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MAPA sobre los DOCUMENTOS de la DOCTRINA SOCIAL de la IGLESIA FICHAS PARA USO DE LOS ESTUDIANTES 2007 1

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MAPA sobre los DOCUMENTOS

de la DOCTRINA SOCIAL de la

IGLESIAFICHAS PARA USO DE LOS ESTUDIANTES

2007

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FICHA Nº 1

1. Contexto cultural y los cambios que constituyen el entorno de la primera encíclica social1.1.1. Antes de León XIII

La Iglesia desde siempre ha tenido una “Doctrina social”. En el transcurso de los siglos se acumularon: ideas, reflexiones, indicaciones normativas en forma de aclaraciones eclesiales sobre cuestiones sociales (formuladas tanto desde el magisterio, como por las autoridades, como por los intelectuales y teólogos), sumadas naturalmente a las acciones de compromiso social y de solidaridad. Faltaba una reflexión orgánica.

El tema social (o “cosa nueva” como dirá la RN) se vuelve objeto de la reflexión pontificia dentro de un contexto cultural complejo, problemático y amenazador. En el entorno encontramos no sólo las protestas sociales surgidas por la revolución industrial, sino también:

- laicización de la política y del Estado- redimensionamiento de los privilegios eclesiales (en el campo jurídico,

educativo)- difusión de la indeferencia religiosa y el ateísmo- difusión de las ideas liberales y aparición de las primeras formas de

socialismo: vistas como un inicio de pluralismo de opiniones y comportamientos.

Se rompe la identificación secular entre el ser católico y el ser ciudadano. En otras palabras: a la Iglesia le toca no solo plantearse nuevas cuestiones teóricas o doctrinales Sino también una nueva reflexión global de su relación con la sociedad, tocando todos los puntos de su existencia.

Podemos hablar de una “situación” en la cual la Iglesia se sintió sitiada y víctima (por lo menos la jerarquía), frente a violentos ataques culturales. Esto impulsó a la misma jerarquía a proclamar con creciente rigidez algunos derechos y principios considerados inamovibles: la defensa del poder temporal (como garantía de autonomía territorial favor de la “espiritual”) el convencimiento de tener a su cargo el deber de instruir y guiar a la humanidad y como consecuencia el de juzgar a la sociedad. Porque se consideraba que la sociedad debía estar impregnada de valores cristianos. Por eso y no por otro motivo las condenas contra: la libertad de religión, de prensa, de expresión.Es decir, no se ocupaba en confrontar la Verdad cristiana, la única verdad, con otras posiciones consideradas por sí mismas – justamente porque distintas a la cristiana – erróneas.En fin, valía el silogismo

- Dios es verdad- El verdadero Dios es el que predica y cree la Iglesia- La Iglesia tiene la verdad

La verdad siendo una, se encuentra sólo en la Iglesia. Todos los que no piensan y se comportan según el dictamen de la Iglesia están en el error.

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1.1.2 Los Pontífices del siglo XIX

Gregorio XVI (1831-1846) Fue conservador y trató de movilizar a la Iglesia contra la revolución y sus

ideas. En la Mirari Vos (15 de agosto de 1832) se la condena a la:- libertad de conciencia (considerada como un postulado absurdo y erróneo

más bien delirio)- libertad de prensa (considerada pésima y nunca lo suficientemente

detestada y aborrecida)

A ellas se les atribuía la causa de la decadencia y la ruina de varios Estados.

Sostenía la alianza ideal entre “trono y altar” (según los cánones medievales), como única vía para garantizar ventajas recíprocas a la Iglesia y a los Estados.

Pío IX (1846-1878) Aquí culminó el enfrentamiento entre Iglesia y sociedad, especialmente con

la publicación de la encíclica “Quanta cura” (8 de diciembre de 1864) con el agregado “Sillabo” es decir, el elenco de ochenta proposiciones consideradas inaceptables para la conciencia católica.

Con el “Sillabo” se atacaban:- teorías panteístas y racionalistas (anticristianas).- Gran parte del documento está dedicado a la relación Iglesia y Sociedad.

Que algunas proposiciones fueran consideradas inaceptables no tiene que asombrarnos, aquí se da una postura de cierre total de la cultura moderna que no acepta más los privilegios, las exenciones, la invasión de la Iglesia (mejor dicho de la jerarquía) en materia educativa, matrimonial y pide la sumisión del clero a las leyes civiles.

Paradojalmente el “Sillabo” fue recibido en todas partes con alivio:- por los conservadores, porque constituía una toma de posición esperada y

decisiva por parte del Papa.- por los liberales, por tener de ahí en más definitivos motivos de oposición- Desgraciadamente se generan graves conflictos entre los católicos (especialmente en Alemania) a pesar de inútiles tentativas de mediación.

- De hecho, la jerarquía, frente a los cambios culturales, no atina más que a rechazar en bloque el propio tiempo, advirtiendo la real amenaza de un proyecto ateo, anticristiano (además de anticlerical) decidido a modificar las estructuras y los estilos de la sociedad europea.

1.1.3. Precursores y primeras experiencias

No nos tenemos que olvidar las experiencias de muchos obispos, sacerdotes y laicos que dieron vida a nuevas formas de presencia en la sociedad (sobre todo en los territorios de alta industrialización).El catolicismo social nace a principios de 1800. El fenómeno se manifiesta sobre todo en Francia, Alemania y Bélgica, en Francia el debate es particularmente fecundo. Se desarrollan dos corrientes: los tradicionalista: en oposición a lo nuevo o sea al catolicismo social por Ej. de La Mennais que pretendía utilizar las libertades modernas para favorecer el proceso de re-cristianización de las poblaciones, proponiendo un verdadero programa de política social, cuyo objetivo era hacer

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propias las seis libertades fundamentales de la época moderna: conciencia, religión, educación, prensa, asociación, de voto, y la autonomía de las comunidades locales.Es necesario tener presente que, después de la revolución del 1789 los católicos no supieron elaborar nuevas hipótesis de interpretación y acción para una real presencia cristiana en la sociedad. Por lo tanto se advertía la exigencia de ofrecer a los creyentes bases seguras para discernir lo que podía haber de válido en las grandes ideologías que caracterizaron al siglo XIX, es decir, el liberalismo y el socialismo.

Francia- Desde los años 1830-1840 asistimos a pronunciamientos de obispos- 1842, Maurice de Bonald denuncia: “El obrero es tratado como una máquina”.- 1843, Auguste Affre escribe sobre los costos humanos de la economía liberal.- 1845 Giraud publica un libro sobre los problemas del mundo del trabajo.

Podemos también mencionar:- Frederic Ozanam: que funda las “Conferencias de S.Vicente”- Buchez que propone un “socialismo cristiano”- los intelectuales y nobles que se prodigan en obras educativas, culturales y asistenciales a beneficio de los obreros y artesanos.

AlemaniaDebemos recordar:

Kopling Adolf, que se ocupó de la formación profesional de los artesanos y ayudó a los obreros en la búsqueda de alojamiento.

Emmanuel Von Ketteler (obispo de Maguncia) (1811-1877)- Fue el primero en reclamar una reforma social- Formuló una lista de reclamos irrenunciables: aumento de salarios,

reducción del horario de trabajo, reglamentación del descanso, no al trabajo de mujeres y niños. Criticó el capitalismo exasperado reclamando la necesidad de un mejoramiento de las condiciones de vida de los obreros y su promoción cultural y moral. Gracias a Ketteler los católicos alemanes se organizaron en el Katholikentage y Volkverein: unión popular para la formación humana y profesional y la asistencia a los trabajadores. De hecho fue el gran inspirador de la RN.

Inglaterra Aquí recordamos al Cardenal Manning y su apoyo a los trabajadores del puerto de Londres en 1889.

Estados Unidos- Los “Caballeros del trabajo” un verdadero sindicato.- El arzobispo de Baltimor, Gibbons James, también él inspirador de León XIII.

Italia- A la retaguardia en este sentido por las especiales condiciones políticas y económicas, slo en 1880, gracias a la “Obra de los congresos” se intensifica el compromiso en lo social, EJ. ejemplo la cadena de cooperativas sector productivo, la prensa católica.Para recordar:

- Toniolo y la Unión Católica de Estudios sociales de 1889- la “Civiltà Católica” fundada en 1850, con Amplias reflexiones en materia

De economía y política.

Importante, para el futuro de la DSI fuela Unión internacional católica de estudios sociales y económicos, activa en Friburgo desde 1884, con el sostén directo del obispo de aquella ciudad, Mons. Mermillod.

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En esta “unión” colaboraron los más ilustres intelectuales católicos del tiempo.No se trató solamente de elaborar tratados o reflexiones, se desarrolló también un compromiso político decisivo con la finalidad de hacer adoptar en varios países una legislación adecuada.

1.1.4. Conclusión

El Magisterio social, por lo tanto, no surge de la nada, sino de decenas de intervenciones y experiencias, aunque a veces pioneras y aún conflictivas entre ellas. (ejemplo Volgesank (Austria) sostenía el corporativismo de tipo medieval, mientras que Perin en Francia, defendía el liberalismo)

Si bien evidenciando atrasos culturales y confusión entre asistencia y justicia social, se muestra la superación de la rígida contraposición entre Iglesia y mundo moderno.

“Es necesario aclarar, que la doctrina social de la Iglesia no nace de la preocupación de aggiornar el conjunto dogmático y moral de la Iglesia frente a los problemas puntuales, sino como instrumento de una auténtica y renovada evangelización en un contexto antropológico, cultural, social y político que había ido modificándose casi sin que la Iglesia se diera cuenta. No se trata, entonces, de un problema sectorial o de ‘aggiornamento’, sino de un problema global, de evangelización y de misión” 1.A más de cien años de de la promulgación de la Rerum Novarum (1891), se puede afirmar que no se cambió, ni se atenuó, la exigencia originaria y la motivación principal que ha provocado, es decir, inspirado, la elaboración del magisterio social de la Iglesia. Se trata entonces de una instancia de naturaleza típicamente pastoral.

Evolución histórica1ª FaseEn la interpretación clásica se puede distinguir una amplia primera fase que va desde el inicio (Rerum Novarum 1891) hasta el Vaticano II. En éste domina un método deductivo

Son, los años del “neo tomismo” (el retomar la teología y filosofía de santo Tomás de Aquino).

En pocas palabras, simplificando mucho, la teología es sólo la dogmática, es decir, el conjunto de las verdades reveladas y propuestas a través de formulaciones dogmáticas.

La doctrina católica se presenta entonces como “immutata ed immutabile” (basada sobre el derecho natural y antes aún sobre la Revelación).

Para elaborar el pensamiento sobre lo social se parte entonces de los dogmas.

No existe diferencia sustancial entre la “filosofía social católica” (y más tarde DSI) y la más compleja “doctrina cristiana”.

En la elaboración teológica, falta entonces un encuadre histórico.

En este sentido se puede hablar de ideología católica como la llama Sorge2

1 L. Negri, False accuse alla Chiesa, Piemme, 1997, p. 72.2 P. Sorge antes de llegar al Vaticano II, acuña otra frase: “la nueva cristiandad”.Son los años posteriores a la 1ª guerra con la crisis de 1929 y el surgir de los nacionalismos, de los regímenes totalitarios. Años de los pontificados de Pío XI y Pío XII.

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Se trata de un aparato conceptual formado por principios filosóficos absolutos y perennes con una instrumentación teorética que combate a las otras ideologías en su mismo terreno.

Este método, con el tiempo, se expondrá a ser acusado de ideologización, integrismo, abstracción y generalización

De hecho, la Rerum Novarum enfrenta un problema histórico y contingente, entre otros, el asunto obrero. Después de la ruptura entre Evangelio y cultura, sancionada por la recíproca excomunión entre Iglesia y mundo moderno, la Rerum Novarum se presenta como tendencia opuesta: es la aceptación implícita de la necesidad demediar entre fe e historia, entre principios éticos y praxis social, con la finalidad de extraer directivas de acción.

Los puntos destacables de esta fase

El significado de “nueva cristiandad”La definición de “nueva Cristiandad” es aplicada por Sorge sobre todo al período de Pío XII inspirado por el gran protagonista de esos años: J. Maritain. No se trata de realizar un Estado cristiano (la enorme diferencia con el Medioevo) sino un Estado laico cristianamente constituido, en el respeto del legítimo pluralismo. Donde la fe guía la cultura, la inspira pero no se identifica con ella.Se introduce así, para ser completado luego con el concilio, el discurso de la legítima autonomía de las realidades terrenales.

La propuesta de un tercer camino Para recordar: Wall Street y la III Internacional Socialista.

En la “Quadragesimo Anno” 1931 Pío XI retoma el discurso de la “civilización cristiana como tercer camino entre nacionalismo de derecha y colectivismo.

Se habla por primera vez de “Doctrina social de la Iglesia”. A él se debe atribuir el Principio de subsidiaridad que luego queda como pilar

de la DSI.

Nace la “sociología católica”Dicha doctrina era obra del Magisterio, mientras que era tarea de los intelectuales, sacerdotes y laicos, tratar, bajo su luz, la “ciencia social y económica según las exigencias de nuestros tiempos” con la intención de oponer, con más eficacia, la doctrina de la Iglesia a las nuevas necesidades.De este compromiso de los intelctuales, llamados auxiliares de la Iglesia, debía nacer la “verdadera sociología católica” que debía ser difundida en las escuelas y en las universidades católicas y en los seminarios y objeto de congresos y de seminarios sociales (Pío XI, QA 8-9). Se procedía de la “DS” del Papa a la “Sociología católica” de los expertos, de la sociología católica a su aplicación en la vida social y económica.

Segunda fase desde 1958Para Sicari1 se debe considerar como segunda fase aquella que comprende los años del Vaticano II e incluye cuatro grandes encíclicas: MM 1961; PT 1963; PP 1967; y OA 1971.

La novedad de la GSCon la PT (63) y con la GS del Vat. II, se introducen nuevas categorías y una manera nueva ponerse la Iglesia frente al mundo.

1 SICARI, A., L’etica nel sociale: individuo e persona. Guardare Cristo. Conferenza Milano, 9.11.1990.

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Las Novedades:Profundización y aumento de la atención teológica a los estudios bíblicos.Abandono de la conceptualización neo escolástica.

Las consecuencias

Con Juan XXIII, el primado pasa de la “Verdad” a la Persona. La gran novedad realizada por Pablo VI es el pasaje del “derecho natural a

los “derechos del hombre” como clave argumentativa en las conclusiones más relevantes.

La Iglesia no se presenta más bajo el título de “Mater et magistra” sino como “experta en humanidad”, “acompañante” de los hombres en su camino histórico, al servicios de ellos y en diálogo con ellos.

No sólo enseña los principios, sino que anima las fuerzas morales de la sociedad.

En este sentido, más que de “directivas” se habla de “orientación” para la acción. Es más, con Pablo VI el magisterio toma cada vez más conciencia de la complejidad de las QS y de que las reflexiones más acabadas y profundas sobre los problemas particulares deben ser confiadas a las comunidades cristianas. La categoría conceptual más importante es la de “signo de los tiempos”.

Esta categoría, usada por primera vez en la PT con la expresión “tendencias actuales” es retomada y aclarada por la GS y funda el método nuevo del cual la Iglesia debe servirse al enfrentar la realidad humana, para cumplir su misión de “salvar a la persona humana” y “edificar la humana sociedad”.

“Para cumplir esta tarea, es deber permanente de la Iglesia escrutar l los signos de los tiempos e interpretarlos a la luz del Evangelio (Signa temporum preescrutar et

sub evangelio luce interpretare) así que, en modo adecuado a cada generación pueda responder a los perennes interrogantes de los hombre sobre el sentido de la

vida presente y futura y su recíproca relación” (GS4)

Entonces, no se parte principalmente de los principios de la revelación y de la ley moral para deducir la praxis, sino que se está atento en primer lugar a la historia, a los signos que Dios muestra a la Iglesia a través de los grandes acontecimientos históricos, para interpretarlos a la luz del Evangelio y de la ley moral y discernir en ellos aquello que viene del Espíritu de Dios y aquello que es fruto del mal y del pecado.

Se trata más de un método inductivo, basado sobre el análisis atento de las distintas realidades históricas, geográficas y socioculturales, sobre la confrontación y el aporte de múltiples experiencias.(En otras palabras: las elaboraciones no se producen partiendo del dogma, sino de la realidad).

De hecho, no se trata tanto de dar a la historia un orden ya prefijado en las líneas generales, cuanto de leer en ella, a través de un discernimiento completo bajo la luz y la gracia del Espíritu Santo, el designo de amor y de salvación que Dios quiere realizar.En otras palabras se trata de captar los “kairos” es decir, los momentos de gracia que Dios estableció para la realización de su plan de salvación en la humanidad.

Los años de la cautela (¿de la protesta-del diálogo?)

Sicari hace coincidir sobre este mismo período: la segunda y la tercera fase:

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Sorge1 llama a esta fase la del “diálogo” porque por primera vez, con Juan XXIII, la PT está dirigida también “a todos los hombres de buena voluntad”

Estas novedades de método, no constituyen una respuesta convincente a las críticas surgidas desde el interior de la Iglesia. Críticas y perplejidades sobre todo referidas a:- impugnaciones sobre el término “doctrina”: demasiado rígido, recuerda

mucho a “dogma” y es determinante.- La idea de “tercer camino”: reduce a la DSI a ideología y la Iglesia a fuerza

política.- Protesta de los católicos franceses: acusan de sostener posiciones

conservadoras - Con Pablo VI se advierte el gran malestar de expresar juicios y juicios históricos sobre una realidad social compleja.- Paradojalmente la DSI parece, a pesar del esfuerzo de Pablo VI, sufrir un eclipse en el pueblo cristiano, sobe todo entre el clero y los intelectuales.- Pocos parecen considerarla parte integrante de la teología católica, muchos anuncian su desaparición, considerándola ya superada e inútil.

- En esos años Chenu2 escribe su libro contra la DSI.

Cuarta FaseLa cuarta fase así reconocida por nuestros autores es la que coincide con el pontificado de Juan Pablo II.Nuestro papa repropone la necesidad y la urgencia de la DSI, partiendo de una nueva lectura no tanto de los métodos, sino de los sujetos responsables de dicha doctrina la cual debe ser parte, por derecho y hecho, de la teología

Quinta FaseP. Sicari habla de la 5ta. fase donde las comunidades emergen como sujetos comunionales. Sería la fase que comienza ahora cuando las comunidades cristianas aprenden a concebir “desde el interior de la viva doctrina social de la Iglesia y a hacerse cargo, cada uno según el carisma propio y la propia experiencia”Sintetizando:

- de la filosofía a la teología- de los principios universales a las cuestiones sociales.- Es entonces la teología la que se ocupa de cuestiones sociales.

Criterios para la lectura de las encíclicas sociales1 BARTOLOMEO, S., Per una civiltà dell’amore. La proposta sociale della Chiesa, ED. Queriniana, 1999, 3ª ed. Pág. 892 CHENU, D. experto en Teología y DSI francés.

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1) tener siempre presente el ambiente histórico (los acontecimientos salientes en el ámbito socio-económico pero sobre todo cultural.

2) informaciones con referencia a los autores (que siempre es difícil de obtener)

3) leer la introducción: se encuentra siempre la finalidad (o casi la finalidad)4) ir al sumario y tratar de comprender la articulación de la encíclica o del

documento. 5) A veces los puntos indicados en la introducción son aquellos que titulan las

distintas partes.

Los grandes temas desarrollados en las encíclicas (continuidad y renovación)

1) Trabajo {familia} (en sí salario, salario familiar, retribución), (sindicatos y asociaciones trabajadoras)

2) Propiedad privada: (como instrumentos para realizar el DUB – perspectiva: del derecho natural de justificación metafísica, a la función social; salvaguarda de la libertad personal, ampliación del concepto (de material a conceptual el servicio)

3) Intervención del Estado (concepto de subsidiariedad, u. anterior al Estado) por lo tanto en política: tutela de los derechos, servir al bien común, en economía: orientar, coordinar, sostener, siempre según la subsidiariedad.

4) Desarrollo (nueva concepción, no sólo económica según una antropología integral de aquí el valor ético directamente en SrS concepción teológica: (existe una verdadera y propia teología del desarrollo) aquí ligada al concepto de “justicia” y su relación con la “caridad”.

5) Confrontación cultural con ideologías y corrientes de pensamiento

Además naturalmente de los principios

- personalista- solidaria- subsidiaridad- bien común- destino universal de los bienes- opción preferencial por los pobres

4 valores

- verdad- justicia- caridad- libertad

FICHA Nº 2RERUM NOVARUM (15.5.1891)

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1. BiografíaLeón XIII (Gioacchino Pecci, 1810.1903). En 1842 fue nombrado nuncio de la Santa Sede en Bruselas. En 1846 nombrado obispo en Perugia. Cardenal en 1953 permaneció en Perugia hasta 1878, año de su elección.

2. Motivos de la aparición de la RN.

2.1 Contexto histórico:- fenómenos del imperialismo y del neo.colonialismo (reparto del continente africano, crecientes ingerencias occidentales en el imperio Otomano y en China).

- Liberalismo económico. La revolución industrial había provocado un trastorno del ordenamiento estructural de la sociedad. El liberalismo económico había sancionado la legitimidad de cada abuso social.

- depresión económica. En ese tramo final del siglo XIX, el capitalismo se presentaba como un sistema económico consolidad y difundido. La revolución industrial había sumido el carácter de una “revolución permanente”.

- Sólo en el decenio 1880-1890 la desocupación comenzó a considerarse como una consecuencia negativa de las depresiones económicas. Justo en esos años (la crisis duró hasta 1896) se propagó en Europa una difusa preocupación por la suerte futura del capitalismo: la depresión económica comenzada en 1873 no daba muestra de revertir, el sistema de libre mercado cedía bajo los golpes del proteccionismo.

- 1889: II Internacional Socialista - “Movimientismo” católico anticapitalista

Se formó una corriente de pensamiento “corporativista”. La línea común estaba constituida por la propuesta de una contra reforma económica centrada sobre la restauración de las antiguas corporaciones de arte y oficios, casi una vuelta al sistema económico del medio evo caracterizado por la formación de autonomías locales autosuficientes, donde el “gran consejo de la corporación” debería sustituir hasta al Parlamento, es decir, debía ser el órgano de gobierno del país. Ejemplo: Vogelsang (Austria) corporativismo obligatorio (del cual ya se habló), Perin (Francia) corporativismo moderado (libre asociación).Estaban también los “católicos liberales”, que en Italia asumieron una tercera posición: sostenían la necesidad de reformar el capitalismo a través de una moderada intervención pública como sostén de las corporaciones y en el campo de la legislación social.

