López Chorne, Juan Defensa misilística : qué hay detrás ...

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López Chorne, Juan Defensa misilística : qué hay detrás del NMD Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Argentina. Atribución - No Comercial - Sin Obra Derivada 2.5 https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/ar/ Documento descargado de RIDAA-UNQ Repositorio Institucional Digital de Acceso Abierto de la Universidad Nacional de Quilmes de la Universidad Nacional de Quilmes Cita recomendada: López Chorne, J. (2003). Defensa misilística: qué hay detrás del NMD. Revista de Ciencias Sociales 14, 207-237. Bernal, Argentina : Universidad Nacional del Quilmes Disponible en RIDAA-UNQ Repositorio Institucional Digital de Acceso Abierto de la Universidad Nacional de Quilmes http://ridaa.unq.edu.ar/handle/20.500.11807/1390 Puede encontrar éste y otros documentos en: https://ridaa.unq.edu.ar

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López Chorne, Juan

Defensa misilística : qué hay detrás del NMD

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Argentina.Atribución - No Comercial - Sin Obra Derivada 2.5https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/ar/

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Cita recomendada:López Chorne, J. (2003). Defensa misilística: qué hay detrás del NMD. Revista de Ciencias Sociales 14,207-237. Bernal, Argentina : Universidad Nacional del Quilmes Disponible en RIDAA-UNQ RepositorioInstitucional Digital de Acceso Abierto de la Universidad Nacional de Quilmes http://ridaa.unq.edu.ar/handle/20.500.11807/1390

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Defensa misilística: qué hay detrás del NMD*

Juan López Chorne**

Missile Defense: What’s behind NMD

The following article will try to prove how the development of a missiledefense system by the government of the United States (known asNational Missile Defense or NMD) originally disigned for counteractingan attack with ICBMs (intercontinental ballistic missiles), takes part,and maybe the remaining piece, of a puzzle which was projectedduring the 1990s, and that consists of the strengthtening and consoli-dation of the USA not only as the dominant power but also as theglobal leader in a unipolar world. This will be the main hypothesis ofthis article, to carachterize the development of this huge project inthe context of the strategic consolidation of the USA in a context ofunilaterallity in decision making. Nevertheless, two other factorswhich seem to be important in NMD’s develpmet will be discussed:the influence of the military-industrial corporation in the allowanceof contracts, and the design of a new defense doctrine with futuristcharacteristics with regard to the defensive aspects of nucleardissuasion.

Introducción

Durante más de medio siglo la espe-cie humana habitó un mundo domi-nado por dos superpotencias anta-gónicas con la capacidad de des-truirse mutuamente y al resto de lahumanidad numerosas veces. Sinembargo, este mundo bipolar y es-tos dos actores racionales,1 genera-ron la doctrina de la “mutua destruc-ción asegurada”, la cual se transfor-

maría en el pilar de la seguridad in-ternacional durante la Guerra Fría.De esta manera, sentarían las ba-ses para un mundo más estable através de la firma de acuerdos bila-terales como el ABM.2 Ese mundo noexiste más. Aunque haya aún cua-tro países con la capacidad de des-truir o dañar seriamente a los Esta-dos Unidos,3 el mundo bipolar de laGuerra Fría o de la Postguerra Fríaagoniza, y los actores y los aconte-

* Programa de Investigación Fuerzas Armadas y Sociedad (PIFAS).** Docente e investigador de la Universidad Nacional de Quilmes.1 Digo racionales porque desde una perspectiva estratégica la lógica de la mutua

destrucción asegurada requiere agentes racionales, o que al menos compartan unmismo criterio de racionalidad. En el caso de la Unión Soviética y de los EstadosUnidos el hecho de inmolarse para destruir al enemigo no era una variable elegible.De esta manera, la certeza de las consecuencias holocáusticas de un conflicto nuclearreduce al mínimo la factibilidad de dicho conflicto.

2 Se trata de un tratado firmado en 1972 entre los Estados Unidos y la UniónSoviética que básicamente limitaba enormemente la facultad que tenían las partespara desarrollar sistemas de defensa misilística contra misiles intercontinentales.

3 Hoy en día solamente Rusia, Gran Bretaña, Francia y China son capaces deatacar a Estados Unidos con armas nucleares.

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cimientos están dando lugar a unnuevo panorama y al surgimiento deun nuevo paradigma de seguridad.No será tanto el objeto principal delpresente trabajo pronosticar el nue-vo orden (o su ausencia) que se ave-cina, sino fundamentalmente descri-bir el que desaparece.

Intentaremos demostrar cómo eldesarrollo por parte del gobierno deEstados Unidos de un sistema dedefensa misilística (NMD según sus si-glas en inglés), diseñado para con-trarrestar el ataque de misiles inter-continentales, forma parte, quizá lapieza restante, de un rompecabezasque se fue gestando a lo largo de ladécada de 1990 y que consiste en elfortalecimiento y consolidación de losEstados Unidos no sólo como poten-cia dominante sino también como lí-der global en el marco de un mundounipolar. Ésta será la hipótesis prin-cipal del trabajo, enmarcar el desa-rrollo de este megaproyecto en unmarco de consolidación estratégicade los Estados Unidos en un contex-to de unilateralidad en la toma de de-cisiones. Sin embargo, también se-rán discutidos otros dos factores queparecen tener peso en el desarrollodel NMD: el poder de la corporaciónmilitar-industrial en la asignación denuevos contratos y el diseño de unanueva doctrina de defensa caracteri-zada por su perfil futurista en el mar-co de una faz defensiva en el campode la disuasión nuclear.

En una primera parte describire-mos una serie de indicadores, capabi-

lities en un lenguaje waltziano,4 queubican a Estados Unidos claramen-te como líder indiscutido e indispu-tado en los campos económico, tec-nológico y militar. En este contextoel NMD se inscribe como una conse-cuencia de la evolución de estas

capabilities. Una segunda parte des-cribirá brevemente el funcionamien-to de este programa, así como suscostos, las empresas vinculadas ensu despliegue, sus consecuencias so-bre el tratado ABM, y finalmente, lafundamentación retórica que se hacedel proyecto como el mejor métodopara defender a los Estados Unidosde “países villanos” que en el cortoplazo estarían en condiciones de in-fligir un serio daño al territorio y alos ciudadanos norteamericanos. Entercer lugar se realizará un análisisdel papel que parece jugar el com-plejo militar-industrial y su poder delobby en la asignación de contratosmillonarios, enmarcando al NMD den-tro de la mecánica de funcionamien-to de la industria militar. En cuartolugar se tratará el papel del NMD den-tro del marco de lo que se sugiere seráuna revolucionaria reforma doctri-naria de las fuerzas armadas norte-americanas. En la quinta parte setratará la hipótesis principal del tra-bajo, que el NMD responde a una vo-luntad de sectores conservadores decambiar, o más precisamente conso-lidar, el papel de Estados Unidos enel mundo, transformado al país eninvulnerable, de forma tal de sortearsin mayores inconvenientes la mayo-ría de las instancias multilaterales obilaterales en las cuales aún partici-pa. Esto se fundamentará partiendode una caracterización del unilate-ralismo norteamericano en la Post-guerra Fría, que servirá para identi-ficar los sectores más comprometidosideológicamente con el desarrollo delNMD, para finalmente hacer un breverepaso de los últimos acontecimien-tos calificables como movimientosunilaterales por parte de los EstadosUnidos. Por último, se presentaráuna serie de conclusiones que com-

4 K. Waltz, “Theory of International Politics”, Addison-Wesley, 1979.

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pilarán y vincularán las secciones an-teriores dentro de un marco contex-tual más amplio (el impacto del ob-jeto de análisis en otros estados na-cionales) que intentarán dar susten-to teórico a la premisa del trabajo.

Un hegemón global

Numerosos investigadores han estu-diado recientemente la posición rela-tiva de Estados Unidos en el mundode la Postguerra Fría, y han encon-trado una situación sin precedenteshistóricos. Entre otros, W. Wohlforthha descripto a los Estados Unidoscomo “la primera potencia en la his-toria internacional moderna con unapreponderancia decisiva en todos loscomponentes inherentes al poder:económico, militar, tecnológico, ygeopolítico”.5 La descripción que haceM. Mastanduno es muy similar: “In-cluso sin una medida precisa, focali-zando en un grupo de atributos de po-der se llega a la conclusión de queEstados Unidos se encuentra sólo ensu clase. Sólo Estados Unidos sobre-

sale en poder y preparación militar,capacidad económica y tecnológica,tamaño de territorio y población, do-tación de recursos, estabilidad políti-ca, y atributos menos determinantescomo ideología”.6 Para Stephen Waltesta realidad “hará muy difícil a otrosestados alcanzar [a Estados Unidos]rápidamente”, en tanto que “esta ex-traordinaria posición de poder perdu-rará durante este siglo”.7

Ilustremos un poco más profun-damente la situación de Estados Uni-dos en el mundo: es por lejos la eco-nomía más grande del planeta (véa-se cuadro 1). Es casi el doble de gran-de que la segunda economía (China),y las restantes economías importan-tes del globo se encuentran lejos dela performance norteamericana y sonmayoritariamente aliadas de estepaís. El resto de los países seleccio-nados (tradicionalmente hostiles alos Estados Unidos) tienen una eco-nomía poco significativa.

Estados Unidos es asimismo elprincipal inversor en investigación ydesarrollo y es líder indiscutido en elcampo tecnológico; ni siquiera Japón,

5 W. Wolhforth, “The Stability of a Unipolar World”, International Security, vol. 24,No. 1, verano de 1999.

6 M. Mastanduno, “Preserving the Unipolar Moment”, International Security, vol.21, No. 4, primavera de 1997.

7 S. Walt, “Two Cheers for Clinton`s Foreign Policy”, Foreign Affairs, vol. 79, No. 2.

Cuadro 1. Producto Bruto Interno (PPP) (en billones de us$, 1999)

País PPP Estados Unidos 9,255 Gran Bretaña 1,29 Francia 1,37 Alemania 1,86 Japón 2,95 China 4,8 Rusia 0,62 Irán 0,35 Irak 0,06 Corea del Norte 0,023

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el segundo país en este campo, in-vierte tanto en tecnología (véase cua-dro 2). Es indudable que los efectos“derrame” que tiene el desarrollo tec-nológico hacia el conjunto de la eco-nomía fortalecen aun más el podereconómico norteamericano. Además,si se comparan las cifras correspon-dientes a Estados Unidos y China (unsupuesto futuro hegemón), se perci-be que si bien el PBI absoluto de éstetal vez pueda alcanzar al de EstadosUnidos en algunas décadas, el cat-

ching-up en materia tecnológica lle-vará, si es que alguna vez sucede,mucho más tiempo.

La restante capability a ser trata-da en esta sección es el gasto presu-puestario en Defensa. Es impresio-nante la disparidad que nuevamentehay entre Estados Unidos y el restode los países (véase cuadro 3). La ad-ministración Bush presentó un borra-dor para el año fiscal 2002 que inclu-ye us$ 343 mil millones para el Pen-tágono,8 lo que representa 18 mil mi-llones más que en el 2001 o un au-mento del 4,6%. Rusia, que tiene elsegundo presupuesto militar, va a

gastar aproximadamente un sexto delo que gasta Estados Unidos, mien-tras que China, el tercer país en estecampo, es superada siete veces porlos Estados Unidos.9 Lo que resultamás llamativo es que la porción delgasto mundial en Defensa que corres-ponde a Estados Unidos ha crecidoen los últimos años. Es llamativo por-que en 1985, aun durante la GuerraFría, Estados Unidos gastaba un 30%del total; mientras que en 1999, yasin un “imperio del mal” que amena-ce su existencia en el planeta, gastóaproximadamente un 36% del total.

Hay que destacar, como sugiere C.Helman, que “el presupuesto militarestadounidense es más de 22 vecesel de los siete países tradicionalmenteidentificados por el Pentágono comolos más probables adversarios (Cuba,Irán, Irak, Libia, Corea del Norte,Sudán y Siria), quienes en conjuntogastan alrededor de 14 mil millonesanualmente”10 (¡4 mil millones de dó-lares menos de lo que el gobierno nor-teamericano planifica aumentar supresupuesto militar!). Sin lugar a du-das mucho tienen que ver en estos

8 “White House to propose $18,4 billion defense increase”, CNN, 22 de junio de 2001,http://www.cnn.com/2001/ALLPOLITICS/06/22/defense.budget.ap/index.html.

9 C. Helman, “U.S. Continues to Dominate World Military Expenditures”, Weekly

Defense Monitor, vol. 5, No. 11 (Center for Defense Information, marzo de 2001).10 Ibid.

