Los Conflictos Entre La Religion Y La CienciaAnteLaPlural-62140

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IIULL vol. 17, 1994, 357-390 LOS CONFLICTOS ENTRE LA RELIGION Y LA CIENCIA ANTE LA PLURALIDAD DE MUNDOS CANDIDO MARTIN Universidad del País Vasco RESUMEN El debate de la pluralidad de mundos tiene en el enfrentamiento Ciencia versus Religión uno de sus puntos más interesantes. Hasta el siglo XVII constituye un binomio difícil de distinguir, principalmente en las cuestiones que afectan a la cosmología. Aspectos como el de la posibilidad del vacío, o de las magnitudes infinitas afectan a los principios teológicos. La existencia de otros mundos es una cuestión que interesa a los científicos y preocupa a los teólogos. ABSTRACT The debate of plurality of worlds has in the confrontation Science versus Religion one of the most interisting point. Until the 17 th century, it constitutes one binomial, difficult to be distinguished, mainly on the questions of cosmology. Some aspects, such as the possibility of the vacuum, or the infinite magnitudes have an effect on teological principles. The existence of others worlds is a matter that interest scientifics and bothers theologians. Palabras clave: Ciencia y religión, Cosmologfa, Copernicanismo, Heliocentrismo, Bruno, Cusa, Galileo. 1. Introducción Una de las características principales y que mejor define el debate pluralista es su flexibilidad. Tiene cabida prácticamente en todos los contextos, desde el astronómico al filosófico, literario, etc., y por supuesto, también al religioso. En el ámbito religioso el pluralismo es aceptable en cada terreno: para ateos, evangelistas, fundamentalistas, fisicoteólogos, espiritualistas, etc i. Recibido el 13 de junio de 1994

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  • IIULL vol. 17, 1994, 357-390

    LOS CONFLICTOS ENTRE LA RELIGION Y LACIENCIA ANTE LA PLURALIDAD DE MUNDOS

    CANDIDO MARTINUniversidad del Pas Vasco

    RESUMEN

    El debate de la pluralidad demundos tiene en el enfrentamientoCiencia versus Religin uno de suspuntos ms interesantes. Hasta elsiglo XVII constituye un binomiodifcil de distinguir, principalmenteen las cuestiones que afectan a lacosmologa. Aspectos como el de laposibilidad del vaco, o de lasmagnitudes infinitas afectan a losprincipios teolgicos. La existenciade otros mundos es una cuestin queinteresa a los cientficos y preocupaa los telogos.

    ABSTRACT

    The debate of plurality ofworlds has in the confrontationScience versus Religion one of themost interisting point. Until the17 th century, it constitutes onebinomial, difficult to bedistinguished, mainly on thequestions of cosmology. Someaspects, such as the possibility ofthe vacuum, or the infinitemagnitudes have an effect onteological principles. The existenceof others worlds is a matter thatinterest scientifics and botherstheologians.

    Palabras clave: Ciencia y religin, Cosmologfa, Copernicanismo,Heliocentrismo, Bruno, Cusa, Galileo.

    1. Introduccin

    Una de las caractersticas principales y que mejor define el debatepluralista es su flexibilidad. Tiene cabida prcticamente en todos loscontextos, desde el astronmico al filosfico, literario, etc., y por supuesto,tambin al religioso. En el mbito religioso el pluralismo es aceptable encada terreno: para ateos, evangelistas, fundamentalistas, fisicotelogos,espiritualistas, etc i.

    Recibido el 13 de junio de 1994

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    Podremos ver cmo el pluralismo se adapta en razn de las necesidades ode las posiciones que se quieran mantener. En el enfrentamiento refigioso-cientfico sobre la pluralidad de mundos se recurrir a los mismos conceptospara defender las posiciones ms divergentes. Por ejemplo, el concepto depotencia total de Dios explicar, para unos, la necesidad del pluralismo;mientras que, para otros, esta omnipotencia quedar reflejada en un nicomundo. As, en este mismo sentido, veremos muchos ms conceptos quesern los que enriquezcan este debate y del que saldr beneficiado y fortalecidoel pluralismo.

    Cada vez que tratamos de realizar el estudio histrico de cualquierdisciplina, rea o tema, en los que se vean afectados alg n momento delperodo comprendido entre el surgimiento de la Era Cristiana y el de la EraModema (y esto visto de una forma global), nos vemos obligados a estudiarlobajo la influencia y limitaciones que el cristianismo supuso para l. Ennuestro caso, en el estudio del tema de la pluralidad de mundos, la relacinentre cristianismo y debate pluralista es casi una constante entre losindividuos ms destacados de la Iglesia. Pero su estudio se llevar a cabo conlas limitaciones impuestas por la ortodoxia religiosa. Este debate marcar unaprofunda divisin en el seno de la Iglesia. El pluralismo oblig a revisar losconceptos ms primitivos, aceptados dentro de sta. La posible vidaextraterrestre, que a nivel astronmico no supondra realmente nada (en cuantoque estudio de las distancias y de la situacin de los astros), en el mbito de laReligin llevar, principalmente en el perodo antes mencionado, a unadiscusin interna ideolgica de gran envergadura. Pasarn por la picotacuestiones tales como Omnipotencia, Bondad, Encarnacin, Redencin, Obraversus Palabra de Dios, Vaco, Infinito, etc.

    Uno de los aspectos fiindamentales que pemten conocer de forma precisala estructura de conjunto bajo la que se ha podido desarrollar el debate de lapluralidad de mundos es el contencioso religioso-cientfico. Esta confrontacinha aglutinado, por un lado, a los idelogos religiosos y, por otro, a losidelogos cientficos. En este enfrentamiento han tenido cabida las luchasinternas por las cuales podremos comprobar cmo trminos que designan unacaracterstica precisa de Dios son utilizados en unos casos para exaltar unacondicin y, en otros, esos mismos trminos, exaltarn la condicin contraria.

    Se trata, no cabe duda, de una particular disputa que pone de relieve lafalta de precisin y acuerdo que ha habido a la hora de establecer unainterpretacin adecuada de la Palabra de Dios (las Sagradas Escrituras), ascomo de las caractersticas que pueden atribursele. Ser un problema quevendr planteado, fundamentalmente, en forma dicotmica.

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    2. En los orgenes fue: la magia, la astrologa y la astronoma

    Hace casi cuarenta siglos que los babilonios desarrollaron los primerosestudios que aportaban datos exactos sobre la salida y puesta del planetaVenus. Esta labor de observacin de los cielos era realizada por los sacerdotes,quienes anotaban los resultados de sus observaciones en tablillas de barro2.Estos fueron tambin los grandes maestros de la astronoma en la Antig edad.A ellos se debe el desarrollo de la matemtica, especialmente de los n meros ylos clculos exactos que la astronoma requera. Slo un desarrollo del clculocomo el suyo permite detectar las irregularidades en los movimientos de losplanetas, de sus cursos retrgrados y de sus paradas. Tambin les debemos aellos el conocimiento de la eclptica 3 , para lo cual establecieron lo queconocemos como zona zodiacal. Las estrellas situadas a cada lado de laecliptica fueron distribuidas hasta conformar los doce signos del zodiaco. Estasdos invenciones alcanzaron utilidad matemtica cuando fueron unidas a ladivisin de la circunferencia en 360 grados, realizada tambin por losbabilonios [FARRINGTON, 1969, p. 23]. Estas aportaciones, entre otras,son las que nos hacen considerar a la cultura babilnica como el lugar en elque tuvo su origen la astronoma cientfica.

    En un primer momento es difcil desligar la magia, la astrologa y lareligin. Todas ellas en una original mezcla daran origen a la ciencia. ParaMalinowski los pueblos primitivos ya distinguan entre lo que eranfenmenos simples asequibles a la observacin cientfica emprica o a latradicin, y aquellos otros fenmenos que se producan a travs de cambiosmisteriosos e imprevisibles, escapando a toda comprensin. Sera el primertipo de fenmenos el que condujo a la ciencia, mientras que el segundo tipoconducira a la magia, los mitos o los ritos. La cultura occidental tuvo queesperar hasta la aparicin de la escuela filosfica de Mileto para dar el gransalto, es decir, para considerar el universo entero como un gran complejo deorden natural que poda ser estudiado y explicado a base de conocimientonormal, de investigacin racional, con lo que desapareca automticamente elmundo sobrenatural fantaseado por la mitologa. El carcter de la astronomacambi completamente en Grecia. La astronoma babilnica de las posicionesaparentes dio paso a dos problemas capitales: 1) el de determinar la materia dela que estaban compuestos los cuerpos celestes; y 2) el de encontrar las causasfsicas de sus movimientos [FARRINGTON, 1969, p. 23]. En Grecia, tantola composicin como el movimiento de los cuerpos celestes se convirti enalgo familiar para el individuo. Se est estableciendo el punto de partida de laciencia y, con ello, el abandono de las explicaciones sobrenaturales, pero conPlatn las estrellas volvern a ser seres divinos, inmutables y eternos.

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    "Se ha dicho a menudo que el advenimiento del cristianismo signific elderrumbamiento de la ciencia antigua. Pero el desprecio por el mundo fsico, quefue una de las principales razones de la muerte de la ciencia, haba encontrado yaexpresin acatada en la filosofa de Scrates. Y, como veremos, la mentalidad queperseguira a un Galileo o a un Bruno por sus teoras fsicas iba a nacer en la mentedel principal discpulo de Scrates. En esto, como en muchas otras cosas, Platnfue el punto de partida de muchas actitudes cristianas"4.

    Farrington sostiene adems, que el Del Cielo aristotlico comete loserrores recogidos de su etapa platnica. Muestra indiferencia a la necesidad dela observacin y de la experimentacin5.

    "Afirma que el cielo es una esfera, porque la esfera es la figura perfecta, eigualmente que gira en crculo, porque solamente el movimiento circular, que notiene principio ni fin, puede ser eterno. aade que como el centro de un cuerpoen rotacin est en reposo, por ello la tierra est en reposo en el centro deluniverso"6.

    3. Los conflictos en la primera poca cristiana

    Los primeros siglos del asentamiento cristiano en Europa estn rodeadosde singulares contradicciones. Por un lado, los padres griegos de la iglesiacristiana vivieron en Alejandra, o bien, pudieron beber la filosofa en susfuentes. Esto les permiti mantener la vitalidad de la filosofa griega que,aderns, fue integrada en una sintesis de pensamiento judio-greco-cristiano conla que se compondra la teologa patrstica. Posteriormente, y de una manerageneral, se pregon dentro del cristianismo que la ignorancia era una virtud.Cuando se propag de forma clara y extensa, esta actitud se agudiz todavams. As, hacia el ario 390, el obispo Tefilo destruy una seccin de laBiblioteca de Alejandra; y en el 415, Hipatia, la ltima matemtica deAlejandra, hija del astrnomo Ten, fue asesinada con ensariamiento por lashordas cristianas. El inicio del cristianismo nos introduce de lleno en unperodo de casi 1.000 aos que transcurrieron entre el ocaso de la antiguacultura y el amanecer del Renacimiento. Este perodo ha recibido los msvariopintos adjetivos: tnel obscuro, edad de la barbarie, agujero negro, etc.Pero es el perodo en el que el escolasticismo ostent el predominio en elpensamiento occidental. Este surga de la idea de que la mente humana podacaptar a Dios y al universo, aunque slo de una manera imperfecta. Con esteplanteamiento preparaba el camino de la ciencia, la cual ha de partir delsupuesto de que la naturaleza es inteligible.

