LOS TRASTORNOS DEL ESPECTRO DEL AUTISMO Y LOS PROBLEMAS DE ...
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Red de Atención a la Neurodiversidad AC www.rediversidad.com Lic. Mónica Steny Cedillo Castillo, Lic. Lourdes Eugenia Rodríguez Virgen, Lic. Edelweiss Margot Díaz Alerhand, Lic. María Inés Moreno González, Lic. Guadalupe Samantha Guerrero
Gómez, Lic. Claudia Velazco Trejo, Lic. Maricruz Martínez Morales, Lic. Laura Verónica García Uribe, Lic. Laura Amanda Zepeda Sánchez, Lic. Gabriela Sánchez Jiménez
Coordinación General Lic. Edel López Aguiar
LOS TRASTORNOS DEL ESPECTRO DEL AUTISMO Y LOS
PROBLEMAS DE ALIMENTACIÓN EN LA INFANCIA
Lic. María Inés Moreno González
Especialista
Red de Atención a la Neurodiversidad
2016
DESARROLLO DE LA ALIMENTACIÓN EN LA ETAPA INFANTIL
Una buena alimentación es vital para lograr un desarrollo óptimo físico, psíquico y social. La
adquisición de buenos hábitos en las primeras etapas de la infancia es fundamental, se transmiten
de padres a hijos y permanecen para toda la vida.
Los modelos familiares se convierten en patrones de conducta importantes por ello, la hora de la
comida en casa debe darse dentro de un ambiente estructurado y que promueva el uso de rituales
tales como: la utilización de cubiertos, el comer sentado y hábitos de masticación e higiene
básicos; además de considerar horarios y lugares de comida que faciliten el entrenamiento y/o
modificación de situaciones relacionadas a la introducción de alimentos nuevos.
Si bien es cierto que no todos los niños comen la misma cantidad de alimentos, cuando los
padres detectan problemas para llevar a cabo acciones que implican un buen hábito de
alimentación, es importante acudir con un especialista para no poner en riesgo la salud del niño y
garantizar su óptimo desarrollo.
Antes de hablar de los problemas de alimentación en la infancia, comenzaremos por identificar
las etapas de desarrollo con la finalidad de coordinar las conductas esperadas para cada edad
junto con la secuencia a llevar a cabo en la presentación de alimentos. Conocer la evolución
natural de cada periodo, permite hacer consideraciones acertadas con respecto a la forma de
introducir y presentar alimentos nuevos.
Tabla 1.1 Alimentos recomendados según la edad y conducta del niño.
Edad Conducta Alimentos
0-3 meses
Succiona al acercase al pecho, biberón o chupete.
Extiende la lengua más allá de los labios.
Leche materna
Leche de fórmula
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3-6 meses
Sujeta el biberón con las manos.
Cierra los labios para
sellar la boca.
Mueve la lengua dentro y fuera fácilmente.
Movimientos verticales de masticación.
Cereal de avena o arroz
Verduras
parcialmente
cocidas
Jugos de frutas
6-9 meses
Retira la comida de la cuchara con los labios.
Se limpia el labio inferior
con los dientes.
Bebe un vaso sin atragantarse.
Toma semisólidos con la cuchara.
Cereal de trigo
Carne en trozos
pequeños
Yema de huevo
Pescado blanco
Frutas (manzana,
pera, plátano,
ciruela, kiwi, piña y
uvas sin piel ni
pepitas)
9-12 meses
Mastica alimentos sólidos.
Se lleva alimentos a la boca.
Bebe una taza o un vaso con ayuda.
Control del babeo.
Sopas de pasta
Galletas
Pan
Derivados de la leche
12-18 meses
Come solo con la cuchara.
Bebe de un vaso sin ayuda.
Jamón
Salchichas
Leche
Huevo
Pescador
Frutas (durazno y similares, cítricos).
18-24 meses Mastica con movimientos rotatorios.
Come la comida solo utilizando una cuchara
derramando algo.
Comidas completas
Frutas (frutos rojos)
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Bebe de una taza solo y sin derramar.
24-36 meses
Pincha comida con el tenedor.