País Porcentaje Estados Unidos 35,8 Alemania 6,6 Gran Bretaña 5,7 Francia 5,1 Japón 17,6 China 1,6

Cuadro 2. Gasto en tecnología como porcentajedel gasto mundial total (1997)

Fuente: W. Wolhforth, “The Stability of a Unipolar World”, International Security, vol. 24, No. 1,verano de 1999. OCDE, Science, Technology, and Industry: Scoreboard of Indicators 1997 (París,OCDE, 1997)

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números dos factores: la inmensa in-dustria militar norteamericana, y labonanza fiscal alcanzada durante laadministración Clinton. El primerfactor será tratado más adelantecuando veamos más a fondo los pro-yectos de defensa misilística (y enparticular el NMD), mientras que el se-gundo parece dar cuenta de por quési los gastos en defensa bajaron comoporcentaje del PBI, se han mantenidosin embargo vigorosos en términosabsolutos e indisputados en térmi-nos globales. Mientras que el supe-rávit fiscal de 1998 fue de 69.200 mi-llones de dólares, el de 1999 alcanzó122.700 millones de dólares, y el de2000 fue de alrededor de 230.000 mi-llones de dólares.11 Estas cifras tie-nen que ser destinadas hacia algúnlugar en los presupuestos subsi-

guientes, y a pesar de que se augu-rara tras el fin de la Guerra Fría unadecadencia en la industria militar,esto es algo que en los hechos no haocurrido12 (a pesar de una importan-te restructuración). Por lo tanto, unabuena parte de la explicación del in-menso gasto en defensa de EstadosUnidos, tanto en valores absolutoscomo en porcentaje del gasto mun-dial, puede encontrarse en la perfor-

mace fiscal del gobierno de Clinton yen la importancia que tiene el áreade defensa dentro del presupuesto.

Todo lo anterior nos induce a ca-lificar a Estados Unidos como unhegemón global, pero ¿podemos ha-blar de potencia unipolar? Numero-sos autores parecen estar de acuer-do en calificar el orden posterior a laGuerra Fría como unipolar. Sin em-

11 27 de septiembre de 2000, CNN, http://www.cnn.com/2000/ALLPOLITICS/stories/09/27/clinton.surplus/index.html.

12 Véase E. Gholz y H. M. Sapolsky, “Restructuring the US Defense Industry”,International Security, vol. 24, No. 3, invierno de 1999/2000.

Cuadro 3. Gasto en Defensa (año 1997)

Fuente: Bureau of Verification and Complience, US Department of State (www.fas.org/man/docs/wmeat98/w98tbl1.pdf)

País Gasto en

Defensa

(GD) (mill.

de US$)

GD/PBI (%) GD/Gasto

Total (%)

FF.AA. por

1000

habitantes

Rusia 41700 5,8 30,9 8,8

Corea del Norte 6000 21,3 27,5 51,6

Irán 4730 3 11,6 9,1

Irak 1250 4,9 NA 19,0

Alemania 32900 1,6 4,7 4,1

Francia 41500 3,0 6,4 8,1

Reino Unido 35300 2,7 7,1 3,7

Japón 40800 1 6,6 2

Estados Unidos 276000 3,3 16,3 5,7

China 74900 2,2 17,6 2,1

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bargo, donde parece haber más dis-crepancias es respecto del marco teó-rico idóneo para analizar esta reali-dad, y, más específicamente, la dis-cusión parece centrarse en la dura-ción de este “momento” unipolar. W.Wohlforth es categórico al afirmarque “el sistema es sin lugar a dudasunipolar. Estados Unidos goza delmás amplio margen de superioridadsobre el siguiente Estado más pode-roso, o, de hecho, sobre todos losotros grandes poderes combinadosque cualquier otra potencia en los dosúltimos siglos”.13 La teoría neorrea-lista convencional supone que la acu-mulación de poder por parte de unEstado genera repulsión en el restode los países testigos del crecimien-to del poder relativo de éste, y, por lotanto, la creación de alianzas contra-hegemónicas es un hecho inevitableque determinará que un orden uni-polar no pueda sustentarse en eltiempo. W. Wohlforth desafía estesupuesto al afirmar que “la actualunipolaridad no sólo es pacífica sinotambién duradera. Ya ha cumplidouna década, y si Washington juegasus cartas correctamente, puede du-rar tanto como la bipolaridad”.14 Paraeste autor la clave que sustenta elbinomio unipolaridad-estabilidadreside en el enorme trecho que sepa-ra el poder de Estados Unidos del delas otras potencias, y el hecho de queéstas tengan noción de esta distan-cia disuade cualquier potencial in-tento contrabalanceador. M. Mastan-duno también parece desafiar la or-todoxa visión acerca del carácterinherentemente efímero de un orden

unipolar, pero en ningún momentoduda en calificar al mundo Postgue-rra Fría como tal. Para él, “el proble-ma no es si nuevas potencias se le-vantarán y balancearán, sino cuán-do lo harán”,15 y para ello es funda-mental el enfoque teórico que se uti-lice. Para esto compara la nociónwaltziana (por K. Waltz) de “balancede poder” y la noción waltiana (porS. Walt) de “balance de amenaza” (Ba-

lance of Threat). La primera, que yaexplicamos, establece que un ordenunipolar no puede prolongarse en eltiempo, en tanto el segundo enfoqueestablece que el comportamientocontrabalanceador no es inevitable ysí, en cambio, dependerá de cuánamenazador parezca a los otros es-tados el poder del hegemón. Es de-cir, es esperable la formación de coa-liciones antihegemónicas cuando esepoder sea percibido como amenazan-te. Esto lleva a Mastanduno a pen-sar que “si la teoría de balance-of-

threat es correcta, la duración delmomento unipolar dependerá no sólode la distribución relativa de capa-

bilities, sino también de la efectivi-dad de la diplomacia estadouniden-se”.16 K. Waltz desacredita cualquierhipótesis acerca de que el fin de laGuerra Fría haya generado cambiosen el sistema internacional en el ni-vel estructural. Para él el contextosigue siendo básicamente anárquicoe instituciones propias de la GuerraFría como la OTAN, por citar un ejem-plo, siguen existiendo por las conduc-tas tipo rent seeking de los burócra-tas que allí trabajan y porque bajolas administraciones de Bush (padre)

13 W. Wolhforth, “The Stability of a Unipolar World”, International Security, vol. 24,No. 1, verano de 1999.

14 Ibid.15 M. Mastanduno, “Preserving the Unipolar Moment”, International Security, vol.

21, No. 4, primavera de 1997.16 Ibid.

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y Clinton la OTAN se transformó enun instrumento para “mantener eldominio de Estados Unidos sobre lapolítica exterior y militar de los esta-dos europeos”,17 es decir, la OTAN con-tinúa e incluso se expande, no por-que haya un auge del multilatera-lismo a nivel mundial sino porque elhegemón así lo quiere. Planteada lacontinuidad estructural del sistemainternacional, lo único que ha ocu-rrido es que “la estructura de la polí-tica internacional ha sido simple-mente rehecha a partir de la desapa-rición de la Unión Soviética, y poralgún tiempo se vivirá en unipolari-dad”.18 Si bien es claro en calificar alorden mundial como unipolar, Waltzes muy ambiguo respecto de cuántopuede llegar a durar ese orden.

Si definimos unipolaridad como“una estructura en el cual las capa-

bilities de un Estado en particular sondemasiado grandes para ser contra-balanceadas”,19 entonces nos vemosobligados a analizar más profunda-mente esta premisa. Parece claro queen el campo económico la superiori-

dad de los Estados Unidos hoy, y enlas próximas décadas, no está ame-nazada,20 sin embargo no podemosdecir lo mismo en materia de seguri-dad. En tanto haya actores en con-diciones de infligir un serio daño alos Estados Unidos, hay, a pesar dela clara superioridad norteamerica-na, un contrabalanceo de hecho.21 Yen tanto haya instrumentos legalesque aseguren la mutua destruccióncomo principio estratégico de estabi-lidad en materia nuclear y una doc-trina de defensa nuclear basada úni-camente en la faz ofensiva, hay uncontrabalanceo con una cierta garan-tía jurídica. Mientras esto últimoexista, la hegemonía de Estados Uni-dos no podrá ser calificada, en teo-ría, como unipolar. O más precisa-mente, no se trata aún de una unipo-laridad que permita la toma de deci-siones de manera puramente unila-teral. Esto nos lleva inevitablementea plantear el desarrollo de un escu-do defensivo contra armas de des-trucción masiva dentro de este mar-co de consolidación unipolar. Ésta

17 K. Waltz, “Structural Realism after the Cold War”, International Security, vol. 25,No 1, verano de 2000.

18 Ibid.19 W. Wolhforth, “The Stability of a Unipolar World”, International Security, vol. 24,

No. 1, verano de 1999.20 Según cómo evolucionen las tasas de crecimiento de China y los Estados Uni-

dos, aquélla podría alcanzar en términos absolutos el PBI norteamericano en un parde décadas. Para más información en este aspecto ver W. Wolhforth, “The Stability ofa Unipolar World”, International Security, vol. 24, Nº 1, verano de 1999, p. 33; “Sourcesof Conflict in the 21st Century”, Z. Khalizad y D. Shlapak (eds.), Regional Futures and

US Strategy, Santa Mónica, RAND, 1998, cap. 2, p. 19.21 A pesar de que el gasto en defensa de Rusia es mucho menor al de Estados Unidos

y sus fuerzas armadas no están tan bien equipadas y entrenadas como las de éste,sigue en condiciones técnicas de destruir a este país. Con China sucede algo similar, sibien su arsenal nuclear no alcanza para destruir todo el territorio de Estados Unidos esdifícil que este último se arriesgue a perder por ejemplo Seattle o Los Ángeles con elpropósito de ganar un conflicto nuclear a China. Por lo tanto, a pesar de su clara infe-rioridad en términos militares, Rusia y China siguen teniendo un fuerte poder disuasivofrente a Estados Unidos y la capacidad de limitar posibles acciones unilaterales porparte de éste. Chechenia es un claro ejemplo de esto. A pesar de las continuas violacio-nes a los derechos humanos por parte de las fuerzas rusas en este territorio, la presiónde Estados Unidos no pasó el nivel retórico a diferencia de lo que ocurrió en Bosnia.

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será la premisa principal del presen-te trabajo, pero no por ello se deja-rán de lado otras variables que es-tán detrás de este megaproyecto.

El NMD

Funcionamiento y tiempos

del Programa

A modo de introducción expliquemosbrevemente en qué consiste este sis-tema. Se trata de un programa inte-grado de defensa contra misilesbalísticos intercontinentales que pu-dieran ser lanzados por supuestos “es-tados villanos” o como causa de unlanzamiento accidental por parte deuna nación no enemiga, a través dela destrucción de éstos por medio delimpacto de un vehículo interceptor. Elprograma apunta a poder defender los50 estados norteamericanos de unataque limitado, es decir, en una pri-mera etapa, de un ataque provenien-te de menos de una decena de misilesy aparentemente nunca podrá estaren condiciones de generar un escudoprotector para más de algunas dece-nas de misiles intercontinentales.Este esquema, en principio, no pro-veería protección contra un supuestoataque de las denominadas potenciasnucleares, las cuales, a excepción deChina, estarían en condiciones técni-cas de implementar un ataque nuclearmasivo. Asimismo, decimos que setrata de un sistema integrado porqueconsta de numerosas instalaciones entierra y en el espacio: dispositivosinfrarrojos espaciales, SBIRS (Space

Based Infra Red System), para identi-

ficar el lanzamiento de un misil ene-migo; una red de radares situados entierra que deberá detectar al misil lue-go de su lanzamiento y evaluar cómoneutralizarlo; un poderoso radar debanda X que deberá estar situado enShemya (Alaska) y cuya función seráidentificar la trayectoria del misil ene-migo; un centro de comando en lasmontañas Cheyenne en Colorado, quedeberá dirigir el lanzamiento del ve-hículo interceptor; y un vehículo in-terceptor, que mediante sensores pro-pios deberá poder discriminar entreseñuelos y la cabeza nuclear del misily derruir esta última.22

Originariamente diseñado comoun programa de 3+3 años (3 años deinvestigación y desarrollo y tres añosde despliegue), el sistema debía es-tar en condiciones de operar para elaño 2003. Sin embargo, en enero de1999 el entonces secretario de De-fensa W. Cohen anunció una reorien-tación del programa, extendiéndolohasta el 2005, asumiendo una defi-nición afirmativa del presidenteClinton para mediados del año 2000.Este último condicionó la decisión dela siguiente manera: “[...] determina-remos [...] si desplegar un limitadosistema de defensa misilística [...]cuando revisemos los resultados delas pruebas y otros esfuerzos inves-tigativos, los costos estimados, y laevaluación de la amenaza. Al hacernuestra determinación, también re-visaremos el progreso en alcanzarnuestros objetivos en el control de ar-mas, incluyendo la negociación deenmiendas al tratado ABM que pudie-ra requerir un posible despliegue delNMD”.23 Continuamente presionado

22 “Missile Defenses, A Shield in Space”, The Economist, junio de 2000.23 Citado en John Pike, “National Missile Defense: Rushing to Failure”, Journal of

the Federation of American Scientists (FAS), vol. 52, Nº 6, noviembre/diciembre de 1999.La FAS en una organización gubernamental que agrupa a más de 50 premios Nobel yque focaliza su acción en la promoción del control de las armas de destrucción masiva.

