LOS MEJORES...de oro. Salieron del castillo corriendo antes de ser vistos por los guardias ya que...
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LOS MEJORES T CUENTOS DEL MUND escritos por niñ@s T T
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LOS MEJORES
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CUENTOS DEL MUND
escritos por niñ@s
T
T
Todos los CUENTOS que aquí encontrarás han sido es-
critos por niños y niñas de muchos lugares, pero con
algo en común: la .
Están hechos a partir de la siguiente receta:
De cada uno de los cuentos se ha respetado su
esencia, no se ha modificado ni corregido nada. Por
ello, tal vez, encontréis pequeñitos fallos, pero que
los hacen todavía más auténticos si caben.
Un gran pellizco de amor
Un chorretón de imaginación
Una gran cucharada de CrEaTividad
Un toque de originalidad
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LOS MEJORES CUENTOS DEL MUNDO
escritos por niñ@s
T T
LOS MEJORES CUENTOS DEL MUNDO
escritos por niñ@s
Muchas gracias
MAESTR@S, PAPAS, MAMAS, ABUEL@S…..
y en especial a vosotros NIÑOS y NIÑAS
por haber hecho posible este libro de los
MEJorES CUEnToS dEl MUndo
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Había una vez un niño sin miedo. Él buscaba un te-
soro escondido en un castillo terrorífico. Nadie ha-
bía cogido el tesoro durante cien años. El niño deci-
dió ir.
Al llegar al castillo oyó el ruido de un monstruo. Te-
nía que pasar por un túnel lleno de… ¡esqueletos,
monstruos, momias, zombis, fantasmas y vampiros!
El niño tenía miedo pero, al cabo de unas horas, lle-
gó a la cámara secreta.
Consiguió abrirla y vio el tesoro, pero sabía que ro-
bar un tesoro no estaba bien. Entonces tuvo una
idea. Hizo una foto y la llevó a su casa, la enmarcó
en su cuarto y la guardó. Colorín colorado el cuento
se ha terminado.
M.R
LA BUSQUEDA DEL TESORO
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Érase una vez un virus llamado Bichito que entraba
en el cuerpo de las personas. Bichito les hacía tener
fiebre y no poder salir de la cama.
Un día, Bichito llamó a la puerta de
los González: “¿Siiii? ¿Quién es?”. No
contestó nadie. Abrieron la puerta y
entró Bichito.
Empezaron a tener fiebre y llamaron a la doctora:
“Doctora, tenemos fiebre, entró Bichito” y la doctora
contestó: “No os preocupéis, tengo la vacuna”.
Llegó la doctora a casa de los González y uno por
uno les dio la medicina. A los cinco días, la familia
González estaba curada y colorín colorado este
cuento se ha acabado.
BICHITO
H. L
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Érase una vez tres adolescentes que se llamaban:
Paola, Charlotte y Helen. Un día fueron en una lan-
cha hasta la isla de Hawái.
Cuando llegaron a Hawái vieron un estanque pre-
cioso y el agua parecía mágica. De pronto salió la
Luna y Paola y Helen querían meterse en el agua,
pero Charlotte dijo: “No, ¿y si nos pasa algo raro?”
“No digas tonterías” dijeron Helen y Paola. Muy in-
segura, Charlotte se metió con ellas al agua. Las
tres se dieron la mano y de un salto se metieron en
el estanque. Y el poder de la Luna llena las convir-
tió en sirenas.
Al final, las tres jóvenes se quedaron a vivir en el
mar y colorín colorado esta leyenda se ha acabado.
LAS UNICAS SIRENAS DE ESPAÑA
P. B
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El señor perro y el loro eran enemigos.
Un día decidieron hacer boxeo para ver
quién de los dos era más fuerte. El perro, confiado
de que iba a ganar, trajo un trofeo de
oro. El loro, que era muy tramposo, se
puso peso en los guantes. Cuando empe-
zaron, al loro se le cayó el peso de los
guantes, así que le dieron un punto al señor perro.
El loro seguía haciendo trampas una y otra vez. Al
final el perro ganó y el loro comprendió que hacer
trampas es malo. Después de un tiempo, el perro y el
loro se hicieron amigos.
MORALEJA: “Las trampas no son la mejor opción”.
LOS DOS ENEMIGOS
J. F
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Érase una vez un niño llamado Jorge, que estaba preocupado buscan-
do la felicidad, puesto que no sabía lo que era.
Él muchas veces estaba triste y no sabía por qué, ya que tenía de to-
do.
Un día, Jorge, en el recreo del colegio, preguntó a sus amigos:
“¿Sabéis qué es la felicidad?”.
Todos le contestaron: “¡Pues claro Jorge, la felicidad es tener todo lo
que quieras”, pero Jorge se quedó pensativo y dudando de lo que le
habían dicho.
Al llegar a clase estaba distraído, buscando la respuesta a su pregun-
ta.
De pronto la profe le preguntó: “Jorge, dime cuánto es 4 x 6” y Jorge
se asustó y dijo: “4 x 6, 4 x 6,... ¡Ya lo tengo profe! 4 x 6 es igual a LA
FELICIDAD”.
Todos le miraron asombrados, la profe le preguntó por su respuesta y
dijo que llevaba mucho tiempo buscando la verdadera felicidad y se
acababa de dar cuenta de que la felicidad no es tener muchas cosas
sino valorar lo poco o mucho que tengas y en especial a tu familia y
los buenos ratos con tus amigos. Se había dado cuenta al pensar que
en el siguiente recreo del cole iba a jugar y disfrutar mucho con sus
compañeros.
Todos aplaudieron y se dieron un abrazo enorme.
JORGE Y LA BUSQUEDA DE LA
FELICIDAD
S. G
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Había una vez dos muñequitos de lana. Se llamaban
Zip y Zap y estaban unidos por lana. No se podían
separar. Zip era azul y tenía dos cuernos en la cabe-
za y Zap era rojo y tenía dos cuernos en la cabeza.
Eran muy amigos. Llevaban toda la vida juntos, por
lo que no se podían separar.
Un día estaban jugando al escondite y, como siem-
pre se encontraban, Zap decidió cortar la cuerda pa-
ra esconderse bien. Zip, por primera vez, no lo en-
contraba y se asustó mucho. Después de buscarlo
mucho tiempo se fue a casa muy triste.
Al día siguiente, muy pronto, fue a buscarlo y lo en-
contró atrapado en un agujero, Zip soltó lana de su
cuerpo y le ayudó a subir. Se pusieron muy conten-
tos y se dieron un gran abrazo.
Al final se ataron y prometieron que nunca más se
iban a separar y colorín colorado, este cuento se ha
acabado.
INSEPARABLES
N. S
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Había una vez una princesa llamada Verónica a la
que le encantaba viajar, pero viajar a un mundo
perdido de hadas, unicornios y un gran castillo. El
gran castillo era precioso, pero…
De repente, un día vino una bruja mala, se cruzó con
el mundo perdido y la bruja hizo un plan para ser la
reina y destruir el mundo perdido. Hizo una pócima
para volverse joven y guapa y mintió al rey y se hi-
zo reina. El mundo de fantasía se volvió todo negro
y triste, pero Verónica no podía dejar que esto si-
guiera así.
Verónica descubrió la pócima, la tiró y la
bruja desapareció. Todo volvió a ser como
antes. Verónica salvó el mundo y se hizo
reina y colorín colorado este cuento se ha acabado.
EL MUNDO PERDIDO
D. L
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Érase una vez un pingüino que compartía todo lo
que él encontraba y tenía muchos amigos. También
había una foca que no compartía nada, pero que ju-
gaba con los muñecos que tenía el pingüino. Enton-
ces fue el pingüino a decirle a la foca que si podía
jugar y la foca le dijo que no. Un día se sentía sola y
fue a jugar con el pingüino. Entonces la foca le dijo
al pingüino: “¿Puedo jugar contigo?” Y le dijo que
no. Así la foca aprendió a compartir.
MORALEJA: Si con tus amigos quieres jugar, las co-
sas debes dejar.
EL PINGUINO Y LA FOCA
E. F
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Había una vez un monstruo llamado Coronavirus
que vivía en la Tierra.
Era un monstruo solitario que tenía la misión de
matar a las personas. Se mutaba de unos a otros.
Quería que las personas estuvieran en casa solas y
tristes. La gente se defendía saliendo cada tarde a
sus ventanas a aplaudir junto a sus vecinos y ayu-
dándose unos a otros. Las familias y amigos seguían
divirtiéndose haciendo vídeos de retos.
El monstruo vio que cada vez las personas estaban
más unidas y desapareció. ¡Por fin! Colorín colorado
este cuento se ha acabado.
EL MONSTRUO CORONAVIRUS
V. F
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Había una vez un coche que era un poco lento por-
que tenía una rueda pinchada. Como era pobre, no
podía arreglarla.
Un día, cuando iba por el campo, se quedó parado,
entonces vio un tesoro en el camino. Cuando consi-
guió arrancar, se fue al camión policía para entre-
garlo. Allí estaba el coche Ferrari y dijo que era su-
yo y, por devolvérselo, el Ferrari le tuneó como un
Porsche.
Los dos se hicieron muy amigos.
MORALEJA: Por ser bueno, ganó un amigo y se
transformó en Porsche.
EL COCHE TROLOROLO
A. S
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Había una vez un vampiro llamado Catalino. Vivía
en una casita en el bosque y era amigo de todos los
animales. Jugaba, bailaba y cantaba con ellos.
Un día apareció un animal que nunca había visto, se
le acercó y le dijo: “Catalino, ¿quieres ser mi ami-
go”? Pero se fue corriendo, dejando a Catalino pas-
mado.
Le buscó y buscó hasta que al fin le encontró en una
caseta de madera a la entrada del bosque. Tras va-
rios intentos, descubrió que no hablaba su idioma,
pero como el vampiro Catalino había viajado mucho,
al final logró entenderle.
Vino su familia, Catalino le presentó a sus amigos y,
desde entonces, jugaron todos juntos.
EL VAMPIRO AMIGO
N. B
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Había una vez unos hermanos que, cuando fueran
adultos, querían ser astronautas, pero sus padres
no les dejaban.
Cuando fueron mayores, ya sus padres se
fueron al cielo pero, antes de irse, cuan-
do aun eran pequeños esos tres herma-
nos, les dejaron una nota que decía:
“Hola niños. Ya sabemos vuestro padre y yo que
queríais ser astronautas. Por eso, ya que no esta-
mos aquí, os dejamos. Eso fue porque no nos lo pen-
samos bien, pero ya en este momento sí”.
Y cuando por fin fueron mayores, decidieron mar-
car en la Luna una bandera dedicada a sus padres
para que supieran lo mucho que les querían.
UN VIAJE A LA LUNA
A. S
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En un futuro muy lejano, en el año 3030, vivirán
unos robots en una ciudad llamada Futury.
Había en esa ciudad un robot llamado Robert que
quería ser humano. Un día Robert fue a visitar a su
amigo mago y cuando el mago lo vio le preguntó:
“¿Qué haces aquí Robert? ¿Qué quieres?”.
“Quiero que me ayudes a ser humano para ser
más feliz” – respondió el robot.
“Para ser más feliz tienes que subir a la monta-
ña del arcoíris y llegar hasta el lago” – le dijo el
mago.
Robert le hizo caso y, después de varios días andan-
do, llegó al lago pero no encontró nada especial.
Cuando el robot vio su reflejo en el lago entendió
por qué su amigo le había enviado allí. Al mirarse
comprendió que la felicidad está dentro de cada uno
y ya no quiso ser humano.
MORALEJA: Todos podemos ser felices como somos
porque la felicidad está en nuestro interior.
EL ROBOT INFELIZ
D. R
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Un día por la noche, había un pequeño perrito
vagabundo. Se había escapado de una perrera.
Cuando miraba las estrellas, soñaba que tenía
un amigo inseparable.
El perrito hambriento llegó a un
bosque precioso y lleno de flores.
De repente vio un caballito. Un se-
ñor quería matarlo por diversión.
El perro pensó que era injusto. Así que ladró lo
más fuerte que pudo y el señor se asustó tanto
que se fue corriendo.
Al final se hicieron amigos inseparables. ¡El
sueño se ha cumplido!
MORALEJA: Nunca mates animales sin necesi-
dad ¡que no se lo merecen! Y piensa si un ani-
mal te matara a ti.
LOS AMIGOS INSEPARABLES
A. F
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Érase una vez unos cerditos hermanos llamados
Cleo y Leo. Iban a la misma clase ¿raro, verdad? El
caso es que había un zorro que siempre se reía de
ellos. Se llamaba Suaiper.
Un día los dos hermanos se pusieron enfermos y no
pudieron ir al colegio. Toda la clase hizo una video
llamada y Suaiper se chuleó.
“Estoy en el cole y vosotros no, estoy en el cole y vo-
sotros no”.
La profesora le castigó y le dijo: “Voy a llamar a tus
padres y contarles lo que has hecho”.
Al final, Suaiper se disculpó y cuando los cerditos
volvieron al colegio Suaiper les pidió ser su amigo y
los cerditos le dijeron:
“Sí, si nos prometes no burlarte de nadie nunca
más”.
“Lo prometo” – dijo Suaiper.
Y todos fueron felices y comieron perdices.
LOS CERDITOS Y EL ZORRO
A. G
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Hace muchos años había una raza que se llamaba la
raza legendaria, pero ese mismo año fueron ataca-
dos por monstruos de fuego. Mataron a todos los ha-
bitantes, excepto a un niño pequeño con una fuerza
extraordinaria llamado Nicolás. Pero cuando Nico-
lás vio que sus padres no estaban, se sintió triste y
empezó a luchar. Diez años después, se convirtió en
un guerrero muy fuerte y decidió irse a otro plane-
ta que se llamaba Tierra y ahí vio a otra raza que
se llamaba saiyan. Entonces ahí conoció a Goku. Ni-
colás le pidió que si podía luchar contra él y dijo
que sí, pero cuando iban a empezar a luchar vieron
que venían unos monstruos de fuego y Nicolás le di-
jo a Goku: “¿Luchamos?” y dijo que sí y empezaron a
luchar. Nicolás dijo: “Vas a pagar por lo que le hicis-
te a mis papás”. Entonces una energía muy potente,
que era el super saiyan legendario empezó a pelear
y diez minutos después ganó la pelea y, desde enton-
ces, se convirtió en el mayor guerrero de los tiem-
pos.
NICOLAS Y EL MONSTRUO DE FUEGO
N. B
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Érase una vez un niño que en cuanto abrió una caja
de Lego, apareció en un mundo de Lego y no podía
salir de él. La única manera era buscar la tienda y
abrir la caja.
Encontró la tienda y cuando se dio cuenta vio que
no tenía dinero, así que lo robó.
Y justo antes de que lo pillasen, el niño lo abrió y
pudo volver a su mundo.
UN VIAJE A LEGOLANDIA
J. E
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Había una vez un niño que se fue de
vacaciones con su familia. Cuando
llegaron, una cría de elefante se en-
cariñó con el niño y se hicieron muy
amigos.
El niño le preguntó a su madre:
“Mamá, ¿puedo cuidar a este elefante perdido?”
“Sí, cariño”.
“Yujuuuu, mmmmmm… te voy a llamar Trompita.
Venga, ¡a jugar! ¡Cógela! ¡A merendar! Espera aquí,
Trompita. Toma, plátanos”.
Un rato después se fueron a dormir. ¡Hasta mañana!
“Trompita, mira, creo que esa es tu familia. Bueno,
es una despedida. Adiós, te quiero, no te olvidaré”.
EL NIÑO Y EL ELEFANTE
A. E
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Había una vez, un niño llamado Juanito que habla-
ba mal a todas las personas.
Un día, su madre le dice que van a venir a comer los
abuelos a casa y Juanito empieza a hacer burla a su
madre, esta se marcha de la habitación disgustada.
Juanito fue a buscarla para pedirla perdón. Llegan
los abuelos y Juanito se porta fatal de nuevo. Les
pregunta algo a sus abuelos y estos no le responden
para que se dé cuenta de su comportamiento. Se
siente mal por la actitud de sus abuelos y Juanito
se da cuenta que hay que hablar y tratar bien a la
gente porque si no te quedas solo y sin amigos.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
JUANITO
D. A
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Había una vez una familia con un padre, una madre
y dos niños. Los dos niños se llevaban muy bien, pe-
ro se portaban muy mal.
Llegó el cumpleaños de su padre y abrieron un cajón
muy grande que le habían regalado y se metieron
todos en él.
Al entrar aparecieron en el paraíso de la fruta, allí
todo era muy bonito y se quedaron mucho tiempo,
pero solo había fruta.
Se volvieron a meter en el cajón y, de pronto, apare-
cieron en el mundo del dinero, donde se encontraron
un cajón igual al suyo, lo abrieron y metieron mu-
cho dinero.
Al ver que ellos también cabían en el cajón, se me-
tieron y aparecieron en París y como se cansaron de
ser ricos y de andar de un lado para otro, decidie-
ron vivir en París y construyeron una casa muy
grande de golosinas. Al final se portaron muy bien
y vivieron felices y comieron perdices.
EL CAJON MAGICO
I. R
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Había una vez un campesino que vivía en una gran-
ja con un huerto enorme y lleno de zanahorias.
Una mañana se acercó un conejito y le pidió una za-
nahoria para su familia y el campesino le dijo que
ni hablar. El conejo se fue corriendo y se llevó una
zanahoria. El campesino salió corriendo tras él. El
conejo, asustado, soltó la zanahoria, pero el campe-
sino le quería dar su merecido y siguió persiguién-
dole.
El conejo se escapó y el campesino volvió a casa y
vio que no le quedaba ninguna.
MORALEJA: No hay que ser avaricioso, sino que
hay que compartir.
EL CAMPESINO Y EL CONEJO
E. C
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Hace mucho tiempo, en un país mágico muy tran-
quilo, un día unos samuráis raptaron a la princesa.
Un mamut parlante se presentó voluntario para sal-
varla. También se unieron un mago, una reina pira-
ta, un ninja y una guerrera. Un granjero también se
quiso unir pero le rechazaron.
El mago hizo un conjuro para seguirles, así empezó
su viaje.
Cuando cruzaron la frontera, empezaron a andar
por el bosque. Se encontraron a muchos samuráis,
vencieron a la mitad pero se dieron cuenta de que
eran demasiados y tuvieron que huir, les despista-
ron pero estaban muy cansados. Habían logrado lle-
gar al desierto mágico. Cuando llevaban medio de-
sierto se encontraron con algunos minotauros, les
vencieron pero el mago estaba herido. Se recuperó
pero cuando llegaron al sitio en el que estaba la
princesa vieron a un samurái gigante, le atacaron
pero no surtió efecto. Cuando todo parecía perdido,
el granjero, que les había seguido en secreto, se im-
pulsó y le dio con el rastrillo en el ojo venciéndole.
Luego salvaron a la princesa.
LA PRINCESA RAPTADA
M. P
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Esta es la historia de un niño llamado Miguel. Sus
padres tenían mucho dinero y estaban trabajando
noche y día. Miguel siempre estaba con su niñera
Julia. Tenía todo lo que un niño querría tener me-
nos AMOR y FELICIDAD. Miguel, cuando iba al par-
que y se encontraba con amigos de su edad, les de-
cía que si podían ser sus amigos a cambio de com-
prarles lo que quisieran. Un día, una niña llamada
Patricia le dijo que sería su amiga pero no a cambio
de comprar nada, sino porque quería. A partir de
ese día, Miguel se dio cuenta de que el amor no se
compra. Y a partir de ese día tuvo más amigos.
EL NIÑO QUE LO TENIA “CASI” TODO
P. F
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Érase una vez una flor de papel que se sentía celosa
de las flores reales que veía en el jarrón cerca del
suyo.
Ella veía que todos los días cuidaban muy bien de
las demás flores. Se acercaban a oler las flores, a
cambiarles el agua y a colocarlas bien. ¡Ella quería
la misma atención!
Un día vio cómo esas fantásticas flores se marchita-
ban y las quitaban del jarrón, pero ella seguía allí.
Entonces comprendió que no tenía nada que envi-
diar ya que a ella la conservaban para siempre.
MORALEJA: No hay que infravalorarse por ser di-
ferente.
LA FLOR DE PAPEL
A. M
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Érase una vez un niño, que soy yo, que me levantaba para
hacer los deberes todos los días a las 9:00 de la mañana.
Cuando ya iba por inglés, en la mente me sonó la voz de una
persona muy extraña y que no conocía y me decía:
“FORTNITE DE 18: 00 A 20: 00” y recordé que mis amigos
GONZALO y JAIME jugábamos juntos, pero yo seguí a lo
mío, a terminar las tareas de inglés.
Cuando llegó el momento de jugar (yo un poco asustado) en-
cendí la play station 4 pero no noté nada raro, el fortnite
tenía que actualizarse. Entonces me dormí en el sofá.
Cuando desperté pasó lo siguiente…
Estaba dentro de fortnite con mis amigos jugando a escua-
drones en la vida real, yo estaba muy sorprendido por el
hallazgo.
Caímos en FINCA FRENESÍ. El más pro era Jaime, después
iba yo y, por último, Gonzalo. ¡Había otro equipo! Entonces
me escondí en las plantas y…
¡¡¡¡Pummmm,splasssss!!!!!!
Sin darnos cuenta estábamos en la final.
Mientras celebrábamos la victoria, volvimos a la realidad
y nos devolvieron a casa y descubrimos que jugando en
equipo todo sale bien.
FORTNITE EN LA VIDA REAL
N. P
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Había una vez un circo que se llamaba “El circo del
perro”. La actuación que tenían que hacer era que
un hámster y un ratón tenían se tenían que dar la
mano y pasar por debajo de un elefante. El ratón se
llamaba Pepito Grillo y su hermano era Pichingo, el
hámster era Pistinti, el elefante era Pepinillonte
Cartino. Cuando empezó la actuación, el hámster y
el ratón se dieron la mano y cuan-
do estaban delante del elefante, es-
te dio un pisotazo y se puso muy
nervioso. Toda la gente se reía de
él. El elefante dijo: “¿Qui, quién
eres?”. El ratón y el hámster lo ig-
noraron e intentaron pasar por debajo. Al pasar, el
elefante les pisó.
MORALEJA: Los elefantes no tienen miedo a los ra-
tones, solo se ponen muy nerviosos porque son muy
pequeños y no los distinguen.
EL ELEFANTE Y EL RATON
H. E
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Era un día soleado y Jirafita, la jirafa más bonita
de la selva, tenía mucha hambre. Entonces apareció
un mono llamado Pimpín, que era travieso y salta-
rín.
Jirafita estaba comiendo del árbol y entonces Pim-
pín apareció y asustó a Jirafita para comerse él las
hojas del árbol.
Jirafita le dijo que no le asustase porque tenía
hambre. El mono Pimpín le dijo que no le iba a dejar
comer porque lo quería todo para él.
Un día el mono se cayó del árbol y se hizo daño y ya
no podía subir al árbol a comer, pero Jirafita, que
era muy buena, le ayudó a subir al árbol para que
comiese.
Jirafita le dijo a Pimpín que no se puede ser avari-
cioso.
PIMPIN Y JIRAFITA
C. J
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Todo empezó en una selva en un
país muy lejano. Simba, el león y
Pepa, la serpiente siempre dis-
cutían.
Un día muy caluroso vieron una
columna de humo. Los dos, muy
preocupados, decidieron unir la fuerza de un león y
la inteligencia de una serpiente para ganar al fue-
go.
Desde ese día fueron grandes amigos para siempre.
EL LEON Y LA SERPIENTE
A. A
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Había una vez un gato que vivía en la ciudad. En es-
ta ciudad el gato no reciclaba y gastaba mucha
agua cuando se duchaba. Como todo el mundo hacía
lo mismo, había mucha contaminación.
Un día fue al campo a visitar a su amigo el ganso.
Cuando llegó, se quedó sorprendido de lo bonito que
era el campo y de lo limpio que bajaba el agua del
río que cruzaba el pueblo de su amigo el ganso. Pasó
unos días maravillosos bañándose en el río y respi-
rando aire puro, así descubrió que los vecinos no
desperdiciaban el agua y reciclaban la basura para
mantener todo limpio.
El gato se comprometió a que cuando volvieran a su
ciudad haría lo mismo y convencería a sus vecinos
de cuidar el medio ambiente.
MORALEJA: Para que el mundo tenga más belleza,
debemos cuidar la naturaleza.
FABULA DEL GATO Y SU CIUDAD
H. N
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Había una vez un cocinero que era el mejor de su
pueblo. Un día, el cocinero tenía una competición
contra un robot y el robot era más rápido porque lo
metía en su horno y ya estaba hecho. El premio de
la competición era quedarse con el restaurante. Y el
sueño del cocinero era tener un restaurante. Como
era su sueño, se estaba esforzando lo máximo que
había en su cuerpo.
Y llegó el día de la competición y había mucha gen-
te, incluso estaba la televisión. Cuando empezó el
concurso, el robot estaba haciendo la tarta muy rá-
pido y el robot quedó primero. Después llegó la deci-
sión final y el jurado probó las dos tartas. Y, sor-
prendentemente, ganó el cocinero porque tenía un
ingrediente secreto, que es el amor.
MORALEJA: Hay que hacer todo con amor.
EL GRAN COCINERO
A. M
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Había una vez una niña que se llamaba Aitana a la
que le encantaba leer. Un día por la mañana le llegó
un periódico que ponía: “Ven al castillo terrorífico”.
Al día siguiente, Aitana se guardó el periódico en el
bolsillo y cuando llegó al colegio se lo fue a contar a
sus amigas y decidieron ir al castillo. Al llegar, se
dividieron en dos grupos y registraron. Después sa-
lieron fantasmas y se asustaron y preguntaron
quiénes eran y les contestaron. Se hicieron amigos y
jugaron mucho.
EL SECRETO DEL CASTILLO
FANTASMA
C. D
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Había una vez una niña que vivía en una gran ciu-
dad. Su hermana se llamaba Clara y tenía un perro
llamado Buby.
Pronto sería su cumpleaños y quería celebrarlo or-
ganizando una fiesta, aunque no sabía cómo hacer-
lo. Preguntó a sus padres, pero al rato se quedó dor-
mida.
Cuando se despertó, su padre le dijo que si sacaba
buenas notas tendría una gran fiesta. Ese día María
terminó sus exámenes y, aunque no fueron muy
buenas notas, al final los profes le aprobaron.
Sus padres la regalaron una gran fiesta de pijamas
con sus amigas por el esfuerzo que había hecho y
María nunca olvidó lo bien que se lo pasó.
EL CUMPLEAÑOS
C. P
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Un día en el colegio había en el cielo una estrella desconoci-
da que cada vez se hacía más y más grande.
Creían que era una estrella, pero no, era una nave espacial
ratuna que aterrizó en el patio del colegio. La nave ratuna
abrió la puerta que era como una rampa, pero tenía forma
de cabeza de rata lisa y la nave tenía forma de rata.
Dentro de la nave había una especie de alien llamada “Los
Ratunos”. Los Ratunos eran muy exploradores, así que con
los mundos con los que se encontraban, iban hacia allí y los
exploraban. Les había tocado ir a la Tierra, así que allí fue-
ron.
Los niños miraron a la nave espacial ratuna. De repente sa-
lió un ratuno de su nave y observó a los niños. Los profeso-
res llamaron a la policía y la policía interrogó al ratuno,
que solo contestó: “¡Somos exploradores y vosotros nos ha-
béis interrumpido nuestra misión, que es explorar este pla-
neta!”. Así que los policías le dejaron irse a explorar y pu-
sieron carteles por todo el mundo: “No interrumpir a Los
Ratunos y seguir haciendo lo que estéis haciendo si pasan
por vuestra casa o por el colegio”.
Todos fueron felices y comieron perdices.
UNA NAVE ESPECIAL RATUNA
ATERRIZA EN EL COLEGIO
A. S
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Érase una vez tres amigas que fueron al bosque. Una vez
ahí fueron a explorarlo y por el camino se encontraron un
palo muy raro, nunca habían visto un palo asó. Lo tocaron
y le dieron vueltas. Mientras le estaban dando vueltas, em-
pezó a echar humo y, sin más, apareció un hada. Las tres
amigas se quedaron patidifusas. El hada les dijo que se lla-
maba Lili y que les concedía todos los deseos que pidieran,
después desapareció.
Al día siguiente, de vuelta a casa, las tres amigas pidieron
muchos deseos. Cuál fue su sorpresa cuando llegaron a sus
casas y vieron que todo había cambiado. Era como si estu-
vieran en un universo opuesto. Como si la gente que era
buena, ahora fuera mala, era algo raro.
Pero luego, pensando, descubrieron cómo había pasado. Ha-
bían pedido demasiados deseos y tenían que deshacer sus
deseos para volver a estar como antes. Así que volvieron al
bosque para buscar al hada y pedirle que deshiciera los de-
seos. El hada así lo hizo y las tres amigas regresaron a sus
casas tan contentas.
LAS TRES AMIGAS Y EL HADA
P. G
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Había una vez un niño que se llamaba Pepe Gotero.
Se llamaba así porque su nariz goteaba de mocos a
todas horas.
Un día se hartó de que su nariz goteara porque to-
dos se reían de él. Lloraba y lloraba sin cesar. Un
hada oyó su pobre y triste llanto. El hada le ayuda-
ría, pero necesitaba un ojo de rata y una pata de ca-
bra.
El niño le dio todas las cosas que necesitaba y el ha-
da pronunció: “Ojo de rata, pata de cabra, que esta
nariz sea feliz”. La nariz del niño dejó de gotear y
siempre estaría feliz.
PEPE GOTERO
M. M
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Había una vez un pingüino que so-
ñaba con ir a la playa. Pasaron
veinte minutos y se acercó un tifón.
El tifón se tragó al pingüino y le lle-
vó hasta la playa, pero tenía mucho
calor y el pingüino aprendió que porque unas cosas
tengan buena pinta, no significa que te puedan gus-
tar.
EL PINGUINO DON PINO
N. B
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Había una vez una niña que paseaba a su perro por
la calle. La niña se llamaba Lucía y el perro se lla-
maba Alonso. Paseaban por su calle.
El perro mordió a la niña porque estaba nerviosa,
ya que pensaba que la niña había ido a la tienda pa-
ra comprarle comida. Luego el perro salió corriendo
y arrastró a la niña por el suelo. La niña le dijo al
perro que parase y se levantó del suelo, se hizo daño
y se puso triste.
Entonces el perro le pidió perdón a la niña, se cansa-
ron de andar y el papá vino a recogerles en el coche.
Colorín colorado este cuento se ha acabado.
EL PERRO Y LA NIÑA
A. G
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Hace muchos años, en un país llamado Cerezalan-
dia, había un rey con mucho dinero al que le encan-
taban las cerezas.
Tenía mucho dinero y presumía de ello. Mandó cons-
truir un gran castillo y una carroza con forma de
cereza.
Un día se paseó por el pueblo para estrenar su ca-
rroza mientras se burlaba de la gente diciéndoles
que ellos eran pobres y nunca conseguirían algo así.
Todos estaban muy enfadados con él porque era un
mal rey que no les cuidaba.
Una noche hubo una tormenta y destrozó las cose-
chas de cerezas y, lo más importante, su castillo y
su carroza y todo lo demás y se quedó sin nada.
Al día siguiente estaba muy triste y se fue a dar un
paseo por el pueblo y les pidió que le ayudaran y
ellos, como eran muy buenos, le ayudaron, pero le
pidieron que cuando las cosas mejorasen compartie-
ran su riqueza y el rey aceptó el trato.
EL REY CAPRICHOSO
D. T
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Había una vez un fantasma que vi-
vía en la ciudad y repartía regalos
a todos los niños que se portaban
bien. Un día, el fantasma desapare-
ció y todo el mundo lo estaba bus-
cando.
Resulta que unos padres de unos niños que se porta-
ban fatal, le secuestraron porque sus hijos querían
regalos. Todos los demás niños, preocupados, llama-
ron al superhéroe de la ciudad. El superhéroe acep-
tó la búsqueda. Se puso a buscar y a buscar y, al fin,
encontró al fantasma y le rescataron.
Todos los niños y las niñas se pusieron felices y co-
mieron perdices.
EL FANTASMA DE LA CIUDAD
C. A
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Érase una vez un elfo cuyo trabajo era tender la ro-
pa, pero no tenía nombre como los demás elfos. Solo
los llamaban por su nombre de trabajo: el elfo plan-
chador, el elfo panadero…
Los humanos no podían saber que los elfos existían.
Pero un día una humana vio a los elfos trabajando,
pero ellos no vieron a la humana. Ella se fue can-
tando. Al día siguiente la niña volvió y los elfos se
asustaron. Dijeron a la niña que no contara nada a
nadie y ella aceptó. Todos los elfos estaban nervio-
sos porque sabían que si la niña se lo contaba a al-
guien sería el final para los elfos.
Los elfos no confiaban en la niña nada de nada y
empezaron a cuchichear, pero el elfo que tendía la
ropa se enfadó con los demás y dijo que sí confiaba
en ella porque era la persona más amable del mun-
do y la niña guardó el secreto para siempre y colo-
rín colorado este cuento se ha acabado.
MORALEJA: La enseñanza de la historia es que con-
fíes en la gente, pero no siempre.
EL ELFO SIN NOMBRE
P. M
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Érase una vez un elfo cuyo trabajo era tender la ro-
pa, pero no tenía nombre como los demás elfos. Solo
los llamaban por su nombre de trabajo: el elfo plan-
chador, el elfo panadero…
Los humanos no podían saber que los elfos existían.
Pero un día una humana vio a los elfos trabajando,
pero ellos no vieron a la humana. Ella se fue can-
tando. Al día siguiente la niña volvió y los elfos se
asustaron. Dijeron a la niña que no contara nada a
nadie y ella aceptó. Todos los elfos estaban nervio-
sos porque sabían que si la niña se lo contaba a al-
guien sería el final para los elfos.
Los elfos no confiaban en la niña nada de nada y
empezaron a cuchichear, pero el elfo que tendía la
ropa se enfadó con los demás y dijo que sí confiaba
en ella porque era la persona más amable del mun-
do y la niña guardó el secreto para siempre y colo-
rín colorado este cuento se ha acabado.
