MANUEL RICOseo de Córdoba, los jardines y el sótano de la estación de au-tobuses. Fragmentos de...

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1 Diario CÓRDOBA SÁBADO 30 DE ENERO DEL 2021 CUADERNOS DEL SUR Conexión a internet: http://www.diariocordoba.com/ PREMIO NACIONAL DE FOMENTO DE LA LECTURA SUPLEMENTO CULTURAL DE DIARIO CÓRDOBA DIRECTOR: RAFAEL ROMERO CASTILLO COORDINADOR DEL SUPLEMENTO: FRANCISCO EXPÓSITO EXTREMERA AÑO XXXV. NÚMERO 1.325 SÁBADO, 30 DE ENERO DEL 2021 MANUEL RICO ‘Tiempo salvado del tiempo’, una antología de la obra poética del escritor madrileño en El sastre de Apollinaire DISEÑO: JAVIER GARRIDO Libros ALFREDO TAJÁN VIAJES: ‘PRIMAVERA EXTREMEÑA’, DE JULIO LLAMAZARES. NOVELA: ‘LOS ANCIANOS SIDERA- LES’, DE LUIS MATEO DÍEZ; ‘NUESTROS INESPERADOS HERMANOS’, DE AMIN MAALOUF. ENSA- YO: `MIGUEL HERNÁNDEZ Y LOS POETAS...’, DE J.M. BALCELLS. RELATOS: ‘LA VIDA PRIVADA DE LOS HÉROES’, DE DANIEL JIMÉNEZ. . POESÍA: ‘TODO CUANTO ES VERDAD’, DE DIEGO MEDINA. El escritor argentino ha publicado en la editorial Renacimiento ‘El retra- to de Doris Day’, una colección de cuentos en la que despliega un univer- so de historias que han ido apareciendo a lo largo de su vida. Alfredo Ta- ján conversa sobre su obra con Pedro M. Domene.

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1Diario CÓRDOBASÁBADO 30 DE ENERO DEL 2021

CUADERNOS DEL SUR

Conexión a internet: http://www.diariocordoba.com/

P R E M I O N A C I O N A L D E F O M E N T O D E L A L E C T U R A

SUPLEMENTO CULTURAL DE DIARIO CÓRDOBA

DIRECTOR: RAFAEL ROMERO CASTILLO

COORDINADOR DEL SUPLEMENTO: FRANCISCO EXPÓSITO EXTREMERA

AÑO XXXV. NÚMERO 1.325

SÁBADO, 30 DE ENERO DEL 2021

MANUEL RICO‘Tiempo salvado del tiempo’, una antología de la obra poética del escritor madrileño en El sastre de Apollinaire

DISEÑO: JAVIER GARRIDO

Libros ALFREDO TAJÁN

VIAJES: ‘PRIMAVERA EXTREMEÑA’, DE JULIO LLAMAZARES. NOVELA: ‘LOS ANCIANOS SIDERA-

LES’, DE LUIS MATEO DÍEZ; ‘NUESTROS INESPERADOS HERMANOS’, DE AMIN MAALOUF. ENSA-

YO: ̀MIGUEL HERNÁNDEZ Y LOS POETAS...’, DE J.M. BALCELLS. RELATOS: ‘LA VIDA PRIVADA DE

LOS HÉROES’, DE DANIEL JIMÉNEZ. . POESÍA: ‘TODO CUANTO ES VERDAD’, DE DIEGO MEDINA.

El escritor argentino ha publicado en la editorial Renacimiento ‘El retra-to de Doris Day’, una colección de cuentos en la que despliega un univer-so de historias que han ido apareciendo a lo largo de su vida. Alfredo Ta-ján conversa sobre su obra con Pedro M. Domene.

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Cuadernos del Sur

Si 2020 será re-

cordado como

el año del co-

vid-19, en el

que aprendi-

mos a utilizar

novedosas técnicas sobre el

uso de las redes y las tecnolo-

gías digitales, este nuevo año

que acaba de comenzar traerá

consigo la consciencia de que,

habiendo alcanzado notables

metas en muchos ámbitos de

la ciencia y la tecnología, no

estamos suficientemente pre-

parados para enfrentarnos a

avatares posibles que dan a la

caza alcance. Frente a la displi-

cencia de la mente humana

que no evoluciona al ritmo del

desarrollo científico y tecnoló-

gico, y de ahí la draconiana su-

presión día a día de las mate-

rias humanísticas a las que se

confiere escaso mérito, la na-

turaleza impone leyes capaces

de desarticular nuestro aco-

modado espacio cívico.

Pero la vida sigue y la Real Aca-

demia de Córdoba no ceja en

su empeño de celebrar la cul-

tura en todas sus manifesta-

ciones, una institución labra-

da en el estudio, la investiga-

ción y el rigor que debe ser de-

fendida por todos aquellos

hombres y mujeres que aspi-

ran a la verdad, la bondad y la

belleza.

Juana Castro

Cercadilla

‘Calígula’. Autor: Stephen Dando-Collins . Editorial: La Esfera de los Libros . Madrid, 2021.

Cada vez que

cruzo el puente

desde mi casa ha-

cia la avenida

Augusta, no pue-

do dejar de mirar los restos ar-

queológicos. La imaginación

le pone arcos y columnas a lo

que ya no es más que moho y

oscuridad. Lo que fue el pala-

cio de Maximiano se ha perdi-

do en un tiempo del que nos

separan dieciocho siglos. Pero

ahí en lo hondo están las pie-

dras, los cimientos, algunos

metros de pobre pared negra

con la que imaginar aquella

grandeza. Las casas de funcio-

narios y esclavos, los salones

de baile y los aposentos para

descanso del emperador, los

capiteles y los arcos, la conduc-

ción del agua y sus aljibes. Na-

da pudo salvarse, porque la

obra de la nueva estación de

Córdoba debía estar termina-

da para su inauguración en

1992, el quinto centenario del

descubrimiento de América.

La mitad del palacio yace bajo

el subsuelo de Cercadilla, los

aparcamientos del AVE, el pa-

seo de Córdoba, los jardines y

el sótano de la estación de au-

tobuses. Fragmentos de vida,

de otras vidas de placer y ri-

queza junto a las de sobras y

estrecheces. ¿Y quizá también

de pandemias? Una reflexión

a orillas del covid.

Calígula, el emperador las-civo y loco, ha pasado a la historia gracias a la visión que de él se ha hecho sobre-manera a través del cine. Sus locuras, su adicción al sexo, el pérfido mundo pa-laciego en el que se movía lleno de intrigas palaciegas, asesinatos y los más depra-vados horrores, dieron lu-gar a la imagen de un ser pa-ranoico y enfermizo. Stephen Dando-Collins pre-

senta esta nueva revisión de su biografía, Calígula. El empe-rador loco de Roma, acercándonos a un ser despótico que hoy en día, en el siglo XX, probablemente sería tachado cuando menos de bipolar. Es cierto que su «gobierno» en la Roma más caótica no sale muy bien parado, pero tampoco ayudaba la figura de su tío o de aquellos que le rodeaban, a menudo bailándole el agua en exceso. L. SANTILLÁN

Manuel Gahete

La Real Academia

‘Curiosidades de la historia de España’. Autor: Varios autores . Editorial: Edaf . Madrid, 2020.

Para padres e hijos, adultos y no tanto, ve la luz este ejemplar firmado por tres rigurosos autores granadi-nos, empeñados en recrear aquella historia de España, inédita y desconocida, que casi nunca figura en los li-bros de texto. Curiosidades de la historia de España se divide en cinco capítulos: lugares, personajes, datos históri-cos, patrimonio y… derri-bando mitos, probablemen-

te uno de los que más interés despierta en los lectores. ¿Sa-bían ustedes, que la Inquisición uso la tortura mucho me-nos de lo que se piensa o que los vascones no vivieron en el País Vasco, que Juana de Castilla no estaba loca, que Lugo es la capital gallega más antigua o que Isabel y Fernando no fueron los primeros Reyes Católicos? Hay curiosidades para todos, para conocer y conocernos un poco mejor. L.S.

‘Refranes con cuento III’. Autor: José Luis Agúndez García . Editorial: Almuzara . Córdoba, 2021.

«No por mucho madrugar amanece más temprano», decía mi abuela. «Saltó la ca-bra en la viña, también sal-tará la hija», le respondía su compañera de fatigas, o «Quien bestia va a Roma, bestia se torna», mientras «Quien roba a un ladrón, tiene siete años de perdón». Estos y muchos otros ejem-plos del saber popular, algu-nos muy conocidos, otros no tanto, forman parte de

los Refranes con cuento III, o el compendio del saber popular que el autor nos muestra en esta su tercera entrega, con un desparpajo inusual en literatura, cerrando (quizás) un ciclo que hará las delicias de curiosos, profanos e investigadores de las moralejas y preceptos. Y es que hay refranes para to-dos los gustos y colores, todo un diccionario de buenas cos-tumbres, o no tan buenas, que aúnan el saber popular. L.S.

Autores clásicosUna vuelta a Borges, Poe, Cortázar, Martín Santos...Luis Santillán

Decía un viejo profesor de Universidad que siempre era bueno re-gresar a Borges de vez

en cuando. Parecerá un tópico, pe-ro si queremos saber más sobre li-teratura, qué mejor que releer sus relatos, regodearnos con su Biblio-teca de Babel, asombrarnos con sus Ficciones. Porque, indudablemen-te, siempre es bueno regresar a Borges, que es tanto como abogar por la importancia de los clásicos literarios en tiempos de inapeten-cia cultural. Y, dirán ustedes, ¿se puede considerar a Borges un clá-sico a la altura de los grandes no-velistas del siglo XIX, por ejem-plo?

En mi opinión, qué mejor que remontarnos a aquellas editoria-les empeñadas como pocas en re-descubrirnos a los clásicos de ayer, de hoy, de siempre… Libros del Zorro Rojo lleva varios años con la ardua labor de conformar un catálogo digno de las mejores editoriales de este país, obsesiona-da en recuperar y editar clásicos de la literatura gótica y de terror, como El Golem, Drácula o los Cuentos y poemas de Edgar Allan Poe. Un autor que debe su inmortalidad a múltiples variables: a su traduc-tor, Julio Cortázar, aunque últi-mamente parece estar poniéndo-se en duda la leyenda que dice que todos los 19 de enero alguien anó-nimo dejaba tres rosas y media bo-tella de coñac a los pies de su tum-ba, y, por supuesto, a sus relatos, El pozo y el péndulo, El gato negro o Los crímenes de la calle Morgue, en donde una vez más el horror y lo sobre-natural planea sobre toda la obra. Maestro de maestros, padre del llamado nuevo relato, sus segui-dores literarios se cuentan por do-cenas y ha inspirado a autores tan dispares como Julio Cortázar, el

«¿Han pensado en

alguna ocasión qué, o

quién, les incitó en su

momento a caer en las

garras del ‘Ulises’...?»

propio Borges o Horacio Quiroga. Y es que estamos hablando de un escritor en donde a menudo se vis-lumbra la muerte de la amada, las tinieblas difuminadas, el mundo oscuro de ultratumba, la perma-nente llamada a lo siniestro... Por

eso siempre es bueno regresar a Borges, de vez en cuando, qué du-da cabe, al igual que debería ser necesario regresar de vez en cuan-do a los clásicos.