La aparición de la RN debida a la tensión entre Iglesia y modernidad como conflicto después de la ruptura sancionada definitivamente por el Sillabo, pero al mismo tiempo como tentativa de mediar “Fe e Historia” según B.Sorge.

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2.1. ¿Cuestión social sólo como cuestión obrera?

Así sostienen varios autores (Sorge, Angelini que cita a Giordani). En cambio se debe afirmar que para León XIII la llamada “cuestión social” no se agota en la “obrera” sino que involucra distintos sectores y dimensiones de la sociedad.

2.2. El desafío

En la “cuestión social” se enfrentan dos ideologías: “marxismo” y “liberalismo”, ambas materialistas; por lo tanto, frente al peligro de que la nueva sociedad, después de los pesares que está sufriendo, nazca dominada por un materialismo de masa, la Iglesia siente el deber de repensar de manera nueva su presencia y de hacer sentir su voz. He aquí la tesis de Sorge: nace la ideología católica para contrastar al mismo nivel del liberalismo y el marxismo.

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2.3. Críticas a la RN1) no tiene en cuenta la importancia del análisis sociológico.2) falta el conocimiento de la naturaleza estructural de la cuestión obrera, cuya solución supone una profunda corrección del modelo mismo de producción y distribución de la riqueza.3)la verdadera preocupación, más que el proletariado, sería el miedo al marxismo.

León XIII no quiere cambiar el status quo, las diferencias deben permanecer, las dos clases son un dato inamovible porque son naturales (RN 15).

Las respuestas

1) La importancia creciente del análisis sociológico está en los inicios. El planteo doctrinal de la neo escolástica no recurre a las ciencias humanas.

2) Acerca de su voluntad de no cambiar el “statu quo”, no hay una invitación a la resignación (la traducción oficial vaticana, en el n. 20 usa el término “modestia” no “resignación”, como sí hacen los otros textos).

3) León XIII usa el concepto de paz como conteniendo el de justicia y el de caridad, en un significado “positivo”, sobre todo el de justicia, a diferencia del significado “violento” en la revolución francesa.

Más que mantener el statu quo se debería decir que León XIII teme el conflicto social, teme su degeneración y por eso invita a la colaboración. (De por sí el marxismo incita a la lucha, es decir, al conflicto violento donde una clase debe eliminar a la otra).

a) Los economistas dicen que la RN está abierta a la modernidad: León XIII no aprueba a los católicos sociales, es decir, a una visión económica de corte medieval y acepta las instituciones fundamentales del capitalismo (propiedad privada, sistema salarial, crédito, mercado), pero de manera crítica, rechazando el espíritu individualista. También aquí podríamos decir que fundamenta algunas instituciones extrayéndolas de las bases teóricas que las generaron.

Camacho1 afirma que la RN mantiene ligámenes con el capitalismo y el liberalismo. Toso2 responde que, en cuanto a lo que se refiere a la propiedad privada estamos frente a la defensa de derechos siempre concebidos como sostén del ciudadano para ser ejercidos según criterios éticos-sociales.

Que la RN no tenga un proyecto de cambio social está por demostrarse.

Toso (en Welfare Society p.54) cita distintos puntos de la RN donde se dice:- tutela bienes corporales y espirituales n.35- tutela propiedad privada n.30.39- tutela derechos de los trabajadores n.27.42

4) Miedo del socialismoComo miedo al socialismo así sostiene Candeloro (historiador). Camacho disiente. De hecho la RN indica entre las causas del conflicto social la debilidad y la humillación de los obreros “frente a los capitalistas”. Sólo la primera parte está dedicada a la crítica del socialismo, todo lo demás tiene tonos y contenidos

1 CAMACHO, I., Iniciación a la Doctrina Social de la Iglesia, ED San Pablo, Madrid, 1995, Págs. 15-34.2 TOSO, M., Welfare Society. L’apporto dei pontifici da Leone XIII a Giovanni Paolo II, Ed. Las, ROMA, Págs. 81 a 123.

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diferentes. En efecto en el n. 2 entre los fines no existe sólo “refutar los errores” (no sólo del socialismo) sino que ofrece principios para una solución.

3. La Redacción (los autores)

León XIII cultivó durante mucho tiempo el proyecto de una intervención en la materia. La redacción fue larga y trabajosa, tanto que hizo temer en definitiva la publicación de la encíclica.La primera redacción fue confiada al p. Mateo Liberatore s.j.. Considerada insuficiente. Se encarga al Card. Zigliara para proceder a una segunda prueba, enseguida unida a la primera. La parte Iglesia-Estado fue confiada para una elaboración más precisa a Mons. Boccali. Nuevos arreglos y sucesivas relectura por parte de León XIII.

5. Los contenidos más relevantes

1) La cuestión social

La cuestión obrera es percibida como un problema grave, emergente, que no agota la cuestión social y que se presenta como conflicto, (Introducción n.1) entre obreros y empleadores.La finalidad que la encíclica se propone es doble:

- rechazar funestos errores - destacar los principios para una solución acorde a la verdad y equidad

Otra aspecto importante (de una fuente metodológica): el análisis de la situación, es decir, la individualización de las causas que la determinaron están indicadas en tres:

- imposibilidad de los trabajadores de defenderse: solos frente a la avaricia y la ambición de los empleadores.

- La usura - El monopolio y les regímenes oligárquicos (todo en manos de pocos)

Primera Parte (nrs. 3-12) “El socialismo falso remedio”

La CA sostiene que la afirmación de la RN todavía es actual y que la historia ha demostrado su validez; tal vez se refiere a estas consideraciones: los límites denunciados en relación al socialismo, esos límites son:

- Daña los derechos (principalmente el de la propiedad privada)- el socialismo desnaturaliza la función del Estado- fomenta el desorden social (la lucha por la supremacía sobre el Estado

burgués)

Una observación sobre la cuestión de la propiedad privada.

El objetivo de León XIII no era avalar el individualismo ni el liberalismo económico.Para León XIII la propiedad privada debe ser defendida como derecho natural (como tal, anterior al Estado) y como sostén económico y moral de cada ciudadano (nrs. 5-7), derecho que debe ser ejercido según una finalidad ética y social (nrs. 18-19). El Papa subraya que la propiedad privada es un fin legítimo y natural del obrar del hombre. Sobre esta base del “derecho natural”, León XIII puede interpretar este derecho no en la forma absoluta en que se lo interpretó en algunos ambientes: en los EE.UU. y en Gran Bretaña, sino concebir este derecho en un contexto más amplio. Permanece insuficiente, de todas maneras, el fundamentar la propiedad como derecho natural en la diferencia que existe entre persona humana y otros seres animados. Permanece, y no secundariamente, la reflexión sobre la familia

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concebida como célula de la sociedad que el Estado debe salvaguardar, promover y proteger y no controlar, como sucedería si la propiedad privada fuera abolida.

Segunda parte (nrs.13-44) “El verdadero remedio: la unión de las asociaciones”

- El aporte de la Iglesia, (13-24 )

- A) la contribución de la enseñanza de la Iglesia y de su actuar (13-15)- B los medios para superar las cuestiones problemáticas(16-24)

a) la enseñanza de la Iglesia, nrs. 13-15Estos tres primeros números, 13, 14 y 15 son importantes. Nos dan la posibilidad de comprender con gran evidencia no sólo la mentalidad sino las pre-comprensiones del pensamiento de León XIII y de la Iglesia en su época.He aquí las tres afirmaciones:

- 13, “no existe solución a los problemas sociales fuera de la religión y de la Iglesia”

- 14, sufrimientos no modificables- 15, la necesidad de colaboración

Juan Pablo II, en la CA en el nr. 5 (parte final) afirma: “Hoy, como entonces, es necesario repetir que no existe verdadera solución de la cuestión social fuera del Evangelio”.La RN en este número 13 (según la traducción LEV dice: “Dado que se trata de cuestiones (sociales) de las cuales no es posible encontrar una resolución válida sin recurrir a la religión y a la Iglesia”. En esto, la competencia de la Iglesia (o mejor la pretensión) en materia social, es expresada a través de un silogismo: no existe solución fuera de la religión y de la Iglesia, la Iglesia tiene su enseñanza, si quieren resolver los problemas deben hacer como dice la enseñanza de la Iglesia. En conjunto el silogismo se debería retomar en los siguientes términos: Dios es verdad, Dios se nos revela en la Iglesia, para saber la verdad tienen que recurrir a la Iglesia. Por otra parte, sobre estas convicciones, se fundan las afirmaciones siguientes que son relevantes en sentido metodológico: la encíclica dice que, la Iglesia extrae del Evangelio doctrinas aptas para componer o de alguna forma, hacer menos áspero el conflicto…. Se afirma que la Iglesia, con estas doctrinas sacadas del Evangelio, no sólo enseña, sino informa las costumbres y la vida de cada uno y con sus obras mejora las condiciones del proletariado. Entonces, parafraseando, debería considerarse que la Iglesia deduce del Evangelio un saber, pero no un saber sólo teórico, que enseña, sino un saber moral capaz de cambiar las costumbres y al mismo tiempo energías y voluntades como para originar iniciativas y actividades asistenciales.

Por lo tanto estamos frente a una doble exigencia:la de ser capaces de resolver las cuestiones socialesla de poder hacerlo deduciendo lo que sea necesario a partir del Evangelio

Como se puede comprender, en esto están en juego dos asuntos fundamentales de la DSI:

El problema de la verdadla relación entre teoría y praxis

Asuntos aún no totalmente resueltos.

n. 14Es necesario leer este número no como una invitación a la resignación. Partiendo de la idea de pecado original y de la caída a la que fue sometida toda la creación, este fragmento se debe leer como afirmación de realismo contra la utopía de las ideologías, El único Salvador es Cristo que ha pasado de la cruz a la resurrección, sufriendo y muriendo. La ideología marxista promete un “paraíso en la tierra” poniendo como condición la destrucción de una clase social.

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n. 15Se propone la fábula que Menemio Agrippa volvió célebre. Considerando que la situación social es siempre vista como conflicto, se invita a todos a cesar con las hostilidades y encontrar un acuerdo. Para alcanzar este acuerdo, ¿qué otro instrumento emplear sino la enseñanza y la práctica de la caridad del mandamiento del amor? Por eso el n. 15 concluye con énfasis: ante la dramática realidad ¿qué doctrina y/o experiencia es la más adecuada para orientar a soluciones, si no el cristianismo?

b) Los medios para superar la lucha de clases (nros. 16-24)Estamos frente a la parte más bella y más famosa de la RN y, al mismo tiempo, la más “progresista” e innovadora.

n. 16 (derechos y deberes de las partes)Para destacar la clara referencia a la visión personalista cristiana:

defendiendo a los trabajadores, León XIII recomienda la defensa de la “dignidad humana ennoblecida por el carácter cristiano”la visión del humanismo integral: se habla de necesidad material pero también espiritual. Es la defensa de la persona concebida integralmente.

n. 17aquí encontramos la célebre expresión: “defraudar el salario clama venganza ante Dios”. No existe ninguna atenuante sobre la delicada situación del salario y sobre la miseria del proletariado. Es una decidida defensa de los más débiles. Los criterios para definir el justo salario se mencionan en el n. 36. Se hace referencia sólo al principio general (mejor dicho genérico): no especular sobre la miseria.

n.19 El uso de las riquezas el criterio indicado es el siguiente: las riquezas deben usarse de manera ética (para el bien, se deben usar bien) y social (ayudar a quien no tiene)

n. 22 (El ideal histórico concreto de León XIII) el n. 22 explicita el modelo de sociedad que León XIII quisiera ver realizada. Habla de “retorno a la vida y a las instituciones cristianas”, por consiguiente es fundamental una alianza entre la Iglesia y la sociedad donde las instituciones estén inspiradas y operen sobre la base de los valores cristianos. No se trata de un Estado teocrático, pero sin duda de una sociedad donde la educación y la cultura deben ser de matriz religiosa.

El último párrafo responde a una polémica la cual surgía a partir de la objeción a la necesidad de la caridad cristiana ejercida a través de las distintas actividades asistenciales. Se afirmaba que debía bastar la asistencia pública, es decir se debía considerar al Estado como el único sujeto apto para proveer una “solidaridad institucionalizada”En esta respuesta a la crítica, León XIII a su manera, afirma la imposibilidad del Estado para llegar a responder a todas las necesidades y que es mejor organizar la asistencia partiendo desde abajo, es decir, según el principio de subsidiaridad.

- El aporte del Estado, 25 - 31El concepto expuesto es el siguiente: el Estado debe proveer al bien común. Por “bien común” debemos entender la prosperidad de las naciones.Aquí existe materia para responder a una crítica a la DSC, la que la acusa de preocuparse sólo de la justicia distributiva y no de la producción de la riqueza. No es verdad que la Iglesia dice sólo: dar a los pobres, dice también: primero crear riquezas y luego distribuirlas según las necesidades.El otro concepto importante y que fue para aquellos tiempos una idea de avanzada: cuidar el beneficio del obrero significa beneficiar a toda la sociedad. He ahí por qué León XII le reclama al Estado el deber de proteger a los trabajadores. Los trabajadores, según el Papa, son ciudadanos y con todos los demás concurren a la

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formación de la riqueza nacional. Luego siguen las indicaciones que cada gobierno debería seguir (29): tutelar tranquilidad, orden, familia, religión, costumbres íntegras, justicia, defender el derecho de los más débiles, de aquí en más la propiedad (si alguien la tiene).El último párrafo se refiere a las huelgas (31). Aquí la huelga es valorada negativamente: como daño para toda la sociedad. Por ese motivo, para evitar el daño, el estado debería prevenirlas. Sucesivamente en la DSC habrá visiones positivas y más amplias del derecho de huelgas.Aquí se enumeran las indicaciones y orientaciones concretas y generales con referencia a la parte precedente.Se hablará entonces del descanso festivo, de la legislación social, de los trabajos abusivos, del trabajo de las mujeres y de los niños. En el n. 32 se remarca la defensa de la dignidad de la persona.Y se lo hace con intensidad, resaltando sobre todo el motivo religioso, reclamando con más claridad que la dignidad de la persona es deber ante Dios, ofendiendo al hombre se ofende a Dios.Importante es el n. 34 ya citado, es el del “justo salario”.El pensamiento de León XIII se diferencia diametralmente de la concepción liberal. Para ella el trabajo es uno de los distintos factores de la producción.Es la visión economicista, que regula todo, también el trabajo, según la ley de la oferta y la demanda.

Para León XIII el trabajo humano tiene dos características (n.36): es personal y necesario.

Personal: es expresión de un ser humano, de una persona humana hecha no sólo de brazos, sino con un corazón, etc.

Por lo tanto quién trabaja es una persona humana: el criterio debe ser meta económico.

Necesario: porque sirve al sustento material de la persona y de su familia. Comienza a delinearse cada vez más claro en este período el concepto de “salario familiar”. La retribución debe permitir el manutención de toda la familia, un manutención suficiente.

En el n. 36 se desea que el salario conceda a la familia la posibilidad de ahorrar, se trata del “salario ideal”, ahorrar para poder acceder a pequeñas propiedades.

De forma velada pero sustancial, León XIII opone a los marxistas una verdad de fondo, dictada por el buen sentido: quien trabaja en lo propio trabaja mejor, produce más, y así beneficia a toda la sociedad.Pero es importante agregar que este beneficio para la sociedad es impedido por la enorme distancia que existía en ese tiempo (como sucede a veces hoy en algunos lugares y sobre la cual Juan Pablo II vuelve a reclamar aunque con distintas expresiones, refiriéndose a la globalización de la economía) entre pocos muy ricos y muchísimos muy pobres.Si se quiere que todos estén bien, es necesario eliminar esta enorme distancia entre riqueza e infinita pobreza.El último beneficio enumerado se refiere a la emigraciónSi en la patria se pudiese vivir dignamente, no se estaría obligado a sufrir ulteriormente dejando el lugar de pertenencia.

- El aporte de las asociaciones 36-44Aquí León XIII sugiere seguros privados voluntarios, y seguidamente ya desde Pío XI se reclamarán seguros públicos obligatorios.Se reivindica la libertad de asociación, aún más se sugiere con insistencia, se dan indicaciones para la vida de los sindicatos y se alaban a los sacerdotes y laicos comprometidos.

- Finalidad el sindicato es defender a cada asociado a fin de que reciba el mayor beneficio físico, económico y moral.

- Se auspicia la formación de sindicatos cristianos. A ellos se les pide desarrollar una tarea de formación moral y religiosa. Cuando no existan

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más los sindicatos confesionales, el magisterio se orientará para estas tareas a las asociaciones que surgen con estos fines, como las ACLI, la GIOC; Acción Católica, etc.

APUNTES CONCLUSIVOS

Las líneas fuerza del pensamiento de León XIII pueden ser enumeradas así referente a la RN:

- El derecho de los trabajadores a asociarse.- La afirmación de una tarea positiva para el Estado (mediante legislaciones y

políticas sociales).- Función social de la propiedad privada.

En relación a lo que resta, considerando las encíclicas anteriores como:- Diuturnum illud (1881) la problemática ética-política enfrentada en el tema

“autoridad”.- Inmortale Dei (1885) retoma todo de la D I y habla de la relación Estado e

Iglesia: nostalgia por la cristiandad del medioevo donde el Estado y la Iglesia son distintos pero no separados, por eso se detiene en la fundamentación del derecho que no puede ser aprobado sobre bases racionalistas y naturalistas, sino sobre la dignidad de la persona cristianamente concebida.

- Libertas praestantissimum (1888) sobre la libertad que debe ser ligada a la verdad y al bien y así volverse fundamento del Estado democrático auténtico.

Sobre el rechazo de la democraciaMás que rechazo se debe hablar de perplejidad, porque quién sostenía este sistema político provenía culturalmente de posiciones contrarias a la Iglesia o más bien anticlericales. No es verdad que León XIII era contrario totalmente a la democracia, la acepta siempre que se demostrara abierta a los valores cristianos.

Podemos por lo tanto concluir que a pesar de los límites evidentes, el aporte de León XIII tiene una importancia epocal: la Iglesia enfrenta la modernidad con esfuerzo pero con plena conciencia.

FICHA Nº 3Quadragesimo Anno (1931)

Pío XI (pontificado 1922 – 1939)

Autores

La primera prueba fue redactada por P. Ledochowsky, a quien se le agregaron algunos teólogos de nacionalidad alemana como O. von Nell-Breuning y Muller. Al staff se agregan: Desbuquois y Danset. El Papa añadirá una parte sobre el corporativismo. De hecho es un texto amplio, no homogéneo, que recoge aportes y pensamiento distintos.

Contexto

- El instaurarse de los totalitarismos- La revolución de octubre de 1917- El advenimiento del fascismo en Italia 1922- Hitler canciller del Reich en 1933

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De hecho es la negación de todo lo que anteriormente pensaba y deseaba León XIII: aquí el Estado se vuelve el todo y se pone como fin para la persona, mientras que el pensamiento social católico postulaba lo opuesto.

- La gran crisis de 1929- Aparición de gigantes económicos y fuertes organizaciones sindicales.

Lectura de la encíclica

Introducción

1. Pío XI quiere explicar porque León XIII escribió la RN, (enumera los siguientes temas: situación de injusticia, católicos divididos, etc.) y remarca lo que para Pío XI es el punto fundamental de la RN es decir, conciliar la justicia social y la libertad a través de la colaboración entre las partes (como método)

2. En relación a la DSI hay tres afirmaciones importantes:n. 2: intervención en materia social definida como “solicitud pastoral”n. 10: se indican las fuentes de lo que entonces se entendía como DSI: recta razón y Revelación.n. 13: se presenta la RN y evidentemente, la QA como “nueva filosofía

social” que se debe entender no como filosofía natural, sino como filosofía cristiana. El haber precisado poco antes las fuentes requiere esta especificación: 3. Presenta el propósito de la QA:

recordar la RNdefender la RN de las críticasconsiderar “los males presentes”

Esta será luego la estructura de la encíclica.

Primera Parte (16-40) Los frutos de la RNBrevemente.La tesis es la siguiente: la Rerum Novarum es un documento excelente, sin embargo hubo discusiones, por lo tanto es necesario aclarar algunos puntos, teniendo en cuenta que algunas situaciones han cambiado, es decir, es necesario un “aggiornamento”.

Segunda parte (41-98): Defensa y desarrollo de la doctrina de León XIII

Tenemos que resaltar:- una introducción- una serie de problemáticas

La introducción (42) que remarca la relación entre ética y economía.

Afirma que la competencia de la Iglesia es de carácter ético y no técnico. Con la crisis de 1929 entró también en crisis una cierta concepción de la economía. La ciencia económica pierde el carácter utilitario que la había dominado hasta entonces. Se abre a perspectivas éticas.Pío XI de esta manera anima estas nuevas orientaciones, afirmando dos principios guía: autonomía pero correlación entre ética y economía, y también legitimidad de la intervención del Estado en la esfera económica. Si estos dos “principios” se realizan juntos, (economía orientada éticamente así como la intervención del Estado), los efectos no pueden ser otra cosa que positivos. La afirmación principal es que la economía está subordinada al fin supremo (servicio a la persona) y no puede existir separación entre ética y economía porque la economía es actividad de la persona.

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Las problemáticas:Tanto Camacho como Toso están de acuerdo en considerar que esta segunda parte está marcada por la preocupación ante el problema relativo a la equitativa distribución de la riqueza, en una sociedad marcada por graves desigualdades. Se quiere trazar un ideal de sociedad donde todos produzcan riquezas y todos participen de ellas (contra el modelo individualista-capitalista y el colectivista).Desde esta línea se encaran las problemáticas que dan título a varios capítulos:

- propiedad privada- capital y trabajo- salario- reforma de las instituciones etc.