Termina de pelar,
desenvolver o destapar
alimentos.
Comidas completas
Frutos secos
36 meses en adelante
Utiliza los utensilios adecuadamente para
comer.
Ayuda en las tareas de
preparación de comida y
mesa.
Comidas completas
Modificado de Baratas M., Hernando N., Mata M. J. y Villarba L (s, f.). Guía de intervención
ante los trastornos de alimentación en niños y niñas con Trastorno del Espectro Autista (TEA).
Federación Autismo Madrid.
Cada que pienses llevar a cabo un cambio en la alimentación, es importante tomar en cuenta lo
siguiente:
Dar pequeñas cantidades de comida e ir aumentando paulatinamente de acuerdo a la
demanda y aceptación del niño.
Respetar al niño y sus gustos.
Introducir un alimento nuevo a la vez.
No forzar ni castigar.
Por último, no olvides considerar que al principio los nuevos alimentos serán extraños para el
niño, no lo obligues a que se los coma, brinda tiempo para que poco a poco se vaya
acostumbrando a los nuevos olores, sabores y texturas.
PROBLEMAS DE ALIMENTACIÓN
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Empecemos con dos definiciones que no se deben confundir. La nutrición y la alimentación son
dos conceptos relacionados pero distintos. La nutrición comprende un conjunto de fenómenos
involuntarios que se dan tras la ingesta de alimentos, es el aprovechamiento de los nutrientes que
los componen y que optimizan el funcionamiento, crecimiento y el mantenimiento de las
funciones vitales.
La alimentación comprende un conjunto de actos voluntarios que van dirigidos a la elección,
preparación e ingesta de alimentos, dando como resultado que las personas consigan energía y se
desarrollen. Dicho proceso implica acciones tales como: partir, cocinar, introducir a la boca,
masticar y deglutir.
Una adecuada nutrición genera más vitalidad, resistencia a enfermedades comunes (por ejemplo,
resfriados) y un desarrollo intelectual óptimo así como un buen estado de ánimo.
Pero ¿qué sucede cuando comer se convierte en una labor titánica? Los problemas de
alimentación son comunes en las primeras etapas de la vida, algunos de ellos relacionados a
cuestiones de hábitos familiares y en otros, a características propias de las condiciones de
desarrollo.
La preocupación porque un niño no come bien o lo suficiente, no debe transformarse en una
obsesión, ya que se corre el riesgo de hacer de la comida una situación compleja, lo ideal en
estos casos es que mediante las conductas observadas se puedan plantear estrategias supervisadas
por expertos en el tema.
Cabe mencionar que los problemas de alimentación son comunes en la primera infancia, sin
embargo pueden llegar a complicarse aún más cuando se observa neurodiversidad1 en el
desarrollo, la hora de la comida implica retos y desafíos específicos ante acciones tales como
comer, tragar y masticar.
Muchas familias de niños con Trastornos del Espectro del Autismo reportan lo complicado que
puede ser el proceso de alimentación en sus hijos durante los primeros años de vida, y a veces
incluso durante toda la infancia. Por esa razón, decidimos elaborar este documento que se ha
planteado abordar los problemas de alimentación en niños con Trastorno del Espectro Autista
(TEA).
Es imprescindible aclarar que cada niño platea retos diferentes, por lo tanto el uso de técnicas
deben adecuarse a las características particulares de él y su entorno. Cabe señalar que no
podemos descartar el empleo de algunas estrategias básicas en cualquier situación relacionada
1 El término neurodiversidad se atribuye a una socióloga llamada Judy Singer y fue concebido por la comunidad autista. La neurodiversidad inicialmente tuvo la intención de evitar términos que tienen una connotación negativa (por ejemplo, enfermedad, discapacidad) que prejuzgan a los individuos. Dicho concepto promueve la idea de que la diversidad en las características humanas también se extiende al campo neurológico. Su aplicación va más allá del autismo, ya se lo puede utilizar para describir el TDAH, la dislexia, etc.
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con cuestiones alimenticias así por ejemplo, el uso de rutinas, el manejo de anticipadores y la actitud de los padres, son métodos que en general apoyan el fomento de buenos hábitos.