MORALEJA: La enseñanza de la historia es que con-
fíes en la gente, pero no siempre.
EL ELFO SIN NOMBRE
P. M
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¡Hola! Hoy me cuelo en un cuento para mezclarlo un poco
con mi día a día en 40tena ¡Empezamos!
Érase una vez, en Mula (un pueblo de Murcia), era una se-
mana muy tranquila hasta que…unos científicos detecta-
ron un terrible virus llamado coronavirus (COVID-19) que
afectaría a todo el mundo. La gente se asustó tanto que el
gobierno, los ministros,…eligieron lo mejor para todos, la
40tena. La 40tena simplemente consiste en estar unas
cuantas semanas o, incluso meses, encerrados/confinados
en casa sin poder salir a la calle, solo para necesidades, co-
mo ir al supermercado, a la farmacia, …Eso sí, con masca-
rilla, guantes, desinfectante y a un metro de la otra perso-
na. Pero ocurrió algo muy malo: había mucha gente que se
saltaba el confinamiento. Y, claro, como el confinamiento
era una ley que puso el gobierno, pues la policía empezó a
poner muchas multas y a parar a la gente que salía de sus
casas, para multarles, aunque fuera una necesidad, porque
no llevaba ni mascarilla, ni guantes, ni desinfectante y, en-
cima de todo, no estaba ni a un metro de la otra persona. En
fin, una catástrofe. Ahora que ya lo sabéis casi todo, solo os
falta saber unas cuantas de las muchas cosas que se pue-
den hacer en casa, estando confinados.
40TENA
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¿Queréis saberlo? ¡Pues pasad de página! en 3, 2, 1… ¡ya
Cosas para no aburrirse en la 40tena:
1-Si todavía vais al colegio, poneros a hacer los deberes, que si
no… ¡vais a repetir curso!, mis profesores/as, lo que hacen es
mandarnos los deberes por una aplicación llamada: Google
Classroom.
2-Si tenéis un poco de hambre y queréis pasar un rato con
vuestra familia, podéis hacer algún dulce, alguna comida espe-
cial,… Si queréis saber la receta de la tarta de la abuela, espe-
raros hasta una de las próximas páginas.
3-Jugar con vuestra familia a algún juego. Si os gusta jugar
mucho con vuestra familia, como a mí, no os olvidéis de poner
esa tarea en vuestro horario de 40tena.
4-Dibujar. No os olvidéis de poner esto en vuestro horario de los
ratos libres.
5-Escuchar, bailar o cantar música. Si sois de esos/as que os
volvéis locos/as como yo con la música, no os olvidéis de cantar
y bailar la de Resistiré del Dúo Dinámico a las 8 en los balco-
nes.
6-Aplaudir en los balcones a las 8, en homenaje a los/as médi-
cos/as.
7-Practicar algún deporte que os guste, porque como ya sabéis
el deporte es muy bueno para la salud.
8-Echaros fotos con vuestros/as hermanos/as.
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9-Ver algún vídeo de Youtube, de esos que hacen algunos retos
o simplemente entretienen. Porque yo veo los retos y algunos
que sí me han gustado, hasta incluso los pruebo yo misma.
10-Hacer bromas a vuestra familia, pero… ¡Procurad que no
sean de muy mal gusto! Y, sobre todo, si hay algún objeto peli-
groso, no os olvidéis de utilizarlo con la supervisión de un adul-
to. ¿No me habíais dicho anteriormente que queríais saber la
receta de la tarta de la abuela? Pues iros corriendo a la si-
guiente página en 3, 2, 1… ¡ya!
M. D. G
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Eran las 17:15 h de la tarde, había salido del cole y mami
me llevó a jugar al parque y justo allí estaba él.
-Mami, mami, ¿qué le pasa a ese niño?
- A quién? A corona virus?- preguntó su mamá
- Sí- respondió la niña
- Porque está malito y puede contagiar a los niños y niñas
y ellos a su vez contagian a los mayores.
- Entonces es el niño del que me has hablado muchas veces,
verdad?
- Sí, ese mismo pero ya sabes que mamá te enseñó a no te-
ner miedo. Basta con cuidar las distancias, lavarse a menu-
do las manos y no tocar cosas en la calle.
Daniella se acercó a 2 metros de Corona Virus y le invitó a
jugar.
- Nadie quiere jugar conmigo -Corona Virus rompe a llo-
rar…
- No estés triste, yo no te tengo miedo. ¿Jugamos?
A veces lo desconocido nos da miedo. Y colorín colorado el
cuento de Corona Virus ha terminado.
ALERTA, NO TOQUEN A CORONA
VIRUS
D. L
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Érase una vez una niña llamada Andrea. Andrea estaba
aburrida en su casa porque no podía salir a la calle porque
había una epidemia mundial por el coronavirus. Andrea es-
taba en el salón de su casa cuando pensó en todo lo que es-
taba ocurriendo: que se estaban muriendo miles y miles de
personas cada día en el mundo, que estaban todos los hospi-
tales llenos, que había muchas personas infectadas… La ni-
ña estaba triste por todo aquello. Se lo dijo a su madre y és-
ta le dijo que no pensara en eso, que pensara en lo que ha-
ría cuando pudiera salir de su casa. Y entonces, Andrea hi-
zo eso.
Como se aburría tanto en esos días, Andrea se puso a hacer
los deberes, manualidades, dibujar, bailar, cantar…
Andrea salía todos los días a las 20:00h a aplaudir a su bal-
cón. También hacía videollamadas con sus familiares y
amigos.
Pero Andrea no estaba tranquila por lo que estaba pasando.
Un día se le ocurrió una cosa, en el calendario cada día
cuando se levantaba se acercaba a él y tachaba un número.
Esto lo hizo para que se le pasara más rápido el confina-
miento.
ANDREA Y EL CORONAVIRUS
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Iban pasando los días y Andrea iba tachando los días. Hasta
que un día llegó el día de su cumpleaños, pero había un proble-
ma, estaban todavía confinados. Ese día, Andrea hizo videolla-
madas a sus amigos y familiares; los padres le dieron sus rega-
los y por la tarde Andrea sopló las velas de la tarta. Y Andrea
pidió un deseo: que el coronavirus se terminara ya. Pero pasa-
ban semanas y no se terminaba. Al fin llegó el día y dijeron que
ya se podía salir a la calle. Y en todas las cosas que pensó An-
drea que iba a hacer cuando saliera de su casa, lo hizo. El deseo
que había pedido Andrea en su cumpleaños se había hecho
realidad. Y Andrea ya estaba contenta porque podía salir a la
calle, jugar con sus amigos, ir a ver a sus abuelos, tíos, pri-
mos…
Y al final Andrea aprendió una lección: “piensa siempre en po-
sitivo y conseguirás lo que deseas”.
A. O. R
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Hace unos meses mi amigo y yo quedamos en un
parque para ir de excursión. Antes de ir, jugamos al
escondite y mi amigo Manuel se escondió en un pe-
queño callejón que era desconocido para nosotros.
Cuando salió de él nos contó que había pasado mu-
cho miedo, porque junto a ese callejón había una pe-
queña cueva de donde salían ruidos extraños. Rápi-
damente nos pusimos a investigar, adentrándonos
cada vez más en ella y oyendo el ruido más cerca.
Mi amigo Manuel encendió la linterna del móvil
y allí estaba, en el fondo de la cueva y con mucho
más miedo que nosotros. Era un precioso cachorro
al que le pusimos el nombre de Lala. Desde aquel día
lo convertimos en nuestra mascota y amigo.
CALLEJON MISTERIOSO
J. P. Z
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Erase una vez cinco cerditos. Nacieron, pero no to-
dos a la vez, uno era más grande que otros y dos
medianos y dos pequeños. Sus padres murieron pero
se quedaron con su abuela. Después de quedarse con
su abuela ya eran lo suficientemente grandes para
quedarse a vivir solitos. El grande hizo una casa
con palos, los medianos de paja y los dos más peque-
ños de ladrillos.
Pero surgía un problema con una pajarita y una pa-
loma. A la paloma le metieron agua y comida. Al pá-
jaro le metieron una radiación y se comió a los cer-
ditos y a todo el mundo menos a la súper abuelita
Judi.
LOS CINCO CERDITOS
A. I. P
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Había una vez una niña llamada Lara y tenía dos amigas
llamadas Paula y Aitana, las tres querían ir a por unas ti-
jeras supuestamente mágicas, entonces Lara decidió ir a
por ellas, y fué a la tienda nueva que habían abierto cerca
de su casa, aunque no estaba totalmente convencida de que
las tijeras fueran realmente mágicas.
Al día siguiente, Lara tenía que hacer un trabajo, cogió las
tijeras y al cortar, se abrió un portal mágico, miró para
adentro y vió muchos seres mágicos, como los unicornios,
las hadas, …. entonces decidió pasar dentro del portal y al
entrar Lara se convirtió en un hada. Lara se asustó tanto
que se quedó muda por un momento, pero pronto se dió
cuenta de que aquel sitio era un lugar hermoso. De repente
se le acercó un unicornio llamado Fuego y le dijo… ¿En qué
te puedo ayudar mi hada Scarlet? Lara sorprendida le con-
testó.. ¿Scarlet?, y Fuego le dijo: Si, el Hada del fuego. Lara
pensó que estaba soñando, pero no, no estaba soñando.
Cuando se dió cuenta de que no era un sueño, Lara vió a un
extraño personaje, y le preguntó a Fuego...¿Qué es eso?. Era
el malvado Centauro, que vivía allí y no dejaba tranquilos
a los habitantes de aquel mágico lugar, entonces, Lara
aprovechó sus poderes de hada para luchar con él, y tras
una dura batalla, lo venció.
LA NIÑA Y EL PORTAL MAGICO
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Lara se sintió muy orgullosa de lo que había hecho, los unicor-
nios, felices, se lo agradecieron y Lara comenzó a acostumbrar-
se a sus poderes y le gustaba la situación, quería seguir explo-
rando aquel mágico mundo, pero Fuego le dijo que ese no era su
lugar, y que tenía que volver al mundo de los humanos, por lo
que con su cuerno mágico hizo un gran círculo que Lara atra-
vesó.
En un instante, Lara estaba de nuevo en su habitación, sentada
en su escritorio y con sus tijeras en la mano y pensó…. ¿Qué ha
pasado? ¿A sido un sueño o realmente ha pasado?
A. G. C
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Un día, dos niños llamados Marcos y Juan volvieron del co-
legio y fueron a un parque a jugar. Estaban jugando al es-
condite y Juan se escondió en un árbol pero unos segundos
más tarde el árbol empezó a hablar. Juan asustado buscó a
su amigo Marcos para contarle lo que había ocurrido pero
él no se lo creyó hasta que fueron al sitio del árbol. Aunque
estuviera asustado, Marcos le preguntó que cómo podía ha-
blar. El árbol les explicó que era mágico y que en el bosque
había un tesoro.
Marcos y Juan fueron al bosque entusiasmados pero no sa-
bían dónde se encontraba el tesoro. Un árbol les preguntó
que por qué estaban allí y se lo explicaron todo. No estaba
seguro de si debía darles el mapa pero al final accedió. Los
niños siguieron el mapa pero se perdieron porque al pare-
cer el mapa era antiguo y el bosque había cambiado. Tuvie-
ron que pasar allí la noche y el primero en despertar fue
Juan porque escuchó unos ruidos pero solo eran pájaros.
Cuando Marcos se despertó le dijo a Juan que tuvo un sue-
ño en el que encontraron el tesoro así que intentó recordar
todo y se dio cuenta de que estaban muy cerca del tesoro.
LOS DOS NIÑOS Y EL TESORO DE
LOS ARBOLES
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Anduvieron durante un buen rato y por fin encontraron el te-
soro. Era un gran cofre con muchas chucherías. No tenían ni
idea de cómo volver a casa pero cuando marcos se comió una
chuchería se teletransportaron a su casa. Compartieron las
chucherías y se hicieron amigos del árbol del parque.
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Así comienza nuestra historia…
Había un arquero que no decía nunca su nombre, que tenía
un perro enorme, tan grande como un cocodrilo, que se lla-
maba Loburno, no sabía hablar pero si ladraba con fuerza.
Su compañero de aventura se llamaba PZ39, podía volar,
hablar más de quinientos idiomas, y servía de cañón; era
un droide muy útil.
Vivían en una choza, dentro de un pantano enorme, con co-
codrilos y muchos animales carnívoros.
Un día yendo de paseo, se encontra-
ron una cueva y se metieron dentro
a explorar lo que había.
Allí encontraron una criatura que
no habían visto jamás, era un jabe-
fante, medio jabalí y medio elefante.
Tenía colmillos de jabalí, trompa de
elefante, orejas muy pequeñas y un
culo muy grande.
Asustados, salieron corriendo de la
cueva, pero en la entrada de la cue-
va PZ39 se tropezó con una raíz de
un árbol, y despertaron a la criatu-
ra.
DE JABEFANTES Y ZANAHORIAS
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El jabefante se enfadó un montón, y les dijo a los tres aventure-
ros - ¡Iros que me habéis despertado de mi hibernación!
PZ39 encendió la linterna de su cabeza y vio que había muchos
esqueletos dentro de la cueva – ¡Salgamos ya, qué se nos come!
Los tres salieron corriendo, y el jabefante con una cuerda col-
gada del techo cerró la puerta y siguió hibernando.
Con el susto en el cuerpo los tres aventureros, quisieron volver
a su casa; pero, como se había hecho de noche, no sabían por
donde era.
Loburno, comenzó a olisquear el camino y les guió hasta casa.
Pero cuando volvieron, se encontraron a una boa constrictor
comiéndose la cena.
- ¡Con lo bueno que estaba el pescado asado!- gimoteó el arque-
ro.
- Guau, guau guau, guau – dijo Loburno
- No os preocupéis que como soy cocinero, os puedo preparar
una serpiente al ajillo estupenda.
Al oír esto, la serpiente salió pitando de la cabaña y no se le
volvió a ver más por allí.
Como estaban muy cansados de tanta aventura, comenzó a so-
narles las tripas de hambre.
Arquero salió al huerto de su jardín y allí cogió una calabaza y
dos zanahorias, e hizo un guiso de zanahoria y calabaza.
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C. B. M
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Había una vez, una Reina, a la que le encantaban los globos,
pero nunca tuvo uno.
Llegó el día, en el que lo consiguió y se sintió muy feliz y
desde entonces, siempre lo llevaba en la mano.
El globo era de color rosa, porque a la Reina, le encantaba
ese color.
Como siempre había sido muy buena, sus padres, los viejos
reyes, decidieron regalarle todos los globos que ella quisie-
ra. Pero un día, los globos de desinflaron, y la reina se puso
muy triste.
Llegó el día de su cumpleaños y todas sus amigas de los
reinos más cercanos, le regalaron miles de globos y además
todos de su color preferido.
Al siguiente día, se despertó con todos los globos alrededor
de su cama y pensó en tener mucho cuidado para que nunca
más se les volvieran a pinchar.
Una mañana, al no saber qué hacer con tantos globos, deci-
dió compartirlos con el resto del mundo y desde el balcón
de su palacio, los lanzó al cielo y el cielo se tiñó de rosa.
Ese día, pasó a la historia, como el día en el que por alguna
extraña razón, el cielo del Reino Maravillas, cambió de co-
lor.
LA REINA DE LOS GLOBOS
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Era sé una vez, en un pequeño y lejano pueblo de montaña,
vivían tres niños llamados Laura, Oscar y Clara. En su pue-
blo nunca brillaba el sol y siempre estaba lloviendo y ha-
cia mucho, mucho frio. Los niños no conocían el arcoíris y
nunca podían jugar juntos en la calle por el mal tiempo. Un
día de tormenta, los niños cansados de estar en sus casas
días y días, quedaron para pasear y jugar por el bosque a
recoger leña para sus chimeneas. Los niños corrieron y sal-
taron por caminos que no conocían y llegaron a un lugar
extraño y desconocido. ¡Nunca antes habían estado allí!
Clara, recordó una vieja historia que le contaba su
abuela sobre un lugar mágico en el bosque donde existía un
enorme agujero, en cuyo interior, un misterioso Rey, había
colocado un objeto que tenía el poder de parar la tormenta
y el frio y convertir los días en soleados. Oscar y Laura es-
cuchaban con atención aquella misteriosa historia…
Los días en su pueblo continuaban grises y feos y los
niños continuaban sin poder jugar en la calle al aire libre.
Los amigos, cansados de no poder ver el sol decidieron vol-
ver aquel lugar misterioso del bosque y buscar el objeto
mágico de la historia de Clara.Oscar, decidió bajar aquellas
enormes escaleras rojas que le llevarían al fondo del aguje-
ro y comenzó a mirar y buscar por todos los rincones. Enci-
ma de una gran piedra había unas gafas amarillas
LAS GAFAS MAGICAS
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que le llamó mucho la atención!! ¿Serán las gafas el objeto mis-
terioso que contaba Clara? Siguió buscando y buscando, pero
ya no encontró nada más dentro del enorme agujero.
Volvió a subir las escaleras rojas para poder reencontrar-
se con sus amigas que lo esperaban asustadas y preguntándose
si habría conseguido encontrar el objeto misterioso que para-
rían los días grises y tormentosos. Cuando Oscar le enseñó a sus
amigas el objeto misterioso, Clara la cogió y se las colocó
y…..MILAGRO!!! La tormenta desapareció y comenzó a brillar
un enorme sol amarillo que nunca antes habían conocido en su
pueblo.
Todos los habitantes del pueblo no podían creer lo sucedi-
do. A partir de ese momento, todos podían salir a la calle, ha-
blar con sus vecinos, pasear por el bosque, los animales corrían
por las calles y los niños jugaban en el parque… Todos estaban
muy felices y guardaron aquellas gafas en un lugar seguro que
vigilaban a diario para que no volviera a perderse.
Y colorín colorado….este cuento se ha acabado!
V. E. G
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Siempre se ha dicho que leer libros te hace vivir aventuras,
pero en este caso la aventura se vivió de verdad.
Ocurrió hace poco. Ella se llamaba Regina. Era una niña co-
mo cualquier otra, pelo oscuro, largo, piel clara, ojos rasga-
dos… Pero había dos cosas que la caracterizaban, sus pecas
y su pasión por los libros de aventuras. Un noche mientras
leía un libro de leyendas, una le llamó la atención. Esa le-
yenda contaba que en las entrañas del bosque de una aldea
que existió hace siglos, se escondía un tesoro muy valioso,
pero que toda la gente que iba a buscarlo no volvía jamás.
Esa noche la niña durmió muy mal, notaba la cama extra-
ña y dura. Cuando despertó se dio cuenta de que no estaba
en su casa, estaba en una casita muy pobre, sus paredes es-
taban sucias y descuidadas, tenía las habitaciones necesa-
rias, un dormitorio, un baño y otra un poco más grande, la
cocina junto con el comedor. Cuando salió vio que esa casa
pertenecía a una aldea, al parecer pobre. Todas las casas
eran iguales que en la que ella despertó. Esa aldea le sona-
ba de algo, era exactamente igual que la que describía la
leyenda que había leído esa misma noche. Ella pensó que
esa leyenda podía ser verdadera así que comenzó a pregun-
tar a los aldeanos si en el bosque de su aldea había un teso-
ro escondido. Preguntó y preguntó…
LA LEYENDA, UN TESORO…
UNA AVENTURA
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- Sí que hay un tesoro en este, nuestro bosque. Pero nadie que va
a buscarlo vuelve. Ten mucho cuidado. – dijo una aldeana, un
poco mayor.
- ¿Usted me puede decir en qué punto del bosque se encuentra?
Y la aldeana le comenzó a dictar el camino hacia la cueva de
un trol, donde se encontraba el tesoro escondido.
De camino a la cueva, Regina se encontró con un niño de aspec-
to pobre, bajito, pelo corto, ojos azules… Parecía de la aldea y él
le preguntó:
-¿A dónde vas?
-A buscar el tesoro que hay en la cueva del trol.
-¿Pero vas tú sola? Yo te acompaño.
Y así Regina y el aldeano fueron en busca del tesoro.
Mientras caminaban hicieron un plan para despistar al trol, el
aldeano, que era el más rápido y pequeño de los dos, le llama-
ría la atención al trol y después se escondería tras un arbusto
para que no lo viera, así Regina podría entrar a la cueva y co-
ger el tesoro.
Y así lo hicieron, todo salió a la perfección. De regreso a la al-
dea Regina pensó que todo el tesoro para ella, era demasiado, y
entonces se le ocurrió una idea, “todos en esa aldea son muy po-
bres, prefiero que el tesoro lo tengan ellos”. Le daría todo el te-
soro al pueblo, excepto una esmeralda que se guardó en el bolsi-
llo. El aldeano propuso dormir, ya que los dos estaban muy can-
sados, el problema era que Regina no conciliaba el sueño pen-
sando en cómo regresar a casa, así que despertó al aldeano:
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-¿Oye, tú tienes algún remedio para conciliar el sueño?
-Si, mi aldea hace remedios caseros, ¿quieres un poco?
-Si por favor.- Dijo Regina agradecida.
Al cabo de un rato el aldeano llegó con un vasito a rebosar de
una infusión. Unos minutos después de bebérsela, Regina co-
menzó a tener sueño por eso se fue a dormir. Al despertar ya no
estaba en la aldea, estaba de nuevo en su casa, en su habita-
ción, que ya no estaba sucia, descuidada, sino limpia, ordena-
da… Ella tenía el libro de leyendas en las manos así que supuso
que todo aquello había sido un sueño, salvo por una cosa… Ha-
bía una esmeralda en su mesita de noche.
A. G. M
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En una ciudad muy lejana cuyo nombre no es lo más intere-
sante de esta historia, vivía una familia. Solo vivía el pa-
dre, tenía tres hijos: la mayor que se llamaba Sandra, el
mediano que se llamaba Iván y la más pequeña que se lla-
maba Sofía. Los dos pequeños iban al colegio y la mayor ya
estaba en la universidad. En esta historia nos centraremos
en Sofia, la hermana pequeña. Sofía tenía 7 años y quería
ser como su hermana mayor.
En el cole siempre se reían de ella porque era de las más
empollonas de clase. Tenía unos ojos grandes, verdes y pre-
ciosos. Su mirada era fuerte aunque cuando salía de clase
para su casa siempre lloraba. Siempre se reían de ella, pues
ella era diferente y especial. A diferencia de sus compañe-
ros, lla era educada, respetuosa, amable y participativa
Siempre se preguntaba “¿Por qué no me querrán a mí?”. Y
bajaba su mirada y se iba triste hacia su casa. En casa ayu-
daba a poner la mesa, fregaba sus platos. Ayudaba en todas
las tareas del hogar. Su padre la quería muchísimo, pero
ella no era feliz. Ese día se acostó pronto con lágrimas en
los ojos y pensó “mañana el día será mejor”. Llevaba mu-
chos años así. Llegó la mañana y Sofía como cada día pre-
paraba su mochila para empezar otro día de cole. Entró a
clase, se sentó en su pupitre cabizbaja, miró hacia su dere-
cha y estaba siempre la misma compañera, Lucia.
LA NIÑA INVISIBLE
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Tan segura de sí misma que siempre era la consejera de la
clase. Miró al frente y vio a su maestra Patri, tan cariñosa
que le daba esa confianza que a Sofía le faltaba. Miró a su iz-
quierda y una niña pelirroja con dos trenzas la miraba con
simpatía y le preguntó:
- ¿Cómo te llamas?
- Yo Sofía ¿y tú?- preguntó Sofía.
- Yo Ariel, soy nueva. ¿Quieres ser mi amiga?-.
- Claro- dijo Sofía emocionada.
Sofía salió muy contenta del cole y su amiga Ariel la acompa-
ñó. Desde ese día, ya no se volvió a sentir sola, su amiga siem-
pre la defendía y la apoyaba en todo. Sofía pensó que por mu-
cho que le pasasen cosas malas, siempre hay alguien con una
luz especial que te quiere y ayuda, esa es tu alma gemela.
A. C. G
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.Había una vez una joven princesa llamada Lía de 19 años.
Ella era delgada, guapa, tenía los ojos verdes y el pelo cas-
taño. Ella vivía en un castillo situado en España allá por el
año 1248. El castillo estaba hecho de cristal muy duro, im-
posible de romper, porque estaba protegiendo a la princesa
de una bruja malvada. Aquella princesa no era como las de-
más. Era imaginativa, sincera, alegre y valiente.
Un día hubo una guerra y rompieron el cristal lo cual era
imposible. Los únicos que podían romperlo eran los magos y
la única maga que existía era aquella bruja que protegió el
castillo. Todos se quedaron asustados porque no sabían a
que se enfrentaban. Todos los soldados disparaban con sus
arcos y con cañones. Pero eran demasiados y no estaban
protegidos. Pero ocurrió lo que más temían, todos aquellos
eran magos.
- Lía tienes que irte- dijo su madre mirando todo lo que ocu-
rría.
- Pero necesitáis ayuda- dijo Lía con tono preocupado.
- Tranquila estaremos bien- al terminar la frase le dio un
beso en la frente y Lía se fue con el caballo.
A Lía ya le habían explicado donde ir en casos como este.
Tenía que ir a casa de su tía, allí ella la cuidaría hasta que
todo terminara. Pero Lía antes de ir a casa de su tía quería
LIA Y SU SOLUCION
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ver lo que había en el "BOSQUE DEL REVÉS". Lía entró con el ca-
ballo mirando todo. Aquel bosque era oscuro y misterioso, ha-
bían muchos árboles, arbustos... Para mucha gente le parecería
tenebroso pero para ella era solo un bosque normal con sus ar-
boles, arbustos... Ya llevaba tiempo paseando por el bosque,
cuando sus tripas sonaron.
- Vaya, tengo hambre, tendré que irme ya a casa de mi tía.
Pero caminaba y caminaba con su caballo en todas las direccio-
nes y no encontraba la salida.
- ¿¡Me lo estás diciendo enserio!?- dijo enfadada- Pero si solo he
ido recta, tendría que haber encontrado el camino- justo cuan-
do acabó de decirlo escuchó un sonido que venía de detrás de
un arbusto al lado de ella.
Rápidamente giró la cabeza, pero de repente solo veía negro y
no tardó en caerse desmayada desde el caballo. Lo único que
pudo sentir antes de que se quedara inconsciente fue que al-
guien la cogió antes de caerse al suelo.
Cuando despertó lo primero que vio fueron 5 hadas mirándola.
- ¿Qué sois? ¿Sois hadas?- dijo Lía muy confusa.
- Oh, por fin despiertas- dijo un hada de color verde .
- Sí, somos hadas- dijo una amarilla.
- ¿Qué dices? Las hadas no existen.
- ¿A no? ¿Si existen los magos por qué las hadas no?- dijo un
hada roja.
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- Pues...
- Hola, ¿ya ha despertado?- dijo un centauro.
- Sí- dijo el hada lila
- Bien, ya tenemos preparada la prueba- dijo el centauro
- ¿Qué prueba?- Lía estaba cada vez más asustada.
- Para ver si eres maga.- mientras él decía eso acompañó a Lía
hacía una sala de pruebas
- Pues te aseguro que no.
- ¿Cómo lo sabes?
- Nadie de mi familia es mago.
- Para ser mago no necesitas tener sangre de uno de ellos .
- ¿Y por qué puedo ser yo maga?
- Cuando me acerqué a ti noté una rampa en el brazo y a medi-
da que me iba acercando notaba más rampas por todo el cuerpo.
Cuando llegaron a la sala de pruebas le ofreció una especie de
bebida.
- Toma esto- dijo ofreciéndole una poción.
- Vale- al tomársela sintió como si la piel le ardía pero no lo ha-
cía- ¡¡¡¡¡AAAAAA, QUEMA!!!!!- dijo gritando de dolor
- Tranquila se pasará pronto.-
- Ufffff ya ha pasado. ¿Así que soy maga o no?
- Parece que sí- dijo el alegre
- ¿Y ahora qué?
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- Ahora tendrás que descubrir cual es tu poder.
- Vale, ¿y cómo lo descubro?
- No lo sé, tu poder se mostrará cuando quieras pero primero
tienes que saber cual es.
- Vale, gracias.- de repente se vuelve todo negro y despierta en
el bosque.
El sol se cuela entre los árboles haciendo un camino luminoso.
Lo primero que piensa al salir del bosque es ver que está pasan-
do en el castillo. Cuando llegó no quedaba nada. Lía se puso fu-
riosa y se acercó a donde estaban todos los cuerpos de los que
habían muerto. Se acercó a su madre y su padre, se puso a llo-
rar, tenía que descubrir su poder para hacer algo. Mientras llo-
raba se le ocurrió una idea, su poder aparecería cuando lo ne-
cesitara y ahora mismo necesitaba hacer algo. Se puso de pie y
apretó las manos fuerte y pensó en un mundo en el que los ma-
gos, las hadas, los centauros, las personas sin magia... convi-
vían. Se escuchó un pitido y abrió los ojos al instante. Cuando
los abrió vio a las hadas y enseguida a todos los demás. Desde
aquel día acordaron respetarse y convivir juntos.
CUENTO CONTADO, CUENTO ACABADO
C. H. N
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Había una vez, en un pueblo llamado Novelda, un castillo
con reyes, soldados, príncipes...
Un día, pasó una cosa impresionante, sus majestades ha-
bían sido asesinados. Los soldados no llegaron a ver nada,
pero vieron que alguien bajaba por la ventana con una es-
calera. También vieron que había una pócima que ya esta-
ba completamente bebida. La única hipótesis que tenían
era que un mago había envenenado a los Reyes.
Al día siguiente, fueron a una tienda donde había un mago
malo.
El general de los soldados le preguntó al mago:
-¿Tú sabes algo sobre la muerte de los Reyes?-.
El mago respondió:
-No, pero si venís a por mi y me preguntáis sobre los reyes,
yo digo que se han muerto.
Afirmó el general de los soldados:
-Exacto, murieron por una pócima, por eso hemos venido
aquí-.
El mago respondió:
-Yo no he sido, pero, la última vez que vendí una pócima
mortal se la vendí a un hombre encapuchado y bajo, era un
gnomo-.
LA HISTORIA DE LA ANTIGUA
NOVELDA
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Después de esto, los soldados fueron por todas las casas del
pueblo a buscar el asesino.
De repente, un dragón con un gnomo subido a él atacó a los sol-
dados. Los soldados se rindieron y se protegieron en el castillo.
El dragón quemó el castillo y mató a la mitad de los soldados.
A continuación, el príncipe que era el hijo mayor de los Reyes
salió del castillo y retó al gnomo. Antes de que lucharan el
gnomo exclamó:
-No hace falta que luches conmigo, porque me he bebido una
pócima de súper fuerza-.
El príncipe respondió:
-Ya veremos-.
El príncipe corrió para que le siguiera el gnomo. Tenía un plan:
El príncipe quería que le siguiera hasta una trampa que había
preparado él mismo. Y así sucedió.
El príncipe dijo:
-Pero yo tengo más inteligencia-.
Finalmente, el príncipe derrotó al gnomo y también al dragón
y fue coronado como rey.
La moraleja es que no hace falta tener fuerza para lucharon
para otras cosas, si no, que la inteligencia es mejor.
H. A. F
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A Marta siempre le había gustado estar con sus
abuelos. Ellos la habían cuidado mucho desde que
nació y le preparaban su comida favorita.
De repente, por una pandemia, estuvo más de dos
meses sin verlos, pero como Marta era una Super
Heroína se propuso alegrarles cada día.
El primer super poder que utilizó fue la videollama-
da ¡qué bien se lo pasaban!, otro super poder fueron
los ricos postres de mamá y Marta, que se los deja-
ban en la puerta para no tocarse. Pero el super po-
der que Marta estaba deseando utilizar era el de los
abrazos, y colorín colorado
esta pandemia se ha acabado
y un abrazo se han dado.
M. A. R
ABRAZOS Y ABUELOS
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Había una vez un conejito llamado Goloso, vivía junto
a sus siete hermanos y sus papás en una madriguera muy
divertida y escondida cerca de un lago. Lo llamaban así
porque comía mucho. Los restos de comida que dejaban sus
hermanos, él los engullía con sus dos grandes paletas. Pero
lo que más le gustaba era la tarta de zanahorias que su ma-
má, Felipa, les preparaba cuando todos se portaban bien.
Tenía un rabo peludo y juguetón, con el que hacía cosqui-
llas a sus hermanos pequeños.
Su papá, Philip, era minero, y trabajaba en una mina
cercana, pero a veces pasaba días sin volver a casa. Enton-
ces, su mamá era la que salía cada día a buscar comida pa-
ra sus hijos. Escondida entre las hierbas y arbustos, reco-
rría cada día las huertas cercanas a su madriguera, roban-
do los frutos y cosechas de los campesinos de la zona para
llevarlos a sus hijos, que saltaban como locos de contentos
cuando veían la mochila de su mamá llena.
Un día Goloso se hizo mayor y pensó que había llegado el
momento de ayudar a su madre a buscar comida. Una ma-
ñana, muy temprano, Goloso se levantó a escondidas y espe-
ró a que su mamá saliera en busca de alimento como cada
día. Muy bien preparado, con su gorra, zapatillas de depor-
te y mochila persiguió sigiloso a su madre, sin que ésta lo
supiese. Llegaron a una huerta repleta de árboles
EL EJERCITO OREJITAS
N. R. G
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frutales, verduras y hortalizas. Había plátanos, manzanas, na-
ranjas, fresas, zanahorias, lechugas, acelgas, espinacas…
¡Goloso, saltaba de alegría, no podía creer lo que veían sus ojos!
Dio un enorme brinco y… ¡ZASSSSSSS! Cogió 2 manzanas y 6
naranjas, mordisqueó las fresas, saboreo algunos plátanos… pe-
ro se olvidó por completo de su responsabilidad, solo estaba
preocupado en comer y comer. Cuando su madre iba de camino
a la madriguera vio a Goloso tumbado sobre las ramas de la
platanera: ¡Goloso! ¿Qué haces aquí? ¿Me seguiste? ¡Es peligro-
so para ti!, le reprendió su mamá. Goloso se disculpó y le dijo
que no volvería a hacerlo más, que solo quería ayudarla a lle-
var comida a casa, pero se había distraído comiendo. Entonces,
su mamá, sonriente, llenó la mochila de Goloso y le dijo: vamos,
aquí tienes algunos frutos para llevar a tus hermanos, pero re-
cuerda, siempre debes decirle a mamá y papá donde vas, para
que podamos saber dónde estás.
