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1 Los relojes musicales de Wolfgang Amadeus Mozart Flötenuhr del siglo XVIII. Museo de artes y oficios de Hamburgo. Joaquín Saura Buil

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Los relojes musicales

de

Wolfgang Amadeus Mozart

Flötenuhr del siglo XVIII. Museo de artes y oficios de Hamburgo.

Joaquín Saura Buil

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Retrato por Bárbara Krafft (1819)

Corrían los últimos meses de su corta vida cuando, mezcladas quizás en su

cabeza y en su mesa de trabajo con otras partituras como las de La flauta Mágica (a

cuyo estreno ya no pudo asistir por su debilitada salud), La Clemencia de Tito, El

Concierto para Piano y Orquesta en Sib mayor KV 595, los dos Quintetos para Arco

KV 613 y KV 614, el Concierto para Motete “Ave Verum Corpus” para voces solistas,

arcos y órgano y la últimas páginas de la partitura del “Requiem” con los compases de

“Lacrimosa”, un extraño destino le llevó a componer las tres obras, pequeñas - que no

menores - para reloj musical que conocemos bajo las signaturas KV 594, KV 608 y KV

616 del Köchelverzeichnis.

El hecho no era insólito. En la segunda mitad del siglo XVIII, los órganos de

rodillo eran corrientes en las calles y plazas de las grandes ciudades mientras que las

clases altas y culturalmente elevada e instruidas con gusto artístico de la burguesía

vienesa a la que ejercieron gran fascinación durante siglos, rivalizaban por poseer

aquellos objetos, los más de auténtica orfebrería y un gran derroche técnico

considerados generalmente como signo de distinción y riqueza, suscitando la demanda

de obras musicales creadas ex profeso para ellos por compositores de gran reputación.

(ver cuadro adjunto).

Artífices de la parte francófona suiza alcanzaron por entonces un especial status

en la producción de pendules a musique capaces, en colaboración con los compositores,

de interpretar in extenso varias obras creadas ad hoc. La fama se extendió por toda

Europa. Federico II de Prusia invitó a 20 familias de relojeros de Neuchâtel y Ginebra a

instalarse en Berlín. Esto sentó las bases del desarrollo de una nueva especialidad

artesanal que pronto pasó a ser tenida por propia de los artesanos berlineses. El

clavado de los pins se hizo todo un arte capaz, en la teoría y en la práctica, de colmar las

más altas expectativas técnicas y artísticas. Baste como ejemplo que Dom Bedos de

Celles (1709 – 1779) el gran artífice y tratadista, dedicó 26 páginas de su “Arte del

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Constructor de Órganos” de 1766 al “notage” de cadencias, ornamentos, adornos,

mordentes, apoyaturas, redobles, trinos y arpegios en los cilindros de los órganos.

“Relojes musicales con obras de harpa (cuerda) u órganos en miniatura

movidos por cilindros se construyen en Berlin con un grado de perfección

mayor que en cualquier otro lugar …el logro de un bello sonido, la perfecta

afinación y el escogido repertorio no dejan nada que desear….difíciles arias de

ópera y conciertos enteros para flauta son instalados en instrumentos mecánicos

que los tocan con el mismo encanto y expresividad, sin dejar de lado su pequeña

nuance musical. Cuando Vd. oye las carreras, la doble articulación, los trinos y

los calderones, todo está tocado con tal experticia que creerá que está oyendo a

un virtuoso de flauta.” (F. Nicolay, Beschreibung der kngl. Residenzstädte

Berlin und Postdam und aller daselbst befindlichen Merkwördigkeiten. Berlin

1786.)

Las obras que aquí contemplamos, salidas de la mano de Wolfgang Amadeus

Mozart - sin duda un hito entre las realizadas no ya solo en el siglo sino en toda la

historia - nacerían, como veremos, por iniciativa de un histrión, mezcla de aventurero

coleccionista y negociante con gran sentido de la mise en scène que, experto en

aprovechar el talento ajeno en beneficio propio, acabaría revalorizando un de sus

autómatas musicales con el añadido del prestigioso sello de un compositor

universalmente conocido y prestigiado como Mozart que, aunque con poco entusiasmo,

se prestaría al trabajo por sus perentorias dificultades económicas.

Emparentados con los limonaires, órganos de barbaria y serinettes, eran - son -

unos órganos mecánicos de varios tamaños acoplados a un reloj que los hace funcionar

en momentos del día determinados. A diferencia de los autómatas musicales con

martillos que tocan campanas, poseen un cilindro rotativo - su pieza más importante -

Página del “Art du Facteur d´Orgues de Dom Bedos (1766)

con ejemplos para el notage de los rodillos.

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con unos resaltos metálicos o pines que, al girar, abren las válvulas de viento de cada

tubo. Son de dos maneras: en forma de punta para las notas más breves y “picadas” y

en forma de grapa (puente), para las más largas, dependiendo la duración de su longitud.

Cada nota del instrumento posee una “pista” recta en la que se clavan aquellos resaltos.

