Manual de versificación española

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  • 8/16/2019 Manual de versificación española

    1/219

    BIBLIOTECA

    ROIVÍÁNICA

    I-{ISPÁhiICA

    FuNo¡rr¡

    po¡r

    DÁMASO

    AI-ONSO

    III.

    MANUALES,

    25

    RUDOLF

    BAE}IR

    MANUAL

    DE

    VE

    RSIF'ICACIO}\

    ESPAN

    OLA

    TRADUCCION

    Y Al)¡\Plr\(

    I()N l)t:

    K.

    WACNER

    r-

    F.

    LÓPEZ ESTRAD.C

    BIBLIOTECA

    ROMÁNICA HISPÁNICA

    EDITORIAL

    CREDOS

    MADRID

  • 8/16/2019 Manual de versificación española

    2/219

  • 8/16/2019 Manual de versificación española

    3/219

    Manuaí

    rie versífícación

    españoIa

    su

    planican'riento,

    y

    no ha

    parecido

    necesaria

    una

    modificaciÓn

    raCi;¡l

    clc

    la obra, sino sólo

    rcvisar

    1'

    matizar

    partes

    ¡*

    e-iem-

    plos que los tracittctores

    han

    estimadc conveniente

    para

    que

    ei

    librc

    se

    ajuste

    en

    español a

    su

    condición

    de manual

    univer-

    sitario.

    Por

    oira

    parte,

    el autor

    ha

    aceptado

    con

    agradecimiento

    las

    sugerencias

    y

    propuestas aparecidas

    en

    reseñas

    críticas

    en

    lo

    que

    le

    fue

    posible,

    y

    cre-vó

    necesario.

    También

    procuró

    com'

    pletar

    la

    bibiiografía.

    En una futura edición

    se

    tendrá más

    en

    cuenta

    la

    poesía

    contemporánea,

    y

    ias investigaciones

    más

    re-

    cientes

    de musicología.

    extremos

    deseados

    con

    raz6n

    en

    dos

    reseñas.

    PRÓLOGO

    Esta

    obra fue concebida

    como

    un

    Ítanual

    destinado

    a

    Ia

    enseñanza

    unirrersitaria;

    un libro

    de

    esta clase

    se

    echaba de

    rnenos

    en Aleinania.

    Este

    fin

    pr:imorCial

    determina

    tarrto

    el ca.

    rácter

    general

    de

    la

    exposición

    como

    la ordenación,

    método

    y

    extensión

    temática.

    En

    la

    parte general

    se

    trata

    primero

    de

    los

    fundamentos

    d.e

    Ia métrica

    española,

    Ia

    medicla

    de las

    sílabas

    y

    manera

    de

    con.

    tarlas.

    En

    especial

    ofrecemos

    un nuevo

    sistema

    de

    notación

    (fundamentado

    en Ias págs.

    17

    :'

    18),

    que

    modifica

    de

    raiz

    la

    terminología

    más

    en

    uso,

    para

    facilitar

    así una

    concepción

    y

    comprensión

    más

    exacta

    y

    esencial

    del ritmo.

    La

    segunda

    parte

    contiene

    una

    descripción

    sistemática

    de

    las

    diferentes ciases

    de versos

    regulares y

    una

    selección

    de

    las

    principales

    formas

    de versos

    irregulares.

    Una mavor

    importancia

    se ha

    dado

    a la

    tercera

    parte, que

    contiene

    las

    combinaciones

    métricas.

    No

    han

    podido

    tenerse en

    .cuenta

    todas las formas,

    aunque

    en

    Ia

    selección

    se

    ha

    querido

    abarcar

    el

    ma-vor

    número

    posible.

    La

    exposición

    pormenorizada

    de versos

    y

    formas

    se inicia

    con

    un

    párrafo

    que

    describe y

    explica

    las

    variantes

    rítmicas

    y

    su

    valor expresivo

    y

    estilístico; y

    con

    relación

    a

    las

    formas, se

    dan

    noticias

    sobre

    su

    empieo

    temáiic

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    4/219

    11

    0

    trlanual de

    "'ersi'fícacíón

    española

    ¡leierminada,

    y

    se

    indica,

    en l¿r forma

    más

    objetiva

    posible,

    el

    estado

    actual

    de

    Ia

    int'estigación

    con

    uña crítica

    de

    las

    dir,ersas

    cuestiones,

    a

    veces muy

    embrt¡ilaclas.

    Por

    esto

    se

    intenta

    dar

    al

    lector

    uná

    orientacjón,

    basada

    en

    el estudio

    de

    la

    misma

    ma-

    teria.

    Partiendo

    de

    que la versificación

    española

    debe

    considerarse

    como

    un

    sector

    dentro dei

    á¡ea

    de

    la

    métrica

    románica'

    aunque

    con evjdentes

    rasgos

    individuales,

    se han

    establecido

    paralelos

    con

    las

    de

    Francia,

    Italia

    y

    Portugai,

    siernpre

    que

    esto

    haya

    pa'

    recido

    úti1

    para

    un

    mejor

    conocimiento

    histórico.

    En

    relación

    con

    la

    erposición

    cle

    la materia, se

    aspiró

    a

    mantenqr

    ltn

    eclui-

    librio

    enlre

    análisis

    y

    síntesis,

    para

    que,

    por

    una

    parte,

    el con'

    junto

    no

    ¡esulte

    demasiado

    vago

    e inconcreto,

    y

    por otra'

    que

    la

    investigación

    dei

    pormenor, en cierto modo

    microscópico,

    no

    altere

    las

    proporciones

    del colijunto.

    No

    se

    han

    escatimado

    las

    citas

    para

    poner

    así

    al lector

    en contacio

    con

    los

    mismos

    textos.

    Se

    supone

    que la

    "Biblioteca

    de Autores

    Españoles",

    la

    "Nueva

    Bibliotece

    de

    Autores

    Españoles,,

    y

    la

    Antología de

    Poetas

    Lí'

    ricos Castellanos

    de

    l\{arcelino

    l(enéndez Pelayo

    son

    obras

    de

    consulta

    accesible

    en los centros

    universitarios;

    por

    esta

    razón

    se

    han

    utilizado

    con

    preferencia para

    las citas.

    Un

    manual

    no

    puede

    ni

    debe

    sustituir

    las

    investigaciones

    especializadas,

    y

    por

    esto

    se

    ha

    procurado citarlas en

    notas. Cuando

    son

    de

    carácter

    monográfico

    o

    cuando

    exponen de manera

    exhaustiva

    aspectos

    muy

    concretos,

    se

    las

    consigna en

    la

    bibliografía

    at

    findt

    de

    cada

    párrafo,

    a fin

    de

    facilitar

    en

    estos

    casos concretos

    un estudio

    más

    profundo.

    Me ha

    parecido

    más

    oportuno

    consignar

    la bibliografía

    especial

    en relación

    con cada tema

    tratado, en

    vez

    de

    establecer

    al

    fin

    del

    libro

    un

    excesivo

    indice alfabético

    de obras utilizadas.

    I-a

    bibliografía

    general

    (págs.

    409 y

    sigs.)

    se limita,

    pues,

    a

    la

    mención

    de trabajos

    bibliográficos

    y

    obras

    generales.

    El

    índice

    de

    laMétrica

    Española

    de

    Alfredo

    Carballo

    Picazo,

    y

    los

    de autores

    y

    materias

    establecidos

    en

    mi

    libro

    (que

    no

    pretenden

    ni

    pueden

    ser

    completos')

    facilitan

    la

    consulta

    de

    investigaciones

    en cada

    caso

    especial.

    Las

    obras citadas con

    más

    frecuencia

    aparecen

    en

    abreviaturas

    que

    se

    recogen en una

    tabla

    general

    (pági'

    nas

    12-16).

    Por

    necesidades

    pr'ácticas,

    se

    ha tomadc¡

    comc

    ma¡erial

    bá_

    sico

    para

    ei

    estudio

    de

    la

    Edad

    Media

    la

    poesía

    en

    verso,

    sin

    limitación

    de

    asunto;

    a partir

    del

    Renacimiento,

    me

    refiero

    sola-

    mente

    a la poesía

    artística

    en

    verso

    isosilábico,

    pues

    a

    parttr

    de

    esta

    época

    el

    estudjo

    especial

    d.el

    verso

    irregular

    es menos

    importante;

    Pedro

    Hcnriquez

    ureña

    ha

    deciicado

    a

    este aspecro

    un

    libro

    ya

    clásico,

    La

    versi"t'icación

    irregurar

    en

    Ia

    poesía

    cas-

    tellatta'

    sobre

    ios

    versos

    Iibres

    siguientes

    al

    Motle.nismc)

    se

    dan tan

    sóio

    breves

    indicacior,",

    i

    notas

    bibliográficas.

    Sin

    embargo,

    rne

    ha

    pareciclc

    ,rna

    e*igencia.

    indispenJar-.re

    incluir

    Ia

    poesÍa

    hispanoamericana

    en

    er

    m*arco

    ce

    ra

    *étri.."

    española

    y

    así

    lo

    he

    hecho

    en

    la

    medida

    de

    mi

    aicance.

    Por

    supuesto,

    el

    presente

    manual

    se

    basa

    en

    los

    trabajos

    científicos

    tel'ados_a

    cabo

    hasta

    hoy.

    Sin

    la espléndicia

    síntesis

    que

    es

    la

    obra

    de

    Tomás

    Navarro,

    Métriro

    espitlola,

    mi

    tratado

    de versificación,

    empezado

    en

    1952,

    no

    hubiera

    poaiOo

    uf"r".".

    en

    la

    forma

    presente,

    sobre

    todo

    en

    su parte

    documentai.

    En

    algunos aspectos

    cle

    los problemas

    de

    verso

    y forma

    en la

    poesía

    de Cancionero,

    debemos

    mucho

    a

    la

    obra

    de

    pierre

    Le

    Gentil

    La

    poésie

    lyrique

    espagnole

    et portugaise

    á

    la

    firt

    dtt

    mo1,en

    d"ge,

    tomo

    II,

    dedicado

    al

    estud.io

    de

    lasJormas.

    Quiero expresar

    el

    más

    sincero

    agradecimiento

    a

    mi

    querido

    maestro,

    el profesor

    doctor

    Gerhará

    Rohlfs,

    que

    me

    uni*O

    .

    emprender

    este

    trabajo,

    Io

    siguió

    con gran

    interés

    y

    publicó

    la

    edición

    alemana

    en-

    la

    Colección

    que

    él

    dirige.

