Los Cuatro Vientos y El Arco Iris

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Esta obra al estilo de Harry Potter, narra la aventura imaginaria de cuatro jóvenes amigos, que a través de un viaje al arco iris luchan contra el mal.Los quinceañeros Esteban, Nora y Susana, amigos de la infancia, cursan el tercer año de la escuela secundaria, siendo su desempeño regular al igual que su...

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    Miguel ngel Ravina

    Los Cuatro Vientos y el arco iris

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    A863 RAV

    Ravina, Miguel ngel Los Cuatro Vientos y el arco iris. 1a ed. Buenos Aires: Cesarini Hnos, 2002. 224 pp.; 22 x 14 cm.

    ISBN 950-526-138-1 I. Ttulo - 1. Narrativa Argentina

    ISBN: 950-526-138-1

    Reservados todos los derechos. Queda prohibida la reproduccin total o parcial, por cualquier medio, incluidas la reprografa y el tratamiento informtico o traduccin a cualquier idioma,

    sin la autorizacin escrita del autor , bajo las sanciones establecidas en las leyes. Queda hecho el depsito que previene la ley 11.723

    IMPRESO EN ARGENTINA PRINTED IN ARGENTINA

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    Los Cuatro Vientos y el arco iris

    Miguel ngel Ravina

    (Para escribir al Autor)

    [email protected]

    Para ver ms sobre futuras entregas de la zaga

    http://loscuatrovientosyelarcoiris.blogspot.com/

    EN MEMORIA, DE MAM GLADYS

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    - Captulo I -

    Los cuatro vientos se conocen

    Empezaba un nuevo da en la secundaria Domingo Faustino Sarmiento. Las clases haban comenzado un mes atrs y haba todava desorden en los pasillos. Los alumnos, en grupos, comentaban qu haban hecho en el fin de semana y los profesores buscaban sus libretas o tomaban caf en la sala de descanso.

    Eran las siete y veinticinco de la maana. Nora y Susana llegaban al filo de la hora. Durante los ocho aos en que habamos sido amigos, siempre llegaban en el ltimo minuto o peor, tarde, cosa que no me gustaba. Siempre tenan alguna excusa: que me qued dormida, que no son el despertador o cualquier otra que uno ni se pueda imaginar. Pero la realidad era que se distraan mirando vidrieras o contndose sus cosas en el parque. Pero ya estbamos en tercer ao de modo que deban ser ms responsables.

    Al cabo de unos segundos entraron tranquilamente por el viejo portn negro de hierro. Vieron que haca gestos con la mano para que se apuraran y se acercaron rindose por lo bajo. Nora era alta, de pelo negro y ojos caf; y Susana, rubia, de ojos azules. Mientras atravesaban el patio, el resto de los alumnos las miraba de reojo ya que ambas eran las ms bonitas de la escuela. Al llegar adonde yo estaba se miraron y dijeron:

    Hola Esteban! Antes de que digas algo, tuvimos que pasar por la librera para comprar una lapicera.

    No me engaes: la librera abre a las ocho. En ese momento son el timbre. Las chicas se dieron vuelta

    rpidamente y se dirigieron al aula sin darme ms tiempo para reproches. Las salv el timbre... dije entre dientes. Los alumnos entramos en forma desordenada y nos apuramos a

    sentarnos. Susana, en la fila del medio adelante de todos; Nora, atrs de Susana y yo, a la derecha de ambas. Las voces fueron bajando de tono y se hizo silencio cuando entr el preceptor Paz a tomarnos lista. Era un muchacho joven, de buen carcter y com-pinche de sus alumnos, por lo tanto tratbamos de no hacer mucho lo si estaba l, no queramos

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    perjudicarlo. Cuando termin, el profesor lvarez ingres al aula con pasos cortos y pesados que denotaban su edad. Haca varias dcadas que daba clases de Fsica en nuestra escuela. Dej sus libros en el primer asiento, a la izquierda de Nora, ya que se encontraba vaco. La mayora de los estudiantes queran sentarse atrs pretendiendo no ser descubiertos cuando se dorman o hacan alguna travesura dejando libres normalmente los asientos delanteros.

    El profesor salud a la clase, borr el pizarrn y comenz a dibujar un arco iris. Escribi los nombres de los colores en orden y seal con flechas el lugar que ocupaban. Hecho esto, dibuj un prisma al que entraba un rayo de luz blanca. Del otro extremo salan los siete rayos de colores. Al terminar gir sobre s mismo y explic, sealando los dibujos hechos con una tiza.

    La luz blanca se puede descomponer en... lvarez interrumpi su explicacin al abrirse la puerta del aula. El preceptor Paz asom su cabeza tmidamente.

    Disculpe la interrupcin, profesor... pero quiero presentarles a un nuevo alumno.

    El profesor asinti con la cabeza y Paz termin de abrir la puerta. Entr a la clase y con un ademn de la mano invit al joven que se haba quedado afuera. Cruz el umbral y, para sorpresa nuestra, apareci un chico asitico, de mediana altura, delgado, con ojos negros, cabello corto, y vestido informalmente, con una mochila al hombro que deca YO AMO A SONY. Paz dijo:

    Les presento a Oki Oriyama que a partir de este momento ser compaero de ustedes. Se ha mudado recientemente a esta zona.

    Nos miramos desconcertados por la aparicin de un nuevo alumno hasta que se oy a alguien que dijo:

    Hola, Oki. Bienvenido y todos dijimos al unsono Hola, Oki. El muchacho sonri y agradeci el saludo con un ligero movimiento

    de cabeza. El profesor tom sus libros del asiento en que los haba dejado

    cuando entr, y los puso en el escritorio, diciendo. Sintese aqu, seor Oriyama. El joven se sent, acomod sus cosas y se qued mirando a Paz

    mientras ste hablaba unos minutos con lvarez. Todos mirbamos a Oki con curiosidad; l se haca el distrado, pareca algo vergonzoso. Paz

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    salud al profesor y se retir de la clase, lvarez se dirigi nuevamente a nosotros:

    La luz blanca se puede descomponer mediante un prisma en siete colores siendo el siguiente el orden de los mismos se acerc al pizarrn y marc con la tiza al decir primero, el rojo; le siguen el anaranjado, el amarillo, el verde, el azul, el indigo y, por ltimo, el violeta que es el color de alta frecuencia, siendo el rojo el de menor frecuencia.

    Sabe alguno, por qu el arco iris tiene esos colores? Yo contest rpidamente. Porque las gotas de lluvia actan como pequeos prismas y

    descomponen la luz solar. Muy bien, Esteban. Como siempre usted emplea la lgica. Sent satisfaccin por la respuesta, pero la realidad es que cualquier

    chico de mi edad hubiera podido hacerlo. El profesor continu.

    Pero si efectuamos el proceso inverso, o sea, si pasamos los siete colores por un prisma, obtendramos luz blanca. Alguien sabe cmo se manifiesta en la naturaleza lo que acabo de decir?

    Nos miramos por algunos segundos y Oki, alz la mano esperando que el profesor lo autorizara a hablar.

    Adelante, Seor Oriyama. Oki se par y dijo: Hace unos aos estbamos mi familia y yo de vacaciones en

    Ushuaia; llova copiosamente y cuando estaba parando la lluvia, sali un arco iris normal. Lo extrao fue que en pocos minutos se volvi totalmente blanco.

    Muy bien! Usted fue un privilegiado al ver lo que pocos han visto en el mundo: un autntico arco iris blanco. Tambin en ciertas ocasiones se encuentran arco iris mltiples, es decir dos o tres arco iris al mismo tiempo.

    Saber que exista un arco iris blanco me dej pensativo y creo que no era al nico, pues no haba murmullos ni ruidos en la clase que transcurri sin interrupciones. Cuando son el timbre del recreo, salimos del aula desordenada y rpidamente y fuimos al patio donde nos reunimos con Nora y Susana a comentar el ingreso del nuevo alumno. Entonces observamos que Oki estaba solo, apoyado en una pared, muy pensativo.

    Parece que nuestro nuevo compaero es bastante inteligente dijo

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    Nora mientras se arreglaba el largo pelo negro con sus delgados dedos. Creo que se debe sentir nervioso en el primer da de colegio

    agreg Susana sacando de su bolsillo un paquete de galletitas de chocolate.

    Y quin no lo estara? Entrar en tercer ao y hacer nuevos amigos no es tarea fcil dije mientras tomaba una galletita que me ofreca Susana.

    Dos alumnos de cuarto ao que normalmente se crean dueos del colegio se acercaron a Oki y empezaron a molestarlo.

    Sos un nuevo idiota de tercer ao? No les alcanza con los que hay ac, que ahora tienen que importarlos? dijo sonriendo el ms grande.

    Tendramos que cobrar el derecho de permanencia replic con malicia el ms pequeo que tena la nariz llena de granos y un aspecto sucio y desprolijo.

    Oki los mir pero no les dijo nada; los muchachos creyeron que era un signo de debilidad y lo siguieron molestando pero yo vi que los puos de Oki se cerraban de una forma compacta y pens que, si no intervena en ese momento, seguramente habra problemas, por lo que me acerqu mientras les deca a Nora y Susana:

    Ustedes qudense ac. No me hicieron caso, como de costumbre, y me siguieron. Mir a

    los dos tontos y dije con tono de valiente: Por qu no se van y lo dejan tranquilo? Y vos quin sos para meterte en nuestros asuntos? contest el

    ms chico con voz desafiante. Soy su hermano contest rindome. Los dos se miraron desconcertados y Oki sonri por lo dicho; los

    muchachos reaccionaron que les haba tomado el pelo y enojados me empujaron. En ese momento Oki larg un grito corto que son como Haaai y como un rayo peg una patada en el estmago al ms grande y un golpe corto en el pecho al ms chico derribndolos en una fraccin de segundo. Yo qued estupefacto ante lo que haba presenciado y vi, sin entender, que los dos matones se levantaban y se iban corriendo mientras gritaban:

    Ya nos vamos a vengar! Oki se ri mientras los alumnos de otros cursos aplaudan y decan: Bien, flaco!... Bravo!... Arriba el japo...!

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    En unos segundos Oki se hizo popular entre todos los alumnos. Despus el grupo que lo rodeaba se dispers y quedamos Oki, Nora, Susana y yo.

    Fue gracioso lo que dijiste, sobre que ramos hermanos coment Oki mirndome en forma risuea.

    Acaso Kung F no tena un hermano estadounidense? dijo Susana esperando que le diramos la razn.

    Pero Kung F era de origen chino; yo soy argentino, hijo de japoneses replic Oki ms serio.

    Con razn tens la calcomana de YO AMO A SONY en tu mochila dijo Nora despejando sus dudas.

    Mi pap tiene un negocio de fotografa y audio y siempre tiene calcomanas de muchos productos japoneses aclar.

    Supongo que vivs por la zona dije esperando la confirmacin de mi supuesto.

    S, vivo a tres cuadras de aqu respondi Oki. Y ustedes? Nosotros tres vivimos tambin a unas cuatro cuadras del colegio

    aclar Susana. En ese instante son el timbre: el recreo haba finalizado y

    empezaba la hora de Matemtica. Fuimos lentamente al aula y yo me qued pensando que quizs los tres habamos hecho un nuevo amigo. Despus de todo era bueno empatar el grupo: dos mujeres, dos hombres.

