ya gimiendo ya cantando entre vagas sensaciones que son a la manera de una pena deliciosa

Pero yo continuaba con mi idea fija y la contrariedad que me atormentaba A ratos deteniacuteame a analizar aquel singular estado miacuteo y me asombraba de verme tan dominada por un vano capricho Es verdad que yo le amaba pero iquestno habiacutea sabido consolarme honradamente de su ausencia despueacutes de Benabarre iquestPor queacute en Sevilla poniacutea tanto empentildeo en tenerle a mi lado iquestAcaso no podiacutea vivir sin eacutel Meditando en esto me creiacutea muy capaz de prescindir de eacutel en la totalidad de la vida pero en aquel caso mi corazoacuten habiacutea soltado prendas habiacutease fatigado mucho habiacutea digaacutemoslo asiacute adelantado imaginariamente gran parte de sus goces de modo que padeciacutea horriblemente al verse desairado Aquel suplicio de Taacutentalo a que habiacutea estado [221] sujeto irritaacutebale maacutes y ya se sabe que las ambiciones maacutes ardientes son las del corazoacuten y que en eacutel residen los caprichos y la terrible ley sataacutenica que ordena desear maacutes aquello que maacutes resueltamente nos es negado Asiacute se explica la indecorosa persecucioacuten de un hombre en que yo sin poder dominarme estaba empentildeada

Ordeneacute a Mariana que se preparase para salir conmigo Mientras yo me peinaba y vestiacutea diacutejome que habiacutea oiacutedo hablar de la partida de Su Majestad aquel mismo diacutea y que Sevilla estaba muy alborotada Poco me interesaba este tema y le mandeacute callar pero despueacutes me contoacute cosas muy desagradables En la noche anterior y por la mantildeana dos diputados residentes en la misma casa y que traiacutean entre manos la conquista de mi criada le habiacutean hecho con respecto a miacute indicaciones maliciosas Seguacuten me dijo eran conocidas y comentadas mis relaciones con el secretario del duque del Parque iexclMaldita sociedad Nada en ella puede tenerse secreto Es un sol que todo lo alumbra y en vano intenta el amor hallar bajo eacutel un poco de sombra A donde quiera que se esconda vendraacute a buscarle la impertinente claridad del mundo de modo que por mucho que os acurruqueacuteis a lo mejor os veis inundados por los rayos de la [222] intrusa linterna que va buscando faltas El uacutenico remedio contra esto es arrojar mucha muchiacutesima luz sobre las debilidades ajenas para que las propias resulten ligeramente oscurecidas No seacute por queacute desde que Mariana vino a miacute con aquellos chismes me figureacute que mi difamacioacuten procediacutea de los labios de la marquesa de Falfaacuten -iexclAh bribona -dije para miacute- si yo hablara

Las hablillas no me acobardaron Siendo culpable hice lo que corresponde a la inocencia despreciar las murmuraciones

Cuando manifesteacute a Mariana que pensaba ir a buscarle a su propia casa hiacutezome algunas observaciones que me desagradaron sin que por ellas desistiera yo de mi propoacutesito

-iquestNo averiguaste ayer la casa donde vive

-Siacute sentildeora en la calle del Oeste Pero usted no repara que en la misma casa viven tambieacuten otras personas de Madrid que conocen a la sentildeora

Ninguna consideracioacuten me deteniacutea Escribiacute una carta para dejarla en la casa si no le encontraba y salimos Mariana conociacutea bien Sevilla y pronto me llevoacute a la calle del Oeste que estaacute hacia la Alameda Vieja junto a la Inquisicioacuten Salvador no estaba Dejeacute mi carta y corrimos a casa porque al punto sospecheacute que [223] mientras yo le buscaba en su vivienda me buscaba eacutel en la miacutea Asiacute me lo deciacutea el corazoacuten impaciente

-Me aguardaraacute de seguro -penseacute- Ahora ahora siacute que no se me escapa

En mi casa no habiacutea nadie pero siacute una esquela Salvador estuvo a visitarme durante mi ausencia y no pudiendo esperar a causa de sus muchas ocupaciones dejome tambieacuten una carta en que asiacute lo manifestaba antildeadiendo entre expresiones carintildeosas que por la tarde a las cuatro en punto me aguardaba en la catedral Despueacutes de indicar la conveniencia de no volver a mi casa me suplicaba que no faltase a la cita en la gran basiacutelica y en su hermoso patio de los naranjos Teniacutea preparado un coche en la puerta de Jerez para irnos de paseo hacia Tablada

-iexclGracias a Dios -exclameacute- Esta tarde

Tomando mis precauciones para que nadie me importunase y poder estar completamente libre en la hora de la cita consagreacute algunas al descanso Pero la ocasioacuten no era la maacutes a propoacutesito y a las tres ya estaba yo en la catedral Era la hora del coro y los canoacutenigos entraban uno tras otro por la puerta del Perdoacuten Algunos se deteniacutean a echar un parrafito en el patio de los naranjos paseando junto al puacutelpito de San Vicente Ferrer [224]

Al verme dentro de la iglesia la mayor que yo habiacutea visto sentiacute una violenta invasioacuten de ideas religiosas en mi espiacuteritu iexclMaravilloso efecto del arte que consigue lo que no es dado alcanzar a veces ni aun a la misma religioacuten Yo miraba aquel recinto grandioso que me pareciacutea una representacioacuten del universo mundo Aquel alto firmamento de piedra asiacute como las hacinadas palmas que lo sustentan y el eminente tabernaacuteculo que es cual una escala de santos que sube hasta Dios dilataban mi alma hacieacutendola divagar por la esfera infinita La suave oscuridad del templo hace que brillen maacutes las ventanas cuyas vidrieras parecen un fantaacutestico muro de piedras preciosas Las vagas manchas luminosas de azul y rosa que las ventanas arrojan sobre el suelo se me figuraban huellas de aacutengeles que habiacutean huido al sentir nuestros pasos

Mi mente se sentiacutea abrumada de ideas Senteme en un banco porque sentiacutea la necesidad de meditar Delante de mis pies a manera de alfombra de luces se extendiacutea la transparencia de una ventana Alzando los ojos veiacutea las grandiosas boacutevedas Zumbaba en mis oiacutedos el grave canto del coro y a intervalos una chorretada de oacutergano cuyas maravillosas armoniacuteas me haciacutean estremecer de emocioacuten [225] poniendo mis nervios como alambres A poca distancia de miacute a la izquierda estaba la capilla de San Antonio toda llena de luces por ser 12 de Junio viacutespera del santo y de hermosos buacutecaros con azucenas y rosas Volviendo ligeramente la cabeza veiacutea el cuadro de Murillo y su espleacutendido altar

Yo pensaba en cosas religiosas pero mi egoiacutesmo las asociaba al amoroso afaacuten que me poseiacutea Pensaba en la santidad de la unioacuten sancionada por la Iglesia y de los lazos matrimoniales cuando son acertados Consideraba lo feliz que hubiera sido yo no equivocaacutendome como equivoqueacute en la eleccioacuten de marido Tambieacuten pasoacute por mi mente aunque con gran rapidez el recuerdo de la infeliz joven a quien con mis engantildeos precipiteacute en los azares de un viaje absurdo pero esto duroacute poco y ademaacutes me apresureacute a sofocar tan triste memoria dirigiendo el pensamiento a otra cosa

La imagen que tan cerca estaba atrajo mi atencioacuten Aquel santo tan bueno tan humilde tan buen compantildeero y amigo de los pobres es seguacuten dicen el abogado de los amores y de los objetos perdidos Ocurriome rezarle y le receacute con fervor de labios y aun de corazoacuten porque en aquel instante me sentiacutea piadosa No soacutelo le pediacute como

enamorada sino como quien busca [226] y no encuentra cosas de gran valor y mientras maacutes le rezaba maacutes me sentiacutea encendida en devocioacuten y llena de esperanza Concluiacute adquiriendo la seguridad de que mi afaacuten se calmariacutea aquella misma tarde y juzgando que mi entrada en la catedral a causa de la cita era obra providencial mi alma se alivioacute y aquella tensioacuten dolorosa en que estaba fue cesando poco a poco

iquestCoacutemo no esperar si aquel santo era tan bueno tan complaciente que merecioacute siempre el amor y la veneracioacuten de todos los enamorados No pude estar alliacute todo el tiempo que habriacutea deseado porque me causaba veacutertigo el olor de las azucenas y tambieacuten porque la hora de la cita se acercaba Cuando saliacute al patio y en el momento de pasar bajo el cocodrilo que simboliza la prudencia la alta campana de la Giralda dio las cuatro

No habiacuteamos llegado al puacutelpito de San Vicente Ferrer cuando Mariana y yo nos miramos aterradas Sentiacuteamos un ruido semejante al de las olas del mar Al mismo tiempo mucha gente entraba corriendo en el patio de los naranjos

-iexclRevolucioacuten sentildeora revolucioacuten -gritoacute Mariana temblando- No salgamos

La curiosidad venciendo el miedo me llevoacute [227] con maacutes presteza hacia la puerta Vi regular gentiacuteo que llenaba todo el sitio llamado Gradas de la Catedral y pareciacutea extenderse por delante del palacio arzobispal y la Lonja hasta el Alcaacutezar Pero la actitud de la muchedumbre era paciacutefica y maacutes pareciacutea de curiosos que de alborotadores Al punto comprendiacute que la salida de la Corte motivaba tal reunioacuten de gente y se calmaron mis suacutebitas inquietudes Esperaba ver de un momento a otro a la persona por quien habiacutea ido a la catedral y mis ojos la buscaron entre la multitud

-Aguardaremos un poco -penseacute dando un suspiro

La muchedumbre se agitoacute de repente murmurando Por entre ella trataba de abrirse paso un regimiento de caballeriacutea que aparecioacute por la calle de Geacutenova Entrad la mano en un vaso lleno de agua y esta se desbordaraacute introducid un regimiento de caballeriacutea en una calle llena de curiosos y vereacuteis lo que pasa Por la puerta del Perdoacuten penetroacute un chorro que salpicaba dicharachos y apoacutestrofes andaluces contra la tropa y tal era su iacutempetu que los que alliacute estaacutebamos tuvimos que retroceder hasta el centro del patio Entonces un sacristaacuten y un hombre forzudo y corpulento de esos que desempentildean en toda iglesia las bajas funciones [228] del trasporte de altares facistoles o bancos o las altiacutesimas de tocar las campanas y recorrer el tejado cuando hay goteras se acercaron a la puerta y despueacutes de arrojar fuera toda la gente que pudieron cerraron con estruendo las pesadas maderas Corriacute a protestar contra un encierro que me pareciacutea muy importuno mas el sacristaacuten alzando el dedo arqueando las cejas y ahuecando la voz como si estuviera en el puacutelpito dijo lacoacutenicamente

-De orden del sentildeor Deaacuten

- XXVIII -

Mucho me irritoacute la orden del sentildeor Deaacuten que sin duda no esperaba a una persona amada y entreacute en la iglesia consolaacutendome de aquel percance con la idea de que en edificio tan vasto no faltariacutean puertas por donde salir Pasamos al otro lado pero en la puerta que da a la plaza de la Lonja otro ratoacuten de iglesia me salioacute al encuentro despueacutes de echar los pesados cerrojos y tambieacuten me dijo

-De orden del sentildeor Deaacuten

-iexclMalditos sean todos los deanes -exclameacute [229] para miacute dirigieacutendome a la puerta que da a la fachada Alliacute un viejo con gafas sotana y sobrepelliz se restregaba las manos gruntildeendo estas palabras

-Ahora ahora va a ser ella Sentildeores liberales nos veremos las caras

Yo fui derecha a levantar el picaporte pero tambieacuten aquella puerta estaba cerrada y el sacristaacuten viejo al ver mi coacutelera que no podiacutea contener alzoacute los hombros disculpaacutendose con la orden de la primera autoridad capitular El de las gafas antildeadioacute

-Hasta que no pase la gresca no se abriraacuten las puertas

-iquestQueacute gresca

-La que han armado con la salida del Rey loco Mi opinioacuten sentildeora es que ahora va a ser ella porque hay un complot que no lo saben maacutes de cuatro

Volvioacute a restregarse las manos fuertemente guintildeando un ojo

-iquestY a queacute hora sale Su Majestad

-A las seis seguacuten dicen pero antes ha de correr la sangre por las calles de Sevilla como cuando la inundacioacuten de hace veinte antildeos la cual fue tan atroz sentildeora que por poco fondean los barcos dentro de la catedral

-iexclDe modo que estareacute encerrada aquiacute hasta [230] las seis -exclameacute llena de furor- Esto no se puede sufrir es un abuso un escaacutendalo Me quejareacute a las autoridades al Rey

-El Rey estaacute loco -dijo el viejo con horrible ironiacutea

-Al Gobierno me quejareacute al Arzobispo O me dejan salir o gritareacute dentro de la iglesia reclamando mi derecho

Discurriacute con agitacioacuten indecible por la iglesia nave arriba nave abajo saliendo de una capilla y entrando en otra pasando del patio al templo y del templo al patio Miraba a los negros muros buscando un resquicio por donde evadirme y enfurecida contra el autor de orden tan inicua me preguntaba para queacute existiacutean deanes en el mundo

Los canoacutenigos dejaban el coro y se reuniacutean en su camariacuten marchando de dos en dos o de tres en tres charlando sobre los graves sucesos Los sochantres y el fagotista se dirigiacutean piporro en mano a la capilla de muacutesica y los inocentes y graciosos nintildeos de

coro al ser puestos en libertad iban saltando con gorjeos y risas a jugar a la sombra de los naranjos

Varias veces en las repetidas vueltas que di por toda la iglesia paseacute por la capilla de San Antonio Sin que pueda decir que me dominaban sentimientos de irreverencia ello es que [231] mi compungida devocioacuten al santo habiacutea desaparecido No le mireacute con aversioacuten pero siacute con cierto enojo respetuoso y en mi interior le deciacutea

-iquestEs esto lo que yo teniacutea derecho a esperar iquestQueacute modo de tratar a los fieles es este

Mi egoiacutesmo habiacutea llegado al horrible extremo de pedir cuenta a la Divinidad de los desaires que me haciacutea Irritaacutebame contra el Cielo porque no satisfaciacutea mis caprichos

Pero iexclmaldita hora quien a miacute me irritaba verdaderamente era el Deaacuten tirano que mandaba encerrar a la gente porque se le antojaba Desde que le vi salir del coro en compantildeiacutea del Arcediano movieacutendose muy lentamente a causa del peso de su descomunal panza le tuve por un realistoacuten furibundo sin que por esto me fuese menos antipaacutetico iquestPor queacute habiacutean cerrado las puertas Por poner el sagrado recinto a salvo de una invasioacuten plebeya e impedir que el bullicio de los vivas y mueras turbase la santa paz de la casa de Dios A pesar de su celo no pudo el sentildeor Deaacuten conseguirlo y desde el patio oiacuteamos claramente los gritos de la muchedumbre y el paso de la caballeriacutea La Giralda cantoacute las cinco cantoacute las seis y aquella deplorable situacioacuten no cambiaba ni las puertas se abriacutean ni se desvaneciacutea el rumor [232] del pueblo Yo creo que si aquello se prolonga demasiado me atrevo a decir dos palabras al buen canoacutenigo encerrador Por fin no era yo sola la impaciente otras muchas personas encerradas como yo se quejaban igualmente y todos nos dirigiacuteamos en alarmante grupo al sacristaacuten (12) pero sin conseguir nada

-Cuando Su Majestad haya salido de Sevilla -nos respondiacutea- o se arma la de San Quintiacuten o todo quedaraacute tranquilo

Por fin despueacutes de las siete la puerta del Perdoacuten se abrioacute y vimos las Gradas y la gente que iba y veniacutea sin tumulto Yo me arrojeacute a la calle como se arrojariacutea en el agua aquel cuyos vestidos ardieran Miraba a un lado y otro me comiacutea con los ojos a cuantos pasaban camineacute apresuradamente hacia la Lonja y hasta el Alcaacutezar mi cabeza se moviacutea sin cesar dirigiendo la vista a todo semblante humano iexclAfaacuten inuacutetil Yo buscaba y rebuscaba y mi hombre no apareciacutea en ninguna parte Ya se ve iexclLas siete de la tarde Se cansariacutea de aguardarme tendriacutea que hacer

Volviacute de nuevo a la catedral recorrila toda saliacute di la vuelta por la Lonja pero iexclay si diera la vuelta a toda la tierra creo que tampoco le encontrara iexcltal era la horrible insistencia de mi desgracia Y sin embargo [233] hasta en las baldosas del piso en el aire y en el sonido hallaba no seacute queacute indicio misterioso de que eacutel me habiacutea aguardado alliacute largas horas Esto era para morir

Despueacutes de mucho correr senteme en un banco de piedra junto a la Lonja Tanto me enfadaba la gente que veiacutea regresar del Alcaacutezar y de la puerta de San Fernando que si las llamas de furor que abrasaban mi pecho fueran materiales de buena gana hubiera vomitado fuego sobre los que pasaban ante miacute Veniacutean de ver partir al Rey loco Muchos se lamentaban de que se tratase de tal suerte al Soberano de Castilla

iexclMenguados iquestpor queacute no tomaban las armas Siacute iquestpor queacute no las tomaban Me habriacutea gustado ver a todos los habitantes de Sevilla destrozaacutendose unos a otros

La Giralda cantoacute otra hora no seacute cuaacutel y entonces me decidiacute a tomar nueva resolucioacuten

-Vamos a su casa -dije a Mariana

-Es de noche sentildeora -repuso

La infeliz no queriacutea alejarse mucho de la casa Pero no le contesteacute y nos pusimos en camino para la calle del Oeste

-iquestY si no estaacute -indicoacute mi criada- Porque es muy posible que con estas cosas

-iquestQueacute cosas

-Estas revoluciones sentildeora [234]

-Si no hay nada

-Pues como se han llevado al Rey despueacutes de volverle loco En el patio de la catedral deciacutea uno que tendremos revolucioacuten mantildeana cuando se marche el Gobierno porque el Gobierno se marcharaacute

-Deacutejalo ir no nos hace falta Date prisa

-Pues yo creo que nos llevaremos otro chasco

-Si no estaacute en su casa le esperareacute

-iquestY si no vuelve hasta muy tarde

-iexclHasta muy tarde le esperareacute

-iquestY si no vuelve hasta mantildeana

-Hasta mantildeana le esperareacute No me muevo de su casa hasta que le vea Ahora ahora siacute que no se me escapa iquestconcibes tuacute que se me pueda escapar

- XXIX - Al decir esto mi corazoacuten oprimido por tantos desengantildeos se ensanchaba llenaacutendose otra vez de esperanza de ese don del cielo que jamaacutes se agota y que a nadie puede faltar

-Pues no veo yo muy tranquila esta noche [235] la ciudad de Sevilla -indicoacute Mariana- Si como dicen se ha marchado toda la tropa puede que nos despertemos mantildeana en un charco de sangre

Echeme a reiacuter burlaacutendome de sus ridiacuteculos temores y seguimos avanzando con bastante presteza hacia la calle del Oeste Detuacuteveme antes de llamar en su casa para que un breve descanso disimulara mi sofocacioacuten y se amortiguasen las llamaradas de mis mejillas

-Senteacutemonos -dije a Mariana- al amparo de este aacuterbol Ahora no hay gran prisa Ya le tengo cogido Estoy tranquila Eacutel ha de venir a su casa Ahora ahora siacute que le tengo en mi mano

Cuando llamamos en la reja que daba entrada al patio una mujer nos dijo que el sentildeor Monsalud no estaba en casa

-Pues tengo que hablarle precisamente esta noche y le esperareacute -dije resueltamente

Yo no reparaba en conveniencia alguna social En el estado de mi espiacuteritu nada teniacutea fuerza para contenerme Importaacutebame ya muy poco que me vieran que me conocieran que me sentildealasen con el dedo ni que el vulgo suspicaz y murmurador me hiciera objeto de burlas y comentarios deshonrosos

Al principio vacilaba en dejarme entrar la [236] mujer que me abrioacute la puerta pero tanto insteacute y con tan arrogante autoridad me expresaba que al fin me llevoacute a una sala baja Alliacute estaba un viejecillo que a la deacutebil claridad de un veloacuten de cobre arreglaba bauacuteles y cajas poniendo en ellos libros ropa y papeles Era un tal Bartolomeacute Canencia Eacutel no debiacutea de conocerme pero se apresuroacute a saludarme con extremadas urbanidades Cual si comprendiera las ansias que yo padeciacutea aquella noche me dijo

-No estaacute en casa ni puedo asegurar que venga pronto pero siacute que vendraacute Necesitamos arreglar todo para nuestra partida

iquestCuaacutendo

-Mantildeana Nos vamos con el Gobierno iquestQuieacuten se atreveraacute a quedarse aquiacute despueacutes que marchen los ministros Esto es un volcaacuten realista En cuanto desaparezca el Gobierno que obstruye el craacuteter se agitaraacute con fuego y vapores vomitando horrores iexclPobre Sevilla no ha querido oiacuter mis consejos los consejos de la experiencia sentildeora y hela aquiacute en poder del realismo maacutes brutal Este pueblo tan ceacutelebre por su riqueza y por su gracia como por sus procesiones estaacute infestado de curas y aquiacute los curas son ricos No hay maacutes que decir

Yo me fastidiaba esta conversacioacuten y asiacute con la mayor habilidad la desvieacute de la poliacutetica [237] hacieacutendola recaer sobre mi objeto Canencia contestoacute a mis preguntas de una manera categoacuterica

-Esta tarde salimos juntos -me dijo- Eacutel se quedoacute en las Gradas de la Catedral donde teniacutea una cita y yo seguiacute hacia el Alcaacutezar para asistir a la salida de Su Majestad Luego nos encontramos de nuevo a eso de las siete pareciacutea disgustado sin duda porque

la cita no pudo verificarse Entramos en casa y despueacutes eacutel salioacute para ver a Calatrava Diacutejome que volveriacutea a arreglar su equipaje y aquiacute me tiene usted arreglando el miacuteo sentildeora para lo que se le ofrezca mandar De modo que si usted desea algo en Caacutediz puede dar sus oacuterdenes con toda franqueza

-Yo tambieacuten pienso ir a Caacutediz -repuse

-iexclUsted tambieacuten Bueno es que vayan todos -dijo con ironiacutea maliciosa- para que se haga con toda solemnidad el entierro de la Constitucioacuten Alliacute nacioacute sentildeora y alliacute le pondremos la mortaja que todo lo que nace ha de perecer Si se hubieran seguido mis consejos sentildeora pero los hombres se han dejado enloquecer por la ambicioacuten y la vanidad Ya no existen aquellos repuacuteblicos austeros aquellos filoacutesofos incorruptibles aquellos sectarios de la honradez maacutes estricta y [238] de la sabiduriacutea ateniense hombres que con un pedazo de pan un vaso de agua y un buen libro se pasaban la mayor parte de la vida Ahora todo es comer a dos carrillos pedir destinos figurar en una palabra sentildeora ya no hay virtudes ciacutevicas

-iquestY es seguro que el Gobierno marcha mantildeana -le pregunte para desviarle de su fastidiosa disertacioacuten

-Seguriacutesimo No puede ser de otra manera

-iquestPor tierra

-Por agua sentildeora Los ministros y diputados marchan en el vapor

-iquestY usted y Salvador van tambieacuten en el vapor

-Iremos donde podamos sentildeora aunque sea en globo por los aires

Eacutel siguioacute arreglando sus maletas y yo me abrumeacute en mis pensamientos En la sala habiacutea un reloj de cucuacute con su impertinente paacutejaro de esos que asoman al dar la hora y nos hacen tantas cortesiacuteas como campanadas tiene aquella Nunca he visto un animalejo que maacutes me enfadase y cada vez que apareciacutea y me saludaba miraacutendome con sus ojillos negros y cantando el cucuacute sentiacutea ganas de retorcerle el pescuezo para que no me hiciera maacutes cortesiacuteas El paacutejaro cantoacute las nueve y las diez y las once y [239] con su insolente movimiento y su desagradable sonido pareciacutea decirme -iquestQueacute tal sentildeora se aburre Vd mucho

Todo el que ha esperado comprenderaacute mi agoniacutea Aquel resbalar del tiempo aquella veloz corrida de los minutos que pasan de nuestra frente a nuestra espalda amontonaacutendose atraacutes el tiempo que estaba delante es para enloquecer a cualquiera Cuando no hay un reloj que lleve la cuenta exacta de la cantidad de esperanza que se desvanece y de la paciencia que se gasta grano a grano menos mal pero cuando hay reloj y este reloj tiene un paacutejaro que hace reverencias cada sesenta minutos y dice cucuacute no hay espiacuteritu bastante fuerte para sobreponerse a la pena Ya cerca de las doce me deciacutea yo laquoiquestSi no vendraacuteraquo

Habiendo manifestado mis dudas al viejo Canencia que pareciacutea algo molesto por la duracioacuten de mi visita me dijo

-Puede que venga y puede que no venga Seguramente estaraacute ahora en el cafeacute del Turco o en casa del duque del Parque Ya es medianoche Dentro de unas cuantas horas seraacute de diacutea y iexclen marcha todo el mundo para Caacutediz

Mariana bostezaba siendo imitada por Canencia Yo me sosteniacutea intreacutepida sin suentildeo ni [240] cansancio resuelta a estar un antildeo en aquel sitio si un antildeo tardaba en venir mi hombre

-De todas maneras -dije a Canencia- si se marcha mantildeana ha de venir a arreglar su equipaje

-Es muy posible sentildeora -me contestoacute secamente- En caso de que quiera Vd retirarse puede con toda confianza dejar el recado verbal que guste Yo se lo trasmitireacute puntualmente y con la fidelidad de un verdadero amigo

-Gracias

-Le direacute que ha estado aquiacute Aunque usted no me ha dicho su nombre yo creo conocer a la persona con quien tengo el honor de hablar por haberla visto en Madrid algunas veces iquestNo es usted la sentildeora marquesa de Falfaacuten

Esta pregunta me hizo estremecer en mi interior como si un rayo pasara por miacute Pero dominaacutendome con soberano esfuerzo repuse gravemente y con afectada verguumlenza

-Siacute sentildeor soy la marquesa de Falfaacuten Fiada en la discrecioacuten de usted me he aventurado a esperar aquiacute en hora tan impropia

-Sentildeora yo soy un sepulcro y ademaacutes un amigo fiel de ese excelente joven y como le debo muchos beneficios a la amistad se une la gratitud Puede usted con toda libertad confiarme [241] lo que quiera Es muy posible que eacutel no pueda verla a usted esta noche Estaraacute muy ocupado y sin duda el viaje de mantildeana trastorna sus planes porque si no recuerdo mal hoy me dijo que pensaba despedirse de usted por la noche en casa de Dordf Mariacutea Antonia

Al oiacuter esto me quedeacute como maacutermol y enseguida me lleneacute de ascuas Desplegueacute los labios para preguntar laquoiquestdoacutende vive esa Dordf Mariacutea Antoniaraquo pero me contuve a tiempo comprendiendo la gran torpeza que iba a cometer Evocando toda mi destreza de coacutemica dije

-Asiacute pensaacutebamos pero no ha podido ser

El infame paacutejaro se asomoacute a su nicho y burlaacutendose de miacute cantoacute la una Yo me ahogaba porque a mis primeras fatigas se uniacutea desde que habloacute aquel hombre la inmensa sofocacioacuten de un despecho volcaacutenico de los celos que me mataban En mi cerebro se encajaba una corona de brasas resplandecientes y mi corazoacuten chorreaba sangre herido por mil puacuteas venenosas Mi afaacuten mi deseo maacutes vivo era morder a alguien

Espereacute maacutes Canencia seguiacutea bostezando y Mariana dormitaba Yo sentiacutea en mis oiacutedos un zumbido extrantildeo el zumbido del silencio nocturno que es como un eco de

mares lejanos y deshacieacutendome esperaba Habriacutea dado mi vida [242] entera por verle entrar por poder hablarle a solas un momento arrojando sobre eacutel las palabras la furia la hiel que se desbordaban en miacute A ratos balbuciacutea terribles injurias que siendo tan infames a miacute me pareciacutean rosas

El vil pajarraco volvioacute a chancearse conmigo y haciendo la reverencia maacutes pronunciada y el canto maacutes fuerte anuncioacute las dos

-iexclLas dos iexclpronto seraacute de diacutea -exclameacute

-Fijamente no viene ya sentildeora Es que se embarca con los diputados -dijo Canencia dando a entender con sus bostezos que de buena gana dormiriacutea un rato

-iquestY a queacute hora se embarcan los diputados

-Al rayar el diacutea asiacute se dijo anoche en el saloacuten del Congreso cuando se levantoacute la sesioacuten que ha durado treinta y tres horas

Estuve largo rato dudando lo que debiacutea hacer Delante de mi pensamiento daba vueltas un ciacuterculo de fuego que alternativamente en su lenta rotacioacuten mostraacutebame dos preguntas primera iquestY si viene despueacutes que yo me vaya Segunda iquestY si se embarca en el muelle mientras yo estoy aquiacute

Yo veiacutea pasar una pregunta despueacutes otra La segunda sustituiacutea a la primera y la primera a la segunda en oacuterbita infinita Ambas teniacutean [243] igual claridad ambas me deslumbraban y me enloqueciacutean de la misma manera Yo que por lo general me decido pronto entonces dudaba Cuando la voluntad se iba inclinando de un lado el pensamiento llamaacutebame del otro y asiacute contrabalanceados los dos poniacutean a mi alma en estado de terrible ansiedad Largo rato permaneciacute en esta dolorosa incertidumbre Los minutos volaban y acercaacutendose aquel en que era preciso resolver definitivamente el silencio mismo llegoacute a impresionar mi cerebro como un bramido intolerable formado por mil voces Oiacutea el latir de mi corazoacuten como se oye un secreto que nos dicen al oiacutedo mi sangre ardiacutea y por fin aquella misma palpitacioacuten de mi alborotado seno fue como una voz que hablaba dicieacutendome laquoanda andaraquo

El paacutejaro riendo como un demonio burloacuten me saludoacute tres veces con su cortesiacutea y su infernal cucuacute Eran las tres

-Va a ser de diacutea -dijo Canencia dejando caer sobre el pecho su cabeza venerable

Levanteme Estaba decidida Pareciome que D Bartolomeacute al verme dispuesta a partir vio el cielo abierto Despedime de eacutel bruscamente y salimos

-iquestA doacutende vamos sentildeora -me dijo Mariana- iquestNo es hora de retirarnos ya a descansar [244]

-Todaviacutea no

-iexclSentildeora sentildeora por Dios Estaacute amaneciendo No hemos cenado no hemos dormido

-Calla imbeacutecil -le dije clavando mis dedos en su brazo- iexclCalla o te ahogo

- XXX - Amaneciacutea y multitud de hombres de mal aspecto vagaban por la calle Veiacuteanse gitanos desarrapados y muchos guapos de la Macarena y de Triana Mi criada tuvo miedo pero yo no Repetidas veces nos vimos obligadas a variar de rumbo para evitar el encuentro de algunos grupos en que se oiacutea el ronco estruendo de iexclvivan las caenas iexclmuera la nacioacuten

Llegamos por fin al riacuteo Ya el diacutea habiacutea aclarado bastante y desde la puerta de Triana vimos la chimenea del vapor que despediacutea humo

-Si esos barcos de nueva invencioacuten humean al andar -dije- el vapor se marcha ya

Desde la puerta de Triana a la Torre del Oro se extendiacutea un cordoacuten de soldados de artilleriacutea [245] En la puerta de Jerez habiacutea cantildeones Nada de esto me arredraba porque mi exaltacioacuten me infundiacutea grandes alientos y hablando al oficial de artilleriacutea logreacute pasar hasta la orilla donde algunas tablas sostenidas sobre pilotes serviacutean de muelle El vapor bufaba como animal impaciente que quiere romper sus ligaduras y huir Multitud de personas se dirigiacutean al embarcadero Reconociacute a Canga-Arguumlelles a Calatrava a Beltraacuten de Lis a Salvato a Galiano y a otros muchos que no eran diputados

-Eacutel se iraacute tambieacuten -penseacute- Vendraacute aquiacute de seguro Pero no no creo que se me pueda escapar

Una idea grandiosa cruzoacute por mi mente una de esas ideas napoleoacutenicas que yo tengo en momentos de gravedad suma Ocurriome embarcarme tambieacuten en el vapor si le veiacutea partir No teniacutea equipaje iquestpero queacute me importaba Mariana se quedariacutea para llevarlo despueacutes

Acerqueme a Calatrava que se asombroacute mucho de verme

-Quiero un puesto en el vapor -le dije

-iquestTambieacuten usted se marcha iquestDe modo que

-Temo ser perseguida Estoy muerta de miedo [246] desde ayer Me han amenazado con anoacutenimos atroces

-iquestHa preparado usted su equipaje

-He preparado lo maacutes preciso el viaje es corto Mi criada se queda para arreglar lo que dejo aquiacute

-Tambieacuten nosotros dejamos nuestros equipajes porque no caben en el vapor Iraacuten en aquella goleta

-iquestMe hace usted un sitio siacute o no

-iquestUn sitio Siacute sentildeora Dejando el equipaje El Gobierno ha fletado el buque Puede usted venir

Esto se llama proceder pronto y con energiacutea Pero observeacute a todos los que llegaban y no le vi A cada instante creiacutea verle aparecer

-No puede tardar -dije despueacutes que di mis oacuterdenes a Mariana- Ahora siacute que es miacuteo

Mariana haciacutea objeciones muy juiciosas pero yo a nada atendiacutea Estaba ciega loca

-iquestY si no se embarca -me dijo mi criada- Todaviacutea no ha venido

-Pero ha de venir A ver si estaacute por ahiacute el duque del Parque

Miramos las dos en todos los grupos y no vimos al Duque

-iquestEl sentildeor duque del Parque no va a Caacutediz -pregunteacute a Salvato [247]

-El sentildeor Duque no se ha atrevido a votar el destronamiento

-iquestY queacute

-Que los que no votaron no se creen en peligro y seguiraacuten en Sevilla

-De modo que Su Excelencia

-No tengo noticia de que se embarque con nosotros

-Venga usted -me dijo Calatrava alargaacutendome la mano para llevarme a la cubierta del buque

-Entre usted amigo entre usted que auacuten tengo que decir algo a mi criada

-Parece que vacila usted

-En efecto siacute no estoy decidida auacuten

No no podiacutea entrar en aquel horrible bajel que iba a partir silbando y espumarajeando sin llevar al que turbaba mi vida Yo les vi entrar uno tras otro les conteacute ni uno solo escapoacute a mi observacioacuten y iexcleacutel no estaba iexclSiempre ausente siempre lejos de miacute siempre en direccioacuten diametralmente opuesta a la direccioacuten de mis ideas y de mi apasionada voluntad Esto era para enloquecer completamente y digo completamente porque yo estaba ya bastante loca Mi desvariacuteo insensato aumentaba como la fiebre galopante del enfermo solicitado por la muerte

Se embarcaron iexclay vi al horrendo vapor [248] separarse del muelle vi moverse las paletas de sus ruedas machacando y rizando el agua le oiacute silbar y mugir echando humo hasta que emprendioacute su marcha majestuosa riacuteo abajo

No yendo eacutel no podiacutea causarme afliccioacuten quedarme en tierra Eacutel estaba tambieacuten en Sevilla

-Ahora -dije- ahora no es posible que le pierda otra vez Si tengo actividad e ingenio pronto saldreacute de esta angustiosa situacioacuten

No quise detenerme como el vulgo que se extasiaba contemplando el humo del vapor que conduciacutea hacia el postrer rincoacuten de Espantildea el uacuteltimo resto del liberalismo Como aquel humo en los aires asiacute se desvaneciacutea en el tiempo la Constitucioacuten Pero en mi mente no podiacutean fijarse ni por un instante estas ideas

Me era forzoso pensar en otras cosas y en la realidad de mi ya insoportable desdicha iquestA doacutende debiacutea ir En los primeros momentos despueacutes del embarque no pude determinarlo y vagueacute breve rato por la ribera hasta que me obligaron a huir los excesos de la salvaje muchedumbre que se precipitoacute sobre los equipajes de los diputados apoderaacutendose de ellos y saqueaacutendolos en presencia de la poca tropa que habiacutea quedado en el muelle

Al mismo tiempo sentiacute el clamor de las [249] campanas echadas a vuelo en sentildeal de que Sevilla habiacutea dejado de pertenecer al Gobierno constitucional y en cuerpo y alma perteneciacutea ya al absolutismo iexclCambio tan raacutepido como espantoso El pronunciamiento se hizo entre berridos salvajes en medio del saqueo y del escaacutendalo al grito de iexclmuera la Nacioacuten La verdad es que los alborotadores haciacutean poco dantildeo a las personas pero siacute robaban cuanto podiacutean Al entrar por la puerta de Jerez procureacute apartarme lo maacutes posible de la turbulenta oleada que marchaba hacia el corazoacuten de Sevilla con objeto seguacuten oiacute de destrozar el saloacuten de sesiones y el cafeacute del Turco donde se reuniacutean los patriotas

Lejos de desmayar yo con las muchas contrariedades el insomnio y el continuo movimiento pareciacutea que la misma fatiga me daba prodigiosos alientos No sentiacutea el maacutes ligero cansancio y mi cerebro como una llama cada vez maacutes viva hallaacutebase en ese maravilloso estado de actividad que es para los poetas para los criminales y para los que se ven en peligro la raacutepida inspiracioacuten del momento Yo sentiacutea en miacute un estro grandioso avivado por mis contrariadas pasiones mi rencor y mi despecho Teniacutea la penetrante vista del genio y habiacutea llegado a ese momento sublime en que los maacutes [250] profundos secretos de nuestro destino se nos muestran con claridad espantosa Mi pensamiento como la aguja magneacutetica de una bruacutejula sentildealaba con insistencia la casa del marqueacutes de Falfaacuten

-iexclOh alliacute alliacute he de encontrar la solucioacuten de este horrible problema

- XXXI -

Y corriendo hacia la casa sontildeaba no ya con las delicias de un encuentro feliz y de una amable reconciliacioacuten sino con proporcionar a mi alma el inefable el celestial el infinito regocijo de un escaacutendalo de una escena de una de esas venganzas de mujer que son la Iliacuteada (13) del corazoacuten femenino No seacute si me equivocareacute juzgando por miacute de todas las mujeres pero pienso firmemente que ninguna por muy tiacutemida que sea deja de sentir en momentos dados y cuando se discuten asuntos del corazoacuten el poderoso instinto de la majeza La maja digan lo que quieran no es maacutes que lo femenino puro De miacute puedo asegurar que en aquel instante me sentiacutea verdulera [251]

-Tengo la seguridad -deciacutea- de que le encontrareacute alliacute El corazoacuten me lo dice Es precisamente lo que necesito es la satisfaccioacuten maacutes preciosa y agradable de mi inmenso afaacuten el desahogo de mi pecho semejante a un volcaacuten sin craacuteter el consuelo de todas mis penas Hablareacute gritareacute vomitareacute injurias iquestqueacute digo injurias verdades Direacute todo lo que seacute abrireacute los ojos de un marido creacutedulo y bonachoacuten arrancareacute la maacutescara a una hipoacutecrita confundireacute a un ingrato en suma estareacute en mi elemento iexcliexclAhora Santo Dios de las venganzas ahora siacute que no se me puede escapar

Al dirigirme a la plaza de la Magdalena donde viviacutea el Marqueacutes vi a dos o tres patriotas que eran llevados presos por el pueblo con una cuerda al cuello iexclPobre gente Entre ellos vi a Canencia que me dirigioacute al pasar una mirada suplicante pero no hice caso y seguiacute Casi arrastrando a Mariana que apenas podiacutea seguirme de puro cansada y sontildeolienta llegueacute a casa de Falfaacuten

En el patio encontreacute al Marqueacutes que al punto que me vio asombrose mucho de la alteracioacuten de mi semblante creyendo que ocurriacutea alguacuten grave accidente

-Sentildeora -me dijo ofrecieacutendome una silla- no extrantildeo que esa gente mal educada [252] Se estaacuten cometiendo toda clase de excesos en la desgraciada Sevilla

-No es eso no -repuse- Si no me ha pasado nada

-Sentildeora su rostro de usted me indica gran desasosiego y agitacioacuten

-Es verdad -dije- pero

-Estaacute usted muy intranquila

-Intranquila no estoy furiosa

Despueacutes de decir esto y de romper en seis pedazos mi abanico que ya lo estaba en cuatro procureacute tomar una actitud aparentemente serena pues el caso requeriacutea en miacute la grave majestad del que condena no la atolondrada coacutelera y pueril turbacioacuten del condenado

-iquestY por queacute estaacute usted furiosa -me preguntoacute el Marqueacutes confundido- iquestEn queacute puedo servir a usted

-iexclYo seacute que estaacute aquiacute -dije mirando al Marqueacutes de un modo que le aterroacute

-iquestQuieacuten

-iexclOh iquestquieacuten seraacute preciso que yo hable que lo diga todo

-Sentildeora no comprendo una palabra

-Llame usted a la sentildeora Marquesa y quizaacutes ella me comprenda -repuse con amargo sarcasmo

-Andrea no estaacute en casa [253]

Al oiacuter esto sentiacute un sacudimiento Nuevo y maacutes doloroso cambio en mis ideas en mi voluntad en mi coacutelera en mis planes nuevo movimiento de la aguja magneacutetica que brujuleaba en mi corazoacuten marcaacutendome el derrotero en medio de la tempestad El Marqueacutes no podiacutea tener intereacutes en negarme a su esposa Asiacute lo comprendiacute al momento y sin vacilar un instante dije

-iquestHa ido a la casa de Dordf Mariacutea Antonia

-Precisamente alliacute estaacute -manifestoacute Falfaacuten en tono de confianza honrada y tranquila que hubiera cautivado a otra persona maacutes irritada que yo- La Sra Dordf Mariacutea Antonia se puso anoche mala y mi esposa fue a acompantildearla un ratito A las diez estaba de vuelta

-iquestA las diez

-Pero sin duda la Sra Dordf Mariacutea Antonia se ha agravado hoy porque al rayar el diacutea vinieron a buscar a Andrea y allaacute estaacute iquestEncuentra usted en esto algo de extrantildeo

-No sentildeor nada -dije levantaacutendome- iquestY doacutende vive esa Dordf Antonia

-En la calle que sale a la puerta de Carmona nuacutemero 26 iquestPero se va usted sin explicarme el motivo de su visita su agitacioacuten

-Siacute sentildeor me voy [254]

-Pero

-Adioacutes sentildeor Marqueacutes

Quiso detenerme pero raacutepida como un paacutejaro fugitivo le dejeacute y saliacute de la casa

-A la calle que sale a la puerta de Carmona nuacutemero 26 -dije a Mariana que me seguiacutea durmiendo

-Ahora -deciacutea para miacute en el horroroso veacutertigo que formaban mis pensamientos y mi marcha- ahora siacute que de ninguacuten modo se me puede escapar

Yo saboreaba de antemano las horribles delicias del escaacutendalo que iba a dar de la venganza que tomariacutea de las palabras que saldriacutean de mi boca como el humo y la lava

de un volcaacuten en erupcioacuten Me deleitaba con aquella copa de amarguras que se convertiacutea en copa llena de delicioso licor de la venganza Habiacutea llegado al extremo de recrearme en el veneno de mi alma y de hallar delicioso el fuego que respiraba Seguiacutea teniendo las mismas ganas de morder a alguien y creo que mi linda boca tan codiciada habriacutea sido un aacutespid si en carne humana hubiera posado sus secos labios

Mariana que conociacutea a Sevilla me llevoacute hacia la puerta de Carmona yo no seacute por doacutende ni en cuaacutento tiempo Habiacutea yo perdido la nocioacuten [255] de la distancia y del tiempo Vi una calle larga y solitaria con muchas rejas verdes llenas de tiestos de albahaca Vi una fila de casas de fachada blanca iluminadas por el sol y otra liacutenea de casas en la sombra Yo buscaba el nuacutemero 26 cuando sentiacute pisadas de caballos Delante de miacute como a cuarenta pasos abriose una gran puerta y salieron tres hombres a caballo iexclEra eacutel

Corriacute corriacute Iba vestido con el traje popular andaluz y su figura era la maacutes hermosa que puede imaginarse Los otros dos vestiacutean lo mismo Caracolearon un instante los corceles delante de la casa y en seguida emprendieron precipitadamente la carrera en direccioacuten a la puerta de Carmona

Yo corriacutea corriacutea y al mismo tiempo gritaba Mariana que no habiacutea perdido el juicio me detuvo enlazando con sus dos brazos mi talle Mi furor estalloacute con un grito salvaje con una convulsioacuten horrible y este apoacutestrofe inexplicable -iexclLadrones iexclLadrones

En el mismo momento en que yo rugiacutea de este modo dos mujeres se asomaban a la ventana de la casa y saludaban a los jinetes con sus abanicos Eacutel miroacute repetidas veces hacia atraacutes y saludaba tambieacuten sonriendo Vi brillar el lente de Dordf Mariacutea Antonia vi los negros [256] ojos de Andrea iexclOh Satanaacutes Satanaacutes

Yo seguiacute hasta ponerme debajo de la ventana pero esta se cerroacute Seguiacute corriendo un poco maacutes Un grupo de hombres feroces aparecioacute por una boca-calle Su aspecto infundiacutea pavor pero yo me adelanteacute hacia ellos y sentildealando a los tres jinetes que huiacutean a escape fuera de la puerta entre nubes de polvo griteacute con toda la fuerza de mis pulmones

-iexclQue se escapan corred corred tras ellos iexclQue se escapan los patriotas los maacutes malos de todos los ateos blasfemos los republicanos los masones los regicidas los enemigos del Rey iexcllos que queriacutean matarle Corred y cogedles Yo tengo dinero Mil duros al que les coja iexclEn nombre de la religioacuten iexclEn nombre de las caenas Vamos vamos tras ellos iexclQue se escapan

A medida que hablaba iba desapareciendo en mi espiacuteritu la nocioacuten de lo externo y me sentiacutea envuelta en tinieblas o en llamas no seacute en queacute me sentiacutea caer en un hondo infierno lleno de demonios sumergirme en abismo de negro delirio de fiebre de suentildeo o muerte pues no puedo expresar bien lo que era aquello

Perdiacute el conocimiento [257]

- XXXII - Mi dolorosa enfermedad que me puso al borde del sepulcro duroacute cuarenta diacuteas de los cuales no seacute cuaacutentos paseacute en terrible crisis sin conciencia de las cosas atormentada por la fiebre Mi sangre enardecida habiacutea descompuesto en tales teacuterminos las funciones de mi cerebro que en aquellos angustiosos diacuteas no viviacutea con mi vida propia sino con el mismo fuego mortiacutefero de la enfermedad Asistiome uno de los primeros meacutedicos de Sevilla

Cuando saliacute del peligro y hubo esperanzas de que auacuten podriacutea seguir mi persona fatigando al mundo con su peso halleme en tristiacutesimo estado sin memoria sin fuerzas sin belleza Mas empeceacute a recobrar muy lentamente estos tesoros perdidos y con ellos volviacutean mis pasiones y mis rencores a aposentarse en mi seno como despueacutes de una inundacioacuten y cuando las aguas se retiran aparece lentamente la tierra dibujaacutendose primero los altos collados luego las suaves pendientes y por uacuteltimo el llano Asiacute pasada aquella avenida de sangre que envolvioacute mi pensamiento en turbias olas venenosas [258] fue apareciendo poco a poco todo lo existente antes del 13 de Junio

Una imagen descollaba sobre todas las que me perseguiacutean cuando mi fantasiacutea como un borracho que recobra la claridad de sus sentidos empezoacute a presentarme lo pasado Esta imagen era la de la hueacuterfana a quien supuse corriendo sin cesar por campos y ciudades buscando lo que no habiacutea de encontrar iquestAcaso el tormento de ella no era tan grande o quizaacutes mayor que el miacuteo Pero yo no me haciacutea cargo de esto y lejos de sentir laacutestima de mi viacutectima echaba lentildea a la hoguera de mis rencores discurriendo mil defectos y fealdades en el caraacutecter de la hermana de Salvador para deducir que sus angustias le estaban muy bien merecidas iexclQueacute desatinos tan horribles penseacute con este motivo Parece mentira que la exaltacioacuten de mi aacutenimo me llevara hasta los uacuteltimos desvariacuteos hasta el sacrilegio y la blasfemia

-Es muy posible -deciacutea yo- que mis horribles angustias hayan sido causadas por las maldiciones de esa mujer Al verse engantildeada habraacute pedido a Dios mi castigo y Dios no hay duda hace caso de los hipoacutecritas iexclAh los hipoacutecritas iexclperversa raza Son capaces con sus fingidas laacutegrimas de engantildear al mismo Dios y compelerle a castigar a los buenos [259]

A estos horrorosos pensamientos hijos de una turbada razoacuten antildeadiacutea otros quizaacutes maacutes sacriacutelegos Mi enfermedad que pareciacutea un aviso del cielo no me habiacutea corregido antes bien cuando resuciteacute estaba maacutes intolerante maacutes soberbia y proyectaba nuevos planes para vencer la tenaz contrariedad de mi destino Lejos de desconfiar de mis fuerzas y de acobardarme teniacutea fe mayor en ellas y me vanagloriaba suponiendo una inmediata victoria

-Me han ocurrido tantos desastres -deciacutea- porque he sido una tonta Pero ahora iexclOh ahora yo me juro a miacute misma que morireacute o le he de atrapar Ireacute a Caacutediz

Cuando esto deciacutea finalizaba Julio y la temperatura de Sevilla era irresistible El meacutedico me ordenoacute que buscase en la costa aires maacutes templados

Los franceses se habiacutean establecido ya en Sevilla donde reinaba un orden perfecto En toda Espantildea y principalmente en algunos puntos privilegiados de la tragedia como

Manresa y la Coruntildea corriacutea la sangre a raudales Los dos furibundos partidos se heriacutean mutuamente con impiacutea crueldad Pero los ejeacutercitos de ambas Naciones no habiacutean empentildeado ninguna lucha verdaderamente marcial y grandiosa [260] El nuestro se desbandaba como un rebantildeo sin pastores y el franceacutes iba ocupando las ciudades desguarnecidas y dominando todo el paiacutes sin trabajo y sin heroiacutesmo sin sangre y sin gloria Sus victorias eran ramplonas y honradas su proceder dentro de los pueblos noble y templado Era aquel ejeacutercito como su jefe leal y sin genio un ejeacutercito apreciable compuesto de cien mil buenos sujetos que no conociacutean el saqueo pero tampoco la gloria iexclDetestable suerte la de Espantildea iexclHaber hecho temblar al coloso y sucumbir ante un hijo del conde de Artois ante un pobre emigrado de Gante

iexclA Caacutediz a Caacutediz Estas palabras compendiaban todo mi pensamiento en aquellos diacuteas Empeceacute a disponer mi viaje con gran prisa y a principios de Agosto nada teniacutea que hacer ya en Sevilla

Mi belleza recobraba al fin su esplendor Y no era esto poco triunfo porque la verdad es que me habiacutea quedado como un espectro iexclCon cuaacutento alborozo veiacutea yo despuntar de diacutea en diacutea la animacioacuten la gracia la frescura la viveza todos los encantos de mi fisonomiacutea que iban mostraacutendose como flores que se abren al carintildeoso amor del sol Yo no cesaba de mirarme al espejo para [261] observar los progresos de mi restauracioacuten y casi casi estoy por decir que me encontraba maacutes guapa que antes de mi enfermedad Perdoacuteneseme este orgullo vano pero si Dios me hizo asiacute si me dio hermosura y gracias iquestpor queacute no lo he de decir para que lo sepan los que no tuvieron la dicha de conocerme

El conde de Montguyon se me presentoacute en el momento de partir para Caacutediz iexclOh feliz encuentro Mi D Quijote que habiacutea sido ascendido a jefe de brigada me acompantildeoacute en casi todo el camino de Sevilla a la costa mostraacutendose en extremo orgulloso por creer proacuteximo el momento de mi definitiva conquista y yo cuidaba no poco de confirmarle en esta creencia porque queriacutea tenerle muy dispuesto a servirme en negocios difiacuteciles Hablamos tambieacuten de poliacutetica y de la Ordenanza de Anduacutejar en que Su Alteza recomendaba la mayor templanza a los absolutistas habieacutendoles disgustado por esto Pero el tema maacutes agradable a mi caballero era el amor

Seguacuten se expresaba su bello ideal estaba a punto de realizarse El paiacutes ardiente el territorio pintoresco la dama hermosa nada faltaba para que la leyenda fuese completa Pero yo esmeraacutendome en fomentar sus esperanzas era sumamente avara de concesiones Mi ordenanza [262] de Anduacutejar prescribiacutea tambieacuten la moderacioacuten

Ya me habiacutea yo instalado en el Puerto cuando apremiada por el Conde le reveleacute la causa de mis ardientes deseos de penetrar en Caacutediz

-Un hombre -le dije- que antes poseiacutea mi confianza administrando los bienes de mi casa un mayordomo que supo servirme alguacuten tiempo con lealtad para engantildearme despueacutes con maacutes seguridad huyoacute de Madrid robaacutendome gran cantidad de dinero muchas alhajas de valor y documentos preciosos Ese hombre estaacute en Caacutediz

-Pero en Caacutediz hay tribunales de justicia hay autoridades

-En Caacutediz no hay maacutes que un Gobierno expirante que para prolongar su vida entre agoniacuteas se rodea de todos los pillos

-Sin embargo sentildeora un ladroacuten de semejante estofa no puede ser patrocinado por nadie Horribles cosas se ven en las guerras civiles pero nosotros nosotros los franceses entraremos en Caacutediz

-Esa es mi esperanza

-iquestNo tiene usted valimiento con los Ministros liberales

-Ninguno Mi nombre soacutelo les sonaraacute a proclama realista [263]

-Entonces

-Cuento con la proteccioacuten de los jefes del ejeacutercito franceacutes

-Y con los servicios de un leal amigo El objeto principal es detener al ladroacuten

-iexclDetenerle y amarrarle y arrastrarle -exclameacute con furor- Mas deseo hacer mi justicia a espaldas de los tribunales porque aborrezco la curia y los pleitos aun cuando los gane

-iexclOh eso es muy espantildeol Se trata pues de cazar a un hombre iquestpor ventura eso es faacutecil todaviacutea

-Faacutecil no

-Y para una dama

-Pero yo no estoy sola Tengo servidores leales que soacutelo esperan una orden miacutea para

-Para matar

-No tanto -dije riendo- Esto le pareceraacute a usted leyenda novela romance o lo que quiera pero no mis propoacutesitos no son tan traacutegicos como usted se figura

-Lo supongo pero siempre seraacuten interesantes iquestHa dejado usted criados en Sevilla

-Uno tengo a mis oacuterdenes Le he enviado por delante y ya estaacute en Caacutediz

-Vigilando [264]

-Acechando

-Bien le seguiraacute de noche embozado hasta las cejas espiaraacute sus acciones se informaraacute de su meacutetodo de vida iquestY ese criado es fiel

-Como un perro Examinemos bien mi situacioacuten sentildeor Conde iquestSe puede entrar en Caacutediz

-Es muy difiacutecil sentildeora sobre todo para los que son sospechosos al Gobierno liberal

-iquestY por mar

-Ya sabe usted que en la bahiacutea tenemos nuestra escuadra

-iquestCuaacutendo tomaraacuten ustedes la plaza

-Pronto Esperamos a que venga Su Alteza para forzar el sitio

-iquestY podraacuten escaparse los milicianos y el Gobierno

-Es difiacutecil saberlo Ignoramos si habraacute capitulacioacuten no sabemos el grado de resistencia que presentaraacuten los insurgentes

-iexclOh -exclameacute sin saber lo que deciacutea obcecada por mis pasiones- Ustedes los realistas no sirven para esto Si Napoleoacuten estuviera aquiacute amigo miacuteo mantildeana mantildeana mismo siacute sentildeor mantildeana seriacutea tomada por asalto esa ciudad rebelde y pasados a cuchillo los insensatos que la defienden [265]

-Me parece demasiado pronto -dijo Montguyon sonriendo- En fin comprendo la impaciencia de usted

-Siacute quien ha sido robada vilmente estafada no puede aprobar estas dilaciones que dan fuerza al enemigo Sentildeor Conde es preciso entrar en Caacutediz

-Si de miacute dependiera sentildeora esta tarde mandaba dar el asalto -repuso con entusiasmo- Sorprenderiacutea a la guarnicioacuten encarcelariacutea a los diputados y a las Cortes y pondriacutea en libertad al Rey

-Ya eso no me importa tanto -dije en tono de conquistador- Yo entrariacutea al asalto sorprendiendo a la guarnicioacuten Dejariacutea a los diputados que hicieran lo que les acomodase mandariacutea al Rey a paseo

-Sentildeora

-Buscariacutea a mi hombre revolveriacutea todos los rincones todos los escondrijos de Caacutediz hasta encontrarle y despueacutes que le hallara

-Despueacutes

-Despueacutes sentildeor Conde iexclOh mi sangre se abrasa

-En los divinos ojos de usted Jenara -me dijo- brilla el fuego de la venganza Parece usted una Medea [266]

-No me impulsan los celos -dije serenaacutendome

-Una Judith

-Ni la idea poliacutetica

-Una

-Parezca lo que parezca sentildeor Conde ello es preciso entrar en Caacutediz

-Entraremos

-iquestNo sirve usted ahora en el Estado Mayor del general Bourmont

-En eacutel estoy a las oacuterdenes de la que es imaacuten de mi vida -repuso poniendo los ojos en blanco

-iquestBourmont seraacute nombrado comandante general de Caacutediz luego que la plaza se rinda

-Asiacute se dice

-iquestHaraacute usted prender a mi mayordomo

-Le hareacute fusilar

-iquestMe lo entregaraacute usted atado de pies y manos

-Siempre que no huya antes siacute sentildeora

-iexclHuir Pues queacute iquesttendraacute ese hombre la vileza de huir de no esperar

-El criminal amiga miacutea de mi corazoacuten pone su seguridad ante todo

-iquestNo dice usted que hay una especie de escuadra

-Una escuadra en toda regla [267]

-iquestPues de queacute sirven esos barcos sentildeor miacuteo -dije de muy mal talante- si permiten que se escape ese

-Quizaacutes no se escape

-iquestDe queacute sirve la escuadra -antildeadiacute con la maacutes viva inquietud- iquestQuieacuten es el almirante que la manda Yo quiero ver a ese almirante quiero hablar con eacutel

-Nada maacutes faacutecil pero dudo

-Me ocurre que si hay capitulacioacuten seraacute maacutes faacutecil atraparle

-iquestAl almirante

-No a a ese

-Sin duda En tal caso se quedariacutea tranquilo en Caacutediz al menos por unos diacuteas

-Bien muy bien Si hay capitulacioacuten arreglo perdoacuten de vidas y libertad para todos Sentildeor Conde aconsejaremos al Priacutencipe que capitule iexclpero queacute tonteriacuteas digo

-Estaacute patente en su espiacuteritu de usted la obsesioacuten de ese asunto

-iexclOh siacute no puedo pensar en otra cosa El caso es grave Si no consigo apoderarme de ese hombre no seacute creo que me costaraacute la vida

-Yo tambieacuten le aborrezco iexclHombre maldito Pero le cogeremos sentildeora Me pongo al servicio de este gran propoacutesito con la sumisioacuten [268] de un esclavo iquestAcepta usted mi cooperacioacuten

Al decir esto me besaba la mano

-La acepto siacute hombre generoso y leal la acepto con gratitud y profundo carintildeo

Al decir esto yo poniacutea en mi semblante una sensibilidad capaz de conmover a las piedras y en mis pestantildeas temblaba una laacutegrima

-Y entonces -antildeadioacute Montguyon con voz turbada- cuando nuestro triunfo sea seguro iquestpodreacute esperar que el hueco que se me destina en ese corazoacuten no sea tan pequentildeo

-iquestPequentildeo

-Si es evidente por confesioacuten de eacutel mismo que ya tengo una parte en sus sublimes afectos iquestno puedo esperar

-iquestUna parte iexclOh no todo todo

El inflamado galaacuten abrioacute sus brazos para estrecharme en ellos pero evadiacute prontamente aquella prueba de su insensato ardor y ponieacutendome primero seria y despueacutes amable con una especie de enojo gracioso y virtud tolerante le dije que ni Zamora ni yo podiacuteamos ser ganadas en una hora Al decir esto violentos cantildeonazos me hicieron estremecer y corriacute al balcoacuten

-Son los primeros tiros de las bateriacuteas que se han armado para atacar el Trocadero -me dijo el Conde [269]

-iquestY esas bombas van a Caacutediz -pregunteacute poniendo inmenso intereacutes en aquel asunto

-Van al Trocadero

-iquestY queacute es eso

-Un fuerte que estaacute en medio de las marismas

-iquestY alliacute estaacuten

-Los liberales

-iquestMuchos

-Mil y quinientos hombres

-iquestPaisanos

-Hay muchos paisanos y milicianos

-iexclOh moriraacute mucha gente

-Eso es lo que deseamos Parece que siente usted gran pena por ello

-La verdad -repuse ocultando los sentimientos que bruscamente me asaltaban- no me gusta que muera gente

-A excepcioacuten de su enemigo

-Ese iquestpero estaraacute en el Trocadero

-iexclQuieacuten sabe Estaacute usted aterrada Jenara

-iexclOh yo quiero ir al Trocadero

-Sentildeora

-Quiero ir al Trocadero

-Eso mismo deseamos nosotros -me dijo riendo- y para conseguirlo enviaremos por delante algunos centenares de bombas [270]

-iquestDoacutende estaacute el Trocadero -pregunteacute corriendo otra vez a la ventana

-Alliacute -dijo Montguyon asomaacutendose y alargando el brazo

Hiacutezome explicaciones y descripciones muy prolijas de la bahiacutea y de los fuertes pero bien comprendiacute que antes que mostrar sus conocimientos deseaba estar tan cerca de miacute como estaba aproximando bastante su cabeza a la miacutea y embriagaacutendose con el calor de mi rostro y con el roce de mis cabellos

- XXXIII -

iexclQueacute aparato desplegaron contra aquellas fortalezas que se alzan entre charcos salubres y que llevan por nombre el Trocadero Desde que llegoacute Su Alteza a mediados de Agosto no haciacutean maacutes que disparar bombas y balas contra los fuertes esperando abrir brecha en sus gloriosos muros iexclFiguacuterese el buen lector mi aburrimiento Considere con cuaacutenta tristeza y tedio veriacutea yo pasar diacutea tras diacutea sin maacutes distraccioacuten que oiacuter los disparos y ver por las noches las majestuosas curvas de los proyectiles Me consumiacutea [271] en mi casa del Puerto sin tener noticias del interior de Caacutediz ni esperanzas de poder penetrar en la plaza Ni pareciacutea aquello guerra formal y heroica como creiacutea yo que debiacutean ser las guerras y como las que vi en mi nintildeez y en tiempo del Imperio Casi todo el ejeacutercito sitiador estaba con los brazos cruzados los oficiales paseaban fumando los soldados haciacutean menos pesado el tiempo con bailoteo y cantos

No debo pasar en silencio que el duque del Infantado que llegoacute de Madrid en aquellos diacuteas me llevoacute a visitar a Su Alteza nuestro salvador y el aacutengel tutelar de la moribunda Espantildea por aquellos diacuteas Luis Antonio era un rubio desabrido cuyo semblante respiraba honradez y buena fe pero la aureola del genio no circundaba su frente Fuera de aquel sitio lejos de aquella deslumbradora posicioacuten y con otro nombre el hijo del conde de Artois habriacutea sido un joven de buen ver mas no en tal manera que por su aspecto descollase entre la muchedumbre Para hallar en eacutel lo que realmente le distinguiacutea era preciso que un trato frecuente hiciese resaltar las perfecciones morales de su alma privilegiada su lealtad sin tacha y aquel levantado espiacuteritu caballeresco sin quijotismo que le haciacutea tan estimable en la Corte de Francia Era valiente humanitario [272] corteacutes afable puntual y riguroso en el cumplimiento del deber Si estas cualidades no eran suficientes a formar un gran guerrero iquestqueacute importaba La pericia militar dieacuteronsela sus praacutecticos generales y nuestros desaciertos que fueron el principal estro marcial de la segunda invasioacuten

Angulema me recibioacute con la maacutes fina delicadeza y urbanidad pero de todas sus cortesaniacuteas la que maacutes me agradoacute fue la de disponer el asalto del Trocadero -iexclAl fin al fin -exclamaba yo- seraacute nuestro el horrible fuerte que nos abriraacute las puertas de Caacutediz

El 19 abrieron brecha pero hasta la noche del 30 no se dio el asalto habieacutendose guardado secreto sobre esto en los diacuteas anteriores aunque yo lo supe por el conde de Montguyon que no me ocultaba nada referente a las operaciones iexclNoche terrible la del 30 al 31 de Agosto noche que me parecioacute diacutea por lo clara y hermosa asiacute como por el estreacutepito guerrero que en ella resonara y las acciones heroicas dignas de ser alumbradas por el sol Apretado fue el lance del asalto seguacuten oiacute contar y Su Alteza y el priacutencipe de Carignan se portaron bravamente combatiendo como soldados en los sitios maacutes peligrosos No fue ciertamente el hecho del Trocadero una de aquellas paacuteginas de epopeya [273] que ilustraron el Imperio fue maacutes bien lo que los dramaturgos franceses llaman Succeacutes destime un eacutexito que no tiene envidiosos Pero a la Restauracioacuten le conveniacutea cacarearlo mucho cintildeendo a la inofensiva frente del Duque los laureles napoleoacutenicos y se tocoacute la trompa sobre este tema hasta reventar resultando del entusiasmo oficial que no hubo en Francia calle ni plaza que no llevase el nombre del Trocadero y hasta el famoso arco de la Estrella en cuyas piedras se habiacutean grabado los nombres de Austerlitz y Wagram fue durante alguacuten tiempo Arco del Trocadero

Yo me habiacutea trasladado a Puerto Real para estar maacutes cerca En la mantildeana del 31 cuando vi pasar a los prisioneros hechos en los fuertes me sentiacute morir de zozobra Entre aquellas caras atezadas a cada instante creiacutea ver la suya Estuvieron pasando mucho

tiempo porque eran maacutes de mil entre militares y paisanos Creo que les mireacute uno por uno y al fin cuando ya quedaban pocos redobleacute mi atencioacuten iexclOh misericordioso Dios queacute estupendas cosas permites En la uacuteltima fila casi solo maacutes abatido maacutes quemado del sol maacutes demacrado con los vestidos maacutes rotos que los demaacutes pasoacute eacutel iexcleacutel mismo no podiacutea dudarlo porque le estaba viendo viendo siacute con mis propios [274] ojos arrasados de laacutegrimas Llevaba la mano izquierda en cabestrillo hecho con un andrajo y su paso era inseguro y como dolorido sin duda por tener lleno de contusiones el cuerpo

Al verle extendiacute los brazos y griteacute con toda la fuerza de mi voz Mi enamorada exclamacioacuten hizo volver la cabeza a todos los que iban delante y a los curiosos que le rodeaban Eacutel alzando los amortiguados ojos me miroacute con expresioacuten tan triste que sentiacute partido mi corazoacuten y estuve a punto de desmayarme Creo que pronuncioacute algunas palabras pero no oiacute sino un adioacutes tan luacutegubre como campanada funeral y movioacute la mano en ademaacuten de carintildeoso saludo y pasoacute desapareciendo con los demaacutes en una vuelta del camino

Mi primera intencioacuten fue correr tras eacutel pero en la casa me detuvieron Cuando serenamente me hice cargo de la situacioacuten formeacute mil proyectos pero todos los desechaba al punto por descabellados Pensaacutendolo bien comprendiacute que no era tan difiacutecil conseguir su libertad Me congratulaba de que al cabo de tantas fatigas el destino me le presentara prisionero para poder decir con maacutes valor que nunca -Ahora siacute que no se me puede escapar [275]

- XXXIV - Envieacute recados al conde de Montguyon pero no se le podiacutea encontrar por ninguna parte Unos deciacutean que estaba en el Trocadero otros que en el Puerto otros que habiacutea ido a las fragatas con una comisioacuten Por uacuteltimo averiguumleacute con certeza su paradero y le escribiacute una carta muy carintildeosa Mas pasoacute un diacutea pasaron dos y yo me moriacutea de impaciencia sin poder ver al prisionero ni aun saber doacutende le habiacutean llevado El Conde robando al fin un rato a sus quehaceres vino a verme el diacutea 4 Yo estaba otra vez medio loca y no teniacutea humor para hacer papeles sino que espontaacuteneamente dejaba que se desbordasen los sentimientos de mi corazoacuten

-iexclOh Cuaacutento me alegro de ver a usted -le dije- Si usted no viene pronto sentildeor Conde me hubiera muerto de pena

Con estas palabras que creiacutea dictadas por un vivo intereacutes hacia eacutel se puso el noble franceacutes un poco chispo que asiacute denomino yo al embobamiento de los hombres enamorados Se deshizo en galanteriacuteas a las cuales daba cierto [276] tono de intimidad cargante y despueacutes me dijo

-Pronto muy pronto libertaremos a Su Majestad el Rey de Espantildea y entraremos en Caacutediz El sol de ese diacutea sentildeora iexclcuaacuten alegremente brillaraacute sobre toda Espantildea y especialmente sobre nuestros corazones

-Mi estimado amigo -indiqueacute riendo- no diga usted tonteriacuteas

Eacutel se quedoacute cortado

-Basta de tonteriacuteas -antildeadiacute- y oacuteigame usted lo que voy a decirle Ya he encontrado al hombre que buscaba

-iquestDoacutende iquestcoacutemo iquestese malvado

-No es malvado

-iquestCoacutemo no Me dijo usted que le habiacutea robado sus alhajas

-iexclNo es ese por Dios iquestCuaacutendo entenderaacute usted las cosas al derecho

-Siempre que no se me expliquen al reveacutes

-He encontrado a ese hombre Pero entendaacutemonos iquestNo dije a usted que habiacutea venido delante de miacute un fiel criado de mi casa el cual entroacute en Caacutediz

-iexclAh siacute entroacute para observar los pasos del ladroacuten

-Pues ese fiel criado tiene el defecto de ser algo patriota iexcldebilidades humanas y [277] como es algo patriota se puso a pelear en el Trocadero por una causa que no le importaba

-Ya comprendo y ha caiacutedo prisionero iquestLe ha visto usted

-Le vi cuando los prisioneros pasaron por aquiacute pero no le he visto maacutes y ahora sentildeor Conde quiero que usted me le ponga en libertad

-Sentildeora si Caacutediz se rinde pronto como creo y todo se arregla espero conseguir lo que usted me pide

-iexclQueacute gracia Para eso no necesito yo de la amistad de un jefe de brigada -dije con enfado- Ha de ser antes mantildeana mismo

-iexclOh Sentildeora usted somete mi amor a pruebas demasiado fuertes

-iquestQuiere usted que dejemos a un lado el amor -le dije ponieacutendome muy seria- y que hablemos como amigos

Montguyon palidecioacute

-iquestEsa persona -me dijo- interesa a usted tanto que no puede esperar a que concluya la guerra dando yo mi palabra de que el prisionero seraacute bien atendido

-No basta que sea atendido -afirmeacute con resolucioacuten- No basta nada quiero su libertad quiero atenderle yo misma cuidarle curar [278] sus heridas tenerle a mi lado llevarle a sitio seguro

Me expreseacute al decir esto con vehemencia suma porque me era ya muy difiacutecil contener mi corazoacuten que iba al galope en busca de las anheladas soluciones El Conde me oiacutea con cierto terror

-iquestTanto interesa a usted -repitioacute- tanto interesa a usted un criado

-No es criado

-iquestTal vez un anciano servidor de la casa

-No es anciano

-iquestUn joven iquestSupongo que no seraacute el ladroacuten

-iquestQueacute ladroacuten

-El ladroacuten de quien usted me habloacute

-iexclAh No me acordaba Ya no me ocupo de eso

-iquestAbandona usted la empresa de detener y castigar a ese miserable

-La abandono

-iexclQueacute inconstancia

-Yo soy asiacute

-Pero ese ese otro iquestinteresa a usted tanto

-Muchiacutesimo

-iquestEs pariente de usted

-No Es compantildeero de la infancia [279]

-iquestEs militar

-Paisano sentildeor Conde -dije con el tono de severa autoridad que seacute emplear cuando me conviene- Si se empentildea usted en ser catecismo buscareacute otra persona maacutes galante y maacutes generosa que sepa prestar un servicio economizando las preguntas

-Creo tener alguacuten derecho a ello -repuso con gravedad

-No tiene usted ninguno -afirmeacute con desenfado- porque este derecho yo sola podriacutea darlo y yo lo niego

-Entonces sentildeora -objetoacute encubriendo su ira bajo formas urbanas- he padecido una equivocacioacuten

-Si cree usted que le amo siacute La equivocacioacuten no puede ser maacutes completa

Montguyon se levantoacute Sus ojos en los cuales se leiacutea el furor mezclado con la dignidad me dirigieron una mirada que debiacutea ser la uacuteltima Yo corriacute a eacutel y tomaacutendole la mano le rogueacute que se sentase a mi lado

-Usted es un caballero -le dije- Ninguacuten otro ha merecido maacutes que usted mi estimacioacuten lo juro Dios sabe que al decir esto hablo con el corazoacuten

-Dios lo sabraacute -repuso Montguyon muy afligido- mas para miacute y de aquiacute en adelante [280] las palabras de usted estaacuten escritas en el agua

-Considere usted las que le diga hoy como si estuvieran grabadas en bronce La que confiesa hechos que no le favorecen iquestno tiene derecho a ser creiacuteda

-A veces siacute Confieacuteseme usted que su conducta conmigo no ha sido leal

-Lo confieso -repliqueacute bajando los ojos y realmente avergonzada

-Confiese usted que yo no mereciacutea servir de juguete a una mujer voluntariosa

-Tambieacuten es cierto y lo confieso

-Declare usted que ama a otro

-iexclOh siacute lo declaro con todo mi corazoacuten y si cien bocas tuviera con todas lo diriacutea

El leal caballero se quedoacute atoacutenito y espantado Estaba como ellos dicen foudroyeacute Durante breve rato no me dijo nada pero yo comprendiacute su martirio y le teniacutea laacutestima iexclOh queacute mala he sido siempre

-Ese hombre -murmuroacute Montguyon- ese hombre

-Ahora reconocieacutendome culpable reconocieacutendome inferior a usted -dije- le autorizo para que me abrume a preguntas si gusta y aun para que me eche en cara mi ligereza

-Ese hombre -prosiguioacute el franceacutes- [281] Perdone usted pero nada es maacutes curioso que la desgracia El amor desairado quiere tener miles de ojos para sondear las causas de su desdicha Ese hombre iquestquieacuten es

-Un hombre

-iquestDe familia ilustre

-No sentildeor de origen muy humilde

-iquestLe ama usted hace tiempo

-Hace mucho tiempo

-Eacutel iquestla ama a usted

-No estoy muy segura de ello

-iexclOh iexclQueacute iniquidad -exclamoacute con furor el Conde- Es un miserable

-Un ingrato y es bastante

-iquestY a pesar de su ingratitud le ama usted

-Tengo esa debilidad que no puedo dominar

-Aborreacutezcale usted

-Si fuera faacutecil Difiacutecil cosa es esa

-iexclEs verdad difiacutecil cosa -exclamoacute Montguyon con tristeza- iquestY ese hombre

-iquestPero hay maacutes preguntas todaviacutea

-No ya no maacutes Me basta lo que seacute y me retiro

-Se conduce usted como un cualquiera -le dije con verdadero afecto- Me abandona usted precisamente cuando mi sinceridad merece [282] alguna recompensa iquestSeraacute posible que cuando yo empiezo a tener franqueza deje usted de tener generosidad

-iexclOh Sentildeora toca usted una fibra de mi corazoacuten que siempre responde aun cuando la hieran con puntildeal

-Siacute siacute amigo miacuteo Usted es generoso y noble en gran manera Para que la diferencia entre los dos sea siempre grande para que usted sea siempre un caballero y yo una miserable paacutegueme usted como pagan en todas ocasiones las almas elevadas Pues yo me he portado mal poacutertese usted bien conmigo Haga cada cual su papel Cumpla usted el precepto que manda volver bien por mal Asiacute creceraacute maacutes a mis ojos asiacute me abatireacute yo maacutes a los suyos asiacute su generosidad seraacute mayor y mi culpa maacutes grande tambieacuten y usted tendraacute en su vida una paacutegina maacutes gloriosa que la victoria que acaba de alcanzar frente al enemigo

-Comprendo lo que usted me dice -murmuroacute el franceacutes descansando por breve rato su frente en la palma de la mano- Yo sereacute siempre digno de mi nombre

-iexclCaballero leal antes ahora y siempre -exclameacute yo

-Bien sentildeora -dijo levantaacutendose y alargaacutendome la mano que estrecheacute cordialmente- [283] Lo que usted desea de miacute es bastante claro

-Siacute

-Y yo -antildeadioacute con manifiesta emocioacuten- empentildeo mi palabra de honor

-iexclOh lo esperaba lo esperaba

-Doy mi palabra de honor de hacer cuanto esteacute en mi mano para devolver a usted la felicidad entregaacutendole a su amante

-Gracias gracias -exclameacute derramando laacutegrimas de admiracioacuten y agradecimiento

El Conde saludaacutendome ceremoniosamente se retiroacute De buena gana le habriacutea dado un abrazo

- XXXV - iexclQueacute diacuteas pasaron Yo contaba las horas los minutos como si de la duracioacuten de ellos dependiese mi vida Entre espantildeoles y franceses era opinioacuten corriente que la guerra acabariacutea pronto que Caacutediz expiraba que las Cortes se moriacutean por momentos Sin embargo auacuten resistiacutea el Gobierno liberal y sus secuaces como la bestia herida que no quiere soltar su presa mientras tenga un haacutelito de existencia Esta [284] constancia no careciacutea de meacuterito y lo tendriacutea mayor si se empleara en causa menos perdida iexclQueacute sacrificio tan inuacutetil No teniacutean hombres porque los alistamientos no produciacutean efecto No teniacutean dinero porque el empreacutestito que levantaron en Londres produjo una libra esterlina Yo creo que si mi espiacuteritu hubiera estado en disposicioacuten de admirar algo habriacutea admirado la perseverancia de aquel Gobierno que no pudo encontrar en toda Europa quien le prestase maacutes de cinco duros

Mi deseo era que se rindiese todo el mundo que el Rey y la Nacioacuten arreglasen pronto sus diferencias aunque las arreglaran devoraacutendose mutuamente Yo queriacutea tener el campo libre para el desenlace de mi campantildea amorosa que veiacutea ya seguro y feliz

Casi todo Setiembre lo pasaron Angulema y las Cortes en dimes y diretes Mil recados atravesaban la bahiacutea en un bote callaban los cantildeones para que hablaran los parlamentarios Tales comedias me poniacutean furiosa porque no se decidiacutea la suerte de los infelices prisioneros del Trocadero que habiacutean sido repartidos entre los Dominicos del Puerto y la Cartuja de Jerez

Montguyon me visitoacute el 12 para informarme de que habiacutea visto al prisionero cuyo nombre [285] y sentildeas le habiacutea dado yo oportunamente

-Estaacute sumamente abatido y melancoacutelico -me dijo- Se ha negado a recibir los auxilios pecuniarios que le ofreciacute de parte de usted pero se ha mostrado muy agradecido Al oiacuter que Jenara teniacutea gran empentildeo en conseguir su libertad parecioacute muy turbado y conmovido pronunciando palabras sueltas cuyo sentido no pude comprender

-iquestY no desea verme

-Parece que lo desea ardientemente

-iexclOh iexclEstas dilaciones son horribles iquestY queacute maacutes dijo

-Cosas tristes y peregrinas Afirma que desea la libertad para conseguir por ella el destierro

-iexclEl destierro

-Dice que aborrece a su paiacutes y que la idea de emigracioacuten le consuela

-Le conozco siacute Esa idea es suya

Otras cosas me dijo el Conde pero se referiacutean al trato que se daba a los prisioneros y a las excepciones ventajosas que eacutel estableciera en beneficio de mi amado iexclCuaacutento le agradeciacute sus delicadezas Mientras viva tendreacute buenos recuerdos de hombre tan caballeroso y humanitario

Interrumpidos los tratos por la terquedad [286] de las Cortes tomoacute de nuevo la palabra el cantildeoacuten y el diacutea 20 fue ganado por los franceses con otro brioso asalto el castillo de Santi-Petri Despueacutes de este hecho de armas Angulema habloacute fuerte a los tenaces liberales pegados como lapas a la roca constitucional y les amenazoacute con pasar a cuchillo a toda la guarnicioacuten de Caacutediz si Fernando VII no era puesto inmediatamente en libertad El 26 se sublevoacute contra la Constitucioacuten el batalloacuten de San Marcial que guarneciacutea la bateriacutea de Urrutia en la costa y la armada francesa secundando el fuego de las bateriacuteas del Trocadero arrojaba bombas sobre Caacutediz No era posible mayor resistencia Era una tenacidad que empezaba a confundirse con el heroiacutesmo y la Constitucioacuten moriacutea como habiacutea nacido entre espantosa lluvia de balas saludada en su triste ocaso como en su dramaacutetico oriente por las salvas del ejeacutercito franceacutes

Por fin llegaba el anhelado diacutea

-Habraacute perdoacuten general -deciacutea yo para miacute- Todos los prisioneros seraacuten puestos en libertad Huiremos iexclCuaacuten grato es el destierro Comeremos los dos el dulce pan de la emigracioacuten lejos de indiscretas miradas libres y felices fuera de esta loca patria perturbada donde ni aun los corazones pueden latir en paz [287]

Montguyon me trajo el 29 muy malas noticias

-El Duque ha resuelto poner en libertad a todos los prisioneros de guerra Pero

-iquestPero queacute

-Ha dispuesto que sean entregados a las autoridades espantildeolas los individuos que en Caacutediz desempentildeaban comisiones poliacuteticas

-iquestEacutel estaacute comprendido

-Siacute sentildeora Desgraciadamente se tienen de eacutel las peores noticias Habiacutea recorrido los pueblos alistando gente por orden de Calatrava habiacutea venido desde Cataluntildea con oacuterdenes de Mina para realizar asesinatos de franceses Habiacutea organizado las partidas de gente soez que en el traacutensito de Sevilla a Caacutediz insultaron a Su Majestad

-iexclOh eso es falso falso mil veces falso -exclameacute sin poder contener mi indignacioacuten

Y en efecto tales suposiciones eran infames calumnias

-Ha llegado al Puerto de Santa Mariacutea -antildeadioacute Montguyon- el Sr D Viacutector Saacuteez secretario de Estado iquestpor queacute no le ve usted

-No quiero nada con hombres de ese jaez -repuse con enojo- Usted me ha dado su palabra de honor usted ha empentildeado su nombre de caballero y con usted solo debo contar iexclOh [288] sentildeor Conde si mi prisionero es entregado a la brutalidad de las autoridades espantildeolas sedientas hoy de sangre y de venganza sospechareacute que usted me hace traicioacuten

Palidecioacute el caballero franceacutes Dirigieacutendome una mirada desdentildeosa me dijo al despedirse

-Todaviacutea sentildeora no sabe usted quieacuten soy yo

A pesar de mis propoacutesitos determineacute visitar a Saacuteez porque bueno es tener amigos aunque sea en el infierno Venciacute mis recientes antipatiacuteas y tomando un coche me encamineacute al Puerto de Santa Mariacutea Era el 1ordm de Octubre diacutea solemne en los fastos espantildeoles

Halleacute al buen canoacutenigo maacutes soplado y presuntuoso que nunca como todo aquel que se ve en alturas a donde nunca debioacute llegar pero contra lo que yo esperaba recibiome afablemente y no me dijo una sola palabra acerca de mi conversioacuten al absolutismo Pareciacutea olvidado de estas pequentildeeces y ocuparse tan soacutelo como Jimeacutenez de Cisneros en los negocios puacuteblicos de ambos mundos

-Hoy es diacutea placentero sentildeora diacutea feliz entre todos los diacuteas felices de la tierra -me dijo- Su Majestad D Fernando ese ilustre [289] maacutertir de los excesos revolucionarios es ya libre

-iquestYa

-Hoy nos le entregan Al fin han comprendido esos locos que su resistencia les podriacutea costar muy cara pero muy cara El Duque tiene malas moscas

-Feliciteacutemonos Sr D Viacutector -dije con afectado entusiasmo- de esta solucioacuten lisonjera Espantildea y el mundo estaacuten de enhorabuena Mas para que se completara la dicha convendriacutea que tantas y tan graves heridas no se ensantildeasen con la venganza y la crueldad del partido vencedor y que un generoso olvido de los errores pasados inaugurase la venturosa era que empieza hoy

-Asiacute seraacute sentildeora -repuso sonriendo de un modo que me parecioacute algo hipoacutecrita- Su Majestad ha dado ayer en Caacutediz un manifiesto en que ofrece perdonar a todo el mundo y

no acordarse para nada de los que le han ofendido iexclCuaacutenta magnanimidad iexclCuaacutenta nobleza

-iexclOh siacute conducta digna de un descendiente de cien Reyes digna de quien da el perdoacuten y del pueblo que la recibe Si Fernando cumple lo que promete seraacute grande entre todos los Reyes de Espantildea

-Lo cumpliraacute sentildeora lo cumpliraacute [290]

Aunque no teniacutea gran confianza en las afirmaciones de Saacuteez di creacutedito a estos propoacutesitos por creerlos inspiracioacuten del duque de Angulema

Invitome luego a presenciar el desembarco de Su Majestad a lo que accediacute muy gustosa Nos trasladamos al muelle y habiendo sido colocada por un oficial franceacutes en sitio muy conveniente para ver todo presencieacute aquel acto que debiacutea ser uno de los maacutes notables recodos uno de los maacutes bruscos aacutengulos de la historia de Espantildea en el tortuoso siglo presente

iexclEspectaacuteculo conmovedor La regia faluacutea cuyo timoacuten gobernaba el almirante Valdeacutes uno de los maacutes gloriosos marinos de Trafalgar se acercaba al muelle En ella veniacutea toda la familia real la Monarquiacutea histoacuterica secuestrada por el liberalismo La conciliacioacuten ideada por cabezas insensatas era imposible y aquellos regios rehenes que la Nacioacuten habiacutea tomado eran devueltos al absolutismo contra el cual no podiacutean prevalecer auacuten los infiernos de la demagogia En una lancha volviacutean del purgatorio constitucional las aacutenimas angustiadas del Rey y los Priacutencipes

Mientras el victorioso despotismo recobraba sus personas sagradas allaacute lejos sobre la gloriosa pentildea inundada de luz y centildeida por coronas [291] de blancas olas los pobres pensadores desesperados los utopistas sin ilusiones los desengantildeados patricios lloraban sus errores y buscando hospitalidad en naves extranjeras se disponiacutean a huir para siempre de la patria a quien no habiacutean podido convencer

Asiacute acaban los esfuerzos superiores a la energiacutea humana las luchas imposibles con monstruos potentes de terribles brazos y que hunden en el suelo sus patas para estar maacutes seguros como hunde sus raiacuteces el aacuterbol Tal era la contienda con el absolutismo Queriacutean vencerle cortaacutendole las ramas y eacutel retontildeaba con maacutes fuerza Queriacutean ahogarle y regaacutendole daban jugo a sus raiacuteces iexclA vosotros oh venideros diacuteas del siglo tocaba atacarlo en lo hondo arrancaacutendolo de cuajo Pero advierto que estoy hablando la jerga liberal iexclQueacute horror Verdad es que escribo veinte antildeos despueacutes de aquellos sucesos que ya soy vieja y que a los viejos como a los sabios se les permite mudar de parecer

Fernando puso el pie en tierra Dicen que al verse en suelo firme dirigioacute a Valdeacutes una mirada terrible una mirada que era un programa poliacutetico el programa de la venganza Yo no lo vi pero debioacute de ser cierto porque me lo dijo quien estaba muy cerca Lo que siacute [292] puedo asegurar es que Angulema hincando en tierra la rodilla besoacute la mano al Rey que luego se abrazaron todos que D Viacutector Saacuteez lloraba como un simple y que los vivas y las exclamaciones de entusiasmo me volvieron loca Los franceses gritaban los espantildeoles gritaban tambieacuten celebrando la feliz resurreccioacuten de la Monarquiacutea tradicional y la miserable muerte del impiacuteo constitucionalismo El glorioso imperio de

las caenas habiacutea empezado Ya se podiacutea decir con toda el alma -iexclViva el Rey absoluto iexclMuera la Nacioacuten

- XXXVI - Faltaba la solucioacuten miacutea Mi corazoacuten estaba como el reo cuya sentencia no se ha escrito todaviacutea El 1ordm de Octubre por la tarde y el diacutea 2 hice diligencias sin fruto no sieacutendome posible ver a Saacuteez ni a Montguyon a quien envieacute frecuentes y apremiantes recados Ninguna noticia pude adquirir tampoco de los prisioneros Creo que me hubiera repetido el ataque cerebral que padeciacute en Sevilla si en el momento de mi mayor desesperacioacuten no apareciese [293] mi generoso galaacuten franceacutes a devolverme la vida Estaba paacutelido y pareciacutea muy agitado

-Vengo de Caacutediz -me dijo- Dispeacutenseme usted si no he podido servirla maacutes pronto

-iquestY queacute hay -pregunteacute con la vida toda en suspenso

-Deme usted su mano -dijo Montguyon ceremoniosamente

Se la di y la besoacute con amor

-Ahora sentildeora todo ha acabado entre nosotros Mi deber estaacute cumplido y mi deber es perdonar pagando las ofensas con beneficios

Yo me sentiacutea muy conmovida y no pude decirle nada

-Ni un momento he dudado de su nobleza e hidalguiacutea -indiqueacute con acento de pura verdad- A veces tropezamos en la vida con el bien y pasamos sin verlo Sentildeor Conde mi gratitud seraacute eterna

-No quiero gratitud -diacutejome con mucha tristeza- Es un sentimiento que no me gusta recibido sino dado Deseo tan soacutelo un recuerdo bueno y constante

-iexclY una amistad entrantildeable una estimacioacuten profunda -exclameacute derramando laacutegrimas [294]

-Todo estaacute hecho

-iquestConforme a mi deseo iexclBendito sea el momento en que nos conocimos

-Sentildeora su prisionero de usted estaacute sano y salvo a bordo de la corbeta Tisbe que parte esta tarde para Gibraltar

-iquestY coacutemo

-Por sus antecedentes debiacutea ser condenado a muerte Otros menos criminales subiraacuten al cadalso si no se escapan a tiempo Yo le saqueacute anoche furtivamente de los Dominicos y le embarqueacute esta mantildeana Ya no corre peligro alguno Estaacute bajo la salvaguardia del noble pabelloacuten ingleacutes

-iexclOh gracias gracias

-Ademaacutes del servicio que a usted presto creo cumplir un deber de conciencia arrancando una viacutectima a los feroces Ministros del Rey de Espantildea

-iquestPues queacute -pregunteacute con asombro- iquestSu Majestad no ha ofrecido en su Manifiesto de Caacutediz perdonar a todo el mundo

-iexclPalabras de Rey prisionero Las palabras del deacutespota libre son las que rigen ahora Su Majestad ha promulgado otro decreto que es la negra bandera de las proscripciones un programa de sangre y exterminio Innumerables personas han sido condenadas a muerte [295]

-Esto es una infamia pero en fin iquesteacutel estaacute en salvo

-En salvo

-Y sabe que me lo debe a miacute sabe que yo iexclOh sentildeor Conde no extrantildee usted mi egoiacutesmo Estoy loca de alegriacutea y puedo repetir con toda mi alma laquoahora siacute que no se me puede escaparraquo

-Sabe que a usted lo debe todo y espera abrazarla pronto

-iquestCoacutemo

-Muy faacutecilmente Comprendiendo que usted desea ir en su compantildeiacutea he pedido otro pasaporte para Dordf Jenara de Baraona

-De modo que yo

-Puede embarcarse usted esta tarde antes de las cuatro a bordo de la Tisbe

-iquestEs verdad lo que oigo

-Aquiacute estaacute la orden firmada por el almirante ingleacutes Me la ha dado juntamente con las que ponen en salvo a los ex-regentes Ciacutescar y Valdeacutes impiacuteamente condenados a muerte por el Rey

-iexclOh soy feliz y todo lo debo a usted iexclQueacute admirable conducta

Sin poder contenerme caiacute de rodillas y con mis laacutegrimas bantildeeacute las generosas manos de aquel hombre [296]

-Asiacute castigo yo -me dijo levantaacutendome- Prepaacuterese usted A las tres y media vengo a buscarla para conducirla a bordo del bote franceacutes que me han facilitado dos guardias marinos parientes miacuteos

El Conde se retiroacute recomendaacutendome otra vez que estuviera pronta a las tres y media Era la una

Ocupeme con febril presteza de preparar mi viaje Estaba resuelta a abandonar todo lo que no nos fuera faacutecil llevar Mariana y yo trabajamos como locas sin darnos un segundo de reposo

La felicidad se desbordaba en mi alma Me reiacutea sola Pero iexclay una idea triste conturboacute de suacutebito mi mente Acordeme de la pobre hueacuterfana viajera y esto produjo en mi espiacuteritu una detencioacuten dolorosa en su raudo y atrevido vuelo Pero al mismo tiempo sentiacutea que los rencores huiacutean de mi corazoacuten siendo reemplazados por sentimientos dulces y expansivos los uacutenicos dignos de la privilegiada alma de la mujer

-Perdono a todo el mundo -dije para miacute- Reconozco que hice mal en engantildear a aquella pobre muchacha Todaviacutea le estaraacute buscando Pero yo tambieacuten le he buscado yo tambieacuten he padecido horriblemente iexclOh iexclDios [297] miacuteo Al fin me das respiro al fin me das la felicidad que tanto he buscado y que no pude obtener a causa sin duda de mis atroces faltas La felicidad hace buenos a los malos y yo sereacute buena sereacute siempre buena Esta tarde cuando le vea le pedireacute perdoacuten por lo que hice con su hermana iexclOh ahora me acuerdo de la marquesa de Falfaacuten y torno a ponerme furiosa No eso siacute que no puede perdonarse iexclno Tendraacute que darme cuenta de su vil conducta Pero al fin le perdonareacute iexclEs tan dulce perdonar Bendito sea Dios que nos hace felices para que seamos buenos

Esto y otras cosas seguiacutea pensando sin cesar de trabajar en el arreglo de mi equipaje Miraba a todas horas el reloj que era tambieacuten de cucuacute como el de aquella horrible noche de Sevilla pero el paacutejaro de Puerto Real me era simpaacutetico y sus saluditos y su canto regocijaban mi espiacuteritu

Dieron las tres Una mano brutal golpeoacute mi puerta No habiacutea dado yo la orden de pasar adelante cuando se presentaron cuatro hombres dos paisanos y dos militares Uno de los paisanos llevaba bastoacuten de policiacutea Avanzoacute hacia miacute iexclVisioacuten horrible Yo habiacutea visto al tal en alguna parte iquestDoacutende En Benabarre [298]

Aquel hombre me dijo groseramente

-Sentildeora Dordf Jenara de Baraona dese usted presa

En el primer instante no contesteacute porque la estupefaccioacuten me lo impediacutea Despueacutes rugiendo maacutes bien que hablando exclameacute

-iexclYo presa yo iquestQuieacuten lo manda

-De orden del excelentiacutesimo Sr D Viacutector Saacuteez Ministro universal de Su Majestad

-iexclVil iexclTan vil tuacute como Saacuteez -griteacute

Yo no era mujer era una leona

Al ver que se me acercaron dos soldados y asieron mis brazos con sus manos de hierro corriacute por la estancia No buscaba mi salvacioacuten en cobarde fuga buscaba un cuchillo un hacha un arma cualquiera Comprendiacutea el asesinato Mi furor no teniacutea comparacioacuten con ninguacuten furor de hombre Era furor de mujer No encontreacute ninguna arma iexclDios vengador Si la encontrara aunque fuera un tenedor creo que habriacutea matado a los cuatro Un candelabro vino a mis manos tomelo y al instante la cabeza de uno de ellos se rajoacute iexclSangre iexclYo queriacutea sangre

Pero me atenazaron con sus salvajes brazos iexclPresa presa Todos mis afanes todos [299] mis sentimientos todos mis deseos se condensaban en uno solo tener delante a D Viacutector Saacuteez para lanzarme sobre eacutel y con mis dedos tentildeidos de sangre sacarle los ojos

No pudiendo hundir mis dedos en ajenos ojos los volviacute contra los miacuteos clavelos en mi cabeza intentando agujerearme el craacuteneo y sacarme los sesos Mi aliento era fuego puro

Llevaacuteronme iquestqueacute seacute yo a doacutende Por el camino iexcloh Sataacuten miacuteo iexcloh demonio injustamente arrojado del Paraiacuteso sentiacute el disparo de la corbeta inglesa al darse a la vela

Fin de

LOS CIEN MIL HIJOS DE SAN LUIS

MADRID

Febrero de 1877

  • Los Cien Mil Hijos de San Luis
    • - I -
    • - II -
    • - III -
    • - IV -
    • - V -
    • - VI -
    • - VII -
    • - VIII -
    • - IX -
    • - X -
    • - XI -
    • - XII -
    • XIII
    • - XIII -
    • - XIV -
    • - XV -
    • - XVI -
    • - XVII -
    • - XVIII -
    • - XIX -
    • - XX -
    • - XXI -
    • - XXII -
    • - XXIII -
    • - XXIV -
    • - XXV -
    • - XXVI -
    • - XXVII -
    • - XXVIII -
    • - XXIX -
    • - XXX -
    • - XXXI -
    • - XXXII -
    • - XXXIII -
    • - XXXIV -
    • - XXXV -
    • - XXXVI -
Page 2: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien

- I - En Bayona donde busqueacute refugio tranquilo al separarme de mi esposo conociacute al general Eguiacutea (1) Iba a visitarme con frecuencia y como era tan indiscreto y vanidoso me revelaba sus planes de conspiracioacuten regocijaacutendose en mi sorpresa y riendo conmigo del gran chubasco que amenazaba a los franc-masones Por eacutel supe en el verano del 21 que Su Majestad nuestro catoacutelico Rey D Fernando (Q D G) anhelando deshacerse de los revolucionarios por cualquier medio y a toda costa teniacutea dos comisionados en Francia los cuales eran

lordm El mismo general D Francisco Eguiacutea cuya alta misioacuten era promover desde la frontera el levantamiento de partidas realistas

2ordm D Joseacute Morejoacuten oficial de la secretariacutea de la Guerra y despueacutes secretario reservado de Su Majestad con ejercicio de decretos el cual teniacutea el encargo de gestionar en Pariacutes con el Gobierno franceacutes los medios de arrancar a Espantildea el cauterio de la Constitucioacuten gaditana sustituyeacutendole con una cataplasma anodina hecha en la misma farmacia de donde salioacute la Carta de Luis XVIII

Yo alababa estas cosas por no rentildeir con el anciano general que era muy galante y atento conmigo pero en mi interior deploraba como amante muy fiel del reacutegimen absoluto que cosas tan graves se emprendieran por la mediacioacuten de personas de tan dudoso valer No conociacutea yo en aquellos tiempos a Morejoacuten pero mis noticias eran que no habiacutea sido inventor de la poacutelvora En cuanto a Eguiacutea debo decir con mi franqueza habitual que era uno de los hombres maacutes pobres de ingenio que en mi vida he visto

Auacuten gastaba la coleta que le hizo tan famoso en 1814 y con la coleta el mismo humor [8] atrabiliario despoacutetico voluble y regantildeoacuten Pero en Bayona no infundiacutea miedo como en Madrid y de eacutel se reiacutean todos No es exagerado cuanto se ha dicho de la astuta pastelera que llegoacute a dominarle Yo la conociacute y puedo atestiguar que el agente de nuestro egregio Soberano comprometiacutea lamentablemente su dignidad y aun la dignidad de la Corona poniendo en manos de aquella infame mujer negocios tan delicados Ella asistiacutea la tal a las conferencias administraba gran parte de los fondos se entendiacutea directamente con los partidarios que un diacutea y otro pasaban la frontera y pareciacutea en todo ser ella misma la organizadora del levantamiento y el principal apoderado de nuestro querido Rey

Despueacutes de esto he vivido muchas veces en Bayona y he visto la vergonzosa conducta de algunos espantildeoles que sin cesar conspiran en aquel pueblo verdadera antesala de nuestras revolucione pero nunca he visto degradacioacuten y torpeza semejantes a las del tiempo de Eguiacutea Yo escribiacutea entonces a D Viacutector Saacuteez residente en Madrid y le deciacutea laquoFelicite usted a los franc-masones porque mientras la salvacioacuten de Su Majestad siga confiada a las manos que por aquiacute tocan el pandero ellos estaacuten de enhorabuenaraquo

En el invierno del mismo antildeo se realizaron [9] las predicciones que yo por no poder darle consejos habiacutea hecho al mismo Eguiacutea y fue que habiendo convocado de orden del Rey a otros personajes absolutistas para trabajar en comunidad se desavinieron de tal modo que aquello maacutes que junta pareciacutea la dispersioacuten de las gentes Cada cual pensaba de distinto modo y ninguno cediacutea en su terca opinioacuten A esta variedad en los pareceres y terquedad para sostenerlos llamo yo enjaezar los entendimientos a la calesera es decir a la espantildeola El marqueacutes de Mataflorida (2) proponiacutea el establecimiento del absolutismo puro Balmaseda comisionado por el Gobierno franceacutes para tratar este asunto tambieacuten estaba por lo despoacutetico aunque no en grado tan furioso Morejoacuten se abrazaba a la Carta francesa Eguiacutea sosteniacutea el veto absoluto y las dos Caacutemaras a pesar de no saber lo que eran una cosa y otra y Saldantildea nombrado como una especie de quinto en discordia no se resolviacutea ni por la tiraniacutea entera ni por la tiraniacutea a media miel

Entretanto el Gobierno franceacutes concedioacute a Eguiacutea algunos millones de los cuales podriacutea [10] dar cuenta si viviese la hermosa pastelera Dios me perdone el mal juicio pero casi podriacutea jurar que de aquel dinero soacutelo algunas sumas insignificantes pasaron a manos de los pobres guerrilleros tan bravos como desinteresados que desnudos descalzos y hambrientos levantaban el glorioso estandarte de la fe y de la monarquiacutea en las montantildeas de Navarra o de Cataluntildea

Las bajezas la ineptitud y el despilfarro de los comisionados secretos de Su Majestad no cesaron hasta que aparecioacute en Bayona tambieacuten con poderes reales el gran paacutejaro de cuenta llamado D Antonio Ugarte a quien no vacilo en designar como el hombre maacutes listo de su eacutepoca

Yo le habiacutea tratado en Madrid el antildeo 19 Eacutel me estimaba en gran manera y como Eguiacutea me visitaba a menudo pero sin revelarme imprudentemente sus planes Desde que se encargoacute de manejar la conspiracioacuten seguiacuteala yo con marcado intereacutes segura de su eacutexito aunque sin sospechar que le prestariacutea mi concurso activo en teacutermino muy breve Un diacutea Ugarte me dijo

-No se encuentra un solo hombre que sirva para asuntos delicados Todos son indiscretos soplones y venales iquestVe usted lo que trabajo [11] aquiacute por orden de Su Majestad Pues es nada en comparacioacuten de lo que me dan que hacer las intrigas y torpezas de mis propios colegas de conspiracioacuten No me fiacuteo de ninguno y en el diacutea de hoy teniendo que enviar a Madrid un mensaje muy importante estoy como Dioacutegenes buscando un hombre sin poder encontrarlo

-Pues busque usted bien Sr D Antonio -le respondiacute- y quizaacutes encuentre una mujer

Ugarte no daba creacutedito a mi determinacioacuten pero tanto le encareciacute mis deseos de ser uacutetil a la causa del Rey y de la Religioacuten que al fin convino en fiarme sus secretos

-Efectivamente Jenara -me dijo- una dama podraacute desempentildear mejor que cualquier hombre tan delicado encargo si reuacutene a la belleza y gallarda compostura de su persona un valor a toda prueba

En seguida me reveloacute que en Madrid se preparaba un esfuerzo poliacutetico es decir un pronunciamiento en el cual tomariacutea parte la Guardia real con toda la tropa de liacutenea que se pudiese comprometer pero antildeadioacute que desconfiaba del eacutexito si no se haciacutean con

mucho pulso los trabajos tratando de combinar el movimiento cortesano con una ruidosa algarada de las partidas del Norte Discurriendo sobre [12] este negocio me mostroacute su grandiacutesima perspicacia y colosal ingenio para conspirar y despueacutes me instruyoacute prolijamente de lo que yo debiacutea hacer en Madrid del arte con que debiacutea tratar a cada una de las personas para quienes llevaba delicados mensajes con otras muchas particularidades que no son de este momento Casi toda mi comisioacuten era enteramente confidencial y personal quiero decir que el conspirador me entregoacute muy poco papel escrito pero en cambio me repitioacute varias veces sus instrucciones para que retenieacutendolas en la memoria obrase con desembarazo y seguridad en las difiacuteciles ocasiones que me aguardaban

Partiacute para Madrid en Febrero del 22

- II - Emprendiacute estos manejos con entusiasmo y con placer con entusiasmo porque adoraba en aquellos diacuteas la causa de la Iglesia y el Trono con placer porque la ociosidad entristeciacutea mis diacuteas en Bayona La soledad de mi existencia me abrumaba tanto como el peso de las desgracias que a otros afligen y que yo no conociacutea [13] auacuten Con separarme de mi esposo cuyo salvaje caraacutecter y feroz suspicacia me hubieran quitado la vida adquiriacute libertad suma y un sosiego que despueacutes de saboreado por alguacuten tiempo llegoacute a ser para miacute algo fastidioso Poseiacutea bienes de fortuna suficientes para no inquietarme de las materialidades de la vida de modo que mi ociosidad era absoluta Me refiero a la holganza del espiacuteritu que es la maacutes penosa pues la de las manos yo que no carezco de habilidades jamaacutes la he conocido

A estos motivos de tristeza debo antildeadir el gran vaciacuteo de mi corazoacuten que estaba ha tiempo como casa deshabitada lleno tan soacutelo de sombras y de ecos Despueacutes de la muerte de mi abuelo ninguacuten afecto de familia podiacutea interesarme pues los Baraonas que subsistiacutean o eran muy lejanos parientes o no me queriacutean bien De mi infeliciacutesimo casamiento soacutelo saqueacute amarguras y pesadumbres y para que todo fuese maldito en aquella unioacuten no tuve hijos Sin duda Dios no queriacutea que en el mundo quedase memoria de tan grande error

Faacutecilmente se comprenderaacute que en tal situacioacuten de espiacuteritu me gustariacutea lanzarme a esas ocupaciones febriles que han sido siempre el principal gozo de mi vida Ninguna cosa llana y natural ha cautivado jamaacutes mi corazoacuten [14] ni me embelesoacute como a otros lo que llaman dulce corriente de la vida Antes bien yo la quiero tortuosa y raacutepida que me ofrezca sorpresas a cada instante y aun peligros que se interne por pasos misteriosos despueacutes de los cuales deslumbre maacutes la claridad del diacutea que caiga como el Piedra en cataratas llenas de ruido y colores o se oculte como el Guadiana sin que nadie sepa doacutende ha ido

Yo sentiacutea ademaacutes en mi alma la atraccioacuten de la Corte no pudiendo descifrar claramente cuaacutel objeto o persona me llamaban en ella ni explicarme las anticipadas emociones que por el camino sentiacutea mi corazoacuten como el derrochador que principia a

gastar su fortuna antes de heredada Mi fantasiacutea enviaba delante de siacute en el camino de Madrid maravillosos suentildeos e infinitos goces del alma peligros vencidos y amables ideales realizados Caminando de este modo y con los fines que llevaba iba yo por mi propio y verdadero camino

Desde que llegueacute me puse en comunicacioacuten con los personajes para quienes llevaba cartas o recados verbales Tuve noticias de la rebelioacuten de los Guardias que se preparaba hice lo que Ugarte me habiacutea mandado en sus minuciosas instrucciones y halleacute ocasioacuten de advertir el mucho atolondramiento y ninguacuten concierto con [15] que eran llevados en Madrid los arduos traacutemites de la conspiracioacuten

Lo mejor y maacutes importante de mi comisioacuten estaba en Palacio adonde me llevoacute D Viacutector Saacuteez confesor de Su Majestad Muchos deseos teniacutea yo de ver de cerca y conocer por miacute misma al Rey de Espantildea y toda su real familia y entonces quedoacute satisfecho mi anhelo Hice un raacutepido estudio de todos los habitantes de Palacio particularmente de las mujeres la Reina Amalia Dordf Francisca esposa de don Carlos y Dordf Carlota del Infante D Francisco La segunda me parecioacute desde luego mujer a propoacutesito para revolver toda la Corte De los hombres D Carlos me parecioacute muy sesudo dotado de cierto fondo de honradez preciosiacutesima con lo cual compensaba su escasez de luces y a Fernando le diputeacute por muy astuto y conocedor de los hombres apto para engantildearles a todos si bien privado del valor necesario para sacar partido de las flaquezas ajenas La Reina pasaba su vida rezando y desmayaacutendose pero la varonil Dordf Francisca de Braganza poniacutea su alma entera en las cosas poliacuteticas y llena de ambicioacuten trataba de ser el brazo derecho de la Corte Dordf Carlota que entonces estaba embarazada del que luego fue Rey consorte tampoco se dormiacutea en esto [16]

Los palaciegos tan aborrecidos entonces por la muchedumbre constitucional Infantado Montijo Sarriaacute y demaacutes aristoacutecratas no serviacutean en realidad de gran cosa Sus planes faltos de seso y travesura teniacutean por objeto algo en que se destacase con preferencia la personalidad de ellos mismos Ninguno valiacutea para maldita la cosa y asiacute nada se habriacutea perdido con quitarles toda participacioacuten en la conjura Los individuos de la Congregacioacuten Apostoacutelica que era una especie de masoneriacutea absolutista tampoco haciacutean nada de provecho como no fuera allegar plebe y disponer de la gente fanaacutetica para un momento propicio En los jefes de la Guardia habiacutea maacutes presuncioacuten que verdadera aptitud para un golpe difiacutecil y el clero se precipitaba gritando en los puacutelpitos cuando la situacioacuten requeriacutea prudencia y habilidad sumas Los liberales masones o comuneros vendidos al absolutismo y que al pronunciar sus discursos violentos se entusiasmaban por cuenta de este estaban muy mal dirigidos porque con su exageracioacuten poniacutean diariamente en guardia a los constitucionales de buena fe He examinado uno por uno los elementos que formaban la conspiracioacuten absolutista del antildeo 22 para que cuando la refiera se explique en cierto modo el lamentable aborto y total ruina de ella [17]

NOTA DEL AUTOR A continuacioacuten refiere la sentildeora los sucesos del 7de Julio Aunque su narracioacuten es superior a la nuestra principalmente a causa de la graciosa sencillez y verdad con que toda ella estaacute hecha la suprimimos por no repetir ni aun mejoraacutendolo lo que ya aparecioacute en otro volumen

- III - Despueacutes de los aciagos diacuteas de Julio mi situacioacuten que hasta entonces habiacutea sido franca y segura fue comprometidiacutesima No es faacutecil dar una idea de la presteza con que se ocultaron todos aquellos hombres que pocos diacuteas antes conspiraban descaradamente Desaparecieron como caterva de menudos ratoncillos cuando los sorprende en sus audaces rapintildeas el hombre sin poder perseguirlos ni aun conocer los agujeros por donde se han metido A miacute me maravillaba que D Viacutector Saacuteez hombre de una obesidad respetable pudiese estar escondido sin que al punto se descubriese su guarida Los palaciegos se filtraron tambieacuten y los que no estaban muy evidentemente comprometidos [18] como por ejemplo Pipaoacuten dieron vivas a la Constitucioacuten vencedora unieacutendose a los liberales

Tuve ademaacutes la desgracia de perder varios papeles en casa de un pobre maestro de escuela donde nos reuniacuteamos y esto me causoacute gran zozobra pero al fin los encontreacute no sin trabajo exponieacutendome a los mayores peligros La seguridad de mi persona corrioacute tambieacuten no poco riesgo y en los diacuteas 9 y 10 de Julio no tuve un instante de respiro pues por milagro no me arrastraron a la caacutercel los milicianos borrachos de vino y de patrioteriacutea Gracias a Dios vino en mi amparo un joven paisano y antiguo amigo miacuteo el cual en otras ocasiones habiacutea ejercido en mi vida influencia muy decisiva semejante a la de las estrellas en la antigua caacutebala de los astroacutelogos

Pasados los primeros diacuteas pude introducirme en Palacio a pesar de la formidable y espesa muralla liberalesca que lo defendiacutea Encontreacute a Su Majestad lleno de consternacioacuten y amargura principalmente por verse obligado a poner semblante lisonjero a sus enemigos y aun a darles abrazos lo cual era muy del gusto de ellos en su mayoriacutea gente inocentona y creacutedula No me agradaba ver en nuestro Soberano tan poco corazoacuten pero [19] si en eacutel hubiera concordado el valor con las travesuras y agudezas del entendimiento ninguacuten tirano antiguo ni moderno le habriacutea igualado Su desaliento y desesperacioacuten no le impidieron que se enamorase de miacute porque en todas las ocasiones de su vida bajo las distintas maacutescaras que se quitaba y se poniacutea apareciacutea siempre el saacutetiro

Temerosa de ciertas brutalidades quise huir Brindeme entonces a desempentildear una comisioacuten difiacutecil para lo cual Fernando no se fiaba de ninguacuten mensajero y aunque eacutel no quiso que yo me encargase de ella porque no me alejara de la Corte tanto insteacute y con tales muestras de verdad prometiacute volver que se me dieron los pasaportes

El mes anterior habiacutea salido para Francia D Joseacute Villar Frontiacuten uno de los intrigantes maacutes sutiles del antildeo 14 aunque como salido de la academia del cuarto del Infante D Antonio no era hombre de gran iniciativa sino muy plegadizo y servicial en bajas urdimbres Llevaba oacuterdenes para que el marqueacutes de Mataflorida formase una Regencia absolutista en cualquier punto de la frontera conquistado por los guerrilleros Estas instrucciones eran conformes al plan del Gobierno franceacutes que deseaba la introduccioacuten de la Carta en Espantildea y [20] un absolutismo templado pero Fernando que haciacutea tantos papeles a la vez deseaba que sus comisionados afectando ser partidarios

de la Carta trabajasen por el absolutismo limpio Esto exigiacutea frecuentes rectificaciones en los despachos que se enviaban y avisos contradictorios trabajo no escaso para quien habiacutea de ocultar de sus ministros todos estos y aun otros inverosiacutemiles liacuteos

Yo me comprometiacute a hacer entender a Mataflorida y a Ugarte lo que se queriacutea transmitieacutendoles verbalmente algunas preciosas ideas del Monarca que no podiacutean fiarse al papel ni a signo ni cifra alguna Ya por aquellos diacuteas se supo que la Seo de Urgel habiacutea sido ganada al Gobierno por el bravo Trapense y se esperaba que en la agreste plaza se constituyera la salvadora Regencia A la Seo pues debiacutea yo dirigirme

La partida y el viaje no eran problemas faacuteciles Esto me preocupoacute durante algunos diacuteas y trateacute de sobornar para que me acompantildease al amigo de quien antes he hablado A eacutel no le faltaban en verdad ganas de ir conmigo al extremo del mundo pero le conteniacutea el amor de su madre anciana Mucho lucheacute para decidirle empleando razonamientos y seducciones diversas mas a pesar de la propensioacuten de su caraacutecter [21] a ciertas locuras y del considerable prestigio que yo empezaba a ejercer sobre eacutel se resistiacutea tenazmente alegando motivos poderosos cuya fuerza no me era desconocida Al fin tanto pudo una mujer llorando que eacutel abandonoacute todo su madre y su casa aunque por poco tiempo y con la sana intencioacuten de volver cuando me dejase en parajes donde no existiese peligro alguno El infeliz presagiaba sin duda su desdichada suerte en aquella expedicioacuten porque luchoacute grandemente consigo mismo para decidirse y hasta el uacuteltimo momento estuvo vacilante

Aquel hombre habiacutea sido enemigo miacuteo o maacutes propiamente de mi esposo Desde la nintildeez nos conocimos fue mi novio en la edad en que se tiene novio Sucesos lamentables que me afligen al venir a la memoria caprichos y vanidades miacuteas me separaron de eacutel yo creiacute que para siempre pero Dios lo dispuso de otro modo Durante mucho tiempo estuve creyendo que le odiaba pero el sentimiento que en miacute habiacutea era maacutes que rencor una antipatiacutea arbitraria y voluntariosa Por causa de ella siempre le teniacutea en la memoria y en el pensamiento Circunstancias funestas le pusieron en contacto conmigo diferentes veces y siempre que ocurriacutea algo grave en la vida de eacutel o en la miacutea [22] tropezaacutebamos providencialmente el uno con el otro como si el alma de cada cual vieacutendose en peligro pidiese auxilio a su compantildeera

En miacute se verificoacute una crisis singular Por razones que no son de este sitio yo llegueacute a aborrecer todo lo que mi esposo amaba y a amar todo lo que eacutel aborreciacutea Al mismo tiempo mi antiguo novio mostraba hacia miacute sentimientos tan vivos de menosprecio y desdeacuten que esto inclinoacute mi corazoacuten a estimarle Yo soy asiacute y me parece que no soy el uacutenico ejemplar Desde la ocasioacuten en que le arranqueacute de las furibundas manos de mi marido no debiacute de ser tampoco para eacutel muy aborrecible

Cuando nos encontramos en Madrid y desde que hablamos un poco caiacutemos en la cuenta de que ambos estaacutebamos muy solos Y no soacutelo habiacutea semejanza en nuestra soledad sino en nuestros caracteres principal origen quizaacutes de aquella Hicimos propoacutesito de echar a la espalda aquel traacutegico aborrecimiento que antes nos teniacuteamos el cual se fundaba en veleidades y caprichosas monomaniacuteas del espiacuteritu y no tardamos mucho tiempo en conseguirlo Ambos reconocimos las grandes y ya irremediables equivocaciones de nuestra primera juventud y nos maravillaacutebamos de hallar tan extraordinaria fraternidad en nuestras almas [23] iexclSer de este modo haber nacido el uno para el otro y sin embargo haber estado daacutendonos golpes en las tinieblas durante

tanto tiempo iexclQueacute fatalidad Hasta parece que no somos responsables de ciertas faltas y que estas por lo que tienen de placentero pueden tolerarse como compensacioacuten de pasados dolores y de un error deplorable y fatal dependiente de voluntades sobrehumanas

Pero no no quiero eximirme de la responsabilidad de mi culpa y de haber faltado claramente impulsada por moacuteviles irresistibles a la ley de Dios No nada me disculpa ni las atrocidades de mi marido ni la espantosa soledad en que yo estaba ni los mil escollos de la vida en la Corte ni las grandes seducciones morales y fiacutesicas de mi paisano y dulce compantildeero de la nintildeez Reconozco mi falta y atenta soacutelo a que este papel reciba un escrupuloso retrato de mi conciencia y de mis acciones la escribo aquiacute venciendo la verguumlenza que confesioacuten tan penosa me causa

Salimos de Madrid en una hermosa noche de Julio Cuando dejamos de oiacuter el rugido de la Milicia victoriosa me parecioacute que entraba en el cielo Iacutebamos coacutemodamente en una silla de postas con buenos caballos y un haacutebil mayoral de Palacio Yo habiacutea tomado un nombre supuesto [24] dicieacutendome marquesa de Berceo y eacutel era nada menos que mi esposo una especie de marqueacutes de Berceo Mucho nos reiacutemos con esta invencioacuten que a cada paso daba lugar a picantes comentarios y agudezas No recuerdo diacuteas maacutes placenteros que los de aquel viaje

iexclCuaacutentas veces bajamos del coche para andar largos trechos a pie recreaacutendonos en la hermosura de las incomparables noches de Castilla iexclCoacutemo se agrandaba todo ante nuestros ojos principalmente las cosas inmateriales Nos pareciacutea que aquella dulce vagancia no acabariacutea nunca y que los diacuteas venideros seriacutean siempre como aquel cielo que veiacuteamos dilatados serenos y sin nubes En tales horas o hablaacutebamos poco o vertiacuteamos el alma del uno en la del otro alternativamente por medio de observaciones y preguntas acordes con el hermoso espectaacuteculo que veiacuteamos fuera y dentro de nosotros pues de mi alma puede decirse que estaba tan llena de estrellas como el firmamento

Han pasado muchos antildeos entonces teniacutea yo veintisiete y ahora no lo quiero decir por no espantarme pero creo que he traspasado el medio siglo (3) Entonces mis cabellos [25] eran de oro ahora son de plata sin que ni una sola hebra de ellos conserve su primitivo color Mis ojos teniacutean el brillo que es reflejo de la inteligencia despierta y de los sentimientos bullidores ahora no son maacutes que dos empantildeadas cuentas azules de las cuales se escapa alguna vez fugitivo rayo Mi cara entonces respiraba alegriacutea salud y el alma rielaba sobre mis facciones como la luz sobre la superficie de las temblorosas aguas ahora es una maacutescara que me sirve para disimular los pensamientos y que a muchos deja ver todaviacutea huellas claras de la gran hermosura que hubo en ella Entonces era muy hermosa ahora soy una vieja que debioacute haber (4) sido guapa aunque si he de creer a don Toribio el canoacutenigo de Tortosa todaviacutea puedo volver loco a cualquiera En suma todo ha pasado mudaacutendose considerablemente e infinitas personas han pasado a ser recuerdos Lo que siempre estaacute lo mismo es mi paiacutes que no deja de luchar un momento por la misma causa y con las mismas armas y si no con las mismas personas con los mismos tipos de guerreros y poliacuteticos Mi paiacutes sigue siempre a la calesera

Pues bien en todo el tiempo transcurrido entre estas dos eacutepocas no he visto pasar diacuteas como aquellos Fueron de los pocos que tiene cada mortal como un regalo del cielo para toda [26] la existencia y que en vano se aguardan despueacutes porque no vuelven Estos aguinaldos de la vida no se reciben maacutes que una vez Salvador era menos feliz que

yo a causa de los deberes y las afecciones que habiacutea dejado atraacutes Yo procuraba hacerle olvidar todo lo que no fuese nosotros mismos mas resultaba esto muy difiacutecil por ser eacutel menos duentildeo de sus acciones que yo y aun si se quiere menos egoiacutesta Iacutebamos de pueblo en pueblo sin apresurarnos ni detenernos mucho Aquel vivir entre todo el mundo y al mismo tiempo sin testigo era mi mayor delicia Los diversos pueblos por donde pasaacutebamos no teniacutean sin duda noticia de la felicidad de los marqueses de Berceo pues si la tuvieran no creo que nos dejaran seguir sin quitarnos algo de ella

- IV - Gracias a nuestro dinero y a nuestro buen porte podiacuteamos disfrutar de todas las comodidades posibles en las posadas El calor nos obligaba a detenernos durante el diacutea caminando por las noches y ni en Castilla ni en [27] Aragoacuten tuvimos ninguacuten mal encuentro como recelaacutebamos con milicianos ladrones o espiacuteas del Gobierno

Maacutes allaacute de Zaragoza empezamos a temer que nos salieran al paso las tropas de Torrijos o de Manso Por eso en vez de tomar directamente el camino de Cataluntildea subimos hacia Huesca Salvador cuya antipatiacutea a los facciosos y guerrilleros era violentiacutesima se mostroacute disgustado al considerarse cerca de ellos Entonces tuve un momento de suacutebita tristeza oyeacutendole decir

-Cuando lleguemos a un lugar seguro o esteacutes entre tus amigos me volvereacute a Madrid

Yo deseaba que no llegasen ni el lugar seguro ni tampoco mis amigos Pero aunque mi tristeza fue grande desde aquel instante apoderaacutendose de mi corazoacuten como un presagio de desventuras estaba muy lejos de sospechar el espantoso golpe que nos amenazaba consecuencia providencial de nuestra falta y de mi criminal ligereza iexclAy piensa el malo que sus alegriacuteas han de ser perpetuas y la misma grata corriente de ellas le lleva ciego a lo que yo llamo la sucursal del infierno en la tierra que es la desgracia y el anticipado castigo de los delitos

De Huesca nos dirigimos a Barbastro siguiendo [28] por un detestable camino hasta Benabarre donde entramos al anochecer Detuvieron nuestro coche algunos hombres y al verles exclameacute

-Los guerrilleros Ya estamos en casa

Salvador mostroacute gran disgusto y cuando fuimos interrogados dio algunas contestaciones que debieron de sonar muy mal en los oiacutedos de los soldados de la fe Yo teniacutea confianza en mi gente y la seguridad de no ser detenida pero no fue posible evitar ciertas molestias Nos hicieron bajar del coche antes de llegar a la posada y presentarnos a un ruacutestico capitaacuten que estaba en la venta del camino bebiendo vino juntamente con otro guerrillero al modo de frailazo armado de pistolas y con dos o tres individuos de maliacutesima catadura

Sus maneras no eran en verdad nada corteses a pesar de defender causa tan sagrada como es la del Altar y el Trono pero con dos o tres palabras dichas eneacutergicamente y en tono de dignidad me hice respetar al punto Yo mostraba al que pareciacutea jefe mis papeles cuando observeacute que uno de los hombres alliacute presentes miraba a mi compantildeero de viaje con expresioacuten poco tranquilizadora Llegose a eacutel y ponieacutendole la mano en el hombro le dijo con brutal modo y expresioacuten de venganza [29]

-iquestMe conoces iquestSabes quieacuten soy

-Siacute -le respondioacute Monsalud paacutelido y coleacuterico- Ya seacute que eres un hombre vil tu nombre es Regato

El desconocido se abalanzoacute en ademaacuten hostil hacia mi amigo pero este supo recibirle con tanta valentiacutea que le hizo rodar por el suelo bantildeado el rostro en sangre Quedeme sin aliento al ver la furia de aquella gente ante el mal trato dado a uno de los suyos Milagro de Dios fue que no perecieacutesemos alliacute pero el capitaacuten pareciacutea hombre prudente y haciendo salir de la venta al agraviado nos notificoacute que estaacutebamos presos hasta que el jefe decidiera lo que se habiacutea de hacer con nosotros

Afectando serenidad le dije que mirara bien lo que haciacutea por ser yo persona de gran poder en la frontera y en Palacio pero encogieacutendose de hombros tan soacutelo me permitioacute despueacutes de largas discusiones hablar al que ellos llamaban coronel Saliacute desalada de la venta dejando en ella la mitad de mi alma pues alliacute quedoacute guardado por dos hombres mi ultrajado amigo y me presenteacute al coronel que era un capuchino de Cervera Acababa de despachar un bodrio y dos azumbres que le habiacutean puesto para que cenase y su paternidad despueacutes del pienso no teniacutea al parecer la cabeza muy serena Sin [30] embargo no me tratoacute mal Diacutejome que el Sr Regato le habiacutea informado ya de quieacuten era mi acompantildeante y que en vista de sus antecedentes y circunstancias no podiacutea ser puesto en libertad Puacuteseme furiosa yo me creiacute capaz de destrozar soacutelo con mis untildeas a aquel tremendo fraile coronel cuyas barbas y salvaje apostura poniacutean miedo en el corazoacuten maacutes esforzado Sin miramiento alguno le increpeacute dicieacutendole cuantas atrocidades me vinieron a la boca y amenazaacutendole con pedir su cabeza al Rey pero ni aun asiacute logreacute ablandar aquella roca en figura de bestia Oyome el baacuterbaro con paciencia sin duda por ser maacutes fraile que guerrero y resumioacute sus resoluciones dicieacutendome

-Usted sentildeora puede ir libremente a donde le acomode pero ese hombre no me sale de aquiacute

iexclAy si yo hubiera tenido a mis oacuterdenes diez hombres armados habriacutea atacado al batalloacuten cuadrilla o lo que fuera segura de destrozarlo que tanto puede el furor de una hembra ofendida Volviacute a la venta resuelta a sacar de ella a Salvador con mis propias manos desafiando las armas de sus guardianes pero cuando entreacute mi compantildeero de viaje mi adorado amigo mi pobre marqueacutes de Berceo habiacutea [31] desaparecido Le llameacute con la voz ronca de tanto gritar le llameacute con toda mi alma pero no me respondioacute Una mujer andrajosa que pareciacutea tan salvaje y feroz como los hombres que en aquel pueblo vi salioacute conmigo al camino y sentildealando a un punto en la oscuridad del espacio negro dijo sordamente

-Alliacute

Y mirando hacia donde su dedo me indicaba vi unas grandes sombras que pareciacutean murallones almenados y como ruinas hendidos Pregunteacute queacute sitio era aquel y la desconocida me contestoacute

-El castillo

La mujer llevando una cesta con provisiones marchoacute en direccioacuten del castillo Yo la seguiacute No tardamos en llegar y por una poterna desvencijada que se abriacutea en la muralla despueacutes de pasado el foso sin agua penetramos en un patio lleno de escombros y de yerba

-iexclAquiacute aquiacute le han encerrado -exclameacute mirando a todos lados como quien ha perdido el juicio

La mujer se detuvo ante miacute y sentildealando el suelo dijo con voz muy luacutegubre

-iexclAbajo

Yo creiacute volverme loca Los ojos de la horrible persona que me daba tan tremendas noticias [32] brillaban con claridad verdosa como los de animal felino Quise seguirla cuando subioacute la escalerilla que conduciacutea a las habitaciones practicables entre tanta ruina pero un centinela me echoacute fuera brutalmente amenazaacutendome con arrojarme al foso si no me retiraba maacutes pronto que la vista Estas fueron sus propias palabras

Corriacute hacia el pueblo resuelta a ver de nuevo al coronel capuchino de Cervera Pero tanta agitacioacuten agotoacute al fin mis fuerzas y tuve que sentarme en una gran piedra del camino fatigada y abatida porque a mi primera furia sustituyoacute una afliccioacuten profundiacutesima que me hizo llorar No recuerdo haber derramado nunca maacutes laacutegrimas en menos tiempo Al fin sobreponieacutendome a mi dolor seguiacute adelante jurando no continuar el viaje sin llevar en mi compantildeiacutea al infeliz cuanto adorado amigo de mi nintildeez Desperteacute al capuchino que ya roncaba el cual de muy mal talante repitioacute su fiera sentencia diciendo

-Usted sentildeora puede continuar su viaje pero el otro no saldraacute de aquiacute sin orden superior Yo seacute lo que me digo iexclPisto que ya me canso de sermonear Vaya usted con Dios y deacutejenos en paz

Despreciando su barbarie insistiacute y amenaceacute [33] y al cabo me dio algunas esperanzas con estas palabras

-El jefe de nuestra partida acaba de llegar Haacuteblele usted a eacutel y si consiente

-iquestQuieacuten es el jefe

-D Saturnino Albuiacuten -me contestoacute

Al oiacuter este nombre vi el cielo abierto Yo habiacutea conocido en Bayona al ceacutelebre Manco y recordeacute que aunque muy baacuterbaro haciacutea alarde de generosidad e hidalguiacutea en todas las ocasiones que se le presentaban No quise detenerme ni un instante y al punto me informeacute de que D Saturnino estaba en una casa situada junto al camino a la salida

del pueblo en direccioacuten a Tremp Desde la plaza se veiacutean dos lucecillas en las ventanas de la vivienda Corriacute allaacute guiada por la simpaacutetica claridad de aquellas luces semejantes a dos ojos y que eran para miacute fanales de esperanza Llegueacute sin aliento agitada por la fatiga y un dulce presagio de buen eacutexito que me llenaba el corazoacuten

El centinela me dijo que no se podiacutea pasar pero apelando a mis bolsillos paseacute En la escalera en el pasillo alto fui repetidas veces detenida pero con el mismo talismaacuten abriacuteame paso

-Ahiacute estaacute -me dijo un hombre sentildealando una puerta detraacutes de la cual se oiacutean alteradas [34] voces en disputa Sin reparar maacutes que en mi afaacuten empujeacute la puerta y entreacute

Albuiacuten que estaba en pie se volvioacute al sentir el ruido de la puerta y me interrogoacute con sus ojos que expresaban sorpresa y coacutelera por mi brusca entrada Otro guerrillero estaba junto a la mesa con los codos sobre ella encendiendo un cigarro en la luz del veloacuten de cobre que alumbraba la estancia

-iquestQueacute se le ofrece a usted sentildeora -me dijo Albuiacuten moviendo con gesto de impaciencia su uacutenica mano

Yo no habiacutea dado cuatro pasos dentro de la habitacioacuten cuando observeacute que maacutes allaacute de la mesa habiacutea otro hombre apoltronado en un silloacuten con los pies extendidos sobre una banqueta inclinada la cabeza sobre el hombro y durmiendo tranquilamente con ese suentildeo del guerrillero cansado que acaba de recorrer dos provincias y marear a dos ejeacutercitos Al verle iexclSanto Dios me quedeacute yerta muda como estatua no pude pronunciar una palabra ni dar un paso ni respirar ni huir ni gritar El terror me arrancoacute suacutebitamente del pensamiento mis angustias de aquella noche

Aquel hombre era mi marido

-iquestQueacute se le ofrece a usted sentildeora -volvioacute a preguntarme el Manco [35]

Pasado el primer instante de terror en miacute no hubo otra idea que la idea de huir de desaparecer de desvanecerme como el humo o como la palabra vana que se lleva el viento

-Pero iquestqueacute se le ofrece a usted demonio -repitioacute el guerrillero

-iexclNada -contesteacute y a toda prisa saliacute de la habitacioacuten

Yo creo que ni un relaacutempago corre como yo corriacute fuera de la casa No veiacutea maacutes que el camino y mi veloz carrera nunca me pareciacutea bastante apresurada para llegar al centro del pueblo donde habiacutea dejado mi coche

A lo lejos detraacutes de miacute sentiacute voces burlonas que deciacutean

-iexclLa mujer loca la mujer loca

Eran los bravos a quienes yo habiacutea dado tanto dinero para que me dejasen pasar A cada instante volviacutea la cabeza por ver si mi marido veniacutea corriendo detraacutes de miacute

Llegueacute medio muerta a donde estaba mi coche y tirando del brazo del cochero para que despertase griteacute

-iexclFrancisco Francisco vuela vuela fuera de este horrible pueblo

Y me metiacute en el coche

-iquestAdoacutende vamos sentildeora -me preguntoacute el pobre hombre sacudiendo la pereza [36]

-iquestEstaacutes sordo Te he dicho que vueles iquestHablo yo en griego que vueles hombre Mata los caballos pero ponme a muchas leguas de aquiacute

-iquestA doacutende vamos sentildeora iquestHacia la Seo

-Hacia el infierno si quieres con tal que me saques de aquiacute

Mi coche partioacute a escape y siguiendo el camino en direccioacuten a Tremp paseacute junto a la malhadada casa donde habiacutea visto a mi esposo Entonces los baacuterbaros reunidos junto a la puerta me aclamaron otra vez arrojando algunas piedras a mi coche Su grito era

-iexclLa mujer loca la mujer loca

En efecto lo estaba iexclAh iexclBenabarre Benabarre maldito seas En ti acaboacute mi felicidad en las espinas de tu camino dejeacute clavado mi corazoacuten chorreando sangre Fuiste mi calvario y la piedra resbaladiza de mal aguumlero donde caiacute para siempre cuando maacutes orgullosa marchaba Fuiste el tajo donde el cielo puso mi cabeza para asegurar el golpe de su cuchilla pero con ser obra del cielo mi castigo iexclte odio execrable pueblo de bandidos iexclSepulcro de mi edad feliz no puedo verte sin espanto y mientras tenga lengua te maldecireacute [37]

- V - Llegueacute a la Seo el 14 de Agosto iexclQueacute viaje el de Benabarre a la Seo Si antes todo se adaptaba al lisonjero estado de mi alma despueacutes todos los caballos eran malos todos los caminos intransitables todas las posadas insufribles todos los diacuteas calorosos y las noches todas tristes como los pensamientos del desterrado Mi alma sin consuelo mientras maacutes gente veiacutea maacutes sola se encontraba Mi pensamiento no podiacutea apartarse de aquel lugar siniestro donde habiacutean quedado mi amor y mi suplicio mi falta y mi conciencia representados cada una en un hombre

Casi antes de desempentildear mi comisioacuten trateacute de ocuparme de salvar al infeliz que habiacutea quedado cautivo en Benabarre pero Mataflorida me dijo sonriendo

-Luego luego mi querida sentildeora trataremos de ese asunto Infoacutermeme usted de lo que trae pues no hay tiempo que perder Hoy mismo constituiremos la Regencia

Maacutes de dos horas estuvimos departiendo [38] Eacutel como hombre muy ambicioso y que gustaba de ser el primero en todo recibioacute con gusto las instrucciones reservadiacutesimas que le daban gran superioridad entre sus compantildeeros de Regencia Eran estos el baroacuten de Eroles y don Jaime Creux arzobispo de Tarragona ambos lo mismo que Mataflorida de clase humildiacutesima sacados de su oscuridad por los tiempos revolucionarios lo cual no era un argumento muy fuerte en pro del absolutismo Una Regencia destinada a restablecer el Trono y el Altar debioacute constituirse con gente de raza Pero la edad revuelta que corriacuteamos los exigiacutea de otro modo y hasta el absolutismo alistaba su gente en la plebe Este hecho que ya veniacutea observaacutendose desde el siglo pasado lo expresaba Luis XV diciendo que la nobleza necesitaba estercolarse para ser fecundada

De los tres regentes el maacutes simpaacutetico era Mataflorida y tambieacuten el de maacutes entendimiento el maacutes tolerante Eroles y el maacutes malo y antipaacutetico D Jaime Creux No puede decirse de estos hombres que habiacutean marchado con lentitud en sus brillantes carreras Eroles era estudiante en 1808 y en 1816 teniente general El otro de cleacuterigo oscuro pasoacute a obispo en premio de su traicioacuten en las Cortes del antildeo 14

Yo no teniacutea mi espiacuteritu en disposicioacuten de [39] atender a las ceremonias con que quisieron celebrar los triunviros el establecimiento de la Regencia Despueacutes de publicar su ceacutelebre manifiesto proclamaron solemnemente al Monarca restituyeacutendole a la plenitud de sus derechos seguacuten deciacuteamos entonces Levantoacutese en la plaza de la Seo un tablado sobre el que un sacristaacuten vestido de rey de armas gritoacute laquoiexclEspantildea por Fernando VIIraquo y luego dieron al viento una bandera en la cual las monjas habiacutean bordado una cruz y aquellas palabras latinas que quieren decir por este signo venceraacutes Los altos castillos que coronan los montes en cuyo centro estaacute sepultada la Seo hicieron salvas y aquello en verdad pareciacutea una proclamacioacuten en toda regla

Despueacutes de la ceremonia poliacutetica hubo jubileo por las calles y rogativa puacuteblica a que concurrioacute el obispo con todo el clero armado y el cabildo sin armas Era un espectaacuteculo edificante y al mismo tiempo horroroso Daba idea de la inmensa fuerza que teniacutean en nuestro paiacutes las dos clases reunidas clero y plebe pero los frailes armados de pistolas y los guerrilleros con vela en la mano el general con crucifijo y el arcediano con espuelas moviacutean a risa y a odio juntamente El ejeacutercito de la fe uniformado soacutelo con el gorro catalaacuten habriacutea [40] parecido un ejeacutercito de pavos si no estuviera bien probado su indomable valor

Yo veiacutea aquella procesioacuten chabacana horrible parodia del levantamiento nacional de 1808 y aquellas espantosas figuras de curas confundidas con guerreros como se ven las ficciones horrendas de una pesadilla Tal espectaacuteculo era excesivamente desagradable a mi espiacuteritu y la bulla del pueblo me poniacutea los nervios en el maacutes lastimoso desorden Semejante Carnaval en Urgel que es sin disputa el pueblo maacutes feo de todo el mundo era para enfermar y aun enloquecer a cualquiera Mi privilegiada naturaleza me salvoacute

Y pasaban diacuteas sin que me fuera posible hacer nada de provecho por mi amado prisionero de Benabarre Obteniacutea siacute promesas y aun oacuterdenes de la Regencia pero como no podiacutea trasladarme yo misma al lugar del conflicto era muy difiacutecil que tuviesen cumplimiento Antes me dejara morir que encaminarme a paraje alguno donde hubiese probabilidades de encontrar la persona o siquiera las huellas de mi esposo y seguacuten mis averiguaciones este no habiacutea abandonado el bajo Aragoacuten

Al fin supe que mi cara mitad unieacutendose a Jeps dels Estanys habiacutea pasado a la alta Cataluntildea [41] Llena de esperanza entonces corriacute a Benabarre cargada de oacuterdenes de Mataflorida y del mismo Eroles que acababa de ponerse a la cabeza de la insurreccioacuten catalana Ninguacuten obstaacuteculo podiacutean oponerme ya los guerrilleros mas por mi desgracia cuando llegueacute al funesto pueblo de Aragoacuten ni un solo partidario del realismo quedaba en su recinto el castillo habiacutea sido volado y el miacutesero cautivo seguacuten me dijeron trasladado a otro punto

-iquestVivo -pregunteacute

-Vivo y cargado de cadenas -me contestoacute la misma mujer de aquella horrenda noche de Agosto- Se iba muriendo por el camino pero le daban comida y bebida para que no acabase de padecer

No tuve tiempo para entregarme a inuacutetiles lamentaciones porque corrioacute por todo el pueblo esta horrible voz iexcllos liberales iexclque vienen los liberales y tuve que huir Con mucho trabajo y gastando bastante dinero pude escapar a Francia por Canfranc

NOTA DEL AUTOR Aquiacute concluye el primer fragmento de las curiosas Memorias Como el segundo se refiere a sucesos ocurridos en la primavera del 23 resultando una interrupcioacuten de siete meses nos vemos en la necesidad [42] de llenar tan lamentable vaciacuteo con relaciones propias que abreviaremos todo lo posible para que no se echen de menos por mucho tiempo las aventuras de la dama viajera contadas por ella misma

- VI - La primera determinacioacuten del Gobierno popular que sucedioacute al de Martiacutenez de la Rosa despueacutes de las jornadas de Julio fue nombrar general del ejeacutercito del Norte al rayo de las guerrillas al Napoleoacuten navarro D Francisco Espoz y Mina En medio de su atolondramiento los siete Ministros a quienes la Corte llamaba los Siete nintildeos de Eacutecija no careciacutean de iniciativa y de cierta arrogancia emprendedora que por alguacuten tiempo les permitioacute sostenerse en el poder con prestigio El nombramiento de Mina y aquella orden que le dieron de hacer tabla rasa de las provincias rebeldes no pudieron ser maacutes acertados

El gran guerrillero no necesitaba muy vivas excitaciones para sentar su pesada mano a los pueblos Navarros y catalanes le conociacutean Pero antantildeo habiacutea hecho la guerra con [43] ellos y ahora debiacutea hacerla contra ellos lo cual era muy distinto Antes se batiacutea contra tropas regulares y ahora con ellas perseguiacutea las partidas Bien se ve que el coloso de las guerrillas estaba fuera de su natural esfera y asiento Iba a hacer el papel del enemigo durante la guerra de la Independencia

A pesar de esta desventaja empezoacute con muy buen pie su campantildea No podiacutea decirse propiamente que habiacutea partidas en el Norte sino que todo el Norte desde Gerona hasta Guipuacutezcoa y desde el Pirineo hasta las inmediaciones del Ebro ardiacutea con horrible llamarada absolutista Quesada a cuyo lado despuntaba un precoz muchacho llamado Zumalacaacuterregui dominaba en Navarra juntamente con Guergueacute y D Santos Ladroacuten Albuiacuten y Cuevillas y Merino asolaban la tierra de Burgos Capapeacute el Aragoacuten Jeps dels Estanys el Trapense Romagosa y Caragol a Cataluntildea donde el baroacuten de Eroles trataba de formar un ejeacutercito regular con las desperdigadas gavillas de la fe Muchos frailes del paiacutes empezando por los aguerridos capuchinos de Cervera que habiacutean escapado del furor de las tropas liberales y concluyendo por los monjes de Poblet que tanto trabajaron en la conspiracioacuten formaban en las filas del Manco o de Capapeacute o de Misas [44]

Mina tomoacute el mando de las tropas de Cataluntildea y al poco tiempo el aspecto de la campantildea principioacute a mudarse favorablemente a nuestras armas En 24 de Octubre despueacutes de obligar a los facciosos a levantar el sitio de Cervera arrasoacute a Castellfollit poniendo sobre sus ruinas el ceacutelebre cartel que deciacutea laquoAquiacute existioacute Castellfollit Pueblos tomad ejemplo y no deis abrigo a los enemigos de la patriaraquo

En Noviembre tomoacute a Balaguer En el mismo mes obligoacute a muchos facciosos a pasar la frontera en presencia del cordoacuten sanitario con que nos amenazaban los franceses En 20 de Enero uno de los suyos el brigadier Rotten jefe de la cuarta divisioacuten del ejeacutercito de Cataluntildea haciacutea sufrir a San Llorens de Morunys el tremendo castigo de que habiacutea sido viacutectima Castellfollit diciendo a las tropas en la orden del diacutea laquoLa villa esencialmente rebelde llamada San Llorens de Morunys seraacute borrada del maparaquo

Aquel destructor de ciudades sentildealaba a cada regimiento las calles que debiacutea saquear antes de dar principio a la operacioacuten de borrar del mapa No de otra manera procedioacute Hoche en la Vendeacutee pero este sistema de borrar del mapa es algo expuesto sobre todo en Espantildea

El 8 de Diciembre puso Mina sitio a la Seo [45] de Urgel mientras Rotten iba convenciendo a los rebeldes catalanes con las suaves razones que indicamos y en uno de los pueblos demolidos y arrasados precisamente en aquel mismo San Llorens de Morunys llamado tambieacuten Piteus ocurrioacute un suceso digno de mencionarse y que causoacute maravilla y emocioacuten muy viva en toda la tropa

Fue de la manera siguiente Para que el saqueo se hiciera con orden Rotten dispuso que el batalloacuten de Murcia trabajase en las calles de Arantildeas y Balldelfred el de Canarias en las calles de Frecsures y Segories el de Coacuterdoba en la de Ferronised y Ascervalds dejando los arrabales para el destacamento de la Constitucioacuten y la caballeriacutea Lo mismo en la orden de saqueo que en la de incendio que le siguioacute fueron exceptuadas doce casas que perteneciacutean a otros tantos patriotas

El regimiento de Coacuterdoba funcionaba en la calle de Ferronised entre la consternacioacuten de los aterrados habitantes cuando unos soldados descubrieron un hondo soacutetano o mazmorra y registraacutendolo por si en eacutel habiacutea provisiones almacenadas para los facciosos vieron a un hombre aherrojado o maacutes propiamente dicho un cadaacutever viviente cuya miserable postracioacuten y estado les causaron espanto No vacilaron en [46] prestarle auxilio cristianamente sacaacutendole de alliacute en hombros despueacutes de quitarle con

no poco trabajo las cadenas y cuando el cautivo vio la luz se desmayoacute pronunciando incoherentes palabras que maacutes bien expresaban demencia que alegriacutea

Rodeaacuteronle todos siendo objeto de gran curiosidad por parte de oficiales y soldados que no cesaban de denostar a los facciosos por la crueldad usada con aquel infeliz Este pareciacutea haber permanecido bajo tierra mucho tiempo seguacuten estaba de liacutevido y exanguumle y sin duda era viacutectima del furor de las hordas absolutistas y maacutes que criminal castigado por sus delitos un buen patriota condenado por su amor a la Constitucioacuten

Un capitaacuten ayudante de Rotten llamado D Rafael Seudoquis se interesoacute vivamente por el cautivo y despueacutes de mandar que se le diera toda clase de socorros le apremioacute para que hablase El hombre sacado del fondo de la tierra pareciacutea joven a pesar de lo que le abrumaba su padecer y se sorprendioacute muy agradablemente de ver los uniformes de la tropa Las primeras palabras que pronuncioacute fueron

-iquestEn doacutende estaacuten

-iquestLos facciosos -dijo Seudoquis riendo- [47] Me parece que no les veremos en mucho tiempo seguacuten la prisa que llevan Ahora buen amigo diacuteganos coacutemo se llama usted y quieacuten es

El cautivo haciacutea esfuerzos para recordar

-iquestEn queacute antildeo estamos -preguntoacute al fin mirando a todos con extraviados ojos

-En el de 1823 que parece seraacute el peor antildeo del siglo seguacuten como empieza

-iquestY en queacute mes

-En Enero y a 15 diacutea de San Pablo ermitantildeo Si usted recuerda cuaacutendo le empaquetaron puede hacer la cuenta del tiempo que ha estado en conserva

-He estado preso -dijo el hombre despueacutes de una larga pausa- seis meses y algunos diacuteas

-Pues no es mucho otros han estado maacutes No le habraacuten tratado a usted muy bien eso es lo malo pero descuide usted que ahora las van a pagar todas juntas El pueblo seraacute incendiado y arrasado

-iexclIncendiado y arrasado -exclamoacute el cautivo con pena- iexclQueacute laacutestima que no sea Benabarre

-Sin duda el cautiverio de usted -dijo Seudoquis intimando maacutes con el desgraciado- empezoacute en ese horrible pueblo aragoneacutes [48]

-Siacute sentildeor de alliacute me trajeron a Tremp y de Tremp a Masbruacute y de Masbruacute aquiacute

-iexclOh iexclbuen viaje ha sido iexclY seis meses de encierro bajo el poder de esa canalla No seacute coacutemo no le fusilaron a usted seiscientas veces

-Eran demasiado inhumanos para hacerlo

Llevaacuteronle fuera del pueblo en una camilla y a presencia del brigadier que le interrogoacute Desde el cuartel general vio las llamas que devoraban San Llorens y entonces dijo

-Arde lo inocente las guaridas y los perversos lobos estaacuten en el monte

El bravo y generoso Seudoquis fue encargado por el brigadier de vestirle pues los andrajos que cubriacutean el cuerpo del cautivo se caiacutean a pedazos Al diacutea siguiente de su maravillosa redencioacuten hallose muy repuesto por la influencia del aire sano y de los alimentos que le dieron y aunque le era imposible dar un paso podiacutea hablar sin acongojarse como el primer diacutea por falta de aliento

-iquestQueacute ha pasado en todo este tiempo -preguntoacute con voz deacutebil y temblorosa al que continuamente le daba pruebas de generosidad e intereacutes- iquestSigue reinando Fernando VII

-Hombre siacute todaviacutea le tenemos encima -dijo Seudoquis atizando la hoguera alrededor de la cual vivaqueaban juntamente con el cautivo [49] cuatro o cinco oficiales- Gotosillo sigue nuestro hombre pero auacuten nos estaacute embromando y nos embromaraacute por mucho tiempo

-iquestY la Constitucioacuten subsiste

-Tambieacuten estaacute gotosa o mejor dicho acatarrada Me parece que de esta fecha enterramos a la sentildeora

-iquestY hay Cortes

-Cortes y recortes Pero me parece que pronto no quedaraacuten maacutes que los de los sastres

-Y queacute iquesthay revolucioacuten en Espantildea

-Nada estamos en una balsa de aceite

-iquestQueacute Ministerio tenemos

-El de los Siete nintildeos de Eacutecija iquestPues queacute vamos a estar mudando de nintildeos todos los diacuteas

-iquestY ha vuelto la Milicia a sacudir el polvo a la Guardia Real

-Ahora nos ocupamos todos en cazar frailes y guerrilleros siempre que ellos no nos cacen a nosotros

-iquestY Riego

-Ha ido a Andaluciacutea

-iquestHay agitacioacuten allaacute

-Lo que hay es mucha sangre vertida en todas partes

-Revolucioacuten completa iquestDoacutende hay partidas [50]

-Pregunte usted que doacutende hay espantildeoles

-Toda Cataluntildea parece estar en armas contra el Gobierno

-Y casi todo Aragoacuten y Navarra y Vizcaya y Burgos y Leoacuten y mucha parte de Guadalajara Cuenca Aacutevila Toledo Caacuteceres Hay facciones hasta en Andaluciacutea que es como decir que hasta las ranas han criado pelo

-iexclQueacute horrible suentildeo el miacuteo -dijo luacutegubremente el cautivo- y queacute triste despertar

-Esto es un volcaacuten amigo miacuteo

-iquestPero queacute quieren

-Confites Piden Inquisicioacuten y cadenas

-iquestY quieacuten los dirige

-El Rey y en su real nombre la Regencia de Urgel

-Una Regencia

-Que tiene su Gobierno regular sus embajadores en las Cortes de Europa y ha contratado hace poco un gran empreacutestito iexclSi no hay paiacutes ninguno como este Espanta el ver coacutemo falta dinero para todo menos para conspirar

-iquestY queacute hace el Gobierno

-iquestQueacute ha de hacer Boberiacuteas Trasladar los curas de una parroquia a otra declarar vacantes las sillas de los obispos que estaacuten en la faccioacuten fomentar las sociedades patrioacuteticas suprimir [51] los conventos que estaacuten en despoblado y otras grandes medidas salvadoras

-iquestNo ha cerrado el Gobierno las sociedades patrioacuteticas

-Ha abierto la Landaburiana para que los liberales tengan una buena plazuela donde insultarse

-iquestSiguen los discursos

-Siacute pero abundan maacutes los cachetes

-iquestY queacute generales mandan los ejeacutercitos de operaciones

-Aquiacute Mina en Castilla la Nueva ODaly Quiroga en Galicia en Aragoacuten Torrijos

-iquestY vencen

-Cuando pueden

-Es una delicia lo que encuentro a mi vuelta del otro mundo

-Si casi era mejor que se hubiese usted quedado por allaacute Asiacute al menos no sufririacutea la verguumlenza de la intervencioacuten extranjera

-iquestIntervencioacuten

-iexclY se asusta iquestPues hay nada maacutes natural Seguacuten parece allaacute por el mundo civilizado corre el rumor de que esto que aquiacute pasa es un escaacutendalo

-Siacute que lo es

-Los Reyes temen que a sus Naciones respectivas les entre este maleficio de las Constituciones [52] de las sociedades Landaburianas de las partidas de la Fe de los frailes con pistolas y nos van a quitar todos estos motivos de distraccioacuten Lejos del mundo ha estado usted y muy dentro de tierra cuando no han llegado a sus oiacutedos las ceacutelebres notas

-iquestQueacute notas

-El re mi fa de las Potencias Las notas han sido tres todas muy desafinadas y las potencias que las han dado tres tambieacuten como las del alma Rusia Prusia y Austria

-iquestY queacute pediacutean

-No puedo deciacuterselo a usted claramente porque los embajadores no me las han leiacutedo pero si seacute que la contestacioacuten del Gobierno espantildeol ha sido retumbante y guerrera como un redoble de tambor

-Es decir que desafiacutea a Europa

-Siacute sentildeor la desafiamos Ahora se recuerda mucho la guerra de la Independencia pero yo digo como Cervantes que nunca segundas partes fueron buenas

-iquestDe modo que tendremos otra vez extranjeros

-Franceses Ahiacute tiene usted en lo que ha venido a parar el ejeacutercito de observacioacuten Entre el cordoacuten sanitario y el de San Francisco nos van a dar que hacer Digo y los [53] diputados el diacutea en que aprobaron la contestacioacuten a las notas fueron aclamados por el pueblo Yo estaba en Madrid esa noche y como vivo frente al coronel San Miguel las murgas no me dejaron dormir en toda la noche Por todas partes no se oyen maacutes que mueras a la Santa Alianza a las Potencias del Norte a Francia y a la Regencia de Urgel Ahora se dice tambieacuten como entonces laquodejarles que se internenraquo pero la tropa no estaacute

muy entusiasmada que digamos Con todo si entran los interventores no les recibiremos con las manos en los bolsillos

-Tremendos diacuteas vienen -dijo el cautivo- Si los absolutistas vencen no podremos vivir aquiacute O ellos o nosotros Hay que exterminarles para que no nos exterminen

-Diga usted que si hubiera muchos brigadieres Rotten pronto se acababa esa casta maligna Fusilamos realistas por docenas sin distincioacuten de sexo ni edad ni formalidades de juicio iexclAy del que cae en nuestras manos Nuestro brigadier dice que no hay otro remedio ni entienden maacutes razoacuten que el arcabuzazo Ayer hicimos catorce prisioneros en San Llorens Hay de toda casta de gentes mujeres hombres dos cleacuterigos un jesuita que usa gafas un escribano de setenta antildeos una mujer [54] puacuteblica dos guerrilleros invaacutelidos en fin un muestrario completo El jefe les ha sentenciado ya pero como esto no se puede decir asiacute se hace la comedia de enviarles a la caacutercel de Solsona y por el camino cuando viene la noche y se llega a un sitio conveniente pim pam se les despacha en un santiameacuten y a otra

-Si no me engantildeo -dijo el cautivo- aquellos paisanos que por alliacute se ven son los prisioneros de San Llorens

En una loma cercana a distancia de dos tiros de fusil se veiacutea un grupo de personas custodiadas por la tropa Pareciacutea un rebantildeo que se habiacutea detenido a sestear

-Cabalmente -dijo Seudoquis- aquellos son Dentro de una hora se pondraacuten en camino para la eternidad iexclY estaacuten tan tranquilos Como que no han probado auacuten las recetas del brigadier Rotten

-Ojo por ojo y diente por diente -dijo el cautivo contemplando el grupo de prisioneros- iexclAh gran canalla no se entierran hombres impunemente durante seis meses no se baila encima de su sepultura para atormentarle no se les insulta por la reja no se les arroja saliva e inmundicia sin sentir maacutes tarde o maacutes temprano la mano justiciera que baja del cielo [55]

Despueacutes callaron todos No se oiacutea maacutes que el rasgueo de la pluma con que uno de los oficiales escribiacutea teniendo el papel sobre una cartera y esta sobre sus rodillas Cuando hubo concluido el cautivo rogoacute que se le diese lo necesario para escribir una carta a su madre anunciaacutendole que viviacutea pues seguacuten dijo en todo el tiempo de su ya concluida cautividad no habiacutea podido dar noticia de su existencia a los que le amaban

-iquestViviraacuten como yo -dijo tristemente- o afligidos por mi desaparicioacuten habraacuten muerto

-Dispeacutenseme usted -manifestoacute Seudoquis- pero a medida que hablamos me ha parecido reconocer en usted a una persona con quien hace algunos antildeos tuve relaciones

-Siacute Sr Seudoquis -dijo el cautivo sonriendo- El mismo soy Conspiramos juntos el antildeo 19 y a principios del antildeo 20

-Sentildeor Monsalud -exclamoacute el oficial abrazaacutendole- buen hallazgo hemos hecho sacaacutendole a usted de aquella mazmorra iexclYa se ve iquestCoacutemo podriacutea conocerle si estaacute usted hecho un esqueleto Ademaacutes en estos tiempos se olvida pronto iexclHe visto tanta

gente desde aquellos felices diacuteas porque eran felices siacute Aunque sea entre peligros el conspirar es siempre muy agradable sobre todo si se tiene fe [56]

-Entonces teniacutea yo mucha fe

-iexclAh Y yo tambieacuten Me hubiera dejado descuartizar por la libertad

-iexclCon queacute afaacuten trabajaacutebamos

-Siacute iexclcon queacute afaacuten

-iexclNos pareciacutea que de nuestras manos iba a salir acabada y completa la maacutes liberal y al mismo tiempo la maacutes feliz Nacioacuten de la tierra

-Siacute iexclqueacute ilusiones Si no estoy trascordado tambieacuten nos hallamos juntos en la logia de la calle de las Tres Cruces

-Siacute alliacute estuve yo alguacuten tiempo En aquello nunca tuve mucha fe

-Yo siacute pero la he perdido completamente Vea usted en queacute han venido a parar aquellas detestables misas masoacutenicas

-Nunca tuve ilusiones respecto a la Orden de la Viuda

-Pues nosotros -dijo Seudoquis riendo- tuvimos hasta hace poco en el regimiento nuestra caverna de Adorinam Pero apenas funcionaba ya iexclCuaacutenta ruina amigo miacuteo iexclCoacutemo se ha desmoronado aquel fantaacutestico edificio que levantamos Yo he sido de los que con maacutes gana con maacutes conviccioacuten y hasta con verdadera ferocidad han gritado iexclConstitucioacuten o muerte Haacutebleme usted con franqueza Salvador iquesttiene usted fe [57]

-Ninguna -repuso el cautivo- pero tengo odio y por el odio que siento contra mis carceleros estoy dispuesto a todo a morir matando facciosos si el general Mina quiere hacerme un hueco entre sus soldados

-Pues yo -manifestoacute Seudoquis con frialdad- no tengo fe tampoco tengo odio muy vivo pero el deber militar supliraacute en miacute la falta de estas dos poderosas fuerzas guerreras Pienso batirme con lealtad y llevar la bandera de la Constitucioacuten hasta donde se pueda

-Eso no basta -dijo Monsalud moviendo la cabeza- Para este conflicto nacional se necesita algo maacutes En fin Dios diraacute

Y empezoacute a escribir a su madre

- VII -

Despueacutes de dar noticia de su estupenda liberacioacuten exponiendo con brevedad los padecimientos del largo cautiverio que habiacutea sufrido escribioacute las frases maacutes carintildeosas y una pateacutetica declaracioacuten de arrepentimiento por su desnaturalizada conducta y la impiacutea fuga que tan duramente habiacutea castigado Dios Manifestando [58] despueacutes su falta de recursos y que maacutes que un viaje a Madrid le conveniacutea su permanencia en el ejeacutercito de Cataluntildea rogaba a su madre que vendiese cuanto habiacutea en la casa y juntamente con Solita se trasladase a la Puebla de Arganzoacuten donde pasariacutea a verlas pidiendo una licencia Concluiacutea indicando la direccioacuten que debiacutea darse a las cartas de respuesta y pediacutea que esta fuera inmediata para calmar la incertidumbre y afaacuten de su alma

Aquella misma tarde habloacute con el brigadier Rotten el cual era un hombre muy rudo y fiero bastante parecido en genio y modos a don Carlos Espantildea Aconsejole este que viera al general Mina en cuyo ejeacutercito habiacutea varias partidas de contraguerrilleros organizadas disciplinariamente antildeadioacute que eacutel (el brigadier Rotten) se habiacutea propuesto hacer la guerra de exterminio quemando arrasando y fusilando en la seguridad de que la supresioacuten de la humanidad traeriacutea infaliblemente el fin del absolutismo y concluyoacute diciendo que pasaba a la provincia de Tarragona con todas las fuerzas de su mando excepcioacuten hecha del batalloacuten de Murcia que le habiacutea sido reclamado por el general en jefe para reforzar el sitio de la Seo Monsalud sin vacilar en su eleccioacuten optoacute por seguir a los de Murcia que iban hacia la Seo [59]

Salioacute pues Murcia al diacutea siguiente muy temprano en direccioacuten a Castellar llevando el triste encargo de conducir a los catorce prisioneros de San Llorens de Morunys Seudoquis no ocultoacute a Salvador su disgusto por comisioacuten tan execrable pero ni eacutel ni sus compantildeeros podiacutean desobedecer al baacuterbaro Rotten Puacutesose en marcha el regimiento que maacutes bien pareciacutea cortejo fuacutenebre y en uno de sus uacuteltimos carros iba Monsalud viendo delante de siacute a los infelices cautivos atraillados algunos medio desnudos y todos abatidos y llorosos por su miserable destino aunque no se creiacutean condenados a muerte sino tan soacutelo a denigrante esclavitud

Camino maacutes triste no se habiacutea visto jamaacutes Lleno de fango el suelo cargada de neblina la atmoacutesfera y enfriada por un remusguillo helado que del Pirineo descendiacutea todo era tristeza fuera y dentro del alma de los soldados No se oiacutean ni las canciones alegres con que estos suelen hacer menos pesadas las largas marchas ni los diaacutelogos picantes ni maacutes que el luacutegubre compaacutes de los pasos en el cieno y el crujir de los lentos carros y los suspiros de los acongojados prisioneros El diacutea se acaboacute muy pronto a causa de la niebla que al modo de envidia lo empantildeaba y al llegar a un aacutengulo del camino en cierto sitio llamado los tres [60] Roures (los tres robles) el regimiento se detuvo Tomaba aliento porque lo que iba a hacer era grave

Salvador sintioacute un suacutebito impulso en su alma cristiana Eran los sentimientos de humanidad que se sobreponiacutean al odio pasajero y al recuerdo de tantas penas Cuando vio que la horrible sentencia iba a cumplirse hundioacute la cabeza sepultaacutendola entre los sacos y mantas que llenaban el carro y oroacute en silencio Los ayes lastimeros y los tiros que pusieron fin a los ayes le hicieron estremecer y sacudirse como si resonaran en la cavidad de su propio corazoacuten Cuando todo quedoacute en luacutegubre silencio alzando su angustiada cabeza dijo asiacute

-iexclQueacute cobarde soy El estado de mi cuerpo que parece de vidrio me hace deacutebil y pusilaacutenime como una mujer No debo tenerles laacutestima porque me sepultaron durante

seis meses porque bailaron sobre mi calabozo y me injuriaron y escupieron porque ni aun tuvieron la caridad de darme muerte sino por el contrario me dejaban vivir para mortificarme maacutes

El regimiento siguioacute adelante y al pasar junto al lugar de la carniceriacutea Salvador sintioacute renacer su congoja

-Es preciso ser hombre -pensoacute- La guerra [61] es guerra y exige estas crueldades Es preciso ser verdugo que viacutectima O ellos o nosotros

Seudoquis se acercoacute entonces para informarse de su estado de salud Estaba el buen capitaacuten tan paacutelido como los muertos y su mano ardiente y nerviosa temblaba como la del asesino que acaba de arrojar el arma para no ser descubierto

-iquestQueacute dice usted amigo miacuteo -le preguntoacute Salvador

-Digo -repuso el militar tristemente- que la Constitucioacuten seraacute vencida

- VIII - Hasta el 25 de Enero no llegaron a Canyellas donde Mina teniacutea su cuartel general frente a la Seo de Urgel Habiacutean pasado maacutes de sesenta diacuteas desde que puso sitio a la plaza y aunque la Regencia se habiacutea puesto en salvo llevaacutendose el dinero y los papeles los testarudos catalanes y aragoneses se sosteniacutean fieramente en la poblacioacuten en los castillos y en la formidable ciudadela [62]

Mina hombre de mucha impaciencia teniacutea en aquellos diacuteas un humor de mil demonios Sus soldados estaban medio desnudos sin ninguacuten abrigo y con menos ardor guerrero que hambre A los cuarenta y seis cantildeones que guarneciacutean las fortalezas de la Seo el heacuteroe navarro no podiacutea oponer ni una sola pieza de artilleriacutea El paiacutes en que operaba era tan pobre y desolado que no habiacutea medios de que sobre eacutel como es costumbre vivieran las tropas Por carecer estas de todo hasta careciacutean de fanatismo y el grito de Constitucioacuten o muerte haciacutea ya muy poco efecto Era como los cumplimientos que todo el mundo los dice y nadie cree en ellos Un invierno friacuteo y crudo completaba la situacioacuten derramando nieves escarchas hielos y lluvia sobre los sitiadores no menos desabrigados que aburridos

Delante de la miserable casilla que le serviacutea de alojamiento soliacutea pasearse D Francisco por las tardes con las manos en los bolsillos de su capote y pisando fuerte para que entraran en calor las entumecidas piernas Era hombre de cuarenta y dos antildeos recio y avellanado de semblante rudo en que se pintaba una gran energiacutea y todo su aspecto revelaba al guerreador castellano maacutes aacutegil que forzudo En sus ojos sombreados por cejas muy espesas brillaba la [63] astuta mirada del guerrillero que sabe organizar las emboscadas y las dispersiones Teniacutea cortas patillas que empezaban a emblanquecer y una piel bronca las mandiacutebulas asiacute como la parte inferior de la cara muy pronunciadas la cabeza cabelluda y no como la de Napoleoacuten sino piriforme y

amelonada a lo guerrillero No careciacutea de cierta zandunga (5) su especial modo de sonreiacuter y su hablar era como su estilo conciso y claro si bien no muy elegante pero si no escribiacutea como Julio Ceacutesar soliacutea guerrear como eacutel

No le educaron sus mayores sino los menores de su familia y tuvo por maestro a su sobrino un seminarista calaveroacuten que empezoacute su carrera persiguiendo franceses y la acaboacute fusilado en Ameacuterica Se hizo general como otros muchos y con mejores motivos que la mayor parte educaacutendose en la guerra de la Independencia sirviendo bien y con lealtad ganando cada grado con veinte batallas y defendiendo una idea poliacutetica con perseverancia y buena fe Su destreza militar era extraordinaria y fue sin disputa el primero entre los caudillos de partidas pues teniacutea la osadiacutea de Merino el brutal arrojo del Empecinado la astucia de Albuiacuten y la ligereza del Royo Sus crueldades de que tanto se ha hablado no saliacutean como las de Rotten de las perversidades [64] de un corazoacuten duro sino de los caacutelculos de su activo cerebro y constituiacutean un plan como cualquier otro plan de guerra Supo hacerse amar de los suyos hasta el delirio y tambieacuten sojuzgar a los que se le rebelaron como el Malcarado

Poseiacutea el genio navarro en toda su grandeza siendo guerrero en cuerpo y alma no muy amante de la disciplina caminante audaz cazador de hombres enemigo de la lisonja valiente por amor a la gloria terco y caprichudo en los combates Ganoacute batallas que equivaliacutean a romper una muralla con la cabeza y fueron obras maestras de la terquedad que a veces sustituye al genio En sus crueldades jamaacutes cometioacute viles represalias ni se ensantildeoacute como otros en criaturas deacutebiles Peleando contra Zumalacaacuterregui ambos caudillos cambiaron cartas muy tiernas a propoacutesito de una nintildea de quince meses que el guipuzcoano teniacutea en poder del navarro Fuera de la guerra era hombre corteacutes y fino desmintiendo asiacute la humildad de su origen al contrario de otros muchos como D Juan Martiacuten por ejemplo que aun siendo general nunca dejoacute de ser carbonero

Salvador Monsalud habiacutea conocido a Mina en 1813 durante la conspiracioacuten y despueacutes en Madrid Su amistad no era iacutentima pero siacute [65] cordial y sincera Oyoacute el general con mucho intereacutes el relato de las desgracias del pobre cautivo de San Llorens y a cada nueva crueldad que este referiacutea soltaba el otro alguna eneacutergica invectiva contra los facciosos

-Ya tendraacute usted ocasioacuten de vengarse si persiste en su buen propoacutesito de ingresar en mi ejeacutercito -le dijo estrechaacutendole la mano- Yo tengo aquiacute varias partidas de contraguerrilleros compuestas de gentes del paiacutes y de compatriotas miacuteos que me ayudan como pueden Desde luego le doy a usted el mando de una compantildeiacutea iquestacepta usted

-Acepto -repuso Salvador- Nunca fue grande mi aficioacuten a la carrera militar pero ahora me seduce la idea de hacer todo el dantildeo posible a mis infames verdugos no asesinaacutendolos sino vencieacutendolos Este es el sentimiento de que han nacido todas las guerras Ademaacutes yo no tengo nada que hacer en Madrid El duque del Parque no se acordaraacute ya de miacute y habraacute puesto a otro en mi lugar He rogado a mi madre que venda todo y se traslade a la Puebla con mi hermana No quiero Corte por ahora Las circunstancias y una inclinacioacuten irresistible que hay dentro de miacute desde que me sacaron de aquel horrible sepulcro me impulsan a ser guerrillero [66]

-Eso no es maacutes que vocacioacuten de general -dijo Mina riendo

Despueacutes convidoacute a Monsalud a su frugal mesa y hablaron largo rato de la campantildea y del sitio emprendido que seguacuten las predicciones del general tocaba ya a su fin

-Si para el diacutea de la Candelaria no he entrado en esa cueva de ladrones -dijo- rompo mi bastoacuten de mando Dariacutea todos mis grados por podeacuterselo romper en las costillas a Mataflorida

-O al arzobispo de Creux

-Ese se pone siempre fuera de tiro Ya marchoacute a Francia por miedo a la chamusquina que les espera iexclAh Sr Monsalud si no es usted hombre de corazoacuten no venga con nosotros Cuando entremos en la Seo no pienso perdonar ni a las moscas El Trapense al tomar esta plaza pasoacute a cuchillo la guarnicioacuten Yo pienso hacer lo mismo

-iquestA queacute cuerpo me destina mi general

-A la contraguerrilla del Cojo de Lumbier Es un puntildeado de valientes que vale todo el oro del mundo

-iquestEn doacutende estaacute

-Hacia Fornals vigilando siempre la Ciudadela Los contraguerrilleros del Cojo han jurado morir todos o entrar en la Ciudadela [67] antes de la Candelaria Me inspiran tal confianza que les he dicho laquono teneacuteis que poneros delante de miacute sino para decirme que la Ciudadela es nuestraraquo

-Entraraacuten entraremos de seguro -dijo Monsalud con entusiasmo

-Y ya les he leiacutedo muy bien la cartilla -antildeadioacute Mina- Ya les he cantado muy claro que no tienen que hacerme prisioneros No doy cuartel a nadie absolutamente a nadie Esa turba de sacristantes y salteadores no merece ninguna consideracioacuten militar

-Es decir

-Que me hareacuteis el favor de pasarme a cuchillo a toda esa gavilla de tunantes Amigo miacuteo la experiencia me ha demostrado que esta guerra no se sofoca sino con la ley del exterminio llevada a su uacuteltimo extremo

Salvador oyendo esto se estremecioacute y por largo rato no pudo apartar de su pensamiento la luacutegubre fase que tomaba la guerra desde que eacutel imaginoacute poner su mano en ella

Mina encargoacute al novel guerrillero que procurara restablecerse daacutendose la mejor vida posible en el campamento pues tiempo habiacutea de sobra para entrar en lucha si continuaba la guerra como era creiacuteble en vista del estado del paiacutes y de los amagos de intervencioacuten [68] Otros amigos ademaacutes del general encontroacute Salvador en Canyellas y pueblos inmediatos relaciones hechas la mayor parte en la conspiracioacuten y fomentadas despueacutes en las logias y en los cafeacutes patrioacuteticos

- IX - La Seo de Urgel estaacute situada en la confluencia de dos riacuteos que alliacute son torrentes el Segre originario de Puigcerdaacute y el Balira un bullicioso y atronador joven enviado a Espantildea por la Repuacuteblica de Andorra Enormes montantildeas la cercan por todas partes y tres gargantas estrechas le dan entrada por caminos que entonces soacutelo eran a propoacutesito para la segura planta del mulo Sobre la misma villa se eleva la Ciudadela maacutes al Norte el CASTILLO entre estas dos fortalezas el escarpado arrabal de Castel-Ciudad y en direccioacuten a Andorra la torre de Solsona La imponente altura de estas posiciones hace muy difiacutecil su expugnacioacuten es preciso andar a gatas para llegar hasta ellas

El 29 Mina dispuso que se atacara a Castel-Ciudad [69] El eacutexito fue desgraciado pero el 1ordm de Febrero operando simultaacuteneamente todas las tropas contra Castel-Ciudad Solsona y el Castillo se logroacute poner avanzadas en puntos cuya conquista haciacutea muy peligrosa la resistencia de los sitiados Por uacuteltimo el diacutea 3 de Febrero a las doce de la mantildeana las contraguerrillas del Cojo y el regimiento de Murcia penetraban en la Ciudadela defendida por seiscientos hombres al mando de Romagosa

Aunque no se hallaba totalmente restablecido Salvador Monsalud volviacutea tan raacutepidamente a su estado normal que creyoacute de su deber darse de alta en los criacuteticos diacuteas 1ordm y 2ordm de Febrero Ademaacutes de que se sentiacutea regularmente aacutegil y fuerte le mortificaba la idea de que se le supusiera maacutes encarintildeado con la convalecencia que con las balas Tomoacute pues el mando de su compantildeiacutea de contraguerrillas a las oacuterdenes del valiente Cojo de Lumbier y fue de los primeros que tuvieron la gloria de penetrar en la Ciudadela Sin saber coacutemo sintiose dominado por la rabiosa exaltacioacuten guerrera que animaba a su gente Vio los raudales de sangre y oyoacute los salvajes gritos todo ello muy acorde con su excitado espiacuteritu

Cuando la turba vencedora cayoacute como una venganza celeste sobre los vencidos sintioacute siacute [70] pasajero temblor pero sobreponieacutendose a sus sentimientos recordoacute las instrucciones de Mina y supo transmitir las oacuterdenes de deguumlello con tanta firmeza como el cirujano que ordena la amputacioacuten Vio pasar a cuchillo a maacutes de doscientos hombres en la Ciudadela y no pestantildeeoacute pero no pudo vencer una tristeza maacutes honda que todas las tristezas imaginables cuando Seudoquis acercaacutendose a eacutel sobre charcos de sangre y entre los destrozados cuerpos palpitantes le dijo con la misma expresioacuten luacutegubre de la tarde de los tres Roures

-Me confirmo en mi idea amigo Monsalud La Constitucioacuten seraacute vencida

Al diacutea siguiente bajoacute a la villa de la Seo que le parecioacute un sepulcro del cual se acabara de sacar el cuerpo putrefacto Su estrechez loacutebrega y huacutemeda asiacute como su suciedad haciacutean pensar en los gusanos insaciables y no se podiacutea entrar en ella con aacutenimo sereno Como oyera decir que en los claustros de la catedral convertidos en

hospital habiacutea no pocas personas de Madrid se dirigioacute allaacute creyendo encontrar alguacuten amigo de los muchos y diversos que teniacutea Grande era el nuacutemero de heridos y enfermos mas no vio ninguacuten semblante conocido En el palacio arzobispal estaban soacutelo [71] los enfermos de maacutes categoriacutea Dirigiose allaacute y apenas habiacutea dado algunos pasos en la primera sala cuando se sintioacute llamado eneacutergicamente

Miroacute y dos nombres sonaron

-iexclSalvador

-iexclPipaoacuten

Los dos amigos de la nintildeez los dos colegas de la conspiracioacuten del 19 los dos hermanos aunque no bien avenidos de la logia de las Tres Cruces se abrazaron con carintildeo El buen Bragas que poco antes viendo malparada la causa constitucional habiacutea corrido a la Seo a ponerse a las oacuterdenes de la Regencia cual hombre previsor padeciacutea de un persistente reuacutema que le impidioacute absolutamente huir a la aproximacioacuten de las tropas liberales Confiaba el pobrecito en las infinitas trazas de su sutiliacutesimo ingenio para conseguir que no se le causara dantildeo y como tuvo siempre por norte hacerse amigos aunque fuera en el infierno muy mal habiacutean de venir las cosas para que no saliese alguno entre los soldados de Mina A pesar de todo estuvo con el alma en un hilo hasta que vio aparecer la figura por demaacutes simpaacutetica de su antiguo camarada y entonces no pudiendo contener la alegriacutea le llamoacute y despueacutes de estrecharle en sus brazos con la freneacutetica alegriacutea del condenado que logra salvarse le dijo [72]

-iexclQueacute bonita campantildea habeacuteis hecho Habeacuteis tomado la Seo como quien coge un nido de paacutejaros Si he de ser franco contigo me alegro no se podiacutea vivir aquiacute con esa canalla de Regencia Yo vine por cuenta del Gobierno constitucional a vigilar ya tuacute me entiendes y me marchaba cuando iexclQueacute desgraciado soy Pero supongo que no me haraacuten dantildeo alguno iquesteh iquestTienes influencia con Mina Dile que podreacute ponerle en autos de algunas picardiacuteas que proyectan los Regentes Te juro que diera no seacute queacute por ver colgado de la torre al arzobispo

Monsalud despueacutes de tranquilizarle pidiole noticias de Madrid y de su familia

Pipaoacuten permanecioacute indeciso breve rato y despueacutes antildeadioacute con su habitual ligereza de lenguaje

-iquestPero doacutende te has metido iquestTe secuestraron los facciosos Ya me lo suponiacutea y asiacute lo dije a tu pobre madre cuando estuvo en mi casa a preguntarme por ti La buena sentildeora no teniacutea consuelo Se comprende iexclNo saber de ti en tanto tiempo

iquestVive mi madre -preguntoacute Salvador- iquestEstaacute buena

-Hace algunos diacuteas que falto de Madrid y no te puedo contestar -dijo Bragas mascullando [73] las palabras- pero si recibieses alguna mala noticia no debes sorprenderte Tu ausencia durante tantos meses y la horrible incertidumbre en que ha vivido tu buena madre no son ciertamente garantiacuteas de larga vida para ella

-Pipaoacuten por Dios -dijo Monsalud con amargura- tuacute me ocultas algo tuacute por caridad no quieres decirme todo lo que sabes iquestVive mi madre

-No puedo afirmar que siacute ni que no

-iquestCuaacutendo la has visto

-Hace cuatro meses

-iquestY entonces estaba buena

-Asiacute asiacute

-iquestY Sola estaba buena

-Asiacute asiacute Las dos pareciacutean tan apesadumbradas que daba pena verlas

-iquestSeguiacutean viviendo en el Prado donde yo las dejeacute

-No volvieron a la calle de Coloreros Comprendo tu ansiedad Si no hubiera huido con la Regencia una persona que se toma intereacutes por ti que te nombra con frecuencia y que hace poco ha llegado de Madrid

-iquestQuieacuten

-Jenara [74]

-iquestHa estado aquiacute No me dices nada que no me abrume Pipaoacuten

-Marchoacute con el arzobispo y Mataflorida iexclQueacute guapa estaacute Y conspira que es un primor Soacutelo ella se atreveriacutea a meterse en Madrid llevando mensajes de esta gente de la frontera como hizo en la primavera pasada y volver locos a los Ministros y a la camarilla Pero te has puesto paacutelido al oiacuter su nombre Ya ya seacute que os quereacuteis bien Ella misma ha dejado comprender ciertas cosas iexclCuaacutento ha padecido por arrancar de la faccioacuten a un hombre secuestrado en Benabarre Ese hombre eres tuacute Bien claro me lo ha dado a entender ella con sus suspiros siempre que te nombraba y tuacute con esa palidez teatral que tienes desde que hablamos de ella Amiguito bien bravo mozas de tal calidad bien valen seis meses de prisioacuten A doce me condenariacutea yo por haber gustado esa miel hiblea

Y prorrumpioacute en alegres risas sin que el otro participase de su jovialidad Reclinado en la cama del enfermo la cabeza apoyada en la mano Monsalud pareciacutea la imagen de la meditacioacuten Despueacutes de larga pausa volvioacute a anudar el hilo del interrumpido coloquio diciendo

-iquestConque ha estado aquiacute hace poco [75]

-Siacute iquestves esta cinta encarnada que tengo en el brazo Ella me la puso para sujetarme la manga que me molestaba Si quieres este recuerdo suyo te lo puedo ceder en cambio de la proteccioacuten que me dispensas ahora

Salvador miroacute la cinta pero no hizo movimiento alguno para tomarla ni dijo nada sobre aquel amoroso tema

-iquestY dices que hizo esfuerzos por rescatarme -preguntoacute

-Siacute iexclpobre mujer Se me figura que te amoacute grandemente pero acaacute para entre los dos no creo que la primera virtud de Jenara sea la constancia Si tanto empentildeo teniacutea por salvarte iquestpor queacute no te salvoacute siendo como era amiga de Mataflorida del arzobispo y del baroacuten Con tomar una orden de la Regencia y dirigirse al interior del paiacutes dominado por los arcaacutengeles de la fe Pero no habiacutea quien la decidiera a dar este paso y antes que meterse entre guerrilleros me dijo una vez que preferiacutea morir

-Y iquestcrees tuacute que ella podriacutea darme noticias de mi familia

-Se me figura que siacute -dijo Pipaoacuten poniendo semblante compungido- Yo le oiacute ciertas cosas No seraacute malo querido amigo que te dispongas a recibir alguna mala noticia [76]

-Diacutemela de una vez y no me atormentes con tus medias palabras -manifestoacute Salvador lleno de ansiedad

-De este mundo miserable -antildeadioacute Bragas con una gravedad que no le sentaba bien- iquestqueacute puede esperarse maacutes que penas

-iexclYa lo seacute Jamaacutes he esperado otra cosa

-Pues bien Yo supongo que tuacute eres un hombre valiente iquestPara queacute andar con rodeos y palabrillas

-Es verdad

-Si al fin habiacutea de suceder si al fin habiacuteas de apurar este caacuteliz de amargura iexclAh mi querido amigo siento ser mensajero de esta tristiacutesima nueva

-iexclOh Dios miacuteo lo comprendo todo -exclamoacute Salvador ocultando su rostro entre las temblorosas manos

-iexclTu madre ha muerto -dijo Pipaoacuten

-iexclOh bien me lo deciacutea el corazoacuten -balbucioacute el hueacuterfano traspasado de dolor- iexclMadre querida iexclyo te he matado

Durante largo rato estuvo llorando amargamente [77]

- X -

Creyendo ahora conveniente el autor no trabajar maacutes por cuenta propia vuelve a utilizar el manuscrito de la sentildeora en su segunda pieza que concuerda cronoloacutegicamente con el punto en que se ha suspendido la anterior relacioacuten

Los lectores perdonaraacuten esta larga incrustacioacuten ripiosa tan inferior a lo escrito por la hermosa mano y pensado por el agudo entendimiento de la sentildeora Pero como la seguridad del edificio de esta historia lo haciacutea necesario el autor ha metido su tosco ladrillo entre el fino maacutermol de la gentil dama alavesa El segundo fragmento lleva por tiacutetulo DE PARIacuteS A CAacuteDIZ y a la letra dice asiacute

A fines de Diciembre del 22 tuve que huir precipitadamente de la Seo que amenazaba el cabecilla Mina No es faacutecil salir con pena de la Seo Aquel pueblo es horrible y todo el que vive dentro de eacutel se siente amortajado Mataflorida salioacute antes que nadie [78] treacutemulo y lleno de zozobra No podreacute olvidar nunca la figura del arzobispo montando a mujeriegas en un mulo apoyando una mano en el arzoacuten delantero y otra en el de atraacutes y con la canaleja sujeta con un pantildeuelo para que no se la arrancase el fuerte viento que soplaba Es sensible que no pueda una dejar de reiacuterse en circunstancias tristes y luctuosas y que a veces las personas maacutes dignas de veneracioacuten por su estado religioso exciten la hilaridad Conozco que es pecado y lo confieso pero ello es que yo no podiacutea tener la risa

Nos reunimos todos en Tolosa de Francia Yo resolviacute entonces no mezclarme maacutes en asuntos de la Regencia Jamaacutes he visto un desconcierto semejante Muchos espantildeoles emigrados viendo cercana la intervencioacuten (precipitada por las altaneras contestaciones de San Miguel) temblaban ante la idea de que se estableciese un absolutismo fanaacutetico y vengador y suspiraban por una transaccioacuten interpretando el pensamiento de Luis XVIII Pero no habiacutea quien apease a Mataflorida de su borrica o sea de su idea de restablecer las cosas en el propio ser y estado que tuvieron desde el 10 de Mayo de 1814 hasta el 7 de Marzo de 1820 Balmaseda le apoyaba y D Jaime Creux (el gran jinete de quien antes he hablado) era partidario [79] tambieacuten del absolutismo puro y sin mancha alguna de Caacutemaras ni camarines pero el baroacuten de Eroles y Eguiacutea se oponiacutean furiosamente a esta salutiacutefera idea de sus compantildeeros

Mi amigo el general de la coleta (ya separado de la pastelera de Bayona) queriacutea destituir a la Regencia y prender a Mataflorida y al arzobispo Mataflorida fuerte con las instrucciones reservadiacutesimas de Su Majestad que yo y otros emisarios le habiacuteamos traiacutedo seguiacutea en sus trece La Junta de Cataluntildea los apostoacutelicos de Galicia la Junta de Navarra los obispos emigrados enviaban representaciones a Luis XVIII para que reconociese a la Regencia de Urgel mientras la Regencia misma echaacutendosela de soberana enviaba una especie de plenipotenciarios de figuroacuten a los Soberanos de Europa

Nada de esto hizo efecto y la Corte de Francia conforme con Eguiacutea y el baroacuten de Eroles puso a la Regencia cara de hereje Por desgracia para la causa real Ugarte habiacutea sido quitado de la escena poliacutetica y todo el negocio como puede suponerse andaba en manos muy ineptas Alliacute era de ver la rabia de Mataflorida que alegaba en su favor las oacuterdenes terminantes del Rey pero nada de esto valiacutea porque los otros tambieacuten

mostraban cartas [80] y mandatos reales Fernando jugaba con todos los dados a la vez iquestSu voluntad quieacuten podiacutea saberla

Entretanto todo se volviacutea recados misteriosos de Tolosa a Pariacutes y a Madrid y a Verona Eguiacutea se carteaba con el duque de Montmorency ministro de Estado en Francia y Mataflorida con Chateaubriand Cuando este sustituyoacute a Montmorency en el Ministerio nuestro marqueacutes vio el cielo abierto por ser el vizconde de los que con maacutes ahiacutenco habiacutean sostenido en Verona la necesidad de volver del reveacutes las instituciones espantildeolas Necesitando negociar con eacutel y no queriendo apartarse de la frontera de Espantildea por temor a las intrigas de Eguiacutea y del baroacuten de Eroles me rogoacute que le sirviese de mensajero a lo que accediacute gustosa porque me agradaban iquesta queacute negarlo aquellos graciosos manejos de la diplomacia menuda y el continuo zarandeo y el trabar relaciones con personajes eminentes Priacutencipes y hasta soberanos reinantes Yo dicho sea sin perjuicio de la modestia habiacutea mostrado regular destreza para tales tratos asiacute como para componer haacutebilmente una intriga y el haacutebito de ocuparme en ello habiacutea despertado en miacute lo que puede llamarse el amor al arte Mi belleza y cierta magia que seguacuten dicen tuve contribuiacutean no poco entonces [81] al eacutexito de lo que yo nombraba plenipotencias de abanico

Tomeacute pues mis credenciales y partiacute para Pariacutes con mi doncella y dos criados excelentes que me proporcionoacute Mataflorida Estaba en mis glorias Felizmente yo hablaba el franceacutes con bastante soltura y teniacutea en tan alto grado la facultad de adaptacioacuten que a medida que pasaba de Tolosa a Agen de Agen a Poitiers de Poitiers a Tours y a Pariacutes pareciacuteame que me iba volviendo francesa en maneras en traje en figura y hasta en el modo de pensar

Llegueacute a la gran ciudad ya muy adelantado Febrero Tomeacute habitacioacuten en la calle del Bac y despueacutes de destinar dos diacuteas a recorrer las tiendas del Palais Royal y a entablar algunas relaciones con modistas y joyeros pediacute una audiencia al sentildeor Ministro de Negocios Exteriores Eacutel que ya teniacutea noticia de mi llegada enviome uno de sus secretarios dignaacutendose al mismo tiempo ofrecerme un billete para presenciar la apertura de las tareas legislativas en el Louvre

Mucho me holgueacute de esto y dispuacuteseme a asistir a tan brillante ceremonia en la cual debiacutea leer su discurso el Rey Luis XVIII y presentarse de corte todos los grandes dignatarios de aquella fastuosa Monarquiacutea Confieso que [82] jamaacutes he visto ceremonia que maacutes me impresionase iexclQueacute solemnidad queacute grandeza y lujo El puesto en que me colocaron los ujieres no era el maacutes coacutemodo pero vi perfectamente todo y la admiracioacuten y arrobamiento de mi espiacuteritu no me permitiacutean atender a las molestias

La presencia del anciano Rey me causoacute la sensacioacuten maacutes viva Aclamaacuteronle ruidosamente cuando aparecioacute en el gran saloacuten y en realidad inspiraba afecto y entusiasmo Bien puede decirse que pocos reyes han existido maacutes simpaacuteticos ni maacutes dignos de ser amados Luis XVIII tomoacute asiento en un trono sombreado con rico dosel de terciopelo carmesiacute Los altos dignatarios se colocaron en pie en los escantildeos alfombrados No se veraacute en parte alguna nada maacutes grave ni maacutes suntuoso ni maacutes imponente

Su Majestad Cristianiacutesima empezoacute a leer iexclQueacute voz tan dulce queacute acento tan pateacutetico A cada paacuterrafo era interrumpido por vivas exclamaciones Yo lloraba y atendiacutea

con toda mi alma Se me grabaron profundamente en la memoria aquellas ceacutelebres palabras laquoHe mandado retirar mi embajador Cien mil franceses mandados por un Priacutencipe de mi familia por aquel a quien mi corazoacuten se complace en llamar [83] hijo estaacuten a punto de marchar invocando al Dios de San Luis para conservar el trono de Espantildea a un descendiente de Enrique IV para librar a aquel hermoso reino de su ruina y reconciliarlo con Europaraquo

Ruidosos y entusiastas viacutetores manifestaron cuaacutento entusiasmaba a todos los franceses alliacute presentes la intervencioacuten Yo aunque espantildeola comprendiacutea la justicia y necesidad de esta medida Asiacute es que dije para miacute pensando en mis paisanos

-Ahora vereacuteis brutos coacutemo os haraacuten andar derechosraquo

Pero el bondadoso Luis XVIII siguioacute diciendo cosas altamente patrioacuteticas soacutelo bajo el punto de vista franceacutes y ya aquello no me gustaba tanto porque en fin empeceacute a comprender que nos trataban como a un hato de carneros He sido siempre de una volubilidad extraordinaria en mis ideas las cuales variacutean al compaacutes de los sentimientos que agitan hondamente mi alma Asiacute es que de pronto y sin saber coacutemo se enfrioacute un poco mi entusiasmo y cuando Luis dijo con altanero acento y entre atronadores aplausos aquello de Somos franceses sentildeores sentiacute oprimido mi corazoacuten sentiacute que corriacutea por mis venas raacutepido fuego y pensando en la intervencioacuten dije para miacute [84]

-No hay que echar mucha facha todaviacutea amiguitos Somos espantildeoles sentildeores

Pero no puedo negar que la pompa de aquella Corte la seriedad y grandeza de aquella Asamblea acorde con su Rey y existente con eacutel sin estorbarse el uno a la otra hicieron grande impresioacuten en mi espiacuteritu Me acordaba de las discordias infecundas de mi paiacutes y entonces sentiacutea pena

-Allaacute -penseacute- tenemos demasiadas Cortes para el Rey y demasiado Rey para las Cortes

El diacutea siguiente 1ordm de Marzo era el sentildealado por Chateaubriand para recibirme Yo teniacutea viviacutesimos deseos de verle por dos motivos por mi comisioacuten y porque habiacutea leiacutedo la Atala poco antes hallando en su lectura profundo deleite No seacute por queacute me figuraba al vizconde como una especie de triste Chactas de tal modo que no podiacutea pensar en eacutel sin traer a la memoria la ceacutelebre cancioacuten

Pero todo cambioacute cuando entreacute en el Ministerio y en el despacho del ceacutelebre escritor que llenaba el mundo con su nombre y habiacutea divulgado la maniacutea de los bosques de Ameacuterica el sentimentalismo catoacutelico y las tristezas quejumbrosas a lo Reneacute Vestiacutea de gran uniforme Su semblante paacutelido y hermoso no teniacutea maacutes defecto que el estudiado desorden de los cabellos [85] que asemejaban su cabeza a una de esas testas de aldeano en cuya selvaacutetica espesura jamaacutes ha entrado el peine En sus ojos habiacutea un mirar tan vivo y penetrante que me obligaba a bajar los miacuteos Estaba bastante decaiacutedo aunque su edad no pasara entonces de los cincuenta y dos antildeos Su exquisita urbanidad era algo finchada y friacutea Sonreiacutea ligeramente y pocas veces contrayendo los casi imperceptibles pliegues de su boca de maacutermol pero frunciacutea con frecuencia el centildeo como una mantildea adquirida por la costumbre de creer que cuanto veiacutea era inferior a la majestad de su persona

Pareciome que la presencia de la diplomaacutetica espantildeola le habiacutea causado sorpresa Sin duda creiacutea ver en miacute una maja de esas que conforme eacutel dice en uno de sus libros se alimentan con una bellota una aceituna o un higo Debioacute (6) admirarle mi intachable vestido franceacutes y la falta de aquella gravedad espantildeola que consiste seguacuten ellos en hablar campanudamente y con altaneriacutea En sus miradas creiacute sorprender una observacioacuten algo impropia de hombre tan fino Pareciome que miraba si habiacutea yo llevado el rosario para rezar en su presencia o alguna guitarra para tocar y cantar mientras durase el largo plazo de la antesala En sus primeras palabras advertiacute marcado [86] deseo de llevarme al terreno literario porque empezoacute hablando de lo mucho que admiraba a mi paiacutes y del Romancero del Cid asunto que no vino muy de molde en aquella ocasioacuten

Yo vieacutendole en tan buen terreno y considerando cuaacutento debiacutea (7) agradarle la lisonja me afirmeacute en el terreno literario y le hableacute de su universal fama asiacute como del gran eco de Chateaubriand por todo el orbe Eacutel me contestoacute con frases de modestia tan ingeniosas y bien perfiladas que la misma modestia no las hubiera conocido por suyas Preguntome si habiacutea leiacutedo el Genio del Cristianismo y le contesteacute al punto que siacute y que me entusiasmaba aunque la verdad es que hasta entonces no habiacutea ni siquiera hojeado tal libro mas recordando algunos pasajes de los Maacutertires le hableacute de esta obra y de la gran impresioacuten que en miacute produjera Eacutel parecioacute maravillado de que una dama espantildeola supiera leer y me dirigioacute varias galanteriacuteas del maacutes delicado gusto Por mi belleza y mis gracias materiales yo no debiacutea de ser de palo para el vizconde Despueacutes supe que con cincuenta y dos antildeos a la espalda auacuten se creiacutea bastante joven para el galanteo y amaba a cierta artista inglesa con el furor de un colegial [87]

- XI - Entrando de lleno en nuestro asunto el triste Chactas me dijo

-Ya oiriacutea usted ayer el discurso de Su Majestad La guerra es inevitable Yo la creo conveniente para las dos Naciones y he tenido el honor de sostener esta opinioacuten en el Congreso de Verona y en el Ministerio contra muchos hombres eminentes que la juzgaban peligrosa En cuanto a la cuestioacuten principal que es la clase de Gobierno que debe darse a Espantildea no creo en la posibilidad de sostener el absolutismo puro Esto es un absurdo aun en Espantildea y las luces del siglo lo rechazan

Yo le hice una pintura todo lo fiel que me fue posible del estado de nuestras costumbres y de las clases sociales en nuestro paiacutes asiacute como de los personajes eminentes que en eacutel habiacutea haciendo notar de paso conforme a mi propoacutesito que un solo hombre grande existiacutea en toda la redondez de las Espantildeas Este hombre era el marqueacutes de Mataflorida

-Reconozco las altas dotes del sentildeor Marqueacutes [88] -me dijo Chateaubriand con finiacutesima sonrisa- Pero la conducta de la Regencia de Urgel ha sido poco prudente Su manifiesto del 15 de Agosto y sus propoacutesitos de conservar el absolutismo puro no pueden hallar eco en la Europa civilizada

Yo dije entonces usando las frases maacutes delicadas que no era faacutecil juzgar de los sucesos de Urgel por lo que afirmaran hombres tan corrompidos como Eguiacutea y el baroacuten de Eroles a los cuales con buenas palabras puse de oro y azul Concluiacute mi perorata afirmando que la voluntad de Fernando era favorable a los planes de Mataflorida

-Para nosotros -dijo- no hay otra expresioacuten de la voluntad del Rey de Espantildea que la contenida en la carta que Su Majestad Catoacutelica dirigioacute a nuestro Soberano

El piacutecaro me iba batiendo en todos mis atrincheramientos y me desconcertoacute completamente cuando me dijo

-El Gobierno franceacutes ha acordado nombrar una Junta provisional en la frontera hasta que las tropas francesas entren en Espantildea

-iquestY la Regencia

-La Regencia dejaraacute de existir mejor dicho ha dejado de existir ya

-Pero Fernando no le ha retirado sus poderes [89] antes bien se los confirma secretamente un diacutea y otro

Al oiacuter esto el insigne escritor y diplomaacutetico no contestoacute nada Conociacute que se veiacutea en la alternativa de desmentir mi aserto o de hablar mal de Fernando y que como hombre de intachable cortesiacutea no queriacutea hacer lo primero ni como Ministro de un Borboacuten lo segundo Vieacutendole suspenso insistiacute y entonces me dijo

-Indudablemente aquiacute hay algo que ahora no se puede comprender pero que andando el tiempo se ha de ver con claridad

Despueacutes deseando mostrarme el maacutes filantroacutepico intereacutes por la ventura de nuestro paiacutes afirmoacute que eacutel habiacutea trabajado porque se declarara la guerra sosteniendo para esto penosas luchas con Mr de Villeacutele y sus demaacutes colegas que la resistencia de Inglaterra y de Wellington habiacutean exigido de su parte grandes esfuerzos y constancia y por uacuteltimo que auacuten necesitaba de no poca energiacutea para vencer la oposicioacuten a la guerra que las Caacutemaras mostrariacutean desde el primer diacutea de sus sesiones

-Muchos -antildeadioacute Chactas- me consideran loco Otros me tienen laacutestima Algunos y entre ellos los envidiosos preguntan si podreacute yo conseguir lo que no fue dado a Napoleoacuten Pero yo fiacuteo al tiempo la consagracioacuten de este gran [90] hecho tan necesario a la seguridad del orden y la justicia en los pueblos de Occidente

Habloacute tambieacuten de las sociedades secretas y de los carbonarios a quienes pareciacutea tener muchiacutesimo miedo y yo empeceacute a comprender que el objeto de la intervencioacuten no era poner paz entre nosotros ni hacernos felices ni aun siquiera consolidar el vacilante trono de un Borboacuten sino aterrar a los revolucionarios franceses e italianos que bulliacutean sin cesar en los tenebrosos fondos de la sociedad francesa jamaacutes reposada ni tranquila

Prometioacute contestar a Mataflorida mas sin mostrarse muy entusiasta de las altas prendas de mi amigo ni indicar nada que trascendiese a propoacutesitos de acceder a su peticioacuten Bajo sus frases corteses yo creiacutea descubrir cierto menosprecio de los

individuos de la Regencia y aun de todos los que mangoneaban en la conspiracioacuten De un solo espantildeol me habloacute con acento que indicaba respeto y casi admiracioacuten de Martiacutenez de la Rosa Atribuiacute esto a mera simpatiacutea del poeta

Despedime de eacutel deplorando el mal eacutexito de mi embajada y aquiacute fue donde se deshizo en cumplidos buscando y hallando en su fina habilidad cortesana ocasioacuten para deslizar dos o tres galanteriacuteas con discretos elogios de mi [91] hermosura y del paiacutes donde florece el naranjo Me habiacutea tomado por andaluza y yo le dejeacute en esta creencia

A los dos diacuteas fue a pagarme la visita a mi alojamiento de la calle del Bac y en su breve entrevista me parecioacute que huiacutea de mencionar los oscuros asuntos de la siempre oscura Espantildea En los diacuteas sucesivos visiteacute a otras personas entre ellas al Ministro de lo Interior Mr de Corbiere y a algunos sentildeores del partido del conde de Artois como el priacutencipe de Polignac y Mr de la Bourdonnais Tambieacuten tuve ocasioacuten de tratar a dos o tres viejas aristoacutecratas del barrio de San Germaacuten ardientes partidarias de la guerra de Espantildea y no muy bien quistas con el Rey filoacutesofo y tolerante que gobernaba a la Francia convaleciente auacuten de la Revolucioacuten y del Imperio De mis conversaciones con toda aquella gente pude sacar en limpio el siguiente juicio que creo seguro y verdadero Las personas influyentes de la Restauracioacuten deseaban para Francia una Monarquiacutea templada y constitucional fundada en el orden y para Espantildea el absolutismo puro Con tal que en Francia hubiera tolerancia y filosofiacutea no les importaba que en Espantildea tuvieacuteramos frailes e inquisicioacuten Todo iriacutea bien siempre que en ninguna de las dos Naciones [92] hubiese franc-masones carbonarios y demagogos

Teniacutean de nuestro paiacutes una idea muy falsa Cuando Chateaubriand que era el genio de la Restauracioacuten deciacutea de Espantildea alliacute el matar es cosa natural ya sea por amor ya sea por odio puede juzgarse lo que pensariacutean todas aquellas personas que no supieron escribir el Genio del Cristianismo Nos consideraban como un pueblo heroico y salvaje dominado por pasiones violentas y por un fanatismo religioso semejante al del antiguo Egipto

La princesa de la Tremouille se asombraba de que yo supiera escribir y me presentoacute en su tertulia como un objeto curioso aunque sin dar a conocer ninguacuten sentimiento ni idea que me mortificasen Yo creo que ni uno solo de sus amigos dejoacute de enamorarse de miacute ilusionados con la idea de mi sentimentalismo andaluz y de mi gravedad calderoniana y de la mezcla que suponiacutean en miacute de maja y de gran sentildeora de Dulcinea y de gitana El maacutes rendido se suponiacutea expuesto a morir asesinado por miacute en un arrebato de celos pues tal idea teniacutean de las espantildeolas que en cada una de ellas se habiacutean de hallar comprendidas dos personas a saber la cantaora de Sevilla y dontildea Jimena la torera que gasta navaja y la dama [93] ideal de los romances moriscos Yo me reiacutea con esto y llevaba adelante la broma

Volviendo al asunto de la guerra de Espantildea direacute que al salir de Pariacutes no teniacutea duda alguna acerca del pensamiento de los franceses en esta cuestioacuten Ellos no haciacutean la guerra por nuestro bien ni por el de Fernando Poco se les importaba que despueacutes de vencido el constitucionalismo establecieacutesemos la Carta o el despotismo neto Allaacute nos entenderiacuteamos despueacutes con los frailes y los guerrilleros victoriosos Su objeto su bello ideal era aterrar a los revolucionarios franceses harto entusiasmados con las demencias de nuestros bobos liberales y ademaacutes dar a la dinastiacutea restaurada el prestigio militar que no teniacutea

El principal enemigo de los Borbones en Francia era el recuerdo de Bonaparte y el dejo de aquel dulce licor de la gloria con cuya embriaguez se habiacutean enviciado los franceses Una Monarquiacutea que no daba batallas de Austerlitz que no satisfaciacutea de ninguacuten modo el ardor guerrero de la Nacioacuten y que no tocaba el tambor en cualquier parte de Europa no podiacutea ser amada de aquel pueblo en quien la vanidad iguala a la verdadera grandeza y que tiene tanta presuncioacuten como genio Era preciso armarla como decimos en nuestro paiacutes era [94] necesario que la Restauracioacuten tuviera su epopeya chica o grande aunque esta epopeya fuese de mentirijillas era indispensable vencer a alguien para poder poner el grito en el cielo y regresar a Pariacutes con la bambolla de las conquistas Dios permitioacute que el anima vili de este experimento fueacutesemos nosotros y que la desgraciada Espantildea cuya fiereza libroacute a Europa de Bonaparte fuese la viacutectima escogida para proporcionar a Francia el desahoguillo marcial que debiacutea poner en olvido a aquel mismo Bonaparte tan execrado

Mi viaje a Pariacutes modificoacute mucho mis ideas absolutistas en principio si bien pensando en Espantildea no podiacutea admitir ciertas cosas que en Francia me pareciacutean bien Toda la vida me he congratulado de haber visto y hablado a monsieur de Chateaubriand el escritor maacutes grande de su tiempo Aunque su fama se eclipsoacute bastante despueacutes de la revolucioacuten del 30 lo cual indica que habiacutea en su genio mucho tomado a las circunstancias no puede negarse que sus obras deleitan y enamoran principalmente por la galanura de su imaginacioacuten y la magia de su estilo y auacuten deleitariacutean maacutes si en todas ellas no hablase tanto de siacute mismo Tengo muy presente su persona por demaacutes agradable y su rostro simpaacutetico y lleno de aquella expresioacuten [95] sentimental que se puso de moda haciendo que todos los hombres pareciesen enamorados y enfermos Me parece que le estoy mirando y ahora como entonces me dan ganas de llevar un peine en el bolsillo y sacarlo y daacuterselo diciendo laquoCaballero haacutegame usted el favor de peinarseraquo

- XII - Ahora hablemos iquestpor queacute no de la violentiacutesima pasioacuten que inspireacute a un franceacutes Era este el conde de Montguyon coronel del 3ordm de huacutesares Yo le habiacutea conocido en Tolosa habiendo tenido la desgracia de que mi persona hiciera profunda impresioacuten en eacutel trastornando las tres potencias de su alma Era soltero de treinta y ocho antildeos bien parecido y atento y finiacutesimo como todos los franceses Persiguiome hasta Pariacutes donde me asediaba como esos conquistadores joacutevenes e impacientes que han oiacutedo la ceacutelebre frase de Ceacutesar y quieren imitarla Al principio me mortificaban sus obsequios le rechazaba hasta con menosprecio y altaneriacutea pero al fin sin corresponder a su amor de ninguna manera admitiacute la parte superficial de [96] sus galanteriacuteas Esto le dio esperanza pero siempre me trataba con el mayor respeto Deseando sin duda identificarse con las ideas que suponiacutea en mi tierra se habiacutea hecho una especie de D Quijote cuya Dulcinea era yo A veces me pareciacutea por demaacutes empalagoso pero despueacutes de muchos meses de indiferencia absoluta empeceacute a estimarle reconociendo sus nobles prendas Cuando me disponiacutea a volver a mi paiacutes se me presentoacute rebosando alegriacutea y me dijo

-Acabo de conseguir que me destinen a la guerra de Espantildea De este modo consigo tres grandes objetos que interesan igualmente a mi corazoacuten guerrear por la Francia visitar la hermosa tierra de Espantildea y estar cerca de usted

Eacutel pretendiacutea que me detuviese para partir juntos pero a esto no accediacute y me marcheacute dejaacutendole atraacutes aunque deseosa iquesta queacute negarlo de que no me siguiese a mucha distancia pues a causa del fastidio de viaje tan largo Francia con ser tan bella empezaba a aburrirme de lo lindo

iquestSe creeraacute que yo habiacutea olvidado a mi pobre cautivo de Benabarre iexclAh no y hasta el uacuteltimo momento que estuve en la Seo de Urgel me ocupeacute de su desgraciada suerte Cada vez que veniacutea a mi pensamiento la idea de sus penas [97] me estremeciacutea de dolor y toda alegriacutea se disipaba en mi espiacuteritu Pero este tiene en siacute mismo una energiacutea restauradora no menos poderosa que la del cuerpo y sabe curarse de todos sus males siempre que le ayude el mejor de los Esculapios que es el tiempo

Voltaire que no por impiacuteo y blasfemo dejoacute de tener mucho talento escribioacute una historieta titulada Los dos consolados en la cual pone de relieve las admirables curas de aquel charlataacuten el uacutenico cuyos especiacuteficos son infalibles Yo he leiacutedo esa novelita asiacute como otras del ceacutelebre escritor sacriacutelego y esta debilidad miacutea imperdonable quizaacutes en una dama tan aceacuterrima defensora de la religioacuten la confieso aquiacute contritamente rogando a mis lectores que no revelen a ninguacuten cura de mi paiacutes tan feo secreto ocultaacutendolo principalmente al sentildeor canoacutenigo de Tortosa mi director espiritual el cual se enfureceraacute si le hablan de las novelas de Voltaire aunque a miacute me consta que eacutel tambieacuten las ha leiacutedo

Pues bien el tiempo fue cicatrizando mis heridas sin curarlas Yo tambieacuten podiacutea erigir una estatua con la inscripcioacuten A celui qui console pues la ausencia indefinida y los diacuteas que pasaban raacutepidamente habiacutean calmado aquel insaciable afaacuten de mi alma En miacute reinaba la [98] tranquilidad pero no el taciturno y seco olvido y una aparicioacuten repentina del ser amado podiacutea muy bien en breviacutesimo instante destruir los efectos del tiempo renovando mi mal y aun agravaacutendolo

Desde Pariacutes a la frontera no cesaba el movimiento de tropas Por todas partes convoyes cuerpos de ejeacutercito y oficiales que iban a incorporarse a sus regimientos Francia podiacutea creerse auacuten en los diacuteas del gran soldado Hasta Burdeos no tuve noticias ciertas de mi querida Regencia y de mi ilustre mandatario el marqueacutes de Mataflorida iexclAy La suerte de este insigne hombre de Estado no podiacutea ser maacutes miserable Eguiacutea habiacutea triunfado a pesar de las furiosas protestas del regente de Urgel y para colmo de desdicha como auacuten quisiera este llevar adelante sus locas pretensiones el duque de Angulema le mandoacute prender juntamente con el arzobispo confinaacutendoles a Tours Asiacute acabaron las glorias de aquellos dos ambiciosos Yo llegueacute a tiempo para verles y cuando manifesteacute al marqueacutes las poco lisonjeras disposiciones del triste Chactas el atroz Regente desairado llamoacute a Chateaubriand intrigante enredador mal poeta y franchute Esta fue la venganza del coloso

Bayona era un campamento cuando yo [99] llegueacute El nuacutemero de espantildeoles casi superaba al de franceses y en todos reinaba grande alegriacutea Reanudeacute entonces mis buenas relaciones con el baroacuten de Eroles hacieacutendole ver que mi viaje a Pariacutes habiacutea tenido por causa asuntos particulares y entre risas y bromas me reconcilieacute con Eguiacutea el

cual por razoacuten del mismo gozo y embobamiento del triunfo estaba muy dispuesto a perdonar En cuanto a las negociaciones yo no teniacutea humor de seguir ocupaacutendome de ellas y deseaba retirarme a descansar sobre mis laureles diplomaacuteticos no soacutelo porque mi entusiasmo absolutista se habiacutea enfriado mucho sino porque desde alguacuten tiempo las conspiraciones y los manejos poliacuteticos me causaban hastiacuteo Ya he dicho que siempre fui muy inclinada a la mudanza en mis ocupaciones Mi espiacuteritu se aviene poco con la monotoniacutea y si hubo un diacutea en que me sedujeron las embajadas otro llegoacute en que me repugnaron iexclMaacutegico efecto del tiempo cuya misioacuten es renovar creando las estaciones con los admirables ciacuterculos del universo Tambieacuten el alma humana ve en siacute la alterada sucesioacuten de las primaveras e inviernos en sus dilataciones y recogimientos

Yo deseaba entrar en Espantildea y teniacutea propoacutesito de reanudar las diligencias para averiguar [100] el paradero de mi cautivo de Benabarre En Bayona una familia francesa legitimista con quien yo teniacutea antigua amistad me convidoacute a pasar unos diacuteas en su casa de campo inmediata a Behobia y unos parientes miacuteos invitaacuteronme a que les acompantildease a Iruacuten un par de semanas A ambos ofrecimientos accediacute empezando por el de Behobia aunque la frontera no me pareciacutea el punto maacutes a propoacutesito para residir en los momentos en que principiaba la guerra Pero la gente de aquel paiacutes estaba segura de que Angulema atravesariacutea faacutecilmente el Pirineo por ser muy adicto al absolutismo todo el paiacutes vasco-navarro

Todaviacutea no habiacutea pasado Su Alteza la raya cuando se rompioacute el fuego junto al mismo puente internacional Los carbonarios extranjeros que andaban por Espantildea unidos a otros perdidos de nuestro paiacutes habiacutean formado una legioacuten con objeto de hacer frente a las tropas francesas Constaba aqueacutella de doscientos hombres tristes desechos de la ley demagoacutegica de Italia de Francia y de Espantildea y para seducir a los cien mil hijos de San Luis se habiacutean vestido a la usanza imperial y ondeando la bandera tricolor gritaban en la orilla espantildeola del Bidasoa laquoiexclViva Napoleoacuten IIraquo

Su objeto era fascinar a los artilleros franceses con este maacutegico grito mas tuvieron la desdicha de que tales aclamaciones fueran contestadas a cantildeonazos y con sus banderas y sus enormes morriones huyeron a San Sebastiaacuten Pasma la inocente credulidad de los carbonarios extranjeros y de los masones espantildeoles Oiacute decir en Behobia que los liberales franceses Lafayette Manuel Benjamiacuten Constant y otros fiaban mucho en los doscientos legionarios mandados por el republicano emigrado coronel Fabvier iexclQueacute desvariacuteos engendra el furor de partido Corriacutea esto parejas con la necia confianza del Gobierno espantildeol que aun despueacutes de declarada la guerra no habiacutea tomado disposiciones de ninguna clase hallaacutendose sus tropas sin maacutes recursos ni elementos que el parleriacuteo de los milicianos y el gaacuterrulo charlatanismo de los clubs

XIII Hacia los primeros diacuteas de abril vi pasar a los generales de divisioacuten Bourdessoulle duque de Reggio y Molitor que entraron en Espantildea por Behobia Despueacutes pasoacute Su Alteza el sobrino de Luis XVIII con todo su Estado Mayor en el cual iba Carlos Alberto priacutencipe de Carignan No se puede imaginar cortejo maacutes lucido Yo no habiacutea

visto nada tan magniacutefico y deslumbrador como no fuera la comitiva de Joseacute Bonaparte antes de darse la batalla de Vitoria [102] el antildeo 13 feliz para la causa espantildeola pero de muy malos recuerdos para miacute porque en eacutel perdiacute la batalla de mi juventud casaacutendome como me caseacute

Tambieacuten vi pasar a mi amigo Eguiacutea remozado por la emocioacuten y tan vanaglorioso del papel que iba a representar que no se le podiacutea resistir como no fuera tomando a broma sus bravatas Iban con eacutel D Juan Bautista Erro y Goacutemez Calderoacuten aquel a quien el mordaz Gallardo llamaba Caldo puacutetrido El baroacuten de Eroles que con los anteriores tipos debiacutea formar la Junta al amparo del Gobierno franceacutes entroacute por Cataluntildea con el mariscal Moncey

No recibieron a los franceses las bayonetas ni la artilleriacutea del Gobierno constitucional sino una nube de guerrilleros que les abrieron sus fraternales brazos ofrecieacutendose a ayudarles en todo y a marchar a la vanguardia abrieacutendoles el camino Tal apoyo era de grandiacutesimo beneficio para la causa porque los partidarios realistas ascendiacutean a 35000 iexclAy de los franceses si hubieran tenido en contra a aquella gente Pero les teniacutean a su favor y esto soacutelo iexclqueacute fenoacutemeno poniacutea al buen Angulema por encima de Napoleoacuten El absolutismo espantildeol no podiacutea hacer al hijo de San Luis mejor presente que aquellos 35000 salvajes entre [103] los cuales (iexclcuaacutento han variado mis ideas Dios miacuteo) tengo el sentimiento de decir que estaba mi marido iexclY yo le habiacutea admirado yo le habiacutea aceptado por esposo diez antildeos antes soacutelo por ser guerrillero Cuando se hacen ciertas cosas ya que no es posible que el porvenir se anticipe para avisar el desengantildeo debiera caer un rayo y aniquilarnos

- XIII - El conde de Espantildea mandaba las partidas de Navarra Quesada las de las Provincias Vascongadas y Eroles las de Cataluntildea iexclCoacutemo fraternizaron las partidas con los franceses que habiacutean sido origen de su nacimiento en 1808 Era todo lo que me quedaba por ver Se abrazaban dando vivas a San Luis a San Fernando a la religioacuten a los Borbones al Rey a la Virgen Mariacutea a San Miguel arcaacutengel y a los Sermos Infantes Yo no lo vi porque no quise pasar la frontera Me repugnaban estas cosas y los soldados de la fe habiacutean llegado poco a poco a serme muy antipaacuteticos

Largamente hableacute de esto con el conde de [104] Montguyon que me perseguiacutea tenazmente permaneciendo en Behobia todo el tiempo que le fue posible Eacutel elogiaba a los guerrilleros diciendo que a pesar de sus defectos eran tipos de heroiacutesmo y de aquella independencia caballeresca que tanto habiacutea enaltecido el nombre espantildeol en otros tiempos Tambieacuten le seduciacutean por ser como los frailes gente muy pintoresca Mi Don Quijote era una especie de artista y gustaba de hacer monigotes en un libro dibujando arcos viejos mendigos casuchas una fila de chopos carros lanchas pescadoras y otras menudencias de que estaba muy envanecido

Debiacutea ser (8) proacuteximamente el 9 de Abril cuando me trasladeacute a Iruacuten para vivir con la familia de Sodupe-Monasterio gente muy hidalga maacutes catoacutelica que el Papa realista

hasta el martirio y de afabiliacutesimo trato Frecuentaban la casa (que era maacutes bien palacio con hermosos prados y huerta) todos los espantildeoles que el gran suceso de la intervencioacuten traiacutea y llevaba de una Nacioacuten a otra y muchos oficiales franceses de cuyas visitas se holgaban mucho los Sodupe-Monasterio porque oiacutean hablar sin cesar de exterminio de liberales del trono de San Fernando y de nuestra preciosiacutesima fe catoacutelica

Alliacute Montguyon no me dejaba a sol ni [105] a sombra pintaacutendome su amor con colores tan extremados que me daba laacutestima verle y oiacuterle Su acendrado y respetuoso galanteo mereciacutea en efecto alguna misericordia Le permitiacute besar mi mano pero no pudo arrancarme la promesa de seguirle al interior de Espantildea Cada vez sentiacutea yo maacutes deseos de quedarme en Iruacuten y en aquella apacible vivienda donde sin que faltara sosiego habiacutea bastantes elementos para combatir el fastidio Con esta resolucioacuten mi D Quijote que ya pareciacutea querer dejar de serlo en la pureza de sus ensuentildeos amorosos estaba desesperado Despidiose de miacute muy enternecido y besaacutendome con ardor las manos voluptuosidad inocente de que nunca se hartaba iexclCuaacuten lejos estaba el llagado amante de que no pasariacutean dos horas sin que cambiara diametralmente mi determinacioacuten

Pasoacute del modo siguiente Al saber que yo estaba en Iruacuten fue a visitarme un individuo que auacuten no podiacutea llamarse personaje y al cual conociacute en Madrid el antildeo anterior y tambieacuten el 19 Se llamaba D Francisco Tadeo Calomarde y era de la mejor pasta de servil que podiacutea hallarse por aquellos tiempos Hijo del Ministro de Gracia y Justicia se habiacutea criado en los cartapacios y en el papel de pleitos los legajos fueron su cuna y las reales ceacutedulas [106] sus juguetes Su jurisprudencia llena de pedanteriacutea me inspiraba aversioacuten Teniacutea fama de muy adulador de los poderosos y seguacuten se deciacutea comproacute el primer destino con su mano casaacutendose con una muchacha muy fea a quien dio maliacutesimos tratos

Los que le han juzgado tonto se equivocan porque era listiacutesimo y su ingenio maacutes bien socarroacuten que brillante antes agudo que esclarecido era maestro en el arte de tratar a las personas y de sacar partido de todo Habiacutease hecho amigo de D Viacutector Saacuteez y aun del mismo Rey y del Infante D Carlos por sus bajas lisonjas y lo bien que les serviacutea siempre que encontraba ocasioacuten para ello

Entonces teniacutea cincuenta antildeos y acababa de salir del encierro voluntario a que le redujo el reacutegimen liberal Habiacutea ido a la frontera para llevar no seacute queacute recados a los sentildeores de la Junta Me lo dijo y como no me importaban ya gran cosa los dimes y diretes de los realistas que no por estar tan cerca de la victoria dejaban de andar a la grentildea fijeme poco en ello y lo he olvidado Calomarde no era mal parecido ni careciacutea de urbanidad aunque muy hueca y afectada como la del que la tiene maacutes bien aprendida que ingeacutenita La humildad de su origen se trasluciacutea bastante [107]

Hablamos de los sucesos de Madrid que eacutel habiacutea presenciado y prolijamente me informoacute de todo

-Siento que usted no hubiera estado por allaacute -me dijo- habriacutea visto coacutemo se iba desbaratando el constitucionalismo soacutelo con el anuncio de la intervencioacuten Si no podiacutea ser de otra manera Ahora estaacuten que no les llega la camisa al cuerpo y en ninguna parte se creen seguros Despueacutes que ultrajaron a Su Majestad le han arrastrado a Andaluciacutea con el dogal al cuello como el maacutertir a quien se lleva al sacrificio

-No tanto Sr D Tadeo -le dije- Su Majestad habraacute ido como siempre en carroza y mucho seraacute que los mozos de los pueblos no hayan tirado de ella

-Eso se deja para la vuelta -indicoacute Calomarde riendo- Ahora los franc-masones han seducido a la plebe y Su Majestad por donde quiera que va no oye maacutes que denuestos El 19 de Febrero cuando se alborotaron los masones y comuneros porque estos queriacutean sustituir a aquellos en el Ministerio los chisperos borrachos y los asesinos del Rastro daban mueras al Rey y a la Reina Un diputado muy conocido aparecioacute en la Plaza Mayor mostrando una cuerda con la cual proponiacutea ahorcar a Su Majestad [108] y arrastrarle despueacutes La canalla penetroacute hasta la Caacutemara real iexclEscaacutendalo de los escaacutendalos Pareciacutea que estaacutebamos en Francia y en los sangrientos diacuteas de 1792 El mismo Rey me ha dicho que los Ministros entraban en la Caacutemara cantando el himno de Riego

-iexclOh no tanto por Dios -repetiacute ofendida de las exageraciones de mis amigos- Poco mal y bien quejado

-Me parece que usted con sus viajes a Francia y sus relaciones con los Ministros del liberal y filoacutesofo Luis XVIII se nos estaacute volviendo franc-masona -dijo D Tadeo entre bromas y veras- iquestHay en la historia desacato comparable con el de obligar al Rey a partir para Andaluciacutea

-iexclOh Dios nos tenga de su mano iexclqueacute desacato iexclqueacute ignominia -exclameacute remedando sus aspavientos- Es preciso considerar que un Gobierno cualquiera que sea estaacute en el caso de defenderse si es atacado

-Seguacuten mi modo de ver un Gobierno de pillos no merece maacutes que el decreto que ha de mandar a Ceuta a todos sus individuos iexclAh sentildeora miacutea y coacutemo se ha entibiado el fervor de usted Bien dicen que los aires de esa Francia loca son tan nocivos [109]

-Creo lo mismo que creiacutea pero mi absolutismo se ha civilizado mientras el de ustedes continuacutea en estado salvaje El miacuteo se viste como la gente y el de ustedes sigue con taparrabo y plumas Si el Gobierno de pillos ha resuelto refugiarse en Andaluciacutea llevaacutendose a la Corte ha sido para no estar bajo la amenaza de los batallones franceses

-Ha sido -dijo Calomarde riendo brutalmente- porque sabiacutean que Madrid no tiene defensa posible que los ejeacutercitos de Ballesteros y de La Bisbal son dos fantasmas que cuatro soldados y un cabo de los del Sereniacutesimo Sr Duque de Angulema podiacutean cualquier mantildeanita sorprender a la Villa y a los Siete Nintildeos y al Congreso entero y al Ayuntamiento soberano y a toda la comunidad masoacutenica y Landaburiana Esta es la pura verdad iexclY queacute bonito espectaacuteculo han dado al mundo En presencia de la intervencioacuten armada iquestcoacutemo se preparan esos mentecatos para conjurar la tormenta Llamando a las armas a treinta mil hombres y disponiendo (esto es lo maacutes salado) que con los milicianos que quieran seguir al Congreso se formen algunos batallones recibiendo cada individuo cinco reales diarios iexclSe salvoacute la patria sentildeora

-El Gobierno -repuse prontamente- creyoacute [110] sin duda que los franceses eran como los Guardias del 7 de Julio es decir simples juguetes de miliciano

-iexclYa se lo diremos de misas -dijo frotaacutendose las manos- Ya pagaraacuten su alevosiacutea Soacutelo por el hecho de obligar a nuestro Soberano a un viaje que no le agradaba mereceriacutean todos ellos la muerte

-Hasta los Reyes estaacuten en el caso de hacer alguna vez lo que no les agrada

-Incluso viajar con un ataque de gota iquesteh iexclCrueles y sanguinarios maacutes sanguinarios y crueles que Neroacuten y Caliacutegula Ni a un perro vagabundo de las calles se le trata peor

-Si el Rey no teniacutea en aquellos diacuteas ataque de gota -repliqueacute complacieacutendome en contradecirle- Si estaba bueno y sano La prueba es que despueacutes de clamorear tanto por su enfermedad anduvo algunas leguas a pie el primer diacutea de viaje

-Bueno concedo que Su Majestad estaba tan bueno como yo iquestY si no queriacutea partir

-Que hubiera dicho laquono partoraquo

-iquestY si le amenazaban

-Haberles ametrallado

-iquestY si no teniacutea metralla

-Haberse dejado llevar por la fuerza

-iquestY si le mataban [111]

-Haberse dejado matar Todo lo admito menos la cobardiacutea

-Amiguita usted se nos ha franc-masoneado -me dijo el astuto intrigante dando carintildeosa palmada en mi mano- A pesar de esto siempre la queremos mucho y la serviremos en lo que podamos Yo estoy siempre a las oacuterdenes de usted

Inflado de vanidad el amigo del Rey hizo elogios de siacute mismo y despueacutes antildeadioacute

-He tenido el honor de ser indicado para secretario de la Junta que se va a formar en la frontera

-iexclOh amigo miacuteo doy a usted la enhorabuena -manifesteacute sumamente complacida y deplorando entonces haber estado algo dura con Calomarde- No se podiacutea haber pensado en una persona maacutes idoacutenea para puesto tan delicado

-iquestSe le ofrece a usted algo -dijo D Tadeo comprendiendo al punto mi cuarto de conversioacuten

-Siacute pero yo acostumbro dirigirme siempre a la cabeza -afirmeacute resueltamente- Ya sabe usted que soy muy amiga del general Eguiacutea Presidente de la Junta

-iexclAh entonces

-Sin embargo No puedo molestar a Su [112] Excelencia con ciertas menudencias tales como pedir noticias de personas averiguar alguna cosilla de poca monta

-Para esto es maacutes propio un secretario tan bien informado como yo de todos los pormenores de la causa

-Exactamente Diacutegame usted si lo sabe en doacutende estaacute ahora un piacutecaro de mala estofa que se emplea en bajas caacutebalas del Rey y tiene por nombre Joseacute Manuel Regato

-iexclAh iexclRegato Debe de andar por Andaluciacutea con la Corte No es de mi negociado ese caballero iquestQueacute iquestHay ganas de sentarle la mano

-Por sentarle la derecha dariacutea la izquierda

-Pocas noticias puedo dar a usted del sentildeor Regato Tengo con eacutel muy pocas relaciones Quizaacutes Pipaoacuten que conoce a todo el mundo pueda indicar doacutende se halla y el modo de sentarle no una mano sino las dos siempre que sea preciso

-Y Pipaoacuten iquestdoacutende estaacute

-Aquiacute

-iexclAquiacute iexclPipaoacuten -exclameacute con gozo- Yo le dejeacute en la Seo muy enfermo y creiacute que habiacutea caiacutedo en poder de Mina

-En efecto cayoacute pero eacutel ya usted le conoce con su destreza y habilidad parece que [113] encontroacute por alliacute amigos que le favorecieron

-Quiero verle quiero verle al punto -dije con la mayor impaciencia- Deseo mucho tener noticias de la Seo y de las facciones de Cataluntildea

Y entonces se realizoacute aquel proverbio que dice laquoEn nombrando al ruin de Romaraquo

Por la vidriera que daba a la huerta de la casa viose la mofletuda cara y el pequentildeo cuerpo de Pipaoacuten que habiendo tenido noticia de mi residencia en Iruacuten iba tambieacuten a verme Mucho nos alegramos ambos de hallarnos juntos y nuestras primeras palabras despueacutes de los cordiales saludos fueron para recordar los tristes diacuteas de la Seo su enfermedad y mi abatimiento y luego por el enlace propio de los recuerdos que van de lo triste a lo placentero hablamos del miedo del arzobispo de las casacas que usaba Mataflorida y de otras cosas friacutevolas y chistosas de esas que ocurren siempre en los diacuteas traacutegicos y nunca faltan en los duelos Despueacutes de estos desahogos Pipaoacuten tomando aquel tono burlesco que unas veces le sentaba bien y otras le haciacutea muy insoportable me dijo

-Le traigo a usted noticias muy buenas de una persona que le interesa y con las noticias una cartita [114]

- XIV - Yo me puse paacutelida Comprendiacute de quieacuten hablaba Pipaoacuten pero no me atreviacute a decir una palabra por hallarse delante el entrometido y curioso Calomarde gran coleccionador de debilidades ajenas Varieacute de conversacioacuten aguardando para saciar mi afanosa curiosidad a que D Tadeo se marchase pero el piacutecaro habiacutea conocido en mi semblante la turbacioacuten y ansiedad que me dominaban y no se queriacutea retirar Pareciacutea que le habiacutean clavado en la silla iexclAy queacute gusto tan grande poder coger un palo y romperle con eacutel la cabeza iexclQueacute pachorra de hombre

Quise arrojarle con mi silencio pero eacutel era tan poco delicado que conociendo mi mortificacioacuten se arrellanaba en el blando asiento como si pensara pasar alliacute el diacutea y la noche Pipaoacuten con su expresivo semblante me deciacutea mil cosas que no podiacutea yo comprender claramente pero que me deleitaban como avisos o presentimientos lisonjeros Llegoacute un momento en que los tres nos callamos y callados estuvimos maacutes de un cuarto de hora Calomarde tocaba [115] una especie de paso doble con su bastoacuten en la pata de la mesa cercana El grosero y pegajoso cortesano habiacutea resuelto quemarme la sangre u obligarnos a Pipaoacuten y a miacute a que hablaacutesemos en su presencia

Resistiacute todo el tiempo que pude Mi caraacutecter fogoso no puede ir maacutes allaacute de cierto grado de paciencia pasado el cual estalla y se sobrepone a todo atropellando amistades conveniencias y hasta las leyes de la caridad Nunca he podido corregir este defecto y la estrechez de los liacutemites de mi paciencia me ha proporcionado en esta vida muchos disgustos Forzando la voluntad puedo a veces aguantar maacutes de lo que permite la extraordinaria fuerza de dilatacioacuten de mi espiacuteritu pero entonces estallo con maacutes violencia rompo mis ligaduras a la manera de Sansoacuten y derribo el templo Vino por fin el momento en que se me subioacute la mostaza a la nariz como dicen las majas madrilentildeas y ponieacutendome en pie suacutebitamente mireacute a Calomarde con enojo Sentildealaacutendole la puerta exclameacute

-Sr D Tadeo tengo que hablar con Pipaoacuten le suplico a usted que nos deje solos

Debiacutean de ser muy terribles mi expresioacuten y mi gesto porque Calomarde se levantoacute temblando y con voz turbada me dijo [116]

-Sentildeora manos blancas no ofenden

iexclManos blancas no ofenden Diez antildeos despueacutes Calomarde debiacutea pronunciar esta frase al recibir un desaire maacutes violento que el miacuteo la ceacutelebre bofetada de la Infanta Carlota una Princesa que como yo teniacutea muy limitado el tesoro de su paciencia y estallaba con tempestuosas coacuteleras cuando la bajeza y solapada intriga de los Calomardes se interponiacutean en su camino

Pipaoacuten y yo nos quedamos solos En pocas palabras me refirioacute que habiacutea visto a Salvador Monsalud sano y salvo en la Seo de Urgel Al oiacuter esto el corazoacuten dio un salto dentro de miacute como una cosa muerta que torna a la vida como un Laacutezaro que resucita por sobrehumano impulso

-Mina le salvoacute en San Llorens de Morunys -me dijo- y desde que se restablecioacute se puso a mandar una compantildeiacutea de contraguerrilleros

Al decir esto Pipaoacuten me alargoacute una carta que abriacute con presteza febril queriendo leerla antes de abrirla Al mismo tiempo y de una sola ojeada leiacute el fin y el principio y el medio Era la carta pequentildea y friacutea Deciacuteame en ella que estaba en libertad y que no pensaba salir en mucho tiempo del lugar donde estaba fechada que era Urgel Sentiacute mi corazoacuten inundado [117] de un torrente de sangre glacial al ver que no conteniacutea la carta expresiones de ardiente carintildeo