De regreso a casa, Goloso ya estaba pensando su nueva tra-
vesura, quizá con sus hermanos podrían recoger más alimen-
tos, aunque no dejaba de pensar en las palabras de mamá:
¡siempre debemos saber dónde estás!
Llegaron a la madriguera, Goloso repartió las frutas entre
sus hermanos y les contó sus aventuras. Sus hermanos lo escu-
chaban asombrados. Todos querían conocer la huerta de la se-
ñora Robinson.
Juntos, empezaron a planear como convencer a mamá pa-
ra que juntos pudiesen salir y disfrutar de lo que Goloso les
contaba. ¡Y colorín colorado, este capítulo se ha acabado!
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Érase una vez en tiempo lejano, un joven llamado Lucas. El
joven era alto, medía 1’70m, tenía el pelo amarillo y rizado
los ojos azules. Lucas nació en una aldea llamada Artadia.
Era un chico muy valiente, era el más valiente de toda la
aldea. A Lucas le encantaba hacer todas las tareas de la al-
dea: recoge el estiércol, barrer las calles etc… Un día por la
mañana Lucas salió a dar un paseo y al rato empezó a es-
cuchar una voz de una princesa dulce.
Su voz era muy agradable, la voz decía “ Lucas me llamo
Rubí y el malvado gigante Rofin me tiene atrapada en la is-
la Topacio, tienes que venir a salvarme “
La princesa era mágica, pero sus poderes no podían romper
la jaula, la jaula era de diamante blindado. La princesa hi-
zo demasiado fuerte a Lucas poniéndole una armadura de
oro, una espada de titanio y un escudo de zafiro. Lucas se
quedó alucinado, Lucas se fue rumbo a la isla. Por el ca-
mino se iba encontrado turistas de otras regiones. Iba pe-
leándose contra monstruos gigantes, ogros etc... Hasta que
llegó a la isla Topacio.
La leyenda cuenta que en la isla misteriosa, la
gente que pasaba por allí desaparecía también.
Desaparecían barcos de repente. La princesa
dijo:
UN ALDEANO CON BUEN CORAZON
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- Lucas toma este collar, ese collar hará que puedas ver por la
niebla de la isla
Lucas, se enfrentó contra Rofín, el temible rey gigante, le metió
una patada a Lucas y le rompió la armadura. Le tiró rayos con-
geladores y Lucas se defendió con el escudo como pudo, el refle-
jo del escudo rebotó al gigante y lo congeló para siempre.
Lucas se llevó la victoria dándole la llave de la jaula de Rubí,
Lucas abrió la jaula y la princesa salió y le dijo a Lucas
-Muchísimas gracias, sin ti ese gigante me hubiese comido
A continuación, la princesa usó su magia
para teletransportarse a la aldea con Lu-
cas, la princesa les dijo
Os concederé un deseo
Comida, agua y dinero. – dijo toda la al-
dea.
Y todos vivieron felices y este cuento se ha acabado.
A. R. C
C. A. T
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Una vez a miles de kilómetros a lo lejos de la ciudad más
importante del mundo: Pisos Picados. En esta ciudad, había
una gran mansión donde vivían Carburo y Valor. Carburo
era un superhéroe dispuesto a dar la vida por algún ciuda-
dano de Pisos Picados. Valor era una chica guerrera y va-
liente dispuesta a luchar si hacía falta. Y a lo alto de Pisos
Picados, en una montaña donde había un bunker, vivían
Omega y el Visitante. Omega era una persona malvada e in-
teligente, y el Visitante era un robot traidor y pillo.
(USA SIEMPRE EL MISMO TIEMPO VERBAL)
Omega tenía un plan perfecto para destruir Pisos Picados,
estaba aún en desarrollo pero no tardaría en ponerlo en
marcha. De mientras Carburo y Valor estaban preparándo-
se para lo peor, después de dos años Omega tenía todo pre-
parado a la perfección y el Visitante no tenía nada claro,
era como si Omega despreciara al Visitante. El Visitante
habló con Omega de cómo se sentía, pero a Omega le daba
igual, así que decidió unirse al bien.
Pasaron los días y el Visitante se sentía muy cómodo ha-
ciendo el bien, al final llego el día en el cual Omega empeza-
ría su plan saco a todo su ejército de robots y su maldad e
intento acabar con Pisos Picados pero carburo valor y el Vi-
sitante lucharon contra todo y omega acabo en la cárcel y
sus robots acabaron rotos al final el visitante se hizo alcal-
de de Pisos Picados y los aldeanos se quedaron encantados.
LA GRAN CIUDAD
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Érase una vez en un planeta lejano, en el año 400000 donde toda la
vida era mecánica. Todos los habitantes, personas y animales eran
robots.
Se alimentaban de aceite de motor, tornillos y chatarra. Las ciudades
eran de metal, hasta los pájaros y los gatos eran robots.
En este planeta había una ciudad llamada Mekatrónica. Estaba ro-
deada de murallas y para acceder a ella había que pasar por un
puente vigilado por un policía.
Allí pasó algo terrible:
Tres robots villanos capturaron a una chica llamada Afrodita, y la
obligaron a trabajar en una cocina para servirles a ellos.
Hasta Mekatrónica llegó MAXIBOT para intentar salvarla, ya que
era su amada. Maxibot era un robot que tenía la cabeza redondeada,
los brazos y su altura las ajustaba a su gusto.
El robot no podía entrar a la ciudad, porque no tenía permiso, así que
pensó: ¡Voy a hacerme pasar por un policía!
Los policías de Mekatrónica son robots que llevan en la cabeza un
cono pintado de azul con una bombilla arriba del cono. Maxibot deci-
dió buscar algo parecido para hacerse pasar por policía. Entonces, co-
mo en las afueras de Mekatrónica había mucha chatarra, Maxibot
buscó entre la chatarra y encontró una pila de conos, unos encajados
con otros, pero eran de color naranja. Necesitaba pintura azul. Siguió
buscando y cerca encontró un cubo con pintura, ¡pero era de pintura
roja!. Buscó más y más y finalmente, decidió sacar todos los conos y
debajo de todos los conos descubrió que había un bote de pintura azul.
Cogió un cono, lo sumergió en el bote de pintura azul y ya tenía la
primera pieza para parecer un policía.
UNA HISTORIA METALICA
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Ahora le hacía falta una bombilla. Para conseguirla, como Maxibot podía
alargar su cuerpo y piernas, podía hacerse más alto. Se acercó a una faro-
la y pudo alcanzar una bombilla. Finalmente, lo juntó todo, se lo puso en la
cabeza y ya parecía un policía robot. Al acercarse a la entrada, engañó al
vigilante robot y le bajó el puente para entrar a Mekatrónica.
Una vez dentro de la ciudad, Maxibot, como había estado muchos días ca-
minando para llegar a la ciudad tenía mucha sed. Por lo que decidió bus-
car un bar. Encontró uno que se llamaba "la cantina mecánica". Entró, y
dijo:
- Hola, ¿tienes aceite? Es que llevo varios días sin beber. - Dijo Maxibot.
- ¡Claro! serán diez tuercas - Dijo el camarero.
Mientras estaba bebiendo, oyó una conversación de dos robots que estaban
en una mesa. Dijeron que tenían a una chica secuestrada en una cocina,
situada en el edificio más bajo de la ciudad. Maxibot se dió cuenta que
eran los secuestradores y ahora ya sabía dónde estaba la chica. Sólo tenía
que buscar el edificio más bajo de la ciudad.
Una vez bebió, salió del bar llevándose la botella de aceite con lo que le
había sobrado.
Mas tarde, caminando por una calle se encontró a un robot del siglo seten-
ta y dos. Era muy mayor y estaba muy oxidado. Este robot le dijo que se
llamaba Robeno. Robeno le siguió hablando:
-Hola, ¿ Tienes aceite ? - Dijo Robeno.
- ¡Claro!, tengo aquí en la botella, bebe un poco. - dijo Maxibot.
Robeno bebió y en agradecimiento decidió contarle un secreto que había
descubierto. Un chivatazo.
- Oye ¿te has enterado que han puesto una bomba en el edificio mas alto
de Mekatrónica?.- Dijo Robeno
- No, pero ¡hay que hacer algo!. Voy a darme prisa y a buscarla para poder
evitar que explote. Buscaré ese edificio, ¡adiós!.- Dijo Maxibot.
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Ahora tenía que buscar dos edificios, uno el más alto y otro, el más bajo.
Los problemas se le acumulaban.
Decidió que buscar primero el edificio alto era mas importante porque la
bomba podía explotar de un momento a otro. Desde lejos observó la ciudad
y lo divisó porque sobresalía mucho más que el resto de edificios. Se dio
prisa y llegó corriendo. Desde abajo pudo ver que la bomba estaba en lo
más alto colgada en la fachada. Entró y cogió el ascensor. Al ir a pulsar
los botones se dio cuenta de que le faltaban botones y pensó que podía ha-
ber sido hecho a drede por los villanos. Menos mal que llevaba en el bolsi-
llo un par de botones que había recuperado de la chatarra. Los puso y pu-
do apretar para subir.
Una vez llegó arriba buscó una cuerda, pero encontró una cadena. La ató
para poder descolgarse por la fachada. Pudo alcanzar la bomba y la des-
activó a tiempo. "¡Ufff! ¡Misión cumplida!",dijo emocionado.
En la azotea del edificio había un helicóptero, subió y despegó, ya que sa-
bía conducir helicópteros. Una vez estaba volando sobre Mekatrónica, de-
tectó el edificio más bajo de todos. Se dirigió hacia él y aterrizó. Maxibot
pudo ver por una ventana a su amada Afrodita. La llamó:
- ¡Afrodita! Soy yo, Maxibot. He venido a salvarte.- Dijo Maxibot.
- ¡Maxibot! ¡Qué bien! ¡Sabía que vendrías! ¡Rápido, sácame de aquí que
pueden venir de un momento a a otro!.- dijo Afrodita.
Rápidamente, Maxibot pensó en cómo sacarla de ahí. Como tenía un brazo
robótico muy fuerte arrancó la ventana de la cocina por la que pudo esca-
par su amada. Los dos subieron al helicóptero y rápidamente despegaron
para subir hasta las nubes y poder salir de Mekatrónica.
Afrodita le dió un beso muy fuerte a Maxibot, y los dos juntos escaparon
hacia su casa en lo alto de una montaña de chatarra muy lejos de Meka-
trónica, donde fueron felices y construyeron a muchos robots pequeñitos.
Cacharrín oxidado, este cuento se ha metalizado.
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Érase una vez, en el reino Mangorpolo, una joven bruja de ojos verdes
y pelo de un color naranja tostado. Tenía 10 años y acababa de here-
dar la brujería. Era amable y tímida. ¿Qué cómo se llamaba? Se lla-
maba Amapola. El reino Mangorpolo estaba perdiendo el color y nadie
se daba cuenta a parte de ella. Era un gran reino abundante en na-
ranjas y bosques. Justamente Amapola vivía cerca de uno de ellos, e
iba a visitarlo todas las mañanas. Era primavera y estaba de vaca-
ciones durante dos largas semanas por la fiesta de la gallina. Se aca-
baba de despertar en su gran casa de paredes de madera por dentro y
las paredes de fuera blancas. Un tejado azul oscuro y unos rosales
que trepaban por las paredes haciendo que el blanco tuviera bonitas
flores rojas y hojas verdes.
Bajó a desayunar todavía medio dormida. Ese día había tortitas.
- ¿Hoy también vas al bosque? – preguntó su madre.
- ¡Sí! - exclamó Amapola. Hoy a la recolecta de setas – continuó
- Si puedes, tráeme unas marrones planas – le dijo su madre antes de
desaparecer por la puerta.
- ¡Vale! – contesto Amapola antes de dirigirse al caminito que daba al
bosque.
“Setas planas marrones ha dicho Mamá”
- ¡Aquí están! – gritó, aunque justo después retrocedió.
- Ay perdón – tenía esa costumbre de pedir perdón a los árboles cuan-
do gritaba demasiado o le daba un golpe a uno sin querer.
Se fue paseando en busca de más setas pensando “nadie me escucha
cuando les digo que el bosque se está descolorando. Tendré que parar
esto yo misma.” Cuando estaba recogiendo unas setas amarillas y
LA MAGIA DEL COLOR
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redondas, reparó en una flor rosa que destacaba entre las demás. La reco-
gió y la hizo volar y bailar. Eran hechizos que había aprendido hace poco.
Luego de repente la flor habló.
- Tienes que salvar al reino Amapola. Y para ello, tendrás que encontrar a
Timoteo. – dijo la flor.
- ¿Qué, qué está pasando? – preguntó Amapola, pero la flor estaba inmóvil
en el suelo del claro.
De repente la flor se elevó sin que Amapola dijera nada y salió disparada.
Amapola la siguió volando. La siguió durante dos horas atravesando el
reino Mangorpolo. La flor se paró en un enorme baobab, que ni diez hom-
bres habrían podido rodear su tronco y ni la escalera más larga habría
podido llegar a la copa. Amapola voló hasta arriba y entró en las grandes
hojas. Dentro la esperaba… un huevo. De su misma talla y con ojos salto-
nes.
- Hola, me llamo Frederick – dijo el huevo amigablement – y he venido pa-
ra detener la pérdida del color.
- Encantada, me llamo Amapola y también vengo a devolver el color – con-
testó Amapola.
De repente, una enorme sombra negra con una terrible voz apareció de la
nada.
- Yo soy Timoteo – dijo con voz cavernosa – y aquí nos sois invitados – con-
tinuó.
- Venimos a devolver el color que estáss robando – desafió Frederick.
- Ah eso, pues… ¡Nunca lo consiguieréis! – gritó Timoteo volando hacia la
ventana más próxima y escapándose.
Frederick y Amapola lo siguieron, Amapola volando y Frederick en su bi-
cicleta. Lo siguieron hasta la playa donde lo acorralaron.
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- Vale, vale – dijo Timoteo, esta vez con voz mas tristona. – Es que el mal
en persona me convirtió en una sombra y me ordenó que robará los colo-
res. – siguió.
- Haberlo dicho antes – dijo Amapola – es un hechizo que mi tía acaba de
enseñarme, es para hacer desaparecer los hechizos de alrededor – se acla-
ró la voz - ¡Sea cual sea la fechoría que salga a la luz! – gritó.
Momentos después, ya no había una sombra, sino un joven de pelo castaño
oscuro, unos ojos negros, alto y regordete. Era Timoteo.
- Gracias, muchas gracias – dijo Timoteo llorando de alegría. Ahora su voz
sonaba normal.
Amapola también estaba muy feliz, el color había vuelto a
Mangorpolo y había una persona más feliz. Timoteo arre-
pentido de lo que había hecho empezó a hacer un montón
de buenas acciones. Todos estuvieron muy felices.
N. C. G
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Había una vez en 1.979 una niña llamada Roxy que vivía en Ashley
un pequeño y relajado pueblo en Indiana. Roxy tenía 12 años, era una
niña muy divertida y risueña de pelo oscuro y ojos marrones, tenía
dos perritas llamadas Molly y Nala. Roxy vivía con sus padres Chloe
y Aiden y con sus dos hermanos Matthew de 12 años, Jaiden de 14 y
su hermana Hailey de 13. Un
viernes cualquiera de primavera, Roxy y sus hermanos se dirigían
al colegio como de costumbre, menos Matthew que se encontraba mal
y su madre le había dejado quedarse en casa hasta que se encontrara
mejor. Al llegar al colegio se dieron cuenta de que no había nadie por
más que tocaron y tocaron las puertas del colegio no abrieron. No ha-
bía nadie, ni dentro ni fuera. Al llegar a casa y mirar el calendario
se dieron cuenta de que no era viernes si no sábado, “pero eso es im-
posible” dijo Hailey ya que ella había mirado el calendario esa misma
mañana “aquí pasa algo raro” dijo Aiden
Mientas, en la casa de al lado, había desaparecido James el hijo de
Isabella y Jacob hacia dos días. Todo el pueblo ya estaba lleno de poli-
cías, de carteles de DESAPARECIDO, la desaparición de James salía
en todas las noticias de los pueblos vecinos.
En el pueblo se notaba la tensión y desesperación de todos los padres.
Cuatro días después de la desaparición de James se decidió cerrar
temporalmente los colegios. A pesar de eso ya había desaparecido
otro niño llamado Michael, Michael era un niño muy problemático así
que primero se pensó que se había escapado y se había quedado con
algún amigo, pero después de buscar en todo Ashley, en todos los par-
ques, en las casas, en restaurantes, en colegios, en tiendas, en los pue-
b los vec i nos… se d ieron cuenta de que no .
Todas parecían desapariciones muy diferentes, pero todas tenían al-
go en común: todas eran por la mañana, a la misma hora, y cada dos
LA DESAPARICION DEL GRUPO
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días. A los dos días de la desaparición de Michael desapareció Andrew, él
se había mudado a Ashley hacia un mes y medio con sus padres y sus dos
hermanas Lily y Addison que eran amigas de Roxy, Andrew era muy
tranquilo y amigable.
Tras una investigación más a fondo de la policía descubrieron que los
tres eran amigos y que se veían todos los días en ASHLEY FORNITURE HO-
MESTORE, la tienda más famosa de todo el pueblo, pero nunca iban solos
también iban con Matthew y Jayden los hermanos de Roxy. La policía los
interrogó varias veces, pero no sabían nada. La familia de Roxy estaba
muy preocupada ya que si habían desaparecido todos ellos también iban a
desparecer Matthew y Jayden.
Después de mucha búsqueda encontraron el cuaderno de James y decidie-
ron coger las huellas y encontrar al secuestrador, en el informe de las
huellas encontradas salían solo siete huellas, pero ninguna eran de al-
guien desconocido después de que hicieran otro examen salió otra huella:
la de un hombre llamado Damián Martínez Cabo.
Antes de ir a buscar a Damián los llamaron para decirles que Michael ha-
bía vuelto a casa y decidieron ir a verlo y a ver si les decía algo, pero Mi-
chael les dijo que no recordaba nada de lo que pasó, decía que parecía co-
mo si lo hubiesen dormido.
Después de ir a buscar a Damián y llegar a su casa solo encontraron una
mochila pero creían que no pertenecía a ninguno de los niños desapareci-
dos, así que él no tenía nada que ver “pero nunca sabremos porqué esta-
ban sus huellas en el cuaderno de James “mientras que la policía volvía a
casa llamó Chloe, la madre la Roxy, diciendo que Jayden había desapare-
cido, al ir a la casa de Chloe e investigarlo todo no encontraron nada.
Al policía todo esto le recordaba a algo, así que al llegar a la comisaria re-
visó todos los casos sucedidos en Ashley en los últimos 80 años, pero no
había nada registrado a lo que le dio a pretender al policía es que no ha-
bía pasado nada y que solo era su cabeza por no dormir bien durante la
investigación
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Después de esconder a Matthew con su familia para que no le fuera a pa-
sar nada descubrieron que Andrew había vuelto a casa así que fueron a
interrogarlo, pero Andrew dijo lo mismo que Michael, dijo que no se acor-
daba de nada de lo ocurrido y que parecía que lo hubiesen dormido.
Ya no estaban desaparecidos Michael ni Andrew, pero de James y de Jay-
den no se sabía nada. A las pocas horas desapareció Matthew, y fue muy
extraño porque estaban escondidos y nadie sabía dónde estaban.
Al día siguiente volvió James a casa pero la policía no vio importante ir a
interrogarlo porque ninguno de los desaparecidos anteriormente se acor-
daban de nada, entonces la policía vio un pérdida de tiempo ir.
Una semana de duro trabajo después aparecieron Matthew y Aiden en me-
dio de una calle abandonada, se les llevó a su casa, se les hizo un par de
preguntas, pero no sabían nada como el resto. Por más que se investigó
después de todo esto no encontraron nada, ninguna prueba, ninguna hue-
lla, nada absolutamente nada.
Después de esto todas las familias ya estaban completas y sin ningún mie-
do
Historia contada y historia acabada
A. F. J
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Había una vez, un bonito bosque verde, con muchas flores de colores,
un lago azul como el cielo y cercano a un pueblo pequeñito, pero muy
bonito. Todos los animales se reunieron para celebrar un bonito día
de Sol, ya que casi nunca hacía Sol. Había todo tipo de animales: ma-
paches, pájaros (sobretodo carpinteros), ciervos, búhos, zorros, cone-
jos, ardillas…
Un día aparecieron dos hombres vestidos con ropa de camuflaje y ar-
mados. Todos los animales salieron corriendo, huyendo de aquellos
hombres que querían matarles. Desde entonces, todos los animales se
quedaron en sus madrigueras para no ponerse en peligro. Después de
que pasaran unos días, los animales se volvieron a reunir para saber
porqué no podían estar felices en su propi hábitat y el conejo pregun-
to:
- ¿Por qué tenemos que estar metidos en nuestras madrigueras
cuando podemos estar correteando por el bosque?
- Porque hace unos días dos hombres armados nos intentaron ma-
tar y no queremos que eso vuelva a pasar. –Contestó el cuervo.
- ¿Por qué no intentamos que eso vuelva a pasar? -Preguntó na ar-
dilla.
- ¿Cómo vamos a hacer eso? –Preguntó el ciervo.
- Le decimos a los elfos que hagan un hechizo para que las perso-
nas tenga que quedarse en sus casas sin poder salir y así noso-
tros no estaremos en peligro. –Dijo el pájaro carpintero, que no
sabía porqué se daba muchos golpes.
El mapache sorprendido por lo que había dicho el pájaro dijo:
- Al fin y al cabo, el pájaro carpintero no es tan tonto como pensá-
bamos.
LA FANTASIA ANIMAL
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- Bueno, a mí me parece una muy buena idea, así que tenemos que ha-
cerlo. –Dijo el zorro.
Todos estaban de acuerdo, así que llamaron a los elfos. Cuando los elfos
llegaron vieron que eran unos elfos muy pequeñitos, tenía una barba
blanca como la de Papá Noel y súper larga. Iban vestidos de amarillo y te-
nían un sombrero puntiagudo y de color amarillo y azul. El búho, que no
le gustaba mucho hablar, dijo:
- ¿Podríais hacer un hechizo para que las personas no puedan salir de
sus casas?
- ¡Por supuesto que sí! –Contestaron los elfos.
Los elfos hicieron el hechizo y cuando todos los animales se dieron cuenta
de que ya no habían personas en las calles salieron a correr y a divertir-
se, pero después de que pasaran las semanas se dieron cuenta de que ya
no era tan divertido, porque no había gente paseando por el bosque ni
dándole comida a los animales. Así que volvieron a hablar con los elfos
para que quitaran el hechizo. Los elfos no entendían el porqué, pero lo
quitaron. El presidente del gobierno dijo que ya no se podían cazar a los
pobres animales, así que los animales ya estaban muy felices y volvieron
a corretear por el bosque, siendo felices y comiendo perdices.
A. D. H
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Había una vez, una pequeña aldea de pescadores, donde los aldeanos
salían a trabajar muy temprano mientas que las aldeanas y sus hijos
se quedaban en la costa esperando su llegada. Un día, Álex, que era
un adolescente, alto y muy delgado, con ojos azules y el pelo negro co-
mo el carbón, se fue con su grupo de cuatro amigos: Antonio, Pablo,
Carlos y Jonathan.
Antonio que era el más listo, les propuso a sus amigos ir en busca de
un tesoro. A lo lejos vieron algo en la orilla y Pablo preguntó:
- ¿Qué es aquello que se ve a lo lejos?
Enseguida se pusieron a correr y Carlos dijo:
- Es una botella con un mensaje
Pero no se trataba de un mensaje, sino de un mapa de un tesoro. El
mapa decía que el tesoro se encontraba en una pequeña isla y a Álex
se le ocurrió una idea, dijo:
- Vayamos a buscar a mi padre que nos lleve con su barco.
El padre de Álex que era un hombre, que aparte de ser un pescador
le gustaban mucho las aventuras, dijo:
- Dime Álex, ¿qué quieres?
- Papá, ¿nos podrías llevar a una isla en busca de un tesoro?
Pero el padre no podía, tenía que salir a trabajar. Entonces a Pablo se
le ocurrió coger una pequeña balsa y aquella misma mañana salieron
hacia la isla. Las aguas estaban agitadas, antes de llegar a la isla
una enorme ola se les echó encima, volcando la balsa. ¡Menos mal que
no estaban lejos de la isla! Se pusieron a nadar y no tardaron mucho
en llegar a la isla.
En la isla no estaban solos, a lo lejos vieron unos piratas acampa-
dos, entonces Antonio dijo:
EL MAPA DEL TESORO
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- Vamos a acercarnos, ¿es allí donde indica el mapa del tesoro?
Mientras se acercaban, uno de los piratas se dio cuenta y avisó a sus com-
pañeros, que se pusieron a perseguirles, pero como vieron que no los po-
dían alcanzar, regresaron al campamento.
Se hizo de noche, un noche estrellada, los piratas cansados terminaron
durmiéndose mientras que Álex y sus amigos se acercaban en silencia pa-
ra quitarles el tesoro.
Mientras se alejaban vieron el barco de los piratas an-
clado en el mar, fueron hacia él y vieron que no había
nadie. Lo abordaron para regresar a la aldea. Llega-
dos allí, los padres de todos se pusieron tan felices de
que no les hubiera pasado nada, que se olvidaron de
todo lo que habían hecho. Todos fueron tan felices de que compartieran
todo aquel tesoro con los aldeanos.
Cuento contado, cuento acabado.
E. M. R
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Érase un vez, una casa muy alejada de una ciudad, conde
habían dos niños, Alejandra y Óscar. Hace mucho tiempo,
ellos y su abuela solían salir a buscar piñas en el bosque
para pintarlas, pero desde que su abuela falleció, muchas
cosas cambiaron.
Se tuvieron que mudar a la ciudad. Hacia muchísimo tiem-
po que no volvían a esa casita, pero un día decidieron i a
esa casita acompañados de sus amigos. Cuando llegaron la
casita estaba destrozada, todo roto. De una casa bonita y
especial se había convertido en una casa abandonada. Deci-
dieron entre todos construir una casita en un árbol. Fuer a
llamar a sus padres para que les ayudasen. Sus padres se
enfadaron porque fueron andando tan lejos hasta allí, ya
que era muy peligroso. Sus padres les dijeron que si que-
rían ir ellos, les llevarían.
Al día siguiente fueron con sus padres. Cuando estaban a
punto de llegar, el bosque había desaparecido y sus padres
decían: “el bosque estaba aquí, no lo entiendo, no está”
El problema era que no estaba, era muy antiguo e iban a
hacer un parque. Los niños se pusieron tristes, pero a la vez
contentos porque iba a haber un parque.
LOS BOSQUES OSCUROS
J. V
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Érase una vez un niño que vivía en un campo, el niño se llamaba
Charlie. Él era alto, tenía el pelo castaño y siempre vestía normal.
Donde vivía era un campo muy grande y con mucha vegetación.
Charlie vivía con su padre y con su hermana pequeña Annie, que
siempre le estaba molestando. Charlie era muy aficionado de la ma-
gia, su padre siempre le llevaba a ver espectáculos de magia con An-
nie y a él le encantaba. Charlie siempre estaba insistiendo a su padre
para que le apuntara a una escuela de magos y magas. Al final el pa-
dre tan cansado dijo que sí. Al otro día a Charlie le tocaba su primer
día de clase, la escuela era grande, la puerta tenía un estilo antiguo
y por fuera la escuela parecía que se iba a derrumbar. Cuando entró
la gente vestía de una manera un poco extraña, principalmente los
profesores. Los niños a Charlie le miraban raro, Charlie se decía a sí
mismo:
- ¿Acaso es mi forma de vestir? ¿Será que soy distinto para ellos?
De repente un profesor le cogió del brazo y lo encerró en una sala pe-
queña, Charlie asustado se dio cuenta de que era su tío Roger, el tío
le empezó a hablar y le dijo:
- ¿Tú qué haces aqui? -preguntó Roger.
Charlie sorprendido dijo:
- Mi padre me ha apuntado a esta escuela -dijo él.
- Tú aquí no puedes estar -le contestó el tío.
- ¿Qué?, ¿por qué? -dijo Charlie sin entender nada.
- Esto es muy peligroso para ti -dijo Roger.
- No lo entiendo si esto es solo una escuela de magos -dijo Charlie.
- Esto es solo si has crecido en una familia de magos -le explicó Roger.
- Pero tú no lo entiendes, es mi sueño esto de ser mago -gritó Charlie.
- Lo siento Charlie, pero tú no puedes estar aquí, te tienes que ir -le
advirtió Roger.
EL PORTAL MAGICO
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- Pero tiene que haber alguna forma para que yo pueda aprender -dijo el
niño.
- Ahora si no recuerdo mal sí que hay una forma -dijo el tío pensativo.
- Dímela, dímela ... -le suplicó Charlie.
- Con la magia tienes que transportarte hacia un mundo peligroso y a la
vez encantador -le explicó el tío.
- Dime como se hace ese truco -dijo ansioso el niño.
A continuación Roger le explicó cómo se hace el truco. Enseguida Charlie
consiguió hacer el truco, y de repente se abrió un portal mágico. Roger le
explicó a Charlie todo lo que tenía que hacer cuando entrara al otro mun-
do.
- Charlie tienes que derrotar a Midas, él hace que los niños que no han
crecido en una familia de magos no consigan aprender y por eso nunca po-
drás hacer magia en el mundo real, solo cuando estés dentro del portal.
Hay muchos niños que lo han intentado, pero nadie ha conseguido derro-
tarlo. Cuando hayas llegado al lugar pregunta a alguien cómo llegar al
castillo de Midas y ellos te ayudarán -le dijo Roger.
- Ah y por cierto coge la varita para hacer trucos, y también pregunta por
Travis, él te enseñara a hacer los trucos.
Por fin ya Charlie entró en el portal y de repente apareció en el sitio que
le había dicho Roger, era medio peligroso y a la vez encantador. Él ya sa-
bía lo que tenía que hacer y primero de todo fue a preguntar por Travis.
Charlie le preguntó a alguien:
- Perdona ¿conoces a Travis? -dijo él.
- Yo sí, claro nos conocemos desde hace muchos años -le contestó el chico
desconocido.
- Bien, ¿me puedes llevar ahi? Ah por cierto, me llamo Charlie ¿y tú? -dijo
Charlie.
- Yo me llamo Hojalata de Palo, y por supuesto que te puedo llevar -le con-
testó él.
Dentro de un rato Hojalata de Palo llevó a Charlie a casa de Travis. Des-
pués tocaron el timbre y Travis abrió la puerta.
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- ¡Hojalata! Hace mucho que no nos veíamos -dijo Travis
- Hola Travis, necesito que ayudes a este niño a hacer tucos de magia -le
dijo Hojalata.
Entonces Charlie decidió presentarse:
- Hola me llamo Charlie, me han contado que tu puedes enseñarme trucos
de magia -dijo él,
- Está bien, te enseñaré trucos, empezaremos por lo mas fácil.
Charlie tenía muchas ganas de aprender y a la vez se sentía muy nervioso
porque era su primera vez.
Después de un rato Charlie ya era lo bastante fuerte para hacer magia.
Como no quería molestar a otras personas y preguntarles directamente le
dijo a Hojalata de Palo:
- Hojalata ¿tú me podrias llevar al castillo de Midas? -perguntó Charlie.
- ¡Midas! ¿Qué? Esa es la persona más maligna que puede haber, bastardo
pringado...-dijo Hojalata en un tono enfadado.
- Eh Hojalata tranquilo, ¿pero entonces me podrías llevar al castillo? -dijo
Charlie
- Bueno vale... pero con una condición, tú te quedas y yo me voy corriendo
-le dijo Hojalata.
- Vaaale Hojalata... -le dijo Charlie.
A continuación, Hojalata de Palo le llevó hasta el castillo de Midas. Char-
lie se quedó alucinado de lo grande que era. Estaba lleno de cámaras y
guardias.
Charlie paso a paso se fue acercando hacia el castillo sigilosamente. De
pronto, hizo un truco y todos los guardias desaparecieron. Ahora solo fal-
taban las cámaras, Charlie hizo otro truco y las cámaras dejaron de fun-
cionar. Charlie tenía que derrotar a Midas. Estaba tan nervioso que hizo
un ruido al entrar y Midas se dio cuenta. Charlie intentaba hacer trucos
pero no hacía efectos a Midas, él aprovechó su poder y le hizo heridas a
Charlie pero no muy graves. El niño ya no podía hacer nada pero... De
pronto Charlie vio aparecer a Hojalata de Palo, y gritó:
- ¡Hojalataaaa!
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Entonces Hojalata impidió que le hiciera daño a Charlie y la magia le re-
botó a Midas y Charlie pudo por fin derrotarlo. Después Charlie tenía que
regresar al mundo real a través del portal con la varita que le había dado
su tío Roger, pero no quería dejar a Hojalata allí. Así que le preguntó si
quería ir al mundo real con él y Hojalata afirmó con la cabeza.
Finalmente Charlie sí pudo hacer magia y consiguió aprender mucho más
hasta llegar a ser un gran mago.
J. C. V
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Érase una vez, un pequeño enanito que se llamaba Pedro. Pedro era
un pequeño enanito al que le gustaban las aventuras, descubrir mun-
do, etc. Pedro vivía en una aldea a las afueras de la gran ciudad, con
su hermanito Joselito, que era amable, solidario y le encantaba el de-
porte.
Entonces pasaron unos días y resulta que le enviaron una carta di-
ciendo:
- Os han elegido para ir a destruir al gran dragón.
- Perooo…. ¿cómo? –Dijo Pedro
- No tengas miedo Pedro, todo es posible. –Dijo Joselito seguro de sí
mismo.
- Si tú puedes con el dragón, yo también. –Dijo Pedro.