Dos o más pines o puentes seguidos repetirán la misma nota. Dos o más pines o puentes

de distintas notas salvados a un tiempo formarán un acorde. Cuanto mayor sea la

extensión de la obra, más largo deberá ser el cilindro. Cuanto más larga sea su duración,

mayor deberá ser su diámetro.

La mayor limitación de este mecanismo que habitaba la mayoría los relojes

musicales de los siglos XVII a XIX radicaba en el diámetro del rodillo, ya que las obras

no podían exceder la duración de un giro completo, produciendo sólo una corta melodía,

a lo sumo sustentada por un elemental acompañamiento, incluso en órganos mecánicos

de cierto tamaño como fuera el “Toro de Salzburgo” para el que su padre Johann Georg

Leopoldo Mozart (1719-1787) escribiera tres décadas antes, en 1759, seis piezas

mucho más sencillas y cortas.

Otros compositores de música para órganos mecánicos

y relojes musicales:

Georg Friedrich Händel (1685-1759)

Allergro para órgano mecánico HWV 473

Sonata para órgano mecánico HWV 578

12 piezas para órgano mecánico HWV 587-604

Johann Joachim Quantz (1697-1773)

Johann Ernst Eberlin (1702-1762)

4 piezas para el “Toro de Salzburgo”..

Carl Heinrich Graun (1704-1759)

Johann Pillipp Kirnberger (1721-1783).

Wilhelm Friedmann Bach (1710-1784)

18 piezas para órgano mecánico F 207

Carl Emanuel Bach (1714-1788)

30 piezas para órgano mecánico Wq 193

Leopold Mozart (1719-1787)

7 piezas para el “Toro de Salzburgo”.

Franz Joseph Haydn (1732-1809) Haydn

32 piezas Hob XIX 1 a 32.

Johann Michael Haydn (1737-1806) Hermano menor.

16 piezas para el Salzburg Glokenspiel.

Antoio Salieri (1750-1825)

Ludwig van Beethoven (1770-1827) Beehoven

“5 Stücke für Flötenuhr” WoO 33

Solía frecuentar un café de Viena donde había uno de estos

instrumentos y, a menudo, pedía la ejecución de la obertura

de Medea (1796/7) de Luigi Cherubini (1760-1842)

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La gran complejidad requerida por el instrumento que debía reproducir las dos

primeras obras mozartianas ha llevado incluso a la International Mozart Foundation,

Online Publications (1982), a negar por “absurda” hasta su existencia, y afirmar que

debían ir destinadas a otro u otros órganos más grandes.

Pero la explicación se halla en la gran innovación que supuso la invención

del cilindro de giro helicoidal con pistas de gran longitud sin solución de continuidad

Reloj musical con obras cortas de sólo un giro, seleccionables mediante desplazamiento lateral del

rodillo.

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Reloj musical con una escena del “Guillermo Tell” de Schiller. Puede producir 12 melodías a

la hora de ataque mientras se mueven 14 figuras. Leodegar Dufner, hacia 1840. Das Deutsche

Uhrenmuseum, Furtwangen, Alemania.

que permitían el marcaje obras de mucha mayor duración de hasta decenas de minutos

cuando, en el anterior sistema de una vuelta, se contaba sólo por segundos. Prodigios de

miniaturización y de una extrema complejidad, los más sofisticados podían recibir e

interpretar con un solo rodillo no removible obras polifónicas de gran duración, a varias

voces, de un desarrollado contrapunto, con la sola, natural e ineludible limitación de su

diapasón, timbre y ámbito sonoros, en función de los tubos generalmente tapados , por

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lo que su realización exigía a no dudarlo, una extrema coordinación entre el relojero-

programador y el compositor.

La contrapartida - el precio - era que los rodillos, concebidos y marcados para

una sola obra, no eran intercambiables, quedando unidos indisolublemente a un

mecanismo en particular que, para recibir otro distinto debía ser objeto de las

modificaciones pertinentes.

La edición en voces separadas, cada una con su pentagrama muestra cómo el

compositor, poniéndose en el lugar del marcador, escribía de modo a facilitar y aún de

hacer posible su traslado al cilindro, dotándolas de una total sincronización a la par que

de una mayor intención y coherencia discursivas, dividiendo los compases en fracciones

pares equivalentes al tamaño del valor más pequeño existente en la obra, v.g. 32 del

valor de las fusas de un compasillo y sus divisores en proporción:

Las notas de adorno las marcaría intercalándolas como haría un intérprete

hurtando su valor al tiempo anterior.

Y, de parecida forma, algo más arbitraria, los valores ternarios, por su natural

no divisibles por 2.

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Los tempi podían conseguirse de dos modos: modificando la velocidad del

rodillo para toda una obra o haciendo mayor o menor, en el marcaje, el tamaño de las

divisiones de uno o varios compases determinados.