PROBLEMAS DE ALIMENTACIÓN EN NIÑOS CON TRASTORNO DEL
ESPECTRO AUTISTA (TEA).
Los problemas de alimentación en TEA son frecuentes; aceptar un grupo muy reducido de
alimentos o rechazar tajantemente cualquier cambio de rutinas, son algunas de las situaciones
que convierten la hora de la comida en un momento difícil tanto para el niño como para la
familia.
Cada niño es distinto, por lo tanto el tipo y la intensidad de la conducta ante la comida varía de
un niño a otro, por lo que se vuelve necesario entonces identificar cuáles son las dificultades
particulares a las que se enfrentan. La falta de ingesta de alimentos o de algunos nutrientes
fundamentales dificulta la vida activa del niño, detectar cuáles son las posibles causas de su
selectividad o rechazo de alimentos garantiza mayor asertividad en los modos y formas de
intervenir.
Entendiendo el problema.
A continuación, se mencionan algunos de los posibles factores causantes de los problemas de
alimentación en TEA:
Lo más común es encontrarnos alteraciones sensoriales. La falta de flexibilidad y rigidez también
contribuyen en gran medida en desórdenes de alimentación, recordemos que cualquier cambio de
rutinas sin previa anticipación o presentación gradual, genera en la mayoría de ellos irritabilidad
o angustia.
El apoyo profesional y la integración de un equipo multidisciplinario pueden garantizar una
intervención adecuada, todos los involucrados deben tener clara cuál es su tarea y
responsabilidad en dicho proceso.
La tabla que a continuación se muestra solo es una guía para ayudar a identificar y comprender
un poco las conductas de rechazo generadas en torno a la alimentación.
Tabla 2.1 Causas que generan conductas de rechazo en niños con TEA.
CAUSAS EFECTOS CONDUCTAS DEL
NIÑO
Alteraciones
sensoriales (auditiva,
táctil, gustativa, visual
y olfativa).
Selectividad respecto a los
alimentos como
consecuencia de la
hiposensibilidad (poca
sensibilidad) o
hipersensibilidad (mucha
La falta de flexibilidad da
como resultado un rechazo
absoluto ante cualquier
novedad.
Cambiar de sabores, olores,
colores formas, apariencia,
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sensibilidad) presentada en
uno de los 5 sentidos o en
varios.
texturas y presentación de
los alimentos puede
constituir un reto para el
niño con TEA.
Hiperselectividad
El rechazo de muchos
alimentos es resultado de la
falta de integración sensorial
en cualquiera de sus
modalidades.
En este aspecto las
condiciones estimulares
visuales del plato también
pueden constituir un reto.
Inflexibilidad ante los
cambios, cuya consecuencia
es el rechazo absoluto a
cualquier novedad
alimenticia.
La hiperselectividad en niños con TEA es consecuencia de las alteraciones sensoriales y de
su focalización en detalles particulares que los lleva a ser inflexibles e intolerantes en este
caso, con algunas características de los alimentos (texturas, temperaturas, olores y colores
de los mismos), manifestándose en alteraciones conductuales ejemplo, el rechazo absoluto
ante cualquier novedad alimenticia.
Posibles alteraciones
gastrointestinales
Estreñimiento, exceso de
gases, digestión pesada,
dolor abdominal y
problemas sensoriales a la
hora de ir al baño.
Rechazo y limitación en la
ingesta de alimentos ricos en
fibra.
Mala masticación.
Condicionamientos
clásicos negativos
Rechazo a situaciones entorno a la
hora de la comida a consecuencia
de asociar una experiencia
negativa: nauseas, vómito,
forcejeos, etc., con el momento de
ingerir alimentos.
Rechazo a la comida o ante
el simple hecho de ver un
plato con alimento.
Intolerancias y
alergias.
Malestares que puedan
provocar dolores
estomacales, acumulación
de gases, problemas de
reflujo, úlceras, bacterias,
alergias o intolerancias.
Negativa a comer.
Problemas
conductuales
relacionados con otras
áreas de desarrollo
Uso de un “poder” mal
establecido en donde el niño
se apodera de la situación de
la comida.