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por la retórica republicana (una leyde 1995, luego vetada por Clinton,que obligaba al desarrollo del proyec-to, y una comisión legislativa en1998, dirigida por D. Rumsfeld, ac-tual secretario de Defensa, que invo-caba al pronto despliegue del escu-do), el gobierno demócrata se vio enserias dificultades de desestimar unproyecto que no le resultaba atracti-vo. En 1999, ante los continuos fra-casos exhibidos en las pruebas, elpresidente Clinton tomó la decisiónde dejar a su sucesor la definiciónsobre el proyecto. Esto implica queen sus condiciones originales, aquélno podría estar operativo antes de2007. Sin embargo, el presidente G.W. Bush parece querer cumplir consus promesas electorales de asumir“con placer la oportunidad de actuardonde ellos [los demócratas] fracasa-ron”24 y desarrollar un escudo defen-sivo cuanto antes. Asimismo, en suceremonia de confirmación comonuevo secretario de Defensa, Rums-feld se comprometió a desplegar unescudo de defensa misilístico lo an-tes posible, a pesar de los riesgos in-herentes a su dudoso funcionamien-to, Rumsfeld, haciendo una analogíacon los primeros satélites espías (denombre Corona) los cuales “fallaron11, 12, 13 veces durante las admi-nistraciones de Eisenhower y Ken-nedy [...] pero [ellos] perseveraron,trabajaron, y terminaron ahorrandomiles de millones de dólares por el

mejor conocimiento que alcanza-mos”,25 parece haber sentado el fuer-te compromiso de su administracióncon este proyecto. A principios demayo de 2001 en un discurso en laUniversidad Nacional de Defensa(National Defense University), el pre-sidente Bush parece haber aumen-tado la apuesta abogando por un másrápido despliegue del escudo, quecontemple el NMD original, pero queaparentemente además adicione dosalternativas originariamente ideadaspara misiles de mediano alcance, yque se encuentran actualmente enproceso de desarrollo: un sistema dedefensa misilística de la Marina(Navy Ship Based Missiles), y un sis-tema de láser antimisiles situado enaviones Jumbo de la Fuerza Aérea(Airborne Laser). Aparentemente esteheterodoxo esquema podría redituarun sistema más eficiente en un lap-so menor.26

Costos y empresas vinculadas

con el proyecto

A diferencia del proyecto Star Wars

de la administración Reagan cuyocosto estimado alcanzaba el billón dedólares, el costo aproximado del NMD

ronda los us$ 60.000 millones.27 Laempresa Boeing fue designada enabril de 1998 por el BMDO28 (Ballistic

Missille Defense Organization) comoel integrador principal del sistema

24 “Aplazan el escudo antimisiles”, La Nación, 2 de septiembre de 2000.25 “Rumsfeld makes his case for building missile defense”, Knight Ridder Newspaper,

12 de enero de 2001.26 “The Secretary of Missile Defense”, Time, 7 de mayo de 2001.27 W. Hartung y M. Ciarrocca, “Star Wars II: Here We Go Again”, The Nation, junio

de 2000.28 Se trata de una agencia estatal responsable de los programas de defensa

misilística, que posee un presupuesto de aproximadamente 4.000 millones de dólaresal año y emplea alrededor de 500 personas (Washington File, “U.S. Missile DefenseDirector Cites Progress, Challenges”, http://usinfo.state.gov/topical/pol/arms/stories/01031250.htm, 12 de marzo de 2001).

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(Lead System Integrator), y es respon-sable del diseño, desarrollo, testeo,e integración de todos los elementosdel NMD en un sistema capaz de de-fender los cincuenta estados de unaataque misilístico limitado.29 Paraello, el BMDO le renovó en diciembrede 2000 un contrato para continuarel desarrollo del NMD desde el 1 deenero de 2001 hasta el 30 de sep-tiembre de 2007. Este contrato tieneun valor potencial de 13.000 millo-nes de dólares si todas las opcionesfuturas se llevan a cabo.30 Aclaremosque esto convierte a Boeing en el prin-cipal contratista, pero de ningúnmodo en el único. Sin embargo, sucategoría de “integrador principal” leda el poder de elegir al resto de loscontratistas. Bajo este esquema,Boeing seleccionó a los otros tresprincipales contratistas que se des-tacan en las siguientes áreas: Raey-theon Company produce los vehícu-los interceptores, TRW Inc. los senso-res infrarrojos, y Lockheed Martin loscohetes que portan el vehículo inter-ceptor, así como también los cohetes“enemigos” (que se utilizan en laspruebas técnicas como supuestosmisiles enemigos).31

Por supuesto que la influencia dela corporación que forman las empre-sas contratistas no es menor. Comoveremos más adelante estas cuatroprincipales empresas se mezclan en

prácticamente todos los proyectos de-sarrollados y en desarrollo vincula-dos con la defensa contra misiles (yasean de rango pequeño, intermedio,o intercontinentales).32 Se trata deempresas que trabajan estrechamen-te con un área gubernamental quecomo viéramos tiene un presupues-to impresionante, y por lo tanto, elpoder de lobby que pueden ejercer enuna industria que, tras el fin de laGuerra Fría ha sufrido grandes re-formas en desmedro de la producciónde armas convencionales, debe tam-bién ser tenido en cuenta a la horade evaluar la magnitud que ha alcan-zado el desarrollo del NMD.

El NMD y su impacto sobre acuerdos

bilaterales o multilaterales

El desarrollo del NMD golpeaba direc-tamente la supervivencia del Trata-do ABM (Anti-Ballistic Missile Treaty),el cual al prohibir expresamente ladefensa contra misiles balísticosintercontinentales se transformó enel pilar de la “mutua destrucción ase-gurada” como doctrina común de se-guridad entre la antigua Unión So-viética y los Estados Unidos. Si bienen numerosas ocasiones las autori-dades norteamericanas se mostraronproclives a preferir una reestructu-ración consensuada del tratado a un

29 Página web de la compañía Raeytheon http://www.raytheon.com/es/esproducts/dssekv/dssekv.htm.

30 US Department of Defense, http://www.fas.org/spp/stawars/program/news00/bmd-001222.htm.

31 Según E. Gholz y H. M. Sapolsky , “tres grandes dominan ahora la producciónen defensa –Boeing, Lockheed Martin y Raeytheon–”; E. Gholz y H. M. Sapolsky,“Restructuring the US Defense Industry”, International Security, vol. 24, Nº 3, invier-no de 1999/2000.

32 Al final del informe de la Comisión para Evaluar la Amenaza de Misiles Balísticosa los Estados Unidos, liderada por D. Rumsfeld y que citáramos anteriormente, apa-rece una distinción entre los diferentes tipos de misil: intercontinentales, un rangomayor a 5.500 km; intermedios, un rango de 3.000 a 5.000 km; los de rango medianocorresponden a entre 1000 y 3000 km; y los de rango corto a menos de 1000 km.

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retiro unilateral del mismo (el cualdebería efectuarse con un aviso pre-vio de al menos seis meses), las múl-tiples reformas a las que debía sersometido implicaban al menos la ela-boración de un nuevo acuerdo. W.Cohen, secretario de Defensa de laanterior administración demócrata,afirmó que “buscaremos enmendar eltratado [ABM] si es necesario, y tra-bajaremos de buena fe para hacerlo.Hemos enmendado el tratado antesy no veo razón de por qué no poda-mos hacerlo nuevamente”.33 Sin em-bargo esta supuesta declaración debuena voluntad choca con la reali-dad del tratado. Como resume JohnPike, un analista político de la Fede-ración de Científicos Americanos:34

“Como mínimo el despliegue inicialdel NMD requeriría la eliminación delartículo I [que prohíbe la defensa detodo el territorio nacional] y la revi-sión de las áreas de despliegue per-mitidas, para posibilitar el desarro-llo de un componente del programaen Alaska. El despliegue de los rada-res de banda X en Alaska tambiénrequeriría la revisión del artículo III

[que obliga que los radares estén co-locados junto a los interceptores] entanto que el posterior despliegue deesos radares en Thule, Groenlandiay las Flyindales (Reino Unido) reque-riría enmendar el artículo IX. Varioselementos de las redes satelitales im-

plicarían enmendar el artículo V so-bre sistemas y componentes situadosen el espacio y, asimismo, modificarel artículo VI que prohíbe dar capaci-dad de contramedidas a los vehícu-los antimisiles en vuelo [los vehícu-los interceptores desarrollados porEstados Unidos deberían poder dis-tinguir el blanco de señuelos]”.35 Todoesto configura un panorama dondeel desarrollo de un escudo anti-misiles, aunque sea limitado, termi-naría por completo con la vigencia deltratado ABM, y posiblemente con lalógica estratégica detrás de éste. Deesta forma, la supuesta buena volun-tad mostrada por algunos políticosrespecto de enmendar el tratado ABM

choca con el hecho de que enmendarun tratado en la mayoría de sus pun-tos implica, al menos, la realizaciónde un nuevo tratado y el abandonodel antiguo. Los sectores republica-nos parecen haber sido más claroscon respecto al futuro del ABM, ya en1999 el senador J. Helms afirmabaque cualquier acuerdo con Rusia quepreserve el Tratado ABM estaría“muerto ni bien llegue”36 [al Parla-mento]. Posteriormente el secretariode Estado Colin Powell afirmó anteel Comité de Relaciones Exterioresdel Senado que “tal vez sea necesa-rio, como último recurso, salir delTratado ABM y dar por finalizadasnuestras responsabilidades [dentro

33 Citado en John Pike, “National Missile Defense: Rushing to Failure”, Journal of

the Federation of American Scientists, vol. 52, No. 6, noviembre/diciembre de 1999.34 La Federación de Científicos Americanos, que ha servido como una muy impor-

tante fuente de información para este trabajo, es una ONG que realiza trabajos deanálisis en los campos de la ciencia, la tecnología y política pública relativos a laseguridad nacional de los Estados Unidos, armas de destrucción masiva, ventas ycontrol de armamento convencional y no convencional, y otros temas relacionadoscon esta problemática. El prestigio de la FAS no reside únicamente en la seriedad desus trabajos e investigaciones, sino también en el hecho de que en su Consejo dePatrocinadores se encuentran 58 premios Nobel.

35 John Pike, “National Missile Defense: Rushing to Failure”, Journal of the

Federation of American Scientists, vol. 52, No. 6, noviembre/diciembre de 1999.36 “Missile Defenses, A Shield in Space”, The Economist, junio de 2000.

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del mismo]”.37 Asimismo, el presiden-te G. W. Bush señaló respecto de esteacuerdo que “tenemos que superarlas obligaciones que impone, debe-mos reemplazarlo con un marco queestablezca una ruptura clara con elpasado”.38 Finalmente el gobierno deG. W. Bush llevó esto más lejos aúnal anunciar, el 13 de diciembre de2001, que los Estados Unidos se re-tiraban unilateralmente del tratado.Al afirmar: “He concluido que el tra-tado ABM obstruye la habilidad denuestro gobierno para desarrollarformas que permitan proteger anuestra gente de futuros ataques te-rroristas o de países villanos”39 diopor terminado con uno de los pilaresdel orden y estabilidad estratégica dela Guerra Fría en materia nuclear.Las consecuencias de este retiro uni-lateral del Tratado aún no son cla-ras, pero las voces en contra sonnumerosas y provienen no sólo deAsia y Europa Oriental sino tambiénde numerosos aliados occidentales.

El NMD y los estados villanos

(Rogue States)

Como sugiere D. Mutimer en un tra-bajo reciente, se intentará demostrarque los problemas e intereses envuel-tos en muchos dilemas políticos es-tán formulados, en gran medida, me-tafóricamente. En este marco “lasmetáforas impuestas por una imagendada hacen más que simplementeapoyar una alternativa política,estructuran la forma en la cual elactor puede pensar acerca del pro-

blema y así dar forma, en primer lu-gar, a esa alternativa”.40 De esta for-ma, la formulación de una metáforaacerca de un problema destaca, sub-estima y esconde ciertas caracterís-ticas de dicho problema.