    Doy

    también

    Ias.gracias

    al

    oBayrisches

    staatsministerium

    für

    unterricht

    und

    Kultusu,

    a

    Ia

  • 8/16/2019 Manual de versificación española

    5/219

    Abreviaturas

    ta

    I,J

    Ant.

    ASTNS

    AUCh

    BAAL

    BAE

    Balaguer,

    Apuntes

    BBMP

    Bello,

    O.

    C.

    BHi.

    Bicc

    BRAE

    INDICE

    DE

    ABREVIATURAS

    A)

    OBRAS

    Y

    REVISTAS

    M. Menéndez

    Pelayo,

    Antotogla'

    ile

    poetas

    líricos castellanos,

    edición

    nacional,

    10 vo

    lúmenes,

    Santander,

    1941

    15.

    .Archiv

    fiir

    das

    Studium der

    Neueren

    Spra'

    chenr,

    Brau¡schweig'

    .Anales

    de

    la

    Universidad

    de

    Chiler,

    San-

    tiago

    de Chile.

    .BoletÍn

    de

    la Academia

    Argentina

    de

    Le

    trasr,

    Buenos

    Aires.

    Biblioteca

    de

    Autores Españoles

    (Rivad+

    neira).

    Joaquín

    Balaguer,

    Aryntes

    Para

    una

    hístoría

    prosódíca

    de

    la

    rnétrica

    castellana.

    (Ane

    jo

    XIII

    de

    la

    RdL.)

    Madrid,

    i952.

  • 8/16/2019 Manual de versificación española

    6/219

    t5

    4

    Manual de

    tersilicacíón

    espainle

    Abreviaturas

    GG

    Hisp.

    HR

    H.

    Ureña,

    Estudios

    H.

    Ureña,

    V ersil icación

    Jeanroy,

    Origínes

    Jórder,

    Formen

    KJB

    Lang,

    Formas

    [¿

    Gentil,

    Formes

    M.

    Pelayo,

    Estttdios

    M. Pidal,

    Rontancero

    MLN

    MLR

    Morley,

    Strophes

    Gróbers Grundriss

    der

    rontanischen

    Phiie

    Iogie,

    2.'

    ed., Estrasburgo,

    1904

    y

    sigs.

    rHispania',

    Stanford

    Urúversity.

    California

    y

    Baltimore, Maryland.

  • 8/16/2019 Manual de versificación española

    7/219

    Manual

    de versificación

    española

    Wolf

    ,

    Studien

    ZFSL

    ZRPh

    Ferdinand

    Wolf, S¡¡¿dien

    zur

    Geschichte

    der

    spanischen

    und

    portugiesischcn

    li

    ationalli'

    teratur,

    Berlín,

    1859.

    , Jena

    y

    Tübingen.

    u

    Ze

    itschrif t f

    ür

    romanische

    Philoiogieu,

    Halle

    y

    Tübingen.

    B)

    SISTEIVIA

    DE

    NOTACIÓN

    DE

    VERSOS

    Y FORMAS

    ESTRÓFICAS

    ooo

    óoo

    óo

    óo

    canto:

    llanto

    ABAB

    M

    bbba

    AA

    abab

    aab

    aab

    Reprcsentación

    de las

    sílabas

    iítttticas.

    El signo

    dei

    acento

    agudo

    ó

    indica

    Ia

    sílaba

    portadora

    de una

    vocal tónica

    (o

    ictus)

    necesaria

    para

    un tipo

    determinado

    de

    verso. El

    signo

    del

    acento

    grave

    ó, menos

    usadc¡,

    señala

    la

    sílaba

    que,

    aunque

    tónica

    por

    su

    condición

    dentro

    de

    la

    palabra,

    no

    es

    inciispensable

    para

    la

    constitución

    del

    verso,

    pero

    puede

    formar

    variantes

    del

    mismo.

    signiñca

    enlace

    (sinéresis,

    sinalefa,

    sina-

    fÍa, encabalgamiento),

    /

    significa separa-

    ción

    (hiato,

    corte silábico, cesura intcnsa).

    Los

    dc.¡s

    puntos

    signilican

    que

    las

    palabras

    que

    están

    antes

    y

    después

    de

    este

    signo

    riman

    entre

    sÍ.

    Las letras mayúsculas

    se

    emplean

    general-

    mente

    para

    señalar

    versos largos.

    Las

    letras

    mayúsculas seiralan versos

    cortos

    sólo

    cuando representan el

    estribiilo.

    En

    caso

    de confusión se señala éste

    expresa-

    mente.

    Las

    letras

    minúsculas representan Ios

    versos

    cortos

    (con

    excepción

    del estribillo).

    Las letlas

    rninúsculas

    en cursiva

    señalan'los

    versos

    quebrados

    en

    relación con

    versos

    cortos inmediatos

    (por

    ejemplo, tetrasíla-

    bos

    en

    estrofas

    de

    octosílabos).

  • 8/16/2019 Manual de versificación española

    8/219

    18

    Manual

    de versi'ficación

    españoia

    TA

    El acento sobre

    una

    ietra

    que

    represente

    ia

    rima

    seilala

    qrie

    el

    verso en cuestión

    acaba

    en sil¡rba

    ap¡.rda en

    las estrofas

    cionde así

    lo

    exija

    su

    condición métrica

    (por

    ejemplo,

    en

    la

    octavilla aguda:

    abbé

    accti).

    PRIMERA

    PARTE

    zuNDAMENTOS

    DE

    LA

    MÉTRICA

    ESPAÑOI-A

  • 8/16/2019 Manual de versificación española

    9/219

    C¡Pfruro

    I

    EL

    VERSO

    ESPAÑOL

    Y

    SUS

    ELEMENTOS

    NOTAS PRELTMINARES

    La

    lengua española

    pertenece

    al

    grupo

    de las

    románicas,

    y

    la

    métrica

    que

    desarrolla

    ha

    de estudiarse en

    relación con

    el

    conjunto.

    El

    punto

    de

    partida

    y

    el proceso

    de

    los

    elementos

    históricos, fonéticos

    y

    rítmicos

    de

    Ia métrica

    española

    eviden-

    cian

    esta

    relación,

    aun

    contando con

    la

    originalidad

    que

    pueda

    señalarse.

    Pueden,

    por

    tanto,

    aplicarse al verso

    español

    las teorias

    e

    hipótesis, siempre

    en

    discus.ión,

    sobre el origen,

    procedencia,

    derivación y

    carácter

    rítmico del

    sistena

    del

    verso

    románico,

    en

    particular

    en

    cuanto

    a

    la

    métrica

    provenzal

    y

    francesa. Hay

    que

    apartar, desde

    luego,

    la creencia

    de

    que

    la

    poesía

    española

    no

    existe

    hasta

    que

    aparece

    una transmisión

    continua

    de

    textos

    r.

    _-=-

    r

    Pierre

    Le Gentil,

    Le

    víreIaí

    et le

    .¿illancico.

    Le

    probléme

    des

    origi-

    nes arabes, París,

    19-54, ofrece un

    resuinen informativo

    y

    crÍtico

    acerca

    del

    estado

    actual de las

    cuestiones sobre

    el

    origen

    de las formas

    románícas,

    con

    especial

    referencia

    a las

    tesis

    árabe

    y

    litúrgica;

    contiene, además,

    una

    valiosa

    bibliografía.

    Sobre

    la

    poesía

    rítmica

    latina

    de

    la Antigüedad

    tardía

    y

    de

    la

    Edad Media,

    compárese con

    Dag

    Norberg,

    L'origine de la

    uersifícation

    latine

    rythmique,

    ,.Eranos,,

    L, 1952,

    págs.

    83-90,

    que

    orienta

    sobre

    el

    hexámetro

    corrompido

    en

    la España

    de la

    época

    visigoda; La

    poésie

    latíne rythmique

    du

    Haut

    Moyen Age,

    Stockholm,

    1954,

    (studia

    latina

    Holmiensia',

    II;

    Introduction

    d. I'étude

    de

    Ia versi"ficatiofl

    lat¡ne

    médiévale,

    Stockholm,

    1958,

    nActa

    Univ.

    Stockholmiensis.

    Studia latina

    Stockholmiensia>. V.

    Burger,

    pecherches,

    estudia,

    con

    buena bibliografía,

  • 8/16/2019 Manual de versificación española

    10/219

    23

    2

    l[anual

    de

    versificación

    españoía

    El

    que

    así

    io crca,

    como en

    su

    tiempo

    Pliillpp Aug.rsi Beckerr.

    sc

    encucilti-a

    en

    trl

    caso

    cle

    er¡tender

    quc

    el

    verso

    español

    i:re

    una

    "ianpor"tacjcin

    cultural",

    y

    esto

    ciertamente

    no

    concuerda coir

    la

    ¡-ealici¡11.

    Dete¡rnina

    el carácter

    del

    verso

    cspañol

    el

    hecho

    de

    que

    per-

    icncce

    al

    si.stcnra

    cic la

    nrétrica romlinic¿¡.;

    sUS

    ciemcntos

    consti-

    1ulivc-¡s

    so¡ :

    a(rt:nto cie intensiclacl. ¡:ausa mertrica (fi.nal

    de

    verso

    ..'

    c1e

    hcnris'l

    ic¡r-ric,),

    cesul'a

    (en

    los

    vcrsos

    cuva

    naturaleza

    así

    lo

    rcquici-c),

    v finalmente, con

    cierta

    1i¡nitación,

    número fijc

    de sílarbas.

    Los

    clernás medios

    fonéticos,

    sintácticos

    v

    estilisiicos qrie

    1'ruccien

    hacer

    m/is

    patcnte

    Ia cstructura

    del

    rerso,

    tienen

    sólc

    función

    secunci¿rria,

    y, por

    tanto,

    no

    son esenciales

    en

    su

    consti-

    tución.

    Otro

    tanto puede

    decirse de

    la rima,

    aunque

    en la

    poesía

    españoJa cs L¡n ariorno

    ciel verso

    que

    apenas

    faltal

    IUODOS

    DE

    CONTAR

    Y

    DENOIlIINACIÓN

    DE LOS

    \ERSOS

    En

    la métrica

    cle

    composición

    reguiar, las

    clases

    de

    versos

    se

    denominan

    scgún

    ei

    número

    de sus

    sílabas

    rítmicas:

    tetra.

    sílabo,

    octosílabo, endecasílabo, etc.