-iquestDe modo que sigue en Cataluntildea -pregunteacute a D Juan

-No sentildeora A estas horas va camino de Madrid

-Pues iquestcoacutemo dice en su carta que no piensa salir de la Seo

-Esa carta me la dio cuando nos separamos el diacutea 30 de Marzo pero dos diacuteas despueacutes supe por nuestro comuacuten amigo el capitaacuten Seudoquis que Mina habiacutea encargado a Salvador que fuese a Madrid a llevar un mensaje reservadiacutesimo a San Miguel y a otras personas

-iquestDe modo que estaacute

-Sobre Madrid como se dice en los partes militares

-Pero eso iquestes cierto

-Tan cierto como que estoy hablando con una dama hermosa

-iquestY salioacute

-Seguacuten mis noticias el 10 de este mes No sabiacutea queacute camino tomar pero seguacuten me dijo Seudoquis estaba decidido a ir por Zaragoza que es el maacutes derecho aunque no el menos peligroso

-iquestSabe la muerte de su madre [118]

-Yo le di la mala noticia

-Pero iquestqueacute va a hacer ese hombre en Madrid -dije sintiendo una tempestad en mi cerebro- Si alliacute no hay ya Gobierno ni nada

-Pero estaacute en Madrid el gran Consejo de la franc-masoneriacutea Mina es de la Orden de la Acacia sentildeora Ahora se trata de que la Viuda haga un esfuerzo supremo

En mi espiacuteritu notaba yo aquella poderosa fuerza de dilatacioacuten de que antes he hablado Unas cuantas palabras habiacutean trastornado todo mi ser mi pulso latiacutea con violencia asaltaacuteronme ideas mil y el ardoroso afaacuten de movimiento que ha sido siempre una de las foacutermulas maacutes patentes de mi caraacutecter se apoderoacute de miacute Sin necesidad de que yo le despidiese dejome Pipaoacuten que iba en busca de Eguiacutea para solicitar un puesto en la Junta y despueacutes de pasada mi turbacioacuten pude sondear aquel revuelto pieacutelago de mi espiacuteritu y mirar con serenidad lo que en el fondo de eacutel habiacutea

iexclCuaacuten grande habiacutea sido mi engantildeo al creer moribunda la aficioacuten aquella que tantas dulzuras dio a mi alma en el verano del 22 La ausencia habiacuteala escondido entre las cenizas que diariamente depositan los sucesos de cada instante esa multitud de ascuas de la vida que van pasando sin interrupcioacuten y apagaacutendose [119] hora tras hora Pero aquella ascua del verano del 22 era demasiado grande y quemadora para pasar y extinguirse como las demaacutes

Bastoacute que oyera pronunciar su nombre que me le anunciaran vivo para que se verificase en miacute un brusco retroceso a los diacuteas de mi felicidad y de mi desgracia El tiempo volvioacute atraacutes las figuras veladas perdieron la sombra que las encubriacutea las apagadas palabras que soacutelo eran ya ecos confusos volvieron a sonar como cuando eran la muacutesica a cuyo compaacutes danzaba con la embriaguez de la pasioacuten mi alma iexclCuaacutento me habiacutea engantildeado y queacute juicios tan erroacuteneos hacemos de nuestros propios sentimientos y de todo aquello que estaacute lejos Nos pasa lo mismo que al ver las lontananzas de la tierra cuando confundimos con las vanas y pasajeras nubes los montes soacutelidos e inmutables que ninguna fuerza humana puede arrancar de sus seculares asientos

Fue aquello como una vuelta como un aacutengulo brusco en el camino de la vida Desde entonces vi nuevos horizontes paisaje nuevo y otra gente y otros caminos iexclY yo habiacutea creiacutedo poder olvidarle y aun poner en su altar vaciacuteo al conde de Montguyon iexclQueacute delirio iexclLo que pueden la ausencia la distancia la ignorancia El tiempo que me habiacutea consolado hiriome [120] de nuevo y un diacutea un instante marcado en mi vida por cuatro palabras como cuatro estrellas resplandecientes habiacutea destruido la obra lenta de tantos meses

Con la presteza que Dios me ha dado formeacute mi plan de viaje Tengo algo del genio de Napoleoacuten para esto de los grandes movimientos Para miacute la facultad de trasportar todo el intereacutes de la vida de un punto a otro del mundo es otra prenda muy principal de mi caraacutecter y al mismo tiempo una necesidad a la que muy difiacutecilmente puedo resistir El destino me ha presentado siempre los sucesos a propoacutesito para tales juegos de estrategia sublime

Aquella misma tarde dispuse todo y por la noche sorprendiacute a mi D Quijote con la noticia de mi viaje Aficionada a jugar con los corazones que caen en mis manos (a excepcioacuten de uno solo) como juega el gatito con el ovillo que rueda por el suelo dije al conde de Montguyon

-Me he asustado de la soledad en que voy a quedar despueacutes que usted se marche y voy a Madrid De esta manera podreacute vigilar a cierto caballero franceacutes por si anda en malos pasos

Eacutel se puso tan contento que olvidoacute aquella noche hablarme de la guerra y de los laureles que iban a recoger Pareciacutea un loco hablando [121] de los alcaacutezares de Granada de los romances moriscos de las ricas hembras de las boleras de los frailes que protegiacutean los amores de los grandes de las volcaacutenicas pasiones espantildeolas y de las mujeres enamoradas que eran capaces del martirio o del asesinato Eacutel se creiacutea heacuteroe de mil aventuras romaacutenticas e interesantes caballeriacuteas tales como se las habiacutea imaginado leyendo obras francesas sobre Espantildea Empleo la palabra romaacutenticas porque si bien no estaba en moda todaviacutea es la maacutes propia El romanticismo existiacutea ya aunque no habiacutea

sido bautizado Excuso decir que Montguyon me juroacute amor eterno y una fidelidad inquebrantable como la del Cid por Dordf Jimena

Yo necesitaba de eacutel para mi viaje por lo cual me guardeacute muy bien de arrancar una sola hoja a la naciente flor de sus ilusiones Era muy difiacutecil viajar entonces porque casi todos los vehiacuteculos del paiacutes habiacutean sido intervenidos por ambos ejeacutercitos Montguyon me prometioacute una silla de postas Y cumplioacute su oferta ponieacutendola a mi disposicioacuten al diacutea siguiente

Con el primer movimiento del ejeacutercito franceacutes coincidioacute mi marcha sobre Madrid como una conquistadora El estreacutepito guerrero que en derredor miacuteo sonara despertaba en mi mente ideas de Semiacuteramis [122]

- XV - Paseacute por Vitoria y por la Puebla de Arganzoacuten como los diacuteas felices por la vida del hombre a escape No miraba a ninguacuten lado por miedo a mis malos recuerdos que saliacutean a detenerme

En los pueblos todos del Norte la intervencioacuten venciacutea sin batallas y antes de que asomara el morrioacuten del primer franceacutes de la vanguardia la Constitucioacuten estaba humillada Los mozos todos comprendidos en la quinta ordenada por el Gobierno se uniacutean a las facciones y eran muy pocos los milicianos que se aventuraban a seguir a los liberales No he visto una propagacioacuten maacutes raacutepida de las ideas absolutistas Era aquello como un incendio que de punta a punta se desarrolla raacutepidamente y todo lo devora En medio de las plazas los frailes predicaban mantildeana y tarde con pretexto de la Cuaresma presentando a los franceses como enviados de Dios y a los liberales como alumnos de Satanaacutes que debiacutean ser exterminados

El general Ballesteros mandaba el ejeacutercito [123] que debiacutea operar en el Norte y liacutenea del Ebro para alejar a los franceses No viendo yo a dicho ejeacutercito por ninguna parte sino inmensas plagas de partidas pregunteacute por eacutel y me dijeron en Bribiesca que Ballesteros convencido de no poder hacer nada de provecho se habiacutea retirado nada menos que a Valencia Movimiento tan disparatado no podiacutea explicarse en circunstancias normales pero entonces todo lo que fuera desastres y yerros del liberalismo teniacutea explicacioacuten

Al ver coacutemo creciacutea en los pueblos la aversioacuten a las Cortes y al Gobierno el ejeacutercito perdiacutea el entusiasmo A su paso como se levanta polvo del camino levantaacutebanse nubes de facciosos que al instante eran soldados aguerridos Asiacute se explica que el ejeacutercito de Ballesteros compuesto de diez y seis mil hombres se retirara sin combatir emprendiendo la inverosiacutemil marcha a Valencia donde podiacutea adquirir alguacuten prestigio derrotando a Sempere al Locho y al carretero Chamboacute tres nuevos generales o arcaacutengeles guerreros que le habiacutean salido a la fe

En Duentildeas me adelanteacute dejando atraacutes a los franceses teniacutea tanta prisa como ellos y menos estorbos en el camino aunque los suyos no eran tampoco grandes iexclCuaacutento deseaba yo ver tropas regulares espantildeolas por alguna parte [124] En verdad me daba verguumlenza que los hijos de San Luis a pesar de que nos traiacutean orden y catolicismo se internaran en Espantildea tan faacutecilmente Con todo mi absolutismo yo habriacutea visto con gusto una batalla en que aquellos liberales tan aborrecidos dieran una buena tunda a los que yo llamaba entonces mis aliados Espantildeola antes que todo distaba mucho de parecerme a los sentildeores frailes y sacristanes que en 1808 llamaban judiacuteos a los franceses y ahora ministros de Dios

En Somosierra encontreacute tropas Eran las del ejeacutercito de La Bisbal destinado por las Cortes a cerrar el paso del Guadarrama amparando de este modo a Madrid Mis dudas acerca del eacutexito de aquella empresa fueron grandes Yo conociacutea a La Bisbal iquestCoacutemo no habiacutea de conocerle si le conociacutea todo el mundo Fue el que el antildeo 14 se presentoacute al Rey llevando dos discursos en el bolsillo uno en sentido realista y otro en sentido liberal para pronunciar el que mejor cuadrase a las circunstancias Fue el que en 1820 hizo tambieacuten el doble papel de ordenancista y de sedicioso La inseguridad de sus opiniones habiacutea llegado a ser proverbial Era hombre altamente penetrado del axioma italiano ma per troppo variar natura e bella [125] Yo no comprendiacutea en queacute estaba pensando el Gobierno cuando le nombroacute Si los Ministros se hubieran propuesto elegir para mandar el ejeacutercito maacutes importante al hombre maacutes a propoacutesito para perderlo no habriacutean elegido a otro que a La Bisbal

Paseacute con tristeza por entre su ejeacutercito Aquellos soldados capaces del maacutes grande heroiacutesmo me inspiraban laacutestima porque estaban destinados a desempentildear un papel irrisorio como leones a quienes se obliga a bailar Sentiacutea yo impulsos de arengarles dicieacutendoles laquoiexclQue os engantildean pobres muchachos No dejeacuteis las armas sin combatir Si os hablan de capitulacioacuten degollad a vuestros generalesraquo

En Madrid halleacute un abatimiento superior a lo que esperaba Se hablaba alliacute de capitular como de la cosa maacutes natural del mundo Soacutelo teniacutean entusiasmo algunos infelices que no serviacutean para nada el cuerpo de coros de los clubs y de las sociedades secretas la gente gritona y tambieacuten muchos de los que habiacutean tirado del coche de Fernando VII cuando volvioacute de Francia el antildeo 14 Los absolutistas creiacutean con razoacuten ganada la partida y afectaban cierta generosidad magnaacutenima iexclPobre gente Algunos de estos pajarracos vinieron a visitarme entre ellos D Viacutector Saacuteez y tuve el gusto [126] de mortificarles aseguraacutendoles que Angulema traiacutea orden de obsequiarnos con las dos Caacutemaras y un absolutismo templado suaviacutesimo emoliente para nuestra anarquiacutea Esto poniacutea a mis buenos amigotes maacutes furiosos que las bravatas de los liberales pues auacuten habiacutea liberales con alma bastante para echar bravatas

Pero yo me ocupaba poco de tales cosas Mi primer cuidado fue hacer algunas averiguaciones concernientes a la entrantildeable poliacutetica de mi herido corazoacuten Felizmente a la casa donde yo viviacutea que era honradiacutesimo albergue de una noble familia alavesa iba a menudo un tal Campos hombre muy intrigante director de Correos si no recuerdo mal gran maestre de la Orden masoacutenica o por lo menos principaliacutesimo dignatario de ella amigo iacutentimo de los liberales de maacutes viso y tambieacuten de algunos absolutistas como hombre que sabe el modo de comer a dos carrillos

Yo le habiacutea tratado el antildeo anterior y charlando juntos me reiacutea mucho de los masones lo cual a eacutel no le enojaba Entre bromas y veras soliacutea enterarme de algunas cosas reservadas porque no era hombre de extraordinaria discrecioacuten ni tampoco de una incorruptibilidad absoluta En los diacuteas de mi llegada de Iruacuten que eran los de mediados de Mayo del 23 le [127] pregunteacute si esperaban los masones alguacuten mensaje reservado de Mina Negolo mas yo aseguraacutendolo con el mayor descaro y nombrando al mensajero le hice confesar que esperaban oacuterdenes de Mina de un diacutea a otro Eacutel lo mismo que su secretario cuyo nombre no recuerdo me aseguraron no haber visto todaviacutea en Madrid a Salvador Monsalud ni tener noticia alguna de eacutel

-No ha llegado auacuten -dije- Mucho tarda

Sin reparar en nada fui a su casa Un portero tan locuaz como pedante liberal muy faroloacuten de aquellos a quienes yo llamo sepultureros de la libertad porque son los que la han enterrado me informoacute de que el Sr Monsalud faltaba de Madrid desde el mes de agosto del antildeo anterior

-Puede que la Sra Dordf Solita sepa algo -me dijo- Pero no es faacutecil porque anoche lloraba Como no llorase de placer que tambieacuten esto sucede a menudo

-iquestDe modo que la casa subsiste -le pregunteacute

-Subsiste siacute sentildeora pero no subsistiraacute mucho tiempo si el Sr D Salvador no vuelve del otro mundo

-Pues queacute iquestha muerto

-Asiacute lo creo yo Pero esa joven sentimental [128] siempre tiene esperanzas y cada vez que el sol sale por el horizonte esparciendo sus rayos de oro iquestme entiende usted

-Siacute acabe de una vez el Sr Sarmiento

-Quiero decir que siempre que amanece lo cual pasa todos los diacuteas la Sra Dordf Solita dice laquoiexclHoy vendraacuteraquo Tal es la naturaleza humana sentildeora que de todo se cansa menos de esperar Y yo digo iquestqueacute seriacutea del hombre sin esperanza Dispeacutenseme la sentildeora pero si piensa subir tengo el sentimiento de no poder acompantildearla porque como mi hijo es miliciano

-iquestY queacute

-Como es miliciano y el honor le ordena derramar hasta la uacuteltima gota de su sangre en defensa de la dulce patria y de la libertad preciosiacutesima del geacutenero humano

-iquestY queacute maacutes -dije complacieacutendome en oiacuter las graciosas pedanteriacuteas de aquel hombre

-Que impulsado por su ardoroso corazoacuten capaz del heroiacutesmo y por mi paternal mandato ha ido a Caacutediz con las Cortes y como ha ido a Caacutediz con las Cortes y no volveraacute hasta dejar confundida a la faccioacuten y a los cien mil y quinientos hijos nietos o tataranietos del calzonazos de Luis XVIII Por vida de la chilindraina y con cien mil

pares de docenas de [129] chilindrones que si yo tuviera veinte antildeos menos Pues digo que como Lucas ha ido a Caacutediz y es un leoacuten mi hijo un verdadero leoacuten resulta que me es forzoso estar al cuidado de la puerta iquestme entiende la sentildeora

-Estaacute bien -le dije riendo- Puedo subir sola

Quise darle una limosna porque su aspecto me parecioacute muy miserable pero la rechazoacute con dignidad y cierto rubor decoroso propio de las grandezas caiacutedas

Subiacute a la casa Mi corazoacuten subiacutea antes que yo

- XVI - En seguida que llameacute salieron a abrir Se conociacutea que en la casa reinaba la impaciencia Una mujer descorrioacute con presteza el cerrojo y me rogoacute que entrase Era ella Yo recordaba haberla visto en alguna parte

Careciacutea de verdadera hermosura pero al reconocerlo asiacute con gozo no pude dejar de concederle una atraccioacuten singular en toda su persona un encanto que habriacutea establecido al instante [130] entre ella y yo profunda simpatiacutea si en medio de las dos no existiese como infranqueable abismo la persona de un hombre Vestiacutea de luto y la delgadez de su rostro anunciaba el paso de grandes penas Cuando me vio alterose tanto y su turbacioacuten fue tan grande que no podiacutea dirigirme la palabra Por mi parte la mireacute con serenidad y altaneriacutea como de superior a inferior haciendo todo lo posible para que ella se creyese muy honrada con mi visita

Yo habiacutea oiacutedo hablar a Salvador con carintildeo y admiracioacuten que me ofendiacutean de aquella singular hermana suya que no era tal hermana ni aun pariente y que muy bien podiacutea ser otra cosa Nunca creiacute en la fraternidad honrada y carintildeosa de que eacutel me habiacutea hablado porque conozco un poco el corazoacuten del hombre y admito soacutelo los sentimientos cardinales y fundamentales y no esas mixturas y composiciones sutiles que no sirven maacutes que para disfrazar alguna pasioacuten iliacutecita Deseaba conocer por miacute misma a la dichosa hermana tan ponderada por eacutel y ver si teniacutea fundamento el secreto odio que mi alma hacia ella sentiacutea Desde que la vi a pesar de que me fue muy patente su inferioridad personal con respecto a la nieta de mi abuela me parecioacute tener delante a una [131] rival temible maacutes peligrosa cuanto maacutes humilde en apariencia Al instante trateacute de buscar en ella un defecto grande de esos que afean espantosamente a la mujer Mi ingenioso rencor encontroacute al punto aquel defecto y dije en mi interior

-Esta muchacha debe de ser una hipocritona No hay maacutes remedio sino que lo es

Mi juicio fue raacutepido como la inspiracioacuten como la improvisacioacuten Desde la puerta a la sala a donde me condujo hice mil observaciones entre ellas una que no debo pasar en silencio La casa estaba tan perfectamente arreglada que no pareciacutea vivienda sin duentildeo Todo se hallaba en su sitio sin el maacutes ligero desorden en perfecto estado de limpieza descubrieacutendose en cada cosa el esmero peregrino que anuncia la mano de una

mujer poseedora del genio domeacutestico Creeriacutease que el amo era esperado de un momento a otro y que todo se acababa de disponer para agradarle cuando entrara

Al sentarme reconcentreacute mis ideas acerca del plan que habiacutea formado y le dije

-Seacute que usted padece mucho por saber el paradero del amo de esta casa y como tengo noticias de eacutel vengo a tranquilizarla

-iexclOh iexclsentildeora iexclcuaacutenta bondad -exclamoacute con repentina alegriacutea- De modo que usted [132] sabe doacutende estaacute y por queacute no viene iquestLe han vuelto a coger los facciosos

-No sentildeora Estaacute libre y bueno

-Entonces no tiene perdoacuten de Dios -dijo abatiendo el vuelo de su alma que tanto se habiacutea elevado con las alas de la alegriacutea- No no tiene perdoacuten de Dios

-iquestUsted le ha escrito

-Muchas veces Dirijo las cartas al ejeacutercito de Mina con la esperanza de que alguna llegue a sus manos pero no recibo contestacioacuten Es una iniquidad de mi hermano Por poco que se acuerde de miacute por muy grande que sea su olvido iquestseraacute tal que no me haya escrito una sola vez

-Los que estaacuten en armas -dije sonriendo- no se acuerdan de las pobres mujeres que lloran

-Yo creo que me ha escrito Eacutel es muy bueno y me considera mucho No es capaz de tenerme en esta incertidumbre por su voluntad

-iquestPero usted no ha recibido ninguna carta

-En Febrero vinieron dos pero despueacutes ninguna Quizaacutes se hayan perdido

-Podriacutea ser

-A veces me figuro que no me escribe porque viene Todos los diacuteas creo que va a llegar y desde que siento pasos en la escalera corro a [133] ver si es eacutel Todo lo tengo preparado y si viene nada encontraraacute fuera de su sitio

-Siacute ya lo veo Es usted una alhaja El pobre Salvador debe de estar muy satisfecho de su hermana Eacutel la aprecia a usted mucho Me lo ha dicho

-iexclSe lo ha dicho a usted -exclamoacute tan vivamente conmovida que casi estuvo a punto de llorar

-Me lo ha dicho siacute Eacutel me cuenta todo Para miacute nunca ha tenido secretos

Sola me miroacute de hito en hito durante un momento que me parecioacute demasiado largo iquestQueacute habiacutea en la expresioacuten de su semblante al contemplar el miacuteo iquestEnvidia No podiacutea

ser otra cosa pero la apariencia indicaba maacutes bien una resignacioacuten dolorosa Le habriacutea tenido mucha laacutestima si no hubiera estado convencida de que era una hipoacutecrita

-Muchas veces me ha hablado de usted -proseguiacute- elogiaacutendome sus bellas cualidades para el gobierno de una casa Vea usted de queacute manera ha venido a encontrarse sola al frente de este hogar vaciacuteo conservaacutendole tan bien para cuando eacutel vuelva

-La pobre Dordf Fermina -dijo- que murioacute de pesadumbre por la peacuterdida de su hijo me encargoacute todo al morir poniendo en mi [134] mano cuanto teniacutea y ordenaacutendome que lo guardase y conservase hasta que pareciera Salvador

-iquestEntonces ella no le creiacutea muerto

-Dudaba Siempre teniacutea esperanza -manifestoacute Solita dando un suspiro- Yo le hablaba a todas horas de la vuelta de su hijo y la verdad siempre tuve esperanza de verle entrar en la casa porque una voz secreta de mi corazoacuten me deciacutea que volveriacutea El diacutea antes de fallecer Dordf Fermina escribioacute una larga carta a su hijo iexclCuaacutentas laacutegrimas derramoacute la pobre Yo habriacutea dado con gusto mi vida porque la infeliz madre viera a su hijo antes de morir Pero Dios no lo quiso asiacute

-iquestY esa carta -pregunteacute deseosa de conocer aquel detalle

-Esa carta la depositoacute en miacute Dordf Fermina mandaacutendome que la entregase a Salvador en su propia mano si pareciacutea

-iquestY si no pareciacutea

-Dontildea Fermina me mandoacute que le buscase por todos los medios posibles y que si teniacutea noticias de eacutel y no veniacutea a Madrid fuese a buscarle aunque tuviera que ir muy lejos

-Pero iquestcoacutemo podraacute usted emprender esos viajes iexclpobrecilla -exclameacute mostrando una compasioacuten que estaba muy lejos de sentir [135]

-Eso seriacutea lo de menos No me faltan aacutenimos para ponerme en camino ni tampoco recursos con que emprender un largo viaje porque Dordf Fermina me entregoacute todos sus ahorros para que los destinase a buscar a su hijo

-iexclAh entonces Y para el caso de no encontrarlo iquestqueacute dispuso esa sentildeora

-Que esperase y le volviera a buscar despueacutes

-iquestY para el caso de que fuera evidente su muerte

-Que echase al fuego la carta sin leerla iexclHa sido desgraciada suerte la nuestra -prosiguioacute la hueacuterfana con abatimiento- Un mes despueacutes de haber subido al cielo aquella buena sentildeora vino la carta de Salvador anunciando que estaba libre iexclAy en mi vida he tenido mayor alegriacutea ni mayor tristeza juntas tristeza y alegriacutea sin que pudiesen ser

separadas Yo le contesteacute dicieacutendole lo que pasaba y rogaacutendole que viniese Desde aquel diacutea le estoy esperando Han pasado tres meses y no ha venido ni me ha escrito

-Pues ha llegado la ocasioacuten de que usted cumpla la uacuteltima voluntad de la pobre sentildeora difunta partiendo en busca de ese hijo desnaturalizado

-iexclSi no seacute doacutende estaacute Un amigo que lee [136] todos los papeles puacuteblicos y sabe por doacutende andan los ejeacutercitos las guerrillas y las contraguerrillas me ha dicho que las tropas de Mina se han disuelto Otro que vino del Norte me aseguroacute que Salvador habiacutea emigrado a Francia Yo a pesar de estas noticias le espero tengo confianza en que ha de venir y he resuelto aguardar lo que resta de mes Sigo mis averiguaciones y si en todo Mayo no ha venido ni me ha escrito pienso ponerme en camino y buscarle con la ayuda de Dios

-Siento quitarle a usted una ilusioacuten -dije adoptando definitivamente mi diaboacutelico plan y resolvieacutendome a ponerlo en ejecucioacuten- Salvador no vendraacute por ahora no puede venir

-iquestLo sabe usted de cierto -me preguntoacute vivamente turbada y con algo de incredulidad en sus hermosos ojos

-iquestDuda usted de miacute -dije poniendo en mi semblante esa naturalidad inefable que es uno de mis maacutes preciosos resortes para expresar lo que quiero- Precisamente no he venido a otra cosa que a decirle a usted su paradero despueacutes de tranquilizarla por si le creiacutea enfermo o muerto

-iquestY doacutende estaacute

-Habiendo rentildeido con Mina por una cuestioacuten [137] de amor propio pasoacute a las contraguerrillas que siguen al general Ballesteros

-iquestEntonces sigue en el Norte

-No sentildeora Ya sabe usted que el ejeacutercito de Ballesteros se ha retirado a Valencia

-A Valencia siacute Efectivamente lo oiacute decir iquestDe modo que Salvador estaacute en Valencia

-Siacute y estos informes no son vagos ni fundados en conjeturas porque yo misma

Al llegar aquiacute di un suspiro afectando cierta emocioacuten Despueacutes acabeacute asiacute la frase

-Yo misma me separeacute de eacutel en Onteniente el 20 de Abril

-iquestEs cierto sentildeora lo que usted me dice -me preguntoacute con gran agitacioacuten

-Siacute pero no creo que haga usted el disparate de ponerse en camino para Levante -indiqueacute con objeto de que no conociera mi verdadera idea

-iquestPues queacute vendraacute

-Venir no No vendraacute en mucho tiempo mayormente si de hoy a mantildeana capitula la Corte y se establece el absolutismo Yo creo que se veraacute obligado a emigrar embarcaacutendose en cualquier puerto de la costa

-iexclEmbarcarse -exclamoacute con desaliento- No sentildeora no eso no puede ser Corro allaacute al momento [138]

Se levantoacute como si de un vuelo pudiera trasladarse a Valencia

-iquestY seraacute usted capaz de emprender un viaje tan largo iquestTendraacute usted valor -manifesteacute con fingida admiracioacuten

-Yo tengo valor para todo sentildeora -me respondioacute

Despueacutes del primer movimiento de credulidad la vi como abatida y vacilante Dudaba

-Puede usted escribirle -le dije- con la direccioacuten que yo le deacute y cuando reciba la contestacioacuten de eacutel ponerse en camino Lo malo seraacute que en ese tiempo tome la guerra otro aspecto y llegue usted tarde

-Eso seriacutea terrible Yo creo que si voy debo ir hoy mismo iquestY de eacutel se separoacute usted el 20 de Abril

Dudaba todaviacutea Al llegar a este punto la voz de la conciencia que auacuten me deteniacutea fue acallada por mis celos y no penseacute maacutes que en el eacutexito completo del plan que me habiacutea propuesto No vacileacute maacutes y penseacute en la carta que me habiacutea traiacutedo Pipaoacuten

-Me separeacute de eacutel el 20 de Abril -afirmeacute- pero despueacutes de eso hallaacutendome en Aranjuez recibiacute una carta suya

Con avidez fijoacute Solita sus ojos en miacute Por grande que fuera mi serenidad mi corazoacuten palpitaba [139] porque ni aun los criminales maacutes criminales hacen ciertas cosas sin algo de procesioacuten por dentro Confesareacute ahora la fealdad toda de mi accioacuten para que se comprenda bien la importancia de aquella escena y mi perverso papel

-Si me quisiera mostrar usted la carta de Salvador -me dijo en tono suplicante- al menos para saber con fijeza el punto en que se halla

-No la he traiacutedo -repuse con el mayor aplomo- pero volvereacute a mi casa que estaacute a dos pasos y la traereacute para que tenga usted ese consuelo y una seguridad que no pueden darle mis palabras

-iexclOh no sentildeora yo creo

-No estas cosas son delicadas Al instante traereacute a usted la carta que me escribioacute y que no estaacute fechada en Onteniente sino en otro pueblo del reino de Valencia pues como usted puede suponer el ejeacutercito se mueve casi todos los diacuteas

Diciendo esto me levanteacute Ella me daba las gracias por mi bondad en carintildeosas y vehementes palabras Brindose a ir conmigo porque yo no me molestase en volver pero esto no me conveniacutea y saliacute raacutepidamente iexclMiserable de miacute y cuaacutento me cegaba la pasioacuten y aquel detestable [140] afaacuten de hacer dantildeo a la que aborreciacutea Contareacute esto con la mayor brevedad posible porque me mortifica tan desagradable recuerdo y en verdad que si pudiera escribir estas vergonzosas liacuteneas cerrando los ojos lo hariacutea para no ver lo que traza mi propia pluma

- XVII - Corriacute a mi casa tomeacute la carta de Salvador y con ese golpe de vista del genio criminal comprendiacute que lo previsto por miacute momentos antes podiacutea realizarse faacutecilmente La data Urgel estaba escrita en letra ancha y mala La palabra podiacutea ser variada por una mano haacutebil y la miacutea fuerza es decirlo lo era aunque nunca hasta entonces se habiacutea empleado en tan infames proezas

Yo teniacutea muy presente a un primo miacuteo que habiacutea comerciado antildeos antes en un pueblo de Alicante llamado Vergel en las inmediaciones de Denia a orillas del riacuteo Bolana Esta palabra era el puntildeal del asesinato proyectado por miacute La tomeacute con la fiebre del rencor iexclQueacute admirablemente serviacutea para mi objeto iexclQueacute [141] bien dispuestas estaban sus letras para una obra sataacutenica No podiacutea pedirse maacutes no Teniacutea delante de miacute una de esas infernales coincidencias que deciden a los criminales vacilantes y a veces hasta a los justos les impulsan a escandalosos y horribles pecados

Tomeacute la pluma y con mano segura regocijaacutendome interiormente en la perfeccioacuten de mi obra convertiacute la palabra Urgel en Vergel La fecha era faacutecil de mudar tambieacuten Salvador habiacutea puesto Marzo en abreviatura Yo convertiacute el Marzo en Mayo dejando el diacutea que era el 3 lo mismo que estaba iexclOh cuando no se me cayoacute la mano entonces creo que tendreacute manos para toda mi vida

Del texto de la carta podiacutea mostrarse la primera plana donde deciacutea entre otras cosas insignificantes laquono pienso en muchos diacuteas salir de este puebloraquo

Corriacute allaacute con mi puntildeal Las traacutegicas figuras antiguas a quienes pintan alborotadas y arrogantes con un hierro en la mano no frunciriacutean el centildeo maacutes fieramente que yo al blandir mi carta homicida Subiacute a la casa Sola me esperaba en la puerta Entramos me senteacute al punto porque estaba muy cansada

-Vea usted -le dije- el pueblo donde ahora estaacute es Vergel He pasado por eacutel [142]

Solita devoraba con los ojos la carta

-Vergel -antildeadiacute mostraacutendole la carta- estaacute entre Pego y Denia sobre un riachuelo que llaman Bolana Si va usted a Onteniente le seraacute muy faacutecil llegar a Vergel

Ella seguiacutea leyendo

-Asegura que por ahora no piensa moverse de ese pueblo -dijo meditabunda- Mejor con eso tendreacute la certeza de encontrarle

-iquestPero de veras insiste usted en ir El resto de la carta no se lo ensentildeo a usted porque no puede interesarle -indiqueacute afectando la mayor naturalidad y guardando mi arma- No puedo creer que haga usted la locura de

-Ireacute ireacute -dijo con una resolucioacuten briosa que inundoacute mi alma de los freneacuteticos goces del eacutexito criminal

Despueacutes de manifestar asiacute su propoacutesito fruncioacute el centildeo y me dijo

-Cuando usted se separoacute de Salvador iquesteacutel sabiacutea que veniacutea usted a Madrid

-Lo sabiacutea

-iquestY coacutemo no le rogoacute que me viese y me tranquilizara

-Porque sabe -repuse con dignidad- que yo no sirvo para hacer las veces de correo Si he venido a esta casa ha sido por se lo direacute a usted con entera franqueza no quiero fingir [143] moacuteviles que no tuve al venir aquiacute aunque despueacutes que nos hemos tratado hayan sido distintas mis ideas

Solita atendiacutea a mis palabras como al Evangelio Yo le tomeacute una mano y ponieacutendome a punto de llorar me expreseacute asiacute

-Sentildeora Dordf Solita dije a usted al entrar que veniacutea con el simple objeto de tranquilizarla daacutendole informes de Salvador

-Asiacute fue sentildeora lo que usted me dijo

-Pues bien falteacute a la verdad quise encubrir mi verdadero objeto con una foacutermula comuacuten Pero yo no puedo fingir no puedo ocultar la verdad Mi caraacutecter peca de excesivamente franco natural y expansivo Mis pasiones y mis defectos la verdad toda de mi alma buena o mala se me sale por los ojos y por la palabra cuando maacutes quiero disimular Usted me ha inspirado simpatiacuteas usted me ha revelado una pureza de sentimientos que merece el mayor respeto Quiero ser como usted y hablarle con la noble veracidad que se debe a los verdaderos amigos iquestNo es usted hermana para eacutel pues quiero que lo sea tambieacuten para miacute

Solita al oiacuter esto se apartoacute lentamente de mi lado Noteacute en ella cierta aversioacuten contenida por el respeto

-Querida amiga -proseguiacute forzando mi [144] arte- No he venido aquiacute sino por un egoiacutesmo que usted no comprenderaacute tal vez He venido por ver su casa por conocer lo uacutenico que guarda Madrid de esa amada persona este asilo donde eacutel ha vivido donde murioacute su madre y por el cual parecen vagar auacuten sus miradas Queriacutea yo dar a mis ojos el gusto de ver estos objetos estos muebles donde tantas veces se han fijado los ojos suyos Nada maacutes ninguacuten otro objeto me trajo aquiacute He tenido ademaacutes el placer de conocerla a usted y ahora deseaacutendole que halle pronto a su hermano me retiro

Levanteme resueltamente Solita habiacutea prorrumpido en amargo llanto

-iexclOh iexclGracias gracias sentildeora -exclamoacute secando sus laacutegrimas- Le direacute que debo a usted este inmenso favor

-No no por Dios -repliqueacute vivamente- Ruego a usted que no me nombre para nada Veriacutea en miacute una debilidad que no quiero confesarle mediando como median en uno y otro los propoacutesitos de separacioacuten eterna

-Pues callareacute sentildeora callareacute iquestDe modo que usted no le veraacute maacutes

Al decir esto habiacutea tanto afaacuten en su mirada que me causoacute indignacioacuten La habriacutea abofeteado si mi papel no hubiera exigido gran prudencia y circunspeccioacuten [145]

-No sentildeora no le vereacute maacutes -le dije fijando maacutes sobre mi semblante la maacutescara que se caiacutea- Despueacutes de lo que ha pasado Pero no puedo revelarle a usted ciertas cosas Si usted le conoce bien conoceraacute su inconstancia Yo le he amado con fidelidad y nobleza Eacutel no quiero rebajarle delante de una persona que le estima Adioacutes sentildeora adioacutes iquestSe va usted al fin hoy

Esto lo dije en pie estrechando aquella mano que habriacutea deseado ver cortada

-Siacute sentildeora ireacute a buscarle puesto que eacutel no quiere venir

-iquestPero se atreve usted sola sin compantildeiacutea por esos caminos -indiqueacute deseando que me confirmase su resolucioacuten

-Dios iraacute conmigo -repuso la hipocritona con el acento de los que tienen verdadera fe- El ordinario de Valencia que sale esta noche era amigo de Dordf Fermina Con eacutel ireacute Tengo confianza en Dios y estoy segura de que no me pasaraacute nada Ahora tomada esta determinacioacuten estoy maacutes tranquila

-La felicidad le retoza a usted en el rostro -afirmeacute con cruel sarcasmo- Bien se conoce que es usted feliz Yo me congratulo de haber proporcionado a usted un cambio tan dichoso en su espiacuteritu [146]

Cuando pronuncieacute estas palabras debioacute secaacuterseme la lengua lo confieso

Poco maacutes hablamos Hiacutecele ofrecimientos corteses y saliacute de la casa Cuando bajaba la escalera sentiacute impulsos de volver a subir y llamarla y decirle laquono crea usted nada de lo que he dicho soy una embusteraraquo pero el egoiacutesmo pudo maacutes que aquel pasajero y deacutebil sentimiento de rectitud y seguiacute bajando Del mismo modo iba bajando mi alma escaloacuten tras escaloacuten a los abismos de la iniquidad Razoneacute como los perversos dicieacutendome que la viacutectima de mi intriga era una mujer hipoacutecrita y que las maquinaciones de mal geacutenero tan dignas de censura cuando recaen en personas inocentes son maacutes tolerables si recaen en quien las merece y es capaz de urdirlas peores Pero estos sofismas no acallaban mi remordimiento que empezoacute a crecer desde que saliacute de la casa y ha llegado despueacutes por su mucha grandeza y pesadumbre a mortificarme en gran manera

- XVIII - Verdaderamente mi accioacuten no pudo ser maacutes indigna iexclPrecipitar a una desamparada e [147] infeliz mujer a resolucioacuten tan loca obligarla por medio de vil engantildeo a emprender un viaje largo dispendioso arriesgado y sobre todo inuacutetil Al mirar esto desde tan distante fecha me espanto de mi accioacuten de mi lengua y de la horrible travesura y astucia de mi entendimiento

En aquellos diacuteas la pasioacuten que me dominaba y maacutes que la pasioacuten el envidioso afaacuten que me produciacutea la simple sospecha de que alguien me robase lo que yo juzgaba exclusivamente miacuteo no me permitieron ver claramente mi conciencia ni la infamia de la denigrante accioacuten que habiacutea cometido pero cuando todo se fue enfriando y oscureciendo he podido mirarme tal cual era en aquel diacutea y declaro aquiacute que seguacuten me veo no hay fealdad de demonio del infierno que a la miacutea se parezca

iexclY sigue uno viviendo despueacutes de hacer tales cosas iexclY parece que no ha pasado nada y vuelve la felicidad y aun se da el caso de olvidar completamente la perversa y villana accioacuten Yo no vacilo en escribirla aquiacute porque me he propuesto que este papel sea mi confesonario y una vez puesta la mano sobre eacutel no he de ocultar ni lo bueno ni lo malo La seguridad de que esto no lo ha de ver nadie hasta [148] que yo no me encuentre tan lejos de las censuras de este mundo como lo estaacuten los astros de las agitaciones de la tierra da valor a mi espiacuteritu para escribir tales cosas Yo digo laquoque todo el mundo escriba con absoluta verdad su vida entera y entonces iexclcuaacutento disminuiraacute el nuacutemero de los que pasan por buenos Las cuatro quintas partes de las grandes reputaciones morales no significan otra cosa que falta de datos para conocer a los individuos que se pavonean con ellas fatuamente como los coacutemicos cuando se visten de reyesraquo

Aquella tarde torneacute a pasar por alliacute y entableacute conversacioacuten con Sarmiento pero me fue imposible averiguar por eacutel si Solita insistiacutea en partir

Yo teniacutea gran desasosiego hasta no saberlo de cierto y para salir de mi incertidumbre quise averiguarlo por miacute misma Soy asiacute lo que puedo hacer no lo confiacuteo a los demaacutes Me fatigan las dilaciones y la torpeza de los que sirven por dinero y carezco de paciencia para aguardar a que me vengan a decir lo que yo puedo ver por mis propios ojos Al llegar la noche y la hora en que soliacutean partir los coches sillas de postas y galeras mi criada y yo nos vestimos manolescamente con pantildeoloacuten y basquintildea [149] y nos encaminamos al parador del Fuacutecar de donde seguacuten mis noticias saliacutea el ordinario de Valencia

No tuve que esperar mucho para satisfacer mi curiosidad Alliacute estaba Solita partiacutea irremisiblemente Ya no me quedaba duda La vi dentro del coche que saliacutea y no pude sofocar en miacute un sentimiento de profundiacutesima laacutestima forma indirecta que tomaba

entonces mi conciencia para presentarme ante los ojos la imagen de mi crimen Pero el coche partioacute ella se fue con su engantildeo y yo me quedeacute con mi laacutestima

No se habiacutea extinguido el rumor de las ruedas del carro de Valencia cuando sonoacute maacutes vivo estreacutepito de ruedas y caballeriacuteas Un gran coche de colleras entroacute en el parador Mi criada y yo nos detuvimos por curiosidad

-Es el coche de Alcalaacute -dijeron a nuestro lado- Esta noche viene lleno de gente

Por una de las portezuelas vi la cara de un hombre El corazoacuten pareciacutea haceacuterseme pedazos Me volviacute loca de alegriacutea No pude contenerme Era eacutel Mis exclamaciones carintildeosas le obligaron a bajar del coche y entonces me arrojeacute llorando [150] en sus brazos

- XIX - Al diacutea siguiente le aguardaba en mi casa y no fue hasta muy tarde cuando ya anocheciacutea Estaba muy fatigado triste y abatido Lo primero de que me habloacute fue del vaciacuteo que habiacutea dejado en su casa la muerte de su madre de la partida de su hermana a quien creiacutea encontrar en Madrid y del breviacutesimo espacio que un perverso destino habiacutea puesto entre la marcha de ella y la llegada de eacutel

-Castigo de Dios es esto -dijo- por mi descuido en escribirle y mi desnaturalizado proceder

Despueacutes pasoacute de la tristeza a la furia Yo procuraba arrancarle tan luacutegubres ideas recordaacutendole nuestro placentero viaje del verano anterior y la cataacutestrofe de su cautiverio haciacuteale mil preguntas sobre sus padecimientos emancipacioacuten campantildea de Cataluntildea y toma de la Seo pero soacutelo me contestaba con monosiacutelabos y secamente Escaso intereacutes mostraba por las cosas pasadas y aun yo misma que era un presente digno a mi parecer de alguna estima apenas podiacutea obtener de eacutel atencioacuten insegura [151] y casi forzada Su pensamiento estaba fijo en la fugitiva hermana y mis sutiles zalameriacuteas no podiacutean apartarle de alliacute No cesaba de discurrir sobre los moacuteviles de aquel viaje y yo sintiendo revivir y agitarse en miacute lo que siempre tuve de serpiente estuve a punto de indicarle que Soledad habriacutea partido arrastrada por alguacuten hombre pero en el momento en que desplegaba los labios para sugerir esta idea me contuve Aquella vez habiacutea vencido mi conciencia y hallaacutendome con fuerzas para las mayores crueldades no las tuve para la calumnia

Al fin creiacute prudente no decirle una palabra sobre aquella cuestioacuten

-Bastaba que yo viniese con deseo de verla -dijo hiriendo violentamente el suelo con el pie- para que ella huyese de miacute Asiacute son todas mis cosas Lo bueno existe mientras yo lo deseo Pero lo toco y adioacutes

Estas amargas palabras eran un desaire para miacute y por lo visto yo no estaba comprendida en el nuacutemero de las cosas buenas pero sofoqueacute mi resentimiento y seguiacute escuchaacutendole

-Desde que el deseo de venganza y mi odio al absolutismo -antildeadioacute- me inclinaron a tomar las armas tuve el presentimiento de que la campantildea se echariacutea a perder y asiacute ha sido Ya tienes a la plaza de Figueras en poder de [152] los franceses a Mina vagabundo sin saber queacute partido tomar y todo el ejeacutercito desconcertado y sin esperanza de vencer iexclGran milagro habriacutea sido que donde yo estoy hubiese victorias Desastres y nada maacutes que desastres La sombra que yo echo sobre la tierra destruye

-iexclQueacute necio eres iquestCrees acaso en las estrellas fatales y en el sino

-No debiera creer pero todo me manda que crea Ya ves Me enviacutea Mina a Madrid con una comisioacuten en que funda grandes esperanzas y desde que llego aquiacute pierdo las pocas esperanzas que traiacutea porque no hallo sino desanimacioacuten y flojedad Al mismo tiempo la ilusioacuten maacutes querida de este viaje se ha desvanecido como el humo Yo teniacutea una hermana maacutes que hermana amiga con una amistad pura y entrantildeable que nadie puede comprender sino ella y yo una amistad que tiene todo lo santo de la fraternidad y todo lo bueno del amor sin las tenebrosas ansias de este En mi hermana veiacutea yo todo lo que me queda de familia lo uacutenico que me resta de hogar en ella veiacutea a mi madre y una representacioacuten de todos los goces de mi casa la paz del alma dichas muy grandes sin mezcla de martirio alguno Pues bien llego y mi casa estaacute desierta Jamaacutes penseacute en perderla Ella el uacutenico ser de [153] quien estaba seguro vuela tambieacuten lejos de miacute y se va iexclAy Jenara iexclNo puedo decirte cuaacuten sola estaba mi casa Figuacuterate todo el universo vaciacuteo y sin vida Ni mi madre ni Soledad iexclQueacute sepulcro Dios miacuteo Asiacute se va quedando mi corazoacuten lo mismo que una gran fosa todo lleno de muertos Tuacute no puedes entender esto Jenara En ti todo vive Tu caraacutecter hace resucitar las cosas y eres un ser privilegiado para quien el mundo se dispone siempre del modo maacutes favorable pero yo

-Cuacutelpate a ti mismo -le dije- y no hables del destino Te quejas de que tu hermana te haya abandonado y no recuerdas que has estado mucho tiempo sin escribirle sin darle noticias de ti sin decirle ni siquiera laquoestoy vivoraquo

-Es verdad pero se amparoacute de miacute el estuacutepido delirio de la guerra Me sedujo la idea gloriosa que representaba nuestro ejeacutercito al perseguir a los realistas Soacutelo veiacutea lo que estaba delante de mis ojos y dentro de miacute el enemigo y los torbellinos de mi cerebro un ideal de gloriosas victorias que dieran a mi paiacutes lo que no tiene Ya sabes que yo me equivoco siempre Lo extrantildeo es que conociendo mi torpeza me empentildee en andar hacia adelante como los demaacutes hombres en vez de estarme quieto [154] como las estatuas Ahora todo lo veo destrozado caiacutedo y hecho pedazos por mis propias manos como el que entrando en un cuarto oscuro y lleno de preciosidades y a ciegas tropieza y lo rompe todo En Cataluntildea desengantildeos en Madrid maacutes desengantildeos todaviacutea un gran vaciacuteo del entendimiento y otro maacutes grande del corazoacuten Parece que la realidad de mis ideas es un ave que se asusta de mis pasos y levanta el vuelo cuando me acerco a ella iexclMaldita persona la miacutea

Debiacutea enojarme de tales palabras porque seguacuten ellas yo no era nada Pero no me mostreacute ofendida y solamente dije

-Si al llegar encuentras todo solo y vaciacuteo no es porque las cosas vuelen antes de tiempo sino porque tuacute llegas siempre tarde

-Tambieacuten es verdad Llego siempre tarde Ya ves lo que me ha pasado ahora -dijo con el mayor desaliento- Se le antoja al general Mina enviarme aquiacute cuando todo estaacute perdido Pero eacutel no contaba con la rapidez de este desmoronamiento no contaba con la retirada de Ballesteros sin combatir ni con la defeccioacuten de La Bisbal Mina tiene la desgracia de creer que todos son valientes y leales como eacutel

-iquestLa defeccioacuten de La Bisbal De modo que ya No creiacute que fuera tan pronto El conde [155] acostumbra preparar con cierto arte sus arrepentimientos

-No se dice puacuteblicamente pero es seguro que ya estaacute en tratos con los franceses para capitular Me lo ha dicho Campos que olfatea los sucesos De mantildeana a pasado el aborrecido estandarte negro ondearaacute en Madrid iquestA queacute he venido yo No parece sino que ha venido a izarlo yo mismo

-Pues no hagas caso de los masones ni de la guerra ni de la Constitucioacuten -le dije- iquestPara queacute te empentildeas en cosas imposibles iquestPor queacute desprecias lo que tienes y buscas fantasmas vanos

Eacutel me miroacute comprendiendo mi intencioacuten Su mirada no indicaba desafecto pero me era imposible vencer su tristeza Acompantildeome a cenar y mis alardes de humor festivo mi chaacutechara y las delicadas atenciones que con eacutel tuve no lograron disipar las nubes sombriacuteas que ennegreciacutean su alma Tambieacuten la miacutea se encapotaba lentamente cayendo en hondas tristezas porque acostumbrada a verse sentildeora de los sentimientos de aquel hombre padeciacutea mucho al considerar perdido su amoroso dominio y esa tiraniacutea dulciacutesima que al mismo tiempo embelesa al amo y al esclavo

Pero auacuten conservaba yo gran parte de mi [156] prestigio Venciacute aunque sin poder conseguir la tranquilidad que acompantildea a los triunfos completos porque descubriacute en su complacencia algo de violento y forzado Pareciacutea que al corresponder a mi leal carintildeo lo haciacutea maacutes bien por delicadeza y por deber que por verdadera inclinacioacuten Esto me atormentoacute toda la noche quitaacutendome el suentildeo Cuando pude dormir la imagen de la pobre hueacuterfana que recorriacutea media Espantildea buscando a su hermano a su amante o lo que fuera se me presentoacute para atormentarme maacutes iexclAy iexclqueacute terrible es una gran falta sin eacutexito

La visioacuten de la mujer errante no se quitaba de mi imaginacioacuten Pero yo entonces creyeacutendome menos amada de lo que mi freneacutetica ambicioacuten de amor exigiacutea pensando que me habiacutean vencido ajenos recuerdos y vaguedades sentimentales referentes a otra persona me gozaba con fiera crueldad en la desolacioacuten de la hermana viajera

-iexclBien -le deciacutea- corre tras eacutel corre hoy y mantildeana y siempre para no encontrarle al fin Muy bien hipocritona iexcliexclme alegro me alegro [157]

- XX -

Al diacutea siguiente muy temprano entroacute Campos en casa Ya he dicho que este masoacuten era amigo muy constante de la familia con quien yo viviacutea un matrimonio alaveacutes de edad madura y sin hijos extrantildeo por lo general a las pasiones poliacuteticas aunque la sentildeora como buena vascongada se inclinaba al absolutismo Campos entroacute gritando

-iexclYa nos la ha pegado ese tunante

Al punto comprendiacute lo que queriacutea expresar

-La Bisbal ha capitulado iquestno es eso -le dije- iexclQueacute noticia Ya lo suponiacuteamos

-Pero al menos sentildeora al menos -manifestoacute Campos con afaacuten- Las formas es preciso guardar ciertas formas Todos estamos dispuestos a capitular porque no es posible vivir en lucha con la general corriente ni con la Europa entera pero pero

-iquestY queacute ha hecho La Bisbal

-Dar un manifiesto

-Ya lo suponiacutea es el hombre de los manifiestos

-Un manifiesto en que dice que siacute y que no [158] y que tira y afloja y que blanco y que negro En fin un manifiesto de La Bisbal Despueacutes ha entregado el mando al marqueacutes de Castelldosrius y ha desaparecido El ejeacutercito estaacute desmoralizado La mayor parte de los soldados se van a donde les da la gana y aquiacute nos tiene usted como el 3 de Diciembre de 1808 en poder de los franceses iquestVamos a ver queacute hace ahora un hombre honrado como yo iquestQueacute hacen ahora los hombres que no se han metido en nada que desde su campo defendieron siempre el orden y las conveniencias

Yo haciacutea esfuerzos para contener la risa La zozobra del masoacuten en momentos de tanto apuro y su afaacuten por presentarse como hombre de orden ofreciacutean un cuadro tan gracioso como instructivo

-iquestDe modo que ya se acaboacute la Constitucioacuten -dijo la sentildeora de Saracha elevando majestuosamente las manos al cielo como en accioacuten de gracias- Pues ahora habraacute perdoacuten general Se reconciliaraacuten todos los espantildeoles daacutendose fraternales abrazos y amparaacutendose bajo el manto amoroso del Rey

Yo me echeacute a reiacuter

-No es mal perdoacuten el que nos aguarda -dijo Campos con detestable humor- iexclBonito manto nos ampararaacute Ya se ha alborotado la [159] gentuza de los barrios bajos y las caras siniestras las manos negras y rapaces los trabucos y las navajas van apareciendo Nada nada Tendremos escenas de luto y de ignominia otro 10 de Mayo de 1814

-iquestSeraacute posible Pues me parece que efectivamente hay algo de alboroto en la calle -dijo mi amiga asomaacutendose al balcoacuten

Viviacuteamos en la calle de Toledo que es la arteria por donde la emponzontildeada sangre sube al cerebro de la villa de Madrid en los diacuteas de fiebre Cruzaban la calle gentes del

pueblo en actitud poco tranquilizadora Al poco rato oiacutemos gritar laquoiexclviva la religioacutenraquo laquoiexclvivan la caenasraquo Fue aquella la primera vez de mi vida que oiacute tal grito y confieso que me horrorizoacute

Campos no quiso asomarse porque le enfureciacutean los desahogos de la plebe (mayormente cuando chillaba en contra de los liberales) y seguiacutea diciendo

-Veremos coacutemo tratan ahora a los hombres honrados que han defendido el orden que han procurado siempre contener al democratismo y a la demagogia

No pude vencer mi natural inclinacioacuten a las burlas y le dije

-Sr Campos no doy cuatro cuartos por su pellejo de usted [160]

-Ni yo tampoco -me respondioacute riendo

Eacutel en medio de su descontento esperaba filosoacuteficamente el fin seguro de sobrenadar tarde o temprano en el pieacutelago absolutista Era ademaacutes hombre de tanto valor como osadiacutea

La gente de los barrios bajos siguioacute alborotando todo el diacutea Moviose la tropa para mantener el orden y el general Zayas que mandaba en Madrid y habiacutea firmado la capitulacioacuten aquella misma mantildeana con los franceses pareciacutea dispuesto a ametrallar sin compasioacuten a la canalla En gran zozobra viviacuteamos todos los vecinos de la Villa porque se hablaba de saqueo y de la aproximacioacuten de las partidas de Bessiegraveres el infante aventurero que defendiendo el despotismo queriacutea lograr lo que no pudo conseguir combatiendo por la Repuacuteblica

Pero la principal causa de mi inquietud era no ver a mi lado a la persona que maacutes me interesaba en aquellos diacuteas Le espereacute toda la mantildeana y toda la tarde y como a ninguna hora pareciacutea y habiacutea hecho promesa de visitarme creiacute que le pasaba algo desagradable Por la noche no pude refrenar mi ardorosa impaciencia y voleacute a su casa Tampoco estaba en ella y el anciano portero y maestro de escuela armado de fusil en medio de la porteriacutea furioso y exaltado [161] cual si acabara de escaparse de un manicomio me inspiroacute tanto miedo que no quise esperar alliacute

Paseacute la noche en un estado de angustia horrible Corriacutean rumores de que al diacutea siguiente habriacutea saqueo prisiones muertes y escandalosas escenas Se deciacutea que los liberales maacutes sentildealados eran perseguidos por las calles como perros rabiosos y apedreadas sus casas Yo no podiacutea vivir Al amanecer del otro diacutea que era el 20 de Mayo busqueacute a Salvador en diversos puntos y tampoco le pude encontrar Antes de volver a casa vi movimiento de tropas en la Puerta del Sol y me dijeron que Bessiegraveres habiacutea aparecido con sus cuadrillas que yo llamaba de asesinos de la Fe por detraacutes del Retiro amenazando entrar en Madrid La plebe de los barrios bajos se le habiacutea reunido y como hambrientos perros aullaban mirando a la Corte con ansias de devorarla Todo Madrid estaba aterrado y yo maacutes que nadie no por el temor del saqueo sino por la sospecha de que la persona maacutes cara a mi corazoacuten hubiera sido viacutectima del furor de la plebe

Espereacute tambieacuten todo aquel diacutea Campos entroacute a darnos noticias de lo que pasaba Oiacuteamos cantildeonazos lejanos y a cada instante [162] creiacuteamos ver llegar y difundirse por las calles a la desenfrenada turba salvaje ebria de sangre y de pillaje Pero Dios no quiso que en aquel diacutea triunfaran los malvados El general Zayas destrozoacute a los asesinos de la Fe acuchillando a los chisperos y mujerzuelas que graznaban entre ellos La plebe aterrada volvioacute a sus oscuras guaridas y mucha gente mala huyoacute a los campos aguardando a poder entrar con los franceses Desde que supimos el gran peligro a que habiacuteamos estado expuestos los habitantes de Madrid todos deseaacutebamos que llegasen de una vez los cien mil hijos de San Luis para que estableciendo un Gobierno regular contuvieran a la canalla azuzada por los realistas furibundos

Al fin saliacute de la angustia que me atormentaba En la mantildeana del diacutea 21 el proacutefugo por quien yo habiacutea derramado tantas laacutegrimas se presentoacute delante de miacute en estado bastante lastimoso desencajado y lleno de contusiones con los ojos encendidos seca la boca cubierta de sudor la hermosa frente rotos y llenos de polvo los vestidos

Al punto comprendiacute que habiacutea sido maltratado por las feroces bestias populares No le dije nada y me apresureacute a cuidarle proporcionaacutendole alimento y reposo Eacutel me miraba [163] con extraviados ojos Apretando los puntildeos exclamoacute

-iquestHas visto a la canalla

Necesitaba sosiego y por todos los medios procureacute tranquilizarle

-No pienses maacutes en eso -le dije- y regociacutejate ahora en la paz de mi compantildeiacutea y en esta dulce soledad en que estamos

-iexclNo puedo no puedo -exclamoacute con gran agitacioacuten

Y despueacutes repetiacutea

-iquestHas visto a la canalla iexclPero queacute canalla es la canalla

Maacutes tarde me contoacute que se habiacutea visto en gran peligro porque al salir de un sitio en que estaban reunidas varias personas contrarias al despotismo fue acometido pudiendo salvar a duras penas la vida gracias a su energiacutea y al coraje con que se defendioacute

Su estado febril inspirome bastante ansiedad aquella noche que pasoacute en mi casa pero a la mantildeana siguiente su prodigiosa naturaleza habiacutea triunfado de la ebullicioacuten de la sangre irritada

-No puedo ir a mi casa -me dijo- y aun seraacute peligroso que salga a la calle pero yo necesito disponer mi viaje

-iquestVuelves al Norte [164]

-No tengo que ir a Sevilla donde estaacute lo que queda de Gobierno liberal No tengo ya ni un resto siquiera de esperanza pero es preciso que cumpla fielmente la comisioacuten del general Mina y vaya hasta las uacuteltimas extremidades para que me quede al menos el

consuelo de haberlo intentado todo y para que se pueda decir esta verdad terrible laquoNo hubo un solo liberal en Espantildea que supiera cumplir con su deberraquo

-Pues si vas a Andaluciacutea ireacute contigo -dije con mucho gozo regocijaacutendome ya con la idea de acompantildearle y huir de Madrid pueblo que tanto alarmaba a mi conciencia

-El viaje no seraacute faacutecil -respondioacute sin demostrar grande entusiasmo por mi compantildeiacutea- mayormente para una sentildeora

-Para miacute todo es faacutecil

-No se encontraraacuten carruajes

-Como ruede el dinero rodaraacuten los coches

-La policiacutea vigilaraacute la salida de los liberales

-No importa

Sin peacuterdida de tiempo empeceacute mis diligencias para nuestro viaje Las dificultades eran grandes Ninguacuten propietario de coches queriacutea arriesgar su material y sus caballeriacuteas porque los facciosos se apoderaban de ellas No me acobardeacute sin embargo y seguiacute mis pesquisas [165] Campos tambieacuten deseaba proporcionar a mi amigo faacutecil escapatoria

La entrada de los franceses que se verificoacute el diacutea 23 me dio alguna esperanza mas por desgracia entre las fuerzas de vanguardia no veniacutea el conde de Montguyon Vi en cambio muchos guerrilleros del Norte de fiero aspecto y tembleacute de pavor deseando entonces maacutes vivamente huir de la Corte

iexclY queacute desorden en los primeros momentos de aquel diacutea Por mucha prisa que se dieron los franceses a establecerse no lograron impedir mil excesos

Hombres cuyo furor habiacutea sido pagado corriacutean por las calles celebrando entre borracheras el horrible carnaval del despotismo Rompiacutean a pedradas los cristales trazaban cruces en las puertas de las casas donde viviacutean liberales como sentildeal de futuras matanzas escarneciacutean a todo el que no era conocido por su exaltacioacuten absolutista gritaban como locos maldiciendo la libertad y la Nacioacuten No escapaban de sus groseriacuteas las personas indiferentes a la poliacutetica porque era preciso haber sido perro de presa del absolutismo para obtener perdoacuten Algunos frailes de los que maacutes habiacutean escandalizado en el puacutelpito con sus sermones sanguinarios eran llevados en triunfo [166]

Yo saliacutea de misa de San Isidro y me vi insultada y seguida por una turba de mujerzuelas feroces soacutelo porque llevaba un lazo verde El color verde era ya el color de la ignominia como emblema del liberalismo que tantas veces habiacutea escrito sobre eacutel Constitucioacuten o muerte Vi maltratar a un joven de buen porte soacutelo porque usaba bigote y desde aquel diacutea el tal adorno de las varoniles caras fue sentildeal de franc-masonismo y de extranjeriacutea filosoacutefica

Quien vio una vez tales escenas no puede olvidarlas Mis ideas habiacutean cambiado mucho desde mi viaje a Francia Conservando el mismo respeto al Trono y al Gobierno fuerte habiacutea perdido el entusiasmo realista Pero en aquel diacutea tristiacutesimo se desvanecieron en mi cabeza no pocos fantasmas y aunque seguiacute creyendo que uno solo gobierna mejor que doscientos el absolutismo popular me inspiroacute aversioacuten y repugnancia indecibles

No habiacutea concluido de referir en mi casa el gran peligro que habiacutea corrido por llevar un lazo verde cuando entroacute Campos Traiacutea semblante muy alegre

-Ya estaacute resuelta la cuestioacuten de tu viaje -dijo a Salvador- Esta noche puedes marchar si quieres [167]

-iquestCoacutemo -preguntamos eacutel y yo

-De un modo tan sencillo como seguro El marqueacutes de Falfaacuten de los Godos (9) habiacutea pensado marchar a Andaluciacutea Como la pobre Andrea estaacute tan delicada En fin se han decidido a salir esta noche Tienen silla de postas propia Al punto me he acordado de ti Falfaacuten de los Godos tiene gusto en llevarte y se alegra mucho de tu compantildeiacutea

-Eso no puede ser -dije vivamente saliendo al encuentro de aquella proposicioacuten con verdadera furia que trataba de disimular

-iquestPor queacute no ha de poder ser sentildeora miacutea -dijo Campos- En la silla de postas iraacuten coacutemoda y seguramente el Marqueacutes mi sobrina con su hijo la doncella y dos criados que seremos nosotros Salvador y yo Perfectiacutesimamente

El taimado masoacuten se restregaba las manos en sentildeal de regocijo

-Me parece una excelente idea -dijo Monsalud miraacutendome- iquestNo crees tuacute lo mismo

Yo no contesteacute nada Estaba furiosa Eacutel debioacute comprender (10) en mis ojos la tempestad que se habiacutea desatado en mi corazoacuten mas no por conocerlo se apresuroacute a conjurarla Antes [168] bien ocupose de disponer su viaje con una calma con una indiferencia hacia miacute que me irritaron maacutes Mi dignidad me impediacutea pedir un puesto en aquel coche que se iba a llevar la mitad de mi alma La misma dignidad me impediacutea recordarle nuestro dulce propoacutesito de ir juntos Encerreme breve rato en mi cuarto para que nadie conociese la alteracioacuten nerviosa que me sacudiacutea y con los dientes hice pedazos un pantildeuelo inocente Mis ojos secos e inflamados no podiacutean dar salida a la angustia de mi corazoacuten derramando una sola laacutegrima

Cuando me presenteacute de nuevo mi apariencia no podiacutea ser maacutes tranquila Afectaba naturalidad y hasta alegriacutea tanta era la fuerza de mi disimulo cuando yo llamaba todas las fuerzas de la voluntad para forjar la maacutescara de hierro bajo la cual escondiacutea mi verdadero semblante lleno de luto y consternacioacuten iexclQueacute padecimiento tan grande iquestCoacutemo no si Salvador mismo me habiacutea contado toda la historia de sus relaciones con Andrea Campos despueacutes marquesa de Falfaacuten de los Godos Yo la habiacutea tratado bastante despueacutes de ser marquesa La admirable hermosura de la americanilla representaacutendose en mi imaginacioacuten me la quemaba como un hierro abrasado

Tuve valor para verles partir Vi a la sobrina [169] de Campos subir al coche hacieacutendose la interesante con su languidez de dama enfermita vi al viejo Marqueacutes engomado y lustroso como un muntildeeco que acaba de salir del taller de juguetes vi a Salvador tomando en brazos y besando con el mayor gusto al nintildeo de la Marquesa no quise ver maacutes iexclEl coche partioacute iexclSe fueron

- XXI - Se fueron y yo me quedeacute Las laacutegrimas que antes no habiacutean querido salir de mis ojos brotaron a raudales abrasaacutendome las mejillas No podiacutea dejar de pensar en la hipocritona que corriacutea por los campos desiertos lanzada por miacute al interminable viaje de la desesperacioacuten pero lejos de tenerle laacutestima aquel recuerdo avivaba mi hondo furor hacieacutendome exclamar -iexclMe alegro mil veces me alegro

iexclCuaacuten grande habiacutea sido mi castigo Para que este fuera maacutes evidente fui condenada por Dios al mismo suplicio de viajar buscando a una persona amada al martirio indescriptible de correr un diacutea y otro diacutea como el que huye de su sombra siempre impaciente [170] siempre anhelante precipitada siempre de la esperanza al desengantildeo y del desengantildeo a una nueva esperanza Porque siacute yo emprendiacute tambieacuten el viaje a Andaluciacutea tres diacuteas despueacutes Estaba en la alternativa de morir de despecho o correr tambieacuten Hubo en miacute desde aquel diacutea algo de la maldicioacuten espantosa que pesaba sobre el judiacuteo errante y me sentiacute como arrastrada por la fuerza de un huracaacuten

iexclAy el huracaacuten estaba dentro de miacute misma en mi despecho en mis celos en un loco afaacuten de no hallarme lejos de dos personas cuya imagen ni un solo instante se apartaba de mi pensamiento Si mis lectores me han conocido ya por lo que va contado de mi borrascosa vida comprenderaacuten que yo no podiacutea quedarme en Madrid Mi caraacutecter me lanzaba fuera como la poacutelvora lanza la bala

Partiacute Pero antes debo decir coacutemo pude conseguir los medios para ello Mi primer paso fue recurrir a Eguiacutea mas desde la entrada de los franceses le habiacutean arrinconado como trasto viejo y una Regencia fresca y lozana funcionaba en su lugar Nombrola Angulema de acuerdo con el Consejo de Estado y la componiacutean los duques del Infantado y de Montemart el baroacuten de Eroles el obispo de Osma y don Antonio Goacutemez Calderoacuten Secretario de ella [171] era el venenoso Calomarde (11) al cual me dirigiacute solicitando un pase y licencia para el uso de coche-posta Recibiome tan friacuteamente y con tanta soberbia e hinchazoacuten que no pude menos de recordar al Don Soplado del poeta sainetero D Ramoacuten de la Cruz

Le desprecieacute como mereciacutea y recurriacute a don Viacutector Saacuteez nombrado Ministro de Estado pero este me recordoacute a la rana cuando quiso parecerse al buey Tuvo el mal gusto de echarme en cara mi supuesta conversioacuten al constitucionalismo y a la Carta francesa diciendo mil necedades presuntuosas y aun amenazaacutendome Su fatuidad semejante a la del pavo cuando se sopla y arrastra las alas para meter ruido me hizo reiacuter en sus propias barbas El uacutenico que se me mostroacute algo propicio fue Erro hombre honrado y modesto Pero nada positivo saqueacute de la flamante situacioacuten que daba pruebas

de su agudeza poliacutetica volviendo las cosas al propio ser y estado que teniacutean en 7 de Marzo de 1810 restableciendo los antiguos Consejos y la Sala de Alcaldes de Casa y Corte Era esto volver a los tontillos al guarda-infante y al pelo empolvado

Por mi ventura llegoacute a Madrid el conde de [172] Montguyon Le vi hiacutezome la centeacutesima declaracioacuten de amor y luego con semblante dolorido me dijo

-Soy muy desgraciado sentildeora en no poder estar cerca de vos Tengo que partir con el general Bourdesoulle para esa poeacutetica regioacuten que llaman la Mancha idealizada por las aventuras del gran caballero

Entonces le manifesteacute que si me proporcionaba los medios de hacer el viaje poniendo yo por mi cuenta todos los gastos le seguiriacutea a aquel encantado paiacutes que hizo ceacutelebre el gran caballero Al oiacuter esto se volvioacute todo obsequios y tres diacuteas despueacutes teniacutea yo a mi disposicioacuten una silla de postas con caballos del cuartel general de Bourdesoulle y un pase que me aseguraba el respeto de las turbas por todo el traacutensito que iba a recorrer

Saliacute al fin de Madrid acompantildeada de mi doncella Saliacute como el agua de una esclusa cuando se le abren las compuertas que la sujetan Yo no veiacutea bastante llanura por donde correr en ninguacuten momento me pareciacutea que andaba bastante mi coche enfadaacutebame el cansancio de las mulas la pesadez de los mesoneros y la flema del mayoral que se poniacutea siempre de parte de las caballeriacuteas en mi febril contienda con el tiempo y la distancia [173]

En los pueblos por donde raacutepidamente pasaba vi escenas que me causaron tanta indignacioacuten como verguumlenza En Ocantildea habiacutean quitado las imaacutegenes que adornaban el aacutengulo de algunas calles poniendo en su lugar el retrato de Fernando entre cirios y ramos de flores y debajo la piadosa inscripcioacuten laquoiexclVivan las caenasraquo En Tembleque presencieacute el acto solemne de arrojar al piloacuten donde bebiacutean las mulas a dos o tres liberales y otros tantos milicianos En Madridejos tuve miedo porque una turba que invadiacutea el camino cantando coplas tan disparatadas como obscenas quiso detenerme fundada en que el mayoral habiacutea tocado con su laacutetigo el estandarte realista que llevaba un fraile Necesiteacute mostrar mucha serenidad y aun derramar alguacuten dinero para que no me causasen dantildeo pero no pude seguir hasta que no llegaron a aquel ilustrado pueblo las avanzadas de la caballeriacutea francesa

En Puerto Laacutepice se rompioacute una ballesta de mi coche ocasionaacutendome una detencioacuten de dos diacuteas Las horas eran siglos para miacute Me quemaba la tierra bajo los pies Yo hubiera deseado poseer la autoridad de una reina asiaacutetica para vencer tantas dificultades atando a los hombres al pescante de mi coche La desproporcioacuten [174] enorme entre mi impetuoso anhelo y los medios materiales de que disponiacutea me llevaron a un lamentable estado nervioso que de ninguacuten modo podiacutea calmar Uacutenicamente logreacute un poco de alivio a aquel penoso hervor de mi caraacutecter empleando un medio bastante pueril pero que no pareceraacute muy absurdo a las mujeres que se me asemejan Consistiacutea en tomar el laacutetigo del mayoral y ponerme a descargar furiosos latigazos sobre los robles del camino en Sierra Morena y sobre los olivos de Andaluciacutea

En Sierra Morena halleacute nuevos obstaacuteculos Alliacute habiacutea una especie de ejeacutercito espantildeol mandado por una especie de general que teniacutea el encargo de hacer una especie

de resistencia a las tropas de Bourdesoulle Dios habiacutea decidido que no hubiese otro Baileacuten en la historia y los inocentes que creiacutean en un nuevo 19 de Julio de 1808 se llevaron gran chasco iexclParece mentira Quince antildeos despueacutes los papeles de aquel drama habiacutean cambiado Los personajes eran los mismos Creeriacutease que habiacutean resucitado los muertos de la gloriosa eacutepoca pero que al vestirse se habiacutean equivocado de uniforme

En pocas horas fue desbaratado Plasencia (que asiacute se llamaba el general que defendiacutea [175] la puerta de Andaluciacutea) y los franceses pisaron el glorioso campo de las Navas de Tolosa de Menjiacutebar y de Baileacuten Menos afortunada yo fui otra vez detenida y ahora el conde de Montguyon a quien Bourdesoulle mandoacute situarse en Guarromaacuten mostroacute muy poco intereacutes porque yo siguiera adelante Con todo tales artes useacute para sacar partido de su caballeriacutea andante que me libreacute de eacutel muy lindamente Por fin el 6 de Junio entreacute en Coacuterdoba donde no me detuve maacutes que lo preciso

El 9 por la tarde vi a lo lejos una inmensa mole rojiza que iluminaban los rayos del moribundo sol Ante miacute se extendiacutean hermosas llanadas de trigo como un campo de oro cuya reverberacioacuten amarilla ofendiacutea a los ojos Yo no habiacutea visto un cielo maacutes alegre ni un ambiente maacutes respirable y que maacutes embelesase los sentidos ni un crepuacutesculo maacutes delicioso La enorme torre que se destacaba a lo lejos sobre apretado caseriacuteo y entre otras mil torres pequentildeas iba creciendo a medida que yo me acercaba y pareciacutea venir a mi encuentro con gigantesco paso La torre era la Giralda y la ciudad Sevilla [176]

- XXII - iexclSevilla iexclDe queacute manera tan grata heriacutea mi imaginacioacuten este nombre iexclQueacute idealismo tan placentero despertaba en miacute No creo que nadie haya entrado en aquel pueblo con indiferencia y desde luego aseguro que el que entre en Sevilla como si entrara en Pinto es un bruto iexclEl Burlador D Pedro el Cruel Murillo Bastan estas tres figuras para poblar el inmenso recinto que es en todas sus partes teatro de la novela y el drama lienzo y marco de la pintura iexclY hasta las pinturas sagradas son alliacute voluptuosas Para que nada le falte hasta tiene a Manolito Gaacutezquez cuyas hipeacuterboles graciosas han dado la vuelta a Espantildea y parece que forman la base de la riqueza anecdoacutetica nacional

En Sevilla la noche y el diacutea se disputan a cuaacutel es maacutes bello pero cuando llega el rigor del verano vence irremisiblemente la noche asumiendo todos los encantos de la naturaleza y de la poesiacutea Para ella son los delicados aromas de jazmines y rosas para ella el picante [177] rumor de las conversaciones amorosas para ella la dulce tibieza de un ambiente que recrea y enamora las quejumbrosas guitarras que expresan todo aquello a que no pueden alcanzar las lenguas Cuando yo llegueacute se dejaba sentir bastante el calor sin ser insoportable pero las noches eran deliciosas un paraiacuteso en el cual no se echaba de menos el sol

Me alojeacute en una hermosa posada de la calle de Geacutenova y desde la noche de mi llegada vi a muchos diputados que moraban alliacute y a otros que iban a visitarles Aquello

era un hervidero de gente habladora una olla puesta al fuego Sus agitadas disputas sus gestos sus furores indicaban la gravedad de la situacioacuten

Viviacutean conmigo Arguumlelles Canga Arguumlelles Salvato Floacuterez Calderoacuten el canoacutenigo Villanueva y D Cayetano Valdeacutes el almirante Iban a visitar a estos Galiano Istuacuteriz Beltraacuten de Lis D Aacutengel de Saavedra despueacutes duque de Rivas y otros Con algunos de ellos teniacutea yo amistad Oyeacutendoles supe que se habiacutea descubierto una conspiracioacuten tramada por cierto general ingleacutes llamado Downie el mismo que habiacutea organizado una partida de combatientes en la guerra de la Independencia La conspiracioacuten debioacute de ser muy inocente como todas las modas de aquel tiempo y todo en ella fue de [178] sainete hasta el descubrimiento hecho por un cirujano

Tan soacutelo descanseacute en la noche de mi llegada y el diacutea siguiente que era el 10 de Junio di principio a mis investigaciones saliendo a hacer algunas visitas Al pasar por las calles maacutes principales experimentaba profunda emocioacuten creyendo ver semblantes conocidos Yo no seacute queacute habiacutea en aquella fisonomiacutea de la multitud para turbarme tanto pero esto pasa cuando lo que amamos se pierde en las oleadas del gentiacuteo al cual presta su rostro y su persona toda

Aprovechando bien el diacutea pude ver a muchas personas y dar con alguna que me indicoacute el domicilio de los marqueses de Falfaacuten Este era el principal objeto de mis impacientes ansias Pero en aquel diacutea 10 de Junio precursor de una de las fechas maacutes ceacutelebres de nuestra historia nadie hablaba de otra cosa que de poliacutetica de la resistencia del Rey a trasladarse a Caacutediz y del empentildeo de los Ministros en llevaacuterselo de grado o por fuerza Advertiacute entonces que no era Sevilla poblacioacuten muy liberal y que en la contienda entablada la mayoriacutea de los paisanos de Manolito Gaacutezquez se poniacutean de parte del Rey Por un fenoacutemeno extrantildeo la aristocracia apareciacutea maacutes enemiga [179] del absolutismo que el pueblo pero esto no me causaba sorpresa por haber observado el mismo contrasentido en Madrid

No pudiendo refrenar mi impaciencia aquella misma noche fui a casa del marqueacutes de Falfaacuten Las visitas de noche son sumamente agradables en verano y en aquel paiacutes contribuyendo a ello los frescos patios trocados en salones de tertulia Nadie puede sin haber visto estos agradables recintos formar idea de ellos y del hermoso conjunto que presentan las plantas la fuente de maacutermol con su murmurante surtidor los espejos los cuadros al mismo tiempo iluminados por las bujiacuteas y por el rayo de luna que penetra burlando el toldo la dulce chaacutechara de las conversaciones maacutes dulce a causa del gracioso ceceo beacutetico y por uacuteltimo las lindas andaluzas que alegrariacutean un cementerio cuanto maacutes un patio de Sevilla

Habiacutea pocas personas en casa de Falfaacuten Encontreacute a la Marquesa muy desmejorada y triste en gran manera lo cual no seacute si me causoacute pena o alegriacutea Creo que ambas cosas a la vez Yo justifiqueacute mi viaje a Sevilla suponiendo asuntos de intereses y no me atreviacute a preguntar por eacutel ni siquiera a nombrarle para que mi afectada indiferencia alejara todo recelo Teniacutea esperanza de verle entrar en el patio [180] cuando menos lo pensase y me preparaba para no turbarme en el momento de su aparicioacuten Cualquier ruido de la puerta me haciacutea temblar daacutendome los escalofriacuteos propios de la pasioacuten en acecho

Sin que me esteacute mal el decirlo y poniendo la verdad por delante de todo aun de la modestia yo estaba guapiacutesima aquella noche vestida al estilo de Pariacutes con una

elegancia superior a cuanto veiacutean mis ojos Harto me lo probaban los de los caballeros alliacute presentes que no se apartaban de miacute causando envidia a todas Como los andaluces no son cortos de genio aquella noche recibiacute galanteriacuteas y donaires para el antildeo entero

Mi afaacuten consistiacutea en sacar alguna luz alguacuten dato alguna noticia de mi conversacioacuten con la marquesa de Falfaacuten pero fuese discrecioacuten suma o ignorancia de la hermosa dama ello es que nada dejoacute comprender Hablaba lo menos posible y con sus miradas lo mismo que con el sentido de sus palabras soacutelo una cosa me deciacutea claramente es a saber que me aborreciacutea de todo corazoacuten Yo maestra consumada disimulaba mejor que ella

El marqueacutes de Falfaacuten de los Godos hablaacutendome de poliacutetica me distrajo de esta batalla que yo daba a la taciturna reserva de [181] Andrea Las aficiones que yo habiacutea mostrado en Madrid a las cosas puacuteblicas me perdieron entonces porque el buen sentildeor me atacoacute con verdadera ferocidad de charlatanismo deseando saber mi opinioacuten sobre sucesos y personas Mi fastidioso interlocutor era liberal templado partidario de un justo medio muy justamente mediano y de las dos Caacutemaras y del veto absoluto Habiacutea tenido sus repulgos de masoacuten repetiacutea los dichos de Martiacutenez de la Rosa y era bastante volteriano en asuntos religiosos Defendiacutea al clero como fuerza poliacutetica pero se burlaba de los curas del Papa y aun del dogma mismo sin que esto fuera obstaacuteculo para creer en la conveniencia de que hubiese muchos cleacuterigos muchos obispos muchiacutesimas misas y hasta Inquisicioacuten En suma las ideas del Marqueacutes eran el capullo de donde corriendo diacuteas salioacute la mariposa del partido moderado

Decir cuaacutento me mareoacute aquella noche fuera imposible Tuve que saber cosas que a la verdad me interesaban poco por ejemplo que Calatrava a la sazoacuten presidente del Ministerio no era hombre apropiado a las circunstancias que los masones primitivos o descalzos estaban en gran pugna con los secundarios o calzados y ambos con los comuneros y carbonarios [182] que los partidarios de San Miguel trabajaban por echarlo todo a perder maacutes de lo que estaba y que cuando ocurrioacute el cambio de Ministerio que habiacutea llevado al poder a los amigos de Calatrava se habiacutean visto cosas muy feas Exaltaacutendose a medida que entraba en materia me dijo que eacutel (el marqueacutes de Falfaacuten de los Godos) habriacutea sido ministro si hubiera querido cuando se negoacute a serlo Flores Estrada pero que no quiso meterse en danzas que eacutel (el propio Marqueacutes) habiacutea previsto los terribles sucesos que ya estaban cerca y que la ruina del pobre sistema era ya inminente y segura Apoyaacutebanle en esto todos los presentes mientras yo me aburriacutea a mis anchas oyeacutendole Era para morir

Habiendo dicho uno de los tertulios que Su Majestad se negariacutea resueltamente a salir de Sevilla el Marqueacutes habloacute asiacute

-Pues el Gobierno insiste en llevaacuterselo a Caacutediz iexclqueacute tonteriacutea y como el Rey insiste en no ir el Gobierno piensa declararle loco iexclLoco Su Majestad sentildeores el hombre maacutes cuerdo de toda Espantildea el uacutenico espantildeol que sabe a doacutende va y por doacutende ha de ir

Luego dirigieacutendose a miacute y como quien habla en secreto me dijo que Calatrava era un hombre atolondrado Yandiola Ministro de [183] Hacienda una nulidad y el de la Guerra Saacutenchez Salvador un insensato

Yo estaba nerviosa a maacutes no poder Las palabras se me veniacutean a la boca para contestarle de este modo

-iquestY a miacute queacute me cuenta usted de todo eso sentildeor Marqueacutes iquestQueacute me importa a miacute que Calatrava sea un majadero Yandiola y Saacutenchez Salvador dos majaderos y usted maacutes majadero que todos ellos

Pero con no poco trabajo me conteniacutea Obligada a decir algo a causa de mi piacutecara reputacioacuten me complaciacutea en contradecirle de modo que todo lo que para eacutel era blanco yo lo veiacutea negro A cuantos el Marqueacutes denigroacute yo les supuse talentos desmedidos En lo relativo a declarar loco a Su Majestad dije que me pareciacutea el acto maacutes cuerdo y acertado del mundo

-Pero sentildeora -me dijo el Marqueacutes- esto equivale a destronar a Su Majestad porque si le declaran incapacitado para reinar

-Justamente sentildeor Marqueacutes -repuse- Le destronan y luego le vuelven a entronizar le quitan y le ponen seguacuten conviene a las circunstancias iquestHay cosa maacutes natural iquestEl Rey no abre y cierra las Cortes Pues las Cortes abren o cierran al Rey cuando les acomoda

Tomaron a risa como lo mereciacutean mis observaciones [184] pero no por verme tan inclinada a las burlas cejoacute Falfaacuten en su fastidioso disertar

Entonces entroacute el priacutencipe de Anglona personaje distinguido de la fraccioacuten de Martiacutenez de la Rosa y el duque del Parque cuya vista me causoacute grande alegriacutea El Priacutencipe dijo que al diacutea siguiente habriacutea sesioacuten muy interesante para discutir lo que debiera hacerse en virtud de la negativa del Rey a salir de Sevilla Yo le pediacute una papeleta de tribuna al duque del Parque y ofrecioacute mandaacutermela Anglona se brindoacute a llevarme a Palacio Formando mi plan para el diacutea siguiente determineacute ver a Su Majestad y asistir a la sesioacuten de las Cortes encendiendo de este modo una vela a San Miguel y otra al diablo

El duque del Parque cuando no podiacutean oiacuterlo los demaacutes me dijo con malignidad

-Mi secretario a quien usted conoce le llevaraacute mantildeana la papeleta para la galeriacutea reservada de las Cortes

Al oiacuter esto parece que se abrieron delante de miacute los cielos Mi alma se llenoacute de alegriacutea que a no ser por el gran disimulo que echeacute sobre ella como se echa hipocresiacutea sobre un pecado hubiera sido advertida por la concurrencia Desde aquel momento todo se transformoacute a [185] mis ojos Cuanto dijo el marqueacutes de Falfaacuten de los Godos lo encontreacute discreto y agudo y sus majaderiacuteas me parecieron prodigios de ingenio y perspicacia poliacutetica A todo le contesteacute desplegando verbosidad abundante como en mis mejores tiempos de Madrid emitiendo juicios picarescos y sentenciosos juzgando a los personajes con graciosa malevolencia y retrataacutendoles con breves rasgos de caricatura Desde aquel momento tuve lo que me habiacutea faltado en toda la noche ingenio Respondiacute a las galanteriacuteas supe marear a maacutes de cuatro mortifiqueacute a la Marquesa alegreacute la reunioacuten Al retirarme no dejaba maacutes que tristezas y presentimientos detraacutes de miacute Yo me llevaba todas las alegriacuteas

- XXIII - Desde muy temprano me levanteacute pues poco dormiacute aquella noche Las noches de Sevilla no parece que son como las de otras partes para dormir Son para sontildear en vela Le aguardaba con tanta impaciencia que a cada instante saliacutea al balcoacuten esperando verle entre [186] la multitud que pasaba por la calle de Geacutenova De repente me anunciaron una visita Creiacute verle entrar saliacute corriendo pero mi corazoacuten dio un vuelco quedaacutendose friacuteo y quieto cual si hubiera tropezado en una pared Teniacutea delante al priacutencipe de Anglona un sentildeor muy bueno un caballero muy simpaacutetico muy atento pero cuya presencia me contrariaba extraordinariamente en aquel instante

Veniacutea para llevarme al Alcaacutezar

-Su Majestad -me dijo- recibe ahora muy temprano Anoche le manifesteacute que estaba usted aquiacute y me rogoacute que la llevase a su presencia hoy mismo

Yo quise hacer objeciones pretextando la inusitada hora pues no habiacutean dado las once pero nada me valioacute Eacuterame imposible resistir a aquella majaderiacutea insoportable que revestiacutea las formas de la maacutes delicada atencioacuten Tampoco podiacutea defenderme con dolor de cabeza vapores u otros recursos que tenemos para tales trances Humilleacute la frente como viacutectima expiatoria de las conveniencias sociales y despueacutes de arreglarme me dispuse a aceptar un puesto en la carroza del Priacutencipe no sin dejar antes a mi criada instrucciones muy prolijas para que detuviera hasta mi vuelta al que forzosamente habiacutea de venir Partiacute resuelta a hacer a Su Majestad [187] visita de meacutedico En aquella ocasioacuten deploreacute por primera vez que existieran Reyes en el mundo

Poca es la distancia que hay de la calle de Geacutenova al Alcaacutezar Antes de las doce estaba yo en la Caacutemara de Su Majestad y saliacutea gozoso a saludarme el descendiente de cien Reyes pegado a su regia nariz No pareciacutea nada contento pero mostroacute mucho placer en verme daacutendome a besar su mano y rogaacutendome que me sentase a su lado Tanta bondad que a cualquiera habriacutea ensoberbecido a miacute me hizo muy poca gracia y menos cuando con sus preguntas daba a entender que la visita seriacutea larga

Fernando quiso saber por miacute algunas particularidades de la entrada de los franceses en Madrid de la defeccioacuten de La Bisbal en Somosierra y de la derrota de Plasencia en Despentildeaperros Yo contesteacute a todo cuidando de la brevedad maacutes que de otra cosa y fingieacutendome ignorante de varios hechos que sabiacutea perfectamente pero ninguna de estas estratagemas me valiacutea porque Fernando VII que en el preguntar habiacutea sido siempre absoluto no se hartaba de oiacuter contar cada paso del ejeacutercito franceacutes y como ademaacutes de mis palabras le recreaba bastante como he dicho en otra ocasioacuten la boca que las deciacutea de aquiacute que no llevara [188] camino de saciar en muchas horas la curiosidad de su entendimiento y la concupiscencia de sus voraces ojos

-iexclAy iexclqueacute felices son las repuacuteblicas -penseacute- Al menos en ellas no hay Reyes pesados y preguntones que quieran saber noticias de la guerra a costa de la felicidad de sus suacutebditos

Yo le miraba haciendo esfuerzos heroicos para disimular mi descontento Al responderle deciacutea en mi interior

-Me alegrariacutea de que te encerraran en una jaula como loco rematado

Eacutel entonces sin indicios de conocer mi cansancio hablome asiacute con cierto tono de confianza

-Se empentildean en que me han de llevar a Caacutediz y yo me empentildeo en no salir de Sevilla Veremos si se atreven a llevarme a la fuerza o si yo cedo al fin

-No se atreveraacuten sentildeor

-Ellos saben -continuoacute- que en Caacutediz hay una terrible epidemia pero eso no les importa iexclA Caacutediz de cabeza iquestNada importa sentildeores diputados que yo y toda la real familia nos expongamos a perecer Veremos lo que decide el Consejo

-Decidiraacute lo maacutes conveniente [189]

-Yo les digo a esos sentildeores iquestCreen ustedes posible resistir a los franceses No Pues si al fin se ha de capitular iquestno es mejor hacerlo en Sevilla

-Admirable raciocinio sentildeor

-Nada a Caacutediz a Caacutediz y entretanto ni coches para el viaje ni recursos

Pareciacutea mortificado por dos o tres ideas fijas que agitadamente se sucediacutean en su mente y se enlazaban formando esa dolorosa serie de vibrantes ciacuterculos cerebrales que si no producen la locura la imitan Me fue preciso en vista de tanta pesadez fingirme enferma y pedirle permiso para retirarme Eacutel entonces iexcloh fiero y descomunal tirano se empentildeoacute en que me quedase en el Alcaacutezar donde se me preparariacutea habitacioacuten conveniente

-Te comprendo deacutespota -dije para miacute sofocando mi coacutelera

No habiacutea maacutes remedio que ser hurantildea y descorteacutes rehusando los obsequios y tapando mis oiacutedos a preguntillas que empezaban a dejar de ser poliacuteticas Al retirarme Su Majestad me dijo

-No saldreacute de Sevilla no saldreacute Veremos si se atreven

-No se atreveraacuten sentildeor -le respondiacute- Vuestra Majestad podraacute con una firme voluntad [190] desbaratar las maquinaciones de los peacuterfidos

Estas vulgaridades palaciegas le agradaban Le dejeacute entregado a sus febriles inquietudes y corriacute a calmar las miacuteas Por el camino iba contando el tiempo transcurrido que me pareciacutea largo como todo lo que precede a la felicidad que se espera Llegueacute a mi casa subiacute precipitadamente creyendo que eacutel saldriacutea a recibirme con los brazos abiertos pero en mis habitaciones halleacute un silencio y un vaciacuteo tristiacutesimos No estaba Mi primer impulso fue de ira contra eacutel por la audacia inaudita por la infame

crueldad de no estar alliacute pero luego tornaacuteronse contra el Rey mis furores cuando Mariana mi fiel criada me dijo que el caballero se habiacutea cansado de esperar

-iquestLuego ha estado aquiacute

-Siacute sentildeora ha estado maacutes de hora y media No hariacutea diez minutos que usted habiacutea salido cuando entroacute

-iquestY no dijo que volveriacutea

-No dijo nada maacutes sino que teniacutea que ir a las Cortes

-Yo tambieacuten tengo que ir a las Cortes -dije sintieacutendome como una maacutequina loca que mueve a la vez con precipitada carrera todas sus ruedas- Vamos viacutestete Mariana que no quiero perder esa gran sesioacuten [191]

Por no ir sola yo llevaba siempre conmigo a mi leal criada vestida de sentildeora imitando en esto la usanza francesa de las sentildeoritas de compantildeiacutea Esto era sumamente coacutemodo para miacute porque me libraba de la necesidad de admitir en muchos casos la compantildeiacutea de hombres importunos o antipaacuteticos En poco tiempo haciendo yo de sirviente y Mariana de sentildeora quedoacute vestida no tan bien que se desconociese su inferioridad con respecto a miacute pero con suficiente elegancia para poder ir al lado miacuteo Muchos la creiacutean hermana soltera o parienta pobre

- XXIV - Fuimos a las Cortes que estaban en San Hermenegildo en la calle de La Palma frente a San Miguel Difiacutecil hallamos la entrada a causa de la mucha gente que llenaba la calle agolpaacutendose en las puertas del edificio como las apintildeadas lapas en la roca Mujeres menos resueltas que nosotras habriacutean vuelto la espalda pero Mariana y yo sabiacuteamos romper las cortezas del vulgo y al fin nos abrimos paso y entrando [192] con desenfado y pie ligero subimos a la galeriacutea Desde antes de entrar en ella oiacutemos la voz de un orador que resonaba en medio del maacutes imponente silencio

Mucho hubimos de bregar para encontrar asiento pero al fin pidiendo mil veces perdoacuten y oyendo murmullos de descontento a un lado y otro logramos acomodarnos Mi primer cuidado no fue atender a lo que aquel gran orador deciacutea cosas sin duda altamente dignas de aplauso mi primer cuidado fue registrar con los ojos toda la galeriacutea reservada por ver si estaba alliacute quien me cautivaba maacutes que los discursos Pero ni a derecha ni a izquierda ni delante ni detraacutes le vi con lo cual la gran pieza oratoria que se estaba pronunciando empezoacute a serme muy fastidiosa

-iquestQuieacuten habla -pregunteacute a una sentildeora vieja que estaba junto a miacute

-Alcalaacute Galiano el gran orador -repuso en tono de extrantildeeza por mi ignorancia

-iquestY de queacute habla -pregunteacute sin temor de que la sentildeora vieja me creyera cerril

-iquestDe queacute ha de hablar Del suceso del diacutea

La sentildeora volvioacute el rostro hacia el saloacuten demostrando maacutes intereacutes por el discurso que por mis preguntas Yo no quise molestar maacutes y trateacute de atender tambieacuten El orador hablaba [193] de la patria del inminente peligro de la patria y de la salvacioacuten de la patria y de la gloria de la patria Es el gran tema de todos los oradores incluso los buenos No he conocido a ninguacuten poliacutetico que no estropeara la palabra patriotismo hasta dejarla inservible y en esto se me parecen a los malos poetas que al nombrar constantemente en sus versos la inspiracioacuten la lira el estro la musa ardiente la fantasiacutea hablan de lo que no conocen

Alcalaacute Galiano era tan feo y tan elocuente como Mirabeau Su figura bien poco acadeacutemica y su cara no semejante a la de Antinoo se embelleciacutean con la virtud de un talismaacuten prodigioso la palabra Le pasaba lo contrario que a muchas personas de admirable hermosura las cuales se vuelven feas desde que abren la boca Aquel diacutea el joven diputado andaluz habiacutea tomado por su cuenta el llevar adelante la hazantildea maacutes revolucionaria que registran nuestros anales

Los espantildeoles sentiacutean la comezoacuten de destronar algo y el afaacuten de probar la embriaguez revolucionaria que sin duda embelesa a los pueblos de Occidente como a los chinos el opio y dijeron laquohagamos temblar a los Reyes pues que ha llegado la hora de que los reyes tiemblen delante del puebloraquo Mas era aquiacute la [194] gente demasiado bondadosa para una calaverada sangrienta En otra parte al ver al Rey sistemaacuteticamente contrario a la Representacioacuten nacional le hubieran cortado la cabeza aquiacute le privaron del uso de la razoacuten temporalmente diciendo laquoSentildeor vuestro deseo de esperar aquiacute a los franceses nos prueba que estaacuteis loco Con arreglo a la Constitucioacuten declaramos que sois digno de un manicomio y de perder la autoridad real Vaacutemonos a Caacutediz y cuando estemos alliacute os adornaremos de nuevo con vuestra cabal razoacuten y seguiremos partiendo un confite como hasta aquiacuteraquo

Admirable recurso habriacutea sido este a mi parecer desde el punto de vista liberal teniendo un gran ejeacutercito para reforzar el argumento en los campos de batalla Sin fuerza aquel hecho probaba que los diputados estaban maacutes locos que el Rey y asiacute se lo dije a Falfaacuten de los Godos Con esto se comprende que el Marqueacutes habiacutea entrado en la galeriacutea colocaacutendose detraacutes de miacute Eacutel poniacutea mucha maacutes atencioacuten que yo al discurso y aun a los rumores que sonaban arriba y abajo

-Han llenado de gentuza la tribuna puacuteblica -me dijo en voz baja- para que aplauda las atrocidades que habla ese hombre

No seacute si era o no gente pagada pero es lo [195] cierto que a cada paacuterrafo coruscante terminado en la salvacioacuten de la patria o en el afrentoso yugo de esta Nacioacuten heroica la galeriacutea puacuteblica mugiacutea como una tempestad cercana iexclQueacute rugidos queacute gestos de baacuterbaro entusiasmo queacute manera de apostrofar Algunas sentildeoras tuvieron miedo y se retiraron lo cual me agradoacute en extremo porque la tribuna se quedoacute muy holgada

-iquestPiensa usted seguir hasta el fin -me dijo el marqueacutes de Falfaacuten endulzando su mirada hasta un extremo empalagoso

-Estareacute alguacuten tiempo maacutes -le dije- No me he cansado todaviacutea

Y miraba a diestra y siniestra esperando verle y no vieacutendole nunca Los que me conocen comprenderaacuten mi aburrimiento y pena No hay tormento peor que tener ocupada la mente por una idea fija que no puede ser desechada Es una espina clavada en el cerebro una acerada punta que hiere y que sin embargo no se puede ni se quiere arrancar Yo procuraba distraerme de aquel a manera de dolor agudiacutesimo charlando con Falfaacuten pero no conseguiacute nada La locura del Rey declarada por una votacioacuten que iba a verificarse la exaltacioacuten revolucionaria de los diputados la elocuencia fascinadora de Galiano no bastaban a dar otra direccioacuten a las fuerzas de mi espiacuteritu [196]

-iquestY usted queacute cree -me preguntoacute el Marqueacutes

-Yo no creo nada -respondiacute con el mayor hastiacuteo- Si he de hablar con franqueza nada de esto me importa gran cosa

-iexclQue declaren loco a Su Majestad

-Lo mismo que si lo declararan cuerdo Yo soy asiacute Parece que se cansan -antildeadiacute reparando que se suspendiacutean los discursos

-Es que ahora va una comisioacuten de las Cortes al Alcaacutezar a intimar al Rey Si no se resigna a salir

-iquestHabraacute maacutes discursos

-Las Cortes estaacuten en sesioacuten permanente Despueacutes vendraacute lo maacutes interesante lo maacutes dramaacutetico yo no pienso moverme de aquiacute

-Su Majestad ha de responder que no sale de Sevilla Me lo ha dicho esta mantildeana y aunque no tengo gran fe en su palabra parece que por esta vez va a cumplir lo que dice

-Lo mismo creo sentildeora En ese caso las Cortes despueacutes de este respiro que ahora se dan estaacuten dispuestas a poner en ejecucioacuten el artiacuteculo 187 de la Constitucioacuten

-iquestY queacute dice ese artiacuteculo

En el momento de formular esta pregunta me estremeciacute toda y me pasoacute por delante de [197] los ojos una claridad relampagueante Le vi habiacutea entrado en la tribuna inmediata y volviacutea sus ojos en todas direcciones como buscaacutendome Desde aquel instante las palabras del Marqueacutes no fueron para miacute sino un zumbido de moscardoacuten Por fin sus ojos se encontraron con los miacuteos

-iexclGracias a Dios -le dije empleando tan soacutelo el lenguaje de las pupilas

El Marqueacutes seguiacutea hablando Para que no descubriese mi turbacioacuten ni se enojase al verme tan distraiacuteda le pregunteacute de nuevo

-iquestY queacute dice ese artiacuteculo

-Si se lo he explicado a usted -repuso- Sin duda no me presta atencioacuten Es usted muy distraiacuteda

-iexclAh siacute estaba pensando en ese pobre Fernando

-El mejor procedimiento a mi modo de ver -manifestoacute Falfaacuten de los Godos gravemente- seriacutea

-iexclQue le cortaran la cabeza -indiqueacute mostraacutendome sin cuidarme de ello tan revolucionaria como Robespierre

-iexclQueacute cosas tiene usted -exclamoacute el Marqueacutes riendo

Y siguioacute hablaacutendome hablaacutendome es decir zumbando como un abejorro Pasados diez [198] minutos creiacute conveniente dirigirle otra vez la palabra y repetiacute mi preguntilla

-iquestY queacute dice ese artiacuteculo

-Por tercera vez se lo direacute a usted

Entonces me fue forzoso dedicarle un pedacito de atencioacuten

-El artiacuteculo 187 dice poco maacutes o menos que cuando se considere a Su Majestad imposibilitado moralmente para ejercer las funciones del poder ejecutivo se nombre una Regencia

-iquestCoacutemo la de Urgel

-Una Regencia constitucional sentildeora que desempentildee aquellas funciones

-iexclOh sentildeor Marqueacutes en todo soy de la misma opinioacuten de usted -exclameacute con artificiosa admiracioacuten- En pocos hombres he visto un juicio tan claro para hacerse cargo de los sucesos

Mireacute a Salvador Pareciome que con los expresivos ojos me deciacutea laquoSalgamosraquo Y al mismo tiempo saliacutea

-Yo me retiro sentildeor Marqueacutes -dije de improviso levantaacutendome

-Sentildeora iexclse marcha usted en el momento criacutetico -exclamoacute con asombro y pena- Se van a reanudar estas interesantes discusiones iexclQueacute discursos vamos a oiacuter

-Estoy fatigada Hace mucho calor [199]

-Sin embargo

Mientras en el saloacuten resonaba un rumor sordo como el anuncio de furibunda tempestad parlamentaria Mariana y yo nos dispusimos a salir pero en el mismo instante iexcloh contrariedad imprevista multitud de caballeros y sentildeoras entraron en la tribuna Eran los que habiacutean salido durante el periacuteodo de descanso que regresaban a sus

puestos para disfrutar de la parte dramaacutetica de la sesioacuten Ademaacutes numeroso gentiacuteo recieacuten venido se apintildeaba en la puerta No era posible salir

-Sentildeora -me dijo el Marqueacutes- ya ve usted que no es faacutecil la salida No pierda usted su asiento Esto acabaraacute pronto

No tuve maacutes remedio que quedarme Caiacute en mi asiento como un reo en su banquillo de muerte Lo que principalmente me apenaba era que entre la multitud habiacutea desaparecido el que bastaba a alegrar o entristecer mi situacioacuten En la muralla de rostros humanos aacutevidos de curiosidad no estaba su rostro ni otro ninguno que se le pareciese

-Sin duda me aguarda fuera -penseacute- iexclQueacute desesperacioacuten iexclCuaacutendo acabaraacute esta farsa [200]

- XXV - -La comisioacuten que fue con el mensaje a Palacio -dijo el Marqueacutes alargando su rostro para abarcar con una mirada todo el saloacuten- ha vuelto y va a manifestar la respuesta de Su Majestad

-Que le maten de una vez -indiqueacute en voz baja- iquestDice usted sentildeor Marqueacutes que esto acabaraacute pronto

-Quizaacutes no Me parece que tendremos para un rato Cosas tan graves no se despachan en un credo

Penseacute que se me caiacutea el cielo encima El profundo silencio que reinoacute durante un rato en aquel recinto obligome a atender brevemente a lo que abajo pasaba Un diputado en quien reconociacute al almirante Valdeacutes tomoacute la palabra

Pudimos oiacuter claramente las palabras del marino al decir laquoManifesteacute a Su Majestad que su conciencia quedaba salva pues aunque como hombre podiacutea errar como Rey constitucional no teniacutea responsabilidad alguna que escuchase la voz de sus consejeros y de los representantes [201] del pueblo a quienes incumbiacutea la salvacioacuten de la patria Su Majestad respondioacute He dicho y volvioacute la espalda

Cuando estas uacuteltimas palabras resonaron en el saloacuten un rumor de olas agitadas se oyoacute en las tribunas olas de patrioacutetico frenesiacute que fueron encrespaacutendose y mugiendo poco a poco hasta llegar a un estruendo intolerable

-Todos esos que gritan estaacuten pagados -me dijo el Marqueacutes

Entonces mireacute hacia atraacutes pues no podiacutea vencer el haacutebito adquirido de explorar a cada instante la muchedumbre y le vi Estaba en la postrera fila apenas se distinguiacutea su rostro

-iexclAh -exclameacute para miacute con gozo- iexclNo me has abandonado Gracias querido amigo

Advertiacute que desde el apartado sitio donde se encontraba atendiacutea a la sesioacuten con toda su alma Mi pensamiento debiacutea de estar donde estaba el suyo y atendiacute tambieacuten Segura de tenerle cerca segura de que fiel y carintildeoso me aguardaba pude tranquilamente fijar mi espiacuteritu en aquella turbulenta parte de la sesioacuten y en el orador que hablaba Era otra vez Galiano Su discurso que en otra ocasioacuten me hubiera fastidiado entonces me parecioacute elocuente y arrebatador

iexclQueacute modo de hablar queacute elegancia de frase [202] queacute fuerza de pensamiento y de estilo queacute ademaacuten tan vigoroso queacute voz tan conmovedora Siendo mis ideas tan contrarias a las suyas entonces no pude resistir al deseo de aplaudirle enojando mucho al Marqueacutes con mi llamarada de entusiasmo

-iexclOh sentildeor Marqueacutes -le dije- iexclQueacute laacutestima que este hombre no hable mal iexclCuaacutento creceriacutea el prestigio del realismo si sus enemigos carecieran de talento

Los argumentos del orador eran incontestables dentro de la situacioacuten y del artiacuteculo 187 que intentaban aplicar laquoNo queriendo Su Majestad deciacutea ponerse en salvo y pareciendo a primera vista que Su Majestad quiere ser presa de los enemigos de la patria Su Majestad no puede estar en el pleno uso de su razoacuten Es preciso pues considerarle en un estado de delirio momentaacuteneo en una especie de letargo pasajero

Estas palabras compendiaban todo el plan de las Cortes Un Rey constitucional que quiere entregarse al extranjero estaacute forzosamente loco La Nacioacuten lo declara asiacute y se pasa sin Rey durante el tiempo que necesita para obrar con libertad iexclSingular decapitacioacuten aquella Hay distintas maneras de cortar la cabeza y es forzoso confesar que la adoptada [203] por los liberales espantildeoles tiene cierta grandeza moral y filosoacutefica digna de admiracioacuten laquoAntes que arrancar de los hombros una cabeza que no se puede volver a poner en ellos dijeron arranqueacutemosle el juicio y tomaacutendonos la autoridad real la persona juriacutedica podremos devolverlas cuando nos hagan faltaraquo

Yo miraba a cada rato a mi adorado amigo y con los ojos le deciacutea

-iquestQueacute piensas tuacute de estos enredos Luego hablaremos y se ajustaraacuten las cuentas caballerito

No duroacute mucho el discurso de Galiano porque aquello era como lo muy bueno corto y habiacutean llegado los momentos en que la economiacutea de palabras era una gran necesidad Cuando concluyoacute las tribunas prorrumpieron en locos aplausos Entre las palmadas semejantes por su horrible chasquido a una lluvia de piedras se oiacutean estas voces laquoiexclA nombrar la Regencia iexclA nombrar la Regenciaraquo

-Sentildeora -me dijo el Marqueacutes horrorizado- estamos en la Convencioacuten francesa Oiga usted esos gritos salvajes esa coaccioacuten bestial de la gente de las galeriacuteas

-Van a nombrar la Regencia

-Antes votaraacuten la proposicioacuten de Galiano iexclAtentado sacriacutelego sentildeora Me parece que asisto [204] a la votacioacuten de la muerte de Luis XVI

-iexclQueacute exageracioacuten

-Sentildeora -antildeadioacute con solemne acento- Estamos presenciando un regicidio

Yo me echeacute a reiacuter Falfaacuten enfurecieacutendose por el regicidio que se perpetraba a sus ojos e increpando en voz baja a la plebe de las galeriacuteas era soberanamente ridiacuteculo

-Lo que maacutes me indigna -exclamoacute paacutelido de ira- es que no dejen hablar a los que opinan que Su Majestad no debe ser destronado

En efecto con los gritos de iexclfuera iexclque se calle iexcla votar ahogaban la voz de los pocos que abrazaron la causa del Rey La Presidencia y la mayoriacutea interesadas en que las tribunas gritasen no poniacutean veto a las demostraciones Veiacutease al alborotado puacuteblico agitando sus cien cabezas y vociferando con sus cien bocas En la primera fila los brazos gesticulaban sentildealando o amenazando o golpeaban el antepecho con las baacuterbaras manos que maacutes bien pareciacutean patas Muchas sentildeoras de la tribuna reservada se acobardaron y diose principio al solemne acto de los desmayos Esto fue circunstancia feliz porque la tribuna empezoacute a despejarse un poco haciendo menos difiacutecil la salida

-Sentildeor Marqueacutes -dije tomando la resolucioacuten [205] de marcharme- Me parece que es bastante ya

-iquestSe va usted Si falta lo mejor sentildeora

-Para miacute lo mejor estaacute fuera Aquiacute no se respira Adioacutes

-Que van a votar Que vamos a ver quieacutenes son los que se atreven a sancionar con su nombre este horrible atentado

-Ahiacute tiene usted una cosa que a miacute no me importa mucho iquestQueacute quiere usted yo soy asiacute Dormireacute muy bien esta noche sin saber los nombres de los que dicen siacute

-Pues yo no me voy sin saberlo Quiero ver hasta lo uacuteltimo quiero ver remachar los clavos con que la Monarquiacutea acaba de ser crucificada

-Pues que le aproveche a usted sentildeor Marqueacutes Veo que ya se puede salir Adioacutes tantas cosas a la Marquesa Ya sabe que la quiero

No hice muy larga la despedida por temor a que tuviese la deplorable ocurrencia de acompantildearme Saliacute iexclAy aquella libertad me supo a gloria iexclCon queacute placentero desahogo respiraba Al fin iba a satisfacer mi deseo la sed de mis ojos y de mi alma que ha tiempo no viviacutean sino a medias Desde que saliacute a los pasillos le vi allaacute lejos esperaacutendome Hiacutezome una [206] sentildea y ambos procuramos acercarnos el uno al otro cortando el apretado gentiacuteo que saliacutea Pero cuando estaba a seis pasos de eacutel sentiacute detraacutes de miacute la aacutespera voz de Falfaacuten la cual me hizo el efecto de un latigazo Volvime y vi su sonrisa y sus engomados bigotes que yo creiacutea haber perdido de vista por muchos diacuteas

-Sentildeora no se me escape usted -me dijo ofrecieacutendome su brazo- He salido porque la votacioacuten no es nominal Esos piacutecaros han votado levantaacutendose de su asiento iexclqueacute

escaacutendalo iexclVotar asiacute un acuerdo tan grave iexclTienen verguumlenza y miedo ya se ve Tome usted mi brazo sentildeora

La importuna presencia del estafermo me dejoacute friacutea No tuve otro remedio que apoyar mi mano en su brazo y salir con eacutel Frente a nosotros vi a Salvador que me parecioacute no menos contrariado que yo

-Querido Monsalud -le dijo el Marqueacutes- iquestha visto usted la sesioacuten iexclGran escena de teatro Me parece que correraacute sangre

No recuerdo lo que ambos hablaron mientras bajamos a la calle Me daban ganas de desasirme del brazo del Marqueacutes y empujarle con todas mis fuerzas para que fuera rodando por la escalera abajo que era bastante pendiente [207] Pero me fue forzoso tener paciencia y esperar fiando en que el insoportable intruso nos dejariacutea solos al llegar a la calle iexclVana ilusioacuten Sin duda se habiacutean conjurado contra miacute todas las potencias infernales El marqueacutes de Falfaacuten empleando su relamido tono que a miacute me sonaba a esquiloacuten rajado me dijo

-Ahora diacutegnese usted aceptar mi coche y la llevareacute a su casa

-Si yo no voy a mi casa -repuse vivamente- Voy a visitar a una amiga o quizaacutes como ya es tarde y no hace calor daremos Mariana y yo un paseo

-Bien a donde quiera usted que vaya la acompantildeareacute -dijo el Marqueacutes con la inexorable resolucioacuten de un hado funesto- Y usted Salvador iquesta doacutende va

-Tengo que ver a un amigo junto a San Telmo

-Entonces no digo nada Si va usted en esa direccioacuten no puedo llevarle Y usted Jenara iquesta doacutende quiere que la lleve

-Mil gracias un milloacuten de gracias sentildeor Marqueacutes -repuse- El movimiento del coche me marea un poco Me duele la cabeza y necesito respirar libremente y hacer algo de ejercicio Mariana y yo nos iremos a dar una vuelta por la orilla del riacuteo [208]

Bien sabiacutea yo que el sentildeor Marqueacutes no gustaba de pasear a pie y que en aquellos diacuteas estaba medianamente gotoso Yo no queriacutea que de ninguacuten modo sospechase Falfaacuten que Salvador y yo necesitaacutebamos estar solos Al indicar yo que iriacutea a pasear por la orilla del riacuteo claramente deciacutea a mi amado -Ve allaacute y espeacuterame que voy corriendo luego que me sacuda este abejoacuten

Comprendieacutendome al instante por la costumbre que teniacutea de estudiar sus lecciones en el hermoso libro de mis ojos se despidioacute Bien claro leiacute yo tambieacuten en los suyos esta respuesta laquoAllaacute te espero no tardesraquo

Luego que nos quedamos solos el Marqueacutes reiteroacute sus ofrecimientos Pareciacutea que no rodaba en el mundo maacutes carruaje que el suyo seguacuten la oficiosidad con que lo poniacutea a mi disposicioacuten

-La tarde estaacute hermosa Deseo pasear un poco a pie repetiacute como quien ahuyenta una mosca

-Pues entonces -me contestoacute estrechaacutendome la mano- no quiero alejarme de aquiacute auacuten debe pasar algo importante A los pies de usted sentildeora

Al fin al fin me soltoacute aquel gavilaacuten de sus impiacuteas garras Mariana y yo nos dirigimos [209] apresuradamente a la margen del Guadalquivir

-iexclAhora si que no te me escapas amor -pensaba yo

- XXVI - Cuaacuten largo me parecioacute el camino Mariana y yo iacutebamos con maacutes prisa de la que a dos sentildeoras como nosotras conveniacutea Pero aun conociendo que pareciacuteamos gente de poco maacutes o menos cuando vi la Torre del Oro los palos de los barcos y los aacuterboles que adornan la orilla aviveacute maacutes el paso No faltaba gente en aquellos deliciosos sitios mas esto me importaba poco

-Vamos hacia San Telmo -dije a Mariana- Creo que es aquel edificio que se ve maacutes abajo entre los aacuterboles

-Aquel es

-Mira tuacute hacia la izquierda y yo mirareacute hacia adelante para que no se nos escape Dijo que me esperariacutea en San Telmo

-Ya le veo sentildeora Alliacute estaacute

Mariana le distinguioacute a regular distancia y [210] yo tambieacuten le vi Me aguardaba puntualmente

-iexclAh briboacuten ya eres miacuteo -penseacute deteniendo el paso segura al fin de que no se me escapariacutea

Eacutel miraba hacia la puerta de Jerez como si nos aguardara por alliacute Avanzamos Mariana y yo dando un pequentildeo rodeo para acercarnos a eacutel por detraacutes y sorprenderle sacudieacutendole el polvo de los hombros con nuestros abanicos Yo sonreiacutea

Distaacutebamos de eacutel unos diez pasos cuando sentiacute que me llamaban

-iexclJenara Jenara -oiacute detraacutes de miacute sin poder precisar en el primer instante a quieacuten perteneciacutea aquella horrible e importuna voz

Volvime y el coraje me clavoacute los pies en el suelo Era el marqueacutes de Falfaacuten de los Godos que veniacutea hacia miacute sonriendo y cojeando Tan confundida estaba que no le pude decir nada ni contestar a sus empalagosos cumplidos

-Vaya que ha corrido usted amiguita -me dijo- Yo acabo de llegar en coche Es que en el momento de separarnos se me ocurrioacute una cosa

-iquestQueacute cosa

-Padeciacute un gran olvido -dijo relamieacutendose- Dispeacutenseme usted Como usted dijo que veniacutea a pasear a este sitio [211]

-iquestY queacute iquestqueacute iquestqueacute

Seguacuten me dijo despueacutes Mariana yo echaba fuego por los ojos

-Que olvideacute ofrecerme a usted para una cosa que sin duda le seraacute muy agradable

-Sentildeor Marqueacutes usted se burla de miacute

-iexclBurlarme No hija miacutea al punto que nos separamos dije para miacute laquoiexclQueacute desatento he sidoraquo Puesto que va al riacuteo debiacute brindarme a acompantildearla para ver el vapor y mostrarle ese prodigio de la industria del hombre

-iexclUsted estaacute loco sin duda -afirmeacute ocultando todo lo posible mi despecho- iquestqueacute es eso del vapor No entiendo una palabra

-iexclEl vapor sentildeora Es lo que maacutes llama la atencioacuten de todo Sevilla en estos diacuteas

-iquestY queacute me importa -dije bruscamente siguiendo mi camino

-Dispeacutenseme usted si la he ofendido -antildeadioacute el Marqueacutes siguieacutendome- pero como veniacutea usted a pasear al riacuteo y como yo tengo entrada libre siempre que quiero en esa prodigiosa maacutequina creiacute que la complaceriacutea a usted apresuraacutendome a mostraacutersela

-iquestQueacute maacutequina es esa -le pregunteacute detenieacutendome

Al decir esto habiacutea perdido de vista al imaacuten de mi vida [212]

-Mire usted hacia allaacute junto a la Torre del Oro

Mireacute y en efecto vi un buque de forma extrantildea con una gran chimenea que arrojaba negro y espeso humo Sus palos eran pequentildeos y sobre el casco sobresaliacutea una armazoacuten bastante parecida a una balanza

-iquestQueacute es eso -pregunteacute al Marqueacutes

-El vapor una invencioacuten maravillosa sentildeora Esos ingleses son el Demonio Ya sabe usted que hay unas maacutequinas que llaman de vapor porque se mueven por medio de cierto humo blanquecino que va enredando de tubo en tubo

-Ya seacute

-Pues los ingleses han aplicado esta maacutequina a la navegacioacuten y ahiacute tiene usted un barco con ruedas que corre maacutes que el viento y contra el viento Esto cambiaraacute la faz del mundo Yo lo he predicho y no me equivocareacute

Mirando hacia la maacutequina prodigiosa vi a Salvador que se dirigiacutea hacia la Torre del Oro Veaacutemoslo de cerca sentildeor Marqueacutes -dije marchando hacia allaacute- Verdaderamente ese barco con ruedas es una maravilla

-Creo que ahora va a dar un par de vueltas por el riacuteo para que lo vean Sus Altezas Reales [213] que estaacuten si no me engantildeo en la Torre del Oro

-Corramos

-iexclVa toda la gente hacia allaacute Descuide usted podremos entrar si usted quiere El capitaacuten es muy amigo miacuteo y los consignatarios son mis banqueros

-iquestDe quieacuten es esa maacutequina

-De una sociedad inglesa De veras hubiera sentido mucho no mostraacutersela a usted esta tarde Cuando me acordeacute faltaacutebame tiempo para acudir a reparar mi groseriacutea

-Gracias sentildeor Marqueacutes

Dejeacute de ver entonces la luz de mi vida Mi corazoacuten se llenoacute de angustia

-Yo estaba seguro de agradar a usted -me dijo Falfaacuten- Es un asombro ese buque

-Un asombro siacute apresuremos el paso

-Si no se nos ha de marchar

-iexclQue se nos pierde de vista que se nos va -exclameacute yo sin saber lo que deciacutea

-Sentildeora si estaacute anclado Podemos verlo con toda calma

Nos acercamos a la Torre del Oro junto a la cual estaba la nave maravillosa Teniacutea dos ruedas como las de un bataacuten resguardadas por grandes cajones de madera pintados de blanco con chimenea negra y alta en cuyo centro estaba [214] la maacutequina toda grasienta y ahumada como una cocina de hierro y el resto no ofreciacutea nada de particular De sus entrantildeas negras saliacutea una especie de aliento ardoroso y retumbante cuyo vaho causaba veacutertigos De repente daba unos silbidos tan fuertes que era preciso taparse los oiacutedos En verdad aquella maacutequina infundiacutea miedo Yo no lo tuve porque no podiacutea fijar en ella resueltamente la atencioacuten

-iquestSe atreve usted a entrar -me dijo el Marqueacutes

Yo mireacute a todos lados y vi reaparecer a mi amor perdido saliendo de entre la muchedumbre como el sol de entre las nubes

-No sentildeor yo me mareo soacutelo de ver un barco -respondiacute a Falfaacuten- Estoy satisfecha con admirar desde fuera esta hermosa invencioacuten y le doy a usted las gracias

Yo hubiera dado no seacute queacute porque el vapor echase a andar hacia la eternidad llevaacutendose dentro al marqueacutes de Falfaacuten de los Godos

-iexclOh -exclamoacute eacutel- embarqueacutemonos Yo le garantizo a usted que no se marea Daremos un paseo hasta Aznalfarache Vea usted cuaacutentas personas entran

-Pues yo no me decido Pero no se prive usted por miacute del gusto de embarcarse Adentro sentildeor miacuteo Yo me voy a mi casa [215]

-iexclAh no consiento yo que usted vaya sola a su casa -dijo con una galanteriacutea cruel que me asesinaba- Yo la acompantildeareacute

-Gracias gracias no necesito compantildeiacutea

-Es que yo no puedo permitir

De buena gana habriacutea cogido al Marqueacutes por el pescuezo como se coge a un pollo destinado a la cazuela y le hubiera estrangulado con mis propias manos iexcltal era mi rabia

-Al menos -antildeadioacute- ya que lo hemos visto por la popa vamos a verlo tambieacuten por la proa

Al decir esto el Marqueacutes dirigioacute sus miradas hacia la Maestranza y sus ideas variaron de suacutebito

-Vamos por alliacute viene mi sentildeora esposa -dijo sentildealando- iquestLa ve usted Por uacuteltimo se ha atrevido a salir a paseo aunque no estaacute bien de salud

Mireacute y vi a la marquesa de Falfaacuten que veniacutea con otra sentildeora Tambieacuten ellas atraiacutedas por la curiosidad se dirigiacutean hacia la Torre del Oro

-Aguardemos aquiacute -me dijo el Marqueacutes sonriendo- Veremos si pasa sin notar que estamos aquiacute

Andrea y su amiga estaban ya cerca de nosotros cuando Salvador pasoacute junto a ellas [216] se detuvo las saludoacute y continuoacute andando a su lado Nos reunimos los cinco

-iquestTambieacuten tuacute vienes a ver el vapor -exclamoacute Falfaacuten riendo- Ya te dije que era una maravilla Y usted Sra Dordf Mariacutea Antonia iquesttambieacuten viene a ver el vaporcito Y usted Salvador no quiere ser menos El que desee entrar que lo diga y nos embarcaremos

-iquestYo -dijo la Marquesa despueacutes de saludarme- Tengo miedo Dicen que revienta la caldera cuando menos se piensa

-iquestDe modo que eso tiene una caldera como las faacutebricas de jaboacuten -preguntoacute Dordf Mariacutea Antonia llevando a sus ojos el lente que usaba

-iquestEntran ustedes siacute o no -dijo el Marqueacutes empentildeado siempre en reclutar gente

-Yo no entrareacute -repuso la Marquesa con desdeacuten- me mareo soacutelo de ver ese horrible aparato Ademaacutes tengo que hacer

-iquestA doacutende vas ahora -preguntoacute Falfaacuten de mal talante

-A las tiendas de la calle de Francos Ya sabes que necesito comprar varias cosillas

-Pero si no has paseado auacuten

-iquestQue no Sra Dordf Mariacutea Antonia dice que no hemos paseado Si hace maacutes de hora y media que estamos aquiacute dando vueltas Ya nos [217] iacutebamos cuando te vimos y volviacute atraacutes para rogarte que nos acompantildees

-iexclYo -indicoacute el Marqueacutes con mucho disgusto- Ya sabes que no me agrada ir a tiendas

-Y a miacute no me gusta ir sola

-Dordf Mariacutea Antonia

-Es sentildeora y para ir a las tiendas conviene la compantildeiacutea de un caballero Mira hijito no te apures por eso Salvador nos acompantildearaacute

-Con mil amores -dijo mi amigo inclinaacutendose- Tengo mucho honor en ello

Cuando alliacute mismo no abofeteeacute a mi amante a la Marquesa al Marqueacutes a Dordf Mariacutea Antonia y a miacute misma de seguro queda demostrado que soy una oveja por lo humilde

-Siacute amigo Monsalud -manifestoacute Falfaacuten- acompaacutentildeelas usted se lo suplico Jenara y yo nos embarcaremos

iexclSe marcharon iexclAy no seacute coacutemo lo escribo Se marcharon sin que yo les estrangulase Dentro de miacute habiacutea un volcaacuten mal sofocado por mi disimulo El Marqueacutes me hablaba sin que yo pudiese responderle porque estaba furiosamente absorta y embrutecida por el despecho que llenaba mi alma

-Nos embarcaremos -me dijo Falfaacuten relamieacutendose [218] como un gato a quien ponen plato de su gusto

-iexclAh sentildeor Marqueacutes -dije de improviso apoderaacutendome de una idea feliz- Ahora me acuerdo de una cosa iexclqueacute memoria la miacutea

-iquestQueacute sentildeora

-Que yo tambieacuten tengo que comprar algunas cosillas iquestNo es verdad Mariana

-iquestDe modo que va usted

-Siacute sentildeor ahora mismo Son cosas que necesito esta misma noche

-iquestY hacia doacutende piensa dirigirse usted

-Hacia la calle de las Sierpes o la de Francos Son las uacutenicas que conozco

-Pues la acompantildeareacute a usted

Hizo sentildeas a su cochero para que acercase el coche

-Mi mujer -antildeadioacute- se va a enfadar conmigo porque no quise acompantildearla y la acompantildeo a usted

No hice caso de sus cumplidos ni de sus excusas

-Vamos vamos pronto -dije subiendo al coche

Este nos dejoacute en la plaza de San Francisco Nos dirigimos a las tiendas recorrimos varias calles pero iexclay estaacutebamos dejados de la [219] mano de Dios No les encontramos no les vimos por ninguna parte

En mi cerebro se fijaba con letras de fuego esta horrible pregunta laquoiquesta doacutende iriacuteanraquo

Cuando el Marqueacutes me dejoacute en mi casa ya avanzada la noche yo teniacutea calentura Retireme a pensar y a recordar y a formar proyectos para el diacutea siguiente pero mi cerebro ardiacutea como una laacutempara no pude dormir hablaba a solas sin poder olvidar un solo momento el angustioso tema de mi vida en aquellos diacuteas Por uacuteltimo mis nervios se aplacaron un tanto y me consoleacute pensando y hablando de este modo

-iexclMantildeana mantildeana no se me escaparaacute

- XXVII - Al levantarme con la cabeza llena de brumas penseacute en la extrantildea ley de las casualidades que a veces gobiernan la vida En aquella eacutepoca creiacutea yo auacuten en las casualidades en la buena o mala suerte y en el destino fuerzas misteriosas que ciegamente seguacuten mi modo de ver causaban nuestra felicidad o nuestra desgracia Despueacutes han variado mucho mis [220] ideas y tengo poca fe en el dogma de las casualidades

Mi cerebro estaba aquella mantildeana como he dicho cargado de neblinas Pero el diacutea no podiacutea haber amanecido maacutes hermoso y para ser 12 de Junio en Andaluciacutea no era fuerte el calor Sevilla sonreiacutea convidando a las dulces plaacuteticas amorosas a las divagaciones de la imaginacioacuten y a exhalar con suspiros los aromas del alma que van desprendieacutendose y saliendo ya gimiendo ya cantando entre vagas sensaciones que son a la manera de una pena deliciosa

Pero yo continuaba con mi idea fija y la contrariedad que me atormentaba A ratos deteniacuteame a analizar aquel singular estado miacuteo y me asombraba de verme tan dominada por un vano capricho Es verdad que yo le amaba pero iquestno habiacutea sabido consolarme honradamente de su ausencia despueacutes de Benabarre iquestPor queacute en Sevilla poniacutea tanto empentildeo en tenerle a mi lado iquestAcaso no podiacutea vivir sin eacutel Meditando en esto me creiacutea muy capaz de prescindir de eacutel en la totalidad de la vida pero en aquel caso mi corazoacuten habiacutea soltado prendas habiacutease fatigado mucho habiacutea digaacutemoslo asiacute adelantado imaginariamente gran parte de sus goces de modo que padeciacutea horriblemente al verse desairado Aquel suplicio de Taacutentalo a que habiacutea estado [221] sujeto irritaacutebale maacutes y ya se sabe que las ambiciones maacutes ardientes son las del corazoacuten y que en eacutel residen los caprichos y la terrible ley sataacutenica que ordena desear maacutes aquello que maacutes resueltamente nos es negado Asiacute se explica la indecorosa persecucioacuten de un hombre en que yo sin poder dominarme estaba empentildeada

Ordeneacute a Mariana que se preparase para salir conmigo Mientras yo me peinaba y vestiacutea diacutejome que habiacutea oiacutedo hablar de la partida de Su Majestad aquel mismo diacutea y que Sevilla estaba muy alborotada Poco me interesaba este tema y le mandeacute callar pero despueacutes me contoacute cosas muy desagradables En la noche anterior y por la mantildeana dos diputados residentes en la misma casa y que traiacutean entre manos la conquista de mi criada le habiacutean hecho con respecto a miacute indicaciones maliciosas Seguacuten me dijo eran conocidas y comentadas mis relaciones con el secretario del duque del Parque iexclMaldita sociedad Nada en ella puede tenerse secreto Es un sol que todo lo alumbra y en vano intenta el amor hallar bajo eacutel un poco de sombra A donde quiera que se esconda vendraacute a buscarle la impertinente claridad del mundo de modo que por mucho que os acurruqueacuteis a lo mejor os veis inundados por los rayos de la [222] intrusa linterna que va buscando faltas El uacutenico remedio contra esto es arrojar mucha muchiacutesima luz sobre las debilidades ajenas para que las propias resulten ligeramente oscurecidas No seacute por queacute desde que Mariana vino a miacute con aquellos chismes me figureacute que mi difamacioacuten procediacutea de los labios de la marquesa de Falfaacuten -iexclAh bribona -dije para miacute- si yo hablara

Las hablillas no me acobardaron Siendo culpable hice lo que corresponde a la inocencia despreciar las murmuraciones

Cuando manifesteacute a Mariana que pensaba ir a buscarle a su propia casa hiacutezome algunas observaciones que me desagradaron sin que por ellas desistiera yo de mi propoacutesito

-iquestNo averiguaste ayer la casa donde vive

-Siacute sentildeora en la calle del Oeste Pero usted no repara que en la misma casa viven tambieacuten otras personas de Madrid que conocen a la sentildeora

Ninguna consideracioacuten me deteniacutea Escribiacute una carta para dejarla en la casa si no le encontraba y salimos Mariana conociacutea bien Sevilla y pronto me llevoacute a la calle del Oeste que estaacute hacia la Alameda Vieja junto a la Inquisicioacuten Salvador no estaba Dejeacute mi carta y corrimos a casa porque al punto sospecheacute que [223] mientras yo le buscaba en su vivienda me buscaba eacutel en la miacutea Asiacute me lo deciacutea el corazoacuten impaciente

-Me aguardaraacute de seguro -penseacute- Ahora ahora siacute que no se me escapa

En mi casa no habiacutea nadie pero siacute una esquela Salvador estuvo a visitarme durante mi ausencia y no pudiendo esperar a causa de sus muchas ocupaciones dejome tambieacuten una carta en que asiacute lo manifestaba antildeadiendo entre expresiones carintildeosas que por la tarde a las cuatro en punto me aguardaba en la catedral Despueacutes de indicar la conveniencia de no volver a mi casa me suplicaba que no faltase a la cita en la gran basiacutelica y en su hermoso patio de los naranjos Teniacutea preparado un coche en la puerta de Jerez para irnos de paseo hacia Tablada

-iexclGracias a Dios -exclameacute- Esta tarde

Tomando mis precauciones para que nadie me importunase y poder estar completamente libre en la hora de la cita consagreacute algunas al descanso Pero la ocasioacuten no era la maacutes a propoacutesito y a las tres ya estaba yo en la catedral Era la hora del coro y los canoacutenigos entraban uno tras otro por la puerta del Perdoacuten Algunos se deteniacutean a echar un parrafito en el patio de los naranjos paseando junto al puacutelpito de San Vicente Ferrer [224]

Al verme dentro de la iglesia la mayor que yo habiacutea visto sentiacute una violenta invasioacuten de ideas religiosas en mi espiacuteritu iexclMaravilloso efecto del arte que consigue lo que no es dado alcanzar a veces ni aun a la misma religioacuten Yo miraba aquel recinto grandioso que me pareciacutea una representacioacuten del universo mundo Aquel alto firmamento de piedra asiacute como las hacinadas palmas que lo sustentan y el eminente tabernaacuteculo que es cual una escala de santos que sube hasta Dios dilataban mi alma hacieacutendola divagar por la esfera infinita La suave oscuridad del templo hace que brillen maacutes las ventanas cuyas vidrieras parecen un fantaacutestico muro de piedras preciosas Las vagas manchas luminosas de azul y rosa que las ventanas arrojan sobre el suelo se me figuraban huellas de aacutengeles que habiacutean huido al sentir nuestros pasos

Mi mente se sentiacutea abrumada de ideas Senteme en un banco porque sentiacutea la necesidad de meditar Delante de mis pies a manera de alfombra de luces se extendiacutea la transparencia de una ventana Alzando los ojos veiacutea las grandiosas boacutevedas Zumbaba en mis oiacutedos el grave canto del coro y a intervalos una chorretada de oacutergano cuyas maravillosas armoniacuteas me haciacutean estremecer de emocioacuten [225] poniendo mis nervios como alambres A poca distancia de miacute a la izquierda estaba la capilla de San Antonio toda llena de luces por ser 12 de Junio viacutespera del santo y de hermosos buacutecaros con azucenas y rosas Volviendo ligeramente la cabeza veiacutea el cuadro de Murillo y su espleacutendido altar

Yo pensaba en cosas religiosas pero mi egoiacutesmo las asociaba al amoroso afaacuten que me poseiacutea Pensaba en la santidad de la unioacuten sancionada por la Iglesia y de los lazos matrimoniales cuando son acertados Consideraba lo feliz que hubiera sido yo no equivocaacutendome como equivoqueacute en la eleccioacuten de marido Tambieacuten pasoacute por mi mente aunque con gran rapidez el recuerdo de la infeliz joven a quien con mis engantildeos precipiteacute en los azares de un viaje absurdo pero esto duroacute poco y ademaacutes me apresureacute a sofocar tan triste memoria dirigiendo el pensamiento a otra cosa

La imagen que tan cerca estaba atrajo mi atencioacuten Aquel santo tan bueno tan humilde tan buen compantildeero y amigo de los pobres es seguacuten dicen el abogado de los amores y de los objetos perdidos Ocurriome rezarle y le receacute con fervor de labios y aun de corazoacuten porque en aquel instante me sentiacutea piadosa No soacutelo le pediacute como

enamorada sino como quien busca [226] y no encuentra cosas de gran valor y mientras maacutes le rezaba maacutes me sentiacutea encendida en devocioacuten y llena de esperanza Concluiacute adquiriendo la seguridad de que mi afaacuten se calmariacutea aquella misma tarde y juzgando que mi entrada en la catedral a causa de la cita era obra providencial mi alma se alivioacute y aquella tensioacuten dolorosa en que estaba fue cesando poco a poco

iquestCoacutemo no esperar si aquel santo era tan bueno tan complaciente que merecioacute siempre el amor y la veneracioacuten de todos los enamorados No pude estar alliacute todo el tiempo que habriacutea deseado porque me causaba veacutertigo el olor de las azucenas y tambieacuten porque la hora de la cita se acercaba Cuando saliacute al patio y en el momento de pasar bajo el cocodrilo que simboliza la prudencia la alta campana de la Giralda dio las cuatro

No habiacuteamos llegado al puacutelpito de San Vicente Ferrer cuando Mariana y yo nos miramos aterradas Sentiacuteamos un ruido semejante al de las olas del mar Al mismo tiempo mucha gente entraba corriendo en el patio de los naranjos

-iexclRevolucioacuten sentildeora revolucioacuten -gritoacute Mariana temblando- No salgamos

La curiosidad venciendo el miedo me llevoacute [227] con maacutes presteza hacia la puerta Vi regular gentiacuteo que llenaba todo el sitio llamado Gradas de la Catedral y pareciacutea extenderse por delante del palacio arzobispal y la Lonja hasta el Alcaacutezar Pero la actitud de la muchedumbre era paciacutefica y maacutes pareciacutea de curiosos que de alborotadores Al punto comprendiacute que la salida de la Corte motivaba tal reunioacuten de gente y se calmaron mis suacutebitas inquietudes Esperaba ver de un momento a otro a la persona por quien habiacutea ido a la catedral y mis ojos la buscaron entre la multitud

-Aguardaremos un poco -penseacute dando un suspiro

La muchedumbre se agitoacute de repente murmurando Por entre ella trataba de abrirse paso un regimiento de caballeriacutea que aparecioacute por la calle de Geacutenova Entrad la mano en un vaso lleno de agua y esta se desbordaraacute introducid un regimiento de caballeriacutea en una calle llena de curiosos y vereacuteis lo que pasa Por la puerta del Perdoacuten penetroacute un chorro que salpicaba dicharachos y apoacutestrofes andaluces contra la tropa y tal era su iacutempetu que los que alliacute estaacutebamos tuvimos que retroceder hasta el centro del patio Entonces un sacristaacuten y un hombre forzudo y corpulento de esos que desempentildean en toda iglesia las bajas funciones [228] del trasporte de altares facistoles o bancos o las altiacutesimas de tocar las campanas y recorrer el tejado cuando hay goteras se acercaron a la puerta y despueacutes de arrojar fuera toda la gente que pudieron cerraron con estruendo las pesadas maderas Corriacute a protestar contra un encierro que me pareciacutea muy importuno mas el sacristaacuten alzando el dedo arqueando las cejas y ahuecando la voz como si estuviera en el puacutelpito dijo lacoacutenicamente

-De orden del sentildeor Deaacuten

- XXVIII -

Mucho me irritoacute la orden del sentildeor Deaacuten que sin duda no esperaba a una persona amada y entreacute en la iglesia consolaacutendome de aquel percance con la idea de que en edificio tan vasto no faltariacutean puertas por donde salir Pasamos al otro lado pero en la puerta que da a la plaza de la Lonja otro ratoacuten de iglesia me salioacute al encuentro despueacutes de echar los pesados cerrojos y tambieacuten me dijo

-De orden del sentildeor Deaacuten

-iexclMalditos sean todos los deanes -exclameacute [229] para miacute dirigieacutendome a la puerta que da a la fachada Alliacute un viejo con gafas sotana y sobrepelliz se restregaba las manos gruntildeendo estas palabras

-Ahora ahora va a ser ella Sentildeores liberales nos veremos las caras

Yo fui derecha a levantar el picaporte pero tambieacuten aquella puerta estaba cerrada y el sacristaacuten viejo al ver mi coacutelera que no podiacutea contener alzoacute los hombros disculpaacutendose con la orden de la primera autoridad capitular El de las gafas antildeadioacute

-Hasta que no pase la gresca no se abriraacuten las puertas

-iquestQueacute gresca

-La que han armado con la salida del Rey loco Mi opinioacuten sentildeora es que ahora va a ser ella porque hay un complot que no lo saben maacutes de cuatro

Volvioacute a restregarse las manos fuertemente guintildeando un ojo

-iquestY a queacute hora sale Su Majestad

-A las seis seguacuten dicen pero antes ha de correr la sangre por las calles de Sevilla como cuando la inundacioacuten de hace veinte antildeos la cual fue tan atroz sentildeora que por poco fondean los barcos dentro de la catedral

-iexclDe modo que estareacute encerrada aquiacute hasta [230] las seis -exclameacute llena de furor- Esto no se puede sufrir es un abuso un escaacutendalo Me quejareacute a las autoridades al Rey

-El Rey estaacute loco -dijo el viejo con horrible ironiacutea

-Al Gobierno me quejareacute al Arzobispo O me dejan salir o gritareacute dentro de la iglesia reclamando mi derecho

Discurriacute con agitacioacuten indecible por la iglesia nave arriba nave abajo saliendo de una capilla y entrando en otra pasando del patio al templo y del templo al patio Miraba a los negros muros buscando un resquicio por donde evadirme y enfurecida contra el autor de orden tan inicua me preguntaba para queacute existiacutean deanes en el mundo

Los canoacutenigos dejaban el coro y se reuniacutean en su camariacuten marchando de dos en dos o de tres en tres charlando sobre los graves sucesos Los sochantres y el fagotista se dirigiacutean piporro en mano a la capilla de muacutesica y los inocentes y graciosos nintildeos de

coro al ser puestos en libertad iban saltando con gorjeos y risas a jugar a la sombra de los naranjos

Varias veces en las repetidas vueltas que di por toda la iglesia paseacute por la capilla de San Antonio Sin que pueda decir que me dominaban sentimientos de irreverencia ello es que [231] mi compungida devocioacuten al santo habiacutea desaparecido No le mireacute con aversioacuten pero siacute con cierto enojo respetuoso y en mi interior le deciacutea

-iquestEs esto lo que yo teniacutea derecho a esperar iquestQueacute modo de tratar a los fieles es este

Mi egoiacutesmo habiacutea llegado al horrible extremo de pedir cuenta a la Divinidad de los desaires que me haciacutea Irritaacutebame contra el Cielo porque no satisfaciacutea mis caprichos

Pero iexclmaldita hora quien a miacute me irritaba verdaderamente era el Deaacuten tirano que mandaba encerrar a la gente porque se le antojaba Desde que le vi salir del coro en compantildeiacutea del Arcediano movieacutendose muy lentamente a causa del peso de su descomunal panza le tuve por un realistoacuten furibundo sin que por esto me fuese menos antipaacutetico iquestPor queacute habiacutean cerrado las puertas Por poner el sagrado recinto a salvo de una invasioacuten plebeya e impedir que el bullicio de los vivas y mueras turbase la santa paz de la casa de Dios A pesar de su celo no pudo el sentildeor Deaacuten conseguirlo y desde el patio oiacuteamos claramente los gritos de la muchedumbre y el paso de la caballeriacutea La Giralda cantoacute las cinco cantoacute las seis y aquella deplorable situacioacuten no cambiaba ni las puertas se abriacutean ni se desvaneciacutea el rumor [232] del pueblo Yo creo que si aquello se prolonga demasiado me atrevo a decir dos palabras al buen canoacutenigo encerrador Por fin no era yo sola la impaciente otras muchas personas encerradas como yo se quejaban igualmente y todos nos dirigiacuteamos en alarmante grupo al sacristaacuten (12) pero sin conseguir nada

-Cuando Su Majestad haya salido de Sevilla -nos respondiacutea- o se arma la de San Quintiacuten o todo quedaraacute tranquilo

Por fin despueacutes de las siete la puerta del Perdoacuten se abrioacute y vimos las Gradas y la gente que iba y veniacutea sin tumulto Yo me arrojeacute a la calle como se arrojariacutea en el agua aquel cuyos vestidos ardieran Miraba a un lado y otro me comiacutea con los ojos a cuantos pasaban camineacute apresuradamente hacia la Lonja y hasta el Alcaacutezar mi cabeza se moviacutea sin cesar dirigiendo la vista a todo semblante humano iexclAfaacuten inuacutetil Yo buscaba y rebuscaba y mi hombre no apareciacutea en ninguna parte Ya se ve iexclLas siete de la tarde Se cansariacutea de aguardarme tendriacutea que hacer

Volviacute de nuevo a la catedral recorrila toda saliacute di la vuelta por la Lonja pero iexclay si diera la vuelta a toda la tierra creo que tampoco le encontrara iexcltal era la horrible insistencia de mi desgracia Y sin embargo [233] hasta en las baldosas del piso en el aire y en el sonido hallaba no seacute queacute indicio misterioso de que eacutel me habiacutea aguardado alliacute largas horas Esto era para morir

Despueacutes de mucho correr senteme en un banco de piedra junto a la Lonja Tanto me enfadaba la gente que veiacutea regresar del Alcaacutezar y de la puerta de San Fernando que si las llamas de furor que abrasaban mi pecho fueran materiales de buena gana hubiera vomitado fuego sobre los que pasaban ante miacute Veniacutean de ver partir al Rey loco Muchos se lamentaban de que se tratase de tal suerte al Soberano de Castilla

iexclMenguados iquestpor queacute no tomaban las armas Siacute iquestpor queacute no las tomaban Me habriacutea gustado ver a todos los habitantes de Sevilla destrozaacutendose unos a otros

La Giralda cantoacute otra hora no seacute cuaacutel y entonces me decidiacute a tomar nueva resolucioacuten

-Vamos a su casa -dije a Mariana

-Es de noche sentildeora -repuso

La infeliz no queriacutea alejarse mucho de la casa Pero no le contesteacute y nos pusimos en camino para la calle del Oeste

-iquestY si no estaacute -indicoacute mi criada- Porque es muy posible que con estas cosas

-iquestQueacute cosas

-Estas revoluciones sentildeora [234]

-Si no hay nada

-Pues como se han llevado al Rey despueacutes de volverle loco En el patio de la catedral deciacutea uno que tendremos revolucioacuten mantildeana cuando se marche el Gobierno porque el Gobierno se marcharaacute

-Deacutejalo ir no nos hace falta Date prisa

-Pues yo creo que nos llevaremos otro chasco

-Si no estaacute en su casa le esperareacute

-iquestY si no vuelve hasta muy tarde

-iexclHasta muy tarde le esperareacute

-iquestY si no vuelve hasta mantildeana

-Hasta mantildeana le esperareacute No me muevo de su casa hasta que le vea Ahora ahora siacute que no se me escapa iquestconcibes tuacute que se me pueda escapar

- XXIX - Al decir esto mi corazoacuten oprimido por tantos desengantildeos se ensanchaba llenaacutendose otra vez de esperanza de ese don del cielo que jamaacutes se agota y que a nadie puede faltar

-Pues no veo yo muy tranquila esta noche [235] la ciudad de Sevilla -indicoacute Mariana- Si como dicen se ha marchado toda la tropa puede que nos despertemos mantildeana en un charco de sangre

Echeme a reiacuter burlaacutendome de sus ridiacuteculos temores y seguimos avanzando con bastante presteza hacia la calle del Oeste Detuacuteveme antes de llamar en su casa para que un breve descanso disimulara mi sofocacioacuten y se amortiguasen las llamaradas de mis mejillas

-Senteacutemonos -dije a Mariana- al amparo de este aacuterbol Ahora no hay gran prisa Ya le tengo cogido Estoy tranquila Eacutel ha de venir a su casa Ahora ahora siacute que le tengo en mi mano

Cuando llamamos en la reja que daba entrada al patio una mujer nos dijo que el sentildeor Monsalud no estaba en casa

-Pues tengo que hablarle precisamente esta noche y le esperareacute -dije resueltamente

Yo no reparaba en conveniencia alguna social En el estado de mi espiacuteritu nada teniacutea fuerza para contenerme Importaacutebame ya muy poco que me vieran que me conocieran que me sentildealasen con el dedo ni que el vulgo suspicaz y murmurador me hiciera objeto de burlas y comentarios deshonrosos

Al principio vacilaba en dejarme entrar la [236] mujer que me abrioacute la puerta pero tanto insteacute y con tan arrogante autoridad me expresaba que al fin me llevoacute a una sala baja Alliacute estaba un viejecillo que a la deacutebil claridad de un veloacuten de cobre arreglaba bauacuteles y cajas poniendo en ellos libros ropa y papeles Era un tal Bartolomeacute Canencia Eacutel no debiacutea de conocerme pero se apresuroacute a saludarme con extremadas urbanidades Cual si comprendiera las ansias que yo padeciacutea aquella noche me dijo

-No estaacute en casa ni puedo asegurar que venga pronto pero siacute que vendraacute Necesitamos arreglar todo para nuestra partida

iquestCuaacutendo

-Mantildeana Nos vamos con el Gobierno iquestQuieacuten se atreveraacute a quedarse aquiacute despueacutes que marchen los ministros Esto es un volcaacuten realista En cuanto desaparezca el Gobierno que obstruye el craacuteter se agitaraacute con fuego y vapores vomitando horrores iexclPobre Sevilla no ha querido oiacuter mis consejos los consejos de la experiencia sentildeora y hela aquiacute en poder del realismo maacutes brutal Este pueblo tan ceacutelebre por su riqueza y por su gracia como por sus procesiones estaacute infestado de curas y aquiacute los curas son ricos No hay maacutes que decir

Yo me fastidiaba esta conversacioacuten y asiacute con la mayor habilidad la desvieacute de la poliacutetica [237] hacieacutendola recaer sobre mi objeto Canencia contestoacute a mis preguntas de una manera categoacuterica

-Esta tarde salimos juntos -me dijo- Eacutel se quedoacute en las Gradas de la Catedral donde teniacutea una cita y yo seguiacute hacia el Alcaacutezar para asistir a la salida de Su Majestad Luego nos encontramos de nuevo a eso de las siete pareciacutea disgustado sin duda porque

la cita no pudo verificarse Entramos en casa y despueacutes eacutel salioacute para ver a Calatrava Diacutejome que volveriacutea a arreglar su equipaje y aquiacute me tiene usted arreglando el miacuteo sentildeora para lo que se le ofrezca mandar De modo que si usted desea algo en Caacutediz puede dar sus oacuterdenes con toda franqueza

-Yo tambieacuten pienso ir a Caacutediz -repuse

-iexclUsted tambieacuten Bueno es que vayan todos -dijo con ironiacutea maliciosa- para que se haga con toda solemnidad el entierro de la Constitucioacuten Alliacute nacioacute sentildeora y alliacute le pondremos la mortaja que todo lo que nace ha de perecer Si se hubieran seguido mis consejos sentildeora pero los hombres se han dejado enloquecer por la ambicioacuten y la vanidad Ya no existen aquellos repuacuteblicos austeros aquellos filoacutesofos incorruptibles aquellos sectarios de la honradez maacutes estricta y [238] de la sabiduriacutea ateniense hombres que con un pedazo de pan un vaso de agua y un buen libro se pasaban la mayor parte de la vida Ahora todo es comer a dos carrillos pedir destinos figurar en una palabra sentildeora ya no hay virtudes ciacutevicas

-iquestY es seguro que el Gobierno marcha mantildeana -le pregunte para desviarle de su fastidiosa disertacioacuten

-Seguriacutesimo No puede ser de otra manera

-iquestPor tierra

-Por agua sentildeora Los ministros y diputados marchan en el vapor

-iquestY usted y Salvador van tambieacuten en el vapor

-Iremos donde podamos sentildeora aunque sea en globo por los aires

Eacutel siguioacute arreglando sus maletas y yo me abrumeacute en mis pensamientos En la sala habiacutea un reloj de cucuacute con su impertinente paacutejaro de esos que asoman al dar la hora y nos hacen tantas cortesiacuteas como campanadas tiene aquella Nunca he visto un animalejo que maacutes me enfadase y cada vez que apareciacutea y me saludaba miraacutendome con sus ojillos negros y cantando el cucuacute sentiacutea ganas de retorcerle el pescuezo para que no me hiciera maacutes cortesiacuteas El paacutejaro cantoacute las nueve y las diez y las once y [239] con su insolente movimiento y su desagradable sonido pareciacutea decirme -iquestQueacute tal sentildeora se aburre Vd mucho

Todo el que ha esperado comprenderaacute mi agoniacutea Aquel resbalar del tiempo aquella veloz corrida de los minutos que pasan de nuestra frente a nuestra espalda amontonaacutendose atraacutes el tiempo que estaba delante es para enloquecer a cualquiera Cuando no hay un reloj que lleve la cuenta exacta de la cantidad de esperanza que se desvanece y de la paciencia que se gasta grano a grano menos mal pero cuando hay reloj y este reloj tiene un paacutejaro que hace reverencias cada sesenta minutos y dice cucuacute no hay espiacuteritu bastante fuerte para sobreponerse a la pena Ya cerca de las doce me deciacutea yo laquoiquestSi no vendraacuteraquo

Habiendo manifestado mis dudas al viejo Canencia que pareciacutea algo molesto por la duracioacuten de mi visita me dijo

-Puede que venga y puede que no venga Seguramente estaraacute ahora en el cafeacute del Turco o en casa del duque del Parque Ya es medianoche Dentro de unas cuantas horas seraacute de diacutea y iexclen marcha todo el mundo para Caacutediz

Mariana bostezaba siendo imitada por Canencia Yo me sosteniacutea intreacutepida sin suentildeo ni [240] cansancio resuelta a estar un antildeo en aquel sitio si un antildeo tardaba en venir mi hombre

-De todas maneras -dije a Canencia- si se marcha mantildeana ha de venir a arreglar su equipaje

-Es muy posible sentildeora -me contestoacute secamente- En caso de que quiera Vd retirarse puede con toda confianza dejar el recado verbal que guste Yo se lo trasmitireacute puntualmente y con la fidelidad de un verdadero amigo

-Gracias

-Le direacute que ha estado aquiacute Aunque usted no me ha dicho su nombre yo creo conocer a la persona con quien tengo el honor de hablar por haberla visto en Madrid algunas veces iquestNo es usted la sentildeora marquesa de Falfaacuten

Esta pregunta me hizo estremecer en mi interior como si un rayo pasara por miacute Pero dominaacutendome con soberano esfuerzo repuse gravemente y con afectada verguumlenza

-Siacute sentildeor soy la marquesa de Falfaacuten Fiada en la discrecioacuten de usted me he aventurado a esperar aquiacute en hora tan impropia

-Sentildeora yo soy un sepulcro y ademaacutes un amigo fiel de ese excelente joven y como le debo muchos beneficios a la amistad se une la gratitud Puede usted con toda libertad confiarme [241] lo que quiera Es muy posible que eacutel no pueda verla a usted esta noche Estaraacute muy ocupado y sin duda el viaje de mantildeana trastorna sus planes porque si no recuerdo mal hoy me dijo que pensaba despedirse de usted por la noche en casa de Dordf Mariacutea Antonia

Al oiacuter esto me quedeacute como maacutermol y enseguida me lleneacute de ascuas Desplegueacute los labios para preguntar laquoiquestdoacutende vive esa Dordf Mariacutea Antoniaraquo pero me contuve a tiempo comprendiendo la gran torpeza que iba a cometer Evocando toda mi destreza de coacutemica dije

-Asiacute pensaacutebamos pero no ha podido ser

El infame paacutejaro se asomoacute a su nicho y burlaacutendose de miacute cantoacute la una Yo me ahogaba porque a mis primeras fatigas se uniacutea desde que habloacute aquel hombre la inmensa sofocacioacuten de un despecho volcaacutenico de los celos que me mataban En mi cerebro se encajaba una corona de brasas resplandecientes y mi corazoacuten chorreaba sangre herido por mil puacuteas venenosas Mi afaacuten mi deseo maacutes vivo era morder a alguien

Espereacute maacutes Canencia seguiacutea bostezando y Mariana dormitaba Yo sentiacutea en mis oiacutedos un zumbido extrantildeo el zumbido del silencio nocturno que es como un eco de

mares lejanos y deshacieacutendome esperaba Habriacutea dado mi vida [242] entera por verle entrar por poder hablarle a solas un momento arrojando sobre eacutel las palabras la furia la hiel que se desbordaban en miacute A ratos balbuciacutea terribles injurias que siendo tan infames a miacute me pareciacutean rosas

El vil pajarraco volvioacute a chancearse conmigo y haciendo la reverencia maacutes pronunciada y el canto maacutes fuerte anuncioacute las dos

-iexclLas dos iexclpronto seraacute de diacutea -exclameacute

-Fijamente no viene ya sentildeora Es que se embarca con los diputados -dijo Canencia dando a entender con sus bostezos que de buena gana dormiriacutea un rato

-iquestY a queacute hora se embarcan los diputados

-Al rayar el diacutea asiacute se dijo anoche en el saloacuten del Congreso cuando se levantoacute la sesioacuten que ha durado treinta y tres horas

Estuve largo rato dudando lo que debiacutea hacer Delante de mi pensamiento daba vueltas un ciacuterculo de fuego que alternativamente en su lenta rotacioacuten mostraacutebame dos preguntas primera iquestY si viene despueacutes que yo me vaya Segunda iquestY si se embarca en el muelle mientras yo estoy aquiacute

Yo veiacutea pasar una pregunta despueacutes otra La segunda sustituiacutea a la primera y la primera a la segunda en oacuterbita infinita Ambas teniacutean [243] igual claridad ambas me deslumbraban y me enloqueciacutean de la misma manera Yo que por lo general me decido pronto entonces dudaba Cuando la voluntad se iba inclinando de un lado el pensamiento llamaacutebame del otro y asiacute contrabalanceados los dos poniacutean a mi alma en estado de terrible ansiedad Largo rato permaneciacute en esta dolorosa incertidumbre Los minutos volaban y acercaacutendose aquel en que era preciso resolver definitivamente el silencio mismo llegoacute a impresionar mi cerebro como un bramido intolerable formado por mil voces Oiacutea el latir de mi corazoacuten como se oye un secreto que nos dicen al oiacutedo mi sangre ardiacutea y por fin aquella misma palpitacioacuten de mi alborotado seno fue como una voz que hablaba dicieacutendome laquoanda andaraquo

El paacutejaro riendo como un demonio burloacuten me saludoacute tres veces con su cortesiacutea y su infernal cucuacute Eran las tres

-Va a ser de diacutea -dijo Canencia dejando caer sobre el pecho su cabeza venerable

Levanteme Estaba decidida Pareciome que D Bartolomeacute al verme dispuesta a partir vio el cielo abierto Despedime de eacutel bruscamente y salimos

-iquestA doacutende vamos sentildeora -me dijo Mariana- iquestNo es hora de retirarnos ya a descansar [244]

-Todaviacutea no

-iexclSentildeora sentildeora por Dios Estaacute amaneciendo No hemos cenado no hemos dormido

-Calla imbeacutecil -le dije clavando mis dedos en su brazo- iexclCalla o te ahogo

- XXX - Amaneciacutea y multitud de hombres de mal aspecto vagaban por la calle Veiacuteanse gitanos desarrapados y muchos guapos de la Macarena y de Triana Mi criada tuvo miedo pero yo no Repetidas veces nos vimos obligadas a variar de rumbo para evitar el encuentro de algunos grupos en que se oiacutea el ronco estruendo de iexclvivan las caenas iexclmuera la nacioacuten

Llegamos por fin al riacuteo Ya el diacutea habiacutea aclarado bastante y desde la puerta de Triana vimos la chimenea del vapor que despediacutea humo

-Si esos barcos de nueva invencioacuten humean al andar -dije- el vapor se marcha ya

Desde la puerta de Triana a la Torre del Oro se extendiacutea un cordoacuten de soldados de artilleriacutea [245] En la puerta de Jerez habiacutea cantildeones Nada de esto me arredraba porque mi exaltacioacuten me infundiacutea grandes alientos y hablando al oficial de artilleriacutea logreacute pasar hasta la orilla donde algunas tablas sostenidas sobre pilotes serviacutean de muelle El vapor bufaba como animal impaciente que quiere romper sus ligaduras y huir Multitud de personas se dirigiacutean al embarcadero Reconociacute a Canga-Arguumlelles a Calatrava a Beltraacuten de Lis a Salvato a Galiano y a otros muchos que no eran diputados

-Eacutel se iraacute tambieacuten -penseacute- Vendraacute aquiacute de seguro Pero no no creo que se me pueda escapar

Una idea grandiosa cruzoacute por mi mente una de esas ideas napoleoacutenicas que yo tengo en momentos de gravedad suma Ocurriome embarcarme tambieacuten en el vapor si le veiacutea partir No teniacutea equipaje iquestpero queacute me importaba Mariana se quedariacutea para llevarlo despueacutes

Acerqueme a Calatrava que se asombroacute mucho de verme

-Quiero un puesto en el vapor -le dije

-iquestTambieacuten usted se marcha iquestDe modo que

-Temo ser perseguida Estoy muerta de miedo [246] desde ayer Me han amenazado con anoacutenimos atroces

-iquestHa preparado usted su equipaje

-He preparado lo maacutes preciso el viaje es corto Mi criada se queda para arreglar lo que dejo aquiacute

-Tambieacuten nosotros dejamos nuestros equipajes porque no caben en el vapor Iraacuten en aquella goleta

-iquestMe hace usted un sitio siacute o no

-iquestUn sitio Siacute sentildeora Dejando el equipaje El Gobierno ha fletado el buque Puede usted venir

Esto se llama proceder pronto y con energiacutea Pero observeacute a todos los que llegaban y no le vi A cada instante creiacutea verle aparecer

-No puede tardar -dije despueacutes que di mis oacuterdenes a Mariana- Ahora siacute que es miacuteo

Mariana haciacutea objeciones muy juiciosas pero yo a nada atendiacutea Estaba ciega loca

-iquestY si no se embarca -me dijo mi criada- Todaviacutea no ha venido

-Pero ha de venir A ver si estaacute por ahiacute el duque del Parque

Miramos las dos en todos los grupos y no vimos al Duque

-iquestEl sentildeor duque del Parque no va a Caacutediz -pregunteacute a Salvato [247]

-El sentildeor Duque no se ha atrevido a votar el destronamiento

-iquestY queacute

-Que los que no votaron no se creen en peligro y seguiraacuten en Sevilla

-De modo que Su Excelencia

-No tengo noticia de que se embarque con nosotros

-Venga usted -me dijo Calatrava alargaacutendome la mano para llevarme a la cubierta del buque

-Entre usted amigo entre usted que auacuten tengo que decir algo a mi criada

-Parece que vacila usted

-En efecto siacute no estoy decidida auacuten

No no podiacutea entrar en aquel horrible bajel que iba a partir silbando y espumarajeando sin llevar al que turbaba mi vida Yo les vi entrar uno tras otro les conteacute ni uno solo escapoacute a mi observacioacuten y iexcleacutel no estaba iexclSiempre ausente siempre lejos de miacute siempre en direccioacuten diametralmente opuesta a la direccioacuten de mis ideas y de mi apasionada voluntad Esto era para enloquecer completamente y digo completamente porque yo estaba ya bastante loca Mi desvariacuteo insensato aumentaba como la fiebre galopante del enfermo solicitado por la muerte

Se embarcaron iexclay vi al horrendo vapor [248] separarse del muelle vi moverse las paletas de sus ruedas machacando y rizando el agua le oiacute silbar y mugir echando humo hasta que emprendioacute su marcha majestuosa riacuteo abajo

No yendo eacutel no podiacutea causarme afliccioacuten quedarme en tierra Eacutel estaba tambieacuten en Sevilla

-Ahora -dije- ahora no es posible que le pierda otra vez Si tengo actividad e ingenio pronto saldreacute de esta angustiosa situacioacuten

No quise detenerme como el vulgo que se extasiaba contemplando el humo del vapor que conduciacutea hacia el postrer rincoacuten de Espantildea el uacuteltimo resto del liberalismo Como aquel humo en los aires asiacute se desvaneciacutea en el tiempo la Constitucioacuten Pero en mi mente no podiacutean fijarse ni por un instante estas ideas

Me era forzoso pensar en otras cosas y en la realidad de mi ya insoportable desdicha iquestA doacutende debiacutea ir En los primeros momentos despueacutes del embarque no pude determinarlo y vagueacute breve rato por la ribera hasta que me obligaron a huir los excesos de la salvaje muchedumbre que se precipitoacute sobre los equipajes de los diputados apoderaacutendose de ellos y saqueaacutendolos en presencia de la poca tropa que habiacutea quedado en el muelle

Al mismo tiempo sentiacute el clamor de las [249] campanas echadas a vuelo en sentildeal de que Sevilla habiacutea dejado de pertenecer al Gobierno constitucional y en cuerpo y alma perteneciacutea ya al absolutismo iexclCambio tan raacutepido como espantoso El pronunciamiento se hizo entre berridos salvajes en medio del saqueo y del escaacutendalo al grito de iexclmuera la Nacioacuten La verdad es que los alborotadores haciacutean poco dantildeo a las personas pero siacute robaban cuanto podiacutean Al entrar por la puerta de Jerez procureacute apartarme lo maacutes posible de la turbulenta oleada que marchaba hacia el corazoacuten de Sevilla con objeto seguacuten oiacute de destrozar el saloacuten de sesiones y el cafeacute del Turco donde se reuniacutean los patriotas

Lejos de desmayar yo con las muchas contrariedades el insomnio y el continuo movimiento pareciacutea que la misma fatiga me daba prodigiosos alientos No sentiacutea el maacutes ligero cansancio y mi cerebro como una llama cada vez maacutes viva hallaacutebase en ese maravilloso estado de actividad que es para los poetas para los criminales y para los que se ven en peligro la raacutepida inspiracioacuten del momento Yo sentiacutea en miacute un estro grandioso avivado por mis contrariadas pasiones mi rencor y mi despecho Teniacutea la penetrante vista del genio y habiacutea llegado a ese momento sublime en que los maacutes [250] profundos secretos de nuestro destino se nos muestran con claridad espantosa Mi pensamiento como la aguja magneacutetica de una bruacutejula sentildealaba con insistencia la casa del marqueacutes de Falfaacuten

-iexclOh alliacute alliacute he de encontrar la solucioacuten de este horrible problema

- XXXI -

Y corriendo hacia la casa sontildeaba no ya con las delicias de un encuentro feliz y de una amable reconciliacioacuten sino con proporcionar a mi alma el inefable el celestial el infinito regocijo de un escaacutendalo de una escena de una de esas venganzas de mujer que son la Iliacuteada (13) del corazoacuten femenino No seacute si me equivocareacute juzgando por miacute de todas las mujeres pero pienso firmemente que ninguna por muy tiacutemida que sea deja de sentir en momentos dados y cuando se discuten asuntos del corazoacuten el poderoso instinto de la majeza La maja digan lo que quieran no es maacutes que lo femenino puro De miacute puedo asegurar que en aquel instante me sentiacutea verdulera [251]

-Tengo la seguridad -deciacutea- de que le encontrareacute alliacute El corazoacuten me lo dice Es precisamente lo que necesito es la satisfaccioacuten maacutes preciosa y agradable de mi inmenso afaacuten el desahogo de mi pecho semejante a un volcaacuten sin craacuteter el consuelo de todas mis penas Hablareacute gritareacute vomitareacute injurias iquestqueacute digo injurias verdades Direacute todo lo que seacute abrireacute los ojos de un marido creacutedulo y bonachoacuten arrancareacute la maacutescara a una hipoacutecrita confundireacute a un ingrato en suma estareacute en mi elemento iexcliexclAhora Santo Dios de las venganzas ahora siacute que no se me puede escapar

Al dirigirme a la plaza de la Magdalena donde viviacutea el Marqueacutes vi a dos o tres patriotas que eran llevados presos por el pueblo con una cuerda al cuello iexclPobre gente Entre ellos vi a Canencia que me dirigioacute al pasar una mirada suplicante pero no hice caso y seguiacute Casi arrastrando a Mariana que apenas podiacutea seguirme de puro cansada y sontildeolienta llegueacute a casa de Falfaacuten

En el patio encontreacute al Marqueacutes que al punto que me vio asombrose mucho de la alteracioacuten de mi semblante creyendo que ocurriacutea alguacuten grave accidente

-Sentildeora -me dijo ofrecieacutendome una silla- no extrantildeo que esa gente mal educada [252] Se estaacuten cometiendo toda clase de excesos en la desgraciada Sevilla

-No es eso no -repuse- Si no me ha pasado nada

-Sentildeora su rostro de usted me indica gran desasosiego y agitacioacuten

-Es verdad -dije- pero

-Estaacute usted muy intranquila

-Intranquila no estoy furiosa

Despueacutes de decir esto y de romper en seis pedazos mi abanico que ya lo estaba en cuatro procureacute tomar una actitud aparentemente serena pues el caso requeriacutea en miacute la grave majestad del que condena no la atolondrada coacutelera y pueril turbacioacuten del condenado

-iquestY por queacute estaacute usted furiosa -me preguntoacute el Marqueacutes confundido- iquestEn queacute puedo servir a usted

-iexclYo seacute que estaacute aquiacute -dije mirando al Marqueacutes de un modo que le aterroacute

-iquestQuieacuten

-iexclOh iquestquieacuten seraacute preciso que yo hable que lo diga todo

-Sentildeora no comprendo una palabra

-Llame usted a la sentildeora Marquesa y quizaacutes ella me comprenda -repuse con amargo sarcasmo

-Andrea no estaacute en casa [253]

Al oiacuter esto sentiacute un sacudimiento Nuevo y maacutes doloroso cambio en mis ideas en mi voluntad en mi coacutelera en mis planes nuevo movimiento de la aguja magneacutetica que brujuleaba en mi corazoacuten marcaacutendome el derrotero en medio de la tempestad El Marqueacutes no podiacutea tener intereacutes en negarme a su esposa Asiacute lo comprendiacute al momento y sin vacilar un instante dije

-iquestHa ido a la casa de Dordf Mariacutea Antonia

-Precisamente alliacute estaacute -manifestoacute Falfaacuten en tono de confianza honrada y tranquila que hubiera cautivado a otra persona maacutes irritada que yo- La Sra Dordf Mariacutea Antonia se puso anoche mala y mi esposa fue a acompantildearla un ratito A las diez estaba de vuelta

-iquestA las diez

-Pero sin duda la Sra Dordf Mariacutea Antonia se ha agravado hoy porque al rayar el diacutea vinieron a buscar a Andrea y allaacute estaacute iquestEncuentra usted en esto algo de extrantildeo

-No sentildeor nada -dije levantaacutendome- iquestY doacutende vive esa Dordf Antonia

-En la calle que sale a la puerta de Carmona nuacutemero 26 iquestPero se va usted sin explicarme el motivo de su visita su agitacioacuten

-Siacute sentildeor me voy [254]

-Pero

-Adioacutes sentildeor Marqueacutes

Quiso detenerme pero raacutepida como un paacutejaro fugitivo le dejeacute y saliacute de la casa

-A la calle que sale a la puerta de Carmona nuacutemero 26 -dije a Mariana que me seguiacutea durmiendo

-Ahora -deciacutea para miacute en el horroroso veacutertigo que formaban mis pensamientos y mi marcha- ahora siacute que de ninguacuten modo se me puede escapar

Yo saboreaba de antemano las horribles delicias del escaacutendalo que iba a dar de la venganza que tomariacutea de las palabras que saldriacutean de mi boca como el humo y la lava

de un volcaacuten en erupcioacuten Me deleitaba con aquella copa de amarguras que se convertiacutea en copa llena de delicioso licor de la venganza Habiacutea llegado al extremo de recrearme en el veneno de mi alma y de hallar delicioso el fuego que respiraba Seguiacutea teniendo las mismas ganas de morder a alguien y creo que mi linda boca tan codiciada habriacutea sido un aacutespid si en carne humana hubiera posado sus secos labios

Mariana que conociacutea a Sevilla me llevoacute hacia la puerta de Carmona yo no seacute por doacutende ni en cuaacutento tiempo Habiacutea yo perdido la nocioacuten [255] de la distancia y del tiempo Vi una calle larga y solitaria con muchas rejas verdes llenas de tiestos de albahaca Vi una fila de casas de fachada blanca iluminadas por el sol y otra liacutenea de casas en la sombra Yo buscaba el nuacutemero 26 cuando sentiacute pisadas de caballos Delante de miacute como a cuarenta pasos abriose una gran puerta y salieron tres hombres a caballo iexclEra eacutel

Corriacute corriacute Iba vestido con el traje popular andaluz y su figura era la maacutes hermosa que puede imaginarse Los otros dos vestiacutean lo mismo Caracolearon un instante los corceles delante de la casa y en seguida emprendieron precipitadamente la carrera en direccioacuten a la puerta de Carmona

Yo corriacutea corriacutea y al mismo tiempo gritaba Mariana que no habiacutea perdido el juicio me detuvo enlazando con sus dos brazos mi talle Mi furor estalloacute con un grito salvaje con una convulsioacuten horrible y este apoacutestrofe inexplicable -iexclLadrones iexclLadrones

En el mismo momento en que yo rugiacutea de este modo dos mujeres se asomaban a la ventana de la casa y saludaban a los jinetes con sus abanicos Eacutel miroacute repetidas veces hacia atraacutes y saludaba tambieacuten sonriendo Vi brillar el lente de Dordf Mariacutea Antonia vi los negros [256] ojos de Andrea iexclOh Satanaacutes Satanaacutes

Yo seguiacute hasta ponerme debajo de la ventana pero esta se cerroacute Seguiacute corriendo un poco maacutes Un grupo de hombres feroces aparecioacute por una boca-calle Su aspecto infundiacutea pavor pero yo me adelanteacute hacia ellos y sentildealando a los tres jinetes que huiacutean a escape fuera de la puerta entre nubes de polvo griteacute con toda la fuerza de mis pulmones

-iexclQue se escapan corred corred tras ellos iexclQue se escapan los patriotas los maacutes malos de todos los ateos blasfemos los republicanos los masones los regicidas los enemigos del Rey iexcllos que queriacutean matarle Corred y cogedles Yo tengo dinero Mil duros al que les coja iexclEn nombre de la religioacuten iexclEn nombre de las caenas Vamos vamos tras ellos iexclQue se escapan

A medida que hablaba iba desapareciendo en mi espiacuteritu la nocioacuten de lo externo y me sentiacutea envuelta en tinieblas o en llamas no seacute en queacute me sentiacutea caer en un hondo infierno lleno de demonios sumergirme en abismo de negro delirio de fiebre de suentildeo o muerte pues no puedo expresar bien lo que era aquello

Perdiacute el conocimiento [257]

- XXXII - Mi dolorosa enfermedad que me puso al borde del sepulcro duroacute cuarenta diacuteas de los cuales no seacute cuaacutentos paseacute en terrible crisis sin conciencia de las cosas atormentada por la fiebre Mi sangre enardecida habiacutea descompuesto en tales teacuterminos las funciones de mi cerebro que en aquellos angustiosos diacuteas no viviacutea con mi vida propia sino con el mismo fuego mortiacutefero de la enfermedad Asistiome uno de los primeros meacutedicos de Sevilla

Cuando saliacute del peligro y hubo esperanzas de que auacuten podriacutea seguir mi persona fatigando al mundo con su peso halleme en tristiacutesimo estado sin memoria sin fuerzas sin belleza Mas empeceacute a recobrar muy lentamente estos tesoros perdidos y con ellos volviacutean mis pasiones y mis rencores a aposentarse en mi seno como despueacutes de una inundacioacuten y cuando las aguas se retiran aparece lentamente la tierra dibujaacutendose primero los altos collados luego las suaves pendientes y por uacuteltimo el llano Asiacute pasada aquella avenida de sangre que envolvioacute mi pensamiento en turbias olas venenosas [258] fue apareciendo poco a poco todo lo existente antes del 13 de Junio

Una imagen descollaba sobre todas las que me perseguiacutean cuando mi fantasiacutea como un borracho que recobra la claridad de sus sentidos empezoacute a presentarme lo pasado Esta imagen era la de la hueacuterfana a quien supuse corriendo sin cesar por campos y ciudades buscando lo que no habiacutea de encontrar iquestAcaso el tormento de ella no era tan grande o quizaacutes mayor que el miacuteo Pero yo no me haciacutea cargo de esto y lejos de sentir laacutestima de mi viacutectima echaba lentildea a la hoguera de mis rencores discurriendo mil defectos y fealdades en el caraacutecter de la hermana de Salvador para deducir que sus angustias le estaban muy bien merecidas iexclQueacute desatinos tan horribles penseacute con este motivo Parece mentira que la exaltacioacuten de mi aacutenimo me llevara hasta los uacuteltimos desvariacuteos hasta el sacrilegio y la blasfemia

-Es muy posible -deciacutea yo- que mis horribles angustias hayan sido causadas por las maldiciones de esa mujer Al verse engantildeada habraacute pedido a Dios mi castigo y Dios no hay duda hace caso de los hipoacutecritas iexclAh los hipoacutecritas iexclperversa raza Son capaces con sus fingidas laacutegrimas de engantildear al mismo Dios y compelerle a castigar a los buenos [259]

A estos horrorosos pensamientos hijos de una turbada razoacuten antildeadiacutea otros quizaacutes maacutes sacriacutelegos Mi enfermedad que pareciacutea un aviso del cielo no me habiacutea corregido antes bien cuando resuciteacute estaba maacutes intolerante maacutes soberbia y proyectaba nuevos planes para vencer la tenaz contrariedad de mi destino Lejos de desconfiar de mis fuerzas y de acobardarme teniacutea fe mayor en ellas y me vanagloriaba suponiendo una inmediata victoria

-Me han ocurrido tantos desastres -deciacutea- porque he sido una tonta Pero ahora iexclOh ahora yo me juro a miacute misma que morireacute o le he de atrapar Ireacute a Caacutediz

Cuando esto deciacutea finalizaba Julio y la temperatura de Sevilla era irresistible El meacutedico me ordenoacute que buscase en la costa aires maacutes templados

Los franceses se habiacutean establecido ya en Sevilla donde reinaba un orden perfecto En toda Espantildea y principalmente en algunos puntos privilegiados de la tragedia como

Manresa y la Coruntildea corriacutea la sangre a raudales Los dos furibundos partidos se heriacutean mutuamente con impiacutea crueldad Pero los ejeacutercitos de ambas Naciones no habiacutean empentildeado ninguna lucha verdaderamente marcial y grandiosa [260] El nuestro se desbandaba como un rebantildeo sin pastores y el franceacutes iba ocupando las ciudades desguarnecidas y dominando todo el paiacutes sin trabajo y sin heroiacutesmo sin sangre y sin gloria Sus victorias eran ramplonas y honradas su proceder dentro de los pueblos noble y templado Era aquel ejeacutercito como su jefe leal y sin genio un ejeacutercito apreciable compuesto de cien mil buenos sujetos que no conociacutean el saqueo pero tampoco la gloria iexclDetestable suerte la de Espantildea iexclHaber hecho temblar al coloso y sucumbir ante un hijo del conde de Artois ante un pobre emigrado de Gante

iexclA Caacutediz a Caacutediz Estas palabras compendiaban todo mi pensamiento en aquellos diacuteas Empeceacute a disponer mi viaje con gran prisa y a principios de Agosto nada teniacutea que hacer ya en Sevilla

Mi belleza recobraba al fin su esplendor Y no era esto poco triunfo porque la verdad es que me habiacutea quedado como un espectro iexclCon cuaacutento alborozo veiacutea yo despuntar de diacutea en diacutea la animacioacuten la gracia la frescura la viveza todos los encantos de mi fisonomiacutea que iban mostraacutendose como flores que se abren al carintildeoso amor del sol Yo no cesaba de mirarme al espejo para [261] observar los progresos de mi restauracioacuten y casi casi estoy por decir que me encontraba maacutes guapa que antes de mi enfermedad Perdoacuteneseme este orgullo vano pero si Dios me hizo asiacute si me dio hermosura y gracias iquestpor queacute no lo he de decir para que lo sepan los que no tuvieron la dicha de conocerme

El conde de Montguyon se me presentoacute en el momento de partir para Caacutediz iexclOh feliz encuentro Mi D Quijote que habiacutea sido ascendido a jefe de brigada me acompantildeoacute en casi todo el camino de Sevilla a la costa mostraacutendose en extremo orgulloso por creer proacuteximo el momento de mi definitiva conquista y yo cuidaba no poco de confirmarle en esta creencia porque queriacutea tenerle muy dispuesto a servirme en negocios difiacuteciles Hablamos tambieacuten de poliacutetica y de la Ordenanza de Anduacutejar en que Su Alteza recomendaba la mayor templanza a los absolutistas habieacutendoles disgustado por esto Pero el tema maacutes agradable a mi caballero era el amor

Seguacuten se expresaba su bello ideal estaba a punto de realizarse El paiacutes ardiente el territorio pintoresco la dama hermosa nada faltaba para que la leyenda fuese completa Pero yo esmeraacutendome en fomentar sus esperanzas era sumamente avara de concesiones Mi ordenanza [262] de Anduacutejar prescribiacutea tambieacuten la moderacioacuten

Ya me habiacutea yo instalado en el Puerto cuando apremiada por el Conde le reveleacute la causa de mis ardientes deseos de penetrar en Caacutediz

-Un hombre -le dije- que antes poseiacutea mi confianza administrando los bienes de mi casa un mayordomo que supo servirme alguacuten tiempo con lealtad para engantildearme despueacutes con maacutes seguridad huyoacute de Madrid robaacutendome gran cantidad de dinero muchas alhajas de valor y documentos preciosos Ese hombre estaacute en Caacutediz

-Pero en Caacutediz hay tribunales de justicia hay autoridades

-En Caacutediz no hay maacutes que un Gobierno expirante que para prolongar su vida entre agoniacuteas se rodea de todos los pillos

-Sin embargo sentildeora un ladroacuten de semejante estofa no puede ser patrocinado por nadie Horribles cosas se ven en las guerras civiles pero nosotros nosotros los franceses entraremos en Caacutediz

-Esa es mi esperanza

-iquestNo tiene usted valimiento con los Ministros liberales

-Ninguno Mi nombre soacutelo les sonaraacute a proclama realista [263]

-Entonces

-Cuento con la proteccioacuten de los jefes del ejeacutercito franceacutes

-Y con los servicios de un leal amigo El objeto principal es detener al ladroacuten

-iexclDetenerle y amarrarle y arrastrarle -exclameacute con furor- Mas deseo hacer mi justicia a espaldas de los tribunales porque aborrezco la curia y los pleitos aun cuando los gane

-iexclOh eso es muy espantildeol Se trata pues de cazar a un hombre iquestpor ventura eso es faacutecil todaviacutea

-Faacutecil no

-Y para una dama

-Pero yo no estoy sola Tengo servidores leales que soacutelo esperan una orden miacutea para

-Para matar

-No tanto -dije riendo- Esto le pareceraacute a usted leyenda novela romance o lo que quiera pero no mis propoacutesitos no son tan traacutegicos como usted se figura

-Lo supongo pero siempre seraacuten interesantes iquestHa dejado usted criados en Sevilla

-Uno tengo a mis oacuterdenes Le he enviado por delante y ya estaacute en Caacutediz

-Vigilando [264]

-Acechando

-Bien le seguiraacute de noche embozado hasta las cejas espiaraacute sus acciones se informaraacute de su meacutetodo de vida iquestY ese criado es fiel

-Como un perro Examinemos bien mi situacioacuten sentildeor Conde iquestSe puede entrar en Caacutediz

-Es muy difiacutecil sentildeora sobre todo para los que son sospechosos al Gobierno liberal

-iquestY por mar

-Ya sabe usted que en la bahiacutea tenemos nuestra escuadra

-iquestCuaacutendo tomaraacuten ustedes la plaza

-Pronto Esperamos a que venga Su Alteza para forzar el sitio

-iquestY podraacuten escaparse los milicianos y el Gobierno

-Es difiacutecil saberlo Ignoramos si habraacute capitulacioacuten no sabemos el grado de resistencia que presentaraacuten los insurgentes

-iexclOh -exclameacute sin saber lo que deciacutea obcecada por mis pasiones- Ustedes los realistas no sirven para esto Si Napoleoacuten estuviera aquiacute amigo miacuteo mantildeana mantildeana mismo siacute sentildeor mantildeana seriacutea tomada por asalto esa ciudad rebelde y pasados a cuchillo los insensatos que la defienden [265]

-Me parece demasiado pronto -dijo Montguyon sonriendo- En fin comprendo la impaciencia de usted

-Siacute quien ha sido robada vilmente estafada no puede aprobar estas dilaciones que dan fuerza al enemigo Sentildeor Conde es preciso entrar en Caacutediz

-Si de miacute dependiera sentildeora esta tarde mandaba dar el asalto -repuso con entusiasmo- Sorprenderiacutea a la guarnicioacuten encarcelariacutea a los diputados y a las Cortes y pondriacutea en libertad al Rey

-Ya eso no me importa tanto -dije en tono de conquistador- Yo entrariacutea al asalto sorprendiendo a la guarnicioacuten Dejariacutea a los diputados que hicieran lo que les acomodase mandariacutea al Rey a paseo

-Sentildeora

-Buscariacutea a mi hombre revolveriacutea todos los rincones todos los escondrijos de Caacutediz hasta encontrarle y despueacutes que le hallara

-Despueacutes

-Despueacutes sentildeor Conde iexclOh mi sangre se abrasa

-En los divinos ojos de usted Jenara -me dijo- brilla el fuego de la venganza Parece usted una Medea [266]

-No me impulsan los celos -dije serenaacutendome

-Una Judith

-Ni la idea poliacutetica

-Una

-Parezca lo que parezca sentildeor Conde ello es preciso entrar en Caacutediz

-Entraremos

-iquestNo sirve usted ahora en el Estado Mayor del general Bourmont

-En eacutel estoy a las oacuterdenes de la que es imaacuten de mi vida -repuso poniendo los ojos en blanco

-iquestBourmont seraacute nombrado comandante general de Caacutediz luego que la plaza se rinda

-Asiacute se dice

-iquestHaraacute usted prender a mi mayordomo

-Le hareacute fusilar

-iquestMe lo entregaraacute usted atado de pies y manos

-Siempre que no huya antes siacute sentildeora

-iexclHuir Pues queacute iquesttendraacute ese hombre la vileza de huir de no esperar

-El criminal amiga miacutea de mi corazoacuten pone su seguridad ante todo

-iquestNo dice usted que hay una especie de escuadra

-Una escuadra en toda regla [267]

-iquestPues de queacute sirven esos barcos sentildeor miacuteo -dije de muy mal talante- si permiten que se escape ese

-Quizaacutes no se escape

-iquestDe queacute sirve la escuadra -antildeadiacute con la maacutes viva inquietud- iquestQuieacuten es el almirante que la manda Yo quiero ver a ese almirante quiero hablar con eacutel

-Nada maacutes faacutecil pero dudo

-Me ocurre que si hay capitulacioacuten seraacute maacutes faacutecil atraparle

-iquestAl almirante

-No a a ese

-Sin duda En tal caso se quedariacutea tranquilo en Caacutediz al menos por unos diacuteas

-Bien muy bien Si hay capitulacioacuten arreglo perdoacuten de vidas y libertad para todos Sentildeor Conde aconsejaremos al Priacutencipe que capitule iexclpero queacute tonteriacuteas digo

-Estaacute patente en su espiacuteritu de usted la obsesioacuten de ese asunto

-iexclOh siacute no puedo pensar en otra cosa El caso es grave Si no consigo apoderarme de ese hombre no seacute creo que me costaraacute la vida

-Yo tambieacuten le aborrezco iexclHombre maldito Pero le cogeremos sentildeora Me pongo al servicio de este gran propoacutesito con la sumisioacuten [268] de un esclavo iquestAcepta usted mi cooperacioacuten

Al decir esto me besaba la mano

-La acepto siacute hombre generoso y leal la acepto con gratitud y profundo carintildeo

Al decir esto yo poniacutea en mi semblante una sensibilidad capaz de conmover a las piedras y en mis pestantildeas temblaba una laacutegrima

-Y entonces -antildeadioacute Montguyon con voz turbada- cuando nuestro triunfo sea seguro iquestpodreacute esperar que el hueco que se me destina en ese corazoacuten no sea tan pequentildeo

-iquestPequentildeo

-Si es evidente por confesioacuten de eacutel mismo que ya tengo una parte en sus sublimes afectos iquestno puedo esperar

-iquestUna parte iexclOh no todo todo

El inflamado galaacuten abrioacute sus brazos para estrecharme en ellos pero evadiacute prontamente aquella prueba de su insensato ardor y ponieacutendome primero seria y despueacutes amable con una especie de enojo gracioso y virtud tolerante le dije que ni Zamora ni yo podiacuteamos ser ganadas en una hora Al decir esto violentos cantildeonazos me hicieron estremecer y corriacute al balcoacuten

-Son los primeros tiros de las bateriacuteas que se han armado para atacar el Trocadero -me dijo el Conde [269]

-iquestY esas bombas van a Caacutediz -pregunteacute poniendo inmenso intereacutes en aquel asunto

-Van al Trocadero

-iquestY queacute es eso

-Un fuerte que estaacute en medio de las marismas

-iquestY alliacute estaacuten

-Los liberales

-iquestMuchos

-Mil y quinientos hombres

-iquestPaisanos

-Hay muchos paisanos y milicianos

-iexclOh moriraacute mucha gente

-Eso es lo que deseamos Parece que siente usted gran pena por ello

-La verdad -repuse ocultando los sentimientos que bruscamente me asaltaban- no me gusta que muera gente

-A excepcioacuten de su enemigo

-Ese iquestpero estaraacute en el Trocadero

-iexclQuieacuten sabe Estaacute usted aterrada Jenara

-iexclOh yo quiero ir al Trocadero

-Sentildeora

-Quiero ir al Trocadero

-Eso mismo deseamos nosotros -me dijo riendo- y para conseguirlo enviaremos por delante algunos centenares de bombas [270]

-iquestDoacutende estaacute el Trocadero -pregunteacute corriendo otra vez a la ventana

-Alliacute -dijo Montguyon asomaacutendose y alargando el brazo

Hiacutezome explicaciones y descripciones muy prolijas de la bahiacutea y de los fuertes pero bien comprendiacute que antes que mostrar sus conocimientos deseaba estar tan cerca de miacute como estaba aproximando bastante su cabeza a la miacutea y embriagaacutendose con el calor de mi rostro y con el roce de mis cabellos

- XXXIII -

iexclQueacute aparato desplegaron contra aquellas fortalezas que se alzan entre charcos salubres y que llevan por nombre el Trocadero Desde que llegoacute Su Alteza a mediados de Agosto no haciacutean maacutes que disparar bombas y balas contra los fuertes esperando abrir brecha en sus gloriosos muros iexclFiguacuterese el buen lector mi aburrimiento Considere con cuaacutenta tristeza y tedio veriacutea yo pasar diacutea tras diacutea sin maacutes distraccioacuten que oiacuter los disparos y ver por las noches las majestuosas curvas de los proyectiles Me consumiacutea [271] en mi casa del Puerto sin tener noticias del interior de Caacutediz ni esperanzas de poder penetrar en la plaza Ni pareciacutea aquello guerra formal y heroica como creiacutea yo que debiacutean ser las guerras y como las que vi en mi nintildeez y en tiempo del Imperio Casi todo el ejeacutercito sitiador estaba con los brazos cruzados los oficiales paseaban fumando los soldados haciacutean menos pesado el tiempo con bailoteo y cantos

No debo pasar en silencio que el duque del Infantado que llegoacute de Madrid en aquellos diacuteas me llevoacute a visitar a Su Alteza nuestro salvador y el aacutengel tutelar de la moribunda Espantildea por aquellos diacuteas Luis Antonio era un rubio desabrido cuyo semblante respiraba honradez y buena fe pero la aureola del genio no circundaba su frente Fuera de aquel sitio lejos de aquella deslumbradora posicioacuten y con otro nombre el hijo del conde de Artois habriacutea sido un joven de buen ver mas no en tal manera que por su aspecto descollase entre la muchedumbre Para hallar en eacutel lo que realmente le distinguiacutea era preciso que un trato frecuente hiciese resaltar las perfecciones morales de su alma privilegiada su lealtad sin tacha y aquel levantado espiacuteritu caballeresco sin quijotismo que le haciacutea tan estimable en la Corte de Francia Era valiente humanitario [272] corteacutes afable puntual y riguroso en el cumplimiento del deber Si estas cualidades no eran suficientes a formar un gran guerrero iquestqueacute importaba La pericia militar dieacuteronsela sus praacutecticos generales y nuestros desaciertos que fueron el principal estro marcial de la segunda invasioacuten

Angulema me recibioacute con la maacutes fina delicadeza y urbanidad pero de todas sus cortesaniacuteas la que maacutes me agradoacute fue la de disponer el asalto del Trocadero -iexclAl fin al fin -exclamaba yo- seraacute nuestro el horrible fuerte que nos abriraacute las puertas de Caacutediz

El 19 abrieron brecha pero hasta la noche del 30 no se dio el asalto habieacutendose guardado secreto sobre esto en los diacuteas anteriores aunque yo lo supe por el conde de Montguyon que no me ocultaba nada referente a las operaciones iexclNoche terrible la del 30 al 31 de Agosto noche que me parecioacute diacutea por lo clara y hermosa asiacute como por el estreacutepito guerrero que en ella resonara y las acciones heroicas dignas de ser alumbradas por el sol Apretado fue el lance del asalto seguacuten oiacute contar y Su Alteza y el priacutencipe de Carignan se portaron bravamente combatiendo como soldados en los sitios maacutes peligrosos No fue ciertamente el hecho del Trocadero una de aquellas paacuteginas de epopeya [273] que ilustraron el Imperio fue maacutes bien lo que los dramaturgos franceses llaman Succeacutes destime un eacutexito que no tiene envidiosos Pero a la Restauracioacuten le conveniacutea cacarearlo mucho cintildeendo a la inofensiva frente del Duque los laureles napoleoacutenicos y se tocoacute la trompa sobre este tema hasta reventar resultando del entusiasmo oficial que no hubo en Francia calle ni plaza que no llevase el nombre del Trocadero y hasta el famoso arco de la Estrella en cuyas piedras se habiacutean grabado los nombres de Austerlitz y Wagram fue durante alguacuten tiempo Arco del Trocadero

Yo me habiacutea trasladado a Puerto Real para estar maacutes cerca En la mantildeana del 31 cuando vi pasar a los prisioneros hechos en los fuertes me sentiacute morir de zozobra Entre aquellas caras atezadas a cada instante creiacutea ver la suya Estuvieron pasando mucho

tiempo porque eran maacutes de mil entre militares y paisanos Creo que les mireacute uno por uno y al fin cuando ya quedaban pocos redobleacute mi atencioacuten iexclOh misericordioso Dios queacute estupendas cosas permites En la uacuteltima fila casi solo maacutes abatido maacutes quemado del sol maacutes demacrado con los vestidos maacutes rotos que los demaacutes pasoacute eacutel iexcleacutel mismo no podiacutea dudarlo porque le estaba viendo viendo siacute con mis propios [274] ojos arrasados de laacutegrimas Llevaba la mano izquierda en cabestrillo hecho con un andrajo y su paso era inseguro y como dolorido sin duda por tener lleno de contusiones el cuerpo

Al verle extendiacute los brazos y griteacute con toda la fuerza de mi voz Mi enamorada exclamacioacuten hizo volver la cabeza a todos los que iban delante y a los curiosos que le rodeaban Eacutel alzando los amortiguados ojos me miroacute con expresioacuten tan triste que sentiacute partido mi corazoacuten y estuve a punto de desmayarme Creo que pronuncioacute algunas palabras pero no oiacute sino un adioacutes tan luacutegubre como campanada funeral y movioacute la mano en ademaacuten de carintildeoso saludo y pasoacute desapareciendo con los demaacutes en una vuelta del camino

Mi primera intencioacuten fue correr tras eacutel pero en la casa me detuvieron Cuando serenamente me hice cargo de la situacioacuten formeacute mil proyectos pero todos los desechaba al punto por descabellados Pensaacutendolo bien comprendiacute que no era tan difiacutecil conseguir su libertad Me congratulaba de que al cabo de tantas fatigas el destino me le presentara prisionero para poder decir con maacutes valor que nunca -Ahora siacute que no se me puede escapar [275]

- XXXIV - Envieacute recados al conde de Montguyon pero no se le podiacutea encontrar por ninguna parte Unos deciacutean que estaba en el Trocadero otros que en el Puerto otros que habiacutea ido a las fragatas con una comisioacuten Por uacuteltimo averiguumleacute con certeza su paradero y le escribiacute una carta muy carintildeosa Mas pasoacute un diacutea pasaron dos y yo me moriacutea de impaciencia sin poder ver al prisionero ni aun saber doacutende le habiacutean llevado El Conde robando al fin un rato a sus quehaceres vino a verme el diacutea 4 Yo estaba otra vez medio loca y no teniacutea humor para hacer papeles sino que espontaacuteneamente dejaba que se desbordasen los sentimientos de mi corazoacuten

-iexclOh Cuaacutento me alegro de ver a usted -le dije- Si usted no viene pronto sentildeor Conde me hubiera muerto de pena

Con estas palabras que creiacutea dictadas por un vivo intereacutes hacia eacutel se puso el noble franceacutes un poco chispo que asiacute denomino yo al embobamiento de los hombres enamorados Se deshizo en galanteriacuteas a las cuales daba cierto [276] tono de intimidad cargante y despueacutes me dijo

-Pronto muy pronto libertaremos a Su Majestad el Rey de Espantildea y entraremos en Caacutediz El sol de ese diacutea sentildeora iexclcuaacuten alegremente brillaraacute sobre toda Espantildea y especialmente sobre nuestros corazones

-Mi estimado amigo -indiqueacute riendo- no diga usted tonteriacuteas

Eacutel se quedoacute cortado

-Basta de tonteriacuteas -antildeadiacute- y oacuteigame usted lo que voy a decirle Ya he encontrado al hombre que buscaba

-iquestDoacutende iquestcoacutemo iquestese malvado

-No es malvado

-iquestCoacutemo no Me dijo usted que le habiacutea robado sus alhajas

-iexclNo es ese por Dios iquestCuaacutendo entenderaacute usted las cosas al derecho

-Siempre que no se me expliquen al reveacutes

-He encontrado a ese hombre Pero entendaacutemonos iquestNo dije a usted que habiacutea venido delante de miacute un fiel criado de mi casa el cual entroacute en Caacutediz

-iexclAh siacute entroacute para observar los pasos del ladroacuten

-Pues ese fiel criado tiene el defecto de ser algo patriota iexcldebilidades humanas y [277] como es algo patriota se puso a pelear en el Trocadero por una causa que no le importaba

-Ya comprendo y ha caiacutedo prisionero iquestLe ha visto usted

-Le vi cuando los prisioneros pasaron por aquiacute pero no le he visto maacutes y ahora sentildeor Conde quiero que usted me le ponga en libertad

-Sentildeora si Caacutediz se rinde pronto como creo y todo se arregla espero conseguir lo que usted me pide

-iexclQueacute gracia Para eso no necesito yo de la amistad de un jefe de brigada -dije con enfado- Ha de ser antes mantildeana mismo

-iexclOh Sentildeora usted somete mi amor a pruebas demasiado fuertes

-iquestQuiere usted que dejemos a un lado el amor -le dije ponieacutendome muy seria- y que hablemos como amigos

Montguyon palidecioacute

-iquestEsa persona -me dijo- interesa a usted tanto que no puede esperar a que concluya la guerra dando yo mi palabra de que el prisionero seraacute bien atendido

-No basta que sea atendido -afirmeacute con resolucioacuten- No basta nada quiero su libertad quiero atenderle yo misma cuidarle curar [278] sus heridas tenerle a mi lado llevarle a sitio seguro

Me expreseacute al decir esto con vehemencia suma porque me era ya muy difiacutecil contener mi corazoacuten que iba al galope en busca de las anheladas soluciones El Conde me oiacutea con cierto terror

-iquestTanto interesa a usted -repitioacute- tanto interesa a usted un criado

-No es criado

-iquestTal vez un anciano servidor de la casa

-No es anciano

-iquestUn joven iquestSupongo que no seraacute el ladroacuten

-iquestQueacute ladroacuten

-El ladroacuten de quien usted me habloacute

-iexclAh No me acordaba Ya no me ocupo de eso

-iquestAbandona usted la empresa de detener y castigar a ese miserable

-La abandono

-iexclQueacute inconstancia

-Yo soy asiacute

-Pero ese ese otro iquestinteresa a usted tanto

-Muchiacutesimo

-iquestEs pariente de usted

-No Es compantildeero de la infancia [279]

-iquestEs militar

-Paisano sentildeor Conde -dije con el tono de severa autoridad que seacute emplear cuando me conviene- Si se empentildea usted en ser catecismo buscareacute otra persona maacutes galante y maacutes generosa que sepa prestar un servicio economizando las preguntas

-Creo tener alguacuten derecho a ello -repuso con gravedad

-No tiene usted ninguno -afirmeacute con desenfado- porque este derecho yo sola podriacutea darlo y yo lo niego

-Entonces sentildeora -objetoacute encubriendo su ira bajo formas urbanas- he padecido una equivocacioacuten

-Si cree usted que le amo siacute La equivocacioacuten no puede ser maacutes completa

Montguyon se levantoacute Sus ojos en los cuales se leiacutea el furor mezclado con la dignidad me dirigieron una mirada que debiacutea ser la uacuteltima Yo corriacute a eacutel y tomaacutendole la mano le rogueacute que se sentase a mi lado

-Usted es un caballero -le dije- Ninguacuten otro ha merecido maacutes que usted mi estimacioacuten lo juro Dios sabe que al decir esto hablo con el corazoacuten

-Dios lo sabraacute -repuso Montguyon muy afligido- mas para miacute y de aquiacute en adelante [280] las palabras de usted estaacuten escritas en el agua

-Considere usted las que le diga hoy como si estuvieran grabadas en bronce La que confiesa hechos que no le favorecen iquestno tiene derecho a ser creiacuteda

-A veces siacute Confieacuteseme usted que su conducta conmigo no ha sido leal

-Lo confieso -repliqueacute bajando los ojos y realmente avergonzada

-Confiese usted que yo no mereciacutea servir de juguete a una mujer voluntariosa

-Tambieacuten es cierto y lo confieso

-Declare usted que ama a otro

-iexclOh siacute lo declaro con todo mi corazoacuten y si cien bocas tuviera con todas lo diriacutea

El leal caballero se quedoacute atoacutenito y espantado Estaba como ellos dicen foudroyeacute Durante breve rato no me dijo nada pero yo comprendiacute su martirio y le teniacutea laacutestima iexclOh queacute mala he sido siempre

-Ese hombre -murmuroacute Montguyon- ese hombre

-Ahora reconocieacutendome culpable reconocieacutendome inferior a usted -dije- le autorizo para que me abrume a preguntas si gusta y aun para que me eche en cara mi ligereza

-Ese hombre -prosiguioacute el franceacutes- [281] Perdone usted pero nada es maacutes curioso que la desgracia El amor desairado quiere tener miles de ojos para sondear las causas de su desdicha Ese hombre iquestquieacuten es

-Un hombre

-iquestDe familia ilustre

-No sentildeor de origen muy humilde

-iquestLe ama usted hace tiempo

-Hace mucho tiempo

-Eacutel iquestla ama a usted

-No estoy muy segura de ello

-iexclOh iexclQueacute iniquidad -exclamoacute con furor el Conde- Es un miserable

-Un ingrato y es bastante

-iquestY a pesar de su ingratitud le ama usted

-Tengo esa debilidad que no puedo dominar

-Aborreacutezcale usted

-Si fuera faacutecil Difiacutecil cosa es esa

-iexclEs verdad difiacutecil cosa -exclamoacute Montguyon con tristeza- iquestY ese hombre

-iquestPero hay maacutes preguntas todaviacutea

-No ya no maacutes Me basta lo que seacute y me retiro

-Se conduce usted como un cualquiera -le dije con verdadero afecto- Me abandona usted precisamente cuando mi sinceridad merece [282] alguna recompensa iquestSeraacute posible que cuando yo empiezo a tener franqueza deje usted de tener generosidad

-iexclOh Sentildeora toca usted una fibra de mi corazoacuten que siempre responde aun cuando la hieran con puntildeal

-Siacute siacute amigo miacuteo Usted es generoso y noble en gran manera Para que la diferencia entre los dos sea siempre grande para que usted sea siempre un caballero y yo una miserable paacutegueme usted como pagan en todas ocasiones las almas elevadas Pues yo me he portado mal poacutertese usted bien conmigo Haga cada cual su papel Cumpla usted el precepto que manda volver bien por mal Asiacute creceraacute maacutes a mis ojos asiacute me abatireacute yo maacutes a los suyos asiacute su generosidad seraacute mayor y mi culpa maacutes grande tambieacuten y usted tendraacute en su vida una paacutegina maacutes gloriosa que la victoria que acaba de alcanzar frente al enemigo

-Comprendo lo que usted me dice -murmuroacute el franceacutes descansando por breve rato su frente en la palma de la mano- Yo sereacute siempre digno de mi nombre

-iexclCaballero leal antes ahora y siempre -exclameacute yo

-Bien sentildeora -dijo levantaacutendose y alargaacutendome la mano que estrecheacute cordialmente- [283] Lo que usted desea de miacute es bastante claro

-Siacute

-Y yo -antildeadioacute con manifiesta emocioacuten- empentildeo mi palabra de honor

-iexclOh lo esperaba lo esperaba

-Doy mi palabra de honor de hacer cuanto esteacute en mi mano para devolver a usted la felicidad entregaacutendole a su amante

-Gracias gracias -exclameacute derramando laacutegrimas de admiracioacuten y agradecimiento

El Conde saludaacutendome ceremoniosamente se retiroacute De buena gana le habriacutea dado un abrazo

- XXXV - iexclQueacute diacuteas pasaron Yo contaba las horas los minutos como si de la duracioacuten de ellos dependiese mi vida Entre espantildeoles y franceses era opinioacuten corriente que la guerra acabariacutea pronto que Caacutediz expiraba que las Cortes se moriacutean por momentos Sin embargo auacuten resistiacutea el Gobierno liberal y sus secuaces como la bestia herida que no quiere soltar su presa mientras tenga un haacutelito de existencia Esta [284] constancia no careciacutea de meacuterito y lo tendriacutea mayor si se empleara en causa menos perdida iexclQueacute sacrificio tan inuacutetil No teniacutean hombres porque los alistamientos no produciacutean efecto No teniacutean dinero porque el empreacutestito que levantaron en Londres produjo una libra esterlina Yo creo que si mi espiacuteritu hubiera estado en disposicioacuten de admirar algo habriacutea admirado la perseverancia de aquel Gobierno que no pudo encontrar en toda Europa quien le prestase maacutes de cinco duros

Mi deseo era que se rindiese todo el mundo que el Rey y la Nacioacuten arreglasen pronto sus diferencias aunque las arreglaran devoraacutendose mutuamente Yo queriacutea tener el campo libre para el desenlace de mi campantildea amorosa que veiacutea ya seguro y feliz

Casi todo Setiembre lo pasaron Angulema y las Cortes en dimes y diretes Mil recados atravesaban la bahiacutea en un bote callaban los cantildeones para que hablaran los parlamentarios Tales comedias me poniacutean furiosa porque no se decidiacutea la suerte de los infelices prisioneros del Trocadero que habiacutean sido repartidos entre los Dominicos del Puerto y la Cartuja de Jerez

Montguyon me visitoacute el 12 para informarme de que habiacutea visto al prisionero cuyo nombre [285] y sentildeas le habiacutea dado yo oportunamente

-Estaacute sumamente abatido y melancoacutelico -me dijo- Se ha negado a recibir los auxilios pecuniarios que le ofreciacute de parte de usted pero se ha mostrado muy agradecido Al oiacuter que Jenara teniacutea gran empentildeo en conseguir su libertad parecioacute muy turbado y conmovido pronunciando palabras sueltas cuyo sentido no pude comprender

-iquestY no desea verme

-Parece que lo desea ardientemente

-iexclOh iexclEstas dilaciones son horribles iquestY queacute maacutes dijo

-Cosas tristes y peregrinas Afirma que desea la libertad para conseguir por ella el destierro

-iexclEl destierro

-Dice que aborrece a su paiacutes y que la idea de emigracioacuten le consuela

-Le conozco siacute Esa idea es suya

Otras cosas me dijo el Conde pero se referiacutean al trato que se daba a los prisioneros y a las excepciones ventajosas que eacutel estableciera en beneficio de mi amado iexclCuaacutento le agradeciacute sus delicadezas Mientras viva tendreacute buenos recuerdos de hombre tan caballeroso y humanitario

Interrumpidos los tratos por la terquedad [286] de las Cortes tomoacute de nuevo la palabra el cantildeoacuten y el diacutea 20 fue ganado por los franceses con otro brioso asalto el castillo de Santi-Petri Despueacutes de este hecho de armas Angulema habloacute fuerte a los tenaces liberales pegados como lapas a la roca constitucional y les amenazoacute con pasar a cuchillo a toda la guarnicioacuten de Caacutediz si Fernando VII no era puesto inmediatamente en libertad El 26 se sublevoacute contra la Constitucioacuten el batalloacuten de San Marcial que guarneciacutea la bateriacutea de Urrutia en la costa y la armada francesa secundando el fuego de las bateriacuteas del Trocadero arrojaba bombas sobre Caacutediz No era posible mayor resistencia Era una tenacidad que empezaba a confundirse con el heroiacutesmo y la Constitucioacuten moriacutea como habiacutea nacido entre espantosa lluvia de balas saludada en su triste ocaso como en su dramaacutetico oriente por las salvas del ejeacutercito franceacutes

Por fin llegaba el anhelado diacutea

-Habraacute perdoacuten general -deciacutea yo para miacute- Todos los prisioneros seraacuten puestos en libertad Huiremos iexclCuaacuten grato es el destierro Comeremos los dos el dulce pan de la emigracioacuten lejos de indiscretas miradas libres y felices fuera de esta loca patria perturbada donde ni aun los corazones pueden latir en paz [287]

Montguyon me trajo el 29 muy malas noticias

-El Duque ha resuelto poner en libertad a todos los prisioneros de guerra Pero

-iquestPero queacute

-Ha dispuesto que sean entregados a las autoridades espantildeolas los individuos que en Caacutediz desempentildeaban comisiones poliacuteticas

-iquestEacutel estaacute comprendido

-Siacute sentildeora Desgraciadamente se tienen de eacutel las peores noticias Habiacutea recorrido los pueblos alistando gente por orden de Calatrava habiacutea venido desde Cataluntildea con oacuterdenes de Mina para realizar asesinatos de franceses Habiacutea organizado las partidas de gente soez que en el traacutensito de Sevilla a Caacutediz insultaron a Su Majestad

-iexclOh eso es falso falso mil veces falso -exclameacute sin poder contener mi indignacioacuten

Y en efecto tales suposiciones eran infames calumnias

-Ha llegado al Puerto de Santa Mariacutea -antildeadioacute Montguyon- el Sr D Viacutector Saacuteez secretario de Estado iquestpor queacute no le ve usted

-No quiero nada con hombres de ese jaez -repuse con enojo- Usted me ha dado su palabra de honor usted ha empentildeado su nombre de caballero y con usted solo debo contar iexclOh [288] sentildeor Conde si mi prisionero es entregado a la brutalidad de las autoridades espantildeolas sedientas hoy de sangre y de venganza sospechareacute que usted me hace traicioacuten

Palidecioacute el caballero franceacutes Dirigieacutendome una mirada desdentildeosa me dijo al despedirse

-Todaviacutea sentildeora no sabe usted quieacuten soy yo

A pesar de mis propoacutesitos determineacute visitar a Saacuteez porque bueno es tener amigos aunque sea en el infierno Venciacute mis recientes antipatiacuteas y tomando un coche me encamineacute al Puerto de Santa Mariacutea Era el 1ordm de Octubre diacutea solemne en los fastos espantildeoles

Halleacute al buen canoacutenigo maacutes soplado y presuntuoso que nunca como todo aquel que se ve en alturas a donde nunca debioacute llegar pero contra lo que yo esperaba recibiome afablemente y no me dijo una sola palabra acerca de mi conversioacuten al absolutismo Pareciacutea olvidado de estas pequentildeeces y ocuparse tan soacutelo como Jimeacutenez de Cisneros en los negocios puacuteblicos de ambos mundos

-Hoy es diacutea placentero sentildeora diacutea feliz entre todos los diacuteas felices de la tierra -me dijo- Su Majestad D Fernando ese ilustre [289] maacutertir de los excesos revolucionarios es ya libre

-iquestYa

-Hoy nos le entregan Al fin han comprendido esos locos que su resistencia les podriacutea costar muy cara pero muy cara El Duque tiene malas moscas

-Feliciteacutemonos Sr D Viacutector -dije con afectado entusiasmo- de esta solucioacuten lisonjera Espantildea y el mundo estaacuten de enhorabuena Mas para que se completara la dicha convendriacutea que tantas y tan graves heridas no se ensantildeasen con la venganza y la crueldad del partido vencedor y que un generoso olvido de los errores pasados inaugurase la venturosa era que empieza hoy

-Asiacute seraacute sentildeora -repuso sonriendo de un modo que me parecioacute algo hipoacutecrita- Su Majestad ha dado ayer en Caacutediz un manifiesto en que ofrece perdonar a todo el mundo y

no acordarse para nada de los que le han ofendido iexclCuaacutenta magnanimidad iexclCuaacutenta nobleza

-iexclOh siacute conducta digna de un descendiente de cien Reyes digna de quien da el perdoacuten y del pueblo que la recibe Si Fernando cumple lo que promete seraacute grande entre todos los Reyes de Espantildea

-Lo cumpliraacute sentildeora lo cumpliraacute [290]

Aunque no teniacutea gran confianza en las afirmaciones de Saacuteez di creacutedito a estos propoacutesitos por creerlos inspiracioacuten del duque de Angulema

Invitome luego a presenciar el desembarco de Su Majestad a lo que accediacute muy gustosa Nos trasladamos al muelle y habiendo sido colocada por un oficial franceacutes en sitio muy conveniente para ver todo presencieacute aquel acto que debiacutea ser uno de los maacutes notables recodos uno de los maacutes bruscos aacutengulos de la historia de Espantildea en el tortuoso siglo presente

iexclEspectaacuteculo conmovedor La regia faluacutea cuyo timoacuten gobernaba el almirante Valdeacutes uno de los maacutes gloriosos marinos de Trafalgar se acercaba al muelle En ella veniacutea toda la familia real la Monarquiacutea histoacuterica secuestrada por el liberalismo La conciliacioacuten ideada por cabezas insensatas era imposible y aquellos regios rehenes que la Nacioacuten habiacutea tomado eran devueltos al absolutismo contra el cual no podiacutean prevalecer auacuten los infiernos de la demagogia En una lancha volviacutean del purgatorio constitucional las aacutenimas angustiadas del Rey y los Priacutencipes

Mientras el victorioso despotismo recobraba sus personas sagradas allaacute lejos sobre la gloriosa pentildea inundada de luz y centildeida por coronas [291] de blancas olas los pobres pensadores desesperados los utopistas sin ilusiones los desengantildeados patricios lloraban sus errores y buscando hospitalidad en naves extranjeras se disponiacutean a huir para siempre de la patria a quien no habiacutean podido convencer

Asiacute acaban los esfuerzos superiores a la energiacutea humana las luchas imposibles con monstruos potentes de terribles brazos y que hunden en el suelo sus patas para estar maacutes seguros como hunde sus raiacuteces el aacuterbol Tal era la contienda con el absolutismo Queriacutean vencerle cortaacutendole las ramas y eacutel retontildeaba con maacutes fuerza Queriacutean ahogarle y regaacutendole daban jugo a sus raiacuteces iexclA vosotros oh venideros diacuteas del siglo tocaba atacarlo en lo hondo arrancaacutendolo de cuajo Pero advierto que estoy hablando la jerga liberal iexclQueacute horror Verdad es que escribo veinte antildeos despueacutes de aquellos sucesos que ya soy vieja y que a los viejos como a los sabios se les permite mudar de parecer

Fernando puso el pie en tierra Dicen que al verse en suelo firme dirigioacute a Valdeacutes una mirada terrible una mirada que era un programa poliacutetico el programa de la venganza Yo no lo vi pero debioacute de ser cierto porque me lo dijo quien estaba muy cerca Lo que siacute [292] puedo asegurar es que Angulema hincando en tierra la rodilla besoacute la mano al Rey que luego se abrazaron todos que D Viacutector Saacuteez lloraba como un simple y que los vivas y las exclamaciones de entusiasmo me volvieron loca Los franceses gritaban los espantildeoles gritaban tambieacuten celebrando la feliz resurreccioacuten de la Monarquiacutea tradicional y la miserable muerte del impiacuteo constitucionalismo El glorioso imperio de

las caenas habiacutea empezado Ya se podiacutea decir con toda el alma -iexclViva el Rey absoluto iexclMuera la Nacioacuten

- XXXVI - Faltaba la solucioacuten miacutea Mi corazoacuten estaba como el reo cuya sentencia no se ha escrito todaviacutea El 1ordm de Octubre por la tarde y el diacutea 2 hice diligencias sin fruto no sieacutendome posible ver a Saacuteez ni a Montguyon a quien envieacute frecuentes y apremiantes recados Ninguna noticia pude adquirir tampoco de los prisioneros Creo que me hubiera repetido el ataque cerebral que padeciacute en Sevilla si en el momento de mi mayor desesperacioacuten no apareciese [293] mi generoso galaacuten franceacutes a devolverme la vida Estaba paacutelido y pareciacutea muy agitado

-Vengo de Caacutediz -me dijo- Dispeacutenseme usted si no he podido servirla maacutes pronto

-iquestY queacute hay -pregunteacute con la vida toda en suspenso

-Deme usted su mano -dijo Montguyon ceremoniosamente

Se la di y la besoacute con amor

-Ahora sentildeora todo ha acabado entre nosotros Mi deber estaacute cumplido y mi deber es perdonar pagando las ofensas con beneficios

Yo me sentiacutea muy conmovida y no pude decirle nada

-Ni un momento he dudado de su nobleza e hidalguiacutea -indiqueacute con acento de pura verdad- A veces tropezamos en la vida con el bien y pasamos sin verlo Sentildeor Conde mi gratitud seraacute eterna

-No quiero gratitud -diacutejome con mucha tristeza- Es un sentimiento que no me gusta recibido sino dado Deseo tan soacutelo un recuerdo bueno y constante

-iexclY una amistad entrantildeable una estimacioacuten profunda -exclameacute derramando laacutegrimas [294]

-Todo estaacute hecho

-iquestConforme a mi deseo iexclBendito sea el momento en que nos conocimos

-Sentildeora su prisionero de usted estaacute sano y salvo a bordo de la corbeta Tisbe que parte esta tarde para Gibraltar

-iquestY coacutemo

-Por sus antecedentes debiacutea ser condenado a muerte Otros menos criminales subiraacuten al cadalso si no se escapan a tiempo Yo le saqueacute anoche furtivamente de los Dominicos y le embarqueacute esta mantildeana Ya no corre peligro alguno Estaacute bajo la salvaguardia del noble pabelloacuten ingleacutes

-iexclOh gracias gracias

-Ademaacutes del servicio que a usted presto creo cumplir un deber de conciencia arrancando una viacutectima a los feroces Ministros del Rey de Espantildea

-iquestPues queacute -pregunteacute con asombro- iquestSu Majestad no ha ofrecido en su Manifiesto de Caacutediz perdonar a todo el mundo

-iexclPalabras de Rey prisionero Las palabras del deacutespota libre son las que rigen ahora Su Majestad ha promulgado otro decreto que es la negra bandera de las proscripciones un programa de sangre y exterminio Innumerables personas han sido condenadas a muerte [295]

-Esto es una infamia pero en fin iquesteacutel estaacute en salvo

-En salvo

-Y sabe que me lo debe a miacute sabe que yo iexclOh sentildeor Conde no extrantildee usted mi egoiacutesmo Estoy loca de alegriacutea y puedo repetir con toda mi alma laquoahora siacute que no se me puede escaparraquo

-Sabe que a usted lo debe todo y espera abrazarla pronto

-iquestCoacutemo

-Muy faacutecilmente Comprendiendo que usted desea ir en su compantildeiacutea he pedido otro pasaporte para Dordf Jenara de Baraona

-De modo que yo

-Puede embarcarse usted esta tarde antes de las cuatro a bordo de la Tisbe

-iquestEs verdad lo que oigo

-Aquiacute estaacute la orden firmada por el almirante ingleacutes Me la ha dado juntamente con las que ponen en salvo a los ex-regentes Ciacutescar y Valdeacutes impiacuteamente condenados a muerte por el Rey

-iexclOh soy feliz y todo lo debo a usted iexclQueacute admirable conducta

Sin poder contenerme caiacute de rodillas y con mis laacutegrimas bantildeeacute las generosas manos de aquel hombre [296]

-Asiacute castigo yo -me dijo levantaacutendome- Prepaacuterese usted A las tres y media vengo a buscarla para conducirla a bordo del bote franceacutes que me han facilitado dos guardias marinos parientes miacuteos

El Conde se retiroacute recomendaacutendome otra vez que estuviera pronta a las tres y media Era la una

Ocupeme con febril presteza de preparar mi viaje Estaba resuelta a abandonar todo lo que no nos fuera faacutecil llevar Mariana y yo trabajamos como locas sin darnos un segundo de reposo

La felicidad se desbordaba en mi alma Me reiacutea sola Pero iexclay una idea triste conturboacute de suacutebito mi mente Acordeme de la pobre hueacuterfana viajera y esto produjo en mi espiacuteritu una detencioacuten dolorosa en su raudo y atrevido vuelo Pero al mismo tiempo sentiacutea que los rencores huiacutean de mi corazoacuten siendo reemplazados por sentimientos dulces y expansivos los uacutenicos dignos de la privilegiada alma de la mujer

-Perdono a todo el mundo -dije para miacute- Reconozco que hice mal en engantildear a aquella pobre muchacha Todaviacutea le estaraacute buscando Pero yo tambieacuten le he buscado yo tambieacuten he padecido horriblemente iexclOh iexclDios [297] miacuteo Al fin me das respiro al fin me das la felicidad que tanto he buscado y que no pude obtener a causa sin duda de mis atroces faltas La felicidad hace buenos a los malos y yo sereacute buena sereacute siempre buena Esta tarde cuando le vea le pedireacute perdoacuten por lo que hice con su hermana iexclOh ahora me acuerdo de la marquesa de Falfaacuten y torno a ponerme furiosa No eso siacute que no puede perdonarse iexclno Tendraacute que darme cuenta de su vil conducta Pero al fin le perdonareacute iexclEs tan dulce perdonar Bendito sea Dios que nos hace felices para que seamos buenos

Esto y otras cosas seguiacutea pensando sin cesar de trabajar en el arreglo de mi equipaje Miraba a todas horas el reloj que era tambieacuten de cucuacute como el de aquella horrible noche de Sevilla pero el paacutejaro de Puerto Real me era simpaacutetico y sus saluditos y su canto regocijaban mi espiacuteritu

Dieron las tres Una mano brutal golpeoacute mi puerta No habiacutea dado yo la orden de pasar adelante cuando se presentaron cuatro hombres dos paisanos y dos militares Uno de los paisanos llevaba bastoacuten de policiacutea Avanzoacute hacia miacute iexclVisioacuten horrible Yo habiacutea visto al tal en alguna parte iquestDoacutende En Benabarre [298]

Aquel hombre me dijo groseramente

-Sentildeora Dordf Jenara de Baraona dese usted presa

En el primer instante no contesteacute porque la estupefaccioacuten me lo impediacutea Despueacutes rugiendo maacutes bien que hablando exclameacute

-iexclYo presa yo iquestQuieacuten lo manda

-De orden del excelentiacutesimo Sr D Viacutector Saacuteez Ministro universal de Su Majestad

-iexclVil iexclTan vil tuacute como Saacuteez -griteacute

Yo no era mujer era una leona

Al ver que se me acercaron dos soldados y asieron mis brazos con sus manos de hierro corriacute por la estancia No buscaba mi salvacioacuten en cobarde fuga buscaba un cuchillo un hacha un arma cualquiera Comprendiacutea el asesinato Mi furor no teniacutea comparacioacuten con ninguacuten furor de hombre Era furor de mujer No encontreacute ninguna arma iexclDios vengador Si la encontrara aunque fuera un tenedor creo que habriacutea matado a los cuatro Un candelabro vino a mis manos tomelo y al instante la cabeza de uno de ellos se rajoacute iexclSangre iexclYo queriacutea sangre

Pero me atenazaron con sus salvajes brazos iexclPresa presa Todos mis afanes todos [299] mis sentimientos todos mis deseos se condensaban en uno solo tener delante a D Viacutector Saacuteez para lanzarme sobre eacutel y con mis dedos tentildeidos de sangre sacarle los ojos

No pudiendo hundir mis dedos en ajenos ojos los volviacute contra los miacuteos clavelos en mi cabeza intentando agujerearme el craacuteneo y sacarme los sesos Mi aliento era fuego puro

Llevaacuteronme iquestqueacute seacute yo a doacutende Por el camino iexcloh Sataacuten miacuteo iexcloh demonio injustamente arrojado del Paraiacuteso sentiacute el disparo de la corbeta inglesa al darse a la vela

Fin de

LOS CIEN MIL HIJOS DE SAN LUIS

MADRID

Febrero de 1877

  • Los Cien Mil Hijos de San Luis
    • - I -
    • - II -
    • - III -
    • - IV -
    • - V -
    • - VI -
    • - VII -
    • - VIII -
    • - IX -
    • - X -
    • - XI -
    • - XII -
    • XIII
    • - XIII -
    • - XIV -
    • - XV -
    • - XVI -
    • - XVII -
    • - XVIII -
    • - XIX -
    • - XX -
    • - XXI -
    • - XXII -
    • - XXIII -
    • - XXIV -
    • - XXV -
    • - XXVI -
    • - XXVII -
    • - XXVIII -
    • - XXIX -
    • - XXX -
    • - XXXI -
    • - XXXII -
    • - XXXIII -
    • - XXXIV -
    • - XXXV -
    • - XXXVI -
Page 3: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien

En el invierno del mismo antildeo se realizaron [9] las predicciones que yo por no poder darle consejos habiacutea hecho al mismo Eguiacutea y fue que habiendo convocado de orden del Rey a otros personajes absolutistas para trabajar en comunidad se desavinieron de tal modo que aquello maacutes que junta pareciacutea la dispersioacuten de las gentes Cada cual pensaba de distinto modo y ninguno cediacutea en su terca opinioacuten A esta variedad en los pareceres y terquedad para sostenerlos llamo yo enjaezar los entendimientos a la calesera es decir a la espantildeola El marqueacutes de Mataflorida (2) proponiacutea el establecimiento del absolutismo puro Balmaseda comisionado por el Gobierno franceacutes para tratar este asunto tambieacuten estaba por lo despoacutetico aunque no en grado tan furioso Morejoacuten se abrazaba a la Carta francesa Eguiacutea sosteniacutea el veto absoluto y las dos Caacutemaras a pesar de no saber lo que eran una cosa y otra y Saldantildea nombrado como una especie de quinto en discordia no se resolviacutea ni por la tiraniacutea entera ni por la tiraniacutea a media miel

Entretanto el Gobierno franceacutes concedioacute a Eguiacutea algunos millones de los cuales podriacutea [10] dar cuenta si viviese la hermosa pastelera Dios me perdone el mal juicio pero casi podriacutea jurar que de aquel dinero soacutelo algunas sumas insignificantes pasaron a manos de los pobres guerrilleros tan bravos como desinteresados que desnudos descalzos y hambrientos levantaban el glorioso estandarte de la fe y de la monarquiacutea en las montantildeas de Navarra o de Cataluntildea

Las bajezas la ineptitud y el despilfarro de los comisionados secretos de Su Majestad no cesaron hasta que aparecioacute en Bayona tambieacuten con poderes reales el gran paacutejaro de cuenta llamado D Antonio Ugarte a quien no vacilo en designar como el hombre maacutes listo de su eacutepoca

Yo le habiacutea tratado en Madrid el antildeo 19 Eacutel me estimaba en gran manera y como Eguiacutea me visitaba a menudo pero sin revelarme imprudentemente sus planes Desde que se encargoacute de manejar la conspiracioacuten seguiacuteala yo con marcado intereacutes segura de su eacutexito aunque sin sospechar que le prestariacutea mi concurso activo en teacutermino muy breve Un diacutea Ugarte me dijo

-No se encuentra un solo hombre que sirva para asuntos delicados Todos son indiscretos soplones y venales iquestVe usted lo que trabajo [11] aquiacute por orden de Su Majestad Pues es nada en comparacioacuten de lo que me dan que hacer las intrigas y torpezas de mis propios colegas de conspiracioacuten No me fiacuteo de ninguno y en el diacutea de hoy teniendo que enviar a Madrid un mensaje muy importante estoy como Dioacutegenes buscando un hombre sin poder encontrarlo

-Pues busque usted bien Sr D Antonio -le respondiacute- y quizaacutes encuentre una mujer

Ugarte no daba creacutedito a mi determinacioacuten pero tanto le encareciacute mis deseos de ser uacutetil a la causa del Rey y de la Religioacuten que al fin convino en fiarme sus secretos

-Efectivamente Jenara -me dijo- una dama podraacute desempentildear mejor que cualquier hombre tan delicado encargo si reuacutene a la belleza y gallarda compostura de su persona un valor a toda prueba

En seguida me reveloacute que en Madrid se preparaba un esfuerzo poliacutetico es decir un pronunciamiento en el cual tomariacutea parte la Guardia real con toda la tropa de liacutenea que se pudiese comprometer pero antildeadioacute que desconfiaba del eacutexito si no se haciacutean con

mucho pulso los trabajos tratando de combinar el movimiento cortesano con una ruidosa algarada de las partidas del Norte Discurriendo sobre [12] este negocio me mostroacute su grandiacutesima perspicacia y colosal ingenio para conspirar y despueacutes me instruyoacute prolijamente de lo que yo debiacutea hacer en Madrid del arte con que debiacutea tratar a cada una de las personas para quienes llevaba delicados mensajes con otras muchas particularidades que no son de este momento Casi toda mi comisioacuten era enteramente confidencial y personal quiero decir que el conspirador me entregoacute muy poco papel escrito pero en cambio me repitioacute varias veces sus instrucciones para que retenieacutendolas en la memoria obrase con desembarazo y seguridad en las difiacuteciles ocasiones que me aguardaban

Partiacute para Madrid en Febrero del 22

- II - Emprendiacute estos manejos con entusiasmo y con placer con entusiasmo porque adoraba en aquellos diacuteas la causa de la Iglesia y el Trono con placer porque la ociosidad entristeciacutea mis diacuteas en Bayona La soledad de mi existencia me abrumaba tanto como el peso de las desgracias que a otros afligen y que yo no conociacutea [13] auacuten Con separarme de mi esposo cuyo salvaje caraacutecter y feroz suspicacia me hubieran quitado la vida adquiriacute libertad suma y un sosiego que despueacutes de saboreado por alguacuten tiempo llegoacute a ser para miacute algo fastidioso Poseiacutea bienes de fortuna suficientes para no inquietarme de las materialidades de la vida de modo que mi ociosidad era absoluta Me refiero a la holganza del espiacuteritu que es la maacutes penosa pues la de las manos yo que no carezco de habilidades jamaacutes la he conocido

A estos motivos de tristeza debo antildeadir el gran vaciacuteo de mi corazoacuten que estaba ha tiempo como casa deshabitada lleno tan soacutelo de sombras y de ecos Despueacutes de la muerte de mi abuelo ninguacuten afecto de familia podiacutea interesarme pues los Baraonas que subsistiacutean o eran muy lejanos parientes o no me queriacutean bien De mi infeliciacutesimo casamiento soacutelo saqueacute amarguras y pesadumbres y para que todo fuese maldito en aquella unioacuten no tuve hijos Sin duda Dios no queriacutea que en el mundo quedase memoria de tan grande error

Faacutecilmente se comprenderaacute que en tal situacioacuten de espiacuteritu me gustariacutea lanzarme a esas ocupaciones febriles que han sido siempre el principal gozo de mi vida Ninguna cosa llana y natural ha cautivado jamaacutes mi corazoacuten [14] ni me embelesoacute como a otros lo que llaman dulce corriente de la vida Antes bien yo la quiero tortuosa y raacutepida que me ofrezca sorpresas a cada instante y aun peligros que se interne por pasos misteriosos despueacutes de los cuales deslumbre maacutes la claridad del diacutea que caiga como el Piedra en cataratas llenas de ruido y colores o se oculte como el Guadiana sin que nadie sepa doacutende ha ido

Yo sentiacutea ademaacutes en mi alma la atraccioacuten de la Corte no pudiendo descifrar claramente cuaacutel objeto o persona me llamaban en ella ni explicarme las anticipadas emociones que por el camino sentiacutea mi corazoacuten como el derrochador que principia a

gastar su fortuna antes de heredada Mi fantasiacutea enviaba delante de siacute en el camino de Madrid maravillosos suentildeos e infinitos goces del alma peligros vencidos y amables ideales realizados Caminando de este modo y con los fines que llevaba iba yo por mi propio y verdadero camino

Desde que llegueacute me puse en comunicacioacuten con los personajes para quienes llevaba cartas o recados verbales Tuve noticias de la rebelioacuten de los Guardias que se preparaba hice lo que Ugarte me habiacutea mandado en sus minuciosas instrucciones y halleacute ocasioacuten de advertir el mucho atolondramiento y ninguacuten concierto con [15] que eran llevados en Madrid los arduos traacutemites de la conspiracioacuten

Lo mejor y maacutes importante de mi comisioacuten estaba en Palacio adonde me llevoacute D Viacutector Saacuteez confesor de Su Majestad Muchos deseos teniacutea yo de ver de cerca y conocer por miacute misma al Rey de Espantildea y toda su real familia y entonces quedoacute satisfecho mi anhelo Hice un raacutepido estudio de todos los habitantes de Palacio particularmente de las mujeres la Reina Amalia Dordf Francisca esposa de don Carlos y Dordf Carlota del Infante D Francisco La segunda me parecioacute desde luego mujer a propoacutesito para revolver toda la Corte De los hombres D Carlos me parecioacute muy sesudo dotado de cierto fondo de honradez preciosiacutesima con lo cual compensaba su escasez de luces y a Fernando le diputeacute por muy astuto y conocedor de los hombres apto para engantildearles a todos si bien privado del valor necesario para sacar partido de las flaquezas ajenas La Reina pasaba su vida rezando y desmayaacutendose pero la varonil Dordf Francisca de Braganza poniacutea su alma entera en las cosas poliacuteticas y llena de ambicioacuten trataba de ser el brazo derecho de la Corte Dordf Carlota que entonces estaba embarazada del que luego fue Rey consorte tampoco se dormiacutea en esto [16]

Los palaciegos tan aborrecidos entonces por la muchedumbre constitucional Infantado Montijo Sarriaacute y demaacutes aristoacutecratas no serviacutean en realidad de gran cosa Sus planes faltos de seso y travesura teniacutean por objeto algo en que se destacase con preferencia la personalidad de ellos mismos Ninguno valiacutea para maldita la cosa y asiacute nada se habriacutea perdido con quitarles toda participacioacuten en la conjura Los individuos de la Congregacioacuten Apostoacutelica que era una especie de masoneriacutea absolutista tampoco haciacutean nada de provecho como no fuera allegar plebe y disponer de la gente fanaacutetica para un momento propicio En los jefes de la Guardia habiacutea maacutes presuncioacuten que verdadera aptitud para un golpe difiacutecil y el clero se precipitaba gritando en los puacutelpitos cuando la situacioacuten requeriacutea prudencia y habilidad sumas Los liberales masones o comuneros vendidos al absolutismo y que al pronunciar sus discursos violentos se entusiasmaban por cuenta de este estaban muy mal dirigidos porque con su exageracioacuten poniacutean diariamente en guardia a los constitucionales de buena fe He examinado uno por uno los elementos que formaban la conspiracioacuten absolutista del antildeo 22 para que cuando la refiera se explique en cierto modo el lamentable aborto y total ruina de ella [17]