Comencemos con la primera:a) propiedad privada 44-52:

Pío XI, en relación a León XIII, subraya algunos aspectos y omite otros, remarca con mayor determinación la función social de la propiedad privada, subraya que es un derecho natural: (no olvidar en esta parte la crítica al marxismo definido como inconciliable con la fe cristina).Se omite la justificación usada por León XIII (el hombre distinto a los demás seres animados).Señala la legitimidad de la intervención del Estado en relación a este derecho, sólo en función del bien común, porque el Estado no puede ir contra este derecho sino que debe defenderlo.El n. 51 demuestra que Pío XI preocupado no sólo por la justa distribución de las riquezas sino también de su producción: exhorta a los empresarios a invertir para ofrecer nuevas oportunidades de trabajo y de producción de bienes útiles.

b) capital y trabajo

En esta parte Pío XI ofrece algunos principios para obtener una justa distribución de bienes.Son tres:

- principio del destino universal de los bienes (57)- principio del bien común (58)- principio de la justicia social (59).

Notemos la importancia que empiezan a adquirir, - en cuanto repetidos y remarcados – estos conceptos.

c) justo salario

Siempre en la óptica de una ecuánime distribución de los bienes, se ofrecen aquí criterios para la determinación del salario justo. Respecto a León XIII hay un avance:El salario es justo no sólo cuando permite que el trabajador y su familia se puedan sustentar sino cuando le permite también ahorrar. (ver RN).El salario justo debe ser determinado teniendo en cuenta la economía y la vida de la sociedad, es decir, sobre la base concreta de la condición de la empresa y del bien común de todo la nación. En este sentido debe leerse también el llamado (76) sobre la relación salario-precios que debe ser mantenida proporcionalmente.

Son de tener considerar los llamados sobre la “seguridad social”. Pío XI parece sugerir la creación de sistemas de compensación familiar de los salarios (72), pero, difícilmente realizables sin la intervención del Estado.Pío XI desea un Estado que intervenga con medios propios a nivel asistencial y de previsión, para poder efectuar esa justa distribución de la riqueza nacional. (Todo esto se verá mejor en la Divini Redemtoris cuando hablará de previsiones públicas y privadas)

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La parte que siguiente (siempre perteneciente a la segunda gran sección de la encíclica) se propone completar el discurso hasta ahora elaborado. La llamada “desproletarización” reclama reformas ulteriores. Se puede entonces aquí advertir el esfuerzo por ofrecer una estructuración de la vida social y económica más respetuosa de la dignidad de la persona humana.

d) reforma de las instituciones (77-89)

En el n. 80 encontramos explicitado lo que en la QA es definido como uno de los principio de la filosofía social, el de subsidiaridad, en una formula que se volvió célebre y clásica:”Así como es ilícito sustraer a los individuos lo que ellos pueden realizar con sus propias fuerzas e iniciativas para transferirlo a las asociaciones, también es injusto confiar a asociaciones u organismos sociales mayores y más altos lo que las comunidades menores pueden realizar” Este principio determina la dimensión de la solidaridad que debería caracterizar la acción del Estado.Podríamos preguntarnos: ¿cómo hace el Estado para interpretar el principio de solidaridad? A través del dinamismo de la subsidiaridad.La subsidiaridad expresa justamente esta conciencia: el Estado está al servicio de los organismos asociales que lo componen y no viceversa.Por otro parte, en aquel tiempo, sucedía esto último (es decir en los regímenes totalitarios) el Estado centralizaba y determinaba todo.

Tengamos claro entonces: que no es sólo un principio limitativo de la iniciativa estatal. Se debe interpretar este principio en sentido positivo. Como agrega inmediatamente después la QA. “(motivo de la intervención estatal) será ayudar complementando a los miembros del cuerpo estatal, sin destruirlos o absorberlos”.

Entonces, siguiendo a León XIII, al Estado le corresponde una intervención positiva en la sociedad, ayudar, sostener, integrar los varios miembros del cuerpo social, creando las condiciones favorables para su autopromoción, dejándoles realizar lo que a ellos les compete y aquello que pueden asumir como propio.Entonces, no intervenciones mínimas o solo supletorias, sino intervenciones integradoras que sólo el Estado puede asumir, junto naturalmente a las funciones de control y vigilancia (81).

Inmediatamente, siempre en el contexto de intentar definir un nuevo orden social, después de haber hablado del Estado y de sus intervenciones, Pío XI presenta aquello que muchos consideraron como la definición de una tercera vía (más allá de la liberal y la colectiva): el “corporativismo católico”. Según Toso, en Pío XI no estamos exactamente frente a un tercer camino. El corporativismo que Pío XI propone más que un sistema definido y articulado es una perspectiva histórica-concreta ideal que los católicos deberían encarnar en las distintos campos de acción.

Se trataría de la visión general de una sociedad susceptible de múltiples interpretaciones y realizaciones. De hecho ¿qué propone Pío XI? Queriendo resolver los conflictos entre capital y trabajo, - siempre en la óptica de una ecuánime distribución de la riqueza – dentro de una visión política donde el Estado está al servicio y se hace garante de la justicia social, Pío XI propone una organización corporativa de las profesiones, de manera complementaria en relación a las organizaciones sindicales. Por lo tanto se trata de organizaciones profesionales que aspirar a sentar alrededor de la misma mesa, con igual dignidad, a representantes de los trabajadores y empleadores. El corporativismo de Pío XI se diferencia del vigente en Italia en ese tiempo, durante el régimen fascista. La organización corporativa de ese tiempo emanaba del poder central y era instrumento de poder de la dictadura.

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Resumiendo:el corporativismo de Pío XI fue entendido por la Iglesia como una solución histórica- concreta para afirmar el primado de la sociedad sobre el Estado. Es una “aplicación” del principio de subsidiaridad: el Estado no controla y dirige la economía, como sucedía en el corporativismo fascista, pero sostiene y vigila sobre lo obrado por los protagonistas de la vida económica. También es necesario señalar que el corporativismo de Pío XI no era, como el fascista anti capitalista; en la base y como fondo permanece siempre la economía de mercado.Tanto es así que en 1945, el economista Joseph Schumpeter señalaba al corporativismo de la QA como el modelo a seguir para reformar, sin destruir, el capitalismo moderno. Esta propuesta de Pío XI termina con su pontificado, no se retomó más, porque se consideró insuficiente en relación a las situaciones que se darían en lo sucesivo. En resumen, no se sostendría frente a los complejos problemas de la sociedad. P. Sorgi agrega aquí que el error de Pío XI fue el de querer revivir una relación entre Iglesia y Estado según el modelo de la cristiandad del medioevo; no tuvo en cuenta la evolución de la sociedad.El modelo propuesto por él podía funcionar en una sociedad estática, no compleja.

Tercera parte (99-137)

Las transformaciones económicas acontecidas y líneas para un nuevo ordenamiento social, aquí se exponen dos importantes consideraciones:- valuación del modelo económico capitalista- prefiguración de lo que será el modelo de “economía mixta”

Para Pío XI el capitalismo no ofende intrínsicamente ofensivo la dignidad del hombre. Parece aceptar de hecho su existencia y funcionamiento, no dice que es el mejor sistema y no excluye que puedan existir otros.Sin embargo, frente a las contradicciones y a los excesos, propone para este modelo una reforma moral, una reforma a realizarse teniendo en cuenta el principio de justicia social.

Para Pío XI se trata de salvaguardar la libertad de empresa, la propiedad privada etc. coordinando todo esto con la intervención del poder estatal de manera de lograr, todos juntos, alcanzar este ideal de justicia social y por lo tanto de bien común. Según algún economista, Pío XI, desarrolla un análisis interesante de mercado. No nos resulta nuevo a nosotros hoy, pero para ese tiempo eran realmente consideraciones lúcidas e iluminadoras. Él afirmaba: que los mercados abandonados a sí mismos, sin ningún control legislativo adecuado, tienen no a volverse más competentes sino a asumir progresivamente las formas de monopolio y oligopolio. Pío XI usaba una expresión típica de su tiempo: “plutocracia”, para indicar el peligro de una intromisión indebida del poder económico en las instituciones democráticas. Señalaba, en efecto, en la exasperación del principio del provecho absoluto, el riesgo de plegar toda realidad institucional a los intereses de los potentados económicos.En fin, lo que vislumbraba Pío XI es válido también hoy (y remarcado constantemente por las encíclicas sociales): un capitalismo sin reglas amenaza y no protege el mercado y la democracia.

Pío XI agrega esta parte que ubica a la economía sobre dos pilares conceptuales:1. la justicia social como fin2. los medios para una política de programación económica

1) hemos dicho que con Pío XI, el concepto de justicia social recobra importancia y es remarcado continuamente.

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Esto coincide, por lo menos como tendencia, con una idea de equitativa distribución de las riquezas. De hecho Pío XI toma la postura de la teoría neoclásica: responde el planteo marxista,- según el cual la plusvalía proviene del trabajo y por lo tanto le corresponde sólo a los trabajadores - y sostiene que la riqueza es el resultado de la colaboración entre varios factores productivos: “Por lo tanto es totalmente falso atribuir a sólo el capital o sólo el trabajo lo que se obtiene con la obre conjunta del uno y del otro” (54)

2) Además, pide que se realice una programación económica.Para Toso, Pío XI anticipa en esto, las conclusiones de Keynes, un tipo de economía mixta, donde el Estado se vuelve agente económico para orientar a la economía, pero sin sustituir a los individuos y a los grupos. En este sentido, Pío XI propone: control y manejo de la competencia (109), cooperación económica en el campo internacional (88), política salarial y de precios (ya visto 76), política de pleno empleo, nacionalización de algunos bienes (113), lucha de clases no violenta, administración austera del bien público(76). Para concluir esta tercera parte, hagamos sólo una referencia a la “reforma de las costumbres” (125-137).

Para Pío XI no es un aspecto secundario. En la raíz de todas las contradicciones y de los desórdenes sociales están los males morales (egoísmo, abandono de la ley y del Evangelio, etc.). La reforma de las costumbres es indispensable.En fin: las reformas sociales se apoyan sobre valores morales que son capaces de generar un estilo de vida

En síntesis:Los puntos calificados de la encíclica QA son:

- relectura y valorización de la RN- ecuánime distribución de las riquezas como clave de lectura de: propiedad

privada, trabajo, salario- - los criterios para esta ecuánime distribución:- destino universal de los bienes- bien común- justicia social- Aquí debemos agregar:- reclamo de elementos de seguridad social- el concepto de economía social: “orden económico en el cual todos

los sectores están armonizados entre ellos y orientados de manera tal que a todos los ciudadanos se les ofrezcan todos los bienes necesarios: “tanto para satisfacer sus necesidades y su justa comodidad como para promover a los hombres a esas mejores condiciones de vida que no sólo no son obstáculos para la virtud sino que la favorecen” (76)

- Reforma de las estructuras sociales

- Estado (principio de subsidiaridad- orden social (corporativismo)- sistema capitalista (reforma moral)- reforma de las costumbre

Avances en relación a la RN

superación de la nostalgia de una época rural- Definición clara del principio de subsidiaridad (antes solo mencionado)- Precisión de la formulación de la relación entre justicia y caridad (superando

la sola exhortación a la caridad y al sobrellevar. En el n- 57 se afirma de hecho que la caridad no puede suplir la falta de justicia. Ellas deben armonizarse.

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- Concepto de justicia social que deviene búsqueda del bien común aquí interpretado no como una suma de lo bienes de los individuos, sino según el principio del destino universal de los bienes.

- Concepto de propiedad privada: se habla menos y se subraya su relación con la justicia. Por otra parte abandona la justificación filosófica, y su función social.

- Concepción de QS más compleja- Concepto de “salario justo”: se superan completándolas las menciones

hechos por León XIII- Intervención del Estado: mucho más articulada en Pío XI- Intervención en la economía, mucho más articulada, profética en algunos

aspectos (con referencia a la economía mixta, no por cierto en lo referente al corporativismo).

Pío XI comparte con León XIII la nostalgia de una sociedad cristiana.

FICHA Nº 4Mater Et Magistra (15.05.1961)

De Juan XXIII

Redacción

La redacción de la MM fue confiada a cuatro importantes pensadores italianos Pavan, Ferrari-Toniolo, Parente.

Contexto histórico-culturalDespués del conflicto mundial, la destrucción y la obra de reconstrucción, nos encontramos en plena “guerra fría”.Se pueden recordar los siguientes hechos:

- boom económico de los países occidentales (nuevo desarrollo industrial)- descolonización de África (primeros Estados independientes)- energía nuclear y primeros experimentos nucleares de los países que la

poseen- desequilibrios en el mundo agrícola (muchos abandonan las tierras para ir a

trabajar a loa industrias)- mundialización de la economía e interdependencia- difusión del Welfare State (no tanto en Italia) son los años de Keynes.

La problemática social ya no se agota en los conflictos entre capital y trabajo, sino que incluye los desequilibrios entre sectores (económicos), regiones y naciones.

Premisa

Camacho sostiene que la MM es una encíclica de transición, Toso por lo contrario afirma que existen suficientes elementos novedosos como para considerarla significativa para la evolución de la DSI. Es difícil no coincidir al segundo. Además Toso afirma que para algunas situaciones como “los desequilibrios del desarrollo y la agricultura” la MM es aún hoy insuperable.Entre las novedades de carácter general que podemos anticipar enumeraremos:

- el lenguaje: más técnico y concreto. Aquí comienza el método inductivo, el recurso a las ciencias humanas.

- el llamado a los laicos para la concreción puntual de la encíclica.

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Es verdad que aquí llega a su mayor expresión el movimiento católico acerca la problemática agraria. Después de la MM la Iglesia parece olvidarse de los agricultores o al menos de ese sector.

En EP cambio el título:- tercera parte “Nuevos aspectos de la problemática social”.- cuarta parte: “Recomponer la convivencia en la verdad, en la justicia y en el

amor”.

Contenidos

Introducción

De estos primeros números señalamos:

Se repite lo que habíamos definido como el concepto de salvación integral: la Iglesia se interesa no sólo por las almas sino también por las condiciones de vida y esto porque también Jesús hizo lo mismo.Es necesario subrayar: que esta es la verdadera razón que fundamenta la competencia de la Iglesia en las cuestiones sociales. Afirmar que la competencia de la Iglesia es sólo ética y no técnica no expresa adecuadamente este fundamento.

- Retoma la RN. Según Juan XXIII la RN aportó: principios, orientaciones y criterios. Esto será retomado en la QA 4.

Primera parte: DSI desde RN a los siguientes desarrollos (11-54) (EP 7-38)G. Vecchio1 afirma que una de las características más significativas de la MM es la plena conciencia de la situación, es decir de las transformaciones acaecidas. Lo confirma n.49 donde dice que la situación ha cambiado. Se señalan los trazos de la nueva situación distinguiendo tres sectores: científico-social, social, político.

Segunda parte: indicaciones y desarrollo de la RN (55-127) (EO 39-109)

Iniciativa privada e intervención estatal (55-62) (EP 39-44) En estos números se subraya lo antes afirmado por Pío XI (QA) acerca del tipo de intervención que el Estado debe ejercer en el campo económico. Quizás a del lenguaje empleado, la articulación del discurso y los temas subrayados, hacen esta toma de posición aún más eficaz y lúcida. Mientras que en el 55 (EP 39) se afirma que: la actividad económica es tarea que corresponde a los privados, inmediatamente después (56) se reclama la necesidad de la intervención del Estado. Son dos números en los cuales simplemente se enuncian estas consideraciones.

Con el 57 (EP 40) el discurso se retoma y se profundiza,- se habla del principio de subsidiaridad aplicado el campo económico.- Prestemos atención a los verbos usados: el Estado debe orientar, estimular,

coordinar, suplir e integrar (sólo aquí el Estado puede volverse empresario).- Luego en el 59 (EP 44) la afirmación aún más clara, por si fuera necesario: la

tarea del Estado en la economía es la de hacer crecer la iniciativa privada, de manera flexible, adecuándose a las varias situaciones que cambian. Aquí se afirma por primera vez el aspecto de contingencia de la intervención pública en economía.

1 G. VECCHIO, La Doctrina sociale della Chiesa, en dialogo, Milán 1992, p. 232-3.

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Desde este punto en adelante es más evidente el hilo que une las siguientes argumentaciones, Toso afirma que: “Todas las temáticas son leídas e interpretadas por Juan XXIII en la óptica de un sistema social económico y político de dimensión mundial, donde ya es evidente una acentuada interconexión. El significado de cada tema afrontado o de cada solución propuesta no está dado, entonces, sólo por un análisis y por un tratamiento que lo separan del resto. Está retomado también por su ineludible relación con una socializad mundializada”.

Esto se ve claramente en el siguiente párrafo, dedicado a la “socialidad” o “socialización”.

La socialidad nuevo aspecto (63-72) (EP 45-55)

Socialidad se debe entender (n. 62) como “desarrollo de las relaciones sociales entendidas como continuo multiplicarse de relaciones de convivencia, con varias formas de vida y de actividades asociadas, que entran a constituir parte tanto del derecho privado como del público”.Las causas indicadas son:

- progresos científico técnicos (no especifica pero alude al desarrollo del transporte y comunicaciones)

- eficiencia productiva- calidad de vida en aumento

Por lo tanto se enumeran los aspectos positivos y los negativos del fenómeno:Aspectos positivos: (65) (EP 47)

- satisfacción de los derechos,- aumento de los medios de vida y sustento humanos- mejores cuidados sanitarios- instrucción elemental de un mayor nivel, lo mismo en cuanto a la formación

profesional- habitación, trabajo, descanso, proporcionales.

Negativos (EP 48)-algunos excesos de leyes- condicionamientos- masificación

La “socialidad” es un fenómeno ambivalente, por lo tanto se debe organizar.Eso reclama una responsabilidad por parte del poder político, una responsabilidad para administrar en el respeto de las otras realidades y en colaboración con ellas.

Recordar entonces que:Para Juan XXIII la socialización no es un fenómeno meramente sociológico, sino origina y primariamente humano. En el n. 66 habla de “tendencia natural del hombre a asociarse para alcanzar sus objetivos”.Porque es un fenómeno humano es una realidad que está en poder del hombre y por lo tanto puede ser modificada y organizada. No se disimula un cierto optimismo. He aquí por que se esfuerza en dar indicaciones y reclamar responsabilidad: la socialización es un punto de equilibrio, dice Toso, para alcanzar constantemente y que corresponde, en un último caso, a una sociedad que favorece una humanización sobre la base de valores, como la libertad, la equidad y l solidaridad.

La retribución del trabajo (73-86) (EP 56-68)

En los nos. 73-75 (EP 56) se describe la situación: salarios bajos, lujo para pocos. Viene luego a determinar los criterios para un salario justo.

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Primero: entra en la DSI un nuevo término: “retribución”

Se supera de esta manera un concepto de timbre liberal que determinaría la compensación del trabajo sobre la base de la sola justicia conmutativa, determinada por las leyes del mercado.

Aquí los criterios, en relación a la QA, se amplían. Encontramos (n.76) (EP 58):

- nivel de vida realmente humano y digno para la familia,- que tenga en cuenta el efectivo aporte a la producción- que respete las exigencias del bien común nacional y universal.

Ellas son: (las dirá en los nos. 83 y sucesivamente) (EP siempre n. 58)Nacional:

- plena ocupación- relación salario y precios- bienes y servicios accesibles al mayor número de ciudadanos- equilibrio entre sectores, etc

Internacionales:- se determinan de acuerdo a la situación concreta. El bien común universal

dice entonces y lo dirá más adelante, no a la competencia desleal y en cambio sí a favorecer la colaboración entre países y la ayuda a los menos desarrollados.

Toso afirma: “Justo no es tanto el salario individual, sino el ordenamiento o sistema de salarios que permite una justa distribución de la ganancia empresarial, nacional y mundial, dando a todos lo que les corresponde para una vida digna y segura, no descuidando de desarrollar armónicamente la economía comunitaria en el contexto mundial”.

Importante y nuevo es lo indicado en los nos. 80-82 (EP 64): se afirma que también los trabajadores tienen derecho a participar en la propiedad de la empresa.Es verdad que remite siempre a la QA, pero las afirmaciones van más allá del simple enunciado, se hacen más precisas. Se habla explícitamente de participación en la propiedad de las empresas (n.82)

Exigencia de justicia y estructuras productivas (87-101) (EP 69-90)

Brevemente se propone lo siguiente: ¿cómo se organizan las estructuras productivas? Se deben organizar de manera que respeten a la persona humana (así una estructura es justa) ¿Qué quiere decir respetar a la persona humana? Deben favorecer la participación entendida en el sentido de responsabilidad e iniciativa personal. El empleado debe poder encontrar estructuras de participación dentro de la empresa. Se comienza a delinear lo que con Juan Pablo II será el concepto de “empresa como comunidad de personas”. Aquí sólo es mencionado, lanzado como ideal y no se dan indicaciones concretas y soluciones, pero él está dado.Luego trata el tema de las dimensiones de la empresa.Se afirma que la dimensión ideal es la “pequeña y mediana” (así dice Pío XII)No se rechazan las empresas de grandes dimensiones a las cuales se le reconocen aspectos positivos. Se valoran de todos modos, las empresas familiares, artesanales y las cooperativas.

En los números siguientes se:- reclama la necesidad de un ‘aggiornamento’ tecnológico

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- se vuelve sobre el tema de la participación de los trabajadores en las decisiones a tomar: otro aspecto de la participación reivindicando tanto el sector privado como el público.

- Se exhorta al un clima de respeto, a concebir el trabajo como servicio, etc- Las asociaciones obreras son retenidas necesarias en todo nivel.

Propiedad privada (109-127) (EP 91-109)

Se destaca lo siguiente:- es considerado un fenómeno social- es considerada una institución que cambia, existen ahora formas nuevas.- Esta es la novedad: se amplía el concepto de propiedad privada- Las nuevas formas que se señalan son:- participación en servicios como sanidad, instrucción,

jubilaciones- proporcionar un oficio, las capacitaciones profesionales (el

Know out)

Se reafirma todo cuanto se ha dicho en las encíclicas precedentes:Se afirma el derecho de propiedad:

- como derecho natural- para favorecer la iniciativa privada.

como salvaguardia de la seguridad personal Por lo tanto se necesitan determinadas políticas para defender este derecho y desarrollar y difundir la propiedadCon respecto a la propiedad pública se afirma en forma competente y debe ser controlada.

que no debe sofocar la privada, aplicando el principio de subsidiaridadque debe ser gestionada con competencia y honestamente.

