Los “nuevos” campos de intervención

20
Los “nuevos” campos de intervención Los nuevos campos de nten’enc,on’ son temas de interes general en los que trabajan desde hace años los trabajadores sociales. El medio ambiente, la vivienda y el empleo. A reas importantes y por tanto problemáticas que ante la crisis actual se agudizan, afec- tando a un número significativo de ciudadanos. El artículo hace una reflexión sobre la dimensión ecológica del trabajo social, adecuándo- la al momento actual, aportando nuevas líneas de actuación en los sistemas de organiza- ción de los servicios sociales. Tomás FERNÁNDEZ Aurelio LASCORZ L a denominación “nuevos” cam- pos de intervención no significa que hayamos detectado un nue- yo problema social —una nueva pan- demia, parecida o peor que el SIDA, por ejemplo—, pues tal y como están los tiempos, seguro que por el hecho de haber encontrado algo nuevo, aun- que sea un problema, podríamos ob- tener pingúes beneficios. Se trata simplemente de retamar una serie de temas de interés gene- ral, en los que ya trabajan desde hace años algunos trabajadores sociales, como son los Servicios Sociales o las Organizaciones No Gubernamentales. Pero ante las crisis y los cambios so- ciales que se están produciendo en la última década, deberíamos realizar un replanteamiento en las lineas de inter- vención, en las instituciones sociales. Los “nuevos” campos de inter- vención, que desarrollaremos serán: El medio ambiente, la vivienda, y el empleo. Dicho así, está claro que la pro- puesta de fondo no es novedosa; todo lo contrario, son los temas de siempre, y por eso mismo, con toda probabili- dad, problemas importantes que afec- tan a muchas personas. ¿Dónde radica pues la novedad? En la medida que son los problemas (junto con el consumo y tráfico de dro- gas y la seguridad ciudadana) que más preocupan a la sociedad, Los Servicios Sociales y el Trabajo Social, de forma global, deben reafirmar la importancia del papel que pueden desarrollar en esos ámbitos. Quedarse anclado en los com- partimientos estanco creados por las administraciones públicas, gestionan- do ayudas a domicilio, salarios socia- les o pensiones varias, y delegando en “otros sistemas” algunos de los Cuadernos de Trabajo Social ne 7(1994> Págs. 53 a 72 Ed. Universidad Complutense. Madrid 1994 53

Transcript of Los “nuevos” campos de intervención

Page 1: Los “nuevos” campos de intervención

Los “nuevos” campos de intervenciónLos nuevos campos de nten’enc,on’ son temas de interes general en los que trabajan

desde hace años los trabajadores sociales. El medio ambiente, la vivienda y el empleo.A reas importantes y por tanto problemáticas que ante la crisis actual se agudizan, afec-tando a un número significativo de ciudadanos.El artículo hace una reflexión sobre la dimensión ecológica del trabajo social, adecuándo-la al momento actual, aportando nuevas líneas de actuación en los sistemas de organiza-ción de los servicios sociales.

Tomás FERNÁNDEZAurelio LASCORZ

L a denominación “nuevos” cam-pos de intervención no significaque hayamos detectado un nue-

yo problema social —una nueva pan-demia, parecida o peor que el SIDA,por ejemplo—, pues tal y como estánlos tiempos, seguro que por el hechode haber encontrado algo nuevo, aun-que sea un problema, podríamos ob-tener pingúes beneficios.

Se trata simplemente de retamaruna serie de temas de interés gene-ral, en los que ya trabajan desde haceaños algunos trabajadores sociales,como son los Servicios Sociales o lasOrganizaciones No Gubernamentales.Pero ante las crisis y los cambios so-ciales que se están produciendo en laúltima década, deberíamos realizar unreplanteamiento en las lineas de inter-vención, en las instituciones sociales.

Los “nuevos” campos de inter-vención, que desarrollaremos serán:

El medio ambiente, la vivienda, y elempleo.

Dicho así, está claro que la pro-puesta de fondo no es novedosa; todolo contrario, son los temas de siempre,y por eso mismo, con toda probabili-dad, problemas importantes que afec-tan a muchas personas.

¿Dónde radica pues la novedad?En la medida que son los problemas(junto con el consumo y tráfico de dro-gas y la seguridad ciudadana) quemás preocupan a la sociedad, LosServicios Sociales y el Trabajo Social,de forma global, deben reafirmar laimportancia del papel que puedendesarrollar en esos ámbitos.

Quedarse anclado en los com-partimientos estanco creados por lasadministraciones públicas, gestionan-do ayudas a domicilio, salarios socia-les o pensiones varias, y delegandoen “otros sistemas” algunos de los

Cuadernos de Trabajo Social ne 7(1994> Págs. 53 a 72Ed. Universidad Complutense. Madrid 1994

53

Page 2: Los “nuevos” campos de intervención

Tomás FERNANDEZ y Aurelio LASCQRZ

problemas que más preocupan a lasociedad es una postura tan artificiosacomo cómoda.

Estamos seguros que los méto-dos de trabajo, la experiencia acumu-lada, los sistemas de organización delos servicios sociales y el trabajo so-cial pueden apodar importantes recur-sos en los campos citados, no debien-do conforrnarse con desempeñar enellos un papel que no está siendo nisiquiera secundario, sino subsidiario ymarginal.

El objetivo último es reflexionarsobre la dimensión ecológica del Tra-bajo Social, retomándolo y adecuán-dolo al momento actual,

La Dimensión Ecológicadel Trabajo Social

El término “Ecología” (OEKOLO-GIE) fue creado por ERNST HAEC-KEL, biólogo alemán seguidor de lasteorías de Darwin.

La ecología aplicada al hecho hu-mano se ha desarrollado ampliamenteen los Estados Unidos, sobretodo, apartir de 1925. A RODERICK D.MAC-WtM’IC ¡lOCa’

100<13 OC (C UCUU [a creaciónde una escuela de ecología humanaque el mismo definió como “el estudiode la interdependencia de las institu-ciones y de la agrupación de los hom-bres en el espacio”.

En ese contexto científico y conla influencia de John Dewey, WuhanJames y Mead, entre otros, surge lacompilación básica para la profesiona-lización del Trabajo Social, realizadapor Mary Richmond, la cual señaló ex-plícitamente que mientras “los seres

humanos sigan siendo humanos y sumedio siga siendo el mundo no se po-drá imaginar un estado de cosas en elque ellos mismos y el medio en el queViven dejen de necesitar adaptacionesy readaptaciones partículares”t

M. Richmond relata en “SocialDiagnosis” (1917) una serie de expe-riencias concretas en las que diferen-tes visitadoras de las 005 actúan conpersonas que presentan problemas di-versos, entre los que no dejan de es-tar presentes el de alojamiento o vi-vienda, o el del empleo. El método detrabajo que esas visitadoras utilizansiempre parte de un análisis del entor-no, las potencialidades de la persona,su familia, su historia; pero también lazona en la que viven, con sus caracte-risticas, que podian afectar o benefi-ciar, según el caso, al problema del in-dividuo estudiado.

Es decir, el planteamiento delT.S. en sus inicios parece intentar se-guir en paralelo al concepto de Ecolo-gía que estudia las relaciones existen-tes entre los organismos y el medio enque viven.

La Ecología nos ha hecho vernl ‘o In~ nrflflfllerflflc iarndc ululan ciclo—

dos respecto a su medio ambiente, si-no que viven en él, por lo que su evo-lución está ligada al medio y a la delas demás especies.

Cuando uno estudia detenida-mente la obra de M. Richmond pareceque en ella se ve reflejada la primeraley de la ecología, enunciada porBarry Commoner, algo tan obvio —pe-ro tan generalmente olvidado— comoque “todo está relacionado contoda”2.