Con todo, algo era físicamente inevitable: el tamaño reducido de los tubos (un

diapasón más grave, como mínimo, habría duplicado el tamaño del instrumento)

resultando un timbre agudo que no era del agrado del compositor como dejó patente , en

carta a su mujer Constanze del 3 de octubre de 1790 en la que se lamentaba de tener que

componer este tipo de obras, más concretamente, en aquel momento, la KV 594 que

reproduciremos más adelante, teniendo que plegarse a ello solo por el dinero que le iba

a reportar:

“…me he propuesto firmemente escribir enseguida el adagio para el

relojero a fin de que mi querida mujercita pueda tener en las manos algunos

ducados; lo hago, pero como es un trabajo que me resulta de lo más odioso,

desafortunadamente, no he sido capaz de terminarlo. Todos los días escribo

algo de él, pero siempre tengo que interrumpirlo porque me aburre. Y, de

verdad, si no hubiera por medio un motivo tan importante, con toda seguridad

lo dejaría. Sin embargo espero lograrlo esforzándome poco a poco a

terminarlo; si se tratara de un gran reloj y sonara como un órgano, eso me

alegraría: pero el mecanismo se compone de unos tubitos estridentes que

suenan demasiado agudos e infantiles para mi gusto.”

“… ich habe mir so fest vorgenommen, gleich das Adagio für den Uhrmacher zu schreiben, dann

meinem lieben Weibchen etwelche Ducaten in die Hände zu spielen; that es auch – war aber,

weil es eine mir sehr verhaßte Arbeit ist, so unglücklich, es nicht zu Ende bringen zu können –

ich schreibe alle Tage daran – muß aber immer aussetzen, weil es mich ennuirt – und gewis,

wenn es nicht einer so wichtigen Ursache willen geschähe, würde ich es sicher ganz bleiben

lassen – so hoffe ich aber doch es so nach und nach zu erzwingen; – ja, wenn es eine große Uhr

wäre und das Ding wie eine Orgel lautete, da würde es mich freuen; so aber besteht das Werk

aus lauter kleinen Pfeifchen, welche hoch und mir zu kindisch lauten.

Buena prueba de las dificultades económicas por las que atravesaba es que en el

mismo mes de su carta octubre de 1791 vendería toda la plata que le quedaba para viajar

a Frankfurt con ocasión de la fiesta de la coronación de Leopoldo II a la que, por cierto,

no estaba invitado.

Que dicha composición no fuese concluida hasta dos meses después, confirma

también el poco interés, si no rechazo, que producía en él.

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Raro Flötenuhr mecánico “a cuerda” con dos órganos de Ludwig Bolzman, Viena ca. 1815 . El

superior con dos compartimentos cada uno con una fusée* que regula el movimiento. El superior con

dos cilindros de 8 piezas cada uno y 25 tubos tapados, fuelles y secreto, y el bajo, con 7 tubos abiertos y

28 tapados, fuelles, secreto y cilindro de tres piezas. El puntaje de ambos cilindros es en espiral para

alargar la duración de las obras.

___________________________________________________________________________________

* Utilizada en antiguos relojes y relojes mecánicos accionados por resorte, la fusée (visible en la imagen)

es una polea en forma de cono con una ranura helicoidal en la que se enrolla un cordón o cadena unido al

cilindro con la finalidad de compensar la progresiva distensión del resorte.

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Por carta del 8 de Enero de 1813 de Ignaz Xaver Joseph Maria Franciscus de

Paula Ritter von Seyfried (ver más adelante) sabemos que el primer reloj musical en el

que estuvo instalado el rodillo de la KV 594 estaba compuesto por un registro de flautas

y otro de Fagot (“…nur aus Flöten und Fagott bestehen…” decía para justificar su

propia versión orquestal de la obra). Recordemos que el instrumento de orquesta de este

nombre surge como tal a lo largo del siglo XVII como posible derivación del dulcián,

que gozaba de gran estima en los círculos musicales eclesiásticos y cortesanos de toda

Europa, siendo desarrollado a principios del siglo XVIII por su idoneidad para ampliar

y reforzar la región grave del viento-madera y abandonando luego su papel de bajo

coincidiendo con su progresivo afianzamiento como instrumento solista. En la música

barroca interpretaría la línea de bajo continuo la mayor parte de las veces, a excepción

de los conciertos para Fagot solista o las sonatas para Fagot.

Mozart incluyó el instrumento en algunas de sus obras, destacando, por su papel

protagonista, el Concierto para Fagot y Orquesta en Sib mayor (1774) KV 191, la

Sonata (dúo) para Fagot y Chelo en Sib mayor (1775) KV 292 y el Adagio para dos

corni di bassetto y Fagot en Fa mayor (1783) KV 410.

En el órgano, como registro imitativo es un juego de lengua batiente de la

familia de las regalías, con resonador más bien corto, muy idóneo por ello y por lo

dicho anteriormente para ser incorporado a las caderetas de grandes instrumentos y

como solista en pequeños órganos mecánicos. Lo más común, en estos últimos - tal

como debió ser el caso en el que nos ocupa - era que tuviera una extensión menor a la

de las flautas - la requerida solo para su papel en las obras - y dispusiera para ello en

una pista de pines-grapas para su uso exclusivo, pudiendo aislarse del resto mediante

un registro propio.

