Malaj, Norberto. Para Una Historia de La IVª Internacional. Sobre ‘Combats Et Débats de La...

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Respuesta a una historia del trotskismo escrita por F. Moreau, mandelista canadiense.

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EDM 15 - Diciembre 96

Para una historia de la IV InternacionalCombats et dbats de la Quatrime Internationale de Franois MoreauNorberto Malaj

Desde la Historia de la IV Internacional, de Pierre Frank (1), no se conoca prcticamente ningn otro texto (2) que reuniera informacin acerca de la trayectoria de la organizacin fundada en 1938 por Len Trotsky y el movimiento trotskista (como tal, data virtualmente desde 1923, como expresin de la continuidad del programa y la accin del movimiento obrero revolucionario mundial, en los inicios de la burocratizacin stalinista de la III Internacional). La obra de Franois Moreau es ms amplia que la anterior, y tiene un alcance hasta pocos aos atrs.La comparacin con aquella Historia es obligada, porque este intento de resumir combates y debates de la IV, tiene como su antecesora el signo inconfundible de un panegrico de la corriente que se reclam como su unica sucesora, tras la crisis de 1951/3, que culmin en la escisin de la IV. Se trata de quienes se identificaron tras las siglas de Secretariado Internacional (SI) de 1951 hasta 1963, y luego actuaron -hasta el presente- como Secretariado Unificado (SU) -o Tendencia Mayoritaria Internacional (TMI)-. Sus principales dirigentes fueron, primero, Michel Pablo, despus Ernest Mandel durante casi 30 aos, y en la actualidad, Daniel Bensad. La obra es meticulosa en registrar el supuesto predominio de esta corriente en los diferentes Congresos internacionales (del 95% en el famoso III de 1951, que provoca la escisin; en el IV de 1954, el "70% de los que estuvieron representados en el anterior", y siempre proporciones por el estilo, que parecieran expresar una autoridad sin par). "En efecto -dice F. Moreau a modo de conclusin- la IV Internacional (es decir el SU) representa hoy, de lejos, el principal cuadro organizativo que se reclama del trotskismo; es quien reagrupa al mayor nmero de miembros, al mayor nmero de secciones nacionales, a las organizaciones ms significativas, sobre el mayor nmero de continentes ... Ninguno de los comits internacionales que pretendieron reconstruir la Internacional en el curso de los ltimos 35 aos ha logrado lo mismo, ninguno puede compararse ni de lejos con la IV Internacional". El esfuerzo por registrar este supuesto desarrollo organizativo no se compadece, sin embargo, con el objetivo que se enuncia en el ttulo de la obra. Es que los debates, la exposicin de ideas, la argumentacin de las tesis que llevan a las crisis de la organizacin, brillan por su ausencia, y los principales problemas que hacen al desarrollo de la IV son relatados con enorme liviandad o pasados directamente por alto. Hay una ausencia total de rigor, y aun de citas o referencias bibliogrficas puntuales, que ayuden al lector a orientarse en algn tema o perodo. Se desprecia, en sntesis, la lucha programtica.El desprecio hacia las sectas -como se llama en el libro a todos los crticos del SI/SU-, con todo, tiene el mismo signo de superficialidad que caracteriza toda la argumentacin apologtica del accionar de aquella corriente.A pesar de todo esto, el libro est cargado de referencias a la extraordinaria lucha librada por los trotskistas en decenas de pases para abrirse un camino entre las masas, ilustra acerca de la audacia y el arrojo militante, prctico e intelectual, de los trotskistas en las peores condiciones, cuando las dems corrientes del movimiento obrero abandonaban el terreno, lo que hace que, a pesar de las enormes limitaciones polticas del texto, brinde una oportunidad de acercarnos a la historia de la lucha del movimiento trotskista a escala mundial. El libro contiene, en este sentido, dos "Anexos", que renen: el primero, una resumida crnica de todos los agrupamientos y reagrupamientos que cronolgicamente se han reivindicado del legado y de la lucha por la reconstruccin de la IV los que a la fecha de la finalizacin del libro (sin considerar entonces ms que dos reagrupamientos morenistas) sumaban, segn F. Moreau, once (3) ; el otro, es sobre las "fuentes" de orden general que se reunieron para el trabajo, las que siendo relativamente abundantes, todo indica que se explotaron escasa y superficialmente. Resulta tambin llamativo el desprecio de otros materiales, que no pudo desconocer el autor; todo esto redundar lgicamente en la falta de seriedad para fundamentar los principales combates y debates librados en nombre de la IV. Franois Moreau fue uno de los principales dirigentes de la organizacin canadiense del SU y editor de su peridico La Gauche, hasta su temprana muerte en septiembre de 1993, a la edad de 37 aos. A travs del relato del libro, trataremos entonces de comprender los combates y debates que jalonaron al movimiento trotskista. Tendremos as la oportunidad, tambin, de verificar cun lejos lleg el pablismo-mandelismo en el abandono del programa obrero revolucionario. La postracin al tre a la mode de la opinin pequeoburguesa, que caracteriz histricamente a esta corriente, ha llegado, al presente, a un agudsimo grado de descomposicin. La lucha por "una nueva Internacional revolucionaria de masas", dice F. Moreau, concluyendo su obra, "nadie sabra predecir an como se formar", y deja planteadas sus dudas: "puede ser que un nuevo partido obrero de masas, independiente, como el PT brasileo, lance un llamado a formar una nueva Internacional obrera, independiente del stalinismo y la socialdemocracia? (El PT, que ha recogido lo peor de aqullos, y que gobierna de la mano de los grandes capitalistas, incluido el recientemente electo intendente de Porto Alegre, que responde a la seccin del SU!) Puede ser de una evolucin de las direcciones revolucionarias centroamericanas, que conduzca a una convergencia sobre la base de principios suficientes para formar un reagrupamiento internacional que incluya a la IV Internacional? (El sandinismo, que ha concluido en un pacto con la contra, la Iglesia y el imperialismo!) Pueden ser las sacudidas en curso en los pases del Este que conduzcan a la refundacin del movimiento comunista sobre nuevas bases?" (Pero si todas las alas del movimiento comunista hace rato que no son ms que variantes restauracionistas diferentes de la burocracia!). El nombre del trotskismo est sirviendo a esta gente como cobertura para cualquier felona. As, no es de extraar que D. Bensad, que prefaci la edicin del libro en 1994, deseche all con total desparpajo la tesis fundamental del programa fundacional de la IV: "Si la crisis de la humanidad se reduce despus de medio siglo a su crisis de direccin, por qu toda nuestra buena voluntad no habra acertado en su resolucin?". Los primeros captulos de Combats... reconstruyen los orgenes de la IV desde 1933, cuando la Oposicin de Izquierda, despus que el stalinismo entrega inerme al proletariado alemn a manos del fascismo, llega a la conclusin de que no queda otro camino que fundar una nueva Internacional. La III bajo el dominio stalinista se ha transformado en un "cadver". Es ste el perodo ms conocido de la historia de la IV, fundamentalmente a partir de las obras de Len Trotsky. Evitamos entonces detenernos en esos captulos, para concentrarnos directamente en la etapa posterior al asesinato de Trotski a manos de un sicario del stalinismo.La IV frente a la guerraF. Moreau da una descripcin muy interesante de las fuerzas que componen la IV al estallar la guerra, sobre sus posiciones en el movimiento obrero y su solidez. Pocos meses antes, en agosto de 1938, en el momento de su fundacin, contaba con "algunos millares de miembros en el mundo", en "grupos afiliados en 28 pases, pero, en la mayora de los casos, sus efectivos