Él determina los límites, es
decir, él decide qué, cómo y
cuándo come.
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Es de suma importancia poner atención a los problemas alimenticios, en ellos no solo se ven
implicadas cuestiones conductuales, sino también malestares físicos que repercuten de manera
directa en el estado general de salud y de comportamiento del niño. La observación y
determinación de los factores involucrados en los problemas de alimentación será definitiva para
generar un bienestar tanto para el niño como para su familia. Para los niños con TEA es
imprescindible contar con hábitos de vida saludables.
Problemáticas específicas y Sugerencias de Solución
Tabla 2.2 Estrategias específicas para cada situación presentada en torno a la alimentación.
SITUACIÓN TAREAS PAPÁS A CONSIDERAR…
Alteraciones del ritmo
de la comida Aquí vamos a encontrar dos
tipos de niños: los que comen
de forma compulsiva, muy
deprisa y en distintas horas
del día y a los que comen,
pero sin ganas.
En ambos casos hay que
vigilar el proceso de
masticación y/o la
acumulación de alimentos
en la boca.
Estar conscientes de la
necesidad de destinar un
horario específico para
trabajar con el niño las
metas planteadas.
Evitar meter prisa al niño,
de lo contrario se corre el
riesgo de hacer de la comida
una hora desagradable,
llevando al niño a asociar la
comida con un momento de
tensión con sus padres.
Dejar al niño con la comida
en la boca hasta que se la
trague, no suele ayudar a
solucionar el problema.
COMPORTAMIENTOS ESPECÍFICOS Y SUGERENCIA DE ACCIONES
Deja la comida en la boca sin tragar
Para favorecer la acción de tragar, ofrecer al niño comida triturada (una cantidad pequeña)
y posteriormente dar una cucharadita de jugo para que ayude a provocar el reflejo de
deglución.
Si el niño toma alimentos sólidos, pero se los deja en la boca, resulta útil brindar
inmediatamente un alimento preferido que haya que masticar, por ejemplo, papas fritas o
manzana. El alimento preferido se debe ir retirando poco a poco.
Traga sin masticar
El primer objetivo es lograr que el niño muerda, para ello, se puede ofrecer papas fritas o
trozos de fruta (manzana, jícama, pepino, etc.) cortados en forma alargada para que sea
necesario partir, palitos de pan, etc., la idea es buscar alimentos con consistencia rígida pero
que se partan.
Negativa a comer
sólidos Las dificultades derivadas de
la selectividad que presentan
pueden manifestarse en un
inadecuado estado de
dentición o falta de
Para introducir alimentos
sólidos se debe elegir una de
las comidas (por ejemplo, la
cena).
Si el niño acepta la
modificación sin dificultad,
se puede ir aumentando la
Tener en cuenta que la
introducción de alimentos
lleva una serie de pasos
cuyo objetivo final es
ampliar el repertorio de
alimentos aceptados por el
niño.
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ejercitación de los músculos
bucofaciales.
cantidad del nuevo puré
hasta que el niño acepte una
ración de esa comida
normal.
Los cambios deben ser
mínimos.
Aunque inicialmente la
necesidad de triturar todos
los alimentos no parezca un
problema grave, a la larga,
va a condicionar la
participación del niño en
experiencias y situaciones
favorables para su
desarrollo. SUGERENCIA DE ACCIONES
Para conseguir este objetivo se puede llevar a cabo lo siguiente:
1. Pasar de alimentos triturados a semisólidos (aguacate, papaya, atún, pescado, etc.)
con la finalidad de favorecer la dentición y el uso de músculos bucofaciales.
2. Presentar el mismo puré que el niño tolera con facilidad pero preparado con una
textura ligeramente espesa es decir, menos triturado. El primer día la cantidad de
puré ligeramente más espeso debe ser más pequeña, ofreciendo luego otro plato con
una textura más líquida.
3. Introducir directamente pequeñas cantidades de alimentos sólidos, aunque con una
textura blanda, por ejemplo, papa cocida, huevo, pescado cocido, etc.