Entonces se pusieron en marcha, cogieron todo lo necesario y se fue-
ron. Pero en medio del camino encontraron a un ogro que no les iba a
dejar pasar hacia el único camino para llegar hasta el dragón. El ogro
les dijo que para poder pasar tenían que comerse el pimiento más pi-
cante del mundo. Joselito dijo:
-¡Vale!
Sin pensarlo empezó a comérselo hasta que lo consiguió. Ardió su bo-
ca, pero tuvo suerte de que se había traído la leche, se la bebió y se
calmó. Siguieron en marcha hasta llegar al dragón. Cuando llegaron
Joselito y Pedro cogieron las espadas y cortaron la cabeza del dra-
gón.
Vencieron al dragón y volvieron a casa felices y sanos.
Colorín colorado, este cuento se ha acabado.
LA BATALLA DEL DRAGON
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Érase una vez una niña llamada Águeda tenía 6 años le encantaba la
música pero ella decía que la magia no existía y sus primas llamadas
Laura e Irene le dijeron que la magia si existía, cuando tú cantas tu
voz es distinta Águeda dijo voy a cantar verás que mi voz no es dis-
tinta la la la la la la Irene le dijo a Águeda ves tu voz es distinta, pe-
ro eso es el micrófono dijo Águeda . Sus primas tenían una identidad
secreta sin que nadie lo supiera entonces Águeda noto algo raro entre
ellas pero no fue a ver lo que pasaba. Al siguiente día estuvieron ju-
gando al escondite, a la gallinita ciega, al pollito cocinero, al pollito
ingles etc. Y Águeda ese día si noto algo raro y entonces fue a espiar-
las e Irene y Laura hicieron un hechizo pero Águeda creía que era
por que practicaban magia entonces se fue a la cama .Por la mañana
Águeda fue a llamar a sus primas y desayunaron juntas y empezaron
a jugar a un montón de juegos de mesa y se lo pasaron genial y enton-
ces pasó lo mismo, hicieron un hechizo y vieron a alguien y Águeda
salió y le dijo a su prima ¿por qué me lo ocultasteis? lo descubrimos
cuando estábamos con mi madre y por eso te dije que la magia existía
dijo Irene, entonces Águeda dio un concierto y le dijo a sus primas
que utilizaran la magia para poder cantar genial. Entonces estuvie-
ron dando las invitaciones a todo su barrio y Águeda se lo pasó genial
y entonces el público que fue a verla al otro concierto invitó a todos
sus amigos y Águeda comprendió que la magia existía “COLORÍN CO-
LORADO ESTE CUENTO SE A ACABADO”.
A. C
AGUEDA Y SU MICROFONO
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Había una vez un planeta llamado “Xmatric” en el que todo era fan-
tástico, era muy tranquilo, no había guerras, ni las personas se pe-
leaban, los niños y niñas iban al cole, los papás y mamás a trabajar y
nadie pasaba hambre ni sed, ¡todo el mundo era feliz!
Xmatric estaba libre de humos y basura, no había contaminación y
todos utilizaban vehículos sin motor.
Pero un día ocurrió que estando unos agricultores trabajando en el
campo vieron un objeto muy extraño en el cielo y dieron la voz de
alarma. Al lugar se trasladaron los científicos más avanzados de
Xmatric y lo que se encontraron cuando llegaron fué una enorme na-
ve de la que empezaron a bajar unas criaturas muy extrañas. Inten-
taron averiguar porqué estaban allí y les dijeron que venían de un
planeta llamado “Trompic” y su misión era implantar clones de ellos
para conquistar su planeta. Los habitantes de Xmatric se empezaron
a preocupar y a ponerse nerviosos porque su planeta ya no sería el
mismo planeta tranquilo y genial que era.
Al día siguiente ya había más del triple de extraterrestres de los que
llegaron el día anterior y la situación se complicaba aún más ¿Cómo
iban a deshacerse de ellos? Los expertos intentaban buscar una solu-
ción pero no llegaban a un acuerdo con ellos, el planeta estaba en pe-
ligro.
El presidente de Xmatric propuso a la población que le ayudará a dar
una solución a aquello y resultó que unos niños de un cole les envia-
ron una carta proponiendo una solución: ¿Por qué no jugamos un par-
tido de fútbol, ya que son tantos?
El presidente al leerla se quedó asombrado ya que era la estrategia
perfecta para combatirlos.
MISION: SALVAR EL PLANETA
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Así fué, se lo propusieron a los extraterrestres y aceptaron el reto, si per-
dían se irían de allí sin rechistar.
Y ocurrió que justo al final del partido ya tenían marcado los
“Xmatricanos” 192 goles, ¡¡¡nada más y nada menos!!! Así que los extrate-
rrestres no tuvieron más remedio que coger sus naves y marcharse del
lugar y todo el planeta gritaron: ¡¡¡¡¡VICTORIAAAA!!!!!!!!
A.B
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Había una vez 4 amigos que a los 4 le encantaba jugar al fútbol,
esos niños se llamaban: Álvaro, Luis, Abraham y Ale. Una vez jugan-
do a un partidillo en un entrenamiento el balón salió fuera del cam-
po. Fueron los 4 niños porque querían coger la pelota, entonces la pe-
lota la vio Alejandro, fueron a por ella y entraron en el castillo donde
se había colado la pelota. Al entrar una vocecita se oyó al fondo
¿¿¿¿qué hacéis en mi castillo????? dijo un hombre os voy a poner
una maldición con la que solo os pasarán cosas malas y ninguno de
los 4 se lo creyó, pero de repente se cerraron las puertas y en ese mo-
mento los niños no sabían lo que había pasado, le contaron los niños
al mago que habían entrado en su castillo porque querían recuperar
el balón, pero como el mago era tan tan malo no los creyó y como ha-
bía dicho el mago les puso una maldición.
Les puso la maldición de llevarse allí metidos en el castillo 24
años.
Sus padres los buscaron por todas partes, pero no los encontra-
ban y estaban muy tristes. Pero un día en otro entrenamiento de fút-
bol pasó lo mismo y esta vez una de las madres de los niños que esta-
ban jugando vio cómo entraban en el castillo a recoger el balón. Cómo
veía que los niños no salían del castillo fue la madre y entonces en-
contró a todos los niños, los 4 niños y Álvaro le contaron todo a la
madre, y pues todos se abrazaron con todos y pudieron salir de allí.
“Colorín colorado este cuento se acabado”.
LOS AMIGOS DE ALVARO Y EL
CASTILLO DE LA MALDICION
A. P. D
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Había una vez un científico llamado Aitor y en esta historia va
a viajar en el tiempo. Aquí empieza nuestra historia.
Hoy se va realizar el primer viaje en el tiempo, inventado por el
científico Aitor Fernández que va a viajar con Willy y Roberto.
Van a viajar a la Edad del Hielo, a Francia el día de la corona-
ción de Napoleón Bonaparte como Emperador de Francia y van a via-
jar a Atenas para ver las primeras Olimpiadas de la historia del de-
porte y del mundo.
Todo ya está listo para viajar a la Edad de Hielo, para ver los
animales de esa era. Tengamos mucho cuidado del frío y con los Ti-
gres Dientes de Sables. Ya han llegado a la Edad de Hielo y se encuen-
tran con un mamut. Ahora va a viajar a París para asistir a la coro-
nación de Napoleón como Emperador de Francia después de la Revo-
lución Francesa. Ya han llegado a París y tiene que dirigirse a la Ca-
tedral de Notre Dame porque allí es dónde se va hacer la coronación
de Napoleón. Ya han llegado a la Catedral de Notre Dame, para ver la
coronación de Napoleón, ya sale Napoleón y está toda Francia para
ver la coronación de Napoleón Bonaparte y están alegres porque son
libres y no tienen que sufrir más. La coronación de Napoleón fue muy
bonita ahora van a viajar a Atenas a ver los Juegos Olímpicos de
Atenas para ver quien ganó los primero Juegos Olímpicos de ese año
y los primeros de la historia del mundo y se celebraron en el Estadio
Olímpico de Atenas y las 43 competiciones se van a realizar con 243
atletas para ver quién gana los Juegos Olímpicos y quien se lleva la
medalla de oro para su país quien se llevará la medalla de oro y que
país pasara a la historia como el primer país que ha ganado una me-
dalla de Oro en los Juegos Olímpicos del mundo y quién ganará los
Juegos Olímpicos en esa época. Ya han llegado a Atenas para ver los
Juegos Olímpicos. Aitor había inventado tres entradas para ver las
VIAJE EN EL TIEMPO
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Olimpiadas, ya están adentro y aparece el pebetero Olímpico corre y
enciende la gran llama para dar ya comienzo los Juegos Olímpicos de Ate-
nas la primer competición va ser el futbol. Hoy juegan Grecia contra Ale-
mania y mañana va ver tiro con arco ya ha terminado el partido y ha ga-
nado Grecia por dos a cero. Ahora toca dormir que mañana toca tiro con
Arco. Ya es de día y hay que dirigirse al Estadio Olímpico de Atenas para
ver el Deporte de tiro con arco. Participan: Grecia, Italia, Alemania, Egip-
to, España, Brasil, Argentina, México y Francia. Ha ganado España y en
segundo lugar Alemania y en tercer lugar Brasil. Bueno mañana hay ba-
loncesto, juegan Francia contra Argentina. Ya es de día y hoy hay balon-
cesto, empieza el partido. Ganó Francia 50 a 40. Mañana hay natación. Ya
es de día y participan España, Alemania, Gracia y Argentina. Empieza la
competición nadan y nadan. Y ha ganado Alemania. Mañana hay lanza-
miento de jabalina. Alemania, España, Italia, Egipto, México, Grecia, Ar-
gentina, Brasil y Francia. Quién pasará a la semifinal. Ha ganado Egipto y
segundo lugar México. Mañana semifinal de futbol Francia contra Espa-
ña. Hoy semifinal Francia vs España así dijo el sorteo. Rueda la pelota. Ha
ganado España por 3 a 0. Mañana ¡Final! España vs Italia. Tiro con Arco
ha ganado España ¡Medalla de Oro! Natación Alemania oro. Egipto oro.
Hoy la final de futbol. Empieza el partido. ¡España Campeón! De futbol.
España ha ganado los Juegos Olímpicos y obtuvieron dos medallas de
oro y Aitor se ha hecho famoso.
J. L. F. V
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Hola me llamo Carmen y os voy a contar porque soy tan famosa, y es
porque he escrito un cuento que se llama ”La Tierra antes de que
existieran los humanos”
Los que vivían en la Tierra
Vivian unos seres extraños llamados Dinosaurios. Había dos tipos de
dinosaurios 8pero después os lo explico, ahora sigamos) y millones
de animales raros que ya no existen por ejemplo helicoprion y arth-
ropleura no voy a contar más porque hay millones y millones tam-
bién hay plantas como helecho y cyca y muchas más.
La experiencia en la tierra
La experiencia en la tierra era muy agobiante y ni vivíamos bien
porque hay muy poco oxigeno así que ni aguantamos media hora
aunque los seres que hay en esos tiempo vivían muy bien pero otros
no mucho pero ahora no estamos en eso allí todo era casi oscuro y los
árboles oscuros y muy raros, bueno ellos vivían bien así que dejarles,
ellos son así, jiji.
Los dos tipos de dinosaurios.
Los dos tipos de dinosaurio son los herbívoros son los que comen hojas
y los carnívoros son los que comen animales por ejemplo tiranosaurio
-rex, velociraptor, gallimimus,…
La tierra antigua es muy divertida, ¿a qué sí? Y un poquito rara.
LA TIERRA ANTIGUA
C. Q. H
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Había una vez un niño que desde pequeño quería ser astronauta. Es-
tudió muchísimo y por fin lo consiguió, se convirtió en el mayor estu-
diante del espacio.
Su primera y gran ilusión era visitar el planeta Marte, llegó el gran
día y despegó la nave espacial hacia el planeta Marte. Pasaron dos
años en la nave intentando llegar a Marte, se encontró con un agujero
de gusano e intentó esquivarlo pero entró dentro de él, llegó a una
nueva galaxia que era desconocida para él y para el mundo. Visitó el
primer planeta y lo llamó Winster, estaba llena de mucha vegetación
y animales súper extraños, cuando miró al cielo había más de 1300
Lunas, parecía un mercadillo de Navidad. Hizo un agujero en el suelo
y todo estaba lleno de ácido. Salió rápido y visitó otro planeta y lo
llamó Laiker, aterrizó en una roca flotante sobre lava. Había mucha
gravedad y no podía saltar.
Corriendo se fue a otro planeta, lo llamó Torrie, era precioso lleno de
minerales no conocidos y animales raros que quería comérselo y ani-
males voladores también que querían atacarle. Salió corriendo al úl-
timo Planeta y al llegar no era un planeta si no otro agujero de gu-
sano, lo atravesó y llegó directo al planeta Marte.
Por fin llegué al planeta Marte, era de color rojo y rocoso no había vi-
da, recogió unas muestras y puso una gran bandera muy bien sujeta
para que no se la lleve las tormentas de arena y en la bandera ponía
“MUCHOS SUEÑOS SE HACEN REALIDAD”
UN VIAJE A OTRA GALAXIA
J. Q. H
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Había una vez una niña llamada Bella que tenía una hermana que se
llamaba Mérida. Un día soleado de primavera decidieron ir al campo.
Bella tenía muchas ganas de ir. Cuando llegaron, le preguntó a su
hermana si quería jugar con ella, pero le dijo que prefería leer debajo
del árbol, y entonces ella decidió investigar sola. Más allá vio unos
matorrales y detrás observó que había un hueco. Se metió y encontró
un laberinto, y se preguntó qué habría al final. Entonces se metió
dentro para ver cómo era. Después de dar dos o tres vueltas, no en-
contraba la salida y siguió por el laberinto hasta que consiguió llegar
al final y entrar por la puerta que había al fondo. Allí se encontró un
bote de miel y una manzana. Bella tenía hambre y se tomó la miel y
de pronto creció y creció, y se hizo más grande que la puerta. Le dio
un mordisco a la manzana y se hizo súper pequeña y pudo pasar por
la puerta.
Más adelante encontró animales raros: un conejo que bailaba, un
ciervo con tacones, un león que estaba maquillándose y un gusano
muy loco que le dijo:
- ¿Quién eres y por qué estás aquí? y ella dijo “soy Bella y me he per-
dido. Me quiero ir con mi hermana”. Al gusano le pareció muy extra-
ño porque nunca había visto una niña humana. Le dijo que si se co-
mía la manzana encogía y con la miel se agrandaría, pero Bella no le
entendió bien y se quedó con la intriga. El gusano se fue, y la niña si-
guió buscando la salida a su mundo. Bella encontró una puerta y la
abrió, y era el mundo al revés: los bancos de la plaza estaban bocaba-
jo, las casas bocabajo y todo estaba del revés. La niña vio una estatua
y detrás un bote que ponía en la etiqueta “ORGILEP”. Bella no enten-
día nada, pero al leerlo al revés no lo quiso ni tocar.
BELLA Y EL MUNDO FANTASTICO
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A Bella ya le dolían los pies, y se sentó en una piedra blanca. La piedra
era un unicornio que se asustó al ver a la niña. Bella lloraba porque que-
ría salir de allí, y el unicornio la montó y la llevó volando con su herma-
na.
De pronto, Bella sintió que la movían y era su hermana que le decía:
“Bella que te has dormido, vámonos a casa”, y entonces se dio cuenta de
que todo había sido un sueño.
B. R. L
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En el colegio de Miguel han hecho un concurso para saber que clases
contaban mejores chistes. La profesora de 3º A les dijo que en casa te-
nían que buscar chistes buenos y que no estuviesen muy vistos, tam-
bién, si querían, podían ser chistes inventados… Casi todo el mundo
llevó chistes inventados…
En el
A la semana siguiente, el director dio los resultados del concurso, y
en la clase de 3º A todos están contentos porque han conseguido lle-
gar a la final de un concurso de chistes del colegio, menos Miguel,
que es tan tímido, tan tímido, que no le hace ni pizca de gracia que su
clase participe en ningún concurso con otros niños y niñas y menos
en uno de ¡chistes!
Miguel se lo contó a su amiga María y su amiga le dijo: ¿Por qué no te
hace gracia este concurso?
Él le contesto: Es que soy muy tímido, tú ya lo sabes….
Ella le dijo: Ya, pero ¡Es un concurso de chistes!
Todos saben que Miguel se negará a participar y están muy disgusta-
dos con él por ese motivo ya que, si no participa, la final la ganará 6º
B.
Miguel estaba muy triste porque, aunque era muy tímido, era un ni-
ño muy bueno que respetaba a los demás y no se portaba mal con na-
die.
Todos los niños y niñas de la clase se reunieron para intentar solucio-
narlo.
¡¡¡¡¡Había que encontrar una solución a la timidez de Miguel entre to-
dos y todas!!!!!
Y encontraron la solución: Todos se disfrazaron de otro niño o niña de
la clase así a Miguel no le daría vergüenza actuar delante de todo el
MIGUEL, MIGUELITO, MIGUELON DE
TIMIDO A MOLON
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colegio porque nadie sabría quién es él.
Llegó el día del concurso y ganó la clase de 3º A. Precisamente el más gra-
cioso fue Miguel, pero nadie lo felicitaba porque iba disfrazado.
Esto le hizo pensar que, quizás no estaba tan mal relacionarse con los de-
más y llevarse de vez en cuando las felicitaciones de todo el colegio.
Así que, desde este momento, Miguel, Miguelito, Miguelón pasó de ser tí-
mido a hablar y jugar con todo el colegio y en el próximo concurso de chis-
tes no tendría que disfrazarse de nadie, sino que sería el mismo.
M. R. A
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Érase una vez un niño llamado Pepe, estaba muy enfadado y tristón.
Las noticias siempre hablaban de cosas malas que traía el CORONA-
VIRUS.
Se puso a tirar, a romper y a derramar, a gritar a llorar a golpear y
a patalear. Rompió, aporreó y machaco.
-¡AHI DIOS MIO! dijo su madre ¿qué es todo este lío?
-Y Pepe dijo; ¡soy un niño pequeño! Enfadado y triste, y nadie me
quiere con el corazón.
-Su Mamá le contestó: enfadado o no, pase lo que pase siempre te que-
rré de corazón.
-Y Pepe dijo: ¿si fuera un policía todavía me querrías y cuidarías?
-Pues claro dijo su madre, seas niño o policía siempre te querré de co-
razón.
´-Si me volviese bombero ¿todavía me cuidarías y me querrías?
-Pues claro que sí dijo su madre, seas niño o bombero siempre te que-
rré de corazón.
-¿pase lo que pase? y si fuera… ¿Médico?
-y su madre dijo: de besos y abrazos te cubrirá y por las noches te
arropará.
-¿el cariño se gasta?
-su madre dijo: Tantas cosas no sé pero te aseguro que siempre te que-
rré.
-Pero cuando te vayas y ya no estés conmigo ¿seguirá el cariño?
-Su Mamá lo llevó a ver la luna y las estrellas para que comprendiese
que su luz nunca se apaga igual que el cariño es siempre duradero.
PEPE Y EL CARIÑO DURADERO DE
SU MAMA
A. D. P
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Érase una vez en un reino llamado Lejanía donde vivía un rey muy
egoísta llamado Merlín. Vivía en un castillo que estaba en un oscuro
bosque. El castillo era muy viejo y tenía las ventanas rotas y muchos
desconchados.
El rey Merlín era una persona muy egoísta y muy solitaria.
Una mañana el rey y sus soldados fueron al pueblo para pedirles a
sus vecinos que le diera el dinero para renovar su castillo.
Los vecinos estaban cansado de que siempre le estuviera quitando el
dinero.
Dos ladrones que vivía en el pueblo llamado Paco y Pedro cansado de
que siempre el rey le quitará el dinero a los más pobres, pensaron en
un plan y devolverle a sus vecinos el dinero quitado por el rey.
A la anochecer los ladrones se escondieron en el interior del bosque
hasta que los guardias del castillo se quedasen dormido para entrar
en el castillo.
Cuando vieron que los guardias se quedaron dormidos entraron por
la ventana rota buscando su dinero.
Después de recorrer todo el castillo encontraron una habitación llena
de monedas de oro, joyas, diamantes.
Una vez dentro sin pensarlo dos veces llenaron los sacos de monedas
de oro.
Salieron del castillo corriendo antes de ser vistos por los guardias ya
que estaba amaneciendo.
Una vez de estar salvo en el bosque corrió al pueblo a repartir las mo-
nedas de oro a todo los vecinos del pueblo dándole el dinero robado
por el rey
LOS LADRONES Y EL REY
A. M. S
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Hace muchos años había unos superhéroes que se llamaban:
Nora, tenía el súper poder del rayo láser.
Billie, tenía el súper poder correr más rápido que un rayo.
Cloe, tenía el súper poder del tele transportarse.
Fibie, el de aliento de fuego y de hielo.
Jank, el mejor súper villano del mundo y podía volar.
Max, tenía los mismo superpoderes que Fibie, pero era Malvado.
Electrik, era la mejor Heroína del mundo y tenía el súper poder de la
Electricidad.
Max en su cueva tenía un conejo peludo que hablaba y era un villano
súper gracioso, un día venía una órbita con Malvadoman y Electrik
puso el avisador de supervillanos y saltó para avisar a todos y sus
superpoderes se activaron.
Electrocutó a todos sus hijos, Cloe se tele transportó a otra dimensión,
Max tenía que estar al lado de Fibie a menos de un metro para poder
atacar con sus poderes.
Billie tuvo que ponerse en el columpio que le regalaron en su tercer
cumpleaños, para no ser atacado. Jank no paraba de darse chocazos.
Nora utilizó gafas para protegerse de los rayos.
Fibie paró la órbita, Bien….
Se durmieron todos.
LOS SUPERHEROES
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Ya cuando era de día de la THUNRRAZON, Electrik, que era la madre de
Max, le estaba dando ánimo, le hizo brouwnis, compró un trampolín y un
ordenador muy moderno. Sus hermanos Billie y Nora también querían un
trampolín, si no Nora con su láser lo iba a romper, así que su madre le re-
galó uno.
Billie estaba saltando y se que quedó colgado en la cornisa del tejado,
Fibie le salvó de caer al suelo.
Colorín colorado este cuento se ha terminado.
C. B. V
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Érase una vez una niña llamada Copo y era una princesa.
Lo que más le gustaba hacer era salir al balcón y ver a los caballeros
como luchaban, ¿mamá puedo ser caballero? No, eres una princesa,
no puedes ser caballero, le dijo su madre, ¡pero a mí me gusta! le con-
testaba enfadada ella, pues no puede ser así, insistió su madre.
Cuando se hizo de noche Copo fue a la escuela de caballería, se puso el
traje de caballero y se puso a luchar ella sola con la espada, pero vio
a otra persona, ¿quién eres tú?, dijo Copo con exclamación, soy Lana
y tú Copo, ¿no?, ¿eres entonces mi vecina Lana? Sí, soy yo, ¿te gusta
la escuela de caballería? Sí, me encanta, todas las noches vengo para
aprender a luchar, dijo Lana, pues esta es la primera vez que vengo,
dijo Copo. Bueno vamos a luchar las dos un rato y luego nos vamos ca-
da una a nuestra casa, vale respondió Lana.
Pasó un rato y Lana se fue a su casa y Copo a la suya.
Al día siguiente Lana y Copo quedaron para entrenar en un bosque
muy cerca de sus casas pero cuando se fueron las madre de Copo y
Lana les siguieron y vieron lo bien que
luchaban y dijeron: ¡vaya!, ¡qué bien lu-
cháis! lo sentimos mucho por no echaros
cuenta, no pasa nada mamá, dijeron La-
na y Copo a la vez, ¿nos apuntaréis a la
escuela de caballería?, ¡claro que sí! Y a
partir de ahí ganaron muchos premios.
M. M. N
LA PRINCESA QUE QUERIA SER
CABALLERO
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Érase una vez una niña que no tenía amigos, porque siempre estaba
enfadada y era muy egoísta. Pero un día apareció en su habitación
un duende, que le dijo:
-No tienes amigos porque eres mala con los demás, pero si sigues este
mapa en buena persona te convertirás-.
La niña era mala, pero muy valiente así que emprendió la aventura.
Al día siguiente se dirigió hacia el bosque. En la entrada había una
niña llamada Victoria, le dijo que estaba amaneciendo y tenía hasta
el anochecer para terminar. También le contó que amanecer significa
empezar y aprender cosas nuevas.
Siguió caminando hasta que se encontró con Alejandra, un osito pan-
da muy simpático, que le dijo que siguiera el arcoíris y fuera más
alegre, como ella.
Al final del arcoíris se encontró con Amanda, una bruja buena y muy
dulce, que le enseñó que con bondad y una pizca de felicidad, podría
hacer lo que quisiera si creía en la magia.
Y salió volando por encima de los árboles.
En lo alto de uno se encontró con Noa la amable, la llamaban así por
ser una guerrera siempre dispuesta a ayudar a los demás. Y ésta ha-
ciendo honor a su nombre le contó que al final del mapa estaba la
Fuente de la Sabiduría, donde encontraría lo que estaba buscando.
Agradecida la niña bajó del árbol. Pero al pisar el suelo apareció un
feroz dragón con grandes dientes afilados. Por suerte llegó el hada
Natalia, y el dragón al no soportar su sonrisa de beatitud se fue. Na-
talia risueña como siempre le pidió que continuara por el río de cho-
colate y nubes.
CUESTION DE PALABRAS
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Cuando la niña llegó al final del río, se presentó un unicornio blanco
con un precioso cuerno rosa. Se llamaba Anita y le dijo que tenía que
sonreír más, y como ella ser más divertida y reírse de las bromas.
La niña se despidió de Anita y continuó su camino. Llegó a un precioso
jardín lleno de flores. Allí se encontró con Adriana, una princesa muy
feliz y sobretodo muy positiva. Adriana le acompañó por el camino en-
tre las flores y le dijo, contenta, que ya estaba muy cerca de la Fuente.
La aventurera llegó hasta un puente en el que se encontró a Marcela,
una muñeca, que le llevó hasta la Fuente de la Sabiduría.
En la fuente se encontró a la maestra Olga, una mujer muy agradable
que le hizo pasar a través de una pequeña cascada. Al cruzarla se en-
contró a Victoria, Alejandra, Amanda, Noa, Natalia, Anita, Adriana y a
Marcela. Ellas se cogieron de las manos en un círculo alrededor de Olga
y la niña. Esta se dio cuenta de que le habían enseñado a aprender, la
alegría, la bondad, la amabilidad, la felicidad, la diversión, la positivi-
dad y a ser generosa. Así que se giró hacia Olga y le dijo sonriendo:
-Gracias-.
I. C. V
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A. P. B
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Había una vez una semilla colorida en el espacio que iba al planeta
tierra y dentro de unos años ya estaba en el planeta tierra y con los
años ya era un árbol gigantesco.
Al siguiente día unos niños jugaban al lado el árbol y uno de ellos
quiso subirse al árbol y coger unos frutos.
Cuándo cogió el primer frutó escuchó una voz que decía - pide un de-
seo y se cumplirá.
El niño no sabía qué hacer y pidió un deseo y se cumplió. Después de
eso él árbol fue muy muy popular y la gente le pedían muchos mu-
chos deseos, dentro de unos meses el árbol parecía muy cansado y
viejo ,entonces unos aventureros se iban a buscar algo que haría al
árbol cómo nuevo en primer lugar fueron a la selva en su avión y allí
vieron muchas cosas interesantes pero nada que podrá ayudarle al
árbol y decidieron ir a otra parte de la selva y allí vieron a una mu-
jer que les dijo- ¿qué buscáis? Y ellos le explicaron todo, ella les dijo
que tienen que buscar una planta llamada Sinoalría que lo tienen
que buscar en una tienda que está en el bosque de fantasmas que
vende una bruja.
Ellos fueron a ese bosque y tenían mucho miedo al final encontraron
una flecha que decía -La tienda de la bruja Mesinda- y fueron ahí y
se encontraron una bruja que les dijo: que en vez de dinero ella quie-
re que ellos le den un regalo ellos no sabían que regalarle y al fin y
al cabo decidieron regalarle un gato y a la bruja le gustó el gato y
ellos tuvieron esa planta entonces hicieron un zumo de esa planta y
con ese zumo regaron el árbol de deseos y después la gente cuidaba
mejor el árbol.
EL ARBOL DE LOS DESEOS
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Había una vez un niño llamado Daniel. Era caballe-
ro y también era el hijo del rey Marcos. Nuestra
ciudad se llamaba Strenger city.
En Strenger city, había un dragón comilón. Solo co-
mía rocas y trabajaba con un mago que convertía a
todos en rocas.
Hasta que llegó el caballero Daniel y fue a su cueva
y los derrotó. Cumplió su misión y se convirtió en el
héroe de la ciudad.
D. R
EL CABALLERO DANIEL
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Había una vez un caballero llamado Sebastián que vi-
vía en un castillo lejano.
Un día, el caballero fue a pasear por el bosque y se encontró
a una joven princesa llamada Dulcina. La princesa, que era
hermosa y amable, vivía en un castillo cerca de un río que
cruzaba el bosque.
Cuando la princesa vio al caballero, se enamoró completa-
mente de él.
Bowser era un sirviente de la princesa y, además, un mago
malvado. Cuando el mago malvado se enteró de que la prin-
cesa estaba enamorada de Sebastián, envió a un dragón
lanzallamas para acabar con él, porque no quería que se
rompiera el hechizo del castillo.
Una tarde, Sebastián estaba hablando con la princesa cuan-
do, de repente, apareció un gran dragón lanzando fuego. El
caballero puso a la princesa a salvo, cogió una espada y un
escudo y, dispuesto a luchar contra el dragón, fue hacia él.
El dragón echó fuego por la boca y el caballero se puso el es-
cudo por delante para no quemarse. Sebastián saltó con to-
das sus fuerzas, clavó la espada en la cabeza del dragón y
lo derrotó.
EL CABALLERO DEL MAS ALLA
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Cuando Bowser se enteró de que su dragón había sido derro-
tado, se puso furioso y, lleno de ira, fue al castillo de Sebas-
tián para matarlo.
Los dos se dispusieron a luchar y el caballero le dio un gran
puñetazo en el estómago, que lo dejó en el suelo. Entonces, Se-
bastián fue corriendo al castillo de Dulcina a contarle todo lo
que había sucedido con el mago. Al terminar, el caballero di-
jo:
“El mago ya ha sido derrotado, querida princesa. Podemos ir
a mi castillo sanos y salvos para siempre”.
Y así, los dos enamorados vivieron muy felices para siempre
en el castillo, lejos de los dragones lanzallamas.
Colorín colorado, este cuento se ha acabado.
F. S. V
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Hola, hoy os voy a contar una historia, bueno pues empezamos. Era
principio de año celebraba y bailaba las fiestas del invierno. Una
criatura extraña bajó del área-51, era el Covid-19 en su nave y vien-
do que feliz estaba la gente, le dio envidia. Entonces dijo:
-Yo contagiaré a todos, uno por uno-. Y así fue, empezó a contagiar al
mundo entero de todo nuestro planeta. Muy rápido se contagió con un
bicho raro. Todos empezaron a usar mascarilla, guantes y suminis-
tros de comida. Se escondían en sus hogares para que no les vea el bi-
cho raro. ¡Parecía un apocalipsis!
Los países de cada país declararon cuarentena. Todo el mundo en cua-
rentena, estar en casa sin salir fuera. Pero había una excepción, si
sales a comprar alimentos o medicamentos. Los expertos empezaron a
investigar para encontrar una cura para l bicho. Lo llamaron “Covid-
19”o, la gente, le decía “coronavirus” porque era un virus.
Vieron que el virus tiene miedo al jabón y al desinfectante y dieron
la orden de que todo el mundo se lave las manos y que se las desinfec-
ten, por si acaso. El virus era muy potente, entraba en nuestro cuerpo
por la nariz, por la boda e incluso por los ojos. La solución es quedarse
en casa. Las escuelas cerradas, los niños en casa sin perder el ánimo.
Cada niño pintaba un cartel con un arcoíris y los ponían en sus ven-
tanas o balcones.
Los bonito era las frases que poníamos de ánimo, salíamos a aplaudir
a nuestros balcones o ventanas, para nuestros héroes, los médicos.
Los médicos que luchan contra el virus y salvan gente. Los científicos
no descansaban día y noche para encontrar cura mágica. Días largos,
noches oscuras. La gente no perdía la esperanza.
EL COVID-19
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Están seguros de que van a vencer al virus. Cada día gente enferma o
ancianos se volvían más débiles y caían en las manos del poderoso vi-
rus que los dejaba sin respiración. Llorando por las pérdidas de los se-
res queridos, la gente se hacía más poderosa para vencer al virus.
Pasaron meses enteros hasta que encontraron la cura perfecta. Mata-
ron a todos los bichos, no quedó ni rastro del virus. Después de todo, las
calles se llenaron de gente, familias y amigos se volvieron a juntar con
abrazos. Pero eso sí, nunca se olvidará la visita de este virus extraño.
Colorín colorado, este cuento se ha acabado, con un final feliz.
A. N
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Había una vez un bebé dinoza quería ser astronauta de pe-
queño, pero sus padres no le dejaron. Un día sin que nadie
le vea se metió en un cohete y les dijo a sus amigos si que-
rían ir con el y sus amigos les dijos que si y se fueron a la
luna.
De respente cuando querían volver a sus casas el cohete es-
taba estropeado y por suerte un amigo suyo sabía hacer
magia. Su amigo hizo magia y arregló el cohete, cuando lle-
garon a sus casas sus padres le preguntaron, donde esta-
ban. No querían decirle que se fueron a la luna y cómo a un
amigo suyo no le gustaba mentir les dijo la verdad. Los pa-
dres se enfadaron pero uno de los padres no se enfadó y les
hizo una pregunta.
¿Habéis destrozado algo? Ellos contestaron no hemos des-
trozado nada, entonces los padres se pusieron contentos de
saberlo y por eso hicieron una fiesta. Se pusieron contentos
todos los niños, y los padres del bebé dinosaurio les dejaron
que sea astronauta y fueron felices para siempre.
