Manifiesto Por La Dignidad
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7 octubre 2008 jornada mundial por el trabajo decente Manifiesto por la dignidad La vieja costumbre social de la explotación se muestra muy activa en nuestros días. Goza incluso de un prestigio renovado, según demuestra el impudor con el que los poderosos del mundo alardean de sus cuentas de beneficios. La desigualdad, la inseguridad, la pérdida de derechos sociales, la precariedad de los salarios, la discriminación y los riesgos laborales caracterizan una situación marcada por los desequilibrios y las injusticias. Más que para remediar estas injusticias, la unificación tecnológica y económica del mundo, dirigida por la inercia de los intereses especulativos, ha contribuido a agravar las desigualdades y a deteriorar las condiciones imprescindibles de un trabajo digno. Las ventajas científicas y éticas del progreso globalizado se han visto humilladas por la avaricia de los poderes económicos. Es indecente acomodarse a un mundo que mantiene la esclavitud, la miseria y la explotación infantil. Es indecente mantener las desigualdades y discriminaciones entre mujeres y hombres. Es indecente permitir que una degradación continuada suprima o limite los derechos laborales y ocasione el aumento de los accidentes de trabajo. Es indecente aprobar directivas que, bajo el escudo de Europa, violan derechos humanos y sirven para liquidar conquistas sociales históricas. Las recientes directivas sobre el tiempo de trabajo y sobre el retorno de los inmigrantes son un ejemplo clamoroso. En estas circunstancias, consideramos importante apoyar la convocatoria de la Confederación Sindical Internacional, en la que están integradas CCOO y UGT, para celebrar una Jornada Mundial por el Trabajo Decente el
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7 octubre 2008 jornada mundialpor el trabajo decente
Manifiesto por la dignidad
La vieja costumbre social de la explotación se muestra muy activa en nuestros días. Goza incluso de un prestigio renovado, según demuestra el impudor con el que los poderosos del mundo alardean de sus cuentas de beneficios. La desigualdad, la inseguridad, la pérdida de derechos sociales, la precariedad de los salarios, la discriminación y los riesgos laborales caracterizan una situación marcada por los desequilibrios y las injusticias.
Más que para remediar estas injusticias, la unificación tecnológica y económica del mundo, dirigida por la inercia de los intereses especulativos, ha contribuido a agravar las desigualdades y a deteriorar las condiciones imprescindibles de un trabajo digno. Las ventajas científicas y éticas del progreso globalizado se han visto humilladas por la avaricia de los poderes económicos.
Es indecente acomodarse a un mundo que mantiene la esclavitud, la miseria y la explotación infantil. Es indecente mantener las desigualdades y discriminaciones entre mujeres y hombres. Es indecente permitir que una degradación continuada suprima o limite los derechos laborales y ocasione el aumento de los accidentes de trabajo. Es indecente aprobar directivas que, bajo el escudo de Europa, violan derechos humanos y sirven para liquidar conquistas sociales históricas. Las recientes directivas sobre el tiempo de trabajo y sobre el retorno de los inmigrantes son un ejemplo clamoroso.
En estas circunstancias, consideramos importante apoyar la convocatoria de la Confederación Sindical Internacional, en la que están integradas CCOO y UGT, para celebrar una Jornada Mundial por el Trabajo Decente el próximo 7 de octubre. Apoyamos especialmente a los sindicatos españoles, y los animamos para que le exijan al Gobierno un compromiso claro en favor de la dignificación del trabajo, de la internacionalización de los derechos laborales y del desprestigio de unas condiciones económicas de explotación que, con la coartada del progreso y la modernidad, agravan la realidad de un mundo injusto, insolidario y desamparado.
FIRMANTES
Ángeles Aguilera (periodista), Felipe Benítez Reyes (poeta), Luis García Montero (poeta), Almudena Grandes (novelista), Eduardo Mendicutti (novelista), Joaquín Sabina (cantante), Juan José Téllez (escritor y periodista), José Manuel Caballero Bonald (escritor), Fernando Santiago Muñoz (periodista).