eran endebles". Estas cifras no consideran a la "seccin fundacional sovitica, que fue la ms importante numrica y polticamente, eliminada fsicamente en los campos stalinistas"."A pesar de esta debilidad numrica, las organizaciones trotskistas jugaban un rol importante en la lucha de clases de muchos pases. La seccin indochina gozaba de una influencia de masas adquirida durante la lucha por la independencia de Vietnam; su candidato conquista la intendencia de Saign en 1938... En los Estados Unidos, el Socialist Workers Party (SWP) haba jugado un rol central en muchas huelgas duras que marcarn su ascendiente sobre el sindicalismo industrial, especialmente la huelga de los hoteles de New York y la huelga de los camioneros de Minneapolis. En Francia, la lucha poltica de los trotskistas a favor del frente nico entre los socialistas y los comunistas haba tenido un impacto real...".Este desarrollo, para la poca, viene a demostrar el carcter relativo del llamado raquitismo de la IV. Siempre se abus de esto para escamotear un examen en profundidad de sus dificultades; si se considera la bancarrota organizativa (no hablemos ya de la poltica) en que se encontraban las organizaciones tradicionales en los principales pases, el capital de la IV no era en absoluto despreciable. Ciertamente, cuando entre los propios seguidores de Trotsky se manifiestan, en ese perodo, sntomas de desnimo, como ocurri en el mismo congreso fundacional de la IV en agosto de 1938 en el sentido de cuestionar, por ejemplo, su puesta en pie, se est expresando la debilidad de las nuevas camadas y el peso de las derrotas que venan sacudiendo al movimiento obrero mundial en los 15 aos anteriores. Con el asesinato del viejo en Mxico, en un momento de reaccin poltica sin precedentes a escala mundial, con la burocracia stalinista en un pacto con Hitler, las tendencias a la desmoralizacin golpearon profundamente las puertas de la IV. Se expresaron bsicamente, como bien lo informa F. Moreau, en torno a dos cuestiones polticas centrales: la defensa de la URSS y la prctica del "derrotismo revolucionario" en los pases imperialistas. Ambos fueron los dos grandes combates de Trotsky antes de su muerte. Respecto al primer punto Trotsky dej una obra monumental de extraordinaria vitalidad, En Defensa del Marxismo.La "endeblez" de la IV no estaba en las insuficiencias de su programa, sino en la dbil estructuracin de sus cuadros y en la escasa experiencia de los mismos. Pero esto mismo ratifica la justeza del apuro, si se quiere, de Len Trotsky por poner en pie la IV. Porque para preservar la continuidad terica y prctica del marxismo y armar programticamente a los destacamentos capaces de actuar en los grandes acontecimientos revolucionarios que sobrevendran a la carnicera imperialista (y sobre los cuales reposaban todos los anlisis de la IV), habra necesariamente que estructurar una slida vanguardia obrera en una organizacin centralizada (lo que por otra parte, el trotskismo vena planteando desde 1933). Aunque F.Moreau no saca esta conclusin, de lo que l informa se desprende que la direccin de la joven organizacin cuartainternacionalista, despus del asesinato de Len Trotsky, fue virtualmente quebrada polticamente. "La corriente que exiga la revisin de la posicin sobre la URSS obtiene el cuarenta por ciento de los votos en el congreso del SWP de 1940 y deja la organizacin poco tiempo despus para constituir un grupo distinto. La lucha de tendencias en el SWP americano haba repercutido tambin en los otros pases, sobre todo en Francia, y en el seno del Secretariado Internacional (SI) elegido en el Congreso de 1938, del que muchos de sus miembros haban emigrado a New York al inicio de la guerra. La mayora entre ellos se pronuncia por la oposicin americana, revirtiendo la posicin adoptada en el congreso mundial, lo que crea una situacin ms bien extraa, ante la imposibilidad de reunir las instancias de la IV Internacional para reemplazarlos". Ms adelante, agrega: "Por una parte, las relaciones con Europa estaban cortadas, y por la otra, el SI se vio desaprobado por el SWP americano ... la mayora de los miembros del SI se sumaron a la tendencia aparecida en 1940 en las filas del SWP, que rechazaba la caracterizacin de la URSS como Estado obrero y se opona a su defensa". Esa corriente (liderada por Shachtman) va a terminar renegando del marxismo y desapareciendo en el curso de pocos aos. Aunque F. Moreau no se lo proponga, est diciendo que se ha producido una crisis poltica en la direccin de la IV, que socava la posibilidad de la organizacin de actuar. Ni Pierre Frank, ni Jean Jacques Marie, sealaban este problema. Por lo general, se carg siempre la responsabilidad de la inaccin de la IV en los golpes represivos que sufri un verdadero genocidio, mediante la ejecucin de valiossimos cuadros a manos del nazismo y el stalinismo. Pero todo indica que ese exterminio slo pudo tener los resultados catastrficos que alcanz, en trminos de paralizacin de la accin cuartainternacionalista, en el marco de la prdida de rumbo de la direccin de la IV Internacional. El libro informa sobre las cuestiones que suscitan debates en la IV, pero su abordaje no permite comprender claramente la naturaleza de los problemas. F. Moreau reconoce que "la marcha victoriosa del nazismo arrojaba en el pnico a la mayor parte de la izquierda y conduca a muchos a revisiones tericas monstruosas". Cita as el caso de "la direccin del grupo trotskista alemn", que va a asumir el planteo de la defensa de un nuevo perodo de "revolucin democrtica" en los pases imperialistas ocupados. F. Moreau no lo dice, pero esta posicin va a ser asumida por el secretario del Comit Ejecutivo de la IV, Jean Van Heijenoort (Marc Loris), quien va a desenvolver abiertamente esta tesis. Estamos hablando ahora de la fraccin del SI que se mantuvo junto al SWP liderado por Cannon, y leal supuestamente a los planteos de la IV. Marc Loris es el mismo dirigente que va a defender, en Amrica Latina, la tesis de la "equivalencia" entre las burguesas de los pases oprimidos y opresores, y que va a negar todo valor a la tareas de emancipacin nacional aqu (en los pases imperialistas, que haban culminado haca tiempo sus tareas nacionales, s; en los pases atrasados, donde cumplan histricamente an una funcin progresiva, en cambio, no!) (4). Las posiciones de este tipo significaban un abandono total de las posiciones que haba enarbolado la IV. El Manifiesto "Frente a la guerra imperialista y la revolucin proletaria mundial", redactado por Len Trotsky y adoptado por una conferencia internacional reunida en Nueva York entre el 19 y el 26 de mayo de 1940 (5), criticaba por anticipado cualquier conducta impresionista frente a un avance mayor del hitlerismo sobre otras naciones de Europa, y ratificaba el pronstico cuartainternacionalista acerca de las perspectivas revolucionarias, planteando la necesidad de promover el derrotismo en todos los pases imperialistas.F. Moreau describe crudamente cmo los imperialismos democrticos no dejan en ningn momento de actuar en su carcter de potencias coloniales, y cmo explotan la guerra para desangrar inescrupulosamente a los pueblos de la URSS en primer lugar, y del mundo entero. "En plena invasin alemana, el gobierno francs haba rechazado hacer retornar las escuadras estacionadas en Siria... no haba nada peor para la burguesa francesa que aquello que comprometa su imperio en Medio Oriente". Despus de la invasin alemana a la URSS, roto el pacto germano-sovitico por imperio de los hechos, y mientras los imperialismos democrticos entraban en negociaciones con la burocracia, stos "continuaban el estacionamiento de sus principales contingentes armados en sus colonias, en lugar de enviarlos a combatir a las tropas alemanas o japonesas, revelando as sus verdaderas prioridades". En los pases coloniales, los trotskistas, en esas condiciones, dice F. Moreau, "jugaron