Manual Para Exorcistas y Carismáticos. Ascensión y Misión

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(Pasc 9). Manual para exorcistas y carismáticos. Ascensión y misión (Mc 16,15-20). 15.05.15 | 13:26. Archivado en Iglesia Instituciones, Jesús, Nuevo Testamento, Domingo, dia de la Palabra, Amor, Pascua o o El evangelio de este domingo de la Ascensión, tomado del apéndice “canónico” (no del texto original) de Marcos, es uno de los textos más significativos de la historia de la iglesia, "manual" de exorcistas y carismáticos. -- Un texto extraño, abrupto, que rompe el "discurso" anterior de Marcos (que acaba en Mc 16, 8) y ofrece un compendio de la misión cristiana, desde una perspectiva carismática y milagrosa de decisión, valentía (osadía) y esperanza, pero con el riesgo de insistir en aspectos "milagrosos" que no responder al texto anterior del evangelio. -- Un texto añadido por un "redactor" eclesial. A mediados del s. II, algunos manuscritos comenzaron a incluir tras Mc 16, 8 un apéndice, que antes circulaba quizá de forma independiente, con un compendio de experiencias pascuales, y un mandato misionero con la Ascensión del Señor (que ahora presentamos: Mt 16, 15-20). Este pasaje recoge, en forma de resumen o compendio, algunos testimonios fundamentales de la experiencia pascual y del comienzo de la Iglesia. La inclusión hizo fortuna y desplazó, y luego eliminó del texto actual de Mc, otro final no canónico más pequeño. Desde entonces, este pasaje se añadw en los manuscritos más utilizados y en el texto "canónico" del Nuevo Testamento (A C D W)

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(Pasc 9). Manual para exorcistas y carismticos. Ascensin y misin (Mc 16,15-20). 15.05.15 | 13:26. Archivado en Iglesia Instituciones, Jess, Nuevo Testamento, Domingo, dia de la Palabra, Amor, Pascua El evangelio de este domingo de la Ascensin, tomado del apndice cannico (no del texto original) de Marcos, es uno de los textos ms significativos de la historia de la iglesia, "manual" de exorcistas y carismticos. -- Un texto extrao, abrupto, que rompe el "discurso" anterior de Marcos (que acaba en Mc 16, 8) y ofrece un compendio de la misin cristiana, desde una perspectiva carismtica y milagrosa de decisin, valenta (osada) y esperanza, pero con el riesgo de insistir en aspectos "milagrosos" que no responder al texto anterior del evangelio. -- Un texto aadido por un "redactor" eclesial. A mediados del s. II, algunos manuscritos comenzaron a incluir tras Mc 16, 8 un apndice, que antes circulaba quiz de forma independiente, con un compendio de experiencias pascuales, y un mandato misionero con la Ascensin del Seor (que ahora presentamos: Mt 16, 15-20). Este pasaje recoge, en forma de resumen o compendio, algunos testimonios fundamentales de la experiencia pascual y del comienzo de la Iglesia.La inclusin hizo fortuna y desplaz, y luego elimin del texto actual de Mc, otro final no cannico ms pequeo. Desde entonces, este pasaje se aadw en los manuscritos ms utilizados y en el texto "cannico" del Nuevo Testamento (A C D W) -- Es un pasaje esplndido, que expresa la fe de una iglesia antigua, quiz la de Roma, un compendio del cristianismo de milagros, formulado de manera abrupta, radical. stos son los signos de la Ascensin y de la Fe en Cristo, conforme a este pasaje:- expulsar demonios, liberar as a un mundo endemoniado,- hablar todas las lenguas, abriendo un espacio universal de palabra,- inmunizarte a todos los venenos, no dejar que el mal te invada,- curar a los enfermos, hacer un mundo sano?Este evangelio del domingo de la Ascensin ofrece el mejor "manual" de exorcistas y carismticos de la Iglesia. Ninguno de los manuales posteriores de la iglesia (ni los antiguos, como en de la imagen 1), ni los nuevos (como los que estn surgiendo por doquier en la iglesia actual) es superior a ste del final cannico de Marcos.Esta experiencia est en el fondo de la Iglesia: Expulsar "demonios", curar