Marinero de Los Mares Del Destino - Michael Moorcock

7/25/2019 Marinero de Los Mares Del Destino - Michael Moorcock

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Elric de Melnibon, el ltimo emperadode una tierra en otro tiempo poderosaautoexiliado de ella y portador de lespada mortfera que llaman Tormentosaencuentra un barco que le espera en l

costa, cubierta por la niebla... Cuandsube a bordo de la misteriosa nave, ssombro capitn le comunica que s

dispone a emprender una extraa empresaacompaado por hroes de otros tiemposPues aquel barco no surca aguas terrenasestos guerreros y campeones combaten

brujos y demonios en un viaje que recorrmares cuyas aguas no unen costas continentes, sino eras distintas y mundo

diversos. Los hombres de a bordo, todo


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ellos, son marineros de los mares dedestino....


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Michael Moorcock

Marinero de los

Mares del Destino

Ciclo de Elric 3


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ePUB v1.0

Volao05.04.11


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Para Ben Biber y Bill Butle


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LIBRO PRIMERO.

NAVEGANDO HACIA

EL FUTURO

... y dejando a su primo Yyrkoon comregente del Trono de Rub de Melnibonabandonando a su prima Cymorideshecha en lgrimas y sin esperanzas dverle regresar algn da, Elric zarp dmrryr, la Ciudad Soada, y sali e

busca de una meta desconocida en lo

mundos de los Reinos Jvenes donde lomelniboneses, en el mejor de los casoseran vistos con desagrado.

La crnica de la Espada Negr


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Era como si se hallara en una inmenscaverna cuyos muros y techo estabaformados por masas de colorecambiantes y sombros que, en ocasionesse desgarraban para dejar paso a lclaridad de la luna. Resultaba difcil dcreer que aquellos muros no fueran otr

cosa que nubes apretadas sobre lamontaas y el ocano, a pesar de que eclaro de luna recortaba sus perfiles, la

baaba de plata e iluminaba el mar negry turbulento cuyas olas batan la orilla ea que se encontraba el hombre.

Un trueno rugi en la distancia; u


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relmpago brill en la lejana. Caa unluvia fina y las nubes no dejaban d

moverse. Con sus tonos desde el negr

azabache al blanco lvido de un cadverformaban lentos remolinos como las capade unos danzantes que, ceremoniosament

y en una especie de trance, bailaran uminu. El hombre que las contemplabdesde los guijarros de la ttrica playa la

om por un grupo de gigantes bailando ason de la lejana tormenta y se sinti como hara alguien que entrarnadvertidamente en un saln dond

estuvieran divirtindose los dioses. Ehombre volvi la mirada de las nubes aocano.

El mar pareca cansado. Las grande


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olas se levantaban con dificultad y caacomo con alivio, emitiendo jadeos aromper contra las speras rocas.

El hombre se ajust la capucha sobrel rostro y ech repetidos vistazos haciatrs por encima del hombro, protegid

por una pieza de cuero, al tiempo que sacercaba ms a las aguas y permita que lespuma de las olas besara la puntera d

sus botas negras, que le llegaban hasta larodillas. Trat de divisar algo en lcaverna formada por las nubes, pero slalcanz a ver un corto trecho. No hab

modo de saber qu haba al otro lado das aguas ni qu extensin cubran stas

Lade la cabeza y escuch atentamente

pero no oy nada salvo los sonidos de


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cielo y del mar. Exhal un suspiro. Por unstante, la luna le ilumin y en la extrem

palidez de su rostro brillaron dos ojo

carmeses con expresin atormentadauego, se hizo de nuevo la oscuridad. E

hombre volvi la cabeza una vez ms

emiendo sin duda que la luz le hubierexpuesto a algn enemigo. Haciendo emenor ruido posible, se encamin hacia e

abrigo de las peas a su izquierda.Elric estaba cansado. En un rasgo dngenuidad, haba buscado acogida en l

ciudad de Ryfel, en la tierra de Pikarayd

ofreciendo sus servicios como mercenarial ejrcito del gobernador de la plaza. Posu estupidez, haba sido encarcelad

como espa de Melnibon (al gobernado


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e pareci evidente que Elric no poda seotra cosa) y no haba logrado huir hasthaca muy poco, con la ayuda de soborno

y de algunos hechizos menores.La persecucin, sin embargo, se hab

niciado casi de inmediato. En ella s

haban empleado perros de granteligencia y el propio gobernador hab

dirigido la batida ms all de las frontera

de Pikarayd, internndose en los valles dpizarras, yermos y deshabitados, de umundo conocido por el nombre de ColinaMuertas, en el que apenas creca

ntentaba sobrevivir ser alguno.El de la extrema palidez hab

ascendido las empinadas rampas de la

pequeas montaas, cuyas laderas estaba


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formadas por pizarras grises que sdesmenuzaban bajo las herraduras de scaballo, levantando un estruendo qu

poda escucharse a ms de una millaRecorriendo valles totalmentdesprovistos de hierba y lechos de ro

que no haban visto agua en muchos aoscruzando tneles desnudos de la menoestalactita, atravesando planicies en la

cuales se alzaban hitos de piedra erigidopor un pueblo olvidado, haba pugnadpor escapar de sus perseguidores y pronte pareci que haba dejado atrs par

siempre el mundo que conoca, que habcruzado una frontera sobrenatural y quhaba llegado a uno de aquellos lugare

yermos sobre cuya existencia haba led


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en las leyendas de su pueblo, donde unvez haban luchado mano a mano la Leyel Caos hasta quedar en tablas, dejando e

campo de batalla vaco de vida y de todposibilidad de vida.

Finalmente, haba exigido a su caball

al esfuerzo que el corazn del animal nhaba resistido ms y, tras abandonar ecadver, el hombre haba continuado

pie, jadeando, hasta llegar al mar, aquella estrecha playa, imposibilitado dcontinuar adelante y temeroso dretroceder por si sus enemigos le estaba

esperando.Elric se dijo que dara cualquier cos

por disponer de una embarcacin en aque

momento. No transcurrira mucho tiemp


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antes de que los perros captaran su rastry condujeran a sus amos hasta la playa. Sencogi de hombros. Quizs era mejo

morir all en soledad, a manos de aquellohombres que ni siquiera conocan snombre. Lo nico que lamentaba era qu

Cymoril sufrira al comprobar que nregresaba al terminar el ao.