un rol importante en muchos pases", curiosamente donde todo indica que los lazos con el centro dirigente estaban rotos. Es el caso "especialmente en Vietnam, en Indonesia, en la India y en Ceyln (Sri Lanka). Existi una guerrilla de inspiracin trotskista en Birmania, los comunistas de bandera roja. Lamentablemente, su fuerza en organizacin nunca estuvo a la medida de su influencia de masas, lo que los haca vctimas preferidos de la represin que se abata en todas partes sobre ellos: no solamente de las autoridades coloniales, sino tambin de los nacionalistas burgueses y los stalinistas".A pesar de las enormes dificultades que dominan la actuacin de los trotskistas, en toda esta primera etapa en Europa bajo la ocupacin nazi, van a ocupar precisamente en este perodo, antes del gran ascenso que deviene despus de la derrota nazi en Stalingrado y de la sublevacin italiana que acaba con los fascistas, un rol fundamental en la resistencia. Resistencia que en esta primera etapa no es generalizada, pero que de haberse encontrado estructurada en torno a una perspectiva de conjunto que la IV, como organizacin, haba perdido, a pesar del titnico esfuerzo de diferentes grupos aislados en muchos pases, habra colocado probablemente a la IV con posiciones ms slidas para la etapa siguiente. Quebrado de hecho el centro dirigente y rotas las relaciones internacionales por la guerra (pero fundamentalmente, derivado de lo anterior) (6), hay sectores trotskistas que vacilan, y que van a llevar en Francia, durante los dos primeros aos de ocupacin, una orientacin que tiene muchos puntos en comn con la del grupo alemn exiliado all del que ya hablamos: estos sectores, creyendo que la ocupacin nazi va para largo, se plantean actuar en las organizaciones colaboracionistas.F. Moreau no habla de esto. Destaca, en cambio, que "los trotskistas fueron efectivamente los primeros en lanzarse a la resistencia, desde 1940, cuando los partidos comunistas buscaban todava arreglarse con los ocupantes nazis, en el cuadro del pacto germano sovitico de 1939". Los stalinistas, en este perodo, diciendo practicar tambin una tctica derrotista, obraron en realidad como colaboracionistas del gobierno de Vichy, es decir, de la ocupacin nazi, tal como se los obligaba su obediencia a la burocracia.Es indudable que lo que dice F. Moreau es cierto en lo fundamental. Fue en este perodo que estamos analizando, que el "RSAP holands (una organizacin que se reclamaba trotskista, aunque no form parte del congreso fundacional) informa F. Moreau tuvo un rol de primer orden en la huelga general de 1942 contra la deportacin de los judos, lo que llev a la ejecucin de Henk Sneevliet, principal dirigente de la organizacin". Trotskistas franceses y alemanes van a darse una tctica de derrotismo revolucionario extraordinaria, para llevar a la prctica entre las tropas alemanas de ocupacin. Van a publicar Arbeiter und Soldat (obrero y soldado), un peridico en alemn, dirigido a las tropas nazis, entre las que se construyen clulas clandestinas!, llamndolas a la solidaridad obrera internacional contra todos los gobiernos imperialistas. Los trotskistas se afirmaban en la conviccin de que las tropas de ocupacin iban a terminar desintegradas, como efectivamente ocurri. La resistencia, dominada por elementos stalinistas despus de 1941/2, se opona a toda idea de fraternizacin revolucionaria, levantando el planteo nacionalista reaccionario de "a cada cual su boche" (despectivo respecto al alemn, planteando una lnea de venganza, que transformaba al obrero-soldado alemn, que era una vctima de la guerra, en el supuesto victimario de los pueblos de los pases ocupados). "Los principales implicados en ese trabajo fueron finalmente descubiertos y fusilados", informa F. Moreau. Los trotskistas van a sufrir la prdida de cuadros fundamentales durante la guerra, la mayora de ellos muertos en los campos de concentracin, cuya maquinaria industrial de exterminio los imperialismos democrticos nada hicieron por detener. Sobre esto dice muy poco F. Moreau. Pero es altamente probable, a la luz de recientes investigaciones, que los trotskistas estuvieran a la cabeza de los levantamientos en los principales ghetos y campos, que terminaron a pesar de su herosmo, todos ellos en tremendas masacres (7). No tenemos documentacin de otras manifestaciones de cmo los trotskistas practicaron el derrotismo en los diferentes pases imperialistas. Pero es evidente que no lo hicieron en todas partes de una manera mecnica e idntica, y mucho menos bajo una forma pasiva o pacifista. F. Moreau no agrega ms nada, pero es conocida la tctica que recomend Trotsky para los EE.UU., por las discusiones que desenvolvi con los dirigentes del SWP antes de su muerte. No conocemos qu resultado se sac de ello (y aun si se implement efectivamente y cmo). Consista en exigir la eleccin de los oficiales mediante la voluntad popular, una orientacin dirigida a transformar al Ejrcito en una milicia popular, apuntando a canalizar el espritu democrtico que llevaba a los trabajadores a enrolarse, en nombre de la causa, contra el totalitarismo fascista. De esta forma, sta no quedaba reducida a un ajuste de cuentas entre bandidos imperialistas. Se abra as una brecha para plantear un programa de reivindicaciones contra la guerra imperialista, junto a reivindicaciones obreras y socialistas para el propio pas.F. Moreau s da cuenta de la lucha que libran los trotskistas para impedir la poltica de los PC "de bloquear o ahogar los movimientos huelgusticos en los pases anglo-sajones en el curso de la guerra", en tanto los militantes cuartainternacionalistas "sufran la represin por su rol en esos movimientos, tanto en Gran Bretaa, en los EE.UU. como en Canad. Dieciocho dirigentes del SWP fueron condenados a penas de 12 a 18 meses de prisin por su denuncia de los objetivos de guerra imperialistas del gobierno americano". Los trotskistas frente al gran ascensoAl igual que Pierre Frank y Jean J. Marie, F. Moreau coincide en que los trotskistas quedaron reducidos, sobre el final de la guerra, a la "impotencia", sin ninguna posibilidad de modificar los acontecimientos, precisamente cuando estalla una situacin revolucionaria en los principales pases capitalistas de Europa la ms importante del capitalismo hasta el presente, exactamente como lo haba previsto la IV. Cmo fue posible que la corriente poltica mejor preparada haya sido reducida prcticamente a la nada? Es indudable que la reconstruccin de las organizaciones que mandelistas y lambertistas llaman siempre tradicionales, como ya vimos, no parta de ninguna autoridad de stas por su comportamiento en los primeros aos de la guerra. No basta, entonces, con el clich tradicional, del que hace uso y abuso F. Moreau, como que "la disposicin de medios y de efectivos infinitamente ms fuertes" de esas organizaciones...; o que "el factor tiempo es crucial en poltica, sobre todo en los perodos de crisis revolucionarias, pues ellas no duran eternamente". F. Moreau reconoce que "difcilmente se podran imaginar condiciones ms favorables para la conquista del poder" (por la clase obrera), en un cuadro en que "los partidos burgueses estaban frecuentemente desacreditados por su colaboracin con el ocupante". En Francia y en Italia, los PP.CC. se transforman, objetivamente, en los factores determinantes de la reconstruccin del Estado, lo que provoca "efectivamente dice F. Moreau un principio de ruptura de la vanguardia obrera con el stalinismo". El jefe del PC francs, llegado directamente desde Mosc, hecho vicepresidente del gobierno de De Gaulle, proclama que lo primero de todo (es para los trabajadores) producir, que la huelga es un arma de los trusts y ordena desarmar a los maquis tras la consigna un solo Estado, un solo Ejrcito, una sola polica.Los trotskistas, en los acontecimientos cruciales que recorren a las grandes masas, estn reducidos a la