enfermos, vivir en salud... hablar todas las lenguas... (como he puesto de relieve en mi Comentario de Marcos,VD, Estella 2013, 2 imagen)Esta postal reelabora un texto antiguo, insistiendo en la necesidad de recuperar desde el fondo del Evangelio de Marcos los "exorcismos" y "sanaciones", con la experiencia de salvacin (que es la fe), pero sin condena expresa de los no creyentes, como se ha venido diciendo (la palabra aqu empleada, katakrin, no significa sin ms condenar, sino dejar en manos del juicio de Dios en Cristo). Buen domingo a todos.Texto Mc. 16,15-20. Misin cristiana(a. Envo) 15 Jess resucitado les dijo (a todos los discpulos): Yendo a todo el mundo, proclamad el evangelio a toda creatura (b. Juicio) 16 Quien crea y sea bautizado, se salvara; quien no crea, ser juzgado.(c. Seales) 17 Estas seales acompaarn a los creyentes: expulsarn demonios en mi nombre, hablarn en lenguas nuevas, 18 y tomarn serpientes venenosas en sus manos, y si bebieran algo venenoso no les har dao, impondrn las manos sobre los enfermos y stos sanarn. 19 Por su parte, el Seor Jess, despus de hablarles, fue elevado al cielo - y se sent a la derecha de Dios. (d. Cumplimiento) 20 Ellos, pues, saliendo, predicaron por todas partes (pantakhou), con la cooperacin el Seor (Kyrios) y el fortalecimiento de la Palabra (Logos), por medio de las seales que les seguan De manera sistemtica y precisa se exponen aqu los elementos principales de la pascua de Jess y de la misin eclesial, en un pasaje condensado que ofrece semejanzas doctrinales y formales con 1 Cor 15,5-7; Mt 28,16-20; Jn 20,19-23; Lc 24,36-49; Hch 1,6-8 y otros pasajes que exponen, resumen y definen la misin cristiana. De manera sorprendente, el nuevo esquema incluye rasgos que parecen arcaicos (algunos signos que harn los misioneros) y otros que pudieran tomarse como ya avanzados dentro del mensaje y camino de la Iglesia. 16,15. El gran envoId a todo el mundo (kosmos) y proclamad el evangelio a toda creatura (ktisis). ste es el envo mesinico universal, el acta fundacional de la Iglesia, a partir de los Once y del resto de la iglesia primitiva, que se haba reunido para llorar por Jess. Despus de haberles reprendido por su incredulidad, Jess les enva a todo el cosmos (eis ton kosmon apanta), conforme a un programa que apareca ya en 13, 10 (todas las gentes) y en 14, 9 (todos el cosmos). Es un esquema de universalidad que hallamos tambin en otros textos como Col 1,6 (kosmos) y 1,23 (toda la creacin: pas te ktisei) y Mt 28,18-19 (todas las gentes: panta ta ethn),El contexto israelita ha desaparecido, de manera que ya no hay misin primera y especial a los judos, como supone Hech 8 (primero Jerusaln, luego Judea, Samara, y finalmente todo el mundo), sino que la misin cristiana se extiende desde el principio a todo el mundo, vinculndose as todos los pueblos (nivel humano) con la creacin entero. Es evidente que estamos en contexto universal, de tipo csmico. Desaparecen los pueblos en cuanto distintos (incluido el israelita; cf. Mt 28,19); surge la humanidad, emerge el cosmos como abierto a la palabra de los misioneros. La iglesia proclama el evangelio (es decir, la buena noticia de Jess). No se habla aqu de dogmas especiales, ni de un tipo de Trinidad (como en Mt 28, 16-20), ni de un tipo de Encarnacin del Logos (como en el conjunto de Jn) No se habla, en modo alguno, de imperativos legales o morales. El contenido del mensaje de la Iglesia es el evangelio, la Buena Nueva del Reino de Dios.16, 16. Bautismo y juicioQuien crea y sea bautizado, se salvara; quien no crea, ser condenado. Este pasaje se encuentra cerca de Mt 28,16-20, pero con una estructura dual (de talin escatolgico, de salvacin-condena), que est ms cerca de Jn 20,23: a quienes perdonis los pecados, les sern perdonados; a quienes se los retengis, les sern retenidos (cf. tambin Mt 16,19). En este contexto se vinculan la referencia a Jess (fe) y la identificacin eclesial (bautismo), que aparecen ahora como