    Tanrbiern

    hal' otras clenoninaciones para

    algunos versos,

    como

    lueg..r

    sc

    verá; ASí \,erso

    "alejandrino)),

    versó

    de

  • 8/16/2019 Manual de versificación española

    11/219

    Maru¿al

    de

    versifícación'españoía

    en

    este

    discutido

    dominio,

    no resulta

    justifrcable

    desde un

    pun-

    to de vista científico,

    y

    mucho

    menos, desde

    el

    pedagógico.

    De

    entre

    las

    diferentes

    teorías, me

    parece

    que

    la más

    apro-

    piada

    es la

    de T.

    Navarro;

    ampliando

    ideas

    y

    sugerencias

    cie

    Andrés Bello, Maurice

    Grammont,

    Ricardo

    Jaimes

    Freyre

    y

    cie

    otros,

    y

    con la

    contribución

    de

    la fonética

    experimental,

    este

    investigador desarrolló

    un

    sistema

    completo que

    ofrece

    un

    co.

    nocimiento esencial

    y

    matizaclo

    de la estructura rítmica de los

    versos españoles

    ó.

    La exposición

    contenida

    en este libro

    tiene

    como

    base en sus

    puntos

    esenciales

    el

    sisterna

    métrico

    de

    Tomás

    Navarro.

    De

    acuerdo

    con las

    características

    fonéticas

    de

    la

    lengua,

    los

    acentos

    con

    su

    relieve

    acústico

    determinan clat'amente ei

    verso español

    7,

    aún más

    de lo

    que

    ocurre, por

    ejemplo, con

    el

    verso

    francés.

    Con el

    cultivo

    y

    aprovechamiento

    de

    las

    co*'bi

    naciones

    que

    ofrece

    la acentuación

    de

    la lengua, el

    rrerso espa-

    ñol

    alcanzó

    una

    definida oriEinalidad

    frente

    a

    los de

    las

    otras

    lenguas

    románicás.

    El

    acento

    de

    palabra

    (oprosódico>

    y

  • 8/16/2019 Manual de versificación española

    12/219

    1A

    lvIa.nual

    de

    versificación

    espctñola

    Elementos

    del

    verso

    español

    27

    Lo

    expuesto

    hasta

    aquí

    refiriéndonos

    al

    vers

  • 8/16/2019 Manual de versificación española

    13/219

    29

    8

    Manual de

    versíficación

    española

    Elementos

    del tterso

    espaítoL

    sienta

    como tal

    t5.

    De

    esta manera

    el verso

    yámbico

    se

    siente

    como

    una

    sucesión

    de

    troqueos,

    que

    eÁpiez,a

    por

    anacrusis

    mo

    nosilábica:

    A

    dónde vas

    perdida

    lol

    óo óo

    óo

    Los

    versos

    anapésticos

    y

    anfíbracos

    aparecen en una

    considera-

    ción

    ritmica

    como

    dactílicos,

    que

    empiezan

    con

    anacrusis

    de

    dos

    o de una

    sílaba,

    respectivamente:

    En

    el

    nido desierto de mlsera

    tórtola

    [o

    o] óoo

    óoo óoo óoo

    El

    nido

    desierto

    de mfsera

    tórtola

    lol

    óoo óoo

    óoo

    óoo

    Nido

    desierto de mísera tórtola

    óoo óoo óoo

    óoo

    Este

    ejemplo

    clásico,

    tomado de

    Bello, deja ver

    en

    primer

    lugar

    que

    lo

    que

    determina

    el

    tipo

    rítmico

    del verso no

    es

    el

    número

    de

    sílabas, .sino

    el

    período

    rítmico.

    El

    período

    rítmico

    depende

    en su amplitud

    de Ia

    extensión

    del

    verso

    y

    de la

    naturaleza de la anacrusis; en los versos

    más

    usados

    se compone

    casi

    siempre

    de

    dos

    pies

    de verso, de

    los

    cuales

    el

    primero

    tiene

    un

    acento

    más

    marcado

    que

    el

    segundo.

    Esta

    manera

    de alternar

    pies

    de tono

    fuerte

    y

    de

    tono

    débil

    se

    repite

    también

    cuando

    el

    período

    rítmico

    está cornpuesto

    de

    varios

    grupos

    de

    pies.

    Si

    el

    período

    rítmico

    se

    compone

    unifor-

    memente

    de troqueos

    o

    de dáctilos o

    de

    su

    mezcla,

    se distinguen

    incluso

    dentro de cada

    clase,

    tipos de verso:

    trocaicos

    (óo

    óo),

    dactílicos

    (óoo óoo) o

    tipos

    de

    verso

    mixtos (óo

    doo,

    óoo óo).

    El

    empleo

    preferido

    de

    determinados

    tipos

    puede

    ser

    consecuencia

    de

    una

    intención

    artística,

    y

    hay

    que

    interpretarlo

    en

    cada

    caso

    en

    relación

    con el

    significado

    y

    con la forma expresiva del

    verso.

    1s

    Comp.

    T. Navarro,

    El

    grupo

    fónico

    como

    unidad

    melódica,

    RFH,

    I,

    1939,

    págs.

    191,

    Manual de

    entonación

    española,

    New

    York, 1948,

    2..

    ed.,

    páginas

    37-59.

    Samuel

    Gili

    Gaya, Obseryaciones

    sobre

    el

    ritmo

    en

    la

    prosa

    española,

    en

    oMadrido,

    Barcelona, 1938,

    pfus:

    5*ó3.

    Al

    perioclo

    ritmico

    interior sigue,

    según T. Navarro,

    eI

    pe

    ríodo

    de

    enlace.

    Éste

    cornprende

    la última sílaba

    acentuada

    del

    verso,

    las

    sílabas átonas

    que

    le siguen,

    y

    la

    pausa

    del finai

    de

    verso

    y, por

    úItimo,

    sólo si

    existen, las silabas

    átonas

    que

    forman

    anacrusis en

    eI

    verso siguiente.

    La

    teoría de

    T- Navarro

    se

    basa

    sobre todo

    en

    los resultados de

    la

    fonética experimental,

    aplicada

    a la

    medición

    de los

    versos;

    con

    ellos

    parece

    demos-

    trarse

    que

    el

    período

    rítmico

    interior

    y

    el

    período

    rítmico

    de

    enlace

    presentan

    casi Ia

    misma

    duración

    de

    tiempo

    16.

    Las

    objeciones

    al

    sistema

    expuesto

    pueden

    rest¡rriirse

    en

    tres

    Puntos:

    1.o

    La anacrusis

    en el

    primer verso de

    la

    poesía

    (y

    segura-

    mente

    dentro

    de la

    estrofa tarnbién)

    forma un resto

    suelto.

    Si

    fuese

    así

    cabria

    esperar

    que

    se evitase

    pero

    esto no ocurre.

    2.o

    Un factor

    qlue,

    a mi

    parecer,

    crea

    inseguridad

    en

    eI

    cóm'

    puto es la

    pausa

    final del

    verso. Por diferentes

    razones,

    también

    suele

    atribuirse

    a

    la

    pausa

    la

    facultad de ajustar

    el

    equilibrio

    de

    los

    diferentes finales

    de

    versorT.

    T.

    Navarro,

    por su

    parte,

    la

    entiende

    como

    medible

    en

    centésimas

    de segundo,

    como

    si

    en

    cada

    caso su duración

    fuese la suficiente

    para igualar

    en

    forma

    automática

    este

    período de enlace

    con el interior,

    aun

    cuando

    su

    número

    de

    síiabas

    fuese

    mucho menor.

    No

    se

    sabe

    si

    esta

    duración

    obedece

    o bien

    al sentido

    y

    a

    la condición

    del

    sintagma

    o bien

    a

    razones del

    ritmo.

    3.o Por norma

    general

    (y

    sobre

    todo en los

    primeros

    tiem-

    pos

    de la literatura)

    se mantiene

    que

    el

    verso constituye

    unidad,

    que lo es

    de

    sentido,

    sintaxis

    y

    ritmo,

    señalacla en su

    fin

    por

    el

    acento, la

    rirra

    v

    la

    pausa;

    sólo

    en determinadas

    conCiciones

    Véanse,

    para

    más detalles,

    Ias

    explicaciones

    y

    el

    paradigma

    en

    T.

    Navarro,

    lvlétrica,

    pág.

    12,

    y

    La cantidad silábica

    en

    unos tersos de

    Rubén

    Darío,

    RFE,

    IX, 1922,

    págs.

    1-29

    Comp.

    recientemente G.

    E. McSpadden,

    New

    ligltt

    ott

    spcech

    rhytns

    lrom

    Jorge Guillén's

    reading

    of

    his

    poetn

    qGran

    silencio".

    (Based

    on

    meast$efttents

    o

    sound

    spectrograms), HR.,

    XXX,

    19ó2,

    págs.

    216230

    (con

    referencias

    bibliográficas).

    u

    Comp.

    respecto

    a

    este

    problema,

    el

    estudio

    histórico,

    crítico

    y

    fonético de

    Manuel Graña Etcheverry,

    La

    equivalencia

    de

    oxítonos,

    paro

    útonos

    ¡'

    proparox,ítonos

    a.

    fin

    de v¿rso,

    ¡Revista

    do

    livrot,

    II, 8,

    1957,

    páginas

    *53.

  • 8/16/2019 Manual de versificación española

    14/219

    3l0 Manual

    de

    ttersificación espuñola

    se

    aceptan

    la

    sinafía,

    la

    compensación

    y

    el

    encabalgamiento

    18.

    Por

    esto

    no me convence

    dei

    todo

    que

    por

    principio

    haya de

    agregarse

    la

    anacrusis

    del verso

    siguiente

    al

    final rítmico

    del

    verso anterior,

    y

    se sacrifique

    asÍ la

    unidad

    del verso en favor

    de una

    determinada concepción

    del

    período

    de

    enlace,

    que

    por

    otra

    parte,

    es

    algo

    insegura

    le.

    Por

    ello, de

    ahora

    en

    adelante,

    mantendremos

    el

    principio

    básico

    de la

    unidad

    del

    verso.

    En

    lugar

    de

    período

    de

    enlace

    usaremos

    el

    término habitual de

    final

    de verso. En

    él se cornprende

    la

    última

    sílaba

    acentuada, las

    sílabas

    átonas

    que

    puedan

    seguir,

    y'la pausa.

    Como los

    hemis-

    tiquios

    de

    versos

    compuestos

    se

    comportan

    como los autónomos

    correspondientes,

    el

    final

    de verso

    aparece

    al

    término

    de

    cada

    hemistiquio.

