Malos arbitrajes

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ACERCA DE LOS MALOS ARBITRAJES Podemos llegar a coincidir en que lamentablemente hay arbitrajes decididamente malos, por muchas y diversas cuestiones como los son goles mal anulados, posiciones adelantadas no cobradas, faltas violentas sin tarjeta, penales no sancionados, etc.; cuestiones éstas que exasperan los ánimos de jugadores, técnicos, dirigentes y sobre todo de los familiares e hinchas que acompañan a los equipos. Este tipo de situaciones, siempre generan sospecha sobre la honestidad o moralidad de los encargados de impartir justicia en los campos de juego. Los más extremos piensan inmediatamente en sobornos, los menos hacen hincapié en la falta de aptitud o capacidad de los hombres de negro. Ante todo, hay que tener en cuenta que un referee se puede equivocar. Los árbitros llevan ese nombre porque toman decisiones arbitrarias y en esa toma de decisiones se pueden equivocar como cualquier ser humano y eso es indiscutible. Ahora bien, hay que establecer márgenes de error razonables y que esos errores no sean definitivos en el desarrollo del juego y hasta del resultado. Para ello nuestra institución cuenta con un tribunal de árbitros que aparte de realizar las designaciones correspondientes a cada fecha, debe velar por el normal comportamiento de nuestro plantel de árbitros (ascienden a más de cuarenta en el listado). Aún cuando las críticas sobre los árbitros se multiplican, este tribunal y quienes los conducen entienden que el nivel es relativamente bueno (repito que no se trata del 100% de los casos), sin embargo se ha llegado, en casos graves, a expulsar árbitros de nuestra institución.

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ACERCA DE LOS MALOS ARBITRAJES

Podemos llegar a coincidir en que lamentablemente hay arbitrajes decididamente malos, por

muchas y diversas cuestiones como los son goles mal anulados, posiciones adelantadas no cobradas,

faltas violentas sin tarjeta, penales no sancionados, etc.; cuestiones éstas que exasperan los ánimos

de jugadores, técnicos, dirigentes y sobre todo de los familiares e hinchas que acompañan a los

equipos.

Este tipo de situaciones, siempre generan sospecha sobre la honestidad o moralidad de los

encargados de impartir justicia en los campos de juego. Los más extremos piensan inmediatamente

en sobornos, los menos hacen hincapié en la falta de aptitud o capacidad de los hombres de negro.

Ante todo, hay que tener en cuenta que un referee se puede equivocar. Los árbitros llevan ese

nombre porque toman decisiones arbitrarias y en esa toma de decisiones se pueden equivocar como

cualquier ser humano y eso es indiscutible. Ahora bien, hay que establecer márgenes de error

razonables y que esos errores no sean definitivos en el desarrollo del juego y hasta del resultado. Para

ello nuestra institución cuenta con un tribunal de árbitros que aparte de realizar las designaciones

correspondientes a cada fecha, debe velar por el normal comportamiento de nuestro plantel de

árbitros (ascienden a más de cuarenta en el listado). Aún cuando las críticas sobre los árbitros se

multiplican, este tribunal y quienes los conducen entienden que el nivel es relativamente bueno

(repito que no se trata del 100% de los casos), sin embargo se ha llegado, en casos graves, a expulsar

árbitros de nuestra institución.

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Hay un factor determinante que hay que tener en claro a la hora de valorar a los árbitros y es

que hoy en día existe una gran demanda de los mismos por el fuerte crecimiento del fútbol amateur

en todas sus categorías incluso en fútbol femenino, lo que dificulta en demasía poder contar con un

plantel de árbitros que cumpla con todas nuestras expectativas.

Otro punto a tener en cuenta es tener en claro que existen casos en donde la intencionalidad

del árbitro con su sanción ante cierta incidencia del juego, se pone en duda únicamente cuando los

resultados son adversos.

Hace dos semanas en ocasión en que mi equipo jugaba en San Lorenzo, uno de nuestros

defensores tuvo un “desacierto” en un despeje la pelota pego en la mano de un delantero rival y este

convirtió un gol con el que finalmente perdimos uno a cero. Primera impresión el árbitro “nos tiró a

cag… es un HdP, pidamos que no nos dirija más”. Ahora veamos el contexto: Estábamos programados

a las 15:00, eran las 15:10 y eran seis jugadores, no teníamos la planilla de juego, no llegaba el que

tenía las camisetas del equipo y nos habíamos olvidado la pelota. A las 15:15 el árbitro llama por

última vez y entramos con nueve jugadores a la cancha, incluido el que suscribe que por una

operación en la rodilla no juega más al fútbol, obviamente de arquero. Cuando se jugaban 20 o 25

minutos del primer tiempo tiran una pelota larga que se perdía por línea de fondo, de esas que hay

que cubrir con el cuerpo y terminan en saque de meta. Pero tenemos un marcador de punta que

siempre hace lo imposible para colaborar con la delantera rival y en lugar de dejarla salir o despejar al

lateral, se dio vuelta para despejarla y en ese movimiento le erró a la pelota y casi se fracturó los dos

tobillos, esta pego entre el estomago y la mano del delantero, que rápido de mente me la colgó

mientras yo retrocedía tapando pozos y reclamando por una mano “clara”.

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Esa tarde fuimos un desastre antes y durante el partido pero es más fácil tratar de disimular a

gritos, nuestros errores deportivos y organizativos cuestionando o culpando de todo ello a la

actuación del árbitro del partido.

Otro tema que está relacionado pasa por el poco respeto que muestran los jugadores hacia los

árbitros. Y tal vez en muchos casos los mismos árbitros contribuyan para que no se los respete, con

sus acciones complacientes y de un diálogo exagerado a veces con los jugadores. Sobre este punto

deben tener en claro que todos aquellos jugadores que agredan física o verbalmente a los árbitros

serán severamente sancionados.

En definitiva tratamos de mejorar la calidad de los arbitrajes a través de sanciones en algunos

casos y de formación en otros, para el bien de ustedes y de nuestra institución