medios. Igual que en la otra conclusin no cannica (16, s/n), aqu no se habla de la llegada del Reino que anunci Jess, sino de la salvacin eterna (sthsetai). En este contexto se oponen los dos caminos clsicos de la tradicin apocalptica de Israel (y del helenismo). Hay una salvacin, que est vinculada a la fe y al bautismo (16, 16a), es decir, a la identidad cristiana, tal como ha sido expresada en el conjunto del evangelio de Marcos. Ciertamente, para Marcos la fe era esencial (creer en Jess, aceptar el evangelio). Pero ahora se introduce tambin como esencial la referencia al bautismo, que ha de entenderse como sacramento de la Iglesia, cosa que en el texto original de Marcos no era clara (no apareca el bautismo como medo salvador estricto, ni como sacramente identificador de la Iglesia). Este pasaje ha vinculado fe y bautismo, como principio de identidad cristiana (fe) y como signo distintivo y manifestacin de la fe (bautismo). En este contexto podra hablarse quiz de una experiencia paulina, en la lnea de Rom 1,16-17, donde se habla del valor salvador del evangelio, que acta por medio de la fe; pero Mc 16, 16 ha unido fe y bautismo, es decir, una fe expresada en el signo eclesial de la pertenencia cristiana (bautismo). Los que creen se salvan, sin ms, sin juicio: La fe (pistis) significa aqu aceptacin de la buena nueva: Se trata de creer en la salvacin anunciada por Jess, comprometerse personalmente por ella. No es creer en dogmas tericos, es aceptar un impulso de vida, confiar en la tarea y esperanza de Jess.Los que no creen sern juzgados (16, 16b). Sintomticamente, aqu no se dice quien no crea y no se bautice, sino slo quien no crea (en contra de la frase anterior, donde se unan fe y bautismo). Eso supone que el tema clave, el principio salvador, es la fe (en la lnea de 1, 14-15). El texto supone que no hay salvacin sin fe. En otras palabras, la misma fe es la salvacin: Se salva quien acepta la salvacin, es decir, quien deja salvarse. Aqu no hay salvacin por obras (por gestos, acciones, compromisos), ni siquiera por compromisos sacramentales o eclesiales. La salvacin es un misterio de fe: Quien se deja salvar (en manos del mensaje de Jess) ser salvado. Quien rechace la salvacin no puede ser forzado. No hay salvacin impuesta, pues no sera salvacin.Por otra parte, el texto no dice que los no-creyentes se condenarn en el fuego eterno, como muestra, de forma simblica, el texto en parte paralelo de Mt 25,31-46, que resalta el carcter salvador del servicio gratuito (cristolgico) hacia los necesitados y la condena de aquellos que no asumen tal servicio. En nuestro pasaje, la salvacin est vinculada a la fe y el bautismo; en cambio, el juicio se vincula slo a la falta de fe. Finalmente, aqu no se habla de condena, ni de fuego eterno, sino simplemente de juicio (katakrithsetai), lo que en mbito evanglico significa lo siguiente: El que cree queda en manos del Dios de Cristo; el que no cree (es decir, el que rechaza la vida) queda en manos de su propia negacin, en manos de su juicio (que termina siendo el juicio del Dios de Cristo. Nos hallamos, segn eso, en un contexto apocalptico, que sigue manteniendo elementos del trasfondo judo y del mensaje de Jess. Pero las cosas que ahora se acentan son distintas. -- A diferencia de Mc 1, 14-15, nuestro texto no habla Reino de Dios, sino de salvacin (sthsetai), en una lnea que puede entenderse de manera ms espiritual (salvacin en el ms all) que mesinica. Por otra parte, parece que la fe que no tiene ya slo las implicaciones que tena en Marcos (era seguimiento personal de Jess), sino que puede entenderse como un fe en el mensaje, es decir, fe en la accin del evangelio. -- La falta de fe deja al hombre en manos del juicio (katakritesontai...), pero en manos de un juicio que es Cristo... No se dice expresamente que los no creyentes se condenarn, sino que sern juzgados, es decir, que quedarn en manos del Dios de Cristo.16, 17-18. Signos. Carta magna de exorcistas y