Debe subrayarse: la función social (de ayuda social) de la propiedad.Hablando de este aspecto Juan XXIII expresa un concepto importante, casi profético.Él en efecto considera que las necesidades son personales y por lo tanto son privados los que pueden responder adecuadamente en relación a la asistencia pública. En este sentido, la caridad, la promoción de los valores espirituales son mejor implementados por los privados (individuos y grupos) que por los organismos públicos

Tercera parte: desequilibrio y desarrollo, nuevos aspectos de la QA (128-220) (EP 110-196) Se la considera la parte más innovadora y original:

Interesan tres problemáticas:- relaciones entre diferentes sectores productivos- relación entre zonas más o menos desarrolladas en el interior de la misma

nación- relación entre países en distinto grado de desarrollo

A. En el plano nacional (EP 110-142)

Frente a los desequilibrios:Aquí se quiere indicar el camino para superar este desequilibrio- implementar servicios esenciales (viabilidad servicios, escuelas, etc.)- innovar los sectores en crisis a través de ‘aggiornamentos’ tecnológicos

En la base encontramos esta convicción, no de menor importancia: los sectores económicos se han vuelto interdependientes, la crisis de uno golpea a los demás, ayudar a un sector en crisis beneficia también a los otros.

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Por lo que refiere a la agricultura: (111)- La situación para el sector agrícola no era alentadora: éxodo de habitantes

hacia las ciudades para trabajar en el sector industrial y también por los bajos ingresos obtenidos.

- Por lo tanto se afirma la necesidad, de políticas agrícolas adcuadas para detener el flujo migratorio.

Qué sugiere la MM:- políticas fiscales- crédito- seguros- protección de los precios agrícolas

Por otra parte, considera que las empresas agrícolas familiares deban modernizarse y estar así a la altura de los tiempos.Para lograr esto la MM sugiere la forma cooperativa. Remarca más adelante la necesidad de asociarse, apelando a la responsabilidad personal; es necesario autopromoverse y no esperar todo del Estado.

Entre los distintos territorios de una misma nación (EP 136-142):Promover las zonas en vía de desarrollo (para lograr un mayor equilibrio dentro). También aquí se indican soluciones concretas, técnicas, pero se repiten un poco.

B. En el plano internacional (161-220) EP (143-196)

Toman forma aquí consideraciones que a partir de entonces se volvieron lugar común.

Se ofrecen tres capítulos:a) justicia entre países de diverso desarrollob) incremento demográfico y desarrolloc) cooperación internacional

a) justicia entre países en vía de desarrollo (165 192) (EP 148 – 171)Se considera importante proceder de dos maneras:- conceder ayudas de emergencia- favorecer una cooperación técnica y financiera

Todo esto (responder a las necesidades más inmediatas pero también hacer de manera que no tengamos más necesidades) siguiendo los siguientes criterios:

- desconfiar de los falsos modelos de desarrollo- Respetar la identidad cultural- No al neo-colonialismo- Tener en cuenta que el desarrollo verdadero no es sólo el económico.

b) incremento demográfico y desarrollo económico (193–207) (EP 172–185)

Se pueden también considerar lugares comunes algunas afirmaciones:- mayor compromiso técnico científico- promover el desarrollo- respetar la vida

Podemos señalar un excesivo optimismo, por ejemplo cuando habla de “recursos inagotables” y capacidad de progreso científico.

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c) colaboración internacional (208-200) (EP 186-196)

De esta parte y en conjunto se puede deducir lo siguiente:Juan XXIII considera la necesidad de ayudar a las naciones más pobres como el mayor problema de nuestra época.Las soluciones que propone están lejos del simple: sacar a los ricos para darle a los pobres. Él pide más, pide un cambio de mentalidad, una nueva manera de organizar la economía, las finanzas, un cambio en la políticas internacional. Él quiere sobre todo evitar el asistencialismo. Hay que destacar que no hay denuncias ni búsqueda de las causas de la pobreza o del escaso desarrollo de estos países, como en cambio se dará en las encíclicas posteriores.

Cuarta parte: La DSI base única y permanente para la solución del problema social (221-270) (EP 197-241)

La Iglesia, a través de su DSI presenta un proyecto cuyo principio fundamental es el personalista. 228. (EP 203) La Iglesia es portadora y pregonera de una concepción siempre actual de la convivencia. Principio fundamental en tal concepción es, como emerge de todo lo dicho hasta aquí, que cada ser humano debe ser el fundamento, el objeto y el sujeto de todas las instituciones en las que se expresa y actúa la vida social: cada ser humano en particular visto en aquello que es y que debe ser según su naturaleza intrínsecamente social, y en el plan providencial de su elevación al orden sobrenatural. Se produce aquí el giro epocal: el primado de la persona (antes que la “verdad”; es decir la “verdad” es ahora la fundamental dignidad de la persona humana)

La persona puesta como fundamento de la sociedad es aquella concebida integralmente. Como es de notar aquí se expresa un concepto que podríamos definir “integral” de la persona; una persona abierta a la trascendencia. De este modo se reitera más nítidamente lo que afirmaba la RN. Y que seguirá repitiéndose siempre más. Aquí se afirma que la DSI se desarrolla sobre la base de este principio, y haciendo así tiene la posibilidad de indicar caminos seguros para la “recomposición de la convivencia”.Domina en consecuencia también un gran optimismo y sobre todo una cierta ingenuidad como si el poner a la base de cada reflexión a la persona humana así concebida, fuera suficiente para resolver los problemas de la convivencia social. (En esto no hay diferencia en relación a la presunción de la RN, para la cual bastaba una reflexión filosófica y alguna exhortación para dejar todo arreglado).En los nos. 230-231 encontramos un cierto énfasis sobre la DSI: (EP 206-208)No sólo debe ser enseñada, sino difundida y traducida concretamente, porque es parte integrante de la concepción cristiana de la vida. Estos son los nors. más famosos de MM, a los cuales le siguen indicaciones precisas de cómo hacer. Se dice dónde debe enseñarse (seminarios, escuelas católicas de todo tipo, parroquias, asociaciones de apostolado, medios)

Es en estos números que la problemática teoría-praxis (EP 211) hace sentir toda su complejidad, por supuesto no resuelta por este párrafo.Se reclama repetidamente la necesidad de traducirla en lo concreto, por dos motivos:

- por la credibilidad de la DSI- porque en ella se expresan los grandes valores del cristianismo: verdad,

justicia y amor.

Los dos motivos son distintos aparentemente. En realidad se treta de una única preocupación.

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Dado que los valores son abstractos: no existe la verdad, existe las experiencia de la verdad; no existe la justicia, existen la experiencia de la justicia o injusticia; es necesario entonces realizar aquí y ahora, lo que el valor significa. He aquí el por qué los valores cristianos según la DSI, si de verdad valen, deben encontrar situaciones y experiencias que la expresen y la hagan evidentemente concreta, si no permanecen abstractos.

Este es el motivo por el cual, en los nos. siguientes Juan XXIII llama a los creyentes a la necesidad no sólo de estar informados sino de ser educados, que es más. Para vivir estos valores, de la DSI, es necesario estar formados, asumir un cierto estilo de vida, ciertas virtudes, determinada mentalidad.En otras palabras, es necesaria una educación integral.Juan XXIII reconoce que esto es difícil debido al egoísmo y al materialismo de los cuales están contaminadas las conciencias.Aquí se instala la cuestión de los ámbitos educativos.En el n. 240 Juan XXIII al desarrollar estas intuiciones, afirma que “se educa a través del obrar” es decir, se aprende haciendo, a ejemplo del pianista, a tocar, tocando. Son necesarios entonces asociaciones y movimientos y una espiritualidad concreta.

En lo que sigue encontramos otros dos puntos característicos de la MM, que denotan su novedad:

- el método VGA (246) (EP 217)- el sano pluralismo (247) (EP 219)

Sobre el método “ver, juzgar, actuar”. (ver curso prof. Lanza)Este método es asumido, hecho propio por el Magisterio, es decir indicado como modelo.

Es interesante también la cuestión del “sano pluralismo”; se afirma que hay distintas vías para llegar al bien y todas son legítimas. Este concepto de “sano pluralismo” debe interpretarse a la luz de las problemáticas anteriores, o sea, de “poner en práctica” la DSI.

El último punto que consideramos de la MM se refiere a la acción de los laicos.Existe un reconocimiento no superficial de la acción del laicado. Permanece, aún, un cierto clericalismo. Afirmar que es necesario atenerse a las directivas de la jerarquía cuando ella interviene, demuestra un cierto autoritarismo. Sin embargo se abren ciertas perspectivas con respecto a un pleno reconocimiento de la realidad el laico.Por ese motivo se recomiendan:

- competencia- respeto a las leyes- obediencia a los principios éticos

Conclusión

Después de sólo diez días de la publicación de la encíclica se dio a conocer una carta de la Congregación de los seminarios con la firma del Card. Pizzardo dirigida a los obispos italianos para proponer la introducción de un “curso regular de sociología o doctrina social de la iglesia” ya a partir del año académico 1961-62. Evidentemente ya estaba preparado antes de esa fecha. En la carta se indicaba también el programa: orden social, familia, estado, sociedad internacional, trabajo, propiedad, estructuras económicas.

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La MM según Toso, no queda totalmente subsumida en las anteriores sobre la enseñanza anterior, no tiene seguramente la riqueza de la novedad de la PT o del Vaticano II (GS). Sobre problemáticas “no tan nuevas” encontramos de todas formas intervenciones pertinentes y significativas (como las de “desequilibrios sectoriales y regionales”).

Breve síntesis:

NOVEDAD - lenguaje- convocatoria a los laicos (para Vecchio y Sorge significa destacar su

responsabilidad- conciencia de la dimensión mundial de la economía y de la interdependencia- el tema de la “socialidad”- el método VGA- la introducción del nuevo término “retribución”- el carácter “contingente” de la intervención estatal en economía- concepto de subsidiaridad empleado también en economía- ampliación del concepto de “propiedad”- superación de los desequilibrios sectoriales y regionales con indicaciones

precisas- la participación como justicia en las estructuras productivas

FICHA Nº 5

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Pacem in Terris (11.04.1963)

AutoresGran protagonista fue el Card. Pavan ayudado por varios colaboradores entre los cuales el dominico Luigi Ciappi.

Contexto- agosto 1961: construcción del muro de Berlín- octubre 1963: apertura solemne del Vaticano II- conflicto en Argelia, Congo e Indonesia y en Laos- continúa la guerra fría entre distintas vicisitudes.- Son los años de la crisis cubana

Notas introductorias

Es considerada por muchos como una de las más altas expresiones del magisterio de Juan XXIIISin embargo encuentra grandes objeciones: tanto en lo interno de la Iglesia (Card. Ottaviani) como desde afuera: por ejemplo el diario Die Welt acusó al Papa de hacer política a través de su magisterio. En cambio muchas fueron las adhesiones, desde la prensa a autoridades de distintos países; GB, EE.UU. y la misma Unión Soviética.Hizo historia, por dos conceptos que fueron luego de gran importancia

- signos de los tiempos- distinguir el error de aquel que lo comete

Comentarios:Para Sorge

- estilo nuevo, profético, nueva mentalidad - SdT marca un giro en la Iglesia

Para Franco Biffi1, la “PT” es “una sinfonía de la paz sobre cuatro valores y en cuatro movimientos”

Según Toso: la tesis que domina la “PT” es que la convivencia social se funda sobre el personalismo.Es un himno a la paz, es una encíclica bien congeniada y articulada, con contenidos nuevos.

De hecho, más que un himno a la paz, la PT es un himno a la persona humana (su dignidad es fundamento de la paz y eso se repite continuamente)

*En EP esta parte se llama: “llamados pastorales” y no existe un número concluyente.Los cuatro valores de los cuales habla Biffi son:

- verdad- justicia- solidaridad- libertad

Los cuatro movimientos son las partes 1-4 de la encíclica:- relaciones humanas entre derechos y deberes- relación ciudadano-gobierno- relación entre naciones- sociedad mundial.

La gran novedad (y aspecto no superado, nunca más retomado por ser considerado muy difícil de conseguir) es la invitación a construir una sociedad política mundial.1 Cardenal Biffi italiano.

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Contenidos

IntroducciónExiste una referencia bien clara a la teología de la creaciónLa afirmación sobresaliente es la siguiente: la paz puede ser instaurada y consolidada en el pleno respeto del orden establecido por Dios. Más aún, la paz es la realización de este mismo orden que corresponde al designo de Dios sobre el mundo.Destaquemos también el sentido dinámico de este concepto: paz no es una realidad fija, inmóvil, abstracta. Sino que es una realidad que se debe crear continuamente. La paz es para la PT desarrollo pleno y global de todo el hombre y de todos los pueblos.Entre paz y realización humana, escribe Toso, existe un ligamen intrínseco.Es lo que después retomará Pablo VI en la Popuporum Progressio cuando dirá que “desarrollo es el nuevo nombre de la paz”. En este sentido Juan XXIII anticipa lo que será expuesto de manera óptima en la PP.

Primera parte: ordenamiento entre derechos y deberes en las relaciones entre personas (3-18) (EP 5-25)

La persona humana es fin y fundamento:Fundamento: la sociedad “se basa” sobre la persona. (no sobre la raza, el partido, la religión). Todo ser humano es persona, sujeto de derechos y deberes.Fin: la finalidad del Estado y de la sociedad es el de permitir a la persona realizarse en cuanto tal.

Pera la PT lo derechos son:- universales: valen para todos los hombres en cualquier lugar- inviolables: es decir constitutivos de la dignidad de la persona; violándolos

se ofende a la persona- inalienables: nadie tiene el poder ni la autoridad para quitarlos.

Se presentan luego estos derechos en orden a las distintas dimensiones (de la persona)

- física- ética(moral y cultural)- religiosa- vida social- económica- socio-política

Importante: estos valores se ubican en lo “pre-jurídico”, es decir son anteriores al Estado. Sobre la base de este fundamento (la persona humana) se ubica la correspondencia y reciprocidad entre derechos y deberes:

- cada derecho corresponde a un deber (correspondencia)- cada derecho conlleva el deber de ser reconocido (reciprocidad)

Ejemplo: si tienes un derecho (trabajo) tienes también el deber (de trabajar) y este derecho te debe ser reconocido.

Sobre este fundamento se expresa también el reconocimiento de los derechos sociales, o mejor dicho, de la dimensión social de los derechos. No solamente el individuo tiene estos derechos (y obligaciones) sino también la familia, las asociaciones y los cuerpos intermedios.

Para recordar también:n. 16 “la convivencia humana es un hecho espiritual”: (EP 19)

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n. 17 “el orden entre los seres humanos es de naturaliza moral (EP 20)

La persona humana es fin y fundamento. Cada convivencia humana, que quiera ser tal, es decir corresponder a su naturaleza tal como lo quiere el proyecto de Dios (haciendo así es una obra moral, el tender hacia la verdad) debe producir un orden (justamente de carácter moral) donde se “reconozcan sinceramente, según la verdad, los recíprocos derechos y recíprocamente deberes; donde efectivamente se respeten, según justicia, aquellos mismos derechos y adhieran a los respectivos deberes”. Es orden vivificado e integrado por el amor “actitud de ánimo que hace sentir como propias las necesidades y las exigencias de los demás, hace partícipes a los otros de los propios bienes y tiende a hacer siempre más vivida la comunión del mondo de los valores espirituales” Es orden realizado en la libertad “en el modo que se refiere a la dignidad de ser llevados por su misma naturaleza racional a asumir las responsabilidades del propio actuar” (PT 16).

He aquí entonces, los cuatro valores sobre los cuales giran todas las argumentaciones: verdad, caridad, justicia y libertad.

VERDAD: lo que corresponde a lo verdadero (a la naturaleza, es decir al proyecto de Dios)JUSTICIA: tienes derecho a realizar tu naturalezaCARIDAD: te ayudo a realizar tu naturalezaLIBERTAD: respeto tu subjetividad pero tú tienes el deber de realizarte como persona (proyecto de Dios) (libertad como responsabilidad y no “sólo” libre arbitrio).

Segunda parte: relaciones entre ciudadanos y poder político (19-31) (EP 26-46)Se encara el tema mediante las reflexiones sobre la relación entre autoridad y orden moral, como cuestión clave de las relaciones entre ética y política.

Esta reflexión se desarrolla analizando lo temas del origen y la finalidad de la autoridad.

La tesis es la siguiente: la autoridad es principio de perfección de la sociedad política, por eso es buena en cuanto permite a la sociedad alcanzar su fin.Contra la posición de quienes reducían la autoridad a simple instrumento de opresión de las clases dominantes (marxismo) o un “mal menor” (liberalismo) o sencillamente poder e instrumentos técnicos los distintos componentes de la sociedad (relativismo moral). Entonces Juan XXIII invoca un Estado donde la autoridad esté al servicio y no se transforme en prepotencia.

Para subrayar esta forma de autoridad, para afirmar que la autoridad, la verdadera está ligada al orden moral, PT explica su origen y su finalidad.

- Origen: la autoridad tiene la misma fuente que la sociedad: o sea, el hombre, ser intrínsicamente social, por eso, la fuente es Dios creador.

El hombre por su misma naturaleza se involucra con los demás para construir la sociedad: en este construir la sociedad surge la autoridad, como medio para ayudar a la sociedad o lograr sus fines (P.T. 19) ( E.P. 27)- El fin de la autoridad es el mismo de la sociedad. Debe perseguir la

realización de la persona y el Bien Común (como se verá más adelante en el n. 22) (EP 28)

Por lo tanto si la autoridad gobierna según recta razón (en conformidad con el orden moral), la obediencia no es sólo acto de sometimiento sino más bien obediencia al orden moral es decir a Dios (21). (EP 29-30)

La racionalidad (conformidad al orden moral) es constitutiva de la autoridad política (en esto se comprende el nexo entre ética y política. Esta última se vuelve servicio al bien de la persona concebida integralmente, según valores y no prescindiendo de

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ellos). La autoridad, entonces, no puede prescindir de los valores éticos. Si haría así se transformaría en un mero arbitrio. En síntesis Toso dice: “El bien común, que es el bien de la sociedad política, es efecto conjunto tanto de la acción de los ciudadanos que se dejan guiar por el principio de autoridad, como de la acción de la autoridad que escucha, orienta y comanda, tomando decisiones en respuesta a las exigencias de los ciudadanos, que para ese fin la eligieron”.Por lo tanto la autoridad debe perseguir su fin (el bien común) a pesar de las personas, pero valorizándolas, orientándolas, y coordinándolas. Se prefigura un estado de participación.

Encontramos dos definiciones de “bien común”:- n. 23: definición famosa “conjunto de condiciones sociales que permiten la

realización de la persona, su desarrollo integral”. Fijémonos que se trata del bien común, común en el sentido que es propuesto para todos, está dirigido al bien de todos. (EP 35 citando MM)

- n. 24, “la realización del ‘bien común’ encuentra su sustancial realización en el respeto de los derechos y en el actuar según los deberes de la persona (EO 36)

Se trata no sólo de defender y respetar los derechos, es necesario también promover los deberes.

Pero cuidado: el n.(EO) 33 dice que el BC “no puede ser concebido en términos doctrinales y aún menos determinado en sus contenidos históricos si no es refiriéndose al hombre; siendo el bien común un objeto esencialmente correlativo a la naturaleza humana”. Por lo tanto, visto la cita de Pío XI, podemos afirmar que desde siempre la DSI considera la definición de BC una definición ‘histórica’ determinada por la contingencia. Es necesario entonces crear un ambiente humano y social adecuado, en esto se une al n. 26 (EP 39) citando, por ejemplo: desarrollo económico y progreso social (en ese número detallado) Completa la segunda parte, la reflexión sobre la división de los poderes. (n. 28) Prudentemente se afirma que no se puede establecer de una vez para siempre la mejor estructura de la organización de los poderes, sino que parece corresponder más a la misma naturaleza de los hombres, la repartición entre poder legislativo, ejecutivo y judicial.

Es la primera vez, dice Toso, que en una encíclica pontificia, se nombra, como garantía del ejercicio de los derechos y deberes de la persona humana una conveniente división entre el poder legislativo, ejecutivo y judicial, insistiendo sobre esta justificación antropológica y personalista. En síntesis la PT exalta la participación quizá más como deber que como derecho y designa una figura de Estado social de derecho, es decir, un Estado que sea emancipación de la sociedad y no un Estado que con sus leyes se imponga al otro.

En Juan XXIII la democracia se considera como un hecho que no se discute sobre ella. Queda claro lo que ya Pavan había afirmada cinco años antes, es decir, que la democracia es el orden político que, más que cualquier otro, respeta la naturaleza, es decir la libertad del hombre.

Tercera Parte: como regular las relaciones entre las comunidades políticas (32-42) (EP 47-67)

Se enfrenta el tema aplicando lo dicho anteriormente en el horizonte más amplio de la realidad internacional.Volvemos a encontrar el corte personalista, una relectura personalista del orden internacional (32) (es decir, el mismo discurso de los derechos y de los deberes conjugan los mismos valores: verdad, libertad, justicia y caridad)El orden internacional debería entonces ser ordenado según:

- verdad: las comunidades políticas son iguales por naturaleza (“no” al racismo). El valor radica en los hombres: todos tienen la misma dignidad. (33) (EP 49)

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- justicia: también en esto, reconocer los derechos y adherir a los deberes (34), por lo tanto no oprimir a los otros y reconocer las minorías étnicas (35) (EP 51).

- Solidaridad: se habla del bien común entendido en sentido universal (36). Es uno de los puntos novedosos de la encíclica al cual le seguirá la hipótesis de un orden político internacional (como se decía en la apertura) Luego siguen consideraciones sobre distintos problemas como: minorías, desequilibrios, prófugos políticos, desarme, etc.

- Libertad: se reclama la salvaguarda de la autonomía de cada comunidad política que se concreta con la solidaridad de todos (40) (EP 60)

Cuarta Parte: relaciones de las personas y comunidades políticas con la comunidad mundial (43-49) (EP 68-75)

Reencontramos entonces la propuesta del “orden internacional”.Afirmación: para enfrentar los problemas internacionales es necesaria una respuesta, una estructura también internacional (45). Requiere una autoridad internacionalEn ese tiempo la ONU estaba en el inicio de su actividad y seguramente no disponía de instrumentos legislativos y políticos realmente eficaces.

Quinta parte: los católicos para la construcción de la paz en el mundo (50-58) (EP 75-91; Reclamos pastorales)

- 50 (EP 76): se habla del deber de participar en la socialidad, por lo tanto en la política. Es un llamado que se aplica no tanto por interés sino más bien por una concepción de la fe replegada más sobre lo religioso, con la separación entre fe y política.

- 51 (EP 77) la necesidad de la competencia y de la preparación- Lo mismo de la fe y caridad (son luego los términos y los conceptos que

vendrán desde entonces repetidos acerca del compromiso político de los católicos).