NOTA DEL AUTOR A continuacioacuten refiere la sentildeora los sucesos del 7de Julio Aunque su narracioacuten es superior a la nuestra principalmente a causa de la graciosa sencillez y verdad con que toda ella estaacute hecha la suprimimos por no repetir ni aun mejoraacutendolo lo que ya aparecioacute en otro volumen

- III - Despueacutes de los aciagos diacuteas de Julio mi situacioacuten que hasta entonces habiacutea sido franca y segura fue comprometidiacutesima No es faacutecil dar una idea de la presteza con que se ocultaron todos aquellos hombres que pocos diacuteas antes conspiraban descaradamente Desaparecieron como caterva de menudos ratoncillos cuando los sorprende en sus audaces rapintildeas el hombre sin poder perseguirlos ni aun conocer los agujeros por donde se han metido A miacute me maravillaba que D Viacutector Saacuteez hombre de una obesidad respetable pudiese estar escondido sin que al punto se descubriese su guarida Los palaciegos se filtraron tambieacuten y los que no estaban muy evidentemente comprometidos [18] como por ejemplo Pipaoacuten dieron vivas a la Constitucioacuten vencedora unieacutendose a los liberales

Tuve ademaacutes la desgracia de perder varios papeles en casa de un pobre maestro de escuela donde nos reuniacuteamos y esto me causoacute gran zozobra pero al fin los encontreacute no sin trabajo exponieacutendome a los mayores peligros La seguridad de mi persona corrioacute tambieacuten no poco riesgo y en los diacuteas 9 y 10 de Julio no tuve un instante de respiro pues por milagro no me arrastraron a la caacutercel los milicianos borrachos de vino y de patrioteriacutea Gracias a Dios vino en mi amparo un joven paisano y antiguo amigo miacuteo el cual en otras ocasiones habiacutea ejercido en mi vida influencia muy decisiva semejante a la de las estrellas en la antigua caacutebala de los astroacutelogos

Pasados los primeros diacuteas pude introducirme en Palacio a pesar de la formidable y espesa muralla liberalesca que lo defendiacutea Encontreacute a Su Majestad lleno de consternacioacuten y amargura principalmente por verse obligado a poner semblante lisonjero a sus enemigos y aun a darles abrazos lo cual era muy del gusto de ellos en su mayoriacutea gente inocentona y creacutedula No me agradaba ver en nuestro Soberano tan poco corazoacuten pero [19] si en eacutel hubiera concordado el valor con las travesuras y agudezas del entendimiento ninguacuten tirano antiguo ni moderno le habriacutea igualado Su desaliento y desesperacioacuten no le impidieron que se enamorase de miacute porque en todas las ocasiones de su vida bajo las distintas maacutescaras que se quitaba y se poniacutea apareciacutea siempre el saacutetiro

Temerosa de ciertas brutalidades quise huir Brindeme entonces a desempentildear una comisioacuten difiacutecil para lo cual Fernando no se fiaba de ninguacuten mensajero y aunque eacutel no quiso que yo me encargase de ella porque no me alejara de la Corte tanto insteacute y con tales muestras de verdad prometiacute volver que se me dieron los pasaportes

El mes anterior habiacutea salido para Francia D Joseacute Villar Frontiacuten uno de los intrigantes maacutes sutiles del antildeo 14 aunque como salido de la academia del cuarto del Infante D Antonio no era hombre de gran iniciativa sino muy plegadizo y servicial en bajas urdimbres Llevaba oacuterdenes para que el marqueacutes de Mataflorida formase una Regencia absolutista en cualquier punto de la frontera conquistado por los guerrilleros Estas instrucciones eran conformes al plan del Gobierno franceacutes que deseaba la introduccioacuten de la Carta en Espantildea y [20] un absolutismo templado pero Fernando que haciacutea tantos papeles a la vez deseaba que sus comisionados afectando ser partidarios

de la Carta trabajasen por el absolutismo limpio Esto exigiacutea frecuentes rectificaciones en los despachos que se enviaban y avisos contradictorios trabajo no escaso para quien habiacutea de ocultar de sus ministros todos estos y aun otros inverosiacutemiles liacuteos

Yo me comprometiacute a hacer entender a Mataflorida y a Ugarte lo que se queriacutea transmitieacutendoles verbalmente algunas preciosas ideas del Monarca que no podiacutean fiarse al papel ni a signo ni cifra alguna Ya por aquellos diacuteas se supo que la Seo de Urgel habiacutea sido ganada al Gobierno por el bravo Trapense y se esperaba que en la agreste plaza se constituyera la salvadora Regencia A la Seo pues debiacutea yo dirigirme

La partida y el viaje no eran problemas faacuteciles Esto me preocupoacute durante algunos diacuteas y trateacute de sobornar para que me acompantildease al amigo de quien antes he hablado A eacutel no le faltaban en verdad ganas de ir conmigo al extremo del mundo pero le conteniacutea el amor de su madre anciana Mucho lucheacute para decidirle empleando razonamientos y seducciones diversas mas a pesar de la propensioacuten de su caraacutecter [21] a ciertas locuras y del considerable prestigio que yo empezaba a ejercer sobre eacutel se resistiacutea tenazmente alegando motivos poderosos cuya fuerza no me era desconocida Al fin tanto pudo una mujer llorando que eacutel abandonoacute todo su madre y su casa aunque por poco tiempo y con la sana intencioacuten de volver cuando me dejase en parajes donde no existiese peligro alguno El infeliz presagiaba sin duda su desdichada suerte en aquella expedicioacuten porque luchoacute grandemente consigo mismo para decidirse y hasta el uacuteltimo momento estuvo vacilante

Aquel hombre habiacutea sido enemigo miacuteo o maacutes propiamente de mi esposo Desde la nintildeez nos conocimos fue mi novio en la edad en que se tiene novio Sucesos lamentables que me afligen al venir a la memoria caprichos y vanidades miacuteas me separaron de eacutel yo creiacute que para siempre pero Dios lo dispuso de otro modo Durante mucho tiempo estuve creyendo que le odiaba pero el sentimiento que en miacute habiacutea era maacutes que rencor una antipatiacutea arbitraria y voluntariosa Por causa de ella siempre le teniacutea en la memoria y en el pensamiento Circunstancias funestas le pusieron en contacto conmigo diferentes veces y siempre que ocurriacutea algo grave en la vida de eacutel o en la miacutea [22] tropezaacutebamos providencialmente el uno con el otro como si el alma de cada cual vieacutendose en peligro pidiese auxilio a su compantildeera

En miacute se verificoacute una crisis singular Por razones que no son de este sitio yo llegueacute a aborrecer todo lo que mi esposo amaba y a amar todo lo que eacutel aborreciacutea Al mismo tiempo mi antiguo novio mostraba hacia miacute sentimientos tan vivos de menosprecio y desdeacuten que esto inclinoacute mi corazoacuten a estimarle Yo soy asiacute y me parece que no soy el uacutenico ejemplar Desde la ocasioacuten en que le arranqueacute de las furibundas manos de mi marido no debiacute de ser tampoco para eacutel muy aborrecible

Cuando nos encontramos en Madrid y desde que hablamos un poco caiacutemos en la cuenta de que ambos estaacutebamos muy solos Y no soacutelo habiacutea semejanza en nuestra soledad sino en nuestros caracteres principal origen quizaacutes de aquella Hicimos propoacutesito de echar a la espalda aquel traacutegico aborrecimiento que antes nos teniacuteamos el cual se fundaba en veleidades y caprichosas monomaniacuteas del espiacuteritu y no tardamos mucho tiempo en conseguirlo Ambos reconocimos las grandes y ya irremediables equivocaciones de nuestra primera juventud y nos maravillaacutebamos de hallar tan extraordinaria fraternidad en nuestras almas [23] iexclSer de este modo haber nacido el uno para el otro y sin embargo haber estado daacutendonos golpes en las tinieblas durante

tanto tiempo iexclQueacute fatalidad Hasta parece que no somos responsables de ciertas faltas y que estas por lo que tienen de placentero pueden tolerarse como compensacioacuten de pasados dolores y de un error deplorable y fatal dependiente de voluntades sobrehumanas

Pero no no quiero eximirme de la responsabilidad de mi culpa y de haber faltado claramente impulsada por moacuteviles irresistibles a la ley de Dios No nada me disculpa ni las atrocidades de mi marido ni la espantosa soledad en que yo estaba ni los mil escollos de la vida en la Corte ni las grandes seducciones morales y fiacutesicas de mi paisano y dulce compantildeero de la nintildeez Reconozco mi falta y atenta soacutelo a que este papel reciba un escrupuloso retrato de mi conciencia y de mis acciones la escribo aquiacute venciendo la verguumlenza que confesioacuten tan penosa me causa

Salimos de Madrid en una hermosa noche de Julio Cuando dejamos de oiacuter el rugido de la Milicia victoriosa me parecioacute que entraba en el cielo Iacutebamos coacutemodamente en una silla de postas con buenos caballos y un haacutebil mayoral de Palacio Yo habiacutea tomado un nombre supuesto [24] dicieacutendome marquesa de Berceo y eacutel era nada menos que mi esposo una especie de marqueacutes de Berceo Mucho nos reiacutemos con esta invencioacuten que a cada paso daba lugar a picantes comentarios y agudezas No recuerdo diacuteas maacutes placenteros que los de aquel viaje

iexclCuaacutentas veces bajamos del coche para andar largos trechos a pie recreaacutendonos en la hermosura de las incomparables noches de Castilla iexclCoacutemo se agrandaba todo ante nuestros ojos principalmente las cosas inmateriales Nos pareciacutea que aquella dulce vagancia no acabariacutea nunca y que los diacuteas venideros seriacutean siempre como aquel cielo que veiacuteamos dilatados serenos y sin nubes En tales horas o hablaacutebamos poco o vertiacuteamos el alma del uno en la del otro alternativamente por medio de observaciones y preguntas acordes con el hermoso espectaacuteculo que veiacuteamos fuera y dentro de nosotros pues de mi alma puede decirse que estaba tan llena de estrellas como el firmamento

Han pasado muchos antildeos entonces teniacutea yo veintisiete y ahora no lo quiero decir por no espantarme pero creo que he traspasado el medio siglo (3) Entonces mis cabellos [25] eran de oro ahora son de plata sin que ni una sola hebra de ellos conserve su primitivo color Mis ojos teniacutean el brillo que es reflejo de la inteligencia despierta y de los sentimientos bullidores ahora no son maacutes que dos empantildeadas cuentas azules de las cuales se escapa alguna vez fugitivo rayo Mi cara entonces respiraba alegriacutea salud y el alma rielaba sobre mis facciones como la luz sobre la superficie de las temblorosas aguas ahora es una maacutescara que me sirve para disimular los pensamientos y que a muchos deja ver todaviacutea huellas claras de la gran hermosura que hubo en ella Entonces era muy hermosa ahora soy una vieja que debioacute haber (4) sido guapa aunque si he de creer a don Toribio el canoacutenigo de Tortosa todaviacutea puedo volver loco a cualquiera En suma todo ha pasado mudaacutendose considerablemente e infinitas personas han pasado a ser recuerdos Lo que siempre estaacute lo mismo es mi paiacutes que no deja de luchar un momento por la misma causa y con las mismas armas y si no con las mismas personas con los mismos tipos de guerreros y poliacuteticos Mi paiacutes sigue siempre a la calesera

Pues bien en todo el tiempo transcurrido entre estas dos eacutepocas no he visto pasar diacuteas como aquellos Fueron de los pocos que tiene cada mortal como un regalo del cielo para toda [26] la existencia y que en vano se aguardan despueacutes porque no vuelven Estos aguinaldos de la vida no se reciben maacutes que una vez Salvador era menos feliz que

yo a causa de los deberes y las afecciones que habiacutea dejado atraacutes Yo procuraba hacerle olvidar todo lo que no fuese nosotros mismos mas resultaba esto muy difiacutecil por ser eacutel menos duentildeo de sus acciones que yo y aun si se quiere menos egoiacutesta Iacutebamos de pueblo en pueblo sin apresurarnos ni detenernos mucho Aquel vivir entre todo el mundo y al mismo tiempo sin testigo era mi mayor delicia Los diversos pueblos por donde pasaacutebamos no teniacutean sin duda noticia de la felicidad de los marqueses de Berceo pues si la tuvieran no creo que nos dejaran seguir sin quitarnos algo de ella

- IV - Gracias a nuestro dinero y a nuestro buen porte podiacuteamos disfrutar de todas las comodidades posibles en las posadas El calor nos obligaba a detenernos durante el diacutea caminando por las noches y ni en Castilla ni en [27] Aragoacuten tuvimos ninguacuten mal encuentro como recelaacutebamos con milicianos ladrones o espiacuteas del Gobierno

Maacutes allaacute de Zaragoza empezamos a temer que nos salieran al paso las tropas de Torrijos o de Manso Por eso en vez de tomar directamente el camino de Cataluntildea subimos hacia Huesca Salvador cuya antipatiacutea a los facciosos y guerrilleros era violentiacutesima se mostroacute disgustado al considerarse cerca de ellos Entonces tuve un momento de suacutebita tristeza oyeacutendole decir

-Cuando lleguemos a un lugar seguro o esteacutes entre tus amigos me volvereacute a Madrid

Yo deseaba que no llegasen ni el lugar seguro ni tampoco mis amigos Pero aunque mi tristeza fue grande desde aquel instante apoderaacutendose de mi corazoacuten como un presagio de desventuras estaba muy lejos de sospechar el espantoso golpe que nos amenazaba consecuencia providencial de nuestra falta y de mi criminal ligereza iexclAy piensa el malo que sus alegriacuteas han de ser perpetuas y la misma grata corriente de ellas le lleva ciego a lo que yo llamo la sucursal del infierno en la tierra que es la desgracia y el anticipado castigo de los delitos

De Huesca nos dirigimos a Barbastro siguiendo [28] por un detestable camino hasta Benabarre donde entramos al anochecer Detuvieron nuestro coche algunos hombres y al verles exclameacute

-Los guerrilleros Ya estamos en casa

Salvador mostroacute gran disgusto y cuando fuimos interrogados dio algunas contestaciones que debieron de sonar muy mal en los oiacutedos de los soldados de la fe Yo teniacutea confianza en mi gente y la seguridad de no ser detenida pero no fue posible evitar ciertas molestias Nos hicieron bajar del coche antes de llegar a la posada y presentarnos a un ruacutestico capitaacuten que estaba en la venta del camino bebiendo vino juntamente con otro guerrillero al modo de frailazo armado de pistolas y con dos o tres individuos de maliacutesima catadura

Sus maneras no eran en verdad nada corteses a pesar de defender causa tan sagrada como es la del Altar y el Trono pero con dos o tres palabras dichas eneacutergicamente y en tono de dignidad me hice respetar al punto Yo mostraba al que pareciacutea jefe mis papeles cuando observeacute que uno de los hombres alliacute presentes miraba a mi compantildeero de viaje con expresioacuten poco tranquilizadora Llegose a eacutel y ponieacutendole la mano en el hombro le dijo con brutal modo y expresioacuten de venganza [29]

-iquestMe conoces iquestSabes quieacuten soy

-Siacute -le respondioacute Monsalud paacutelido y coleacuterico- Ya seacute que eres un hombre vil tu nombre es Regato

El desconocido se abalanzoacute en ademaacuten hostil hacia mi amigo pero este supo recibirle con tanta valentiacutea que le hizo rodar por el suelo bantildeado el rostro en sangre Quedeme sin aliento al ver la furia de aquella gente ante el mal trato dado a uno de los suyos Milagro de Dios fue que no perecieacutesemos alliacute pero el capitaacuten pareciacutea hombre prudente y haciendo salir de la venta al agraviado nos notificoacute que estaacutebamos presos hasta que el jefe decidiera lo que se habiacutea de hacer con nosotros

Afectando serenidad le dije que mirara bien lo que haciacutea por ser yo persona de gran poder en la frontera y en Palacio pero encogieacutendose de hombros tan soacutelo me permitioacute despueacutes de largas discusiones hablar al que ellos llamaban coronel Saliacute desalada de la venta dejando en ella la mitad de mi alma pues alliacute quedoacute guardado por dos hombres mi ultrajado amigo y me presenteacute al coronel que era un capuchino de Cervera Acababa de despachar un bodrio y dos azumbres que le habiacutean puesto para que cenase y su paternidad despueacutes del pienso no teniacutea al parecer la cabeza muy serena Sin [30] embargo no me tratoacute mal Diacutejome que el Sr Regato le habiacutea informado ya de quieacuten era mi acompantildeante y que en vista de sus antecedentes y circunstancias no podiacutea ser puesto en libertad Puacuteseme furiosa yo me creiacute capaz de destrozar soacutelo con mis untildeas a aquel tremendo fraile coronel cuyas barbas y salvaje apostura poniacutean miedo en el corazoacuten maacutes esforzado Sin miramiento alguno le increpeacute dicieacutendole cuantas atrocidades me vinieron a la boca y amenazaacutendole con pedir su cabeza al Rey pero ni aun asiacute logreacute ablandar aquella roca en figura de bestia Oyome el baacuterbaro con paciencia sin duda por ser maacutes fraile que guerrero y resumioacute sus resoluciones dicieacutendome

-Usted sentildeora puede ir libremente a donde le acomode pero ese hombre no me sale de aquiacute

iexclAy si yo hubiera tenido a mis oacuterdenes diez hombres armados habriacutea atacado al batalloacuten cuadrilla o lo que fuera segura de destrozarlo que tanto puede el furor de una hembra ofendida Volviacute a la venta resuelta a sacar de ella a Salvador con mis propias manos desafiando las armas de sus guardianes pero cuando entreacute mi compantildeero de viaje mi adorado amigo mi pobre marqueacutes de Berceo habiacutea [31] desaparecido Le llameacute con la voz ronca de tanto gritar le llameacute con toda mi alma pero no me respondioacute Una mujer andrajosa que pareciacutea tan salvaje y feroz como los hombres que en aquel pueblo vi salioacute conmigo al camino y sentildealando a un punto en la oscuridad del espacio negro dijo sordamente

-Alliacute

Y mirando hacia donde su dedo me indicaba vi unas grandes sombras que pareciacutean murallones almenados y como ruinas hendidos Pregunteacute queacute sitio era aquel y la desconocida me contestoacute

-El castillo

La mujer llevando una cesta con provisiones marchoacute en direccioacuten del castillo Yo la seguiacute No tardamos en llegar y por una poterna desvencijada que se abriacutea en la muralla despueacutes de pasado el foso sin agua penetramos en un patio lleno de escombros y de yerba

-iexclAquiacute aquiacute le han encerrado -exclameacute mirando a todos lados como quien ha perdido el juicio

La mujer se detuvo ante miacute y sentildealando el suelo dijo con voz muy luacutegubre

-iexclAbajo

Yo creiacute volverme loca Los ojos de la horrible persona que me daba tan tremendas noticias [32] brillaban con claridad verdosa como los de animal felino Quise seguirla cuando subioacute la escalerilla que conduciacutea a las habitaciones practicables entre tanta ruina pero un centinela me echoacute fuera brutalmente amenazaacutendome con arrojarme al foso si no me retiraba maacutes pronto que la vista Estas fueron sus propias palabras

Corriacute hacia el pueblo resuelta a ver de nuevo al coronel capuchino de Cervera Pero tanta agitacioacuten agotoacute al fin mis fuerzas y tuve que sentarme en una gran piedra del camino fatigada y abatida porque a mi primera furia sustituyoacute una afliccioacuten profundiacutesima que me hizo llorar No recuerdo haber derramado nunca maacutes laacutegrimas en menos tiempo Al fin sobreponieacutendome a mi dolor seguiacute adelante jurando no continuar el viaje sin llevar en mi compantildeiacutea al infeliz cuanto adorado amigo de mi nintildeez Desperteacute al capuchino que ya roncaba el cual de muy mal talante repitioacute su fiera sentencia diciendo

-Usted sentildeora puede continuar su viaje pero el otro no saldraacute de aquiacute sin orden superior Yo seacute lo que me digo iexclPisto que ya me canso de sermonear Vaya usted con Dios y deacutejenos en paz

Despreciando su barbarie insistiacute y amenaceacute [33] y al cabo me dio algunas esperanzas con estas palabras

-El jefe de nuestra partida acaba de llegar Haacuteblele usted a eacutel y si consiente

-iquestQuieacuten es el jefe

-D Saturnino Albuiacuten -me contestoacute

Al oiacuter este nombre vi el cielo abierto Yo habiacutea conocido en Bayona al ceacutelebre Manco y recordeacute que aunque muy baacuterbaro haciacutea alarde de generosidad e hidalguiacutea en todas las ocasiones que se le presentaban No quise detenerme ni un instante y al punto me informeacute de que D Saturnino estaba en una casa situada junto al camino a la salida

del pueblo en direccioacuten a Tremp Desde la plaza se veiacutean dos lucecillas en las ventanas de la vivienda Corriacute allaacute guiada por la simpaacutetica claridad de aquellas luces semejantes a dos ojos y que eran para miacute fanales de esperanza Llegueacute sin aliento agitada por la fatiga y un dulce presagio de buen eacutexito que me llenaba el corazoacuten

El centinela me dijo que no se podiacutea pasar pero apelando a mis bolsillos paseacute En la escalera en el pasillo alto fui repetidas veces detenida pero con el mismo talismaacuten abriacuteame paso

-Ahiacute estaacute -me dijo un hombre sentildealando una puerta detraacutes de la cual se oiacutean alteradas [34] voces en disputa Sin reparar maacutes que en mi afaacuten empujeacute la puerta y entreacute

Albuiacuten que estaba en pie se volvioacute al sentir el ruido de la puerta y me interrogoacute con sus ojos que expresaban sorpresa y coacutelera por mi brusca entrada Otro guerrillero estaba junto a la mesa con los codos sobre ella encendiendo un cigarro en la luz del veloacuten de cobre que alumbraba la estancia

-iquestQueacute se le ofrece a usted sentildeora -me dijo Albuiacuten moviendo con gesto de impaciencia su uacutenica mano

Yo no habiacutea dado cuatro pasos dentro de la habitacioacuten cuando observeacute que maacutes allaacute de la mesa habiacutea otro hombre apoltronado en un silloacuten con los pies extendidos sobre una banqueta inclinada la cabeza sobre el hombro y durmiendo tranquilamente con ese suentildeo del guerrillero cansado que acaba de recorrer dos provincias y marear a dos ejeacutercitos Al verle iexclSanto Dios me quedeacute yerta muda como estatua no pude pronunciar una palabra ni dar un paso ni respirar ni huir ni gritar El terror me arrancoacute suacutebitamente del pensamiento mis angustias de aquella noche

Aquel hombre era mi marido

-iquestQueacute se le ofrece a usted sentildeora -volvioacute a preguntarme el Manco [35]

Pasado el primer instante de terror en miacute no hubo otra idea que la idea de huir de desaparecer de desvanecerme como el humo o como la palabra vana que se lleva el viento

-Pero iquestqueacute se le ofrece a usted demonio -repitioacute el guerrillero

-iexclNada -contesteacute y a toda prisa saliacute de la habitacioacuten

Yo creo que ni un relaacutempago corre como yo corriacute fuera de la casa No veiacutea maacutes que el camino y mi veloz carrera nunca me pareciacutea bastante apresurada para llegar al centro del pueblo donde habiacutea dejado mi coche

A lo lejos detraacutes de miacute sentiacute voces burlonas que deciacutean

-iexclLa mujer loca la mujer loca

Eran los bravos a quienes yo habiacutea dado tanto dinero para que me dejasen pasar A cada instante volviacutea la cabeza por ver si mi marido veniacutea corriendo detraacutes de miacute

Llegueacute medio muerta a donde estaba mi coche y tirando del brazo del cochero para que despertase griteacute

-iexclFrancisco Francisco vuela vuela fuera de este horrible pueblo

Y me metiacute en el coche

-iquestAdoacutende vamos sentildeora -me preguntoacute el pobre hombre sacudiendo la pereza [36]

-iquestEstaacutes sordo Te he dicho que vueles iquestHablo yo en griego que vueles hombre Mata los caballos pero ponme a muchas leguas de aquiacute

-iquestA doacutende vamos sentildeora iquestHacia la Seo

-Hacia el infierno si quieres con tal que me saques de aquiacute

Mi coche partioacute a escape y siguiendo el camino en direccioacuten a Tremp paseacute junto a la malhadada casa donde habiacutea visto a mi esposo Entonces los baacuterbaros reunidos junto a la puerta me aclamaron otra vez arrojando algunas piedras a mi coche Su grito era

-iexclLa mujer loca la mujer loca

En efecto lo estaba iexclAh iexclBenabarre Benabarre maldito seas En ti acaboacute mi felicidad en las espinas de tu camino dejeacute clavado mi corazoacuten chorreando sangre Fuiste mi calvario y la piedra resbaladiza de mal aguumlero donde caiacute para siempre cuando maacutes orgullosa marchaba Fuiste el tajo donde el cielo puso mi cabeza para asegurar el golpe de su cuchilla pero con ser obra del cielo mi castigo iexclte odio execrable pueblo de bandidos iexclSepulcro de mi edad feliz no puedo verte sin espanto y mientras tenga lengua te maldecireacute [37]

- V - Llegueacute a la Seo el 14 de Agosto iexclQueacute viaje el de Benabarre a la Seo Si antes todo se adaptaba al lisonjero estado de mi alma despueacutes todos los caballos eran malos todos los caminos intransitables todas las posadas insufribles todos los diacuteas calorosos y las noches todas tristes como los pensamientos del desterrado Mi alma sin consuelo mientras maacutes gente veiacutea maacutes sola se encontraba Mi pensamiento no podiacutea apartarse de aquel lugar siniestro donde habiacutean quedado mi amor y mi suplicio mi falta y mi conciencia representados cada una en un hombre

Casi antes de desempentildear mi comisioacuten trateacute de ocuparme de salvar al infeliz que habiacutea quedado cautivo en Benabarre pero Mataflorida me dijo sonriendo

-Luego luego mi querida sentildeora trataremos de ese asunto Infoacutermeme usted de lo que trae pues no hay tiempo que perder Hoy mismo constituiremos la Regencia

Maacutes de dos horas estuvimos departiendo [38] Eacutel como hombre muy ambicioso y que gustaba de ser el primero en todo recibioacute con gusto las instrucciones reservadiacutesimas que le daban gran superioridad entre sus compantildeeros de Regencia Eran estos el baroacuten de Eroles y don Jaime Creux arzobispo de Tarragona ambos lo mismo que Mataflorida de clase humildiacutesima sacados de su oscuridad por los tiempos revolucionarios lo cual no era un argumento muy fuerte en pro del absolutismo Una Regencia destinada a restablecer el Trono y el Altar debioacute constituirse con gente de raza Pero la edad revuelta que corriacuteamos los exigiacutea de otro modo y hasta el absolutismo alistaba su gente en la plebe Este hecho que ya veniacutea observaacutendose desde el siglo pasado lo expresaba Luis XV diciendo que la nobleza necesitaba estercolarse para ser fecundada

De los tres regentes el maacutes simpaacutetico era Mataflorida y tambieacuten el de maacutes entendimiento el maacutes tolerante Eroles y el maacutes malo y antipaacutetico D Jaime Creux No puede decirse de estos hombres que habiacutean marchado con lentitud en sus brillantes carreras Eroles era estudiante en 1808 y en 1816 teniente general El otro de cleacuterigo oscuro pasoacute a obispo en premio de su traicioacuten en las Cortes del antildeo 14

Yo no teniacutea mi espiacuteritu en disposicioacuten de [39] atender a las ceremonias con que quisieron celebrar los triunviros el establecimiento de la Regencia Despueacutes de publicar su ceacutelebre manifiesto proclamaron solemnemente al Monarca restituyeacutendole a la plenitud de sus derechos seguacuten deciacuteamos entonces Levantoacutese en la plaza de la Seo un tablado sobre el que un sacristaacuten vestido de rey de armas gritoacute laquoiexclEspantildea por Fernando VIIraquo y luego dieron al viento una bandera en la cual las monjas habiacutean bordado una cruz y aquellas palabras latinas que quieren decir por este signo venceraacutes Los altos castillos que coronan los montes en cuyo centro estaacute sepultada la Seo hicieron salvas y aquello en verdad pareciacutea una proclamacioacuten en toda regla

Despueacutes de la ceremonia poliacutetica hubo jubileo por las calles y rogativa puacuteblica a que concurrioacute el obispo con todo el clero armado y el cabildo sin armas Era un espectaacuteculo edificante y al mismo tiempo horroroso Daba idea de la inmensa fuerza que teniacutean en nuestro paiacutes las dos clases reunidas clero y plebe pero los frailes armados de pistolas y los guerrilleros con vela en la mano el general con crucifijo y el arcediano con espuelas moviacutean a risa y a odio juntamente El ejeacutercito de la fe uniformado soacutelo con el gorro catalaacuten habriacutea [40] parecido un ejeacutercito de pavos si no estuviera bien probado su indomable valor

Yo veiacutea aquella procesioacuten chabacana horrible parodia del levantamiento nacional de 1808 y aquellas espantosas figuras de curas confundidas con guerreros como se ven las ficciones horrendas de una pesadilla Tal espectaacuteculo era excesivamente desagradable a mi espiacuteritu y la bulla del pueblo me poniacutea los nervios en el maacutes lastimoso desorden Semejante Carnaval en Urgel que es sin disputa el pueblo maacutes feo de todo el mundo era para enfermar y aun enloquecer a cualquiera Mi privilegiada naturaleza me salvoacute

Y pasaban diacuteas sin que me fuera posible hacer nada de provecho por mi amado prisionero de Benabarre Obteniacutea siacute promesas y aun oacuterdenes de la Regencia pero como no podiacutea trasladarme yo misma al lugar del conflicto era muy difiacutecil que tuviesen cumplimiento Antes me dejara morir que encaminarme a paraje alguno donde hubiese probabilidades de encontrar la persona o siquiera las huellas de mi esposo y seguacuten mis averiguaciones este no habiacutea abandonado el bajo Aragoacuten

Al fin supe que mi cara mitad unieacutendose a Jeps dels Estanys habiacutea pasado a la alta Cataluntildea [41] Llena de esperanza entonces corriacute a Benabarre cargada de oacuterdenes de Mataflorida y del mismo Eroles que acababa de ponerse a la cabeza de la insurreccioacuten catalana Ninguacuten obstaacuteculo podiacutean oponerme ya los guerrilleros mas por mi desgracia cuando llegueacute al funesto pueblo de Aragoacuten ni un solo partidario del realismo quedaba en su recinto el castillo habiacutea sido volado y el miacutesero cautivo seguacuten me dijeron trasladado a otro punto

-iquestVivo -pregunteacute

-Vivo y cargado de cadenas -me contestoacute la misma mujer de aquella horrenda noche de Agosto- Se iba muriendo por el camino pero le daban comida y bebida para que no acabase de padecer

No tuve tiempo para entregarme a inuacutetiles lamentaciones porque corrioacute por todo el pueblo esta horrible voz iexcllos liberales iexclque vienen los liberales y tuve que huir Con mucho trabajo y gastando bastante dinero pude escapar a Francia por Canfranc

NOTA DEL AUTOR Aquiacute concluye el primer fragmento de las curiosas Memorias Como el segundo se refiere a sucesos ocurridos en la primavera del 23 resultando una interrupcioacuten de siete meses nos vemos en la necesidad [42] de llenar tan lamentable vaciacuteo con relaciones propias que abreviaremos todo lo posible para que no se echen de menos por mucho tiempo las aventuras de la dama viajera contadas por ella misma

- VI - La primera determinacioacuten del Gobierno popular que sucedioacute al de Martiacutenez de la Rosa despueacutes de las jornadas de Julio fue nombrar general del ejeacutercito del Norte al rayo de las guerrillas al Napoleoacuten navarro D Francisco Espoz y Mina En medio de su atolondramiento los siete Ministros a quienes la Corte llamaba los Siete nintildeos de Eacutecija no careciacutean de iniciativa y de cierta arrogancia emprendedora que por alguacuten tiempo les permitioacute sostenerse en el poder con prestigio El nombramiento de Mina y aquella orden que le dieron de hacer tabla rasa de las provincias rebeldes no pudieron ser maacutes acertados

El gran guerrillero no necesitaba muy vivas excitaciones para sentar su pesada mano a los pueblos Navarros y catalanes le conociacutean Pero antantildeo habiacutea hecho la guerra con [43] ellos y ahora debiacutea hacerla contra ellos lo cual era muy distinto Antes se batiacutea contra tropas regulares y ahora con ellas perseguiacutea las partidas Bien se ve que el coloso de las guerrillas estaba fuera de su natural esfera y asiento Iba a hacer el papel del enemigo durante la guerra de la Independencia

A pesar de esta desventaja empezoacute con muy buen pie su campantildea No podiacutea decirse propiamente que habiacutea partidas en el Norte sino que todo el Norte desde Gerona hasta Guipuacutezcoa y desde el Pirineo hasta las inmediaciones del Ebro ardiacutea con horrible llamarada absolutista Quesada a cuyo lado despuntaba un precoz muchacho llamado Zumalacaacuterregui dominaba en Navarra juntamente con Guergueacute y D Santos Ladroacuten Albuiacuten y Cuevillas y Merino asolaban la tierra de Burgos Capapeacute el Aragoacuten Jeps dels Estanys el Trapense Romagosa y Caragol a Cataluntildea donde el baroacuten de Eroles trataba de formar un ejeacutercito regular con las desperdigadas gavillas de la fe Muchos frailes del paiacutes empezando por los aguerridos capuchinos de Cervera que habiacutean escapado del furor de las tropas liberales y concluyendo por los monjes de Poblet que tanto trabajaron en la conspiracioacuten formaban en las filas del Manco o de Capapeacute o de Misas [44]

Mina tomoacute el mando de las tropas de Cataluntildea y al poco tiempo el aspecto de la campantildea principioacute a mudarse favorablemente a nuestras armas En 24 de Octubre despueacutes de obligar a los facciosos a levantar el sitio de Cervera arrasoacute a Castellfollit poniendo sobre sus ruinas el ceacutelebre cartel que deciacutea laquoAquiacute existioacute Castellfollit Pueblos tomad ejemplo y no deis abrigo a los enemigos de la patriaraquo

En Noviembre tomoacute a Balaguer En el mismo mes obligoacute a muchos facciosos a pasar la frontera en presencia del cordoacuten sanitario con que nos amenazaban los franceses En 20 de Enero uno de los suyos el brigadier Rotten jefe de la cuarta divisioacuten del ejeacutercito de Cataluntildea haciacutea sufrir a San Llorens de Morunys el tremendo castigo de que habiacutea sido viacutectima Castellfollit diciendo a las tropas en la orden del diacutea laquoLa villa esencialmente rebelde llamada San Llorens de Morunys seraacute borrada del maparaquo

Aquel destructor de ciudades sentildealaba a cada regimiento las calles que debiacutea saquear antes de dar principio a la operacioacuten de borrar del mapa No de otra manera procedioacute Hoche en la Vendeacutee pero este sistema de borrar del mapa es algo expuesto sobre todo en Espantildea

El 8 de Diciembre puso Mina sitio a la Seo [45] de Urgel mientras Rotten iba convenciendo a los rebeldes catalanes con las suaves razones que indicamos y en uno de los pueblos demolidos y arrasados precisamente en aquel mismo San Llorens de Morunys llamado tambieacuten Piteus ocurrioacute un suceso digno de mencionarse y que causoacute maravilla y emocioacuten muy viva en toda la tropa

Fue de la manera siguiente Para que el saqueo se hiciera con orden Rotten dispuso que el batalloacuten de Murcia trabajase en las calles de Arantildeas y Balldelfred el de Canarias en las calles de Frecsures y Segories el de Coacuterdoba en la de Ferronised y Ascervalds dejando los arrabales para el destacamento de la Constitucioacuten y la caballeriacutea Lo mismo en la orden de saqueo que en la de incendio que le siguioacute fueron exceptuadas doce casas que perteneciacutean a otros tantos patriotas

El regimiento de Coacuterdoba funcionaba en la calle de Ferronised entre la consternacioacuten de los aterrados habitantes cuando unos soldados descubrieron un hondo soacutetano o mazmorra y registraacutendolo por si en eacutel habiacutea provisiones almacenadas para los facciosos vieron a un hombre aherrojado o maacutes propiamente dicho un cadaacutever viviente cuya miserable postracioacuten y estado les causaron espanto No vacilaron en [46] prestarle auxilio cristianamente sacaacutendole de alliacute en hombros despueacutes de quitarle con

no poco trabajo las cadenas y cuando el cautivo vio la luz se desmayoacute pronunciando incoherentes palabras que maacutes bien expresaban demencia que alegriacutea

Rodeaacuteronle todos siendo objeto de gran curiosidad por parte de oficiales y soldados que no cesaban de denostar a los facciosos por la crueldad usada con aquel infeliz Este pareciacutea haber permanecido bajo tierra mucho tiempo seguacuten estaba de liacutevido y exanguumle y sin duda era viacutectima del furor de las hordas absolutistas y maacutes que criminal castigado por sus delitos un buen patriota condenado por su amor a la Constitucioacuten

Un capitaacuten ayudante de Rotten llamado D Rafael Seudoquis se interesoacute vivamente por el cautivo y despueacutes de mandar que se le diera toda clase de socorros le apremioacute para que hablase El hombre sacado del fondo de la tierra pareciacutea joven a pesar de lo que le abrumaba su padecer y se sorprendioacute muy agradablemente de ver los uniformes de la tropa Las primeras palabras que pronuncioacute fueron

-iquestEn doacutende estaacuten

-iquestLos facciosos -dijo Seudoquis riendo- [47] Me parece que no les veremos en mucho tiempo seguacuten la prisa que llevan Ahora buen amigo diacuteganos coacutemo se llama usted y quieacuten es

El cautivo haciacutea esfuerzos para recordar

-iquestEn queacute antildeo estamos -preguntoacute al fin mirando a todos con extraviados ojos

-En el de 1823 que parece seraacute el peor antildeo del siglo seguacuten como empieza

-iquestY en queacute mes

-En Enero y a 15 diacutea de San Pablo ermitantildeo Si usted recuerda cuaacutendo le empaquetaron puede hacer la cuenta del tiempo que ha estado en conserva

-He estado preso -dijo el hombre despueacutes de una larga pausa- seis meses y algunos diacuteas

-Pues no es mucho otros han estado maacutes No le habraacuten tratado a usted muy bien eso es lo malo pero descuide usted que ahora las van a pagar todas juntas El pueblo seraacute incendiado y arrasado

-iexclIncendiado y arrasado -exclamoacute el cautivo con pena- iexclQueacute laacutestima que no sea Benabarre

-Sin duda el cautiverio de usted -dijo Seudoquis intimando maacutes con el desgraciado- empezoacute en ese horrible pueblo aragoneacutes [48]

-Siacute sentildeor de alliacute me trajeron a Tremp y de Tremp a Masbruacute y de Masbruacute aquiacute

-iexclOh iexclbuen viaje ha sido iexclY seis meses de encierro bajo el poder de esa canalla No seacute coacutemo no le fusilaron a usted seiscientas veces

-Eran demasiado inhumanos para hacerlo

Llevaacuteronle fuera del pueblo en una camilla y a presencia del brigadier que le interrogoacute Desde el cuartel general vio las llamas que devoraban San Llorens y entonces dijo

-Arde lo inocente las guaridas y los perversos lobos estaacuten en el monte

El bravo y generoso Seudoquis fue encargado por el brigadier de vestirle pues los andrajos que cubriacutean el cuerpo del cautivo se caiacutean a pedazos Al diacutea siguiente de su maravillosa redencioacuten hallose muy repuesto por la influencia del aire sano y de los alimentos que le dieron y aunque le era imposible dar un paso podiacutea hablar sin acongojarse como el primer diacutea por falta de aliento

-iquestQueacute ha pasado en todo este tiempo -preguntoacute con voz deacutebil y temblorosa al que continuamente le daba pruebas de generosidad e intereacutes- iquestSigue reinando Fernando VII

-Hombre siacute todaviacutea le tenemos encima -dijo Seudoquis atizando la hoguera alrededor de la cual vivaqueaban juntamente con el cautivo [49] cuatro o cinco oficiales- Gotosillo sigue nuestro hombre pero auacuten nos estaacute embromando y nos embromaraacute por mucho tiempo

-iquestY la Constitucioacuten subsiste

-Tambieacuten estaacute gotosa o mejor dicho acatarrada Me parece que de esta fecha enterramos a la sentildeora

-iquestY hay Cortes

-Cortes y recortes Pero me parece que pronto no quedaraacuten maacutes que los de los sastres

-Y queacute iquesthay revolucioacuten en Espantildea

-Nada estamos en una balsa de aceite

-iquestQueacute Ministerio tenemos

-El de los Siete nintildeos de Eacutecija iquestPues queacute vamos a estar mudando de nintildeos todos los diacuteas

-iquestY ha vuelto la Milicia a sacudir el polvo a la Guardia Real

-Ahora nos ocupamos todos en cazar frailes y guerrilleros siempre que ellos no nos cacen a nosotros

-iquestY Riego

-Ha ido a Andaluciacutea

-iquestHay agitacioacuten allaacute

-Lo que hay es mucha sangre vertida en todas partes

-Revolucioacuten completa iquestDoacutende hay partidas [50]

-Pregunte usted que doacutende hay espantildeoles

-Toda Cataluntildea parece estar en armas contra el Gobierno

-Y casi todo Aragoacuten y Navarra y Vizcaya y Burgos y Leoacuten y mucha parte de Guadalajara Cuenca Aacutevila Toledo Caacuteceres Hay facciones hasta en Andaluciacutea que es como decir que hasta las ranas han criado pelo

-iexclQueacute horrible suentildeo el miacuteo -dijo luacutegubremente el cautivo- y queacute triste despertar

-Esto es un volcaacuten amigo miacuteo

-iquestPero queacute quieren

-Confites Piden Inquisicioacuten y cadenas

-iquestY quieacuten los dirige

-El Rey y en su real nombre la Regencia de Urgel

-Una Regencia

-Que tiene su Gobierno regular sus embajadores en las Cortes de Europa y ha contratado hace poco un gran empreacutestito iexclSi no hay paiacutes ninguno como este Espanta el ver coacutemo falta dinero para todo menos para conspirar

-iquestY queacute hace el Gobierno

-iquestQueacute ha de hacer Boberiacuteas Trasladar los curas de una parroquia a otra declarar vacantes las sillas de los obispos que estaacuten en la faccioacuten fomentar las sociedades patrioacuteticas suprimir [51] los conventos que estaacuten en despoblado y otras grandes medidas salvadoras

-iquestNo ha cerrado el Gobierno las sociedades patrioacuteticas

-Ha abierto la Landaburiana para que los liberales tengan una buena plazuela donde insultarse

-iquestSiguen los discursos

-Siacute pero abundan maacutes los cachetes

-iquestY queacute generales mandan los ejeacutercitos de operaciones

-Aquiacute Mina en Castilla la Nueva ODaly Quiroga en Galicia en Aragoacuten Torrijos

-iquestY vencen

-Cuando pueden

-Es una delicia lo que encuentro a mi vuelta del otro mundo

-Si casi era mejor que se hubiese usted quedado por allaacute Asiacute al menos no sufririacutea la verguumlenza de la intervencioacuten extranjera

-iquestIntervencioacuten

-iexclY se asusta iquestPues hay nada maacutes natural Seguacuten parece allaacute por el mundo civilizado corre el rumor de que esto que aquiacute pasa es un escaacutendalo

-Siacute que lo es

-Los Reyes temen que a sus Naciones respectivas les entre este maleficio de las Constituciones [52] de las sociedades Landaburianas de las partidas de la Fe de los frailes con pistolas y nos van a quitar todos estos motivos de distraccioacuten Lejos del mundo ha estado usted y muy dentro de tierra cuando no han llegado a sus oiacutedos las ceacutelebres notas

-iquestQueacute notas

-El re mi fa de las Potencias Las notas han sido tres todas muy desafinadas y las potencias que las han dado tres tambieacuten como las del alma Rusia Prusia y Austria

-iquestY queacute pediacutean

-No puedo deciacuterselo a usted claramente porque los embajadores no me las han leiacutedo pero si seacute que la contestacioacuten del Gobierno espantildeol ha sido retumbante y guerrera como un redoble de tambor

-Es decir que desafiacutea a Europa

-Siacute sentildeor la desafiamos Ahora se recuerda mucho la guerra de la Independencia pero yo digo como Cervantes que nunca segundas partes fueron buenas

-iquestDe modo que tendremos otra vez extranjeros

-Franceses Ahiacute tiene usted en lo que ha venido a parar el ejeacutercito de observacioacuten Entre el cordoacuten sanitario y el de San Francisco nos van a dar que hacer Digo y los [53] diputados el diacutea en que aprobaron la contestacioacuten a las notas fueron aclamados por el pueblo Yo estaba en Madrid esa noche y como vivo frente al coronel San Miguel las murgas no me dejaron dormir en toda la noche Por todas partes no se oyen maacutes que mueras a la Santa Alianza a las Potencias del Norte a Francia y a la Regencia de Urgel Ahora se dice tambieacuten como entonces laquodejarles que se internenraquo pero la tropa no estaacute

muy entusiasmada que digamos Con todo si entran los interventores no les recibiremos con las manos en los bolsillos

-Tremendos diacuteas vienen -dijo el cautivo- Si los absolutistas vencen no podremos vivir aquiacute O ellos o nosotros Hay que exterminarles para que no nos exterminen

-Diga usted que si hubiera muchos brigadieres Rotten pronto se acababa esa casta maligna Fusilamos realistas por docenas sin distincioacuten de sexo ni edad ni formalidades de juicio iexclAy del que cae en nuestras manos Nuestro brigadier dice que no hay otro remedio ni entienden maacutes razoacuten que el arcabuzazo Ayer hicimos catorce prisioneros en San Llorens Hay de toda casta de gentes mujeres hombres dos cleacuterigos un jesuita que usa gafas un escribano de setenta antildeos una mujer [54] puacuteblica dos guerrilleros invaacutelidos en fin un muestrario completo El jefe les ha sentenciado ya pero como esto no se puede decir asiacute se hace la comedia de enviarles a la caacutercel de Solsona y por el camino cuando viene la noche y se llega a un sitio conveniente pim pam se les despacha en un santiameacuten y a otra

-Si no me engantildeo -dijo el cautivo- aquellos paisanos que por alliacute se ven son los prisioneros de San Llorens

En una loma cercana a distancia de dos tiros de fusil se veiacutea un grupo de personas custodiadas por la tropa Pareciacutea un rebantildeo que se habiacutea detenido a sestear

-Cabalmente -dijo Seudoquis- aquellos son Dentro de una hora se pondraacuten en camino para la eternidad iexclY estaacuten tan tranquilos Como que no han probado auacuten las recetas del brigadier Rotten

-Ojo por ojo y diente por diente -dijo el cautivo contemplando el grupo de prisioneros- iexclAh gran canalla no se entierran hombres impunemente durante seis meses no se baila encima de su sepultura para atormentarle no se les insulta por la reja no se les arroja saliva e inmundicia sin sentir maacutes tarde o maacutes temprano la mano justiciera que baja del cielo [55]

Despueacutes callaron todos No se oiacutea maacutes que el rasgueo de la pluma con que uno de los oficiales escribiacutea teniendo el papel sobre una cartera y esta sobre sus rodillas Cuando hubo concluido el cautivo rogoacute que se le diese lo necesario para escribir una carta a su madre anunciaacutendole que viviacutea pues seguacuten dijo en todo el tiempo de su ya concluida cautividad no habiacutea podido dar noticia de su existencia a los que le amaban

-iquestViviraacuten como yo -dijo tristemente- o afligidos por mi desaparicioacuten habraacuten muerto

-Dispeacutenseme usted -manifestoacute Seudoquis- pero a medida que hablamos me ha parecido reconocer en usted a una persona con quien hace algunos antildeos tuve relaciones

-Siacute Sr Seudoquis -dijo el cautivo sonriendo- El mismo soy Conspiramos juntos el antildeo 19 y a principios del antildeo 20

-Sentildeor Monsalud -exclamoacute el oficial abrazaacutendole- buen hallazgo hemos hecho sacaacutendole a usted de aquella mazmorra iexclYa se ve iquestCoacutemo podriacutea conocerle si estaacute usted hecho un esqueleto Ademaacutes en estos tiempos se olvida pronto iexclHe visto tanta

gente desde aquellos felices diacuteas porque eran felices siacute Aunque sea entre peligros el conspirar es siempre muy agradable sobre todo si se tiene fe [56]

-Entonces teniacutea yo mucha fe

-iexclAh Y yo tambieacuten Me hubiera dejado descuartizar por la libertad

-iexclCon queacute afaacuten trabajaacutebamos

-Siacute iexclcon queacute afaacuten

-iexclNos pareciacutea que de nuestras manos iba a salir acabada y completa la maacutes liberal y al mismo tiempo la maacutes feliz Nacioacuten de la tierra

-Siacute iexclqueacute ilusiones Si no estoy trascordado tambieacuten nos hallamos juntos en la logia de la calle de las Tres Cruces

-Siacute alliacute estuve yo alguacuten tiempo En aquello nunca tuve mucha fe

-Yo siacute pero la he perdido completamente Vea usted en queacute han venido a parar aquellas detestables misas masoacutenicas

-Nunca tuve ilusiones respecto a la Orden de la Viuda

-Pues nosotros -dijo Seudoquis riendo- tuvimos hasta hace poco en el regimiento nuestra caverna de Adorinam Pero apenas funcionaba ya iexclCuaacutenta ruina amigo miacuteo iexclCoacutemo se ha desmoronado aquel fantaacutestico edificio que levantamos Yo he sido de los que con maacutes gana con maacutes conviccioacuten y hasta con verdadera ferocidad han gritado iexclConstitucioacuten o muerte Haacutebleme usted con franqueza Salvador iquesttiene usted fe [57]

-Ninguna -repuso el cautivo- pero tengo odio y por el odio que siento contra mis carceleros estoy dispuesto a todo a morir matando facciosos si el general Mina quiere hacerme un hueco entre sus soldados

-Pues yo -manifestoacute Seudoquis con frialdad- no tengo fe tampoco tengo odio muy vivo pero el deber militar supliraacute en miacute la falta de estas dos poderosas fuerzas guerreras Pienso batirme con lealtad y llevar la bandera de la Constitucioacuten hasta donde se pueda

-Eso no basta -dijo Monsalud moviendo la cabeza- Para este conflicto nacional se necesita algo maacutes En fin Dios diraacute

Y empezoacute a escribir a su madre

- VII -

Despueacutes de dar noticia de su estupenda liberacioacuten exponiendo con brevedad los padecimientos del largo cautiverio que habiacutea sufrido escribioacute las frases maacutes carintildeosas y una pateacutetica declaracioacuten de arrepentimiento por su desnaturalizada conducta y la impiacutea fuga que tan duramente habiacutea castigado Dios Manifestando [58] despueacutes su falta de recursos y que maacutes que un viaje a Madrid le conveniacutea su permanencia en el ejeacutercito de Cataluntildea rogaba a su madre que vendiese cuanto habiacutea en la casa y juntamente con Solita se trasladase a la Puebla de Arganzoacuten donde pasariacutea a verlas pidiendo una licencia Concluiacutea indicando la direccioacuten que debiacutea darse a las cartas de respuesta y pediacutea que esta fuera inmediata para calmar la incertidumbre y afaacuten de su alma

Aquella misma tarde habloacute con el brigadier Rotten el cual era un hombre muy rudo y fiero bastante parecido en genio y modos a don Carlos Espantildea Aconsejole este que viera al general Mina en cuyo ejeacutercito habiacutea varias partidas de contraguerrilleros organizadas disciplinariamente antildeadioacute que eacutel (el brigadier Rotten) se habiacutea propuesto hacer la guerra de exterminio quemando arrasando y fusilando en la seguridad de que la supresioacuten de la humanidad traeriacutea infaliblemente el fin del absolutismo y concluyoacute diciendo que pasaba a la provincia de Tarragona con todas las fuerzas de su mando excepcioacuten hecha del batalloacuten de Murcia que le habiacutea sido reclamado por el general en jefe para reforzar el sitio de la Seo Monsalud sin vacilar en su eleccioacuten optoacute por seguir a los de Murcia que iban hacia la Seo [59]

Salioacute pues Murcia al diacutea siguiente muy temprano en direccioacuten a Castellar llevando el triste encargo de conducir a los catorce prisioneros de San Llorens de Morunys Seudoquis no ocultoacute a Salvador su disgusto por comisioacuten tan execrable pero ni eacutel ni sus compantildeeros podiacutean desobedecer al baacuterbaro Rotten Puacutesose en marcha el regimiento que maacutes bien pareciacutea cortejo fuacutenebre y en uno de sus uacuteltimos carros iba Monsalud viendo delante de siacute a los infelices cautivos atraillados algunos medio desnudos y todos abatidos y llorosos por su miserable destino aunque no se creiacutean condenados a muerte sino tan soacutelo a denigrante esclavitud

Camino maacutes triste no se habiacutea visto jamaacutes Lleno de fango el suelo cargada de neblina la atmoacutesfera y enfriada por un remusguillo helado que del Pirineo descendiacutea todo era tristeza fuera y dentro del alma de los soldados No se oiacutean ni las canciones alegres con que estos suelen hacer menos pesadas las largas marchas ni los diaacutelogos picantes ni maacutes que el luacutegubre compaacutes de los pasos en el cieno y el crujir de los lentos carros y los suspiros de los acongojados prisioneros El diacutea se acaboacute muy pronto a causa de la niebla que al modo de envidia lo empantildeaba y al llegar a un aacutengulo del camino en cierto sitio llamado los tres [60] Roures (los tres robles) el regimiento se detuvo Tomaba aliento porque lo que iba a hacer era grave

Salvador sintioacute un suacutebito impulso en su alma cristiana Eran los sentimientos de humanidad que se sobreponiacutean al odio pasajero y al recuerdo de tantas penas Cuando vio que la horrible sentencia iba a cumplirse hundioacute la cabeza sepultaacutendola entre los sacos y mantas que llenaban el carro y oroacute en silencio Los ayes lastimeros y los tiros que pusieron fin a los ayes le hicieron estremecer y sacudirse como si resonaran en la cavidad de su propio corazoacuten Cuando todo quedoacute en luacutegubre silencio alzando su angustiada cabeza dijo asiacute

-iexclQueacute cobarde soy El estado de mi cuerpo que parece de vidrio me hace deacutebil y pusilaacutenime como una mujer No debo tenerles laacutestima porque me sepultaron durante

seis meses porque bailaron sobre mi calabozo y me injuriaron y escupieron porque ni aun tuvieron la caridad de darme muerte sino por el contrario me dejaban vivir para mortificarme maacutes

El regimiento siguioacute adelante y al pasar junto al lugar de la carniceriacutea Salvador sintioacute renacer su congoja

-Es preciso ser hombre -pensoacute- La guerra [61] es guerra y exige estas crueldades Es preciso ser verdugo que viacutectima O ellos o nosotros

Seudoquis se acercoacute entonces para informarse de su estado de salud Estaba el buen capitaacuten tan paacutelido como los muertos y su mano ardiente y nerviosa temblaba como la del asesino que acaba de arrojar el arma para no ser descubierto

-iquestQueacute dice usted amigo miacuteo -le preguntoacute Salvador

-Digo -repuso el militar tristemente- que la Constitucioacuten seraacute vencida

- VIII - Hasta el 25 de Enero no llegaron a Canyellas donde Mina teniacutea su cuartel general frente a la Seo de Urgel Habiacutean pasado maacutes de sesenta diacuteas desde que puso sitio a la plaza y aunque la Regencia se habiacutea puesto en salvo llevaacutendose el dinero y los papeles los testarudos catalanes y aragoneses se sosteniacutean fieramente en la poblacioacuten en los castillos y en la formidable ciudadela [62]

Mina hombre de mucha impaciencia teniacutea en aquellos diacuteas un humor de mil demonios Sus soldados estaban medio desnudos sin ninguacuten abrigo y con menos ardor guerrero que hambre A los cuarenta y seis cantildeones que guarneciacutean las fortalezas de la Seo el heacuteroe navarro no podiacutea oponer ni una sola pieza de artilleriacutea El paiacutes en que operaba era tan pobre y desolado que no habiacutea medios de que sobre eacutel como es costumbre vivieran las tropas Por carecer estas de todo hasta careciacutean de fanatismo y el grito de Constitucioacuten o muerte haciacutea ya muy poco efecto Era como los cumplimientos que todo el mundo los dice y nadie cree en ellos Un invierno friacuteo y crudo completaba la situacioacuten derramando nieves escarchas hielos y lluvia sobre los sitiadores no menos desabrigados que aburridos

Delante de la miserable casilla que le serviacutea de alojamiento soliacutea pasearse D Francisco por las tardes con las manos en los bolsillos de su capote y pisando fuerte para que entraran en calor las entumecidas piernas Era hombre de cuarenta y dos antildeos recio y avellanado de semblante rudo en que se pintaba una gran energiacutea y todo su aspecto revelaba al guerreador castellano maacutes aacutegil que forzudo En sus ojos sombreados por cejas muy espesas brillaba la [63] astuta mirada del guerrillero que sabe organizar las emboscadas y las dispersiones Teniacutea cortas patillas que empezaban a emblanquecer y una piel bronca las mandiacutebulas asiacute como la parte inferior de la cara muy pronunciadas la cabeza cabelluda y no como la de Napoleoacuten sino piriforme y

amelonada a lo guerrillero No careciacutea de cierta zandunga (5) su especial modo de sonreiacuter y su hablar era como su estilo conciso y claro si bien no muy elegante pero si no escribiacutea como Julio Ceacutesar soliacutea guerrear como eacutel

No le educaron sus mayores sino los menores de su familia y tuvo por maestro a su sobrino un seminarista calaveroacuten que empezoacute su carrera persiguiendo franceses y la acaboacute fusilado en Ameacuterica Se hizo general como otros muchos y con mejores motivos que la mayor parte educaacutendose en la guerra de la Independencia sirviendo bien y con lealtad ganando cada grado con veinte batallas y defendiendo una idea poliacutetica con perseverancia y buena fe Su destreza militar era extraordinaria y fue sin disputa el primero entre los caudillos de partidas pues teniacutea la osadiacutea de Merino el brutal arrojo del Empecinado la astucia de Albuiacuten y la ligereza del Royo Sus crueldades de que tanto se ha hablado no saliacutean como las de Rotten de las perversidades [64] de un corazoacuten duro sino de los caacutelculos de su activo cerebro y constituiacutean un plan como cualquier otro plan de guerra Supo hacerse amar de los suyos hasta el delirio y tambieacuten sojuzgar a los que se le rebelaron como el Malcarado

Poseiacutea el genio navarro en toda su grandeza siendo guerrero en cuerpo y alma no muy amante de la disciplina caminante audaz cazador de hombres enemigo de la lisonja valiente por amor a la gloria terco y caprichudo en los combates Ganoacute batallas que equivaliacutean a romper una muralla con la cabeza y fueron obras maestras de la terquedad que a veces sustituye al genio En sus crueldades jamaacutes cometioacute viles represalias ni se ensantildeoacute como otros en criaturas deacutebiles Peleando contra Zumalacaacuterregui ambos caudillos cambiaron cartas muy tiernas a propoacutesito de una nintildea de quince meses que el guipuzcoano teniacutea en poder del navarro Fuera de la guerra era hombre corteacutes y fino desmintiendo asiacute la humildad de su origen al contrario de otros muchos como D Juan Martiacuten por ejemplo que aun siendo general nunca dejoacute de ser carbonero

Salvador Monsalud habiacutea conocido a Mina en 1813 durante la conspiracioacuten y despueacutes en Madrid Su amistad no era iacutentima pero siacute [65] cordial y sincera Oyoacute el general con mucho intereacutes el relato de las desgracias del pobre cautivo de San Llorens y a cada nueva crueldad que este referiacutea soltaba el otro alguna eneacutergica invectiva contra los facciosos

-Ya tendraacute usted ocasioacuten de vengarse si persiste en su buen propoacutesito de ingresar en mi ejeacutercito -le dijo estrechaacutendole la mano- Yo tengo aquiacute varias partidas de contraguerrilleros compuestas de gentes del paiacutes y de compatriotas miacuteos que me ayudan como pueden Desde luego le doy a usted el mando de una compantildeiacutea iquestacepta usted

-Acepto -repuso Salvador- Nunca fue grande mi aficioacuten a la carrera militar pero ahora me seduce la idea de hacer todo el dantildeo posible a mis infames verdugos no asesinaacutendolos sino vencieacutendolos Este es el sentimiento de que han nacido todas las guerras Ademaacutes yo no tengo nada que hacer en Madrid El duque del Parque no se acordaraacute ya de miacute y habraacute puesto a otro en mi lugar He rogado a mi madre que venda todo y se traslade a la Puebla con mi hermana No quiero Corte por ahora Las circunstancias y una inclinacioacuten irresistible que hay dentro de miacute desde que me sacaron de aquel horrible sepulcro me impulsan a ser guerrillero [66]

-Eso no es maacutes que vocacioacuten de general -dijo Mina riendo

Despueacutes convidoacute a Monsalud a su frugal mesa y hablaron largo rato de la campantildea y del sitio emprendido que seguacuten las predicciones del general tocaba ya a su fin

-Si para el diacutea de la Candelaria no he entrado en esa cueva de ladrones -dijo- rompo mi bastoacuten de mando Dariacutea todos mis grados por podeacuterselo romper en las costillas a Mataflorida

-O al arzobispo de Creux

-Ese se pone siempre fuera de tiro Ya marchoacute a Francia por miedo a la chamusquina que les espera iexclAh Sr Monsalud si no es usted hombre de corazoacuten no venga con nosotros Cuando entremos en la Seo no pienso perdonar ni a las moscas El Trapense al tomar esta plaza pasoacute a cuchillo la guarnicioacuten Yo pienso hacer lo mismo

-iquestA queacute cuerpo me destina mi general

-A la contraguerrilla del Cojo de Lumbier Es un puntildeado de valientes que vale todo el oro del mundo

-iquestEn doacutende estaacute

-Hacia Fornals vigilando siempre la Ciudadela Los contraguerrilleros del Cojo han jurado morir todos o entrar en la Ciudadela [67] antes de la Candelaria Me inspiran tal confianza que les he dicho laquono teneacuteis que poneros delante de miacute sino para decirme que la Ciudadela es nuestraraquo

-Entraraacuten entraremos de seguro -dijo Monsalud con entusiasmo

-Y ya les he leiacutedo muy bien la cartilla -antildeadioacute Mina- Ya les he cantado muy claro que no tienen que hacerme prisioneros No doy cuartel a nadie absolutamente a nadie Esa turba de sacristantes y salteadores no merece ninguna consideracioacuten militar

-Es decir

-Que me hareacuteis el favor de pasarme a cuchillo a toda esa gavilla de tunantes Amigo miacuteo la experiencia me ha demostrado que esta guerra no se sofoca sino con la ley del exterminio llevada a su uacuteltimo extremo

Salvador oyendo esto se estremecioacute y por largo rato no pudo apartar de su pensamiento la luacutegubre fase que tomaba la guerra desde que eacutel imaginoacute poner su mano en ella

Mina encargoacute al novel guerrillero que procurara restablecerse daacutendose la mejor vida posible en el campamento pues tiempo habiacutea de sobra para entrar en lucha si continuaba la guerra como era creiacuteble en vista del estado del paiacutes y de los amagos de intervencioacuten [68] Otros amigos ademaacutes del general encontroacute Salvador en Canyellas y pueblos inmediatos relaciones hechas la mayor parte en la conspiracioacuten y fomentadas despueacutes en las logias y en los cafeacutes patrioacuteticos

- IX - La Seo de Urgel estaacute situada en la confluencia de dos riacuteos que alliacute son torrentes el Segre originario de Puigcerdaacute y el Balira un bullicioso y atronador joven enviado a Espantildea por la Repuacuteblica de Andorra Enormes montantildeas la cercan por todas partes y tres gargantas estrechas le dan entrada por caminos que entonces soacutelo eran a propoacutesito para la segura planta del mulo Sobre la misma villa se eleva la Ciudadela maacutes al Norte el CASTILLO entre estas dos fortalezas el escarpado arrabal de Castel-Ciudad y en direccioacuten a Andorra la torre de Solsona La imponente altura de estas posiciones hace muy difiacutecil su expugnacioacuten es preciso andar a gatas para llegar hasta ellas

El 29 Mina dispuso que se atacara a Castel-Ciudad [69] El eacutexito fue desgraciado pero el 1ordm de Febrero operando simultaacuteneamente todas las tropas contra Castel-Ciudad Solsona y el Castillo se logroacute poner avanzadas en puntos cuya conquista haciacutea muy peligrosa la resistencia de los sitiados Por uacuteltimo el diacutea 3 de Febrero a las doce de la mantildeana las contraguerrillas del Cojo y el regimiento de Murcia penetraban en la Ciudadela defendida por seiscientos hombres al mando de Romagosa

Aunque no se hallaba totalmente restablecido Salvador Monsalud volviacutea tan raacutepidamente a su estado normal que creyoacute de su deber darse de alta en los criacuteticos diacuteas 1ordm y 2ordm de Febrero Ademaacutes de que se sentiacutea regularmente aacutegil y fuerte le mortificaba la idea de que se le supusiera maacutes encarintildeado con la convalecencia que con las balas Tomoacute pues el mando de su compantildeiacutea de contraguerrillas a las oacuterdenes del valiente Cojo de Lumbier y fue de los primeros que tuvieron la gloria de penetrar en la Ciudadela Sin saber coacutemo sintiose dominado por la rabiosa exaltacioacuten guerrera que animaba a su gente Vio los raudales de sangre y oyoacute los salvajes gritos todo ello muy acorde con su excitado espiacuteritu

Cuando la turba vencedora cayoacute como una venganza celeste sobre los vencidos sintioacute siacute [70] pasajero temblor pero sobreponieacutendose a sus sentimientos recordoacute las instrucciones de Mina y supo transmitir las oacuterdenes de deguumlello con tanta firmeza como el cirujano que ordena la amputacioacuten Vio pasar a cuchillo a maacutes de doscientos hombres en la Ciudadela y no pestantildeeoacute pero no pudo vencer una tristeza maacutes honda que todas las tristezas imaginables cuando Seudoquis acercaacutendose a eacutel sobre charcos de sangre y entre los destrozados cuerpos palpitantes le dijo con la misma expresioacuten luacutegubre de la tarde de los tres Roures

-Me confirmo en mi idea amigo Monsalud La Constitucioacuten seraacute vencida

Al diacutea siguiente bajoacute a la villa de la Seo que le parecioacute un sepulcro del cual se acabara de sacar el cuerpo putrefacto Su estrechez loacutebrega y huacutemeda asiacute como su suciedad haciacutean pensar en los gusanos insaciables y no se podiacutea entrar en ella con aacutenimo sereno Como oyera decir que en los claustros de la catedral convertidos en

hospital habiacutea no pocas personas de Madrid se dirigioacute allaacute creyendo encontrar alguacuten amigo de los muchos y diversos que teniacutea Grande era el nuacutemero de heridos y enfermos mas no vio ninguacuten semblante conocido En el palacio arzobispal estaban soacutelo [71] los enfermos de maacutes categoriacutea Dirigiose allaacute y apenas habiacutea dado algunos pasos en la primera sala cuando se sintioacute llamado eneacutergicamente

Miroacute y dos nombres sonaron

-iexclSalvador

-iexclPipaoacuten

Los dos amigos de la nintildeez los dos colegas de la conspiracioacuten del 19 los dos hermanos aunque no bien avenidos de la logia de las Tres Cruces se abrazaron con carintildeo El buen Bragas que poco antes viendo malparada la causa constitucional habiacutea corrido a la Seo a ponerse a las oacuterdenes de la Regencia cual hombre previsor padeciacutea de un persistente reuacutema que le impidioacute absolutamente huir a la aproximacioacuten de las tropas liberales Confiaba el pobrecito en las infinitas trazas de su sutiliacutesimo ingenio para conseguir que no se le causara dantildeo y como tuvo siempre por norte hacerse amigos aunque fuera en el infierno muy mal habiacutean de venir las cosas para que no saliese alguno entre los soldados de Mina A pesar de todo estuvo con el alma en un hilo hasta que vio aparecer la figura por demaacutes simpaacutetica de su antiguo camarada y entonces no pudiendo contener la alegriacutea le llamoacute y despueacutes de estrecharle en sus brazos con la freneacutetica alegriacutea del condenado que logra salvarse le dijo [72]

-iexclQueacute bonita campantildea habeacuteis hecho Habeacuteis tomado la Seo como quien coge un nido de paacutejaros Si he de ser franco contigo me alegro no se podiacutea vivir aquiacute con esa canalla de Regencia Yo vine por cuenta del Gobierno constitucional a vigilar ya tuacute me entiendes y me marchaba cuando iexclQueacute desgraciado soy Pero supongo que no me haraacuten dantildeo alguno iquesteh iquestTienes influencia con Mina Dile que podreacute ponerle en autos de algunas picardiacuteas que proyectan los Regentes Te juro que diera no seacute queacute por ver colgado de la torre al arzobispo

Monsalud despueacutes de tranquilizarle pidiole noticias de Madrid y de su familia

Pipaoacuten permanecioacute indeciso breve rato y despueacutes antildeadioacute con su habitual ligereza de lenguaje

-iquestPero doacutende te has metido iquestTe secuestraron los facciosos Ya me lo suponiacutea y asiacute lo dije a tu pobre madre cuando estuvo en mi casa a preguntarme por ti La buena sentildeora no teniacutea consuelo Se comprende iexclNo saber de ti en tanto tiempo

iquestVive mi madre -preguntoacute Salvador- iquestEstaacute buena

-Hace algunos diacuteas que falto de Madrid y no te puedo contestar -dijo Bragas mascullando [73] las palabras- pero si recibieses alguna mala noticia no debes sorprenderte Tu ausencia durante tantos meses y la horrible incertidumbre en que ha vivido tu buena madre no son ciertamente garantiacuteas de larga vida para ella

-Pipaoacuten por Dios -dijo Monsalud con amargura- tuacute me ocultas algo tuacute por caridad no quieres decirme todo lo que sabes iquestVive mi madre

-No puedo afirmar que siacute ni que no

-iquestCuaacutendo la has visto

-Hace cuatro meses

-iquestY entonces estaba buena

-Asiacute asiacute

-iquestY Sola estaba buena

-Asiacute asiacute Las dos pareciacutean tan apesadumbradas que daba pena verlas

-iquestSeguiacutean viviendo en el Prado donde yo las dejeacute

-No volvieron a la calle de Coloreros Comprendo tu ansiedad Si no hubiera huido con la Regencia una persona que se toma intereacutes por ti que te nombra con frecuencia y que hace poco ha llegado de Madrid

-iquestQuieacuten

-Jenara [74]

-iquestHa estado aquiacute No me dices nada que no me abrume Pipaoacuten

-Marchoacute con el arzobispo y Mataflorida iexclQueacute guapa estaacute Y conspira que es un primor Soacutelo ella se atreveriacutea a meterse en Madrid llevando mensajes de esta gente de la frontera como hizo en la primavera pasada y volver locos a los Ministros y a la camarilla Pero te has puesto paacutelido al oiacuter su nombre Ya ya seacute que os quereacuteis bien Ella misma ha dejado comprender ciertas cosas iexclCuaacutento ha padecido por arrancar de la faccioacuten a un hombre secuestrado en Benabarre Ese hombre eres tuacute Bien claro me lo ha dado a entender ella con sus suspiros siempre que te nombraba y tuacute con esa palidez teatral que tienes desde que hablamos de ella Amiguito bien bravo mozas de tal calidad bien valen seis meses de prisioacuten A doce me condenariacutea yo por haber gustado esa miel hiblea

Y prorrumpioacute en alegres risas sin que el otro participase de su jovialidad Reclinado en la cama del enfermo la cabeza apoyada en la mano Monsalud pareciacutea la imagen de la meditacioacuten Despueacutes de larga pausa volvioacute a anudar el hilo del interrumpido coloquio diciendo

-iquestConque ha estado aquiacute hace poco [75]

-Siacute iquestves esta cinta encarnada que tengo en el brazo Ella me la puso para sujetarme la manga que me molestaba Si quieres este recuerdo suyo te lo puedo ceder en cambio de la proteccioacuten que me dispensas ahora

Salvador miroacute la cinta pero no hizo movimiento alguno para tomarla ni dijo nada sobre aquel amoroso tema

-iquestY dices que hizo esfuerzos por rescatarme -preguntoacute

-Siacute iexclpobre mujer Se me figura que te amoacute grandemente pero acaacute para entre los dos no creo que la primera virtud de Jenara sea la constancia Si tanto empentildeo teniacutea por salvarte iquestpor queacute no te salvoacute siendo como era amiga de Mataflorida del arzobispo y del baroacuten Con tomar una orden de la Regencia y dirigirse al interior del paiacutes dominado por los arcaacutengeles de la fe Pero no habiacutea quien la decidiera a dar este paso y antes que meterse entre guerrilleros me dijo una vez que preferiacutea morir

-Y iquestcrees tuacute que ella podriacutea darme noticias de mi familia

-Se me figura que siacute -dijo Pipaoacuten poniendo semblante compungido- Yo le oiacute ciertas cosas No seraacute malo querido amigo que te dispongas a recibir alguna mala noticia [76]

-Diacutemela de una vez y no me atormentes con tus medias palabras -manifestoacute Salvador lleno de ansiedad

-De este mundo miserable -antildeadioacute Bragas con una gravedad que no le sentaba bien- iquestqueacute puede esperarse maacutes que penas

-iexclYa lo seacute Jamaacutes he esperado otra cosa

-Pues bien Yo supongo que tuacute eres un hombre valiente iquestPara queacute andar con rodeos y palabrillas

-Es verdad

-Si al fin habiacutea de suceder si al fin habiacuteas de apurar este caacuteliz de amargura iexclAh mi querido amigo siento ser mensajero de esta tristiacutesima nueva

-iexclOh Dios miacuteo lo comprendo todo -exclamoacute Salvador ocultando su rostro entre las temblorosas manos

-iexclTu madre ha muerto -dijo Pipaoacuten

-iexclOh bien me lo deciacutea el corazoacuten -balbucioacute el hueacuterfano traspasado de dolor- iexclMadre querida iexclyo te he matado

Durante largo rato estuvo llorando amargamente [77]

- X -

Creyendo ahora conveniente el autor no trabajar maacutes por cuenta propia vuelve a utilizar el manuscrito de la sentildeora en su segunda pieza que concuerda cronoloacutegicamente con el punto en que se ha suspendido la anterior relacioacuten

Los lectores perdonaraacuten esta larga incrustacioacuten ripiosa tan inferior a lo escrito por la hermosa mano y pensado por el agudo entendimiento de la sentildeora Pero como la seguridad del edificio de esta historia lo haciacutea necesario el autor ha metido su tosco ladrillo entre el fino maacutermol de la gentil dama alavesa El segundo fragmento lleva por tiacutetulo DE PARIacuteS A CAacuteDIZ y a la letra dice asiacute

A fines de Diciembre del 22 tuve que huir precipitadamente de la Seo que amenazaba el cabecilla Mina No es faacutecil salir con pena de la Seo Aquel pueblo es horrible y todo el que vive dentro de eacutel se siente amortajado Mataflorida salioacute antes que nadie [78] treacutemulo y lleno de zozobra No podreacute olvidar nunca la figura del arzobispo montando a mujeriegas en un mulo apoyando una mano en el arzoacuten delantero y otra en el de atraacutes y con la canaleja sujeta con un pantildeuelo para que no se la arrancase el fuerte viento que soplaba Es sensible que no pueda una dejar de reiacuterse en circunstancias tristes y luctuosas y que a veces las personas maacutes dignas de veneracioacuten por su estado religioso exciten la hilaridad Conozco que es pecado y lo confieso pero ello es que yo no podiacutea tener la risa

Nos reunimos todos en Tolosa de Francia Yo resolviacute entonces no mezclarme maacutes en asuntos de la Regencia Jamaacutes he visto un desconcierto semejante Muchos espantildeoles emigrados viendo cercana la intervencioacuten (precipitada por las altaneras contestaciones de San Miguel) temblaban ante la idea de que se estableciese un absolutismo fanaacutetico y vengador y suspiraban por una transaccioacuten interpretando el pensamiento de Luis XVIII Pero no habiacutea quien apease a Mataflorida de su borrica o sea de su idea de restablecer las cosas en el propio ser y estado que tuvieron desde el 10 de Mayo de 1814 hasta el 7 de Marzo de 1820 Balmaseda le apoyaba y D Jaime Creux (el gran jinete de quien antes he hablado) era partidario [79] tambieacuten del absolutismo puro y sin mancha alguna de Caacutemaras ni camarines pero el baroacuten de Eroles y Eguiacutea se oponiacutean furiosamente a esta salutiacutefera idea de sus compantildeeros

Mi amigo el general de la coleta (ya separado de la pastelera de Bayona) queriacutea destituir a la Regencia y prender a Mataflorida y al arzobispo Mataflorida fuerte con las instrucciones reservadiacutesimas de Su Majestad que yo y otros emisarios le habiacuteamos traiacutedo seguiacutea en sus trece La Junta de Cataluntildea los apostoacutelicos de Galicia la Junta de Navarra los obispos emigrados enviaban representaciones a Luis XVIII para que reconociese a la Regencia de Urgel mientras la Regencia misma echaacutendosela de soberana enviaba una especie de plenipotenciarios de figuroacuten a los Soberanos de Europa

Nada de esto hizo efecto y la Corte de Francia conforme con Eguiacutea y el baroacuten de Eroles puso a la Regencia cara de hereje Por desgracia para la causa real Ugarte habiacutea sido quitado de la escena poliacutetica y todo el negocio como puede suponerse andaba en manos muy ineptas Alliacute era de ver la rabia de Mataflorida que alegaba en su favor las oacuterdenes terminantes del Rey pero nada de esto valiacutea porque los otros tambieacuten

mostraban cartas [80] y mandatos reales Fernando jugaba con todos los dados a la vez iquestSu voluntad quieacuten podiacutea saberla

Entretanto todo se volviacutea recados misteriosos de Tolosa a Pariacutes y a Madrid y a Verona Eguiacutea se carteaba con el duque de Montmorency ministro de Estado en Francia y Mataflorida con Chateaubriand Cuando este sustituyoacute a Montmorency en el Ministerio nuestro marqueacutes vio el cielo abierto por ser el vizconde de los que con maacutes ahiacutenco habiacutean sostenido en Verona la necesidad de volver del reveacutes las instituciones espantildeolas Necesitando negociar con eacutel y no queriendo apartarse de la frontera de Espantildea por temor a las intrigas de Eguiacutea y del baroacuten de Eroles me rogoacute que le sirviese de mensajero a lo que accediacute gustosa porque me agradaban iquesta queacute negarlo aquellos graciosos manejos de la diplomacia menuda y el continuo zarandeo y el trabar relaciones con personajes eminentes Priacutencipes y hasta soberanos reinantes Yo dicho sea sin perjuicio de la modestia habiacutea mostrado regular destreza para tales tratos asiacute como para componer haacutebilmente una intriga y el haacutebito de ocuparme en ello habiacutea despertado en miacute lo que puede llamarse el amor al arte Mi belleza y cierta magia que seguacuten dicen tuve contribuiacutean no poco entonces [81] al eacutexito de lo que yo nombraba plenipotencias de abanico

Tomeacute pues mis credenciales y partiacute para Pariacutes con mi doncella y dos criados excelentes que me proporcionoacute Mataflorida Estaba en mis glorias Felizmente yo hablaba el franceacutes con bastante soltura y teniacutea en tan alto grado la facultad de adaptacioacuten que a medida que pasaba de Tolosa a Agen de Agen a Poitiers de Poitiers a Tours y a Pariacutes pareciacuteame que me iba volviendo francesa en maneras en traje en figura y hasta en el modo de pensar

Llegueacute a la gran ciudad ya muy adelantado Febrero Tomeacute habitacioacuten en la calle del Bac y despueacutes de destinar dos diacuteas a recorrer las tiendas del Palais Royal y a entablar algunas relaciones con modistas y joyeros pediacute una audiencia al sentildeor Ministro de Negocios Exteriores Eacutel que ya teniacutea noticia de mi llegada enviome uno de sus secretarios dignaacutendose al mismo tiempo ofrecerme un billete para presenciar la apertura de las tareas legislativas en el Louvre

Mucho me holgueacute de esto y dispuacuteseme a asistir a tan brillante ceremonia en la cual debiacutea leer su discurso el Rey Luis XVIII y presentarse de corte todos los grandes dignatarios de aquella fastuosa Monarquiacutea Confieso que [82] jamaacutes he visto ceremonia que maacutes me impresionase iexclQueacute solemnidad queacute grandeza y lujo El puesto en que me colocaron los ujieres no era el maacutes coacutemodo pero vi perfectamente todo y la admiracioacuten y arrobamiento de mi espiacuteritu no me permitiacutean atender a las molestias

La presencia del anciano Rey me causoacute la sensacioacuten maacutes viva Aclamaacuteronle ruidosamente cuando aparecioacute en el gran saloacuten y en realidad inspiraba afecto y entusiasmo Bien puede decirse que pocos reyes han existido maacutes simpaacuteticos ni maacutes dignos de ser amados Luis XVIII tomoacute asiento en un trono sombreado con rico dosel de terciopelo carmesiacute Los altos dignatarios se colocaron en pie en los escantildeos alfombrados No se veraacute en parte alguna nada maacutes grave ni maacutes suntuoso ni maacutes imponente

Su Majestad Cristianiacutesima empezoacute a leer iexclQueacute voz tan dulce queacute acento tan pateacutetico A cada paacuterrafo era interrumpido por vivas exclamaciones Yo lloraba y atendiacutea

con toda mi alma Se me grabaron profundamente en la memoria aquellas ceacutelebres palabras laquoHe mandado retirar mi embajador Cien mil franceses mandados por un Priacutencipe de mi familia por aquel a quien mi corazoacuten se complace en llamar [83] hijo estaacuten a punto de marchar invocando al Dios de San Luis para conservar el trono de Espantildea a un descendiente de Enrique IV para librar a aquel hermoso reino de su ruina y reconciliarlo con Europaraquo

Ruidosos y entusiastas viacutetores manifestaron cuaacutento entusiasmaba a todos los franceses alliacute presentes la intervencioacuten Yo aunque espantildeola comprendiacutea la justicia y necesidad de esta medida Asiacute es que dije para miacute pensando en mis paisanos

-Ahora vereacuteis brutos coacutemo os haraacuten andar derechosraquo

Pero el bondadoso Luis XVIII siguioacute diciendo cosas altamente patrioacuteticas soacutelo bajo el punto de vista franceacutes y ya aquello no me gustaba tanto porque en fin empeceacute a comprender que nos trataban como a un hato de carneros He sido siempre de una volubilidad extraordinaria en mis ideas las cuales variacutean al compaacutes de los sentimientos que agitan hondamente mi alma Asiacute es que de pronto y sin saber coacutemo se enfrioacute un poco mi entusiasmo y cuando Luis dijo con altanero acento y entre atronadores aplausos aquello de Somos franceses sentildeores sentiacute oprimido mi corazoacuten sentiacute que corriacutea por mis venas raacutepido fuego y pensando en la intervencioacuten dije para miacute [84]

-No hay que echar mucha facha todaviacutea amiguitos Somos espantildeoles sentildeores

Pero no puedo negar que la pompa de aquella Corte la seriedad y grandeza de aquella Asamblea acorde con su Rey y existente con eacutel sin estorbarse el uno a la otra hicieron grande impresioacuten en mi espiacuteritu Me acordaba de las discordias infecundas de mi paiacutes y entonces sentiacutea pena

-Allaacute -penseacute- tenemos demasiadas Cortes para el Rey y demasiado Rey para las Cortes

El diacutea siguiente 1ordm de Marzo era el sentildealado por Chateaubriand para recibirme Yo teniacutea viviacutesimos deseos de verle por dos motivos por mi comisioacuten y porque habiacutea leiacutedo la Atala poco antes hallando en su lectura profundo deleite No seacute por queacute me figuraba al vizconde como una especie de triste Chactas de tal modo que no podiacutea pensar en eacutel sin traer a la memoria la ceacutelebre cancioacuten

Pero todo cambioacute cuando entreacute en el Ministerio y en el despacho del ceacutelebre escritor que llenaba el mundo con su nombre y habiacutea divulgado la maniacutea de los bosques de Ameacuterica el sentimentalismo catoacutelico y las tristezas quejumbrosas a lo Reneacute Vestiacutea de gran uniforme Su semblante paacutelido y hermoso no teniacutea maacutes defecto que el estudiado desorden de los cabellos [85] que asemejaban su cabeza a una de esas testas de aldeano en cuya selvaacutetica espesura jamaacutes ha entrado el peine En sus ojos habiacutea un mirar tan vivo y penetrante que me obligaba a bajar los miacuteos Estaba bastante decaiacutedo aunque su edad no pasara entonces de los cincuenta y dos antildeos Su exquisita urbanidad era algo finchada y friacutea Sonreiacutea ligeramente y pocas veces contrayendo los casi imperceptibles pliegues de su boca de maacutermol pero frunciacutea con frecuencia el centildeo como una mantildea adquirida por la costumbre de creer que cuanto veiacutea era inferior a la majestad de su persona

Pareciome que la presencia de la diplomaacutetica espantildeola le habiacutea causado sorpresa Sin duda creiacutea ver en miacute una maja de esas que conforme eacutel dice en uno de sus libros se alimentan con una bellota una aceituna o un higo Debioacute (6) admirarle mi intachable vestido franceacutes y la falta de aquella gravedad espantildeola que consiste seguacuten ellos en hablar campanudamente y con altaneriacutea En sus miradas creiacute sorprender una observacioacuten algo impropia de hombre tan fino Pareciome que miraba si habiacutea yo llevado el rosario para rezar en su presencia o alguna guitarra para tocar y cantar mientras durase el largo plazo de la antesala En sus primeras palabras advertiacute marcado [86] deseo de llevarme al terreno literario porque empezoacute hablando de lo mucho que admiraba a mi paiacutes y del Romancero del Cid asunto que no vino muy de molde en aquella ocasioacuten

Yo vieacutendole en tan buen terreno y considerando cuaacutento debiacutea (7) agradarle la lisonja me afirmeacute en el terreno literario y le hableacute de su universal fama asiacute como del gran eco de Chateaubriand por todo el orbe Eacutel me contestoacute con frases de modestia tan ingeniosas y bien perfiladas que la misma modestia no las hubiera conocido por suyas Preguntome si habiacutea leiacutedo el Genio del Cristianismo y le contesteacute al punto que siacute y que me entusiasmaba aunque la verdad es que hasta entonces no habiacutea ni siquiera hojeado tal libro mas recordando algunos pasajes de los Maacutertires le hableacute de esta obra y de la gran impresioacuten que en miacute produjera Eacutel parecioacute maravillado de que una dama espantildeola supiera leer y me dirigioacute varias galanteriacuteas del maacutes delicado gusto Por mi belleza y mis gracias materiales yo no debiacutea de ser de palo para el vizconde Despueacutes supe que con cincuenta y dos antildeos a la espalda auacuten se creiacutea bastante joven para el galanteo y amaba a cierta artista inglesa con el furor de un colegial [87]

- XI - Entrando de lleno en nuestro asunto el triste Chactas me dijo

-Ya oiriacutea usted ayer el discurso de Su Majestad La guerra es inevitable Yo la creo conveniente para las dos Naciones y he tenido el honor de sostener esta opinioacuten en el Congreso de Verona y en el Ministerio contra muchos hombres eminentes que la juzgaban peligrosa En cuanto a la cuestioacuten principal que es la clase de Gobierno que debe darse a Espantildea no creo en la posibilidad de sostener el absolutismo puro Esto es un absurdo aun en Espantildea y las luces del siglo lo rechazan

Yo le hice una pintura todo lo fiel que me fue posible del estado de nuestras costumbres y de las clases sociales en nuestro paiacutes asiacute como de los personajes eminentes que en eacutel habiacutea haciendo notar de paso conforme a mi propoacutesito que un solo hombre grande existiacutea en toda la redondez de las Espantildeas Este hombre era el marqueacutes de Mataflorida

-Reconozco las altas dotes del sentildeor Marqueacutes [88] -me dijo Chateaubriand con finiacutesima sonrisa- Pero la conducta de la Regencia de Urgel ha sido poco prudente Su manifiesto del 15 de Agosto y sus propoacutesitos de conservar el absolutismo puro no pueden hallar eco en la Europa civilizada

Yo dije entonces usando las frases maacutes delicadas que no era faacutecil juzgar de los sucesos de Urgel por lo que afirmaran hombres tan corrompidos como Eguiacutea y el baroacuten de Eroles a los cuales con buenas palabras puse de oro y azul Concluiacute mi perorata afirmando que la voluntad de Fernando era favorable a los planes de Mataflorida

-Para nosotros -dijo- no hay otra expresioacuten de la voluntad del Rey de Espantildea que la contenida en la carta que Su Majestad Catoacutelica dirigioacute a nuestro Soberano

El piacutecaro me iba batiendo en todos mis atrincheramientos y me desconcertoacute completamente cuando me dijo

-El Gobierno franceacutes ha acordado nombrar una Junta provisional en la frontera hasta que las tropas francesas entren en Espantildea

-iquestY la Regencia

-La Regencia dejaraacute de existir mejor dicho ha dejado de existir ya

-Pero Fernando no le ha retirado sus poderes [89] antes bien se los confirma secretamente un diacutea y otro

Al oiacuter esto el insigne escritor y diplomaacutetico no contestoacute nada Conociacute que se veiacutea en la alternativa de desmentir mi aserto o de hablar mal de Fernando y que como hombre de intachable cortesiacutea no queriacutea hacer lo primero ni como Ministro de un Borboacuten lo segundo Vieacutendole suspenso insistiacute y entonces me dijo

-Indudablemente aquiacute hay algo que ahora no se puede comprender pero que andando el tiempo se ha de ver con claridad

Despueacutes deseando mostrarme el maacutes filantroacutepico intereacutes por la ventura de nuestro paiacutes afirmoacute que eacutel habiacutea trabajado porque se declarara la guerra sosteniendo para esto penosas luchas con Mr de Villeacutele y sus demaacutes colegas que la resistencia de Inglaterra y de Wellington habiacutean exigido de su parte grandes esfuerzos y constancia y por uacuteltimo que auacuten necesitaba de no poca energiacutea para vencer la oposicioacuten a la guerra que las Caacutemaras mostrariacutean desde el primer diacutea de sus sesiones

-Muchos -antildeadioacute Chactas- me consideran loco Otros me tienen laacutestima Algunos y entre ellos los envidiosos preguntan si podreacute yo conseguir lo que no fue dado a Napoleoacuten Pero yo fiacuteo al tiempo la consagracioacuten de este gran [90] hecho tan necesario a la seguridad del orden y la justicia en los pueblos de Occidente

Habloacute tambieacuten de las sociedades secretas y de los carbonarios a quienes pareciacutea tener muchiacutesimo miedo y yo empeceacute a comprender que el objeto de la intervencioacuten no era poner paz entre nosotros ni hacernos felices ni aun siquiera consolidar el vacilante trono de un Borboacuten sino aterrar a los revolucionarios franceses e italianos que bulliacutean sin cesar en los tenebrosos fondos de la sociedad francesa jamaacutes reposada ni tranquila

Prometioacute contestar a Mataflorida mas sin mostrarse muy entusiasta de las altas prendas de mi amigo ni indicar nada que trascendiese a propoacutesitos de acceder a su peticioacuten Bajo sus frases corteses yo creiacutea descubrir cierto menosprecio de los

individuos de la Regencia y aun de todos los que mangoneaban en la conspiracioacuten De un solo espantildeol me habloacute con acento que indicaba respeto y casi admiracioacuten de Martiacutenez de la Rosa Atribuiacute esto a mera simpatiacutea del poeta

Despedime de eacutel deplorando el mal eacutexito de mi embajada y aquiacute fue donde se deshizo en cumplidos buscando y hallando en su fina habilidad cortesana ocasioacuten para deslizar dos o tres galanteriacuteas con discretos elogios de mi [91] hermosura y del paiacutes donde florece el naranjo Me habiacutea tomado por andaluza y yo le dejeacute en esta creencia

A los dos diacuteas fue a pagarme la visita a mi alojamiento de la calle del Bac y en su breve entrevista me parecioacute que huiacutea de mencionar los oscuros asuntos de la siempre oscura Espantildea En los diacuteas sucesivos visiteacute a otras personas entre ellas al Ministro de lo Interior Mr de Corbiere y a algunos sentildeores del partido del conde de Artois como el priacutencipe de Polignac y Mr de la Bourdonnais Tambieacuten tuve ocasioacuten de tratar a dos o tres viejas aristoacutecratas del barrio de San Germaacuten ardientes partidarias de la guerra de Espantildea y no muy bien quistas con el Rey filoacutesofo y tolerante que gobernaba a la Francia convaleciente auacuten de la Revolucioacuten y del Imperio De mis conversaciones con toda aquella gente pude sacar en limpio el siguiente juicio que creo seguro y verdadero Las personas influyentes de la Restauracioacuten deseaban para Francia una Monarquiacutea templada y constitucional fundada en el orden y para Espantildea el absolutismo puro Con tal que en Francia hubiera tolerancia y filosofiacutea no les importaba que en Espantildea tuvieacuteramos frailes e inquisicioacuten Todo iriacutea bien siempre que en ninguna de las dos Naciones [92] hubiese franc-masones carbonarios y demagogos

Teniacutean de nuestro paiacutes una idea muy falsa Cuando Chateaubriand que era el genio de la Restauracioacuten deciacutea de Espantildea alliacute el matar es cosa natural ya sea por amor ya sea por odio puede juzgarse lo que pensariacutean todas aquellas personas que no supieron escribir el Genio del Cristianismo Nos consideraban como un pueblo heroico y salvaje dominado por pasiones violentas y por un fanatismo religioso semejante al del antiguo Egipto

La princesa de la Tremouille se asombraba de que yo supiera escribir y me presentoacute en su tertulia como un objeto curioso aunque sin dar a conocer ninguacuten sentimiento ni idea que me mortificasen Yo creo que ni uno solo de sus amigos dejoacute de enamorarse de miacute ilusionados con la idea de mi sentimentalismo andaluz y de mi gravedad calderoniana y de la mezcla que suponiacutean en miacute de maja y de gran sentildeora de Dulcinea y de gitana El maacutes rendido se suponiacutea expuesto a morir asesinado por miacute en un arrebato de celos pues tal idea teniacutean de las espantildeolas que en cada una de ellas se habiacutean de hallar comprendidas dos personas a saber la cantaora de Sevilla y dontildea Jimena la torera que gasta navaja y la dama [93] ideal de los romances moriscos Yo me reiacutea con esto y llevaba adelante la broma

Volviendo al asunto de la guerra de Espantildea direacute que al salir de Pariacutes no teniacutea duda alguna acerca del pensamiento de los franceses en esta cuestioacuten Ellos no haciacutean la guerra por nuestro bien ni por el de Fernando Poco se les importaba que despueacutes de vencido el constitucionalismo establecieacutesemos la Carta o el despotismo neto Allaacute nos entenderiacuteamos despueacutes con los frailes y los guerrilleros victoriosos Su objeto su bello ideal era aterrar a los revolucionarios franceses harto entusiasmados con las demencias de nuestros bobos liberales y ademaacutes dar a la dinastiacutea restaurada el prestigio militar que no teniacutea

El principal enemigo de los Borbones en Francia era el recuerdo de Bonaparte y el dejo de aquel dulce licor de la gloria con cuya embriaguez se habiacutean enviciado los franceses Una Monarquiacutea que no daba batallas de Austerlitz que no satisfaciacutea de ninguacuten modo el ardor guerrero de la Nacioacuten y que no tocaba el tambor en cualquier parte de Europa no podiacutea ser amada de aquel pueblo en quien la vanidad iguala a la verdadera grandeza y que tiene tanta presuncioacuten como genio Era preciso armarla como decimos en nuestro paiacutes era [94] necesario que la Restauracioacuten tuviera su epopeya chica o grande aunque esta epopeya fuese de mentirijillas era indispensable vencer a alguien para poder poner el grito en el cielo y regresar a Pariacutes con la bambolla de las conquistas Dios permitioacute que el anima vili de este experimento fueacutesemos nosotros y que la desgraciada Espantildea cuya fiereza libroacute a Europa de Bonaparte fuese la viacutectima escogida para proporcionar a Francia el desahoguillo marcial que debiacutea poner en olvido a aquel mismo Bonaparte tan execrado

Mi viaje a Pariacutes modificoacute mucho mis ideas absolutistas en principio si bien pensando en Espantildea no podiacutea admitir ciertas cosas que en Francia me pareciacutean bien Toda la vida me he congratulado de haber visto y hablado a monsieur de Chateaubriand el escritor maacutes grande de su tiempo Aunque su fama se eclipsoacute bastante despueacutes de la revolucioacuten del 30 lo cual indica que habiacutea en su genio mucho tomado a las circunstancias no puede negarse que sus obras deleitan y enamoran principalmente por la galanura de su imaginacioacuten y la magia de su estilo y auacuten deleitariacutean maacutes si en todas ellas no hablase tanto de siacute mismo Tengo muy presente su persona por demaacutes agradable y su rostro simpaacutetico y lleno de aquella expresioacuten [95] sentimental que se puso de moda haciendo que todos los hombres pareciesen enamorados y enfermos Me parece que le estoy mirando y ahora como entonces me dan ganas de llevar un peine en el bolsillo y sacarlo y daacuterselo diciendo laquoCaballero haacutegame usted el favor de peinarseraquo

- XII - Ahora hablemos iquestpor queacute no de la violentiacutesima pasioacuten que inspireacute a un franceacutes Era este el conde de Montguyon coronel del 3ordm de huacutesares Yo le habiacutea conocido en Tolosa habiendo tenido la desgracia de que mi persona hiciera profunda impresioacuten en eacutel trastornando las tres potencias de su alma Era soltero de treinta y ocho antildeos bien parecido y atento y finiacutesimo como todos los franceses Persiguiome hasta Pariacutes donde me asediaba como esos conquistadores joacutevenes e impacientes que han oiacutedo la ceacutelebre frase de Ceacutesar y quieren imitarla Al principio me mortificaban sus obsequios le rechazaba hasta con menosprecio y altaneriacutea pero al fin sin corresponder a su amor de ninguna manera admitiacute la parte superficial de [96] sus galanteriacuteas Esto le dio esperanza pero siempre me trataba con el mayor respeto Deseando sin duda identificarse con las ideas que suponiacutea en mi tierra se habiacutea hecho una especie de D Quijote cuya Dulcinea era yo A veces me pareciacutea por demaacutes empalagoso pero despueacutes de muchos meses de indiferencia absoluta empeceacute a estimarle reconociendo sus nobles prendas Cuando me disponiacutea a volver a mi paiacutes se me presentoacute rebosando alegriacutea y me dijo

-Acabo de conseguir que me destinen a la guerra de Espantildea De este modo consigo tres grandes objetos que interesan igualmente a mi corazoacuten guerrear por la Francia visitar la hermosa tierra de Espantildea y estar cerca de usted

Eacutel pretendiacutea que me detuviese para partir juntos pero a esto no accediacute y me marcheacute dejaacutendole atraacutes aunque deseosa iquesta queacute negarlo de que no me siguiese a mucha distancia pues a causa del fastidio de viaje tan largo Francia con ser tan bella empezaba a aburrirme de lo lindo

iquestSe creeraacute que yo habiacutea olvidado a mi pobre cautivo de Benabarre iexclAh no y hasta el uacuteltimo momento que estuve en la Seo de Urgel me ocupeacute de su desgraciada suerte Cada vez que veniacutea a mi pensamiento la idea de sus penas [97] me estremeciacutea de dolor y toda alegriacutea se disipaba en mi espiacuteritu Pero este tiene en siacute mismo una energiacutea restauradora no menos poderosa que la del cuerpo y sabe curarse de todos sus males siempre que le ayude el mejor de los Esculapios que es el tiempo

Voltaire que no por impiacuteo y blasfemo dejoacute de tener mucho talento escribioacute una historieta titulada Los dos consolados en la cual pone de relieve las admirables curas de aquel charlataacuten el uacutenico cuyos especiacuteficos son infalibles Yo he leiacutedo esa novelita asiacute como otras del ceacutelebre escritor sacriacutelego y esta debilidad miacutea imperdonable quizaacutes en una dama tan aceacuterrima defensora de la religioacuten la confieso aquiacute contritamente rogando a mis lectores que no revelen a ninguacuten cura de mi paiacutes tan feo secreto ocultaacutendolo principalmente al sentildeor canoacutenigo de Tortosa mi director espiritual el cual se enfureceraacute si le hablan de las novelas de Voltaire aunque a miacute me consta que eacutel tambieacuten las ha leiacutedo

Pues bien el tiempo fue cicatrizando mis heridas sin curarlas Yo tambieacuten podiacutea erigir una estatua con la inscripcioacuten A celui qui console pues la ausencia indefinida y los diacuteas que pasaban raacutepidamente habiacutean calmado aquel insaciable afaacuten de mi alma En miacute reinaba la [98] tranquilidad pero no el taciturno y seco olvido y una aparicioacuten repentina del ser amado podiacutea muy bien en breviacutesimo instante destruir los efectos del tiempo renovando mi mal y aun agravaacutendolo

Desde Pariacutes a la frontera no cesaba el movimiento de tropas Por todas partes convoyes cuerpos de ejeacutercito y oficiales que iban a incorporarse a sus regimientos Francia podiacutea creerse auacuten en los diacuteas del gran soldado Hasta Burdeos no tuve noticias ciertas de mi querida Regencia y de mi ilustre mandatario el marqueacutes de Mataflorida iexclAy La suerte de este insigne hombre de Estado no podiacutea ser maacutes miserable Eguiacutea habiacutea triunfado a pesar de las furiosas protestas del regente de Urgel y para colmo de desdicha como auacuten quisiera este llevar adelante sus locas pretensiones el duque de Angulema le mandoacute prender juntamente con el arzobispo confinaacutendoles a Tours Asiacute acabaron las glorias de aquellos dos ambiciosos Yo llegueacute a tiempo para verles y cuando manifesteacute al marqueacutes las poco lisonjeras disposiciones del triste Chactas el atroz Regente desairado llamoacute a Chateaubriand intrigante enredador mal poeta y franchute Esta fue la venganza del coloso

Bayona era un campamento cuando yo [99] llegueacute El nuacutemero de espantildeoles casi superaba al de franceses y en todos reinaba grande alegriacutea Reanudeacute entonces mis buenas relaciones con el baroacuten de Eroles hacieacutendole ver que mi viaje a Pariacutes habiacutea tenido por causa asuntos particulares y entre risas y bromas me reconcilieacute con Eguiacutea el

cual por razoacuten del mismo gozo y embobamiento del triunfo estaba muy dispuesto a perdonar En cuanto a las negociaciones yo no teniacutea humor de seguir ocupaacutendome de ellas y deseaba retirarme a descansar sobre mis laureles diplomaacuteticos no soacutelo porque mi entusiasmo absolutista se habiacutea enfriado mucho sino porque desde alguacuten tiempo las conspiraciones y los manejos poliacuteticos me causaban hastiacuteo Ya he dicho que siempre fui muy inclinada a la mudanza en mis ocupaciones Mi espiacuteritu se aviene poco con la monotoniacutea y si hubo un diacutea en que me sedujeron las embajadas otro llegoacute en que me repugnaron iexclMaacutegico efecto del tiempo cuya misioacuten es renovar creando las estaciones con los admirables ciacuterculos del universo Tambieacuten el alma humana ve en siacute la alterada sucesioacuten de las primaveras e inviernos en sus dilataciones y recogimientos

Yo deseaba entrar en Espantildea y teniacutea propoacutesito de reanudar las diligencias para averiguar [100] el paradero de mi cautivo de Benabarre En Bayona una familia francesa legitimista con quien yo teniacutea antigua amistad me convidoacute a pasar unos diacuteas en su casa de campo inmediata a Behobia y unos parientes miacuteos invitaacuteronme a que les acompantildease a Iruacuten un par de semanas A ambos ofrecimientos accediacute empezando por el de Behobia aunque la frontera no me pareciacutea el punto maacutes a propoacutesito para residir en los momentos en que principiaba la guerra Pero la gente de aquel paiacutes estaba segura de que Angulema atravesariacutea faacutecilmente el Pirineo por ser muy adicto al absolutismo todo el paiacutes vasco-navarro

Todaviacutea no habiacutea pasado Su Alteza la raya cuando se rompioacute el fuego junto al mismo puente internacional Los carbonarios extranjeros que andaban por Espantildea unidos a otros perdidos de nuestro paiacutes habiacutean formado una legioacuten con objeto de hacer frente a las tropas francesas Constaba aqueacutella de doscientos hombres tristes desechos de la ley demagoacutegica de Italia de Francia y de Espantildea y para seducir a los cien mil hijos de San Luis se habiacutean vestido a la usanza imperial y ondeando la bandera tricolor gritaban en la orilla espantildeola del Bidasoa laquoiexclViva Napoleoacuten IIraquo

Su objeto era fascinar a los artilleros franceses con este maacutegico grito mas tuvieron la desdicha de que tales aclamaciones fueran contestadas a cantildeonazos y con sus banderas y sus enormes morriones huyeron a San Sebastiaacuten Pasma la inocente credulidad de los carbonarios extranjeros y de los masones espantildeoles Oiacute decir en Behobia que los liberales franceses Lafayette Manuel Benjamiacuten Constant y otros fiaban mucho en los doscientos legionarios mandados por el republicano emigrado coronel Fabvier iexclQueacute desvariacuteos engendra el furor de partido Corriacutea esto parejas con la necia confianza del Gobierno espantildeol que aun despueacutes de declarada la guerra no habiacutea tomado disposiciones de ninguna clase hallaacutendose sus tropas sin maacutes recursos ni elementos que el parleriacuteo de los milicianos y el gaacuterrulo charlatanismo de los clubs

XIII Hacia los primeros diacuteas de abril vi pasar a los generales de divisioacuten Bourdessoulle duque de Reggio y Molitor que entraron en Espantildea por Behobia Despueacutes pasoacute Su Alteza el sobrino de Luis XVIII con todo su Estado Mayor en el cual iba Carlos Alberto priacutencipe de Carignan No se puede imaginar cortejo maacutes lucido Yo no habiacutea

visto nada tan magniacutefico y deslumbrador como no fuera la comitiva de Joseacute Bonaparte antes de darse la batalla de Vitoria [102] el antildeo 13 feliz para la causa espantildeola pero de muy malos recuerdos para miacute porque en eacutel perdiacute la batalla de mi juventud casaacutendome como me caseacute

Tambieacuten vi pasar a mi amigo Eguiacutea remozado por la emocioacuten y tan vanaglorioso del papel que iba a representar que no se le podiacutea resistir como no fuera tomando a broma sus bravatas Iban con eacutel D Juan Bautista Erro y Goacutemez Calderoacuten aquel a quien el mordaz Gallardo llamaba Caldo puacutetrido El baroacuten de Eroles que con los anteriores tipos debiacutea formar la Junta al amparo del Gobierno franceacutes entroacute por Cataluntildea con el mariscal Moncey

No recibieron a los franceses las bayonetas ni la artilleriacutea del Gobierno constitucional sino una nube de guerrilleros que les abrieron sus fraternales brazos ofrecieacutendose a ayudarles en todo y a marchar a la vanguardia abrieacutendoles el camino Tal apoyo era de grandiacutesimo beneficio para la causa porque los partidarios realistas ascendiacutean a 35000 iexclAy de los franceses si hubieran tenido en contra a aquella gente Pero les teniacutean a su favor y esto soacutelo iexclqueacute fenoacutemeno poniacutea al buen Angulema por encima de Napoleoacuten El absolutismo espantildeol no podiacutea hacer al hijo de San Luis mejor presente que aquellos 35000 salvajes entre [103] los cuales (iexclcuaacutento han variado mis ideas Dios miacuteo) tengo el sentimiento de decir que estaba mi marido iexclY yo le habiacutea admirado yo le habiacutea aceptado por esposo diez antildeos antes soacutelo por ser guerrillero Cuando se hacen ciertas cosas ya que no es posible que el porvenir se anticipe para avisar el desengantildeo debiera caer un rayo y aniquilarnos

- XIII - El conde de Espantildea mandaba las partidas de Navarra Quesada las de las Provincias Vascongadas y Eroles las de Cataluntildea iexclCoacutemo fraternizaron las partidas con los franceses que habiacutean sido origen de su nacimiento en 1808 Era todo lo que me quedaba por ver Se abrazaban dando vivas a San Luis a San Fernando a la religioacuten a los Borbones al Rey a la Virgen Mariacutea a San Miguel arcaacutengel y a los Sermos Infantes Yo no lo vi porque no quise pasar la frontera Me repugnaban estas cosas y los soldados de la fe habiacutean llegado poco a poco a serme muy antipaacuteticos

Largamente hableacute de esto con el conde de [104] Montguyon que me perseguiacutea tenazmente permaneciendo en Behobia todo el tiempo que le fue posible Eacutel elogiaba a los guerrilleros diciendo que a pesar de sus defectos eran tipos de heroiacutesmo y de aquella independencia caballeresca que tanto habiacutea enaltecido el nombre espantildeol en otros tiempos Tambieacuten le seduciacutean por ser como los frailes gente muy pintoresca Mi Don Quijote era una especie de artista y gustaba de hacer monigotes en un libro dibujando arcos viejos mendigos casuchas una fila de chopos carros lanchas pescadoras y otras menudencias de que estaba muy envanecido

Debiacutea ser (8) proacuteximamente el 9 de Abril cuando me trasladeacute a Iruacuten para vivir con la familia de Sodupe-Monasterio gente muy hidalga maacutes catoacutelica que el Papa realista

hasta el martirio y de afabiliacutesimo trato Frecuentaban la casa (que era maacutes bien palacio con hermosos prados y huerta) todos los espantildeoles que el gran suceso de la intervencioacuten traiacutea y llevaba de una Nacioacuten a otra y muchos oficiales franceses de cuyas visitas se holgaban mucho los Sodupe-Monasterio porque oiacutean hablar sin cesar de exterminio de liberales del trono de San Fernando y de nuestra preciosiacutesima fe catoacutelica

Alliacute Montguyon no me dejaba a sol ni [105] a sombra pintaacutendome su amor con colores tan extremados que me daba laacutestima verle y oiacuterle Su acendrado y respetuoso galanteo mereciacutea en efecto alguna misericordia Le permitiacute besar mi mano pero no pudo arrancarme la promesa de seguirle al interior de Espantildea Cada vez sentiacutea yo maacutes deseos de quedarme en Iruacuten y en aquella apacible vivienda donde sin que faltara sosiego habiacutea bastantes elementos para combatir el fastidio Con esta resolucioacuten mi D Quijote que ya pareciacutea querer dejar de serlo en la pureza de sus ensuentildeos amorosos estaba desesperado Despidiose de miacute muy enternecido y besaacutendome con ardor las manos voluptuosidad inocente de que nunca se hartaba iexclCuaacuten lejos estaba el llagado amante de que no pasariacutean dos horas sin que cambiara diametralmente mi determinacioacuten

Pasoacute del modo siguiente Al saber que yo estaba en Iruacuten fue a visitarme un individuo que auacuten no podiacutea llamarse personaje y al cual conociacute en Madrid el antildeo anterior y tambieacuten el 19 Se llamaba D Francisco Tadeo Calomarde y era de la mejor pasta de servil que podiacutea hallarse por aquellos tiempos Hijo del Ministro de Gracia y Justicia se habiacutea criado en los cartapacios y en el papel de pleitos los legajos fueron su cuna y las reales ceacutedulas [106] sus juguetes Su jurisprudencia llena de pedanteriacutea me inspiraba aversioacuten Teniacutea fama de muy adulador de los poderosos y seguacuten se deciacutea comproacute el primer destino con su mano casaacutendose con una muchacha muy fea a quien dio maliacutesimos tratos

Los que le han juzgado tonto se equivocan porque era listiacutesimo y su ingenio maacutes bien socarroacuten que brillante antes agudo que esclarecido era maestro en el arte de tratar a las personas y de sacar partido de todo Habiacutease hecho amigo de D Viacutector Saacuteez y aun del mismo Rey y del Infante D Carlos por sus bajas lisonjas y lo bien que les serviacutea siempre que encontraba ocasioacuten para ello

Entonces teniacutea cincuenta antildeos y acababa de salir del encierro voluntario a que le redujo el reacutegimen liberal Habiacutea ido a la frontera para llevar no seacute queacute recados a los sentildeores de la Junta Me lo dijo y como no me importaban ya gran cosa los dimes y diretes de los realistas que no por estar tan cerca de la victoria dejaban de andar a la grentildea fijeme poco en ello y lo he olvidado Calomarde no era mal parecido ni careciacutea de urbanidad aunque muy hueca y afectada como la del que la tiene maacutes bien aprendida que ingeacutenita La humildad de su origen se trasluciacutea bastante [107]

Hablamos de los sucesos de Madrid que eacutel habiacutea presenciado y prolijamente me informoacute de todo

-Siento que usted no hubiera estado por allaacute -me dijo- habriacutea visto coacutemo se iba desbaratando el constitucionalismo soacutelo con el anuncio de la intervencioacuten Si no podiacutea ser de otra manera Ahora estaacuten que no les llega la camisa al cuerpo y en ninguna parte se creen seguros Despueacutes que ultrajaron a Su Majestad le han arrastrado a Andaluciacutea con el dogal al cuello como el maacutertir a quien se lleva al sacrificio

-No tanto Sr D Tadeo -le dije- Su Majestad habraacute ido como siempre en carroza y mucho seraacute que los mozos de los pueblos no hayan tirado de ella

-Eso se deja para la vuelta -indicoacute Calomarde riendo- Ahora los franc-masones han seducido a la plebe y Su Majestad por donde quiera que va no oye maacutes que denuestos El 19 de Febrero cuando se alborotaron los masones y comuneros porque estos queriacutean sustituir a aquellos en el Ministerio los chisperos borrachos y los asesinos del Rastro daban mueras al Rey y a la Reina Un diputado muy conocido aparecioacute en la Plaza Mayor mostrando una cuerda con la cual proponiacutea ahorcar a Su Majestad [108] y arrastrarle despueacutes La canalla penetroacute hasta la Caacutemara real iexclEscaacutendalo de los escaacutendalos Pareciacutea que estaacutebamos en Francia y en los sangrientos diacuteas de 1792 El mismo Rey me ha dicho que los Ministros entraban en la Caacutemara cantando el himno de Riego

-iexclOh no tanto por Dios -repetiacute ofendida de las exageraciones de mis amigos- Poco mal y bien quejado

-Me parece que usted con sus viajes a Francia y sus relaciones con los Ministros del liberal y filoacutesofo Luis XVIII se nos estaacute volviendo franc-masona -dijo D Tadeo entre bromas y veras- iquestHay en la historia desacato comparable con el de obligar al Rey a partir para Andaluciacutea

-iexclOh Dios nos tenga de su mano iexclqueacute desacato iexclqueacute ignominia -exclameacute remedando sus aspavientos- Es preciso considerar que un Gobierno cualquiera que sea estaacute en el caso de defenderse si es atacado

-Seguacuten mi modo de ver un Gobierno de pillos no merece maacutes que el decreto que ha de mandar a Ceuta a todos sus individuos iexclAh sentildeora miacutea y coacutemo se ha entibiado el fervor de usted Bien dicen que los aires de esa Francia loca son tan nocivos [109]

-Creo lo mismo que creiacutea pero mi absolutismo se ha civilizado mientras el de ustedes continuacutea en estado salvaje El miacuteo se viste como la gente y el de ustedes sigue con taparrabo y plumas Si el Gobierno de pillos ha resuelto refugiarse en Andaluciacutea llevaacutendose a la Corte ha sido para no estar bajo la amenaza de los batallones franceses

-Ha sido -dijo Calomarde riendo brutalmente- porque sabiacutean que Madrid no tiene defensa posible que los ejeacutercitos de Ballesteros y de La Bisbal son dos fantasmas que cuatro soldados y un cabo de los del Sereniacutesimo Sr Duque de Angulema podiacutean cualquier mantildeanita sorprender a la Villa y a los Siete Nintildeos y al Congreso entero y al Ayuntamiento soberano y a toda la comunidad masoacutenica y Landaburiana Esta es la pura verdad iexclY queacute bonito espectaacuteculo han dado al mundo En presencia de la intervencioacuten armada iquestcoacutemo se preparan esos mentecatos para conjurar la tormenta Llamando a las armas a treinta mil hombres y disponiendo (esto es lo maacutes salado) que con los milicianos que quieran seguir al Congreso se formen algunos batallones recibiendo cada individuo cinco reales diarios iexclSe salvoacute la patria sentildeora

-El Gobierno -repuse prontamente- creyoacute [110] sin duda que los franceses eran como los Guardias del 7 de Julio es decir simples juguetes de miliciano

-iexclYa se lo diremos de misas -dijo frotaacutendose las manos- Ya pagaraacuten su alevosiacutea Soacutelo por el hecho de obligar a nuestro Soberano a un viaje que no le agradaba mereceriacutean todos ellos la muerte

-Hasta los Reyes estaacuten en el caso de hacer alguna vez lo que no les agrada

-Incluso viajar con un ataque de gota iquesteh iexclCrueles y sanguinarios maacutes sanguinarios y crueles que Neroacuten y Caliacutegula Ni a un perro vagabundo de las calles se le trata peor

-Si el Rey no teniacutea en aquellos diacuteas ataque de gota -repliqueacute complacieacutendome en contradecirle- Si estaba bueno y sano La prueba es que despueacutes de clamorear tanto por su enfermedad anduvo algunas leguas a pie el primer diacutea de viaje

-Bueno concedo que Su Majestad estaba tan bueno como yo iquestY si no queriacutea partir

-Que hubiera dicho laquono partoraquo

-iquestY si le amenazaban

-Haberles ametrallado

-iquestY si no teniacutea metralla

-Haberse dejado llevar por la fuerza

-iquestY si le mataban [111]

-Haberse dejado matar Todo lo admito menos la cobardiacutea

-Amiguita usted se nos ha franc-masoneado -me dijo el astuto intrigante dando carintildeosa palmada en mi mano- A pesar de esto siempre la queremos mucho y la serviremos en lo que podamos Yo estoy siempre a las oacuterdenes de usted

Inflado de vanidad el amigo del Rey hizo elogios de siacute mismo y despueacutes antildeadioacute

-He tenido el honor de ser indicado para secretario de la Junta que se va a formar en la frontera

-iexclOh amigo miacuteo doy a usted la enhorabuena -manifesteacute sumamente complacida y deplorando entonces haber estado algo dura con Calomarde- No se podiacutea haber pensado en una persona maacutes idoacutenea para puesto tan delicado

-iquestSe le ofrece a usted algo -dijo D Tadeo comprendiendo al punto mi cuarto de conversioacuten

-Siacute pero yo acostumbro dirigirme siempre a la cabeza -afirmeacute resueltamente- Ya sabe usted que soy muy amiga del general Eguiacutea Presidente de la Junta

-iexclAh entonces

-Sin embargo No puedo molestar a Su [112] Excelencia con ciertas menudencias tales como pedir noticias de personas averiguar alguna cosilla de poca monta

-Para esto es maacutes propio un secretario tan bien informado como yo de todos los pormenores de la causa

-Exactamente Diacutegame usted si lo sabe en doacutende estaacute ahora un piacutecaro de mala estofa que se emplea en bajas caacutebalas del Rey y tiene por nombre Joseacute Manuel Regato

-iexclAh iexclRegato Debe de andar por Andaluciacutea con la Corte No es de mi negociado ese caballero iquestQueacute iquestHay ganas de sentarle la mano

-Por sentarle la derecha dariacutea la izquierda

-Pocas noticias puedo dar a usted del sentildeor Regato Tengo con eacutel muy pocas relaciones Quizaacutes Pipaoacuten que conoce a todo el mundo pueda indicar doacutende se halla y el modo de sentarle no una mano sino las dos siempre que sea preciso

-Y Pipaoacuten iquestdoacutende estaacute

-Aquiacute

-iexclAquiacute iexclPipaoacuten -exclameacute con gozo- Yo le dejeacute en la Seo muy enfermo y creiacute que habiacutea caiacutedo en poder de Mina

-En efecto cayoacute pero eacutel ya usted le conoce con su destreza y habilidad parece que [113] encontroacute por alliacute amigos que le favorecieron

-Quiero verle quiero verle al punto -dije con la mayor impaciencia- Deseo mucho tener noticias de la Seo y de las facciones de Cataluntildea

Y entonces se realizoacute aquel proverbio que dice laquoEn nombrando al ruin de Romaraquo

Por la vidriera que daba a la huerta de la casa viose la mofletuda cara y el pequentildeo cuerpo de Pipaoacuten que habiendo tenido noticia de mi residencia en Iruacuten iba tambieacuten a verme Mucho nos alegramos ambos de hallarnos juntos y nuestras primeras palabras despueacutes de los cordiales saludos fueron para recordar los tristes diacuteas de la Seo su enfermedad y mi abatimiento y luego por el enlace propio de los recuerdos que van de lo triste a lo placentero hablamos del miedo del arzobispo de las casacas que usaba Mataflorida y de otras cosas friacutevolas y chistosas de esas que ocurren siempre en los diacuteas traacutegicos y nunca faltan en los duelos Despueacutes de estos desahogos Pipaoacuten tomando aquel tono burlesco que unas veces le sentaba bien y otras le haciacutea muy insoportable me dijo

-Le traigo a usted noticias muy buenas de una persona que le interesa y con las noticias una cartita [114]

- XIV - Yo me puse paacutelida Comprendiacute de quieacuten hablaba Pipaoacuten pero no me atreviacute a decir una palabra por hallarse delante el entrometido y curioso Calomarde gran coleccionador de debilidades ajenas Varieacute de conversacioacuten aguardando para saciar mi afanosa curiosidad a que D Tadeo se marchase pero el piacutecaro habiacutea conocido en mi semblante la turbacioacuten y ansiedad que me dominaban y no se queriacutea retirar Pareciacutea que le habiacutean clavado en la silla iexclAy queacute gusto tan grande poder coger un palo y romperle con eacutel la cabeza iexclQueacute pachorra de hombre

Quise arrojarle con mi silencio pero eacutel era tan poco delicado que conociendo mi mortificacioacuten se arrellanaba en el blando asiento como si pensara pasar alliacute el diacutea y la noche Pipaoacuten con su expresivo semblante me deciacutea mil cosas que no podiacutea yo comprender claramente pero que me deleitaban como avisos o presentimientos lisonjeros Llegoacute un momento en que los tres nos callamos y callados estuvimos maacutes de un cuarto de hora Calomarde tocaba [115] una especie de paso doble con su bastoacuten en la pata de la mesa cercana El grosero y pegajoso cortesano habiacutea resuelto quemarme la sangre u obligarnos a Pipaoacuten y a miacute a que hablaacutesemos en su presencia

Resistiacute todo el tiempo que pude Mi caraacutecter fogoso no puede ir maacutes allaacute de cierto grado de paciencia pasado el cual estalla y se sobrepone a todo atropellando amistades conveniencias y hasta las leyes de la caridad Nunca he podido corregir este defecto y la estrechez de los liacutemites de mi paciencia me ha proporcionado en esta vida muchos disgustos Forzando la voluntad puedo a veces aguantar maacutes de lo que permite la extraordinaria fuerza de dilatacioacuten de mi espiacuteritu pero entonces estallo con maacutes violencia rompo mis ligaduras a la manera de Sansoacuten y derribo el templo Vino por fin el momento en que se me subioacute la mostaza a la nariz como dicen las majas madrilentildeas y ponieacutendome en pie suacutebitamente mireacute a Calomarde con enojo Sentildealaacutendole la puerta exclameacute

-Sr D Tadeo tengo que hablar con Pipaoacuten le suplico a usted que nos deje solos

Debiacutean de ser muy terribles mi expresioacuten y mi gesto porque Calomarde se levantoacute temblando y con voz turbada me dijo [116]

-Sentildeora manos blancas no ofenden

iexclManos blancas no ofenden Diez antildeos despueacutes Calomarde debiacutea pronunciar esta frase al recibir un desaire maacutes violento que el miacuteo la ceacutelebre bofetada de la Infanta Carlota una Princesa que como yo teniacutea muy limitado el tesoro de su paciencia y estallaba con tempestuosas coacuteleras cuando la bajeza y solapada intriga de los Calomardes se interponiacutean en su camino

Pipaoacuten y yo nos quedamos solos En pocas palabras me refirioacute que habiacutea visto a Salvador Monsalud sano y salvo en la Seo de Urgel Al oiacuter esto el corazoacuten dio un salto dentro de miacute como una cosa muerta que torna a la vida como un Laacutezaro que resucita por sobrehumano impulso

-Mina le salvoacute en San Llorens de Morunys -me dijo- y desde que se restablecioacute se puso a mandar una compantildeiacutea de contraguerrilleros

Al decir esto Pipaoacuten me alargoacute una carta que abriacute con presteza febril queriendo leerla antes de abrirla Al mismo tiempo y de una sola ojeada leiacute el fin y el principio y el medio Era la carta pequentildea y friacutea Deciacuteame en ella que estaba en libertad y que no pensaba salir en mucho tiempo del lugar donde estaba fechada que era Urgel Sentiacute mi corazoacuten inundado [117] de un torrente de sangre glacial al ver que no conteniacutea la carta expresiones de ardiente carintildeo

-iquestDe modo que sigue en Cataluntildea -pregunteacute a D Juan

-No sentildeora A estas horas va camino de Madrid

-Pues iquestcoacutemo dice en su carta que no piensa salir de la Seo

-Esa carta me la dio cuando nos separamos el diacutea 30 de Marzo pero dos diacuteas despueacutes supe por nuestro comuacuten amigo el capitaacuten Seudoquis que Mina habiacutea encargado a Salvador que fuese a Madrid a llevar un mensaje reservadiacutesimo a San Miguel y a otras personas

-iquestDe modo que estaacute

-Sobre Madrid como se dice en los partes militares

-Pero eso iquestes cierto

-Tan cierto como que estoy hablando con una dama hermosa

-iquestY salioacute

-Seguacuten mis noticias el 10 de este mes No sabiacutea queacute camino tomar pero seguacuten me dijo Seudoquis estaba decidido a ir por Zaragoza que es el maacutes derecho aunque no el menos peligroso

-iquestSabe la muerte de su madre [118]

-Yo le di la mala noticia

-Pero iquestqueacute va a hacer ese hombre en Madrid -dije sintiendo una tempestad en mi cerebro- Si alliacute no hay ya Gobierno ni nada

-Pero estaacute en Madrid el gran Consejo de la franc-masoneriacutea Mina es de la Orden de la Acacia sentildeora Ahora se trata de que la Viuda haga un esfuerzo supremo

En mi espiacuteritu notaba yo aquella poderosa fuerza de dilatacioacuten de que antes he hablado Unas cuantas palabras habiacutean trastornado todo mi ser mi pulso latiacutea con violencia asaltaacuteronme ideas mil y el ardoroso afaacuten de movimiento que ha sido siempre una de las foacutermulas maacutes patentes de mi caraacutecter se apoderoacute de miacute Sin necesidad de que yo le despidiese dejome Pipaoacuten que iba en busca de Eguiacutea para solicitar un puesto en la Junta y despueacutes de pasada mi turbacioacuten pude sondear aquel revuelto pieacutelago de mi espiacuteritu y mirar con serenidad lo que en el fondo de eacutel habiacutea

iexclCuaacuten grande habiacutea sido mi engantildeo al creer moribunda la aficioacuten aquella que tantas dulzuras dio a mi alma en el verano del 22 La ausencia habiacuteala escondido entre las cenizas que diariamente depositan los sucesos de cada instante esa multitud de ascuas de la vida que van pasando sin interrupcioacuten y apagaacutendose [119] hora tras hora Pero aquella ascua del verano del 22 era demasiado grande y quemadora para pasar y extinguirse como las demaacutes

Bastoacute que oyera pronunciar su nombre que me le anunciaran vivo para que se verificase en miacute un brusco retroceso a los diacuteas de mi felicidad y de mi desgracia El tiempo volvioacute atraacutes las figuras veladas perdieron la sombra que las encubriacutea las apagadas palabras que soacutelo eran ya ecos confusos volvieron a sonar como cuando eran la muacutesica a cuyo compaacutes danzaba con la embriaguez de la pasioacuten mi alma iexclCuaacutento me habiacutea engantildeado y queacute juicios tan erroacuteneos hacemos de nuestros propios sentimientos y de todo aquello que estaacute lejos Nos pasa lo mismo que al ver las lontananzas de la tierra cuando confundimos con las vanas y pasajeras nubes los montes soacutelidos e inmutables que ninguna fuerza humana puede arrancar de sus seculares asientos

Fue aquello como una vuelta como un aacutengulo brusco en el camino de la vida Desde entonces vi nuevos horizontes paisaje nuevo y otra gente y otros caminos iexclY yo habiacutea creiacutedo poder olvidarle y aun poner en su altar vaciacuteo al conde de Montguyon iexclQueacute delirio iexclLo que pueden la ausencia la distancia la ignorancia El tiempo que me habiacutea consolado hiriome [120] de nuevo y un diacutea un instante marcado en mi vida por cuatro palabras como cuatro estrellas resplandecientes habiacutea destruido la obra lenta de tantos meses

Con la presteza que Dios me ha dado formeacute mi plan de viaje Tengo algo del genio de Napoleoacuten para esto de los grandes movimientos Para miacute la facultad de trasportar todo el intereacutes de la vida de un punto a otro del mundo es otra prenda muy principal de mi caraacutecter y al mismo tiempo una necesidad a la que muy difiacutecilmente puedo resistir El destino me ha presentado siempre los sucesos a propoacutesito para tales juegos de estrategia sublime

Aquella misma tarde dispuse todo y por la noche sorprendiacute a mi D Quijote con la noticia de mi viaje Aficionada a jugar con los corazones que caen en mis manos (a excepcioacuten de uno solo) como juega el gatito con el ovillo que rueda por el suelo dije al conde de Montguyon

-Me he asustado de la soledad en que voy a quedar despueacutes que usted se marche y voy a Madrid De esta manera podreacute vigilar a cierto caballero franceacutes por si anda en malos pasos

Eacutel se puso tan contento que olvidoacute aquella noche hablarme de la guerra y de los laureles que iban a recoger Pareciacutea un loco hablando [121] de los alcaacutezares de Granada de los romances moriscos de las ricas hembras de las boleras de los frailes que protegiacutean los amores de los grandes de las volcaacutenicas pasiones espantildeolas y de las mujeres enamoradas que eran capaces del martirio o del asesinato Eacutel se creiacutea heacuteroe de mil aventuras romaacutenticas e interesantes caballeriacuteas tales como se las habiacutea imaginado leyendo obras francesas sobre Espantildea Empleo la palabra romaacutenticas porque si bien no estaba en moda todaviacutea es la maacutes propia El romanticismo existiacutea ya aunque no habiacutea

sido bautizado Excuso decir que Montguyon me juroacute amor eterno y una fidelidad inquebrantable como la del Cid por Dordf Jimena

Yo necesitaba de eacutel para mi viaje por lo cual me guardeacute muy bien de arrancar una sola hoja a la naciente flor de sus ilusiones Era muy difiacutecil viajar entonces porque casi todos los vehiacuteculos del paiacutes habiacutean sido intervenidos por ambos ejeacutercitos Montguyon me prometioacute una silla de postas Y cumplioacute su oferta ponieacutendola a mi disposicioacuten al diacutea siguiente

Con el primer movimiento del ejeacutercito franceacutes coincidioacute mi marcha sobre Madrid como una conquistadora El estreacutepito guerrero que en derredor miacuteo sonara despertaba en mi mente ideas de Semiacuteramis [122]

- XV - Paseacute por Vitoria y por la Puebla de Arganzoacuten como los diacuteas felices por la vida del hombre a escape No miraba a ninguacuten lado por miedo a mis malos recuerdos que saliacutean a detenerme

En los pueblos todos del Norte la intervencioacuten venciacutea sin batallas y antes de que asomara el morrioacuten del primer franceacutes de la vanguardia la Constitucioacuten estaba humillada Los mozos todos comprendidos en la quinta ordenada por el Gobierno se uniacutean a las facciones y eran muy pocos los milicianos que se aventuraban a seguir a los liberales No he visto una propagacioacuten maacutes raacutepida de las ideas absolutistas Era aquello como un incendio que de punta a punta se desarrolla raacutepidamente y todo lo devora En medio de las plazas los frailes predicaban mantildeana y tarde con pretexto de la Cuaresma presentando a los franceses como enviados de Dios y a los liberales como alumnos de Satanaacutes que debiacutean ser exterminados

El general Ballesteros mandaba el ejeacutercito [123] que debiacutea operar en el Norte y liacutenea del Ebro para alejar a los franceses No viendo yo a dicho ejeacutercito por ninguna parte sino inmensas plagas de partidas pregunteacute por eacutel y me dijeron en Bribiesca que Ballesteros convencido de no poder hacer nada de provecho se habiacutea retirado nada menos que a Valencia Movimiento tan disparatado no podiacutea explicarse en circunstancias normales pero entonces todo lo que fuera desastres y yerros del liberalismo teniacutea explicacioacuten

Al ver coacutemo creciacutea en los pueblos la aversioacuten a las Cortes y al Gobierno el ejeacutercito perdiacutea el entusiasmo A su paso como se levanta polvo del camino levantaacutebanse nubes de facciosos que al instante eran soldados aguerridos Asiacute se explica que el ejeacutercito de Ballesteros compuesto de diez y seis mil hombres se retirara sin combatir emprendiendo la inverosiacutemil marcha a Valencia donde podiacutea adquirir alguacuten prestigio derrotando a Sempere al Locho y al carretero Chamboacute tres nuevos generales o arcaacutengeles guerreros que le habiacutean salido a la fe

En Duentildeas me adelanteacute dejando atraacutes a los franceses teniacutea tanta prisa como ellos y menos estorbos en el camino aunque los suyos no eran tampoco grandes iexclCuaacutento deseaba yo ver tropas regulares espantildeolas por alguna parte [124] En verdad me daba verguumlenza que los hijos de San Luis a pesar de que nos traiacutean orden y catolicismo se internaran en Espantildea tan faacutecilmente Con todo mi absolutismo yo habriacutea visto con gusto una batalla en que aquellos liberales tan aborrecidos dieran una buena tunda a los que yo llamaba entonces mis aliados Espantildeola antes que todo distaba mucho de parecerme a los sentildeores frailes y sacristanes que en 1808 llamaban judiacuteos a los franceses y ahora ministros de Dios

En Somosierra encontreacute tropas Eran las del ejeacutercito de La Bisbal destinado por las Cortes a cerrar el paso del Guadarrama amparando de este modo a Madrid Mis dudas acerca del eacutexito de aquella empresa fueron grandes Yo conociacutea a La Bisbal iquestCoacutemo no habiacutea de conocerle si le conociacutea todo el mundo Fue el que el antildeo 14 se presentoacute al Rey llevando dos discursos en el bolsillo uno en sentido realista y otro en sentido liberal para pronunciar el que mejor cuadrase a las circunstancias Fue el que en 1820 hizo tambieacuten el doble papel de ordenancista y de sedicioso La inseguridad de sus opiniones habiacutea llegado a ser proverbial Era hombre altamente penetrado del axioma italiano ma per troppo variar natura e bella [125] Yo no comprendiacutea en queacute estaba pensando el Gobierno cuando le nombroacute Si los Ministros se hubieran propuesto elegir para mandar el ejeacutercito maacutes importante al hombre maacutes a propoacutesito para perderlo no habriacutean elegido a otro que a La Bisbal

Paseacute con tristeza por entre su ejeacutercito Aquellos soldados capaces del maacutes grande heroiacutesmo me inspiraban laacutestima porque estaban destinados a desempentildear un papel irrisorio como leones a quienes se obliga a bailar Sentiacutea yo impulsos de arengarles dicieacutendoles laquoiexclQue os engantildean pobres muchachos No dejeacuteis las armas sin combatir Si os hablan de capitulacioacuten degollad a vuestros generalesraquo

En Madrid halleacute un abatimiento superior a lo que esperaba Se hablaba alliacute de capitular como de la cosa maacutes natural del mundo Soacutelo teniacutean entusiasmo algunos infelices que no serviacutean para nada el cuerpo de coros de los clubs y de las sociedades secretas la gente gritona y tambieacuten muchos de los que habiacutean tirado del coche de Fernando VII cuando volvioacute de Francia el antildeo 14 Los absolutistas creiacutean con razoacuten ganada la partida y afectaban cierta generosidad magnaacutenima iexclPobre gente Algunos de estos pajarracos vinieron a visitarme entre ellos D Viacutector Saacuteez y tuve el gusto [126] de mortificarles aseguraacutendoles que Angulema traiacutea orden de obsequiarnos con las dos Caacutemaras y un absolutismo templado suaviacutesimo emoliente para nuestra anarquiacutea Esto poniacutea a mis buenos amigotes maacutes furiosos que las bravatas de los liberales pues auacuten habiacutea liberales con alma bastante para echar bravatas

Pero yo me ocupaba poco de tales cosas Mi primer cuidado fue hacer algunas averiguaciones concernientes a la entrantildeable poliacutetica de mi herido corazoacuten Felizmente a la casa donde yo viviacutea que era honradiacutesimo albergue de una noble familia alavesa iba a menudo un tal Campos hombre muy intrigante director de Correos si no recuerdo mal gran maestre de la Orden masoacutenica o por lo menos principaliacutesimo dignatario de ella amigo iacutentimo de los liberales de maacutes viso y tambieacuten de algunos absolutistas como hombre que sabe el modo de comer a dos carrillos

Yo le habiacutea tratado el antildeo anterior y charlando juntos me reiacutea mucho de los masones lo cual a eacutel no le enojaba Entre bromas y veras soliacutea enterarme de algunas cosas reservadas porque no era hombre de extraordinaria discrecioacuten ni tampoco de una incorruptibilidad absoluta En los diacuteas de mi llegada de Iruacuten que eran los de mediados de Mayo del 23 le [127] pregunteacute si esperaban los masones alguacuten mensaje reservado de Mina Negolo mas yo aseguraacutendolo con el mayor descaro y nombrando al mensajero le hice confesar que esperaban oacuterdenes de Mina de un diacutea a otro Eacutel lo mismo que su secretario cuyo nombre no recuerdo me aseguraron no haber visto todaviacutea en Madrid a Salvador Monsalud ni tener noticia alguna de eacutel

-No ha llegado auacuten -dije- Mucho tarda

Sin reparar en nada fui a su casa Un portero tan locuaz como pedante liberal muy faroloacuten de aquellos a quienes yo llamo sepultureros de la libertad porque son los que la han enterrado me informoacute de que el Sr Monsalud faltaba de Madrid desde el mes de agosto del antildeo anterior

-Puede que la Sra Dordf Solita sepa algo -me dijo- Pero no es faacutecil porque anoche lloraba Como no llorase de placer que tambieacuten esto sucede a menudo

-iquestDe modo que la casa subsiste -le pregunteacute

-Subsiste siacute sentildeora pero no subsistiraacute mucho tiempo si el Sr D Salvador no vuelve del otro mundo

-Pues queacute iquestha muerto

-Asiacute lo creo yo Pero esa joven sentimental [128] siempre tiene esperanzas y cada vez que el sol sale por el horizonte esparciendo sus rayos de oro iquestme entiende usted

-Siacute acabe de una vez el Sr Sarmiento

-Quiero decir que siempre que amanece lo cual pasa todos los diacuteas la Sra Dordf Solita dice laquoiexclHoy vendraacuteraquo Tal es la naturaleza humana sentildeora que de todo se cansa menos de esperar Y yo digo iquestqueacute seriacutea del hombre sin esperanza Dispeacutenseme la sentildeora pero si piensa subir tengo el sentimiento de no poder acompantildearla porque como mi hijo es miliciano

-iquestY queacute

-Como es miliciano y el honor le ordena derramar hasta la uacuteltima gota de su sangre en defensa de la dulce patria y de la libertad preciosiacutesima del geacutenero humano

-iquestY queacute maacutes -dije complacieacutendome en oiacuter las graciosas pedanteriacuteas de aquel hombre

-Que impulsado por su ardoroso corazoacuten capaz del heroiacutesmo y por mi paternal mandato ha ido a Caacutediz con las Cortes y como ha ido a Caacutediz con las Cortes y no volveraacute hasta dejar confundida a la faccioacuten y a los cien mil y quinientos hijos nietos o tataranietos del calzonazos de Luis XVIII Por vida de la chilindraina y con cien mil

pares de docenas de [129] chilindrones que si yo tuviera veinte antildeos menos Pues digo que como Lucas ha ido a Caacutediz y es un leoacuten mi hijo un verdadero leoacuten resulta que me es forzoso estar al cuidado de la puerta iquestme entiende la sentildeora

-Estaacute bien -le dije riendo- Puedo subir sola

Quise darle una limosna porque su aspecto me parecioacute muy miserable pero la rechazoacute con dignidad y cierto rubor decoroso propio de las grandezas caiacutedas

Subiacute a la casa Mi corazoacuten subiacutea antes que yo

- XVI - En seguida que llameacute salieron a abrir Se conociacutea que en la casa reinaba la impaciencia Una mujer descorrioacute con presteza el cerrojo y me rogoacute que entrase Era ella Yo recordaba haberla visto en alguna parte

Careciacutea de verdadera hermosura pero al reconocerlo asiacute con gozo no pude dejar de concederle una atraccioacuten singular en toda su persona un encanto que habriacutea establecido al instante [130] entre ella y yo profunda simpatiacutea si en medio de las dos no existiese como infranqueable abismo la persona de un hombre Vestiacutea de luto y la delgadez de su rostro anunciaba el paso de grandes penas Cuando me vio alterose tanto y su turbacioacuten fue tan grande que no podiacutea dirigirme la palabra Por mi parte la mireacute con serenidad y altaneriacutea como de superior a inferior haciendo todo lo posible para que ella se creyese muy honrada con mi visita

Yo habiacutea oiacutedo hablar a Salvador con carintildeo y admiracioacuten que me ofendiacutean de aquella singular hermana suya que no era tal hermana ni aun pariente y que muy bien podiacutea ser otra cosa Nunca creiacute en la fraternidad honrada y carintildeosa de que eacutel me habiacutea hablado porque conozco un poco el corazoacuten del hombre y admito soacutelo los sentimientos cardinales y fundamentales y no esas mixturas y composiciones sutiles que no sirven maacutes que para disfrazar alguna pasioacuten iliacutecita Deseaba conocer por miacute misma a la dichosa hermana tan ponderada por eacutel y ver si teniacutea fundamento el secreto odio que mi alma hacia ella sentiacutea Desde que la vi a pesar de que me fue muy patente su inferioridad personal con respecto a la nieta de mi abuela me parecioacute tener delante a una [131] rival temible maacutes peligrosa cuanto maacutes humilde en apariencia Al instante trateacute de buscar en ella un defecto grande de esos que afean espantosamente a la mujer Mi ingenioso rencor encontroacute al punto aquel defecto y dije en mi interior

-Esta muchacha debe de ser una hipocritona No hay maacutes remedio sino que lo es

Mi juicio fue raacutepido como la inspiracioacuten como la improvisacioacuten Desde la puerta a la sala a donde me condujo hice mil observaciones entre ellas una que no debo pasar en silencio La casa estaba tan perfectamente arreglada que no pareciacutea vivienda sin duentildeo Todo se hallaba en su sitio sin el maacutes ligero desorden en perfecto estado de limpieza descubrieacutendose en cada cosa el esmero peregrino que anuncia la mano de una

mujer poseedora del genio domeacutestico Creeriacutease que el amo era esperado de un momento a otro y que todo se acababa de disponer para agradarle cuando entrara

Al sentarme reconcentreacute mis ideas acerca del plan que habiacutea formado y le dije

-Seacute que usted padece mucho por saber el paradero del amo de esta casa y como tengo noticias de eacutel vengo a tranquilizarla

-iexclOh iexclsentildeora iexclcuaacutenta bondad -exclamoacute con repentina alegriacutea- De modo que usted [132] sabe doacutende estaacute y por queacute no viene iquestLe han vuelto a coger los facciosos

-No sentildeora Estaacute libre y bueno

-Entonces no tiene perdoacuten de Dios -dijo abatiendo el vuelo de su alma que tanto se habiacutea elevado con las alas de la alegriacutea- No no tiene perdoacuten de Dios

-iquestUsted le ha escrito

-Muchas veces Dirijo las cartas al ejeacutercito de Mina con la esperanza de que alguna llegue a sus manos pero no recibo contestacioacuten Es una iniquidad de mi hermano Por poco que se acuerde de miacute por muy grande que sea su olvido iquestseraacute tal que no me haya escrito una sola vez

-Los que estaacuten en armas -dije sonriendo- no se acuerdan de las pobres mujeres que lloran

-Yo creo que me ha escrito Eacutel es muy bueno y me considera mucho No es capaz de tenerme en esta incertidumbre por su voluntad

-iquestPero usted no ha recibido ninguna carta

-En Febrero vinieron dos pero despueacutes ninguna Quizaacutes se hayan perdido

-Podriacutea ser

-A veces me figuro que no me escribe porque viene Todos los diacuteas creo que va a llegar y desde que siento pasos en la escalera corro a [133] ver si es eacutel Todo lo tengo preparado y si viene nada encontraraacute fuera de su sitio

-Siacute ya lo veo Es usted una alhaja El pobre Salvador debe de estar muy satisfecho de su hermana Eacutel la aprecia a usted mucho Me lo ha dicho

-iexclSe lo ha dicho a usted -exclamoacute tan vivamente conmovida que casi estuvo a punto de llorar

-Me lo ha dicho siacute Eacutel me cuenta todo Para miacute nunca ha tenido secretos

Sola me miroacute de hito en hito durante un momento que me parecioacute demasiado largo iquestQueacute habiacutea en la expresioacuten de su semblante al contemplar el miacuteo iquestEnvidia No podiacutea

ser otra cosa pero la apariencia indicaba maacutes bien una resignacioacuten dolorosa Le habriacutea tenido mucha laacutestima si no hubiera estado convencida de que era una hipoacutecrita

-Muchas veces me ha hablado de usted -proseguiacute- elogiaacutendome sus bellas cualidades para el gobierno de una casa Vea usted de queacute manera ha venido a encontrarse sola al frente de este hogar vaciacuteo conservaacutendole tan bien para cuando eacutel vuelva

-La pobre Dordf Fermina -dijo- que murioacute de pesadumbre por la peacuterdida de su hijo me encargoacute todo al morir poniendo en mi [134] mano cuanto teniacutea y ordenaacutendome que lo guardase y conservase hasta que pareciera Salvador

-iquestEntonces ella no le creiacutea muerto

-Dudaba Siempre teniacutea esperanza -manifestoacute Solita dando un suspiro- Yo le hablaba a todas horas de la vuelta de su hijo y la verdad siempre tuve esperanza de verle entrar en la casa porque una voz secreta de mi corazoacuten me deciacutea que volveriacutea El diacutea antes de fallecer Dordf Fermina escribioacute una larga carta a su hijo iexclCuaacutentas laacutegrimas derramoacute la pobre Yo habriacutea dado con gusto mi vida porque la infeliz madre viera a su hijo antes de morir Pero Dios no lo quiso asiacute

-iquestY esa carta -pregunteacute deseosa de conocer aquel detalle

-Esa carta la depositoacute en miacute Dordf Fermina mandaacutendome que la entregase a Salvador en su propia mano si pareciacutea

-iquestY si no pareciacutea

-Dontildea Fermina me mandoacute que le buscase por todos los medios posibles y que si teniacutea noticias de eacutel y no veniacutea a Madrid fuese a buscarle aunque tuviera que ir muy lejos

-Pero iquestcoacutemo podraacute usted emprender esos viajes iexclpobrecilla -exclameacute mostrando una compasioacuten que estaba muy lejos de sentir [135]

-Eso seriacutea lo de menos No me faltan aacutenimos para ponerme en camino ni tampoco recursos con que emprender un largo viaje porque Dordf Fermina me entregoacute todos sus ahorros para que los destinase a buscar a su hijo

-iexclAh entonces Y para el caso de no encontrarlo iquestqueacute dispuso esa sentildeora

-Que esperase y le volviera a buscar despueacutes

-iquestY para el caso de que fuera evidente su muerte

-Que echase al fuego la carta sin leerla iexclHa sido desgraciada suerte la nuestra -prosiguioacute la hueacuterfana con abatimiento- Un mes despueacutes de haber subido al cielo aquella buena sentildeora vino la carta de Salvador anunciando que estaba libre iexclAy en mi vida he tenido mayor alegriacutea ni mayor tristeza juntas tristeza y alegriacutea sin que pudiesen ser

separadas Yo le contesteacute dicieacutendole lo que pasaba y rogaacutendole que viniese Desde aquel diacutea le estoy esperando Han pasado tres meses y no ha venido ni me ha escrito

-Pues ha llegado la ocasioacuten de que usted cumpla la uacuteltima voluntad de la pobre sentildeora difunta partiendo en busca de ese hijo desnaturalizado

-iexclSi no seacute doacutende estaacute Un amigo que lee [136] todos los papeles puacuteblicos y sabe por doacutende andan los ejeacutercitos las guerrillas y las contraguerrillas me ha dicho que las tropas de Mina se han disuelto Otro que vino del Norte me aseguroacute que Salvador habiacutea emigrado a Francia Yo a pesar de estas noticias le espero tengo confianza en que ha de venir y he resuelto aguardar lo que resta de mes Sigo mis averiguaciones y si en todo Mayo no ha venido ni me ha escrito pienso ponerme en camino y buscarle con la ayuda de Dios

-Siento quitarle a usted una ilusioacuten -dije adoptando definitivamente mi diaboacutelico plan y resolvieacutendome a ponerlo en ejecucioacuten- Salvador no vendraacute por ahora no puede venir

-iquestLo sabe usted de cierto -me preguntoacute vivamente turbada y con algo de incredulidad en sus hermosos ojos

-iquestDuda usted de miacute -dije poniendo en mi semblante esa naturalidad inefable que es uno de mis maacutes preciosos resortes para expresar lo que quiero- Precisamente no he venido a otra cosa que a decirle a usted su paradero despueacutes de tranquilizarla por si le creiacutea enfermo o muerto

-iquestY doacutende estaacute

-Habiendo rentildeido con Mina por una cuestioacuten [137] de amor propio pasoacute a las contraguerrillas que siguen al general Ballesteros

-iquestEntonces sigue en el Norte

-No sentildeora Ya sabe usted que el ejeacutercito de Ballesteros se ha retirado a Valencia

-A Valencia siacute Efectivamente lo oiacute decir iquestDe modo que Salvador estaacute en Valencia

-Siacute y estos informes no son vagos ni fundados en conjeturas porque yo misma

Al llegar aquiacute di un suspiro afectando cierta emocioacuten Despueacutes acabeacute asiacute la frase

-Yo misma me separeacute de eacutel en Onteniente el 20 de Abril

-iquestEs cierto sentildeora lo que usted me dice -me preguntoacute con gran agitacioacuten

-Siacute pero no creo que haga usted el disparate de ponerse en camino para Levante -indiqueacute con objeto de que no conociera mi verdadera idea

-iquestPues queacute vendraacute

-Venir no No vendraacute en mucho tiempo mayormente si de hoy a mantildeana capitula la Corte y se establece el absolutismo Yo creo que se veraacute obligado a emigrar embarcaacutendose en cualquier puerto de la costa

-iexclEmbarcarse -exclamoacute con desaliento- No sentildeora no eso no puede ser Corro allaacute al momento [138]

Se levantoacute como si de un vuelo pudiera trasladarse a Valencia

-iquestY seraacute usted capaz de emprender un viaje tan largo iquestTendraacute usted valor -manifesteacute con fingida admiracioacuten

-Yo tengo valor para todo sentildeora -me respondioacute

Despueacutes del primer movimiento de credulidad la vi como abatida y vacilante Dudaba

-Puede usted escribirle -le dije- con la direccioacuten que yo le deacute y cuando reciba la contestacioacuten de eacutel ponerse en camino Lo malo seraacute que en ese tiempo tome la guerra otro aspecto y llegue usted tarde

-Eso seriacutea terrible Yo creo que si voy debo ir hoy mismo iquestY de eacutel se separoacute usted el 20 de Abril

Dudaba todaviacutea Al llegar a este punto la voz de la conciencia que auacuten me deteniacutea fue acallada por mis celos y no penseacute maacutes que en el eacutexito completo del plan que me habiacutea propuesto No vacileacute maacutes y penseacute en la carta que me habiacutea traiacutedo Pipaoacuten

-Me separeacute de eacutel el 20 de Abril -afirmeacute- pero despueacutes de eso hallaacutendome en Aranjuez recibiacute una carta suya

Con avidez fijoacute Solita sus ojos en miacute Por grande que fuera mi serenidad mi corazoacuten palpitaba [139] porque ni aun los criminales maacutes criminales hacen ciertas cosas sin algo de procesioacuten por dentro Confesareacute ahora la fealdad toda de mi accioacuten para que se comprenda bien la importancia de aquella escena y mi perverso papel

-Si me quisiera mostrar usted la carta de Salvador -me dijo en tono suplicante- al menos para saber con fijeza el punto en que se halla

-No la he traiacutedo -repuse con el mayor aplomo- pero volvereacute a mi casa que estaacute a dos pasos y la traereacute para que tenga usted ese consuelo y una seguridad que no pueden darle mis palabras

-iexclOh no sentildeora yo creo

-No estas cosas son delicadas Al instante traereacute a usted la carta que me escribioacute y que no estaacute fechada en Onteniente sino en otro pueblo del reino de Valencia pues como usted puede suponer el ejeacutercito se mueve casi todos los diacuteas

Diciendo esto me levanteacute Ella me daba las gracias por mi bondad en carintildeosas y vehementes palabras Brindose a ir conmigo porque yo no me molestase en volver pero esto no me conveniacutea y saliacute raacutepidamente iexclMiserable de miacute y cuaacutento me cegaba la pasioacuten y aquel detestable [140] afaacuten de hacer dantildeo a la que aborreciacutea Contareacute esto con la mayor brevedad posible porque me mortifica tan desagradable recuerdo y en verdad que si pudiera escribir estas vergonzosas liacuteneas cerrando los ojos lo hariacutea para no ver lo que traza mi propia pluma

- XVII - Corriacute a mi casa tomeacute la carta de Salvador y con ese golpe de vista del genio criminal comprendiacute que lo previsto por miacute momentos antes podiacutea realizarse faacutecilmente La data Urgel estaba escrita en letra ancha y mala La palabra podiacutea ser variada por una mano haacutebil y la miacutea fuerza es decirlo lo era aunque nunca hasta entonces se habiacutea empleado en tan infames proezas

Yo teniacutea muy presente a un primo miacuteo que habiacutea comerciado antildeos antes en un pueblo de Alicante llamado Vergel en las inmediaciones de Denia a orillas del riacuteo Bolana Esta palabra era el puntildeal del asesinato proyectado por miacute La tomeacute con la fiebre del rencor iexclQueacute admirablemente serviacutea para mi objeto iexclQueacute [141] bien dispuestas estaban sus letras para una obra sataacutenica No podiacutea pedirse maacutes no Teniacutea delante de miacute una de esas infernales coincidencias que deciden a los criminales vacilantes y a veces hasta a los justos les impulsan a escandalosos y horribles pecados

Tomeacute la pluma y con mano segura regocijaacutendome interiormente en la perfeccioacuten de mi obra convertiacute la palabra Urgel en Vergel La fecha era faacutecil de mudar tambieacuten Salvador habiacutea puesto Marzo en abreviatura Yo convertiacute el Marzo en Mayo dejando el diacutea que era el 3 lo mismo que estaba iexclOh cuando no se me cayoacute la mano entonces creo que tendreacute manos para toda mi vida

Del texto de la carta podiacutea mostrarse la primera plana donde deciacutea entre otras cosas insignificantes laquono pienso en muchos diacuteas salir de este puebloraquo

Corriacute allaacute con mi puntildeal Las traacutegicas figuras antiguas a quienes pintan alborotadas y arrogantes con un hierro en la mano no frunciriacutean el centildeo maacutes fieramente que yo al blandir mi carta homicida Subiacute a la casa Sola me esperaba en la puerta Entramos me senteacute al punto porque estaba muy cansada

-Vea usted -le dije- el pueblo donde ahora estaacute es Vergel He pasado por eacutel [142]

Solita devoraba con los ojos la carta

-Vergel -antildeadiacute mostraacutendole la carta- estaacute entre Pego y Denia sobre un riachuelo que llaman Bolana Si va usted a Onteniente le seraacute muy faacutecil llegar a Vergel

Ella seguiacutea leyendo

-Asegura que por ahora no piensa moverse de ese pueblo -dijo meditabunda- Mejor con eso tendreacute la certeza de encontrarle

-iquestPero de veras insiste usted en ir El resto de la carta no se lo ensentildeo a usted porque no puede interesarle -indiqueacute afectando la mayor naturalidad y guardando mi arma- No puedo creer que haga usted la locura de

-Ireacute ireacute -dijo con una resolucioacuten briosa que inundoacute mi alma de los freneacuteticos goces del eacutexito criminal

Despueacutes de manifestar asiacute su propoacutesito fruncioacute el centildeo y me dijo

-Cuando usted se separoacute de Salvador iquesteacutel sabiacutea que veniacutea usted a Madrid

-Lo sabiacutea

-iquestY coacutemo no le rogoacute que me viese y me tranquilizara

-Porque sabe -repuse con dignidad- que yo no sirvo para hacer las veces de correo Si he venido a esta casa ha sido por se lo direacute a usted con entera franqueza no quiero fingir [143] moacuteviles que no tuve al venir aquiacute aunque despueacutes que nos hemos tratado hayan sido distintas mis ideas

Solita atendiacutea a mis palabras como al Evangelio Yo le tomeacute una mano y ponieacutendome a punto de llorar me expreseacute asiacute

-Sentildeora Dordf Solita dije a usted al entrar que veniacutea con el simple objeto de tranquilizarla daacutendole informes de Salvador

-Asiacute fue sentildeora lo que usted me dijo

-Pues bien falteacute a la verdad quise encubrir mi verdadero objeto con una foacutermula comuacuten Pero yo no puedo fingir no puedo ocultar la verdad Mi caraacutecter peca de excesivamente franco natural y expansivo Mis pasiones y mis defectos la verdad toda de mi alma buena o mala se me sale por los ojos y por la palabra cuando maacutes quiero disimular Usted me ha inspirado simpatiacuteas usted me ha revelado una pureza de sentimientos que merece el mayor respeto Quiero ser como usted y hablarle con la noble veracidad que se debe a los verdaderos amigos iquestNo es usted hermana para eacutel pues quiero que lo sea tambieacuten para miacute

Solita al oiacuter esto se apartoacute lentamente de mi lado Noteacute en ella cierta aversioacuten contenida por el respeto

-Querida amiga -proseguiacute forzando mi [144] arte- No he venido aquiacute sino por un egoiacutesmo que usted no comprenderaacute tal vez He venido por ver su casa por conocer lo uacutenico que guarda Madrid de esa amada persona este asilo donde eacutel ha vivido donde murioacute su madre y por el cual parecen vagar auacuten sus miradas Queriacutea yo dar a mis ojos el gusto de ver estos objetos estos muebles donde tantas veces se han fijado los ojos suyos Nada maacutes ninguacuten otro objeto me trajo aquiacute He tenido ademaacutes el placer de conocerla a usted y ahora deseaacutendole que halle pronto a su hermano me retiro

Levanteme resueltamente Solita habiacutea prorrumpido en amargo llanto

-iexclOh iexclGracias gracias sentildeora -exclamoacute secando sus laacutegrimas- Le direacute que debo a usted este inmenso favor

-No no por Dios -repliqueacute vivamente- Ruego a usted que no me nombre para nada Veriacutea en miacute una debilidad que no quiero confesarle mediando como median en uno y otro los propoacutesitos de separacioacuten eterna

-Pues callareacute sentildeora callareacute iquestDe modo que usted no le veraacute maacutes

Al decir esto habiacutea tanto afaacuten en su mirada que me causoacute indignacioacuten La habriacutea abofeteado si mi papel no hubiera exigido gran prudencia y circunspeccioacuten [145]

-No sentildeora no le vereacute maacutes -le dije fijando maacutes sobre mi semblante la maacutescara que se caiacutea- Despueacutes de lo que ha pasado Pero no puedo revelarle a usted ciertas cosas Si usted le conoce bien conoceraacute su inconstancia Yo le he amado con fidelidad y nobleza Eacutel no quiero rebajarle delante de una persona que le estima Adioacutes sentildeora adioacutes iquestSe va usted al fin hoy

Esto lo dije en pie estrechando aquella mano que habriacutea deseado ver cortada

-Siacute sentildeora ireacute a buscarle puesto que eacutel no quiere venir

-iquestPero se atreve usted sola sin compantildeiacutea por esos caminos -indiqueacute deseando que me confirmase su resolucioacuten

-Dios iraacute conmigo -repuso la hipocritona con el acento de los que tienen verdadera fe- El ordinario de Valencia que sale esta noche era amigo de Dordf Fermina Con eacutel ireacute Tengo confianza en Dios y estoy segura de que no me pasaraacute nada Ahora tomada esta determinacioacuten estoy maacutes tranquila

-La felicidad le retoza a usted en el rostro -afirmeacute con cruel sarcasmo- Bien se conoce que es usted feliz Yo me congratulo de haber proporcionado a usted un cambio tan dichoso en su espiacuteritu [146]

Cuando pronuncieacute estas palabras debioacute secaacuterseme la lengua lo confieso

Poco maacutes hablamos Hiacutecele ofrecimientos corteses y saliacute de la casa Cuando bajaba la escalera sentiacute impulsos de volver a subir y llamarla y decirle laquono crea usted nada de lo que he dicho soy una embusteraraquo pero el egoiacutesmo pudo maacutes que aquel pasajero y deacutebil sentimiento de rectitud y seguiacute bajando Del mismo modo iba bajando mi alma escaloacuten tras escaloacuten a los abismos de la iniquidad Razoneacute como los perversos dicieacutendome que la viacutectima de mi intriga era una mujer hipoacutecrita y que las maquinaciones de mal geacutenero tan dignas de censura cuando recaen en personas inocentes son maacutes tolerables si recaen en quien las merece y es capaz de urdirlas peores Pero estos sofismas no acallaban mi remordimiento que empezoacute a crecer desde que saliacute de la casa y ha llegado despueacutes por su mucha grandeza y pesadumbre a mortificarme en gran manera

- XVIII - Verdaderamente mi accioacuten no pudo ser maacutes indigna iexclPrecipitar a una desamparada e [147] infeliz mujer a resolucioacuten tan loca obligarla por medio de vil engantildeo a emprender un viaje largo dispendioso arriesgado y sobre todo inuacutetil Al mirar esto desde tan distante fecha me espanto de mi accioacuten de mi lengua y de la horrible travesura y astucia de mi entendimiento

En aquellos diacuteas la pasioacuten que me dominaba y maacutes que la pasioacuten el envidioso afaacuten que me produciacutea la simple sospecha de que alguien me robase lo que yo juzgaba exclusivamente miacuteo no me permitieron ver claramente mi conciencia ni la infamia de la denigrante accioacuten que habiacutea cometido pero cuando todo se fue enfriando y oscureciendo he podido mirarme tal cual era en aquel diacutea y declaro aquiacute que seguacuten me veo no hay fealdad de demonio del infierno que a la miacutea se parezca

iexclY sigue uno viviendo despueacutes de hacer tales cosas iexclY parece que no ha pasado nada y vuelve la felicidad y aun se da el caso de olvidar completamente la perversa y villana accioacuten Yo no vacilo en escribirla aquiacute porque me he propuesto que este papel sea mi confesonario y una vez puesta la mano sobre eacutel no he de ocultar ni lo bueno ni lo malo La seguridad de que esto no lo ha de ver nadie hasta [148] que yo no me encuentre tan lejos de las censuras de este mundo como lo estaacuten los astros de las agitaciones de la tierra da valor a mi espiacuteritu para escribir tales cosas Yo digo laquoque todo el mundo escriba con absoluta verdad su vida entera y entonces iexclcuaacutento disminuiraacute el nuacutemero de los que pasan por buenos Las cuatro quintas partes de las grandes reputaciones morales no significan otra cosa que falta de datos para conocer a los individuos que se pavonean con ellas fatuamente como los coacutemicos cuando se visten de reyesraquo

Aquella tarde torneacute a pasar por alliacute y entableacute conversacioacuten con Sarmiento pero me fue imposible averiguar por eacutel si Solita insistiacutea en partir

Yo teniacutea gran desasosiego hasta no saberlo de cierto y para salir de mi incertidumbre quise averiguarlo por miacute misma Soy asiacute lo que puedo hacer no lo confiacuteo a los demaacutes Me fatigan las dilaciones y la torpeza de los que sirven por dinero y carezco de paciencia para aguardar a que me vengan a decir lo que yo puedo ver por mis propios ojos Al llegar la noche y la hora en que soliacutean partir los coches sillas de postas y galeras mi criada y yo nos vestimos manolescamente con pantildeoloacuten y basquintildea [149] y nos encaminamos al parador del Fuacutecar de donde seguacuten mis noticias saliacutea el ordinario de Valencia

No tuve que esperar mucho para satisfacer mi curiosidad Alliacute estaba Solita partiacutea irremisiblemente Ya no me quedaba duda La vi dentro del coche que saliacutea y no pude sofocar en miacute un sentimiento de profundiacutesima laacutestima forma indirecta que tomaba

entonces mi conciencia para presentarme ante los ojos la imagen de mi crimen Pero el coche partioacute ella se fue con su engantildeo y yo me quedeacute con mi laacutestima

No se habiacutea extinguido el rumor de las ruedas del carro de Valencia cuando sonoacute maacutes vivo estreacutepito de ruedas y caballeriacuteas Un gran coche de colleras entroacute en el parador Mi criada y yo nos detuvimos por curiosidad

-Es el coche de Alcalaacute -dijeron a nuestro lado- Esta noche viene lleno de gente

Por una de las portezuelas vi la cara de un hombre El corazoacuten pareciacutea haceacuterseme pedazos Me volviacute loca de alegriacutea No pude contenerme Era eacutel Mis exclamaciones carintildeosas le obligaron a bajar del coche y entonces me arrojeacute llorando [150] en sus brazos

- XIX - Al diacutea siguiente le aguardaba en mi casa y no fue hasta muy tarde cuando ya anocheciacutea Estaba muy fatigado triste y abatido Lo primero de que me habloacute fue del vaciacuteo que habiacutea dejado en su casa la muerte de su madre de la partida de su hermana a quien creiacutea encontrar en Madrid y del breviacutesimo espacio que un perverso destino habiacutea puesto entre la marcha de ella y la llegada de eacutel

-Castigo de Dios es esto -dijo- por mi descuido en escribirle y mi desnaturalizado proceder

Despueacutes pasoacute de la tristeza a la furia Yo procuraba arrancarle tan luacutegubres ideas recordaacutendole nuestro placentero viaje del verano anterior y la cataacutestrofe de su cautiverio haciacuteale mil preguntas sobre sus padecimientos emancipacioacuten campantildea de Cataluntildea y toma de la Seo pero soacutelo me contestaba con monosiacutelabos y secamente Escaso intereacutes mostraba por las cosas pasadas y aun yo misma que era un presente digno a mi parecer de alguna estima apenas podiacutea obtener de eacutel atencioacuten insegura [151] y casi forzada Su pensamiento estaba fijo en la fugitiva hermana y mis sutiles zalameriacuteas no podiacutean apartarle de alliacute No cesaba de discurrir sobre los moacuteviles de aquel viaje y yo sintiendo revivir y agitarse en miacute lo que siempre tuve de serpiente estuve a punto de indicarle que Soledad habriacutea partido arrastrada por alguacuten hombre pero en el momento en que desplegaba los labios para sugerir esta idea me contuve Aquella vez habiacutea vencido mi conciencia y hallaacutendome con fuerzas para las mayores crueldades no las tuve para la calumnia

Al fin creiacute prudente no decirle una palabra sobre aquella cuestioacuten

-Bastaba que yo viniese con deseo de verla -dijo hiriendo violentamente el suelo con el pie- para que ella huyese de miacute Asiacute son todas mis cosas Lo bueno existe mientras yo lo deseo Pero lo toco y adioacutes

Estas amargas palabras eran un desaire para miacute y por lo visto yo no estaba comprendida en el nuacutemero de las cosas buenas pero sofoqueacute mi resentimiento y seguiacute escuchaacutendole

-Desde que el deseo de venganza y mi odio al absolutismo -antildeadioacute- me inclinaron a tomar las armas tuve el presentimiento de que la campantildea se echariacutea a perder y asiacute ha sido Ya tienes a la plaza de Figueras en poder de [152] los franceses a Mina vagabundo sin saber queacute partido tomar y todo el ejeacutercito desconcertado y sin esperanza de vencer iexclGran milagro habriacutea sido que donde yo estoy hubiese victorias Desastres y nada maacutes que desastres La sombra que yo echo sobre la tierra destruye

-iexclQueacute necio eres iquestCrees acaso en las estrellas fatales y en el sino

-No debiera creer pero todo me manda que crea Ya ves Me enviacutea Mina a Madrid con una comisioacuten en que funda grandes esperanzas y desde que llego aquiacute pierdo las pocas esperanzas que traiacutea porque no hallo sino desanimacioacuten y flojedad Al mismo tiempo la ilusioacuten maacutes querida de este viaje se ha desvanecido como el humo Yo teniacutea una hermana maacutes que hermana amiga con una amistad pura y entrantildeable que nadie puede comprender sino ella y yo una amistad que tiene todo lo santo de la fraternidad y todo lo bueno del amor sin las tenebrosas ansias de este En mi hermana veiacutea yo todo lo que me queda de familia lo uacutenico que me resta de hogar en ella veiacutea a mi madre y una representacioacuten de todos los goces de mi casa la paz del alma dichas muy grandes sin mezcla de martirio alguno Pues bien llego y mi casa estaacute desierta Jamaacutes penseacute en perderla Ella el uacutenico ser de [153] quien estaba seguro vuela tambieacuten lejos de miacute y se va iexclAy Jenara iexclNo puedo decirte cuaacuten sola estaba mi casa Figuacuterate todo el universo vaciacuteo y sin vida Ni mi madre ni Soledad iexclQueacute sepulcro Dios miacuteo Asiacute se va quedando mi corazoacuten lo mismo que una gran fosa todo lleno de muertos Tuacute no puedes entender esto Jenara En ti todo vive Tu caraacutecter hace resucitar las cosas y eres un ser privilegiado para quien el mundo se dispone siempre del modo maacutes favorable pero yo

-Cuacutelpate a ti mismo -le dije- y no hables del destino Te quejas de que tu hermana te haya abandonado y no recuerdas que has estado mucho tiempo sin escribirle sin darle noticias de ti sin decirle ni siquiera laquoestoy vivoraquo

-Es verdad pero se amparoacute de miacute el estuacutepido delirio de la guerra Me sedujo la idea gloriosa que representaba nuestro ejeacutercito al perseguir a los realistas Soacutelo veiacutea lo que estaba delante de mis ojos y dentro de miacute el enemigo y los torbellinos de mi cerebro un ideal de gloriosas victorias que dieran a mi paiacutes lo que no tiene Ya sabes que yo me equivoco siempre Lo extrantildeo es que conociendo mi torpeza me empentildee en andar hacia adelante como los demaacutes hombres en vez de estarme quieto [154] como las estatuas Ahora todo lo veo destrozado caiacutedo y hecho pedazos por mis propias manos como el que entrando en un cuarto oscuro y lleno de preciosidades y a ciegas tropieza y lo rompe todo En Cataluntildea desengantildeos en Madrid maacutes desengantildeos todaviacutea un gran vaciacuteo del entendimiento y otro maacutes grande del corazoacuten Parece que la realidad de mis ideas es un ave que se asusta de mis pasos y levanta el vuelo cuando me acerco a ella iexclMaldita persona la miacutea

Debiacutea enojarme de tales palabras porque seguacuten ellas yo no era nada Pero no me mostreacute ofendida y solamente dije

-Si al llegar encuentras todo solo y vaciacuteo no es porque las cosas vuelen antes de tiempo sino porque tuacute llegas siempre tarde

-Tambieacuten es verdad Llego siempre tarde Ya ves lo que me ha pasado ahora -dijo con el mayor desaliento- Se le antoja al general Mina enviarme aquiacute cuando todo estaacute perdido Pero eacutel no contaba con la rapidez de este desmoronamiento no contaba con la retirada de Ballesteros sin combatir ni con la defeccioacuten de La Bisbal Mina tiene la desgracia de creer que todos son valientes y leales como eacutel

-iquestLa defeccioacuten de La Bisbal De modo que ya No creiacute que fuera tan pronto El conde [155] acostumbra preparar con cierto arte sus arrepentimientos

-No se dice puacuteblicamente pero es seguro que ya estaacute en tratos con los franceses para capitular Me lo ha dicho Campos que olfatea los sucesos De mantildeana a pasado el aborrecido estandarte negro ondearaacute en Madrid iquestA queacute he venido yo No parece sino que ha venido a izarlo yo mismo

-Pues no hagas caso de los masones ni de la guerra ni de la Constitucioacuten -le dije- iquestPara queacute te empentildeas en cosas imposibles iquestPor queacute desprecias lo que tienes y buscas fantasmas vanos

Eacutel me miroacute comprendiendo mi intencioacuten Su mirada no indicaba desafecto pero me era imposible vencer su tristeza Acompantildeome a cenar y mis alardes de humor festivo mi chaacutechara y las delicadas atenciones que con eacutel tuve no lograron disipar las nubes sombriacuteas que ennegreciacutean su alma Tambieacuten la miacutea se encapotaba lentamente cayendo en hondas tristezas porque acostumbrada a verse sentildeora de los sentimientos de aquel hombre padeciacutea mucho al considerar perdido su amoroso dominio y esa tiraniacutea dulciacutesima que al mismo tiempo embelesa al amo y al esclavo

Pero auacuten conservaba yo gran parte de mi [156] prestigio Venciacute aunque sin poder conseguir la tranquilidad que acompantildea a los triunfos completos porque descubriacute en su complacencia algo de violento y forzado Pareciacutea que al corresponder a mi leal carintildeo lo haciacutea maacutes bien por delicadeza y por deber que por verdadera inclinacioacuten Esto me atormentoacute toda la noche quitaacutendome el suentildeo Cuando pude dormir la imagen de la pobre hueacuterfana que recorriacutea media Espantildea buscando a su hermano a su amante o lo que fuera se me presentoacute para atormentarme maacutes iexclAy iexclqueacute terrible es una gran falta sin eacutexito

La visioacuten de la mujer errante no se quitaba de mi imaginacioacuten Pero yo entonces creyeacutendome menos amada de lo que mi freneacutetica ambicioacuten de amor exigiacutea pensando que me habiacutean vencido ajenos recuerdos y vaguedades sentimentales referentes a otra persona me gozaba con fiera crueldad en la desolacioacuten de la hermana viajera

-iexclBien -le deciacutea- corre tras eacutel corre hoy y mantildeana y siempre para no encontrarle al fin Muy bien hipocritona iexcliexclme alegro me alegro [157]

- XX -

Al diacutea siguiente muy temprano entroacute Campos en casa Ya he dicho que este masoacuten era amigo muy constante de la familia con quien yo viviacutea un matrimonio alaveacutes de edad madura y sin hijos extrantildeo por lo general a las pasiones poliacuteticas aunque la sentildeora como buena vascongada se inclinaba al absolutismo Campos entroacute gritando

-iexclYa nos la ha pegado ese tunante

Al punto comprendiacute lo que queriacutea expresar

-La Bisbal ha capitulado iquestno es eso -le dije- iexclQueacute noticia Ya lo suponiacuteamos

-Pero al menos sentildeora al menos -manifestoacute Campos con afaacuten- Las formas es preciso guardar ciertas formas Todos estamos dispuestos a capitular porque no es posible vivir en lucha con la general corriente ni con la Europa entera pero pero

-iquestY queacute ha hecho La Bisbal

-Dar un manifiesto

-Ya lo suponiacutea es el hombre de los manifiestos

-Un manifiesto en que dice que siacute y que no [158] y que tira y afloja y que blanco y que negro En fin un manifiesto de La Bisbal Despueacutes ha entregado el mando al marqueacutes de Castelldosrius y ha desaparecido El ejeacutercito estaacute desmoralizado La mayor parte de los soldados se van a donde les da la gana y aquiacute nos tiene usted como el 3 de Diciembre de 1808 en poder de los franceses iquestVamos a ver queacute hace ahora un hombre honrado como yo iquestQueacute hacen ahora los hombres que no se han metido en nada que desde su campo defendieron siempre el orden y las conveniencias

Yo haciacutea esfuerzos para contener la risa La zozobra del masoacuten en momentos de tanto apuro y su afaacuten por presentarse como hombre de orden ofreciacutean un cuadro tan gracioso como instructivo

-iquestDe modo que ya se acaboacute la Constitucioacuten -dijo la sentildeora de Saracha elevando majestuosamente las manos al cielo como en accioacuten de gracias- Pues ahora habraacute perdoacuten general Se reconciliaraacuten todos los espantildeoles daacutendose fraternales abrazos y amparaacutendose bajo el manto amoroso del Rey

Yo me echeacute a reiacuter

-No es mal perdoacuten el que nos aguarda -dijo Campos con detestable humor- iexclBonito manto nos ampararaacute Ya se ha alborotado la [159] gentuza de los barrios bajos y las caras siniestras las manos negras y rapaces los trabucos y las navajas van apareciendo Nada nada Tendremos escenas de luto y de ignominia otro 10 de Mayo de 1814

-iquestSeraacute posible Pues me parece que efectivamente hay algo de alboroto en la calle -dijo mi amiga asomaacutendose al balcoacuten

Viviacuteamos en la calle de Toledo que es la arteria por donde la emponzontildeada sangre sube al cerebro de la villa de Madrid en los diacuteas de fiebre Cruzaban la calle gentes del

pueblo en actitud poco tranquilizadora Al poco rato oiacutemos gritar laquoiexclviva la religioacutenraquo laquoiexclvivan la caenasraquo Fue aquella la primera vez de mi vida que oiacute tal grito y confieso que me horrorizoacute

Campos no quiso asomarse porque le enfureciacutean los desahogos de la plebe (mayormente cuando chillaba en contra de los liberales) y seguiacutea diciendo

-Veremos coacutemo tratan ahora a los hombres honrados que han defendido el orden que han procurado siempre contener al democratismo y a la demagogia

No pude vencer mi natural inclinacioacuten a las burlas y le dije

-Sr Campos no doy cuatro cuartos por su pellejo de usted [160]

-Ni yo tampoco -me respondioacute riendo

Eacutel en medio de su descontento esperaba filosoacuteficamente el fin seguro de sobrenadar tarde o temprano en el pieacutelago absolutista Era ademaacutes hombre de tanto valor como osadiacutea

La gente de los barrios bajos siguioacute alborotando todo el diacutea Moviose la tropa para mantener el orden y el general Zayas que mandaba en Madrid y habiacutea firmado la capitulacioacuten aquella misma mantildeana con los franceses pareciacutea dispuesto a ametrallar sin compasioacuten a la canalla En gran zozobra viviacuteamos todos los vecinos de la Villa porque se hablaba de saqueo y de la aproximacioacuten de las partidas de Bessiegraveres el infante aventurero que defendiendo el despotismo queriacutea lograr lo que no pudo conseguir combatiendo por la Repuacuteblica

Pero la principal causa de mi inquietud era no ver a mi lado a la persona que maacutes me interesaba en aquellos diacuteas Le espereacute toda la mantildeana y toda la tarde y como a ninguna hora pareciacutea y habiacutea hecho promesa de visitarme creiacute que le pasaba algo desagradable Por la noche no pude refrenar mi ardorosa impaciencia y voleacute a su casa Tampoco estaba en ella y el anciano portero y maestro de escuela armado de fusil en medio de la porteriacutea furioso y exaltado [161] cual si acabara de escaparse de un manicomio me inspiroacute tanto miedo que no quise esperar alliacute

Paseacute la noche en un estado de angustia horrible Corriacutean rumores de que al diacutea siguiente habriacutea saqueo prisiones muertes y escandalosas escenas Se deciacutea que los liberales maacutes sentildealados eran perseguidos por las calles como perros rabiosos y apedreadas sus casas Yo no podiacutea vivir Al amanecer del otro diacutea que era el 20 de Mayo busqueacute a Salvador en diversos puntos y tampoco le pude encontrar Antes de volver a casa vi movimiento de tropas en la Puerta del Sol y me dijeron que Bessiegraveres habiacutea aparecido con sus cuadrillas que yo llamaba de asesinos de la Fe por detraacutes del Retiro amenazando entrar en Madrid La plebe de los barrios bajos se le habiacutea reunido y como hambrientos perros aullaban mirando a la Corte con ansias de devorarla Todo Madrid estaba aterrado y yo maacutes que nadie no por el temor del saqueo sino por la sospecha de que la persona maacutes cara a mi corazoacuten hubiera sido viacutectima del furor de la plebe

Espereacute tambieacuten todo aquel diacutea Campos entroacute a darnos noticias de lo que pasaba Oiacuteamos cantildeonazos lejanos y a cada instante [162] creiacuteamos ver llegar y difundirse por las calles a la desenfrenada turba salvaje ebria de sangre y de pillaje Pero Dios no quiso que en aquel diacutea triunfaran los malvados El general Zayas destrozoacute a los asesinos de la Fe acuchillando a los chisperos y mujerzuelas que graznaban entre ellos La plebe aterrada volvioacute a sus oscuras guaridas y mucha gente mala huyoacute a los campos aguardando a poder entrar con los franceses Desde que supimos el gran peligro a que habiacuteamos estado expuestos los habitantes de Madrid todos deseaacutebamos que llegasen de una vez los cien mil hijos de San Luis para que estableciendo un Gobierno regular contuvieran a la canalla azuzada por los realistas furibundos

Al fin saliacute de la angustia que me atormentaba En la mantildeana del diacutea 21 el proacutefugo por quien yo habiacutea derramado tantas laacutegrimas se presentoacute delante de miacute en estado bastante lastimoso desencajado y lleno de contusiones con los ojos encendidos seca la boca cubierta de sudor la hermosa frente rotos y llenos de polvo los vestidos

Al punto comprendiacute que habiacutea sido maltratado por las feroces bestias populares No le dije nada y me apresureacute a cuidarle proporcionaacutendole alimento y reposo Eacutel me miraba [163] con extraviados ojos Apretando los puntildeos exclamoacute

-iquestHas visto a la canalla

Necesitaba sosiego y por todos los medios procureacute tranquilizarle

-No pienses maacutes en eso -le dije- y regociacutejate ahora en la paz de mi compantildeiacutea y en esta dulce soledad en que estamos

-iexclNo puedo no puedo -exclamoacute con gran agitacioacuten

Y despueacutes repetiacutea

-iquestHas visto a la canalla iexclPero queacute canalla es la canalla

Maacutes tarde me contoacute que se habiacutea visto en gran peligro porque al salir de un sitio en que estaban reunidas varias personas contrarias al despotismo fue acometido pudiendo salvar a duras penas la vida gracias a su energiacutea y al coraje con que se defendioacute

Su estado febril inspirome bastante ansiedad aquella noche que pasoacute en mi casa pero a la mantildeana siguiente su prodigiosa naturaleza habiacutea triunfado de la ebullicioacuten de la sangre irritada

-No puedo ir a mi casa -me dijo- y aun seraacute peligroso que salga a la calle pero yo necesito disponer mi viaje

-iquestVuelves al Norte [164]

-No tengo que ir a Sevilla donde estaacute lo que queda de Gobierno liberal No tengo ya ni un resto siquiera de esperanza pero es preciso que cumpla fielmente la comisioacuten del general Mina y vaya hasta las uacuteltimas extremidades para que me quede al menos el

consuelo de haberlo intentado todo y para que se pueda decir esta verdad terrible laquoNo hubo un solo liberal en Espantildea que supiera cumplir con su deberraquo

-Pues si vas a Andaluciacutea ireacute contigo -dije con mucho gozo regocijaacutendome ya con la idea de acompantildearle y huir de Madrid pueblo que tanto alarmaba a mi conciencia

-El viaje no seraacute faacutecil -respondioacute sin demostrar grande entusiasmo por mi compantildeiacutea- mayormente para una sentildeora

-Para miacute todo es faacutecil

-No se encontraraacuten carruajes

-Como ruede el dinero rodaraacuten los coches

-La policiacutea vigilaraacute la salida de los liberales

-No importa

Sin peacuterdida de tiempo empeceacute mis diligencias para nuestro viaje Las dificultades eran grandes Ninguacuten propietario de coches queriacutea arriesgar su material y sus caballeriacuteas porque los facciosos se apoderaban de ellas No me acobardeacute sin embargo y seguiacute mis pesquisas [165] Campos tambieacuten deseaba proporcionar a mi amigo faacutecil escapatoria

La entrada de los franceses que se verificoacute el diacutea 23 me dio alguna esperanza mas por desgracia entre las fuerzas de vanguardia no veniacutea el conde de Montguyon Vi en cambio muchos guerrilleros del Norte de fiero aspecto y tembleacute de pavor deseando entonces maacutes vivamente huir de la Corte

iexclY queacute desorden en los primeros momentos de aquel diacutea Por mucha prisa que se dieron los franceses a establecerse no lograron impedir mil excesos

Hombres cuyo furor habiacutea sido pagado corriacutean por las calles celebrando entre borracheras el horrible carnaval del despotismo Rompiacutean a pedradas los cristales trazaban cruces en las puertas de las casas donde viviacutean liberales como sentildeal de futuras matanzas escarneciacutean a todo el que no era conocido por su exaltacioacuten absolutista gritaban como locos maldiciendo la libertad y la Nacioacuten No escapaban de sus groseriacuteas las personas indiferentes a la poliacutetica porque era preciso haber sido perro de presa del absolutismo para obtener perdoacuten Algunos frailes de los que maacutes habiacutean escandalizado en el puacutelpito con sus sermones sanguinarios eran llevados en triunfo [166]

Yo saliacutea de misa de San Isidro y me vi insultada y seguida por una turba de mujerzuelas feroces soacutelo porque llevaba un lazo verde El color verde era ya el color de la ignominia como emblema del liberalismo que tantas veces habiacutea escrito sobre eacutel Constitucioacuten o muerte Vi maltratar a un joven de buen porte soacutelo porque usaba bigote y desde aquel diacutea el tal adorno de las varoniles caras fue sentildeal de franc-masonismo y de extranjeriacutea filosoacutefica

Quien vio una vez tales escenas no puede olvidarlas Mis ideas habiacutean cambiado mucho desde mi viaje a Francia Conservando el mismo respeto al Trono y al Gobierno fuerte habiacutea perdido el entusiasmo realista Pero en aquel diacutea tristiacutesimo se desvanecieron en mi cabeza no pocos fantasmas y aunque seguiacute creyendo que uno solo gobierna mejor que doscientos el absolutismo popular me inspiroacute aversioacuten y repugnancia indecibles

No habiacutea concluido de referir en mi casa el gran peligro que habiacutea corrido por llevar un lazo verde cuando entroacute Campos Traiacutea semblante muy alegre

-Ya estaacute resuelta la cuestioacuten de tu viaje -dijo a Salvador- Esta noche puedes marchar si quieres [167]

-iquestCoacutemo -preguntamos eacutel y yo

-De un modo tan sencillo como seguro El marqueacutes de Falfaacuten de los Godos (9) habiacutea pensado marchar a Andaluciacutea Como la pobre Andrea estaacute tan delicada En fin se han decidido a salir esta noche Tienen silla de postas propia Al punto me he acordado de ti Falfaacuten de los Godos tiene gusto en llevarte y se alegra mucho de tu compantildeiacutea

-Eso no puede ser -dije vivamente saliendo al encuentro de aquella proposicioacuten con verdadera furia que trataba de disimular

-iquestPor queacute no ha de poder ser sentildeora miacutea -dijo Campos- En la silla de postas iraacuten coacutemoda y seguramente el Marqueacutes mi sobrina con su hijo la doncella y dos criados que seremos nosotros Salvador y yo Perfectiacutesimamente

El taimado masoacuten se restregaba las manos en sentildeal de regocijo

-Me parece una excelente idea -dijo Monsalud miraacutendome- iquestNo crees tuacute lo mismo

Yo no contesteacute nada Estaba furiosa Eacutel debioacute comprender (10) en mis ojos la tempestad que se habiacutea desatado en mi corazoacuten mas no por conocerlo se apresuroacute a conjurarla Antes [168] bien ocupose de disponer su viaje con una calma con una indiferencia hacia miacute que me irritaron maacutes Mi dignidad me impediacutea pedir un puesto en aquel coche que se iba a llevar la mitad de mi alma La misma dignidad me impediacutea recordarle nuestro dulce propoacutesito de ir juntos Encerreme breve rato en mi cuarto para que nadie conociese la alteracioacuten nerviosa que me sacudiacutea y con los dientes hice pedazos un pantildeuelo inocente Mis ojos secos e inflamados no podiacutean dar salida a la angustia de mi corazoacuten derramando una sola laacutegrima

Cuando me presenteacute de nuevo mi apariencia no podiacutea ser maacutes tranquila Afectaba naturalidad y hasta alegriacutea tanta era la fuerza de mi disimulo cuando yo llamaba todas las fuerzas de la voluntad para forjar la maacutescara de hierro bajo la cual escondiacutea mi verdadero semblante lleno de luto y consternacioacuten iexclQueacute padecimiento tan grande iquestCoacutemo no si Salvador mismo me habiacutea contado toda la historia de sus relaciones con Andrea Campos despueacutes marquesa de Falfaacuten de los Godos Yo la habiacutea tratado bastante despueacutes de ser marquesa La admirable hermosura de la americanilla representaacutendose en mi imaginacioacuten me la quemaba como un hierro abrasado

Tuve valor para verles partir Vi a la sobrina [169] de Campos subir al coche hacieacutendose la interesante con su languidez de dama enfermita vi al viejo Marqueacutes engomado y lustroso como un muntildeeco que acaba de salir del taller de juguetes vi a Salvador tomando en brazos y besando con el mayor gusto al nintildeo de la Marquesa no quise ver maacutes iexclEl coche partioacute iexclSe fueron

- XXI - Se fueron y yo me quedeacute Las laacutegrimas que antes no habiacutean querido salir de mis ojos brotaron a raudales abrasaacutendome las mejillas No podiacutea dejar de pensar en la hipocritona que corriacutea por los campos desiertos lanzada por miacute al interminable viaje de la desesperacioacuten pero lejos de tenerle laacutestima aquel recuerdo avivaba mi hondo furor hacieacutendome exclamar -iexclMe alegro mil veces me alegro

iexclCuaacuten grande habiacutea sido mi castigo Para que este fuera maacutes evidente fui condenada por Dios al mismo suplicio de viajar buscando a una persona amada al martirio indescriptible de correr un diacutea y otro diacutea como el que huye de su sombra siempre impaciente [170] siempre anhelante precipitada siempre de la esperanza al desengantildeo y del desengantildeo a una nueva esperanza Porque siacute yo emprendiacute tambieacuten el viaje a Andaluciacutea tres diacuteas despueacutes Estaba en la alternativa de morir de despecho o correr tambieacuten Hubo en miacute desde aquel diacutea algo de la maldicioacuten espantosa que pesaba sobre el judiacuteo errante y me sentiacute como arrastrada por la fuerza de un huracaacuten

iexclAy el huracaacuten estaba dentro de miacute misma en mi despecho en mis celos en un loco afaacuten de no hallarme lejos de dos personas cuya imagen ni un solo instante se apartaba de mi pensamiento Si mis lectores me han conocido ya por lo que va contado de mi borrascosa vida comprenderaacuten que yo no podiacutea quedarme en Madrid Mi caraacutecter me lanzaba fuera como la poacutelvora lanza la bala

Partiacute Pero antes debo decir coacutemo pude conseguir los medios para ello Mi primer paso fue recurrir a Eguiacutea mas desde la entrada de los franceses le habiacutean arrinconado como trasto viejo y una Regencia fresca y lozana funcionaba en su lugar Nombrola Angulema de acuerdo con el Consejo de Estado y la componiacutean los duques del Infantado y de Montemart el baroacuten de Eroles el obispo de Osma y don Antonio Goacutemez Calderoacuten Secretario de ella [171] era el venenoso Calomarde (11) al cual me dirigiacute solicitando un pase y licencia para el uso de coche-posta Recibiome tan friacuteamente y con tanta soberbia e hinchazoacuten que no pude menos de recordar al Don Soplado del poeta sainetero D Ramoacuten de la Cruz

Le desprecieacute como mereciacutea y recurriacute a don Viacutector Saacuteez nombrado Ministro de Estado pero este me recordoacute a la rana cuando quiso parecerse al buey Tuvo el mal gusto de echarme en cara mi supuesta conversioacuten al constitucionalismo y a la Carta francesa diciendo mil necedades presuntuosas y aun amenazaacutendome Su fatuidad semejante a la del pavo cuando se sopla y arrastra las alas para meter ruido me hizo reiacuter en sus propias barbas El uacutenico que se me mostroacute algo propicio fue Erro hombre honrado y modesto Pero nada positivo saqueacute de la flamante situacioacuten que daba pruebas

de su agudeza poliacutetica volviendo las cosas al propio ser y estado que teniacutean en 7 de Marzo de 1810 restableciendo los antiguos Consejos y la Sala de Alcaldes de Casa y Corte Era esto volver a los tontillos al guarda-infante y al pelo empolvado

Por mi ventura llegoacute a Madrid el conde de [172] Montguyon Le vi hiacutezome la centeacutesima declaracioacuten de amor y luego con semblante dolorido me dijo

-Soy muy desgraciado sentildeora en no poder estar cerca de vos Tengo que partir con el general Bourdesoulle para esa poeacutetica regioacuten que llaman la Mancha idealizada por las aventuras del gran caballero

Entonces le manifesteacute que si me proporcionaba los medios de hacer el viaje poniendo yo por mi cuenta todos los gastos le seguiriacutea a aquel encantado paiacutes que hizo ceacutelebre el gran caballero Al oiacuter esto se volvioacute todo obsequios y tres diacuteas despueacutes teniacutea yo a mi disposicioacuten una silla de postas con caballos del cuartel general de Bourdesoulle y un pase que me aseguraba el respeto de las turbas por todo el traacutensito que iba a recorrer

Saliacute al fin de Madrid acompantildeada de mi doncella Saliacute como el agua de una esclusa cuando se le abren las compuertas que la sujetan Yo no veiacutea bastante llanura por donde correr en ninguacuten momento me pareciacutea que andaba bastante mi coche enfadaacutebame el cansancio de las mulas la pesadez de los mesoneros y la flema del mayoral que se poniacutea siempre de parte de las caballeriacuteas en mi febril contienda con el tiempo y la distancia [173]

En los pueblos por donde raacutepidamente pasaba vi escenas que me causaron tanta indignacioacuten como verguumlenza En Ocantildea habiacutean quitado las imaacutegenes que adornaban el aacutengulo de algunas calles poniendo en su lugar el retrato de Fernando entre cirios y ramos de flores y debajo la piadosa inscripcioacuten laquoiexclVivan las caenasraquo En Tembleque presencieacute el acto solemne de arrojar al piloacuten donde bebiacutean las mulas a dos o tres liberales y otros tantos milicianos En Madridejos tuve miedo porque una turba que invadiacutea el camino cantando coplas tan disparatadas como obscenas quiso detenerme fundada en que el mayoral habiacutea tocado con su laacutetigo el estandarte realista que llevaba un fraile Necesiteacute mostrar mucha serenidad y aun derramar alguacuten dinero para que no me causasen dantildeo pero no pude seguir hasta que no llegaron a aquel ilustrado pueblo las avanzadas de la caballeriacutea francesa

En Puerto Laacutepice se rompioacute una ballesta de mi coche ocasionaacutendome una detencioacuten de dos diacuteas Las horas eran siglos para miacute Me quemaba la tierra bajo los pies Yo hubiera deseado poseer la autoridad de una reina asiaacutetica para vencer tantas dificultades atando a los hombres al pescante de mi coche La desproporcioacuten [174] enorme entre mi impetuoso anhelo y los medios materiales de que disponiacutea me llevaron a un lamentable estado nervioso que de ninguacuten modo podiacutea calmar Uacutenicamente logreacute un poco de alivio a aquel penoso hervor de mi caraacutecter empleando un medio bastante pueril pero que no pareceraacute muy absurdo a las mujeres que se me asemejan Consistiacutea en tomar el laacutetigo del mayoral y ponerme a descargar furiosos latigazos sobre los robles del camino en Sierra Morena y sobre los olivos de Andaluciacutea

En Sierra Morena halleacute nuevos obstaacuteculos Alliacute habiacutea una especie de ejeacutercito espantildeol mandado por una especie de general que teniacutea el encargo de hacer una especie

de resistencia a las tropas de Bourdesoulle Dios habiacutea decidido que no hubiese otro Baileacuten en la historia y los inocentes que creiacutean en un nuevo 19 de Julio de 1808 se llevaron gran chasco iexclParece mentira Quince antildeos despueacutes los papeles de aquel drama habiacutean cambiado Los personajes eran los mismos Creeriacutease que habiacutean resucitado los muertos de la gloriosa eacutepoca pero que al vestirse se habiacutean equivocado de uniforme

En pocas horas fue desbaratado Plasencia (que asiacute se llamaba el general que defendiacutea [175] la puerta de Andaluciacutea) y los franceses pisaron el glorioso campo de las Navas de Tolosa de Menjiacutebar y de Baileacuten Menos afortunada yo fui otra vez detenida y ahora el conde de Montguyon a quien Bourdesoulle mandoacute situarse en Guarromaacuten mostroacute muy poco intereacutes porque yo siguiera adelante Con todo tales artes useacute para sacar partido de su caballeriacutea andante que me libreacute de eacutel muy lindamente Por fin el 6 de Junio entreacute en Coacuterdoba donde no me detuve maacutes que lo preciso

El 9 por la tarde vi a lo lejos una inmensa mole rojiza que iluminaban los rayos del moribundo sol Ante miacute se extendiacutean hermosas llanadas de trigo como un campo de oro cuya reverberacioacuten amarilla ofendiacutea a los ojos Yo no habiacutea visto un cielo maacutes alegre ni un ambiente maacutes respirable y que maacutes embelesase los sentidos ni un crepuacutesculo maacutes delicioso La enorme torre que se destacaba a lo lejos sobre apretado caseriacuteo y entre otras mil torres pequentildeas iba creciendo a medida que yo me acercaba y pareciacutea venir a mi encuentro con gigantesco paso La torre era la Giralda y la ciudad Sevilla [176]

- XXII - iexclSevilla iexclDe queacute manera tan grata heriacutea mi imaginacioacuten este nombre iexclQueacute idealismo tan placentero despertaba en miacute No creo que nadie haya entrado en aquel pueblo con indiferencia y desde luego aseguro que el que entre en Sevilla como si entrara en Pinto es un bruto iexclEl Burlador D Pedro el Cruel Murillo Bastan estas tres figuras para poblar el inmenso recinto que es en todas sus partes teatro de la novela y el drama lienzo y marco de la pintura iexclY hasta las pinturas sagradas son alliacute voluptuosas Para que nada le falte hasta tiene a Manolito Gaacutezquez cuyas hipeacuterboles graciosas han dado la vuelta a Espantildea y parece que forman la base de la riqueza anecdoacutetica nacional

En Sevilla la noche y el diacutea se disputan a cuaacutel es maacutes bello pero cuando llega el rigor del verano vence irremisiblemente la noche asumiendo todos los encantos de la naturaleza y de la poesiacutea Para ella son los delicados aromas de jazmines y rosas para ella el picante [177] rumor de las conversaciones amorosas para ella la dulce tibieza de un ambiente que recrea y enamora las quejumbrosas guitarras que expresan todo aquello a que no pueden alcanzar las lenguas Cuando yo llegueacute se dejaba sentir bastante el calor sin ser insoportable pero las noches eran deliciosas un paraiacuteso en el cual no se echaba de menos el sol

Me alojeacute en una hermosa posada de la calle de Geacutenova y desde la noche de mi llegada vi a muchos diputados que moraban alliacute y a otros que iban a visitarles Aquello

era un hervidero de gente habladora una olla puesta al fuego Sus agitadas disputas sus gestos sus furores indicaban la gravedad de la situacioacuten

Viviacutean conmigo Arguumlelles Canga Arguumlelles Salvato Floacuterez Calderoacuten el canoacutenigo Villanueva y D Cayetano Valdeacutes el almirante Iban a visitar a estos Galiano Istuacuteriz Beltraacuten de Lis D Aacutengel de Saavedra despueacutes duque de Rivas y otros Con algunos de ellos teniacutea yo amistad Oyeacutendoles supe que se habiacutea descubierto una conspiracioacuten tramada por cierto general ingleacutes llamado Downie el mismo que habiacutea organizado una partida de combatientes en la guerra de la Independencia La conspiracioacuten debioacute de ser muy inocente como todas las modas de aquel tiempo y todo en ella fue de [178] sainete hasta el descubrimiento hecho por un cirujano

Tan soacutelo descanseacute en la noche de mi llegada y el diacutea siguiente que era el 10 de Junio di principio a mis investigaciones saliendo a hacer algunas visitas Al pasar por las calles maacutes principales experimentaba profunda emocioacuten creyendo ver semblantes conocidos Yo no seacute queacute habiacutea en aquella fisonomiacutea de la multitud para turbarme tanto pero esto pasa cuando lo que amamos se pierde en las oleadas del gentiacuteo al cual presta su rostro y su persona toda

Aprovechando bien el diacutea pude ver a muchas personas y dar con alguna que me indicoacute el domicilio de los marqueses de Falfaacuten Este era el principal objeto de mis impacientes ansias Pero en aquel diacutea 10 de Junio precursor de una de las fechas maacutes ceacutelebres de nuestra historia nadie hablaba de otra cosa que de poliacutetica de la resistencia del Rey a trasladarse a Caacutediz y del empentildeo de los Ministros en llevaacuterselo de grado o por fuerza Advertiacute entonces que no era Sevilla poblacioacuten muy liberal y que en la contienda entablada la mayoriacutea de los paisanos de Manolito Gaacutezquez se poniacutean de parte del Rey Por un fenoacutemeno extrantildeo la aristocracia apareciacutea maacutes enemiga [179] del absolutismo que el pueblo pero esto no me causaba sorpresa por haber observado el mismo contrasentido en Madrid

No pudiendo refrenar mi impaciencia aquella misma noche fui a casa del marqueacutes de Falfaacuten Las visitas de noche son sumamente agradables en verano y en aquel paiacutes contribuyendo a ello los frescos patios trocados en salones de tertulia Nadie puede sin haber visto estos agradables recintos formar idea de ellos y del hermoso conjunto que presentan las plantas la fuente de maacutermol con su murmurante surtidor los espejos los cuadros al mismo tiempo iluminados por las bujiacuteas y por el rayo de luna que penetra burlando el toldo la dulce chaacutechara de las conversaciones maacutes dulce a causa del gracioso ceceo beacutetico y por uacuteltimo las lindas andaluzas que alegrariacutean un cementerio cuanto maacutes un patio de Sevilla

Habiacutea pocas personas en casa de Falfaacuten Encontreacute a la Marquesa muy desmejorada y triste en gran manera lo cual no seacute si me causoacute pena o alegriacutea Creo que ambas cosas a la vez Yo justifiqueacute mi viaje a Sevilla suponiendo asuntos de intereses y no me atreviacute a preguntar por eacutel ni siquiera a nombrarle para que mi afectada indiferencia alejara todo recelo Teniacutea esperanza de verle entrar en el patio [180] cuando menos lo pensase y me preparaba para no turbarme en el momento de su aparicioacuten Cualquier ruido de la puerta me haciacutea temblar daacutendome los escalofriacuteos propios de la pasioacuten en acecho

Sin que me esteacute mal el decirlo y poniendo la verdad por delante de todo aun de la modestia yo estaba guapiacutesima aquella noche vestida al estilo de Pariacutes con una

elegancia superior a cuanto veiacutean mis ojos Harto me lo probaban los de los caballeros alliacute presentes que no se apartaban de miacute causando envidia a todas Como los andaluces no son cortos de genio aquella noche recibiacute galanteriacuteas y donaires para el antildeo entero

Mi afaacuten consistiacutea en sacar alguna luz alguacuten dato alguna noticia de mi conversacioacuten con la marquesa de Falfaacuten pero fuese discrecioacuten suma o ignorancia de la hermosa dama ello es que nada dejoacute comprender Hablaba lo menos posible y con sus miradas lo mismo que con el sentido de sus palabras soacutelo una cosa me deciacutea claramente es a saber que me aborreciacutea de todo corazoacuten Yo maestra consumada disimulaba mejor que ella

El marqueacutes de Falfaacuten de los Godos hablaacutendome de poliacutetica me distrajo de esta batalla que yo daba a la taciturna reserva de [181] Andrea Las aficiones que yo habiacutea mostrado en Madrid a las cosas puacuteblicas me perdieron entonces porque el buen sentildeor me atacoacute con verdadera ferocidad de charlatanismo deseando saber mi opinioacuten sobre sucesos y personas Mi fastidioso interlocutor era liberal templado partidario de un justo medio muy justamente mediano y de las dos Caacutemaras y del veto absoluto Habiacutea tenido sus repulgos de masoacuten repetiacutea los dichos de Martiacutenez de la Rosa y era bastante volteriano en asuntos religiosos Defendiacutea al clero como fuerza poliacutetica pero se burlaba de los curas del Papa y aun del dogma mismo sin que esto fuera obstaacuteculo para creer en la conveniencia de que hubiese muchos cleacuterigos muchos obispos muchiacutesimas misas y hasta Inquisicioacuten En suma las ideas del Marqueacutes eran el capullo de donde corriendo diacuteas salioacute la mariposa del partido moderado

Decir cuaacutento me mareoacute aquella noche fuera imposible Tuve que saber cosas que a la verdad me interesaban poco por ejemplo que Calatrava a la sazoacuten presidente del Ministerio no era hombre apropiado a las circunstancias que los masones primitivos o descalzos estaban en gran pugna con los secundarios o calzados y ambos con los comuneros y carbonarios [182] que los partidarios de San Miguel trabajaban por echarlo todo a perder maacutes de lo que estaba y que cuando ocurrioacute el cambio de Ministerio que habiacutea llevado al poder a los amigos de Calatrava se habiacutean visto cosas muy feas Exaltaacutendose a medida que entraba en materia me dijo que eacutel (el marqueacutes de Falfaacuten de los Godos) habriacutea sido ministro si hubiera querido cuando se negoacute a serlo Flores Estrada pero que no quiso meterse en danzas que eacutel (el propio Marqueacutes) habiacutea previsto los terribles sucesos que ya estaban cerca y que la ruina del pobre sistema era ya inminente y segura Apoyaacutebanle en esto todos los presentes mientras yo me aburriacutea a mis anchas oyeacutendole Era para morir

Habiendo dicho uno de los tertulios que Su Majestad se negariacutea resueltamente a salir de Sevilla el Marqueacutes habloacute asiacute

-Pues el Gobierno insiste en llevaacuterselo a Caacutediz iexclqueacute tonteriacutea y como el Rey insiste en no ir el Gobierno piensa declararle loco iexclLoco Su Majestad sentildeores el hombre maacutes cuerdo de toda Espantildea el uacutenico espantildeol que sabe a doacutende va y por doacutende ha de ir

Luego dirigieacutendose a miacute y como quien habla en secreto me dijo que Calatrava era un hombre atolondrado Yandiola Ministro de [183] Hacienda una nulidad y el de la Guerra Saacutenchez Salvador un insensato

Yo estaba nerviosa a maacutes no poder Las palabras se me veniacutean a la boca para contestarle de este modo

-iquestY a miacute queacute me cuenta usted de todo eso sentildeor Marqueacutes iquestQueacute me importa a miacute que Calatrava sea un majadero Yandiola y Saacutenchez Salvador dos majaderos y usted maacutes majadero que todos ellos

Pero con no poco trabajo me conteniacutea Obligada a decir algo a causa de mi piacutecara reputacioacuten me complaciacutea en contradecirle de modo que todo lo que para eacutel era blanco yo lo veiacutea negro A cuantos el Marqueacutes denigroacute yo les supuse talentos desmedidos En lo relativo a declarar loco a Su Majestad dije que me pareciacutea el acto maacutes cuerdo y acertado del mundo

-Pero sentildeora -me dijo el Marqueacutes- esto equivale a destronar a Su Majestad porque si le declaran incapacitado para reinar

-Justamente sentildeor Marqueacutes -repuse- Le destronan y luego le vuelven a entronizar le quitan y le ponen seguacuten conviene a las circunstancias iquestHay cosa maacutes natural iquestEl Rey no abre y cierra las Cortes Pues las Cortes abren o cierran al Rey cuando les acomoda

Tomaron a risa como lo mereciacutean mis observaciones [184] pero no por verme tan inclinada a las burlas cejoacute Falfaacuten en su fastidioso disertar

Entonces entroacute el priacutencipe de Anglona personaje distinguido de la fraccioacuten de Martiacutenez de la Rosa y el duque del Parque cuya vista me causoacute grande alegriacutea El Priacutencipe dijo que al diacutea siguiente habriacutea sesioacuten muy interesante para discutir lo que debiera hacerse en virtud de la negativa del Rey a salir de Sevilla Yo le pediacute una papeleta de tribuna al duque del Parque y ofrecioacute mandaacutermela Anglona se brindoacute a llevarme a Palacio Formando mi plan para el diacutea siguiente determineacute ver a Su Majestad y asistir a la sesioacuten de las Cortes encendiendo de este modo una vela a San Miguel y otra al diablo

El duque del Parque cuando no podiacutean oiacuterlo los demaacutes me dijo con malignidad

-Mi secretario a quien usted conoce le llevaraacute mantildeana la papeleta para la galeriacutea reservada de las Cortes

Al oiacuter esto parece que se abrieron delante de miacute los cielos Mi alma se llenoacute de alegriacutea que a no ser por el gran disimulo que echeacute sobre ella como se echa hipocresiacutea sobre un pecado hubiera sido advertida por la concurrencia Desde aquel momento todo se transformoacute a [185] mis ojos Cuanto dijo el marqueacutes de Falfaacuten de los Godos lo encontreacute discreto y agudo y sus majaderiacuteas me parecieron prodigios de ingenio y perspicacia poliacutetica A todo le contesteacute desplegando verbosidad abundante como en mis mejores tiempos de Madrid emitiendo juicios picarescos y sentenciosos juzgando a los personajes con graciosa malevolencia y retrataacutendoles con breves rasgos de caricatura Desde aquel momento tuve lo que me habiacutea faltado en toda la noche ingenio Respondiacute a las galanteriacuteas supe marear a maacutes de cuatro mortifiqueacute a la Marquesa alegreacute la reunioacuten Al retirarme no dejaba maacutes que tristezas y presentimientos detraacutes de miacute Yo me llevaba todas las alegriacuteas

- XXIII - Desde muy temprano me levanteacute pues poco dormiacute aquella noche Las noches de Sevilla no parece que son como las de otras partes para dormir Son para sontildear en vela Le aguardaba con tanta impaciencia que a cada instante saliacutea al balcoacuten esperando verle entre [186] la multitud que pasaba por la calle de Geacutenova De repente me anunciaron una visita Creiacute verle entrar saliacute corriendo pero mi corazoacuten dio un vuelco quedaacutendose friacuteo y quieto cual si hubiera tropezado en una pared Teniacutea delante al priacutencipe de Anglona un sentildeor muy bueno un caballero muy simpaacutetico muy atento pero cuya presencia me contrariaba extraordinariamente en aquel instante

Veniacutea para llevarme al Alcaacutezar

-Su Majestad -me dijo- recibe ahora muy temprano Anoche le manifesteacute que estaba usted aquiacute y me rogoacute que la llevase a su presencia hoy mismo

Yo quise hacer objeciones pretextando la inusitada hora pues no habiacutean dado las once pero nada me valioacute Eacuterame imposible resistir a aquella majaderiacutea insoportable que revestiacutea las formas de la maacutes delicada atencioacuten Tampoco podiacutea defenderme con dolor de cabeza vapores u otros recursos que tenemos para tales trances Humilleacute la frente como viacutectima expiatoria de las conveniencias sociales y despueacutes de arreglarme me dispuse a aceptar un puesto en la carroza del Priacutencipe no sin dejar antes a mi criada instrucciones muy prolijas para que detuviera hasta mi vuelta al que forzosamente habiacutea de venir Partiacute resuelta a hacer a Su Majestad [187] visita de meacutedico En aquella ocasioacuten deploreacute por primera vez que existieran Reyes en el mundo

Poca es la distancia que hay de la calle de Geacutenova al Alcaacutezar Antes de las doce estaba yo en la Caacutemara de Su Majestad y saliacutea gozoso a saludarme el descendiente de cien Reyes pegado a su regia nariz No pareciacutea nada contento pero mostroacute mucho placer en verme daacutendome a besar su mano y rogaacutendome que me sentase a su lado Tanta bondad que a cualquiera habriacutea ensoberbecido a miacute me hizo muy poca gracia y menos cuando con sus preguntas daba a entender que la visita seriacutea larga

Fernando quiso saber por miacute algunas particularidades de la entrada de los franceses en Madrid de la defeccioacuten de La Bisbal en Somosierra y de la derrota de Plasencia en Despentildeaperros Yo contesteacute a todo cuidando de la brevedad maacutes que de otra cosa y fingieacutendome ignorante de varios hechos que sabiacutea perfectamente pero ninguna de estas estratagemas me valiacutea porque Fernando VII que en el preguntar habiacutea sido siempre absoluto no se hartaba de oiacuter contar cada paso del ejeacutercito franceacutes y como ademaacutes de mis palabras le recreaba bastante como he dicho en otra ocasioacuten la boca que las deciacutea de aquiacute que no llevara [188] camino de saciar en muchas horas la curiosidad de su entendimiento y la concupiscencia de sus voraces ojos

-iexclAy iexclqueacute felices son las repuacuteblicas -penseacute- Al menos en ellas no hay Reyes pesados y preguntones que quieran saber noticias de la guerra a costa de la felicidad de sus suacutebditos

Yo le miraba haciendo esfuerzos heroicos para disimular mi descontento Al responderle deciacutea en mi interior

-Me alegrariacutea de que te encerraran en una jaula como loco rematado

Eacutel entonces sin indicios de conocer mi cansancio hablome asiacute con cierto tono de confianza

-Se empentildean en que me han de llevar a Caacutediz y yo me empentildeo en no salir de Sevilla Veremos si se atreven a llevarme a la fuerza o si yo cedo al fin

-No se atreveraacuten sentildeor

-Ellos saben -continuoacute- que en Caacutediz hay una terrible epidemia pero eso no les importa iexclA Caacutediz de cabeza iquestNada importa sentildeores diputados que yo y toda la real familia nos expongamos a perecer Veremos lo que decide el Consejo

-Decidiraacute lo maacutes conveniente [189]

-Yo les digo a esos sentildeores iquestCreen ustedes posible resistir a los franceses No Pues si al fin se ha de capitular iquestno es mejor hacerlo en Sevilla

-Admirable raciocinio sentildeor

-Nada a Caacutediz a Caacutediz y entretanto ni coches para el viaje ni recursos

Pareciacutea mortificado por dos o tres ideas fijas que agitadamente se sucediacutean en su mente y se enlazaban formando esa dolorosa serie de vibrantes ciacuterculos cerebrales que si no producen la locura la imitan Me fue preciso en vista de tanta pesadez fingirme enferma y pedirle permiso para retirarme Eacutel entonces iexcloh fiero y descomunal tirano se empentildeoacute en que me quedase en el Alcaacutezar donde se me preparariacutea habitacioacuten conveniente

-Te comprendo deacutespota -dije para miacute sofocando mi coacutelera

No habiacutea maacutes remedio que ser hurantildea y descorteacutes rehusando los obsequios y tapando mis oiacutedos a preguntillas que empezaban a dejar de ser poliacuteticas Al retirarme Su Majestad me dijo

-No saldreacute de Sevilla no saldreacute Veremos si se atreven

-No se atreveraacuten sentildeor -le respondiacute- Vuestra Majestad podraacute con una firme voluntad [190] desbaratar las maquinaciones de los peacuterfidos

Estas vulgaridades palaciegas le agradaban Le dejeacute entregado a sus febriles inquietudes y corriacute a calmar las miacuteas Por el camino iba contando el tiempo transcurrido que me pareciacutea largo como todo lo que precede a la felicidad que se espera Llegueacute a mi casa subiacute precipitadamente creyendo que eacutel saldriacutea a recibirme con los brazos abiertos pero en mis habitaciones halleacute un silencio y un vaciacuteo tristiacutesimos No estaba Mi primer impulso fue de ira contra eacutel por la audacia inaudita por la infame

crueldad de no estar alliacute pero luego tornaacuteronse contra el Rey mis furores cuando Mariana mi fiel criada me dijo que el caballero se habiacutea cansado de esperar

-iquestLuego ha estado aquiacute

-Siacute sentildeora ha estado maacutes de hora y media No hariacutea diez minutos que usted habiacutea salido cuando entroacute

-iquestY no dijo que volveriacutea

-No dijo nada maacutes sino que teniacutea que ir a las Cortes

-Yo tambieacuten tengo que ir a las Cortes -dije sintieacutendome como una maacutequina loca que mueve a la vez con precipitada carrera todas sus ruedas- Vamos viacutestete Mariana que no quiero perder esa gran sesioacuten [191]

Por no ir sola yo llevaba siempre conmigo a mi leal criada vestida de sentildeora imitando en esto la usanza francesa de las sentildeoritas de compantildeiacutea Esto era sumamente coacutemodo para miacute porque me libraba de la necesidad de admitir en muchos casos la compantildeiacutea de hombres importunos o antipaacuteticos En poco tiempo haciendo yo de sirviente y Mariana de sentildeora quedoacute vestida no tan bien que se desconociese su inferioridad con respecto a miacute pero con suficiente elegancia para poder ir al lado miacuteo Muchos la creiacutean hermana soltera o parienta pobre

- XXIV - Fuimos a las Cortes que estaban en San Hermenegildo en la calle de La Palma frente a San Miguel Difiacutecil hallamos la entrada a causa de la mucha gente que llenaba la calle agolpaacutendose en las puertas del edificio como las apintildeadas lapas en la roca Mujeres menos resueltas que nosotras habriacutean vuelto la espalda pero Mariana y yo sabiacuteamos romper las cortezas del vulgo y al fin nos abrimos paso y entrando [192] con desenfado y pie ligero subimos a la galeriacutea Desde antes de entrar en ella oiacutemos la voz de un orador que resonaba en medio del maacutes imponente silencio

Mucho hubimos de bregar para encontrar asiento pero al fin pidiendo mil veces perdoacuten y oyendo murmullos de descontento a un lado y otro logramos acomodarnos Mi primer cuidado no fue atender a lo que aquel gran orador deciacutea cosas sin duda altamente dignas de aplauso mi primer cuidado fue registrar con los ojos toda la galeriacutea reservada por ver si estaba alliacute quien me cautivaba maacutes que los discursos Pero ni a derecha ni a izquierda ni delante ni detraacutes le vi con lo cual la gran pieza oratoria que se estaba pronunciando empezoacute a serme muy fastidiosa

-iquestQuieacuten habla -pregunteacute a una sentildeora vieja que estaba junto a miacute

-Alcalaacute Galiano el gran orador -repuso en tono de extrantildeeza por mi ignorancia

-iquestY de queacute habla -pregunteacute sin temor de que la sentildeora vieja me creyera cerril

-iquestDe queacute ha de hablar Del suceso del diacutea

La sentildeora volvioacute el rostro hacia el saloacuten demostrando maacutes intereacutes por el discurso que por mis preguntas Yo no quise molestar maacutes y trateacute de atender tambieacuten El orador hablaba [193] de la patria del inminente peligro de la patria y de la salvacioacuten de la patria y de la gloria de la patria Es el gran tema de todos los oradores incluso los buenos No he conocido a ninguacuten poliacutetico que no estropeara la palabra patriotismo hasta dejarla inservible y en esto se me parecen a los malos poetas que al nombrar constantemente en sus versos la inspiracioacuten la lira el estro la musa ardiente la fantasiacutea hablan de lo que no conocen

Alcalaacute Galiano era tan feo y tan elocuente como Mirabeau Su figura bien poco acadeacutemica y su cara no semejante a la de Antinoo se embelleciacutean con la virtud de un talismaacuten prodigioso la palabra Le pasaba lo contrario que a muchas personas de admirable hermosura las cuales se vuelven feas desde que abren la boca Aquel diacutea el joven diputado andaluz habiacutea tomado por su cuenta el llevar adelante la hazantildea maacutes revolucionaria que registran nuestros anales

Los espantildeoles sentiacutean la comezoacuten de destronar algo y el afaacuten de probar la embriaguez revolucionaria que sin duda embelesa a los pueblos de Occidente como a los chinos el opio y dijeron laquohagamos temblar a los Reyes pues que ha llegado la hora de que los reyes tiemblen delante del puebloraquo Mas era aquiacute la [194] gente demasiado bondadosa para una calaverada sangrienta En otra parte al ver al Rey sistemaacuteticamente contrario a la Representacioacuten nacional le hubieran cortado la cabeza aquiacute le privaron del uso de la razoacuten temporalmente diciendo laquoSentildeor vuestro deseo de esperar aquiacute a los franceses nos prueba que estaacuteis loco Con arreglo a la Constitucioacuten declaramos que sois digno de un manicomio y de perder la autoridad real Vaacutemonos a Caacutediz y cuando estemos alliacute os adornaremos de nuevo con vuestra cabal razoacuten y seguiremos partiendo un confite como hasta aquiacuteraquo

Admirable recurso habriacutea sido este a mi parecer desde el punto de vista liberal teniendo un gran ejeacutercito para reforzar el argumento en los campos de batalla Sin fuerza aquel hecho probaba que los diputados estaban maacutes locos que el Rey y asiacute se lo dije a Falfaacuten de los Godos Con esto se comprende que el Marqueacutes habiacutea entrado en la galeriacutea colocaacutendose detraacutes de miacute Eacutel poniacutea mucha maacutes atencioacuten que yo al discurso y aun a los rumores que sonaban arriba y abajo

-Han llenado de gentuza la tribuna puacuteblica -me dijo en voz baja- para que aplauda las atrocidades que habla ese hombre

No seacute si era o no gente pagada pero es lo [195] cierto que a cada paacuterrafo coruscante terminado en la salvacioacuten de la patria o en el afrentoso yugo de esta Nacioacuten heroica la galeriacutea puacuteblica mugiacutea como una tempestad cercana iexclQueacute rugidos queacute gestos de baacuterbaro entusiasmo queacute manera de apostrofar Algunas sentildeoras tuvieron miedo y se retiraron lo cual me agradoacute en extremo porque la tribuna se quedoacute muy holgada

-iquestPiensa usted seguir hasta el fin -me dijo el marqueacutes de Falfaacuten endulzando su mirada hasta un extremo empalagoso

-Estareacute alguacuten tiempo maacutes -le dije- No me he cansado todaviacutea

Y miraba a diestra y siniestra esperando verle y no vieacutendole nunca Los que me conocen comprenderaacuten mi aburrimiento y pena No hay tormento peor que tener ocupada la mente por una idea fija que no puede ser desechada Es una espina clavada en el cerebro una acerada punta que hiere y que sin embargo no se puede ni se quiere arrancar Yo procuraba distraerme de aquel a manera de dolor agudiacutesimo charlando con Falfaacuten pero no conseguiacute nada La locura del Rey declarada por una votacioacuten que iba a verificarse la exaltacioacuten revolucionaria de los diputados la elocuencia fascinadora de Galiano no bastaban a dar otra direccioacuten a las fuerzas de mi espiacuteritu [196]

-iquestY usted queacute cree -me preguntoacute el Marqueacutes

-Yo no creo nada -respondiacute con el mayor hastiacuteo- Si he de hablar con franqueza nada de esto me importa gran cosa

-iexclQue declaren loco a Su Majestad

-Lo mismo que si lo declararan cuerdo Yo soy asiacute Parece que se cansan -antildeadiacute reparando que se suspendiacutean los discursos

-Es que ahora va una comisioacuten de las Cortes al Alcaacutezar a intimar al Rey Si no se resigna a salir

-iquestHabraacute maacutes discursos

-Las Cortes estaacuten en sesioacuten permanente Despueacutes vendraacute lo maacutes interesante lo maacutes dramaacutetico yo no pienso moverme de aquiacute

-Su Majestad ha de responder que no sale de Sevilla Me lo ha dicho esta mantildeana y aunque no tengo gran fe en su palabra parece que por esta vez va a cumplir lo que dice

-Lo mismo creo sentildeora En ese caso las Cortes despueacutes de este respiro que ahora se dan estaacuten dispuestas a poner en ejecucioacuten el artiacuteculo 187 de la Constitucioacuten

-iquestY queacute dice ese artiacuteculo

En el momento de formular esta pregunta me estremeciacute toda y me pasoacute por delante de [197] los ojos una claridad relampagueante Le vi habiacutea entrado en la tribuna inmediata y volviacutea sus ojos en todas direcciones como buscaacutendome Desde aquel instante las palabras del Marqueacutes no fueron para miacute sino un zumbido de moscardoacuten Por fin sus ojos se encontraron con los miacuteos

-iexclGracias a Dios -le dije empleando tan soacutelo el lenguaje de las pupilas

El Marqueacutes seguiacutea hablando Para que no descubriese mi turbacioacuten ni se enojase al verme tan distraiacuteda le pregunteacute de nuevo

-iquestY queacute dice ese artiacuteculo

-Si se lo he explicado a usted -repuso- Sin duda no me presta atencioacuten Es usted muy distraiacuteda

-iexclAh siacute estaba pensando en ese pobre Fernando

-El mejor procedimiento a mi modo de ver -manifestoacute Falfaacuten de los Godos gravemente- seriacutea

-iexclQue le cortaran la cabeza -indiqueacute mostraacutendome sin cuidarme de ello tan revolucionaria como Robespierre

-iexclQueacute cosas tiene usted -exclamoacute el Marqueacutes riendo

Y siguioacute hablaacutendome hablaacutendome es decir zumbando como un abejorro Pasados diez [198] minutos creiacute conveniente dirigirle otra vez la palabra y repetiacute mi preguntilla

-iquestY queacute dice ese artiacuteculo

-Por tercera vez se lo direacute a usted

Entonces me fue forzoso dedicarle un pedacito de atencioacuten

-El artiacuteculo 187 dice poco maacutes o menos que cuando se considere a Su Majestad imposibilitado moralmente para ejercer las funciones del poder ejecutivo se nombre una Regencia

-iquestCoacutemo la de Urgel

-Una Regencia constitucional sentildeora que desempentildee aquellas funciones

-iexclOh sentildeor Marqueacutes en todo soy de la misma opinioacuten de usted -exclameacute con artificiosa admiracioacuten- En pocos hombres he visto un juicio tan claro para hacerse cargo de los sucesos

Mireacute a Salvador Pareciome que con los expresivos ojos me deciacutea laquoSalgamosraquo Y al mismo tiempo saliacutea

-Yo me retiro sentildeor Marqueacutes -dije de improviso levantaacutendome

-Sentildeora iexclse marcha usted en el momento criacutetico -exclamoacute con asombro y pena- Se van a reanudar estas interesantes discusiones iexclQueacute discursos vamos a oiacuter

-Estoy fatigada Hace mucho calor [199]

-Sin embargo

Mientras en el saloacuten resonaba un rumor sordo como el anuncio de furibunda tempestad parlamentaria Mariana y yo nos dispusimos a salir pero en el mismo instante iexcloh contrariedad imprevista multitud de caballeros y sentildeoras entraron en la tribuna Eran los que habiacutean salido durante el periacuteodo de descanso que regresaban a sus

puestos para disfrutar de la parte dramaacutetica de la sesioacuten Ademaacutes numeroso gentiacuteo recieacuten venido se apintildeaba en la puerta No era posible salir

-Sentildeora -me dijo el Marqueacutes- ya ve usted que no es faacutecil la salida No pierda usted su asiento Esto acabaraacute pronto

No tuve maacutes remedio que quedarme Caiacute en mi asiento como un reo en su banquillo de muerte Lo que principalmente me apenaba era que entre la multitud habiacutea desaparecido el que bastaba a alegrar o entristecer mi situacioacuten En la muralla de rostros humanos aacutevidos de curiosidad no estaba su rostro ni otro ninguno que se le pareciese

-Sin duda me aguarda fuera -penseacute- iexclQueacute desesperacioacuten iexclCuaacutendo acabaraacute esta farsa [200]

- XXV - -La comisioacuten que fue con el mensaje a Palacio -dijo el Marqueacutes alargando su rostro para abarcar con una mirada todo el saloacuten- ha vuelto y va a manifestar la respuesta de Su Majestad

-Que le maten de una vez -indiqueacute en voz baja- iquestDice usted sentildeor Marqueacutes que esto acabaraacute pronto

-Quizaacutes no Me parece que tendremos para un rato Cosas tan graves no se despachan en un credo

Penseacute que se me caiacutea el cielo encima El profundo silencio que reinoacute durante un rato en aquel recinto obligome a atender brevemente a lo que abajo pasaba Un diputado en quien reconociacute al almirante Valdeacutes tomoacute la palabra

Pudimos oiacuter claramente las palabras del marino al decir laquoManifesteacute a Su Majestad que su conciencia quedaba salva pues aunque como hombre podiacutea errar como Rey constitucional no teniacutea responsabilidad alguna que escuchase la voz de sus consejeros y de los representantes [201] del pueblo a quienes incumbiacutea la salvacioacuten de la patria Su Majestad respondioacute He dicho y volvioacute la espalda

Cuando estas uacuteltimas palabras resonaron en el saloacuten un rumor de olas agitadas se oyoacute en las tribunas olas de patrioacutetico frenesiacute que fueron encrespaacutendose y mugiendo poco a poco hasta llegar a un estruendo intolerable

-Todos esos que gritan estaacuten pagados -me dijo el Marqueacutes

Entonces mireacute hacia atraacutes pues no podiacutea vencer el haacutebito adquirido de explorar a cada instante la muchedumbre y le vi Estaba en la postrera fila apenas se distinguiacutea su rostro

-iexclAh -exclameacute para miacute con gozo- iexclNo me has abandonado Gracias querido amigo

Advertiacute que desde el apartado sitio donde se encontraba atendiacutea a la sesioacuten con toda su alma Mi pensamiento debiacutea de estar donde estaba el suyo y atendiacute tambieacuten Segura de tenerle cerca segura de que fiel y carintildeoso me aguardaba pude tranquilamente fijar mi espiacuteritu en aquella turbulenta parte de la sesioacuten y en el orador que hablaba Era otra vez Galiano Su discurso que en otra ocasioacuten me hubiera fastidiado entonces me parecioacute elocuente y arrebatador

iexclQueacute modo de hablar queacute elegancia de frase [202] queacute fuerza de pensamiento y de estilo queacute ademaacuten tan vigoroso queacute voz tan conmovedora Siendo mis ideas tan contrarias a las suyas entonces no pude resistir al deseo de aplaudirle enojando mucho al Marqueacutes con mi llamarada de entusiasmo

-iexclOh sentildeor Marqueacutes -le dije- iexclQueacute laacutestima que este hombre no hable mal iexclCuaacutento creceriacutea el prestigio del realismo si sus enemigos carecieran de talento

Los argumentos del orador eran incontestables dentro de la situacioacuten y del artiacuteculo 187 que intentaban aplicar laquoNo queriendo Su Majestad deciacutea ponerse en salvo y pareciendo a primera vista que Su Majestad quiere ser presa de los enemigos de la patria Su Majestad no puede estar en el pleno uso de su razoacuten Es preciso pues considerarle en un estado de delirio momentaacuteneo en una especie de letargo pasajero

Estas palabras compendiaban todo el plan de las Cortes Un Rey constitucional que quiere entregarse al extranjero estaacute forzosamente loco La Nacioacuten lo declara asiacute y se pasa sin Rey durante el tiempo que necesita para obrar con libertad iexclSingular decapitacioacuten aquella Hay distintas maneras de cortar la cabeza y es forzoso confesar que la adoptada [203] por los liberales espantildeoles tiene cierta grandeza moral y filosoacutefica digna de admiracioacuten laquoAntes que arrancar de los hombros una cabeza que no se puede volver a poner en ellos dijeron arranqueacutemosle el juicio y tomaacutendonos la autoridad real la persona juriacutedica podremos devolverlas cuando nos hagan faltaraquo

Yo miraba a cada rato a mi adorado amigo y con los ojos le deciacutea

-iquestQueacute piensas tuacute de estos enredos Luego hablaremos y se ajustaraacuten las cuentas caballerito

No duroacute mucho el discurso de Galiano porque aquello era como lo muy bueno corto y habiacutean llegado los momentos en que la economiacutea de palabras era una gran necesidad Cuando concluyoacute las tribunas prorrumpieron en locos aplausos Entre las palmadas semejantes por su horrible chasquido a una lluvia de piedras se oiacutean estas voces laquoiexclA nombrar la Regencia iexclA nombrar la Regenciaraquo

-Sentildeora -me dijo el Marqueacutes horrorizado- estamos en la Convencioacuten francesa Oiga usted esos gritos salvajes esa coaccioacuten bestial de la gente de las galeriacuteas

-Van a nombrar la Regencia

-Antes votaraacuten la proposicioacuten de Galiano iexclAtentado sacriacutelego sentildeora Me parece que asisto [204] a la votacioacuten de la muerte de Luis XVI

-iexclQueacute exageracioacuten

-Sentildeora -antildeadioacute con solemne acento- Estamos presenciando un regicidio

Yo me echeacute a reiacuter Falfaacuten enfurecieacutendose por el regicidio que se perpetraba a sus ojos e increpando en voz baja a la plebe de las galeriacuteas era soberanamente ridiacuteculo

-Lo que maacutes me indigna -exclamoacute paacutelido de ira- es que no dejen hablar a los que opinan que Su Majestad no debe ser destronado

En efecto con los gritos de iexclfuera iexclque se calle iexcla votar ahogaban la voz de los pocos que abrazaron la causa del Rey La Presidencia y la mayoriacutea interesadas en que las tribunas gritasen no poniacutean veto a las demostraciones Veiacutease al alborotado puacuteblico agitando sus cien cabezas y vociferando con sus cien bocas En la primera fila los brazos gesticulaban sentildealando o amenazando o golpeaban el antepecho con las baacuterbaras manos que maacutes bien pareciacutean patas Muchas sentildeoras de la tribuna reservada se acobardaron y diose principio al solemne acto de los desmayos Esto fue circunstancia feliz porque la tribuna empezoacute a despejarse un poco haciendo menos difiacutecil la salida

-Sentildeor Marqueacutes -dije tomando la resolucioacuten [205] de marcharme- Me parece que es bastante ya

-iquestSe va usted Si falta lo mejor sentildeora

-Para miacute lo mejor estaacute fuera Aquiacute no se respira Adioacutes

-Que van a votar Que vamos a ver quieacutenes son los que se atreven a sancionar con su nombre este horrible atentado

-Ahiacute tiene usted una cosa que a miacute no me importa mucho iquestQueacute quiere usted yo soy asiacute Dormireacute muy bien esta noche sin saber los nombres de los que dicen siacute

-Pues yo no me voy sin saberlo Quiero ver hasta lo uacuteltimo quiero ver remachar los clavos con que la Monarquiacutea acaba de ser crucificada

-Pues que le aproveche a usted sentildeor Marqueacutes Veo que ya se puede salir Adioacutes tantas cosas a la Marquesa Ya sabe que la quiero