carismticos 17 Estas seales acompaarn a los creyentes: expulsarn demonios en mi nombre, hablarn en lenguas nuevas, 18 y tomarn serpientes en sus manos, y si bebieran algo venenoso no les har dao, impondrn las manos sobre los enfermos y stos sanarn El texto habla expresamente de unos signos de los creyentes (smeia tois pisteussin), y no slo de los misioneros, como parece haber destacado la tradicin de Pablo (cf. 2 Cor 12,12; Rom 15,18-19) y, en otro plano, el mismo Marcos (cf. Mc 6,7-13). Estos signos no son las acciones de servicio universal (como en Mt 25,31-46) o de amor fraterno (como en Jn 13,34-35), sino que estn ms cerca de los gestos carismtico de transformacin que definieron el mensaje-vida de Jess (en especial los exorcismos), pero que ahora se amplan y sistematizan, de un modo sorprendente, ofreciendo una especie de gua sobrenatural de la renovacin cristiana, que se expresa as.Ciertamente, estos signos (semeia) son signos, no demostraciones. Pero indican que los mensajeros del evangelio hay entrado en un campo nuevo de realidad, de accin, de compromiso. stos son los cuatro signos principales de la Iglesia, es decir, del cristianismo.Entre esos signos de la Iglesia misionera faltan aquellos que identifican a la Iglesia actual (al menos en gran medida): No hay un cuerpo de doctrina, con unas teoras intelectuales No hay una jerarqua y administracin eclesial, con unos poderes sociales No hay un desarrollo organizado de los sacramentos, con unas vivencias sacrales.Los signos que deberan identificar a la iglesia son:1. Exorcismos: expulsarn demonios en mi nombre. ste ha sido un signo esencial de la vida y mensaje de Jess, segn Marcos. Como hemos destacado, desde 1, 12-13, pasando especialmente por 3, 21-19, todo el evangelio poda entenderse como lucha contra Satans. En nombre de Jess expulsaban demonios y curaban no slo sus discpulos oficiales, sino tambin otros, como hemos visto en 9, 38-40.Es evidente que el autor de esta final (16, 9-20) sigue dando gran importancia a los exorcismos, de manera que la fe y bautismo no pueden separarse de ellos.(Pregunta: Qu seran hoy los exorcismos? Puede mantenerse esta palabra original del evangelio cannico de Marcos?2. Glosolalia: hablarn en lenguas nuevas. Este segundo signo no parece vinculado a la historia de Jess de Marcos, pero se encuentra extensamente atestiguado en las comunidades de Pablo (cf. 1 Cor 12-14) y, de un modo especial, en la visin del principio de la Iglesia que ofrece Lucas (Hch 2). La glosolalia parece que responde ms a la espiritualidad griega que a la juda; y en ese sentido resulta evidente que, al extenderse en un mbito pagano helenista, el entusiasmo apocalptico de los discpulos de Jess se ha traducido en forma de don de lenguas. Pero tambin en trasfondo judo se ha dado glosolalia, una palabra cargada de espritu. El signo de la Iglesia no es la palabra del dogma articulado, del catecismo organizado en principios, medios y fines La palabra de la Iglesia tiene un sentido carismtico: El palabra que supera el orden de una racionalidad discursiva, para colocarnos ante el misterio, la emocin interior, el entusiasmo vital. La iglesia actan ha abandonado la glosolalia en manos de gente marginal, de grupos carismticos soportados, en los lmites de la enfermedad. Pero al abandonar de esa manera la palabra fundante (supra-racional) ella corre el riesgo de perderse.3. Tomarn serpientes en sus manos, y si bebieran algo venenoso no les har dao. La referencia a las serpientes y a los venenos tampoco parece vinculada a la historia de Jess, segn Marcos, pero ella se ha debido reflejar en diversos momentos de la misin cristiana, como pone de relieve Hech 28, 4-6 y, de un modo especial, la tradicin del evangelio Lucas, muy parecida a la que aparece en nuestro texto: Os doy autoridad para pisar sobre serpientes, escorpiones, y sobre todo el poder del enemigo; y nada os daar (Lc 10, 19). Es evidente que estamos en un contexto apocalptico y que