Proyecto Implementacion de La Biblioteca Comunal Del Pronoei El Prado Deza
LOS PRONOEI Y LAS INEQUIDADES EN LA EDUCACIÓN INICIAL
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LOS PRONOEI Y LAS INEQUIDADES EN LA EDUCACIÓN
INICIAL
NATALY SALDIAS ALBERCO
RESUMEN:
La Educación pre-escolar en el Perú, propiamente llamada Educación Inicial,
constituye el primer nivel del sistema educativo y está destinada a brindar
atención integral al niño menor de 6 años, y orientación a los padres de familia
y a la comunidad para lograr desarrollar en el niño, sus emociones, su
dinamismo, su lenguaje, su sensibilidad social, su desarrollo afectivo, etc; por
cuanto se considera que la influencia de la familia en el niño es decisiva, se
dice que en ella se socializa; se forma o se deforma su personalidad. El
contexto familiar condiciona no sólo su desarrollo sino su grado de adaptación
o de inadaptación que más tarde decidirá su destino. La familia es la primera
fuerza modeladora del niño.
En el proceso educativo, el nivel de Educación Inicial es una etapa que juega
un rol decisivo en el desarrollo del niño. El proceso de aprendizaje en este nivel
no es un hecho aislado, sino que está íntimamente ligado al estado nutricional
del niño. Demostrado está que cuando el niño dispone de los elementos
esenciales para su normal crecimiento y desarrollo, puede obtener máximo
provecho de los beneficios que le ofrece la educación.
En este sentido la Educación Inicial en el Perú, dirige su atención y sus
esfuerzos a la familia y a la comunidad en su conjunto, capacitándola para que
proporcione al niño los estímulos y las experiencias indispensables para el
desarrollo de sus potencialidades y promueve su participación en la gestión
educativa.
La educación inicial sustentada en una concepción integral es la etapa del
proceso educativo que juega un rol decisivo en el desarrollo del niño y en este
hecho involucra directamente al conjunto de actividades y variables más
importantes en la definición de las condiciones de vida de la población en su
conjunto.
En el marco de una política global de desarrollo social, la niñez en el Perú se
convierte en un área crucial, por cuanto frente a los esfuerzos realizados,
logros y propuestas en favor del niño, expresados en el plan de acción por la
infancia, indudablemente, constituyen una garantía de lo que el país puede
construir en el futuro.
Los programas no escolarizados (PRONOEIs) representan una alternativa
educativa para atender a la población infantil de los pueblos jóvenes y barrios
marginales, debido a que en los últimos años se ha incrementado
notablemente, debido a las continuas migraciones originadas por el centralismo
económico.
El objetivo de estos programas, como puede apreciarse, es propiciar la
participación de la familia, fundamentalmente de la mujer-madre; alternando la
alfabetización, capacitación y generación de empleo para las madres, con la
atención integral de la población menor de 5 años, a quienes se les ofrece
programas de alimentación, de salud y de estimulación.
ANÁLISIS: UNA EXPERIENCIA CON LOS PROGRAMAS NO
ESCOLARIZADOS DE EDUCACIÓN INICIAL
Los programas no escolarizados de educación Inicial es un programa a través
del cual el Estado brinda atención educativa a 248,527 niños de 3 a 5 años,
pero cuya existencia y permanencia descansan principalmente en la capacidad
de organización y participación de la comunidad y en el compromiso y entrega
de promotoras y docentes coordinadoras.
Para que se abra un PRONOEI, es la comunidad organizada quien tiene que
solicitar el servicio a la Unidad de Gestión Educativa Local (UGEL), dar el local
y el mobiliario para su funcionamiento, y proponer al personal voluntario de la
comunidad que podría hacerse cargo de la atención educativa de los niños. El
Estado, por su parte, solamente aporta con el pago para la propina de la
promotora, personal no profesional en educación, que se hará responsable de
la atención educativa de los niños; pone a una docente coordinadora
(generalmente una profesional en educación inicial) que se responsabiliza por
capacitar y monitorear entre 8 y 10 promotoras; y establece normas que
regulan la organización y funcionamiento de los programas, normas que
muchas veces son declaraciones de buenas intenciones pero resultan inviables
en la práctica.
Por ejemplo, la norma señala que la participación de los niños en los
programas no escolarizados “no generará ningún pago, quedando prohibido el
condicionamiento de la inscripción de los niños al pago de alguna contribución”.
Sin embargo, los PRONOEI no reciben ningún presupuesto para la intervención
pedagógica, para los materiales educativos, para el mantenimiento del local,
para el pago de los servicios básicos. Dicha situación convierte los aportes de
las familias en una necesidad para que el PRONOEI pueda sostenerse. La
norma también señala cuáles tienen que ser las condiciones que deben reunir
la infraestructura y el mobiliario de los locales en los que funcionará el
PRONOEI, pero en la mayoría de los casos funcionan en el local y con el
mobiliario que la comunidad ha conseguido.
Dada estas condiciones, los PRONOEI han terminado siendo para el Estado
una estrategia de bajo costo que le ha permitido ampliar la cobertura de la
educación inicial en las zonas en donde vive la población peruana con menores
recursos económicos. Sin embargo, es a esa población a la que el Estado le
exige condiciones para brindarle el servicio educativo y de la cual requiere su
aporte para el sostenimiento del mismo. ¿No debería ser en esa población
donde el Estado tendría que invertir mayores recursos?
Los PRONOEI no deberían seguir siendo programas pobres para pobres. La
realidad del país justifica la diversificación de la oferta educativa de educación
inicial con programas no escolarizados, pero esa diversificación no debería
significar ahorro. Por el contrario, ofrecer un servicio no escolarizado tendría
que ser más costoso que uno escolarizado, puesto que tiene que adecuarse a
las condiciones locales y ser flexible para atender a aquellos niños que no
pueden acceder a un servicio educativo regular. El enfoque comunitario
presente en la filosofía que dio surgimiento a los PRONOEI no debería
desvirtuarse y servir para justificar el abandono estatal. El componente
comunitario desprovisto de las condiciones necesarias, es inviable para proveer
un servicio educativo de calidad, más aún cuando éste funciona en poblaciones
pobres.
Por otro lado, la manera en que funcionan los PRONOEI, sosteniéndose sobre
el voluntariado de las promotoras, termina dando lugar a una situación de
subempleo. Las promotoras, al tener la categoría de “personal voluntario”, no
tienen un vínculo laboral con el Estado, y por lo tanto, no gozan de derechos
laborales. En promedio, su ingreso por propinas bordea sólo el 60% del salario
mínimo. ¿Es justo que coloquemos la responsabilidad del sostenimiento de los
PRONOEI en los actores más vulnerables?
La ampliación de la cobertura de la educación inicial no puede centrarse en el
aumento de las cifras de atención. Ésta tiene que responder a los principios de
equidad y calidad, dándose prioridad a la atención a la niñez en situación de
exclusión, pobreza y vulnerabilidad, tal como lo señala la Ley General de
Educación y el Reglamento de la Educación Básica Regular. Para ello se
requiere de inversión, que depende de decisión política. Decisión que parece
no existir en la actual gestión. No puede pretenderse pensar que “El Perú
Avanza”, si no se invierte en la primera infancia.