    Pasaban las semanas y la amistad que habamos hecho con Oki fue en aumento. Estudibamos juntos e bamos al cine y, de vez en cuando, Oki y yo jugbamos al ftbol en el parque o, lo que era mejor, andbamos en bicicleta por la costanera. Tuvimos la oportunidad de conocer a la familia de Oki. Una vez fuimos a comprar un rollo de fotografa al negocio del padre. Necesitbamos sacar fotos de algunas estatuas para un trabajo del colegio; por supuesto que tambin nos sacamos algunas fotos nosotros para guardar como recuerdo.

    Los padres de Oki eran muy formales pero tambin muy agradables. Se esforzaban mucho para hablar bien el castellano pero, a pesar de haber estado veinte aos en la Argentina, mantenan el acento japons. Oki, sin embargo, hablaba sin ningn tipo de acento; al contrario, l sacaba mejores notas que nosotros en castellano e ingls.

    En cambio los padres de Susana eran de origen Italiano. Su apellido era Salerno y ella era la tercera generacin en Argentina. El padre tena un

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    supermercadito, muy completo, con verduras, carnes y pescados frescos. Casi todo el vecindario compraba all.

    Nora viva con su mam. Sus padres estaban separados desde haca varios aos pero a ella pareca no afectarle. El padre era mdico, tena su casa a ocho cuadras y no dejaba que le faltara nada. La madre era experta en cultura indgena y trabajaba en un museo.

    Yo soy descendiente de ingleses y espaoles de segunda generacin y mi apellido es Guzmn. Mi padre se dedicaba a hacer programas de computadora para empresas desde haca bastante tiempo. Mi madre, en cambio, era ama de casa y trabajaba en pequeos proyectos como hacer velas o tarjetas artesanales. Yo tena dos hermanos menores. Vivamos en un departamento amplio, de grandes habitaciones desde que yo era pequeo. Por eso conoca Almagro muy bien. Almagro es un barrio de permanente cambio, donde las casas viejas son recicladas y parecen nuevas o en algunos casos se incorporan modernos edificios que rompen el tradicional espritu del lugar.

    Un da la profesora de geografa, Julia Miranda, una mujer mayor y regordeta, de piel blanca, ojos pequeos y mal carcter, nos pidi que formramos equipos y que estudiramos un continente. A nuestro equipo, que naturalmente conformbamos Nora, Susana, Oki y yo, nos toc el continente americano. Tenamos que buscar informacin sobre vegetacin, ros, animales, recursos econmicos de los diferentes pases e informacin global. Sobre todo, lo que ms nos gustaba era que tendramos que hacer mapas y cuadros estadsticos y comparativos.

    La profesora dijo que cada integrante del grupo que diera la mejor clase recibira como premio un atlas geogrfico y un globo terrqueo inflable con luz en su interior.

    La idea de los premios no era muy atractiva pero el objetivo de ganar s lo era, pues haba cinco equipos y uno de ellos era La banda de la Rosa Negra, cuyo fin era siempre sobresalir en lo que fuera. Si jugbamos al ftbol en la clase de gimnasia, no tenan vergenza a la hora de hacer cualquier tipo de trampa, como un gol con la mano; eran capaces de copiarse todos en un examen.

    Javier Robledo, de la Rosa Negra, lo nico que tena en su cabeza era muchas nfulas. Desde el primer da de clase del primer ao form un grupo con otros chicos de dinero, entre ellos Gabriel Gil cuyos padres tenan una cadena de disqueras. Tambin estaban en este grupo las

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    mellizas Sol y Luna Lamas que venan de una familia con campos en La Pampa y, por ltimo, Marta De La Madrid que representaba a la vieja aristocracia argentina; no tena tanto dinero pero era aceptada en el grupo por su refinada forma de ser.

    El nombre de la Rosa Negra haba surgido porque cuando falleci el profesor Jos Antonio Jimnez todos los alumnos hicimos una colecta para enviar flores pero ellos no haban querido participar. En cambio mandaron ellos solos una enorme corona de rosas negras para hacerse ver y desde ese entonces les haba quedado el apodo de La banda de la Rosa Negra.

    Era de imaginarse que se iban a esforzar mucho para ganar esta pequea competencia, costara lo que les costara. Les tocaba exponer sobre el continente europeo y era seguro que tenan mucho material para presentar ya que iban a Europa a menudo para sus vacaciones. Nosotros no nos bamos a desanimar, tenamos que presentar lo que pudiramos conseguir, pidiendo material de las embajadas o bajando informacin de Internet.

    Un da falt un profesor y aprovechamos la hora libre para reunirnos en el aula y ordenar lo que habamos conseguido hasta el momento. Los cuatro estbamos concentrados clasificando el material cuando una voz nos sac de nuestra labor.

    As que estn tratando de ganar con eso el concurso de la seora Miranda? dijo en forma despreciativa Javier Robledo.

    S, creemos que es buen material. Por qu lo preguntas? dijo Susana desafiante.

    Por qu? Por lo que estoy viendo, esto es para una buena calificacin, pero no alcanza para ganarle al grupo de la Rosa Negra dijo burlonamente Javier.

    Y qu clase de material tienen ustedes? pregunt sin nimo de proseguir con la provocacin.

    Te puedo anticipar que el material que tenemos es todo original, trado de cada pas europeo. dijo riendo, mientras se iba a su grupo de trabajo.

    A este tipo s que no lo soporto! se quej de mal humor Susana. No hay que pasarle bolilla, es simplemente un prisionero de su

    propio ego, murmur Oki. Bien, maestro! Es todo un sabio oriental dije bofndome de

    Oki.

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    De nada, Saltamontes replic inmediatamente Oki. Nos remos y continuamos con lo nuestro, hasta que Nora dijo: Si queremos ganar, tendramos que hacer una presentacin

    diferente. Es verdad! Tendramos que hacer algo fuera de lo comn dijo

    pensativa Susana. Ya s. Lo que podemos es presentar el tema en un formato

    multimedia en una computadora, adems de las lminas y nuestro oral grit entusiasmado. Qu buena idea! Mi pap nos podra prestar una notebook agreg Oki. Pero la pantalla no es muy pequea, para que puedan ver todos?

    pregunt Susana. Le puedo pedir a mi pap el monitor nuevo de diecinueve

    pulgadas y los altavoces potenciados que le regalamos en su cumpleaos dije entusiasmado. Tendramos que reunirnos ese fin de semana para coordinar el

    trabajo, nos quedan todava dos semanas! aclar Susana. Y quin sabe de programacin multimedia? Yo s programar en multimedia. No se olviden de que mi pap es

    programador; l me ense mucho, por lo tanto lo mejor es reunirnos en mi casa, el sbado, a las dos de la tarde; qu les parece? dije, esperando una respuesta favorable.

    Todos estuvimos de acuerdo en pasar el fin de semana trabajando en mi casa y nos dividimos algunas tareas de bsqueda para tener ms material de consulta.

    El sbado nos reunimos en mi casa y obviamente el nico puntual fue Oki. Susana y Nora llegaron veinte minutos tarde. La excusa en este caso fue que haban almorzado tarde. Fuimos a la habitacin que pap haba transformado en oficina; era un lugar espacioso con muchas lminas de msicos de rock y pop en las paredes, un tablero de dibujo con reglas, porta lpices y marcadores de colores. En un rincn haba dos computadoras muy completas. Un equipo de audio y muchos CDs con musica de la dcada del setenta completaban el estudio.

    Organizamos lo que habamos conseguido por pases e in-mediatamente Oki y Susana empezaron a pasar las fotos de los libros y folletos de turismo por el escner en la maquina ms vieja. Mientras tanto

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    Nora resuma los escritos y yo compaginaba las fotos y el audio en la mquina nueva. Cada tanto mi mam traa gaseosas con galletitas o preparbamos mate cuando queramos descansar un rato.

    Tuvimos que ingresar varias veces a Internet para actualizar cifras y sacar fotos de los distintos pases. A media noche, ya cansados, acordamos encontrarnos el domingo a la tarde para completar algunas lminas que Nora y Susana haban dibujado con gran esmero mientras Oki y yo terminbamos la presentacin multimedia. Ya le haba pedido a mi pap el monitor y los altavoces. Haba aceptado pero con la condicin de que l mismo llevara y trajera los equipos en su coche.

    En la tarde del domingo ya estaba listo el ochenta por ciento del trabajo. Dividimos lo que tenamos que estudiar cada uno para el oral y nos comprometimos a que el prximo sbado terminaramos de completar el trabajo.

    La semana pas sin grandes inconvenientes, salvo que los integrantes de la Rosa Negra se ufanaban de que ellos seran seguramente los ganadores. Lograban que los integrantes de los otros equipos se pelearan con ellos, pero nosotros estuvimos de acuerdo en no prestarles atencin a sus provocaciones, pues notamos que ellos disfrutaban si uno se enojaba, pero si no le prestbamos atencin, se sentan frustrados y dejaban de molestar.

    El sbado nos encontramos para finalizar el trabajo y despus de algunas horas, sabamos lo que cada uno tena que decir en el oral, las lminas estaban terminadas y montadas en cartn para colgar y al atardecer nos pusimos a ver la presentacin multimedia en la computadora e invitamos a mi mam para que diera su opinin. Ella acept venir y al entrar a la oficina, nos alegramos mucho, pues traa una bandeja con grandes porciones de pizza y gaseosas y un mantel rojo que despleg prolijamente sobre uno de los escritorios. Se sent en medio de nosotros, y le explicamos de qu se trataba el trabajo. Mir atentamente las imgenes que se sucedan al comps de la msica y de nuestros comentarios, mientras nosotros devorbamos las porciones de pizza y bebamos las gaseosas. Al finalizar, mam dijo:

    Es una preciosa presentacin. Las imgenes son muy bonitas y coloridas y la msica es coherente con ellas... salvo una cosa.

    Todos dejamos de comer, la observamos y le preguntamos impacientemente:

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    Qu est mal? No es que algo est mal, simplemente mejorara si al principio de

    la presentacin le agregaran los crditos. Los crditos? pregunt Nora. S, el nombre de ustedes o del grupo que hizo el trabajo contest

    mam. No se nos haba ocurrido, dbamos por hecho que si el trabajo lo

    presentbamos nosotros, era suficiente dijo Oki. Sera bueno que nos pusiramos a completar ahora los crditos

    dije esperando una respuesta afirmativa de todos. Estbamos de acuerdo en terminar la presentacin y nos pusimos a

    ver cmo lo hacamos. Mientras tanto mi mam retiraba la bandeja. Escribimos en un papel nuestros nombres y apellidos y nos dimos

    cuenta de que eran muy largos y no quedaban bien visual-mente. Intentemos con nuestros apellidos solamente dijo Susana

    mientras garabateaba lneas y letras sobre un papel. Oki orden los apellidos alfabticamente y dijo mostrndolo A m

    no me gusta. Todos estuvimos de acuerdo en que no era interesante colocar los

    apellidos como se haca tradicionalmente en las pelculas. Nos quedamos pensativos hasta que de pronto dije:

    Y si le ponemos un nombre al grupo? Es una muy buena idea, sera como La Rosa Negra dijo

    entusiasmada Nora. Tiene que ser algo que nos identifique a los cuatro exclam

    Susana. Qu les parece Los Cuatro Fantsticos? pregunt Oki. No, se parece a la historieta contest. Y si le ponemos Los Amigos? dijo Susana. Es muy simple y tiene poco estilo. Sera bueno algo en relacin

    directa con nosotros dije pensativo. Me recost sobre la silla mientras observaba el entorno en busca de

    alguna respuesta y despus de algunos segundos mi vista se fij en el atlas geogrfico que se encontraba abierto y mostraba un mapa con una rosa de los vientos y grandes letras indicando los puntos cardinales, N, E, S y O. Lo mir porque reconoca esas letras y entonces pegu un salto y dije:

    Lo tengo! Lo tengo! Miren la rosa de los vientos en el atlas.