    A lo largo de la Edad Media la degeneracin del pensamiento griegotambin afect a la forma de entender la doctrina escolstica. As, Santo

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    Toms, que haba aceptado el sistema astronmico de Ptolomeo (aunqueestamos obligados a indicar que slo lo tom como una hiptesis de trabajo-non est demostratio sed suppositio quaedam-), lo integr como parte de suteora filosfica. La gravedad del asunto radica en que la religin cristiana, quean mantena un gran componente de paganismo, consideraba un grave ataquecontra s misma aqul que se realizara contra la filosofa o la cienciaaristotlica. Y por extensin, todo ataque que se realizara contra los principioscosmolgicos o cientficos que haba adoptado de la tradicin griega.

    Con este planteamiento no ha de extraar que los escolsticos seopusieran a las tesis de Coprnico, se negasen a mirar por el telescopio deGalileo y no admitiesen que las cosas pesadas y ligeras pudieran caer a la tierraa la misma velocidad, incluso despus de haber sido demostradoexperimentalmente por Stevin, de Groot y Galileo7.

    La pluralidad de mundos fue rechazada por las primeras escuelascristianas, en las que destacaron Hiplito, Eusebio, Teodoreto y,principalmente, San Agustn. Posteriormente, y ya en el siglo XIII, nuestrotema toma un nuevo impulso y destacarn Alberto Magno (1193-1280) y sudiscpulo Toms de Aquino (1225-1274), Miguel Escoto (t 1235), Guillermode Auvernia (ca. 1180-1249) y Roger Bacon (1214-1294). Y a finales de estesiglo, concretamente en 1277, la pluralidad de mundos conocer su mayora deedad y el reconocimiento oficial del gremio religioso. Esta poca, conocidatambin como Primer Renacimiento, ser la que sustente la cimentacin msfirme que conocer el tema de la pluralidad de mundos. En la Alta Edad Mediahay escritores cristianos que atacan a la Fsica aristotlica y que afirman queDios puede crear ms de un mundo. La importancia de estos escritores esfundamental porque son ellos los causantes de que estas ideas cuajen en lasociedad. En el siglo XIII, el general de la orden franciscana John de Fidenza(t 1274), canonizado como San Buenaventura en 1482, declaraba que laOmnipotencia de Dios quedaba manifiesta en la pluralidad de mundos, siendoesto una verdad incuestionable. Dios podra crear los espacios y en esosespacios, nuevos mundos. Francis Mayron (t 1327) matiza que esos otrosmundos podran ser incluso mejores que ste [McCOLLEY & MILLER,1937, pp. 386-3881. Sin embargo, no podemos decir que su aceptacin fueradefinitiva, pues son numerosas las posturas de quienes se manifestaron contraella, pero el triunfo es indiscutible en cuanto que el debate pluralista noconocer ouo perodo ms frtil en toda nuestra historia. La Iglesia se dividira la hora de aceptar la posicin pluralista, una divisin que les forzar a revisaralgunos de sus dogmas.

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    4. La pluralidad de mundos como aspecto fundamental en elcambio de dogmas dentro de la Iglesia

    En algunas Historias de la Ciencia se menciona que la Fsica deAristteles encontr una clara oposicin por parte de los partidarios de laciencia experimental y que, tal vez, ya haba sido abandonada lisa yllanamente por los astrnomos antes incluso de que la desmantelaran losnominalistas de Pars. Aquellos pensadores que reaccionaron contra la Fsicaaristotlica durante toda la Edad Media han sido llamados precursores deGalileo.

    En el terreno astronmico sabemos que Aristteles haba incorporado elsistema de Eudoxo a su pensamiento y que los clculos realizables con estesistema eran errneos con una manifiesta claridad. A partir de estos instantesgozar de diferentes grados de aceptacin. En primer lugar aparecer elAlmagesto de Ptolomeo, que atribua un valor figurativo a las construccionesgeomtricas que utilizaba. Otra obra de Ptolomeo, las Hiptesis de losplanetas, confiere a las construcciones geomtricas una existencia real. Conello, la oposicin entre Aristteles y Ptolomeo no slo es clara, sino queprovoca el tener que inclinarse por una u otra. Pero cuando parece condenadasin remisin la Fsica peripattia

    "experiment, de manera inesperada, un nuevo aumento de prestigio, aunqueno de mucha duracin, al difundirse en Occidente la Teora de los planetas de al-Biruji, traducida por Miguel Escoto en 12178.

    Habr que esperar hasta finales del siglo XIII para ver a Aristtelesexpulsado del cielo, restringiendo su autoridad al mundo sublunar. Elacontecimiento relevante se produce concretamente el da 7 de marzo de 1277.Ese da el obispo de Pars, Etienne Tempier, conden dos proposiciones a lasque nos referiremos ms adelante. El origen de estas condenas viene marcadopor las crticas lanzadas contra el aristotelismo, en tanto que ste no permitaa Dios expresarse con algunas de sus caractersticas principales.

    El aristotelismo latino, la lectura de Averroes del aristotelismo y elintento de conciliacin que realizara Toms de Aquino, no consiguieron sinochocar con los dogmas cristianos en puntos de mxima importancia.

    "Para el Estagirita, como se sabe, los dioses no son sino inteligenciasinmviles destinadas a dar a las esferas celestes una rotacin necesaria y perpetua.La materia es etertia: no ha habido, pues, creacin ex nihilo ni habr nunca fin delmundo. El universo est gobernado por la constante prioridad de las conjuncionesy oposiciones de los astros. Agravada por el fatalismo musulmn y por unaadhesin sin reservas a los principios de la astrologa, esta doctrina no deja al

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    hombre sin la ilusin de la libertad: "Todo lo que es posible, ser; todo lo que noser nunca, es imposible". El averroismo profesa explcitamente la existencia deun intelecto agente comn a todos los hombres y, por tanto, la imposibilidad deadmitir racionalmente la supervivencia del alma individual. S lo puede, pues,evitar la indiferencia religiosa al precio de una peligrosa pirueta, creyendo por la felo que niega por la razn"9.

    El aristotelismo no poda seguir blandindose como argumento definitivoa la hora de establecer la estructura final de los cielos. A pesar de ello, tal vezs sea algo precipitada la condena realizada en Pars, pues hasta ese momentoningn aristotlico se haba planteado la posibilidad de conceder o negar a lasesferas celestes en su conjunto cualquier movimiento de traslacin. Sinembargo, esta condena ser lo suficientemente importante como para que conella se inicie una nueva situacin en la discusin stronmica.

    A principios de 1270 los maestros ms destacados de la universidad dePars an enseaban lo que ms tarde se conocern como errores filosficos.Estas enseanzas incluan cinco tesis principales: 1) Dios no conoce las cosassingulares; 2) Dios no dirige las cosas humanas; 3) el hombre no es libre; 4)slo hay una inteligencia para todos los hombres; y 5) el mundo es eterno[DUHEM, 1913-4, VI, p. 14].

    El 10 de diciembre de 1270, el obispo de Pars, Etienne Tempier, yahaba dictado una primera sentencia condenatoria y de excomunin contraaquellos individuos que profesan enseanzas o creencias discrepantes con laIglesia. Sin embargo, estas condenas no restablecieron la paz ni la concordiaen la universidad de Pars. Para Tempier tena que terminar el conflicto entreFe y Ciencia. No poda haber verdades seg n la Filosofa que no lo fueran a lavez de la Fe Catlica. Tempier se propone acabar con el hecho de queexistieran dos verdades contrarias.

    Ms tarde, en la fecha ya mencionada del da 7 de marzo de 1277 EtienneTempier conden, entre otros, los dos errores peripatticos que venimosmencionando:

    34 [27] 1 : "La causa primera no puede crear varios mundos"; y

    49 [66]: "Dios no puede mover el cielo con un movimiento de traslacin; laraz6n es que entonces el cielo dejara un vaco".

    Ambas condenas han contribudo a derrumbar la teora peripattica,posibilitando con ello el surgimiento de nuevas teoras, dndose unaoportunidad a nuevas ideas que la escolstica nunca hubiera permitido aflorar.La primera de estas condenas dej caduco todo aquello que los peripatticos

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    haban enseriado en lo tocante a la imposibilidad de la magnitud infinita, tantoen acto como en potencia. Otra de las opciones que permite esta condena es larecuperacin de ideas pre-aristotlicas. La afloracin del platonismo, latentedurante toda la Edad Media, ser otra de las consecuencias importantes con lasque podr contarse a partir de estos instantes.

    Que el siglo XIII supone el aldabonazo definitivo en defensa de lapluralidad de mundos es evidente si recorremos este perodo en busca depensadores que dedicasen parte de su trabajo a este debate 1 1 . Pero,naturalmente, esta preocupacin de carcter metafsico plantea una preguntacasi de manera constante e inevitable durante este perodo histrico:

    Puede Dios crear fuera del cielo un cuerpo que no sea contiguo al cielo?12".

    A esta cuesfin responde arique de Gante (ca. 1217-1293), basndose enla potencia total, que Dios puede

    "crear un cuerpo u otro mundo igual que ha creado la Tierra en la regin internadel mundo o del cielo, igual que ha creado l mismo el mundo y el ltimo cielo"13.

    Sin embargo, Enrique de Gante a n mantiene entre sus ideas un grannmero que provienen del Estagirita, y sostiene con l que no hay, fuera delmundo, ni lugar ni vaco. Esto es precisamente lo que Tempier trata de zanjarcon su condena. Evitar por ejemplo que, por un lado, pueda atribursele a Diosel poder de crear un nuevo cuerpo fuera del Mundo; y, por otro, conceder alFilsofo que no hay fuera del Mundo, ni Ileno ni vaco. La primeraafirmacin arrastra la segunda al fracaso.

    Ricardo de Middleton siguiendo, en general, la enseanza de Enrique deGante, reconoce que Dios s pudo crear otro mundo. La razn principalinvocada por l es la potencia total de Dios. Esta potencia total permitirasostener que Dios podra hacer que el vaco fuera, as como hacer coexistir doscontradicciones [DUHEM, 1913-4, VIII, pp. 41-42]. Esta misma lnea depensamiento es la sostenida por Juan Duns Escoto (1266-1308).

