María, salud de los enfermos, ruega por nosotros.

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María, salud de los enfermos, ruega por nosotros. 29 de mayo de 2015 Estimado amigo (a): El dolor humano en todos sus efectos emocionales, físicos y psi- cológicos, es la condición inevitable de todos los mortales. Es una condición que el mismo Jesucristo en su vida mortal en este mundo abrazó sin condiciones. Sin embargo, Dios en su Divina Providencia, ha querido proveer los medios para que esta condición de dolor humano pueda ser aliviada mediante la sanación. Puede ser una sanación física o espiri- tual; puede ser una sanación a través de una intervención natural o sobrenatural. ¿Se ha preguntado usted por qué Jesús en su vida mortal quiso sanar a tanta gente? Vemos que en muchas ocasiones Jesús sana es- piritualmente antes de sanar físicamente. A veces, cuando pedimos a Dios por una sanación física, nos olvi- damos de que también necesitamos sanación espiritual. El mundo, la sociedad, incluso la medicina, ponen demasiada atención en el cuer- po y se olvidan del alma. Para Dios, el alma y el cuerpo están unidos en los designios divinos del amor, la esperanza y la sanación. En la tradición de la Iglesia católica todos conocemos el poder que la Virgen María siempre ha tenido como Intercesora ante su Hijo Je- sucristo. Ella mejor que nadie comprendió el sufrimiento de su propio Hijo al pie de la cruz. Desde aquel momento, la Madre que nos dió Jesús desde la cruz, sería Madre Dolorosa e Intercesora de aquellos que en ella confían. Asociación de la Medalla Milagrosa 1811 West Saint Joseph Street Perryville, Missouri 63775-1598 1-800-360-2104 www.ammespanol.org [email protected]

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María, salud de los enfermos,ruega por nosotros.

29 de mayo de 2015Estimado amigo (a):

El dolor humano en todos sus efectos emocionales, físicos y psi-cológicos, es la condición inevitable de todos los mortales. Es una condición que el mismo Jesucristo en su vida mortal en este mundo abrazó sin condiciones.

Sin embargo, Dios en su Divina Providencia, ha querido proveer los medios para que esta condición de dolor humano pueda ser aliviada mediante la sanación. Puede ser una sanación física o espiri-tual; puede ser una sanación a través de una intervención natural o sobrenatural.

¿Se ha preguntado usted por qué Jesús en su vida mortal quiso sanar a tanta gente? Vemos que en muchas ocasiones Jesús sana es-piritualmente antes de sanar físicamente.

A veces, cuando pedimos a Dios por una sanación física, nos olvi-damos de que también necesitamos sanación espiritual. El mundo, la sociedad, incluso la medicina, ponen demasiada atención en el cuer-po y se olvidan del alma. Para Dios, el alma y el cuerpo están unidos en los designios divinos del amor, la esperanza y la sanación.

En la tradición de la Iglesia católica todos conocemos el poder que la Virgen María siempre ha tenido como Intercesora ante su Hijo Je-sucristo. Ella mejor que nadie comprendió el sufrimiento de su propio Hijo al pie de la cruz. Desde aquel momento, la Madre que nos dió Jesús desde la cruz, sería Madre Dolorosa e Intercesora de aquellos que en ella confían.

Asociación de la Medalla Milagrosa 1811 West Saint Joseph Street Perryville, Missouri 63775-1598

1-800-360-2104 www.ammespanol.org [email protected]

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Por eso no es de extrañar que cuando la Virgen María regaló esa preciosa Medalla Milagrosa a santa Catalina Labouré en 1830, quiso que en el reverso de esa medalla se quedaran grabados su corazón, atravesado por una lanza, y el de su Hijo, coronado de espinas.

María como nuestra madre siempre quiere darnos lo que le pedi-mos con fe. A veces, la sanación que le pedimos nos la concede mila-grosamente por parte de su Hijo; a veces no. En cualquier caso, María nos da la fuerza para poder sobrellevar los sufrimientos de nuestra vida.

Con esta carta le envío una Tarjeta con su oración para pedir a la Virgen Milagrosa la gracia de la sanación. Esta tarjeta, con sus oraciones, la pueden compartir con seres queridos que necesitan san-ación. María nos invita a ver en ella el rostro de la Madre que nunca nos abandona. A nosotros, los Padres Vicentinos, nos agrada ofrecer-le esta oportunidad de compartir una oración de sanación por medio de esta tarjeta. El apoyo que usted nos brinda —ya sea su oración por nuestros ministerios o sus donaciones— nos beneficia para seguir compartiendo con miles de personas la esperanza y la devoción a la Virgen de la Medalla Milagrosa.

Que Dios les bendiga y que María, la Madre que conoce todo su-frimiento y angustia, interceda por usted y los suyos en todo mo-mento.

Siempre con la Virgen María,

Rev. Prudencio Rodríguez de Yurre, C.M. Director de la Asociación

P.D. Recuerde compartir esta hermosa tarjeta con alguien en nece-sidad de sanación. Para que nosotros aquí en el Santuario podamos seguir rezando por sus familiares, amigos y seres queridos, especial-mente si están enfermos, por favor envíenos sus nombres y sus inten-ciones usando la hojita de petición adjunta. Si así lo desea, con una ofrenda adicional encenderemos una veladora por sus peticiones por 30 días o hasta un año. Solo marque sus deseos en la forma de respu-esta que incluimos con esta carta y devuélvanosla al Santuario. Que Dios le bendiga y María Santísima le acompañe.