El problema en nuestro caso es eldesarrollo de un polémico escudoantimisiles, mientras que la metáfo-ra explicativa detrás del mismo es elpeligro que significan los “estados vi-llanos” para la seguridad de los Es-tados Unidos. De esta forma, lo queesta metáfora estaría destacando, yla lectura que podemos hacer a par-tir de ella, es que al haber estadosmalignos que tienen acceso a armasde destrucción masiva y son clara-mente hostiles hacia los EstadosUnidos, entonces este país tiene eldeber y el derecho de defendersecomo pueda, y el NMD resulta el me-jor método para hacerlo. En primerlugar, valdría la pena destacar laantropomorfización que encierra lametáfora, y que la hace doblementeengañosa. Una metáfora no tendríapor qué ser engañosa per se, si nosubestimara y escondiera aspectoscomo describiéramos en el párrafoanterior, y que entiendo en este casose suceden, y, en segundo lugar, porlo general la antropomorfización delos estados nacionales generalmenteencierra una retórica por lo menostendenciosa. Los países pueden sergrandes o pequeños, poblados o des-poblados, pero jamás pueden ser vi-llanos. Sin embargo ésta es la razónprincipal esgrimida por los líderespolíticos norteamericanos a la horade justificar el desarrollo de un cos-

37 “The Secretary or Missile Defense”, Time, 7 de mayo de 2001.38 “Bush relanza el polémico escudo antimisiles”, La Nación, 2 de mayo de 2001.39 “US Sets Missile Treaty Pullout”, Washington Post, 14 de diciembre de 2001.40 D. Mutimer, “Reimagining Security: The Metaphors of Proliferation”, K. Krause y

M. Williams (eds.), Critical Security Studies, Minneapolis, University of Minnesota Press,1997.

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toso escudo antimisiles: hay estadosvillanos que quieren dañar a los Es-tados Unidos. Lo curioso es que laetiqueta de “estados villanos” no sólose usa para tratar informalmente alos países antagónicos a los EstadosUnidos, el propio presidente J. W.Bush en su proyecto de presupuestopara el año 2002 se refirió a éstoscomo “estados villanos (sic) determi-nados a adquirir armas de destruc-ción masiva y [promover el] terroris-mo, amenazas tanto impredeciblescomo no convencionales”.41

¿Qué hay detrás de los estadosvillanos? Antes de contestar esta pre-gunta deberíamos cuestionar cuánvillanos son los estados villanos. Pa-rece claro que un discurso tendientea contrarrestar la amenaza potencialde un grupo de estados poseedoresde armas de destrucción masiva,cuya hostilidad hacia Estados Uni-dos es manifiesta, parece bastantemovilizante. Frases como las del exsecretario de defensa W. Cohen res-pecto de que “un ataque a ciudada-nos americanos, aquí en casa, me-diante el uso de estas horripilantesarmas, no es una pregunta acerca desi puede pasar, como de cuándo va apasar”,42 tocan uno de los aspectosmás viscerales de los intereses de losciudadanos, como es su seguridad ysupervivencia. En ese contexto, laestrategia del gobierno de W. Clintonfue adueñarse de las ideas republi-canas respecto de “proteger a las fa-milias norteamericanas” previo a

cada proceso eleccionario. Durante lacampaña presidencial de 1996, elcandidato republicano Bob Dole diogran preponderancia al desarrollo deun sistema de defensa misilístico. Larespuesta del gobierno demócrata fuela producción de más bombarderosB2 (de un costo aproximado de milmillones de dólares por unidad). De-cisiones más recientes, como la fir-ma del Acta Nacional de DefensaMisilística en 1999, que comprome-tía al gobierno a desplegar el siste-ma que estamos tratando en este tra-bajo en cuanto fuera tecnológicamen-te posible, parecen haber sido enca-minadas en el mismo sentido. ParaJ. Pike, analista de la Federación deCientíficos Americanos, la firma delActa fue “una decisión política diri-gida por la necesidad de defender aAl Gore de los republicanos, más quea defender a los Estados Unidos delos misiles”.43 En el mismo sentido S.Walt sugiere que la firma de esta Acta“ejemplifica la flexibilidad de la polí-tica presidencial [de Clinton] y mues-tra cómo el predominio norteameri-cano da autoridad a pensadoresextremistas en casa. [...] Clinton eli-ge comprometerse para evitar seracusado de suavidad en materia dedefensa. La política de Clinton no fuevaliente ni previsora, pero fue preci-samente el tipo de decisión que el am-biente político alienta”.44 Sin dudasla llegada de G. W. Bush al poder pa-rece indicar un camino más claro encuanto a una política exterior más

41 “Bush Budget Seeks to Acquire Ballistic Missile Defense System”, Washington

File, 28 de febrero de 2001; http://usinfo.state.gov/topical/pol/arms/stories/01022864.htm.

42 “DOD Proliferation Report Updates Threat from Nuclear, Bio, Chemical Weapon”,Washington File, 10 de enero de 2000; el reporte puede consultarse en http://www.defenselink.mil/pubs/ptr20010110.pdf.

43 John Pike, “National Missile Defense: Rushing to Failure”, Journal of the

Federation of American Scientists, vol. 52, Nº 6, noviembre/diciembre de 1999.44 S. Walt, “Two Cheers for Clinton`s Foreign Policy”, Foreign Affairs, vol. 79, Nº 2,

marzo/abril de 2000.

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unilateral, y los “estados villanos”parecen la excusa perfecta para ob-tener consensos en casa y acallardisensos afuera. Pero volvamos anuestra pregunta, ¿cuán villanos sonlos estados villanos? Dos cosas sepueden decir al respecto: por un ladolas iniciativas políticas de contra-proliferación durante el gobierno deClinton parecen haber tenido éxito,por ejemplo, al conseguir una mora-toria norcoreana respecto de realizarpruebas misilísticas, y al incentivara Rusia a implementar un nuevomarco institucional de políticas de noproliferación y de control de expor-taciones de material tecnológico sen-sible. Y por otro lado, y fundamen-talmente, la defensa contra misilesintercontinentales balísticos pareceresponder a una lógica de la guerrafría y no a un mundo totalmente di-ferente, y “menos seguro y previsi-ble”, como sugiere el presidenteBush.45 La primer premisa sugiereque si las políticas conciliadoras res-pecto de “sociabilizar a los villanos”han tenido relativo éxito, no se en-tiende bien por qué profundizar uncurso de acción que sólo puederadicalizar aun más a los gobiernosy los pueblos de esos países, y queademás tiene un elevado costo fiscal.La segunda premisa surge de la pa-radoja que implica que el gobiernode Estados Unidos pretende protegera su país de un mundo Postguerra-Fría más inestable, de amenazas pro-venientes de un típico actor de laGuerra Fría: los misiles interconti-nentales. Esto, que parece una con-tradicción, es efectivamente una con-tradicción, máxime teniendo en cuen-ta el más reciente informe de la CIA

respecto de que las amenazas poten-

ciales más probables no serán misi-les, sino armas de destrucción masi-va portátiles en containers, avione-tas, o incluso maletas.46 Es más po-sible que un actor estatal o meta-estatal decida atacar a los EstadosUnidos de esta forma, que lanzandoun ataque misilístico limitado.

Como dijéramos antes, la metáfo-ra de los “estados villanos”, como mu-chas otras metáforas utilizadas en lapolítica, esconde detrás de sí otrasrealidades.

Otras realidades

El complejo militar-industrial

y las empresas contratistas

Al analizar el mercado de equipa-miento para la defensa de EstadosUnidos, uno se encuentra con que nose trata de un mercado más. Es lógi-co que por tratarse de la producciónde armamento para la defensa de losintereses nacionales, el Estado nor-teamericano tenga un poder de mo-nopsonio sobre ese mercado. Sinembargo, por obvias que sean lasrazones, un mercado de estas carac-terísticas no se mueve con los meca-nismos de los mercados libres, don-de actúan múltiples oferentes y de-mandantes. Al ser el gobierno el úni-co cliente, el poder y capacidad delobby de las empresas contratistasresulta fundamental a la hora de de-terminar las asignaciones contrac-tuales; cuando, por el contrario, losmecanismos eficientes de asignacióndeberían surgir exclusivamente de lascapacidades técnicas de las empre-sas, o de las necesidades estratégi-cas de la nación.

45 “Transcript: President Bush speech on missile defense”, CNN, 1 de mayo de2001, http://cnn.com/2001/ALLPOLITICS/05/01/bush.missile.trans.

46 Véase “The Secretary of Missile Defense”, Time, 7 de mayo de 2001.

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Esto, a diferencia de lo que ocu-rre en otros mercados, ha determi-nado por qué ha habido una relativaestabilidad a lo largo del tiempo delas principales empresas contratis-tas. Según E. Gholz y H. Sapolsky,47

no es la ausencia de riesgo inheren-te a la política de lobbying lo quemantiene la estabilidad histórica enla rentabilidad de las grandes empre-sas contratistas (ya que muchos pro-yectos se han caído por oposición delíderes políticos o militares), sino losmúltiples grandes proyectos que tie-nen en cartera y que les permite di-versificar el riesgo. Asimismo, cuan-do el riesgo percibido es alto, comodurante la Guerra Fría, las presio-nes a una asignación más eficientede los contratos son mayores. Por lotanto el poder de lobby en estas cir-cunstancias disminuye. Por el con-trario, cuando la amenaza percibidadisminuye, léase Postguerra Fría, laasignación de contratos puede darmás ponderación a otras variablesmás allá de las técnico-estratégicas.Eso explica la sobrecapacidad quepresenta hoy esta industria, y el con-tinuo mejoramiento técnico de siste-mas de armas que ya en sus condi-ciones actuales no tienen rivalidaden el mundo.48 El desarrollo del NMD

y otros sistemas de defensa misilís-tica, bien podría inscribirse en estemarco de grandes empresas buscan-do grandes proyectos en épocas debaja amenaza. Aunque, claro está,para el desarrollo de proyectos mi-llonarios, tiene que haber algún ar-gumento estratégico. En este senti-do los “estados villanos” parecen serla razón preferida por empresarios y

militares. Sin embargo, como vere-mos más adelante, un nuevo para-digma nacional de seguridad y unanueva doctrina militar parecen serlas principales razones detrás de es-tos proyectos. Pero ello no contradi-ce el papel del lobby contratista y lascaracterísticas de la industria mili-tar como variable explicativa. Por elcontrario, veremos cómo el desarro-llo del NMD es complementario con lasrazones de índole estratégica y lanueva doctrina militar.

El Cuadro 4 presenta las diez ma-yores empresas contratistas para losaños 1997 y 1998. Las cuatro prin-cipales empresas que trabajan en elNMD figuran en la misma y tres deellas ocupan las tres primeras posi-ciones.

Los datos del cuadro parecen co-incidir con lo postulado anteriormen-te respecto de la estabilidad de lasempresas contratistas. Por ello nohabría de sorprender que en un tiem-po en que se auguran reformas en ladoctrina y en el equipamiento mili-tar (que analizaremos más adelante),las mayores empresas estén vincu-ladas con el desarrollo del NMD, y conotros proyectos de defensa misilís-tica.

El Cuadro 5 muestra los princi-pales proyectos de defensa misilística(algunos en uso, y otros en diferen-tes etapas de desarrollo) y las empre-sas vinculadas con los mismos. Nodebería sorprendernos que Boeing,Raeytheon, TRW y Lockheed Martin semezclen y repitan en todos ellos. Re-cordemos que dos de estas alternati-vas (Airborn Laser y Navy Ship Based

Missiles) tal vez puedan formar par-

47 E. Gholz y H. M. Sapolsky, “Restructuring the US Defense Industry”, InternationalSecurity, vol. 24, Nº 3, invierno de 1999/2000.

48 Hoy día los cazabombarderos F-15, F-16, y F-18 son los mejores del mundo. Sinembargo la Fuerza Aérea norteamericana pronto podrá contar con el F-22, una ver-sión mejorada de los anteriores.

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te junto con el NMD de un escudoantimisiles más heterodoxo sugeridoa principios de mayo de 2001 por elpresidente G. W. Bush.49

De esta manera las grandes em-presas contratistas estarían diver-sificando su cartera de proyectos, enpos de una nueva generación de ar-mamentos y sistemas acordes conun nuevo paradigma de conflicto, yun nuevo rol de los Estados Unidosy sus fuerzas armadas en ese su-puesto nuevo mundo. En ese con-texto, tanto el NMD como otros pro-yectos similares se inscribirían den-tro del lógico comportamiento adap-tativo de los contratistas frente a unnuevo ambiente. Es decir, un nuevoescenario comercial para ellos, y un

nuevo escenario estratégico para elgobierno.

Una nueva doctrina militar.

El futuro ya llegó

A finales de marzo de 2001 se dio aconocer públicamente informaciónrespecto de las intenciones del go-bierno de Estados Unidos con rela-ción a una serie de reformas revolu-cionarias en la doctrina militar deeste país.50 Este nuevo paradigma co-nocido informalmente como “Doctri-na Rumsfeld” propone fundamental-mente las siguientes reformas:

1) Reorientación hacia el Pacífico:

de acuerdo con la agencia Reuters:

49 “Bush relanza el polémico escudo antimisiles”, La Nación, 2 de mayo de 2001;“Bush shoots for stronger defense”, CNN, 1 de mayo de 2001, http://www.cnn.com/2001/ALLPOLITICS/0501/missile.defense.bigp/index.html.

