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NARIÑONARIÑOLOS DERECHOS HUMANOS EN EL DEPARTAMENTO DELOS DERECHOS HUMANOS EN EL DEPARTAMENTO DE

VICEPRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA

PROGRAMA PRESIDENCIAL DE DERECHOS HUMANOS Y DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO

VICEPRESIDENCIA DE LA REPUBLICA

Director: Carlos Franco E.Coordinador Área de Políticas y Coordinación Interinstitucional: Tomas Concha

Coordinadora Observatorio de Derechos Humanos: Ana Silvia LinderDiseño carátula: Patricia LoraDiagramación: Patricia Lora

NARIÑONARIÑO

El llamado apelativo que se le otorgaba anteriormente a Nariño dentro del contexto nacional como “remanso de paz”, ha quedado en el olvido previéndose hacia el futuro inmediato un gran escalonamiento de las acciones bélicas debido a factores como el evidente fortalecimiento de los grupos irregulares sobre este territorio, la reciente presencia y acelerada expansión de los grupos de autodefensa, el desmesurado incremento de la siembra de cultivos ilícitos y la producción de estupefacientes.

El territorio sur occidente del país y más específicamente el departamento de Nariño, resulta estratégico para los diferentes sectores y grupos que se encuentran en la contienda político militar que se vive en toda la nación. Nariño es una zona fronteriza con el Ecuador, que tiene salida al mar, con grandes extensiones de selvas y montañas escarpadas, con entrada a la Bota Caucana y al Macizo Colombiano, además de contar con accesos directos hacia el alto y bajo Putumayo, todo lo convierte en un área sumamente importante para el tráfico de armas, de drogas y el control militar dentro de una perspectiva estratégica de guerra.

Dentro de esta visión geoestratégica, las consecuencias en cuanto a las violaciones a los derechos humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario en Nariño son altas y eso obedece principalmente a que los grupos insurgentes presentes en este departamento expresan su dominio territorial enfocando sus acciones en contra de la población civil.

La presencia de los grupos guerrilleros de las FARC y ELN en el departamento se remonta a la década de los años ochenta cuando utilizaban el territorio como área de refugio y descanso. A mediados de la década de los noventa se presentó la bonanza amapolera lo cual desencadenó el surgimiento de varias formas de violencia y la relativa paz de Nariño comenzó a verse afectada.

La amapola introdujo efectos negativos a nivel social y particularmente en la estructura agraria, debido a que muchos campesinos pobres y sin perspectivas económicas vendieron sus tierras para la siembra del cultivo ilícito. Estos campesinos migraron hacia la ciudad de Pasto, lo que incrementó en la capital nariñense los índices de desempleo y delincuencia común, acelerando el crecimiento de esta ciudad. Obedeciendo a la dinámica económica que produjo la amapola, los grupos guerrilleros centraron sus acciones sobre áreas cultivadoras en la zona andina.

Para finales de los noventa e inicio del 2000, el conflicto y las manifestaciones de violencia se incrementaron a raíz de las intensas fumigaciones emprendidas por el Gobierno en elPutumayo, lo cual hizo que los cultivadores optaran por desplazarse hacia Nariño, especialmente al Pacífico sobre los asentamientos indígenas Awa y las comunidades negras.

Las nuevas áreas cultivadas hicieron que los grupos guerrilleros se presentaran en esta región especialmente en el Pacífico y valle del río Patía, donde pueden controlar el cultivo, el procesamiento y el transporte del clorhidrato y de la hoja de coca.

Nariño es en la actualidad el segundo departamento cultivador de coca en el país después de Guaviare, según el sistema SIMCI de la Dirección Nacional de Estupefacientes. El área de cultivos de coca para el 2002 corresponde a 15.131 hectáreas y de amapola a 1.699 hectáreas.

Por su parte los grupos de autodefensas hicieron presencia en Nariño a finales de los noventa coincidiendo con el aumento de áreas cultivadas de coca. Estos grupos disputan con las guerrillas de las FARC y el ELN el control de los territorios cultivadores de coca y de amapola, trayendo consigo un aumento significativo en la intensidad del conflicto armado y la violación de los derechos humanos e infracciones al DIH de la población de Nariño.

El territorio nariñense en la actualidad se encuentra sectorizado por áreas de control de los grupos ilegales. Las FARC operan con dos bloques: Suroccidental con los frentes 29 y 8, el

Evolución del Evolución del conflicto armadoconflicto armado

Fuente: SIMCI. Procesado por Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH. Vicepresidencia de la República.

cual hace presencia fundamentalmente en el noroccidente y en la región pacífica del departamento en los municipios de Leiva, La Llanada, Sotomayor, Policarpa, Cumbitara, Barbacoas, el Rosario, Mallama, Olaya Herrera, Ricaurte, Samaniego, Sandoná, y Tumaco; y el bloque Sur con el frente 2 “Mariscal Sucre”, el cual ha tenido influencia en el área rural de Pasto y La Cocha y el frente 13 que opera en el área rural de los municipios de La Unión, Buesaco, San Pablo y la Cruz. Esporádicamente el frente 32 opera en los municipios de Puerres y Potosí y el frente 48 hace presencia desde la región del Macizo Colombiano hasta Ipiales, incluyendo al municipio de Pasto en su área rural (El Encano, Río Bobo). Estos dos frentes se desplazan desde Putumayo.