Estaba sin comida y slo conservab

algunas de las pcimas que le habamantenido con fuerzas durante los ltimodas. Sin recuperar sus energas, no podplantearse siquiera la elaboracin de u

conjuro que le proporcionara algn medide cruzar el mar y de alcanzar, quizs, lsla de las Ciudades Prpura, donde la

gentes no eran tan hostiles a lo


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melniboneses.Haca apenas un mes que hab

abandonado su corte y a su futura reina

dejando a Yyrkoon sentado en el trono dMelnibon hasta su regreso. Habpensado que podra conocer mejor a

pueblo humano de los Reinos Jvenemezclndose con sus gentes, pero stas lhaban rechazado, bien con odi

manifiesto o con precavida y falshumildad. En ninguna parte habencontrado a nadie dispuesto a creer quun melnibons (y eso que desconocan s

condicin de emperador) escogiervoluntaria-mente compartir su suerte coos seres humanos que, en otro tiempo

haban sido esclavizados por su antigua


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cruel raza. Y ahora, varado junto adesolado mar, sintindose atrapado y yvencido, supo que estaba solo en u

universo malvolo, privado de amigosde metas, un anacronismo intilenfermizo, un estpido envilecido por su

propias insuficiencias de carcter, por suprofunda incapacidad para creecompletamente en la bondad o maldad d

cosa alguna. No tena fe en su raza, en suderechos hereditarios, en los dioses o eos hombres. Y, por encima de todo

careca de fe en s mismo.

Redujo el paso y apoy la mano en lempuadura de su negra espada mgica, lTormentosa, cuya hoja haba derrotado

muy recientemente a su gemela, l


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Enlutada, en la carnosa cmara interna dun mundo sin sol del Limbo. LTormentosa, que pareca casi consciente

era ahora su nica compaa, su nicconfidente, y Elric haba adquirido ehbito neurtico de hablarle a su espad

como otro lo hara a su caballo o como upreso compartira sus pensamientos couna cucaracha en la celda.

Bien, Tormentosa, nos adentramoen el mar y terminamos de una vez? Svoz era apagada, casi un susurro. Amenos, tendremos el placer de aguarles l

fiesta a nuestros perseguidores.Dio unos pasos indiferentes hacia la

olas, pero a su fatigado cerebro le pareci

que la espada emita un murmullo, s


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agitaba junto a su cintura y se resista avanzar. El albino solt una risa ahogada

T existes para vivir y segar vida

dijo al acero. Existo yo, pues, parmorir y llevar la gracia de la muerte a loque amo y a los que odio? A veces, as lo

creo. Un triste destino, si tal es el mo. Siembargo, debe de haber algo ms en todesto...

Se volvi de espaldas al mar. Alz lamirada a las nubes que se formabandeshacan sobre su cabeza, dej que lluvia le cayera en el rostro y escuch l

msica compleja y melanclica quproducan las olas al batir las rocasguijarros y hervir despus bajo la fuerz

de las contracorrientes. La lluvia apena


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e refresc. Llevaba dos noches sidormir un instante, y apenas haba podidpegar ojo durante varias ms. Deba d

haber cabalgado durante casi una semanantes de que el caballo cayera reventado.

Junto a la base de un hmedo

escarpado peasco de granito que salzaba a casi diez metros sobre la playaencontr un hueco en el suelo en el cua

poder protegerse de lo peor del vientoa lluvia. Envuelto en su gruesa capa, sacomod en el hueco y cay dormido anstante. Prefera que le encontrara

mientras dorma; no deseaba enterarse dsu muerte.

Cuando se movi, una luz griscea

mortecina le dio en los ojos. Alz e


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cuello, reprimiendo un gemido ante lrigidez de sus msculos, y abri los ojosParpade. Era de da, aunque no fue capa

de determinar si era por la maana o poa tarde, pues el sol estaba invisible. Un

niebla fra cubra la playa y, a travs d

ella, an podan apreciarse las nubes moscuras, aumentando as la impresin dencontrarse dentro de una enorme cueva

El mar continuaba con sus chapoteossusurros, aunque las aguas parecan mcalmadas que la noche anterior. Ahora nose apreciaba el rumor de la tormenta y e

aire era muy fro.Elric empez a incorporarse

apoyndose en la espada como bastn,

escuch con atencin. No haba rastro d


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que sus enemigos anduvieran por laproximidades. Sin duda, habaabandonado la persecucin; despus

quiz, de encontrar el caballo muerto.Se llev la mano al morral qu

portaba al cinto y sac de l una tira d

ocino ahumado y un frasco que contenun lquido amarillento. Tom un sorbo defrasco, lo tap de nuevo y lo guard en e

morral mientras mascaba la carne. Tensed. Recorri un trecho de playa hastencontrar un charco de agua de lluvia nmuy cargada de sal. Bebi hasta saciars

mientras vigilaba a su alrededor. Lniebla era bastante espesa y, si se hubieralejado demasiado de la playa, se habr

perdido inmediatamente. Sin embargo


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qu importaba eso? No tena dnde irsus perseguidores deban de haberlentendido as. Sin un caballo, le ser

mposible desandar sus pasos hastPikarayd, el ms oriental de los ReinoJvenes. Sin un barco, no pod

aventurarse en el mar e intentar ponerumbo a la isla de las Ciudades Prpura

o recordaba ningn mapa dond

apareciera un mar oriental y no tena idede cunta distancia se haba alejado dPikarayd. Decidi que su nica esperanzde sobrevivir era dirigirse hacia el norte

siguiendo la costa en la confianza de quearde o temprano, dara con algn puerto

poblado de pescadores donde pode

cambiar las escasas pertenencias que l


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quedaban por un pasaje en algn barcoSin embargo, sus esperanzas eran escasapues la comida y los bebedizos apenas l

alcanzaran para un da ms.Inspir profundamente para aprestars

a la marcha pero, de inmediato, s

arrepinti de haberlo hecho: la niebla lhiri en la garganta y en los pulmonecomo un millar de diminutos cuchillos

Tosi y escupi sobre los guijarros.Y escuch algo, un ruido distinto dos tristes susurros del mar; un crujid

uniforme, como el de un hombr

caminando con una indumentaria de cuerrgido. Su mano derecha se desplaz a lcadera izquierda y a la espada que all

descansaba. Se volvi, escrutando e


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odas direcciones para descubrir el origedel ruido, pero la niebla lo distorsionabaPoda proceder de cualquier parte.

Elric se arrastr de nuevo hasta epeasco donde se haba refugiado por lnoche y se apret contra l de modo qu

ningn atacante pudiera tomarldesprevenido por detrs. Aguard.