J
EL DINOSAURIO BEBE
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En una ciudad de Japón, vivía un gato llamado Simón. Un día fue a
una biblioteca y se llevó 5 libros. Cuando llegó a su casa tenía mucha
hambre; fue a ve a la nevera, pero estaba vacía y entonces decidió
leer un libro. El libro era de Rapunzel.
El libro le gustó tanto que decidió comérselo para ver si así se le pa-
saba el hambre que tenía, y sí, se le pasó. De tan contento que estaba
se quedó dormido.
Cuando se despertó no se creía lo que estaban viendo sus ojos: estaba
en una torre, se vió en un espejo y tenía el pelo tan largo como la To-
rre Eiffel. ¡Su pelo medía 300 metros!
Pasaron dos meses y Simón escuchó:
-¡Rapunzel suelta tu pelo! - Simón estaba muy asustado pero decidió
soltar el pelo.
-¡Ya subo!
Cuando la mujer subió, Simón se dio cuenta de que era una bruja y le
dio un sartenazo. La bruja quedó inconsciente y se deshizo en polvo.
Simón fue libre y abandonó la torre, se encontró una flor y sopló y
apareció en el cuento de Tiana y el sapo. Se convirtió en sapo y se en-
contró a una rana, se besaron y se deshizo el hechizo.
Simón despertó en su casa, a su lado estaba una linda gatita que era
la rana del cuento. La gata se llamaba Simona y el gato Simón.
Así que como dice Simón, si te lees un libro, aunque te guste mucho,
no te lo comas.
M. D. G
EL GATO SIMON
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¡Hola! Me presento, soy Marina y os voy a contar una
historia muy emocionante que me paso hace unos cuantos
años...Hace no más de 8 años me tuve que cambiar de cole-
gio, por el trabajo de mis padres; para mí fue un periodo
bastante complejo, ya que en mi anterior escuela tenía mu-
chos amigos, que me había costado hacer ya que soy muy
tímida y eso hace que no sea muy sociable.
El primer día de colegio me trataron muy bien, como
debía de ser. El segundo día todos querían ser mis amigos,
el tercero también fue maravilloso, pero como dice el dicho:
Todo lo bueno se acaba...No era porque mis compañeros fue-
ran malos, era por mi timidez... Yo estaba tan preocupada
que un día decidí salir a un bonito bosque que tenía cerca
de casa. Salí para despejarme un poco y no pensar en lo ma-
lo...Yo era una chica que amaba la naturaleza, y me gusta-
ba mucho los espacios libres de contaminación, humo, ...
Siempre me gustaba apreciar el olor de los verdes pinos
cuando llueve, mmmm... ¡QUE DELICIA! Empecé a andar por
un largo paisaje lleno de montañas, árboles y flores floreci-
das ya que era primavera.
EL GATO SIMON
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De repente escuche una voz aguda diciéndome: Marina,
yo seré tu amigo. No tarde en enterarme de que había sido...
¡UN ARBOL! Me asusté y me fui corriendo a casa, pero... ¡NO
SABIA SALIR!
Me di la vuelta y fui corriendo donde estaba el árbol que me
había hablado, Mantuve una gran conversación con él y me
dijo como salir de aquel lugar tan extraño...Pasada la conver-
sación me pidió ser su amigo, ya que él estaba pasando la
misma situación que yo. Nos hicimos amigos, y desde ese mo-
mento, me si cuenta que debemos cuidar la naturaleza ya
que es nuestra mejor amiga ya que sin ella no podríamos vi-
vir. Siempre iba a visitarlo al bosque y jugábamos al escondi-
te...
Este suceso me cambio la vida, como se la podría haber
cambiado a la persona que está leyendo este libro...
RECUERDA:LA NATURALEZA NOS CUIDA Y ES ESENCIAL
PARA NUESTRA EXISTENCIA...
A. P. P
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Ding, 10... ding, 11... ding, 12...
¡Feliz 2020!
Así empezaba una vez más un año con propósitos y nuestras expecta-
tivas..., lo que no nos imaginábamos era todo lo que estaba por lle-
gar...
¿MACROVIRUS? ¿Qué era aquella nueva palabra que parecía sacada
de una película? En los informativos de la televisión se empezaba a
hablar de un virus que estaba amenazando a la población asiática.
India... ¡Qué lejos sonaba aquello! Pero como por arte de magia, en
cuestión de pocos días, se fue extendiendo por el mundo hasta llegar
a cada país, ciudad, pueblo...
Cada día se contaban más y más casos de infectados y de muertos por
culpa de aquella maldita enfermedad.
Como medida para frenar su expansión, los presidentes de la mayo-
ría de los países decidieron prohibir los viajes y ¡hasta las salidas a
la calle y las visitas a nuestros seres queridos! Al principio pensé:
“¡Qué aburrimiento estar todo el día en casa!” Pero después de ver en
la situación en la que se encontraban muchos otros niños viviendo en
pisos minúsculos sin ni siquiera un balcón o una ventana hacia el ex-
terior, me sentía muy afortunada cada vez que salía al jardín a jugar
con mis hermanos. Palabras como: confinamiento, aislamiento, cua-
rentena, estado de alarma, mascarillas, respiradores, UCI, EPIS, en-
tre otras, empezaron a ser conceptos de uso común en nuestro voca-
bulario del día a día.
EL MUNDO PATAS ARRIBA
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Algunos dicen que este virus empezó en un mercado de un pequeño pue-
blo de Hiren, al noroeste del país, pero muchos otros piensan que esto es
una guerra silenciosa, un arma invisible creada en un laboratorio para
acabar con parte de la población mundial de la tercera edad. “¡Somos
demasiados!”, decían. Nuestros abuelos, bisabuelos, aquellos que habían
sobrevivido a guerras, al hambre y a la misma posguerra, que habían
trabajado tanto para salir adelante y que en aquel momento se estaban
yendo al otro mundo sin ni siquiera poder agarrar la mano de un hijo o
de un nieto. Solos en una habitación de hospital...
Mucho tiempo pasó hasta
que pudimos volver a ha-
cer vida normal, aunque
ya nada era como antes...
Un mal recuerdo se quedó
en nuestros corazones pa-
ra siempre aunque nos en-
señó a disfrutar de la vi-
da y de nuestras familias
de otra manera. Todo pasa
y aquí estoy, 70 años des-
pués de aquella pandemia,
contándoselo a mis bisnie-
tos para un trabajo del co-
legio.
-“¡Tú eres la mejor fuente
de información, bisa!”- Me
dicen siempre.
M. T. M
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Había una vez un pájaro que sabía hablar el idioma
de los humanos, pero nadie lo sabía ni siquiera los
otros animales. Sin embargo, un día un niño llama-
do Juan, mientras estaba regando las plantas de su
balcón oyó una vocecilla que decía:
¡No riegues mucho las plantas o las matarás!
Juan miro a todos los lados, pero no encontraba de
donde venia esa vocecilla. Entonces el pájaro le dijo:
¡Estoy aquí, detrás de la planta!
Juan al comprobar que la vocecilla procedía del pá-
jaro se desmayo y cuando se despertó pensó que to-
do había sido un niño. Pero el pájaro le preguntó:
¿Cómo estás?, ¿Estás bien?
Estoy un poco mareado, me ha sorprendido que
hablaras – contestó Juan.
Es normal, pero yo hablo tu idioma y comprendo a
las personas. Por cierto, me llamo Piki – dijo el
pájaro.
EL PAJARO QUE HABLABA
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Desde entonces Piki y Juan se hicieron grandes ami-
gos. Piki le enseñó a Juan como tenía que tratar de
forma correcta a los animales y a la naturaleza, y
Juan le enseñó a Piki algunos chistes y refranes que
decían en su pueblo.
Piki se convirtió en el mejor amigo y la mascota de
Juan, pero éste no estaba enjaulado, era libre y feliz
como tantos animales deseaban, y colorín colorado
este cuanto se ha acabado.
J. A. C
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Había una vez un niño que se llamaba Pedro. Su padre era
un gran futbolista, se llamaba José Luís.
El sueño de Pedro era ser tan gran jugador como su padre,
pero no se le daba nada bien jugar al fútbol.
Un día su padre, que sabía lo que quería Pedro,
le dijo: Pedro, con estas botas mágicas me con-
vertí en un gran futbolista cuando tenía tu
edad.
El niño se quedó estupefacto.
-¿Esas botas te convirtieron en un futbolista?- preguntó sin
poder creérselo.
-Efectivamente- contestó el padre.
Pedro jugaba en un equipo infantil y era delantero, siempre
metía pocos goles. Tenía partido al día siguiente y decidió
acostarse pronto para estar descansado y fuerte e intentar
jugar bien.
Cuando se levantó, se vistió, desayunó sus tostadas de agua-
cate y se puso las botas mágicas. De camino al campo de fút-
bol, pensó en meter muchos goles.
Nada más llegar, comenzó el partido, se le hizo bastante lar-
go, pero al final ganaron “10-0” y los diez goles fueron de Pe-
dro.
EL PEQUEÑO FUTBOLISTA
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Al llegar a casa, Pedro le dijo a su padre que había sido gra-
cias a las botas.
-No- contestó su padre.
-¿No?- preguntó el niño.
-No- volvió a decir- las botas no son mágicas.
-¿No?- preguntó de nuevo, confundido.
-No. Has ganado por confiar en tí mismo -dijo contento.
Y así, Pedro se convirtió también en un gran futbolista.
Moraleja: Si confías en tí mismo, puedes llegar a cumplir
cualquier sueño.
A. B. P
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Había una vez en las montañas más altas, un pueblo muy pequeño, en
el que vivían doscientos habitantes , cuarenta de los cuales eran ni-
ños. Todos los niños eran normales pero entre ellos uno destacaba. Era
un niño pelirojo con ojos azules y orejas un poco puntiagudas. Ese niño
se llamaba Lucas y tenía once años, era delgado y no muy alto.
En aquel pueblo no existía la fantasía. Ningún niño ni adulto creía en
las hadas, los elfos, el hada de los dientes, dragones, gnomos...
Aquel pueblo era tan extraño que los habitantes en su vida habían
visto un circo, ni por la televisión. Lucas era un niño normal al que le
encantaba jugar con sus amigos. Tenía una de las mejores casas del
pueblo. A pesar de tener dinero, él jugaba hasta con los más pobres, era
una muy buena persona. Estudiaba en el único colegio que había en su
pueblo, allí iban todos los niños. Lucas era hijo único pero nunca se
aburría ya que tenía muchos amigos y amigas.
Un día, a las afueras del pueblo, llegó una caravana seguida de tres
camiones. Todos los habitantes del pueblo pensaron que era una fami-
lia que se iba a mudar al pueblo, pero no fue así. Era un circo que se
había perdido y que no sabía llegar a su destino. El ayuntamiento dejó
que se quedara. Todos los miembros del circo muy agradecidos deci-
dieron montar su circo pero gratis, para que todo el mundo pudiese ir
a verlos.
A la semana, el circo ya estaba montado. Cuando el espectáculo iba a
empezar y el presentador salió, se llevó una gran sorpresa. En el circo
no había ni un solo niño o niña, eran todo adultos. Salieron a actuar
forzudos, malabaristas, bailarinas y el último en actuar fue un mago,
el mago Fantasio. Este, pidió un niño o niña voluntario, para poder ha-
cer un truco (ya que él no sabía que entre el público solo había adul-
tos). De repente, un niño apareció por detrás de los asientos, ese niño
EL PUEBLO SIN FANTASIA
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era Lucas, y dijo:
-¡Yo , yo seré tu voluntario!-
-¡Qué bien!-dijo el mago Fantasio.
Lucas miró al mago con una sonrisa enorme , pero es-
taba un poco confuso ya que nunca había visto un
circo y no creía en la fantasía.
-Lo que debes hacer es elegir una carta y yo sin verla la adivinaré.-dijo
el mago Fantasio.
-Ya está-dijo Lucas.
-¿Tú carta es el 2 de corazones?-preguntó Fantasio-.
-Sí- dijo Lucas.
Toda la gente del público empezó a aplaudir porque nunca habían visto
una cosa así. Después el mago Fantasio dijo:
-Ahora debes ponerte este sombrero-.
Lucas le hizo caso al mago y se lo puso, cerró los ojos y cuando los abrió
estaba en un lugar muy verde, con muchas flores y árboles , un sol muy
brillante y con un aroma a fresas.
Delante de sus ojos había una cabecita de un gnomo, con unos ojos muy
grandes y brillantes. Alrededor de él habían muchas hadas, unicornios,
elfos, dragones, dinosaurios , más gnomos...
-Me llamo Gnemus y soy el rey del mundo de la fantasía- dijo el gnomo.
-Es imposible, la fantasía no existe- dijo Lucas.
De repente el gnomo desapareció y Lucas se quedó allí sin saber qué ha-
cer. Como no sabía dónde estaba, empezó a andar sin rumbo. Después de
estar una hora caminando , estaba hambriento. Encontró unas setas y
sin pensar si eran venenosas o no , fue a arrancarlas. Pero entonces ,
escuchó unas vocecitas que le gritaban:
-¡No, no que nosotras las hormigas vivimos aquí!-.
A. G. M
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-¿Qué?-gritó Lucas.
Las hormigas le contestaron cantando:
-¡Si a fantasía no perteneces, esta comida no te mereces!-.
Lucas sin saber qué le estaba pasando, siguió caminado sin saber a dón-
de ir. Hasta llegó a pensar que se estaba volviendo loco. No tenía casi
fuerzas así que decidió sentarse en un prado verde que estaba lleno de
unas flores preciosas. Lucas no podía dejar de mirar aquellas flores tan
bonitas y como hipnotizado , cayó al suelo desmayado. Al abrir los ojos
estaba de nuevo en el escenario del circo rodeado del mago Fantasio y
la mayoría del público. Lucas empezó a contar todo lo que le había pa-
sado, pero nadie le creyó, incluso algunos se burlaron de él. Cuando to-
dos se fueron, Lucas se dio cuenta de que aún llevaba el sombrero pues-
to. Cuando se lo quitó, vio que a un lado llevaba una de aquellas flores
tan bonitas del mundo de la fantasía. Lucas sabía que todo lo que había
vivido era real. Así que decidió plantar aquella flor que llevaba en el
sombrero cerca del rió. Cada vez que Lucas contaba su historia, se daba
cuenta de que crecía una nueva flor junto a la que él había plantado. Y
si a los niños les gustaba y creían en la historia, todavía crecían mu-
chas más.
Desde aquel día la gente del pueblo empezó a cambiar y a ser más feliz.
Lucas se dio cuenta de que cada vez más gente del pueblo creía en la
fantasía. El circo y su gente decidió quedarse en aquel pueblo para
siempre. Al correrse la voz, los habitantes de los pueblos vecinos, empe-
zaron a ir al circo cada vez más. El pueblo se convirtió en uno de los
más bonitos de la comarca.
Lucas entendió que CON UNA SOLA FANTASÍA PUDO CAMBIAR TODA
UNA TRISTE REALIDAD.
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Había una vez una niña que se llamaba Alejandra y quería
regalarle a su mamá algo especial por el Día de la Madre,
para agradecerle todo lo que hacía por ella y por sus herma-
nas. Su madre trabajaba fuera de casa y cuando llegaba de
trabajar por muy cansada que estuviese siempre se ponía a
jugar con ellas y a ayudarlas en las tareas del cole y ellas
querían devolvérselo con un gran regalo. Alejandra pensaba
y pensaba que es lo que podían regarle pero nunca tenía el
dinero suficiente.
Un día en clase la maestra preguntó a los niños si sabían
que se aproximaba el Día de la Madre. Todos le contestaron
con la cabeza que sí.
Seño Paula… dijo Ana,” sabemos que Mayo es el mes de las
Madres”.
“Y se celebra el primer domingo de Mayo”… dijo Javier.
La seño Paula preguntó: ¿y tenéis algo especial para vues-
tras mamás?
“Yo le he comprado un móvil “dijo Juan
“Yo una Tablet” dijo Sara
“Pues yo le he comprado unas zapatillas” dijo Hugo
Todos dijeron cosas menos Alejandra que se quedó un poco
triste mirando el libro que tenía encima de la mesa.
EL REGALO DE ALEJANDRA
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La seño Paula la miró y al verla tan triste le preguntó: ¿Qué
te pasa Alejandra?
Ella le contestó: “No tengo nada que regalarle a mi mamá
porque no tengo dinero suficiente”.
Entonces la seño Paula le dijo: “no pasa nada, lo importante
es un regalo que salga de tu corazón como un dibujo, un beso,
un abrazo….Ese regalo será el que haga más feliz a tu ma-
má”. Hay cosas que el dinero no las puede comprar como el
Amor y el Cariño hacia las personas que queremos.
Así que Alejandra nada más llegar a casa le contó a sus her-
manas lo que le había dicho su maestra y juntas se pusieron
a hacer el mejor regalo que su madre nunca pudo imaginar.
Las tres aprendieron bien la lección:
EL DINERO NO COMPRA LA FELICIDAD NI EL AMOR HACIA
LAS PERSONAS
C. C. B
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Hace poco tiempo, se produjo un portazo mundial.
Todas las personas excepto los sanitarios y comercios de pri-
mera necesidad tuvieron que quedarse en casa.
Todo lo que estaba ocurriendo era precisamente, que fuera
en la calle deambulaba un pequeño bichito con una gran
fuerza de contagio.
La única forma de protegernos era estando en casa y lavar-
nos mucho las manos.
Nuestros padres dejaron de tener prisas y de correr de un
sitio a otro. Las visitas a los abuelos y tíos se convirtieron
en video llamadas que a veces se convertían en tristeza de
poder darles un beso y un abrazo.
En la tv se veían animales andando libremente por las calles
y playas… el medioambiente agradecía este parón.
Los sanitarios a diario se jugaban la vida por intentar curar
a las personas infectadas poniendo en riesgo su vida propia.
Nosotros los niños tuvimos por un tiempo que abandonar la
rutina diaria… al principio fue muy triste porque quería-
mos salir con nuestros amigos y ver a nuestra familia.
Nuestra vida pasó a ser las 24 horas en casa.
Al principio parecía aburrido, pero descubrimos que los jue-
gos en familia eran divertidos, que cocinar y limpiar con
nuestros padres no era tan malo y también teníamos la
EL REGRESO A UNA VIDA NORMAL
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suerte de conectar virtualmente con nuestros amigos y hacer
retos divertidos… no todo era malo.
Así fueron pasando los días y los niños dimos un gran ejem-
plo de que nos acostumbramos a todo y lo llevamos lo mejor
posible.
Llegó nuestro día más soñado y todo tranquilamente pasito a
pasito volvía a la normalidad.
Todo había cambiado tanto… ya no valorábamos tanto lo ma-
terial como lo sentimental, nuestros primeros abrazos con la
familia fueron verdaderamente necesarios y sentidos, la ale-
gría de volver a ver a nuestros amigos hizo darnos cuenta de
que todos somos iguales y que lo verdaderamente importante
es a quien tenemos y no lo que tenemos. Y así después de toda
esta pandemia y de la situación que tuvimos que vivir, nues-
tra vida cambió a mejor… el mundo se convirtió en un mundo
mejor y sobre todo más humano.
TODO SALIÓ BIEN
A. R. S
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Avani es una niña de cinco años que tiene una imaginación loca, se pa-
sa el día pensando en cosas alucinantes.
Esta noche tuvo un sueño gracioso, era fin de curso y todos estaban fe-
lices porque se acababa el curso y cada vez se estaban haciendo más
mayores. Cuando empezó la fiesta del agua vinieron unos gatos gigan-
tes parlantes…
Los niños, profesores y padres se fueron corriendo a las clases, porque
la puerta principal estaba cerrada.
Menos mal que el profesor de E.D. FÍSICA les ha enseñado como correr
sin parar. Ya estaban todos arriba en las clases con las puertas cerra-
das, no había rastro por los pasillos de ninguno, pero un niño de 5ºB
dijo:
-¿A qué vienen?- Y después otro niño de su clase le contestó -A por el
helado de tres bolas – dijo muy claro.
El helado de tres bolas es muy valioso, el director Gon-
zalo siempre lo usa como lema, nadie sabe dónde está
el helado…
Después uno de los gatos fue a junto del director y le
dijo:
-Hola, era para preguntarte si os quedaban plazas en 1º de primaria -
dijo muy contento – Si claro, pero será para el año que viene - dijo Gon-
zalo un poco asustado.
Después se fueron muy contentos y siguió la fiesta del agua.
Y entonces Avani se despertó muy feliz pa-
ra ir al cole a la fiesta del agua.
EL SUEÑO
C. G. G
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Un día al salir del cole, mi mamá me dijo que íbamos a tener que que-
darnos en casa por un tiempo sin poder salir.
Había aparecido un bichito que era bastante peligroso y podía atacar-
nos en la calle.
Lo único que podíamos hacer para estar a salvo de él era estar en ca-
sa y lavarnos mucho las manos con agua y jabón.
Todo parecía fácil… pero empecé a echar de menos a mis amigos, a mis
maestros y sobre todo a mi familia. Echaba de menos no poder salir a
jugar ni poder ir a jugar al parque.
Había muchos valientes que trabajaban para cuidarnos y para que na-
da de comida nos faltara, muchos de ellos eran mi familia.
Una noche mientras intentábamos dormir, en la calle se oía un ruido
muy extraño y decidimos salir a ver que era.
Me quedé sorprendido al ver como una nube grande de lejía y agua lle-
naba las calles y salía de un tractor rojo que seguro que lo conducía
un súper héroe.
Mi mamá me explicó que la función de ese tractor era desinfectar las
calles para matar el bichito.
A partir de esa noche cada vez que llegaba la hora de dormir, cerraba
los ojos para volver a escucharlo, soñaba muchas veces que ese súper
héroe con su súper poder del tractor derrotaba al bicho y que gracias
a él todos los niños pronto volveríamos a ser libres.
EL SUPERHEROE DEL TRACTOR ROJO
D. R. S
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Había una vez un unicornio que jugaba siempre con
sus amigas. Les gustaba jugar al escondite, al pilla
pilla y al escondite inglés.
Un día, al unicornio le cayó un rayo y se dio cuenta
de que tenía poderes nuevos. Cuando jugaba al escon-
dite con sus amigas, al huir para que no le pillaran,
vio cómo podía traspasar las paredes, pero sus ami-
gas siempre se hacían daño.
El unicornio se puso a pensar qué podía hacer para
solucionar esto. ¡Ahhhhh! Tuvo una idea. Mi papá
tiene una máquina que puede quitar poderes o dar
un poco de esos poderes a quien tú quieras.
Entonces hizo eso y pasó un poco de sus nuevos pode-
res a sus amigas y así jugaban todos, traspasando
paredes y si hacían una nueva amiga le daban algún
poder.
EL UNICORNIO CON MAS PODERES
QUE NADIE
L.C
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Hola, me llamo Juan y esta es mi hermanita Pepa. El 14 de
marzo del 2020 teníamos un viaje previsto a los Ángeles
(California). En ese viaje teníamos previsto ir a ver a nues-
tros primos y primas, pero, de repente el gobierno español
declaró el estado de alarma por un virus llamado Coronavi-
rus. Todos nos decepcionamos mucho cuando nos enteramos
de que el viaje se había cancelado. Mi hermana y yo nos de-
cidimos a sacar la ropa de las maletas. ¡De repente pensaba
que tenía la mejor idea del mundo! Rápidamente cogí el mó-
vil de mi madre, marqué el número de mis primos, le doy a
lo de hacer videollamada, cuando me lo cogen empiezo a ac-
tuar como si estuviésemos cara a cara. Mis primos no enten-
dían nada, así que hice una breve pausa para explicárselo.
Le expliqué lo que tenía en mente. La idea era que por vi-
deollamada actuáramos como si estuviéramos allí juntos,
disfrutando y explorando la ciudad de los Ángeles, así que
cogí mi mochila, activé mi modo de imaginación y comencé
a pensar que estaba allí con ellos jugando, visitando la pla-
ya, en el teatro, comiendo en algún sitio, probando alguna
comida o bebida, etc. Pasamos dos o tres días con ese plan de
la llamada. Pasados esos días, ya nos cansamos. El último
día que nos vimos, en la llamada le dije que ojalá pudiese es-
tar allí con ellos y él me dijo que el año que viene seguro que
nos vemos en persona.
EL VIAJE DE JUAN Y PEPA
M. L. F
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Había una vez un dragón llamado Sam. No era ni alto ni bajo, ni gordo
ni flaco, ni grande ni pequeño pero sí era especial. Era un aventurero
excepcional. De niño le encantaba ir todas las tardes a buscar aventu-
ras. Pero ya se había hecho mayor y decidió hacer la mayor aventura
de su vida. Pero para ello necesitaba compañeros.
Primero fue al pueblo de los duendes. Comió mucho ya que estaba muy
hambriento y a la mañana siguiente salió a buscar a su compañero de
aventuras. Esta resultó ser una duende muy valiente, la eligió porque
era la única del pueblo que se atrevía a andar a menos de un metro de
distancia del dragón. Se llamaba Esmeralda.
Esmeralda subió a lomos de Sam i ascendieron hasta el cielo, en direc-
ción al reino de las brujas. Preguntaron por la bruja más astuta y les
respondieron que esta vivía en una pequeña nube lejos del reino. Cuan-
do la encontraron le preguntaron si estaba interesada y si era astuta.
A lo que ella respondió sí y sí. Le dijeron que lo demostrara y esta se
quitó una especie de máscara de la cara y dejó al descubierto un ros-
tro de hombre. Pensaron que si era capaz de haber estado engañando a
ellos y a todas las demás brujas, él era el brujo perfecto para la aven-
tura. Se llamaba Pedro.
Para buscar al último aventurero decidieron ir a la playa. Allí encon-
traron en la orilla a una sirena leyendo un libro. Le hicieron la misma
pregunta de siempre si estaba interesada y esta vez si era inteligente.
Para la segunda pregunta le hicieron preguntas de todo tipo: de la na-
turaleza, de la lengua, de historia… no falló ni una. Era perfecta. Se
llamaba Cristal.
Cuando se disponían a salir de la playa para buscar una aventura vie-
ron que se acercaba a la orilla una manchita negra que cada vez era
un poco más grande. Hasta que se acercó bastante y pudieron observar
EN BUSCA DE LA AVENTURA
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que era una botella de cristal. En su interior se encontraba un perga-
mino envuelto. Cuando lo sacaron i lo observaron no tardaron en asegu-
rarse de que eso era el mapa de un tesoro. ¡Esa era la aventura perfec-
ta!El trabajo de descifrar el mapa que estaba en otro idioma se lo deja-
ron a Cristal y esta lo hizo sin complicación alguna. Dijo que la isla
donde se encontraba el tesoro no estaba muy cerca pero que con barco
tardarían cinco días. Pedro hizo aparecer un barco y todos se monta-
ron. Asignaron un puesto para cada aventurero, ya que si trabajaban
en equipo todo les saldría mejor: Cristal manejaba el timón ya que ha-
bía descifrado el mapa y sabía el camino, Esmeralda vigilaba si algún
barco o criatura se acercaba ya que era muy valiente y no le daba mie-
do subirse a la cofa, Sam era el capitán del barco y el luchador ya que
era muy fuerte y podía luchar contra cualquier criatura y por último
Pedro era el cocinero ya que podía hacer aparecer ingredientes y era
muy bueno cocinándolos. Y así pasaron cinco días hasta llegar a la isla.
Hacía un día buenísimo. El sol brillaba por toda la isla i hacía muy
buen tiempo así que los aventureros estuvieron bañándose en el mar to-
da la mañana. Cuando se disponían a encontrar el tesoro oyeron un rui-
do que venía de detrás de un arbusto. Cuando fueron a ver qué era lo
que producía ese ruido se asustaron al ver que era un ogro gigante y
hambriento.
Todos corrieron en dirección al barco y notaron que el ogro les perse-
guía. Cuando se subieron el ogro estaba tan cerca que no consiguieron
llevar el ancla antes de que se subiera. Pero cuando todos pensaban que
se los iba a comer, este solo fue a la despensa i cogió comida. Luego se
puso a comerla y no paró hasta que se la terminó toda. Todos le mira-
ban impresionados pero él no hacía caso. Cando terminó les invitó a
sentarse a su lado para explicarles su historia.El antes tenía un barco
y una tripulación pero cuando fueron en busca de ese tesoro, su tripu-
lación le abandonó allí y le dejaron solo. Así que solo podía alimentarse
de las bayas que allí crecían.
E. C. S
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Todos hablaron y acordaron enseguida que debían ayudar a ese ogro.
Cuando se lo dijeron, él se lo agradeció muchísimo y les dijo que tenía
un regalo por haberle ayudado. Sam, Esmeralda, Pedro y Cristal le si-
guieron hasta una cueva a la que el ogro (que se llamaba Víctor), deno-
minó hogar. Dentro les enseñó su regalo. No se lo podían creer: el ogro
había encontrado el tesoro hacía tiempo y ahora se lo había regalado a
ellos por rescatarle!
Al final, Víctor formó parte del equipo y repartieron el tesoro en cinco
partes iguales. Estaban todos muy felices y se hicieron tan amigos que
decidieron que ese sería su trabajo: buscar aventuras y completarlas
en equipo para ayudar a la gente y hacer lo que les gustaba de verdad.
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Estaba yo, como en un día normal de cole, sólo que ese día
habíamos ido de excursión. De pronto la profe anunció: “A
partir de mañana no habrá clase hasta nuevo aviso”.
Luego al volver de la excursión, cuando nos vinieron a reco-
ger los padres, mi madre me explicó porqué no había colegio
y que tampoco podría salir a la calle ya que había un virus
llamado COVID-19 (Coronavirus) que estaba contagiando a
mucha gente.
Los primeros días no tuve ninguna dificultad, luego ya sí:
resulta que ya no podía darle besos ni abrazos a mis padres
ya que al salir a la compra y a trabajar podían contagiarse.
Para slucionarlo nos dábamos besos con un choque de codos,
y abrazos entrelazando las piernas, así lo superé un poquito.
Otro problema es que no sabía nada de mis amigas pero lo
solucionamos con una aplicación para hacer videollama-
das...luego para poder dar clase lo haciamos también con
otra aplicación, y a veces hacíamos videollamadas de toda
la clase, estaba guay.
Otras veces, como otros niños y como es normal, yo queria
salir a la calle, saltar, correr, etc...hasta qué un día vi un
aparato en el salón que había traído mi padre, y resulta que
era, ¡Un aparato para andar en bici en casa!. No me lo podía
creer, estaba tan emocionada que al instante me puse a an-
dar en bicicleta.
ENCERRADA EN CASA
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Así pasó el tiempo, y ya casi 2 meses después mis padres me
dijeron que en una semana podría salir pero sólo a dar un pa-
seo. En ese momento me daba igual, por fin iba a respirar ai-
re fresco , ¡Yupi!.
Una semana después ya podía salir , porque el virus había
desaparecido...y me di cuenta que si no me quedase en casa
todo ese tiempo no hubiese podido hacer todas las cosas que
hice aquellos días; manualidades, tiendas de campaña, fotos
con mis padres, aprender a hacer pulseras de hilo, trucos de
magia y hasta ordenar mi armario que eso ya es mucho...
Cuando salí por fín a la calle, empecé a correr con todas mis
fuerzas, tropecé y me caí, pero estaba tan contenta que en
vez de llorar me eché a reir..
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M. G. P
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Había una vez un delfín que se llamaba Marc.
Un día Marc jugaba con sus amigos y se encon-
traron una cueva secreta. Entraron y vieron
una caracola que, era mágica! Ella les indicó
un camino que los llevaría al final de la cueva.
Caminaron y caminaron y después de estar ca-
minando durante horas llegaron al final de la
cueva y allí descubrieron que......... no había
NADA!!!
M. V. J
EL DELFIN Y LA CUEVA
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Había una vez un niño que odiaba todo. Una de las cosas que
más odiaba era leer, porque un día cuando estaba con sus
amigos, estos le obligaron a leer, él no quería, porque le da-
ba vergüenza equivocarse, pero él, aun y así se puso a leer.
Como estaba muy enfadado por eso, buscó una venganza,
lleno de rabia.
Buscó en todos lo dispositivos de su casa, hasta encon-
trar una cosa que decía que en una antigua biblioteca se
ocultaban los peores libros del mundo, así que decidió inves-
tigar hasta encontrar esa biblioteca.
Él dijo:- cuando encuentre esa biblioteca pienso coger el
peor libro de todos y hacérselo leer a mis amigos y a la gen-
te que me ha hecho leer.-
El niño viajó y viajó hasta que encontró esa biblioteca.
El problema que había era que los libros eran tan malos
que ni siquiera tenían titulo.
Hugo se dio cuenta de que tendría que leer todos los li-
bros para encontrar el peor, así que abrió el primero. Era de
aventuras como a él le gustaba, estaba tan concentrado le-
yendo el libro que al final lo leyó enteró, pensó que ese no
era el peor libro del mundo porque a él le había gustado.
Al día siguiente volvió a la biblioteca y cogió otro libro y
con solo leer la primera frase “este es el peor libro del
HUGO Y SU CUENTO
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mundo”, pasó a la siguiente página para leer el libro, pero no
había nada escrito, pasó a la siguiente y tampoco. Así hasta
terminar el libro.
Hugo sintió una gran pena. En el fondo, él tenía ganas de
seguir leyendo.
Comprendió que en verdad un solo libro sin escribir podía
ser el peor del mundo.
Hugo pensó que había llegado el momento, cogió su pluma
y empezó a escribir todas las aventuras de su vida hasta
ahora. Con todo eso Hugo creó un libro.
Desde ese día Hugo se dio cuenta de que con todas esas
aventuras de su vida que a él le parecían una chorrada creó
un libro.
Hugo corriendo salió de la biblioteca y fue a comprar un
libro vacío , cuando lo compró, volvió a la biblioteca y cogió
su pluma y en la primera página escribió “este es el peor li-
bro del mundo”, cogió los dos libros y los puso entre los de-
más, para que así el próximo visitante que fuera a visitar
esa biblioteca tuviera una historia apasionante que contar.