- La formación integral religiosa-ética y técnica-científica.Siguen luego los criterios para la acción:

- la vigilancia: frente a lo nuevo- la mundialidad- la colaboración (con los no cristianos)- luego la famosa afirmación: distinguir al error de aquel que lo comete y

doctrinas políticas de movimiento histórico.- Por lo tanto prudencia (para no ser instrumentalizados) y gradualidad.

Conclusión

La PT es una afirmación sincera del humanismo cristiano y en cuanto tal, constituye un desafío a los otros humanismos que continúan inquietando a la modernidad: el marxista (todavía muy fuerte en ese tiempo), el positivismo secularista que reduce toda a técnica y ciencia y el nihilismo (relativismo) que niega toda verdad y reconoce sólo necesidades a satisfacer.La PT en este cuadro es una invitación a redescubrir la tradición occidental de la política como extensión de la ética y como el arte de persuadir (Weigel) a través del debate racional entre los hombres caracterizados por la razón, por la libre voluntad, y por la capacidad de pensar y de elegir el verdadero bien.

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FICHA Nº 6Populorum Progressio (26.03.1967)

AutoresLa redacción de la encíclica particularmente larga y cuidada.Desde 1963, año de su elección Pablo VI había encaminado la recopilación de material de distinto tipo dentro de un dossier que había titulado “Sobre el desarrollo económico, social, moral. Material de estudio para una encíclica sobres los principios morales del desarrollo humano”. En 1964 se preparó un primer texto al que le siguieron siete redacciones distintas hasta la aprobación definitiva acontecida el 20.02.1967. Entre los principales inspiradores se debe nombrar a Luois Lebrel (+1966), domínico francés. Pero fueron varios los inspiradores y redactores, recordemos solamente al Card. De Chile Mons. Errazuriz.

Contexto La esperanza en un próximo fin de la guerra fría y en una pacificación mundial, así como la confianza en la ciencia y en los progresos tecnológicos se enfriaron en aquellos años, es más:

- se alejó bien pronto la esperanza de una democratización del bloque comunista

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- en los países occidentales hay un malestar que siguió inmediatamente el boom económico de los primeros años de la década del 60. Se está preparando la “revuelta” de 1968. Recordemos el asesinato de Jonh Kennedy en el 63 y la guerra de Vietnam.

- Comienza un período dramático en los países de América Latina, el primer golpe de Estado militar es en Argentina en 1966.

- Medio Oriente es un polvorín. En ese año 1967, se desencadenará el primer conflicto en Medio Oriente entre árabes e israelíes.

- China comenzaba la “gran revolución cultural”.

Nota introductoriaExiste otro dato que se debe analizar cuidadosamente para poder comprender bien la encíclica. En aquellos años el proceso de descolonización podía en gran parte considerarse cumplido, pero la independencia política no era seguida por la económica.Desde la perspectiva económica la encíclica se opone críticamente a la doctrina clásica que consideraba la competencia como el mecanismo con posibilidad de redistribuir eficazmente los bienes en el interior de los mercados nacionales o no. El Papa afirma en cambio e que el libre comercio acentúa y no reduce los desequilibrios iniciales.En esos años se desarrolló una nueva teoría del desarrollo económico, teoría que fue concebida por Pablo VI.Esta teoría apuntaba contra el gap tecnológico existente, en relación a los países desarrollados. Esta desigualdad básica perjudicaba todo posible desarrollo para los países más pobres porque las exportaciones no están en condiciones de financiar las importaciones y los planes de desarrollo interno. De aquí la conclusión expuesta en la encíclica: el mercado debe ser controlado con una acción política dedicada a reducir los desequilibrios iniciales. Sólo así la competencia podía ser beneficiosa.

Contenidos

Según el Card. Pavan la clave de lectura de la encíclica se encuentra, en los últimos números donde se afirma: “El desarrollo es el nuevo nombre de la paz”.

Toso señala: “Esta afirmación nos hace comprender enseguida que la PP está en perfecta continuidad con la enseñanza de Juan XXIII, especialmente en la PT, en la cual la paz era vista como el fruto de la instauración de un recto orden social, del desarrollo armónico y humanístico de los sectores y de los pueblos a nivel mundial”. Por lo tanto la PP se interroga puntualizando para cada cuestión tratada, también las relativas al Estado democrático y social, qué cualidades son necesarias para un desarrollo auténtico, siempre más conciente de la mundialidad de los problemas, de la interdependencia que une a todos los pueblos.

Primera Parte: Para un desarrollo integral del hombre (6-42)

Los datos del problema (6-11)Es un breve pero significativo reconocimiento de las cuestiones abiertas. Se recuerdan las aspiraciones de los pueblos y su actual sufrimiento, el colonialismo (pro y contra) los mesianismos engañosos y en primer lugar las desigualdades existentes. La Iglesia y el desarrollo de los pueblos (12-21) Esta parte abre con un recuerdo de la obra de los misioneros: ellos no solamente han anunciado, hablando de Dios, sino que han obrado. Luego sigue una aclaración: la Iglesia no tiene miras políticas o económicas, desea solamente ver satisfechas las mejores aspiraciones de los hombres. Para ayudarlos la Iglesia ofrece lo que tiene: su propia visión del hombre y de la humanidad.

Notemos que no se habla de competencia de la Iglesia. La prudencia y la humildad de Pablo VI intervienen indirectamente sobre la epistemología de la DSI declarando

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abiertamente la centralidad del personalismo cristiano para la misma siempre dentro de un contexto pastoral, o más precisamente en la relación Iglesia-mundo.

La afirmación del n. 14 es clara: el desarrollo no es sólo económico, el verdadero desarrollo es integral, encausado a la promoción de cada hombre y de todo hombre. Se quiere así poner el acento sobre dos aspectos.

- como fue ya afirmado en el n.6: “hacer, conocer, ser más, para tener más”. El verdadero desarrollo supone el primado del ser sobre el tener. En el sentido que es el ser el que determina el tener. Es decir, se debe observar una justa escala de valores (nos. 20 en adel.) sólo así el tener favorecerá al ser. La materialidad debe favorecer a la espiritualidad.

- La misma importancia pero generalmente menos subrayada es que el desarrollo integral, para ser tal, debe ser de todo hombre. Esto se impone por la interdependencia, por la misma naturaleza del hombre, por la humanitas que no une a todos. La solidaridad universal es un deber, un deber moral.

La obra para realizar

Esta última sección de la primera parte enumera de una serie de políticas para implementar.Toso las agrupa en cinco directivas: (dirigidas a todos los pueblos)

1) políticas aptas para realizar el destino universal de los bienes.2) Políticas de desarrollo económico funcionales al crecimiento comunitario3) Políticas y culturas humanistas del trabajo4) Políticas de reformas estructurales, urgentes y profundas e innovadoras5) Políticas de planificación democrática, global y de la economía no dirigistas

de la economía.

Algunos aspectos salientes:

A) La propiedad privada y todo derecho de propiedad y libre comercio están subordinados al destino universal de los bienes /DUB). Se afirma claramente en el n. 23 que la propiedad privada “no constituye para nadie un derecho incondicionado y absoluto”.

B) Equidistancia entre el liberalismo y el colectivismo, a pesar de las críticas llegadas de todas partes.

C) Intervención sobre cuestiones del trabajo, considerado, esta vez en sí mismo. Se afirma que es la vía natural para procurarse los bienes (son necesarias por lo tanto políticas de trabajo), pero es una realidad ambivalente: puede estar orientada al dinero, al éxito, puede estar en cambio orientada, en el sentido de servicio. Es necesaria una cultura adecuada, de este modo se puede servir al desarrollo planetario.

D) La necesidad de programaciones y planificaciones globales.Esto requiere una aclaración.Pablo VI está lejos de avalar el estilo de los países comunistas. Planificación para Pablo VI no significa dirigismo o control absoluto. Con las debidas especificaciones, el Papa invita a las países desarrollados a planificar sobre la base de una puntual subsidiaridad, mientras invita a aquellos en vía de desarrollo a programarse para evitar concentración y por eso limitar la iniciativa de los individuos y grupos.

En este punto se indican los criterios para desarrollar estas programaciones o planificaciones.

Y aquí vuelven los temas de:- la alfabetización- la familia- la procreación responsable (política demográfica)

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- la organización profesional- las instituciones culturales, reclamando otra vez el humanismo integral.

Segunda parte: hacia el desarrollo solidario de la humanidad (43-80)(43-44)En esta segunda parte la PP ofrece algunas orientaciones prácticos para el compromiso de los pueblos y para los pueblos a nivel internacional.Se evidencia enseguida que existe un estrecho nexo entre el desarrollo de cada persona y de cada pueblo y el crecimiento de todos los pueblos (43).En el siguiente número, se indican los fundamentos morales sobre los cuales se apoya el deber de proceder a un desarrollo de la humanidad:

- solidaridad- justicia social- caridad universal

Sigue una indicación importante: frente a las necesidades del mundo no alcanzan las donaciones o préstamos, gestos generosos u cosa semejante.Es necesaria una concertación, una programación que invierta no sólo en recursos económicos sino también en espirituales: es un compromiso a 360º, un compromiso de conciencia.No estamos frente a un pedido cualquiera, sino frente a la invitación urgente para cambiar de mentalidad.

En los números siguientes se indican los caminos, los medios concretos o las vías para construir un mundo más humano para todos.

La asistencia a los débiles (45-55) es decir, la necesidad de una asistencia programada, una colaboración mundial.

1) la asistencia planificada. Brevemente: Pablo VI afirma: el fin último de estas acciones es la autopromoción de los asistidos, no sólo el asistencialismo. Para hacer esto es necesario que los países ricos destinen una parte de su riqueza y de su saber, a los países más pobres. Aquí se habla de “superfluo”. CUIDADO: estos nos. 48-49) fueron considerados la parte más débil de la encíclica.

La crítica es la de plantear la hipótesis de una “economía a suma cero” (es decir, solamente repartir la misma riqueza y no producir nueva). Además el término “superfluo” parece casi un paso atrás con referencia a la GS 88, donde se habla del deber de dar también lo necesario (como hará también Juan pablo II). En realidad la perspectiva de Pablo VI es la de concebir el mundo como una única comunidad, donde el bien de uno es el bien del otro y viceversa. Nunca habla de limitar la producción; ni el superfluo es considerado como un hurto o una injusticia frente a de los países pobres. Además por “superfluo” se debe entender sólo una pequeña parte de un compromiso mucho más amplio.2) la asistencia debe ser organizada, planificada y sobre todo “dialogada”. Con

esto se quiere entender que es necesario pasar de una solidaridad “restringida” a una solidaridad “amplia” y que estas intervenciones deben ser precedidas por un serio y auténtico diálogo: es necesario responder a las verdaderas necesidades y no solamente a hacer llover ayudas sin que esto responda a los necesidades reales.

3) Importante para ese tiempo, la propuesta de constituir un Fondo Mundial, no considerado la panacea de todos los males pero por lo menos una iniciativa válida y un primer paso importante para alcanzar una colaboración internacional, premisa de una colaboración siempre más amplia.

Equidad en las relaciones comerciales (56-65) es decir, la reforma de las mismasEs necesario entonces hacer más justo el sistema de los intercambios comerciales, si no va a terminar en que los países ricos con una mano dan y con la otra sacan.

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Repite lo que había ya afirmado para el nivel nacional: el sistema de libre intercambio y de la competencia solos no alcanzan para garantizar un desarrollo económico ecuánime. Pablo VI no quiere la abolición del sistema de libre mercado, sino más bien una reforma moral del mismo, propia que ponga como primer criterio el de la justicia social. Por eso es que inmediatamente señala los problemas relativos al nacionalismo, racismo e invoca la formación de convenciones internacionales.

La caridad universal (66-75)Es la parte “espiritual” de la encíclica. Es un llamado “al alma” que toda intervención debería tener, aquí llamada “caridad universal”. Es esa energía interior que permite hacer las cosas, pero hacerlas de manera justa, completa, que hace realmente humana toda iniciativa.

Conclusión

Dos anotaciones y dos méritos a destacar según Toso.

- de por sí la PP es superada. La SrS no sólo agregará aggionamentos sino completará el discurso sobre el desarrollo de los pueblos. Encontraremos, de hecho, un mayor análisis sociológico, numerosas indicaciones y no sólo citas o comentarios implícitos al tema de la “liberación”.

- La cuestión de la transformación y de las reformas de los mecanismos económicos no está suficientemente desarrollada.

Lo dos méritos:- haber reclamado un concepto de desarrollo alternativo, verdaderamente

nuevo, respecto a la mentalidad económica de ese tiempo, que lo concebía sólo como aumento material de las ganancias y de la riqueza. El concepto de desarrollo propuesto por la PP es similar a aquel indicado por el concepto de “desarrollo compatible” que encontrará mayor espacio en los debates de los años siguientes. Por lo tanto un concepto ético y realista de desarrollo

- en el mismo sentido haber reclamado a la ciencia económica de esos años una mayor atención a la vida concreta de la gente. En otras palabras a repensar los fundamentos de la economía en sentido epistemológico, tomando en consideración aquello que se entiende por contenidos meta económicos. En otras palabras no reduce la ciencia económica a mera matemática sino a una ciencia social, comprensiva, con referencias éticas y en abierto diálogo con las otras ciencias sociales y humanas. Esto fue reconocido por algunos economistas de la época.

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FICHA Nº 7Octogesima Adveniens (14.05.1971)

No se trata de una encíclica sino de una carta apostólica dirigida al presidente de la Comisión Pontificia “Iustitia et Pax” (constituida en 1967), el Card. Maurice Roy.

Contexto

- estallido del conflicto árabe-israelí- en los EE.UU. conflictos raciales y asesinato de Martin Luther King mientras

surge la protesta por la guerra de Vietnam- el breve experimento de Dubcek, de un socialismo con rostro humano,

fracasa (primavera de Praga, agosto 1968)- la protesta juvenil

a nivel eclesial se destaca:- el inicio de la Ostpolitik, con Casaroli- la teología de la liberación da los primeros pasos

Notas introductorias

La OA representa un giro en la historia del magisterio social de la Iglesia (Vecchio)Se considera un paso ulterior para hacer siempre más cercanos a la realidad histórica el pronunciamiento de la Iglesia: el esfuerzo de captar las modificaciones culturales y sociales que da el perfil a todo el documento. Con la OA se supera definitivamente la idea de una DS que pretende tener la última palabra de todo para todos.Se cambia la expresión “doctrina” por “enseñanza” 1 hay prudencia como se dijo al comienzo.

Contenidos

Introducción

1 Si bien no en el texto en latín

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Debe recordarse el n. 4 muy famoso, “Frente a situaciones tan distintas, nos es difícil pronunciar una palabra única y proponer una solución de valor universal.. Le corresponde a las comunidades cristianas analizar objetivamente la situación de su país, aclararla a la luz de las palabras inmutables del Evangelio, extraer principios de reflexión, criterios de juicio y directivas de acción en el ISC, como ha sido elaborado…”Es un fragmento determinante para una reflexión epistemológica, que será afrontada en parte, y sobre todo porque desde la OA se desarrollará el magisterio social episcopal: la OA espera esto, legitimando su desarrollo.Juan Pablo II en Puebla, retomará este fragmento de la OA `pero cambiará el verbo: de “extraer” a “comportar”. Esto basta para señalar el cambio de actitud o sencillamente de intencionalidad. Desde la prudencia de Pablo VI a la voluntad de retomar y relanzar la DSI (ahora no más sólo “enseñanza”).

Después es necesario recordar el n. 7 donde se declara la intención (también aquí es evidente la “prudencia”): “Nuestro finalidad – sin olvidar los problemas permanentes ya enfrentados por nuestros predecesores – es la de atraer la

atención sobre algunas cuestiones las cuales, por su urgencia, su dimensión, y su complejidad deben estar en el centro de la preocupación de los cristianos en los próximos años, a fin de que junto con los otros hombres, ellos se comprometan a resolver las nuevas dificultades que involucran el porvenir del hombre”.

Primera parte: nuevos problemas sociales ( 8-21)

Como es comprensible, se trata de un discernimiento amplio, desarrollado con mucha lucidez, por que pasa desde problemas “macro”, de nivel internacional, a micro, de la cotidianidad.Una clave de lectura de esta parte puede ser “la ambigüedad del progreso técnico” considerado sea como amenaza, sea como oportunidad de desarrollo.

Los problemas más destacados por la OA son:- urbanismo (con todas las connotaciones típicas de la post modernidad:

familia convulsionada, soledad, indiferencia, discriminación, criminalidad, erotismo, nuevas pobrezas).

- Transformaciones industria y técnica, también aquí problemas todavía hoy actualísimos: desocupación profesional, trust, restructuración empresarial, recalificación, movilización de las personas, consumismo, etc.)

- Reconstrucción del tejido social humano con algunos problemas característicos por ciertos aspectos nuevos, (a partir de 1968) jóvenes, mujeres, protección y promoción del trabajo, emigración, medios de comunicación social, ecología, explosiones demográficas.

Sucesivamente: se prefigura un estado:- que defiende los derechos- que promueve la solidaridad a distintos niveles, capaz de invertir y formar- de verdadera democracia, que promueve la participación auténtica de todos

y defiende de la invasión de los partidos, de la tecnocracia y de la burocracia- promotor del bienestar, de una auténtica calidad de vida.

Con este propósito se quiere aquí precisar un concepto adecuado de calidad de vida, que se distancia no poco de un concepto de bienestar arraigado en criterios económicos y de funcionalidad.Interesante el n. 19 cuando habla de Estado de gran “imaginación social” casi retomando uno de los slogans más famosos del 68.Segunda parte: aspiraciones fundamentales y nuevas corrientes de ideas (22-41)

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Gran parte de la OA se dedica a tratar la relación entre cristianos y sociedad. Este es un tema realmente desarrollado en distintos aspectos, con continua, estrecha y lúcida referencia a la actualidad.

Los elementos para recordar:1. significado, sentido, finalidad, criterios, de la obligación de los cristianos de

comprometerse sobre la base del mandamiento del amor (23-24)2. para hacer esto es necesario un proyecto. (Los cristianos comprometidos en

política deben elaborar un proyecto de sociedad (25)3. la necesaria confrontación entre fe e ideologías y corrientes de pensamiento.Todo esto responde a las objeciones históricas interpretadas en ese tiempo:- la afirmación laicista: los cristianos no pueden tener un proyecto para la

sociedad- la tentación de no comprometerse, de la fuga en lo “espiritual”.

La OA relanza además una democracia “desde la bases”. Los partidos son necesarios, pero es necesario evitar caer en la partidocracia (en ese tiempo en Italia no existía el Estado, estaban la DC y el PCI que eran el Estado).Es evidente también la referencia a los Estados totalitarios. Luego se invita a realizar un serio análisis de las principales ideologías vigentes para evitar compromisos fáciles o adhesiones acríticas. Teniendo justamente en cuenta el momento, es decir, la fácil adhesión de algunos: por ejemplo, “cristianos por el socialismo”, la inclinación de la ACLI por la izquierda. (27 y siguientes)Se continúa con la crítica a las dos mayores ideologías: marxismo e ideología liberal. Se constata la incompatibilidad entre estas dos ideologías y el cristianismo.¿cómo debe hacer un cristiano, qué ideología adoptar, si debe elaborar un proyecto de sociedad siendo necesario para esto tener una base ideológica?

La respuesta es la siguiente:El cristiano debe elaborar un proyecto de inspiración cristiana y haciendo referencia a una antropología global. La ideología que lo sustente debe ser “positiva”, es decir, debe ser el alma impulsada e inspirada en dichos referentes referencias (fe y antropología)Positiva significa “no abstracta” tampoco “exclusivamente pragmática” (como si fuera un manual de cosas para hacer), no debe ser totalitaria ni totalizante sino, como un verdadero proyecto, abierto y flexible.En síntesis, esta “ideología católica” debe:

- hacer referencia a los valores de la fe y a una antropología integral.- Evitar algunos riesgos: abstracción, pragmatismo como fin en sí mismo,

rigidez.- Transformarse en instrumento de la tradición cristiana para vivir la política

como servicio.

¿Pero que relación existe entonces entre DSI y esta ideología positiva?Toso responde lo siguiente:“La función de la DSI en relación a la ideología positiva es la de preparar los proyectos básicos esenciales y afianzar los fundamentos teóricos de los cuales partir, para evaluar críticamente a aggiornarla a nivel de proyecto de sociedad, para hacerla cada vez más conforme a la inspiración cristiana. La ISC en cuanto expone ideales históricos concretos no siempre idénticos a sí mismos y en parte variables según las circunstancias históricas, indica los elementos irrenunciables que deben entrar en todo proyecto de sociedad y en toda ideología positiva. Estos garantizan la fidelidad del proyecto de sociedad y de la ideología positiva en vista a la dignidad integral de la persona humana y a las situaciones históricas”.

Los nos. 31-35 son páginas lúcidas y completas que aportan análisis de lascorrientes de pensamiento y de los movimientos históricos que se relacionan con el pensamiento marxista y liberal.

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Luego encontramos los criterios para el discernimiento (36)Ellos son:

- la fe- la DSI

Lo que es específicamente cristiano como elemento irrenunciable (que distingue pero no separa al cristiano de los demás)

El último párrafo está dedicado a la “utopía” (37).En aquellos años fue acogido con mucho énfasis el pensamiento de E. Bloch, hacia quien parece había, por parte de OA, una cierta confrontación.El n. 37 trata de trazar los lineamientos de la correcta utopía: no es la fuga de la realidad y de la responsabilidad sino más bien la confianza en el futuro y en las realidades buenas. Para el cristiano debería ser fuerza inspiradora e iluminadora. Este párrafo se refiere a un tema en voga en esa época y mucho menos hoy.

Sin embargo (n.37) pone en guardia ante un riesgo, la utopía como pretexto para eludir las propias responsabilidades y refugiarse en un mundo imaginario.

Tercera parte: los cristianos frente a los nuevos problemas (42-47)Es la parte con mayores propuestas.Aquí se comienza a tratar el significado de la actividad política en sí y para el creyente. Se trata entonces de dar un auténtico significado a la actividad política en dos grandes escenarios: internacional y moral.