Igualmente hacen presencia otros movimientos insurgentes como el ELN con su frente Comuneros del Sur, desarrollando sus actividades político-militares en el pie de monte occidental de la Cordillera de los Andes, principalmente en los municipios de Linares, Samaniego, Ricaurte, Piedrancha, Mallama y en la vía al mar que comunica con el puerto de Tumaco. Su accionar se ha limitado a ejercer presión sobre los funcionarios de las administraciones municipales, en un intento por consolidar “poder local” para facilitar el logro de sus objetivos.

En el norte del departamento hacen presencia las autodefensas con el frente Libertadores del Sur, cuya estrategia ha sido la de generar presiones sobre las comunidades en donde actúa, las cuales se centran en los municipios de Rosario, Leiva, Taminango y Policarpa, enfocándose en el control de la vía Panamericana y el área de cultivos ilícitos en la zona de Tumaco. Su accionar se ha limitado a ejercer presión sobre los funcionarios de las

Fuente: Policía Nacional. Procesado Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH. Vicepresidencia de la República.

administraciones municipales, en un intento por consolidar “poder local” para facilitar el logro de sus objetivos.

En la región pacífica las autodefensas hacen presencia desde Tumaco, para poseer el control del puerto, hasta El Diviso, jurisdicción del municipio de Ricaurte, lugar de asentamiento del pueblo indígena Awa, de tal manera que este grupo pretende el control, además de la vía que comunica con el puerto, de la que comunica con el interior del departamento y la República de Ecuador. Adicionalmente este grupo armado pretende el control del río Patía hacia el Pacífico actuando en Barbacoas, Roberto Payan y Francisco Pizarro.

Este corredor permite la comunicación entre los municipios del delta del río Patía, El Rosario, Policarpa y la costa a través Barbacoas, Roberto Payan y Tumaco. Por esta vía es posible el tráfico de narcóticos, la movilización de tropas, armas y avituallamiento.

Por las condiciones antes mencionadas, el incremento de los cultivos ilícitos e importancia geoestratégica, el departamento de Nariño se ha convertido en un área de disputa territorial entre guerrilla y autodefensa para incrementar su poder militar y económico.

Acciones de los grupos armados irregulares

El conflicto armado en Nariño en los dos últimos años ha presentado un cambio en la tendencia motivada por la lucha por el control territorial de áreas estratégicas y económicamente rentables. De acuerdo a esto, se puede identificar una sectorización del conflicto y el incremento y disminución de la intensidad en algunos municipios con relación a años anteriores.

En Nariño, esta dinámica se puede apreciar con alguna claridad si se observa en el mapa la ruta de salida al mar que trazan desde la cordillera los municipios de Leiva, El Rosario, Policarpa, Cumbitara, Barbacoas y Tumaco. La presencia de los actores armados sobre las poblaciones que conforman este corredor puede suponer, además, una influencia en el incremento de las acciones de los grupos armados en las poblaciones aledañas. Adicionalmente la topografía de la región hace que estas tierras sean fértiles y aptas para cultivos de uso ilícito como la amapola (en la cordillera) y hoja de coca en zonas con alturas entre 1.400 y 1.600 metros sobre el nivel del mar.

Las acciones de los grupos armados irregulares tomadas en cuenta para este análisis, actos terroristas, ataques a instalaciones, hostigamientos, emboscadas, asaltos a poblaciones, se comienzan a manifestar con alguna intensidad en Nariño a partir de 1990. El punto más elevado fue en 1992 debido a que el frente 29 de las FARC produjo en este periodo un número elevado de voladuras al oleoducto Transandino.

La tendencia descendente en la actividad armada entre 1993 y 1995, se modificó en 1996, año en el cual las FARC emprenden acciones armadas encaminadas a obtener el control de las rutas de tráfico de armas, drogas e insumos hacia el Bajo Putumayo. Una de las más significativas fue la emboscada que le tendieron a una patrulla del Ejército en el municipio de Puerres que dejó como resultado 35 soldados muertos y la señal inequívoca para las autoridades departamentales y nacionales del inicio de la agudización del conflicto armado.

Un año después, la tendencia ascendente del accionar armado de los grupos irregulares se confirmó con la destrucción del puesto de vigilancia y la torre de comunicaciones del Ejército en el cerro Patascoy en límites con el Putumayo.

Esta acción, junto con otras realizadas en el suroriente colombiano entre 1996 y 1998, obedecía a la orden dada por el secretariado de las FARC de tomar como rehenes a un

Acciones armadasAcciones armadas

número elevado de miembros de la Fuerza Pública para presionar el canje de éstos por guerrilleros privados de la libertad en distintas cárceles del país.

Estos hechos dan paso al inicio de una nueva fase del conflicto, caracterizada por los ataques de las FARC a los municipios y el enfrentamiento directo de esta guerrilla con los grupos de autodefensa. Entre los años 1998 y agosto de 2003 se han presentado 229 acciones armadas representadas en: 92 actos terroristas, 23 asaltos a poblaciones, 19 ataques a instalaciones, 16 emboscadas y 42 hostigamientos.

De estas acciones es notable el incremento de los actos terroristas. Si se comparan las 4 acciones registradas en el año 1998 frente a las 29 ocurridas entre enero y agosto del 2003 se puede apreciar el intento de los actores armados en movilizar la Fuerza Pública en torno a la protección de la infraestructura para impedir que concentre su esfuerzo bélico en una mayor ofensiva hacia los grupos irregulares.