los creyentes de Jess se entienden como vencedores sobre el poder de Satn. Esta palabra es rara. Da la impresin de que hoy nadie la aceptara La leemos en la comunidad y nos sonremos Decimos que en el fondo de ella hay un tipo de mito. Stoma veneno, ya vers lo que te pasa. Pero bien entendida esta palabra marca la verdad del cristianismo, que nos tiene que hacer inmunes al veneno de las nuevas serpientes, que no son las de la tierra (vboras, alacranes), sino las serpientes y venenos de una humanidad que mata, se mata a s misma, en clave de imposicin econmica, de marginacin social Gran parte de los cristianos de hoy parecemos muertos: El virus de un mundo anti-cristiano nos ha dominado en contra de la promesa de Jess: Nada podr destruiros! 4. Impondrn las manos sobre los enfermos y stos sanarn. Esta referencia nos sita de nuevo (como los exorcismos) en el centro de la vida y misin de Jess y de sus seguidores, segn Marcos (cf. 6, 13). Los discpulos de Jess, todos ellos, son ante todo creyentes (tois pisteusasin), en el sentido fuerte del trmino, es decir, personas que estn unidas de tal forma a Jess que comparten su mismo poder carismtico. Esta palabra se vincula a la interior: Nada les podr destruir, ellos curarn a los enfermos Llevarn al mundo un poder de vida. Este poder de sanacin eclesial (cristiana) parece que se ha perdido. Nadie (casi nadie) cree en el poder salvador de la palabra y del amor. Nos hemos adaptado a la enfermedad del punto, en vez presentarnos como sanadores del mundo.Sobre un mundo peligroso (mordedura, enfermedades), los discpulos del Kyrios han de ser capaces de expandir la palabra en toda lengua, en un tipo de pentecosts continuado (cf. Hch 2), superando as el poder del diablo (exorcismos) y ayudando a los otros a vivir (curaciones). De esa forma, la palabra del mensaje (anunciar el evangelio) se convierte en accin transformadora: los discpulos del Kyrios tienen algo que ofrecer en el camino de este mundo. En el comienzo de la Iglesia no encontramos un dogma intelectual, ni una jerarqua impositiva, ni estructuras sacralistas. Como base de la Iglesia hallamos aqu la palabra convertida en fuente creadora de existencia para los hombres y mujeres. En su posible arcasmo (inmunidad a los venenos, exorcismos...), este proyecto de misin est ms cerca del texto original de Marcos que muchos de los discursos eruditos que despus han trenzado algunos exegetas y pastores eclesiales, ms preocupados por su propia visin de la Iglesia que por la tradicin de Marcos.16,19-20. Ascensin y cumplimiento de la misin pascual 19 Por su parte, el Seor Jess, despus de hablarles, fue elevado al cielo - y se sent a la derecha de Dios. 20 Ellos, pues, saliendo, predicaron por todas partes (pantakhou), con la cooperacin el Seor (Kyrios) y el fortalecimiento de la Palabra (Logos), por medio de las seales que les seguansta es, evidentemente, la palabra conclusiva del pasaje (de 16,9-20) y puede presentarse tambin como una buena conclusin del evangelio (es decir, del texto cannico de Marcos) en clave de distanciamiento histrico. Un esquema semejante haba sido elaborado en Lc 24,50-53 y Hch 1,9-11, y de manera especial en el conjunto del libro de los Hechos. Con la ascensin de Jess surge la Iglesia, conforme a una visin que ha desplegado tambin Jn 13-17 cuando habla de la marcha (subida) de Jess y del envo del Espritu. Jess aparece ya como el Seor (Kyrios), sin ningn tipo de matizacin. Es evidente que posee un carcter divino. Ha ofrecido a los hombres su palabra de mensaje pascual y fortalecimiento; por eso puede y debe subir a lo divino (cielo) y sentarse a la derecha de Dios, en tema bien desarrollado por la tradicin lucana, y por otros textos del Nuevo Testamento, a partir de Sal 110,1 (cf. Mc 14,62 par; Hch 2,33; Ef 1,20; Col 3,1; Heb 1,3). Esta ascensin y ausencia de Jess hace posible un nuevo tipo de presencia en medio de sus discpulos: slo cuando l se va, empiezan ellos a sentir su fuerza y actuar