No hice muy larga la despedida por temor a que tuviese la deplorable ocurrencia de acompantildearme Saliacute iexclAy aquella libertad me supo a gloria iexclCon queacute placentero desahogo respiraba Al fin iba a satisfacer mi deseo la sed de mis ojos y de mi alma que ha tiempo no viviacutean sino a medias Desde que saliacute a los pasillos le vi allaacute lejos esperaacutendome Hiacutezome una [206] sentildea y ambos procuramos acercarnos el uno al otro cortando el apretado gentiacuteo que saliacutea Pero cuando estaba a seis pasos de eacutel sentiacute detraacutes de miacute la aacutespera voz de Falfaacuten la cual me hizo el efecto de un latigazo Volvime y vi su sonrisa y sus engomados bigotes que yo creiacutea haber perdido de vista por muchos diacuteas

-Sentildeora no se me escape usted -me dijo ofrecieacutendome su brazo- He salido porque la votacioacuten no es nominal Esos piacutecaros han votado levantaacutendose de su asiento iexclqueacute

escaacutendalo iexclVotar asiacute un acuerdo tan grave iexclTienen verguumlenza y miedo ya se ve Tome usted mi brazo sentildeora

La importuna presencia del estafermo me dejoacute friacutea No tuve otro remedio que apoyar mi mano en su brazo y salir con eacutel Frente a nosotros vi a Salvador que me parecioacute no menos contrariado que yo

-Querido Monsalud -le dijo el Marqueacutes- iquestha visto usted la sesioacuten iexclGran escena de teatro Me parece que correraacute sangre

No recuerdo lo que ambos hablaron mientras bajamos a la calle Me daban ganas de desasirme del brazo del Marqueacutes y empujarle con todas mis fuerzas para que fuera rodando por la escalera abajo que era bastante pendiente [207] Pero me fue forzoso tener paciencia y esperar fiando en que el insoportable intruso nos dejariacutea solos al llegar a la calle iexclVana ilusioacuten Sin duda se habiacutean conjurado contra miacute todas las potencias infernales El marqueacutes de Falfaacuten empleando su relamido tono que a miacute me sonaba a esquiloacuten rajado me dijo

-Ahora diacutegnese usted aceptar mi coche y la llevareacute a su casa

-Si yo no voy a mi casa -repuse vivamente- Voy a visitar a una amiga o quizaacutes como ya es tarde y no hace calor daremos Mariana y yo un paseo

-Bien a donde quiera usted que vaya la acompantildeareacute -dijo el Marqueacutes con la inexorable resolucioacuten de un hado funesto- Y usted Salvador iquesta doacutende va

-Tengo que ver a un amigo junto a San Telmo

-Entonces no digo nada Si va usted en esa direccioacuten no puedo llevarle Y usted Jenara iquesta doacutende quiere que la lleve

-Mil gracias un milloacuten de gracias sentildeor Marqueacutes -repuse- El movimiento del coche me marea un poco Me duele la cabeza y necesito respirar libremente y hacer algo de ejercicio Mariana y yo nos iremos a dar una vuelta por la orilla del riacuteo [208]

Bien sabiacutea yo que el sentildeor Marqueacutes no gustaba de pasear a pie y que en aquellos diacuteas estaba medianamente gotoso Yo no queriacutea que de ninguacuten modo sospechase Falfaacuten que Salvador y yo necesitaacutebamos estar solos Al indicar yo que iriacutea a pasear por la orilla del riacuteo claramente deciacutea a mi amado -Ve allaacute y espeacuterame que voy corriendo luego que me sacuda este abejoacuten

Comprendieacutendome al instante por la costumbre que teniacutea de estudiar sus lecciones en el hermoso libro de mis ojos se despidioacute Bien claro leiacute yo tambieacuten en los suyos esta respuesta laquoAllaacute te espero no tardesraquo

Luego que nos quedamos solos el Marqueacutes reiteroacute sus ofrecimientos Pareciacutea que no rodaba en el mundo maacutes carruaje que el suyo seguacuten la oficiosidad con que lo poniacutea a mi disposicioacuten

-La tarde estaacute hermosa Deseo pasear un poco a pie repetiacute como quien ahuyenta una mosca

-Pues entonces -me contestoacute estrechaacutendome la mano- no quiero alejarme de aquiacute auacuten debe pasar algo importante A los pies de usted sentildeora

Al fin al fin me soltoacute aquel gavilaacuten de sus impiacuteas garras Mariana y yo nos dirigimos [209] apresuradamente a la margen del Guadalquivir

-iexclAhora si que no te me escapas amor -pensaba yo

- XXVI - Cuaacuten largo me parecioacute el camino Mariana y yo iacutebamos con maacutes prisa de la que a dos sentildeoras como nosotras conveniacutea Pero aun conociendo que pareciacuteamos gente de poco maacutes o menos cuando vi la Torre del Oro los palos de los barcos y los aacuterboles que adornan la orilla aviveacute maacutes el paso No faltaba gente en aquellos deliciosos sitios mas esto me importaba poco

-Vamos hacia San Telmo -dije a Mariana- Creo que es aquel edificio que se ve maacutes abajo entre los aacuterboles

-Aquel es

-Mira tuacute hacia la izquierda y yo mirareacute hacia adelante para que no se nos escape Dijo que me esperariacutea en San Telmo

-Ya le veo sentildeora Alliacute estaacute

Mariana le distinguioacute a regular distancia y [210] yo tambieacuten le vi Me aguardaba puntualmente

-iexclAh briboacuten ya eres miacuteo -penseacute deteniendo el paso segura al fin de que no se me escapariacutea

Eacutel miraba hacia la puerta de Jerez como si nos aguardara por alliacute Avanzamos Mariana y yo dando un pequentildeo rodeo para acercarnos a eacutel por detraacutes y sorprenderle sacudieacutendole el polvo de los hombros con nuestros abanicos Yo sonreiacutea

Distaacutebamos de eacutel unos diez pasos cuando sentiacute que me llamaban

-iexclJenara Jenara -oiacute detraacutes de miacute sin poder precisar en el primer instante a quieacuten perteneciacutea aquella horrible e importuna voz

Volvime y el coraje me clavoacute los pies en el suelo Era el marqueacutes de Falfaacuten de los Godos que veniacutea hacia miacute sonriendo y cojeando Tan confundida estaba que no le pude decir nada ni contestar a sus empalagosos cumplidos

-Vaya que ha corrido usted amiguita -me dijo- Yo acabo de llegar en coche Es que en el momento de separarnos se me ocurrioacute una cosa

-iquestQueacute cosa

-Padeciacute un gran olvido -dijo relamieacutendose- Dispeacutenseme usted Como usted dijo que veniacutea a pasear a este sitio [211]

-iquestY queacute iquestqueacute iquestqueacute

Seguacuten me dijo despueacutes Mariana yo echaba fuego por los ojos

-Que olvideacute ofrecerme a usted para una cosa que sin duda le seraacute muy agradable

-Sentildeor Marqueacutes usted se burla de miacute

-iexclBurlarme No hija miacutea al punto que nos separamos dije para miacute laquoiexclQueacute desatento he sidoraquo Puesto que va al riacuteo debiacute brindarme a acompantildearla para ver el vapor y mostrarle ese prodigio de la industria del hombre

-iexclUsted estaacute loco sin duda -afirmeacute ocultando todo lo posible mi despecho- iquestqueacute es eso del vapor No entiendo una palabra

-iexclEl vapor sentildeora Es lo que maacutes llama la atencioacuten de todo Sevilla en estos diacuteas

-iquestY queacute me importa -dije bruscamente siguiendo mi camino

-Dispeacutenseme usted si la he ofendido -antildeadioacute el Marqueacutes siguieacutendome- pero como veniacutea usted a pasear al riacuteo y como yo tengo entrada libre siempre que quiero en esa prodigiosa maacutequina creiacute que la complaceriacutea a usted apresuraacutendome a mostraacutersela

-iquestQueacute maacutequina es esa -le pregunteacute detenieacutendome

Al decir esto habiacutea perdido de vista al imaacuten de mi vida [212]

-Mire usted hacia allaacute junto a la Torre del Oro

Mireacute y en efecto vi un buque de forma extrantildea con una gran chimenea que arrojaba negro y espeso humo Sus palos eran pequentildeos y sobre el casco sobresaliacutea una armazoacuten bastante parecida a una balanza

-iquestQueacute es eso -pregunteacute al Marqueacutes

-El vapor una invencioacuten maravillosa sentildeora Esos ingleses son el Demonio Ya sabe usted que hay unas maacutequinas que llaman de vapor porque se mueven por medio de cierto humo blanquecino que va enredando de tubo en tubo

-Ya seacute

-Pues los ingleses han aplicado esta maacutequina a la navegacioacuten y ahiacute tiene usted un barco con ruedas que corre maacutes que el viento y contra el viento Esto cambiaraacute la faz del mundo Yo lo he predicho y no me equivocareacute

Mirando hacia la maacutequina prodigiosa vi a Salvador que se dirigiacutea hacia la Torre del Oro Veaacutemoslo de cerca sentildeor Marqueacutes -dije marchando hacia allaacute- Verdaderamente ese barco con ruedas es una maravilla

-Creo que ahora va a dar un par de vueltas por el riacuteo para que lo vean Sus Altezas Reales [213] que estaacuten si no me engantildeo en la Torre del Oro

-Corramos

-iexclVa toda la gente hacia allaacute Descuide usted podremos entrar si usted quiere El capitaacuten es muy amigo miacuteo y los consignatarios son mis banqueros

-iquestDe quieacuten es esa maacutequina

-De una sociedad inglesa De veras hubiera sentido mucho no mostraacutersela a usted esta tarde Cuando me acordeacute faltaacutebame tiempo para acudir a reparar mi groseriacutea

-Gracias sentildeor Marqueacutes

Dejeacute de ver entonces la luz de mi vida Mi corazoacuten se llenoacute de angustia

-Yo estaba seguro de agradar a usted -me dijo Falfaacuten- Es un asombro ese buque

-Un asombro siacute apresuremos el paso

-Si no se nos ha de marchar

-iexclQue se nos pierde de vista que se nos va -exclameacute yo sin saber lo que deciacutea

-Sentildeora si estaacute anclado Podemos verlo con toda calma

Nos acercamos a la Torre del Oro junto a la cual estaba la nave maravillosa Teniacutea dos ruedas como las de un bataacuten resguardadas por grandes cajones de madera pintados de blanco con chimenea negra y alta en cuyo centro estaba [214] la maacutequina toda grasienta y ahumada como una cocina de hierro y el resto no ofreciacutea nada de particular De sus entrantildeas negras saliacutea una especie de aliento ardoroso y retumbante cuyo vaho causaba veacutertigos De repente daba unos silbidos tan fuertes que era preciso taparse los oiacutedos En verdad aquella maacutequina infundiacutea miedo Yo no lo tuve porque no podiacutea fijar en ella resueltamente la atencioacuten

-iquestSe atreve usted a entrar -me dijo el Marqueacutes

Yo mireacute a todos lados y vi reaparecer a mi amor perdido saliendo de entre la muchedumbre como el sol de entre las nubes

-No sentildeor yo me mareo soacutelo de ver un barco -respondiacute a Falfaacuten- Estoy satisfecha con admirar desde fuera esta hermosa invencioacuten y le doy a usted las gracias

Yo hubiera dado no seacute queacute porque el vapor echase a andar hacia la eternidad llevaacutendose dentro al marqueacutes de Falfaacuten de los Godos

-iexclOh -exclamoacute eacutel- embarqueacutemonos Yo le garantizo a usted que no se marea Daremos un paseo hasta Aznalfarache Vea usted cuaacutentas personas entran

-Pues yo no me decido Pero no se prive usted por miacute del gusto de embarcarse Adentro sentildeor miacuteo Yo me voy a mi casa [215]

-iexclAh no consiento yo que usted vaya sola a su casa -dijo con una galanteriacutea cruel que me asesinaba- Yo la acompantildeareacute

-Gracias gracias no necesito compantildeiacutea

-Es que yo no puedo permitir

De buena gana habriacutea cogido al Marqueacutes por el pescuezo como se coge a un pollo destinado a la cazuela y le hubiera estrangulado con mis propias manos iexcltal era mi rabia

-Al menos -antildeadioacute- ya que lo hemos visto por la popa vamos a verlo tambieacuten por la proa

Al decir esto el Marqueacutes dirigioacute sus miradas hacia la Maestranza y sus ideas variaron de suacutebito

-Vamos por alliacute viene mi sentildeora esposa -dijo sentildealando- iquestLa ve usted Por uacuteltimo se ha atrevido a salir a paseo aunque no estaacute bien de salud

Mireacute y vi a la marquesa de Falfaacuten que veniacutea con otra sentildeora Tambieacuten ellas atraiacutedas por la curiosidad se dirigiacutean hacia la Torre del Oro

-Aguardemos aquiacute -me dijo el Marqueacutes sonriendo- Veremos si pasa sin notar que estamos aquiacute

Andrea y su amiga estaban ya cerca de nosotros cuando Salvador pasoacute junto a ellas [216] se detuvo las saludoacute y continuoacute andando a su lado Nos reunimos los cinco

-iquestTambieacuten tuacute vienes a ver el vapor -exclamoacute Falfaacuten riendo- Ya te dije que era una maravilla Y usted Sra Dordf Mariacutea Antonia iquesttambieacuten viene a ver el vaporcito Y usted Salvador no quiere ser menos El que desee entrar que lo diga y nos embarcaremos

-iquestYo -dijo la Marquesa despueacutes de saludarme- Tengo miedo Dicen que revienta la caldera cuando menos se piensa

-iquestDe modo que eso tiene una caldera como las faacutebricas de jaboacuten -preguntoacute Dordf Mariacutea Antonia llevando a sus ojos el lente que usaba

-iquestEntran ustedes siacute o no -dijo el Marqueacutes empentildeado siempre en reclutar gente

-Yo no entrareacute -repuso la Marquesa con desdeacuten- me mareo soacutelo de ver ese horrible aparato Ademaacutes tengo que hacer

-iquestA doacutende vas ahora -preguntoacute Falfaacuten de mal talante

-A las tiendas de la calle de Francos Ya sabes que necesito comprar varias cosillas

-Pero si no has paseado auacuten

-iquestQue no Sra Dordf Mariacutea Antonia dice que no hemos paseado Si hace maacutes de hora y media que estamos aquiacute dando vueltas Ya nos [217] iacutebamos cuando te vimos y volviacute atraacutes para rogarte que nos acompantildees

-iexclYo -indicoacute el Marqueacutes con mucho disgusto- Ya sabes que no me agrada ir a tiendas

-Y a miacute no me gusta ir sola

-Dordf Mariacutea Antonia

-Es sentildeora y para ir a las tiendas conviene la compantildeiacutea de un caballero Mira hijito no te apures por eso Salvador nos acompantildearaacute

-Con mil amores -dijo mi amigo inclinaacutendose- Tengo mucho honor en ello

Cuando alliacute mismo no abofeteeacute a mi amante a la Marquesa al Marqueacutes a Dordf Mariacutea Antonia y a miacute misma de seguro queda demostrado que soy una oveja por lo humilde

-Siacute amigo Monsalud -manifestoacute Falfaacuten- acompaacutentildeelas usted se lo suplico Jenara y yo nos embarcaremos

iexclSe marcharon iexclAy no seacute coacutemo lo escribo Se marcharon sin que yo les estrangulase Dentro de miacute habiacutea un volcaacuten mal sofocado por mi disimulo El Marqueacutes me hablaba sin que yo pudiese responderle porque estaba furiosamente absorta y embrutecida por el despecho que llenaba mi alma

-Nos embarcaremos -me dijo Falfaacuten relamieacutendose [218] como un gato a quien ponen plato de su gusto

-iexclAh sentildeor Marqueacutes -dije de improviso apoderaacutendome de una idea feliz- Ahora me acuerdo de una cosa iexclqueacute memoria la miacutea

-iquestQueacute sentildeora

-Que yo tambieacuten tengo que comprar algunas cosillas iquestNo es verdad Mariana

-iquestDe modo que va usted

-Siacute sentildeor ahora mismo Son cosas que necesito esta misma noche

-iquestY hacia doacutende piensa dirigirse usted

-Hacia la calle de las Sierpes o la de Francos Son las uacutenicas que conozco

-Pues la acompantildeareacute a usted

Hizo sentildeas a su cochero para que acercase el coche

-Mi mujer -antildeadioacute- se va a enfadar conmigo porque no quise acompantildearla y la acompantildeo a usted

No hice caso de sus cumplidos ni de sus excusas

-Vamos vamos pronto -dije subiendo al coche

Este nos dejoacute en la plaza de San Francisco Nos dirigimos a las tiendas recorrimos varias calles pero iexclay estaacutebamos dejados de la [219] mano de Dios No les encontramos no les vimos por ninguna parte

En mi cerebro se fijaba con letras de fuego esta horrible pregunta laquoiquesta doacutende iriacuteanraquo

Cuando el Marqueacutes me dejoacute en mi casa ya avanzada la noche yo teniacutea calentura Retireme a pensar y a recordar y a formar proyectos para el diacutea siguiente pero mi cerebro ardiacutea como una laacutempara no pude dormir hablaba a solas sin poder olvidar un solo momento el angustioso tema de mi vida en aquellos diacuteas Por uacuteltimo mis nervios se aplacaron un tanto y me consoleacute pensando y hablando de este modo

-iexclMantildeana mantildeana no se me escaparaacute

- XXVII - Al levantarme con la cabeza llena de brumas penseacute en la extrantildea ley de las casualidades que a veces gobiernan la vida En aquella eacutepoca creiacutea yo auacuten en las casualidades en la buena o mala suerte y en el destino fuerzas misteriosas que ciegamente seguacuten mi modo de ver causaban nuestra felicidad o nuestra desgracia Despueacutes han variado mucho mis [220] ideas y tengo poca fe en el dogma de las casualidades

Mi cerebro estaba aquella mantildeana como he dicho cargado de neblinas Pero el diacutea no podiacutea haber amanecido maacutes hermoso y para ser 12 de Junio en Andaluciacutea no era fuerte el calor Sevilla sonreiacutea convidando a las dulces plaacuteticas amorosas a las divagaciones de la imaginacioacuten y a exhalar con suspiros los aromas del alma que van desprendieacutendose y saliendo ya gimiendo ya cantando entre vagas sensaciones que son a la manera de una pena deliciosa

Pero yo continuaba con mi idea fija y la contrariedad que me atormentaba A ratos deteniacuteame a analizar aquel singular estado miacuteo y me asombraba de verme tan dominada por un vano capricho Es verdad que yo le amaba pero iquestno habiacutea sabido consolarme honradamente de su ausencia despueacutes de Benabarre iquestPor queacute en Sevilla poniacutea tanto empentildeo en tenerle a mi lado iquestAcaso no podiacutea vivir sin eacutel Meditando en esto me creiacutea muy capaz de prescindir de eacutel en la totalidad de la vida pero en aquel caso mi corazoacuten habiacutea soltado prendas habiacutease fatigado mucho habiacutea digaacutemoslo asiacute adelantado imaginariamente gran parte de sus goces de modo que padeciacutea horriblemente al verse desairado Aquel suplicio de Taacutentalo a que habiacutea estado [221] sujeto irritaacutebale maacutes y ya se sabe que las ambiciones maacutes ardientes son las del corazoacuten y que en eacutel residen los caprichos y la terrible ley sataacutenica que ordena desear maacutes aquello que maacutes resueltamente nos es negado Asiacute se explica la indecorosa persecucioacuten de un hombre en que yo sin poder dominarme estaba empentildeada

Ordeneacute a Mariana que se preparase para salir conmigo Mientras yo me peinaba y vestiacutea diacutejome que habiacutea oiacutedo hablar de la partida de Su Majestad aquel mismo diacutea y que Sevilla estaba muy alborotada Poco me interesaba este tema y le mandeacute callar pero despueacutes me contoacute cosas muy desagradables En la noche anterior y por la mantildeana dos diputados residentes en la misma casa y que traiacutean entre manos la conquista de mi criada le habiacutean hecho con respecto a miacute indicaciones maliciosas Seguacuten me dijo eran conocidas y comentadas mis relaciones con el secretario del duque del Parque iexclMaldita sociedad Nada en ella puede tenerse secreto Es un sol que todo lo alumbra y en vano intenta el amor hallar bajo eacutel un poco de sombra A donde quiera que se esconda vendraacute a buscarle la impertinente claridad del mundo de modo que por mucho que os acurruqueacuteis a lo mejor os veis inundados por los rayos de la [222] intrusa linterna que va buscando faltas El uacutenico remedio contra esto es arrojar mucha muchiacutesima luz sobre las debilidades ajenas para que las propias resulten ligeramente oscurecidas No seacute por queacute desde que Mariana vino a miacute con aquellos chismes me figureacute que mi difamacioacuten procediacutea de los labios de la marquesa de Falfaacuten -iexclAh bribona -dije para miacute- si yo hablara

Las hablillas no me acobardaron Siendo culpable hice lo que corresponde a la inocencia despreciar las murmuraciones

Cuando manifesteacute a Mariana que pensaba ir a buscarle a su propia casa hiacutezome algunas observaciones que me desagradaron sin que por ellas desistiera yo de mi propoacutesito

-iquestNo averiguaste ayer la casa donde vive

-Siacute sentildeora en la calle del Oeste Pero usted no repara que en la misma casa viven tambieacuten otras personas de Madrid que conocen a la sentildeora

Ninguna consideracioacuten me deteniacutea Escribiacute una carta para dejarla en la casa si no le encontraba y salimos Mariana conociacutea bien Sevilla y pronto me llevoacute a la calle del Oeste que estaacute hacia la Alameda Vieja junto a la Inquisicioacuten Salvador no estaba Dejeacute mi carta y corrimos a casa porque al punto sospecheacute que [223] mientras yo le buscaba en su vivienda me buscaba eacutel en la miacutea Asiacute me lo deciacutea el corazoacuten impaciente

-Me aguardaraacute de seguro -penseacute- Ahora ahora siacute que no se me escapa

En mi casa no habiacutea nadie pero siacute una esquela Salvador estuvo a visitarme durante mi ausencia y no pudiendo esperar a causa de sus muchas ocupaciones dejome tambieacuten una carta en que asiacute lo manifestaba antildeadiendo entre expresiones carintildeosas que por la tarde a las cuatro en punto me aguardaba en la catedral Despueacutes de indicar la conveniencia de no volver a mi casa me suplicaba que no faltase a la cita en la gran basiacutelica y en su hermoso patio de los naranjos Teniacutea preparado un coche en la puerta de Jerez para irnos de paseo hacia Tablada

-iexclGracias a Dios -exclameacute- Esta tarde

Tomando mis precauciones para que nadie me importunase y poder estar completamente libre en la hora de la cita consagreacute algunas al descanso Pero la ocasioacuten no era la maacutes a propoacutesito y a las tres ya estaba yo en la catedral Era la hora del coro y los canoacutenigos entraban uno tras otro por la puerta del Perdoacuten Algunos se deteniacutean a echar un parrafito en el patio de los naranjos paseando junto al puacutelpito de San Vicente Ferrer [224]

Al verme dentro de la iglesia la mayor que yo habiacutea visto sentiacute una violenta invasioacuten de ideas religiosas en mi espiacuteritu iexclMaravilloso efecto del arte que consigue lo que no es dado alcanzar a veces ni aun a la misma religioacuten Yo miraba aquel recinto grandioso que me pareciacutea una representacioacuten del universo mundo Aquel alto firmamento de piedra asiacute como las hacinadas palmas que lo sustentan y el eminente tabernaacuteculo que es cual una escala de santos que sube hasta Dios dilataban mi alma hacieacutendola divagar por la esfera infinita La suave oscuridad del templo hace que brillen maacutes las ventanas cuyas vidrieras parecen un fantaacutestico muro de piedras preciosas Las vagas manchas luminosas de azul y rosa que las ventanas arrojan sobre el suelo se me figuraban huellas de aacutengeles que habiacutean huido al sentir nuestros pasos

Mi mente se sentiacutea abrumada de ideas Senteme en un banco porque sentiacutea la necesidad de meditar Delante de mis pies a manera de alfombra de luces se extendiacutea la transparencia de una ventana Alzando los ojos veiacutea las grandiosas boacutevedas Zumbaba en mis oiacutedos el grave canto del coro y a intervalos una chorretada de oacutergano cuyas maravillosas armoniacuteas me haciacutean estremecer de emocioacuten [225] poniendo mis nervios como alambres A poca distancia de miacute a la izquierda estaba la capilla de San Antonio toda llena de luces por ser 12 de Junio viacutespera del santo y de hermosos buacutecaros con azucenas y rosas Volviendo ligeramente la cabeza veiacutea el cuadro de Murillo y su espleacutendido altar

Yo pensaba en cosas religiosas pero mi egoiacutesmo las asociaba al amoroso afaacuten que me poseiacutea Pensaba en la santidad de la unioacuten sancionada por la Iglesia y de los lazos matrimoniales cuando son acertados Consideraba lo feliz que hubiera sido yo no equivocaacutendome como equivoqueacute en la eleccioacuten de marido Tambieacuten pasoacute por mi mente aunque con gran rapidez el recuerdo de la infeliz joven a quien con mis engantildeos precipiteacute en los azares de un viaje absurdo pero esto duroacute poco y ademaacutes me apresureacute a sofocar tan triste memoria dirigiendo el pensamiento a otra cosa

La imagen que tan cerca estaba atrajo mi atencioacuten Aquel santo tan bueno tan humilde tan buen compantildeero y amigo de los pobres es seguacuten dicen el abogado de los amores y de los objetos perdidos Ocurriome rezarle y le receacute con fervor de labios y aun de corazoacuten porque en aquel instante me sentiacutea piadosa No soacutelo le pediacute como

enamorada sino como quien busca [226] y no encuentra cosas de gran valor y mientras maacutes le rezaba maacutes me sentiacutea encendida en devocioacuten y llena de esperanza Concluiacute adquiriendo la seguridad de que mi afaacuten se calmariacutea aquella misma tarde y juzgando que mi entrada en la catedral a causa de la cita era obra providencial mi alma se alivioacute y aquella tensioacuten dolorosa en que estaba fue cesando poco a poco

iquestCoacutemo no esperar si aquel santo era tan bueno tan complaciente que merecioacute siempre el amor y la veneracioacuten de todos los enamorados No pude estar alliacute todo el tiempo que habriacutea deseado porque me causaba veacutertigo el olor de las azucenas y tambieacuten porque la hora de la cita se acercaba Cuando saliacute al patio y en el momento de pasar bajo el cocodrilo que simboliza la prudencia la alta campana de la Giralda dio las cuatro

No habiacuteamos llegado al puacutelpito de San Vicente Ferrer cuando Mariana y yo nos miramos aterradas Sentiacuteamos un ruido semejante al de las olas del mar Al mismo tiempo mucha gente entraba corriendo en el patio de los naranjos

-iexclRevolucioacuten sentildeora revolucioacuten -gritoacute Mariana temblando- No salgamos

La curiosidad venciendo el miedo me llevoacute [227] con maacutes presteza hacia la puerta Vi regular gentiacuteo que llenaba todo el sitio llamado Gradas de la Catedral y pareciacutea extenderse por delante del palacio arzobispal y la Lonja hasta el Alcaacutezar Pero la actitud de la muchedumbre era paciacutefica y maacutes pareciacutea de curiosos que de alborotadores Al punto comprendiacute que la salida de la Corte motivaba tal reunioacuten de gente y se calmaron mis suacutebitas inquietudes Esperaba ver de un momento a otro a la persona por quien habiacutea ido a la catedral y mis ojos la buscaron entre la multitud

-Aguardaremos un poco -penseacute dando un suspiro

La muchedumbre se agitoacute de repente murmurando Por entre ella trataba de abrirse paso un regimiento de caballeriacutea que aparecioacute por la calle de Geacutenova Entrad la mano en un vaso lleno de agua y esta se desbordaraacute introducid un regimiento de caballeriacutea en una calle llena de curiosos y vereacuteis lo que pasa Por la puerta del Perdoacuten penetroacute un chorro que salpicaba dicharachos y apoacutestrofes andaluces contra la tropa y tal era su iacutempetu que los que alliacute estaacutebamos tuvimos que retroceder hasta el centro del patio Entonces un sacristaacuten y un hombre forzudo y corpulento de esos que desempentildean en toda iglesia las bajas funciones [228] del trasporte de altares facistoles o bancos o las altiacutesimas de tocar las campanas y recorrer el tejado cuando hay goteras se acercaron a la puerta y despueacutes de arrojar fuera toda la gente que pudieron cerraron con estruendo las pesadas maderas Corriacute a protestar contra un encierro que me pareciacutea muy importuno mas el sacristaacuten alzando el dedo arqueando las cejas y ahuecando la voz como si estuviera en el puacutelpito dijo lacoacutenicamente

-De orden del sentildeor Deaacuten

- XXVIII -

Mucho me irritoacute la orden del sentildeor Deaacuten que sin duda no esperaba a una persona amada y entreacute en la iglesia consolaacutendome de aquel percance con la idea de que en edificio tan vasto no faltariacutean puertas por donde salir Pasamos al otro lado pero en la puerta que da a la plaza de la Lonja otro ratoacuten de iglesia me salioacute al encuentro despueacutes de echar los pesados cerrojos y tambieacuten me dijo

-De orden del sentildeor Deaacuten

-iexclMalditos sean todos los deanes -exclameacute [229] para miacute dirigieacutendome a la puerta que da a la fachada Alliacute un viejo con gafas sotana y sobrepelliz se restregaba las manos gruntildeendo estas palabras

-Ahora ahora va a ser ella Sentildeores liberales nos veremos las caras

Yo fui derecha a levantar el picaporte pero tambieacuten aquella puerta estaba cerrada y el sacristaacuten viejo al ver mi coacutelera que no podiacutea contener alzoacute los hombros disculpaacutendose con la orden de la primera autoridad capitular El de las gafas antildeadioacute

-Hasta que no pase la gresca no se abriraacuten las puertas

-iquestQueacute gresca

-La que han armado con la salida del Rey loco Mi opinioacuten sentildeora es que ahora va a ser ella porque hay un complot que no lo saben maacutes de cuatro

Volvioacute a restregarse las manos fuertemente guintildeando un ojo

-iquestY a queacute hora sale Su Majestad

-A las seis seguacuten dicen pero antes ha de correr la sangre por las calles de Sevilla como cuando la inundacioacuten de hace veinte antildeos la cual fue tan atroz sentildeora que por poco fondean los barcos dentro de la catedral

-iexclDe modo que estareacute encerrada aquiacute hasta [230] las seis -exclameacute llena de furor- Esto no se puede sufrir es un abuso un escaacutendalo Me quejareacute a las autoridades al Rey

-El Rey estaacute loco -dijo el viejo con horrible ironiacutea

-Al Gobierno me quejareacute al Arzobispo O me dejan salir o gritareacute dentro de la iglesia reclamando mi derecho

Discurriacute con agitacioacuten indecible por la iglesia nave arriba nave abajo saliendo de una capilla y entrando en otra pasando del patio al templo y del templo al patio Miraba a los negros muros buscando un resquicio por donde evadirme y enfurecida contra el autor de orden tan inicua me preguntaba para queacute existiacutean deanes en el mundo

Los canoacutenigos dejaban el coro y se reuniacutean en su camariacuten marchando de dos en dos o de tres en tres charlando sobre los graves sucesos Los sochantres y el fagotista se dirigiacutean piporro en mano a la capilla de muacutesica y los inocentes y graciosos nintildeos de

coro al ser puestos en libertad iban saltando con gorjeos y risas a jugar a la sombra de los naranjos

Varias veces en las repetidas vueltas que di por toda la iglesia paseacute por la capilla de San Antonio Sin que pueda decir que me dominaban sentimientos de irreverencia ello es que [231] mi compungida devocioacuten al santo habiacutea desaparecido No le mireacute con aversioacuten pero siacute con cierto enojo respetuoso y en mi interior le deciacutea

-iquestEs esto lo que yo teniacutea derecho a esperar iquestQueacute modo de tratar a los fieles es este

Mi egoiacutesmo habiacutea llegado al horrible extremo de pedir cuenta a la Divinidad de los desaires que me haciacutea Irritaacutebame contra el Cielo porque no satisfaciacutea mis caprichos

Pero iexclmaldita hora quien a miacute me irritaba verdaderamente era el Deaacuten tirano que mandaba encerrar a la gente porque se le antojaba Desde que le vi salir del coro en compantildeiacutea del Arcediano movieacutendose muy lentamente a causa del peso de su descomunal panza le tuve por un realistoacuten furibundo sin que por esto me fuese menos antipaacutetico iquestPor queacute habiacutean cerrado las puertas Por poner el sagrado recinto a salvo de una invasioacuten plebeya e impedir que el bullicio de los vivas y mueras turbase la santa paz de la casa de Dios A pesar de su celo no pudo el sentildeor Deaacuten conseguirlo y desde el patio oiacuteamos claramente los gritos de la muchedumbre y el paso de la caballeriacutea La Giralda cantoacute las cinco cantoacute las seis y aquella deplorable situacioacuten no cambiaba ni las puertas se abriacutean ni se desvaneciacutea el rumor [232] del pueblo Yo creo que si aquello se prolonga demasiado me atrevo a decir dos palabras al buen canoacutenigo encerrador Por fin no era yo sola la impaciente otras muchas personas encerradas como yo se quejaban igualmente y todos nos dirigiacuteamos en alarmante grupo al sacristaacuten (12) pero sin conseguir nada

-Cuando Su Majestad haya salido de Sevilla -nos respondiacutea- o se arma la de San Quintiacuten o todo quedaraacute tranquilo

Por fin despueacutes de las siete la puerta del Perdoacuten se abrioacute y vimos las Gradas y la gente que iba y veniacutea sin tumulto Yo me arrojeacute a la calle como se arrojariacutea en el agua aquel cuyos vestidos ardieran Miraba a un lado y otro me comiacutea con los ojos a cuantos pasaban camineacute apresuradamente hacia la Lonja y hasta el Alcaacutezar mi cabeza se moviacutea sin cesar dirigiendo la vista a todo semblante humano iexclAfaacuten inuacutetil Yo buscaba y rebuscaba y mi hombre no apareciacutea en ninguna parte Ya se ve iexclLas siete de la tarde Se cansariacutea de aguardarme tendriacutea que hacer

Volviacute de nuevo a la catedral recorrila toda saliacute di la vuelta por la Lonja pero iexclay si diera la vuelta a toda la tierra creo que tampoco le encontrara iexcltal era la horrible insistencia de mi desgracia Y sin embargo [233] hasta en las baldosas del piso en el aire y en el sonido hallaba no seacute queacute indicio misterioso de que eacutel me habiacutea aguardado alliacute largas horas Esto era para morir

Despueacutes de mucho correr senteme en un banco de piedra junto a la Lonja Tanto me enfadaba la gente que veiacutea regresar del Alcaacutezar y de la puerta de San Fernando que si las llamas de furor que abrasaban mi pecho fueran materiales de buena gana hubiera vomitado fuego sobre los que pasaban ante miacute Veniacutean de ver partir al Rey loco Muchos se lamentaban de que se tratase de tal suerte al Soberano de Castilla

iexclMenguados iquestpor queacute no tomaban las armas Siacute iquestpor queacute no las tomaban Me habriacutea gustado ver a todos los habitantes de Sevilla destrozaacutendose unos a otros

La Giralda cantoacute otra hora no seacute cuaacutel y entonces me decidiacute a tomar nueva resolucioacuten

-Vamos a su casa -dije a Mariana

-Es de noche sentildeora -repuso

La infeliz no queriacutea alejarse mucho de la casa Pero no le contesteacute y nos pusimos en camino para la calle del Oeste

-iquestY si no estaacute -indicoacute mi criada- Porque es muy posible que con estas cosas

-iquestQueacute cosas

-Estas revoluciones sentildeora [234]

-Si no hay nada

-Pues como se han llevado al Rey despueacutes de volverle loco En el patio de la catedral deciacutea uno que tendremos revolucioacuten mantildeana cuando se marche el Gobierno porque el Gobierno se marcharaacute

-Deacutejalo ir no nos hace falta Date prisa

-Pues yo creo que nos llevaremos otro chasco

-Si no estaacute en su casa le esperareacute

-iquestY si no vuelve hasta muy tarde

-iexclHasta muy tarde le esperareacute

-iquestY si no vuelve hasta mantildeana

-Hasta mantildeana le esperareacute No me muevo de su casa hasta que le vea Ahora ahora siacute que no se me escapa iquestconcibes tuacute que se me pueda escapar

- XXIX - Al decir esto mi corazoacuten oprimido por tantos desengantildeos se ensanchaba llenaacutendose otra vez de esperanza de ese don del cielo que jamaacutes se agota y que a nadie puede faltar

-Pues no veo yo muy tranquila esta noche [235] la ciudad de Sevilla -indicoacute Mariana- Si como dicen se ha marchado toda la tropa puede que nos despertemos mantildeana en un charco de sangre

Echeme a reiacuter burlaacutendome de sus ridiacuteculos temores y seguimos avanzando con bastante presteza hacia la calle del Oeste Detuacuteveme antes de llamar en su casa para que un breve descanso disimulara mi sofocacioacuten y se amortiguasen las llamaradas de mis mejillas

-Senteacutemonos -dije a Mariana- al amparo de este aacuterbol Ahora no hay gran prisa Ya le tengo cogido Estoy tranquila Eacutel ha de venir a su casa Ahora ahora siacute que le tengo en mi mano

Cuando llamamos en la reja que daba entrada al patio una mujer nos dijo que el sentildeor Monsalud no estaba en casa

-Pues tengo que hablarle precisamente esta noche y le esperareacute -dije resueltamente

Yo no reparaba en conveniencia alguna social En el estado de mi espiacuteritu nada teniacutea fuerza para contenerme Importaacutebame ya muy poco que me vieran que me conocieran que me sentildealasen con el dedo ni que el vulgo suspicaz y murmurador me hiciera objeto de burlas y comentarios deshonrosos

Al principio vacilaba en dejarme entrar la [236] mujer que me abrioacute la puerta pero tanto insteacute y con tan arrogante autoridad me expresaba que al fin me llevoacute a una sala baja Alliacute estaba un viejecillo que a la deacutebil claridad de un veloacuten de cobre arreglaba bauacuteles y cajas poniendo en ellos libros ropa y papeles Era un tal Bartolomeacute Canencia Eacutel no debiacutea de conocerme pero se apresuroacute a saludarme con extremadas urbanidades Cual si comprendiera las ansias que yo padeciacutea aquella noche me dijo

-No estaacute en casa ni puedo asegurar que venga pronto pero siacute que vendraacute Necesitamos arreglar todo para nuestra partida

iquestCuaacutendo

-Mantildeana Nos vamos con el Gobierno iquestQuieacuten se atreveraacute a quedarse aquiacute despueacutes que marchen los ministros Esto es un volcaacuten realista En cuanto desaparezca el Gobierno que obstruye el craacuteter se agitaraacute con fuego y vapores vomitando horrores iexclPobre Sevilla no ha querido oiacuter mis consejos los consejos de la experiencia sentildeora y hela aquiacute en poder del realismo maacutes brutal Este pueblo tan ceacutelebre por su riqueza y por su gracia como por sus procesiones estaacute infestado de curas y aquiacute los curas son ricos No hay maacutes que decir

Yo me fastidiaba esta conversacioacuten y asiacute con la mayor habilidad la desvieacute de la poliacutetica [237] hacieacutendola recaer sobre mi objeto Canencia contestoacute a mis preguntas de una manera categoacuterica

-Esta tarde salimos juntos -me dijo- Eacutel se quedoacute en las Gradas de la Catedral donde teniacutea una cita y yo seguiacute hacia el Alcaacutezar para asistir a la salida de Su Majestad Luego nos encontramos de nuevo a eso de las siete pareciacutea disgustado sin duda porque

la cita no pudo verificarse Entramos en casa y despueacutes eacutel salioacute para ver a Calatrava Diacutejome que volveriacutea a arreglar su equipaje y aquiacute me tiene usted arreglando el miacuteo sentildeora para lo que se le ofrezca mandar De modo que si usted desea algo en Caacutediz puede dar sus oacuterdenes con toda franqueza

-Yo tambieacuten pienso ir a Caacutediz -repuse

-iexclUsted tambieacuten Bueno es que vayan todos -dijo con ironiacutea maliciosa- para que se haga con toda solemnidad el entierro de la Constitucioacuten Alliacute nacioacute sentildeora y alliacute le pondremos la mortaja que todo lo que nace ha de perecer Si se hubieran seguido mis consejos sentildeora pero los hombres se han dejado enloquecer por la ambicioacuten y la vanidad Ya no existen aquellos repuacuteblicos austeros aquellos filoacutesofos incorruptibles aquellos sectarios de la honradez maacutes estricta y [238] de la sabiduriacutea ateniense hombres que con un pedazo de pan un vaso de agua y un buen libro se pasaban la mayor parte de la vida Ahora todo es comer a dos carrillos pedir destinos figurar en una palabra sentildeora ya no hay virtudes ciacutevicas

-iquestY es seguro que el Gobierno marcha mantildeana -le pregunte para desviarle de su fastidiosa disertacioacuten

-Seguriacutesimo No puede ser de otra manera

-iquestPor tierra

-Por agua sentildeora Los ministros y diputados marchan en el vapor

-iquestY usted y Salvador van tambieacuten en el vapor

-Iremos donde podamos sentildeora aunque sea en globo por los aires

Eacutel siguioacute arreglando sus maletas y yo me abrumeacute en mis pensamientos En la sala habiacutea un reloj de cucuacute con su impertinente paacutejaro de esos que asoman al dar la hora y nos hacen tantas cortesiacuteas como campanadas tiene aquella Nunca he visto un animalejo que maacutes me enfadase y cada vez que apareciacutea y me saludaba miraacutendome con sus ojillos negros y cantando el cucuacute sentiacutea ganas de retorcerle el pescuezo para que no me hiciera maacutes cortesiacuteas El paacutejaro cantoacute las nueve y las diez y las once y [239] con su insolente movimiento y su desagradable sonido pareciacutea decirme -iquestQueacute tal sentildeora se aburre Vd mucho

Todo el que ha esperado comprenderaacute mi agoniacutea Aquel resbalar del tiempo aquella veloz corrida de los minutos que pasan de nuestra frente a nuestra espalda amontonaacutendose atraacutes el tiempo que estaba delante es para enloquecer a cualquiera Cuando no hay un reloj que lleve la cuenta exacta de la cantidad de esperanza que se desvanece y de la paciencia que se gasta grano a grano menos mal pero cuando hay reloj y este reloj tiene un paacutejaro que hace reverencias cada sesenta minutos y dice cucuacute no hay espiacuteritu bastante fuerte para sobreponerse a la pena Ya cerca de las doce me deciacutea yo laquoiquestSi no vendraacuteraquo

Habiendo manifestado mis dudas al viejo Canencia que pareciacutea algo molesto por la duracioacuten de mi visita me dijo

-Puede que venga y puede que no venga Seguramente estaraacute ahora en el cafeacute del Turco o en casa del duque del Parque Ya es medianoche Dentro de unas cuantas horas seraacute de diacutea y iexclen marcha todo el mundo para Caacutediz

Mariana bostezaba siendo imitada por Canencia Yo me sosteniacutea intreacutepida sin suentildeo ni [240] cansancio resuelta a estar un antildeo en aquel sitio si un antildeo tardaba en venir mi hombre

-De todas maneras -dije a Canencia- si se marcha mantildeana ha de venir a arreglar su equipaje

-Es muy posible sentildeora -me contestoacute secamente- En caso de que quiera Vd retirarse puede con toda confianza dejar el recado verbal que guste Yo se lo trasmitireacute puntualmente y con la fidelidad de un verdadero amigo

-Gracias

-Le direacute que ha estado aquiacute Aunque usted no me ha dicho su nombre yo creo conocer a la persona con quien tengo el honor de hablar por haberla visto en Madrid algunas veces iquestNo es usted la sentildeora marquesa de Falfaacuten

Esta pregunta me hizo estremecer en mi interior como si un rayo pasara por miacute Pero dominaacutendome con soberano esfuerzo repuse gravemente y con afectada verguumlenza

-Siacute sentildeor soy la marquesa de Falfaacuten Fiada en la discrecioacuten de usted me he aventurado a esperar aquiacute en hora tan impropia

-Sentildeora yo soy un sepulcro y ademaacutes un amigo fiel de ese excelente joven y como le debo muchos beneficios a la amistad se une la gratitud Puede usted con toda libertad confiarme [241] lo que quiera Es muy posible que eacutel no pueda verla a usted esta noche Estaraacute muy ocupado y sin duda el viaje de mantildeana trastorna sus planes porque si no recuerdo mal hoy me dijo que pensaba despedirse de usted por la noche en casa de Dordf Mariacutea Antonia

Al oiacuter esto me quedeacute como maacutermol y enseguida me lleneacute de ascuas Desplegueacute los labios para preguntar laquoiquestdoacutende vive esa Dordf Mariacutea Antoniaraquo pero me contuve a tiempo comprendiendo la gran torpeza que iba a cometer Evocando toda mi destreza de coacutemica dije

-Asiacute pensaacutebamos pero no ha podido ser

El infame paacutejaro se asomoacute a su nicho y burlaacutendose de miacute cantoacute la una Yo me ahogaba porque a mis primeras fatigas se uniacutea desde que habloacute aquel hombre la inmensa sofocacioacuten de un despecho volcaacutenico de los celos que me mataban En mi cerebro se encajaba una corona de brasas resplandecientes y mi corazoacuten chorreaba sangre herido por mil puacuteas venenosas Mi afaacuten mi deseo maacutes vivo era morder a alguien

Espereacute maacutes Canencia seguiacutea bostezando y Mariana dormitaba Yo sentiacutea en mis oiacutedos un zumbido extrantildeo el zumbido del silencio nocturno que es como un eco de

mares lejanos y deshacieacutendome esperaba Habriacutea dado mi vida [242] entera por verle entrar por poder hablarle a solas un momento arrojando sobre eacutel las palabras la furia la hiel que se desbordaban en miacute A ratos balbuciacutea terribles injurias que siendo tan infames a miacute me pareciacutean rosas

El vil pajarraco volvioacute a chancearse conmigo y haciendo la reverencia maacutes pronunciada y el canto maacutes fuerte anuncioacute las dos

-iexclLas dos iexclpronto seraacute de diacutea -exclameacute

-Fijamente no viene ya sentildeora Es que se embarca con los diputados -dijo Canencia dando a entender con sus bostezos que de buena gana dormiriacutea un rato

-iquestY a queacute hora se embarcan los diputados

-Al rayar el diacutea asiacute se dijo anoche en el saloacuten del Congreso cuando se levantoacute la sesioacuten que ha durado treinta y tres horas

Estuve largo rato dudando lo que debiacutea hacer Delante de mi pensamiento daba vueltas un ciacuterculo de fuego que alternativamente en su lenta rotacioacuten mostraacutebame dos preguntas primera iquestY si viene despueacutes que yo me vaya Segunda iquestY si se embarca en el muelle mientras yo estoy aquiacute

Yo veiacutea pasar una pregunta despueacutes otra La segunda sustituiacutea a la primera y la primera a la segunda en oacuterbita infinita Ambas teniacutean [243] igual claridad ambas me deslumbraban y me enloqueciacutean de la misma manera Yo que por lo general me decido pronto entonces dudaba Cuando la voluntad se iba inclinando de un lado el pensamiento llamaacutebame del otro y asiacute contrabalanceados los dos poniacutean a mi alma en estado de terrible ansiedad Largo rato permaneciacute en esta dolorosa incertidumbre Los minutos volaban y acercaacutendose aquel en que era preciso resolver definitivamente el silencio mismo llegoacute a impresionar mi cerebro como un bramido intolerable formado por mil voces Oiacutea el latir de mi corazoacuten como se oye un secreto que nos dicen al oiacutedo mi sangre ardiacutea y por fin aquella misma palpitacioacuten de mi alborotado seno fue como una voz que hablaba dicieacutendome laquoanda andaraquo

El paacutejaro riendo como un demonio burloacuten me saludoacute tres veces con su cortesiacutea y su infernal cucuacute Eran las tres

-Va a ser de diacutea -dijo Canencia dejando caer sobre el pecho su cabeza venerable

Levanteme Estaba decidida Pareciome que D Bartolomeacute al verme dispuesta a partir vio el cielo abierto Despedime de eacutel bruscamente y salimos

-iquestA doacutende vamos sentildeora -me dijo Mariana- iquestNo es hora de retirarnos ya a descansar [244]

-Todaviacutea no

-iexclSentildeora sentildeora por Dios Estaacute amaneciendo No hemos cenado no hemos dormido

-Calla imbeacutecil -le dije clavando mis dedos en su brazo- iexclCalla o te ahogo

- XXX - Amaneciacutea y multitud de hombres de mal aspecto vagaban por la calle Veiacuteanse gitanos desarrapados y muchos guapos de la Macarena y de Triana Mi criada tuvo miedo pero yo no Repetidas veces nos vimos obligadas a variar de rumbo para evitar el encuentro de algunos grupos en que se oiacutea el ronco estruendo de iexclvivan las caenas iexclmuera la nacioacuten

Llegamos por fin al riacuteo Ya el diacutea habiacutea aclarado bastante y desde la puerta de Triana vimos la chimenea del vapor que despediacutea humo

-Si esos barcos de nueva invencioacuten humean al andar -dije- el vapor se marcha ya

Desde la puerta de Triana a la Torre del Oro se extendiacutea un cordoacuten de soldados de artilleriacutea [245] En la puerta de Jerez habiacutea cantildeones Nada de esto me arredraba porque mi exaltacioacuten me infundiacutea grandes alientos y hablando al oficial de artilleriacutea logreacute pasar hasta la orilla donde algunas tablas sostenidas sobre pilotes serviacutean de muelle El vapor bufaba como animal impaciente que quiere romper sus ligaduras y huir Multitud de personas se dirigiacutean al embarcadero Reconociacute a Canga-Arguumlelles a Calatrava a Beltraacuten de Lis a Salvato a Galiano y a otros muchos que no eran diputados

-Eacutel se iraacute tambieacuten -penseacute- Vendraacute aquiacute de seguro Pero no no creo que se me pueda escapar

Una idea grandiosa cruzoacute por mi mente una de esas ideas napoleoacutenicas que yo tengo en momentos de gravedad suma Ocurriome embarcarme tambieacuten en el vapor si le veiacutea partir No teniacutea equipaje iquestpero queacute me importaba Mariana se quedariacutea para llevarlo despueacutes

Acerqueme a Calatrava que se asombroacute mucho de verme

-Quiero un puesto en el vapor -le dije

-iquestTambieacuten usted se marcha iquestDe modo que

-Temo ser perseguida Estoy muerta de miedo [246] desde ayer Me han amenazado con anoacutenimos atroces

-iquestHa preparado usted su equipaje

-He preparado lo maacutes preciso el viaje es corto Mi criada se queda para arreglar lo que dejo aquiacute

-Tambieacuten nosotros dejamos nuestros equipajes porque no caben en el vapor Iraacuten en aquella goleta

-iquestMe hace usted un sitio siacute o no

-iquestUn sitio Siacute sentildeora Dejando el equipaje El Gobierno ha fletado el buque Puede usted venir

Esto se llama proceder pronto y con energiacutea Pero observeacute a todos los que llegaban y no le vi A cada instante creiacutea verle aparecer

-No puede tardar -dije despueacutes que di mis oacuterdenes a Mariana- Ahora siacute que es miacuteo

Mariana haciacutea objeciones muy juiciosas pero yo a nada atendiacutea Estaba ciega loca

-iquestY si no se embarca -me dijo mi criada- Todaviacutea no ha venido

-Pero ha de venir A ver si estaacute por ahiacute el duque del Parque

Miramos las dos en todos los grupos y no vimos al Duque

-iquestEl sentildeor duque del Parque no va a Caacutediz -pregunteacute a Salvato [247]

-El sentildeor Duque no se ha atrevido a votar el destronamiento

-iquestY queacute

-Que los que no votaron no se creen en peligro y seguiraacuten en Sevilla

-De modo que Su Excelencia

-No tengo noticia de que se embarque con nosotros

-Venga usted -me dijo Calatrava alargaacutendome la mano para llevarme a la cubierta del buque

-Entre usted amigo entre usted que auacuten tengo que decir algo a mi criada

-Parece que vacila usted

-En efecto siacute no estoy decidida auacuten

No no podiacutea entrar en aquel horrible bajel que iba a partir silbando y espumarajeando sin llevar al que turbaba mi vida Yo les vi entrar uno tras otro les conteacute ni uno solo escapoacute a mi observacioacuten y iexcleacutel no estaba iexclSiempre ausente siempre lejos de miacute siempre en direccioacuten diametralmente opuesta a la direccioacuten de mis ideas y de mi apasionada voluntad Esto era para enloquecer completamente y digo completamente porque yo estaba ya bastante loca Mi desvariacuteo insensato aumentaba como la fiebre galopante del enfermo solicitado por la muerte

Se embarcaron iexclay vi al horrendo vapor [248] separarse del muelle vi moverse las paletas de sus ruedas machacando y rizando el agua le oiacute silbar y mugir echando humo hasta que emprendioacute su marcha majestuosa riacuteo abajo

No yendo eacutel no podiacutea causarme afliccioacuten quedarme en tierra Eacutel estaba tambieacuten en Sevilla

-Ahora -dije- ahora no es posible que le pierda otra vez Si tengo actividad e ingenio pronto saldreacute de esta angustiosa situacioacuten

No quise detenerme como el vulgo que se extasiaba contemplando el humo del vapor que conduciacutea hacia el postrer rincoacuten de Espantildea el uacuteltimo resto del liberalismo Como aquel humo en los aires asiacute se desvaneciacutea en el tiempo la Constitucioacuten Pero en mi mente no podiacutean fijarse ni por un instante estas ideas

Me era forzoso pensar en otras cosas y en la realidad de mi ya insoportable desdicha iquestA doacutende debiacutea ir En los primeros momentos despueacutes del embarque no pude determinarlo y vagueacute breve rato por la ribera hasta que me obligaron a huir los excesos de la salvaje muchedumbre que se precipitoacute sobre los equipajes de los diputados apoderaacutendose de ellos y saqueaacutendolos en presencia de la poca tropa que habiacutea quedado en el muelle

Al mismo tiempo sentiacute el clamor de las [249] campanas echadas a vuelo en sentildeal de que Sevilla habiacutea dejado de pertenecer al Gobierno constitucional y en cuerpo y alma perteneciacutea ya al absolutismo iexclCambio tan raacutepido como espantoso El pronunciamiento se hizo entre berridos salvajes en medio del saqueo y del escaacutendalo al grito de iexclmuera la Nacioacuten La verdad es que los alborotadores haciacutean poco dantildeo a las personas pero siacute robaban cuanto podiacutean Al entrar por la puerta de Jerez procureacute apartarme lo maacutes posible de la turbulenta oleada que marchaba hacia el corazoacuten de Sevilla con objeto seguacuten oiacute de destrozar el saloacuten de sesiones y el cafeacute del Turco donde se reuniacutean los patriotas

Lejos de desmayar yo con las muchas contrariedades el insomnio y el continuo movimiento pareciacutea que la misma fatiga me daba prodigiosos alientos No sentiacutea el maacutes ligero cansancio y mi cerebro como una llama cada vez maacutes viva hallaacutebase en ese maravilloso estado de actividad que es para los poetas para los criminales y para los que se ven en peligro la raacutepida inspiracioacuten del momento Yo sentiacutea en miacute un estro grandioso avivado por mis contrariadas pasiones mi rencor y mi despecho Teniacutea la penetrante vista del genio y habiacutea llegado a ese momento sublime en que los maacutes [250] profundos secretos de nuestro destino se nos muestran con claridad espantosa Mi pensamiento como la aguja magneacutetica de una bruacutejula sentildealaba con insistencia la casa del marqueacutes de Falfaacuten

-iexclOh alliacute alliacute he de encontrar la solucioacuten de este horrible problema

- XXXI -

Y corriendo hacia la casa sontildeaba no ya con las delicias de un encuentro feliz y de una amable reconciliacioacuten sino con proporcionar a mi alma el inefable el celestial el infinito regocijo de un escaacutendalo de una escena de una de esas venganzas de mujer que son la Iliacuteada (13) del corazoacuten femenino No seacute si me equivocareacute juzgando por miacute de todas las mujeres pero pienso firmemente que ninguna por muy tiacutemida que sea deja de sentir en momentos dados y cuando se discuten asuntos del corazoacuten el poderoso instinto de la majeza La maja digan lo que quieran no es maacutes que lo femenino puro De miacute puedo asegurar que en aquel instante me sentiacutea verdulera [251]

-Tengo la seguridad -deciacutea- de que le encontrareacute alliacute El corazoacuten me lo dice Es precisamente lo que necesito es la satisfaccioacuten maacutes preciosa y agradable de mi inmenso afaacuten el desahogo de mi pecho semejante a un volcaacuten sin craacuteter el consuelo de todas mis penas Hablareacute gritareacute vomitareacute injurias iquestqueacute digo injurias verdades Direacute todo lo que seacute abrireacute los ojos de un marido creacutedulo y bonachoacuten arrancareacute la maacutescara a una hipoacutecrita confundireacute a un ingrato en suma estareacute en mi elemento iexcliexclAhora Santo Dios de las venganzas ahora siacute que no se me puede escapar

Al dirigirme a la plaza de la Magdalena donde viviacutea el Marqueacutes vi a dos o tres patriotas que eran llevados presos por el pueblo con una cuerda al cuello iexclPobre gente Entre ellos vi a Canencia que me dirigioacute al pasar una mirada suplicante pero no hice caso y seguiacute Casi arrastrando a Mariana que apenas podiacutea seguirme de puro cansada y sontildeolienta llegueacute a casa de Falfaacuten

En el patio encontreacute al Marqueacutes que al punto que me vio asombrose mucho de la alteracioacuten de mi semblante creyendo que ocurriacutea alguacuten grave accidente

-Sentildeora -me dijo ofrecieacutendome una silla- no extrantildeo que esa gente mal educada [252] Se estaacuten cometiendo toda clase de excesos en la desgraciada Sevilla

-No es eso no -repuse- Si no me ha pasado nada

-Sentildeora su rostro de usted me indica gran desasosiego y agitacioacuten

-Es verdad -dije- pero

-Estaacute usted muy intranquila

-Intranquila no estoy furiosa

Despueacutes de decir esto y de romper en seis pedazos mi abanico que ya lo estaba en cuatro procureacute tomar una actitud aparentemente serena pues el caso requeriacutea en miacute la grave majestad del que condena no la atolondrada coacutelera y pueril turbacioacuten del condenado

-iquestY por queacute estaacute usted furiosa -me preguntoacute el Marqueacutes confundido- iquestEn queacute puedo servir a usted

-iexclYo seacute que estaacute aquiacute -dije mirando al Marqueacutes de un modo que le aterroacute

-iquestQuieacuten

-iexclOh iquestquieacuten seraacute preciso que yo hable que lo diga todo

-Sentildeora no comprendo una palabra

-Llame usted a la sentildeora Marquesa y quizaacutes ella me comprenda -repuse con amargo sarcasmo

-Andrea no estaacute en casa [253]

Al oiacuter esto sentiacute un sacudimiento Nuevo y maacutes doloroso cambio en mis ideas en mi voluntad en mi coacutelera en mis planes nuevo movimiento de la aguja magneacutetica que brujuleaba en mi corazoacuten marcaacutendome el derrotero en medio de la tempestad El Marqueacutes no podiacutea tener intereacutes en negarme a su esposa Asiacute lo comprendiacute al momento y sin vacilar un instante dije

-iquestHa ido a la casa de Dordf Mariacutea Antonia

-Precisamente alliacute estaacute -manifestoacute Falfaacuten en tono de confianza honrada y tranquila que hubiera cautivado a otra persona maacutes irritada que yo- La Sra Dordf Mariacutea Antonia se puso anoche mala y mi esposa fue a acompantildearla un ratito A las diez estaba de vuelta

-iquestA las diez

-Pero sin duda la Sra Dordf Mariacutea Antonia se ha agravado hoy porque al rayar el diacutea vinieron a buscar a Andrea y allaacute estaacute iquestEncuentra usted en esto algo de extrantildeo

-No sentildeor nada -dije levantaacutendome- iquestY doacutende vive esa Dordf Antonia

-En la calle que sale a la puerta de Carmona nuacutemero 26 iquestPero se va usted sin explicarme el motivo de su visita su agitacioacuten

-Siacute sentildeor me voy [254]

-Pero

-Adioacutes sentildeor Marqueacutes

Quiso detenerme pero raacutepida como un paacutejaro fugitivo le dejeacute y saliacute de la casa

-A la calle que sale a la puerta de Carmona nuacutemero 26 -dije a Mariana que me seguiacutea durmiendo

-Ahora -deciacutea para miacute en el horroroso veacutertigo que formaban mis pensamientos y mi marcha- ahora siacute que de ninguacuten modo se me puede escapar

Yo saboreaba de antemano las horribles delicias del escaacutendalo que iba a dar de la venganza que tomariacutea de las palabras que saldriacutean de mi boca como el humo y la lava

de un volcaacuten en erupcioacuten Me deleitaba con aquella copa de amarguras que se convertiacutea en copa llena de delicioso licor de la venganza Habiacutea llegado al extremo de recrearme en el veneno de mi alma y de hallar delicioso el fuego que respiraba Seguiacutea teniendo las mismas ganas de morder a alguien y creo que mi linda boca tan codiciada habriacutea sido un aacutespid si en carne humana hubiera posado sus secos labios

Mariana que conociacutea a Sevilla me llevoacute hacia la puerta de Carmona yo no seacute por doacutende ni en cuaacutento tiempo Habiacutea yo perdido la nocioacuten [255] de la distancia y del tiempo Vi una calle larga y solitaria con muchas rejas verdes llenas de tiestos de albahaca Vi una fila de casas de fachada blanca iluminadas por el sol y otra liacutenea de casas en la sombra Yo buscaba el nuacutemero 26 cuando sentiacute pisadas de caballos Delante de miacute como a cuarenta pasos abriose una gran puerta y salieron tres hombres a caballo iexclEra eacutel

Corriacute corriacute Iba vestido con el traje popular andaluz y su figura era la maacutes hermosa que puede imaginarse Los otros dos vestiacutean lo mismo Caracolearon un instante los corceles delante de la casa y en seguida emprendieron precipitadamente la carrera en direccioacuten a la puerta de Carmona

Yo corriacutea corriacutea y al mismo tiempo gritaba Mariana que no habiacutea perdido el juicio me detuvo enlazando con sus dos brazos mi talle Mi furor estalloacute con un grito salvaje con una convulsioacuten horrible y este apoacutestrofe inexplicable -iexclLadrones iexclLadrones

En el mismo momento en que yo rugiacutea de este modo dos mujeres se asomaban a la ventana de la casa y saludaban a los jinetes con sus abanicos Eacutel miroacute repetidas veces hacia atraacutes y saludaba tambieacuten sonriendo Vi brillar el lente de Dordf Mariacutea Antonia vi los negros [256] ojos de Andrea iexclOh Satanaacutes Satanaacutes

Yo seguiacute hasta ponerme debajo de la ventana pero esta se cerroacute Seguiacute corriendo un poco maacutes Un grupo de hombres feroces aparecioacute por una boca-calle Su aspecto infundiacutea pavor pero yo me adelanteacute hacia ellos y sentildealando a los tres jinetes que huiacutean a escape fuera de la puerta entre nubes de polvo griteacute con toda la fuerza de mis pulmones

-iexclQue se escapan corred corred tras ellos iexclQue se escapan los patriotas los maacutes malos de todos los ateos blasfemos los republicanos los masones los regicidas los enemigos del Rey iexcllos que queriacutean matarle Corred y cogedles Yo tengo dinero Mil duros al que les coja iexclEn nombre de la religioacuten iexclEn nombre de las caenas Vamos vamos tras ellos iexclQue se escapan

A medida que hablaba iba desapareciendo en mi espiacuteritu la nocioacuten de lo externo y me sentiacutea envuelta en tinieblas o en llamas no seacute en queacute me sentiacutea caer en un hondo infierno lleno de demonios sumergirme en abismo de negro delirio de fiebre de suentildeo o muerte pues no puedo expresar bien lo que era aquello

Perdiacute el conocimiento [257]

- XXXII - Mi dolorosa enfermedad que me puso al borde del sepulcro duroacute cuarenta diacuteas de los cuales no seacute cuaacutentos paseacute en terrible crisis sin conciencia de las cosas atormentada por la fiebre Mi sangre enardecida habiacutea descompuesto en tales teacuterminos las funciones de mi cerebro que en aquellos angustiosos diacuteas no viviacutea con mi vida propia sino con el mismo fuego mortiacutefero de la enfermedad Asistiome uno de los primeros meacutedicos de Sevilla

Cuando saliacute del peligro y hubo esperanzas de que auacuten podriacutea seguir mi persona fatigando al mundo con su peso halleme en tristiacutesimo estado sin memoria sin fuerzas sin belleza Mas empeceacute a recobrar muy lentamente estos tesoros perdidos y con ellos volviacutean mis pasiones y mis rencores a aposentarse en mi seno como despueacutes de una inundacioacuten y cuando las aguas se retiran aparece lentamente la tierra dibujaacutendose primero los altos collados luego las suaves pendientes y por uacuteltimo el llano Asiacute pasada aquella avenida de sangre que envolvioacute mi pensamiento en turbias olas venenosas [258] fue apareciendo poco a poco todo lo existente antes del 13 de Junio

Una imagen descollaba sobre todas las que me perseguiacutean cuando mi fantasiacutea como un borracho que recobra la claridad de sus sentidos empezoacute a presentarme lo pasado Esta imagen era la de la hueacuterfana a quien supuse corriendo sin cesar por campos y ciudades buscando lo que no habiacutea de encontrar iquestAcaso el tormento de ella no era tan grande o quizaacutes mayor que el miacuteo Pero yo no me haciacutea cargo de esto y lejos de sentir laacutestima de mi viacutectima echaba lentildea a la hoguera de mis rencores discurriendo mil defectos y fealdades en el caraacutecter de la hermana de Salvador para deducir que sus angustias le estaban muy bien merecidas iexclQueacute desatinos tan horribles penseacute con este motivo Parece mentira que la exaltacioacuten de mi aacutenimo me llevara hasta los uacuteltimos desvariacuteos hasta el sacrilegio y la blasfemia

-Es muy posible -deciacutea yo- que mis horribles angustias hayan sido causadas por las maldiciones de esa mujer Al verse engantildeada habraacute pedido a Dios mi castigo y Dios no hay duda hace caso de los hipoacutecritas iexclAh los hipoacutecritas iexclperversa raza Son capaces con sus fingidas laacutegrimas de engantildear al mismo Dios y compelerle a castigar a los buenos [259]

A estos horrorosos pensamientos hijos de una turbada razoacuten antildeadiacutea otros quizaacutes maacutes sacriacutelegos Mi enfermedad que pareciacutea un aviso del cielo no me habiacutea corregido antes bien cuando resuciteacute estaba maacutes intolerante maacutes soberbia y proyectaba nuevos planes para vencer la tenaz contrariedad de mi destino Lejos de desconfiar de mis fuerzas y de acobardarme teniacutea fe mayor en ellas y me vanagloriaba suponiendo una inmediata victoria

-Me han ocurrido tantos desastres -deciacutea- porque he sido una tonta Pero ahora iexclOh ahora yo me juro a miacute misma que morireacute o le he de atrapar Ireacute a Caacutediz

Cuando esto deciacutea finalizaba Julio y la temperatura de Sevilla era irresistible El meacutedico me ordenoacute que buscase en la costa aires maacutes templados

Los franceses se habiacutean establecido ya en Sevilla donde reinaba un orden perfecto En toda Espantildea y principalmente en algunos puntos privilegiados de la tragedia como

Manresa y la Coruntildea corriacutea la sangre a raudales Los dos furibundos partidos se heriacutean mutuamente con impiacutea crueldad Pero los ejeacutercitos de ambas Naciones no habiacutean empentildeado ninguna lucha verdaderamente marcial y grandiosa [260] El nuestro se desbandaba como un rebantildeo sin pastores y el franceacutes iba ocupando las ciudades desguarnecidas y dominando todo el paiacutes sin trabajo y sin heroiacutesmo sin sangre y sin gloria Sus victorias eran ramplonas y honradas su proceder dentro de los pueblos noble y templado Era aquel ejeacutercito como su jefe leal y sin genio un ejeacutercito apreciable compuesto de cien mil buenos sujetos que no conociacutean el saqueo pero tampoco la gloria iexclDetestable suerte la de Espantildea iexclHaber hecho temblar al coloso y sucumbir ante un hijo del conde de Artois ante un pobre emigrado de Gante

iexclA Caacutediz a Caacutediz Estas palabras compendiaban todo mi pensamiento en aquellos diacuteas Empeceacute a disponer mi viaje con gran prisa y a principios de Agosto nada teniacutea que hacer ya en Sevilla

Mi belleza recobraba al fin su esplendor Y no era esto poco triunfo porque la verdad es que me habiacutea quedado como un espectro iexclCon cuaacutento alborozo veiacutea yo despuntar de diacutea en diacutea la animacioacuten la gracia la frescura la viveza todos los encantos de mi fisonomiacutea que iban mostraacutendose como flores que se abren al carintildeoso amor del sol Yo no cesaba de mirarme al espejo para [261] observar los progresos de mi restauracioacuten y casi casi estoy por decir que me encontraba maacutes guapa que antes de mi enfermedad Perdoacuteneseme este orgullo vano pero si Dios me hizo asiacute si me dio hermosura y gracias iquestpor queacute no lo he de decir para que lo sepan los que no tuvieron la dicha de conocerme

El conde de Montguyon se me presentoacute en el momento de partir para Caacutediz iexclOh feliz encuentro Mi D Quijote que habiacutea sido ascendido a jefe de brigada me acompantildeoacute en casi todo el camino de Sevilla a la costa mostraacutendose en extremo orgulloso por creer proacuteximo el momento de mi definitiva conquista y yo cuidaba no poco de confirmarle en esta creencia porque queriacutea tenerle muy dispuesto a servirme en negocios difiacuteciles Hablamos tambieacuten de poliacutetica y de la Ordenanza de Anduacutejar en que Su Alteza recomendaba la mayor templanza a los absolutistas habieacutendoles disgustado por esto Pero el tema maacutes agradable a mi caballero era el amor

Seguacuten se expresaba su bello ideal estaba a punto de realizarse El paiacutes ardiente el territorio pintoresco la dama hermosa nada faltaba para que la leyenda fuese completa Pero yo esmeraacutendome en fomentar sus esperanzas era sumamente avara de concesiones Mi ordenanza [262] de Anduacutejar prescribiacutea tambieacuten la moderacioacuten

Ya me habiacutea yo instalado en el Puerto cuando apremiada por el Conde le reveleacute la causa de mis ardientes deseos de penetrar en Caacutediz

-Un hombre -le dije- que antes poseiacutea mi confianza administrando los bienes de mi casa un mayordomo que supo servirme alguacuten tiempo con lealtad para engantildearme despueacutes con maacutes seguridad huyoacute de Madrid robaacutendome gran cantidad de dinero muchas alhajas de valor y documentos preciosos Ese hombre estaacute en Caacutediz

-Pero en Caacutediz hay tribunales de justicia hay autoridades

-En Caacutediz no hay maacutes que un Gobierno expirante que para prolongar su vida entre agoniacuteas se rodea de todos los pillos

-Sin embargo sentildeora un ladroacuten de semejante estofa no puede ser patrocinado por nadie Horribles cosas se ven en las guerras civiles pero nosotros nosotros los franceses entraremos en Caacutediz

-Esa es mi esperanza

-iquestNo tiene usted valimiento con los Ministros liberales

-Ninguno Mi nombre soacutelo les sonaraacute a proclama realista [263]

-Entonces

-Cuento con la proteccioacuten de los jefes del ejeacutercito franceacutes

-Y con los servicios de un leal amigo El objeto principal es detener al ladroacuten

-iexclDetenerle y amarrarle y arrastrarle -exclameacute con furor- Mas deseo hacer mi justicia a espaldas de los tribunales porque aborrezco la curia y los pleitos aun cuando los gane

-iexclOh eso es muy espantildeol Se trata pues de cazar a un hombre iquestpor ventura eso es faacutecil todaviacutea

-Faacutecil no

-Y para una dama

-Pero yo no estoy sola Tengo servidores leales que soacutelo esperan una orden miacutea para

-Para matar

-No tanto -dije riendo- Esto le pareceraacute a usted leyenda novela romance o lo que quiera pero no mis propoacutesitos no son tan traacutegicos como usted se figura

-Lo supongo pero siempre seraacuten interesantes iquestHa dejado usted criados en Sevilla

-Uno tengo a mis oacuterdenes Le he enviado por delante y ya estaacute en Caacutediz

-Vigilando [264]

-Acechando

-Bien le seguiraacute de noche embozado hasta las cejas espiaraacute sus acciones se informaraacute de su meacutetodo de vida iquestY ese criado es fiel

-Como un perro Examinemos bien mi situacioacuten sentildeor Conde iquestSe puede entrar en Caacutediz

-Es muy difiacutecil sentildeora sobre todo para los que son sospechosos al Gobierno liberal

-iquestY por mar

-Ya sabe usted que en la bahiacutea tenemos nuestra escuadra

-iquestCuaacutendo tomaraacuten ustedes la plaza

-Pronto Esperamos a que venga Su Alteza para forzar el sitio

-iquestY podraacuten escaparse los milicianos y el Gobierno

-Es difiacutecil saberlo Ignoramos si habraacute capitulacioacuten no sabemos el grado de resistencia que presentaraacuten los insurgentes

-iexclOh -exclameacute sin saber lo que deciacutea obcecada por mis pasiones- Ustedes los realistas no sirven para esto Si Napoleoacuten estuviera aquiacute amigo miacuteo mantildeana mantildeana mismo siacute sentildeor mantildeana seriacutea tomada por asalto esa ciudad rebelde y pasados a cuchillo los insensatos que la defienden [265]

-Me parece demasiado pronto -dijo Montguyon sonriendo- En fin comprendo la impaciencia de usted

-Siacute quien ha sido robada vilmente estafada no puede aprobar estas dilaciones que dan fuerza al enemigo Sentildeor Conde es preciso entrar en Caacutediz

-Si de miacute dependiera sentildeora esta tarde mandaba dar el asalto -repuso con entusiasmo- Sorprenderiacutea a la guarnicioacuten encarcelariacutea a los diputados y a las Cortes y pondriacutea en libertad al Rey

-Ya eso no me importa tanto -dije en tono de conquistador- Yo entrariacutea al asalto sorprendiendo a la guarnicioacuten Dejariacutea a los diputados que hicieran lo que les acomodase mandariacutea al Rey a paseo

-Sentildeora

-Buscariacutea a mi hombre revolveriacutea todos los rincones todos los escondrijos de Caacutediz hasta encontrarle y despueacutes que le hallara

-Despueacutes

-Despueacutes sentildeor Conde iexclOh mi sangre se abrasa

-En los divinos ojos de usted Jenara -me dijo- brilla el fuego de la venganza Parece usted una Medea [266]

-No me impulsan los celos -dije serenaacutendome

-Una Judith

-Ni la idea poliacutetica

-Una

-Parezca lo que parezca sentildeor Conde ello es preciso entrar en Caacutediz

-Entraremos

-iquestNo sirve usted ahora en el Estado Mayor del general Bourmont

-En eacutel estoy a las oacuterdenes de la que es imaacuten de mi vida -repuso poniendo los ojos en blanco

-iquestBourmont seraacute nombrado comandante general de Caacutediz luego que la plaza se rinda

-Asiacute se dice

-iquestHaraacute usted prender a mi mayordomo

-Le hareacute fusilar

-iquestMe lo entregaraacute usted atado de pies y manos

-Siempre que no huya antes siacute sentildeora

-iexclHuir Pues queacute iquesttendraacute ese hombre la vileza de huir de no esperar

-El criminal amiga miacutea de mi corazoacuten pone su seguridad ante todo

-iquestNo dice usted que hay una especie de escuadra

-Una escuadra en toda regla [267]

-iquestPues de queacute sirven esos barcos sentildeor miacuteo -dije de muy mal talante- si permiten que se escape ese

-Quizaacutes no se escape

-iquestDe queacute sirve la escuadra -antildeadiacute con la maacutes viva inquietud- iquestQuieacuten es el almirante que la manda Yo quiero ver a ese almirante quiero hablar con eacutel

-Nada maacutes faacutecil pero dudo

-Me ocurre que si hay capitulacioacuten seraacute maacutes faacutecil atraparle

-iquestAl almirante

-No a a ese

-Sin duda En tal caso se quedariacutea tranquilo en Caacutediz al menos por unos diacuteas

-Bien muy bien Si hay capitulacioacuten arreglo perdoacuten de vidas y libertad para todos Sentildeor Conde aconsejaremos al Priacutencipe que capitule iexclpero queacute tonteriacuteas digo

-Estaacute patente en su espiacuteritu de usted la obsesioacuten de ese asunto

-iexclOh siacute no puedo pensar en otra cosa El caso es grave Si no consigo apoderarme de ese hombre no seacute creo que me costaraacute la vida

-Yo tambieacuten le aborrezco iexclHombre maldito Pero le cogeremos sentildeora Me pongo al servicio de este gran propoacutesito con la sumisioacuten [268] de un esclavo iquestAcepta usted mi cooperacioacuten

Al decir esto me besaba la mano

-La acepto siacute hombre generoso y leal la acepto con gratitud y profundo carintildeo

Al decir esto yo poniacutea en mi semblante una sensibilidad capaz de conmover a las piedras y en mis pestantildeas temblaba una laacutegrima

-Y entonces -antildeadioacute Montguyon con voz turbada- cuando nuestro triunfo sea seguro iquestpodreacute esperar que el hueco que se me destina en ese corazoacuten no sea tan pequentildeo

-iquestPequentildeo

-Si es evidente por confesioacuten de eacutel mismo que ya tengo una parte en sus sublimes afectos iquestno puedo esperar

-iquestUna parte iexclOh no todo todo

El inflamado galaacuten abrioacute sus brazos para estrecharme en ellos pero evadiacute prontamente aquella prueba de su insensato ardor y ponieacutendome primero seria y despueacutes amable con una especie de enojo gracioso y virtud tolerante le dije que ni Zamora ni yo podiacuteamos ser ganadas en una hora Al decir esto violentos cantildeonazos me hicieron estremecer y corriacute al balcoacuten

-Son los primeros tiros de las bateriacuteas que se han armado para atacar el Trocadero -me dijo el Conde [269]

-iquestY esas bombas van a Caacutediz -pregunteacute poniendo inmenso intereacutes en aquel asunto

-Van al Trocadero

-iquestY queacute es eso

-Un fuerte que estaacute en medio de las marismas

-iquestY alliacute estaacuten

-Los liberales

-iquestMuchos

-Mil y quinientos hombres

-iquestPaisanos

-Hay muchos paisanos y milicianos

-iexclOh moriraacute mucha gente

-Eso es lo que deseamos Parece que siente usted gran pena por ello

-La verdad -repuse ocultando los sentimientos que bruscamente me asaltaban- no me gusta que muera gente

-A excepcioacuten de su enemigo

-Ese iquestpero estaraacute en el Trocadero

-iexclQuieacuten sabe Estaacute usted aterrada Jenara

-iexclOh yo quiero ir al Trocadero

-Sentildeora

-Quiero ir al Trocadero

-Eso mismo deseamos nosotros -me dijo riendo- y para conseguirlo enviaremos por delante algunos centenares de bombas [270]

-iquestDoacutende estaacute el Trocadero -pregunteacute corriendo otra vez a la ventana

-Alliacute -dijo Montguyon asomaacutendose y alargando el brazo

Hiacutezome explicaciones y descripciones muy prolijas de la bahiacutea y de los fuertes pero bien comprendiacute que antes que mostrar sus conocimientos deseaba estar tan cerca de miacute como estaba aproximando bastante su cabeza a la miacutea y embriagaacutendose con el calor de mi rostro y con el roce de mis cabellos

- XXXIII -

iexclQueacute aparato desplegaron contra aquellas fortalezas que se alzan entre charcos salubres y que llevan por nombre el Trocadero Desde que llegoacute Su Alteza a mediados de Agosto no haciacutean maacutes que disparar bombas y balas contra los fuertes esperando abrir brecha en sus gloriosos muros iexclFiguacuterese el buen lector mi aburrimiento Considere con cuaacutenta tristeza y tedio veriacutea yo pasar diacutea tras diacutea sin maacutes distraccioacuten que oiacuter los disparos y ver por las noches las majestuosas curvas de los proyectiles Me consumiacutea [271] en mi casa del Puerto sin tener noticias del interior de Caacutediz ni esperanzas de poder penetrar en la plaza Ni pareciacutea aquello guerra formal y heroica como creiacutea yo que debiacutean ser las guerras y como las que vi en mi nintildeez y en tiempo del Imperio Casi todo el ejeacutercito sitiador estaba con los brazos cruzados los oficiales paseaban fumando los soldados haciacutean menos pesado el tiempo con bailoteo y cantos

No debo pasar en silencio que el duque del Infantado que llegoacute de Madrid en aquellos diacuteas me llevoacute a visitar a Su Alteza nuestro salvador y el aacutengel tutelar de la moribunda Espantildea por aquellos diacuteas Luis Antonio era un rubio desabrido cuyo semblante respiraba honradez y buena fe pero la aureola del genio no circundaba su frente Fuera de aquel sitio lejos de aquella deslumbradora posicioacuten y con otro nombre el hijo del conde de Artois habriacutea sido un joven de buen ver mas no en tal manera que por su aspecto descollase entre la muchedumbre Para hallar en eacutel lo que realmente le distinguiacutea era preciso que un trato frecuente hiciese resaltar las perfecciones morales de su alma privilegiada su lealtad sin tacha y aquel levantado espiacuteritu caballeresco sin quijotismo que le haciacutea tan estimable en la Corte de Francia Era valiente humanitario [272] corteacutes afable puntual y riguroso en el cumplimiento del deber Si estas cualidades no eran suficientes a formar un gran guerrero iquestqueacute importaba La pericia militar dieacuteronsela sus praacutecticos generales y nuestros desaciertos que fueron el principal estro marcial de la segunda invasioacuten

Angulema me recibioacute con la maacutes fina delicadeza y urbanidad pero de todas sus cortesaniacuteas la que maacutes me agradoacute fue la de disponer el asalto del Trocadero -iexclAl fin al fin -exclamaba yo- seraacute nuestro el horrible fuerte que nos abriraacute las puertas de Caacutediz

El 19 abrieron brecha pero hasta la noche del 30 no se dio el asalto habieacutendose guardado secreto sobre esto en los diacuteas anteriores aunque yo lo supe por el conde de Montguyon que no me ocultaba nada referente a las operaciones iexclNoche terrible la del 30 al 31 de Agosto noche que me parecioacute diacutea por lo clara y hermosa asiacute como por el estreacutepito guerrero que en ella resonara y las acciones heroicas dignas de ser alumbradas por el sol Apretado fue el lance del asalto seguacuten oiacute contar y Su Alteza y el priacutencipe de Carignan se portaron bravamente combatiendo como soldados en los sitios maacutes peligrosos No fue ciertamente el hecho del Trocadero una de aquellas paacuteginas de epopeya [273] que ilustraron el Imperio fue maacutes bien lo que los dramaturgos franceses llaman Succeacutes destime un eacutexito que no tiene envidiosos Pero a la Restauracioacuten le conveniacutea cacarearlo mucho cintildeendo a la inofensiva frente del Duque los laureles napoleoacutenicos y se tocoacute la trompa sobre este tema hasta reventar resultando del entusiasmo oficial que no hubo en Francia calle ni plaza que no llevase el nombre del Trocadero y hasta el famoso arco de la Estrella en cuyas piedras se habiacutean grabado los nombres de Austerlitz y Wagram fue durante alguacuten tiempo Arco del Trocadero

Yo me habiacutea trasladado a Puerto Real para estar maacutes cerca En la mantildeana del 31 cuando vi pasar a los prisioneros hechos en los fuertes me sentiacute morir de zozobra Entre aquellas caras atezadas a cada instante creiacutea ver la suya Estuvieron pasando mucho

tiempo porque eran maacutes de mil entre militares y paisanos Creo que les mireacute uno por uno y al fin cuando ya quedaban pocos redobleacute mi atencioacuten iexclOh misericordioso Dios queacute estupendas cosas permites En la uacuteltima fila casi solo maacutes abatido maacutes quemado del sol maacutes demacrado con los vestidos maacutes rotos que los demaacutes pasoacute eacutel iexcleacutel mismo no podiacutea dudarlo porque le estaba viendo viendo siacute con mis propios [274] ojos arrasados de laacutegrimas Llevaba la mano izquierda en cabestrillo hecho con un andrajo y su paso era inseguro y como dolorido sin duda por tener lleno de contusiones el cuerpo

Al verle extendiacute los brazos y griteacute con toda la fuerza de mi voz Mi enamorada exclamacioacuten hizo volver la cabeza a todos los que iban delante y a los curiosos que le rodeaban Eacutel alzando los amortiguados ojos me miroacute con expresioacuten tan triste que sentiacute partido mi corazoacuten y estuve a punto de desmayarme Creo que pronuncioacute algunas palabras pero no oiacute sino un adioacutes tan luacutegubre como campanada funeral y movioacute la mano en ademaacuten de carintildeoso saludo y pasoacute desapareciendo con los demaacutes en una vuelta del camino

Mi primera intencioacuten fue correr tras eacutel pero en la casa me detuvieron Cuando serenamente me hice cargo de la situacioacuten formeacute mil proyectos pero todos los desechaba al punto por descabellados Pensaacutendolo bien comprendiacute que no era tan difiacutecil conseguir su libertad Me congratulaba de que al cabo de tantas fatigas el destino me le presentara prisionero para poder decir con maacutes valor que nunca -Ahora siacute que no se me puede escapar [275]

- XXXIV - Envieacute recados al conde de Montguyon pero no se le podiacutea encontrar por ninguna parte Unos deciacutean que estaba en el Trocadero otros que en el Puerto otros que habiacutea ido a las fragatas con una comisioacuten Por uacuteltimo averiguumleacute con certeza su paradero y le escribiacute una carta muy carintildeosa Mas pasoacute un diacutea pasaron dos y yo me moriacutea de impaciencia sin poder ver al prisionero ni aun saber doacutende le habiacutean llevado El Conde robando al fin un rato a sus quehaceres vino a verme el diacutea 4 Yo estaba otra vez medio loca y no teniacutea humor para hacer papeles sino que espontaacuteneamente dejaba que se desbordasen los sentimientos de mi corazoacuten

-iexclOh Cuaacutento me alegro de ver a usted -le dije- Si usted no viene pronto sentildeor Conde me hubiera muerto de pena

Con estas palabras que creiacutea dictadas por un vivo intereacutes hacia eacutel se puso el noble franceacutes un poco chispo que asiacute denomino yo al embobamiento de los hombres enamorados Se deshizo en galanteriacuteas a las cuales daba cierto [276] tono de intimidad cargante y despueacutes me dijo

-Pronto muy pronto libertaremos a Su Majestad el Rey de Espantildea y entraremos en Caacutediz El sol de ese diacutea sentildeora iexclcuaacuten alegremente brillaraacute sobre toda Espantildea y especialmente sobre nuestros corazones

-Mi estimado amigo -indiqueacute riendo- no diga usted tonteriacuteas

Eacutel se quedoacute cortado

-Basta de tonteriacuteas -antildeadiacute- y oacuteigame usted lo que voy a decirle Ya he encontrado al hombre que buscaba

-iquestDoacutende iquestcoacutemo iquestese malvado

-No es malvado

-iquestCoacutemo no Me dijo usted que le habiacutea robado sus alhajas

-iexclNo es ese por Dios iquestCuaacutendo entenderaacute usted las cosas al derecho

-Siempre que no se me expliquen al reveacutes

-He encontrado a ese hombre Pero entendaacutemonos iquestNo dije a usted que habiacutea venido delante de miacute un fiel criado de mi casa el cual entroacute en Caacutediz

-iexclAh siacute entroacute para observar los pasos del ladroacuten

-Pues ese fiel criado tiene el defecto de ser algo patriota iexcldebilidades humanas y [277] como es algo patriota se puso a pelear en el Trocadero por una causa que no le importaba

-Ya comprendo y ha caiacutedo prisionero iquestLe ha visto usted

-Le vi cuando los prisioneros pasaron por aquiacute pero no le he visto maacutes y ahora sentildeor Conde quiero que usted me le ponga en libertad

-Sentildeora si Caacutediz se rinde pronto como creo y todo se arregla espero conseguir lo que usted me pide

-iexclQueacute gracia Para eso no necesito yo de la amistad de un jefe de brigada -dije con enfado- Ha de ser antes mantildeana mismo

-iexclOh Sentildeora usted somete mi amor a pruebas demasiado fuertes

-iquestQuiere usted que dejemos a un lado el amor -le dije ponieacutendome muy seria- y que hablemos como amigos

Montguyon palidecioacute

-iquestEsa persona -me dijo- interesa a usted tanto que no puede esperar a que concluya la guerra dando yo mi palabra de que el prisionero seraacute bien atendido

-No basta que sea atendido -afirmeacute con resolucioacuten- No basta nada quiero su libertad quiero atenderle yo misma cuidarle curar [278] sus heridas tenerle a mi lado llevarle a sitio seguro

Me expreseacute al decir esto con vehemencia suma porque me era ya muy difiacutecil contener mi corazoacuten que iba al galope en busca de las anheladas soluciones El Conde me oiacutea con cierto terror

-iquestTanto interesa a usted -repitioacute- tanto interesa a usted un criado

-No es criado

-iquestTal vez un anciano servidor de la casa

-No es anciano

-iquestUn joven iquestSupongo que no seraacute el ladroacuten

-iquestQueacute ladroacuten

-El ladroacuten de quien usted me habloacute

-iexclAh No me acordaba Ya no me ocupo de eso

-iquestAbandona usted la empresa de detener y castigar a ese miserable

-La abandono

-iexclQueacute inconstancia

-Yo soy asiacute

-Pero ese ese otro iquestinteresa a usted tanto

-Muchiacutesimo

-iquestEs pariente de usted

-No Es compantildeero de la infancia [279]

-iquestEs militar

-Paisano sentildeor Conde -dije con el tono de severa autoridad que seacute emplear cuando me conviene- Si se empentildea usted en ser catecismo buscareacute otra persona maacutes galante y maacutes generosa que sepa prestar un servicio economizando las preguntas

-Creo tener alguacuten derecho a ello -repuso con gravedad

-No tiene usted ninguno -afirmeacute con desenfado- porque este derecho yo sola podriacutea darlo y yo lo niego

-Entonces sentildeora -objetoacute encubriendo su ira bajo formas urbanas- he padecido una equivocacioacuten

-Si cree usted que le amo siacute La equivocacioacuten no puede ser maacutes completa

Montguyon se levantoacute Sus ojos en los cuales se leiacutea el furor mezclado con la dignidad me dirigieron una mirada que debiacutea ser la uacuteltima Yo corriacute a eacutel y tomaacutendole la mano le rogueacute que se sentase a mi lado

-Usted es un caballero -le dije- Ninguacuten otro ha merecido maacutes que usted mi estimacioacuten lo juro Dios sabe que al decir esto hablo con el corazoacuten

-Dios lo sabraacute -repuso Montguyon muy afligido- mas para miacute y de aquiacute en adelante [280] las palabras de usted estaacuten escritas en el agua

-Considere usted las que le diga hoy como si estuvieran grabadas en bronce La que confiesa hechos que no le favorecen iquestno tiene derecho a ser creiacuteda

-A veces siacute Confieacuteseme usted que su conducta conmigo no ha sido leal

-Lo confieso -repliqueacute bajando los ojos y realmente avergonzada

-Confiese usted que yo no mereciacutea servir de juguete a una mujer voluntariosa

-Tambieacuten es cierto y lo confieso

-Declare usted que ama a otro

-iexclOh siacute lo declaro con todo mi corazoacuten y si cien bocas tuviera con todas lo diriacutea

El leal caballero se quedoacute atoacutenito y espantado Estaba como ellos dicen foudroyeacute Durante breve rato no me dijo nada pero yo comprendiacute su martirio y le teniacutea laacutestima iexclOh queacute mala he sido siempre

-Ese hombre -murmuroacute Montguyon- ese hombre

-Ahora reconocieacutendome culpable reconocieacutendome inferior a usted -dije- le autorizo para que me abrume a preguntas si gusta y aun para que me eche en cara mi ligereza

-Ese hombre -prosiguioacute el franceacutes- [281] Perdone usted pero nada es maacutes curioso que la desgracia El amor desairado quiere tener miles de ojos para sondear las causas de su desdicha Ese hombre iquestquieacuten es

-Un hombre

-iquestDe familia ilustre

-No sentildeor de origen muy humilde

-iquestLe ama usted hace tiempo

-Hace mucho tiempo

-Eacutel iquestla ama a usted

-No estoy muy segura de ello

-iexclOh iexclQueacute iniquidad -exclamoacute con furor el Conde- Es un miserable

-Un ingrato y es bastante

-iquestY a pesar de su ingratitud le ama usted

-Tengo esa debilidad que no puedo dominar

-Aborreacutezcale usted

-Si fuera faacutecil Difiacutecil cosa es esa

-iexclEs verdad difiacutecil cosa -exclamoacute Montguyon con tristeza- iquestY ese hombre

-iquestPero hay maacutes preguntas todaviacutea

-No ya no maacutes Me basta lo que seacute y me retiro

-Se conduce usted como un cualquiera -le dije con verdadero afecto- Me abandona usted precisamente cuando mi sinceridad merece [282] alguna recompensa iquestSeraacute posible que cuando yo empiezo a tener franqueza deje usted de tener generosidad

-iexclOh Sentildeora toca usted una fibra de mi corazoacuten que siempre responde aun cuando la hieran con puntildeal

-Siacute siacute amigo miacuteo Usted es generoso y noble en gran manera Para que la diferencia entre los dos sea siempre grande para que usted sea siempre un caballero y yo una miserable paacutegueme usted como pagan en todas ocasiones las almas elevadas Pues yo me he portado mal poacutertese usted bien conmigo Haga cada cual su papel Cumpla usted el precepto que manda volver bien por mal Asiacute creceraacute maacutes a mis ojos asiacute me abatireacute yo maacutes a los suyos asiacute su generosidad seraacute mayor y mi culpa maacutes grande tambieacuten y usted tendraacute en su vida una paacutegina maacutes gloriosa que la victoria que acaba de alcanzar frente al enemigo

-Comprendo lo que usted me dice -murmuroacute el franceacutes descansando por breve rato su frente en la palma de la mano- Yo sereacute siempre digno de mi nombre

-iexclCaballero leal antes ahora y siempre -exclameacute yo

-Bien sentildeora -dijo levantaacutendose y alargaacutendome la mano que estrecheacute cordialmente- [283] Lo que usted desea de miacute es bastante claro

-Siacute

-Y yo -antildeadioacute con manifiesta emocioacuten- empentildeo mi palabra de honor

-iexclOh lo esperaba lo esperaba

-Doy mi palabra de honor de hacer cuanto esteacute en mi mano para devolver a usted la felicidad entregaacutendole a su amante

-Gracias gracias -exclameacute derramando laacutegrimas de admiracioacuten y agradecimiento

El Conde saludaacutendome ceremoniosamente se retiroacute De buena gana le habriacutea dado un abrazo

- XXXV - iexclQueacute diacuteas pasaron Yo contaba las horas los minutos como si de la duracioacuten de ellos dependiese mi vida Entre espantildeoles y franceses era opinioacuten corriente que la guerra acabariacutea pronto que Caacutediz expiraba que las Cortes se moriacutean por momentos Sin embargo auacuten resistiacutea el Gobierno liberal y sus secuaces como la bestia herida que no quiere soltar su presa mientras tenga un haacutelito de existencia Esta [284] constancia no careciacutea de meacuterito y lo tendriacutea mayor si se empleara en causa menos perdida iexclQueacute sacrificio tan inuacutetil No teniacutean hombres porque los alistamientos no produciacutean efecto No teniacutean dinero porque el empreacutestito que levantaron en Londres produjo una libra esterlina Yo creo que si mi espiacuteritu hubiera estado en disposicioacuten de admirar algo habriacutea admirado la perseverancia de aquel Gobierno que no pudo encontrar en toda Europa quien le prestase maacutes de cinco duros

Mi deseo era que se rindiese todo el mundo que el Rey y la Nacioacuten arreglasen pronto sus diferencias aunque las arreglaran devoraacutendose mutuamente Yo queriacutea tener el campo libre para el desenlace de mi campantildea amorosa que veiacutea ya seguro y feliz

Casi todo Setiembre lo pasaron Angulema y las Cortes en dimes y diretes Mil recados atravesaban la bahiacutea en un bote callaban los cantildeones para que hablaran los parlamentarios Tales comedias me poniacutean furiosa porque no se decidiacutea la suerte de los infelices prisioneros del Trocadero que habiacutean sido repartidos entre los Dominicos del Puerto y la Cartuja de Jerez

Montguyon me visitoacute el 12 para informarme de que habiacutea visto al prisionero cuyo nombre [285] y sentildeas le habiacutea dado yo oportunamente

-Estaacute sumamente abatido y melancoacutelico -me dijo- Se ha negado a recibir los auxilios pecuniarios que le ofreciacute de parte de usted pero se ha mostrado muy agradecido Al oiacuter que Jenara teniacutea gran empentildeo en conseguir su libertad parecioacute muy turbado y conmovido pronunciando palabras sueltas cuyo sentido no pude comprender

-iquestY no desea verme

-Parece que lo desea ardientemente

-iexclOh iexclEstas dilaciones son horribles iquestY queacute maacutes dijo

-Cosas tristes y peregrinas Afirma que desea la libertad para conseguir por ella el destierro

-iexclEl destierro

-Dice que aborrece a su paiacutes y que la idea de emigracioacuten le consuela

-Le conozco siacute Esa idea es suya

Otras cosas me dijo el Conde pero se referiacutean al trato que se daba a los prisioneros y a las excepciones ventajosas que eacutel estableciera en beneficio de mi amado iexclCuaacutento le agradeciacute sus delicadezas Mientras viva tendreacute buenos recuerdos de hombre tan caballeroso y humanitario

Interrumpidos los tratos por la terquedad [286] de las Cortes tomoacute de nuevo la palabra el cantildeoacuten y el diacutea 20 fue ganado por los franceses con otro brioso asalto el castillo de Santi-Petri Despueacutes de este hecho de armas Angulema habloacute fuerte a los tenaces liberales pegados como lapas a la roca constitucional y les amenazoacute con pasar a cuchillo a toda la guarnicioacuten de Caacutediz si Fernando VII no era puesto inmediatamente en libertad El 26 se sublevoacute contra la Constitucioacuten el batalloacuten de San Marcial que guarneciacutea la bateriacutea de Urrutia en la costa y la armada francesa secundando el fuego de las bateriacuteas del Trocadero arrojaba bombas sobre Caacutediz No era posible mayor resistencia Era una tenacidad que empezaba a confundirse con el heroiacutesmo y la Constitucioacuten moriacutea como habiacutea nacido entre espantosa lluvia de balas saludada en su triste ocaso como en su dramaacutetico oriente por las salvas del ejeacutercito franceacutes

Por fin llegaba el anhelado diacutea

-Habraacute perdoacuten general -deciacutea yo para miacute- Todos los prisioneros seraacuten puestos en libertad Huiremos iexclCuaacuten grato es el destierro Comeremos los dos el dulce pan de la emigracioacuten lejos de indiscretas miradas libres y felices fuera de esta loca patria perturbada donde ni aun los corazones pueden latir en paz [287]

Montguyon me trajo el 29 muy malas noticias

-El Duque ha resuelto poner en libertad a todos los prisioneros de guerra Pero

-iquestPero queacute

-Ha dispuesto que sean entregados a las autoridades espantildeolas los individuos que en Caacutediz desempentildeaban comisiones poliacuteticas

-iquestEacutel estaacute comprendido

-Siacute sentildeora Desgraciadamente se tienen de eacutel las peores noticias Habiacutea recorrido los pueblos alistando gente por orden de Calatrava habiacutea venido desde Cataluntildea con oacuterdenes de Mina para realizar asesinatos de franceses Habiacutea organizado las partidas de gente soez que en el traacutensito de Sevilla a Caacutediz insultaron a Su Majestad

-iexclOh eso es falso falso mil veces falso -exclameacute sin poder contener mi indignacioacuten

Y en efecto tales suposiciones eran infames calumnias

-Ha llegado al Puerto de Santa Mariacutea -antildeadioacute Montguyon- el Sr D Viacutector Saacuteez secretario de Estado iquestpor queacute no le ve usted

-No quiero nada con hombres de ese jaez -repuse con enojo- Usted me ha dado su palabra de honor usted ha empentildeado su nombre de caballero y con usted solo debo contar iexclOh [288] sentildeor Conde si mi prisionero es entregado a la brutalidad de las autoridades espantildeolas sedientas hoy de sangre y de venganza sospechareacute que usted me hace traicioacuten

Palidecioacute el caballero franceacutes Dirigieacutendome una mirada desdentildeosa me dijo al despedirse

-Todaviacutea sentildeora no sabe usted quieacuten soy yo

A pesar de mis propoacutesitos determineacute visitar a Saacuteez porque bueno es tener amigos aunque sea en el infierno Venciacute mis recientes antipatiacuteas y tomando un coche me encamineacute al Puerto de Santa Mariacutea Era el 1ordm de Octubre diacutea solemne en los fastos espantildeoles

Halleacute al buen canoacutenigo maacutes soplado y presuntuoso que nunca como todo aquel que se ve en alturas a donde nunca debioacute llegar pero contra lo que yo esperaba recibiome afablemente y no me dijo una sola palabra acerca de mi conversioacuten al absolutismo Pareciacutea olvidado de estas pequentildeeces y ocuparse tan soacutelo como Jimeacutenez de Cisneros en los negocios puacuteblicos de ambos mundos

-Hoy es diacutea placentero sentildeora diacutea feliz entre todos los diacuteas felices de la tierra -me dijo- Su Majestad D Fernando ese ilustre [289] maacutertir de los excesos revolucionarios es ya libre

-iquestYa

-Hoy nos le entregan Al fin han comprendido esos locos que su resistencia les podriacutea costar muy cara pero muy cara El Duque tiene malas moscas

-Feliciteacutemonos Sr D Viacutector -dije con afectado entusiasmo- de esta solucioacuten lisonjera Espantildea y el mundo estaacuten de enhorabuena Mas para que se completara la dicha convendriacutea que tantas y tan graves heridas no se ensantildeasen con la venganza y la crueldad del partido vencedor y que un generoso olvido de los errores pasados inaugurase la venturosa era que empieza hoy

-Asiacute seraacute sentildeora -repuso sonriendo de un modo que me parecioacute algo hipoacutecrita- Su Majestad ha dado ayer en Caacutediz un manifiesto en que ofrece perdonar a todo el mundo y

no acordarse para nada de los que le han ofendido iexclCuaacutenta magnanimidad iexclCuaacutenta nobleza

-iexclOh siacute conducta digna de un descendiente de cien Reyes digna de quien da el perdoacuten y del pueblo que la recibe Si Fernando cumple lo que promete seraacute grande entre todos los Reyes de Espantildea

-Lo cumpliraacute sentildeora lo cumpliraacute [290]

Aunque no teniacutea gran confianza en las afirmaciones de Saacuteez di creacutedito a estos propoacutesitos por creerlos inspiracioacuten del duque de Angulema

Invitome luego a presenciar el desembarco de Su Majestad a lo que accediacute muy gustosa Nos trasladamos al muelle y habiendo sido colocada por un oficial franceacutes en sitio muy conveniente para ver todo presencieacute aquel acto que debiacutea ser uno de los maacutes notables recodos uno de los maacutes bruscos aacutengulos de la historia de Espantildea en el tortuoso siglo presente

iexclEspectaacuteculo conmovedor La regia faluacutea cuyo timoacuten gobernaba el almirante Valdeacutes uno de los maacutes gloriosos marinos de Trafalgar se acercaba al muelle En ella veniacutea toda la familia real la Monarquiacutea histoacuterica secuestrada por el liberalismo La conciliacioacuten ideada por cabezas insensatas era imposible y aquellos regios rehenes que la Nacioacuten habiacutea tomado eran devueltos al absolutismo contra el cual no podiacutean prevalecer auacuten los infiernos de la demagogia En una lancha volviacutean del purgatorio constitucional las aacutenimas angustiadas del Rey y los Priacutencipes

Mientras el victorioso despotismo recobraba sus personas sagradas allaacute lejos sobre la gloriosa pentildea inundada de luz y centildeida por coronas [291] de blancas olas los pobres pensadores desesperados los utopistas sin ilusiones los desengantildeados patricios lloraban sus errores y buscando hospitalidad en naves extranjeras se disponiacutean a huir para siempre de la patria a quien no habiacutean podido convencer

Asiacute acaban los esfuerzos superiores a la energiacutea humana las luchas imposibles con monstruos potentes de terribles brazos y que hunden en el suelo sus patas para estar maacutes seguros como hunde sus raiacuteces el aacuterbol Tal era la contienda con el absolutismo Queriacutean vencerle cortaacutendole las ramas y eacutel retontildeaba con maacutes fuerza Queriacutean ahogarle y regaacutendole daban jugo a sus raiacuteces iexclA vosotros oh venideros diacuteas del siglo tocaba atacarlo en lo hondo arrancaacutendolo de cuajo Pero advierto que estoy hablando la jerga liberal iexclQueacute horror Verdad es que escribo veinte antildeos despueacutes de aquellos sucesos que ya soy vieja y que a los viejos como a los sabios se les permite mudar de parecer

Fernando puso el pie en tierra Dicen que al verse en suelo firme dirigioacute a Valdeacutes una mirada terrible una mirada que era un programa poliacutetico el programa de la venganza Yo no lo vi pero debioacute de ser cierto porque me lo dijo quien estaba muy cerca Lo que siacute [292] puedo asegurar es que Angulema hincando en tierra la rodilla besoacute la mano al Rey que luego se abrazaron todos que D Viacutector Saacuteez lloraba como un simple y que los vivas y las exclamaciones de entusiasmo me volvieron loca Los franceses gritaban los espantildeoles gritaban tambieacuten celebrando la feliz resurreccioacuten de la Monarquiacutea tradicional y la miserable muerte del impiacuteo constitucionalismo El glorioso imperio de

las caenas habiacutea empezado Ya se podiacutea decir con toda el alma -iexclViva el Rey absoluto iexclMuera la Nacioacuten

- XXXVI - Faltaba la solucioacuten miacutea Mi corazoacuten estaba como el reo cuya sentencia no se ha escrito todaviacutea El 1ordm de Octubre por la tarde y el diacutea 2 hice diligencias sin fruto no sieacutendome posible ver a Saacuteez ni a Montguyon a quien envieacute frecuentes y apremiantes recados Ninguna noticia pude adquirir tampoco de los prisioneros Creo que me hubiera repetido el ataque cerebral que padeciacute en Sevilla si en el momento de mi mayor desesperacioacuten no apareciese [293] mi generoso galaacuten franceacutes a devolverme la vida Estaba paacutelido y pareciacutea muy agitado

-Vengo de Caacutediz -me dijo- Dispeacutenseme usted si no he podido servirla maacutes pronto

-iquestY queacute hay -pregunteacute con la vida toda en suspenso

-Deme usted su mano -dijo Montguyon ceremoniosamente

Se la di y la besoacute con amor

-Ahora sentildeora todo ha acabado entre nosotros Mi deber estaacute cumplido y mi deber es perdonar pagando las ofensas con beneficios

Yo me sentiacutea muy conmovida y no pude decirle nada

-Ni un momento he dudado de su nobleza e hidalguiacutea -indiqueacute con acento de pura verdad- A veces tropezamos en la vida con el bien y pasamos sin verlo Sentildeor Conde mi gratitud seraacute eterna

-No quiero gratitud -diacutejome con mucha tristeza- Es un sentimiento que no me gusta recibido sino dado Deseo tan soacutelo un recuerdo bueno y constante

-iexclY una amistad entrantildeable una estimacioacuten profunda -exclameacute derramando laacutegrimas [294]

-Todo estaacute hecho

-iquestConforme a mi deseo iexclBendito sea el momento en que nos conocimos

-Sentildeora su prisionero de usted estaacute sano y salvo a bordo de la corbeta Tisbe que parte esta tarde para Gibraltar

-iquestY coacutemo

-Por sus antecedentes debiacutea ser condenado a muerte Otros menos criminales subiraacuten al cadalso si no se escapan a tiempo Yo le saqueacute anoche furtivamente de los Dominicos y le embarqueacute esta mantildeana Ya no corre peligro alguno Estaacute bajo la salvaguardia del noble pabelloacuten ingleacutes

-iexclOh gracias gracias

-Ademaacutes del servicio que a usted presto creo cumplir un deber de conciencia arrancando una viacutectima a los feroces Ministros del Rey de Espantildea

-iquestPues queacute -pregunteacute con asombro- iquestSu Majestad no ha ofrecido en su Manifiesto de Caacutediz perdonar a todo el mundo

-iexclPalabras de Rey prisionero Las palabras del deacutespota libre son las que rigen ahora Su Majestad ha promulgado otro decreto que es la negra bandera de las proscripciones un programa de sangre y exterminio Innumerables personas han sido condenadas a muerte [295]

-Esto es una infamia pero en fin iquesteacutel estaacute en salvo

-En salvo

-Y sabe que me lo debe a miacute sabe que yo iexclOh sentildeor Conde no extrantildee usted mi egoiacutesmo Estoy loca de alegriacutea y puedo repetir con toda mi alma laquoahora siacute que no se me puede escaparraquo

-Sabe que a usted lo debe todo y espera abrazarla pronto

-iquestCoacutemo

-Muy faacutecilmente Comprendiendo que usted desea ir en su compantildeiacutea he pedido otro pasaporte para Dordf Jenara de Baraona

-De modo que yo

-Puede embarcarse usted esta tarde antes de las cuatro a bordo de la Tisbe

-iquestEs verdad lo que oigo

-Aquiacute estaacute la orden firmada por el almirante ingleacutes Me la ha dado juntamente con las que ponen en salvo a los ex-regentes Ciacutescar y Valdeacutes impiacuteamente condenados a muerte por el Rey

-iexclOh soy feliz y todo lo debo a usted iexclQueacute admirable conducta

Sin poder contenerme caiacute de rodillas y con mis laacutegrimas bantildeeacute las generosas manos de aquel hombre [296]

-Asiacute castigo yo -me dijo levantaacutendome- Prepaacuterese usted A las tres y media vengo a buscarla para conducirla a bordo del bote franceacutes que me han facilitado dos guardias marinos parientes miacuteos

El Conde se retiroacute recomendaacutendome otra vez que estuviera pronta a las tres y media Era la una

Ocupeme con febril presteza de preparar mi viaje Estaba resuelta a abandonar todo lo que no nos fuera faacutecil llevar Mariana y yo trabajamos como locas sin darnos un segundo de reposo

La felicidad se desbordaba en mi alma Me reiacutea sola Pero iexclay una idea triste conturboacute de suacutebito mi mente Acordeme de la pobre hueacuterfana viajera y esto produjo en mi espiacuteritu una detencioacuten dolorosa en su raudo y atrevido vuelo Pero al mismo tiempo sentiacutea que los rencores huiacutean de mi corazoacuten siendo reemplazados por sentimientos dulces y expansivos los uacutenicos dignos de la privilegiada alma de la mujer

-Perdono a todo el mundo -dije para miacute- Reconozco que hice mal en engantildear a aquella pobre muchacha Todaviacutea le estaraacute buscando Pero yo tambieacuten le he buscado yo tambieacuten he padecido horriblemente iexclOh iexclDios [297] miacuteo Al fin me das respiro al fin me das la felicidad que tanto he buscado y que no pude obtener a causa sin duda de mis atroces faltas La felicidad hace buenos a los malos y yo sereacute buena sereacute siempre buena Esta tarde cuando le vea le pedireacute perdoacuten por lo que hice con su hermana iexclOh ahora me acuerdo de la marquesa de Falfaacuten y torno a ponerme furiosa No eso siacute que no puede perdonarse iexclno Tendraacute que darme cuenta de su vil conducta Pero al fin le perdonareacute iexclEs tan dulce perdonar Bendito sea Dios que nos hace felices para que seamos buenos

Esto y otras cosas seguiacutea pensando sin cesar de trabajar en el arreglo de mi equipaje Miraba a todas horas el reloj que era tambieacuten de cucuacute como el de aquella horrible noche de Sevilla pero el paacutejaro de Puerto Real me era simpaacutetico y sus saluditos y su canto regocijaban mi espiacuteritu

Dieron las tres Una mano brutal golpeoacute mi puerta No habiacutea dado yo la orden de pasar adelante cuando se presentaron cuatro hombres dos paisanos y dos militares Uno de los paisanos llevaba bastoacuten de policiacutea Avanzoacute hacia miacute iexclVisioacuten horrible Yo habiacutea visto al tal en alguna parte iquestDoacutende En Benabarre [298]

Aquel hombre me dijo groseramente

-Sentildeora Dordf Jenara de Baraona dese usted presa

En el primer instante no contesteacute porque la estupefaccioacuten me lo impediacutea Despueacutes rugiendo maacutes bien que hablando exclameacute

-iexclYo presa yo iquestQuieacuten lo manda

-De orden del excelentiacutesimo Sr D Viacutector Saacuteez Ministro universal de Su Majestad

-iexclVil iexclTan vil tuacute como Saacuteez -griteacute

Yo no era mujer era una leona

Al ver que se me acercaron dos soldados y asieron mis brazos con sus manos de hierro corriacute por la estancia No buscaba mi salvacioacuten en cobarde fuga buscaba un cuchillo un hacha un arma cualquiera Comprendiacutea el asesinato Mi furor no teniacutea comparacioacuten con ninguacuten furor de hombre Era furor de mujer No encontreacute ninguna arma iexclDios vengador Si la encontrara aunque fuera un tenedor creo que habriacutea matado a los cuatro Un candelabro vino a mis manos tomelo y al instante la cabeza de uno de ellos se rajoacute iexclSangre iexclYo queriacutea sangre

Pero me atenazaron con sus salvajes brazos iexclPresa presa Todos mis afanes todos [299] mis sentimientos todos mis deseos se condensaban en uno solo tener delante a D Viacutector Saacuteez para lanzarme sobre eacutel y con mis dedos tentildeidos de sangre sacarle los ojos

No pudiendo hundir mis dedos en ajenos ojos los volviacute contra los miacuteos clavelos en mi cabeza intentando agujerearme el craacuteneo y sacarme los sesos Mi aliento era fuego puro

Llevaacuteronme iquestqueacute seacute yo a doacutende Por el camino iexcloh Sataacuten miacuteo iexcloh demonio injustamente arrojado del Paraiacuteso sentiacute el disparo de la corbeta inglesa al darse a la vela

Fin de

LOS CIEN MIL HIJOS DE SAN LUIS

MADRID

Febrero de 1877

  • Los Cien Mil Hijos de San Luis
    • - I -
    • - II -
    • - III -
    • - IV -
    • - V -
    • - VI -
    • - VII -
    • - VIII -
    • - IX -
    • - X -
    • - XI -
    • - XII -
    • XIII
    • - XIII -
    • - XIV -
    • - XV -
    • - XVI -
    • - XVII -
    • - XVIII -
    • - XIX -
    • - XX -
    • - XXI -
    • - XXII -
    • - XXIII -
    • - XXIV -
    • - XXV -
    • - XXVI -
    • - XXVII -
    • - XXVIII -
    • - XXIX -
    • - XXX -
    • - XXXI -
    • - XXXII -
    • - XXXIII -
    • - XXXIV -
    • - XXXV -
    • - XXXVI -
Page 4: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien

mucho pulso los trabajos tratando de combinar el movimiento cortesano con una ruidosa algarada de las partidas del Norte Discurriendo sobre [12] este negocio me mostroacute su grandiacutesima perspicacia y colosal ingenio para conspirar y despueacutes me instruyoacute prolijamente de lo que yo debiacutea hacer en Madrid del arte con que debiacutea tratar a cada una de las personas para quienes llevaba delicados mensajes con otras muchas particularidades que no son de este momento Casi toda mi comisioacuten era enteramente confidencial y personal quiero decir que el conspirador me entregoacute muy poco papel escrito pero en cambio me repitioacute varias veces sus instrucciones para que retenieacutendolas en la memoria obrase con desembarazo y seguridad en las difiacuteciles ocasiones que me aguardaban

Partiacute para Madrid en Febrero del 22

- II - Emprendiacute estos manejos con entusiasmo y con placer con entusiasmo porque adoraba en aquellos diacuteas la causa de la Iglesia y el Trono con placer porque la ociosidad entristeciacutea mis diacuteas en Bayona La soledad de mi existencia me abrumaba tanto como el peso de las desgracias que a otros afligen y que yo no conociacutea [13] auacuten Con separarme de mi esposo cuyo salvaje caraacutecter y feroz suspicacia me hubieran quitado la vida adquiriacute libertad suma y un sosiego que despueacutes de saboreado por alguacuten tiempo llegoacute a ser para miacute algo fastidioso Poseiacutea bienes de fortuna suficientes para no inquietarme de las materialidades de la vida de modo que mi ociosidad era absoluta Me refiero a la holganza del espiacuteritu que es la maacutes penosa pues la de las manos yo que no carezco de habilidades jamaacutes la he conocido

A estos motivos de tristeza debo antildeadir el gran vaciacuteo de mi corazoacuten que estaba ha tiempo como casa deshabitada lleno tan soacutelo de sombras y de ecos Despueacutes de la muerte de mi abuelo ninguacuten afecto de familia podiacutea interesarme pues los Baraonas que subsistiacutean o eran muy lejanos parientes o no me queriacutean bien De mi infeliciacutesimo casamiento soacutelo saqueacute amarguras y pesadumbres y para que todo fuese maldito en aquella unioacuten no tuve hijos Sin duda Dios no queriacutea que en el mundo quedase memoria de tan grande error

Faacutecilmente se comprenderaacute que en tal situacioacuten de espiacuteritu me gustariacutea lanzarme a esas ocupaciones febriles que han sido siempre el principal gozo de mi vida Ninguna cosa llana y natural ha cautivado jamaacutes mi corazoacuten [14] ni me embelesoacute como a otros lo que llaman dulce corriente de la vida Antes bien yo la quiero tortuosa y raacutepida que me ofrezca sorpresas a cada instante y aun peligros que se interne por pasos misteriosos despueacutes de los cuales deslumbre maacutes la claridad del diacutea que caiga como el Piedra en cataratas llenas de ruido y colores o se oculte como el Guadiana sin que nadie sepa doacutende ha ido

Yo sentiacutea ademaacutes en mi alma la atraccioacuten de la Corte no pudiendo descifrar claramente cuaacutel objeto o persona me llamaban en ella ni explicarme las anticipadas emociones que por el camino sentiacutea mi corazoacuten como el derrochador que principia a

gastar su fortuna antes de heredada Mi fantasiacutea enviaba delante de siacute en el camino de Madrid maravillosos suentildeos e infinitos goces del alma peligros vencidos y amables ideales realizados Caminando de este modo y con los fines que llevaba iba yo por mi propio y verdadero camino

Desde que llegueacute me puse en comunicacioacuten con los personajes para quienes llevaba cartas o recados verbales Tuve noticias de la rebelioacuten de los Guardias que se preparaba hice lo que Ugarte me habiacutea mandado en sus minuciosas instrucciones y halleacute ocasioacuten de advertir el mucho atolondramiento y ninguacuten concierto con [15] que eran llevados en Madrid los arduos traacutemites de la conspiracioacuten

Lo mejor y maacutes importante de mi comisioacuten estaba en Palacio adonde me llevoacute D Viacutector Saacuteez confesor de Su Majestad Muchos deseos teniacutea yo de ver de cerca y conocer por miacute misma al Rey de Espantildea y toda su real familia y entonces quedoacute satisfecho mi anhelo Hice un raacutepido estudio de todos los habitantes de Palacio particularmente de las mujeres la Reina Amalia Dordf Francisca esposa de don Carlos y Dordf Carlota del Infante D Francisco La segunda me parecioacute desde luego mujer a propoacutesito para revolver toda la Corte De los hombres D Carlos me parecioacute muy sesudo dotado de cierto fondo de honradez preciosiacutesima con lo cual compensaba su escasez de luces y a Fernando le diputeacute por muy astuto y conocedor de los hombres apto para engantildearles a todos si bien privado del valor necesario para sacar partido de las flaquezas ajenas La Reina pasaba su vida rezando y desmayaacutendose pero la varonil Dordf Francisca de Braganza poniacutea su alma entera en las cosas poliacuteticas y llena de ambicioacuten trataba de ser el brazo derecho de la Corte Dordf Carlota que entonces estaba embarazada del que luego fue Rey consorte tampoco se dormiacutea en esto [16]

Los palaciegos tan aborrecidos entonces por la muchedumbre constitucional Infantado Montijo Sarriaacute y demaacutes aristoacutecratas no serviacutean en realidad de gran cosa Sus planes faltos de seso y travesura teniacutean por objeto algo en que se destacase con preferencia la personalidad de ellos mismos Ninguno valiacutea para maldita la cosa y asiacute nada se habriacutea perdido con quitarles toda participacioacuten en la conjura Los individuos de la Congregacioacuten Apostoacutelica que era una especie de masoneriacutea absolutista tampoco haciacutean nada de provecho como no fuera allegar plebe y disponer de la gente fanaacutetica para un momento propicio En los jefes de la Guardia habiacutea maacutes presuncioacuten que verdadera aptitud para un golpe difiacutecil y el clero se precipitaba gritando en los puacutelpitos cuando la situacioacuten requeriacutea prudencia y habilidad sumas Los liberales masones o comuneros vendidos al absolutismo y que al pronunciar sus discursos violentos se entusiasmaban por cuenta de este estaban muy mal dirigidos porque con su exageracioacuten poniacutean diariamente en guardia a los constitucionales de buena fe He examinado uno por uno los elementos que formaban la conspiracioacuten absolutista del antildeo 22 para que cuando la refiera se explique en cierto modo el lamentable aborto y total ruina de ella [17]

NOTA DEL AUTOR A continuacioacuten refiere la sentildeora los sucesos del 7de Julio Aunque su narracioacuten es superior a la nuestra principalmente a causa de la graciosa sencillez y verdad con que toda ella estaacute hecha la suprimimos por no repetir ni aun mejoraacutendolo lo que ya aparecioacute en otro volumen

- III - Despueacutes de los aciagos diacuteas de Julio mi situacioacuten que hasta entonces habiacutea sido franca y segura fue comprometidiacutesima No es faacutecil dar una idea de la presteza con que se ocultaron todos aquellos hombres que pocos diacuteas antes conspiraban descaradamente Desaparecieron como caterva de menudos ratoncillos cuando los sorprende en sus audaces rapintildeas el hombre sin poder perseguirlos ni aun conocer los agujeros por donde se han metido A miacute me maravillaba que D Viacutector Saacuteez hombre de una obesidad respetable pudiese estar escondido sin que al punto se descubriese su guarida Los palaciegos se filtraron tambieacuten y los que no estaban muy evidentemente comprometidos [18] como por ejemplo Pipaoacuten dieron vivas a la Constitucioacuten vencedora unieacutendose a los liberales

Tuve ademaacutes la desgracia de perder varios papeles en casa de un pobre maestro de escuela donde nos reuniacuteamos y esto me causoacute gran zozobra pero al fin los encontreacute no sin trabajo exponieacutendome a los mayores peligros La seguridad de mi persona corrioacute tambieacuten no poco riesgo y en los diacuteas 9 y 10 de Julio no tuve un instante de respiro pues por milagro no me arrastraron a la caacutercel los milicianos borrachos de vino y de patrioteriacutea Gracias a Dios vino en mi amparo un joven paisano y antiguo amigo miacuteo el cual en otras ocasiones habiacutea ejercido en mi vida influencia muy decisiva semejante a la de las estrellas en la antigua caacutebala de los astroacutelogos

Pasados los primeros diacuteas pude introducirme en Palacio a pesar de la formidable y espesa muralla liberalesca que lo defendiacutea Encontreacute a Su Majestad lleno de consternacioacuten y amargura principalmente por verse obligado a poner semblante lisonjero a sus enemigos y aun a darles abrazos lo cual era muy del gusto de ellos en su mayoriacutea gente inocentona y creacutedula No me agradaba ver en nuestro Soberano tan poco corazoacuten pero [19] si en eacutel hubiera concordado el valor con las travesuras y agudezas del entendimiento ninguacuten tirano antiguo ni moderno le habriacutea igualado Su desaliento y desesperacioacuten no le impidieron que se enamorase de miacute porque en todas las ocasiones de su vida bajo las distintas maacutescaras que se quitaba y se poniacutea apareciacutea siempre el saacutetiro

Temerosa de ciertas brutalidades quise huir Brindeme entonces a desempentildear una comisioacuten difiacutecil para lo cual Fernando no se fiaba de ninguacuten mensajero y aunque eacutel no quiso que yo me encargase de ella porque no me alejara de la Corte tanto insteacute y con tales muestras de verdad prometiacute volver que se me dieron los pasaportes

El mes anterior habiacutea salido para Francia D Joseacute Villar Frontiacuten uno de los intrigantes maacutes sutiles del antildeo 14 aunque como salido de la academia del cuarto del Infante D Antonio no era hombre de gran iniciativa sino muy plegadizo y servicial en bajas urdimbres Llevaba oacuterdenes para que el marqueacutes de Mataflorida formase una Regencia absolutista en cualquier punto de la frontera conquistado por los guerrilleros Estas instrucciones eran conformes al plan del Gobierno franceacutes que deseaba la introduccioacuten de la Carta en Espantildea y [20] un absolutismo templado pero Fernando que haciacutea tantos papeles a la vez deseaba que sus comisionados afectando ser partidarios

de la Carta trabajasen por el absolutismo limpio Esto exigiacutea frecuentes rectificaciones en los despachos que se enviaban y avisos contradictorios trabajo no escaso para quien habiacutea de ocultar de sus ministros todos estos y aun otros inverosiacutemiles liacuteos

Yo me comprometiacute a hacer entender a Mataflorida y a Ugarte lo que se queriacutea transmitieacutendoles verbalmente algunas preciosas ideas del Monarca que no podiacutean fiarse al papel ni a signo ni cifra alguna Ya por aquellos diacuteas se supo que la Seo de Urgel habiacutea sido ganada al Gobierno por el bravo Trapense y se esperaba que en la agreste plaza se constituyera la salvadora Regencia A la Seo pues debiacutea yo dirigirme

La partida y el viaje no eran problemas faacuteciles Esto me preocupoacute durante algunos diacuteas y trateacute de sobornar para que me acompantildease al amigo de quien antes he hablado A eacutel no le faltaban en verdad ganas de ir conmigo al extremo del mundo pero le conteniacutea el amor de su madre anciana Mucho lucheacute para decidirle empleando razonamientos y seducciones diversas mas a pesar de la propensioacuten de su caraacutecter [21] a ciertas locuras y del considerable prestigio que yo empezaba a ejercer sobre eacutel se resistiacutea tenazmente alegando motivos poderosos cuya fuerza no me era desconocida Al fin tanto pudo una mujer llorando que eacutel abandonoacute todo su madre y su casa aunque por poco tiempo y con la sana intencioacuten de volver cuando me dejase en parajes donde no existiese peligro alguno El infeliz presagiaba sin duda su desdichada suerte en aquella expedicioacuten porque luchoacute grandemente consigo mismo para decidirse y hasta el uacuteltimo momento estuvo vacilante

Aquel hombre habiacutea sido enemigo miacuteo o maacutes propiamente de mi esposo Desde la nintildeez nos conocimos fue mi novio en la edad en que se tiene novio Sucesos lamentables que me afligen al venir a la memoria caprichos y vanidades miacuteas me separaron de eacutel yo creiacute que para siempre pero Dios lo dispuso de otro modo Durante mucho tiempo estuve creyendo que le odiaba pero el sentimiento que en miacute habiacutea era maacutes que rencor una antipatiacutea arbitraria y voluntariosa Por causa de ella siempre le teniacutea en la memoria y en el pensamiento Circunstancias funestas le pusieron en contacto conmigo diferentes veces y siempre que ocurriacutea algo grave en la vida de eacutel o en la miacutea [22] tropezaacutebamos providencialmente el uno con el otro como si el alma de cada cual vieacutendose en peligro pidiese auxilio a su compantildeera

En miacute se verificoacute una crisis singular Por razones que no son de este sitio yo llegueacute a aborrecer todo lo que mi esposo amaba y a amar todo lo que eacutel aborreciacutea Al mismo tiempo mi antiguo novio mostraba hacia miacute sentimientos tan vivos de menosprecio y desdeacuten que esto inclinoacute mi corazoacuten a estimarle Yo soy asiacute y me parece que no soy el uacutenico ejemplar Desde la ocasioacuten en que le arranqueacute de las furibundas manos de mi marido no debiacute de ser tampoco para eacutel muy aborrecible

Cuando nos encontramos en Madrid y desde que hablamos un poco caiacutemos en la cuenta de que ambos estaacutebamos muy solos Y no soacutelo habiacutea semejanza en nuestra soledad sino en nuestros caracteres principal origen quizaacutes de aquella Hicimos propoacutesito de echar a la espalda aquel traacutegico aborrecimiento que antes nos teniacuteamos el cual se fundaba en veleidades y caprichosas monomaniacuteas del espiacuteritu y no tardamos mucho tiempo en conseguirlo Ambos reconocimos las grandes y ya irremediables equivocaciones de nuestra primera juventud y nos maravillaacutebamos de hallar tan extraordinaria fraternidad en nuestras almas [23] iexclSer de este modo haber nacido el uno para el otro y sin embargo haber estado daacutendonos golpes en las tinieblas durante

tanto tiempo iexclQueacute fatalidad Hasta parece que no somos responsables de ciertas faltas y que estas por lo que tienen de placentero pueden tolerarse como compensacioacuten de pasados dolores y de un error deplorable y fatal dependiente de voluntades sobrehumanas

Pero no no quiero eximirme de la responsabilidad de mi culpa y de haber faltado claramente impulsada por moacuteviles irresistibles a la ley de Dios No nada me disculpa ni las atrocidades de mi marido ni la espantosa soledad en que yo estaba ni los mil escollos de la vida en la Corte ni las grandes seducciones morales y fiacutesicas de mi paisano y dulce compantildeero de la nintildeez Reconozco mi falta y atenta soacutelo a que este papel reciba un escrupuloso retrato de mi conciencia y de mis acciones la escribo aquiacute venciendo la verguumlenza que confesioacuten tan penosa me causa

Salimos de Madrid en una hermosa noche de Julio Cuando dejamos de oiacuter el rugido de la Milicia victoriosa me parecioacute que entraba en el cielo Iacutebamos coacutemodamente en una silla de postas con buenos caballos y un haacutebil mayoral de Palacio Yo habiacutea tomado un nombre supuesto [24] dicieacutendome marquesa de Berceo y eacutel era nada menos que mi esposo una especie de marqueacutes de Berceo Mucho nos reiacutemos con esta invencioacuten que a cada paso daba lugar a picantes comentarios y agudezas No recuerdo diacuteas maacutes placenteros que los de aquel viaje

iexclCuaacutentas veces bajamos del coche para andar largos trechos a pie recreaacutendonos en la hermosura de las incomparables noches de Castilla iexclCoacutemo se agrandaba todo ante nuestros ojos principalmente las cosas inmateriales Nos pareciacutea que aquella dulce vagancia no acabariacutea nunca y que los diacuteas venideros seriacutean siempre como aquel cielo que veiacuteamos dilatados serenos y sin nubes En tales horas o hablaacutebamos poco o vertiacuteamos el alma del uno en la del otro alternativamente por medio de observaciones y preguntas acordes con el hermoso espectaacuteculo que veiacuteamos fuera y dentro de nosotros pues de mi alma puede decirse que estaba tan llena de estrellas como el firmamento

Han pasado muchos antildeos entonces teniacutea yo veintisiete y ahora no lo quiero decir por no espantarme pero creo que he traspasado el medio siglo (3) Entonces mis cabellos [25] eran de oro ahora son de plata sin que ni una sola hebra de ellos conserve su primitivo color Mis ojos teniacutean el brillo que es reflejo de la inteligencia despierta y de los sentimientos bullidores ahora no son maacutes que dos empantildeadas cuentas azules de las cuales se escapa alguna vez fugitivo rayo Mi cara entonces respiraba alegriacutea salud y el alma rielaba sobre mis facciones como la luz sobre la superficie de las temblorosas aguas ahora es una maacutescara que me sirve para disimular los pensamientos y que a muchos deja ver todaviacutea huellas claras de la gran hermosura que hubo en ella Entonces era muy hermosa ahora soy una vieja que debioacute haber (4) sido guapa aunque si he de creer a don Toribio el canoacutenigo de Tortosa todaviacutea puedo volver loco a cualquiera En suma todo ha pasado mudaacutendose considerablemente e infinitas personas han pasado a ser recuerdos Lo que siempre estaacute lo mismo es mi paiacutes que no deja de luchar un momento por la misma causa y con las mismas armas y si no con las mismas personas con los mismos tipos de guerreros y poliacuteticos Mi paiacutes sigue siempre a la calesera

Pues bien en todo el tiempo transcurrido entre estas dos eacutepocas no he visto pasar diacuteas como aquellos Fueron de los pocos que tiene cada mortal como un regalo del cielo para toda [26] la existencia y que en vano se aguardan despueacutes porque no vuelven Estos aguinaldos de la vida no se reciben maacutes que una vez Salvador era menos feliz que

yo a causa de los deberes y las afecciones que habiacutea dejado atraacutes Yo procuraba hacerle olvidar todo lo que no fuese nosotros mismos mas resultaba esto muy difiacutecil por ser eacutel menos duentildeo de sus acciones que yo y aun si se quiere menos egoiacutesta Iacutebamos de pueblo en pueblo sin apresurarnos ni detenernos mucho Aquel vivir entre todo el mundo y al mismo tiempo sin testigo era mi mayor delicia Los diversos pueblos por donde pasaacutebamos no teniacutean sin duda noticia de la felicidad de los marqueses de Berceo pues si la tuvieran no creo que nos dejaran seguir sin quitarnos algo de ella

- IV - Gracias a nuestro dinero y a nuestro buen porte podiacuteamos disfrutar de todas las comodidades posibles en las posadas El calor nos obligaba a detenernos durante el diacutea caminando por las noches y ni en Castilla ni en [27] Aragoacuten tuvimos ninguacuten mal encuentro como recelaacutebamos con milicianos ladrones o espiacuteas del Gobierno

Maacutes allaacute de Zaragoza empezamos a temer que nos salieran al paso las tropas de Torrijos o de Manso Por eso en vez de tomar directamente el camino de Cataluntildea subimos hacia Huesca Salvador cuya antipatiacutea a los facciosos y guerrilleros era violentiacutesima se mostroacute disgustado al considerarse cerca de ellos Entonces tuve un momento de suacutebita tristeza oyeacutendole decir

-Cuando lleguemos a un lugar seguro o esteacutes entre tus amigos me volvereacute a Madrid

Yo deseaba que no llegasen ni el lugar seguro ni tampoco mis amigos Pero aunque mi tristeza fue grande desde aquel instante apoderaacutendose de mi corazoacuten como un presagio de desventuras estaba muy lejos de sospechar el espantoso golpe que nos amenazaba consecuencia providencial de nuestra falta y de mi criminal ligereza iexclAy piensa el malo que sus alegriacuteas han de ser perpetuas y la misma grata corriente de ellas le lleva ciego a lo que yo llamo la sucursal del infierno en la tierra que es la desgracia y el anticipado castigo de los delitos

De Huesca nos dirigimos a Barbastro siguiendo [28] por un detestable camino hasta Benabarre donde entramos al anochecer Detuvieron nuestro coche algunos hombres y al verles exclameacute

-Los guerrilleros Ya estamos en casa

Salvador mostroacute gran disgusto y cuando fuimos interrogados dio algunas contestaciones que debieron de sonar muy mal en los oiacutedos de los soldados de la fe Yo teniacutea confianza en mi gente y la seguridad de no ser detenida pero no fue posible evitar ciertas molestias Nos hicieron bajar del coche antes de llegar a la posada y presentarnos a un ruacutestico capitaacuten que estaba en la venta del camino bebiendo vino juntamente con otro guerrillero al modo de frailazo armado de pistolas y con dos o tres individuos de maliacutesima catadura

Sus maneras no eran en verdad nada corteses a pesar de defender causa tan sagrada como es la del Altar y el Trono pero con dos o tres palabras dichas eneacutergicamente y en tono de dignidad me hice respetar al punto Yo mostraba al que pareciacutea jefe mis papeles cuando observeacute que uno de los hombres alliacute presentes miraba a mi compantildeero de viaje con expresioacuten poco tranquilizadora Llegose a eacutel y ponieacutendole la mano en el hombro le dijo con brutal modo y expresioacuten de venganza [29]

-iquestMe conoces iquestSabes quieacuten soy

-Siacute -le respondioacute Monsalud paacutelido y coleacuterico- Ya seacute que eres un hombre vil tu nombre es Regato

El desconocido se abalanzoacute en ademaacuten hostil hacia mi amigo pero este supo recibirle con tanta valentiacutea que le hizo rodar por el suelo bantildeado el rostro en sangre Quedeme sin aliento al ver la furia de aquella gente ante el mal trato dado a uno de los suyos Milagro de Dios fue que no perecieacutesemos alliacute pero el capitaacuten pareciacutea hombre prudente y haciendo salir de la venta al agraviado nos notificoacute que estaacutebamos presos hasta que el jefe decidiera lo que se habiacutea de hacer con nosotros

Afectando serenidad le dije que mirara bien lo que haciacutea por ser yo persona de gran poder en la frontera y en Palacio pero encogieacutendose de hombros tan soacutelo me permitioacute despueacutes de largas discusiones hablar al que ellos llamaban coronel Saliacute desalada de la venta dejando en ella la mitad de mi alma pues alliacute quedoacute guardado por dos hombres mi ultrajado amigo y me presenteacute al coronel que era un capuchino de Cervera Acababa de despachar un bodrio y dos azumbres que le habiacutean puesto para que cenase y su paternidad despueacutes del pienso no teniacutea al parecer la cabeza muy serena Sin [30] embargo no me tratoacute mal Diacutejome que el Sr Regato le habiacutea informado ya de quieacuten era mi acompantildeante y que en vista de sus antecedentes y circunstancias no podiacutea ser puesto en libertad Puacuteseme furiosa yo me creiacute capaz de destrozar soacutelo con mis untildeas a aquel tremendo fraile coronel cuyas barbas y salvaje apostura poniacutean miedo en el corazoacuten maacutes esforzado Sin miramiento alguno le increpeacute dicieacutendole cuantas atrocidades me vinieron a la boca y amenazaacutendole con pedir su cabeza al Rey pero ni aun asiacute logreacute ablandar aquella roca en figura de bestia Oyome el baacuterbaro con paciencia sin duda por ser maacutes fraile que guerrero y resumioacute sus resoluciones dicieacutendome

-Usted sentildeora puede ir libremente a donde le acomode pero ese hombre no me sale de aquiacute

iexclAy si yo hubiera tenido a mis oacuterdenes diez hombres armados habriacutea atacado al batalloacuten cuadrilla o lo que fuera segura de destrozarlo que tanto puede el furor de una hembra ofendida Volviacute a la venta resuelta a sacar de ella a Salvador con mis propias manos desafiando las armas de sus guardianes pero cuando entreacute mi compantildeero de viaje mi adorado amigo mi pobre marqueacutes de Berceo habiacutea [31] desaparecido Le llameacute con la voz ronca de tanto gritar le llameacute con toda mi alma pero no me respondioacute Una mujer andrajosa que pareciacutea tan salvaje y feroz como los hombres que en aquel pueblo vi salioacute conmigo al camino y sentildealando a un punto en la oscuridad del espacio negro dijo sordamente

-Alliacute

Y mirando hacia donde su dedo me indicaba vi unas grandes sombras que pareciacutean murallones almenados y como ruinas hendidos Pregunteacute queacute sitio era aquel y la desconocida me contestoacute

-El castillo

La mujer llevando una cesta con provisiones marchoacute en direccioacuten del castillo Yo la seguiacute No tardamos en llegar y por una poterna desvencijada que se abriacutea en la muralla despueacutes de pasado el foso sin agua penetramos en un patio lleno de escombros y de yerba

-iexclAquiacute aquiacute le han encerrado -exclameacute mirando a todos lados como quien ha perdido el juicio

La mujer se detuvo ante miacute y sentildealando el suelo dijo con voz muy luacutegubre

-iexclAbajo

Yo creiacute volverme loca Los ojos de la horrible persona que me daba tan tremendas noticias [32] brillaban con claridad verdosa como los de animal felino Quise seguirla cuando subioacute la escalerilla que conduciacutea a las habitaciones practicables entre tanta ruina pero un centinela me echoacute fuera brutalmente amenazaacutendome con arrojarme al foso si no me retiraba maacutes pronto que la vista Estas fueron sus propias palabras

Corriacute hacia el pueblo resuelta a ver de nuevo al coronel capuchino de Cervera Pero tanta agitacioacuten agotoacute al fin mis fuerzas y tuve que sentarme en una gran piedra del camino fatigada y abatida porque a mi primera furia sustituyoacute una afliccioacuten profundiacutesima que me hizo llorar No recuerdo haber derramado nunca maacutes laacutegrimas en menos tiempo Al fin sobreponieacutendome a mi dolor seguiacute adelante jurando no continuar el viaje sin llevar en mi compantildeiacutea al infeliz cuanto adorado amigo de mi nintildeez Desperteacute al capuchino que ya roncaba el cual de muy mal talante repitioacute su fiera sentencia diciendo

-Usted sentildeora puede continuar su viaje pero el otro no saldraacute de aquiacute sin orden superior Yo seacute lo que me digo iexclPisto que ya me canso de sermonear Vaya usted con Dios y deacutejenos en paz

Despreciando su barbarie insistiacute y amenaceacute [33] y al cabo me dio algunas esperanzas con estas palabras

-El jefe de nuestra partida acaba de llegar Haacuteblele usted a eacutel y si consiente

-iquestQuieacuten es el jefe

-D Saturnino Albuiacuten -me contestoacute

Al oiacuter este nombre vi el cielo abierto Yo habiacutea conocido en Bayona al ceacutelebre Manco y recordeacute que aunque muy baacuterbaro haciacutea alarde de generosidad e hidalguiacutea en todas las ocasiones que se le presentaban No quise detenerme ni un instante y al punto me informeacute de que D Saturnino estaba en una casa situada junto al camino a la salida

del pueblo en direccioacuten a Tremp Desde la plaza se veiacutean dos lucecillas en las ventanas de la vivienda Corriacute allaacute guiada por la simpaacutetica claridad de aquellas luces semejantes a dos ojos y que eran para miacute fanales de esperanza Llegueacute sin aliento agitada por la fatiga y un dulce presagio de buen eacutexito que me llenaba el corazoacuten

El centinela me dijo que no se podiacutea pasar pero apelando a mis bolsillos paseacute En la escalera en el pasillo alto fui repetidas veces detenida pero con el mismo talismaacuten abriacuteame paso

-Ahiacute estaacute -me dijo un hombre sentildealando una puerta detraacutes de la cual se oiacutean alteradas [34] voces en disputa Sin reparar maacutes que en mi afaacuten empujeacute la puerta y entreacute

Albuiacuten que estaba en pie se volvioacute al sentir el ruido de la puerta y me interrogoacute con sus ojos que expresaban sorpresa y coacutelera por mi brusca entrada Otro guerrillero estaba junto a la mesa con los codos sobre ella encendiendo un cigarro en la luz del veloacuten de cobre que alumbraba la estancia

-iquestQueacute se le ofrece a usted sentildeora -me dijo Albuiacuten moviendo con gesto de impaciencia su uacutenica mano

Yo no habiacutea dado cuatro pasos dentro de la habitacioacuten cuando observeacute que maacutes allaacute de la mesa habiacutea otro hombre apoltronado en un silloacuten con los pies extendidos sobre una banqueta inclinada la cabeza sobre el hombro y durmiendo tranquilamente con ese suentildeo del guerrillero cansado que acaba de recorrer dos provincias y marear a dos ejeacutercitos Al verle iexclSanto Dios me quedeacute yerta muda como estatua no pude pronunciar una palabra ni dar un paso ni respirar ni huir ni gritar El terror me arrancoacute suacutebitamente del pensamiento mis angustias de aquella noche

Aquel hombre era mi marido

-iquestQueacute se le ofrece a usted sentildeora -volvioacute a preguntarme el Manco [35]

Pasado el primer instante de terror en miacute no hubo otra idea que la idea de huir de desaparecer de desvanecerme como el humo o como la palabra vana que se lleva el viento

-Pero iquestqueacute se le ofrece a usted demonio -repitioacute el guerrillero

-iexclNada -contesteacute y a toda prisa saliacute de la habitacioacuten

Yo creo que ni un relaacutempago corre como yo corriacute fuera de la casa No veiacutea maacutes que el camino y mi veloz carrera nunca me pareciacutea bastante apresurada para llegar al centro del pueblo donde habiacutea dejado mi coche

A lo lejos detraacutes de miacute sentiacute voces burlonas que deciacutean

-iexclLa mujer loca la mujer loca

Eran los bravos a quienes yo habiacutea dado tanto dinero para que me dejasen pasar A cada instante volviacutea la cabeza por ver si mi marido veniacutea corriendo detraacutes de miacute

Llegueacute medio muerta a donde estaba mi coche y tirando del brazo del cochero para que despertase griteacute

-iexclFrancisco Francisco vuela vuela fuera de este horrible pueblo

Y me metiacute en el coche

-iquestAdoacutende vamos sentildeora -me preguntoacute el pobre hombre sacudiendo la pereza [36]

-iquestEstaacutes sordo Te he dicho que vueles iquestHablo yo en griego que vueles hombre Mata los caballos pero ponme a muchas leguas de aquiacute

-iquestA doacutende vamos sentildeora iquestHacia la Seo

-Hacia el infierno si quieres con tal que me saques de aquiacute

Mi coche partioacute a escape y siguiendo el camino en direccioacuten a Tremp paseacute junto a la malhadada casa donde habiacutea visto a mi esposo Entonces los baacuterbaros reunidos junto a la puerta me aclamaron otra vez arrojando algunas piedras a mi coche Su grito era

-iexclLa mujer loca la mujer loca

En efecto lo estaba iexclAh iexclBenabarre Benabarre maldito seas En ti acaboacute mi felicidad en las espinas de tu camino dejeacute clavado mi corazoacuten chorreando sangre Fuiste mi calvario y la piedra resbaladiza de mal aguumlero donde caiacute para siempre cuando maacutes orgullosa marchaba Fuiste el tajo donde el cielo puso mi cabeza para asegurar el golpe de su cuchilla pero con ser obra del cielo mi castigo iexclte odio execrable pueblo de bandidos iexclSepulcro de mi edad feliz no puedo verte sin espanto y mientras tenga lengua te maldecireacute [37]

- V - Llegueacute a la Seo el 14 de Agosto iexclQueacute viaje el de Benabarre a la Seo Si antes todo se adaptaba al lisonjero estado de mi alma despueacutes todos los caballos eran malos todos los caminos intransitables todas las posadas insufribles todos los diacuteas calorosos y las noches todas tristes como los pensamientos del desterrado Mi alma sin consuelo mientras maacutes gente veiacutea maacutes sola se encontraba Mi pensamiento no podiacutea apartarse de aquel lugar siniestro donde habiacutean quedado mi amor y mi suplicio mi falta y mi conciencia representados cada una en un hombre

Casi antes de desempentildear mi comisioacuten trateacute de ocuparme de salvar al infeliz que habiacutea quedado cautivo en Benabarre pero Mataflorida me dijo sonriendo

-Luego luego mi querida sentildeora trataremos de ese asunto Infoacutermeme usted de lo que trae pues no hay tiempo que perder Hoy mismo constituiremos la Regencia

Maacutes de dos horas estuvimos departiendo [38] Eacutel como hombre muy ambicioso y que gustaba de ser el primero en todo recibioacute con gusto las instrucciones reservadiacutesimas que le daban gran superioridad entre sus compantildeeros de Regencia Eran estos el baroacuten de Eroles y don Jaime Creux arzobispo de Tarragona ambos lo mismo que Mataflorida de clase humildiacutesima sacados de su oscuridad por los tiempos revolucionarios lo cual no era un argumento muy fuerte en pro del absolutismo Una Regencia destinada a restablecer el Trono y el Altar debioacute constituirse con gente de raza Pero la edad revuelta que corriacuteamos los exigiacutea de otro modo y hasta el absolutismo alistaba su gente en la plebe Este hecho que ya veniacutea observaacutendose desde el siglo pasado lo expresaba Luis XV diciendo que la nobleza necesitaba estercolarse para ser fecundada

De los tres regentes el maacutes simpaacutetico era Mataflorida y tambieacuten el de maacutes entendimiento el maacutes tolerante Eroles y el maacutes malo y antipaacutetico D Jaime Creux No puede decirse de estos hombres que habiacutean marchado con lentitud en sus brillantes carreras Eroles era estudiante en 1808 y en 1816 teniente general El otro de cleacuterigo oscuro pasoacute a obispo en premio de su traicioacuten en las Cortes del antildeo 14

Yo no teniacutea mi espiacuteritu en disposicioacuten de [39] atender a las ceremonias con que quisieron celebrar los triunviros el establecimiento de la Regencia Despueacutes de publicar su ceacutelebre manifiesto proclamaron solemnemente al Monarca restituyeacutendole a la plenitud de sus derechos seguacuten deciacuteamos entonces Levantoacutese en la plaza de la Seo un tablado sobre el que un sacristaacuten vestido de rey de armas gritoacute laquoiexclEspantildea por Fernando VIIraquo y luego dieron al viento una bandera en la cual las monjas habiacutean bordado una cruz y aquellas palabras latinas que quieren decir por este signo venceraacutes Los altos castillos que coronan los montes en cuyo centro estaacute sepultada la Seo hicieron salvas y aquello en verdad pareciacutea una proclamacioacuten en toda regla

Despueacutes de la ceremonia poliacutetica hubo jubileo por las calles y rogativa puacuteblica a que concurrioacute el obispo con todo el clero armado y el cabildo sin armas Era un espectaacuteculo edificante y al mismo tiempo horroroso Daba idea de la inmensa fuerza que teniacutean en nuestro paiacutes las dos clases reunidas clero y plebe pero los frailes armados de pistolas y los guerrilleros con vela en la mano el general con crucifijo y el arcediano con espuelas moviacutean a risa y a odio juntamente El ejeacutercito de la fe uniformado soacutelo con el gorro catalaacuten habriacutea [40] parecido un ejeacutercito de pavos si no estuviera bien probado su indomable valor

Yo veiacutea aquella procesioacuten chabacana horrible parodia del levantamiento nacional de 1808 y aquellas espantosas figuras de curas confundidas con guerreros como se ven las ficciones horrendas de una pesadilla Tal espectaacuteculo era excesivamente desagradable a mi espiacuteritu y la bulla del pueblo me poniacutea los nervios en el maacutes lastimoso desorden Semejante Carnaval en Urgel que es sin disputa el pueblo maacutes feo de todo el mundo era para enfermar y aun enloquecer a cualquiera Mi privilegiada naturaleza me salvoacute

Y pasaban diacuteas sin que me fuera posible hacer nada de provecho por mi amado prisionero de Benabarre Obteniacutea siacute promesas y aun oacuterdenes de la Regencia pero como no podiacutea trasladarme yo misma al lugar del conflicto era muy difiacutecil que tuviesen cumplimiento Antes me dejara morir que encaminarme a paraje alguno donde hubiese probabilidades de encontrar la persona o siquiera las huellas de mi esposo y seguacuten mis averiguaciones este no habiacutea abandonado el bajo Aragoacuten

Al fin supe que mi cara mitad unieacutendose a Jeps dels Estanys habiacutea pasado a la alta Cataluntildea [41] Llena de esperanza entonces corriacute a Benabarre cargada de oacuterdenes de Mataflorida y del mismo Eroles que acababa de ponerse a la cabeza de la insurreccioacuten catalana Ninguacuten obstaacuteculo podiacutean oponerme ya los guerrilleros mas por mi desgracia cuando llegueacute al funesto pueblo de Aragoacuten ni un solo partidario del realismo quedaba en su recinto el castillo habiacutea sido volado y el miacutesero cautivo seguacuten me dijeron trasladado a otro punto

-iquestVivo -pregunteacute

-Vivo y cargado de cadenas -me contestoacute la misma mujer de aquella horrenda noche de Agosto- Se iba muriendo por el camino pero le daban comida y bebida para que no acabase de padecer

No tuve tiempo para entregarme a inuacutetiles lamentaciones porque corrioacute por todo el pueblo esta horrible voz iexcllos liberales iexclque vienen los liberales y tuve que huir Con mucho trabajo y gastando bastante dinero pude escapar a Francia por Canfranc

NOTA DEL AUTOR Aquiacute concluye el primer fragmento de las curiosas Memorias Como el segundo se refiere a sucesos ocurridos en la primavera del 23 resultando una interrupcioacuten de siete meses nos vemos en la necesidad [42] de llenar tan lamentable vaciacuteo con relaciones propias que abreviaremos todo lo posible para que no se echen de menos por mucho tiempo las aventuras de la dama viajera contadas por ella misma

- VI - La primera determinacioacuten del Gobierno popular que sucedioacute al de Martiacutenez de la Rosa despueacutes de las jornadas de Julio fue nombrar general del ejeacutercito del Norte al rayo de las guerrillas al Napoleoacuten navarro D Francisco Espoz y Mina En medio de su atolondramiento los siete Ministros a quienes la Corte llamaba los Siete nintildeos de Eacutecija no careciacutean de iniciativa y de cierta arrogancia emprendedora que por alguacuten tiempo les permitioacute sostenerse en el poder con prestigio El nombramiento de Mina y aquella orden que le dieron de hacer tabla rasa de las provincias rebeldes no pudieron ser maacutes acertados

El gran guerrillero no necesitaba muy vivas excitaciones para sentar su pesada mano a los pueblos Navarros y catalanes le conociacutean Pero antantildeo habiacutea hecho la guerra con [43] ellos y ahora debiacutea hacerla contra ellos lo cual era muy distinto Antes se batiacutea contra tropas regulares y ahora con ellas perseguiacutea las partidas Bien se ve que el coloso de las guerrillas estaba fuera de su natural esfera y asiento Iba a hacer el papel del enemigo durante la guerra de la Independencia

A pesar de esta desventaja empezoacute con muy buen pie su campantildea No podiacutea decirse propiamente que habiacutea partidas en el Norte sino que todo el Norte desde Gerona hasta Guipuacutezcoa y desde el Pirineo hasta las inmediaciones del Ebro ardiacutea con horrible llamarada absolutista Quesada a cuyo lado despuntaba un precoz muchacho llamado Zumalacaacuterregui dominaba en Navarra juntamente con Guergueacute y D Santos Ladroacuten Albuiacuten y Cuevillas y Merino asolaban la tierra de Burgos Capapeacute el Aragoacuten Jeps dels Estanys el Trapense Romagosa y Caragol a Cataluntildea donde el baroacuten de Eroles trataba de formar un ejeacutercito regular con las desperdigadas gavillas de la fe Muchos frailes del paiacutes empezando por los aguerridos capuchinos de Cervera que habiacutean escapado del furor de las tropas liberales y concluyendo por los monjes de Poblet que tanto trabajaron en la conspiracioacuten formaban en las filas del Manco o de Capapeacute o de Misas [44]

Mina tomoacute el mando de las tropas de Cataluntildea y al poco tiempo el aspecto de la campantildea principioacute a mudarse favorablemente a nuestras armas En 24 de Octubre despueacutes de obligar a los facciosos a levantar el sitio de Cervera arrasoacute a Castellfollit poniendo sobre sus ruinas el ceacutelebre cartel que deciacutea laquoAquiacute existioacute Castellfollit Pueblos tomad ejemplo y no deis abrigo a los enemigos de la patriaraquo

En Noviembre tomoacute a Balaguer En el mismo mes obligoacute a muchos facciosos a pasar la frontera en presencia del cordoacuten sanitario con que nos amenazaban los franceses En 20 de Enero uno de los suyos el brigadier Rotten jefe de la cuarta divisioacuten del ejeacutercito de Cataluntildea haciacutea sufrir a San Llorens de Morunys el tremendo castigo de que habiacutea sido viacutectima Castellfollit diciendo a las tropas en la orden del diacutea laquoLa villa esencialmente rebelde llamada San Llorens de Morunys seraacute borrada del maparaquo

Aquel destructor de ciudades sentildealaba a cada regimiento las calles que debiacutea saquear antes de dar principio a la operacioacuten de borrar del mapa No de otra manera procedioacute Hoche en la Vendeacutee pero este sistema de borrar del mapa es algo expuesto sobre todo en Espantildea

El 8 de Diciembre puso Mina sitio a la Seo [45] de Urgel mientras Rotten iba convenciendo a los rebeldes catalanes con las suaves razones que indicamos y en uno de los pueblos demolidos y arrasados precisamente en aquel mismo San Llorens de Morunys llamado tambieacuten Piteus ocurrioacute un suceso digno de mencionarse y que causoacute maravilla y emocioacuten muy viva en toda la tropa

Fue de la manera siguiente Para que el saqueo se hiciera con orden Rotten dispuso que el batalloacuten de Murcia trabajase en las calles de Arantildeas y Balldelfred el de Canarias en las calles de Frecsures y Segories el de Coacuterdoba en la de Ferronised y Ascervalds dejando los arrabales para el destacamento de la Constitucioacuten y la caballeriacutea Lo mismo en la orden de saqueo que en la de incendio que le siguioacute fueron exceptuadas doce casas que perteneciacutean a otros tantos patriotas

El regimiento de Coacuterdoba funcionaba en la calle de Ferronised entre la consternacioacuten de los aterrados habitantes cuando unos soldados descubrieron un hondo soacutetano o mazmorra y registraacutendolo por si en eacutel habiacutea provisiones almacenadas para los facciosos vieron a un hombre aherrojado o maacutes propiamente dicho un cadaacutever viviente cuya miserable postracioacuten y estado les causaron espanto No vacilaron en [46] prestarle auxilio cristianamente sacaacutendole de alliacute en hombros despueacutes de quitarle con

no poco trabajo las cadenas y cuando el cautivo vio la luz se desmayoacute pronunciando incoherentes palabras que maacutes bien expresaban demencia que alegriacutea

Rodeaacuteronle todos siendo objeto de gran curiosidad por parte de oficiales y soldados que no cesaban de denostar a los facciosos por la crueldad usada con aquel infeliz Este pareciacutea haber permanecido bajo tierra mucho tiempo seguacuten estaba de liacutevido y exanguumle y sin duda era viacutectima del furor de las hordas absolutistas y maacutes que criminal castigado por sus delitos un buen patriota condenado por su amor a la Constitucioacuten

Un capitaacuten ayudante de Rotten llamado D Rafael Seudoquis se interesoacute vivamente por el cautivo y despueacutes de mandar que se le diera toda clase de socorros le apremioacute para que hablase El hombre sacado del fondo de la tierra pareciacutea joven a pesar de lo que le abrumaba su padecer y se sorprendioacute muy agradablemente de ver los uniformes de la tropa Las primeras palabras que pronuncioacute fueron

-iquestEn doacutende estaacuten

-iquestLos facciosos -dijo Seudoquis riendo- [47] Me parece que no les veremos en mucho tiempo seguacuten la prisa que llevan Ahora buen amigo diacuteganos coacutemo se llama usted y quieacuten es

El cautivo haciacutea esfuerzos para recordar

-iquestEn queacute antildeo estamos -preguntoacute al fin mirando a todos con extraviados ojos

-En el de 1823 que parece seraacute el peor antildeo del siglo seguacuten como empieza

-iquestY en queacute mes

-En Enero y a 15 diacutea de San Pablo ermitantildeo Si usted recuerda cuaacutendo le empaquetaron puede hacer la cuenta del tiempo que ha estado en conserva

-He estado preso -dijo el hombre despueacutes de una larga pausa- seis meses y algunos diacuteas

-Pues no es mucho otros han estado maacutes No le habraacuten tratado a usted muy bien eso es lo malo pero descuide usted que ahora las van a pagar todas juntas El pueblo seraacute incendiado y arrasado

-iexclIncendiado y arrasado -exclamoacute el cautivo con pena- iexclQueacute laacutestima que no sea Benabarre

-Sin duda el cautiverio de usted -dijo Seudoquis intimando maacutes con el desgraciado- empezoacute en ese horrible pueblo aragoneacutes [48]

-Siacute sentildeor de alliacute me trajeron a Tremp y de Tremp a Masbruacute y de Masbruacute aquiacute

-iexclOh iexclbuen viaje ha sido iexclY seis meses de encierro bajo el poder de esa canalla No seacute coacutemo no le fusilaron a usted seiscientas veces

-Eran demasiado inhumanos para hacerlo

Llevaacuteronle fuera del pueblo en una camilla y a presencia del brigadier que le interrogoacute Desde el cuartel general vio las llamas que devoraban San Llorens y entonces dijo

-Arde lo inocente las guaridas y los perversos lobos estaacuten en el monte

El bravo y generoso Seudoquis fue encargado por el brigadier de vestirle pues los andrajos que cubriacutean el cuerpo del cautivo se caiacutean a pedazos Al diacutea siguiente de su maravillosa redencioacuten hallose muy repuesto por la influencia del aire sano y de los alimentos que le dieron y aunque le era imposible dar un paso podiacutea hablar sin acongojarse como el primer diacutea por falta de aliento

-iquestQueacute ha pasado en todo este tiempo -preguntoacute con voz deacutebil y temblorosa al que continuamente le daba pruebas de generosidad e intereacutes- iquestSigue reinando Fernando VII

-Hombre siacute todaviacutea le tenemos encima -dijo Seudoquis atizando la hoguera alrededor de la cual vivaqueaban juntamente con el cautivo [49] cuatro o cinco oficiales- Gotosillo sigue nuestro hombre pero auacuten nos estaacute embromando y nos embromaraacute por mucho tiempo

-iquestY la Constitucioacuten subsiste

-Tambieacuten estaacute gotosa o mejor dicho acatarrada Me parece que de esta fecha enterramos a la sentildeora

-iquestY hay Cortes

-Cortes y recortes Pero me parece que pronto no quedaraacuten maacutes que los de los sastres

-Y queacute iquesthay revolucioacuten en Espantildea

-Nada estamos en una balsa de aceite

-iquestQueacute Ministerio tenemos

-El de los Siete nintildeos de Eacutecija iquestPues queacute vamos a estar mudando de nintildeos todos los diacuteas

-iquestY ha vuelto la Milicia a sacudir el polvo a la Guardia Real

-Ahora nos ocupamos todos en cazar frailes y guerrilleros siempre que ellos no nos cacen a nosotros

-iquestY Riego

-Ha ido a Andaluciacutea

-iquestHay agitacioacuten allaacute

-Lo que hay es mucha sangre vertida en todas partes

-Revolucioacuten completa iquestDoacutende hay partidas [50]

-Pregunte usted que doacutende hay espantildeoles

-Toda Cataluntildea parece estar en armas contra el Gobierno

-Y casi todo Aragoacuten y Navarra y Vizcaya y Burgos y Leoacuten y mucha parte de Guadalajara Cuenca Aacutevila Toledo Caacuteceres Hay facciones hasta en Andaluciacutea que es como decir que hasta las ranas han criado pelo

-iexclQueacute horrible suentildeo el miacuteo -dijo luacutegubremente el cautivo- y queacute triste despertar

-Esto es un volcaacuten amigo miacuteo

-iquestPero queacute quieren

-Confites Piden Inquisicioacuten y cadenas

-iquestY quieacuten los dirige

-El Rey y en su real nombre la Regencia de Urgel

-Una Regencia

-Que tiene su Gobierno regular sus embajadores en las Cortes de Europa y ha contratado hace poco un gran empreacutestito iexclSi no hay paiacutes ninguno como este Espanta el ver coacutemo falta dinero para todo menos para conspirar

-iquestY queacute hace el Gobierno

-iquestQueacute ha de hacer Boberiacuteas Trasladar los curas de una parroquia a otra declarar vacantes las sillas de los obispos que estaacuten en la faccioacuten fomentar las sociedades patrioacuteticas suprimir [51] los conventos que estaacuten en despoblado y otras grandes medidas salvadoras

-iquestNo ha cerrado el Gobierno las sociedades patrioacuteticas

-Ha abierto la Landaburiana para que los liberales tengan una buena plazuela donde insultarse

-iquestSiguen los discursos

-Siacute pero abundan maacutes los cachetes

-iquestY queacute generales mandan los ejeacutercitos de operaciones

-Aquiacute Mina en Castilla la Nueva ODaly Quiroga en Galicia en Aragoacuten Torrijos

-iquestY vencen

-Cuando pueden

-Es una delicia lo que encuentro a mi vuelta del otro mundo

-Si casi era mejor que se hubiese usted quedado por allaacute Asiacute al menos no sufririacutea la verguumlenza de la intervencioacuten extranjera

-iquestIntervencioacuten

-iexclY se asusta iquestPues hay nada maacutes natural Seguacuten parece allaacute por el mundo civilizado corre el rumor de que esto que aquiacute pasa es un escaacutendalo

-Siacute que lo es

-Los Reyes temen que a sus Naciones respectivas les entre este maleficio de las Constituciones [52] de las sociedades Landaburianas de las partidas de la Fe de los frailes con pistolas y nos van a quitar todos estos motivos de distraccioacuten Lejos del mundo ha estado usted y muy dentro de tierra cuando no han llegado a sus oiacutedos las ceacutelebres notas

-iquestQueacute notas

-El re mi fa de las Potencias Las notas han sido tres todas muy desafinadas y las potencias que las han dado tres tambieacuten como las del alma Rusia Prusia y Austria

-iquestY queacute pediacutean

-No puedo deciacuterselo a usted claramente porque los embajadores no me las han leiacutedo pero si seacute que la contestacioacuten del Gobierno espantildeol ha sido retumbante y guerrera como un redoble de tambor

-Es decir que desafiacutea a Europa

-Siacute sentildeor la desafiamos Ahora se recuerda mucho la guerra de la Independencia pero yo digo como Cervantes que nunca segundas partes fueron buenas

-iquestDe modo que tendremos otra vez extranjeros

-Franceses Ahiacute tiene usted en lo que ha venido a parar el ejeacutercito de observacioacuten Entre el cordoacuten sanitario y el de San Francisco nos van a dar que hacer Digo y los [53] diputados el diacutea en que aprobaron la contestacioacuten a las notas fueron aclamados por el pueblo Yo estaba en Madrid esa noche y como vivo frente al coronel San Miguel las murgas no me dejaron dormir en toda la noche Por todas partes no se oyen maacutes que mueras a la Santa Alianza a las Potencias del Norte a Francia y a la Regencia de Urgel Ahora se dice tambieacuten como entonces laquodejarles que se internenraquo pero la tropa no estaacute

muy entusiasmada que digamos Con todo si entran los interventores no les recibiremos con las manos en los bolsillos

-Tremendos diacuteas vienen -dijo el cautivo- Si los absolutistas vencen no podremos vivir aquiacute O ellos o nosotros Hay que exterminarles para que no nos exterminen

-Diga usted que si hubiera muchos brigadieres Rotten pronto se acababa esa casta maligna Fusilamos realistas por docenas sin distincioacuten de sexo ni edad ni formalidades de juicio iexclAy del que cae en nuestras manos Nuestro brigadier dice que no hay otro remedio ni entienden maacutes razoacuten que el arcabuzazo Ayer hicimos catorce prisioneros en San Llorens Hay de toda casta de gentes mujeres hombres dos cleacuterigos un jesuita que usa gafas un escribano de setenta antildeos una mujer [54] puacuteblica dos guerrilleros invaacutelidos en fin un muestrario completo El jefe les ha sentenciado ya pero como esto no se puede decir asiacute se hace la comedia de enviarles a la caacutercel de Solsona y por el camino cuando viene la noche y se llega a un sitio conveniente pim pam se les despacha en un santiameacuten y a otra

-Si no me engantildeo -dijo el cautivo- aquellos paisanos que por alliacute se ven son los prisioneros de San Llorens

En una loma cercana a distancia de dos tiros de fusil se veiacutea un grupo de personas custodiadas por la tropa Pareciacutea un rebantildeo que se habiacutea detenido a sestear

-Cabalmente -dijo Seudoquis- aquellos son Dentro de una hora se pondraacuten en camino para la eternidad iexclY estaacuten tan tranquilos Como que no han probado auacuten las recetas del brigadier Rotten

-Ojo por ojo y diente por diente -dijo el cautivo contemplando el grupo de prisioneros- iexclAh gran canalla no se entierran hombres impunemente durante seis meses no se baila encima de su sepultura para atormentarle no se les insulta por la reja no se les arroja saliva e inmundicia sin sentir maacutes tarde o maacutes temprano la mano justiciera que baja del cielo [55]

Despueacutes callaron todos No se oiacutea maacutes que el rasgueo de la pluma con que uno de los oficiales escribiacutea teniendo el papel sobre una cartera y esta sobre sus rodillas Cuando hubo concluido el cautivo rogoacute que se le diese lo necesario para escribir una carta a su madre anunciaacutendole que viviacutea pues seguacuten dijo en todo el tiempo de su ya concluida cautividad no habiacutea podido dar noticia de su existencia a los que le amaban

-iquestViviraacuten como yo -dijo tristemente- o afligidos por mi desaparicioacuten habraacuten muerto

-Dispeacutenseme usted -manifestoacute Seudoquis- pero a medida que hablamos me ha parecido reconocer en usted a una persona con quien hace algunos antildeos tuve relaciones

-Siacute Sr Seudoquis -dijo el cautivo sonriendo- El mismo soy Conspiramos juntos el antildeo 19 y a principios del antildeo 20

-Sentildeor Monsalud -exclamoacute el oficial abrazaacutendole- buen hallazgo hemos hecho sacaacutendole a usted de aquella mazmorra iexclYa se ve iquestCoacutemo podriacutea conocerle si estaacute usted hecho un esqueleto Ademaacutes en estos tiempos se olvida pronto iexclHe visto tanta

gente desde aquellos felices diacuteas porque eran felices siacute Aunque sea entre peligros el conspirar es siempre muy agradable sobre todo si se tiene fe [56]

-Entonces teniacutea yo mucha fe

-iexclAh Y yo tambieacuten Me hubiera dejado descuartizar por la libertad

-iexclCon queacute afaacuten trabajaacutebamos

-Siacute iexclcon queacute afaacuten

-iexclNos pareciacutea que de nuestras manos iba a salir acabada y completa la maacutes liberal y al mismo tiempo la maacutes feliz Nacioacuten de la tierra

-Siacute iexclqueacute ilusiones Si no estoy trascordado tambieacuten nos hallamos juntos en la logia de la calle de las Tres Cruces

-Siacute alliacute estuve yo alguacuten tiempo En aquello nunca tuve mucha fe

-Yo siacute pero la he perdido completamente Vea usted en queacute han venido a parar aquellas detestables misas masoacutenicas

-Nunca tuve ilusiones respecto a la Orden de la Viuda

-Pues nosotros -dijo Seudoquis riendo- tuvimos hasta hace poco en el regimiento nuestra caverna de Adorinam Pero apenas funcionaba ya iexclCuaacutenta ruina amigo miacuteo iexclCoacutemo se ha desmoronado aquel fantaacutestico edificio que levantamos Yo he sido de los que con maacutes gana con maacutes conviccioacuten y hasta con verdadera ferocidad han gritado iexclConstitucioacuten o muerte Haacutebleme usted con franqueza Salvador iquesttiene usted fe [57]

-Ninguna -repuso el cautivo- pero tengo odio y por el odio que siento contra mis carceleros estoy dispuesto a todo a morir matando facciosos si el general Mina quiere hacerme un hueco entre sus soldados

-Pues yo -manifestoacute Seudoquis con frialdad- no tengo fe tampoco tengo odio muy vivo pero el deber militar supliraacute en miacute la falta de estas dos poderosas fuerzas guerreras Pienso batirme con lealtad y llevar la bandera de la Constitucioacuten hasta donde se pueda

-Eso no basta -dijo Monsalud moviendo la cabeza- Para este conflicto nacional se necesita algo maacutes En fin Dios diraacute

Y empezoacute a escribir a su madre

- VII -

Despueacutes de dar noticia de su estupenda liberacioacuten exponiendo con brevedad los padecimientos del largo cautiverio que habiacutea sufrido escribioacute las frases maacutes carintildeosas y una pateacutetica declaracioacuten de arrepentimiento por su desnaturalizada conducta y la impiacutea fuga que tan duramente habiacutea castigado Dios Manifestando [58] despueacutes su falta de recursos y que maacutes que un viaje a Madrid le conveniacutea su permanencia en el ejeacutercito de Cataluntildea rogaba a su madre que vendiese cuanto habiacutea en la casa y juntamente con Solita se trasladase a la Puebla de Arganzoacuten donde pasariacutea a verlas pidiendo una licencia Concluiacutea indicando la direccioacuten que debiacutea darse a las cartas de respuesta y pediacutea que esta fuera inmediata para calmar la incertidumbre y afaacuten de su alma

Aquella misma tarde habloacute con el brigadier Rotten el cual era un hombre muy rudo y fiero bastante parecido en genio y modos a don Carlos Espantildea Aconsejole este que viera al general Mina en cuyo ejeacutercito habiacutea varias partidas de contraguerrilleros organizadas disciplinariamente antildeadioacute que eacutel (el brigadier Rotten) se habiacutea propuesto hacer la guerra de exterminio quemando arrasando y fusilando en la seguridad de que la supresioacuten de la humanidad traeriacutea infaliblemente el fin del absolutismo y concluyoacute diciendo que pasaba a la provincia de Tarragona con todas las fuerzas de su mando excepcioacuten hecha del batalloacuten de Murcia que le habiacutea sido reclamado por el general en jefe para reforzar el sitio de la Seo Monsalud sin vacilar en su eleccioacuten optoacute por seguir a los de Murcia que iban hacia la Seo [59]

Salioacute pues Murcia al diacutea siguiente muy temprano en direccioacuten a Castellar llevando el triste encargo de conducir a los catorce prisioneros de San Llorens de Morunys Seudoquis no ocultoacute a Salvador su disgusto por comisioacuten tan execrable pero ni eacutel ni sus compantildeeros podiacutean desobedecer al baacuterbaro Rotten Puacutesose en marcha el regimiento que maacutes bien pareciacutea cortejo fuacutenebre y en uno de sus uacuteltimos carros iba Monsalud viendo delante de siacute a los infelices cautivos atraillados algunos medio desnudos y todos abatidos y llorosos por su miserable destino aunque no se creiacutean condenados a muerte sino tan soacutelo a denigrante esclavitud

Camino maacutes triste no se habiacutea visto jamaacutes Lleno de fango el suelo cargada de neblina la atmoacutesfera y enfriada por un remusguillo helado que del Pirineo descendiacutea todo era tristeza fuera y dentro del alma de los soldados No se oiacutean ni las canciones alegres con que estos suelen hacer menos pesadas las largas marchas ni los diaacutelogos picantes ni maacutes que el luacutegubre compaacutes de los pasos en el cieno y el crujir de los lentos carros y los suspiros de los acongojados prisioneros El diacutea se acaboacute muy pronto a causa de la niebla que al modo de envidia lo empantildeaba y al llegar a un aacutengulo del camino en cierto sitio llamado los tres [60] Roures (los tres robles) el regimiento se detuvo Tomaba aliento porque lo que iba a hacer era grave

Salvador sintioacute un suacutebito impulso en su alma cristiana Eran los sentimientos de humanidad que se sobreponiacutean al odio pasajero y al recuerdo de tantas penas Cuando vio que la horrible sentencia iba a cumplirse hundioacute la cabeza sepultaacutendola entre los sacos y mantas que llenaban el carro y oroacute en silencio Los ayes lastimeros y los tiros que pusieron fin a los ayes le hicieron estremecer y sacudirse como si resonaran en la cavidad de su propio corazoacuten Cuando todo quedoacute en luacutegubre silencio alzando su angustiada cabeza dijo asiacute

-iexclQueacute cobarde soy El estado de mi cuerpo que parece de vidrio me hace deacutebil y pusilaacutenime como una mujer No debo tenerles laacutestima porque me sepultaron durante

seis meses porque bailaron sobre mi calabozo y me injuriaron y escupieron porque ni aun tuvieron la caridad de darme muerte sino por el contrario me dejaban vivir para mortificarme maacutes

El regimiento siguioacute adelante y al pasar junto al lugar de la carniceriacutea Salvador sintioacute renacer su congoja

-Es preciso ser hombre -pensoacute- La guerra [61] es guerra y exige estas crueldades Es preciso ser verdugo que viacutectima O ellos o nosotros

Seudoquis se acercoacute entonces para informarse de su estado de salud Estaba el buen capitaacuten tan paacutelido como los muertos y su mano ardiente y nerviosa temblaba como la del asesino que acaba de arrojar el arma para no ser descubierto

-iquestQueacute dice usted amigo miacuteo -le preguntoacute Salvador

-Digo -repuso el militar tristemente- que la Constitucioacuten seraacute vencida

- VIII - Hasta el 25 de Enero no llegaron a Canyellas donde Mina teniacutea su cuartel general frente a la Seo de Urgel Habiacutean pasado maacutes de sesenta diacuteas desde que puso sitio a la plaza y aunque la Regencia se habiacutea puesto en salvo llevaacutendose el dinero y los papeles los testarudos catalanes y aragoneses se sosteniacutean fieramente en la poblacioacuten en los castillos y en la formidable ciudadela [62]

Mina hombre de mucha impaciencia teniacutea en aquellos diacuteas un humor de mil demonios Sus soldados estaban medio desnudos sin ninguacuten abrigo y con menos ardor guerrero que hambre A los cuarenta y seis cantildeones que guarneciacutean las fortalezas de la Seo el heacuteroe navarro no podiacutea oponer ni una sola pieza de artilleriacutea El paiacutes en que operaba era tan pobre y desolado que no habiacutea medios de que sobre eacutel como es costumbre vivieran las tropas Por carecer estas de todo hasta careciacutean de fanatismo y el grito de Constitucioacuten o muerte haciacutea ya muy poco efecto Era como los cumplimientos que todo el mundo los dice y nadie cree en ellos Un invierno friacuteo y crudo completaba la situacioacuten derramando nieves escarchas hielos y lluvia sobre los sitiadores no menos desabrigados que aburridos

Delante de la miserable casilla que le serviacutea de alojamiento soliacutea pasearse D Francisco por las tardes con las manos en los bolsillos de su capote y pisando fuerte para que entraran en calor las entumecidas piernas Era hombre de cuarenta y dos antildeos recio y avellanado de semblante rudo en que se pintaba una gran energiacutea y todo su aspecto revelaba al guerreador castellano maacutes aacutegil que forzudo En sus ojos sombreados por cejas muy espesas brillaba la [63] astuta mirada del guerrillero que sabe organizar las emboscadas y las dispersiones Teniacutea cortas patillas que empezaban a emblanquecer y una piel bronca las mandiacutebulas asiacute como la parte inferior de la cara muy pronunciadas la cabeza cabelluda y no como la de Napoleoacuten sino piriforme y

amelonada a lo guerrillero No careciacutea de cierta zandunga (5) su especial modo de sonreiacuter y su hablar era como su estilo conciso y claro si bien no muy elegante pero si no escribiacutea como Julio Ceacutesar soliacutea guerrear como eacutel

No le educaron sus mayores sino los menores de su familia y tuvo por maestro a su sobrino un seminarista calaveroacuten que empezoacute su carrera persiguiendo franceses y la acaboacute fusilado en Ameacuterica Se hizo general como otros muchos y con mejores motivos que la mayor parte educaacutendose en la guerra de la Independencia sirviendo bien y con lealtad ganando cada grado con veinte batallas y defendiendo una idea poliacutetica con perseverancia y buena fe Su destreza militar era extraordinaria y fue sin disputa el primero entre los caudillos de partidas pues teniacutea la osadiacutea de Merino el brutal arrojo del Empecinado la astucia de Albuiacuten y la ligereza del Royo Sus crueldades de que tanto se ha hablado no saliacutean como las de Rotten de las perversidades [64] de un corazoacuten duro sino de los caacutelculos de su activo cerebro y constituiacutean un plan como cualquier otro plan de guerra Supo hacerse amar de los suyos hasta el delirio y tambieacuten sojuzgar a los que se le rebelaron como el Malcarado

Poseiacutea el genio navarro en toda su grandeza siendo guerrero en cuerpo y alma no muy amante de la disciplina caminante audaz cazador de hombres enemigo de la lisonja valiente por amor a la gloria terco y caprichudo en los combates Ganoacute batallas que equivaliacutean a romper una muralla con la cabeza y fueron obras maestras de la terquedad que a veces sustituye al genio En sus crueldades jamaacutes cometioacute viles represalias ni se ensantildeoacute como otros en criaturas deacutebiles Peleando contra Zumalacaacuterregui ambos caudillos cambiaron cartas muy tiernas a propoacutesito de una nintildea de quince meses que el guipuzcoano teniacutea en poder del navarro Fuera de la guerra era hombre corteacutes y fino desmintiendo asiacute la humildad de su origen al contrario de otros muchos como D Juan Martiacuten por ejemplo que aun siendo general nunca dejoacute de ser carbonero

Salvador Monsalud habiacutea conocido a Mina en 1813 durante la conspiracioacuten y despueacutes en Madrid Su amistad no era iacutentima pero siacute [65] cordial y sincera Oyoacute el general con mucho intereacutes el relato de las desgracias del pobre cautivo de San Llorens y a cada nueva crueldad que este referiacutea soltaba el otro alguna eneacutergica invectiva contra los facciosos

-Ya tendraacute usted ocasioacuten de vengarse si persiste en su buen propoacutesito de ingresar en mi ejeacutercito -le dijo estrechaacutendole la mano- Yo tengo aquiacute varias partidas de contraguerrilleros compuestas de gentes del paiacutes y de compatriotas miacuteos que me ayudan como pueden Desde luego le doy a usted el mando de una compantildeiacutea iquestacepta usted

-Acepto -repuso Salvador- Nunca fue grande mi aficioacuten a la carrera militar pero ahora me seduce la idea de hacer todo el dantildeo posible a mis infames verdugos no asesinaacutendolos sino vencieacutendolos Este es el sentimiento de que han nacido todas las guerras Ademaacutes yo no tengo nada que hacer en Madrid El duque del Parque no se acordaraacute ya de miacute y habraacute puesto a otro en mi lugar He rogado a mi madre que venda todo y se traslade a la Puebla con mi hermana No quiero Corte por ahora Las circunstancias y una inclinacioacuten irresistible que hay dentro de miacute desde que me sacaron de aquel horrible sepulcro me impulsan a ser guerrillero [66]

-Eso no es maacutes que vocacioacuten de general -dijo Mina riendo

Despueacutes convidoacute a Monsalud a su frugal mesa y hablaron largo rato de la campantildea y del sitio emprendido que seguacuten las predicciones del general tocaba ya a su fin

-Si para el diacutea de la Candelaria no he entrado en esa cueva de ladrones -dijo- rompo mi bastoacuten de mando Dariacutea todos mis grados por podeacuterselo romper en las costillas a Mataflorida

-O al arzobispo de Creux

-Ese se pone siempre fuera de tiro Ya marchoacute a Francia por miedo a la chamusquina que les espera iexclAh Sr Monsalud si no es usted hombre de corazoacuten no venga con nosotros Cuando entremos en la Seo no pienso perdonar ni a las moscas El Trapense al tomar esta plaza pasoacute a cuchillo la guarnicioacuten Yo pienso hacer lo mismo

-iquestA queacute cuerpo me destina mi general

-A la contraguerrilla del Cojo de Lumbier Es un puntildeado de valientes que vale todo el oro del mundo

-iquestEn doacutende estaacute

-Hacia Fornals vigilando siempre la Ciudadela Los contraguerrilleros del Cojo han jurado morir todos o entrar en la Ciudadela [67] antes de la Candelaria Me inspiran tal confianza que les he dicho laquono teneacuteis que poneros delante de miacute sino para decirme que la Ciudadela es nuestraraquo

-Entraraacuten entraremos de seguro -dijo Monsalud con entusiasmo

-Y ya les he leiacutedo muy bien la cartilla -antildeadioacute Mina- Ya les he cantado muy claro que no tienen que hacerme prisioneros No doy cuartel a nadie absolutamente a nadie Esa turba de sacristantes y salteadores no merece ninguna consideracioacuten militar

-Es decir

-Que me hareacuteis el favor de pasarme a cuchillo a toda esa gavilla de tunantes Amigo miacuteo la experiencia me ha demostrado que esta guerra no se sofoca sino con la ley del exterminio llevada a su uacuteltimo extremo

Salvador oyendo esto se estremecioacute y por largo rato no pudo apartar de su pensamiento la luacutegubre fase que tomaba la guerra desde que eacutel imaginoacute poner su mano en ella

Mina encargoacute al novel guerrillero que procurara restablecerse daacutendose la mejor vida posible en el campamento pues tiempo habiacutea de sobra para entrar en lucha si continuaba la guerra como era creiacuteble en vista del estado del paiacutes y de los amagos de intervencioacuten [68] Otros amigos ademaacutes del general encontroacute Salvador en Canyellas y pueblos inmediatos relaciones hechas la mayor parte en la conspiracioacuten y fomentadas despueacutes en las logias y en los cafeacutes patrioacuteticos

- IX - La Seo de Urgel estaacute situada en la confluencia de dos riacuteos que alliacute son torrentes el Segre originario de Puigcerdaacute y el Balira un bullicioso y atronador joven enviado a Espantildea por la Repuacuteblica de Andorra Enormes montantildeas la cercan por todas partes y tres gargantas estrechas le dan entrada por caminos que entonces soacutelo eran a propoacutesito para la segura planta del mulo Sobre la misma villa se eleva la Ciudadela maacutes al Norte el CASTILLO entre estas dos fortalezas el escarpado arrabal de Castel-Ciudad y en direccioacuten a Andorra la torre de Solsona La imponente altura de estas posiciones hace muy difiacutecil su expugnacioacuten es preciso andar a gatas para llegar hasta ellas

El 29 Mina dispuso que se atacara a Castel-Ciudad [69] El eacutexito fue desgraciado pero el 1ordm de Febrero operando simultaacuteneamente todas las tropas contra Castel-Ciudad Solsona y el Castillo se logroacute poner avanzadas en puntos cuya conquista haciacutea muy peligrosa la resistencia de los sitiados Por uacuteltimo el diacutea 3 de Febrero a las doce de la mantildeana las contraguerrillas del Cojo y el regimiento de Murcia penetraban en la Ciudadela defendida por seiscientos hombres al mando de Romagosa

Aunque no se hallaba totalmente restablecido Salvador Monsalud volviacutea tan raacutepidamente a su estado normal que creyoacute de su deber darse de alta en los criacuteticos diacuteas 1ordm y 2ordm de Febrero Ademaacutes de que se sentiacutea regularmente aacutegil y fuerte le mortificaba la idea de que se le supusiera maacutes encarintildeado con la convalecencia que con las balas Tomoacute pues el mando de su compantildeiacutea de contraguerrillas a las oacuterdenes del valiente Cojo de Lumbier y fue de los primeros que tuvieron la gloria de penetrar en la Ciudadela Sin saber coacutemo sintiose dominado por la rabiosa exaltacioacuten guerrera que animaba a su gente Vio los raudales de sangre y oyoacute los salvajes gritos todo ello muy acorde con su excitado espiacuteritu

Cuando la turba vencedora cayoacute como una venganza celeste sobre los vencidos sintioacute siacute [70] pasajero temblor pero sobreponieacutendose a sus sentimientos recordoacute las instrucciones de Mina y supo transmitir las oacuterdenes de deguumlello con tanta firmeza como el cirujano que ordena la amputacioacuten Vio pasar a cuchillo a maacutes de doscientos hombres en la Ciudadela y no pestantildeeoacute pero no pudo vencer una tristeza maacutes honda que todas las tristezas imaginables cuando Seudoquis acercaacutendose a eacutel sobre charcos de sangre y entre los destrozados cuerpos palpitantes le dijo con la misma expresioacuten luacutegubre de la tarde de los tres Roures

-Me confirmo en mi idea amigo Monsalud La Constitucioacuten seraacute vencida

Al diacutea siguiente bajoacute a la villa de la Seo que le parecioacute un sepulcro del cual se acabara de sacar el cuerpo putrefacto Su estrechez loacutebrega y huacutemeda asiacute como su suciedad haciacutean pensar en los gusanos insaciables y no se podiacutea entrar en ella con aacutenimo sereno Como oyera decir que en los claustros de la catedral convertidos en

hospital habiacutea no pocas personas de Madrid se dirigioacute allaacute creyendo encontrar alguacuten amigo de los muchos y diversos que teniacutea Grande era el nuacutemero de heridos y enfermos mas no vio ninguacuten semblante conocido En el palacio arzobispal estaban soacutelo [71] los enfermos de maacutes categoriacutea Dirigiose allaacute y apenas habiacutea dado algunos pasos en la primera sala cuando se sintioacute llamado eneacutergicamente

Miroacute y dos nombres sonaron

-iexclSalvador

-iexclPipaoacuten

Los dos amigos de la nintildeez los dos colegas de la conspiracioacuten del 19 los dos hermanos aunque no bien avenidos de la logia de las Tres Cruces se abrazaron con carintildeo El buen Bragas que poco antes viendo malparada la causa constitucional habiacutea corrido a la Seo a ponerse a las oacuterdenes de la Regencia cual hombre previsor padeciacutea de un persistente reuacutema que le impidioacute absolutamente huir a la aproximacioacuten de las tropas liberales Confiaba el pobrecito en las infinitas trazas de su sutiliacutesimo ingenio para conseguir que no se le causara dantildeo y como tuvo siempre por norte hacerse amigos aunque fuera en el infierno muy mal habiacutean de venir las cosas para que no saliese alguno entre los soldados de Mina A pesar de todo estuvo con el alma en un hilo hasta que vio aparecer la figura por demaacutes simpaacutetica de su antiguo camarada y entonces no pudiendo contener la alegriacutea le llamoacute y despueacutes de estrecharle en sus brazos con la freneacutetica alegriacutea del condenado que logra salvarse le dijo [72]

-iexclQueacute bonita campantildea habeacuteis hecho Habeacuteis tomado la Seo como quien coge un nido de paacutejaros Si he de ser franco contigo me alegro no se podiacutea vivir aquiacute con esa canalla de Regencia Yo vine por cuenta del Gobierno constitucional a vigilar ya tuacute me entiendes y me marchaba cuando iexclQueacute desgraciado soy Pero supongo que no me haraacuten dantildeo alguno iquesteh iquestTienes influencia con Mina Dile que podreacute ponerle en autos de algunas picardiacuteas que proyectan los Regentes Te juro que diera no seacute queacute por ver colgado de la torre al arzobispo

Monsalud despueacutes de tranquilizarle pidiole noticias de Madrid y de su familia

Pipaoacuten permanecioacute indeciso breve rato y despueacutes antildeadioacute con su habitual ligereza de lenguaje

-iquestPero doacutende te has metido iquestTe secuestraron los facciosos Ya me lo suponiacutea y asiacute lo dije a tu pobre madre cuando estuvo en mi casa a preguntarme por ti La buena sentildeora no teniacutea consuelo Se comprende iexclNo saber de ti en tanto tiempo

iquestVive mi madre -preguntoacute Salvador- iquestEstaacute buena

-Hace algunos diacuteas que falto de Madrid y no te puedo contestar -dijo Bragas mascullando [73] las palabras- pero si recibieses alguna mala noticia no debes sorprenderte Tu ausencia durante tantos meses y la horrible incertidumbre en que ha vivido tu buena madre no son ciertamente garantiacuteas de larga vida para ella

-Pipaoacuten por Dios -dijo Monsalud con amargura- tuacute me ocultas algo tuacute por caridad no quieres decirme todo lo que sabes iquestVive mi madre

-No puedo afirmar que siacute ni que no

-iquestCuaacutendo la has visto

-Hace cuatro meses

-iquestY entonces estaba buena

-Asiacute asiacute

-iquestY Sola estaba buena

-Asiacute asiacute Las dos pareciacutean tan apesadumbradas que daba pena verlas

-iquestSeguiacutean viviendo en el Prado donde yo las dejeacute

-No volvieron a la calle de Coloreros Comprendo tu ansiedad Si no hubiera huido con la Regencia una persona que se toma intereacutes por ti que te nombra con frecuencia y que hace poco ha llegado de Madrid

-iquestQuieacuten

-Jenara [74]

-iquestHa estado aquiacute No me dices nada que no me abrume Pipaoacuten

-Marchoacute con el arzobispo y Mataflorida iexclQueacute guapa estaacute Y conspira que es un primor Soacutelo ella se atreveriacutea a meterse en Madrid llevando mensajes de esta gente de la frontera como hizo en la primavera pasada y volver locos a los Ministros y a la camarilla Pero te has puesto paacutelido al oiacuter su nombre Ya ya seacute que os quereacuteis bien Ella misma ha dejado comprender ciertas cosas iexclCuaacutento ha padecido por arrancar de la faccioacuten a un hombre secuestrado en Benabarre Ese hombre eres tuacute Bien claro me lo ha dado a entender ella con sus suspiros siempre que te nombraba y tuacute con esa palidez teatral que tienes desde que hablamos de ella Amiguito bien bravo mozas de tal calidad bien valen seis meses de prisioacuten A doce me condenariacutea yo por haber gustado esa miel hiblea

Y prorrumpioacute en alegres risas sin que el otro participase de su jovialidad Reclinado en la cama del enfermo la cabeza apoyada en la mano Monsalud pareciacutea la imagen de la meditacioacuten Despueacutes de larga pausa volvioacute a anudar el hilo del interrumpido coloquio diciendo

-iquestConque ha estado aquiacute hace poco [75]

-Siacute iquestves esta cinta encarnada que tengo en el brazo Ella me la puso para sujetarme la manga que me molestaba Si quieres este recuerdo suyo te lo puedo ceder en cambio de la proteccioacuten que me dispensas ahora

Salvador miroacute la cinta pero no hizo movimiento alguno para tomarla ni dijo nada sobre aquel amoroso tema

-iquestY dices que hizo esfuerzos por rescatarme -preguntoacute

-Siacute iexclpobre mujer Se me figura que te amoacute grandemente pero acaacute para entre los dos no creo que la primera virtud de Jenara sea la constancia Si tanto empentildeo teniacutea por salvarte iquestpor queacute no te salvoacute siendo como era amiga de Mataflorida del arzobispo y del baroacuten Con tomar una orden de la Regencia y dirigirse al interior del paiacutes dominado por los arcaacutengeles de la fe Pero no habiacutea quien la decidiera a dar este paso y antes que meterse entre guerrilleros me dijo una vez que preferiacutea morir

-Y iquestcrees tuacute que ella podriacutea darme noticias de mi familia

-Se me figura que siacute -dijo Pipaoacuten poniendo semblante compungido- Yo le oiacute ciertas cosas No seraacute malo querido amigo que te dispongas a recibir alguna mala noticia [76]

-Diacutemela de una vez y no me atormentes con tus medias palabras -manifestoacute Salvador lleno de ansiedad

-De este mundo miserable -antildeadioacute Bragas con una gravedad que no le sentaba bien- iquestqueacute puede esperarse maacutes que penas

-iexclYa lo seacute Jamaacutes he esperado otra cosa

-Pues bien Yo supongo que tuacute eres un hombre valiente iquestPara queacute andar con rodeos y palabrillas

-Es verdad

-Si al fin habiacutea de suceder si al fin habiacuteas de apurar este caacuteliz de amargura iexclAh mi querido amigo siento ser mensajero de esta tristiacutesima nueva

-iexclOh Dios miacuteo lo comprendo todo -exclamoacute Salvador ocultando su rostro entre las temblorosas manos

-iexclTu madre ha muerto -dijo Pipaoacuten

-iexclOh bien me lo deciacutea el corazoacuten -balbucioacute el hueacuterfano traspasado de dolor- iexclMadre querida iexclyo te he matado

Durante largo rato estuvo llorando amargamente [77]

- X -

Creyendo ahora conveniente el autor no trabajar maacutes por cuenta propia vuelve a utilizar el manuscrito de la sentildeora en su segunda pieza que concuerda cronoloacutegicamente con el punto en que se ha suspendido la anterior relacioacuten

Los lectores perdonaraacuten esta larga incrustacioacuten ripiosa tan inferior a lo escrito por la hermosa mano y pensado por el agudo entendimiento de la sentildeora Pero como la seguridad del edificio de esta historia lo haciacutea necesario el autor ha metido su tosco ladrillo entre el fino maacutermol de la gentil dama alavesa El segundo fragmento lleva por tiacutetulo DE PARIacuteS A CAacuteDIZ y a la letra dice asiacute

A fines de Diciembre del 22 tuve que huir precipitadamente de la Seo que amenazaba el cabecilla Mina No es faacutecil salir con pena de la Seo Aquel pueblo es horrible y todo el que vive dentro de eacutel se siente amortajado Mataflorida salioacute antes que nadie [78] treacutemulo y lleno de zozobra No podreacute olvidar nunca la figura del arzobispo montando a mujeriegas en un mulo apoyando una mano en el arzoacuten delantero y otra en el de atraacutes y con la canaleja sujeta con un pantildeuelo para que no se la arrancase el fuerte viento que soplaba Es sensible que no pueda una dejar de reiacuterse en circunstancias tristes y luctuosas y que a veces las personas maacutes dignas de veneracioacuten por su estado religioso exciten la hilaridad Conozco que es pecado y lo confieso pero ello es que yo no podiacutea tener la risa

Nos reunimos todos en Tolosa de Francia Yo resolviacute entonces no mezclarme maacutes en asuntos de la Regencia Jamaacutes he visto un desconcierto semejante Muchos espantildeoles emigrados viendo cercana la intervencioacuten (precipitada por las altaneras contestaciones de San Miguel) temblaban ante la idea de que se estableciese un absolutismo fanaacutetico y vengador y suspiraban por una transaccioacuten interpretando el pensamiento de Luis XVIII Pero no habiacutea quien apease a Mataflorida de su borrica o sea de su idea de restablecer las cosas en el propio ser y estado que tuvieron desde el 10 de Mayo de 1814 hasta el 7 de Marzo de 1820 Balmaseda le apoyaba y D Jaime Creux (el gran jinete de quien antes he hablado) era partidario [79] tambieacuten del absolutismo puro y sin mancha alguna de Caacutemaras ni camarines pero el baroacuten de Eroles y Eguiacutea se oponiacutean furiosamente a esta salutiacutefera idea de sus compantildeeros

Mi amigo el general de la coleta (ya separado de la pastelera de Bayona) queriacutea destituir a la Regencia y prender a Mataflorida y al arzobispo Mataflorida fuerte con las instrucciones reservadiacutesimas de Su Majestad que yo y otros emisarios le habiacuteamos traiacutedo seguiacutea en sus trece La Junta de Cataluntildea los apostoacutelicos de Galicia la Junta de Navarra los obispos emigrados enviaban representaciones a Luis XVIII para que reconociese a la Regencia de Urgel mientras la Regencia misma echaacutendosela de soberana enviaba una especie de plenipotenciarios de figuroacuten a los Soberanos de Europa

Nada de esto hizo efecto y la Corte de Francia conforme con Eguiacutea y el baroacuten de Eroles puso a la Regencia cara de hereje Por desgracia para la causa real Ugarte habiacutea sido quitado de la escena poliacutetica y todo el negocio como puede suponerse andaba en manos muy ineptas Alliacute era de ver la rabia de Mataflorida que alegaba en su favor las oacuterdenes terminantes del Rey pero nada de esto valiacutea porque los otros tambieacuten

mostraban cartas [80] y mandatos reales Fernando jugaba con todos los dados a la vez iquestSu voluntad quieacuten podiacutea saberla

Entretanto todo se volviacutea recados misteriosos de Tolosa a Pariacutes y a Madrid y a Verona Eguiacutea se carteaba con el duque de Montmorency ministro de Estado en Francia y Mataflorida con Chateaubriand Cuando este sustituyoacute a Montmorency en el Ministerio nuestro marqueacutes vio el cielo abierto por ser el vizconde de los que con maacutes ahiacutenco habiacutean sostenido en Verona la necesidad de volver del reveacutes las instituciones espantildeolas Necesitando negociar con eacutel y no queriendo apartarse de la frontera de Espantildea por temor a las intrigas de Eguiacutea y del baroacuten de Eroles me rogoacute que le sirviese de mensajero a lo que accediacute gustosa porque me agradaban iquesta queacute negarlo aquellos graciosos manejos de la diplomacia menuda y el continuo zarandeo y el trabar relaciones con personajes eminentes Priacutencipes y hasta soberanos reinantes Yo dicho sea sin perjuicio de la modestia habiacutea mostrado regular destreza para tales tratos asiacute como para componer haacutebilmente una intriga y el haacutebito de ocuparme en ello habiacutea despertado en miacute lo que puede llamarse el amor al arte Mi belleza y cierta magia que seguacuten dicen tuve contribuiacutean no poco entonces [81] al eacutexito de lo que yo nombraba plenipotencias de abanico

Tomeacute pues mis credenciales y partiacute para Pariacutes con mi doncella y dos criados excelentes que me proporcionoacute Mataflorida Estaba en mis glorias Felizmente yo hablaba el franceacutes con bastante soltura y teniacutea en tan alto grado la facultad de adaptacioacuten que a medida que pasaba de Tolosa a Agen de Agen a Poitiers de Poitiers a Tours y a Pariacutes pareciacuteame que me iba volviendo francesa en maneras en traje en figura y hasta en el modo de pensar

Llegueacute a la gran ciudad ya muy adelantado Febrero Tomeacute habitacioacuten en la calle del Bac y despueacutes de destinar dos diacuteas a recorrer las tiendas del Palais Royal y a entablar algunas relaciones con modistas y joyeros pediacute una audiencia al sentildeor Ministro de Negocios Exteriores Eacutel que ya teniacutea noticia de mi llegada enviome uno de sus secretarios dignaacutendose al mismo tiempo ofrecerme un billete para presenciar la apertura de las tareas legislativas en el Louvre

Mucho me holgueacute de esto y dispuacuteseme a asistir a tan brillante ceremonia en la cual debiacutea leer su discurso el Rey Luis XVIII y presentarse de corte todos los grandes dignatarios de aquella fastuosa Monarquiacutea Confieso que [82] jamaacutes he visto ceremonia que maacutes me impresionase iexclQueacute solemnidad queacute grandeza y lujo El puesto en que me colocaron los ujieres no era el maacutes coacutemodo pero vi perfectamente todo y la admiracioacuten y arrobamiento de mi espiacuteritu no me permitiacutean atender a las molestias

La presencia del anciano Rey me causoacute la sensacioacuten maacutes viva Aclamaacuteronle ruidosamente cuando aparecioacute en el gran saloacuten y en realidad inspiraba afecto y entusiasmo Bien puede decirse que pocos reyes han existido maacutes simpaacuteticos ni maacutes dignos de ser amados Luis XVIII tomoacute asiento en un trono sombreado con rico dosel de terciopelo carmesiacute Los altos dignatarios se colocaron en pie en los escantildeos alfombrados No se veraacute en parte alguna nada maacutes grave ni maacutes suntuoso ni maacutes imponente

Su Majestad Cristianiacutesima empezoacute a leer iexclQueacute voz tan dulce queacute acento tan pateacutetico A cada paacuterrafo era interrumpido por vivas exclamaciones Yo lloraba y atendiacutea

con toda mi alma Se me grabaron profundamente en la memoria aquellas ceacutelebres palabras laquoHe mandado retirar mi embajador Cien mil franceses mandados por un Priacutencipe de mi familia por aquel a quien mi corazoacuten se complace en llamar [83] hijo estaacuten a punto de marchar invocando al Dios de San Luis para conservar el trono de Espantildea a un descendiente de Enrique IV para librar a aquel hermoso reino de su ruina y reconciliarlo con Europaraquo

Ruidosos y entusiastas viacutetores manifestaron cuaacutento entusiasmaba a todos los franceses alliacute presentes la intervencioacuten Yo aunque espantildeola comprendiacutea la justicia y necesidad de esta medida Asiacute es que dije para miacute pensando en mis paisanos

-Ahora vereacuteis brutos coacutemo os haraacuten andar derechosraquo

Pero el bondadoso Luis XVIII siguioacute diciendo cosas altamente patrioacuteticas soacutelo bajo el punto de vista franceacutes y ya aquello no me gustaba tanto porque en fin empeceacute a comprender que nos trataban como a un hato de carneros He sido siempre de una volubilidad extraordinaria en mis ideas las cuales variacutean al compaacutes de los sentimientos que agitan hondamente mi alma Asiacute es que de pronto y sin saber coacutemo se enfrioacute un poco mi entusiasmo y cuando Luis dijo con altanero acento y entre atronadores aplausos aquello de Somos franceses sentildeores sentiacute oprimido mi corazoacuten sentiacute que corriacutea por mis venas raacutepido fuego y pensando en la intervencioacuten dije para miacute [84]

-No hay que echar mucha facha todaviacutea amiguitos Somos espantildeoles sentildeores

Pero no puedo negar que la pompa de aquella Corte la seriedad y grandeza de aquella Asamblea acorde con su Rey y existente con eacutel sin estorbarse el uno a la otra hicieron grande impresioacuten en mi espiacuteritu Me acordaba de las discordias infecundas de mi paiacutes y entonces sentiacutea pena

-Allaacute -penseacute- tenemos demasiadas Cortes para el Rey y demasiado Rey para las Cortes

El diacutea siguiente 1ordm de Marzo era el sentildealado por Chateaubriand para recibirme Yo teniacutea viviacutesimos deseos de verle por dos motivos por mi comisioacuten y porque habiacutea leiacutedo la Atala poco antes hallando en su lectura profundo deleite No seacute por queacute me figuraba al vizconde como una especie de triste Chactas de tal modo que no podiacutea pensar en eacutel sin traer a la memoria la ceacutelebre cancioacuten

Pero todo cambioacute cuando entreacute en el Ministerio y en el despacho del ceacutelebre escritor que llenaba el mundo con su nombre y habiacutea divulgado la maniacutea de los bosques de Ameacuterica el sentimentalismo catoacutelico y las tristezas quejumbrosas a lo Reneacute Vestiacutea de gran uniforme Su semblante paacutelido y hermoso no teniacutea maacutes defecto que el estudiado desorden de los cabellos [85] que asemejaban su cabeza a una de esas testas de aldeano en cuya selvaacutetica espesura jamaacutes ha entrado el peine En sus ojos habiacutea un mirar tan vivo y penetrante que me obligaba a bajar los miacuteos Estaba bastante decaiacutedo aunque su edad no pasara entonces de los cincuenta y dos antildeos Su exquisita urbanidad era algo finchada y friacutea Sonreiacutea ligeramente y pocas veces contrayendo los casi imperceptibles pliegues de su boca de maacutermol pero frunciacutea con frecuencia el centildeo como una mantildea adquirida por la costumbre de creer que cuanto veiacutea era inferior a la majestad de su persona

Pareciome que la presencia de la diplomaacutetica espantildeola le habiacutea causado sorpresa Sin duda creiacutea ver en miacute una maja de esas que conforme eacutel dice en uno de sus libros se alimentan con una bellota una aceituna o un higo Debioacute (6) admirarle mi intachable vestido franceacutes y la falta de aquella gravedad espantildeola que consiste seguacuten ellos en hablar campanudamente y con altaneriacutea En sus miradas creiacute sorprender una observacioacuten algo impropia de hombre tan fino Pareciome que miraba si habiacutea yo llevado el rosario para rezar en su presencia o alguna guitarra para tocar y cantar mientras durase el largo plazo de la antesala En sus primeras palabras advertiacute marcado [86] deseo de llevarme al terreno literario porque empezoacute hablando de lo mucho que admiraba a mi paiacutes y del Romancero del Cid asunto que no vino muy de molde en aquella ocasioacuten

Yo vieacutendole en tan buen terreno y considerando cuaacutento debiacutea (7) agradarle la lisonja me afirmeacute en el terreno literario y le hableacute de su universal fama asiacute como del gran eco de Chateaubriand por todo el orbe Eacutel me contestoacute con frases de modestia tan ingeniosas y bien perfiladas que la misma modestia no las hubiera conocido por suyas Preguntome si habiacutea leiacutedo el Genio del Cristianismo y le contesteacute al punto que siacute y que me entusiasmaba aunque la verdad es que hasta entonces no habiacutea ni siquiera hojeado tal libro mas recordando algunos pasajes de los Maacutertires le hableacute de esta obra y de la gran impresioacuten que en miacute produjera Eacutel parecioacute maravillado de que una dama espantildeola supiera leer y me dirigioacute varias galanteriacuteas del maacutes delicado gusto Por mi belleza y mis gracias materiales yo no debiacutea de ser de palo para el vizconde Despueacutes supe que con cincuenta y dos antildeos a la espalda auacuten se creiacutea bastante joven para el galanteo y amaba a cierta artista inglesa con el furor de un colegial [87]

- XI - Entrando de lleno en nuestro asunto el triste Chactas me dijo

-Ya oiriacutea usted ayer el discurso de Su Majestad La guerra es inevitable Yo la creo conveniente para las dos Naciones y he tenido el honor de sostener esta opinioacuten en el Congreso de Verona y en el Ministerio contra muchos hombres eminentes que la juzgaban peligrosa En cuanto a la cuestioacuten principal que es la clase de Gobierno que debe darse a Espantildea no creo en la posibilidad de sostener el absolutismo puro Esto es un absurdo aun en Espantildea y las luces del siglo lo rechazan

Yo le hice una pintura todo lo fiel que me fue posible del estado de nuestras costumbres y de las clases sociales en nuestro paiacutes asiacute como de los personajes eminentes que en eacutel habiacutea haciendo notar de paso conforme a mi propoacutesito que un solo hombre grande existiacutea en toda la redondez de las Espantildeas Este hombre era el marqueacutes de Mataflorida

-Reconozco las altas dotes del sentildeor Marqueacutes [88] -me dijo Chateaubriand con finiacutesima sonrisa- Pero la conducta de la Regencia de Urgel ha sido poco prudente Su manifiesto del 15 de Agosto y sus propoacutesitos de conservar el absolutismo puro no pueden hallar eco en la Europa civilizada

Yo dije entonces usando las frases maacutes delicadas que no era faacutecil juzgar de los sucesos de Urgel por lo que afirmaran hombres tan corrompidos como Eguiacutea y el baroacuten de Eroles a los cuales con buenas palabras puse de oro y azul Concluiacute mi perorata afirmando que la voluntad de Fernando era favorable a los planes de Mataflorida

-Para nosotros -dijo- no hay otra expresioacuten de la voluntad del Rey de Espantildea que la contenida en la carta que Su Majestad Catoacutelica dirigioacute a nuestro Soberano

El piacutecaro me iba batiendo en todos mis atrincheramientos y me desconcertoacute completamente cuando me dijo

-El Gobierno franceacutes ha acordado nombrar una Junta provisional en la frontera hasta que las tropas francesas entren en Espantildea

-iquestY la Regencia

-La Regencia dejaraacute de existir mejor dicho ha dejado de existir ya

-Pero Fernando no le ha retirado sus poderes [89] antes bien se los confirma secretamente un diacutea y otro

Al oiacuter esto el insigne escritor y diplomaacutetico no contestoacute nada Conociacute que se veiacutea en la alternativa de desmentir mi aserto o de hablar mal de Fernando y que como hombre de intachable cortesiacutea no queriacutea hacer lo primero ni como Ministro de un Borboacuten lo segundo Vieacutendole suspenso insistiacute y entonces me dijo

-Indudablemente aquiacute hay algo que ahora no se puede comprender pero que andando el tiempo se ha de ver con claridad

Despueacutes deseando mostrarme el maacutes filantroacutepico intereacutes por la ventura de nuestro paiacutes afirmoacute que eacutel habiacutea trabajado porque se declarara la guerra sosteniendo para esto penosas luchas con Mr de Villeacutele y sus demaacutes colegas que la resistencia de Inglaterra y de Wellington habiacutean exigido de su parte grandes esfuerzos y constancia y por uacuteltimo que auacuten necesitaba de no poca energiacutea para vencer la oposicioacuten a la guerra que las Caacutemaras mostrariacutean desde el primer diacutea de sus sesiones

-Muchos -antildeadioacute Chactas- me consideran loco Otros me tienen laacutestima Algunos y entre ellos los envidiosos preguntan si podreacute yo conseguir lo que no fue dado a Napoleoacuten Pero yo fiacuteo al tiempo la consagracioacuten de este gran [90] hecho tan necesario a la seguridad del orden y la justicia en los pueblos de Occidente

Habloacute tambieacuten de las sociedades secretas y de los carbonarios a quienes pareciacutea tener muchiacutesimo miedo y yo empeceacute a comprender que el objeto de la intervencioacuten no era poner paz entre nosotros ni hacernos felices ni aun siquiera consolidar el vacilante trono de un Borboacuten sino aterrar a los revolucionarios franceses e italianos que bulliacutean sin cesar en los tenebrosos fondos de la sociedad francesa jamaacutes reposada ni tranquila

Prometioacute contestar a Mataflorida mas sin mostrarse muy entusiasta de las altas prendas de mi amigo ni indicar nada que trascendiese a propoacutesitos de acceder a su peticioacuten Bajo sus frases corteses yo creiacutea descubrir cierto menosprecio de los

individuos de la Regencia y aun de todos los que mangoneaban en la conspiracioacuten De un solo espantildeol me habloacute con acento que indicaba respeto y casi admiracioacuten de Martiacutenez de la Rosa Atribuiacute esto a mera simpatiacutea del poeta

Despedime de eacutel deplorando el mal eacutexito de mi embajada y aquiacute fue donde se deshizo en cumplidos buscando y hallando en su fina habilidad cortesana ocasioacuten para deslizar dos o tres galanteriacuteas con discretos elogios de mi [91] hermosura y del paiacutes donde florece el naranjo Me habiacutea tomado por andaluza y yo le dejeacute en esta creencia

A los dos diacuteas fue a pagarme la visita a mi alojamiento de la calle del Bac y en su breve entrevista me parecioacute que huiacutea de mencionar los oscuros asuntos de la siempre oscura Espantildea En los diacuteas sucesivos visiteacute a otras personas entre ellas al Ministro de lo Interior Mr de Corbiere y a algunos sentildeores del partido del conde de Artois como el priacutencipe de Polignac y Mr de la Bourdonnais Tambieacuten tuve ocasioacuten de tratar a dos o tres viejas aristoacutecratas del barrio de San Germaacuten ardientes partidarias de la guerra de Espantildea y no muy bien quistas con el Rey filoacutesofo y tolerante que gobernaba a la Francia convaleciente auacuten de la Revolucioacuten y del Imperio De mis conversaciones con toda aquella gente pude sacar en limpio el siguiente juicio que creo seguro y verdadero Las personas influyentes de la Restauracioacuten deseaban para Francia una Monarquiacutea templada y constitucional fundada en el orden y para Espantildea el absolutismo puro Con tal que en Francia hubiera tolerancia y filosofiacutea no les importaba que en Espantildea tuvieacuteramos frailes e inquisicioacuten Todo iriacutea bien siempre que en ninguna de las dos Naciones [92] hubiese franc-masones carbonarios y demagogos

Teniacutean de nuestro paiacutes una idea muy falsa Cuando Chateaubriand que era el genio de la Restauracioacuten deciacutea de Espantildea alliacute el matar es cosa natural ya sea por amor ya sea por odio puede juzgarse lo que pensariacutean todas aquellas personas que no supieron escribir el Genio del Cristianismo Nos consideraban como un pueblo heroico y salvaje dominado por pasiones violentas y por un fanatismo religioso semejante al del antiguo Egipto

La princesa de la Tremouille se asombraba de que yo supiera escribir y me presentoacute en su tertulia como un objeto curioso aunque sin dar a conocer ninguacuten sentimiento ni idea que me mortificasen Yo creo que ni uno solo de sus amigos dejoacute de enamorarse de miacute ilusionados con la idea de mi sentimentalismo andaluz y de mi gravedad calderoniana y de la mezcla que suponiacutean en miacute de maja y de gran sentildeora de Dulcinea y de gitana El maacutes rendido se suponiacutea expuesto a morir asesinado por miacute en un arrebato de celos pues tal idea teniacutean de las espantildeolas que en cada una de ellas se habiacutean de hallar comprendidas dos personas a saber la cantaora de Sevilla y dontildea Jimena la torera que gasta navaja y la dama [93] ideal de los romances moriscos Yo me reiacutea con esto y llevaba adelante la broma

Volviendo al asunto de la guerra de Espantildea direacute que al salir de Pariacutes no teniacutea duda alguna acerca del pensamiento de los franceses en esta cuestioacuten Ellos no haciacutean la guerra por nuestro bien ni por el de Fernando Poco se les importaba que despueacutes de vencido el constitucionalismo establecieacutesemos la Carta o el despotismo neto Allaacute nos entenderiacuteamos despueacutes con los frailes y los guerrilleros victoriosos Su objeto su bello ideal era aterrar a los revolucionarios franceses harto entusiasmados con las demencias de nuestros bobos liberales y ademaacutes dar a la dinastiacutea restaurada el prestigio militar que no teniacutea

El principal enemigo de los Borbones en Francia era el recuerdo de Bonaparte y el dejo de aquel dulce licor de la gloria con cuya embriaguez se habiacutean enviciado los franceses Una Monarquiacutea que no daba batallas de Austerlitz que no satisfaciacutea de ninguacuten modo el ardor guerrero de la Nacioacuten y que no tocaba el tambor en cualquier parte de Europa no podiacutea ser amada de aquel pueblo en quien la vanidad iguala a la verdadera grandeza y que tiene tanta presuncioacuten como genio Era preciso armarla como decimos en nuestro paiacutes era [94] necesario que la Restauracioacuten tuviera su epopeya chica o grande aunque esta epopeya fuese de mentirijillas era indispensable vencer a alguien para poder poner el grito en el cielo y regresar a Pariacutes con la bambolla de las conquistas Dios permitioacute que el anima vili de este experimento fueacutesemos nosotros y que la desgraciada Espantildea cuya fiereza libroacute a Europa de Bonaparte fuese la viacutectima escogida para proporcionar a Francia el desahoguillo marcial que debiacutea poner en olvido a aquel mismo Bonaparte tan execrado

Mi viaje a Pariacutes modificoacute mucho mis ideas absolutistas en principio si bien pensando en Espantildea no podiacutea admitir ciertas cosas que en Francia me pareciacutean bien Toda la vida me he congratulado de haber visto y hablado a monsieur de Chateaubriand el escritor maacutes grande de su tiempo Aunque su fama se eclipsoacute bastante despueacutes de la revolucioacuten del 30 lo cual indica que habiacutea en su genio mucho tomado a las circunstancias no puede negarse que sus obras deleitan y enamoran principalmente por la galanura de su imaginacioacuten y la magia de su estilo y auacuten deleitariacutean maacutes si en todas ellas no hablase tanto de siacute mismo Tengo muy presente su persona por demaacutes agradable y su rostro simpaacutetico y lleno de aquella expresioacuten [95] sentimental que se puso de moda haciendo que todos los hombres pareciesen enamorados y enfermos Me parece que le estoy mirando y ahora como entonces me dan ganas de llevar un peine en el bolsillo y sacarlo y daacuterselo diciendo laquoCaballero haacutegame usted el favor de peinarseraquo

- XII - Ahora hablemos iquestpor queacute no de la violentiacutesima pasioacuten que inspireacute a un franceacutes Era este el conde de Montguyon coronel del 3ordm de huacutesares Yo le habiacutea conocido en Tolosa habiendo tenido la desgracia de que mi persona hiciera profunda impresioacuten en eacutel trastornando las tres potencias de su alma Era soltero de treinta y ocho antildeos bien parecido y atento y finiacutesimo como todos los franceses Persiguiome hasta Pariacutes donde me asediaba como esos conquistadores joacutevenes e impacientes que han oiacutedo la ceacutelebre frase de Ceacutesar y quieren imitarla Al principio me mortificaban sus obsequios le rechazaba hasta con menosprecio y altaneriacutea pero al fin sin corresponder a su amor de ninguna manera admitiacute la parte superficial de [96] sus galanteriacuteas Esto le dio esperanza pero siempre me trataba con el mayor respeto Deseando sin duda identificarse con las ideas que suponiacutea en mi tierra se habiacutea hecho una especie de D Quijote cuya Dulcinea era yo A veces me pareciacutea por demaacutes empalagoso pero despueacutes de muchos meses de indiferencia absoluta empeceacute a estimarle reconociendo sus nobles prendas Cuando me disponiacutea a volver a mi paiacutes se me presentoacute rebosando alegriacutea y me dijo

-Acabo de conseguir que me destinen a la guerra de Espantildea De este modo consigo tres grandes objetos que interesan igualmente a mi corazoacuten guerrear por la Francia visitar la hermosa tierra de Espantildea y estar cerca de usted

Eacutel pretendiacutea que me detuviese para partir juntos pero a esto no accediacute y me marcheacute dejaacutendole atraacutes aunque deseosa iquesta queacute negarlo de que no me siguiese a mucha distancia pues a causa del fastidio de viaje tan largo Francia con ser tan bella empezaba a aburrirme de lo lindo

iquestSe creeraacute que yo habiacutea olvidado a mi pobre cautivo de Benabarre iexclAh no y hasta el uacuteltimo momento que estuve en la Seo de Urgel me ocupeacute de su desgraciada suerte Cada vez que veniacutea a mi pensamiento la idea de sus penas [97] me estremeciacutea de dolor y toda alegriacutea se disipaba en mi espiacuteritu Pero este tiene en siacute mismo una energiacutea restauradora no menos poderosa que la del cuerpo y sabe curarse de todos sus males siempre que le ayude el mejor de los Esculapios que es el tiempo

Voltaire que no por impiacuteo y blasfemo dejoacute de tener mucho talento escribioacute una historieta titulada Los dos consolados en la cual pone de relieve las admirables curas de aquel charlataacuten el uacutenico cuyos especiacuteficos son infalibles Yo he leiacutedo esa novelita asiacute como otras del ceacutelebre escritor sacriacutelego y esta debilidad miacutea imperdonable quizaacutes en una dama tan aceacuterrima defensora de la religioacuten la confieso aquiacute contritamente rogando a mis lectores que no revelen a ninguacuten cura de mi paiacutes tan feo secreto ocultaacutendolo principalmente al sentildeor canoacutenigo de Tortosa mi director espiritual el cual se enfureceraacute si le hablan de las novelas de Voltaire aunque a miacute me consta que eacutel tambieacuten las ha leiacutedo

Pues bien el tiempo fue cicatrizando mis heridas sin curarlas Yo tambieacuten podiacutea erigir una estatua con la inscripcioacuten A celui qui console pues la ausencia indefinida y los diacuteas que pasaban raacutepidamente habiacutean calmado aquel insaciable afaacuten de mi alma En miacute reinaba la [98] tranquilidad pero no el taciturno y seco olvido y una aparicioacuten repentina del ser amado podiacutea muy bien en breviacutesimo instante destruir los efectos del tiempo renovando mi mal y aun agravaacutendolo

Desde Pariacutes a la frontera no cesaba el movimiento de tropas Por todas partes convoyes cuerpos de ejeacutercito y oficiales que iban a incorporarse a sus regimientos Francia podiacutea creerse auacuten en los diacuteas del gran soldado Hasta Burdeos no tuve noticias ciertas de mi querida Regencia y de mi ilustre mandatario el marqueacutes de Mataflorida iexclAy La suerte de este insigne hombre de Estado no podiacutea ser maacutes miserable Eguiacutea habiacutea triunfado a pesar de las furiosas protestas del regente de Urgel y para colmo de desdicha como auacuten quisiera este llevar adelante sus locas pretensiones el duque de Angulema le mandoacute prender juntamente con el arzobispo confinaacutendoles a Tours Asiacute acabaron las glorias de aquellos dos ambiciosos Yo llegueacute a tiempo para verles y cuando manifesteacute al marqueacutes las poco lisonjeras disposiciones del triste Chactas el atroz Regente desairado llamoacute a Chateaubriand intrigante enredador mal poeta y franchute Esta fue la venganza del coloso

Bayona era un campamento cuando yo [99] llegueacute El nuacutemero de espantildeoles casi superaba al de franceses y en todos reinaba grande alegriacutea Reanudeacute entonces mis buenas relaciones con el baroacuten de Eroles hacieacutendole ver que mi viaje a Pariacutes habiacutea tenido por causa asuntos particulares y entre risas y bromas me reconcilieacute con Eguiacutea el

cual por razoacuten del mismo gozo y embobamiento del triunfo estaba muy dispuesto a perdonar En cuanto a las negociaciones yo no teniacutea humor de seguir ocupaacutendome de ellas y deseaba retirarme a descansar sobre mis laureles diplomaacuteticos no soacutelo porque mi entusiasmo absolutista se habiacutea enfriado mucho sino porque desde alguacuten tiempo las conspiraciones y los manejos poliacuteticos me causaban hastiacuteo Ya he dicho que siempre fui muy inclinada a la mudanza en mis ocupaciones Mi espiacuteritu se aviene poco con la monotoniacutea y si hubo un diacutea en que me sedujeron las embajadas otro llegoacute en que me repugnaron iexclMaacutegico efecto del tiempo cuya misioacuten es renovar creando las estaciones con los admirables ciacuterculos del universo Tambieacuten el alma humana ve en siacute la alterada sucesioacuten de las primaveras e inviernos en sus dilataciones y recogimientos

Yo deseaba entrar en Espantildea y teniacutea propoacutesito de reanudar las diligencias para averiguar [100] el paradero de mi cautivo de Benabarre En Bayona una familia francesa legitimista con quien yo teniacutea antigua amistad me convidoacute a pasar unos diacuteas en su casa de campo inmediata a Behobia y unos parientes miacuteos invitaacuteronme a que les acompantildease a Iruacuten un par de semanas A ambos ofrecimientos accediacute empezando por el de Behobia aunque la frontera no me pareciacutea el punto maacutes a propoacutesito para residir en los momentos en que principiaba la guerra Pero la gente de aquel paiacutes estaba segura de que Angulema atravesariacutea faacutecilmente el Pirineo por ser muy adicto al absolutismo todo el paiacutes vasco-navarro

Todaviacutea no habiacutea pasado Su Alteza la raya cuando se rompioacute el fuego junto al mismo puente internacional Los carbonarios extranjeros que andaban por Espantildea unidos a otros perdidos de nuestro paiacutes habiacutean formado una legioacuten con objeto de hacer frente a las tropas francesas Constaba aqueacutella de doscientos hombres tristes desechos de la ley demagoacutegica de Italia de Francia y de Espantildea y para seducir a los cien mil hijos de San Luis se habiacutean vestido a la usanza imperial y ondeando la bandera tricolor gritaban en la orilla espantildeola del Bidasoa laquoiexclViva Napoleoacuten IIraquo

Su objeto era fascinar a los artilleros franceses con este maacutegico grito mas tuvieron la desdicha de que tales aclamaciones fueran contestadas a cantildeonazos y con sus banderas y sus enormes morriones huyeron a San Sebastiaacuten Pasma la inocente credulidad de los carbonarios extranjeros y de los masones espantildeoles Oiacute decir en Behobia que los liberales franceses Lafayette Manuel Benjamiacuten Constant y otros fiaban mucho en los doscientos legionarios mandados por el republicano emigrado coronel Fabvier iexclQueacute desvariacuteos engendra el furor de partido Corriacutea esto parejas con la necia confianza del Gobierno espantildeol que aun despueacutes de declarada la guerra no habiacutea tomado disposiciones de ninguna clase hallaacutendose sus tropas sin maacutes recursos ni elementos que el parleriacuteo de los milicianos y el gaacuterrulo charlatanismo de los clubs

XIII Hacia los primeros diacuteas de abril vi pasar a los generales de divisioacuten Bourdessoulle duque de Reggio y Molitor que entraron en Espantildea por Behobia Despueacutes pasoacute Su Alteza el sobrino de Luis XVIII con todo su Estado Mayor en el cual iba Carlos Alberto priacutencipe de Carignan No se puede imaginar cortejo maacutes lucido Yo no habiacutea

visto nada tan magniacutefico y deslumbrador como no fuera la comitiva de Joseacute Bonaparte antes de darse la batalla de Vitoria [102] el antildeo 13 feliz para la causa espantildeola pero de muy malos recuerdos para miacute porque en eacutel perdiacute la batalla de mi juventud casaacutendome como me caseacute

Tambieacuten vi pasar a mi amigo Eguiacutea remozado por la emocioacuten y tan vanaglorioso del papel que iba a representar que no se le podiacutea resistir como no fuera tomando a broma sus bravatas Iban con eacutel D Juan Bautista Erro y Goacutemez Calderoacuten aquel a quien el mordaz Gallardo llamaba Caldo puacutetrido El baroacuten de Eroles que con los anteriores tipos debiacutea formar la Junta al amparo del Gobierno franceacutes entroacute por Cataluntildea con el mariscal Moncey

No recibieron a los franceses las bayonetas ni la artilleriacutea del Gobierno constitucional sino una nube de guerrilleros que les abrieron sus fraternales brazos ofrecieacutendose a ayudarles en todo y a marchar a la vanguardia abrieacutendoles el camino Tal apoyo era de grandiacutesimo beneficio para la causa porque los partidarios realistas ascendiacutean a 35000 iexclAy de los franceses si hubieran tenido en contra a aquella gente Pero les teniacutean a su favor y esto soacutelo iexclqueacute fenoacutemeno poniacutea al buen Angulema por encima de Napoleoacuten El absolutismo espantildeol no podiacutea hacer al hijo de San Luis mejor presente que aquellos 35000 salvajes entre [103] los cuales (iexclcuaacutento han variado mis ideas Dios miacuteo) tengo el sentimiento de decir que estaba mi marido iexclY yo le habiacutea admirado yo le habiacutea aceptado por esposo diez antildeos antes soacutelo por ser guerrillero Cuando se hacen ciertas cosas ya que no es posible que el porvenir se anticipe para avisar el desengantildeo debiera caer un rayo y aniquilarnos

- XIII - El conde de Espantildea mandaba las partidas de Navarra Quesada las de las Provincias Vascongadas y Eroles las de Cataluntildea iexclCoacutemo fraternizaron las partidas con los franceses que habiacutean sido origen de su nacimiento en 1808 Era todo lo que me quedaba por ver Se abrazaban dando vivas a San Luis a San Fernando a la religioacuten a los Borbones al Rey a la Virgen Mariacutea a San Miguel arcaacutengel y a los Sermos Infantes Yo no lo vi porque no quise pasar la frontera Me repugnaban estas cosas y los soldados de la fe habiacutean llegado poco a poco a serme muy antipaacuteticos

Largamente hableacute de esto con el conde de [104] Montguyon que me perseguiacutea tenazmente permaneciendo en Behobia todo el tiempo que le fue posible Eacutel elogiaba a los guerrilleros diciendo que a pesar de sus defectos eran tipos de heroiacutesmo y de aquella independencia caballeresca que tanto habiacutea enaltecido el nombre espantildeol en otros tiempos Tambieacuten le seduciacutean por ser como los frailes gente muy pintoresca Mi Don Quijote era una especie de artista y gustaba de hacer monigotes en un libro dibujando arcos viejos mendigos casuchas una fila de chopos carros lanchas pescadoras y otras menudencias de que estaba muy envanecido

Debiacutea ser (8) proacuteximamente el 9 de Abril cuando me trasladeacute a Iruacuten para vivir con la familia de Sodupe-Monasterio gente muy hidalga maacutes catoacutelica que el Papa realista

hasta el martirio y de afabiliacutesimo trato Frecuentaban la casa (que era maacutes bien palacio con hermosos prados y huerta) todos los espantildeoles que el gran suceso de la intervencioacuten traiacutea y llevaba de una Nacioacuten a otra y muchos oficiales franceses de cuyas visitas se holgaban mucho los Sodupe-Monasterio porque oiacutean hablar sin cesar de exterminio de liberales del trono de San Fernando y de nuestra preciosiacutesima fe catoacutelica

Alliacute Montguyon no me dejaba a sol ni [105] a sombra pintaacutendome su amor con colores tan extremados que me daba laacutestima verle y oiacuterle Su acendrado y respetuoso galanteo mereciacutea en efecto alguna misericordia Le permitiacute besar mi mano pero no pudo arrancarme la promesa de seguirle al interior de Espantildea Cada vez sentiacutea yo maacutes deseos de quedarme en Iruacuten y en aquella apacible vivienda donde sin que faltara sosiego habiacutea bastantes elementos para combatir el fastidio Con esta resolucioacuten mi D Quijote que ya pareciacutea querer dejar de serlo en la pureza de sus ensuentildeos amorosos estaba desesperado Despidiose de miacute muy enternecido y besaacutendome con ardor las manos voluptuosidad inocente de que nunca se hartaba iexclCuaacuten lejos estaba el llagado amante de que no pasariacutean dos horas sin que cambiara diametralmente mi determinacioacuten

Pasoacute del modo siguiente Al saber que yo estaba en Iruacuten fue a visitarme un individuo que auacuten no podiacutea llamarse personaje y al cual conociacute en Madrid el antildeo anterior y tambieacuten el 19 Se llamaba D Francisco Tadeo Calomarde y era de la mejor pasta de servil que podiacutea hallarse por aquellos tiempos Hijo del Ministro de Gracia y Justicia se habiacutea criado en los cartapacios y en el papel de pleitos los legajos fueron su cuna y las reales ceacutedulas [106] sus juguetes Su jurisprudencia llena de pedanteriacutea me inspiraba aversioacuten Teniacutea fama de muy adulador de los poderosos y seguacuten se deciacutea comproacute el primer destino con su mano casaacutendose con una muchacha muy fea a quien dio maliacutesimos tratos

Los que le han juzgado tonto se equivocan porque era listiacutesimo y su ingenio maacutes bien socarroacuten que brillante antes agudo que esclarecido era maestro en el arte de tratar a las personas y de sacar partido de todo Habiacutease hecho amigo de D Viacutector Saacuteez y aun del mismo Rey y del Infante D Carlos por sus bajas lisonjas y lo bien que les serviacutea siempre que encontraba ocasioacuten para ello

Entonces teniacutea cincuenta antildeos y acababa de salir del encierro voluntario a que le redujo el reacutegimen liberal Habiacutea ido a la frontera para llevar no seacute queacute recados a los sentildeores de la Junta Me lo dijo y como no me importaban ya gran cosa los dimes y diretes de los realistas que no por estar tan cerca de la victoria dejaban de andar a la grentildea fijeme poco en ello y lo he olvidado Calomarde no era mal parecido ni careciacutea de urbanidad aunque muy hueca y afectada como la del que la tiene maacutes bien aprendida que ingeacutenita La humildad de su origen se trasluciacutea bastante [107]

Hablamos de los sucesos de Madrid que eacutel habiacutea presenciado y prolijamente me informoacute de todo

-Siento que usted no hubiera estado por allaacute -me dijo- habriacutea visto coacutemo se iba desbaratando el constitucionalismo soacutelo con el anuncio de la intervencioacuten Si no podiacutea ser de otra manera Ahora estaacuten que no les llega la camisa al cuerpo y en ninguna parte se creen seguros Despueacutes que ultrajaron a Su Majestad le han arrastrado a Andaluciacutea con el dogal al cuello como el maacutertir a quien se lleva al sacrificio

-No tanto Sr D Tadeo -le dije- Su Majestad habraacute ido como siempre en carroza y mucho seraacute que los mozos de los pueblos no hayan tirado de ella

-Eso se deja para la vuelta -indicoacute Calomarde riendo- Ahora los franc-masones han seducido a la plebe y Su Majestad por donde quiera que va no oye maacutes que denuestos El 19 de Febrero cuando se alborotaron los masones y comuneros porque estos queriacutean sustituir a aquellos en el Ministerio los chisperos borrachos y los asesinos del Rastro daban mueras al Rey y a la Reina Un diputado muy conocido aparecioacute en la Plaza Mayor mostrando una cuerda con la cual proponiacutea ahorcar a Su Majestad [108] y arrastrarle despueacutes La canalla penetroacute hasta la Caacutemara real iexclEscaacutendalo de los escaacutendalos Pareciacutea que estaacutebamos en Francia y en los sangrientos diacuteas de 1792 El mismo Rey me ha dicho que los Ministros entraban en la Caacutemara cantando el himno de Riego