En las obras que contemplamos puede apreciarse el especial y adecuado

protagonismo que este registro pudo tener, como es el caso de la voz alta del Adagio de

la KV 594

o en el Andante de la KV 608.

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Repetiremos, para terminar, que, como es obvio, las obras que contemplamos,

para bien y para mal, fueron concebidas exclusivamente para unos mecanismos

autómatas. Esto las sumía en una gran limitación al tiempo que, haciendo uso de los

avances técnicos alcanzados en la época, confería al autor la libertad de crear unas

estructuras contrapuntísticas de gran complejidad superando lo que, en modo alguno,

hubiera podido realizar un intérprete con sus manos y sus pies.

KV 596 Ejemplo del Allegro (ISM compases 48 – 51)

KV 608 Ejemplo del Andate (ISM compases 127-130):

El primer rodillo, como veremos seguidamente (KV 608),siendo propiedad del

autor y dueño del mausoleo, cumplió su función durante años mientras estuvo abierto el

espectáculo. El segundo, en cambio, al no poder ser instalado tuvo pronto,

providencialmente, la posibilidad de ser editado para rentabilizar su coste tomando otros

derroteros de vida propia. Ya en 1800 la firma Leipzig de Breitkoopf & Härtel había

publicado un arreglo para teclado a cuatro manos y Beethoven hizo su propio arreglo

de la fuga. Schubert la utilizó en su Fantasía en F menor para piano a 4 manos op. 103

(I) 940 de 1828) y Franz Lachner en su Octeto para viento en Bb op 156, ca. 1850.

Pero no serían los únicos casos: la magia y belleza latentes en las obras iban a

subyugar por toda la historia a generaciones de estudiosos y la imposibilidad de poder

oírlas en su peculiar medio instrumental, incitaría a toda una pléyade de compositores a

convertir las obras en arreglos o versiones para órgano, piano, dos pianos, piano a

cuatro manos y todo tipo de orquestas y conjuntos, sin olvidar las versiones con técnicas

e instrumentos electrónicos, por citar sólo algunos de sus nuevos destinos, dejando de

lado los originales salidos de la mano del artista.

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KV. 594

Fecha de la composición: Comenzada en Octubre de 1790 durante su

. viaje a Frankfurt y terminado en diciembre en

Viena.

Título en la lista manuscrita del autor: “Ein Stück für ein Orgelwerk in einer Uhr”

Título Ignaz Seyfried “Fantasía en F menor”.

Título Köchel “Adagio y Allegro para órgano mecánico en F

menor¨.

Título del editor: ¨Adagio y Allegro en F para órgano mecánico¨.

Tiempos: Adagio en Fam/ Allegro en FaM/Adagio en

Fam.

Duración: En torno a 8 minutos.

“El autógrafo de KV 594 se ha considerado siempre perdido, y tampoco han llegado

hasta nosotros el reloj y el órgano de la colección Müller. Las fuentes para esta

edición han sido una copia del legado de Beethoven… y otra copia de la colección del

Profesor Dr. Alexander Weinmann de Viena de en torno a 1800 que es en muchos

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aspectos el texto más fiable, aunque desprovisto de signos de articulación… Los

caracteres dinámicos en cursiva y los grupetti de los compases 15, 98, 127 y 133 del

manuscrito son de mano ajena. (Nota de la International Mozart Foundation, Online

Publications IX/27/2 (1982).

Correspondencias técnicas de la edición: Extensión: de Do 4´a Re 1/2´.

Flauta mayor tapada, unos 60 cm.

Flauta más pequeña tapada: unos 7,5 mm.

54 notas/flautas con 15 enarmonías resultantes de los tonos utilizados que, siendo innecesarias por el

temperamento igual, quedarían, en la práctica, siendo reducidas a 39.

20 notas/Fagotes (tesitura real una octava baja).

Marcaje del cilindro: 59 pistas helicoidales cortadas en 154 compases (227 con las

repeticiones) de espacio/tiempo de 12 y 16 divisiones.

Ver obra completa en anexo.

Iba destinada a un órgano que sonaría cada hora en un mausoleo con la efigie de

cera dentro de un ataúd del Mariscal de El Barón Ernst Gideon von Laudon (1717-

1790) uno de los comandantes imperiales de mayor éxito durante la Guerra de los Siete

Flautas Do Do# Re Mib Mi Fa Fa# Sol Sol# La Sib Si Do Do# Re Mib Mi Fa Fa#

Reb Mi# Solb Lab Dob Reb Fab Mi#Solb

Sol Sol# La Sib Si Do Do# Re Mib Mi Fa Fa# Sol Sol# La Sib Si Do Do# Re

Lab Dob Reb Fab Solb Lab

Fagot Fa

Sol Lab La Sib Si Do Reb Re Mib Mi Fa Solb Sol Lab La Sib Si Do Reb

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Años (1756-1763) y la guerra austro-turca de 1787-1791, siendo uno de los pocos que

fueron capaces de vencer a Federico II de Prusia. El autor del mausoleo al que se

destinaba era el Conde Joseph Nepomuk Franz de Paula Graf Deym von Stritetz, un

militar austríaco que, tras dar muerte en su juventud a su contrincante en un duelo, fue

despedido del ejército austríaco y obligado a salir del país. Viajó por toda Europa pero

en 1780, regresó como coleccionista y marchante, abriendo con nombre falso la

Kunstkabinett Müller, una galería donde vendía obras de arte y objetos de lujo.