Moraleja No juzgues a un libro por su portada.
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B. G. M
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Erase una vez una ciudad de magos llamada Magnolia donde había
un clan muy poderoso llamado Fairy Tail. De los más poderosos eran
Erza una maga que cambia de armaduras, Gray un mago de hielo,
Lucy una maga celestial, Happy un pájaro azul que habla y vuela a
velocidades inalcanzables, el maestro que se convertía en un gigante
en el combate y Natsu que era un dragon slayer de fuego, es decir, un
mago criado por un dragón de fuego. Los magos de Fairy Tail siempre
que hacían una misión la liaban un poco. Algunas veces rompían tien-
das en enfrentamientos, o en batallas en vías de tren, o incluso edifi-
cios, pero todo para proteger a la ciudad.
Un día Natsu estaba haciendo una misión cuando por sorpresa unos
enemigos de clanes oscuros le tendieron una trampa, y se lo llevaron a
un sitio secreto. La suerte es que Natsu era un mago de fuego y le ha-
bían atado con cuerdas, así que se escapó y los llevó a todos a la cárcel
de Magnolia para magos. Cuando volvió se dio cuenta de que unas
enormes bigas de metal habían atravesado la base de Fairy Tail, y co-
mo el único mago de metal del país era de Phantom Lord fue él con sus
compañeros Lucy, Gray, Erza y Happy a vengarse. Pero su maestro les
dijo que el clan no era el edificio, sino los miembros, y que no merecía
la pena enfrentarse solos contra un clan entero.
Entonces Natsu fue al clan Phantom Lord pero a explicarles que es
mejor ayudar a otros clanes que atacarlos. Porque un clan es una fa-
milia que trabaja bien en equipo pero do clanes son dos familias que
trabajan mucho mejor en equipo.
Y desde aquel día los dos clanes empezaron a colaborar en equipo, has-
ta ser conocidos como Fairy Lord.
Porque todo es mejor cuando se hace en equipo.
FAIRY LORD
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Tal día como hoy, hace tres siglos había un planeta cuyo nombre no
existía. El planeta era muy pequeño y de color azul así era fácilmente
localizar las setas. ¡¡¡Exacto!!! Ese planeta estaba repleto de setas que
casi no se veía el color azul del planeta sino se veía de color rojo. Tam-
bién vivía un gnomo llamado Eduque. Llevaba puesto un pantalón roto
de color verde, una camiseta amarilla, botas marrones llenas de barro
y un chaleco de color rojo. Como no, en un gnomo no puede faltar su go-
rro de color azul, como el planeta.
El gnomo salió a pasear y en ese momento tenía mucha hambre. Pensó
en comerse una seta.
-¿Por qué no me como una seta? Después saldrá una más – dijo Eduque.
Se la comió y estuvo una semana entera diciendo que le dolía la barri-
ga. Eduque se imaginó tener una casa, ya que vivía debajo de una pie-
dra y ...¡¡¡¡PLAM!!!!
Apareció delante de su nariz.
Pensó que eran problemas de la seta o era especial la seta, de todas
formas ¡Tenía superpoderes!
Desde ese momento Eduque hizo cosas buenas para el planeta: hacer
una cosecha para que coman los bichos, un lago para que jugaran las
ranas … Lo que sea para tener un planeta más .
CUENTO CONTADO , CUENTO ACABADO
EL LIO DE LAS SETAS
I. S. A
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Érase una vez, hace mucho tiempo, un lugar poblado por muchos ani-
males como:caballos, cerdos, gallinas, etc. En aquel lugar, al este,
reinaba la paz. Era un poblado verde, lleno de flores y vegetación.
Además, cruzaba un río con aguas cristalinas. Todos sus habitantes
compartían, eran solidarios y se ayudaban en todo lo que necesitaban.
Había algunos supermercados, farmacias, etc. Cada uno tenía su pro-
pia casa, pero desde que un cazador furtivo fue allí, nada volvió a ser
igual. Este cazador era agresivo, antipático y serio. Siempre vestía ro-
pas de caza oscuras y malolientes.
Todos los animales huyeron y las tiendas permanecieron cerradas por
miedo al cazador. Menos mal que un lobo muy sabio, decidió reunir a
todos y dar la cara. Este lobo, era amigo de todos los animales del pue-
blo y siempre ayudaba a todo el que lo necesitaba.
Fueron al castillo donde vivía el rey y le dijeron que los animales no
debían estar en jaulas, los animales debían estar en su hábitat y ni
mucho menos debían ser cazados. El rey pensó que tenían razón y
cambió las normas. Las normas que decidió poner para evitar proble-
mas fueron: que no se cazaban animales y que los animales no podían
estar enjaulados. El rey le dijo al lobo:
-Tenías toda la razón, los animales deben estar en su hábitat, disfru-
tando y corriendo.
-Me alegro mucho de que me hayas entendido y hayas dejado a los ani-
males en libertad- dijo el lobo.
Todos los animales pudieron celebrarlo y disfrutar de su libertad gra-
cias al valor y compromiso del lobo.
Cuento contado ,cuento acabado.
ANIMALES EN LIBERTAD
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Érase una vez una niña que estaba en la cuaren-
tena y estaba muy aburrida. Lo único que hacía era
dormir y ver el móvil, esa era su rutina. Hasta que
un día, por la noche, no se podía dormir, así que to-
das las noches, como no se podía dormir, decidió leer.
Leía poco, solamente le gustaban libros de Clodett,
una youtuber muy famosa y no le gustaba ninguno
más, solo los de Clodett. Al final vio los libros de
Greg, El Diario de Greg. se leyó el primero, el segun-
do, el tercero y el cuarto, hasta que se quedó sin li-
bros y hasta que se pudo dormir.
Por el día empezó a hacer ejercicio, empezó a co-
cinar, a jugar con su hermana, a hacer los deberes, a
coser, a colorear, a hacer squishies de papel, etc. Se
recuperó del móvil y de dormir, descubrió cosas nue-
vas y solo cogía el móvil para ver los deberes que te-
nía y para hablar con sus amigas por videollamada
y, al final la cuarentena, se la hizo más divertida y
colorín colorado, este cuento se ha acabado.
LA CUARENTENA MUY DIVERTIDA
C. D. B R
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Había una vez un hada muy bonita que se llamaba Mía, vi-
vía por las setas y por las flores y por los pantanos tan peli-
grosos. Un día se encontró con el monstruo del pantano, toda
la gente decía que era tenebroso, daba mucho miedo y era
malvado, pero cuando ella lo conoció era bueno y tranquilo
no hacía nada, se hicieron amigos y se fueron a sus casas los
dos tan tranquilos.
A la mañana siguiente, los niños es-
taban muy asustados porque venía el
monstruo al pueblo, porqué iba a sa-
ludar a la hadita Mía, se asustaron
todos completamente hasta los del
Palacio, obligaron a sus ejércitos ata-
carle. Llegó la hadita justo cuando
iban a matarlo, les digo que no lo mataran, que era bueno,
que era tranquilo, que era como un miembro de su familia,
dijo que no le va a hacer daño a nadie, pero todos chillaron y
se fueron corriendo.
La gente compró una antorcha y muchas más cosas para em-
pezar a atacarle. El hada le protegió, nadie fue capaz de ata-
carlo porque estaba la valiente Hada.
EL HADA VALIENTE
E. L. G R
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Érase una vez, una niña llamada Daniela, cuando llegó del colegio le
dijo a su madre y a su tía que necesitaba piñas para un trabajo del co-
legio y su madre le dijo, pero ahora dónde vamos a encontrar piñas y
su tía, Elisabeth dijo, te acuerdas Raquel (que era la madre de Danie-
la) del bosque abandonado que hay a las afueras de Murcia y dijo sí si
me acuerdo, pero ahí habrá todavía piñas? Pues claro que habrá.
Entonces cuando llegaron al bosque encontraron muchas piñas, pero
también encontraron a una niña que iba vestida con una vestimenta
de hace muchos años, pero ella era muy tímida y se escondía detrás de
los árboles pero ella sabia que necesitaban piñas y le extendió la mano
que tenia una piña pero la madre de Daniela se había ido al coche y la
tía estaba con Daniela.
La tía de Daniela cogió a la niña misteriosa y le preguntaron que si
quería ir con ella y la niña no les hablaba pero les dijo que sí con la ca-
beza y entonces fueron al coche y Daniela se quedó un poco apartada
del coche y la tía le dijo a su hermana que se habían encontrado a una
niña que no quería hablar y dijo como os vais a encontrar a una niña
y salió del coche y vio a Daniela, le preguntó que si era de por aquí y
le dijo que no con la cabeza y llegaron a la policía pero no iba a sacar a
la niña misteriosa porque sino pensaran que la han robado cuando no,
así que fue la tía de Daniela y no habían denunciado ninguna desapa-
rición pero al final se la llevaron a casa pero se la quedó para dormir
la tía de Daniela y para dormir durmió en la cada de sus hijas que es-
taban con su padre de acampada pero la niña no podía dormir así que
fue a la habitación de la tía de Daniela porque tenia pesadillas y la
despertó tocándola y la dejo dormir ahí.
LA NIÑA MISTERIOSA
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A la mañana siguiente quedó con su hermana para ir al parque, pero
cuando la tía de Daniela llegó como su hermana todavía no había llega-
do pues la niña misteriosa se tiro por el tobogán, pero la segunda vez
desapareció y la tía de Daniela se puso a buscar por todo el parque.
Cuando enseguida llegaron su hermana con Daniela le dijeron qué te
pasa y le dijo que la niña misteriosa ha desaparecido, pero de repente
apareció en los columpios y le dijeron que no desapareciera más y en-
tonces la madre de Daniela y la tía se pusieron a hablar y dejaron a Da-
niela a cargo de la niña misteriosa columpiándola en los columpios y
cuando la estaba columpiando volvió a desaparecer y la tía de Daniela
dijo veniros que ya se donde puede estar. Fueron corriendo al piso de la
casa de la tía de Daniela y al llegar al ascensor la niña misteriosa esta-
ba dentro y le dijeron, pero cómo nos pegas esos sustos.
Bueno al final durmieron y al día siguiente la tía de Daniela le dio la
leche a la niña misteriosa y la cogió de la mano para irse, pero desapa-
reció y entonces corrió a llamar a su hermana y fueron al bosque aban-
donado y estaba allí y vieron a la niña, pero de repente salió un hombre
misterioso y la niña por fin habló y dijo ¡Papá! Y se puso a llorar y la
dejaron. Se fue con su padre agarrada de la mano y la madre de Danie-
la, su tía y Daniela se fueron muy sorprendidas. Y colorín colorado este
cuento se ha acabado.
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M. S. F
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Erase una vez una niña que quería subir por un arco
iris, pero todos le decían que era imposible, que no
podía, pero la niña no perdía esperanza y le dijo a su
padre que le construyera un arco iris.
Así que su padre se puso manos a la obra y constru-
yó un tobogán con forma de arco iris. Entonces la ni-
ña se alegro mucho y llamo a los niños y niñas que le
habían dicho que era imposible y les invito a su casa
para que subieran y bajaran con ella el arco iris.
Ese día los niños y las niñas que fueron a su casa se
lo pasaron muy bien. Todos querían un arco iris. Por
eso su padre les construyó uno a cada uno y la ciu-
dad se lleno de preciosos arco iris que decoraban los
jardines de todas las casas.
J. M. S
LA NIÑA QUE QUERIA SUBIR POR
UN ARCOIRIS
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EN UN PASADO MUY LEJANO, UNA PRINCESA MUY BELLA LLAMADA LUNA VIVÍA
EN UN PALACIO MUY GRANDE, DONDE SOLO, SUS PADRES Y SU HERMANA MAYOR,
ESTRELLA PODÍAN ENTRAR.
LUNA ERA UNA NIÑA DE 13 AÑOS QUE DESDE PEQUEÑA LE APASIONABA LUCHAR Y
VENCER EL MAL, ERA UNA DE LAS POCAS PRINCESAS QUE NO LE DABA MIEDO NA-
DA Y TENÍA MUCHA VALENTÍA, O AL MENOS ES LO QUE DECÍAN TODOS. ERA MUY
BELLA, TENÍA CABELLOS CASTAÑOS Y OJOS AZULES, Y A CASI TODA LA GENTE LE
ATRAÍA SOLAMENTE POR SU BELLEZA, NO POR EL CORAZÓN QUE TENÍA DENTRO
ESCONDIDO.
A LUNA, Y COMO ES NORMAL, A TODAS LAS PRINCESAS, LAS VESTÍAN CON VESTI-
DOS MUY HERMOSOS, LARGOS, CORTOS, BRILLANTES, COLORIDOS... A LUNA NUNCA
LE GUSTÓ VESTIR ASÍ, TAMPOCO LE GUSTÓ IR A BAILES, FIESTAS...
PERO COMO TODA LA GENTE DECÍA, ESO ES LO QUE DEBE HACER UNA PRINCESA. LA
HERMANA DE LUNA, ESTRELLA, SIEMPRE ESTABA DE ACUERDO CON TODO LO QUE
TENÍA QUE HACER SIENDO PRINCESA, Y QUE POR SER UNA PRINCESA NO PODÍA
HACER COSAS QUE, AUNQUE NO SEA VERDAD, NO SON DE PRINCESAS. LA MAYOR
PASIÓN DE LUNA ERA LUCHAR, LE GUSTABA EMPUÑAR UNA ESPADA E IMAGINAR
QUE ESTABA VENCIENDO AL MALVADO, QUERÍA SABER LO QUE SE SENTÍA AL SER
SOLDADO, PERO NADIE LE APOYABA, SIEMPRE LE DECÍAN QUE LO DEJARA, QUE NO
DEBERÍA COGER UNA ESPADA EN SU VIDA, SOLO HABÍA UNA SOLA PERSONA QUE
APOYBA A LUNA, SU MEJOR AMIGO, Y TAMBÍEN SOLDADO, GUILLERMO, PARA
ELLA GUILLE.
GUILLERMO NACIÓ EL MISMO DÍA QUE LUNA, EN EL MISMO SITIO Y A LA MISMA
HORA, DESDE ESE MOMENTO SIEMPRE HAN ESTADO JUNTOS, HASTA SON VECINOS
DE CASTILLO, GUILLE ES UN PRINCIPE, PERO CLARO, COMO ES UN CHICO, SI PUEDE
SER SOLDADO, Y ESO NO ESTÁ BIEN.
LUNA Y GUILLE SIEMPRE HAN ESTADO JUNTOS, JUNTOS EN TODO, GUILLE
NUNCA SE OPUSO A QUE LUNA FUESE SOLDADO SINO QUE SIEMPRE LE AYU-
DABA, LE DEJABA SU ESPADA Y TODO PARA LUCHAR, PERO COMO SIEMPRE
LES PILLABAN, NUNCA APRENDÍA NADA LUNA, Y ESO LE PONÍA MUY TRIS-
TE, ELLA QUERÍA CUMPLIR SU SUEÑO, SER SOLDADO Y LUCHAR.
LA PRINCESA SOLDADO
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PASARON LOS AÑOS Y LUNA Y GUILLE YA TENÍAN 16 AÑOS, LUNA SEGUÍA
SIN CONSEGUIR SU SUEÑO, GUILLE HACÍA TODO LO POSIBLE PARA AYUDAR-
LA, PERO SIEMPRE HABÍA ALGUIEN QUE SE LO ESTROPEABA.
LUNA ESTABA MUY HARTA, ENTONCES DIJO:
-¡ VOY A PRESENTARME A LAS PRUEBAS PARA SER SOLDADO !-
PERO ENTONCES GUILLE DIJO:
- PERO CUANDO VEAN QUE ERES UNA CHICA TE ECHARÁN DIRECTAMENTE
DE ALLÍ, NO PUEDES IR -.
LUNA:
-NADA ME IMPEDIRÁ CUMPLIR MI SUEÑO, Y HARÉ LO QUE SEA POR CUM-
PLIRLO-.
LUNA SE ENTRENÓ MUY DURO DURANTE, 6 LARGOS MESES, Y POR FIN LLEGÓ
EL MOMENTO DE HACER LAS PRUEBAS, FUE ALLÍ Y LO QUE LE DIJERON FUE
MUY IMPACTANTE:
- AQUÍ NO PUEDEN ENTRAR PRINCESAS FLOJAS, NOSOTROS NECESITAMOS
CHICOS FUERTES -.
EN ESE MOMENTO EL CUERPO DE LUNA SE LLENÓ DE IRA Y DIJO SIN PENSAR:
- ¡¿ POR SER PRINCESA TENGO QUE SER FLOJA, Y TU POR SER HOMBRE TIE-
NES QUE SER FUERTE ?!-
ELLA COMENZÓ A LLORAR Y SALIÓ DE ALLÍ Y GUILLE SE QUEDÓ HABLANDO
DENTRO PARA QUE LE DIESEN UNA OPORTUNIDAD, PERO NADA, NADIE DE-
JABA QUE UNA CHICA LUCHARA.
ENTONCES LUNA DIJO:
- ME HE ENTRENDADO TODOS ESTOS MESES POR NADA, QUE MÁS DA SI SOY
CHICA, SE ME DA BIEN-.
Y GUILLE LE RESPONDIÓ:
-LO SÉ, TU TRANQUILA QUE LLEGARÁ EL DIA, YA VERÁS-.
LUNA SIGUIÓ Y SIGUIÓ ENTRENANDO, Y TODAS LAS PRINCESAS SE BURLA-
BAN DE ELLA INCLUIDA SU HERMANA, Y ESO LE PONÍA MUY TRISTE. TODOS
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LOS SOLDADOS CUANDO LA VEÍAN ENTRENAR LE LLAMABAN "PRINCESITA"
Y ESO LE PONÍA RABIOSA, PERO TODAS ESAS PALABRAS NO LE AFECTABAN,
PORQUE TENÍA A LA PERSONA QUE MÁS QUERÍA DEL MUNDO APONYANDOLE
EN TODO MOMENTO, GUILLERMO.
GUILLERMO CADA DÍA LE APOYABA MÁS Y MÁS Y LE ENSEÑABA MUCHAS
COSAS NUEVAS Y ESO HACÍA QUE FUERA BUENÍSIMA LUCHANDO. LUNA LE
CONTÓ A SUS PADRES QUE QUERÍA SER SOLDADO Y ESTOS SE RIERON DE
ELLA, LE DIJERON QUE ESE NO ERA TRABAJO PARA UNA PRINCESA, ENTON-
CES SUPO QUE NO DEBÍA CONTAR CON ELLOS.
AL AÑO SIGUIENTE, CUANDO GUILLE Y LUNA TENÍAN 17 AÑOS , LUNA IN-
TENTÓ OTRA VEZ ENTRAR EN EL EQUIPO DE SOLDADOS, PERO TODOS LOS SOL-
DADOS CADA VEZ SE LO PONÍAN MÁS DIFÍCIL.
ELLA YA NO SABÍA QUE HACER, LO INTENTABA TODO, PERO CADA VEZ ERA
MÁS DIFÍCIL, NO COMPRENDÍA QUE POR SER UNA CHICA NO PODÍA SER SOL-
DADO, SI A ELLA LE GUSTABA. ¿ POR QUE NO ?
ENTONCES, ESE, ESE FUE EL MOMENTO EN QUE LUNA RENUNCIÓ A SU SUEÑO
Y LO DEJÓ ATRÁS, ESTABA CANSADA, CANSADA DE SUS PADRES QUE NO LE
ENTENDÍAN, CANSADA DE SU HERMANA, QUE NO LE APOYABA, CANSADA DE
TODAS LAS PRINCESAS Y SOLDADOS QUE SE BURLABAN DE ELLA, ENTONCES
DECIDIÓ DEJAR ATRÁS LA LUCHA, Y HACER LO QUE DEBERÍA HACER UNA
CHICA.
SE PONÍA TODOS LOS VESTIDOS, NO RECHISTABA NUNCA NADA, PERO SE
VEÍA QUE NO ERA FELIZ CON ESA VIDA, Y GUILLERMO LO NOTABA, PERO NO
SABÍA AÚN QUE DEBÍA HACER. ENTONCES DECIDIÓ CELEBRAR UNA FIESTA
DE CUMPLEAÑOS JUNTO CON LUNA, YA QUE LOS CUMPLÍAN EL MISMO DÍA,
LO QUE NO SABÍA LUNA ES QUE EL IBA A INVITAR A TODO SU EQUIPO DE SOL-
DADOS, PERO NO SOLO SERÍA ESO, ÉL, EL MISMO DÍA, SOLTARÍA AL DRAGÓN
QUE SU PADRE CAPTURÓ CUANDO ERA JOVÉN, SABÍA QUE ERA MUY PELI-
GROSO PERO TAMBÍEN SABÍA QUE LUNA ERA LA QUE LO IBA A DERROTAR,
ENTONCES EN ESE MOMENTO SUS COMPAÑEROS, INCLUIDO EL GENERAL SA-
BRÍAN QUE AUNQUE ES UNA PRINCESA ES MUCHO MÁS FUERTE Y VALIENTE
QUE TODOS ELLOS JUNTOS. A ESO ES LO QUE SE LLAMA UNA BUENA AMIS-
TAD, ENTONCES ES ASÍ COMO FUE.
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LLEGÓ LA HORA DE LA CELEBRACÍON, HABÍAN LLEGADO TODOS LOS INVITA-
DOS, PERO LUNA ESTABA TRISTE, CON SU VESTIDO, COSA QUE NO QUERÍA PO-
NERSE. ENTONCES GUILLE SUPO QUE ESE ERA EL MOMENTO. FUE A LA SALA
DONDE ESTABA EL DRAGÓN, ABRIÓ LA PUERTA Y ZAS, SE FUE VOLANDO EN
DIRECCIÓN A LA FIESTA. DE REPENTE LUNA SINTIÓ ALGO, SABÍA QUE HA-
BÍA PELIGRO, ENTONCES DIJO:
- ¿ POR QUE NO VAMOS DENTRO, YA QUE HACE UN POCO DE FRÍO AQUÍ FUE-
RA ?-
ENTONCES TODO EL MUNDO INCLUIDO GUILLE QUE YA HABÍA TERMINADO
CON SU MISIÓN SE QUEDARON DENTRO, PERO LUNA SE QUEDÓ FUERA, ELLA
SABÍA QUE ALGO IBA A PASAR, ES ENTONCES CUANDO TODO EL MUNDO ES-
TABA DENTRO APARECIÓ EL DRAGÓN, GIGANTE Y TIRANDO FUEGO CON LA
BOCA. TODOS VEÍAN LO QUE PASABA FUERA YA QUE ESTABA LA VENTANA
DE CRISTAL, ENTONCES, COMO ES NORMAL, LOS SOLADOS Y EL GENERAL IN-
TENTARON SALIR, PERO GUILLE YA SE ENCARGÓ DE ESO ANTES. CERRÓ CON
LLAVE LA PUERTA Y SE LA GUARDÓ. LOS SOLDADOS DESESPERADOS INTEN-
TABAN SALIR, PERO CLARO, NO PODÍAN. MIENTRAS LUNA SIN MIEDO BUS-
CABA A SU ALREDEDOR UN OBJETO PUNZANTE CON EL QUE PODER LUCHAR
CON EL DRAGÓN, ENTONCES SOLO ENCONTRÓ UNA RAMA BASTANTE RÍGIDA,
PERO CON TAN SOLO ESO LO DERROTARÍA. LUCHÓ, LUCHÓ Y SE CAYÓ MUCHAS
VECES.
¿ PERO SABEÍS QUÉ ? QUE TODAS ESAS VECES SE LEVANTÓ Y ASÍ ES COMO
DERROTÓ AL DRAGÓN, SIN PERDER ESPERANZA, MIENTRAS TODOS LOS INVI-
TADOS QUEDABAN ASOMBRADOS, CON LA PRINCESA EMPUÑANDO UNA ES-
PADA, Y CON EL DRAGÓN EN EL SUELO, ES ENTONCES CUANDO GUILLE ABRIÓ
LA PUERTA Y TODOS CORRIENDO HACÍA ELLA. LE PREGUNTABAN QUE CÓMO
LO HABÍA HECHO SI ERA UNA CHICA Y PRINCESA Y ELLA RESPONDIÓ:
- SÍ, SOY CHICA Y ME ENORGUYEZCO DE ELLO, PORQUE ESO ES LO QUE ME HA
HECHO CONSEGUIR ESTO, LUCHAR, NO COMO LOS CHICOS QUE TAN SOLO CON
HACER UNA PRUEBA PASAN A SER SOLDADOS.
GUILLE COMENZÓ A APLAUDIR, LLORANDO, MIENTRAS ESTABA ORGULLOSO
DE SU AMIGA, PERO ÉL NUNCA LE CONTARÁ SU PLAN, PORQUE ESTO ES UNOS
DE LOS SECRETOS QUE NO SE CUENTAN.
I. G. B
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EL GENERAL ORGULLOSO Y CONFUNDIDO DIJO:
- ¿ QUIERES FORMAR PARTE DE NUESTRO EQUIPO ?-
Y ELLA RESPONDIÓ:
-NO-
Y TODOS DIJERON A LA VEZ:
-¿¡ POR QUÉ !?-
PERO GUILLE YA SABÍA LA RESPUESTA.
ELLA RESPONDIÓ:
-TUVISTEIS LA OPURTUNIDAD DE TENERME EN VUESTRO EQUIPO PERO ME
ECHASTEIS LLORANDO DE ALLÍ, AHORA YO VOY A CREAR MI PROPIO EQUIPO,
DONDE ADMITIRÉ A TODAS LAS CHICAS QUE QUIERAN Y POR SUPUESTOS
TAMBIÉN CHICOS-.
ENTONCES ELLA, CUMPLIÓ SU PALABRA, CREÓ UN EQUIPO DONDE TODOS
ERAN BIENVENIDOS, Y EL GENERAL ERA SU MEJOR AMIGO. Y ASÍ JUNTOS
CREARON LA IGUALDAD, PORQUE AUNQUE UNAS SEAMOS CHICAS Y OTROS
SEAN CHICOS, TODOS SOMO PERSONAS. POR ESO LA PRINCESA SOLDADO
SIEMPRE QUEDARÁ EN MENTE DE TODOS.
Y ASÍ ES COMO ACABA ESTA HISTORIA, DE AMISTAD, ODIO, DESIGUALDAD Y
AMOR.
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Hola! Soy Tuta Vavavan (Lucas Vărărean). Ayer cumplí 2 años. Soy un
niño muy madrugador, me gusta despertar temprano para desayunar
con mi papá y para poder abrazarle y despedirme de él antes de que
se vaya a trabajar. Después me paso el día jugando con mamá, con mi
abuela y especialmente con mi hermanito Levi, aunque mi mamá no
me deja jugar mucho con él porque solo tiene 2 meses. Como me paso el
día corriendo, ya que no se andar tranquilamente, al mediodía estoy
muy cansado. Así que mi mamá me toma en brazos para llevarme a
dormir. Me encanta estar en sus brazos y especialmente en su pecho.
¿Queréis que os diga un secreto? Aunque tengo 2 años, aún tomo pecho
y me siento tan feliz comiendo en su pecho. ¡Es el mejor sitio del mun-
do! A veces me enfado porque mi hermanito pasa más tiempo que yo
tomando pecho, pero a mediodía es mi momento y puedo comer todo el
tiempo que quiera. Pero poco a poco mis parpados se me cierran venci-
dos por el sueño... De repente oigo un susurro:
- ¡Estoy tan triste que me dan ganas de llorar!
¿Quién será? se pregunta Lucas. Oye otra vez:
-¿Crees que solo tú estás triste? Yo me paso el día llorando, aunque me
da miedo mancharme con las lagrimas. ¿Qué estará pasando? Han pa-
sado tantos días desde que la mamá de Lucas nos ha sacado del arma-
rio... Antes nos sacaba todos los días y nos ponía en los pequeños pies
de Lucas para ir al parque y que él corra sin preocupaciones...
Se oyen otras voces:
- ¿Creéis que solo vosotros, los zapatos, estáis tristes? Nosotras, la ro-
pita para salir fuera, también lo estamos. Nos pasamos el día en la os-
curidad del armario, alegrándonos en vano cuando se abre el armario.
De aquí salen sólo los pijamas y la ropa de andar por casa. Día
tras día Lucas solo viste pijamas y ropa de andar por casa. Ya
las odiamos...
LA SIESTA AVENTURERA DE LUCAS
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Y de repente, silencio. Los zapatos y la ropa de salir fuera recordaron
que ayer, al abrirse el armario, su mamá sacó una percha con ropa
nueva y zapatos nuevos comprados especialmente para su cumpleaños.
Tras muy poco tiempo fueron devueltos al armario y la ropa y el calza-
do usado les gritaron con envidia:
- ¿Dónde habéis estado? ¿ En el parque? Habéis visto el tobogán?
¿Había muchos niños?¿Estaba lloviendo o hacía sol?
La ropa y los zapatos nuevos no sabían que contestar. ¿Qué es un par-
que? ¿Y el tobogán? No sabían que era la lluvia y el sol...
- Y por qué habéis vuelto tan rápido? Nosotros pasábamos mucho tiem-
po fuera. Íbamos al parque, donde Lucas corría feliz por la hierba y,
cuando a veces caía nos hacía mucha gracia. Dábamos largos paseos
hasta un parque dónde había patos. De ahí Lucas llegaba a casa muy
cansado pero muy feliz.
- No sabemos porque hemos vuelto tan rápido... Su mama calzó sus pe-
queños pies con los zapatos nuevos y le vistió con los zapatos nuevos. No
había muchos niños. Sólo estaban su mamá y papá, su hermanito Levi y
su abuela que repetía continuamente lo guapos que estaban sus nietos
vestidos con ropa nueva. También decía que era una pena no poder salir
a dar un paseo por culpa del virus. Después se acercaron todos para ha-
cer unas fotos. En la mesa había algo bonito con una vela que llevaba el
número 2. Después de hacer las fotos, su papá desistió a Lucas y volvi-
mos todos al armario.
- ¡Vaya incultos! Lo que había en la mesa era una tarta de cumpleaños
y cuando Lucas come tarta, normalmente nosotros terminamos en la la-
vadora. Hasta ahora nos quejamos cuando nos metían en la lavadora.
Pero nos dimos cuenta que es mejor ser lavados y después volver a ju-
gar con Lucas, que estar metidos en la triste oscuridad del armario.
Pero una pregunta, ¿qué es un virus?
Anonimo
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- Como vamos a saberlo nosotros si ni siquiera los humanos lo saben
bien... Solo sabemos que Lucas lloraba cuando lo desvestían, porque el
quería salir fuera con su ropita nueva y no lo dejaban.
Al escuchar toda ésta conversación, Lucas se levantó de la cama, abrió
el armario y dijo:
- Mi querida ropa y calzado, les quiero mucho a todos, tanto a las pija-
mas, a la ropa de llevar por casa, a la de llevar fuera y a todo mi calza-
do. Les prometo que voy a intentar mantenerles limpios y a disfrutar
al máximo con vosotros.
Después volvió a la cama y fue vencido por el sueño...
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Esta aventura comienza en el parque de Vencillera. Dos herma-
nas llamadas Lina y Marita se van al parque de Vencillera a pa-
sar la tarde.
Cuando Lina, que es una niña alegre, divertida, morena que
siempre lleva dos coletas y gafas rojas; y Marita, que es otra ni-
ña menos morena que Lina pero igual de alegre, llegaron al par-
que, dejaron sus mochilas en un banco y se fueron a jugar. Una
vez allí se subieron al balancín, un chico empezó a empujarlas
super fuerte, entonces Marita se cayó, su hermana Lina fue co-
rriendo a junto de ella, mientras tanto el mismo chico que les es-
taba empujando aprovechó y se llevó sus mochilas. Cuando Lina
fue a coger una tirita para su hermana se dió cuenta de que no
estaban las mochilas y vió al chico correr con ellas, entonces Li-
na intentó ir tras él pero no lo alcanzó porque corría mucho. En
ese momento Lina y Marita tuvieron una idea, el plan era que-
darse escondidas detrás de un árbol hasta que el chico aparecie-
ra de nuevo e intentara hacer lo mismo a otra persona. Funcionó,
al cabo de media hora el chico apareció, entonces Lina y Marita
se abalanzaron sobre él y le obligaron a confesar donde estaban
sus mochilas.
Una vez recuperadas sus mochilas entregaron al chico a las au-
toridades del parque y éstos en señal de reconocimiento por ha-
ber capturado al ladronzuelo que llevaba varios meses robando
en el parque, premiaron a las niñas con una gran fiesta de agra-
decimiento.
LAS AVENTURAS DE LINA Y MARITA
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Había una vez un osito que se llamaba Tovie. Tovie vivía con su
familia en una casita pequeña al lado del bosque. Vivían en la
ciudad de Londres. Tovie era un osito muy simpático y sobre todo
trabajador.
Como todos los días, Tovie se fue al colegio con su madre que era
la que siempre le llevaba al cole. A Tovie le encantaba ir al cole-
gio y por eso algunos osos se reían de él. Cuando llego al cole se
despidió de su madre y se fue a clase con su mejor amigo. Su me-
jor amigo se llamaba Jack. Hoy en clase de tutoria la profesora
les había mandado para el a Jueves intentar hacer un truco de
magia. Les dijo que por lo menos buscasen información del truco.
Cuando se acabó el cole, la madre de Tovie le estaba esperando en
la puerta para ir a casa. Cuando llegaron a casa Tovie estuvo to-
da la tarde pensando en el truco.
Buscando y Buscando al final se decidió por un truco. Iba a hacer
el truco de la telequinesia. Estuvo toda la noche buscando infor-
mación sobre el truco e intentándolo a ver si le salía. El jueves a
la mañana Tovie estaba muy nervioso pero su madre le dijo que
se tranquilizase.
Llego el momento de exponer y le tocaba a Tovie. Sus compañeros
se burlaron una vez más pero esta vez le pilló la profesora y les
hecho la bronca. Al final de exponer su truco de magia le salió!
Cuando acabó el cole, los abusones del cole le dijeron a Tovie a
ver si quería ser su amigo. Pero Tovie les dijo que no porque le
habían hecho mucho daño. Cuando llegó a casa estuvo jugan-
do toda la tarde con Jack y se lo pasa-
ron genial.