    Resulta curioso que el problema principal al que se enfrentan todos lospensadores del siglo XIII es el hecho de que si existiera otro mundo podraexistir el vaco, lo cual les escandaliza de tal manera que termina resultando loms importante. Sin embargo, es paradjico que ese intento por mantener losprincipios del Estagirita les haga olvidar que ste nunca plante el problemadel vaco a la hora de probar la unicidad del cosmos. Recordaremos queAristteles planteaba dos cuestiones con las cuales crea salvado el problemafsico para probar la existencia de un mundo singular. La primera de ellas era

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    la del lugar natural, la de que todo cuerpo tiene un lugar que le es propio porNaturaleza; y la segunda, la del movimiento. Pero el problema principal ahoraes el de adecuar las enseanzas del Estagirita con la potencia total que elcristianismo reconoce a Dios. Y, as nos encontramos con manifestacionescomo esta de Guillenno Varon:

    "fuera de este mundo de aqu, que es esfrico, Dios pudo hacer otro mundoesfrico que no tocara al primero sino en un punto; aqul, Dios pudo hacerloporque esto no implica ninguna contradiccin; la razn por la cual l puede hacerque las partes de un cielo sean distintas de las partes del otro cielo y tambinaquello por lo cual l puede hacer que la totalidad de un cielo sea distinta de la delotro segn su voluntad; la creacin de este mundo, en efecto, no tiene, en

    nada,disminuida su potencia.

    Antes de la creacin de este Mundo, aqu donde l est, no habaabsolutamente nada, y Dios cre este Mundo (contingit enim imaginari spatiumquasi infinitum in quo tamen penitus nichil est). Se puede imaginar, en efecto, unespacio quasi-infinito en el cual, sin embargo, no hay absolutamente nada; igualqueaqu, donde no haba nada, Dios pudo crear un Mundo, igual all, donde no hayabsolutamente nada, l puede.crear una infinidad; digo una infinidad en potencia, esdecir, que nunca habr creado tanto que no pueda crear a n ms"14.

    Naturalmente, tambin hay algunos que consideran que la potencia totalde Dios ha de manifestarse con todas sus consecuencias; as, si Dios haquerido crear otros mundos lo ha hecho por su voluntad y porque puede 15 . Ysi nos.vemos obligados a admitir que donde antes no estaba ese mundo, habaun vaco, pues se admite: el vaco existe. Esta es la opinin de Robert Holkot(t 1349), para quien la potencia creadora de Dios est por encima de losproblemas fsicos o filosficos que puedan surgirle al hombre para comprenderlas manifestaciones de Dios [DUHEM, 1913-4, VIII, pp. 49-50]. Otrodestacado pensador contemporneo de Holkot era de la misma opinin: JuanBuridan (ca. 1300-ca. 1358) pensaba que por la potencia divina era posible queel vaco existiera, y de la misma manera, podra haber ms de un mundo16.

    Tambin encontramos quienes en defensa de la pluralidad de mundos seoponen frontalmente a Aristteles. Nicols de Oresme (t 1362) trata dedemostrar la existencia actual y presente del vaco fuera de los lmites delUniverso.

    "Nosotros decimos no slo que no hay ms que un mundo, sino que decimosque hay muchos mundos"17.

    Para Oresme los argumentos de Aristteles tienen poco fundamento alhablar del lugar natural y de la pesadez. Pero, en cualquier caso, la teoraaristotlica defendiendo la unicidad del mundo queda herida de muerte con el

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    decreto de Tempier. Si en algn momento poda haber parecido precipitada lacondena de Pars, es claro que impuls una nueva va de discusin, y que en elterreno de los cielos se desterraba al aristotelismo de forma oficial, dejando unvaco real a la espera de nuevas teoras que permitieran bucear en lasprofundidades del Universo.

    La oposicin ms destacada al maridaje entre la pluralidad de mundos y lapotencia total de Dios surgi de pensadores como Miguel Escoto (t 1235),Roger Bacon (1214-1294) y Guillermo de Auvernia (ca. 1180-1249) que,curiosamente, para probar que no pueden existir varios mundos recurrirn a laimposibilidad del vaco que, como hemos dicho, Aristteles no utiliz paraestablecer la unicidad del mundo.

    Miguel Escoto distingua entre lo que poda entenderse por potenciaabsoluta de Dios, y lo que podramos llamar su potencia real, es decir, aquellaque puede ejercer sobre el sujeto de su operacin. Considerando el primersentido, Dios s tendra la capacidad suficiente para crear mundos, vaco, o loque quisiera; pero las cosas no estaran realizadas por su potencia, tomada enel segundo sentido, porque la naturaleza no es susceptible de recibir estasacciones de la potencia divina. El problema de la pluralidad de mundos estaqu ligado con lo que ha de entenderse por potencia total creadora de Dios. Yser en nombre de esta potencia total en la que la escolstica cristiana basarsu solucin frente a la dada por los peripatticos. El Dios de Escoto, es unDios que no puede poner su voluntad en ejecucin, sino en el lmite dondeesta naturaleza es apta para sufrir su operacin, es ms bien el Dios deAverroes que el Dios de los cristianos [DUHEM, 1913-4, IX, pp. 365-366].

    En esta situacin bastante conflictiva surgi un espritu conciliador,Toms de Aquino (1225-1274) quien se dej impresionar por las diatribas deAverroes contra el Almagesto, aunque imper finalmente el sentido comn enl y sigui las opiniones de Simplicio,

    "quiz se pudiera explicar los movimientos de los astros por algn otroprocedimiento que los hombres no han concebido todava"18.

    En su discusin contra la pluralidad de mundos, Toms de Aquinoconsidera que hay dos posibilidades: que Dios hiciera mundos parecidos entres, o bien que los hiciera diferentes. Si los hizo parecidos a ste, su obra seravana. Si los hizo distintos, ninguno de ellos comprendera en s mismo latotalidad de la naturaleza de los cuerpos sensibles; ninguno de ellos seraperfecto y slo el conjunto lo sera. Pero ninguna de estas cosas conviene alpoder de Dios. La cuestin de la pluralidad de mundos pone en oposicin lasimposibilidades decretadas por la Fsica peripattica y la potencia total

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    creadora que el cristianismo reconoce a Dios. Escoto, Auvegnia, Bacon ySanto Toms han intentado probar, de diversas maneras, que esta limitacindel poder no es ms que aparente, que la impotencia de realizar ms de lo quedeclara el aristotelismo es un efecto mismo de la divina perfeccin.

    Hay an actitudes menos fervorosas en defensa de alguna de las dosposturas, que en principio podran parecer irreconciliables, y son capaces deadmitir con Aristteles que la coexistencia de varios mundos sera imposible;pero en la intencin, sin duda, de ponerse a cubierto de la condenacin deTempier, admiten que esa imposibilidad del orden natural puede estar superadade una manera sobrenatural por la potencia total divina; no obstante, lacoexistencia de mundos as creados por Dios sera un milagro permanente, unacontradiccin contnua a las leyes de la naturaleza; y, al fin y al cabo, tambines verdad que Aristteles desconoca la potencia infinita del Dios de loscristianos.

    5. El fin del aperturismo eclesistico

    La ciencia, que haba surgido entremezclada con la religin, la astrologay la magia, vio como a lo largb de la Edad Media el desarrollo de las actitudespaganas fue una constante frente al deterioro que supuso la b squeda de larazn de las cosas. Sin embargo, cuando la Edad Media estaba llegando a sufin, cuando el pueblo creyente estaba impregnado de ignorancia, el PapaInocencio VIII en 1484 sancion formalmente, en nombre de la Iglesia, lacreencia popular que otorgaba poderes malignos a las brujas y hechiceros.

    La Iglesia transforma con esto el pecado en hereja, con lo cual laortodoxia tena en sus manos un arma devastadora. Bastaba acusar a unindividuo de hechicero para que cayera sobre l la furia de las masas populares.A esta caza indiscriminada de brujas y hechiceros se sumaron los protestantes,para rivalizar en el n mero de ejecuciones. En relacin con ello W.C.Dampier nos dice que

    "el jesuita Spee en menos de dos aos acompa a la hoguera, en Wiirzburg, acerca de 200 vctimas. Horrorizado por esta experiencia, manifest estarconvencido de que todas eran inocentes y que haban confesado porque preferanmorir antes que verse sometidos nuevamente a la tortura. En 1631 public un libroannimo, en el que deca que "con las torturas que se empleaban se poda arrancar laconfesin de hechiceros a todos los cannigos, doctores y obispos de laIglesia"19.

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    6. Cusa

    Este mismo siglo haba conocido a un destacado eclesistico cuyacontribucin ayud a derrocar al escolasticismo. Nicols de Cusa (1401-1464)se anticip a Coprnico rechazando el sistema cosmolgico ptolemaico ydefendiendo la teora de la rotacin de la Tierra, as como la pluralidad demundos y la existencia de seres en todos los astros.

    En la obra capital de Nicols de Cusa, De Docta Ignorantia, encontramosuna de las disertaciones ms interesantes que pudieron darse a lo largo delsiglo XV y, por supuesto, dentro de toda la Edad Media, en relacin con lapluralidad de mundos. El ttulo de la obra no deja lugar a dudas sobre cul va aser el principal punto de apoyo desde el que el cusano realizar su construccinmetafsica. La obra se divide en tres apartados principales, en los que se tratanlos temas de Dios, o ser mximo considerado absolutamente; el Universo, oser mximo contrado en la pluralidad de las cosas; y por ltimo, Jesucristo,es decir, el ser mximo en cuanto absoluto (en otras palabras, Dios) y a la vezcontrado en hombre.

    Un conocimiento total de las cosas sera lo mismo que estar en posesinde la sabidura absoluta. Sin embargo, tendremos que conformarnos con laignorancia. Y sta ser una ignorancia proveniente ms de nuestraslimitaciones para adquirir un entendimiento pleno de las cosas que de laausencia real de conocimientos. La docta ignorancia no es una doctrina delescepticismo, sino que trata de reconocer que hay cosas que no pueden serconocidas y que este desconocimiento no le es ajeno, pues tiene una totalcertidumbre de l.

    En las pginas de De Docta Ignorantia est latente la frmula de SanAnselmo20. En la primera parte de la obra se establece que hay un ser, elmximo, mayor que el cual no puede haber otro. A partir de esta afirmacin sepasa a establecer, por un lado, las limitaciones de la capacidad deconocimiento; y, por otro, el conceder que lo infinito se identifica con Dios,mientras que a las cosas del universo slo se les concede lo que Cusa Ilamainfinito privativo, es decir, carente de lmites. Sin embargo, el infinito noguarda ninguna proporcin con lo finito. Lo finito es diferente entre s, ya seacuantitativa o cualitativamente; y esto hace que la verdad absoluta se escapesiempre al conocimiento finito, consiguiendo en todos los casos slo unaaproximacin sin fin a esta verdad absoluta.

    Lo que en el universo tiene la forma de pluralidad y finitud, en Dios sepresenta en la unidad. La unidad divina se contrae en el universo, y en ste, atravs de diferentes grados de contraccin, se explica la unidad mxima

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    absoluta. El primer grado de todas las contracciones sera el de la unidadmisma del universo, tambin llamado por Cusa MXiM0 contracto.

    "La unidad absoluta, a la que nada se le opone, es, pues, la absolutamaximidad, la cual es Dios. Esta unidad, por ser mxima, no es multiplicable,puesto que es todo lo que puede ser"21.

    Por tanto, el resto de las cosas, de lo que existe, a parte del mximo unoson respecto a ste absolutamente finitas y limitadas [CUSA, 1440, p. 33].