Esto es evidente cuando se hace un breve inventario de los actos de terrorismo más frecuentes, explosión de petardos en los centros urbanos, voladura de torres eléctricas y de la infraestructura vial y atentados contra el oleoducto transandino.

Los hostigamientos en el periodo citado, han aumentado año tras año. En 1998 la cifra de hostigamiento fue de seis, en 1999 y el 2000 fue de ocho, en el 2001 nueve y 11 en el 2002. Los municipios más afectados por este hecho han sido Sotomayor, la vía a Sandoná y el corregimiento de Altaguer de Barbacoas.

Fuente: Policía Nacional. Procesado: Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH.Cifras a Agosto de 2003

Fuente: Policía Nacional. Procesado: Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH. Vicepresidencia de la República. Cifras a Agosto de 2003

A diferencia del año 2002, en el 2003 se observa un incremento de los ataques a lasinstalaciones de Policía o Fuerzas Militares, actos de terrorismo y hostigamientos por parte de los grupos insurgentes. En febrero en el área urbana de Pasto integrantes de las FARC lanzan un artefacto explosivo contra las instalaciones del grupo de Caballería No. 3, el cual no se activó. En marzo en Ricaurte integrantes del frente 29 de las FARC atacaron con armas de fuego y explosivos las instalaciones de la estación de Policía, causando heridas a tres patrulleros. En julio en ese mismo municipio, guerrilleros del frente Antonio José de Sucre de las FARC atacaron con armas de fuego la estación de Policía, resultando muerto un soldado. En ese mismo mes en Samaniego guerrilleros del frente Comuneros del Sur del ELN atacaron con armas de fuego y explosivos la alcaldía, la estación de Policía y varias viviendas aledañas. Un agente y un civil murieron.

En septiembre de 2003 en el municipio de El Rosario en el sitio de El Tanque, guerrilleros del frente 8 de las FARC lanzaron un mortero contra la base del Ejército, resultaron heridos dos menores de 5 y 11 años de edad. En ese mismo mes en El Peñol, vereda Las Cochas, guerrilleros sin identificar hostigaron una patrulla de la Policía, y posteriormente unidades del Ejército desmantelaron un campamento y un laboratorio para el procesamiento de alcaloides. En octubre en el municipio de Ricaurte sobre la vía al mar, integrantes de las FARC y el ELN instalaron un retén ilegal, dando de muerte a un civil.

Después de repasar las principales acciones perpetradas los grupos armados irregulares entre 1999 y 2003, se puede decir que el escalamiento del conflicto armado en Nariño puede corresponder a la decisión de las FARC de extender su presencia hacia la Costa Pacífica, para lo cual ha dado prioridad a los ataques a las poblaciones y la destrucción de los puestos de Policía.

Enfrentamientos entre grupos irregulares

Una de las características del reciente escalamiento del conflicto armado observada en Nariño a partir de 2001, es el incremento de los enfrentamientos directos entre la guerrilla y los grupos de autodefensa, con un marcado énfasis en el piedemonte occidental de la cordillera hacia la Costa Pacífica y municipios de la región del norte de Nariño sobre riveras del delta del Patía. En marzo de 2001, en Tumaco, en la vía a Pasto a la altura del corregimiento La Guayacana, se produce el primero de estos choques entre miembros del frente 29 de las FARC e integrantes de las autodefensas, con saldo de 25 combatientes muertos. En septiembre, en el corregimiento San José del municipio de Roberto Payan, se produce un nuevo contacto armado entre integrantes del 29 frente de las FARC con miembros del bloque Sur de las AUC. En este mes, vuelven a enfrentarse la guerrilla y las autodefensas en Tumaco, en la vereda Barbacoas. Al mes siguiente los combates continuaron en Tumaco, en la región del río Patía, en la laguna Chimbusa se presentó un enfrentamiento entre guerrilleros de las FARC y miembros de las AUC. En diciembre, en el sector Acueducto de El Charco, integrantes de las AUC se enfrentaron con miembros del frente 29 de las FARC.

En el 2002 los enfrentamientos entre la guerrilla y las autodefensas se intensifican y sigue teniendo un énfasis particular en la zona del Pacífico, en municipios productores de coca o que son escenario de disputa armada entre estos dos actores por el control por su elevado valor estratégico. En enero, en el corregimiento Altaquer de Ricaurte, sobre la carretera entre Tumaco y Pasto, miembros de las AUC se enfrentaron a integrantes del frente 29 de las FARC. Más tarde entre febrero y marzo, se registran otros dos contactos armados protagonizados por estos grupos al margen de la ley en jurisdicción del municipio de Tumaco, en el corregimiento Llorente que no solo es importante por su ubicación sobre la Carretera al Mar, sino por ser epicentro de la actividad coquera en el suroccidente nariñense. En el primero de estos enfrentamientos registrado el 22 de febrero entre las AUC y guerrilleros del frente 29, cinco de los integrantes de las FARC resultaron muertos. El segundo se produjo el 3 de marzo sin que se registraran bajas en ninguno de los bandos.

Barbacoas tiene una muy importante localización, en la medida en que tiene comunicación terrestre con Tumaco y es acceso al Pacífico a través del río Patía, lo cual explica la elevada intensidad de la disputa armada entre integrantes del bloque Libertadores del Sur de las AUC y guerrilleros del frente 29 de las FARC que han ocasionando el desplazamiento de los habitantes de las zonas rurales afectadas, quienes manifiestan que en al menos tres choques que se han presentado, 25 combatientes han muerto al igual que 3 civiles.