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    Todos rodeamos el libro y Susana dijo dudando: Yo no veo nada, y ustedes? mir buscando cmplices. Miren las letras dije nerviosamente. S qu tienen? pregunt Nora. Susana, colcate en la S; Nora, vos en la N y Oki... fui

    interrumpido por Oki: Ya s, me coloco en la O. S. Ya se dieron cuenta, las letras de la Rosa de los Vientos

    coinciden con las iniciales de nuestros nombres dije entusiasmado. Es ms, de la forma en que estamos ahora es como nos sentamos

    en el colegio, se dieron cuenta? pregunt Oki. Parece que nuestro destino tiene que ver con los puntos

    cardinales dijo Susana. Le ponemos La Rosa De Los Vientos al grupo? pregunt Nora. No podemos tener la palabra rosa, ya la usan nuestros amigos

    de la Rosa Negra dijo amargamente Susana. Qu les parece Los Cuatro Vientos? pregunt tmidamente. Es genial! Es buensimo! Es perfecto! exclamaron todos. Una vez terminada la euforia nos pusimos a trabajar en la

    computadora y luego de una hora, tenamos una pantalla de presentacin en la que primero apareca un fondo negro con la msica de Las Cuatro Estaciones de Vivaldi. La rosa de los vientos empezaba a aparecer en el centro de la pantalla girando sin sus cuatro letras. Al terminar de rotar aparecan cuatro rfagas de viento trayendo las cuatro letras faltantes que se colocaban en su lugar. Despus de unos segundos sala un destello del centro de la rosa y emergan las palabras LOS CUATRO VIENTOS PRESENTAN: UN PASEO POR AMRICA y comenzaba la presentacin. Todos acordamos poner nuestros nombres y apellidos al final de la pre-sentacin como se haca en una pelcula.

    Cuando termin la presentacin nos paramos y emocionadamente dije:

    Es como los Tres Mosqueteros: TODOS PARA UNO, UNO PARA TODOS! Los invit con mi gesto a que pusieran sus manos en el centro y repitieran el viejo ritual de la pelcula. Cuando terminamos de gritar la frase, la luz se apag por un segundo; nos quedamos mudos y se oy un TOC sobre la mesa. Al encenderse sola nuevamente la luz pregunt:

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    A alguien se le cay algo? Respondieron que no y miramos a nuestro alrededor para ver si algo

    se haba cado. Fue entonces que Oki dijo: Y esto? seal algo sobre el mantel rojo que haba dejado mi

    mam. All haba una piedra del tamao de una almendra de color rojo

    intenso que se confunda con el mantel. Tena un extrao brillo y pregunt con voz de sorpresa:

    Quin coloc esta piedra sobre el mantel? Se miraron desconcertados y respondieron uno a uno: Yo no fui. Yo tampoco. Ni en broma. Entonces tom la piedra, que era bastante irregular, y al hacerlo not

    que tena cierta temperatura. La coloqu a la altura de mi vista y mirando a travs de ella trat de descubrir alguna respuesta a la incgnita. Pero lo nico que not fue que cada tanto emita un cierto brillo. Entonces se la di a Oki para que diera su opinin. Oki la tom y exclam:

    Est ligeramente tibia! Djamela ver dijo Susana muy ansiosa. A m ni me la acerquen, es muy raro todo esto dijo Nora

    asustada. La piedra apareci justo cuando terminamos de hacer el

    juramento de los tres mosqueteros dije buscando la aprobacin de los dems.

    S, es verdad, tendramos que hacerlo nuevamente se apresur a contestar Oki.

    Los cuatro nos volvimos a colocar en las mismas posiciones que anteriormente habamos tomado e hicimos el juramento.

    TODOS PARA UNO, UNO PARA TODOS! gritamos al unsono.

    Pero ni se interrumpi la luz ni apareci ninguna otra piedra. Seguamos desconcertados por el hecho, y despus de un rato de evaluar hiptesis decidimos dejarla en un estante de la oficina como un amuleto de buena suerte para el nuevo grupo LOS CUATRO VIENTOS, deseando que fuera un buen augurio.

    Estbamos contentos de haber terminado el trabajo y esperbamos tener la suerte de ganar el jueves. No ramos siempre tan aplicados a la hora de hacer este tipo de tareas pero con la llegada de Oki, que era un

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    buen estudiante, Nora, Susana y yo tenamos ms energas para estudiar. Esta presentacin nos haba costado dos fines de semana de arduo trabajo y merecamos por lo menos una buena nota.

    Esa noche me cost mucho dormir. Me perturbaba la forma en que haba aparecido la piedra roja. Seguramente no se trataba de una broma de mis amigos. Antes de cenar le pregunt a mi pap si saba de la existencia de una gema en la oficina. Su respuesta fue que no. Entonces se la mostr, la estudi por un momento y pens que se trataba de un rub pero despus de observarle atentamente dijo que no, con lo que la incgnita se haca ms grande. Esa noche so que estaba en un bosque y que caminaba; no haba nada raro en eso, salvo que yo vea todo en color rojo, como si me hubieran puesto anteojos de ese color. A la maana siguiente pens que seguramente la piedra roja haba inspirado mi sueo y eso me tranquiliz.

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    - Captulo II -

    Los colores nos dan mensajes

    El lunes dieron leccin los dos primeros grupos; uno habl de Asia y otro de Oceana. Las presentaciones de ambos fueron muy buenas, con lminas y datos estadsticos. El grupo del continente asitico haba conseguido algunas estatuillas chinas y un poema japons con su traduccin que hablaba sobre el cielo y el Sol. A este grupo la profesora Miranda le puso ocho. En cambio al grupo del continente ocenico, seis, aunque su clase fue amena.

    El martes expuso el grupo de frica. Este grupo tambin haba elegido un nombre para s: Los Leones Salvajes, pero la clase no fue tan buena como el nombre y sacaron siete. Nosotros tuvimos la suerte de ser el ltimo grupo, lo que nos dio la ventaja de poder ajustar nuestra presentacin.

    El jueves me levant temprano. Desayun con mi pap en la cocina y al terminar cargamos el monitor en el auto y fuimos al colegio. En la puerta estaba Oki con su computadora porttil junto a Nora y Susana que por milagro haban llegado temprano. Evidentemente estaban muy ansiosas por dar la clase y eso haba ayudado, a que estuvieran a la hora convenida. Sacamos con cuidado el monitor del coche y fuimos al aula. Colocamos el monitor sobre el escritorio de la profesora y conectamos el equipo. Mientras tanto las chicas pegaban algunas lminas en el pizarrn y colocaban sobre ellas un papel, tapndolas para que no fueran vistas hasta el momento de la clase. Cuando terminamos de ordenar todo, probamos la computadora que funcion a la perfeccin. Mi pap nos dese suerte y acordamos que nos esperara a la salida para llevar el equipo. En ese preciso momento entraron los integrantes de la Rosa Negra. Javier traa con dificultad una enorme caja de cartn; las mellizas Sol y Luna lo seguan empujando un carrito con bolsas de papel y, finalmente, Gabriel y Marta traan bajo sus brazos rollos de lminas. Javier nos encar gritando:

    Qu hacen ustedes ac? No deberan haber colocado esas lminas, nosotros damos la leccin primero... Queremos todo el pizarrn.

    Javier, en qu te pueden molestar esas lminas en mitad del pizarrn? contest tranquilo.

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    No me interesa. Queremos todo el pizarrn, tenemos muchas lminas para pegar.

    Por lo que veo, tampoco son tantas dijo Oki mientras observaba los rollos.

    Cllate, pedazo de...! Javier no termin la frase cuando vio que Oki giraba su cabeza con cara de pocos amigos.

    Saquen sus lminas, no queremos que nos distraigan cuando hagamos nuestra magistral presentacin dijo Marta arrogantemente.

    Esteban por qu no les damos el gusto a nuestros buenos compaeros? dijo Nora guindome un ojo.

    Bien! Tens razn, no nos cuesta nada! Pero al finalizar la clase van a sacar sus lminas inmediatamente.

    Esperaba una respuesta de ellos pero no dijeron nada. Comenzamos a sacar nuestras lminas y ellos colocaron las suyas. Como haba dicho Oki, en realidad en esos rollos solamente haba cuatro lminas y ocupaban menos de la quinta parte del pizarrn. Haban hecho un escndalo por nada.

    Son el timbre de entrada y el resto de los alumnos ingres al aula. Paz tom lista como siempre y a continuacin lleg la profesora Miranda. Despus de dejar su abrigo y sus libros sobre el escritorio, dijo:

    Bien! Hoy en la primera hora le toca dar la clase sobre Europa al grupo de La Rosa Negra y en la segunda hora el grupo de Esteban expondr sobre Amrica...

    La profesora fue interrumpida por mi voz que deca: Le pusimos un nombre a nuestro grupo, Profesora. Ah, s? Y qu nombre le pusieron? dijo con voz interesada

    pero ligeramente burlona. El grupo de los Cuatro Vientos! exclam. El resto de los alumnos murmur y la profesora pregunt con

    extraeza: Y a qu se debe tal nombre? Se debe a que cada uno de nosotros se sienta en uno de los cuatro

    puntos cardinales y nuestras iniciales coinciden con las iniciales de esos puntos cardinales contest mientras sealaba los lugares que ocupbamos.

    La profesora y el resto de los compaeros verificaban con la vista lo que yo iba diciendo.

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    Es verdad. Las iniciales de sus nombres coinciden con los cuatro puntos cardinales. Les acepto su nombre ingenioso dijo la profesora.

    Nos miramos con una sonrisa de satisfaccin. A continuacin Javier, Gabriel, Marta, Sol y Luna pasaron al frente. Siempre caminaban empujndose unos a otros. La profesora dijo, al tiempo de sentarse en el ltimo banco de la clase para poder contemplar mejor la leccin:

    Y bien? Qu han preparado ustedes? Javier mir autoritariamente a Sol y a Luna y stas rpidamente se

    colocaron junto a las lminas que estaban en el pizarrn y empezaron: Hablaremos de la geografa general de Europa dijeron

    nerviosamente. La clase de las dos chicas no dur ms de diez minutos y dejaron

    muchos puntos sin desarrollar. A continuacin pas Gabriel y habl de la fauna y la flora. Su exposicin tambin dur aproximadamente diez minutos. Al finalizar, pas Marta a dar su oral y empez a sacar de las cajas y bolsas que haban trado, muchos objetos de diversos tipos, muecas vestidas con trajes tpicos, escudos de madera pintados, varias botellas de licores; el escritorio de la profesora pareca un negocio de venta de recuerdos y artesanas. Cuando termin de sacar todos estos elementos, Marta empez su clase:

    Hablar de las costumbres de los pases. Levant una mueca que tena un traje tpico espaol y seal. Como vern, una de las costumbres en Espaa es vestirse con estos trajes en algunos festivales. Estn adornados con glamorosos colores y preciosos bordados.

    Luego sac otra mueca, esta vez vestida con un atuendo tpico de Italia y dijo lo mismo, repiti la misma escena seis veces, hasta que la profesora pregunt:

    Esto es lo nico que puede decir de las costumbres? No, puedo decirle que la bebida tpica rusa es el vodka dijo

    mientras levantaba una botella de vodka originaria de Rusia. Al terminar de mostrarla, tom una botellita de champagne: sta es la bebida tpica de Francia, la traje de mi ltimo viaje.