Por lo que refiere al horizonte internacional, Pablo VI repite la necesidad de considerar la dimensión internacional de los problemas, y entre estas enumera:

- justa distribución de los bienes- superar las determinaciones basadas en la fuerza en las relaciones

internacionales.- revisión de las relaciones entre naciones (las estructuras y las instituciones

económicas internacionales)- rever los modelos de crecimiento- control de las empresas transnacionales

(en aquel año se publicó el documento redactado sobre la base del sínodo de los Obispos titulado: “La justicia en el mundo”)

Por lo que refiere al aspecto ético de la política, Pablo VI reclama:- revolución moral: con la renovación de la organización política y de la

gestión de poder, la verdadera libertad que genera todas las demás libertades es aquella interior.

- Finalidad de la política es realizar el bien común: es un reclamo, la economía debe ser subordinada a la política y la política al crecimiento de los individuos. He aquí entonces

- La vocación a la política es vocación al servicio de todos, sin particularismos. Entonces: “manera exigente si no la única de vivir el compromiso cristiano al servicio de los otros” es la definición más famosa de política no sólo de Pablo VI, sino de toda la DSI. La política es una dimensión importante de la vida social pero no es absolutizada: es necesario reconocer sus límites.

Cuarta parte: invitación a la acción para todos los cristianos (48-51)Es de destacar aquí la legitimidad reconocida de la autonomía de los cristianos en el campo social (ya reconocida por la GS 43b y por la PP 81) y la legitimidad de un sano pluralismo de opciones políticas. El texto luego precisa bien qué se debe entender por sano pluralismo. Es necesario tener en cuenta que en Italia se comenzaba a difundir, - y los gobiernos fueron siempre de orientación democristiana – el fenómeno de la transversalidad y del clientelismo político. Además la DC ha gobernado casi siempre con otros partidos (socialistas, liberales, republicanos, etc.) El reclamo: cuando los cristianos colaboran con los otros en

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política, el compromiso debe ser siempre connotado cristianamente. Esto significa que ninguna colaboración debe ser mantenida a cualquier precio: el primado le corresponde a la fe, a la ética. Acerca del pluralismo: respeto por las convicciones de los demás, pero al mismo tiempo prudencia y cuidado. No todas las opciones son compatibles con el pensamiento cristiano.

FICHA Nº 8 Laborem exercens (14.09.1981)

Contexto

- La insurrección de los obreros polacos en agosto del 80 y la constitución del sindicato “Solidaridad”

- Reagan es electo presidente de los EE.UU. en noviembre de 1980- Thactcher un poco antes fue elegida primer ministro británico: con Reagan

inicia una fase neo liberal que durará hasta comienzos de los años 90.- La URSS invade Afganistán y la OTAN instala los “euromisiles” conta la

república Soviética- Segunda crisis del petróleo (79) ( la primera fue en el (73)- Introducción de la informática y de la robótica, crece un nuevo sector: el

terciario avanzado.

Introducción

La LE puede ser comprendida sólo si se lee en conexión con la Redemptor Hominis.Ya desde el primer párrafo se refiere a la RH 14: “El hombre es la primera y fundamental vía de la Iglesia”.

La tesis defendida en la LE: el trabajo es probablemente la clave esencial de toda la cuestión social.La centralidad del trabajo humano es entonces desarrollada a lo largo de una triple afirmación:

- el trabajo es un deber- es un derecho- es un bien del hombre

¿Qué se entiende por “trabajo” como clave esencial de la cuestión social?

La solución a la cuestión social, aquí considerada como cuestión mundial de desigualdades y de injusticias (n.2) se comprende mejor si se considera la noción de trabajo así como la entiende Juan Pablo II. El trabajo, según Juan Pablo II se debe entender como obra personal y colectiva, es esa actividad humana que apunta al perfeccionamiento del hombre y de la sociedad. Se trata de una definición muy amplia. Por lo tanto el trabajo debería volverse- como dice Toso comentando la introducción – “la categoría inclusiva e interpretativa de la economía, de las ciencias sociales y políticas”. “El trabajo humano no sólo se debe considerar dentro del marco de la cuestión social entendida clásicamente, es decir, según términos estrictamente éticos, económicos, sociales y políticos; sino también en una dimensión de civilidad, de cultura, de construcción de un mundo mejor”. Prevalece en ella el corte bíblico y filosófico. Es considerada, y no equivocadamente, una meditación religiosa sobre el

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trabajo. Basta pensar que sobre noventa y una notas del texto, setenta y una son citaciones bíblicas.

Contenidos

Marcado por estos innovaciones tecnológicas que trasformaron el trabajo y en ciertos aspectos su sentido, la LE quiere ofrecer una nueva cultura del trabajo. Una cultura que reconozca el primado de la dimensión subjetiva respecto a la objetiva.

En el centro del trabajo está la persona y no el trabajo en sentido técnico o económico.En suma la persona humana es autora, fuente, valor y finalidad del trabajo. Es célebre la frase: “el trabajo es para el hombre y no el hombre para el trabajo”

De aquí las consecuencias. Si el primado concierne a la persona, significa que la persona humana tiene el primado sobre las cosas, sobre el capital, sobre la técnica, sobre la economía sobre los bienes producidos, etc.Según Toso Juan Pablo II no busca un sistema social alternativo. Él desea ofrecer solamente principios base según los cuales cada sistema social, presente o futuro, puede estar orientado. “para volverse sistema humano y humanizante”.

- Un teólogo americano nota un error de método en estos números.- Más que de conflicto entre capital y trabajo entre intereses económicos e

ideales esbozados, se debe hablar de simple conflicto de intereses: entre trabajadores y empleadores.

- Ellos, empresarios y dependientes, son siempre personas humanas- Es por eso abstracto contraponer la dignidad de la persona en sentido

genérico con intereses particulares- El conflicto entre capital y trabajo es sólo un conflicto de intereses

económicos.

Muy brevemente he aquí los temas afrontados en los números siguientes. Ellos son:

Verdadera socializaciónPlanificación globalRemuneración equitativa Legislación social (a favor de la mujer con referencia también a los discapacitados)Promoción sector agrícolaDesocupación

Verdadera socialización (14)No se pretende por supuesto un Estado donde toda la propiedad privada sea absorbida por el ente público. Se pretende más bien una Estado que favorezca la individualidad en la sociedad.

Planificación global (18)Analiza la acción de coordinación de los organismos del Estado que respetan la iniciativa privada.Esta planificación global (no total) es requerida para hacer frente al problema de la desocupación y a los subsidios a los desocupados.

Remuneración justa (19)Por justa remuneración se debe entender el salario familiar (suficiente para las necesidades de la familia) más el conjunto de los beneficios sociales. Es importante aquí lo que será luego uno de los puntos más importantes de la reforma del Welfare: en el n. 19 se habla de una retribución para las madres que se dedican únicamente a la familia, a la educación de los hijos y a la asistencia a los componentes familiares.

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Entonces justa remuneración es: salario digno y servicios sociales que puedan garantizar seguridad. Luego siguen reflexiones sobre la mujer que trabaja, sobre el sector agrícola, sobre el derecho al trabajo de los minusválidos.

Desocupación Si la persona es el centro y si el trabajo se enfoca desde una perspectiva subjetiva y no objetiva, cambia también la interpretación del significado de “desocupación”.

Ella no debe ser ya considerada un fenómeno económico dependiente del proceso productivo, sino más bien como una gravísima herida inferida en aquellas personas que no pueden realizarse siempre “más” como seres humanos a través del trabajo.

Otros contenidos y valuación final

Recordemos, como conclusión, el aprecio abierto y sincero por el movimiento obrero y por el sindicato considerado como “indispensable elemento de la vida social”.

Una última afirmación con respecto a la “espiritualidad” del trabajo.Afirmaciones como: “Trabajo igual “participación” en la actividad creadora de Dios y esfuerzo igual a participación en los esfuerzos y sufrimientos de Cristo redentor” hoy han sido abandonados. Es necesario ir más allá de estas afirmaciones en la línea de la encarnación: no será tanto entonces “participar” de la obra de Dios, sino “encarnar” la acción del Espíritu Santo.

A VEINTE AÑOS DE LA LABOREM EXERCENS“Continuidad y renovación”: perspectivas teológica-social

La promulgación de la Laborem exercens (LE) tiene la fecha del 14 de setiembre de 1981, fiesta de la Exaltación de la Cruz. En el momento del grave atentado sufrido por Juan Pablo II, el 13 de mayo de ese mismo año, el texto debía ser de aquí en adelante redactado, para celebrar así el noventa aniversario de la Rerum Novarum (15.05.1891). Todavía convaleciente, el Santo padre anunció su tercera encíclica el día siguiente de aquel acontecimiento que marcaría el decenio apenas iniciado.Es necesario recordar la constitución del sindicato “Solidaridad” junto a la insurrección de los obreros polacos en agosto de 1980, pocos meses antes de la elección de Ronald Reagan a la presidencia de los EE.UU. Reagan imprimirá un giro neo liberalista a la política económica americana de algún modo precedido por

Margaret Thatcher, poco antes instalada como jefe del gobierno inglés. La invasión rusa a Afganistán y la instalación de los “euromisiles” por parte de la NATO en diciembre de 1980 justificaron los temores y preocupaciones, en un clima internacional vivido como una suerte de “equilibrio del terror”.En la vertiente eclesial, limitada al ámbito de la cultura y de la teología católica, el anuncio – por lo menos en la intención – de promulgar una encíclica sobre el trabajo, dio motivo-tema para distintos artículos y publicaciones 1 Una atención y una solicitud acompañada y estimulada por numerosas intervenciones de Juan Pablo II sobre el tema del trabajo, desde el inicio de su pontificado hasta el 13 de setiembre de 1981. Por lo tanto se reconoce a Juan Pablo II el mérito de haber vuelto a la atención al tema del trabajo, desde tempo olvidado por la teología y por la cultura católica en general. En la primera parte de este aporte, intentaremos un acercamiento sintético a la encíclica, de manera de señalar los contenidos, perspectivas, y sobre todo destacar los puntos más importantes y los elementos específicos. En la segunda parte, haciendo hincapié e instancias críticas ofrecidas por distintos comentaristas, y desde los primeros meses de la promulgación, se proveerá a aislar algunas cuestiones problemáticas., las más solicitadas por los

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cambios acontecidos, tratando luego de esbozar nuevas y más adecuadas perspectivas de impostación, elaboración y profundización.

1. Los contenidos y perspectivas de la Laborem exercens: aspectos destacables.

“La Laborem exercens puede ser entendida sólo teniendo presente el aporte ya ofrecido por la Redemptor hominis (RH). Es aquí que encontramos la conexión entre la centralidad del hombre y la predicación de la Iglesia. La referencia es inmediata, ya desde el primer párrafo de LE encontramos una famosa cita: “El hombre es la primera y fundamental vía de la Iglesia (RH 14)”1

Se debe destacar un primer y esencial aspecto, ya indicado en el mismo título: el sujeto no es el trabajo, más bien el hombre que trabaja (Laborem excercens homo…., LE 1).La finalidad declarada por la encíclica, es reclamar la “dignidad y los derechos de los trabajadores”, más que “estigmatizar las situaciones en las cuales ellos son violados”, al mismo tiempo “orientar estos cambios para que advenga un auténtico progreso del hombre y de la sociedad” (LE 1).Esto último, una finalidad, que puede parecer de difícil ejecución si se tiene en cuenta el género literario, o de todos modos el método o la perspectiva adoptada por esta encíclica. G. Vecchio advierte, de hecho, que: “La preferencia está acorde con una lectura de tipo religioso. Si la Redemptor hominis fue justamente definida como una meditación religiosa sobre el hombre, ahora estamos frente a una meditación sobre el hombre trabajador. Más que en las ciencias sociales – como habían tratado de hacer los predecesores de Juan Pablo II – el contenido de la encíclica está inspirado en el plano bíblico y filosófico”2 Juan Pablo II ofrece su reflexión sobre el hombre que trabaja alejándose de los documentos precedentes, prefiriendo una elaboración de carácter teológico bíblico. La debida consideración de los aspectos que aquí se destacan, es decir el sujeto – el hombre que trabaja – y la perspectiva teológica bíblica, consentirán una exploración del texto y de sus contenidos más adecuada y resguardada de fáciles y apuradas críticas o erradas interpretaciones.

1.1 Estructura y categorías interpretativas

La estructura del documento es cuatripartita. Además de la introducción se desarrollan, casi siguiendo los mismos itinerarios literarios, cuatro temáticas: “El trabajo y el hombre”; “Conflicto entre capital y trabajo hoy”; “Derechos de los hombres trabajadores”; “Elementos para una espiritualidad del trabajo”. En cada una de las partes encontramos una categoría interpretativa y unificante. Ellas son respectivamente: “la señoría del hombre, la armonización de los conflictos, la solidaridad entre los hombre, la participación en el proyecto de Dios” 3 La señoría del hombre se verá traducida como primado del hombre sobre el trabajo, que aquí aparece como núcleo calificante del mensaje bíblico acerca del trabajo, y en estrecha continuidad con Gaudium et spes 63.En cuanto a la segunda parte, “conflicto entre capital y trabajo”, la indicación que es propuesta como solución para la superación, es el reconocimiento de la “subjetividad” del trabajo, es decir la dimensión primaria personal del trabajo en relación a su dimensiones complementarias como la de economía, técnica, etc. Afrontando el tema de “los derechos y deberes” del trabajador, la categoría que resume en sí los contenidos integrados en la tercera parte es la de la solidaridad. Aquí encontramos una distinción que se hizo enseguida famosa: es decir, aquella entre empleador “directo” (el titular de le empresa) y empleador “indirecto” (en esta caso el Estado

1 VECCHIO, G., La Doctrina sociale della Chiesa, en dialogo, ED. EFA, Milán 1992, p. 232-3. HECKEL, R., Continuitá e rinnovameneo, en AA.VV., Laborem exercens, ED. Vaticana, 1981, pp.130-1. 2

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con quien también el dado de trabajo, el empresario, deberá referirse e interactuar). En esta red de relaciones, de carácter nacional e internacional, los

derechos y deberes deberán ser regulados e inspirados por el valor de la solidaridad. La cuarta y conclusiva sesión de le encíclica está dedicada a la espiritualidad del trabajo. Se ofrecen, como dice el título, sólo algunos elementos. Aquí, la categoría de “participación” entiende expresar la conexión entre al actuar humano y la realización del proyecto de Dios. Devanando y desarrollando estos caracteres identificatorios y fundamentales del texto, podemos sintéticamente presentar los contenidos, sin dar en el momento, una valoración crítica.

1.2 Contenidos

Se podrá aquí constatar la especial sensibilidad personal, religiosa y apostólica del Papa hacia el mundo del trabajo, debida también a su experiencia juvenil como trabajador en una mina y también en una fábrica. Se puede agregar que la fundamentación doctrinal, antropológica y tecnológica de la problemática está cerrada y ahonda sus raíces en la experiencia y en la elaboración conciliar de la Gaudium et Spes en cuya elaboración, el entonces arzobispo Wojtyla, participó activamente, siendo luego intérprete y continuador.

Antes que las valencias económicas, sociales o ideológicas, el trabajo adquiere significado religioso en relación al proyecto de Dios, reclamando principios éticos, culturales, espirituales e involucrando la dimensión misma del ser humano, su dignidad, su desarrollo integral.La defensa y la afirmación de la dimensión religiosa, espiritual e inalienable del hombre que trabaja emergen como uno de los deberes principales de la misión de la Iglesia. El personalismo antropológico, filosófico, y teológico de Juan Pablo II, constituye la premisa principal para el desarrollo de su magisterio social. Seguramente, el participar del drama de su nación que sufrió los horrores de Auschwitz y la represión por parte del régimen comunista, contribuyó a hacer constante el reclamo por la defensa y la centralidad de la persona humana, de su dignidad y libertad personal y religiosa. Pero es en las repetidas referencias bíblicas que se encuentra la fuente de su “Evangelio del trabajo”. En él, de hecho, se pone en el centro la persona de Cristo en cuanto hombre de trabajo, poniendo en el misterio de la Creación una específica referencia de la cual extraer las verdades fundamentales acerca del hombre que trabaja. En la creación del hombre, hecho a imagen y semejanza de Dios, y en la entrega de lo creado, se extraen los conceptos claves de la antropología del trabajo de Juan Pablo II.El hombre porque es imagen de Dios determina su relación con Dios, consigo mismo, con el cosmos, su vocación y la de su obrar. Con su trabajo él colabora con Dios en su obra creadora y deviene su partner se realiza a sí mismo como protagonista de su historia, domina y trasforma el mundo, mejorando y asumiendo como último objetivo su bien personal y el bien común de la sociedad. En esto radica la elevada dignidad del hombre y de su trabajo concretizada particularmente, en este contexto, en las categorías de la “creatividad” y “participación”, fundamentales y fecundas para analizar y resolver correctamente la problemática actual al trabajo.Juan pablo II extrae de esta visión teológica y antropológica el esencial valor para el sujeto de la actividad humana. Superando toda orientación ideológica y desarrollando su peculiar visión ético-religiosa, el Papa vuelve repetidamente sobre la denuncia de una mentalidad economicista que manifiesta una apremiante tendencia a reducir a la persona humana sola a la dimensión económica. Señala una errada concepción antropológica allí donde se pone al trabajador en segundo lugar en referencia a las exigencias de la producción, del mercado, del consumo.

La subjetividad del trabajo interpreta el trabajo como actus pesonae, es decir, acto que implica a todo el hombre en la unidad de alma y cuerpo, llamado a realizarse como ser dotado de inteligencia, capacidad y creatividad. El acento puesto sobre el sentido subjetivo del trabajo no anula su dimensión objetiva como ejercicio y prolongación de aquella libertad que se expresa en el dominio del hombre sobre el

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mundo, en sus importantes conquistas científicas, en la aplicación de sus potencialidades, en las obras de civilización y de la cultura. En este sentido la consideración del trabajo como fundamental factor de cultura y de determinación de la existencia humana es elemento original de la enseñanza social de Juan Pablo II, entendido como praxis autocreativa que en su transitividad e inmanencia abre a la trascendencia, a los valores de la libertad, de la racionalidad y de la responsabilidad.

En la consideración de la objetividad del trabajo, en la óptica bíblica del dominio del hombre sobre lo creado, se pone un acento particular sobre las consecuencias del progreso de la técnica y de la ciencia moderna. Si bien desarrollando una valoración positiva del rol transformador e innovador realizado por la técnica en el proceso productivo y cultural, Juan Pablo II replantea la pregunta ética sobre el uso, sobre el significado, sobre los fines de tales enormes potencialidades técnico-científicas. La cultura del trabajo aquí propuesta esta enriquecida por el significado que el trabajo mismo recibe del misterio de la encarnación y redención de Cristo. La solidaridad, como categoría tradicional y calificante del discurso cristiano, es propuesta como vía privilegiada o como condición para un pleno desarrollo de la sociedad humana y de sus relaciones marcadas por una siempre mayor interdependencia y complejidad.

3. Aspectos problemáticos y el desafío del cambio valuación al margen

Al presentar sintéticamente los principales contenidos de la LE, a propósito es usado un determinado lenguaje. Como, en este caso, una lectura del documento que se limite a asumir los términos más repetidos, que se abstenga de todo análisis y consideración crítica, que repita sólo por categorías las afirmaciones más significativas no puede más que provocar, por una parte consenso o confirmación, por otra el señalamiento de cierta generalización1 y, con ella una sustancial repetición de contenidos ya anteriormente escuchados 2

No se puede sino compartir y “creer” en la exaltación de la centralidad de la persona, las formulaciones relativas a verdades de fe y también la denuncia, si bien sumaria, de situaciones y condiciones donde esta centralidad es perjudicada o negada. De aquí la tensión que puede ser representada la controversia entre los comentarios que han suscitado la promulgación de la LE: decididamente muy vivos y contrapuestos, inexorablemente diferentes también en el ámbito católico. “Así hubo quien consideró a la encíclica preindustrial y quien pos-industrial, quien la alabó o adhirió a los hechos históricos concretos y quien le reprochó una inaceptable carencia de comprobación objetiva”.3 Fue justamente esto último lo que levantó las críticas más frecuentes”. 4

Antes de pasar a la crítica de los puntos cuestionados y la perplejidad u objeciones presentadas por distintos artículos e intervenciones, puede ser oportuno formular alguna consideración. La libertad de expresión concedida a cualquiera que se interese por las cuestiones confrontadas por el magisterio, se debe reconocer, y no en segundo lugar, la libertad por parte del magisterio mismo, de tratar dichas cuestiones en la perspectiva que se considere más adecuada. Además, no se puede ni se debe pretender que una encíclica, porque trata de cuestiones sociales, pierda su peculiaridad intrínseca de documento magisterial, para asumir la apariencia de

1 De Rosa, G.: hace la observación que se repite al salir de cada encíclica: todos podrán encontrar lo que quieran y podrán tirarla para donde más les guste”. GRINGIANI, E. Utopia o fallimento della DSC?, Ascari editor, Mantova 1996, p. 161.2

3

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un breve tratado de economía y sociología. También en el caso de LE, la centralidad antropológica y las referencias bíblicos teológicas son aceptadas, valorizadas y puestas como base para una siguiente y progresiva reflexión, que deberá estar confiada en primer lugar a la teología1.Se tratará entonces de hacer un discernimiento del valor y del aporte cultural de las indicaciones magisteriales, de precisar sus encuadres teoréticos e intentar luego una profundización. Seguidamente, pero secundariamente, se deberá proceder a enfrentar algunas cuestiones particulares, las más solicitadas y de mayor interés para el cambio socio económico, así como para el progreso de las ciencias sociales y teológicas.

2.1 Cuestiones elegidas.

Los temas aquí seleccionados para los cuales intentaremos no ciertamente agotar, pero si al menos incidir en las características problemáticas, están unidos por la tensión mencionada y creada entre la polaridad constitutiva de la reflexión bíblica y antropológica desarrollada con amplias y constitutivas referencias metafísicas y, la pretensión de enfrentar los aspectos contingentes e históricos del trabajo sin referencias concretas, como así señalan las principales y repetidas críticas.Efectivamente, el proceder derivado del acercamiento antropológico informado por la teología bíblica elaborada en la LE, alcanza sólo a un indeterminado concepto de trabajo. Un concepto que se dilata hasta abrazar todo aspecto de la actividad humana, viniendo a coincidir con el obrar humano, puesto en estrecha correlación con el mandato de “someter a la tierra” (Gén. 1,28). Es entonces necesario proceder a aclaraciones de carácter exegético en relación a las referencias bíblicas usadas, así como también valorar y reconsiderar ese “énfasis antropológico atribuido al trabajo “en cuanto vehículo resolutivo de las vicisitudes histórico civiles” y posiblemente “abriendo un enfoque diferente” 2 de este modo, se podrá precisar el sentido del obrar humano en la distinción, pero no separación, de la actividad profesional, el sentido del conflicto entre capital y trabajo, para llegar finalmente a un repensar la espiritualidad del trabajo que pueda superar la indefinición, a veces ambigüedad, de la categoría de “participación”.