En julio, El Charco, catalogado como epicentro de la actividad coquera en el noroccidente nariñense, fue escenario de la confrontación armada; entre las veredas Taija y Río El

Rosario, guerrilleros del frente 29 de las FARC y miembros de las AUC protagonizaron un nuevo choque armado. Cabe destacar el enfrentamiento registrado en mayo en Samaniego en el sitio Santa Rosa en la vía a Túquerres, en momentos en que guerrilleros del ELN instalaron un retén ilegal y fueron sorprendidos por integrantes de las AUC; este incidente desencadenó en choques en la vía a Linares, en las veredas Piedras Blancas y El Salado, con lo cual se evidencia el interés de las autodefensas por golpear en las zonas de presencia del ELN.

Acciones de la Fuerza Pública

Para este informe fueron tomados los contactos armados como referente de las actividades emprendidas por la Fuerza Pública para mitigar o disminuir el impacto que produce la presencia de los actores armados irregulares en el departamento de Nariño, especialmente en la región de la Costa Pacífica, que como se ha visto en este informe es una de las más vulnerables en la región.

Entre 1998 y 2003 se presentaron 112 contactos armados, con una tendencia ascendente notable desde 1998 cuando apenas se registraban 6 contactos comparados con los 55 combates que se presentaron en 2002. El refuerzo de la estructura de la Fuerza Pública y el cambio de estrategia frente a las acciones de los grupos armados ilegales en el departamento puede explicar el número creciente de contactos armados de los cuales se destacan los de mayor contundencia entre 2001-2002, con un descenso fuerte para los primeros ocho meses de 2003 con sólo cinco enfrentamientos.

Fuente: Policía Nacional. Procesado: Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH. Vicepresidencia de la República. Cifras a Agosto de 2003

Se destacan las principales acciones de la Fuerza Pública en respuesta a las acciones de los grupos irregulares. En mayo de 2001 en la vereda Purbuntud del municipio de Potosí, se produjo un combate entre el Ejército y miembros del frente 2 de las FARC, en el que murieron seis insurgentes.

En este mismo mes en las veredas Casanare y Cartagena de Samaniego unidades del Ejército se enfrentaron con integrantes del ELN, cinco guerrilleros murieron en la ofensiva militar. En septiembre, en la vereda San Agustín, de Samaniego, el Ejército se enfrentó a integrantes del frente Comuneros del Sur del ELN, dando de baja a cuatro guerrilleros. En enero de 2002, en el corregimiento Santa Bárbara, unidades del Ejército se enfrentaron a integrantes del frente 2 de las FARC, muriendo un soldado y cinco insurgentes. En marzo en la vereda San Gabriel de Yacuanquer, el Ejército Nacional se enfrentó con subversivos de la compañía Guerreros del Sindagua del ELN, dando de baja cuatro de sus integrantes capturando dos más. En el mes de julio de 2002, unidades del Ejército lograron interceptar una columna de las FARC entre Carlosama y Cumbal librando un combate que le permitiódar de baja a ocho guerrilleros e incautar abundante material de guerra. En diciembre, en la inspección Las Mesas de El Tablón, en combate entre unidades del Ejército y miembros de las FARC murieron tres insurgentes.

En agosto en el corregimiento La Guayacana del municipio de Tumaco, el Ejército se enfrenta con subversivos de las FARC, que pretendían instalar un reten ilegal, como consecuencia resultaron heridos dos militares. Por su parte en Leiva, al norte de Nariño, en el corregimiento la Barca, se enfrentaron con unidades del bloque Libertadores del Sur de la AUC, quienes realizaban un retén, capturando a un integrante de este grupo e incautando material de guerra.

En septiembre en la vereda San Isidro del municipio de Mallama, el Ejército se enfrentó con integrantes del ELN, los cuales realizaban un reten ilícito. En Pasto lo hizo con una célula de la AUC, dando de baja a tres integrantes de este grupo. En Santa Cruz en la vereda Machang, con el Frente Comuneros del Sur del ELN, dando de baja a 6 insurgentes.

En noviembre en el municipio de La Cruz en el corregimiento Tajumbina, el Ejército se enfrentó con el frente Arturo Medina de las FARC, dando de baja a 5 integrantes de este grupo. En Barbacoas sobre el corregimiento de Altaquer sobre la vía a Tumaco con miembros de las FARC donde fueron dados de baja 3 subversivos.

A octubre de 2003 se ha mantenido, aunque en menor proporción, la intensidad de los contactos armados sobre todo en los municipios de Tumaco, Pasto en el corregimiento el Encano, el corregimiento El Diviso de Barbacoas, Ricaurte y Alabn.

La acción de la Fuerza Pública no sólo ha recaído sobre las guerrillas, sino que ha logrado asestar duros golpes a las autodefensas y a los intereses del narcotráfico, que estas organizaciones resguardan. A partir de octubre de 2002, el Ministerio de Defensa reporta que logró retomar el control sobre Bocas de Satinga, en la costa de Nariño, donde los grupos de autodefensa brindaban seguridad a los laboratorios para el procesamiento de coca. Este resultado positivo se explica por la acción persistente de la Infantería de Marina que desde junio de 2001 está combatiendo al bloque Libertadores del Sur de las AUC, primero en Tumaco y luego en Olaya Herrera, produciendo bajas, capturas y el desmantelamiento de campamentos y la infraestructura para el procesamiento de droga.