    LAs

    PAUSAS MÉTRICAS

    En

    la

    versificación

    española

    se

    distinguen

    tres

    clases

    de

    pausa.

    Como

    principio

    general

    se

    pide que

    las

    pausas

    ülétricas

    coincidan

    con las

    gramaticales.

    Cada pausa

    exige,

    por

    io

    tanto,

    en

    principio,

    una

    detención.

    a)

    La

    pausa

    mayor

    marca el final

    de la

    estrofa.

    Coincide

    siempre

    con el final

    del

    verso,

    y

    casi

    siempre

    con

    el

    final

    del

    sintagma

    o

    de

    un

    marcado

    período

    del

    mismo.

    El encabalga-

    miento

    de estrofas

    se

    encuentra generalmente

    en el

    caso

    de las

    cortas.

    b

    )

    l,a

    pausa

    media

    se

    halla

    solo en

    las estrofas

    simétricas,

    como

    en

    la octava. Según

    indica

    su nombre,

    señala

    el

    medio

    de

    lE

    Véase

    Paul

    Zumthor,

    Le eels

    comme

    unité

    d.'expression datu

    ia

    poésie

    rotnane

    archaique,

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    15/219

    5¿

    Manual

    de versificacíón

    española

    minados

    efectos

    rítmicos

    y para

    evitar

    ia

    monotonía

    ¡ü.

    Otros

    casos,

    con

    el

    carácter

    de

    licencias métricas,

    son

    menos

    frecuerr-

    tes:

    la

    sinafía

    y

    la compensación

    1v.

    págs. 51-53)

    y

    ia

    tmesis

    (véase

    pág.

    45).

    CLASES

    DE

    CESURA

    Con

    el

    término

    cesura,

    adopiado con

    dudosa

    justificación

    de la

    rnétrica

    clásica,

    se señalan

    en la

    versificación

    española

    dos

    fenómenos

    rítmicos situados en

    el

    interior de

    los

    versos

    largos,

    y que,

    si bien

    por

    su

    procedencia son idénticos,

    sin enl-

    bargo,

    por

    su

    efecto

    y

    tratamiento,

    resultan

    ser muy

    dis-

    tintos.

    1)

    El

    que

    primero

    apareció

    se encuentra

    en

    los

    versos

    es-

    pañoles

    que

    claramente se

    consideraron

    con'¡puestos

    por

    dos

    pártes,

    como

    el

    alejandrino. En

    casos

    asl, esta

    cesura

    va

    acom-

    pañada,

    en la

    mayor

    parte

    de

    las

    veces, de un corte

    en

    ei

    sintagma,

    de

    tal manera

    que

    el final

    del

    primer

    hemistiquio

    en

    el

    interior

    del

    verso

    se

    comporta

    en

    relación

    al ritmo

    como

    si

    fuese final.

    Ernst

    Stengel denominó

    por

    eso

    esta cesura Reihen-

    schluss

    (que

    traducimos

    por

    cesura

    intensa)21. En algunos

    ver-

    sos

    alejandrinos

    (7

    *

    7) encontraremos

    condiciones

    idénticas

    entre el final del

    verso y

    esta cesura

    intensa

    en

    relación

    con

    el

    acento

    final,

    el

    corte

    del

    sintagma

    y

    el equilibrio de la

    pausa

    menor:

    20

    Véase

    Antonio

    Quills,

    Esrn¡ctura

    del encabalgamiento

    en la métrica

    española,

    Anejo

    LXXVII

    de

    RFE, Madrid,

    19ó4

    [Análisis

    fonético-expcr-i-

    mentall;

    El encabalgarniento desde los

    orígenes

    de

    Ia

    poesía

    española

    hasta

    eI siglo

    XVI,

    "Actes

    du X'Congrés

    international

    de Linguistique

    ct

    Philologie

    romanes',

    II,

    ParÍs,

    19ó5,

    págs. 791-813.

    Aunque el encabalga-

    miento

    puede

    documentarse

    desde

    el

    principio

    de

    la

    literatura

    españcla,

    sólo en el

    siglo

    xvr

    lr'

    en

    el

    uso

    de

    los

    poetas

    horacianos

    se

    convierte

    en

    un

    recurso

    estilÍstico

    empleado

    de

    manera

    consciente.

    2l

    Stengel

    omitió el

    término

    nhemistiquio,

    acaso

    porque

    la

    cesu¡a

    no

    -qiempre

    divide

    el

    verso

    en

    dos

    partes

    iguales, sino

    rambién en series

    rltmicas

    desigualesi

    asl

    en

    el

    decasílabo

    francés

    de la

    disposición

    4+ó.

    Comp.

    Stengel,

    Verslehre,

    págs.

    48

    y

    sigs.

    Elementos

    del

    t¡erso

    español

    euiero

    con tu

    consejo prender

    forma

    de

    vida

    (Berceo)

    En

    consejar

    la pas,

    faga

    a su

    poder

    (López

    de

    Ayala)

    Si el

    huérfano

    guardárcdes

    e

    viucla

    defendéredes

    (López

    de

    Ayala)

    2)

    La marcada

    detención

    de

    esta

    crase

    de cesura

    intensa

    pudo

    debilitarse y

    aun

    desaparecer,

    al

    tiempo

    que

    se

    daba

    otra

    especie

    de

    cesura

    con

    el

    fin

    de

    marcar

    un

    señalado

    acento

    en

    el

    interior

    de

    un verso

    largo, que

    en este

    caso

    no podía

    consicie-

    rarse

    como compuesto.

    Desde

    el punto

    de

    .r'ista

    gramatical

    (véanse los

    ejemplos

    a

    continuación),

    esta

    cesura

    aparece

    en

    el

    ]ímite

    de una

    palabra

    aguda,

    inmediatamente

    clespués

    c1e la

    tónica;

    o

    si es llana,

    después

    de

    la

    átona

    siguiente;

    o si

    es

    esdrújula,

    después

    de

    las

    dos

    átonas

    siguientcs.

    Esta

    cesura,

    a

    diferencia

    de

    la

    intensa,

    establece

    el

    equilibrio

    de

    las

    sÍlabas

    sumando

    las dos

    paltes

    del verso,

    y

    también,

    cuando

    el

    caso

    se

    presenta,

    verifica

    el

    enlace

    correspondiente

    de

    las

    vocales

    (véase

    sinalefa),

    como lo

    demuestran

    estos

    versos:

    1) Ves el

    furor

    /

    del

    animoso

    viento

    I

    2)

    embrar,eciclo

    /

    en

    Ia

    fragosa

    .i".."

    I

    cndec¡silabos

    3) AquéI

    es el

    Dávalos

    /

    mal

    for¡unado

    dodecasjlabo

    Cuando

    se

    trate

    de

    los

    distintos

    versos

    largos,

    se

    indicará

    el empleo

    de

    ambas

    clases

    de

    cesura,

    la

    intensa,

    y

    esta

    orra,

    más

    general.

    Conviene

    indicar

    algunas particularidacles:

    1.

    La

    cesura

    épica.*

    El

    término

    procecle

    d.e

    Fcderico

    Dicz;

    se refiere

    a

    versos

    franceses

    y provenzales,

    v

    con

    el

    señala

    esta

    cesura

    intensa

    producida

    por

    la

    terminación

    paroxítona

    (o

    femenina)

    en

    el decasÍlabo

    ,v

    ciodecasírabo

    (que

    is

    et alciartclri-

    no

    de

    dichas

    métricas)

    cuancio

    se

    presenta

    sobre

    toclo

    en

    Ia

    épica

    antigua

    francesa;

    esta

    terminación

    se halra

    en competen-

    cia

    con

    la

    oxítona,

    más

    general

    ¿.

    22

    Comp.

    Suchier,

    Verslehre, págs.

    120

    y

    sigs.

    vERsmcAcróN

    ¿sp.

    -

    2

    JJ

  • 8/16/2019 Manual de versificación española

    16/219

    35

    4 Manual

    de versificación española

    Elementos

    del

    verso

    esPañol

    5 ó 7

    89

    10

    li bons

    pedre

    le

    mist

    (Vie

    de

    S¿irr

    -,{.le¡is,

    v.

    33)

    | 2

    34(-)

    puis

    ad

    escole

    Como el español,

    conforme

    al carácter

    paroxítono

    de

    la

    mayoría

    de su léxico,

    aplica

    la

    terminación

    llana

    como

    forrna norrnal

    de

    final

    de verso

    y

    de

    final

    del marcado

    hemistiquio de esta ce-

    sura

    intensa, sólo

    se

    puede

    hablar-en

    la versiñcación española

    de cesura

    épica

    cuando

    en

    cerrada imitación

    del

    decasílabo

    fran-

    cés

    o

    proverual-catalán,

    se

    mantiene

    sistemáticamente el

    juego

    de las terminaciones

    oxítonas

    y

    paroxítonas,

    mientral

    gue

    las

    formas

    habituales

    del

    endecasílabo

    que

    continúa el decasílabo

    lírico,

    tienen

    solamente la

    otra

    cesura,

    y

    ya

    no la

    intensa.

    [¿

    cesura épica

    se

    da,

    por

    tanto, como una

    posible

    formación

    del

    llamado

    endecasílabo

    a

    la

    francesa:

    Lo

    por

    venir

    -

    siempre

    me fue

    peor,

    y

    muy cierto

    -

    que

    he de dar en

    sus

    manos

    23

    Sin

    embargo,

    si

    en

    estos

    versos

    se

    establece

    la cesura

    épica

    sin

    excepción,

    el resultado

    no se

    considera

    ya

    como endecasílabo,

    sino como

    dodecasílabo,

    con la

    disposición

    5

    *

    7.

    Como los diferentes

    tipos

    del

    alejandrino

    español

    mantienen

    la

    partición

    habitual

    en dos hemistiquios,

    resulta

    que

    pueden

    aplicarse a

    este

    verso

    los

    principios

    de

    la

    cesura intensa

    con

    las

    diversas

    posibilidades

    en el

    juego

    de

    sus terminaciones.

    Sola-

    mente

    el alejandrino

    a Ia francesa

    requiere,

    por

    principio,

    la

    terminación

    aguda

    del

    primer

    hemistiquio,

    y por

    tanto

    la

    sflaba

    átona

    final

    del

    mismo

    forma

    sinalefa

    coq

    la

    primera

    del

    se-

    gundo

    hemistiquio,

    cuando

    la

    palabra

    final es llana

    y

    esto es

    posible:

    En

    cierta

    catedral

    una

    campana habfa

    Que

    sólo

    se

    tocaba-algún

    solemne

    día

    (Iriarte,

    Fáb.