2.2 La fundamentación bíblica

“La idea de trabajo es en primer lugar definida en referencia al “mandato de someter la tierra”, y puesta en relación con la cualidad del hombre de ser a imagen de Dios” 3

Para evitar equívocos, es oportuno liberar de todo error de interpretación el significado del verbo “someter”. Es reconocida, el significado de “custodia” y no de “dominio” que tal verbo expresaría. Así se lo toma en la LE con una sucesiva y más amplia connotación. La consiguiente y reconocida señoría del hombre sobre lo creado se debe interpretar en la óptica alimentada por la concepción subjetiva del obrar del hombre. En cuanto ser dotado de libertad se expresa a sí mismo y realiza su peculiaridad humana en relación con lo real. Ya la Gaudium et spes, en el n. 67 afirmaba: “No existe, de hecho, ninguna duda de que el trabajo humano tenga un valor ético, el cual está directamente ligado al hecho de que aquel que lo cumple es una persona, un sujeto conciente y libre, es decir, un sujeto que decide por sí mismo”. En la misma dirección interpretativa, encontramos una ulterior especificación extraída esta vez de la Redemptor hominis,donde en el n. 16 se asevera que el sentido esencial de la soberanía y del dominio del hombre sobre el mundo visible “consiste en la prioridad de la ética sobre la técnica, en el primado de

1

2

3 G. ANGELINI, La dottrina sociale della chiesa, en AA.VV.,Glossa, Milán 1989, p.68.

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la persona sobre las cosas, en la superioridad del espíritu sobre la materia”. El someter o dominar la tierra, es decir, el custodiar lo creado es sustancialmente el ejercicio de la libertad de la persona, llamada a usar su inteligencia y capacidad de verdad y de bien para aportar beneficios a sí misma, a todos los hombres, al mundo entero.Justamente por esta interpretación, amplia y decididamente sugestiva, se podría afirmar que el trabajo entendido aquí como dimensión de la existencia y no sólo como obrar en general, no agota la tarea del dominio. Más bien interesa a todo el ser y obrar de la persona humana 1. Además, se deberá tener en cuenta también el rechazo causado por el término”mandato”. Este sustantivo no indicaría tanto una “tarea”, sino más bien una “experiencia”, que se produce por iniciativa divina libre y gratuita 2. Una interpretación así no desmentiría la racionalidad de las anteriores conclusiones, ambas son aceptables.Me limito solo a una consideración. Los distintos paradigmas que se pueden extraer sobre la base de las distintas interpretaciones exegéticas imponen una cierta cautela. En nuestro caso, se deberá salvaguardar necesariamente el dato relativo a la concepción de persona humana, es decir, el carácter de libertad y de vocación a realizarse a sí misma, o sea, a usar según la verdad las propias aptitudes y potencialidades. Si se debiese, hipotéticamente, proceder a una reescritura de esta parte, la referencia tan explícita y apremiante al Gen. 1,28 debería ser menos destacada.

2.3. Obrar del obrar y obrar de Dios

Más problemática se presenta la referencia a la creación del hombre, como ser a imagen y semejanza de Dios y puesto en relación con el mandato de custodiar la tierra. La amplitud del significado atribuido al trabajo, según la interpretación elegida de la cita veterotestamentaria, produce una estrecha analogía entre el obrar del hombre y el obrar de Dios. Se podría destacar que el obrar absoluto de Dios, que aquí se manifiesta en el acto creativo, no encuentra convincente continuidad con el obrar del hombre. El riesgo de interpretación unilateral y ambigua es alto, tanto que Chenu afirma: “Más yo trabajo y más Dios es creador” 3

Aparece por lo tanto forzada e ilusoria la pretensión de cargar al trabajo de valores casi redentores, una simplificación tal vez poco perspicaz que mal concuerda con una lectura más atenta de toda la Escritura, allí donde se subraya la unicidad de Dios en cuanto creador, y la Creación cual gesto singular y misterioso, don de vida y de bendición otorgados gratuitamente. Justamente porque “El hombre nunca es creador de las realidades que usa y transforma – acaso a veces distorsionándolas – ni de la belleza que de ellas hace surgir: más bien las recibe, como don cuyo origen precede y permite su obrar…El trabajo se inscribe en una creación profundamente signada por la presencia de Dios y por la continua acción de bendición, que no se contrapone al obrar humano, pero tampoco se deja agotar por él” 4

Además, toda la realidad humana, si bien creada y amada por su Creador, está marcada por el pecado. Por eso el obrar del hombre, y con él, el trabajo, se interpreta adecuadamente sólo en esta ambivalencia y tensión.P.Ricca5 destaca, por otro lado, que el trabajo no es por sí mismo un mandamiento, a diferencia de la observancia sabática. Es el día del descanso, de la no actividad, que se presenta y se propone como el lugar de encuentro entre el obrar perfecto realizado por Dios y la obra siempre incompleta del hombre 6. La santificación del

sábado (Dt. 5,12), no debe ser interpretada como rechazo u oposición al trabajo. Se trata en cambio, de una reciprocidad que pide al trabajo ser dotado de sentido e injertado en la dimensión más grande de toda la existencia de la persona.

1

2

3 CHENU, M.D., Cristianesimo e mondo del lavoro, en Cultura e politica 4 (1967), p.134 MORANDINI, S. Il lavoro cha cambia, EDB, Boloña 2000, p. 159-60.5 RICCA, P. Rilettura del messaggio biblico cristiano sul lavoro alla luce della tradizione protestante, en6 BONORA, A., Il lavoro nell’Antico Testamento, en A. CAPRIOLI – L. VACCARO, Il lavoro, p. cit., p.66 y sgs.

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La centralidad de la persona, su sacralidad reconocida, puede ser más eficazmente repensada e iluminada por estos datos bíblicos. En otras palabras, el primado concedido a la persona en el ámbito de las complejas relaciones socio- económicas, con especial referencia a las profesiones, deberá disminuir, para obtener aceptación e interés, a través de dos categorías: la cuestión del sentido y la centralidad-relatividad del trabajo.Por lo concerniente a la primera, como simple ejemplo, es suficiente observar la desarmonía que se produce en relación a la mentalidad de las distintas generaciones. El valor, la finalidad, el tipo de acercamiento cultural, emotivo y existencial que distingue la prestación de un joven, hoy se diferencia, y no en los matices, de la de una persona de sólo una generación anterior. El cambio de los modelos organizativos del trabajo, las nuevas profesiones, los diferentes ritmos de vida que se les imponen a las familias por los efectos producidos por la flexibilidad o por las dinámicas productivas, sólo para citar algunos evidentes fenómenos, no sólo avivan, a veces exasperan condiciones y estilo de vida. También en este ámbito se pide, evidentemente, reformular con datos concretos, el concepto de dignidad de la persona humana y del trabajador.En segundo lugar, pero siempre conectada a la cuestión sentido, se debe reafirmar lo que hemos definido como centralidad y, al mismo tiempo, relatividad del trabajo. Justamente porque el actuar humano se expresa en la complejidad y se manifiesta como un entrelazado muy tupido de ligámenes con sus varias articulaciones, el trabajo se presenta siempre más signado por esta ambivalencia. Centralidad debida a la esencialidad del trabajo para la existencia personal, factor imprescindible para la vida individual y comunitaria. Parcialidad ante todo porque el trabajo no cubre la totalidad de la existencia; sobre todo porque está en estrecha relación con las demás dimensiones constitutivas de la vida. En esta perspectiva, si la LE no ha ciertamente olvidado afirmar y defender la centralidad del trabajo, hoy, el mismo reclamo, debería ser ampliado con referencia a lo que está más allá del trabajo mismo, de hecho:“El trabajo sólo no basta ni para satisfacer toda la dimensión de realización de la persona ni para determinar la propia transformación” 1

Justamente el valor de realización de la persona, adjudicada por la encíclica al trabajo, es hoy sometida a la exigencia debida a la complejidad, es decir, sustancialmente puesta en discusión. Los cambios culturales han asignado a la profesionalidad nuevos roles y significados, designando distintos paradigmas en las relacione sociales. Como justamente resalta Mieth, el trabajo “no es solamente el lugar de la realización de sí, cuanto más bien la sede de la realización social de sí…el lugar de una solidaria formación de identidad” 2. Además del perfil individual y personal, esta “relatividad” iría acogida también en una perspectiva más amplia. Es el mismo magisterio, en este caso episcopal, que lo afirma en un documento de 1989: “Hoy, el trabajo no es más el único fundamento de los derechos del ciudadano. En el Estado social maduro y avanzado cada persona, por el solo hecho de ser ciudadana, es sujeto de derechos. El derecho a una existencia digna no es hoy solamente el derecho al trabajo; es también derecho a un ambiente limpio y no contaminado, derecho que refiere a la totalidad de los ciudadanos, sean trabajadores o no. El derecho al trabajo, es más, constituye una grave preocupación para las mismas instituciones dedicadas a defenderlo cuando, como sucede siempre más frecuentemente, las empresas o hacen daño al ambiente o producen armas” 3

2.4 Conflicto entre capital y trabajo

Una lectura no superficial de la Rerum Novarum revela la viva preocupación de León XIII y su fundado temor con referencia a posibles degeneraciones de los conflictos sociales en tumultos o formas de guerra civil.

1 F. TOTARO, op, cit., p. 221.2 D. MIETH, Schedarietà e diritto al lavoro, en Concilium 18 (1982), p.123.3 Comisión episcopal para los problemas sociales y del trabajo. “Res novae e solidarità nel centenario della Rerum Novarum”, 1891-1991, n. 16

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La cuestión social, y en ella la obrera fue, desde la Rerum Novarum, frecuentemente interpretada como conflicto. Recuperando la misma categoría, a pesar del cambio habido, la LE representa capital y trabajo, en términos de oposición. Subyace y no veladamente al discernimiento magistral, un entramado interpretativo de naturaleza ideológica: tanto el capitalismo liberal, como los distintos socialismos, defienden y propugnan sustancialmente una suerte de economicismo, o materialismo práctico además que teórico. Si entonces, como se evidencia en la LE n. 12, el trabajo y el capital son puestos sobre el mismo plano, o sea como medios o instrumentos dirigidos a la producción, la tensión entre los dos polos resultará inevitable, alimentando así sólo una relación conflictiva de fuerzas. Entonces es necesario, según la LE, restituir y resaltar lo que es definido como la “subjetividad del trabajo”. Concediendo prioridad a la persona, a la persona que trabajo, el eje de la perspectiva cambia: ahora si la persona es el fin, todo lo demás puede ser considerado sólo instrumento, de modo que también el capital es teóricamente reabsorbido por el trabajo, desde él toma significado y valor, un valor que no puede sino ser funcional. Por lo tanto el capital es considerado en relación al trabajo y recibiría, de algún modo, una subjetividad propia. Se trata entonces de una subjetividad derivada, en cuanto configuraría como “fruto del trabajo humano de sucesivas generaciones que han utilizado, trasformado y multiplicado los bienes recibidos del Creador haciéndolo un instrumento siempre más perfeccionado; el capital adquiere entonces constitutivamente una relación con el trabajo; él nace del trabajo y tiene la vocación de servir al trabajo, comenzando desde la posibilidad misma de trabajar” 1

Así como es presentado, el conflicto entre capital y trabajo parece ponerse paradojalmente en términos impersonales, justamente porque son reasumidos en dos sustantivos absolutos. La concesión de preeminencia, se da mediante la generalización del concepto de “trabajo” con atribuciones de subjetividad que desvía el sentido colocándolo en un ámbito antropológico. No tanto el trabajo sino más bien la persona que trabaja.Se crea así una confrontación entre dos grandes conceptos: el primero antropológico, (la persona), el segundo material, (el capital como suma de bienes de varia naturaleza, máquinas etc.). La calificación de subjetividad, deducida de la referencia a la persona que usa esos bienes, puede parecer inútil o provocar confusión.Se arriesga complicar la evidencia representada por el más común sentido de conflicto entre trabajo y capital, , es decir, el conflicto entre el interés de los trabajadores y el interés de los propietarios de los medios de producción. Limitarse solamente a suministrar la noción de superioridad de las personas sobre las cosas, podría parece inadecuado, dado que hay personas en ambos lados del conflicto, no sólo personas de un lado y máquinas del otro.La subjetividad del trabajo sería salvaguardada si la reflexión se pusiera en términos de análisis de las reivindicaciones de ambas partes en causa. 2 La encíclica social siguiente (la Sollicitudo rei sociales) superará ampliamente esta estrecha perspectiva. Permanece aún actual y siempre más persuasiva la difusión de un impostación economicista en las relaciones internas del mundo del trabajo y así como aparece clara y consensuada la afirmación sobre la centralidad de la persona humana, así del mismo modo, las lógicas efectivamente aplicadas responden a otras concepciones no por cierto humanizantes sino financieras. Los

cambios a realizar imponen aproximaciones distintas en los conflictos tanto de las relaciones entre trabajadores y empresarios, como en la valoración y en la atribución de significado a conceptos como trabajo y capital 3. Tal vez, por la complejidad de las situaciones, sobre todo de las temibles consecuencias traídas por el fenómeno de la “financiarización” de la economía, será bastante difícil si no imposible, tratar una reflexión general sobre el tema. El conflicto permanece pero en términos distintos y asume nuevas connotaciones

1 HECKEL, R., op. cit., P. 1252 FINN, F., Jonh Paul II and the moral ecology of markets, en Theological studies 59 (1998), p. 665.3

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culturales. Basta pensar a la perdida de representación sindical, a las formas de trabajo “atípico”, a las condiciones de trabajo de muchos obreros en los países del tercer mundo: escenarios nuevos y viejos que se sobreponen constituyendo el cuadro delineado por el marco de la globalización que obliga a enfrentar con cautela y analíticamente, vez por vez, aspectos y vueltas de todo conflicto particular.

2.5 La espiritualidad del trabajoOtros, interesantes y problemáticos serían los argumentos y los problemas de los que se ha ocupado la LE 1 que merecerían aquí lugar para un oportuna revisión y profundización. Nos limitamos, concluyendo, a expresar algunas consideraciones sobre el tema de la espiritualidad del trabajo.Varios autores concuerdan en considerar esta última parte de la LE dedicada al tema de la espiritualidad, la menos elaborada y desarrollada. Ya el título, “elementos para una espiritualidad del trabajo” no genera interés en el lector. Los puntos salientes sobre los cuales se apoya esta reflexión de Juan Pablo II, son tres: a través del trabajo el hombre participa a la obra del Creador (25); el trabajo como seguimiento de Cristo que, con su ejemplo, lo ha santificado y lo ha hecho fructífero para la construcción de Su reino; el trabajo en cuanto experiencia de dolor participa en el misterio de salvación de la cruz de Cristo, hasta la concreción de “cielos y tierras nuevas” (27) 2 A estos puntos corresponden iguales categorías. Ante todo el concepto de participación (participación como colaboración), que a su vez imprime la misma dinámica teórica a la otras dos, es decir, la figura de Cristo trabajador y el esfuerzo unido a l sufrimiento ambos ligados a la valencia redentora de la cruz de Cristo (participación y codivisión) Fitte 3 sostiene que es posible proceder a una elaboración más detallada, considerando la “doctrina como colaboración a la creación suficientemente clara”, y evidentemente adecuada. La línea propuesta para proceder a profundizar está indicada extrayendo de la Gaudium et spes y de la Lumen gentium en el “conectar más estrechamente la doctrina sobre el valor redentor del trabajo con aquella sobre el sacerdocio común de los fieles”. Agrega: “El trabajo es redentor sólo porque el fiel cristiano – ratione Baptismi - es sujeto capaz de colaborar en la Redención, en cuanto participa del sacerdocio de Cristo”. El sujeto entonces parece ser el fiel cristiano, no tanto el trabajador. Es necesario notar que en este modo sucede un movimiento de la base sobre la cual fundar la reflexión. En el centro ahora no encontramos más el colaborar (acto) en referencia a la Creación, más bien el sacramento del Bautismo y el misterio de la Redención.El teólogo alemán ofrece luego una ulterior indicación tomada de una meditación de J. Escrivá. Citando las palabras del beato español agrega: “El trabajo nace del amor, manifiesta el amor, está ordenado hacia el amor”. En este sentido es interpretado el concepto de participación, afirma de hecho que la redención es acto de amor que puede ser participado sólo mediante la misma específica disposición; “Sólo el trabajo hecho por amor permite una auténtica santificación del mundo y, al mismo tiempo, sólo así se puede trascender el nivel de lo efímero”.

La profundización teológica es realmente necesaria, por lo menos para extraer estas indicaciones del género literario de la exhortación y volverse, posiblemente, comunicables e interesantes frente a los fieles. Aún más, para armonizar una, a mi parecer, sonora disonancia entre el concepto de “participación” extraído poniendo como término común la “Creación” (acto) y el siguiente indicado en Cristo (persona).En esta doble y diferenciada acepción, inevitablemente, el concepto de participación asume valencia de tertium entre los elementos dados, o sea de mediación, por lo cual, lo demás o el acto de trabajar debe buscar un tercer lugar para recibir el sentido religioso y significado teológico. La referencia a la “Creación”

1

2 SHASCHING, J. Doctrina social católica y Trabajo en Communio 159 (5-6/98) p.37.3

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debería ser, a mi parecer, abandonada. No sólo por fuerza de los argumentos esgrimidos y citados, referentes a la débil analogía entre el obrar de Dios (el obrar específico del “crear”) y el del hombre, en especial el de trabajar. Sin duda porque la relación orante y filial con el Padre no puede ser buscada demasiado distante de la relación misma entre personas, privilegiando la dimensión ontológica y personal a aquella operativa del agere 1

La doble sugerencia de Fitte podría ofrecer un óptimo principio con la condición de que sea desarrollado exclusivamente en el ámbito cristológico y sacramental. Con las siguientes precisiones. La categoría a preferir, si se desea definir esta espiritualidad, debería ser, a mi parecer, la de la Encarnación, que ratifica lo sacramental de lo humano y consecuentemente del actuar iluminado e informado de la Gracia. Oportunamente Fitte recuerda el Bautismo, es decir la configuración a Cristo, por la cual cada cristiano obra in persona Christi. Al don de Gracia del Bautismo debe corresponder la libre respuesta de la fe. Aquí surge el obrar sacramental del cristiano: “No soy más yo que vivo sino Cristo que vive en mí” (Gal 2,20).La imitación de Cristo se traduce adecuadamente en la virtud teologal calificante y específica del Amor, interpretada en el sentido de donación de sí. El fiel cristiano realiza sacramentalmente su imitación del Señor cuando vive como el Señor ha vivido, es decir, en la donación, que conlleva el involucrarse totalmente abrazando toda realidad que encuentra, deseando que en todo y por todos lados se manifieste la Gloria de Cristo. La insistencia, al menos en el ámbito pastoral y formativo de las conciencias, iría concentrado tanto en esta dimensión personal de imitación de Cristo, es decir, sacramentalmente, como sobre aquella relacional. De hecho el dato teológico de la imago Dei iría desarrollado sobre la vertiente trinitaria: es decir, como apertura y relacionalidad.El trabajo, especialmente hoy a pesar de las inevitables paradojas, además del “hacer” está constituido por el “comunicar”. “El trabajo es comunicación (en italiano, comunicazione), sirve para comunicar, se realiza en la comunicación, no existe fuera de la comunicación”2.Trabajar expresa siempre una presupuesta relación: comunicación de sí mismo. Bajo este perfil, el testimonio cristiano que se genera desde una espiritualidad fuerte y que a su vez está alimentada por ella, no puede ser reducida a mera coherencia ética, sino apremiada a difundirse como relación de amistad; la persona convertida por el encuentro con Cristo en la Iglesia se hace prójimo, acompaña y comparte la condición de aquellos que tiene al lado con su carga de humanidad con la cual refleja sacramentalmente el don del Espíritu.Por lo tanto, “amar” (donación de sí) se vuelve modalidad para vivir, (y no sólo metafóricamente), el Cristo que salva. Sino experiencia de comunicación (de sí), de compartir, (solidaridad), de escucha y de propuesta (misión) 3 .

A la luz de estas consideraciones quizás es oportuno de ahora en adelante, hablar y reflexionar sobre los contenidos de una espiritualidad laical antes que “del trabajo”. Es verdad que también el término “laical” y con él la correspondiente espiritualidad, puede parecer una vez más genérico. La diversidad de los estados de vida, de las condiciones familiares, de los ambientes en los cuales se obra, de las numerosísimas tipologías profesionales, de las eventuales cargas o responsabilidades públicas, son elementos que de algún modo reivindican la propia especificidad y exigen una peculiar espiritualidad. Es más, si fuese necesario

1

2 RIZZO, F., Il valore del lavoro nella società dell’informazione, en Synaxis XVII/1 (1999), p. 116.3 Sintético y rico de esperanza este párrafo: “Las personas de la Trinidad hacen comunión y se comunican entre ellas. Los hombres hacen comunión (en la sociedad) y se comunican entre ellos. Dios escucha la palabra del hombre. El hombre escucha la palabra de Dios. La comunión y la comunicación exigen Amor, es decir, justamente esa cosa que, según Robertson, los economistas economizan: del hacer economía de amor al hacer economía de trabajo en los procesos productivos, tal vez, el pasa es breve”. Id., p.120

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verdaderamente encontrar un término unificante este debería estar indicado, más que por el trabajo, entendido en sentido genérico, por el estado de vida.

Sobre la base, entonces, de cuanto se ha afirmado, cada trabajador, estaría llamado a profundizar la modalidad a partir de la cual la cual nutrir su propia fe, a través de su profesionalidad, del trato con los colegas,, su pertenencia a una familia y a una comunidad cristiana.

2.6 Conclusión

Recordar el vigésimo aniversario de la LE compromete a valorizar las numerosas e importantes intuiciones en ella contenida y ofrecidas y llama, al mismo tiempo a la necesidad de un continuo aggiornamiento.

La instancia que más lo requiere parece ser de naturaleza teológica práctica (teología práctica y señaladamente, teología social y teología pastoral), debido a cambios ocurridos del mundo del trabajo, de la cultura y de la economía.