50 “Rumsfeld Outlines Pentagon Overhaul”, CNN, 23 de marzo de 2001, http://www.cnn.com/2001/US/03/23/rumsfeld.military.reut/; “El futuro según la derechade Bush: La doctrina Rumsfeld”, Página/12, 1 de abril de 2001.

Fuente: cuadro presente en Federation of American Scientists, “100 Companies Receiving TheLargest Dollar Volume Of Prime Contract Awards”, Department of Defense.

Cuadro 4. Principales montos contractuales asignados paralos años fiscales 1997 y 1998 (en miles de millones de us$)

Ubicación Nombre de la Compañía Adjudicación (miles

de millones de US$)

1998 1997 1998 1997

1 1 Lockheed Martin Corp. 12.3 11.6

2 2 The Boeing Company 10.9 9.6

3 5 Raytheon Corp. 5.7 2.9

4 4 General Dynamics Corp. 3.7 3.0

5 3 Northrop Grumman Corp. 2.7 3.5

6 7 United Technologies Corp. 2.0 1.8

7 10 Textron Inc. 1.8 1.4

8 9 Litton Industries Inc. 1.6 1.6

9 16 Newpor News Shipbuilding Inc. 1.5 0.7

10 14 TRW Inc. 1.3 0.8

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“Rumsfeld y Andrew Marshall, el fun-cionario del Pentágono que dirige lareforma estratégica, puntualizaronque el océano Pacífico es el más pro-bable teatro de las futuras operacio-nes militares de Estados Unidos, entanto China devendría como un ac-tor más poderoso y Rusia como unomenos poderoso”.51 Esto implica en-tre otras cosas un reacomodamientode los sistemas de armas a esta nue-va realidad, alejada del centro deEuropa.

2) Reformas técnicas relativas a la

nueva orientación: los grandes per-dedores son los grandes portaavio-nes que deberían ser reemplazadospor embarcaciones más pequeñas y

menos vulnerables a los misiles. Conrespecto a la fuerza aérea, ésta de-bería acotar sus pretensiones deaprovisionamiento del caza-bombar-dero F-22, y tal vez suspender elavanzado proyecto del avión JSF (Joint

Strike Fighter). De esta manera, de-bería focalizarse en el desarrollo debombarderos de gran autonomía ylargo alcance y aviones no tripula-dos. Todo esto responde a la premi-sa según la cual “el crecimiento deChina significa que el océano Pacífi-co será el campo de batalla para lasfuerzas norteamericanas”.52

3) Fin del esquema por el cual Es-

tados Unidos debía estar en condicio-

nes de luchar y ganar dos guerras si-

51 “Rumsfeld Outlines Pentagon Overhaul”, CNN, 23 de marzo de 2001, http://www.cnn.com/2001/US/03/23/rumsfeld.military.reut/.

52 “El futuro según la derecha de Bush: La doctrina Rumsfeld”, Página/12, 1 deabril de 2001.

53 PAC 2/3, Patriot Advanced Capability: este misil intercepta y destruye misilesbalísticos tácticos y misiles crucero en cualquier campo de batalla y bajo cualquiercondición climática. Los anteriores misiles Patriot usados durante la Guerra del Golfodemostraron una efectividad limitada para destruir los misiles SCUD. Estas nuevasversiones ofrecerían una capacidad mayor de ubicación e impacto. THAAD, TheaterHigh Altitude Area Defense: situado en tierra, la principal característica de este siste-ma es su habilidad para hacer frente a misiles de rango intermedio en su primeraetapa de lanzamiento. ABL, Airborne Laser: consiste en un láser de alta energía situa-do en un Boeing 747 modificado, que destuye misiles intermedios en su fase inicial.NTW, Navy Theater Wide: situado sobre cruceros AEGIS, este sistema provee proteccióncontra misiles de mediano rango, aunque se planea aumentar su capacidad comple-mentándolo con el NMD y el ABL. SBL, Space Based Laser: situado en el espacio, es muysimilar al proyecto Star Wars de la era Reagan, y consiste en destruir todo tipo demisiles en su primera fase, y no sobre posible territorio aliado. Aunque faltarían unpar de décadas para su funcionamiento, ya se encuentra en fase de desarrollo.

Proyecto Empresas vinculadas PAC-2/3 Raeytheon, Lockheed Martin THAAD Lockheed Martin ABL Boeing, TRW, Lockheed Martin NTW Boeing, Raeytheon, Lockheed Martin

SBL Boeing, Lockheed, TRW

Fuente: Federation of American Scientists, http://www.fas.org/spp/starwars/program.index.html.

Cuadro 5. Principales proyectos de defensa misilísticay las empresas vinculadas con los mismos53

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multáneas: acorde con una disminu-ción de la importancia relativa queparecen tener las fuerzas convencio-nales en este enfoque, el secretariode Defensa está considerando revi-sar la estrategia respecto de que Es-tados Unidos debería estar en condi-ciones de luchar y ganar dos guerrassimultáneas en teatros diferentes.54

4) Reducción del arsenal nuclear:

el 1 de mayo de 2001 Bush afirmóque Estados Unidos “puede y cam-biará el tamaño, la composición y elcarácter de nuestras fuerzas nuclea-res, de una manera que refleje la rea-lidad de que la Guerra Fría termi-nó”.55 Los cambios cuantitativos im-plicarían una reducción tanto en lasfuerzas situadas en tierra, como tam-bién en el mar y el aire. Según B.Scowcroft, general retirado de la fuer-za aérea que fuera consejero nacio-nal de seguridad de los presidentesG. Bush y G. Ford, los bombarderosserán el sistema menos complicadode recortar, sin embargo “una vez quese comience a desmantelar las basesnucleares terrestres y la flota sub-marina, se podría afectar la estabili-dad”.56 La idea subyacente a este pro-yecto es tener una fuerza disuasivaacorde con la nueva dimensión de-fensiva que proveería el NMD y otrosproyectos de defensa misilística. Eneste marco, la disuasión no pasa úni-

camente por el número de cabezasnucleares, y la velocidad de lanza-miento. Al haber una capacidad de-fensiva, la disuasión ofensiva no ne-cesitaría ser tan grande y costosa.Una combinación de un sistema de-fensivo, con un más reducido núme-ro de cabezas nucleares serviría per-fectamente para contener a una de-clinante y decadente fuerza nuclearrusa y a una creciente pero minús-cula capacidad china.57

5) Dimensión estratégica del espa-

cio exterior: en enero de 2001 en labase de la Fuerza Aérea de Schriever,Colorado, se realizó el primer juegode guerra espacial. El escenario su-ponía una situación de tensión cre-ciente entre Estados Unidos y Chinaen el año 2017. El país “rojo” (China)amenazaba seriamente al país “ma-rrón” (Taiwán), el cual solicitaba ayu-da al país “azul” (Estados Unidos).En el juego ambos países contabancon microsatélites que podían dañarlos satélites del adversario, ademásde lásers situados en tierra capacesde “enceguecer” los satélites enemi-gos. En tanto, azul-Estados Unidoscontaba con el NMD, y con avionesespaciales reutilizables, capaces dereparar y lanzar rápidamente nuevossatélites.58 El resultado aparente-mente no fue muy positivo para losEstados Unidos. Según R. Hegstrom,

54 “Rumsfeld might revamp US two war strategy”, CNN, 8 de mayo de 2001, http://www.cnn/2001/ALLPOLITICS/rumsfeld.defense/index.html.

55 “US Nuclear Proposals Envision Sharp Cuts in Missiles, Bombers”, Washington

Post, 26 de mayo de 2001.56 Ibid.57 En un debate en el Capitolio respecto de las políticas de seguridad nacional, el

senador demócrata C. Levin preguntó al entonces nominado secretario de Defensa D.Rumsfeld si un despliegue unilateral del NMD no iba a afectar los acuerdos de reduc-ción de armamento nuclear, a lo que éste alegó: “Pienso que el stock ruso, o suscapacidades, van a decrecer de cualquier manera por las circunstancias de su econo-mía”; “Rumsfeld urges missile defense system during confirmation hearing”, CNN, 11de enero de 2001; http://www.cnn.com/2001/ALLPOLITICS/stories/01/11/rumsfeld.hearing/index.html.

58 “Space is playing field for newest war game”, Washington Post, 29 de enero de2001.

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director del juego, con la presenciaespacial que tiene Estados Unidos ac-tualmente y de seguir esta tendenciaen el 2017 “será crucial respondercasi inmediatamente [ante cualquieramenaza]”.59 Por lo tanto, los futu-ros presidentes norteamericanos de-berían preocuparse por mejorar lapresencia militar en el espacio, o lan-zar ataques preventivos ante cual-quier supuesta amenaza enemiga eneste campo. La mayoría de las con-clusiones coinciden con los resulta-dos de una comisión parlamentarialiderada por D. Rumsfeld sobre as-pectos espaciales de la seguridad na-cional de los Estados Unidos. En esereporte, se sugería que si la FuerzaAérea no se tomaba más seriamenteestos asuntos, el Pentágono deberíacrear un nuevo “Cuerpo Espacial”.Aparentemente, a juzgar por el juegodescripto anteriormente, la FuerzaAérea tomó el reporte seriamente.Asimismo, este reporte advertía quela creciente dependencia de EstadosUnidos en los satélites podía dejar aeste país en condiciones de ser “uncandidato atractivo para un PearlHarbor espacial”.60

Como solicitaba el reporte de lacomisión del Congreso, D. Rumsfeldplanea crear una nueva posición degeneral de cuatro estrellas (el máxi-mo posible) que condense las divisio-nes espaciales de todas las fuerzasen un único comando espacial bajoel mando de un general de la fuerzaaérea.61

La repercusión mediática de es-tos acontecimientos parece no dar

cuenta de la importancia que tendránéstos en la forma que adquirirá elorden estratégico mundial en un fu-turo mediato. Con respecto a esto sepueden destacar dos cosas: la “mu-tua destrucción asegurada” planteóun paradigma de disuasión estable.De ahora en más no sólo el carácterdefensivo del NMD plantea una nue-va dimensión a la disuasión nuclear,sino que los aspectos espaciales plan-tean una aún más confusa hipótesisacerca del papel de la disuasión y laposibilidad y resultados de un even-tual conflicto. Por otro lado, la ca-rrera armamentista espacial ya nosólo implicaría el abandono o viola-ción del acuerdo bilateral ABM, sinola violación lisa y llana del espíritudel acuerdo multilateral acerca de lautilización pacífica del espacio firma-do en 1967 y llamado Outer Space

Treaty.

El desarrollo del NMD no es sola-mente una pieza más de la nuevadoctrina militar norteamericana, esparte fundamental de la misma. To-das las reformas antes nombradasrequieren o implican la existencia deun escudo de defensa misilística. Nopodría haber una disminución de lasfuerzas convencionales y un retiro deEuropa si no se desarrollan nuevosmecanismos de defensa. Asimismo,sería imposible pensar en una reduc-ción de armas nucleares ofensivaspor debajo del tratado START II si noexistiera la capacidad defensiva ydisuasiva que aportaría el NMD. Porúltimo, en lo referente exclusivamen-te a la relación del NMD y el desarro-

59 Ibid.60 “Rumsfeld orders military space programs consolidated”, CNN, 8 de mayo de 2001,

http://www.cnn.com/2001/ALLPOLITICS/05/08/rumsfeld.space/index.html.61 “Person of the week: Defense Secretary Donald Rumsfeld”, Time, 14 de mayo de

2001; “Pentagon chief to create new post to head Air Force space efforts”, CNN, 8 demayo de 2001, http://www.cnn.com/2001/ALLPOLITICS/05/08/rumsfeld.space.ap/index.html.

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llo de sistemas estratégicos en el es-pacio, uno de sus componentes esen-ciales, el SBIRS (Space Based Infra

Red System), requiere ser situado enel espacio exterior y por lo tanto pro-tegido, ya que un daño al componenteque debe dar cuenta del lanzamien-to de un misil balístico intercon-tinental podría dañar seriamente elfuncionamiento del resto del sistema.

Estados Unidos primero

La tesis principal de este trabajo seráque, sin dejar de lado otras variablesexplicativas, como las descriptas an-teriormente, el factor principal detrásdel desarrollo del NMD es un impulsoaislacionista liderado por los secto-res más conservadores de la políticanorteamericana en pos de la consoli-dación de un orden mundial uni-polar, claro está, con Estados Uni-dos a la cabeza. Asimismo, estos im-pulsos aislacionistas no son nuevos,como tampoco lo son sus principalesexpositores. Tampoco es, el NMD, elúnico hecho donde se ha manifesta-do el aislacionismo norteamericano,ni tampoco la primera vez que se per-ciben estas tendencias en este país.La discusión entre aislacionistas einternacionalistas es casi tan viejacomo los Estados Unidos, aunquedesde G. Washington hasta la Segun-da Guerra Mundial hayan prevaleci-do los primeros. Sin embargo, la dé-cada de 1990 muestra un crecimien-to de las tendencias aislacionistas sinprecedentes recientes, y en particu-lar, en los últimos años de esta dé-cada, esta tendencia parece haberseagudizado. Del mismo modo, es im-portante destacar que los impulsoresde estas políticas son sectores con-servadores vinculados a su vez conbuena parte del Partido Republica-no. El hecho de que se eligiera el NMD,

y no otro hecho que evidencie estecreciente aislacionismo, no es capri-choso como veremos a continuación.