impotencia, porque en lo fundamental estn reducidos a una lucha faccional respecto a la actitud a asumir frente al movimiento de la resistencia de los maquis y la reconstitucin del movimiento popular bajo el dominio del frente popular, que revela el abismo y la discontinuidad que se ha producido entre los militantes trotskistas. De todo esto, hay un silencio total en la obra de F. Moreau. Los trotskistas se encuentran divididos, incluso, en trminos de organizaciones diferentes, entre una posicin capituladora frente al gaullismo, y otra sectaria que embloca a toda la resistencia en el campo de la reaccin. Luego de la reconstitucin de un Secretariado Europeo en febrero de 1944, se produce una reunificacin del trotskismo francs, sobre una base de compromisos que tiene ya la simiente de los enjuagues caractersticos de los acuerdos oportunistas de los perodos posteriores. Por medio de una poltica de concesiones mutuas, que permite que cada uno interprete las resoluciones a su modo, los trotskistas no van a lograr abrirse camino hacia las masas. Van a volver a refractar las caractersticas de organizaciones cerradas de los perodos de reaccin poltica del pasado, en un perodo de extraordinaria iniciativa de las masas. Todo lo cual va a llevar a un progresivo abandono de las caracterizaciones polticas previas del movimiento trotskista. La incapacidad para dotarse de un programa para la accin en un perodo excepcional de lucha de clases, lleva ulteriormente a la degeneracin. Pierre Frank, en 1968, va a decir en su Historia, que "la colaboracin (entre la URSS y las democracias imperialistas) contribuir a dar a la resistencia un carcter de clase ambiguo". Franois Moreau, haciendo un balance de la actuacin de los trotskistas en este perodo, llega, 20 aos despus, a la conclusin de que la IV fall en su pronstico fundamental respecto al derrumbe del stalinismo. Segn F. Moreau, la "tesis" de que "en un caso (una revolucin poltica) o en otro (su cada bajo los golpes de la agresin nazi) el stalinismo sera eliminado", no se dio. Todo el anlisis de la IV habra fallado en consecuencia, porque "Trotsky aparentemente haba subestimado la amplitud de la derrota sufrida por la clase obrera sovitica a manos de la burocracia stalinista". A partir de aqu, F. Moreau olvida lo que l mismo haba mostrado acerca del desprestigio previo del stalinismo (del perodo del pacto con Hitler), y de la reaccin que provoc entre las masas su poltica de reconstruccin del capitalismo en toda Europa occidental. El stalinismo llega, segn F. Moreau, a "la cumbre de su prestigio y su influencia sobre las masas obreras europeas" tras "la victoria sovitica sobre la Alemania hitleriana". Como se puede ver, la confusin no puede ser mayor. Por un lado, la poltica de coexistencia pacfica (en realidad, de contrarrevolucin inducida por medio de las direcciones traidoras lo que no siempre se logra pacficamente, como ocurre concretamente en Grecia, donde se marcha abiertamente a una guerra civil) es presentada como inductora de un cambio progresivo de la resistencia bajo el dominio directo del imperialismo democrtico (la ambigedad de la que habl Pierre Frank); por el otro, el impresionismo que provoca la conducta del stalinismo, que envuelto en acontecimientos revolucionarios que quiso evitar, y no pudo, va a explotar los mismos de la forma ms prfida. Pero sin lugar a dudas, esos acontecimientos minaron histricamente su monolitismo, llevando a los primeros grandes cismas de su aparato internacional (el titismo y el maosmo, que rompiendo los compromisos de Stalin con los imperialismos democrticos, van a conducir empricamente a las masas por la va de la revolucin) y a que las masas soviticas y del glacis sufran, bajo la forma de una brutal opresin consentida por supuesto por el imperialismo la "supervivencia" del stalinismo (segn algunos estudios, la represin a las masas populares despus de la guerra hasta 1953, cuando muere Stalin, fue la peor de todas las pocas!). Por esto es que el prestigio de la URSS es hasta fomentado por el imperialismo, que antes y despus de la guerra fra, acta favoreciendo abiertamente a las organizaciones stalinistas en Occidente, all donde por falta de otros recursos no tiene a quin recurrir! Contradictoriamente, el stalinismo sobrevive no gracias a la poltica de Stalin, a sus aciertos, sino al fracaso de sus pronsticos y su estrategia! El stalinismo sobrevive en una situacin de impasse de la revolucin mundial, que es el fruto de un ascenso sin precedentes de las masas como slo fue capaz de pronosticar el trotskismo que es contenido in extremis por el stalinismo. F. Moreau descarga virtualmente sobre las masas soviticas la responsabilidad por la ausencia de un desenlace revolucionario en Occidente y en la propia URSS, y anula la razn de ser de un partido marxista revolucionario: "la removilizacin de las masas obreras soviticas sobre la que Trotsky contaba no se produjo, al menos en gran escala. La burocracia stalinista se mantiene firmemente en su sitial". Antes haba dicho que "el ascenso de las luchas obreras en el mundo, al final de la guerra, no encuentra ms que un lmite en la URSS". La derrota del hitlerismo habra sido mrito de la burocracia, no de las masas. Como si la represin que se descarga sobre ellas no fuera la expresin del pnico de la burocracia a que stas le pasen la factura de sus errores previos (Stalin haba descabezado al Ejrcito Rojo en vsperas de la entrada de la URSS en la guerra y confi hasta el ltimo instante en su pacto con Hitler!). Como se ve, la bancarrota no puede ser ms completa. No es difcil comprender, entonces, por qu la IV, en el teatro fundamental de los acontecimientos, sale incluso del perodo de ascenso de la posguerra con "las fuerzas trotskistas reducidas, como dice F. Moreau a una escala grupuscular". De la incapacidad para dotarse de un programa, se va a desarrollar lentamente toda una concepcin que va a conducir al seguidismo a la burocracia staliniana, que ms tarde, a partir de 1948, se va a expresar en el terreno de las ideas, plasmndose plenamente en el IIIer. Congreso internacional de 1951. La descomposicin pablista. El III er. Congreso InternacionalA sus dificultades polticas, la militancia trotskista sufre despus de la barbarie del hitlerismo la represin de las democracias, y fundamentalmente, del stalinismo (y aun de aquellos que, rompiendo empricamente con l, se mantienen presos de sus esquemas y prejuicios). F. Moreau lo describe as para los principales pases: "La seccin vietnamita, la ms influyente antes de la guerra, haba sucumbido bajo la represin combinada de los japoneses, de los britnicos (que ocuparn brevemente Vietnam del Sur), de los franceses y del Partido Comunista Vietnamita (PCV); su lder, Ta Thu-thau, fue asesinado por un stalinista vietnamita. Las secciones de Europa oriental conocern la misma suerte bajo la ocupacin sovitica; ellas se encontraban entre las ms fuertes antes de la guerra, sobre todo en Polonia y en Checoslovaquia. La seccin griega, muy influyente en la Resistencia, fue diezmada por una doble represin, la de las fuerzas imperiales contra los comunistas y la de los stalinistas contra los trotskistas"(8).La obra de F. Moreau no da cuenta de las luchas polticas libradas por los trotskistas en este perodo crucial, pero seala despectivamente que el movimiento cuartainternacionalista estaba ganado por la "atmsfera de recalentamiento de la poca". El sentido de estas palabras, como se va a ver, no es otro que cuestionar todas las afirmaciones anteriores sobre las potencialidades revolucionarias del perodo abierto en la posguerra.Cuando se rene el Congreso de la IV, a fines de mayo de 1948 (el segundo congreso internacional, casi 10 aos despus del primero) las organizaciones trotskistas dirimen, una vez ms, un debate dice F. Moreau con "los partidarios de una revisin de la posicin trotskista sobre la