¿Han pensado en alguna oca-sión qué, o quién, les incitó en su momento a caer en las garras del Ulises de Joyce? Otro clásico, nece-sario y obligado. El mismo profe-sor que nos incitaba a regresar a Borges fue quien nos llevaría a tra-vés de Luis Martín Santos por los extraños vericuetos de un Dublín envuelto en la bruma, quien nos llevaría a descubrir el «monologo interior» y quien, a su vez, nos hi-zo comprender que la existencia de la literatura sobrepasaba cual-quier intento de desconcierto. Porque siempre es bueno regresar a Borges, es por lo que Scho-penhauer se nos apareció un buen día entre las eras del Árbol de la cien-cia, y por lo que entre Las palmeras salvajes de Faulkner creímos vis-lumbrar al coronel Aureliano Buendía. Aunque ahora que lo pienso, posiblemente fue un espe-jismo.

VENTANAS CARTAS DEL NORTE SERES DE BABEL

BIOGRAFÍA HISTORIA ENSAYO

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3Diario CÓRDOBASÁBADO 30 DE ENERO DEL 2021

Cuadernos del Sur

Alfredo Taján

EL ESCRITOR ARGENTINO HA PUBLICADO ‘EL RETRATO DE DORIS DAY’,

UNA COLECCIÓN DE CUENTOS EN LA QUE DESPLIEGA UN UNIVERSO DE

HISTORIAS QUE HAN IDO APARECIENDO A LO LARGO DE LOS AÑOS

Alfredo Taján (Rosario, Argentina, 1960) es autor de las novelas El sal-vaje de Borneo (1993), un relato ba-rroco y lleno de sabiduría, El pasaje-

ro (1997), Continental & Cía (2001), La Sociedad Transatlántica (2005) y Pez Espada (2011). Ha publicado la colección de cuentos El retrato de Doris Day (Renacimiento, 2020).

– Después de la novela, ¿se concibe el cuen-to como un género distinto de expresión? – La narrativa ofrece un campo ilimitado de expansión en el género novelístico, que últi-mamente, por cierto, está siendo cuestiona-do por anacrónico, propio del siglo XIX, mientras el cuento propicia la comodidad de la concisión, la brevedad, el esquematis-mo, el numen de la historia. Pero resulta di-fícil diferenciar una novela corta de un rela-to largo a lo James, Wharton, Bioy Casares o tantos otros.

– ¿Tanto le atrae el mundo del libro para es-cribir esta colección, El retrato de Doris Day (2020)? – En Una historia de la lectura, Alberto Man-guel reflexiona sobre el poder, ya no solo del libro, sino acerca de los distintos sopor-tes en que el signo, la palabra, los códigos de transmisión del saber, nos han convertido en lo que somos. Desde las inscripciones en piedra hasta el papiro, el pergamino, el pa-pel, y desde hace unos años, los libros elec-trónicos, que tienen tanto ventajas como desventajas, la principal, a mi entender, la pérdida de control de la obra artística, la es-tafa mecanizada, el fin de Galaxia Guten-berg.

– ¿Un catálogo de obsesiones o un tipo de pulsiones para construir una auto-ficción? – He utilizado El retrato de Doris Day para exhi-bir, sin pudor alguno, todo un arsenal de nombres, citas y situaciones que mantenía ocultas desde muy joven, porque, también desde muy joven, he sido consciente de que algunas armas de ese arsenal eran tóxicas, y llegado el caso, letales. Me fascina formar parte de mis relatos no sólo como creador ficcional, sino además como protagonista de esas aventuras, que, en un tanto por cien-to muy elevado, son ciertas, incluso en sus aspectos fantásticos o increíbles.

– ¿Cuánto hay de placer y de terror en su vi-da? – Hace más de una década experimenté una sensación que responde esta pregunta. Esta-ba en mi casa saboreando la soberbia pelícu-la Vampyr, dirigida por Dreyer en 1932, con el multifacético dandi Julian West como ac-tor principal. Para poner en pie este comple-jo filme Dreyer se inspiró en uno de los rela-tos góticos esenciales del vampirismo litera-rio, Carmilla, de Sheridan Le Fanu, escrita medio siglo antes que el famoso Drácula, de Bram Stoker. Recuerdo que estaba acompa-

Pedro M. Domene

ñado por mi anterior mascota, una perra de agua, Úrsula, cuando, de repente, me fue embargando una sensación de terror ante aquellas imágenes venenosas en las que se escuchaban voces en francés, inglés y ale-mán, que entraban y salían de aquella odi-sea muda; estaba aterrorizado, pero a la vez, no podía apartar mis ojos de la pantalla, hasta tal punto que Úrsula se acercó a mí y empezó a lamerme la mano, supongo que para librarme de aquel maldito éxtasis.

– ¿Existe una selección previa para construir su libro en cuatro apartados, con perso-najes característicos y concretos? – Una vocación selectiva es probable, pero previa no creo. Lo que me hizo estructurar el libro en cuatro secciones fue la necesidad de darle una coherencia menos cronológica y más argumental. Los personajes, y los te-mas, irían juntos, pero no revueltos, a pesar de que son personajes miméticos que se ins-criben en situaciones ambiguas y se prestan a casi todas las variables posibles.

– El tema de la identidad, ¿es fundamental en

estos cuentos? – Por supuesto, uno de los temas relevantes es la identidad. Lo anuncia el título inter-cambiable de Doris por Dorian, y Day por Gray. Lo anuncia la portada con ese retrato collage de David Bowie en la época de Aladino el insano, un Bowie con el pelo y los pechos de Marilyn Monroe, que era menos recata-da que la intérprete de Qué será, será. Bowie canta en Rebel, rebel, una de sus letras icóni-cas.

– ¿Se puede ir más allá de esa transfigura-ción terrorífica, con algún sobresalto, co-mo en el relato, «Rojo manantial de juven-tud»? – ¿Más allá? Cuando el mal se apropia del instinto y del pensamiento lógico, ya se está pisando un terreno pantanoso. Recordemos cómo sufre el Doctor Jeckyll cuando se transforma, muy a su pesar, en Mr. Hyde, y pierde el control, y asesina a seres inocen-tes. El dualismo sin control se transforma en un trastorno grave. Stevenson, al escribir Dr. Jeckill y Mr Hyde, también atacaba a la hipócrita sociedad victoriana que se susten-

taba en las apariencias.

– ¿Se miró usted en el espejo para escribir estos retratos, y el lector debe hacer lo mis-mo al leerlos? – Sí, en algún momento, y me ha dado mie-do. Y no es broma. Con el relato «La copa del olvido», me ocurrió que debí dejar el final para más adelante porque me invadió una extraña sensación, entre espantosa y repug-nante. Respecto al lector, poco puedo decir, solo que le aconsejo que disfrute y no se in-miscuya demasiado en los entresijos en que se basan algunas historias.

– Si sus relatos responden a su autobiogra-fía, ¿necesita la realidad para inventar su propia ficción? – No todos estos relatos son autobiográfi-cos, por ejemplo, nunca he sido espía de ningún gobierno, y menos del británico, ya me hubiera gustado a mí. Confieso que en mis anteriores novelas hay más o menos pá-ginas autobiográficas, depende de qué títu-lo abordemos. En mi próximo proyecto, también, quiero llevar las riendas de la His-toria, con mayúsculas, seré una voz más en-tre distintas voces.

– ¿Cuánto de tradición literaria, de lecturas, de vivencias y de catálogo cultural se apre-cia en su literatura breve? – No lo sé, supongo que hay tradiciones que se entrecruzan, de Borges a Wilde media to-do un océano y dos lenguas distintas, pero paradójicamente más cercanas, en actitud y erudición, que el mustio realismo de la li-teratura europea de la última posguerra, so-bre todo la española. En cuanto a catálogo cultural, desde muy pequeño me han chi-flado las enciclopedias, pasaba horas muer-tas hojeando el Larousse, la Espasa Calpe o la Británica.

– Convertir a sus contemporáneos en perso-najes y protagonistas ¿un homenaje o una terapia? – Más homenaje que terapia. Y también agradecimiento. En el mundo cultural hay mucho odio, luchas cainitas y envidias, pe-ro en el fondo, se trata de una Sociedad de Admiración Mutua.

– El relato, «La flor pisoteada», ¿reivindica la figura de María Rosa de Gálvez en el pa-norama literario del Madrid neoclásico? – Así es. María Rosa de Gálvez fue una mujer que cabalgó entre dos siglos, el dieciocho y el diecinueve, es una de las últimas escrito-ras neoclásicas, fue apoyada por Moratín, fue después una prerromántica. Se trata de una mujer que demostró en su producción literaria, poesía y teatro, y en su vida, plan-teando su separación a instancia de parte, una independencia digna del mayor elogio. La historiografía, avanzado el siglo dieci-nueve, la maltrató por estar relacionada con el omnipresente Manuel de Godoy, bes-tia negra del liberalismo isabelino, quien le pagó la edición de su obra poética en Im-prenta Real.

Alfredo Taján.

FÉLIX PALACIOS

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‘Primavera extre-meña’. Autor: Julio Llamazares (Ilustra-ciones de Konrad Laudenbacher) . Editorial: Alfaguara . Madrid, 2020.

El valor de lo efímero‘Primavera extremeña’, el encuentro de Julio Llamazares con lo ruralManuel Ángel Morales Escudero

No es la primera vez que el autor leonés Julio Lla-mazares (Vegamián, Le-ón, 1955) se adentra en

un viaje hacia los escenarios más olvidados de la península. Lo hizo con El río del olvido (1996), Tras los montes (1998), Cuaderno del Duero (1999), Las rosas de piedra (2008), Atlas de la España imaginaria (2015), El viaje de Don Quijote (2016) y Las ro-sas del sur (2018). Y se adentra de nuevo en el género con Primavera extremeña que es algo más que un viaje, pues bajo lo que el escritor denomina «apuntes del natural» se esconde lo que es a la vez una elegía y un canto. La elegía por la suerte desafortunada de un país y un mundo que se desmoronaba a consecuencia de la pandemia y el canto a una tierra que, ajena a la experiencia humana, despertaba a la vida arcádica de una primave-ra extremeña que siempre llevará en su corazón.

El libro relata la experiencia del escritor en tierras extremeñas, en una casa en la sierra de los La-gares, cerca de Trujillo, a la que acude junto con su familia en marzo de 2020 «huyendo de un Madrid cada vez más fantasmal».

Es el inicio de la pandemia que aún sufrimos, una huida hacia el campo, hacia la seguridad que el autor intuye está en la naturaleza, dejando atrás una urbe que se en-coge por el miedo y el silencio. Él mismo lo reconoce: es una huida, un abandono, pues la sensación de que deben escapar de un mal difuso se palpa en los pequeños detalles que desde el coche todos advierten: las plazas desiertas, las aceras sin peatones, las mascari-llas, las expresiones de preocupa-ción, la ansiedad del país entero ante lo que iba a venir. Junto a su familia llega, finalmente, a su des-tino, el Lagar de los Almendros, un viejo caserío a pocos kilóme-tros de Trujillo, en principio, para pasar unos días que al final será una larga estancia forzada por las circunstancias que se convertirá en una experiencia única, en un verdadero locus amoenus. Contem-plando la belleza de la primavera que se muestra incipiente en el canto de los pájaros, en el sonido de las esquilas de las ovejas, del bucólico paisaje, le viene a la me-moria Virgilio recitando mental-mente los conocidos versos de la égloga primera, la del pastor Títi-ro, pues el propio Llamazares ad-

una escapada se convierte «en un arca de Noé a la deriva». El tiempo va pasando: el autor nos describe las intensas sensaciones de los pa-seos en los caminos apartados de la sierra, el aroma de la jara, de la hierba seca por el calor de finales de mayo y la sensación de que el tiempo de regresar llega.