Capt de nuevo el crujido pero, est

vez, acompaado deotros sonidos. Oy un ruido metlicoun chapoteo, quiz una voz, una posiblpisada sobre madera. Se pregunt s

estara experimentando una alucinacicomo efecto secundario de la pcima quacababa de ingerir o si realmente estab

escuchando un barco aproximndose a l


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playa y soltando el ancla.Se sinti aliviado y estuvo tentado d

rerse de s mismo por haber dado po

sentado tan fcilmente que aquella costestara deshabitada. Haba credo que loyermos acantilados se extenda

nterminablemente, cientos de millaquiz, en ambas direcciones. Tasuposicin poda haber sido, sin duda, e

resultado subjetivo de su nimdeprimido, de su fatiga. Ahora, se le paspor la cabeza que las mismaposibilidades haba de que acabara d

descubrir una tierra que no apareca eos mapas, pero que posea una elevad

cultura autctona: con naves, por ejemplo

y puertos para stas. No obstante, Elric n


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se dej ver.Al contrario, se retir tras la roca

fij la vista en el mar, sondeando l

niebla. Por fin, distingui una sombra quno haba estado all la noche anterior. Unsombra negra y angulosa que nicament

poda ser un barco. Distingui lasombras de los cabos, escuch las vocede unos hombres, oy el crujido y e

chirrido de una verga al ser izada en emstil. Estaban recogiendo velas.Elric aguard una hora, al menos,

que la tripulacin del barc

desembarcara. No poda haber ningunotra razn para haber penetrado eaquella baha traicionera. Sin embargo

sobre la nave haba cado un profund


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silencio, como si toda ella se hubierdormido.

Con cautela, Elric emergi de detr

de la roca y avanz hasta el borde deagua. Desde all poda ver el barco upoco mejor. Detrs de los palos s

apreciaba la luz rojiza del sol, desvadaaguada, difusa tras la niebla. Era un barcde buen tamao y realizado totalmente co

a misma madera de color oscuro. Sdiseo era barroco y poco habitual, coelevadas cubiertas a proa y a popa y sirastro de portillas para remeros. S

rataba de una caracterstica inusual en lanaves que l conoca, tanto melnibonesacomo pertenecientes a los Reino

Jvenes, y vena a confirmar su teora d


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que haba tropezado con una civilizacique, por alguna razn, se haba aisladdel resto del mundo, igual que Elwher

os Reinos Ignotos quedaban aislados poa inmensa extensin del desierto de lo

Suspiros y del erial de las Lgrimas. N

observ movimiento a bordo ni escuchninguno de los sonidos que cualquieresperara encontrar a bordo de una nave

ncluso si la mayor parte de la tripuacin estaba descansando. La nieblformaba remolinos y permita que la lurojiza la atravesara mejor para iluminar e

barco, dejando a la vista las dos granderuedas de timn en los castillos de proade popa, el esbelto mstil con su vel

recogida, los complejos dibujo


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geomtricos de sus pasamanos y smascarn, una gran proa curva quproporcionaba al navo su mxim

expresin de poder y que llev a Elric considerarlo un barco de guerra, ms quun mercante. Sin embargo, contra qui

se poda combatir en unas aguas comaqullas?

Dej a un lado sus precauciones y

formando una bocina con las manos eorno a la boca, grit:Ah, del barco!El silencio que sigui a su llamada l

pareci cargado de un especial titubeocomo si quienes estaban a bordo lhubieran escuchado y no supieran s

deban responder.


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Ah, del barco!Entonces, una figura apareci junto

a borda de babor e, inclinndose sobre epasamanos, mir en su direccin con airdespreocupado. La figura llevaba puestuna armadura tan oscura y extraa como e

diseo de la nave; portaba un casco qudejaba en sombras la mayor parte de srostro y el principal rasgo que Elric pud

distinguir en l fue una barba espesadorada, junto con unos penetrantes ojoazules.

Ah, de la orilla! respondi e

hombre de la armadura. Su acentresultaba desconocido para Elric y el tonde su voz pareca tan relajado como e

modo en que le miraba. Elric crey


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apreciar en l una sonrisa. Qu buscaentre nosotros?

Ayuda respondi Elric. Estoy

nmovilizado aqu. Mi caballo ha muertoestoy perdido.

Perdido? la voz del hombr

reson en la niebla. Ah! Perdido. Ydeseas subir a bordo?

Incluso puedo pagaros algo. Pued

ofrecer mis servicios a cambio de upasaje, bien hasta vuestra siguiente escalo bien hasta cualquier tierra prxima a loReinos Jvenes donde pueda encontra

mapas que me permitan continuar camindesde all...

Bien dijo su interlocuto

entamente, aqu hay trabajo para u


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Soy Elric de Melnibon.El guerrero pareci consultar u

pergamino, repasando con un dedo la listde nombres que ste contena, hasta quasinti, satisfecho, y guard de nuevo lista bajo la gran hebilla de su cinto.

Bien coment el desconocidofinalmente, era cierto que haba una razconcreta para detenernos aqu, aunque m

resultaba difcil de creer.A qu vino la diferencia dopiniones? Por qu os decidisteis esperar?

Por ti dijo el guerrero al tiempque alzaba una escala de cuerda poencima de la borda y dejaba caer s

extremo hasta las aguas. Quieres subi


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a bordo, Elric de Melnibon?


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A Elric le sorprendi la pocprofundidad de las aguas y se preguntcmo haba logrado acercarse tanto a lcosta un barco de aquel tamao. Con eagua hasta los hombros, alz el brazo y sagarr a los peldaos de bano de lescala. Logr izarse de las aguas co

dificultad, entorpecido en la maniobra poel balanceo del barco y por el peso de sespada mgica; por ltimo, ascendi

rabajosamente hasta superar la borda y sencontr en la cubierta, con el aguchorreando de sus ropas a los tablonesemblando de fro. Ech una mirada a s


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alrededor. Una bruma reluciente, teidde rojo, se adhera a las oscuras vergasaparejos de la nave mientras una niebl

blanca se extenda sobre el techo y laparedes de dos grandes cmaras situadaa proa y a popa del mstil; esta niebla n

era de la misma naturaleza que la brumque se extenda ms all del barco. Por unstante, Elric tuvo la extravagante idea d

que la niebla acompaabpermanentemente la nave all donde stviajaba. Sonri para s, atribuyendo a lfalta de comida y de descanso el aire

como extrado de un sueo, de todaquella experiencia. Cuando la navsaliera a aguas soleadas, podr

comprobar que se trataba de un barc


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relativamente normal.El guerrero rubio tom del brazo

Elric. El hombre era tan alto como Elric

ena una constitucin extraordinariamentrobusta. Sonriendo tras el casco, se limita indicar:

Vayamos abajo.Avanzaron hasta la cabina a proa de

mstil y el guerrero abri una puert

corrediza, hacindose a un lado para dejaque Elric entrara primero. Elric agach lcabeza y pas al clido interior de lcabina. All brillaba una lmpara d

cristal gris y roja, colgada de cuatrcadenas de plata sujetas al techo, que

iluminaba a varias figuras ms, toda

ellas corpulentas y cubiertas de pies


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cabeza con armaduras a cul ms distintasentadas en torno a una mesilla cuadradade aspecto slido. Todos los rostros s

volvieron hacia Elric cuando ste efectusu entrada, seguido del guerrero rubioste anunci:

Aqu est.Uno de los ocupantes de la cabina

sentado en el rincn ms alejado y cuyo

rasgos quedaban completamente ocultopor las sombras, asinti.S, es l.Me conoces? pregunt Elric

omando asiento en una esquina del bancal tiempo que se despojaba de sempapada capa de cuero.