    Nicols de Cusa plasma de manera magistral la separacin entre lo divinoy lo humano. No debe quedar ninguna duda de que Dios lo es todo, y que todoes posible por Dios,

    "no hay ente que no sea contracto, excepto Dios, el cual es la forrna de lasformas, y la verdad de las verdades"22.

    Cusa recurre a los signos matemticos por su incorruptible certeza a lahora de querer explicar aquello que es tan inexplicable de la divinidad. Lascaractersticas de la divinidad escapan a nuestro entendimiento y, sin embargo,sabemos que estn ah, por ello constituyen nuestra docta ignorancia. Tal vez,algunas de las caractersticas enigmticas de algunos signos matemticospueden acercarse a los mismos enigmas que encierra la divinidad. Encontramospara ello el siguiente texto de Cusa:

    "si hubiera una lnea infinita, sera recta, sera tringulo, sera crculo ytambin esfera. Y del mismo modo, si hubiera una esfera infinita, sera tringulo,crculo, lnea; y lo mismo puede decirse del tringulo infinito y del crculoinfinito.

    ...si la lnea curva tiene menos curvidad cuando la circunferencia sea de mayorcrculo, la circunferencia del crculo mximo, mayor que la cual no puede haberotra, es mnimamente curva, por lo cual es mximamente recta"23.

    Este dibujo representa la idea de Nicols de Cusa, de que lo que esmximamente curvo es una lnea recta, mientras que la circunferencia mspequea coincidir con la recta mnima.

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    El concepto de infinito es fundamental en Nicols de Cusa; puede serinfinito negativo, o absolutamente mximo, que es Dios, o bien infinito quese identifica con el universo, infinito privativo, que no est limitado por nada.El mundo de Cusa es un mundo necesariamente sin lmites,

    "el mundo no tiene una circunferencia, pues si tuviera centro y circunferencia,y tuviera de este modo dentro de l mismo su principio y su fin, l mismo estaralimitado por otra cosa, y habra fuera del mundo otro, cosas todas ellas carentes deverdad"24.

    "Y aunque este mundo no es infinito, sin embargo, no puede concebirse comofinito, por carecer de trminos entre los que est comprendido25".

    El centro del mundo, la Tierra, pasa a ocupar desde Cusa un lugarprivilegiado. Recordaremos que hasta ahora este lugar era el ms bajo de todosaquellos que podan existir. Es muy importante no perder de vista este detalle,Nicols de Cusa realza el centro del mundo situando en l a Dios. Lacosmologa encontrar importantsimas aportaciones en esta magistral obraque ser impulsadora de la modemidad.

    7. Coprnico

    La obra copernicana constituye un canto y una alegora a la astronomaclsica. Por ello, el sistema no es ni tan nuevo ni tan revolucionario ydestacar, principalmente, por las distancias que sern ahoraextraordinariamente grandes, pero no infinitas. La posicin del Sol ser otra delas novedades de la nueva teora, pasar a ocupar la posicin central dentro delsistema cerrado y hermtico del Universo. Igualmente destacar el movimientode la Tierra, que de una posicin central y esttica en el lugar ms bajo delcosmos, pasar a una posicin privilegiada al situarse entre los demsplanetas. Este giro que, en principio, no supondra en Coprnico ms que unabsqueda de la simetra y de la armona del universo, obra del Optimo yMximo Hacedor, trascender la interpretacin copernicana permitiendo a sussucesores dar una interpretacin mucho ms revolucionaria que la concebidainicialmente por el propio Nicols Coprnico.

    Nuestras palabras parecen refrendar las de Osiander en su Advertencia allector sobre las hiptesis de la obra de Coprnico:

    "Quizs el filsofo busque ms la verosimilitud: pero ninguno de los doscomprender o transmitir nada cierto, a no ser que le haya sido revelado por ladivinidad. Por lo tanto, permitamos que tambin estas nuevas hiptesis se den aconocer entre las antiguas, no como ms verosmiles, sino porque son al mismo

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    tiempo admirables y fciles y porque aportan un gran tesoro de sapientisimasobservaciones. Y no espere nadie, en lo que respecta a las hiptesis, algo cierto dela astronoma, pues no puede proporcionarlo; para que no salga de esta discielinams estpido de lo que entr, si toma como verdad lo imaginado para otro uso"z6.

    Sin embargo, nuestro comentario slo quera situar la obra de Coprnicodentro del sistema en el que se concibi y se expuso, mientras que desligamosla interpretacin de la obra y el surgimiento de un nuevo sistema del propioCoprnico, al que s consideramos, como no podra ser de otro modo, puntode inflexin entre la Astronoma Antigua o Clsica y la Astronoma Moderna,que surgir a partir de sus nuevas teoras.

    El propio Coprnico es consciente de que sus ideas van a ser estudiadasmuy detalladamente y ello le hizo retrasar la publicacin de la obra hastaencontrar el momento ms ptimo; cuando finalmente accede a enfrentarse alas consecuencias decide dedicar al Papa Pablo III su obra

    "para que tanto los doctos como los ignorantes por igual vieran que yo noevitaba el juicio de nadie"27.

    Cuando decimos que los principales astrnomos no han aceptado engeneral la pluralidad de mundos, esto no hace sino confirmar el hecho de que

    "el punto de vista de la ciencia moderna es no sostener cuestionesincontestables o conclusiones errneas, especialmente aquellas que despiertanconsiderables emociones p blicas"28.

    Por ello, y aunque el nuevo sistema cosmolgico planteado porCoprnico potenciaba la posibilidad de una mayor discusin y acercamiento aldebate de la pluralidad de mundos, esto no se producir de una manera tanamplia como cabra esperar.

    8. Bruno

    Dentro del marco que hemos establecido, Bruno es una constantenecesaria. Representa, sin duda, un caso espectacular por su trgico flnal, peroes la simbiosis entre este final y el contenido de sus obras lo que nos haceacudir a l. No descubrimos nada especial al decir de l que fue un adalid, unmisionero, un propagandista, etc., del copernicanismo, pero en realidad estoslo constituye una parte, aunque importante, de lo que verdaderamente hasupuesto Bruno en el debate cosmolgico y pluralista.

    Bruno tuvo la desgracia de enfrentarse a .una Iglesia que, de maneraespecial y por encima de cualquier otra religin, haba asumido para s el

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    papel de establecer el orden en la ciencia. Desde la aparicin del cristianismoen occidente se hace palpable el vnculo entre religin y ciencia,especialmente en lo referente al cosmos. Las interpretaciones cosmolgicashan pasado, en trminos brunianos, del di'a de los antiguos sabios a lacaliginosa noche de los temerarios sofistas 29 . Y, en este ambiente, Brunolucha por establecer un lugar de encuentro para la ciencia moderna. La Iglesiave en esta actitud y en los postulados brunianos motivos que podranresquebrajar sus ms slidos principios, por ello la Iglesia no slo se enfrentaa un hereje anticristiano, sino que al mismo tiempo se deshace de un miembrodesagradable que comienza a preconizar lo que constituir la modernidad. No esBruno culpable de combinar su reforma cosmolgica con una posicinreligiosa determinada; al fin y al cabo, era la propia Iglesia la que promulgabadesde su doctrina la interpretacin que consideraba ms adecuada para susprincipios; por tanto, Bruno, consolidando este mismo planteamiento,considera que una visin del mundo, del cosmos, radicalmente diferente a ladefendida por la Iglesia obliga a una revisin tambin de la doctrina de estaReligin. En este sentido, en el argumento del 4 dilogo de La cena de lascenizas, se afirma que

    "esta filosofa no slo contiene la verdad sino que incluso favorece lareligin ms que cualquier otra clase de filosofa"30.

    Para Bruno, como para cualquier intelectual de su poca, las directrices dela Religin constituan un referente obligado a la hora de establecer un puntode discusin en el mbito cosmolgico. La religin catlica haba adoptadolas interpretaciones y lecturas que los antiguos astrnomos haban realizado yque, adems, permitan una interpretacin cmoda de algunos pasajes de lasSagradas Escrituras.

    La obra bruniana deja traslucir la conciencia clara del autor de sentirseprotagonista de una radical ruptura entre dos ciclos diferentes:

    1) el de lo viejo, identificado con la filosofa aristotlica o filosofavulgar, como tambin la Ilama Bruno, y el cristianismo. Siendo ste,el cristianismo, responsable de haberse aliado con la filosofaaristotlica; y

    2) el otro ciclo supondra el comienzo de una nueva era, la

    "era de la luz bajo una representacin verdadera del universo, de la divinidad yde la relacin entre ambos, as cdmo del efectivo lugar del hombre en elcosmos"31.

  • LLULL 17 RELIG1ON Y CIENCIA ANTE LA PLURAL1DAD DE MUNDOS 373

    Hay que inferir, como dice Bruno, la verdad de la naturaleza y de laexcelencia de su autor32 , y en cualquier caso magnificar la excelencia delCreador, de Dios, viendo que su grandeza se manifiesta con la infinitaexistencia de soles, tierras, y de mundos.

    Bruno primero y Galileo despus coinciden al sealar el papel concretoque deben desempear las Sagradas Escrituras. Bruno dice que stas no seocupan de demostraciones y especulaciones sobre las cosas naturales sino queestablecen mediante leyes la conducta en lo relativo a las acciones morales.Por ello, cuando los hombres de religin hablan presuponiendo en las cosasnaturales el sentido com nmente recibido no deben ser tomados comoautoridad.

    Y Galileo, 30 aos despus, en una carta enviada a la Gran Duquesamadre, Cristina de Lorena, dir tambin que

    "las discusiones de los problemas naturales no se deberan comenzar por laautoridad de textos de la Escritura, sino por las experiencias sensibles y por lasdemostraciones necesarias. las Escrituras, para acomodarse a las posibilidadesde comprensin de la mayora dicen, aparentemente, y si nos atenemos alsignificado literal de las palabras, muchas cosas distintas de la verdad absoluta"33.

    9. Galileo

    Con ello entramos directamente en una cuestin originada por elproblema cosmognico que presentan las Sagradas Escrituras. Estos libros,que sin ocuparse especialmente de la cosmogona o de la astronoma, fueronescritos en un perodo concreto, en el cual se posean unos determinadosconocimientos. La incorporacin de estos conocimientos a los textos nosupuso ningn inconveniente, al contrario, refleja las ideas admitidas en esapoca. Sin embargo, a medida que han ido pasando los siglos, losconocimientos astronmicos han aumentado en gran medida y el problemasurge cuando trata de conciliarse la creencia cristiana con la nueva visin delmundo. Parece trivial plantear algo as; diramos tambin hoy que es lgico,la evolucin de los conocimientos nos sit a con una mentalidad alejada decualquier perodo anterior. Pero nos sorprende que a lo largo de diferentesmomentos histricos trate de adoptarse una nueva interpretacin que concuerdeel texto de las Escrituras con la teora cientfica predominante. Tal vez, loshombres de Religin no han sabido, o no han querido, comprender que lapalabra de Dios ha de quedar siempre por detrs de su propia obra. Esta, suobra, no tendra intermediarios, cada sujeto sera l mismo frente al mensajedivino dejado ante sus ojos; mientras que las Sagradas Escrituras seran la

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    palabra de Dios pasada a papiro por escribientes que cometeran,probablemente, hasta faltas de ortografa.