El lector se convierte en cóm-plice de la historia porque, en el fondo, en terrazas y balcones, en salones y habitaciones cerradas

VIAJES

Julio Llamazares.

SÁNCHEZ MORENO

donde han tenido que penar a la fuerza, todo el mundo tiene un pueblo, un lugar al que, en esos dí-as aciagos, soñaba con escapar. La literatura es, precisamente, eso: compartir sensaciones a través de las palabras y Julio Llamazares lo consigue en Primavera extremeña.

EL MUNDO RURAL EXTREMEÑO En El Decamerón, Bocaccio ambien-ta las historias de sus diez narra-dores en un jardín idealizado. A Llamazares no le hace falta, solo tiene que describir la realidad de la campiña extremeña, pues la misma se presenta al lector con mayor viveza que si se hubiera pretendido embellecer con ampu-losos epítetos. El estilo preciso de Julio Llamazares, su palabra certe-ra, su mirada profunda y atenta; todo ello es suficiente para pintar al lector un paisaje que hace que se adentre en la quietud de las no-ches estrelladas, la guarda tras los cristales en los días de tormenta y de lluvias, la felicidad de recorrer los caminos y asistir al floreci-miento de los lilos. Bastan unas pinceladas para describir las imá-genes que se pintan de forma níti-da en nuestra mente, como en la escena en la que mira la luna lle-na y se queda largo rato bajo la no-che estrellada, contemplándola, que recuerda el monólogo de Paul Bowles en la inolvidable escena fi-nal de la película de Bertolucci, pues en esa contemplación el au-tor parece preguntarse cuántas veces más mirará salir la luna lle-na de ese modo y cuántas lo harán los que la miran en el resto del pa-ís, del mundo… Y sin embargo to-do parece ilimitado.

‘Tipos de interés’, de Cenizo JiménezRELATOS

Manuel Gahete

Doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla, profe-sor, poeta, acreditado flamencó-logo y reconocido crítico litera-

rio, José Cenizo Jiménez nos inmerge ahora en el relato breve o microrrelato, un mode-lo de escritura que se impone como referen-te de una sociedad que todo lo exige en tiempo mínimo y con urgencia suma, co-mo si la vida fuera a acabarse tras el próxi-mo anhélito. Mas, como manifiesta el cono-cido escritor sevillano Antonio Rodríguez Almódovar, en el sucinto e intenso prólogo de la obra, no se trata de «dar salida a ocu-rrencias rápidas (…) en competición con la rapidez del mundo mismo en que vivimos», sino en despertar nuestra curiosidad y nuestro asombro con la magia de sus deste-llos porque la manera que aplica Cenizo «de contar en breve es todo un arte». Tipos de interés nos remite a una realidad contable que rara vez es contada con perspectiva oní-rica, a veces fabulosa y siempre sobrecoge-

habitual de lo que pudiéramos creer si re-flexionáramos sobre tantos flashes que nos impresionan y hasta nos deslumbran con su oscura luz, ese tránsito leve que regresa

de no sabemos dónde para sabernos fieles deudores de la muerte -keyword tensivo en-tre la urgencia vital y su fosca fascinación-, extraños pasajeros de un viaje ¿sin retor-no? Les recomiendo que no dejen de leer es-tos microrrelatos -que, por su misterio y ex-trañeza, se despachan de un tirón- porque descubrirán que ustedes no están tan dislo-cados si advierten que se cruzan con al-guien que son ustedes mismos, que la au-sencia de lo que amamos prodiga su pre-sencia y el ver cucarachas que desaparecen mientras corren a nuestro alrededor no es una ilusión óptica sino la prueba incom-prensible de esa dimensión anómala que, con tanto azoramiento, nos empeñamos en eludir, resistiendo con denuedo para no perder nunca la última palabra.

‘Tipos de interés’. Autor: Jo-sé Cenizo Jiménez . Editorial: Vitrubio . Madrid, 2020.

dora, como si lo inmutable debiera seguir siéndolo y no tuviéramos posibilidad algu-na de cambiar el rumbo de los aconteci-mientos, sometidos siempre al riguroso dic-tado del tedio y la rutina. ¿O tal vez sí?, difu-minando ese estrecho vínculo que se esta-blece entre lo posible y lo probable, lo que es y lo que pudiera ser, lo imaginado y lo imaginable, lo físico y lo ilusorio.

El microrrelato exige precisión en el lenguaje y hasta cierto grado de ambición estética. Muchos hablan de su proximidad con el poema, aunque no tengan que ser necesariamente mundos paralelos, pero sí aspiran ambos a la esencialidad y la suge-rencia, empapados de un poder proteico que necesita y busca la complicidad del lec-tor avezado a leer entre líneas, a proseguir el juego, a detectar la ironía de lo dramáti-co o la tragedia de lo jocoso, llevando la ambigüedad, el pensamiento inconcluso, a una nueva conceptualización del relato donde toda extravagancia halle su verdad o su sentido. Tal vez porque lo que no con-cebimos como normal -y Rodríguez Almo-dóvar inquiere «¿Qué será eso?»- sea más

vierte las semejanzas entre la pri-mavera extremeña y el espacio idealizado del mantuano.

Junto al paisaje, formando par-te de esa España olvidada, están también los personajes que lo ha-bitan: Ricardo, Konrad y María, Manolo el Sueco, Juan Antonio... cada uno con su historia, pero for-mando parte de un territorio al que también llegan los problemas de la pandemia que se vive en las ciudades. Lo que empezó siendo

José Cenizo Jiménez.

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Intimismo comprometidoPOESÍA

Francisco Onieva

En la «Poética» escrita para la Antolo-gía de la poesía española publicada por Gerardo Diego en 1931, Anto-nio Machado definió la poesía co-

mo «la palabra esencial en el tiempo». Más allá de la aparente obviedad, la expresión machadiana encierra un enigma difícil de sondear. Consciente de ello, el poeta sevilla-no, de la mano de Juan de Mairena, la perfi-la al sentenciar que «la poesía es el diálogo del hombre, de un hombre con su tiempo». La materia a partir de la que el poeta crea es, por tanto, su propia interioridad y las co-ordenadas espacio-temporales en las que tiene lugar su existencia y de las que no puede abstraerse; por tanto, todo escritor ha de tener conciencia del tiempo histórico que le ha tocado vivir y ha de establecer una compleja relación dialógica con él.

El poeta, narrador y crítico literario Ma-nuel Rico bien lo sabe y, de hecho, su poesía nace de la mirada crítica hacia la realidad, en un ejercicio continuo de observación y de indagación en los principios que deter-minan la relación del yo con el entorno. No obstante, prefiere matizar y no referirse a la poesía de manera abstracta, sino a su con-creción, el poema, un artefacto construido con el lenguaje que debe dejar constancia del tiempo histórico del poeta, pero que, al mismo tiempo, dinamita los límites espa-cio-temporales para adquirir nuevos signi-ficados y producir una honda emoción en el lector o, en palabras del autor, intenta «atrapar el tiempo, reelaborarlo mediante la palabra, y entregárselo a los lectores para que a su vez lo gocen y lo reinterpreten de acuerdo con su propia experiencia».

El tiempo se convierte, de este modo, en el eje central de toda la poesía de Rico, co-mo él mismo declara con el título de su más reciente antología Tiempo salvado del tiempo (Antología 1980-2018), editada con mimo por la editorial madrileña El sastre de Apolli-naire dentro de su colección Poesía. En ella se compendian casi cuarenta años de crea-ción destilados en cincuenta y cuatro poe-mas pertenecientes a los diez libros publi-cados, más dos de otro aún inédito. El volu-men se completa con un interesantísimo prólogo de la filóloga y escritora Fanny Ru-bio, que lleva por título «Confidencia en la casa de la memoria de Manuel Rico», y con un acertado epílogo del propio autor: «El sentido del poema».

Este epílogo, convenientemente situado para no dificultar la lectura, es una legíti-ma declaración de intenciones que puede servir de cuaderno de bitácora al lector cu-rioso para revisitar la obra del escritor ma-drileño. En él Rico afirma que el tiempo es un constructo que el hombre percibe a tra-vés de los «objetos, de lugares, de sueños, de deseos, de frustraciones, de incertidum-bres, de sentimientos, de estados de con-ciencia» y, por tanto, «solo existe cuando la palabra, sobre el papel en blanco, nos lo ha-ce visible».

Como en cualquier selección, el poeta elige aquellos textos en los que se reconoce con mayor claridad. No en vano, de su pri-mer libro, Poco importa romper con la alondras (Madrid, Endymion, 1980), tan solo se in-cluye un poema y, según él mismo declara, se encuentra reescrito en su práctica totali-dad. Ya en su segundo poemario, El vuelo libe-rado (Madrid, Endymion, 1986), percibido el agotamiento del culturalismo, reivindica la

memoria íntima, que no puede entenderse sin una memoria colectiva, con lo que el poema deviene en testimonio de «experien-cias vividas en los tiempos últimos de la dic-tadura». Este mismo eje articula Papeles in-ciertos (San Sebastián, Kutxa, 1990; Premio Ciudad de Irún). En El muro transparente (Ma-drid, Libertarias, 1992), en cambio, gana «espacio la reflexión metapoética, la bús-queda, a través de la palabra, de un ‘estado de conciencia’ respecto a la realidad». En Quebrada luz (Ferrol, 1996; Premio Esquío), con el que se cierra una etapa inicial, pro-

fundiza en lo metapoético e insiste en los «vínculos con la memoria, con la capacidad de evocación de todo poema».

La madurez llega con La densidad de los es-pejos (Huelva, Diputación Provincial, 1997; Premio Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez) y, sobre todo, con Donde nunca hubo ángeles (Madrid, Visor, 2003), en los cuales el autor incorpora la historia al texto poético, «filtrada por mi historia, me-tabolizada por mi experiencia y por mi me-moria y sometida a una labor de rescate me-diante el lenguaje». Dicho libro inaugura un camino que transitará con acierto en De viejas estaciones invernales (2006) y, muy espe-cialmente, en sus dos poemarios más desta-cados: Fugitiva ciudad (Madrid, Hiperión, 2012; Premio Internacional de Poesía Mi-guel Hernández) y Los días extraños (Granada, Valparaíso, 2015).

En palabras de Fanny Rubio, la poesía de Manuel Rico «aloja una memoria poética en su doble función presidida por un len-guaje narrativo que aporta realidad exte-rior, relativa a lugares y seres imborrables de su biografía, y realidad imaginaria, que remite a su tiempo personal y a su mundo de imágenes borrosas que le llegan del fon-do del espejo de la infancia».

