LOS TUXTLAS La última Selva Fértil hasta lo inverosímil, esta tierra era conocida antiguamente...

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LOS TUXTLAS La última Selva

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LOS TUXTLAS

La última Selva

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Fértil hasta lo inverosímil, esta tierra era conocida antiguamente como Tlalocan,

“tierra de la abundancia y paraíso terrenal”. Cientos de arroyos y ríos

cristalinos bajan de los cerros y desembocan en lagunas, esteros y mar para crear un verdor cuya intensidad

alcanza incluso los postes secos de los cercados, que en pocos años se convierten en árboles frondosos.

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La última Selva

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• La región de los Tuxtlas es un conjunto natural de volcanes, Colinas verdes,

fértiles potreros, selva, lagos, ríos y mar que comprende un área protegida en el

sureste del estado de Veracruz conformada por los municipios de

Santiago Tuxtla, San Andrés Tuxtla y Catemaco.

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Cien años atrás, casi todo Veracruz tenia el mismo grado de naturaleza salvaje y poderosa que se observa en este Rincón de los Tuxtlas,

sin embargo, hoy atravesamos una de las últimas áreas de selva virgen del Estado de

Veracruz y posiblemente del país.• Es la estación de Biología tropical de los

Tuxtlas, sustentada por la Universidad Autónoma de México (UNAM) quien con fines

científicos y educativos se encarga de preservar la zona. En este Edén, el visitante

puede toparse con 360 diferentes variedades de mariposas, 560 especies de aves y 128 de

mamíferos

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• Aun cuando es una noche calurosa, “la gente”, la otra riqueza de los Tuxtlas, se

pasea por el zócalo, señores con guayabera, jóvenes con guitarras,

mujeres con grandes sonrisas se miran al pasar y todos se saludan, pues todos se

conocen. Dicen los Tuxtlecos son relajados, tropicales, dicharacheros y

abiertos; son de jarana y fandango, de río y de mar.

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• En los Tuxtlas se “mezclo la cultura indígena y popolucas, el cristianismo español y las creencias africanas traídas por esclavos negros fugitivos; así

nació lo que se llama brujería. Las antiguas terapias indígenas, la herbolaria y la invocación de fuerzas o entidades sobrenaturales configuran aquí una tradición de magia, tanto blanca como negra.

Actualmente esta actividad es turística y esta marcada por el primer viernes de marzo en que se

celebra un festival internacional de brujería que reúne a practicantes y curiosos. Esta tradición

convive con la religión, uno de cuyos templos mas antiguos es el de San Pedro Totogatl (1522), en Santiago Tuxtla, la Catedral de San José y San

Andrés (1870), en San Andrés Tuxtla, mientras en Catemaco se venera a la Virgen del Carmen desde

l664.

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• Junto a toda esta rica variedad cultural, no faltan las raíces prehispánicas: los

Olmecas, que habitaron la región desde hace 1200 años hasta los comienzos de la era cristiana. Su huella permanece en Tres Zapotes, sitio arqueológico donde

fueron encontradas las famosas cabezas colosales que hoy alberga el museo

Metropolitano de Nueva York.

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• Cabezas Olmecas

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• Cabeza Colosal Olmeca

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•En este lugar el agua se presenta en mil formas. Cerca de San Andrés se encuentra el Salto de Eyipantla,

caída de 30 metros del río Comoapan. Esta tambien la laguna Encantada, que debe su nombre a un curioso fenómeno: Su nivel de

agua disminuye en época de lluvias y aumenta durante la sequía.

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La vista marítima que ofrecen los Tuxtlas es poco conocida. 100 kilómetros de costa casi virgen, con playas y altos

farallones rocosos únicos en el Atlántico Norte.

De ahí se llega a los acantilados de Punta Roca Partida, formaciones rocosas que la gente conoce bien, por lo que no duda en penetrar en la cueva de Lorencillo, grieta

del tamaño de una iglesia que lleva el nombre de un pirata holandés que la

utilizaba como escondite cuando asaltaba galeones españoles.