De la misma manera registra hechos cometidos en contra de esta agrupación en la capital del departamento y municipios del norte como Buesaco y la Unión donde se presentaron capturas e incautación de material logístico.

Contra la vida

En Nariño la agudización del conflicto armado ha afectado de manera directa a la población civil, convirtiéndola en objetivo militar, rompiendo de esta manera toda distinción entre combatientes y no combatientes. Si bien se viene presentando un aumento de los enfrentamientos directos entre las organizaciones subversivas y los grupos de autodefensa, las acciones contra los ciudadanos indefensos marcan el acontecer de la disputa armada por el territorio y los recursos.

Las masacres que se comienzan a producir en Nariño a partir de 1999, tienen el fin de impedir la consolidación de los avances territoriales de los actores armados en competencia. Golpeando a los civiles inermes no sólo se busca impedir que se construyan las redes de apoyo del enemigo, sino también demostrar a la población que ha convivido con este, que no la puede defender y que, en consecuencia, resulta mejor plegarse al nuevo actor que termina sometiéndola bajo el terror.

Violaciones a los DDHH e Violaciones a los DDHH e infracciones al DIHinfracciones al DIH

Fuente: Policía Nacional. Procesado: Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH. Vicepresidencia de la República. Cifras a agosto de 2003.

Fuente: Policía Nacional. Procesado: Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH. Vicepresidencia de la República Cifras a Agosto de 2003.

En el año 2000 se comienzan a producir masacres donde es evidente la participación de los actores del conflicto armado. El 8 de marzo, en la inspección San Francisco de Carlosama, guerrilleros del frente Comuneros del Sur del ELN asesinaron con arma de fuego a cuatro personas. El 11 de octubre, en la vía que conduce de Tumaco a Pasto, en el kilómetro 28, desconocidos portando armas de corto y largo alcance con lista en mano, a cuatro personas e hirieron a cinco más, acusándolos de pertenecer a una banda delincuencial.

En el 2001 las víctimas de las masacres llegan a su punto más elevado. En julio, en el perímetro urbano de Barbacoas, guerrilleros pertenecientes al frente 29 de las FARC asesinaron con arma de fuego a ocho personas entre las que se encontraban el Secretario de Obras Públicas y un profesor, secuestraron a siete más y dieron un plazo de 24 horas al Alcalde, Concejales, Jefe de Personal de la Alcaldía y a la auxiliar de trabajo social del Hospital San Antonio de Barbacoas para abandonar el lugar, acusándolos de ser colaboradores de las Fuerzas Militares. Al mes siguiente, en el corregimiento Llorente en jurisdicción de Tumaco, integrantes de las AUC en falso retén asesinaron con arma de fuego a ocho jornaleros acusándolos de ser colaboradores de la insurgencia. En octubre, en jurisdicción de Samaniego, un grupo de las AUC, asesinó a cinco personas, entre ellas a un hermano de un comandante de las FARC en el Cauca y amenazaron con continuar con estas acciones en el municipio.

En el 2002 la pugna entre la guerrilla y autodefensas se expresa con especial intensidad en Tumaco. En febrero, en diferentes lugares del sector Aldana de la vereda Camellones de Ipiales, integrantes de las AUC asesinaron con armas de fuego a cuatro personas. Al mes siguiente, en la vereda Caunapi en jurisdicción de Tumaco, ocho personas obligadas a salir de sus viviendas fueron ultimadas con arma de fuego por un grupo de autodefensa.

En junio, en la inspección Llorente, sitio El Pinde, de Tumaco, guerrilleros del frente 29 de las FARC realizaron un retén ilegal, en el cual dieron muerte a 5 personas que fueron obligadas a bajar de un bus de servicio público.

En el corregimiento de la Guayacana en enero de 2003 se presentó una incursión de autodefensas, dando como resultado una masacre de cinco personas y otro grupo de personas desaparecidas. En marzo del mismo año ocurrió una nueva incursión en el corregimiento de Altamira del municipio de Policarpa, donde degollaron a 3 jóvenes acusándolos de guerrilleros. Sobre la vía al mar, entre el corregimiento de Llorente y La Guayacana se presentó una masacre de seis personas, tres hombres, dos mujeres y un niño perpetrada por las autodefensas.

Llama la atención la relación entre el incremento de los homicidios, el escalamiento del conflicto armado y el desarrollo de la pugna entre los grupos al margen de la ley, que se expresa en enfrentamientos directos entre guerrillas y autodefensas, asesinatos selectivos y masacres.

Para el primer periodo comprendido entre los años 1990-1995, se advierte una baja intensidad en el homicidio en todos los municipios de Nariño en comparación a la tasa nacional. A partir de este año se dispara en el municipio de Taminango, superando en más del doble la tasa nacional, mientras que en el resto de los municipios conserva la tendencia de los años anteriores. La intensificación del conflicto en el departamento incide en la dinámica del homicidio, lo que indica que este se relaciona directamente con la actividad de los grupos armados y los cultivos ilícitos.

Fuente: Boletín diario del DAS. Procesado Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH. Cifras a Agosto de 2003.

Durante el periodo 1999 - 2002 se concentran los homicidios en el norte y sur de Nariño, que como ya se mencionó, son regiones estratégicas de disputa por los grupos alzados en armas. En el 2003 se presenta un cambio en la tasa de homicidio que se concentra en la zona costera en los municipios de Ricaurte, Barbacoas y Tumaco, donde se encuentran las mayores áreas de cultivos ilícitos de Nariño. También se destaca el homicidio en el municipio de Sotomayor. Para entender este fenómeno hay que considerar que éste se encuentra en áreas de influencia de los grupos armados que han focalizado su accionar en el corredor del río Patía que comunica con la costa nariñense.