LENGUAJE NARRATIVO El poeta, pues, utiliza un lenguaje eminen-temente narrativo, en el que el lirismo con-tenido aflora a través de una eficaz adjetiva-ción y de unas imágenes sencillas en su ro-tundidad y en su sugerencia. El empleo de un cuidado verso blanco se adapta al pre-tendido tono narrativo que, en los poemas más intensos, deviene en confesión a media voz y adopta un delicado y sutil tono elegía-co al evocar la infancia, la juventud, los fa-miliares y amigos ya fallecidos. De este mo-do, consigue fundir la memoria y la expe-riencia personales con el testimonio de un espacio y de un tiempo concretos, ya sea la injusticia de la sociedad de la infancia y de la juventud del poeta o las inevitables grie-tas de hoy. Y lo hace sin fáciles edulcoracio-nes, escudriñando las diversas fisuras con una palabra precisa y exacta, libre de dog-matismos y de certezas miopes, íntegra y solidaria, capaz de construir puentes.

‘Tiempo salvado del tiem-po’. Autor: Manuel Rico . Edi-torial: El sastre de Apollinaire . Madrid, 2020.

«... su poesía nace de la

mirada crítica hacia la

realidad, en un ejercicio

continuo de observación...»

Manuel Rico.

EFE/RAQUEL MANZANARES

Manuel Rico (Madrid, 1952) es autor de poesía: ‘Poco importa romper con

las alondras’ (1980), ‘El vuelo liberado’ (1986), ‘Papeles incendiados’

(1991), ‘El muro transparente’ (1992), ‘Quebrada luz’ (1997), ‘La densidad

de los espejos’ (1991), ‘Donde nunca hubo ángeles’ (2003), ‘Las viejas

estaciones invernales’ (2006), ‘Fugitiva ciudad’ (2012) y ‘Los días

extraños’ (2015). De su poesía han aparecido las antologías ‘Monólogo

del entreacto, 100 poemas’ (2007), ‘Versiones del invierno’ (2007) y

‘Lugares propicios’ (2015).

Asimismo, ha publicado once novelas, entre las cuales destacan ‘El lento

adiós de los tranvías’ (1992), ‘Una mirada oblicua’ (1995), ‘Los días de

Eisenhower’ (2002), ‘Trenes en la niebla’ (2005) y ‘Un extraño viajero’

(2016); varios ensayos; múltiples ediciones críticas, y numerosos artículos.

Dirige la colección de poesía Bartleby Editores desde 1999. Desde 2015

preside la Asociación Colegial de Escritores (ACE). Comprometido con la

justicia social, militó en el Partido Comunista y fue diputado en la primera

legislatura de la Asamblea de Madrid, incorporándose al PSOE en 1995.

LA DILATADA TRAYECTORIA DE MANUEL RICO

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6 Diario CÓRDOBASÁBADO 30 DE ENERO DEL 2021

Cuadernos del Sur

‘Los ancianos si-derales’. Autor: Luis Mateo Díez . Editorial: Galaxia Gutenberg . Barce-lona, 2020.

Una anciana irrealidad‘Los ancianos siderales’, una historia entre el onirismo y la vejez de Mateo DíezJuan María Prieto

El regreso de Luis Mateo Dí-ez (Los ancianos siderales, Ga-laxia Gutenberg, 2020) materializa nuevamente

ese mundo mágico tan propio de uno los narradores más singula-res de la literatura española en los últimos cincuenta años. La Breza y, en concreto, un edificio llama-do El Cavernal, es el nuevo espacio que se suma a la mítica geografía creada por el autor. La atmósfera de esta especie de casa de miseri-cordia, un ruinoso hogar de mayo-res regentado por las religiosas Clementinas, se une a un imagi-nario trufado de lugares para el abandono y la fantasmagoría, configurando un mundo privati-vo de Díez, en la frontera entre el superrealismo popular y esa me-táfora simbólica y misteriosa que el autor ya recreó en su trilogía con Celama.

La estructuración de la obra se articula en torno a tres núcleos que dotan de una ágil asimetría a la narración. En la primera parte, la desaparición de un pájaro -aca-so uno de tantos que se desplo-man sobre las cabezas de los vetus-tos moradores del edificio- involu-cra a Omero, residente de El Ca-vernal, ante las suspicacias de otros internos que interpretan di-cho fenómeno como el anuncio de una rescate sideral.

Posteriormente, en la segunda parte, el protagonista es el doctor Belarmo con su inseparable fo-nendoscopio, cuya dudosa praxis nos lleva a descubrir su peculiar

«El regreso de Mateo

Díez materializa

nuevamente ese

mundo mágico tan

propio ...»

singladura hasta llegar a la Breza. En esa misma parte llaman la atención las grotescas anotacio-nes del doctor en tono confesio-nal, entre las que encontramos el delirante perfil que traza de algu-nos de sus pacientes. Además, Ma-teo Díez incluye un elemento epis-tolar al reflejar la corresponden-cia de algunos de los residentes

con el exterior de la «nave». Final-mente, la tercera parte se centra en las pesquisas del comisario La-merto y el inspector Timeo sobre las misteriosas desapariciones y muertes de residentes producidas en El Cavernal.

No podemos pasar por alto la elocuente denominación que Luis Mateo Díez asigna a las distintas dependencias de El Cavernal: el Patio de la Convalecencia, el co-rredor de la Colación, las escaleras del Sentimiento… De igual modo, los personajes de Los ancianos side-rales poseen nombres que anun-cian el singular trasfondo de los arquetipos que propone el autor (Cardo, Saladino, Carismática…).

Todos ellos esconden una mi-rada desesperanzada y tragicómi-ca -si se me permite la licencia-. No se adivina en ellos la posibilidad de un horizonte exitoso: deambu-lan en una existencia tan desman-telada como el espacio de desola-ción que habitan. A pesar de ello, Díez los dota de una especial agu-deza para describir el mundo. En ese sentido, cabe destacar la con-junción entre el humorismo y un lenguaje depurado -una obsesión casi poética en el autor- que deter-mina de manera muy explícita el oficio lingüístico del novelista, convirtiendo la propuesta de Ma-teo Díez una de la más originales del panorama literario contempo-ráneo.

Desde el imaginario popular (refranes, frases hechas, léxico), pasando por la indudable som-bra cervantina en las interaccio-nes de algunos personajes, al uso de un léxico infrecuente (para

NOVELA

Luis Mateo Díez.

lectores no avezados) o la pro-puesta de una sintaxis tan arcai-zante como audaz, el artefacto li-terario de Luis Mateo Díez consi-gue generar una atmósfera de en-soñación que oscila entre la de-mencia de los protagonistas -o el delirio de los lectores- y un su-rrealismo ficcional idóneo para huir de un realismo que no satis-face la voluntad creadora de Ma-teo Díez.

LOS PROBLEMAS DE LA SOCIEDAD Es evidente que existe una apertu-ra actualizada a los problemas de la sociedad actual. Si en su mo-mento planteó una denuncia de «la desaparición de las culturas ru-rales», Los ancianos siderales apunta -sin quererlo- a una cuestión ya en boga antes de las actuales condi-ciones distópicas: el desprecio ha-cia los mayores, una sociedad que da la espalda a la senectud y no va-lora la senectud ni dignifica las posibilidades de dicha etapa vital.

No existe en la novela -quizás tampoco frontalmente en la socie-dad- una voluntad gerontófoba, aunque sí se retratan las condicio-nes de abandono, de decadencia y de aislamiento de los residentes como trasunto de la poca estima-ción que socialmente se consagra a la ancianidad.

Los ancianos siderales -como toda la producción de Luis Mateo Díez- constituye una propuesta estética atemporal que impacta desde su originalidad y valentía. Como el pájaro que acaricia Omero en su bolsillo, podemos sentir cómo res-pira la verdadera literatura, para posteriormente dejarla escapar en el anhelo de sucesivos viajes si-derales.

El peso de la esenciaPOESÍA

José García Obrero

La colección de poesía de la editorial Milenio se inauguró el pasado 2020 con Un gramo menos, de Vicente Galle-go. A los mandos del proyecto se ha-

llan los poetas Josep M. Rodríguez y Àngels Marzo. No ha de sorprender, por tanto, que el elegido para sus primeros pasos sea un li-bro de haikus, aunque sí -y sin exagerar- que el valenciano haya recopilado los más de trescientos que contiene este volumen. Hace solo dos años, Rodríguez coordinó Y si escribes un haiku, una antología de poetas inéditos en este género, entre los que se encontraba Ga-llego. Y hasta aquí las particularidades lla-mativas, pues aparte de que Un gramo menos esté dedicado al cultivo de las diecisiete síla-bas más fértiles de un tiempo a esta parte, los lectores atentos a su obra, desde Santuario a A pájaros y migas, van a encontrarse la misma mirada inteligente e incisiva, capaz de des-pojar de la realidad lo accesorio para extraer la pulpa de lo vivido. Cualidad que, por otra

nes de corte metafísico («Y nos elige/ hay un rayo de sol/ que nos elige»); y en el hallazgo fi-losófico de inspiración naturalista («Viva de hormigas/ la piel de la culebra/ sigue reptan-do»). Una sucesión de haikus concebidos pa-ra que funcionen de manera independiente, pero que juntos avanzan, paso a paso, por su pensamiento, donde ocupan un espacio des-tacado los amigos queridos y admirados, co-mo son el tristemente desparecido Antonio Cabrera y el gran maestro Francisco Brines, último Premio Cervantes de Literatura.

Vicente Gallego deposita en el lector una

manera de habitar la poesía y dialogar con el mundo; desde una absoluta entrega y cele-bración, como deja impreso en su penúlti-mo haiku: «Me he dicho hoy:/ ‘qué sabes tú de cierto, / sino que amas’».

‘Un gramo menos’. Autor: Vicente Gallego . Editorial: Milenio . Lleida, 2020.

EFE/EMILIO NARANJO

parte, encaja como un guante con el espíritu del formato japonés, ese fogonazo que ilumi-na un instante las capas que conforman la existencia. Pese a esta aparente contradic-ción -arrancar de un pellizco una porción in-conmensurable de realidad-, hace tiempo que el haiku se sacudió el estigma de herma-no menor, como confirma, una vez más, Ga-llego con esta propuesta. Se suma así a la nó-mina de haikistas españoles actuales, como Lara Cantizani, Jesús Munárriz o Susana Be-net, que han venido apuntalando la salud de este género.

Un gramo menos, que toma el título del hai-ku que abre este trabajo: «Le resta un gramo/ al peso de este mundo/ la mariposa», invita al lector a sumergirse en las cuatro experien-cias de cada una de las partes en que se arti-cula, a detenerse y dejarse envolver por la agudeza de las observaciones, fruto de una mirada contemplativa que conforman el universo del poeta, y que se traducen, unas veces, en impresiones cotidianas de carga evocadora («En el rellano/ huele el guiso y sa-bemos/ a dios de pronto»); otras, en reflexio-

Vicente Gallego.

CÓRDOBA

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7Diario CÓRDOBASÁBADO 30 DE ENERO DEL 2021

Cuadernos del Sur

‘Miguel Hernández y los poetas hispanoamericanos y otras páginas hernandis-tas’. Autor: José María Bal-cells . Edita: Fundación Cultu-ral Miguel Hernández . Alican-te, 2020.