El guerrero ms prximo a l le pas


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una copa de vino caliente y Elric lacept agradecido. Tom un sorbo dequido cargado de especias y s

maravill de lo pronto que disipaba efro en sus entraas.

En cierto modo respondi e

hombre del rincn en sombras.Su voz resultaba sardnica, pero, a

mismo tiempo, tena un matiz melanclic

y Elric no se sinti ofendido, pues lamargura que transmita iba ms dirigidhacia s mismo que contra su interlocutor.

El guerrero rubio tom asiento frente

Elric.Soy Brut dijo, en otros tiempo

de Lashmar, donde mi familia todav

posee tierras; yo, sin embargo, ya hac


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muchos aos que no he estado allAs pues, procedes de los Reino

Jvenes, no? inquiri Elric.

En efecto, pero hace ya tantiempo...

Esta nave tocar puerto en alg

ugar de esas naciones? insisti Elric.Creo que no respondi Brut

aunque, segn mis clculos, no hac

mucho que yo mismo llegu a bordo. Iben busca de Tanelorn, pero encontr estnave en su lugar.

Tanelorn? repiti Elric con un

sonrisa. Cuntos deben buscar esugar de leyenda? Conoces a uno llamad

Rackhir, que en otro tiempo fue Sacerdot

Guerrero de Phum? Hace muy poc


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corrimos una aventura juntos y luegparti en busca de Tanelorn.

No s de quin hablas dijo Bru

de Lashmar.Y estas aguas, estn muy lejos d

os Reinos Jvenes? continu

ndagando Elric.Mucho afirm el hombre de

rincn en sombras.

Acaso vienes de Elwher, seorinquiri Elric. O de alguna otrregin de lo que nosotros, en el oestelamamos los Reinos Ignotos?

La mayor parte de nuestras tierrano aparecen en tus mapas declar ehombre, al tiempo que se echaba a rer.

Esta vez, Elric tampoco se sinti


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agraviado por las risas, ni especialmentpreocupado por los misterios qunsinuaba el hombre del rincn. Lo

soldados de fortuna (Elric los habcatalogado como tales desde el primemomento) eran muy amantes de la

bromas privadas y las indirectasgeneralmente, era lo nico que les unadems de la comn voluntad de poner l

espada al servicio de todo aquel qupudiera pagar.Hacia dnde navegamos, pues?Slo s que debamos detenernos

esperarte, Elric de Melnibon respondi Brut, encogindose dhombros.

Sabais que estara aqu?


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El hombre del rincn en sombras sdesperez y se sirvi ms vino caliente da jarra instalada en un agujero del centr

de la mesa.T eres el ltimo qu

necesitbamos coment. Yo fui e

primero en ser trado a bordo y, hastahora, no he lamentado la decisin demprender el viaje.

Cul es tu nombre, caballero? pregunt Elric, dispuesto a no prolongapor ms tiempo la concreta desventaja dgnorar la identidad de su interlocutor.

Nombres, nombres... Ah!, he tenidantos. Mi preferido es Erekos, perambin he sido llamado Urlik Skarso

John Daker e Ilian de Garathorm, que y


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sepa con certeza. Las palabras de otrome han llevado a pensar que tambin hsido Elric, el Asesino de Mujeres...

El Asesino de Mujeres? Un apodonada agradable. Quin es ese otro Elric?

No s responder satisfactoriament

a eso dijo Erekos pero, segparece, comparto un nombre con ms duno de los ocupantes de esta nave. Igua

que Brut, tambin yo buscaba Tanelorn yen cambio, me encontr de pronto bordo.

Ambos tenemos eso en comn

erci otro de los presentes. Era uguerrero de piel negra, el ms alto degrupo, cuyos rasgos quedaba

extraamente resaltados por una cicatri


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que le corra como una uve invertiddesde el centro de su frente, por encimde los ojos, cruzando las mejillas hast

as mandbulas. Yo estaba en una tierralamada Ghaja-Ki, un paraje pantanoso

muy desagradable, plagado d

enfermedades y de corrupcin. Habodo hablar de la existencia de una ciudaen su centro y pens que poda se

Tanelorn, pero me equivocaba. Estabhabitada por una raza hermafrodita de pieazul, dispuesta a curarme lo quconsideraban malformaciones natales d

mi color de piel y de mis caractersticasexuales. Esta cicatriz que ves en mrostro fue obra de esas gentes. El dolor d

a operacin me dio fuerzas para escapa


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y me adentr desnudo en el pantanoavanzando trabajosamente durante muchamillas hasta que los marjales s

convirtieron en un lago del que naca uro caudaloso sobre cuyas aguas volabadensas nubes de insectos que se abatiero

sobre m con voracidad. Aparecientonces esta nave y me sent ms qucontento de poder refugiarme en ella. So

Otto Blendker, en otro tiempo hombre detras en Brunse y hoy mercenario, poculpa de mis pecados.

Eso de Brunse, est cerca d

Elwher? inquiri Elric, quien no habodo mencionar semejante lugar, ni unombre tan extico, durante su estancia e

os Reinos Jvenes.


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No s nada de Elwher respondiel gigante negro, moviendo la cabeza egesto de negativa.

Entonces, el mundo econsiderablemente mayor de lo que habmaginado coment Elric.

Desde luego que lo es asintiErekos. Qu diras si te planteara leora de que el mar por el que ahor

navegamos se extiende ms de un mundo?Yo me sentira inclinado a creertesonri Elric. He estudiado taleeoras: ms an, he experimentad

aventuras en mundos distintos del mo.Es un alivio escuchar eso

ntervino Erekos. A bordo del barco

no todos estn dispuestos a aceptar mi


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eoras.Yo tambin me siento inclinado a

aceptarla dijo Otto Blendker, aunqu

a encuentro aterradora.Lo es asinti Erekos. M

aterradora de lo que podras imagina

ams, amigo Otto.Elric extendi la mano hacia el centr

de la mesa y se sirvi otra copa de vino

Sus ropas ya empezaban a secarse y ssenta recuperado fsicamente.Me alegro de haber dejado atr

esa costa envuelta en niebla.