TASA DE HOMICIDIO DE MUNICIPIOS DEL NORTE DEL DEPARTAMENTO COMPARADO CON LA TASA NACIONAL. 1990-2003

TASA DE HOMICIDIO DE MUNICIPIOS

DE LA COSTA COMPARADO CON

LA TASA NACIONAL 1990-2003

Fuente: Policía Nacional. Procesado: Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH. Vicepresidencia de la República Cifras a Agosto de 2003.

SECUESTROS POR RESPONSABLE 1998-2003

EVOLUCIÓN DEL SECUESTRO EN ALGUNOS MUNICIPIOS 1998- 2003

Fuente: FondelibertadProcesado por el Observatorio de DDHH y DIH de la Vicepresidencia de la República * Proyectado con base en lo registrado hasta octubre

Secuestros

Como se ha señalado, para alcanzar sus objetivos, los protagonistas del conflicto recurren cada vez más a prácticas condenadas por el Derecho Internacional Humanitario entre estas la toma de rehenes con fines políticos o económicos.

Nariño en estos últimos seis años ha presentado un total de 297 secuestros, tanto económicos como políticos. Al identificar la autoría se tiene que en el año 2000 los mayores

secuestros los cometió el ELN, esta curva desciende y pasa para el año 2002 y 2003 al segundo lugar, superándolo las guerrillas de las FARC y en un tercer nivel se encuentran las AUC como intensidad de autoría.

El secuestro ha ido en ascenso en Nariño y es ejecutado en el último año mayoritariamente por las FARC. Se observa en los gráficos que éste flagelo se incrementa en el año 2000 en comparación a los años anteriores y conserva la tendencia. Los municipios más afectados son Pasto como ciudad capital y centro comercial, Ipiales aunque en descenso en este último año y Ricaurte en la Costa Pacífica. Hay que destacar el ascenso y descenso que ha presentado en el 2001 el municipio de El Tablón, al norte del departamento y puede explicarse por una supuesta bonanza amapolera en el sector.

Desplazamiento forzado

Los grupos armados cada vez más dirigen sus acciones contra la población civil, recurriendo al terror por medio de homicidios selectivos, masacres y secuestros que se dirigen de manera calculada hacia aquellas zonas que por su elevado valor estratégico, son objeto de disputa armada. En este contexto se produce el desplazamiento masivo de personas que abandonan su entorno social como una manera de procurar su supervivencia.

De acuerdo con el registro de población desplazada de la Red de Solidaridad Social de la Presidencia de la República para el departamento, en la actualidad se expresa en cerca de 10.500 personas que han tenido que abandonar sus sitios de residencia.

Fuente: Red de Solidaridad Social. Sistema único de Registro. Procesado Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH.Vicepresidencia de la República. Cifras a Agosto 31 de 2003

De otra parte, Pasto e Ipiales se han convertido en zonas receptoras de desplazados, en su mayoría provenientes del Putumayo. Las estadísticas disponibles dan cuenta de alrededor de 18.000 personas oriundas de Nariño que habían migrado al Putumayo en búsqueda de un mayor ingreso económico, atraídos por la bonanza petrolera y coquera y ahora se han visto forzadas a regresar.

En el departamento de Nariño se destaca la afluencia de la población hacia el municipio de Pasto, como centro donde se hace posible a primera vista conseguir de manera más ágil la ayuda de las instituciones nacionales e internacionales, ya sea en el momento de la emergencia o con miras a una posible reinstalación.

Existe también el desplazamiento interdepartamental que se presenta con Putumayo principalmente, Cauca y en menor escala con Caquetá y Meta. El desplazamiento intermunicipal donde las personas son desplazadas de los pueblos de Nariño y llegan a Pasto o de la Costa Pacífica en busca de refugio en Tumaco o en Ipiales. De acuerdo con la dinámica del conflicto armado, los municipios que son expulsores de población desplazada son: Tumaco, El Charco, Barbacoas, Ricaurte El Rosario, Policarpa, (Madrigales zona de influencia de las FARC), y Pasto. Así mismo todos aquellos que se han sometidos a las fumigaciones corren el riesgo de ser expulsores de su población.

Grupos sociales mas afectados por el conflicto armado

La creciente violación de los derechos humanos y del DIH producida en medio del conflicto es debida a que los protagonistas armados desencadenan una dinámica en la que dirigen sus acciones contra los civiles, pues las respuestas para mantener su influencia sobre los territorios en disputa se centran en la población.

Los grupos indígenas así como las comunidades afrocolombianas son víctimas de asesinatos, secuestros, desplazamientos y desapariciones de los grupos en disputa que buscan sembrar el terror, erosionar los espacios colectivos y limitar la participación comunitaria. Esto obedece a las presiones muy fuertes por parte de narcotraficantes del Valle y Cauca sobre los indígenas para que vendan sus tierras o, en su defecto, las abandonen, para el cultivo y procesamiento de alcaloides. Se suma la expansión de la guerrilla en los últimos años que presiona a las comunidades, y también la irrupción reciente de los grupos de autodefensa que entran a competir con la insurgencia por el control del territorio.