    Todos nos empezamos a rer y la profesora dijo con voz enojada: Usted me est tomando el pelo! Cmo se atreve a preparar una

    clase de esta forma!, mir a Javier Robledo y dijo enojada Robledo, pase usted y trate de mejorar esto!

    Javier miraba a sus compaeros de grupo con rabia y durante los

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    siguientes veinte minutos habl de la constitucin de los gobiernos europeos y del Mercado Comn Europeo. Lo estaba haciendo bien hasta que tuvo la mala suerte de que sonara el telfono celular que llevaba en la cintura. Esto termin de enfurecer a la profesora:

    Cmo se atreve a tener un celular encendido en mi clase? Esta clase no fue lo que esperaba de ustedes. Tienen un seis y eso gracias a que la exposicin repunt en los ltimos veinte minutos.

    Javier trat de convencer a la profesora de que les pusiera mejor nota, pero Miranda era absolutamente terminante en su decisin. En la clase todas las caras tenan una leve sonrisa, el grupo de La Rosa Negra haba encontrado una profesora que no se dejaba influir por el prestigio de los padres y eso nos permita tener igualdad de oportunidades.

    Son el timbre del recreo y todos salieron del aula exceptuando los chicos de La Rosa Negra que sacaban sus cosas del frente sin decir una palabra. Nosotros colocamos las nuestras. Nora y Susana clavaron las lminas con chinches; Oki y yo probamos la computadora para comprobar que funcionara correctamente. Terminado esto, salimos a disfrutar de lo que quedaba del recreo, mientras Javier y sus amigos terminaban de colocar en las cajas y bolsas los objetos que haban trado. Al salir no habamos notado ninguna actitud extraa y nos fuimos tranquilos. Pero Javier encendi la computadora y Gabriel le pregunt:

    Qu ests haciendo? Tratando de encontrar el directorio donde est la presentacin de

    la clase de estos tontitos dijo Javier mientras exploraba los directorios nerviosamente. Ac est! marc el directorio y lo borr. Con esto no podrn dar la clase. Prefiero que otros ganen el premio y no estos cuatro rejuntados.

    Apagaron la computadora y salieron al recreo, rindose de la sorpresa que nos llevaramos.

    Termin el recreo y los alumnos entramos al aula alborotados como de costumbre. Nora, Susana, Oki y yo nos colocamos en nuestras posiciones para dar la clase y esperamos a que la profesora se sentara en el mismo lugar en que lo haba hecho antes.

    Ustedes hablarn de Amrica, no? S respondi Susana. Bien! Comiencen ya, por favor. Encend la computadora para empezar la clase y apret el cono para

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    iniciar el programa. Pero nada sucedi. Mir a mis amigos desconcertado y Oki se acerc:

    Qu pasa, Esteban? No s. La prob hace cinco minutos y estaba bien. Y para cundo la clase? dijo malhumorada Miranda. Enseguida empezamos contest para calmarla. Mientras revisbamos la mquina, podamos or a Javier que se rea;

    era evidente que tena algo que ver. Oki se encarg de buscar el problema pues la mquina era suya y la

    conoca mejor que yo. Aqu est el problema. Alguien borr el directorio -dijo Oki

    aliviado. Busc en su mochila un CD y carg en unos minutos toda la

    informacin. Pudimos empezar la clase justo en el momento en que la profesora se enojaba. Antes de que dijera algo, anunci sonriendo:

    Solucionado el problema tcnico, comenzaremos nuestro paseo por Amrica.

    Apret el cono del programa y empez sin ningn problema. Mientras la clase aplauda y festejaba nuestra presentacin del grupo, aparecieron las imgenes de los pases en orden alfabtico, con sus mapas y banderas. Al paso de cada uno se podan or fragmentos de msica tpica de pas. A continuacin se vean tablas de datos de diversos tipos y a medida que se sucedan, cada uno de nosotros extenda lo exhibido con una explicacin. Al finalizar esa parte se mostraba Amrica en conjunto y nuevamente explicbamos los datos globales que eran de nuestro inters. Para finalizar se desplego una galera de fotos con las costumbres de distintas regiones. Al pasar los crditos del final de la presentacin los alumnos aplaudieron. Tambin la profesora:

    Muy bueno! sta s es una presentacin! Al calmarse la clase, la profesora se par y dijo entusiasmada: Este trabajo lo llevar al Consejo de Educacin el prximo mes.

    Servir de demostracin de lo que los alumnos del colegio pueden hacer... Se han esforzado mucho y merecen un diez, no como otros que presentaron nicamente un montn de recuerdos de viaje dijo Miranda mientras miraba a Marta que se haca la disimulada.

    Por lo tanto el grupo de Los Cuatro Vientos ha ganado el premio continu, al tiempo que abra un viejo gabinete de metal donde los

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    profesores guardaban algunos tiles y libros. Sac una caja de cartn y nos entreg a cada uno un atlas con tapas de color azul con las siluetas de los continentes y unas bolsas conteniendo los globos terrqueos inflables. Al finalizar la entrega dijo entusiasmada:

    Espero que disfruten el premio que se han ganado en buena ley! En ese instante son el timbre del recreo y la profesora junto a los

    alumnos comenzaron a salir del aula. Javier pas junto a m y entonces, mirndolo, le dije:

    No tengo pruebas de que hayas sido el que borr mi trabajo en la mquina, pero te advierto que si te atrapo metindote con alguno de nosotros, te lo voy a hacer pagar.

    Javier se detuvo y, desafiante, contest: Es verdad, no tens ninguna prueba en mi contra, pero a partir de

    este momento, los Cuatro Vientos son enemigos de La Rosa Negra. Dicho esto sali del aula cerrando la puerta con violencia.

    Los cuatro nos miramos y sonremos mientras contemplbamos nuestros premios. Oki pregunt mientras extenda su mano al centro del escritorio:

    No es hora de pronunciar nuestro juramento a modo de festejo? Extendimos nuestras manos sobre la de Oki, y lo repetimos: TODOS PARA UNO, UNO PARA TODOS! Despus de gritar con euforia el juramento, vimos un gran brillo

    debajo de nuestras manos que continuaban juntas y se oy que caa un objeto sobre la tapa de uno de los atlas. Las chicas dieron un grito de susto; todos retiramos las manos y dimos un paso atrs mientras nos frotbamos los ojos, deslumbrados por el destello de una piedra.

    Y esto? pregunt Nora sealando la gema. Era una piedra de iguales caractersticas a la que haba aparecido en

    mi casa aquella noche, pero sta era de color azul intenso. Quiero suponer que ninguno de nosotros nos est jugando una

    broma pesada, no? dijo Susana consternada. Tom la piedra en mis manos y me di cuenta de que tambin estaba

    ligeramente tibia. Al mirarla de cerca se vean destellos muy particulares que parecan tener forma de palabras. Se la entregu a los dems al terminar mi anlisis y les pregunt si vean lo mismo que yo. Todos respondieron que s con lo cual la incgnita aument.

    Tom la piedra y la guard en el bolsillo. Decidimos reunirnos en

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    casa al da siguiente para comparar ambas piedras y, en lo posible, llegar a una conclusin.

    Durante las tres horas siguientes ninguno de nosotros pudo concentrarse en lo que decan los profesores. Tratbamos de encontrar una respuesta a semejante misterio. Incluso al medioda, cuando lleg mi pap para retirar el monitor, le mostr la piedra azul y qued tan perplejo como nosotros.

    Mi curiosidad era tal que al llegar a casa esa tarde no poda concentrarme en las tareas. se era mi peor defecto, ser ms curio-so que un gato y no poder controlarlo fcilmente. Llam a los chicos para ver si nos podamos encontrar esa misma tarde para sacar una conclusin y terminar con el misterio que no me dejaba vivir normalmente.

    A las cinco de la tarde nos reunimos en casa, tomamos de la alacena de la cocina unos paquetes de papas fritas y gaseosas de pomelo de la heladera, colocamos todo sobre una bandeja y nos trasladamos a la oficina de pap. Nos acomodamos alrededor de uno de los escritorios, abrimos los paquetes de papas y servimos las gaseosas mientras charlbamos:

    Esto es realmente extrao, las piedras han aparecido en momentos muy particulares dije mientras buscaba ambas piedras y las colocaba en el centro del escritorio.

    Todos las mirbamos con recelo, mientras comamos y tombamos las gaseosas, hasta que Oki dijo:

    En este misterio hay un patrn. Cul? pregunt Susana. Las dos aparecieron exactamente cuando terminbamos el

    juramento de los Tres Mosqueteros. Es verdad. Por qu no lo hacemos nuevamente? sugiri Nora

    que hasta ese momento se haba mantenido callada. Yo tambin voto que lo hagamos nuevamente dijo Susana. Asentimos con la cabeza, nos paramos, extendimos nuestras manos

    y dijimos al unsono: TODOS PARA UNO, UNO PARA TODOS!

    Pero no pas nada. Entonces Oki seal: Debemos estar haciendo algo mal. Tenemos que recordar exactamente qu hicimos las veces en que

    aparecieron las piedras dije. Pensamos durante unos instantes, tratando de buscar coincidencias

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    mentalmente entre esos dos momentos hasta que Nora dijo: Por qu no anotamos en un papel las coincidencias? La primera

    fue, sin lugar a dudas, la frase TODOS PARA UNO, UNO PARA TODOS! Muy buena idea! dije entusiasmado al tiempo que buscaba

    papel y lpiz. Entonces comenc a escribir. 1- Frase de los tres mosqueteros.

    La segunda fue que nos tocbamos las manos dijo Oki. La tercera... estbamos emocionados! agreg rpidamente

    Susana, mientras yo escriba lo que iban diciendo. La hora tendr importancia? pregunt Nora. No, la primera vez fue al anochecer y la segunda, a la maana

    dije con seguridad. Algo que estaba en el ambiente, quizs? dijo en voz baja

    Susana. Mientras pensaba, miraba alrededor de la habitacin buscando

    alguna coincidencia en las cosas que me rodeaban. Miraba todos los objetos pero me llamaban la atencin las lminas y tapas de viejos discos de rock que pap celosamente haba pegado en la pared. Haba de los Beatles, Santana, Pink Floyd, Deep Purple, Sui Generis, etc. Hasta que la voz de Oki me sac de mis pensamientos.

    Cuando hicimos el juramento en esta habitacin, lo hicimos sobre un mantel rojo y apareci una piedra roja...

    Y cuando lo hicimos en el colegio fue sobre la tapa azul del atlas y apareci una piedra de ese color contest sin dejar que Oki pudiera terminar su conjetura.

    Las piedras tienen relacin con los colores agreg Nora mientras se levantaba de su asiento impaciente.