El orden del mundo bipolar eraestable. Las consecuencias que hu-biera tenido un conflicto nuclear hu-bieran sido holocáusticas; sin embar-go, la probabilidad de este aconteci-miento era muy baja, o para ser másespecíficos, a partir de la crisis de losmisiles (1962) su probabilidad fuecrecientemente cada vez más baja. La“mutua destrucción asegurada” erael pilar de esta estabilidad, y el pilarde la “mutua destrucción asegurada”fue el tratado ABM (1972). Con la caí-da de la Unión Soviética se dio el findel orden bipolar, pero en lo referen-te a la estabilidad estratégica, éstaseguía sustentada en las mismaspremisas de la Guerra Fría. En ladécada de 1990, presiones del Con-greso republicano, y en particular desectores vinculados con el actual se-cretario de Defensa, D. Rumsfeld, ycon el vicepresidente D. Cheney, pug-naron y consiguieron dar prioridadal desarrollo de un sistema misilísticocapaz de neutralizar un ataque “li-mitado” (más adelante se entenderáeste entrecomillado) de misiles inter-continentales. De esta manera, eldesarrollo del NMD, supuestamentediseñado para disuadir a “estados vi-llanos”, da fin al paradigma de segu-ridad de la Guerra Fría y de la Post-guerra Fría. La indiscutida potenciahegemónica busca consolidar un or-den unipolar que la haga invulnera-ble a lo que acontezca en el resto delmundo. Y esto no es poca cosa. Lasconsecuencias de este nuevo ordenno serán estudiadas en el presentetrabajo, pero vale la pena postular al-gunas preguntas para ilustrar suimportancia: ¿es estable un ordenunipolar?, ¿surgirán coalicionescontrahegemónicas como predice laescuela realista?, ¿qué carácter ad-

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quirirían estas coaliciones?, ¿qué pa-sará en el resto del mundo, y entre elresto del mundo, si la potencia hege-mónica consigue instaurar y conso-lidar un orden unipolar y desenten-derse de los acontecimientos que nola afecten directamente?

Si la hipótesis de este artículo esafirmativa, probablemente éstas seanlas cuestiones que focalicen los es-tudios de relaciones internacionalesen los próximos años. Por lo tanto, elanálisis de las consecuencias del de-sarrollo de un sistema de armas deestas características, y su monopo-lio por parte de un solo actor, puededar nacimiento a una nueva era,como ocurriera después de Hiro-shima y Nagasaki.

Los “nuevos-viejos” impulsos

unilateralistas de “W”. En el interior

del lobby misilístico

Lo visto en la sección interior sirvepara ilustrar que los impulsos aisla-cionistas en general, y unilateralistasen términos estratégicos en particu-lar, no son nuevos, y no están dirigi-dos por un reducido número de indi-viduos. Sin embargo, todos tienen unmismo sello, el republicano.

Haremos un breve repaso de acon-tecimientos recientes, más allá delNMD, donde las tendencias aisla-cionistas como las descriptas porDumbrell también se han hecho evi-dentes:

• El 13 de octubre de 1999 elSenado norteamericano votó en con-tra de la ratificación del Tratado de

Prohibición Total de Pruebas Nuclea-res (CTBT). Por 51 votos contra 48, elSenado rechazó este acuerdo firma-do por 154 países, entre los cualesse encuentran todos los del “club nu-clear” con la excepción de China.Según el senador demócrata J. Bi-den, “se trata del mayor error quehaya cometido el Congreso de Esta-dos Unidos”.62 En el mismo sentidosu correligionario C. Levin consideróque “con esta votación el mundo seha convertido en un lugar más peli-groso”.63 En tanto Clinton consideróque este rechazo formaba parte “deuna política partidaria de la peor es-pecie”, tildando de irresponsables alos sectores de derecha del PartidoRepublicano.64

• Estados Unidos no ha firmadoel tratado de prohibición de minasantipersonales de 1997.

• Numerosos sectores del Parti-do Republicano se oponen a la ratifi-cación del Tratado de Roma sobre laconformación de una Corte Penal In-ternacional, y firmado por el presi-dente Clinton el 31 de diciembre de2000. D. Rumsfeld considera que estetratado es perjudicial para el perso-nal norteamericano “que podría es-tar realizando tareas bajo el manda-to del gobierno de Estados Unidos yser arrastrado ante una corte inter-nacional por crímenes de guerra”.65

• El presidente G. W. Bush deci-dió no ratificar el Protocolo de Kyotopara la reducción de emisiones degases que provocan el recalentamien-to global. Este acuerdo comprometíaa 38 países industrializados a redu-cir las emisiones de gases que gene-

62 “El Senado rechaza el tratado de prohibición nuclear”, Clarín, 14 de octubre de1999.

63 Ibid.64 “Bill Clinton llamó irresponsables a los senadores republicanos”, Clarín, 15 de

octubre de 1999.65 “Rumsfeld says he favors NMD”, Washington File, 11 de enero de 2001, http://

www.usinfo.gov/topical/pol/arms/stories/01011201.htm.

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ran el “efecto invernadero” para el año2010 a niveles inferiores a los de1990. Lejos de anunciar la medida enun tono conciliador y diplomático,Bush justificó la negativa de la si-guiente manera: “No aceptaré un planque dañe nuestra economía o afectea los trabajadores estadounidenses.Nuestra economía se ha desacelerado.También tenemos una crisis de ener-gía, y el poner límites al CO

2 no tiene

sentido para nuestro país”.66

• La reacción de importantessectores conservadores hacia la ONU

luego de la decisión de la mayoría delos miembros de este organismo dedejar afuera a los Estados Unidos dela Comisión de Derechos Humanos(que ocupó durante 54 años) y de laComisión de Control de Drogas. LaCámara de Representantes votó afavor de retirar us$ 244 millones queEstados Unidos debía a la ONU hastaque este país no fuera reinsertado enla Comisión de Derechos Humanos.67

Asimismo, el secretario D. Rumsfeldcalificó de “desagradecidos” a aque-llos países “aliados” que no votarona favor de Estados Unidos.68

• El 13 de diciembre de 2001Estados Unidos anuncia a Rusia suretiro formal del tratado bilateralABM. Seis meses después del aviso,Estados Unidos termina todas susresponsabilidades comprometidas enel Tratado.

La similitud de voluntades respectode los escudos misilísticos de los úl-timos gobiernos republicanos no selimita únicamente a una consistente

presión a favor del despliegue de estetipo de sistema defensivo. Aquellosque tuvieron que llevar la ofensiva eneste campo se han repetido, y no so-lamente en un sentido retórico des-tacando las virtudes de los misilesantimisiles, sino que se trata en mu-chos casos de las mismas personas.Los gobiernos de Bush padre e hijoson un claro reflejo de esto. R.Cheney fue jefe de asesores duranteel gobierno de G. Ford, secretario deDefensa de G. Bush, y es vicepresi-dente en la administración de G. W.Bush (“W”). Además, desempeñó unrol clave e histórico como jefe delequipo de transición de este último.Según A. Lichtman, historiador de laAmerican University en Washington:“Nunca antes un vicepresidente elec-to desempeñó un papel tan promi-nente como portavoz de la adminis-tración, y nunca antes un vicepresi-dente electo orquestó la transición.De hecho éste es un gabinete tantode Bush como de Cheney”.69 Muchasfueron las dudas que se levantaronen su momento, respecto de la capa-cidad del gobernador de Texas (G. W.Bush) para lidiar con la compleja pro-blemática que debe enfrentar un pre-sidente de los Estados Unidos. Mu-chas de esas dudas se despejaroncuando seleccionó a R. Cheney comosu segundo. Sin embargo, muchotambién se ha hablado respecto delpoder del tándem Cheney-Rumsfelden el gabinete de “W”. R. Gergen, re-conocido periodista que trabajó comoasesor en los gobiernos de G. Ford yG. Bush señaló que el papel de

66 “EE.UU. no reducirá los gases que recalientan la Tierra”, Clarín, 30 de marzo de2001.

67 “Possible new UN antagonism toward United States”, CNN, 10 de mayo de 2001.http://www.cnn.com/2001/US/05/10/us.un.big.picture.relations.

68 “Rumsfeld: Ungrateful world kicks US off rights panel”, CNN, 6 de mayo de 2001,http://www.cnn.com/2001/US/05/06/us.rights.

69 “Bush/Cheney influence”, Voice of America, 3 de enero de 2001, http://www.fas.org/news/usa/2001/usa-010103.htm.

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Cheney en la confección del gabinetede “W” fue fundamental, por mediode las relaciones que formó con D.Rumsfeld y C. Powell durante los go-biernos de Ford y Bush padre res-pectivamente.70 Durante el gobiernode G. Ford, el secretario de Defensa,D. Rumsfeld, fue el primer político enlidiar con un proyecto de defensamisilística como el programa de 1975para desplegar un escudo que prote-giera 150 misiles Minuteman enDakota del Norte.71 Como senador,fue quien encabezó la comisión queen 1998 alertó sobre la crecienteamenaza para los Estados Unidos dela proliferación y desarrollo tecnoló-gico de misiles balísticos por partede “estados villanos”, y en el año2001 volvió a convertirse en secreta-rio de Defensa, promoviendo el am-bicioso proyecto de defensa misi-lística que se está tratando en estetrabajo. Según la revista Time el re-torno de Rumsfeld a Washington “fuediseñado por Dick Cheney, un pro-tegido de Rumsfeld, a quien éste ayu-dó para que se convirtiera en jefe deasesores durante la administraciónFord”.72 El funcionamiento del equi-po Cheney-Rumsfeld tiene lugar encada proyecto que atañe a la seguri-dad de los Estados Unidos, siendoambos tomados indistintamente a lahora de tantear la posición oficial enestos temas, desde la reforma doc-trinal de las fuerzas armadas hastael NMD. De acuerdo con un funciona-rio norteamericano, cuyo nombre nofue revelado por el Washington Post:“el vicepresidente le ha indicado al

secretario que será lo más servicialque pueda. Como anterior secretariode Defensa, tiene un interés especialen el Pentágono”.73 En tanto, C.Powell, quien fuera comandante delas FF.AA. durante la presidencia deG. Bush, desempeña actualmente elrol de secretario de Estado. C. Rice,quien fuera asistente especial paraasuntos de Seguridad Nacional du-rante los años 1989-1991 (presiden-cia de G. Bush), ostenta ahora uncargo similar, pero de mayor influen-cia (el tercero en jerarquía en temasde seguridad nacional luego del se-cretario de Estado y el secretario deDefensa) como Consejera Nacional deSeguridad. Por último, no debe de-jarse de lado la influencia que pu-diera tener el propio G. Bush en elgobierno de su hijo. Pese al obvioperfil bajo que ha tenido que adop-tar el ex presidente, han trascendidosituaciones donde éste ha sentido lanecesidad de intervenir, y aparente-mente parece haberlo hecho. Ante ladecisión a principios del año 2001 desuspender las negociaciones conCorea del Norte sobre sus programasnucleares y misilísticos, de acuerdocon el diario británico The Guardian:“Por primera vez ha surgido eviden-cia acerca de cómo el anterior presi-dente George Bush juega un rol im-portante en dar forma a la políticaexterior de su hijo [...]. El anteriorpresidente envió recientemente a suhijo un memorándum argumentan-do enérgicamente a favor de reanu-dar las negociaciones con Corea delNorte. El memo no estaba escrito por

70 Ibid.71 “The Secretary of Missile Defense”, Time, 7 de mayo de 2001. Este proyecto era

compatible con el tratado ABM, el cual permitía la defensa de una sola locación bajola lógica de asegurar que un ataque nuclear siempre pudiera ser repelido, garantizan-do de esta manera la “mutua destrucción asegurada”.

72 Ibid.73 “Rumsfeld on High Wire of Defense Reform”, Washington Post, 20 de mayo de

2001.

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Bush padre, pero sí por uno de susanteriores ayudantes en asuntosasiáticos, D. Gregg, quien tambiénfuera embajador en Corea del Sur[...]. El envío del memo de Gregg esla primera evidencia concreta de lainfluencia de Bush padre en la ad-ministración, en un tema específicode política exterior, sin embargo, hahabido mucha especulación sobre siel anterior presidente no dio su opi-nión durante la crisis del avión es-pía con China”.74 Poco tiempo des-pués el gobierno de G. W. Bush re-anudaba el diálogo con Norcorea.75

El peso de la opinión pública.