Poco a poco, Deym se convirtió en especialista en relojes y sus mecanismos.

Poseía también autómatas musicales movidos por mecanismos de relojería que

interpretaban música cuando daban las horas y múltiples rarezas que calificaba de

“objetos de arte” entre las que, más tarde, figuraría la mascarilla mortuoria del propio

Mozart moldeada por él mismo.

El Conde Joseph Nepomuk Franz de Paula Graf Deym von Stritetz y su mausoleo dedicado al

Mariscal de Campo Baron Gideon Laudon, en sendos grabados de época. (Fuente desconocida)

La escena central consistía en la efigie de cera del mariscal de campo encerrada

en una urna de cristal dispuesta en un mausoleo neoclásico rodeado de plañideras.

El 26 de Marzo de 1791 el Wiener Zeitung anunciaba la apertura al público del

mausoleo en el 1355 de la Himmelpfortgasse:

“El Sr Müller, ampliamente conocido por su colección de arte ubicada

en el primer piso del número 610 de la plaza Stockameisen, abrió el 23 de

marzo el mausoleo que ha creado con mucho afán para el inolvidable,

mundialmente famoso, Mariscal de Campo Baron de Loudon en el número 1355

de la calle Himmelpfort frente a la Casa de la Moneda…donde ha sido erigido

este encomiable monumento en una estancia dispuesta a tal fin en la planta

baja...siendo imposible describirlo de forma suficientemente vívida con

palabras, su vista sorprenderá, sin duda, a cuantos visiten el mausoleo por el

que la memoria de este meritorio gran hombre será renovada…

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Espléndidamente iluminado desde las ocho de la mañana a las diez de la noche,

su vista o dejará de sorprender a todos los que visiten este mausoleo los

asientos están dispuestos de la mejor manera posible y cada uno paga 1 florín

por un lugar preferente, pero solo 30 kreuzer en un segundo rango…Con cada

toque de hora se escuchará una música funeraria y cada semana será diferente.

La composición de esta semana es por Herr Kapellmeister Mozart”.

Contrariamente a esta última afirmación, todo parece indicar que acabaría

imponiéndose la obra de Mozart, más concretamente la KV 594, sin hacerse el

susodicho cambio semanal de rodillo.

El 17 de agosto del mismo año 1791, Müller publicó un nuevo anuncio en el

Wiener Zeitung en el que informaba haber reformado y ampliado su colección con las

piezas mecánicas de los más excelentes artistas entre las que se hallaban

“…diferentes relojes musicales, uno de los cuales imita el pianoforte,

otro la flauta travesera y un tercero un canario, capaces de engañar.”

En el mausoleo sonaba

“…una música funeral compuesta por el famoso Director de música, Sr.

Mozart, bien adaptada a la máquina para la que había sido compuesta.”

En una descripción de la propia galería de 1797, seis años después de la

inauguración, seguía sonando la música de Mozart:

“A las horas se oye una apropiada música fúnebre que el inolvidable,

compositor Mozart escribió especialmente para este fin y que dura ocho

minutos; y aventaja en precisión y claridad a cuanto se ha intentado o diseñado

nunca para esta clase de producto artístico.

Por carta del 31 de mayo de 1800, finalmente, Constanze escribe al editor

alemán Johann André que se ha interesado por los manuscritos legados por su difunto

marido, afirmando que la obra “Ein Stück für ein Orgelwerk in einer Uhr”

“…debería estar en poder del Conde von Deym actual Real Chamberlán

propietario de la galería de arte antes llamada por él ”Galería de Arte

Müller”. (Mozart Briefe IV, pag. 3

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Ignaz Xaver Joseph Maria Franciscus de Paula Ritter von Seyfried

Ignaz Xaver Joseph Maria Franciscus de Paula Ritter von Seyfried (1776-1841)

fue un músico, compositor y director de orquesta nacido en Viena, alumno de Mozart y

de Albrechtsberger de quien publicó, tras su muerte, sus obras completas. Entre sus

alumnos, estuvo Franz von Suppé. En 1805 dirigió el estreno de la versión original de la

ópera Fidelio de Beethoven.