    Galileo as lo manifestaba en su carta a Benedetto Castelli:

    "Si bien la Escritura no puede errar, s podra no obstante equivocarse algunode sus intrpretes y comentaristas, y eso de varios modos; entre los cuales unogravsimo y muy frecuente, consistira en querer atenerse siempre al significadoliteral de las palabras"34.

    En esta misma carta, Galileo contin a manifestndole a Castelli susdudas respecto a que las Escrituras sean el referente al buscar soluciones en losproblemas de ciencia. Para l, aquellas contendran los artculos yproposiciones que seran necesarios para la salvacin humana, a los cualesslo sera posible llegar a travs de una inspiracin divina. Sin embargo,cuando nos planteamos la posibilidad de que en ellas estn las respuestas deuna ciencia como la astronoma, nos surge la misma duda que a Galileo oorqu los escritores sagrados han tratado tan poco sobre las disposiciones ymovimientos de los cuerpos celestes, si su intencin era la de ensear a loshombres estas cuestiones? La respuesta la da el propio Galileo en una cartaposterior

    "Yo aqu dir aquello que o a una persona eclesistica de muy elevado rango-el cardenal Baronio-, esto es, que la intencin del Espiritu Santo era ensearnoscmo se va al cielo, y no cmo va el cielo"35.

    Galileo tuvo el infortunio de nacer en el ario 1564, meses despus de queconcluyera el Concilio de Trento (1545-1563). Este fue, posiblemente, elacontecimiento trascendental que marc de forma negativa la vida culturalitaliana. Este Concilio signific el triunfo de la Contrarreforma, o lo que es lomismo, el final del espritu de tolerancia y de plena libertad que goz elRenacimiento. La corriente conservadora de la Iglesia, representada por losdominicos, impuso la ley del terror y la caza de brujas se convirti en unjuego de nios. Estos aos conocen la condena del De revolutionibus deCoprnico, del In Job Commentaria de Diego de Ziga36 , as como la detodos los seguidores del copernicanismo, por supuesto, esto incluye aGalileo37.

    El conflicto surgido entre Galileo y la Iglesia es el ms claro exponentede los problemas que sta tuvo para adaptarse a la evolucin del conocimientocientfico. Esto era producto de su propia ambicin. Si en los primerosinstantes, y durante un perodo muy amplio, promulg la ignorancia como undon del pueblo creyente; posteriormente, y con la aparicin de losmonasterios, aglutin toda posibilidad de conocimiento, as como cualquier

  • LLULL 17 RELIGION Y CIENCIA ANTE LA PLURALIDAD DE MUNDOS 375

    tipo de prctica cientfica. Esto le permiti durante alg n tiempo dirigir einterpretar todo el conocimiento existente. La Iglesia cometi el error de noIlegar a distinguir con claridad lo que eran proposiciones reveladas y lo queella misma haba aadido como dogmas de fe. Los descubrinentos de Galileoy su posterior proceso marcan el principio del fin del binomio forrnado por elaristotelismo y el cristianismo. Aristteles haba marcado el camino a seguiry an en la poca de Galileo era la referencia vlida, y diramos nica, paratodos aquellos que se dedicaban a la investigacin de la Naturaleza.

    Sin embargo, este binomio fue el causante de que una discusin iniciadacon los filsofos escolsticos derivara en un conflicto teolgico. Galileo dio aconocer sus primeros descubrimientos en su Sidereus Nuncius que apareci el12 de marzo de 1610. Estos descubrimientos le causaron, aparte de losproblemas ya conocidos, la satisfaccin de haber observado los cielos en suforma real y no con el ropaje aristotlico. Tambin le resultara satisfactorioel reconocimiento recibido por dos instituciones prestigiosas: la de laAcademia de los Linces de F. Cesi, que recibi a Galileo como sextomiembro; y la del Colegio Romano, es decir, los jesuitas, quienesreconocieron y confirmaron sus observaciones. Y, posteriormente, pocas mssatisfacciones podra disfrutar. No fueron precisamente pocos losaristotlicos38 de esta poca que se negaron a mirar por el telescopio deGalileo y con ello a admitir'los descubrimientos de ste. Nada poda hacerGalileo para convencer a quien no estaba dispuesto a escuchar ni a comprobar.Se estaba poniendo en juego algo ms que unos descubrimientos, se estabadebatiendo el futuro y la actitud que en ste haba que tomar ante laNaturaleza. Galileo se ver obligado a entrar en la discusin paralizando todassus dems preocupaciones para delimitar, de una vez y para siempre, lasfronteras entre Ciencia y Religin; estaba en juego la autonoma de laCiencia.

    Ante los problemas naturales que se estaban estudiando haba queconsensuar qu mbito de razonamiento habra que aplicar. Por un lado, sesostendr que la autoridad de las Sagradas Escrituras es incuestionable, inclusoante los problemas naturales; por otro, se afirmar que slo es posiblecomprender la naturaleza mediante la experiencia sensible y a travs de lasdemostraciones necesarias. Los seguidores de sta lnea de pensamientoafirman que las Escrituras se ven forzadas a decir aquello que es comprensiblepara la mayora, pero que el significado literal de sus palabras est muy lejosde explicar correctamente los hechos reales.

    Galileo nunca neg que la Biblia fuera fuente de toda verdad, lo que noaceptaba de ella es que se la quisiera reconocer como fuente de verdadcientfica. La salvacin del hombre y los posibles sistemas astronmicos sondos temas tan radicalmente distintos que difcilmente puede alguien

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    comprender que quieran aglutinarse en una sola doctrina. El jesuita cardenalBellarmino, quien contribuyera a mandar a Giordano Bruno a la hoguera porhereje, propuso para el caso de Galileo una solucin de compromiso. Con ellase salvaguardaba a los cientficos y prevaleca la verdad de la SagradaEscritura. La solucin que plantea Bellarmino, la cual es prcticamente igual ala ya utilizada por Andreas Osiander en su Advertencia al lector del D eRevolutionibus de Coprnico, consista en que se considerasen los sistemasastronmicos como simples hiptesis que trataban de salvar las apariencias yque, para nada, tenan que ver con la realidad. Galileo no poda aceptar estapropuesta, porque iba precisamente contra lo que l consideraba que erarealmente necesario: separar de forma definitiva la Ciencia de las cuestionesreligiosas.

    Sin embargo, con el definitivo proceso Ilevado a cabo por la Iglesiacontra Galileo en 1633 se consigui que ste abjurase de sus convicciones39:

    "que he credo siempre, y que creo ahora, y que, Dios mediante, creer en elfuturo, todo lo que sostiene, practica y ensea la santa Iglesia Catlica ApostlicaRomana. Pero en vista de que -despus de haberme impuesto judicialmente esteSanto Oficio el mandato de que yo deba abandonar por completo la falsa opininde que el Sol es el centro del mundo y est inmvil y de que la Tierra no es el centrodel mundo y se mueve, y de que yo no deba sostener, defender o ensear de ningunamanera, verbalmente o por escrito, dicha falsa doctrina, y despus de habrsemenotificado que dicha doctrina era contraria a las Sagradas Escrituras- escribi ypubliqu un libro, en el cual discuto esta nueva doctrina ya condenada, y aduzcoargumentos grandemente convincentes en favor de ella, sin dar ninguna solucinde ellos, he sido juzgado, vehementemente, sospechoso de hereja, es decir, porhaber sostenido y credo que el Sol era el centro del mundo e inmvil, y que laTierra no era el centro y que se mova.

    Por eso, hoy, queriendo borrar de las inteligencias de vuestras eminencias yde las de todo cristiano catlico esta sospecha vehemente, justamente concebidacontra m, con sinceridad de corazn y fe no fingida abjuro, maldigo y detesto losantedichos errores y herejas y, en general, todo error, herejas y secta contrarios ala Santa Iglesia, y juro que en el porvenir nunca volver a decir o a afirmar,verbalmente o por escrito, nada que pueda dar ocasin a parecidas sospechas, encuanto me atae; antes bien, si conociese a cualquier hereje o persona sospechosade hereja, la denunciar ..."4.

    10. Merma del poder eclesistico

    El pensamiento medieval europeo provoc un cambio radical en lamentalidad humana al pasar de una situacin en la que hubiera sido imposibleel desarrollo de la ciencia, a otra en la que parece surgir de forma espontneadesde el mbito filosfico.

  • LLULL 17 RELIGION Y CIENCIA ANTE LA PLURALIDAD DE MUNDOS 377

    El paso decisivo que hubo que dar para pasar de la Edad Media alRenacimiento se logr en gran medida gracias a los humanistas, ya que fueronlos que rompieron los grilletes intelectuales de los prejuicios teolgicos quedominaron toda la Edad Media. Sin ellos, los hombres de mentalidad cientficatal vez no hubieran podido superar esta fase. Mientras que en la primera mitaddel siglo XVI el Papado haba mostrado inters por la nueva teoracosmolgica, a comienzos del siglo XVII impuso silencio a Galileo, defensorde la teora copernicana, calificando a sta de falsa y opuesta a la SagradaEscritura41 . El libro de Coprnico fue condenado donec corrigatur, aunquepoda ser explicado como teora matemtica.

    Cuando en el siglo XVI las observaciones astronmicas Ilevan aCoprnico a ofrecer un nuevo enfoque, ste no es, en principio, asumido porla brusca ruptura que supone con el aceptado hasta estos momentos, perosupondr el inicio de un cambio de mentalidad tanto filosfico comoreligioso, y que an tardara un tiempo en verse plasmado en los mbitoscientfico-religiosos. En Europa no fue slo la Iglesia Catlica la que seopuso a la nueva cosmologa, sino tambin los luteranos, como por ejemploPhilip Melanchthon (1497-1560) y Lambert Daneau (ca. 1530-1595), que semanifestaron tanto contra la nueva cosmologa como contra la pluralidad demundos [CROWE, 1986, p. 12, y tambin DICK, 1982, p. 89].

    11. Ruptura entre Ciencia y Religin

    A lo largo del siglo XVII se consolida la tesis de la pluralidad de mundos.Pero para que se produjera este hecho tuvo que haber contribucionessuficientemente importantes como para ser merecedoras de crdito, y tener conello la resonancia necesaria para difundirse y cobrar adeptos. Uno de losaspectos cientficos que ms ha contribuido a la explosin generalizada de lapluralidad de mundos fue la observacin de los cielos con el telescopio. Lautilizacin de este aparato por los astrnomos fue el revulsivo ms importanteque nunca ha tenido el debate pluralista. La observacin de los cielos con eltelescopio permite comprender a los astrnomos que la estructura que habasido construida desde la antig edad en tomo a la pureza e incorruptibilidad delos cielos eternos e inmutables era una total perogrullada. Cielos y tierra sona los ojos de la ciencia semejantes. Las observaciones realizadas a lo largo delsiglo XVII estn an arropadas por el armazn metafsico42.