Cuadernos de Trabajo SocialCA

Page 3: Los “nuevos” campos de intervención

Los “nuevos” campos de intervención

A menudo, los profesionales delos servicios sociales también olvida-mos esta ley, para tratar a los indivi-duos desde perspectivas excesiva-mente parciales y especializadas.

Pero el tiempo ha ido mermandoesa dimensión ecológica. La exposi-ción del trabajo social a diferentes rea-lidades le ha ido restando esa visiónamplia, pasando por épocas en quese ha hecho énfasis en los aspectospsicológicos, benéfico—asistencialistas(con una gran impronta de “moralina”),o el puro prestacionismo en el que noshallamos inmersos hoy en día.

En la actualidad estamos per-diendo la dimensión ecológica denuestro trabajo, en aras de otra di-mensión, que a pesar de su importan-cia, es más limitada: La protección so-cial.

Todos somos conscientes que lacrisis de los actuales sistemas de pro-tección social y la excesiva especiali-zación de nuestra profesión, puedenestar perjudicando el desarrollo y am-pliación del Trabajo Social.

Estos dos factores se analizan enel resto de este capítulo, y además, sedesarrollan algunas ideas, entorno ala dimensión ecológica, que permitanabrir nuevas vías al trabajo social.

En uno de los últimos documen-tos de trabajo elaborado, pero no pu-blicado, por el Consejo General deColegios Oficiales de Diplomados enTrabajo Social y Asistentes Sociales,Tomasa Báñez Tello (1991) apuntaque “El objetivo genérico del TrabajoSocial es contribuir al desarrollo e in-cremento del bienestar social, la saludy la calidad de vida.

Para ello, se ha considerado co-mo elemento básico de intervenciónprofesional elpotenciar y promocionartanto las capacidades y recursos indi-viduales y colectivos de los propiosusuanos como potenciar así mismoorganizaciones, estructuras sociales yformas de Vida que refuercen el Bie-nestarSocial.

El objeto del Trabajo Social loconstituyen las condiciones socialesque dificultan el desarrollo global de lapersona y de la comunidad”.

Como vemos, objetivo y objetodel Trabajo Social, teóricamente, sonambiciosos y contemplan una dimen-sión ampliamente ecológica; pero, alcontrastarlos con la realidad,, surgencuestiones espinosas, tendencias queno apuntan precisamente hacia el de-sarrollo de esa concepción del trabajosocial:

A. ¿Cómo puede el trabajo socialincrementar y reforzar el bienestar so-cial en un contexto de crisis y retroce-so de los estados nacionales en cuán-to al mantenimiento de los sistemasde protección social? La crisis de lossistemas de protección social ¿no su-pone también la crisis en que seasienta el trabajo social de nuestrosdías?

B. En cuanto al objeto del trabajosocial descrito ¿Cómo puede hacersecompatible el estudio de las condicio-nes sociales que dificultan el desarro-lío global de la persona y la comuni-dad con un Estado de Bienestar So-cial que “ha estado unido a la presen-cia de los especialistas y pro fesiona-les que tratan cada una de las caren-cias desde un apadado administrativoque fragmenta la necesidad’2?

Cuadernos de Trabajo Social 55

Page 4: Los “nuevos” campos de intervención

Tomás FERNANDEZ y Aurelio LASCQRZ

Respecto a las preguntas acumu-ladas en el anterior punto A, ésta esnuestra reflexión.

Que el Estado de Bienestar y elTrabajo Social estén en crisis no signi-fica que, necesariamente, haya quebuscar nuevos modelos de referenciapara la política social. “La construc-chin del Estado de Bienestar siguesiendo un referente válido para la polí-tica social’4. La propuesta de JORo-ca sefundamenta en la construcciónde un sistema mixto en el cual, el Es-tado, el Mercado y el ámbito de losmundos vitales (grupos primarios)sean complementarios. “Cada uno deestos escenarios, en un sistema mix-lo, aporta una función principal quedebería cultivarse como su contribu-ción específica’6.

El Trabajo Social tiene por delan-te la tarea de adaptarse a cada una deesos escenarios, clarificando cual tie-ne que ser su papel y sus aportacio-nes en un sistema mixto.

Para distinguir cual es la funciónprincipal del Estado, el Mercado y losgrupos primarios, así como el papeldel trabajador social dentro de cadauno de ellos, es necesario alcanzar unmayor nivel de concreción en lo quese entiende por “bienestar social”, “ca-lidad de vida”6 y la “salud”7

Debemos esforzarnos por definirestos términos con precisión, de formaque se puedan operativizar en indica-dores, y llegar a un consenso lo másamplio posible.

Fernando Esteve Mora apunta enesa dirección cuando dice que

“El Bienestar de un individuo esfunción de:

a) La cantidad y calidad de losbienes y servicios que con su rentadisponible puede adquirir

b> La cantidad y calidad de losbienes públicos que puede usar, y dela relación que ello guarda con el pre-cio que vía impuestos paga por ello.

c) El tamaño y calidad del medioambiente social que los individuos cre-an en sus interrelaciones, es decir,que el bienestar de un individuo tam-bién depende del volumen y calidadde los “bienes relacionales” (Uhíander,1989) a los que puede acceden

d) La cantidad y calidad del tiem-~O y otros recursos que ha de dedicara las actividades productivas para ob-tener rentas. Es decir, las condicionesen las que se realizan los procesos detrabajo también inftuyen en el bienes-tarde un individuo.

e) La cantidad y calidad del me-dio ambiente natural de uso recreativoalque tiene acceso.

f) La posición que ocupa en aldistribución de la renta.

g) Y, finalmente, el grado de con-fianza o seguridad que un individuotenga en que el bienestar alcanzado almenos no se va a ver amenazado enal futuro. ‘~

Semejante análisis de posiblesfactores que conducen al BienestarSocial es un toque de atención paratodos aquellos profesionales que nosestamos centrando preferentementeen los apartados a) y b>.

En relación con las cuestiones le-vantadas en el anterior punto 6, des-tacamos que siempre hay quien opinaque el trabajo social no puede ocupar-se de todos estos campos porque hayotros profesionales que se ocupan de

56 Cuadernos de Trabajo Social

Page 5: Los “nuevos” campos de intervención

Los “nuevos” campos de intervención

intervenir: el animador sociocultural enel medio ambiente social, el psicólogode empresa en las condiciones en quese realizan los procesos de trabajo,los biólogos y ecólogos en el medioambiente natural, etc. por poner algu-nos ejemplos.

La misma tendencia se puedeobservar en la concepción de los sis-temas públicos, creados en torno a laatribución de competencias: la forma-ción y gestión del trabajo es compe-tencia del INEM, de la salud se ocupael sistema sanitario, ,.. otras necesida-des básicas, como la vivienda o el me-dio ambiente ni siquiera se han con-formado como sistemas públicos, perosiempre hay unos determinados de-partamentos en la Administración quese ocupan de ellos. ¿Qué profesionalde los Servicios Sociales no ha escu-chado a algún compañero, o no ha di-cho él mismo , ante los problemas deun ciudadano o colectivo con el queestá interviniendo: “eso no es compe-tencia de los servicios sociales, es detal sistema

En el origen de nuestra actualcultura occidental capitalista se en-cuentra la Razón cartesiana que primala especialización: “fracciona una cosaen tantas partes como sea posible yabórdalas cada una por separado”;Emilie Durkheim contribuyó a reforzaresa tendencia con su análisis de la“división social del traba¡o”. Especiali-zación y progreso se entienden comotérminos complementarios.

Pero ya hay quien no ve clara es-ta relación; Salvador Giner observa enla división del trabajo “una de las cau-sas principales de la desigualdad so-cia 1’0

Si los diferentes profesionales delos servicios sociales no queremoscontribuir a profundizar en esa desi-gualdad social, debemos aprender ano repartirnos los campos de interven-ción social y las necesidades huma-nas como despojos, cada vez más pe-queños y diferenciados, sobre los queasentar nuestras “competencias” pro-fesionales.