    VII)

    23

    Baltasar

    de Romanf,

    en la

    traducción

    de las

    obras

    de

    Ausias

    March;

    citado

    según

    Riquer,

    Resumen,

    pág.

    51.

    Con

    esto

    se

    excluye

    la cesura

    épica,

    en tanto no

    aparece

    Per'

    ceptible

    mediante

    una s{laba

    postónica enteramente articulada.

    2.

    La

    cesura

    lírica.

    -

    También

    la

    denominación

    procede

    de

    Diez,

    en

    su

    estudio de la

    poesía

    lírica;

    consiste

    en

    que

    el

    ritmo

    métrico

    como

    manifestación

    musical

    se sobrepone

    al

    acento

    de

    la

    entonación

    normal,

    y

    realza

    la

    sílaba

    destacada

    por

    Ia

    cesura,

    aunque

    ella no tenga,

    por

    su naturaleza,

    fuerza

    iOni*.

    Así

    en

    el

    endecasílabo

    con la

    disposición

    4

    +

    7,

    a

    pesar

    de

    gue

    esta

    sílaba

    es

    prosódicamente

    átona

    postÓnica,

    como

    Io

    demuestra

    la contraposición siguiente

    de dos

    versos

    (endecasí-

    labos

    hipotéticos)a

    de la

    cantiga

    del

    Arcipreste

    de

    Hita:

    Fo¡oa

    normal:

    '

    Ouiero

    seguir

    /

    a

    ti,

    flor

    de las

    flores.

    (est.

    ló78)

    Con

    cesura

    llrica:

    Gran

    fianzá

    i

    he

    yo

    en

    ti,

    Sennora,

    [...]

    [...]

    si¡

    tardanzA,

    /

    vénme

    Iibrar

    agora

    (est.

    1ó79)

    25

    Más

    que

    una

    forma especial

    de

    la cesura o

    final

    de

    hemisti

    quio

    esta

    cesura

    lírica

    es

    una

    modalidad

    de

    la

    acentuación.

    Como

    queda

    indicado, tiene su origen

    en

    la

    superposición del carácter

    musical

    sobre el métrico,

    y

    también sobre el

    prosódico.

    Ya

    hay

    noticias

    de

    ella

    en la

    poesía

    medieval

    latina

    4,

    J

    €o

    la literatura

    en

    lengua

    rn-rlgar

    se encuentra

    por

    primera

    vez en

    provenzal,

    donde

    se

    registra en el

    siglo x¡rr.

    Desde

    allí

    penetró,

    a través

    de

    la

    poesía

    gallegoportuguesa,

    en Castilla,

    donde

    influye

    oca-

    sionalmente

    en Ia

    lírica

    de

    la

    Edad

    Media.

    3.

    La ley

    de

    Mussafia.

    -

    Recibe el

    nombre de su descubridor,

    el romanista

    vienés

    Adolf

    Mussafia

    (183$1905),

    y

    con ella

    se

    2a

    No los admite como

    tales

    J.

    Corominas en su

    ed. del

    LibTo

    de

    Buen

    Amor, Madnd,

    1967,

    pág.620,

    que pre6ere

    restituir

    en este caso

    (Grand¿

    fianga...r

    y

    rsin

    detardanqar

    25

    Comp.

    'arbolé,

    arbolé,

    seco

    y

    verdé'

    en las

    Andaluzas de

    F.

    Garcla

    larca

    (Obras

    completas, Ed. Aguilar,

    pág:

    309).

    Comp.

    Suchier, Verslehre,

    págs.

    123

    y

    sigs.

  • 8/16/2019 Manual de versificación española

    17/219

    37

    6

    Manual

    de

    wrsificación española

    Elementos

    d.el

    verso

    esqañol

    quiere

    mostrar,

    como

    él

    dedujo,

    que

    en la

    poesÍa

    gallegeportu-

    guesa

    y

    en la

    castellana

    de Ia Edad

    Media influida

    por

    ella,

    se

    corresponden

    los

    versos

    según

    el

    número

    de

    sílabas,

    sin

    considerar

    el

    carácter

    acentual

    de'sus

    terminaciones.

    Así

    se equi-

    para

    el octosílabo

    con

    final

    agudo

    (con

    siete sílabas

    en cuanto al

    número)

    con

    un

    heptasílabo

    llano

    (también de

    siete

    sílabas)

    t.

    El

    hecho registrado

    en

    la

    ley

    de

    Mussafia

    es, como la

    cesura

    lírica,

    una

    modalidad

    de

    la

    acentuación

    con la diferencia,

    sin

    embargo,

    de

    que

    el

    cambio

    de acento,

    debido

    también

    a la

    musicalidad del

    ritmo,

    no

    tiene

    lugar

    en medio

    del verso,

    en la

    cesura,

    sino al

    final

    del

    mismo.

    Si se

    entienden,

    tal vez

    con más

    tazón,

    los

    endecasÍlabos

    del

    Arcipreste

    antes

    citados, como una

    combinación de pentasílabos

    y

    de

    heptasílabos,

    las

    particulari-

    dades acentuales

    al final

    del

    verso

    se

    explican

    por

    la ley de

    Mus-

    safia:

    Forma

    normal:

    Quiero seguir

    Icy

    de

    Mussafra:

    Gran

    fianá

    sin

    tardanzá

    En

    la seguidilla

    este

    caso

    perduró

    más

    allá

    de la

    Edad

    Media.

    Sin

    embargo, a fines

    del

    siglo

    xvrrr ya

    no se

    entendía,

    como

    lo deja ver el

    Arte poética

    fócil

    de

    Juan Francisco

    de

    Masdeu

    4.

    zz

    Adolf Mussafia, Sull'antíca

    metríca

    portoghese,

    ositzungsberichte

    der

    Kaiserlichen Akademie

    der

    Wissenschaften

    Wien,,

    CXXXIII,

    1g95,

    Abhandlung X. Véase,.

    además,

    H.

    Ureña, Versificación,

    págs.

    27

    y

    sigs.

    y

    47

    y

    sigs.

    (con

    ejemplos);

    H. Ureña,

    Estudios,

    págs.

    3l

    y

    45

    y

    sigs.

    I-e

    Gentil, Formes,

    pág.

    339,

    nota 33.

    M.

    Rodrigues

    Lapa, Das

    origens

    da

    poesia

    lirica

    em Portugal

    na ldade

    Média,

    Lisboa,

    1929,

    págs.

    3lZ

    y

    sigs.

    Fr.

    Gennrich,

    Grundriss

    einer

    Formenlehre

    d.es mittelalterlíchen

    Líedes,

    Halle, 1932,

    págs.

    138

    y

    sigs.

    (con

    ejemplos de

    melodías).

    28

    Corominas

    señala

    que

    en

    la misma

    cantiga

    existen

    claros

    pentasf-

    Iábos:

    onunca

    perece>

    (1682),

    y que

    estos

    versos

    pueden

    también

    serlo;

    pero

    aplica

    esta ley

    por

    ejemplo

    en

    las est.

    104e1058

    (véase

    nota

    págs.

    405-

    406).

    La

    mención

    decisiva

    de

    Masdeu,

    en

    Clarke,

    Sketch,

    págs.

    34.t346.

    EL

    ISOSILABISMO

    Los

    versos,

    definidos

    por

    los

    elementos

    rítmicos

    que

    se

    han

    citado,

    adoptan

    una

    forma

    estrictamente

    regular cuando

    están

    compuestos

    de

    un

    número

    fijo

    de sílabas'

    El

    isosilabismo,

    sin

    embargo,

    no

    es

    condición

    previa

    ni

    necesaria

    para que

    exista

    un

    verso

    completo

    desde

    el

    punto

    de

    vista

    rítmico.

    Mientras

    Francia

    e

    Italia

    adoptan

    muy

    pronto

    desde

    el

    co-

    mienzo

    de

    su

    época

    literaria

    el sistema isosilábico,

    Ios

    versos

    de

    las

    lenguas

    r,rrlgares de

    España

    pueden

    dividirse en

    dos

    grandes

    grupos

    o

    sistemas.

    Uno

    abarca,

    como

    en

    Francia

    e

    Italia,

    los

    versos

    métricos

    (regulares,

    isosilábicos),

    mientras

    que

    el

    otro

    comprende

    los

    versos amétricos

    (irregulares,

    anisosilábicos,

    asi-

    lábicos,

    acentuales,

    fluctuantes).

    Observando

    el

    conjunto

    de la

    métrica

    española

    resulta

    que una considerable

    paite

    de la

    poe'

    sía

    (sobre

    todo en

    sus

    manifestaciones

    más

    importantes

    desde

    un

    punto

    de

    vista

    artístico) sigue

    el

    principio

    de los

    versos

    con

    medida

    silábica.

    Sin

    embargo,

    el anisosilabisrno fue

    muy

    frecuen'

    te

    en

    la

    Edad

    Media,

    y su

    eliminación

    de

    la

    poesía

    artística

    acon-

    teció

    sólo

    durante los

    siglos

    xv

    y

    xvr.

    Y

    además,

    perdura

    hasta

    hoy

    en la

    poesía popular,

    v

    en

    la

    poesía

    artística

    que

    se

    inspira

    en

    las

    formas

    y

    temas

    de ella.

    Expondremos

    con

    brevedad

    en

    el

    lugar

    conveniente

    las

    más

    importantes

    clases

    de

    versos de

    la

    versifi.cación irregular

    (véa-

    se

    más

    abajo,

    págs.

    177-197).

  • 8/16/2019 Manual de versificación española

    18/219

  • 8/16/2019 Manual de versificación española

    19/219

    4t

    0

    Manual de tersilicación

    españolq

    Medición

    de

    las

    sílabas

    Por

    tanto,

    la

    medición de

    h- en

    los autores de

    estas

    épocas

    varía

    según

    los casos;

    el

    modo

    de

    tratar

    /r- aspirada sirve

    de

    ayuda

    para

    documentar

    la cronología

    y

    en

    problemas

    de

    atribución

    r.

    Hay

    dificultades

    en

    medir

    las

    sílabas

    cuando dos o

    más

    vo,

    cales

    quedan

    juntas:

    a)

    dentro

    de

    la misma

    palabra;

    ó) si

    están

    unas

    al

    fin

    de

    palabra

    junto

    a

    otras,

    que

    son

    el

    comienzo de

    la

    palabra

    siguiente.