Ya hemos dejado la costa, es ciertocoment Brut, pero, en cuanto a lniebla, permanece siempre con nosotros

Parece seguir al barco... o bien es st


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quien la crea all donde va. Rara vealcanzamos a ver tierra y cuando lhacemos, como hoy, suele estar e

sombras, como un reflejo en un escudabollado y deslustrado.

Navegamos por un mar sobrenatura

intervino otro de los mercenariosextendiendo una mano enguantada edireccin a la jarra de vino. Elric se l

alcanz. En Hasghan, de donde yvengo, se cuenta una leyenda sobre un maEncantado. Si un marinero se adentra esus aguas, jams logra regresar

permanece perdido eternamente.Me temo que esa leyenda tuy

contenga, al menos, una parte de verdad

Terndrik de Hasghan respondi Brut.


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Cuntos guerreros hay a bordo? pregunt Elric.

Diecisis, adems de los Cuatro dijo Erekos. Veinte en total. Est ePiloto... y tambin el Capitn, claro. Siduda, pronto te recibir.

Los Cuatro? Quines son?Erekos lanz una carcajada antes d

responder:

T y yo somos dos de ellos. Lootros dos ocupan la cabina de popa. Y sdeseas saber por qu nos llaman loCuatro, debes preguntarlo al Capitn

aunque te advierto que sus respuestas rarvez resultan satisfactorias.

Elric not que la inercia le impulsab

igeramente hacia un lado.


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Esta nave es muy marinera coment lacnicamente, teniendo ecuenta el escaso viento.

S, es muy marinera asintiErekos al tiempo que se levantaba de srincn.

Era un hombre de hombros anchos coun rostro sin edad definida quevidenciaba estar en posesin de un

considerable experiencia. Era bieparecido y, sin duda, haba visto muchocombates pues sus manos y su rostrestaban llenos de cicatrices, aunque n

desfigurados. Sus ojos, hundidososcuros, no parecan tener un coloconcreto y, pese a todo, resultaba

familiares a Elric. ste crey haberlo


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visto una vez durante un sueo.Nos hemos conocido antes d

ahora? le pregunt Elric.

Ah!, posiblemente. O quiz lharemos en el futuro. Qu importa eso

uestros destinos son idnticos

Compartimos un mismo sino. Yprobablemente, compartimos ms que eso

Ms? No alcanzo a comprender l

primera parte de lo que acabas de decir.Mejor as replic Erekosabrindose paso entre sus camaradahasta alcanzar el otro extremo de la mesa

Una vez all, pos la mano cosorprendente suavidad en el hombro dElric. Ven, debemos presentarnos ante

el Capitn. Ha expresado su deseo d


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verte poco despus de que embarcaras.Ese capitn... qu nombre tiene

pregunt Elric tras asentir y ponerse e

pie.Ninguno que est dispuesto

revelarnos le inform Erekos.

Salieron juntos a la cubierta. Lniebla, si acaso, se haba hecho ms densy posea todava la misma palide

cadavrica, ocultos los rayos del sol qua haban teido de rojo. Costabdistinguir los extremos de la nave y, pesar de que avanzaban con evident

rapidez, no se apreciaba el menor soplde viento. No obstante, haca ms calor do que Elric hubiera esperado. Sigui

Erekos hacia la cabina bajo la cubiert


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de proa, en la que estaba situada una das dos ruedas gemelas del timn de l

nave, atendida por un hombre alt

cubierto con una capa impermeable y unapolainas de piel de ciervo acolchadas. Epelirrojo Piloto permaneca tan inmvi

que recordaba a una estatua; ni siquiervolvi la cabeza hacia ellos cuando sacercaron a la cabina, pero Elric logr

echar una ojeada a su rostro.La puerta pareca elaborada con unespecie de metal pulido que posea uustre casi como la pelambre de un anima

en pleno vigor. Tena un color pardorojizo y era el objeto ms lleno dcolorido que Elric haba visto desde qu

subiera a la nave. Erekos llam a l


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puerta con unos leves golpes de sunudillos.

Capitn, aqu traigo a Elric.

Adelante dijo una voz, melodiosy distante a la vez.

La puerta se abri. Una luz rosad

surgi del interior de la estancia, cegandcasi a Elric mientras ste cruzaba eumbral. Cuando sus ojos se adaptaron a l

uminosidad, pudo ver a un hombre mualto, de extremada palidez, que laguardaba de pie en el centro de lcabina, sobre una alfombra de ric

colorido. Elric oy cerrarse la puertaadvirti que Erekos no le habacompaado al interior.

Te has recuperado ya, Elric?


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pregunt el Capitn.S, seor. Gracias al vino.Las facciones del Capitn no eran m

humanas que las de Elric. A primera vistaeran ms refinadas y enrgicas que las demelnibons, pero guardaban un liger

parecido con las de ste en los ojosgualmente ahusados, y en el contorno da cara, alargada y terminada en un

barbilla afilada. Una larga cabellera lcaa sobre los hombros en grandes ondade oro y fuego y una cinta de jade azumantena despejada su frente. Una tnic

de color de ante y unos calzones hasta larodillas cubran su cuerpo y llevaba unasandalias de plata e hilo de plata atadas

as pantorrillas. Salvo en su indumentaria


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era idntico al piloto que Elric acababde ver.

Te apetece otra copa?

El Capitn se dirigi hacia un armarisituado al otro lado de la cabina, cerca da portilla, que estaba cerrada.

S, gracias dijo Elric.En ese instante, comprendi la raz

de que su interlocutor no hubiera dirigid

a mirada hacia l. El Capitn era ciegoAunque todos sus movimientos erahbiles y llenos de seguridad, erevidente que no poda ver nada. Sirvi e

vino de una jarra de plata en una copa demismo metal y empez a cruzar la cabinhacia Elric, sosteniendo la copa ante s

Elric dio un paso adelante y acept e


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vino.Me alegro que hayas decidid

unirte a nosotros dijo el Capitn. M

siento muy aliviado.Eres muy corts al hablar as

respondi Elric, aunque debo aadi

que no fue una decisin difcil de tomaro tena ningn otro lugar adonde ir.