Algo similar a las profesiones su-cede con la organización de las insti-tuciones, sobre todo de las públicas.La especialización se articula a travésde la distribución de competencias.

La Constitución española es laprimera en establecer lá autonomía“competencial”10 de los diferentes en-tes públicos (municipios y provincias,CC.AA., Estado...), y a partir de aquí,todos los departamentos de la admi-nistración se articulan conforme a ladistribución de más competencias,que en la mayoría de los casos, tien-den a ser “exclusivas”.

Esta tendencia es, desde luego,lógica y racional, pues el reparto decompetencias busca una distribucióneficiente de los recursos públicos; sinembargo, la asignatura que cualquierAdministración pública tiene siemprependiente es la de ser eficaz comosistema, es decir, que cumpla con losobjetivos y funciones para los que lacomunidad le ha creado.

Al trabajador social, en la últimadécada, se le ha identificado con elnuevo sistema público de servicios so-ciales, y progresivamente, se le estádesligando de los demás. Este impor-tante sesgo en la concepción de nues-tra profesión se explica por la implica-ción total y positiva del trabajo social

Cuadernos de Trabajo Social 57

Page 6: Los “nuevos” campos de intervención

Tomás FERNANDEZ y Aurelio LASCORZ

en el Nuevo Sistema Público de Servi-cios Sociales: “... los profesionales delos Servicios Sociales Comunitariosdemuestran una gran eficacia en lagestión de recursos individuales 1.] ycolectivos [.1.así como en el desarro-lío de actividades y la promoción delasociacionismo’1t -

Dentro de estos servicios socia-les de nueva creación se han configu-rado diferentes ‘prestaciones básicas”entre las que se encuentra, como pie-dra angular, la de “información y orien-tación”, en la que los trabajadores so-dales están demostrando una grancapacidad para adaptarse a una multi-tud y diversidad de demandas.

Información y orientación “se re-fiere a situaciones personales o gru-pates de falta de autonomía, que nopueden resolverse sólo con la infor-mación puntualde cada uno de los re-cursos o Sistemas Públicos, sino através de estrategias que utilizandouna adecuada pedagogía social, me-diante el trabajo simultáneo con el in-dividuo, las instituciones y el entorno,incrementan su capacidad de adapta-ción mutua y la autonomía de gruposy comunidades, para acceder y usarlos recursos sociales y hacer efectiva,a través de ellos, la igualdad de opor-tunidades a la que tienen derecho’1 2

Pues bien, si el trabajo social hademostrado su eljcacia y validez en laconstrucción y consolidación del siste-ma público de servicios sociales ¿porqué no se incorpora plenamente aotros sistemas? ¿Es que no hay multi-tud de personas que, a falta de una vi-vienda digna, necesitan algo más quemeras informaciones puntuales? Y elproblema de muchos parados ¿no exi-ge estrategias individuales, basadas

en una adecuada pedagogía social,en vez de simples inscripciones y re-gistros de demanda de empleo?

El trabajador social es perfecta-mente útil en cualquier sistema públi-co que pretenda desempeñar una ac-ción social positiva, siempre que seplantee trabajar desde una dimensiónecológica.

Cualquier trabajador social, anteuna demanda, desencadena un proce-so de interacción con el usuario, en elque, aparte de incorporar los recursossociales institucionales útiles ante unanecesidad, también maneja estrate-gias profesionales y personales en elconocimiento de su entorno, aportan-do con todo ello una forma de trabajarque aumenta la calidad del servicio.

Al mismo tiempo, los profesiona-les de las ciencias sociales debere-mos replanteamos la importancia de irexperimentando y configurando la“Ecología humana” como disciplinaque comprende al hombre y su entor-no, integrando las ciencias, las profe-siones y las instituciones de forma glo-balizada.

“No obstante este debate sobrelas necesarias actitudes ecológicas enrelación con el diseño y la práctica delos Servicios Sociales, es una cues-tión abierta y candente, que debemosimpulsar en estos momentos en quese está configurando et contenido delnaciente Sistema Público’1 ~.

¿Puede Existir un TrabajoSocial Medioambien tal?

Está de moda, sirve para venderproductos, es una palabra sagrada eneste último cuarto de siglo, tiene caris-

58 Cuadernos de Trabajo Social

Page 7: Los “nuevos” campos de intervención

Los “nuevos” campos de intervención

ma y, además, todo el mundo sabe deello, todo el mundo opina y quiere res-petar el medioambiente para ser más“ecológico”.

Los políticos lo utilizan para suscampañas electorales; las administra-clones públicas se gastan unos cuán-tos duros en plantas depuradoras deaguas, vertederos controlados, reci-claje de productos... Biólogos, biofísi-cos, ecologistas y ornitólogos se dis-putan su dominio,

Realmente, es un tema en el quetodos tenemos alguna responsabili-dad; pero es necesario conocer quées el medio ambiente, y distinguirlocon claridad de la ecología, o de lasimple admiración por la natura-leza.

En realidad, no es un tema espe-cífico de una profesión o rama científi-ca. Cada uno en su campo puede in-tervenir en el mantenimiento o mejoradel medio ambiente. El trabajo socialpuede aportar fórmulas de conciencia-ción, de educación, de mejoras en lascondiciones de vida en las zonas ur-banizadas, recursos y, sobretodo, unavisión comunitaria de la biocenosis delterritorio en el que trabaja.

Esta concepción del medioam-bieote como responsabilidad de múlti-píes actores sociales es la que apare-ce en el “Tratado de Río”

“Nosotros los abajo firmantes,personas de todas partes del Mundo,comprometidas con la protección de lavida en la Tierra, reconocemos el pa-pel central de la educación en la for-mación de valores y en la acción so-cia 1”.

Grupos involucrados (entreotros): 1. Las organizaclones de losmovimientos sociales ecologistas, de

mujeres, de los jóvenes, indígenas,agricultores, sindicatos, vecinos, gru-pos artísticos y otros. 2. Las ONO ‘scomprometidas con los movimientoslocales de base. II -

Parece ser que los “profesionalesde la acción social” no hemos recogi-do el testigo que nos pasaron, de for-ma testimonial, los firmantes del Tra-tado de Río.

No podemos dar la espalda a laeducación medioambiental y pensarque eso es tarea de los ecologistas, ode los maestros, o de biólogos; sinoque debemos ver en esta nueva disci-plina un instrumento de trabajo para laintegración y participación de indivi-duos y colectivos en los que habitual-mente se centra la intervención delTrabajo Social.

La Conferencia de Tiblisi defineal “medio ambiente” como “el conjuntode relaciones fundamentales que exis-ten entre el mundo natural o bio físicoy el mundo artificial o sociopolítico (elmedio construido o los sistemas socia-les o instituciones creadas para aten-der a las exigencias del hombre)’15.

El Trabajo Social puede hacerconfluir los objetivos de conservacióno recuperación del medioambiente fí-sico con los objetivos, ya tradiciona-les, de fomentar las interrelacioneshumanas, la integración, la inserciónsocial... la construcción de un medio-ambiente social saludable,

¿Cómo puede adaptar el trabaja-dor social las nuevas concepciones einstrumentos surgidos en torno al me-dioambiente a su trabajo habitual?

Básicamente, promoviendo pro-yectos y programas medioambientalesen los que se haga confluir:

Cuadernos de Trabajo Social 59

Page 8: Los “nuevos” campos de intervención

Tomás FERNANDEZ y Aurelio LASCORZ

a) Unos recursos económicoscrecientes (en el ámbito de la UniónEuropea) destinados a este tipo de ac-tuaciones, acompañado de un mayorespacio en las administraciones públi-cas y un aumento y diversificación depuestos de trabajo.

b> La implicación de sectores depoblación susceptibles de inserciónsocio-laboral o de integración a travésde actividades dentro de la amplia ga-ma que ofrecen los temas medioam-bientales, con su capacidad para fo-mentar la educación transdisciplinar(LOaSE), generar puestos de trabajo,o simplemente, dar cabida a actuacio-nes del voluntariado o de ocupacióndel ocio y tiempo libre.

c) La imperiosa necesidad deconservar o restaurar el medioambien-te que nos rodea: limpieza y conserva-ción de espacios abiertos, recogida yreciclaje de residuos sólidos, rehabili-tación de espacios urbanos, periurba-nos, zonas rurales, monumentos per-tenecientes al patrimonio artístico,etc...