    Tendramos que efectuar el juramento sobre algn elemento de otro color y ver qu sucede dije mientras me paraba y me diriga rpidamente a los estantes de pap que siempre tena papeles y cartones de colores sobre los estantes. Tom algunas hojas de distintos colores y las coloqu en el centro del escritorio. Nora dijo entusiasmada:

    Probemos con el color ndigo que es mi favorito! Pusimos una hoja ndigo en el centro. Nos miramos nerviosamente a

    los ojos y pregunt: Listos? Coloquemos las manos y hagamos el juramento. Colocamos las manos juntas, teniendo la precaucin de ponerlas

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    sobre la hoja de color. Movindolas de arriba abajo, dijimos con voz segura:

    TODOS PARA UNO, UNO PARA TODOS! Se oy el canto de pjaros y debajo de nuestras manos apareci una

    piedra ndigo. Nos miramos asombrados y retiramos rpidamente las manos. Nos

    dejamos caer en las sillas: Esto es asombroso, no lo puedo creer dijo Nora temndose la

    cara con las manos. Esto es alguna clase de magia... no hay otra explicacin posible!

    dijo Susana asombrada. Tens razn, Susana, esto roza lo desconocido contest Oki

    mientras tomaba la Piedra para analizarla Est tibia como las dems. Mientras hablaban, yo me quede sin palabras. Pensaba qu

    significado tena todo esto y no lograba entender. Por lo tanto decid seguir adelante con las pruebas y propuse:

    Qu tal si probamos con algn otro color? Oki eligi un cartn naranja y lo coloc sobre los dems papeles y

    cartones. El resto nos pusimos en nuestras posiciones, respiramos hondo para tranquilizarnos un poco, colocamos las manos a unos treinta centmetros del cartn y pronunciamos el juramento:

    TODOS PARA UNO, UNO PARA TODOS! Pero en esta ocasin sali de nuestras manos una niebla delgada de

    color naranja e inmediatamente apareci una piedra naranja que cay pesadamente sobre el cartn produciendo un ruido seco.

    Tom la piedra y la mir de cerca; igual que las dems estaba tibia y se podan ver letras que formaban una palabra en su interior, pero daba la impresin de que se movan y cambiaban de lugar. Se la di a los dems para que la analizaran y dieran su opinin.

    Es igual a las otras en forma y tamao; probamos con otro color?

    Por supuesto, esto hay que llevarlo hasta el final dijo Oki. Nora tom una hoja de color verde y dijo: Si no les molesta, podramos probar con el color verde? Es mi

    preferido. Estuvimos de acuerdo y comenzamos con el ritual. Al terminar de

    decir el juramento, hubo un fuerte olor a rosas y jazmines y nuevamente

  • 27

    apareci la piedra debajo de nuestras manos. Al instante de caer, Nora la tom y dijo:

    sta es igual a una esmeralda, me voy a hacer un collar. Qu les parece?

    Ni lo pienses. Estas piedras misteriosas y mgicas tienen que tener un sentido ms importante que ser colocadas en un collar dije consternado.

    Nora se qued pensativa y tratando de ocultar su vanidad la coloc junto a las otras cuatro diciendo:

    Era simplemente una broma. Nosotras, las mujeres, cuando vemos una joya nos enloquecemos dijo mientras guiaba un ojo a Susana, quien respondi sonriendo en forma cmplice.

    Bien, seguimos con otro color? sugiri Oki. Susana coloc un cartn de color rosa sobre el escritorio y

    procedimos a repetir el ritual, pero esta vez no pas nada. Nos miramos con sorpresa y Oki dijo:

    No funciona con todos los colores. Por qu ser? pregunt Susana. Parece que nicamente funciona con determinados colores

    contest Nora. Y si probamos con el amarillo? pregunt entusiasmado. Pusimos una hoja de papel de envolver regalos de predominante

    color amarillo. Continuamos esperanzados de que apareciera otra piedra, colocamos las manos y al terminar el juramento haba en la habitacin fuertes ruidos de mquinas como las de una fbrica, y apareci la esperada piedra de color amarillo que, al igual que las dems, estaba tibia.

    Nos apresuramos a probar con otro color y al ver que nicamente quedaban algunas hojas blancas, una marrn y otra negra, decidimos emplear esta ltima. La colocamos en su sitio y comenz el ritual.

    Unimos las manos y pronunciamos el juramento. Sobre nuestras manos apareci una nube negra y un fuerte olor a azufre que casi nos desmaya. Contuvimos la respiracin por unos instantes. Debajo de nuestras manos, sobre la hoja negra, apareci una enorme araa negra con ojos rojos. Todos saltamos hacia atrs. Nora y Susana pegaron un grito y tropezaron con las sillas. Oki y yo buscamos algn objeto pesado sin sacarle la vista a la terrible araa que tendra aproximadamente veinte centmetros de dimetro y era extremadamente peluda con patas muy

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    largas y delgadas. Se la vea an aturdida por el golpe que se dio al caer pero inmediatamente gir como si buscara a alguien y al ver a Susana que se haba cado, salt sobre ella. Pero Susana, en cuclillas, sali de su camino; yo, que tena en la mano una botella de gaseosa de las que habamos estado tomando, me arroj sobre ella pegndole un golpe que la aplast. Corr a ver cmo estaba Susana que an temblaba como una hoja. En ese instante abri la puerta mi mam.

    Qu est pasando aqu? Tuve un instante de duda y decid decir lo siguiente: Una araa horrible entr por la ventana dije mientras sealaba el

    escritorio. Mi madre se acerc con precaucin al lugar donde se encontraba la

    botella y la levant con cuidado diciendo: Pero aqu nicamente hay un puado de holln que est

    ensuciando el piso. Todos nos miramos desconcertados y nos acercamos a ver. Te aseguro que la mat con la botella dije. Esteban, siempre tan bromista. Es verdad, seora, su hijo la mat de un golpe dijo Oki mientras

    se arrodillaba con un lpiz en la mano y hurgaba el montn de holln. Tendran que cerrar las ventanas si no quieren sorpresas. Voy a

    traer algo para limpiar este hollndijo sonriendo mam. Mi mam trajo implementos de limpieza y, gustosa, Nora se ofreci

    a ayudarla mientras el resto nos mirbamos desconcertados por lo que haba pasado. Al terminar de limpiar mam se retir y nosotros discutimos si seguamos lo que estbamos haciendo o lo dbamos por terminado.

    Yo creo que tenemos que seguir deca Oki con seguridad. Yo tengo miedo, pero voy a hacer lo que la haga mayora dijo

    Nora resignada, intuyendo que seguramente seguiramos haciendo las pruebas.

    Yo tengo una duda dijo Susana mientras se arreglaba el cabello. Cul? pregunt intrigado. Si con el color negro en vez de salir una piedra negra sali una

    araa, qu saldr con una hoja blanca? Muy buena tu pregunta. Probamos? Todos dijeron que s y procedimos a colocar una hoja blanca sobre

    el escritorio. Nos miramos tratando de tener confianza en que el color

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    blanco iba a ser positivo. Empezamos el ritual, al finalizar las clebres palabras de los Tres Mosqueteros, tuvimos nicamente un sentimiento de felicidad por unos segundos seguidos por una profunda tristeza ya que miramos debajo de las manos y no haba nada.

    Sintieron lo que yo sent en lo profundo de mi ser? pregunt triste.

    Mucha alegra al principio y luego una tristeza profunda dijo Nora.

    Exactamente eso es lo que yo sent exclam Susana. Yo tambin se sum Oki. Tenemos seis piedras y no sabemos si hay ms, qu hacemos?,

    pregunt. Oki se sent y, cerrando los ojos, dijo: Tienen que tener alguna relacin, pensemos un poco... Nos sentamos y empec a buscar alguna relacin en mi mente pero

    no encontraba nada. Comenc a observar las tapas de discos que estaban en la pared. Entonces vi la tapa de un disco de Pink Floyd. Tena el fondo negro y en el centro, un prisma al que entraba un rayo blanco y del que salan siete rayos de colores. En ese preciso instante me di cuenta y dije, parndome de golpe y mostrndoles a todos la tapa:

    Miren. Aqu est la respuesta! Dnde? pregunt Oki. Tenemos seis piedras y nos falta una para completar los siete

    colores fundamentales de la luz blanca. Es verdad dijo Nora. Cul nos falta? pregunt Susana. Tenemos la roja, la naranja, la amarilla, la verde, la azul y la

    indigo,... falta... la violeta! contest entusiasmado mientras las colocaba en el orden de los colores.

    No tenemos ninguna hoja violeta? pregunt Nora mientras revisaba los papeles que haba sobre el escritorio.

    No te preocupes, creo que lo puedo solucionar contest mientras hurgaba en mi placard buscando entre un montn de remeras.

    Aqu est! exclam entusiasmado mientras mostraba una remera de color violeta intenso y la pona sobre el escritorio.

    Nos ubicamos en nuestras posiciones, como tantas veces lo habamos hecho y comenzamos con el ritual de costumbre.

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    TODOS PARA UNO, UNO PARA TODOS! Y de nuestras manos empezaron a salir chispas de colores y

    pequeos rayos dorados. Al finalizar tan maravilloso espectculo cay, tal como lo esperbamos, la piedra violeta, con la que finalmente completbamos las siete piedras.

    Eureka! Era lo que suponamos, son siete las piedras, son siete los colores! dije alegremente mientras tomaba la piedra y la observaba de cerca tratando de leer las palabras que pareca haber en su interior.

    Y ahora, qu? pregunt Oki. Supongo que sera conveniente analizar con una lente de aumento

    para ver ms claro si se trata de palabras lo que hay en su interior contest mientras abra el cajn del escritorio y sacaba una gran lente.

    Parecs un detective dijo Nora riendo. Por qu no colocamos las piedras en orden bajo la luz de la

    lmpara? pregunt Susana mientras encenda la lmpara de dibujo del escritorio.

    Buena idea contest. Tomamos una hoja blanca y la colocamos bajo la luz de la lmpara.

    Sobre sta colocamos las piedras en el orden preciso. Miren, la luz al pasar por el interior de las piedras proyecta las

    palabras que veamos! dijo emocionado Oki. Tendramos que levantarlas un poco para ver mejor suger. Cmo lo hacemos, Esteban? pregunt Susana, entusiasmada y

    ansiosa de saber los secretos de dichas palabras. Coloquemos las piedras sobre un vidrio y as quedarn lo

    suficientemente separadas como para leer con claridad dije mientras sacaba el vidrio de una de las estanteras y lo colocaba sobre dos libros en cada extremo, quedando unos ocho centmetros de espacio entre el escritorio y el vidrio. Sobre este vidrio colocamos las piedras en el orden de los colores y efectivamente podamos leer las palabras de cada piedra reflejadas sobre el escritorio. Lo curioso era que las siete palabras tenan distintos colores, la primera frase que pudimos leer fue:

    HOLA, CUATRO VIENTOS, SOMOS LOS SIETE MAGOS! Nos miramos atnitos y tmidamente acerqu mis labios a las

    piedras, esperando que escucharan lo que deca. De dnde son? Las piedras aumentaron su brillo, luego titilaron enrgicamente

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    hasta que finalmente las siete palabras fueron reemplazadas por las siguientes:

    DE LOS SIETE COLORES DEL ARCO IRIS. Volvimos a mirarnos. Nora, que era muy miedosa, dio un paso atrs

    y dijo temblando: Yo no estoy preparada para escuchar a magos del arco iris! Oki levant la cabeza y, dirigindose a Nora que tena la mano

    sobre su boca tapando una mueca de terror, dijo enojado: No seas tonta! Te aguantaste la aparicin de piedras y de una

    enorme araa y ahora que podemos saber qu est pasando... te da miedo?... No tens curiosidad?

    Nora se qued pensativa y dijo ms convencida S, tens razn, lleguemos al final de esto Nora tom nuevamente su lugar y pudimos continuar indagando a las misteriosas piedras.

    Y qu desean? preguntamos. USTEDES Y NOSOTROS ESTAMOS EN PELIGRO INMINENTE. Se los dije! Se los dije dijo Nora temblando. Peligro de qu? pregunt asustado, seguramente contagiado por

    la angustia de Nora. Las piedras cambiaron las palabras proyectadas construyendo una

    nueva frase: LAS FUERZAS NEGRAS ESTN DESTRUYENDO LOS COLORES. Nos miramos nuevamente esperando que alguno de nosotros tuviera

    alguna idea de lo que estbamos leyendo. Despus de algunos segundos de silencio continu preguntando:

    Qu significa eso? SI DESAPARECEN LOS COLORES, USTEDES ESTARN CIEGOS.