Variedad de alimentos
extremadamente
limitada
Detectar el tipo de
preferencias (sabores,
texturas, olores,
temperaturas, sonidos que
producen al ser masticado,
etc.)
Identificados sus gustos, se
puede comenzar con la
presentación de alimentos
similares a los que ya
consume.
SUGERENCIA DE ACCIONES
Elegir una de las comidas para llevar a cabo el programa; por ejemplo, la cena.
Buscar un alimento nuevo que sea similar en textura y sabor al que ya acepta con agrado.
Todos los días en la cena presentar una pequeña cantidad del alimento nuevo
seguida de un plato con su comida favorita.
Si al cabo de una semana de presentación sistemática del mismo alimento, el niño sigue rechazándolo será necesario repetir la secuencia, pero esta vez probando con
otro alimento diferente.
Marcados rituales La ingesta, los espacios y los
utensilios se ven restringidos.
Considerar la falta de
flexibilidad presentada por
el niño, por lo tanto se debe
trabajar la anticipación de
las situaciones tanto de
comida como de espacios.
Conforme va mostrando
avances las ayudas se van
retirando.
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Siempre hay que preparar al
niño para cualquier cambio.
COMPORTAMIENTOS ESPECÍFICOS Y SUGERENCIA DE ACCIONES
Cuando no come estando fuera de casa
Se recomienda crear una aproximación de la situación de casa, por ejemplo, llevar un plato
de casa al restaurante.
Es conveniente programar salidas motivantes para el niño (un parque, la alberca, etc.) en las
que se lleven pequeñas cantidades de su comida favorita (pan, galletas, papas, etc.) para
fomentar que se vaya acostumbrando a comer alimentos fuera de casa.
Manejo de cubiertos
En la enseñanza del manejo de los cubiertos utilizar comidas que el niño acepta y tolera sin
dificultad. Al principio será necesario proporcionar todas las ayudas físicas necesarias para
conseguir el éxito y de manera progresiva ir desvaneciendo la ayuda a medida que él vaya
adquiriendo mayores destrezas, posteriormente descomponer la secuencia de alimentación
en pequeños pasos (tomar la cuchara, llenarla de comida, llevársela a la boca).
Problemas
conductuales La ausencia de hábitos limita
y condiciona la vida familiar (restringe o elimina la
participación del niño en
determinados espacios).
Estar dispuestos a modificar
el contexto, eliminado
aquellos factores que
pueden ser distractores y que obstaculizan la hora de
la comida.
Constancia y la congruencia
en las acciones
implementadas favorecerán
la modificación de ciertas conductas.
COMPORTAMIENTOS ESPECÍFICOS Y SUGERENCIA DE ACCIONES
Cuando se levanta constantemente de la mesa
El primer paso es registrar el tiempo durante el cual el niño es capaz de permanecer sentado
en diferentes situaciones (mirando televisión, pintando, mirando un cuento, comiendo, etc.).
Este registro va a permitir ajustar el tiempo que sabemos el niño es capaz de estar sentado.
Para ello seguramente habrá que reducir la cantidad de comida que se le presenta en el
plato. Los primeros días, ofrecer su comida favorita (es necesario recordar que el objetivo
no es aumentar la variedad de alimentos sino adquirir mejores hábitos).
El uso de pictogramas y acciones fungen como recordatorios externos de aquellas
conductas que se espera presente, como por ejemplo estar sentado.
Conducta de pica La conducta de pica es la
ingesta de cosas no
comestibles, por ejemplo,
jabón, piedras, insectos, etc.
Enseñar al niño que la
conducta de comer aquello
que no es consumible está
prohibida, para ello deberán
plantearse estrategias
acordes al nivel de
comprensión del niño.
Consultar a un especialista
para descartar que dicha
conducta no esté relacionada
con la presencia de alguna
carencia nutricional del
niño.
SUGERENCIA DE ACCIONES
Es necesario interrumpir la acción del niño mientras se le muestra un pictograma de
“prohibido comer” o se guía su mano una vez que ha cogido la sustancia dirigiéndosela
hacia una bolsa de “basura” que siempre se lleva y que sirve para tirar las cosas no
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comestibles que el niño recoge del suelo.