Existen en nuestro país diversosprogramas que presentan esta ten-dencia:

a) Escuelas Taller y Casas deOficios, promovidas por el INEM ygestionadas por las administracioneslocales, en las que existen módulos demedio ambiente o de oficios destina-dos a la rehabilitación del patrimoniohistórico, dirigidos a jóvenes que, mu-chas veces provienen del fracaso es-colar con problemas de inserción la-boral.

b) Los Programas da CiudadesSaludables, potenciados por la OficinaEuropea de la OMS en los que se pro-

mueven experiencias que conciben lasalud, el medioambiente y los proble-mas sociales como diferente cosas deuna misma realidad.

c) Los programas de Coopera-ción Internacional que han proliferadoa partir de numerosisimas ONOs y apartir del compromiso retomado en la“Conferencia de Río” para destinar el0,7% de PIB de los paises más desa-rrollados a la cooperación interna-cional.

Los trabajadores sociales debe-mos ser conscientes que la pobrezaes uno de los principales problemasdel medioambiente: la pobreza es unacausa del deterioro ambiental; y, a suvez, la degradación del medio sumeen una progresiva pobreza a sus mo-radores.

A continuación, hacemos un re-paso de la vivienda y el urbanismo,así como del empleo: actividades deprimera necesidad, que tienen una re-percusión enorme en el mediomabien-te, y que influyen en colectivos con losque interviene habitualmente el Traba-jo Social.

La Vivienda

Desde los tsin techo” hasta losjóvenes que no se pueden independi-zar de sus padres, existe un larga ti-pología de personas o familias clasifi-cables según sus expectativas de ac-ceso a una vivienda: “homeless” comofenómeno mundial y en aumento;“okupas” sometidos a medidas repre-sivas y persecutorias por su actividadilícita; chabolistas pendientes de laspolíticas municipales de realojamiento;

60 Cuadernos de Trabajo Social

Page 9: Los “nuevos” campos de intervención

Los “nuevos” campos de intervención

viviendas de protección oficial, con di-fíciles condiciones de acceso para cla-ses bajas; cooperativas de viviendapara clases medias y profesionales,incluidas las iniciativas, con “sorpre-sa”, de los sindicatos (PSV, VITRA);reforma de viviendas en mal estadoen zonas rurales o barrios viejos delas grandes urbes, en donde habitanpersonas mayores en situaciones an-gustiosas de soledad; etc...

La lista podría continuar; pero,¿domina el trabajador social estos te-mas? ¿Podría tener un papel más sig-nificativo?

En las Escuelas Universitarias deTrabajo Social en España, sólo uncentro imparte una asignatura optativadenominada “Geografía urbana y de-mografía”; en cuanto a campos deprácticas relacionados directamentecon la vivienda, sólo tres centros locontemplan16.

Si el número de trabajadores so-ciales que trabajan directamente entemas relacionados con la provisiónde viviendas es prácticamente irrele-vante, se debe a la falta de una autén-tica política social de vivienda, queresponda justa y redistributivamente ala demanda real de la sociedad; lo quehoy se puede asimilar a política socialde vivienda no son más que una seriede directrices económicas y políticasdirigidas a las clases sociales medias(clientelismo político, la vivienda comofactor de crecimiento económico).

Amplitud y Diversidad delProblema Social de la Vivienda

Obviamente todas las personasnecesitamos buscar cobijo y estar a

salvo de los elementos naturales. In-cluso los “transeúntes” por voluntadpropia, necesitan el resguardo de unalberque cuando llegan las trías hela-das de las noches invernales.

Junto a esa necesidad primaria,cuestión de supervivencia, surge otrano menos valorada por el hombre con-temporáneo: el derecho a la intimidad,que en una de sus concreciones cons-titucionales más usuales se refleja enla garantía de disponer de un domicilioprivado.

La vivienda canaliza estas dosmodalidades de necesidad, tan funda-mentales, que hacen que casi todaslas personas se planteen, al menosuna vez en su vida (y en nuestro rna-dio occidental parece poco> problemasderivados de su ausencia o insufi-ciencia.

La Constitución Española de1978 refuerza esta necesidad en suart. 47, y añade el calificativo de vi-vienda digna, pero ¿se conoce, real-mente cual es la déficit de viviendasen España?, ¿Hay estudios serios so-bre las necesidades de vivienda? ¿Enque se basa el Plan Cuatrienal de494.109 viviendas (1992—1995) firma-do entre el M0 de Obras Públicas yTransportes y las Comunidades Autó-nomas? ¿Cómo se va a garantizaruna distribución equitativa y justa delas inversiones que se supone en di-cho Plan? ¿Qué se entiende por vi-vianda digna?

Origen del Problema

La innegable creciente demandade vivienda, lleva implícito dos compo-nentes diferenciados uno de otro y di-

Cuadernos de Trabajo Social 61

Page 10: Los “nuevos” campos de intervención

Tomás FERNANDEZ y Aurelio LASCORZ

fíciles de identificar y analizar por se-parado:• Un componente sociodemográfico:

“aunque la población apenas crece,lo que sí ha ido aumentando en Es-paña [.1 es el número de hogaresy’ lógica y paralelamente, ha dismi-nuido el número de personas porhogat17.

• Un componente económico: “Al ana-lizar las variables que intervienen enel sector vivienda, se puede afirmarque el origen de los problemas ac-tuales de vivienda y suelo ha sido laprogresiva liberación del sector, queha equiparado la vivienda a un obje-to de inversión privilegiada financie-ra y fiscalmente. En definitiva, seentiende la vivienda como valor decambio, y no como valor de uso’~8.

Modalidades de Acceso a laVivienda

El progresivo aumento de la de-manda de vivienda y el encarecimien-te de la oferta están determinados porlas múltiples expectativas que las per-sonas tenemos en el momento de ad-quirir o reformaruna vivienda.

Es diferente el interés de los in-versores —que buscan la obtenciónde beneficios económicos netos a par-tir de la compraventa de suelo edifica-ble y de inmuebles, o del alquiler deviviendas—, del que puedan tener losahorradores —que aprovechan lasventajas fiscales que reporta la com-pra de una segunda vivienda—, o elde tas parejas jóvenes que buscan unpiso para casarse, o áquellos quequieren vivir solos y buscan denoda-

damente una vivienda que garanticesu independencia.

El interés que unos y otros pue-den tener en el momento de buscaruna vivienda depende de la cornbina-ción de una serie de elementos bási-cos: El precio del suelo, la gestión pú-blica y el planeamiento urbanístico, losincentivos fiscales, la financiación dela vivienda (créditos hipotecarios ysubvenciones de interés), los profesio-nales del sector inmobiliario (promoto-res/gestores por un lado; constructo-res y arquitectos/aparejadores, porotro), la vivienda en alquiler, la rehabi-litación de viviendas antiguas y de se-gunda mano, las viviendas de Protec-ción Oficial...

