Magritte

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Transcript of Magritte

En este sentido, el surreal ismo y, en concreto, la pintura surrealista, es una comunicación vital de un individuo, el pintor, con el público. Se trasladan a la pintura objetos que son una cosa y parecen otra, se distorsiona la real idad…

El hijo del hombre

Concebido como un autorretrato, con bombín y con una gran manzana que le tapa la cara.

El modelo rojo

El autor di jo de este cuadro: “El problema de los zapatos muestra con que facil idad la falta de cuidado convier te las cosas más terribles en asuntos completamente inocuos. Gracias al Modelo Rojo nos damos cuenta de que envolver un pie humano en un zapato es, en real idad, una costumbre monstruosa”. Impresiona el realismo de las tablas del fondo… y, yo juraría que he visto esos zapatos hechos real idad

Las marchas del verano

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¿No os recuerda mucho a Dalí? Un poquito de surrealismo, formas e inspiración clásicas (la ventana, el busto…), el paisaje casi deconstruido en cubos…

Golconde, 1953

Otro de los cuadros archiconocidos del autor. Representa a hombres vestidos a imagen y semejanza de Magritte, con el característico abrigo y bombín y colocados en diferentes posiciones sobre la ver tical (unos miran a derecha, otros de frente, otros a izquierda y otros están de espaldas) y en diferentes planos… Como si fueran gotas de l luvia… ¿It’s raining men? ¡Pues eso!

La leyenda dorada, 1958

Otro clásico. Baguettes de pan desfi lando tras una ventana en un cielo azul y una verde campiña… vamos, lo que uno espera encontrar cada día cuando levanta su persiana…

El maestro de escuela, 1954

Los hombres de espaldas son un recurrente en la obra de Magritte. También lo es la media luna… y la noche… y la vestimenta… aunque, bien pensado, es el vaqueros y camiseta de hoy.

El vestido de la noche, 1954

De nuevo la media luna y un desnudo sensual, en este caso, de espaldas y contemplando el mar azul profundo.

Los amantes, 1928

Como vamos viendo, Magritte gustaba de pintar un marco en muchas de sus obras. En este caso, se acentúa por el color rojo de la pared. También las cabezas y caras cubier tas con pañuelos o trapos son recurrentes.

Este beso desti la lo que pretende: sensualidad, sexualidad y pasión.

El ramillete perfecto, 1956

Botticell i se ha colado en este cuadro.

Un hombre de espaldas (¿el maestro de escuela de hace un rato?) y sobre su espalda, una joven, la Primavera de Botticel l i , pero con la cara de su musa y esposa: Georgette. Al fondo, un bosque frondoso al f inal del cual se vislumbra un claro.

El falso espejo, 1928

Otro de los cuadros maravil losos (¿alguno no lo es?) de Magritte. Pintado en época temprana, a f inales de los años 20, representa un ojo que sustituye su iris por un cielo azul con nubes.

El ojo mira al cielo, que se refleja en él.

La violación , 1934

Ceci nest pas une pipe, 1928

Rompe tus esquemas. ¿Estás seguro de que ves lo que estás viendo? “Esto no es una pipa”, ¿o sí?