    Distinguiendo

    ambos

    casos

    por

    requerir

    dis.

    tintos criterios

    en la medición,

    los

    examinarernos

    aquí.

    m¡otctóN

    DE LAs sÍLesas

    DENTRo DE

    LA

    pALABRA

    vocALES

    INMEDIATAS.

    -

    Las

    vocales

    se

    ordenan

    en

    dos series:

    Serie

    palatal

    Vocal media

    Serie velar

    ie

    a

    ou

    y

    la

    i

    y

    la

    u

    ocupan

    los lrrgarei extremos

    de

    cada

    una

    de

    ellas.

    Las

    vocales

    que

    se

    hallan

    juntas

    dentro

    de

    una

    palabra

    man-

    tienen

    cada

    una su

    valor silábico

    en el

    caso

    de

    qu.e

    seart

    a,

    e,

    o;

    pero

    si

    una

    de

    ellas

    es i o

    tt,

    entonces las dos

    o tres

    vocales

    cuentan

    como

    una

    sílaba,

    y

    la

    combinación

    se llama dipton-

    go

    o

    triptongo.

    El

    diptongo se

    forma

    cuando

    una de las vo-

    cales

    l,

    a

    se

    reúne

    con cualquiera de las

    otras

    que

    tenga

    plenitud

    acenrual

    o articulatoria

    con

    respecto a la i

    o la ¿r. En

    el

    sistema

    fonético

    de

    T. Navarro

    se llaman semiconsonantes

    [j,

    w] si

    las

    vocales

    i

    o u

    ocupan

    el

    primer

    lugar

    del grupo:

    vien-to

    [bjép-to],

    sa-bio

    [sá-bjo],

    es-cue-la

    [es-kwé-la], a-hue-car

    [a-rve-

    kárl;

    y

    semivocales,

    si

    la

    d

    o a

    ocupan

    el

    segundo

    lugar:

    ai-re

    [ái-re],

    pai-sa-je

    Ipai-sá-xe].

    El

    triptongo se

    forma

    cuando

    estas

    vocáles

    extremas

    i,

    u están

    en

    principio

    y

    fin de

    un

    grupo

    de

    tres

    vocales,

    y

    la

    de

    en medio

    es

    d

    o

    e,

    con

    plenitud

    acentual

    2

    Comp,.

    J.

    H. Arjona,

    Díd

    Lope

    de

    Vega write

  • 8/16/2019 Manual de versificación española

    20/219

    43

    2

    Manual

    de

    veríificación

    españoIa

    ylei íción

    de

    las

    sllabas

    la

    condicién

    articulatoria

    de las

    vocales.

    por

    tanto, cuanto

    más

    cerca

    de

    la

    pronunciación

    común

    se

    halle una

    poesía,

    más

    podrá

    ocurrir

    esto.

    En

    la

    poesía

    culta,

    desde

    el

    Renacimiento,

    apzrrecen

    general.

    mente

    los siguientes

    criterios:

    1)

    La

    sinéresiS.

    se

    da

    casi

    como

    caso

    normal en las

    pala-

    bras

    esdrújulas

    en

    las

    que

    la

    combinación

    de

    vocales

    sigue

    ¿l

    acento

    principal

    de

    la

    palabra:

    nao,

    héroe,

    pur-pú-reo

    2)

    Es

    menos

    frecuente

    si

    una

    de las

    tres

    vocales

    a, e,

    o

    tiene

    un

    acento

    tónico

    pleno:

    cre-é-mos,

    ca-nó-as.

    La

    palabra

    ahora

    suele

    pronunciarse

    [ao-ra],

    si

    bien

    también

    es

    posible

    hacerló

    [aóra].

    Menos

    frecuente

    es la

    sinéresis

    cuando la vo,

    cal

    a

    precede

    a la tónica:

    leal,

    león,

    real;

    en

    palabras

    de

    mucho

    uso

    esta

    e

    pasa

    a

    i

    [fjál].

    3)

    Cuando

    en

    el

    grupo

    de

    vocales

    la

    segunda sea

    la

    j

    o

    la

    n

    tónicas, la

    sinéresis

    poética

    se considera'

    como forzada:

    ráí2, saúco.

    Es rarísimo

    el

    encuentro

    .ii

    o

    -uú-,

    y

    no

    parece

    so-

    portar

    la

    sinéresis

    a.

    B)

    prÉnesrs.

    -

    La diéresis,

    por

    el

    contrario,

    consiste

    en la

    separación

    de

    las vocales

    de

    un diptongo,

    y

    así

    cada

    vocal

    cuenta

    con valor

    silábico:

    gleri-oso

    en vez

    de

    glo-rio-so.

    La

    diéresis puede

    tener

    varias

    funciones. Considerándola

    en

    cuanto

    a

    la

    técnica

    del verso,

    es

    un

    recurso

    para

    conseguir

    el número

    de

    sílabas

    en

    una medición

    que

    resulte

    defectuosa

    según

    los

    principios

    generales.

    Por

    otra

    parte,

    como

    la

    diérésis

    está en

    oposición

    con.

    la

    tendencia

    común

    de la lengua

    hablada, puede

    ser un

    recurso

    de

    clara

    intención

    artística;

    por

    su condición

    artiñcial es

    propia

    ¿

    Sobre

    la

    historia

    y

    modalidades de

    la sinéresis,

    comp. J. Balaguer,

    En

    torno

    a

    un

    pretendido

    picio

    prosódico

    de

    los poetas

    hispanoamerica-

    r¡os,

    BICC,

    IV,

    1948,

    págs.32l-341;

    impreso

    también

    en

    sus

    Apuntes

    para

    una

    historia

    prosódica

    de

    la métrica

    castellana,

    ob.

    cit.,

    págs.

    243:?fi

    (con

    bibliografía).

    del

    estilo

    culto,

    y,

    por

    situar

    la

    palabra

    fuera de su

    pronuncia'

    "ión

    usual,

    queda

    así

    señalada

    en la

    conciencia del

    lector

    u

    ávente

    con

    la

    plenitud

    de

    su

    significación.

    También favorece

    las

    iánaencias

    humanÍsticas

    de carácter erudito

    por

    las implicacio

    nes

    que

    tiene

    con

    la

    fonética clásica;

    y

    resulta

    adecuada

    para

    P

    onomatoPeYa'

    De

    estas

    observaciones

    se

    infiere

    que su campo de empleo

    es

    más

    restringido

    que

    el de la sinéresis.

    En

    algunos

    textos

    de

    impresión

    moderna

    la

    diéresis se reconoce fácilmente,

    porque

    está

    señalada

    por

    un

    signo diacrítico

    llamado crema

    (.')

    que

    ileva

    la

    vocal

    que

    pasa

    a ser considerada

    como

    sílaba. El

    empleo

    de

    la

    diéresis

    depende

    del

    carácter

    de

    los diptongos, según

    se

    considere

    el

    grado

    de

    la

    unión entre

    las vocales.

    Así

    resulta:

    l)

    No

    se

    suele

    usar

    en diptongos

    considerados

    insepara-

    bles,

    como

    -ié-

    y

    'ué-

    que

    proceden

    etimológicamente

    de

    -é-

    y

    -ó-

    (e

    y

    p

    abiertas

    del

    latín

    vulgar): tie-rra,

    puen-te;

    tampoco

    en

    desinencias

    verbales

    -ieron,

    -iendo,

    etc. Si el diptongo

    está

    en sílaba

    postónica, la diéresis

    es

    más

    usada: cambio (cam-bio

    y

    carn-bi-o);

    injuria

    (in-ju-ria

    e

    in-ju-ri-a);

    estatua

    (es-ta-tua

    y

    es-ta-

    tu-a).

    Pero

    si

    es

    palabra que

    deriva

    o

    está en relación

    con

    otra

    en

    que el diptongo

    suele considerarse

    inseparable,

    entonces

    es

    más

    violento:

    quieto

    (quie-to)

    en

    reiación con

    quietud

    (quie-

    tud,

    quie-tud).

    2)

    Los

    diptongos

    que

    se

    deshacen

    fácilmente

    por

    diéresis

    son:

    ¿¿i

    (rüina,

    rüido),

    -tiis,

    -éis

    en las desinencias verbales

    de

    la

    segunda

    persona

    del

    plural, que

    en

    español

    antiguo

    constaban

    de

    dos sílabas

    (-ades,

    -edes).

    3)

    En los

    demás

    diptongos

    la

    diéresis es

    posible,

    si bien

    ocurre, como

    se

    ha

    dicho, raras

    veces.

    La

    compenetración del

    poeta

    con

    el

    genio

    de

    ia

    lengua y también

    ocasionalmente ciertas

    intenciones

    estilísticas, determinan el empleo de

    la

    diéresis.

    C) orRAS LrcENcrAs.

    -

    Jr¡nto a la sinéresis

    y

    a la

    diéresis

    hay

    que

    añadir otras

    pecuiiaridacies

    en

    ia medición

    de las

    sÍiabas

    en

    el

    interior

    de

    la

    palabra.

    I

    )

    Reducción del

    número

    de

    sílabas

    de

    una

    palabra

    por

    supresión

    de una

    vocal o

    una

    sílaba:

  • 8/16/2019 Manual de versificación española

    21/219

    44

    Manual

    de

    versificación

    españolq

    Meitición

    de

    las

    sflabas

    45

    2)

    Aumento

    del

    número

    de

    sílabas

    de

    una

    ción

    de

    una

    vocal:

    palabra

    por

    adi.

    a)

    al principio

    de

    la

    palabra

    (prótesis):

    arremeda

    en

    lu-

    gar

    de

    remeda.

    Delante

    de

    s

    Ia prótesis

    resulta

    usual

    en

    poetas

    antiguos

    y

    modernos,

    que

    la

    cuentan

    como

    sílaba

    aunque

    no

    aparezca

    gráficamente:

    est

    animus

    sapientissimus

    splendor

    siccus;

    de

    forma

    que

    la

    falta

    de

    mi

    cuerpo

    a

    mi

    espíritu

    le

    sobra.

    (Tirso

    de

    Molina)

    Sólo por

    la

    prótesis

    d.e

    esplend.or,

    el

    segundo

    ver_

    so se

    convierte

    en

    octosílabo

    correcto.

    Entre

    los

    do-

    decasílabos

    (6

    +

    6)

    d.e

    Era

    un

    aire

    suave

    de Rubén

    Darío

    aparece

    el

    verso

    (con

    los

    staccati

    de

    una

    bai-

    larina".