Si a estas variables básicas leañadimos otras variables complemen-tarias, fruto de experiencias integrado-ras, como las nuevas leyes de accesi-bilidad potenciadas por las Conseje-rías de Integración SociallBienestarSocial de diferentes comunidadesautónomas; la potenciación del turis-mo rural dentro de la nuevas tenden-cias de la planificación estratégica lo-cal /comarcal en el medio rural; lasnuevas politicas de alojamiento paratercera edad (acogimiento familiar, pi-sos tutelados, viviendas comparti-das...); la construcción de viviendasde alquiler para estudiantes universita-rios; la existencia de colectivos alter-nativos que fundamentan parte de suideología en la reivindicación de nue-vas formas de acceder y mantener lavivienda, etc.podemos concluir queen las sociedades desarrolladas con-temporáneas, las modalidades de ac-ceso y mantenimiento de la viviendason cada vez más abundantes y líe-

62 Cuadernos de Trabajo Social

Page 11: Los “nuevos” campos de intervención

Los “nuevos” campos de intervención

nas de matices, adaptadas a diferen-tes colectivos y clases sociales, asícomo al ámbito geográfico.

Para las zonas rurales:

• Autoconstrucción -; esta modalidadestá en regresión, aunque permane-ce en algunas Comunidades Autó-nomas como Canarias, Castilla—LaMancha, Andalucía, Extremadura...

• Viviendas para Turismo Rural,Rehabilitación de Casas de Labran-za, etc. Aunque su objetivo principales la de explotar económicamenteel sector turistico; complementaria-mente, se consiguen mejorar lascondiciones de las viviendas de laspersonas que permanecen en lospequeños pueblos.

• Viviendas Tuteladas para terceraedad, de ámbito local, mancomuna-do o comarcal, con prestacionescomplementarias de Ayuda a Domi-cilio, a los que todavía deseen per-manecer en su domicilio.

Para las zonas urbanas:

• La ocupación de viviendas es unfenómeno cada vez más extendido.A pesar de su ilegalidad, en lasgrandes ciudades no se puede sos-layar o evitar en un intento de negarla evidencia.La ocupación es una realidad am-plia y conformada por personas demuy diferentes orígenes y objetivos.Existe una diferenciación básica en-tre ocupantes y “okupas”. Los ocu-pantes se apropian de una viviendaque está vacía porque no ven otrasolución a su situación de exclusión:paro, desahucio, empleo sumergido,precario y mal remunerado, dificul-

tan a muchas familias el acceso auna vivienda digna, aunque sea dealquiler.Los “okupas” son gente joven que,ideológicamente se identifican conmovimientos alternativos que bus-can en la “okupación”una forma devivir distinta, fuera de los circuitoshabituales de producción y consu-mo. Sus actuaciones llevan unafuerte impronta reivindicativa y sumétodo, la autogestión.Otra modalidad controvertida de ac-ceso a la vivienda en las grandesciudades parte de los planes deerradicación del chabolismo y lavivienda precaria, con el consi-guiente problema del realojamientode sus vecinos.A pesar de que se han realizado nu-merosas experiencias de este tipoen España, generalmente en lasgrandes urbes, su aplicación suelecomportar numerosos problemas: lainadecuación de los planes a la idio-sincrasia de los chabolistas; la faltade constancia en su aplicación acausa de la volubilidad de las direc-trices políticas; los brotes racistas oxenófobos protagonizados por losvecinos de los barrios en los que seproduce el realojamiento; las expro-piaciones forzosas y los deshauciosen los barrios antiguos y deteriora-dos, que afectan a personas mayo-res y pobres, a las que se indemni-za con cantidades prácticamentesimbólicas.Viviendas de Promoción Pública.El Plan Cuatrienal del Gobierno pa-ra 1992-95 las está intentando revi-talizar, pues en la década anterior,prácticamente habían desaparecido;

Cuadernos de Trabajo Social 63

Page 12: Los “nuevos” campos de intervención

Tomás FERNANDEZ y Aurelio LASCORZ

pero ¿quién se beneficiará de ellas?¿cómo se va a realizar la adjudica-ción? La inestabilidad política actualde muchos ayuntamientos y comu-nidades autónomas por la proximi-dad de las elecciones municipales,dan mucho que pensar a este res-pecto. Seguramente, su reparto se-rá difícil y polémico. Muchas familiasnecesitadas seguirán en la calle.El acceso a este tipo de viviendasen régimen de alquiler subsidiadopara los más pobres es una fórmulade reproducción de la pobreza. Es-tas familias deben tener la posibili-dad de acceso a la propiedad do lavivienda, como los demás grupos yclases sociales.

• Viviendas de Protección Oficial,para iniciativas privadas de cons-trucción de nuevas viviendas, com-pra de viviendas de segunda manoy rehabilitación de viviendas.Son ayudas destinadas a clasesmedias con unos ingresos familiaresmedios ponderados entre 2,5 y 5,5veces el Salario Mínimo Interprofe-sional. Familias por debajo de esosingresos, abstenerse (no podránavalar un crédito hipotecario>.La tramitación de estas ayudas estállena de complicaciones burocráti-cas y para comenzar su liquidaciónpuede pasar un año fácilmente.

• Las cooperativas de vivienda. EnEspaña se han construido 1.084.626viviendas en régimen cooperativo1 ~.

Se las reconoce por ser la vía másbarata para acceder a un piso, aun-que no se libran por ello de los frau-des y la consiguiente desconfianzade los ciudadanos. La complejidadde intereses existentes en torno al

negocio de construcción de vivien-das obliga a los cooperativistas acontratar gestores que, en algunasocasiones, pretenden extraer unbuen porcentaje de los ahorros delos socios, y en otras, dejarles conlo puesto y sin el dinero invertido.Los gestores, cada vez más profe-sionalizados, se comportan comopromotores privados. El cooperati-vista paga por la tranquilidad quesupone el que se ocupen otros máspreparados y con más tiempo. Conello, lo normal es que el cooperati-vista no tenga información suficientey, con el tiempo, pierda el control dela sociedad cooperativa.La adjudicación de suelo público alos sindicatos UGT y CCOO. paradesarrollar los proyectos PSV y VI-TRA, en detrimento de otras coope-rativas más pequeñas que emergie-ron en torno al Plan Cuatrienal, hademostrado lo desafortunado de laidea, por el riesgo acumulado entorno a la gestión centralizada demúltiples promociones que reúnen acientos de personas y necesitan va-nos miles de millones de pesetaspara salir adelante. Enrique Balles-tero analizó la causa de este proble-ma, que emana de uno de los princi-pios cooperativos surgidos en Roch-dale:”Pero una cooperativa, si sigueal pie de la letra el principio de ad-hesión libre, no podrá controlar sucifra de capital ni su actividad como-empresa, ya que una cosa y otra va-riarán automáticamente con la en-trada de socios’00.A pesar de todo, las cooperativas devivienda no son, por el momento,una solución para las familias con

64 Cuadernos de Trabajo Social

Page 13: Los “nuevos” campos de intervención

Los “nuevos” campos de intervención

bajos recursos económicos, comopone de manifiesto la experiencia“Rúscate la vivienda” de Navarra, fi-nanciada por el II Programa Euro-peo de Lucha contra la Pobreza: “Lainiciativa social no puede de formaalguna compensar la escasez de re-cursos financieros puestos a dispo-sición por la administración públicapara conseguir el acceso de los máspobres ala vivienda”21.Rehabilitación de las zonas anti-guas de la ciudad, Los habitantesde estas zonas (muchas veces an-cianos) deben organizarse comogrupo de presión y negociación paraevitar ser expulsados por los planesde reforma o rehabilitación promovi-dos por la administración pública, enlos que con fórmulas de expropia-ción, declaración de ruina u otrasmás sutiles, se les pretende expul-sar con el fin de rentabilizar las in-versiones, creando zonas comercia-les, turísticas o viviendas para cla-ses sociales con un alto nivel devida,Los viejos tiene mucho que decir enestas zonas, no solo en cuanto a lahabitabilidad y accesibilidad de susviviendas, sino de los espacios li-bres y de los transportes22.Podríamos seguir enumerando mo-dalidades de acceso a la vivienda:el alquiler y sus problemas (alquile-res de renta antigua frente a los li-beralizados por el Decreto Boyer),las viviendas compartidas23(expe-riencias de convivencia de universi-tarios en viviendas de viejos por ini-ciativa de la Universidades de Gra-nada y Sevilla, además de un pro-yecto piloto en la Escuela Universi-

tana de Trabajo Social de Cuenca),los centros residenciales, las “se-gundas viviendas”, etc... pero estono hace mas que demostrar sucomplejidad y necesidad de ser es-tudiadas rigurosamente.