URSS", "una pequea minora, cuya influencia se limitaba en lo esencial a Francia y Gran Bretaa. Cornelius Castoriadis el hoy conocido filsofo posmoderno ira a romper con la seccin francesa para lanzar la revista Socialismo y Barbarie", evolucionando al poco tiempo hacia posiciones contrarrevolucionarias. Segn dice F. Moreau, en esa poca la IV "contina caracterizando a los pases de Europa del Este como estados capitalistas. El congreso mundial rechaza las enmiendas planteadas por el Revolutionary Communist Party de Gran Bretaa, que conclua ya que eran Estados obreros degenerados bajo el modelo de la URSS y que era necesario entonces defenderlos contra el imperialismo occidental". F. Moreau se pregunta si "la expansin aparente del stalinismo (no) pareca contradecir directamente la tesis trotskista clsica que sealaba que la URSS era una formacin social inestable y transitoria; no se trataba ms bien de un rgimen estabilizado y ms an en vas de reforzarse?".Al poco tiempo del Congreso, se produce la ruptura de Tito con Stalin y el violento ataque del ltimo contra el primero. La IV se alinea con Tito y "las secciones europeas organizarn brigadas de jvenes para ir a Yugoslavia para ver la realidad y poder contarla ". F. Moreau describe implcitamente el error de las falsas ilusiones de la direccin de la IV, ya que al poco tiempo Tito "sostiene la posicin americana en la guerra de Corea", buscando apoyarse en el imperialismo frente a la burocracia rusa."La toma de posicin de la IV Internacional a favor del Norte en la guerra de Corea dice F. Moreau provoca una escisin en Gran Bretaa en 1951, de donde surge el grupo de los Socialistas Internacionalistas IS. Este grupo propone una actitud de neutralidad en la guerra de Corea, as como ante la eventualidad de una guerra mundial, pues consideraba a partir de ahora a la URSS como capitalista e imperialista". En ese lenguaje deliberadamente poco riguroso del libro, F. Moreau informa que es "en esta poca, (que) la perspectiva de una nueva guerra mundial dominaba los espritus. Pero esta vez se tratar de una guerra entre la Santa Alianza capitalista e imperialista bajo la direccin de los Estados Unidos, de una parte, y el bloque de los Estados obreros burocrticos bajo la direccin de la URSS, por el otro. La IV Internacional no sera neutral en un conflicto tal". La guerra fra va a suplantar, as, en la direccin de la IV a la lucha de clases. F. Moreau seala lo fundamental de estas posiciones. "En estas condiciones se poda esperar que la burocracia de Mosc imprimiera una orientacin ultra radical a los partidos comunistas en la lucha contra los gobiernos burgueses, pues se trataba de una cuestin de vida o muerte para ella misma. Los tiempos de los regateos con el imperialismo haban terminado". Como recuerda el autor, Michel Pablo, va a hablar de "siglos de transicin". En el IIIer. Congreso Internacional, reunido en 1951, slo la mayora de la seccin francesa va a oponer resistencia a esta monstruosa degeneracin. F. Moreau reproduce, con un dejo de desprecio, esas crticas, que destacaban "que Pablo subordinaba las masas a la burocracia staliniana", al decir que aqullas actuaban como "una fuerza suplementaria que vendra a sumarse a las fuerzas materiales y tcnicas del Estado Obrero". Aunque "la direccin francesa tienta oponer a Ernest Mandel frente a Michel Pablo, en su lucha contra el primero" (9), "los documentos sometidos por la direccin internacional fueron adoptados por una mayora del 95%", incluyendo destaca F. Moreau al "SWP americano (que) particularmente se solidariza con la direccin internacional". El viraje que se impone a partir de este Congreso se completa con la tctica de "la integracin de los trotskistas en los partidos de masas", esto es, con el entrismo. A excepcin dice F.Moreau de los partidos entonces "ms influyentes de la IV", el Lanka Sama Samaja Party (LSSP), de Ceyln, y el Partido Obrero Revolucionario (POR), de Bolivia, y de la organizacin chilena no se explica aqu porqu, se aprueba esa tctica que implica "slo el mantenimiento de un sector independiente que continuara produciendo en cada pas las publicaciones abiertamente trotskistas". Para F. Moreau, "se trataba de un balance implcito (del fracaso) de la orientacin del II Congreso a favor de la construccin de partidos trotskistas de masas".Estas posiciones van a llevar, tempranamente, a escisiones de diferentes grupos "ultrapablistas" el trmino es de F. Moreau, los casos ms destacados en los EE.UU., Gran Bretaa y Canad, que abiertamente "preconizan la disolucin de la IV Internacional y la adhesin a los partidos comunistas en todos los pases" (10). Se hace del entrismo, as, toda una orientacin apologtica y rastrera extrema del stalinismo. En Amrica Latina, esto lo va llevar a cabo el secretariado regional, bajo la direccin de Posadas, que va terminar rompiendo con la IV a principios de los 60. El propio Michel Pablo va a terminar, poco despus, de la misma manera, actuando abiertamente como asesor del gobierno nacionalista de Ben Bella de esto nos informa F. Moreau, como luego lo van a hacer otros dirigentes trotskistas en otros pases (en nuestro continente, el caso ms conocido es el del peruano Bejar con el gobierno de Velazco Alvarado).Si se trata de hacer un balance dice F. Moreau "los historiadores del movimiento revolucionario... reconocern sin dudas a la direccin internacional de los aos cincuenta el inmenso mrito de haber impedido la degeneracin sectaria de la IV Internacional". La crtica de F. Moreau al pablismo se hace claramente por derecha, ya que considera virtualmente infundados por "catastrofistas" los anlisis de entonces de la IV, porque son siempre "la celebracin de ascensos revolucionarios cada da ms fuertes". Del supuesto retroceso de este perodo, F. Moreau extrae una regla sobre el comportamiento de los PP.CC.: "Por qu dice los partidos stalinistas pegan frecuentes virajes a la derecha en los perodos de ascenso de las luchas, y virajes a la izquierda en los perodos de recule?". Pretende justificar as, con esta tremenda idiotez, los desatinos de la corriente que representa, que por la va del entrismo llev a la extincin de sus principales secciones europeas. F. Moreau describe, as, la "paradoja" de la seccin italiana, "vctima del ms grande xito por su trabajo entrista en el seno del Partido Comunista Italiano (PCI)", porque cuando en 1968/9 deciden formar organizaciones independientes, las "oposiciones" que ellos haban contribuido a forjar "impiden la progresin de la seccin italiana durante aos".Los procedimientos de la degeneracin pablista y su encubrimiento por los post-pablistasComo ya vimos (1) , el balance que F. Moreau hace del perodo posterior al III Congreso de la IV Internacional, y de la escisin que le sucede, tiene un carcter derechista.Para este exponente del Secretariado Internacional, luego Secretariado Unificado (SI-SU), el abandono de los planteos catastrofistas que hace la IV a partir de ese congreso, responde al retroceso que se oper en la situacin mundial y a la orientacinizquierdista(de los partidos comunistas occidentales) en respuesta a la poltica de confrontacin del imperialismo, como se vio en el perodo de 1947 a 1952 (2).El SU se toma definitivamente toda la cicuta de los argumentos que destruirn polticamente a la IV, colocando a los que osan levantar un planteo revolucionario en la poca como poco menos que virtuales delirantes (3).Para imponer esta orientacin, el SI, bajo la direccin de Michel Pablo, va a recurrir a procedimientos arbitrarios y totalitarios. F. Moreau justifica esosprocedimientosen nombre de ciertas ideas (dominantes) de la poca, y an ms, porque as se quera combatir las presiones centrfugas que pesaban sobre el movimiento (trotskista).Esa concepcin organizacional, reconoce F. Moreau, tuvo consecuencias nefastas, implic la imposicin de una disciplina al nivel de las instancias de direccin