En Nariño, según el DANE se encuentran 38 resguardos indígenas con una población de 126.740 indígenas, correspondiente al 7.5 % de la población total de Nariño. Entre las comunidades priman los pueblos Pastos, Awa, Embera e Inga. Todos estos se encuentran en situaciones críticas de violaciones a sus derechos, en especial los Awa y las comunidades negras de la Costa Pacífica, que en este año ha presentado un incremento significativo de la violencia, tal como lo manifiesta el informe del Comité permanente por la Vida (junio de 2003), sobre Derechos Humanos de Ricaurte y Mayama: “El engaño es una clase de violencia en las comunidades étnicas, ya que a los narcotraficantes les arriendan sus parcelas

Fuente: Ministerio de Protección Social. Procesado Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH. Vicepresidencia de la República.

para hacer la siembra de cultivos ilícitos, sin tener en cuenta que estas tierras se desgastan y finalmente no les queda sirviendo y hacen que las comunidades indígenas continúen en su pobreza.” Esta situación es casi similar al norte del departamento en límites con Cauca con la comunidad indígena Inga, donde frecuentemente se presentan incursiones de grupos alzados en armas y enfrentamientos, llevando a cabo actos de saqueo, pillaje, temor en la población y consiguiente desplazamiento.

En cuanto a los sindicalistas, Nariño permite relacionar directamente la intensidad de los asesinatos de sindicalistas con la intensidad del conflicto armado, a medida que el conflicto se escalona se incrementan los asesinatos a sindicalistas. De los años 1990 a 1997 se tiene en promedio por años, el asesinato de un sindicalista, en el año 1998 se comienza a dar un ascenso contabilizándose para ese año 3 asesinatos, luego la curva presenta un brusco ascenso a partir del año 2000, hasta alcanzar para el año 2002 un total de 7 sindicalistas asesinados. Sin lugar a dudas, están en la mira de los grupos alzados en armas y se han visto afectados significativamente.

Este panorama no ha escatimado a los docentes de Nariño. Según el Sindicato de Maestros Nariñenses SIMANA, desde el año 2000 hasta la fecha se han presentado un total de 11 asesinatos de docentes principalmente en las poblaciones de Linares, Aldana, El Tablón, Puerres y Ricaurte. Adicionalmente esto ocurre un alto número de amenazadas, que coincide con las regiones que presentan el nivel más alto en su intensidad de conflicto, principalmente en municipios de la Costa Pacífica y el norte de Nariño. De la misma manera se han presentado amenazas a periodistas por parte de las autodefensas, en donde se los declara objetivo militar por su presunta colaboración con la Fuerza Pública y/o las guerrillas.

Concuerda aún más el hecho de que las expresiones de los grupos insurgentes se llevan a cabo en contra de la población civil y en especial sobre grupos sociales de importancia en laorganización y estructura social, obteniendo un sometimiento efectivo de la población. Esto se corrobora con los homicidios de personas que defienden los derechos humanos como el caso de la religiosa Yolanda Cerón en Tumaco, y el Defensor Público Cesar Ordóñez, ocurrido en Pasto. De igual manera se han presentado asesinatos de líderes estudiantiles, principalmente de la Universidad de Nariño, cuyo único objetivo ha sido el de motivar opiniones distintas a la de los grupos armados y consolidar un precedente en la sociedad estudiantil vulnerable.

Minas antipersonal en Nariño

Según los registros del Observatorio de Minas Antipersonal del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH, durante el periodo comprendido entre 1990 y octubre de 2003 se presentaron 41 eventos por minas antipersonal y otros artefactos explosivos abandonados sin explotar, 9 accidentes que representan el 22% y 32 incidentes que representan el 78 %. El departamento ocupa el lugar 19 en cuanto a frecuencia de eventos a nivel nacional, que representa el 1.12 % de los 4.035 eventos nacionales registrados.

La tendencia ascendente del conflicto armado en Nariño en los últimos años coincide con el incremento del uso de minas antipersonal por parte de los grupos armados irregulares, tanto de las FARC, el ELN y las autodefensas, y con las regiones más afectadas por la intensificación de este como municipios de la Costa Pacífica y sobre la vía al mar por un lado, y sobre áreas del valle de río Patía al norte, por otro.

En cuanto a la frecuencia municipal por eventos, se encuentra que el primer lugar lo ocupa el municipio de Cumbal en frontera con Ecuador con un total de cinco acciones, cuatro incidentes y un accidente que cobró víctimas; lo sigue Ricaurte en la Costa Pacífica nariñense sobre la vía al mar con un total de cinco incidentes. Posteriormente se encuentra el Pasto como capital del departamento con un total de cuatro incidentes; y Puerres con un total de un incidente y tres accidentes que cobraron dos víctimas en el área urbana y una en el área rural. En quinto lugar se encuentra EL Rosario con tres incidentes en su área rural. Finalmente se encuentran Mallama y Policarpa con dos incidentes en sus áreas rurales.

Vale la pena destacar algunos hechos de trascendencia sobre el uso de minas antipersonal en Nariño por parte de los grupos armados irregulares, que permiten corroborar el hecho de que coinciden con zonas más afectadas por el conflicto. En diciembre de 2001 en el km 25 de la vía al corregimiento La Victoria, sector Los Aliseos, se detonó una mina “quiebrapatas”en momentos que era manipulada por insurgentes de las FARC, resultando muerto una persona y heridos dos más. En Pasto, en julio de 2002 en el sitio Alto de Daza, unidades de la Policía incautaron dos rockets antitanque, seis granadas de mano, tres granadas de mortero, 19 minas antipersonales, 48 detonadores para minas y 1.815 cartuchos. En diciembre de 2002 en el municipio de Ricaurte en la vereda San Isidro, unidades del Ejército desactivaron un campo minado compuesto por 42 minas con explosivo Anfo y metralla, que había sido instalado por integrantes de las FARC.