Think Tanks, partidos políticos

y corporaciones

Más allá de los actores políticos vin-culados con el desarrollo del NMD, sedebería además tener en cuenta elpapel de otros dos actores: los think

tanks y la propia opinión pública nor-teamericana. Es importante aclararque los partidos políticos y los think

tanks no son entidades estancas, dehecho muchos cuadros políticos sur-gen, se nutren y utilizan frecuente-mente estas organizaciones para suspropios intereses. Por lo tanto losentrecruzamientos entre estas dos ca-tegorías son numerosos y continuos,con muchos individuos retirándose dela actividad pública hacia este tipo deinstituciones, y viceversa, o inclusoparticipando simultáneamente enambos lugares. También, como se de-talla a continuación, son muchas las

relaciones cruzadas que hay entre losdiferentes think tanks y sus principa-les exponentes. Como no podría serde otra manera, dada la magnitud delproyecto, el NMD cuenta con numero-sas organizaciones que hacen lob-

bying para apoyar su despliegue.Asimismo, el papel de la opinión

pública resulta fundamental a la horade enarbolar propuestas (como el des-pliegue de un escudo misilístico) comorespuesta a la voluntad y las exigen-cias de la ciudadanía, y, con la mis-ma excusa, la de la voluntad popular,acallar disensos de otros actores po-líticos. Algunos analistas, como C.Eisendrath, G. E. Marsh, y M. A.Goodman, consideran que “mucha dela misma gente e instituciones involu-cradas en las anteriores administra-ciones de Reagan y Bush padre, in-cluyendo al secretario de DefensaRumsfeld; Frank Gaffney, quien en-cabeza el Centro de Política de Segu-ridad (Center for Security Policy); yRichard Perle, asesor de política ex-terior del presidente Bush; el Labora-torio Livermore; la fundación Heri-tage; corporaciones como Boeing, Ray-theon y Lockheed-Martin, están nue-vamente trabajando con miembros delCongreso y contribuyendo en suscampañas presionando a favor delNMD”.76 Del mismo modo W. D. Har-tung y M. Ciarroca77 creen que el pro-yecto NMD es fomentado “por unaalianza conservadora y fundacionesde derecha centradas alrededor delCenter for Security Policy de F. Gaffney[...]. Esta red pro-NMD incluye la Fun-dación Heritage y Empower Ame-

74 “Bush senior steps in on Korea”, The Guardian, 11 de junio de 2001.75 “Engaging North Korea”, Washington Post, 16 de junio de 2001.76 C. Eisendrath, G. E. Marsh, y M. A. Goodman, “Shield of Dreams: Why National

Missile Defense Won`t Work”, publicado por el Center for International Policy; http://www.ciponline.org/dfd/shield.htm.

77 W. D. Hartung y M. Ciarroca, “The Marketing of Missile Defense 1994-2000”,mayo de 2000, http://www.worldpolicy.org/projects/arms/reports/tangled.html

78 Ibid.

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rica”.78 Haciendo un breve análisis deestas instituciones se puede ver unaclara filiación conservadora y fuertesvínculos con numerosos miembros delPartido Republicano y con empresascontratistas. Entre los más importan-tes (las nombradas por los analistasen los párrafos anteriores) podemosdestacar los siguientes:

• American Enterprise Institute:esta institución que se define como“uno de los más grandes y respeta-dos think tanks”79 tiene como uno desus más prominentes miembros aRichard Perle, quien fuera secretarioasistente de Defensa para Política deSeguridad Internacional del presi-dente R. Reagan entre los años 1981y 1987 y asesor de política exteriorde George W. Bush cuando éste eragobernador de Texas. Perle ha escri-to infinidad de artículos ponderandolas virtudes de los proyectos de de-fensa misilística. Otros destacadosmiembros de esta institución sonLynne V. Cheney, esposa del actualvicepresidente y ex secretario de De-fensa Dick Cheney, y Newt Gingrich,destacado miembro del Partido Re-publicano en el Congreso por veinteaños.

• Center for Security Policy: éstatal vez sea la institución más impor-tante que forma parte del lobby pro-NMD. A diferencia de otros think tanks

vinculados con temas de defensa, elCSP recibe fondos de importantesempresas contratistas como Boeing,Lockheed Martin y TRW, todas ellas,como vimos, vinculadas con el desa-rrollo del NMD y otros proyectos dedefensa misilística, de quienes ha

recibido más de us$ 2.000.000 des-de su fundación.80 Su director F.Gaffney ocupó en 1987 el cargo quedejara Richard Perle también durantela administración de R. Reagan. Dosde sus siete directores son M. Cars-lile, que fuera jefe de asesores del se-nador republicano T. Cochran y C.Kupperman, vicepresidente del áreade Espacio y Misiles Estratégicos delLockheed Martin Corp.81

• Empower America:82 no es muydifícil ver la afinidad política de estainstitución, basta hacer un breve re-paso de su junta de cinco codirecto-res para calificar a este think tank

como una organización conservado-ra con fuertes vínculos con el Parti-do Republicano. W. Bennett fue se-cretario de educación durante la ad-ministración de R. Reagan y directorde la Oficina Nacional de Control deDrogas durante la presidencia de G.Bush; J. Kemp fue candidato a vice-presidente del Partido Republicanoen la fórmula que encabezaba el se-nador Dole y que perdiera la elecciónde 1996 frente a Bill Clinton; J.Kirkpatrick fue asesora de políticaexterior del presidente R. Reaganquien luego la nombraría embajado-ra de los Estados Unidos frente a laONU; V. Weber fue un activo miembrodel Partido Republicano en la Cáma-ra de Representantes desde 1980hasta 1992; finalmente, W. Cohen, sibien fue secretario de Defensa delgobierno demócrata de W. Clinton, esun reconocido miembro del PartidoRepublicano y ha representado alestado de Maine en el Senado desde1978.

79 http://www.aei.org/aboutaei.htm.80 W. D. Hartung y M. Ciarroca , “Star Wars II: Here We Go Again”, The Nation, junio

de 2000.81 Para más información sobre los integrantes de este “think tank”, http://

www.centerforsecuritypolicy.org/aboutus/staff.shtml.82 Para más información sobre los integrantes de este “think tank” http://

www.empoweramerica.org/stories/storyReader$346.

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• The Heritage Foundation: fun-dado en 1973 es uno de los más in-fluyentes think tanks. Su presiden-te, E. Feulner, fue consultor de Polí-tica Doméstica del presidente Reagany asesor de numerosas agencias gu-bernamentales, fue director ejecuti-vo del Comité de Estudio Republica-no (Republican Study Committee) enla Cámara de Representantes, asis-tente del secretario de Defensa M.Laird durante la administraciónNixon, y asistente administrativo delrepresentante republicano P. Crane.En 1989 el presidente Reagan le con-firió una medalla distintiva “como lí-der del movimiento conservador”. P.Trurluck, vicepresidente de esta ins-titución, también fue director delComité de Estudio Republicano, yasesor del senador republicano S.Thurmond y de B. Blackburn, repre-sentante del mismo partido.83

A través de esta breve descripciónde los principales grupos de presióndetrás del desarrollo del NMD, pode-mos ver que a pesar de autodefinirsetodos ellos como organizaciones no-partidarias, poco tienen de esto. Le-jos de ser una simplificación, o qui-zá tal vez siéndolo, pero no por en-contrar algún patrón o generalidad,sino por surgir de la filiación ideoló-gica y política de sus miembros, setrata de organizaciones fuertementevinculadas con los sectores conser-vadores en general y con el PartidoRepublicano en particular. Asimismo,es llamativa la concertación de inte-reses que encontramos entre estasinstituciones, los miembros del Par-tido Republicano y representantes delas empresas contratistas vinculadascon la defensa misilística. Se podríaargumentar simplemente que esto sedesprende de una ideología conser-

vadora en común que comparten losmiembros de todos estos grupos. Sibien esto es cierto, es una simplifi-cación que no termina de explicartoda la realidad. Miembros de estosthink tanks, del Partido Republicano,y ejecutivos de las grandes empresascontratistas no son un concierto devoces enarboladas desde diferentessectores en pos del desarrollo de unescudo antimisiles. No lo son en elsentido de que a partir de un análi-sis profundo de la estructura de es-tas organizaciones se ve que losentrecruzamientos entre las catego-rías partido, think tank y corporaciónson tan generalizados que sería in-genuo pensar que se trata de gentedistinta desde distintos sectores bo-gando por un fin común. Se trata degente que hoy es miembro de un think

tank y una empresa contratista y ma-ñana ocupará un cargo gubernamen-tal o viceversa. O en numerosos ca-sos pertenece a más de uno de estosthink tanks. Las únicas ocupacionesque no se comparten simultáneamen-te son aquellas que implicarían te-ner un cargo público y privado al mis-mo tiempo. Sin embargo, no es difí-cil encontrar, como ya se ha señala-do en algunos casos, individuos po-líticos que pertenecen a una o másde estas instituciones, o ex políticosdevenidos en ejecutivos de empresasy miembros de think tanks, o indivi-duos que pertenecen simultáneamen-te en hasta tres de estas institucio-nes. El hilo conectivo, la intersecciónque encontramos en toda la genteseñalada anteriormente, los líderesde estas instituciones, es que más deuna vez actuaron en la vida públicay siempre vinculados con el PartidoRepublicano. Tal vez la descripciónmás idónea respecto de los “diferen-

83 Para más información sobre los integrantes de este “think tank”, http://www.heritage.org/staff.htm.

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tes” sectores vinculados detrás deldesarrollo del NMD no sea la de unpartido conservador, cuatro o cincoorganizaciones “no partidarias” y lasempresas vinculadas con el desarro-llo del proyecto; sino la de un con-junto de personas que continuamen-te rota entre estas categorías y den-tro de cada una de ellas. El propioFrank Gaffney, director del Center forSecurity Policy, describe claramenteesta relación: “Difusamente modela-do a partir del legendario Comité so-bre el Peligro Presente (Committee on

the Present Danger), una coalición nopartidaria de prominentes america-nos que en los ’70s desafiaron la vi-sión de que la détente con la UniónSoviética era la base viable para laseguridad americana, el Centro hasido una poderosa y a veces solitariavoz de razón y realismo en los añosrecientes. El Centro ayudó a preser-var un sentido de identidad y comu-nidad entre los practicantes de polí-tica de seguridad, esperando el díaen que muchos de ellos serían llama-dos para servir una vez más en elgobierno. Esto ocurrió en la adminis-tración Reagan cuando muchos miem-bros del Centro ocuparon puestosejecutivos. Felizmente, ese día ha lle-gado para el Center for Security Policy.Un antiguo miembro del Centro,Richard Cheney, es ahora vicepresi-dente de los Estados Unidos. El pre-sidente Bush eligió a D. Rumsfeld,un distinguido galardonado por elCentro con el premio de Guardián dela Llama, como secretario de Defen-sa. Y el secretario Rumsfeld y sus co-legas en el gobierno han invitado aun extraordinario número de miem-bros del Centro para servir en car-gos importantes en el gobierno de Es-tados Unidos”.84

Para ilustrar brevemente la mag-nitud de estos entrecruzamientos, amodo de ejemplo en el caso del Centerfor Security Policy, vemos que en sujunta de consejeros se encuentranmiembros de otras organizacionesconservadoras como E. Feulner, pre-sidente de Heritage Foundation yWilliam Bennet, director de EmpowerAmerica; C. Kupperman y B. Jack-son, dos importante ejecutivos deLockheed Martin e importantesmiembros del Congreso, todos repu-blicanos, como C. Weldon, C. Cox yJ. Kyl. Por último, podemos señalarel paradigmático caso de Jean Kirk-patrick, asesora de política exteriordel presidente Reagan y ex embaja-dora ante la ONU. Es uno de los di-rectores de Empower America, espe-cialista en política exterior y relacio-nes internacionales del AmericanEnterprise Institute, y miembro delConsejo Consultivo del Center forSecurity Policy.

La opinión pública

La opinión pública es el pilar funda-mental en que se apoyan los diferen-tes sectores pro-NMD. La sensibilidadde la ciudadanía respecto de los te-mas que atañen, o creen que atañen,a su seguridad hace que no sólo lossectores tradicionalmente más con-servadores apoyen el despliegue deun escudo antimisiles, sino que tam-bién lo hagan los sectores más libe-rales. Es decir, en temas relativos ala seguridad, la brecha que tradicio-nalmente hay entre conservadores yliberales en numerosos temas seachica.

Las encuestas del Council on

Foreign Relations85 resultan muy

84 http://www.centerforsecuritypolicy.org/aboutus/gaffney-bio.shtml.85 http://www.cfr.org/public/pdf/Pew_ForeignPolicy.pdf.