    El primer

    hemistiquio

    de

    este

    verso

    sólo

    es

    correcto

    por

    Ia

    i

    protética

    (istaccati)s.

    en

    el

    interior

    de

    la palabra

    (epéntesis):

    coronista

    en

    lugar

    de

    cronista.

    aI

    final

    de

    la palabra (paragoge):

    virtude

    en

    lugar

    de

    virtud

    ó.

    3)

    Dos

    licencias

    se

    refieren

    a la

    acentuación

    7.

    pronut:tíation

    ín

    Rubén

    Darío,s

    paragogic

    -e,

    Hisp.,

    XLV,

    1962,

    que

    han

    tenldo

    una

    doble

    acen-

    por

    raz6n

    del

    ritmo o de la

    rima, eI

    acento

    de

    una

    palabra

    puede

    cambiar

    de

    sitio:

    a)

    pasando

    a

    la

    sílaba anterior

    (sístole):

    ímpio en

    lugar

    de

    imPío.

    b)

    pasando

    a la sílaba

    siiguiente

    (diástole):

    oceano

    en

    lugar

    de

    océano.

    La

    cuestión

    del lugar del acento es difícil de

    precisar

    en

    los

    casos

    alternantes.

    Unas

    veces hubo

    una

    pronunciación

    an-

    tigta

    (Dário, en

    la

    Edad

    Media

    y

    siglo xw) que

    fue

    sustituida

    por

    otra

    (Darío, posteriormente).

    La Academia

    quiso poner

    orden

    en

    esto,

    y

    admite

    a

    veces

    dobles pronunciabiones

    (me'

    dula,

    médula,

    pabilo,

    ptibilo,

    etc.),

    y

    se rechazan

    otras

    (ópimo

    por

    opímo).

    La

    mención

    de licencia

    para

    estos casos

    se ha

    de

    establecer

    teniendo

    en cuenta las circunstancias

    históricas

    del

    uso

    y

    las

    normas

    que puedan

    haber sido comunes,

    y

    cuando

    exista,

    el

    criterio

    académico.

    4)

    La

    tmesis

    o

    hipermetría

    consiste

    en

    la

    separación

    de

    una

    palabra

    generalmente

    compuesta

    en

    posición

    final de

    verso,

    de

    modo

    que

    la

    segunda parte pase

    al

    principio

    del

    verso si-

    guiente.

    Esta

    licencia,

    en

    general poco

    usada, se emplea

    más

    que nada

    como recurso artístico,

    para

    evitar una

    rima

    trivial,

    formada

    con

    los

    adverbios

    en

    -mente:

    Y mientras miserable-

    .

    mente

    se esrán los otros

    abrasando.

    (Luis

    de León)

    o,

    a

    veces,

    para

    lograr

    un efecto cómico

    8.

    tuación se encuentra

    en

    Rufino

    José Cuervo, Apuntaciones

    crítícas

    sobre

    eI lenguaje bogotano.

    9.'

    ed.,

    Bogotá,

    1955,

    "Voces

    de

    varia

    acentüación>,

    páginas

    151-173,

    con

    numerosos

    ejerñplos

    procedentes

    de

    versos.

    Comp.

    Felipe Robles

    Dégano,

    Ortología

    cldsica de Ia lengua castellatut,

    Madrid,

    1905,

    SS

    320

    y

    sigs.

    Sobre los tiempos modernos, Silvanus Grisrvold Morley,

    Accentuation of

    past participles

    in

    -uido,

    Hisp.,

    IV,

    págs.

    187.-191.

    8

    Comp.

    S. G.

    Morley,

    Otra

    vez el

    octosílabo castellano, RFE, XIII,

    1926,

    págs.

    287'2E8.

    T. Navarro, La

    división

    de 'escalparnte',

    ídem,

    págl-

    nas 287 290.

    A.

    Quiiis,

    Los encabalgamientos

    léxícos en

    -mente

    de

    Fray

    Luís

    de

    León

    y

    sus comentarislas, HR, XXXI, 1963,

    págs.

    2l-39, en

    que

    trata

    la

    historia

    y

    fuerza

    de este fenómeno.

    a)

    b)

    c)

    al principio

    de

    palabra

    (aféresis):

    hora

    en

    iugar

    de

    ahora.

    en

    el

    interior

    de

    la

    palabra

    (síncopa):

    redor

    en

    lu.

    gar

    de

    rededor

    y

    alred.ed.or.

    al

    final

    de

    la

    palabra

    (apócope):

    hi

    en

    lugar

    de

    hijo,

    sauz

    en

    lugar

    de

    sauce.

    b)

    c)

    5

    Véase

    A. Coester,

    The

    inlluence

    of

    verse,

    Hisp.,

    XV,

    1932,

    pág.

    25g.

    ó

    Comp.

    Vladimir

    Honsa,

    Old

    Spanísh

    páginas

    242-216.

    7

    Una

    lista

    comentada

    de

    estas

    voces

  • 8/16/2019 Manual de versificación española

    22/219

    r

    47

    6

    -

    Manual

    de versifícación

    españoh

    Mediciónile

    :tasinatt

    lsinarcra

    reúne

    en

    una

    sílaba

    rítmica

    dos

    o más

    vocales

    ,.--pcient€S

    a

    paraoras

    distintas:

    venerable

    asilo'

    M¡nrcrór.I

    DE

    LAS

    sfleus

    EN

    cRupos

    DE

    pALABf,¡g

    NOTAS

    pRELI¡vf

    INAR¡S.

    -

    El

    verso

    contiene

    una sucesión

    r¡¿g

    o menos

    amplia

    de

    varias palabras.

    En

    esto

    participa

    cie

    las

    condiciones generales

    de

    la

    pronunciación,

    en

    la

    que

    las

    pala-

    bras

    se

    reúnen

    en

    determinadas

    unidades

    o

    gn¡pos

    fónicos.

    por

    tanto, en

    el

    verso

    las concliciones

    en

    que

    se verifica

    el encuentro

    de las

    palabras,

    intervienen

    en Ia

    medición

    de las sílabas;

    lss

    sonidos

    finales de una palabra

    se relacionan

    con

    los

    iniciales

    de

    la

    inmediata.

    Así

    puede

    ocurrir que:

    1)

    I¿s

    vocales

    contenidas

    en

    las sílabas

    del

    comienzo

    y

    fin

    de

    palabra

    no

    se

    reúnen porque

    de una

    manera

    u otra

    existe

    consonante

    por

    medio:

    Horas

    alegres

    que

    pasáis

    volando.

    (Gutierre

    de

    Ceti¡a)

    2)

    EI

    sonido

    final

    de una

    palabra

    forma

    con

    el inicial

    de

    la

    otra

    un

    grupo

    de

    vocales:

    Desde_el

    ocuJto_y

    venerable_asilo.

    (Jovellanos)

    En

    el

    caso

    primero

    no se

    necesita

    explicación.

    En

    lo

    que

    res-

    pecta

    al

    segundo

    conviene

    notar

    lo siguiente:

    Para medir

    las

    sílabas

    en

    los

    grupos

    de

    vocales que

    pertene-

    cen a

    palabras

    distintas

    hay que

    valerse

    de

    la

    sinalefa

    y

    el

    hiato

    (o

    dialefa)

    e.

    9

    Sinalefa

    y

    hiato

    son

    poco

    frecuentes

    en la

    poesfa

    clásica

    latina, y

    'esto

    justifica

    que

    ambos

    fenómenos

    se

    consideren

    como

    licencias.

    La abun-

    dancia

    del

    latín en

    consonantes

    finales

    facilita

    limitar

    sin

    dificultades

    a

    una

    proporción

    mínima

    el

    encuentro

    de vocales

    finales

    e iniciales.

    El

    material léxico

    del

    español

    es

    distinto

    en

    la fonética;

    ei

    encuentro

    de

    vo-

    cales

    finales

    e.

    iniciales

    resulta

    entonces

    dentro

    del

    verso

    un

    fenómeno

    habitual cuya

    regulación

    mediinte

    la

    sinalefa

    y

    el hiato

    no

    pued'e

    consi-

    derarse como

    licencia

    propiamente

    dicha.

    En

    efecto,

    en la

    poesÍa

    española

    prevalecen

    con

    mucho

    los

    versos

    que

    ofrecen las

    condiciones

    de

    si¡alefa

    Dertenecrenres'a

    v-.*"'-"

    l'--------

    ""'r,

    n,",o

    (o

    di¿^lefa)

    es

    el

    caso

    contrario

    de

    la

    sinalefa'

    Se

    ,^

    "*"i",-a"Uiendo

    verificarse

    la

    sinalefa,

    esta

    no

    se

    realiza

    oir

    sv"--'

    ^rgún

    motivo.

    El

    hiato

    hace

    que

    dos

    o

    más

    o

    se

    la

    evita

    Por

    atl

    ;;;;

    contiguas, pertenecientes

    a

    diferentes

    palabras' no

    se

    ñ;;;;t,

    sino

    que

    mantensan

    su

    valor

    silábico

    propio:

    lafhora'

    ;;7;r".

    Para

    mayor

    claridad,

    en

    lo

    que

    sigue

    se

    tratará

    por

    .lj'"r"ao

    de

    la

    sinalefa

    y

    del

    hiato,

    y

    se

    expondrán

    solamente

    i;í;;"t

    que,

    desde

    la

    sezunda

    mitad

    del

    siglo

    xv'

    pueden

    "onri¿"rutte

    como

    más

    ampliamente

    reconocidas

    l0'

    yhiatofrenteaaquellosquenomuestranelencuentrodevocalesenel

    árá.n

    ¿"

    las

    palabias. El estudio

    de

    1a

    Epístola

    de

    Fabio

    a Anfriso

    (Des-

    iripcíón ilel

    paular) de

    Jovellanos

    muestra

    el

    sig:iente cuadro:

    de

    los

    2li

    versos,

    sólo

    ó9

    no.

    ofrecen

    el

    encuentro

    de

    vocales

    en

    la sucesión

    de

    patabras; 146 versos

    presentan

    en repetidas

    ocasiones

    las condiciones

    de

    iinalefa

    y

    hiato.

    sólo en

    el

    siglo

    xv

    algunos

    poetas

    de cancionero,

    acaso

    por influjo francés,

    más

    o

    menos

    consecuentemente,

    pero

    en

    todo

    caso

    con

    intención,

    evitaron

    el

    encuentro

    de

    vocales

    finales

    e

    iniciales

    dentro

    del verso,

    si

    el

    Triato

    no

    se

    justificó

    Dor

    razones

    estillsticas

    o la

    sinalefa

    no

    se

    admitió

    a modo

    de

    licencia

    auténtica,

    como

    en

    lópez de

    Ayala'

    Para

    más

    detalles,

    comp.