-iexclOh no tanto por Dios -repetiacute ofendida de las exageraciones de mis amigos- Poco mal y bien quejado

-Me parece que usted con sus viajes a Francia y sus relaciones con los Ministros del liberal y filoacutesofo Luis XVIII se nos estaacute volviendo franc-masona -dijo D Tadeo entre bromas y veras- iquestHay en la historia desacato comparable con el de obligar al Rey a partir para Andaluciacutea

-iexclOh Dios nos tenga de su mano iexclqueacute desacato iexclqueacute ignominia -exclameacute remedando sus aspavientos- Es preciso considerar que un Gobierno cualquiera que sea estaacute en el caso de defenderse si es atacado

-Seguacuten mi modo de ver un Gobierno de pillos no merece maacutes que el decreto que ha de mandar a Ceuta a todos sus individuos iexclAh sentildeora miacutea y coacutemo se ha entibiado el fervor de usted Bien dicen que los aires de esa Francia loca son tan nocivos [109]

-Creo lo mismo que creiacutea pero mi absolutismo se ha civilizado mientras el de ustedes continuacutea en estado salvaje El miacuteo se viste como la gente y el de ustedes sigue con taparrabo y plumas Si el Gobierno de pillos ha resuelto refugiarse en Andaluciacutea llevaacutendose a la Corte ha sido para no estar bajo la amenaza de los batallones franceses

-Ha sido -dijo Calomarde riendo brutalmente- porque sabiacutean que Madrid no tiene defensa posible que los ejeacutercitos de Ballesteros y de La Bisbal son dos fantasmas que cuatro soldados y un cabo de los del Sereniacutesimo Sr Duque de Angulema podiacutean cualquier mantildeanita sorprender a la Villa y a los Siete Nintildeos y al Congreso entero y al Ayuntamiento soberano y a toda la comunidad masoacutenica y Landaburiana Esta es la pura verdad iexclY queacute bonito espectaacuteculo han dado al mundo En presencia de la intervencioacuten armada iquestcoacutemo se preparan esos mentecatos para conjurar la tormenta Llamando a las armas a treinta mil hombres y disponiendo (esto es lo maacutes salado) que con los milicianos que quieran seguir al Congreso se formen algunos batallones recibiendo cada individuo cinco reales diarios iexclSe salvoacute la patria sentildeora

-El Gobierno -repuse prontamente- creyoacute [110] sin duda que los franceses eran como los Guardias del 7 de Julio es decir simples juguetes de miliciano

-iexclYa se lo diremos de misas -dijo frotaacutendose las manos- Ya pagaraacuten su alevosiacutea Soacutelo por el hecho de obligar a nuestro Soberano a un viaje que no le agradaba mereceriacutean todos ellos la muerte

-Hasta los Reyes estaacuten en el caso de hacer alguna vez lo que no les agrada

-Incluso viajar con un ataque de gota iquesteh iexclCrueles y sanguinarios maacutes sanguinarios y crueles que Neroacuten y Caliacutegula Ni a un perro vagabundo de las calles se le trata peor

-Si el Rey no teniacutea en aquellos diacuteas ataque de gota -repliqueacute complacieacutendome en contradecirle- Si estaba bueno y sano La prueba es que despueacutes de clamorear tanto por su enfermedad anduvo algunas leguas a pie el primer diacutea de viaje

-Bueno concedo que Su Majestad estaba tan bueno como yo iquestY si no queriacutea partir

-Que hubiera dicho laquono partoraquo

-iquestY si le amenazaban

-Haberles ametrallado

-iquestY si no teniacutea metralla

-Haberse dejado llevar por la fuerza

-iquestY si le mataban [111]

-Haberse dejado matar Todo lo admito menos la cobardiacutea

-Amiguita usted se nos ha franc-masoneado -me dijo el astuto intrigante dando carintildeosa palmada en mi mano- A pesar de esto siempre la queremos mucho y la serviremos en lo que podamos Yo estoy siempre a las oacuterdenes de usted

Inflado de vanidad el amigo del Rey hizo elogios de siacute mismo y despueacutes antildeadioacute

-He tenido el honor de ser indicado para secretario de la Junta que se va a formar en la frontera

-iexclOh amigo miacuteo doy a usted la enhorabuena -manifesteacute sumamente complacida y deplorando entonces haber estado algo dura con Calomarde- No se podiacutea haber pensado en una persona maacutes idoacutenea para puesto tan delicado

-iquestSe le ofrece a usted algo -dijo D Tadeo comprendiendo al punto mi cuarto de conversioacuten

-Siacute pero yo acostumbro dirigirme siempre a la cabeza -afirmeacute resueltamente- Ya sabe usted que soy muy amiga del general Eguiacutea Presidente de la Junta

-iexclAh entonces

-Sin embargo No puedo molestar a Su [112] Excelencia con ciertas menudencias tales como pedir noticias de personas averiguar alguna cosilla de poca monta

-Para esto es maacutes propio un secretario tan bien informado como yo de todos los pormenores de la causa

-Exactamente Diacutegame usted si lo sabe en doacutende estaacute ahora un piacutecaro de mala estofa que se emplea en bajas caacutebalas del Rey y tiene por nombre Joseacute Manuel Regato

-iexclAh iexclRegato Debe de andar por Andaluciacutea con la Corte No es de mi negociado ese caballero iquestQueacute iquestHay ganas de sentarle la mano

-Por sentarle la derecha dariacutea la izquierda

-Pocas noticias puedo dar a usted del sentildeor Regato Tengo con eacutel muy pocas relaciones Quizaacutes Pipaoacuten que conoce a todo el mundo pueda indicar doacutende se halla y el modo de sentarle no una mano sino las dos siempre que sea preciso

-Y Pipaoacuten iquestdoacutende estaacute

-Aquiacute

-iexclAquiacute iexclPipaoacuten -exclameacute con gozo- Yo le dejeacute en la Seo muy enfermo y creiacute que habiacutea caiacutedo en poder de Mina

-En efecto cayoacute pero eacutel ya usted le conoce con su destreza y habilidad parece que [113] encontroacute por alliacute amigos que le favorecieron

-Quiero verle quiero verle al punto -dije con la mayor impaciencia- Deseo mucho tener noticias de la Seo y de las facciones de Cataluntildea

Y entonces se realizoacute aquel proverbio que dice laquoEn nombrando al ruin de Romaraquo

Por la vidriera que daba a la huerta de la casa viose la mofletuda cara y el pequentildeo cuerpo de Pipaoacuten que habiendo tenido noticia de mi residencia en Iruacuten iba tambieacuten a verme Mucho nos alegramos ambos de hallarnos juntos y nuestras primeras palabras despueacutes de los cordiales saludos fueron para recordar los tristes diacuteas de la Seo su enfermedad y mi abatimiento y luego por el enlace propio de los recuerdos que van de lo triste a lo placentero hablamos del miedo del arzobispo de las casacas que usaba Mataflorida y de otras cosas friacutevolas y chistosas de esas que ocurren siempre en los diacuteas traacutegicos y nunca faltan en los duelos Despueacutes de estos desahogos Pipaoacuten tomando aquel tono burlesco que unas veces le sentaba bien y otras le haciacutea muy insoportable me dijo

-Le traigo a usted noticias muy buenas de una persona que le interesa y con las noticias una cartita [114]

- XIV - Yo me puse paacutelida Comprendiacute de quieacuten hablaba Pipaoacuten pero no me atreviacute a decir una palabra por hallarse delante el entrometido y curioso Calomarde gran coleccionador de debilidades ajenas Varieacute de conversacioacuten aguardando para saciar mi afanosa curiosidad a que D Tadeo se marchase pero el piacutecaro habiacutea conocido en mi semblante la turbacioacuten y ansiedad que me dominaban y no se queriacutea retirar Pareciacutea que le habiacutean clavado en la silla iexclAy queacute gusto tan grande poder coger un palo y romperle con eacutel la cabeza iexclQueacute pachorra de hombre

Quise arrojarle con mi silencio pero eacutel era tan poco delicado que conociendo mi mortificacioacuten se arrellanaba en el blando asiento como si pensara pasar alliacute el diacutea y la noche Pipaoacuten con su expresivo semblante me deciacutea mil cosas que no podiacutea yo comprender claramente pero que me deleitaban como avisos o presentimientos lisonjeros Llegoacute un momento en que los tres nos callamos y callados estuvimos maacutes de un cuarto de hora Calomarde tocaba [115] una especie de paso doble con su bastoacuten en la pata de la mesa cercana El grosero y pegajoso cortesano habiacutea resuelto quemarme la sangre u obligarnos a Pipaoacuten y a miacute a que hablaacutesemos en su presencia

Resistiacute todo el tiempo que pude Mi caraacutecter fogoso no puede ir maacutes allaacute de cierto grado de paciencia pasado el cual estalla y se sobrepone a todo atropellando amistades conveniencias y hasta las leyes de la caridad Nunca he podido corregir este defecto y la estrechez de los liacutemites de mi paciencia me ha proporcionado en esta vida muchos disgustos Forzando la voluntad puedo a veces aguantar maacutes de lo que permite la extraordinaria fuerza de dilatacioacuten de mi espiacuteritu pero entonces estallo con maacutes violencia rompo mis ligaduras a la manera de Sansoacuten y derribo el templo Vino por fin el momento en que se me subioacute la mostaza a la nariz como dicen las majas madrilentildeas y ponieacutendome en pie suacutebitamente mireacute a Calomarde con enojo Sentildealaacutendole la puerta exclameacute

-Sr D Tadeo tengo que hablar con Pipaoacuten le suplico a usted que nos deje solos

Debiacutean de ser muy terribles mi expresioacuten y mi gesto porque Calomarde se levantoacute temblando y con voz turbada me dijo [116]

-Sentildeora manos blancas no ofenden

iexclManos blancas no ofenden Diez antildeos despueacutes Calomarde debiacutea pronunciar esta frase al recibir un desaire maacutes violento que el miacuteo la ceacutelebre bofetada de la Infanta Carlota una Princesa que como yo teniacutea muy limitado el tesoro de su paciencia y estallaba con tempestuosas coacuteleras cuando la bajeza y solapada intriga de los Calomardes se interponiacutean en su camino

Pipaoacuten y yo nos quedamos solos En pocas palabras me refirioacute que habiacutea visto a Salvador Monsalud sano y salvo en la Seo de Urgel Al oiacuter esto el corazoacuten dio un salto dentro de miacute como una cosa muerta que torna a la vida como un Laacutezaro que resucita por sobrehumano impulso

-Mina le salvoacute en San Llorens de Morunys -me dijo- y desde que se restablecioacute se puso a mandar una compantildeiacutea de contraguerrilleros

Al decir esto Pipaoacuten me alargoacute una carta que abriacute con presteza febril queriendo leerla antes de abrirla Al mismo tiempo y de una sola ojeada leiacute el fin y el principio y el medio Era la carta pequentildea y friacutea Deciacuteame en ella que estaba en libertad y que no pensaba salir en mucho tiempo del lugar donde estaba fechada que era Urgel Sentiacute mi corazoacuten inundado [117] de un torrente de sangre glacial al ver que no conteniacutea la carta expresiones de ardiente carintildeo

-iquestDe modo que sigue en Cataluntildea -pregunteacute a D Juan

-No sentildeora A estas horas va camino de Madrid

-Pues iquestcoacutemo dice en su carta que no piensa salir de la Seo

-Esa carta me la dio cuando nos separamos el diacutea 30 de Marzo pero dos diacuteas despueacutes supe por nuestro comuacuten amigo el capitaacuten Seudoquis que Mina habiacutea encargado a Salvador que fuese a Madrid a llevar un mensaje reservadiacutesimo a San Miguel y a otras personas

-iquestDe modo que estaacute

-Sobre Madrid como se dice en los partes militares

-Pero eso iquestes cierto

-Tan cierto como que estoy hablando con una dama hermosa

-iquestY salioacute

-Seguacuten mis noticias el 10 de este mes No sabiacutea queacute camino tomar pero seguacuten me dijo Seudoquis estaba decidido a ir por Zaragoza que es el maacutes derecho aunque no el menos peligroso

-iquestSabe la muerte de su madre [118]

-Yo le di la mala noticia

-Pero iquestqueacute va a hacer ese hombre en Madrid -dije sintiendo una tempestad en mi cerebro- Si alliacute no hay ya Gobierno ni nada

-Pero estaacute en Madrid el gran Consejo de la franc-masoneriacutea Mina es de la Orden de la Acacia sentildeora Ahora se trata de que la Viuda haga un esfuerzo supremo

En mi espiacuteritu notaba yo aquella poderosa fuerza de dilatacioacuten de que antes he hablado Unas cuantas palabras habiacutean trastornado todo mi ser mi pulso latiacutea con violencia asaltaacuteronme ideas mil y el ardoroso afaacuten de movimiento que ha sido siempre una de las foacutermulas maacutes patentes de mi caraacutecter se apoderoacute de miacute Sin necesidad de que yo le despidiese dejome Pipaoacuten que iba en busca de Eguiacutea para solicitar un puesto en la Junta y despueacutes de pasada mi turbacioacuten pude sondear aquel revuelto pieacutelago de mi espiacuteritu y mirar con serenidad lo que en el fondo de eacutel habiacutea

iexclCuaacuten grande habiacutea sido mi engantildeo al creer moribunda la aficioacuten aquella que tantas dulzuras dio a mi alma en el verano del 22 La ausencia habiacuteala escondido entre las cenizas que diariamente depositan los sucesos de cada instante esa multitud de ascuas de la vida que van pasando sin interrupcioacuten y apagaacutendose [119] hora tras hora Pero aquella ascua del verano del 22 era demasiado grande y quemadora para pasar y extinguirse como las demaacutes

Bastoacute que oyera pronunciar su nombre que me le anunciaran vivo para que se verificase en miacute un brusco retroceso a los diacuteas de mi felicidad y de mi desgracia El tiempo volvioacute atraacutes las figuras veladas perdieron la sombra que las encubriacutea las apagadas palabras que soacutelo eran ya ecos confusos volvieron a sonar como cuando eran la muacutesica a cuyo compaacutes danzaba con la embriaguez de la pasioacuten mi alma iexclCuaacutento me habiacutea engantildeado y queacute juicios tan erroacuteneos hacemos de nuestros propios sentimientos y de todo aquello que estaacute lejos Nos pasa lo mismo que al ver las lontananzas de la tierra cuando confundimos con las vanas y pasajeras nubes los montes soacutelidos e inmutables que ninguna fuerza humana puede arrancar de sus seculares asientos

Fue aquello como una vuelta como un aacutengulo brusco en el camino de la vida Desde entonces vi nuevos horizontes paisaje nuevo y otra gente y otros caminos iexclY yo habiacutea creiacutedo poder olvidarle y aun poner en su altar vaciacuteo al conde de Montguyon iexclQueacute delirio iexclLo que pueden la ausencia la distancia la ignorancia El tiempo que me habiacutea consolado hiriome [120] de nuevo y un diacutea un instante marcado en mi vida por cuatro palabras como cuatro estrellas resplandecientes habiacutea destruido la obra lenta de tantos meses

Con la presteza que Dios me ha dado formeacute mi plan de viaje Tengo algo del genio de Napoleoacuten para esto de los grandes movimientos Para miacute la facultad de trasportar todo el intereacutes de la vida de un punto a otro del mundo es otra prenda muy principal de mi caraacutecter y al mismo tiempo una necesidad a la que muy difiacutecilmente puedo resistir El destino me ha presentado siempre los sucesos a propoacutesito para tales juegos de estrategia sublime

Aquella misma tarde dispuse todo y por la noche sorprendiacute a mi D Quijote con la noticia de mi viaje Aficionada a jugar con los corazones que caen en mis manos (a excepcioacuten de uno solo) como juega el gatito con el ovillo que rueda por el suelo dije al conde de Montguyon

-Me he asustado de la soledad en que voy a quedar despueacutes que usted se marche y voy a Madrid De esta manera podreacute vigilar a cierto caballero franceacutes por si anda en malos pasos

Eacutel se puso tan contento que olvidoacute aquella noche hablarme de la guerra y de los laureles que iban a recoger Pareciacutea un loco hablando [121] de los alcaacutezares de Granada de los romances moriscos de las ricas hembras de las boleras de los frailes que protegiacutean los amores de los grandes de las volcaacutenicas pasiones espantildeolas y de las mujeres enamoradas que eran capaces del martirio o del asesinato Eacutel se creiacutea heacuteroe de mil aventuras romaacutenticas e interesantes caballeriacuteas tales como se las habiacutea imaginado leyendo obras francesas sobre Espantildea Empleo la palabra romaacutenticas porque si bien no estaba en moda todaviacutea es la maacutes propia El romanticismo existiacutea ya aunque no habiacutea

sido bautizado Excuso decir que Montguyon me juroacute amor eterno y una fidelidad inquebrantable como la del Cid por Dordf Jimena

Yo necesitaba de eacutel para mi viaje por lo cual me guardeacute muy bien de arrancar una sola hoja a la naciente flor de sus ilusiones Era muy difiacutecil viajar entonces porque casi todos los vehiacuteculos del paiacutes habiacutean sido intervenidos por ambos ejeacutercitos Montguyon me prometioacute una silla de postas Y cumplioacute su oferta ponieacutendola a mi disposicioacuten al diacutea siguiente

Con el primer movimiento del ejeacutercito franceacutes coincidioacute mi marcha sobre Madrid como una conquistadora El estreacutepito guerrero que en derredor miacuteo sonara despertaba en mi mente ideas de Semiacuteramis [122]

- XV - Paseacute por Vitoria y por la Puebla de Arganzoacuten como los diacuteas felices por la vida del hombre a escape No miraba a ninguacuten lado por miedo a mis malos recuerdos que saliacutean a detenerme

En los pueblos todos del Norte la intervencioacuten venciacutea sin batallas y antes de que asomara el morrioacuten del primer franceacutes de la vanguardia la Constitucioacuten estaba humillada Los mozos todos comprendidos en la quinta ordenada por el Gobierno se uniacutean a las facciones y eran muy pocos los milicianos que se aventuraban a seguir a los liberales No he visto una propagacioacuten maacutes raacutepida de las ideas absolutistas Era aquello como un incendio que de punta a punta se desarrolla raacutepidamente y todo lo devora En medio de las plazas los frailes predicaban mantildeana y tarde con pretexto de la Cuaresma presentando a los franceses como enviados de Dios y a los liberales como alumnos de Satanaacutes que debiacutean ser exterminados

El general Ballesteros mandaba el ejeacutercito [123] que debiacutea operar en el Norte y liacutenea del Ebro para alejar a los franceses No viendo yo a dicho ejeacutercito por ninguna parte sino inmensas plagas de partidas pregunteacute por eacutel y me dijeron en Bribiesca que Ballesteros convencido de no poder hacer nada de provecho se habiacutea retirado nada menos que a Valencia Movimiento tan disparatado no podiacutea explicarse en circunstancias normales pero entonces todo lo que fuera desastres y yerros del liberalismo teniacutea explicacioacuten

Al ver coacutemo creciacutea en los pueblos la aversioacuten a las Cortes y al Gobierno el ejeacutercito perdiacutea el entusiasmo A su paso como se levanta polvo del camino levantaacutebanse nubes de facciosos que al instante eran soldados aguerridos Asiacute se explica que el ejeacutercito de Ballesteros compuesto de diez y seis mil hombres se retirara sin combatir emprendiendo la inverosiacutemil marcha a Valencia donde podiacutea adquirir alguacuten prestigio derrotando a Sempere al Locho y al carretero Chamboacute tres nuevos generales o arcaacutengeles guerreros que le habiacutean salido a la fe

En Duentildeas me adelanteacute dejando atraacutes a los franceses teniacutea tanta prisa como ellos y menos estorbos en el camino aunque los suyos no eran tampoco grandes iexclCuaacutento deseaba yo ver tropas regulares espantildeolas por alguna parte [124] En verdad me daba verguumlenza que los hijos de San Luis a pesar de que nos traiacutean orden y catolicismo se internaran en Espantildea tan faacutecilmente Con todo mi absolutismo yo habriacutea visto con gusto una batalla en que aquellos liberales tan aborrecidos dieran una buena tunda a los que yo llamaba entonces mis aliados Espantildeola antes que todo distaba mucho de parecerme a los sentildeores frailes y sacristanes que en 1808 llamaban judiacuteos a los franceses y ahora ministros de Dios

En Somosierra encontreacute tropas Eran las del ejeacutercito de La Bisbal destinado por las Cortes a cerrar el paso del Guadarrama amparando de este modo a Madrid Mis dudas acerca del eacutexito de aquella empresa fueron grandes Yo conociacutea a La Bisbal iquestCoacutemo no habiacutea de conocerle si le conociacutea todo el mundo Fue el que el antildeo 14 se presentoacute al Rey llevando dos discursos en el bolsillo uno en sentido realista y otro en sentido liberal para pronunciar el que mejor cuadrase a las circunstancias Fue el que en 1820 hizo tambieacuten el doble papel de ordenancista y de sedicioso La inseguridad de sus opiniones habiacutea llegado a ser proverbial Era hombre altamente penetrado del axioma italiano ma per troppo variar natura e bella [125] Yo no comprendiacutea en queacute estaba pensando el Gobierno cuando le nombroacute Si los Ministros se hubieran propuesto elegir para mandar el ejeacutercito maacutes importante al hombre maacutes a propoacutesito para perderlo no habriacutean elegido a otro que a La Bisbal

Paseacute con tristeza por entre su ejeacutercito Aquellos soldados capaces del maacutes grande heroiacutesmo me inspiraban laacutestima porque estaban destinados a desempentildear un papel irrisorio como leones a quienes se obliga a bailar Sentiacutea yo impulsos de arengarles dicieacutendoles laquoiexclQue os engantildean pobres muchachos No dejeacuteis las armas sin combatir Si os hablan de capitulacioacuten degollad a vuestros generalesraquo

En Madrid halleacute un abatimiento superior a lo que esperaba Se hablaba alliacute de capitular como de la cosa maacutes natural del mundo Soacutelo teniacutean entusiasmo algunos infelices que no serviacutean para nada el cuerpo de coros de los clubs y de las sociedades secretas la gente gritona y tambieacuten muchos de los que habiacutean tirado del coche de Fernando VII cuando volvioacute de Francia el antildeo 14 Los absolutistas creiacutean con razoacuten ganada la partida y afectaban cierta generosidad magnaacutenima iexclPobre gente Algunos de estos pajarracos vinieron a visitarme entre ellos D Viacutector Saacuteez y tuve el gusto [126] de mortificarles aseguraacutendoles que Angulema traiacutea orden de obsequiarnos con las dos Caacutemaras y un absolutismo templado suaviacutesimo emoliente para nuestra anarquiacutea Esto poniacutea a mis buenos amigotes maacutes furiosos que las bravatas de los liberales pues auacuten habiacutea liberales con alma bastante para echar bravatas

Pero yo me ocupaba poco de tales cosas Mi primer cuidado fue hacer algunas averiguaciones concernientes a la entrantildeable poliacutetica de mi herido corazoacuten Felizmente a la casa donde yo viviacutea que era honradiacutesimo albergue de una noble familia alavesa iba a menudo un tal Campos hombre muy intrigante director de Correos si no recuerdo mal gran maestre de la Orden masoacutenica o por lo menos principaliacutesimo dignatario de ella amigo iacutentimo de los liberales de maacutes viso y tambieacuten de algunos absolutistas como hombre que sabe el modo de comer a dos carrillos

Yo le habiacutea tratado el antildeo anterior y charlando juntos me reiacutea mucho de los masones lo cual a eacutel no le enojaba Entre bromas y veras soliacutea enterarme de algunas cosas reservadas porque no era hombre de extraordinaria discrecioacuten ni tampoco de una incorruptibilidad absoluta En los diacuteas de mi llegada de Iruacuten que eran los de mediados de Mayo del 23 le [127] pregunteacute si esperaban los masones alguacuten mensaje reservado de Mina Negolo mas yo aseguraacutendolo con el mayor descaro y nombrando al mensajero le hice confesar que esperaban oacuterdenes de Mina de un diacutea a otro Eacutel lo mismo que su secretario cuyo nombre no recuerdo me aseguraron no haber visto todaviacutea en Madrid a Salvador Monsalud ni tener noticia alguna de eacutel

-No ha llegado auacuten -dije- Mucho tarda

Sin reparar en nada fui a su casa Un portero tan locuaz como pedante liberal muy faroloacuten de aquellos a quienes yo llamo sepultureros de la libertad porque son los que la han enterrado me informoacute de que el Sr Monsalud faltaba de Madrid desde el mes de agosto del antildeo anterior

-Puede que la Sra Dordf Solita sepa algo -me dijo- Pero no es faacutecil porque anoche lloraba Como no llorase de placer que tambieacuten esto sucede a menudo

-iquestDe modo que la casa subsiste -le pregunteacute

-Subsiste siacute sentildeora pero no subsistiraacute mucho tiempo si el Sr D Salvador no vuelve del otro mundo

-Pues queacute iquestha muerto

-Asiacute lo creo yo Pero esa joven sentimental [128] siempre tiene esperanzas y cada vez que el sol sale por el horizonte esparciendo sus rayos de oro iquestme entiende usted

-Siacute acabe de una vez el Sr Sarmiento

-Quiero decir que siempre que amanece lo cual pasa todos los diacuteas la Sra Dordf Solita dice laquoiexclHoy vendraacuteraquo Tal es la naturaleza humana sentildeora que de todo se cansa menos de esperar Y yo digo iquestqueacute seriacutea del hombre sin esperanza Dispeacutenseme la sentildeora pero si piensa subir tengo el sentimiento de no poder acompantildearla porque como mi hijo es miliciano

-iquestY queacute

-Como es miliciano y el honor le ordena derramar hasta la uacuteltima gota de su sangre en defensa de la dulce patria y de la libertad preciosiacutesima del geacutenero humano

-iquestY queacute maacutes -dije complacieacutendome en oiacuter las graciosas pedanteriacuteas de aquel hombre

-Que impulsado por su ardoroso corazoacuten capaz del heroiacutesmo y por mi paternal mandato ha ido a Caacutediz con las Cortes y como ha ido a Caacutediz con las Cortes y no volveraacute hasta dejar confundida a la faccioacuten y a los cien mil y quinientos hijos nietos o tataranietos del calzonazos de Luis XVIII Por vida de la chilindraina y con cien mil

pares de docenas de [129] chilindrones que si yo tuviera veinte antildeos menos Pues digo que como Lucas ha ido a Caacutediz y es un leoacuten mi hijo un verdadero leoacuten resulta que me es forzoso estar al cuidado de la puerta iquestme entiende la sentildeora

-Estaacute bien -le dije riendo- Puedo subir sola

Quise darle una limosna porque su aspecto me parecioacute muy miserable pero la rechazoacute con dignidad y cierto rubor decoroso propio de las grandezas caiacutedas

Subiacute a la casa Mi corazoacuten subiacutea antes que yo

- XVI - En seguida que llameacute salieron a abrir Se conociacutea que en la casa reinaba la impaciencia Una mujer descorrioacute con presteza el cerrojo y me rogoacute que entrase Era ella Yo recordaba haberla visto en alguna parte

Careciacutea de verdadera hermosura pero al reconocerlo asiacute con gozo no pude dejar de concederle una atraccioacuten singular en toda su persona un encanto que habriacutea establecido al instante [130] entre ella y yo profunda simpatiacutea si en medio de las dos no existiese como infranqueable abismo la persona de un hombre Vestiacutea de luto y la delgadez de su rostro anunciaba el paso de grandes penas Cuando me vio alterose tanto y su turbacioacuten fue tan grande que no podiacutea dirigirme la palabra Por mi parte la mireacute con serenidad y altaneriacutea como de superior a inferior haciendo todo lo posible para que ella se creyese muy honrada con mi visita

Yo habiacutea oiacutedo hablar a Salvador con carintildeo y admiracioacuten que me ofendiacutean de aquella singular hermana suya que no era tal hermana ni aun pariente y que muy bien podiacutea ser otra cosa Nunca creiacute en la fraternidad honrada y carintildeosa de que eacutel me habiacutea hablado porque conozco un poco el corazoacuten del hombre y admito soacutelo los sentimientos cardinales y fundamentales y no esas mixturas y composiciones sutiles que no sirven maacutes que para disfrazar alguna pasioacuten iliacutecita Deseaba conocer por miacute misma a la dichosa hermana tan ponderada por eacutel y ver si teniacutea fundamento el secreto odio que mi alma hacia ella sentiacutea Desde que la vi a pesar de que me fue muy patente su inferioridad personal con respecto a la nieta de mi abuela me parecioacute tener delante a una [131] rival temible maacutes peligrosa cuanto maacutes humilde en apariencia Al instante trateacute de buscar en ella un defecto grande de esos que afean espantosamente a la mujer Mi ingenioso rencor encontroacute al punto aquel defecto y dije en mi interior

-Esta muchacha debe de ser una hipocritona No hay maacutes remedio sino que lo es

Mi juicio fue raacutepido como la inspiracioacuten como la improvisacioacuten Desde la puerta a la sala a donde me condujo hice mil observaciones entre ellas una que no debo pasar en silencio La casa estaba tan perfectamente arreglada que no pareciacutea vivienda sin duentildeo Todo se hallaba en su sitio sin el maacutes ligero desorden en perfecto estado de limpieza descubrieacutendose en cada cosa el esmero peregrino que anuncia la mano de una

mujer poseedora del genio domeacutestico Creeriacutease que el amo era esperado de un momento a otro y que todo se acababa de disponer para agradarle cuando entrara

Al sentarme reconcentreacute mis ideas acerca del plan que habiacutea formado y le dije

-Seacute que usted padece mucho por saber el paradero del amo de esta casa y como tengo noticias de eacutel vengo a tranquilizarla

-iexclOh iexclsentildeora iexclcuaacutenta bondad -exclamoacute con repentina alegriacutea- De modo que usted [132] sabe doacutende estaacute y por queacute no viene iquestLe han vuelto a coger los facciosos

-No sentildeora Estaacute libre y bueno

-Entonces no tiene perdoacuten de Dios -dijo abatiendo el vuelo de su alma que tanto se habiacutea elevado con las alas de la alegriacutea- No no tiene perdoacuten de Dios

-iquestUsted le ha escrito

-Muchas veces Dirijo las cartas al ejeacutercito de Mina con la esperanza de que alguna llegue a sus manos pero no recibo contestacioacuten Es una iniquidad de mi hermano Por poco que se acuerde de miacute por muy grande que sea su olvido iquestseraacute tal que no me haya escrito una sola vez

-Los que estaacuten en armas -dije sonriendo- no se acuerdan de las pobres mujeres que lloran

-Yo creo que me ha escrito Eacutel es muy bueno y me considera mucho No es capaz de tenerme en esta incertidumbre por su voluntad

-iquestPero usted no ha recibido ninguna carta

-En Febrero vinieron dos pero despueacutes ninguna Quizaacutes se hayan perdido

-Podriacutea ser

-A veces me figuro que no me escribe porque viene Todos los diacuteas creo que va a llegar y desde que siento pasos en la escalera corro a [133] ver si es eacutel Todo lo tengo preparado y si viene nada encontraraacute fuera de su sitio

-Siacute ya lo veo Es usted una alhaja El pobre Salvador debe de estar muy satisfecho de su hermana Eacutel la aprecia a usted mucho Me lo ha dicho

-iexclSe lo ha dicho a usted -exclamoacute tan vivamente conmovida que casi estuvo a punto de llorar

-Me lo ha dicho siacute Eacutel me cuenta todo Para miacute nunca ha tenido secretos

Sola me miroacute de hito en hito durante un momento que me parecioacute demasiado largo iquestQueacute habiacutea en la expresioacuten de su semblante al contemplar el miacuteo iquestEnvidia No podiacutea

ser otra cosa pero la apariencia indicaba maacutes bien una resignacioacuten dolorosa Le habriacutea tenido mucha laacutestima si no hubiera estado convencida de que era una hipoacutecrita

-Muchas veces me ha hablado de usted -proseguiacute- elogiaacutendome sus bellas cualidades para el gobierno de una casa Vea usted de queacute manera ha venido a encontrarse sola al frente de este hogar vaciacuteo conservaacutendole tan bien para cuando eacutel vuelva

-La pobre Dordf Fermina -dijo- que murioacute de pesadumbre por la peacuterdida de su hijo me encargoacute todo al morir poniendo en mi [134] mano cuanto teniacutea y ordenaacutendome que lo guardase y conservase hasta que pareciera Salvador

-iquestEntonces ella no le creiacutea muerto

-Dudaba Siempre teniacutea esperanza -manifestoacute Solita dando un suspiro- Yo le hablaba a todas horas de la vuelta de su hijo y la verdad siempre tuve esperanza de verle entrar en la casa porque una voz secreta de mi corazoacuten me deciacutea que volveriacutea El diacutea antes de fallecer Dordf Fermina escribioacute una larga carta a su hijo iexclCuaacutentas laacutegrimas derramoacute la pobre Yo habriacutea dado con gusto mi vida porque la infeliz madre viera a su hijo antes de morir Pero Dios no lo quiso asiacute

-iquestY esa carta -pregunteacute deseosa de conocer aquel detalle

-Esa carta la depositoacute en miacute Dordf Fermina mandaacutendome que la entregase a Salvador en su propia mano si pareciacutea

-iquestY si no pareciacutea

-Dontildea Fermina me mandoacute que le buscase por todos los medios posibles y que si teniacutea noticias de eacutel y no veniacutea a Madrid fuese a buscarle aunque tuviera que ir muy lejos

-Pero iquestcoacutemo podraacute usted emprender esos viajes iexclpobrecilla -exclameacute mostrando una compasioacuten que estaba muy lejos de sentir [135]

-Eso seriacutea lo de menos No me faltan aacutenimos para ponerme en camino ni tampoco recursos con que emprender un largo viaje porque Dordf Fermina me entregoacute todos sus ahorros para que los destinase a buscar a su hijo

-iexclAh entonces Y para el caso de no encontrarlo iquestqueacute dispuso esa sentildeora

-Que esperase y le volviera a buscar despueacutes

-iquestY para el caso de que fuera evidente su muerte

-Que echase al fuego la carta sin leerla iexclHa sido desgraciada suerte la nuestra -prosiguioacute la hueacuterfana con abatimiento- Un mes despueacutes de haber subido al cielo aquella buena sentildeora vino la carta de Salvador anunciando que estaba libre iexclAy en mi vida he tenido mayor alegriacutea ni mayor tristeza juntas tristeza y alegriacutea sin que pudiesen ser

separadas Yo le contesteacute dicieacutendole lo que pasaba y rogaacutendole que viniese Desde aquel diacutea le estoy esperando Han pasado tres meses y no ha venido ni me ha escrito

-Pues ha llegado la ocasioacuten de que usted cumpla la uacuteltima voluntad de la pobre sentildeora difunta partiendo en busca de ese hijo desnaturalizado

-iexclSi no seacute doacutende estaacute Un amigo que lee [136] todos los papeles puacuteblicos y sabe por doacutende andan los ejeacutercitos las guerrillas y las contraguerrillas me ha dicho que las tropas de Mina se han disuelto Otro que vino del Norte me aseguroacute que Salvador habiacutea emigrado a Francia Yo a pesar de estas noticias le espero tengo confianza en que ha de venir y he resuelto aguardar lo que resta de mes Sigo mis averiguaciones y si en todo Mayo no ha venido ni me ha escrito pienso ponerme en camino y buscarle con la ayuda de Dios

-Siento quitarle a usted una ilusioacuten -dije adoptando definitivamente mi diaboacutelico plan y resolvieacutendome a ponerlo en ejecucioacuten- Salvador no vendraacute por ahora no puede venir

-iquestLo sabe usted de cierto -me preguntoacute vivamente turbada y con algo de incredulidad en sus hermosos ojos

-iquestDuda usted de miacute -dije poniendo en mi semblante esa naturalidad inefable que es uno de mis maacutes preciosos resortes para expresar lo que quiero- Precisamente no he venido a otra cosa que a decirle a usted su paradero despueacutes de tranquilizarla por si le creiacutea enfermo o muerto

-iquestY doacutende estaacute

-Habiendo rentildeido con Mina por una cuestioacuten [137] de amor propio pasoacute a las contraguerrillas que siguen al general Ballesteros

-iquestEntonces sigue en el Norte

-No sentildeora Ya sabe usted que el ejeacutercito de Ballesteros se ha retirado a Valencia

-A Valencia siacute Efectivamente lo oiacute decir iquestDe modo que Salvador estaacute en Valencia

-Siacute y estos informes no son vagos ni fundados en conjeturas porque yo misma

Al llegar aquiacute di un suspiro afectando cierta emocioacuten Despueacutes acabeacute asiacute la frase

-Yo misma me separeacute de eacutel en Onteniente el 20 de Abril

-iquestEs cierto sentildeora lo que usted me dice -me preguntoacute con gran agitacioacuten

-Siacute pero no creo que haga usted el disparate de ponerse en camino para Levante -indiqueacute con objeto de que no conociera mi verdadera idea

-iquestPues queacute vendraacute

-Venir no No vendraacute en mucho tiempo mayormente si de hoy a mantildeana capitula la Corte y se establece el absolutismo Yo creo que se veraacute obligado a emigrar embarcaacutendose en cualquier puerto de la costa

-iexclEmbarcarse -exclamoacute con desaliento- No sentildeora no eso no puede ser Corro allaacute al momento [138]

Se levantoacute como si de un vuelo pudiera trasladarse a Valencia

-iquestY seraacute usted capaz de emprender un viaje tan largo iquestTendraacute usted valor -manifesteacute con fingida admiracioacuten

-Yo tengo valor para todo sentildeora -me respondioacute

Despueacutes del primer movimiento de credulidad la vi como abatida y vacilante Dudaba

-Puede usted escribirle -le dije- con la direccioacuten que yo le deacute y cuando reciba la contestacioacuten de eacutel ponerse en camino Lo malo seraacute que en ese tiempo tome la guerra otro aspecto y llegue usted tarde

-Eso seriacutea terrible Yo creo que si voy debo ir hoy mismo iquestY de eacutel se separoacute usted el 20 de Abril

Dudaba todaviacutea Al llegar a este punto la voz de la conciencia que auacuten me deteniacutea fue acallada por mis celos y no penseacute maacutes que en el eacutexito completo del plan que me habiacutea propuesto No vacileacute maacutes y penseacute en la carta que me habiacutea traiacutedo Pipaoacuten

-Me separeacute de eacutel el 20 de Abril -afirmeacute- pero despueacutes de eso hallaacutendome en Aranjuez recibiacute una carta suya

Con avidez fijoacute Solita sus ojos en miacute Por grande que fuera mi serenidad mi corazoacuten palpitaba [139] porque ni aun los criminales maacutes criminales hacen ciertas cosas sin algo de procesioacuten por dentro Confesareacute ahora la fealdad toda de mi accioacuten para que se comprenda bien la importancia de aquella escena y mi perverso papel

-Si me quisiera mostrar usted la carta de Salvador -me dijo en tono suplicante- al menos para saber con fijeza el punto en que se halla

-No la he traiacutedo -repuse con el mayor aplomo- pero volvereacute a mi casa que estaacute a dos pasos y la traereacute para que tenga usted ese consuelo y una seguridad que no pueden darle mis palabras

-iexclOh no sentildeora yo creo

-No estas cosas son delicadas Al instante traereacute a usted la carta que me escribioacute y que no estaacute fechada en Onteniente sino en otro pueblo del reino de Valencia pues como usted puede suponer el ejeacutercito se mueve casi todos los diacuteas

Diciendo esto me levanteacute Ella me daba las gracias por mi bondad en carintildeosas y vehementes palabras Brindose a ir conmigo porque yo no me molestase en volver pero esto no me conveniacutea y saliacute raacutepidamente iexclMiserable de miacute y cuaacutento me cegaba la pasioacuten y aquel detestable [140] afaacuten de hacer dantildeo a la que aborreciacutea Contareacute esto con la mayor brevedad posible porque me mortifica tan desagradable recuerdo y en verdad que si pudiera escribir estas vergonzosas liacuteneas cerrando los ojos lo hariacutea para no ver lo que traza mi propia pluma

- XVII - Corriacute a mi casa tomeacute la carta de Salvador y con ese golpe de vista del genio criminal comprendiacute que lo previsto por miacute momentos antes podiacutea realizarse faacutecilmente La data Urgel estaba escrita en letra ancha y mala La palabra podiacutea ser variada por una mano haacutebil y la miacutea fuerza es decirlo lo era aunque nunca hasta entonces se habiacutea empleado en tan infames proezas

Yo teniacutea muy presente a un primo miacuteo que habiacutea comerciado antildeos antes en un pueblo de Alicante llamado Vergel en las inmediaciones de Denia a orillas del riacuteo Bolana Esta palabra era el puntildeal del asesinato proyectado por miacute La tomeacute con la fiebre del rencor iexclQueacute admirablemente serviacutea para mi objeto iexclQueacute [141] bien dispuestas estaban sus letras para una obra sataacutenica No podiacutea pedirse maacutes no Teniacutea delante de miacute una de esas infernales coincidencias que deciden a los criminales vacilantes y a veces hasta a los justos les impulsan a escandalosos y horribles pecados

Tomeacute la pluma y con mano segura regocijaacutendome interiormente en la perfeccioacuten de mi obra convertiacute la palabra Urgel en Vergel La fecha era faacutecil de mudar tambieacuten Salvador habiacutea puesto Marzo en abreviatura Yo convertiacute el Marzo en Mayo dejando el diacutea que era el 3 lo mismo que estaba iexclOh cuando no se me cayoacute la mano entonces creo que tendreacute manos para toda mi vida

Del texto de la carta podiacutea mostrarse la primera plana donde deciacutea entre otras cosas insignificantes laquono pienso en muchos diacuteas salir de este puebloraquo

Corriacute allaacute con mi puntildeal Las traacutegicas figuras antiguas a quienes pintan alborotadas y arrogantes con un hierro en la mano no frunciriacutean el centildeo maacutes fieramente que yo al blandir mi carta homicida Subiacute a la casa Sola me esperaba en la puerta Entramos me senteacute al punto porque estaba muy cansada

-Vea usted -le dije- el pueblo donde ahora estaacute es Vergel He pasado por eacutel [142]

Solita devoraba con los ojos la carta

-Vergel -antildeadiacute mostraacutendole la carta- estaacute entre Pego y Denia sobre un riachuelo que llaman Bolana Si va usted a Onteniente le seraacute muy faacutecil llegar a Vergel

Ella seguiacutea leyendo

-Asegura que por ahora no piensa moverse de ese pueblo -dijo meditabunda- Mejor con eso tendreacute la certeza de encontrarle

-iquestPero de veras insiste usted en ir El resto de la carta no se lo ensentildeo a usted porque no puede interesarle -indiqueacute afectando la mayor naturalidad y guardando mi arma- No puedo creer que haga usted la locura de

-Ireacute ireacute -dijo con una resolucioacuten briosa que inundoacute mi alma de los freneacuteticos goces del eacutexito criminal

Despueacutes de manifestar asiacute su propoacutesito fruncioacute el centildeo y me dijo

-Cuando usted se separoacute de Salvador iquesteacutel sabiacutea que veniacutea usted a Madrid

-Lo sabiacutea

-iquestY coacutemo no le rogoacute que me viese y me tranquilizara

-Porque sabe -repuse con dignidad- que yo no sirvo para hacer las veces de correo Si he venido a esta casa ha sido por se lo direacute a usted con entera franqueza no quiero fingir [143] moacuteviles que no tuve al venir aquiacute aunque despueacutes que nos hemos tratado hayan sido distintas mis ideas

Solita atendiacutea a mis palabras como al Evangelio Yo le tomeacute una mano y ponieacutendome a punto de llorar me expreseacute asiacute

-Sentildeora Dordf Solita dije a usted al entrar que veniacutea con el simple objeto de tranquilizarla daacutendole informes de Salvador

-Asiacute fue sentildeora lo que usted me dijo

-Pues bien falteacute a la verdad quise encubrir mi verdadero objeto con una foacutermula comuacuten Pero yo no puedo fingir no puedo ocultar la verdad Mi caraacutecter peca de excesivamente franco natural y expansivo Mis pasiones y mis defectos la verdad toda de mi alma buena o mala se me sale por los ojos y por la palabra cuando maacutes quiero disimular Usted me ha inspirado simpatiacuteas usted me ha revelado una pureza de sentimientos que merece el mayor respeto Quiero ser como usted y hablarle con la noble veracidad que se debe a los verdaderos amigos iquestNo es usted hermana para eacutel pues quiero que lo sea tambieacuten para miacute

Solita al oiacuter esto se apartoacute lentamente de mi lado Noteacute en ella cierta aversioacuten contenida por el respeto

-Querida amiga -proseguiacute forzando mi [144] arte- No he venido aquiacute sino por un egoiacutesmo que usted no comprenderaacute tal vez He venido por ver su casa por conocer lo uacutenico que guarda Madrid de esa amada persona este asilo donde eacutel ha vivido donde murioacute su madre y por el cual parecen vagar auacuten sus miradas Queriacutea yo dar a mis ojos el gusto de ver estos objetos estos muebles donde tantas veces se han fijado los ojos suyos Nada maacutes ninguacuten otro objeto me trajo aquiacute He tenido ademaacutes el placer de conocerla a usted y ahora deseaacutendole que halle pronto a su hermano me retiro

Levanteme resueltamente Solita habiacutea prorrumpido en amargo llanto

-iexclOh iexclGracias gracias sentildeora -exclamoacute secando sus laacutegrimas- Le direacute que debo a usted este inmenso favor

-No no por Dios -repliqueacute vivamente- Ruego a usted que no me nombre para nada Veriacutea en miacute una debilidad que no quiero confesarle mediando como median en uno y otro los propoacutesitos de separacioacuten eterna

-Pues callareacute sentildeora callareacute iquestDe modo que usted no le veraacute maacutes

Al decir esto habiacutea tanto afaacuten en su mirada que me causoacute indignacioacuten La habriacutea abofeteado si mi papel no hubiera exigido gran prudencia y circunspeccioacuten [145]

-No sentildeora no le vereacute maacutes -le dije fijando maacutes sobre mi semblante la maacutescara que se caiacutea- Despueacutes de lo que ha pasado Pero no puedo revelarle a usted ciertas cosas Si usted le conoce bien conoceraacute su inconstancia Yo le he amado con fidelidad y nobleza Eacutel no quiero rebajarle delante de una persona que le estima Adioacutes sentildeora adioacutes iquestSe va usted al fin hoy

Esto lo dije en pie estrechando aquella mano que habriacutea deseado ver cortada

-Siacute sentildeora ireacute a buscarle puesto que eacutel no quiere venir

-iquestPero se atreve usted sola sin compantildeiacutea por esos caminos -indiqueacute deseando que me confirmase su resolucioacuten

-Dios iraacute conmigo -repuso la hipocritona con el acento de los que tienen verdadera fe- El ordinario de Valencia que sale esta noche era amigo de Dordf Fermina Con eacutel ireacute Tengo confianza en Dios y estoy segura de que no me pasaraacute nada Ahora tomada esta determinacioacuten estoy maacutes tranquila

-La felicidad le retoza a usted en el rostro -afirmeacute con cruel sarcasmo- Bien se conoce que es usted feliz Yo me congratulo de haber proporcionado a usted un cambio tan dichoso en su espiacuteritu [146]

Cuando pronuncieacute estas palabras debioacute secaacuterseme la lengua lo confieso

Poco maacutes hablamos Hiacutecele ofrecimientos corteses y saliacute de la casa Cuando bajaba la escalera sentiacute impulsos de volver a subir y llamarla y decirle laquono crea usted nada de lo que he dicho soy una embusteraraquo pero el egoiacutesmo pudo maacutes que aquel pasajero y deacutebil sentimiento de rectitud y seguiacute bajando Del mismo modo iba bajando mi alma escaloacuten tras escaloacuten a los abismos de la iniquidad Razoneacute como los perversos dicieacutendome que la viacutectima de mi intriga era una mujer hipoacutecrita y que las maquinaciones de mal geacutenero tan dignas de censura cuando recaen en personas inocentes son maacutes tolerables si recaen en quien las merece y es capaz de urdirlas peores Pero estos sofismas no acallaban mi remordimiento que empezoacute a crecer desde que saliacute de la casa y ha llegado despueacutes por su mucha grandeza y pesadumbre a mortificarme en gran manera

- XVIII - Verdaderamente mi accioacuten no pudo ser maacutes indigna iexclPrecipitar a una desamparada e [147] infeliz mujer a resolucioacuten tan loca obligarla por medio de vil engantildeo a emprender un viaje largo dispendioso arriesgado y sobre todo inuacutetil Al mirar esto desde tan distante fecha me espanto de mi accioacuten de mi lengua y de la horrible travesura y astucia de mi entendimiento

En aquellos diacuteas la pasioacuten que me dominaba y maacutes que la pasioacuten el envidioso afaacuten que me produciacutea la simple sospecha de que alguien me robase lo que yo juzgaba exclusivamente miacuteo no me permitieron ver claramente mi conciencia ni la infamia de la denigrante accioacuten que habiacutea cometido pero cuando todo se fue enfriando y oscureciendo he podido mirarme tal cual era en aquel diacutea y declaro aquiacute que seguacuten me veo no hay fealdad de demonio del infierno que a la miacutea se parezca

iexclY sigue uno viviendo despueacutes de hacer tales cosas iexclY parece que no ha pasado nada y vuelve la felicidad y aun se da el caso de olvidar completamente la perversa y villana accioacuten Yo no vacilo en escribirla aquiacute porque me he propuesto que este papel sea mi confesonario y una vez puesta la mano sobre eacutel no he de ocultar ni lo bueno ni lo malo La seguridad de que esto no lo ha de ver nadie hasta [148] que yo no me encuentre tan lejos de las censuras de este mundo como lo estaacuten los astros de las agitaciones de la tierra da valor a mi espiacuteritu para escribir tales cosas Yo digo laquoque todo el mundo escriba con absoluta verdad su vida entera y entonces iexclcuaacutento disminuiraacute el nuacutemero de los que pasan por buenos Las cuatro quintas partes de las grandes reputaciones morales no significan otra cosa que falta de datos para conocer a los individuos que se pavonean con ellas fatuamente como los coacutemicos cuando se visten de reyesraquo

Aquella tarde torneacute a pasar por alliacute y entableacute conversacioacuten con Sarmiento pero me fue imposible averiguar por eacutel si Solita insistiacutea en partir

Yo teniacutea gran desasosiego hasta no saberlo de cierto y para salir de mi incertidumbre quise averiguarlo por miacute misma Soy asiacute lo que puedo hacer no lo confiacuteo a los demaacutes Me fatigan las dilaciones y la torpeza de los que sirven por dinero y carezco de paciencia para aguardar a que me vengan a decir lo que yo puedo ver por mis propios ojos Al llegar la noche y la hora en que soliacutean partir los coches sillas de postas y galeras mi criada y yo nos vestimos manolescamente con pantildeoloacuten y basquintildea [149] y nos encaminamos al parador del Fuacutecar de donde seguacuten mis noticias saliacutea el ordinario de Valencia

No tuve que esperar mucho para satisfacer mi curiosidad Alliacute estaba Solita partiacutea irremisiblemente Ya no me quedaba duda La vi dentro del coche que saliacutea y no pude sofocar en miacute un sentimiento de profundiacutesima laacutestima forma indirecta que tomaba

entonces mi conciencia para presentarme ante los ojos la imagen de mi crimen Pero el coche partioacute ella se fue con su engantildeo y yo me quedeacute con mi laacutestima

No se habiacutea extinguido el rumor de las ruedas del carro de Valencia cuando sonoacute maacutes vivo estreacutepito de ruedas y caballeriacuteas Un gran coche de colleras entroacute en el parador Mi criada y yo nos detuvimos por curiosidad

-Es el coche de Alcalaacute -dijeron a nuestro lado- Esta noche viene lleno de gente

Por una de las portezuelas vi la cara de un hombre El corazoacuten pareciacutea haceacuterseme pedazos Me volviacute loca de alegriacutea No pude contenerme Era eacutel Mis exclamaciones carintildeosas le obligaron a bajar del coche y entonces me arrojeacute llorando [150] en sus brazos

- XIX - Al diacutea siguiente le aguardaba en mi casa y no fue hasta muy tarde cuando ya anocheciacutea Estaba muy fatigado triste y abatido Lo primero de que me habloacute fue del vaciacuteo que habiacutea dejado en su casa la muerte de su madre de la partida de su hermana a quien creiacutea encontrar en Madrid y del breviacutesimo espacio que un perverso destino habiacutea puesto entre la marcha de ella y la llegada de eacutel

-Castigo de Dios es esto -dijo- por mi descuido en escribirle y mi desnaturalizado proceder

Despueacutes pasoacute de la tristeza a la furia Yo procuraba arrancarle tan luacutegubres ideas recordaacutendole nuestro placentero viaje del verano anterior y la cataacutestrofe de su cautiverio haciacuteale mil preguntas sobre sus padecimientos emancipacioacuten campantildea de Cataluntildea y toma de la Seo pero soacutelo me contestaba con monosiacutelabos y secamente Escaso intereacutes mostraba por las cosas pasadas y aun yo misma que era un presente digno a mi parecer de alguna estima apenas podiacutea obtener de eacutel atencioacuten insegura [151] y casi forzada Su pensamiento estaba fijo en la fugitiva hermana y mis sutiles zalameriacuteas no podiacutean apartarle de alliacute No cesaba de discurrir sobre los moacuteviles de aquel viaje y yo sintiendo revivir y agitarse en miacute lo que siempre tuve de serpiente estuve a punto de indicarle que Soledad habriacutea partido arrastrada por alguacuten hombre pero en el momento en que desplegaba los labios para sugerir esta idea me contuve Aquella vez habiacutea vencido mi conciencia y hallaacutendome con fuerzas para las mayores crueldades no las tuve para la calumnia

Al fin creiacute prudente no decirle una palabra sobre aquella cuestioacuten

-Bastaba que yo viniese con deseo de verla -dijo hiriendo violentamente el suelo con el pie- para que ella huyese de miacute Asiacute son todas mis cosas Lo bueno existe mientras yo lo deseo Pero lo toco y adioacutes

Estas amargas palabras eran un desaire para miacute y por lo visto yo no estaba comprendida en el nuacutemero de las cosas buenas pero sofoqueacute mi resentimiento y seguiacute escuchaacutendole

-Desde que el deseo de venganza y mi odio al absolutismo -antildeadioacute- me inclinaron a tomar las armas tuve el presentimiento de que la campantildea se echariacutea a perder y asiacute ha sido Ya tienes a la plaza de Figueras en poder de [152] los franceses a Mina vagabundo sin saber queacute partido tomar y todo el ejeacutercito desconcertado y sin esperanza de vencer iexclGran milagro habriacutea sido que donde yo estoy hubiese victorias Desastres y nada maacutes que desastres La sombra que yo echo sobre la tierra destruye

-iexclQueacute necio eres iquestCrees acaso en las estrellas fatales y en el sino

-No debiera creer pero todo me manda que crea Ya ves Me enviacutea Mina a Madrid con una comisioacuten en que funda grandes esperanzas y desde que llego aquiacute pierdo las pocas esperanzas que traiacutea porque no hallo sino desanimacioacuten y flojedad Al mismo tiempo la ilusioacuten maacutes querida de este viaje se ha desvanecido como el humo Yo teniacutea una hermana maacutes que hermana amiga con una amistad pura y entrantildeable que nadie puede comprender sino ella y yo una amistad que tiene todo lo santo de la fraternidad y todo lo bueno del amor sin las tenebrosas ansias de este En mi hermana veiacutea yo todo lo que me queda de familia lo uacutenico que me resta de hogar en ella veiacutea a mi madre y una representacioacuten de todos los goces de mi casa la paz del alma dichas muy grandes sin mezcla de martirio alguno Pues bien llego y mi casa estaacute desierta Jamaacutes penseacute en perderla Ella el uacutenico ser de [153] quien estaba seguro vuela tambieacuten lejos de miacute y se va iexclAy Jenara iexclNo puedo decirte cuaacuten sola estaba mi casa Figuacuterate todo el universo vaciacuteo y sin vida Ni mi madre ni Soledad iexclQueacute sepulcro Dios miacuteo Asiacute se va quedando mi corazoacuten lo mismo que una gran fosa todo lleno de muertos Tuacute no puedes entender esto Jenara En ti todo vive Tu caraacutecter hace resucitar las cosas y eres un ser privilegiado para quien el mundo se dispone siempre del modo maacutes favorable pero yo

-Cuacutelpate a ti mismo -le dije- y no hables del destino Te quejas de que tu hermana te haya abandonado y no recuerdas que has estado mucho tiempo sin escribirle sin darle noticias de ti sin decirle ni siquiera laquoestoy vivoraquo

-Es verdad pero se amparoacute de miacute el estuacutepido delirio de la guerra Me sedujo la idea gloriosa que representaba nuestro ejeacutercito al perseguir a los realistas Soacutelo veiacutea lo que estaba delante de mis ojos y dentro de miacute el enemigo y los torbellinos de mi cerebro un ideal de gloriosas victorias que dieran a mi paiacutes lo que no tiene Ya sabes que yo me equivoco siempre Lo extrantildeo es que conociendo mi torpeza me empentildee en andar hacia adelante como los demaacutes hombres en vez de estarme quieto [154] como las estatuas Ahora todo lo veo destrozado caiacutedo y hecho pedazos por mis propias manos como el que entrando en un cuarto oscuro y lleno de preciosidades y a ciegas tropieza y lo rompe todo En Cataluntildea desengantildeos en Madrid maacutes desengantildeos todaviacutea un gran vaciacuteo del entendimiento y otro maacutes grande del corazoacuten Parece que la realidad de mis ideas es un ave que se asusta de mis pasos y levanta el vuelo cuando me acerco a ella iexclMaldita persona la miacutea

Debiacutea enojarme de tales palabras porque seguacuten ellas yo no era nada Pero no me mostreacute ofendida y solamente dije

-Si al llegar encuentras todo solo y vaciacuteo no es porque las cosas vuelen antes de tiempo sino porque tuacute llegas siempre tarde

-Tambieacuten es verdad Llego siempre tarde Ya ves lo que me ha pasado ahora -dijo con el mayor desaliento- Se le antoja al general Mina enviarme aquiacute cuando todo estaacute perdido Pero eacutel no contaba con la rapidez de este desmoronamiento no contaba con la retirada de Ballesteros sin combatir ni con la defeccioacuten de La Bisbal Mina tiene la desgracia de creer que todos son valientes y leales como eacutel

-iquestLa defeccioacuten de La Bisbal De modo que ya No creiacute que fuera tan pronto El conde [155] acostumbra preparar con cierto arte sus arrepentimientos

-No se dice puacuteblicamente pero es seguro que ya estaacute en tratos con los franceses para capitular Me lo ha dicho Campos que olfatea los sucesos De mantildeana a pasado el aborrecido estandarte negro ondearaacute en Madrid iquestA queacute he venido yo No parece sino que ha venido a izarlo yo mismo

-Pues no hagas caso de los masones ni de la guerra ni de la Constitucioacuten -le dije- iquestPara queacute te empentildeas en cosas imposibles iquestPor queacute desprecias lo que tienes y buscas fantasmas vanos

Eacutel me miroacute comprendiendo mi intencioacuten Su mirada no indicaba desafecto pero me era imposible vencer su tristeza Acompantildeome a cenar y mis alardes de humor festivo mi chaacutechara y las delicadas atenciones que con eacutel tuve no lograron disipar las nubes sombriacuteas que ennegreciacutean su alma Tambieacuten la miacutea se encapotaba lentamente cayendo en hondas tristezas porque acostumbrada a verse sentildeora de los sentimientos de aquel hombre padeciacutea mucho al considerar perdido su amoroso dominio y esa tiraniacutea dulciacutesima que al mismo tiempo embelesa al amo y al esclavo

Pero auacuten conservaba yo gran parte de mi [156] prestigio Venciacute aunque sin poder conseguir la tranquilidad que acompantildea a los triunfos completos porque descubriacute en su complacencia algo de violento y forzado Pareciacutea que al corresponder a mi leal carintildeo lo haciacutea maacutes bien por delicadeza y por deber que por verdadera inclinacioacuten Esto me atormentoacute toda la noche quitaacutendome el suentildeo Cuando pude dormir la imagen de la pobre hueacuterfana que recorriacutea media Espantildea buscando a su hermano a su amante o lo que fuera se me presentoacute para atormentarme maacutes iexclAy iexclqueacute terrible es una gran falta sin eacutexito

La visioacuten de la mujer errante no se quitaba de mi imaginacioacuten Pero yo entonces creyeacutendome menos amada de lo que mi freneacutetica ambicioacuten de amor exigiacutea pensando que me habiacutean vencido ajenos recuerdos y vaguedades sentimentales referentes a otra persona me gozaba con fiera crueldad en la desolacioacuten de la hermana viajera

-iexclBien -le deciacutea- corre tras eacutel corre hoy y mantildeana y siempre para no encontrarle al fin Muy bien hipocritona iexcliexclme alegro me alegro [157]

- XX -

Al diacutea siguiente muy temprano entroacute Campos en casa Ya he dicho que este masoacuten era amigo muy constante de la familia con quien yo viviacutea un matrimonio alaveacutes de edad madura y sin hijos extrantildeo por lo general a las pasiones poliacuteticas aunque la sentildeora como buena vascongada se inclinaba al absolutismo Campos entroacute gritando

-iexclYa nos la ha pegado ese tunante

Al punto comprendiacute lo que queriacutea expresar

-La Bisbal ha capitulado iquestno es eso -le dije- iexclQueacute noticia Ya lo suponiacuteamos

-Pero al menos sentildeora al menos -manifestoacute Campos con afaacuten- Las formas es preciso guardar ciertas formas Todos estamos dispuestos a capitular porque no es posible vivir en lucha con la general corriente ni con la Europa entera pero pero

-iquestY queacute ha hecho La Bisbal

-Dar un manifiesto

-Ya lo suponiacutea es el hombre de los manifiestos

-Un manifiesto en que dice que siacute y que no [158] y que tira y afloja y que blanco y que negro En fin un manifiesto de La Bisbal Despueacutes ha entregado el mando al marqueacutes de Castelldosrius y ha desaparecido El ejeacutercito estaacute desmoralizado La mayor parte de los soldados se van a donde les da la gana y aquiacute nos tiene usted como el 3 de Diciembre de 1808 en poder de los franceses iquestVamos a ver queacute hace ahora un hombre honrado como yo iquestQueacute hacen ahora los hombres que no se han metido en nada que desde su campo defendieron siempre el orden y las conveniencias

Yo haciacutea esfuerzos para contener la risa La zozobra del masoacuten en momentos de tanto apuro y su afaacuten por presentarse como hombre de orden ofreciacutean un cuadro tan gracioso como instructivo

-iquestDe modo que ya se acaboacute la Constitucioacuten -dijo la sentildeora de Saracha elevando majestuosamente las manos al cielo como en accioacuten de gracias- Pues ahora habraacute perdoacuten general Se reconciliaraacuten todos los espantildeoles daacutendose fraternales abrazos y amparaacutendose bajo el manto amoroso del Rey

Yo me echeacute a reiacuter

-No es mal perdoacuten el que nos aguarda -dijo Campos con detestable humor- iexclBonito manto nos ampararaacute Ya se ha alborotado la [159] gentuza de los barrios bajos y las caras siniestras las manos negras y rapaces los trabucos y las navajas van apareciendo Nada nada Tendremos escenas de luto y de ignominia otro 10 de Mayo de 1814

-iquestSeraacute posible Pues me parece que efectivamente hay algo de alboroto en la calle -dijo mi amiga asomaacutendose al balcoacuten

Viviacuteamos en la calle de Toledo que es la arteria por donde la emponzontildeada sangre sube al cerebro de la villa de Madrid en los diacuteas de fiebre Cruzaban la calle gentes del

pueblo en actitud poco tranquilizadora Al poco rato oiacutemos gritar laquoiexclviva la religioacutenraquo laquoiexclvivan la caenasraquo Fue aquella la primera vez de mi vida que oiacute tal grito y confieso que me horrorizoacute

Campos no quiso asomarse porque le enfureciacutean los desahogos de la plebe (mayormente cuando chillaba en contra de los liberales) y seguiacutea diciendo

-Veremos coacutemo tratan ahora a los hombres honrados que han defendido el orden que han procurado siempre contener al democratismo y a la demagogia

No pude vencer mi natural inclinacioacuten a las burlas y le dije

-Sr Campos no doy cuatro cuartos por su pellejo de usted [160]

-Ni yo tampoco -me respondioacute riendo

Eacutel en medio de su descontento esperaba filosoacuteficamente el fin seguro de sobrenadar tarde o temprano en el pieacutelago absolutista Era ademaacutes hombre de tanto valor como osadiacutea

La gente de los barrios bajos siguioacute alborotando todo el diacutea Moviose la tropa para mantener el orden y el general Zayas que mandaba en Madrid y habiacutea firmado la capitulacioacuten aquella misma mantildeana con los franceses pareciacutea dispuesto a ametrallar sin compasioacuten a la canalla En gran zozobra viviacuteamos todos los vecinos de la Villa porque se hablaba de saqueo y de la aproximacioacuten de las partidas de Bessiegraveres el infante aventurero que defendiendo el despotismo queriacutea lograr lo que no pudo conseguir combatiendo por la Repuacuteblica

Pero la principal causa de mi inquietud era no ver a mi lado a la persona que maacutes me interesaba en aquellos diacuteas Le espereacute toda la mantildeana y toda la tarde y como a ninguna hora pareciacutea y habiacutea hecho promesa de visitarme creiacute que le pasaba algo desagradable Por la noche no pude refrenar mi ardorosa impaciencia y voleacute a su casa Tampoco estaba en ella y el anciano portero y maestro de escuela armado de fusil en medio de la porteriacutea furioso y exaltado [161] cual si acabara de escaparse de un manicomio me inspiroacute tanto miedo que no quise esperar alliacute

Paseacute la noche en un estado de angustia horrible Corriacutean rumores de que al diacutea siguiente habriacutea saqueo prisiones muertes y escandalosas escenas Se deciacutea que los liberales maacutes sentildealados eran perseguidos por las calles como perros rabiosos y apedreadas sus casas Yo no podiacutea vivir Al amanecer del otro diacutea que era el 20 de Mayo busqueacute a Salvador en diversos puntos y tampoco le pude encontrar Antes de volver a casa vi movimiento de tropas en la Puerta del Sol y me dijeron que Bessiegraveres habiacutea aparecido con sus cuadrillas que yo llamaba de asesinos de la Fe por detraacutes del Retiro amenazando entrar en Madrid La plebe de los barrios bajos se le habiacutea reunido y como hambrientos perros aullaban mirando a la Corte con ansias de devorarla Todo Madrid estaba aterrado y yo maacutes que nadie no por el temor del saqueo sino por la sospecha de que la persona maacutes cara a mi corazoacuten hubiera sido viacutectima del furor de la plebe

Espereacute tambieacuten todo aquel diacutea Campos entroacute a darnos noticias de lo que pasaba Oiacuteamos cantildeonazos lejanos y a cada instante [162] creiacuteamos ver llegar y difundirse por las calles a la desenfrenada turba salvaje ebria de sangre y de pillaje Pero Dios no quiso que en aquel diacutea triunfaran los malvados El general Zayas destrozoacute a los asesinos de la Fe acuchillando a los chisperos y mujerzuelas que graznaban entre ellos La plebe aterrada volvioacute a sus oscuras guaridas y mucha gente mala huyoacute a los campos aguardando a poder entrar con los franceses Desde que supimos el gran peligro a que habiacuteamos estado expuestos los habitantes de Madrid todos deseaacutebamos que llegasen de una vez los cien mil hijos de San Luis para que estableciendo un Gobierno regular contuvieran a la canalla azuzada por los realistas furibundos

Al fin saliacute de la angustia que me atormentaba En la mantildeana del diacutea 21 el proacutefugo por quien yo habiacutea derramado tantas laacutegrimas se presentoacute delante de miacute en estado bastante lastimoso desencajado y lleno de contusiones con los ojos encendidos seca la boca cubierta de sudor la hermosa frente rotos y llenos de polvo los vestidos

Al punto comprendiacute que habiacutea sido maltratado por las feroces bestias populares No le dije nada y me apresureacute a cuidarle proporcionaacutendole alimento y reposo Eacutel me miraba [163] con extraviados ojos Apretando los puntildeos exclamoacute

-iquestHas visto a la canalla

Necesitaba sosiego y por todos los medios procureacute tranquilizarle

-No pienses maacutes en eso -le dije- y regociacutejate ahora en la paz de mi compantildeiacutea y en esta dulce soledad en que estamos

-iexclNo puedo no puedo -exclamoacute con gran agitacioacuten

Y despueacutes repetiacutea

-iquestHas visto a la canalla iexclPero queacute canalla es la canalla

Maacutes tarde me contoacute que se habiacutea visto en gran peligro porque al salir de un sitio en que estaban reunidas varias personas contrarias al despotismo fue acometido pudiendo salvar a duras penas la vida gracias a su energiacutea y al coraje con que se defendioacute

Su estado febril inspirome bastante ansiedad aquella noche que pasoacute en mi casa pero a la mantildeana siguiente su prodigiosa naturaleza habiacutea triunfado de la ebullicioacuten de la sangre irritada

-No puedo ir a mi casa -me dijo- y aun seraacute peligroso que salga a la calle pero yo necesito disponer mi viaje

-iquestVuelves al Norte [164]

-No tengo que ir a Sevilla donde estaacute lo que queda de Gobierno liberal No tengo ya ni un resto siquiera de esperanza pero es preciso que cumpla fielmente la comisioacuten del general Mina y vaya hasta las uacuteltimas extremidades para que me quede al menos el

consuelo de haberlo intentado todo y para que se pueda decir esta verdad terrible laquoNo hubo un solo liberal en Espantildea que supiera cumplir con su deberraquo

-Pues si vas a Andaluciacutea ireacute contigo -dije con mucho gozo regocijaacutendome ya con la idea de acompantildearle y huir de Madrid pueblo que tanto alarmaba a mi conciencia

-El viaje no seraacute faacutecil -respondioacute sin demostrar grande entusiasmo por mi compantildeiacutea- mayormente para una sentildeora

-Para miacute todo es faacutecil

-No se encontraraacuten carruajes

-Como ruede el dinero rodaraacuten los coches

-La policiacutea vigilaraacute la salida de los liberales

-No importa

Sin peacuterdida de tiempo empeceacute mis diligencias para nuestro viaje Las dificultades eran grandes Ninguacuten propietario de coches queriacutea arriesgar su material y sus caballeriacuteas porque los facciosos se apoderaban de ellas No me acobardeacute sin embargo y seguiacute mis pesquisas [165] Campos tambieacuten deseaba proporcionar a mi amigo faacutecil escapatoria

La entrada de los franceses que se verificoacute el diacutea 23 me dio alguna esperanza mas por desgracia entre las fuerzas de vanguardia no veniacutea el conde de Montguyon Vi en cambio muchos guerrilleros del Norte de fiero aspecto y tembleacute de pavor deseando entonces maacutes vivamente huir de la Corte

iexclY queacute desorden en los primeros momentos de aquel diacutea Por mucha prisa que se dieron los franceses a establecerse no lograron impedir mil excesos

Hombres cuyo furor habiacutea sido pagado corriacutean por las calles celebrando entre borracheras el horrible carnaval del despotismo Rompiacutean a pedradas los cristales trazaban cruces en las puertas de las casas donde viviacutean liberales como sentildeal de futuras matanzas escarneciacutean a todo el que no era conocido por su exaltacioacuten absolutista gritaban como locos maldiciendo la libertad y la Nacioacuten No escapaban de sus groseriacuteas las personas indiferentes a la poliacutetica porque era preciso haber sido perro de presa del absolutismo para obtener perdoacuten Algunos frailes de los que maacutes habiacutean escandalizado en el puacutelpito con sus sermones sanguinarios eran llevados en triunfo [166]

Yo saliacutea de misa de San Isidro y me vi insultada y seguida por una turba de mujerzuelas feroces soacutelo porque llevaba un lazo verde El color verde era ya el color de la ignominia como emblema del liberalismo que tantas veces habiacutea escrito sobre eacutel Constitucioacuten o muerte Vi maltratar a un joven de buen porte soacutelo porque usaba bigote y desde aquel diacutea el tal adorno de las varoniles caras fue sentildeal de franc-masonismo y de extranjeriacutea filosoacutefica

Quien vio una vez tales escenas no puede olvidarlas Mis ideas habiacutean cambiado mucho desde mi viaje a Francia Conservando el mismo respeto al Trono y al Gobierno fuerte habiacutea perdido el entusiasmo realista Pero en aquel diacutea tristiacutesimo se desvanecieron en mi cabeza no pocos fantasmas y aunque seguiacute creyendo que uno solo gobierna mejor que doscientos el absolutismo popular me inspiroacute aversioacuten y repugnancia indecibles

No habiacutea concluido de referir en mi casa el gran peligro que habiacutea corrido por llevar un lazo verde cuando entroacute Campos Traiacutea semblante muy alegre

-Ya estaacute resuelta la cuestioacuten de tu viaje -dijo a Salvador- Esta noche puedes marchar si quieres [167]

-iquestCoacutemo -preguntamos eacutel y yo

-De un modo tan sencillo como seguro El marqueacutes de Falfaacuten de los Godos (9) habiacutea pensado marchar a Andaluciacutea Como la pobre Andrea estaacute tan delicada En fin se han decidido a salir esta noche Tienen silla de postas propia Al punto me he acordado de ti Falfaacuten de los Godos tiene gusto en llevarte y se alegra mucho de tu compantildeiacutea

-Eso no puede ser -dije vivamente saliendo al encuentro de aquella proposicioacuten con verdadera furia que trataba de disimular

-iquestPor queacute no ha de poder ser sentildeora miacutea -dijo Campos- En la silla de postas iraacuten coacutemoda y seguramente el Marqueacutes mi sobrina con su hijo la doncella y dos criados que seremos nosotros Salvador y yo Perfectiacutesimamente

El taimado masoacuten se restregaba las manos en sentildeal de regocijo

-Me parece una excelente idea -dijo Monsalud miraacutendome- iquestNo crees tuacute lo mismo

Yo no contesteacute nada Estaba furiosa Eacutel debioacute comprender (10) en mis ojos la tempestad que se habiacutea desatado en mi corazoacuten mas no por conocerlo se apresuroacute a conjurarla Antes [168] bien ocupose de disponer su viaje con una calma con una indiferencia hacia miacute que me irritaron maacutes Mi dignidad me impediacutea pedir un puesto en aquel coche que se iba a llevar la mitad de mi alma La misma dignidad me impediacutea recordarle nuestro dulce propoacutesito de ir juntos Encerreme breve rato en mi cuarto para que nadie conociese la alteracioacuten nerviosa que me sacudiacutea y con los dientes hice pedazos un pantildeuelo inocente Mis ojos secos e inflamados no podiacutean dar salida a la angustia de mi corazoacuten derramando una sola laacutegrima

Cuando me presenteacute de nuevo mi apariencia no podiacutea ser maacutes tranquila Afectaba naturalidad y hasta alegriacutea tanta era la fuerza de mi disimulo cuando yo llamaba todas las fuerzas de la voluntad para forjar la maacutescara de hierro bajo la cual escondiacutea mi verdadero semblante lleno de luto y consternacioacuten iexclQueacute padecimiento tan grande iquestCoacutemo no si Salvador mismo me habiacutea contado toda la historia de sus relaciones con Andrea Campos despueacutes marquesa de Falfaacuten de los Godos Yo la habiacutea tratado bastante despueacutes de ser marquesa La admirable hermosura de la americanilla representaacutendose en mi imaginacioacuten me la quemaba como un hierro abrasado

Tuve valor para verles partir Vi a la sobrina [169] de Campos subir al coche hacieacutendose la interesante con su languidez de dama enfermita vi al viejo Marqueacutes engomado y lustroso como un muntildeeco que acaba de salir del taller de juguetes vi a Salvador tomando en brazos y besando con el mayor gusto al nintildeo de la Marquesa no quise ver maacutes iexclEl coche partioacute iexclSe fueron

- XXI - Se fueron y yo me quedeacute Las laacutegrimas que antes no habiacutean querido salir de mis ojos brotaron a raudales abrasaacutendome las mejillas No podiacutea dejar de pensar en la hipocritona que corriacutea por los campos desiertos lanzada por miacute al interminable viaje de la desesperacioacuten pero lejos de tenerle laacutestima aquel recuerdo avivaba mi hondo furor hacieacutendome exclamar -iexclMe alegro mil veces me alegro

iexclCuaacuten grande habiacutea sido mi castigo Para que este fuera maacutes evidente fui condenada por Dios al mismo suplicio de viajar buscando a una persona amada al martirio indescriptible de correr un diacutea y otro diacutea como el que huye de su sombra siempre impaciente [170] siempre anhelante precipitada siempre de la esperanza al desengantildeo y del desengantildeo a una nueva esperanza Porque siacute yo emprendiacute tambieacuten el viaje a Andaluciacutea tres diacuteas despueacutes Estaba en la alternativa de morir de despecho o correr tambieacuten Hubo en miacute desde aquel diacutea algo de la maldicioacuten espantosa que pesaba sobre el judiacuteo errante y me sentiacute como arrastrada por la fuerza de un huracaacuten

iexclAy el huracaacuten estaba dentro de miacute misma en mi despecho en mis celos en un loco afaacuten de no hallarme lejos de dos personas cuya imagen ni un solo instante se apartaba de mi pensamiento Si mis lectores me han conocido ya por lo que va contado de mi borrascosa vida comprenderaacuten que yo no podiacutea quedarme en Madrid Mi caraacutecter me lanzaba fuera como la poacutelvora lanza la bala

Partiacute Pero antes debo decir coacutemo pude conseguir los medios para ello Mi primer paso fue recurrir a Eguiacutea mas desde la entrada de los franceses le habiacutean arrinconado como trasto viejo y una Regencia fresca y lozana funcionaba en su lugar Nombrola Angulema de acuerdo con el Consejo de Estado y la componiacutean los duques del Infantado y de Montemart el baroacuten de Eroles el obispo de Osma y don Antonio Goacutemez Calderoacuten Secretario de ella [171] era el venenoso Calomarde (11) al cual me dirigiacute solicitando un pase y licencia para el uso de coche-posta Recibiome tan friacuteamente y con tanta soberbia e hinchazoacuten que no pude menos de recordar al Don Soplado del poeta sainetero D Ramoacuten de la Cruz

Le desprecieacute como mereciacutea y recurriacute a don Viacutector Saacuteez nombrado Ministro de Estado pero este me recordoacute a la rana cuando quiso parecerse al buey Tuvo el mal gusto de echarme en cara mi supuesta conversioacuten al constitucionalismo y a la Carta francesa diciendo mil necedades presuntuosas y aun amenazaacutendome Su fatuidad semejante a la del pavo cuando se sopla y arrastra las alas para meter ruido me hizo reiacuter en sus propias barbas El uacutenico que se me mostroacute algo propicio fue Erro hombre honrado y modesto Pero nada positivo saqueacute de la flamante situacioacuten que daba pruebas

de su agudeza poliacutetica volviendo las cosas al propio ser y estado que teniacutean en 7 de Marzo de 1810 restableciendo los antiguos Consejos y la Sala de Alcaldes de Casa y Corte Era esto volver a los tontillos al guarda-infante y al pelo empolvado

Por mi ventura llegoacute a Madrid el conde de [172] Montguyon Le vi hiacutezome la centeacutesima declaracioacuten de amor y luego con semblante dolorido me dijo

-Soy muy desgraciado sentildeora en no poder estar cerca de vos Tengo que partir con el general Bourdesoulle para esa poeacutetica regioacuten que llaman la Mancha idealizada por las aventuras del gran caballero

Entonces le manifesteacute que si me proporcionaba los medios de hacer el viaje poniendo yo por mi cuenta todos los gastos le seguiriacutea a aquel encantado paiacutes que hizo ceacutelebre el gran caballero Al oiacuter esto se volvioacute todo obsequios y tres diacuteas despueacutes teniacutea yo a mi disposicioacuten una silla de postas con caballos del cuartel general de Bourdesoulle y un pase que me aseguraba el respeto de las turbas por todo el traacutensito que iba a recorrer

Saliacute al fin de Madrid acompantildeada de mi doncella Saliacute como el agua de una esclusa cuando se le abren las compuertas que la sujetan Yo no veiacutea bastante llanura por donde correr en ninguacuten momento me pareciacutea que andaba bastante mi coche enfadaacutebame el cansancio de las mulas la pesadez de los mesoneros y la flema del mayoral que se poniacutea siempre de parte de las caballeriacuteas en mi febril contienda con el tiempo y la distancia [173]

En los pueblos por donde raacutepidamente pasaba vi escenas que me causaron tanta indignacioacuten como verguumlenza En Ocantildea habiacutean quitado las imaacutegenes que adornaban el aacutengulo de algunas calles poniendo en su lugar el retrato de Fernando entre cirios y ramos de flores y debajo la piadosa inscripcioacuten laquoiexclVivan las caenasraquo En Tembleque presencieacute el acto solemne de arrojar al piloacuten donde bebiacutean las mulas a dos o tres liberales y otros tantos milicianos En Madridejos tuve miedo porque una turba que invadiacutea el camino cantando coplas tan disparatadas como obscenas quiso detenerme fundada en que el mayoral habiacutea tocado con su laacutetigo el estandarte realista que llevaba un fraile Necesiteacute mostrar mucha serenidad y aun derramar alguacuten dinero para que no me causasen dantildeo pero no pude seguir hasta que no llegaron a aquel ilustrado pueblo las avanzadas de la caballeriacutea francesa

En Puerto Laacutepice se rompioacute una ballesta de mi coche ocasionaacutendome una detencioacuten de dos diacuteas Las horas eran siglos para miacute Me quemaba la tierra bajo los pies Yo hubiera deseado poseer la autoridad de una reina asiaacutetica para vencer tantas dificultades atando a los hombres al pescante de mi coche La desproporcioacuten [174] enorme entre mi impetuoso anhelo y los medios materiales de que disponiacutea me llevaron a un lamentable estado nervioso que de ninguacuten modo podiacutea calmar Uacutenicamente logreacute un poco de alivio a aquel penoso hervor de mi caraacutecter empleando un medio bastante pueril pero que no pareceraacute muy absurdo a las mujeres que se me asemejan Consistiacutea en tomar el laacutetigo del mayoral y ponerme a descargar furiosos latigazos sobre los robles del camino en Sierra Morena y sobre los olivos de Andaluciacutea

En Sierra Morena halleacute nuevos obstaacuteculos Alliacute habiacutea una especie de ejeacutercito espantildeol mandado por una especie de general que teniacutea el encargo de hacer una especie

de resistencia a las tropas de Bourdesoulle Dios habiacutea decidido que no hubiese otro Baileacuten en la historia y los inocentes que creiacutean en un nuevo 19 de Julio de 1808 se llevaron gran chasco iexclParece mentira Quince antildeos despueacutes los papeles de aquel drama habiacutean cambiado Los personajes eran los mismos Creeriacutease que habiacutean resucitado los muertos de la gloriosa eacutepoca pero que al vestirse se habiacutean equivocado de uniforme

En pocas horas fue desbaratado Plasencia (que asiacute se llamaba el general que defendiacutea [175] la puerta de Andaluciacutea) y los franceses pisaron el glorioso campo de las Navas de Tolosa de Menjiacutebar y de Baileacuten Menos afortunada yo fui otra vez detenida y ahora el conde de Montguyon a quien Bourdesoulle mandoacute situarse en Guarromaacuten mostroacute muy poco intereacutes porque yo siguiera adelante Con todo tales artes useacute para sacar partido de su caballeriacutea andante que me libreacute de eacutel muy lindamente Por fin el 6 de Junio entreacute en Coacuterdoba donde no me detuve maacutes que lo preciso

El 9 por la tarde vi a lo lejos una inmensa mole rojiza que iluminaban los rayos del moribundo sol Ante miacute se extendiacutean hermosas llanadas de trigo como un campo de oro cuya reverberacioacuten amarilla ofendiacutea a los ojos Yo no habiacutea visto un cielo maacutes alegre ni un ambiente maacutes respirable y que maacutes embelesase los sentidos ni un crepuacutesculo maacutes delicioso La enorme torre que se destacaba a lo lejos sobre apretado caseriacuteo y entre otras mil torres pequentildeas iba creciendo a medida que yo me acercaba y pareciacutea venir a mi encuentro con gigantesco paso La torre era la Giralda y la ciudad Sevilla [176]

- XXII - iexclSevilla iexclDe queacute manera tan grata heriacutea mi imaginacioacuten este nombre iexclQueacute idealismo tan placentero despertaba en miacute No creo que nadie haya entrado en aquel pueblo con indiferencia y desde luego aseguro que el que entre en Sevilla como si entrara en Pinto es un bruto iexclEl Burlador D Pedro el Cruel Murillo Bastan estas tres figuras para poblar el inmenso recinto que es en todas sus partes teatro de la novela y el drama lienzo y marco de la pintura iexclY hasta las pinturas sagradas son alliacute voluptuosas Para que nada le falte hasta tiene a Manolito Gaacutezquez cuyas hipeacuterboles graciosas han dado la vuelta a Espantildea y parece que forman la base de la riqueza anecdoacutetica nacional

En Sevilla la noche y el diacutea se disputan a cuaacutel es maacutes bello pero cuando llega el rigor del verano vence irremisiblemente la noche asumiendo todos los encantos de la naturaleza y de la poesiacutea Para ella son los delicados aromas de jazmines y rosas para ella el picante [177] rumor de las conversaciones amorosas para ella la dulce tibieza de un ambiente que recrea y enamora las quejumbrosas guitarras que expresan todo aquello a que no pueden alcanzar las lenguas Cuando yo llegueacute se dejaba sentir bastante el calor sin ser insoportable pero las noches eran deliciosas un paraiacuteso en el cual no se echaba de menos el sol

Me alojeacute en una hermosa posada de la calle de Geacutenova y desde la noche de mi llegada vi a muchos diputados que moraban alliacute y a otros que iban a visitarles Aquello

era un hervidero de gente habladora una olla puesta al fuego Sus agitadas disputas sus gestos sus furores indicaban la gravedad de la situacioacuten

Viviacutean conmigo Arguumlelles Canga Arguumlelles Salvato Floacuterez Calderoacuten el canoacutenigo Villanueva y D Cayetano Valdeacutes el almirante Iban a visitar a estos Galiano Istuacuteriz Beltraacuten de Lis D Aacutengel de Saavedra despueacutes duque de Rivas y otros Con algunos de ellos teniacutea yo amistad Oyeacutendoles supe que se habiacutea descubierto una conspiracioacuten tramada por cierto general ingleacutes llamado Downie el mismo que habiacutea organizado una partida de combatientes en la guerra de la Independencia La conspiracioacuten debioacute de ser muy inocente como todas las modas de aquel tiempo y todo en ella fue de [178] sainete hasta el descubrimiento hecho por un cirujano

Tan soacutelo descanseacute en la noche de mi llegada y el diacutea siguiente que era el 10 de Junio di principio a mis investigaciones saliendo a hacer algunas visitas Al pasar por las calles maacutes principales experimentaba profunda emocioacuten creyendo ver semblantes conocidos Yo no seacute queacute habiacutea en aquella fisonomiacutea de la multitud para turbarme tanto pero esto pasa cuando lo que amamos se pierde en las oleadas del gentiacuteo al cual presta su rostro y su persona toda

Aprovechando bien el diacutea pude ver a muchas personas y dar con alguna que me indicoacute el domicilio de los marqueses de Falfaacuten Este era el principal objeto de mis impacientes ansias Pero en aquel diacutea 10 de Junio precursor de una de las fechas maacutes ceacutelebres de nuestra historia nadie hablaba de otra cosa que de poliacutetica de la resistencia del Rey a trasladarse a Caacutediz y del empentildeo de los Ministros en llevaacuterselo de grado o por fuerza Advertiacute entonces que no era Sevilla poblacioacuten muy liberal y que en la contienda entablada la mayoriacutea de los paisanos de Manolito Gaacutezquez se poniacutean de parte del Rey Por un fenoacutemeno extrantildeo la aristocracia apareciacutea maacutes enemiga [179] del absolutismo que el pueblo pero esto no me causaba sorpresa por haber observado el mismo contrasentido en Madrid

No pudiendo refrenar mi impaciencia aquella misma noche fui a casa del marqueacutes de Falfaacuten Las visitas de noche son sumamente agradables en verano y en aquel paiacutes contribuyendo a ello los frescos patios trocados en salones de tertulia Nadie puede sin haber visto estos agradables recintos formar idea de ellos y del hermoso conjunto que presentan las plantas la fuente de maacutermol con su murmurante surtidor los espejos los cuadros al mismo tiempo iluminados por las bujiacuteas y por el rayo de luna que penetra burlando el toldo la dulce chaacutechara de las conversaciones maacutes dulce a causa del gracioso ceceo beacutetico y por uacuteltimo las lindas andaluzas que alegrariacutean un cementerio cuanto maacutes un patio de Sevilla

Habiacutea pocas personas en casa de Falfaacuten Encontreacute a la Marquesa muy desmejorada y triste en gran manera lo cual no seacute si me causoacute pena o alegriacutea Creo que ambas cosas a la vez Yo justifiqueacute mi viaje a Sevilla suponiendo asuntos de intereses y no me atreviacute a preguntar por eacutel ni siquiera a nombrarle para que mi afectada indiferencia alejara todo recelo Teniacutea esperanza de verle entrar en el patio [180] cuando menos lo pensase y me preparaba para no turbarme en el momento de su aparicioacuten Cualquier ruido de la puerta me haciacutea temblar daacutendome los escalofriacuteos propios de la pasioacuten en acecho

Sin que me esteacute mal el decirlo y poniendo la verdad por delante de todo aun de la modestia yo estaba guapiacutesima aquella noche vestida al estilo de Pariacutes con una

elegancia superior a cuanto veiacutean mis ojos Harto me lo probaban los de los caballeros alliacute presentes que no se apartaban de miacute causando envidia a todas Como los andaluces no son cortos de genio aquella noche recibiacute galanteriacuteas y donaires para el antildeo entero

Mi afaacuten consistiacutea en sacar alguna luz alguacuten dato alguna noticia de mi conversacioacuten con la marquesa de Falfaacuten pero fuese discrecioacuten suma o ignorancia de la hermosa dama ello es que nada dejoacute comprender Hablaba lo menos posible y con sus miradas lo mismo que con el sentido de sus palabras soacutelo una cosa me deciacutea claramente es a saber que me aborreciacutea de todo corazoacuten Yo maestra consumada disimulaba mejor que ella

El marqueacutes de Falfaacuten de los Godos hablaacutendome de poliacutetica me distrajo de esta batalla que yo daba a la taciturna reserva de [181] Andrea Las aficiones que yo habiacutea mostrado en Madrid a las cosas puacuteblicas me perdieron entonces porque el buen sentildeor me atacoacute con verdadera ferocidad de charlatanismo deseando saber mi opinioacuten sobre sucesos y personas Mi fastidioso interlocutor era liberal templado partidario de un justo medio muy justamente mediano y de las dos Caacutemaras y del veto absoluto Habiacutea tenido sus repulgos de masoacuten repetiacutea los dichos de Martiacutenez de la Rosa y era bastante volteriano en asuntos religiosos Defendiacutea al clero como fuerza poliacutetica pero se burlaba de los curas del Papa y aun del dogma mismo sin que esto fuera obstaacuteculo para creer en la conveniencia de que hubiese muchos cleacuterigos muchos obispos muchiacutesimas misas y hasta Inquisicioacuten En suma las ideas del Marqueacutes eran el capullo de donde corriendo diacuteas salioacute la mariposa del partido moderado

Decir cuaacutento me mareoacute aquella noche fuera imposible Tuve que saber cosas que a la verdad me interesaban poco por ejemplo que Calatrava a la sazoacuten presidente del Ministerio no era hombre apropiado a las circunstancias que los masones primitivos o descalzos estaban en gran pugna con los secundarios o calzados y ambos con los comuneros y carbonarios [182] que los partidarios de San Miguel trabajaban por echarlo todo a perder maacutes de lo que estaba y que cuando ocurrioacute el cambio de Ministerio que habiacutea llevado al poder a los amigos de Calatrava se habiacutean visto cosas muy feas Exaltaacutendose a medida que entraba en materia me dijo que eacutel (el marqueacutes de Falfaacuten de los Godos) habriacutea sido ministro si hubiera querido cuando se negoacute a serlo Flores Estrada pero que no quiso meterse en danzas que eacutel (el propio Marqueacutes) habiacutea previsto los terribles sucesos que ya estaban cerca y que la ruina del pobre sistema era ya inminente y segura Apoyaacutebanle en esto todos los presentes mientras yo me aburriacutea a mis anchas oyeacutendole Era para morir

Habiendo dicho uno de los tertulios que Su Majestad se negariacutea resueltamente a salir de Sevilla el Marqueacutes habloacute asiacute

-Pues el Gobierno insiste en llevaacuterselo a Caacutediz iexclqueacute tonteriacutea y como el Rey insiste en no ir el Gobierno piensa declararle loco iexclLoco Su Majestad sentildeores el hombre maacutes cuerdo de toda Espantildea el uacutenico espantildeol que sabe a doacutende va y por doacutende ha de ir

Luego dirigieacutendose a miacute y como quien habla en secreto me dijo que Calatrava era un hombre atolondrado Yandiola Ministro de [183] Hacienda una nulidad y el de la Guerra Saacutenchez Salvador un insensato

Yo estaba nerviosa a maacutes no poder Las palabras se me veniacutean a la boca para contestarle de este modo

-iquestY a miacute queacute me cuenta usted de todo eso sentildeor Marqueacutes iquestQueacute me importa a miacute que Calatrava sea un majadero Yandiola y Saacutenchez Salvador dos majaderos y usted maacutes majadero que todos ellos

Pero con no poco trabajo me conteniacutea Obligada a decir algo a causa de mi piacutecara reputacioacuten me complaciacutea en contradecirle de modo que todo lo que para eacutel era blanco yo lo veiacutea negro A cuantos el Marqueacutes denigroacute yo les supuse talentos desmedidos En lo relativo a declarar loco a Su Majestad dije que me pareciacutea el acto maacutes cuerdo y acertado del mundo

-Pero sentildeora -me dijo el Marqueacutes- esto equivale a destronar a Su Majestad porque si le declaran incapacitado para reinar

-Justamente sentildeor Marqueacutes -repuse- Le destronan y luego le vuelven a entronizar le quitan y le ponen seguacuten conviene a las circunstancias iquestHay cosa maacutes natural iquestEl Rey no abre y cierra las Cortes Pues las Cortes abren o cierran al Rey cuando les acomoda

Tomaron a risa como lo mereciacutean mis observaciones [184] pero no por verme tan inclinada a las burlas cejoacute Falfaacuten en su fastidioso disertar

Entonces entroacute el priacutencipe de Anglona personaje distinguido de la fraccioacuten de Martiacutenez de la Rosa y el duque del Parque cuya vista me causoacute grande alegriacutea El Priacutencipe dijo que al diacutea siguiente habriacutea sesioacuten muy interesante para discutir lo que debiera hacerse en virtud de la negativa del Rey a salir de Sevilla Yo le pediacute una papeleta de tribuna al duque del Parque y ofrecioacute mandaacutermela Anglona se brindoacute a llevarme a Palacio Formando mi plan para el diacutea siguiente determineacute ver a Su Majestad y asistir a la sesioacuten de las Cortes encendiendo de este modo una vela a San Miguel y otra al diablo

El duque del Parque cuando no podiacutean oiacuterlo los demaacutes me dijo con malignidad

-Mi secretario a quien usted conoce le llevaraacute mantildeana la papeleta para la galeriacutea reservada de las Cortes

Al oiacuter esto parece que se abrieron delante de miacute los cielos Mi alma se llenoacute de alegriacutea que a no ser por el gran disimulo que echeacute sobre ella como se echa hipocresiacutea sobre un pecado hubiera sido advertida por la concurrencia Desde aquel momento todo se transformoacute a [185] mis ojos Cuanto dijo el marqueacutes de Falfaacuten de los Godos lo encontreacute discreto y agudo y sus majaderiacuteas me parecieron prodigios de ingenio y perspicacia poliacutetica A todo le contesteacute desplegando verbosidad abundante como en mis mejores tiempos de Madrid emitiendo juicios picarescos y sentenciosos juzgando a los personajes con graciosa malevolencia y retrataacutendoles con breves rasgos de caricatura Desde aquel momento tuve lo que me habiacutea faltado en toda la noche ingenio Respondiacute a las galanteriacuteas supe marear a maacutes de cuatro mortifiqueacute a la Marquesa alegreacute la reunioacuten Al retirarme no dejaba maacutes que tristezas y presentimientos detraacutes de miacute Yo me llevaba todas las alegriacuteas

- XXIII - Desde muy temprano me levanteacute pues poco dormiacute aquella noche Las noches de Sevilla no parece que son como las de otras partes para dormir Son para sontildear en vela Le aguardaba con tanta impaciencia que a cada instante saliacutea al balcoacuten esperando verle entre [186] la multitud que pasaba por la calle de Geacutenova De repente me anunciaron una visita Creiacute verle entrar saliacute corriendo pero mi corazoacuten dio un vuelco quedaacutendose friacuteo y quieto cual si hubiera tropezado en una pared Teniacutea delante al priacutencipe de Anglona un sentildeor muy bueno un caballero muy simpaacutetico muy atento pero cuya presencia me contrariaba extraordinariamente en aquel instante

Veniacutea para llevarme al Alcaacutezar

-Su Majestad -me dijo- recibe ahora muy temprano Anoche le manifesteacute que estaba usted aquiacute y me rogoacute que la llevase a su presencia hoy mismo

Yo quise hacer objeciones pretextando la inusitada hora pues no habiacutean dado las once pero nada me valioacute Eacuterame imposible resistir a aquella majaderiacutea insoportable que revestiacutea las formas de la maacutes delicada atencioacuten Tampoco podiacutea defenderme con dolor de cabeza vapores u otros recursos que tenemos para tales trances Humilleacute la frente como viacutectima expiatoria de las conveniencias sociales y despueacutes de arreglarme me dispuse a aceptar un puesto en la carroza del Priacutencipe no sin dejar antes a mi criada instrucciones muy prolijas para que detuviera hasta mi vuelta al que forzosamente habiacutea de venir Partiacute resuelta a hacer a Su Majestad [187] visita de meacutedico En aquella ocasioacuten deploreacute por primera vez que existieran Reyes en el mundo

Poca es la distancia que hay de la calle de Geacutenova al Alcaacutezar Antes de las doce estaba yo en la Caacutemara de Su Majestad y saliacutea gozoso a saludarme el descendiente de cien Reyes pegado a su regia nariz No pareciacutea nada contento pero mostroacute mucho placer en verme daacutendome a besar su mano y rogaacutendome que me sentase a su lado Tanta bondad que a cualquiera habriacutea ensoberbecido a miacute me hizo muy poca gracia y menos cuando con sus preguntas daba a entender que la visita seriacutea larga

Fernando quiso saber por miacute algunas particularidades de la entrada de los franceses en Madrid de la defeccioacuten de La Bisbal en Somosierra y de la derrota de Plasencia en Despentildeaperros Yo contesteacute a todo cuidando de la brevedad maacutes que de otra cosa y fingieacutendome ignorante de varios hechos que sabiacutea perfectamente pero ninguna de estas estratagemas me valiacutea porque Fernando VII que en el preguntar habiacutea sido siempre absoluto no se hartaba de oiacuter contar cada paso del ejeacutercito franceacutes y como ademaacutes de mis palabras le recreaba bastante como he dicho en otra ocasioacuten la boca que las deciacutea de aquiacute que no llevara [188] camino de saciar en muchas horas la curiosidad de su entendimiento y la concupiscencia de sus voraces ojos

-iexclAy iexclqueacute felices son las repuacuteblicas -penseacute- Al menos en ellas no hay Reyes pesados y preguntones que quieran saber noticias de la guerra a costa de la felicidad de sus suacutebditos

Yo le miraba haciendo esfuerzos heroicos para disimular mi descontento Al responderle deciacutea en mi interior

-Me alegrariacutea de que te encerraran en una jaula como loco rematado

Eacutel entonces sin indicios de conocer mi cansancio hablome asiacute con cierto tono de confianza

-Se empentildean en que me han de llevar a Caacutediz y yo me empentildeo en no salir de Sevilla Veremos si se atreven a llevarme a la fuerza o si yo cedo al fin

-No se atreveraacuten sentildeor

-Ellos saben -continuoacute- que en Caacutediz hay una terrible epidemia pero eso no les importa iexclA Caacutediz de cabeza iquestNada importa sentildeores diputados que yo y toda la real familia nos expongamos a perecer Veremos lo que decide el Consejo

-Decidiraacute lo maacutes conveniente [189]

-Yo les digo a esos sentildeores iquestCreen ustedes posible resistir a los franceses No Pues si al fin se ha de capitular iquestno es mejor hacerlo en Sevilla

-Admirable raciocinio sentildeor

-Nada a Caacutediz a Caacutediz y entretanto ni coches para el viaje ni recursos

Pareciacutea mortificado por dos o tres ideas fijas que agitadamente se sucediacutean en su mente y se enlazaban formando esa dolorosa serie de vibrantes ciacuterculos cerebrales que si no producen la locura la imitan Me fue preciso en vista de tanta pesadez fingirme enferma y pedirle permiso para retirarme Eacutel entonces iexcloh fiero y descomunal tirano se empentildeoacute en que me quedase en el Alcaacutezar donde se me preparariacutea habitacioacuten conveniente

-Te comprendo deacutespota -dije para miacute sofocando mi coacutelera

No habiacutea maacutes remedio que ser hurantildea y descorteacutes rehusando los obsequios y tapando mis oiacutedos a preguntillas que empezaban a dejar de ser poliacuteticas Al retirarme Su Majestad me dijo

-No saldreacute de Sevilla no saldreacute Veremos si se atreven

-No se atreveraacuten sentildeor -le respondiacute- Vuestra Majestad podraacute con una firme voluntad [190] desbaratar las maquinaciones de los peacuterfidos

Estas vulgaridades palaciegas le agradaban Le dejeacute entregado a sus febriles inquietudes y corriacute a calmar las miacuteas Por el camino iba contando el tiempo transcurrido que me pareciacutea largo como todo lo que precede a la felicidad que se espera Llegueacute a mi casa subiacute precipitadamente creyendo que eacutel saldriacutea a recibirme con los brazos abiertos pero en mis habitaciones halleacute un silencio y un vaciacuteo tristiacutesimos No estaba Mi primer impulso fue de ira contra eacutel por la audacia inaudita por la infame

crueldad de no estar alliacute pero luego tornaacuteronse contra el Rey mis furores cuando Mariana mi fiel criada me dijo que el caballero se habiacutea cansado de esperar

-iquestLuego ha estado aquiacute

-Siacute sentildeora ha estado maacutes de hora y media No hariacutea diez minutos que usted habiacutea salido cuando entroacute

-iquestY no dijo que volveriacutea

-No dijo nada maacutes sino que teniacutea que ir a las Cortes

-Yo tambieacuten tengo que ir a las Cortes -dije sintieacutendome como una maacutequina loca que mueve a la vez con precipitada carrera todas sus ruedas- Vamos viacutestete Mariana que no quiero perder esa gran sesioacuten [191]

Por no ir sola yo llevaba siempre conmigo a mi leal criada vestida de sentildeora imitando en esto la usanza francesa de las sentildeoritas de compantildeiacutea Esto era sumamente coacutemodo para miacute porque me libraba de la necesidad de admitir en muchos casos la compantildeiacutea de hombres importunos o antipaacuteticos En poco tiempo haciendo yo de sirviente y Mariana de sentildeora quedoacute vestida no tan bien que se desconociese su inferioridad con respecto a miacute pero con suficiente elegancia para poder ir al lado miacuteo Muchos la creiacutean hermana soltera o parienta pobre

- XXIV - Fuimos a las Cortes que estaban en San Hermenegildo en la calle de La Palma frente a San Miguel Difiacutecil hallamos la entrada a causa de la mucha gente que llenaba la calle agolpaacutendose en las puertas del edificio como las apintildeadas lapas en la roca Mujeres menos resueltas que nosotras habriacutean vuelto la espalda pero Mariana y yo sabiacuteamos romper las cortezas del vulgo y al fin nos abrimos paso y entrando [192] con desenfado y pie ligero subimos a la galeriacutea Desde antes de entrar en ella oiacutemos la voz de un orador que resonaba en medio del maacutes imponente silencio

Mucho hubimos de bregar para encontrar asiento pero al fin pidiendo mil veces perdoacuten y oyendo murmullos de descontento a un lado y otro logramos acomodarnos Mi primer cuidado no fue atender a lo que aquel gran orador deciacutea cosas sin duda altamente dignas de aplauso mi primer cuidado fue registrar con los ojos toda la galeriacutea reservada por ver si estaba alliacute quien me cautivaba maacutes que los discursos Pero ni a derecha ni a izquierda ni delante ni detraacutes le vi con lo cual la gran pieza oratoria que se estaba pronunciando empezoacute a serme muy fastidiosa

-iquestQuieacuten habla -pregunteacute a una sentildeora vieja que estaba junto a miacute

-Alcalaacute Galiano el gran orador -repuso en tono de extrantildeeza por mi ignorancia

-iquestY de queacute habla -pregunteacute sin temor de que la sentildeora vieja me creyera cerril

-iquestDe queacute ha de hablar Del suceso del diacutea

La sentildeora volvioacute el rostro hacia el saloacuten demostrando maacutes intereacutes por el discurso que por mis preguntas Yo no quise molestar maacutes y trateacute de atender tambieacuten El orador hablaba [193] de la patria del inminente peligro de la patria y de la salvacioacuten de la patria y de la gloria de la patria Es el gran tema de todos los oradores incluso los buenos No he conocido a ninguacuten poliacutetico que no estropeara la palabra patriotismo hasta dejarla inservible y en esto se me parecen a los malos poetas que al nombrar constantemente en sus versos la inspiracioacuten la lira el estro la musa ardiente la fantasiacutea hablan de lo que no conocen

Alcalaacute Galiano era tan feo y tan elocuente como Mirabeau Su figura bien poco acadeacutemica y su cara no semejante a la de Antinoo se embelleciacutean con la virtud de un talismaacuten prodigioso la palabra Le pasaba lo contrario que a muchas personas de admirable hermosura las cuales se vuelven feas desde que abren la boca Aquel diacutea el joven diputado andaluz habiacutea tomado por su cuenta el llevar adelante la hazantildea maacutes revolucionaria que registran nuestros anales

Los espantildeoles sentiacutean la comezoacuten de destronar algo y el afaacuten de probar la embriaguez revolucionaria que sin duda embelesa a los pueblos de Occidente como a los chinos el opio y dijeron laquohagamos temblar a los Reyes pues que ha llegado la hora de que los reyes tiemblen delante del puebloraquo Mas era aquiacute la [194] gente demasiado bondadosa para una calaverada sangrienta En otra parte al ver al Rey sistemaacuteticamente contrario a la Representacioacuten nacional le hubieran cortado la cabeza aquiacute le privaron del uso de la razoacuten temporalmente diciendo laquoSentildeor vuestro deseo de esperar aquiacute a los franceses nos prueba que estaacuteis loco Con arreglo a la Constitucioacuten declaramos que sois digno de un manicomio y de perder la autoridad real Vaacutemonos a Caacutediz y cuando estemos alliacute os adornaremos de nuevo con vuestra cabal razoacuten y seguiremos partiendo un confite como hasta aquiacuteraquo

Admirable recurso habriacutea sido este a mi parecer desde el punto de vista liberal teniendo un gran ejeacutercito para reforzar el argumento en los campos de batalla Sin fuerza aquel hecho probaba que los diputados estaban maacutes locos que el Rey y asiacute se lo dije a Falfaacuten de los Godos Con esto se comprende que el Marqueacutes habiacutea entrado en la galeriacutea colocaacutendose detraacutes de miacute Eacutel poniacutea mucha maacutes atencioacuten que yo al discurso y aun a los rumores que sonaban arriba y abajo

-Han llenado de gentuza la tribuna puacuteblica -me dijo en voz baja- para que aplauda las atrocidades que habla ese hombre

No seacute si era o no gente pagada pero es lo [195] cierto que a cada paacuterrafo coruscante terminado en la salvacioacuten de la patria o en el afrentoso yugo de esta Nacioacuten heroica la galeriacutea puacuteblica mugiacutea como una tempestad cercana iexclQueacute rugidos queacute gestos de baacuterbaro entusiasmo queacute manera de apostrofar Algunas sentildeoras tuvieron miedo y se retiraron lo cual me agradoacute en extremo porque la tribuna se quedoacute muy holgada

-iquestPiensa usted seguir hasta el fin -me dijo el marqueacutes de Falfaacuten endulzando su mirada hasta un extremo empalagoso

-Estareacute alguacuten tiempo maacutes -le dije- No me he cansado todaviacutea

Y miraba a diestra y siniestra esperando verle y no vieacutendole nunca Los que me conocen comprenderaacuten mi aburrimiento y pena No hay tormento peor que tener ocupada la mente por una idea fija que no puede ser desechada Es una espina clavada en el cerebro una acerada punta que hiere y que sin embargo no se puede ni se quiere arrancar Yo procuraba distraerme de aquel a manera de dolor agudiacutesimo charlando con Falfaacuten pero no conseguiacute nada La locura del Rey declarada por una votacioacuten que iba a verificarse la exaltacioacuten revolucionaria de los diputados la elocuencia fascinadora de Galiano no bastaban a dar otra direccioacuten a las fuerzas de mi espiacuteritu [196]

-iquestY usted queacute cree -me preguntoacute el Marqueacutes

-Yo no creo nada -respondiacute con el mayor hastiacuteo- Si he de hablar con franqueza nada de esto me importa gran cosa

-iexclQue declaren loco a Su Majestad

-Lo mismo que si lo declararan cuerdo Yo soy asiacute Parece que se cansan -antildeadiacute reparando que se suspendiacutean los discursos

-Es que ahora va una comisioacuten de las Cortes al Alcaacutezar a intimar al Rey Si no se resigna a salir

-iquestHabraacute maacutes discursos

-Las Cortes estaacuten en sesioacuten permanente Despueacutes vendraacute lo maacutes interesante lo maacutes dramaacutetico yo no pienso moverme de aquiacute

-Su Majestad ha de responder que no sale de Sevilla Me lo ha dicho esta mantildeana y aunque no tengo gran fe en su palabra parece que por esta vez va a cumplir lo que dice

-Lo mismo creo sentildeora En ese caso las Cortes despueacutes de este respiro que ahora se dan estaacuten dispuestas a poner en ejecucioacuten el artiacuteculo 187 de la Constitucioacuten

-iquestY queacute dice ese artiacuteculo

En el momento de formular esta pregunta me estremeciacute toda y me pasoacute por delante de [197] los ojos una claridad relampagueante Le vi habiacutea entrado en la tribuna inmediata y volviacutea sus ojos en todas direcciones como buscaacutendome Desde aquel instante las palabras del Marqueacutes no fueron para miacute sino un zumbido de moscardoacuten Por fin sus ojos se encontraron con los miacuteos

-iexclGracias a Dios -le dije empleando tan soacutelo el lenguaje de las pupilas

El Marqueacutes seguiacutea hablando Para que no descubriese mi turbacioacuten ni se enojase al verme tan distraiacuteda le pregunteacute de nuevo

-iquestY queacute dice ese artiacuteculo

-Si se lo he explicado a usted -repuso- Sin duda no me presta atencioacuten Es usted muy distraiacuteda

-iexclAh siacute estaba pensando en ese pobre Fernando

-El mejor procedimiento a mi modo de ver -manifestoacute Falfaacuten de los Godos gravemente- seriacutea

-iexclQue le cortaran la cabeza -indiqueacute mostraacutendome sin cuidarme de ello tan revolucionaria como Robespierre

-iexclQueacute cosas tiene usted -exclamoacute el Marqueacutes riendo

Y siguioacute hablaacutendome hablaacutendome es decir zumbando como un abejorro Pasados diez [198] minutos creiacute conveniente dirigirle otra vez la palabra y repetiacute mi preguntilla

-iquestY queacute dice ese artiacuteculo

-Por tercera vez se lo direacute a usted

Entonces me fue forzoso dedicarle un pedacito de atencioacuten

-El artiacuteculo 187 dice poco maacutes o menos que cuando se considere a Su Majestad imposibilitado moralmente para ejercer las funciones del poder ejecutivo se nombre una Regencia

-iquestCoacutemo la de Urgel

-Una Regencia constitucional sentildeora que desempentildee aquellas funciones

-iexclOh sentildeor Marqueacutes en todo soy de la misma opinioacuten de usted -exclameacute con artificiosa admiracioacuten- En pocos hombres he visto un juicio tan claro para hacerse cargo de los sucesos

Mireacute a Salvador Pareciome que con los expresivos ojos me deciacutea laquoSalgamosraquo Y al mismo tiempo saliacutea

-Yo me retiro sentildeor Marqueacutes -dije de improviso levantaacutendome

-Sentildeora iexclse marcha usted en el momento criacutetico -exclamoacute con asombro y pena- Se van a reanudar estas interesantes discusiones iexclQueacute discursos vamos a oiacuter

-Estoy fatigada Hace mucho calor [199]

-Sin embargo

Mientras en el saloacuten resonaba un rumor sordo como el anuncio de furibunda tempestad parlamentaria Mariana y yo nos dispusimos a salir pero en el mismo instante iexcloh contrariedad imprevista multitud de caballeros y sentildeoras entraron en la tribuna Eran los que habiacutean salido durante el periacuteodo de descanso que regresaban a sus

puestos para disfrutar de la parte dramaacutetica de la sesioacuten Ademaacutes numeroso gentiacuteo recieacuten venido se apintildeaba en la puerta No era posible salir

-Sentildeora -me dijo el Marqueacutes- ya ve usted que no es faacutecil la salida No pierda usted su asiento Esto acabaraacute pronto

No tuve maacutes remedio que quedarme Caiacute en mi asiento como un reo en su banquillo de muerte Lo que principalmente me apenaba era que entre la multitud habiacutea desaparecido el que bastaba a alegrar o entristecer mi situacioacuten En la muralla de rostros humanos aacutevidos de curiosidad no estaba su rostro ni otro ninguno que se le pareciese

-Sin duda me aguarda fuera -penseacute- iexclQueacute desesperacioacuten iexclCuaacutendo acabaraacute esta farsa [200]

- XXV - -La comisioacuten que fue con el mensaje a Palacio -dijo el Marqueacutes alargando su rostro para abarcar con una mirada todo el saloacuten- ha vuelto y va a manifestar la respuesta de Su Majestad

-Que le maten de una vez -indiqueacute en voz baja- iquestDice usted sentildeor Marqueacutes que esto acabaraacute pronto

-Quizaacutes no Me parece que tendremos para un rato Cosas tan graves no se despachan en un credo

Penseacute que se me caiacutea el cielo encima El profundo silencio que reinoacute durante un rato en aquel recinto obligome a atender brevemente a lo que abajo pasaba Un diputado en quien reconociacute al almirante Valdeacutes tomoacute la palabra

Pudimos oiacuter claramente las palabras del marino al decir laquoManifesteacute a Su Majestad que su conciencia quedaba salva pues aunque como hombre podiacutea errar como Rey constitucional no teniacutea responsabilidad alguna que escuchase la voz de sus consejeros y de los representantes [201] del pueblo a quienes incumbiacutea la salvacioacuten de la patria Su Majestad respondioacute He dicho y volvioacute la espalda

Cuando estas uacuteltimas palabras resonaron en el saloacuten un rumor de olas agitadas se oyoacute en las tribunas olas de patrioacutetico frenesiacute que fueron encrespaacutendose y mugiendo poco a poco hasta llegar a un estruendo intolerable

-Todos esos que gritan estaacuten pagados -me dijo el Marqueacutes

Entonces mireacute hacia atraacutes pues no podiacutea vencer el haacutebito adquirido de explorar a cada instante la muchedumbre y le vi Estaba en la postrera fila apenas se distinguiacutea su rostro

-iexclAh -exclameacute para miacute con gozo- iexclNo me has abandonado Gracias querido amigo

Advertiacute que desde el apartado sitio donde se encontraba atendiacutea a la sesioacuten con toda su alma Mi pensamiento debiacutea de estar donde estaba el suyo y atendiacute tambieacuten Segura de tenerle cerca segura de que fiel y carintildeoso me aguardaba pude tranquilamente fijar mi espiacuteritu en aquella turbulenta parte de la sesioacuten y en el orador que hablaba Era otra vez Galiano Su discurso que en otra ocasioacuten me hubiera fastidiado entonces me parecioacute elocuente y arrebatador

iexclQueacute modo de hablar queacute elegancia de frase [202] queacute fuerza de pensamiento y de estilo queacute ademaacuten tan vigoroso queacute voz tan conmovedora Siendo mis ideas tan contrarias a las suyas entonces no pude resistir al deseo de aplaudirle enojando mucho al Marqueacutes con mi llamarada de entusiasmo

-iexclOh sentildeor Marqueacutes -le dije- iexclQueacute laacutestima que este hombre no hable mal iexclCuaacutento creceriacutea el prestigio del realismo si sus enemigos carecieran de talento

Los argumentos del orador eran incontestables dentro de la situacioacuten y del artiacuteculo 187 que intentaban aplicar laquoNo queriendo Su Majestad deciacutea ponerse en salvo y pareciendo a primera vista que Su Majestad quiere ser presa de los enemigos de la patria Su Majestad no puede estar en el pleno uso de su razoacuten Es preciso pues considerarle en un estado de delirio momentaacuteneo en una especie de letargo pasajero

Estas palabras compendiaban todo el plan de las Cortes Un Rey constitucional que quiere entregarse al extranjero estaacute forzosamente loco La Nacioacuten lo declara asiacute y se pasa sin Rey durante el tiempo que necesita para obrar con libertad iexclSingular decapitacioacuten aquella Hay distintas maneras de cortar la cabeza y es forzoso confesar que la adoptada [203] por los liberales espantildeoles tiene cierta grandeza moral y filosoacutefica digna de admiracioacuten laquoAntes que arrancar de los hombros una cabeza que no se puede volver a poner en ellos dijeron arranqueacutemosle el juicio y tomaacutendonos la autoridad real la persona juriacutedica podremos devolverlas cuando nos hagan faltaraquo

Yo miraba a cada rato a mi adorado amigo y con los ojos le deciacutea

-iquestQueacute piensas tuacute de estos enredos Luego hablaremos y se ajustaraacuten las cuentas caballerito

No duroacute mucho el discurso de Galiano porque aquello era como lo muy bueno corto y habiacutean llegado los momentos en que la economiacutea de palabras era una gran necesidad Cuando concluyoacute las tribunas prorrumpieron en locos aplausos Entre las palmadas semejantes por su horrible chasquido a una lluvia de piedras se oiacutean estas voces laquoiexclA nombrar la Regencia iexclA nombrar la Regenciaraquo

-Sentildeora -me dijo el Marqueacutes horrorizado- estamos en la Convencioacuten francesa Oiga usted esos gritos salvajes esa coaccioacuten bestial de la gente de las galeriacuteas

-Van a nombrar la Regencia

-Antes votaraacuten la proposicioacuten de Galiano iexclAtentado sacriacutelego sentildeora Me parece que asisto [204] a la votacioacuten de la muerte de Luis XVI

-iexclQueacute exageracioacuten

-Sentildeora -antildeadioacute con solemne acento- Estamos presenciando un regicidio

Yo me echeacute a reiacuter Falfaacuten enfurecieacutendose por el regicidio que se perpetraba a sus ojos e increpando en voz baja a la plebe de las galeriacuteas era soberanamente ridiacuteculo

-Lo que maacutes me indigna -exclamoacute paacutelido de ira- es que no dejen hablar a los que opinan que Su Majestad no debe ser destronado

En efecto con los gritos de iexclfuera iexclque se calle iexcla votar ahogaban la voz de los pocos que abrazaron la causa del Rey La Presidencia y la mayoriacutea interesadas en que las tribunas gritasen no poniacutean veto a las demostraciones Veiacutease al alborotado puacuteblico agitando sus cien cabezas y vociferando con sus cien bocas En la primera fila los brazos gesticulaban sentildealando o amenazando o golpeaban el antepecho con las baacuterbaras manos que maacutes bien pareciacutean patas Muchas sentildeoras de la tribuna reservada se acobardaron y diose principio al solemne acto de los desmayos Esto fue circunstancia feliz porque la tribuna empezoacute a despejarse un poco haciendo menos difiacutecil la salida

-Sentildeor Marqueacutes -dije tomando la resolucioacuten [205] de marcharme- Me parece que es bastante ya

-iquestSe va usted Si falta lo mejor sentildeora

-Para miacute lo mejor estaacute fuera Aquiacute no se respira Adioacutes

-Que van a votar Que vamos a ver quieacutenes son los que se atreven a sancionar con su nombre este horrible atentado

-Ahiacute tiene usted una cosa que a miacute no me importa mucho iquestQueacute quiere usted yo soy asiacute Dormireacute muy bien esta noche sin saber los nombres de los que dicen siacute

-Pues yo no me voy sin saberlo Quiero ver hasta lo uacuteltimo quiero ver remachar los clavos con que la Monarquiacutea acaba de ser crucificada

-Pues que le aproveche a usted sentildeor Marqueacutes Veo que ya se puede salir Adioacutes tantas cosas a la Marquesa Ya sabe que la quiero

No hice muy larga la despedida por temor a que tuviese la deplorable ocurrencia de acompantildearme Saliacute iexclAy aquella libertad me supo a gloria iexclCon queacute placentero desahogo respiraba Al fin iba a satisfacer mi deseo la sed de mis ojos y de mi alma que ha tiempo no viviacutean sino a medias Desde que saliacute a los pasillos le vi allaacute lejos esperaacutendome Hiacutezome una [206] sentildea y ambos procuramos acercarnos el uno al otro cortando el apretado gentiacuteo que saliacutea Pero cuando estaba a seis pasos de eacutel sentiacute detraacutes de miacute la aacutespera voz de Falfaacuten la cual me hizo el efecto de un latigazo Volvime y vi su sonrisa y sus engomados bigotes que yo creiacutea haber perdido de vista por muchos diacuteas

-Sentildeora no se me escape usted -me dijo ofrecieacutendome su brazo- He salido porque la votacioacuten no es nominal Esos piacutecaros han votado levantaacutendose de su asiento iexclqueacute

escaacutendalo iexclVotar asiacute un acuerdo tan grave iexclTienen verguumlenza y miedo ya se ve Tome usted mi brazo sentildeora

La importuna presencia del estafermo me dejoacute friacutea No tuve otro remedio que apoyar mi mano en su brazo y salir con eacutel Frente a nosotros vi a Salvador que me parecioacute no menos contrariado que yo

-Querido Monsalud -le dijo el Marqueacutes- iquestha visto usted la sesioacuten iexclGran escena de teatro Me parece que correraacute sangre

No recuerdo lo que ambos hablaron mientras bajamos a la calle Me daban ganas de desasirme del brazo del Marqueacutes y empujarle con todas mis fuerzas para que fuera rodando por la escalera abajo que era bastante pendiente [207] Pero me fue forzoso tener paciencia y esperar fiando en que el insoportable intruso nos dejariacutea solos al llegar a la calle iexclVana ilusioacuten Sin duda se habiacutean conjurado contra miacute todas las potencias infernales El marqueacutes de Falfaacuten empleando su relamido tono que a miacute me sonaba a esquiloacuten rajado me dijo

-Ahora diacutegnese usted aceptar mi coche y la llevareacute a su casa

-Si yo no voy a mi casa -repuse vivamente- Voy a visitar a una amiga o quizaacutes como ya es tarde y no hace calor daremos Mariana y yo un paseo

-Bien a donde quiera usted que vaya la acompantildeareacute -dijo el Marqueacutes con la inexorable resolucioacuten de un hado funesto- Y usted Salvador iquesta doacutende va

-Tengo que ver a un amigo junto a San Telmo

-Entonces no digo nada Si va usted en esa direccioacuten no puedo llevarle Y usted Jenara iquesta doacutende quiere que la lleve

-Mil gracias un milloacuten de gracias sentildeor Marqueacutes -repuse- El movimiento del coche me marea un poco Me duele la cabeza y necesito respirar libremente y hacer algo de ejercicio Mariana y yo nos iremos a dar una vuelta por la orilla del riacuteo [208]

Bien sabiacutea yo que el sentildeor Marqueacutes no gustaba de pasear a pie y que en aquellos diacuteas estaba medianamente gotoso Yo no queriacutea que de ninguacuten modo sospechase Falfaacuten que Salvador y yo necesitaacutebamos estar solos Al indicar yo que iriacutea a pasear por la orilla del riacuteo claramente deciacutea a mi amado -Ve allaacute y espeacuterame que voy corriendo luego que me sacuda este abejoacuten

Comprendieacutendome al instante por la costumbre que teniacutea de estudiar sus lecciones en el hermoso libro de mis ojos se despidioacute Bien claro leiacute yo tambieacuten en los suyos esta respuesta laquoAllaacute te espero no tardesraquo

Luego que nos quedamos solos el Marqueacutes reiteroacute sus ofrecimientos Pareciacutea que no rodaba en el mundo maacutes carruaje que el suyo seguacuten la oficiosidad con que lo poniacutea a mi disposicioacuten

-La tarde estaacute hermosa Deseo pasear un poco a pie repetiacute como quien ahuyenta una mosca

-Pues entonces -me contestoacute estrechaacutendome la mano- no quiero alejarme de aquiacute auacuten debe pasar algo importante A los pies de usted sentildeora

Al fin al fin me soltoacute aquel gavilaacuten de sus impiacuteas garras Mariana y yo nos dirigimos [209] apresuradamente a la margen del Guadalquivir

-iexclAhora si que no te me escapas amor -pensaba yo

- XXVI - Cuaacuten largo me parecioacute el camino Mariana y yo iacutebamos con maacutes prisa de la que a dos sentildeoras como nosotras conveniacutea Pero aun conociendo que pareciacuteamos gente de poco maacutes o menos cuando vi la Torre del Oro los palos de los barcos y los aacuterboles que adornan la orilla aviveacute maacutes el paso No faltaba gente en aquellos deliciosos sitios mas esto me importaba poco

-Vamos hacia San Telmo -dije a Mariana- Creo que es aquel edificio que se ve maacutes abajo entre los aacuterboles

-Aquel es

-Mira tuacute hacia la izquierda y yo mirareacute hacia adelante para que no se nos escape Dijo que me esperariacutea en San Telmo

-Ya le veo sentildeora Alliacute estaacute

Mariana le distinguioacute a regular distancia y [210] yo tambieacuten le vi Me aguardaba puntualmente

-iexclAh briboacuten ya eres miacuteo -penseacute deteniendo el paso segura al fin de que no se me escapariacutea

Eacutel miraba hacia la puerta de Jerez como si nos aguardara por alliacute Avanzamos Mariana y yo dando un pequentildeo rodeo para acercarnos a eacutel por detraacutes y sorprenderle sacudieacutendole el polvo de los hombros con nuestros abanicos Yo sonreiacutea

Distaacutebamos de eacutel unos diez pasos cuando sentiacute que me llamaban

-iexclJenara Jenara -oiacute detraacutes de miacute sin poder precisar en el primer instante a quieacuten perteneciacutea aquella horrible e importuna voz

Volvime y el coraje me clavoacute los pies en el suelo Era el marqueacutes de Falfaacuten de los Godos que veniacutea hacia miacute sonriendo y cojeando Tan confundida estaba que no le pude decir nada ni contestar a sus empalagosos cumplidos

-Vaya que ha corrido usted amiguita -me dijo- Yo acabo de llegar en coche Es que en el momento de separarnos se me ocurrioacute una cosa

-iquestQueacute cosa

-Padeciacute un gran olvido -dijo relamieacutendose- Dispeacutenseme usted Como usted dijo que veniacutea a pasear a este sitio [211]

-iquestY queacute iquestqueacute iquestqueacute

Seguacuten me dijo despueacutes Mariana yo echaba fuego por los ojos

-Que olvideacute ofrecerme a usted para una cosa que sin duda le seraacute muy agradable

-Sentildeor Marqueacutes usted se burla de miacute

-iexclBurlarme No hija miacutea al punto que nos separamos dije para miacute laquoiexclQueacute desatento he sidoraquo Puesto que va al riacuteo debiacute brindarme a acompantildearla para ver el vapor y mostrarle ese prodigio de la industria del hombre

-iexclUsted estaacute loco sin duda -afirmeacute ocultando todo lo posible mi despecho- iquestqueacute es eso del vapor No entiendo una palabra

-iexclEl vapor sentildeora Es lo que maacutes llama la atencioacuten de todo Sevilla en estos diacuteas

-iquestY queacute me importa -dije bruscamente siguiendo mi camino

-Dispeacutenseme usted si la he ofendido -antildeadioacute el Marqueacutes siguieacutendome- pero como veniacutea usted a pasear al riacuteo y como yo tengo entrada libre siempre que quiero en esa prodigiosa maacutequina creiacute que la complaceriacutea a usted apresuraacutendome a mostraacutersela

-iquestQueacute maacutequina es esa -le pregunteacute detenieacutendome

Al decir esto habiacutea perdido de vista al imaacuten de mi vida [212]

-Mire usted hacia allaacute junto a la Torre del Oro

Mireacute y en efecto vi un buque de forma extrantildea con una gran chimenea que arrojaba negro y espeso humo Sus palos eran pequentildeos y sobre el casco sobresaliacutea una armazoacuten bastante parecida a una balanza

-iquestQueacute es eso -pregunteacute al Marqueacutes

-El vapor una invencioacuten maravillosa sentildeora Esos ingleses son el Demonio Ya sabe usted que hay unas maacutequinas que llaman de vapor porque se mueven por medio de cierto humo blanquecino que va enredando de tubo en tubo

-Ya seacute

-Pues los ingleses han aplicado esta maacutequina a la navegacioacuten y ahiacute tiene usted un barco con ruedas que corre maacutes que el viento y contra el viento Esto cambiaraacute la faz del mundo Yo lo he predicho y no me equivocareacute

Mirando hacia la maacutequina prodigiosa vi a Salvador que se dirigiacutea hacia la Torre del Oro Veaacutemoslo de cerca sentildeor Marqueacutes -dije marchando hacia allaacute- Verdaderamente ese barco con ruedas es una maravilla

-Creo que ahora va a dar un par de vueltas por el riacuteo para que lo vean Sus Altezas Reales [213] que estaacuten si no me engantildeo en la Torre del Oro

-Corramos

-iexclVa toda la gente hacia allaacute Descuide usted podremos entrar si usted quiere El capitaacuten es muy amigo miacuteo y los consignatarios son mis banqueros

-iquestDe quieacuten es esa maacutequina

-De una sociedad inglesa De veras hubiera sentido mucho no mostraacutersela a usted esta tarde Cuando me acordeacute faltaacutebame tiempo para acudir a reparar mi groseriacutea

-Gracias sentildeor Marqueacutes

Dejeacute de ver entonces la luz de mi vida Mi corazoacuten se llenoacute de angustia

-Yo estaba seguro de agradar a usted -me dijo Falfaacuten- Es un asombro ese buque

-Un asombro siacute apresuremos el paso

-Si no se nos ha de marchar

-iexclQue se nos pierde de vista que se nos va -exclameacute yo sin saber lo que deciacutea

-Sentildeora si estaacute anclado Podemos verlo con toda calma

Nos acercamos a la Torre del Oro junto a la cual estaba la nave maravillosa Teniacutea dos ruedas como las de un bataacuten resguardadas por grandes cajones de madera pintados de blanco con chimenea negra y alta en cuyo centro estaba [214] la maacutequina toda grasienta y ahumada como una cocina de hierro y el resto no ofreciacutea nada de particular De sus entrantildeas negras saliacutea una especie de aliento ardoroso y retumbante cuyo vaho causaba veacutertigos De repente daba unos silbidos tan fuertes que era preciso taparse los oiacutedos En verdad aquella maacutequina infundiacutea miedo Yo no lo tuve porque no podiacutea fijar en ella resueltamente la atencioacuten

-iquestSe atreve usted a entrar -me dijo el Marqueacutes

Yo mireacute a todos lados y vi reaparecer a mi amor perdido saliendo de entre la muchedumbre como el sol de entre las nubes

-No sentildeor yo me mareo soacutelo de ver un barco -respondiacute a Falfaacuten- Estoy satisfecha con admirar desde fuera esta hermosa invencioacuten y le doy a usted las gracias

Yo hubiera dado no seacute queacute porque el vapor echase a andar hacia la eternidad llevaacutendose dentro al marqueacutes de Falfaacuten de los Godos

-iexclOh -exclamoacute eacutel- embarqueacutemonos Yo le garantizo a usted que no se marea Daremos un paseo hasta Aznalfarache Vea usted cuaacutentas personas entran

-Pues yo no me decido Pero no se prive usted por miacute del gusto de embarcarse Adentro sentildeor miacuteo Yo me voy a mi casa [215]

-iexclAh no consiento yo que usted vaya sola a su casa -dijo con una galanteriacutea cruel que me asesinaba- Yo la acompantildeareacute

-Gracias gracias no necesito compantildeiacutea

-Es que yo no puedo permitir

De buena gana habriacutea cogido al Marqueacutes por el pescuezo como se coge a un pollo destinado a la cazuela y le hubiera estrangulado con mis propias manos iexcltal era mi rabia

-Al menos -antildeadioacute- ya que lo hemos visto por la popa vamos a verlo tambieacuten por la proa

Al decir esto el Marqueacutes dirigioacute sus miradas hacia la Maestranza y sus ideas variaron de suacutebito

-Vamos por alliacute viene mi sentildeora esposa -dijo sentildealando- iquestLa ve usted Por uacuteltimo se ha atrevido a salir a paseo aunque no estaacute bien de salud

Mireacute y vi a la marquesa de Falfaacuten que veniacutea con otra sentildeora Tambieacuten ellas atraiacutedas por la curiosidad se dirigiacutean hacia la Torre del Oro

-Aguardemos aquiacute -me dijo el Marqueacutes sonriendo- Veremos si pasa sin notar que estamos aquiacute

Andrea y su amiga estaban ya cerca de nosotros cuando Salvador pasoacute junto a ellas [216] se detuvo las saludoacute y continuoacute andando a su lado Nos reunimos los cinco

-iquestTambieacuten tuacute vienes a ver el vapor -exclamoacute Falfaacuten riendo- Ya te dije que era una maravilla Y usted Sra Dordf Mariacutea Antonia iquesttambieacuten viene a ver el vaporcito Y usted Salvador no quiere ser menos El que desee entrar que lo diga y nos embarcaremos

-iquestYo -dijo la Marquesa despueacutes de saludarme- Tengo miedo Dicen que revienta la caldera cuando menos se piensa

-iquestDe modo que eso tiene una caldera como las faacutebricas de jaboacuten -preguntoacute Dordf Mariacutea Antonia llevando a sus ojos el lente que usaba

-iquestEntran ustedes siacute o no -dijo el Marqueacutes empentildeado siempre en reclutar gente

-Yo no entrareacute -repuso la Marquesa con desdeacuten- me mareo soacutelo de ver ese horrible aparato Ademaacutes tengo que hacer

-iquestA doacutende vas ahora -preguntoacute Falfaacuten de mal talante

-A las tiendas de la calle de Francos Ya sabes que necesito comprar varias cosillas

-Pero si no has paseado auacuten

-iquestQue no Sra Dordf Mariacutea Antonia dice que no hemos paseado Si hace maacutes de hora y media que estamos aquiacute dando vueltas Ya nos [217] iacutebamos cuando te vimos y volviacute atraacutes para rogarte que nos acompantildees

-iexclYo -indicoacute el Marqueacutes con mucho disgusto- Ya sabes que no me agrada ir a tiendas

-Y a miacute no me gusta ir sola

-Dordf Mariacutea Antonia

-Es sentildeora y para ir a las tiendas conviene la compantildeiacutea de un caballero Mira hijito no te apures por eso Salvador nos acompantildearaacute

-Con mil amores -dijo mi amigo inclinaacutendose- Tengo mucho honor en ello

Cuando alliacute mismo no abofeteeacute a mi amante a la Marquesa al Marqueacutes a Dordf Mariacutea Antonia y a miacute misma de seguro queda demostrado que soy una oveja por lo humilde

-Siacute amigo Monsalud -manifestoacute Falfaacuten- acompaacutentildeelas usted se lo suplico Jenara y yo nos embarcaremos

iexclSe marcharon iexclAy no seacute coacutemo lo escribo Se marcharon sin que yo les estrangulase Dentro de miacute habiacutea un volcaacuten mal sofocado por mi disimulo El Marqueacutes me hablaba sin que yo pudiese responderle porque estaba furiosamente absorta y embrutecida por el despecho que llenaba mi alma

-Nos embarcaremos -me dijo Falfaacuten relamieacutendose [218] como un gato a quien ponen plato de su gusto

-iexclAh sentildeor Marqueacutes -dije de improviso apoderaacutendome de una idea feliz- Ahora me acuerdo de una cosa iexclqueacute memoria la miacutea

-iquestQueacute sentildeora

-Que yo tambieacuten tengo que comprar algunas cosillas iquestNo es verdad Mariana

-iquestDe modo que va usted

-Siacute sentildeor ahora mismo Son cosas que necesito esta misma noche

-iquestY hacia doacutende piensa dirigirse usted

-Hacia la calle de las Sierpes o la de Francos Son las uacutenicas que conozco

-Pues la acompantildeareacute a usted

Hizo sentildeas a su cochero para que acercase el coche

-Mi mujer -antildeadioacute- se va a enfadar conmigo porque no quise acompantildearla y la acompantildeo a usted

No hice caso de sus cumplidos ni de sus excusas

-Vamos vamos pronto -dije subiendo al coche

Este nos dejoacute en la plaza de San Francisco Nos dirigimos a las tiendas recorrimos varias calles pero iexclay estaacutebamos dejados de la [219] mano de Dios No les encontramos no les vimos por ninguna parte

En mi cerebro se fijaba con letras de fuego esta horrible pregunta laquoiquesta doacutende iriacuteanraquo

Cuando el Marqueacutes me dejoacute en mi casa ya avanzada la noche yo teniacutea calentura Retireme a pensar y a recordar y a formar proyectos para el diacutea siguiente pero mi cerebro ardiacutea como una laacutempara no pude dormir hablaba a solas sin poder olvidar un solo momento el angustioso tema de mi vida en aquellos diacuteas Por uacuteltimo mis nervios se aplacaron un tanto y me consoleacute pensando y hablando de este modo

-iexclMantildeana mantildeana no se me escaparaacute

- XXVII - Al levantarme con la cabeza llena de brumas penseacute en la extrantildea ley de las casualidades que a veces gobiernan la vida En aquella eacutepoca creiacutea yo auacuten en las casualidades en la buena o mala suerte y en el destino fuerzas misteriosas que ciegamente seguacuten mi modo de ver causaban nuestra felicidad o nuestra desgracia Despueacutes han variado mucho mis [220] ideas y tengo poca fe en el dogma de las casualidades

Mi cerebro estaba aquella mantildeana como he dicho cargado de neblinas Pero el diacutea no podiacutea haber amanecido maacutes hermoso y para ser 12 de Junio en Andaluciacutea no era fuerte el calor Sevilla sonreiacutea convidando a las dulces plaacuteticas amorosas a las divagaciones de la imaginacioacuten y a exhalar con suspiros los aromas del alma que van desprendieacutendose y saliendo ya gimiendo ya cantando entre vagas sensaciones que son a la manera de una pena deliciosa

Pero yo continuaba con mi idea fija y la contrariedad que me atormentaba A ratos deteniacuteame a analizar aquel singular estado miacuteo y me asombraba de verme tan dominada por un vano capricho Es verdad que yo le amaba pero iquestno habiacutea sabido consolarme honradamente de su ausencia despueacutes de Benabarre iquestPor queacute en Sevilla poniacutea tanto empentildeo en tenerle a mi lado iquestAcaso no podiacutea vivir sin eacutel Meditando en esto me creiacutea muy capaz de prescindir de eacutel en la totalidad de la vida pero en aquel caso mi corazoacuten habiacutea soltado prendas habiacutease fatigado mucho habiacutea digaacutemoslo asiacute adelantado imaginariamente gran parte de sus goces de modo que padeciacutea horriblemente al verse desairado Aquel suplicio de Taacutentalo a que habiacutea estado [221] sujeto irritaacutebale maacutes y ya se sabe que las ambiciones maacutes ardientes son las del corazoacuten y que en eacutel residen los caprichos y la terrible ley sataacutenica que ordena desear maacutes aquello que maacutes resueltamente nos es negado Asiacute se explica la indecorosa persecucioacuten de un hombre en que yo sin poder dominarme estaba empentildeada

Ordeneacute a Mariana que se preparase para salir conmigo Mientras yo me peinaba y vestiacutea diacutejome que habiacutea oiacutedo hablar de la partida de Su Majestad aquel mismo diacutea y que Sevilla estaba muy alborotada Poco me interesaba este tema y le mandeacute callar pero despueacutes me contoacute cosas muy desagradables En la noche anterior y por la mantildeana dos diputados residentes en la misma casa y que traiacutean entre manos la conquista de mi criada le habiacutean hecho con respecto a miacute indicaciones maliciosas Seguacuten me dijo eran conocidas y comentadas mis relaciones con el secretario del duque del Parque iexclMaldita sociedad Nada en ella puede tenerse secreto Es un sol que todo lo alumbra y en vano intenta el amor hallar bajo eacutel un poco de sombra A donde quiera que se esconda vendraacute a buscarle la impertinente claridad del mundo de modo que por mucho que os acurruqueacuteis a lo mejor os veis inundados por los rayos de la [222] intrusa linterna que va buscando faltas El uacutenico remedio contra esto es arrojar mucha muchiacutesima luz sobre las debilidades ajenas para que las propias resulten ligeramente oscurecidas No seacute por queacute desde que Mariana vino a miacute con aquellos chismes me figureacute que mi difamacioacuten procediacutea de los labios de la marquesa de Falfaacuten -iexclAh bribona -dije para miacute- si yo hablara

Las hablillas no me acobardaron Siendo culpable hice lo que corresponde a la inocencia despreciar las murmuraciones

Cuando manifesteacute a Mariana que pensaba ir a buscarle a su propia casa hiacutezome algunas observaciones que me desagradaron sin que por ellas desistiera yo de mi propoacutesito

-iquestNo averiguaste ayer la casa donde vive

-Siacute sentildeora en la calle del Oeste Pero usted no repara que en la misma casa viven tambieacuten otras personas de Madrid que conocen a la sentildeora

Ninguna consideracioacuten me deteniacutea Escribiacute una carta para dejarla en la casa si no le encontraba y salimos Mariana conociacutea bien Sevilla y pronto me llevoacute a la calle del Oeste que estaacute hacia la Alameda Vieja junto a la Inquisicioacuten Salvador no estaba Dejeacute mi carta y corrimos a casa porque al punto sospecheacute que [223] mientras yo le buscaba en su vivienda me buscaba eacutel en la miacutea Asiacute me lo deciacutea el corazoacuten impaciente

-Me aguardaraacute de seguro -penseacute- Ahora ahora siacute que no se me escapa

En mi casa no habiacutea nadie pero siacute una esquela Salvador estuvo a visitarme durante mi ausencia y no pudiendo esperar a causa de sus muchas ocupaciones dejome tambieacuten una carta en que asiacute lo manifestaba antildeadiendo entre expresiones carintildeosas que por la tarde a las cuatro en punto me aguardaba en la catedral Despueacutes de indicar la conveniencia de no volver a mi casa me suplicaba que no faltase a la cita en la gran basiacutelica y en su hermoso patio de los naranjos Teniacutea preparado un coche en la puerta de Jerez para irnos de paseo hacia Tablada

-iexclGracias a Dios -exclameacute- Esta tarde

Tomando mis precauciones para que nadie me importunase y poder estar completamente libre en la hora de la cita consagreacute algunas al descanso Pero la ocasioacuten no era la maacutes a propoacutesito y a las tres ya estaba yo en la catedral Era la hora del coro y los canoacutenigos entraban uno tras otro por la puerta del Perdoacuten Algunos se deteniacutean a echar un parrafito en el patio de los naranjos paseando junto al puacutelpito de San Vicente Ferrer [224]

Al verme dentro de la iglesia la mayor que yo habiacutea visto sentiacute una violenta invasioacuten de ideas religiosas en mi espiacuteritu iexclMaravilloso efecto del arte que consigue lo que no es dado alcanzar a veces ni aun a la misma religioacuten Yo miraba aquel recinto grandioso que me pareciacutea una representacioacuten del universo mundo Aquel alto firmamento de piedra asiacute como las hacinadas palmas que lo sustentan y el eminente tabernaacuteculo que es cual una escala de santos que sube hasta Dios dilataban mi alma hacieacutendola divagar por la esfera infinita La suave oscuridad del templo hace que brillen maacutes las ventanas cuyas vidrieras parecen un fantaacutestico muro de piedras preciosas Las vagas manchas luminosas de azul y rosa que las ventanas arrojan sobre el suelo se me figuraban huellas de aacutengeles que habiacutean huido al sentir nuestros pasos

Mi mente se sentiacutea abrumada de ideas Senteme en un banco porque sentiacutea la necesidad de meditar Delante de mis pies a manera de alfombra de luces se extendiacutea la transparencia de una ventana Alzando los ojos veiacutea las grandiosas boacutevedas Zumbaba en mis oiacutedos el grave canto del coro y a intervalos una chorretada de oacutergano cuyas maravillosas armoniacuteas me haciacutean estremecer de emocioacuten [225] poniendo mis nervios como alambres A poca distancia de miacute a la izquierda estaba la capilla de San Antonio toda llena de luces por ser 12 de Junio viacutespera del santo y de hermosos buacutecaros con azucenas y rosas Volviendo ligeramente la cabeza veiacutea el cuadro de Murillo y su espleacutendido altar

Yo pensaba en cosas religiosas pero mi egoiacutesmo las asociaba al amoroso afaacuten que me poseiacutea Pensaba en la santidad de la unioacuten sancionada por la Iglesia y de los lazos matrimoniales cuando son acertados Consideraba lo feliz que hubiera sido yo no equivocaacutendome como equivoqueacute en la eleccioacuten de marido Tambieacuten pasoacute por mi mente aunque con gran rapidez el recuerdo de la infeliz joven a quien con mis engantildeos precipiteacute en los azares de un viaje absurdo pero esto duroacute poco y ademaacutes me apresureacute a sofocar tan triste memoria dirigiendo el pensamiento a otra cosa

La imagen que tan cerca estaba atrajo mi atencioacuten Aquel santo tan bueno tan humilde tan buen compantildeero y amigo de los pobres es seguacuten dicen el abogado de los amores y de los objetos perdidos Ocurriome rezarle y le receacute con fervor de labios y aun de corazoacuten porque en aquel instante me sentiacutea piadosa No soacutelo le pediacute como

enamorada sino como quien busca [226] y no encuentra cosas de gran valor y mientras maacutes le rezaba maacutes me sentiacutea encendida en devocioacuten y llena de esperanza Concluiacute adquiriendo la seguridad de que mi afaacuten se calmariacutea aquella misma tarde y juzgando que mi entrada en la catedral a causa de la cita era obra providencial mi alma se alivioacute y aquella tensioacuten dolorosa en que estaba fue cesando poco a poco

iquestCoacutemo no esperar si aquel santo era tan bueno tan complaciente que merecioacute siempre el amor y la veneracioacuten de todos los enamorados No pude estar alliacute todo el tiempo que habriacutea deseado porque me causaba veacutertigo el olor de las azucenas y tambieacuten porque la hora de la cita se acercaba Cuando saliacute al patio y en el momento de pasar bajo el cocodrilo que simboliza la prudencia la alta campana de la Giralda dio las cuatro

No habiacuteamos llegado al puacutelpito de San Vicente Ferrer cuando Mariana y yo nos miramos aterradas Sentiacuteamos un ruido semejante al de las olas del mar Al mismo tiempo mucha gente entraba corriendo en el patio de los naranjos

-iexclRevolucioacuten sentildeora revolucioacuten -gritoacute Mariana temblando- No salgamos

La curiosidad venciendo el miedo me llevoacute [227] con maacutes presteza hacia la puerta Vi regular gentiacuteo que llenaba todo el sitio llamado Gradas de la Catedral y pareciacutea extenderse por delante del palacio arzobispal y la Lonja hasta el Alcaacutezar Pero la actitud de la muchedumbre era paciacutefica y maacutes pareciacutea de curiosos que de alborotadores Al punto comprendiacute que la salida de la Corte motivaba tal reunioacuten de gente y se calmaron mis suacutebitas inquietudes Esperaba ver de un momento a otro a la persona por quien habiacutea ido a la catedral y mis ojos la buscaron entre la multitud

-Aguardaremos un poco -penseacute dando un suspiro

La muchedumbre se agitoacute de repente murmurando Por entre ella trataba de abrirse paso un regimiento de caballeriacutea que aparecioacute por la calle de Geacutenova Entrad la mano en un vaso lleno de agua y esta se desbordaraacute introducid un regimiento de caballeriacutea en una calle llena de curiosos y vereacuteis lo que pasa Por la puerta del Perdoacuten penetroacute un chorro que salpicaba dicharachos y apoacutestrofes andaluces contra la tropa y tal era su iacutempetu que los que alliacute estaacutebamos tuvimos que retroceder hasta el centro del patio Entonces un sacristaacuten y un hombre forzudo y corpulento de esos que desempentildean en toda iglesia las bajas funciones [228] del trasporte de altares facistoles o bancos o las altiacutesimas de tocar las campanas y recorrer el tejado cuando hay goteras se acercaron a la puerta y despueacutes de arrojar fuera toda la gente que pudieron cerraron con estruendo las pesadas maderas Corriacute a protestar contra un encierro que me pareciacutea muy importuno mas el sacristaacuten alzando el dedo arqueando las cejas y ahuecando la voz como si estuviera en el puacutelpito dijo lacoacutenicamente

-De orden del sentildeor Deaacuten

- XXVIII -

Mucho me irritoacute la orden del sentildeor Deaacuten que sin duda no esperaba a una persona amada y entreacute en la iglesia consolaacutendome de aquel percance con la idea de que en edificio tan vasto no faltariacutean puertas por donde salir Pasamos al otro lado pero en la puerta que da a la plaza de la Lonja otro ratoacuten de iglesia me salioacute al encuentro despueacutes de echar los pesados cerrojos y tambieacuten me dijo

-De orden del sentildeor Deaacuten

-iexclMalditos sean todos los deanes -exclameacute [229] para miacute dirigieacutendome a la puerta que da a la fachada Alliacute un viejo con gafas sotana y sobrepelliz se restregaba las manos gruntildeendo estas palabras

-Ahora ahora va a ser ella Sentildeores liberales nos veremos las caras

Yo fui derecha a levantar el picaporte pero tambieacuten aquella puerta estaba cerrada y el sacristaacuten viejo al ver mi coacutelera que no podiacutea contener alzoacute los hombros disculpaacutendose con la orden de la primera autoridad capitular El de las gafas antildeadioacute

-Hasta que no pase la gresca no se abriraacuten las puertas

-iquestQueacute gresca

-La que han armado con la salida del Rey loco Mi opinioacuten sentildeora es que ahora va a ser ella porque hay un complot que no lo saben maacutes de cuatro

Volvioacute a restregarse las manos fuertemente guintildeando un ojo

-iquestY a queacute hora sale Su Majestad

-A las seis seguacuten dicen pero antes ha de correr la sangre por las calles de Sevilla como cuando la inundacioacuten de hace veinte antildeos la cual fue tan atroz sentildeora que por poco fondean los barcos dentro de la catedral

-iexclDe modo que estareacute encerrada aquiacute hasta [230] las seis -exclameacute llena de furor- Esto no se puede sufrir es un abuso un escaacutendalo Me quejareacute a las autoridades al Rey

-El Rey estaacute loco -dijo el viejo con horrible ironiacutea

-Al Gobierno me quejareacute al Arzobispo O me dejan salir o gritareacute dentro de la iglesia reclamando mi derecho

Discurriacute con agitacioacuten indecible por la iglesia nave arriba nave abajo saliendo de una capilla y entrando en otra pasando del patio al templo y del templo al patio Miraba a los negros muros buscando un resquicio por donde evadirme y enfurecida contra el autor de orden tan inicua me preguntaba para queacute existiacutean deanes en el mundo

Los canoacutenigos dejaban el coro y se reuniacutean en su camariacuten marchando de dos en dos o de tres en tres charlando sobre los graves sucesos Los sochantres y el fagotista se dirigiacutean piporro en mano a la capilla de muacutesica y los inocentes y graciosos nintildeos de

coro al ser puestos en libertad iban saltando con gorjeos y risas a jugar a la sombra de los naranjos

Varias veces en las repetidas vueltas que di por toda la iglesia paseacute por la capilla de San Antonio Sin que pueda decir que me dominaban sentimientos de irreverencia ello es que [231] mi compungida devocioacuten al santo habiacutea desaparecido No le mireacute con aversioacuten pero siacute con cierto enojo respetuoso y en mi interior le deciacutea

-iquestEs esto lo que yo teniacutea derecho a esperar iquestQueacute modo de tratar a los fieles es este

Mi egoiacutesmo habiacutea llegado al horrible extremo de pedir cuenta a la Divinidad de los desaires que me haciacutea Irritaacutebame contra el Cielo porque no satisfaciacutea mis caprichos

Pero iexclmaldita hora quien a miacute me irritaba verdaderamente era el Deaacuten tirano que mandaba encerrar a la gente porque se le antojaba Desde que le vi salir del coro en compantildeiacutea del Arcediano movieacutendose muy lentamente a causa del peso de su descomunal panza le tuve por un realistoacuten furibundo sin que por esto me fuese menos antipaacutetico iquestPor queacute habiacutean cerrado las puertas Por poner el sagrado recinto a salvo de una invasioacuten plebeya e impedir que el bullicio de los vivas y mueras turbase la santa paz de la casa de Dios A pesar de su celo no pudo el sentildeor Deaacuten conseguirlo y desde el patio oiacuteamos claramente los gritos de la muchedumbre y el paso de la caballeriacutea La Giralda cantoacute las cinco cantoacute las seis y aquella deplorable situacioacuten no cambiaba ni las puertas se abriacutean ni se desvaneciacutea el rumor [232] del pueblo Yo creo que si aquello se prolonga demasiado me atrevo a decir dos palabras al buen canoacutenigo encerrador Por fin no era yo sola la impaciente otras muchas personas encerradas como yo se quejaban igualmente y todos nos dirigiacuteamos en alarmante grupo al sacristaacuten (12) pero sin conseguir nada

-Cuando Su Majestad haya salido de Sevilla -nos respondiacutea- o se arma la de San Quintiacuten o todo quedaraacute tranquilo

Por fin despueacutes de las siete la puerta del Perdoacuten se abrioacute y vimos las Gradas y la gente que iba y veniacutea sin tumulto Yo me arrojeacute a la calle como se arrojariacutea en el agua aquel cuyos vestidos ardieran Miraba a un lado y otro me comiacutea con los ojos a cuantos pasaban camineacute apresuradamente hacia la Lonja y hasta el Alcaacutezar mi cabeza se moviacutea sin cesar dirigiendo la vista a todo semblante humano iexclAfaacuten inuacutetil Yo buscaba y rebuscaba y mi hombre no apareciacutea en ninguna parte Ya se ve iexclLas siete de la tarde Se cansariacutea de aguardarme tendriacutea que hacer

Volviacute de nuevo a la catedral recorrila toda saliacute di la vuelta por la Lonja pero iexclay si diera la vuelta a toda la tierra creo que tampoco le encontrara iexcltal era la horrible insistencia de mi desgracia Y sin embargo [233] hasta en las baldosas del piso en el aire y en el sonido hallaba no seacute queacute indicio misterioso de que eacutel me habiacutea aguardado alliacute largas horas Esto era para morir

Despueacutes de mucho correr senteme en un banco de piedra junto a la Lonja Tanto me enfadaba la gente que veiacutea regresar del Alcaacutezar y de la puerta de San Fernando que si las llamas de furor que abrasaban mi pecho fueran materiales de buena gana hubiera vomitado fuego sobre los que pasaban ante miacute Veniacutean de ver partir al Rey loco Muchos se lamentaban de que se tratase de tal suerte al Soberano de Castilla

iexclMenguados iquestpor queacute no tomaban las armas Siacute iquestpor queacute no las tomaban Me habriacutea gustado ver a todos los habitantes de Sevilla destrozaacutendose unos a otros

La Giralda cantoacute otra hora no seacute cuaacutel y entonces me decidiacute a tomar nueva resolucioacuten

-Vamos a su casa -dije a Mariana

-Es de noche sentildeora -repuso

La infeliz no queriacutea alejarse mucho de la casa Pero no le contesteacute y nos pusimos en camino para la calle del Oeste

-iquestY si no estaacute -indicoacute mi criada- Porque es muy posible que con estas cosas

-iquestQueacute cosas

-Estas revoluciones sentildeora [234]

-Si no hay nada

-Pues como se han llevado al Rey despueacutes de volverle loco En el patio de la catedral deciacutea uno que tendremos revolucioacuten mantildeana cuando se marche el Gobierno porque el Gobierno se marcharaacute

-Deacutejalo ir no nos hace falta Date prisa

-Pues yo creo que nos llevaremos otro chasco

-Si no estaacute en su casa le esperareacute

-iquestY si no vuelve hasta muy tarde

-iexclHasta muy tarde le esperareacute

-iquestY si no vuelve hasta mantildeana

-Hasta mantildeana le esperareacute No me muevo de su casa hasta que le vea Ahora ahora siacute que no se me escapa iquestconcibes tuacute que se me pueda escapar

- XXIX - Al decir esto mi corazoacuten oprimido por tantos desengantildeos se ensanchaba llenaacutendose otra vez de esperanza de ese don del cielo que jamaacutes se agota y que a nadie puede faltar

-Pues no veo yo muy tranquila esta noche [235] la ciudad de Sevilla -indicoacute Mariana- Si como dicen se ha marchado toda la tropa puede que nos despertemos mantildeana en un charco de sangre

Echeme a reiacuter burlaacutendome de sus ridiacuteculos temores y seguimos avanzando con bastante presteza hacia la calle del Oeste Detuacuteveme antes de llamar en su casa para que un breve descanso disimulara mi sofocacioacuten y se amortiguasen las llamaradas de mis mejillas

-Senteacutemonos -dije a Mariana- al amparo de este aacuterbol Ahora no hay gran prisa Ya le tengo cogido Estoy tranquila Eacutel ha de venir a su casa Ahora ahora siacute que le tengo en mi mano

Cuando llamamos en la reja que daba entrada al patio una mujer nos dijo que el sentildeor Monsalud no estaba en casa

-Pues tengo que hablarle precisamente esta noche y le esperareacute -dije resueltamente

Yo no reparaba en conveniencia alguna social En el estado de mi espiacuteritu nada teniacutea fuerza para contenerme Importaacutebame ya muy poco que me vieran que me conocieran que me sentildealasen con el dedo ni que el vulgo suspicaz y murmurador me hiciera objeto de burlas y comentarios deshonrosos

Al principio vacilaba en dejarme entrar la [236] mujer que me abrioacute la puerta pero tanto insteacute y con tan arrogante autoridad me expresaba que al fin me llevoacute a una sala baja Alliacute estaba un viejecillo que a la deacutebil claridad de un veloacuten de cobre arreglaba bauacuteles y cajas poniendo en ellos libros ropa y papeles Era un tal Bartolomeacute Canencia Eacutel no debiacutea de conocerme pero se apresuroacute a saludarme con extremadas urbanidades Cual si comprendiera las ansias que yo padeciacutea aquella noche me dijo

-No estaacute en casa ni puedo asegurar que venga pronto pero siacute que vendraacute Necesitamos arreglar todo para nuestra partida

iquestCuaacutendo

-Mantildeana Nos vamos con el Gobierno iquestQuieacuten se atreveraacute a quedarse aquiacute despueacutes que marchen los ministros Esto es un volcaacuten realista En cuanto desaparezca el Gobierno que obstruye el craacuteter se agitaraacute con fuego y vapores vomitando horrores iexclPobre Sevilla no ha querido oiacuter mis consejos los consejos de la experiencia sentildeora y hela aquiacute en poder del realismo maacutes brutal Este pueblo tan ceacutelebre por su riqueza y por su gracia como por sus procesiones estaacute infestado de curas y aquiacute los curas son ricos No hay maacutes que decir

Yo me fastidiaba esta conversacioacuten y asiacute con la mayor habilidad la desvieacute de la poliacutetica [237] hacieacutendola recaer sobre mi objeto Canencia contestoacute a mis preguntas de una manera categoacuterica

-Esta tarde salimos juntos -me dijo- Eacutel se quedoacute en las Gradas de la Catedral donde teniacutea una cita y yo seguiacute hacia el Alcaacutezar para asistir a la salida de Su Majestad Luego nos encontramos de nuevo a eso de las siete pareciacutea disgustado sin duda porque

la cita no pudo verificarse Entramos en casa y despueacutes eacutel salioacute para ver a Calatrava Diacutejome que volveriacutea a arreglar su equipaje y aquiacute me tiene usted arreglando el miacuteo sentildeora para lo que se le ofrezca mandar De modo que si usted desea algo en Caacutediz puede dar sus oacuterdenes con toda franqueza

-Yo tambieacuten pienso ir a Caacutediz -repuse

-iexclUsted tambieacuten Bueno es que vayan todos -dijo con ironiacutea maliciosa- para que se haga con toda solemnidad el entierro de la Constitucioacuten Alliacute nacioacute sentildeora y alliacute le pondremos la mortaja que todo lo que nace ha de perecer Si se hubieran seguido mis consejos sentildeora pero los hombres se han dejado enloquecer por la ambicioacuten y la vanidad Ya no existen aquellos repuacuteblicos austeros aquellos filoacutesofos incorruptibles aquellos sectarios de la honradez maacutes estricta y [238] de la sabiduriacutea ateniense hombres que con un pedazo de pan un vaso de agua y un buen libro se pasaban la mayor parte de la vida Ahora todo es comer a dos carrillos pedir destinos figurar en una palabra sentildeora ya no hay virtudes ciacutevicas

-iquestY es seguro que el Gobierno marcha mantildeana -le pregunte para desviarle de su fastidiosa disertacioacuten

-Seguriacutesimo No puede ser de otra manera

-iquestPor tierra

-Por agua sentildeora Los ministros y diputados marchan en el vapor

-iquestY usted y Salvador van tambieacuten en el vapor

-Iremos donde podamos sentildeora aunque sea en globo por los aires

Eacutel siguioacute arreglando sus maletas y yo me abrumeacute en mis pensamientos En la sala habiacutea un reloj de cucuacute con su impertinente paacutejaro de esos que asoman al dar la hora y nos hacen tantas cortesiacuteas como campanadas tiene aquella Nunca he visto un animalejo que maacutes me enfadase y cada vez que apareciacutea y me saludaba miraacutendome con sus ojillos negros y cantando el cucuacute sentiacutea ganas de retorcerle el pescuezo para que no me hiciera maacutes cortesiacuteas El paacutejaro cantoacute las nueve y las diez y las once y [239] con su insolente movimiento y su desagradable sonido pareciacutea decirme -iquestQueacute tal sentildeora se aburre Vd mucho

Todo el que ha esperado comprenderaacute mi agoniacutea Aquel resbalar del tiempo aquella veloz corrida de los minutos que pasan de nuestra frente a nuestra espalda amontonaacutendose atraacutes el tiempo que estaba delante es para enloquecer a cualquiera Cuando no hay un reloj que lleve la cuenta exacta de la cantidad de esperanza que se desvanece y de la paciencia que se gasta grano a grano menos mal pero cuando hay reloj y este reloj tiene un paacutejaro que hace reverencias cada sesenta minutos y dice cucuacute no hay espiacuteritu bastante fuerte para sobreponerse a la pena Ya cerca de las doce me deciacutea yo laquoiquestSi no vendraacuteraquo

Habiendo manifestado mis dudas al viejo Canencia que pareciacutea algo molesto por la duracioacuten de mi visita me dijo

-Puede que venga y puede que no venga Seguramente estaraacute ahora en el cafeacute del Turco o en casa del duque del Parque Ya es medianoche Dentro de unas cuantas horas seraacute de diacutea y iexclen marcha todo el mundo para Caacutediz

Mariana bostezaba siendo imitada por Canencia Yo me sosteniacutea intreacutepida sin suentildeo ni [240] cansancio resuelta a estar un antildeo en aquel sitio si un antildeo tardaba en venir mi hombre

-De todas maneras -dije a Canencia- si se marcha mantildeana ha de venir a arreglar su equipaje

-Es muy posible sentildeora -me contestoacute secamente- En caso de que quiera Vd retirarse puede con toda confianza dejar el recado verbal que guste Yo se lo trasmitireacute puntualmente y con la fidelidad de un verdadero amigo

-Gracias

-Le direacute que ha estado aquiacute Aunque usted no me ha dicho su nombre yo creo conocer a la persona con quien tengo el honor de hablar por haberla visto en Madrid algunas veces iquestNo es usted la sentildeora marquesa de Falfaacuten

Esta pregunta me hizo estremecer en mi interior como si un rayo pasara por miacute Pero dominaacutendome con soberano esfuerzo repuse gravemente y con afectada verguumlenza

-Siacute sentildeor soy la marquesa de Falfaacuten Fiada en la discrecioacuten de usted me he aventurado a esperar aquiacute en hora tan impropia

-Sentildeora yo soy un sepulcro y ademaacutes un amigo fiel de ese excelente joven y como le debo muchos beneficios a la amistad se une la gratitud Puede usted con toda libertad confiarme [241] lo que quiera Es muy posible que eacutel no pueda verla a usted esta noche Estaraacute muy ocupado y sin duda el viaje de mantildeana trastorna sus planes porque si no recuerdo mal hoy me dijo que pensaba despedirse de usted por la noche en casa de Dordf Mariacutea Antonia

Al oiacuter esto me quedeacute como maacutermol y enseguida me lleneacute de ascuas Desplegueacute los labios para preguntar laquoiquestdoacutende vive esa Dordf Mariacutea Antoniaraquo pero me contuve a tiempo comprendiendo la gran torpeza que iba a cometer Evocando toda mi destreza de coacutemica dije

-Asiacute pensaacutebamos pero no ha podido ser

El infame paacutejaro se asomoacute a su nicho y burlaacutendose de miacute cantoacute la una Yo me ahogaba porque a mis primeras fatigas se uniacutea desde que habloacute aquel hombre la inmensa sofocacioacuten de un despecho volcaacutenico de los celos que me mataban En mi cerebro se encajaba una corona de brasas resplandecientes y mi corazoacuten chorreaba sangre herido por mil puacuteas venenosas Mi afaacuten mi deseo maacutes vivo era morder a alguien

Espereacute maacutes Canencia seguiacutea bostezando y Mariana dormitaba Yo sentiacutea en mis oiacutedos un zumbido extrantildeo el zumbido del silencio nocturno que es como un eco de

mares lejanos y deshacieacutendome esperaba Habriacutea dado mi vida [242] entera por verle entrar por poder hablarle a solas un momento arrojando sobre eacutel las palabras la furia la hiel que se desbordaban en miacute A ratos balbuciacutea terribles injurias que siendo tan infames a miacute me pareciacutean rosas

El vil pajarraco volvioacute a chancearse conmigo y haciendo la reverencia maacutes pronunciada y el canto maacutes fuerte anuncioacute las dos

-iexclLas dos iexclpronto seraacute de diacutea -exclameacute

-Fijamente no viene ya sentildeora Es que se embarca con los diputados -dijo Canencia dando a entender con sus bostezos que de buena gana dormiriacutea un rato

-iquestY a queacute hora se embarcan los diputados

-Al rayar el diacutea asiacute se dijo anoche en el saloacuten del Congreso cuando se levantoacute la sesioacuten que ha durado treinta y tres horas

Estuve largo rato dudando lo que debiacutea hacer Delante de mi pensamiento daba vueltas un ciacuterculo de fuego que alternativamente en su lenta rotacioacuten mostraacutebame dos preguntas primera iquestY si viene despueacutes que yo me vaya Segunda iquestY si se embarca en el muelle mientras yo estoy aquiacute

Yo veiacutea pasar una pregunta despueacutes otra La segunda sustituiacutea a la primera y la primera a la segunda en oacuterbita infinita Ambas teniacutean [243] igual claridad ambas me deslumbraban y me enloqueciacutean de la misma manera Yo que por lo general me decido pronto entonces dudaba Cuando la voluntad se iba inclinando de un lado el pensamiento llamaacutebame del otro y asiacute contrabalanceados los dos poniacutean a mi alma en estado de terrible ansiedad Largo rato permaneciacute en esta dolorosa incertidumbre Los minutos volaban y acercaacutendose aquel en que era preciso resolver definitivamente el silencio mismo llegoacute a impresionar mi cerebro como un bramido intolerable formado por mil voces Oiacutea el latir de mi corazoacuten como se oye un secreto que nos dicen al oiacutedo mi sangre ardiacutea y por fin aquella misma palpitacioacuten de mi alborotado seno fue como una voz que hablaba dicieacutendome laquoanda andaraquo

El paacutejaro riendo como un demonio burloacuten me saludoacute tres veces con su cortesiacutea y su infernal cucuacute Eran las tres

-Va a ser de diacutea -dijo Canencia dejando caer sobre el pecho su cabeza venerable

Levanteme Estaba decidida Pareciome que D Bartolomeacute al verme dispuesta a partir vio el cielo abierto Despedime de eacutel bruscamente y salimos

-iquestA doacutende vamos sentildeora -me dijo Mariana- iquestNo es hora de retirarnos ya a descansar [244]

-Todaviacutea no

-iexclSentildeora sentildeora por Dios Estaacute amaneciendo No hemos cenado no hemos dormido

-Calla imbeacutecil -le dije clavando mis dedos en su brazo- iexclCalla o te ahogo

- XXX - Amaneciacutea y multitud de hombres de mal aspecto vagaban por la calle Veiacuteanse gitanos desarrapados y muchos guapos de la Macarena y de Triana Mi criada tuvo miedo pero yo no Repetidas veces nos vimos obligadas a variar de rumbo para evitar el encuentro de algunos grupos en que se oiacutea el ronco estruendo de iexclvivan las caenas iexclmuera la nacioacuten

Llegamos por fin al riacuteo Ya el diacutea habiacutea aclarado bastante y desde la puerta de Triana vimos la chimenea del vapor que despediacutea humo

-Si esos barcos de nueva invencioacuten humean al andar -dije- el vapor se marcha ya

Desde la puerta de Triana a la Torre del Oro se extendiacutea un cordoacuten de soldados de artilleriacutea [245] En la puerta de Jerez habiacutea cantildeones Nada de esto me arredraba porque mi exaltacioacuten me infundiacutea grandes alientos y hablando al oficial de artilleriacutea logreacute pasar hasta la orilla donde algunas tablas sostenidas sobre pilotes serviacutean de muelle El vapor bufaba como animal impaciente que quiere romper sus ligaduras y huir Multitud de personas se dirigiacutean al embarcadero Reconociacute a Canga-Arguumlelles a Calatrava a Beltraacuten de Lis a Salvato a Galiano y a otros muchos que no eran diputados

-Eacutel se iraacute tambieacuten -penseacute- Vendraacute aquiacute de seguro Pero no no creo que se me pueda escapar

Una idea grandiosa cruzoacute por mi mente una de esas ideas napoleoacutenicas que yo tengo en momentos de gravedad suma Ocurriome embarcarme tambieacuten en el vapor si le veiacutea partir No teniacutea equipaje iquestpero queacute me importaba Mariana se quedariacutea para llevarlo despueacutes

Acerqueme a Calatrava que se asombroacute mucho de verme

-Quiero un puesto en el vapor -le dije

-iquestTambieacuten usted se marcha iquestDe modo que

-Temo ser perseguida Estoy muerta de miedo [246] desde ayer Me han amenazado con anoacutenimos atroces

-iquestHa preparado usted su equipaje

-He preparado lo maacutes preciso el viaje es corto Mi criada se queda para arreglar lo que dejo aquiacute

-Tambieacuten nosotros dejamos nuestros equipajes porque no caben en el vapor Iraacuten en aquella goleta

-iquestMe hace usted un sitio siacute o no

-iquestUn sitio Siacute sentildeora Dejando el equipaje El Gobierno ha fletado el buque Puede usted venir

Esto se llama proceder pronto y con energiacutea Pero observeacute a todos los que llegaban y no le vi A cada instante creiacutea verle aparecer

-No puede tardar -dije despueacutes que di mis oacuterdenes a Mariana- Ahora siacute que es miacuteo

Mariana haciacutea objeciones muy juiciosas pero yo a nada atendiacutea Estaba ciega loca

-iquestY si no se embarca -me dijo mi criada- Todaviacutea no ha venido

-Pero ha de venir A ver si estaacute por ahiacute el duque del Parque

Miramos las dos en todos los grupos y no vimos al Duque

-iquestEl sentildeor duque del Parque no va a Caacutediz -pregunteacute a Salvato [247]

-El sentildeor Duque no se ha atrevido a votar el destronamiento

-iquestY queacute

-Que los que no votaron no se creen en peligro y seguiraacuten en Sevilla

-De modo que Su Excelencia

-No tengo noticia de que se embarque con nosotros

-Venga usted -me dijo Calatrava alargaacutendome la mano para llevarme a la cubierta del buque

-Entre usted amigo entre usted que auacuten tengo que decir algo a mi criada

-Parece que vacila usted

-En efecto siacute no estoy decidida auacuten

No no podiacutea entrar en aquel horrible bajel que iba a partir silbando y espumarajeando sin llevar al que turbaba mi vida Yo les vi entrar uno tras otro les conteacute ni uno solo escapoacute a mi observacioacuten y iexcleacutel no estaba iexclSiempre ausente siempre lejos de miacute siempre en direccioacuten diametralmente opuesta a la direccioacuten de mis ideas y de mi apasionada voluntad Esto era para enloquecer completamente y digo completamente porque yo estaba ya bastante loca Mi desvariacuteo insensato aumentaba como la fiebre galopante del enfermo solicitado por la muerte

Se embarcaron iexclay vi al horrendo vapor [248] separarse del muelle vi moverse las paletas de sus ruedas machacando y rizando el agua le oiacute silbar y mugir echando humo hasta que emprendioacute su marcha majestuosa riacuteo abajo

No yendo eacutel no podiacutea causarme afliccioacuten quedarme en tierra Eacutel estaba tambieacuten en Sevilla

-Ahora -dije- ahora no es posible que le pierda otra vez Si tengo actividad e ingenio pronto saldreacute de esta angustiosa situacioacuten

No quise detenerme como el vulgo que se extasiaba contemplando el humo del vapor que conduciacutea hacia el postrer rincoacuten de Espantildea el uacuteltimo resto del liberalismo Como aquel humo en los aires asiacute se desvaneciacutea en el tiempo la Constitucioacuten Pero en mi mente no podiacutean fijarse ni por un instante estas ideas

Me era forzoso pensar en otras cosas y en la realidad de mi ya insoportable desdicha iquestA doacutende debiacutea ir En los primeros momentos despueacutes del embarque no pude determinarlo y vagueacute breve rato por la ribera hasta que me obligaron a huir los excesos de la salvaje muchedumbre que se precipitoacute sobre los equipajes de los diputados apoderaacutendose de ellos y saqueaacutendolos en presencia de la poca tropa que habiacutea quedado en el muelle

Al mismo tiempo sentiacute el clamor de las [249] campanas echadas a vuelo en sentildeal de que Sevilla habiacutea dejado de pertenecer al Gobierno constitucional y en cuerpo y alma perteneciacutea ya al absolutismo iexclCambio tan raacutepido como espantoso El pronunciamiento se hizo entre berridos salvajes en medio del saqueo y del escaacutendalo al grito de iexclmuera la Nacioacuten La verdad es que los alborotadores haciacutean poco dantildeo a las personas pero siacute robaban cuanto podiacutean Al entrar por la puerta de Jerez procureacute apartarme lo maacutes posible de la turbulenta oleada que marchaba hacia el corazoacuten de Sevilla con objeto seguacuten oiacute de destrozar el saloacuten de sesiones y el cafeacute del Turco donde se reuniacutean los patriotas

Lejos de desmayar yo con las muchas contrariedades el insomnio y el continuo movimiento pareciacutea que la misma fatiga me daba prodigiosos alientos No sentiacutea el maacutes ligero cansancio y mi cerebro como una llama cada vez maacutes viva hallaacutebase en ese maravilloso estado de actividad que es para los poetas para los criminales y para los que se ven en peligro la raacutepida inspiracioacuten del momento Yo sentiacutea en miacute un estro grandioso avivado por mis contrariadas pasiones mi rencor y mi despecho Teniacutea la penetrante vista del genio y habiacutea llegado a ese momento sublime en que los maacutes [250] profundos secretos de nuestro destino se nos muestran con claridad espantosa Mi pensamiento como la aguja magneacutetica de una bruacutejula sentildealaba con insistencia la casa del marqueacutes de Falfaacuten

-iexclOh alliacute alliacute he de encontrar la solucioacuten de este horrible problema

- XXXI -

Y corriendo hacia la casa sontildeaba no ya con las delicias de un encuentro feliz y de una amable reconciliacioacuten sino con proporcionar a mi alma el inefable el celestial el infinito regocijo de un escaacutendalo de una escena de una de esas venganzas de mujer que son la Iliacuteada (13) del corazoacuten femenino No seacute si me equivocareacute juzgando por miacute de todas las mujeres pero pienso firmemente que ninguna por muy tiacutemida que sea deja de sentir en momentos dados y cuando se discuten asuntos del corazoacuten el poderoso instinto de la majeza La maja digan lo que quieran no es maacutes que lo femenino puro De miacute puedo asegurar que en aquel instante me sentiacutea verdulera [251]

-Tengo la seguridad -deciacutea- de que le encontrareacute alliacute El corazoacuten me lo dice Es precisamente lo que necesito es la satisfaccioacuten maacutes preciosa y agradable de mi inmenso afaacuten el desahogo de mi pecho semejante a un volcaacuten sin craacuteter el consuelo de todas mis penas Hablareacute gritareacute vomitareacute injurias iquestqueacute digo injurias verdades Direacute todo lo que seacute abrireacute los ojos de un marido creacutedulo y bonachoacuten arrancareacute la maacutescara a una hipoacutecrita confundireacute a un ingrato en suma estareacute en mi elemento iexcliexclAhora Santo Dios de las venganzas ahora siacute que no se me puede escapar

Al dirigirme a la plaza de la Magdalena donde viviacutea el Marqueacutes vi a dos o tres patriotas que eran llevados presos por el pueblo con una cuerda al cuello iexclPobre gente Entre ellos vi a Canencia que me dirigioacute al pasar una mirada suplicante pero no hice caso y seguiacute Casi arrastrando a Mariana que apenas podiacutea seguirme de puro cansada y sontildeolienta llegueacute a casa de Falfaacuten

En el patio encontreacute al Marqueacutes que al punto que me vio asombrose mucho de la alteracioacuten de mi semblante creyendo que ocurriacutea alguacuten grave accidente

-Sentildeora -me dijo ofrecieacutendome una silla- no extrantildeo que esa gente mal educada [252] Se estaacuten cometiendo toda clase de excesos en la desgraciada Sevilla

-No es eso no -repuse- Si no me ha pasado nada

-Sentildeora su rostro de usted me indica gran desasosiego y agitacioacuten

-Es verdad -dije- pero

-Estaacute usted muy intranquila

-Intranquila no estoy furiosa

Despueacutes de decir esto y de romper en seis pedazos mi abanico que ya lo estaba en cuatro procureacute tomar una actitud aparentemente serena pues el caso requeriacutea en miacute la grave majestad del que condena no la atolondrada coacutelera y pueril turbacioacuten del condenado

-iquestY por queacute estaacute usted furiosa -me preguntoacute el Marqueacutes confundido- iquestEn queacute puedo servir a usted

-iexclYo seacute que estaacute aquiacute -dije mirando al Marqueacutes de un modo que le aterroacute

-iquestQuieacuten

-iexclOh iquestquieacuten seraacute preciso que yo hable que lo diga todo

-Sentildeora no comprendo una palabra

-Llame usted a la sentildeora Marquesa y quizaacutes ella me comprenda -repuse con amargo sarcasmo

-Andrea no estaacute en casa [253]

Al oiacuter esto sentiacute un sacudimiento Nuevo y maacutes doloroso cambio en mis ideas en mi voluntad en mi coacutelera en mis planes nuevo movimiento de la aguja magneacutetica que brujuleaba en mi corazoacuten marcaacutendome el derrotero en medio de la tempestad El Marqueacutes no podiacutea tener intereacutes en negarme a su esposa Asiacute lo comprendiacute al momento y sin vacilar un instante dije

-iquestHa ido a la casa de Dordf Mariacutea Antonia

-Precisamente alliacute estaacute -manifestoacute Falfaacuten en tono de confianza honrada y tranquila que hubiera cautivado a otra persona maacutes irritada que yo- La Sra Dordf Mariacutea Antonia se puso anoche mala y mi esposa fue a acompantildearla un ratito A las diez estaba de vuelta

-iquestA las diez

-Pero sin duda la Sra Dordf Mariacutea Antonia se ha agravado hoy porque al rayar el diacutea vinieron a buscar a Andrea y allaacute estaacute iquestEncuentra usted en esto algo de extrantildeo

-No sentildeor nada -dije levantaacutendome- iquestY doacutende vive esa Dordf Antonia

-En la calle que sale a la puerta de Carmona nuacutemero 26 iquestPero se va usted sin explicarme el motivo de su visita su agitacioacuten

-Siacute sentildeor me voy [254]

-Pero

-Adioacutes sentildeor Marqueacutes

Quiso detenerme pero raacutepida como un paacutejaro fugitivo le dejeacute y saliacute de la casa

-A la calle que sale a la puerta de Carmona nuacutemero 26 -dije a Mariana que me seguiacutea durmiendo

-Ahora -deciacutea para miacute en el horroroso veacutertigo que formaban mis pensamientos y mi marcha- ahora siacute que de ninguacuten modo se me puede escapar

Yo saboreaba de antemano las horribles delicias del escaacutendalo que iba a dar de la venganza que tomariacutea de las palabras que saldriacutean de mi boca como el humo y la lava

de un volcaacuten en erupcioacuten Me deleitaba con aquella copa de amarguras que se convertiacutea en copa llena de delicioso licor de la venganza Habiacutea llegado al extremo de recrearme en el veneno de mi alma y de hallar delicioso el fuego que respiraba Seguiacutea teniendo las mismas ganas de morder a alguien y creo que mi linda boca tan codiciada habriacutea sido un aacutespid si en carne humana hubiera posado sus secos labios

Mariana que conociacutea a Sevilla me llevoacute hacia la puerta de Carmona yo no seacute por doacutende ni en cuaacutento tiempo Habiacutea yo perdido la nocioacuten [255] de la distancia y del tiempo Vi una calle larga y solitaria con muchas rejas verdes llenas de tiestos de albahaca Vi una fila de casas de fachada blanca iluminadas por el sol y otra liacutenea de casas en la sombra Yo buscaba el nuacutemero 26 cuando sentiacute pisadas de caballos Delante de miacute como a cuarenta pasos abriose una gran puerta y salieron tres hombres a caballo iexclEra eacutel

Corriacute corriacute Iba vestido con el traje popular andaluz y su figura era la maacutes hermosa que puede imaginarse Los otros dos vestiacutean lo mismo Caracolearon un instante los corceles delante de la casa y en seguida emprendieron precipitadamente la carrera en direccioacuten a la puerta de Carmona

Yo corriacutea corriacutea y al mismo tiempo gritaba Mariana que no habiacutea perdido el juicio me detuvo enlazando con sus dos brazos mi talle Mi furor estalloacute con un grito salvaje con una convulsioacuten horrible y este apoacutestrofe inexplicable -iexclLadrones iexclLadrones

En el mismo momento en que yo rugiacutea de este modo dos mujeres se asomaban a la ventana de la casa y saludaban a los jinetes con sus abanicos Eacutel miroacute repetidas veces hacia atraacutes y saludaba tambieacuten sonriendo Vi brillar el lente de Dordf Mariacutea Antonia vi los negros [256] ojos de Andrea iexclOh Satanaacutes Satanaacutes

Yo seguiacute hasta ponerme debajo de la ventana pero esta se cerroacute Seguiacute corriendo un poco maacutes Un grupo de hombres feroces aparecioacute por una boca-calle Su aspecto infundiacutea pavor pero yo me adelanteacute hacia ellos y sentildealando a los tres jinetes que huiacutean a escape fuera de la puerta entre nubes de polvo griteacute con toda la fuerza de mis pulmones

-iexclQue se escapan corred corred tras ellos iexclQue se escapan los patriotas los maacutes malos de todos los ateos blasfemos los republicanos los masones los regicidas los enemigos del Rey iexcllos que queriacutean matarle Corred y cogedles Yo tengo dinero Mil duros al que les coja iexclEn nombre de la religioacuten iexclEn nombre de las caenas Vamos vamos tras ellos iexclQue se escapan

A medida que hablaba iba desapareciendo en mi espiacuteritu la nocioacuten de lo externo y me sentiacutea envuelta en tinieblas o en llamas no seacute en queacute me sentiacutea caer en un hondo infierno lleno de demonios sumergirme en abismo de negro delirio de fiebre de suentildeo o muerte pues no puedo expresar bien lo que era aquello

Perdiacute el conocimiento [257]

- XXXII - Mi dolorosa enfermedad que me puso al borde del sepulcro duroacute cuarenta diacuteas de los cuales no seacute cuaacutentos paseacute en terrible crisis sin conciencia de las cosas atormentada por la fiebre Mi sangre enardecida habiacutea descompuesto en tales teacuterminos las funciones de mi cerebro que en aquellos angustiosos diacuteas no viviacutea con mi vida propia sino con el mismo fuego mortiacutefero de la enfermedad Asistiome uno de los primeros meacutedicos de Sevilla

Cuando saliacute del peligro y hubo esperanzas de que auacuten podriacutea seguir mi persona fatigando al mundo con su peso halleme en tristiacutesimo estado sin memoria sin fuerzas sin belleza Mas empeceacute a recobrar muy lentamente estos tesoros perdidos y con ellos volviacutean mis pasiones y mis rencores a aposentarse en mi seno como despueacutes de una inundacioacuten y cuando las aguas se retiran aparece lentamente la tierra dibujaacutendose primero los altos collados luego las suaves pendientes y por uacuteltimo el llano Asiacute pasada aquella avenida de sangre que envolvioacute mi pensamiento en turbias olas venenosas [258] fue apareciendo poco a poco todo lo existente antes del 13 de Junio

Una imagen descollaba sobre todas las que me perseguiacutean cuando mi fantasiacutea como un borracho que recobra la claridad de sus sentidos empezoacute a presentarme lo pasado Esta imagen era la de la hueacuterfana a quien supuse corriendo sin cesar por campos y ciudades buscando lo que no habiacutea de encontrar iquestAcaso el tormento de ella no era tan grande o quizaacutes mayor que el miacuteo Pero yo no me haciacutea cargo de esto y lejos de sentir laacutestima de mi viacutectima echaba lentildea a la hoguera de mis rencores discurriendo mil defectos y fealdades en el caraacutecter de la hermana de Salvador para deducir que sus angustias le estaban muy bien merecidas iexclQueacute desatinos tan horribles penseacute con este motivo Parece mentira que la exaltacioacuten de mi aacutenimo me llevara hasta los uacuteltimos desvariacuteos hasta el sacrilegio y la blasfemia

-Es muy posible -deciacutea yo- que mis horribles angustias hayan sido causadas por las maldiciones de esa mujer Al verse engantildeada habraacute pedido a Dios mi castigo y Dios no hay duda hace caso de los hipoacutecritas iexclAh los hipoacutecritas iexclperversa raza Son capaces con sus fingidas laacutegrimas de engantildear al mismo Dios y compelerle a castigar a los buenos [259]

A estos horrorosos pensamientos hijos de una turbada razoacuten antildeadiacutea otros quizaacutes maacutes sacriacutelegos Mi enfermedad que pareciacutea un aviso del cielo no me habiacutea corregido antes bien cuando resuciteacute estaba maacutes intolerante maacutes soberbia y proyectaba nuevos planes para vencer la tenaz contrariedad de mi destino Lejos de desconfiar de mis fuerzas y de acobardarme teniacutea fe mayor en ellas y me vanagloriaba suponiendo una inmediata victoria

-Me han ocurrido tantos desastres -deciacutea- porque he sido una tonta Pero ahora iexclOh ahora yo me juro a miacute misma que morireacute o le he de atrapar Ireacute a Caacutediz

Cuando esto deciacutea finalizaba Julio y la temperatura de Sevilla era irresistible El meacutedico me ordenoacute que buscase en la costa aires maacutes templados

Los franceses se habiacutean establecido ya en Sevilla donde reinaba un orden perfecto En toda Espantildea y principalmente en algunos puntos privilegiados de la tragedia como

Manresa y la Coruntildea corriacutea la sangre a raudales Los dos furibundos partidos se heriacutean mutuamente con impiacutea crueldad Pero los ejeacutercitos de ambas Naciones no habiacutean empentildeado ninguna lucha verdaderamente marcial y grandiosa [260] El nuestro se desbandaba como un rebantildeo sin pastores y el franceacutes iba ocupando las ciudades desguarnecidas y dominando todo el paiacutes sin trabajo y sin heroiacutesmo sin sangre y sin gloria Sus victorias eran ramplonas y honradas su proceder dentro de los pueblos noble y templado Era aquel ejeacutercito como su jefe leal y sin genio un ejeacutercito apreciable compuesto de cien mil buenos sujetos que no conociacutean el saqueo pero tampoco la gloria iexclDetestable suerte la de Espantildea iexclHaber hecho temblar al coloso y sucumbir ante un hijo del conde de Artois ante un pobre emigrado de Gante

iexclA Caacutediz a Caacutediz Estas palabras compendiaban todo mi pensamiento en aquellos diacuteas Empeceacute a disponer mi viaje con gran prisa y a principios de Agosto nada teniacutea que hacer ya en Sevilla

Mi belleza recobraba al fin su esplendor Y no era esto poco triunfo porque la verdad es que me habiacutea quedado como un espectro iexclCon cuaacutento alborozo veiacutea yo despuntar de diacutea en diacutea la animacioacuten la gracia la frescura la viveza todos los encantos de mi fisonomiacutea que iban mostraacutendose como flores que se abren al carintildeoso amor del sol Yo no cesaba de mirarme al espejo para [261] observar los progresos de mi restauracioacuten y casi casi estoy por decir que me encontraba maacutes guapa que antes de mi enfermedad Perdoacuteneseme este orgullo vano pero si Dios me hizo asiacute si me dio hermosura y gracias iquestpor queacute no lo he de decir para que lo sepan los que no tuvieron la dicha de conocerme

El conde de Montguyon se me presentoacute en el momento de partir para Caacutediz iexclOh feliz encuentro Mi D Quijote que habiacutea sido ascendido a jefe de brigada me acompantildeoacute en casi todo el camino de Sevilla a la costa mostraacutendose en extremo orgulloso por creer proacuteximo el momento de mi definitiva conquista y yo cuidaba no poco de confirmarle en esta creencia porque queriacutea tenerle muy dispuesto a servirme en negocios difiacuteciles Hablamos tambieacuten de poliacutetica y de la Ordenanza de Anduacutejar en que Su Alteza recomendaba la mayor templanza a los absolutistas habieacutendoles disgustado por esto Pero el tema maacutes agradable a mi caballero era el amor

Seguacuten se expresaba su bello ideal estaba a punto de realizarse El paiacutes ardiente el territorio pintoresco la dama hermosa nada faltaba para que la leyenda fuese completa Pero yo esmeraacutendome en fomentar sus esperanzas era sumamente avara de concesiones Mi ordenanza [262] de Anduacutejar prescribiacutea tambieacuten la moderacioacuten

Ya me habiacutea yo instalado en el Puerto cuando apremiada por el Conde le reveleacute la causa de mis ardientes deseos de penetrar en Caacutediz

-Un hombre -le dije- que antes poseiacutea mi confianza administrando los bienes de mi casa un mayordomo que supo servirme alguacuten tiempo con lealtad para engantildearme despueacutes con maacutes seguridad huyoacute de Madrid robaacutendome gran cantidad de dinero muchas alhajas de valor y documentos preciosos Ese hombre estaacute en Caacutediz

-Pero en Caacutediz hay tribunales de justicia hay autoridades

-En Caacutediz no hay maacutes que un Gobierno expirante que para prolongar su vida entre agoniacuteas se rodea de todos los pillos

-Sin embargo sentildeora un ladroacuten de semejante estofa no puede ser patrocinado por nadie Horribles cosas se ven en las guerras civiles pero nosotros nosotros los franceses entraremos en Caacutediz

-Esa es mi esperanza

-iquestNo tiene usted valimiento con los Ministros liberales

-Ninguno Mi nombre soacutelo les sonaraacute a proclama realista [263]

-Entonces

-Cuento con la proteccioacuten de los jefes del ejeacutercito franceacutes

-Y con los servicios de un leal amigo El objeto principal es detener al ladroacuten

-iexclDetenerle y amarrarle y arrastrarle -exclameacute con furor- Mas deseo hacer mi justicia a espaldas de los tribunales porque aborrezco la curia y los pleitos aun cuando los gane

-iexclOh eso es muy espantildeol Se trata pues de cazar a un hombre iquestpor ventura eso es faacutecil todaviacutea

-Faacutecil no

-Y para una dama

-Pero yo no estoy sola Tengo servidores leales que soacutelo esperan una orden miacutea para

-Para matar

-No tanto -dije riendo- Esto le pareceraacute a usted leyenda novela romance o lo que quiera pero no mis propoacutesitos no son tan traacutegicos como usted se figura

-Lo supongo pero siempre seraacuten interesantes iquestHa dejado usted criados en Sevilla

-Uno tengo a mis oacuterdenes Le he enviado por delante y ya estaacute en Caacutediz

-Vigilando [264]

-Acechando

-Bien le seguiraacute de noche embozado hasta las cejas espiaraacute sus acciones se informaraacute de su meacutetodo de vida iquestY ese criado es fiel

-Como un perro Examinemos bien mi situacioacuten sentildeor Conde iquestSe puede entrar en Caacutediz

-Es muy difiacutecil sentildeora sobre todo para los que son sospechosos al Gobierno liberal

-iquestY por mar

-Ya sabe usted que en la bahiacutea tenemos nuestra escuadra

-iquestCuaacutendo tomaraacuten ustedes la plaza

-Pronto Esperamos a que venga Su Alteza para forzar el sitio

-iquestY podraacuten escaparse los milicianos y el Gobierno

-Es difiacutecil saberlo Ignoramos si habraacute capitulacioacuten no sabemos el grado de resistencia que presentaraacuten los insurgentes

-iexclOh -exclameacute sin saber lo que deciacutea obcecada por mis pasiones- Ustedes los realistas no sirven para esto Si Napoleoacuten estuviera aquiacute amigo miacuteo mantildeana mantildeana mismo siacute sentildeor mantildeana seriacutea tomada por asalto esa ciudad rebelde y pasados a cuchillo los insensatos que la defienden [265]

-Me parece demasiado pronto -dijo Montguyon sonriendo- En fin comprendo la impaciencia de usted

-Siacute quien ha sido robada vilmente estafada no puede aprobar estas dilaciones que dan fuerza al enemigo Sentildeor Conde es preciso entrar en Caacutediz

-Si de miacute dependiera sentildeora esta tarde mandaba dar el asalto -repuso con entusiasmo- Sorprenderiacutea a la guarnicioacuten encarcelariacutea a los diputados y a las Cortes y pondriacutea en libertad al Rey

-Ya eso no me importa tanto -dije en tono de conquistador- Yo entrariacutea al asalto sorprendiendo a la guarnicioacuten Dejariacutea a los diputados que hicieran lo que les acomodase mandariacutea al Rey a paseo

-Sentildeora

-Buscariacutea a mi hombre revolveriacutea todos los rincones todos los escondrijos de Caacutediz hasta encontrarle y despueacutes que le hallara

-Despueacutes

-Despueacutes sentildeor Conde iexclOh mi sangre se abrasa

-En los divinos ojos de usted Jenara -me dijo- brilla el fuego de la venganza Parece usted una Medea [266]

-No me impulsan los celos -dije serenaacutendome

-Una Judith

-Ni la idea poliacutetica

-Una

-Parezca lo que parezca sentildeor Conde ello es preciso entrar en Caacutediz

-Entraremos

-iquestNo sirve usted ahora en el Estado Mayor del general Bourmont

-En eacutel estoy a las oacuterdenes de la que es imaacuten de mi vida -repuso poniendo los ojos en blanco

-iquestBourmont seraacute nombrado comandante general de Caacutediz luego que la plaza se rinda

-Asiacute se dice

-iquestHaraacute usted prender a mi mayordomo

-Le hareacute fusilar

-iquestMe lo entregaraacute usted atado de pies y manos

-Siempre que no huya antes siacute sentildeora

-iexclHuir Pues queacute iquesttendraacute ese hombre la vileza de huir de no esperar

-El criminal amiga miacutea de mi corazoacuten pone su seguridad ante todo

-iquestNo dice usted que hay una especie de escuadra

-Una escuadra en toda regla [267]

-iquestPues de queacute sirven esos barcos sentildeor miacuteo -dije de muy mal talante- si permiten que se escape ese

-Quizaacutes no se escape

-iquestDe queacute sirve la escuadra -antildeadiacute con la maacutes viva inquietud- iquestQuieacuten es el almirante que la manda Yo quiero ver a ese almirante quiero hablar con eacutel

-Nada maacutes faacutecil pero dudo

-Me ocurre que si hay capitulacioacuten seraacute maacutes faacutecil atraparle

-iquestAl almirante

-No a a ese

-Sin duda En tal caso se quedariacutea tranquilo en Caacutediz al menos por unos diacuteas

-Bien muy bien Si hay capitulacioacuten arreglo perdoacuten de vidas y libertad para todos Sentildeor Conde aconsejaremos al Priacutencipe que capitule iexclpero queacute tonteriacuteas digo

-Estaacute patente en su espiacuteritu de usted la obsesioacuten de ese asunto

-iexclOh siacute no puedo pensar en otra cosa El caso es grave Si no consigo apoderarme de ese hombre no seacute creo que me costaraacute la vida

-Yo tambieacuten le aborrezco iexclHombre maldito Pero le cogeremos sentildeora Me pongo al servicio de este gran propoacutesito con la sumisioacuten [268] de un esclavo iquestAcepta usted mi cooperacioacuten

Al decir esto me besaba la mano

-La acepto siacute hombre generoso y leal la acepto con gratitud y profundo carintildeo

Al decir esto yo poniacutea en mi semblante una sensibilidad capaz de conmover a las piedras y en mis pestantildeas temblaba una laacutegrima

-Y entonces -antildeadioacute Montguyon con voz turbada- cuando nuestro triunfo sea seguro iquestpodreacute esperar que el hueco que se me destina en ese corazoacuten no sea tan pequentildeo

-iquestPequentildeo

-Si es evidente por confesioacuten de eacutel mismo que ya tengo una parte en sus sublimes afectos iquestno puedo esperar

-iquestUna parte iexclOh no todo todo

El inflamado galaacuten abrioacute sus brazos para estrecharme en ellos pero evadiacute prontamente aquella prueba de su insensato ardor y ponieacutendome primero seria y despueacutes amable con una especie de enojo gracioso y virtud tolerante le dije que ni Zamora ni yo podiacuteamos ser ganadas en una hora Al decir esto violentos cantildeonazos me hicieron estremecer y corriacute al balcoacuten

-Son los primeros tiros de las bateriacuteas que se han armado para atacar el Trocadero -me dijo el Conde [269]

-iquestY esas bombas van a Caacutediz -pregunteacute poniendo inmenso intereacutes en aquel asunto

-Van al Trocadero

-iquestY queacute es eso

-Un fuerte que estaacute en medio de las marismas

-iquestY alliacute estaacuten

-Los liberales

-iquestMuchos

-Mil y quinientos hombres

-iquestPaisanos

-Hay muchos paisanos y milicianos

-iexclOh moriraacute mucha gente

-Eso es lo que deseamos Parece que siente usted gran pena por ello

-La verdad -repuse ocultando los sentimientos que bruscamente me asaltaban- no me gusta que muera gente

-A excepcioacuten de su enemigo

-Ese iquestpero estaraacute en el Trocadero

-iexclQuieacuten sabe Estaacute usted aterrada Jenara

-iexclOh yo quiero ir al Trocadero

-Sentildeora

-Quiero ir al Trocadero

-Eso mismo deseamos nosotros -me dijo riendo- y para conseguirlo enviaremos por delante algunos centenares de bombas [270]

-iquestDoacutende estaacute el Trocadero -pregunteacute corriendo otra vez a la ventana

-Alliacute -dijo Montguyon asomaacutendose y alargando el brazo

Hiacutezome explicaciones y descripciones muy prolijas de la bahiacutea y de los fuertes pero bien comprendiacute que antes que mostrar sus conocimientos deseaba estar tan cerca de miacute como estaba aproximando bastante su cabeza a la miacutea y embriagaacutendose con el calor de mi rostro y con el roce de mis cabellos

- XXXIII -

iexclQueacute aparato desplegaron contra aquellas fortalezas que se alzan entre charcos salubres y que llevan por nombre el Trocadero Desde que llegoacute Su Alteza a mediados de Agosto no haciacutean maacutes que disparar bombas y balas contra los fuertes esperando abrir brecha en sus gloriosos muros iexclFiguacuterese el buen lector mi aburrimiento Considere con cuaacutenta tristeza y tedio veriacutea yo pasar diacutea tras diacutea sin maacutes distraccioacuten que oiacuter los disparos y ver por las noches las majestuosas curvas de los proyectiles Me consumiacutea [271] en mi casa del Puerto sin tener noticias del interior de Caacutediz ni esperanzas de poder penetrar en la plaza Ni pareciacutea aquello guerra formal y heroica como creiacutea yo que debiacutean ser las guerras y como las que vi en mi nintildeez y en tiempo del Imperio Casi todo el ejeacutercito sitiador estaba con los brazos cruzados los oficiales paseaban fumando los soldados haciacutean menos pesado el tiempo con bailoteo y cantos

No debo pasar en silencio que el duque del Infantado que llegoacute de Madrid en aquellos diacuteas me llevoacute a visitar a Su Alteza nuestro salvador y el aacutengel tutelar de la moribunda Espantildea por aquellos diacuteas Luis Antonio era un rubio desabrido cuyo semblante respiraba honradez y buena fe pero la aureola del genio no circundaba su frente Fuera de aquel sitio lejos de aquella deslumbradora posicioacuten y con otro nombre el hijo del conde de Artois habriacutea sido un joven de buen ver mas no en tal manera que por su aspecto descollase entre la muchedumbre Para hallar en eacutel lo que realmente le distinguiacutea era preciso que un trato frecuente hiciese resaltar las perfecciones morales de su alma privilegiada su lealtad sin tacha y aquel levantado espiacuteritu caballeresco sin quijotismo que le haciacutea tan estimable en la Corte de Francia Era valiente humanitario [272] corteacutes afable puntual y riguroso en el cumplimiento del deber Si estas cualidades no eran suficientes a formar un gran guerrero iquestqueacute importaba La pericia militar dieacuteronsela sus praacutecticos generales y nuestros desaciertos que fueron el principal estro marcial de la segunda invasioacuten

Angulema me recibioacute con la maacutes fina delicadeza y urbanidad pero de todas sus cortesaniacuteas la que maacutes me agradoacute fue la de disponer el asalto del Trocadero -iexclAl fin al fin -exclamaba yo- seraacute nuestro el horrible fuerte que nos abriraacute las puertas de Caacutediz

El 19 abrieron brecha pero hasta la noche del 30 no se dio el asalto habieacutendose guardado secreto sobre esto en los diacuteas anteriores aunque yo lo supe por el conde de Montguyon que no me ocultaba nada referente a las operaciones iexclNoche terrible la del 30 al 31 de Agosto noche que me parecioacute diacutea por lo clara y hermosa asiacute como por el estreacutepito guerrero que en ella resonara y las acciones heroicas dignas de ser alumbradas por el sol Apretado fue el lance del asalto seguacuten oiacute contar y Su Alteza y el priacutencipe de Carignan se portaron bravamente combatiendo como soldados en los sitios maacutes peligrosos No fue ciertamente el hecho del Trocadero una de aquellas paacuteginas de epopeya [273] que ilustraron el Imperio fue maacutes bien lo que los dramaturgos franceses llaman Succeacutes destime un eacutexito que no tiene envidiosos Pero a la Restauracioacuten le conveniacutea cacarearlo mucho cintildeendo a la inofensiva frente del Duque los laureles napoleoacutenicos y se tocoacute la trompa sobre este tema hasta reventar resultando del entusiasmo oficial que no hubo en Francia calle ni plaza que no llevase el nombre del Trocadero y hasta el famoso arco de la Estrella en cuyas piedras se habiacutean grabado los nombres de Austerlitz y Wagram fue durante alguacuten tiempo Arco del Trocadero

Yo me habiacutea trasladado a Puerto Real para estar maacutes cerca En la mantildeana del 31 cuando vi pasar a los prisioneros hechos en los fuertes me sentiacute morir de zozobra Entre aquellas caras atezadas a cada instante creiacutea ver la suya Estuvieron pasando mucho

tiempo porque eran maacutes de mil entre militares y paisanos Creo que les mireacute uno por uno y al fin cuando ya quedaban pocos redobleacute mi atencioacuten iexclOh misericordioso Dios queacute estupendas cosas permites En la uacuteltima fila casi solo maacutes abatido maacutes quemado del sol maacutes demacrado con los vestidos maacutes rotos que los demaacutes pasoacute eacutel iexcleacutel mismo no podiacutea dudarlo porque le estaba viendo viendo siacute con mis propios [274] ojos arrasados de laacutegrimas Llevaba la mano izquierda en cabestrillo hecho con un andrajo y su paso era inseguro y como dolorido sin duda por tener lleno de contusiones el cuerpo

Al verle extendiacute los brazos y griteacute con toda la fuerza de mi voz Mi enamorada exclamacioacuten hizo volver la cabeza a todos los que iban delante y a los curiosos que le rodeaban Eacutel alzando los amortiguados ojos me miroacute con expresioacuten tan triste que sentiacute partido mi corazoacuten y estuve a punto de desmayarme Creo que pronuncioacute algunas palabras pero no oiacute sino un adioacutes tan luacutegubre como campanada funeral y movioacute la mano en ademaacuten de carintildeoso saludo y pasoacute desapareciendo con los demaacutes en una vuelta del camino

Mi primera intencioacuten fue correr tras eacutel pero en la casa me detuvieron Cuando serenamente me hice cargo de la situacioacuten formeacute mil proyectos pero todos los desechaba al punto por descabellados Pensaacutendolo bien comprendiacute que no era tan difiacutecil conseguir su libertad Me congratulaba de que al cabo de tantas fatigas el destino me le presentara prisionero para poder decir con maacutes valor que nunca -Ahora siacute que no se me puede escapar [275]

- XXXIV - Envieacute recados al conde de Montguyon pero no se le podiacutea encontrar por ninguna parte Unos deciacutean que estaba en el Trocadero otros que en el Puerto otros que habiacutea ido a las fragatas con una comisioacuten Por uacuteltimo averiguumleacute con certeza su paradero y le escribiacute una carta muy carintildeosa Mas pasoacute un diacutea pasaron dos y yo me moriacutea de impaciencia sin poder ver al prisionero ni aun saber doacutende le habiacutean llevado El Conde robando al fin un rato a sus quehaceres vino a verme el diacutea 4 Yo estaba otra vez medio loca y no teniacutea humor para hacer papeles sino que espontaacuteneamente dejaba que se desbordasen los sentimientos de mi corazoacuten

-iexclOh Cuaacutento me alegro de ver a usted -le dije- Si usted no viene pronto sentildeor Conde me hubiera muerto de pena

Con estas palabras que creiacutea dictadas por un vivo intereacutes hacia eacutel se puso el noble franceacutes un poco chispo que asiacute denomino yo al embobamiento de los hombres enamorados Se deshizo en galanteriacuteas a las cuales daba cierto [276] tono de intimidad cargante y despueacutes me dijo

-Pronto muy pronto libertaremos a Su Majestad el Rey de Espantildea y entraremos en Caacutediz El sol de ese diacutea sentildeora iexclcuaacuten alegremente brillaraacute sobre toda Espantildea y especialmente sobre nuestros corazones

-Mi estimado amigo -indiqueacute riendo- no diga usted tonteriacuteas

Eacutel se quedoacute cortado

-Basta de tonteriacuteas -antildeadiacute- y oacuteigame usted lo que voy a decirle Ya he encontrado al hombre que buscaba

-iquestDoacutende iquestcoacutemo iquestese malvado

-No es malvado

-iquestCoacutemo no Me dijo usted que le habiacutea robado sus alhajas

-iexclNo es ese por Dios iquestCuaacutendo entenderaacute usted las cosas al derecho

-Siempre que no se me expliquen al reveacutes

-He encontrado a ese hombre Pero entendaacutemonos iquestNo dije a usted que habiacutea venido delante de miacute un fiel criado de mi casa el cual entroacute en Caacutediz

-iexclAh siacute entroacute para observar los pasos del ladroacuten

-Pues ese fiel criado tiene el defecto de ser algo patriota iexcldebilidades humanas y [277] como es algo patriota se puso a pelear en el Trocadero por una causa que no le importaba

-Ya comprendo y ha caiacutedo prisionero iquestLe ha visto usted

-Le vi cuando los prisioneros pasaron por aquiacute pero no le he visto maacutes y ahora sentildeor Conde quiero que usted me le ponga en libertad

-Sentildeora si Caacutediz se rinde pronto como creo y todo se arregla espero conseguir lo que usted me pide

-iexclQueacute gracia Para eso no necesito yo de la amistad de un jefe de brigada -dije con enfado- Ha de ser antes mantildeana mismo

-iexclOh Sentildeora usted somete mi amor a pruebas demasiado fuertes

-iquestQuiere usted que dejemos a un lado el amor -le dije ponieacutendome muy seria- y que hablemos como amigos

Montguyon palidecioacute

-iquestEsa persona -me dijo- interesa a usted tanto que no puede esperar a que concluya la guerra dando yo mi palabra de que el prisionero seraacute bien atendido

-No basta que sea atendido -afirmeacute con resolucioacuten- No basta nada quiero su libertad quiero atenderle yo misma cuidarle curar [278] sus heridas tenerle a mi lado llevarle a sitio seguro

Me expreseacute al decir esto con vehemencia suma porque me era ya muy difiacutecil contener mi corazoacuten que iba al galope en busca de las anheladas soluciones El Conde me oiacutea con cierto terror

-iquestTanto interesa a usted -repitioacute- tanto interesa a usted un criado

-No es criado

-iquestTal vez un anciano servidor de la casa

-No es anciano

-iquestUn joven iquestSupongo que no seraacute el ladroacuten

-iquestQueacute ladroacuten

-El ladroacuten de quien usted me habloacute

-iexclAh No me acordaba Ya no me ocupo de eso

-iquestAbandona usted la empresa de detener y castigar a ese miserable

-La abandono

-iexclQueacute inconstancia

-Yo soy asiacute

-Pero ese ese otro iquestinteresa a usted tanto

-Muchiacutesimo

-iquestEs pariente de usted

-No Es compantildeero de la infancia [279]

-iquestEs militar

-Paisano sentildeor Conde -dije con el tono de severa autoridad que seacute emplear cuando me conviene- Si se empentildea usted en ser catecismo buscareacute otra persona maacutes galante y maacutes generosa que sepa prestar un servicio economizando las preguntas

-Creo tener alguacuten derecho a ello -repuso con gravedad

-No tiene usted ninguno -afirmeacute con desenfado- porque este derecho yo sola podriacutea darlo y yo lo niego

-Entonces sentildeora -objetoacute encubriendo su ira bajo formas urbanas- he padecido una equivocacioacuten

-Si cree usted que le amo siacute La equivocacioacuten no puede ser maacutes completa

Montguyon se levantoacute Sus ojos en los cuales se leiacutea el furor mezclado con la dignidad me dirigieron una mirada que debiacutea ser la uacuteltima Yo corriacute a eacutel y tomaacutendole la mano le rogueacute que se sentase a mi lado

-Usted es un caballero -le dije- Ninguacuten otro ha merecido maacutes que usted mi estimacioacuten lo juro Dios sabe que al decir esto hablo con el corazoacuten

-Dios lo sabraacute -repuso Montguyon muy afligido- mas para miacute y de aquiacute en adelante [280] las palabras de usted estaacuten escritas en el agua

-Considere usted las que le diga hoy como si estuvieran grabadas en bronce La que confiesa hechos que no le favorecen iquestno tiene derecho a ser creiacuteda

-A veces siacute Confieacuteseme usted que su conducta conmigo no ha sido leal

-Lo confieso -repliqueacute bajando los ojos y realmente avergonzada

-Confiese usted que yo no mereciacutea servir de juguete a una mujer voluntariosa

-Tambieacuten es cierto y lo confieso

-Declare usted que ama a otro

-iexclOh siacute lo declaro con todo mi corazoacuten y si cien bocas tuviera con todas lo diriacutea

El leal caballero se quedoacute atoacutenito y espantado Estaba como ellos dicen foudroyeacute Durante breve rato no me dijo nada pero yo comprendiacute su martirio y le teniacutea laacutestima iexclOh queacute mala he sido siempre

-Ese hombre -murmuroacute Montguyon- ese hombre

-Ahora reconocieacutendome culpable reconocieacutendome inferior a usted -dije- le autorizo para que me abrume a preguntas si gusta y aun para que me eche en cara mi ligereza

-Ese hombre -prosiguioacute el franceacutes- [281] Perdone usted pero nada es maacutes curioso que la desgracia El amor desairado quiere tener miles de ojos para sondear las causas de su desdicha Ese hombre iquestquieacuten es

-Un hombre

-iquestDe familia ilustre

-No sentildeor de origen muy humilde

-iquestLe ama usted hace tiempo

-Hace mucho tiempo

-Eacutel iquestla ama a usted

-No estoy muy segura de ello

-iexclOh iexclQueacute iniquidad -exclamoacute con furor el Conde- Es un miserable

-Un ingrato y es bastante

-iquestY a pesar de su ingratitud le ama usted

-Tengo esa debilidad que no puedo dominar

-Aborreacutezcale usted

-Si fuera faacutecil Difiacutecil cosa es esa

-iexclEs verdad difiacutecil cosa -exclamoacute Montguyon con tristeza- iquestY ese hombre

-iquestPero hay maacutes preguntas todaviacutea

-No ya no maacutes Me basta lo que seacute y me retiro

-Se conduce usted como un cualquiera -le dije con verdadero afecto- Me abandona usted precisamente cuando mi sinceridad merece [282] alguna recompensa iquestSeraacute posible que cuando yo empiezo a tener franqueza deje usted de tener generosidad

-iexclOh Sentildeora toca usted una fibra de mi corazoacuten que siempre responde aun cuando la hieran con puntildeal

-Siacute siacute amigo miacuteo Usted es generoso y noble en gran manera Para que la diferencia entre los dos sea siempre grande para que usted sea siempre un caballero y yo una miserable paacutegueme usted como pagan en todas ocasiones las almas elevadas Pues yo me he portado mal poacutertese usted bien conmigo Haga cada cual su papel Cumpla usted el precepto que manda volver bien por mal Asiacute creceraacute maacutes a mis ojos asiacute me abatireacute yo maacutes a los suyos asiacute su generosidad seraacute mayor y mi culpa maacutes grande tambieacuten y usted tendraacute en su vida una paacutegina maacutes gloriosa que la victoria que acaba de alcanzar frente al enemigo

-Comprendo lo que usted me dice -murmuroacute el franceacutes descansando por breve rato su frente en la palma de la mano- Yo sereacute siempre digno de mi nombre

-iexclCaballero leal antes ahora y siempre -exclameacute yo

-Bien sentildeora -dijo levantaacutendose y alargaacutendome la mano que estrecheacute cordialmente- [283] Lo que usted desea de miacute es bastante claro

-Siacute

-Y yo -antildeadioacute con manifiesta emocioacuten- empentildeo mi palabra de honor

-iexclOh lo esperaba lo esperaba

-Doy mi palabra de honor de hacer cuanto esteacute en mi mano para devolver a usted la felicidad entregaacutendole a su amante

-Gracias gracias -exclameacute derramando laacutegrimas de admiracioacuten y agradecimiento

El Conde saludaacutendome ceremoniosamente se retiroacute De buena gana le habriacutea dado un abrazo

- XXXV - iexclQueacute diacuteas pasaron Yo contaba las horas los minutos como si de la duracioacuten de ellos dependiese mi vida Entre espantildeoles y franceses era opinioacuten corriente que la guerra acabariacutea pronto que Caacutediz expiraba que las Cortes se moriacutean por momentos Sin embargo auacuten resistiacutea el Gobierno liberal y sus secuaces como la bestia herida que no quiere soltar su presa mientras tenga un haacutelito de existencia Esta [284] constancia no careciacutea de meacuterito y lo tendriacutea mayor si se empleara en causa menos perdida iexclQueacute sacrificio tan inuacutetil No teniacutean hombres porque los alistamientos no produciacutean efecto No teniacutean dinero porque el empreacutestito que levantaron en Londres produjo una libra esterlina Yo creo que si mi espiacuteritu hubiera estado en disposicioacuten de admirar algo habriacutea admirado la perseverancia de aquel Gobierno que no pudo encontrar en toda Europa quien le prestase maacutes de cinco duros

Mi deseo era que se rindiese todo el mundo que el Rey y la Nacioacuten arreglasen pronto sus diferencias aunque las arreglaran devoraacutendose mutuamente Yo queriacutea tener el campo libre para el desenlace de mi campantildea amorosa que veiacutea ya seguro y feliz

Casi todo Setiembre lo pasaron Angulema y las Cortes en dimes y diretes Mil recados atravesaban la bahiacutea en un bote callaban los cantildeones para que hablaran los parlamentarios Tales comedias me poniacutean furiosa porque no se decidiacutea la suerte de los infelices prisioneros del Trocadero que habiacutean sido repartidos entre los Dominicos del Puerto y la Cartuja de Jerez

Montguyon me visitoacute el 12 para informarme de que habiacutea visto al prisionero cuyo nombre [285] y sentildeas le habiacutea dado yo oportunamente

-Estaacute sumamente abatido y melancoacutelico -me dijo- Se ha negado a recibir los auxilios pecuniarios que le ofreciacute de parte de usted pero se ha mostrado muy agradecido Al oiacuter que Jenara teniacutea gran empentildeo en conseguir su libertad parecioacute muy turbado y conmovido pronunciando palabras sueltas cuyo sentido no pude comprender

-iquestY no desea verme

-Parece que lo desea ardientemente

-iexclOh iexclEstas dilaciones son horribles iquestY queacute maacutes dijo

-Cosas tristes y peregrinas Afirma que desea la libertad para conseguir por ella el destierro

-iexclEl destierro

-Dice que aborrece a su paiacutes y que la idea de emigracioacuten le consuela

-Le conozco siacute Esa idea es suya

Otras cosas me dijo el Conde pero se referiacutean al trato que se daba a los prisioneros y a las excepciones ventajosas que eacutel estableciera en beneficio de mi amado iexclCuaacutento le agradeciacute sus delicadezas Mientras viva tendreacute buenos recuerdos de hombre tan caballeroso y humanitario

Interrumpidos los tratos por la terquedad [286] de las Cortes tomoacute de nuevo la palabra el cantildeoacuten y el diacutea 20 fue ganado por los franceses con otro brioso asalto el castillo de Santi-Petri Despueacutes de este hecho de armas Angulema habloacute fuerte a los tenaces liberales pegados como lapas a la roca constitucional y les amenazoacute con pasar a cuchillo a toda la guarnicioacuten de Caacutediz si Fernando VII no era puesto inmediatamente en libertad El 26 se sublevoacute contra la Constitucioacuten el batalloacuten de San Marcial que guarneciacutea la bateriacutea de Urrutia en la costa y la armada francesa secundando el fuego de las bateriacuteas del Trocadero arrojaba bombas sobre Caacutediz No era posible mayor resistencia Era una tenacidad que empezaba a confundirse con el heroiacutesmo y la Constitucioacuten moriacutea como habiacutea nacido entre espantosa lluvia de balas saludada en su triste ocaso como en su dramaacutetico oriente por las salvas del ejeacutercito franceacutes

Por fin llegaba el anhelado diacutea

-Habraacute perdoacuten general -deciacutea yo para miacute- Todos los prisioneros seraacuten puestos en libertad Huiremos iexclCuaacuten grato es el destierro Comeremos los dos el dulce pan de la emigracioacuten lejos de indiscretas miradas libres y felices fuera de esta loca patria perturbada donde ni aun los corazones pueden latir en paz [287]

Montguyon me trajo el 29 muy malas noticias

-El Duque ha resuelto poner en libertad a todos los prisioneros de guerra Pero

-iquestPero queacute

-Ha dispuesto que sean entregados a las autoridades espantildeolas los individuos que en Caacutediz desempentildeaban comisiones poliacuteticas

-iquestEacutel estaacute comprendido

-Siacute sentildeora Desgraciadamente se tienen de eacutel las peores noticias Habiacutea recorrido los pueblos alistando gente por orden de Calatrava habiacutea venido desde Cataluntildea con oacuterdenes de Mina para realizar asesinatos de franceses Habiacutea organizado las partidas de gente soez que en el traacutensito de Sevilla a Caacutediz insultaron a Su Majestad

-iexclOh eso es falso falso mil veces falso -exclameacute sin poder contener mi indignacioacuten

Y en efecto tales suposiciones eran infames calumnias

-Ha llegado al Puerto de Santa Mariacutea -antildeadioacute Montguyon- el Sr D Viacutector Saacuteez secretario de Estado iquestpor queacute no le ve usted

-No quiero nada con hombres de ese jaez -repuse con enojo- Usted me ha dado su palabra de honor usted ha empentildeado su nombre de caballero y con usted solo debo contar iexclOh [288] sentildeor Conde si mi prisionero es entregado a la brutalidad de las autoridades espantildeolas sedientas hoy de sangre y de venganza sospechareacute que usted me hace traicioacuten

Palidecioacute el caballero franceacutes Dirigieacutendome una mirada desdentildeosa me dijo al despedirse

-Todaviacutea sentildeora no sabe usted quieacuten soy yo

A pesar de mis propoacutesitos determineacute visitar a Saacuteez porque bueno es tener amigos aunque sea en el infierno Venciacute mis recientes antipatiacuteas y tomando un coche me encamineacute al Puerto de Santa Mariacutea Era el 1ordm de Octubre diacutea solemne en los fastos espantildeoles

Halleacute al buen canoacutenigo maacutes soplado y presuntuoso que nunca como todo aquel que se ve en alturas a donde nunca debioacute llegar pero contra lo que yo esperaba recibiome afablemente y no me dijo una sola palabra acerca de mi conversioacuten al absolutismo Pareciacutea olvidado de estas pequentildeeces y ocuparse tan soacutelo como Jimeacutenez de Cisneros en los negocios puacuteblicos de ambos mundos

-Hoy es diacutea placentero sentildeora diacutea feliz entre todos los diacuteas felices de la tierra -me dijo- Su Majestad D Fernando ese ilustre [289] maacutertir de los excesos revolucionarios es ya libre

-iquestYa

-Hoy nos le entregan Al fin han comprendido esos locos que su resistencia les podriacutea costar muy cara pero muy cara El Duque tiene malas moscas

-Feliciteacutemonos Sr D Viacutector -dije con afectado entusiasmo- de esta solucioacuten lisonjera Espantildea y el mundo estaacuten de enhorabuena Mas para que se completara la dicha convendriacutea que tantas y tan graves heridas no se ensantildeasen con la venganza y la crueldad del partido vencedor y que un generoso olvido de los errores pasados inaugurase la venturosa era que empieza hoy

-Asiacute seraacute sentildeora -repuso sonriendo de un modo que me parecioacute algo hipoacutecrita- Su Majestad ha dado ayer en Caacutediz un manifiesto en que ofrece perdonar a todo el mundo y

no acordarse para nada de los que le han ofendido iexclCuaacutenta magnanimidad iexclCuaacutenta nobleza

-iexclOh siacute conducta digna de un descendiente de cien Reyes digna de quien da el perdoacuten y del pueblo que la recibe Si Fernando cumple lo que promete seraacute grande entre todos los Reyes de Espantildea

-Lo cumpliraacute sentildeora lo cumpliraacute [290]

Aunque no teniacutea gran confianza en las afirmaciones de Saacuteez di creacutedito a estos propoacutesitos por creerlos inspiracioacuten del duque de Angulema

Invitome luego a presenciar el desembarco de Su Majestad a lo que accediacute muy gustosa Nos trasladamos al muelle y habiendo sido colocada por un oficial franceacutes en sitio muy conveniente para ver todo presencieacute aquel acto que debiacutea ser uno de los maacutes notables recodos uno de los maacutes bruscos aacutengulos de la historia de Espantildea en el tortuoso siglo presente

iexclEspectaacuteculo conmovedor La regia faluacutea cuyo timoacuten gobernaba el almirante Valdeacutes uno de los maacutes gloriosos marinos de Trafalgar se acercaba al muelle En ella veniacutea toda la familia real la Monarquiacutea histoacuterica secuestrada por el liberalismo La conciliacioacuten ideada por cabezas insensatas era imposible y aquellos regios rehenes que la Nacioacuten habiacutea tomado eran devueltos al absolutismo contra el cual no podiacutean prevalecer auacuten los infiernos de la demagogia En una lancha volviacutean del purgatorio constitucional las aacutenimas angustiadas del Rey y los Priacutencipes

Mientras el victorioso despotismo recobraba sus personas sagradas allaacute lejos sobre la gloriosa pentildea inundada de luz y centildeida por coronas [291] de blancas olas los pobres pensadores desesperados los utopistas sin ilusiones los desengantildeados patricios lloraban sus errores y buscando hospitalidad en naves extranjeras se disponiacutean a huir para siempre de la patria a quien no habiacutean podido convencer

Asiacute acaban los esfuerzos superiores a la energiacutea humana las luchas imposibles con monstruos potentes de terribles brazos y que hunden en el suelo sus patas para estar maacutes seguros como hunde sus raiacuteces el aacuterbol Tal era la contienda con el absolutismo Queriacutean vencerle cortaacutendole las ramas y eacutel retontildeaba con maacutes fuerza Queriacutean ahogarle y regaacutendole daban jugo a sus raiacuteces iexclA vosotros oh venideros diacuteas del siglo tocaba atacarlo en lo hondo arrancaacutendolo de cuajo Pero advierto que estoy hablando la jerga liberal iexclQueacute horror Verdad es que escribo veinte antildeos despueacutes de aquellos sucesos que ya soy vieja y que a los viejos como a los sabios se les permite mudar de parecer

Fernando puso el pie en tierra Dicen que al verse en suelo firme dirigioacute a Valdeacutes una mirada terrible una mirada que era un programa poliacutetico el programa de la venganza Yo no lo vi pero debioacute de ser cierto porque me lo dijo quien estaba muy cerca Lo que siacute [292] puedo asegurar es que Angulema hincando en tierra la rodilla besoacute la mano al Rey que luego se abrazaron todos que D Viacutector Saacuteez lloraba como un simple y que los vivas y las exclamaciones de entusiasmo me volvieron loca Los franceses gritaban los espantildeoles gritaban tambieacuten celebrando la feliz resurreccioacuten de la Monarquiacutea tradicional y la miserable muerte del impiacuteo constitucionalismo El glorioso imperio de

las caenas habiacutea empezado Ya se podiacutea decir con toda el alma -iexclViva el Rey absoluto iexclMuera la Nacioacuten

- XXXVI - Faltaba la solucioacuten miacutea Mi corazoacuten estaba como el reo cuya sentencia no se ha escrito todaviacutea El 1ordm de Octubre por la tarde y el diacutea 2 hice diligencias sin fruto no sieacutendome posible ver a Saacuteez ni a Montguyon a quien envieacute frecuentes y apremiantes recados Ninguna noticia pude adquirir tampoco de los prisioneros Creo que me hubiera repetido el ataque cerebral que padeciacute en Sevilla si en el momento de mi mayor desesperacioacuten no apareciese [293] mi generoso galaacuten franceacutes a devolverme la vida Estaba paacutelido y pareciacutea muy agitado

-Vengo de Caacutediz -me dijo- Dispeacutenseme usted si no he podido servirla maacutes pronto

-iquestY queacute hay -pregunteacute con la vida toda en suspenso

-Deme usted su mano -dijo Montguyon ceremoniosamente

Se la di y la besoacute con amor

-Ahora sentildeora todo ha acabado entre nosotros Mi deber estaacute cumplido y mi deber es perdonar pagando las ofensas con beneficios

Yo me sentiacutea muy conmovida y no pude decirle nada

-Ni un momento he dudado de su nobleza e hidalguiacutea -indiqueacute con acento de pura verdad- A veces tropezamos en la vida con el bien y pasamos sin verlo Sentildeor Conde mi gratitud seraacute eterna

-No quiero gratitud -diacutejome con mucha tristeza- Es un sentimiento que no me gusta recibido sino dado Deseo tan soacutelo un recuerdo bueno y constante

-iexclY una amistad entrantildeable una estimacioacuten profunda -exclameacute derramando laacutegrimas [294]

-Todo estaacute hecho

-iquestConforme a mi deseo iexclBendito sea el momento en que nos conocimos

-Sentildeora su prisionero de usted estaacute sano y salvo a bordo de la corbeta Tisbe que parte esta tarde para Gibraltar

-iquestY coacutemo

-Por sus antecedentes debiacutea ser condenado a muerte Otros menos criminales subiraacuten al cadalso si no se escapan a tiempo Yo le saqueacute anoche furtivamente de los Dominicos y le embarqueacute esta mantildeana Ya no corre peligro alguno Estaacute bajo la salvaguardia del noble pabelloacuten ingleacutes

-iexclOh gracias gracias

-Ademaacutes del servicio que a usted presto creo cumplir un deber de conciencia arrancando una viacutectima a los feroces Ministros del Rey de Espantildea

-iquestPues queacute -pregunteacute con asombro- iquestSu Majestad no ha ofrecido en su Manifiesto de Caacutediz perdonar a todo el mundo

-iexclPalabras de Rey prisionero Las palabras del deacutespota libre son las que rigen ahora Su Majestad ha promulgado otro decreto que es la negra bandera de las proscripciones un programa de sangre y exterminio Innumerables personas han sido condenadas a muerte [295]

-Esto es una infamia pero en fin iquesteacutel estaacute en salvo

-En salvo

-Y sabe que me lo debe a miacute sabe que yo iexclOh sentildeor Conde no extrantildee usted mi egoiacutesmo Estoy loca de alegriacutea y puedo repetir con toda mi alma laquoahora siacute que no se me puede escaparraquo

-Sabe que a usted lo debe todo y espera abrazarla pronto

-iquestCoacutemo

-Muy faacutecilmente Comprendiendo que usted desea ir en su compantildeiacutea he pedido otro pasaporte para Dordf Jenara de Baraona

-De modo que yo

-Puede embarcarse usted esta tarde antes de las cuatro a bordo de la Tisbe

-iquestEs verdad lo que oigo

-Aquiacute estaacute la orden firmada por el almirante ingleacutes Me la ha dado juntamente con las que ponen en salvo a los ex-regentes Ciacutescar y Valdeacutes impiacuteamente condenados a muerte por el Rey

-iexclOh soy feliz y todo lo debo a usted iexclQueacute admirable conducta

Sin poder contenerme caiacute de rodillas y con mis laacutegrimas bantildeeacute las generosas manos de aquel hombre [296]

-Asiacute castigo yo -me dijo levantaacutendome- Prepaacuterese usted A las tres y media vengo a buscarla para conducirla a bordo del bote franceacutes que me han facilitado dos guardias marinos parientes miacuteos

El Conde se retiroacute recomendaacutendome otra vez que estuviera pronta a las tres y media Era la una

Ocupeme con febril presteza de preparar mi viaje Estaba resuelta a abandonar todo lo que no nos fuera faacutecil llevar Mariana y yo trabajamos como locas sin darnos un segundo de reposo

La felicidad se desbordaba en mi alma Me reiacutea sola Pero iexclay una idea triste conturboacute de suacutebito mi mente Acordeme de la pobre hueacuterfana viajera y esto produjo en mi espiacuteritu una detencioacuten dolorosa en su raudo y atrevido vuelo Pero al mismo tiempo sentiacutea que los rencores huiacutean de mi corazoacuten siendo reemplazados por sentimientos dulces y expansivos los uacutenicos dignos de la privilegiada alma de la mujer

-Perdono a todo el mundo -dije para miacute- Reconozco que hice mal en engantildear a aquella pobre muchacha Todaviacutea le estaraacute buscando Pero yo tambieacuten le he buscado yo tambieacuten he padecido horriblemente iexclOh iexclDios [297] miacuteo Al fin me das respiro al fin me das la felicidad que tanto he buscado y que no pude obtener a causa sin duda de mis atroces faltas La felicidad hace buenos a los malos y yo sereacute buena sereacute siempre buena Esta tarde cuando le vea le pedireacute perdoacuten por lo que hice con su hermana iexclOh ahora me acuerdo de la marquesa de Falfaacuten y torno a ponerme furiosa No eso siacute que no puede perdonarse iexclno Tendraacute que darme cuenta de su vil conducta Pero al fin le perdonareacute iexclEs tan dulce perdonar Bendito sea Dios que nos hace felices para que seamos buenos

Esto y otras cosas seguiacutea pensando sin cesar de trabajar en el arreglo de mi equipaje Miraba a todas horas el reloj que era tambieacuten de cucuacute como el de aquella horrible noche de Sevilla pero el paacutejaro de Puerto Real me era simpaacutetico y sus saluditos y su canto regocijaban mi espiacuteritu

Dieron las tres Una mano brutal golpeoacute mi puerta No habiacutea dado yo la orden de pasar adelante cuando se presentaron cuatro hombres dos paisanos y dos militares Uno de los paisanos llevaba bastoacuten de policiacutea Avanzoacute hacia miacute iexclVisioacuten horrible Yo habiacutea visto al tal en alguna parte iquestDoacutende En Benabarre [298]

Aquel hombre me dijo groseramente

-Sentildeora Dordf Jenara de Baraona dese usted presa

En el primer instante no contesteacute porque la estupefaccioacuten me lo impediacutea Despueacutes rugiendo maacutes bien que hablando exclameacute

-iexclYo presa yo iquestQuieacuten lo manda

-De orden del excelentiacutesimo Sr D Viacutector Saacuteez Ministro universal de Su Majestad

-iexclVil iexclTan vil tuacute como Saacuteez -griteacute

Yo no era mujer era una leona

Al ver que se me acercaron dos soldados y asieron mis brazos con sus manos de hierro corriacute por la estancia No buscaba mi salvacioacuten en cobarde fuga buscaba un cuchillo un hacha un arma cualquiera Comprendiacutea el asesinato Mi furor no teniacutea comparacioacuten con ninguacuten furor de hombre Era furor de mujer No encontreacute ninguna arma iexclDios vengador Si la encontrara aunque fuera un tenedor creo que habriacutea matado a los cuatro Un candelabro vino a mis manos tomelo y al instante la cabeza de uno de ellos se rajoacute iexclSangre iexclYo queriacutea sangre

Pero me atenazaron con sus salvajes brazos iexclPresa presa Todos mis afanes todos [299] mis sentimientos todos mis deseos se condensaban en uno solo tener delante a D Viacutector Saacuteez para lanzarme sobre eacutel y con mis dedos tentildeidos de sangre sacarle los ojos

No pudiendo hundir mis dedos en ajenos ojos los volviacute contra los miacuteos clavelos en mi cabeza intentando agujerearme el craacuteneo y sacarme los sesos Mi aliento era fuego puro