Por carta de 18 de Enero 1813 dirigida a “Mi Señor Consejero de la Corte”

(probablemente Friedrich Rochlitz en Leipzig) , solicitaba una amable audición del

arreglo para orquesta que había hecho de una Fantasía en F menor de Mozart

recientemente publicada por Breitkopf & Härtel:

“La Fantasía de Mozart en F menor, compuesta aquí en Viena para el

órgano mecánico del difunto Hermano Primitiv es, que yo sepa, poco conocida,

aunque merece, en mi opinión, considerarse una las mejores obras maestras de

este inmortal. Todavía recuerdo vívidamente la impresión que en mi juventud

dejaron mis repetidas, muy repetidas audiciones de esta obra ingeniosa que

impregnó de forma irreductible mi memoria. Mil emociones distintas incitadas,

casi me atrevería a decir, por el aterrador y salvaje Allegro, con el artístico y

elaborado tema de la fuga. La perturbadora transición a fa # menor deja al

oyente petrificado imaginando que tiembla el suelo bajo sus pies. La música de

las esferas se oye en el precioso y extremadamente tierno Adagio en La b

mayor: te saltan las lágrimas; lágrimas benignas de anhelo a lo que está arriba.

Las entradas repetidas en el Allegro nos arrojan de vuelta a la agitada vida

humana. Los dos sujetos de la fuga, al competir entre sí, dan una imagen

acertada, seria y potente de la lucha de las pasiones. Solamente al alcanzar la

meta hay paz. Las fuerzas se han agotado, la naturaleza humana se ha

exprimido, y el espíritu retira su envoltura. ¡El final apunta hacia el más allá!”

“Mozarts Phantasie in F moll, hier in Wien für die OrgelMaschine des verstorbenen

Frater Primitiv componirt, ist, so viel ich weiß, wenig bekannt, und verdient doch, meinem

Gefühle nach, einen der ersten Plätze unter den Meisterwerken des Unsterblichen. Noch

errinnere ich mich aus meinen Jugendjahren lebhaft des Eindruks, den die wiederholte, oft

wiederholte Anhörung dieses genialen Producktes unvertilgbar meinem Gedächtnisse einprägte.

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Tausend’ verschiedenartige Empfindungen erwekt das, fast möchte ich sagen, furchtbar wilde

Allegro, mit seinem künstlich verarbeitetem Fugenthema. Bey der erschütternden Ausweichung

nach fis moll erstarrt der Zuhörer, und wähnt, den Boden unter sich erbeben zu fühlen.

Sphärengesang ist das liebliche, so äusserst zarte Adagio in As dur ; es entlockt Thränen,

wohlthätige Thränen der Sehnsucht nach oben. Zurück in das unruhige menschliche Leben

schleudert das wiederholt eintrettende Allegro. Die zwey mitsammen streitenden Fugenthematen

geben ein treffendes ernstes, kräftiges Bild des Kampfes der Leidenschaften. Nur am Ziele ist

Ruhe. Erschöpft ist die Kraft, ausgerungen hat die menschliche Natur, und der Geist entflieht

seiner Hülle. Nach jenseits deutet der Schluß!” (Archivo del Gesellschaft der Musikfreunde en

Viena bajo la signatura “Briefe, Ignaz von Seyfried I”, apud “A letter of Ignaz von Seyfried

concerning the Fantasie K. 508, Jane Schatkin Hettrick”).

Si la transcripción del manuscrito es correcta (la descripción ya de por sí es

como abstract bastante incompleta e imprecisa, contiene dos errores manifiestos: ni la

tonalidad de fa# menor ni la de La b mayor se hallaban en la obra original (tampoco en

su gemela la KV 608 que analizaremos seguidamente) y, dicho será de paso, nunca

Mozart las utilizó en sus composiciones conocidas.

La explicación se hace difícil; es posible que a la distancia de 22 años, el

original mozartiano convertido ahora por Seyfried en “Sinfonía fugata” con añadidos

del Cuarteto en G menor KV 478 para piano y cuerda, hubiera sufrido algún que otro

quebranto en su memoria

Joseph Primitivus Niemecz (1750-1806) autor del

Reloj-órgano mecánico con música de Wolfgang

Amadeus Mozart instalado en el mausoleo del Mariscal

de Campo Baron de Loudon.

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Contemporáneo de Haydn para quien trabajó, el Hermano Primitivus Niemecz

(1750-1806) autor del instrumento, fue bibliotecario de Nicolás II Esterhazy el

“Magnífico (1762-1790) al tiempo que su capellán y músico de violoncelo, arpa, violín,

teclado, viola da gamba y barítono. Hombre polifacético con múltiples habilidades entre

ellas la construcción de instrumentos musicales y complejos relojes grandes y de

bolsillo se le recuerdan también una rueca musical, un “cuadro de relojería con las

figuras desnudas de Adán y Eva” combinadas con “fuentes y otras obras hidráulicas”

incluso una silla musical que sonaba cuando una persona se sentaba sobre ella. Niemecz

trabó una fecunda amistad con Haydn a quien encargó componer piezas para sus

órganos mecánicos de relojería . De su colaboración, además de tocar las partes de cello

continuo en representaciones de ópera, salió una serie de órganos-relojes espectaculares,

tanto técnica como musicalmente. Cuatro de estos instrumentos aún existen, uno de

1789 y los otros de principios de la década de 1790. Juntos tocan 40 melodías, 10 de

ellas compartidas.