    D.

    C.

    Clarke

    ,

    Fo¡tuna

    del

    híato

    y

    de

    Ia

    sí¡alela

    en

    la

    poesía

    llríca

    castellana

    del

    siglo

    quince, BHi'

    LVII,

    1955,

    págs'

    1?9132'

    io

    sobr"

    la

    Edad Media,

    véase más

    adelante

    el

    resumen

    histórico.

    LA

    STNALEFA.

    -

    En

    lo

    que

    respecta

    a

    la

    pronunciación

    de

    la

    ,in]"rá,

    hay

    que observar

    que,

    por

    lo

    general' se

    tiende

    hoy

    J'".ti",r1",

    plenamente

    cada

    una

    de

    las

    vocales.

    Esto

    ocurrió

    tambiéncongranprobabilidadenlapoesíaantigtra.I.afusión

    ; l;t

    vocales

    no

    debe confundirse,

    por

    otra

    parte' con

    la

    eli-

    Jlor.

    s"

    exceptúa

    el

    caso

    en que

    se

    encuentren

    dos

    o

    más vocales

    igo;f"r,

    va

    a

    América.

    En

    estos

    casos

    las vocales

    idénticas

    pár"""n

    pronunciarse

    como

    un sonido

    alargado'

    Con

    re'lación

    a

    h

    véase

    arriba,

    págs''

    39-40'

    Los cortes

    de

    sentido,

    sipgros

    de

    puntuación

    (inclusive

    el

    punto)

    y

    la

    cesura

    métrica

    (no

    en

    el

    caso

    de

    la

    que

    llamamos

    cesura

    intensa)

    no

    impiden

    la

    sinalefa:

  • 8/16/2019 Manual de versificación española

    23/219

    48

    Manual

    de

    versi-ficación

    española

    l,leitición

    de

    las

    sílabas

    trajo

    el torcido

    nervio._y

    cuando

    tuvo

    (J.

    Gómez

    Hermosilla)

    En

    cuanto

    a la

    poesía

    dramática,

    ocurre que

    a r,eces la

    se

    presenta

    aun

    cuando

    las

    palabras

    en

    cuestión

    se

    entre

    diferentes

    personajes:

    sinalefa

    repartan

    -Dame

    una seña._-Esta

    mano.

    -¡Ay,

    Aurora

    hermosa

    _-Adiós.

    (Tirso

    de

    Molina)

    Por

    razones

    de eufonía,

    se evita

    en

    Ia

    poesía

    la

    fusión

    de

    más

    de tres

    vocales,

    y

    también

    la

    acumulación

    de

    sinalefas

    en

    un

    verso

    ll.

    El

    empleo

    de

    sinalefa

    o

    hiato

    se

    determina:

    a)

    'por

    el

    modo

    de

    encontrarse

    las

    vocales.

    b

    )

    por

    la

    situación

    de

    los

    acentos.

    c)

    por

    razones

    sintácticas.

    He aquí

    los

    casos:

    a)

    Entre

    dos

    vocales

    iguales

    ocurre

    siempre

    la

    sinalefa:

    la-amadá patria,

    gallardo

    hombre.

    Los

    acentos

    sólo

    se

    tienen

    en

    cuenta

    si

    la segunda

    de

    las dos

    vocales

    iguales

    lleva

    un acento

    principal;

    en

    tal

    caso

    se

    prefi.ere

    el

    hiato:

    En

    brazos

    de mi

    esposa y

    de

    mi

    /

    hija.

    (J.

    J.

    de

    Mora)

    b

    )

    La

    sinalefa

    es obligatoria

    cuando

    se

    encuentran

    dos

    vo-

    cales

    átonas:

    Dichoso-el

    humilde_estado.

    (Luis

    de

    León)

    Las conjunciones

    y y

    o

    (y

    sus

    formas

    equivalentes

    e

    y

    tt)

    no

    están

    consideradas

    en este

    sentido

    como

    \¡ocales,

    y

    requieren

    el hiato

    (véase

    más adelante).

    49

    ll

    .La

    sinalefa no

    es

    una

    ricencia,

    es

    una

    necesidad

    crel

    idioma,

    pero

    muchas

    sinalefas

    en

    un

    mismo

    verso

    lo

    tornan

    duro

    y

    pesado.>

    R. Jaimes

    Freyre, Izyes

    de

    versificación

    castellana,

    Buenos

    Aires,

    1912,

    pág.

    103.

    Si

    se

    reúnen

    vocales tónicas con

    vocales átonas, el

    empleo

    de

    1a

    sinalefa

    se

    regula

    así:

    l)

    Es

    obligatoria'cuando

    la vocal tónica

    precede

    a

    la átona:

    El

    divino

    poder

    echó-el cimiento.

    (Luis

    de

    León)

    Z)

    Es

    habitual

    cuando la

    vocal átona

    precede

    a

    Ia

    tónica:

    Subido-he

    por

    tu

    pena.

    (Luis

    de l-eón)

    La

    relación

    sintáctica

    impide a

    veces esta

    sinalefa.

    Sin

    em-

    bargo,

    se

    prefiere

    establecer

    hiato

    cuando

    en

    esta

    vocal tónica

    recae

    un

    acento

    de intensidad obligatorio,

    en

    especial

    al

    final

    de

    verso:

    Un

    papel

    discreto

    /

    es.

    (Calderón)

    3)

    Se

    da

    en

    general

    la

    sinalefa cuando

    se

    ericuentran

    dos

    vocales

    que

    tieneu ambas

    condición de

    tónicas

    (véase

    más

    ade-

    lante:

    hiato,

    n."

    4)'

    EL

    HIAro.-Las

    reglas

    para

    el

    empleo del hiato

    completan

    las

    de

    la

    sinalefa.

    1)

    La i

    y la

    ¿¿,

    Ias conjunciones

    y

    y

    o

    (con

    las

    formas

    equi-

    valentes

    e

    y

    u)

    que

    quedan

    situadas

    entre vocales,

    para

    el

    efec-

    to

    de la

    medición

    de las sílabas

    se

    han de

    considerar

    como

    sonidos consonantes,

    .v

    establecer

    con las

    vocales

    extremas

    los

    enlaces

    silábicos

    correspondientes

    a la

    condición de

    semiconso-

    nante

    o semivocal

    y

    aun de

    consonante

    plena que

    toman en

    esta

    posición;

    la

    letra ft no

    impide

    esta conexión:

    I Fctrhcn ñrr

    -

    r'2tpnlác lnc ¡mnrec fmrr vr'l

    (Garcilaso)

    2. El

    pobre-huerfanito

    suspiraba

    [-bre

    u'ér-]

    (Luis

    de

    Lrón)

  • 8/16/2019 Manual de versificación española

    24/219

    r

    Manual

    de

    er sif

    icación

    es

    pañofu

    3.

    Y

    su

    principio

    propio-y

    ascondicio

    [-pjo

    yas-]

    (Luis

    de l-eón)

    4.

    Fueron

    un

    tiempo

    Francia.

    e_Inglarerra

    [-eja

    e_In-]

    (Lope

    de

    Vega)

    2)

    ocurre

    el

    hiato

    cuando

    el

    acento

    de

    intensidad obligato

    rio

    de

    fin

    de

    verso

    va precedido

    por

    una

    vocal,

    incluso

    si

    es

    Ia

    misma:

    l.

    y

    tan

    verdes

    como

    /

    é1.

    '

    (Tirso

    de

    Molina)

    2.

    En

    brazos

    de mi

    esposa

    y

    de

    mi

    /

    hija.

    (J.

    J.

    de Mora)

    No

    obstante,

    algunas

    veces

    no

    ocurre

    así,

    sobre

    todo

    si

    la

    vocal

    anterior

    es -e:

    Es

    su

    /

    amo

    un

    caballero.

    (Catderón)

    Sin

    embargo,

    esta

    tendencia

    tiene

    numerosas

    excepciones.

    En

    especial,

    se

    facilita

    en estos

    casos

    la

    sinalefa:

    a)

    Cuando

    Ia vocal

    que

    precede

    a Ia

    tónica

    es

    una

    _e:

    este-hombre,

    grande-urna;

    incluso

    se

    da

    al final

    de

    verso

    (véase

    antes

    n.o

    2).

    que

    a

    Júpiter

    ministra

    el garzón

    de_Ida.

    (Góngora)

    3)

    En

    el'curso

    del

    sintagma,

    en

    el

    caso

    de palabras

    que

    están

    en

    esfrecha

    relación

    morfológica,

    si la

    siguiente

    empieza

    por

    vocar

    tónica

    y

    ra

    anterior

    es parabra

    de

    condición

    átona

    o

    secundaria,

    se

    tiende

    al

    hiato;

    esto

    ocurre

    con art.

    *

    sust.

    (la

    /

    hora,

    la

    /

    urna);

    prep.+

    palabra

    seguida (contra

    /

    ellos,

    re-

    sueltos

    a

    /

    ir);

    Ios

    adjetivos,

    incluso

    los

    posesivos

    átonos

    *

    sus-

    tantivos:

    amado

    /

    hijo;

    su

    /

    amo:

    b

    )

    Cuando

    vocales

    idénticas

    se

    encuentran

    en

    las condi-

    ciones

    mencionadas:

    de-éI,

    esta_alma, gallardo_hombre,

    su_uña.

    En

    castellano

    -antiguo

    esta

    sinalefa

    se

    refleja

    en

    la

    grafía:

    de

    *

    ér

    -

    dél;

    de

    +

    ellos

    =

    deüos12.

    cuando

    ras

    vocales

    idátlcas

    se

    encuentran

    delante

    o en

    el

    último

    lugar

    tónico

    del

    verso

    con

    intensidad

    obligatoria,

    el hiato

    se

    mantiene.

    4)

    El

    empleo

    de

    hiato

    y

    sinarefa

    es

    vacilante,

    cuando

    son

    tónicas

    las

    vocales

    que

    se

    encuentran.

    En

    estos

    casos

    el

    hiato

    suele

    us¿rrse

    como

    norma,

    si

    bien

    sólo

    se

    da por

    regla

    general

    cuando

    el

    acento

    de

    la

    segunda

    vocal queda

    más

    manifi"r-t