Llevaacuteronme iquestqueacute seacute yo a doacutende Por el camino iexcloh Sataacuten miacuteo iexcloh demonio injustamente arrojado del Paraiacuteso sentiacute el disparo de la corbeta inglesa al darse a la vela

Fin de

LOS CIEN MIL HIJOS DE SAN LUIS

MADRID

Febrero de 1877

  • Los Cien Mil Hijos de San Luis
    • - I -
    • - II -
    • - III -
    • - IV -
    • - V -
    • - VI -
    • - VII -
    • - VIII -
    • - IX -
    • - X -
    • - XI -
    • - XII -
    • XIII
    • - XIII -
    • - XIV -
    • - XV -
    • - XVI -
    • - XVII -
    • - XVIII -
    • - XIX -
    • - XX -
    • - XXI -
    • - XXII -
    • - XXIII -
    • - XXIV -
    • - XXV -
    • - XXVI -
    • - XXVII -
    • - XXVIII -
    • - XXIX -
    • - XXX -
    • - XXXI -
    • - XXXII -
    • - XXXIII -
    • - XXXIV -
    • - XXXV -
    • - XXXVI -
Page 5: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien

gastar su fortuna antes de heredada Mi fantasiacutea enviaba delante de siacute en el camino de Madrid maravillosos suentildeos e infinitos goces del alma peligros vencidos y amables ideales realizados Caminando de este modo y con los fines que llevaba iba yo por mi propio y verdadero camino

Desde que llegueacute me puse en comunicacioacuten con los personajes para quienes llevaba cartas o recados verbales Tuve noticias de la rebelioacuten de los Guardias que se preparaba hice lo que Ugarte me habiacutea mandado en sus minuciosas instrucciones y halleacute ocasioacuten de advertir el mucho atolondramiento y ninguacuten concierto con [15] que eran llevados en Madrid los arduos traacutemites de la conspiracioacuten

Lo mejor y maacutes importante de mi comisioacuten estaba en Palacio adonde me llevoacute D Viacutector Saacuteez confesor de Su Majestad Muchos deseos teniacutea yo de ver de cerca y conocer por miacute misma al Rey de Espantildea y toda su real familia y entonces quedoacute satisfecho mi anhelo Hice un raacutepido estudio de todos los habitantes de Palacio particularmente de las mujeres la Reina Amalia Dordf Francisca esposa de don Carlos y Dordf Carlota del Infante D Francisco La segunda me parecioacute desde luego mujer a propoacutesito para revolver toda la Corte De los hombres D Carlos me parecioacute muy sesudo dotado de cierto fondo de honradez preciosiacutesima con lo cual compensaba su escasez de luces y a Fernando le diputeacute por muy astuto y conocedor de los hombres apto para engantildearles a todos si bien privado del valor necesario para sacar partido de las flaquezas ajenas La Reina pasaba su vida rezando y desmayaacutendose pero la varonil Dordf Francisca de Braganza poniacutea su alma entera en las cosas poliacuteticas y llena de ambicioacuten trataba de ser el brazo derecho de la Corte Dordf Carlota que entonces estaba embarazada del que luego fue Rey consorte tampoco se dormiacutea en esto [16]

Los palaciegos tan aborrecidos entonces por la muchedumbre constitucional Infantado Montijo Sarriaacute y demaacutes aristoacutecratas no serviacutean en realidad de gran cosa Sus planes faltos de seso y travesura teniacutean por objeto algo en que se destacase con preferencia la personalidad de ellos mismos Ninguno valiacutea para maldita la cosa y asiacute nada se habriacutea perdido con quitarles toda participacioacuten en la conjura Los individuos de la Congregacioacuten Apostoacutelica que era una especie de masoneriacutea absolutista tampoco haciacutean nada de provecho como no fuera allegar plebe y disponer de la gente fanaacutetica para un momento propicio En los jefes de la Guardia habiacutea maacutes presuncioacuten que verdadera aptitud para un golpe difiacutecil y el clero se precipitaba gritando en los puacutelpitos cuando la situacioacuten requeriacutea prudencia y habilidad sumas Los liberales masones o comuneros vendidos al absolutismo y que al pronunciar sus discursos violentos se entusiasmaban por cuenta de este estaban muy mal dirigidos porque con su exageracioacuten poniacutean diariamente en guardia a los constitucionales de buena fe He examinado uno por uno los elementos que formaban la conspiracioacuten absolutista del antildeo 22 para que cuando la refiera se explique en cierto modo el lamentable aborto y total ruina de ella [17]

NOTA DEL AUTOR A continuacioacuten refiere la sentildeora los sucesos del 7de Julio Aunque su narracioacuten es superior a la nuestra principalmente a causa de la graciosa sencillez y verdad con que toda ella estaacute hecha la suprimimos por no repetir ni aun mejoraacutendolo lo que ya aparecioacute en otro volumen

- III - Despueacutes de los aciagos diacuteas de Julio mi situacioacuten que hasta entonces habiacutea sido franca y segura fue comprometidiacutesima No es faacutecil dar una idea de la presteza con que se ocultaron todos aquellos hombres que pocos diacuteas antes conspiraban descaradamente Desaparecieron como caterva de menudos ratoncillos cuando los sorprende en sus audaces rapintildeas el hombre sin poder perseguirlos ni aun conocer los agujeros por donde se han metido A miacute me maravillaba que D Viacutector Saacuteez hombre de una obesidad respetable pudiese estar escondido sin que al punto se descubriese su guarida Los palaciegos se filtraron tambieacuten y los que no estaban muy evidentemente comprometidos [18] como por ejemplo Pipaoacuten dieron vivas a la Constitucioacuten vencedora unieacutendose a los liberales

Tuve ademaacutes la desgracia de perder varios papeles en casa de un pobre maestro de escuela donde nos reuniacuteamos y esto me causoacute gran zozobra pero al fin los encontreacute no sin trabajo exponieacutendome a los mayores peligros La seguridad de mi persona corrioacute tambieacuten no poco riesgo y en los diacuteas 9 y 10 de Julio no tuve un instante de respiro pues por milagro no me arrastraron a la caacutercel los milicianos borrachos de vino y de patrioteriacutea Gracias a Dios vino en mi amparo un joven paisano y antiguo amigo miacuteo el cual en otras ocasiones habiacutea ejercido en mi vida influencia muy decisiva semejante a la de las estrellas en la antigua caacutebala de los astroacutelogos

Pasados los primeros diacuteas pude introducirme en Palacio a pesar de la formidable y espesa muralla liberalesca que lo defendiacutea Encontreacute a Su Majestad lleno de consternacioacuten y amargura principalmente por verse obligado a poner semblante lisonjero a sus enemigos y aun a darles abrazos lo cual era muy del gusto de ellos en su mayoriacutea gente inocentona y creacutedula No me agradaba ver en nuestro Soberano tan poco corazoacuten pero [19] si en eacutel hubiera concordado el valor con las travesuras y agudezas del entendimiento ninguacuten tirano antiguo ni moderno le habriacutea igualado Su desaliento y desesperacioacuten no le impidieron que se enamorase de miacute porque en todas las ocasiones de su vida bajo las distintas maacutescaras que se quitaba y se poniacutea apareciacutea siempre el saacutetiro

Temerosa de ciertas brutalidades quise huir Brindeme entonces a desempentildear una comisioacuten difiacutecil para lo cual Fernando no se fiaba de ninguacuten mensajero y aunque eacutel no quiso que yo me encargase de ella porque no me alejara de la Corte tanto insteacute y con tales muestras de verdad prometiacute volver que se me dieron los pasaportes

El mes anterior habiacutea salido para Francia D Joseacute Villar Frontiacuten uno de los intrigantes maacutes sutiles del antildeo 14 aunque como salido de la academia del cuarto del Infante D Antonio no era hombre de gran iniciativa sino muy plegadizo y servicial en bajas urdimbres Llevaba oacuterdenes para que el marqueacutes de Mataflorida formase una Regencia absolutista en cualquier punto de la frontera conquistado por los guerrilleros Estas instrucciones eran conformes al plan del Gobierno franceacutes que deseaba la introduccioacuten de la Carta en Espantildea y [20] un absolutismo templado pero Fernando que haciacutea tantos papeles a la vez deseaba que sus comisionados afectando ser partidarios

de la Carta trabajasen por el absolutismo limpio Esto exigiacutea frecuentes rectificaciones en los despachos que se enviaban y avisos contradictorios trabajo no escaso para quien habiacutea de ocultar de sus ministros todos estos y aun otros inverosiacutemiles liacuteos

Yo me comprometiacute a hacer entender a Mataflorida y a Ugarte lo que se queriacutea transmitieacutendoles verbalmente algunas preciosas ideas del Monarca que no podiacutean fiarse al papel ni a signo ni cifra alguna Ya por aquellos diacuteas se supo que la Seo de Urgel habiacutea sido ganada al Gobierno por el bravo Trapense y se esperaba que en la agreste plaza se constituyera la salvadora Regencia A la Seo pues debiacutea yo dirigirme

La partida y el viaje no eran problemas faacuteciles Esto me preocupoacute durante algunos diacuteas y trateacute de sobornar para que me acompantildease al amigo de quien antes he hablado A eacutel no le faltaban en verdad ganas de ir conmigo al extremo del mundo pero le conteniacutea el amor de su madre anciana Mucho lucheacute para decidirle empleando razonamientos y seducciones diversas mas a pesar de la propensioacuten de su caraacutecter [21] a ciertas locuras y del considerable prestigio que yo empezaba a ejercer sobre eacutel se resistiacutea tenazmente alegando motivos poderosos cuya fuerza no me era desconocida Al fin tanto pudo una mujer llorando que eacutel abandonoacute todo su madre y su casa aunque por poco tiempo y con la sana intencioacuten de volver cuando me dejase en parajes donde no existiese peligro alguno El infeliz presagiaba sin duda su desdichada suerte en aquella expedicioacuten porque luchoacute grandemente consigo mismo para decidirse y hasta el uacuteltimo momento estuvo vacilante

Aquel hombre habiacutea sido enemigo miacuteo o maacutes propiamente de mi esposo Desde la nintildeez nos conocimos fue mi novio en la edad en que se tiene novio Sucesos lamentables que me afligen al venir a la memoria caprichos y vanidades miacuteas me separaron de eacutel yo creiacute que para siempre pero Dios lo dispuso de otro modo Durante mucho tiempo estuve creyendo que le odiaba pero el sentimiento que en miacute habiacutea era maacutes que rencor una antipatiacutea arbitraria y voluntariosa Por causa de ella siempre le teniacutea en la memoria y en el pensamiento Circunstancias funestas le pusieron en contacto conmigo diferentes veces y siempre que ocurriacutea algo grave en la vida de eacutel o en la miacutea [22] tropezaacutebamos providencialmente el uno con el otro como si el alma de cada cual vieacutendose en peligro pidiese auxilio a su compantildeera

En miacute se verificoacute una crisis singular Por razones que no son de este sitio yo llegueacute a aborrecer todo lo que mi esposo amaba y a amar todo lo que eacutel aborreciacutea Al mismo tiempo mi antiguo novio mostraba hacia miacute sentimientos tan vivos de menosprecio y desdeacuten que esto inclinoacute mi corazoacuten a estimarle Yo soy asiacute y me parece que no soy el uacutenico ejemplar Desde la ocasioacuten en que le arranqueacute de las furibundas manos de mi marido no debiacute de ser tampoco para eacutel muy aborrecible

Cuando nos encontramos en Madrid y desde que hablamos un poco caiacutemos en la cuenta de que ambos estaacutebamos muy solos Y no soacutelo habiacutea semejanza en nuestra soledad sino en nuestros caracteres principal origen quizaacutes de aquella Hicimos propoacutesito de echar a la espalda aquel traacutegico aborrecimiento que antes nos teniacuteamos el cual se fundaba en veleidades y caprichosas monomaniacuteas del espiacuteritu y no tardamos mucho tiempo en conseguirlo Ambos reconocimos las grandes y ya irremediables equivocaciones de nuestra primera juventud y nos maravillaacutebamos de hallar tan extraordinaria fraternidad en nuestras almas [23] iexclSer de este modo haber nacido el uno para el otro y sin embargo haber estado daacutendonos golpes en las tinieblas durante

tanto tiempo iexclQueacute fatalidad Hasta parece que no somos responsables de ciertas faltas y que estas por lo que tienen de placentero pueden tolerarse como compensacioacuten de pasados dolores y de un error deplorable y fatal dependiente de voluntades sobrehumanas

Pero no no quiero eximirme de la responsabilidad de mi culpa y de haber faltado claramente impulsada por moacuteviles irresistibles a la ley de Dios No nada me disculpa ni las atrocidades de mi marido ni la espantosa soledad en que yo estaba ni los mil escollos de la vida en la Corte ni las grandes seducciones morales y fiacutesicas de mi paisano y dulce compantildeero de la nintildeez Reconozco mi falta y atenta soacutelo a que este papel reciba un escrupuloso retrato de mi conciencia y de mis acciones la escribo aquiacute venciendo la verguumlenza que confesioacuten tan penosa me causa

Salimos de Madrid en una hermosa noche de Julio Cuando dejamos de oiacuter el rugido de la Milicia victoriosa me parecioacute que entraba en el cielo Iacutebamos coacutemodamente en una silla de postas con buenos caballos y un haacutebil mayoral de Palacio Yo habiacutea tomado un nombre supuesto [24] dicieacutendome marquesa de Berceo y eacutel era nada menos que mi esposo una especie de marqueacutes de Berceo Mucho nos reiacutemos con esta invencioacuten que a cada paso daba lugar a picantes comentarios y agudezas No recuerdo diacuteas maacutes placenteros que los de aquel viaje

iexclCuaacutentas veces bajamos del coche para andar largos trechos a pie recreaacutendonos en la hermosura de las incomparables noches de Castilla iexclCoacutemo se agrandaba todo ante nuestros ojos principalmente las cosas inmateriales Nos pareciacutea que aquella dulce vagancia no acabariacutea nunca y que los diacuteas venideros seriacutean siempre como aquel cielo que veiacuteamos dilatados serenos y sin nubes En tales horas o hablaacutebamos poco o vertiacuteamos el alma del uno en la del otro alternativamente por medio de observaciones y preguntas acordes con el hermoso espectaacuteculo que veiacuteamos fuera y dentro de nosotros pues de mi alma puede decirse que estaba tan llena de estrellas como el firmamento

Han pasado muchos antildeos entonces teniacutea yo veintisiete y ahora no lo quiero decir por no espantarme pero creo que he traspasado el medio siglo (3) Entonces mis cabellos [25] eran de oro ahora son de plata sin que ni una sola hebra de ellos conserve su primitivo color Mis ojos teniacutean el brillo que es reflejo de la inteligencia despierta y de los sentimientos bullidores ahora no son maacutes que dos empantildeadas cuentas azules de las cuales se escapa alguna vez fugitivo rayo Mi cara entonces respiraba alegriacutea salud y el alma rielaba sobre mis facciones como la luz sobre la superficie de las temblorosas aguas ahora es una maacutescara que me sirve para disimular los pensamientos y que a muchos deja ver todaviacutea huellas claras de la gran hermosura que hubo en ella Entonces era muy hermosa ahora soy una vieja que debioacute haber (4) sido guapa aunque si he de creer a don Toribio el canoacutenigo de Tortosa todaviacutea puedo volver loco a cualquiera En suma todo ha pasado mudaacutendose considerablemente e infinitas personas han pasado a ser recuerdos Lo que siempre estaacute lo mismo es mi paiacutes que no deja de luchar un momento por la misma causa y con las mismas armas y si no con las mismas personas con los mismos tipos de guerreros y poliacuteticos Mi paiacutes sigue siempre a la calesera

Pues bien en todo el tiempo transcurrido entre estas dos eacutepocas no he visto pasar diacuteas como aquellos Fueron de los pocos que tiene cada mortal como un regalo del cielo para toda [26] la existencia y que en vano se aguardan despueacutes porque no vuelven Estos aguinaldos de la vida no se reciben maacutes que una vez Salvador era menos feliz que

yo a causa de los deberes y las afecciones que habiacutea dejado atraacutes Yo procuraba hacerle olvidar todo lo que no fuese nosotros mismos mas resultaba esto muy difiacutecil por ser eacutel menos duentildeo de sus acciones que yo y aun si se quiere menos egoiacutesta Iacutebamos de pueblo en pueblo sin apresurarnos ni detenernos mucho Aquel vivir entre todo el mundo y al mismo tiempo sin testigo era mi mayor delicia Los diversos pueblos por donde pasaacutebamos no teniacutean sin duda noticia de la felicidad de los marqueses de Berceo pues si la tuvieran no creo que nos dejaran seguir sin quitarnos algo de ella

- IV - Gracias a nuestro dinero y a nuestro buen porte podiacuteamos disfrutar de todas las comodidades posibles en las posadas El calor nos obligaba a detenernos durante el diacutea caminando por las noches y ni en Castilla ni en [27] Aragoacuten tuvimos ninguacuten mal encuentro como recelaacutebamos con milicianos ladrones o espiacuteas del Gobierno

Maacutes allaacute de Zaragoza empezamos a temer que nos salieran al paso las tropas de Torrijos o de Manso Por eso en vez de tomar directamente el camino de Cataluntildea subimos hacia Huesca Salvador cuya antipatiacutea a los facciosos y guerrilleros era violentiacutesima se mostroacute disgustado al considerarse cerca de ellos Entonces tuve un momento de suacutebita tristeza oyeacutendole decir

-Cuando lleguemos a un lugar seguro o esteacutes entre tus amigos me volvereacute a Madrid

Yo deseaba que no llegasen ni el lugar seguro ni tampoco mis amigos Pero aunque mi tristeza fue grande desde aquel instante apoderaacutendose de mi corazoacuten como un presagio de desventuras estaba muy lejos de sospechar el espantoso golpe que nos amenazaba consecuencia providencial de nuestra falta y de mi criminal ligereza iexclAy piensa el malo que sus alegriacuteas han de ser perpetuas y la misma grata corriente de ellas le lleva ciego a lo que yo llamo la sucursal del infierno en la tierra que es la desgracia y el anticipado castigo de los delitos

De Huesca nos dirigimos a Barbastro siguiendo [28] por un detestable camino hasta Benabarre donde entramos al anochecer Detuvieron nuestro coche algunos hombres y al verles exclameacute

-Los guerrilleros Ya estamos en casa

Salvador mostroacute gran disgusto y cuando fuimos interrogados dio algunas contestaciones que debieron de sonar muy mal en los oiacutedos de los soldados de la fe Yo teniacutea confianza en mi gente y la seguridad de no ser detenida pero no fue posible evitar ciertas molestias Nos hicieron bajar del coche antes de llegar a la posada y presentarnos a un ruacutestico capitaacuten que estaba en la venta del camino bebiendo vino juntamente con otro guerrillero al modo de frailazo armado de pistolas y con dos o tres individuos de maliacutesima catadura

Sus maneras no eran en verdad nada corteses a pesar de defender causa tan sagrada como es la del Altar y el Trono pero con dos o tres palabras dichas eneacutergicamente y en tono de dignidad me hice respetar al punto Yo mostraba al que pareciacutea jefe mis papeles cuando observeacute que uno de los hombres alliacute presentes miraba a mi compantildeero de viaje con expresioacuten poco tranquilizadora Llegose a eacutel y ponieacutendole la mano en el hombro le dijo con brutal modo y expresioacuten de venganza [29]

-iquestMe conoces iquestSabes quieacuten soy

-Siacute -le respondioacute Monsalud paacutelido y coleacuterico- Ya seacute que eres un hombre vil tu nombre es Regato

El desconocido se abalanzoacute en ademaacuten hostil hacia mi amigo pero este supo recibirle con tanta valentiacutea que le hizo rodar por el suelo bantildeado el rostro en sangre Quedeme sin aliento al ver la furia de aquella gente ante el mal trato dado a uno de los suyos Milagro de Dios fue que no perecieacutesemos alliacute pero el capitaacuten pareciacutea hombre prudente y haciendo salir de la venta al agraviado nos notificoacute que estaacutebamos presos hasta que el jefe decidiera lo que se habiacutea de hacer con nosotros

Afectando serenidad le dije que mirara bien lo que haciacutea por ser yo persona de gran poder en la frontera y en Palacio pero encogieacutendose de hombros tan soacutelo me permitioacute despueacutes de largas discusiones hablar al que ellos llamaban coronel Saliacute desalada de la venta dejando en ella la mitad de mi alma pues alliacute quedoacute guardado por dos hombres mi ultrajado amigo y me presenteacute al coronel que era un capuchino de Cervera Acababa de despachar un bodrio y dos azumbres que le habiacutean puesto para que cenase y su paternidad despueacutes del pienso no teniacutea al parecer la cabeza muy serena Sin [30] embargo no me tratoacute mal Diacutejome que el Sr Regato le habiacutea informado ya de quieacuten era mi acompantildeante y que en vista de sus antecedentes y circunstancias no podiacutea ser puesto en libertad Puacuteseme furiosa yo me creiacute capaz de destrozar soacutelo con mis untildeas a aquel tremendo fraile coronel cuyas barbas y salvaje apostura poniacutean miedo en el corazoacuten maacutes esforzado Sin miramiento alguno le increpeacute dicieacutendole cuantas atrocidades me vinieron a la boca y amenazaacutendole con pedir su cabeza al Rey pero ni aun asiacute logreacute ablandar aquella roca en figura de bestia Oyome el baacuterbaro con paciencia sin duda por ser maacutes fraile que guerrero y resumioacute sus resoluciones dicieacutendome

-Usted sentildeora puede ir libremente a donde le acomode pero ese hombre no me sale de aquiacute

iexclAy si yo hubiera tenido a mis oacuterdenes diez hombres armados habriacutea atacado al batalloacuten cuadrilla o lo que fuera segura de destrozarlo que tanto puede el furor de una hembra ofendida Volviacute a la venta resuelta a sacar de ella a Salvador con mis propias manos desafiando las armas de sus guardianes pero cuando entreacute mi compantildeero de viaje mi adorado amigo mi pobre marqueacutes de Berceo habiacutea [31] desaparecido Le llameacute con la voz ronca de tanto gritar le llameacute con toda mi alma pero no me respondioacute Una mujer andrajosa que pareciacutea tan salvaje y feroz como los hombres que en aquel pueblo vi salioacute conmigo al camino y sentildealando a un punto en la oscuridad del espacio negro dijo sordamente

-Alliacute

Y mirando hacia donde su dedo me indicaba vi unas grandes sombras que pareciacutean murallones almenados y como ruinas hendidos Pregunteacute queacute sitio era aquel y la desconocida me contestoacute

-El castillo

La mujer llevando una cesta con provisiones marchoacute en direccioacuten del castillo Yo la seguiacute No tardamos en llegar y por una poterna desvencijada que se abriacutea en la muralla despueacutes de pasado el foso sin agua penetramos en un patio lleno de escombros y de yerba

-iexclAquiacute aquiacute le han encerrado -exclameacute mirando a todos lados como quien ha perdido el juicio

La mujer se detuvo ante miacute y sentildealando el suelo dijo con voz muy luacutegubre

-iexclAbajo

Yo creiacute volverme loca Los ojos de la horrible persona que me daba tan tremendas noticias [32] brillaban con claridad verdosa como los de animal felino Quise seguirla cuando subioacute la escalerilla que conduciacutea a las habitaciones practicables entre tanta ruina pero un centinela me echoacute fuera brutalmente amenazaacutendome con arrojarme al foso si no me retiraba maacutes pronto que la vista Estas fueron sus propias palabras

Corriacute hacia el pueblo resuelta a ver de nuevo al coronel capuchino de Cervera Pero tanta agitacioacuten agotoacute al fin mis fuerzas y tuve que sentarme en una gran piedra del camino fatigada y abatida porque a mi primera furia sustituyoacute una afliccioacuten profundiacutesima que me hizo llorar No recuerdo haber derramado nunca maacutes laacutegrimas en menos tiempo Al fin sobreponieacutendome a mi dolor seguiacute adelante jurando no continuar el viaje sin llevar en mi compantildeiacutea al infeliz cuanto adorado amigo de mi nintildeez Desperteacute al capuchino que ya roncaba el cual de muy mal talante repitioacute su fiera sentencia diciendo

-Usted sentildeora puede continuar su viaje pero el otro no saldraacute de aquiacute sin orden superior Yo seacute lo que me digo iexclPisto que ya me canso de sermonear Vaya usted con Dios y deacutejenos en paz

Despreciando su barbarie insistiacute y amenaceacute [33] y al cabo me dio algunas esperanzas con estas palabras

-El jefe de nuestra partida acaba de llegar Haacuteblele usted a eacutel y si consiente

-iquestQuieacuten es el jefe

-D Saturnino Albuiacuten -me contestoacute

Al oiacuter este nombre vi el cielo abierto Yo habiacutea conocido en Bayona al ceacutelebre Manco y recordeacute que aunque muy baacuterbaro haciacutea alarde de generosidad e hidalguiacutea en todas las ocasiones que se le presentaban No quise detenerme ni un instante y al punto me informeacute de que D Saturnino estaba en una casa situada junto al camino a la salida

del pueblo en direccioacuten a Tremp Desde la plaza se veiacutean dos lucecillas en las ventanas de la vivienda Corriacute allaacute guiada por la simpaacutetica claridad de aquellas luces semejantes a dos ojos y que eran para miacute fanales de esperanza Llegueacute sin aliento agitada por la fatiga y un dulce presagio de buen eacutexito que me llenaba el corazoacuten

El centinela me dijo que no se podiacutea pasar pero apelando a mis bolsillos paseacute En la escalera en el pasillo alto fui repetidas veces detenida pero con el mismo talismaacuten abriacuteame paso

-Ahiacute estaacute -me dijo un hombre sentildealando una puerta detraacutes de la cual se oiacutean alteradas [34] voces en disputa Sin reparar maacutes que en mi afaacuten empujeacute la puerta y entreacute

Albuiacuten que estaba en pie se volvioacute al sentir el ruido de la puerta y me interrogoacute con sus ojos que expresaban sorpresa y coacutelera por mi brusca entrada Otro guerrillero estaba junto a la mesa con los codos sobre ella encendiendo un cigarro en la luz del veloacuten de cobre que alumbraba la estancia

-iquestQueacute se le ofrece a usted sentildeora -me dijo Albuiacuten moviendo con gesto de impaciencia su uacutenica mano

Yo no habiacutea dado cuatro pasos dentro de la habitacioacuten cuando observeacute que maacutes allaacute de la mesa habiacutea otro hombre apoltronado en un silloacuten con los pies extendidos sobre una banqueta inclinada la cabeza sobre el hombro y durmiendo tranquilamente con ese suentildeo del guerrillero cansado que acaba de recorrer dos provincias y marear a dos ejeacutercitos Al verle iexclSanto Dios me quedeacute yerta muda como estatua no pude pronunciar una palabra ni dar un paso ni respirar ni huir ni gritar El terror me arrancoacute suacutebitamente del pensamiento mis angustias de aquella noche

Aquel hombre era mi marido

-iquestQueacute se le ofrece a usted sentildeora -volvioacute a preguntarme el Manco [35]

Pasado el primer instante de terror en miacute no hubo otra idea que la idea de huir de desaparecer de desvanecerme como el humo o como la palabra vana que se lleva el viento

-Pero iquestqueacute se le ofrece a usted demonio -repitioacute el guerrillero

-iexclNada -contesteacute y a toda prisa saliacute de la habitacioacuten

Yo creo que ni un relaacutempago corre como yo corriacute fuera de la casa No veiacutea maacutes que el camino y mi veloz carrera nunca me pareciacutea bastante apresurada para llegar al centro del pueblo donde habiacutea dejado mi coche

A lo lejos detraacutes de miacute sentiacute voces burlonas que deciacutean

-iexclLa mujer loca la mujer loca

Eran los bravos a quienes yo habiacutea dado tanto dinero para que me dejasen pasar A cada instante volviacutea la cabeza por ver si mi marido veniacutea corriendo detraacutes de miacute

Llegueacute medio muerta a donde estaba mi coche y tirando del brazo del cochero para que despertase griteacute

-iexclFrancisco Francisco vuela vuela fuera de este horrible pueblo

Y me metiacute en el coche

-iquestAdoacutende vamos sentildeora -me preguntoacute el pobre hombre sacudiendo la pereza [36]

-iquestEstaacutes sordo Te he dicho que vueles iquestHablo yo en griego que vueles hombre Mata los caballos pero ponme a muchas leguas de aquiacute

-iquestA doacutende vamos sentildeora iquestHacia la Seo

-Hacia el infierno si quieres con tal que me saques de aquiacute

Mi coche partioacute a escape y siguiendo el camino en direccioacuten a Tremp paseacute junto a la malhadada casa donde habiacutea visto a mi esposo Entonces los baacuterbaros reunidos junto a la puerta me aclamaron otra vez arrojando algunas piedras a mi coche Su grito era

-iexclLa mujer loca la mujer loca

En efecto lo estaba iexclAh iexclBenabarre Benabarre maldito seas En ti acaboacute mi felicidad en las espinas de tu camino dejeacute clavado mi corazoacuten chorreando sangre Fuiste mi calvario y la piedra resbaladiza de mal aguumlero donde caiacute para siempre cuando maacutes orgullosa marchaba Fuiste el tajo donde el cielo puso mi cabeza para asegurar el golpe de su cuchilla pero con ser obra del cielo mi castigo iexclte odio execrable pueblo de bandidos iexclSepulcro de mi edad feliz no puedo verte sin espanto y mientras tenga lengua te maldecireacute [37]

- V - Llegueacute a la Seo el 14 de Agosto iexclQueacute viaje el de Benabarre a la Seo Si antes todo se adaptaba al lisonjero estado de mi alma despueacutes todos los caballos eran malos todos los caminos intransitables todas las posadas insufribles todos los diacuteas calorosos y las noches todas tristes como los pensamientos del desterrado Mi alma sin consuelo mientras maacutes gente veiacutea maacutes sola se encontraba Mi pensamiento no podiacutea apartarse de aquel lugar siniestro donde habiacutean quedado mi amor y mi suplicio mi falta y mi conciencia representados cada una en un hombre

Casi antes de desempentildear mi comisioacuten trateacute de ocuparme de salvar al infeliz que habiacutea quedado cautivo en Benabarre pero Mataflorida me dijo sonriendo

-Luego luego mi querida sentildeora trataremos de ese asunto Infoacutermeme usted de lo que trae pues no hay tiempo que perder Hoy mismo constituiremos la Regencia

Maacutes de dos horas estuvimos departiendo [38] Eacutel como hombre muy ambicioso y que gustaba de ser el primero en todo recibioacute con gusto las instrucciones reservadiacutesimas que le daban gran superioridad entre sus compantildeeros de Regencia Eran estos el baroacuten de Eroles y don Jaime Creux arzobispo de Tarragona ambos lo mismo que Mataflorida de clase humildiacutesima sacados de su oscuridad por los tiempos revolucionarios lo cual no era un argumento muy fuerte en pro del absolutismo Una Regencia destinada a restablecer el Trono y el Altar debioacute constituirse con gente de raza Pero la edad revuelta que corriacuteamos los exigiacutea de otro modo y hasta el absolutismo alistaba su gente en la plebe Este hecho que ya veniacutea observaacutendose desde el siglo pasado lo expresaba Luis XV diciendo que la nobleza necesitaba estercolarse para ser fecundada

De los tres regentes el maacutes simpaacutetico era Mataflorida y tambieacuten el de maacutes entendimiento el maacutes tolerante Eroles y el maacutes malo y antipaacutetico D Jaime Creux No puede decirse de estos hombres que habiacutean marchado con lentitud en sus brillantes carreras Eroles era estudiante en 1808 y en 1816 teniente general El otro de cleacuterigo oscuro pasoacute a obispo en premio de su traicioacuten en las Cortes del antildeo 14

Yo no teniacutea mi espiacuteritu en disposicioacuten de [39] atender a las ceremonias con que quisieron celebrar los triunviros el establecimiento de la Regencia Despueacutes de publicar su ceacutelebre manifiesto proclamaron solemnemente al Monarca restituyeacutendole a la plenitud de sus derechos seguacuten deciacuteamos entonces Levantoacutese en la plaza de la Seo un tablado sobre el que un sacristaacuten vestido de rey de armas gritoacute laquoiexclEspantildea por Fernando VIIraquo y luego dieron al viento una bandera en la cual las monjas habiacutean bordado una cruz y aquellas palabras latinas que quieren decir por este signo venceraacutes Los altos castillos que coronan los montes en cuyo centro estaacute sepultada la Seo hicieron salvas y aquello en verdad pareciacutea una proclamacioacuten en toda regla

Despueacutes de la ceremonia poliacutetica hubo jubileo por las calles y rogativa puacuteblica a que concurrioacute el obispo con todo el clero armado y el cabildo sin armas Era un espectaacuteculo edificante y al mismo tiempo horroroso Daba idea de la inmensa fuerza que teniacutean en nuestro paiacutes las dos clases reunidas clero y plebe pero los frailes armados de pistolas y los guerrilleros con vela en la mano el general con crucifijo y el arcediano con espuelas moviacutean a risa y a odio juntamente El ejeacutercito de la fe uniformado soacutelo con el gorro catalaacuten habriacutea [40] parecido un ejeacutercito de pavos si no estuviera bien probado su indomable valor

Yo veiacutea aquella procesioacuten chabacana horrible parodia del levantamiento nacional de 1808 y aquellas espantosas figuras de curas confundidas con guerreros como se ven las ficciones horrendas de una pesadilla Tal espectaacuteculo era excesivamente desagradable a mi espiacuteritu y la bulla del pueblo me poniacutea los nervios en el maacutes lastimoso desorden Semejante Carnaval en Urgel que es sin disputa el pueblo maacutes feo de todo el mundo era para enfermar y aun enloquecer a cualquiera Mi privilegiada naturaleza me salvoacute

Y pasaban diacuteas sin que me fuera posible hacer nada de provecho por mi amado prisionero de Benabarre Obteniacutea siacute promesas y aun oacuterdenes de la Regencia pero como no podiacutea trasladarme yo misma al lugar del conflicto era muy difiacutecil que tuviesen cumplimiento Antes me dejara morir que encaminarme a paraje alguno donde hubiese probabilidades de encontrar la persona o siquiera las huellas de mi esposo y seguacuten mis averiguaciones este no habiacutea abandonado el bajo Aragoacuten

Al fin supe que mi cara mitad unieacutendose a Jeps dels Estanys habiacutea pasado a la alta Cataluntildea [41] Llena de esperanza entonces corriacute a Benabarre cargada de oacuterdenes de Mataflorida y del mismo Eroles que acababa de ponerse a la cabeza de la insurreccioacuten catalana Ninguacuten obstaacuteculo podiacutean oponerme ya los guerrilleros mas por mi desgracia cuando llegueacute al funesto pueblo de Aragoacuten ni un solo partidario del realismo quedaba en su recinto el castillo habiacutea sido volado y el miacutesero cautivo seguacuten me dijeron trasladado a otro punto

-iquestVivo -pregunteacute

-Vivo y cargado de cadenas -me contestoacute la misma mujer de aquella horrenda noche de Agosto- Se iba muriendo por el camino pero le daban comida y bebida para que no acabase de padecer

No tuve tiempo para entregarme a inuacutetiles lamentaciones porque corrioacute por todo el pueblo esta horrible voz iexcllos liberales iexclque vienen los liberales y tuve que huir Con mucho trabajo y gastando bastante dinero pude escapar a Francia por Canfranc

NOTA DEL AUTOR Aquiacute concluye el primer fragmento de las curiosas Memorias Como el segundo se refiere a sucesos ocurridos en la primavera del 23 resultando una interrupcioacuten de siete meses nos vemos en la necesidad [42] de llenar tan lamentable vaciacuteo con relaciones propias que abreviaremos todo lo posible para que no se echen de menos por mucho tiempo las aventuras de la dama viajera contadas por ella misma

- VI - La primera determinacioacuten del Gobierno popular que sucedioacute al de Martiacutenez de la Rosa despueacutes de las jornadas de Julio fue nombrar general del ejeacutercito del Norte al rayo de las guerrillas al Napoleoacuten navarro D Francisco Espoz y Mina En medio de su atolondramiento los siete Ministros a quienes la Corte llamaba los Siete nintildeos de Eacutecija no careciacutean de iniciativa y de cierta arrogancia emprendedora que por alguacuten tiempo les permitioacute sostenerse en el poder con prestigio El nombramiento de Mina y aquella orden que le dieron de hacer tabla rasa de las provincias rebeldes no pudieron ser maacutes acertados

El gran guerrillero no necesitaba muy vivas excitaciones para sentar su pesada mano a los pueblos Navarros y catalanes le conociacutean Pero antantildeo habiacutea hecho la guerra con [43] ellos y ahora debiacutea hacerla contra ellos lo cual era muy distinto Antes se batiacutea contra tropas regulares y ahora con ellas perseguiacutea las partidas Bien se ve que el coloso de las guerrillas estaba fuera de su natural esfera y asiento Iba a hacer el papel del enemigo durante la guerra de la Independencia

A pesar de esta desventaja empezoacute con muy buen pie su campantildea No podiacutea decirse propiamente que habiacutea partidas en el Norte sino que todo el Norte desde Gerona hasta Guipuacutezcoa y desde el Pirineo hasta las inmediaciones del Ebro ardiacutea con horrible llamarada absolutista Quesada a cuyo lado despuntaba un precoz muchacho llamado Zumalacaacuterregui dominaba en Navarra juntamente con Guergueacute y D Santos Ladroacuten Albuiacuten y Cuevillas y Merino asolaban la tierra de Burgos Capapeacute el Aragoacuten Jeps dels Estanys el Trapense Romagosa y Caragol a Cataluntildea donde el baroacuten de Eroles trataba de formar un ejeacutercito regular con las desperdigadas gavillas de la fe Muchos frailes del paiacutes empezando por los aguerridos capuchinos de Cervera que habiacutean escapado del furor de las tropas liberales y concluyendo por los monjes de Poblet que tanto trabajaron en la conspiracioacuten formaban en las filas del Manco o de Capapeacute o de Misas [44]

Mina tomoacute el mando de las tropas de Cataluntildea y al poco tiempo el aspecto de la campantildea principioacute a mudarse favorablemente a nuestras armas En 24 de Octubre despueacutes de obligar a los facciosos a levantar el sitio de Cervera arrasoacute a Castellfollit poniendo sobre sus ruinas el ceacutelebre cartel que deciacutea laquoAquiacute existioacute Castellfollit Pueblos tomad ejemplo y no deis abrigo a los enemigos de la patriaraquo

En Noviembre tomoacute a Balaguer En el mismo mes obligoacute a muchos facciosos a pasar la frontera en presencia del cordoacuten sanitario con que nos amenazaban los franceses En 20 de Enero uno de los suyos el brigadier Rotten jefe de la cuarta divisioacuten del ejeacutercito de Cataluntildea haciacutea sufrir a San Llorens de Morunys el tremendo castigo de que habiacutea sido viacutectima Castellfollit diciendo a las tropas en la orden del diacutea laquoLa villa esencialmente rebelde llamada San Llorens de Morunys seraacute borrada del maparaquo

Aquel destructor de ciudades sentildealaba a cada regimiento las calles que debiacutea saquear antes de dar principio a la operacioacuten de borrar del mapa No de otra manera procedioacute Hoche en la Vendeacutee pero este sistema de borrar del mapa es algo expuesto sobre todo en Espantildea

El 8 de Diciembre puso Mina sitio a la Seo [45] de Urgel mientras Rotten iba convenciendo a los rebeldes catalanes con las suaves razones que indicamos y en uno de los pueblos demolidos y arrasados precisamente en aquel mismo San Llorens de Morunys llamado tambieacuten Piteus ocurrioacute un suceso digno de mencionarse y que causoacute maravilla y emocioacuten muy viva en toda la tropa

Fue de la manera siguiente Para que el saqueo se hiciera con orden Rotten dispuso que el batalloacuten de Murcia trabajase en las calles de Arantildeas y Balldelfred el de Canarias en las calles de Frecsures y Segories el de Coacuterdoba en la de Ferronised y Ascervalds dejando los arrabales para el destacamento de la Constitucioacuten y la caballeriacutea Lo mismo en la orden de saqueo que en la de incendio que le siguioacute fueron exceptuadas doce casas que perteneciacutean a otros tantos patriotas

El regimiento de Coacuterdoba funcionaba en la calle de Ferronised entre la consternacioacuten de los aterrados habitantes cuando unos soldados descubrieron un hondo soacutetano o mazmorra y registraacutendolo por si en eacutel habiacutea provisiones almacenadas para los facciosos vieron a un hombre aherrojado o maacutes propiamente dicho un cadaacutever viviente cuya miserable postracioacuten y estado les causaron espanto No vacilaron en [46] prestarle auxilio cristianamente sacaacutendole de alliacute en hombros despueacutes de quitarle con

no poco trabajo las cadenas y cuando el cautivo vio la luz se desmayoacute pronunciando incoherentes palabras que maacutes bien expresaban demencia que alegriacutea

Rodeaacuteronle todos siendo objeto de gran curiosidad por parte de oficiales y soldados que no cesaban de denostar a los facciosos por la crueldad usada con aquel infeliz Este pareciacutea haber permanecido bajo tierra mucho tiempo seguacuten estaba de liacutevido y exanguumle y sin duda era viacutectima del furor de las hordas absolutistas y maacutes que criminal castigado por sus delitos un buen patriota condenado por su amor a la Constitucioacuten

Un capitaacuten ayudante de Rotten llamado D Rafael Seudoquis se interesoacute vivamente por el cautivo y despueacutes de mandar que se le diera toda clase de socorros le apremioacute para que hablase El hombre sacado del fondo de la tierra pareciacutea joven a pesar de lo que le abrumaba su padecer y se sorprendioacute muy agradablemente de ver los uniformes de la tropa Las primeras palabras que pronuncioacute fueron

-iquestEn doacutende estaacuten

-iquestLos facciosos -dijo Seudoquis riendo- [47] Me parece que no les veremos en mucho tiempo seguacuten la prisa que llevan Ahora buen amigo diacuteganos coacutemo se llama usted y quieacuten es

El cautivo haciacutea esfuerzos para recordar

-iquestEn queacute antildeo estamos -preguntoacute al fin mirando a todos con extraviados ojos

-En el de 1823 que parece seraacute el peor antildeo del siglo seguacuten como empieza

-iquestY en queacute mes

-En Enero y a 15 diacutea de San Pablo ermitantildeo Si usted recuerda cuaacutendo le empaquetaron puede hacer la cuenta del tiempo que ha estado en conserva

-He estado preso -dijo el hombre despueacutes de una larga pausa- seis meses y algunos diacuteas

-Pues no es mucho otros han estado maacutes No le habraacuten tratado a usted muy bien eso es lo malo pero descuide usted que ahora las van a pagar todas juntas El pueblo seraacute incendiado y arrasado

-iexclIncendiado y arrasado -exclamoacute el cautivo con pena- iexclQueacute laacutestima que no sea Benabarre

-Sin duda el cautiverio de usted -dijo Seudoquis intimando maacutes con el desgraciado- empezoacute en ese horrible pueblo aragoneacutes [48]

-Siacute sentildeor de alliacute me trajeron a Tremp y de Tremp a Masbruacute y de Masbruacute aquiacute

-iexclOh iexclbuen viaje ha sido iexclY seis meses de encierro bajo el poder de esa canalla No seacute coacutemo no le fusilaron a usted seiscientas veces

-Eran demasiado inhumanos para hacerlo

Llevaacuteronle fuera del pueblo en una camilla y a presencia del brigadier que le interrogoacute Desde el cuartel general vio las llamas que devoraban San Llorens y entonces dijo

-Arde lo inocente las guaridas y los perversos lobos estaacuten en el monte

El bravo y generoso Seudoquis fue encargado por el brigadier de vestirle pues los andrajos que cubriacutean el cuerpo del cautivo se caiacutean a pedazos Al diacutea siguiente de su maravillosa redencioacuten hallose muy repuesto por la influencia del aire sano y de los alimentos que le dieron y aunque le era imposible dar un paso podiacutea hablar sin acongojarse como el primer diacutea por falta de aliento

-iquestQueacute ha pasado en todo este tiempo -preguntoacute con voz deacutebil y temblorosa al que continuamente le daba pruebas de generosidad e intereacutes- iquestSigue reinando Fernando VII

-Hombre siacute todaviacutea le tenemos encima -dijo Seudoquis atizando la hoguera alrededor de la cual vivaqueaban juntamente con el cautivo [49] cuatro o cinco oficiales- Gotosillo sigue nuestro hombre pero auacuten nos estaacute embromando y nos embromaraacute por mucho tiempo

-iquestY la Constitucioacuten subsiste

-Tambieacuten estaacute gotosa o mejor dicho acatarrada Me parece que de esta fecha enterramos a la sentildeora

-iquestY hay Cortes

-Cortes y recortes Pero me parece que pronto no quedaraacuten maacutes que los de los sastres

-Y queacute iquesthay revolucioacuten en Espantildea

-Nada estamos en una balsa de aceite

-iquestQueacute Ministerio tenemos

-El de los Siete nintildeos de Eacutecija iquestPues queacute vamos a estar mudando de nintildeos todos los diacuteas

-iquestY ha vuelto la Milicia a sacudir el polvo a la Guardia Real

-Ahora nos ocupamos todos en cazar frailes y guerrilleros siempre que ellos no nos cacen a nosotros

-iquestY Riego

-Ha ido a Andaluciacutea

-iquestHay agitacioacuten allaacute

-Lo que hay es mucha sangre vertida en todas partes

-Revolucioacuten completa iquestDoacutende hay partidas [50]

-Pregunte usted que doacutende hay espantildeoles

-Toda Cataluntildea parece estar en armas contra el Gobierno

-Y casi todo Aragoacuten y Navarra y Vizcaya y Burgos y Leoacuten y mucha parte de Guadalajara Cuenca Aacutevila Toledo Caacuteceres Hay facciones hasta en Andaluciacutea que es como decir que hasta las ranas han criado pelo

-iexclQueacute horrible suentildeo el miacuteo -dijo luacutegubremente el cautivo- y queacute triste despertar

-Esto es un volcaacuten amigo miacuteo

-iquestPero queacute quieren

-Confites Piden Inquisicioacuten y cadenas

-iquestY quieacuten los dirige

-El Rey y en su real nombre la Regencia de Urgel

-Una Regencia

-Que tiene su Gobierno regular sus embajadores en las Cortes de Europa y ha contratado hace poco un gran empreacutestito iexclSi no hay paiacutes ninguno como este Espanta el ver coacutemo falta dinero para todo menos para conspirar

-iquestY queacute hace el Gobierno

-iquestQueacute ha de hacer Boberiacuteas Trasladar los curas de una parroquia a otra declarar vacantes las sillas de los obispos que estaacuten en la faccioacuten fomentar las sociedades patrioacuteticas suprimir [51] los conventos que estaacuten en despoblado y otras grandes medidas salvadoras

-iquestNo ha cerrado el Gobierno las sociedades patrioacuteticas

-Ha abierto la Landaburiana para que los liberales tengan una buena plazuela donde insultarse

-iquestSiguen los discursos

-Siacute pero abundan maacutes los cachetes

-iquestY queacute generales mandan los ejeacutercitos de operaciones

-Aquiacute Mina en Castilla la Nueva ODaly Quiroga en Galicia en Aragoacuten Torrijos

-iquestY vencen

-Cuando pueden

-Es una delicia lo que encuentro a mi vuelta del otro mundo

-Si casi era mejor que se hubiese usted quedado por allaacute Asiacute al menos no sufririacutea la verguumlenza de la intervencioacuten extranjera

-iquestIntervencioacuten

-iexclY se asusta iquestPues hay nada maacutes natural Seguacuten parece allaacute por el mundo civilizado corre el rumor de que esto que aquiacute pasa es un escaacutendalo

-Siacute que lo es

-Los Reyes temen que a sus Naciones respectivas les entre este maleficio de las Constituciones [52] de las sociedades Landaburianas de las partidas de la Fe de los frailes con pistolas y nos van a quitar todos estos motivos de distraccioacuten Lejos del mundo ha estado usted y muy dentro de tierra cuando no han llegado a sus oiacutedos las ceacutelebres notas

-iquestQueacute notas

-El re mi fa de las Potencias Las notas han sido tres todas muy desafinadas y las potencias que las han dado tres tambieacuten como las del alma Rusia Prusia y Austria

-iquestY queacute pediacutean

-No puedo deciacuterselo a usted claramente porque los embajadores no me las han leiacutedo pero si seacute que la contestacioacuten del Gobierno espantildeol ha sido retumbante y guerrera como un redoble de tambor

-Es decir que desafiacutea a Europa

-Siacute sentildeor la desafiamos Ahora se recuerda mucho la guerra de la Independencia pero yo digo como Cervantes que nunca segundas partes fueron buenas

-iquestDe modo que tendremos otra vez extranjeros

-Franceses Ahiacute tiene usted en lo que ha venido a parar el ejeacutercito de observacioacuten Entre el cordoacuten sanitario y el de San Francisco nos van a dar que hacer Digo y los [53] diputados el diacutea en que aprobaron la contestacioacuten a las notas fueron aclamados por el pueblo Yo estaba en Madrid esa noche y como vivo frente al coronel San Miguel las murgas no me dejaron dormir en toda la noche Por todas partes no se oyen maacutes que mueras a la Santa Alianza a las Potencias del Norte a Francia y a la Regencia de Urgel Ahora se dice tambieacuten como entonces laquodejarles que se internenraquo pero la tropa no estaacute

muy entusiasmada que digamos Con todo si entran los interventores no les recibiremos con las manos en los bolsillos

-Tremendos diacuteas vienen -dijo el cautivo- Si los absolutistas vencen no podremos vivir aquiacute O ellos o nosotros Hay que exterminarles para que no nos exterminen

-Diga usted que si hubiera muchos brigadieres Rotten pronto se acababa esa casta maligna Fusilamos realistas por docenas sin distincioacuten de sexo ni edad ni formalidades de juicio iexclAy del que cae en nuestras manos Nuestro brigadier dice que no hay otro remedio ni entienden maacutes razoacuten que el arcabuzazo Ayer hicimos catorce prisioneros en San Llorens Hay de toda casta de gentes mujeres hombres dos cleacuterigos un jesuita que usa gafas un escribano de setenta antildeos una mujer [54] puacuteblica dos guerrilleros invaacutelidos en fin un muestrario completo El jefe les ha sentenciado ya pero como esto no se puede decir asiacute se hace la comedia de enviarles a la caacutercel de Solsona y por el camino cuando viene la noche y se llega a un sitio conveniente pim pam se les despacha en un santiameacuten y a otra

-Si no me engantildeo -dijo el cautivo- aquellos paisanos que por alliacute se ven son los prisioneros de San Llorens

En una loma cercana a distancia de dos tiros de fusil se veiacutea un grupo de personas custodiadas por la tropa Pareciacutea un rebantildeo que se habiacutea detenido a sestear

-Cabalmente -dijo Seudoquis- aquellos son Dentro de una hora se pondraacuten en camino para la eternidad iexclY estaacuten tan tranquilos Como que no han probado auacuten las recetas del brigadier Rotten

-Ojo por ojo y diente por diente -dijo el cautivo contemplando el grupo de prisioneros- iexclAh gran canalla no se entierran hombres impunemente durante seis meses no se baila encima de su sepultura para atormentarle no se les insulta por la reja no se les arroja saliva e inmundicia sin sentir maacutes tarde o maacutes temprano la mano justiciera que baja del cielo [55]

Despueacutes callaron todos No se oiacutea maacutes que el rasgueo de la pluma con que uno de los oficiales escribiacutea teniendo el papel sobre una cartera y esta sobre sus rodillas Cuando hubo concluido el cautivo rogoacute que se le diese lo necesario para escribir una carta a su madre anunciaacutendole que viviacutea pues seguacuten dijo en todo el tiempo de su ya concluida cautividad no habiacutea podido dar noticia de su existencia a los que le amaban

-iquestViviraacuten como yo -dijo tristemente- o afligidos por mi desaparicioacuten habraacuten muerto

-Dispeacutenseme usted -manifestoacute Seudoquis- pero a medida que hablamos me ha parecido reconocer en usted a una persona con quien hace algunos antildeos tuve relaciones

-Siacute Sr Seudoquis -dijo el cautivo sonriendo- El mismo soy Conspiramos juntos el antildeo 19 y a principios del antildeo 20

-Sentildeor Monsalud -exclamoacute el oficial abrazaacutendole- buen hallazgo hemos hecho sacaacutendole a usted de aquella mazmorra iexclYa se ve iquestCoacutemo podriacutea conocerle si estaacute usted hecho un esqueleto Ademaacutes en estos tiempos se olvida pronto iexclHe visto tanta

gente desde aquellos felices diacuteas porque eran felices siacute Aunque sea entre peligros el conspirar es siempre muy agradable sobre todo si se tiene fe [56]

-Entonces teniacutea yo mucha fe

-iexclAh Y yo tambieacuten Me hubiera dejado descuartizar por la libertad

-iexclCon queacute afaacuten trabajaacutebamos

-Siacute iexclcon queacute afaacuten

-iexclNos pareciacutea que de nuestras manos iba a salir acabada y completa la maacutes liberal y al mismo tiempo la maacutes feliz Nacioacuten de la tierra

-Siacute iexclqueacute ilusiones Si no estoy trascordado tambieacuten nos hallamos juntos en la logia de la calle de las Tres Cruces

-Siacute alliacute estuve yo alguacuten tiempo En aquello nunca tuve mucha fe

-Yo siacute pero la he perdido completamente Vea usted en queacute han venido a parar aquellas detestables misas masoacutenicas

-Nunca tuve ilusiones respecto a la Orden de la Viuda

-Pues nosotros -dijo Seudoquis riendo- tuvimos hasta hace poco en el regimiento nuestra caverna de Adorinam Pero apenas funcionaba ya iexclCuaacutenta ruina amigo miacuteo iexclCoacutemo se ha desmoronado aquel fantaacutestico edificio que levantamos Yo he sido de los que con maacutes gana con maacutes conviccioacuten y hasta con verdadera ferocidad han gritado iexclConstitucioacuten o muerte Haacutebleme usted con franqueza Salvador iquesttiene usted fe [57]

-Ninguna -repuso el cautivo- pero tengo odio y por el odio que siento contra mis carceleros estoy dispuesto a todo a morir matando facciosos si el general Mina quiere hacerme un hueco entre sus soldados

-Pues yo -manifestoacute Seudoquis con frialdad- no tengo fe tampoco tengo odio muy vivo pero el deber militar supliraacute en miacute la falta de estas dos poderosas fuerzas guerreras Pienso batirme con lealtad y llevar la bandera de la Constitucioacuten hasta donde se pueda

-Eso no basta -dijo Monsalud moviendo la cabeza- Para este conflicto nacional se necesita algo maacutes En fin Dios diraacute

Y empezoacute a escribir a su madre

- VII -

Despueacutes de dar noticia de su estupenda liberacioacuten exponiendo con brevedad los padecimientos del largo cautiverio que habiacutea sufrido escribioacute las frases maacutes carintildeosas y una pateacutetica declaracioacuten de arrepentimiento por su desnaturalizada conducta y la impiacutea fuga que tan duramente habiacutea castigado Dios Manifestando [58] despueacutes su falta de recursos y que maacutes que un viaje a Madrid le conveniacutea su permanencia en el ejeacutercito de Cataluntildea rogaba a su madre que vendiese cuanto habiacutea en la casa y juntamente con Solita se trasladase a la Puebla de Arganzoacuten donde pasariacutea a verlas pidiendo una licencia Concluiacutea indicando la direccioacuten que debiacutea darse a las cartas de respuesta y pediacutea que esta fuera inmediata para calmar la incertidumbre y afaacuten de su alma

Aquella misma tarde habloacute con el brigadier Rotten el cual era un hombre muy rudo y fiero bastante parecido en genio y modos a don Carlos Espantildea Aconsejole este que viera al general Mina en cuyo ejeacutercito habiacutea varias partidas de contraguerrilleros organizadas disciplinariamente antildeadioacute que eacutel (el brigadier Rotten) se habiacutea propuesto hacer la guerra de exterminio quemando arrasando y fusilando en la seguridad de que la supresioacuten de la humanidad traeriacutea infaliblemente el fin del absolutismo y concluyoacute diciendo que pasaba a la provincia de Tarragona con todas las fuerzas de su mando excepcioacuten hecha del batalloacuten de Murcia que le habiacutea sido reclamado por el general en jefe para reforzar el sitio de la Seo Monsalud sin vacilar en su eleccioacuten optoacute por seguir a los de Murcia que iban hacia la Seo [59]

Salioacute pues Murcia al diacutea siguiente muy temprano en direccioacuten a Castellar llevando el triste encargo de conducir a los catorce prisioneros de San Llorens de Morunys Seudoquis no ocultoacute a Salvador su disgusto por comisioacuten tan execrable pero ni eacutel ni sus compantildeeros podiacutean desobedecer al baacuterbaro Rotten Puacutesose en marcha el regimiento que maacutes bien pareciacutea cortejo fuacutenebre y en uno de sus uacuteltimos carros iba Monsalud viendo delante de siacute a los infelices cautivos atraillados algunos medio desnudos y todos abatidos y llorosos por su miserable destino aunque no se creiacutean condenados a muerte sino tan soacutelo a denigrante esclavitud

Camino maacutes triste no se habiacutea visto jamaacutes Lleno de fango el suelo cargada de neblina la atmoacutesfera y enfriada por un remusguillo helado que del Pirineo descendiacutea todo era tristeza fuera y dentro del alma de los soldados No se oiacutean ni las canciones alegres con que estos suelen hacer menos pesadas las largas marchas ni los diaacutelogos picantes ni maacutes que el luacutegubre compaacutes de los pasos en el cieno y el crujir de los lentos carros y los suspiros de los acongojados prisioneros El diacutea se acaboacute muy pronto a causa de la niebla que al modo de envidia lo empantildeaba y al llegar a un aacutengulo del camino en cierto sitio llamado los tres [60] Roures (los tres robles) el regimiento se detuvo Tomaba aliento porque lo que iba a hacer era grave

Salvador sintioacute un suacutebito impulso en su alma cristiana Eran los sentimientos de humanidad que se sobreponiacutean al odio pasajero y al recuerdo de tantas penas Cuando vio que la horrible sentencia iba a cumplirse hundioacute la cabeza sepultaacutendola entre los sacos y mantas que llenaban el carro y oroacute en silencio Los ayes lastimeros y los tiros que pusieron fin a los ayes le hicieron estremecer y sacudirse como si resonaran en la cavidad de su propio corazoacuten Cuando todo quedoacute en luacutegubre silencio alzando su angustiada cabeza dijo asiacute

-iexclQueacute cobarde soy El estado de mi cuerpo que parece de vidrio me hace deacutebil y pusilaacutenime como una mujer No debo tenerles laacutestima porque me sepultaron durante

seis meses porque bailaron sobre mi calabozo y me injuriaron y escupieron porque ni aun tuvieron la caridad de darme muerte sino por el contrario me dejaban vivir para mortificarme maacutes

El regimiento siguioacute adelante y al pasar junto al lugar de la carniceriacutea Salvador sintioacute renacer su congoja

-Es preciso ser hombre -pensoacute- La guerra [61] es guerra y exige estas crueldades Es preciso ser verdugo que viacutectima O ellos o nosotros

Seudoquis se acercoacute entonces para informarse de su estado de salud Estaba el buen capitaacuten tan paacutelido como los muertos y su mano ardiente y nerviosa temblaba como la del asesino que acaba de arrojar el arma para no ser descubierto

-iquestQueacute dice usted amigo miacuteo -le preguntoacute Salvador

-Digo -repuso el militar tristemente- que la Constitucioacuten seraacute vencida

- VIII - Hasta el 25 de Enero no llegaron a Canyellas donde Mina teniacutea su cuartel general frente a la Seo de Urgel Habiacutean pasado maacutes de sesenta diacuteas desde que puso sitio a la plaza y aunque la Regencia se habiacutea puesto en salvo llevaacutendose el dinero y los papeles los testarudos catalanes y aragoneses se sosteniacutean fieramente en la poblacioacuten en los castillos y en la formidable ciudadela [62]

Mina hombre de mucha impaciencia teniacutea en aquellos diacuteas un humor de mil demonios Sus soldados estaban medio desnudos sin ninguacuten abrigo y con menos ardor guerrero que hambre A los cuarenta y seis cantildeones que guarneciacutean las fortalezas de la Seo el heacuteroe navarro no podiacutea oponer ni una sola pieza de artilleriacutea El paiacutes en que operaba era tan pobre y desolado que no habiacutea medios de que sobre eacutel como es costumbre vivieran las tropas Por carecer estas de todo hasta careciacutean de fanatismo y el grito de Constitucioacuten o muerte haciacutea ya muy poco efecto Era como los cumplimientos que todo el mundo los dice y nadie cree en ellos Un invierno friacuteo y crudo completaba la situacioacuten derramando nieves escarchas hielos y lluvia sobre los sitiadores no menos desabrigados que aburridos

Delante de la miserable casilla que le serviacutea de alojamiento soliacutea pasearse D Francisco por las tardes con las manos en los bolsillos de su capote y pisando fuerte para que entraran en calor las entumecidas piernas Era hombre de cuarenta y dos antildeos recio y avellanado de semblante rudo en que se pintaba una gran energiacutea y todo su aspecto revelaba al guerreador castellano maacutes aacutegil que forzudo En sus ojos sombreados por cejas muy espesas brillaba la [63] astuta mirada del guerrillero que sabe organizar las emboscadas y las dispersiones Teniacutea cortas patillas que empezaban a emblanquecer y una piel bronca las mandiacutebulas asiacute como la parte inferior de la cara muy pronunciadas la cabeza cabelluda y no como la de Napoleoacuten sino piriforme y

amelonada a lo guerrillero No careciacutea de cierta zandunga (5) su especial modo de sonreiacuter y su hablar era como su estilo conciso y claro si bien no muy elegante pero si no escribiacutea como Julio Ceacutesar soliacutea guerrear como eacutel

No le educaron sus mayores sino los menores de su familia y tuvo por maestro a su sobrino un seminarista calaveroacuten que empezoacute su carrera persiguiendo franceses y la acaboacute fusilado en Ameacuterica Se hizo general como otros muchos y con mejores motivos que la mayor parte educaacutendose en la guerra de la Independencia sirviendo bien y con lealtad ganando cada grado con veinte batallas y defendiendo una idea poliacutetica con perseverancia y buena fe Su destreza militar era extraordinaria y fue sin disputa el primero entre los caudillos de partidas pues teniacutea la osadiacutea de Merino el brutal arrojo del Empecinado la astucia de Albuiacuten y la ligereza del Royo Sus crueldades de que tanto se ha hablado no saliacutean como las de Rotten de las perversidades [64] de un corazoacuten duro sino de los caacutelculos de su activo cerebro y constituiacutean un plan como cualquier otro plan de guerra Supo hacerse amar de los suyos hasta el delirio y tambieacuten sojuzgar a los que se le rebelaron como el Malcarado

Poseiacutea el genio navarro en toda su grandeza siendo guerrero en cuerpo y alma no muy amante de la disciplina caminante audaz cazador de hombres enemigo de la lisonja valiente por amor a la gloria terco y caprichudo en los combates Ganoacute batallas que equivaliacutean a romper una muralla con la cabeza y fueron obras maestras de la terquedad que a veces sustituye al genio En sus crueldades jamaacutes cometioacute viles represalias ni se ensantildeoacute como otros en criaturas deacutebiles Peleando contra Zumalacaacuterregui ambos caudillos cambiaron cartas muy tiernas a propoacutesito de una nintildea de quince meses que el guipuzcoano teniacutea en poder del navarro Fuera de la guerra era hombre corteacutes y fino desmintiendo asiacute la humildad de su origen al contrario de otros muchos como D Juan Martiacuten por ejemplo que aun siendo general nunca dejoacute de ser carbonero

Salvador Monsalud habiacutea conocido a Mina en 1813 durante la conspiracioacuten y despueacutes en Madrid Su amistad no era iacutentima pero siacute [65] cordial y sincera Oyoacute el general con mucho intereacutes el relato de las desgracias del pobre cautivo de San Llorens y a cada nueva crueldad que este referiacutea soltaba el otro alguna eneacutergica invectiva contra los facciosos

-Ya tendraacute usted ocasioacuten de vengarse si persiste en su buen propoacutesito de ingresar en mi ejeacutercito -le dijo estrechaacutendole la mano- Yo tengo aquiacute varias partidas de contraguerrilleros compuestas de gentes del paiacutes y de compatriotas miacuteos que me ayudan como pueden Desde luego le doy a usted el mando de una compantildeiacutea iquestacepta usted

-Acepto -repuso Salvador- Nunca fue grande mi aficioacuten a la carrera militar pero ahora me seduce la idea de hacer todo el dantildeo posible a mis infames verdugos no asesinaacutendolos sino vencieacutendolos Este es el sentimiento de que han nacido todas las guerras Ademaacutes yo no tengo nada que hacer en Madrid El duque del Parque no se acordaraacute ya de miacute y habraacute puesto a otro en mi lugar He rogado a mi madre que venda todo y se traslade a la Puebla con mi hermana No quiero Corte por ahora Las circunstancias y una inclinacioacuten irresistible que hay dentro de miacute desde que me sacaron de aquel horrible sepulcro me impulsan a ser guerrillero [66]

-Eso no es maacutes que vocacioacuten de general -dijo Mina riendo

Despueacutes convidoacute a Monsalud a su frugal mesa y hablaron largo rato de la campantildea y del sitio emprendido que seguacuten las predicciones del general tocaba ya a su fin

-Si para el diacutea de la Candelaria no he entrado en esa cueva de ladrones -dijo- rompo mi bastoacuten de mando Dariacutea todos mis grados por podeacuterselo romper en las costillas a Mataflorida

-O al arzobispo de Creux

-Ese se pone siempre fuera de tiro Ya marchoacute a Francia por miedo a la chamusquina que les espera iexclAh Sr Monsalud si no es usted hombre de corazoacuten no venga con nosotros Cuando entremos en la Seo no pienso perdonar ni a las moscas El Trapense al tomar esta plaza pasoacute a cuchillo la guarnicioacuten Yo pienso hacer lo mismo

-iquestA queacute cuerpo me destina mi general

-A la contraguerrilla del Cojo de Lumbier Es un puntildeado de valientes que vale todo el oro del mundo

-iquestEn doacutende estaacute

-Hacia Fornals vigilando siempre la Ciudadela Los contraguerrilleros del Cojo han jurado morir todos o entrar en la Ciudadela [67] antes de la Candelaria Me inspiran tal confianza que les he dicho laquono teneacuteis que poneros delante de miacute sino para decirme que la Ciudadela es nuestraraquo

-Entraraacuten entraremos de seguro -dijo Monsalud con entusiasmo

-Y ya les he leiacutedo muy bien la cartilla -antildeadioacute Mina- Ya les he cantado muy claro que no tienen que hacerme prisioneros No doy cuartel a nadie absolutamente a nadie Esa turba de sacristantes y salteadores no merece ninguna consideracioacuten militar

-Es decir

-Que me hareacuteis el favor de pasarme a cuchillo a toda esa gavilla de tunantes Amigo miacuteo la experiencia me ha demostrado que esta guerra no se sofoca sino con la ley del exterminio llevada a su uacuteltimo extremo

Salvador oyendo esto se estremecioacute y por largo rato no pudo apartar de su pensamiento la luacutegubre fase que tomaba la guerra desde que eacutel imaginoacute poner su mano en ella

Mina encargoacute al novel guerrillero que procurara restablecerse daacutendose la mejor vida posible en el campamento pues tiempo habiacutea de sobra para entrar en lucha si continuaba la guerra como era creiacuteble en vista del estado del paiacutes y de los amagos de intervencioacuten [68] Otros amigos ademaacutes del general encontroacute Salvador en Canyellas y pueblos inmediatos relaciones hechas la mayor parte en la conspiracioacuten y fomentadas despueacutes en las logias y en los cafeacutes patrioacuteticos

- IX - La Seo de Urgel estaacute situada en la confluencia de dos riacuteos que alliacute son torrentes el Segre originario de Puigcerdaacute y el Balira un bullicioso y atronador joven enviado a Espantildea por la Repuacuteblica de Andorra Enormes montantildeas la cercan por todas partes y tres gargantas estrechas le dan entrada por caminos que entonces soacutelo eran a propoacutesito para la segura planta del mulo Sobre la misma villa se eleva la Ciudadela maacutes al Norte el CASTILLO entre estas dos fortalezas el escarpado arrabal de Castel-Ciudad y en direccioacuten a Andorra la torre de Solsona La imponente altura de estas posiciones hace muy difiacutecil su expugnacioacuten es preciso andar a gatas para llegar hasta ellas

El 29 Mina dispuso que se atacara a Castel-Ciudad [69] El eacutexito fue desgraciado pero el 1ordm de Febrero operando simultaacuteneamente todas las tropas contra Castel-Ciudad Solsona y el Castillo se logroacute poner avanzadas en puntos cuya conquista haciacutea muy peligrosa la resistencia de los sitiados Por uacuteltimo el diacutea 3 de Febrero a las doce de la mantildeana las contraguerrillas del Cojo y el regimiento de Murcia penetraban en la Ciudadela defendida por seiscientos hombres al mando de Romagosa

Aunque no se hallaba totalmente restablecido Salvador Monsalud volviacutea tan raacutepidamente a su estado normal que creyoacute de su deber darse de alta en los criacuteticos diacuteas 1ordm y 2ordm de Febrero Ademaacutes de que se sentiacutea regularmente aacutegil y fuerte le mortificaba la idea de que se le supusiera maacutes encarintildeado con la convalecencia que con las balas Tomoacute pues el mando de su compantildeiacutea de contraguerrillas a las oacuterdenes del valiente Cojo de Lumbier y fue de los primeros que tuvieron la gloria de penetrar en la Ciudadela Sin saber coacutemo sintiose dominado por la rabiosa exaltacioacuten guerrera que animaba a su gente Vio los raudales de sangre y oyoacute los salvajes gritos todo ello muy acorde con su excitado espiacuteritu

Cuando la turba vencedora cayoacute como una venganza celeste sobre los vencidos sintioacute siacute [70] pasajero temblor pero sobreponieacutendose a sus sentimientos recordoacute las instrucciones de Mina y supo transmitir las oacuterdenes de deguumlello con tanta firmeza como el cirujano que ordena la amputacioacuten Vio pasar a cuchillo a maacutes de doscientos hombres en la Ciudadela y no pestantildeeoacute pero no pudo vencer una tristeza maacutes honda que todas las tristezas imaginables cuando Seudoquis acercaacutendose a eacutel sobre charcos de sangre y entre los destrozados cuerpos palpitantes le dijo con la misma expresioacuten luacutegubre de la tarde de los tres Roures

-Me confirmo en mi idea amigo Monsalud La Constitucioacuten seraacute vencida

Al diacutea siguiente bajoacute a la villa de la Seo que le parecioacute un sepulcro del cual se acabara de sacar el cuerpo putrefacto Su estrechez loacutebrega y huacutemeda asiacute como su suciedad haciacutean pensar en los gusanos insaciables y no se podiacutea entrar en ella con aacutenimo sereno Como oyera decir que en los claustros de la catedral convertidos en

hospital habiacutea no pocas personas de Madrid se dirigioacute allaacute creyendo encontrar alguacuten amigo de los muchos y diversos que teniacutea Grande era el nuacutemero de heridos y enfermos mas no vio ninguacuten semblante conocido En el palacio arzobispal estaban soacutelo [71] los enfermos de maacutes categoriacutea Dirigiose allaacute y apenas habiacutea dado algunos pasos en la primera sala cuando se sintioacute llamado eneacutergicamente

Miroacute y dos nombres sonaron

-iexclSalvador

-iexclPipaoacuten

Los dos amigos de la nintildeez los dos colegas de la conspiracioacuten del 19 los dos hermanos aunque no bien avenidos de la logia de las Tres Cruces se abrazaron con carintildeo El buen Bragas que poco antes viendo malparada la causa constitucional habiacutea corrido a la Seo a ponerse a las oacuterdenes de la Regencia cual hombre previsor padeciacutea de un persistente reuacutema que le impidioacute absolutamente huir a la aproximacioacuten de las tropas liberales Confiaba el pobrecito en las infinitas trazas de su sutiliacutesimo ingenio para conseguir que no se le causara dantildeo y como tuvo siempre por norte hacerse amigos aunque fuera en el infierno muy mal habiacutean de venir las cosas para que no saliese alguno entre los soldados de Mina A pesar de todo estuvo con el alma en un hilo hasta que vio aparecer la figura por demaacutes simpaacutetica de su antiguo camarada y entonces no pudiendo contener la alegriacutea le llamoacute y despueacutes de estrecharle en sus brazos con la freneacutetica alegriacutea del condenado que logra salvarse le dijo [72]

-iexclQueacute bonita campantildea habeacuteis hecho Habeacuteis tomado la Seo como quien coge un nido de paacutejaros Si he de ser franco contigo me alegro no se podiacutea vivir aquiacute con esa canalla de Regencia Yo vine por cuenta del Gobierno constitucional a vigilar ya tuacute me entiendes y me marchaba cuando iexclQueacute desgraciado soy Pero supongo que no me haraacuten dantildeo alguno iquesteh iquestTienes influencia con Mina Dile que podreacute ponerle en autos de algunas picardiacuteas que proyectan los Regentes Te juro que diera no seacute queacute por ver colgado de la torre al arzobispo

Monsalud despueacutes de tranquilizarle pidiole noticias de Madrid y de su familia

Pipaoacuten permanecioacute indeciso breve rato y despueacutes antildeadioacute con su habitual ligereza de lenguaje

-iquestPero doacutende te has metido iquestTe secuestraron los facciosos Ya me lo suponiacutea y asiacute lo dije a tu pobre madre cuando estuvo en mi casa a preguntarme por ti La buena sentildeora no teniacutea consuelo Se comprende iexclNo saber de ti en tanto tiempo

iquestVive mi madre -preguntoacute Salvador- iquestEstaacute buena

-Hace algunos diacuteas que falto de Madrid y no te puedo contestar -dijo Bragas mascullando [73] las palabras- pero si recibieses alguna mala noticia no debes sorprenderte Tu ausencia durante tantos meses y la horrible incertidumbre en que ha vivido tu buena madre no son ciertamente garantiacuteas de larga vida para ella

-Pipaoacuten por Dios -dijo Monsalud con amargura- tuacute me ocultas algo tuacute por caridad no quieres decirme todo lo que sabes iquestVive mi madre

-No puedo afirmar que siacute ni que no

-iquestCuaacutendo la has visto

-Hace cuatro meses

-iquestY entonces estaba buena

-Asiacute asiacute

-iquestY Sola estaba buena

-Asiacute asiacute Las dos pareciacutean tan apesadumbradas que daba pena verlas

-iquestSeguiacutean viviendo en el Prado donde yo las dejeacute

-No volvieron a la calle de Coloreros Comprendo tu ansiedad Si no hubiera huido con la Regencia una persona que se toma intereacutes por ti que te nombra con frecuencia y que hace poco ha llegado de Madrid

-iquestQuieacuten

-Jenara [74]

-iquestHa estado aquiacute No me dices nada que no me abrume Pipaoacuten

-Marchoacute con el arzobispo y Mataflorida iexclQueacute guapa estaacute Y conspira que es un primor Soacutelo ella se atreveriacutea a meterse en Madrid llevando mensajes de esta gente de la frontera como hizo en la primavera pasada y volver locos a los Ministros y a la camarilla Pero te has puesto paacutelido al oiacuter su nombre Ya ya seacute que os quereacuteis bien Ella misma ha dejado comprender ciertas cosas iexclCuaacutento ha padecido por arrancar de la faccioacuten a un hombre secuestrado en Benabarre Ese hombre eres tuacute Bien claro me lo ha dado a entender ella con sus suspiros siempre que te nombraba y tuacute con esa palidez teatral que tienes desde que hablamos de ella Amiguito bien bravo mozas de tal calidad bien valen seis meses de prisioacuten A doce me condenariacutea yo por haber gustado esa miel hiblea

Y prorrumpioacute en alegres risas sin que el otro participase de su jovialidad Reclinado en la cama del enfermo la cabeza apoyada en la mano Monsalud pareciacutea la imagen de la meditacioacuten Despueacutes de larga pausa volvioacute a anudar el hilo del interrumpido coloquio diciendo

-iquestConque ha estado aquiacute hace poco [75]

-Siacute iquestves esta cinta encarnada que tengo en el brazo Ella me la puso para sujetarme la manga que me molestaba Si quieres este recuerdo suyo te lo puedo ceder en cambio de la proteccioacuten que me dispensas ahora

Salvador miroacute la cinta pero no hizo movimiento alguno para tomarla ni dijo nada sobre aquel amoroso tema

-iquestY dices que hizo esfuerzos por rescatarme -preguntoacute

-Siacute iexclpobre mujer Se me figura que te amoacute grandemente pero acaacute para entre los dos no creo que la primera virtud de Jenara sea la constancia Si tanto empentildeo teniacutea por salvarte iquestpor queacute no te salvoacute siendo como era amiga de Mataflorida del arzobispo y del baroacuten Con tomar una orden de la Regencia y dirigirse al interior del paiacutes dominado por los arcaacutengeles de la fe Pero no habiacutea quien la decidiera a dar este paso y antes que meterse entre guerrilleros me dijo una vez que preferiacutea morir

-Y iquestcrees tuacute que ella podriacutea darme noticias de mi familia

-Se me figura que siacute -dijo Pipaoacuten poniendo semblante compungido- Yo le oiacute ciertas cosas No seraacute malo querido amigo que te dispongas a recibir alguna mala noticia [76]

-Diacutemela de una vez y no me atormentes con tus medias palabras -manifestoacute Salvador lleno de ansiedad

-De este mundo miserable -antildeadioacute Bragas con una gravedad que no le sentaba bien- iquestqueacute puede esperarse maacutes que penas

-iexclYa lo seacute Jamaacutes he esperado otra cosa

-Pues bien Yo supongo que tuacute eres un hombre valiente iquestPara queacute andar con rodeos y palabrillas

-Es verdad

-Si al fin habiacutea de suceder si al fin habiacuteas de apurar este caacuteliz de amargura iexclAh mi querido amigo siento ser mensajero de esta tristiacutesima nueva

-iexclOh Dios miacuteo lo comprendo todo -exclamoacute Salvador ocultando su rostro entre las temblorosas manos

-iexclTu madre ha muerto -dijo Pipaoacuten

-iexclOh bien me lo deciacutea el corazoacuten -balbucioacute el hueacuterfano traspasado de dolor- iexclMadre querida iexclyo te he matado

Durante largo rato estuvo llorando amargamente [77]

- X -

Creyendo ahora conveniente el autor no trabajar maacutes por cuenta propia vuelve a utilizar el manuscrito de la sentildeora en su segunda pieza que concuerda cronoloacutegicamente con el punto en que se ha suspendido la anterior relacioacuten

Los lectores perdonaraacuten esta larga incrustacioacuten ripiosa tan inferior a lo escrito por la hermosa mano y pensado por el agudo entendimiento de la sentildeora Pero como la seguridad del edificio de esta historia lo haciacutea necesario el autor ha metido su tosco ladrillo entre el fino maacutermol de la gentil dama alavesa El segundo fragmento lleva por tiacutetulo DE PARIacuteS A CAacuteDIZ y a la letra dice asiacute

A fines de Diciembre del 22 tuve que huir precipitadamente de la Seo que amenazaba el cabecilla Mina No es faacutecil salir con pena de la Seo Aquel pueblo es horrible y todo el que vive dentro de eacutel se siente amortajado Mataflorida salioacute antes que nadie [78] treacutemulo y lleno de zozobra No podreacute olvidar nunca la figura del arzobispo montando a mujeriegas en un mulo apoyando una mano en el arzoacuten delantero y otra en el de atraacutes y con la canaleja sujeta con un pantildeuelo para que no se la arrancase el fuerte viento que soplaba Es sensible que no pueda una dejar de reiacuterse en circunstancias tristes y luctuosas y que a veces las personas maacutes dignas de veneracioacuten por su estado religioso exciten la hilaridad Conozco que es pecado y lo confieso pero ello es que yo no podiacutea tener la risa

Nos reunimos todos en Tolosa de Francia Yo resolviacute entonces no mezclarme maacutes en asuntos de la Regencia Jamaacutes he visto un desconcierto semejante Muchos espantildeoles emigrados viendo cercana la intervencioacuten (precipitada por las altaneras contestaciones de San Miguel) temblaban ante la idea de que se estableciese un absolutismo fanaacutetico y vengador y suspiraban por una transaccioacuten interpretando el pensamiento de Luis XVIII Pero no habiacutea quien apease a Mataflorida de su borrica o sea de su idea de restablecer las cosas en el propio ser y estado que tuvieron desde el 10 de Mayo de 1814 hasta el 7 de Marzo de 1820 Balmaseda le apoyaba y D Jaime Creux (el gran jinete de quien antes he hablado) era partidario [79] tambieacuten del absolutismo puro y sin mancha alguna de Caacutemaras ni camarines pero el baroacuten de Eroles y Eguiacutea se oponiacutean furiosamente a esta salutiacutefera idea de sus compantildeeros

Mi amigo el general de la coleta (ya separado de la pastelera de Bayona) queriacutea destituir a la Regencia y prender a Mataflorida y al arzobispo Mataflorida fuerte con las instrucciones reservadiacutesimas de Su Majestad que yo y otros emisarios le habiacuteamos traiacutedo seguiacutea en sus trece La Junta de Cataluntildea los apostoacutelicos de Galicia la Junta de Navarra los obispos emigrados enviaban representaciones a Luis XVIII para que reconociese a la Regencia de Urgel mientras la Regencia misma echaacutendosela de soberana enviaba una especie de plenipotenciarios de figuroacuten a los Soberanos de Europa

Nada de esto hizo efecto y la Corte de Francia conforme con Eguiacutea y el baroacuten de Eroles puso a la Regencia cara de hereje Por desgracia para la causa real Ugarte habiacutea sido quitado de la escena poliacutetica y todo el negocio como puede suponerse andaba en manos muy ineptas Alliacute era de ver la rabia de Mataflorida que alegaba en su favor las oacuterdenes terminantes del Rey pero nada de esto valiacutea porque los otros tambieacuten

mostraban cartas [80] y mandatos reales Fernando jugaba con todos los dados a la vez iquestSu voluntad quieacuten podiacutea saberla

Entretanto todo se volviacutea recados misteriosos de Tolosa a Pariacutes y a Madrid y a Verona Eguiacutea se carteaba con el duque de Montmorency ministro de Estado en Francia y Mataflorida con Chateaubriand Cuando este sustituyoacute a Montmorency en el Ministerio nuestro marqueacutes vio el cielo abierto por ser el vizconde de los que con maacutes ahiacutenco habiacutean sostenido en Verona la necesidad de volver del reveacutes las instituciones espantildeolas Necesitando negociar con eacutel y no queriendo apartarse de la frontera de Espantildea por temor a las intrigas de Eguiacutea y del baroacuten de Eroles me rogoacute que le sirviese de mensajero a lo que accediacute gustosa porque me agradaban iquesta queacute negarlo aquellos graciosos manejos de la diplomacia menuda y el continuo zarandeo y el trabar relaciones con personajes eminentes Priacutencipes y hasta soberanos reinantes Yo dicho sea sin perjuicio de la modestia habiacutea mostrado regular destreza para tales tratos asiacute como para componer haacutebilmente una intriga y el haacutebito de ocuparme en ello habiacutea despertado en miacute lo que puede llamarse el amor al arte Mi belleza y cierta magia que seguacuten dicen tuve contribuiacutean no poco entonces [81] al eacutexito de lo que yo nombraba plenipotencias de abanico

Tomeacute pues mis credenciales y partiacute para Pariacutes con mi doncella y dos criados excelentes que me proporcionoacute Mataflorida Estaba en mis glorias Felizmente yo hablaba el franceacutes con bastante soltura y teniacutea en tan alto grado la facultad de adaptacioacuten que a medida que pasaba de Tolosa a Agen de Agen a Poitiers de Poitiers a Tours y a Pariacutes pareciacuteame que me iba volviendo francesa en maneras en traje en figura y hasta en el modo de pensar

Llegueacute a la gran ciudad ya muy adelantado Febrero Tomeacute habitacioacuten en la calle del Bac y despueacutes de destinar dos diacuteas a recorrer las tiendas del Palais Royal y a entablar algunas relaciones con modistas y joyeros pediacute una audiencia al sentildeor Ministro de Negocios Exteriores Eacutel que ya teniacutea noticia de mi llegada enviome uno de sus secretarios dignaacutendose al mismo tiempo ofrecerme un billete para presenciar la apertura de las tareas legislativas en el Louvre

Mucho me holgueacute de esto y dispuacuteseme a asistir a tan brillante ceremonia en la cual debiacutea leer su discurso el Rey Luis XVIII y presentarse de corte todos los grandes dignatarios de aquella fastuosa Monarquiacutea Confieso que [82] jamaacutes he visto ceremonia que maacutes me impresionase iexclQueacute solemnidad queacute grandeza y lujo El puesto en que me colocaron los ujieres no era el maacutes coacutemodo pero vi perfectamente todo y la admiracioacuten y arrobamiento de mi espiacuteritu no me permitiacutean atender a las molestias

La presencia del anciano Rey me causoacute la sensacioacuten maacutes viva Aclamaacuteronle ruidosamente cuando aparecioacute en el gran saloacuten y en realidad inspiraba afecto y entusiasmo Bien puede decirse que pocos reyes han existido maacutes simpaacuteticos ni maacutes dignos de ser amados Luis XVIII tomoacute asiento en un trono sombreado con rico dosel de terciopelo carmesiacute Los altos dignatarios se colocaron en pie en los escantildeos alfombrados No se veraacute en parte alguna nada maacutes grave ni maacutes suntuoso ni maacutes imponente

Su Majestad Cristianiacutesima empezoacute a leer iexclQueacute voz tan dulce queacute acento tan pateacutetico A cada paacuterrafo era interrumpido por vivas exclamaciones Yo lloraba y atendiacutea

con toda mi alma Se me grabaron profundamente en la memoria aquellas ceacutelebres palabras laquoHe mandado retirar mi embajador Cien mil franceses mandados por un Priacutencipe de mi familia por aquel a quien mi corazoacuten se complace en llamar [83] hijo estaacuten a punto de marchar invocando al Dios de San Luis para conservar el trono de Espantildea a un descendiente de Enrique IV para librar a aquel hermoso reino de su ruina y reconciliarlo con Europaraquo

Ruidosos y entusiastas viacutetores manifestaron cuaacutento entusiasmaba a todos los franceses alliacute presentes la intervencioacuten Yo aunque espantildeola comprendiacutea la justicia y necesidad de esta medida Asiacute es que dije para miacute pensando en mis paisanos

-Ahora vereacuteis brutos coacutemo os haraacuten andar derechosraquo

Pero el bondadoso Luis XVIII siguioacute diciendo cosas altamente patrioacuteticas soacutelo bajo el punto de vista franceacutes y ya aquello no me gustaba tanto porque en fin empeceacute a comprender que nos trataban como a un hato de carneros He sido siempre de una volubilidad extraordinaria en mis ideas las cuales variacutean al compaacutes de los sentimientos que agitan hondamente mi alma Asiacute es que de pronto y sin saber coacutemo se enfrioacute un poco mi entusiasmo y cuando Luis dijo con altanero acento y entre atronadores aplausos aquello de Somos franceses sentildeores sentiacute oprimido mi corazoacuten sentiacute que corriacutea por mis venas raacutepido fuego y pensando en la intervencioacuten dije para miacute [84]

-No hay que echar mucha facha todaviacutea amiguitos Somos espantildeoles sentildeores

Pero no puedo negar que la pompa de aquella Corte la seriedad y grandeza de aquella Asamblea acorde con su Rey y existente con eacutel sin estorbarse el uno a la otra hicieron grande impresioacuten en mi espiacuteritu Me acordaba de las discordias infecundas de mi paiacutes y entonces sentiacutea pena

-Allaacute -penseacute- tenemos demasiadas Cortes para el Rey y demasiado Rey para las Cortes

El diacutea siguiente 1ordm de Marzo era el sentildealado por Chateaubriand para recibirme Yo teniacutea viviacutesimos deseos de verle por dos motivos por mi comisioacuten y porque habiacutea leiacutedo la Atala poco antes hallando en su lectura profundo deleite No seacute por queacute me figuraba al vizconde como una especie de triste Chactas de tal modo que no podiacutea pensar en eacutel sin traer a la memoria la ceacutelebre cancioacuten

Pero todo cambioacute cuando entreacute en el Ministerio y en el despacho del ceacutelebre escritor que llenaba el mundo con su nombre y habiacutea divulgado la maniacutea de los bosques de Ameacuterica el sentimentalismo catoacutelico y las tristezas quejumbrosas a lo Reneacute Vestiacutea de gran uniforme Su semblante paacutelido y hermoso no teniacutea maacutes defecto que el estudiado desorden de los cabellos [85] que asemejaban su cabeza a una de esas testas de aldeano en cuya selvaacutetica espesura jamaacutes ha entrado el peine En sus ojos habiacutea un mirar tan vivo y penetrante que me obligaba a bajar los miacuteos Estaba bastante decaiacutedo aunque su edad no pasara entonces de los cincuenta y dos antildeos Su exquisita urbanidad era algo finchada y friacutea Sonreiacutea ligeramente y pocas veces contrayendo los casi imperceptibles pliegues de su boca de maacutermol pero frunciacutea con frecuencia el centildeo como una mantildea adquirida por la costumbre de creer que cuanto veiacutea era inferior a la majestad de su persona

Pareciome que la presencia de la diplomaacutetica espantildeola le habiacutea causado sorpresa Sin duda creiacutea ver en miacute una maja de esas que conforme eacutel dice en uno de sus libros se alimentan con una bellota una aceituna o un higo Debioacute (6) admirarle mi intachable vestido franceacutes y la falta de aquella gravedad espantildeola que consiste seguacuten ellos en hablar campanudamente y con altaneriacutea En sus miradas creiacute sorprender una observacioacuten algo impropia de hombre tan fino Pareciome que miraba si habiacutea yo llevado el rosario para rezar en su presencia o alguna guitarra para tocar y cantar mientras durase el largo plazo de la antesala En sus primeras palabras advertiacute marcado [86] deseo de llevarme al terreno literario porque empezoacute hablando de lo mucho que admiraba a mi paiacutes y del Romancero del Cid asunto que no vino muy de molde en aquella ocasioacuten

Yo vieacutendole en tan buen terreno y considerando cuaacutento debiacutea (7) agradarle la lisonja me afirmeacute en el terreno literario y le hableacute de su universal fama asiacute como del gran eco de Chateaubriand por todo el orbe Eacutel me contestoacute con frases de modestia tan ingeniosas y bien perfiladas que la misma modestia no las hubiera conocido por suyas Preguntome si habiacutea leiacutedo el Genio del Cristianismo y le contesteacute al punto que siacute y que me entusiasmaba aunque la verdad es que hasta entonces no habiacutea ni siquiera hojeado tal libro mas recordando algunos pasajes de los Maacutertires le hableacute de esta obra y de la gran impresioacuten que en miacute produjera Eacutel parecioacute maravillado de que una dama espantildeola supiera leer y me dirigioacute varias galanteriacuteas del maacutes delicado gusto Por mi belleza y mis gracias materiales yo no debiacutea de ser de palo para el vizconde Despueacutes supe que con cincuenta y dos antildeos a la espalda auacuten se creiacutea bastante joven para el galanteo y amaba a cierta artista inglesa con el furor de un colegial [87]

- XI - Entrando de lleno en nuestro asunto el triste Chactas me dijo

-Ya oiriacutea usted ayer el discurso de Su Majestad La guerra es inevitable Yo la creo conveniente para las dos Naciones y he tenido el honor de sostener esta opinioacuten en el Congreso de Verona y en el Ministerio contra muchos hombres eminentes que la juzgaban peligrosa En cuanto a la cuestioacuten principal que es la clase de Gobierno que debe darse a Espantildea no creo en la posibilidad de sostener el absolutismo puro Esto es un absurdo aun en Espantildea y las luces del siglo lo rechazan

Yo le hice una pintura todo lo fiel que me fue posible del estado de nuestras costumbres y de las clases sociales en nuestro paiacutes asiacute como de los personajes eminentes que en eacutel habiacutea haciendo notar de paso conforme a mi propoacutesito que un solo hombre grande existiacutea en toda la redondez de las Espantildeas Este hombre era el marqueacutes de Mataflorida

-Reconozco las altas dotes del sentildeor Marqueacutes [88] -me dijo Chateaubriand con finiacutesima sonrisa- Pero la conducta de la Regencia de Urgel ha sido poco prudente Su manifiesto del 15 de Agosto y sus propoacutesitos de conservar el absolutismo puro no pueden hallar eco en la Europa civilizada

Yo dije entonces usando las frases maacutes delicadas que no era faacutecil juzgar de los sucesos de Urgel por lo que afirmaran hombres tan corrompidos como Eguiacutea y el baroacuten de Eroles a los cuales con buenas palabras puse de oro y azul Concluiacute mi perorata afirmando que la voluntad de Fernando era favorable a los planes de Mataflorida

-Para nosotros -dijo- no hay otra expresioacuten de la voluntad del Rey de Espantildea que la contenida en la carta que Su Majestad Catoacutelica dirigioacute a nuestro Soberano

El piacutecaro me iba batiendo en todos mis atrincheramientos y me desconcertoacute completamente cuando me dijo

-El Gobierno franceacutes ha acordado nombrar una Junta provisional en la frontera hasta que las tropas francesas entren en Espantildea

-iquestY la Regencia

-La Regencia dejaraacute de existir mejor dicho ha dejado de existir ya

-Pero Fernando no le ha retirado sus poderes [89] antes bien se los confirma secretamente un diacutea y otro

Al oiacuter esto el insigne escritor y diplomaacutetico no contestoacute nada Conociacute que se veiacutea en la alternativa de desmentir mi aserto o de hablar mal de Fernando y que como hombre de intachable cortesiacutea no queriacutea hacer lo primero ni como Ministro de un Borboacuten lo segundo Vieacutendole suspenso insistiacute y entonces me dijo

-Indudablemente aquiacute hay algo que ahora no se puede comprender pero que andando el tiempo se ha de ver con claridad

Despueacutes deseando mostrarme el maacutes filantroacutepico intereacutes por la ventura de nuestro paiacutes afirmoacute que eacutel habiacutea trabajado porque se declarara la guerra sosteniendo para esto penosas luchas con Mr de Villeacutele y sus demaacutes colegas que la resistencia de Inglaterra y de Wellington habiacutean exigido de su parte grandes esfuerzos y constancia y por uacuteltimo que auacuten necesitaba de no poca energiacutea para vencer la oposicioacuten a la guerra que las Caacutemaras mostrariacutean desde el primer diacutea de sus sesiones

-Muchos -antildeadioacute Chactas- me consideran loco Otros me tienen laacutestima Algunos y entre ellos los envidiosos preguntan si podreacute yo conseguir lo que no fue dado a Napoleoacuten Pero yo fiacuteo al tiempo la consagracioacuten de este gran [90] hecho tan necesario a la seguridad del orden y la justicia en los pueblos de Occidente

Habloacute tambieacuten de las sociedades secretas y de los carbonarios a quienes pareciacutea tener muchiacutesimo miedo y yo empeceacute a comprender que el objeto de la intervencioacuten no era poner paz entre nosotros ni hacernos felices ni aun siquiera consolidar el vacilante trono de un Borboacuten sino aterrar a los revolucionarios franceses e italianos que bulliacutean sin cesar en los tenebrosos fondos de la sociedad francesa jamaacutes reposada ni tranquila

Prometioacute contestar a Mataflorida mas sin mostrarse muy entusiasta de las altas prendas de mi amigo ni indicar nada que trascendiese a propoacutesitos de acceder a su peticioacuten Bajo sus frases corteses yo creiacutea descubrir cierto menosprecio de los

individuos de la Regencia y aun de todos los que mangoneaban en la conspiracioacuten De un solo espantildeol me habloacute con acento que indicaba respeto y casi admiracioacuten de Martiacutenez de la Rosa Atribuiacute esto a mera simpatiacutea del poeta

Despedime de eacutel deplorando el mal eacutexito de mi embajada y aquiacute fue donde se deshizo en cumplidos buscando y hallando en su fina habilidad cortesana ocasioacuten para deslizar dos o tres galanteriacuteas con discretos elogios de mi [91] hermosura y del paiacutes donde florece el naranjo Me habiacutea tomado por andaluza y yo le dejeacute en esta creencia

A los dos diacuteas fue a pagarme la visita a mi alojamiento de la calle del Bac y en su breve entrevista me parecioacute que huiacutea de mencionar los oscuros asuntos de la siempre oscura Espantildea En los diacuteas sucesivos visiteacute a otras personas entre ellas al Ministro de lo Interior Mr de Corbiere y a algunos sentildeores del partido del conde de Artois como el priacutencipe de Polignac y Mr de la Bourdonnais Tambieacuten tuve ocasioacuten de tratar a dos o tres viejas aristoacutecratas del barrio de San Germaacuten ardientes partidarias de la guerra de Espantildea y no muy bien quistas con el Rey filoacutesofo y tolerante que gobernaba a la Francia convaleciente auacuten de la Revolucioacuten y del Imperio De mis conversaciones con toda aquella gente pude sacar en limpio el siguiente juicio que creo seguro y verdadero Las personas influyentes de la Restauracioacuten deseaban para Francia una Monarquiacutea templada y constitucional fundada en el orden y para Espantildea el absolutismo puro Con tal que en Francia hubiera tolerancia y filosofiacutea no les importaba que en Espantildea tuvieacuteramos frailes e inquisicioacuten Todo iriacutea bien siempre que en ninguna de las dos Naciones [92] hubiese franc-masones carbonarios y demagogos

Teniacutean de nuestro paiacutes una idea muy falsa Cuando Chateaubriand que era el genio de la Restauracioacuten deciacutea de Espantildea alliacute el matar es cosa natural ya sea por amor ya sea por odio puede juzgarse lo que pensariacutean todas aquellas personas que no supieron escribir el Genio del Cristianismo Nos consideraban como un pueblo heroico y salvaje dominado por pasiones violentas y por un fanatismo religioso semejante al del antiguo Egipto

La princesa de la Tremouille se asombraba de que yo supiera escribir y me presentoacute en su tertulia como un objeto curioso aunque sin dar a conocer ninguacuten sentimiento ni idea que me mortificasen Yo creo que ni uno solo de sus amigos dejoacute de enamorarse de miacute ilusionados con la idea de mi sentimentalismo andaluz y de mi gravedad calderoniana y de la mezcla que suponiacutean en miacute de maja y de gran sentildeora de Dulcinea y de gitana El maacutes rendido se suponiacutea expuesto a morir asesinado por miacute en un arrebato de celos pues tal idea teniacutean de las espantildeolas que en cada una de ellas se habiacutean de hallar comprendidas dos personas a saber la cantaora de Sevilla y dontildea Jimena la torera que gasta navaja y la dama [93] ideal de los romances moriscos Yo me reiacutea con esto y llevaba adelante la broma

Volviendo al asunto de la guerra de Espantildea direacute que al salir de Pariacutes no teniacutea duda alguna acerca del pensamiento de los franceses en esta cuestioacuten Ellos no haciacutean la guerra por nuestro bien ni por el de Fernando Poco se les importaba que despueacutes de vencido el constitucionalismo establecieacutesemos la Carta o el despotismo neto Allaacute nos entenderiacuteamos despueacutes con los frailes y los guerrilleros victoriosos Su objeto su bello ideal era aterrar a los revolucionarios franceses harto entusiasmados con las demencias de nuestros bobos liberales y ademaacutes dar a la dinastiacutea restaurada el prestigio militar que no teniacutea

El principal enemigo de los Borbones en Francia era el recuerdo de Bonaparte y el dejo de aquel dulce licor de la gloria con cuya embriaguez se habiacutean enviciado los franceses Una Monarquiacutea que no daba batallas de Austerlitz que no satisfaciacutea de ninguacuten modo el ardor guerrero de la Nacioacuten y que no tocaba el tambor en cualquier parte de Europa no podiacutea ser amada de aquel pueblo en quien la vanidad iguala a la verdadera grandeza y que tiene tanta presuncioacuten como genio Era preciso armarla como decimos en nuestro paiacutes era [94] necesario que la Restauracioacuten tuviera su epopeya chica o grande aunque esta epopeya fuese de mentirijillas era indispensable vencer a alguien para poder poner el grito en el cielo y regresar a Pariacutes con la bambolla de las conquistas Dios permitioacute que el anima vili de este experimento fueacutesemos nosotros y que la desgraciada Espantildea cuya fiereza libroacute a Europa de Bonaparte fuese la viacutectima escogida para proporcionar a Francia el desahoguillo marcial que debiacutea poner en olvido a aquel mismo Bonaparte tan execrado

Mi viaje a Pariacutes modificoacute mucho mis ideas absolutistas en principio si bien pensando en Espantildea no podiacutea admitir ciertas cosas que en Francia me pareciacutean bien Toda la vida me he congratulado de haber visto y hablado a monsieur de Chateaubriand el escritor maacutes grande de su tiempo Aunque su fama se eclipsoacute bastante despueacutes de la revolucioacuten del 30 lo cual indica que habiacutea en su genio mucho tomado a las circunstancias no puede negarse que sus obras deleitan y enamoran principalmente por la galanura de su imaginacioacuten y la magia de su estilo y auacuten deleitariacutean maacutes si en todas ellas no hablase tanto de siacute mismo Tengo muy presente su persona por demaacutes agradable y su rostro simpaacutetico y lleno de aquella expresioacuten [95] sentimental que se puso de moda haciendo que todos los hombres pareciesen enamorados y enfermos Me parece que le estoy mirando y ahora como entonces me dan ganas de llevar un peine en el bolsillo y sacarlo y daacuterselo diciendo laquoCaballero haacutegame usted el favor de peinarseraquo

- XII - Ahora hablemos iquestpor queacute no de la violentiacutesima pasioacuten que inspireacute a un franceacutes Era este el conde de Montguyon coronel del 3ordm de huacutesares Yo le habiacutea conocido en Tolosa habiendo tenido la desgracia de que mi persona hiciera profunda impresioacuten en eacutel trastornando las tres potencias de su alma Era soltero de treinta y ocho antildeos bien parecido y atento y finiacutesimo como todos los franceses Persiguiome hasta Pariacutes donde me asediaba como esos conquistadores joacutevenes e impacientes que han oiacutedo la ceacutelebre frase de Ceacutesar y quieren imitarla Al principio me mortificaban sus obsequios le rechazaba hasta con menosprecio y altaneriacutea pero al fin sin corresponder a su amor de ninguna manera admitiacute la parte superficial de [96] sus galanteriacuteas Esto le dio esperanza pero siempre me trataba con el mayor respeto Deseando sin duda identificarse con las ideas que suponiacutea en mi tierra se habiacutea hecho una especie de D Quijote cuya Dulcinea era yo A veces me pareciacutea por demaacutes empalagoso pero despueacutes de muchos meses de indiferencia absoluta empeceacute a estimarle reconociendo sus nobles prendas Cuando me disponiacutea a volver a mi paiacutes se me presentoacute rebosando alegriacutea y me dijo

-Acabo de conseguir que me destinen a la guerra de Espantildea De este modo consigo tres grandes objetos que interesan igualmente a mi corazoacuten guerrear por la Francia visitar la hermosa tierra de Espantildea y estar cerca de usted

Eacutel pretendiacutea que me detuviese para partir juntos pero a esto no accediacute y me marcheacute dejaacutendole atraacutes aunque deseosa iquesta queacute negarlo de que no me siguiese a mucha distancia pues a causa del fastidio de viaje tan largo Francia con ser tan bella empezaba a aburrirme de lo lindo

iquestSe creeraacute que yo habiacutea olvidado a mi pobre cautivo de Benabarre iexclAh no y hasta el uacuteltimo momento que estuve en la Seo de Urgel me ocupeacute de su desgraciada suerte Cada vez que veniacutea a mi pensamiento la idea de sus penas [97] me estremeciacutea de dolor y toda alegriacutea se disipaba en mi espiacuteritu Pero este tiene en siacute mismo una energiacutea restauradora no menos poderosa que la del cuerpo y sabe curarse de todos sus males siempre que le ayude el mejor de los Esculapios que es el tiempo

Voltaire que no por impiacuteo y blasfemo dejoacute de tener mucho talento escribioacute una historieta titulada Los dos consolados en la cual pone de relieve las admirables curas de aquel charlataacuten el uacutenico cuyos especiacuteficos son infalibles Yo he leiacutedo esa novelita asiacute como otras del ceacutelebre escritor sacriacutelego y esta debilidad miacutea imperdonable quizaacutes en una dama tan aceacuterrima defensora de la religioacuten la confieso aquiacute contritamente rogando a mis lectores que no revelen a ninguacuten cura de mi paiacutes tan feo secreto ocultaacutendolo principalmente al sentildeor canoacutenigo de Tortosa mi director espiritual el cual se enfureceraacute si le hablan de las novelas de Voltaire aunque a miacute me consta que eacutel tambieacuten las ha leiacutedo

Pues bien el tiempo fue cicatrizando mis heridas sin curarlas Yo tambieacuten podiacutea erigir una estatua con la inscripcioacuten A celui qui console pues la ausencia indefinida y los diacuteas que pasaban raacutepidamente habiacutean calmado aquel insaciable afaacuten de mi alma En miacute reinaba la [98] tranquilidad pero no el taciturno y seco olvido y una aparicioacuten repentina del ser amado podiacutea muy bien en breviacutesimo instante destruir los efectos del tiempo renovando mi mal y aun agravaacutendolo

Desde Pariacutes a la frontera no cesaba el movimiento de tropas Por todas partes convoyes cuerpos de ejeacutercito y oficiales que iban a incorporarse a sus regimientos Francia podiacutea creerse auacuten en los diacuteas del gran soldado Hasta Burdeos no tuve noticias ciertas de mi querida Regencia y de mi ilustre mandatario el marqueacutes de Mataflorida iexclAy La suerte de este insigne hombre de Estado no podiacutea ser maacutes miserable Eguiacutea habiacutea triunfado a pesar de las furiosas protestas del regente de Urgel y para colmo de desdicha como auacuten quisiera este llevar adelante sus locas pretensiones el duque de Angulema le mandoacute prender juntamente con el arzobispo confinaacutendoles a Tours Asiacute acabaron las glorias de aquellos dos ambiciosos Yo llegueacute a tiempo para verles y cuando manifesteacute al marqueacutes las poco lisonjeras disposiciones del triste Chactas el atroz Regente desairado llamoacute a Chateaubriand intrigante enredador mal poeta y franchute Esta fue la venganza del coloso

Bayona era un campamento cuando yo [99] llegueacute El nuacutemero de espantildeoles casi superaba al de franceses y en todos reinaba grande alegriacutea Reanudeacute entonces mis buenas relaciones con el baroacuten de Eroles hacieacutendole ver que mi viaje a Pariacutes habiacutea tenido por causa asuntos particulares y entre risas y bromas me reconcilieacute con Eguiacutea el

cual por razoacuten del mismo gozo y embobamiento del triunfo estaba muy dispuesto a perdonar En cuanto a las negociaciones yo no teniacutea humor de seguir ocupaacutendome de ellas y deseaba retirarme a descansar sobre mis laureles diplomaacuteticos no soacutelo porque mi entusiasmo absolutista se habiacutea enfriado mucho sino porque desde alguacuten tiempo las conspiraciones y los manejos poliacuteticos me causaban hastiacuteo Ya he dicho que siempre fui muy inclinada a la mudanza en mis ocupaciones Mi espiacuteritu se aviene poco con la monotoniacutea y si hubo un diacutea en que me sedujeron las embajadas otro llegoacute en que me repugnaron iexclMaacutegico efecto del tiempo cuya misioacuten es renovar creando las estaciones con los admirables ciacuterculos del universo Tambieacuten el alma humana ve en siacute la alterada sucesioacuten de las primaveras e inviernos en sus dilataciones y recogimientos

Yo deseaba entrar en Espantildea y teniacutea propoacutesito de reanudar las diligencias para averiguar [100] el paradero de mi cautivo de Benabarre En Bayona una familia francesa legitimista con quien yo teniacutea antigua amistad me convidoacute a pasar unos diacuteas en su casa de campo inmediata a Behobia y unos parientes miacuteos invitaacuteronme a que les acompantildease a Iruacuten un par de semanas A ambos ofrecimientos accediacute empezando por el de Behobia aunque la frontera no me pareciacutea el punto maacutes a propoacutesito para residir en los momentos en que principiaba la guerra Pero la gente de aquel paiacutes estaba segura de que Angulema atravesariacutea faacutecilmente el Pirineo por ser muy adicto al absolutismo todo el paiacutes vasco-navarro

Todaviacutea no habiacutea pasado Su Alteza la raya cuando se rompioacute el fuego junto al mismo puente internacional Los carbonarios extranjeros que andaban por Espantildea unidos a otros perdidos de nuestro paiacutes habiacutean formado una legioacuten con objeto de hacer frente a las tropas francesas Constaba aqueacutella de doscientos hombres tristes desechos de la ley demagoacutegica de Italia de Francia y de Espantildea y para seducir a los cien mil hijos de San Luis se habiacutean vestido a la usanza imperial y ondeando la bandera tricolor gritaban en la orilla espantildeola del Bidasoa laquoiexclViva Napoleoacuten IIraquo

Su objeto era fascinar a los artilleros franceses con este maacutegico grito mas tuvieron la desdicha de que tales aclamaciones fueran contestadas a cantildeonazos y con sus banderas y sus enormes morriones huyeron a San Sebastiaacuten Pasma la inocente credulidad de los carbonarios extranjeros y de los masones espantildeoles Oiacute decir en Behobia que los liberales franceses Lafayette Manuel Benjamiacuten Constant y otros fiaban mucho en los doscientos legionarios mandados por el republicano emigrado coronel Fabvier iexclQueacute desvariacuteos engendra el furor de partido Corriacutea esto parejas con la necia confianza del Gobierno espantildeol que aun despueacutes de declarada la guerra no habiacutea tomado disposiciones de ninguna clase hallaacutendose sus tropas sin maacutes recursos ni elementos que el parleriacuteo de los milicianos y el gaacuterrulo charlatanismo de los clubs

XIII Hacia los primeros diacuteas de abril vi pasar a los generales de divisioacuten Bourdessoulle duque de Reggio y Molitor que entraron en Espantildea por Behobia Despueacutes pasoacute Su Alteza el sobrino de Luis XVIII con todo su Estado Mayor en el cual iba Carlos Alberto priacutencipe de Carignan No se puede imaginar cortejo maacutes lucido Yo no habiacutea

visto nada tan magniacutefico y deslumbrador como no fuera la comitiva de Joseacute Bonaparte antes de darse la batalla de Vitoria [102] el antildeo 13 feliz para la causa espantildeola pero de muy malos recuerdos para miacute porque en eacutel perdiacute la batalla de mi juventud casaacutendome como me caseacute

Tambieacuten vi pasar a mi amigo Eguiacutea remozado por la emocioacuten y tan vanaglorioso del papel que iba a representar que no se le podiacutea resistir como no fuera tomando a broma sus bravatas Iban con eacutel D Juan Bautista Erro y Goacutemez Calderoacuten aquel a quien el mordaz Gallardo llamaba Caldo puacutetrido El baroacuten de Eroles que con los anteriores tipos debiacutea formar la Junta al amparo del Gobierno franceacutes entroacute por Cataluntildea con el mariscal Moncey

No recibieron a los franceses las bayonetas ni la artilleriacutea del Gobierno constitucional sino una nube de guerrilleros que les abrieron sus fraternales brazos ofrecieacutendose a ayudarles en todo y a marchar a la vanguardia abrieacutendoles el camino Tal apoyo era de grandiacutesimo beneficio para la causa porque los partidarios realistas ascendiacutean a 35000 iexclAy de los franceses si hubieran tenido en contra a aquella gente Pero les teniacutean a su favor y esto soacutelo iexclqueacute fenoacutemeno poniacutea al buen Angulema por encima de Napoleoacuten El absolutismo espantildeol no podiacutea hacer al hijo de San Luis mejor presente que aquellos 35000 salvajes entre [103] los cuales (iexclcuaacutento han variado mis ideas Dios miacuteo) tengo el sentimiento de decir que estaba mi marido iexclY yo le habiacutea admirado yo le habiacutea aceptado por esposo diez antildeos antes soacutelo por ser guerrillero Cuando se hacen ciertas cosas ya que no es posible que el porvenir se anticipe para avisar el desengantildeo debiera caer un rayo y aniquilarnos

- XIII - El conde de Espantildea mandaba las partidas de Navarra Quesada las de las Provincias Vascongadas y Eroles las de Cataluntildea iexclCoacutemo fraternizaron las partidas con los franceses que habiacutean sido origen de su nacimiento en 1808 Era todo lo que me quedaba por ver Se abrazaban dando vivas a San Luis a San Fernando a la religioacuten a los Borbones al Rey a la Virgen Mariacutea a San Miguel arcaacutengel y a los Sermos Infantes Yo no lo vi porque no quise pasar la frontera Me repugnaban estas cosas y los soldados de la fe habiacutean llegado poco a poco a serme muy antipaacuteticos

Largamente hableacute de esto con el conde de [104] Montguyon que me perseguiacutea tenazmente permaneciendo en Behobia todo el tiempo que le fue posible Eacutel elogiaba a los guerrilleros diciendo que a pesar de sus defectos eran tipos de heroiacutesmo y de aquella independencia caballeresca que tanto habiacutea enaltecido el nombre espantildeol en otros tiempos Tambieacuten le seduciacutean por ser como los frailes gente muy pintoresca Mi Don Quijote era una especie de artista y gustaba de hacer monigotes en un libro dibujando arcos viejos mendigos casuchas una fila de chopos carros lanchas pescadoras y otras menudencias de que estaba muy envanecido

Debiacutea ser (8) proacuteximamente el 9 de Abril cuando me trasladeacute a Iruacuten para vivir con la familia de Sodupe-Monasterio gente muy hidalga maacutes catoacutelica que el Papa realista

hasta el martirio y de afabiliacutesimo trato Frecuentaban la casa (que era maacutes bien palacio con hermosos prados y huerta) todos los espantildeoles que el gran suceso de la intervencioacuten traiacutea y llevaba de una Nacioacuten a otra y muchos oficiales franceses de cuyas visitas se holgaban mucho los Sodupe-Monasterio porque oiacutean hablar sin cesar de exterminio de liberales del trono de San Fernando y de nuestra preciosiacutesima fe catoacutelica

Alliacute Montguyon no me dejaba a sol ni [105] a sombra pintaacutendome su amor con colores tan extremados que me daba laacutestima verle y oiacuterle Su acendrado y respetuoso galanteo mereciacutea en efecto alguna misericordia Le permitiacute besar mi mano pero no pudo arrancarme la promesa de seguirle al interior de Espantildea Cada vez sentiacutea yo maacutes deseos de quedarme en Iruacuten y en aquella apacible vivienda donde sin que faltara sosiego habiacutea bastantes elementos para combatir el fastidio Con esta resolucioacuten mi D Quijote que ya pareciacutea querer dejar de serlo en la pureza de sus ensuentildeos amorosos estaba desesperado Despidiose de miacute muy enternecido y besaacutendome con ardor las manos voluptuosidad inocente de que nunca se hartaba iexclCuaacuten lejos estaba el llagado amante de que no pasariacutean dos horas sin que cambiara diametralmente mi determinacioacuten

Pasoacute del modo siguiente Al saber que yo estaba en Iruacuten fue a visitarme un individuo que auacuten no podiacutea llamarse personaje y al cual conociacute en Madrid el antildeo anterior y tambieacuten el 19 Se llamaba D Francisco Tadeo Calomarde y era de la mejor pasta de servil que podiacutea hallarse por aquellos tiempos Hijo del Ministro de Gracia y Justicia se habiacutea criado en los cartapacios y en el papel de pleitos los legajos fueron su cuna y las reales ceacutedulas [106] sus juguetes Su jurisprudencia llena de pedanteriacutea me inspiraba aversioacuten Teniacutea fama de muy adulador de los poderosos y seguacuten se deciacutea comproacute el primer destino con su mano casaacutendose con una muchacha muy fea a quien dio maliacutesimos tratos

Los que le han juzgado tonto se equivocan porque era listiacutesimo y su ingenio maacutes bien socarroacuten que brillante antes agudo que esclarecido era maestro en el arte de tratar a las personas y de sacar partido de todo Habiacutease hecho amigo de D Viacutector Saacuteez y aun del mismo Rey y del Infante D Carlos por sus bajas lisonjas y lo bien que les serviacutea siempre que encontraba ocasioacuten para ello

Entonces teniacutea cincuenta antildeos y acababa de salir del encierro voluntario a que le redujo el reacutegimen liberal Habiacutea ido a la frontera para llevar no seacute queacute recados a los sentildeores de la Junta Me lo dijo y como no me importaban ya gran cosa los dimes y diretes de los realistas que no por estar tan cerca de la victoria dejaban de andar a la grentildea fijeme poco en ello y lo he olvidado Calomarde no era mal parecido ni careciacutea de urbanidad aunque muy hueca y afectada como la del que la tiene maacutes bien aprendida que ingeacutenita La humildad de su origen se trasluciacutea bastante [107]

Hablamos de los sucesos de Madrid que eacutel habiacutea presenciado y prolijamente me informoacute de todo

-Siento que usted no hubiera estado por allaacute -me dijo- habriacutea visto coacutemo se iba desbaratando el constitucionalismo soacutelo con el anuncio de la intervencioacuten Si no podiacutea ser de otra manera Ahora estaacuten que no les llega la camisa al cuerpo y en ninguna parte se creen seguros Despueacutes que ultrajaron a Su Majestad le han arrastrado a Andaluciacutea con el dogal al cuello como el maacutertir a quien se lleva al sacrificio

-No tanto Sr D Tadeo -le dije- Su Majestad habraacute ido como siempre en carroza y mucho seraacute que los mozos de los pueblos no hayan tirado de ella

-Eso se deja para la vuelta -indicoacute Calomarde riendo- Ahora los franc-masones han seducido a la plebe y Su Majestad por donde quiera que va no oye maacutes que denuestos El 19 de Febrero cuando se alborotaron los masones y comuneros porque estos queriacutean sustituir a aquellos en el Ministerio los chisperos borrachos y los asesinos del Rastro daban mueras al Rey y a la Reina Un diputado muy conocido aparecioacute en la Plaza Mayor mostrando una cuerda con la cual proponiacutea ahorcar a Su Majestad [108] y arrastrarle despueacutes La canalla penetroacute hasta la Caacutemara real iexclEscaacutendalo de los escaacutendalos Pareciacutea que estaacutebamos en Francia y en los sangrientos diacuteas de 1792 El mismo Rey me ha dicho que los Ministros entraban en la Caacutemara cantando el himno de Riego

-iexclOh no tanto por Dios -repetiacute ofendida de las exageraciones de mis amigos- Poco mal y bien quejado

-Me parece que usted con sus viajes a Francia y sus relaciones con los Ministros del liberal y filoacutesofo Luis XVIII se nos estaacute volviendo franc-masona -dijo D Tadeo entre bromas y veras- iquestHay en la historia desacato comparable con el de obligar al Rey a partir para Andaluciacutea

-iexclOh Dios nos tenga de su mano iexclqueacute desacato iexclqueacute ignominia -exclameacute remedando sus aspavientos- Es preciso considerar que un Gobierno cualquiera que sea estaacute en el caso de defenderse si es atacado

-Seguacuten mi modo de ver un Gobierno de pillos no merece maacutes que el decreto que ha de mandar a Ceuta a todos sus individuos iexclAh sentildeora miacutea y coacutemo se ha entibiado el fervor de usted Bien dicen que los aires de esa Francia loca son tan nocivos [109]

-Creo lo mismo que creiacutea pero mi absolutismo se ha civilizado mientras el de ustedes continuacutea en estado salvaje El miacuteo se viste como la gente y el de ustedes sigue con taparrabo y plumas Si el Gobierno de pillos ha resuelto refugiarse en Andaluciacutea llevaacutendose a la Corte ha sido para no estar bajo la amenaza de los batallones franceses

-Ha sido -dijo Calomarde riendo brutalmente- porque sabiacutean que Madrid no tiene defensa posible que los ejeacutercitos de Ballesteros y de La Bisbal son dos fantasmas que cuatro soldados y un cabo de los del Sereniacutesimo Sr Duque de Angulema podiacutean cualquier mantildeanita sorprender a la Villa y a los Siete Nintildeos y al Congreso entero y al Ayuntamiento soberano y a toda la comunidad masoacutenica y Landaburiana Esta es la pura verdad iexclY queacute bonito espectaacuteculo han dado al mundo En presencia de la intervencioacuten armada iquestcoacutemo se preparan esos mentecatos para conjurar la tormenta Llamando a las armas a treinta mil hombres y disponiendo (esto es lo maacutes salado) que con los milicianos que quieran seguir al Congreso se formen algunos batallones recibiendo cada individuo cinco reales diarios iexclSe salvoacute la patria sentildeora

-El Gobierno -repuse prontamente- creyoacute [110] sin duda que los franceses eran como los Guardias del 7 de Julio es decir simples juguetes de miliciano

-iexclYa se lo diremos de misas -dijo frotaacutendose las manos- Ya pagaraacuten su alevosiacutea Soacutelo por el hecho de obligar a nuestro Soberano a un viaje que no le agradaba mereceriacutean todos ellos la muerte

-Hasta los Reyes estaacuten en el caso de hacer alguna vez lo que no les agrada

-Incluso viajar con un ataque de gota iquesteh iexclCrueles y sanguinarios maacutes sanguinarios y crueles que Neroacuten y Caliacutegula Ni a un perro vagabundo de las calles se le trata peor

-Si el Rey no teniacutea en aquellos diacuteas ataque de gota -repliqueacute complacieacutendome en contradecirle- Si estaba bueno y sano La prueba es que despueacutes de clamorear tanto por su enfermedad anduvo algunas leguas a pie el primer diacutea de viaje

-Bueno concedo que Su Majestad estaba tan bueno como yo iquestY si no queriacutea partir

-Que hubiera dicho laquono partoraquo

-iquestY si le amenazaban

-Haberles ametrallado

-iquestY si no teniacutea metralla

-Haberse dejado llevar por la fuerza

-iquestY si le mataban [111]

-Haberse dejado matar Todo lo admito menos la cobardiacutea

-Amiguita usted se nos ha franc-masoneado -me dijo el astuto intrigante dando carintildeosa palmada en mi mano- A pesar de esto siempre la queremos mucho y la serviremos en lo que podamos Yo estoy siempre a las oacuterdenes de usted

Inflado de vanidad el amigo del Rey hizo elogios de siacute mismo y despueacutes antildeadioacute

-He tenido el honor de ser indicado para secretario de la Junta que se va a formar en la frontera

-iexclOh amigo miacuteo doy a usted la enhorabuena -manifesteacute sumamente complacida y deplorando entonces haber estado algo dura con Calomarde- No se podiacutea haber pensado en una persona maacutes idoacutenea para puesto tan delicado

-iquestSe le ofrece a usted algo -dijo D Tadeo comprendiendo al punto mi cuarto de conversioacuten

-Siacute pero yo acostumbro dirigirme siempre a la cabeza -afirmeacute resueltamente- Ya sabe usted que soy muy amiga del general Eguiacutea Presidente de la Junta

-iexclAh entonces

-Sin embargo No puedo molestar a Su [112] Excelencia con ciertas menudencias tales como pedir noticias de personas averiguar alguna cosilla de poca monta

-Para esto es maacutes propio un secretario tan bien informado como yo de todos los pormenores de la causa

-Exactamente Diacutegame usted si lo sabe en doacutende estaacute ahora un piacutecaro de mala estofa que se emplea en bajas caacutebalas del Rey y tiene por nombre Joseacute Manuel Regato

-iexclAh iexclRegato Debe de andar por Andaluciacutea con la Corte No es de mi negociado ese caballero iquestQueacute iquestHay ganas de sentarle la mano

-Por sentarle la derecha dariacutea la izquierda

-Pocas noticias puedo dar a usted del sentildeor Regato Tengo con eacutel muy pocas relaciones Quizaacutes Pipaoacuten que conoce a todo el mundo pueda indicar doacutende se halla y el modo de sentarle no una mano sino las dos siempre que sea preciso

-Y Pipaoacuten iquestdoacutende estaacute

-Aquiacute

-iexclAquiacute iexclPipaoacuten -exclameacute con gozo- Yo le dejeacute en la Seo muy enfermo y creiacute que habiacutea caiacutedo en poder de Mina

-En efecto cayoacute pero eacutel ya usted le conoce con su destreza y habilidad parece que [113] encontroacute por alliacute amigos que le favorecieron

-Quiero verle quiero verle al punto -dije con la mayor impaciencia- Deseo mucho tener noticias de la Seo y de las facciones de Cataluntildea

Y entonces se realizoacute aquel proverbio que dice laquoEn nombrando al ruin de Romaraquo

Por la vidriera que daba a la huerta de la casa viose la mofletuda cara y el pequentildeo cuerpo de Pipaoacuten que habiendo tenido noticia de mi residencia en Iruacuten iba tambieacuten a verme Mucho nos alegramos ambos de hallarnos juntos y nuestras primeras palabras despueacutes de los cordiales saludos fueron para recordar los tristes diacuteas de la Seo su enfermedad y mi abatimiento y luego por el enlace propio de los recuerdos que van de lo triste a lo placentero hablamos del miedo del arzobispo de las casacas que usaba Mataflorida y de otras cosas friacutevolas y chistosas de esas que ocurren siempre en los diacuteas traacutegicos y nunca faltan en los duelos Despueacutes de estos desahogos Pipaoacuten tomando aquel tono burlesco que unas veces le sentaba bien y otras le haciacutea muy insoportable me dijo

-Le traigo a usted noticias muy buenas de una persona que le interesa y con las noticias una cartita [114]

- XIV - Yo me puse paacutelida Comprendiacute de quieacuten hablaba Pipaoacuten pero no me atreviacute a decir una palabra por hallarse delante el entrometido y curioso Calomarde gran coleccionador de debilidades ajenas Varieacute de conversacioacuten aguardando para saciar mi afanosa curiosidad a que D Tadeo se marchase pero el piacutecaro habiacutea conocido en mi semblante la turbacioacuten y ansiedad que me dominaban y no se queriacutea retirar Pareciacutea que le habiacutean clavado en la silla iexclAy queacute gusto tan grande poder coger un palo y romperle con eacutel la cabeza iexclQueacute pachorra de hombre

Quise arrojarle con mi silencio pero eacutel era tan poco delicado que conociendo mi mortificacioacuten se arrellanaba en el blando asiento como si pensara pasar alliacute el diacutea y la noche Pipaoacuten con su expresivo semblante me deciacutea mil cosas que no podiacutea yo comprender claramente pero que me deleitaban como avisos o presentimientos lisonjeros Llegoacute un momento en que los tres nos callamos y callados estuvimos maacutes de un cuarto de hora Calomarde tocaba [115] una especie de paso doble con su bastoacuten en la pata de la mesa cercana El grosero y pegajoso cortesano habiacutea resuelto quemarme la sangre u obligarnos a Pipaoacuten y a miacute a que hablaacutesemos en su presencia

Resistiacute todo el tiempo que pude Mi caraacutecter fogoso no puede ir maacutes allaacute de cierto grado de paciencia pasado el cual estalla y se sobrepone a todo atropellando amistades conveniencias y hasta las leyes de la caridad Nunca he podido corregir este defecto y la estrechez de los liacutemites de mi paciencia me ha proporcionado en esta vida muchos disgustos Forzando la voluntad puedo a veces aguantar maacutes de lo que permite la extraordinaria fuerza de dilatacioacuten de mi espiacuteritu pero entonces estallo con maacutes violencia rompo mis ligaduras a la manera de Sansoacuten y derribo el templo Vino por fin el momento en que se me subioacute la mostaza a la nariz como dicen las majas madrilentildeas y ponieacutendome en pie suacutebitamente mireacute a Calomarde con enojo Sentildealaacutendole la puerta exclameacute

-Sr D Tadeo tengo que hablar con Pipaoacuten le suplico a usted que nos deje solos

Debiacutean de ser muy terribles mi expresioacuten y mi gesto porque Calomarde se levantoacute temblando y con voz turbada me dijo [116]

-Sentildeora manos blancas no ofenden

iexclManos blancas no ofenden Diez antildeos despueacutes Calomarde debiacutea pronunciar esta frase al recibir un desaire maacutes violento que el miacuteo la ceacutelebre bofetada de la Infanta Carlota una Princesa que como yo teniacutea muy limitado el tesoro de su paciencia y estallaba con tempestuosas coacuteleras cuando la bajeza y solapada intriga de los Calomardes se interponiacutean en su camino

Pipaoacuten y yo nos quedamos solos En pocas palabras me refirioacute que habiacutea visto a Salvador Monsalud sano y salvo en la Seo de Urgel Al oiacuter esto el corazoacuten dio un salto dentro de miacute como una cosa muerta que torna a la vida como un Laacutezaro que resucita por sobrehumano impulso

-Mina le salvoacute en San Llorens de Morunys -me dijo- y desde que se restablecioacute se puso a mandar una compantildeiacutea de contraguerrilleros

Al decir esto Pipaoacuten me alargoacute una carta que abriacute con presteza febril queriendo leerla antes de abrirla Al mismo tiempo y de una sola ojeada leiacute el fin y el principio y el medio Era la carta pequentildea y friacutea Deciacuteame en ella que estaba en libertad y que no pensaba salir en mucho tiempo del lugar donde estaba fechada que era Urgel Sentiacute mi corazoacuten inundado [117] de un torrente de sangre glacial al ver que no conteniacutea la carta expresiones de ardiente carintildeo

-iquestDe modo que sigue en Cataluntildea -pregunteacute a D Juan

-No sentildeora A estas horas va camino de Madrid

-Pues iquestcoacutemo dice en su carta que no piensa salir de la Seo

-Esa carta me la dio cuando nos separamos el diacutea 30 de Marzo pero dos diacuteas despueacutes supe por nuestro comuacuten amigo el capitaacuten Seudoquis que Mina habiacutea encargado a Salvador que fuese a Madrid a llevar un mensaje reservadiacutesimo a San Miguel y a otras personas

-iquestDe modo que estaacute

-Sobre Madrid como se dice en los partes militares

-Pero eso iquestes cierto

-Tan cierto como que estoy hablando con una dama hermosa

-iquestY salioacute

-Seguacuten mis noticias el 10 de este mes No sabiacutea queacute camino tomar pero seguacuten me dijo Seudoquis estaba decidido a ir por Zaragoza que es el maacutes derecho aunque no el menos peligroso

-iquestSabe la muerte de su madre [118]

-Yo le di la mala noticia

-Pero iquestqueacute va a hacer ese hombre en Madrid -dije sintiendo una tempestad en mi cerebro- Si alliacute no hay ya Gobierno ni nada

-Pero estaacute en Madrid el gran Consejo de la franc-masoneriacutea Mina es de la Orden de la Acacia sentildeora Ahora se trata de que la Viuda haga un esfuerzo supremo

En mi espiacuteritu notaba yo aquella poderosa fuerza de dilatacioacuten de que antes he hablado Unas cuantas palabras habiacutean trastornado todo mi ser mi pulso latiacutea con violencia asaltaacuteronme ideas mil y el ardoroso afaacuten de movimiento que ha sido siempre una de las foacutermulas maacutes patentes de mi caraacutecter se apoderoacute de miacute Sin necesidad de que yo le despidiese dejome Pipaoacuten que iba en busca de Eguiacutea para solicitar un puesto en la Junta y despueacutes de pasada mi turbacioacuten pude sondear aquel revuelto pieacutelago de mi espiacuteritu y mirar con serenidad lo que en el fondo de eacutel habiacutea

iexclCuaacuten grande habiacutea sido mi engantildeo al creer moribunda la aficioacuten aquella que tantas dulzuras dio a mi alma en el verano del 22 La ausencia habiacuteala escondido entre las cenizas que diariamente depositan los sucesos de cada instante esa multitud de ascuas de la vida que van pasando sin interrupcioacuten y apagaacutendose [119] hora tras hora Pero aquella ascua del verano del 22 era demasiado grande y quemadora para pasar y extinguirse como las demaacutes

Bastoacute que oyera pronunciar su nombre que me le anunciaran vivo para que se verificase en miacute un brusco retroceso a los diacuteas de mi felicidad y de mi desgracia El tiempo volvioacute atraacutes las figuras veladas perdieron la sombra que las encubriacutea las apagadas palabras que soacutelo eran ya ecos confusos volvieron a sonar como cuando eran la muacutesica a cuyo compaacutes danzaba con la embriaguez de la pasioacuten mi alma iexclCuaacutento me habiacutea engantildeado y queacute juicios tan erroacuteneos hacemos de nuestros propios sentimientos y de todo aquello que estaacute lejos Nos pasa lo mismo que al ver las lontananzas de la tierra cuando confundimos con las vanas y pasajeras nubes los montes soacutelidos e inmutables que ninguna fuerza humana puede arrancar de sus seculares asientos

Fue aquello como una vuelta como un aacutengulo brusco en el camino de la vida Desde entonces vi nuevos horizontes paisaje nuevo y otra gente y otros caminos iexclY yo habiacutea creiacutedo poder olvidarle y aun poner en su altar vaciacuteo al conde de Montguyon iexclQueacute delirio iexclLo que pueden la ausencia la distancia la ignorancia El tiempo que me habiacutea consolado hiriome [120] de nuevo y un diacutea un instante marcado en mi vida por cuatro palabras como cuatro estrellas resplandecientes habiacutea destruido la obra lenta de tantos meses

Con la presteza que Dios me ha dado formeacute mi plan de viaje Tengo algo del genio de Napoleoacuten para esto de los grandes movimientos Para miacute la facultad de trasportar todo el intereacutes de la vida de un punto a otro del mundo es otra prenda muy principal de mi caraacutecter y al mismo tiempo una necesidad a la que muy difiacutecilmente puedo resistir El destino me ha presentado siempre los sucesos a propoacutesito para tales juegos de estrategia sublime

Aquella misma tarde dispuse todo y por la noche sorprendiacute a mi D Quijote con la noticia de mi viaje Aficionada a jugar con los corazones que caen en mis manos (a excepcioacuten de uno solo) como juega el gatito con el ovillo que rueda por el suelo dije al conde de Montguyon

-Me he asustado de la soledad en que voy a quedar despueacutes que usted se marche y voy a Madrid De esta manera podreacute vigilar a cierto caballero franceacutes por si anda en malos pasos

Eacutel se puso tan contento que olvidoacute aquella noche hablarme de la guerra y de los laureles que iban a recoger Pareciacutea un loco hablando [121] de los alcaacutezares de Granada de los romances moriscos de las ricas hembras de las boleras de los frailes que protegiacutean los amores de los grandes de las volcaacutenicas pasiones espantildeolas y de las mujeres enamoradas que eran capaces del martirio o del asesinato Eacutel se creiacutea heacuteroe de mil aventuras romaacutenticas e interesantes caballeriacuteas tales como se las habiacutea imaginado leyendo obras francesas sobre Espantildea Empleo la palabra romaacutenticas porque si bien no estaba en moda todaviacutea es la maacutes propia El romanticismo existiacutea ya aunque no habiacutea

sido bautizado Excuso decir que Montguyon me juroacute amor eterno y una fidelidad inquebrantable como la del Cid por Dordf Jimena

Yo necesitaba de eacutel para mi viaje por lo cual me guardeacute muy bien de arrancar una sola hoja a la naciente flor de sus ilusiones Era muy difiacutecil viajar entonces porque casi todos los vehiacuteculos del paiacutes habiacutean sido intervenidos por ambos ejeacutercitos Montguyon me prometioacute una silla de postas Y cumplioacute su oferta ponieacutendola a mi disposicioacuten al diacutea siguiente

Con el primer movimiento del ejeacutercito franceacutes coincidioacute mi marcha sobre Madrid como una conquistadora El estreacutepito guerrero que en derredor miacuteo sonara despertaba en mi mente ideas de Semiacuteramis [122]

- XV - Paseacute por Vitoria y por la Puebla de Arganzoacuten como los diacuteas felices por la vida del hombre a escape No miraba a ninguacuten lado por miedo a mis malos recuerdos que saliacutean a detenerme

En los pueblos todos del Norte la intervencioacuten venciacutea sin batallas y antes de que asomara el morrioacuten del primer franceacutes de la vanguardia la Constitucioacuten estaba humillada Los mozos todos comprendidos en la quinta ordenada por el Gobierno se uniacutean a las facciones y eran muy pocos los milicianos que se aventuraban a seguir a los liberales No he visto una propagacioacuten maacutes raacutepida de las ideas absolutistas Era aquello como un incendio que de punta a punta se desarrolla raacutepidamente y todo lo devora En medio de las plazas los frailes predicaban mantildeana y tarde con pretexto de la Cuaresma presentando a los franceses como enviados de Dios y a los liberales como alumnos de Satanaacutes que debiacutean ser exterminados

El general Ballesteros mandaba el ejeacutercito [123] que debiacutea operar en el Norte y liacutenea del Ebro para alejar a los franceses No viendo yo a dicho ejeacutercito por ninguna parte sino inmensas plagas de partidas pregunteacute por eacutel y me dijeron en Bribiesca que Ballesteros convencido de no poder hacer nada de provecho se habiacutea retirado nada menos que a Valencia Movimiento tan disparatado no podiacutea explicarse en circunstancias normales pero entonces todo lo que fuera desastres y yerros del liberalismo teniacutea explicacioacuten

Al ver coacutemo creciacutea en los pueblos la aversioacuten a las Cortes y al Gobierno el ejeacutercito perdiacutea el entusiasmo A su paso como se levanta polvo del camino levantaacutebanse nubes de facciosos que al instante eran soldados aguerridos Asiacute se explica que el ejeacutercito de Ballesteros compuesto de diez y seis mil hombres se retirara sin combatir emprendiendo la inverosiacutemil marcha a Valencia donde podiacutea adquirir alguacuten prestigio derrotando a Sempere al Locho y al carretero Chamboacute tres nuevos generales o arcaacutengeles guerreros que le habiacutean salido a la fe

En Duentildeas me adelanteacute dejando atraacutes a los franceses teniacutea tanta prisa como ellos y menos estorbos en el camino aunque los suyos no eran tampoco grandes iexclCuaacutento deseaba yo ver tropas regulares espantildeolas por alguna parte [124] En verdad me daba verguumlenza que los hijos de San Luis a pesar de que nos traiacutean orden y catolicismo se internaran en Espantildea tan faacutecilmente Con todo mi absolutismo yo habriacutea visto con gusto una batalla en que aquellos liberales tan aborrecidos dieran una buena tunda a los que yo llamaba entonces mis aliados Espantildeola antes que todo distaba mucho de parecerme a los sentildeores frailes y sacristanes que en 1808 llamaban judiacuteos a los franceses y ahora ministros de Dios

En Somosierra encontreacute tropas Eran las del ejeacutercito de La Bisbal destinado por las Cortes a cerrar el paso del Guadarrama amparando de este modo a Madrid Mis dudas acerca del eacutexito de aquella empresa fueron grandes Yo conociacutea a La Bisbal iquestCoacutemo no habiacutea de conocerle si le conociacutea todo el mundo Fue el que el antildeo 14 se presentoacute al Rey llevando dos discursos en el bolsillo uno en sentido realista y otro en sentido liberal para pronunciar el que mejor cuadrase a las circunstancias Fue el que en 1820 hizo tambieacuten el doble papel de ordenancista y de sedicioso La inseguridad de sus opiniones habiacutea llegado a ser proverbial Era hombre altamente penetrado del axioma italiano ma per troppo variar natura e bella [125] Yo no comprendiacutea en queacute estaba pensando el Gobierno cuando le nombroacute Si los Ministros se hubieran propuesto elegir para mandar el ejeacutercito maacutes importante al hombre maacutes a propoacutesito para perderlo no habriacutean elegido a otro que a La Bisbal

Paseacute con tristeza por entre su ejeacutercito Aquellos soldados capaces del maacutes grande heroiacutesmo me inspiraban laacutestima porque estaban destinados a desempentildear un papel irrisorio como leones a quienes se obliga a bailar Sentiacutea yo impulsos de arengarles dicieacutendoles laquoiexclQue os engantildean pobres muchachos No dejeacuteis las armas sin combatir Si os hablan de capitulacioacuten degollad a vuestros generalesraquo

En Madrid halleacute un abatimiento superior a lo que esperaba Se hablaba alliacute de capitular como de la cosa maacutes natural del mundo Soacutelo teniacutean entusiasmo algunos infelices que no serviacutean para nada el cuerpo de coros de los clubs y de las sociedades secretas la gente gritona y tambieacuten muchos de los que habiacutean tirado del coche de Fernando VII cuando volvioacute de Francia el antildeo 14 Los absolutistas creiacutean con razoacuten ganada la partida y afectaban cierta generosidad magnaacutenima iexclPobre gente Algunos de estos pajarracos vinieron a visitarme entre ellos D Viacutector Saacuteez y tuve el gusto [126] de mortificarles aseguraacutendoles que Angulema traiacutea orden de obsequiarnos con las dos Caacutemaras y un absolutismo templado suaviacutesimo emoliente para nuestra anarquiacutea Esto poniacutea a mis buenos amigotes maacutes furiosos que las bravatas de los liberales pues auacuten habiacutea liberales con alma bastante para echar bravatas

Pero yo me ocupaba poco de tales cosas Mi primer cuidado fue hacer algunas averiguaciones concernientes a la entrantildeable poliacutetica de mi herido corazoacuten Felizmente a la casa donde yo viviacutea que era honradiacutesimo albergue de una noble familia alavesa iba a menudo un tal Campos hombre muy intrigante director de Correos si no recuerdo mal gran maestre de la Orden masoacutenica o por lo menos principaliacutesimo dignatario de ella amigo iacutentimo de los liberales de maacutes viso y tambieacuten de algunos absolutistas como hombre que sabe el modo de comer a dos carrillos

Yo le habiacutea tratado el antildeo anterior y charlando juntos me reiacutea mucho de los masones lo cual a eacutel no le enojaba Entre bromas y veras soliacutea enterarme de algunas cosas reservadas porque no era hombre de extraordinaria discrecioacuten ni tampoco de una incorruptibilidad absoluta En los diacuteas de mi llegada de Iruacuten que eran los de mediados de Mayo del 23 le [127] pregunteacute si esperaban los masones alguacuten mensaje reservado de Mina Negolo mas yo aseguraacutendolo con el mayor descaro y nombrando al mensajero le hice confesar que esperaban oacuterdenes de Mina de un diacutea a otro Eacutel lo mismo que su secretario cuyo nombre no recuerdo me aseguraron no haber visto todaviacutea en Madrid a Salvador Monsalud ni tener noticia alguna de eacutel

-No ha llegado auacuten -dije- Mucho tarda

Sin reparar en nada fui a su casa Un portero tan locuaz como pedante liberal muy faroloacuten de aquellos a quienes yo llamo sepultureros de la libertad porque son los que la han enterrado me informoacute de que el Sr Monsalud faltaba de Madrid desde el mes de agosto del antildeo anterior

-Puede que la Sra Dordf Solita sepa algo -me dijo- Pero no es faacutecil porque anoche lloraba Como no llorase de placer que tambieacuten esto sucede a menudo

-iquestDe modo que la casa subsiste -le pregunteacute

-Subsiste siacute sentildeora pero no subsistiraacute mucho tiempo si el Sr D Salvador no vuelve del otro mundo

-Pues queacute iquestha muerto

-Asiacute lo creo yo Pero esa joven sentimental [128] siempre tiene esperanzas y cada vez que el sol sale por el horizonte esparciendo sus rayos de oro iquestme entiende usted

-Siacute acabe de una vez el Sr Sarmiento

-Quiero decir que siempre que amanece lo cual pasa todos los diacuteas la Sra Dordf Solita dice laquoiexclHoy vendraacuteraquo Tal es la naturaleza humana sentildeora que de todo se cansa menos de esperar Y yo digo iquestqueacute seriacutea del hombre sin esperanza Dispeacutenseme la sentildeora pero si piensa subir tengo el sentimiento de no poder acompantildearla porque como mi hijo es miliciano

-iquestY queacute

-Como es miliciano y el honor le ordena derramar hasta la uacuteltima gota de su sangre en defensa de la dulce patria y de la libertad preciosiacutesima del geacutenero humano

-iquestY queacute maacutes -dije complacieacutendome en oiacuter las graciosas pedanteriacuteas de aquel hombre

-Que impulsado por su ardoroso corazoacuten capaz del heroiacutesmo y por mi paternal mandato ha ido a Caacutediz con las Cortes y como ha ido a Caacutediz con las Cortes y no volveraacute hasta dejar confundida a la faccioacuten y a los cien mil y quinientos hijos nietos o tataranietos del calzonazos de Luis XVIII Por vida de la chilindraina y con cien mil

pares de docenas de [129] chilindrones que si yo tuviera veinte antildeos menos Pues digo que como Lucas ha ido a Caacutediz y es un leoacuten mi hijo un verdadero leoacuten resulta que me es forzoso estar al cuidado de la puerta iquestme entiende la sentildeora

-Estaacute bien -le dije riendo- Puedo subir sola

Quise darle una limosna porque su aspecto me parecioacute muy miserable pero la rechazoacute con dignidad y cierto rubor decoroso propio de las grandezas caiacutedas

Subiacute a la casa Mi corazoacuten subiacutea antes que yo

- XVI - En seguida que llameacute salieron a abrir Se conociacutea que en la casa reinaba la impaciencia Una mujer descorrioacute con presteza el cerrojo y me rogoacute que entrase Era ella Yo recordaba haberla visto en alguna parte

Careciacutea de verdadera hermosura pero al reconocerlo asiacute con gozo no pude dejar de concederle una atraccioacuten singular en toda su persona un encanto que habriacutea establecido al instante [130] entre ella y yo profunda simpatiacutea si en medio de las dos no existiese como infranqueable abismo la persona de un hombre Vestiacutea de luto y la delgadez de su rostro anunciaba el paso de grandes penas Cuando me vio alterose tanto y su turbacioacuten fue tan grande que no podiacutea dirigirme la palabra Por mi parte la mireacute con serenidad y altaneriacutea como de superior a inferior haciendo todo lo posible para que ella se creyese muy honrada con mi visita

Yo habiacutea oiacutedo hablar a Salvador con carintildeo y admiracioacuten que me ofendiacutean de aquella singular hermana suya que no era tal hermana ni aun pariente y que muy bien podiacutea ser otra cosa Nunca creiacute en la fraternidad honrada y carintildeosa de que eacutel me habiacutea hablado porque conozco un poco el corazoacuten del hombre y admito soacutelo los sentimientos cardinales y fundamentales y no esas mixturas y composiciones sutiles que no sirven maacutes que para disfrazar alguna pasioacuten iliacutecita Deseaba conocer por miacute misma a la dichosa hermana tan ponderada por eacutel y ver si teniacutea fundamento el secreto odio que mi alma hacia ella sentiacutea Desde que la vi a pesar de que me fue muy patente su inferioridad personal con respecto a la nieta de mi abuela me parecioacute tener delante a una [131] rival temible maacutes peligrosa cuanto maacutes humilde en apariencia Al instante trateacute de buscar en ella un defecto grande de esos que afean espantosamente a la mujer Mi ingenioso rencor encontroacute al punto aquel defecto y dije en mi interior

-Esta muchacha debe de ser una hipocritona No hay maacutes remedio sino que lo es

Mi juicio fue raacutepido como la inspiracioacuten como la improvisacioacuten Desde la puerta a la sala a donde me condujo hice mil observaciones entre ellas una que no debo pasar en silencio La casa estaba tan perfectamente arreglada que no pareciacutea vivienda sin duentildeo Todo se hallaba en su sitio sin el maacutes ligero desorden en perfecto estado de limpieza descubrieacutendose en cada cosa el esmero peregrino que anuncia la mano de una

mujer poseedora del genio domeacutestico Creeriacutease que el amo era esperado de un momento a otro y que todo se acababa de disponer para agradarle cuando entrara

Al sentarme reconcentreacute mis ideas acerca del plan que habiacutea formado y le dije

-Seacute que usted padece mucho por saber el paradero del amo de esta casa y como tengo noticias de eacutel vengo a tranquilizarla

-iexclOh iexclsentildeora iexclcuaacutenta bondad -exclamoacute con repentina alegriacutea- De modo que usted [132] sabe doacutende estaacute y por queacute no viene iquestLe han vuelto a coger los facciosos

-No sentildeora Estaacute libre y bueno

-Entonces no tiene perdoacuten de Dios -dijo abatiendo el vuelo de su alma que tanto se habiacutea elevado con las alas de la alegriacutea- No no tiene perdoacuten de Dios

-iquestUsted le ha escrito

-Muchas veces Dirijo las cartas al ejeacutercito de Mina con la esperanza de que alguna llegue a sus manos pero no recibo contestacioacuten Es una iniquidad de mi hermano Por poco que se acuerde de miacute por muy grande que sea su olvido iquestseraacute tal que no me haya escrito una sola vez

-Los que estaacuten en armas -dije sonriendo- no se acuerdan de las pobres mujeres que lloran

-Yo creo que me ha escrito Eacutel es muy bueno y me considera mucho No es capaz de tenerme en esta incertidumbre por su voluntad

-iquestPero usted no ha recibido ninguna carta

-En Febrero vinieron dos pero despueacutes ninguna Quizaacutes se hayan perdido

-Podriacutea ser

-A veces me figuro que no me escribe porque viene Todos los diacuteas creo que va a llegar y desde que siento pasos en la escalera corro a [133] ver si es eacutel Todo lo tengo preparado y si viene nada encontraraacute fuera de su sitio

-Siacute ya lo veo Es usted una alhaja El pobre Salvador debe de estar muy satisfecho de su hermana Eacutel la aprecia a usted mucho Me lo ha dicho

-iexclSe lo ha dicho a usted -exclamoacute tan vivamente conmovida que casi estuvo a punto de llorar

-Me lo ha dicho siacute Eacutel me cuenta todo Para miacute nunca ha tenido secretos

Sola me miroacute de hito en hito durante un momento que me parecioacute demasiado largo iquestQueacute habiacutea en la expresioacuten de su semblante al contemplar el miacuteo iquestEnvidia No podiacutea

ser otra cosa pero la apariencia indicaba maacutes bien una resignacioacuten dolorosa Le habriacutea tenido mucha laacutestima si no hubiera estado convencida de que era una hipoacutecrita

-Muchas veces me ha hablado de usted -proseguiacute- elogiaacutendome sus bellas cualidades para el gobierno de una casa Vea usted de queacute manera ha venido a encontrarse sola al frente de este hogar vaciacuteo conservaacutendole tan bien para cuando eacutel vuelva

-La pobre Dordf Fermina -dijo- que murioacute de pesadumbre por la peacuterdida de su hijo me encargoacute todo al morir poniendo en mi [134] mano cuanto teniacutea y ordenaacutendome que lo guardase y conservase hasta que pareciera Salvador

-iquestEntonces ella no le creiacutea muerto

-Dudaba Siempre teniacutea esperanza -manifestoacute Solita dando un suspiro- Yo le hablaba a todas horas de la vuelta de su hijo y la verdad siempre tuve esperanza de verle entrar en la casa porque una voz secreta de mi corazoacuten me deciacutea que volveriacutea El diacutea antes de fallecer Dordf Fermina escribioacute una larga carta a su hijo iexclCuaacutentas laacutegrimas derramoacute la pobre Yo habriacutea dado con gusto mi vida porque la infeliz madre viera a su hijo antes de morir Pero Dios no lo quiso asiacute

-iquestY esa carta -pregunteacute deseosa de conocer aquel detalle

-Esa carta la depositoacute en miacute Dordf Fermina mandaacutendome que la entregase a Salvador en su propia mano si pareciacutea

-iquestY si no pareciacutea

-Dontildea Fermina me mandoacute que le buscase por todos los medios posibles y que si teniacutea noticias de eacutel y no veniacutea a Madrid fuese a buscarle aunque tuviera que ir muy lejos

-Pero iquestcoacutemo podraacute usted emprender esos viajes iexclpobrecilla -exclameacute mostrando una compasioacuten que estaba muy lejos de sentir [135]

-Eso seriacutea lo de menos No me faltan aacutenimos para ponerme en camino ni tampoco recursos con que emprender un largo viaje porque Dordf Fermina me entregoacute todos sus ahorros para que los destinase a buscar a su hijo

-iexclAh entonces Y para el caso de no encontrarlo iquestqueacute dispuso esa sentildeora

-Que esperase y le volviera a buscar despueacutes

-iquestY para el caso de que fuera evidente su muerte

-Que echase al fuego la carta sin leerla iexclHa sido desgraciada suerte la nuestra -prosiguioacute la hueacuterfana con abatimiento- Un mes despueacutes de haber subido al cielo aquella buena sentildeora vino la carta de Salvador anunciando que estaba libre iexclAy en mi vida he tenido mayor alegriacutea ni mayor tristeza juntas tristeza y alegriacutea sin que pudiesen ser

separadas Yo le contesteacute dicieacutendole lo que pasaba y rogaacutendole que viniese Desde aquel diacutea le estoy esperando Han pasado tres meses y no ha venido ni me ha escrito

-Pues ha llegado la ocasioacuten de que usted cumpla la uacuteltima voluntad de la pobre sentildeora difunta partiendo en busca de ese hijo desnaturalizado

-iexclSi no seacute doacutende estaacute Un amigo que lee [136] todos los papeles puacuteblicos y sabe por doacutende andan los ejeacutercitos las guerrillas y las contraguerrillas me ha dicho que las tropas de Mina se han disuelto Otro que vino del Norte me aseguroacute que Salvador habiacutea emigrado a Francia Yo a pesar de estas noticias le espero tengo confianza en que ha de venir y he resuelto aguardar lo que resta de mes Sigo mis averiguaciones y si en todo Mayo no ha venido ni me ha escrito pienso ponerme en camino y buscarle con la ayuda de Dios

-Siento quitarle a usted una ilusioacuten -dije adoptando definitivamente mi diaboacutelico plan y resolvieacutendome a ponerlo en ejecucioacuten- Salvador no vendraacute por ahora no puede venir

-iquestLo sabe usted de cierto -me preguntoacute vivamente turbada y con algo de incredulidad en sus hermosos ojos

-iquestDuda usted de miacute -dije poniendo en mi semblante esa naturalidad inefable que es uno de mis maacutes preciosos resortes para expresar lo que quiero- Precisamente no he venido a otra cosa que a decirle a usted su paradero despueacutes de tranquilizarla por si le creiacutea enfermo o muerto

-iquestY doacutende estaacute

-Habiendo rentildeido con Mina por una cuestioacuten [137] de amor propio pasoacute a las contraguerrillas que siguen al general Ballesteros

-iquestEntonces sigue en el Norte

-No sentildeora Ya sabe usted que el ejeacutercito de Ballesteros se ha retirado a Valencia

-A Valencia siacute Efectivamente lo oiacute decir iquestDe modo que Salvador estaacute en Valencia

-Siacute y estos informes no son vagos ni fundados en conjeturas porque yo misma

Al llegar aquiacute di un suspiro afectando cierta emocioacuten Despueacutes acabeacute asiacute la frase

-Yo misma me separeacute de eacutel en Onteniente el 20 de Abril

-iquestEs cierto sentildeora lo que usted me dice -me preguntoacute con gran agitacioacuten

-Siacute pero no creo que haga usted el disparate de ponerse en camino para Levante -indiqueacute con objeto de que no conociera mi verdadera idea

-iquestPues queacute vendraacute

-Venir no No vendraacute en mucho tiempo mayormente si de hoy a mantildeana capitula la Corte y se establece el absolutismo Yo creo que se veraacute obligado a emigrar embarcaacutendose en cualquier puerto de la costa

-iexclEmbarcarse -exclamoacute con desaliento- No sentildeora no eso no puede ser Corro allaacute al momento [138]

Se levantoacute como si de un vuelo pudiera trasladarse a Valencia

-iquestY seraacute usted capaz de emprender un viaje tan largo iquestTendraacute usted valor -manifesteacute con fingida admiracioacuten

-Yo tengo valor para todo sentildeora -me respondioacute

Despueacutes del primer movimiento de credulidad la vi como abatida y vacilante Dudaba

-Puede usted escribirle -le dije- con la direccioacuten que yo le deacute y cuando reciba la contestacioacuten de eacutel ponerse en camino Lo malo seraacute que en ese tiempo tome la guerra otro aspecto y llegue usted tarde

-Eso seriacutea terrible Yo creo que si voy debo ir hoy mismo iquestY de eacutel se separoacute usted el 20 de Abril

Dudaba todaviacutea Al llegar a este punto la voz de la conciencia que auacuten me deteniacutea fue acallada por mis celos y no penseacute maacutes que en el eacutexito completo del plan que me habiacutea propuesto No vacileacute maacutes y penseacute en la carta que me habiacutea traiacutedo Pipaoacuten

-Me separeacute de eacutel el 20 de Abril -afirmeacute- pero despueacutes de eso hallaacutendome en Aranjuez recibiacute una carta suya

Con avidez fijoacute Solita sus ojos en miacute Por grande que fuera mi serenidad mi corazoacuten palpitaba [139] porque ni aun los criminales maacutes criminales hacen ciertas cosas sin algo de procesioacuten por dentro Confesareacute ahora la fealdad toda de mi accioacuten para que se comprenda bien la importancia de aquella escena y mi perverso papel

-Si me quisiera mostrar usted la carta de Salvador -me dijo en tono suplicante- al menos para saber con fijeza el punto en que se halla

-No la he traiacutedo -repuse con el mayor aplomo- pero volvereacute a mi casa que estaacute a dos pasos y la traereacute para que tenga usted ese consuelo y una seguridad que no pueden darle mis palabras

-iexclOh no sentildeora yo creo

-No estas cosas son delicadas Al instante traereacute a usted la carta que me escribioacute y que no estaacute fechada en Onteniente sino en otro pueblo del reino de Valencia pues como usted puede suponer el ejeacutercito se mueve casi todos los diacuteas

Diciendo esto me levanteacute Ella me daba las gracias por mi bondad en carintildeosas y vehementes palabras Brindose a ir conmigo porque yo no me molestase en volver pero esto no me conveniacutea y saliacute raacutepidamente iexclMiserable de miacute y cuaacutento me cegaba la pasioacuten y aquel detestable [140] afaacuten de hacer dantildeo a la que aborreciacutea Contareacute esto con la mayor brevedad posible porque me mortifica tan desagradable recuerdo y en verdad que si pudiera escribir estas vergonzosas liacuteneas cerrando los ojos lo hariacutea para no ver lo que traza mi propia pluma

- XVII - Corriacute a mi casa tomeacute la carta de Salvador y con ese golpe de vista del genio criminal comprendiacute que lo previsto por miacute momentos antes podiacutea realizarse faacutecilmente La data Urgel estaba escrita en letra ancha y mala La palabra podiacutea ser variada por una mano haacutebil y la miacutea fuerza es decirlo lo era aunque nunca hasta entonces se habiacutea empleado en tan infames proezas

Yo teniacutea muy presente a un primo miacuteo que habiacutea comerciado antildeos antes en un pueblo de Alicante llamado Vergel en las inmediaciones de Denia a orillas del riacuteo Bolana Esta palabra era el puntildeal del asesinato proyectado por miacute La tomeacute con la fiebre del rencor iexclQueacute admirablemente serviacutea para mi objeto iexclQueacute [141] bien dispuestas estaban sus letras para una obra sataacutenica No podiacutea pedirse maacutes no Teniacutea delante de miacute una de esas infernales coincidencias que deciden a los criminales vacilantes y a veces hasta a los justos les impulsan a escandalosos y horribles pecados

Tomeacute la pluma y con mano segura regocijaacutendome interiormente en la perfeccioacuten de mi obra convertiacute la palabra Urgel en Vergel La fecha era faacutecil de mudar tambieacuten Salvador habiacutea puesto Marzo en abreviatura Yo convertiacute el Marzo en Mayo dejando el diacutea que era el 3 lo mismo que estaba iexclOh cuando no se me cayoacute la mano entonces creo que tendreacute manos para toda mi vida

Del texto de la carta podiacutea mostrarse la primera plana donde deciacutea entre otras cosas insignificantes laquono pienso en muchos diacuteas salir de este puebloraquo

Corriacute allaacute con mi puntildeal Las traacutegicas figuras antiguas a quienes pintan alborotadas y arrogantes con un hierro en la mano no frunciriacutean el centildeo maacutes fieramente que yo al blandir mi carta homicida Subiacute a la casa Sola me esperaba en la puerta Entramos me senteacute al punto porque estaba muy cansada

-Vea usted -le dije- el pueblo donde ahora estaacute es Vergel He pasado por eacutel [142]

Solita devoraba con los ojos la carta

-Vergel -antildeadiacute mostraacutendole la carta- estaacute entre Pego y Denia sobre un riachuelo que llaman Bolana Si va usted a Onteniente le seraacute muy faacutecil llegar a Vergel

Ella seguiacutea leyendo

-Asegura que por ahora no piensa moverse de ese pueblo -dijo meditabunda- Mejor con eso tendreacute la certeza de encontrarle

-iquestPero de veras insiste usted en ir El resto de la carta no se lo ensentildeo a usted porque no puede interesarle -indiqueacute afectando la mayor naturalidad y guardando mi arma- No puedo creer que haga usted la locura de

-Ireacute ireacute -dijo con una resolucioacuten briosa que inundoacute mi alma de los freneacuteticos goces del eacutexito criminal

Despueacutes de manifestar asiacute su propoacutesito fruncioacute el centildeo y me dijo

-Cuando usted se separoacute de Salvador iquesteacutel sabiacutea que veniacutea usted a Madrid

-Lo sabiacutea

-iquestY coacutemo no le rogoacute que me viese y me tranquilizara

-Porque sabe -repuse con dignidad- que yo no sirvo para hacer las veces de correo Si he venido a esta casa ha sido por se lo direacute a usted con entera franqueza no quiero fingir [143] moacuteviles que no tuve al venir aquiacute aunque despueacutes que nos hemos tratado hayan sido distintas mis ideas

Solita atendiacutea a mis palabras como al Evangelio Yo le tomeacute una mano y ponieacutendome a punto de llorar me expreseacute asiacute

-Sentildeora Dordf Solita dije a usted al entrar que veniacutea con el simple objeto de tranquilizarla daacutendole informes de Salvador

-Asiacute fue sentildeora lo que usted me dijo

-Pues bien falteacute a la verdad quise encubrir mi verdadero objeto con una foacutermula comuacuten Pero yo no puedo fingir no puedo ocultar la verdad Mi caraacutecter peca de excesivamente franco natural y expansivo Mis pasiones y mis defectos la verdad toda de mi alma buena o mala se me sale por los ojos y por la palabra cuando maacutes quiero disimular Usted me ha inspirado simpatiacuteas usted me ha revelado una pureza de sentimientos que merece el mayor respeto Quiero ser como usted y hablarle con la noble veracidad que se debe a los verdaderos amigos iquestNo es usted hermana para eacutel pues quiero que lo sea tambieacuten para miacute

Solita al oiacuter esto se apartoacute lentamente de mi lado Noteacute en ella cierta aversioacuten contenida por el respeto

-Querida amiga -proseguiacute forzando mi [144] arte- No he venido aquiacute sino por un egoiacutesmo que usted no comprenderaacute tal vez He venido por ver su casa por conocer lo uacutenico que guarda Madrid de esa amada persona este asilo donde eacutel ha vivido donde murioacute su madre y por el cual parecen vagar auacuten sus miradas Queriacutea yo dar a mis ojos el gusto de ver estos objetos estos muebles donde tantas veces se han fijado los ojos suyos Nada maacutes ninguacuten otro objeto me trajo aquiacute He tenido ademaacutes el placer de conocerla a usted y ahora deseaacutendole que halle pronto a su hermano me retiro

Levanteme resueltamente Solita habiacutea prorrumpido en amargo llanto

-iexclOh iexclGracias gracias sentildeora -exclamoacute secando sus laacutegrimas- Le direacute que debo a usted este inmenso favor

-No no por Dios -repliqueacute vivamente- Ruego a usted que no me nombre para nada Veriacutea en miacute una debilidad que no quiero confesarle mediando como median en uno y otro los propoacutesitos de separacioacuten eterna

-Pues callareacute sentildeora callareacute iquestDe modo que usted no le veraacute maacutes

Al decir esto habiacutea tanto afaacuten en su mirada que me causoacute indignacioacuten La habriacutea abofeteado si mi papel no hubiera exigido gran prudencia y circunspeccioacuten [145]

-No sentildeora no le vereacute maacutes -le dije fijando maacutes sobre mi semblante la maacutescara que se caiacutea- Despueacutes de lo que ha pasado Pero no puedo revelarle a usted ciertas cosas Si usted le conoce bien conoceraacute su inconstancia Yo le he amado con fidelidad y nobleza Eacutel no quiero rebajarle delante de una persona que le estima Adioacutes sentildeora adioacutes iquestSe va usted al fin hoy

Esto lo dije en pie estrechando aquella mano que habriacutea deseado ver cortada

-Siacute sentildeora ireacute a buscarle puesto que eacutel no quiere venir

-iquestPero se atreve usted sola sin compantildeiacutea por esos caminos -indiqueacute deseando que me confirmase su resolucioacuten

-Dios iraacute conmigo -repuso la hipocritona con el acento de los que tienen verdadera fe- El ordinario de Valencia que sale esta noche era amigo de Dordf Fermina Con eacutel ireacute Tengo confianza en Dios y estoy segura de que no me pasaraacute nada Ahora tomada esta determinacioacuten estoy maacutes tranquila

-La felicidad le retoza a usted en el rostro -afirmeacute con cruel sarcasmo- Bien se conoce que es usted feliz Yo me congratulo de haber proporcionado a usted un cambio tan dichoso en su espiacuteritu [146]

Cuando pronuncieacute estas palabras debioacute secaacuterseme la lengua lo confieso

Poco maacutes hablamos Hiacutecele ofrecimientos corteses y saliacute de la casa Cuando bajaba la escalera sentiacute impulsos de volver a subir y llamarla y decirle laquono crea usted nada de lo que he dicho soy una embusteraraquo pero el egoiacutesmo pudo maacutes que aquel pasajero y deacutebil sentimiento de rectitud y seguiacute bajando Del mismo modo iba bajando mi alma escaloacuten tras escaloacuten a los abismos de la iniquidad Razoneacute como los perversos dicieacutendome que la viacutectima de mi intriga era una mujer hipoacutecrita y que las maquinaciones de mal geacutenero tan dignas de censura cuando recaen en personas inocentes son maacutes tolerables si recaen en quien las merece y es capaz de urdirlas peores Pero estos sofismas no acallaban mi remordimiento que empezoacute a crecer desde que saliacute de la casa y ha llegado despueacutes por su mucha grandeza y pesadumbre a mortificarme en gran manera

- XVIII - Verdaderamente mi accioacuten no pudo ser maacutes indigna iexclPrecipitar a una desamparada e [147] infeliz mujer a resolucioacuten tan loca obligarla por medio de vil engantildeo a emprender un viaje largo dispendioso arriesgado y sobre todo inuacutetil Al mirar esto desde tan distante fecha me espanto de mi accioacuten de mi lengua y de la horrible travesura y astucia de mi entendimiento

En aquellos diacuteas la pasioacuten que me dominaba y maacutes que la pasioacuten el envidioso afaacuten que me produciacutea la simple sospecha de que alguien me robase lo que yo juzgaba exclusivamente miacuteo no me permitieron ver claramente mi conciencia ni la infamia de la denigrante accioacuten que habiacutea cometido pero cuando todo se fue enfriando y oscureciendo he podido mirarme tal cual era en aquel diacutea y declaro aquiacute que seguacuten me veo no hay fealdad de demonio del infierno que a la miacutea se parezca

iexclY sigue uno viviendo despueacutes de hacer tales cosas iexclY parece que no ha pasado nada y vuelve la felicidad y aun se da el caso de olvidar completamente la perversa y villana accioacuten Yo no vacilo en escribirla aquiacute porque me he propuesto que este papel sea mi confesonario y una vez puesta la mano sobre eacutel no he de ocultar ni lo bueno ni lo malo La seguridad de que esto no lo ha de ver nadie hasta [148] que yo no me encuentre tan lejos de las censuras de este mundo como lo estaacuten los astros de las agitaciones de la tierra da valor a mi espiacuteritu para escribir tales cosas Yo digo laquoque todo el mundo escriba con absoluta verdad su vida entera y entonces iexclcuaacutento disminuiraacute el nuacutemero de los que pasan por buenos Las cuatro quintas partes de las grandes reputaciones morales no significan otra cosa que falta de datos para conocer a los individuos que se pavonean con ellas fatuamente como los coacutemicos cuando se visten de reyesraquo

Aquella tarde torneacute a pasar por alliacute y entableacute conversacioacuten con Sarmiento pero me fue imposible averiguar por eacutel si Solita insistiacutea en partir

Yo teniacutea gran desasosiego hasta no saberlo de cierto y para salir de mi incertidumbre quise averiguarlo por miacute misma Soy asiacute lo que puedo hacer no lo confiacuteo a los demaacutes Me fatigan las dilaciones y la torpeza de los que sirven por dinero y carezco de paciencia para aguardar a que me vengan a decir lo que yo puedo ver por mis propios ojos Al llegar la noche y la hora en que soliacutean partir los coches sillas de postas y galeras mi criada y yo nos vestimos manolescamente con pantildeoloacuten y basquintildea [149] y nos encaminamos al parador del Fuacutecar de donde seguacuten mis noticias saliacutea el ordinario de Valencia

No tuve que esperar mucho para satisfacer mi curiosidad Alliacute estaba Solita partiacutea irremisiblemente Ya no me quedaba duda La vi dentro del coche que saliacutea y no pude sofocar en miacute un sentimiento de profundiacutesima laacutestima forma indirecta que tomaba

entonces mi conciencia para presentarme ante los ojos la imagen de mi crimen Pero el coche partioacute ella se fue con su engantildeo y yo me quedeacute con mi laacutestima

No se habiacutea extinguido el rumor de las ruedas del carro de Valencia cuando sonoacute maacutes vivo estreacutepito de ruedas y caballeriacuteas Un gran coche de colleras entroacute en el parador Mi criada y yo nos detuvimos por curiosidad

-Es el coche de Alcalaacute -dijeron a nuestro lado- Esta noche viene lleno de gente

Por una de las portezuelas vi la cara de un hombre El corazoacuten pareciacutea haceacuterseme pedazos Me volviacute loca de alegriacutea No pude contenerme Era eacutel Mis exclamaciones carintildeosas le obligaron a bajar del coche y entonces me arrojeacute llorando [150] en sus brazos

- XIX - Al diacutea siguiente le aguardaba en mi casa y no fue hasta muy tarde cuando ya anocheciacutea Estaba muy fatigado triste y abatido Lo primero de que me habloacute fue del vaciacuteo que habiacutea dejado en su casa la muerte de su madre de la partida de su hermana a quien creiacutea encontrar en Madrid y del breviacutesimo espacio que un perverso destino habiacutea puesto entre la marcha de ella y la llegada de eacutel

-Castigo de Dios es esto -dijo- por mi descuido en escribirle y mi desnaturalizado proceder

Despueacutes pasoacute de la tristeza a la furia Yo procuraba arrancarle tan luacutegubres ideas recordaacutendole nuestro placentero viaje del verano anterior y la cataacutestrofe de su cautiverio haciacuteale mil preguntas sobre sus padecimientos emancipacioacuten campantildea de Cataluntildea y toma de la Seo pero soacutelo me contestaba con monosiacutelabos y secamente Escaso intereacutes mostraba por las cosas pasadas y aun yo misma que era un presente digno a mi parecer de alguna estima apenas podiacutea obtener de eacutel atencioacuten insegura [151] y casi forzada Su pensamiento estaba fijo en la fugitiva hermana y mis sutiles zalameriacuteas no podiacutean apartarle de alliacute No cesaba de discurrir sobre los moacuteviles de aquel viaje y yo sintiendo revivir y agitarse en miacute lo que siempre tuve de serpiente estuve a punto de indicarle que Soledad habriacutea partido arrastrada por alguacuten hombre pero en el momento en que desplegaba los labios para sugerir esta idea me contuve Aquella vez habiacutea vencido mi conciencia y hallaacutendome con fuerzas para las mayores crueldades no las tuve para la calumnia

Al fin creiacute prudente no decirle una palabra sobre aquella cuestioacuten

-Bastaba que yo viniese con deseo de verla -dijo hiriendo violentamente el suelo con el pie- para que ella huyese de miacute Asiacute son todas mis cosas Lo bueno existe mientras yo lo deseo Pero lo toco y adioacutes

Estas amargas palabras eran un desaire para miacute y por lo visto yo no estaba comprendida en el nuacutemero de las cosas buenas pero sofoqueacute mi resentimiento y seguiacute escuchaacutendole

-Desde que el deseo de venganza y mi odio al absolutismo -antildeadioacute- me inclinaron a tomar las armas tuve el presentimiento de que la campantildea se echariacutea a perder y asiacute ha sido Ya tienes a la plaza de Figueras en poder de [152] los franceses a Mina vagabundo sin saber queacute partido tomar y todo el ejeacutercito desconcertado y sin esperanza de vencer iexclGran milagro habriacutea sido que donde yo estoy hubiese victorias Desastres y nada maacutes que desastres La sombra que yo echo sobre la tierra destruye

-iexclQueacute necio eres iquestCrees acaso en las estrellas fatales y en el sino

-No debiera creer pero todo me manda que crea Ya ves Me enviacutea Mina a Madrid con una comisioacuten en que funda grandes esperanzas y desde que llego aquiacute pierdo las pocas esperanzas que traiacutea porque no hallo sino desanimacioacuten y flojedad Al mismo tiempo la ilusioacuten maacutes querida de este viaje se ha desvanecido como el humo Yo teniacutea una hermana maacutes que hermana amiga con una amistad pura y entrantildeable que nadie puede comprender sino ella y yo una amistad que tiene todo lo santo de la fraternidad y todo lo bueno del amor sin las tenebrosas ansias de este En mi hermana veiacutea yo todo lo que me queda de familia lo uacutenico que me resta de hogar en ella veiacutea a mi madre y una representacioacuten de todos los goces de mi casa la paz del alma dichas muy grandes sin mezcla de martirio alguno Pues bien llego y mi casa estaacute desierta Jamaacutes penseacute en perderla Ella el uacutenico ser de [153] quien estaba seguro vuela tambieacuten lejos de miacute y se va iexclAy Jenara iexclNo puedo decirte cuaacuten sola estaba mi casa Figuacuterate todo el universo vaciacuteo y sin vida Ni mi madre ni Soledad iexclQueacute sepulcro Dios miacuteo Asiacute se va quedando mi corazoacuten lo mismo que una gran fosa todo lleno de muertos Tuacute no puedes entender esto Jenara En ti todo vive Tu caraacutecter hace resucitar las cosas y eres un ser privilegiado para quien el mundo se dispone siempre del modo maacutes favorable pero yo

-Cuacutelpate a ti mismo -le dije- y no hables del destino Te quejas de que tu hermana te haya abandonado y no recuerdas que has estado mucho tiempo sin escribirle sin darle noticias de ti sin decirle ni siquiera laquoestoy vivoraquo

-Es verdad pero se amparoacute de miacute el estuacutepido delirio de la guerra Me sedujo la idea gloriosa que representaba nuestro ejeacutercito al perseguir a los realistas Soacutelo veiacutea lo que estaba delante de mis ojos y dentro de miacute el enemigo y los torbellinos de mi cerebro un ideal de gloriosas victorias que dieran a mi paiacutes lo que no tiene Ya sabes que yo me equivoco siempre Lo extrantildeo es que conociendo mi torpeza me empentildee en andar hacia adelante como los demaacutes hombres en vez de estarme quieto [154] como las estatuas Ahora todo lo veo destrozado caiacutedo y hecho pedazos por mis propias manos como el que entrando en un cuarto oscuro y lleno de preciosidades y a ciegas tropieza y lo rompe todo En Cataluntildea desengantildeos en Madrid maacutes desengantildeos todaviacutea un gran vaciacuteo del entendimiento y otro maacutes grande del corazoacuten Parece que la realidad de mis ideas es un ave que se asusta de mis pasos y levanta el vuelo cuando me acerco a ella iexclMaldita persona la miacutea

Debiacutea enojarme de tales palabras porque seguacuten ellas yo no era nada Pero no me mostreacute ofendida y solamente dije

-Si al llegar encuentras todo solo y vaciacuteo no es porque las cosas vuelen antes de tiempo sino porque tuacute llegas siempre tarde

-Tambieacuten es verdad Llego siempre tarde Ya ves lo que me ha pasado ahora -dijo con el mayor desaliento- Se le antoja al general Mina enviarme aquiacute cuando todo estaacute perdido Pero eacutel no contaba con la rapidez de este desmoronamiento no contaba con la retirada de Ballesteros sin combatir ni con la defeccioacuten de La Bisbal Mina tiene la desgracia de creer que todos son valientes y leales como eacutel

-iquestLa defeccioacuten de La Bisbal De modo que ya No creiacute que fuera tan pronto El conde [155] acostumbra preparar con cierto arte sus arrepentimientos

-No se dice puacuteblicamente pero es seguro que ya estaacute en tratos con los franceses para capitular Me lo ha dicho Campos que olfatea los sucesos De mantildeana a pasado el aborrecido estandarte negro ondearaacute en Madrid iquestA queacute he venido yo No parece sino que ha venido a izarlo yo mismo

-Pues no hagas caso de los masones ni de la guerra ni de la Constitucioacuten -le dije- iquestPara queacute te empentildeas en cosas imposibles iquestPor queacute desprecias lo que tienes y buscas fantasmas vanos

Eacutel me miroacute comprendiendo mi intencioacuten Su mirada no indicaba desafecto pero me era imposible vencer su tristeza Acompantildeome a cenar y mis alardes de humor festivo mi chaacutechara y las delicadas atenciones que con eacutel tuve no lograron disipar las nubes sombriacuteas que ennegreciacutean su alma Tambieacuten la miacutea se encapotaba lentamente cayendo en hondas tristezas porque acostumbrada a verse sentildeora de los sentimientos de aquel hombre padeciacutea mucho al considerar perdido su amoroso dominio y esa tiraniacutea dulciacutesima que al mismo tiempo embelesa al amo y al esclavo

Pero auacuten conservaba yo gran parte de mi [156] prestigio Venciacute aunque sin poder conseguir la tranquilidad que acompantildea a los triunfos completos porque descubriacute en su complacencia algo de violento y forzado Pareciacutea que al corresponder a mi leal carintildeo lo haciacutea maacutes bien por delicadeza y por deber que por verdadera inclinacioacuten Esto me atormentoacute toda la noche quitaacutendome el suentildeo Cuando pude dormir la imagen de la pobre hueacuterfana que recorriacutea media Espantildea buscando a su hermano a su amante o lo que fuera se me presentoacute para atormentarme maacutes iexclAy iexclqueacute terrible es una gran falta sin eacutexito

La visioacuten de la mujer errante no se quitaba de mi imaginacioacuten Pero yo entonces creyeacutendome menos amada de lo que mi freneacutetica ambicioacuten de amor exigiacutea pensando que me habiacutean vencido ajenos recuerdos y vaguedades sentimentales referentes a otra persona me gozaba con fiera crueldad en la desolacioacuten de la hermana viajera

-iexclBien -le deciacutea- corre tras eacutel corre hoy y mantildeana y siempre para no encontrarle al fin Muy bien hipocritona iexcliexclme alegro me alegro [157]

- XX -

Al diacutea siguiente muy temprano entroacute Campos en casa Ya he dicho que este masoacuten era amigo muy constante de la familia con quien yo viviacutea un matrimonio alaveacutes de edad madura y sin hijos extrantildeo por lo general a las pasiones poliacuteticas aunque la sentildeora como buena vascongada se inclinaba al absolutismo Campos entroacute gritando

-iexclYa nos la ha pegado ese tunante

Al punto comprendiacute lo que queriacutea expresar

-La Bisbal ha capitulado iquestno es eso -le dije- iexclQueacute noticia Ya lo suponiacuteamos

-Pero al menos sentildeora al menos -manifestoacute Campos con afaacuten- Las formas es preciso guardar ciertas formas Todos estamos dispuestos a capitular porque no es posible vivir en lucha con la general corriente ni con la Europa entera pero pero

-iquestY queacute ha hecho La Bisbal

-Dar un manifiesto

-Ya lo suponiacutea es el hombre de los manifiestos

-Un manifiesto en que dice que siacute y que no [158] y que tira y afloja y que blanco y que negro En fin un manifiesto de La Bisbal Despueacutes ha entregado el mando al marqueacutes de Castelldosrius y ha desaparecido El ejeacutercito estaacute desmoralizado La mayor parte de los soldados se van a donde les da la gana y aquiacute nos tiene usted como el 3 de Diciembre de 1808 en poder de los franceses iquestVamos a ver queacute hace ahora un hombre honrado como yo iquestQueacute hacen ahora los hombres que no se han metido en nada que desde su campo defendieron siempre el orden y las conveniencias

Yo haciacutea esfuerzos para contener la risa La zozobra del masoacuten en momentos de tanto apuro y su afaacuten por presentarse como hombre de orden ofreciacutean un cuadro tan gracioso como instructivo

-iquestDe modo que ya se acaboacute la Constitucioacuten -dijo la sentildeora de Saracha elevando majestuosamente las manos al cielo como en accioacuten de gracias- Pues ahora habraacute perdoacuten general Se reconciliaraacuten todos los espantildeoles daacutendose fraternales abrazos y amparaacutendose bajo el manto amoroso del Rey

Yo me echeacute a reiacuter

-No es mal perdoacuten el que nos aguarda -dijo Campos con detestable humor- iexclBonito manto nos ampararaacute Ya se ha alborotado la [159] gentuza de los barrios bajos y las caras siniestras las manos negras y rapaces los trabucos y las navajas van apareciendo Nada nada Tendremos escenas de luto y de ignominia otro 10 de Mayo de 1814

-iquestSeraacute posible Pues me parece que efectivamente hay algo de alboroto en la calle -dijo mi amiga asomaacutendose al balcoacuten

Viviacuteamos en la calle de Toledo que es la arteria por donde la emponzontildeada sangre sube al cerebro de la villa de Madrid en los diacuteas de fiebre Cruzaban la calle gentes del

pueblo en actitud poco tranquilizadora Al poco rato oiacutemos gritar laquoiexclviva la religioacutenraquo laquoiexclvivan la caenasraquo Fue aquella la primera vez de mi vida que oiacute tal grito y confieso que me horrorizoacute

Campos no quiso asomarse porque le enfureciacutean los desahogos de la plebe (mayormente cuando chillaba en contra de los liberales) y seguiacutea diciendo

-Veremos coacutemo tratan ahora a los hombres honrados que han defendido el orden que han procurado siempre contener al democratismo y a la demagogia

No pude vencer mi natural inclinacioacuten a las burlas y le dije

-Sr Campos no doy cuatro cuartos por su pellejo de usted [160]

-Ni yo tampoco -me respondioacute riendo

Eacutel en medio de su descontento esperaba filosoacuteficamente el fin seguro de sobrenadar tarde o temprano en el pieacutelago absolutista Era ademaacutes hombre de tanto valor como osadiacutea

La gente de los barrios bajos siguioacute alborotando todo el diacutea Moviose la tropa para mantener el orden y el general Zayas que mandaba en Madrid y habiacutea firmado la capitulacioacuten aquella misma mantildeana con los franceses pareciacutea dispuesto a ametrallar sin compasioacuten a la canalla En gran zozobra viviacuteamos todos los vecinos de la Villa porque se hablaba de saqueo y de la aproximacioacuten de las partidas de Bessiegraveres el infante aventurero que defendiendo el despotismo queriacutea lograr lo que no pudo conseguir combatiendo por la Repuacuteblica

Pero la principal causa de mi inquietud era no ver a mi lado a la persona que maacutes me interesaba en aquellos diacuteas Le espereacute toda la mantildeana y toda la tarde y como a ninguna hora pareciacutea y habiacutea hecho promesa de visitarme creiacute que le pasaba algo desagradable Por la noche no pude refrenar mi ardorosa impaciencia y voleacute a su casa Tampoco estaba en ella y el anciano portero y maestro de escuela armado de fusil en medio de la porteriacutea furioso y exaltado [161] cual si acabara de escaparse de un manicomio me inspiroacute tanto miedo que no quise esperar alliacute

Paseacute la noche en un estado de angustia horrible Corriacutean rumores de que al diacutea siguiente habriacutea saqueo prisiones muertes y escandalosas escenas Se deciacutea que los liberales maacutes sentildealados eran perseguidos por las calles como perros rabiosos y apedreadas sus casas Yo no podiacutea vivir Al amanecer del otro diacutea que era el 20 de Mayo busqueacute a Salvador en diversos puntos y tampoco le pude encontrar Antes de volver a casa vi movimiento de tropas en la Puerta del Sol y me dijeron que Bessiegraveres habiacutea aparecido con sus cuadrillas que yo llamaba de asesinos de la Fe por detraacutes del Retiro amenazando entrar en Madrid La plebe de los barrios bajos se le habiacutea reunido y como hambrientos perros aullaban mirando a la Corte con ansias de devorarla Todo Madrid estaba aterrado y yo maacutes que nadie no por el temor del saqueo sino por la sospecha de que la persona maacutes cara a mi corazoacuten hubiera sido viacutectima del furor de la plebe

Espereacute tambieacuten todo aquel diacutea Campos entroacute a darnos noticias de lo que pasaba Oiacuteamos cantildeonazos lejanos y a cada instante [162] creiacuteamos ver llegar y difundirse por las calles a la desenfrenada turba salvaje ebria de sangre y de pillaje Pero Dios no quiso que en aquel diacutea triunfaran los malvados El general Zayas destrozoacute a los asesinos de la Fe acuchillando a los chisperos y mujerzuelas que graznaban entre ellos La plebe aterrada volvioacute a sus oscuras guaridas y mucha gente mala huyoacute a los campos aguardando a poder entrar con los franceses Desde que supimos el gran peligro a que habiacuteamos estado expuestos los habitantes de Madrid todos deseaacutebamos que llegasen de una vez los cien mil hijos de San Luis para que estableciendo un Gobierno regular contuvieran a la canalla azuzada por los realistas furibundos

Al fin saliacute de la angustia que me atormentaba En la mantildeana del diacutea 21 el proacutefugo por quien yo habiacutea derramado tantas laacutegrimas se presentoacute delante de miacute en estado bastante lastimoso desencajado y lleno de contusiones con los ojos encendidos seca la boca cubierta de sudor la hermosa frente rotos y llenos de polvo los vestidos

Al punto comprendiacute que habiacutea sido maltratado por las feroces bestias populares No le dije nada y me apresureacute a cuidarle proporcionaacutendole alimento y reposo Eacutel me miraba [163] con extraviados ojos Apretando los puntildeos exclamoacute

-iquestHas visto a la canalla

Necesitaba sosiego y por todos los medios procureacute tranquilizarle

-No pienses maacutes en eso -le dije- y regociacutejate ahora en la paz de mi compantildeiacutea y en esta dulce soledad en que estamos

-iexclNo puedo no puedo -exclamoacute con gran agitacioacuten

Y despueacutes repetiacutea

-iquestHas visto a la canalla iexclPero queacute canalla es la canalla

Maacutes tarde me contoacute que se habiacutea visto en gran peligro porque al salir de un sitio en que estaban reunidas varias personas contrarias al despotismo fue acometido pudiendo salvar a duras penas la vida gracias a su energiacutea y al coraje con que se defendioacute

Su estado febril inspirome bastante ansiedad aquella noche que pasoacute en mi casa pero a la mantildeana siguiente su prodigiosa naturaleza habiacutea triunfado de la ebullicioacuten de la sangre irritada

-No puedo ir a mi casa -me dijo- y aun seraacute peligroso que salga a la calle pero yo necesito disponer mi viaje

-iquestVuelves al Norte [164]

-No tengo que ir a Sevilla donde estaacute lo que queda de Gobierno liberal No tengo ya ni un resto siquiera de esperanza pero es preciso que cumpla fielmente la comisioacuten del general Mina y vaya hasta las uacuteltimas extremidades para que me quede al menos el

consuelo de haberlo intentado todo y para que se pueda decir esta verdad terrible laquoNo hubo un solo liberal en Espantildea que supiera cumplir con su deberraquo

-Pues si vas a Andaluciacutea ireacute contigo -dije con mucho gozo regocijaacutendome ya con la idea de acompantildearle y huir de Madrid pueblo que tanto alarmaba a mi conciencia

-El viaje no seraacute faacutecil -respondioacute sin demostrar grande entusiasmo por mi compantildeiacutea- mayormente para una sentildeora

-Para miacute todo es faacutecil

-No se encontraraacuten carruajes

-Como ruede el dinero rodaraacuten los coches

-La policiacutea vigilaraacute la salida de los liberales

-No importa

Sin peacuterdida de tiempo empeceacute mis diligencias para nuestro viaje Las dificultades eran grandes Ninguacuten propietario de coches queriacutea arriesgar su material y sus caballeriacuteas porque los facciosos se apoderaban de ellas No me acobardeacute sin embargo y seguiacute mis pesquisas [165] Campos tambieacuten deseaba proporcionar a mi amigo faacutecil escapatoria

La entrada de los franceses que se verificoacute el diacutea 23 me dio alguna esperanza mas por desgracia entre las fuerzas de vanguardia no veniacutea el conde de Montguyon Vi en cambio muchos guerrilleros del Norte de fiero aspecto y tembleacute de pavor deseando entonces maacutes vivamente huir de la Corte

iexclY queacute desorden en los primeros momentos de aquel diacutea Por mucha prisa que se dieron los franceses a establecerse no lograron impedir mil excesos

Hombres cuyo furor habiacutea sido pagado corriacutean por las calles celebrando entre borracheras el horrible carnaval del despotismo Rompiacutean a pedradas los cristales trazaban cruces en las puertas de las casas donde viviacutean liberales como sentildeal de futuras matanzas escarneciacutean a todo el que no era conocido por su exaltacioacuten absolutista gritaban como locos maldiciendo la libertad y la Nacioacuten No escapaban de sus groseriacuteas las personas indiferentes a la poliacutetica porque era preciso haber sido perro de presa del absolutismo para obtener perdoacuten Algunos frailes de los que maacutes habiacutean escandalizado en el puacutelpito con sus sermones sanguinarios eran llevados en triunfo [166]

Yo saliacutea de misa de San Isidro y me vi insultada y seguida por una turba de mujerzuelas feroces soacutelo porque llevaba un lazo verde El color verde era ya el color de la ignominia como emblema del liberalismo que tantas veces habiacutea escrito sobre eacutel Constitucioacuten o muerte Vi maltratar a un joven de buen porte soacutelo porque usaba bigote y desde aquel diacutea el tal adorno de las varoniles caras fue sentildeal de franc-masonismo y de extranjeriacutea filosoacutefica

Quien vio una vez tales escenas no puede olvidarlas Mis ideas habiacutean cambiado mucho desde mi viaje a Francia Conservando el mismo respeto al Trono y al Gobierno fuerte habiacutea perdido el entusiasmo realista Pero en aquel diacutea tristiacutesimo se desvanecieron en mi cabeza no pocos fantasmas y aunque seguiacute creyendo que uno solo gobierna mejor que doscientos el absolutismo popular me inspiroacute aversioacuten y repugnancia indecibles

No habiacutea concluido de referir en mi casa el gran peligro que habiacutea corrido por llevar un lazo verde cuando entroacute Campos Traiacutea semblante muy alegre

-Ya estaacute resuelta la cuestioacuten de tu viaje -dijo a Salvador- Esta noche puedes marchar si quieres [167]

-iquestCoacutemo -preguntamos eacutel y yo

-De un modo tan sencillo como seguro El marqueacutes de Falfaacuten de los Godos (9) habiacutea pensado marchar a Andaluciacutea Como la pobre Andrea estaacute tan delicada En fin se han decidido a salir esta noche Tienen silla de postas propia Al punto me he acordado de ti Falfaacuten de los Godos tiene gusto en llevarte y se alegra mucho de tu compantildeiacutea

-Eso no puede ser -dije vivamente saliendo al encuentro de aquella proposicioacuten con verdadera furia que trataba de disimular

-iquestPor queacute no ha de poder ser sentildeora miacutea -dijo Campos- En la silla de postas iraacuten coacutemoda y seguramente el Marqueacutes mi sobrina con su hijo la doncella y dos criados que seremos nosotros Salvador y yo Perfectiacutesimamente

El taimado masoacuten se restregaba las manos en sentildeal de regocijo

-Me parece una excelente idea -dijo Monsalud miraacutendome- iquestNo crees tuacute lo mismo

Yo no contesteacute nada Estaba furiosa Eacutel debioacute comprender (10) en mis ojos la tempestad que se habiacutea desatado en mi corazoacuten mas no por conocerlo se apresuroacute a conjurarla Antes [168] bien ocupose de disponer su viaje con una calma con una indiferencia hacia miacute que me irritaron maacutes Mi dignidad me impediacutea pedir un puesto en aquel coche que se iba a llevar la mitad de mi alma La misma dignidad me impediacutea recordarle nuestro dulce propoacutesito de ir juntos Encerreme breve rato en mi cuarto para que nadie conociese la alteracioacuten nerviosa que me sacudiacutea y con los dientes hice pedazos un pantildeuelo inocente Mis ojos secos e inflamados no podiacutean dar salida a la angustia de mi corazoacuten derramando una sola laacutegrima

Cuando me presenteacute de nuevo mi apariencia no podiacutea ser maacutes tranquila Afectaba naturalidad y hasta alegriacutea tanta era la fuerza de mi disimulo cuando yo llamaba todas las fuerzas de la voluntad para forjar la maacutescara de hierro bajo la cual escondiacutea mi verdadero semblante lleno de luto y consternacioacuten iexclQueacute padecimiento tan grande iquestCoacutemo no si Salvador mismo me habiacutea contado toda la historia de sus relaciones con Andrea Campos despueacutes marquesa de Falfaacuten de los Godos Yo la habiacutea tratado bastante despueacutes de ser marquesa La admirable hermosura de la americanilla representaacutendose en mi imaginacioacuten me la quemaba como un hierro abrasado

Tuve valor para verles partir Vi a la sobrina [169] de Campos subir al coche hacieacutendose la interesante con su languidez de dama enfermita vi al viejo Marqueacutes engomado y lustroso como un muntildeeco que acaba de salir del taller de juguetes vi a Salvador tomando en brazos y besando con el mayor gusto al nintildeo de la Marquesa no quise ver maacutes iexclEl coche partioacute iexclSe fueron

- XXI - Se fueron y yo me quedeacute Las laacutegrimas que antes no habiacutean querido salir de mis ojos brotaron a raudales abrasaacutendome las mejillas No podiacutea dejar de pensar en la hipocritona que corriacutea por los campos desiertos lanzada por miacute al interminable viaje de la desesperacioacuten pero lejos de tenerle laacutestima aquel recuerdo avivaba mi hondo furor hacieacutendome exclamar -iexclMe alegro mil veces me alegro

iexclCuaacuten grande habiacutea sido mi castigo Para que este fuera maacutes evidente fui condenada por Dios al mismo suplicio de viajar buscando a una persona amada al martirio indescriptible de correr un diacutea y otro diacutea como el que huye de su sombra siempre impaciente [170] siempre anhelante precipitada siempre de la esperanza al desengantildeo y del desengantildeo a una nueva esperanza Porque siacute yo emprendiacute tambieacuten el viaje a Andaluciacutea tres diacuteas despueacutes Estaba en la alternativa de morir de despecho o correr tambieacuten Hubo en miacute desde aquel diacutea algo de la maldicioacuten espantosa que pesaba sobre el judiacuteo errante y me sentiacute como arrastrada por la fuerza de un huracaacuten

iexclAy el huracaacuten estaba dentro de miacute misma en mi despecho en mis celos en un loco afaacuten de no hallarme lejos de dos personas cuya imagen ni un solo instante se apartaba de mi pensamiento Si mis lectores me han conocido ya por lo que va contado de mi borrascosa vida comprenderaacuten que yo no podiacutea quedarme en Madrid Mi caraacutecter me lanzaba fuera como la poacutelvora lanza la bala

Partiacute Pero antes debo decir coacutemo pude conseguir los medios para ello Mi primer paso fue recurrir a Eguiacutea mas desde la entrada de los franceses le habiacutean arrinconado como trasto viejo y una Regencia fresca y lozana funcionaba en su lugar Nombrola Angulema de acuerdo con el Consejo de Estado y la componiacutean los duques del Infantado y de Montemart el baroacuten de Eroles el obispo de Osma y don Antonio Goacutemez Calderoacuten Secretario de ella [171] era el venenoso Calomarde (11) al cual me dirigiacute solicitando un pase y licencia para el uso de coche-posta Recibiome tan friacuteamente y con tanta soberbia e hinchazoacuten que no pude menos de recordar al Don Soplado del poeta sainetero D Ramoacuten de la Cruz

Le desprecieacute como mereciacutea y recurriacute a don Viacutector Saacuteez nombrado Ministro de Estado pero este me recordoacute a la rana cuando quiso parecerse al buey Tuvo el mal gusto de echarme en cara mi supuesta conversioacuten al constitucionalismo y a la Carta francesa diciendo mil necedades presuntuosas y aun amenazaacutendome Su fatuidad semejante a la del pavo cuando se sopla y arrastra las alas para meter ruido me hizo reiacuter en sus propias barbas El uacutenico que se me mostroacute algo propicio fue Erro hombre honrado y modesto Pero nada positivo saqueacute de la flamante situacioacuten que daba pruebas

de su agudeza poliacutetica volviendo las cosas al propio ser y estado que teniacutean en 7 de Marzo de 1810 restableciendo los antiguos Consejos y la Sala de Alcaldes de Casa y Corte Era esto volver a los tontillos al guarda-infante y al pelo empolvado

Por mi ventura llegoacute a Madrid el conde de [172] Montguyon Le vi hiacutezome la centeacutesima declaracioacuten de amor y luego con semblante dolorido me dijo

-Soy muy desgraciado sentildeora en no poder estar cerca de vos Tengo que partir con el general Bourdesoulle para esa poeacutetica regioacuten que llaman la Mancha idealizada por las aventuras del gran caballero

Entonces le manifesteacute que si me proporcionaba los medios de hacer el viaje poniendo yo por mi cuenta todos los gastos le seguiriacutea a aquel encantado paiacutes que hizo ceacutelebre el gran caballero Al oiacuter esto se volvioacute todo obsequios y tres diacuteas despueacutes teniacutea yo a mi disposicioacuten una silla de postas con caballos del cuartel general de Bourdesoulle y un pase que me aseguraba el respeto de las turbas por todo el traacutensito que iba a recorrer

Saliacute al fin de Madrid acompantildeada de mi doncella Saliacute como el agua de una esclusa cuando se le abren las compuertas que la sujetan Yo no veiacutea bastante llanura por donde correr en ninguacuten momento me pareciacutea que andaba bastante mi coche enfadaacutebame el cansancio de las mulas la pesadez de los mesoneros y la flema del mayoral que se poniacutea siempre de parte de las caballeriacuteas en mi febril contienda con el tiempo y la distancia [173]

En los pueblos por donde raacutepidamente pasaba vi escenas que me causaron tanta indignacioacuten como verguumlenza En Ocantildea habiacutean quitado las imaacutegenes que adornaban el aacutengulo de algunas calles poniendo en su lugar el retrato de Fernando entre cirios y ramos de flores y debajo la piadosa inscripcioacuten laquoiexclVivan las caenasraquo En Tembleque presencieacute el acto solemne de arrojar al piloacuten donde bebiacutean las mulas a dos o tres liberales y otros tantos milicianos En Madridejos tuve miedo porque una turba que invadiacutea el camino cantando coplas tan disparatadas como obscenas quiso detenerme fundada en que el mayoral habiacutea tocado con su laacutetigo el estandarte realista que llevaba un fraile Necesiteacute mostrar mucha serenidad y aun derramar alguacuten dinero para que no me causasen dantildeo pero no pude seguir hasta que no llegaron a aquel ilustrado pueblo las avanzadas de la caballeriacutea francesa

En Puerto Laacutepice se rompioacute una ballesta de mi coche ocasionaacutendome una detencioacuten de dos diacuteas Las horas eran siglos para miacute Me quemaba la tierra bajo los pies Yo hubiera deseado poseer la autoridad de una reina asiaacutetica para vencer tantas dificultades atando a los hombres al pescante de mi coche La desproporcioacuten [174] enorme entre mi impetuoso anhelo y los medios materiales de que disponiacutea me llevaron a un lamentable estado nervioso que de ninguacuten modo podiacutea calmar Uacutenicamente logreacute un poco de alivio a aquel penoso hervor de mi caraacutecter empleando un medio bastante pueril pero que no pareceraacute muy absurdo a las mujeres que se me asemejan Consistiacutea en tomar el laacutetigo del mayoral y ponerme a descargar furiosos latigazos sobre los robles del camino en Sierra Morena y sobre los olivos de Andaluciacutea

En Sierra Morena halleacute nuevos obstaacuteculos Alliacute habiacutea una especie de ejeacutercito espantildeol mandado por una especie de general que teniacutea el encargo de hacer una especie

de resistencia a las tropas de Bourdesoulle Dios habiacutea decidido que no hubiese otro Baileacuten en la historia y los inocentes que creiacutean en un nuevo 19 de Julio de 1808 se llevaron gran chasco iexclParece mentira Quince antildeos despueacutes los papeles de aquel drama habiacutean cambiado Los personajes eran los mismos Creeriacutease que habiacutean resucitado los muertos de la gloriosa eacutepoca pero que al vestirse se habiacutean equivocado de uniforme

En pocas horas fue desbaratado Plasencia (que asiacute se llamaba el general que defendiacutea [175] la puerta de Andaluciacutea) y los franceses pisaron el glorioso campo de las Navas de Tolosa de Menjiacutebar y de Baileacuten Menos afortunada yo fui otra vez detenida y ahora el conde de Montguyon a quien Bourdesoulle mandoacute situarse en Guarromaacuten mostroacute muy poco intereacutes porque yo siguiera adelante Con todo tales artes useacute para sacar partido de su caballeriacutea andante que me libreacute de eacutel muy lindamente Por fin el 6 de Junio entreacute en Coacuterdoba donde no me detuve maacutes que lo preciso

El 9 por la tarde vi a lo lejos una inmensa mole rojiza que iluminaban los rayos del moribundo sol Ante miacute se extendiacutean hermosas llanadas de trigo como un campo de oro cuya reverberacioacuten amarilla ofendiacutea a los ojos Yo no habiacutea visto un cielo maacutes alegre ni un ambiente maacutes respirable y que maacutes embelesase los sentidos ni un crepuacutesculo maacutes delicioso La enorme torre que se destacaba a lo lejos sobre apretado caseriacuteo y entre otras mil torres pequentildeas iba creciendo a medida que yo me acercaba y pareciacutea venir a mi encuentro con gigantesco paso La torre era la Giralda y la ciudad Sevilla [176]

- XXII - iexclSevilla iexclDe queacute manera tan grata heriacutea mi imaginacioacuten este nombre iexclQueacute idealismo tan placentero despertaba en miacute No creo que nadie haya entrado en aquel pueblo con indiferencia y desde luego aseguro que el que entre en Sevilla como si entrara en Pinto es un bruto iexclEl Burlador D Pedro el Cruel Murillo Bastan estas tres figuras para poblar el inmenso recinto que es en todas sus partes teatro de la novela y el drama lienzo y marco de la pintura iexclY hasta las pinturas sagradas son alliacute voluptuosas Para que nada le falte hasta tiene a Manolito Gaacutezquez cuyas hipeacuterboles graciosas han dado la vuelta a Espantildea y parece que forman la base de la riqueza anecdoacutetica nacional

En Sevilla la noche y el diacutea se disputan a cuaacutel es maacutes bello pero cuando llega el rigor del verano vence irremisiblemente la noche asumiendo todos los encantos de la naturaleza y de la poesiacutea Para ella son los delicados aromas de jazmines y rosas para ella el picante [177] rumor de las conversaciones amorosas para ella la dulce tibieza de un ambiente que recrea y enamora las quejumbrosas guitarras que expresan todo aquello a que no pueden alcanzar las lenguas Cuando yo llegueacute se dejaba sentir bastante el calor sin ser insoportable pero las noches eran deliciosas un paraiacuteso en el cual no se echaba de menos el sol

Me alojeacute en una hermosa posada de la calle de Geacutenova y desde la noche de mi llegada vi a muchos diputados que moraban alliacute y a otros que iban a visitarles Aquello

era un hervidero de gente habladora una olla puesta al fuego Sus agitadas disputas sus gestos sus furores indicaban la gravedad de la situacioacuten

Viviacutean conmigo Arguumlelles Canga Arguumlelles Salvato Floacuterez Calderoacuten el canoacutenigo Villanueva y D Cayetano Valdeacutes el almirante Iban a visitar a estos Galiano Istuacuteriz Beltraacuten de Lis D Aacutengel de Saavedra despueacutes duque de Rivas y otros Con algunos de ellos teniacutea yo amistad Oyeacutendoles supe que se habiacutea descubierto una conspiracioacuten tramada por cierto general ingleacutes llamado Downie el mismo que habiacutea organizado una partida de combatientes en la guerra de la Independencia La conspiracioacuten debioacute de ser muy inocente como todas las modas de aquel tiempo y todo en ella fue de [178] sainete hasta el descubrimiento hecho por un cirujano

Tan soacutelo descanseacute en la noche de mi llegada y el diacutea siguiente que era el 10 de Junio di principio a mis investigaciones saliendo a hacer algunas visitas Al pasar por las calles maacutes principales experimentaba profunda emocioacuten creyendo ver semblantes conocidos Yo no seacute queacute habiacutea en aquella fisonomiacutea de la multitud para turbarme tanto pero esto pasa cuando lo que amamos se pierde en las oleadas del gentiacuteo al cual presta su rostro y su persona toda

Aprovechando bien el diacutea pude ver a muchas personas y dar con alguna que me indicoacute el domicilio de los marqueses de Falfaacuten Este era el principal objeto de mis impacientes ansias Pero en aquel diacutea 10 de Junio precursor de una de las fechas maacutes ceacutelebres de nuestra historia nadie hablaba de otra cosa que de poliacutetica de la resistencia del Rey a trasladarse a Caacutediz y del empentildeo de los Ministros en llevaacuterselo de grado o por fuerza Advertiacute entonces que no era Sevilla poblacioacuten muy liberal y que en la contienda entablada la mayoriacutea de los paisanos de Manolito Gaacutezquez se poniacutean de parte del Rey Por un fenoacutemeno extrantildeo la aristocracia apareciacutea maacutes enemiga [179] del absolutismo que el pueblo pero esto no me causaba sorpresa por haber observado el mismo contrasentido en Madrid

No pudiendo refrenar mi impaciencia aquella misma noche fui a casa del marqueacutes de Falfaacuten Las visitas de noche son sumamente agradables en verano y en aquel paiacutes contribuyendo a ello los frescos patios trocados en salones de tertulia Nadie puede sin haber visto estos agradables recintos formar idea de ellos y del hermoso conjunto que presentan las plantas la fuente de maacutermol con su murmurante surtidor los espejos los cuadros al mismo tiempo iluminados por las bujiacuteas y por el rayo de luna que penetra burlando el toldo la dulce chaacutechara de las conversaciones maacutes dulce a causa del gracioso ceceo beacutetico y por uacuteltimo las lindas andaluzas que alegrariacutean un cementerio cuanto maacutes un patio de Sevilla

Habiacutea pocas personas en casa de Falfaacuten Encontreacute a la Marquesa muy desmejorada y triste en gran manera lo cual no seacute si me causoacute pena o alegriacutea Creo que ambas cosas a la vez Yo justifiqueacute mi viaje a Sevilla suponiendo asuntos de intereses y no me atreviacute a preguntar por eacutel ni siquiera a nombrarle para que mi afectada indiferencia alejara todo recelo Teniacutea esperanza de verle entrar en el patio [180] cuando menos lo pensase y me preparaba para no turbarme en el momento de su aparicioacuten Cualquier ruido de la puerta me haciacutea temblar daacutendome los escalofriacuteos propios de la pasioacuten en acecho

Sin que me esteacute mal el decirlo y poniendo la verdad por delante de todo aun de la modestia yo estaba guapiacutesima aquella noche vestida al estilo de Pariacutes con una

elegancia superior a cuanto veiacutean mis ojos Harto me lo probaban los de los caballeros alliacute presentes que no se apartaban de miacute causando envidia a todas Como los andaluces no son cortos de genio aquella noche recibiacute galanteriacuteas y donaires para el antildeo entero

Mi afaacuten consistiacutea en sacar alguna luz alguacuten dato alguna noticia de mi conversacioacuten con la marquesa de Falfaacuten pero fuese discrecioacuten suma o ignorancia de la hermosa dama ello es que nada dejoacute comprender Hablaba lo menos posible y con sus miradas lo mismo que con el sentido de sus palabras soacutelo una cosa me deciacutea claramente es a saber que me aborreciacutea de todo corazoacuten Yo maestra consumada disimulaba mejor que ella

El marqueacutes de Falfaacuten de los Godos hablaacutendome de poliacutetica me distrajo de esta batalla que yo daba a la taciturna reserva de [181] Andrea Las aficiones que yo habiacutea mostrado en Madrid a las cosas puacuteblicas me perdieron entonces porque el buen sentildeor me atacoacute con verdadera ferocidad de charlatanismo deseando saber mi opinioacuten sobre sucesos y personas Mi fastidioso interlocutor era liberal templado partidario de un justo medio muy justamente mediano y de las dos Caacutemaras y del veto absoluto Habiacutea tenido sus repulgos de masoacuten repetiacutea los dichos de Martiacutenez de la Rosa y era bastante volteriano en asuntos religiosos Defendiacutea al clero como fuerza poliacutetica pero se burlaba de los curas del Papa y aun del dogma mismo sin que esto fuera obstaacuteculo para creer en la conveniencia de que hubiese muchos cleacuterigos muchos obispos muchiacutesimas misas y hasta Inquisicioacuten En suma las ideas del Marqueacutes eran el capullo de donde corriendo diacuteas salioacute la mariposa del partido moderado

Decir cuaacutento me mareoacute aquella noche fuera imposible Tuve que saber cosas que a la verdad me interesaban poco por ejemplo que Calatrava a la sazoacuten presidente del Ministerio no era hombre apropiado a las circunstancias que los masones primitivos o descalzos estaban en gran pugna con los secundarios o calzados y ambos con los comuneros y carbonarios [182] que los partidarios de San Miguel trabajaban por echarlo todo a perder maacutes de lo que estaba y que cuando ocurrioacute el cambio de Ministerio que habiacutea llevado al poder a los amigos de Calatrava se habiacutean visto cosas muy feas Exaltaacutendose a medida que entraba en materia me dijo que eacutel (el marqueacutes de Falfaacuten de los Godos) habriacutea sido ministro si hubiera querido cuando se negoacute a serlo Flores Estrada pero que no quiso meterse en danzas que eacutel (el propio Marqueacutes) habiacutea previsto los terribles sucesos que ya estaban cerca y que la ruina del pobre sistema era ya inminente y segura Apoyaacutebanle en esto todos los presentes mientras yo me aburriacutea a mis anchas oyeacutendole Era para morir

Habiendo dicho uno de los tertulios que Su Majestad se negariacutea resueltamente a salir de Sevilla el Marqueacutes habloacute asiacute

-Pues el Gobierno insiste en llevaacuterselo a Caacutediz iexclqueacute tonteriacutea y como el Rey insiste en no ir el Gobierno piensa declararle loco iexclLoco Su Majestad sentildeores el hombre maacutes cuerdo de toda Espantildea el uacutenico espantildeol que sabe a doacutende va y por doacutende ha de ir

Luego dirigieacutendose a miacute y como quien habla en secreto me dijo que Calatrava era un hombre atolondrado Yandiola Ministro de [183] Hacienda una nulidad y el de la Guerra Saacutenchez Salvador un insensato

Yo estaba nerviosa a maacutes no poder Las palabras se me veniacutean a la boca para contestarle de este modo

-iquestY a miacute queacute me cuenta usted de todo eso sentildeor Marqueacutes iquestQueacute me importa a miacute que Calatrava sea un majadero Yandiola y Saacutenchez Salvador dos majaderos y usted maacutes majadero que todos ellos

Pero con no poco trabajo me conteniacutea Obligada a decir algo a causa de mi piacutecara reputacioacuten me complaciacutea en contradecirle de modo que todo lo que para eacutel era blanco yo lo veiacutea negro A cuantos el Marqueacutes denigroacute yo les supuse talentos desmedidos En lo relativo a declarar loco a Su Majestad dije que me pareciacutea el acto maacutes cuerdo y acertado del mundo

-Pero sentildeora -me dijo el Marqueacutes- esto equivale a destronar a Su Majestad porque si le declaran incapacitado para reinar

-Justamente sentildeor Marqueacutes -repuse- Le destronan y luego le vuelven a entronizar le quitan y le ponen seguacuten conviene a las circunstancias iquestHay cosa maacutes natural iquestEl Rey no abre y cierra las Cortes Pues las Cortes abren o cierran al Rey cuando les acomoda

Tomaron a risa como lo mereciacutean mis observaciones [184] pero no por verme tan inclinada a las burlas cejoacute Falfaacuten en su fastidioso disertar

Entonces entroacute el priacutencipe de Anglona personaje distinguido de la fraccioacuten de Martiacutenez de la Rosa y el duque del Parque cuya vista me causoacute grande alegriacutea El Priacutencipe dijo que al diacutea siguiente habriacutea sesioacuten muy interesante para discutir lo que debiera hacerse en virtud de la negativa del Rey a salir de Sevilla Yo le pediacute una papeleta de tribuna al duque del Parque y ofrecioacute mandaacutermela Anglona se brindoacute a llevarme a Palacio Formando mi plan para el diacutea siguiente determineacute ver a Su Majestad y asistir a la sesioacuten de las Cortes encendiendo de este modo una vela a San Miguel y otra al diablo

El duque del Parque cuando no podiacutean oiacuterlo los demaacutes me dijo con malignidad

-Mi secretario a quien usted conoce le llevaraacute mantildeana la papeleta para la galeriacutea reservada de las Cortes

Al oiacuter esto parece que se abrieron delante de miacute los cielos Mi alma se llenoacute de alegriacutea que a no ser por el gran disimulo que echeacute sobre ella como se echa hipocresiacutea sobre un pecado hubiera sido advertida por la concurrencia Desde aquel momento todo se transformoacute a [185] mis ojos Cuanto dijo el marqueacutes de Falfaacuten de los Godos lo encontreacute discreto y agudo y sus majaderiacuteas me parecieron prodigios de ingenio y perspicacia poliacutetica A todo le contesteacute desplegando verbosidad abundante como en mis mejores tiempos de Madrid emitiendo juicios picarescos y sentenciosos juzgando a los personajes con graciosa malevolencia y retrataacutendoles con breves rasgos de caricatura Desde aquel momento tuve lo que me habiacutea faltado en toda la noche ingenio Respondiacute a las galanteriacuteas supe marear a maacutes de cuatro mortifiqueacute a la Marquesa alegreacute la reunioacuten Al retirarme no dejaba maacutes que tristezas y presentimientos detraacutes de miacute Yo me llevaba todas las alegriacuteas

- XXIII - Desde muy temprano me levanteacute pues poco dormiacute aquella noche Las noches de Sevilla no parece que son como las de otras partes para dormir Son para sontildear en vela Le aguardaba con tanta impaciencia que a cada instante saliacutea al balcoacuten esperando verle entre [186] la multitud que pasaba por la calle de Geacutenova De repente me anunciaron una visita Creiacute verle entrar saliacute corriendo pero mi corazoacuten dio un vuelco quedaacutendose friacuteo y quieto cual si hubiera tropezado en una pared Teniacutea delante al priacutencipe de Anglona un sentildeor muy bueno un caballero muy simpaacutetico muy atento pero cuya presencia me contrariaba extraordinariamente en aquel instante

Veniacutea para llevarme al Alcaacutezar

-Su Majestad -me dijo- recibe ahora muy temprano Anoche le manifesteacute que estaba usted aquiacute y me rogoacute que la llevase a su presencia hoy mismo

Yo quise hacer objeciones pretextando la inusitada hora pues no habiacutean dado las once pero nada me valioacute Eacuterame imposible resistir a aquella majaderiacutea insoportable que revestiacutea las formas de la maacutes delicada atencioacuten Tampoco podiacutea defenderme con dolor de cabeza vapores u otros recursos que tenemos para tales trances Humilleacute la frente como viacutectima expiatoria de las conveniencias sociales y despueacutes de arreglarme me dispuse a aceptar un puesto en la carroza del Priacutencipe no sin dejar antes a mi criada instrucciones muy prolijas para que detuviera hasta mi vuelta al que forzosamente habiacutea de venir Partiacute resuelta a hacer a Su Majestad [187] visita de meacutedico En aquella ocasioacuten deploreacute por primera vez que existieran Reyes en el mundo

Poca es la distancia que hay de la calle de Geacutenova al Alcaacutezar Antes de las doce estaba yo en la Caacutemara de Su Majestad y saliacutea gozoso a saludarme el descendiente de cien Reyes pegado a su regia nariz No pareciacutea nada contento pero mostroacute mucho placer en verme daacutendome a besar su mano y rogaacutendome que me sentase a su lado Tanta bondad que a cualquiera habriacutea ensoberbecido a miacute me hizo muy poca gracia y menos cuando con sus preguntas daba a entender que la visita seriacutea larga

Fernando quiso saber por miacute algunas particularidades de la entrada de los franceses en Madrid de la defeccioacuten de La Bisbal en Somosierra y de la derrota de Plasencia en Despentildeaperros Yo contesteacute a todo cuidando de la brevedad maacutes que de otra cosa y fingieacutendome ignorante de varios hechos que sabiacutea perfectamente pero ninguna de estas estratagemas me valiacutea porque Fernando VII que en el preguntar habiacutea sido siempre absoluto no se hartaba de oiacuter contar cada paso del ejeacutercito franceacutes y como ademaacutes de mis palabras le recreaba bastante como he dicho en otra ocasioacuten la boca que las deciacutea de aquiacute que no llevara [188] camino de saciar en muchas horas la curiosidad de su entendimiento y la concupiscencia de sus voraces ojos

-iexclAy iexclqueacute felices son las repuacuteblicas -penseacute- Al menos en ellas no hay Reyes pesados y preguntones que quieran saber noticias de la guerra a costa de la felicidad de sus suacutebditos

Yo le miraba haciendo esfuerzos heroicos para disimular mi descontento Al responderle deciacutea en mi interior

-Me alegrariacutea de que te encerraran en una jaula como loco rematado

Eacutel entonces sin indicios de conocer mi cansancio hablome asiacute con cierto tono de confianza

-Se empentildean en que me han de llevar a Caacutediz y yo me empentildeo en no salir de Sevilla Veremos si se atreven a llevarme a la fuerza o si yo cedo al fin

-No se atreveraacuten sentildeor

-Ellos saben -continuoacute- que en Caacutediz hay una terrible epidemia pero eso no les importa iexclA Caacutediz de cabeza iquestNada importa sentildeores diputados que yo y toda la real familia nos expongamos a perecer Veremos lo que decide el Consejo

-Decidiraacute lo maacutes conveniente [189]

-Yo les digo a esos sentildeores iquestCreen ustedes posible resistir a los franceses No Pues si al fin se ha de capitular iquestno es mejor hacerlo en Sevilla

-Admirable raciocinio sentildeor

-Nada a Caacutediz a Caacutediz y entretanto ni coches para el viaje ni recursos

Pareciacutea mortificado por dos o tres ideas fijas que agitadamente se sucediacutean en su mente y se enlazaban formando esa dolorosa serie de vibrantes ciacuterculos cerebrales que si no producen la locura la imitan Me fue preciso en vista de tanta pesadez fingirme enferma y pedirle permiso para retirarme Eacutel entonces iexcloh fiero y descomunal tirano se empentildeoacute en que me quedase en el Alcaacutezar donde se me preparariacutea habitacioacuten conveniente

-Te comprendo deacutespota -dije para miacute sofocando mi coacutelera

No habiacutea maacutes remedio que ser hurantildea y descorteacutes rehusando los obsequios y tapando mis oiacutedos a preguntillas que empezaban a dejar de ser poliacuteticas Al retirarme Su Majestad me dijo

-No saldreacute de Sevilla no saldreacute Veremos si se atreven

-No se atreveraacuten sentildeor -le respondiacute- Vuestra Majestad podraacute con una firme voluntad [190] desbaratar las maquinaciones de los peacuterfidos

Estas vulgaridades palaciegas le agradaban Le dejeacute entregado a sus febriles inquietudes y corriacute a calmar las miacuteas Por el camino iba contando el tiempo transcurrido que me pareciacutea largo como todo lo que precede a la felicidad que se espera Llegueacute a mi casa subiacute precipitadamente creyendo que eacutel saldriacutea a recibirme con los brazos abiertos pero en mis habitaciones halleacute un silencio y un vaciacuteo tristiacutesimos No estaba Mi primer impulso fue de ira contra eacutel por la audacia inaudita por la infame

crueldad de no estar alliacute pero luego tornaacuteronse contra el Rey mis furores cuando Mariana mi fiel criada me dijo que el caballero se habiacutea cansado de esperar

-iquestLuego ha estado aquiacute

-Siacute sentildeora ha estado maacutes de hora y media No hariacutea diez minutos que usted habiacutea salido cuando entroacute

-iquestY no dijo que volveriacutea

-No dijo nada maacutes sino que teniacutea que ir a las Cortes

-Yo tambieacuten tengo que ir a las Cortes -dije sintieacutendome como una maacutequina loca que mueve a la vez con precipitada carrera todas sus ruedas- Vamos viacutestete Mariana que no quiero perder esa gran sesioacuten [191]

Por no ir sola yo llevaba siempre conmigo a mi leal criada vestida de sentildeora imitando en esto la usanza francesa de las sentildeoritas de compantildeiacutea Esto era sumamente coacutemodo para miacute porque me libraba de la necesidad de admitir en muchos casos la compantildeiacutea de hombres importunos o antipaacuteticos En poco tiempo haciendo yo de sirviente y Mariana de sentildeora quedoacute vestida no tan bien que se desconociese su inferioridad con respecto a miacute pero con suficiente elegancia para poder ir al lado miacuteo Muchos la creiacutean hermana soltera o parienta pobre

- XXIV - Fuimos a las Cortes que estaban en San Hermenegildo en la calle de La Palma frente a San Miguel Difiacutecil hallamos la entrada a causa de la mucha gente que llenaba la calle agolpaacutendose en las puertas del edificio como las apintildeadas lapas en la roca Mujeres menos resueltas que nosotras habriacutean vuelto la espalda pero Mariana y yo sabiacuteamos romper las cortezas del vulgo y al fin nos abrimos paso y entrando [192] con desenfado y pie ligero subimos a la galeriacutea Desde antes de entrar en ella oiacutemos la voz de un orador que resonaba en medio del maacutes imponente silencio

Mucho hubimos de bregar para encontrar asiento pero al fin pidiendo mil veces perdoacuten y oyendo murmullos de descontento a un lado y otro logramos acomodarnos Mi primer cuidado no fue atender a lo que aquel gran orador deciacutea cosas sin duda altamente dignas de aplauso mi primer cuidado fue registrar con los ojos toda la galeriacutea reservada por ver si estaba alliacute quien me cautivaba maacutes que los discursos Pero ni a derecha ni a izquierda ni delante ni detraacutes le vi con lo cual la gran pieza oratoria que se estaba pronunciando empezoacute a serme muy fastidiosa

-iquestQuieacuten habla -pregunteacute a una sentildeora vieja que estaba junto a miacute

-Alcalaacute Galiano el gran orador -repuso en tono de extrantildeeza por mi ignorancia

-iquestY de queacute habla -pregunteacute sin temor de que la sentildeora vieja me creyera cerril

-iquestDe queacute ha de hablar Del suceso del diacutea

La sentildeora volvioacute el rostro hacia el saloacuten demostrando maacutes intereacutes por el discurso que por mis preguntas Yo no quise molestar maacutes y trateacute de atender tambieacuten El orador hablaba [193] de la patria del inminente peligro de la patria y de la salvacioacuten de la patria y de la gloria de la patria Es el gran tema de todos los oradores incluso los buenos No he conocido a ninguacuten poliacutetico que no estropeara la palabra patriotismo hasta dejarla inservible y en esto se me parecen a los malos poetas que al nombrar constantemente en sus versos la inspiracioacuten la lira el estro la musa ardiente la fantasiacutea hablan de lo que no conocen

Alcalaacute Galiano era tan feo y tan elocuente como Mirabeau Su figura bien poco acadeacutemica y su cara no semejante a la de Antinoo se embelleciacutean con la virtud de un talismaacuten prodigioso la palabra Le pasaba lo contrario que a muchas personas de admirable hermosura las cuales se vuelven feas desde que abren la boca Aquel diacutea el joven diputado andaluz habiacutea tomado por su cuenta el llevar adelante la hazantildea maacutes revolucionaria que registran nuestros anales

Los espantildeoles sentiacutean la comezoacuten de destronar algo y el afaacuten de probar la embriaguez revolucionaria que sin duda embelesa a los pueblos de Occidente como a los chinos el opio y dijeron laquohagamos temblar a los Reyes pues que ha llegado la hora de que los reyes tiemblen delante del puebloraquo Mas era aquiacute la [194] gente demasiado bondadosa para una calaverada sangrienta En otra parte al ver al Rey sistemaacuteticamente contrario a la Representacioacuten nacional le hubieran cortado la cabeza aquiacute le privaron del uso de la razoacuten temporalmente diciendo laquoSentildeor vuestro deseo de esperar aquiacute a los franceses nos prueba que estaacuteis loco Con arreglo a la Constitucioacuten declaramos que sois digno de un manicomio y de perder la autoridad real Vaacutemonos a Caacutediz y cuando estemos alliacute os adornaremos de nuevo con vuestra cabal razoacuten y seguiremos partiendo un confite como hasta aquiacuteraquo

Admirable recurso habriacutea sido este a mi parecer desde el punto de vista liberal teniendo un gran ejeacutercito para reforzar el argumento en los campos de batalla Sin fuerza aquel hecho probaba que los diputados estaban maacutes locos que el Rey y asiacute se lo dije a Falfaacuten de los Godos Con esto se comprende que el Marqueacutes habiacutea entrado en la galeriacutea colocaacutendose detraacutes de miacute Eacutel poniacutea mucha maacutes atencioacuten que yo al discurso y aun a los rumores que sonaban arriba y abajo

-Han llenado de gentuza la tribuna puacuteblica -me dijo en voz baja- para que aplauda las atrocidades que habla ese hombre

No seacute si era o no gente pagada pero es lo [195] cierto que a cada paacuterrafo coruscante terminado en la salvacioacuten de la patria o en el afrentoso yugo de esta Nacioacuten heroica la galeriacutea puacuteblica mugiacutea como una tempestad cercana iexclQueacute rugidos queacute gestos de baacuterbaro entusiasmo queacute manera de apostrofar Algunas sentildeoras tuvieron miedo y se retiraron lo cual me agradoacute en extremo porque la tribuna se quedoacute muy holgada

-iquestPiensa usted seguir hasta el fin -me dijo el marqueacutes de Falfaacuten endulzando su mirada hasta un extremo empalagoso

-Estareacute alguacuten tiempo maacutes -le dije- No me he cansado todaviacutea

Y miraba a diestra y siniestra esperando verle y no vieacutendole nunca Los que me conocen comprenderaacuten mi aburrimiento y pena No hay tormento peor que tener ocupada la mente por una idea fija que no puede ser desechada Es una espina clavada en el cerebro una acerada punta que hiere y que sin embargo no se puede ni se quiere arrancar Yo procuraba distraerme de aquel a manera de dolor agudiacutesimo charlando con Falfaacuten pero no conseguiacute nada La locura del Rey declarada por una votacioacuten que iba a verificarse la exaltacioacuten revolucionaria de los diputados la elocuencia fascinadora de Galiano no bastaban a dar otra direccioacuten a las fuerzas de mi espiacuteritu [196]

-iquestY usted queacute cree -me preguntoacute el Marqueacutes

-Yo no creo nada -respondiacute con el mayor hastiacuteo- Si he de hablar con franqueza nada de esto me importa gran cosa

-iexclQue declaren loco a Su Majestad

-Lo mismo que si lo declararan cuerdo Yo soy asiacute Parece que se cansan -antildeadiacute reparando que se suspendiacutean los discursos

-Es que ahora va una comisioacuten de las Cortes al Alcaacutezar a intimar al Rey Si no se resigna a salir

-iquestHabraacute maacutes discursos

-Las Cortes estaacuten en sesioacuten permanente Despueacutes vendraacute lo maacutes interesante lo maacutes dramaacutetico yo no pienso moverme de aquiacute

-Su Majestad ha de responder que no sale de Sevilla Me lo ha dicho esta mantildeana y aunque no tengo gran fe en su palabra parece que por esta vez va a cumplir lo que dice

-Lo mismo creo sentildeora En ese caso las Cortes despueacutes de este respiro que ahora se dan estaacuten dispuestas a poner en ejecucioacuten el artiacuteculo 187 de la Constitucioacuten

-iquestY queacute dice ese artiacuteculo

En el momento de formular esta pregunta me estremeciacute toda y me pasoacute por delante de [197] los ojos una claridad relampagueante Le vi habiacutea entrado en la tribuna inmediata y volviacutea sus ojos en todas direcciones como buscaacutendome Desde aquel instante las palabras del Marqueacutes no fueron para miacute sino un zumbido de moscardoacuten Por fin sus ojos se encontraron con los miacuteos

-iexclGracias a Dios -le dije empleando tan soacutelo el lenguaje de las pupilas

El Marqueacutes seguiacutea hablando Para que no descubriese mi turbacioacuten ni se enojase al verme tan distraiacuteda le pregunteacute de nuevo

-iquestY queacute dice ese artiacuteculo

-Si se lo he explicado a usted -repuso- Sin duda no me presta atencioacuten Es usted muy distraiacuteda

-iexclAh siacute estaba pensando en ese pobre Fernando

-El mejor procedimiento a mi modo de ver -manifestoacute Falfaacuten de los Godos gravemente- seriacutea

-iexclQue le cortaran la cabeza -indiqueacute mostraacutendome sin cuidarme de ello tan revolucionaria como Robespierre

-iexclQueacute cosas tiene usted -exclamoacute el Marqueacutes riendo

Y siguioacute hablaacutendome hablaacutendome es decir zumbando como un abejorro Pasados diez [198] minutos creiacute conveniente dirigirle otra vez la palabra y repetiacute mi preguntilla

-iquestY queacute dice ese artiacuteculo

-Por tercera vez se lo direacute a usted

Entonces me fue forzoso dedicarle un pedacito de atencioacuten

-El artiacuteculo 187 dice poco maacutes o menos que cuando se considere a Su Majestad imposibilitado moralmente para ejercer las funciones del poder ejecutivo se nombre una Regencia

-iquestCoacutemo la de Urgel

-Una Regencia constitucional sentildeora que desempentildee aquellas funciones

-iexclOh sentildeor Marqueacutes en todo soy de la misma opinioacuten de usted -exclameacute con artificiosa admiracioacuten- En pocos hombres he visto un juicio tan claro para hacerse cargo de los sucesos

Mireacute a Salvador Pareciome que con los expresivos ojos me deciacutea laquoSalgamosraquo Y al mismo tiempo saliacutea

-Yo me retiro sentildeor Marqueacutes -dije de improviso levantaacutendome

-Sentildeora iexclse marcha usted en el momento criacutetico -exclamoacute con asombro y pena- Se van a reanudar estas interesantes discusiones iexclQueacute discursos vamos a oiacuter

-Estoy fatigada Hace mucho calor [199]

-Sin embargo

Mientras en el saloacuten resonaba un rumor sordo como el anuncio de furibunda tempestad parlamentaria Mariana y yo nos dispusimos a salir pero en el mismo instante iexcloh contrariedad imprevista multitud de caballeros y sentildeoras entraron en la tribuna Eran los que habiacutean salido durante el periacuteodo de descanso que regresaban a sus

puestos para disfrutar de la parte dramaacutetica de la sesioacuten Ademaacutes numeroso gentiacuteo recieacuten venido se apintildeaba en la puerta No era posible salir

-Sentildeora -me dijo el Marqueacutes- ya ve usted que no es faacutecil la salida No pierda usted su asiento Esto acabaraacute pronto

No tuve maacutes remedio que quedarme Caiacute en mi asiento como un reo en su banquillo de muerte Lo que principalmente me apenaba era que entre la multitud habiacutea desaparecido el que bastaba a alegrar o entristecer mi situacioacuten En la muralla de rostros humanos aacutevidos de curiosidad no estaba su rostro ni otro ninguno que se le pareciese

-Sin duda me aguarda fuera -penseacute- iexclQueacute desesperacioacuten iexclCuaacutendo acabaraacute esta farsa [200]

- XXV - -La comisioacuten que fue con el mensaje a Palacio -dijo el Marqueacutes alargando su rostro para abarcar con una mirada todo el saloacuten- ha vuelto y va a manifestar la respuesta de Su Majestad

-Que le maten de una vez -indiqueacute en voz baja- iquestDice usted sentildeor Marqueacutes que esto acabaraacute pronto

-Quizaacutes no Me parece que tendremos para un rato Cosas tan graves no se despachan en un credo

Penseacute que se me caiacutea el cielo encima El profundo silencio que reinoacute durante un rato en aquel recinto obligome a atender brevemente a lo que abajo pasaba Un diputado en quien reconociacute al almirante Valdeacutes tomoacute la palabra

Pudimos oiacuter claramente las palabras del marino al decir laquoManifesteacute a Su Majestad que su conciencia quedaba salva pues aunque como hombre podiacutea errar como Rey constitucional no teniacutea responsabilidad alguna que escuchase la voz de sus consejeros y de los representantes [201] del pueblo a quienes incumbiacutea la salvacioacuten de la patria Su Majestad respondioacute He dicho y volvioacute la espalda

Cuando estas uacuteltimas palabras resonaron en el saloacuten un rumor de olas agitadas se oyoacute en las tribunas olas de patrioacutetico frenesiacute que fueron encrespaacutendose y mugiendo poco a poco hasta llegar a un estruendo intolerable

-Todos esos que gritan estaacuten pagados -me dijo el Marqueacutes

Entonces mireacute hacia atraacutes pues no podiacutea vencer el haacutebito adquirido de explorar a cada instante la muchedumbre y le vi Estaba en la postrera fila apenas se distinguiacutea su rostro

-iexclAh -exclameacute para miacute con gozo- iexclNo me has abandonado Gracias querido amigo

Advertiacute que desde el apartado sitio donde se encontraba atendiacutea a la sesioacuten con toda su alma Mi pensamiento debiacutea de estar donde estaba el suyo y atendiacute tambieacuten Segura de tenerle cerca segura de que fiel y carintildeoso me aguardaba pude tranquilamente fijar mi espiacuteritu en aquella turbulenta parte de la sesioacuten y en el orador que hablaba Era otra vez Galiano Su discurso que en otra ocasioacuten me hubiera fastidiado entonces me parecioacute elocuente y arrebatador

iexclQueacute modo de hablar queacute elegancia de frase [202] queacute fuerza de pensamiento y de estilo queacute ademaacuten tan vigoroso queacute voz tan conmovedora Siendo mis ideas tan contrarias a las suyas entonces no pude resistir al deseo de aplaudirle enojando mucho al Marqueacutes con mi llamarada de entusiasmo

-iexclOh sentildeor Marqueacutes -le dije- iexclQueacute laacutestima que este hombre no hable mal iexclCuaacutento creceriacutea el prestigio del realismo si sus enemigos carecieran de talento

Los argumentos del orador eran incontestables dentro de la situacioacuten y del artiacuteculo 187 que intentaban aplicar laquoNo queriendo Su Majestad deciacutea ponerse en salvo y pareciendo a primera vista que Su Majestad quiere ser presa de los enemigos de la patria Su Majestad no puede estar en el pleno uso de su razoacuten Es preciso pues considerarle en un estado de delirio momentaacuteneo en una especie de letargo pasajero