    El punto de partida de Bentley es que el mundo tiene su origen a partir delmomento en que es realizado por un Agente, un Espectador Inteligente, esdecir, Dios mismo [BENTLEY, 1693, p. 317]. Esta tesis inicial de Bentley seenfrenta directamente con la posicin atomista, para la cual las partculassiempre han existido y siempre existirn, siendo la materia eterna, as como

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    su movimiento. Las partculas tendran la capacidad (en el atomismo) por laley del movimiento natural de crear los cielos y las tierras.

    Decir que

    "el mundo est hecho casualmente por la concurrencia de tomos, no es msque afirmar que los tomos compusieron el mundo mecnica y fatalmente"43.

    La consideracin que hace Bentley del atomismo le lleva a pensar que staes una teora falaz; pues, tanto la explicacin del origen del mundo como lascaractersticas de ste no responden de manera rigurosa a las cuestionescientficas. Bentley ya conoce la Ley de la Gravitacin Universal de Newton,teora que no es tenida en cuenta a la hora de considerar la teora atomistacomo actual. Sin embargo, Bentley la tiene en cuenta (cfr. ibid., p. 319), yello le permite comprender que la teora newtoniana imposibilita la atomista.Los tomos ya no vagaran por el espacio de una manera libre, sino quetendran que obedecer a unas fuerzas y a unos campos. El universo ya norespondera a las nociones atomistas de Azar y Cambio, la Ley de laGravitacin Universal se transformar en el fenmeno que explicar losmovimientos celestes durante los tres siglos siguientes.

    Atomismo y gravitacin se transforman, para una interpretacinreligiosa, en atesmo y orden (mxima expresin del poder creador). Mientrasque por un lado se muestran divergentes, en cuanto que la nueva explicacindel mundo se ajusta ms a la visin popular que puede tenerse de la creacindel universo realizada por un Dios; y la antigua, la atomista, prescinde decualquier idea de Dios, tanto para la creacin como para el posterior desarrollodel cosmos, teniendo ste una estructura desordenada, por otro lado, convergenambas teoras a la hora de defender la posicin pluralista.

    "Las Sagradas Escrituras no prohiben suponer que haya una gran cantidad desistemas y en cada uno de ellos habitantes".

    "Dios con su poder creador puede haber hecho innumerables rdenes y clasesde mentes racionales ..."44.

    Ambas expresiones son una pequea muestra de cul era el talante con elque se acoga la pluralidad de mundos tras las aportaciones de Newton.

    A lo largo del siglo XVII puede contemplarse cmo los filsofosprincipalmente y, por supuesto, los cientficos ms destacados, comprenden elalcance de las nuevas teoras astronmicas surgidas desde Coprnico. Estapoca aporta una nueva visin del mundo en la cual la creacin de Dios esrevelada en toda su grandeza, pero de una forma diferente a como el pueblo laha venerado hasta ahora. La principal diferencia puede darse en la posicin que

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    se atribuye al hombre, pasando de ser un ser privilegiado y centro de inters enla naturaleza a convertirse en una parte diminuta, con un posible sentido, perono ms protagonista que los posibles habitantes de otros planetas.

    Los cientficos no desdearn a la Religin, pero tratarn de hacercomprender que algo ha cambiado. La impresin es que junto al cambiopropuesto por Coprnico surge lo que se ha dado en llamar el giro copernicanoo revolucin, en otros rdenes sociales. La creencia religiosa ser desligada delas tesis cientficas. El hombre estar situado entre dos mundos, el mundomoral adscrito a la religin y el mundo fsico estudiado por los cientficos[CARR, 1974, p. 335]. Este desdoblamiento ser la base fundamental quepennitir el desarrollo adecuado de los dos mundos.

    Pierre Borel en su Discours nouveau prouvant la pluralit des mondesmanifiesta en su Va proposicin que

    "la Sagrada Escritura no nos habla claramente ms que de nuestro [mundo] yacomodndose a la opinin com n"45.

    Esta va a ser la opinin ms generalizada entre los hombres de ciencia delsiglo XVII. Las Sagradas Escrituras contendrn las reglas y normas queestipulan el orden moral, mientras que el mundo fsico tendr que serdescifrado de la propia naturaleza, siendo ella misma la que esconde lossecretos de su explicacin.

    A finales del siglo XVII, cuando ya parece inevitable que el debate de lapluralidad de mundos ocupe un lugar entre las cuestiones que se plantean losastrnomos sobre el universo, a n es posible encontrar ciertas reticencias apublicar sobre este tema.

    Los astrnomos copernicanos vean peligrar su vida tras la ejecucin deBruno y la condena de Galileo, sus teoras corran el peligro de terrninar conellos en la hoguera. Realmente no tenan muchas opciones donde elegir y,aunque la propuesta del cardenal Bellannino, realizada a Galileo, no fuese loms deseable, al menos les permitia continuar con sus trabajos y exponer sushiptesis.

    12. El Principio de Plenitud

    Parece apropiado dedicar dentro de un tema como ste, sobre losconflictos entre la Religin y la Ciencia en el mbito de la cosmologa y de lapluralidad de mundos, un apartado que considerase el problema de la creacindel mundo. Por hiptesis, el poder creador de Dios es infinito; y, por tanto,sus manifestaciones deben ser tambin infinits. Esto vendra a decir que en

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    todos aquellos lugares donde haya materia debera haber vida. El principio deplenitud trata del poder de Dios para crear un mundo infinito y, de aqu,algunos radicalizarn la postura no slo de un mundo infinito, sino de unmundo que estar infinitamente poblado.

    Seguramente nadie mejor que el profesor Arthur O. Lovejoy ha sidocapaz de explicar lo que el principio de plenitud supuso en la nuevacosmografa46. Para l, la cosmografa que se acept desde comienzos delsiglo XVIII deba ms a las preconcepciones originalmente platnicas que alos logros efectuados por la nueva teora copernicana y la astronomacientfica.

    La idea expuesta por el profesor Lovejoy nos remite directamente alantecedente ms popular que conocemos del principio de plenitud. Nosreferimos a las palabras de Lucrecio en su De rerum natura:

    "Cuando adems materia en abundancia est dispuesta, y un espacio pronto arecibirla, ni su movimiento impide algn estorbo, es claro deben formarseseres"47.

    Esta idea invoca al estado de mxima fecundidad de la Naturaleza, y apartir de la Era Cristiana invocar a la Omnipotencia creadora de Dios [DICK,1982, pp. 11-121. Este principio atomista es separable del concepto deuniformidad de la naturaleza, as como de otros argumentos tomados delatomismo.

    Leibniz expres su admiracin ante la existencia del mundo y afirm quela pregunta por qu existe algo ms bien que nada era la primera pregunta quetenamos derecho a hacer. A esta pregunta da una respuesta de tipo lgico quees el principio de razn suficiente, para la existencia de al menos un ser.Muchos filsofos se han planteado la misma pregunta y han dado diferentesrespuestas. Todas las cosas del universo estn interrelacionadas estrechamentey si pudiramos conocer ese primer por qu, que tanto nos complica la vida,podramos tener un conocimiento completo de todas las cosas, en lugar dealgunos pequeos islotes de conocimientos diseminados como tenemos ahora.Para Diderot por ejemplo, slo la revelacin podra responder a esa pregunta.Pero la aportacin de Leibniz es el intento de dar otra respuesta que no sea elprincipio de conveniencia de que la existencia del mundo es moralmentenecesaria.

    Si bien estos principios mencionados, el de mxima fecundidad de laNaturaleza y el de la Omnipotencia creadora de Dios, presentaninevitablemente coincidencias tan claras como la defensa que a partir de ellos

  • LLULL 17 RELIGION Y CIENCIA A1VTE LA PLURALIDAD DE MUNDOS 381

    puede hacerse de un universo infinito y, por tanto, con un n mero infinito demundos, no coinciden en la forma de su generacin. Para los atomistas es unaconstante creacin-destruccin. En el espacio infinito en el que se muevenlostomos, la naturaleza va creando mundos semejantes o desemejantes al nuestroy su duracin es limitada [LUCRECIO, 1986, p. 181]. Para la tradicincristiana la gnesis del mundo es ms sencilla, o por lo menos ms estable: elmundo fue creado por Dios. Todo lo que el ser humano alcanza a contemplar(o a deducir) form parte de la gran obra del Creador. Si el principio deplenitud manifiesta que donde hay materia debe haber vida, el atomismo es ladoctrina por excelencia que defiende y asume este principio, para elcristianismo, Dios puede o podra hacerlo. El ser mximo, que dira Cusa,tiene la facultad que los atomistas conceden a la Naturaleza. La diferenciaviene marcada por el libre albedro que existe en una naturaleza fecunda,mientras que la Omnipotencia divina guarda para s la libertad de su creacin.

    La cosmografa antigua inclua aspectos que en la Edad Moderna fueroninterpretados bajo el prisma religioso y moral. La ubicacin de los astros fuedeterminante para indicar cul era el lugar que ocupaba el ser humano en lacreacin. Por un lado, solemos suponer que el mundo antiguo y medievaltenan la idea de un cosmos relativamente pequeo, lo cual no es totalmenteexacto. Para Ptolomeo la Tierra no era ms que un punto en el conjunto delos cielos; y Maimnides se preguntaba a finales del siglo XII en su Gua deperplejos (1190)

    si la Tierra no es ms que un punto en comparacin con la esfera de lasestrellas fijas, d:,cul puede ser la proporcin de la especie humana con respecto alconjunto del universo creado? Y entonces, ,cmo puede ninguno de nosotrospensar que esas cosas existen para l y que tienen por objeto servir a susnecesidades?"48.

    Por otro, el hombre ha ocupado hasta la Era Moderna, el lugar central delcosmos. La Tierra, habitada por los hombres, era el planeta que serva de ejepara que sobre l girasen todas las esferas inmensas y desiertas que formabanel mundo. Pero, como nos dice el profesor Lovejoy, la mentalidad medievalno veia en este acto una servidumbre del cosmos perfecto alrededor de laimperfecta Tierra, sino que

    "el centro del mundo no era una posicin honorfica; ms bien era el lugarms alejado del Empreo, era el fondo de la creacin, en el que se hundan suselementos ms bajos y sus heces. El verdadero centro, de hecho, era el Infiemo; enel sentido espacial, el mundo medieval era literalmente diabolicocntrico. Y desdeluego, toda la regin sublunar er incomparablemente inferior a los cielosresplandecientes e incorruptibles situados rns all de la Luna"49.

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    Este sistema cosmolgico surgido de los principios filosficosplatnicos y aristotlicos fue asumido e introducido en los principioscristianos configurando con ello una cosmologa que una, por un lado, elestudio cientfico que los griegos haban realizado de los cielos y, por otro, lainterpretacin cristiana de un mundo creado por Dios para los hombres, siendosta su obra acabada. Pero habra que aadir a n algn aliciente ms para queel In-pedo implume adquiriese un elevado sentido de su importancia csmica[LOVEJOY, 1983, p. 130]. Por ello, a la vez que ste ocupaba la regin de lacorrupcin, tambin era la nica regin generadora de almas; y sus problemaseran merecedores de una inconmensurable atencin por parte de la deidad,

    "de tal modo que el simple desliz de una pareja de personas sencillas enMesopotamia poda, por sus consecuencias, obligar a una de las personas de laDivinidad a encamarse en forma humana y vivir y morir en este globo en nombrede la salvacin de los hombres"50.