Estrategias Operativas delTrabajo Social en la Vivienda

Existe una amplia gama de mo-dalidades de acceso a la vivienda; elcolectivo o clase social al que se per-tenece condiciona el acceso a una ti-pología u otra. Para determinar queposibilidades tiene un individuo, fami-ha o grupo es necesario estudiar ycombinar los diferentes elementos bá-sicos enumerados anteriormente.

Semejante entramado genera,ante todo, la necesidad para el ciuda-dano de estar informado. El trabajadorsocial puede aportar, con sus princi-pios y valores, además de su metodo-logía de trabajo y experiencia acumu-lada, una función importante en el pro-blema social de la vivienda, desde unaperspectiva profesional y, al mismotiempo, humana; superando las imita-ciones de los funcionarios (sólo cono-cen los recursos que maneja su insti-tución) o de los profesionales delsector.

Javier Mira Grau, trabajador so-cial alicantino, apunta algunas de lasactividades a desarrollar en este sec-tor, en torno a la “Dinamización de laComunidad” y a la “Planificación”24.

Dinamización de la Comunidad,pero no sólo en torno a la AnimaciónSocio-cultural y a la coordinación conlos centros sociales de la zona dondeestán ubicadas las viviendas, como

Cuadernos de Trabajo Social 65

Page 14: Los “nuevos” campos de intervención

Tomás FERNANDEZ y Aurelio LASCORZ

afirma el autor; sino potenciando aso-ciaciones provivienda y cooperativascomo propone la experiencia navarrade “Búscate la vivienda”, sin olvidarque “cuánto más estén descentraliza-das las competencias en materia devivienda y residan en los ayuntamien-tos, es más posible diseñar programasintegrados’25,

Los ciudadanos concienciadosson los que deben presionar o exigir ala administración local que realice lasacciones oportunas para facilitar suelopúblico a precios justos, y que un altoporcentaje de ese suelo se destine ainiciativas ciudadanas.

El trabajador social puede poten-ciar la formación de esas iniciativas,asesorar en todo momento, incluyen-do la búsqueda de la gestión más ágil,eficaz y participativa.

Las estrategias varian según loscasos, y pueden ir desde el asesora-miento individualizado, adaptado a ca-da individuo o familia, hasta la poten-ciación de iniciativas colectivas, cuan-do es un grupo social de similares ca-racterísticas el que presenta una pro-blemática común de vivienda.

Los pasos a seguir, a “grossomodo” son:• Valoración de la demanda: estudio

de la necesidad de vivienda y de losrecursos disponibles (n0 miembrosde la familia, ingresos y fuente delos mismos, expectativas del mode-lo de vivienda, etc,..).

• Selección de las modalidades deacceso más adecuada a cada caso.Información de sus condiciones ycaracterísticas. Toma de decisiónpor parte de los interesados (todo eltiempo que necesiten).

• Formalización: gestiones para tenerderecho a acceder a una vivienda:contratos de alquiler; documentos ybaremos para optar a los recursospúblicos; firma de contratos de op-ción de compra o de contratos priva-dos de compraventa; trámites parala constitución de una cooperativa(estatutos, elección de órganos rec-tores, inscripción en el Registro deCooperativas, etc,..).

• Gestiones jurídicas, notariales y deregistro.

• Asesoría técnica y proyectos arqui-tectónicos.Obtención de licencia de obras mu-nicipal, si es el caso (construcción,rehabilitaciones de cierta entidad...),

• Tramitación financiera: créditos hi-potecarios para la adquisición de lavivienda y ayudas públicas; subven-ciones y ventajas fiscales para la re-habilitación o adquisición de vivien-das, para la reforma de Casas deLabranza en las Comunidades Autó-nomas que se potencie el turismorural)

En tornoa la planificación:• El trabajador social, sistematizando

y organizando su trabajo habitual,sin mucho esfuerzo añadido, puedeelaborar estudios de necesidad devivienda en aquellos ámbitos en losque trabaja.

• Intervención profesional en los pro-gramas de erradicación de viviendaprecaria; recogiendo y valorando losdatos socioeconómicos, culturales ylas problemáticas sociales añadi-das; promoviendo y apoyando elasociacionismo,..

• Programas de apoyo para el accesoa la vivienda: el trabajador social tie-

66 Cuadernos de Trabajo Social

Page 15: Los “nuevos” campos de intervención

Los “nuevos” campos de intervención

ne capacidad para gestionar una ofi-cina de información integral sobrealojamiento y vivienda, en el casode que alguna entidad se atreviesea promoverla.Si una de las funciones del trabaja-dor social es elaborar un fichero derecursos, en este caso, debería in-corporar todas las modalidades deacceso a la vivienda que existen,desde las residencias y pisos tutela-dos hasta la situación de las vivien-das públicas, los créditos hipoteca-nos o la promoción y gestión decooperativas; incluyendo en supráctica profesional las técnicas derelación personal.

• El trabajador social debe participaren la elaboración de los sistemas debaremación, ya que éstos suelen in-troducir numerosos datos de índolesocioeconómica que son con losque más se familiariza a lo largo desu proceso de formación y en su ex-periencia profesional.El trabajador social es el técnicoideal para valorar y realizar un se-guimiento de las viviendas de pro-moción pública, ya que su métodode trabajo no consiste únicamenteen exigir al solicitante una serie dedocumentos que, en muchos casos,solapan o falsean información, difi-cultando una priorización de accesoa las ayudas que sea lo más correc-ta posible.Además debe de exigir la documen-tación adecuada y correcta, reali-zando una prospección y valoraciónde la situación real del demandante,interrelacionando la información ob-tenida, analizando los datos, reajus-tando la demanda a otros recursos

alternativos o complementarios —sies preciso— y apoyando las solicitu-des de los individuos o grupos vul-nerables.Está comprobado que los ciudada-nos más espabilados, los que tienencapacidad para estar mejor informa-dos, son los que se “adaptan” mejora las condiciones burocráticas exigi-das por la administración para la ad-judicación de viviendas o ayudaspúblicas.

El Empleo y el ParoLa falta de empleo es uno de los

factores que inciden en el malestar delos usuarios de los distintos sistemasde protección social, existiendo desdesus ámbitos de actuación una tenden-cia a relegar este problema a un trata-miento residual, en muchos casosorientado al INEM, para aplicar las po-líticas de sustitución de rentas <presta-ción y subsidio de desempleo). Dolo-res Linares constata la “escasez deexperiencias de servicios sociales porhaber seguido una política de com-pensación de rentas”26.

El “boom” del paro en Europa,desde el año 1992 hasta la fecha, haocasionado la aparición de un grandebate en cuanto a la capacidad delos paises europeos para crear em-pleo, la necesidad de ser más compe-titivos frente a los “nuevos países in-dustrializados” o a los gigantes neoli-berales <EEUU. y Japón> a través dela flexibilización del mercado de traba-jo y de ajustes en el gasto destinado aprotecciónsocial. -

En consecuenciá, el debate estácentrado en términos políticos y varia-

Cuadernos de Trabajo Social 67

Page 16: Los “nuevos” campos de intervención

Tomás FERNANDEZ y Aurelio LASCORZ

bies macroeconómicas. Pero a un pa-rado, posiblemente, no le causen tan-to impacto las medidas propuestas enel Libro Blanco de Jacques Delors, nilas consecuencias de la actual refor-ma del Estatuto de los Trabajadores,como las cifras del paro difundidas porlos medios de comunicación a partirde los datos suministrados por elINEM o por la EPA (Encuesta de Po-blación Activa). Estas cifras son porta-doras de una carga psicológica muynegativa para el que se encuentra enel paro, le desaniman y transmiten im-potencia y desconfianza ante sus pro-pias capacidades para encontrar em-pleo.