    Ustedes nos pueden ayudar?CADA COLOR EST EN UNA DIMENSIN DISTINTA.Y qu significa eso?CADA MAGO EST EN UN COLOR DIFERENTE.Inmediatamente cambi la frase sin que efecturamos pregunta alguna. CADA MAGO VE NICAMENTE SU RESPECTIVO COLOR. USTEDES PUEDEN VER LOS SIETE COLORES JUNTOS. Levant la cabeza y dije emocionado: Ya entend! Ya s

    qu pasa! Oki me mir sorprendido y pregunt -Qu es lo que sabs? Qu es lo que entends, Esteban? pregunt Susana que

    hasta ese momento no haba pronunciado ni una palabra.

  • 32

    Es simple. El color negro o las fuerzas negras estn destruyendo los colores del arco iris y los magos no pueden sumar sus fuerzas porque cada uno puede actuar nicamente en su respectivo color!

    Es como si cada color fuera una dimensin diferente! dijo entusiasmado Oki mientras se serva un vaso de gaseosa. Exactamente! Y es de entender que nosotros s podemos ver los siete colores o dimensiones! conclu. Y cmo podemos ayudar? TRAIGAN SIETE ESPEJOS CIRCULARES DE SETENTA CENTMETROS.

    Anotemos lo que piden los magos dije. No debemos olvidarnos de nada.

    Susana anot lo que nos haban solicitado en una libreta de apuntes que siempre llevaba en su bolso y en la que escriba frases y poemas que se le ocurran en algn momento de inspiracin.

    Cuando Susana termin de anotar, continu preguntando:Y qu ms necesitan?UN PRISMA DE SIETE CENTMETROS DE LARGO.En segundos el mensaje volvi a cambiar: TRAIGAN SUS EXTRAOS VEHCULOS DE DOS RUEDAS. Se refiere a nuestras bicicletas dijo Nora ms tranquila. Y cmo les entregaremos esto? EL SBADO LLOVER, IRN AL PARQUE CENTENARIO. ORDENARN LAS PIEDRAS AL FINALIZAR LA LLUVIA. Y EL GRAN MAGO ROJO LOS TRAER. Ustedes pretenden que vayamos a un arco iris? pregunt asustado. USTEDES SON NUESTRA ESPERANZA, CUATRO J-VENES HUMANOS. Las piedras parpadearon nuevamente y el mensaje continu: DOS HOMBRES Y DOS MUJERES, CUYAS INICIALES

    COINCIDEN CON LOS PODEROSOS CUATRO PUNTOS CARDINALES Y ESTN UNIDOS POR EL AMOR FRATERNO, PUEDEN FRENAR LA DESTRUCCIN DEL ARCO IRIS. LOS SIETE MAGOS LES SUPLICAMOS SU AYUDA. Las siete piedras dejaron de parpadear y esperaron nuestra respuesta. Nos miramos sorprendidos y aturdidos por semejantes pedidos. Oki, que era el ms lgico, empez a analizar: Tenemos siete piedras mgicas que nos hablan y piden nuestra ayuda Es lgico lo que est pasando? El destino quiso que los cuatro nos reunisemos y seguramente

    era para algo ms que para que nos pusiramos un nombre como Los

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    Cuatro Vientos y disemos una leccin, no? pregunt Nora emocionada. Tens razn, Nora. Somos algo ms que un simple nombre. Y si

    tienen razn y los colores desaparecen? Pensaron lo que le ocurrira a la humanidad? reflexion Susana que caminaba por toda la habitacin nerviosamente.

    Me qued pensativo y decid hacerles la siguiente pregunta a las piedras. Cmo podemos comprobar que lo que dicen es cierto?

    Las piedras parpadearon y apareci un nuevo mensaje: LA PRUEBA FUE LA GRAN ARAA NEGRA. Al terminar el mensaje, los cuatro nos dejamos caer en nuestros

    asientos y yo dije con voz segura y firme. Yo ir! Y ustedes, qu deciden?

    Oki levant la mano inmediatamente y Susana lo sucedi. Todos dirigimos nuestras miradas a Nora que se encontraba indecisa.

    Y, si no voy no seramos cuatro dijo y levant la mano. En ese momento hubo como una explosin de emociones. Nos

    levantamos de un salto y nos abrazamos. Al terminar de exteriorizar lo que sentamos, me acerqu a las piedras y comuniqu nuestra decisin.

    Siete magos, iremos a ayudarlos. Las piedras brillaron ms intensamente y dieron los siguientes

    mensajes: NOS VEREMOS EN EL GRAN ARCO IRIS. GRACIAS! GRACIAS! GRACIAS! GRACIAS! GRACIAS!

    GRACIAS! GRACIAS! Las piedras dejaron de brillar y todo volvi a su normalidad.

    Comenzamos a planear nuestro misterioso viaje. Susana ley lo que solicitaban los siete magos.

    Tenemos que conseguir siete espejos y un prisma para el sbado. Eso saldr un dineral dijo preocupado Oki. No se preocupen por el dinero, yo estaba ahorrando para una

    nueva computadora dije, tratando de calmar las preocupaciones por el dinero.

    Pero si tens estas dos computadoras. Para qu quers una nueva? me pregunt Nora.

    stas son de mi pap y no me gusta experimentar con las de l. Yo quiero una en mi cuarto... trat de explicar.

    Tambin piden que llevemos las bicicletas continu Susana.

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    Tendramos que ponerlas en condiciones para el viaje! dijo acertadamente Oki.

    Cada uno tendra que ir con su mochila y llevar algo de ropa, una linterna, comida en latas y todo lo necesario para varios das de campo. No sabemos lo que podemos encontrar suger mientras tomaba las siete piedras y las colocaba en una bolsa de tela que usualmente empleaba para guardar pauelos. Despus puse la bolsa sobre uno de los escritorios.

    Yo propongo que maana, a la salida del colegio, compremos los espejos y el prisma. Ahora ya estoy cansada y tengo sueo dijo Nora con un bostezo.

    Nos fuimos a cenar y a dormir. Yo no le dije nada ms a mi pap en la cena ya que el hecho de que las piedras que l haba visto nos mandaban mensajes pidiendo nuestra ayuda, no era algo muy fcil de creer y por lo tanto me resultaba muy difcil de confesar, y ms an cuando mam cont en la mesa acerca de la supuesta araa que en realidad era un puado de holln.

    Ya en mi cama no poda dormir; permanentemente vea a travs de mi ventana sombras que se movan como si me estuvieran vigilando, as que decid dormir con la luz encendida, como cuando era pequeo, muchos aos atrs.

    A la maana siguiente, en el colegio, los cuatro admitimos que habamos tenido que encender la luz de nuestros cuartos para poder dormir. Lo curioso era que otros compaeros tambin haban tenido problemas para conciliar el sueo e incluso a los profesores les haba sucedido cosas parecidas. Era evidente que algo estaba pasando en el mundo, eso nos daba ms seguridad en la decisin que habamos tomado.

    Por la tarde fuimos a una vidriera a comprar los siete espejos de setenta centmetros de dimetro y el prisma. Con los espejos no hubo problemas pero con el prisma s. El vidriero nos pidi que regresramos en cuatro horas para poder hacerlo de acuerdo a nuestras indicaciones. Tena que ser de cristal de muy buena calidad y eso era difcil de conseguir.

    Aprovechamos esas horas para preparar las bicicletas. Inflamos bien las ruedas y les compramos algunos implementos como espejos, luces y calcomanas para adornarlas un poco. Despus de todo, tenamos que estar presentables.

    A las siete de la tarde volvimos a la vidriera a buscar los espejos y el prisma. El vidriero dividi los espejos en dos paquetes y los envolvi

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    con papel y trapos para que no se rompieran. Nos entreg el prisma de siete centmetros de lado, del cristal de la mejor calidad envuelto en varias capas de franela. Lo sacamos de su envoltorio y salimos del negocio. Al colocarlo bajo los rayos del sol del atardecer se dividi en siete esplndidos colores que nos produjeron una gratificante sensacin de paz interior.

    Los espejos nos salieron bastante caros y el prisma cost aproximadamente cien pesos. Pero lo peor fue levantar los dos paquetes con los espejos; ciertamente pesaban una enormidad. Llevamos todo a mi casa y acordamos que nos encontraramos all a la maana siguiente para ir al parque.

    Esa noche prepar unos arneses con cintas de tela y plstico de las que se emplean al asegurar paquetes en el techo de los autos, para llevar los espejos mas cmodamente en las bicicletas. Aproximadamente a las doce de la noche, empez a llover torrencialmente tal como haba asegurado el mago: EL SBADO LLOVER.

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    - Captulo III -

    El mago Kram nos lleva al arco iris

    Me despert a las ocho de la maana y tard algunos minutos en despabilarme totalmente. Haba pasado la noche sobresaltado por las preguntas que surgan en mi mente. Era realmente cierto lo que estaba sucediendo o era una ilusin? Existan siete dimensiones en el arco iris? Toda ndole de conjeturas posibles acudan a mi cerebro. Me acerqu a la ventana y pude ver que an lloviznaba. Me vest con una remera naranja, un jean y tuve que decidirme entre botas para campamento o zapatillas. Luego pens que tendra que pedalear de modo que eran mejores las zapatillas. Busqu en el placard mi chaleco de campamento que tena mu-chos bolsillos y en ellos puse un cortaplumas de los que tienen abrelatas y tijeras, la linterna, el pauelo, unos caramelos de miel, algo de dinero, una lente de aumento y la bolsa con las siete piedras. Busqu la mochila que haba preparado la noche anterior con ropa, algunas latas de comida y una bolsa de dormir por si nos quedbamos ms de un da. Cerr la mochila y la llev a la cocina.

    Esteban, igual piensan ir de campamento este fin de semana? Lloviendo? pregunt preocupada mi mam mientras preparaba una taza de caf con leche y yo me sentaba a desayunar.

    S, pero creo que est parando dije mientras me preparaba una tostada con mermelada de naranja.

    Parece que s, es verdad... est disminuyendo concluy mi mam mirando por la ventana. Te recomiendo que igual te pongas el impermeable.

    Tom el desayuno a los apurones tratando de evitar mentirle a mi mam y fui al bao para lavarme los dientes y peinarme. En el preciso momento en que terminaba, llam por el portero elctrico Oki quien subi para ayudarme a bajar los espejos.

    Al abrir la puerta observ que Oki se haba vestido casi de igual manera que yo, slo que no llevaba chaleco. Inmediatamente exclam:

    Quiero suponer que las chicas estn abajo! S, aunque te parezca mentira vinieron a buscarme temprano

    dijo Oki sonriendo. Estn abajo cuidando las bicicletas. Le di el arns con cuatro espejos a Oki para que lo colocase en su

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    bicicleta y puse el prisma en mi mochila. Bajamos por el ascensor. En mi bicicleta. ya estaban preparados los espejos restantes. Nora y Susana me saludaron muy entusiasmadas. Nora, que era la ms temerosa de los cuatro, se vea muy tranquila y dispuesta a enfrentar esta aventura. Ambas chicas parecan haberse puesto de acuerdo pues a travs de sus impermeables de plstico transparentes se poda ver que llevaban pantaloncitos cortos, remeras con motivos de flores de todos colores y pequeas mochilas. Esto ltimo origin mi pregunta:

    Ustedes en esas pequeas mochilas llevan comida? Por supuesto que llevamos comida dijo Susana con voz segura.