Lo s. Fue por eso que anclamo

unto a la costa en el momento y lugar quo hicimos. Descubrirs que todos tucompaeros estaban en situacionesimilares cuando subieron a bordo.

Pareces tener un considerablconocimiento de los movimientos dmuchos hombres dijo Elric, sosteniend

a copa en la mano izquierda sin probar e


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vino todava.En efecto asinti el Capitn

De muchos hombres, en muchos mundos

Tengo entendido que eres una personculta, seor, de modo que tendrs unigera idea sobre la naturaleza del mar po

el cual navega este barco.Creo que s.La mayor parte del tiempo viaj

entre los mundos; para ser un poco mexactos, entre los planos de undiversidad de aspectos de un mismmundo. El Capitn vacil y apart s

ciega mirada de Elric. Por favoracepta el hecho de que no trato dconfundirte deliberadamente. Hay alguna

cosas que no entiendo y otras que n


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puedo revelar por entero. Confo y esperque sabrs respetar eso.

Hasta el momento, no tengo raz

alguna para obrar de otro modo replicel albino, al tiempo que tomaba el primerago de la copa.

Me siento en una agradablcompaa coment el CapitnEspero que contines considerando just

el respeto a esa confianza cuandhayamos alcanzado nuestro destino.Y cul es ste, Capitn?Una isla que se halla en estas aguas

Debe de ser una rareza.En efecto, y en otro tiemp

permaneca ignorada y deshabitada po

aquellos a los que debemos considera


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nuestros enemigos. Ahora que la hadescubierto y han comprendido su podernos hallamos en un gran peligro.

Nosotros? Te refieres a tu raza oa quienes viajamos a bordo de esta nave?

No tengo ms raza que yo mismo

sonri el Capitn. Me refiero, supongoa toda la humanidad.

Entonces, esos enemigos no so

humanos?En efecto. Estn ntimamentnvolucrados en los asuntos humanos

pero tal hecho no les ha inspirado l

menor lealtad hacia nosotros. Utilizo ermino humanidad, por supuesto, en s

sentido ms amplio, incluidos t y yo.

Comprendo asinti Elric. Qu


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nombre reciben esos enemigos?Muchos diferentes dijo e

Capitn. Perdname, pero no podemo

continuar la charla por ms tiempoPreprate ahora para la batalla y taseguro que continuar revelndote cosa

cuando sea el momento oportuno.Slo cuando se encontr de nuevo a

otro lado de la puerta pardorrojiza

contemplando a Erekos que avanzabhacia l por la cubierta entre la nieblaempez a preguntarse el albino si eCapitn le habra hechizado hasta el punt

de hacerle olvidar todo el sentido comno obstante, el ciego le hab

mpresionado y, Elric se dijo que, al fin

al cabo, no tena nada mejor que hace


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que navegar a la isla. Se encogi dhombros. Siempre estaba a tiempo dcambiar de parecer si descubra que lo

residentes en la isla no eran, en sopinin, enemigos.

Ests ms o menos confundido qu

antes, Elric? pregunt Erekos con unsonrisa.

Ms en algunas cosas, menos e

otras respondi Elric. Y, por algunaextraa razn, no me importa.En tal caso, compartes lo que sient

odo el grupo le inform Erekos.

No fue hasta que Erekos le condujo a cabina a popa del mstil cuando Elri

se dio cuenta de que no haba preguntad

al Capitn por el significado de lo


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Cuatro.


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Salvo en que estaba orientada en ldireccin contraria, la segunda cabina spareca a la primera casi hasta el menodetalle. Tambin all encontr sentados una decena de hombres, todos elloexperimentados soldados de fortuna posus rasgos e indumentarias. Dos de ello

estaban sentados muy prximos en ecentro del banco a estribor de la mesaUno llevaba la cabeza descubierta, er

rubio y pareca lleno de inquietud; lafacciones del otro le recordaron a Elrias suyas propias y el albino crey

observar que llevaba un guantelete d


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plata en la mano izquierda, mientras qua derecha apareca desnuda. La armadur

del hombre era delicada y extica

Cuando Elric hizo su entrada, alz la visthacia l y hubo un destello dreconocimiento en su nico ojo (el otro l

levaba cubierto con un parche dbrocado).

Elric de Melnibon! exclam

Mis teoras cobran ahora ms sentidoMira, Halcn de la Luna aadivolvindose hacia su compaero, stes de quien hablaba.

Me conoces, seor? preguntElric, perplejo.

Tienes que recordarme, Elric

Vamos! En la Torre de Voilodion


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Ghagnasdiak, te acuerdas? Fue coErekos... aunque con un Erekosdiferente.

No conozco ninguna torre con tanombre, ni con otro que se le parezca,sta es la primera vez que veo a Erekos

T me conoces y sabes mi nombre, peryo ignoro el tuyo. Todo esto me resultdesconcertante, seor.

Tampoco yo haba conocido aprncipe Corum antes de que ste subiera bordo dijo Erekos, pero insiste eque hemos combatido juntos en ciert

ocasin. Yo me inclino a darle la raznEl tiempo no siempre corre de idnticmanera en los distintos planos y e

prncipe Corum podra muy bien existir e


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o que nosotros llamaramos el futuro.Pensaba que aqu iba a encontra

algn alivio de estas paradojas

murmur el Halcn de la Luna al tiempque se pasaba la mano por el rostro. Couna dbil sonrisa, aadi: En cambio

parece que no hay ninguno en estmomento presente de la historia de loplanos. Todo est en pleno fluir y parec

que incluso nuestras identidades tieneendencia a alterarse en cualquiemomento.

ramos Tres insisti Corum

Lo recuerdas ahora, Elric? Los Tres quson Uno!

Elric movi la cabeza en gesto d

negativa. Corum se encogi de hombros


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dijo en voz baja para si:Pues bien, ahora somos Cuatro. T

ha dicho algo el Capitn de una isla qu

debemos invadir?En efecto asinti Elric

Conocis quines pueden ser eso

enemigos?No sabemos ni ms ni menos que t

Elric intervino el Halcn de la Luna

Yo busco un lugar llamado Tanelorn y ados nios. Quiz tambin busco el BculMgico, pero no estoy muy seguro de eso

Una vez lo encontramos dij

Corum. Nosotros tres. Fue en la Torrde Voilodion Ghagnasdiak, y nos prestuna ayuda considerable.

Igual que me la prestara a m


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respondi el Halcn. Yo le serv unavez. Le di mucho...

Como ya te he dicho, Elric

nsisti Erekos, tenemos mucho ecomn. Quiz hemos servido incluso a lomismos amos.

Yo no sirvo a otro amo que a mmismo respondi Elric, encogindosde hombros.