Buen testimonio de la complejidad y sofisticación que habían alcanzado los autómatas musicales en

tiempo de Mozart, “La pianista” de Jaquet Droz de 1774, cuando Wolfgang contaba 18 años, que se

conserva en el Musée d´Art et d´Histoire de Neuchâtel, tiene la forma de una mujer que toca un órgano

construido especialmente para adaptarse a él. Cuando la intérprete oprime las teclas con sus dedos, el

órgano produce las melodías programadas en un rodillo. Realizada con más de 2000 piezas que se alojan

en su cuerpo, “La pianista»” puede dirigir la mirada hacia las teclas de su instrumento, mecer el cuerpo

mientras toca, mover el pecho como si respirara e inclinar la cabeza a modo de reverencia cuando finaliza

una pieza.

(Para la foto se han retirado las coberturas posterior y superior que disimulan los mecanismos y tubos

del órgano).

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KV 608

Datación de la composición: Viena, 3 de marzo de 1791. (Catálogo personal

del autor)

Título en la lista manuscrita del autor: “Ein Orgelstück für eine Uhr”.

Título Köchel: “Fantasía para un órgano mecánico en

F menor “.

Título del editor: “Allegro y andante (Fantasía en F) para órgano

mecánico.

Tiempos: Allegro en Fam/Andante en Fam/Allegro en

Fam.

Duración: En torno a 9 minutos..

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“A falta de autógrafo y de otras fuentes de primera línea, se han consultado

varias versiones como base de la edición. Ninguno de estos manuscritos puede

pretender un status absoluto: Una anterior fuente, base de la vieja edición (AMA) de

Mozart, se ha perdido y ya sólo puede ser consultada indirectamente. Es por ello que

nos vemos visto forzados, en consecuencia, a mezclar fuentes para producir el texto

musical.” . (International Mozart Foundation, Online Publications IX/27/2 (1982).

“Un gran preludio en que la figura de grupetto está marcada por acordes

estrepitosos conduce a una de las fugas más convincentes que escribió Mozart; se

produce un movimiento lento, tierno y digno, y luego la fuga regresa con un nuevo

contrasujeto y una construcción más climática, como se convierte en la sección final de

una gran obra” (Sjoerd J. Schaper, “Mozart: The Musical Clock”)

Correspondencias técnicas de la edición: Extensión: de Do 4´a Re 1/2´.

Flauta mayor tapada: unos 60 cm.

Flauta más pequeña tapada: unos 7,5 mm.

54 notas/flautas con 15 enarmonías resultantes de los tonos utilizados que, siendo innecesarias por el

temperamento igual, quedarían reducidas a 39.

22 notas/Fagotes, dos más (en rojo) que en el anterior KV 594 desestimando las enarmonías (tesitura real

una octava baja).

Marcaje del cilindro: 61 pistas helicoidales cortadas por 222 compases de espacio/

tiempo (sin repeticiones) de 24 y 32 divisiones.

Ver obra completa en anexo.

Decenas de tratadistas en cadena y la habitual turbamulta de emanuenses de la

exégesis musical afirman que esta es la obra a que se refiere Seyfried en la carta antes

vista y no la KV 594 como hemos venido indicando.

Aunque no hay evidencia total, es, en efecto, eso sí, casi seguro, que fue

encargada y compuesta para la reapertura de la galería de Müller a mediados de agosto

de 1791; la coincidencia en las tonalidades, la tesitura, la extensión, la notación de las

voces e, incluso, el número de compases – 222 y 227 - pueden hacer pensar, que,

Flautas Do Do# Re Mib Mi Fa Fa# Sol Sol# La Sib Si Do Do# Re Mib Mi Fa Fa#

Reb Mi# Solb Lab Dob Reb Fab Mi# Solb

Sol Sol# La Sib Si Do Do# Re Mib Mi Fa Fa# Sol Sol# La Sib Dob Do Reb Re

Lab Dob Reb Fab Solb Lab

Fagot Re Mib Fa

Sol Lab La Sib Si Do Reb Re Mib Mi Fa Solb Sol Lab La Sib Si Do Reb

Dob Fab Dob

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efectivamente, en principio, iba destinada al mismo instrumento en sustitución de la

anterior.

Pero lo más probable es que, habiendo sido claveteado el rodillo y entregado al

organero, (*) al darse cuenta de que su adaptación requería cambios incluso

estructurales importantes en la maquinaria del reloj, fundamentalmente por causa de los

distintos tempi (Allegro, Andante, Allegro por Adagio, Allegro. Adagio) y sus

correspondientes duraciones, el aumento de las pistas/minas/válvulas del Fagot y el

marcaje de fusas y semifusas en andante - hasta 32 por compás - algo seguramente

nunca antes realizado si es que, físicamente, podía realizarse, cosa que dudamos, en un

tambor de sus dimensiones, se desistiera de su instalación, o se aplazara sine die y ya

nunca fuera utilizado. De hecho no existe un solo dato que atestigüe que hubiera sido

incorporado al instrumento en momento alguno. Otros hechos avalan el supuesto:

Según la descripción de la propia galería vienesa antes vista, un rodillo de

Mozart con su instrumento estaban todavía en uso en 1799 con una duración de 8

minutos, muy cerca, por tanto, de los estándares metronómicos de la KV 594, cuando

los de la la KV 608, habrían situado su duración en el entorno de unos 9 minutos

largos.