    El hombre medieval forja de esta manera su mentalidad, ocupando ellugar ms bajo de la creacin, pero teniendo cerca al Creador para ocuparse desus problemas. No ha de resultar extrario que la teora copernicana fueracombatida ms por su revolucionaria transformacin en la ubicacin del serhumano en el universo que por el cambio de sistema que supona para laastronoma, pues a sta, este hecho le permita desarrollar mejor su trabajo. Elcambio de posicin de los astros ataca directamente a la importancia del serhumano en el conjunto de la creacin, aunque no fue este hecho el msimportante de los que ayudaron a destruir el entramado cristiano; eldescubrimiento por Tycho Brahe de la Nova Cassiopeiae en 1572 supuso ungolpe mucho ms fuerte que las mismas tesis copernicanas, el cosmos ofrecauna novedad con la cual se resquebrajaban los cielos eternos e inmutables. Enrealidad, las discrepancias entre Coprnico y la ortodoxia teolgica no secentraban en la disputa por la estructura tradicional del universo, sino en lairreconciliabilidad de detalles entre los novedosos aportados por Coprnico yese cuerpo de proposiciones histricas que el cristianismo haba incorporado asu credo en una proporcin incomparable con cualquier otra religin.

    La teora heliocntrica debe ms a cientficos como Kepler que, a pesar demantener el paralelismo astronmico-teolgico medieval y buscar nuevasrazones que confirmaran la idea de un mundo limitado y cerrado, se alejaban dela concepcin clsica del mundo dicotmico, sublunar-supralunar. Keplerbasndose en el Principio de Razn Suficientes I concibe la idea de ununiverso creado no de forma arbitraria, sino respondiendo a un plan generalbasado en algn fundamento racional. La existencia de seis planetas y, portanto, de cinco intervalos entre ellos, hacen que Kepler piense que estos cincointervalos podran corresponder respectivamente a cada uno de los cinco

  • LLULL 17 RELIGION Y CIENCIA ANTE LA PLURALIDAD DE MUNDOS 383

    cuerpos geomtricos regulares existentes. Kepler busca la mente matemticadel Creador que adems confiere al universo un orden esttico.

    Sin embargo, el profesor Lovejoy nos dice que las tesis realmenterevolucionarias del siglo XVI y que Ilegaron a ser bastante aceptadas antes definales del siglo XVII fueron:

    " 1) el supuesto de que los dems planetas de nuestro sistema solar estabanhabitados por criaturas vivas, sensitivas y racionales; 2) el desmoronamiento delos muros exteriores del universo medieval, tanto si se identificaban con la esferacristalina exterior como si se atribuan a una concreta 'regin de las estrellas fijas,y la dispersin de esas estrellas por distancias enormes e irregulares; 3) laconcepcin de que las estrellas fijas eran soles similares al nuestro, todas o muchasde ellas rodeadas por sistemas planetarios propios; 4) el supuesto de que losplanetas de esos otros mundos tambin tenan habitantes con conciencia; 5) laafirmacin de la real infinitud del universo material en el espacio y del nmero desistemas solares que contena"52.

    De todas estas tesis son la primera y la cuarta las que ms radicalmente seoponen a la visin del mundo medieval, en el que el ser humano eraprotagonista principal y nico de un mundo que giraba en torno a l; y, sinembargo, estas dos tesis no se apoyan para nada en la propuesta copernicana.El debate de la pluralidad de mundos ve en este perodo su ms frtil existenciatras el Concilio de Pars, en el que el obispo Etienne Tempier conden la noexistencia de otros mundos. Pero si entonces fue la Iglesia la que con esamaniobra pretenda adelantarse a posibles acontecimientos, las nuevas tesisformuladas y defendidas en los siglos XVI y XVII ponan en la picota losdogmas centrales de la fe cristiana. Todo el drama montado sobre laEncarnacin y la Redencin se haba realizado sobre el supuesto de un sloDios y un slo mundo habitado. Estas tesis harn aflorar disputas muyimportantes alrededor de la Religin, y nuevamente podr comprobarSe lo queafirmbamos al principio, que el debate de la pluralidad de mundos tiene comouna de sus caractersticas principales la flexibilidad. Esto, decamos alcomienzo de este artculo, permita a las posiciones enfrentadas utilizar losmismos conceptos para defender las posiciones ms divergentes. Y, an nosiendo vlido para demostrar nada en este terreno, el debate pluralista saldrbeneficiado y fortalecido.

    El problema de la Redencin ante la pluralidad de mundos cuestiona laposibilidad de que las otras tierras habitadas puedan:

    1) haber permanecido fieles a la ley de Dios, y no haber necesitado de lavenida del Redentor; o

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    2) haber pecado como los habitantes de la Tierra teniendo tambin queser redimidos.

    Ante esta segunda posibilidad se han planteado tres proposicionesdiferentes. La primera dira que el Verbo se habra encarnado al mismo tiempoen cada uno de los mundos prevaricadores. La segunda que la encarnacin sehabra dado en todos los mundos pecadores, pero en un acto m ltiple y no enel mismo instante. Y la tercera plantear que la encarnacin divina tuvo porobjeto la Tierra, pero que desde ella se extendi el poder redentor a todos losmundos culpables 53 . A partir del problema de la Redencin y de laEncarnacin se produce un debate muy singular entre dos conocidos cientrioosbritnicos, Whewell y Brewster. Mientras que para el primero de estos slohabra un planeta susceptible de haber recibido la habitacin, que sera, porsupuesto, la Tierra; para el segundo, la Tierra fue el punto desde el cual todoslos hombres de todos los tiempos y de todos los lugares encontraron el perdn[FLAMMARION, 1864, pp. 340-354].

    El poder creador de Dios ha sido una cuestin no puesta en tela de juicioen ningn momento; sin embargo, las posibles conclusiones que sonextrafbles de este principio no han sido igualmente aceptadas; pues, porhiptesis, este poder creador de Dios es infinito y, por tanto, ,qu podraimpedir que sus manifestaciones tambin lo fueran? La premisa fue siempreaceptada, pues no puede haber -para un hombre que profese la Religin- nuncanada que pueda concebirse superior al propio Dios; sin embargo, lasconclusiones no fueron las mismas y los ortodoxos no estaban de acuerdo endeducir todas las consecuencias.

    Quien utiliza el principio de plenitud y de una manera patentementedespiadada es Giordano Bruno [KOYR, 1957, pp. 44-45]. Como ya hemosserialado repetidamente, Bruno es el principal representante de la doctrina de ununiverso descentralizado, infinito e infinitamente habitado. Lo predic portoda Europa con el fervor de un evangelista y, adems, aport de maneraglobal las razones de sus tesis que al ser estudiadas con posterioridad a sumuerte gozaron de una cierta aceptacin. Sus razones tienen como origen elprincipio de plenitud o bien el supuesto en que ste se basa, el principio derazn suficiente [LOVEJOY, 1983, p. 147]. As, ante la vieja cuestin de porqu Dios no ha creado un mundo infinito,

    "Bruno responde, y es ei primero que lo hace, que Dios lo ha hecho; es ms,Dios no hubiera podido hacerlo de otro modo"54.

    Los grandes astrnomos casi siempre han rehusado apoyar las tesispluralistas. Tycho Brahe, Kepler, Galileo, como representantes destacados del

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    gremio de los astrnomos rechazaron tanto las tesis de la infinitud como de lapluralidad de mundos, pero asumieron en alguna medida la primera de aquellascinco proposiciones mencionadas anteriormente.

    Quien s es probable que influyera tanto o ms que el propio Bruno en laaceptacin general de las teoras de la pluralidad y de la infinitud de mundos enla segunda mitad del siglo XVII fue Descartes [LOVEJOY, 1983, p. 157]. Elltimo cuarto de este siglo conoci adems el definitivo triunfo de las nuevasideas cosmolgicas. Sin duda alguna, la obra de Fontenelle, los Entretiens surla pluralit des mondes, fue la que populariz de forma generalizada la teoracopernicana del sistema solar, la creencia en otros planetas habitados y lapluralidad de mundos.

    En Inglaterra junto a la obra de Fontenelle hubo otra que se difundi y dela que gran parte de los clrigos ingleses obtuvieron sus conocimientos sobreastronoma. Fue la obra de William Derham, Astro-Theology, or aDemostration of the Being and Attributes of God from a Survey of theHeavens. Para Derham todos los planetas de nuestro sistema solar, incluida laLuna, as como todos aquellos planetas de los infinitos sistemas solares queconforman el universo son igual de adecuados para estar habitados. Su estudiosobre el sistema de los cielos, la habitabilidad de los planetas y la pluralidadde mundos ser un estudio Fsico-Teolgico que tratar de mostrar el honor deDios y la verdad de la religin.

    El mismo Kant har uso del principio de plenitud en su Historia generalde la naturaleza y teora del cielo al afirmar

    "que no es necesario afirmar que todos los planetas deben estar habitados, ancuando sera una incongruencia negarlo de todos o la mayora de ellos"55.

    Kant defenda la posibilidad de que aquellos planetas que a n noestuvieran habitados podran estarlo ms adelante, cuando hubieran alcanzadola etapa adecuada.

    El ser humano se haba considerado hasta ahora un espectador de segundaante la magnificencia que presenciaban sus ojos. El cosmos era regular,perfecto, inmutable; la nica imperfeccin se situaba en el crculo central, enel lugar que haba sido reservado para l. Cuando se suscita la posibilidad deque otros planetas tambin estn habitados, inmediatamente se piensa en seressuperiores, ms altos, ms inteligentes, ms puros, menos materiales. Todocuanto pueda existir fuera de nuestro mundo sublunar deba ser enteramenteperfecto, justo lo que nosotros podamos desear. No sera hasta el siglo XIXcuando el hombre tom conciencia de su situacin y empez a comprender que

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    haba alcanzado un grado de evolucin y desarrollo suficientementeimportantes. Por ello, comienza a ver al universo como una creacin que nopresenta diferencias en su constitucin y que, por tanto, no hay nada quepresuponga una desigualdad entre sus partes. Nada impeda a los hombrestomar conciencia de los logros realizados en el estudio de su entorno, de habersido capaces de situarse en un universo infinito. Ante la pequeez de sucondicin el ser humano toma conciencia de la grandeza de sus capacidades.

    Desde el infinito nmero de mundos de los antiguos atomistas hasta elinfinito nmero de sistemas solares expuestos por Kant, los conceptosmetafsicos tales como Omnipotencia, bondad o plenitud, han jugado un papelmuy significativo. La teora copernicana, los vrtices cartesianos, lagravitacin universal de Newton y la observacin de las superficiesplanetarias, as como sus atmsferas, han preparado el camino para laposibilidad de habitantes celestiales. El aumento de libertad que emerge en elsiglo XVII, en contraposicin a las restricciones teolgicas de otras pocas nomuy lejanas, y el crecimiento de la teologa natural, han apresurado laconsolidacin de los otros mundos y la de sus pobladores.