De inmediato, se pregunt por quodos los presentes se sonrean con aqueaire peculiar.

En aventuras como sta coment

Erekos en voz baja, uno tiende olvidar muchas cosas, como sucede en losueos.

Esto es realmente un sueo!


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exclam Halcn de la Luna. En loltimos tiempos he tenido muchoparecidos.

Si lo tomas as, todo es un sueo concedi Corum. Toda la existencia.

Elric no estaba interesado por la

disquisiciones filosficas.Sueo o realidad, la experiencia e

a misma, no?

Tienes toda la razn asintiErekos con una lnguida sonrisa.Continuaron charlando un par de hora

hasta que Corum se estir, bostez

coment que le estaba entrando sueoLos dems aseguraron estar cansadoambin y, abandonando la cabina, s

dirigieron a la cubierta inferior de popa


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donde haba literas para todos loguerreros. Mientras se tenda en uno dos catres, Elric coment a Brut d

Lashmar, que haba subido a la litersuperior:

Convendra saber cundo empezar

a lucha.Brut se asom desde arriba y

mirndole, respondi:

Creo que ser pronto.Elric se hallaba solo en cubiertaapoyado en el pasamanos, y trataba descrutar el mar, pero ste, como el resto

del mundo, quedaba oculto tras las volutablancas de la niebla. Elric se pregunt sa quilla del barco estara surcand

realmente las aguas. Alz la vista hacia l


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vela, hinchada y tensa en el mstil, qumpulsaba un viento clido y potente. Er

de da pero, una vez ms, resultab

mposible determinar la horaDesconcertado por los comentarios dCorum sobre un encuentro anterior, Elri

se pregunt si habra tenido en su vidotros sueos como deba ser ste: unosueos que hubiera olvidad

completamente al despertar. Sin embargose dio cuenta rpidamente de la inutilidade tales especulaciones y volvi latencin a cuestiones ms inmediatas

mientras se preguntaba por el posiblorigen del Capitn de aquel extrao barcque navegaba por un ocano todava m

extrao.


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El Capitn ha pedido que nosotrocuatro le visitemos en su cabina dijo lvoz del Halcn de la Luna, y Elric svolvi para dar los buenos das aguerrero, alto y rubio, que luca unextraa cicatriz regular en el centro de l

frente.Los otros dos emergieron de la niebl

y juntos se encaminaron a proa, dond

lamaron a la puerta pardorrojizapasaron inmediatamente a presencia deciego Capitn, que ya tena cuatro copade vino preparadas para ellos. Con u

gesto de la mano hacia el gran arcn sobrel cual estaba el vino, dijo:

Servios, por favor, amigos mos.

As lo hicieron, permaneciendo en pi


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con la copa en la mano. Eran cuatrguerreros altos, perseguidos por edestino, cada uno con un conjunto d

facciones y rasgos profundamentdiferentes, pero dotados todos ellos dcierto carcter, de cierto porte, que le

dentificaba como miembros de unmisma estirpe. Elric lo advirticlaramente, pese a ser uno de ellos, y trat

de recordar los detalles de lo que Corue haba confiado la noche anterior.Nos acercamos a nuestro destino

nform el Capitn. No tardaremos e

desembarcar. No creo que nuestroenemigos nos esperen, pero tendremoque luchar duramente para vencerles a lo

dos.


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A los dos? repiti el Halcn da Luna. Slo son dos?

En efecto, slo dos asinti eCapitn con una sonrisa. Son dobrujos, hermano y hermana, de uuniverso muy diferente del nuestro

Debido a recientes desgarros en el tejidde nuestros mundos (de los cuales algsabes t, Halcn de la Luna, y tambin t

Corum), han quedado en libertad ciertoseres que, de otro modo, no tendran epoder que hoy poseen. Y, poseyendo tapoder, slo ansan tener ms y ms, hast

aduearse de todo lo que existe en nuestruniverso. Estos seres son amorales de unmanera diferente a como lo son lo

Seores de la Ley y del Caos. N


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combaten por la influencia sobre lTierra, como esos Seores; lo nico qubuscan es convertir la energa fundamenta

de nuestro universo en una herramientpara sus fines. Creo que persiguen ciertambicin en su universo propio y que l

alcanzaran si consiguieran su propsiten el nuestro. Hasta el momento actual, pesar de disponer de unas condicione

muy favorables para sus planes, no haconseguido an toda su fuerza; siembargo, no pasar mucho tiempo antede que la logren. Agak y Gagak son lo

nombres que reciben en las lenguas de lohombres, y son ms poderosos qucualquiera de nuestros dioses. Por eso h

sido convocado un grupo que pued


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superar su fuerza: vosotros. Aqu est eCampen Eterno en cuatro de sureencarnaciones (y cuatro es el nmer

mximo que podemos arriesgarnos reunir sin exponernos a precipitar nuevodesequilibrios perniciosos entre lo

planos de la Tierra): Erekos, ElricCorum y Halcn de la Luna. Cada uno dvosotros mandar a otros cuatro, cuyo

destinos estn ligados al vuestro y que sograndes guerreros por derecho propioaunque no comparten vuestro destino eodos los aspectos. Podis escoge

ibremente a los hombres con quienequeris luchar. Creo que os resultarbastante fcil decidiros. Avistaremos la

costa muy pronto.


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T nos conducirs? pregunt eHalcn.

No puedo. Lo nico que puedhacer es conduciros a la isla y aguardar os supervivientes, si hay alguno.

Me parece que sta no es mi luch

dijo Elric frunciendo el ceo.Es la tuya replic el Capitn, co

sobriedad. Y es la ma. Yo saltara a

ierra con vosotros si me estuvierpermitido, pero no es as.Por qu? pregunt Corum.Otro da lo sabris. No tengo valo

para decroslo. Sin embargo, no tenghacia vosotros sino los mejores deseosDe eso podis estar seguros.

Bien dijo Erekos, frotndose e


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mentn, ya que es mi destino combatirya que, como el Halcn de la Lunacontino buscando Tanelorn, y dado qu

parece que se abrir ante m algunposibilidad de alcanzar mi ambicin sriunfo en esta empresa, acepto por m

parte ir contra esos dos, Agak y Gagak.Yo ir con Erekos por parecida

razones asinti el Halcn.

Yo tambin dijo Corum.No hace mucho declar Elricme encontraba sin camaradas. Ahorengo muchos. Slo por esta razn

combatir con ellos.Quiz la tuya es la mejor de la

razones coment Erekos con gesto d

aprobacin.