    Adems llevamos nuestros cosmticos, cosa que seguramente ustedes no. Por supuesto que nosotros no llevamos esas tonteras dijo Oki

    con tono ofendido, mientras colocaba el arns con los espejos en la bicicleta.

    Al terminar de colocarlos, subimos a nuestros transportes y tranquilamente fuimos al parque bajo una lluvia que cada vez se haca ms dbil e indicaba que en cualquier momento terminara. S sala el sol aparecera un arco iris.

    Ingresamos al Parque Centenario, un gran parque con viejos rboles y un gran lago que se encuentra en el medio de la Capital Federal. Era algo extrao estar en un parque, vestidos como para acampar un da de lluvia. La gente que caminaba por el contorno del parque con sus paraguas nos miraba con suma curiosidad.

    Nos detuvimos en un claro, tomamos nuestras posiciones de acuerdo a los puntos cardinales. Nora al norte, Susana al sur, Oki al oeste y yo, naturalmente, al este. La lluvia estaba terminando y mirbamos hacia el cielo en busca del arco iris. Pero no se vea nada ms que nubes que se desplazaban a toda velocidad. Nos sacamos los impermeables y los guardamos en las mochilas mientras Nora deca:

    Todo esto ser cierto o simplemente un sueo? Oki extendi su brazo y pellizc a Nora quien exager su dolor con

    un grito. Por lo visto estamos bien despiertos dijo rindose Oki mientras

    Nora se frotaba el brazo. Cmo sabr el mago que estamos aqu? pregunt Susana. Tens razn. Voy a poner las piedras de colores en el suelo

    delante de nosotros como seal de que hemos llegadodije mientras

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    buscaba las piedras en mi mochila y las colocaba sobre el csped hmedo. El mago apare...! Oki no termin la frase. Miren! Miren!

    seal hacia arriba en el preciso momento en que apareca un arco iris que creca segundo a segundo hasta ocupar gran parte del cielo. Mientras tanto nosotros cuatro, sentados en nuestras bicicletas, gritbamos y agitbamos los brazos tratando de llamar la atencin.

    El arco iris se hizo ms denso y los colores, cada vez ms brillantes. Las nubes giraban en torno a l. Era un bellsimo espectculo pero pudimos observar que el extremo del arco iris ms alejado de nosotros era negro y las nubes en ese lugar eran oscuras y giraban despidiendo grandes rayos que iluminaban el horizonte. Sentimos que eso era a lo que se referan los siete magos con respecto al color negro que devoraba los colores y nos iba a dejar a todos en tinieblas.

    El viento fue creciendo a nuestro alrededor y nos costaba mantenernos en pie mientras hojas y papeles volaban y se nos pegaban al cuerpo. De repente salieron rayos rojos de la zona roja del arco iris que era la ms cercana a la tierra. Una luz roja compacta se separ del arco iris y se ubic sobre nosotros, cubrindoos. Los cuatro nos aferrbamos a los manubrios de las bicicletas. Todo a nuestro alrededor se ti de rojo y se oy:

    Os saludo, Cuatro Vientos! miramos sobre nuestras cabezas y vimos que un hombre petizo y regordete, vestido con una tnica roja, se deslizaba por la luz pataleando. En realidad todo lo que veamos estaba teido de rojo. El hombrecito cay pesadamente delante de nosotros, levantando gran cantidad del agua que haba en el csped. Se par rpidamente y, sacudindose la tnica, dijo con voz muy graciosa:

    Es un gran honor conocerlos. Mi nombre es Kram, mago de la corte del Reino de los Flamingos!

    Yo soy Esteban, l es Oki Oki lo salud con una reverencia al estilo japons. Y le presento a las chicas del grupo, Susana y Nora.

    Qu hermosas son, en mi reino ustedes seran princesas! asegur el mago Kram logrando poner de tono rojo ms fuerte las mejillas de ambas.

    Usted nos llevar al arco iris? pregunt. Si lograron conseguir los espejos, s dijo Kram gritando pues el

    viento era ms fuerte y no nos permita or con claridad. S, los tenemos! dije tanteando el arns donde se encontraban

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    los espejos. Entonces es hora de partir. Tengan calma, el viaje durar unos

    segundos. Kram levant su brazo derecho, alz el pulgar y todos nos empezamos a levantar del suelo. La sensacin era extraa al dejar de sentir el peso del cuerpo. En unos segundos ya estbamos a cien metros de altura y al ver que la ciudad se empequeeca rpidamente, me dieron ganas de vomitar. No me gustaban las alturas para nada y tuve que hacer un gran esfuerzo para soportar la sensacin que tena. Gir mi cabeza y vi a Nora aferrndose a su bicicleta y gritando, pero el ruido del viento era tan fuerte que no poda orla a pesar de estar muy cerca. Oki tena los ojos cerrados y estaba agazapado como si corriera una carrera de bicicletas. A Susana no la poda ver porque estaba detrs de m. La ciudad era ya un punto que se desvaneca. Cerr los ojos y sent que el viento cesaba y que empezbamos a bajar. Las puntas de mis pies se hundan en algo parecido a la arena y al abrir los ojos descubr que estbamos en un desierto de arena y piedras rojas donde el cielo tambin era rojo. Incluso nosotros nos veamos en tonos de rojo.

    Hemos llegado al reino de Flamingo dijo Kram guitndose el polvo de la cara.

    Pero aqu no hay nada! dijo azorado Oki, mientras yo reuna las siete piedras que haban quedado dispersas por la arena y las colocaba en su bolsa.

    No se preocupen, detrs de ese mdano est el castillo Kram seal un gigantesco mdano que se encontraba a unos quinientos metros de donde estbamos. Empez a caminar en esa direccin. Por suerte haba una senda de asfalto en la que las bicicletas se afirmaban bien para andar. Kram se detuvo y dijo: Qu hermosos vehculos tienen, en nuestro reino no hay nada igual! Vio algo que le llam la atencin en la bicicleta de Nora, se acerc. Y mir su cara en uno de los pequeos espejos:

    Jams pude ver tan claramente mi cara. Maravilloso! Por qu le llama la atencin el espejo? pregunt con curiosidad

    al ver la fascinacin que tena el mago. En nuestro mundo no hay artesano capaz de fabricar algo tan

    perfecto como estos espejos, uno se puede ver sin distorsin alguna. Por eso nos pidieron los espejos? dedujo Oki. Efectivamente.

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    Quiere que lo lleve en el asiento de atrs de mi bicicleta? pregunt Nora.

    Qu amables son! Kram se levant la larga tnica y se sent detrs de Nora, aferrndose a ella con miedo. Nora empez a pedalear con dificultad por el peso del mago y Kram segua diciendo a gritos:

    Maravilloso! Extraordinario! Fantstico! Qu forma tan suave de trasladarse!

    Todos empezamos a movernos lentamente por la senda y por primera vez me percat de que haca calor. Limpi el sudor de mi frente y, dirigindome a Kram que segua extasiado por el andar de la bicicleta, le pregunt:

    Podra decirnos nuevamente para qu nos necesitan? Kram apoy la cara en la espalda de Nora y mirndome dijo: El rey Lotak del Imperio Cayn o del Color Negro, un lugar que

    nadie vio jams, est atacando y destruyendo los siete reinos. Aprovecha que no nos podemos ver unos a otros. Las mariposas Tornasol son las nicas criaturas vivas que pueden pasar de un reino a otro, son muy tiles cuando se quieren enviar mensajes, pero nosotros, los magos, estamos conectados por nuestros pensamientos y no las necesitamos.

    Es por eso que cada mago daba una sola palabra en su correspondiente piedra de color al mandarnos los mensajes? pregunt mientras trataba de hacer equilibrio sobre la bicicleta, cosa nada fcil dado lo lento de nuestra marcha.

    Efectivamente. Ustedes cuatro podrn ayudarnos a unificar los siete reinos y vencer a Lotak cuando logren colocar los siete espejos en las siete colinas.

    Cmo? Nosotros tenemos que colocar los espejos en las colinas? grit Nora zigzagueando con la bicicleta por lo que haba odo.

    Ustedes son los nicos que pueden atravesar los siete reinos en estos maravillosos vehculos y lograr tal hazaa.

    Y cunto tiempo tenemos para colocar los espejos? pregunt Susana, mientras se secaba la cara con un gran pauelo de cuello.

    Kram puso cara de pensativo y dijo: Exactamente los siete das del arco iris. Pero nuestros padres se preocuparn por nosotros dijo

    angustiada Nora. Fuera del arco iris el tiempo pasa mucho ms lento. Cuando

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    regresen, si tienen xito, habrn pasado como mximo siete o diez minutos.

    Mientras Kram hablaba, a unos diez metros de distancia cruz rpidamente un ser de unos veinte centmetros de altura que tena largas y finas piernas y emita llamas que se movan al comps de los rpidos pasos. Se detuvo para ver quines ramos, se par en puntas de pie y luego cruz la senda rpidamente ocultndose detrs de un pequeo mdano.

    Qu es eso? grit Nora, como siempre asustada. Eso es un Piros salvaje. Nosotros los criamos para darnos luz y

    son muy tiles para cocinar, pero hay que tratar de que no te toquen sus llamas, porque producen quemaduras un poco dolorosas.

    Pasado el asombro de ver esa criatura pregunt Usted nos ayudar a colocar los espejos?

    En Flamingo s, en los otros reinos los ayudarn los otros magos concluy Kram.

    Sobre el mdano, a medida que nos acercbamos, distinguamos banderas. Miren! Esa es mi ciudad!

    Ya se apreciaba la ciudad completa. Estaba constituida por un enorme castillo de piedra que tena cuatro torres circulares con banderas flameando. Era idntico a los que aparecan en los cuentos que mi mam me lea de chiquito. Estaba rodeado de casas de piedras y una romera de gente se acercaba para vernos pasar. Gritaban y tiraban flores como si furamos hroes.

    La gente est contenta, confan en que ustedes puedan vencer a Lotak dijo Kram mientras saludaba con simpata a todos.

    Yo saludaba con una mano mientras pensaba en lo amigable que era la gente y en lo extrao que era su vestimenta. Era semejante a la que emplean en el desierto rabe exceptuando el color. stas eran largas tnicas de color rosa y el calzado era de cuero rojo oscuro. Sus ojos tenan un ligero tinte rosa que combinaba con el pelo rojo intenso. En ese contexto el color negro del pelo de Oki y de Nora llamaba la atencin de todos. Nos paramos a la puerta del castillo. Los guardias estaban armados con largas lanzas que tenan fuego en sus extremos. Nos saludaron con cortesa y abrieron la gigantesca puerta de madera, Al entrar al castillo, un grupo de soldados se form a nuestro paso y una puerta en el extremo del corredor se abri. La traspasamos y entramos a un gran saln magnficamente adornado. All pude ver un hombre bajo y gordo,

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    inclinado sobre un mapa, dando rdenes de todo tipo con voz enrgica. General Croz, usted defender con los caones la zona suroeste!

    Capitn Fuz, usted defender el sureste con sus piqueteros y sus Piros amaestrados!

    Ejem! Ejem! Rey Vulk, nuestros invitados! dijo Kram tratando de llamar la atencin del rey.

    Mis salvadores estn con nosotros! grit el regordete rey mientras abra los brazos para recibirnos y mostraba una franca sonrisa. Espero que el viaje a mi reino no les haya causado inconvenientes.

    Le presento a Esteban Kram me seal mientras el rey se acercaba rpidamente para darme la mano. Yo qued interrumpido en mi intento de mostrarle respeto con una leve reverencia.