Por otra parte, todos los días dedicar un tiempo a trabajar la diferencia entre lo que se puede
y lo que no se puede comer.
Lo expuesto en la tabla anterior son principios y recomendaciones generales, resulta necesario
adecuar los métodos a cada caso en particular. El proceso que se llevará a cabo para mejorar las
situaciones de alimentación puede ser largo y no lineal, en ocasiones habrá que volver a puntos
anteriores, la actitud del adulto frente a la problemática requiere de mucha constancia y
paciencia.
¿CÓMO ENFRENTAR LOS PROBLEMAS ALIMENTICIOS?
Para poner manos a la obra y comenzar a intervenir de forma adecuada en este tipo de
problemáticas, es prioritario formar un equipo de trabajo con el objetivo de garantizar la puesta
en práctica de acciones enfocadas al bienestar del niño y su familia.
Siempre hay que partir de la idea de “individualidad”, para ello debemos considerar que cada
niño responde a una dinámica familiar muy particular y por lo tanto los resultados nunca serán
los mismos.
Priorizar objetivos es muy importante, no se puede ni se deben abordar varios objetivos a la vez,
parte de las acciones deben estar encaminadas a dos aspectos principales: la adquisición de
conductas y hábitos de alimentación y la aceptación de un repertorio variado de alimentos.
Estrategias generales:
Crear un clima grato y libre de ansiedad en relación a la hora de comida, es importante no
forzar al niño a que coma, esto con la finalidad de evitar condicionar de manera negativa
toda situación relacionada con a la hora de la comida.
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Asegurar una rutina y mantener constantes las condiciones físicas. Elegir un momento de la comida (desayuno, comida o cena), para llevar a cabo el plan de intervención. Se
sugiere comenzar por la hora de la cena, porque es el periodo en que los padres disponen
de más tiempo. No olvides que es muy importante considerar en todo momento los
gustos de los niños. Muchos pequeños se sienten más seguros si utilizan el mismo lugar
físico (ubicación en la mesa) y los mismos utensilios (siempre los mismos objetos, es
decir, el mismo vaso, el mismo plato, etc.
Emplear apoyos visuales, recuerda que para el niño es importante conocer qué comida se le va a ofrecer y la secuencia en que será presentada. Se recomienda que elabores junto
con él el menú del día colocándolo cerca, de manera que él tenga acceso de forma visual
a la secuencia de alimentos.
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Presentar porciones pequeñas y solo aquellas cantidades que vayamos a exigir comer. Es importante regalar éxito al niño en todo momento, por ello es conveniente que él se
habitué a ver el plato vacío. Recordemos que el plato vacío es un indicador visual de que
ha terminado y puede levantarse.
Poner atención a que el niño no se moje ni se manche, para muchos niños con TEA resulta desagradable sentirse mojados o sucios.
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Algunas especificaciones para la presentación de alimentos.
Presentar el alimento nuevo, y tener a la mano el alimento que más le guste. Primero se le
ofrece una pequeña cucharada del alimento nuevo y posterior una del alimento favorito.
Hay que considerar que los alimentos a introducir, deben tener características similares a
sus alimentos preferidos. Recordemos que parte de las dificultades están relacionadas
con la falta de flexibilidad, podremos garantizar mejores resultados buscando comida que
comparta similitudes con aquellos que ya consume. No olvidar tomar en cuenta la
importancia de cuidar que las comidas estén apetitosas y con estado de textura y
temperatura adecuados.
Cambiar de texturas de forma lenta y progresiva, es decir, ir de utilizar purés más
espesos, a introducir pequeñas cantidades de comida solida hasta llegar a comida entera.
Para mejores resultados es conveniente considerar no mezclar los alimentos, es decir, se
deben ofrecer comidas puras.
Elegir situaciones nuevas para ofrecer alimentos nuevos es decir, generar rutinas para ofrecer solamente el alimento.
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Lo que nunca se debe hacer cuando se abordan problemas de alimentación.
En los niños con TEA resulta necesario cuidar todos aquellos “detalles” que parecen irrelevantes
pero que pueden condicionar el éxito de un programa enfocado a mejorar los problemas de
alimentación.