    NOTAS

    1 CROWE, M.J. (1986) The Extraterrestrial Life Debate 1750-1900.London, Cambridge University Press, p. 548.

    2 DAMPIER, W.C., Historia de la Ciencia y sus relaciones con la Filosofay la Religin. Madrid, Tecnos, 1986, pp. 33-36.

    3 La ecliptica es el recorrido aparente anual del Sol sobre el teln de fondode las estrellas fijas.

    4 FARRINGTON, B. (1979) Ciencia y Filosofa en la Antighedad. 5 ed.,Barcelona, Ariel, p. 102.

    5 Haciendo justicia a Arist teles diremos que concibi sus teorasastronmicas como provisionales y que pensaba que las observaciones msprecisas realizadas por especialistas ayudaran a encontrar el sistema msadecuado. Aristteles, como cientfico prctico que era, daba ms crdito a laobservacin que a la teora.

    6 FARRINGTON, Op. Cit., p. 119.7 Una excepcin clara dentro de la Edad Media fue Roger Bacon, para quien

    estaba bastante claro que slo los mtodos experimentales podan garantizar lacerteza en el campo cientfico.

    8 TATON, R. et al. (1971) Historia General de las Ciencias. Barcelona,Destino, vol. 1, p. 654.

    9 Ibid., p. 659.10 El primer nmero indica el orden ocupado por la proposicin condenada

    en el decreto de Etienne Tempier; el segundo n mero, situado entre [], el orden deesta proposicin en la clasificacin de R.P. MANDONNET.

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    11 Durante los siglos XIII, XIV y XV la Iglesia no impuso ninguna doctrina alos fieles. Por ello, este perodo conocer la exposicin de planteamientosdispares incluso entre aquellos hombres que profesaban la Religin [KUHN, T.S.(1978), La revolucin copernicana. Barcelona, Ariel, p. 259).

    12 Esta cuestin que se plante, entre otros, Enrique de Gante, tratar de serrespondida a lo largo del siglo XIII y posteriormente, pues, contiene en s mismados problemas muy relevantes. Por un lado, el problema relativo a lo que losatomistas haban llamado vaco, r xev6v; y Platn espacio, xoSpot [DUHEM,P. (1913-4), Le Systme du Monde. Paris, Hermann, vol. 8, p. 8). Y, por otro, lacuestin de si slo existe el mundo que conocemos o, si por el contrario, hay unapluralidad de mundos.

    13 DUHEM, Op. Cit., VIII, p. 36.14 GULIELMI VARONIS, Quaestiones in libros Sententiarum, lib. II, quaest.

    VIII [citado en DUHEM, Op. Cit., VIII, pp. 44-45].15 Jean Le Chanoine tambin era defensor de la potencia total de Dios. Poda

    existir otro mundo semejante en todo al nuestro, con su nueva tierra, el aire, losotros elementos y stos estaran situados debajo del cielo como en nuestro mundo[DUHEM, Op. cit., VIII, p. 48].

    16 Juan Buridano tuvo dos fieles alumnos que siguieron sus pasos, y susargumentos, en estas ideas. Estos fueron: Alberto de Sajonia (ca. 1316-1390) yMarsile d'Inghen. Las tesis del propio Buridano nos remiten a otro pensadorcontemporneo suyo Godefredo de Fontibus.

    17 ORESME, N. (1968) Le Livre du Ciel et du Monde. Madison, Milwaukee &London, The University of Wisconsin, Cap. XXI, fol. 32a, p. 152.

    18 Citado en TATON, Op. Cit., I, p. 655.19 DAMPIER, Op. Cit., p. 171.20 El conocido argumento ontolgico de San Anselmo de Canterbury (siglo

    XI) dice que todos los hombres (incluso el necio que en su corazn afirma que Diosno existe) tienen una idea o nocin de Dios, y entienden por Dios un ser tal que esimposible pensar otro mayor que l; ahora bien, un ser tal ha de existir nosolamente en nuestro pensamiento sino tambin en la realidad ya que en casocontrario sera posible pensar otro mayor que l (a saber, uno que existierarealmente) y, por tanto, caeramos en contradiccin; luego, Dios existe no slo enel pensamiento sino tambin en la realidad.

    Aadiremos que este argumento fue considerado falaz por Santo Toms,porque si partimos de la esencia pensada de Dios, solamente podemos concluir ensu existencia pensada. Posteriormente, en el siglo XVII, sera aceptado y defendido(con algunas variantes en su formulacin) por los filsofos racionalistas(Descartes, Spinoza, Leibniz), siendo rechazado posteriormente por Kant; ydespus aceptado nuevamente por Hegel.

    21 CUSA, N. de (1984) De Docta Ignorantia. Barcelona, ORBIS, p. 32.22 Ibid., p. 120.23 Ibid., p. 47. Los captulos XIII, XIV y XV del Libro I estn dedicados a

    probar estos argumentos: Las propiedades de la lnea mxima e infinita, que lalnea infinita es tringulo, y que el tringulo es crculo [CUSA, Op. Cit., pp. 47-5 3 ].

    24 Ibid., p. 126.

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    25 Ibidem.26 COPRNICO, N. (1987) Sobre las revoluciones. Madrid, Tecnos, p. 4. La

    obra de Coprnico Sobre las revoluciones presentaba, por un lado, elinconveniente de no ser accesible para todos aquellos que no dominasen el aparatomatemtico y, por otro, la ventaja de que sta misma inaccesibilidad le protejerade ser fcilmente perseguida al ir contra el sistema defendido por la Iglesia.

    27 COPRNICO, Op. Cit., p. 10.28 DICK, S.J. (1982) Plurality of Worlds, pp. 176-177.29 Esta ser una referencia constante en Giordano Bruno y, despus en

    Nietzsche cuando menciona la poca de los presocrticos como la era de la luz, a lacual seguir la era de las tinieblas, de los vicios establecidos por los sofistas.

    30 BRUNO, G. (1987) La cena de las cenizas. Madrid, Alianza, p. 183.3 1 GRANADA, M.A. (1987) Introduccin a La cena de las cenizas, p. 30.32 BRUNO, G. (1993) Del infinito: el universo y los mundos. Madrid,

    Alianza, p. 121.33 GALILEO, (1987) Carta a Cristina de Lorena. Madrid, Alianza, p. 70.34 GALILE0 (1987) "Carta a D. Benedetto Castelli, 21 de diciembre de

    1613. En: Carta a Cristina de Lorena. Madrid, Alianza, pp. 39-46.35 GALILEO, Op. Cit., p. 73.

    . 3 6 Diego de Ztliga trataba de mostrar que interpretando adecuadamente lasSagradas Escrituras, stas no se oponen al movimiento de la Tierra. CuandoSalomn dice en el Eclesiasts [1,4] "la tierra est fija eternamente", Diego deZiga entiende que la Tierra permanecer sin cambios, siendo la misma a pesar deque transcurran los siglos y, adems, el poder de Dios queda ms demostrado siendocapaz de mover la Tierra, con lo pesada que es, que mantenindola en reposo[VERNET, J., Astrologa y Astronoma en el Renacimiento, pp. 138-139].

    37 La Sagrada Congregacin decret el 5 de marzo de 1616 que lasmencionadas obras de Coprnico y de Diego de Ziga eran suspendidas mientrasse corregan [GALILEO, Op. Cit., Apndice I, pp. 109-110].

    38 Mal llamados as, pues el espritu aristotlico es ms partidario de laobservacin y de la experimentacin que de las teoras.

    39 No nos sentimos partcipes de la idea de alabar a Bruno como un valiente,ni de tildar a Galileo de cobarde, sino de acusar a los verdugos de ambos al ir contrala ciencia y la filosofa.

    40 Citado en: GALILE0 (1986) Cartas Copernicanas. Madrid, Alhambra, pp.86-87.

    4 1 El Papado esper6 hasta el ao 1822 para aceptar oficialmente que el Solestaba situado en el centro del sistema planetario.

    42 Este tipo de argumento no es slo vlido para el siglo XVII, en el sigloXX, el asto5nomo Percival Lowell observ canales en Marte. Curiosamente susobservaciones coincidan con las grandes obras de ingeniera de nuestro planeta:canal de Suez, acabado en 1869; canal de Corinto, en 1893; canal de Panam, en1914. Parece obvio que en el siglo XVII las observaciones estuvieranpredispuestas a sostener que la Luna bien podra ser otra Tierra. En el siglo XVIII,William Artzen as lo pensaba todava.

  • LLULL 17 RELIGION Y CIENCIA ANTE L4 PLURALIDAD DE MUNDOS 389

    43 BENTLEY, R. (1958) "A Confutatio of Atheism from the Origin andFrame of the World". En: I.B. Cohen (ed.), Isaac Newton's Papers and Letters onNatural Philosophy. Cambridge, Mass., p. 318.

    44 Ibid., p. 358.45 Citado en CHABBERT, P. (1968) "Pierre Borel". Revue d'Histoire des

    Sciences, 21, 335.46 Vase en LOVEJOY, A.O. (1983) La gran cadena del ser. Barcelona,

    Icaria, pp. 125-180; el captulo IV: El Principio de Plenitud y la nuevaCosmografa. Se trata de una de las once conferencias pronunciadas por el profesorLovejoy durante el ao acadmico 1932-33. Estaban inscritas en las WilliamJames Lectures on Philosophy and Phychology de la universidad de Harvard,patrocinadas por Edgar Pierce desde 1929.

    47 LUCRECIO (1986) De rerum natura. Madrid, Ctedra, p. 180.48 Citado en LOVEJOY, Op. Cit., pp. 126-127.49 LOVEJOY, Op. Cit., p. 128.50 Ibid., p. 130.5 1 El principio de razn suticiente, o determinante, establece que nada es sin

    que haya una razn para que sea o sin que haya una razn que explique que sea. Esteprincipio se encuentra en autores para los que las acciones de Dios no sonarbitrarias, sino consecuencia de su bondad, la cual a su vez est basada en razn.Tradicionalmente se atribuye la formulacin madura a Leibniz, aunque se ha puestode relieve que Leibniz nunca fue muy preciso en la formulacin del principio. En laMonadbloga ( 32) declara que el principio de razn suficiente es junto con el decontradiccin uno de los dos grandes principios en que se fundan nuestrosrazonamientos.

    52 LOVEJOY, Op. Cit., p. 136.53 Esta proposicin fue emitida por David Brewster en contestacin a la obra

    teolgica de Whewell contra la pluralidad de mundos. Respecto a esta polmicaentre Brewster y Whewell hay un gran trabajo de BROOKE, J.H.(1977) "NaturalTheology and the Plurality of Worlds: Observations on the Brewster-WhewellDebate". Annals of Science, 34, 221-286.

    54 KOYR, A. (1989) Del mundo cerrado al universo infinito. Madrid, SigloXXI, p. 45.

    55 KANT, I. (1969) Historia general de la naturaleza y teora del cielo.Buenos Aires, Jurez, p. 188.

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