sobre las cuestiones de organizacin, que obligaba a todos los miembros del SI (por ejemplo) a defender sus decisiones frente a la Internacional (4). Por esta va se expuls a la mayora de la organizacin francesa que combati las tesis pablistas, y ms tarde se abrieron todo tipo de intrigas en otras organizaciones.En nombre de las obligaciones estatutarias, dice F. Moreau, la organizacin francesa va a ser intervenida poco tiempo despus del III Congreso de la IV. Esa posicin del secretario general, Michel Pablo, en el SI, se impone por una votacin de 5 a 4. El dirigente britnico, Healy, y el representante del SWP americano, votaron a favor de Pablo, en tanto que Ernest Mandel y Livio Maitn se pronunciaron contra l (Mandel) fue designado para jugar ese rol de interventor.F. Moreau nos quiere demostrar as que felizmente aquella concepcin fuertemente defendida por Pablo no pudo imponerse jams completamente, porque suceder que loscrticosde aquella intervencin van a terminar siendo losescuderosde M. Pablo, mientras que losdefensoressern sus futurasvctimas. En los dos aos posteriores a aquella resolucin, van a terminar fuera de la IV dirigida por M. Pablo, adems de la mayora del PCI francs, el SWP americano y las secciones inglesa (dirigida por Healy), canadiense, china (emigrada en Hong Kong) y suiza, todas las cuales haban votado las resoluciones pablistas del III Congreso. Alrededor de la Carta abierta a los trotskistas del mundo entero, suscripta y publicada por el SWP en noviembre de 1953, se conformar el Comit Internacional (CI), fruto de las intrigas que en esas organizaciones va a suscitar M. Pablo, y que la Carta denuncia. La misma, que luego van a suscribir todas esas organizaciones, pas a ser de algn modo su acta fundacional.El grupo argentino de N. Moreno dice F.Moreau se acercar a l (al CI) ms tarde, fruto del fracaso de la orientacin pablista que Moreno haba aceptado de unificacin en la Argentina de las dos organizaciones que se reclamaban de la IV. Moreno mantuvo hasta 1954 posiciones ultraizquierdistas (5), frente a una poltica abiertamente capituladora ante el peronismo de Posadas (la corriente de Jorge A. Ramos haba roto relaciones ya con la IV, aunque de algn modo, en su postura ante el peronismo, va a llevar hasta el final, antes que M. Pablo en Argelia, el LSSP ceilans y Bejar en Per, la disolucin del trotskismo en el nacionalismo burgus).Moreno se reclam pablista de la primera hora, como recuerdan correctamente los historiadores del Mas que acaban de editar su segundo tomo (6). Es totalmente falso, sin embargo, lo afirmado all en el sentido del que la organizacin morenista form parte de l (el CI), desde su carta de marzo de 1953, en la que rompamos polticamente con Pablo (7).Esta obra que acabamos de mencionar es til para indagar tambin en los ya citadosprocedimientos. Y dicho por Nahuel Moreno, tiene un valor especial. Refirindose a un debate en el III Congreso de la IV, del que Moreno participa como delegado, declara que en la cuestin del Frente Unico (antiimperialista) nosotros ramos quienes estbamos equivocados y aprobamos documentos con sendas autocrticas escritas. Estas autocrticas tienen dos objetivos, permitir una real superacin del movimiento comprendiendo la causa de nuestros errores y dar un ejemplo, ya que todo el mundo ha cambiado su programa en media hora de discusin sin decir agua va ni agua viene (8) (!).Segn F. Moreau, losprocedimientospablistas, sin embargo, no pusieron en duda el funcionamiento centralista democrtico internacional, y adems insiste no tienen comparacin con las prcticas de ninguno de los agrupamientos internacionales rivales.Se refiere as al CI, que no alcanz a tener ms que una o dos conferencias mundiales, y cuya inconsistencia llev al poco tiempo (1957) a la reapertura de conversaciones entre el SWP americano y el SI, que llevarn finalmente a lareunificacinde 1963, bajo el rebautizado Secretariado Unificado (SU).F. Moreau,abogadoen esta causa del SI-SU, alcanza su cumbre defendiendo al pablismo. Peor que los ex-stalinistas devenidos en vulgares democratizantes que reniegan vergonzozamente de su pasado, por lo menos de palabra, eltrotskistaFranois Moreau, convertido tambin a la defensa de lademocraciacomo todo el SU, va a reivindicar, en cambio, toda sutrayectoria. La escisin de 1952/53 no habra sido una reaccin ante la degeneracin de la IV por limitados que fueran sus alcances, sino un golpe de fuerza contra el centralismo democrtico, una expresin de la mana faccional y falsificadora de los firmantes de la Carta, cuyo mtodo toma prestado del stalinismo.El pablismo, agente de la burocracia termidorianaTodo el perodo que va de la escisin de 1952/53 a la reunificacin de 1963 est signado por la descomunal ilusin abierta por lostrotskistasdelSIen la regeneracin de la burocracia stalinista. Como ya vimos, sta sera un agente delprogreso social, y ms an, instrumento de la lucha contra el capital.Elglacissovitico (todo el Este europeo desde Polonia y Albania a la URSS) era mantenido por el stalinismo con acuerdo del imperialismo bajo una mordaza totalitaria, slo comparable al fascismo. El pablismo, como lo haba denunciado el trotskista francs Bleibtreau-Favre en su crtica a las tesis de Michel Pablo de 1951, se encontraba sometido a laopinin pblicadominante en la pequeo-burguesa, que cortejaba a los imperialismosdemocrticosy presentaba alsocialismo realcomo su estandarte. Esta posicin era complementaria de los acuerdos contrarrevolucionarios de posguerra entre el imperialismo y la burocracia staliniana. Para el SI, laguerra frahaba pulverizado aqullos, cuando en realidad sta no es ms que la va tortuosa por la cual se pueden vehiculizar losacuerdosentre dos regmenes que, a pesar de su carcter contrarrevolucionario comn, tienen una base social antagnica. El pablismo cae, as, preso de una brutal ceguera.Desde mediados de 1953, en el mismo momento en que elglacisamenaza estallar por una imponente movilizacin popular tras la muerte de Stalin, desde Berln, Praga y Budapest hasta los campos de concentracin del Artico, el pablismo se coloca de espaldas a este movimiento y reniega abiertamente de todos los pronsticos y tesis del trotskismo. El pablismo se va a colocar en el campo de la defensa del alaliberalde la burocracia (Kruschev en la URSS, Gomulka en Polonia) contra el movimiento obrero alzado frente altermidorsovitico.En vez de alertar a las masas sobre el peligro de estas fracciones de la burocracia elpeligro mayor, en el sentido que se trata del sectorreformistaque se coloca, incluso, en la posicin de ciertocoqueteocon las reivindicaciones populares, para poder estrangular al movimiento obrero, como finalmente va a ocurrir, elSIva a contribuir a cimentar la autoridad de esta burocracia, a la que llamar centrista.En relacin a esta cuestin, F. Moreau dice que reivindicar las reformas no es abandonar la lucha por la revolucin. Reconocer que una reforma fue obtenida, no significa darle el apoyo al gobierno que la hizo. Deinocenteesto no tiene nada. Se trata de un abandono total de la lucha por la revolucin poltica en los Estados obreros, bajo el dominio de una burocracia contrarrevolucionaria.Tempranamente, frente a los levantamientos obreros de junio de 1953, en Berln oriental, el SI afirm que los dirigentes soviticos estn obligados a perseverar en direccin de mayores y reales concesiones, para no correr el riesgo de perder el apoyo de las masas y provocar explosiones ms fuertes. No podrn detenerse en el medio del camino (9).F. Moreau no puede ocultar que en Berln se dio la primera salva de la revolucin poltica, pero sin embargo, afirma para justificar la negativa del SI a reclamar el retiro de las tropas rusas de Alemania oriental esto se escriba 40 aos despus de la masacre de los obreros berlineses!, que esa consigna, en amplitud, no corresponda para los obreros de Berln oriental, porque deseaban