Tampoco ayuda mucho la visiónacadémica y optimista, con la que utó-picamente simpatizamos muchos, dela civilización del ocio, la sociedadpostindustrial que transmiten algunospensadores:

“El problema del paro es un pro-blema de mentalidad, no de industria:mientras se mantenga el puritanismoprotestante, el laborismo bíblico deganarás el pan con el sudor de tu fren-te en una sociedad de desodorantes,el paro será el espurio problema inso-luble que nosotros mismos estamoscreando. En cuanto se llegue a unacuerdo para dejar que trabajen lasmáquinas y repartir sensatamente loque éstas producen, estará soluciona-do el problema del paro y se trabajarámucho ~

Obviamente, el trabajo social po-co o nada puede influir en la macroe-conomía o en la mayor o menor flexi-bilización del mercado de trabajo; perolo mismo le sucede al parado.

Por eso, no deben ser ésas lasúnicas medidas de lucha contra el pa-

ro. La formación profesional, la orien-tación socio-laboral y las técnicas paraencontrar empleo son otras fórmulasmás asequibles al parado que buscatrabajo, fórmulas que le exigen unaactitud más positiva y una dedicaciónactiva para encontrar trabajo: “El tra-bajo de quien busca trabajo es buscartrabajo”28.

Según reconoció recientementeel director general del INEM, AlbertoElordi, tan sólo el 10% de los cinco mi-llones de contrataciones producidas elaño pasado <1g93) se realizaron a tra-vés de la gestión directa del INEM.

Frente a este dato y establecien-do un burdo paralelismo, podemoscontrastarlo con el informe sobre laeficacia de los programas de inserción(salario social de Castilla-la Mancha)correspondiente al año 1992 —ya quetodavía no ha pasado tiempo suficien-te para evaluar el año 1993—:

“A los tres meses, el número depersonas que han conseguido trabajoes de 192 que representa un 19,18%,sobre el total de 1001 beneficiarios,1..].

A los 6 meses, el número de per-sonas con trabajo es de 197, que su-pone un 19,68% sobre el total de be-neficiarios, [-

Los servicios sociales y ONG’sdemuestran su capacidad potencialpara la formación e inserción socio-la-boral, no explotada suficientemente.Además, cabe destacar que las perso-nas incluidas en el 19,68% que en-cuentran trabajo provienen de los sec-tores de población más marginales ydifíciles de introducir en el mundo la-boral: ex-toxicómanos y ex-reclusos,mujeres con cargas familiares no com-

68 Cuadernos de Trabajo Social

Page 17: Los “nuevos” campos de intervención

Los “nuevos” campos de intervención

partidas y ba¡a cualificación, minusvá-idos, enfermos mentales, jóvenes sincualificación ni experiencia, etc...

Para completar la idea del esfuer-zo que, en el área laboral, se realizadesde los servicios sociales y desdelas ONG’s, nada mejor que un segui-miento del difícil trabajo realizado enlos últimos tiempos con el colectivocreciente de inmigrantes, en lo querespecta a la Comunidad Autónomade Castilla-La Mancha.

En las “18 Jornadas de Inmigra-ción en Castilla-La Mancha”, celebra-das en Cuenca, el 26 y 27 de noviem-bre de 1993, organizadas por el Cole-gio Oficial de Diplomados en TrabajoSocial y AA.SS. de Castilla-La Man-cha, se analizaron diferentes expe-riencias de trabajo con inmigrantes, yde ellas, se destaca la dedicación deltrabajo social enfocado a:• la orientación socio-laboral.• los contactos e intermediación entre

inmigrantes y empresarios.• tramitación de permisos de trabajo.

Estas tareas se realizan siempredentro de programas de atención inte-gral al inmigrante.

Estas experiencias se confirmanen la investigación, realizada en el ve-rano de 1993, denominada “La inmi-gración en Castilla-La Mancha. Distri-bución geográfica y características ge-cera/es” y realizada por un equipo deinvestigación dirigido y coordinado porGloria Conde Olasagasti, a través deun convenio de colaboración entre laConsejería de Bienestar Social yCCOO.

El estudio destaca a las ONGscomo las entidades más implicadas enlas tareas de intermediación entre los

inmigrantes y las comunidades recep-toras, y en concreto, en las tareas demediadores en la contratación tempo-ral y el alquiler de viviendas.

También es importante el trabajode los servicios sociales de los ayun-tamientos; pero, en muchos casos,depende de la voluntad del asistentesocial correspondiente, ya que, en ge-neral, este colectivo aduce que tieneque trabajar con una multiplicidad detemas sociales de su competencia, ycon una excesiva burocratización.

Trabajo Social y Estrategiasoperativas para el empleo

La recepción de la demanda, suestudio individualizado, la valoraciónconjunta con el demandante y laadopción conjunta de estrategias paraconseguir empleo son las actividadesbásicas que sirven de punto de partidapara la intervención de cualquier tra-bajador social.

El trabajador social debe analizary valorar, de forma interrelacionada,los problemas que presenta el indivi-duo en torno a su carencia de empleo—situación familiar, carencia de cuali-ficación, escasez de recursos econó-micos, enfermedades, problemas devivienda, de cobertura sanitaria...>además de sus potencialidades y elconjunto de recursos de su entorno.

El trato hacia el demandante deempleo es integral, de forma que éstese sienta considerado como una per-sona, y no como un parado”.

Establecida una cierta empatíaentre ambos, y valorada la situaciónglobal del demandante de empleo, lasestrategias operativas pueden ser va-rías.

Cuadernos de Trabajo Social 69

Page 18: Los “nuevos” campos de intervención

Tomás FERNANDEZ y Aurelio LASCORZ

Formación profesional

Se utilizan recursos de la comuni-dad o se potencia la creación de otrosnuevos para los que se presenta sufi-ciente demanda: Educación de adul-tos, programas de inserción, talleresocupacionales, los recursos del INEM(cursos de formación profesional ocu-pacional, escuelas taller y casas deoficios, planes integrales de empleoen determinadas comarcas o zonasindustriales>, incorporación a cualquiernivel del sistema educativo reglado...diseñando, junto con el interesado,aquella línea de formación que seadecue mejor a sus expectativas y ca-pacidades.

Es importante analizar los puntosdébiles en la formación o experienciaprofesional del demandante de em-pleo.

La orientación socio-laboral

• Trabajar con el demandante de em-pleo en la búsqueda de nuevas po-sibilidades de empleo que no se ha-bían planteado por desconocimientoo inseguridad.

• Asesorarle y animarle ante los pro-blemas y obstáculos burocráticos:solicitudes de inscripción y acceso acursos del INEM o del sistema edu-cativo; tramitación de permisos detrabajo para extranjeros; posibilidadde emprender un negocio autóno-mo; información sobre la oferta delmercado de trabajo en la zona y delas distintas fórmulas de contrata-ción...

• El apoyo ante otros factores proble-máticos que dificultan al demandan-te de empleo buscar trabajo: aten-ción de familiares enfermos o inca-

pacitados, hijos menores de edad,problemas económicos graves, de-presiones, estrés...

• Intermediación laboral, facilitandocontactos entre parados y empresa-nos.

Técnicas para encontrar empleo

• Apoyo y refuerzo psicológico: “Elprimer consejo para quien buscatrabajo es no considerarse psicoló-gicamente un parado”.

• Planificación del trabajo para buscartrabajo.

• Analizar los sectores alternativos,con futuro: el ocio, la tercera edad,el medio ambiente, por ejemplo.Principalmente, son los campos quedeben estudiar los jóvenes y los queestán dispuestos a constituir peque-nas empresas.