Estas palabras compendiaban todo el plan de las Cortes Un Rey constitucional que quiere entregarse al extranjero estaacute forzosamente loco La Nacioacuten lo declara asiacute y se pasa sin Rey durante el tiempo que necesita para obrar con libertad iexclSingular decapitacioacuten aquella Hay distintas maneras de cortar la cabeza y es forzoso confesar que la adoptada [203] por los liberales espantildeoles tiene cierta grandeza moral y filosoacutefica digna de admiracioacuten laquoAntes que arrancar de los hombros una cabeza que no se puede volver a poner en ellos dijeron arranqueacutemosle el juicio y tomaacutendonos la autoridad real la persona juriacutedica podremos devolverlas cuando nos hagan faltaraquo

Yo miraba a cada rato a mi adorado amigo y con los ojos le deciacutea

-iquestQueacute piensas tuacute de estos enredos Luego hablaremos y se ajustaraacuten las cuentas caballerito

No duroacute mucho el discurso de Galiano porque aquello era como lo muy bueno corto y habiacutean llegado los momentos en que la economiacutea de palabras era una gran necesidad Cuando concluyoacute las tribunas prorrumpieron en locos aplausos Entre las palmadas semejantes por su horrible chasquido a una lluvia de piedras se oiacutean estas voces laquoiexclA nombrar la Regencia iexclA nombrar la Regenciaraquo

-Sentildeora -me dijo el Marqueacutes horrorizado- estamos en la Convencioacuten francesa Oiga usted esos gritos salvajes esa coaccioacuten bestial de la gente de las galeriacuteas

-Van a nombrar la Regencia

-Antes votaraacuten la proposicioacuten de Galiano iexclAtentado sacriacutelego sentildeora Me parece que asisto [204] a la votacioacuten de la muerte de Luis XVI

-iexclQueacute exageracioacuten

-Sentildeora -antildeadioacute con solemne acento- Estamos presenciando un regicidio

Yo me echeacute a reiacuter Falfaacuten enfurecieacutendose por el regicidio que se perpetraba a sus ojos e increpando en voz baja a la plebe de las galeriacuteas era soberanamente ridiacuteculo

-Lo que maacutes me indigna -exclamoacute paacutelido de ira- es que no dejen hablar a los que opinan que Su Majestad no debe ser destronado

En efecto con los gritos de iexclfuera iexclque se calle iexcla votar ahogaban la voz de los pocos que abrazaron la causa del Rey La Presidencia y la mayoriacutea interesadas en que las tribunas gritasen no poniacutean veto a las demostraciones Veiacutease al alborotado puacuteblico agitando sus cien cabezas y vociferando con sus cien bocas En la primera fila los brazos gesticulaban sentildealando o amenazando o golpeaban el antepecho con las baacuterbaras manos que maacutes bien pareciacutean patas Muchas sentildeoras de la tribuna reservada se acobardaron y diose principio al solemne acto de los desmayos Esto fue circunstancia feliz porque la tribuna empezoacute a despejarse un poco haciendo menos difiacutecil la salida

-Sentildeor Marqueacutes -dije tomando la resolucioacuten [205] de marcharme- Me parece que es bastante ya

-iquestSe va usted Si falta lo mejor sentildeora

-Para miacute lo mejor estaacute fuera Aquiacute no se respira Adioacutes

-Que van a votar Que vamos a ver quieacutenes son los que se atreven a sancionar con su nombre este horrible atentado

-Ahiacute tiene usted una cosa que a miacute no me importa mucho iquestQueacute quiere usted yo soy asiacute Dormireacute muy bien esta noche sin saber los nombres de los que dicen siacute

-Pues yo no me voy sin saberlo Quiero ver hasta lo uacuteltimo quiero ver remachar los clavos con que la Monarquiacutea acaba de ser crucificada

-Pues que le aproveche a usted sentildeor Marqueacutes Veo que ya se puede salir Adioacutes tantas cosas a la Marquesa Ya sabe que la quiero

No hice muy larga la despedida por temor a que tuviese la deplorable ocurrencia de acompantildearme Saliacute iexclAy aquella libertad me supo a gloria iexclCon queacute placentero desahogo respiraba Al fin iba a satisfacer mi deseo la sed de mis ojos y de mi alma que ha tiempo no viviacutean sino a medias Desde que saliacute a los pasillos le vi allaacute lejos esperaacutendome Hiacutezome una [206] sentildea y ambos procuramos acercarnos el uno al otro cortando el apretado gentiacuteo que saliacutea Pero cuando estaba a seis pasos de eacutel sentiacute detraacutes de miacute la aacutespera voz de Falfaacuten la cual me hizo el efecto de un latigazo Volvime y vi su sonrisa y sus engomados bigotes que yo creiacutea haber perdido de vista por muchos diacuteas

-Sentildeora no se me escape usted -me dijo ofrecieacutendome su brazo- He salido porque la votacioacuten no es nominal Esos piacutecaros han votado levantaacutendose de su asiento iexclqueacute

escaacutendalo iexclVotar asiacute un acuerdo tan grave iexclTienen verguumlenza y miedo ya se ve Tome usted mi brazo sentildeora

La importuna presencia del estafermo me dejoacute friacutea No tuve otro remedio que apoyar mi mano en su brazo y salir con eacutel Frente a nosotros vi a Salvador que me parecioacute no menos contrariado que yo

-Querido Monsalud -le dijo el Marqueacutes- iquestha visto usted la sesioacuten iexclGran escena de teatro Me parece que correraacute sangre

No recuerdo lo que ambos hablaron mientras bajamos a la calle Me daban ganas de desasirme del brazo del Marqueacutes y empujarle con todas mis fuerzas para que fuera rodando por la escalera abajo que era bastante pendiente [207] Pero me fue forzoso tener paciencia y esperar fiando en que el insoportable intruso nos dejariacutea solos al llegar a la calle iexclVana ilusioacuten Sin duda se habiacutean conjurado contra miacute todas las potencias infernales El marqueacutes de Falfaacuten empleando su relamido tono que a miacute me sonaba a esquiloacuten rajado me dijo

-Ahora diacutegnese usted aceptar mi coche y la llevareacute a su casa

-Si yo no voy a mi casa -repuse vivamente- Voy a visitar a una amiga o quizaacutes como ya es tarde y no hace calor daremos Mariana y yo un paseo

-Bien a donde quiera usted que vaya la acompantildeareacute -dijo el Marqueacutes con la inexorable resolucioacuten de un hado funesto- Y usted Salvador iquesta doacutende va

-Tengo que ver a un amigo junto a San Telmo

-Entonces no digo nada Si va usted en esa direccioacuten no puedo llevarle Y usted Jenara iquesta doacutende quiere que la lleve

-Mil gracias un milloacuten de gracias sentildeor Marqueacutes -repuse- El movimiento del coche me marea un poco Me duele la cabeza y necesito respirar libremente y hacer algo de ejercicio Mariana y yo nos iremos a dar una vuelta por la orilla del riacuteo [208]

Bien sabiacutea yo que el sentildeor Marqueacutes no gustaba de pasear a pie y que en aquellos diacuteas estaba medianamente gotoso Yo no queriacutea que de ninguacuten modo sospechase Falfaacuten que Salvador y yo necesitaacutebamos estar solos Al indicar yo que iriacutea a pasear por la orilla del riacuteo claramente deciacutea a mi amado -Ve allaacute y espeacuterame que voy corriendo luego que me sacuda este abejoacuten

Comprendieacutendome al instante por la costumbre que teniacutea de estudiar sus lecciones en el hermoso libro de mis ojos se despidioacute Bien claro leiacute yo tambieacuten en los suyos esta respuesta laquoAllaacute te espero no tardesraquo

Luego que nos quedamos solos el Marqueacutes reiteroacute sus ofrecimientos Pareciacutea que no rodaba en el mundo maacutes carruaje que el suyo seguacuten la oficiosidad con que lo poniacutea a mi disposicioacuten

-La tarde estaacute hermosa Deseo pasear un poco a pie repetiacute como quien ahuyenta una mosca

-Pues entonces -me contestoacute estrechaacutendome la mano- no quiero alejarme de aquiacute auacuten debe pasar algo importante A los pies de usted sentildeora

Al fin al fin me soltoacute aquel gavilaacuten de sus impiacuteas garras Mariana y yo nos dirigimos [209] apresuradamente a la margen del Guadalquivir

-iexclAhora si que no te me escapas amor -pensaba yo

- XXVI - Cuaacuten largo me parecioacute el camino Mariana y yo iacutebamos con maacutes prisa de la que a dos sentildeoras como nosotras conveniacutea Pero aun conociendo que pareciacuteamos gente de poco maacutes o menos cuando vi la Torre del Oro los palos de los barcos y los aacuterboles que adornan la orilla aviveacute maacutes el paso No faltaba gente en aquellos deliciosos sitios mas esto me importaba poco

-Vamos hacia San Telmo -dije a Mariana- Creo que es aquel edificio que se ve maacutes abajo entre los aacuterboles

-Aquel es

-Mira tuacute hacia la izquierda y yo mirareacute hacia adelante para que no se nos escape Dijo que me esperariacutea en San Telmo

-Ya le veo sentildeora Alliacute estaacute

Mariana le distinguioacute a regular distancia y [210] yo tambieacuten le vi Me aguardaba puntualmente

-iexclAh briboacuten ya eres miacuteo -penseacute deteniendo el paso segura al fin de que no se me escapariacutea

Eacutel miraba hacia la puerta de Jerez como si nos aguardara por alliacute Avanzamos Mariana y yo dando un pequentildeo rodeo para acercarnos a eacutel por detraacutes y sorprenderle sacudieacutendole el polvo de los hombros con nuestros abanicos Yo sonreiacutea

Distaacutebamos de eacutel unos diez pasos cuando sentiacute que me llamaban

-iexclJenara Jenara -oiacute detraacutes de miacute sin poder precisar en el primer instante a quieacuten perteneciacutea aquella horrible e importuna voz

Volvime y el coraje me clavoacute los pies en el suelo Era el marqueacutes de Falfaacuten de los Godos que veniacutea hacia miacute sonriendo y cojeando Tan confundida estaba que no le pude decir nada ni contestar a sus empalagosos cumplidos

-Vaya que ha corrido usted amiguita -me dijo- Yo acabo de llegar en coche Es que en el momento de separarnos se me ocurrioacute una cosa

-iquestQueacute cosa

-Padeciacute un gran olvido -dijo relamieacutendose- Dispeacutenseme usted Como usted dijo que veniacutea a pasear a este sitio [211]

-iquestY queacute iquestqueacute iquestqueacute

Seguacuten me dijo despueacutes Mariana yo echaba fuego por los ojos

-Que olvideacute ofrecerme a usted para una cosa que sin duda le seraacute muy agradable

-Sentildeor Marqueacutes usted se burla de miacute

-iexclBurlarme No hija miacutea al punto que nos separamos dije para miacute laquoiexclQueacute desatento he sidoraquo Puesto que va al riacuteo debiacute brindarme a acompantildearla para ver el vapor y mostrarle ese prodigio de la industria del hombre

-iexclUsted estaacute loco sin duda -afirmeacute ocultando todo lo posible mi despecho- iquestqueacute es eso del vapor No entiendo una palabra

-iexclEl vapor sentildeora Es lo que maacutes llama la atencioacuten de todo Sevilla en estos diacuteas

-iquestY queacute me importa -dije bruscamente siguiendo mi camino

-Dispeacutenseme usted si la he ofendido -antildeadioacute el Marqueacutes siguieacutendome- pero como veniacutea usted a pasear al riacuteo y como yo tengo entrada libre siempre que quiero en esa prodigiosa maacutequina creiacute que la complaceriacutea a usted apresuraacutendome a mostraacutersela

-iquestQueacute maacutequina es esa -le pregunteacute detenieacutendome

Al decir esto habiacutea perdido de vista al imaacuten de mi vida [212]

-Mire usted hacia allaacute junto a la Torre del Oro

Mireacute y en efecto vi un buque de forma extrantildea con una gran chimenea que arrojaba negro y espeso humo Sus palos eran pequentildeos y sobre el casco sobresaliacutea una armazoacuten bastante parecida a una balanza

-iquestQueacute es eso -pregunteacute al Marqueacutes

-El vapor una invencioacuten maravillosa sentildeora Esos ingleses son el Demonio Ya sabe usted que hay unas maacutequinas que llaman de vapor porque se mueven por medio de cierto humo blanquecino que va enredando de tubo en tubo

-Ya seacute

-Pues los ingleses han aplicado esta maacutequina a la navegacioacuten y ahiacute tiene usted un barco con ruedas que corre maacutes que el viento y contra el viento Esto cambiaraacute la faz del mundo Yo lo he predicho y no me equivocareacute

Mirando hacia la maacutequina prodigiosa vi a Salvador que se dirigiacutea hacia la Torre del Oro Veaacutemoslo de cerca sentildeor Marqueacutes -dije marchando hacia allaacute- Verdaderamente ese barco con ruedas es una maravilla

-Creo que ahora va a dar un par de vueltas por el riacuteo para que lo vean Sus Altezas Reales [213] que estaacuten si no me engantildeo en la Torre del Oro

-Corramos

-iexclVa toda la gente hacia allaacute Descuide usted podremos entrar si usted quiere El capitaacuten es muy amigo miacuteo y los consignatarios son mis banqueros

-iquestDe quieacuten es esa maacutequina

-De una sociedad inglesa De veras hubiera sentido mucho no mostraacutersela a usted esta tarde Cuando me acordeacute faltaacutebame tiempo para acudir a reparar mi groseriacutea

-Gracias sentildeor Marqueacutes

Dejeacute de ver entonces la luz de mi vida Mi corazoacuten se llenoacute de angustia

-Yo estaba seguro de agradar a usted -me dijo Falfaacuten- Es un asombro ese buque

-Un asombro siacute apresuremos el paso

-Si no se nos ha de marchar

-iexclQue se nos pierde de vista que se nos va -exclameacute yo sin saber lo que deciacutea

-Sentildeora si estaacute anclado Podemos verlo con toda calma

Nos acercamos a la Torre del Oro junto a la cual estaba la nave maravillosa Teniacutea dos ruedas como las de un bataacuten resguardadas por grandes cajones de madera pintados de blanco con chimenea negra y alta en cuyo centro estaba [214] la maacutequina toda grasienta y ahumada como una cocina de hierro y el resto no ofreciacutea nada de particular De sus entrantildeas negras saliacutea una especie de aliento ardoroso y retumbante cuyo vaho causaba veacutertigos De repente daba unos silbidos tan fuertes que era preciso taparse los oiacutedos En verdad aquella maacutequina infundiacutea miedo Yo no lo tuve porque no podiacutea fijar en ella resueltamente la atencioacuten

-iquestSe atreve usted a entrar -me dijo el Marqueacutes

Yo mireacute a todos lados y vi reaparecer a mi amor perdido saliendo de entre la muchedumbre como el sol de entre las nubes

-No sentildeor yo me mareo soacutelo de ver un barco -respondiacute a Falfaacuten- Estoy satisfecha con admirar desde fuera esta hermosa invencioacuten y le doy a usted las gracias

Yo hubiera dado no seacute queacute porque el vapor echase a andar hacia la eternidad llevaacutendose dentro al marqueacutes de Falfaacuten de los Godos

-iexclOh -exclamoacute eacutel- embarqueacutemonos Yo le garantizo a usted que no se marea Daremos un paseo hasta Aznalfarache Vea usted cuaacutentas personas entran

-Pues yo no me decido Pero no se prive usted por miacute del gusto de embarcarse Adentro sentildeor miacuteo Yo me voy a mi casa [215]

-iexclAh no consiento yo que usted vaya sola a su casa -dijo con una galanteriacutea cruel que me asesinaba- Yo la acompantildeareacute

-Gracias gracias no necesito compantildeiacutea

-Es que yo no puedo permitir

De buena gana habriacutea cogido al Marqueacutes por el pescuezo como se coge a un pollo destinado a la cazuela y le hubiera estrangulado con mis propias manos iexcltal era mi rabia

-Al menos -antildeadioacute- ya que lo hemos visto por la popa vamos a verlo tambieacuten por la proa

Al decir esto el Marqueacutes dirigioacute sus miradas hacia la Maestranza y sus ideas variaron de suacutebito

-Vamos por alliacute viene mi sentildeora esposa -dijo sentildealando- iquestLa ve usted Por uacuteltimo se ha atrevido a salir a paseo aunque no estaacute bien de salud

Mireacute y vi a la marquesa de Falfaacuten que veniacutea con otra sentildeora Tambieacuten ellas atraiacutedas por la curiosidad se dirigiacutean hacia la Torre del Oro

-Aguardemos aquiacute -me dijo el Marqueacutes sonriendo- Veremos si pasa sin notar que estamos aquiacute

Andrea y su amiga estaban ya cerca de nosotros cuando Salvador pasoacute junto a ellas [216] se detuvo las saludoacute y continuoacute andando a su lado Nos reunimos los cinco

-iquestTambieacuten tuacute vienes a ver el vapor -exclamoacute Falfaacuten riendo- Ya te dije que era una maravilla Y usted Sra Dordf Mariacutea Antonia iquesttambieacuten viene a ver el vaporcito Y usted Salvador no quiere ser menos El que desee entrar que lo diga y nos embarcaremos

-iquestYo -dijo la Marquesa despueacutes de saludarme- Tengo miedo Dicen que revienta la caldera cuando menos se piensa

-iquestDe modo que eso tiene una caldera como las faacutebricas de jaboacuten -preguntoacute Dordf Mariacutea Antonia llevando a sus ojos el lente que usaba

-iquestEntran ustedes siacute o no -dijo el Marqueacutes empentildeado siempre en reclutar gente

-Yo no entrareacute -repuso la Marquesa con desdeacuten- me mareo soacutelo de ver ese horrible aparato Ademaacutes tengo que hacer

-iquestA doacutende vas ahora -preguntoacute Falfaacuten de mal talante

-A las tiendas de la calle de Francos Ya sabes que necesito comprar varias cosillas

-Pero si no has paseado auacuten

-iquestQue no Sra Dordf Mariacutea Antonia dice que no hemos paseado Si hace maacutes de hora y media que estamos aquiacute dando vueltas Ya nos [217] iacutebamos cuando te vimos y volviacute atraacutes para rogarte que nos acompantildees

-iexclYo -indicoacute el Marqueacutes con mucho disgusto- Ya sabes que no me agrada ir a tiendas

-Y a miacute no me gusta ir sola

-Dordf Mariacutea Antonia

-Es sentildeora y para ir a las tiendas conviene la compantildeiacutea de un caballero Mira hijito no te apures por eso Salvador nos acompantildearaacute

-Con mil amores -dijo mi amigo inclinaacutendose- Tengo mucho honor en ello

Cuando alliacute mismo no abofeteeacute a mi amante a la Marquesa al Marqueacutes a Dordf Mariacutea Antonia y a miacute misma de seguro queda demostrado que soy una oveja por lo humilde

-Siacute amigo Monsalud -manifestoacute Falfaacuten- acompaacutentildeelas usted se lo suplico Jenara y yo nos embarcaremos

iexclSe marcharon iexclAy no seacute coacutemo lo escribo Se marcharon sin que yo les estrangulase Dentro de miacute habiacutea un volcaacuten mal sofocado por mi disimulo El Marqueacutes me hablaba sin que yo pudiese responderle porque estaba furiosamente absorta y embrutecida por el despecho que llenaba mi alma

-Nos embarcaremos -me dijo Falfaacuten relamieacutendose [218] como un gato a quien ponen plato de su gusto

-iexclAh sentildeor Marqueacutes -dije de improviso apoderaacutendome de una idea feliz- Ahora me acuerdo de una cosa iexclqueacute memoria la miacutea

-iquestQueacute sentildeora

-Que yo tambieacuten tengo que comprar algunas cosillas iquestNo es verdad Mariana

-iquestDe modo que va usted

-Siacute sentildeor ahora mismo Son cosas que necesito esta misma noche

-iquestY hacia doacutende piensa dirigirse usted

-Hacia la calle de las Sierpes o la de Francos Son las uacutenicas que conozco

-Pues la acompantildeareacute a usted

Hizo sentildeas a su cochero para que acercase el coche

-Mi mujer -antildeadioacute- se va a enfadar conmigo porque no quise acompantildearla y la acompantildeo a usted

No hice caso de sus cumplidos ni de sus excusas

-Vamos vamos pronto -dije subiendo al coche

Este nos dejoacute en la plaza de San Francisco Nos dirigimos a las tiendas recorrimos varias calles pero iexclay estaacutebamos dejados de la [219] mano de Dios No les encontramos no les vimos por ninguna parte

En mi cerebro se fijaba con letras de fuego esta horrible pregunta laquoiquesta doacutende iriacuteanraquo

Cuando el Marqueacutes me dejoacute en mi casa ya avanzada la noche yo teniacutea calentura Retireme a pensar y a recordar y a formar proyectos para el diacutea siguiente pero mi cerebro ardiacutea como una laacutempara no pude dormir hablaba a solas sin poder olvidar un solo momento el angustioso tema de mi vida en aquellos diacuteas Por uacuteltimo mis nervios se aplacaron un tanto y me consoleacute pensando y hablando de este modo

-iexclMantildeana mantildeana no se me escaparaacute

- XXVII - Al levantarme con la cabeza llena de brumas penseacute en la extrantildea ley de las casualidades que a veces gobiernan la vida En aquella eacutepoca creiacutea yo auacuten en las casualidades en la buena o mala suerte y en el destino fuerzas misteriosas que ciegamente seguacuten mi modo de ver causaban nuestra felicidad o nuestra desgracia Despueacutes han variado mucho mis [220] ideas y tengo poca fe en el dogma de las casualidades

Mi cerebro estaba aquella mantildeana como he dicho cargado de neblinas Pero el diacutea no podiacutea haber amanecido maacutes hermoso y para ser 12 de Junio en Andaluciacutea no era fuerte el calor Sevilla sonreiacutea convidando a las dulces plaacuteticas amorosas a las divagaciones de la imaginacioacuten y a exhalar con suspiros los aromas del alma que van desprendieacutendose y saliendo ya gimiendo ya cantando entre vagas sensaciones que son a la manera de una pena deliciosa

Pero yo continuaba con mi idea fija y la contrariedad que me atormentaba A ratos deteniacuteame a analizar aquel singular estado miacuteo y me asombraba de verme tan dominada por un vano capricho Es verdad que yo le amaba pero iquestno habiacutea sabido consolarme honradamente de su ausencia despueacutes de Benabarre iquestPor queacute en Sevilla poniacutea tanto empentildeo en tenerle a mi lado iquestAcaso no podiacutea vivir sin eacutel Meditando en esto me creiacutea muy capaz de prescindir de eacutel en la totalidad de la vida pero en aquel caso mi corazoacuten habiacutea soltado prendas habiacutease fatigado mucho habiacutea digaacutemoslo asiacute adelantado imaginariamente gran parte de sus goces de modo que padeciacutea horriblemente al verse desairado Aquel suplicio de Taacutentalo a que habiacutea estado [221] sujeto irritaacutebale maacutes y ya se sabe que las ambiciones maacutes ardientes son las del corazoacuten y que en eacutel residen los caprichos y la terrible ley sataacutenica que ordena desear maacutes aquello que maacutes resueltamente nos es negado Asiacute se explica la indecorosa persecucioacuten de un hombre en que yo sin poder dominarme estaba empentildeada

Ordeneacute a Mariana que se preparase para salir conmigo Mientras yo me peinaba y vestiacutea diacutejome que habiacutea oiacutedo hablar de la partida de Su Majestad aquel mismo diacutea y que Sevilla estaba muy alborotada Poco me interesaba este tema y le mandeacute callar pero despueacutes me contoacute cosas muy desagradables En la noche anterior y por la mantildeana dos diputados residentes en la misma casa y que traiacutean entre manos la conquista de mi criada le habiacutean hecho con respecto a miacute indicaciones maliciosas Seguacuten me dijo eran conocidas y comentadas mis relaciones con el secretario del duque del Parque iexclMaldita sociedad Nada en ella puede tenerse secreto Es un sol que todo lo alumbra y en vano intenta el amor hallar bajo eacutel un poco de sombra A donde quiera que se esconda vendraacute a buscarle la impertinente claridad del mundo de modo que por mucho que os acurruqueacuteis a lo mejor os veis inundados por los rayos de la [222] intrusa linterna que va buscando faltas El uacutenico remedio contra esto es arrojar mucha muchiacutesima luz sobre las debilidades ajenas para que las propias resulten ligeramente oscurecidas No seacute por queacute desde que Mariana vino a miacute con aquellos chismes me figureacute que mi difamacioacuten procediacutea de los labios de la marquesa de Falfaacuten -iexclAh bribona -dije para miacute- si yo hablara

Las hablillas no me acobardaron Siendo culpable hice lo que corresponde a la inocencia despreciar las murmuraciones

Cuando manifesteacute a Mariana que pensaba ir a buscarle a su propia casa hiacutezome algunas observaciones que me desagradaron sin que por ellas desistiera yo de mi propoacutesito

-iquestNo averiguaste ayer la casa donde vive

-Siacute sentildeora en la calle del Oeste Pero usted no repara que en la misma casa viven tambieacuten otras personas de Madrid que conocen a la sentildeora

Ninguna consideracioacuten me deteniacutea Escribiacute una carta para dejarla en la casa si no le encontraba y salimos Mariana conociacutea bien Sevilla y pronto me llevoacute a la calle del Oeste que estaacute hacia la Alameda Vieja junto a la Inquisicioacuten Salvador no estaba Dejeacute mi carta y corrimos a casa porque al punto sospecheacute que [223] mientras yo le buscaba en su vivienda me buscaba eacutel en la miacutea Asiacute me lo deciacutea el corazoacuten impaciente

-Me aguardaraacute de seguro -penseacute- Ahora ahora siacute que no se me escapa

En mi casa no habiacutea nadie pero siacute una esquela Salvador estuvo a visitarme durante mi ausencia y no pudiendo esperar a causa de sus muchas ocupaciones dejome tambieacuten una carta en que asiacute lo manifestaba antildeadiendo entre expresiones carintildeosas que por la tarde a las cuatro en punto me aguardaba en la catedral Despueacutes de indicar la conveniencia de no volver a mi casa me suplicaba que no faltase a la cita en la gran basiacutelica y en su hermoso patio de los naranjos Teniacutea preparado un coche en la puerta de Jerez para irnos de paseo hacia Tablada

-iexclGracias a Dios -exclameacute- Esta tarde

Tomando mis precauciones para que nadie me importunase y poder estar completamente libre en la hora de la cita consagreacute algunas al descanso Pero la ocasioacuten no era la maacutes a propoacutesito y a las tres ya estaba yo en la catedral Era la hora del coro y los canoacutenigos entraban uno tras otro por la puerta del Perdoacuten Algunos se deteniacutean a echar un parrafito en el patio de los naranjos paseando junto al puacutelpito de San Vicente Ferrer [224]

Al verme dentro de la iglesia la mayor que yo habiacutea visto sentiacute una violenta invasioacuten de ideas religiosas en mi espiacuteritu iexclMaravilloso efecto del arte que consigue lo que no es dado alcanzar a veces ni aun a la misma religioacuten Yo miraba aquel recinto grandioso que me pareciacutea una representacioacuten del universo mundo Aquel alto firmamento de piedra asiacute como las hacinadas palmas que lo sustentan y el eminente tabernaacuteculo que es cual una escala de santos que sube hasta Dios dilataban mi alma hacieacutendola divagar por la esfera infinita La suave oscuridad del templo hace que brillen maacutes las ventanas cuyas vidrieras parecen un fantaacutestico muro de piedras preciosas Las vagas manchas luminosas de azul y rosa que las ventanas arrojan sobre el suelo se me figuraban huellas de aacutengeles que habiacutean huido al sentir nuestros pasos

Mi mente se sentiacutea abrumada de ideas Senteme en un banco porque sentiacutea la necesidad de meditar Delante de mis pies a manera de alfombra de luces se extendiacutea la transparencia de una ventana Alzando los ojos veiacutea las grandiosas boacutevedas Zumbaba en mis oiacutedos el grave canto del coro y a intervalos una chorretada de oacutergano cuyas maravillosas armoniacuteas me haciacutean estremecer de emocioacuten [225] poniendo mis nervios como alambres A poca distancia de miacute a la izquierda estaba la capilla de San Antonio toda llena de luces por ser 12 de Junio viacutespera del santo y de hermosos buacutecaros con azucenas y rosas Volviendo ligeramente la cabeza veiacutea el cuadro de Murillo y su espleacutendido altar

Yo pensaba en cosas religiosas pero mi egoiacutesmo las asociaba al amoroso afaacuten que me poseiacutea Pensaba en la santidad de la unioacuten sancionada por la Iglesia y de los lazos matrimoniales cuando son acertados Consideraba lo feliz que hubiera sido yo no equivocaacutendome como equivoqueacute en la eleccioacuten de marido Tambieacuten pasoacute por mi mente aunque con gran rapidez el recuerdo de la infeliz joven a quien con mis engantildeos precipiteacute en los azares de un viaje absurdo pero esto duroacute poco y ademaacutes me apresureacute a sofocar tan triste memoria dirigiendo el pensamiento a otra cosa

La imagen que tan cerca estaba atrajo mi atencioacuten Aquel santo tan bueno tan humilde tan buen compantildeero y amigo de los pobres es seguacuten dicen el abogado de los amores y de los objetos perdidos Ocurriome rezarle y le receacute con fervor de labios y aun de corazoacuten porque en aquel instante me sentiacutea piadosa No soacutelo le pediacute como

enamorada sino como quien busca [226] y no encuentra cosas de gran valor y mientras maacutes le rezaba maacutes me sentiacutea encendida en devocioacuten y llena de esperanza Concluiacute adquiriendo la seguridad de que mi afaacuten se calmariacutea aquella misma tarde y juzgando que mi entrada en la catedral a causa de la cita era obra providencial mi alma se alivioacute y aquella tensioacuten dolorosa en que estaba fue cesando poco a poco

iquestCoacutemo no esperar si aquel santo era tan bueno tan complaciente que merecioacute siempre el amor y la veneracioacuten de todos los enamorados No pude estar alliacute todo el tiempo que habriacutea deseado porque me causaba veacutertigo el olor de las azucenas y tambieacuten porque la hora de la cita se acercaba Cuando saliacute al patio y en el momento de pasar bajo el cocodrilo que simboliza la prudencia la alta campana de la Giralda dio las cuatro

No habiacuteamos llegado al puacutelpito de San Vicente Ferrer cuando Mariana y yo nos miramos aterradas Sentiacuteamos un ruido semejante al de las olas del mar Al mismo tiempo mucha gente entraba corriendo en el patio de los naranjos

-iexclRevolucioacuten sentildeora revolucioacuten -gritoacute Mariana temblando- No salgamos

La curiosidad venciendo el miedo me llevoacute [227] con maacutes presteza hacia la puerta Vi regular gentiacuteo que llenaba todo el sitio llamado Gradas de la Catedral y pareciacutea extenderse por delante del palacio arzobispal y la Lonja hasta el Alcaacutezar Pero la actitud de la muchedumbre era paciacutefica y maacutes pareciacutea de curiosos que de alborotadores Al punto comprendiacute que la salida de la Corte motivaba tal reunioacuten de gente y se calmaron mis suacutebitas inquietudes Esperaba ver de un momento a otro a la persona por quien habiacutea ido a la catedral y mis ojos la buscaron entre la multitud

-Aguardaremos un poco -penseacute dando un suspiro

La muchedumbre se agitoacute de repente murmurando Por entre ella trataba de abrirse paso un regimiento de caballeriacutea que aparecioacute por la calle de Geacutenova Entrad la mano en un vaso lleno de agua y esta se desbordaraacute introducid un regimiento de caballeriacutea en una calle llena de curiosos y vereacuteis lo que pasa Por la puerta del Perdoacuten penetroacute un chorro que salpicaba dicharachos y apoacutestrofes andaluces contra la tropa y tal era su iacutempetu que los que alliacute estaacutebamos tuvimos que retroceder hasta el centro del patio Entonces un sacristaacuten y un hombre forzudo y corpulento de esos que desempentildean en toda iglesia las bajas funciones [228] del trasporte de altares facistoles o bancos o las altiacutesimas de tocar las campanas y recorrer el tejado cuando hay goteras se acercaron a la puerta y despueacutes de arrojar fuera toda la gente que pudieron cerraron con estruendo las pesadas maderas Corriacute a protestar contra un encierro que me pareciacutea muy importuno mas el sacristaacuten alzando el dedo arqueando las cejas y ahuecando la voz como si estuviera en el puacutelpito dijo lacoacutenicamente

-De orden del sentildeor Deaacuten

- XXVIII -

Mucho me irritoacute la orden del sentildeor Deaacuten que sin duda no esperaba a una persona amada y entreacute en la iglesia consolaacutendome de aquel percance con la idea de que en edificio tan vasto no faltariacutean puertas por donde salir Pasamos al otro lado pero en la puerta que da a la plaza de la Lonja otro ratoacuten de iglesia me salioacute al encuentro despueacutes de echar los pesados cerrojos y tambieacuten me dijo

-De orden del sentildeor Deaacuten

-iexclMalditos sean todos los deanes -exclameacute [229] para miacute dirigieacutendome a la puerta que da a la fachada Alliacute un viejo con gafas sotana y sobrepelliz se restregaba las manos gruntildeendo estas palabras

-Ahora ahora va a ser ella Sentildeores liberales nos veremos las caras

Yo fui derecha a levantar el picaporte pero tambieacuten aquella puerta estaba cerrada y el sacristaacuten viejo al ver mi coacutelera que no podiacutea contener alzoacute los hombros disculpaacutendose con la orden de la primera autoridad capitular El de las gafas antildeadioacute

-Hasta que no pase la gresca no se abriraacuten las puertas

-iquestQueacute gresca

-La que han armado con la salida del Rey loco Mi opinioacuten sentildeora es que ahora va a ser ella porque hay un complot que no lo saben maacutes de cuatro

Volvioacute a restregarse las manos fuertemente guintildeando un ojo

-iquestY a queacute hora sale Su Majestad

-A las seis seguacuten dicen pero antes ha de correr la sangre por las calles de Sevilla como cuando la inundacioacuten de hace veinte antildeos la cual fue tan atroz sentildeora que por poco fondean los barcos dentro de la catedral

-iexclDe modo que estareacute encerrada aquiacute hasta [230] las seis -exclameacute llena de furor- Esto no se puede sufrir es un abuso un escaacutendalo Me quejareacute a las autoridades al Rey

-El Rey estaacute loco -dijo el viejo con horrible ironiacutea

-Al Gobierno me quejareacute al Arzobispo O me dejan salir o gritareacute dentro de la iglesia reclamando mi derecho

Discurriacute con agitacioacuten indecible por la iglesia nave arriba nave abajo saliendo de una capilla y entrando en otra pasando del patio al templo y del templo al patio Miraba a los negros muros buscando un resquicio por donde evadirme y enfurecida contra el autor de orden tan inicua me preguntaba para queacute existiacutean deanes en el mundo

Los canoacutenigos dejaban el coro y se reuniacutean en su camariacuten marchando de dos en dos o de tres en tres charlando sobre los graves sucesos Los sochantres y el fagotista se dirigiacutean piporro en mano a la capilla de muacutesica y los inocentes y graciosos nintildeos de

coro al ser puestos en libertad iban saltando con gorjeos y risas a jugar a la sombra de los naranjos

Varias veces en las repetidas vueltas que di por toda la iglesia paseacute por la capilla de San Antonio Sin que pueda decir que me dominaban sentimientos de irreverencia ello es que [231] mi compungida devocioacuten al santo habiacutea desaparecido No le mireacute con aversioacuten pero siacute con cierto enojo respetuoso y en mi interior le deciacutea

-iquestEs esto lo que yo teniacutea derecho a esperar iquestQueacute modo de tratar a los fieles es este

Mi egoiacutesmo habiacutea llegado al horrible extremo de pedir cuenta a la Divinidad de los desaires que me haciacutea Irritaacutebame contra el Cielo porque no satisfaciacutea mis caprichos

Pero iexclmaldita hora quien a miacute me irritaba verdaderamente era el Deaacuten tirano que mandaba encerrar a la gente porque se le antojaba Desde que le vi salir del coro en compantildeiacutea del Arcediano movieacutendose muy lentamente a causa del peso de su descomunal panza le tuve por un realistoacuten furibundo sin que por esto me fuese menos antipaacutetico iquestPor queacute habiacutean cerrado las puertas Por poner el sagrado recinto a salvo de una invasioacuten plebeya e impedir que el bullicio de los vivas y mueras turbase la santa paz de la casa de Dios A pesar de su celo no pudo el sentildeor Deaacuten conseguirlo y desde el patio oiacuteamos claramente los gritos de la muchedumbre y el paso de la caballeriacutea La Giralda cantoacute las cinco cantoacute las seis y aquella deplorable situacioacuten no cambiaba ni las puertas se abriacutean ni se desvaneciacutea el rumor [232] del pueblo Yo creo que si aquello se prolonga demasiado me atrevo a decir dos palabras al buen canoacutenigo encerrador Por fin no era yo sola la impaciente otras muchas personas encerradas como yo se quejaban igualmente y todos nos dirigiacuteamos en alarmante grupo al sacristaacuten (12) pero sin conseguir nada

-Cuando Su Majestad haya salido de Sevilla -nos respondiacutea- o se arma la de San Quintiacuten o todo quedaraacute tranquilo

Por fin despueacutes de las siete la puerta del Perdoacuten se abrioacute y vimos las Gradas y la gente que iba y veniacutea sin tumulto Yo me arrojeacute a la calle como se arrojariacutea en el agua aquel cuyos vestidos ardieran Miraba a un lado y otro me comiacutea con los ojos a cuantos pasaban camineacute apresuradamente hacia la Lonja y hasta el Alcaacutezar mi cabeza se moviacutea sin cesar dirigiendo la vista a todo semblante humano iexclAfaacuten inuacutetil Yo buscaba y rebuscaba y mi hombre no apareciacutea en ninguna parte Ya se ve iexclLas siete de la tarde Se cansariacutea de aguardarme tendriacutea que hacer

Volviacute de nuevo a la catedral recorrila toda saliacute di la vuelta por la Lonja pero iexclay si diera la vuelta a toda la tierra creo que tampoco le encontrara iexcltal era la horrible insistencia de mi desgracia Y sin embargo [233] hasta en las baldosas del piso en el aire y en el sonido hallaba no seacute queacute indicio misterioso de que eacutel me habiacutea aguardado alliacute largas horas Esto era para morir

Despueacutes de mucho correr senteme en un banco de piedra junto a la Lonja Tanto me enfadaba la gente que veiacutea regresar del Alcaacutezar y de la puerta de San Fernando que si las llamas de furor que abrasaban mi pecho fueran materiales de buena gana hubiera vomitado fuego sobre los que pasaban ante miacute Veniacutean de ver partir al Rey loco Muchos se lamentaban de que se tratase de tal suerte al Soberano de Castilla

iexclMenguados iquestpor queacute no tomaban las armas Siacute iquestpor queacute no las tomaban Me habriacutea gustado ver a todos los habitantes de Sevilla destrozaacutendose unos a otros

La Giralda cantoacute otra hora no seacute cuaacutel y entonces me decidiacute a tomar nueva resolucioacuten

-Vamos a su casa -dije a Mariana

-Es de noche sentildeora -repuso

La infeliz no queriacutea alejarse mucho de la casa Pero no le contesteacute y nos pusimos en camino para la calle del Oeste

-iquestY si no estaacute -indicoacute mi criada- Porque es muy posible que con estas cosas

-iquestQueacute cosas

-Estas revoluciones sentildeora [234]

-Si no hay nada

-Pues como se han llevado al Rey despueacutes de volverle loco En el patio de la catedral deciacutea uno que tendremos revolucioacuten mantildeana cuando se marche el Gobierno porque el Gobierno se marcharaacute

-Deacutejalo ir no nos hace falta Date prisa

-Pues yo creo que nos llevaremos otro chasco

-Si no estaacute en su casa le esperareacute

-iquestY si no vuelve hasta muy tarde

-iexclHasta muy tarde le esperareacute

-iquestY si no vuelve hasta mantildeana

-Hasta mantildeana le esperareacute No me muevo de su casa hasta que le vea Ahora ahora siacute que no se me escapa iquestconcibes tuacute que se me pueda escapar

- XXIX - Al decir esto mi corazoacuten oprimido por tantos desengantildeos se ensanchaba llenaacutendose otra vez de esperanza de ese don del cielo que jamaacutes se agota y que a nadie puede faltar

-Pues no veo yo muy tranquila esta noche [235] la ciudad de Sevilla -indicoacute Mariana- Si como dicen se ha marchado toda la tropa puede que nos despertemos mantildeana en un charco de sangre

Echeme a reiacuter burlaacutendome de sus ridiacuteculos temores y seguimos avanzando con bastante presteza hacia la calle del Oeste Detuacuteveme antes de llamar en su casa para que un breve descanso disimulara mi sofocacioacuten y se amortiguasen las llamaradas de mis mejillas

-Senteacutemonos -dije a Mariana- al amparo de este aacuterbol Ahora no hay gran prisa Ya le tengo cogido Estoy tranquila Eacutel ha de venir a su casa Ahora ahora siacute que le tengo en mi mano

Cuando llamamos en la reja que daba entrada al patio una mujer nos dijo que el sentildeor Monsalud no estaba en casa

-Pues tengo que hablarle precisamente esta noche y le esperareacute -dije resueltamente

Yo no reparaba en conveniencia alguna social En el estado de mi espiacuteritu nada teniacutea fuerza para contenerme Importaacutebame ya muy poco que me vieran que me conocieran que me sentildealasen con el dedo ni que el vulgo suspicaz y murmurador me hiciera objeto de burlas y comentarios deshonrosos

Al principio vacilaba en dejarme entrar la [236] mujer que me abrioacute la puerta pero tanto insteacute y con tan arrogante autoridad me expresaba que al fin me llevoacute a una sala baja Alliacute estaba un viejecillo que a la deacutebil claridad de un veloacuten de cobre arreglaba bauacuteles y cajas poniendo en ellos libros ropa y papeles Era un tal Bartolomeacute Canencia Eacutel no debiacutea de conocerme pero se apresuroacute a saludarme con extremadas urbanidades Cual si comprendiera las ansias que yo padeciacutea aquella noche me dijo

-No estaacute en casa ni puedo asegurar que venga pronto pero siacute que vendraacute Necesitamos arreglar todo para nuestra partida

iquestCuaacutendo

-Mantildeana Nos vamos con el Gobierno iquestQuieacuten se atreveraacute a quedarse aquiacute despueacutes que marchen los ministros Esto es un volcaacuten realista En cuanto desaparezca el Gobierno que obstruye el craacuteter se agitaraacute con fuego y vapores vomitando horrores iexclPobre Sevilla no ha querido oiacuter mis consejos los consejos de la experiencia sentildeora y hela aquiacute en poder del realismo maacutes brutal Este pueblo tan ceacutelebre por su riqueza y por su gracia como por sus procesiones estaacute infestado de curas y aquiacute los curas son ricos No hay maacutes que decir

Yo me fastidiaba esta conversacioacuten y asiacute con la mayor habilidad la desvieacute de la poliacutetica [237] hacieacutendola recaer sobre mi objeto Canencia contestoacute a mis preguntas de una manera categoacuterica

-Esta tarde salimos juntos -me dijo- Eacutel se quedoacute en las Gradas de la Catedral donde teniacutea una cita y yo seguiacute hacia el Alcaacutezar para asistir a la salida de Su Majestad Luego nos encontramos de nuevo a eso de las siete pareciacutea disgustado sin duda porque

la cita no pudo verificarse Entramos en casa y despueacutes eacutel salioacute para ver a Calatrava Diacutejome que volveriacutea a arreglar su equipaje y aquiacute me tiene usted arreglando el miacuteo sentildeora para lo que se le ofrezca mandar De modo que si usted desea algo en Caacutediz puede dar sus oacuterdenes con toda franqueza

-Yo tambieacuten pienso ir a Caacutediz -repuse

-iexclUsted tambieacuten Bueno es que vayan todos -dijo con ironiacutea maliciosa- para que se haga con toda solemnidad el entierro de la Constitucioacuten Alliacute nacioacute sentildeora y alliacute le pondremos la mortaja que todo lo que nace ha de perecer Si se hubieran seguido mis consejos sentildeora pero los hombres se han dejado enloquecer por la ambicioacuten y la vanidad Ya no existen aquellos repuacuteblicos austeros aquellos filoacutesofos incorruptibles aquellos sectarios de la honradez maacutes estricta y [238] de la sabiduriacutea ateniense hombres que con un pedazo de pan un vaso de agua y un buen libro se pasaban la mayor parte de la vida Ahora todo es comer a dos carrillos pedir destinos figurar en una palabra sentildeora ya no hay virtudes ciacutevicas

-iquestY es seguro que el Gobierno marcha mantildeana -le pregunte para desviarle de su fastidiosa disertacioacuten

-Seguriacutesimo No puede ser de otra manera

-iquestPor tierra

-Por agua sentildeora Los ministros y diputados marchan en el vapor

-iquestY usted y Salvador van tambieacuten en el vapor

-Iremos donde podamos sentildeora aunque sea en globo por los aires

Eacutel siguioacute arreglando sus maletas y yo me abrumeacute en mis pensamientos En la sala habiacutea un reloj de cucuacute con su impertinente paacutejaro de esos que asoman al dar la hora y nos hacen tantas cortesiacuteas como campanadas tiene aquella Nunca he visto un animalejo que maacutes me enfadase y cada vez que apareciacutea y me saludaba miraacutendome con sus ojillos negros y cantando el cucuacute sentiacutea ganas de retorcerle el pescuezo para que no me hiciera maacutes cortesiacuteas El paacutejaro cantoacute las nueve y las diez y las once y [239] con su insolente movimiento y su desagradable sonido pareciacutea decirme -iquestQueacute tal sentildeora se aburre Vd mucho

Todo el que ha esperado comprenderaacute mi agoniacutea Aquel resbalar del tiempo aquella veloz corrida de los minutos que pasan de nuestra frente a nuestra espalda amontonaacutendose atraacutes el tiempo que estaba delante es para enloquecer a cualquiera Cuando no hay un reloj que lleve la cuenta exacta de la cantidad de esperanza que se desvanece y de la paciencia que se gasta grano a grano menos mal pero cuando hay reloj y este reloj tiene un paacutejaro que hace reverencias cada sesenta minutos y dice cucuacute no hay espiacuteritu bastante fuerte para sobreponerse a la pena Ya cerca de las doce me deciacutea yo laquoiquestSi no vendraacuteraquo

Habiendo manifestado mis dudas al viejo Canencia que pareciacutea algo molesto por la duracioacuten de mi visita me dijo

-Puede que venga y puede que no venga Seguramente estaraacute ahora en el cafeacute del Turco o en casa del duque del Parque Ya es medianoche Dentro de unas cuantas horas seraacute de diacutea y iexclen marcha todo el mundo para Caacutediz

Mariana bostezaba siendo imitada por Canencia Yo me sosteniacutea intreacutepida sin suentildeo ni [240] cansancio resuelta a estar un antildeo en aquel sitio si un antildeo tardaba en venir mi hombre

-De todas maneras -dije a Canencia- si se marcha mantildeana ha de venir a arreglar su equipaje

-Es muy posible sentildeora -me contestoacute secamente- En caso de que quiera Vd retirarse puede con toda confianza dejar el recado verbal que guste Yo se lo trasmitireacute puntualmente y con la fidelidad de un verdadero amigo

-Gracias

-Le direacute que ha estado aquiacute Aunque usted no me ha dicho su nombre yo creo conocer a la persona con quien tengo el honor de hablar por haberla visto en Madrid algunas veces iquestNo es usted la sentildeora marquesa de Falfaacuten

Esta pregunta me hizo estremecer en mi interior como si un rayo pasara por miacute Pero dominaacutendome con soberano esfuerzo repuse gravemente y con afectada verguumlenza

-Siacute sentildeor soy la marquesa de Falfaacuten Fiada en la discrecioacuten de usted me he aventurado a esperar aquiacute en hora tan impropia

-Sentildeora yo soy un sepulcro y ademaacutes un amigo fiel de ese excelente joven y como le debo muchos beneficios a la amistad se une la gratitud Puede usted con toda libertad confiarme [241] lo que quiera Es muy posible que eacutel no pueda verla a usted esta noche Estaraacute muy ocupado y sin duda el viaje de mantildeana trastorna sus planes porque si no recuerdo mal hoy me dijo que pensaba despedirse de usted por la noche en casa de Dordf Mariacutea Antonia

Al oiacuter esto me quedeacute como maacutermol y enseguida me lleneacute de ascuas Desplegueacute los labios para preguntar laquoiquestdoacutende vive esa Dordf Mariacutea Antoniaraquo pero me contuve a tiempo comprendiendo la gran torpeza que iba a cometer Evocando toda mi destreza de coacutemica dije

-Asiacute pensaacutebamos pero no ha podido ser

El infame paacutejaro se asomoacute a su nicho y burlaacutendose de miacute cantoacute la una Yo me ahogaba porque a mis primeras fatigas se uniacutea desde que habloacute aquel hombre la inmensa sofocacioacuten de un despecho volcaacutenico de los celos que me mataban En mi cerebro se encajaba una corona de brasas resplandecientes y mi corazoacuten chorreaba sangre herido por mil puacuteas venenosas Mi afaacuten mi deseo maacutes vivo era morder a alguien

Espereacute maacutes Canencia seguiacutea bostezando y Mariana dormitaba Yo sentiacutea en mis oiacutedos un zumbido extrantildeo el zumbido del silencio nocturno que es como un eco de

mares lejanos y deshacieacutendome esperaba Habriacutea dado mi vida [242] entera por verle entrar por poder hablarle a solas un momento arrojando sobre eacutel las palabras la furia la hiel que se desbordaban en miacute A ratos balbuciacutea terribles injurias que siendo tan infames a miacute me pareciacutean rosas

El vil pajarraco volvioacute a chancearse conmigo y haciendo la reverencia maacutes pronunciada y el canto maacutes fuerte anuncioacute las dos

-iexclLas dos iexclpronto seraacute de diacutea -exclameacute

-Fijamente no viene ya sentildeora Es que se embarca con los diputados -dijo Canencia dando a entender con sus bostezos que de buena gana dormiriacutea un rato

-iquestY a queacute hora se embarcan los diputados

-Al rayar el diacutea asiacute se dijo anoche en el saloacuten del Congreso cuando se levantoacute la sesioacuten que ha durado treinta y tres horas

Estuve largo rato dudando lo que debiacutea hacer Delante de mi pensamiento daba vueltas un ciacuterculo de fuego que alternativamente en su lenta rotacioacuten mostraacutebame dos preguntas primera iquestY si viene despueacutes que yo me vaya Segunda iquestY si se embarca en el muelle mientras yo estoy aquiacute

Yo veiacutea pasar una pregunta despueacutes otra La segunda sustituiacutea a la primera y la primera a la segunda en oacuterbita infinita Ambas teniacutean [243] igual claridad ambas me deslumbraban y me enloqueciacutean de la misma manera Yo que por lo general me decido pronto entonces dudaba Cuando la voluntad se iba inclinando de un lado el pensamiento llamaacutebame del otro y asiacute contrabalanceados los dos poniacutean a mi alma en estado de terrible ansiedad Largo rato permaneciacute en esta dolorosa incertidumbre Los minutos volaban y acercaacutendose aquel en que era preciso resolver definitivamente el silencio mismo llegoacute a impresionar mi cerebro como un bramido intolerable formado por mil voces Oiacutea el latir de mi corazoacuten como se oye un secreto que nos dicen al oiacutedo mi sangre ardiacutea y por fin aquella misma palpitacioacuten de mi alborotado seno fue como una voz que hablaba dicieacutendome laquoanda andaraquo

El paacutejaro riendo como un demonio burloacuten me saludoacute tres veces con su cortesiacutea y su infernal cucuacute Eran las tres

-Va a ser de diacutea -dijo Canencia dejando caer sobre el pecho su cabeza venerable

Levanteme Estaba decidida Pareciome que D Bartolomeacute al verme dispuesta a partir vio el cielo abierto Despedime de eacutel bruscamente y salimos

-iquestA doacutende vamos sentildeora -me dijo Mariana- iquestNo es hora de retirarnos ya a descansar [244]

-Todaviacutea no

-iexclSentildeora sentildeora por Dios Estaacute amaneciendo No hemos cenado no hemos dormido

-Calla imbeacutecil -le dije clavando mis dedos en su brazo- iexclCalla o te ahogo

- XXX - Amaneciacutea y multitud de hombres de mal aspecto vagaban por la calle Veiacuteanse gitanos desarrapados y muchos guapos de la Macarena y de Triana Mi criada tuvo miedo pero yo no Repetidas veces nos vimos obligadas a variar de rumbo para evitar el encuentro de algunos grupos en que se oiacutea el ronco estruendo de iexclvivan las caenas iexclmuera la nacioacuten

Llegamos por fin al riacuteo Ya el diacutea habiacutea aclarado bastante y desde la puerta de Triana vimos la chimenea del vapor que despediacutea humo

-Si esos barcos de nueva invencioacuten humean al andar -dije- el vapor se marcha ya

Desde la puerta de Triana a la Torre del Oro se extendiacutea un cordoacuten de soldados de artilleriacutea [245] En la puerta de Jerez habiacutea cantildeones Nada de esto me arredraba porque mi exaltacioacuten me infundiacutea grandes alientos y hablando al oficial de artilleriacutea logreacute pasar hasta la orilla donde algunas tablas sostenidas sobre pilotes serviacutean de muelle El vapor bufaba como animal impaciente que quiere romper sus ligaduras y huir Multitud de personas se dirigiacutean al embarcadero Reconociacute a Canga-Arguumlelles a Calatrava a Beltraacuten de Lis a Salvato a Galiano y a otros muchos que no eran diputados

-Eacutel se iraacute tambieacuten -penseacute- Vendraacute aquiacute de seguro Pero no no creo que se me pueda escapar

Una idea grandiosa cruzoacute por mi mente una de esas ideas napoleoacutenicas que yo tengo en momentos de gravedad suma Ocurriome embarcarme tambieacuten en el vapor si le veiacutea partir No teniacutea equipaje iquestpero queacute me importaba Mariana se quedariacutea para llevarlo despueacutes

Acerqueme a Calatrava que se asombroacute mucho de verme

-Quiero un puesto en el vapor -le dije

-iquestTambieacuten usted se marcha iquestDe modo que

-Temo ser perseguida Estoy muerta de miedo [246] desde ayer Me han amenazado con anoacutenimos atroces

-iquestHa preparado usted su equipaje

-He preparado lo maacutes preciso el viaje es corto Mi criada se queda para arreglar lo que dejo aquiacute

-Tambieacuten nosotros dejamos nuestros equipajes porque no caben en el vapor Iraacuten en aquella goleta

-iquestMe hace usted un sitio siacute o no

-iquestUn sitio Siacute sentildeora Dejando el equipaje El Gobierno ha fletado el buque Puede usted venir

Esto se llama proceder pronto y con energiacutea Pero observeacute a todos los que llegaban y no le vi A cada instante creiacutea verle aparecer

-No puede tardar -dije despueacutes que di mis oacuterdenes a Mariana- Ahora siacute que es miacuteo

Mariana haciacutea objeciones muy juiciosas pero yo a nada atendiacutea Estaba ciega loca

-iquestY si no se embarca -me dijo mi criada- Todaviacutea no ha venido

-Pero ha de venir A ver si estaacute por ahiacute el duque del Parque

Miramos las dos en todos los grupos y no vimos al Duque

-iquestEl sentildeor duque del Parque no va a Caacutediz -pregunteacute a Salvato [247]

-El sentildeor Duque no se ha atrevido a votar el destronamiento

-iquestY queacute

-Que los que no votaron no se creen en peligro y seguiraacuten en Sevilla

-De modo que Su Excelencia

-No tengo noticia de que se embarque con nosotros

-Venga usted -me dijo Calatrava alargaacutendome la mano para llevarme a la cubierta del buque

-Entre usted amigo entre usted que auacuten tengo que decir algo a mi criada

-Parece que vacila usted

-En efecto siacute no estoy decidida auacuten

No no podiacutea entrar en aquel horrible bajel que iba a partir silbando y espumarajeando sin llevar al que turbaba mi vida Yo les vi entrar uno tras otro les conteacute ni uno solo escapoacute a mi observacioacuten y iexcleacutel no estaba iexclSiempre ausente siempre lejos de miacute siempre en direccioacuten diametralmente opuesta a la direccioacuten de mis ideas y de mi apasionada voluntad Esto era para enloquecer completamente y digo completamente porque yo estaba ya bastante loca Mi desvariacuteo insensato aumentaba como la fiebre galopante del enfermo solicitado por la muerte

Se embarcaron iexclay vi al horrendo vapor [248] separarse del muelle vi moverse las paletas de sus ruedas machacando y rizando el agua le oiacute silbar y mugir echando humo hasta que emprendioacute su marcha majestuosa riacuteo abajo

No yendo eacutel no podiacutea causarme afliccioacuten quedarme en tierra Eacutel estaba tambieacuten en Sevilla

-Ahora -dije- ahora no es posible que le pierda otra vez Si tengo actividad e ingenio pronto saldreacute de esta angustiosa situacioacuten

No quise detenerme como el vulgo que se extasiaba contemplando el humo del vapor que conduciacutea hacia el postrer rincoacuten de Espantildea el uacuteltimo resto del liberalismo Como aquel humo en los aires asiacute se desvaneciacutea en el tiempo la Constitucioacuten Pero en mi mente no podiacutean fijarse ni por un instante estas ideas

Me era forzoso pensar en otras cosas y en la realidad de mi ya insoportable desdicha iquestA doacutende debiacutea ir En los primeros momentos despueacutes del embarque no pude determinarlo y vagueacute breve rato por la ribera hasta que me obligaron a huir los excesos de la salvaje muchedumbre que se precipitoacute sobre los equipajes de los diputados apoderaacutendose de ellos y saqueaacutendolos en presencia de la poca tropa que habiacutea quedado en el muelle

Al mismo tiempo sentiacute el clamor de las [249] campanas echadas a vuelo en sentildeal de que Sevilla habiacutea dejado de pertenecer al Gobierno constitucional y en cuerpo y alma perteneciacutea ya al absolutismo iexclCambio tan raacutepido como espantoso El pronunciamiento se hizo entre berridos salvajes en medio del saqueo y del escaacutendalo al grito de iexclmuera la Nacioacuten La verdad es que los alborotadores haciacutean poco dantildeo a las personas pero siacute robaban cuanto podiacutean Al entrar por la puerta de Jerez procureacute apartarme lo maacutes posible de la turbulenta oleada que marchaba hacia el corazoacuten de Sevilla con objeto seguacuten oiacute de destrozar el saloacuten de sesiones y el cafeacute del Turco donde se reuniacutean los patriotas

Lejos de desmayar yo con las muchas contrariedades el insomnio y el continuo movimiento pareciacutea que la misma fatiga me daba prodigiosos alientos No sentiacutea el maacutes ligero cansancio y mi cerebro como una llama cada vez maacutes viva hallaacutebase en ese maravilloso estado de actividad que es para los poetas para los criminales y para los que se ven en peligro la raacutepida inspiracioacuten del momento Yo sentiacutea en miacute un estro grandioso avivado por mis contrariadas pasiones mi rencor y mi despecho Teniacutea la penetrante vista del genio y habiacutea llegado a ese momento sublime en que los maacutes [250] profundos secretos de nuestro destino se nos muestran con claridad espantosa Mi pensamiento como la aguja magneacutetica de una bruacutejula sentildealaba con insistencia la casa del marqueacutes de Falfaacuten

-iexclOh alliacute alliacute he de encontrar la solucioacuten de este horrible problema

- XXXI -

Y corriendo hacia la casa sontildeaba no ya con las delicias de un encuentro feliz y de una amable reconciliacioacuten sino con proporcionar a mi alma el inefable el celestial el infinito regocijo de un escaacutendalo de una escena de una de esas venganzas de mujer que son la Iliacuteada (13) del corazoacuten femenino No seacute si me equivocareacute juzgando por miacute de todas las mujeres pero pienso firmemente que ninguna por muy tiacutemida que sea deja de sentir en momentos dados y cuando se discuten asuntos del corazoacuten el poderoso instinto de la majeza La maja digan lo que quieran no es maacutes que lo femenino puro De miacute puedo asegurar que en aquel instante me sentiacutea verdulera [251]

-Tengo la seguridad -deciacutea- de que le encontrareacute alliacute El corazoacuten me lo dice Es precisamente lo que necesito es la satisfaccioacuten maacutes preciosa y agradable de mi inmenso afaacuten el desahogo de mi pecho semejante a un volcaacuten sin craacuteter el consuelo de todas mis penas Hablareacute gritareacute vomitareacute injurias iquestqueacute digo injurias verdades Direacute todo lo que seacute abrireacute los ojos de un marido creacutedulo y bonachoacuten arrancareacute la maacutescara a una hipoacutecrita confundireacute a un ingrato en suma estareacute en mi elemento iexcliexclAhora Santo Dios de las venganzas ahora siacute que no se me puede escapar

Al dirigirme a la plaza de la Magdalena donde viviacutea el Marqueacutes vi a dos o tres patriotas que eran llevados presos por el pueblo con una cuerda al cuello iexclPobre gente Entre ellos vi a Canencia que me dirigioacute al pasar una mirada suplicante pero no hice caso y seguiacute Casi arrastrando a Mariana que apenas podiacutea seguirme de puro cansada y sontildeolienta llegueacute a casa de Falfaacuten

En el patio encontreacute al Marqueacutes que al punto que me vio asombrose mucho de la alteracioacuten de mi semblante creyendo que ocurriacutea alguacuten grave accidente

-Sentildeora -me dijo ofrecieacutendome una silla- no extrantildeo que esa gente mal educada [252] Se estaacuten cometiendo toda clase de excesos en la desgraciada Sevilla

-No es eso no -repuse- Si no me ha pasado nada

-Sentildeora su rostro de usted me indica gran desasosiego y agitacioacuten

-Es verdad -dije- pero

-Estaacute usted muy intranquila

-Intranquila no estoy furiosa

Despueacutes de decir esto y de romper en seis pedazos mi abanico que ya lo estaba en cuatro procureacute tomar una actitud aparentemente serena pues el caso requeriacutea en miacute la grave majestad del que condena no la atolondrada coacutelera y pueril turbacioacuten del condenado

-iquestY por queacute estaacute usted furiosa -me preguntoacute el Marqueacutes confundido- iquestEn queacute puedo servir a usted

-iexclYo seacute que estaacute aquiacute -dije mirando al Marqueacutes de un modo que le aterroacute

-iquestQuieacuten

-iexclOh iquestquieacuten seraacute preciso que yo hable que lo diga todo

-Sentildeora no comprendo una palabra

-Llame usted a la sentildeora Marquesa y quizaacutes ella me comprenda -repuse con amargo sarcasmo

-Andrea no estaacute en casa [253]

Al oiacuter esto sentiacute un sacudimiento Nuevo y maacutes doloroso cambio en mis ideas en mi voluntad en mi coacutelera en mis planes nuevo movimiento de la aguja magneacutetica que brujuleaba en mi corazoacuten marcaacutendome el derrotero en medio de la tempestad El Marqueacutes no podiacutea tener intereacutes en negarme a su esposa Asiacute lo comprendiacute al momento y sin vacilar un instante dije

-iquestHa ido a la casa de Dordf Mariacutea Antonia

-Precisamente alliacute estaacute -manifestoacute Falfaacuten en tono de confianza honrada y tranquila que hubiera cautivado a otra persona maacutes irritada que yo- La Sra Dordf Mariacutea Antonia se puso anoche mala y mi esposa fue a acompantildearla un ratito A las diez estaba de vuelta

-iquestA las diez

-Pero sin duda la Sra Dordf Mariacutea Antonia se ha agravado hoy porque al rayar el diacutea vinieron a buscar a Andrea y allaacute estaacute iquestEncuentra usted en esto algo de extrantildeo

-No sentildeor nada -dije levantaacutendome- iquestY doacutende vive esa Dordf Antonia

-En la calle que sale a la puerta de Carmona nuacutemero 26 iquestPero se va usted sin explicarme el motivo de su visita su agitacioacuten

-Siacute sentildeor me voy [254]

-Pero

-Adioacutes sentildeor Marqueacutes

Quiso detenerme pero raacutepida como un paacutejaro fugitivo le dejeacute y saliacute de la casa

-A la calle que sale a la puerta de Carmona nuacutemero 26 -dije a Mariana que me seguiacutea durmiendo

-Ahora -deciacutea para miacute en el horroroso veacutertigo que formaban mis pensamientos y mi marcha- ahora siacute que de ninguacuten modo se me puede escapar

Yo saboreaba de antemano las horribles delicias del escaacutendalo que iba a dar de la venganza que tomariacutea de las palabras que saldriacutean de mi boca como el humo y la lava

de un volcaacuten en erupcioacuten Me deleitaba con aquella copa de amarguras que se convertiacutea en copa llena de delicioso licor de la venganza Habiacutea llegado al extremo de recrearme en el veneno de mi alma y de hallar delicioso el fuego que respiraba Seguiacutea teniendo las mismas ganas de morder a alguien y creo que mi linda boca tan codiciada habriacutea sido un aacutespid si en carne humana hubiera posado sus secos labios

Mariana que conociacutea a Sevilla me llevoacute hacia la puerta de Carmona yo no seacute por doacutende ni en cuaacutento tiempo Habiacutea yo perdido la nocioacuten [255] de la distancia y del tiempo Vi una calle larga y solitaria con muchas rejas verdes llenas de tiestos de albahaca Vi una fila de casas de fachada blanca iluminadas por el sol y otra liacutenea de casas en la sombra Yo buscaba el nuacutemero 26 cuando sentiacute pisadas de caballos Delante de miacute como a cuarenta pasos abriose una gran puerta y salieron tres hombres a caballo iexclEra eacutel

Corriacute corriacute Iba vestido con el traje popular andaluz y su figura era la maacutes hermosa que puede imaginarse Los otros dos vestiacutean lo mismo Caracolearon un instante los corceles delante de la casa y en seguida emprendieron precipitadamente la carrera en direccioacuten a la puerta de Carmona

Yo corriacutea corriacutea y al mismo tiempo gritaba Mariana que no habiacutea perdido el juicio me detuvo enlazando con sus dos brazos mi talle Mi furor estalloacute con un grito salvaje con una convulsioacuten horrible y este apoacutestrofe inexplicable -iexclLadrones iexclLadrones

En el mismo momento en que yo rugiacutea de este modo dos mujeres se asomaban a la ventana de la casa y saludaban a los jinetes con sus abanicos Eacutel miroacute repetidas veces hacia atraacutes y saludaba tambieacuten sonriendo Vi brillar el lente de Dordf Mariacutea Antonia vi los negros [256] ojos de Andrea iexclOh Satanaacutes Satanaacutes

Yo seguiacute hasta ponerme debajo de la ventana pero esta se cerroacute Seguiacute corriendo un poco maacutes Un grupo de hombres feroces aparecioacute por una boca-calle Su aspecto infundiacutea pavor pero yo me adelanteacute hacia ellos y sentildealando a los tres jinetes que huiacutean a escape fuera de la puerta entre nubes de polvo griteacute con toda la fuerza de mis pulmones

-iexclQue se escapan corred corred tras ellos iexclQue se escapan los patriotas los maacutes malos de todos los ateos blasfemos los republicanos los masones los regicidas los enemigos del Rey iexcllos que queriacutean matarle Corred y cogedles Yo tengo dinero Mil duros al que les coja iexclEn nombre de la religioacuten iexclEn nombre de las caenas Vamos vamos tras ellos iexclQue se escapan

A medida que hablaba iba desapareciendo en mi espiacuteritu la nocioacuten de lo externo y me sentiacutea envuelta en tinieblas o en llamas no seacute en queacute me sentiacutea caer en un hondo infierno lleno de demonios sumergirme en abismo de negro delirio de fiebre de suentildeo o muerte pues no puedo expresar bien lo que era aquello

Perdiacute el conocimiento [257]

- XXXII - Mi dolorosa enfermedad que me puso al borde del sepulcro duroacute cuarenta diacuteas de los cuales no seacute cuaacutentos paseacute en terrible crisis sin conciencia de las cosas atormentada por la fiebre Mi sangre enardecida habiacutea descompuesto en tales teacuterminos las funciones de mi cerebro que en aquellos angustiosos diacuteas no viviacutea con mi vida propia sino con el mismo fuego mortiacutefero de la enfermedad Asistiome uno de los primeros meacutedicos de Sevilla

Cuando saliacute del peligro y hubo esperanzas de que auacuten podriacutea seguir mi persona fatigando al mundo con su peso halleme en tristiacutesimo estado sin memoria sin fuerzas sin belleza Mas empeceacute a recobrar muy lentamente estos tesoros perdidos y con ellos volviacutean mis pasiones y mis rencores a aposentarse en mi seno como despueacutes de una inundacioacuten y cuando las aguas se retiran aparece lentamente la tierra dibujaacutendose primero los altos collados luego las suaves pendientes y por uacuteltimo el llano Asiacute pasada aquella avenida de sangre que envolvioacute mi pensamiento en turbias olas venenosas [258] fue apareciendo poco a poco todo lo existente antes del 13 de Junio

Una imagen descollaba sobre todas las que me perseguiacutean cuando mi fantasiacutea como un borracho que recobra la claridad de sus sentidos empezoacute a presentarme lo pasado Esta imagen era la de la hueacuterfana a quien supuse corriendo sin cesar por campos y ciudades buscando lo que no habiacutea de encontrar iquestAcaso el tormento de ella no era tan grande o quizaacutes mayor que el miacuteo Pero yo no me haciacutea cargo de esto y lejos de sentir laacutestima de mi viacutectima echaba lentildea a la hoguera de mis rencores discurriendo mil defectos y fealdades en el caraacutecter de la hermana de Salvador para deducir que sus angustias le estaban muy bien merecidas iexclQueacute desatinos tan horribles penseacute con este motivo Parece mentira que la exaltacioacuten de mi aacutenimo me llevara hasta los uacuteltimos desvariacuteos hasta el sacrilegio y la blasfemia

-Es muy posible -deciacutea yo- que mis horribles angustias hayan sido causadas por las maldiciones de esa mujer Al verse engantildeada habraacute pedido a Dios mi castigo y Dios no hay duda hace caso de los hipoacutecritas iexclAh los hipoacutecritas iexclperversa raza Son capaces con sus fingidas laacutegrimas de engantildear al mismo Dios y compelerle a castigar a los buenos [259]

A estos horrorosos pensamientos hijos de una turbada razoacuten antildeadiacutea otros quizaacutes maacutes sacriacutelegos Mi enfermedad que pareciacutea un aviso del cielo no me habiacutea corregido antes bien cuando resuciteacute estaba maacutes intolerante maacutes soberbia y proyectaba nuevos planes para vencer la tenaz contrariedad de mi destino Lejos de desconfiar de mis fuerzas y de acobardarme teniacutea fe mayor en ellas y me vanagloriaba suponiendo una inmediata victoria

-Me han ocurrido tantos desastres -deciacutea- porque he sido una tonta Pero ahora iexclOh ahora yo me juro a miacute misma que morireacute o le he de atrapar Ireacute a Caacutediz

Cuando esto deciacutea finalizaba Julio y la temperatura de Sevilla era irresistible El meacutedico me ordenoacute que buscase en la costa aires maacutes templados

Los franceses se habiacutean establecido ya en Sevilla donde reinaba un orden perfecto En toda Espantildea y principalmente en algunos puntos privilegiados de la tragedia como

Manresa y la Coruntildea corriacutea la sangre a raudales Los dos furibundos partidos se heriacutean mutuamente con impiacutea crueldad Pero los ejeacutercitos de ambas Naciones no habiacutean empentildeado ninguna lucha verdaderamente marcial y grandiosa [260] El nuestro se desbandaba como un rebantildeo sin pastores y el franceacutes iba ocupando las ciudades desguarnecidas y dominando todo el paiacutes sin trabajo y sin heroiacutesmo sin sangre y sin gloria Sus victorias eran ramplonas y honradas su proceder dentro de los pueblos noble y templado Era aquel ejeacutercito como su jefe leal y sin genio un ejeacutercito apreciable compuesto de cien mil buenos sujetos que no conociacutean el saqueo pero tampoco la gloria iexclDetestable suerte la de Espantildea iexclHaber hecho temblar al coloso y sucumbir ante un hijo del conde de Artois ante un pobre emigrado de Gante

iexclA Caacutediz a Caacutediz Estas palabras compendiaban todo mi pensamiento en aquellos diacuteas Empeceacute a disponer mi viaje con gran prisa y a principios de Agosto nada teniacutea que hacer ya en Sevilla

Mi belleza recobraba al fin su esplendor Y no era esto poco triunfo porque la verdad es que me habiacutea quedado como un espectro iexclCon cuaacutento alborozo veiacutea yo despuntar de diacutea en diacutea la animacioacuten la gracia la frescura la viveza todos los encantos de mi fisonomiacutea que iban mostraacutendose como flores que se abren al carintildeoso amor del sol Yo no cesaba de mirarme al espejo para [261] observar los progresos de mi restauracioacuten y casi casi estoy por decir que me encontraba maacutes guapa que antes de mi enfermedad Perdoacuteneseme este orgullo vano pero si Dios me hizo asiacute si me dio hermosura y gracias iquestpor queacute no lo he de decir para que lo sepan los que no tuvieron la dicha de conocerme

El conde de Montguyon se me presentoacute en el momento de partir para Caacutediz iexclOh feliz encuentro Mi D Quijote que habiacutea sido ascendido a jefe de brigada me acompantildeoacute en casi todo el camino de Sevilla a la costa mostraacutendose en extremo orgulloso por creer proacuteximo el momento de mi definitiva conquista y yo cuidaba no poco de confirmarle en esta creencia porque queriacutea tenerle muy dispuesto a servirme en negocios difiacuteciles Hablamos tambieacuten de poliacutetica y de la Ordenanza de Anduacutejar en que Su Alteza recomendaba la mayor templanza a los absolutistas habieacutendoles disgustado por esto Pero el tema maacutes agradable a mi caballero era el amor

Seguacuten se expresaba su bello ideal estaba a punto de realizarse El paiacutes ardiente el territorio pintoresco la dama hermosa nada faltaba para que la leyenda fuese completa Pero yo esmeraacutendome en fomentar sus esperanzas era sumamente avara de concesiones Mi ordenanza [262] de Anduacutejar prescribiacutea tambieacuten la moderacioacuten

Ya me habiacutea yo instalado en el Puerto cuando apremiada por el Conde le reveleacute la causa de mis ardientes deseos de penetrar en Caacutediz

-Un hombre -le dije- que antes poseiacutea mi confianza administrando los bienes de mi casa un mayordomo que supo servirme alguacuten tiempo con lealtad para engantildearme despueacutes con maacutes seguridad huyoacute de Madrid robaacutendome gran cantidad de dinero muchas alhajas de valor y documentos preciosos Ese hombre estaacute en Caacutediz

-Pero en Caacutediz hay tribunales de justicia hay autoridades

-En Caacutediz no hay maacutes que un Gobierno expirante que para prolongar su vida entre agoniacuteas se rodea de todos los pillos

-Sin embargo sentildeora un ladroacuten de semejante estofa no puede ser patrocinado por nadie Horribles cosas se ven en las guerras civiles pero nosotros nosotros los franceses entraremos en Caacutediz

-Esa es mi esperanza

-iquestNo tiene usted valimiento con los Ministros liberales

-Ninguno Mi nombre soacutelo les sonaraacute a proclama realista [263]

-Entonces

-Cuento con la proteccioacuten de los jefes del ejeacutercito franceacutes

-Y con los servicios de un leal amigo El objeto principal es detener al ladroacuten

-iexclDetenerle y amarrarle y arrastrarle -exclameacute con furor- Mas deseo hacer mi justicia a espaldas de los tribunales porque aborrezco la curia y los pleitos aun cuando los gane

-iexclOh eso es muy espantildeol Se trata pues de cazar a un hombre iquestpor ventura eso es faacutecil todaviacutea

-Faacutecil no

-Y para una dama

-Pero yo no estoy sola Tengo servidores leales que soacutelo esperan una orden miacutea para

-Para matar

-No tanto -dije riendo- Esto le pareceraacute a usted leyenda novela romance o lo que quiera pero no mis propoacutesitos no son tan traacutegicos como usted se figura

-Lo supongo pero siempre seraacuten interesantes iquestHa dejado usted criados en Sevilla

-Uno tengo a mis oacuterdenes Le he enviado por delante y ya estaacute en Caacutediz

-Vigilando [264]

-Acechando

-Bien le seguiraacute de noche embozado hasta las cejas espiaraacute sus acciones se informaraacute de su meacutetodo de vida iquestY ese criado es fiel

-Como un perro Examinemos bien mi situacioacuten sentildeor Conde iquestSe puede entrar en Caacutediz

-Es muy difiacutecil sentildeora sobre todo para los que son sospechosos al Gobierno liberal

-iquestY por mar

-Ya sabe usted que en la bahiacutea tenemos nuestra escuadra

-iquestCuaacutendo tomaraacuten ustedes la plaza

-Pronto Esperamos a que venga Su Alteza para forzar el sitio

-iquestY podraacuten escaparse los milicianos y el Gobierno

-Es difiacutecil saberlo Ignoramos si habraacute capitulacioacuten no sabemos el grado de resistencia que presentaraacuten los insurgentes

-iexclOh -exclameacute sin saber lo que deciacutea obcecada por mis pasiones- Ustedes los realistas no sirven para esto Si Napoleoacuten estuviera aquiacute amigo miacuteo mantildeana mantildeana mismo siacute sentildeor mantildeana seriacutea tomada por asalto esa ciudad rebelde y pasados a cuchillo los insensatos que la defienden [265]

-Me parece demasiado pronto -dijo Montguyon sonriendo- En fin comprendo la impaciencia de usted

-Siacute quien ha sido robada vilmente estafada no puede aprobar estas dilaciones que dan fuerza al enemigo Sentildeor Conde es preciso entrar en Caacutediz

-Si de miacute dependiera sentildeora esta tarde mandaba dar el asalto -repuso con entusiasmo- Sorprenderiacutea a la guarnicioacuten encarcelariacutea a los diputados y a las Cortes y pondriacutea en libertad al Rey

-Ya eso no me importa tanto -dije en tono de conquistador- Yo entrariacutea al asalto sorprendiendo a la guarnicioacuten Dejariacutea a los diputados que hicieran lo que les acomodase mandariacutea al Rey a paseo

-Sentildeora

-Buscariacutea a mi hombre revolveriacutea todos los rincones todos los escondrijos de Caacutediz hasta encontrarle y despueacutes que le hallara

-Despueacutes

-Despueacutes sentildeor Conde iexclOh mi sangre se abrasa

-En los divinos ojos de usted Jenara -me dijo- brilla el fuego de la venganza Parece usted una Medea [266]

-No me impulsan los celos -dije serenaacutendome

-Una Judith

-Ni la idea poliacutetica

-Una

-Parezca lo que parezca sentildeor Conde ello es preciso entrar en Caacutediz

-Entraremos

-iquestNo sirve usted ahora en el Estado Mayor del general Bourmont

-En eacutel estoy a las oacuterdenes de la que es imaacuten de mi vida -repuso poniendo los ojos en blanco

-iquestBourmont seraacute nombrado comandante general de Caacutediz luego que la plaza se rinda

-Asiacute se dice

-iquestHaraacute usted prender a mi mayordomo

-Le hareacute fusilar

-iquestMe lo entregaraacute usted atado de pies y manos

-Siempre que no huya antes siacute sentildeora

-iexclHuir Pues queacute iquesttendraacute ese hombre la vileza de huir de no esperar

-El criminal amiga miacutea de mi corazoacuten pone su seguridad ante todo

-iquestNo dice usted que hay una especie de escuadra

-Una escuadra en toda regla [267]

-iquestPues de queacute sirven esos barcos sentildeor miacuteo -dije de muy mal talante- si permiten que se escape ese

-Quizaacutes no se escape

-iquestDe queacute sirve la escuadra -antildeadiacute con la maacutes viva inquietud- iquestQuieacuten es el almirante que la manda Yo quiero ver a ese almirante quiero hablar con eacutel

-Nada maacutes faacutecil pero dudo

-Me ocurre que si hay capitulacioacuten seraacute maacutes faacutecil atraparle

-iquestAl almirante

-No a a ese

-Sin duda En tal caso se quedariacutea tranquilo en Caacutediz al menos por unos diacuteas

-Bien muy bien Si hay capitulacioacuten arreglo perdoacuten de vidas y libertad para todos Sentildeor Conde aconsejaremos al Priacutencipe que capitule iexclpero queacute tonteriacuteas digo

-Estaacute patente en su espiacuteritu de usted la obsesioacuten de ese asunto

-iexclOh siacute no puedo pensar en otra cosa El caso es grave Si no consigo apoderarme de ese hombre no seacute creo que me costaraacute la vida

-Yo tambieacuten le aborrezco iexclHombre maldito Pero le cogeremos sentildeora Me pongo al servicio de este gran propoacutesito con la sumisioacuten [268] de un esclavo iquestAcepta usted mi cooperacioacuten

Al decir esto me besaba la mano

-La acepto siacute hombre generoso y leal la acepto con gratitud y profundo carintildeo

Al decir esto yo poniacutea en mi semblante una sensibilidad capaz de conmover a las piedras y en mis pestantildeas temblaba una laacutegrima

-Y entonces -antildeadioacute Montguyon con voz turbada- cuando nuestro triunfo sea seguro iquestpodreacute esperar que el hueco que se me destina en ese corazoacuten no sea tan pequentildeo

-iquestPequentildeo

-Si es evidente por confesioacuten de eacutel mismo que ya tengo una parte en sus sublimes afectos iquestno puedo esperar

-iquestUna parte iexclOh no todo todo

El inflamado galaacuten abrioacute sus brazos para estrecharme en ellos pero evadiacute prontamente aquella prueba de su insensato ardor y ponieacutendome primero seria y despueacutes amable con una especie de enojo gracioso y virtud tolerante le dije que ni Zamora ni yo podiacuteamos ser ganadas en una hora Al decir esto violentos cantildeonazos me hicieron estremecer y corriacute al balcoacuten

-Son los primeros tiros de las bateriacuteas que se han armado para atacar el Trocadero -me dijo el Conde [269]

-iquestY esas bombas van a Caacutediz -pregunteacute poniendo inmenso intereacutes en aquel asunto

-Van al Trocadero

-iquestY queacute es eso

-Un fuerte que estaacute en medio de las marismas

-iquestY alliacute estaacuten

-Los liberales

-iquestMuchos

-Mil y quinientos hombres

-iquestPaisanos

-Hay muchos paisanos y milicianos

-iexclOh moriraacute mucha gente

-Eso es lo que deseamos Parece que siente usted gran pena por ello

-La verdad -repuse ocultando los sentimientos que bruscamente me asaltaban- no me gusta que muera gente

-A excepcioacuten de su enemigo

-Ese iquestpero estaraacute en el Trocadero

-iexclQuieacuten sabe Estaacute usted aterrada Jenara

-iexclOh yo quiero ir al Trocadero

-Sentildeora

-Quiero ir al Trocadero

-Eso mismo deseamos nosotros -me dijo riendo- y para conseguirlo enviaremos por delante algunos centenares de bombas [270]

-iquestDoacutende estaacute el Trocadero -pregunteacute corriendo otra vez a la ventana

-Alliacute -dijo Montguyon asomaacutendose y alargando el brazo

Hiacutezome explicaciones y descripciones muy prolijas de la bahiacutea y de los fuertes pero bien comprendiacute que antes que mostrar sus conocimientos deseaba estar tan cerca de miacute como estaba aproximando bastante su cabeza a la miacutea y embriagaacutendose con el calor de mi rostro y con el roce de mis cabellos

- XXXIII -

iexclQueacute aparato desplegaron contra aquellas fortalezas que se alzan entre charcos salubres y que llevan por nombre el Trocadero Desde que llegoacute Su Alteza a mediados de Agosto no haciacutean maacutes que disparar bombas y balas contra los fuertes esperando abrir brecha en sus gloriosos muros iexclFiguacuterese el buen lector mi aburrimiento Considere con cuaacutenta tristeza y tedio veriacutea yo pasar diacutea tras diacutea sin maacutes distraccioacuten que oiacuter los disparos y ver por las noches las majestuosas curvas de los proyectiles Me consumiacutea [271] en mi casa del Puerto sin tener noticias del interior de Caacutediz ni esperanzas de poder penetrar en la plaza Ni pareciacutea aquello guerra formal y heroica como creiacutea yo que debiacutean ser las guerras y como las que vi en mi nintildeez y en tiempo del Imperio Casi todo el ejeacutercito sitiador estaba con los brazos cruzados los oficiales paseaban fumando los soldados haciacutean menos pesado el tiempo con bailoteo y cantos

No debo pasar en silencio que el duque del Infantado que llegoacute de Madrid en aquellos diacuteas me llevoacute a visitar a Su Alteza nuestro salvador y el aacutengel tutelar de la moribunda Espantildea por aquellos diacuteas Luis Antonio era un rubio desabrido cuyo semblante respiraba honradez y buena fe pero la aureola del genio no circundaba su frente Fuera de aquel sitio lejos de aquella deslumbradora posicioacuten y con otro nombre el hijo del conde de Artois habriacutea sido un joven de buen ver mas no en tal manera que por su aspecto descollase entre la muchedumbre Para hallar en eacutel lo que realmente le distinguiacutea era preciso que un trato frecuente hiciese resaltar las perfecciones morales de su alma privilegiada su lealtad sin tacha y aquel levantado espiacuteritu caballeresco sin quijotismo que le haciacutea tan estimable en la Corte de Francia Era valiente humanitario [272] corteacutes afable puntual y riguroso en el cumplimiento del deber Si estas cualidades no eran suficientes a formar un gran guerrero iquestqueacute importaba La pericia militar dieacuteronsela sus praacutecticos generales y nuestros desaciertos que fueron el principal estro marcial de la segunda invasioacuten

Angulema me recibioacute con la maacutes fina delicadeza y urbanidad pero de todas sus cortesaniacuteas la que maacutes me agradoacute fue la de disponer el asalto del Trocadero -iexclAl fin al fin -exclamaba yo- seraacute nuestro el horrible fuerte que nos abriraacute las puertas de Caacutediz

El 19 abrieron brecha pero hasta la noche del 30 no se dio el asalto habieacutendose guardado secreto sobre esto en los diacuteas anteriores aunque yo lo supe por el conde de Montguyon que no me ocultaba nada referente a las operaciones iexclNoche terrible la del 30 al 31 de Agosto noche que me parecioacute diacutea por lo clara y hermosa asiacute como por el estreacutepito guerrero que en ella resonara y las acciones heroicas dignas de ser alumbradas por el sol Apretado fue el lance del asalto seguacuten oiacute contar y Su Alteza y el priacutencipe de Carignan se portaron bravamente combatiendo como soldados en los sitios maacutes peligrosos No fue ciertamente el hecho del Trocadero una de aquellas paacuteginas de epopeya [273] que ilustraron el Imperio fue maacutes bien lo que los dramaturgos franceses llaman Succeacutes destime un eacutexito que no tiene envidiosos Pero a la Restauracioacuten le conveniacutea cacarearlo mucho cintildeendo a la inofensiva frente del Duque los laureles napoleoacutenicos y se tocoacute la trompa sobre este tema hasta reventar resultando del entusiasmo oficial que no hubo en Francia calle ni plaza que no llevase el nombre del Trocadero y hasta el famoso arco de la Estrella en cuyas piedras se habiacutean grabado los nombres de Austerlitz y Wagram fue durante alguacuten tiempo Arco del Trocadero

Yo me habiacutea trasladado a Puerto Real para estar maacutes cerca En la mantildeana del 31 cuando vi pasar a los prisioneros hechos en los fuertes me sentiacute morir de zozobra Entre aquellas caras atezadas a cada instante creiacutea ver la suya Estuvieron pasando mucho

tiempo porque eran maacutes de mil entre militares y paisanos Creo que les mireacute uno por uno y al fin cuando ya quedaban pocos redobleacute mi atencioacuten iexclOh misericordioso Dios queacute estupendas cosas permites En la uacuteltima fila casi solo maacutes abatido maacutes quemado del sol maacutes demacrado con los vestidos maacutes rotos que los demaacutes pasoacute eacutel iexcleacutel mismo no podiacutea dudarlo porque le estaba viendo viendo siacute con mis propios [274] ojos arrasados de laacutegrimas Llevaba la mano izquierda en cabestrillo hecho con un andrajo y su paso era inseguro y como dolorido sin duda por tener lleno de contusiones el cuerpo

Al verle extendiacute los brazos y griteacute con toda la fuerza de mi voz Mi enamorada exclamacioacuten hizo volver la cabeza a todos los que iban delante y a los curiosos que le rodeaban Eacutel alzando los amortiguados ojos me miroacute con expresioacuten tan triste que sentiacute partido mi corazoacuten y estuve a punto de desmayarme Creo que pronuncioacute algunas palabras pero no oiacute sino un adioacutes tan luacutegubre como campanada funeral y movioacute la mano en ademaacuten de carintildeoso saludo y pasoacute desapareciendo con los demaacutes en una vuelta del camino

Mi primera intencioacuten fue correr tras eacutel pero en la casa me detuvieron Cuando serenamente me hice cargo de la situacioacuten formeacute mil proyectos pero todos los desechaba al punto por descabellados Pensaacutendolo bien comprendiacute que no era tan difiacutecil conseguir su libertad Me congratulaba de que al cabo de tantas fatigas el destino me le presentara prisionero para poder decir con maacutes valor que nunca -Ahora siacute que no se me puede escapar [275]

- XXXIV - Envieacute recados al conde de Montguyon pero no se le podiacutea encontrar por ninguna parte Unos deciacutean que estaba en el Trocadero otros que en el Puerto otros que habiacutea ido a las fragatas con una comisioacuten Por uacuteltimo averiguumleacute con certeza su paradero y le escribiacute una carta muy carintildeosa Mas pasoacute un diacutea pasaron dos y yo me moriacutea de impaciencia sin poder ver al prisionero ni aun saber doacutende le habiacutean llevado El Conde robando al fin un rato a sus quehaceres vino a verme el diacutea 4 Yo estaba otra vez medio loca y no teniacutea humor para hacer papeles sino que espontaacuteneamente dejaba que se desbordasen los sentimientos de mi corazoacuten

-iexclOh Cuaacutento me alegro de ver a usted -le dije- Si usted no viene pronto sentildeor Conde me hubiera muerto de pena

Con estas palabras que creiacutea dictadas por un vivo intereacutes hacia eacutel se puso el noble franceacutes un poco chispo que asiacute denomino yo al embobamiento de los hombres enamorados Se deshizo en galanteriacuteas a las cuales daba cierto [276] tono de intimidad cargante y despueacutes me dijo

-Pronto muy pronto libertaremos a Su Majestad el Rey de Espantildea y entraremos en Caacutediz El sol de ese diacutea sentildeora iexclcuaacuten alegremente brillaraacute sobre toda Espantildea y especialmente sobre nuestros corazones

-Mi estimado amigo -indiqueacute riendo- no diga usted tonteriacuteas

Eacutel se quedoacute cortado

-Basta de tonteriacuteas -antildeadiacute- y oacuteigame usted lo que voy a decirle Ya he encontrado al hombre que buscaba

-iquestDoacutende iquestcoacutemo iquestese malvado

-No es malvado

-iquestCoacutemo no Me dijo usted que le habiacutea robado sus alhajas

-iexclNo es ese por Dios iquestCuaacutendo entenderaacute usted las cosas al derecho

-Siempre que no se me expliquen al reveacutes

-He encontrado a ese hombre Pero entendaacutemonos iquestNo dije a usted que habiacutea venido delante de miacute un fiel criado de mi casa el cual entroacute en Caacutediz

-iexclAh siacute entroacute para observar los pasos del ladroacuten

-Pues ese fiel criado tiene el defecto de ser algo patriota iexcldebilidades humanas y [277] como es algo patriota se puso a pelear en el Trocadero por una causa que no le importaba

-Ya comprendo y ha caiacutedo prisionero iquestLe ha visto usted

-Le vi cuando los prisioneros pasaron por aquiacute pero no le he visto maacutes y ahora sentildeor Conde quiero que usted me le ponga en libertad

-Sentildeora si Caacutediz se rinde pronto como creo y todo se arregla espero conseguir lo que usted me pide

-iexclQueacute gracia Para eso no necesito yo de la amistad de un jefe de brigada -dije con enfado- Ha de ser antes mantildeana mismo

-iexclOh Sentildeora usted somete mi amor a pruebas demasiado fuertes

-iquestQuiere usted que dejemos a un lado el amor -le dije ponieacutendome muy seria- y que hablemos como amigos

Montguyon palidecioacute

-iquestEsa persona -me dijo- interesa a usted tanto que no puede esperar a que concluya la guerra dando yo mi palabra de que el prisionero seraacute bien atendido

-No basta que sea atendido -afirmeacute con resolucioacuten- No basta nada quiero su libertad quiero atenderle yo misma cuidarle curar [278] sus heridas tenerle a mi lado llevarle a sitio seguro

Me expreseacute al decir esto con vehemencia suma porque me era ya muy difiacutecil contener mi corazoacuten que iba al galope en busca de las anheladas soluciones El Conde me oiacutea con cierto terror

-iquestTanto interesa a usted -repitioacute- tanto interesa a usted un criado

-No es criado

-iquestTal vez un anciano servidor de la casa

-No es anciano

-iquestUn joven iquestSupongo que no seraacute el ladroacuten

-iquestQueacute ladroacuten

-El ladroacuten de quien usted me habloacute

-iexclAh No me acordaba Ya no me ocupo de eso

-iquestAbandona usted la empresa de detener y castigar a ese miserable

-La abandono

-iexclQueacute inconstancia

-Yo soy asiacute

-Pero ese ese otro iquestinteresa a usted tanto

-Muchiacutesimo

-iquestEs pariente de usted

-No Es compantildeero de la infancia [279]

-iquestEs militar

-Paisano sentildeor Conde -dije con el tono de severa autoridad que seacute emplear cuando me conviene- Si se empentildea usted en ser catecismo buscareacute otra persona maacutes galante y maacutes generosa que sepa prestar un servicio economizando las preguntas

-Creo tener alguacuten derecho a ello -repuso con gravedad

-No tiene usted ninguno -afirmeacute con desenfado- porque este derecho yo sola podriacutea darlo y yo lo niego

-Entonces sentildeora -objetoacute encubriendo su ira bajo formas urbanas- he padecido una equivocacioacuten

-Si cree usted que le amo siacute La equivocacioacuten no puede ser maacutes completa

Montguyon se levantoacute Sus ojos en los cuales se leiacutea el furor mezclado con la dignidad me dirigieron una mirada que debiacutea ser la uacuteltima Yo corriacute a eacutel y tomaacutendole la mano le rogueacute que se sentase a mi lado

-Usted es un caballero -le dije- Ninguacuten otro ha merecido maacutes que usted mi estimacioacuten lo juro Dios sabe que al decir esto hablo con el corazoacuten

-Dios lo sabraacute -repuso Montguyon muy afligido- mas para miacute y de aquiacute en adelante [280] las palabras de usted estaacuten escritas en el agua

-Considere usted las que le diga hoy como si estuvieran grabadas en bronce La que confiesa hechos que no le favorecen iquestno tiene derecho a ser creiacuteda

-A veces siacute Confieacuteseme usted que su conducta conmigo no ha sido leal

-Lo confieso -repliqueacute bajando los ojos y realmente avergonzada

-Confiese usted que yo no mereciacutea servir de juguete a una mujer voluntariosa

-Tambieacuten es cierto y lo confieso

-Declare usted que ama a otro

-iexclOh siacute lo declaro con todo mi corazoacuten y si cien bocas tuviera con todas lo diriacutea

El leal caballero se quedoacute atoacutenito y espantado Estaba como ellos dicen foudroyeacute Durante breve rato no me dijo nada pero yo comprendiacute su martirio y le teniacutea laacutestima iexclOh queacute mala he sido siempre

-Ese hombre -murmuroacute Montguyon- ese hombre

-Ahora reconocieacutendome culpable reconocieacutendome inferior a usted -dije- le autorizo para que me abrume a preguntas si gusta y aun para que me eche en cara mi ligereza

-Ese hombre -prosiguioacute el franceacutes- [281] Perdone usted pero nada es maacutes curioso que la desgracia El amor desairado quiere tener miles de ojos para sondear las causas de su desdicha Ese hombre iquestquieacuten es

-Un hombre

-iquestDe familia ilustre

-No sentildeor de origen muy humilde

-iquestLe ama usted hace tiempo

-Hace mucho tiempo

-Eacutel iquestla ama a usted

-No estoy muy segura de ello

-iexclOh iexclQueacute iniquidad -exclamoacute con furor el Conde- Es un miserable

-Un ingrato y es bastante

-iquestY a pesar de su ingratitud le ama usted

-Tengo esa debilidad que no puedo dominar

-Aborreacutezcale usted

-Si fuera faacutecil Difiacutecil cosa es esa

-iexclEs verdad difiacutecil cosa -exclamoacute Montguyon con tristeza- iquestY ese hombre

-iquestPero hay maacutes preguntas todaviacutea

-No ya no maacutes Me basta lo que seacute y me retiro

-Se conduce usted como un cualquiera -le dije con verdadero afecto- Me abandona usted precisamente cuando mi sinceridad merece [282] alguna recompensa iquestSeraacute posible que cuando yo empiezo a tener franqueza deje usted de tener generosidad

-iexclOh Sentildeora toca usted una fibra de mi corazoacuten que siempre responde aun cuando la hieran con puntildeal

-Siacute siacute amigo miacuteo Usted es generoso y noble en gran manera Para que la diferencia entre los dos sea siempre grande para que usted sea siempre un caballero y yo una miserable paacutegueme usted como pagan en todas ocasiones las almas elevadas Pues yo me he portado mal poacutertese usted bien conmigo Haga cada cual su papel Cumpla usted el precepto que manda volver bien por mal Asiacute creceraacute maacutes a mis ojos asiacute me abatireacute yo maacutes a los suyos asiacute su generosidad seraacute mayor y mi culpa maacutes grande tambieacuten y usted tendraacute en su vida una paacutegina maacutes gloriosa que la victoria que acaba de alcanzar frente al enemigo

-Comprendo lo que usted me dice -murmuroacute el franceacutes descansando por breve rato su frente en la palma de la mano- Yo sereacute siempre digno de mi nombre

-iexclCaballero leal antes ahora y siempre -exclameacute yo

-Bien sentildeora -dijo levantaacutendose y alargaacutendome la mano que estrecheacute cordialmente- [283] Lo que usted desea de miacute es bastante claro

-Siacute

-Y yo -antildeadioacute con manifiesta emocioacuten- empentildeo mi palabra de honor

-iexclOh lo esperaba lo esperaba

-Doy mi palabra de honor de hacer cuanto esteacute en mi mano para devolver a usted la felicidad entregaacutendole a su amante

-Gracias gracias -exclameacute derramando laacutegrimas de admiracioacuten y agradecimiento

El Conde saludaacutendome ceremoniosamente se retiroacute De buena gana le habriacutea dado un abrazo

- XXXV - iexclQueacute diacuteas pasaron Yo contaba las horas los minutos como si de la duracioacuten de ellos dependiese mi vida Entre espantildeoles y franceses era opinioacuten corriente que la guerra acabariacutea pronto que Caacutediz expiraba que las Cortes se moriacutean por momentos Sin embargo auacuten resistiacutea el Gobierno liberal y sus secuaces como la bestia herida que no quiere soltar su presa mientras tenga un haacutelito de existencia Esta [284] constancia no careciacutea de meacuterito y lo tendriacutea mayor si se empleara en causa menos perdida iexclQueacute sacrificio tan inuacutetil No teniacutean hombres porque los alistamientos no produciacutean efecto No teniacutean dinero porque el empreacutestito que levantaron en Londres produjo una libra esterlina Yo creo que si mi espiacuteritu hubiera estado en disposicioacuten de admirar algo habriacutea admirado la perseverancia de aquel Gobierno que no pudo encontrar en toda Europa quien le prestase maacutes de cinco duros

Mi deseo era que se rindiese todo el mundo que el Rey y la Nacioacuten arreglasen pronto sus diferencias aunque las arreglaran devoraacutendose mutuamente Yo queriacutea tener el campo libre para el desenlace de mi campantildea amorosa que veiacutea ya seguro y feliz

Casi todo Setiembre lo pasaron Angulema y las Cortes en dimes y diretes Mil recados atravesaban la bahiacutea en un bote callaban los cantildeones para que hablaran los parlamentarios Tales comedias me poniacutean furiosa porque no se decidiacutea la suerte de los infelices prisioneros del Trocadero que habiacutean sido repartidos entre los Dominicos del Puerto y la Cartuja de Jerez

Montguyon me visitoacute el 12 para informarme de que habiacutea visto al prisionero cuyo nombre [285] y sentildeas le habiacutea dado yo oportunamente

-Estaacute sumamente abatido y melancoacutelico -me dijo- Se ha negado a recibir los auxilios pecuniarios que le ofreciacute de parte de usted pero se ha mostrado muy agradecido Al oiacuter que Jenara teniacutea gran empentildeo en conseguir su libertad parecioacute muy turbado y conmovido pronunciando palabras sueltas cuyo sentido no pude comprender

-iquestY no desea verme

-Parece que lo desea ardientemente

-iexclOh iexclEstas dilaciones son horribles iquestY queacute maacutes dijo

-Cosas tristes y peregrinas Afirma que desea la libertad para conseguir por ella el destierro

-iexclEl destierro

-Dice que aborrece a su paiacutes y que la idea de emigracioacuten le consuela

-Le conozco siacute Esa idea es suya

Otras cosas me dijo el Conde pero se referiacutean al trato que se daba a los prisioneros y a las excepciones ventajosas que eacutel estableciera en beneficio de mi amado iexclCuaacutento le agradeciacute sus delicadezas Mientras viva tendreacute buenos recuerdos de hombre tan caballeroso y humanitario

Interrumpidos los tratos por la terquedad [286] de las Cortes tomoacute de nuevo la palabra el cantildeoacuten y el diacutea 20 fue ganado por los franceses con otro brioso asalto el castillo de Santi-Petri Despueacutes de este hecho de armas Angulema habloacute fuerte a los tenaces liberales pegados como lapas a la roca constitucional y les amenazoacute con pasar a cuchillo a toda la guarnicioacuten de Caacutediz si Fernando VII no era puesto inmediatamente en libertad El 26 se sublevoacute contra la Constitucioacuten el batalloacuten de San Marcial que guarneciacutea la bateriacutea de Urrutia en la costa y la armada francesa secundando el fuego de las bateriacuteas del Trocadero arrojaba bombas sobre Caacutediz No era posible mayor resistencia Era una tenacidad que empezaba a confundirse con el heroiacutesmo y la Constitucioacuten moriacutea como habiacutea nacido entre espantosa lluvia de balas saludada en su triste ocaso como en su dramaacutetico oriente por las salvas del ejeacutercito franceacutes

Por fin llegaba el anhelado diacutea

-Habraacute perdoacuten general -deciacutea yo para miacute- Todos los prisioneros seraacuten puestos en libertad Huiremos iexclCuaacuten grato es el destierro Comeremos los dos el dulce pan de la emigracioacuten lejos de indiscretas miradas libres y felices fuera de esta loca patria perturbada donde ni aun los corazones pueden latir en paz [287]

Montguyon me trajo el 29 muy malas noticias

-El Duque ha resuelto poner en libertad a todos los prisioneros de guerra Pero

-iquestPero queacute

-Ha dispuesto que sean entregados a las autoridades espantildeolas los individuos que en Caacutediz desempentildeaban comisiones poliacuteticas

-iquestEacutel estaacute comprendido

-Siacute sentildeora Desgraciadamente se tienen de eacutel las peores noticias Habiacutea recorrido los pueblos alistando gente por orden de Calatrava habiacutea venido desde Cataluntildea con oacuterdenes de Mina para realizar asesinatos de franceses Habiacutea organizado las partidas de gente soez que en el traacutensito de Sevilla a Caacutediz insultaron a Su Majestad

-iexclOh eso es falso falso mil veces falso -exclameacute sin poder contener mi indignacioacuten

Y en efecto tales suposiciones eran infames calumnias

-Ha llegado al Puerto de Santa Mariacutea -antildeadioacute Montguyon- el Sr D Viacutector Saacuteez secretario de Estado iquestpor queacute no le ve usted

-No quiero nada con hombres de ese jaez -repuse con enojo- Usted me ha dado su palabra de honor usted ha empentildeado su nombre de caballero y con usted solo debo contar iexclOh [288] sentildeor Conde si mi prisionero es entregado a la brutalidad de las autoridades espantildeolas sedientas hoy de sangre y de venganza sospechareacute que usted me hace traicioacuten

Palidecioacute el caballero franceacutes Dirigieacutendome una mirada desdentildeosa me dijo al despedirse

-Todaviacutea sentildeora no sabe usted quieacuten soy yo

A pesar de mis propoacutesitos determineacute visitar a Saacuteez porque bueno es tener amigos aunque sea en el infierno Venciacute mis recientes antipatiacuteas y tomando un coche me encamineacute al Puerto de Santa Mariacutea Era el 1ordm de Octubre diacutea solemne en los fastos espantildeoles

Halleacute al buen canoacutenigo maacutes soplado y presuntuoso que nunca como todo aquel que se ve en alturas a donde nunca debioacute llegar pero contra lo que yo esperaba recibiome afablemente y no me dijo una sola palabra acerca de mi conversioacuten al absolutismo Pareciacutea olvidado de estas pequentildeeces y ocuparse tan soacutelo como Jimeacutenez de Cisneros en los negocios puacuteblicos de ambos mundos

-Hoy es diacutea placentero sentildeora diacutea feliz entre todos los diacuteas felices de la tierra -me dijo- Su Majestad D Fernando ese ilustre [289] maacutertir de los excesos revolucionarios es ya libre

-iquestYa

-Hoy nos le entregan Al fin han comprendido esos locos que su resistencia les podriacutea costar muy cara pero muy cara El Duque tiene malas moscas

-Feliciteacutemonos Sr D Viacutector -dije con afectado entusiasmo- de esta solucioacuten lisonjera Espantildea y el mundo estaacuten de enhorabuena Mas para que se completara la dicha convendriacutea que tantas y tan graves heridas no se ensantildeasen con la venganza y la crueldad del partido vencedor y que un generoso olvido de los errores pasados inaugurase la venturosa era que empieza hoy

-Asiacute seraacute sentildeora -repuso sonriendo de un modo que me parecioacute algo hipoacutecrita- Su Majestad ha dado ayer en Caacutediz un manifiesto en que ofrece perdonar a todo el mundo y

no acordarse para nada de los que le han ofendido iexclCuaacutenta magnanimidad iexclCuaacutenta nobleza

-iexclOh siacute conducta digna de un descendiente de cien Reyes digna de quien da el perdoacuten y del pueblo que la recibe Si Fernando cumple lo que promete seraacute grande entre todos los Reyes de Espantildea

-Lo cumpliraacute sentildeora lo cumpliraacute [290]

Aunque no teniacutea gran confianza en las afirmaciones de Saacuteez di creacutedito a estos propoacutesitos por creerlos inspiracioacuten del duque de Angulema

Invitome luego a presenciar el desembarco de Su Majestad a lo que accediacute muy gustosa Nos trasladamos al muelle y habiendo sido colocada por un oficial franceacutes en sitio muy conveniente para ver todo presencieacute aquel acto que debiacutea ser uno de los maacutes notables recodos uno de los maacutes bruscos aacutengulos de la historia de Espantildea en el tortuoso siglo presente

iexclEspectaacuteculo conmovedor La regia faluacutea cuyo timoacuten gobernaba el almirante Valdeacutes uno de los maacutes gloriosos marinos de Trafalgar se acercaba al muelle En ella veniacutea toda la familia real la Monarquiacutea histoacuterica secuestrada por el liberalismo La conciliacioacuten ideada por cabezas insensatas era imposible y aquellos regios rehenes que la Nacioacuten habiacutea tomado eran devueltos al absolutismo contra el cual no podiacutean prevalecer auacuten los infiernos de la demagogia En una lancha volviacutean del purgatorio constitucional las aacutenimas angustiadas del Rey y los Priacutencipes

Mientras el victorioso despotismo recobraba sus personas sagradas allaacute lejos sobre la gloriosa pentildea inundada de luz y centildeida por coronas [291] de blancas olas los pobres pensadores desesperados los utopistas sin ilusiones los desengantildeados patricios lloraban sus errores y buscando hospitalidad en naves extranjeras se disponiacutean a huir para siempre de la patria a quien no habiacutean podido convencer

Asiacute acaban los esfuerzos superiores a la energiacutea humana las luchas imposibles con monstruos potentes de terribles brazos y que hunden en el suelo sus patas para estar maacutes seguros como hunde sus raiacuteces el aacuterbol Tal era la contienda con el absolutismo Queriacutean vencerle cortaacutendole las ramas y eacutel retontildeaba con maacutes fuerza Queriacutean ahogarle y regaacutendole daban jugo a sus raiacuteces iexclA vosotros oh venideros diacuteas del siglo tocaba atacarlo en lo hondo arrancaacutendolo de cuajo Pero advierto que estoy hablando la jerga liberal iexclQueacute horror Verdad es que escribo veinte antildeos despueacutes de aquellos sucesos que ya soy vieja y que a los viejos como a los sabios se les permite mudar de parecer

Fernando puso el pie en tierra Dicen que al verse en suelo firme dirigioacute a Valdeacutes una mirada terrible una mirada que era un programa poliacutetico el programa de la venganza Yo no lo vi pero debioacute de ser cierto porque me lo dijo quien estaba muy cerca Lo que siacute [292] puedo asegurar es que Angulema hincando en tierra la rodilla besoacute la mano al Rey que luego se abrazaron todos que D Viacutector Saacuteez lloraba como un simple y que los vivas y las exclamaciones de entusiasmo me volvieron loca Los franceses gritaban los espantildeoles gritaban tambieacuten celebrando la feliz resurreccioacuten de la Monarquiacutea tradicional y la miserable muerte del impiacuteo constitucionalismo El glorioso imperio de

las caenas habiacutea empezado Ya se podiacutea decir con toda el alma -iexclViva el Rey absoluto iexclMuera la Nacioacuten

- XXXVI - Faltaba la solucioacuten miacutea Mi corazoacuten estaba como el reo cuya sentencia no se ha escrito todaviacutea El 1ordm de Octubre por la tarde y el diacutea 2 hice diligencias sin fruto no sieacutendome posible ver a Saacuteez ni a Montguyon a quien envieacute frecuentes y apremiantes recados Ninguna noticia pude adquirir tampoco de los prisioneros Creo que me hubiera repetido el ataque cerebral que padeciacute en Sevilla si en el momento de mi mayor desesperacioacuten no apareciese [293] mi generoso galaacuten franceacutes a devolverme la vida Estaba paacutelido y pareciacutea muy agitado

-Vengo de Caacutediz -me dijo- Dispeacutenseme usted si no he podido servirla maacutes pronto

-iquestY queacute hay -pregunteacute con la vida toda en suspenso

-Deme usted su mano -dijo Montguyon ceremoniosamente

Se la di y la besoacute con amor

-Ahora sentildeora todo ha acabado entre nosotros Mi deber estaacute cumplido y mi deber es perdonar pagando las ofensas con beneficios

Yo me sentiacutea muy conmovida y no pude decirle nada

-Ni un momento he dudado de su nobleza e hidalguiacutea -indiqueacute con acento de pura verdad- A veces tropezamos en la vida con el bien y pasamos sin verlo Sentildeor Conde mi gratitud seraacute eterna

-No quiero gratitud -diacutejome con mucha tristeza- Es un sentimiento que no me gusta recibido sino dado Deseo tan soacutelo un recuerdo bueno y constante

-iexclY una amistad entrantildeable una estimacioacuten profunda -exclameacute derramando laacutegrimas [294]

-Todo estaacute hecho

-iquestConforme a mi deseo iexclBendito sea el momento en que nos conocimos

-Sentildeora su prisionero de usted estaacute sano y salvo a bordo de la corbeta Tisbe que parte esta tarde para Gibraltar

-iquestY coacutemo

-Por sus antecedentes debiacutea ser condenado a muerte Otros menos criminales subiraacuten al cadalso si no se escapan a tiempo Yo le saqueacute anoche furtivamente de los Dominicos y le embarqueacute esta mantildeana Ya no corre peligro alguno Estaacute bajo la salvaguardia del noble pabelloacuten ingleacutes

-iexclOh gracias gracias

-Ademaacutes del servicio que a usted presto creo cumplir un deber de conciencia arrancando una viacutectima a los feroces Ministros del Rey de Espantildea

-iquestPues queacute -pregunteacute con asombro- iquestSu Majestad no ha ofrecido en su Manifiesto de Caacutediz perdonar a todo el mundo

-iexclPalabras de Rey prisionero Las palabras del deacutespota libre son las que rigen ahora Su Majestad ha promulgado otro decreto que es la negra bandera de las proscripciones un programa de sangre y exterminio Innumerables personas han sido condenadas a muerte [295]

-Esto es una infamia pero en fin iquesteacutel estaacute en salvo

-En salvo

-Y sabe que me lo debe a miacute sabe que yo iexclOh sentildeor Conde no extrantildee usted mi egoiacutesmo Estoy loca de alegriacutea y puedo repetir con toda mi alma laquoahora siacute que no se me puede escaparraquo

-Sabe que a usted lo debe todo y espera abrazarla pronto

-iquestCoacutemo

-Muy faacutecilmente Comprendiendo que usted desea ir en su compantildeiacutea he pedido otro pasaporte para Dordf Jenara de Baraona

-De modo que yo

-Puede embarcarse usted esta tarde antes de las cuatro a bordo de la Tisbe

-iquestEs verdad lo que oigo

-Aquiacute estaacute la orden firmada por el almirante ingleacutes Me la ha dado juntamente con las que ponen en salvo a los ex-regentes Ciacutescar y Valdeacutes impiacuteamente condenados a muerte por el Rey

-iexclOh soy feliz y todo lo debo a usted iexclQueacute admirable conducta

Sin poder contenerme caiacute de rodillas y con mis laacutegrimas bantildeeacute las generosas manos de aquel hombre [296]

-Asiacute castigo yo -me dijo levantaacutendome- Prepaacuterese usted A las tres y media vengo a buscarla para conducirla a bordo del bote franceacutes que me han facilitado dos guardias marinos parientes miacuteos

El Conde se retiroacute recomendaacutendome otra vez que estuviera pronta a las tres y media Era la una

Ocupeme con febril presteza de preparar mi viaje Estaba resuelta a abandonar todo lo que no nos fuera faacutecil llevar Mariana y yo trabajamos como locas sin darnos un segundo de reposo

La felicidad se desbordaba en mi alma Me reiacutea sola Pero iexclay una idea triste conturboacute de suacutebito mi mente Acordeme de la pobre hueacuterfana viajera y esto produjo en mi espiacuteritu una detencioacuten dolorosa en su raudo y atrevido vuelo Pero al mismo tiempo sentiacutea que los rencores huiacutean de mi corazoacuten siendo reemplazados por sentimientos dulces y expansivos los uacutenicos dignos de la privilegiada alma de la mujer

-Perdono a todo el mundo -dije para miacute- Reconozco que hice mal en engantildear a aquella pobre muchacha Todaviacutea le estaraacute buscando Pero yo tambieacuten le he buscado yo tambieacuten he padecido horriblemente iexclOh iexclDios [297] miacuteo Al fin me das respiro al fin me das la felicidad que tanto he buscado y que no pude obtener a causa sin duda de mis atroces faltas La felicidad hace buenos a los malos y yo sereacute buena sereacute siempre buena Esta tarde cuando le vea le pedireacute perdoacuten por lo que hice con su hermana iexclOh ahora me acuerdo de la marquesa de Falfaacuten y torno a ponerme furiosa No eso siacute que no puede perdonarse iexclno Tendraacute que darme cuenta de su vil conducta Pero al fin le perdonareacute iexclEs tan dulce perdonar Bendito sea Dios que nos hace felices para que seamos buenos

Esto y otras cosas seguiacutea pensando sin cesar de trabajar en el arreglo de mi equipaje Miraba a todas horas el reloj que era tambieacuten de cucuacute como el de aquella horrible noche de Sevilla pero el paacutejaro de Puerto Real me era simpaacutetico y sus saluditos y su canto regocijaban mi espiacuteritu

Dieron las tres Una mano brutal golpeoacute mi puerta No habiacutea dado yo la orden de pasar adelante cuando se presentaron cuatro hombres dos paisanos y dos militares Uno de los paisanos llevaba bastoacuten de policiacutea Avanzoacute hacia miacute iexclVisioacuten horrible Yo habiacutea visto al tal en alguna parte iquestDoacutende En Benabarre [298]

Aquel hombre me dijo groseramente

-Sentildeora Dordf Jenara de Baraona dese usted presa

En el primer instante no contesteacute porque la estupefaccioacuten me lo impediacutea Despueacutes rugiendo maacutes bien que hablando exclameacute

-iexclYo presa yo iquestQuieacuten lo manda

-De orden del excelentiacutesimo Sr D Viacutector Saacuteez Ministro universal de Su Majestad

-iexclVil iexclTan vil tuacute como Saacuteez -griteacute

Yo no era mujer era una leona

Al ver que se me acercaron dos soldados y asieron mis brazos con sus manos de hierro corriacute por la estancia No buscaba mi salvacioacuten en cobarde fuga buscaba un cuchillo un hacha un arma cualquiera Comprendiacutea el asesinato Mi furor no teniacutea comparacioacuten con ninguacuten furor de hombre Era furor de mujer No encontreacute ninguna arma iexclDios vengador Si la encontrara aunque fuera un tenedor creo que habriacutea matado a los cuatro Un candelabro vino a mis manos tomelo y al instante la cabeza de uno de ellos se rajoacute iexclSangre iexclYo queriacutea sangre

Pero me atenazaron con sus salvajes brazos iexclPresa presa Todos mis afanes todos [299] mis sentimientos todos mis deseos se condensaban en uno solo tener delante a D Viacutector Saacuteez para lanzarme sobre eacutel y con mis dedos tentildeidos de sangre sacarle los ojos

No pudiendo hundir mis dedos en ajenos ojos los volviacute contra los miacuteos clavelos en mi cabeza intentando agujerearme el craacuteneo y sacarme los sesos Mi aliento era fuego puro

Llevaacuteronme iquestqueacute seacute yo a doacutende Por el camino iexcloh Sataacuten miacuteo iexcloh demonio injustamente arrojado del Paraiacuteso sentiacute el disparo de la corbeta inglesa al darse a la vela

Fin de

LOS CIEN MIL HIJOS DE SAN LUIS

MADRID

Febrero de 1877

  • Los Cien Mil Hijos de San Luis
    • - I -
    • - II -
    • - III -
    • - IV -
    • - V -
    • - VI -
    • - VII -
    • - VIII -
    • - IX -
    • - X -
    • - XI -
    • - XII -
    • XIII
    • - XIII -
    • - XIV -
    • - XV -
    • - XVI -
    • - XVII -
    • - XVIII -
    • - XIX -
    • - XX -
    • - XXI -
    • - XXII -
    • - XXIII -
    • - XXIV -
    • - XXV -
    • - XXVI -
    • - XXVII -
    • - XXVIII -
    • - XXIX -
    • - XXX -
    • - XXXI -
    • - XXXII -
    • - XXXIII -
    • - XXXIV -
    • - XXXV -
    • - XXXVI -
Page 6: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien

- III - Despueacutes de los aciagos diacuteas de Julio mi situacioacuten que hasta entonces habiacutea sido franca y segura fue comprometidiacutesima No es faacutecil dar una idea de la presteza con que se ocultaron todos aquellos hombres que pocos diacuteas antes conspiraban descaradamente Desaparecieron como caterva de menudos ratoncillos cuando los sorprende en sus audaces rapintildeas el hombre sin poder perseguirlos ni aun conocer los agujeros por donde se han metido A miacute me maravillaba que D Viacutector Saacuteez hombre de una obesidad respetable pudiese estar escondido sin que al punto se descubriese su guarida Los palaciegos se filtraron tambieacuten y los que no estaban muy evidentemente comprometidos [18] como por ejemplo Pipaoacuten dieron vivas a la Constitucioacuten vencedora unieacutendose a los liberales

Tuve ademaacutes la desgracia de perder varios papeles en casa de un pobre maestro de escuela donde nos reuniacuteamos y esto me causoacute gran zozobra pero al fin los encontreacute no sin trabajo exponieacutendome a los mayores peligros La seguridad de mi persona corrioacute tambieacuten no poco riesgo y en los diacuteas 9 y 10 de Julio no tuve un instante de respiro pues por milagro no me arrastraron a la caacutercel los milicianos borrachos de vino y de patrioteriacutea Gracias a Dios vino en mi amparo un joven paisano y antiguo amigo miacuteo el cual en otras ocasiones habiacutea ejercido en mi vida influencia muy decisiva semejante a la de las estrellas en la antigua caacutebala de los astroacutelogos

Pasados los primeros diacuteas pude introducirme en Palacio a pesar de la formidable y espesa muralla liberalesca que lo defendiacutea Encontreacute a Su Majestad lleno de consternacioacuten y amargura principalmente por verse obligado a poner semblante lisonjero a sus enemigos y aun a darles abrazos lo cual era muy del gusto de ellos en su mayoriacutea gente inocentona y creacutedula No me agradaba ver en nuestro Soberano tan poco corazoacuten pero [19] si en eacutel hubiera concordado el valor con las travesuras y agudezas del entendimiento ninguacuten tirano antiguo ni moderno le habriacutea igualado Su desaliento y desesperacioacuten no le impidieron que se enamorase de miacute porque en todas las ocasiones de su vida bajo las distintas maacutescaras que se quitaba y se poniacutea apareciacutea siempre el saacutetiro

Temerosa de ciertas brutalidades quise huir Brindeme entonces a desempentildear una comisioacuten difiacutecil para lo cual Fernando no se fiaba de ninguacuten mensajero y aunque eacutel no quiso que yo me encargase de ella porque no me alejara de la Corte tanto insteacute y con tales muestras de verdad prometiacute volver que se me dieron los pasaportes

El mes anterior habiacutea salido para Francia D Joseacute Villar Frontiacuten uno de los intrigantes maacutes sutiles del antildeo 14 aunque como salido de la academia del cuarto del Infante D Antonio no era hombre de gran iniciativa sino muy plegadizo y servicial en bajas urdimbres Llevaba oacuterdenes para que el marqueacutes de Mataflorida formase una Regencia absolutista en cualquier punto de la frontera conquistado por los guerrilleros Estas instrucciones eran conformes al plan del Gobierno franceacutes que deseaba la introduccioacuten de la Carta en Espantildea y [20] un absolutismo templado pero Fernando que haciacutea tantos papeles a la vez deseaba que sus comisionados afectando ser partidarios

de la Carta trabajasen por el absolutismo limpio Esto exigiacutea frecuentes rectificaciones en los despachos que se enviaban y avisos contradictorios trabajo no escaso para quien habiacutea de ocultar de sus ministros todos estos y aun otros inverosiacutemiles liacuteos

Yo me comprometiacute a hacer entender a Mataflorida y a Ugarte lo que se queriacutea transmitieacutendoles verbalmente algunas preciosas ideas del Monarca que no podiacutean fiarse al papel ni a signo ni cifra alguna Ya por aquellos diacuteas se supo que la Seo de Urgel habiacutea sido ganada al Gobierno por el bravo Trapense y se esperaba que en la agreste plaza se constituyera la salvadora Regencia A la Seo pues debiacutea yo dirigirme

La partida y el viaje no eran problemas faacuteciles Esto me preocupoacute durante algunos diacuteas y trateacute de sobornar para que me acompantildease al amigo de quien antes he hablado A eacutel no le faltaban en verdad ganas de ir conmigo al extremo del mundo pero le conteniacutea el amor de su madre anciana Mucho lucheacute para decidirle empleando razonamientos y seducciones diversas mas a pesar de la propensioacuten de su caraacutecter [21] a ciertas locuras y del considerable prestigio que yo empezaba a ejercer sobre eacutel se resistiacutea tenazmente alegando motivos poderosos cuya fuerza no me era desconocida Al fin tanto pudo una mujer llorando que eacutel abandonoacute todo su madre y su casa aunque por poco tiempo y con la sana intencioacuten de volver cuando me dejase en parajes donde no existiese peligro alguno El infeliz presagiaba sin duda su desdichada suerte en aquella expedicioacuten porque luchoacute grandemente consigo mismo para decidirse y hasta el uacuteltimo momento estuvo vacilante

Aquel hombre habiacutea sido enemigo miacuteo o maacutes propiamente de mi esposo Desde la nintildeez nos conocimos fue mi novio en la edad en que se tiene novio Sucesos lamentables que me afligen al venir a la memoria caprichos y vanidades miacuteas me separaron de eacutel yo creiacute que para siempre pero Dios lo dispuso de otro modo Durante mucho tiempo estuve creyendo que le odiaba pero el sentimiento que en miacute habiacutea era maacutes que rencor una antipatiacutea arbitraria y voluntariosa Por causa de ella siempre le teniacutea en la memoria y en el pensamiento Circunstancias funestas le pusieron en contacto conmigo diferentes veces y siempre que ocurriacutea algo grave en la vida de eacutel o en la miacutea [22] tropezaacutebamos providencialmente el uno con el otro como si el alma de cada cual vieacutendose en peligro pidiese auxilio a su compantildeera

En miacute se verificoacute una crisis singular Por razones que no son de este sitio yo llegueacute a aborrecer todo lo que mi esposo amaba y a amar todo lo que eacutel aborreciacutea Al mismo tiempo mi antiguo novio mostraba hacia miacute sentimientos tan vivos de menosprecio y desdeacuten que esto inclinoacute mi corazoacuten a estimarle Yo soy asiacute y me parece que no soy el uacutenico ejemplar Desde la ocasioacuten en que le arranqueacute de las furibundas manos de mi marido no debiacute de ser tampoco para eacutel muy aborrecible

Cuando nos encontramos en Madrid y desde que hablamos un poco caiacutemos en la cuenta de que ambos estaacutebamos muy solos Y no soacutelo habiacutea semejanza en nuestra soledad sino en nuestros caracteres principal origen quizaacutes de aquella Hicimos propoacutesito de echar a la espalda aquel traacutegico aborrecimiento que antes nos teniacuteamos el cual se fundaba en veleidades y caprichosas monomaniacuteas del espiacuteritu y no tardamos mucho tiempo en conseguirlo Ambos reconocimos las grandes y ya irremediables equivocaciones de nuestra primera juventud y nos maravillaacutebamos de hallar tan extraordinaria fraternidad en nuestras almas [23] iexclSer de este modo haber nacido el uno para el otro y sin embargo haber estado daacutendonos golpes en las tinieblas durante

tanto tiempo iexclQueacute fatalidad Hasta parece que no somos responsables de ciertas faltas y que estas por lo que tienen de placentero pueden tolerarse como compensacioacuten de pasados dolores y de un error deplorable y fatal dependiente de voluntades sobrehumanas

Pero no no quiero eximirme de la responsabilidad de mi culpa y de haber faltado claramente impulsada por moacuteviles irresistibles a la ley de Dios No nada me disculpa ni las atrocidades de mi marido ni la espantosa soledad en que yo estaba ni los mil escollos de la vida en la Corte ni las grandes seducciones morales y fiacutesicas de mi paisano y dulce compantildeero de la nintildeez Reconozco mi falta y atenta soacutelo a que este papel reciba un escrupuloso retrato de mi conciencia y de mis acciones la escribo aquiacute venciendo la verguumlenza que confesioacuten tan penosa me causa

Salimos de Madrid en una hermosa noche de Julio Cuando dejamos de oiacuter el rugido de la Milicia victoriosa me parecioacute que entraba en el cielo Iacutebamos coacutemodamente en una silla de postas con buenos caballos y un haacutebil mayoral de Palacio Yo habiacutea tomado un nombre supuesto [24] dicieacutendome marquesa de Berceo y eacutel era nada menos que mi esposo una especie de marqueacutes de Berceo Mucho nos reiacutemos con esta invencioacuten que a cada paso daba lugar a picantes comentarios y agudezas No recuerdo diacuteas maacutes placenteros que los de aquel viaje

iexclCuaacutentas veces bajamos del coche para andar largos trechos a pie recreaacutendonos en la hermosura de las incomparables noches de Castilla iexclCoacutemo se agrandaba todo ante nuestros ojos principalmente las cosas inmateriales Nos pareciacutea que aquella dulce vagancia no acabariacutea nunca y que los diacuteas venideros seriacutean siempre como aquel cielo que veiacuteamos dilatados serenos y sin nubes En tales horas o hablaacutebamos poco o vertiacuteamos el alma del uno en la del otro alternativamente por medio de observaciones y preguntas acordes con el hermoso espectaacuteculo que veiacuteamos fuera y dentro de nosotros pues de mi alma puede decirse que estaba tan llena de estrellas como el firmamento

Han pasado muchos antildeos entonces teniacutea yo veintisiete y ahora no lo quiero decir por no espantarme pero creo que he traspasado el medio siglo (3) Entonces mis cabellos [25] eran de oro ahora son de plata sin que ni una sola hebra de ellos conserve su primitivo color Mis ojos teniacutean el brillo que es reflejo de la inteligencia despierta y de los sentimientos bullidores ahora no son maacutes que dos empantildeadas cuentas azules de las cuales se escapa alguna vez fugitivo rayo Mi cara entonces respiraba alegriacutea salud y el alma rielaba sobre mis facciones como la luz sobre la superficie de las temblorosas aguas ahora es una maacutescara que me sirve para disimular los pensamientos y que a muchos deja ver todaviacutea huellas claras de la gran hermosura que hubo en ella Entonces era muy hermosa ahora soy una vieja que debioacute haber (4) sido guapa aunque si he de creer a don Toribio el canoacutenigo de Tortosa todaviacutea puedo volver loco a cualquiera En suma todo ha pasado mudaacutendose considerablemente e infinitas personas han pasado a ser recuerdos Lo que siempre estaacute lo mismo es mi paiacutes que no deja de luchar un momento por la misma causa y con las mismas armas y si no con las mismas personas con los mismos tipos de guerreros y poliacuteticos Mi paiacutes sigue siempre a la calesera

Pues bien en todo el tiempo transcurrido entre estas dos eacutepocas no he visto pasar diacuteas como aquellos Fueron de los pocos que tiene cada mortal como un regalo del cielo para toda [26] la existencia y que en vano se aguardan despueacutes porque no vuelven Estos aguinaldos de la vida no se reciben maacutes que una vez Salvador era menos feliz que

yo a causa de los deberes y las afecciones que habiacutea dejado atraacutes Yo procuraba hacerle olvidar todo lo que no fuese nosotros mismos mas resultaba esto muy difiacutecil por ser eacutel menos duentildeo de sus acciones que yo y aun si se quiere menos egoiacutesta Iacutebamos de pueblo en pueblo sin apresurarnos ni detenernos mucho Aquel vivir entre todo el mundo y al mismo tiempo sin testigo era mi mayor delicia Los diversos pueblos por donde pasaacutebamos no teniacutean sin duda noticia de la felicidad de los marqueses de Berceo pues si la tuvieran no creo que nos dejaran seguir sin quitarnos algo de ella

- IV - Gracias a nuestro dinero y a nuestro buen porte podiacuteamos disfrutar de todas las comodidades posibles en las posadas El calor nos obligaba a detenernos durante el diacutea caminando por las noches y ni en Castilla ni en [27] Aragoacuten tuvimos ninguacuten mal encuentro como recelaacutebamos con milicianos ladrones o espiacuteas del Gobierno

Maacutes allaacute de Zaragoza empezamos a temer que nos salieran al paso las tropas de Torrijos o de Manso Por eso en vez de tomar directamente el camino de Cataluntildea subimos hacia Huesca Salvador cuya antipatiacutea a los facciosos y guerrilleros era violentiacutesima se mostroacute disgustado al considerarse cerca de ellos Entonces tuve un momento de suacutebita tristeza oyeacutendole decir

-Cuando lleguemos a un lugar seguro o esteacutes entre tus amigos me volvereacute a Madrid

Yo deseaba que no llegasen ni el lugar seguro ni tampoco mis amigos Pero aunque mi tristeza fue grande desde aquel instante apoderaacutendose de mi corazoacuten como un presagio de desventuras estaba muy lejos de sospechar el espantoso golpe que nos amenazaba consecuencia providencial de nuestra falta y de mi criminal ligereza iexclAy piensa el malo que sus alegriacuteas han de ser perpetuas y la misma grata corriente de ellas le lleva ciego a lo que yo llamo la sucursal del infierno en la tierra que es la desgracia y el anticipado castigo de los delitos

De Huesca nos dirigimos a Barbastro siguiendo [28] por un detestable camino hasta Benabarre donde entramos al anochecer Detuvieron nuestro coche algunos hombres y al verles exclameacute

-Los guerrilleros Ya estamos en casa

Salvador mostroacute gran disgusto y cuando fuimos interrogados dio algunas contestaciones que debieron de sonar muy mal en los oiacutedos de los soldados de la fe Yo teniacutea confianza en mi gente y la seguridad de no ser detenida pero no fue posible evitar ciertas molestias Nos hicieron bajar del coche antes de llegar a la posada y presentarnos a un ruacutestico capitaacuten que estaba en la venta del camino bebiendo vino juntamente con otro guerrillero al modo de frailazo armado de pistolas y con dos o tres individuos de maliacutesima catadura

Sus maneras no eran en verdad nada corteses a pesar de defender causa tan sagrada como es la del Altar y el Trono pero con dos o tres palabras dichas eneacutergicamente y en tono de dignidad me hice respetar al punto Yo mostraba al que pareciacutea jefe mis papeles cuando observeacute que uno de los hombres alliacute presentes miraba a mi compantildeero de viaje con expresioacuten poco tranquilizadora Llegose a eacutel y ponieacutendole la mano en el hombro le dijo con brutal modo y expresioacuten de venganza [29]

-iquestMe conoces iquestSabes quieacuten soy

-Siacute -le respondioacute Monsalud paacutelido y coleacuterico- Ya seacute que eres un hombre vil tu nombre es Regato

El desconocido se abalanzoacute en ademaacuten hostil hacia mi amigo pero este supo recibirle con tanta valentiacutea que le hizo rodar por el suelo bantildeado el rostro en sangre Quedeme sin aliento al ver la furia de aquella gente ante el mal trato dado a uno de los suyos Milagro de Dios fue que no perecieacutesemos alliacute pero el capitaacuten pareciacutea hombre prudente y haciendo salir de la venta al agraviado nos notificoacute que estaacutebamos presos hasta que el jefe decidiera lo que se habiacutea de hacer con nosotros

Afectando serenidad le dije que mirara bien lo que haciacutea por ser yo persona de gran poder en la frontera y en Palacio pero encogieacutendose de hombros tan soacutelo me permitioacute despueacutes de largas discusiones hablar al que ellos llamaban coronel Saliacute desalada de la venta dejando en ella la mitad de mi alma pues alliacute quedoacute guardado por dos hombres mi ultrajado amigo y me presenteacute al coronel que era un capuchino de Cervera Acababa de despachar un bodrio y dos azumbres que le habiacutean puesto para que cenase y su paternidad despueacutes del pienso no teniacutea al parecer la cabeza muy serena Sin [30] embargo no me tratoacute mal Diacutejome que el Sr Regato le habiacutea informado ya de quieacuten era mi acompantildeante y que en vista de sus antecedentes y circunstancias no podiacutea ser puesto en libertad Puacuteseme furiosa yo me creiacute capaz de destrozar soacutelo con mis untildeas a aquel tremendo fraile coronel cuyas barbas y salvaje apostura poniacutean miedo en el corazoacuten maacutes esforzado Sin miramiento alguno le increpeacute dicieacutendole cuantas atrocidades me vinieron a la boca y amenazaacutendole con pedir su cabeza al Rey pero ni aun asiacute logreacute ablandar aquella roca en figura de bestia Oyome el baacuterbaro con paciencia sin duda por ser maacutes fraile que guerrero y resumioacute sus resoluciones dicieacutendome

-Usted sentildeora puede ir libremente a donde le acomode pero ese hombre no me sale de aquiacute

iexclAy si yo hubiera tenido a mis oacuterdenes diez hombres armados habriacutea atacado al batalloacuten cuadrilla o lo que fuera segura de destrozarlo que tanto puede el furor de una hembra ofendida Volviacute a la venta resuelta a sacar de ella a Salvador con mis propias manos desafiando las armas de sus guardianes pero cuando entreacute mi compantildeero de viaje mi adorado amigo mi pobre marqueacutes de Berceo habiacutea [31] desaparecido Le llameacute con la voz ronca de tanto gritar le llameacute con toda mi alma pero no me respondioacute Una mujer andrajosa que pareciacutea tan salvaje y feroz como los hombres que en aquel pueblo vi salioacute conmigo al camino y sentildealando a un punto en la oscuridad del espacio negro dijo sordamente

-Alliacute

Y mirando hacia donde su dedo me indicaba vi unas grandes sombras que pareciacutean murallones almenados y como ruinas hendidos Pregunteacute queacute sitio era aquel y la desconocida me contestoacute

-El castillo

La mujer llevando una cesta con provisiones marchoacute en direccioacuten del castillo Yo la seguiacute No tardamos en llegar y por una poterna desvencijada que se abriacutea en la muralla despueacutes de pasado el foso sin agua penetramos en un patio lleno de escombros y de yerba

-iexclAquiacute aquiacute le han encerrado -exclameacute mirando a todos lados como quien ha perdido el juicio

La mujer se detuvo ante miacute y sentildealando el suelo dijo con voz muy luacutegubre

-iexclAbajo

Yo creiacute volverme loca Los ojos de la horrible persona que me daba tan tremendas noticias [32] brillaban con claridad verdosa como los de animal felino Quise seguirla cuando subioacute la escalerilla que conduciacutea a las habitaciones practicables entre tanta ruina pero un centinela me echoacute fuera brutalmente amenazaacutendome con arrojarme al foso si no me retiraba maacutes pronto que la vista Estas fueron sus propias palabras

Corriacute hacia el pueblo resuelta a ver de nuevo al coronel capuchino de Cervera Pero tanta agitacioacuten agotoacute al fin mis fuerzas y tuve que sentarme en una gran piedra del camino fatigada y abatida porque a mi primera furia sustituyoacute una afliccioacuten profundiacutesima que me hizo llorar No recuerdo haber derramado nunca maacutes laacutegrimas en menos tiempo Al fin sobreponieacutendome a mi dolor seguiacute adelante jurando no continuar el viaje sin llevar en mi compantildeiacutea al infeliz cuanto adorado amigo de mi nintildeez Desperteacute al capuchino que ya roncaba el cual de muy mal talante repitioacute su fiera sentencia diciendo

-Usted sentildeora puede continuar su viaje pero el otro no saldraacute de aquiacute sin orden superior Yo seacute lo que me digo iexclPisto que ya me canso de sermonear Vaya usted con Dios y deacutejenos en paz

Despreciando su barbarie insistiacute y amenaceacute [33] y al cabo me dio algunas esperanzas con estas palabras

-El jefe de nuestra partida acaba de llegar Haacuteblele usted a eacutel y si consiente

-iquestQuieacuten es el jefe

-D Saturnino Albuiacuten -me contestoacute

Al oiacuter este nombre vi el cielo abierto Yo habiacutea conocido en Bayona al ceacutelebre Manco y recordeacute que aunque muy baacuterbaro haciacutea alarde de generosidad e hidalguiacutea en todas las ocasiones que se le presentaban No quise detenerme ni un instante y al punto me informeacute de que D Saturnino estaba en una casa situada junto al camino a la salida

del pueblo en direccioacuten a Tremp Desde la plaza se veiacutean dos lucecillas en las ventanas de la vivienda Corriacute allaacute guiada por la simpaacutetica claridad de aquellas luces semejantes a dos ojos y que eran para miacute fanales de esperanza Llegueacute sin aliento agitada por la fatiga y un dulce presagio de buen eacutexito que me llenaba el corazoacuten

El centinela me dijo que no se podiacutea pasar pero apelando a mis bolsillos paseacute En la escalera en el pasillo alto fui repetidas veces detenida pero con el mismo talismaacuten abriacuteame paso

-Ahiacute estaacute -me dijo un hombre sentildealando una puerta detraacutes de la cual se oiacutean alteradas [34] voces en disputa Sin reparar maacutes que en mi afaacuten empujeacute la puerta y entreacute

Albuiacuten que estaba en pie se volvioacute al sentir el ruido de la puerta y me interrogoacute con sus ojos que expresaban sorpresa y coacutelera por mi brusca entrada Otro guerrillero estaba junto a la mesa con los codos sobre ella encendiendo un cigarro en la luz del veloacuten de cobre que alumbraba la estancia

-iquestQueacute se le ofrece a usted sentildeora -me dijo Albuiacuten moviendo con gesto de impaciencia su uacutenica mano

Yo no habiacutea dado cuatro pasos dentro de la habitacioacuten cuando observeacute que maacutes allaacute de la mesa habiacutea otro hombre apoltronado en un silloacuten con los pies extendidos sobre una banqueta inclinada la cabeza sobre el hombro y durmiendo tranquilamente con ese suentildeo del guerrillero cansado que acaba de recorrer dos provincias y marear a dos ejeacutercitos Al verle iexclSanto Dios me quedeacute yerta muda como estatua no pude pronunciar una palabra ni dar un paso ni respirar ni huir ni gritar El terror me arrancoacute suacutebitamente del pensamiento mis angustias de aquella noche

Aquel hombre era mi marido

-iquestQueacute se le ofrece a usted sentildeora -volvioacute a preguntarme el Manco [35]

Pasado el primer instante de terror en miacute no hubo otra idea que la idea de huir de desaparecer de desvanecerme como el humo o como la palabra vana que se lleva el viento

-Pero iquestqueacute se le ofrece a usted demonio -repitioacute el guerrillero

-iexclNada -contesteacute y a toda prisa saliacute de la habitacioacuten

Yo creo que ni un relaacutempago corre como yo corriacute fuera de la casa No veiacutea maacutes que el camino y mi veloz carrera nunca me pareciacutea bastante apresurada para llegar al centro del pueblo donde habiacutea dejado mi coche

A lo lejos detraacutes de miacute sentiacute voces burlonas que deciacutean

-iexclLa mujer loca la mujer loca

Eran los bravos a quienes yo habiacutea dado tanto dinero para que me dejasen pasar A cada instante volviacutea la cabeza por ver si mi marido veniacutea corriendo detraacutes de miacute

Llegueacute medio muerta a donde estaba mi coche y tirando del brazo del cochero para que despertase griteacute

-iexclFrancisco Francisco vuela vuela fuera de este horrible pueblo

Y me metiacute en el coche

-iquestAdoacutende vamos sentildeora -me preguntoacute el pobre hombre sacudiendo la pereza [36]

-iquestEstaacutes sordo Te he dicho que vueles iquestHablo yo en griego que vueles hombre Mata los caballos pero ponme a muchas leguas de aquiacute

-iquestA doacutende vamos sentildeora iquestHacia la Seo

-Hacia el infierno si quieres con tal que me saques de aquiacute

Mi coche partioacute a escape y siguiendo el camino en direccioacuten a Tremp paseacute junto a la malhadada casa donde habiacutea visto a mi esposo Entonces los baacuterbaros reunidos junto a la puerta me aclamaron otra vez arrojando algunas piedras a mi coche Su grito era

-iexclLa mujer loca la mujer loca

En efecto lo estaba iexclAh iexclBenabarre Benabarre maldito seas En ti acaboacute mi felicidad en las espinas de tu camino dejeacute clavado mi corazoacuten chorreando sangre Fuiste mi calvario y la piedra resbaladiza de mal aguumlero donde caiacute para siempre cuando maacutes orgullosa marchaba Fuiste el tajo donde el cielo puso mi cabeza para asegurar el golpe de su cuchilla pero con ser obra del cielo mi castigo iexclte odio execrable pueblo de bandidos iexclSepulcro de mi edad feliz no puedo verte sin espanto y mientras tenga lengua te maldecireacute [37]

- V - Llegueacute a la Seo el 14 de Agosto iexclQueacute viaje el de Benabarre a la Seo Si antes todo se adaptaba al lisonjero estado de mi alma despueacutes todos los caballos eran malos todos los caminos intransitables todas las posadas insufribles todos los diacuteas calorosos y las noches todas tristes como los pensamientos del desterrado Mi alma sin consuelo mientras maacutes gente veiacutea maacutes sola se encontraba Mi pensamiento no podiacutea apartarse de aquel lugar siniestro donde habiacutean quedado mi amor y mi suplicio mi falta y mi conciencia representados cada una en un hombre

Casi antes de desempentildear mi comisioacuten trateacute de ocuparme de salvar al infeliz que habiacutea quedado cautivo en Benabarre pero Mataflorida me dijo sonriendo

-Luego luego mi querida sentildeora trataremos de ese asunto Infoacutermeme usted de lo que trae pues no hay tiempo que perder Hoy mismo constituiremos la Regencia

Maacutes de dos horas estuvimos departiendo [38] Eacutel como hombre muy ambicioso y que gustaba de ser el primero en todo recibioacute con gusto las instrucciones reservadiacutesimas que le daban gran superioridad entre sus compantildeeros de Regencia Eran estos el baroacuten de Eroles y don Jaime Creux arzobispo de Tarragona ambos lo mismo que Mataflorida de clase humildiacutesima sacados de su oscuridad por los tiempos revolucionarios lo cual no era un argumento muy fuerte en pro del absolutismo Una Regencia destinada a restablecer el Trono y el Altar debioacute constituirse con gente de raza Pero la edad revuelta que corriacuteamos los exigiacutea de otro modo y hasta el absolutismo alistaba su gente en la plebe Este hecho que ya veniacutea observaacutendose desde el siglo pasado lo expresaba Luis XV diciendo que la nobleza necesitaba estercolarse para ser fecundada

De los tres regentes el maacutes simpaacutetico era Mataflorida y tambieacuten el de maacutes entendimiento el maacutes tolerante Eroles y el maacutes malo y antipaacutetico D Jaime Creux No puede decirse de estos hombres que habiacutean marchado con lentitud en sus brillantes carreras Eroles era estudiante en 1808 y en 1816 teniente general El otro de cleacuterigo oscuro pasoacute a obispo en premio de su traicioacuten en las Cortes del antildeo 14

Yo no teniacutea mi espiacuteritu en disposicioacuten de [39] atender a las ceremonias con que quisieron celebrar los triunviros el establecimiento de la Regencia Despueacutes de publicar su ceacutelebre manifiesto proclamaron solemnemente al Monarca restituyeacutendole a la plenitud de sus derechos seguacuten deciacuteamos entonces Levantoacutese en la plaza de la Seo un tablado sobre el que un sacristaacuten vestido de rey de armas gritoacute laquoiexclEspantildea por Fernando VIIraquo y luego dieron al viento una bandera en la cual las monjas habiacutean bordado una cruz y aquellas palabras latinas que quieren decir por este signo venceraacutes Los altos castillos que coronan los montes en cuyo centro estaacute sepultada la Seo hicieron salvas y aquello en verdad pareciacutea una proclamacioacuten en toda regla

Despueacutes de la ceremonia poliacutetica hubo jubileo por las calles y rogativa puacuteblica a que concurrioacute el obispo con todo el clero armado y el cabildo sin armas Era un espectaacuteculo edificante y al mismo tiempo horroroso Daba idea de la inmensa fuerza que teniacutean en nuestro paiacutes las dos clases reunidas clero y plebe pero los frailes armados de pistolas y los guerrilleros con vela en la mano el general con crucifijo y el arcediano con espuelas moviacutean a risa y a odio juntamente El ejeacutercito de la fe uniformado soacutelo con el gorro catalaacuten habriacutea [40] parecido un ejeacutercito de pavos si no estuviera bien probado su indomable valor

Yo veiacutea aquella procesioacuten chabacana horrible parodia del levantamiento nacional de 1808 y aquellas espantosas figuras de curas confundidas con guerreros como se ven las ficciones horrendas de una pesadilla Tal espectaacuteculo era excesivamente desagradable a mi espiacuteritu y la bulla del pueblo me poniacutea los nervios en el maacutes lastimoso desorden Semejante Carnaval en Urgel que es sin disputa el pueblo maacutes feo de todo el mundo era para enfermar y aun enloquecer a cualquiera Mi privilegiada naturaleza me salvoacute

Y pasaban diacuteas sin que me fuera posible hacer nada de provecho por mi amado prisionero de Benabarre Obteniacutea siacute promesas y aun oacuterdenes de la Regencia pero como no podiacutea trasladarme yo misma al lugar del conflicto era muy difiacutecil que tuviesen cumplimiento Antes me dejara morir que encaminarme a paraje alguno donde hubiese probabilidades de encontrar la persona o siquiera las huellas de mi esposo y seguacuten mis averiguaciones este no habiacutea abandonado el bajo Aragoacuten

Al fin supe que mi cara mitad unieacutendose a Jeps dels Estanys habiacutea pasado a la alta Cataluntildea [41] Llena de esperanza entonces corriacute a Benabarre cargada de oacuterdenes de Mataflorida y del mismo Eroles que acababa de ponerse a la cabeza de la insurreccioacuten catalana Ninguacuten obstaacuteculo podiacutean oponerme ya los guerrilleros mas por mi desgracia cuando llegueacute al funesto pueblo de Aragoacuten ni un solo partidario del realismo quedaba en su recinto el castillo habiacutea sido volado y el miacutesero cautivo seguacuten me dijeron trasladado a otro punto

-iquestVivo -pregunteacute

-Vivo y cargado de cadenas -me contestoacute la misma mujer de aquella horrenda noche de Agosto- Se iba muriendo por el camino pero le daban comida y bebida para que no acabase de padecer

No tuve tiempo para entregarme a inuacutetiles lamentaciones porque corrioacute por todo el pueblo esta horrible voz iexcllos liberales iexclque vienen los liberales y tuve que huir Con mucho trabajo y gastando bastante dinero pude escapar a Francia por Canfranc

NOTA DEL AUTOR Aquiacute concluye el primer fragmento de las curiosas Memorias Como el segundo se refiere a sucesos ocurridos en la primavera del 23 resultando una interrupcioacuten de siete meses nos vemos en la necesidad [42] de llenar tan lamentable vaciacuteo con relaciones propias que abreviaremos todo lo posible para que no se echen de menos por mucho tiempo las aventuras de la dama viajera contadas por ella misma

- VI - La primera determinacioacuten del Gobierno popular que sucedioacute al de Martiacutenez de la Rosa despueacutes de las jornadas de Julio fue nombrar general del ejeacutercito del Norte al rayo de las guerrillas al Napoleoacuten navarro D Francisco Espoz y Mina En medio de su atolondramiento los siete Ministros a quienes la Corte llamaba los Siete nintildeos de Eacutecija no careciacutean de iniciativa y de cierta arrogancia emprendedora que por alguacuten tiempo les permitioacute sostenerse en el poder con prestigio El nombramiento de Mina y aquella orden que le dieron de hacer tabla rasa de las provincias rebeldes no pudieron ser maacutes acertados

El gran guerrillero no necesitaba muy vivas excitaciones para sentar su pesada mano a los pueblos Navarros y catalanes le conociacutean Pero antantildeo habiacutea hecho la guerra con [43] ellos y ahora debiacutea hacerla contra ellos lo cual era muy distinto Antes se batiacutea contra tropas regulares y ahora con ellas perseguiacutea las partidas Bien se ve que el coloso de las guerrillas estaba fuera de su natural esfera y asiento Iba a hacer el papel del enemigo durante la guerra de la Independencia

A pesar de esta desventaja empezoacute con muy buen pie su campantildea No podiacutea decirse propiamente que habiacutea partidas en el Norte sino que todo el Norte desde Gerona hasta Guipuacutezcoa y desde el Pirineo hasta las inmediaciones del Ebro ardiacutea con horrible llamarada absolutista Quesada a cuyo lado despuntaba un precoz muchacho llamado Zumalacaacuterregui dominaba en Navarra juntamente con Guergueacute y D Santos Ladroacuten Albuiacuten y Cuevillas y Merino asolaban la tierra de Burgos Capapeacute el Aragoacuten Jeps dels Estanys el Trapense Romagosa y Caragol a Cataluntildea donde el baroacuten de Eroles trataba de formar un ejeacutercito regular con las desperdigadas gavillas de la fe Muchos frailes del paiacutes empezando por los aguerridos capuchinos de Cervera que habiacutean escapado del furor de las tropas liberales y concluyendo por los monjes de Poblet que tanto trabajaron en la conspiracioacuten formaban en las filas del Manco o de Capapeacute o de Misas [44]

Mina tomoacute el mando de las tropas de Cataluntildea y al poco tiempo el aspecto de la campantildea principioacute a mudarse favorablemente a nuestras armas En 24 de Octubre despueacutes de obligar a los facciosos a levantar el sitio de Cervera arrasoacute a Castellfollit poniendo sobre sus ruinas el ceacutelebre cartel que deciacutea laquoAquiacute existioacute Castellfollit Pueblos tomad ejemplo y no deis abrigo a los enemigos de la patriaraquo

En Noviembre tomoacute a Balaguer En el mismo mes obligoacute a muchos facciosos a pasar la frontera en presencia del cordoacuten sanitario con que nos amenazaban los franceses En 20 de Enero uno de los suyos el brigadier Rotten jefe de la cuarta divisioacuten del ejeacutercito de Cataluntildea haciacutea sufrir a San Llorens de Morunys el tremendo castigo de que habiacutea sido viacutectima Castellfollit diciendo a las tropas en la orden del diacutea laquoLa villa esencialmente rebelde llamada San Llorens de Morunys seraacute borrada del maparaquo

Aquel destructor de ciudades sentildealaba a cada regimiento las calles que debiacutea saquear antes de dar principio a la operacioacuten de borrar del mapa No de otra manera procedioacute Hoche en la Vendeacutee pero este sistema de borrar del mapa es algo expuesto sobre todo en Espantildea

El 8 de Diciembre puso Mina sitio a la Seo [45] de Urgel mientras Rotten iba convenciendo a los rebeldes catalanes con las suaves razones que indicamos y en uno de los pueblos demolidos y arrasados precisamente en aquel mismo San Llorens de Morunys llamado tambieacuten Piteus ocurrioacute un suceso digno de mencionarse y que causoacute maravilla y emocioacuten muy viva en toda la tropa

Fue de la manera siguiente Para que el saqueo se hiciera con orden Rotten dispuso que el batalloacuten de Murcia trabajase en las calles de Arantildeas y Balldelfred el de Canarias en las calles de Frecsures y Segories el de Coacuterdoba en la de Ferronised y Ascervalds dejando los arrabales para el destacamento de la Constitucioacuten y la caballeriacutea Lo mismo en la orden de saqueo que en la de incendio que le siguioacute fueron exceptuadas doce casas que perteneciacutean a otros tantos patriotas

El regimiento de Coacuterdoba funcionaba en la calle de Ferronised entre la consternacioacuten de los aterrados habitantes cuando unos soldados descubrieron un hondo soacutetano o mazmorra y registraacutendolo por si en eacutel habiacutea provisiones almacenadas para los facciosos vieron a un hombre aherrojado o maacutes propiamente dicho un cadaacutever viviente cuya miserable postracioacuten y estado les causaron espanto No vacilaron en [46] prestarle auxilio cristianamente sacaacutendole de alliacute en hombros despueacutes de quitarle con

no poco trabajo las cadenas y cuando el cautivo vio la luz se desmayoacute pronunciando incoherentes palabras que maacutes bien expresaban demencia que alegriacutea

Rodeaacuteronle todos siendo objeto de gran curiosidad por parte de oficiales y soldados que no cesaban de denostar a los facciosos por la crueldad usada con aquel infeliz Este pareciacutea haber permanecido bajo tierra mucho tiempo seguacuten estaba de liacutevido y exanguumle y sin duda era viacutectima del furor de las hordas absolutistas y maacutes que criminal castigado por sus delitos un buen patriota condenado por su amor a la Constitucioacuten

Un capitaacuten ayudante de Rotten llamado D Rafael Seudoquis se interesoacute vivamente por el cautivo y despueacutes de mandar que se le diera toda clase de socorros le apremioacute para que hablase El hombre sacado del fondo de la tierra pareciacutea joven a pesar de lo que le abrumaba su padecer y se sorprendioacute muy agradablemente de ver los uniformes de la tropa Las primeras palabras que pronuncioacute fueron

-iquestEn doacutende estaacuten

-iquestLos facciosos -dijo Seudoquis riendo- [47] Me parece que no les veremos en mucho tiempo seguacuten la prisa que llevan Ahora buen amigo diacuteganos coacutemo se llama usted y quieacuten es

El cautivo haciacutea esfuerzos para recordar

-iquestEn queacute antildeo estamos -preguntoacute al fin mirando a todos con extraviados ojos

-En el de 1823 que parece seraacute el peor antildeo del siglo seguacuten como empieza

-iquestY en queacute mes

-En Enero y a 15 diacutea de San Pablo ermitantildeo Si usted recuerda cuaacutendo le empaquetaron puede hacer la cuenta del tiempo que ha estado en conserva

-He estado preso -dijo el hombre despueacutes de una larga pausa- seis meses y algunos diacuteas

-Pues no es mucho otros han estado maacutes No le habraacuten tratado a usted muy bien eso es lo malo pero descuide usted que ahora las van a pagar todas juntas El pueblo seraacute incendiado y arrasado

-iexclIncendiado y arrasado -exclamoacute el cautivo con pena- iexclQueacute laacutestima que no sea Benabarre

-Sin duda el cautiverio de usted -dijo Seudoquis intimando maacutes con el desgraciado- empezoacute en ese horrible pueblo aragoneacutes [48]

-Siacute sentildeor de alliacute me trajeron a Tremp y de Tremp a Masbruacute y de Masbruacute aquiacute

-iexclOh iexclbuen viaje ha sido iexclY seis meses de encierro bajo el poder de esa canalla No seacute coacutemo no le fusilaron a usted seiscientas veces

-Eran demasiado inhumanos para hacerlo

Llevaacuteronle fuera del pueblo en una camilla y a presencia del brigadier que le interrogoacute Desde el cuartel general vio las llamas que devoraban San Llorens y entonces dijo

-Arde lo inocente las guaridas y los perversos lobos estaacuten en el monte

El bravo y generoso Seudoquis fue encargado por el brigadier de vestirle pues los andrajos que cubriacutean el cuerpo del cautivo se caiacutean a pedazos Al diacutea siguiente de su maravillosa redencioacuten hallose muy repuesto por la influencia del aire sano y de los alimentos que le dieron y aunque le era imposible dar un paso podiacutea hablar sin acongojarse como el primer diacutea por falta de aliento

-iquestQueacute ha pasado en todo este tiempo -preguntoacute con voz deacutebil y temblorosa al que continuamente le daba pruebas de generosidad e intereacutes- iquestSigue reinando Fernando VII

-Hombre siacute todaviacutea le tenemos encima -dijo Seudoquis atizando la hoguera alrededor de la cual vivaqueaban juntamente con el cautivo [49] cuatro o cinco oficiales- Gotosillo sigue nuestro hombre pero auacuten nos estaacute embromando y nos embromaraacute por mucho tiempo

-iquestY la Constitucioacuten subsiste

-Tambieacuten estaacute gotosa o mejor dicho acatarrada Me parece que de esta fecha enterramos a la sentildeora

-iquestY hay Cortes

-Cortes y recortes Pero me parece que pronto no quedaraacuten maacutes que los de los sastres

-Y queacute iquesthay revolucioacuten en Espantildea

-Nada estamos en una balsa de aceite

-iquestQueacute Ministerio tenemos

-El de los Siete nintildeos de Eacutecija iquestPues queacute vamos a estar mudando de nintildeos todos los diacuteas

-iquestY ha vuelto la Milicia a sacudir el polvo a la Guardia Real

-Ahora nos ocupamos todos en cazar frailes y guerrilleros siempre que ellos no nos cacen a nosotros

-iquestY Riego

-Ha ido a Andaluciacutea

-iquestHay agitacioacuten allaacute

-Lo que hay es mucha sangre vertida en todas partes

-Revolucioacuten completa iquestDoacutende hay partidas [50]

-Pregunte usted que doacutende hay espantildeoles

-Toda Cataluntildea parece estar en armas contra el Gobierno

-Y casi todo Aragoacuten y Navarra y Vizcaya y Burgos y Leoacuten y mucha parte de Guadalajara Cuenca Aacutevila Toledo Caacuteceres Hay facciones hasta en Andaluciacutea que es como decir que hasta las ranas han criado pelo

-iexclQueacute horrible suentildeo el miacuteo -dijo luacutegubremente el cautivo- y queacute triste despertar

-Esto es un volcaacuten amigo miacuteo

-iquestPero queacute quieren

-Confites Piden Inquisicioacuten y cadenas

-iquestY quieacuten los dirige

-El Rey y en su real nombre la Regencia de Urgel

-Una Regencia

-Que tiene su Gobierno regular sus embajadores en las Cortes de Europa y ha contratado hace poco un gran empreacutestito iexclSi no hay paiacutes ninguno como este Espanta el ver coacutemo falta dinero para todo menos para conspirar

-iquestY queacute hace el Gobierno

-iquestQueacute ha de hacer Boberiacuteas Trasladar los curas de una parroquia a otra declarar vacantes las sillas de los obispos que estaacuten en la faccioacuten fomentar las sociedades patrioacuteticas suprimir [51] los conventos que estaacuten en despoblado y otras grandes medidas salvadoras

-iquestNo ha cerrado el Gobierno las sociedades patrioacuteticas

-Ha abierto la Landaburiana para que los liberales tengan una buena plazuela donde insultarse

-iquestSiguen los discursos

-Siacute pero abundan maacutes los cachetes

-iquestY queacute generales mandan los ejeacutercitos de operaciones

-Aquiacute Mina en Castilla la Nueva ODaly Quiroga en Galicia en Aragoacuten Torrijos

-iquestY vencen

-Cuando pueden

-Es una delicia lo que encuentro a mi vuelta del otro mundo

-Si casi era mejor que se hubiese usted quedado por allaacute Asiacute al menos no sufririacutea la verguumlenza de la intervencioacuten extranjera

-iquestIntervencioacuten

-iexclY se asusta iquestPues hay nada maacutes natural Seguacuten parece allaacute por el mundo civilizado corre el rumor de que esto que aquiacute pasa es un escaacutendalo

-Siacute que lo es

-Los Reyes temen que a sus Naciones respectivas les entre este maleficio de las Constituciones [52] de las sociedades Landaburianas de las partidas de la Fe de los frailes con pistolas y nos van a quitar todos estos motivos de distraccioacuten Lejos del mundo ha estado usted y muy dentro de tierra cuando no han llegado a sus oiacutedos las ceacutelebres notas

-iquestQueacute notas

-El re mi fa de las Potencias Las notas han sido tres todas muy desafinadas y las potencias que las han dado tres tambieacuten como las del alma Rusia Prusia y Austria

-iquestY queacute pediacutean

-No puedo deciacuterselo a usted claramente porque los embajadores no me las han leiacutedo pero si seacute que la contestacioacuten del Gobierno espantildeol ha sido retumbante y guerrera como un redoble de tambor

-Es decir que desafiacutea a Europa

-Siacute sentildeor la desafiamos Ahora se recuerda mucho la guerra de la Independencia pero yo digo como Cervantes que nunca segundas partes fueron buenas

-iquestDe modo que tendremos otra vez extranjeros

-Franceses Ahiacute tiene usted en lo que ha venido a parar el ejeacutercito de observacioacuten Entre el cordoacuten sanitario y el de San Francisco nos van a dar que hacer Digo y los [53] diputados el diacutea en que aprobaron la contestacioacuten a las notas fueron aclamados por el pueblo Yo estaba en Madrid esa noche y como vivo frente al coronel San Miguel las murgas no me dejaron dormir en toda la noche Por todas partes no se oyen maacutes que mueras a la Santa Alianza a las Potencias del Norte a Francia y a la Regencia de Urgel Ahora se dice tambieacuten como entonces laquodejarles que se internenraquo pero la tropa no estaacute

muy entusiasmada que digamos Con todo si entran los interventores no les recibiremos con las manos en los bolsillos

-Tremendos diacuteas vienen -dijo el cautivo- Si los absolutistas vencen no podremos vivir aquiacute O ellos o nosotros Hay que exterminarles para que no nos exterminen

-Diga usted que si hubiera muchos brigadieres Rotten pronto se acababa esa casta maligna Fusilamos realistas por docenas sin distincioacuten de sexo ni edad ni formalidades de juicio iexclAy del que cae en nuestras manos Nuestro brigadier dice que no hay otro remedio ni entienden maacutes razoacuten que el arcabuzazo Ayer hicimos catorce prisioneros en San Llorens Hay de toda casta de gentes mujeres hombres dos cleacuterigos un jesuita que usa gafas un escribano de setenta antildeos una mujer [54] puacuteblica dos guerrilleros invaacutelidos en fin un muestrario completo El jefe les ha sentenciado ya pero como esto no se puede decir asiacute se hace la comedia de enviarles a la caacutercel de Solsona y por el camino cuando viene la noche y se llega a un sitio conveniente pim pam se les despacha en un santiameacuten y a otra

-Si no me engantildeo -dijo el cautivo- aquellos paisanos que por alliacute se ven son los prisioneros de San Llorens

En una loma cercana a distancia de dos tiros de fusil se veiacutea un grupo de personas custodiadas por la tropa Pareciacutea un rebantildeo que se habiacutea detenido a sestear

-Cabalmente -dijo Seudoquis- aquellos son Dentro de una hora se pondraacuten en camino para la eternidad iexclY estaacuten tan tranquilos Como que no han probado auacuten las recetas del brigadier Rotten

-Ojo por ojo y diente por diente -dijo el cautivo contemplando el grupo de prisioneros- iexclAh gran canalla no se entierran hombres impunemente durante seis meses no se baila encima de su sepultura para atormentarle no se les insulta por la reja no se les arroja saliva e inmundicia sin sentir maacutes tarde o maacutes temprano la mano justiciera que baja del cielo [55]

Despueacutes callaron todos No se oiacutea maacutes que el rasgueo de la pluma con que uno de los oficiales escribiacutea teniendo el papel sobre una cartera y esta sobre sus rodillas Cuando hubo concluido el cautivo rogoacute que se le diese lo necesario para escribir una carta a su madre anunciaacutendole que viviacutea pues seguacuten dijo en todo el tiempo de su ya concluida cautividad no habiacutea podido dar noticia de su existencia a los que le amaban

-iquestViviraacuten como yo -dijo tristemente- o afligidos por mi desaparicioacuten habraacuten muerto

-Dispeacutenseme usted -manifestoacute Seudoquis- pero a medida que hablamos me ha parecido reconocer en usted a una persona con quien hace algunos antildeos tuve relaciones

-Siacute Sr Seudoquis -dijo el cautivo sonriendo- El mismo soy Conspiramos juntos el antildeo 19 y a principios del antildeo 20

-Sentildeor Monsalud -exclamoacute el oficial abrazaacutendole- buen hallazgo hemos hecho sacaacutendole a usted de aquella mazmorra iexclYa se ve iquestCoacutemo podriacutea conocerle si estaacute usted hecho un esqueleto Ademaacutes en estos tiempos se olvida pronto iexclHe visto tanta

gente desde aquellos felices diacuteas porque eran felices siacute Aunque sea entre peligros el conspirar es siempre muy agradable sobre todo si se tiene fe [56]

-Entonces teniacutea yo mucha fe

-iexclAh Y yo tambieacuten Me hubiera dejado descuartizar por la libertad

-iexclCon queacute afaacuten trabajaacutebamos

-Siacute iexclcon queacute afaacuten

-iexclNos pareciacutea que de nuestras manos iba a salir acabada y completa la maacutes liberal y al mismo tiempo la maacutes feliz Nacioacuten de la tierra

-Siacute iexclqueacute ilusiones Si no estoy trascordado tambieacuten nos hallamos juntos en la logia de la calle de las Tres Cruces

-Siacute alliacute estuve yo alguacuten tiempo En aquello nunca tuve mucha fe

-Yo siacute pero la he perdido completamente Vea usted en queacute han venido a parar aquellas detestables misas masoacutenicas

-Nunca tuve ilusiones respecto a la Orden de la Viuda

-Pues nosotros -dijo Seudoquis riendo- tuvimos hasta hace poco en el regimiento nuestra caverna de Adorinam Pero apenas funcionaba ya iexclCuaacutenta ruina amigo miacuteo iexclCoacutemo se ha desmoronado aquel fantaacutestico edificio que levantamos Yo he sido de los que con maacutes gana con maacutes conviccioacuten y hasta con verdadera ferocidad han gritado iexclConstitucioacuten o muerte Haacutebleme usted con franqueza Salvador iquesttiene usted fe [57]

-Ninguna -repuso el cautivo- pero tengo odio y por el odio que siento contra mis carceleros estoy dispuesto a todo a morir matando facciosos si el general Mina quiere hacerme un hueco entre sus soldados

-Pues yo -manifestoacute Seudoquis con frialdad- no tengo fe tampoco tengo odio muy vivo pero el deber militar supliraacute en miacute la falta de estas dos poderosas fuerzas guerreras Pienso batirme con lealtad y llevar la bandera de la Constitucioacuten hasta donde se pueda

-Eso no basta -dijo Monsalud moviendo la cabeza- Para este conflicto nacional se necesita algo maacutes En fin Dios diraacute

Y empezoacute a escribir a su madre

- VII -

Despueacutes de dar noticia de su estupenda liberacioacuten exponiendo con brevedad los padecimientos del largo cautiverio que habiacutea sufrido escribioacute las frases maacutes carintildeosas y una pateacutetica declaracioacuten de arrepentimiento por su desnaturalizada conducta y la impiacutea fuga que tan duramente habiacutea castigado Dios Manifestando [58] despueacutes su falta de recursos y que maacutes que un viaje a Madrid le conveniacutea su permanencia en el ejeacutercito de Cataluntildea rogaba a su madre que vendiese cuanto habiacutea en la casa y juntamente con Solita se trasladase a la Puebla de Arganzoacuten donde pasariacutea a verlas pidiendo una licencia Concluiacutea indicando la direccioacuten que debiacutea darse a las cartas de respuesta y pediacutea que esta fuera inmediata para calmar la incertidumbre y afaacuten de su alma

Aquella misma tarde habloacute con el brigadier Rotten el cual era un hombre muy rudo y fiero bastante parecido en genio y modos a don Carlos Espantildea Aconsejole este que viera al general Mina en cuyo ejeacutercito habiacutea varias partidas de contraguerrilleros organizadas disciplinariamente antildeadioacute que eacutel (el brigadier Rotten) se habiacutea propuesto hacer la guerra de exterminio quemando arrasando y fusilando en la seguridad de que la supresioacuten de la humanidad traeriacutea infaliblemente el fin del absolutismo y concluyoacute diciendo que pasaba a la provincia de Tarragona con todas las fuerzas de su mando excepcioacuten hecha del batalloacuten de Murcia que le habiacutea sido reclamado por el general en jefe para reforzar el sitio de la Seo Monsalud sin vacilar en su eleccioacuten optoacute por seguir a los de Murcia que iban hacia la Seo [59]

Salioacute pues Murcia al diacutea siguiente muy temprano en direccioacuten a Castellar llevando el triste encargo de conducir a los catorce prisioneros de San Llorens de Morunys Seudoquis no ocultoacute a Salvador su disgusto por comisioacuten tan execrable pero ni eacutel ni sus compantildeeros podiacutean desobedecer al baacuterbaro Rotten Puacutesose en marcha el regimiento que maacutes bien pareciacutea cortejo fuacutenebre y en uno de sus uacuteltimos carros iba Monsalud viendo delante de siacute a los infelices cautivos atraillados algunos medio desnudos y todos abatidos y llorosos por su miserable destino aunque no se creiacutean condenados a muerte sino tan soacutelo a denigrante esclavitud

Camino maacutes triste no se habiacutea visto jamaacutes Lleno de fango el suelo cargada de neblina la atmoacutesfera y enfriada por un remusguillo helado que del Pirineo descendiacutea todo era tristeza fuera y dentro del alma de los soldados No se oiacutean ni las canciones alegres con que estos suelen hacer menos pesadas las largas marchas ni los diaacutelogos picantes ni maacutes que el luacutegubre compaacutes de los pasos en el cieno y el crujir de los lentos carros y los suspiros de los acongojados prisioneros El diacutea se acaboacute muy pronto a causa de la niebla que al modo de envidia lo empantildeaba y al llegar a un aacutengulo del camino en cierto sitio llamado los tres [60] Roures (los tres robles) el regimiento se detuvo Tomaba aliento porque lo que iba a hacer era grave

Salvador sintioacute un suacutebito impulso en su alma cristiana Eran los sentimientos de humanidad que se sobreponiacutean al odio pasajero y al recuerdo de tantas penas Cuando vio que la horrible sentencia iba a cumplirse hundioacute la cabeza sepultaacutendola entre los sacos y mantas que llenaban el carro y oroacute en silencio Los ayes lastimeros y los tiros que pusieron fin a los ayes le hicieron estremecer y sacudirse como si resonaran en la cavidad de su propio corazoacuten Cuando todo quedoacute en luacutegubre silencio alzando su angustiada cabeza dijo asiacute

-iexclQueacute cobarde soy El estado de mi cuerpo que parece de vidrio me hace deacutebil y pusilaacutenime como una mujer No debo tenerles laacutestima porque me sepultaron durante

seis meses porque bailaron sobre mi calabozo y me injuriaron y escupieron porque ni aun tuvieron la caridad de darme muerte sino por el contrario me dejaban vivir para mortificarme maacutes

El regimiento siguioacute adelante y al pasar junto al lugar de la carniceriacutea Salvador sintioacute renacer su congoja

-Es preciso ser hombre -pensoacute- La guerra [61] es guerra y exige estas crueldades Es preciso ser verdugo que viacutectima O ellos o nosotros

Seudoquis se acercoacute entonces para informarse de su estado de salud Estaba el buen capitaacuten tan paacutelido como los muertos y su mano ardiente y nerviosa temblaba como la del asesino que acaba de arrojar el arma para no ser descubierto

-iquestQueacute dice usted amigo miacuteo -le preguntoacute Salvador

-Digo -repuso el militar tristemente- que la Constitucioacuten seraacute vencida

- VIII - Hasta el 25 de Enero no llegaron a Canyellas donde Mina teniacutea su cuartel general frente a la Seo de Urgel Habiacutean pasado maacutes de sesenta diacuteas desde que puso sitio a la plaza y aunque la Regencia se habiacutea puesto en salvo llevaacutendose el dinero y los papeles los testarudos catalanes y aragoneses se sosteniacutean fieramente en la poblacioacuten en los castillos y en la formidable ciudadela [62]

Mina hombre de mucha impaciencia teniacutea en aquellos diacuteas un humor de mil demonios Sus soldados estaban medio desnudos sin ninguacuten abrigo y con menos ardor guerrero que hambre A los cuarenta y seis cantildeones que guarneciacutean las fortalezas de la Seo el heacuteroe navarro no podiacutea oponer ni una sola pieza de artilleriacutea El paiacutes en que operaba era tan pobre y desolado que no habiacutea medios de que sobre eacutel como es costumbre vivieran las tropas Por carecer estas de todo hasta careciacutean de fanatismo y el grito de Constitucioacuten o muerte haciacutea ya muy poco efecto Era como los cumplimientos que todo el mundo los dice y nadie cree en ellos Un invierno friacuteo y crudo completaba la situacioacuten derramando nieves escarchas hielos y lluvia sobre los sitiadores no menos desabrigados que aburridos

Delante de la miserable casilla que le serviacutea de alojamiento soliacutea pasearse D Francisco por las tardes con las manos en los bolsillos de su capote y pisando fuerte para que entraran en calor las entumecidas piernas Era hombre de cuarenta y dos antildeos recio y avellanado de semblante rudo en que se pintaba una gran energiacutea y todo su aspecto revelaba al guerreador castellano maacutes aacutegil que forzudo En sus ojos sombreados por cejas muy espesas brillaba la [63] astuta mirada del guerrillero que sabe organizar las emboscadas y las dispersiones Teniacutea cortas patillas que empezaban a emblanquecer y una piel bronca las mandiacutebulas asiacute como la parte inferior de la cara muy pronunciadas la cabeza cabelluda y no como la de Napoleoacuten sino piriforme y

amelonada a lo guerrillero No careciacutea de cierta zandunga (5) su especial modo de sonreiacuter y su hablar era como su estilo conciso y claro si bien no muy elegante pero si no escribiacutea como Julio Ceacutesar soliacutea guerrear como eacutel

No le educaron sus mayores sino los menores de su familia y tuvo por maestro a su sobrino un seminarista calaveroacuten que empezoacute su carrera persiguiendo franceses y la acaboacute fusilado en Ameacuterica Se hizo general como otros muchos y con mejores motivos que la mayor parte educaacutendose en la guerra de la Independencia sirviendo bien y con lealtad ganando cada grado con veinte batallas y defendiendo una idea poliacutetica con perseverancia y buena fe Su destreza militar era extraordinaria y fue sin disputa el primero entre los caudillos de partidas pues teniacutea la osadiacutea de Merino el brutal arrojo del Empecinado la astucia de Albuiacuten y la ligereza del Royo Sus crueldades de que tanto se ha hablado no saliacutean como las de Rotten de las perversidades [64] de un corazoacuten duro sino de los caacutelculos de su activo cerebro y constituiacutean un plan como cualquier otro plan de guerra Supo hacerse amar de los suyos hasta el delirio y tambieacuten sojuzgar a los que se le rebelaron como el Malcarado

Poseiacutea el genio navarro en toda su grandeza siendo guerrero en cuerpo y alma no muy amante de la disciplina caminante audaz cazador de hombres enemigo de la lisonja valiente por amor a la gloria terco y caprichudo en los combates Ganoacute batallas que equivaliacutean a romper una muralla con la cabeza y fueron obras maestras de la terquedad que a veces sustituye al genio En sus crueldades jamaacutes cometioacute viles represalias ni se ensantildeoacute como otros en criaturas deacutebiles Peleando contra Zumalacaacuterregui ambos caudillos cambiaron cartas muy tiernas a propoacutesito de una nintildea de quince meses que el guipuzcoano teniacutea en poder del navarro Fuera de la guerra era hombre corteacutes y fino desmintiendo asiacute la humildad de su origen al contrario de otros muchos como D Juan Martiacuten por ejemplo que aun siendo general nunca dejoacute de ser carbonero

Salvador Monsalud habiacutea conocido a Mina en 1813 durante la conspiracioacuten y despueacutes en Madrid Su amistad no era iacutentima pero siacute [65] cordial y sincera Oyoacute el general con mucho intereacutes el relato de las desgracias del pobre cautivo de San Llorens y a cada nueva crueldad que este referiacutea soltaba el otro alguna eneacutergica invectiva contra los facciosos

-Ya tendraacute usted ocasioacuten de vengarse si persiste en su buen propoacutesito de ingresar en mi ejeacutercito -le dijo estrechaacutendole la mano- Yo tengo aquiacute varias partidas de contraguerrilleros compuestas de gentes del paiacutes y de compatriotas miacuteos que me ayudan como pueden Desde luego le doy a usted el mando de una compantildeiacutea iquestacepta usted

-Acepto -repuso Salvador- Nunca fue grande mi aficioacuten a la carrera militar pero ahora me seduce la idea de hacer todo el dantildeo posible a mis infames verdugos no asesinaacutendolos sino vencieacutendolos Este es el sentimiento de que han nacido todas las guerras Ademaacutes yo no tengo nada que hacer en Madrid El duque del Parque no se acordaraacute ya de miacute y habraacute puesto a otro en mi lugar He rogado a mi madre que venda todo y se traslade a la Puebla con mi hermana No quiero Corte por ahora Las circunstancias y una inclinacioacuten irresistible que hay dentro de miacute desde que me sacaron de aquel horrible sepulcro me impulsan a ser guerrillero [66]

-Eso no es maacutes que vocacioacuten de general -dijo Mina riendo

Despueacutes convidoacute a Monsalud a su frugal mesa y hablaron largo rato de la campantildea y del sitio emprendido que seguacuten las predicciones del general tocaba ya a su fin

-Si para el diacutea de la Candelaria no he entrado en esa cueva de ladrones -dijo- rompo mi bastoacuten de mando Dariacutea todos mis grados por podeacuterselo romper en las costillas a Mataflorida

-O al arzobispo de Creux

-Ese se pone siempre fuera de tiro Ya marchoacute a Francia por miedo a la chamusquina que les espera iexclAh Sr Monsalud si no es usted hombre de corazoacuten no venga con nosotros Cuando entremos en la Seo no pienso perdonar ni a las moscas El Trapense al tomar esta plaza pasoacute a cuchillo la guarnicioacuten Yo pienso hacer lo mismo

-iquestA queacute cuerpo me destina mi general

-A la contraguerrilla del Cojo de Lumbier Es un puntildeado de valientes que vale todo el oro del mundo

-iquestEn doacutende estaacute

-Hacia Fornals vigilando siempre la Ciudadela Los contraguerrilleros del Cojo han jurado morir todos o entrar en la Ciudadela [67] antes de la Candelaria Me inspiran tal confianza que les he dicho laquono teneacuteis que poneros delante de miacute sino para decirme que la Ciudadela es nuestraraquo

-Entraraacuten entraremos de seguro -dijo Monsalud con entusiasmo

-Y ya les he leiacutedo muy bien la cartilla -antildeadioacute Mina- Ya les he cantado muy claro que no tienen que hacerme prisioneros No doy cuartel a nadie absolutamente a nadie Esa turba de sacristantes y salteadores no merece ninguna consideracioacuten militar

-Es decir

-Que me hareacuteis el favor de pasarme a cuchillo a toda esa gavilla de tunantes Amigo miacuteo la experiencia me ha demostrado que esta guerra no se sofoca sino con la ley del exterminio llevada a su uacuteltimo extremo

Salvador oyendo esto se estremecioacute y por largo rato no pudo apartar de su pensamiento la luacutegubre fase que tomaba la guerra desde que eacutel imaginoacute poner su mano en ella

Mina encargoacute al novel guerrillero que procurara restablecerse daacutendose la mejor vida posible en el campamento pues tiempo habiacutea de sobra para entrar en lucha si continuaba la guerra como era creiacuteble en vista del estado del paiacutes y de los amagos de intervencioacuten [68] Otros amigos ademaacutes del general encontroacute Salvador en Canyellas y pueblos inmediatos relaciones hechas la mayor parte en la conspiracioacuten y fomentadas despueacutes en las logias y en los cafeacutes patrioacuteticos

- IX - La Seo de Urgel estaacute situada en la confluencia de dos riacuteos que alliacute son torrentes el Segre originario de Puigcerdaacute y el Balira un bullicioso y atronador joven enviado a Espantildea por la Repuacuteblica de Andorra Enormes montantildeas la cercan por todas partes y tres gargantas estrechas le dan entrada por caminos que entonces soacutelo eran a propoacutesito para la segura planta del mulo Sobre la misma villa se eleva la Ciudadela maacutes al Norte el CASTILLO entre estas dos fortalezas el escarpado arrabal de Castel-Ciudad y en direccioacuten a Andorra la torre de Solsona La imponente altura de estas posiciones hace muy difiacutecil su expugnacioacuten es preciso andar a gatas para llegar hasta ellas

El 29 Mina dispuso que se atacara a Castel-Ciudad [69] El eacutexito fue desgraciado pero el 1ordm de Febrero operando simultaacuteneamente todas las tropas contra Castel-Ciudad Solsona y el Castillo se logroacute poner avanzadas en puntos cuya conquista haciacutea muy peligrosa la resistencia de los sitiados Por uacuteltimo el diacutea 3 de Febrero a las doce de la mantildeana las contraguerrillas del Cojo y el regimiento de Murcia penetraban en la Ciudadela defendida por seiscientos hombres al mando de Romagosa

Aunque no se hallaba totalmente restablecido Salvador Monsalud volviacutea tan raacutepidamente a su estado normal que creyoacute de su deber darse de alta en los criacuteticos diacuteas 1ordm y 2ordm de Febrero Ademaacutes de que se sentiacutea regularmente aacutegil y fuerte le mortificaba la idea de que se le supusiera maacutes encarintildeado con la convalecencia que con las balas Tomoacute pues el mando de su compantildeiacutea de contraguerrillas a las oacuterdenes del valiente Cojo de Lumbier y fue de los primeros que tuvieron la gloria de penetrar en la Ciudadela Sin saber coacutemo sintiose dominado por la rabiosa exaltacioacuten guerrera que animaba a su gente Vio los raudales de sangre y oyoacute los salvajes gritos todo ello muy acorde con su excitado espiacuteritu

Cuando la turba vencedora cayoacute como una venganza celeste sobre los vencidos sintioacute siacute [70] pasajero temblor pero sobreponieacutendose a sus sentimientos recordoacute las instrucciones de Mina y supo transmitir las oacuterdenes de deguumlello con tanta firmeza como el cirujano que ordena la amputacioacuten Vio pasar a cuchillo a maacutes de doscientos hombres en la Ciudadela y no pestantildeeoacute pero no pudo vencer una tristeza maacutes honda que todas las tristezas imaginables cuando Seudoquis acercaacutendose a eacutel sobre charcos de sangre y entre los destrozados cuerpos palpitantes le dijo con la misma expresioacuten luacutegubre de la tarde de los tres Roures

-Me confirmo en mi idea amigo Monsalud La Constitucioacuten seraacute vencida

Al diacutea siguiente bajoacute a la villa de la Seo que le parecioacute un sepulcro del cual se acabara de sacar el cuerpo putrefacto Su estrechez loacutebrega y huacutemeda asiacute como su suciedad haciacutean pensar en los gusanos insaciables y no se podiacutea entrar en ella con aacutenimo sereno Como oyera decir que en los claustros de la catedral convertidos en

hospital habiacutea no pocas personas de Madrid se dirigioacute allaacute creyendo encontrar alguacuten amigo de los muchos y diversos que teniacutea Grande era el nuacutemero de heridos y enfermos mas no vio ninguacuten semblante conocido En el palacio arzobispal estaban soacutelo [71] los enfermos de maacutes categoriacutea Dirigiose allaacute y apenas habiacutea dado algunos pasos en la primera sala cuando se sintioacute llamado eneacutergicamente

Miroacute y dos nombres sonaron

-iexclSalvador

-iexclPipaoacuten

Los dos amigos de la nintildeez los dos colegas de la conspiracioacuten del 19 los dos hermanos aunque no bien avenidos de la logia de las Tres Cruces se abrazaron con carintildeo El buen Bragas que poco antes viendo malparada la causa constitucional habiacutea corrido a la Seo a ponerse a las oacuterdenes de la Regencia cual hombre previsor padeciacutea de un persistente reuacutema que le impidioacute absolutamente huir a la aproximacioacuten de las tropas liberales Confiaba el pobrecito en las infinitas trazas de su sutiliacutesimo ingenio para conseguir que no se le causara dantildeo y como tuvo siempre por norte hacerse amigos aunque fuera en el infierno muy mal habiacutean de venir las cosas para que no saliese alguno entre los soldados de Mina A pesar de todo estuvo con el alma en un hilo hasta que vio aparecer la figura por demaacutes simpaacutetica de su antiguo camarada y entonces no pudiendo contener la alegriacutea le llamoacute y despueacutes de estrecharle en sus brazos con la freneacutetica alegriacutea del condenado que logra salvarse le dijo [72]

-iexclQueacute bonita campantildea habeacuteis hecho Habeacuteis tomado la Seo como quien coge un nido de paacutejaros Si he de ser franco contigo me alegro no se podiacutea vivir aquiacute con esa canalla de Regencia Yo vine por cuenta del Gobierno constitucional a vigilar ya tuacute me entiendes y me marchaba cuando iexclQueacute desgraciado soy Pero supongo que no me haraacuten dantildeo alguno iquesteh iquestTienes influencia con Mina Dile que podreacute ponerle en autos de algunas picardiacuteas que proyectan los Regentes Te juro que diera no seacute queacute por ver colgado de la torre al arzobispo

Monsalud despueacutes de tranquilizarle pidiole noticias de Madrid y de su familia

Pipaoacuten permanecioacute indeciso breve rato y despueacutes antildeadioacute con su habitual ligereza de lenguaje

-iquestPero doacutende te has metido iquestTe secuestraron los facciosos Ya me lo suponiacutea y asiacute lo dije a tu pobre madre cuando estuvo en mi casa a preguntarme por ti La buena sentildeora no teniacutea consuelo Se comprende iexclNo saber de ti en tanto tiempo

iquestVive mi madre -preguntoacute Salvador- iquestEstaacute buena

-Hace algunos diacuteas que falto de Madrid y no te puedo contestar -dijo Bragas mascullando [73] las palabras- pero si recibieses alguna mala noticia no debes sorprenderte Tu ausencia durante tantos meses y la horrible incertidumbre en que ha vivido tu buena madre no son ciertamente garantiacuteas de larga vida para ella

-Pipaoacuten por Dios -dijo Monsalud con amargura- tuacute me ocultas algo tuacute por caridad no quieres decirme todo lo que sabes iquestVive mi madre

-No puedo afirmar que siacute ni que no

-iquestCuaacutendo la has visto

-Hace cuatro meses

-iquestY entonces estaba buena

-Asiacute asiacute

-iquestY Sola estaba buena

-Asiacute asiacute Las dos pareciacutean tan apesadumbradas que daba pena verlas

-iquestSeguiacutean viviendo en el Prado donde yo las dejeacute

-No volvieron a la calle de Coloreros Comprendo tu ansiedad Si no hubiera huido con la Regencia una persona que se toma intereacutes por ti que te nombra con frecuencia y que hace poco ha llegado de Madrid

-iquestQuieacuten

-Jenara [74]

-iquestHa estado aquiacute No me dices nada que no me abrume Pipaoacuten

-Marchoacute con el arzobispo y Mataflorida iexclQueacute guapa estaacute Y conspira que es un primor Soacutelo ella se atreveriacutea a meterse en Madrid llevando mensajes de esta gente de la frontera como hizo en la primavera pasada y volver locos a los Ministros y a la camarilla Pero te has puesto paacutelido al oiacuter su nombre Ya ya seacute que os quereacuteis bien Ella misma ha dejado comprender ciertas cosas iexclCuaacutento ha padecido por arrancar de la faccioacuten a un hombre secuestrado en Benabarre Ese hombre eres tuacute Bien claro me lo ha dado a entender ella con sus suspiros siempre que te nombraba y tuacute con esa palidez teatral que tienes desde que hablamos de ella Amiguito bien bravo mozas de tal calidad bien valen seis meses de prisioacuten A doce me condenariacutea yo por haber gustado esa miel hiblea

Y prorrumpioacute en alegres risas sin que el otro participase de su jovialidad Reclinado en la cama del enfermo la cabeza apoyada en la mano Monsalud pareciacutea la imagen de la meditacioacuten Despueacutes de larga pausa volvioacute a anudar el hilo del interrumpido coloquio diciendo

-iquestConque ha estado aquiacute hace poco [75]

-Siacute iquestves esta cinta encarnada que tengo en el brazo Ella me la puso para sujetarme la manga que me molestaba Si quieres este recuerdo suyo te lo puedo ceder en cambio de la proteccioacuten que me dispensas ahora

Salvador miroacute la cinta pero no hizo movimiento alguno para tomarla ni dijo nada sobre aquel amoroso tema

-iquestY dices que hizo esfuerzos por rescatarme -preguntoacute

-Siacute iexclpobre mujer Se me figura que te amoacute grandemente pero acaacute para entre los dos no creo que la primera virtud de Jenara sea la constancia Si tanto empentildeo teniacutea por salvarte iquestpor queacute no te salvoacute siendo como era amiga de Mataflorida del arzobispo y del baroacuten Con tomar una orden de la Regencia y dirigirse al interior del paiacutes dominado por los arcaacutengeles de la fe Pero no habiacutea quien la decidiera a dar este paso y antes que meterse entre guerrilleros me dijo una vez que preferiacutea morir

-Y iquestcrees tuacute que ella podriacutea darme noticias de mi familia

-Se me figura que siacute -dijo Pipaoacuten poniendo semblante compungido- Yo le oiacute ciertas cosas No seraacute malo querido amigo que te dispongas a recibir alguna mala noticia [76]

-Diacutemela de una vez y no me atormentes con tus medias palabras -manifestoacute Salvador lleno de ansiedad

-De este mundo miserable -antildeadioacute Bragas con una gravedad que no le sentaba bien- iquestqueacute puede esperarse maacutes que penas

-iexclYa lo seacute Jamaacutes he esperado otra cosa

-Pues bien Yo supongo que tuacute eres un hombre valiente iquestPara queacute andar con rodeos y palabrillas

-Es verdad

-Si al fin habiacutea de suceder si al fin habiacuteas de apurar este caacuteliz de amargura iexclAh mi querido amigo siento ser mensajero de esta tristiacutesima nueva

-iexclOh Dios miacuteo lo comprendo todo -exclamoacute Salvador ocultando su rostro entre las temblorosas manos

-iexclTu madre ha muerto -dijo Pipaoacuten

-iexclOh bien me lo deciacutea el corazoacuten -balbucioacute el hueacuterfano traspasado de dolor- iexclMadre querida iexclyo te he matado

Durante largo rato estuvo llorando amargamente [77]

- X -

Creyendo ahora conveniente el autor no trabajar maacutes por cuenta propia vuelve a utilizar el manuscrito de la sentildeora en su segunda pieza que concuerda cronoloacutegicamente con el punto en que se ha suspendido la anterior relacioacuten

Los lectores perdonaraacuten esta larga incrustacioacuten ripiosa tan inferior a lo escrito por la hermosa mano y pensado por el agudo entendimiento de la sentildeora Pero como la seguridad del edificio de esta historia lo haciacutea necesario el autor ha metido su tosco ladrillo entre el fino maacutermol de la gentil dama alavesa El segundo fragmento lleva por tiacutetulo DE PARIacuteS A CAacuteDIZ y a la letra dice asiacute

A fines de Diciembre del 22 tuve que huir precipitadamente de la Seo que amenazaba el cabecilla Mina No es faacutecil salir con pena de la Seo Aquel pueblo es horrible y todo el que vive dentro de eacutel se siente amortajado Mataflorida salioacute antes que nadie [78] treacutemulo y lleno de zozobra No podreacute olvidar nunca la figura del arzobispo montando a mujeriegas en un mulo apoyando una mano en el arzoacuten delantero y otra en el de atraacutes y con la canaleja sujeta con un pantildeuelo para que no se la arrancase el fuerte viento que soplaba Es sensible que no pueda una dejar de reiacuterse en circunstancias tristes y luctuosas y que a veces las personas maacutes dignas de veneracioacuten por su estado religioso exciten la hilaridad Conozco que es pecado y lo confieso pero ello es que yo no podiacutea tener la risa

Nos reunimos todos en Tolosa de Francia Yo resolviacute entonces no mezclarme maacutes en asuntos de la Regencia Jamaacutes he visto un desconcierto semejante Muchos espantildeoles emigrados viendo cercana la intervencioacuten (precipitada por las altaneras contestaciones de San Miguel) temblaban ante la idea de que se estableciese un absolutismo fanaacutetico y vengador y suspiraban por una transaccioacuten interpretando el pensamiento de Luis XVIII Pero no habiacutea quien apease a Mataflorida de su borrica o sea de su idea de restablecer las cosas en el propio ser y estado que tuvieron desde el 10 de Mayo de 1814 hasta el 7 de Marzo de 1820 Balmaseda le apoyaba y D Jaime Creux (el gran jinete de quien antes he hablado) era partidario [79] tambieacuten del absolutismo puro y sin mancha alguna de Caacutemaras ni camarines pero el baroacuten de Eroles y Eguiacutea se oponiacutean furiosamente a esta salutiacutefera idea de sus compantildeeros

Mi amigo el general de la coleta (ya separado de la pastelera de Bayona) queriacutea destituir a la Regencia y prender a Mataflorida y al arzobispo Mataflorida fuerte con las instrucciones reservadiacutesimas de Su Majestad que yo y otros emisarios le habiacuteamos traiacutedo seguiacutea en sus trece La Junta de Cataluntildea los apostoacutelicos de Galicia la Junta de Navarra los obispos emigrados enviaban representaciones a Luis XVIII para que reconociese a la Regencia de Urgel mientras la Regencia misma echaacutendosela de soberana enviaba una especie de plenipotenciarios de figuroacuten a los Soberanos de Europa

Nada de esto hizo efecto y la Corte de Francia conforme con Eguiacutea y el baroacuten de Eroles puso a la Regencia cara de hereje Por desgracia para la causa real Ugarte habiacutea sido quitado de la escena poliacutetica y todo el negocio como puede suponerse andaba en manos muy ineptas Alliacute era de ver la rabia de Mataflorida que alegaba en su favor las oacuterdenes terminantes del Rey pero nada de esto valiacutea porque los otros tambieacuten

mostraban cartas [80] y mandatos reales Fernando jugaba con todos los dados a la vez iquestSu voluntad quieacuten podiacutea saberla

Entretanto todo se volviacutea recados misteriosos de Tolosa a Pariacutes y a Madrid y a Verona Eguiacutea se carteaba con el duque de Montmorency ministro de Estado en Francia y Mataflorida con Chateaubriand Cuando este sustituyoacute a Montmorency en el Ministerio nuestro marqueacutes vio el cielo abierto por ser el vizconde de los que con maacutes ahiacutenco habiacutean sostenido en Verona la necesidad de volver del reveacutes las instituciones espantildeolas Necesitando negociar con eacutel y no queriendo apartarse de la frontera de Espantildea por temor a las intrigas de Eguiacutea y del baroacuten de Eroles me rogoacute que le sirviese de mensajero a lo que accediacute gustosa porque me agradaban iquesta queacute negarlo aquellos graciosos manejos de la diplomacia menuda y el continuo zarandeo y el trabar relaciones con personajes eminentes Priacutencipes y hasta soberanos reinantes Yo dicho sea sin perjuicio de la modestia habiacutea mostrado regular destreza para tales tratos asiacute como para componer haacutebilmente una intriga y el haacutebito de ocuparme en ello habiacutea despertado en miacute lo que puede llamarse el amor al arte Mi belleza y cierta magia que seguacuten dicen tuve contribuiacutean no poco entonces [81] al eacutexito de lo que yo nombraba plenipotencias de abanico

Tomeacute pues mis credenciales y partiacute para Pariacutes con mi doncella y dos criados excelentes que me proporcionoacute Mataflorida Estaba en mis glorias Felizmente yo hablaba el franceacutes con bastante soltura y teniacutea en tan alto grado la facultad de adaptacioacuten que a medida que pasaba de Tolosa a Agen de Agen a Poitiers de Poitiers a Tours y a Pariacutes pareciacuteame que me iba volviendo francesa en maneras en traje en figura y hasta en el modo de pensar

Llegueacute a la gran ciudad ya muy adelantado Febrero Tomeacute habitacioacuten en la calle del Bac y despueacutes de destinar dos diacuteas a recorrer las tiendas del Palais Royal y a entablar algunas relaciones con modistas y joyeros pediacute una audiencia al sentildeor Ministro de Negocios Exteriores Eacutel que ya teniacutea noticia de mi llegada enviome uno de sus secretarios dignaacutendose al mismo tiempo ofrecerme un billete para presenciar la apertura de las tareas legislativas en el Louvre

Mucho me holgueacute de esto y dispuacuteseme a asistir a tan brillante ceremonia en la cual debiacutea leer su discurso el Rey Luis XVIII y presentarse de corte todos los grandes dignatarios de aquella fastuosa Monarquiacutea Confieso que [82] jamaacutes he visto ceremonia que maacutes me impresionase iexclQueacute solemnidad queacute grandeza y lujo El puesto en que me colocaron los ujieres no era el maacutes coacutemodo pero vi perfectamente todo y la admiracioacuten y arrobamiento de mi espiacuteritu no me permitiacutean atender a las molestias

La presencia del anciano Rey me causoacute la sensacioacuten maacutes viva Aclamaacuteronle ruidosamente cuando aparecioacute en el gran saloacuten y en realidad inspiraba afecto y entusiasmo Bien puede decirse que pocos reyes han existido maacutes simpaacuteticos ni maacutes dignos de ser amados Luis XVIII tomoacute asiento en un trono sombreado con rico dosel de terciopelo carmesiacute Los altos dignatarios se colocaron en pie en los escantildeos alfombrados No se veraacute en parte alguna nada maacutes grave ni maacutes suntuoso ni maacutes imponente

Su Majestad Cristianiacutesima empezoacute a leer iexclQueacute voz tan dulce queacute acento tan pateacutetico A cada paacuterrafo era interrumpido por vivas exclamaciones Yo lloraba y atendiacutea

con toda mi alma Se me grabaron profundamente en la memoria aquellas ceacutelebres palabras laquoHe mandado retirar mi embajador Cien mil franceses mandados por un Priacutencipe de mi familia por aquel a quien mi corazoacuten se complace en llamar [83] hijo estaacuten a punto de marchar invocando al Dios de San Luis para conservar el trono de Espantildea a un descendiente de Enrique IV para librar a aquel hermoso reino de su ruina y reconciliarlo con Europaraquo

Ruidosos y entusiastas viacutetores manifestaron cuaacutento entusiasmaba a todos los franceses alliacute presentes la intervencioacuten Yo aunque espantildeola comprendiacutea la justicia y necesidad de esta medida Asiacute es que dije para miacute pensando en mis paisanos

-Ahora vereacuteis brutos coacutemo os haraacuten andar derechosraquo

Pero el bondadoso Luis XVIII siguioacute diciendo cosas altamente patrioacuteticas soacutelo bajo el punto de vista franceacutes y ya aquello no me gustaba tanto porque en fin empeceacute a comprender que nos trataban como a un hato de carneros He sido siempre de una volubilidad extraordinaria en mis ideas las cuales variacutean al compaacutes de los sentimientos que agitan hondamente mi alma Asiacute es que de pronto y sin saber coacutemo se enfrioacute un poco mi entusiasmo y cuando Luis dijo con altanero acento y entre atronadores aplausos aquello de Somos franceses sentildeores sentiacute oprimido mi corazoacuten sentiacute que corriacutea por mis venas raacutepido fuego y pensando en la intervencioacuten dije para miacute [84]

-No hay que echar mucha facha todaviacutea amiguitos Somos espantildeoles sentildeores

Pero no puedo negar que la pompa de aquella Corte la seriedad y grandeza de aquella Asamblea acorde con su Rey y existente con eacutel sin estorbarse el uno a la otra hicieron grande impresioacuten en mi espiacuteritu Me acordaba de las discordias infecundas de mi paiacutes y entonces sentiacutea pena

-Allaacute -penseacute- tenemos demasiadas Cortes para el Rey y demasiado Rey para las Cortes

El diacutea siguiente 1ordm de Marzo era el sentildealado por Chateaubriand para recibirme Yo teniacutea viviacutesimos deseos de verle por dos motivos por mi comisioacuten y porque habiacutea leiacutedo la Atala poco antes hallando en su lectura profundo deleite No seacute por queacute me figuraba al vizconde como una especie de triste Chactas de tal modo que no podiacutea pensar en eacutel sin traer a la memoria la ceacutelebre cancioacuten

Pero todo cambioacute cuando entreacute en el Ministerio y en el despacho del ceacutelebre escritor que llenaba el mundo con su nombre y habiacutea divulgado la maniacutea de los bosques de Ameacuterica el sentimentalismo catoacutelico y las tristezas quejumbrosas a lo Reneacute Vestiacutea de gran uniforme Su semblante paacutelido y hermoso no teniacutea maacutes defecto que el estudiado desorden de los cabellos [85] que asemejaban su cabeza a una de esas testas de aldeano en cuya selvaacutetica espesura jamaacutes ha entrado el peine En sus ojos habiacutea un mirar tan vivo y penetrante que me obligaba a bajar los miacuteos Estaba bastante decaiacutedo aunque su edad no pasara entonces de los cincuenta y dos antildeos Su exquisita urbanidad era algo finchada y friacutea Sonreiacutea ligeramente y pocas veces contrayendo los casi imperceptibles pliegues de su boca de maacutermol pero frunciacutea con frecuencia el centildeo como una mantildea adquirida por la costumbre de creer que cuanto veiacutea era inferior a la majestad de su persona

Pareciome que la presencia de la diplomaacutetica espantildeola le habiacutea causado sorpresa Sin duda creiacutea ver en miacute una maja de esas que conforme eacutel dice en uno de sus libros se alimentan con una bellota una aceituna o un higo Debioacute (6) admirarle mi intachable vestido franceacutes y la falta de aquella gravedad espantildeola que consiste seguacuten ellos en hablar campanudamente y con altaneriacutea En sus miradas creiacute sorprender una observacioacuten algo impropia de hombre tan fino Pareciome que miraba si habiacutea yo llevado el rosario para rezar en su presencia o alguna guitarra para tocar y cantar mientras durase el largo plazo de la antesala En sus primeras palabras advertiacute marcado [86] deseo de llevarme al terreno literario porque empezoacute hablando de lo mucho que admiraba a mi paiacutes y del Romancero del Cid asunto que no vino muy de molde en aquella ocasioacuten

Yo vieacutendole en tan buen terreno y considerando cuaacutento debiacutea (7) agradarle la lisonja me afirmeacute en el terreno literario y le hableacute de su universal fama asiacute como del gran eco de Chateaubriand por todo el orbe Eacutel me contestoacute con frases de modestia tan ingeniosas y bien perfiladas que la misma modestia no las hubiera conocido por suyas Preguntome si habiacutea leiacutedo el Genio del Cristianismo y le contesteacute al punto que siacute y que me entusiasmaba aunque la verdad es que hasta entonces no habiacutea ni siquiera hojeado tal libro mas recordando algunos pasajes de los Maacutertires le hableacute de esta obra y de la gran impresioacuten que en miacute produjera Eacutel parecioacute maravillado de que una dama espantildeola supiera leer y me dirigioacute varias galanteriacuteas del maacutes delicado gusto Por mi belleza y mis gracias materiales yo no debiacutea de ser de palo para el vizconde Despueacutes supe que con cincuenta y dos antildeos a la espalda auacuten se creiacutea bastante joven para el galanteo y amaba a cierta artista inglesa con el furor de un colegial [87]

- XI - Entrando de lleno en nuestro asunto el triste Chactas me dijo

-Ya oiriacutea usted ayer el discurso de Su Majestad La guerra es inevitable Yo la creo conveniente para las dos Naciones y he tenido el honor de sostener esta opinioacuten en el Congreso de Verona y en el Ministerio contra muchos hombres eminentes que la juzgaban peligrosa En cuanto a la cuestioacuten principal que es la clase de Gobierno que debe darse a Espantildea no creo en la posibilidad de sostener el absolutismo puro Esto es un absurdo aun en Espantildea y las luces del siglo lo rechazan

Yo le hice una pintura todo lo fiel que me fue posible del estado de nuestras costumbres y de las clases sociales en nuestro paiacutes asiacute como de los personajes eminentes que en eacutel habiacutea haciendo notar de paso conforme a mi propoacutesito que un solo hombre grande existiacutea en toda la redondez de las Espantildeas Este hombre era el marqueacutes de Mataflorida

-Reconozco las altas dotes del sentildeor Marqueacutes [88] -me dijo Chateaubriand con finiacutesima sonrisa- Pero la conducta de la Regencia de Urgel ha sido poco prudente Su manifiesto del 15 de Agosto y sus propoacutesitos de conservar el absolutismo puro no pueden hallar eco en la Europa civilizada

Yo dije entonces usando las frases maacutes delicadas que no era faacutecil juzgar de los sucesos de Urgel por lo que afirmaran hombres tan corrompidos como Eguiacutea y el baroacuten de Eroles a los cuales con buenas palabras puse de oro y azul Concluiacute mi perorata afirmando que la voluntad de Fernando era favorable a los planes de Mataflorida

-Para nosotros -dijo- no hay otra expresioacuten de la voluntad del Rey de Espantildea que la contenida en la carta que Su Majestad Catoacutelica dirigioacute a nuestro Soberano

El piacutecaro me iba batiendo en todos mis atrincheramientos y me desconcertoacute completamente cuando me dijo

-El Gobierno franceacutes ha acordado nombrar una Junta provisional en la frontera hasta que las tropas francesas entren en Espantildea

-iquestY la Regencia

-La Regencia dejaraacute de existir mejor dicho ha dejado de existir ya

-Pero Fernando no le ha retirado sus poderes [89] antes bien se los confirma secretamente un diacutea y otro

Al oiacuter esto el insigne escritor y diplomaacutetico no contestoacute nada Conociacute que se veiacutea en la alternativa de desmentir mi aserto o de hablar mal de Fernando y que como hombre de intachable cortesiacutea no queriacutea hacer lo primero ni como Ministro de un Borboacuten lo segundo Vieacutendole suspenso insistiacute y entonces me dijo

-Indudablemente aquiacute hay algo que ahora no se puede comprender pero que andando el tiempo se ha de ver con claridad

Despueacutes deseando mostrarme el maacutes filantroacutepico intereacutes por la ventura de nuestro paiacutes afirmoacute que eacutel habiacutea trabajado porque se declarara la guerra sosteniendo para esto penosas luchas con Mr de Villeacutele y sus demaacutes colegas que la resistencia de Inglaterra y de Wellington habiacutean exigido de su parte grandes esfuerzos y constancia y por uacuteltimo que auacuten necesitaba de no poca energiacutea para vencer la oposicioacuten a la guerra que las Caacutemaras mostrariacutean desde el primer diacutea de sus sesiones

-Muchos -antildeadioacute Chactas- me consideran loco Otros me tienen laacutestima Algunos y entre ellos los envidiosos preguntan si podreacute yo conseguir lo que no fue dado a Napoleoacuten Pero yo fiacuteo al tiempo la consagracioacuten de este gran [90] hecho tan necesario a la seguridad del orden y la justicia en los pueblos de Occidente

Habloacute tambieacuten de las sociedades secretas y de los carbonarios a quienes pareciacutea tener muchiacutesimo miedo y yo empeceacute a comprender que el objeto de la intervencioacuten no era poner paz entre nosotros ni hacernos felices ni aun siquiera consolidar el vacilante trono de un Borboacuten sino aterrar a los revolucionarios franceses e italianos que bulliacutean sin cesar en los tenebrosos fondos de la sociedad francesa jamaacutes reposada ni tranquila

Prometioacute contestar a Mataflorida mas sin mostrarse muy entusiasta de las altas prendas de mi amigo ni indicar nada que trascendiese a propoacutesitos de acceder a su peticioacuten Bajo sus frases corteses yo creiacutea descubrir cierto menosprecio de los

individuos de la Regencia y aun de todos los que mangoneaban en la conspiracioacuten De un solo espantildeol me habloacute con acento que indicaba respeto y casi admiracioacuten de Martiacutenez de la Rosa Atribuiacute esto a mera simpatiacutea del poeta

Despedime de eacutel deplorando el mal eacutexito de mi embajada y aquiacute fue donde se deshizo en cumplidos buscando y hallando en su fina habilidad cortesana ocasioacuten para deslizar dos o tres galanteriacuteas con discretos elogios de mi [91] hermosura y del paiacutes donde florece el naranjo Me habiacutea tomado por andaluza y yo le dejeacute en esta creencia

A los dos diacuteas fue a pagarme la visita a mi alojamiento de la calle del Bac y en su breve entrevista me parecioacute que huiacutea de mencionar los oscuros asuntos de la siempre oscura Espantildea En los diacuteas sucesivos visiteacute a otras personas entre ellas al Ministro de lo Interior Mr de Corbiere y a algunos sentildeores del partido del conde de Artois como el priacutencipe de Polignac y Mr de la Bourdonnais Tambieacuten tuve ocasioacuten de tratar a dos o tres viejas aristoacutecratas del barrio de San Germaacuten ardientes partidarias de la guerra de Espantildea y no muy bien quistas con el Rey filoacutesofo y tolerante que gobernaba a la Francia convaleciente auacuten de la Revolucioacuten y del Imperio De mis conversaciones con toda aquella gente pude sacar en limpio el siguiente juicio que creo seguro y verdadero Las personas influyentes de la Restauracioacuten deseaban para Francia una Monarquiacutea templada y constitucional fundada en el orden y para Espantildea el absolutismo puro Con tal que en Francia hubiera tolerancia y filosofiacutea no les importaba que en Espantildea tuvieacuteramos frailes e inquisicioacuten Todo iriacutea bien siempre que en ninguna de las dos Naciones [92] hubiese franc-masones carbonarios y demagogos

Teniacutean de nuestro paiacutes una idea muy falsa Cuando Chateaubriand que era el genio de la Restauracioacuten deciacutea de Espantildea alliacute el matar es cosa natural ya sea por amor ya sea por odio puede juzgarse lo que pensariacutean todas aquellas personas que no supieron escribir el Genio del Cristianismo Nos consideraban como un pueblo heroico y salvaje dominado por pasiones violentas y por un fanatismo religioso semejante al del antiguo Egipto

La princesa de la Tremouille se asombraba de que yo supiera escribir y me presentoacute en su tertulia como un objeto curioso aunque sin dar a conocer ninguacuten sentimiento ni idea que me mortificasen Yo creo que ni uno solo de sus amigos dejoacute de enamorarse de miacute ilusionados con la idea de mi sentimentalismo andaluz y de mi gravedad calderoniana y de la mezcla que suponiacutean en miacute de maja y de gran sentildeora de Dulcinea y de gitana El maacutes rendido se suponiacutea expuesto a morir asesinado por miacute en un arrebato de celos pues tal idea teniacutean de las espantildeolas que en cada una de ellas se habiacutean de hallar comprendidas dos personas a saber la cantaora de Sevilla y dontildea Jimena la torera que gasta navaja y la dama [93] ideal de los romances moriscos Yo me reiacutea con esto y llevaba adelante la broma

Volviendo al asunto de la guerra de Espantildea direacute que al salir de Pariacutes no teniacutea duda alguna acerca del pensamiento de los franceses en esta cuestioacuten Ellos no haciacutean la guerra por nuestro bien ni por el de Fernando Poco se les importaba que despueacutes de vencido el constitucionalismo establecieacutesemos la Carta o el despotismo neto Allaacute nos entenderiacuteamos despueacutes con los frailes y los guerrilleros victoriosos Su objeto su bello ideal era aterrar a los revolucionarios franceses harto entusiasmados con las demencias de nuestros bobos liberales y ademaacutes dar a la dinastiacutea restaurada el prestigio militar que no teniacutea

El principal enemigo de los Borbones en Francia era el recuerdo de Bonaparte y el dejo de aquel dulce licor de la gloria con cuya embriaguez se habiacutean enviciado los franceses Una Monarquiacutea que no daba batallas de Austerlitz que no satisfaciacutea de ninguacuten modo el ardor guerrero de la Nacioacuten y que no tocaba el tambor en cualquier parte de Europa no podiacutea ser amada de aquel pueblo en quien la vanidad iguala a la verdadera grandeza y que tiene tanta presuncioacuten como genio Era preciso armarla como decimos en nuestro paiacutes era [94] necesario que la Restauracioacuten tuviera su epopeya chica o grande aunque esta epopeya fuese de mentirijillas era indispensable vencer a alguien para poder poner el grito en el cielo y regresar a Pariacutes con la bambolla de las conquistas Dios permitioacute que el anima vili de este experimento fueacutesemos nosotros y que la desgraciada Espantildea cuya fiereza libroacute a Europa de Bonaparte fuese la viacutectima escogida para proporcionar a Francia el desahoguillo marcial que debiacutea poner en olvido a aquel mismo Bonaparte tan execrado

Mi viaje a Pariacutes modificoacute mucho mis ideas absolutistas en principio si bien pensando en Espantildea no podiacutea admitir ciertas cosas que en Francia me pareciacutean bien Toda la vida me he congratulado de haber visto y hablado a monsieur de Chateaubriand el escritor maacutes grande de su tiempo Aunque su fama se eclipsoacute bastante despueacutes de la revolucioacuten del 30 lo cual indica que habiacutea en su genio mucho tomado a las circunstancias no puede negarse que sus obras deleitan y enamoran principalmente por la galanura de su imaginacioacuten y la magia de su estilo y auacuten deleitariacutean maacutes si en todas ellas no hablase tanto de siacute mismo Tengo muy presente su persona por demaacutes agradable y su rostro simpaacutetico y lleno de aquella expresioacuten [95] sentimental que se puso de moda haciendo que todos los hombres pareciesen enamorados y enfermos Me parece que le estoy mirando y ahora como entonces me dan ganas de llevar un peine en el bolsillo y sacarlo y daacuterselo diciendo laquoCaballero haacutegame usted el favor de peinarseraquo

- XII - Ahora hablemos iquestpor queacute no de la violentiacutesima pasioacuten que inspireacute a un franceacutes Era este el conde de Montguyon coronel del 3ordm de huacutesares Yo le habiacutea conocido en Tolosa habiendo tenido la desgracia de que mi persona hiciera profunda impresioacuten en eacutel trastornando las tres potencias de su alma Era soltero de treinta y ocho antildeos bien parecido y atento y finiacutesimo como todos los franceses Persiguiome hasta Pariacutes donde me asediaba como esos conquistadores joacutevenes e impacientes que han oiacutedo la ceacutelebre frase de Ceacutesar y quieren imitarla Al principio me mortificaban sus obsequios le rechazaba hasta con menosprecio y altaneriacutea pero al fin sin corresponder a su amor de ninguna manera admitiacute la parte superficial de [96] sus galanteriacuteas Esto le dio esperanza pero siempre me trataba con el mayor respeto Deseando sin duda identificarse con las ideas que suponiacutea en mi tierra se habiacutea hecho una especie de D Quijote cuya Dulcinea era yo A veces me pareciacutea por demaacutes empalagoso pero despueacutes de muchos meses de indiferencia absoluta empeceacute a estimarle reconociendo sus nobles prendas Cuando me disponiacutea a volver a mi paiacutes se me presentoacute rebosando alegriacutea y me dijo

-Acabo de conseguir que me destinen a la guerra de Espantildea De este modo consigo tres grandes objetos que interesan igualmente a mi corazoacuten guerrear por la Francia visitar la hermosa tierra de Espantildea y estar cerca de usted

Eacutel pretendiacutea que me detuviese para partir juntos pero a esto no accediacute y me marcheacute dejaacutendole atraacutes aunque deseosa iquesta queacute negarlo de que no me siguiese a mucha distancia pues a causa del fastidio de viaje tan largo Francia con ser tan bella empezaba a aburrirme de lo lindo

iquestSe creeraacute que yo habiacutea olvidado a mi pobre cautivo de Benabarre iexclAh no y hasta el uacuteltimo momento que estuve en la Seo de Urgel me ocupeacute de su desgraciada suerte Cada vez que veniacutea a mi pensamiento la idea de sus penas [97] me estremeciacutea de dolor y toda alegriacutea se disipaba en mi espiacuteritu Pero este tiene en siacute mismo una energiacutea restauradora no menos poderosa que la del cuerpo y sabe curarse de todos sus males siempre que le ayude el mejor de los Esculapios que es el tiempo

Voltaire que no por impiacuteo y blasfemo dejoacute de tener mucho talento escribioacute una historieta titulada Los dos consolados en la cual pone de relieve las admirables curas de aquel charlataacuten el uacutenico cuyos especiacuteficos son infalibles Yo he leiacutedo esa novelita asiacute como otras del ceacutelebre escritor sacriacutelego y esta debilidad miacutea imperdonable quizaacutes en una dama tan aceacuterrima defensora de la religioacuten la confieso aquiacute contritamente rogando a mis lectores que no revelen a ninguacuten cura de mi paiacutes tan feo secreto ocultaacutendolo principalmente al sentildeor canoacutenigo de Tortosa mi director espiritual el cual se enfureceraacute si le hablan de las novelas de Voltaire aunque a miacute me consta que eacutel tambieacuten las ha leiacutedo

Pues bien el tiempo fue cicatrizando mis heridas sin curarlas Yo tambieacuten podiacutea erigir una estatua con la inscripcioacuten A celui qui console pues la ausencia indefinida y los diacuteas que pasaban raacutepidamente habiacutean calmado aquel insaciable afaacuten de mi alma En miacute reinaba la [98] tranquilidad pero no el taciturno y seco olvido y una aparicioacuten repentina del ser amado podiacutea muy bien en breviacutesimo instante destruir los efectos del tiempo renovando mi mal y aun agravaacutendolo

Desde Pariacutes a la frontera no cesaba el movimiento de tropas Por todas partes convoyes cuerpos de ejeacutercito y oficiales que iban a incorporarse a sus regimientos Francia podiacutea creerse auacuten en los diacuteas del gran soldado Hasta Burdeos no tuve noticias ciertas de mi querida Regencia y de mi ilustre mandatario el marqueacutes de Mataflorida iexclAy La suerte de este insigne hombre de Estado no podiacutea ser maacutes miserable Eguiacutea habiacutea triunfado a pesar de las furiosas protestas del regente de Urgel y para colmo de desdicha como auacuten quisiera este llevar adelante sus locas pretensiones el duque de Angulema le mandoacute prender juntamente con el arzobispo confinaacutendoles a Tours Asiacute acabaron las glorias de aquellos dos ambiciosos Yo llegueacute a tiempo para verles y cuando manifesteacute al marqueacutes las poco lisonjeras disposiciones del triste Chactas el atroz Regente desairado llamoacute a Chateaubriand intrigante enredador mal poeta y franchute Esta fue la venganza del coloso

Bayona era un campamento cuando yo [99] llegueacute El nuacutemero de espantildeoles casi superaba al de franceses y en todos reinaba grande alegriacutea Reanudeacute entonces mis buenas relaciones con el baroacuten de Eroles hacieacutendole ver que mi viaje a Pariacutes habiacutea tenido por causa asuntos particulares y entre risas y bromas me reconcilieacute con Eguiacutea el

cual por razoacuten del mismo gozo y embobamiento del triunfo estaba muy dispuesto a perdonar En cuanto a las negociaciones yo no teniacutea humor de seguir ocupaacutendome de ellas y deseaba retirarme a descansar sobre mis laureles diplomaacuteticos no soacutelo porque mi entusiasmo absolutista se habiacutea enfriado mucho sino porque desde alguacuten tiempo las conspiraciones y los manejos poliacuteticos me causaban hastiacuteo Ya he dicho que siempre fui muy inclinada a la mudanza en mis ocupaciones Mi espiacuteritu se aviene poco con la monotoniacutea y si hubo un diacutea en que me sedujeron las embajadas otro llegoacute en que me repugnaron iexclMaacutegico efecto del tiempo cuya misioacuten es renovar creando las estaciones con los admirables ciacuterculos del universo Tambieacuten el alma humana ve en siacute la alterada sucesioacuten de las primaveras e inviernos en sus dilataciones y recogimientos

Yo deseaba entrar en Espantildea y teniacutea propoacutesito de reanudar las diligencias para averiguar [100] el paradero de mi cautivo de Benabarre En Bayona una familia francesa legitimista con quien yo teniacutea antigua amistad me convidoacute a pasar unos diacuteas en su casa de campo inmediata a Behobia y unos parientes miacuteos invitaacuteronme a que les acompantildease a Iruacuten un par de semanas A ambos ofrecimientos accediacute empezando por el de Behobia aunque la frontera no me pareciacutea el punto maacutes a propoacutesito para residir en los momentos en que principiaba la guerra Pero la gente de aquel paiacutes estaba segura de que Angulema atravesariacutea faacutecilmente el Pirineo por ser muy adicto al absolutismo todo el paiacutes vasco-navarro

Todaviacutea no habiacutea pasado Su Alteza la raya cuando se rompioacute el fuego junto al mismo puente internacional Los carbonarios extranjeros que andaban por Espantildea unidos a otros perdidos de nuestro paiacutes habiacutean formado una legioacuten con objeto de hacer frente a las tropas francesas Constaba aqueacutella de doscientos hombres tristes desechos de la ley demagoacutegica de Italia de Francia y de Espantildea y para seducir a los cien mil hijos de San Luis se habiacutean vestido a la usanza imperial y ondeando la bandera tricolor gritaban en la orilla espantildeola del Bidasoa laquoiexclViva Napoleoacuten IIraquo

Su objeto era fascinar a los artilleros franceses con este maacutegico grito mas tuvieron la desdicha de que tales aclamaciones fueran contestadas a cantildeonazos y con sus banderas y sus enormes morriones huyeron a San Sebastiaacuten Pasma la inocente credulidad de los carbonarios extranjeros y de los masones espantildeoles Oiacute decir en Behobia que los liberales franceses Lafayette Manuel Benjamiacuten Constant y otros fiaban mucho en los doscientos legionarios mandados por el republicano emigrado coronel Fabvier iexclQueacute desvariacuteos engendra el furor de partido Corriacutea esto parejas con la necia confianza del Gobierno espantildeol que aun despueacutes de declarada la guerra no habiacutea tomado disposiciones de ninguna clase hallaacutendose sus tropas sin maacutes recursos ni elementos que el parleriacuteo de los milicianos y el gaacuterrulo charlatanismo de los clubs

XIII Hacia los primeros diacuteas de abril vi pasar a los generales de divisioacuten Bourdessoulle duque de Reggio y Molitor que entraron en Espantildea por Behobia Despueacutes pasoacute Su Alteza el sobrino de Luis XVIII con todo su Estado Mayor en el cual iba Carlos Alberto priacutencipe de Carignan No se puede imaginar cortejo maacutes lucido Yo no habiacutea

visto nada tan magniacutefico y deslumbrador como no fuera la comitiva de Joseacute Bonaparte antes de darse la batalla de Vitoria [102] el antildeo 13 feliz para la causa espantildeola pero de muy malos recuerdos para miacute porque en eacutel perdiacute la batalla de mi juventud casaacutendome como me caseacute

Tambieacuten vi pasar a mi amigo Eguiacutea remozado por la emocioacuten y tan vanaglorioso del papel que iba a representar que no se le podiacutea resistir como no fuera tomando a broma sus bravatas Iban con eacutel D Juan Bautista Erro y Goacutemez Calderoacuten aquel a quien el mordaz Gallardo llamaba Caldo puacutetrido El baroacuten de Eroles que con los anteriores tipos debiacutea formar la Junta al amparo del Gobierno franceacutes entroacute por Cataluntildea con el mariscal Moncey

No recibieron a los franceses las bayonetas ni la artilleriacutea del Gobierno constitucional sino una nube de guerrilleros que les abrieron sus fraternales brazos ofrecieacutendose a ayudarles en todo y a marchar a la vanguardia abrieacutendoles el camino Tal apoyo era de grandiacutesimo beneficio para la causa porque los partidarios realistas ascendiacutean a 35000 iexclAy de los franceses si hubieran tenido en contra a aquella gente Pero les teniacutean a su favor y esto soacutelo iexclqueacute fenoacutemeno poniacutea al buen Angulema por encima de Napoleoacuten El absolutismo espantildeol no podiacutea hacer al hijo de San Luis mejor presente que aquellos 35000 salvajes entre [103] los cuales (iexclcuaacutento han variado mis ideas Dios miacuteo) tengo el sentimiento de decir que estaba mi marido iexclY yo le habiacutea admirado yo le habiacutea aceptado por esposo diez antildeos antes soacutelo por ser guerrillero Cuando se hacen ciertas cosas ya que no es posible que el porvenir se anticipe para avisar el desengantildeo debiera caer un rayo y aniquilarnos

- XIII - El conde de Espantildea mandaba las partidas de Navarra Quesada las de las Provincias Vascongadas y Eroles las de Cataluntildea iexclCoacutemo fraternizaron las partidas con los franceses que habiacutean sido origen de su nacimiento en 1808 Era todo lo que me quedaba por ver Se abrazaban dando vivas a San Luis a San Fernando a la religioacuten a los Borbones al Rey a la Virgen Mariacutea a San Miguel arcaacutengel y a los Sermos Infantes Yo no lo vi porque no quise pasar la frontera Me repugnaban estas cosas y los soldados de la fe habiacutean llegado poco a poco a serme muy antipaacuteticos

Largamente hableacute de esto con el conde de [104] Montguyon que me perseguiacutea tenazmente permaneciendo en Behobia todo el tiempo que le fue posible Eacutel elogiaba a los guerrilleros diciendo que a pesar de sus defectos eran tipos de heroiacutesmo y de aquella independencia caballeresca que tanto habiacutea enaltecido el nombre espantildeol en otros tiempos Tambieacuten le seduciacutean por ser como los frailes gente muy pintoresca Mi Don Quijote era una especie de artista y gustaba de hacer monigotes en un libro dibujando arcos viejos mendigos casuchas una fila de chopos carros lanchas pescadoras y otras menudencias de que estaba muy envanecido

Debiacutea ser (8) proacuteximamente el 9 de Abril cuando me trasladeacute a Iruacuten para vivir con la familia de Sodupe-Monasterio gente muy hidalga maacutes catoacutelica que el Papa realista

hasta el martirio y de afabiliacutesimo trato Frecuentaban la casa (que era maacutes bien palacio con hermosos prados y huerta) todos los espantildeoles que el gran suceso de la intervencioacuten traiacutea y llevaba de una Nacioacuten a otra y muchos oficiales franceses de cuyas visitas se holgaban mucho los Sodupe-Monasterio porque oiacutean hablar sin cesar de exterminio de liberales del trono de San Fernando y de nuestra preciosiacutesima fe catoacutelica

Alliacute Montguyon no me dejaba a sol ni [105] a sombra pintaacutendome su amor con colores tan extremados que me daba laacutestima verle y oiacuterle Su acendrado y respetuoso galanteo mereciacutea en efecto alguna misericordia Le permitiacute besar mi mano pero no pudo arrancarme la promesa de seguirle al interior de Espantildea Cada vez sentiacutea yo maacutes deseos de quedarme en Iruacuten y en aquella apacible vivienda donde sin que faltara sosiego habiacutea bastantes elementos para combatir el fastidio Con esta resolucioacuten mi D Quijote que ya pareciacutea querer dejar de serlo en la pureza de sus ensuentildeos amorosos estaba desesperado Despidiose de miacute muy enternecido y besaacutendome con ardor las manos voluptuosidad inocente de que nunca se hartaba iexclCuaacuten lejos estaba el llagado amante de que no pasariacutean dos horas sin que cambiara diametralmente mi determinacioacuten

Pasoacute del modo siguiente Al saber que yo estaba en Iruacuten fue a visitarme un individuo que auacuten no podiacutea llamarse personaje y al cual conociacute en Madrid el antildeo anterior y tambieacuten el 19 Se llamaba D Francisco Tadeo Calomarde y era de la mejor pasta de servil que podiacutea hallarse por aquellos tiempos Hijo del Ministro de Gracia y Justicia se habiacutea criado en los cartapacios y en el papel de pleitos los legajos fueron su cuna y las reales ceacutedulas [106] sus juguetes Su jurisprudencia llena de pedanteriacutea me inspiraba aversioacuten Teniacutea fama de muy adulador de los poderosos y seguacuten se deciacutea comproacute el primer destino con su mano casaacutendose con una muchacha muy fea a quien dio maliacutesimos tratos

Los que le han juzgado tonto se equivocan porque era listiacutesimo y su ingenio maacutes bien socarroacuten que brillante antes agudo que esclarecido era maestro en el arte de tratar a las personas y de sacar partido de todo Habiacutease hecho amigo de D Viacutector Saacuteez y aun del mismo Rey y del Infante D Carlos por sus bajas lisonjas y lo bien que les serviacutea siempre que encontraba ocasioacuten para ello

Entonces teniacutea cincuenta antildeos y acababa de salir del encierro voluntario a que le redujo el reacutegimen liberal Habiacutea ido a la frontera para llevar no seacute queacute recados a los sentildeores de la Junta Me lo dijo y como no me importaban ya gran cosa los dimes y diretes de los realistas que no por estar tan cerca de la victoria dejaban de andar a la grentildea fijeme poco en ello y lo he olvidado Calomarde no era mal parecido ni careciacutea de urbanidad aunque muy hueca y afectada como la del que la tiene maacutes bien aprendida que ingeacutenita La humildad de su origen se trasluciacutea bastante [107]

Hablamos de los sucesos de Madrid que eacutel habiacutea presenciado y prolijamente me informoacute de todo

-Siento que usted no hubiera estado por allaacute -me dijo- habriacutea visto coacutemo se iba desbaratando el constitucionalismo soacutelo con el anuncio de la intervencioacuten Si no podiacutea ser de otra manera Ahora estaacuten que no les llega la camisa al cuerpo y en ninguna parte se creen seguros Despueacutes que ultrajaron a Su Majestad le han arrastrado a Andaluciacutea con el dogal al cuello como el maacutertir a quien se lleva al sacrificio

-No tanto Sr D Tadeo -le dije- Su Majestad habraacute ido como siempre en carroza y mucho seraacute que los mozos de los pueblos no hayan tirado de ella

-Eso se deja para la vuelta -indicoacute Calomarde riendo- Ahora los franc-masones han seducido a la plebe y Su Majestad por donde quiera que va no oye maacutes que denuestos El 19 de Febrero cuando se alborotaron los masones y comuneros porque estos queriacutean sustituir a aquellos en el Ministerio los chisperos borrachos y los asesinos del Rastro daban mueras al Rey y a la Reina Un diputado muy conocido aparecioacute en la Plaza Mayor mostrando una cuerda con la cual proponiacutea ahorcar a Su Majestad [108] y arrastrarle despueacutes La canalla penetroacute hasta la Caacutemara real iexclEscaacutendalo de los escaacutendalos Pareciacutea que estaacutebamos en Francia y en los sangrientos diacuteas de 1792 El mismo Rey me ha dicho que los Ministros entraban en la Caacutemara cantando el himno de Riego

-iexclOh no tanto por Dios -repetiacute ofendida de las exageraciones de mis amigos- Poco mal y bien quejado

-Me parece que usted con sus viajes a Francia y sus relaciones con los Ministros del liberal y filoacutesofo Luis XVIII se nos estaacute volviendo franc-masona -dijo D Tadeo entre bromas y veras- iquestHay en la historia desacato comparable con el de obligar al Rey a partir para Andaluciacutea

-iexclOh Dios nos tenga de su mano iexclqueacute desacato iexclqueacute ignominia -exclameacute remedando sus aspavientos- Es preciso considerar que un Gobierno cualquiera que sea estaacute en el caso de defenderse si es atacado

-Seguacuten mi modo de ver un Gobierno de pillos no merece maacutes que el decreto que ha de mandar a Ceuta a todos sus individuos iexclAh sentildeora miacutea y coacutemo se ha entibiado el fervor de usted Bien dicen que los aires de esa Francia loca son tan nocivos [109]

-Creo lo mismo que creiacutea pero mi absolutismo se ha civilizado mientras el de ustedes continuacutea en estado salvaje El miacuteo se viste como la gente y el de ustedes sigue con taparrabo y plumas Si el Gobierno de pillos ha resuelto refugiarse en Andaluciacutea llevaacutendose a la Corte ha sido para no estar bajo la amenaza de los batallones franceses

-Ha sido -dijo Calomarde riendo brutalmente- porque sabiacutean que Madrid no tiene defensa posible que los ejeacutercitos de Ballesteros y de La Bisbal son dos fantasmas que cuatro soldados y un cabo de los del Sereniacutesimo Sr Duque de Angulema podiacutean cualquier mantildeanita sorprender a la Villa y a los Siete Nintildeos y al Congreso entero y al Ayuntamiento soberano y a toda la comunidad masoacutenica y Landaburiana Esta es la pura verdad iexclY queacute bonito espectaacuteculo han dado al mundo En presencia de la intervencioacuten armada iquestcoacutemo se preparan esos mentecatos para conjurar la tormenta Llamando a las armas a treinta mil hombres y disponiendo (esto es lo maacutes salado) que con los milicianos que quieran seguir al Congreso se formen algunos batallones recibiendo cada individuo cinco reales diarios iexclSe salvoacute la patria sentildeora