Estudios sobre Miguel HernándezJosé María Balcells reúne sus investigaciones hernandianas en un volumen esencialAntonio Moreno Ayora

No cesan de aparecer trabajos re-feridos al admirable poeta Mi-guel Hernández. En 2017 se pu-blicó el volumen Miguel Hernán-

dez. En las lunas del perito, de Francisco Javier Díez de Revenga, y dos años después Episto-lario general de Miguel Hernández, editado por Jesucristo Riquelme y Carlos R. Talamás. Uno de sus más incansables estudiosos es, como se sabe, José María Balcells, que re-cientemente le ha dedicado el libro Miguel Hernández y los poetas hispanoamericanos y otras páginas hernandistas, dilatado volumen que ahora reúne en su variada esencialidad un conjunto de investigaciones que el mismo prestigioso catedrático de universidad ha ido sumando a su trayectoria de hernandis-ta acreditado, algo que comenzó cuando en 1968 se centró por primera vez en el poeta oriolano con un artículo que iniciaba su en-tusiasmo por su poesía y que ha mantenido vivo durante ya más de cincuenta años; hoy ya no es solo entusiasmo sino pasión e ilu-sión constantes, y de ello dan buena fe to-das las referencias que el presente libro do-cumenta en su apéndice final «Bibliografía hernandiana de José María Balcells». Y es evidente que algunos de los libros que for-man parte de esa bibliografía fundamen-tan ahora el amplio contenido de este de 2020, compilador de quince capítulos (cin-co inéditos) que se ofrecen al lector que ya seguía, o desde ahora seguirá, al profundo, entusiasta y admirable investigador de Her-nández que es José María Balcells.

Parte del título citado de este volumen tiene su origen en el primer capítulo del mismo, revisado y ampliado -igual que otros- para esta ocasión: «Vibraciones mo-dernistas: Darío, Nervo, Herrera y Reissig» demuestra la vinculación literaria que tuvo el poeta alicantino respecto de esos tres au-tores modernistas, que no serían los únicos de Hispanoamérica a quienes admiró, pues igualmente constata José María Balcells, en el segundo y en buena parte novedoso capí-tulo «Lazos mesoamericanos de Miguel Her-nández: Guillén y Paz», que con este prime-ro tuvo Hernández una relación anclada so-bre todo en el plano de las relaciones perso-nales, algo que está en paralelo con la amis-tad y confluencias que el poeta de Orihuela mantuvo con Octavio Paz. Pero las influen-cias y relaciones no se limitan a estos auto-res que vamos mencionando, sino que se amplían a otros como César Vallejo (véase «César Vallejo y Miguel Hernández: simili-tud y contraste», págs. 69-95) e incluso a los dos estudiados en las suculentas páginas 97 a 144 «Influencias sudamericanas: Gonzá-lez Tuñón y Neruda», ya que para comenzar se coincide en que el argentino González Tuñón «había sido determinante en la teo-ría y en la praxis revolucionaria hernandia-na que se fue gestando desde 1935» y luego se aporta una documentación que justifica el extenso parágrafo «Neruda en Hernán-dez y Hernández en Neruda».

Incluso, ya en el capítulo siguiente (y pri-mero de los inéditos) sobre «Walt Witman, Pablo Neruda, Miguel Hernández», Balcells alude al criterio, ciertamente arriesgado, de algunos estudiosos que han especulado sobre Witman y Hernández y «han estable-cido comparaciones entre ambos autores, apuntando varias disparidades y algunas

«Balcells ha tenido paciencia

para expurgar su ingente y

plural bibliografía acerca del

poeta oriolano,

reexaminándola...»

convergencias», y esto es lo que analiza Bal-cells entre las páginas 145 a 165, tratándolo en epígrafes como «Witman en Darío» o «Witman a través de Neruda».

Cierto giro representan en este volumen los títulos «China como referente» y «Del arabismo legendario a la casida» (este, el se-gundo igualmente inédito), por mostrar «referencias textuales que pudieran recibir el calificativo de orientalistas»; dos seccio-nes que, respectivamente, constatan asocia-ciones «chinescas» referidas bien a la bri-llantez plática de ciertos poemas o a las con-notaciones que sugiere, por ejemplo, el lé-xico de limón o canario; y por otro lado, las referidas a textos poéticos en que igual-mente el léxico o lo legendario o lo musul-mán asoman un especial tratamiento de la temática árabe que ciertamente «estuvo muy influida por el enfoque romántico y modernista» que ya pudo comentarse en el capítulo más arriba citado sobre Rubén Da-río y autores contemporáneos.

Dejando de lado el último capítulo, «Mi-guel Hernández ambientado en Orihuela y revivido en Miami», que es reseña de dos li-bros «conmemorativos del primer centena-rio del nacimiento del poeta», quedan aún por tratar otros siete que dividiremos en tres bloques que el lector comprobará. El primero es el que tiene que ver con la in-fluencia del oriolano en otros autores («Mi-guel Hernández en la poesía de Rei Berroa»,

ta sobre Miguel Hernández»; y el que, con el título «Miguel Hernández en Barcelona. Co-mentarios a una fotografía», lo sitúa en esta ciudad en enero de 1937 por un motivo per-sonal. Por fin, destacamos el interés del ter-cer bloque, que toma como base la figura de Ramón Sijé, entrevisto tanto en «Miguel de Unamuno en Sijé y en Hernández» (in-vestigando la influencia de Del sentimiento trágico de la vida sobre el propio Hernández y sobre José Marín Gutiérrez [Ramón Sijé]) co-mo en «Elegía a Ramón Sijé», texto publica-do por primera vez en 2001 y ahora revisa-do y ampliado en ciertos detalles.

Si en 2010, fecha del primer centenario del nacimiento de Hernández, se aumentó considerablemente el conocimiento de su obra y personalidad, ahora en 2020, una dé-cada después, Balcells ha tenido paciencia para expurgar su ingente y plural bibliogra-fía acerca del poeta oriolano, reexaminán-dola y acrecentándola con varios capítulos inéditos y presentándola en este volumen especial de trescientas diez esenciales pági-nas.

ENSAYO

Miguel Hernández.

CÓRDOBA

«Miguel Hernández en el teatro de César Ló-pez Llera», ambos igualmente inéditos). En el segundo, de carácter más variado, agru-pamos el artículo que compara temática-mente al poeta alicantino con Francisco de Quevedo, por un lado (en «Algunas musas castellanas»); el que, por otro, lo relaciona marginalmente con una publicación espe-cial de 1940: «Musa redimida, versos de cár-cel en la inmediata posguerra. Luz indirec-

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8 Diario CÓRDOBASÁBADO 30 DE ENERO DEL 2021

Cuadernos del Sur

‘La vida privada de los hé-roes’. Autor: Daniel Jiménez . Editorial: Galaxia Gutenberg . Barcelona, 2020.

Una vida propiaGalaxia Gutenberg publica ‘La vida privada de los héroes’, del escritor Daniel JiménezPedro M. Domene

El héroe es un personaje que, por su origen, sus valores, la solidari-dad de sus acciones y la justicia social que aplica, ocupa su lugar

en la historia de la literatura universal, es digno de respeto y de una absoluta venera-ción. Los héroes mitológicos aparecen casi siempre de una manera extraordinaria, mediando en conflictos que resuelven de una forma satisfactoria, y se enfrentan a un final donde el personaje se confronta con su contrario, y finalmente mueren de manera gloriosa para servir de ejemplo al género humano. Pero sabemos que los hé-roes, en la actualidad, no usan capa o es-conden su identidad disfrazándose, sino que visten de forma informal, usan vaque-ros y camiseta y calzan zapatillas deporti-vas. Por este, y no otro motivo, Daniel Jimé-nez (Madrid, 1981) lo tiene claro en su re-ciente libro de relatos La vida privada de los héroes (2020), en el que establece hasta cin-co categorías para desarrollar su particular teoría sobre los héroes: los conocidos, los olvidados, los anónimos, los perdidos y los encontrados y, en cada una, alguien prota-goniza una de las cinco.

Las historias se construyen alrededor de unos personajes que unas veces luchan, otras resisten, en numerosas ocasiones arriesgan en su cotidiano subsistir y, como es de esperar, al final sucumben a la barba-rie diaria. A medida que avanzamos y pasa-mos las páginas de La vida privada de los hé-roes, en el abanico de historias que el narra-dor madrileño presenta, nos vemos identi-ficados en alguno de los ámbitos familiares o amistosos, reconocemos a algún vecino o conocido o, en el mejor de los casos, nos ve-mos representados. Es así como se proyecta una imagen bastante identificable de nues-tra propia vida, incluso de nuestros pro-pios deseos o anhelos, de nuestras esperan-zas y abundantes cobardías y, por añadidu-ra, de nuestro pánico o pavor ante la vida misma.

Las vidas de los numerosos personajes que vamos conociendo en la mayoría de los

«El narrador madrileño nos

mueve por su mundo al hilo

de una narración rápida que

no se detiene en detalles, sin

retoque alguno...»

rias de estos héroes conocidos, olvidados, perdidos y encontrados. Muchas de esas sonrisas, o la irónica y sarcástica mirada que nos arrancan las dos primeras partes, desaparecen nada más empezar la tercera, «Los anónimos», un sorprendente recorri-do por las calles del centro de Madrid don-de descubriremos a un centenar de perso-najes y que, como lectores curiosos, nos lle-varán a reconocer a muchos de esos héroes anónimos, supuestamente desconocidos, que forman parte de la realidad en la que nos movemos día a día.

La obra genera simples tramas que se re-suelven en unas cuantas páginas, pero con-sigue que el lector se deje llevar por unos conflictos con los que se siente identifica-

do, los recuerdos y la memoria, nuestra identidad y la de los otros; en realidad, un fresco de personajes en crisis cuyas edades oscilan entre los 30 y 40 años, personas que nos encontramos en el supermercado, en nuestros paseos cotidianos, en nuestro ba-rrio, en la cola de un cine o tomando una cerveza cerca de nosotros. Casi el retrato de una generación que puede llegar a sentirse identificada con las dificultades comunes del día a día, una singular especie de hé-roes cotidianos, porque se trata de esas per-sonas que salen adelante a pesar de los mu-chos problemas que encuentran en su ca-mino y les echan el valor suficiente para su-perarlos en un alarde individual de la más absoluta responsabilidad.

CATÁLOGO DE FRUSTRACIONES La vida privada de los héroes construye un au-téntico catálogo de frustraciones y de espe-ranzas que producen de forma inevitable miradas al pasado y, también, al futuro, un retrato de crisis de pareja, discusiones o de-sencuentros con los padres, desengaños amorosos, viajes frustrados, problemas económicos, problemas laborales que, de alguna forma, hemos ido encontrando muchos en una época de profundos cam-bios, de bastante incertidumbre, de preten-der ir hacia un lugar, y tal vez no tomamos la mejor de las decisiones. Pasado el tiem-po observamos cómo todos teníamos esa parte heroica que se le supone a los héroes, aunque seguíamos teniendo muchas du-das y muchos problemas a los que nos cos-taría mucho enfrentarnos, que nos deja-ban una indeleble huella. El narrador ma-drileño nos mueve por su mundo al hilo de una narración rápida que no se detiene en detalles, sin retoque alguno, un libro que visto en su conjunto constituye una autén-tica epopeya moderna.