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• Catemaco y su laguna, el mayor espejo de agua

en la región, son celebres entre los adeptos a la medicina natural tradicional. A un costado de la

cuidad esta el parque ecológico de Nanciyaga, de 40 hectáreas selváticas rescatadas. Ahí esta gran

parte de los chamanes que curan con ceremonias, hierbas, el temascal, barro y aguas

minerales de manantial. Unas lanchas que parten del malecón pueden llevarnos a una de las nueve

islas, de entre las que destaca la de los monos (poblada por primates asiáticos), y Agaltepec, selvática y con un sitio arqueológico. Un final

único lo proporciona el muy recomendable paseo por Poza Reyna, reserva ecológica privada con ambiente de selva protegida en la que se nada,

snorkelea o se realiza escalada acuática en cascadas y pozas de agua color turquesa.

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La Conquista del Paladar

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Veracruz es uno de los estados con mayor tradición culinaria y cada una de las regiones que lo integran

tiene su toque especial. La cocina veracruzana tiene todo un abanico de posibilidades

complacientes para cualquier paladar ya que está condimentada con las especias más naturales y originales. En la mesa de los veracruzanos no

puede faltar el chilpachole de jaiba, platillo que combina los sabores del jitomate, ajo, chile serrano

y cebolla, y que es reconocido por el color rojo intenso de su caldo ligeramente picante y espeso

que acoge el sabor de la carne fresca de jaiba, deshebrada o en su concha. El olfato distingue el

toque de perejil y epazote, punto de partida para el disfrute de la experiencia del mestizaje culinario.

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• Tan pronto llegue al Puerto de Veracruz, estará listo para disfrutar el sabor del

café tradicional, acompañado de la diversidad de postres; el jobo, las

palanquetas y el marquesote . Para aminorar el calor, no deje de probar los toritos de guanábana, coco o cacahuate,

ideales para acompañar la deliciosa comida jarocha. El café de esta zona es de un sabor incomparable y aromático,

no por nada presume de ser exportado a muchos países y ser de los mejores en el

mundo entero. Y ya que hablamos de café, no podemos dejar de mencionar que

pocos lugares en el mundo son tan representativos de una ciudad y un

Estado como el famoso Gran Café de la Parroquia en el Puerto de Veracruz. .

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Tabaco Privilegio de los Tuxtlas

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•San Andrés Tuxtla, lugar privilegiado de la costa veracruzana que desde mediados del

siglo XIX se convirtió en uno de los centros de producción de tabaco de mayor renombre.

Pero ¿por qué los puros de San Andrés cuentan con demanda nacional e internacional

comprobada?

La respuesta está en el campo, en las casas de tabaco, en las fábricas de San Andrés. Un

recorrido por los campos sembrados de tabaco es más que suficiente para darse cuenta de la nobleza de origen de las hojas, que una vez

secas formarán la materia prima del enrollado, y ello se explica por el régimen climático de la región, ubicada en un pequeño macizo cercano

a la costa que disfruta de una humedad especial.

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•Las casas de tabaco (galeras), que asemejan grandes mansiones en medio del campo, bañadas por el sol

inclemente, guardan las trenzas de hojas que habrán de usarse de acuerdo con su color, tamaño y forma. Visitar

las fábricas, los lugares donde el tabaco en rama es transformado en lo que ha dado en llamarse habanos, es una experiencia interesante. Ahí todo transcurre como en

una colmena, con la atención exacta que da la experiencia para cada parte del proceso; la selección, la

talla, el toque personal que lleva cada pieza y el empaque final con los tabacos ahí dispuestos, perfectamente

protegidos por las cajas de madera y hechos para que quien los adquiere pueda darse el gusto de romper cuidadosamente el sello y ofrecer, como símbolo de amistad, un puro, un habano, un San Andrés de los buenos, mientras alguien espera a que se fumen el tiempo para guardar en la caja sus últimos sueños.