-El Gobierno -repuse prontamente- creyoacute [110] sin duda que los franceses eran como los Guardias del 7 de Julio es decir simples juguetes de miliciano

-iexclYa se lo diremos de misas -dijo frotaacutendose las manos- Ya pagaraacuten su alevosiacutea Soacutelo por el hecho de obligar a nuestro Soberano a un viaje que no le agradaba mereceriacutean todos ellos la muerte

-Hasta los Reyes estaacuten en el caso de hacer alguna vez lo que no les agrada

-Incluso viajar con un ataque de gota iquesteh iexclCrueles y sanguinarios maacutes sanguinarios y crueles que Neroacuten y Caliacutegula Ni a un perro vagabundo de las calles se le trata peor

-Si el Rey no teniacutea en aquellos diacuteas ataque de gota -repliqueacute complacieacutendome en contradecirle- Si estaba bueno y sano La prueba es que despueacutes de clamorear tanto por su enfermedad anduvo algunas leguas a pie el primer diacutea de viaje

-Bueno concedo que Su Majestad estaba tan bueno como yo iquestY si no queriacutea partir

-Que hubiera dicho laquono partoraquo

-iquestY si le amenazaban

-Haberles ametrallado

-iquestY si no teniacutea metralla

-Haberse dejado llevar por la fuerza

-iquestY si le mataban [111]

-Haberse dejado matar Todo lo admito menos la cobardiacutea

-Amiguita usted se nos ha franc-masoneado -me dijo el astuto intrigante dando carintildeosa palmada en mi mano- A pesar de esto siempre la queremos mucho y la serviremos en lo que podamos Yo estoy siempre a las oacuterdenes de usted

Inflado de vanidad el amigo del Rey hizo elogios de siacute mismo y despueacutes antildeadioacute

-He tenido el honor de ser indicado para secretario de la Junta que se va a formar en la frontera

-iexclOh amigo miacuteo doy a usted la enhorabuena -manifesteacute sumamente complacida y deplorando entonces haber estado algo dura con Calomarde- No se podiacutea haber pensado en una persona maacutes idoacutenea para puesto tan delicado

-iquestSe le ofrece a usted algo -dijo D Tadeo comprendiendo al punto mi cuarto de conversioacuten

-Siacute pero yo acostumbro dirigirme siempre a la cabeza -afirmeacute resueltamente- Ya sabe usted que soy muy amiga del general Eguiacutea Presidente de la Junta

-iexclAh entonces

-Sin embargo No puedo molestar a Su [112] Excelencia con ciertas menudencias tales como pedir noticias de personas averiguar alguna cosilla de poca monta

-Para esto es maacutes propio un secretario tan bien informado como yo de todos los pormenores de la causa

-Exactamente Diacutegame usted si lo sabe en doacutende estaacute ahora un piacutecaro de mala estofa que se emplea en bajas caacutebalas del Rey y tiene por nombre Joseacute Manuel Regato

-iexclAh iexclRegato Debe de andar por Andaluciacutea con la Corte No es de mi negociado ese caballero iquestQueacute iquestHay ganas de sentarle la mano

-Por sentarle la derecha dariacutea la izquierda

-Pocas noticias puedo dar a usted del sentildeor Regato Tengo con eacutel muy pocas relaciones Quizaacutes Pipaoacuten que conoce a todo el mundo pueda indicar doacutende se halla y el modo de sentarle no una mano sino las dos siempre que sea preciso

-Y Pipaoacuten iquestdoacutende estaacute

-Aquiacute

-iexclAquiacute iexclPipaoacuten -exclameacute con gozo- Yo le dejeacute en la Seo muy enfermo y creiacute que habiacutea caiacutedo en poder de Mina

-En efecto cayoacute pero eacutel ya usted le conoce con su destreza y habilidad parece que [113] encontroacute por alliacute amigos que le favorecieron

-Quiero verle quiero verle al punto -dije con la mayor impaciencia- Deseo mucho tener noticias de la Seo y de las facciones de Cataluntildea

Y entonces se realizoacute aquel proverbio que dice laquoEn nombrando al ruin de Romaraquo

Por la vidriera que daba a la huerta de la casa viose la mofletuda cara y el pequentildeo cuerpo de Pipaoacuten que habiendo tenido noticia de mi residencia en Iruacuten iba tambieacuten a verme Mucho nos alegramos ambos de hallarnos juntos y nuestras primeras palabras despueacutes de los cordiales saludos fueron para recordar los tristes diacuteas de la Seo su enfermedad y mi abatimiento y luego por el enlace propio de los recuerdos que van de lo triste a lo placentero hablamos del miedo del arzobispo de las casacas que usaba Mataflorida y de otras cosas friacutevolas y chistosas de esas que ocurren siempre en los diacuteas traacutegicos y nunca faltan en los duelos Despueacutes de estos desahogos Pipaoacuten tomando aquel tono burlesco que unas veces le sentaba bien y otras le haciacutea muy insoportable me dijo

-Le traigo a usted noticias muy buenas de una persona que le interesa y con las noticias una cartita [114]

- XIV - Yo me puse paacutelida Comprendiacute de quieacuten hablaba Pipaoacuten pero no me atreviacute a decir una palabra por hallarse delante el entrometido y curioso Calomarde gran coleccionador de debilidades ajenas Varieacute de conversacioacuten aguardando para saciar mi afanosa curiosidad a que D Tadeo se marchase pero el piacutecaro habiacutea conocido en mi semblante la turbacioacuten y ansiedad que me dominaban y no se queriacutea retirar Pareciacutea que le habiacutean clavado en la silla iexclAy queacute gusto tan grande poder coger un palo y romperle con eacutel la cabeza iexclQueacute pachorra de hombre

Quise arrojarle con mi silencio pero eacutel era tan poco delicado que conociendo mi mortificacioacuten se arrellanaba en el blando asiento como si pensara pasar alliacute el diacutea y la noche Pipaoacuten con su expresivo semblante me deciacutea mil cosas que no podiacutea yo comprender claramente pero que me deleitaban como avisos o presentimientos lisonjeros Llegoacute un momento en que los tres nos callamos y callados estuvimos maacutes de un cuarto de hora Calomarde tocaba [115] una especie de paso doble con su bastoacuten en la pata de la mesa cercana El grosero y pegajoso cortesano habiacutea resuelto quemarme la sangre u obligarnos a Pipaoacuten y a miacute a que hablaacutesemos en su presencia

Resistiacute todo el tiempo que pude Mi caraacutecter fogoso no puede ir maacutes allaacute de cierto grado de paciencia pasado el cual estalla y se sobrepone a todo atropellando amistades conveniencias y hasta las leyes de la caridad Nunca he podido corregir este defecto y la estrechez de los liacutemites de mi paciencia me ha proporcionado en esta vida muchos disgustos Forzando la voluntad puedo a veces aguantar maacutes de lo que permite la extraordinaria fuerza de dilatacioacuten de mi espiacuteritu pero entonces estallo con maacutes violencia rompo mis ligaduras a la manera de Sansoacuten y derribo el templo Vino por fin el momento en que se me subioacute la mostaza a la nariz como dicen las majas madrilentildeas y ponieacutendome en pie suacutebitamente mireacute a Calomarde con enojo Sentildealaacutendole la puerta exclameacute

-Sr D Tadeo tengo que hablar con Pipaoacuten le suplico a usted que nos deje solos

Debiacutean de ser muy terribles mi expresioacuten y mi gesto porque Calomarde se levantoacute temblando y con voz turbada me dijo [116]

-Sentildeora manos blancas no ofenden

iexclManos blancas no ofenden Diez antildeos despueacutes Calomarde debiacutea pronunciar esta frase al recibir un desaire maacutes violento que el miacuteo la ceacutelebre bofetada de la Infanta Carlota una Princesa que como yo teniacutea muy limitado el tesoro de su paciencia y estallaba con tempestuosas coacuteleras cuando la bajeza y solapada intriga de los Calomardes se interponiacutean en su camino

Pipaoacuten y yo nos quedamos solos En pocas palabras me refirioacute que habiacutea visto a Salvador Monsalud sano y salvo en la Seo de Urgel Al oiacuter esto el corazoacuten dio un salto dentro de miacute como una cosa muerta que torna a la vida como un Laacutezaro que resucita por sobrehumano impulso

-Mina le salvoacute en San Llorens de Morunys -me dijo- y desde que se restablecioacute se puso a mandar una compantildeiacutea de contraguerrilleros

Al decir esto Pipaoacuten me alargoacute una carta que abriacute con presteza febril queriendo leerla antes de abrirla Al mismo tiempo y de una sola ojeada leiacute el fin y el principio y el medio Era la carta pequentildea y friacutea Deciacuteame en ella que estaba en libertad y que no pensaba salir en mucho tiempo del lugar donde estaba fechada que era Urgel Sentiacute mi corazoacuten inundado [117] de un torrente de sangre glacial al ver que no conteniacutea la carta expresiones de ardiente carintildeo

-iquestDe modo que sigue en Cataluntildea -pregunteacute a D Juan

-No sentildeora A estas horas va camino de Madrid

-Pues iquestcoacutemo dice en su carta que no piensa salir de la Seo

-Esa carta me la dio cuando nos separamos el diacutea 30 de Marzo pero dos diacuteas despueacutes supe por nuestro comuacuten amigo el capitaacuten Seudoquis que Mina habiacutea encargado a Salvador que fuese a Madrid a llevar un mensaje reservadiacutesimo a San Miguel y a otras personas

-iquestDe modo que estaacute

-Sobre Madrid como se dice en los partes militares

-Pero eso iquestes cierto

-Tan cierto como que estoy hablando con una dama hermosa

-iquestY salioacute

-Seguacuten mis noticias el 10 de este mes No sabiacutea queacute camino tomar pero seguacuten me dijo Seudoquis estaba decidido a ir por Zaragoza que es el maacutes derecho aunque no el menos peligroso

-iquestSabe la muerte de su madre [118]

-Yo le di la mala noticia

-Pero iquestqueacute va a hacer ese hombre en Madrid -dije sintiendo una tempestad en mi cerebro- Si alliacute no hay ya Gobierno ni nada

-Pero estaacute en Madrid el gran Consejo de la franc-masoneriacutea Mina es de la Orden de la Acacia sentildeora Ahora se trata de que la Viuda haga un esfuerzo supremo

En mi espiacuteritu notaba yo aquella poderosa fuerza de dilatacioacuten de que antes he hablado Unas cuantas palabras habiacutean trastornado todo mi ser mi pulso latiacutea con violencia asaltaacuteronme ideas mil y el ardoroso afaacuten de movimiento que ha sido siempre una de las foacutermulas maacutes patentes de mi caraacutecter se apoderoacute de miacute Sin necesidad de que yo le despidiese dejome Pipaoacuten que iba en busca de Eguiacutea para solicitar un puesto en la Junta y despueacutes de pasada mi turbacioacuten pude sondear aquel revuelto pieacutelago de mi espiacuteritu y mirar con serenidad lo que en el fondo de eacutel habiacutea

iexclCuaacuten grande habiacutea sido mi engantildeo al creer moribunda la aficioacuten aquella que tantas dulzuras dio a mi alma en el verano del 22 La ausencia habiacuteala escondido entre las cenizas que diariamente depositan los sucesos de cada instante esa multitud de ascuas de la vida que van pasando sin interrupcioacuten y apagaacutendose [119] hora tras hora Pero aquella ascua del verano del 22 era demasiado grande y quemadora para pasar y extinguirse como las demaacutes

Bastoacute que oyera pronunciar su nombre que me le anunciaran vivo para que se verificase en miacute un brusco retroceso a los diacuteas de mi felicidad y de mi desgracia El tiempo volvioacute atraacutes las figuras veladas perdieron la sombra que las encubriacutea las apagadas palabras que soacutelo eran ya ecos confusos volvieron a sonar como cuando eran la muacutesica a cuyo compaacutes danzaba con la embriaguez de la pasioacuten mi alma iexclCuaacutento me habiacutea engantildeado y queacute juicios tan erroacuteneos hacemos de nuestros propios sentimientos y de todo aquello que estaacute lejos Nos pasa lo mismo que al ver las lontananzas de la tierra cuando confundimos con las vanas y pasajeras nubes los montes soacutelidos e inmutables que ninguna fuerza humana puede arrancar de sus seculares asientos

Fue aquello como una vuelta como un aacutengulo brusco en el camino de la vida Desde entonces vi nuevos horizontes paisaje nuevo y otra gente y otros caminos iexclY yo habiacutea creiacutedo poder olvidarle y aun poner en su altar vaciacuteo al conde de Montguyon iexclQueacute delirio iexclLo que pueden la ausencia la distancia la ignorancia El tiempo que me habiacutea consolado hiriome [120] de nuevo y un diacutea un instante marcado en mi vida por cuatro palabras como cuatro estrellas resplandecientes habiacutea destruido la obra lenta de tantos meses

Con la presteza que Dios me ha dado formeacute mi plan de viaje Tengo algo del genio de Napoleoacuten para esto de los grandes movimientos Para miacute la facultad de trasportar todo el intereacutes de la vida de un punto a otro del mundo es otra prenda muy principal de mi caraacutecter y al mismo tiempo una necesidad a la que muy difiacutecilmente puedo resistir El destino me ha presentado siempre los sucesos a propoacutesito para tales juegos de estrategia sublime

Aquella misma tarde dispuse todo y por la noche sorprendiacute a mi D Quijote con la noticia de mi viaje Aficionada a jugar con los corazones que caen en mis manos (a excepcioacuten de uno solo) como juega el gatito con el ovillo que rueda por el suelo dije al conde de Montguyon

-Me he asustado de la soledad en que voy a quedar despueacutes que usted se marche y voy a Madrid De esta manera podreacute vigilar a cierto caballero franceacutes por si anda en malos pasos

Eacutel se puso tan contento que olvidoacute aquella noche hablarme de la guerra y de los laureles que iban a recoger Pareciacutea un loco hablando [121] de los alcaacutezares de Granada de los romances moriscos de las ricas hembras de las boleras de los frailes que protegiacutean los amores de los grandes de las volcaacutenicas pasiones espantildeolas y de las mujeres enamoradas que eran capaces del martirio o del asesinato Eacutel se creiacutea heacuteroe de mil aventuras romaacutenticas e interesantes caballeriacuteas tales como se las habiacutea imaginado leyendo obras francesas sobre Espantildea Empleo la palabra romaacutenticas porque si bien no estaba en moda todaviacutea es la maacutes propia El romanticismo existiacutea ya aunque no habiacutea

sido bautizado Excuso decir que Montguyon me juroacute amor eterno y una fidelidad inquebrantable como la del Cid por Dordf Jimena

Yo necesitaba de eacutel para mi viaje por lo cual me guardeacute muy bien de arrancar una sola hoja a la naciente flor de sus ilusiones Era muy difiacutecil viajar entonces porque casi todos los vehiacuteculos del paiacutes habiacutean sido intervenidos por ambos ejeacutercitos Montguyon me prometioacute una silla de postas Y cumplioacute su oferta ponieacutendola a mi disposicioacuten al diacutea siguiente

Con el primer movimiento del ejeacutercito franceacutes coincidioacute mi marcha sobre Madrid como una conquistadora El estreacutepito guerrero que en derredor miacuteo sonara despertaba en mi mente ideas de Semiacuteramis [122]

- XV - Paseacute por Vitoria y por la Puebla de Arganzoacuten como los diacuteas felices por la vida del hombre a escape No miraba a ninguacuten lado por miedo a mis malos recuerdos que saliacutean a detenerme

En los pueblos todos del Norte la intervencioacuten venciacutea sin batallas y antes de que asomara el morrioacuten del primer franceacutes de la vanguardia la Constitucioacuten estaba humillada Los mozos todos comprendidos en la quinta ordenada por el Gobierno se uniacutean a las facciones y eran muy pocos los milicianos que se aventuraban a seguir a los liberales No he visto una propagacioacuten maacutes raacutepida de las ideas absolutistas Era aquello como un incendio que de punta a punta se desarrolla raacutepidamente y todo lo devora En medio de las plazas los frailes predicaban mantildeana y tarde con pretexto de la Cuaresma presentando a los franceses como enviados de Dios y a los liberales como alumnos de Satanaacutes que debiacutean ser exterminados

El general Ballesteros mandaba el ejeacutercito [123] que debiacutea operar en el Norte y liacutenea del Ebro para alejar a los franceses No viendo yo a dicho ejeacutercito por ninguna parte sino inmensas plagas de partidas pregunteacute por eacutel y me dijeron en Bribiesca que Ballesteros convencido de no poder hacer nada de provecho se habiacutea retirado nada menos que a Valencia Movimiento tan disparatado no podiacutea explicarse en circunstancias normales pero entonces todo lo que fuera desastres y yerros del liberalismo teniacutea explicacioacuten

Al ver coacutemo creciacutea en los pueblos la aversioacuten a las Cortes y al Gobierno el ejeacutercito perdiacutea el entusiasmo A su paso como se levanta polvo del camino levantaacutebanse nubes de facciosos que al instante eran soldados aguerridos Asiacute se explica que el ejeacutercito de Ballesteros compuesto de diez y seis mil hombres se retirara sin combatir emprendiendo la inverosiacutemil marcha a Valencia donde podiacutea adquirir alguacuten prestigio derrotando a Sempere al Locho y al carretero Chamboacute tres nuevos generales o arcaacutengeles guerreros que le habiacutean salido a la fe

En Duentildeas me adelanteacute dejando atraacutes a los franceses teniacutea tanta prisa como ellos y menos estorbos en el camino aunque los suyos no eran tampoco grandes iexclCuaacutento deseaba yo ver tropas regulares espantildeolas por alguna parte [124] En verdad me daba verguumlenza que los hijos de San Luis a pesar de que nos traiacutean orden y catolicismo se internaran en Espantildea tan faacutecilmente Con todo mi absolutismo yo habriacutea visto con gusto una batalla en que aquellos liberales tan aborrecidos dieran una buena tunda a los que yo llamaba entonces mis aliados Espantildeola antes que todo distaba mucho de parecerme a los sentildeores frailes y sacristanes que en 1808 llamaban judiacuteos a los franceses y ahora ministros de Dios

En Somosierra encontreacute tropas Eran las del ejeacutercito de La Bisbal destinado por las Cortes a cerrar el paso del Guadarrama amparando de este modo a Madrid Mis dudas acerca del eacutexito de aquella empresa fueron grandes Yo conociacutea a La Bisbal iquestCoacutemo no habiacutea de conocerle si le conociacutea todo el mundo Fue el que el antildeo 14 se presentoacute al Rey llevando dos discursos en el bolsillo uno en sentido realista y otro en sentido liberal para pronunciar el que mejor cuadrase a las circunstancias Fue el que en 1820 hizo tambieacuten el doble papel de ordenancista y de sedicioso La inseguridad de sus opiniones habiacutea llegado a ser proverbial Era hombre altamente penetrado del axioma italiano ma per troppo variar natura e bella [125] Yo no comprendiacutea en queacute estaba pensando el Gobierno cuando le nombroacute Si los Ministros se hubieran propuesto elegir para mandar el ejeacutercito maacutes importante al hombre maacutes a propoacutesito para perderlo no habriacutean elegido a otro que a La Bisbal

Paseacute con tristeza por entre su ejeacutercito Aquellos soldados capaces del maacutes grande heroiacutesmo me inspiraban laacutestima porque estaban destinados a desempentildear un papel irrisorio como leones a quienes se obliga a bailar Sentiacutea yo impulsos de arengarles dicieacutendoles laquoiexclQue os engantildean pobres muchachos No dejeacuteis las armas sin combatir Si os hablan de capitulacioacuten degollad a vuestros generalesraquo

En Madrid halleacute un abatimiento superior a lo que esperaba Se hablaba alliacute de capitular como de la cosa maacutes natural del mundo Soacutelo teniacutean entusiasmo algunos infelices que no serviacutean para nada el cuerpo de coros de los clubs y de las sociedades secretas la gente gritona y tambieacuten muchos de los que habiacutean tirado del coche de Fernando VII cuando volvioacute de Francia el antildeo 14 Los absolutistas creiacutean con razoacuten ganada la partida y afectaban cierta generosidad magnaacutenima iexclPobre gente Algunos de estos pajarracos vinieron a visitarme entre ellos D Viacutector Saacuteez y tuve el gusto [126] de mortificarles aseguraacutendoles que Angulema traiacutea orden de obsequiarnos con las dos Caacutemaras y un absolutismo templado suaviacutesimo emoliente para nuestra anarquiacutea Esto poniacutea a mis buenos amigotes maacutes furiosos que las bravatas de los liberales pues auacuten habiacutea liberales con alma bastante para echar bravatas

Pero yo me ocupaba poco de tales cosas Mi primer cuidado fue hacer algunas averiguaciones concernientes a la entrantildeable poliacutetica de mi herido corazoacuten Felizmente a la casa donde yo viviacutea que era honradiacutesimo albergue de una noble familia alavesa iba a menudo un tal Campos hombre muy intrigante director de Correos si no recuerdo mal gran maestre de la Orden masoacutenica o por lo menos principaliacutesimo dignatario de ella amigo iacutentimo de los liberales de maacutes viso y tambieacuten de algunos absolutistas como hombre que sabe el modo de comer a dos carrillos

Yo le habiacutea tratado el antildeo anterior y charlando juntos me reiacutea mucho de los masones lo cual a eacutel no le enojaba Entre bromas y veras soliacutea enterarme de algunas cosas reservadas porque no era hombre de extraordinaria discrecioacuten ni tampoco de una incorruptibilidad absoluta En los diacuteas de mi llegada de Iruacuten que eran los de mediados de Mayo del 23 le [127] pregunteacute si esperaban los masones alguacuten mensaje reservado de Mina Negolo mas yo aseguraacutendolo con el mayor descaro y nombrando al mensajero le hice confesar que esperaban oacuterdenes de Mina de un diacutea a otro Eacutel lo mismo que su secretario cuyo nombre no recuerdo me aseguraron no haber visto todaviacutea en Madrid a Salvador Monsalud ni tener noticia alguna de eacutel

-No ha llegado auacuten -dije- Mucho tarda

Sin reparar en nada fui a su casa Un portero tan locuaz como pedante liberal muy faroloacuten de aquellos a quienes yo llamo sepultureros de la libertad porque son los que la han enterrado me informoacute de que el Sr Monsalud faltaba de Madrid desde el mes de agosto del antildeo anterior

-Puede que la Sra Dordf Solita sepa algo -me dijo- Pero no es faacutecil porque anoche lloraba Como no llorase de placer que tambieacuten esto sucede a menudo

-iquestDe modo que la casa subsiste -le pregunteacute

-Subsiste siacute sentildeora pero no subsistiraacute mucho tiempo si el Sr D Salvador no vuelve del otro mundo

-Pues queacute iquestha muerto

-Asiacute lo creo yo Pero esa joven sentimental [128] siempre tiene esperanzas y cada vez que el sol sale por el horizonte esparciendo sus rayos de oro iquestme entiende usted

-Siacute acabe de una vez el Sr Sarmiento

-Quiero decir que siempre que amanece lo cual pasa todos los diacuteas la Sra Dordf Solita dice laquoiexclHoy vendraacuteraquo Tal es la naturaleza humana sentildeora que de todo se cansa menos de esperar Y yo digo iquestqueacute seriacutea del hombre sin esperanza Dispeacutenseme la sentildeora pero si piensa subir tengo el sentimiento de no poder acompantildearla porque como mi hijo es miliciano

-iquestY queacute

-Como es miliciano y el honor le ordena derramar hasta la uacuteltima gota de su sangre en defensa de la dulce patria y de la libertad preciosiacutesima del geacutenero humano

-iquestY queacute maacutes -dije complacieacutendome en oiacuter las graciosas pedanteriacuteas de aquel hombre

-Que impulsado por su ardoroso corazoacuten capaz del heroiacutesmo y por mi paternal mandato ha ido a Caacutediz con las Cortes y como ha ido a Caacutediz con las Cortes y no volveraacute hasta dejar confundida a la faccioacuten y a los cien mil y quinientos hijos nietos o tataranietos del calzonazos de Luis XVIII Por vida de la chilindraina y con cien mil

pares de docenas de [129] chilindrones que si yo tuviera veinte antildeos menos Pues digo que como Lucas ha ido a Caacutediz y es un leoacuten mi hijo un verdadero leoacuten resulta que me es forzoso estar al cuidado de la puerta iquestme entiende la sentildeora

-Estaacute bien -le dije riendo- Puedo subir sola

Quise darle una limosna porque su aspecto me parecioacute muy miserable pero la rechazoacute con dignidad y cierto rubor decoroso propio de las grandezas caiacutedas

Subiacute a la casa Mi corazoacuten subiacutea antes que yo

- XVI - En seguida que llameacute salieron a abrir Se conociacutea que en la casa reinaba la impaciencia Una mujer descorrioacute con presteza el cerrojo y me rogoacute que entrase Era ella Yo recordaba haberla visto en alguna parte

Careciacutea de verdadera hermosura pero al reconocerlo asiacute con gozo no pude dejar de concederle una atraccioacuten singular en toda su persona un encanto que habriacutea establecido al instante [130] entre ella y yo profunda simpatiacutea si en medio de las dos no existiese como infranqueable abismo la persona de un hombre Vestiacutea de luto y la delgadez de su rostro anunciaba el paso de grandes penas Cuando me vio alterose tanto y su turbacioacuten fue tan grande que no podiacutea dirigirme la palabra Por mi parte la mireacute con serenidad y altaneriacutea como de superior a inferior haciendo todo lo posible para que ella se creyese muy honrada con mi visita

Yo habiacutea oiacutedo hablar a Salvador con carintildeo y admiracioacuten que me ofendiacutean de aquella singular hermana suya que no era tal hermana ni aun pariente y que muy bien podiacutea ser otra cosa Nunca creiacute en la fraternidad honrada y carintildeosa de que eacutel me habiacutea hablado porque conozco un poco el corazoacuten del hombre y admito soacutelo los sentimientos cardinales y fundamentales y no esas mixturas y composiciones sutiles que no sirven maacutes que para disfrazar alguna pasioacuten iliacutecita Deseaba conocer por miacute misma a la dichosa hermana tan ponderada por eacutel y ver si teniacutea fundamento el secreto odio que mi alma hacia ella sentiacutea Desde que la vi a pesar de que me fue muy patente su inferioridad personal con respecto a la nieta de mi abuela me parecioacute tener delante a una [131] rival temible maacutes peligrosa cuanto maacutes humilde en apariencia Al instante trateacute de buscar en ella un defecto grande de esos que afean espantosamente a la mujer Mi ingenioso rencor encontroacute al punto aquel defecto y dije en mi interior

-Esta muchacha debe de ser una hipocritona No hay maacutes remedio sino que lo es

Mi juicio fue raacutepido como la inspiracioacuten como la improvisacioacuten Desde la puerta a la sala a donde me condujo hice mil observaciones entre ellas una que no debo pasar en silencio La casa estaba tan perfectamente arreglada que no pareciacutea vivienda sin duentildeo Todo se hallaba en su sitio sin el maacutes ligero desorden en perfecto estado de limpieza descubrieacutendose en cada cosa el esmero peregrino que anuncia la mano de una

mujer poseedora del genio domeacutestico Creeriacutease que el amo era esperado de un momento a otro y que todo se acababa de disponer para agradarle cuando entrara

Al sentarme reconcentreacute mis ideas acerca del plan que habiacutea formado y le dije

-Seacute que usted padece mucho por saber el paradero del amo de esta casa y como tengo noticias de eacutel vengo a tranquilizarla

-iexclOh iexclsentildeora iexclcuaacutenta bondad -exclamoacute con repentina alegriacutea- De modo que usted [132] sabe doacutende estaacute y por queacute no viene iquestLe han vuelto a coger los facciosos

-No sentildeora Estaacute libre y bueno

-Entonces no tiene perdoacuten de Dios -dijo abatiendo el vuelo de su alma que tanto se habiacutea elevado con las alas de la alegriacutea- No no tiene perdoacuten de Dios

-iquestUsted le ha escrito

-Muchas veces Dirijo las cartas al ejeacutercito de Mina con la esperanza de que alguna llegue a sus manos pero no recibo contestacioacuten Es una iniquidad de mi hermano Por poco que se acuerde de miacute por muy grande que sea su olvido iquestseraacute tal que no me haya escrito una sola vez

-Los que estaacuten en armas -dije sonriendo- no se acuerdan de las pobres mujeres que lloran

-Yo creo que me ha escrito Eacutel es muy bueno y me considera mucho No es capaz de tenerme en esta incertidumbre por su voluntad

-iquestPero usted no ha recibido ninguna carta

-En Febrero vinieron dos pero despueacutes ninguna Quizaacutes se hayan perdido

-Podriacutea ser

-A veces me figuro que no me escribe porque viene Todos los diacuteas creo que va a llegar y desde que siento pasos en la escalera corro a [133] ver si es eacutel Todo lo tengo preparado y si viene nada encontraraacute fuera de su sitio

-Siacute ya lo veo Es usted una alhaja El pobre Salvador debe de estar muy satisfecho de su hermana Eacutel la aprecia a usted mucho Me lo ha dicho

-iexclSe lo ha dicho a usted -exclamoacute tan vivamente conmovida que casi estuvo a punto de llorar

-Me lo ha dicho siacute Eacutel me cuenta todo Para miacute nunca ha tenido secretos

Sola me miroacute de hito en hito durante un momento que me parecioacute demasiado largo iquestQueacute habiacutea en la expresioacuten de su semblante al contemplar el miacuteo iquestEnvidia No podiacutea

ser otra cosa pero la apariencia indicaba maacutes bien una resignacioacuten dolorosa Le habriacutea tenido mucha laacutestima si no hubiera estado convencida de que era una hipoacutecrita

-Muchas veces me ha hablado de usted -proseguiacute- elogiaacutendome sus bellas cualidades para el gobierno de una casa Vea usted de queacute manera ha venido a encontrarse sola al frente de este hogar vaciacuteo conservaacutendole tan bien para cuando eacutel vuelva

-La pobre Dordf Fermina -dijo- que murioacute de pesadumbre por la peacuterdida de su hijo me encargoacute todo al morir poniendo en mi [134] mano cuanto teniacutea y ordenaacutendome que lo guardase y conservase hasta que pareciera Salvador

-iquestEntonces ella no le creiacutea muerto

-Dudaba Siempre teniacutea esperanza -manifestoacute Solita dando un suspiro- Yo le hablaba a todas horas de la vuelta de su hijo y la verdad siempre tuve esperanza de verle entrar en la casa porque una voz secreta de mi corazoacuten me deciacutea que volveriacutea El diacutea antes de fallecer Dordf Fermina escribioacute una larga carta a su hijo iexclCuaacutentas laacutegrimas derramoacute la pobre Yo habriacutea dado con gusto mi vida porque la infeliz madre viera a su hijo antes de morir Pero Dios no lo quiso asiacute

-iquestY esa carta -pregunteacute deseosa de conocer aquel detalle

-Esa carta la depositoacute en miacute Dordf Fermina mandaacutendome que la entregase a Salvador en su propia mano si pareciacutea

-iquestY si no pareciacutea

-Dontildea Fermina me mandoacute que le buscase por todos los medios posibles y que si teniacutea noticias de eacutel y no veniacutea a Madrid fuese a buscarle aunque tuviera que ir muy lejos

-Pero iquestcoacutemo podraacute usted emprender esos viajes iexclpobrecilla -exclameacute mostrando una compasioacuten que estaba muy lejos de sentir [135]

-Eso seriacutea lo de menos No me faltan aacutenimos para ponerme en camino ni tampoco recursos con que emprender un largo viaje porque Dordf Fermina me entregoacute todos sus ahorros para que los destinase a buscar a su hijo

-iexclAh entonces Y para el caso de no encontrarlo iquestqueacute dispuso esa sentildeora

-Que esperase y le volviera a buscar despueacutes

-iquestY para el caso de que fuera evidente su muerte

-Que echase al fuego la carta sin leerla iexclHa sido desgraciada suerte la nuestra -prosiguioacute la hueacuterfana con abatimiento- Un mes despueacutes de haber subido al cielo aquella buena sentildeora vino la carta de Salvador anunciando que estaba libre iexclAy en mi vida he tenido mayor alegriacutea ni mayor tristeza juntas tristeza y alegriacutea sin que pudiesen ser

separadas Yo le contesteacute dicieacutendole lo que pasaba y rogaacutendole que viniese Desde aquel diacutea le estoy esperando Han pasado tres meses y no ha venido ni me ha escrito

-Pues ha llegado la ocasioacuten de que usted cumpla la uacuteltima voluntad de la pobre sentildeora difunta partiendo en busca de ese hijo desnaturalizado

-iexclSi no seacute doacutende estaacute Un amigo que lee [136] todos los papeles puacuteblicos y sabe por doacutende andan los ejeacutercitos las guerrillas y las contraguerrillas me ha dicho que las tropas de Mina se han disuelto Otro que vino del Norte me aseguroacute que Salvador habiacutea emigrado a Francia Yo a pesar de estas noticias le espero tengo confianza en que ha de venir y he resuelto aguardar lo que resta de mes Sigo mis averiguaciones y si en todo Mayo no ha venido ni me ha escrito pienso ponerme en camino y buscarle con la ayuda de Dios

-Siento quitarle a usted una ilusioacuten -dije adoptando definitivamente mi diaboacutelico plan y resolvieacutendome a ponerlo en ejecucioacuten- Salvador no vendraacute por ahora no puede venir

-iquestLo sabe usted de cierto -me preguntoacute vivamente turbada y con algo de incredulidad en sus hermosos ojos

-iquestDuda usted de miacute -dije poniendo en mi semblante esa naturalidad inefable que es uno de mis maacutes preciosos resortes para expresar lo que quiero- Precisamente no he venido a otra cosa que a decirle a usted su paradero despueacutes de tranquilizarla por si le creiacutea enfermo o muerto

-iquestY doacutende estaacute

-Habiendo rentildeido con Mina por una cuestioacuten [137] de amor propio pasoacute a las contraguerrillas que siguen al general Ballesteros

-iquestEntonces sigue en el Norte

-No sentildeora Ya sabe usted que el ejeacutercito de Ballesteros se ha retirado a Valencia

-A Valencia siacute Efectivamente lo oiacute decir iquestDe modo que Salvador estaacute en Valencia

-Siacute y estos informes no son vagos ni fundados en conjeturas porque yo misma

Al llegar aquiacute di un suspiro afectando cierta emocioacuten Despueacutes acabeacute asiacute la frase

-Yo misma me separeacute de eacutel en Onteniente el 20 de Abril

-iquestEs cierto sentildeora lo que usted me dice -me preguntoacute con gran agitacioacuten

-Siacute pero no creo que haga usted el disparate de ponerse en camino para Levante -indiqueacute con objeto de que no conociera mi verdadera idea

-iquestPues queacute vendraacute

-Venir no No vendraacute en mucho tiempo mayormente si de hoy a mantildeana capitula la Corte y se establece el absolutismo Yo creo que se veraacute obligado a emigrar embarcaacutendose en cualquier puerto de la costa

-iexclEmbarcarse -exclamoacute con desaliento- No sentildeora no eso no puede ser Corro allaacute al momento [138]

Se levantoacute como si de un vuelo pudiera trasladarse a Valencia

-iquestY seraacute usted capaz de emprender un viaje tan largo iquestTendraacute usted valor -manifesteacute con fingida admiracioacuten

-Yo tengo valor para todo sentildeora -me respondioacute

Despueacutes del primer movimiento de credulidad la vi como abatida y vacilante Dudaba

-Puede usted escribirle -le dije- con la direccioacuten que yo le deacute y cuando reciba la contestacioacuten de eacutel ponerse en camino Lo malo seraacute que en ese tiempo tome la guerra otro aspecto y llegue usted tarde

-Eso seriacutea terrible Yo creo que si voy debo ir hoy mismo iquestY de eacutel se separoacute usted el 20 de Abril

Dudaba todaviacutea Al llegar a este punto la voz de la conciencia que auacuten me deteniacutea fue acallada por mis celos y no penseacute maacutes que en el eacutexito completo del plan que me habiacutea propuesto No vacileacute maacutes y penseacute en la carta que me habiacutea traiacutedo Pipaoacuten

-Me separeacute de eacutel el 20 de Abril -afirmeacute- pero despueacutes de eso hallaacutendome en Aranjuez recibiacute una carta suya

Con avidez fijoacute Solita sus ojos en miacute Por grande que fuera mi serenidad mi corazoacuten palpitaba [139] porque ni aun los criminales maacutes criminales hacen ciertas cosas sin algo de procesioacuten por dentro Confesareacute ahora la fealdad toda de mi accioacuten para que se comprenda bien la importancia de aquella escena y mi perverso papel

-Si me quisiera mostrar usted la carta de Salvador -me dijo en tono suplicante- al menos para saber con fijeza el punto en que se halla

-No la he traiacutedo -repuse con el mayor aplomo- pero volvereacute a mi casa que estaacute a dos pasos y la traereacute para que tenga usted ese consuelo y una seguridad que no pueden darle mis palabras

-iexclOh no sentildeora yo creo

-No estas cosas son delicadas Al instante traereacute a usted la carta que me escribioacute y que no estaacute fechada en Onteniente sino en otro pueblo del reino de Valencia pues como usted puede suponer el ejeacutercito se mueve casi todos los diacuteas

Diciendo esto me levanteacute Ella me daba las gracias por mi bondad en carintildeosas y vehementes palabras Brindose a ir conmigo porque yo no me molestase en volver pero esto no me conveniacutea y saliacute raacutepidamente iexclMiserable de miacute y cuaacutento me cegaba la pasioacuten y aquel detestable [140] afaacuten de hacer dantildeo a la que aborreciacutea Contareacute esto con la mayor brevedad posible porque me mortifica tan desagradable recuerdo y en verdad que si pudiera escribir estas vergonzosas liacuteneas cerrando los ojos lo hariacutea para no ver lo que traza mi propia pluma

- XVII - Corriacute a mi casa tomeacute la carta de Salvador y con ese golpe de vista del genio criminal comprendiacute que lo previsto por miacute momentos antes podiacutea realizarse faacutecilmente La data Urgel estaba escrita en letra ancha y mala La palabra podiacutea ser variada por una mano haacutebil y la miacutea fuerza es decirlo lo era aunque nunca hasta entonces se habiacutea empleado en tan infames proezas

Yo teniacutea muy presente a un primo miacuteo que habiacutea comerciado antildeos antes en un pueblo de Alicante llamado Vergel en las inmediaciones de Denia a orillas del riacuteo Bolana Esta palabra era el puntildeal del asesinato proyectado por miacute La tomeacute con la fiebre del rencor iexclQueacute admirablemente serviacutea para mi objeto iexclQueacute [141] bien dispuestas estaban sus letras para una obra sataacutenica No podiacutea pedirse maacutes no Teniacutea delante de miacute una de esas infernales coincidencias que deciden a los criminales vacilantes y a veces hasta a los justos les impulsan a escandalosos y horribles pecados

Tomeacute la pluma y con mano segura regocijaacutendome interiormente en la perfeccioacuten de mi obra convertiacute la palabra Urgel en Vergel La fecha era faacutecil de mudar tambieacuten Salvador habiacutea puesto Marzo en abreviatura Yo convertiacute el Marzo en Mayo dejando el diacutea que era el 3 lo mismo que estaba iexclOh cuando no se me cayoacute la mano entonces creo que tendreacute manos para toda mi vida

Del texto de la carta podiacutea mostrarse la primera plana donde deciacutea entre otras cosas insignificantes laquono pienso en muchos diacuteas salir de este puebloraquo

Corriacute allaacute con mi puntildeal Las traacutegicas figuras antiguas a quienes pintan alborotadas y arrogantes con un hierro en la mano no frunciriacutean el centildeo maacutes fieramente que yo al blandir mi carta homicida Subiacute a la casa Sola me esperaba en la puerta Entramos me senteacute al punto porque estaba muy cansada

-Vea usted -le dije- el pueblo donde ahora estaacute es Vergel He pasado por eacutel [142]

Solita devoraba con los ojos la carta

-Vergel -antildeadiacute mostraacutendole la carta- estaacute entre Pego y Denia sobre un riachuelo que llaman Bolana Si va usted a Onteniente le seraacute muy faacutecil llegar a Vergel

Ella seguiacutea leyendo

-Asegura que por ahora no piensa moverse de ese pueblo -dijo meditabunda- Mejor con eso tendreacute la certeza de encontrarle

-iquestPero de veras insiste usted en ir El resto de la carta no se lo ensentildeo a usted porque no puede interesarle -indiqueacute afectando la mayor naturalidad y guardando mi arma- No puedo creer que haga usted la locura de

-Ireacute ireacute -dijo con una resolucioacuten briosa que inundoacute mi alma de los freneacuteticos goces del eacutexito criminal

Despueacutes de manifestar asiacute su propoacutesito fruncioacute el centildeo y me dijo

-Cuando usted se separoacute de Salvador iquesteacutel sabiacutea que veniacutea usted a Madrid

-Lo sabiacutea

-iquestY coacutemo no le rogoacute que me viese y me tranquilizara

-Porque sabe -repuse con dignidad- que yo no sirvo para hacer las veces de correo Si he venido a esta casa ha sido por se lo direacute a usted con entera franqueza no quiero fingir [143] moacuteviles que no tuve al venir aquiacute aunque despueacutes que nos hemos tratado hayan sido distintas mis ideas

Solita atendiacutea a mis palabras como al Evangelio Yo le tomeacute una mano y ponieacutendome a punto de llorar me expreseacute asiacute

-Sentildeora Dordf Solita dije a usted al entrar que veniacutea con el simple objeto de tranquilizarla daacutendole informes de Salvador

-Asiacute fue sentildeora lo que usted me dijo

-Pues bien falteacute a la verdad quise encubrir mi verdadero objeto con una foacutermula comuacuten Pero yo no puedo fingir no puedo ocultar la verdad Mi caraacutecter peca de excesivamente franco natural y expansivo Mis pasiones y mis defectos la verdad toda de mi alma buena o mala se me sale por los ojos y por la palabra cuando maacutes quiero disimular Usted me ha inspirado simpatiacuteas usted me ha revelado una pureza de sentimientos que merece el mayor respeto Quiero ser como usted y hablarle con la noble veracidad que se debe a los verdaderos amigos iquestNo es usted hermana para eacutel pues quiero que lo sea tambieacuten para miacute

Solita al oiacuter esto se apartoacute lentamente de mi lado Noteacute en ella cierta aversioacuten contenida por el respeto

-Querida amiga -proseguiacute forzando mi [144] arte- No he venido aquiacute sino por un egoiacutesmo que usted no comprenderaacute tal vez He venido por ver su casa por conocer lo uacutenico que guarda Madrid de esa amada persona este asilo donde eacutel ha vivido donde murioacute su madre y por el cual parecen vagar auacuten sus miradas Queriacutea yo dar a mis ojos el gusto de ver estos objetos estos muebles donde tantas veces se han fijado los ojos suyos Nada maacutes ninguacuten otro objeto me trajo aquiacute He tenido ademaacutes el placer de conocerla a usted y ahora deseaacutendole que halle pronto a su hermano me retiro

Levanteme resueltamente Solita habiacutea prorrumpido en amargo llanto

-iexclOh iexclGracias gracias sentildeora -exclamoacute secando sus laacutegrimas- Le direacute que debo a usted este inmenso favor

-No no por Dios -repliqueacute vivamente- Ruego a usted que no me nombre para nada Veriacutea en miacute una debilidad que no quiero confesarle mediando como median en uno y otro los propoacutesitos de separacioacuten eterna

-Pues callareacute sentildeora callareacute iquestDe modo que usted no le veraacute maacutes

Al decir esto habiacutea tanto afaacuten en su mirada que me causoacute indignacioacuten La habriacutea abofeteado si mi papel no hubiera exigido gran prudencia y circunspeccioacuten [145]

-No sentildeora no le vereacute maacutes -le dije fijando maacutes sobre mi semblante la maacutescara que se caiacutea- Despueacutes de lo que ha pasado Pero no puedo revelarle a usted ciertas cosas Si usted le conoce bien conoceraacute su inconstancia Yo le he amado con fidelidad y nobleza Eacutel no quiero rebajarle delante de una persona que le estima Adioacutes sentildeora adioacutes iquestSe va usted al fin hoy

Esto lo dije en pie estrechando aquella mano que habriacutea deseado ver cortada

-Siacute sentildeora ireacute a buscarle puesto que eacutel no quiere venir

-iquestPero se atreve usted sola sin compantildeiacutea por esos caminos -indiqueacute deseando que me confirmase su resolucioacuten

-Dios iraacute conmigo -repuso la hipocritona con el acento de los que tienen verdadera fe- El ordinario de Valencia que sale esta noche era amigo de Dordf Fermina Con eacutel ireacute Tengo confianza en Dios y estoy segura de que no me pasaraacute nada Ahora tomada esta determinacioacuten estoy maacutes tranquila

-La felicidad le retoza a usted en el rostro -afirmeacute con cruel sarcasmo- Bien se conoce que es usted feliz Yo me congratulo de haber proporcionado a usted un cambio tan dichoso en su espiacuteritu [146]

Cuando pronuncieacute estas palabras debioacute secaacuterseme la lengua lo confieso

Poco maacutes hablamos Hiacutecele ofrecimientos corteses y saliacute de la casa Cuando bajaba la escalera sentiacute impulsos de volver a subir y llamarla y decirle laquono crea usted nada de lo que he dicho soy una embusteraraquo pero el egoiacutesmo pudo maacutes que aquel pasajero y deacutebil sentimiento de rectitud y seguiacute bajando Del mismo modo iba bajando mi alma escaloacuten tras escaloacuten a los abismos de la iniquidad Razoneacute como los perversos dicieacutendome que la viacutectima de mi intriga era una mujer hipoacutecrita y que las maquinaciones de mal geacutenero tan dignas de censura cuando recaen en personas inocentes son maacutes tolerables si recaen en quien las merece y es capaz de urdirlas peores Pero estos sofismas no acallaban mi remordimiento que empezoacute a crecer desde que saliacute de la casa y ha llegado despueacutes por su mucha grandeza y pesadumbre a mortificarme en gran manera

- XVIII - Verdaderamente mi accioacuten no pudo ser maacutes indigna iexclPrecipitar a una desamparada e [147] infeliz mujer a resolucioacuten tan loca obligarla por medio de vil engantildeo a emprender un viaje largo dispendioso arriesgado y sobre todo inuacutetil Al mirar esto desde tan distante fecha me espanto de mi accioacuten de mi lengua y de la horrible travesura y astucia de mi entendimiento

En aquellos diacuteas la pasioacuten que me dominaba y maacutes que la pasioacuten el envidioso afaacuten que me produciacutea la simple sospecha de que alguien me robase lo que yo juzgaba exclusivamente miacuteo no me permitieron ver claramente mi conciencia ni la infamia de la denigrante accioacuten que habiacutea cometido pero cuando todo se fue enfriando y oscureciendo he podido mirarme tal cual era en aquel diacutea y declaro aquiacute que seguacuten me veo no hay fealdad de demonio del infierno que a la miacutea se parezca

iexclY sigue uno viviendo despueacutes de hacer tales cosas iexclY parece que no ha pasado nada y vuelve la felicidad y aun se da el caso de olvidar completamente la perversa y villana accioacuten Yo no vacilo en escribirla aquiacute porque me he propuesto que este papel sea mi confesonario y una vez puesta la mano sobre eacutel no he de ocultar ni lo bueno ni lo malo La seguridad de que esto no lo ha de ver nadie hasta [148] que yo no me encuentre tan lejos de las censuras de este mundo como lo estaacuten los astros de las agitaciones de la tierra da valor a mi espiacuteritu para escribir tales cosas Yo digo laquoque todo el mundo escriba con absoluta verdad su vida entera y entonces iexclcuaacutento disminuiraacute el nuacutemero de los que pasan por buenos Las cuatro quintas partes de las grandes reputaciones morales no significan otra cosa que falta de datos para conocer a los individuos que se pavonean con ellas fatuamente como los coacutemicos cuando se visten de reyesraquo

Aquella tarde torneacute a pasar por alliacute y entableacute conversacioacuten con Sarmiento pero me fue imposible averiguar por eacutel si Solita insistiacutea en partir

Yo teniacutea gran desasosiego hasta no saberlo de cierto y para salir de mi incertidumbre quise averiguarlo por miacute misma Soy asiacute lo que puedo hacer no lo confiacuteo a los demaacutes Me fatigan las dilaciones y la torpeza de los que sirven por dinero y carezco de paciencia para aguardar a que me vengan a decir lo que yo puedo ver por mis propios ojos Al llegar la noche y la hora en que soliacutean partir los coches sillas de postas y galeras mi criada y yo nos vestimos manolescamente con pantildeoloacuten y basquintildea [149] y nos encaminamos al parador del Fuacutecar de donde seguacuten mis noticias saliacutea el ordinario de Valencia

No tuve que esperar mucho para satisfacer mi curiosidad Alliacute estaba Solita partiacutea irremisiblemente Ya no me quedaba duda La vi dentro del coche que saliacutea y no pude sofocar en miacute un sentimiento de profundiacutesima laacutestima forma indirecta que tomaba

entonces mi conciencia para presentarme ante los ojos la imagen de mi crimen Pero el coche partioacute ella se fue con su engantildeo y yo me quedeacute con mi laacutestima

No se habiacutea extinguido el rumor de las ruedas del carro de Valencia cuando sonoacute maacutes vivo estreacutepito de ruedas y caballeriacuteas Un gran coche de colleras entroacute en el parador Mi criada y yo nos detuvimos por curiosidad

-Es el coche de Alcalaacute -dijeron a nuestro lado- Esta noche viene lleno de gente

Por una de las portezuelas vi la cara de un hombre El corazoacuten pareciacutea haceacuterseme pedazos Me volviacute loca de alegriacutea No pude contenerme Era eacutel Mis exclamaciones carintildeosas le obligaron a bajar del coche y entonces me arrojeacute llorando [150] en sus brazos

- XIX - Al diacutea siguiente le aguardaba en mi casa y no fue hasta muy tarde cuando ya anocheciacutea Estaba muy fatigado triste y abatido Lo primero de que me habloacute fue del vaciacuteo que habiacutea dejado en su casa la muerte de su madre de la partida de su hermana a quien creiacutea encontrar en Madrid y del breviacutesimo espacio que un perverso destino habiacutea puesto entre la marcha de ella y la llegada de eacutel

-Castigo de Dios es esto -dijo- por mi descuido en escribirle y mi desnaturalizado proceder

Despueacutes pasoacute de la tristeza a la furia Yo procuraba arrancarle tan luacutegubres ideas recordaacutendole nuestro placentero viaje del verano anterior y la cataacutestrofe de su cautiverio haciacuteale mil preguntas sobre sus padecimientos emancipacioacuten campantildea de Cataluntildea y toma de la Seo pero soacutelo me contestaba con monosiacutelabos y secamente Escaso intereacutes mostraba por las cosas pasadas y aun yo misma que era un presente digno a mi parecer de alguna estima apenas podiacutea obtener de eacutel atencioacuten insegura [151] y casi forzada Su pensamiento estaba fijo en la fugitiva hermana y mis sutiles zalameriacuteas no podiacutean apartarle de alliacute No cesaba de discurrir sobre los moacuteviles de aquel viaje y yo sintiendo revivir y agitarse en miacute lo que siempre tuve de serpiente estuve a punto de indicarle que Soledad habriacutea partido arrastrada por alguacuten hombre pero en el momento en que desplegaba los labios para sugerir esta idea me contuve Aquella vez habiacutea vencido mi conciencia y hallaacutendome con fuerzas para las mayores crueldades no las tuve para la calumnia

Al fin creiacute prudente no decirle una palabra sobre aquella cuestioacuten

-Bastaba que yo viniese con deseo de verla -dijo hiriendo violentamente el suelo con el pie- para que ella huyese de miacute Asiacute son todas mis cosas Lo bueno existe mientras yo lo deseo Pero lo toco y adioacutes

Estas amargas palabras eran un desaire para miacute y por lo visto yo no estaba comprendida en el nuacutemero de las cosas buenas pero sofoqueacute mi resentimiento y seguiacute escuchaacutendole

-Desde que el deseo de venganza y mi odio al absolutismo -antildeadioacute- me inclinaron a tomar las armas tuve el presentimiento de que la campantildea se echariacutea a perder y asiacute ha sido Ya tienes a la plaza de Figueras en poder de [152] los franceses a Mina vagabundo sin saber queacute partido tomar y todo el ejeacutercito desconcertado y sin esperanza de vencer iexclGran milagro habriacutea sido que donde yo estoy hubiese victorias Desastres y nada maacutes que desastres La sombra que yo echo sobre la tierra destruye

-iexclQueacute necio eres iquestCrees acaso en las estrellas fatales y en el sino

-No debiera creer pero todo me manda que crea Ya ves Me enviacutea Mina a Madrid con una comisioacuten en que funda grandes esperanzas y desde que llego aquiacute pierdo las pocas esperanzas que traiacutea porque no hallo sino desanimacioacuten y flojedad Al mismo tiempo la ilusioacuten maacutes querida de este viaje se ha desvanecido como el humo Yo teniacutea una hermana maacutes que hermana amiga con una amistad pura y entrantildeable que nadie puede comprender sino ella y yo una amistad que tiene todo lo santo de la fraternidad y todo lo bueno del amor sin las tenebrosas ansias de este En mi hermana veiacutea yo todo lo que me queda de familia lo uacutenico que me resta de hogar en ella veiacutea a mi madre y una representacioacuten de todos los goces de mi casa la paz del alma dichas muy grandes sin mezcla de martirio alguno Pues bien llego y mi casa estaacute desierta Jamaacutes penseacute en perderla Ella el uacutenico ser de [153] quien estaba seguro vuela tambieacuten lejos de miacute y se va iexclAy Jenara iexclNo puedo decirte cuaacuten sola estaba mi casa Figuacuterate todo el universo vaciacuteo y sin vida Ni mi madre ni Soledad iexclQueacute sepulcro Dios miacuteo Asiacute se va quedando mi corazoacuten lo mismo que una gran fosa todo lleno de muertos Tuacute no puedes entender esto Jenara En ti todo vive Tu caraacutecter hace resucitar las cosas y eres un ser privilegiado para quien el mundo se dispone siempre del modo maacutes favorable pero yo

-Cuacutelpate a ti mismo -le dije- y no hables del destino Te quejas de que tu hermana te haya abandonado y no recuerdas que has estado mucho tiempo sin escribirle sin darle noticias de ti sin decirle ni siquiera laquoestoy vivoraquo

-Es verdad pero se amparoacute de miacute el estuacutepido delirio de la guerra Me sedujo la idea gloriosa que representaba nuestro ejeacutercito al perseguir a los realistas Soacutelo veiacutea lo que estaba delante de mis ojos y dentro de miacute el enemigo y los torbellinos de mi cerebro un ideal de gloriosas victorias que dieran a mi paiacutes lo que no tiene Ya sabes que yo me equivoco siempre Lo extrantildeo es que conociendo mi torpeza me empentildee en andar hacia adelante como los demaacutes hombres en vez de estarme quieto [154] como las estatuas Ahora todo lo veo destrozado caiacutedo y hecho pedazos por mis propias manos como el que entrando en un cuarto oscuro y lleno de preciosidades y a ciegas tropieza y lo rompe todo En Cataluntildea desengantildeos en Madrid maacutes desengantildeos todaviacutea un gran vaciacuteo del entendimiento y otro maacutes grande del corazoacuten Parece que la realidad de mis ideas es un ave que se asusta de mis pasos y levanta el vuelo cuando me acerco a ella iexclMaldita persona la miacutea

Debiacutea enojarme de tales palabras porque seguacuten ellas yo no era nada Pero no me mostreacute ofendida y solamente dije

-Si al llegar encuentras todo solo y vaciacuteo no es porque las cosas vuelen antes de tiempo sino porque tuacute llegas siempre tarde

-Tambieacuten es verdad Llego siempre tarde Ya ves lo que me ha pasado ahora -dijo con el mayor desaliento- Se le antoja al general Mina enviarme aquiacute cuando todo estaacute perdido Pero eacutel no contaba con la rapidez de este desmoronamiento no contaba con la retirada de Ballesteros sin combatir ni con la defeccioacuten de La Bisbal Mina tiene la desgracia de creer que todos son valientes y leales como eacutel

-iquestLa defeccioacuten de La Bisbal De modo que ya No creiacute que fuera tan pronto El conde [155] acostumbra preparar con cierto arte sus arrepentimientos

-No se dice puacuteblicamente pero es seguro que ya estaacute en tratos con los franceses para capitular Me lo ha dicho Campos que olfatea los sucesos De mantildeana a pasado el aborrecido estandarte negro ondearaacute en Madrid iquestA queacute he venido yo No parece sino que ha venido a izarlo yo mismo

-Pues no hagas caso de los masones ni de la guerra ni de la Constitucioacuten -le dije- iquestPara queacute te empentildeas en cosas imposibles iquestPor queacute desprecias lo que tienes y buscas fantasmas vanos

Eacutel me miroacute comprendiendo mi intencioacuten Su mirada no indicaba desafecto pero me era imposible vencer su tristeza Acompantildeome a cenar y mis alardes de humor festivo mi chaacutechara y las delicadas atenciones que con eacutel tuve no lograron disipar las nubes sombriacuteas que ennegreciacutean su alma Tambieacuten la miacutea se encapotaba lentamente cayendo en hondas tristezas porque acostumbrada a verse sentildeora de los sentimientos de aquel hombre padeciacutea mucho al considerar perdido su amoroso dominio y esa tiraniacutea dulciacutesima que al mismo tiempo embelesa al amo y al esclavo

Pero auacuten conservaba yo gran parte de mi [156] prestigio Venciacute aunque sin poder conseguir la tranquilidad que acompantildea a los triunfos completos porque descubriacute en su complacencia algo de violento y forzado Pareciacutea que al corresponder a mi leal carintildeo lo haciacutea maacutes bien por delicadeza y por deber que por verdadera inclinacioacuten Esto me atormentoacute toda la noche quitaacutendome el suentildeo Cuando pude dormir la imagen de la pobre hueacuterfana que recorriacutea media Espantildea buscando a su hermano a su amante o lo que fuera se me presentoacute para atormentarme maacutes iexclAy iexclqueacute terrible es una gran falta sin eacutexito

La visioacuten de la mujer errante no se quitaba de mi imaginacioacuten Pero yo entonces creyeacutendome menos amada de lo que mi freneacutetica ambicioacuten de amor exigiacutea pensando que me habiacutean vencido ajenos recuerdos y vaguedades sentimentales referentes a otra persona me gozaba con fiera crueldad en la desolacioacuten de la hermana viajera

-iexclBien -le deciacutea- corre tras eacutel corre hoy y mantildeana y siempre para no encontrarle al fin Muy bien hipocritona iexcliexclme alegro me alegro [157]

- XX -

Al diacutea siguiente muy temprano entroacute Campos en casa Ya he dicho que este masoacuten era amigo muy constante de la familia con quien yo viviacutea un matrimonio alaveacutes de edad madura y sin hijos extrantildeo por lo general a las pasiones poliacuteticas aunque la sentildeora como buena vascongada se inclinaba al absolutismo Campos entroacute gritando

-iexclYa nos la ha pegado ese tunante

Al punto comprendiacute lo que queriacutea expresar

-La Bisbal ha capitulado iquestno es eso -le dije- iexclQueacute noticia Ya lo suponiacuteamos

-Pero al menos sentildeora al menos -manifestoacute Campos con afaacuten- Las formas es preciso guardar ciertas formas Todos estamos dispuestos a capitular porque no es posible vivir en lucha con la general corriente ni con la Europa entera pero pero

-iquestY queacute ha hecho La Bisbal

-Dar un manifiesto

-Ya lo suponiacutea es el hombre de los manifiestos

-Un manifiesto en que dice que siacute y que no [158] y que tira y afloja y que blanco y que negro En fin un manifiesto de La Bisbal Despueacutes ha entregado el mando al marqueacutes de Castelldosrius y ha desaparecido El ejeacutercito estaacute desmoralizado La mayor parte de los soldados se van a donde les da la gana y aquiacute nos tiene usted como el 3 de Diciembre de 1808 en poder de los franceses iquestVamos a ver queacute hace ahora un hombre honrado como yo iquestQueacute hacen ahora los hombres que no se han metido en nada que desde su campo defendieron siempre el orden y las conveniencias

Yo haciacutea esfuerzos para contener la risa La zozobra del masoacuten en momentos de tanto apuro y su afaacuten por presentarse como hombre de orden ofreciacutean un cuadro tan gracioso como instructivo

-iquestDe modo que ya se acaboacute la Constitucioacuten -dijo la sentildeora de Saracha elevando majestuosamente las manos al cielo como en accioacuten de gracias- Pues ahora habraacute perdoacuten general Se reconciliaraacuten todos los espantildeoles daacutendose fraternales abrazos y amparaacutendose bajo el manto amoroso del Rey

Yo me echeacute a reiacuter

-No es mal perdoacuten el que nos aguarda -dijo Campos con detestable humor- iexclBonito manto nos ampararaacute Ya se ha alborotado la [159] gentuza de los barrios bajos y las caras siniestras las manos negras y rapaces los trabucos y las navajas van apareciendo Nada nada Tendremos escenas de luto y de ignominia otro 10 de Mayo de 1814

-iquestSeraacute posible Pues me parece que efectivamente hay algo de alboroto en la calle -dijo mi amiga asomaacutendose al balcoacuten

Viviacuteamos en la calle de Toledo que es la arteria por donde la emponzontildeada sangre sube al cerebro de la villa de Madrid en los diacuteas de fiebre Cruzaban la calle gentes del

pueblo en actitud poco tranquilizadora Al poco rato oiacutemos gritar laquoiexclviva la religioacutenraquo laquoiexclvivan la caenasraquo Fue aquella la primera vez de mi vida que oiacute tal grito y confieso que me horrorizoacute

Campos no quiso asomarse porque le enfureciacutean los desahogos de la plebe (mayormente cuando chillaba en contra de los liberales) y seguiacutea diciendo

-Veremos coacutemo tratan ahora a los hombres honrados que han defendido el orden que han procurado siempre contener al democratismo y a la demagogia

No pude vencer mi natural inclinacioacuten a las burlas y le dije

-Sr Campos no doy cuatro cuartos por su pellejo de usted [160]

-Ni yo tampoco -me respondioacute riendo

Eacutel en medio de su descontento esperaba filosoacuteficamente el fin seguro de sobrenadar tarde o temprano en el pieacutelago absolutista Era ademaacutes hombre de tanto valor como osadiacutea

La gente de los barrios bajos siguioacute alborotando todo el diacutea Moviose la tropa para mantener el orden y el general Zayas que mandaba en Madrid y habiacutea firmado la capitulacioacuten aquella misma mantildeana con los franceses pareciacutea dispuesto a ametrallar sin compasioacuten a la canalla En gran zozobra viviacuteamos todos los vecinos de la Villa porque se hablaba de saqueo y de la aproximacioacuten de las partidas de Bessiegraveres el infante aventurero que defendiendo el despotismo queriacutea lograr lo que no pudo conseguir combatiendo por la Repuacuteblica

Pero la principal causa de mi inquietud era no ver a mi lado a la persona que maacutes me interesaba en aquellos diacuteas Le espereacute toda la mantildeana y toda la tarde y como a ninguna hora pareciacutea y habiacutea hecho promesa de visitarme creiacute que le pasaba algo desagradable Por la noche no pude refrenar mi ardorosa impaciencia y voleacute a su casa Tampoco estaba en ella y el anciano portero y maestro de escuela armado de fusil en medio de la porteriacutea furioso y exaltado [161] cual si acabara de escaparse de un manicomio me inspiroacute tanto miedo que no quise esperar alliacute

Paseacute la noche en un estado de angustia horrible Corriacutean rumores de que al diacutea siguiente habriacutea saqueo prisiones muertes y escandalosas escenas Se deciacutea que los liberales maacutes sentildealados eran perseguidos por las calles como perros rabiosos y apedreadas sus casas Yo no podiacutea vivir Al amanecer del otro diacutea que era el 20 de Mayo busqueacute a Salvador en diversos puntos y tampoco le pude encontrar Antes de volver a casa vi movimiento de tropas en la Puerta del Sol y me dijeron que Bessiegraveres habiacutea aparecido con sus cuadrillas que yo llamaba de asesinos de la Fe por detraacutes del Retiro amenazando entrar en Madrid La plebe de los barrios bajos se le habiacutea reunido y como hambrientos perros aullaban mirando a la Corte con ansias de devorarla Todo Madrid estaba aterrado y yo maacutes que nadie no por el temor del saqueo sino por la sospecha de que la persona maacutes cara a mi corazoacuten hubiera sido viacutectima del furor de la plebe

Espereacute tambieacuten todo aquel diacutea Campos entroacute a darnos noticias de lo que pasaba Oiacuteamos cantildeonazos lejanos y a cada instante [162] creiacuteamos ver llegar y difundirse por las calles a la desenfrenada turba salvaje ebria de sangre y de pillaje Pero Dios no quiso que en aquel diacutea triunfaran los malvados El general Zayas destrozoacute a los asesinos de la Fe acuchillando a los chisperos y mujerzuelas que graznaban entre ellos La plebe aterrada volvioacute a sus oscuras guaridas y mucha gente mala huyoacute a los campos aguardando a poder entrar con los franceses Desde que supimos el gran peligro a que habiacuteamos estado expuestos los habitantes de Madrid todos deseaacutebamos que llegasen de una vez los cien mil hijos de San Luis para que estableciendo un Gobierno regular contuvieran a la canalla azuzada por los realistas furibundos

Al fin saliacute de la angustia que me atormentaba En la mantildeana del diacutea 21 el proacutefugo por quien yo habiacutea derramado tantas laacutegrimas se presentoacute delante de miacute en estado bastante lastimoso desencajado y lleno de contusiones con los ojos encendidos seca la boca cubierta de sudor la hermosa frente rotos y llenos de polvo los vestidos

Al punto comprendiacute que habiacutea sido maltratado por las feroces bestias populares No le dije nada y me apresureacute a cuidarle proporcionaacutendole alimento y reposo Eacutel me miraba [163] con extraviados ojos Apretando los puntildeos exclamoacute

-iquestHas visto a la canalla

Necesitaba sosiego y por todos los medios procureacute tranquilizarle

-No pienses maacutes en eso -le dije- y regociacutejate ahora en la paz de mi compantildeiacutea y en esta dulce soledad en que estamos

-iexclNo puedo no puedo -exclamoacute con gran agitacioacuten

Y despueacutes repetiacutea

-iquestHas visto a la canalla iexclPero queacute canalla es la canalla

Maacutes tarde me contoacute que se habiacutea visto en gran peligro porque al salir de un sitio en que estaban reunidas varias personas contrarias al despotismo fue acometido pudiendo salvar a duras penas la vida gracias a su energiacutea y al coraje con que se defendioacute

Su estado febril inspirome bastante ansiedad aquella noche que pasoacute en mi casa pero a la mantildeana siguiente su prodigiosa naturaleza habiacutea triunfado de la ebullicioacuten de la sangre irritada

-No puedo ir a mi casa -me dijo- y aun seraacute peligroso que salga a la calle pero yo necesito disponer mi viaje

-iquestVuelves al Norte [164]

-No tengo que ir a Sevilla donde estaacute lo que queda de Gobierno liberal No tengo ya ni un resto siquiera de esperanza pero es preciso que cumpla fielmente la comisioacuten del general Mina y vaya hasta las uacuteltimas extremidades para que me quede al menos el

consuelo de haberlo intentado todo y para que se pueda decir esta verdad terrible laquoNo hubo un solo liberal en Espantildea que supiera cumplir con su deberraquo

-Pues si vas a Andaluciacutea ireacute contigo -dije con mucho gozo regocijaacutendome ya con la idea de acompantildearle y huir de Madrid pueblo que tanto alarmaba a mi conciencia

-El viaje no seraacute faacutecil -respondioacute sin demostrar grande entusiasmo por mi compantildeiacutea- mayormente para una sentildeora

-Para miacute todo es faacutecil

-No se encontraraacuten carruajes

-Como ruede el dinero rodaraacuten los coches

-La policiacutea vigilaraacute la salida de los liberales

-No importa

Sin peacuterdida de tiempo empeceacute mis diligencias para nuestro viaje Las dificultades eran grandes Ninguacuten propietario de coches queriacutea arriesgar su material y sus caballeriacuteas porque los facciosos se apoderaban de ellas No me acobardeacute sin embargo y seguiacute mis pesquisas [165] Campos tambieacuten deseaba proporcionar a mi amigo faacutecil escapatoria

La entrada de los franceses que se verificoacute el diacutea 23 me dio alguna esperanza mas por desgracia entre las fuerzas de vanguardia no veniacutea el conde de Montguyon Vi en cambio muchos guerrilleros del Norte de fiero aspecto y tembleacute de pavor deseando entonces maacutes vivamente huir de la Corte

iexclY queacute desorden en los primeros momentos de aquel diacutea Por mucha prisa que se dieron los franceses a establecerse no lograron impedir mil excesos

Hombres cuyo furor habiacutea sido pagado corriacutean por las calles celebrando entre borracheras el horrible carnaval del despotismo Rompiacutean a pedradas los cristales trazaban cruces en las puertas de las casas donde viviacutean liberales como sentildeal de futuras matanzas escarneciacutean a todo el que no era conocido por su exaltacioacuten absolutista gritaban como locos maldiciendo la libertad y la Nacioacuten No escapaban de sus groseriacuteas las personas indiferentes a la poliacutetica porque era preciso haber sido perro de presa del absolutismo para obtener perdoacuten Algunos frailes de los que maacutes habiacutean escandalizado en el puacutelpito con sus sermones sanguinarios eran llevados en triunfo [166]

Yo saliacutea de misa de San Isidro y me vi insultada y seguida por una turba de mujerzuelas feroces soacutelo porque llevaba un lazo verde El color verde era ya el color de la ignominia como emblema del liberalismo que tantas veces habiacutea escrito sobre eacutel Constitucioacuten o muerte Vi maltratar a un joven de buen porte soacutelo porque usaba bigote y desde aquel diacutea el tal adorno de las varoniles caras fue sentildeal de franc-masonismo y de extranjeriacutea filosoacutefica

Quien vio una vez tales escenas no puede olvidarlas Mis ideas habiacutean cambiado mucho desde mi viaje a Francia Conservando el mismo respeto al Trono y al Gobierno fuerte habiacutea perdido el entusiasmo realista Pero en aquel diacutea tristiacutesimo se desvanecieron en mi cabeza no pocos fantasmas y aunque seguiacute creyendo que uno solo gobierna mejor que doscientos el absolutismo popular me inspiroacute aversioacuten y repugnancia indecibles

No habiacutea concluido de referir en mi casa el gran peligro que habiacutea corrido por llevar un lazo verde cuando entroacute Campos Traiacutea semblante muy alegre

-Ya estaacute resuelta la cuestioacuten de tu viaje -dijo a Salvador- Esta noche puedes marchar si quieres [167]

-iquestCoacutemo -preguntamos eacutel y yo

-De un modo tan sencillo como seguro El marqueacutes de Falfaacuten de los Godos (9) habiacutea pensado marchar a Andaluciacutea Como la pobre Andrea estaacute tan delicada En fin se han decidido a salir esta noche Tienen silla de postas propia Al punto me he acordado de ti Falfaacuten de los Godos tiene gusto en llevarte y se alegra mucho de tu compantildeiacutea

-Eso no puede ser -dije vivamente saliendo al encuentro de aquella proposicioacuten con verdadera furia que trataba de disimular

-iquestPor queacute no ha de poder ser sentildeora miacutea -dijo Campos- En la silla de postas iraacuten coacutemoda y seguramente el Marqueacutes mi sobrina con su hijo la doncella y dos criados que seremos nosotros Salvador y yo Perfectiacutesimamente

El taimado masoacuten se restregaba las manos en sentildeal de regocijo

-Me parece una excelente idea -dijo Monsalud miraacutendome- iquestNo crees tuacute lo mismo

Yo no contesteacute nada Estaba furiosa Eacutel debioacute comprender (10) en mis ojos la tempestad que se habiacutea desatado en mi corazoacuten mas no por conocerlo se apresuroacute a conjurarla Antes [168] bien ocupose de disponer su viaje con una calma con una indiferencia hacia miacute que me irritaron maacutes Mi dignidad me impediacutea pedir un puesto en aquel coche que se iba a llevar la mitad de mi alma La misma dignidad me impediacutea recordarle nuestro dulce propoacutesito de ir juntos Encerreme breve rato en mi cuarto para que nadie conociese la alteracioacuten nerviosa que me sacudiacutea y con los dientes hice pedazos un pantildeuelo inocente Mis ojos secos e inflamados no podiacutean dar salida a la angustia de mi corazoacuten derramando una sola laacutegrima

Cuando me presenteacute de nuevo mi apariencia no podiacutea ser maacutes tranquila Afectaba naturalidad y hasta alegriacutea tanta era la fuerza de mi disimulo cuando yo llamaba todas las fuerzas de la voluntad para forjar la maacutescara de hierro bajo la cual escondiacutea mi verdadero semblante lleno de luto y consternacioacuten iexclQueacute padecimiento tan grande iquestCoacutemo no si Salvador mismo me habiacutea contado toda la historia de sus relaciones con Andrea Campos despueacutes marquesa de Falfaacuten de los Godos Yo la habiacutea tratado bastante despueacutes de ser marquesa La admirable hermosura de la americanilla representaacutendose en mi imaginacioacuten me la quemaba como un hierro abrasado

Tuve valor para verles partir Vi a la sobrina [169] de Campos subir al coche hacieacutendose la interesante con su languidez de dama enfermita vi al viejo Marqueacutes engomado y lustroso como un muntildeeco que acaba de salir del taller de juguetes vi a Salvador tomando en brazos y besando con el mayor gusto al nintildeo de la Marquesa no quise ver maacutes iexclEl coche partioacute iexclSe fueron

- XXI - Se fueron y yo me quedeacute Las laacutegrimas que antes no habiacutean querido salir de mis ojos brotaron a raudales abrasaacutendome las mejillas No podiacutea dejar de pensar en la hipocritona que corriacutea por los campos desiertos lanzada por miacute al interminable viaje de la desesperacioacuten pero lejos de tenerle laacutestima aquel recuerdo avivaba mi hondo furor hacieacutendome exclamar -iexclMe alegro mil veces me alegro

iexclCuaacuten grande habiacutea sido mi castigo Para que este fuera maacutes evidente fui condenada por Dios al mismo suplicio de viajar buscando a una persona amada al martirio indescriptible de correr un diacutea y otro diacutea como el que huye de su sombra siempre impaciente [170] siempre anhelante precipitada siempre de la esperanza al desengantildeo y del desengantildeo a una nueva esperanza Porque siacute yo emprendiacute tambieacuten el viaje a Andaluciacutea tres diacuteas despueacutes Estaba en la alternativa de morir de despecho o correr tambieacuten Hubo en miacute desde aquel diacutea algo de la maldicioacuten espantosa que pesaba sobre el judiacuteo errante y me sentiacute como arrastrada por la fuerza de un huracaacuten

iexclAy el huracaacuten estaba dentro de miacute misma en mi despecho en mis celos en un loco afaacuten de no hallarme lejos de dos personas cuya imagen ni un solo instante se apartaba de mi pensamiento Si mis lectores me han conocido ya por lo que va contado de mi borrascosa vida comprenderaacuten que yo no podiacutea quedarme en Madrid Mi caraacutecter me lanzaba fuera como la poacutelvora lanza la bala

Partiacute Pero antes debo decir coacutemo pude conseguir los medios para ello Mi primer paso fue recurrir a Eguiacutea mas desde la entrada de los franceses le habiacutean arrinconado como trasto viejo y una Regencia fresca y lozana funcionaba en su lugar Nombrola Angulema de acuerdo con el Consejo de Estado y la componiacutean los duques del Infantado y de Montemart el baroacuten de Eroles el obispo de Osma y don Antonio Goacutemez Calderoacuten Secretario de ella [171] era el venenoso Calomarde (11) al cual me dirigiacute solicitando un pase y licencia para el uso de coche-posta Recibiome tan friacuteamente y con tanta soberbia e hinchazoacuten que no pude menos de recordar al Don Soplado del poeta sainetero D Ramoacuten de la Cruz

Le desprecieacute como mereciacutea y recurriacute a don Viacutector Saacuteez nombrado Ministro de Estado pero este me recordoacute a la rana cuando quiso parecerse al buey Tuvo el mal gusto de echarme en cara mi supuesta conversioacuten al constitucionalismo y a la Carta francesa diciendo mil necedades presuntuosas y aun amenazaacutendome Su fatuidad semejante a la del pavo cuando se sopla y arrastra las alas para meter ruido me hizo reiacuter en sus propias barbas El uacutenico que se me mostroacute algo propicio fue Erro hombre honrado y modesto Pero nada positivo saqueacute de la flamante situacioacuten que daba pruebas

de su agudeza poliacutetica volviendo las cosas al propio ser y estado que teniacutean en 7 de Marzo de 1810 restableciendo los antiguos Consejos y la Sala de Alcaldes de Casa y Corte Era esto volver a los tontillos al guarda-infante y al pelo empolvado

Por mi ventura llegoacute a Madrid el conde de [172] Montguyon Le vi hiacutezome la centeacutesima declaracioacuten de amor y luego con semblante dolorido me dijo

-Soy muy desgraciado sentildeora en no poder estar cerca de vos Tengo que partir con el general Bourdesoulle para esa poeacutetica regioacuten que llaman la Mancha idealizada por las aventuras del gran caballero

Entonces le manifesteacute que si me proporcionaba los medios de hacer el viaje poniendo yo por mi cuenta todos los gastos le seguiriacutea a aquel encantado paiacutes que hizo ceacutelebre el gran caballero Al oiacuter esto se volvioacute todo obsequios y tres diacuteas despueacutes teniacutea yo a mi disposicioacuten una silla de postas con caballos del cuartel general de Bourdesoulle y un pase que me aseguraba el respeto de las turbas por todo el traacutensito que iba a recorrer

Saliacute al fin de Madrid acompantildeada de mi doncella Saliacute como el agua de una esclusa cuando se le abren las compuertas que la sujetan Yo no veiacutea bastante llanura por donde correr en ninguacuten momento me pareciacutea que andaba bastante mi coche enfadaacutebame el cansancio de las mulas la pesadez de los mesoneros y la flema del mayoral que se poniacutea siempre de parte de las caballeriacuteas en mi febril contienda con el tiempo y la distancia [173]

En los pueblos por donde raacutepidamente pasaba vi escenas que me causaron tanta indignacioacuten como verguumlenza En Ocantildea habiacutean quitado las imaacutegenes que adornaban el aacutengulo de algunas calles poniendo en su lugar el retrato de Fernando entre cirios y ramos de flores y debajo la piadosa inscripcioacuten laquoiexclVivan las caenasraquo En Tembleque presencieacute el acto solemne de arrojar al piloacuten donde bebiacutean las mulas a dos o tres liberales y otros tantos milicianos En Madridejos tuve miedo porque una turba que invadiacutea el camino cantando coplas tan disparatadas como obscenas quiso detenerme fundada en que el mayoral habiacutea tocado con su laacutetigo el estandarte realista que llevaba un fraile Necesiteacute mostrar mucha serenidad y aun derramar alguacuten dinero para que no me causasen dantildeo pero no pude seguir hasta que no llegaron a aquel ilustrado pueblo las avanzadas de la caballeriacutea francesa

En Puerto Laacutepice se rompioacute una ballesta de mi coche ocasionaacutendome una detencioacuten de dos diacuteas Las horas eran siglos para miacute Me quemaba la tierra bajo los pies Yo hubiera deseado poseer la autoridad de una reina asiaacutetica para vencer tantas dificultades atando a los hombres al pescante de mi coche La desproporcioacuten [174] enorme entre mi impetuoso anhelo y los medios materiales de que disponiacutea me llevaron a un lamentable estado nervioso que de ninguacuten modo podiacutea calmar Uacutenicamente logreacute un poco de alivio a aquel penoso hervor de mi caraacutecter empleando un medio bastante pueril pero que no pareceraacute muy absurdo a las mujeres que se me asemejan Consistiacutea en tomar el laacutetigo del mayoral y ponerme a descargar furiosos latigazos sobre los robles del camino en Sierra Morena y sobre los olivos de Andaluciacutea

En Sierra Morena halleacute nuevos obstaacuteculos Alliacute habiacutea una especie de ejeacutercito espantildeol mandado por una especie de general que teniacutea el encargo de hacer una especie

de resistencia a las tropas de Bourdesoulle Dios habiacutea decidido que no hubiese otro Baileacuten en la historia y los inocentes que creiacutean en un nuevo 19 de Julio de 1808 se llevaron gran chasco iexclParece mentira Quince antildeos despueacutes los papeles de aquel drama habiacutean cambiado Los personajes eran los mismos Creeriacutease que habiacutean resucitado los muertos de la gloriosa eacutepoca pero que al vestirse se habiacutean equivocado de uniforme

En pocas horas fue desbaratado Plasencia (que asiacute se llamaba el general que defendiacutea [175] la puerta de Andaluciacutea) y los franceses pisaron el glorioso campo de las Navas de Tolosa de Menjiacutebar y de Baileacuten Menos afortunada yo fui otra vez detenida y ahora el conde de Montguyon a quien Bourdesoulle mandoacute situarse en Guarromaacuten mostroacute muy poco intereacutes porque yo siguiera adelante Con todo tales artes useacute para sacar partido de su caballeriacutea andante que me libreacute de eacutel muy lindamente Por fin el 6 de Junio entreacute en Coacuterdoba donde no me detuve maacutes que lo preciso

El 9 por la tarde vi a lo lejos una inmensa mole rojiza que iluminaban los rayos del moribundo sol Ante miacute se extendiacutean hermosas llanadas de trigo como un campo de oro cuya reverberacioacuten amarilla ofendiacutea a los ojos Yo no habiacutea visto un cielo maacutes alegre ni un ambiente maacutes respirable y que maacutes embelesase los sentidos ni un crepuacutesculo maacutes delicioso La enorme torre que se destacaba a lo lejos sobre apretado caseriacuteo y entre otras mil torres pequentildeas iba creciendo a medida que yo me acercaba y pareciacutea venir a mi encuentro con gigantesco paso La torre era la Giralda y la ciudad Sevilla [176]

- XXII - iexclSevilla iexclDe queacute manera tan grata heriacutea mi imaginacioacuten este nombre iexclQueacute idealismo tan placentero despertaba en miacute No creo que nadie haya entrado en aquel pueblo con indiferencia y desde luego aseguro que el que entre en Sevilla como si entrara en Pinto es un bruto iexclEl Burlador D Pedro el Cruel Murillo Bastan estas tres figuras para poblar el inmenso recinto que es en todas sus partes teatro de la novela y el drama lienzo y marco de la pintura iexclY hasta las pinturas sagradas son alliacute voluptuosas Para que nada le falte hasta tiene a Manolito Gaacutezquez cuyas hipeacuterboles graciosas han dado la vuelta a Espantildea y parece que forman la base de la riqueza anecdoacutetica nacional

En Sevilla la noche y el diacutea se disputan a cuaacutel es maacutes bello pero cuando llega el rigor del verano vence irremisiblemente la noche asumiendo todos los encantos de la naturaleza y de la poesiacutea Para ella son los delicados aromas de jazmines y rosas para ella el picante [177] rumor de las conversaciones amorosas para ella la dulce tibieza de un ambiente que recrea y enamora las quejumbrosas guitarras que expresan todo aquello a que no pueden alcanzar las lenguas Cuando yo llegueacute se dejaba sentir bastante el calor sin ser insoportable pero las noches eran deliciosas un paraiacuteso en el cual no se echaba de menos el sol

Me alojeacute en una hermosa posada de la calle de Geacutenova y desde la noche de mi llegada vi a muchos diputados que moraban alliacute y a otros que iban a visitarles Aquello

era un hervidero de gente habladora una olla puesta al fuego Sus agitadas disputas sus gestos sus furores indicaban la gravedad de la situacioacuten

Viviacutean conmigo Arguumlelles Canga Arguumlelles Salvato Floacuterez Calderoacuten el canoacutenigo Villanueva y D Cayetano Valdeacutes el almirante Iban a visitar a estos Galiano Istuacuteriz Beltraacuten de Lis D Aacutengel de Saavedra despueacutes duque de Rivas y otros Con algunos de ellos teniacutea yo amistad Oyeacutendoles supe que se habiacutea descubierto una conspiracioacuten tramada por cierto general ingleacutes llamado Downie el mismo que habiacutea organizado una partida de combatientes en la guerra de la Independencia La conspiracioacuten debioacute de ser muy inocente como todas las modas de aquel tiempo y todo en ella fue de [178] sainete hasta el descubrimiento hecho por un cirujano

Tan soacutelo descanseacute en la noche de mi llegada y el diacutea siguiente que era el 10 de Junio di principio a mis investigaciones saliendo a hacer algunas visitas Al pasar por las calles maacutes principales experimentaba profunda emocioacuten creyendo ver semblantes conocidos Yo no seacute queacute habiacutea en aquella fisonomiacutea de la multitud para turbarme tanto pero esto pasa cuando lo que amamos se pierde en las oleadas del gentiacuteo al cual presta su rostro y su persona toda

Aprovechando bien el diacutea pude ver a muchas personas y dar con alguna que me indicoacute el domicilio de los marqueses de Falfaacuten Este era el principal objeto de mis impacientes ansias Pero en aquel diacutea 10 de Junio precursor de una de las fechas maacutes ceacutelebres de nuestra historia nadie hablaba de otra cosa que de poliacutetica de la resistencia del Rey a trasladarse a Caacutediz y del empentildeo de los Ministros en llevaacuterselo de grado o por fuerza Advertiacute entonces que no era Sevilla poblacioacuten muy liberal y que en la contienda entablada la mayoriacutea de los paisanos de Manolito Gaacutezquez se poniacutean de parte del Rey Por un fenoacutemeno extrantildeo la aristocracia apareciacutea maacutes enemiga [179] del absolutismo que el pueblo pero esto no me causaba sorpresa por haber observado el mismo contrasentido en Madrid

No pudiendo refrenar mi impaciencia aquella misma noche fui a casa del marqueacutes de Falfaacuten Las visitas de noche son sumamente agradables en verano y en aquel paiacutes contribuyendo a ello los frescos patios trocados en salones de tertulia Nadie puede sin haber visto estos agradables recintos formar idea de ellos y del hermoso conjunto que presentan las plantas la fuente de maacutermol con su murmurante surtidor los espejos los cuadros al mismo tiempo iluminados por las bujiacuteas y por el rayo de luna que penetra burlando el toldo la dulce chaacutechara de las conversaciones maacutes dulce a causa del gracioso ceceo beacutetico y por uacuteltimo las lindas andaluzas que alegrariacutean un cementerio cuanto maacutes un patio de Sevilla

Habiacutea pocas personas en casa de Falfaacuten Encontreacute a la Marquesa muy desmejorada y triste en gran manera lo cual no seacute si me causoacute pena o alegriacutea Creo que ambas cosas a la vez Yo justifiqueacute mi viaje a Sevilla suponiendo asuntos de intereses y no me atreviacute a preguntar por eacutel ni siquiera a nombrarle para que mi afectada indiferencia alejara todo recelo Teniacutea esperanza de verle entrar en el patio [180] cuando menos lo pensase y me preparaba para no turbarme en el momento de su aparicioacuten Cualquier ruido de la puerta me haciacutea temblar daacutendome los escalofriacuteos propios de la pasioacuten en acecho

Sin que me esteacute mal el decirlo y poniendo la verdad por delante de todo aun de la modestia yo estaba guapiacutesima aquella noche vestida al estilo de Pariacutes con una

elegancia superior a cuanto veiacutean mis ojos Harto me lo probaban los de los caballeros alliacute presentes que no se apartaban de miacute causando envidia a todas Como los andaluces no son cortos de genio aquella noche recibiacute galanteriacuteas y donaires para el antildeo entero

Mi afaacuten consistiacutea en sacar alguna luz alguacuten dato alguna noticia de mi conversacioacuten con la marquesa de Falfaacuten pero fuese discrecioacuten suma o ignorancia de la hermosa dama ello es que nada dejoacute comprender Hablaba lo menos posible y con sus miradas lo mismo que con el sentido de sus palabras soacutelo una cosa me deciacutea claramente es a saber que me aborreciacutea de todo corazoacuten Yo maestra consumada disimulaba mejor que ella

El marqueacutes de Falfaacuten de los Godos hablaacutendome de poliacutetica me distrajo de esta batalla que yo daba a la taciturna reserva de [181] Andrea Las aficiones que yo habiacutea mostrado en Madrid a las cosas puacuteblicas me perdieron entonces porque el buen sentildeor me atacoacute con verdadera ferocidad de charlatanismo deseando saber mi opinioacuten sobre sucesos y personas Mi fastidioso interlocutor era liberal templado partidario de un justo medio muy justamente mediano y de las dos Caacutemaras y del veto absoluto Habiacutea tenido sus repulgos de masoacuten repetiacutea los dichos de Martiacutenez de la Rosa y era bastante volteriano en asuntos religiosos Defendiacutea al clero como fuerza poliacutetica pero se burlaba de los curas del Papa y aun del dogma mismo sin que esto fuera obstaacuteculo para creer en la conveniencia de que hubiese muchos cleacuterigos muchos obispos muchiacutesimas misas y hasta Inquisicioacuten En suma las ideas del Marqueacutes eran el capullo de donde corriendo diacuteas salioacute la mariposa del partido moderado

Decir cuaacutento me mareoacute aquella noche fuera imposible Tuve que saber cosas que a la verdad me interesaban poco por ejemplo que Calatrava a la sazoacuten presidente del Ministerio no era hombre apropiado a las circunstancias que los masones primitivos o descalzos estaban en gran pugna con los secundarios o calzados y ambos con los comuneros y carbonarios [182] que los partidarios de San Miguel trabajaban por echarlo todo a perder maacutes de lo que estaba y que cuando ocurrioacute el cambio de Ministerio que habiacutea llevado al poder a los amigos de Calatrava se habiacutean visto cosas muy feas Exaltaacutendose a medida que entraba en materia me dijo que eacutel (el marqueacutes de Falfaacuten de los Godos) habriacutea sido ministro si hubiera querido cuando se negoacute a serlo Flores Estrada pero que no quiso meterse en danzas que eacutel (el propio Marqueacutes) habiacutea previsto los terribles sucesos que ya estaban cerca y que la ruina del pobre sistema era ya inminente y segura Apoyaacutebanle en esto todos los presentes mientras yo me aburriacutea a mis anchas oyeacutendole Era para morir

Habiendo dicho uno de los tertulios que Su Majestad se negariacutea resueltamente a salir de Sevilla el Marqueacutes habloacute asiacute

-Pues el Gobierno insiste en llevaacuterselo a Caacutediz iexclqueacute tonteriacutea y como el Rey insiste en no ir el Gobierno piensa declararle loco iexclLoco Su Majestad sentildeores el hombre maacutes cuerdo de toda Espantildea el uacutenico espantildeol que sabe a doacutende va y por doacutende ha de ir

Luego dirigieacutendose a miacute y como quien habla en secreto me dijo que Calatrava era un hombre atolondrado Yandiola Ministro de [183] Hacienda una nulidad y el de la Guerra Saacutenchez Salvador un insensato

Yo estaba nerviosa a maacutes no poder Las palabras se me veniacutean a la boca para contestarle de este modo

-iquestY a miacute queacute me cuenta usted de todo eso sentildeor Marqueacutes iquestQueacute me importa a miacute que Calatrava sea un majadero Yandiola y Saacutenchez Salvador dos majaderos y usted maacutes majadero que todos ellos

Pero con no poco trabajo me conteniacutea Obligada a decir algo a causa de mi piacutecara reputacioacuten me complaciacutea en contradecirle de modo que todo lo que para eacutel era blanco yo lo veiacutea negro A cuantos el Marqueacutes denigroacute yo les supuse talentos desmedidos En lo relativo a declarar loco a Su Majestad dije que me pareciacutea el acto maacutes cuerdo y acertado del mundo

-Pero sentildeora -me dijo el Marqueacutes- esto equivale a destronar a Su Majestad porque si le declaran incapacitado para reinar

-Justamente sentildeor Marqueacutes -repuse- Le destronan y luego le vuelven a entronizar le quitan y le ponen seguacuten conviene a las circunstancias iquestHay cosa maacutes natural iquestEl Rey no abre y cierra las Cortes Pues las Cortes abren o cierran al Rey cuando les acomoda

Tomaron a risa como lo mereciacutean mis observaciones [184] pero no por verme tan inclinada a las burlas cejoacute Falfaacuten en su fastidioso disertar

Entonces entroacute el priacutencipe de Anglona personaje distinguido de la fraccioacuten de Martiacutenez de la Rosa y el duque del Parque cuya vista me causoacute grande alegriacutea El Priacutencipe dijo que al diacutea siguiente habriacutea sesioacuten muy interesante para discutir lo que debiera hacerse en virtud de la negativa del Rey a salir de Sevilla Yo le pediacute una papeleta de tribuna al duque del Parque y ofrecioacute mandaacutermela Anglona se brindoacute a llevarme a Palacio Formando mi plan para el diacutea siguiente determineacute ver a Su Majestad y asistir a la sesioacuten de las Cortes encendiendo de este modo una vela a San Miguel y otra al diablo

El duque del Parque cuando no podiacutean oiacuterlo los demaacutes me dijo con malignidad

-Mi secretario a quien usted conoce le llevaraacute mantildeana la papeleta para la galeriacutea reservada de las Cortes

Al oiacuter esto parece que se abrieron delante de miacute los cielos Mi alma se llenoacute de alegriacutea que a no ser por el gran disimulo que echeacute sobre ella como se echa hipocresiacutea sobre un pecado hubiera sido advertida por la concurrencia Desde aquel momento todo se transformoacute a [185] mis ojos Cuanto dijo el marqueacutes de Falfaacuten de los Godos lo encontreacute discreto y agudo y sus majaderiacuteas me parecieron prodigios de ingenio y perspicacia poliacutetica A todo le contesteacute desplegando verbosidad abundante como en mis mejores tiempos de Madrid emitiendo juicios picarescos y sentenciosos juzgando a los personajes con graciosa malevolencia y retrataacutendoles con breves rasgos de caricatura Desde aquel momento tuve lo que me habiacutea faltado en toda la noche ingenio Respondiacute a las galanteriacuteas supe marear a maacutes de cuatro mortifiqueacute a la Marquesa alegreacute la reunioacuten Al retirarme no dejaba maacutes que tristezas y presentimientos detraacutes de miacute Yo me llevaba todas las alegriacuteas

- XXIII - Desde muy temprano me levanteacute pues poco dormiacute aquella noche Las noches de Sevilla no parece que son como las de otras partes para dormir Son para sontildear en vela Le aguardaba con tanta impaciencia que a cada instante saliacutea al balcoacuten esperando verle entre [186] la multitud que pasaba por la calle de Geacutenova De repente me anunciaron una visita Creiacute verle entrar saliacute corriendo pero mi corazoacuten dio un vuelco quedaacutendose friacuteo y quieto cual si hubiera tropezado en una pared Teniacutea delante al priacutencipe de Anglona un sentildeor muy bueno un caballero muy simpaacutetico muy atento pero cuya presencia me contrariaba extraordinariamente en aquel instante

Veniacutea para llevarme al Alcaacutezar

-Su Majestad -me dijo- recibe ahora muy temprano Anoche le manifesteacute que estaba usted aquiacute y me rogoacute que la llevase a su presencia hoy mismo

Yo quise hacer objeciones pretextando la inusitada hora pues no habiacutean dado las once pero nada me valioacute Eacuterame imposible resistir a aquella majaderiacutea insoportable que revestiacutea las formas de la maacutes delicada atencioacuten Tampoco podiacutea defenderme con dolor de cabeza vapores u otros recursos que tenemos para tales trances Humilleacute la frente como viacutectima expiatoria de las conveniencias sociales y despueacutes de arreglarme me dispuse a aceptar un puesto en la carroza del Priacutencipe no sin dejar antes a mi criada instrucciones muy prolijas para que detuviera hasta mi vuelta al que forzosamente habiacutea de venir Partiacute resuelta a hacer a Su Majestad [187] visita de meacutedico En aquella ocasioacuten deploreacute por primera vez que existieran Reyes en el mundo

Poca es la distancia que hay de la calle de Geacutenova al Alcaacutezar Antes de las doce estaba yo en la Caacutemara de Su Majestad y saliacutea gozoso a saludarme el descendiente de cien Reyes pegado a su regia nariz No pareciacutea nada contento pero mostroacute mucho placer en verme daacutendome a besar su mano y rogaacutendome que me sentase a su lado Tanta bondad que a cualquiera habriacutea ensoberbecido a miacute me hizo muy poca gracia y menos cuando con sus preguntas daba a entender que la visita seriacutea larga

Fernando quiso saber por miacute algunas particularidades de la entrada de los franceses en Madrid de la defeccioacuten de La Bisbal en Somosierra y de la derrota de Plasencia en Despentildeaperros Yo contesteacute a todo cuidando de la brevedad maacutes que de otra cosa y fingieacutendome ignorante de varios hechos que sabiacutea perfectamente pero ninguna de estas estratagemas me valiacutea porque Fernando VII que en el preguntar habiacutea sido siempre absoluto no se hartaba de oiacuter contar cada paso del ejeacutercito franceacutes y como ademaacutes de mis palabras le recreaba bastante como he dicho en otra ocasioacuten la boca que las deciacutea de aquiacute que no llevara [188] camino de saciar en muchas horas la curiosidad de su entendimiento y la concupiscencia de sus voraces ojos

-iexclAy iexclqueacute felices son las repuacuteblicas -penseacute- Al menos en ellas no hay Reyes pesados y preguntones que quieran saber noticias de la guerra a costa de la felicidad de sus suacutebditos

Yo le miraba haciendo esfuerzos heroicos para disimular mi descontento Al responderle deciacutea en mi interior

-Me alegrariacutea de que te encerraran en una jaula como loco rematado

Eacutel entonces sin indicios de conocer mi cansancio hablome asiacute con cierto tono de confianza

-Se empentildean en que me han de llevar a Caacutediz y yo me empentildeo en no salir de Sevilla Veremos si se atreven a llevarme a la fuerza o si yo cedo al fin

-No se atreveraacuten sentildeor

-Ellos saben -continuoacute- que en Caacutediz hay una terrible epidemia pero eso no les importa iexclA Caacutediz de cabeza iquestNada importa sentildeores diputados que yo y toda la real familia nos expongamos a perecer Veremos lo que decide el Consejo

-Decidiraacute lo maacutes conveniente [189]

-Yo les digo a esos sentildeores iquestCreen ustedes posible resistir a los franceses No Pues si al fin se ha de capitular iquestno es mejor hacerlo en Sevilla

-Admirable raciocinio sentildeor

-Nada a Caacutediz a Caacutediz y entretanto ni coches para el viaje ni recursos

Pareciacutea mortificado por dos o tres ideas fijas que agitadamente se sucediacutean en su mente y se enlazaban formando esa dolorosa serie de vibrantes ciacuterculos cerebrales que si no producen la locura la imitan Me fue preciso en vista de tanta pesadez fingirme enferma y pedirle permiso para retirarme Eacutel entonces iexcloh fiero y descomunal tirano se empentildeoacute en que me quedase en el Alcaacutezar donde se me preparariacutea habitacioacuten conveniente

-Te comprendo deacutespota -dije para miacute sofocando mi coacutelera

No habiacutea maacutes remedio que ser hurantildea y descorteacutes rehusando los obsequios y tapando mis oiacutedos a preguntillas que empezaban a dejar de ser poliacuteticas Al retirarme Su Majestad me dijo

-No saldreacute de Sevilla no saldreacute Veremos si se atreven

-No se atreveraacuten sentildeor -le respondiacute- Vuestra Majestad podraacute con una firme voluntad [190] desbaratar las maquinaciones de los peacuterfidos

Estas vulgaridades palaciegas le agradaban Le dejeacute entregado a sus febriles inquietudes y corriacute a calmar las miacuteas Por el camino iba contando el tiempo transcurrido que me pareciacutea largo como todo lo que precede a la felicidad que se espera Llegueacute a mi casa subiacute precipitadamente creyendo que eacutel saldriacutea a recibirme con los brazos abiertos pero en mis habitaciones halleacute un silencio y un vaciacuteo tristiacutesimos No estaba Mi primer impulso fue de ira contra eacutel por la audacia inaudita por la infame

crueldad de no estar alliacute pero luego tornaacuteronse contra el Rey mis furores cuando Mariana mi fiel criada me dijo que el caballero se habiacutea cansado de esperar

-iquestLuego ha estado aquiacute

-Siacute sentildeora ha estado maacutes de hora y media No hariacutea diez minutos que usted habiacutea salido cuando entroacute

-iquestY no dijo que volveriacutea

-No dijo nada maacutes sino que teniacutea que ir a las Cortes

-Yo tambieacuten tengo que ir a las Cortes -dije sintieacutendome como una maacutequina loca que mueve a la vez con precipitada carrera todas sus ruedas- Vamos viacutestete Mariana que no quiero perder esa gran sesioacuten [191]

Por no ir sola yo llevaba siempre conmigo a mi leal criada vestida de sentildeora imitando en esto la usanza francesa de las sentildeoritas de compantildeiacutea Esto era sumamente coacutemodo para miacute porque me libraba de la necesidad de admitir en muchos casos la compantildeiacutea de hombres importunos o antipaacuteticos En poco tiempo haciendo yo de sirviente y Mariana de sentildeora quedoacute vestida no tan bien que se desconociese su inferioridad con respecto a miacute pero con suficiente elegancia para poder ir al lado miacuteo Muchos la creiacutean hermana soltera o parienta pobre

- XXIV - Fuimos a las Cortes que estaban en San Hermenegildo en la calle de La Palma frente a San Miguel Difiacutecil hallamos la entrada a causa de la mucha gente que llenaba la calle agolpaacutendose en las puertas del edificio como las apintildeadas lapas en la roca Mujeres menos resueltas que nosotras habriacutean vuelto la espalda pero Mariana y yo sabiacuteamos romper las cortezas del vulgo y al fin nos abrimos paso y entrando [192] con desenfado y pie ligero subimos a la galeriacutea Desde antes de entrar en ella oiacutemos la voz de un orador que resonaba en medio del maacutes imponente silencio

Mucho hubimos de bregar para encontrar asiento pero al fin pidiendo mil veces perdoacuten y oyendo murmullos de descontento a un lado y otro logramos acomodarnos Mi primer cuidado no fue atender a lo que aquel gran orador deciacutea cosas sin duda altamente dignas de aplauso mi primer cuidado fue registrar con los ojos toda la galeriacutea reservada por ver si estaba alliacute quien me cautivaba maacutes que los discursos Pero ni a derecha ni a izquierda ni delante ni detraacutes le vi con lo cual la gran pieza oratoria que se estaba pronunciando empezoacute a serme muy fastidiosa

-iquestQuieacuten habla -pregunteacute a una sentildeora vieja que estaba junto a miacute

-Alcalaacute Galiano el gran orador -repuso en tono de extrantildeeza por mi ignorancia

-iquestY de queacute habla -pregunteacute sin temor de que la sentildeora vieja me creyera cerril

-iquestDe queacute ha de hablar Del suceso del diacutea

La sentildeora volvioacute el rostro hacia el saloacuten demostrando maacutes intereacutes por el discurso que por mis preguntas Yo no quise molestar maacutes y trateacute de atender tambieacuten El orador hablaba [193] de la patria del inminente peligro de la patria y de la salvacioacuten de la patria y de la gloria de la patria Es el gran tema de todos los oradores incluso los buenos No he conocido a ninguacuten poliacutetico que no estropeara la palabra patriotismo hasta dejarla inservible y en esto se me parecen a los malos poetas que al nombrar constantemente en sus versos la inspiracioacuten la lira el estro la musa ardiente la fantasiacutea hablan de lo que no conocen

Alcalaacute Galiano era tan feo y tan elocuente como Mirabeau Su figura bien poco acadeacutemica y su cara no semejante a la de Antinoo se embelleciacutean con la virtud de un talismaacuten prodigioso la palabra Le pasaba lo contrario que a muchas personas de admirable hermosura las cuales se vuelven feas desde que abren la boca Aquel diacutea el joven diputado andaluz habiacutea tomado por su cuenta el llevar adelante la hazantildea maacutes revolucionaria que registran nuestros anales

Los espantildeoles sentiacutean la comezoacuten de destronar algo y el afaacuten de probar la embriaguez revolucionaria que sin duda embelesa a los pueblos de Occidente como a los chinos el opio y dijeron laquohagamos temblar a los Reyes pues que ha llegado la hora de que los reyes tiemblen delante del puebloraquo Mas era aquiacute la [194] gente demasiado bondadosa para una calaverada sangrienta En otra parte al ver al Rey sistemaacuteticamente contrario a la Representacioacuten nacional le hubieran cortado la cabeza aquiacute le privaron del uso de la razoacuten temporalmente diciendo laquoSentildeor vuestro deseo de esperar aquiacute a los franceses nos prueba que estaacuteis loco Con arreglo a la Constitucioacuten declaramos que sois digno de un manicomio y de perder la autoridad real Vaacutemonos a Caacutediz y cuando estemos alliacute os adornaremos de nuevo con vuestra cabal razoacuten y seguiremos partiendo un confite como hasta aquiacuteraquo

Admirable recurso habriacutea sido este a mi parecer desde el punto de vista liberal teniendo un gran ejeacutercito para reforzar el argumento en los campos de batalla Sin fuerza aquel hecho probaba que los diputados estaban maacutes locos que el Rey y asiacute se lo dije a Falfaacuten de los Godos Con esto se comprende que el Marqueacutes habiacutea entrado en la galeriacutea colocaacutendose detraacutes de miacute Eacutel poniacutea mucha maacutes atencioacuten que yo al discurso y aun a los rumores que sonaban arriba y abajo

-Han llenado de gentuza la tribuna puacuteblica -me dijo en voz baja- para que aplauda las atrocidades que habla ese hombre

No seacute si era o no gente pagada pero es lo [195] cierto que a cada paacuterrafo coruscante terminado en la salvacioacuten de la patria o en el afrentoso yugo de esta Nacioacuten heroica la galeriacutea puacuteblica mugiacutea como una tempestad cercana iexclQueacute rugidos queacute gestos de baacuterbaro entusiasmo queacute manera de apostrofar Algunas sentildeoras tuvieron miedo y se retiraron lo cual me agradoacute en extremo porque la tribuna se quedoacute muy holgada

-iquestPiensa usted seguir hasta el fin -me dijo el marqueacutes de Falfaacuten endulzando su mirada hasta un extremo empalagoso

-Estareacute alguacuten tiempo maacutes -le dije- No me he cansado todaviacutea

Y miraba a diestra y siniestra esperando verle y no vieacutendole nunca Los que me conocen comprenderaacuten mi aburrimiento y pena No hay tormento peor que tener ocupada la mente por una idea fija que no puede ser desechada Es una espina clavada en el cerebro una acerada punta que hiere y que sin embargo no se puede ni se quiere arrancar Yo procuraba distraerme de aquel a manera de dolor agudiacutesimo charlando con Falfaacuten pero no conseguiacute nada La locura del Rey declarada por una votacioacuten que iba a verificarse la exaltacioacuten revolucionaria de los diputados la elocuencia fascinadora de Galiano no bastaban a dar otra direccioacuten a las fuerzas de mi espiacuteritu [196]

-iquestY usted queacute cree -me preguntoacute el Marqueacutes

-Yo no creo nada -respondiacute con el mayor hastiacuteo- Si he de hablar con franqueza nada de esto me importa gran cosa

-iexclQue declaren loco a Su Majestad

-Lo mismo que si lo declararan cuerdo Yo soy asiacute Parece que se cansan -antildeadiacute reparando que se suspendiacutean los discursos

-Es que ahora va una comisioacuten de las Cortes al Alcaacutezar a intimar al Rey Si no se resigna a salir

-iquestHabraacute maacutes discursos

-Las Cortes estaacuten en sesioacuten permanente Despueacutes vendraacute lo maacutes interesante lo maacutes dramaacutetico yo no pienso moverme de aquiacute

-Su Majestad ha de responder que no sale de Sevilla Me lo ha dicho esta mantildeana y aunque no tengo gran fe en su palabra parece que por esta vez va a cumplir lo que dice

-Lo mismo creo sentildeora En ese caso las Cortes despueacutes de este respiro que ahora se dan estaacuten dispuestas a poner en ejecucioacuten el artiacuteculo 187 de la Constitucioacuten

-iquestY queacute dice ese artiacuteculo

En el momento de formular esta pregunta me estremeciacute toda y me pasoacute por delante de [197] los ojos una claridad relampagueante Le vi habiacutea entrado en la tribuna inmediata y volviacutea sus ojos en todas direcciones como buscaacutendome Desde aquel instante las palabras del Marqueacutes no fueron para miacute sino un zumbido de moscardoacuten Por fin sus ojos se encontraron con los miacuteos

-iexclGracias a Dios -le dije empleando tan soacutelo el lenguaje de las pupilas

El Marqueacutes seguiacutea hablando Para que no descubriese mi turbacioacuten ni se enojase al verme tan distraiacuteda le pregunteacute de nuevo

-iquestY queacute dice ese artiacuteculo

-Si se lo he explicado a usted -repuso- Sin duda no me presta atencioacuten Es usted muy distraiacuteda

-iexclAh siacute estaba pensando en ese pobre Fernando

-El mejor procedimiento a mi modo de ver -manifestoacute Falfaacuten de los Godos gravemente- seriacutea

-iexclQue le cortaran la cabeza -indiqueacute mostraacutendome sin cuidarme de ello tan revolucionaria como Robespierre

-iexclQueacute cosas tiene usted -exclamoacute el Marqueacutes riendo

Y siguioacute hablaacutendome hablaacutendome es decir zumbando como un abejorro Pasados diez [198] minutos creiacute conveniente dirigirle otra vez la palabra y repetiacute mi preguntilla

-iquestY queacute dice ese artiacuteculo

-Por tercera vez se lo direacute a usted

Entonces me fue forzoso dedicarle un pedacito de atencioacuten

-El artiacuteculo 187 dice poco maacutes o menos que cuando se considere a Su Majestad imposibilitado moralmente para ejercer las funciones del poder ejecutivo se nombre una Regencia

-iquestCoacutemo la de Urgel

-Una Regencia constitucional sentildeora que desempentildee aquellas funciones

-iexclOh sentildeor Marqueacutes en todo soy de la misma opinioacuten de usted -exclameacute con artificiosa admiracioacuten- En pocos hombres he visto un juicio tan claro para hacerse cargo de los sucesos

Mireacute a Salvador Pareciome que con los expresivos ojos me deciacutea laquoSalgamosraquo Y al mismo tiempo saliacutea

-Yo me retiro sentildeor Marqueacutes -dije de improviso levantaacutendome

-Sentildeora iexclse marcha usted en el momento criacutetico -exclamoacute con asombro y pena- Se van a reanudar estas interesantes discusiones iexclQueacute discursos vamos a oiacuter

-Estoy fatigada Hace mucho calor [199]

-Sin embargo

Mientras en el saloacuten resonaba un rumor sordo como el anuncio de furibunda tempestad parlamentaria Mariana y yo nos dispusimos a salir pero en el mismo instante iexcloh contrariedad imprevista multitud de caballeros y sentildeoras entraron en la tribuna Eran los que habiacutean salido durante el periacuteodo de descanso que regresaban a sus

puestos para disfrutar de la parte dramaacutetica de la sesioacuten Ademaacutes numeroso gentiacuteo recieacuten venido se apintildeaba en la puerta No era posible salir

-Sentildeora -me dijo el Marqueacutes- ya ve usted que no es faacutecil la salida No pierda usted su asiento Esto acabaraacute pronto

No tuve maacutes remedio que quedarme Caiacute en mi asiento como un reo en su banquillo de muerte Lo que principalmente me apenaba era que entre la multitud habiacutea desaparecido el que bastaba a alegrar o entristecer mi situacioacuten En la muralla de rostros humanos aacutevidos de curiosidad no estaba su rostro ni otro ninguno que se le pareciese

-Sin duda me aguarda fuera -penseacute- iexclQueacute desesperacioacuten iexclCuaacutendo acabaraacute esta farsa [200]

- XXV - -La comisioacuten que fue con el mensaje a Palacio -dijo el Marqueacutes alargando su rostro para abarcar con una mirada todo el saloacuten- ha vuelto y va a manifestar la respuesta de Su Majestad

-Que le maten de una vez -indiqueacute en voz baja- iquestDice usted sentildeor Marqueacutes que esto acabaraacute pronto

-Quizaacutes no Me parece que tendremos para un rato Cosas tan graves no se despachan en un credo

Penseacute que se me caiacutea el cielo encima El profundo silencio que reinoacute durante un rato en aquel recinto obligome a atender brevemente a lo que abajo pasaba Un diputado en quien reconociacute al almirante Valdeacutes tomoacute la palabra

Pudimos oiacuter claramente las palabras del marino al decir laquoManifesteacute a Su Majestad que su conciencia quedaba salva pues aunque como hombre podiacutea errar como Rey constitucional no teniacutea responsabilidad alguna que escuchase la voz de sus consejeros y de los representantes [201] del pueblo a quienes incumbiacutea la salvacioacuten de la patria Su Majestad respondioacute He dicho y volvioacute la espalda

Cuando estas uacuteltimas palabras resonaron en el saloacuten un rumor de olas agitadas se oyoacute en las tribunas olas de patrioacutetico frenesiacute que fueron encrespaacutendose y mugiendo poco a poco hasta llegar a un estruendo intolerable

-Todos esos que gritan estaacuten pagados -me dijo el Marqueacutes

Entonces mireacute hacia atraacutes pues no podiacutea vencer el haacutebito adquirido de explorar a cada instante la muchedumbre y le vi Estaba en la postrera fila apenas se distinguiacutea su rostro

-iexclAh -exclameacute para miacute con gozo- iexclNo me has abandonado Gracias querido amigo

Advertiacute que desde el apartado sitio donde se encontraba atendiacutea a la sesioacuten con toda su alma Mi pensamiento debiacutea de estar donde estaba el suyo y atendiacute tambieacuten Segura de tenerle cerca segura de que fiel y carintildeoso me aguardaba pude tranquilamente fijar mi espiacuteritu en aquella turbulenta parte de la sesioacuten y en el orador que hablaba Era otra vez Galiano Su discurso que en otra ocasioacuten me hubiera fastidiado entonces me parecioacute elocuente y arrebatador

iexclQueacute modo de hablar queacute elegancia de frase [202] queacute fuerza de pensamiento y de estilo queacute ademaacuten tan vigoroso queacute voz tan conmovedora Siendo mis ideas tan contrarias a las suyas entonces no pude resistir al deseo de aplaudirle enojando mucho al Marqueacutes con mi llamarada de entusiasmo

-iexclOh sentildeor Marqueacutes -le dije- iexclQueacute laacutestima que este hombre no hable mal iexclCuaacutento creceriacutea el prestigio del realismo si sus enemigos carecieran de talento

Los argumentos del orador eran incontestables dentro de la situacioacuten y del artiacuteculo 187 que intentaban aplicar laquoNo queriendo Su Majestad deciacutea ponerse en salvo y pareciendo a primera vista que Su Majestad quiere ser presa de los enemigos de la patria Su Majestad no puede estar en el pleno uso de su razoacuten Es preciso pues considerarle en un estado de delirio momentaacuteneo en una especie de letargo pasajero

Estas palabras compendiaban todo el plan de las Cortes Un Rey constitucional que quiere entregarse al extranjero estaacute forzosamente loco La Nacioacuten lo declara asiacute y se pasa sin Rey durante el tiempo que necesita para obrar con libertad iexclSingular decapitacioacuten aquella Hay distintas maneras de cortar la cabeza y es forzoso confesar que la adoptada [203] por los liberales espantildeoles tiene cierta grandeza moral y filosoacutefica digna de admiracioacuten laquoAntes que arrancar de los hombros una cabeza que no se puede volver a poner en ellos dijeron arranqueacutemosle el juicio y tomaacutendonos la autoridad real la persona juriacutedica podremos devolverlas cuando nos hagan faltaraquo

Yo miraba a cada rato a mi adorado amigo y con los ojos le deciacutea

-iquestQueacute piensas tuacute de estos enredos Luego hablaremos y se ajustaraacuten las cuentas caballerito

No duroacute mucho el discurso de Galiano porque aquello era como lo muy bueno corto y habiacutean llegado los momentos en que la economiacutea de palabras era una gran necesidad Cuando concluyoacute las tribunas prorrumpieron en locos aplausos Entre las palmadas semejantes por su horrible chasquido a una lluvia de piedras se oiacutean estas voces laquoiexclA nombrar la Regencia iexclA nombrar la Regenciaraquo

-Sentildeora -me dijo el Marqueacutes horrorizado- estamos en la Convencioacuten francesa Oiga usted esos gritos salvajes esa coaccioacuten bestial de la gente de las galeriacuteas

-Van a nombrar la Regencia

-Antes votaraacuten la proposicioacuten de Galiano iexclAtentado sacriacutelego sentildeora Me parece que asisto [204] a la votacioacuten de la muerte de Luis XVI

-iexclQueacute exageracioacuten

-Sentildeora -antildeadioacute con solemne acento- Estamos presenciando un regicidio

Yo me echeacute a reiacuter Falfaacuten enfurecieacutendose por el regicidio que se perpetraba a sus ojos e increpando en voz baja a la plebe de las galeriacuteas era soberanamente ridiacuteculo

-Lo que maacutes me indigna -exclamoacute paacutelido de ira- es que no dejen hablar a los que opinan que Su Majestad no debe ser destronado

En efecto con los gritos de iexclfuera iexclque se calle iexcla votar ahogaban la voz de los pocos que abrazaron la causa del Rey La Presidencia y la mayoriacutea interesadas en que las tribunas gritasen no poniacutean veto a las demostraciones Veiacutease al alborotado puacuteblico agitando sus cien cabezas y vociferando con sus cien bocas En la primera fila los brazos gesticulaban sentildealando o amenazando o golpeaban el antepecho con las baacuterbaras manos que maacutes bien pareciacutean patas Muchas sentildeoras de la tribuna reservada se acobardaron y diose principio al solemne acto de los desmayos Esto fue circunstancia feliz porque la tribuna empezoacute a despejarse un poco haciendo menos difiacutecil la salida

-Sentildeor Marqueacutes -dije tomando la resolucioacuten [205] de marcharme- Me parece que es bastante ya

-iquestSe va usted Si falta lo mejor sentildeora

-Para miacute lo mejor estaacute fuera Aquiacute no se respira Adioacutes

-Que van a votar Que vamos a ver quieacutenes son los que se atreven a sancionar con su nombre este horrible atentado

-Ahiacute tiene usted una cosa que a miacute no me importa mucho iquestQueacute quiere usted yo soy asiacute Dormireacute muy bien esta noche sin saber los nombres de los que dicen siacute

-Pues yo no me voy sin saberlo Quiero ver hasta lo uacuteltimo quiero ver remachar los clavos con que la Monarquiacutea acaba de ser crucificada

-Pues que le aproveche a usted sentildeor Marqueacutes Veo que ya se puede salir Adioacutes tantas cosas a la Marquesa Ya sabe que la quiero

No hice muy larga la despedida por temor a que tuviese la deplorable ocurrencia de acompantildearme Saliacute iexclAy aquella libertad me supo a gloria iexclCon queacute placentero desahogo respiraba Al fin iba a satisfacer mi deseo la sed de mis ojos y de mi alma que ha tiempo no viviacutean sino a medias Desde que saliacute a los pasillos le vi allaacute lejos esperaacutendome Hiacutezome una [206] sentildea y ambos procuramos acercarnos el uno al otro cortando el apretado gentiacuteo que saliacutea Pero cuando estaba a seis pasos de eacutel sentiacute detraacutes de miacute la aacutespera voz de Falfaacuten la cual me hizo el efecto de un latigazo Volvime y vi su sonrisa y sus engomados bigotes que yo creiacutea haber perdido de vista por muchos diacuteas

-Sentildeora no se me escape usted -me dijo ofrecieacutendome su brazo- He salido porque la votacioacuten no es nominal Esos piacutecaros han votado levantaacutendose de su asiento iexclqueacute

escaacutendalo iexclVotar asiacute un acuerdo tan grave iexclTienen verguumlenza y miedo ya se ve Tome usted mi brazo sentildeora

La importuna presencia del estafermo me dejoacute friacutea No tuve otro remedio que apoyar mi mano en su brazo y salir con eacutel Frente a nosotros vi a Salvador que me parecioacute no menos contrariado que yo

-Querido Monsalud -le dijo el Marqueacutes- iquestha visto usted la sesioacuten iexclGran escena de teatro Me parece que correraacute sangre

No recuerdo lo que ambos hablaron mientras bajamos a la calle Me daban ganas de desasirme del brazo del Marqueacutes y empujarle con todas mis fuerzas para que fuera rodando por la escalera abajo que era bastante pendiente [207] Pero me fue forzoso tener paciencia y esperar fiando en que el insoportable intruso nos dejariacutea solos al llegar a la calle iexclVana ilusioacuten Sin duda se habiacutean conjurado contra miacute todas las potencias infernales El marqueacutes de Falfaacuten empleando su relamido tono que a miacute me sonaba a esquiloacuten rajado me dijo

-Ahora diacutegnese usted aceptar mi coche y la llevareacute a su casa

-Si yo no voy a mi casa -repuse vivamente- Voy a visitar a una amiga o quizaacutes como ya es tarde y no hace calor daremos Mariana y yo un paseo

-Bien a donde quiera usted que vaya la acompantildeareacute -dijo el Marqueacutes con la inexorable resolucioacuten de un hado funesto- Y usted Salvador iquesta doacutende va

-Tengo que ver a un amigo junto a San Telmo

-Entonces no digo nada Si va usted en esa direccioacuten no puedo llevarle Y usted Jenara iquesta doacutende quiere que la lleve

-Mil gracias un milloacuten de gracias sentildeor Marqueacutes -repuse- El movimiento del coche me marea un poco Me duele la cabeza y necesito respirar libremente y hacer algo de ejercicio Mariana y yo nos iremos a dar una vuelta por la orilla del riacuteo [208]

Bien sabiacutea yo que el sentildeor Marqueacutes no gustaba de pasear a pie y que en aquellos diacuteas estaba medianamente gotoso Yo no queriacutea que de ninguacuten modo sospechase Falfaacuten que Salvador y yo necesitaacutebamos estar solos Al indicar yo que iriacutea a pasear por la orilla del riacuteo claramente deciacutea a mi amado -Ve allaacute y espeacuterame que voy corriendo luego que me sacuda este abejoacuten

Comprendieacutendome al instante por la costumbre que teniacutea de estudiar sus lecciones en el hermoso libro de mis ojos se despidioacute Bien claro leiacute yo tambieacuten en los suyos esta respuesta laquoAllaacute te espero no tardesraquo

Luego que nos quedamos solos el Marqueacutes reiteroacute sus ofrecimientos Pareciacutea que no rodaba en el mundo maacutes carruaje que el suyo seguacuten la oficiosidad con que lo poniacutea a mi disposicioacuten

-La tarde estaacute hermosa Deseo pasear un poco a pie repetiacute como quien ahuyenta una mosca

-Pues entonces -me contestoacute estrechaacutendome la mano- no quiero alejarme de aquiacute auacuten debe pasar algo importante A los pies de usted sentildeora

Al fin al fin me soltoacute aquel gavilaacuten de sus impiacuteas garras Mariana y yo nos dirigimos [209] apresuradamente a la margen del Guadalquivir

-iexclAhora si que no te me escapas amor -pensaba yo

- XXVI - Cuaacuten largo me parecioacute el camino Mariana y yo iacutebamos con maacutes prisa de la que a dos sentildeoras como nosotras conveniacutea Pero aun conociendo que pareciacuteamos gente de poco maacutes o menos cuando vi la Torre del Oro los palos de los barcos y los aacuterboles que adornan la orilla aviveacute maacutes el paso No faltaba gente en aquellos deliciosos sitios mas esto me importaba poco

-Vamos hacia San Telmo -dije a Mariana- Creo que es aquel edificio que se ve maacutes abajo entre los aacuterboles

-Aquel es

-Mira tuacute hacia la izquierda y yo mirareacute hacia adelante para que no se nos escape Dijo que me esperariacutea en San Telmo

-Ya le veo sentildeora Alliacute estaacute

Mariana le distinguioacute a regular distancia y [210] yo tambieacuten le vi Me aguardaba puntualmente

-iexclAh briboacuten ya eres miacuteo -penseacute deteniendo el paso segura al fin de que no se me escapariacutea

Eacutel miraba hacia la puerta de Jerez como si nos aguardara por alliacute Avanzamos Mariana y yo dando un pequentildeo rodeo para acercarnos a eacutel por detraacutes y sorprenderle sacudieacutendole el polvo de los hombros con nuestros abanicos Yo sonreiacutea

Distaacutebamos de eacutel unos diez pasos cuando sentiacute que me llamaban

-iexclJenara Jenara -oiacute detraacutes de miacute sin poder precisar en el primer instante a quieacuten perteneciacutea aquella horrible e importuna voz

Volvime y el coraje me clavoacute los pies en el suelo Era el marqueacutes de Falfaacuten de los Godos que veniacutea hacia miacute sonriendo y cojeando Tan confundida estaba que no le pude decir nada ni contestar a sus empalagosos cumplidos

-Vaya que ha corrido usted amiguita -me dijo- Yo acabo de llegar en coche Es que en el momento de separarnos se me ocurrioacute una cosa

-iquestQueacute cosa

-Padeciacute un gran olvido -dijo relamieacutendose- Dispeacutenseme usted Como usted dijo que veniacutea a pasear a este sitio [211]

-iquestY queacute iquestqueacute iquestqueacute

Seguacuten me dijo despueacutes Mariana yo echaba fuego por los ojos

-Que olvideacute ofrecerme a usted para una cosa que sin duda le seraacute muy agradable

-Sentildeor Marqueacutes usted se burla de miacute

-iexclBurlarme No hija miacutea al punto que nos separamos dije para miacute laquoiexclQueacute desatento he sidoraquo Puesto que va al riacuteo debiacute brindarme a acompantildearla para ver el vapor y mostrarle ese prodigio de la industria del hombre

-iexclUsted estaacute loco sin duda -afirmeacute ocultando todo lo posible mi despecho- iquestqueacute es eso del vapor No entiendo una palabra

-iexclEl vapor sentildeora Es lo que maacutes llama la atencioacuten de todo Sevilla en estos diacuteas

-iquestY queacute me importa -dije bruscamente siguiendo mi camino

-Dispeacutenseme usted si la he ofendido -antildeadioacute el Marqueacutes siguieacutendome- pero como veniacutea usted a pasear al riacuteo y como yo tengo entrada libre siempre que quiero en esa prodigiosa maacutequina creiacute que la complaceriacutea a usted apresuraacutendome a mostraacutersela

-iquestQueacute maacutequina es esa -le pregunteacute detenieacutendome

Al decir esto habiacutea perdido de vista al imaacuten de mi vida [212]

-Mire usted hacia allaacute junto a la Torre del Oro

Mireacute y en efecto vi un buque de forma extrantildea con una gran chimenea que arrojaba negro y espeso humo Sus palos eran pequentildeos y sobre el casco sobresaliacutea una armazoacuten bastante parecida a una balanza

-iquestQueacute es eso -pregunteacute al Marqueacutes

-El vapor una invencioacuten maravillosa sentildeora Esos ingleses son el Demonio Ya sabe usted que hay unas maacutequinas que llaman de vapor porque se mueven por medio de cierto humo blanquecino que va enredando de tubo en tubo

-Ya seacute

-Pues los ingleses han aplicado esta maacutequina a la navegacioacuten y ahiacute tiene usted un barco con ruedas que corre maacutes que el viento y contra el viento Esto cambiaraacute la faz del mundo Yo lo he predicho y no me equivocareacute

Mirando hacia la maacutequina prodigiosa vi a Salvador que se dirigiacutea hacia la Torre del Oro Veaacutemoslo de cerca sentildeor Marqueacutes -dije marchando hacia allaacute- Verdaderamente ese barco con ruedas es una maravilla

-Creo que ahora va a dar un par de vueltas por el riacuteo para que lo vean Sus Altezas Reales [213] que estaacuten si no me engantildeo en la Torre del Oro

-Corramos

-iexclVa toda la gente hacia allaacute Descuide usted podremos entrar si usted quiere El capitaacuten es muy amigo miacuteo y los consignatarios son mis banqueros

-iquestDe quieacuten es esa maacutequina

-De una sociedad inglesa De veras hubiera sentido mucho no mostraacutersela a usted esta tarde Cuando me acordeacute faltaacutebame tiempo para acudir a reparar mi groseriacutea

-Gracias sentildeor Marqueacutes

Dejeacute de ver entonces la luz de mi vida Mi corazoacuten se llenoacute de angustia

-Yo estaba seguro de agradar a usted -me dijo Falfaacuten- Es un asombro ese buque

-Un asombro siacute apresuremos el paso

-Si no se nos ha de marchar

-iexclQue se nos pierde de vista que se nos va -exclameacute yo sin saber lo que deciacutea

-Sentildeora si estaacute anclado Podemos verlo con toda calma

Nos acercamos a la Torre del Oro junto a la cual estaba la nave maravillosa Teniacutea dos ruedas como las de un bataacuten resguardadas por grandes cajones de madera pintados de blanco con chimenea negra y alta en cuyo centro estaba [214] la maacutequina toda grasienta y ahumada como una cocina de hierro y el resto no ofreciacutea nada de particular De sus entrantildeas negras saliacutea una especie de aliento ardoroso y retumbante cuyo vaho causaba veacutertigos De repente daba unos silbidos tan fuertes que era preciso taparse los oiacutedos En verdad aquella maacutequina infundiacutea miedo Yo no lo tuve porque no podiacutea fijar en ella resueltamente la atencioacuten

-iquestSe atreve usted a entrar -me dijo el Marqueacutes

Yo mireacute a todos lados y vi reaparecer a mi amor perdido saliendo de entre la muchedumbre como el sol de entre las nubes

-No sentildeor yo me mareo soacutelo de ver un barco -respondiacute a Falfaacuten- Estoy satisfecha con admirar desde fuera esta hermosa invencioacuten y le doy a usted las gracias

Yo hubiera dado no seacute queacute porque el vapor echase a andar hacia la eternidad llevaacutendose dentro al marqueacutes de Falfaacuten de los Godos

-iexclOh -exclamoacute eacutel- embarqueacutemonos Yo le garantizo a usted que no se marea Daremos un paseo hasta Aznalfarache Vea usted cuaacutentas personas entran

-Pues yo no me decido Pero no se prive usted por miacute del gusto de embarcarse Adentro sentildeor miacuteo Yo me voy a mi casa [215]

-iexclAh no consiento yo que usted vaya sola a su casa -dijo con una galanteriacutea cruel que me asesinaba- Yo la acompantildeareacute

-Gracias gracias no necesito compantildeiacutea

-Es que yo no puedo permitir

De buena gana habriacutea cogido al Marqueacutes por el pescuezo como se coge a un pollo destinado a la cazuela y le hubiera estrangulado con mis propias manos iexcltal era mi rabia

-Al menos -antildeadioacute- ya que lo hemos visto por la popa vamos a verlo tambieacuten por la proa

Al decir esto el Marqueacutes dirigioacute sus miradas hacia la Maestranza y sus ideas variaron de suacutebito

-Vamos por alliacute viene mi sentildeora esposa -dijo sentildealando- iquestLa ve usted Por uacuteltimo se ha atrevido a salir a paseo aunque no estaacute bien de salud

Mireacute y vi a la marquesa de Falfaacuten que veniacutea con otra sentildeora Tambieacuten ellas atraiacutedas por la curiosidad se dirigiacutean hacia la Torre del Oro

-Aguardemos aquiacute -me dijo el Marqueacutes sonriendo- Veremos si pasa sin notar que estamos aquiacute

Andrea y su amiga estaban ya cerca de nosotros cuando Salvador pasoacute junto a ellas [216] se detuvo las saludoacute y continuoacute andando a su lado Nos reunimos los cinco

-iquestTambieacuten tuacute vienes a ver el vapor -exclamoacute Falfaacuten riendo- Ya te dije que era una maravilla Y usted Sra Dordf Mariacutea Antonia iquesttambieacuten viene a ver el vaporcito Y usted Salvador no quiere ser menos El que desee entrar que lo diga y nos embarcaremos

-iquestYo -dijo la Marquesa despueacutes de saludarme- Tengo miedo Dicen que revienta la caldera cuando menos se piensa

-iquestDe modo que eso tiene una caldera como las faacutebricas de jaboacuten -preguntoacute Dordf Mariacutea Antonia llevando a sus ojos el lente que usaba

-iquestEntran ustedes siacute o no -dijo el Marqueacutes empentildeado siempre en reclutar gente

-Yo no entrareacute -repuso la Marquesa con desdeacuten- me mareo soacutelo de ver ese horrible aparato Ademaacutes tengo que hacer

-iquestA doacutende vas ahora -preguntoacute Falfaacuten de mal talante

-A las tiendas de la calle de Francos Ya sabes que necesito comprar varias cosillas

-Pero si no has paseado auacuten

-iquestQue no Sra Dordf Mariacutea Antonia dice que no hemos paseado Si hace maacutes de hora y media que estamos aquiacute dando vueltas Ya nos [217] iacutebamos cuando te vimos y volviacute atraacutes para rogarte que nos acompantildees

-iexclYo -indicoacute el Marqueacutes con mucho disgusto- Ya sabes que no me agrada ir a tiendas

-Y a miacute no me gusta ir sola

-Dordf Mariacutea Antonia

-Es sentildeora y para ir a las tiendas conviene la compantildeiacutea de un caballero Mira hijito no te apures por eso Salvador nos acompantildearaacute

-Con mil amores -dijo mi amigo inclinaacutendose- Tengo mucho honor en ello

Cuando alliacute mismo no abofeteeacute a mi amante a la Marquesa al Marqueacutes a Dordf Mariacutea Antonia y a miacute misma de seguro queda demostrado que soy una oveja por lo humilde

-Siacute amigo Monsalud -manifestoacute Falfaacuten- acompaacutentildeelas usted se lo suplico Jenara y yo nos embarcaremos

iexclSe marcharon iexclAy no seacute coacutemo lo escribo Se marcharon sin que yo les estrangulase Dentro de miacute habiacutea un volcaacuten mal sofocado por mi disimulo El Marqueacutes me hablaba sin que yo pudiese responderle porque estaba furiosamente absorta y embrutecida por el despecho que llenaba mi alma

-Nos embarcaremos -me dijo Falfaacuten relamieacutendose [218] como un gato a quien ponen plato de su gusto

-iexclAh sentildeor Marqueacutes -dije de improviso apoderaacutendome de una idea feliz- Ahora me acuerdo de una cosa iexclqueacute memoria la miacutea

-iquestQueacute sentildeora

-Que yo tambieacuten tengo que comprar algunas cosillas iquestNo es verdad Mariana

-iquestDe modo que va usted

-Siacute sentildeor ahora mismo Son cosas que necesito esta misma noche

-iquestY hacia doacutende piensa dirigirse usted

-Hacia la calle de las Sierpes o la de Francos Son las uacutenicas que conozco

-Pues la acompantildeareacute a usted

Hizo sentildeas a su cochero para que acercase el coche

-Mi mujer -antildeadioacute- se va a enfadar conmigo porque no quise acompantildearla y la acompantildeo a usted

No hice caso de sus cumplidos ni de sus excusas

-Vamos vamos pronto -dije subiendo al coche

Este nos dejoacute en la plaza de San Francisco Nos dirigimos a las tiendas recorrimos varias calles pero iexclay estaacutebamos dejados de la [219] mano de Dios No les encontramos no les vimos por ninguna parte

En mi cerebro se fijaba con letras de fuego esta horrible pregunta laquoiquesta doacutende iriacuteanraquo

Cuando el Marqueacutes me dejoacute en mi casa ya avanzada la noche yo teniacutea calentura Retireme a pensar y a recordar y a formar proyectos para el diacutea siguiente pero mi cerebro ardiacutea como una laacutempara no pude dormir hablaba a solas sin poder olvidar un solo momento el angustioso tema de mi vida en aquellos diacuteas Por uacuteltimo mis nervios se aplacaron un tanto y me consoleacute pensando y hablando de este modo

-iexclMantildeana mantildeana no se me escaparaacute

- XXVII - Al levantarme con la cabeza llena de brumas penseacute en la extrantildea ley de las casualidades que a veces gobiernan la vida En aquella eacutepoca creiacutea yo auacuten en las casualidades en la buena o mala suerte y en el destino fuerzas misteriosas que ciegamente seguacuten mi modo de ver causaban nuestra felicidad o nuestra desgracia Despueacutes han variado mucho mis [220] ideas y tengo poca fe en el dogma de las casualidades

Mi cerebro estaba aquella mantildeana como he dicho cargado de neblinas Pero el diacutea no podiacutea haber amanecido maacutes hermoso y para ser 12 de Junio en Andaluciacutea no era fuerte el calor Sevilla sonreiacutea convidando a las dulces plaacuteticas amorosas a las divagaciones de la imaginacioacuten y a exhalar con suspiros los aromas del alma que van desprendieacutendose y saliendo ya gimiendo ya cantando entre vagas sensaciones que son a la manera de una pena deliciosa

Pero yo continuaba con mi idea fija y la contrariedad que me atormentaba A ratos deteniacuteame a analizar aquel singular estado miacuteo y me asombraba de verme tan dominada por un vano capricho Es verdad que yo le amaba pero iquestno habiacutea sabido consolarme honradamente de su ausencia despueacutes de Benabarre iquestPor queacute en Sevilla poniacutea tanto empentildeo en tenerle a mi lado iquestAcaso no podiacutea vivir sin eacutel Meditando en esto me creiacutea muy capaz de prescindir de eacutel en la totalidad de la vida pero en aquel caso mi corazoacuten habiacutea soltado prendas habiacutease fatigado mucho habiacutea digaacutemoslo asiacute adelantado imaginariamente gran parte de sus goces de modo que padeciacutea horriblemente al verse desairado Aquel suplicio de Taacutentalo a que habiacutea estado [221] sujeto irritaacutebale maacutes y ya se sabe que las ambiciones maacutes ardientes son las del corazoacuten y que en eacutel residen los caprichos y la terrible ley sataacutenica que ordena desear maacutes aquello que maacutes resueltamente nos es negado Asiacute se explica la indecorosa persecucioacuten de un hombre en que yo sin poder dominarme estaba empentildeada

Ordeneacute a Mariana que se preparase para salir conmigo Mientras yo me peinaba y vestiacutea diacutejome que habiacutea oiacutedo hablar de la partida de Su Majestad aquel mismo diacutea y que Sevilla estaba muy alborotada Poco me interesaba este tema y le mandeacute callar pero despueacutes me contoacute cosas muy desagradables En la noche anterior y por la mantildeana dos diputados residentes en la misma casa y que traiacutean entre manos la conquista de mi criada le habiacutean hecho con respecto a miacute indicaciones maliciosas Seguacuten me dijo eran conocidas y comentadas mis relaciones con el secretario del duque del Parque iexclMaldita sociedad Nada en ella puede tenerse secreto Es un sol que todo lo alumbra y en vano intenta el amor hallar bajo eacutel un poco de sombra A donde quiera que se esconda vendraacute a buscarle la impertinente claridad del mundo de modo que por mucho que os acurruqueacuteis a lo mejor os veis inundados por los rayos de la [222] intrusa linterna que va buscando faltas El uacutenico remedio contra esto es arrojar mucha muchiacutesima luz sobre las debilidades ajenas para que las propias resulten ligeramente oscurecidas No seacute por queacute desde que Mariana vino a miacute con aquellos chismes me figureacute que mi difamacioacuten procediacutea de los labios de la marquesa de Falfaacuten -iexclAh bribona -dije para miacute- si yo hablara

Las hablillas no me acobardaron Siendo culpable hice lo que corresponde a la inocencia despreciar las murmuraciones

Cuando manifesteacute a Mariana que pensaba ir a buscarle a su propia casa hiacutezome algunas observaciones que me desagradaron sin que por ellas desistiera yo de mi propoacutesito

-iquestNo averiguaste ayer la casa donde vive

-Siacute sentildeora en la calle del Oeste Pero usted no repara que en la misma casa viven tambieacuten otras personas de Madrid que conocen a la sentildeora

Ninguna consideracioacuten me deteniacutea Escribiacute una carta para dejarla en la casa si no le encontraba y salimos Mariana conociacutea bien Sevilla y pronto me llevoacute a la calle del Oeste que estaacute hacia la Alameda Vieja junto a la Inquisicioacuten Salvador no estaba Dejeacute mi carta y corrimos a casa porque al punto sospecheacute que [223] mientras yo le buscaba en su vivienda me buscaba eacutel en la miacutea Asiacute me lo deciacutea el corazoacuten impaciente

-Me aguardaraacute de seguro -penseacute- Ahora ahora siacute que no se me escapa

En mi casa no habiacutea nadie pero siacute una esquela Salvador estuvo a visitarme durante mi ausencia y no pudiendo esperar a causa de sus muchas ocupaciones dejome tambieacuten una carta en que asiacute lo manifestaba antildeadiendo entre expresiones carintildeosas que por la tarde a las cuatro en punto me aguardaba en la catedral Despueacutes de indicar la conveniencia de no volver a mi casa me suplicaba que no faltase a la cita en la gran basiacutelica y en su hermoso patio de los naranjos Teniacutea preparado un coche en la puerta de Jerez para irnos de paseo hacia Tablada

-iexclGracias a Dios -exclameacute- Esta tarde

Tomando mis precauciones para que nadie me importunase y poder estar completamente libre en la hora de la cita consagreacute algunas al descanso Pero la ocasioacuten no era la maacutes a propoacutesito y a las tres ya estaba yo en la catedral Era la hora del coro y los canoacutenigos entraban uno tras otro por la puerta del Perdoacuten Algunos se deteniacutean a echar un parrafito en el patio de los naranjos paseando junto al puacutelpito de San Vicente Ferrer [224]

Al verme dentro de la iglesia la mayor que yo habiacutea visto sentiacute una violenta invasioacuten de ideas religiosas en mi espiacuteritu iexclMaravilloso efecto del arte que consigue lo que no es dado alcanzar a veces ni aun a la misma religioacuten Yo miraba aquel recinto grandioso que me pareciacutea una representacioacuten del universo mundo Aquel alto firmamento de piedra asiacute como las hacinadas palmas que lo sustentan y el eminente tabernaacuteculo que es cual una escala de santos que sube hasta Dios dilataban mi alma hacieacutendola divagar por la esfera infinita La suave oscuridad del templo hace que brillen maacutes las ventanas cuyas vidrieras parecen un fantaacutestico muro de piedras preciosas Las vagas manchas luminosas de azul y rosa que las ventanas arrojan sobre el suelo se me figuraban huellas de aacutengeles que habiacutean huido al sentir nuestros pasos

Mi mente se sentiacutea abrumada de ideas Senteme en un banco porque sentiacutea la necesidad de meditar Delante de mis pies a manera de alfombra de luces se extendiacutea la transparencia de una ventana Alzando los ojos veiacutea las grandiosas boacutevedas Zumbaba en mis oiacutedos el grave canto del coro y a intervalos una chorretada de oacutergano cuyas maravillosas armoniacuteas me haciacutean estremecer de emocioacuten [225] poniendo mis nervios como alambres A poca distancia de miacute a la izquierda estaba la capilla de San Antonio toda llena de luces por ser 12 de Junio viacutespera del santo y de hermosos buacutecaros con azucenas y rosas Volviendo ligeramente la cabeza veiacutea el cuadro de Murillo y su espleacutendido altar

Yo pensaba en cosas religiosas pero mi egoiacutesmo las asociaba al amoroso afaacuten que me poseiacutea Pensaba en la santidad de la unioacuten sancionada por la Iglesia y de los lazos matrimoniales cuando son acertados Consideraba lo feliz que hubiera sido yo no equivocaacutendome como equivoqueacute en la eleccioacuten de marido Tambieacuten pasoacute por mi mente aunque con gran rapidez el recuerdo de la infeliz joven a quien con mis engantildeos precipiteacute en los azares de un viaje absurdo pero esto duroacute poco y ademaacutes me apresureacute a sofocar tan triste memoria dirigiendo el pensamiento a otra cosa

La imagen que tan cerca estaba atrajo mi atencioacuten Aquel santo tan bueno tan humilde tan buen compantildeero y amigo de los pobres es seguacuten dicen el abogado de los amores y de los objetos perdidos Ocurriome rezarle y le receacute con fervor de labios y aun de corazoacuten porque en aquel instante me sentiacutea piadosa No soacutelo le pediacute como

enamorada sino como quien busca [226] y no encuentra cosas de gran valor y mientras maacutes le rezaba maacutes me sentiacutea encendida en devocioacuten y llena de esperanza Concluiacute adquiriendo la seguridad de que mi afaacuten se calmariacutea aquella misma tarde y juzgando que mi entrada en la catedral a causa de la cita era obra providencial mi alma se alivioacute y aquella tensioacuten dolorosa en que estaba fue cesando poco a poco

iquestCoacutemo no esperar si aquel santo era tan bueno tan complaciente que merecioacute siempre el amor y la veneracioacuten de todos los enamorados No pude estar alliacute todo el tiempo que habriacutea deseado porque me causaba veacutertigo el olor de las azucenas y tambieacuten porque la hora de la cita se acercaba Cuando saliacute al patio y en el momento de pasar bajo el cocodrilo que simboliza la prudencia la alta campana de la Giralda dio las cuatro

No habiacuteamos llegado al puacutelpito de San Vicente Ferrer cuando Mariana y yo nos miramos aterradas Sentiacuteamos un ruido semejante al de las olas del mar Al mismo tiempo mucha gente entraba corriendo en el patio de los naranjos

-iexclRevolucioacuten sentildeora revolucioacuten -gritoacute Mariana temblando- No salgamos

La curiosidad venciendo el miedo me llevoacute [227] con maacutes presteza hacia la puerta Vi regular gentiacuteo que llenaba todo el sitio llamado Gradas de la Catedral y pareciacutea extenderse por delante del palacio arzobispal y la Lonja hasta el Alcaacutezar Pero la actitud de la muchedumbre era paciacutefica y maacutes pareciacutea de curiosos que de alborotadores Al punto comprendiacute que la salida de la Corte motivaba tal reunioacuten de gente y se calmaron mis suacutebitas inquietudes Esperaba ver de un momento a otro a la persona por quien habiacutea ido a la catedral y mis ojos la buscaron entre la multitud

-Aguardaremos un poco -penseacute dando un suspiro

La muchedumbre se agitoacute de repente murmurando Por entre ella trataba de abrirse paso un regimiento de caballeriacutea que aparecioacute por la calle de Geacutenova Entrad la mano en un vaso lleno de agua y esta se desbordaraacute introducid un regimiento de caballeriacutea en una calle llena de curiosos y vereacuteis lo que pasa Por la puerta del Perdoacuten penetroacute un chorro que salpicaba dicharachos y apoacutestrofes andaluces contra la tropa y tal era su iacutempetu que los que alliacute estaacutebamos tuvimos que retroceder hasta el centro del patio Entonces un sacristaacuten y un hombre forzudo y corpulento de esos que desempentildean en toda iglesia las bajas funciones [228] del trasporte de altares facistoles o bancos o las altiacutesimas de tocar las campanas y recorrer el tejado cuando hay goteras se acercaron a la puerta y despueacutes de arrojar fuera toda la gente que pudieron cerraron con estruendo las pesadas maderas Corriacute a protestar contra un encierro que me pareciacutea muy importuno mas el sacristaacuten alzando el dedo arqueando las cejas y ahuecando la voz como si estuviera en el puacutelpito dijo lacoacutenicamente

-De orden del sentildeor Deaacuten

- XXVIII -

Mucho me irritoacute la orden del sentildeor Deaacuten que sin duda no esperaba a una persona amada y entreacute en la iglesia consolaacutendome de aquel percance con la idea de que en edificio tan vasto no faltariacutean puertas por donde salir Pasamos al otro lado pero en la puerta que da a la plaza de la Lonja otro ratoacuten de iglesia me salioacute al encuentro despueacutes de echar los pesados cerrojos y tambieacuten me dijo

-De orden del sentildeor Deaacuten

-iexclMalditos sean todos los deanes -exclameacute [229] para miacute dirigieacutendome a la puerta que da a la fachada Alliacute un viejo con gafas sotana y sobrepelliz se restregaba las manos gruntildeendo estas palabras

-Ahora ahora va a ser ella Sentildeores liberales nos veremos las caras

Yo fui derecha a levantar el picaporte pero tambieacuten aquella puerta estaba cerrada y el sacristaacuten viejo al ver mi coacutelera que no podiacutea contener alzoacute los hombros disculpaacutendose con la orden de la primera autoridad capitular El de las gafas antildeadioacute

-Hasta que no pase la gresca no se abriraacuten las puertas

-iquestQueacute gresca

-La que han armado con la salida del Rey loco Mi opinioacuten sentildeora es que ahora va a ser ella porque hay un complot que no lo saben maacutes de cuatro

Volvioacute a restregarse las manos fuertemente guintildeando un ojo

-iquestY a queacute hora sale Su Majestad

-A las seis seguacuten dicen pero antes ha de correr la sangre por las calles de Sevilla como cuando la inundacioacuten de hace veinte antildeos la cual fue tan atroz sentildeora que por poco fondean los barcos dentro de la catedral

-iexclDe modo que estareacute encerrada aquiacute hasta [230] las seis -exclameacute llena de furor- Esto no se puede sufrir es un abuso un escaacutendalo Me quejareacute a las autoridades al Rey

-El Rey estaacute loco -dijo el viejo con horrible ironiacutea

-Al Gobierno me quejareacute al Arzobispo O me dejan salir o gritareacute dentro de la iglesia reclamando mi derecho

Discurriacute con agitacioacuten indecible por la iglesia nave arriba nave abajo saliendo de una capilla y entrando en otra pasando del patio al templo y del templo al patio Miraba a los negros muros buscando un resquicio por donde evadirme y enfurecida contra el autor de orden tan inicua me preguntaba para queacute existiacutean deanes en el mundo

Los canoacutenigos dejaban el coro y se reuniacutean en su camariacuten marchando de dos en dos o de tres en tres charlando sobre los graves sucesos Los sochantres y el fagotista se dirigiacutean piporro en mano a la capilla de muacutesica y los inocentes y graciosos nintildeos de

coro al ser puestos en libertad iban saltando con gorjeos y risas a jugar a la sombra de los naranjos

Varias veces en las repetidas vueltas que di por toda la iglesia paseacute por la capilla de San Antonio Sin que pueda decir que me dominaban sentimientos de irreverencia ello es que [231] mi compungida devocioacuten al santo habiacutea desaparecido No le mireacute con aversioacuten pero siacute con cierto enojo respetuoso y en mi interior le deciacutea

-iquestEs esto lo que yo teniacutea derecho a esperar iquestQueacute modo de tratar a los fieles es este

Mi egoiacutesmo habiacutea llegado al horrible extremo de pedir cuenta a la Divinidad de los desaires que me haciacutea Irritaacutebame contra el Cielo porque no satisfaciacutea mis caprichos

Pero iexclmaldita hora quien a miacute me irritaba verdaderamente era el Deaacuten tirano que mandaba encerrar a la gente porque se le antojaba Desde que le vi salir del coro en compantildeiacutea del Arcediano movieacutendose muy lentamente a causa del peso de su descomunal panza le tuve por un realistoacuten furibundo sin que por esto me fuese menos antipaacutetico iquestPor queacute habiacutean cerrado las puertas Por poner el sagrado recinto a salvo de una invasioacuten plebeya e impedir que el bullicio de los vivas y mueras turbase la santa paz de la casa de Dios A pesar de su celo no pudo el sentildeor Deaacuten conseguirlo y desde el patio oiacuteamos claramente los gritos de la muchedumbre y el paso de la caballeriacutea La Giralda cantoacute las cinco cantoacute las seis y aquella deplorable situacioacuten no cambiaba ni las puertas se abriacutean ni se desvaneciacutea el rumor [232] del pueblo Yo creo que si aquello se prolonga demasiado me atrevo a decir dos palabras al buen canoacutenigo encerrador Por fin no era yo sola la impaciente otras muchas personas encerradas como yo se quejaban igualmente y todos nos dirigiacuteamos en alarmante grupo al sacristaacuten (12) pero sin conseguir nada

-Cuando Su Majestad haya salido de Sevilla -nos respondiacutea- o se arma la de San Quintiacuten o todo quedaraacute tranquilo

Por fin despueacutes de las siete la puerta del Perdoacuten se abrioacute y vimos las Gradas y la gente que iba y veniacutea sin tumulto Yo me arrojeacute a la calle como se arrojariacutea en el agua aquel cuyos vestidos ardieran Miraba a un lado y otro me comiacutea con los ojos a cuantos pasaban camineacute apresuradamente hacia la Lonja y hasta el Alcaacutezar mi cabeza se moviacutea sin cesar dirigiendo la vista a todo semblante humano iexclAfaacuten inuacutetil Yo buscaba y rebuscaba y mi hombre no apareciacutea en ninguna parte Ya se ve iexclLas siete de la tarde Se cansariacutea de aguardarme tendriacutea que hacer

Volviacute de nuevo a la catedral recorrila toda saliacute di la vuelta por la Lonja pero iexclay si diera la vuelta a toda la tierra creo que tampoco le encontrara iexcltal era la horrible insistencia de mi desgracia Y sin embargo [233] hasta en las baldosas del piso en el aire y en el sonido hallaba no seacute queacute indicio misterioso de que eacutel me habiacutea aguardado alliacute largas horas Esto era para morir

Despueacutes de mucho correr senteme en un banco de piedra junto a la Lonja Tanto me enfadaba la gente que veiacutea regresar del Alcaacutezar y de la puerta de San Fernando que si las llamas de furor que abrasaban mi pecho fueran materiales de buena gana hubiera vomitado fuego sobre los que pasaban ante miacute Veniacutean de ver partir al Rey loco Muchos se lamentaban de que se tratase de tal suerte al Soberano de Castilla

iexclMenguados iquestpor queacute no tomaban las armas Siacute iquestpor queacute no las tomaban Me habriacutea gustado ver a todos los habitantes de Sevilla destrozaacutendose unos a otros

La Giralda cantoacute otra hora no seacute cuaacutel y entonces me decidiacute a tomar nueva resolucioacuten

-Vamos a su casa -dije a Mariana

-Es de noche sentildeora -repuso

La infeliz no queriacutea alejarse mucho de la casa Pero no le contesteacute y nos pusimos en camino para la calle del Oeste

-iquestY si no estaacute -indicoacute mi criada- Porque es muy posible que con estas cosas

-iquestQueacute cosas

-Estas revoluciones sentildeora [234]

-Si no hay nada

-Pues como se han llevado al Rey despueacutes de volverle loco En el patio de la catedral deciacutea uno que tendremos revolucioacuten mantildeana cuando se marche el Gobierno porque el Gobierno se marcharaacute

-Deacutejalo ir no nos hace falta Date prisa

-Pues yo creo que nos llevaremos otro chasco

-Si no estaacute en su casa le esperareacute

-iquestY si no vuelve hasta muy tarde

-iexclHasta muy tarde le esperareacute

-iquestY si no vuelve hasta mantildeana

-Hasta mantildeana le esperareacute No me muevo de su casa hasta que le vea Ahora ahora siacute que no se me escapa iquestconcibes tuacute que se me pueda escapar

- XXIX - Al decir esto mi corazoacuten oprimido por tantos desengantildeos se ensanchaba llenaacutendose otra vez de esperanza de ese don del cielo que jamaacutes se agota y que a nadie puede faltar

-Pues no veo yo muy tranquila esta noche [235] la ciudad de Sevilla -indicoacute Mariana- Si como dicen se ha marchado toda la tropa puede que nos despertemos mantildeana en un charco de sangre

Echeme a reiacuter burlaacutendome de sus ridiacuteculos temores y seguimos avanzando con bastante presteza hacia la calle del Oeste Detuacuteveme antes de llamar en su casa para que un breve descanso disimulara mi sofocacioacuten y se amortiguasen las llamaradas de mis mejillas

-Senteacutemonos -dije a Mariana- al amparo de este aacuterbol Ahora no hay gran prisa Ya le tengo cogido Estoy tranquila Eacutel ha de venir a su casa Ahora ahora siacute que le tengo en mi mano

Cuando llamamos en la reja que daba entrada al patio una mujer nos dijo que el sentildeor Monsalud no estaba en casa

-Pues tengo que hablarle precisamente esta noche y le esperareacute -dije resueltamente

Yo no reparaba en conveniencia alguna social En el estado de mi espiacuteritu nada teniacutea fuerza para contenerme Importaacutebame ya muy poco que me vieran que me conocieran que me sentildealasen con el dedo ni que el vulgo suspicaz y murmurador me hiciera objeto de burlas y comentarios deshonrosos

Al principio vacilaba en dejarme entrar la [236] mujer que me abrioacute la puerta pero tanto insteacute y con tan arrogante autoridad me expresaba que al fin me llevoacute a una sala baja Alliacute estaba un viejecillo que a la deacutebil claridad de un veloacuten de cobre arreglaba bauacuteles y cajas poniendo en ellos libros ropa y papeles Era un tal Bartolomeacute Canencia Eacutel no debiacutea de conocerme pero se apresuroacute a saludarme con extremadas urbanidades Cual si comprendiera las ansias que yo padeciacutea aquella noche me dijo

-No estaacute en casa ni puedo asegurar que venga pronto pero siacute que vendraacute Necesitamos arreglar todo para nuestra partida

iquestCuaacutendo

-Mantildeana Nos vamos con el Gobierno iquestQuieacuten se atreveraacute a quedarse aquiacute despueacutes que marchen los ministros Esto es un volcaacuten realista En cuanto desaparezca el Gobierno que obstruye el craacuteter se agitaraacute con fuego y vapores vomitando horrores iexclPobre Sevilla no ha querido oiacuter mis consejos los consejos de la experiencia sentildeora y hela aquiacute en poder del realismo maacutes brutal Este pueblo tan ceacutelebre por su riqueza y por su gracia como por sus procesiones estaacute infestado de curas y aquiacute los curas son ricos No hay maacutes que decir

Yo me fastidiaba esta conversacioacuten y asiacute con la mayor habilidad la desvieacute de la poliacutetica [237] hacieacutendola recaer sobre mi objeto Canencia contestoacute a mis preguntas de una manera categoacuterica

-Esta tarde salimos juntos -me dijo- Eacutel se quedoacute en las Gradas de la Catedral donde teniacutea una cita y yo seguiacute hacia el Alcaacutezar para asistir a la salida de Su Majestad Luego nos encontramos de nuevo a eso de las siete pareciacutea disgustado sin duda porque

la cita no pudo verificarse Entramos en casa y despueacutes eacutel salioacute para ver a Calatrava Diacutejome que volveriacutea a arreglar su equipaje y aquiacute me tiene usted arreglando el miacuteo sentildeora para lo que se le ofrezca mandar De modo que si usted desea algo en Caacutediz puede dar sus oacuterdenes con toda franqueza

-Yo tambieacuten pienso ir a Caacutediz -repuse

-iexclUsted tambieacuten Bueno es que vayan todos -dijo con ironiacutea maliciosa- para que se haga con toda solemnidad el entierro de la Constitucioacuten Alliacute nacioacute sentildeora y alliacute le pondremos la mortaja que todo lo que nace ha de perecer Si se hubieran seguido mis consejos sentildeora pero los hombres se han dejado enloquecer por la ambicioacuten y la vanidad Ya no existen aquellos repuacuteblicos austeros aquellos filoacutesofos incorruptibles aquellos sectarios de la honradez maacutes estricta y [238] de la sabiduriacutea ateniense hombres que con un pedazo de pan un vaso de agua y un buen libro se pasaban la mayor parte de la vida Ahora todo es comer a dos carrillos pedir destinos figurar en una palabra sentildeora ya no hay virtudes ciacutevicas

-iquestY es seguro que el Gobierno marcha mantildeana -le pregunte para desviarle de su fastidiosa disertacioacuten

-Seguriacutesimo No puede ser de otra manera

-iquestPor tierra

-Por agua sentildeora Los ministros y diputados marchan en el vapor

-iquestY usted y Salvador van tambieacuten en el vapor

-Iremos donde podamos sentildeora aunque sea en globo por los aires

Eacutel siguioacute arreglando sus maletas y yo me abrumeacute en mis pensamientos En la sala habiacutea un reloj de cucuacute con su impertinente paacutejaro de esos que asoman al dar la hora y nos hacen tantas cortesiacuteas como campanadas tiene aquella Nunca he visto un animalejo que maacutes me enfadase y cada vez que apareciacutea y me saludaba miraacutendome con sus ojillos negros y cantando el cucuacute sentiacutea ganas de retorcerle el pescuezo para que no me hiciera maacutes cortesiacuteas El paacutejaro cantoacute las nueve y las diez y las once y [239] con su insolente movimiento y su desagradable sonido pareciacutea decirme -iquestQueacute tal sentildeora se aburre Vd mucho

Todo el que ha esperado comprenderaacute mi agoniacutea Aquel resbalar del tiempo aquella veloz corrida de los minutos que pasan de nuestra frente a nuestra espalda amontonaacutendose atraacutes el tiempo que estaba delante es para enloquecer a cualquiera Cuando no hay un reloj que lleve la cuenta exacta de la cantidad de esperanza que se desvanece y de la paciencia que se gasta grano a grano menos mal pero cuando hay reloj y este reloj tiene un paacutejaro que hace reverencias cada sesenta minutos y dice cucuacute no hay espiacuteritu bastante fuerte para sobreponerse a la pena Ya cerca de las doce me deciacutea yo laquoiquestSi no vendraacuteraquo

Habiendo manifestado mis dudas al viejo Canencia que pareciacutea algo molesto por la duracioacuten de mi visita me dijo

-Puede que venga y puede que no venga Seguramente estaraacute ahora en el cafeacute del Turco o en casa del duque del Parque Ya es medianoche Dentro de unas cuantas horas seraacute de diacutea y iexclen marcha todo el mundo para Caacutediz

Mariana bostezaba siendo imitada por Canencia Yo me sosteniacutea intreacutepida sin suentildeo ni [240] cansancio resuelta a estar un antildeo en aquel sitio si un antildeo tardaba en venir mi hombre

-De todas maneras -dije a Canencia- si se marcha mantildeana ha de venir a arreglar su equipaje

-Es muy posible sentildeora -me contestoacute secamente- En caso de que quiera Vd retirarse puede con toda confianza dejar el recado verbal que guste Yo se lo trasmitireacute puntualmente y con la fidelidad de un verdadero amigo

-Gracias

-Le direacute que ha estado aquiacute Aunque usted no me ha dicho su nombre yo creo conocer a la persona con quien tengo el honor de hablar por haberla visto en Madrid algunas veces iquestNo es usted la sentildeora marquesa de Falfaacuten

Esta pregunta me hizo estremecer en mi interior como si un rayo pasara por miacute Pero dominaacutendome con soberano esfuerzo repuse gravemente y con afectada verguumlenza

-Siacute sentildeor soy la marquesa de Falfaacuten Fiada en la discrecioacuten de usted me he aventurado a esperar aquiacute en hora tan impropia

-Sentildeora yo soy un sepulcro y ademaacutes un amigo fiel de ese excelente joven y como le debo muchos beneficios a la amistad se une la gratitud Puede usted con toda libertad confiarme [241] lo que quiera Es muy posible que eacutel no pueda verla a usted esta noche Estaraacute muy ocupado y sin duda el viaje de mantildeana trastorna sus planes porque si no recuerdo mal hoy me dijo que pensaba despedirse de usted por la noche en casa de Dordf Mariacutea Antonia

Al oiacuter esto me quedeacute como maacutermol y enseguida me lleneacute de ascuas Desplegueacute los labios para preguntar laquoiquestdoacutende vive esa Dordf Mariacutea Antoniaraquo pero me contuve a tiempo comprendiendo la gran torpeza que iba a cometer Evocando toda mi destreza de coacutemica dije

-Asiacute pensaacutebamos pero no ha podido ser

El infame paacutejaro se asomoacute a su nicho y burlaacutendose de miacute cantoacute la una Yo me ahogaba porque a mis primeras fatigas se uniacutea desde que habloacute aquel hombre la inmensa sofocacioacuten de un despecho volcaacutenico de los celos que me mataban En mi cerebro se encajaba una corona de brasas resplandecientes y mi corazoacuten chorreaba sangre herido por mil puacuteas venenosas Mi afaacuten mi deseo maacutes vivo era morder a alguien

Espereacute maacutes Canencia seguiacutea bostezando y Mariana dormitaba Yo sentiacutea en mis oiacutedos un zumbido extrantildeo el zumbido del silencio nocturno que es como un eco de

mares lejanos y deshacieacutendome esperaba Habriacutea dado mi vida [242] entera por verle entrar por poder hablarle a solas un momento arrojando sobre eacutel las palabras la furia la hiel que se desbordaban en miacute A ratos balbuciacutea terribles injurias que siendo tan infames a miacute me pareciacutean rosas

El vil pajarraco volvioacute a chancearse conmigo y haciendo la reverencia maacutes pronunciada y el canto maacutes fuerte anuncioacute las dos

-iexclLas dos iexclpronto seraacute de diacutea -exclameacute

-Fijamente no viene ya sentildeora Es que se embarca con los diputados -dijo Canencia dando a entender con sus bostezos que de buena gana dormiriacutea un rato

-iquestY a queacute hora se embarcan los diputados

-Al rayar el diacutea asiacute se dijo anoche en el saloacuten del Congreso cuando se levantoacute la sesioacuten que ha durado treinta y tres horas

Estuve largo rato dudando lo que debiacutea hacer Delante de mi pensamiento daba vueltas un ciacuterculo de fuego que alternativamente en su lenta rotacioacuten mostraacutebame dos preguntas primera iquestY si viene despueacutes que yo me vaya Segunda iquestY si se embarca en el muelle mientras yo estoy aquiacute

Yo veiacutea pasar una pregunta despueacutes otra La segunda sustituiacutea a la primera y la primera a la segunda en oacuterbita infinita Ambas teniacutean [243] igual claridad ambas me deslumbraban y me enloqueciacutean de la misma manera Yo que por lo general me decido pronto entonces dudaba Cuando la voluntad se iba inclinando de un lado el pensamiento llamaacutebame del otro y asiacute contrabalanceados los dos poniacutean a mi alma en estado de terrible ansiedad Largo rato permaneciacute en esta dolorosa incertidumbre Los minutos volaban y acercaacutendose aquel en que era preciso resolver definitivamente el silencio mismo llegoacute a impresionar mi cerebro como un bramido intolerable formado por mil voces Oiacutea el latir de mi corazoacuten como se oye un secreto que nos dicen al oiacutedo mi sangre ardiacutea y por fin aquella misma palpitacioacuten de mi alborotado seno fue como una voz que hablaba dicieacutendome laquoanda andaraquo

El paacutejaro riendo como un demonio burloacuten me saludoacute tres veces con su cortesiacutea y su infernal cucuacute Eran las tres

-Va a ser de diacutea -dijo Canencia dejando caer sobre el pecho su cabeza venerable

Levanteme Estaba decidida Pareciome que D Bartolomeacute al verme dispuesta a partir vio el cielo abierto Despedime de eacutel bruscamente y salimos

-iquestA doacutende vamos sentildeora -me dijo Mariana- iquestNo es hora de retirarnos ya a descansar [244]

-Todaviacutea no

-iexclSentildeora sentildeora por Dios Estaacute amaneciendo No hemos cenado no hemos dormido

-Calla imbeacutecil -le dije clavando mis dedos en su brazo- iexclCalla o te ahogo

- XXX - Amaneciacutea y multitud de hombres de mal aspecto vagaban por la calle Veiacuteanse gitanos desarrapados y muchos guapos de la Macarena y de Triana Mi criada tuvo miedo pero yo no Repetidas veces nos vimos obligadas a variar de rumbo para evitar el encuentro de algunos grupos en que se oiacutea el ronco estruendo de iexclvivan las caenas iexclmuera la nacioacuten

Llegamos por fin al riacuteo Ya el diacutea habiacutea aclarado bastante y desde la puerta de Triana vimos la chimenea del vapor que despediacutea humo

-Si esos barcos de nueva invencioacuten humean al andar -dije- el vapor se marcha ya

Desde la puerta de Triana a la Torre del Oro se extendiacutea un cordoacuten de soldados de artilleriacutea [245] En la puerta de Jerez habiacutea cantildeones Nada de esto me arredraba porque mi exaltacioacuten me infundiacutea grandes alientos y hablando al oficial de artilleriacutea logreacute pasar hasta la orilla donde algunas tablas sostenidas sobre pilotes serviacutean de muelle El vapor bufaba como animal impaciente que quiere romper sus ligaduras y huir Multitud de personas se dirigiacutean al embarcadero Reconociacute a Canga-Arguumlelles a Calatrava a Beltraacuten de Lis a Salvato a Galiano y a otros muchos que no eran diputados

-Eacutel se iraacute tambieacuten -penseacute- Vendraacute aquiacute de seguro Pero no no creo que se me pueda escapar

Una idea grandiosa cruzoacute por mi mente una de esas ideas napoleoacutenicas que yo tengo en momentos de gravedad suma Ocurriome embarcarme tambieacuten en el vapor si le veiacutea partir No teniacutea equipaje iquestpero queacute me importaba Mariana se quedariacutea para llevarlo despueacutes

Acerqueme a Calatrava que se asombroacute mucho de verme

-Quiero un puesto en el vapor -le dije

-iquestTambieacuten usted se marcha iquestDe modo que

-Temo ser perseguida Estoy muerta de miedo [246] desde ayer Me han amenazado con anoacutenimos atroces

-iquestHa preparado usted su equipaje

-He preparado lo maacutes preciso el viaje es corto Mi criada se queda para arreglar lo que dejo aquiacute

-Tambieacuten nosotros dejamos nuestros equipajes porque no caben en el vapor Iraacuten en aquella goleta

-iquestMe hace usted un sitio siacute o no

-iquestUn sitio Siacute sentildeora Dejando el equipaje El Gobierno ha fletado el buque Puede usted venir

Esto se llama proceder pronto y con energiacutea Pero observeacute a todos los que llegaban y no le vi A cada instante creiacutea verle aparecer

-No puede tardar -dije despueacutes que di mis oacuterdenes a Mariana- Ahora siacute que es miacuteo

Mariana haciacutea objeciones muy juiciosas pero yo a nada atendiacutea Estaba ciega loca

-iquestY si no se embarca -me dijo mi criada- Todaviacutea no ha venido

-Pero ha de venir A ver si estaacute por ahiacute el duque del Parque

Miramos las dos en todos los grupos y no vimos al Duque

-iquestEl sentildeor duque del Parque no va a Caacutediz -pregunteacute a Salvato [247]

-El sentildeor Duque no se ha atrevido a votar el destronamiento

-iquestY queacute

-Que los que no votaron no se creen en peligro y seguiraacuten en Sevilla

-De modo que Su Excelencia

-No tengo noticia de que se embarque con nosotros

-Venga usted -me dijo Calatrava alargaacutendome la mano para llevarme a la cubierta del buque

-Entre usted amigo entre usted que auacuten tengo que decir algo a mi criada

-Parece que vacila usted

-En efecto siacute no estoy decidida auacuten

No no podiacutea entrar en aquel horrible bajel que iba a partir silbando y espumarajeando sin llevar al que turbaba mi vida Yo les vi entrar uno tras otro les conteacute ni uno solo escapoacute a mi observacioacuten y iexcleacutel no estaba iexclSiempre ausente siempre lejos de miacute siempre en direccioacuten diametralmente opuesta a la direccioacuten de mis ideas y de mi apasionada voluntad Esto era para enloquecer completamente y digo completamente porque yo estaba ya bastante loca Mi desvariacuteo insensato aumentaba como la fiebre galopante del enfermo solicitado por la muerte

Se embarcaron iexclay vi al horrendo vapor [248] separarse del muelle vi moverse las paletas de sus ruedas machacando y rizando el agua le oiacute silbar y mugir echando humo hasta que emprendioacute su marcha majestuosa riacuteo abajo

No yendo eacutel no podiacutea causarme afliccioacuten quedarme en tierra Eacutel estaba tambieacuten en Sevilla

-Ahora -dije- ahora no es posible que le pierda otra vez Si tengo actividad e ingenio pronto saldreacute de esta angustiosa situacioacuten

No quise detenerme como el vulgo que se extasiaba contemplando el humo del vapor que conduciacutea hacia el postrer rincoacuten de Espantildea el uacuteltimo resto del liberalismo Como aquel humo en los aires asiacute se desvaneciacutea en el tiempo la Constitucioacuten Pero en mi mente no podiacutean fijarse ni por un instante estas ideas

Me era forzoso pensar en otras cosas y en la realidad de mi ya insoportable desdicha iquestA doacutende debiacutea ir En los primeros momentos despueacutes del embarque no pude determinarlo y vagueacute breve rato por la ribera hasta que me obligaron a huir los excesos de la salvaje muchedumbre que se precipitoacute sobre los equipajes de los diputados apoderaacutendose de ellos y saqueaacutendolos en presencia de la poca tropa que habiacutea quedado en el muelle

Al mismo tiempo sentiacute el clamor de las [249] campanas echadas a vuelo en sentildeal de que Sevilla habiacutea dejado de pertenecer al Gobierno constitucional y en cuerpo y alma perteneciacutea ya al absolutismo iexclCambio tan raacutepido como espantoso El pronunciamiento se hizo entre berridos salvajes en medio del saqueo y del escaacutendalo al grito de iexclmuera la Nacioacuten La verdad es que los alborotadores haciacutean poco dantildeo a las personas pero siacute robaban cuanto podiacutean Al entrar por la puerta de Jerez procureacute apartarme lo maacutes posible de la turbulenta oleada que marchaba hacia el corazoacuten de Sevilla con objeto seguacuten oiacute de destrozar el saloacuten de sesiones y el cafeacute del Turco donde se reuniacutean los patriotas

Lejos de desmayar yo con las muchas contrariedades el insomnio y el continuo movimiento pareciacutea que la misma fatiga me daba prodigiosos alientos No sentiacutea el maacutes ligero cansancio y mi cerebro como una llama cada vez maacutes viva hallaacutebase en ese maravilloso estado de actividad que es para los poetas para los criminales y para los que se ven en peligro la raacutepida inspiracioacuten del momento Yo sentiacutea en miacute un estro grandioso avivado por mis contrariadas pasiones mi rencor y mi despecho Teniacutea la penetrante vista del genio y habiacutea llegado a ese momento sublime en que los maacutes [250] profundos secretos de nuestro destino se nos muestran con claridad espantosa Mi pensamiento como la aguja magneacutetica de una bruacutejula sentildealaba con insistencia la casa del marqueacutes de Falfaacuten

-iexclOh alliacute alliacute he de encontrar la solucioacuten de este horrible problema

- XXXI -

Y corriendo hacia la casa sontildeaba no ya con las delicias de un encuentro feliz y de una amable reconciliacioacuten sino con proporcionar a mi alma el inefable el celestial el infinito regocijo de un escaacutendalo de una escena de una de esas venganzas de mujer que son la Iliacuteada (13) del corazoacuten femenino No seacute si me equivocareacute juzgando por miacute de todas las mujeres pero pienso firmemente que ninguna por muy tiacutemida que sea deja de sentir en momentos dados y cuando se discuten asuntos del corazoacuten el poderoso instinto de la majeza La maja digan lo que quieran no es maacutes que lo femenino puro De miacute puedo asegurar que en aquel instante me sentiacutea verdulera [251]

-Tengo la seguridad -deciacutea- de que le encontrareacute alliacute El corazoacuten me lo dice Es precisamente lo que necesito es la satisfaccioacuten maacutes preciosa y agradable de mi inmenso afaacuten el desahogo de mi pecho semejante a un volcaacuten sin craacuteter el consuelo de todas mis penas Hablareacute gritareacute vomitareacute injurias iquestqueacute digo injurias verdades Direacute todo lo que seacute abrireacute los ojos de un marido creacutedulo y bonachoacuten arrancareacute la maacutescara a una hipoacutecrita confundireacute a un ingrato en suma estareacute en mi elemento iexcliexclAhora Santo Dios de las venganzas ahora siacute que no se me puede escapar

Al dirigirme a la plaza de la Magdalena donde viviacutea el Marqueacutes vi a dos o tres patriotas que eran llevados presos por el pueblo con una cuerda al cuello iexclPobre gente Entre ellos vi a Canencia que me dirigioacute al pasar una mirada suplicante pero no hice caso y seguiacute Casi arrastrando a Mariana que apenas podiacutea seguirme de puro cansada y sontildeolienta llegueacute a casa de Falfaacuten

En el patio encontreacute al Marqueacutes que al punto que me vio asombrose mucho de la alteracioacuten de mi semblante creyendo que ocurriacutea alguacuten grave accidente

-Sentildeora -me dijo ofrecieacutendome una silla- no extrantildeo que esa gente mal educada [252] Se estaacuten cometiendo toda clase de excesos en la desgraciada Sevilla

-No es eso no -repuse- Si no me ha pasado nada

-Sentildeora su rostro de usted me indica gran desasosiego y agitacioacuten

-Es verdad -dije- pero

-Estaacute usted muy intranquila

-Intranquila no estoy furiosa

Despueacutes de decir esto y de romper en seis pedazos mi abanico que ya lo estaba en cuatro procureacute tomar una actitud aparentemente serena pues el caso requeriacutea en miacute la grave majestad del que condena no la atolondrada coacutelera y pueril turbacioacuten del condenado

-iquestY por queacute estaacute usted furiosa -me preguntoacute el Marqueacutes confundido- iquestEn queacute puedo servir a usted

-iexclYo seacute que estaacute aquiacute -dije mirando al Marqueacutes de un modo que le aterroacute

-iquestQuieacuten

-iexclOh iquestquieacuten seraacute preciso que yo hable que lo diga todo

-Sentildeora no comprendo una palabra

-Llame usted a la sentildeora Marquesa y quizaacutes ella me comprenda -repuse con amargo sarcasmo

-Andrea no estaacute en casa [253]

Al oiacuter esto sentiacute un sacudimiento Nuevo y maacutes doloroso cambio en mis ideas en mi voluntad en mi coacutelera en mis planes nuevo movimiento de la aguja magneacutetica que brujuleaba en mi corazoacuten marcaacutendome el derrotero en medio de la tempestad El Marqueacutes no podiacutea tener intereacutes en negarme a su esposa Asiacute lo comprendiacute al momento y sin vacilar un instante dije

-iquestHa ido a la casa de Dordf Mariacutea Antonia

-Precisamente alliacute estaacute -manifestoacute Falfaacuten en tono de confianza honrada y tranquila que hubiera cautivado a otra persona maacutes irritada que yo- La Sra Dordf Mariacutea Antonia se puso anoche mala y mi esposa fue a acompantildearla un ratito A las diez estaba de vuelta

-iquestA las diez

-Pero sin duda la Sra Dordf Mariacutea Antonia se ha agravado hoy porque al rayar el diacutea vinieron a buscar a Andrea y allaacute estaacute iquestEncuentra usted en esto algo de extrantildeo

-No sentildeor nada -dije levantaacutendome- iquestY doacutende vive esa Dordf Antonia

-En la calle que sale a la puerta de Carmona nuacutemero 26 iquestPero se va usted sin explicarme el motivo de su visita su agitacioacuten

-Siacute sentildeor me voy [254]

-Pero

-Adioacutes sentildeor Marqueacutes

Quiso detenerme pero raacutepida como un paacutejaro fugitivo le dejeacute y saliacute de la casa

-A la calle que sale a la puerta de Carmona nuacutemero 26 -dije a Mariana que me seguiacutea durmiendo

-Ahora -deciacutea para miacute en el horroroso veacutertigo que formaban mis pensamientos y mi marcha- ahora siacute que de ninguacuten modo se me puede escapar

Yo saboreaba de antemano las horribles delicias del escaacutendalo que iba a dar de la venganza que tomariacutea de las palabras que saldriacutean de mi boca como el humo y la lava

de un volcaacuten en erupcioacuten Me deleitaba con aquella copa de amarguras que se convertiacutea en copa llena de delicioso licor de la venganza Habiacutea llegado al extremo de recrearme en el veneno de mi alma y de hallar delicioso el fuego que respiraba Seguiacutea teniendo las mismas ganas de morder a alguien y creo que mi linda boca tan codiciada habriacutea sido un aacutespid si en carne humana hubiera posado sus secos labios

Mariana que conociacutea a Sevilla me llevoacute hacia la puerta de Carmona yo no seacute por doacutende ni en cuaacutento tiempo Habiacutea yo perdido la nocioacuten [255] de la distancia y del tiempo Vi una calle larga y solitaria con muchas rejas verdes llenas de tiestos de albahaca Vi una fila de casas de fachada blanca iluminadas por el sol y otra liacutenea de casas en la sombra Yo buscaba el nuacutemero 26 cuando sentiacute pisadas de caballos Delante de miacute como a cuarenta pasos abriose una gran puerta y salieron tres hombres a caballo iexclEra eacutel

Corriacute corriacute Iba vestido con el traje popular andaluz y su figura era la maacutes hermosa que puede imaginarse Los otros dos vestiacutean lo mismo Caracolearon un instante los corceles delante de la casa y en seguida emprendieron precipitadamente la carrera en direccioacuten a la puerta de Carmona

Yo corriacutea corriacutea y al mismo tiempo gritaba Mariana que no habiacutea perdido el juicio me detuvo enlazando con sus dos brazos mi talle Mi furor estalloacute con un grito salvaje con una convulsioacuten horrible y este apoacutestrofe inexplicable -iexclLadrones iexclLadrones

En el mismo momento en que yo rugiacutea de este modo dos mujeres se asomaban a la ventana de la casa y saludaban a los jinetes con sus abanicos Eacutel miroacute repetidas veces hacia atraacutes y saludaba tambieacuten sonriendo Vi brillar el lente de Dordf Mariacutea Antonia vi los negros [256] ojos de Andrea iexclOh Satanaacutes Satanaacutes

Yo seguiacute hasta ponerme debajo de la ventana pero esta se cerroacute Seguiacute corriendo un poco maacutes Un grupo de hombres feroces aparecioacute por una boca-calle Su aspecto infundiacutea pavor pero yo me adelanteacute hacia ellos y sentildealando a los tres jinetes que huiacutean a escape fuera de la puerta entre nubes de polvo griteacute con toda la fuerza de mis pulmones

-iexclQue se escapan corred corred tras ellos iexclQue se escapan los patriotas los maacutes malos de todos los ateos blasfemos los republicanos los masones los regicidas los enemigos del Rey iexcllos que queriacutean matarle Corred y cogedles Yo tengo dinero Mil duros al que les coja iexclEn nombre de la religioacuten iexclEn nombre de las caenas Vamos vamos tras ellos iexclQue se escapan

A medida que hablaba iba desapareciendo en mi espiacuteritu la nocioacuten de lo externo y me sentiacutea envuelta en tinieblas o en llamas no seacute en queacute me sentiacutea caer en un hondo infierno lleno de demonios sumergirme en abismo de negro delirio de fiebre de suentildeo o muerte pues no puedo expresar bien lo que era aquello

Perdiacute el conocimiento [257]

- XXXII - Mi dolorosa enfermedad que me puso al borde del sepulcro duroacute cuarenta diacuteas de los cuales no seacute cuaacutentos paseacute en terrible crisis sin conciencia de las cosas atormentada por la fiebre Mi sangre enardecida habiacutea descompuesto en tales teacuterminos las funciones de mi cerebro que en aquellos angustiosos diacuteas no viviacutea con mi vida propia sino con el mismo fuego mortiacutefero de la enfermedad Asistiome uno de los primeros meacutedicos de Sevilla

Cuando saliacute del peligro y hubo esperanzas de que auacuten podriacutea seguir mi persona fatigando al mundo con su peso halleme en tristiacutesimo estado sin memoria sin fuerzas sin belleza Mas empeceacute a recobrar muy lentamente estos tesoros perdidos y con ellos volviacutean mis pasiones y mis rencores a aposentarse en mi seno como despueacutes de una inundacioacuten y cuando las aguas se retiran aparece lentamente la tierra dibujaacutendose primero los altos collados luego las suaves pendientes y por uacuteltimo el llano Asiacute pasada aquella avenida de sangre que envolvioacute mi pensamiento en turbias olas venenosas [258] fue apareciendo poco a poco todo lo existente antes del 13 de Junio

Una imagen descollaba sobre todas las que me perseguiacutean cuando mi fantasiacutea como un borracho que recobra la claridad de sus sentidos empezoacute a presentarme lo pasado Esta imagen era la de la hueacuterfana a quien supuse corriendo sin cesar por campos y ciudades buscando lo que no habiacutea de encontrar iquestAcaso el tormento de ella no era tan grande o quizaacutes mayor que el miacuteo Pero yo no me haciacutea cargo de esto y lejos de sentir laacutestima de mi viacutectima echaba lentildea a la hoguera de mis rencores discurriendo mil defectos y fealdades en el caraacutecter de la hermana de Salvador para deducir que sus angustias le estaban muy bien merecidas iexclQueacute desatinos tan horribles penseacute con este motivo Parece mentira que la exaltacioacuten de mi aacutenimo me llevara hasta los uacuteltimos desvariacuteos hasta el sacrilegio y la blasfemia

-Es muy posible -deciacutea yo- que mis horribles angustias hayan sido causadas por las maldiciones de esa mujer Al verse engantildeada habraacute pedido a Dios mi castigo y Dios no hay duda hace caso de los hipoacutecritas iexclAh los hipoacutecritas iexclperversa raza Son capaces con sus fingidas laacutegrimas de engantildear al mismo Dios y compelerle a castigar a los buenos [259]

A estos horrorosos pensamientos hijos de una turbada razoacuten antildeadiacutea otros quizaacutes maacutes sacriacutelegos Mi enfermedad que pareciacutea un aviso del cielo no me habiacutea corregido antes bien cuando resuciteacute estaba maacutes intolerante maacutes soberbia y proyectaba nuevos planes para vencer la tenaz contrariedad de mi destino Lejos de desconfiar de mis fuerzas y de acobardarme teniacutea fe mayor en ellas y me vanagloriaba suponiendo una inmediata victoria

-Me han ocurrido tantos desastres -deciacutea- porque he sido una tonta Pero ahora iexclOh ahora yo me juro a miacute misma que morireacute o le he de atrapar Ireacute a Caacutediz

Cuando esto deciacutea finalizaba Julio y la temperatura de Sevilla era irresistible El meacutedico me ordenoacute que buscase en la costa aires maacutes templados

Los franceses se habiacutean establecido ya en Sevilla donde reinaba un orden perfecto En toda Espantildea y principalmente en algunos puntos privilegiados de la tragedia como

Manresa y la Coruntildea corriacutea la sangre a raudales Los dos furibundos partidos se heriacutean mutuamente con impiacutea crueldad Pero los ejeacutercitos de ambas Naciones no habiacutean empentildeado ninguna lucha verdaderamente marcial y grandiosa [260] El nuestro se desbandaba como un rebantildeo sin pastores y el franceacutes iba ocupando las ciudades desguarnecidas y dominando todo el paiacutes sin trabajo y sin heroiacutesmo sin sangre y sin gloria Sus victorias eran ramplonas y honradas su proceder dentro de los pueblos noble y templado Era aquel ejeacutercito como su jefe leal y sin genio un ejeacutercito apreciable compuesto de cien mil buenos sujetos que no conociacutean el saqueo pero tampoco la gloria iexclDetestable suerte la de Espantildea iexclHaber hecho temblar al coloso y sucumbir ante un hijo del conde de Artois ante un pobre emigrado de Gante

iexclA Caacutediz a Caacutediz Estas palabras compendiaban todo mi pensamiento en aquellos diacuteas Empeceacute a disponer mi viaje con gran prisa y a principios de Agosto nada teniacutea que hacer ya en Sevilla

Mi belleza recobraba al fin su esplendor Y no era esto poco triunfo porque la verdad es que me habiacutea quedado como un espectro iexclCon cuaacutento alborozo veiacutea yo despuntar de diacutea en diacutea la animacioacuten la gracia la frescura la viveza todos los encantos de mi fisonomiacutea que iban mostraacutendose como flores que se abren al carintildeoso amor del sol Yo no cesaba de mirarme al espejo para [261] observar los progresos de mi restauracioacuten y casi casi estoy por decir que me encontraba maacutes guapa que antes de mi enfermedad Perdoacuteneseme este orgullo vano pero si Dios me hizo asiacute si me dio hermosura y gracias iquestpor queacute no lo he de decir para que lo sepan los que no tuvieron la dicha de conocerme

El conde de Montguyon se me presentoacute en el momento de partir para Caacutediz iexclOh feliz encuentro Mi D Quijote que habiacutea sido ascendido a jefe de brigada me acompantildeoacute en casi todo el camino de Sevilla a la costa mostraacutendose en extremo orgulloso por creer proacuteximo el momento de mi definitiva conquista y yo cuidaba no poco de confirmarle en esta creencia porque queriacutea tenerle muy dispuesto a servirme en negocios difiacuteciles Hablamos tambieacuten de poliacutetica y de la Ordenanza de Anduacutejar en que Su Alteza recomendaba la mayor templanza a los absolutistas habieacutendoles disgustado por esto Pero el tema maacutes agradable a mi caballero era el amor

Seguacuten se expresaba su bello ideal estaba a punto de realizarse El paiacutes ardiente el territorio pintoresco la dama hermosa nada faltaba para que la leyenda fuese completa Pero yo esmeraacutendome en fomentar sus esperanzas era sumamente avara de concesiones Mi ordenanza [262] de Anduacutejar prescribiacutea tambieacuten la moderacioacuten

Ya me habiacutea yo instalado en el Puerto cuando apremiada por el Conde le reveleacute la causa de mis ardientes deseos de penetrar en Caacutediz

-Un hombre -le dije- que antes poseiacutea mi confianza administrando los bienes de mi casa un mayordomo que supo servirme alguacuten tiempo con lealtad para engantildearme despueacutes con maacutes seguridad huyoacute de Madrid robaacutendome gran cantidad de dinero muchas alhajas de valor y documentos preciosos Ese hombre estaacute en Caacutediz

-Pero en Caacutediz hay tribunales de justicia hay autoridades

-En Caacutediz no hay maacutes que un Gobierno expirante que para prolongar su vida entre agoniacuteas se rodea de todos los pillos

-Sin embargo sentildeora un ladroacuten de semejante estofa no puede ser patrocinado por nadie Horribles cosas se ven en las guerras civiles pero nosotros nosotros los franceses entraremos en Caacutediz

-Esa es mi esperanza

-iquestNo tiene usted valimiento con los Ministros liberales

-Ninguno Mi nombre soacutelo les sonaraacute a proclama realista [263]

-Entonces

-Cuento con la proteccioacuten de los jefes del ejeacutercito franceacutes

-Y con los servicios de un leal amigo El objeto principal es detener al ladroacuten

-iexclDetenerle y amarrarle y arrastrarle -exclameacute con furor- Mas deseo hacer mi justicia a espaldas de los tribunales porque aborrezco la curia y los pleitos aun cuando los gane

-iexclOh eso es muy espantildeol Se trata pues de cazar a un hombre iquestpor ventura eso es faacutecil todaviacutea

-Faacutecil no

-Y para una dama

-Pero yo no estoy sola Tengo servidores leales que soacutelo esperan una orden miacutea para

-Para matar

-No tanto -dije riendo- Esto le pareceraacute a usted leyenda novela romance o lo que quiera pero no mis propoacutesitos no son tan traacutegicos como usted se figura

-Lo supongo pero siempre seraacuten interesantes iquestHa dejado usted criados en Sevilla

-Uno tengo a mis oacuterdenes Le he enviado por delante y ya estaacute en Caacutediz

-Vigilando [264]

-Acechando

-Bien le seguiraacute de noche embozado hasta las cejas espiaraacute sus acciones se informaraacute de su meacutetodo de vida iquestY ese criado es fiel

-Como un perro Examinemos bien mi situacioacuten sentildeor Conde iquestSe puede entrar en Caacutediz

-Es muy difiacutecil sentildeora sobre todo para los que son sospechosos al Gobierno liberal

-iquestY por mar

-Ya sabe usted que en la bahiacutea tenemos nuestra escuadra

-iquestCuaacutendo tomaraacuten ustedes la plaza

-Pronto Esperamos a que venga Su Alteza para forzar el sitio

-iquestY podraacuten escaparse los milicianos y el Gobierno

-Es difiacutecil saberlo Ignoramos si habraacute capitulacioacuten no sabemos el grado de resistencia que presentaraacuten los insurgentes

-iexclOh -exclameacute sin saber lo que deciacutea obcecada por mis pasiones- Ustedes los realistas no sirven para esto Si Napoleoacuten estuviera aquiacute amigo miacuteo mantildeana mantildeana mismo siacute sentildeor mantildeana seriacutea tomada por asalto esa ciudad rebelde y pasados a cuchillo los insensatos que la defienden [265]

-Me parece demasiado pronto -dijo Montguyon sonriendo- En fin comprendo la impaciencia de usted

-Siacute quien ha sido robada vilmente estafada no puede aprobar estas dilaciones que dan fuerza al enemigo Sentildeor Conde es preciso entrar en Caacutediz

-Si de miacute dependiera sentildeora esta tarde mandaba dar el asalto -repuso con entusiasmo- Sorprenderiacutea a la guarnicioacuten encarcelariacutea a los diputados y a las Cortes y pondriacutea en libertad al Rey

-Ya eso no me importa tanto -dije en tono de conquistador- Yo entrariacutea al asalto sorprendiendo a la guarnicioacuten Dejariacutea a los diputados que hicieran lo que les acomodase mandariacutea al Rey a paseo

-Sentildeora

-Buscariacutea a mi hombre revolveriacutea todos los rincones todos los escondrijos de Caacutediz hasta encontrarle y despueacutes que le hallara

-Despueacutes

-Despueacutes sentildeor Conde iexclOh mi sangre se abrasa

-En los divinos ojos de usted Jenara -me dijo- brilla el fuego de la venganza Parece usted una Medea [266]

-No me impulsan los celos -dije serenaacutendome

-Una Judith

-Ni la idea poliacutetica

-Una

-Parezca lo que parezca sentildeor Conde ello es preciso entrar en Caacutediz

-Entraremos

-iquestNo sirve usted ahora en el Estado Mayor del general Bourmont

-En eacutel estoy a las oacuterdenes de la que es imaacuten de mi vida -repuso poniendo los ojos en blanco

-iquestBourmont seraacute nombrado comandante general de Caacutediz luego que la plaza se rinda

-Asiacute se dice

-iquestHaraacute usted prender a mi mayordomo

-Le hareacute fusilar

-iquestMe lo entregaraacute usted atado de pies y manos

-Siempre que no huya antes siacute sentildeora

-iexclHuir Pues queacute iquesttendraacute ese hombre la vileza de huir de no esperar

-El criminal amiga miacutea de mi corazoacuten pone su seguridad ante todo

-iquestNo dice usted que hay una especie de escuadra

-Una escuadra en toda regla [267]

-iquestPues de queacute sirven esos barcos sentildeor miacuteo -dije de muy mal talante- si permiten que se escape ese

-Quizaacutes no se escape

-iquestDe queacute sirve la escuadra -antildeadiacute con la maacutes viva inquietud- iquestQuieacuten es el almirante que la manda Yo quiero ver a ese almirante quiero hablar con eacutel

-Nada maacutes faacutecil pero dudo

-Me ocurre que si hay capitulacioacuten seraacute maacutes faacutecil atraparle

-iquestAl almirante

-No a a ese

-Sin duda En tal caso se quedariacutea tranquilo en Caacutediz al menos por unos diacuteas

-Bien muy bien Si hay capitulacioacuten arreglo perdoacuten de vidas y libertad para todos Sentildeor Conde aconsejaremos al Priacutencipe que capitule iexclpero queacute tonteriacuteas digo

-Estaacute patente en su espiacuteritu de usted la obsesioacuten de ese asunto

-iexclOh siacute no puedo pensar en otra cosa El caso es grave Si no consigo apoderarme de ese hombre no seacute creo que me costaraacute la vida

-Yo tambieacuten le aborrezco iexclHombre maldito Pero le cogeremos sentildeora Me pongo al servicio de este gran propoacutesito con la sumisioacuten [268] de un esclavo iquestAcepta usted mi cooperacioacuten

Al decir esto me besaba la mano

-La acepto siacute hombre generoso y leal la acepto con gratitud y profundo carintildeo

Al decir esto yo poniacutea en mi semblante una sensibilidad capaz de conmover a las piedras y en mis pestantildeas temblaba una laacutegrima

-Y entonces -antildeadioacute Montguyon con voz turbada- cuando nuestro triunfo sea seguro iquestpodreacute esperar que el hueco que se me destina en ese corazoacuten no sea tan pequentildeo

-iquestPequentildeo

-Si es evidente por confesioacuten de eacutel mismo que ya tengo una parte en sus sublimes afectos iquestno puedo esperar

-iquestUna parte iexclOh no todo todo

El inflamado galaacuten abrioacute sus brazos para estrecharme en ellos pero evadiacute prontamente aquella prueba de su insensato ardor y ponieacutendome primero seria y despueacutes amable con una especie de enojo gracioso y virtud tolerante le dije que ni Zamora ni yo podiacuteamos ser ganadas en una hora Al decir esto violentos cantildeonazos me hicieron estremecer y corriacute al balcoacuten

-Son los primeros tiros de las bateriacuteas que se han armado para atacar el Trocadero -me dijo el Conde [269]

-iquestY esas bombas van a Caacutediz -pregunteacute poniendo inmenso intereacutes en aquel asunto

-Van al Trocadero

-iquestY queacute es eso

-Un fuerte que estaacute en medio de las marismas

-iquestY alliacute estaacuten

-Los liberales

-iquestMuchos

-Mil y quinientos hombres

-iquestPaisanos

-Hay muchos paisanos y milicianos

-iexclOh moriraacute mucha gente

-Eso es lo que deseamos Parece que siente usted gran pena por ello

-La verdad -repuse ocultando los sentimientos que bruscamente me asaltaban- no me gusta que muera gente

-A excepcioacuten de su enemigo

-Ese iquestpero estaraacute en el Trocadero

-iexclQuieacuten sabe Estaacute usted aterrada Jenara

-iexclOh yo quiero ir al Trocadero

-Sentildeora

-Quiero ir al Trocadero

-Eso mismo deseamos nosotros -me dijo riendo- y para conseguirlo enviaremos por delante algunos centenares de bombas [270]

-iquestDoacutende estaacute el Trocadero -pregunteacute corriendo otra vez a la ventana

-Alliacute -dijo Montguyon asomaacutendose y alargando el brazo

Hiacutezome explicaciones y descripciones muy prolijas de la bahiacutea y de los fuertes pero bien comprendiacute que antes que mostrar sus conocimientos deseaba estar tan cerca de miacute como estaba aproximando bastante su cabeza a la miacutea y embriagaacutendose con el calor de mi rostro y con el roce de mis cabellos

- XXXIII -

iexclQueacute aparato desplegaron contra aquellas fortalezas que se alzan entre charcos salubres y que llevan por nombre el Trocadero Desde que llegoacute Su Alteza a mediados de Agosto no haciacutean maacutes que disparar bombas y balas contra los fuertes esperando abrir brecha en sus gloriosos muros iexclFiguacuterese el buen lector mi aburrimiento Considere con cuaacutenta tristeza y tedio veriacutea yo pasar diacutea tras diacutea sin maacutes distraccioacuten que oiacuter los disparos y ver por las noches las majestuosas curvas de los proyectiles Me consumiacutea [271] en mi casa del Puerto sin tener noticias del interior de Caacutediz ni esperanzas de poder penetrar en la plaza Ni pareciacutea aquello guerra formal y heroica como creiacutea yo que debiacutean ser las guerras y como las que vi en mi nintildeez y en tiempo del Imperio Casi todo el ejeacutercito sitiador estaba con los brazos cruzados los oficiales paseaban fumando los soldados haciacutean menos pesado el tiempo con bailoteo y cantos

No debo pasar en silencio que el duque del Infantado que llegoacute de Madrid en aquellos diacuteas me llevoacute a visitar a Su Alteza nuestro salvador y el aacutengel tutelar de la moribunda Espantildea por aquellos diacuteas Luis Antonio era un rubio desabrido cuyo semblante respiraba honradez y buena fe pero la aureola del genio no circundaba su frente Fuera de aquel sitio lejos de aquella deslumbradora posicioacuten y con otro nombre el hijo del conde de Artois habriacutea sido un joven de buen ver mas no en tal manera que por su aspecto descollase entre la muchedumbre Para hallar en eacutel lo que realmente le distinguiacutea era preciso que un trato frecuente hiciese resaltar las perfecciones morales de su alma privilegiada su lealtad sin tacha y aquel levantado espiacuteritu caballeresco sin quijotismo que le haciacutea tan estimable en la Corte de Francia Era valiente humanitario [272] corteacutes afable puntual y riguroso en el cumplimiento del deber Si estas cualidades no eran suficientes a formar un gran guerrero iquestqueacute importaba La pericia militar dieacuteronsela sus praacutecticos generales y nuestros desaciertos que fueron el principal estro marcial de la segunda invasioacuten

Angulema me recibioacute con la maacutes fina delicadeza y urbanidad pero de todas sus cortesaniacuteas la que maacutes me agradoacute fue la de disponer el asalto del Trocadero -iexclAl fin al fin -exclamaba yo- seraacute nuestro el horrible fuerte que nos abriraacute las puertas de Caacutediz

El 19 abrieron brecha pero hasta la noche del 30 no se dio el asalto habieacutendose guardado secreto sobre esto en los diacuteas anteriores aunque yo lo supe por el conde de Montguyon que no me ocultaba nada referente a las operaciones iexclNoche terrible la del 30 al 31 de Agosto noche que me parecioacute diacutea por lo clara y hermosa asiacute como por el estreacutepito guerrero que en ella resonara y las acciones heroicas dignas de ser alumbradas por el sol Apretado fue el lance del asalto seguacuten oiacute contar y Su Alteza y el priacutencipe de Carignan se portaron bravamente combatiendo como soldados en los sitios maacutes peligrosos No fue ciertamente el hecho del Trocadero una de aquellas paacuteginas de epopeya [273] que ilustraron el Imperio fue maacutes bien lo que los dramaturgos franceses llaman Succeacutes destime un eacutexito que no tiene envidiosos Pero a la Restauracioacuten le conveniacutea cacarearlo mucho cintildeendo a la inofensiva frente del Duque los laureles napoleoacutenicos y se tocoacute la trompa sobre este tema hasta reventar resultando del entusiasmo oficial que no hubo en Francia calle ni plaza que no llevase el nombre del Trocadero y hasta el famoso arco de la Estrella en cuyas piedras se habiacutean grabado los nombres de Austerlitz y Wagram fue durante alguacuten tiempo Arco del Trocadero

Yo me habiacutea trasladado a Puerto Real para estar maacutes cerca En la mantildeana del 31 cuando vi pasar a los prisioneros hechos en los fuertes me sentiacute morir de zozobra Entre aquellas caras atezadas a cada instante creiacutea ver la suya Estuvieron pasando mucho

tiempo porque eran maacutes de mil entre militares y paisanos Creo que les mireacute uno por uno y al fin cuando ya quedaban pocos redobleacute mi atencioacuten iexclOh misericordioso Dios queacute estupendas cosas permites En la uacuteltima fila casi solo maacutes abatido maacutes quemado del sol maacutes demacrado con los vestidos maacutes rotos que los demaacutes pasoacute eacutel iexcleacutel mismo no podiacutea dudarlo porque le estaba viendo viendo siacute con mis propios [274] ojos arrasados de laacutegrimas Llevaba la mano izquierda en cabestrillo hecho con un andrajo y su paso era inseguro y como dolorido sin duda por tener lleno de contusiones el cuerpo

Al verle extendiacute los brazos y griteacute con toda la fuerza de mi voz Mi enamorada exclamacioacuten hizo volver la cabeza a todos los que iban delante y a los curiosos que le rodeaban Eacutel alzando los amortiguados ojos me miroacute con expresioacuten tan triste que sentiacute partido mi corazoacuten y estuve a punto de desmayarme Creo que pronuncioacute algunas palabras pero no oiacute sino un adioacutes tan luacutegubre como campanada funeral y movioacute la mano en ademaacuten de carintildeoso saludo y pasoacute desapareciendo con los demaacutes en una vuelta del camino

Mi primera intencioacuten fue correr tras eacutel pero en la casa me detuvieron Cuando serenamente me hice cargo de la situacioacuten formeacute mil proyectos pero todos los desechaba al punto por descabellados Pensaacutendolo bien comprendiacute que no era tan difiacutecil conseguir su libertad Me congratulaba de que al cabo de tantas fatigas el destino me le presentara prisionero para poder decir con maacutes valor que nunca -Ahora siacute que no se me puede escapar [275]

- XXXIV - Envieacute recados al conde de Montguyon pero no se le podiacutea encontrar por ninguna parte Unos deciacutean que estaba en el Trocadero otros que en el Puerto otros que habiacutea ido a las fragatas con una comisioacuten Por uacuteltimo averiguumleacute con certeza su paradero y le escribiacute una carta muy carintildeosa Mas pasoacute un diacutea pasaron dos y yo me moriacutea de impaciencia sin poder ver al prisionero ni aun saber doacutende le habiacutean llevado El Conde robando al fin un rato a sus quehaceres vino a verme el diacutea 4 Yo estaba otra vez medio loca y no teniacutea humor para hacer papeles sino que espontaacuteneamente dejaba que se desbordasen los sentimientos de mi corazoacuten

-iexclOh Cuaacutento me alegro de ver a usted -le dije- Si usted no viene pronto sentildeor Conde me hubiera muerto de pena

Con estas palabras que creiacutea dictadas por un vivo intereacutes hacia eacutel se puso el noble franceacutes un poco chispo que asiacute denomino yo al embobamiento de los hombres enamorados Se deshizo en galanteriacuteas a las cuales daba cierto [276] tono de intimidad cargante y despueacutes me dijo

-Pronto muy pronto libertaremos a Su Majestad el Rey de Espantildea y entraremos en Caacutediz El sol de ese diacutea sentildeora iexclcuaacuten alegremente brillaraacute sobre toda Espantildea y especialmente sobre nuestros corazones

-Mi estimado amigo -indiqueacute riendo- no diga usted tonteriacuteas

Eacutel se quedoacute cortado

-Basta de tonteriacuteas -antildeadiacute- y oacuteigame usted lo que voy a decirle Ya he encontrado al hombre que buscaba

-iquestDoacutende iquestcoacutemo iquestese malvado

-No es malvado

-iquestCoacutemo no Me dijo usted que le habiacutea robado sus alhajas

-iexclNo es ese por Dios iquestCuaacutendo entenderaacute usted las cosas al derecho

-Siempre que no se me expliquen al reveacutes

-He encontrado a ese hombre Pero entendaacutemonos iquestNo dije a usted que habiacutea venido delante de miacute un fiel criado de mi casa el cual entroacute en Caacutediz

-iexclAh siacute entroacute para observar los pasos del ladroacuten

-Pues ese fiel criado tiene el defecto de ser algo patriota iexcldebilidades humanas y [277] como es algo patriota se puso a pelear en el Trocadero por una causa que no le importaba

-Ya comprendo y ha caiacutedo prisionero iquestLe ha visto usted

-Le vi cuando los prisioneros pasaron por aquiacute pero no le he visto maacutes y ahora sentildeor Conde quiero que usted me le ponga en libertad

-Sentildeora si Caacutediz se rinde pronto como creo y todo se arregla espero conseguir lo que usted me pide

-iexclQueacute gracia Para eso no necesito yo de la amistad de un jefe de brigada -dije con enfado- Ha de ser antes mantildeana mismo

-iexclOh Sentildeora usted somete mi amor a pruebas demasiado fuertes

-iquestQuiere usted que dejemos a un lado el amor -le dije ponieacutendome muy seria- y que hablemos como amigos

Montguyon palidecioacute

-iquestEsa persona -me dijo- interesa a usted tanto que no puede esperar a que concluya la guerra dando yo mi palabra de que el prisionero seraacute bien atendido

-No basta que sea atendido -afirmeacute con resolucioacuten- No basta nada quiero su libertad quiero atenderle yo misma cuidarle curar [278] sus heridas tenerle a mi lado llevarle a sitio seguro

Me expreseacute al decir esto con vehemencia suma porque me era ya muy difiacutecil contener mi corazoacuten que iba al galope en busca de las anheladas soluciones El Conde me oiacutea con cierto terror

-iquestTanto interesa a usted -repitioacute- tanto interesa a usted un criado

-No es criado

-iquestTal vez un anciano servidor de la casa

-No es anciano

-iquestUn joven iquestSupongo que no seraacute el ladroacuten

-iquestQueacute ladroacuten

-El ladroacuten de quien usted me habloacute

-iexclAh No me acordaba Ya no me ocupo de eso

-iquestAbandona usted la empresa de detener y castigar a ese miserable

-La abandono

-iexclQueacute inconstancia

-Yo soy asiacute

-Pero ese ese otro iquestinteresa a usted tanto

-Muchiacutesimo

-iquestEs pariente de usted

-No Es compantildeero de la infancia [279]

-iquestEs militar

-Paisano sentildeor Conde -dije con el tono de severa autoridad que seacute emplear cuando me conviene- Si se empentildea usted en ser catecismo buscareacute otra persona maacutes galante y maacutes generosa que sepa prestar un servicio economizando las preguntas

-Creo tener alguacuten derecho a ello -repuso con gravedad

-No tiene usted ninguno -afirmeacute con desenfado- porque este derecho yo sola podriacutea darlo y yo lo niego

-Entonces sentildeora -objetoacute encubriendo su ira bajo formas urbanas- he padecido una equivocacioacuten

-Si cree usted que le amo siacute La equivocacioacuten no puede ser maacutes completa

Montguyon se levantoacute Sus ojos en los cuales se leiacutea el furor mezclado con la dignidad me dirigieron una mirada que debiacutea ser la uacuteltima Yo corriacute a eacutel y tomaacutendole la mano le rogueacute que se sentase a mi lado

-Usted es un caballero -le dije- Ninguacuten otro ha merecido maacutes que usted mi estimacioacuten lo juro Dios sabe que al decir esto hablo con el corazoacuten

-Dios lo sabraacute -repuso Montguyon muy afligido- mas para miacute y de aquiacute en adelante [280] las palabras de usted estaacuten escritas en el agua

-Considere usted las que le diga hoy como si estuvieran grabadas en bronce La que confiesa hechos que no le favorecen iquestno tiene derecho a ser creiacuteda

-A veces siacute Confieacuteseme usted que su conducta conmigo no ha sido leal

-Lo confieso -repliqueacute bajando los ojos y realmente avergonzada

-Confiese usted que yo no mereciacutea servir de juguete a una mujer voluntariosa

-Tambieacuten es cierto y lo confieso

-Declare usted que ama a otro

-iexclOh siacute lo declaro con todo mi corazoacuten y si cien bocas tuviera con todas lo diriacutea

El leal caballero se quedoacute atoacutenito y espantado Estaba como ellos dicen foudroyeacute Durante breve rato no me dijo nada pero yo comprendiacute su martirio y le teniacutea laacutestima iexclOh queacute mala he sido siempre

-Ese hombre -murmuroacute Montguyon- ese hombre

-Ahora reconocieacutendome culpable reconocieacutendome inferior a usted -dije- le autorizo para que me abrume a preguntas si gusta y aun para que me eche en cara mi ligereza

-Ese hombre -prosiguioacute el franceacutes- [281] Perdone usted pero nada es maacutes curioso que la desgracia El amor desairado quiere tener miles de ojos para sondear las causas de su desdicha Ese hombre iquestquieacuten es

-Un hombre

-iquestDe familia ilustre

-No sentildeor de origen muy humilde

-iquestLe ama usted hace tiempo

-Hace mucho tiempo

-Eacutel iquestla ama a usted

-No estoy muy segura de ello

-iexclOh iexclQueacute iniquidad -exclamoacute con furor el Conde- Es un miserable

-Un ingrato y es bastante

-iquestY a pesar de su ingratitud le ama usted

-Tengo esa debilidad que no puedo dominar

-Aborreacutezcale usted

-Si fuera faacutecil Difiacutecil cosa es esa

-iexclEs verdad difiacutecil cosa -exclamoacute Montguyon con tristeza- iquestY ese hombre

-iquestPero hay maacutes preguntas todaviacutea

-No ya no maacutes Me basta lo que seacute y me retiro

-Se conduce usted como un cualquiera -le dije con verdadero afecto- Me abandona usted precisamente cuando mi sinceridad merece [282] alguna recompensa iquestSeraacute posible que cuando yo empiezo a tener franqueza deje usted de tener generosidad

-iexclOh Sentildeora toca usted una fibra de mi corazoacuten que siempre responde aun cuando la hieran con puntildeal

-Siacute siacute amigo miacuteo Usted es generoso y noble en gran manera Para que la diferencia entre los dos sea siempre grande para que usted sea siempre un caballero y yo una miserable paacutegueme usted como pagan en todas ocasiones las almas elevadas Pues yo me he portado mal poacutertese usted bien conmigo Haga cada cual su papel Cumpla usted el precepto que manda volver bien por mal Asiacute creceraacute maacutes a mis ojos asiacute me abatireacute yo maacutes a los suyos asiacute su generosidad seraacute mayor y mi culpa maacutes grande tambieacuten y usted tendraacute en su vida una paacutegina maacutes gloriosa que la victoria que acaba de alcanzar frente al enemigo

-Comprendo lo que usted me dice -murmuroacute el franceacutes descansando por breve rato su frente en la palma de la mano- Yo sereacute siempre digno de mi nombre

-iexclCaballero leal antes ahora y siempre -exclameacute yo

-Bien sentildeora -dijo levantaacutendose y alargaacutendome la mano que estrecheacute cordialmente- [283] Lo que usted desea de miacute es bastante claro

-Siacute

-Y yo -antildeadioacute con manifiesta emocioacuten- empentildeo mi palabra de honor

-iexclOh lo esperaba lo esperaba

-Doy mi palabra de honor de hacer cuanto esteacute en mi mano para devolver a usted la felicidad entregaacutendole a su amante

-Gracias gracias -exclameacute derramando laacutegrimas de admiracioacuten y agradecimiento

El Conde saludaacutendome ceremoniosamente se retiroacute De buena gana le habriacutea dado un abrazo

- XXXV - iexclQueacute diacuteas pasaron Yo contaba las horas los minutos como si de la duracioacuten de ellos dependiese mi vida Entre espantildeoles y franceses era opinioacuten corriente que la guerra acabariacutea pronto que Caacutediz expiraba que las Cortes se moriacutean por momentos Sin embargo auacuten resistiacutea el Gobierno liberal y sus secuaces como la bestia herida que no quiere soltar su presa mientras tenga un haacutelito de existencia Esta [284] constancia no careciacutea de meacuterito y lo tendriacutea mayor si se empleara en causa menos perdida iexclQueacute sacrificio tan inuacutetil No teniacutean hombres porque los alistamientos no produciacutean efecto No teniacutean dinero porque el empreacutestito que levantaron en Londres produjo una libra esterlina Yo creo que si mi espiacuteritu hubiera estado en disposicioacuten de admirar algo habriacutea admirado la perseverancia de aquel Gobierno que no pudo encontrar en toda Europa quien le prestase maacutes de cinco duros

Mi deseo era que se rindiese todo el mundo que el Rey y la Nacioacuten arreglasen pronto sus diferencias aunque las arreglaran devoraacutendose mutuamente Yo queriacutea tener el campo libre para el desenlace de mi campantildea amorosa que veiacutea ya seguro y feliz

Casi todo Setiembre lo pasaron Angulema y las Cortes en dimes y diretes Mil recados atravesaban la bahiacutea en un bote callaban los cantildeones para que hablaran los parlamentarios Tales comedias me poniacutean furiosa porque no se decidiacutea la suerte de los infelices prisioneros del Trocadero que habiacutean sido repartidos entre los Dominicos del Puerto y la Cartuja de Jerez

Montguyon me visitoacute el 12 para informarme de que habiacutea visto al prisionero cuyo nombre [285] y sentildeas le habiacutea dado yo oportunamente

-Estaacute sumamente abatido y melancoacutelico -me dijo- Se ha negado a recibir los auxilios pecuniarios que le ofreciacute de parte de usted pero se ha mostrado muy agradecido Al oiacuter que Jenara teniacutea gran empentildeo en conseguir su libertad parecioacute muy turbado y conmovido pronunciando palabras sueltas cuyo sentido no pude comprender

-iquestY no desea verme

-Parece que lo desea ardientemente

-iexclOh iexclEstas dilaciones son horribles iquestY queacute maacutes dijo

-Cosas tristes y peregrinas Afirma que desea la libertad para conseguir por ella el destierro

-iexclEl destierro

-Dice que aborrece a su paiacutes y que la idea de emigracioacuten le consuela

-Le conozco siacute Esa idea es suya

Otras cosas me dijo el Conde pero se referiacutean al trato que se daba a los prisioneros y a las excepciones ventajosas que eacutel estableciera en beneficio de mi amado iexclCuaacutento le agradeciacute sus delicadezas Mientras viva tendreacute buenos recuerdos de hombre tan caballeroso y humanitario

Interrumpidos los tratos por la terquedad [286] de las Cortes tomoacute de nuevo la palabra el cantildeoacuten y el diacutea 20 fue ganado por los franceses con otro brioso asalto el castillo de Santi-Petri Despueacutes de este hecho de armas Angulema habloacute fuerte a los tenaces liberales pegados como lapas a la roca constitucional y les amenazoacute con pasar a cuchillo a toda la guarnicioacuten de Caacutediz si Fernando VII no era puesto inmediatamente en libertad El 26 se sublevoacute contra la Constitucioacuten el batalloacuten de San Marcial que guarneciacutea la bateriacutea de Urrutia en la costa y la armada francesa secundando el fuego de las bateriacuteas del Trocadero arrojaba bombas sobre Caacutediz No era posible mayor resistencia Era una tenacidad que empezaba a confundirse con el heroiacutesmo y la Constitucioacuten moriacutea como habiacutea nacido entre espantosa lluvia de balas saludada en su triste ocaso como en su dramaacutetico oriente por las salvas del ejeacutercito franceacutes

Por fin llegaba el anhelado diacutea

-Habraacute perdoacuten general -deciacutea yo para miacute- Todos los prisioneros seraacuten puestos en libertad Huiremos iexclCuaacuten grato es el destierro Comeremos los dos el dulce pan de la emigracioacuten lejos de indiscretas miradas libres y felices fuera de esta loca patria perturbada donde ni aun los corazones pueden latir en paz [287]

Montguyon me trajo el 29 muy malas noticias

-El Duque ha resuelto poner en libertad a todos los prisioneros de guerra Pero

-iquestPero queacute

-Ha dispuesto que sean entregados a las autoridades espantildeolas los individuos que en Caacutediz desempentildeaban comisiones poliacuteticas

-iquestEacutel estaacute comprendido

-Siacute sentildeora Desgraciadamente se tienen de eacutel las peores noticias Habiacutea recorrido los pueblos alistando gente por orden de Calatrava habiacutea venido desde Cataluntildea con oacuterdenes de Mina para realizar asesinatos de franceses Habiacutea organizado las partidas de gente soez que en el traacutensito de Sevilla a Caacutediz insultaron a Su Majestad

-iexclOh eso es falso falso mil veces falso -exclameacute sin poder contener mi indignacioacuten

Y en efecto tales suposiciones eran infames calumnias

-Ha llegado al Puerto de Santa Mariacutea -antildeadioacute Montguyon- el Sr D Viacutector Saacuteez secretario de Estado iquestpor queacute no le ve usted

-No quiero nada con hombres de ese jaez -repuse con enojo- Usted me ha dado su palabra de honor usted ha empentildeado su nombre de caballero y con usted solo debo contar iexclOh [288] sentildeor Conde si mi prisionero es entregado a la brutalidad de las autoridades espantildeolas sedientas hoy de sangre y de venganza sospechareacute que usted me hace traicioacuten

Palidecioacute el caballero franceacutes Dirigieacutendome una mirada desdentildeosa me dijo al despedirse

-Todaviacutea sentildeora no sabe usted quieacuten soy yo

A pesar de mis propoacutesitos determineacute visitar a Saacuteez porque bueno es tener amigos aunque sea en el infierno Venciacute mis recientes antipatiacuteas y tomando un coche me encamineacute al Puerto de Santa Mariacutea Era el 1ordm de Octubre diacutea solemne en los fastos espantildeoles

Halleacute al buen canoacutenigo maacutes soplado y presuntuoso que nunca como todo aquel que se ve en alturas a donde nunca debioacute llegar pero contra lo que yo esperaba recibiome afablemente y no me dijo una sola palabra acerca de mi conversioacuten al absolutismo Pareciacutea olvidado de estas pequentildeeces y ocuparse tan soacutelo como Jimeacutenez de Cisneros en los negocios puacuteblicos de ambos mundos

-Hoy es diacutea placentero sentildeora diacutea feliz entre todos los diacuteas felices de la tierra -me dijo- Su Majestad D Fernando ese ilustre [289] maacutertir de los excesos revolucionarios es ya libre

-iquestYa

-Hoy nos le entregan Al fin han comprendido esos locos que su resistencia les podriacutea costar muy cara pero muy cara El Duque tiene malas moscas

-Feliciteacutemonos Sr D Viacutector -dije con afectado entusiasmo- de esta solucioacuten lisonjera Espantildea y el mundo estaacuten de enhorabuena Mas para que se completara la dicha convendriacutea que tantas y tan graves heridas no se ensantildeasen con la venganza y la crueldad del partido vencedor y que un generoso olvido de los errores pasados inaugurase la venturosa era que empieza hoy

-Asiacute seraacute sentildeora -repuso sonriendo de un modo que me parecioacute algo hipoacutecrita- Su Majestad ha dado ayer en Caacutediz un manifiesto en que ofrece perdonar a todo el mundo y

no acordarse para nada de los que le han ofendido iexclCuaacutenta magnanimidad iexclCuaacutenta nobleza

-iexclOh siacute conducta digna de un descendiente de cien Reyes digna de quien da el perdoacuten y del pueblo que la recibe Si Fernando cumple lo que promete seraacute grande entre todos los Reyes de Espantildea

-Lo cumpliraacute sentildeora lo cumpliraacute [290]

Aunque no teniacutea gran confianza en las afirmaciones de Saacuteez di creacutedito a estos propoacutesitos por creerlos inspiracioacuten del duque de Angulema

Invitome luego a presenciar el desembarco de Su Majestad a lo que accediacute muy gustosa Nos trasladamos al muelle y habiendo sido colocada por un oficial franceacutes en sitio muy conveniente para ver todo presencieacute aquel acto que debiacutea ser uno de los maacutes notables recodos uno de los maacutes bruscos aacutengulos de la historia de Espantildea en el tortuoso siglo presente

iexclEspectaacuteculo conmovedor La regia faluacutea cuyo timoacuten gobernaba el almirante Valdeacutes uno de los maacutes gloriosos marinos de Trafalgar se acercaba al muelle En ella veniacutea toda la familia real la Monarquiacutea histoacuterica secuestrada por el liberalismo La conciliacioacuten ideada por cabezas insensatas era imposible y aquellos regios rehenes que la Nacioacuten habiacutea tomado eran devueltos al absolutismo contra el cual no podiacutean prevalecer auacuten los infiernos de la demagogia En una lancha volviacutean del purgatorio constitucional las aacutenimas angustiadas del Rey y los Priacutencipes

Mientras el victorioso despotismo recobraba sus personas sagradas allaacute lejos sobre la gloriosa pentildea inundada de luz y centildeida por coronas [291] de blancas olas los pobres pensadores desesperados los utopistas sin ilusiones los desengantildeados patricios lloraban sus errores y buscando hospitalidad en naves extranjeras se disponiacutean a huir para siempre de la patria a quien no habiacutean podido convencer

Asiacute acaban los esfuerzos superiores a la energiacutea humana las luchas imposibles con monstruos potentes de terribles brazos y que hunden en el suelo sus patas para estar maacutes seguros como hunde sus raiacuteces el aacuterbol Tal era la contienda con el absolutismo Queriacutean vencerle cortaacutendole las ramas y eacutel retontildeaba con maacutes fuerza Queriacutean ahogarle y regaacutendole daban jugo a sus raiacuteces iexclA vosotros oh venideros diacuteas del siglo tocaba atacarlo en lo hondo arrancaacutendolo de cuajo Pero advierto que estoy hablando la jerga liberal iexclQueacute horror Verdad es que escribo veinte antildeos despueacutes de aquellos sucesos que ya soy vieja y que a los viejos como a los sabios se les permite mudar de parecer

Fernando puso el pie en tierra Dicen que al verse en suelo firme dirigioacute a Valdeacutes una mirada terrible una mirada que era un programa poliacutetico el programa de la venganza Yo no lo vi pero debioacute de ser cierto porque me lo dijo quien estaba muy cerca Lo que siacute [292] puedo asegurar es que Angulema hincando en tierra la rodilla besoacute la mano al Rey que luego se abrazaron todos que D Viacutector Saacuteez lloraba como un simple y que los vivas y las exclamaciones de entusiasmo me volvieron loca Los franceses gritaban los espantildeoles gritaban tambieacuten celebrando la feliz resurreccioacuten de la Monarquiacutea tradicional y la miserable muerte del impiacuteo constitucionalismo El glorioso imperio de

las caenas habiacutea empezado Ya se podiacutea decir con toda el alma -iexclViva el Rey absoluto iexclMuera la Nacioacuten

- XXXVI - Faltaba la solucioacuten miacutea Mi corazoacuten estaba como el reo cuya sentencia no se ha escrito todaviacutea El 1ordm de Octubre por la tarde y el diacutea 2 hice diligencias sin fruto no sieacutendome posible ver a Saacuteez ni a Montguyon a quien envieacute frecuentes y apremiantes recados Ninguna noticia pude adquirir tampoco de los prisioneros Creo que me hubiera repetido el ataque cerebral que padeciacute en Sevilla si en el momento de mi mayor desesperacioacuten no apareciese [293] mi generoso galaacuten franceacutes a devolverme la vida Estaba paacutelido y pareciacutea muy agitado

-Vengo de Caacutediz -me dijo- Dispeacutenseme usted si no he podido servirla maacutes pronto

-iquestY queacute hay -pregunteacute con la vida toda en suspenso

-Deme usted su mano -dijo Montguyon ceremoniosamente

Se la di y la besoacute con amor

-Ahora sentildeora todo ha acabado entre nosotros Mi deber estaacute cumplido y mi deber es perdonar pagando las ofensas con beneficios

Yo me sentiacutea muy conmovida y no pude decirle nada

-Ni un momento he dudado de su nobleza e hidalguiacutea -indiqueacute con acento de pura verdad- A veces tropezamos en la vida con el bien y pasamos sin verlo Sentildeor Conde mi gratitud seraacute eterna

-No quiero gratitud -diacutejome con mucha tristeza- Es un sentimiento que no me gusta recibido sino dado Deseo tan soacutelo un recuerdo bueno y constante

-iexclY una amistad entrantildeable una estimacioacuten profunda -exclameacute derramando laacutegrimas [294]

-Todo estaacute hecho

-iquestConforme a mi deseo iexclBendito sea el momento en que nos conocimos

-Sentildeora su prisionero de usted estaacute sano y salvo a bordo de la corbeta Tisbe que parte esta tarde para Gibraltar

-iquestY coacutemo

-Por sus antecedentes debiacutea ser condenado a muerte Otros menos criminales subiraacuten al cadalso si no se escapan a tiempo Yo le saqueacute anoche furtivamente de los Dominicos y le embarqueacute esta mantildeana Ya no corre peligro alguno Estaacute bajo la salvaguardia del noble pabelloacuten ingleacutes

-iexclOh gracias gracias

-Ademaacutes del servicio que a usted presto creo cumplir un deber de conciencia arrancando una viacutectima a los feroces Ministros del Rey de Espantildea

-iquestPues queacute -pregunteacute con asombro- iquestSu Majestad no ha ofrecido en su Manifiesto de Caacutediz perdonar a todo el mundo

-iexclPalabras de Rey prisionero Las palabras del deacutespota libre son las que rigen ahora Su Majestad ha promulgado otro decreto que es la negra bandera de las proscripciones un programa de sangre y exterminio Innumerables personas han sido condenadas a muerte [295]

-Esto es una infamia pero en fin iquesteacutel estaacute en salvo

-En salvo

-Y sabe que me lo debe a miacute sabe que yo iexclOh sentildeor Conde no extrantildee usted mi egoiacutesmo Estoy loca de alegriacutea y puedo repetir con toda mi alma laquoahora siacute que no se me puede escaparraquo

-Sabe que a usted lo debe todo y espera abrazarla pronto

-iquestCoacutemo

-Muy faacutecilmente Comprendiendo que usted desea ir en su compantildeiacutea he pedido otro pasaporte para Dordf Jenara de Baraona

-De modo que yo

-Puede embarcarse usted esta tarde antes de las cuatro a bordo de la Tisbe

-iquestEs verdad lo que oigo

-Aquiacute estaacute la orden firmada por el almirante ingleacutes Me la ha dado juntamente con las que ponen en salvo a los ex-regentes Ciacutescar y Valdeacutes impiacuteamente condenados a muerte por el Rey

-iexclOh soy feliz y todo lo debo a usted iexclQueacute admirable conducta

Sin poder contenerme caiacute de rodillas y con mis laacutegrimas bantildeeacute las generosas manos de aquel hombre [296]

-Asiacute castigo yo -me dijo levantaacutendome- Prepaacuterese usted A las tres y media vengo a buscarla para conducirla a bordo del bote franceacutes que me han facilitado dos guardias marinos parientes miacuteos

El Conde se retiroacute recomendaacutendome otra vez que estuviera pronta a las tres y media Era la una

Ocupeme con febril presteza de preparar mi viaje Estaba resuelta a abandonar todo lo que no nos fuera faacutecil llevar Mariana y yo trabajamos como locas sin darnos un segundo de reposo

La felicidad se desbordaba en mi alma Me reiacutea sola Pero iexclay una idea triste conturboacute de suacutebito mi mente Acordeme de la pobre hueacuterfana viajera y esto produjo en mi espiacuteritu una detencioacuten dolorosa en su raudo y atrevido vuelo Pero al mismo tiempo sentiacutea que los rencores huiacutean de mi corazoacuten siendo reemplazados por sentimientos dulces y expansivos los uacutenicos dignos de la privilegiada alma de la mujer

-Perdono a todo el mundo -dije para miacute- Reconozco que hice mal en engantildear a aquella pobre muchacha Todaviacutea le estaraacute buscando Pero yo tambieacuten le he buscado yo tambieacuten he padecido horriblemente iexclOh iexclDios [297] miacuteo Al fin me das respiro al fin me das la felicidad que tanto he buscado y que no pude obtener a causa sin duda de mis atroces faltas La felicidad hace buenos a los malos y yo sereacute buena sereacute siempre buena Esta tarde cuando le vea le pedireacute perdoacuten por lo que hice con su hermana iexclOh ahora me acuerdo de la marquesa de Falfaacuten y torno a ponerme furiosa No eso siacute que no puede perdonarse iexclno Tendraacute que darme cuenta de su vil conducta Pero al fin le perdonareacute iexclEs tan dulce perdonar Bendito sea Dios que nos hace felices para que seamos buenos

Esto y otras cosas seguiacutea pensando sin cesar de trabajar en el arreglo de mi equipaje Miraba a todas horas el reloj que era tambieacuten de cucuacute como el de aquella horrible noche de Sevilla pero el paacutejaro de Puerto Real me era simpaacutetico y sus saluditos y su canto regocijaban mi espiacuteritu

Dieron las tres Una mano brutal golpeoacute mi puerta No habiacutea dado yo la orden de pasar adelante cuando se presentaron cuatro hombres dos paisanos y dos militares Uno de los paisanos llevaba bastoacuten de policiacutea Avanzoacute hacia miacute iexclVisioacuten horrible Yo habiacutea visto al tal en alguna parte iquestDoacutende En Benabarre [298]

Aquel hombre me dijo groseramente

-Sentildeora Dordf Jenara de Baraona dese usted presa

En el primer instante no contesteacute porque la estupefaccioacuten me lo impediacutea Despueacutes rugiendo maacutes bien que hablando exclameacute

-iexclYo presa yo iquestQuieacuten lo manda

-De orden del excelentiacutesimo Sr D Viacutector Saacuteez Ministro universal de Su Majestad

-iexclVil iexclTan vil tuacute como Saacuteez -griteacute

Yo no era mujer era una leona

Al ver que se me acercaron dos soldados y asieron mis brazos con sus manos de hierro corriacute por la estancia No buscaba mi salvacioacuten en cobarde fuga buscaba un cuchillo un hacha un arma cualquiera Comprendiacutea el asesinato Mi furor no teniacutea comparacioacuten con ninguacuten furor de hombre Era furor de mujer No encontreacute ninguna arma iexclDios vengador Si la encontrara aunque fuera un tenedor creo que habriacutea matado a los cuatro Un candelabro vino a mis manos tomelo y al instante la cabeza de uno de ellos se rajoacute iexclSangre iexclYo queriacutea sangre

Pero me atenazaron con sus salvajes brazos iexclPresa presa Todos mis afanes todos [299] mis sentimientos todos mis deseos se condensaban en uno solo tener delante a D Viacutector Saacuteez para lanzarme sobre eacutel y con mis dedos tentildeidos de sangre sacarle los ojos

No pudiendo hundir mis dedos en ajenos ojos los volviacute contra los miacuteos clavelos en mi cabeza intentando agujerearme el craacuteneo y sacarme los sesos Mi aliento era fuego puro

Llevaacuteronme iquestqueacute seacute yo a doacutende Por el camino iexcloh Sataacuten miacuteo iexcloh demonio injustamente arrojado del Paraiacuteso sentiacute el disparo de la corbeta inglesa al darse a la vela

Fin de

LOS CIEN MIL HIJOS DE SAN LUIS

MADRID

Febrero de 1877

  • Los Cien Mil Hijos de San Luis
    • - I -
    • - II -
    • - III -
    • - IV -
    • - V -
    • - VI -
    • - VII -
    • - VIII -
    • - IX -
    • - X -
    • - XI -
    • - XII -
    • XIII
    • - XIII -
    • - XIV -
    • - XV -
    • - XVI -
    • - XVII -
    • - XVIII -
    • - XIX -
    • - XX -
    • - XXI -
    • - XXII -
    • - XXIII -
    • - XXIV -
    • - XXV -
    • - XXVI -
    • - XXVII -
    • - XXVIII -
    • - XXIX -
    • - XXX -
    • - XXXI -
    • - XXXII -
    • - XXXIII -
    • - XXXIV -
    • - XXXV -
    • - XXXVI -
Page 7: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 8: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 9: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 10: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 11: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 12: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 13: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 14: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 15: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 16: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 17: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 18: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 19: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 20: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 21: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 22: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 23: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 24: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 25: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 26: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 27: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 28: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 29: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 30: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 31: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 32: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 33: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 34: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 35: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 36: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 37: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 38: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 39: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 40: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 41: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 42: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 43: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 44: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 45: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 46: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 47: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 48: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 49: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 50: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 51: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 52: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 53: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 54: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 55: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 56: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 57: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 58: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 59: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 60: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 61: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 62: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 63: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 64: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 65: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 66: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 67: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 68: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 69: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 70: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 71: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 72: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 73: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 74: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 75: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 76: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 77: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 78: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 79: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 80: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 81: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 82: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 83: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 84: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 85: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 86: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 87: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 88: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 89: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 90: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 91: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 92: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 93: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 94: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 95: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 96: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 97: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 98: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 99: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 100: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 101: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 102: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 103: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 104: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 105: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 106: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 107: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 108: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 109: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 110: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 111: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 112: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 113: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 114: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 115: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 116: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 117: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 118: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 119: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 120: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 121: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 122: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 123: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 124: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 125: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien
Page 126: Los Cien Mil Hijos de San Luisbibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/... · Los cien mil hijos de San Luis. El tal manuscrito es hechura de una señora, por cuya razón bien