    Tambin a Oki, a Susana y a Nora termin diciendo Kram al tiempo que el rey les daba la mano a todos.

    Kram me haba hablado de sus extraas mquinas para trasladarse... Es emocionante poder verlas! grit el rey al tiempo que se paraba frente a la bicicleta de Susana. Podran mostrarme cmo funcionan? solicit con curiosidad.

    Susana subi a su bicicleta y dio una vueltita en el gran saln bajo la atenta mirada del rey y de los generales que todava estaban presentes.

    Era verdad, mago Kram, lo que me haba contado sobre estos extraos vehculos! Las personas se empujan a s mismas! dijo el rey Vulk mientras Susana haca equilibrio. Me gustara, algn da, poder manejar una de estas por mi reino concluy el rey Vulk.

    Cuando usted lo desee. Gustosos le ensearemos el arte de andar en bicicleta dije al rey, para tener una atencin con l.

    Gracias, pero en este momento estn, mi mundo y el de ustedes, en un grave peligro y no tenemos tiempo para diversiones dijo el rey con tristeza. Vengan, veremos cmo ser su misin! Han trado los espejos?

    S, su Majestad contest al mismo tiempo que sacaba del arns uno de los espejos y se lo mostraba.

    Qu excelente fabricacin tienen en la Tierra! El rey se acerc y dijo notablemente emocionado:

    Es increble, jams haba visto mi cara con tanta perfeccin. Nuestros espejos son imperfectos. El rey seal un espejo que se encontraba en la pared con gesto de enojo.

    Nos acercamos a mirarlo y comprobamos que produca una imagen

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    distorsionada, como si engordara las caras que se reflejaban. Adems estaba lleno de pequeos globos de aire. Al instante comprendimos el porqu del pedido de los espejos.

    El rey se acerc rpidamente a una mesa donde haba un mapa y pidi a un sirviente que trajera bebidas. Con la mano nos invit a que nos acercramos a verlo:

    Vean, en este momento Lotak est atacando el norte de nuestro reino. Y, segn el mago Kram, los magos de los otros reinos tambin estn siendo atacados dijo preocupado Vulk mientras nos mostraba un pergamino en el que estaba dibujado un rectngulo de aproximadamente diez por cien centmetros. Era de suponer que se era el reino ya que en el medio haban dibujado un castillo y un dragn negro rodeado por estatuillas de soldados con caones y figuras que representaban a las extraas criaturas que llamaban Piros.

    Los caones detendrn momentneamente a las fuerzas de Lotak. Y los Piros amaestrados, a pesar de ser pequeos, harn retroceder con su luz a la oscuridad. Lgicamente slo hasta que se acabe el combustible.

    El combustible? pregunt con curiosidad Oki. El rey se refiere a la comida de los Piros; si se termina, su luz

    desaparecer y las sombras arrasarn todo a su paso aclar Kram. Y para cuntos das tienen comida? pregunt Nora que se haba

    mantenido callada. Esos pequeos demonios comen demasiado, tenemos para tres

    das! dijo el rey. No hay tiempo que perder dije estupefacto. Dnde tenemos

    que poner los espejos? Aqu! el rey seal un punto en el mapa. En lo alto de esta

    colina tendrn que poner el primer espejo. Les llevar unas ocho horas de viaje desde aqu.

    Los espejos restantes son para los otros seis reinos del arco iris. Todos tienen un camino muy parecido a la de este reino! aclar Kram.

    Mientras el sirviente llenaba copas con algo parecido a un jugo de frutillas, pregunt: Cundo coloquemos el ltimo espejo, qu suceder?

    Colocarn el prisma de vidrio y la luz a la que ustedes denominan blanca aparecer y nos ayudar a vencer a Lotak con la aparicin del rey de todos los reinos, Kuk! concluy el rey al tiempo que

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    levantaba la copa y gritaba: Brindo por el xito de los Cuatro Vientos! Todos brindamos y tomamos ese extrao jugo dulce, mientras

    expectantes, esperbamos las siguientes palabras del rey: El mago Kram los acompaar en esta primera etapa de su

    misin, no les puedo dar proteccin de soldados dado que los tengo a todos en el campo de batalla, pero les puedo dar el rey hizo un gesto con la mano y dos sirvientes trajeron dos jaulas dos Piros para que tengan luz y algunas mariposas Tornasol con las que podrn enviar mensajes a los otros reinos.

    Tomamos las jaulas con cuidado, pues la que contena los Piros era de metal y estaba caliente por las llamas que emitan sin cesar los animalitos; la jaula de las mariposas era de madera rojiza labrada, muy bonita, y en ella revoloteaban unos veinte ejemplares con alas que brillaban extraamente entre las ramas y flores dispuestas en la jaula y que seguramente eran su alimento.

    Un ltimo consejo! dijo el rey preocupado. Los pobladores de las colinas han dicho que vieron grandes llamas que se movan por entre las cimas de las colinas en la oscuridad de la noche. Eso podra llegar a ser una salamandra de fuego tengan cuidado!

    Una salamandra de fuego! grit asustada Nora. No te preocupes, yo los proteger dijo Kram, tratando de

    tranquilizar el ambiente. Mis jvenes amigos, es hora de partir! se apresur a decir el

    rey, como si quisiera que no preguntramos ms. Nos dio un abrazo y nos acompa hasta la salida del castillo.

    Mientras, algunos generales le pedan consejos sobre qu hacer en el frente de batalla y el rey contestaba sin sacarnos la vista de encima.

    Bien, Kram, cmo viajaremos? pregunt un poco des-concertado.

    Ustedes irn con sus vehculos y yo llevar mi carruaje, para algo soy mago! contest Kram al tiempo que sacaba una vara de madera de sus bolsillos y la sacuda diciendo

    TRANSPORTE DE PIROS A M. De su vara salieron algunas chispas y apareci frente a nosotros un

    carro de madera con una vieja caldera calentada por un par de Piros. La caldera echaba nubes de vapor y produca un extrao silbido. Kram se subi al carruaje, dej las jaulas de los Piros y de las mariposas en el

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    asiento trasero y dijo entusiasmado: La presin del vapor es ptima, podemos partir ya. Sganme!

    Kram tom algo parecido a una palanca y el vehculo empez a caminar por la misma cinta de asfalto que nos haba trado. Nos tom un tiempo salir de nuestra sorpresa. Recuperados, subimos rpidamente a las bicicletas y comenzamos a seguirlo.

    Lo que hizo con la vara fue realmente magia? pregunt Susana mientras aceleraba la marcha para alcanzar a Kram que se haba adelantado algunos metros.

    Al parecer es un mago con grandes poderes contest Oki, saludando con una mano a los pobladores que festejaban nuestro paso al borde del camino.

    Salimos de la ciudad y al poco tiempo estbamos en un amplio desierto de arena; al cabo de algunos kilmetros el mago Kram se detuvo en una bifurcacin del camino. Seal la senda ms angosta y dijo:

    Tomaremos el viejo camino de los mercaderes. Nos llevar ms rpido a las colinas.

    Aprovechamos la parada para sacarnos toda ropa de ms: el calor era insoportable y transpirbamos a baldes. Tomamos la senda ms angosta y esto nos oblig a ir en fila, uno detrs del otro. Primero de todos iba Kram con su vehculo que dejaba una cortina de vapor detrs de s.

    Despus de cuatro horas de marcha, Kram se detuvo y anunci que tomaramos un breve descanso. Bajamos de nuestras bicicletas y el mago sac su vara nuevamente y la movi sobre su cabeza diciendo:

    GRAN SOMBRILLA DEL DESIERTO Y BEBIDAS FRESCAS, A M!

    Apareci una sombrilla de enormes dimensiones que nos cubri a todos. Sobre el asfalto apareci una mesita con una jarra con ese extrao jugo que nos haban ofrecido en el palacio y cinco vasos de metal pulido. Nos servimos un poco del fresco jugo y bebimos mientras Kram nos comentaba:

    Ustedes, los habitantes de la Tierra, tienen suerte. Por qu? pregunt con curiosidad. Pueden ver el mundo de siete colores al mismo tiempo dijo

    Kram entristecido. Pero en este momento vemos nicamente tonos de color rojo

    seal Oki, tratando de consolar a Kram que se haba quedado pensativo.

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    Pero yo nunca tuve la oportunidad de verlos. En toda mi vida el nico color que he visto es el rojo.

    S de la existencia de otros por lo que est escrito en los libros secretos del reino y por lo que me comunican los otros magos del arco iris. La historia dice que cada mil aos se produce un arco iris blanco natural. Si ustedes logran colocar los espejos podremos ver por primera vez todos los colores. Por eso es muy importante para m! Que adems de vencer a las fuerzas oscuras de Lotak, pueda gozar de los colores reales de mi mundo!

    Todo depende de nosotros dijo Susana preocupada mientras se serva ms jugo.

    Jams tuvimos semejante responsabilidad agreg Nora. Quin pudiera creerlo? Somos nicamente alumnos de 30 y

    tenemos la responsabilidad de vencer las fuerzas oscuras dijo Oki no muy convencido de poder lograr la hazaa.

    Son ms que cuatro jvenes. Son Los Cuatro Vientos. No lo olviden, en ustedes se encierra un poder enorme dijo enigmticamente Kram.

    A qu te refieres? pregunt intrigado. Ya lo descubrirn ustedes mismos! -concluy Kram al tiempo

    que sacaba nuevamente su vara y haca desaparecer la sombrilla y las bebidas.

    Kram subi a su carro y dio de comer pequeos frutos a los Piros. A medida que los Piros coman, aumentaban sus llamas y la caldera produca ms nubes de vapor. Inmediatamente Kram puso en marcha su vehculo y comenz a alejarse por el angosto sendero obligndonos nuevamente a pedalear a toda prisa para alcanzarlo.

    A medida que nos acercbamos a la colina, el camino se haca ms empinado, lo que nos exiga ms esfuerzo. De cualquier modo se estaba haciendo de noche y la temperatura bajaba notablemente con lo cual el viaje se volva ms agradable. De vez en cuando se vea algn Piros salvaje que asomaba lo que se podra llamar cabeza de fuego para ver a los intrusos que pasaban por su territorio. Cruzamos a algunos comerciantes en dos oportunidades. Nos ofrecan sus productos con mucha amabilidad pero Kram quera llegar a la colina lo antes posible, antes de que oscureciera totalmente de modo que no podamos detenernos a comprar nada.

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    Despus de andar un largo trecho en la agradable temperatura del anochecer, Kram detuvo su carro al tiempo que gritaba:

    Acamparemos aqu! Cunto falta para llegar? pregunt desorientado. Estamos a mil metros de la cima, pero si intentamos subir en la

    oscuridad podramos tener un accidente contest Kram. Estuvimos de acuerdo, todos y comenzamos a desplegar nuestras

    bolsas de dormir. Oki junt algunos arbustos secos que rodaban libres e hizo una fogata para calentar algo de comer. Bajamos los dos Piros que nos haba dado el rey Vulk. Estaban medio dormidos pero sus tenues llamas alumbraban la oscura noche.

    El mago Kram sac su vara mgica y con un movimiento apareci una carpita roja. Abrimos algunas latas de comida y las calentamos al fuego mientras los cinco nos sentbamos en torno y se produca la siguiente charla:

    Mago Kram, qu quiso decir con que los cuatro tenamos un enorme poder? pregunt Susana al tiempo que con una cuchara revolva una lata de arroz con pollo.

    Cuando ustedes cuatro hayan pasado por los siete colores tendrn un gran poder contest Kram mirando el cielo rojo profundo y tena las mismas estrellas que veamos de