RELATOS

Daniel Jiménez.

EUROPA PRESS

‘El maravilloso viaje subte-rráneo de Baron Trump’. Autor: Ingersoll Lockwood . Editorial: La Isla de Siltolá . Sevilla, 2020.

El famoso viajero Sebastian von Troomp, también cono-cido como Pequeño Baron Trump, y su fiel amigo Bul-ger se embarcan en un in-creíble viaje por un mundo subterráneo, en el que des-cubrirán distintos pueblos pintorescos. Con ellos no so-lo disfrutarán aprendiendo de sus peculiaridades, sino que obtendrán una perspec-tiva rica y crítica sobre su propio mundo. Una novela

del siglo XIX cuyo análisis sobre política, relaciones sociales e incluso psicología sigue en vigor hoy en día.

Ingersoll Lockwood (1841-1918) fue un escritor y diplo-mático estadounidense. Es conocido por la serie literaria de novelas de Baron Trump, aunque publicó otras obras, in-cluso bajo el seudónimo de Irwin Longman. Hijo de aboga-dos activista, en 1862 fue nombrado cónsul del Reino de Hannover por el presidente Abraham Lincoln.

‘Aquello bien podía ser Mé-xico’. Autor: Eusebio Lázaro . Editorial: Sitara . Madrid, 2019.

Por las páginas de Aquello bien podía ser México desfilan personajes tan ficticios co-mo reales: los actores Mar-lon Brando y Adolfo Marsi-llach, el usurero Shylock, el poeta gallego Novoneyra, el pintor Antonio Saura,…

Dieciséis relatos agrupa-dos en la indefinición de Aquello bien podía ser México. Todo lo que se cuenta bien podía haber sido. Dispares entre sí, pero viviéndose en

cada posibilidad. Si hubiera algo común en todos ellos po-dría ser la búsqueda o la afirmación de la identidad de sus personajes. Identidad que pasa por las pruebas del amor, de la amistad, de los sueños e incluso del crimen. Llevando al lector de México a Inglaterra y de ahí a la sierra de Courel o a la España judía, estos relatos hablan de la condición hu-mana, de sus alegrías y terrores, del amor y la amistad, del eco de los sueños, de la nostalgia.

‘Travesti’. Autores: Edmund Baudoin y Mircea Cartarescu . Editorial: Impedimenta . Sa-lamanca, 2021.

En el Bucarest de 1973, el jo-ven Víctor aspira algún día a convertirse en un gran escri-tor desconocido, que mori-rá pobre y solo dejando su obra maestra para la poste-ridad. Víctor también sueña con su hermana amputada, con laberintos y arañas. Pe-ro entonces ocurre algo que parte literalmente su vida en dos, como dimensiones paralelas a un lado y otro de un espejo... Esta adaptación

de Lulu, quizá la novela más oscura, salvaje, inquietante, oní-rica, delirante e hipnotizante del rumano Mircea Cartares-cu, reúne a uno de los principales escritores europeos de la actualidad con uno de los grandes nombres del cómic fran-cés. Mircea Cartarescu es un poeta, narrador y crítico litera-rio rumano. Está considerado por la crítica literaria el más importante narrador rumano de la actualidad. Edmond Baudoin es uno de los más importantes artistas de cómic.

NOVELA RELATOS CÓMIC

relatos, al menos en cuatro de las cinco partes del libro, se desarrollan y localizan en torno a un mismo espacio: La Majada, una zona residencial, bastante exclusiva, que funciona como nexo de todas las histo-

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9Diario CÓRDOBASÁBADO 30 DE ENERO DEL 2021

Cuadernos del Sur

‘Nuestros inespe-rados hermanos’. Autor: Amin Maalouf . Editorial: Alianza Editorial . Madrid, 2020.

Salvar a la humanidad‘Nuestros inesperados hermanos’, la nueva publicación del libanés Amin MaaloufFélix Ángel Moreno Ruiz

¿Qué ocurriría si un buen día se produjera un corte eléctrico y se interrumpie-ran todas las comunicacio-

nes con el mundo exterior, si se si-lenciaran las emisoras de radio y solo se oyera un monótono zum-bido que presagiara un cataclis-mo nuclear o un desastre natural? Eso es, precisamente, lo que le su-cede al protagonista de la última novela del escritor libanés afinca-do en Francia Amin Maalouf. Alec es un dibujante de gran prestigio, cuyas creaciones gráficas son pu-blicadas en los principales diarios occidentales. Vive recluido volun-tariamente en una pequeña isla, separada del continente por un paso que se inunda con la marea alta. Su única vecina es Eve, una novelista que recibió el benepláci-to de crítica y público con su pri-mera obra, y que ahora, falta de ideas y en plena crisis de creación, ahoga sus penas en alcohol y lleva una vida de anacoreta. El apagón eléctrico provoca que ambos enta-blen una relación que va intensifi-cándose al tiempo que inician una investigación de las causas de tan extraño fenómeno. Todo pare-ce proceder de unos inesperados

«... hemos intervenido

para impedir la

aniquilación...»

hermanos de la humanidad, que han decidido intervenir ante la gravísima situación en la que se encuentra nuestro planeta, que está a punto de sufrir una devasta-dora guerra nuclear que pondría fin a la vida humana tal y como la conocemos. Estos seres, cuya pro-cedencia es desconocida (el autor no aclara si tendrían un origen ex-traterrestre o serían humanos que habrían decidido vivir alejados de nosotros en un mundo paralelo, una especie de Atlántida sumergi-da en el océano), se consideran he-rederos de los valores de la cultura clásica helénica y han alcanzado un elevado nivel de conocimiento y de desarrollo tecnológico, que les permite anular a su antojo nuestras comunicaciones, neutra-lizar los mecanismos de lanza-miento de los misiles con ojivas atómicas, sanar todas las enferme-dades y alargar la vida eternamen-te.

En Nuestros inesperados hermanos, Amin Maalouf (uno de los intelec-tuales más lucidos de las letras francesas, ganador de premios tan prestigiosos como el Gon-court o el Príncipe de Asturias de las Letras, defensor incansable de las relaciones entre Oriente y Occi-dente) reflexiona sobre los riesgos que conlleva la intervención de

NOVELA

Amin Maalouf.

una cultura superior para mejo-rar la vida de un pueblo que vive en unas condiciones deplorables o está sumido en una decadencia autodestructiva. Por una parte, se hace necesaria la ayuda; sin em-bargo, también puede incurrirse en un paternalismo prepotente que conduciría a la dependencia, al recelo y al posterior odio de los

‘El último sueño del rey’, de Bocero de la RosaNOVELA

Alberto Monterroso

El último año del reinado de Fer-nando VI y la labor política de su ministro Ricardo Wall son episo-dios poco conocidos desde el pun-

to de vista histórico. A su comprensión y disfrute contribuye esta interesante novela que desvela, con detalle y profundidad psi-cológica, la penosa enfermedad del rey tras la muerte de su esposa Bárbara de Bragan-za, esa locura que llega a apoderarse por completo de él mientras se multiplican las intrigas de Isabel de Farnesio, madre del fu-turo sucesor Carlos III.

A través de estas páginas se dibuja un cuadro completo, rigurosamente histórico y muy verosímil acerca de los últimos días de Fernando VI. Asistiremos a la traición de los más cercanos, al dolor del rey por la muerte de su esposa, a su progresivo dete-rioro mental y físico, a la ambición de mi-nistros y cortesanos, todo ello dentro de las intrigas de poder que rodearon la corte es-pañola en unos tiempos muy difíciles en la esfera internacional: es la época de la gue-rra de sucesión austríaca y de la guerra de los siete años. Fernando VI, asesorado en es-tos últimos momentos por Ricardo Wall, se esforzará en una neutralidad ante este con-flicto europeo, del que España se manten-drá al margen hasta la llegada de Carlos III al trono.

El autor sabe contar con precisión histó-

de España. Francisco José Bocero de la Rosa (Córdoba, 1964) acumula una larga carrera dentro del mundo del periodismo y la co-municación. En 2007 publicó La derrota, una impactante descripción de la primera victoria sobre las tropas napoleónicas, a manos del general Castaños y en el marco de la Guerra de la Independencia española. Ahora con El último sueño del rey el autor man-tiene el mismo rigor histórico que lo carac-teriza para adentrarse, aún con mayor pro-fundidad, en la psicología del propio mo-narca y de los principales personajes que lo rodearon durante aquel trascendental mo-mento histórico. Estamos hablando de los tiempos en que se produce la difícil transi-ción de poder entre Fernando VI y Carlos III.

El médico principal que atiende al rey será el narrador y personaje de la novela. En cuanto médico, va describiendo la locura de Fernando VI con un dramatismo y vero-similitud asombrosos pero, en cuanto inte-lectual y político, mantendrá reveladoras conversaciones con el ministro Wall. Y a través de esos diálogos se irá desgranando la confidencialidad, el lazo de comprensión y complicidad que se establece entre ambos personajes, para añadir a la novela aspectos que van más allá del puro trasfondo históri-co de la época y alcanzar, así, de lleno las circunstancias humanas, los entresijos de la política, la ambición y malas artes de Isa-bel de Farnesio, gran estadista pero tam-bién mujer despiadada, madrastra de Fer-

nando VI y madre de Carlos III, hábil e infa-tigable en su esfuerzo por apartar cuanto antes del trono a Fernando y abrir paso a su hijo Carlos, que espera en Nápoles su próxi-ma entronización como primero en la línea de sucesión.

El marco histórico que sirve de fondo a la novela será el del reinado de Fernando VI: la influencia de su esposa Bárbara de Bra-ganza en la política española, la actuación de los ministros, la caída del Marqués de la Ensenada, el papel de los jesuitas y de la Compañía de Jesús, el enfrentamiento de Francia e Inglaterra en el contexto de la guerra de los siete años y los difíciles equili-brios de Ricardo Wall por mantener a Espa-ña dentro de la neutralidad; pero el marco humano de la novela no es menos podero-so: la debilidad de Fernando, el hundimien-to moral y físico tras la muerte de su esposa, la locura del rey, la enfermedad y la depre-sión, las intrigas de su madrastra y las ma-niobras de sus ministros; toda esa presión soportará el rey Fernando VI, triste víctima de una época convulsa, poco conocida y muy interesante de la historia de España.

‘El último sueño del rey’. Au-tor: Francisco Bocero de la Rosa . Editorial: Almuzara . Córdoba, 2020.

EFE/DAVID ARQUIMBAU

rica y literaria el hundimiento físico y men-tal del monarca, conformando alrededor de la novela el cuadro vivo y cabal de uno de los periodos menos conocidos de la historia

seres protegidos. Como confiesa el hermano Agamenón a su amigo Alec, «hemos intervenido para im-pedir la aniquilación y solo para eso; cualquier detalle adicional no haría sino emponzoñar nues-tra existencia y la vuestra. ¡Y para siempre! ¡Ya lo creo, por los siglos de los siglos!».

Francisco Bocero de la Rosa.

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10 Diario CÓRDOBASÁBADO 30 DE ENERO DEL 2021

Cuadernos del Sur

‘Ética mínima’. Au-tor: Adela Cortina . Editorial: Tecnos . Madrid, 2020.