Intentar “engañar” al niño mezclando distintas comidas. Si el niño detecta que se han escondido alimentos nuevos en su comida habitual, podrá llegar a desarrollar
desconfianza y rechazo hacia alimentos que antes toleraba.
Presentar la misma comida una y otra vez en distintos momentos del día y en días
sucesivos hasta que la acepte. Se corre el riesgo de que el niño se niegue a comer por
completo durante varios días, cuando esto ocurre se le enseña al niño involuntariamente
que si “resiste” terminarán retirándole el alimento rechazado y ofreciéndole el que él
quería.
Poner el plato más cantidad de comida de la que se sabemos de antemano es capaz
de ingerir. Cuando el niño logra terminar la cantidad de comida que es capaz de comer,
queda el plato vacío, el cual sirve como indicador visual de que ya se ha terminado de
comer y de que puede levantarse.
Forzar físicamente al niño. Forzar al niño a abrir la boca, tratar de inmovilizarle para que no se levante o sujetarle las manos con fuerza para que no retire el plato o tire la
comida, condiciona de manera negativa toda la situación relacionada a la alimentación.
COMENTARIOS FINALES Como se ha mencionado lo largo de este documento, los niños con TEA establecen relaciones
peculiares con el ambiente y con las personas, por lo tanto, no debemos perder de vista que
algunos de los aspectos que los caracterizan se ven reflejados en su relación con los alimentos,
siendo importante comprender las causas que están en la base de los problemas alimenticios.
Como tal, no existen manuales de intervención universales, sin embargo, si podemos puntualizar
algunos aspectos que son clave para hacer de las horas de alimentación momentos más relajados:
la actitud del adulto ante la situación, el manejo de rutinas, el uso de apoyos visuales, dividir en
varios pasos tanto las acciones como la forma de presentar el alimento hasta llegar al objetivo
deseado y por último, la familia debe estar preparada para destinar tiempo específico para llevar
a cabo las estrategias derivadas de los objetivos planeados.
Es necesario considerar que aun cuando en este momento se ha hablado solo de las conductas
que se presentan en los problemas de alimentación, el contexto que se genera entorno a la
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intervención permite considerar la hora de la comida como una buena situación para crear condiciones que favorezcan el desarrollo de habilidades en los niños con TEA, tales como:
desarrollo de funciones comunicativas básicas (pedir, mostrar, negar, elegir, señalar, nombrar,
seguir instrucciones), conductas intersubjetivas (contacto visual, anticipación por pistas, gestos
para apoyar la comunicación), esquemas cognitivos-comunicativos (comprender pictogramas o
fotografías, comprender agendas visuales, comprensión de secuencias), solo por mencionar
algunos los factores centrales involucrados en el programa de intervención general.
Finalmente, no hay procedimientos únicos y para el abordaje de problemas de alimentación,
durante el transcurso habrá que probar y modificar nuestras estrategias, hasta encontrar aquellas
que se ajusten a las características y necesidades del niño, incluso en ocasiones será necesario
regresar a puntos anteriores, el camino es largo y requiere de compromiso y constancia por parte
de los adultos responsables de la educación del niño; siendo además imprescindible mantener un
contacto permanente con especialistas en nutrición y en abordaje educativo, de forma tal que
apoyen en la toma de decisiones sobre las estrategias a utilizar para mejorar las condiciones
nutricionales y alimenticias del niño con TEA.
Lic. María Inés Moreno González
Especialista
Red de Atención a la Neurodiversidad
2016
Red de Atención a la Neurodiversidad AC www.rediversidad.com Lic. Mónica Steny Cedillo Castillo, Lic. Lourdes Eugenia Rodríguez Virgen, Lic. Edelweiss Margot Díaz Alerhand, Lic. María Inés Moreno González, Lic. Guadalupe Samantha Guerrero
Gómez, Lic. Claudia Velazco Trejo, Lic. Maricruz Martínez Morales, Lic. Laura Verónica García Uribe, Lic. Laura Amanda Zepeda Sánchez, Lic. Gabriela Sánchez Jiménez
Coordinación General Lic. Edel López Aguiar
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