con ella, aunque aqu no se habla de un envo del Espritu Santo; es evidente que la misma ascensin de Jess aparece como Pentecosts. Este esquema del final cannico de Marcos est cerca de Lucas, pero hay una diferencia significativa: en Hechos, el Jess que sube al cielo enva a su Espritu que anima y funda la vida de la Iglesia; nuestro texto, en cambio, no posee una pneumatologa expresa, pues el mismo Jess que se ha ido es el que sigue actuando entre los suyos (coopera con ellos) realizando sus seales. En ese aspecto nos hallamos cerca de Mt 28,16-20, aunque all no haba verdadera ascensin, pues Jess segua en la montaa, y no se deca que se fuera al cielo (ouranos), como aqu.Segn Mateo, el mismo Jess que enva a sus discpulos (les separa de s) se encuentra en ellos y por ellos obra (estar con vosotros hasta la consumacin del tiempo). Por el contrario, en Mc 16, 19-20 el Seor sube al cielo, donde est sentado a la Derecha del Padre, pero, al mismo tiempo l acta a travs de sus creyentes a travs de una especie de sin-ergia (tou kyriou synergounto, el Seor co-acta con ellos). Esa sin-ergia se expresa tambin a travs del fortalecimiento de la Palabra, que aparece aqu de un modo personal, como paralela el Seor, fortaleciendo (bebaiountos) a los creyentes. As se puede decir que Jess est en el cielo, a la derecha del Padre, pero, al mismo tiempo, est presente como Kyrios y co-acta en los creyentes, y est tambin presente como Logos y, de esa forma les fortaleza. As podramos decir que Jess se ha convertido en Kyrios y en Logos, es el mismo Dios presente como Seor y Palabra en sus creyentes.Se repite de esta forma el esquema que veremos en la conclusin pequea (no cannica), que presentaremos a continuacin: Jesus resucitado enva a los suyos por todo el mundo (pantakhou), iniciando as la histona y vida de la Iglesia Mc 16,20 no siente la necesidad de detallar mejor los pasos y momentos de ese pantakhou (salieron y predicaron por todas partes), pues ello pertenece ya a la misma experiencia actuante de la Iglesia, que va extendindose por todo el mundo conocido. Lucas, en cambio, ha quenado narrar ese camino de apertura y expansin del evangelio y as lo ha hecho en el libro de los Hechos. Resumiendo lo anterior, podemos decir que este apndice (Mc 16,9-20) cierra de algn modo el texto precedente de Marcos, haciendo que as quede en el pasado, como expresin de un tiempo que es antiguo, en la lnea de eso que suele llamarse el esquema de historia de la salvacin de Lucas-Hechos. Pero, al mismo tiempo, las palabras finales de este apndice (misin eclesial, presencia del Kyrios) permiten actualizar todo el evangelio en lnea de experiencia eclesial. Lo que se ha dicho del pasado de Jess (Mc 1,1-16,8) ha de vivirse y expandirse en el mensaje presente de la Iglesia (Mc 16,9-20). De esa forma se crea una distancia, y surge una conciencia de ruptura con respecto a lo anterior, pues, en cierto sentido, el camino histrico de Jess ya ha terminado. Pero, al mismo tiempo, el nuevo texto supera esa distancia, volvindonos a hacer contemporneos del mensaje-proyecto de Jesus, que sigue actuando y realizando su evangelio a travs de la accin misionera de la Iglesia, que aparece como tema dominante del final de este apndice. All donde se proclama el evangelio (cf keryxate to euangelin 16,15), el mensajero de Jess viene a ponerse, desde dentro de la Iglesia, en la misma situacin de su maestro cuando comenzaba su anuncio en Galilea (keryssn to euangelion, 1,14). De esa forma se vinculan el final cannico y el principio del evangelio de Marcos. Jess comenzaba proclamando el evangelio de Dios en Galilea (1, 14). Los que creen en l proclaman ese evangelio (que es ya de Jess) por todo el mundo. De esta forma, el mismo apndice (16,9-20) nos lleva de nuevo al centro del evangelio, como haba hecho el ngel de la pascua en 16,6-7 Por encima de la distancia que se ha creado entre Jesus y nosotros, viene a suscitarse una presencia ms fuerte, ms cercana.