EL OSO MAGICO
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R L. I. B
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En un lugar de África, había una pequeña tribu lla-
mada “Samalúka”. En ella vivían tres niños muy co-
nocidos que se llamaban: Aleixuco, Alixuca y la que
no rima, Danone. Sus edades eran de dos años, diez
años y dieciséis respectivamente. Aleixuco y
Alixuca, eran primos de Danone y eran los niños más
buenos y felices de la tribu.
En un día caluroso, algo terrible sucedió. Un jaguar
robó comida e intentó atacar a la gente. Milagrosa-
mente no hizo daño a nadie pero se escapó con los
alimentos. Los tres aventureros niños tramaron un
plan. Por la noche el jaguar fue a por la comida y se
encontró con un gran monstruo, formado por una to-
rre de tres niños con la cara pintada de barro y una
gran antorcha. El jaguar se asustó tanto que no vol-
vió jamás.
Moraleja: Juntos somos más fuertes.
LOS TRES NIÑOS Y EL JAGUAR
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A. F. P
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Érase una vez, y mentira no es, una niña llamada Claudia. Ella era alegre,
pero a la vez un poco tímida, amable, cariñosa... Ella era más bien delgada y
no era ni muy alta ni muy baja. Claudia tenía los ojos más bonitos del univer-
so, sus ojos eran de color azul pastel, sus cabellos eran rubios como el oro.
Un día, cuando tenía seis años, iba con su padre de paseo y vieron una libre-
ría. Claudia vio en su interior un libro que le pareció especial y quería com-
prar. Su padre decidió comprárselo, se lo llevaron pero ellos no sabían que
ese libro que llevaban en las manos estaba lleno de aventuras. No aventuras
de los libros normales y corrientes, sino tenía aventuras mágicas dentro, eso
ya lo explicaré después... Al cabo de un rato llegaron a su casa y Claudia lo
primero que hizo fue ir a su cuarto a abrir el cuento y leerlo. Finalmente
cuando ya lo hubo terminado en la portada de aquel libro había un botón
que ponía "Si a la fantasía quieres llegar este botón has de apretar". Ella es-
taba decidida a apretar aquel botón color, tan colorido, y como si el libro de
repente le hubiera leído la mente escribió él solo como por arte de magia
"Cuando estés en el lugar mágico, en tu casa se parará el tiempo para que no
se de cuenta tu familia de que has desaparecido. Y si quieres volver, una
buena acción habrás de hacer". Tras pensarlo mucho, Claudia decidió aceptar
aquella norma y apretó al botón. Inmediatamente se abrió un agujero en el
mismo libro. Se metió por aquel agujero. Al cabo de cinco segundos había
aparecido en un mundo todo colorido donde la magia reinaba en cada rincón,
esquina, terraza, casa... En teoría la magia estaba presente en todos lados.
Una cosa que se dio cuenta es que en ese lugar mágico se apreciaban más los
libros. En su ciudad, en cambio, casi todos los niños tenían una consola en
mano o un móvil o una tablet ... Y en las librerías de su ciudad no había tanta
gente. Las librerías de aquel mundo mágico estaban tan llenas como un cen-
tro comercial en rebajas. Después de aquella observación siguió caminando y
un hombre muy mayor con el pelo gris, barba pequeña y ojos marrones, como
el tronco de un árbol, le dijo:
-¿Tú has venido de otro mundo?- dijo dirigiéndose a Claudia.
EL LIBRO INTERMINABLE
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-Sí, he venido de otro mundo, señor- dijo con su timidez.
- A mi no me llames señor, se que estoy ya en la tercera edad, de hecho, me
llaman el sabio por tantos años de experiencia aquí, pero no me gusta que me
llamen así. Me llamo Killam Shakespeare. Y tú ¿cómo te llamas?
- Lo siento, y me llamo Claudia, encantada de conocerte- dijo ya más confiada.
-Igualmente Claudia, ¿sabes? yo escribí casi todos los libros que estabas mi-
rando hace un momento, hasta el que te ha traído a este mundo.
- ¡Qué bien! Me ha encantado tu libro Killiam Shakespeare.- dijo entusiasma-
da.
Siguieron hablando, y el sabio le contó que era hermano del famoso William
Shakespeare. Ella le habló de su familia, hablaron también de ellos mismos...
Claudia pensó que tenía que hacer alguna buena acción para poder volver con
su familia. Se fijó que en ese mundo lo que si había mucho era papeles de re-
galos de libros por el suelo, separadores de libros que desgraciadamente algún
niño o niña se le había caído...
De repente se le ocurrió que recoger todos esos papeles sería su buena acción y
le dijo al sabio:
- Killiam ya sé la buena acción que voy a hacer para poder volver a mi casa.-
le dijo medio ilusionada por ver a su familia y medio triste por irse de aquel
mundo mágico por los libros.
-Si, ¿cuál?- dijo desilusionado por saber que se iba a ir pronto.
-Recogeré todos los papeles de los libros y los separadores de libros que se en-
cuentran en el suelo.
- Ah, ¡qué bien! gracias a ti, Claudia, el mundo mágico de libros estará limpio,
si no hubiera sido por ti... Pero antes de irte quiero que te lleves un libro que
es único en el mundo. He trabajado en él durante muchos años y estaba bus-
cando la ocasión ideal para utilizarlo y lo voy a utilizar contigo- fueron a su
casa a coger aquel libro mágico y cuando se lo entregó a Claudia, ella se per-
cató de que todas las hojas de aquel libro estaban vacías. Entonces le pregun-
tó:
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-¿Killiam me ha dado usted el libro equivocado? Es que este está en blanco.
- Sí, si, ya lo sé por eso he trabajado jo tanto en él. Yo tengo esta libreta- y se la
enseñó- Cuando tú vayas con tu familia siempre podrás venir aquí pero si
existen días en que te es imposible venir a visitarme solo tienes que escribir
en ese libro y a mi me llega lo que tú has escrito y si quiero contestarte o em-
pezar una conversación a ti también te aparecerá en ese libro.
-Killiam, ¿pero no se acabará el libro y la libreta de tanto escribir?- dijo Clau-
dia.
-No te preocupes, está diseñado para que cuando se acaben las hojas se pon-
gan más por arte de la magia. Lo he titulado la el Libro Interminable.
M. B. G
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Hola, me llamo Iker y os voy a contar como me cambio la vida por culpa de
una enfermedad.
Yo era un niño normal que acababa de cumplir siete años y sólo pensaba en
pasar el día jugando con mis amigos, sobre todo al fútbol, porque es mi depor-
te favorito. Pero todo cambio aquel 29/11/2017, ese día mis padres me lleva-
ron al hospital porque tenía un bulto en el cuello, allí unas doctoras manda-
ron que me pincharan para hacer un análisis de sangre, que malas me pare-
cieron…y cuanto las quiero ahora.
Todo fue muy rápido, al rato, cuando llegaron los resultados de mí sangre
me llevaron corriendo en una silla de ruedas a una parte del hospital llama-
da UCI. Yo tenía mucho miedo, estaba rodeado de gente vestida con pijamas
blancos que me hacían cosas que no me gustaban y mis padres estaban muy
tristes, papá no paraba de llorar. En aquel momento no sabía que era ese si-
tio, pero con el paso del tiempo y las visitas continuas que les hacia para po-
nerme la quimio intratecal, descubrí que aquella zona, con seis camas, era a
donde llevaban los niños más graves.
Lo único que pregunté ese día fue “¿cuándo me voy para casa?” Era miérco-
les y el sábado iba a celebrar con mis amigos que cumpliera siete años, pero
la doctora me contestó que iba a tener que quedar mucho tiempo en el hospi-
tal y para ser simpática también me dijo que podía llevar una tarta para so-
plar las velas con ella… como me enfadé! Yo quería una fiesta con mis ami-
gos no en el hospital con gente que no conocía.
A los dos días me bajaron a una habitación donde estuve mucho, mucho tiem-
po. Me dijero que tenía leucemia, “villanus” estaba en mi sangre y tenía que
ser fuerte, como un súper héroe para vencer.
Como mis papás estaban más tranquilos y yo iba conociendo a mis doctoras,
el miedo fue desapareciendo, aunque no me gustan los pinchazos tengo que
ser valiente porque son necesarios para curarme y ganarle este partido a
“villanus”.
MI VIDA CON LEU
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Pase todo el mes de diciembre en el hospital, pero tuve muchas sorpresas que
me alegraban las horas, como estábamos en navidad casi todos días había ac-
tividades y visitas para animar a los niños enfermos. La mejor de todas fue el
día que vinieron los jugadores del CELTA, que bien lo pase hablando y riendo
con los futbolistas que tanto admiraba. Si no había actividades, yo intentaba
buscar algo divertido, como jugar a la pelota o hacer manualidades para pa-
sar las horas allí encerrado sin aburrirme.
Pero lo peor del hospital no era el aburrimiento o los pinchazos, lo que más
odio de allí es la comida, sólo oír hablar de ella ya me entran ganas de vomi-
tar, tiene un olor asqueroso. Yo tenía mucha suerte, las doctoras dejaban a mi
familia traerme la comida de casa, esa si que estaba buena. Además yo me
aprovechaba de que todos me mimaban para pedir lo que más me gustaba,
desde nécoras a churrasco asado me tenían bien alimentado. Cuando estaba
en casa era todo mucho mejor. Con los corticoides siempre tenía mucha ham-
bre, mucha, mucha, mucha… A veces mamá no me podía dejar comer tanto así
que inventábamos juegos de hacer menús con plastilina para olvidarme un po-
co de esa ansiedad por comer que me producía el tratamiento, y si así no con-
seguía calmarme, entonces hacíamos recetas de verdad en la cocina que luego
yo comía con mucha alegría. No sé cómo mi estómago podía comer tanto, me lo
comía todo, todo… ¿Sabéis? Era curioso porque había cosas que con los corti-
coides me encantaban, como los mejillones, y ahora que ya acabé el trata-
miento, no me parecen tan ricos.
Una de las cosas que más echaba de menos era ir al colegio, quería estar con
mis compañeros, muchas veces me mandaban cartas, dibujos o videos para
animarme, a mi me encantaban, pero al mismo tiempo me hacían llorar por-
que me recordaban lo divertido que es ir a clase con los amigos mientras yo
tenía que estar allí solo. Aunque no podía ir al colegio yo seguía trabajando
en casa y en el hospital para poder pasar de curso y seguir con mis compañe-
ros cuando me curara. Un profesor venía a casa para ayudarme, eran pocas
horas, pero al estar yo solo las aprovechaba al máximo porque no quería que-
darme atrás. Este año después de dos cursos trabajando en casa por fin puedo
volver a clase como un niño normal, estoy muy feliz de llegar a cuarto.
Jugar con mi equipo de fútbol era la otra cosa que más extrañaba, pero no
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podía dejar de dar patadas así que la pelota era a mi mejor compañera cuando
estaba ingresado poniendo quimio, ella hacía que me levantara todos los días
para dar unos toques, a veces estaba muy cansado, pero no podía perder la
práctica con el balón. Ahora ya vuelvo a jugar, al principio fue duro porque
no tenía fuerza para tirar y corría muy lento, todos me decían algo de que la
masa muscular se perdiera, yo estaba muy triste porque pensaba que ya no
iba a jugar como antes, pero poco a poco fui cogiendo fuerzas y ya soy capaz
de llegar a la portería cuando tiro una falta.
El camino para ganarle a “villanus” fue duro, vómitos, pinchazos, dolor, pena
por las cosas que me perdía como niño… Mi cuerpo cambió, la gente en la calle
me miraba cuando pasaba, si, estaba calvo, pero a mí no me importaba, como
le dije a unos niños que me insultaron un día en el parque, yo no soy calvo lo
que pasa que no tengo un pelo de tonto y vosotros? Una mascarilla tapaba mi
cara, había gente que me miraba y se apartaba, yo no tengo nada contagioso,
al revés tenía que llevarla para que los demás no me contagiaran a mi. Pero
la leucemia también me dió cosas buenas, nuevos amigos, compañeros de bata-
lla que como yo luchaban contra el cáncer, estos amigos eran diferentes, eran
más como mis hermanos, lo que vivíamos juntos a veces era muy duro, alguno
perdía la batalla, pero los que quedábamos teníamos que seguir luchando, ju-
gando, riendo así que entre nosotros compartíamos fuerzas para que todo fue-
ra más fácil.
Ahora que acabe y pienso en estos dos años solo veo las cosas buenas que pase,
era una vida diferente a la que tenía antes, quería acabar y volver a la nor-
malidad, pero era feliz. Mis padres nunca me trataron como un niño enfermo,
intentaban siempre que los días fueran divertidos y lo consiguieron con la
ayuda de mucha gente que estaba a nuestro lado.
El 15/12/19 tomé la última pastilla de quimio, y aunque tengo miedo de que
“villanus” vuelva, disfruto de los días siendo un niño normal de 9 años.
I. F. C
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Había una vez una niña llamada Leire, Leire tenía una pasión increí-
ble por el tenis. Leire tenía siete años, y su sueño era ir a las olimpia-
das de tenis. Para ello, todos los días Leire iba a una pista de tenis con
su magnífico entrenador llamado Carlos. Carlos era un entrenador
fascinante. Él consiguió llegar a las olimpiadas y deseaba lo mismo pa-
ra Leire. Por eso, Carlos entrenó a Leire muy duro. Cada día Leire lo-
graba mejorar algo de su técnica.
Un día normal, tanto para Leire como para Carlos, estaban jugando al
tenis como habitualmente, inesperadamente Carlos se desmayó. Rápi-
damente, Leire llamó a urgencias y, los médicos le diagnosticaron una
grave enfermedad a la que no había cura. Leire lloraba y lloraba re-
zando para que no muriera, pero dos meses después Carlos murió por
esa terrible enfermedad. Leire estaba destrozada aparte de que su
amigo hubiese muerto, Leire se quedó sin entrenador, y su sueño de ir
a las olimpiadas estaba totalmente destrozado.
Al fin Leire dejó a un lado el tenis y empezó a practicar el deporte de
padel. A Leire no le costó demasiado aprender a jugar, ya que el padel
era muy similar al tenis. Un día se presentó una chica llamada Laura
a la pista de padel, y curiosamente también le interesaba el tenis. Jun-
tas Leire y Laura, trabajaron muy duro para llegar a las grandes
olimpiadas. Y Leire ganó cinco medallas de oro allí. Además Leire y
Laura se convirtieron en muy buenas amigas. A Leire también le costó
dejar atrás el deporte de padel, ya que ella se pasó cuatro años practi-
cándolo, pero con la ayuda de Laura, todo salió muy bien!
EL GRAN PROBLEMA
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N. C. L
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Os voy a contar una historia fantástica, una historia que me ocurrió a
mi. Soy una niña muy especial, porque me pasó una cosa
impresionante cuando era pequeña y tenía 7 años. Por aquel entonces
llevaba el pelo largo y liso, también los ojos marrones y el pelo de color
marrón. Era alta, siempre me decían que aparentaba uno o dos años
más, de los que tenía. Ahora voy a contaros lo que me ocurrió en un
castillo una noche muy especial.
Mis padres y yo fuimos a una fiesta que hizo el rey en su castillo e in-
vitó a todos los ciudadanos del pueblo. Primero comimos todos los ni-
ños y después los padres, mientras comían ,el rey preparó regalos a to-
dos los niños, pero para coger los regalos debíamos seguir unas nor-
mas. Para cogerlos, cada niño tenía un duende hablador que le llevaba
a un lugar del castillo o fuera, para coger nuestros regalos. A mi me
estaba llevando un duende por sitios muy chulos del castillo y su go-
rro y su conjunto era de color azul. De repente llegamos a una habita-
ción y yo estaba mirando alrededor a ver que había y no había nada,
solo había una puerta, entonces le pregunté al duende:
-¿Qué hacemos aquí?Si no hay ningún regalo solo hay una puerta-.
-Estamos aquí para que abras esa puerta mágica-.
-¿Pero que hay detrás de la puerta?- lo dije con nervios -¿Una puerta
mágica?-lo dije emocionada.
-Esa puerta es mágica y si quieres ver lo que hay detrás de la puerta
abre y lo verás. Te va a encantar.
Abrí la puerta mágica y nos llevó al mar donde había muchas sirenas.
De repente, se acercó una sirena hacía mí y me dijo:
-Ven conmigo-.
MI EXPERIENCIA FAVORITA
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-¿El duende no se viene?- le dije preocupada
-No voy porque no puedo ir por el mar- dijo el duende.
- Yo tampoco puedo, duende -.
-Sí que vas a poder porque te vamos a dar este collar,que es una de las
cosas de tu regalo- dijo la sirena.
-¿Para qué es el collar?-.
-Para convertirte en sirena como todas nosotras-.
-¡Qué guay! ¿y entonces me puedo convertir en sirena cuando quiera?-.
-¡Claro!!- dijo la sirena
Así que me despedí del duende y fui con las sirenas
a por mi regalo. Me llevaron a un sitio súper chulo,
a la isla donde viven las sirenas y me dieron allí un
gorro mágico, que con el gorro podía ver cuando
quiera la isla de las sirenas .Cuando me dieron el re-
galo me llevaron a la puerta mágica y fui corriendo hacia mis padres a
bailar. Después, fui a jugar con los niños del pueblo. Desde entonces
puedo convertirme en sirena siempre que quiero.
N. G. A
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Como casi todos los cuentos, este no empieza con un “Érase una
vez”, sino con un: Y de repente llegó un día donde el mundo se paralizó.
El mundo no respondía a nuestros deseos y decidió que todos teníamos
que quedarnos en nuestra casa durante poco más de dos meses. Él de-
cía que era porque había un bichito ahí fuera que no nos dejaba salir,
pero yo estoy segura que fue cosa del universo. Este será nuestro pri-
mer secreto.
Como os decía, nuestro mundo estaba triste, triste porque todas las
personas, españoles, chinos, italianos, alemanes… en fin, todos, había-
mos estado tratándole un poquito mal en algún momento de nuestra
vida y es ahí cuando el mundo se puso, le pusimos triste.
He de confesaros (este será nuestro segundo secreto), que yo alguna
vez cuando salía al recreo, al patio del colegio tiraba el papel del boca-
dillo al suelo. Y al parecer esto a nuestro señor mundo no le gustaba
nada. También veía a algunos de mis amigos como arrancaban las flo-
res que decoraban el paseo, flores que lo dejaban guapo durante toda
la primavera. Y al parecer esto a nuestro señor mundo tampoco le gus-
taba. También he podido ver como unas personas mayores tiraban bo-
tellas y papeles al río. Eso a mí tampoco me gustó, porque pensé que
podían estar haciéndoles daño a todos los animales que había debajo
de esa agua, agua que la verdad estaba un poco oscura…
Todas las personas hicimos caso al mundo, todos nos quedamos en ca-
sa, papás, mamás, abuelos, abuelas, tíos, tías, nuestros primos y pri-
mas, nuestros amigos… Dicen que fueron los niños y niñas los que me-
jor se portaron durante el castigo del mundo. ¡Se portaron como autén-
ticos campeones!
NUESTRO SEÑOR MUNDO
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¿Sabéis que pasó entonces? El mundo consiguió lo que desde hace mu-
chísimo tiempo soñaba. ¡Sucedió! Sucedió, y los patios de los colegios es-
taban limpios, sin papeles de bocadillos, sucedió, y los paseos estuvie-
ron guapos durante toda la primavera, parecía que se iba de boda, te-
nía flores de todos los colores, había flores rojas, flores amarillas, ro-
sas, incluso pude ver una flor de color azul. ¡Los paseos estaban precio-
sos! Sucedió también que los ríos volvían a ser claros, porque la gente
ya no tiraba basura al agua, y los animales se veían a través del mar.
Sucedió que dejó de haber tanta contaminación como la que había antes
de que el mundo se pusiera triste, y a las nubes se les veía un poquito
más sonrientes.
Os contaré mi tercer secreto y es que pude ver como una mamá pato con
sus cinco patitos iba de paseo por la ciudad aprovechando que no había
nadie que le molestara, y eso al mundo le hacía más feliz.
¡Sucedió! Y fue así como empezamos a ponerle tiritas a nuestro querido
mundo para curarle poco a poco. Nos dimos cuenta de lo importante que
es para todos nosotros y que nunca jamás dejaremos de cuidarle y darle
un abrazo bien fuerte cada vez que nos apetezca.
Recordar que como bien decía el principito; Sólo se ve bien con el cora-
zón, porque lo esencial es invisible para los ojos.
C. G. L
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O. P. V
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Érase una vez un niño llamado Nicolás él vivía en Los Ángeles y era
un niño muy feliz. Él se conformaba con las cosas que tenía, pero él
era un niño muy vergonzoso y se ponía también muy nervioso.
Él iba todos los días muy contento al cole pero los de su clase se reían
de él porque cuando se ponía nervioso o vergonzoso empezaba a volar
y los de su clase se reían y le decían “mira como vuela el pajarito” él
se ponía muy triste. Así que un día decidió no volver al cole y hacer
todo en casa.
Pero un día llegó un niño muy majo y agradable llamado Juan, él trajo
un bizcocho de frambuesas y unte muy especial en Los Ángeles.
Cuando él y Juan se conocieron parecía que la cosa iba muy bien y se
sentaron los dos y empezaron a hablar de sus cosas, se hicieron muy
amigos y resultaba que Juan iba también al cole de Nicolás entonces
Juan le decía a Nicolás que cuando le dijese algo malo, siempre iba a
estar en el momento para defenderlo y ayudarle.
El día que llegó a clase todos empezaron a reír y empezaron a decir
“has vuelto” y se reían pero cuando acabó la clase salió su amigo Juan
y les dijo a todos los que se reían de él “como os volváis a reír os juro
que se lo digo a la directora”, la directora era una chica maja pero co-
mo alguien hiciese algo malo se empezaba a enfadar y se enfadaba
mucho, entonces nadie decía nada cuando estaba Juan. Pero en clase
cuando no estaba Juan le seguía diciendo cosas “mira como vuela el
pajarito” porque era un niño muy vergonzoso. Hasta que Juan se lo di-
jo a la directora, y la directora empezó a llamar uno a uno a sus pa-
dres. Sus padres decían que no dijesen eso y aparte de todo Juan se
cambió de clase a la de Nicolás entonces por último todos empezaron a
ser amigos y Nicolás llegó muy muy lejos.
EL NIÑO VOLADOR
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Hola me llamo Axe, tengo 13 años, el pelo corto y negro; y mis ojos son
grandes y marrones. Mido 1,67 m y mis deportes favoritos son el fút-
bol y el tenis. Mis padres y mi hermano pequeño tienen el pelo rubio y
los ojos verdes, así que soy “la rara de la familia”, pero eso es otra his-
toria. Hoy voy a contaros lo que me pasó el lunes pasado.
Empezó siendo un lunes como todos. Justo cuando iba bajando para el
patio empecé a escuchar un ruido, bueno, un pitido insoportable, aun-
que solo duró un minuto, así que seguí sin darle importancia. Luego
volvió a sonar, pero era distinto, era una voz que no paraba de decir
“magia”. Yo creí que eran imaginaciones mías, porque nadie más lo
oía, hasta que Nul me dijo:
¿qué es eso?
En ese momento me alegré porque eso significaba que no estaba loca.
Nul y yo nos pusimos a buscar de dónde venía ese ruido, pero volvió a
pasar y vimos una luz verde que venía de la biblioteca. Entramos y
era un libro que en la portada ponía “la historia incompleta de la ma-
gia”. No se veía bien la última palabra, era como si alguien lo hubiese
tachado. Nul abrió el libro y de repente aparecimos en un sitio muy
extraño, lleno de hadas, brujas, duendes, gnomos, monstruos, caballos,
sirenas…. Lo primero que hicimos al llegar allí fue creer que era un
sueño, pero os aseguro que no lo era, porque Nul y yo nos estuvimos
pellizcando y los pellizcos dolían. Al rato nos apareció una bruja y nos
dijo que si no tocábamos la piedra mágina antes del anochecer nos
quedaríamos allí para siempre. Nosotras teníamos un montón de pre-
guntas por hacer, pero se esfumó cuando terminó la última palabra.
Nos pusimos de camino en busca de la piedra, aunque no
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YO CREO EN LA MAGIA
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tuviésemos idea dónde estaba. Por el camino encontramos a un duende
y le preguntamos sobre la piedra. Nos dijo que estaba en el bosque en-
magiado y también dijo que la piedra solo la podía ver un humano y
que cuando la tocase un humano ya podía ser vista por todos los mági-
quenses y ya se podría traer la paz a Mágiland. Nos metidos en el bos-
que enmagiado en busca de la piedra mágica. Superamos la primera
trampa, pero en la segunda cayó Nul. Le dio una flecha paralizante, in-
dolora, pero que te dejaba inmóvil. Nul me dijo que continuase, que él
ya encontraría una solución. Yo seguí apenada.
Pasé un montón de trampas hasta llegar a la piedra mágica, ya era casi
de noche, así que me tuve que dar prisa, pero en ese momento caí en
una trampa inesperada: una cuerda me cogió del pie y me puso boca
arriba. En ese momento pensé que era el fin, solo quedaban dos minutos
para anocher, pero en eses mismo instante Nul vino corriendo y tocó la
piedra antes de que fuera tarde y aparecimos otra vez en la biblioteca
sanos y salvos.
Miramos el libro y el título de la portada había cambiado, ponía
“historia completa de la magia”. Abrimos por la última página y ponía
“¡Gracias a Nul y Axe la paz a Mágiland volvió!”
M. C. B
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Había una vez un conejito llamado Pascua. Pascua tenía tres
meses y era muy travieso. Sus otros hermanitos siempre te-
nían que cuidarle para que no hiciera trastadas.
Una mañana, mientras sus hermanos dormían, Pascua se le-
vantó temprano y salió de su acogedora madriguera para ir-
se de excursión, adentrándose en el bosque.
Durante el paseo por el bosque, Pascua se dedicó a contem-
plar las flores, los árboles, los riachuelos y otros animalitos.
Y así pasó el tiempo y no se dio cuenta de lo lejos que se ha-
bía de su casa, hasta que le entró hambre y pensó:
¡Tengo que volver a casa, pero no sé cómo volver!
Pascua empezó a llorar y a llamar a su mamá y sus seis her-
manitos, pero nadie, absolutamente nadie, le contestó.
Habían pasado muchas horas y estaba muy cansada, así que
decidió echarse a dormir un ratito.
Cuando Pascua se despertó estaba en su cama con sus seis
hermanitos y su mamá. ¡Sorpresa! Su familia la recogió del
bosque y la llevó a la madriguera. Estaba feliz con su fami-
lia, está siempre había estado cuando la ha necesitado, y no
pensaba irse. Colorín, colorado, este cuento se ha acabado.
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PASCUA, EL CONEJO TRAVIESO
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Había una vez un conejito llamado Pascua. Pascua tenía tres
meses y era muy travieso. Sus otros hermanitos siempre te-
nían que cuidarle para que no hiciera trastadas.
Una mañana, mientras sus hermanos dormían, Pascua se le-
vantó temprano y salió de su acogedora madriguera para ir-
se de excursión, adentrándose en el bosque.
Durante el paseo por el bosque, Pascua se dedicó a contem-
plar las flores, los árboles, los riachuelos y otros animalitos.
Y así pasó el tiempo y no se dio cuenta de lo lejos que se ha-
bía de su casa, hasta que le entró hambre y pensó:
¡Tengo que volver a casa, pero no sé cómo volver!
Pascua empezó a llorar y a llamar a su mamá y sus seis her-
manitos, pero nadie, absolutamente nadie, le contestó.
Habían pasado muchas horas y estaba muy cansada, así que
decidió echarse a dormir un ratito.
Cuando Pascua se despertó estaba en su cama con sus seis
hermanitos y su mamá. ¡Sorpresa! Su familia la recogió del
bosque y la llevó a la madriguera. Estaba feliz con su fami-
lia, está siempre había estado cuando la ha necesitado, y no
pensaba irse. Colorín, colorado, este
cuento se ha acabado.
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PASCUA, EL CONEJO TRAVIESO
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Érase una vez unas niñas que estaban en el recreo. Se llamaban María y Ju-
lia. De repente se encontraron un árbol y tenía pegamento porque lo habían
cortado.
En ese momento María pisó varias hormigas y dijo “aaaay”.
Julia dijo “chiquilla es que estás loca”.
-”Noooooooooooooo”, dijo María.
-“¿Pues entonces que haces?”, respondió Julia.
-“Es que hay muchas hormigas”, dijo María.
-“Bueno, pues no chilles”, dijo Julia.
María y Julia fueron caminando, cuando de repente Julia se chocó con un
árbol.
María dijo: “mira Julia hay una nota”.
-“Léela María por favor”, le respondió Julia.
Entonces María la leyó. “no piséis las hormigas”, decía la nota. Cuando si-
guieron caminando María se cruzó por un rio de hojas, desenterró las hojas y
vio una carta que ponía “no piséis las hormigas porque si no no salvareis la
semana santa”.
-María dijo: “yo ante he pisado hormigas. ¿tú crees que podremos salvar la
semana santa? “
-“No sé”, dijo Julia, “pero yo creo que podemos hacerlo porque las pistas no
son lo que hace falta si no el esfuerzo”.
-“Muy bien”, dijo María aplaudiendo. Cuando siguieron andando, se encon-
traron un tronco cortado y dijo Julia: ”no crees que éste puede ser el hijo del
árbol guardián?
El árbol empezó a hablar y dijo: “hola niñitas, soy el hijo del ár-
bol guardián, soy mágico e importante”.
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SALVANDO LA SEMANA SANTA
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-“¿Cómo es que hablas?, porque los arboles mágicos están siempre cortados”
pregunto María.
Cuando siguieron caminando se encontraron un árbol y María dijo:
“mira Julia hay como un ojo ahí al principio del árbol y hay flechas que indi-
can hacia otro árbol”. Siguieron las indicaciones y llegaron a otro árbol. Había
una grieta muy grande y María pregunto: “¿para quién será eso Julia? Y Ju-
lia dijo: “no lo sé, pero una voz que venia del árbol dijo: es porque las hadas
hacen mucho rock and roll y ruido y entonces se abren grietas muy grandes,
pero esa no es la puerta, la puerta está aquí arriba”.
María y Julia querían buscar otro árbol que estuviera cerca de casa, cuando
de pronto María dijo: “mira un hada azul, y el árbol está repleto de hadas”.
Entonces un hada le habló a Julia y le dijo que cuando salvaran la se-
mana santa se iba a alegrar mucho. Siguieron caminando y se encontraron un
mapa, exactamente como le había dicho el árbol. El mapa les explicaba que te-
nían que mirar un árbol que estaba cerca. María y Julia miraron aquel árbol,
y un dibujo de un reloj de tiempo. El mapa de pronto les dijo: “mirad eso, a eso
me refería, ese es el tiempo que tenéis para salvar la semana santa”.
Julia empezó a correr hacia aquel árbol para intentar parar el tempori-
zador. Pero no pudo, en ese momento julia se tropezó, y María dijo: “¡Julia!.
julia dijo : ”no pasa nada, solo es un arañazo de nada”, ¡pero mira esto!, María.
-“¿Qué pasa , julia?, respondió María.
-“Mira María hay un mapa”, dijo Julia.
-“¡Es verdad , julia , hay un mapa!, María abrió el mapa y había una carta.
Julia leyó la carta, y ponía: tened cuidado, porque va a haber tram-
pas,y muchas.
-“¡ooooooooooooooh! respondió María, con cara rara. Entonces Julia dijo:
“tranquila , confía en mí. No van a ser tan difíciles.
Lo conseguiremos juntas”.
-“Es verdad Julia, tienes razón total “, respondió María .
Cuando las niñas se iban a ir María dijo: “¡espera julia!”
-“¿Qué quieres María,, nos vamos ya no?, dijo Julia.
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-“¡no , julia .! ¡mira qué bonito! Es un gatito. ¡mira qué bonito!
-“¡no lo toques María , seguro que es una trampa!, le dijo Julia.
María lo tocó y el gatito la empujó y cayó por un agujero y la encerró.
–“¡aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!”, Julia ayúdame , por favooooor!
En ese momento María entró en un pasadizo secreto. Encontró mucho oro y
Julia se ayudó a salir. Salieron y le entregaron el oro a su profesora Rocío.
Ya no hubo ninguna trampa y María dijo: “el que haya escrito esta carta se ha
equivocado ,¿verdad julia? “
-“Si” , dijo julia , “seguro que el que haya escrito esta carta no habrá hecho el
recorrido , eso está claro , o si no no habría hecho el recorrido , verdad Ma-
ría”, dijo Julia.
-“Si”, respondió María.
Julia se echó a reír. Terminaron de salvar la semana santa, y llevaron el ár-
bol del tiempo al árbol guardián. ¡Todos se alegraron mucho!
M. I. G
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Había una vez una pareja de dragones de color rojo. Un día estaban so-
brevolando las montañas y arriba de un árbol vieron un huevo de dragón,
pero no era un huevo de dragón normal, era de colores oscuros y por la
noche se iluminaba. Dudaban si cogerlo o no y finalmente decidieron que-
dárselo. La pareja de dragones se llevaron el huevo a la cima de la
montaña donde vivían ellos, que era donde estaba su nido.
Al cabo de 6 meses, el huevo se rompió y salió un dragón azul. Era
muy sorprendente porque los únicos dragones que había eran de color
rojo. La pareja de dragones al ver tan diferente al pequeño dragón no duda-
ron en abandonarlo porque era muy raro para ellos. Azul tuvo que aprender
por si solo todo y sobrevivir como pudo.
Cuando Azul cumplió su primer año tenía que ir al colegio. Él estaba
asustado porque no sabía lo que era porque nadie le había dicho lo que
era un colegio. De camino su primer día de colegio, vio un peluche y le
gustó. Le gustó tanto que le puso de nombre ROBERTO. Lo metió en la mo-
chila del colegio. Llegó al colegio y la profesora les explicó que había
que ir al colegio para crecer y aprender a ser un buen dragón .