Se si mira al pasado es sólo y exclusivamente para encontrar base y sustento en el compromiso del presente, e intuir y elaborar las soluciones adecuadas para repensar una forma de presencia eclesial más incisiva, sostenida por una reflexión teológica siempre más insistente en su dimensión constitutiva interdisciplinaria; y por lo tanto, en ciertos aspectos obligada a repensar su articulación y su planteamiento.

El hombre permanece y permanecerá siempre “camino de la Iglesia” y así el trabajo, es decir el obrar para la construcción de la sociedad en sus dinamismos de subsistencia y convivencia, recibirá la atención y la premura de la Iglesia.

Una atención y premura que se manifiesta continuamente y siempre en manera fascinante en la santidad, expresión auténtica de continuidad y renovación de pensamiento, del actuar, del sentir social.

FICHA Nº 9Sollicitudo rei sociales (30.12.1987)

Autor

Jaoannes Shasching profesor emérito de filosofía social en la Universidad Gregoriana.

Contexto

- URSS, desde el 85 en el poder está Gorbachov (Perestrojka)

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- Sigue la carrera armamentista (escudos espaciales y guerras estelares)- Guerra entre Irán e Irak- Se comienza a hablar de cuarto mundo

La SrS aparece en febrero de 1998 (con la fecha del 30.12.87) para conmemorar el vigésimo aniversario de la PP y, como está escrito en la introducción, para aggiornar a la DSI sobre el tema del desarrollo.Hay que destacar: la PP no esconde un cierto optimismo acerca de la posibilidad de reducir en breve tiempo el GAP entre el Norte y el Sur. Este “optimismo” desaparece en el SrS. En la ciencia económica, la llamada economía del desarrollo había conquistado un estatuto científico propio y gozaba de un amplio prestigio entre los economistas y los políticos. Se pensaba que el desarrollo económico sólo podía hacer emerger la compleja “incivilización” de las sociedades pobres. Veinte años después, Juan Pablo II debía registrar un sustancial fracaso de aquellas esperanzas Lo suyo es un diseño de la realidad en tinta negra, crudo, si se quiere, pero seguramente correspondiente a la realidad.Los mismos economistas a comienzos de los años 80 tomaban conciencia del sustancial fracaso de un acercamiento economicista al problema del subdesarrollo.O. Hirschman, uno de los pioneros de la economía del desarrollo, ha escrito que “la tranquila seguridad de sí que nuestra disciplina tenía en sus fases iniciales entró en crisis”, cuando los economistas se dieron cuenta de que al crecimiento económico de, los países pobres no raramente acompañaba un regreso en el plano de los derechos civiles y políticos.Uno de los motivos de fondo de la SrS es justamente el retroceso a todo enfoque economicista. El Papa ha intentado demostrar, por un lado, que las causas de retroceso no son solamente económicas, y por otro, que una política de cooperación debe abrirse a una concepción ética del desarrollo.

Sólo un dato: la deuda de los países del tercer mundo pasó de los 210 mil millones de dólares en 1976 a 1.030 mil millones en 1986.

Estructura

Contenidos

Primera Parte: introducciónSe indica la intención de la SrS que es: continuar las enseñanzas de la PP en el nuevo contexto histórico, mediante:

- presentación con ayuda de la investigación teológica de una concepción más rica y diferenciada del desarrollo

- sugerencia para la acción.

Parte segunda: novedad de la PP

La novedad de la PP según la SrS radica en lo siguiente:- la PP enfrenta el tema del “desarrollo” según una perspectiva moral y

cultural (no sólo económica)- en su perspectiva mundial, que pone en evidencia la desigualdad de los

medios y la consecuente desigualdad de los de los beneficios. La novedad es que aquí se comienza a hablar de responsabilidad, es decir, se enfrenta la cuestión de las causas del subdesarrollo.

- Desarrollo plenario y planetario como condición para la paz.

Tercera parte: panorama del mundo contemporáneo )11-26)

Podemos destacar tres partes:- indicios negativos (de un subdesarrollo económico, cultural, político y

humano)- causas de esos indicios negativos

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- indicios positivos

Sin enumerar uno por uno (se trata de constataciones elaboradas desde distintas perspectivas, económicas, culturales etc.), señalamos sólo pocos puntos.

- En el n. 16 antes de terminar el discurso sobre los índices negativos se habla ya de responsabilidad, con una novedad. Antes, en la presentación (introducción) parecía que fuera sólo de los países ricos, aquí es compartida también por los países pobres.

- En el discurso de las causas vuelve con el n. 20. El n. 22 es prácticamente una síntesis. Se subraya la importancia negativa del imperialismo y del neo colonialismo, así como de la acción contrapuesta de los dos bloques (países marxistas y occidente) como un a de las causas más importantes (causas políticas e ideológicas).

Cuarta parte: El auténtico desarrollo (27-34)

En esta parte primero se dice qué no es y luego se describe qué es el desarrollo.

Qué no es: (27-28)- un proceso rectilíneo indefinido e ilimitado- tampoco un acumular de bienes o aumento ilimitado de consumo. Se

remarca el primado del ser sobre el tener.

Sobre la base de esta afirmación se comienza a describir qué es el verdadero desarrollo.Si el primado le corresponde al ser, entonces el verdadero desarrollo se mide según la dimensión interior de la persona, por lo tanto (29) el verdadero desarrollo es el que permite a la persona crecer no sólo materialmente sino interiormente, es decir, integralmente:

Las novedades que aporta esta parte:- la lectura “teológica” del concepto de verdadero desarrollo que sería

entonces el que acontece según la Revelación. Se trata de subordinar el poseer a la “semejanza” divina y a la vocación del hombre a la inmortalidad. La Revelación dice que no hay que dominar en sentido despótico sino administrar sin explotar. Si el hombre no actúa así la creación se le volverá en contra. El verdadero desarrollo por lo tanto no es sólo una realidad laica o profana, sino religiosa. Tiene estas connotaciones: es una vocación, como

proceso continuo de realización al cual el hombre está llamado; es un deber de todos (dado que es para todos y para cada uno); está amenazado por el pecado, pero rescatado y redimido por Cristo.- Se afirma: no sólo lo superfluo sino también lo necesario debe ser donado

según la caridad (31). Alguien enseguida interpretó que la Iglesia debía vender todos sus bienes para darlos a los pobres. Como fuere, son párrafos que indican sensibilidad.

- El verdadero desarrollo está conectado intrínsicamente con la validez de todos los derechos. (se completa así lo que se dijo anteriormente, verdadero desarrollo si se respetan los derechos de los individuos y de la sociedad entendiendo por esto en primis la famita.

- Última novedad: la atención a al ecología. Desarrollo es también respetar el ambiente.

Quinta parte: Una lectura teológica de los problemas modernos (35-49)

Se vuelve nuevamente sobre las causas morales. CUIDADO: estamos frente a una encíclica a “procedimiento cíclico”: deja un argumento para luego retomarlo.

Aquí se inserta la famosa definición “estructuras de pecado” (reprobada por Angelini, exaltada y repetida por muchos otros)

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Es necesario tener bien claro, en esta parte de la quinta sesión, dos conceptos:- si individualizan dos causas: ganancia y poder- cuando se habla de estructuras de pecado no se debe entender algo que

está fuera de la capacidad del hombre o de entes o agentes externos a él y por eso no manejables. Hablar de estructuras de pecado no significa excusar a nadie: ellas están siempre ligadas a actos concretos y conducen siempre a elecciones que, en este caso, se oponen al designo de Dios (he quí porqué son definidas de pecado)

Si la causa de estos males es de naturaleza moral, es necesario un remedio moral.

En el n. 38 se explica este remedio, se dice que es necesario una conversión, una conversión como conciencia de la i8nterdependencia dirigida a la solidaridad. Aquí en la SrS existen tres definiciones de “solidaridad” (se lo verá en el curso de antropología cultural y en el segundo semestre)

La solidaridad es presentada como virtud y no como sentimientoVirtúd: como actitud habitual que hace posible la continuidad de ciertos buenos comportamientosHe aquí la definición: “determinación firme y perseverante por el bien común” (SrS 38).

En definitiva: (las tres definiciones, sobre los tres distintos niveles: 1- filosófico-comunicativo; 2- más confesional; 3- teológico) solidaridad es:

1) determinación firme y perseverante de comprometerse por el bien común:

- dentro de cada sociedad (39)- a nivel internacional

2) ver al otro (persona, pueblo, nación) como un igual, una ayuda y no un instrumento

3) virtud cristiana

Quinta parte: algunas orientaciones especiales (41-45)

El n. 41 es especialmente importante por la cuestión epistemológica que merecería un tratamiento aparte.Nosotros trataremos sólo este aspecto, que está en el corazón de Juan Pablo II y que será representado todavía más decididamente con la CA: la DSI hace parte de la misión evangelizadora de la Iglesia, la DSI quiere anunciar el Evangelio en la sociedad, es anuncio, no sólo denuncia. Son afirmaciones sobre determinadas, formales, pero que dan eficazmente la idea de la preocupación de Juan Pablo II y su concepción de fe y de Iglesia.

Continúan las siguientes orientaciones: - Opción preferencial por los pobres que se rige por el principio del destino universal de los bienes.- La necesidad de las reformas:

del comercio internacionalsistema monetario y financierotransferencia de tecnologíasorganizaciones internacionales

- espíritu de iniciativa para los países en vía de desarrollo (auto promoción)Por lo tanto:

- solidaridad universal como condición

Aspectos destacables

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1) continuidad y novedad referente a la PP (el mismo fin: ilustrar el auténtico desarrollo humano)

- PP perspectiva “del humanismo plenario”- SrS agrega la perspectiva teológica

2) desarrollo como cuestión social hoy, de carácter- internacional (global, interdependencia)- moral

Por lo tanto las soluciones a la cuestión social hoy, es decir al desarrollo no pueden ser sino:

- morales: por lo tanto de solidaridad (somos todos responsables de todos) y contra explotación y poder

- global/internacional

FICHA Nº 10

Centesimus annus (01.05.1991)

Contexto

Parecido al de la SrS con algunas novedades:- estamos a dos años de 1989 (9 de noviembre, caída del muro de Berlín y la

rápida disolución del bloque comunista. En el verano siguiente se formarán definitivamente las nuevas repúblicas)

- El 1º de diciembre de 1989 Gorbachov va al Vaticano.- La guerra del Golfo (enero-febrero 1991)- La insurrección de los jóvenes en China (plaza Tien nam men, junnio 1989)

Introducción

Esta encíclica muestra la conciencia plena del momento crucial que el planeta está atravesando. Se podría hablar de “giro epocal”.Escribe Toso: “Encontrándose en la divisoria de un siglo que concluye y otro que se abre, quiere ser un punto de referencia, casi una carta social, para la construcción de un mundo mejor. Este debería nacer, después de la crisis de la modernidad y de las ideologías totalitarias y totalizantes del capitalismo neo liberalista y del marxismo colectivista, sobre la base de un nuevo Humanismo, repensado y reelaborado profundamente, no simplemente postmoderno, sino realmente universal, plenario, abierto a la Trascendencia y a la comunión.

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La CA indica los medios para llagar a la construcción de una nueva sociedad. Estos son: el diálogo y la solidaridad, la lucha pacífica, la colaboración (aquí se habla también de una teología de la liberación integral” [26])Muchos han tratado de individualizar un tema central, un hilo conductor, una perspectiva desde la cual poder interpretar toda la encíclica. Quizás es imposible: los temas tratados son demasiados. El 6º capítulo puede ser considerado relevante en este sentido.

Estructura

Segunda introducciónEl intento de Juan Pablo II es doble:

- evocar, actualizar la RN- anunciar a Cristo, indicándolo como amino, verdad y vida, para las

realidades sociales (según Toso, que cita CA 3)

Hay dos afirmaciones en CA 5 y CA 54 que expresan aquí en forma mucho más completa que en el pasado, la convicción de Juan Pablo II: aquí se afirma que la DSI es parte integrante de la nueva evangelización.Atención a estas consideraciones:

- novedad: se habla de “ nueva ” evangelización, es una novedad respecto al 41 de SrS citado por la CA 54.

- La afirmación de fondo de Juan Pablo II es que la DSI es el evangelio en lo social. En otras palabras, ¿Qué quiere decir vivir el evangelio en lo social? ¿Qué significa evangelizar lo social? Significa difundir y encarnar la DSI. Es un preocupación pastoral que pide a los cristianos asumir responsabilidades,

casi como decir que si quieren ser tales deben comprometerse dejándose guiar pos la DSI.- (CA 5) “No existe solución a la cuestión social fuera del Evangelio” y cita la

RN que dice “fuera de la religión etc.”. Estamos frente a la certeza y el coraje de afirmar que Cristo está en el centro, significado y fin de la historia del hombre y que existe una verdad que se puede buscar, descubrir, vivir y enseñar.

Contenidos Primera parte: rasgos característicos de la RN (4-11)Aquí como homenaje a la RN, proporcionando amplios elementos en relación al contexto histórico en la cual aparece, su finalidad, sus fuentes de inspiración y las características sociales en curso en aquel entonces. Se detiene sobre aquellos principios enunciados por primera vez en la RN: rechazo de la lucha de clases, reconocimiento de la dignidad del trabajador, derecho a la propiedad privada, derecho a la asociación, a la legislación, etc.Se alaba también la previsión de León XIII dado que critica al capitalismo y al socialismo. CA 12.

Segunda parte: sobre lo nuevo de hoy (12—21)

El criterio usado en esta parte puede ser superficialmente resumido en estas palabras: Juan Pablo II lee estos cien años de historia a la luz de la RN para ver si el anuncio profético allí contenido se realizó o no.

Tercera parte: el año 1989 (22-29)

No podía faltar, visto que la CA aparece sólo después de dos años de la caída del muro de Berlín, una, si bien mínima, valoración y balance general de la experiencia del marxismo y socialismo “real”. No sorprende que la crítica cerrada al sistema

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colectivista parta de la consideración de un fundamental error antropológico, la “subordinación de la persona” al funcionamiento del sistema económico y social, es decir una reducción del concepto de persona y de su libertad. Es, no podía de otro modo ser destacado, la manera por la cual se ha llegado a la caída de tal bloque, es decir, el método pacifista, aquel, como se dice en el 23, que usa solo las armas de la verdad y de la justicia.He aquí entonces que los hechos de 1989 que asumen, para Juan Pablo II, un significado universal, ante todo en el plano de la conciencia y de la responsabilidad personal (25).La mirada en la parte final, se dirige hacia el futuro, la reconstrucción y los peligros ligados a ella como el de ceder a las lógicas de los valores puramente utilitaristas y el emerger de fundamentalismos.

Cuarta parte: propiedad privada y destino universal de los bienes (39-40) (economía). Con estos números (desde el 30 en adelante) comienza la parte de propuestas de la encíclica.La CA considera el tema del desarrollo de los pueblos en orden a distintas temáticas:

- propiedad privada y destino universal de los bienes: aquí hacemos dos consideraciones. En el concepto de propiedad se deben incluir, como decía MM, la técnica y el saber. El principal recurso de la economía es el hombre. En otras palabras: no basta exportar materias primas, ni tampoco con ellas la tecnología, es necesario formar a las personas, instruirlas, y darle la oportunidad de usar los recursos.

- Desigual distribución de los bienes: se individualizan las causas (CA 33) que se describen ligadas al sistema de mercado. Y aquí se suceden expresiones que serán citadas alternativamente entre los que sostienen y los que denigran tal sistema: se dice en efecto(35): “lucha contra el capitalismo que absolutiza el capital de trabajo”, antes en el 32 se reconoce la “bondad del libre mercado” si bien señalando los límites (causa de la grave situación en la cual se encuentran varios países). Es siempre el mismo problema: inclinar una parte o otra la CA o toda la DSI.

- Con mucha serenidad podremos decir: Juan Pablo II espera una economía empresaria y responsable. Se debe aspirar a una sociedad del trabajo libre, de la empresa y de la participación. Simplemente se pide que el mercado no sea dejado a sí mismo sino controlado y que en la base de un funcionamiento correcto exista la virtud.

- Luego hay una referencia al desarrollo en los países ricos: se denuncia la ideología consumista y una antropología mutilada que subordina la dimensión interior y espiritual a las materiales e instintivas. Siguen luego algunas soluciones:

- volver a una imagen integral de la persona humana- emprender una gran obra educativa y cultural- el primado del ser sobre el tener y la construcción de estilos de vida en los

cuales la búsqueda de lo verdadero, de lo bello y de lo bueno sean elementos que determinen las elecciones etc.

Siempre dentro de este argumento se habla de la cuestión ecológica.Usando el mismo término, y esta es una de las grande novedades de la encíclica, Juan Pablo II habla de “ecología humana” indicando con este término la educación de la persona a ser sí misma siguiendo la propia vocación de custodio de lo creado. Todo esto en relación polémica con un cierto ambientalismo. Porque es verdad: nos preocupamos mayormente de salvaguardar algunos derechos de las plantas y de los animales pero se concede tranquilamente la posibilidad de abortar, se habla de eutanasia, etc.

Otro tema importante y significativo es el de la alienación.

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Para Juan Pablo II, alienación no se verifica solo en las relaciones económicas. Sobre todo sucede a nivel moral: el hombre es alienado cuando es explotado, pero también cuando rechaza trascenderse a sí mismo, a través del don de sí. Es una acusación contra el individualismo y el materialismo de las sociedades occidentales: no existe verdadera desarrollo porque somos alienados, es decir, no realizamos nuestra naturaleza de personas llamadas a trascendernos (busquen la verdad, lo justo, lo bueno y lo bello) y a donarnos (caridad, solidaridad).

Si ofrecen soluciones:Se habla de reforma, de restituir la subjetividad al trabajador, de revolución moral y cultural de las conciencias. En especial se afirma: es necesaria la obediencia a la verdad sobre Dios y sobre el hombre, sólo así se puede establecer una justa jerarquía de valores y gestionar el poseso de las cosas de modo de favorecer el crecimiento de todos.

Quinta parte: Estado y cultura (44-52)

Es uno de los capítulos más bellos e importantes para la DSI.

Se puede considerar que en esta parte el tema del “desarrollo” se relacione a la figura del Estado, especialmente por cuanto corresponda:

- democracia- Estado que interviene en economí

- Estado de bienestar (Welfare)- cultura del Estado y en el Estado- comunidad internacional

DemocraciaAquí se encuentra la famosa expresión (47): “una democracia sin valores se transforma enseguida en un totalitarismo abierto o engañoso”. Es la crítica al relativismo ético unido en la ciencia política, que transforma el sistema democrático en un juego, donde lo que importa son las reglas y no la verdad, los valores.

Estado que interviene en economíaEn la base está la convicción de que el mercado no puede ser dejado solo: debe ser regulado, racionado por normas y ordenado por instituciones.

Se retoma el concepto de “flexibilización” de la intervención estatal. En otras palabras, el Estado debe intervenir para sostener a la sociedad y no imponer o imponerse con daño de los sujetos, de los grupos, de as familias, de las empresas.La imagen que se entrevé detrás del texto es la de un Estado “director de orquesta”, que tiene los distintos instrumentos para tocar una sinfonía, el crecimiento de la nación. Algunos leen también en estoas líneas la intención del Juan Pablo II de favorecer un capitalismo popular, es decir, un sistema abierto a la máxima participación.

Estado de bienestarSe acepta el hecho de que el Estado de bienestar, la fórmula del Welfare no siempre ha tenido éxito, es más a menudo se registraron excesos de intervención, se ofrecieron pesados y poco eficaces servicios de timbre asistencialístico. Todo esto sucedió porque no se comprendió adecuadamente el principio de subsidiaridad, debido a una visión excesivamente estatalista. Es necesario entonces pasar de un estado asistencialista, ineficiente, discriminatorio, irresponsable, a un estado social eficaz y que asista realmente, es decir, (sobre la base del principio de subsidiaridad) ayuda a los sujetos a responder autónomamente y de modo más correspondiente, a sus necesidades.Se invocan entonces reformas graduales y profundas, para acrecentar el “protagonismo” de la sociedad civil.

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No podía aquí faltar una referencia a la familia (por lo tanto a las políticas familiares). Se afirma que la familia no fue suficientemente valorada como “comunidad de trabajo y de solidaridad”.

Se quiere proponer entonces un sistema integrado: Estado y sujetos (individuos, familias, grupos de voluntariado) donde el Estado coordina los servicios propios junto a aquellos ofrecidos (y de algún modo ayudados, favorecidos) por los otros actores civiles.

Cultura de la nación Por cultura de la nación se debería entender (para responder mejor a las intenciones del pontífice) “cultura de la sociedad política”, y se entiende con esto la formación social y política de base que cada ciudadano debería tener como autoconciencia y sentido de pertenencia al territorio en el cual vive. Sigue luego la referencia a la comunidad internacional: con las indicaciones de las condiciones necesarias para hacerla crecer (comprensión, confianza, disponibilidad al sacrificio).

Un discurso aparte merecería la parte relacionada a la educación.La educación de la que habla la CA debería:

- ayudar a hacer síntesis entre fe y vida (por una fe madura capaz de incidir en lo real)

- desestructurar y reestructurar actitudes de vida común de tipo consumista o inmoral

- alimentar una verdadera espiritualidad de crecimiento.

Por lo tanto educar a tener un proyecto de vida, invitando a todos a crecer como sujetos libres, capaces de iniciativas, de emprendimientos. Realmente se habla de encaminar una ética de emprendimientos y responsabilidad.

BIBLIOGRAFIA CONSULTADA

BEDOGNI, G., Introducción a la Doctrina Social de la Iglesia, ED. Lateranum, Roma, 2001.SICARI, A., L’etica nel sociale: individuo e persona. Guardare Cristo. Conferenza Milano, 9.11.1990.TOSO, M., Welfare Society. L’apporto dei pontifici da Leone XIII a Giovanni Paolo II, Ed. Las, ROMA, Págs. 81 a 123.VECCHIO,G. La Doctrina sociale della Chiesa, en dialogo, Milán 1992, p. 232-3.FARRELL, G, (dir.) Manual de Doctrina Social de la Iglesia, Eds. del Encuentro, Buenos Aires 1994 SCANNONE, J. C. "Mediaciones teóricas y prácticas de la doctrina social de la Iglesia". Stromata 45, Nos. 1-2 (1989): 75-96.

Dra. Susana Nuin30.3.2007

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