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ilustrativas con respecto a esto últi-mo. En una compulsa realizada a fi-nales de octubre de 2001 dos terciosde los encuestados apoyaron en ge-neral el desarrollo de un escudoantimisiles, y un 50% apoyó un des-pliegue inmediato de este tipo de de-fensa. Desglosando estas cifras se veque el 58% de aquellos que se reco-nocen demócratas favorece el desplie-gue del NMD, mientras que el apoyode quienes se identifican como repu-blicanos alcanza el 77%. Si bien laencuesta fue realizada a finales deoctubre de 2001, es decir, poco tiem-po después del ataque terrorista enManhattan que dejara 3100 muertos,si se compara estas cifras con las decomienzos de septiembre se ve quelas opiniones positivas aumentanpoco más de un 10% (principalmen-te por el cambio de opinión en el uni-verso femenino, ya que el masculinopermanece prácticamente invaria-ble). Es decir, aun antes de los ata-ques terroristas, el apoyo popular aun escudo antimisiles era igualmen-te muy importante. Todo esto confi-gura un contexto donde cualquier ini-ciativa política claramente contrariaal desarrollo del NMD puede ser cali-ficada como antipopular y por lo tan-to resulta políticamente costosa, ypor el contrario, toda iniciativa a fa-vor de un escudo antimisiles pareceser bien recibida por la ciudadanía,y por lo tanto capitalizable política-mente. Éste es el sustento principaldel lobby conservador pro-NMD, apo-yarse en la opinión pública, cuandono moldeándola, para movilizar susintereses. Del otro lado, la capacidadde movilización en contra que tienenlos sectores políticos liberales es muylimitada. Dado el alto costo político

que deberían pagar, la actitud pasi-vamente aprobatoria del Partido De-mócrata a las iniciativas republica-nas en la arena de la defensa misi-lística sólo puede traducirse como undisentimiento públicamente imposi-ble de cristalizar. Por el contrario, lavoz más fuerte en contra del NMD havenido por parte de numerosas ONGs(FAS, Green Peace, etc.), quienes nodeben rendir cuentas regularmentecon la ciudadanía.

El “apoyo” demócrata

El analista J. Newhouse consideraque “el presidente Bill Clinton hubie-ra preferido negociar importantesreducciones en las armas nuclearesofensivas, en vez de revivir el viejoargumento acerca de que una balapuede acertar a otra bala o inclusode si es buena idea intentarlo. Sinembargo, aprobó la National Missile

Defense Act de 1999, cediendo a lapresión del lobby misilístico y quitan-do a los republicanos un problemapolítico potencialmente poderoso”.86

W. Hartung y M. Ciarrocca asimismoconcuerdan en que “la defensa misi-lística, un tema que separó a repu-blicanos y demócratas durante la eraReagan, ahora parece haber alcan-zado un amplio apoyo bipartidario enWashington. Pero también parececlaro que este creciente apoyo tienemás que ver con política de corto pla-zo –los demócratas no queriendo servistos como suaves en defensa– quecon una profunda confianza en laprometedora tecnología del NMD”.87

Como señaláramos en el aparta-do anterior, la tal vez calificable“sobreactuada” actitud republicana

86 J. Newhouse, “The Missile Defense Debate”, Foreign Affairs, julio/agosto 2001.87 W. D. Hartung y M. Ciarroca, “The Marketing of Missile Defense 1994-2000”,

mayo de 2000, http://www.worldpolicy.org/projects/arms/reports/tangled.html.

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parece estar sustentada en la opiniónpública. En tanto que el pasivo yreactivo comportamiento demócratase sustenta también en la mismacausa. Esto configura un marco don-de las posibilidades de veto políticoa esta iniciativa parecen muy impro-bables, y si a esto le sumamos losintereses económicos, científicos y loslineamientos de política exterior queimplicaría el despliegue del NMD, lapregunta de por qué Estados Unidosse empeña en desplegar un sistemadefensivo que no ha mostrado nin-gún resultado convincente, pareceencontrar una respuesta.

Conclusión

Sin dejar de lado otras variables ex-plicativas ya señaladas, como la in-fluencia del complejo militar-indus-trial, o el aggiornamento doctrinal delas fuerzas armadas estadouniden-ses, la variable cuya aproximación ala verdad (en un sentido poppe-riano)88 parece explicar de mejor ma-nera el desarrollo del NMD es la vo-luntad política de importantes sec-tores conservadores de consolidar alos Estados Unidos, durante el sigloXXI, como única potencia hegemónicaen el marco de un orden globalunipolar caracterizado por una me-nor influencia del derecho interna-cional y de los organismos multi-laterales. Como viéramos en una sec-ción anterior, las voluntades aisla-cionistas, unilateralistas, y si se quie-re hasta imperialistas, no son cosanueva en la historia de los Estados

Unidos. Lo que sí resulta novedosoes la situación histórica en que seencuentra este país actualmente.Como se describiera en la primerasección, la distribución mundial decapabilities favorece a los EstadosUnidos de una manera que parece notener antecedentes históricos. De mo-do que las aspiraciones de estos gru-pos podrían encontrar hoy una posi-bilidad de materilizarse que resulta-ba imposible cuando los EstadosUnidos se encontraban “felizmente”descomprometidos con todo lo queaconteciese a la derecha del meridia-no de Greenwich (bajo el esquema dela “doctrina Monroe”),89 o cuando lapresencia de otro hegemón (la UniónSoviética) hacía lógicamente imposi-ble la condición de un orden unipolar.

Paradójicamente, los “países villa-nos”, hacia quienes supuestamenteestá dirigido el escudo antimisiles, sonquienes menos inquietos están res-pecto del despliegue del NMD. Por elcontrario, este proyecto ha generadoun rechazo casi unánime tanto porparte de los países europeos de la OTAN

como de las otras potencias nuclea-res (Rusia y China). Esta situaciónfortalece la tesis de que en este asun-to se está jugando mucho más que lasuerte de un sistema destinado a de-tener un par de misiles lanzados des-de algún paupérrimo país tercermun-dista. Quizá solamente China estádirectamente afectada por el progra-ma, “con sólo un par de docenas demisiles intercontinentales, China re-conoce que incluso un limitado NMD

con 100 interceptores podría reducirsignificativamente, o eliminar, su po-

88 K. Popper, La lógica de la investigación científica, Madrid, Tecnos, 1962.89 La doctrina Monroe desacreditaba los intereses europeos en el hemisferio occiden-

tal, como asimismo dejaba a este mismo ámbito como el campo de acción donde podíanintervenir los Estados Unidos. Sin embargo, luego de la Primera Guerra Mundial y decara a la Segunda, e incluso la Guerra Fría, Estados Unidos era tan poderoso que resul-taba un anacronismo que este país confinara su influencia al hemisferio occidental.

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der disuasivo”.90 Incluso algunos sec-tores del Partido Republicano han re-conocido explícitamente su intenciónde incluir a Taiwán dentro del para-guas misilístico. El senador J. Helmsdeclaró que Estados Unidos “debe in-cluir a Taiwán bajo un paraguas dedefensa misilística regional que pro-teja a los taiwaneses y a todos los alia-dos norteamericanos en la región deataques con misiles balísticos porparte de China”.91 Rusia en tanto seha mostrado consistentemente reaciahacia el NMD. A pesar de las insisten-cias norteamericanas respecto de queel NMD de ningún modo afectará sucapacidad disuasiva, o incluso la ofer-ta de comprar tecnología rusa para laimplementación de dicho sistema,92

nada de esto ha hecho cambiar deopinión a las autoridades rusas. El se-cretario de Defensa, S. Ivanov, afir-mó que “podríamos entrar en una fasede impredictibilidad total en el áreade la seguridad global”93 si EstadosUnidos decidiera tomar un caminounilateral en este tema. La retórica delsecretario de Defensa norteamerica-no lejos de calmar los ánimos parececaldearlos aun más. En la ceremoniade confirmación ante el Senado nor-teamericano, D. Rumsfeld aclaró so-bre el NMD que “es algo que en susprimeras etapas está diseñado paralidiar con un puñado de estas cosas[misiles balísticos] y persuadir a cier-tos individuos de que no va a ser po-sible chantajear e intimidar a los Es-

tados Unidos y a sus aliados”.94 La fra-se “en sus primeras etapas” inquietasobremanera a chinos y rusos, ya quelo lógico es pensar que las etapas su-cesivas no significarán un desacopledel NMD, sino todo lo contrario. Entanto, Canadá y los países europeosde la OTAN no pueden ver este pro-grama de otra manera más que comoun impulso aislacionista norteameri-cano. J. Fisher, ministro de Relacio-nes Exteriores de Alemania, declaróque “no hay dudas que esto llevará aun quiebre de las reglas de seguridadde la OTAN”,95 justificando un replan-teo de la posición alemana como paísno nuclear. No menos descontentos,los franceses, junto a sus pares ale-manes, han decidido poner en mar-cha un equipo satelital de defensa in-dependiente de los Estados Unidos,invocando los presidentes Chirac ySchroeder a sus pares europeos en lacumbre germano-francesa realizadaen junio de 2000 en Mainz, a sumar-se al proyecto y declarar el fin de ladependencia.96 La posición británicaha sido más cauta. Probablemente elhecho de que el proyecto implique lainstalación de una base de radar enterritorio británico (Flyindales), ha ge-nerado en este país la confianza deque Estados Unidos no podrá dejarafuera del proyecto a sus tradiciona-les aliados.

La Declaración Conjunta por unMundo Multipolar y un Nuevo OrdenInternacional del 23 de abril de

90 C. Ferguson, “Is Anti North Korean Missile Defense Designed for China?”, Journalof the Federation of American Scientists (FAS), vol. 52, Nº 6, noviembre/diciembre de1999.

91 Wall Street Journal, 8 de julio de 2000.92 “US May Buy Russian Technology”, Washington Post, 29 de mayo de 2001.93 Agence France Presse, 5 de junio de 2001, http://www.spacedaily.com/news/

01065110140.wfd9ej93.html.94 “The Secretary of Missile Defense”, Time, 7 de mayo de 2001.95 “Alarma entre los aliados europeos”, Clarín, 7 de noviembre de 1999.96 “Francia y Alemania tendrán su propio satélite defensivo”, La Nación, 14 de

junio de 2000.

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1997,97 celebrada en Moscú entreRusia y China, resultó de alguna ma-nera profética respecto de los aconte-cimientos que podrían suceder en elcampo de la seguridad internacional,y sirve a su vez como corolario a estetrabajo. En el punto 2 de dicha decla-ración aspiraban a que “ningún paísbusque la hegemonía, comprometer-se en políticas de poder o monopoli-zar los asuntos internacionales”.98 Entanto en el punto 7 manifestaban que“la humanidad se encuentra en elumbral de una nueva era. Las perso-nas de todos los países se enfrentancon la urgente cuestión sobre qué tipode orden internacional les tocará ha-bitar en el próximo siglo [XXI]. Laspartes [China y Rusia] llaman a todoslos países a unirse en un diálogo acti-vo por el establecimiento de un nuevoorden internacional pacífico, estable,justo y racional, y a estar preparadospara tomar parte en una discusiónconjunta sobre todas las propuestasconstructivas a este fin”.99 Este tra-bajo deja abierta las cuestiones sobresi el nuevo orden será “pacífico, esta-ble, justo y racional”, pero ha inten-tado demostrar, y espero que con éxi-to, que difícilmente sea multipolar.

Resumen

El presente artículo intentará demos-trar cómo el desarrollo por parte del

gobierno de Estados Unidos de unsistema de defensa misilística (NMD

según sus siglas en inglés), diseña-do para contrarrestar un ataque conmisiles intercontinentales, formaparte, quizá la pieza restante, de unrompecabezas que se fue gestando alo largo de la década de 1990 y queconsiste en el fortalecimiento y con-solidación de los Estados Unidos nosólo como potencia dominante sinotambién como líder global en el mar-co de un mundo unipolar. Ésta serála hipótesis principal del trabajo, en-marcar el desarrollo de este mega-proyecto en un marco de consolida-ción estratégica de los Estados Uni-dos en un contexto de unilateralidaden la toma de decisiones. Sin embar-go, también serán discutidos otrosdos factores que parecen tener pesoen el desarrollo del NMD: el poder dela corporación militar-industrial enla asignación de nuevos contratos yel diseño de una nueva doctrina dedefensa caracterizada por su perfilfuturista en el marco de una faz de-fensiva en el campo de la disuasiónnuclear.

Palabras clave

Disuasión nuclear – misiles – NMD

– política exterior – relaciones inter-nacionales – seguridad internacional.

97 “China, Russia Sign Pact”, CNN, 23 de abril de 1997, http://www.cnn.com/WORLD/9704/23/russia.china.

98 Declaración Conjunta Ruso-China sobre un Mundo Multipolar y el Estableci-miento de un Nuevo Orden Internacional, Moscú, 23 de abril de 1997. Reproducciónenviada al secretario general de las Naciones Unidas el 15 de mayo de 1997; http://www.fas.org/news/russia/1997/a52—153en.htm.

99 Ibid.