El dragón Azul llegó a su nido contento porque le había gustado el cole-
gio y porque había encontrado a un peluche amigo.
El segundo día de colegio, cuando llegó, se encontró a nuevos dragones en
clase, y como estaba muy contento fue a saludarlos
-Hola- dijo azul .
-Hola Azulito, jaja - dijeron los dragones rebeldes.
Azul sonrió confuso.
-Qué Azulito ¿Por qué eres azul? ¿has venido de otro planeta? ja, ja - dijeron
los dragones rebeldes .
Azul se fue llorando al baño .
- Azul, suelta todo tu azul, ja ja- dijeron los dragones rebel-
des al verlo llorar.
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EL DRAGON AZUL
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Azul se fue a su nido enfadado y triste. Llegó a su nido hablando con su pelu-
che amigo:
- ¿Por qué se meten conmigo? yo solo quería ser su amigo, ojalá fuera rojo-
dijo muy triste.
El tercer día de colegio, Azul estaba triste y sin ganas de ir.
-Hola a todos, hoy como sabéis es el último día de clase, es el exámen final
para crecer y para ser un dragón grande- dijo la profesora.
-Vamos a comenzar con Azul- dijo la profesora .
Azul estaba nervioso y tímido por el examen.
-Profe déjanos animar a Azul - dijeron los dragones rebeldes .
-Vale- dijo la profesora .
Se fue la profesora Azul hemos hecho una canción para ti:
- NO LO VAS A CONSEGUIR TE VAS A QUEDAR PEQUEÑO, PEQUEÑO …- canta-
ron los dragones rebeldes.
Azul se enfadó tanto tanto, que se hizo de repente muy muy grande convir-
tiéndose en un dragón gigantesco con una alas doradas jamás visto en la his-
toria de los dragones. Era precioso y mágico, sobretodo eso, mágico. Porque
por eso era diferente ante los demás dragones. Todos se quedaron con la boca
abierta y avergonzados y le pidieron perdón.
Azul además de fantástico era muy bueno. Así que perdonó a sus compañeros
y fueron a partir de ese momento todos amigos. Azul se convirtió con los años
en una leyenda para muchos dragones de color diferente y pequeños, porque
nunca sabes como serás algún dáa porque todos somos diferentes pero iguales.
CUENTO CONTADO CUENTO ACABADO
S. P. V
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Hola, me llamo Raquel, aunque algunos me llaman Rachel.
Yo, desde que era pequeña, quería tener un perrito, pero mis padres
decían que no, porque no era responsable.
Pero unos años después les propuse una cosa: si aguantaba con un hue-
vo una semana, adoptábamos un perrito.
Mis padres dijeron que sí, así que me puse manos a la obra.
LUNES
El lunes me proponía empezar la semana bien feliz y, nada, pues empe-
cé.
Lo primero que hice fue ponerle nombre, pero, lógicamente, no le voy a
poner "Huevi", "Huevito" y todas esas chorradas y tonterías. Yo le voy a po-
ner Wiste. Sí, es raro, pero así se diferencia de los otros huevos. Eran las 5.30
y mi huevo seguía vivo. Pero, de repente, mi hermano cogió mi huevo. ¡¡¡Yo
intenté quitárselo, pero no quería y.…lo tiró!!! Pero, con suerte, no se rompió.
MARTES
Martes me dispuse a NO acercar a Wiste a mi hermano.
A las seis o así me fui al parque y tenía que llevar a Wiste, porque no
podía estar cerca de mi hermano. Llegué al parque feliz con mi huevo, pero
no se me ocurrió otra cosa mejor que tirarme por la tirolina con el huevo. O
sea, con Wiste. De repente, siento como si algo se saliese de mi bolsillo y pien-
so: “¡¡Ah, el huevo!! Y, rápidamente, me bajé de la tirolina y me tiré y lo cogí
a tiempo.
MIÉRCOLES
Ese día no quería ni que mi hermano se acercara a Wiste ni
quería salir
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SOY RESPONSABLE
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a la calle. Eran las diez de la noche y mi huevo seguía vivo. La verdad
que el miércoles no me pasó nada con el huevo. Bueno, sí, me estaba duchando
y mi hermano lo cogió, pero le dije que lo dejara y lo dejó a la primera.
JUEVES
La verdad que ese día no salí prácticamente de mi habitación, pero a las
cinco o así mi hermano entró y yo escondí el huevo en la ventana. Y, como mi
hermano no lo vio, se fue y cuando me di la vuelta para coger el huevo, lo vi
rodando hacia el suelo y rápidamente me lancé a la ventana para cogerlo y sí,
lo cogí, pero en ese preciso momento, entró mi madre y me voy mirando por la
ventana y me riñó, por si me caía.
VIERNES
El viernes fui al campo, así que cuidé más el huevo. Y, cuando me bajé
del coche, mis perros se me tiraron encima y el huevo salió rodando para el
bosque. Al instante me levanté y fui a por él y no lo encontraba por ninguna
parte y, de repente, me doy la vuelta y veo a mi hermano con mi huevo. Rápi-
damente se lo quité y salvé el huevo.
SÁBADO
Me levanté y me pegué un buen susto. Mi madre estaba limpiando mi
huevo y me he quedado flipando. Después he desayunado, he comido y he ce-
nado. Por la noche, después de cenar en el sofá, estaba viendo una peli y, de
repente, me acuerdo de Wiste y me alteré un montón y empecé a buscarlo co-
mo loca y, al final, lo encontré en el baño.
DOMINGO
Hoy estaba super feliz, porque solo tenía que tener el huevo 24 horas y ya po-
dría tener mi perro. Todo iba bien. Eran las 6.30 y fui un ratito al parque. Y,
entonces, yo estaba en el banco con mi huevo y veo que un niño le estaba pe-
gando a mi hermano y no podía llamar a nadie, porque estaba sola en el par-
que con mi hermano y miré mi huevo, miré al niño que le estaba pegando a mi
hermano y, sin pensármelo dos veces, me acerqué por detrás
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del niño y ¡¡clash!! se lo estampé en la cara y, rápidamente, salí corrien-
do para mi casa sin que el niño se diera cuenta. Cuando llegué a casa mi ma-
dre me dijo: - ¿y tu huevo? - y le respondí, triste: -se lo he tirado a un niño que
le estaba pegando a Julio y, cuando se lo he tirado, hemos salido corriendo. Sé
que no voy a tener un perrito, pero he salvado a mi hermano- y mi madre dijo:
-sí que vas a tener un perro, porque has salvado a tu hermano y seguro que
harías lo mismo por tu perrito- yo, sorprendida, dije: - gracias, mamá, te quie-
ro-
Y así conseguí mi perro.
M. S. B
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Érase una vez, en la Tierra, un día muy feliz, bueno entre “comillas” y
porqué os digo eso, pues porque después de ese día la Tierra no volve-
ría a ser la misma. La Tierra perdería a muchos guerreros. La Tie-
rra…podría acabar. China en enero confirmó que se había descubierto
un virus mortal, el Coronavirus.
En enero, también se confirmó el primer caso de Coronavirus en Espa-
ña, en La Gomera (Canarias). Ese día, nacieron unos héroes llamados…
Jordi. Siempre con el desinfectante en sus manos y listo para desintec-
tarlo todo. Laura: una guerrera lista para vencer a un virus en un mi-
nuto. Manuel: en enero logró descubrir un líquido capaz de hacer que
el virus durara vivo 1 hora. Los héroes avisaron a todo el mundo, pero
había un problema, no había material suficiente como para todo el
mundo. Mientras, con el material que tenían desinfectaban un par de
países como España, Francia, Alemania…. Todo el mundo se enteró de
esa mini cura y les dijeron si podían ayudar al mundo y es lo que hi-
cieron.
Mientras iban en avión a China, Laura dijo:
¿Os parece bien si nos llamamos la “Dimensión CR”?
¡Perfecto! –Dijeron todos a la vez.
¡A salvar el mundo!
En febrero cuando llegaron a China, se dieron cuenta de que China era
el país más afectado por el virus. Los héroes mientas peleaban contra
el virus se dieron cuenta de que cuando desaparecía echaba humo.
Laura le dijo a Jordi:
Piratea la red informática de China.
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LOS COMBATIENTES DE LA PANDEMIA
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Y así lo hizo. En ese día no hubo Internet, ¡pero tampoco virus! Descu-
brieron que alguien había saboteado un laboratorio y creó un virus in-
formático solo que vivo. Jordi pirateó las redes informáticas de todo el
mundo y el virus desapareció.
Después de la desaparición del virus, el presidente de China se entregó.
Dijo que lo hizo porque quería dejar de ser presidente porque estaba so-
lo en la vida y pensaría que si iba a la cárcel estaría con sus compañe-
ros de celda. La dirección dijo:
¿Seguro que es lo que quieres?
Sí. –Contestó el presidente.
Al final la decisión pudo salvar el mundo y el presidente no volvería a
estar solo.
T. V. F
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Había una vez un bichito con aspecto muy extra-
ño, era de color verde, tenía muchas patitas y ca-
ra de malo, parecía un moco.
Un día llegó sin avisar a mi país, corriendo de un lugar para
otro, y era tan veloz que en poco tiempo llegó a mi pueblo en-
fermando a muchas personas.
Los médicos con sus trajes de batallas (guantes, gafas, mas-
carillas…) lucharon mucho contra él, para curar a los que
estaban enfermos.
Mis amigos y yo vencimos a este bichito quedándonos en ca-
sa durante mucho tiempo.
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UN BICHITO EXTRAÑO
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Al final, este bichito aburrido al
no encontrar a nadie se derritió y
desapareció de nuestras vidas.
D. S. R
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Había una vez un bosque donde vivían muchos animales especia-
les. Pero había uno que era diferente a los demás, se llamaba Mío.
Mío era un dragón mágico que cuidaba de todos los animales del
bosque. Era tan mágico que en vez de arrojar fuego, echaba golosinas.
Pero no era un dragón cualquiera, ¡tenía una laaaaarga cola de plu-
mas rojas! El dragón tenía unos ojos muy grandes, hipnotizantes y da-
ba mucho miedo.
Los niños y niñas del poblado más cercano se acercaron al bos-
que, para decirle al dragón que les ayude con un amigo suyo que es un
unicornio.
Mío, asombrado de ver al unicornio, le dijo a los niños: - ¿Qué ani-
mal es? No lo conozco. Y el dragón se preguntaba: ¿El unicornio será
bueno o malo?
Yo soy un unicornio, me llamo Arcoíris, y soy el amigo de todos
los niños de este poblado.
Los niños del poblado jugaban muy a menudo con el unicornio y
se divertían mucho, porque el unicornio era muy bueno con los niños.
Entonces, el dragón, desplegó su enorme cola roja y envolvió al
unicornio. Pero vino un elefante y le dio con su trompa al dragón, pen-
sando que el dragón le estaba haciendo daño al unicornio. Pero no era
así, Mío, quería abrazar a su nuevo amigo, al que veía tan especial y
diferente como él.
Y le dijo: ¡Ay, mi buen amigo! Aunque no seas como yo, te querré
mucho y siempre serás mi amigo.
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UN CUENTO ESPECIAL
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Pero no sé por qué extraña razón, las plumas del dragón se iban
cayendo lentamente. La razón era la llegada de la primavera y, como
cada año, Mío lo notaba en su cuerpo.
Entonces, el unicornio, le devolvió las plumas al dragón. Pero el
dragón le dijo que las plumas ya no eran suyas, que a él le saldrían
unas nuevas. Pero el unicornio, con cara de asombrado, le dijo: ¿Qué ha-
remos entonces con estas plumas? Y le contestó el dragón: se las regala-
remos a los niños del bosque.
En el bosque había miles de plumas de colores, como los colores
que tiene el arcoíris. Los niños del bosque cogieron las plumas y…
¡SORPRESA! Las plumas se convirtieron en golosinas. Lo que los niños
no sabían era que las plumas de colores pertenecían al unicornio y que
era un magnífico pastelero.
Cada niño del poblado, cogió un puñadito de golosinas y el unicor-
nio le dio una clase de repostería.
Y el unicornio, como se encariñó tantísimo con los niños, decidió
regalarles un libro de recetas mágicas.
ALUMNOS/AS 2º PRIMARIA
C.E.I.P VIRGEN DEL ROSARIO
MINAS DE RIOTINTO
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Todo estaba bien, hasta que un pequeño y molesto vi-
rus nos atacó.
Él vivía feliz y, disfrutaba de su pequeña princesa,
hasta que un día comenzó a sentirse mal, tan mal
que tuvo que ir al hospital.
En aquel momento, nunca pensé que no te volvería-
mos a ver como cada mediodía cuando llegaba del co-
le.
Todos dicen que fuiste fuerte y valiente, porque lu-
chaste sin descanso, pero a pesar de los cuidados y
esfuerzos de esa gente maravillosa, ese maldito bi-
cho se resistió a irse.
Ahora todos te recordaremos por ser ese gran va-
liente que subió al cielo con unas alas enormes para
cuidarnos a todos.
TE QUERREMOS SIEMPRE
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UN VALIENTE QUE SE CONVIRTIO
EN ANGEL
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D. E
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Había una vez, dos hermanas que se llevaban fatal. Una de
las hermanas se llamaba Sonia. Tenía 14 años, el pelo casta-
ño y liso y los ojos marrones color miel. La otra hermana se
llamaba Ezi, tenía 12 años, el pelo castaño y rizado, y los
ojos también color miel.
Un día igual que otro, ¡CERRARON LOS COLES E INSTIS! So-
nia y Ezi se quedaron traumatizadas al saber que iban a es-
tar hasta el 10 de mayo ¡TODO EL RATO JUNTAS! Lo malo es
que ya habían perdido la relación de hermanas. Ya no pasa-
ban el día jugando.
Un día Sonia pensó que si invitaba a Ezi a ver una peli con
ella iban a recuperar su relación:
Ezi, ¿te apetece ver una película? –Dijo Sonia
¡Sií! ¡Me encantaría! –Respondió Ezi.
Vale, iremos a mi cuarto y elegiremos peli. –Dijo Sonia
¡Ok! –Respondió Ezi
Después de ver la película TODO cambió. ¡YA SE LLEVABAN
BIEN! Pasaban todo el día juntas, sin pelearse y disfrutaran
la una de la otra.
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LA CUARENTENA
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E. B. C
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Un día, Jake, un niño normal que iba al instituto del Colorado, se iba
de excursión con su clase, como no, al cañón del Colorado.
Mientras iban en autobús, todo parecía normal, su mejor amigo Jerry
leía un cómic sobre superhéroes, Rick se comía chuches mientras la
profe no miraba, y Jake estaba jugando a verdad o consecuencia con
otro amigo suyo que se llamaba Nick.
Fue un largo trayecto ya que el cañón del colorado estaba lejos, y,
cuando llegaron, se quedaron impresionados con su belleza.
Jake, que estaba un poco distraído, se alejó un poco del grupo porque
se quedó mirando una pared un poco rara. Se apoyó un poco y... ¡PUM!
De repente,la pared dio media vuelta y Jake se cayó por unas escale-
ras que estaban detrás de la pared.
Cuando se levantó, no veía nada, ya que estaba oscuro, pero, de pronto
una fila de antorchas se encendió por un pasillo que parecía intermi-
nable.
Jake, estuvo andando por el pasillo casi media hora hasta que...
¡La Madre del Cordero! ¡El hueco por donde iba Jake se había echo mu-
cho más grande y había descubierto un laberinto gigante iluminado
por antorchas por todos lados!
Era increíble, incluso parecía que había... ¡Sí!
¡Un mapa!
Ponía exactamente por donde tenía que ir para que no se per-
diese, pero había una cosa extraña al final del mapa...
parecía, ¿una persona?
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EL LABERINTO SECRETO
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Jake pensaba que era una mancha de barro o algo parecido, pero pronto
descubriría que no.
Jake fue por donde le indicaba el mapa, de vez en cuando miraba de
reojo por si acaso. Una vez que miraba, pareció ver una sombra vigilán-
dole, pero ahí no había nada.
Jake, siguió su camino un poco más asustado que antes, pero impresio-
nado con la cantidad de túneles y pasadizos subterráneos que nadie sa-
bía que existían.
Después de varias horas por los túneles, Jake vio una pequeña rendija
de luz. ¡Era el final del laberinto! Jake salió corriendo hacía allí pero
cuando estaba apunto de salir, algo le empujó por detrás y Jake se cayó
de bruces. Lo que vio no se lo podía creer. ¡Una ninja como en la de las
pelis! ¡Impresionante! Jake se quedó perplejo mirándola con su kimono
negrísimo y su cinturón aún más negro. La ninja le dijo que era la guar-
diana del Laberinto Secreto y su función aquí era que nadie lo descu-
briera para que este lugar sagrado siguiera en paz y tranquilidad y no
se llenara de turistas y periodistas. Jake juró que si le dejaba salir de
allí no se lo contaría a nadie, y la ninja le dejó ir con una condición, que
le diera un aparatito con vida propia que se llamaba TELÉFONO.
Jake accedió a duras penas y no se lo contó a nadie, y así es como Jake
se quedó con una aventura inolvidable y un lugar sagrado que seguiría
siendo sagrado. ¿O no?
P. N
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Había una vez un leñador pobre, muy, muy pobre. Que vivía en las afueras de Novelda.
Cada mañana, sobre las seis y media de la mañana, el leñador iba al bosque a buscar leña, para venderla, y así poder sacar adelante a su familia. Un día como cualquier otro, el leñador encontró un árbol grande, y viejo como ningún otro. Sin apenas pensarlo, comenzó a dar-le hachazos. Hasta que, una vez, el golpe sonó hueco. Y el hacha, le sal-tó de las manos, y fue a colarse por la grieta abierta del tronco. Justo después, se oyó un grito terrible:
- ¡Aghhhh!- (voz de hombre)
Y un fuerte gruñido, que hizo temblar hasta el suelo.
De repente, se abrió el agujero y se asomó un gigante gritando furioso:
- ¿¡Quién es el osado que rompe mi casa, me despierta de mis sueños y me corta con un hacha!?
- Emmm, emmm, he sido yo señor, fue sin querer, no me haga daño, que solo soy un simple y pobre hombre, y tengo una esposa y tres hijas a las que mantener.-
Suplicó el hombre, realmente arrepentido.
- Pues si quieres recuperar el hacha, dile a tu hija mayor que venga a buscarla- contestó el gigante.
El leñador, volvió a casa, no pensaba contar nada, porque él creía que eso debían ser alucinaciones, ya que no había dormido mucho esa no-che. Pero todo se veía demasiado real.
A la mañana siguiente, el leñador se levantó a la misma hora de siem-pre para ir a buscar leña, cuando fue a buscar su hacha, se dio cuenta de que no estaba por ninguna parte. En ese momento, supo
que lo que él pensaba que eran alucinaciones, era nada más y nada menos que, una realidad.
Asustado, despertó a su familia para contarles su situación. La hija mayor, intrigada, no dudó en aceptarlo. El padre la advirtió del peli-gro que podría correr. Pero a ella no le importó. Como no tenían dinero
para comprar comida, menos iban a tener para comprar algo que "fácilmente" podían conseguir.
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EL CUARTO PROHIBIDO
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Entonces la hija mayor le pidió a su padre que la llevara junto al gigan-te.
Enseguida, llegaron al pie del viejo árbol.
El gigante los oyó hablar de su árbol y salió por el agujero, e invitó a la
joven a entrar.
-Si haces lo que te ordene, serás dueña de TODO lo que tengo. A tu pa-dre, en pago por su hacha, le daré una moneda de oro.
-¡Estupendo!, no se hable más.- dispuso ella.
Y muy contenta pasó por el agujero escuro del árbol y empezó a echar-le un vistazo a la "casa", muerta de curiosidad.
-Yo tengo que irme- dijo el gigante.
-Vete a la cocina, tienes la comida encima de la mesa. Cómetela antes de que se corrompa.- Añadió
- ¡Cómo!, ¡Que se corrompa!, ¿¡Madre mía, en que lío me he metido!?- di-jo la joven, despavorida.
- ¿Qué?, ¿dijiste algo?- preguntó el gigante.
-¿yo?, no, que va- contestó la joven.
- Bueno, ¡COMETELA YA!, ¿Acaso quieres que me enfade?- dijo el gigan-te, con mala cara.
Y el gigante se marchó.
Cuando ella estuvo segura de que estaba sola, se acercó al plato, quitó el cloche, y…
-¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhh!, ¡Una oreja!, ¡¿Cómo me voy a comer una
oreja cruda y peluda?! Ughhhh. NI AuNQUE ME PAGUEN.-
Entonces, llena de asco, cogió la oreja con la punta de los dedos y la tiró
al granero. Un tiempo más tarde, llegó el gigante y al ver el plato le di-
jo...
-Qué, ¿te has comido la comida?-
-Sí, claro, por supuesto, evidentemente, obvio.- contestó ella muy ner-
viosa y con una sonrisa falsa.
-Ahhh, y por lo que veo, sin cubiertos, ni nada, ¿no?- preguntó el gigan-
te, sospechando.
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-No... O sea, sí, solo que los he fregado.- dijo la joven con una gota de su-dor corriendo por su frente.
-Y el plato ¿no? Bueno, no importa, el caso es que te la has comido.- dijo el gigante.
-Sí, me la comí.- contestó la joven.
- Orejitaaaaaaaaaaaaa, ¿dónde estaaaaaaás? gritó el gigante, esperan-do una respuesta.
-¡Aquí mi amo, en el granero!
Entonces el gigante agarró a la joven por los pelos y la gritó:
-¡MENTIROSA! ¡Me las vas a pagar por tramposa!-
La llevó a rastras por un largo y oscuro pasillo, la llevó al cuarto del fondo, cogió el hacha y... ¡PAM!, le cortó la cabeza.
Unos días más tarde el leñador decidió ir donde estaba el viejo árbol con la hija mediana, para ver como andaban las cosas.
- Pueeees, bueno, no le va tan mal- gritó el gigante.
- ¿Tan mal?, ¿qué le pasa a mi hija?- preguntó el leñador preocupado.
- Pues que está muy aburrida, si dejas a su hermana para hacerle com-pañía te daré otra moneda de oro- propuso.
Ante la insistencia de la hija, el leñador le permitió dejarla allí.
Así que la muchacha entró en el árbol, el gigante, tratando de que no se quiera ir susurró:
-Tu hermana está durmiendo, pero no pasa nada, si haces lo que te or-dene, serás dueña de TODO lo que tengo. Ve a la cocina, tienes la comi-da sobre la mesa, cómetela antes de que se enfríe.-
Y se fue.
La muchacha se acercó al plato y cuando quitó el corché...
-¿¡Una oreja!?, ¿¡Cómo voy a comerme una oreja cruda, peluda y llena de paja!?
Así que, sin pensarlo mucho, cogió la oreja y la tiró al pozo.
Al poco tiempo, el gigante llegó y le preguntó...
-¿Has comido bien?
- Sí señor- contestó la muchacha
-Veamos... Orejitaaaaaaaaaa, ¿dónde estaaaaaaás?-
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-Aquí mi amo, ¡Bañándome en el pozo!
- ¡Otra que me quería engañar! Pues también me las vas a pagar-
La agarró de los pelos, y la llevó arrastrándola por el suelo hasta el cuarto del fondo. Cogió el hacha y... ¡PAM!, la degolló.
Volvieron a pasar unos días y el leñador, acudió al viejo árbol con la tercera hija, que estaba aprendiendo a coser y siempre llevaba una aguja de plata prendida en si vestido.
-Las muchachas, echan de menos a la pequeña, y aquí hay mucho que hacer y coser, si se queda, te daré otra moneda de oro. Y no tendrás que trabajar más.- le insistió el gigante al leñador.
La hija le suplicó al leñador quedarse con el gigante para así, por fin, poder ver a sus hermanas. El leñador aceptó y se fue completamente solo a casa.
Nada más entrar, la pequeña, miró por todas partes para ver si veía a sus hermanas. No las vio, y, extrañada, disimuló, para que el gigante no desconfiase de ella.
-Si haces lo que te ordene, serás dueña de TODO lo que tengo. Ve a la co-cina, tienes la comida sobre la mesa, cómetela antes de que se enfríe, yo me tengo que ir, pero volveré pronto.- dijo el gigante.
Cuando la pequeña estuvo segura de que estaba sola, se dirigió al pla-to, quitó el corche y...
-¡Ahhhhh!- gritó HORRORIZADA.
-¡¿Una oreja, cómo voy a comerme una oreja, cruda, peluda, mojada y llena de paja?! Aunque, bueno, ¿quién va a saber si me la he comido?- se dijo a sí misma.
Entonces, cogió la oreja, y se la escondió debajo del vestido.
Poco tiempo después, llegó el gigante y preguntó:
-¡¿Has comido bien?!-
-Perfectamente, señor.- contestó la pequeña.
- Veamos... Orejitaaaaaaaa, ¿dónde estaaaaaás?-
Aquí mi amo, muy calentita en esta barriguita.
-¡Pues de ahí no te vas a mover, porque es la barriguita de mi mujer!- Exclamó el gigante muy contento
Confiado, le entregó las llaves de la casa a la pequeña y le dio un peda-zo de tela, para hacer unas sábanas nuevas.
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-Tengo que irme, acaba de coser las sábanas, que quiero estrenarlas pronto. Después haz lo que quieras pero, NO ABRAS EL CUARTO DEL FONDO, ESTÁ COMPLETAMENTE PROHIBIDO.-
La pequeña, cada vez más preocupada por las hermanas, fue directa al cuarto prohibido. Al abrir la puerta se llevó tremendo susto que se le cayeron las llaves, y una de ellas se manchó de sangre. Enseguida, oyó los pasos del gigante: pum, pum, pum. Que regresaba, cerró la puerta, y fue corriendo a lavar la llave. Por más y más que frotaba esa mancha no se iba, entonces, cogió la aguja y se la clavó en un dedo.
En cuanto entró el gigante preguntó:
-¿Has acabado ya de coser?-
-Casi señor-
-¡Dame las llaves!- exigió el gigante
-¿Y esta mancha de sangre?
-Me he pinchado al coser, ¿te importaría buscarme un dedal?
-No, ahora mismo te lo traigo. A ver si acabas las sábanas de una vez-
En cuanto el gigante se marchó, la pequeña fue corriendo al cuarto prohibido. Sobre una mesa, estaban las dos cabezas cortadas, un jarrón de agua, y un tarro con una poción.
La pequeña, abrió el tarro con curiosidad, abrió el tarro y metió el de-do. Nada más meter el dedo, pudo ver y notar como la herida que se ha-bía hecho al pincharse, se cerraba.
Seguidamente, unió las cabezas con los cuerpos, las cosió y puso algu-nas gotas de la pócima sobre sus cuellos. Después, las lavó con el agua de la jarra y contempló como sus hermanas volvían a la vida.
Las tres salieron deprisa, con el hacha, la pócima y unas cuantas mo-nedas de oro más.
Una vez fuera, se escondieron detrás del tronco. La pequeña sacó la oreja de su vestido y la arrojó dentro del agujero. Luego, untaron el tronco con lo que quedaba de la pócima y observaron maravilladas, co-mo esa grieta se cerraba.
Las tres hermanas volvieron felices a su casa y el leñador JAMÁS vol-vió a cortar leña a ese bosque.
C. V. M
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Cuenta la leyenda que en un mundo de chuche, había una niña perdi-
da. Esa niña perdida se llamaba Dulce, tenía 7 años y era de poca altu-
ra. También tenía pecas a los extremos de la nariz, el pelo lo llevaba
por la altura del cuello, pero en una coleta muy ondulada.
Dulce vivía en un extremo de un vertedero, completamente lleno de
las sobras que tiraba la gente de sus chuches. Ella cuando estaba ham-
brienta no le quedaba otra opción que comerse las sobras de las chu-
ches. Un día, caminaba por el vertedero y a lo lejos vio un gigante pero
de pequeña estatura. Dulce se acercó a él y le dijo:
- ¿Por qué estás aquí?-.
- Porque nadie quiere estar conmigo– contestó el gigante.
Dulce muy triste le dijo:
- ¿Quieres que vayamos al pueblo de Chuchelandia a dar un paseo?
El gigante muy rápido cambió la cara, pasó de estar triste a estar con-
tento y sorprendido, contestó:
- Sí, sí, muchas gracias. Y una pregunta ¿cómo te llamas?-.
Dulce le dijo:
- Me llamo Dulce.
Al terminar la conversación se fueron muy contentos a caminar al
pueblo. De camino, se encontraron una bruja. Esa bruja tenía el pelo de
color verde, un vestido largo de color negro y una verruga en la nariz.
La bruja les ofreció una chuche envenenada pero ellos no lo sa-
bían, entonces decidieron comérsela.
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EL MUNDO DE CHUCHELANDIA
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Al cabo de una hora, empezaron a engordar mucho, ¡casi que iban a ex-
plotar! A la bruja se le cayó un diploma con un mapa del tesoro que de-
cía dónde estaba el antídoto secreto para curarse.
Ellos rápidamente lo cogieron y se fueran a encontrarlo. Cada vez les
quedaba menos tiempo y seguían buscando. La cruz del tesoro decía
que estaba en el vertedero dónde vivíá Dulce. Entonces fueron rápida-
mente al vertedero. La bruja se encontraba allí y justo cuando Dulce y
el gigante llegaron la vieron y le preguntaron:
- ¿Qué haces aquí?-.
- ¿Yoooo? Nada, ¿por qué?- contestó la bruja.
- Porque nos hemos encontrado este mapa del tesoro– dijeron los niños.
Ellos siguienron buscándolo. Al final decidieron cavar un túnel hasta
que lo encontraron. Solo había un antídoto así que tenían que compar-
tirlo. La bruja se fue volando con su escoba y los dos amigos vivieron
juntos para siempre.
L. P. G
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En un tiempo muy lejano, en Egipto, vivía un rey llamado Éric. Este
rey era diferente a los demás reyes porque no le gustaba mandar. Era
amable, simpático, respetuoso… Tenía una barba larga y pelirroja
igual que su pelo, era de estatura media y llevaba unos kilos de más.
Vivía con su pequeño ayudante llamado Pedro, era un gnomo. Este
gnomo era muy arisco. No le gustaba la amabilidad y todo lo que veía
con sus ojos lo tenía que tener él.
El rey iba todos los días a una pirámide. En aquella pirámide no entra-
ba nadie, solamente el rey y sus soldados, porque dentro se guardaban
todas las joyas de todos los vecinos del reino. Un día, Pedro el gnomo le
dijo que si podía ir él a dejar las joyas y el rey confiando en el gnomo
le dijo que sí. Claro que el rey le tenía que decir todas las contraseñas
de los cinco puertas que tenía la pirámide para poder llegar a las jo-
yas. Aquellas joyas estaban muy protegidas y a buen recaudo. Al día
siguiente, el gnomo se dirigió hacia la pirámide con las contraseñas
memorizadas. Cuando llegó allí dijo la primera clave, era correcta.
Continuó su camino y allí estaba la segunda puerta, dijo la clave, tam-
bién estaba bien y así hasta llegar a la última puerta. Dijo la clave y
era correcta. Cuando entró, empezó a coger todas las joyas y salió es-
condido hasta la última puerta y empezó a correr despavorido fuera
de la pirámide. Pero eso no era todo porque en medio del camino esta-
ba el rey y los vecinos viendo como Pedro el gnomo se llevaba todas las
joyas.
Pedro el gnomo pidió mil disculpas. El rey y los vecinos aceptaron sus
disculpas, pero con una condición: que no volviera a robar lo que no
era suyo.
CUENTO CONTADO, CUENTO ACABADO. R
EL CAMINO HACIA LA PIRAMIDE
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R C. P. A
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R T
T
Había una vez una niña que vivía en un barrio con sus padres,
ella era feliz y no necesitaba nada más. Aquella chica se llama-
ba Esmeralda y era una niña como las demás.
Ella con solo una piedra se divertía y se lo pasaba bien. Al cabo
del tiempo, Esmeralda fue creciendo, hasta que cumplió los 18
y sus padres le dijeron que debería entrar a la universidad.
Ella aceptó y al día siguiente fue a matricularse en la universi-
dad. Esmeralda estaba estudiando para ser niñera y un día
cualquiera de clases allí, llevaron a muchos niños para que hi-
cieran unas cuantas pruebas. Ese mismo día suspendieron a va-
rios estudiantes por haberlo hecho fatal ya que no sabían cam-
biar pañales y muchas cosas más. Uno de los estudiantes que
suspendió fue Esmeralda porque no tenía habilidades para ese
trabajo. Pero ella no se rindió e hizo otra carrera pero no dió re-
sultado, porque otra vez la suspendieron. Después de que Esme-
ralda se diera cuenta de que ella no servía para eso y que segu-
ro servía para algo le pidió a sus padres una tienda de ropa. De-
cía que estaba segura de que eso le haría feliz. Sus padres se lo
pensaron y por todo el esfuerzo que había dedicado su hija en
las carreras aceptaron y compraron la tienda.
Al final todo salió bien y Esmeralda se pasó toda su vida dedi-
cada a la tienda y a los hijos que después tendría.
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UNA NIÑA LUCHADORA
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A. E
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T
Había una vez una niña que se llamaba Luna.
Todos los días sus padres le regalaban regalos, pe-
ro ¿y esos envoltorios, adonde iban? ¡A la sierra!.
Contaminaban tanto que los animales se atragan-
taban, se quedaban sin aire, y algunos hasta se
morían. Luna también contaba con una hermana
adoptada que, al contrario que ella los tiraba ca-
da uno a su contenedor, incluso a veces hacía ma-
nualidades. Hasta que un día los animales de la
sierra le dijeron a su hermana que le dijera a Lu-
na lo importante que era cuidar la naturaleza.
Le dijo a Luna - Luna me han dicho los animales
que están perdiendo cada vez más animales
porque se van a otros sitios, tienen miedo de no-
sotros, y digo yo que si haces manualidades y
si pones cada cosa en su correspondiente lugar,
el mundo se sintirá orgulloso.
Luna aceptó, y dentro de unos meses la sierra es-
taba límpia y había más animales.
- Si quieres que ésto no pase haz como en el
cuento -
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UNA NIÑA LUCHADORA
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R A. G. L