EVENTOS POR MINAS ANTIPERSONAL Y ARTEFACTOS EXPLOSIVOS ABANDONADOS DE 1990 A OCTUBRE DE 2003

INCIDENTES 32

ACCIDENTES22.0%INCIDENTES 78.0%Total: 100.0%

ACCIDENTES 9

FUENTE: Observatorio de Minas Antipersonal Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH.Octubre 2003

En diciembre de 2002 en Pasto dos campos minados instalados por guerrilleros de las FARC, fueron desactivados por el Ejército.. En el mismo mes en Cumbal en la vereda Mirafores, unidades del Ejército desmantelaron dos campamentos pertenecientes a subversivos de las FARC. En marzo de 2003 en la vereda Pueblo Nuevo, el Ejército desactivó mediante cargas controladas un campo minado instalado por integrantes de las FARC. El 13 de julio de 2003 en zona rural del municipio de El Rosario unidades del Batallón Batalla de Boyacádestruyeron un campo minado.

El estado actual del conflicto armado en Nariño es totalmente diferente al que se vivió a comienzos de la década de los noventa. Antes de 1999 las guerrillas habían destinado este territorio a fines de descanso y sanidad principalmente. A partir de 1999 se observa un incremento y cambio en los métodos de guerra por parte de los grupos irregulares. Esto obedece a que el departamento de Nariño se ha convertido en un territorio de suma importancia geoestratégica de dominio como ventaja hacia el enemigo y fortalecimiento.

Como elemento estructural en la comprensión del incremento ascendente en la intensidad del conflicto en los cuatro últimos años, se constituye el hecho de que las fumigaciones por aspersión aumentaron en Putumayo, lo que llevó generó la multiplicación de las áreas cultivadas en Nariño principalmente en la Costa Pacífica (Ricaurte, Barbacoas, Tumaco, Olalla Herrera) y en municipios del Alto Patía al norte (Leiva, Rosario, Policarpa y Cumbitara). Esto ha facilitado la expansión de los grupos guerrilleros y de autodefensas sobre estas regiones y ha generado impactos sociales sin precedentes, en lo que refiere a creación en las sociedades de una ilusión de falso progreso y condiciones propicias para la delincuencia común.

El conflicto armado en Nariño se comporta en función del beneficio económico que procura el cultivo ilícito. Razón por la cual tener el control de las vías de comunicación, principalmente la vía al mar que une al puerto de Tumaco con Túquerres, la vía Panamericana para tener acceso con el Ecuador y el interior del país, el valle del río Patía que comunica con el Océano Pacífico, ha sido las prioridades de los grupos armados para el ingreso de insumos químicos, salida de alcaloides y armamento.

ConclusionesConclusiones

Se evidencia un cambio en las acciones de los grupos guerrilleros en los tres últimos años. Han disminuido las tomas a poblaciones y ha aumentado el ataque a instalaciones de la Fuerza Pública, actos de terrorismo y hostigamientos. Esto obedece al aumento de los contactos armados por iniciativa de la Fuerza Pública y a una inteligencia más efectiva, las cuales han obligado a las guerrillas que operan en la región cambiar de táctica en su accionar.

Como se ha dicho, se ha presentado un incremento de áreas de cultivo ilícito sobre la región pacífica nariñense. Esto ha obligado a los grupos armados a extender su presencia adelantando acciones en contra de la población civil. Es evidente la violación a los derechos humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario, principalmente sobre el pueblo indígena Awa y la comunidad negra, a través de amenazas, masacres, asesinatos y desplazamiento.

Otra región crítica la constituye el Alto Patía, en los municipios de Leiva, Rosario, Policarpa yCumbitara y la comunidad indígena Inga. El multiplicación de cultivos de ilícitos y su valor estratégico a puesto en disputa a los grupos armados, especialmente a las FARC y las autodefensas. Como consecuencia, la sociedad civil se encuentra vulnerable frente a las acciones de estos grupos. Según información de la población, el río Patía se ha convertido en un cementerio fluvial, se ha observado hasta cinco cadáveres por día, los cuales no son registrados ni encontrados para su reconocimiento y sepultura.

Los grupos armados dirigen sus acciones directamente en contra de la población civil, recurriendo al terror por medio de homicidios selectivos, masacres y secuestros. En este contexto se produce el desplazamiento de personas que abandonan su entorno social. Nariño, Pasto, Ipiales y Tumaco se han convertido en zonas receptoras de desplazados del Putumayo y de los municipios de El Charco, Barbacoas, Ricaurte, Rosario y Policarpa en Nariño.

Se ha observado que sectores de la sociedad civil como sindicalistas, periodistas, docentes, defensores de los derechos humanos y líderes estudiantiles como los de la Universidad de Nariño, han sido afectados en los últimos cuatro años por las acciones de los grupos irregulares, fundamentalmente por las autodefensas, a través de homicidios selectivos. Estos grupos han puesto en la mira a sectores de la sociedad civil de importancia en la estructura social, con el objetivo de generar desestabilidad, terror y sobre todo silenciar las diversas expresiones sociales.