Ética por encima de todoTecnos reedita el libro ‘Ética mínima’, de Adela Cortina Antonio González Carrillo

La célebre Ética mínima de Adela Cortina, con prólogo de José L. López Aranguren, se publicó en Tecnos en

1986, siendo reeditada en 2020 en su décimo octava edición. Treinta años después ha sido ampliada con un nueva publicación El largo camino de la ética. Esta sugerente obra nació en el último tercio del siglo XX cuando se produjo la ter-cera ola democratizadora en Espa-ña. Esta profesora valenciana, di-rectora de la Fundación Etnor, es una figura clave en nuestro país cuando se trata de discutir sobre las connotaciones morales de la política, la economía y otros as-pectos de nuestra sociedad.

La Ética es una disciplina filo-sófica hasta cierto punto autóno-ma que nace de las obras de Pla-tón y Aristóteles, entendida como un saber práctico irrenunciable. En este ámbito de filosofía prácti-ca es dónde Cortina se pregunta si es posible articular en la vida coti-diana una ética cívica tejida a par-tir de unos mínimos morales com-partidos. En una época, la nues-tra, que huye de la reflexión sobre los grandes sistemas, incapaz de querer descubrir la verdad, alcan-zar el bien y practicar la justicia. Cortina se pregunta a quién le in-teresa poseer el secreto de una vi-

«Esta profesora es una

figura clave cuando se

trata de discutir sobre

las connotaciones

morales de la política»

da feliz y plena. Vivimos los ciuda-danos intentando arañar ciertos fragmentos de justicia, pequeñas verdades y minúsculos bienes, que nos ayudan sin duda a «pasar-lo bien», lo mejor posible, pero a lo que deberíamos aspirar en nuestras vidas es a «vivir bien».

Abordar en serio estas y otras cuestiones vitales es el propósito de este cuidado libro. Los lectores encontrarán respuestas a esas acu-ciantes preguntas que nos hace-mos acerca de la rectitud de cier-tas conductas, sobre la legitimi-dad del poder, la esperanza o el sentido de la existencia.

Una ética, desde los griegos, es «un saber de lo práctico». La cues-tión ética no sólo es el preguntar qué debo hacer en la vida y con mi vida, sino, sobre todo, por qué de-bo. Lo que estoy obligado por im-perativo de mi propia dignidad humana. La especificidad de la «Casa Ética» es, por tanto, pregun-tarse acerca de qué debo hacer, qué me conviene y qué pasa si no hago lo que debo.

Camus nos confirmaba la exis-tencia del hecho moral como algo insoslayable, del que no podemos escabullirnos, dado que la ética, al final, es lo que está por encima de todo. Cortina, seguidora de Karl Otto Apel y de J. Habermas, consi-dera que nuestras sociedades occi-

dos a Brasil, de Turquía a Filipinas o Hungría).

Lo urgente e inmediato es la necesidad de generar un Ethos mundial, mediante unos valores y normas compartidos, que serían republicanos-democráticos, que nos permita construir sociedades justas, en las que las personas pue-dan llevar hasta el fin sus proyec-tos personales de felicidad. En de-finitiva, de lo que se trata es de vi-vir libremente proyectos de buena vida.

Esa ética de máximos que pro-movía Aranguren sería una espe-cie de magna moralia de raíz kan-tiana, que hace posible el ideal de la autonomía humana, que nos conduciría a una vida política fun-damentada en la idea de concor-dia y consensos.

Una Ética acorde con la racio-nalidad humana que sabe atener-se a la obligación de universali-dad, de lo que es válido, para mí debe serlo para todos. En el hoy nos vamos conformando con vivir una ética de mínimos (del «came-llo» en términos nietzschianos). No podremos conseguir una mo-ral de perfección como ideal pero sí de aproximación esforzada a la

ENSAYODANNY CAMINAL

excelencia ética. En una segunda parte, Cortina hace un repaso de la Ética contemporánea, desde la Ética de la convicción y la respon-sabilidad weberianas a la liberal Teoría de la justicia, de Rawls.

En su análisis de los métodos de la ética, los divide en inadecua-dos que rechaza y adecuados que defiende. Los primeros serían los que denomina como descriptivos-explicativos que tratan de anali-zar el lenguaje moral, sin reco-mendar contenido moral alguno. Son insuficientes. Por el contra-rio, su alternativa a esta meta-éti-ca es la Ética del Diálogo iniciada por el socialismo lógico de Peirce y continuada por Habermas y Apel.

Esta ética dialógica propone una determinada utopía social, que debe ser alcanzada mediante la acción. Más utopías y menos distopías, entendiendo que la uto-pía no es producto de una espe-ranza irracional, sino de un con-cepto racional necesario para comprender que los ciudadanos se comprometan de hecho en una comunidad de argumentación. La utopía es, pues, el concepto prác-tico que presta coherencia a la ac-cion.

Una ética del diálogo que ex-cluye como ilegítima cualquier norma no acordada por los afecta-dos por ella en pie de igualdad. Eli-minar este principio o ponerlo en duda supone acabar con la socie-dad democrática. El diálogo para lograr consensos es la única vía transitable para mantener la li-bertad individual y el progreso económico y social al que aspira-mos. En esta obra pretende difun-dir una idea de lo que debería ser una sociedad justa. El saber ética y practicarla en la vida política y co-tidiana te advierte contra las ma-nipulaciones de los derechos pri-mordiales y despierta la concien-cia adormecida contra las injusti-cias.

Redefinir la identidadPOESÍA

Francisco Onieva

La editorial Cántico, dentro de su co-lección Palabra de mujer, publica Cómo decir deseo, el segundo poe-mario de Salvadora Drôme (Montéli-

mar, 1963), tras Poesía sociable (Fundación María del Villar, 1997), por el que obtuvo el Premio de Poesía María del Villar. A ellos habría que añadir las novelas El rumor (Edi-torial Germanía, 2001) y Marcel (Puntorek-lamo, 2008), y la obra de teatro Por fin Antí-gona, con la que consiguió el Premio de Creación de la Diputación de Córdoba.

Se trata de un libro que aborda y cuestio-na el concepto de identidad, tal como lo ha definido el patriarcado, resemantizándolo Salvadora Drôme.

desde el prisma de un amor -y, por consi-guiente, del deseo y de la sexualidad- que es concebido como vía de autoconocimiento.

El conjunto se estructura en dos partes desiguales que corresponden a dos momen-tos vitales y a dos impulsos creativos distin-tos -”Cómo decir deseo” y “La confusión de los géneros”-, además de un prólogo y de un interludio en el que la propia poeta intenta justificar la estructura y cómo la primera sección nace a partir de la segunda.

Los doce poemas iniciales, titulados la-cónicamente con números romanos, son los más conseguidos. En ellos la palabra se adelgaza y se hace más directa y cercana, las imágenes se vuelven más sensuales y su-gerentes y el verso amplía horizontes, bus-cando la cadencia de una conversación a

media voz, fundiendo con acierto un inevi-table tono autobiográfico y un culturalis-mo posmoderno con cimientos grecolati-nos y franceses.

El libro, pues, es un canto de celebra-ción de la vida; de la felicidad; de un amor que, desde lo prohibido y la semiclandesti-nidad, logra hacerse visible; y de la pleni-tud en otro cuerpo irrenunciablemente fe-menino.

‘Cómo decir deseo’. Autora: Salvadora Drôme . Editorial: Cántico . Córdoba, 2020.

CÓRDOBA

dentales, moralmente pluralistas, han ido desarrollando una Ética cívica transnacional en este tercer milenio cada día más interconec-tado.

En 2020 llegó un enemigo invi-sible, inesperado e imprevisible desde la China, con un gobierno que nos ocultó al principio la pan-demia que se avecinaba, que nos ha llevado a una terrible crisis sa-nitaria con un saldo de muertes y sufrimientos, que han fortalecido a algunos regímenes autoritarios y nacionalistas, venidos de la ma-no de un afán de seguridad. Coin-cide, según Cortina, con un perío-do de recesión democrática, de desconsolidación de las democra-cias en el mundo (de Estados Uni-

Adela Cortina.

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11Diario CÓRDOBASÁBADO 30 DE ENERO DEL 2021

Cuadernos del Sur

‘Cuadernos de tierra’. Autor: Ma-nuel Moyano . Editorial: Menos Cuar-to Ediciones . Palencia, 2020.

Viaje a la intemperie estival‘Cuadernos de tierra’, nuevo libro del cordobés Manuel MoyanoAlejandro López Andrada

Habitar el misterio, sor-teando cárcavas y abis-mos, de un verano poético no es tarea

sencilla, pero esa es la sensación firme e inmediata que uno tiene al andar por las trochas y las vere-das de este libro bellísimo de Ma-nuel Moyano. El lector que co-mienza entusiasmado la lectura de Cuadernos de tierra al principio siente el halo de una brisa estival rozándole la espalda, esa tenue emoción que sentimos cuando va-mos sorteando las sombras de un crepuscular camino que nos va conduciendo a un jardín del cora-zón. Aquí, en este hermoso volu-men de viajes, su autor nos acoge y nos lleva de la mano por rinco-nes genuinos, algunos de honda y prístina belleza, de fulgor paisajís-tico, que, no obstante, en la costu-ra de su suave intrahistoria escon-den la penumbra de historias in-quietantes, terribles, abomina-bles, narradas con sabia maestría novelística por Manuel Moyano, un escritor completo y puro que sabe plasmar las luces y las som-bras de un paisaje muy hermoso, a nivel literario casi inédito, ubi-cado al sureste de nuestro país. La capacidad narrativa del autor es tan vigorosa y sublime, tan brutal, que en muchos recodos del libro uno presiente que lo que en prin-cipio era un libro de viajes va ad-quiriendo tintes de novela psico-lógica, o más bien de inquietante relato policiaco, consiguiendo así disfrutar de una lectura amena y profunda, multidimensional, en la que reverberan árboles, cami-nos, vaguadas e historias de horri-bles asesinos, de traiciones políti-cas y muertes sin espiar.

Manuel Moyano (Córdoba, 1963) es uno de los mejores nove-listas de nuestro país, y ha dado a la luz títulos memorables como El imperio de Yogorov (2014), finalista del Premio Herralde; La coartada del diablo, Premio Tristana de novela fantástica, cu-yos derechos fueron vendidos para ser adaptada al cine por Pedro Olea, y La hipótesis Saint-Germain (2017), con la que ob-tuvo el Premio Carolina Colorado. Por otro lado, ha editado excelentes volúmenes de relatos, entre los que destacan: El amigo de Kafka (2001) y El experimento Wolberg (2008). También publicó una hermosa novela de literatura juvenil, Aventura del piloto Rufus (2017) y varios libros de senderismo. Estamos, por tanto, ante un escritor de raza que ha tocado todos los palos narrativos alcanzando, como sucede en este libro, co-nectar de raíz con el alma del lector que se acerca a su obra hallando entre sus páginas a cada momento hermosos fragmentos literarios como, por ejemplo, éste del libro re-señado: «Cuando ya empezaba a creer que nunca saldría de aquel bosque arcano, que algún encantamiento me había atrapado allí para siempre -como en los cuentos infantiles-, alcancé una carretera asfaltada… Tenía todo el cuerpo do-lorido y el corazón bombeaba sangre sin cesar hasta mis pies» (pág. 85). Misterio y hechizo verbal, serenidad afectiva en el lenguaje, tensión narrativa, belleza descriptiva de lu-gares ignotos, apenas transitados, sencillez expresiva, hon-dura y emoción, son muchas de las cualidades positivas que tiñen la prosa literaria de Moyano en este notable volu-

VIAJES

Conciencia del legado

POESÍA

Antonio Luis Ginés

Hay otras maneras de acer-carse a lo rural, a la tradi-ción que viene impuesta en la genética del indivi-

duo. Luis Díaz, con un discurso fluido y clarificador, se adentra en ese nuevo territorio en el que confluyen varios factores distintos, desde una concien-cia del espacio y del tiempo, del ins-tante cuando resulta transformarse en una sacudida recordable. El género -el masculino, en este caso – es puesto en solfa continuamente por parte del sujeto poético, la tradición, en defini-tiva, sometida a una especie no de re-visión, pero sí de cuestionamiento su-til sobre su auténtica eficacia en un tiempo tan lleno de contrastes como éste, en el que se encuentran pasado y presente, marcando un futuro inme-diato.