fraternizar con los soldados del Ejrcito Rojo y evitar una confrontacin prematura.El SI, en 1956, en plena rebelin de los obreros polacos, saludel papel dirigente del POUP (el PC polaco) transformado por la tendencia Gomulka, expresin deformada de la tendencia de las masas, pero tendencia centrista que evoluciona hacia la izquierda. Das despus, Gomulka lanzaba a la polica contra los huelguistas y estudiantes (los obreros terminarn derrumbando a Gomulka en 1970). Cuando la revolucin hngara de 1956, el SI pablista critic a Imre Nagy (secretario general del PC hngaro, que se coloca a la cabeza de la rebelin, y acab asesinado por la burocracia rusa) pormaniobrar fuera del campo de clase. Elcampo de claseera el Kremlin (10).En este cuadro, no puede extraar que en las filas de la IV levantaran cabeza corrientes abiertamente pro-stalinistas. F. Moreau informa, por ejemplo, que en el SWP de los EE.UU. apareci una tendencia opuesta al levantamiento hngaro y favorable a la intervencin sovitica, bajo la direccin de Sam Marcy. Esta corriente va a dejar el SWP para formar elWorkers World Party(WWP), que existe hasta nuestros das.El Manifiesto del Congreso del SI realizado un ao despus de los acontecimientos polacos y hngaros el V, segua reivindicando la poltica delentrismoen los partidos comunistas, y planteaba de hecho su derecho a reintegrarse almovimiento comunista: Exigid se diriga a los PP.CC. la reconstruccin de una Internacional Comunista en cuyo seno, en un pie de estricta igualdad, los Partidos Comunistas elaboren en conjunto la lnea comn que conduzca al triunfo mundial del comunismo (11). La lucha de Len Trotsky y el movimiento cuartainternacionalista, desde 1933 en adelante, quedaba completamente a un lado!Un nmero especial de laRevista Marxista Latinoamericana, de abril de 1958, que editaba el posadismo en Montevideo para todo el continente, consagrado a reproducir las principales resoluciones e intervenciones del V Congreso del SI, tena un prlogo que deca as: la IV Internacional tiene como fin ubicarse no como negacin crtica del stalinismo, sino como una alternativa positiva de la lnea comunista, en todos los dominios .Todo esto despus de las masacres de Berln y Hungra, y del rpido desvanecimiento de lademocratizacinpolaca (Gomulka va a apoyar, a los pocos das de asumir, la entrada de los tanques rusos a Hungra)!La conclusin de toda esta temprana y profunda degeneracin llev al pablo-mandelismo a la elaboracin de una tesis, que Daniel Bensad recuerda en el prlogo del libro que comentamos, y que nos da la pista de los periplos posteriores del SI-SU: En un comentario de julio de 1954 sobre la significacin del IV Congreso mundial, Mandel sistematiza as una periodizacin de la conciencia de clase: la primera ola se caracterizara por la espontaneidad de las masas, la formacin de direcciones empricas, antes que se profundice un movimiento hacia el marxismo revolucionario:Estas tres caractersticas pueden ser resumidas por una sola frmula: la primera fase de la revolucin mundial es la del centrismo, y la aplicacin en gran escala de la tctica entrista, decidida a los inicios de los aos cincuenta,toma todo su sentido a luz de una perspectiva tal.Como para esta gente la conciencia de clase es una cosa dada para siempre, se trata, en consecuencia, de unafrmulaeterna que conduce a reproducir regularmente el mismo mecanismo de parsito. El marxismo ha sido transformado as en un fetiche defrmulasyreglasque sirven parajustificarlos acontecimientos. De su funcin histrica como gua para la accin de las masas e instrumento para vencer los obstculos, no quedan ni rastros.Pasada por el tamiz de la crtica, la obra de F. Moreau es una monumental radiografa de esta labor mistificadora, de destruccin de la IV Internacional.Descomposicin rampantePor considerar insuficiente la adaptacin del SI a la burocracia termidoriana, a principios de los 60, se va a producir la escisin de la corriente posadista, que controlaba la mayora de las secciones latinoamericanas (el seguidismo de Posadas al stalinismo no tuvo prcticamente parangn, transformndose en un apndice de ste, aun bajo la secta que concluy en nuestros das). Aos despus, se produce la escisin tambin del mismo Michel Pablo.Respecto a la primera, F. Moreau va a hacer, una vez ms, un balance por derecha, culpando en particular a la seccin cubana orientada por Posadas de crticas irresponsables al rgimen castrista, que comprometieron las posibilidades de discusin y acercamiento con la direccin de la revolucin cubana, en pleno proceso de definicin programtica y estratgica. Es decir, las vctimas de la represin castrista seran sus responsables, por unainjustacrtica que, por tanto, justifica la represin.Es lo mismo que va a hacer el SU, casi 20 aos despus, en oportunidad de la revolucin nicaragense, frente al morenismo (otra corriente rastrera del nacionalismo y del stalinismo, quemamdel pablismo, al igual que el posadismo). El SU se va a colocar, tambin, junto a la represin sandinista contra la Brigada Simn Bolvar un contingente de militantes de esta corriente que se someti poltica y militarmente al sandinismo, y que casi sin haber entrado en combate, va a ser expulsada del pas ni bien asume el gobierno chamorro-sandinista.(En el caso de la revolucin nicaragense, el SU va a llegar muy lejos, reivindicando losacuerdos de pazen toda Centroamrica. F. Moreau va a expresar esta identificacin con la estrategia poltica del FSLN, que hizo posible la conclusin de acuerdos circunstanciales con las fuerzas burguesas incluso a nivel gubernamental en el cuadro de una estrategia revolucionaria de conjunto, que desemboc en la formacin de un Estado Obrero y en su consolidacin. Esto era escrito en la misma poca en que la coalicin de la UNO, burguesa e imperialista, desplazabademocrticamentedel Estado obreroalcomandanteOrtega!).Respecto a la escisin de Michel Pablo, quien va a terminar fuera del SU en 1965, y ms tarde rompiendo con la idea misma de la necesidad de la IV, sta va a tener lugar, bsicamente, como resultado de dos procesos: por un lado, la tendencia a lareunificacinburocrtica de la IV, con el SWP y el morenismo, reclama uncambio de caraque permita justificar la maniobra. (La misma estar pavimentada en las posiciones comunes de la mayora de losreunificadosen torno a la idealizacin del castrismo con la parcial excepcin del morenismo, que inicialmente tuvo la misma posicin que el lambertismo y Healy, caracterizando al castrismo como un movimientogorila, de raigambre derechista y proimperialista) (12).Michel Pablo va a llevar hasta sus ltimas consecuencias sus planteos, liquidando hasta la existencia formal del movimiento trotskista. Fue necesario que esto llegara muy lejos para que el SI reaccionara, lo que hizo temerosa y vergonzozamente. Desde haca mucho tiempo Michel Pablo jugaba dice F. Moreau un rol personal importante como consejero del gobierno de Ben Bella, el lder nacionalista que pact con De Gaulle la independencia de Argelia. La acusacin tarda de esta situacin sirvi al SI, a su vez, para esconder sus responsabilidades en Argelia, donde ni siquiera pudo poner en pie una organizacin formalmente trotskista, dado que el ex-secretario general se negaba a la posibilidad de construir un grupo argelino, dadas sus funcionesoficiales.Cuando estalla el conflicto chino-sovitico, en 1963, con enfrentamientos armados entre ambas burocracias, segn explica F. Moreau, el SI vira hacia las posiciones ms progresistas de la burocracia maosta, que reivindica frente a la conciliacin (de la burocracia sovitica) con el imperialismo, en detrimento de las revoluciones anticoloniales. La burocracia china haba reclamado, antes que nadie, la invasin sovitica a Hungra, e iba a ser la principal responsable del estrangulamiento de la revolucin en Indonesia, por el sometimiento del PC prochino al rgimen nacionalista de Sukarno (probablemente, la