• El autoempleo, a pesar de que mu-chas cooperativas de trabajo aso-ciado y sociedades anónimas labo-rales fracasan, es cuestión de creér-selo y de intentar reunir las tres con-diciones que los especialistas acon-sejan: creerse uno mismo el proyec-to, buscar hueco de mercado y unmínimo soporte financiero.Además, hay que recordar, sobretodo a los jóvenes, que no se puedeemprender una empresa contandosolo con las subvenciones públicas.Siempre es necesario invertir algomás.

• Preparar al demandante de empleopara que sepa cómo presentarse aun entrevista, según sus capacida-des y experiencia individual; o cómodiseñar la preparación para accedera un concurso-oposición, etc...

70 Cuadernos de Trabajo Social

Page 19: Los “nuevos” campos de intervención

Los “nuevos” campos de intervención

• Promover la formación de asociacio-nes, coordinadoras, foro de pa-rados...

Todas estas propuestas sólo po-drán llegar a tener más resonancia yentidad cuando sean los mismos tra-bajadores sociales en paro los quenos apliquemos estas lineas de traba-jo, para evitar ese casi 50% de de-sempleo en el que se halla nuestraprofesión.

La incorporación de estrategiasoperativas al trabajo social para el ac-ceso al empleo se pueden realizar endiferentes áreas de intervención;• en las mismas estructuras de los

servicios sociales y ONG’s, a travésde programas concretos.

• incorporándose, como profesional,al INEM (en el caso de que esta ins-titución cambiase su línea de tra-bajo).

• en los centros de estudios medios yuniversitarios.

• en las agencias privadas de coloca-ción sin ánimo de lucro y las empre-sas de contratación temporal —si sellega a producir una desregulacióndel mercado laboral que lo per-mita—.

Conclusión

Las ideas que hemos desarrolla-do provienen de nuestra experienciaprofesional y de la de otros trabajado-res sociales que se atrevieron a pro-fundizar y escribir sus propias expe-riencias y concepciones sobre auténti-cos problemas de nuestra sociedad.

Sólo nos cabe esperar que otrosse vayan incorporando al campo de la

experimentación y del debate: “la in-vestigación permite vislumbrar la es-trategia de acción del trabajador socialy ubicar al profesional en una actitudracional frente a la Administración y alos Servicios Sociales’00.

Notas

1 Para comprender el trabajo social TeresaZamanillo, Lourdes Gaitán. Ed. verbo Divino.1991. Estella (Navarra).

2 citado en La Educación Ambiental, RamónTamames. Ed. Nuestra cultura. 1982, Ma-drid.

3 Público y Privado en la Acción Social Joa-quin García Roca. Ed. Popular. 1992, Ma-drid. (Pág. 50)

4 Idem nota 3. (Pág. 16>5 idem notaS. (Pág. 69>6 Luis Racionero, en su ensayo Del paro al

ocio (Ed. Anagrama. 1983. Barcelona). den-tífica cuatro campos de indicadores descript¡-vos de la calidad de vida, a partir de la i~-rarqula de necesidades de Maslow; 1 Segu-ridad personal; 2.Ambiente físico; SAmbíen-te social; 4.Ambiente psíquico. (Págs. 53 y54)

7 Este concepto es el que se halla en una tasemás avanzada de concreción y consenso anivel internacional, a partir de la “Declaraciónde Alma Ata” <URSS, 6—12/IX/1 978); Informede la Conferencia Internacional sobre Aten-ción Primaria de salud, Organización Mun-dial de la salud (OMS>. 1984, Ginebra.

8 Fernando Esteve Mora en su trabajo “creci-miento y bienestar. La economía que no estáen el PIR”. Aparece en el libro Reflexionessobre política económica Instituto sindical deEstudios. Ed. Popular. 1990, Madrid. (Pág.241).

9 Sociología Salvador Giner. Ed. Península.1983, Barcelona. (Pág.112>

10 Tomás Font i Llovel, “Algunas funciones dela idea de participación”, en el libro LA PAR-TICIPACION AA.vv. Ed. Promociones Publi-caciones universitarias. 1986, Barcelona.(Págs. 255 a 265>

11 Los Nuevos Servicios Sociales Gustavo Gar-cia y José Manuel Ramírez. Ed.Libreria cer-teza. 1992, Zaragoza. (Pág. 70>

12 Idem nota lO. (Pág. II)13 Idem nota lO. (Pág. 40)

Cuadernos de Trabajo Social 71

Page 20: Los “nuevos” campos de intervención

Tomás FERNANDEZ y Aurelio LASCORZ

14 Tratado de educación ambiental: hacia unasociedad sostenible y de responsabilidadglobal. Río de Janeiro <Brasil>, 11 a 13 de u-fío de 1992.

Ib Idem nota 2. (pág 64).16 La formación del diplomado en Trabajo So-

cial Tomasa Bañez Teto (pág.125—147> dela REVISTA DE SERVICIOS SOCIALES YPOLíTICA SOCIAL, núm.30; 2” trimestre1993. Ed. Consejo General.

17 vivienda Social y Trabajo Social M.Gavíria.M.Laparra, iFerrer, MAgullar. Ed.Popular.1990, Madrid. (pág.28>

18 Idem nota 16. (pág. 40> Recoge esta cita deEvolución social de España 1988. InstitutoSindical de Estudios.

19 Fuente; Contederación de cooperativas deVivienda en España. Dato aparecido en ELPAíS del 20 de Febrero de 1994, suplementoNEGOCIOS, en el artículo “íAh de la casal”,págs. 1 a 6.

20 Teoría económica de las cooperativas Enri-que Ballesteros. Ed. Alianza. Madrid, 1983.(pág.73 y 74>

21 vivienda social y Trabajo Social AA.V’J.Ed.Popular. Madríd.1990. El capitulo 14 “Di-naxnización social y vivienda: asociaciones ycooperativas” describe una experiencia enesta línea y aporta una serie de propuestas.

22 Artículo “Mejore del Entorno. Objetivo: Hu-manizar la ciudad” de José Antonio Corrali-za, en la revista uDP (UNION DEMOCRATI-CA DE PENSIONtSTAS Y JUBILADOS DEESPANA) n”137, Febrero 1994, págs. 2 y 3.

23 vida compartida. ¿ una alternativa viable pa-ra la Tercera Edad? Sheila M. Peace. EdIN-SERSO. Madríd,1987.

24 “La cuestión social de la vivienda” Javier Mi-ra Grau, en la revista APORTES DESDE ELTRABAJO SOCIAL n” 0, Septiembre, 1992.Editada por el Colegio Olícíal de Diplomadosen Trabajo Social de Alicante. Pág. IR.

25 Idem nota 16.(Pág. 13)26 “Políticas de trabajo y protección social en

Europa”. Dolores linares Márquez de Prado.Comunicación presentada al VII CONGRE-SO ESTATAL DE DIPLOMADOS EN TRA-BAJO SOCIAL Y ASISTENTES SOCIALES.Barcelona, del Sal 5 de diciembre de 1993.

27 Oel paro al ocio Luís Racionero. Ed.: Anagra-ma. Madríd,1982

28 Artículo “Cómo buscar empleo” de EnriqueJurado. EL PAíS, 9101194. Suplemento Ne-gocios, pág. 3 aB.

29 Intorme sobre la EFICACIA DE LOS PRO-GRAMAS DE INSERCION presentado por laConsejeria de Bienestar social de la Juntade Comunidades de Castilla-La Mancha enla reunión del Consejo Castellano-Manchegode Servicios Sociales celebrado en Toledo el16 de diciembre de 1993.Añadir que el coste total de los programasde ínserción, para 1992, tue de 616594.095pís.

30 Francisco García Fernández. bioy universi-dad universidad Nacional de Córdoba <Ar-gentíne). 1992.

Tomás FERNÁNOEZAurelio LA5CORZ

universidadde Castilla-La Mancha

72 Cuadernos de Trabajó Social