La estirpe, la genética juegan sus bazas, y el sujeto se enfrenta a ese lega-

‘Hombres con dientes de leche’. Autor: Luis Díaz . Editorial: Cántico . Córdoba, 2020.

CÓRDOBA

men de viajes, Cuadernos de tierra, que está a la altura insosla-yable, no ya de los grandes libros de viajes de este país, co-mo el de Cela, Viaje a la Alcarria, o el poético Campos de Níjar, de Juan Goytisolo, sino de los escritores clásicos extranjeros como, Paul Theroux, Patrick Leigh Fermor y Bruce Chat-win.

Todo el libro mantiene una envidiable altura; no obs-tante, destacan los capítulos 6 y 10. En el primero de ellos, el narrador nos regala un poético y y singular dibujo de las brumosas sierras de Albacete, mostrándonos excelentes descripciones de este paisaje mágico del sureste, como cuando pisa las tierras de Arguellite, una aldea perdida en-tre aquellas espesuras, donde aún hay lugar para que el es-critor viajero remueva los jugos gástricos del lector mien-tras degusta unas jugosas «costillas de cordero guarnecidas con pisto manchego» (pág. 79). A otro día le despierta el alámbrico toc toc de un pájaro carpintero horadando el tronco de un árbol cercano a la habitación en la que él duerme. Luego de esto, el protagonista del viaje, el singular escritor que es Manuel Moyano, sigue su camino hacia las sierras de Alcaraz y se va fundiendo con la Naturaleza ofre-ciendo un relato ameno y sustancioso de anécdotas y expe-riencias seductoras, ocurridas a la intemperie de un verano que quedará impreso en nuestro corazón.

Luis Díaz.

CÓRDOBA

do con conciencia del camino que va a recorrer: «Siempre me dicen que voy a engordar como mi padre…/ les digo que no que yo voy a ser flaco como un galgo».

Cargado de una sencillez aplastan-te, el sujeto se desenvuelve con natu-ralidad entre el presente más intenso y el pasado que también lucha por abrirse paso entre la modernidad: «es-peran de ti que seas firme…que no cal-cules cuántos años te quedan de pla-near la siembra…». La relación con la familia (sobre todo con la figura del padre) recorre como un hilo invisible la mayor parte de los poemas, en un crecimiento de la conciencia de que todo lo que sucede guarda su miste-rio, que no tiene porque revelarse de manera instantánea. Esa lucha entre lo que se es y el deseo que se proyecta a cada momento de lo que se quiere ser realmente, produce un espacio inter-medio en el que el sujeto prende la chispa para generar la duda o la pre-gunta, para lanzarla como un bume-rán del que no podemos esperar la res-puesta como certeza.

Manuel Moyano.

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12 Diario CÓRDOBASÁBADO 30 DE ENERO DEL 2021

Cuadernos del Sur

Francisco Gálvez

Proust inédito

En estos días ya se en-

cuentra en librerías El

remitente misterioso y

otros relatos inéditos de

Marcel Proust, ocho

cuentos por primera

vez en castellano y pu-

blicados por Lumen.

Estos relatos que han

permanecido inéditos

más de un siglo, segu-

ramente por la propia

censura del escritor,

pues la mayor parte

hablan del deseo ho-

mosexual, es el gran

acontecimiento de la

rentrée literaria, se ha

dicho en una publici-

dad del libro e, incluso, por la crítica:

«Proust sale del armario». Esto sí que

tiene gracia. Otro de los posibles moti-

vos puede ser que todo escritor va de-

jando atrás textos en el ejercicio de su

trabajo de creación en el periodo de

escritura que no le parecen apropia-

dos por varias causas o percepción del

momento, y se dejan en el cajón sim-

plemente. Y esta última puede ser, tal

vez, la de su hallazgo, por Bernard de

Fallois cuando revisaba una caja y en-

contró los manuscritos de El remitente

misterioso.

Proust también supo sacar partido del

material biográfico, de la esencia del

instante y de lo más sencillo. Su sensi-

bilidad y capacidad para distinguir

con pinceladas ínfimas es una de sus

características: detenerse en los olores

y sabores de las cosas que tiene cada

tiempo y hacer de ello otra memoria,

como un laminador que deja al metal

en el grueso deseado y necesario. Las

palabras del propio autor, «los verda-

deros paraísos son los paraísos perdi-

dos», nos dice muchas más cosas y ha-

bla de esa mirada presente en su obra

maestra. Alan Pauls asegura en el pró-

logo: «¿Inéditos de Proust? La noticia

regocija y desconcierta. La idea de que

algo pueda haber quedado fuera de la

proustíada impresa suena extraña-

mente desafiante».

MODOS DE MIRAR

La verdad como metáfora‘Todo cuanto es verdad’, de Diego Medina PovedaFrancisco Morales Lomas

Desde una época donde la solidez establecía un marco vital defini-tivo a otra líquida en la que no existe resistencia a los cambios

y estos son conducidos bajo una diáspora casi continuada, la sociedad actual asume una continuidad en la que esta imperfec-ción de lo líquido transfiere toda suerte de incertidumbres y acaso de configuraciones diversas sobre la verdad y la mentira.

Sobre esta verdad, como símbolo de un patrimonio vital, que ya se inicia en el fron-tispicio del texto con la cita de Séneca, quie-re hablar Medina Poveda. De hecho tampo-co son baladíes algunas otras citas como la de Bauman, cuando dice en su poema «Amor líquido»: «El amor es un préstamo hipotecario a cuenta de un futuro incierto e inescrutable». Si la incertidumbre era ya una palabra asentada, los tiempos de trage-dia colectiva la hacen todavía más visibles. En este poema se hace definitiva nuestra li-quidez, nuestra inminencia y nuestro repa-ro, y esa devolución a la vida en medio de la liquidez, buscando la solidez tan etérea del acto amatorio. Sobre esta geografía huma-na se proyecta la razón de ser de un poema-rio que aborda esa verdad personal y sus pertenencias, desde los espacios cotidianos y nuestras actividades diarias hacia el ciclo de la vida, el cambio de un piso, una colada, y la mudanza… como constante metáfora de una época. El culto al cuerpo puede ser ese símbolo de los tiempos donde lo frag-mentario crea su propia finitud, esa angus-tia de ser ante las derivas inesperadas: «aquel soy yo:/ el hombre reducido a un contorno de nadie o de cualquiera,/ que sos-tiene un tornillo para montar su mundo,/ aunque parezca/ que solo está montando un taburete». Medina Poveda desconfía pro-fundamente de una existencia que conside-ra absurda y sustentada sobre principios que solo la hacen más versátil e inestable. De ahí la necesidad de desmontar este mun-do y su título obedece a la condición última de esa verdad.

La existencia nunca corresponderá a lo vivido y de lo endeble surte el miedo sus raí-ces e incluso en el amor, tan huidizo y frá-gil, en esas plagas que va acumulando el tiempo que amaina siempre en lo más en-deble. Y esa debilidad está presente en el hombre contemporáneo, en sus estremeci-mientos, en sus viajes: «Me iba dando/ las píldoras de angustia necesaria/ para enfren-tar la vida./ Yo ni siquiera había salido de mi barrio,/ ni conocía vicios,/ ni cárceles de amor, ni otros rincones,/ pero ya me angus-tiaba ese poema/ con aroma de fatum proce-loso». En el fondo, como Kavafis, siempre es-tá presente esa gran metáfora del homo via-tor ante un mundo ancho y ajeno sobre el que somos piezas convertibles y frágiles: «‘La ciudad’ siempre me acompaña,/ perdí ya la esperanza de hallar otras mejores/ des-pués de haber vivido en tres países/ y mirar-me al espejo avec ma gueule de métèque,/ títere tartamudo de otra lengua».

En este encuentro con el mundo y consi-go mismo todo es susceptible de saltar por los aires en la humanidad del abandono en

«En este encuentro con el

mundo y consigo mismo todo

es susceptible de saltar por

los aires en la humanidad»

mando: «Yo he visto aquel reflejo en mu-chos rostros/ que encuentran sus esbozos en los charcos/ mugrientos de la acera,/ y ven las cicatrices invisibles,/ los trazos que dibuja a hurtadillas el tiempo». Una poesía que siempre nace de la herida, que va cre-ciendo a medida que su verdad se hace po-derosa y ve que su libro va nadando hacia sí mismo en una liquidez continuada: «que en su líquido turbio y tortuoso/ alguna vez nadó un poeta/ que ya es libro, un cadáver/ que ahora es agua, y llueve/ humanamen-te». En definitiva, la imagen de un ser dolo-rido en su humanidad que penetra en la transitividad de lo creado, en su tiempo vi-vido, en las marcas del recuerdo, esa memo-ria que va alimentándonos con el tránsito vital y sus tiempos como arquitecturas defi-nitivas, inflamadas y humanas: «Contem-pla desde el fondo de tu estancia,/ llena de muerte y nacimiento,/ el absurdo paisaje de la vida,/ y nunca olvides/ dejar siempre una puerta abierta».

POESÍA

Diego Medina Poveda.

CÓRDOBA

la que se encuentra el yo poético, necesita-do de una solidez antigua que no encuen-tra y acaso falto de una verdad que le ofrez-ca sentido al todo. Pero si ese yo doliente se halla como un reclamo, no es menor el compromiso con el otro. Con esos migran-tes que asumen el desconcierto de lo crea-do ante una búsqueda de ciudadanía que nunca llega ante el juego de abandonos mutuos, lo que conduce a la alteridad que nace de la conciencia ante un mundo com-pletamente dominado por la sinrazón: «De adquirir vengo un trozo de conciencia.// Ahora más que nunca soy creyente,/ gra-cias al mundo estoy desengañado». Todo puede ser oscuro, todo puede ser líquido, pero nunca la condición del ser que piensa y necesita cambios y transformaciones, en una lírica que nace para la reflexión y la alegoría del compromiso, mientras el tiem-po va a nuestro encuentro como una pieza más que nos va conmoviendo y transfor-

‘Todo cuanto es verdad’. Autor: Diego Medina Poveda . Editorial: Rialp . Madrid, 2020.