derrota ms grande de un movimiento nacionalista en la dcada del 60). Ms tarde, esta burocracia va a sellar los famosos acuerdos con Nixon, que abrirn tempranamente a China a la mayor colonizacin imperialista de los Estados obreros, jams conocida hasta el presente.M. Pablo y su tendencia (la TMRA), en cambio, frente al conflicto entre ambas burocracias, van a dar su apoyo al PCUS contra el PC chino. F. Moreau reconoce que las posiciones que l (M. Pablo) defenda ahora sobre la URSS, identificaban la revolucin poltica con el movimiento de reformas kruschevianas.Contemporneamente a estas dos escisiones, se va a producir, en 1964, la expulsin del SI del Lanka Sama Samaja Party (LSSP) de Ceyln (hoy Sri Lanka), por su degeneracin reformista, segn F. Moreau. Esta haba sido la principal seccin de la IV Internacional en los aos cincuenta y la nica que dispona de una influencia de masas. Ese ao va a ingresar a una coalicin gubernamental con el principal partido nacionalista burgus del pas, lo que conduce al SI a esa medida.Pero estadegeneracin, reconoce F. Moreau, viene de muchos aos antes, a partir de una rutina parlamentarista. Ya en 1960, la fraccin parlamentaria del LSSP haba votado a favor del presupuesto del partido gubernamental, con el que luego se va a coaligar.El SU no slo es incapaz de detener ladegeneracin, sino que, al igual que en Argelia, ve diluirse bajo sus pies a sus partidarios sin poder hacer nada.Pero aun en este triste episodio de la historia del trotskismo, F. Moreau no pierde oportunidad de atacar a quienes retardaron la reunificacin de 1957, llevando la pesada responsabilidad de haber debilitado la Internacional durante el perodo crucial de la evolucin reformista del LSSP. Los culpables de la degeneracin estaran as absueltos! Adems, esoserroresseraninevitables, segn F. Moreau, si hasta el partido bolchevique conoci esas presiones, y encima estaba el obstculo lingstico, que le impeda (al SI-SU) dirigirse directamente a la base del LSSP!La evolucin posterior del SU es ms conocida. Alvirajeguerrillerista, que llev al derrumbe poltico y fsico de toda una generacin revolucionaria en Amrica Latina (y cuyos principales exponentes van a terminar dando la espalda a la IV Internacional sobresale, en este punto, la experiencia del ERP-PRT de Santucho en la Argentina), le sigui la orientacin apologtica del fenmenoeurocomunista, usina de todas las teoras partidarias delsocialismo con democracia. Es decir, de la liquidacin de la lucha por la revolucin social bajo el capitalismo, y de la abolicin del monopolio definitivo de los medios de produccin en los Estados obreros, a favor de laapertura. En esta convergencia est, tambin, la simiente de la postura abiertamente favorable a laperestroikay laglasnostque defendieron el SU y el mandelismo, que los llev a capitular en toda la lnea frente a la burocracia restauracionista. Si segn el SU, en Nicaragua hay Estado obrero, cmo sorprenderse que an sigan afirmando la existencia de ellos en todos los Estados detrs de la ex-cortina de hierro, en los que la burocracia se ha transformado en el principal factor de la restauracin capitalista y de la ms terrible degradacin social!Ambos procesos, elvirajeguerrillerista y luego, el planteamientoeurocomunista, al igual que la postura previa filo-staliniana, no deben sorprender. Como caracteriz en su momento el Partido Obrero, todas estas posturas tienen el denominador comn de girar en torno a la opinin predominante de la pequeo-burguesa y la desconfianza en la accin revolucionaria de la clase obrera. En su lugar, el SI-SU van a colocar a lasnuevas vanguardias, que constituiran primero los estudiantes, luego los movimientos feministas y/o ecologistas.A partir de 1973, el SU va a saludar prcticamente todos los acuerdos contrarrevolucionarios que, bajo el mantoprotectordel imperialismo mundial, se les impone a las masas en lucha, con la complicidad de sus direcciones traidoras. Entonces, como recuerda F. Moreau, la mayora del SU apoy losacuerdos de Parsentre Kissinger y Ho Chi Minh, que mantenan la divisin contrarrevolucionaria de Vietnam, y que van a ser barridos por el ascenso imparable de la revolucin indochina, que expulsa a los yankis de toda la pennsula.El SU va a apoyar, ms recientemente, los acuerdos contrarrevolucionarios que llevaron alCongreso Nacional Africanoal gobierno, manteniendo todas las prerrogativas de la minora blanca que implant el apharteid, y despus, los acuerdos de Oslo para Palestina, que refuerzan la opresin sionista en Cisjordania y Gaza, bajo laAutoridaddel polica Arafat.En laHistoriade Pierre Frank, escrita pocos aos despus de lareunificacin, el SWP americano era presentado an como uno de losgrandespartidos trotskistas. Veinticinco aos despus, en la obra de F. Moreau, se informa que el SWP abandon el movimiento trotskista, pasndose abiertamente al campo del castrismo. Para el SWP, ste era la mejor direccin comunista y el ncleo del nuevo movimiento comunista internacional en el que el SWP se inscriba. El SWP dice F. Moreau teoriza sobre la necesidad de una etapademocrtica, es decir capitalista, volviendo as a las concepciones mencheviques o, en el mejor de los casos, a las bolcheviques anteriores a 1917.La lectura crtica de la obra de Franois Moreau debe servir para un examen de nuestra tarea presente. La reconstruccin de la IV Internacional est en el orden del da, pero est claro que no existenatajos. La labor de poner en pie el programa revolucionario no puede ser sustituida por ningunamaniobra, exige el mayor esfuerzo de deliberacin y delimitacin poltica.Notas1.En Defensa del Marxismon 15.2. Pierre Frank, en 1968, en la obra ya citada, deca, por ejemplo, que en los pases capitalistas propiamente dichos se produjeron fenmenos harto sorprendentes Un capitalismo que haba perdido sus colonias y ms floreciente que nunca, con una clase obrera casi exclusivamente preocupada por su nivel de vida y sin aspiraciones polticas .3. Es lo que dice textualmente F. Moreau del PCI, la organizacin trotskista francesa, cuando sta caracteriz la huelga general de 1953 de haber puesto a Francia al borde de la revolucin proletaria.4. El texto entre parntesis es del original de F. Moreau. En adelante, como lo hicimos en la primera parte de este texto, de no mediar indicacin en contrario, todo texto entre parntesis dentro de un prrafo encomillado es nuestro.5. Ver Julio N. Magri, Apuntes a la Historia del trotskismo argentino y Otra historia morenista del morenismo, enEn Defensa del Marxismo, Nros. 2 y 10, y Osvaldo Coggiola,Historia del trotskismo argentino, CEDAL, tomos I y II.6.El trotskismo obrero e internacionalista en la Argentina, Palabra Obrera y la Resistencia (1955-59), Editorial Antdoto, 1996.7. Id. ant. Los autores ni se tomaron el trabajo de chequear las fechas; en la misma obra dan, despus, la fecha correcta de laCarta. Estelapsus, con todo, es slo unaminuciaen relacin al ocultamiento y la mistificacin de la historia de esta corriente, cuyo primer tomo ya fue analizado por esta revista (Ver nota 5). Este segundo tomo supera con creces las imposturas del anterior.8. De un informe de N. Moreno de la poca, que los autores reproducen en el primer tomo de la obra:El trotskismo obrero e internacionalista en la Argentina, Del GOM a la Federacin Bonaerense del PSRN (1943-1955), Editorial Antdoto, 1995.9. Declaracin delSIde 1953, citada por Osvaldo Coggiola, enTrotsky, Ontem e hoje, Nosso Tempo, 1990.10. Osvaldo Coggiola, Op. Cit.11.Revista Marxista LatinoamericanaN 8, nmero especial, abril de 1958, Montevideo.12. Es con el mismo fin, que en el Congreso de unificacin los estatutos fueron modificados para poner fin al hipercentralismo de los aos cincuenta, particularmente suprimiendo la posibilidad de la Internacional de nominar las direcciones nacionales y reconociendo la soberana de las secciones sobre las cuestiones de tctica nacional (F. Moreau).