Y en la carta antes vista del 18-1-1813, Ignaz Xaver Ritter von Seyfried habla

de una sola obra que, obviamente, sólo puede ser la primera, recordando con énfasis

sus “repetidas, muy repetidas audiciones” de una composición estructurada en

tres tempi de Adagio, Allegro, Adagio y con una fuga doble que, claramente, pueden

pertenecer a la KV 594 pero, en modo alguno, a la KV 608 con sus tres tempi de

Allegro, Andante, Allegro.

Desechada su incorporación al mecanismo autómata del reloj, quedaba una

partitura, como se dijo, absolutamente imposible de ser interpretada en un teclado y. por

tanto, poco apta para su comercialización en un momento en que Constanze ,con la

ayuda de J.XA. André, estaba perentoriamente tratando de hacer caja.

La solución sería encargar una versión para cuatro manos que respetara lo más

posible el texto original y es lo que fue hecho según atestigua una carta de Constanze

Mozart dirigida a Dicho J.A. André el 26 de noviembre de 1800. conviene señalar,

estando todavía abierto el mausoleo que Deym acabaría, finalmente, desmantelando,

órgano incluido, en 1801 dispersándose todo su contenido:

“Si mira en el 8º volumen de la edición de Breitkopf, en la página 16 encontrará

una Fantasía para cuatro manos. Pero la obra no fue escrita por Mozart de esta

manera sino que es un arreglo de Gallus para Traeg o Mollo de la pieza escrita para

un reloj que encontrará en su catálogo.” (**)

_____________________________________________________________________

(*) Según el musicólogo H.C. Landon, tras desmontarse el instrumento en 1801, dos de los cilindros,

presumiblemente los de KV 594 y KV 608, fueron poseídos algún tiempo por su constructor Pater

Pritivus Niemecz para terminar luego desapareciendo definitivamente. (**) Nº 131 “Ein Orgelstück für eine Uhr”.Gallus, Johann Georg Anton Mederitsch (1752-1835)

compositor, Maestro de Capilla y Profesor austríaco. Johann Traeg (1747-1805), músico alemán, copista

y editor que lo fuera también de Haydn y Beethoven. Tranquillo Maria Laurentio Mollo (1767-1837),

Artista italiana dedicada a la impresión, el arte y la música.

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KV 616

Datación de la composición: Viena, 4 de Mayo de 1791 (Catálogo personal

del autor).

Título en la lista manuscrita del autor: “Ein Stück für ein Orgelwerk in einer Uhr”.

Título Köchel: “Andante para un pequeño órgano mecánico en

Fa mayor.

Título del editor: “Un Andante para un rodillo en un pequeño

órgano”.

Tiempos: Andante en Fa M

Duración: En torno a 4:30 minutos .

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“Esta composición iba también, muy probablemente, destinada a la galería de

arte Deym-Müller, incluso si se ha perdido una prueba concluyente. Como fuente, el

autógrafo se hallaba disponible” (International Mozart Foundation, Salzburg) con

anotaciones ocasionales (incluso ornamentaciones) de otra mano”. (International

Mozart Foundation, Online Publications IX/27/2 (1982).

La obra es, sin embargo, formalmente, muy distinta en todo de las anteriores

incluidos la tonalidad, la extensión, el número de voces, la duración y hasta la ausencia

de repeticiones, todo lo cual la aleja claramente del instrumento para el que fueron

concebidas sus predecesoras.

Tampoco existe fragmento alguno que pudiera sugerir haber sido escrito para un

registro de Fagot.

Correspondencias técnicas de la edición: Exensión: Fa 4´ a Fa 1/2´.

144 compases.

Sin repeticiones.

Flauta más grande tapada: unos 44 cm.

Flauta más pequeña tapada: unos 6,3 mm.

42 notas con 7 enarmonías resultantes de los tonos utilizados que, siendo innecesarias por el

temperamento igual, quedarían reducidas a 35 tubos/notas:

Marcaje del cilindro: 42 pistas helicoidales cortadas por compases de espacio/ tiempo de

16 divisiones (pares) y 18 (impares).

Ver obra completa en anexo.

Fa Sol La Sib Si Do Do# Re Mib Mi Fa Fa#

Reb

Sol Sol# La Sib Si Do Do# Re Mib Mi Fa Fa#Sol Sol# La Sib Si Do Do# Re

Lab La# Re# Lab Reb

Mib Mi Fa

Re#

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En la Mozarthaus de Viena donde vivió con su familia entre 1784 y 1787 se guarda un reloj

musical de 1790 que, según repiten en cadena los medios, toca una “variación” de esta obra. (¿?)

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Partituras

Internationale Stiftung Mozarteun

Online Publications 2006.

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KV. 594

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KV. 608

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