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Vuestro empeo no tendrrecompensa, salvo la seguridad de que exito ahorrar al mundo muchapenalidades dijo el Capitn. Ecuanto a ti, Elric, la recompensa sermenor an de lo que puedan esperar lo

dems.Quiz no respondi Elric.Como t digas. El Capitn hiz

un gesto hacia la jarra de vino. Mbebida, amigos mos?Todos aceptaron mientras el Capit

continuaba hablando con su rostro cieg

vuelto hacia el techo de la cabina.Sobre esa isla se alzan unas ruina

quizs en otro tiempo fueron una ciuda

lamada Tanelorn), y en el centro de esa


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ruinas se levanta un edificio intacto. stes el lugar que utilizan Agak y su hermanase es el que debis atacar. Espero que lo

reconoceris en seguida.Y debemos matar a esa pareja?

pregunt Erekos.

Si es posible. Tienen sirvientes ques ayudan. A estos debis matarloambin. Despus, debis prender fuego a

edificio. Esto es importante el Capithizo una pausa e insisti: Incendiadloo debe ser destruido de ninguna otr

manera.

Existen pocas maneras ms ddestruir un edificio coment Elric couna sonrisa seca.

El Capitn le devolvi la sonrisa


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nclin levemente la cabeza en gesto dreconocimiento.

S, es cierto. Con todo, merece l

pena recordar lo que os acabo de decir.Sabes qu aspecto tienen eso

Agak y Gagak? pregunt Corum.

No. Es posible que parezcacriaturas de nuestros mundos y es posiblque no. Poca gente les ha visto, pues n

han conseguido materializarse hasta hacmuy poco tiempo.Y cul es el mejor modo d

derrotarlos? quiso saber el Halcn d

a Luna.Mediante el valor y el ingenio

respondi el Capitn.

No eres muy explcito, seo


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Capitn dijo Elric.Soy todo lo explcito que puedo. Y

ahora, amigos mos, os sugiero qu

descansis y preparis las armas.Cuando volvieron a las cabinas

Erekos lanz un suspiro.

Nuestro destino est sellado murmur. En poco depende de nuestrvoluntad y pensar lo contrario e

engaarse. Que perezcamos en estempresa o sobrevivamos a ella no contardemasiado en la disposicin general das cosas.

Creo que tienes el nimo sombroamigo mo coment el Halcn de lLuna.

La niebla serpenteaba entre las verga


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del mstil, se retorca en el aparejo nvada la cubierta, enroscndose en torn

a los otros tres hombres cuando Elri

contempl a stos.Ms bien tengo el nimo realista

replic Corum.

La niebla se hizo ms densa en lcubierta, envolviendo a cada uno de lohombres como un sudario. Las tablas de l

nave crujieron con un sonido que a Elrie record el graznido de un cuervoAhora, la temperatura haba descendidoSe dirigieron en silencio a sus cabina

para repasar los corchetes y hebillas dsus armaduras, limpiar y afilar sus armay simular que conciliaban el sueo.

Ah!, no me gusta en absoluto l


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hechicera exclam Brut de Lashmamientras se mesaba su barba de oropues los hechizos me trajeron l

gnominia.Elric acababa de contarle todo cuant

es haba explicado el Capitn y le hab

pedido a Brut que fuera uno de los cuatrque combatieran con l despus dedesembarco.

Aqu todo es cosa de magia ntervino Otto Blendker al escucharleLuego, con una triste sonrisa, tendi smano a Elric y aadi: Combatir a t

ado, Elric.Otro guerrero, con su armadura verd

mar reluciendo ligeramente a la luz de

candil, se levant al tiempo que mostrab


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su rostro echando hacia atrs la visera deyelmo. Era un rostro casi tan blanco comel de Elric, aunque sus ojos era

profundos y casi negros.Yo tambin declar Hown, e

Encantador de Serpientes, aunque m

emo que no ser de mucha utilidad eierra firme.

El ltimo en levantarse ante l

nquisitiva mirada de Elric fue uguerrero que apenas haba intervenido eanteriores conversaciones. Su voz erronca y vacilante. Llevaba un casco d

acero sin adornos y bajo ste asomaba sarga cabellera pelirroja, peinada erenzas. En el extremo de cada una d

stas llevaba un huesecillo que produc


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una especie de cascabeleo al golpear lahombreras de la armadura cuando smova. Era Ashnar el Lince, un guerrero

cuya mirada rara vez era menos que fieraYo no poseo la elocuencia ni la alta

cuna de cualquiera de vosotros

caballeros dijo Ashnar, ni estofamiliarizado con la hechicera ni coesas otras cosas de que hablis, pero so

un buen soldado y mi alegra est en ecombate. Acatar tus ordenes, Elric, si mquieres contigo.

De buena gana asinti Elric.

As pues, parece que no hadisputas dijo Erekos a los otros cuatrque haban elegido ir con l. Todo esto

est decidido previamente, sin duda


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uestros destinos han estado vinculadodesde el primer momento.

Esta filosofa puede conducir a u

fatalismo nada conveniente intervinTerndrik de Hasghan. Ser mejor creeque nuestro destino est en nuestra

propias manos, aunque las evidencias lnieguen.

Piensa lo que gustes dijo Erekos

. Yo he tenido muchas vidas, aunque deodas, salvo una, tengo recuerdos muvagos. Se encogi de hombros y aadi: Sin embargo, supongo que me enga

a m mismo creyendo que acto paralcanzar el da en que encuentre esTanelorn y pueda quiz reunirme con e

que busco. Esta ambicin es lo que me d


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energa, Terndrik.Elric sonri y declar:

Yo lucho, creo, porque me

complace la camaradera del combate. Eel fondo, es un estado de nimmelanclico, no os parece?

En efecto murmur Erekos coa vista fija en el suelo. Bien, ahor

debemos intentar descansar.


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La silueta de la costa era confusaAvanzaron chapoteando por las aguaransparentes, entre la niebla blanca

blandiendo las espadas por encima de lacabezas. Las espadas eran sus nicaarmas. Cada uno de los Cuatro posea unhoja de tamao y forma inusual, per

ninguno tena una espada que en ocasionemurmurara en voz baja como lTormentosa de Elric. ste volvi la vist

atrs y distingui al Capitn apoyado en lborda, con su rostro ciego vuelto hacia lsla y sus labios plidos temblando com

si hablara consigo mismo. El agua le


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legaba ahora por la cintura y, bajo lopies de Elric, la arena se hizo compacthasta convertirse en una roca lisa

Continu avanzando con cautelapreparado para lanzar su ataque contra loposibles defensores de la isla. Si

embargo, la niebla empezaba dispersarse, como si no pudiera sujetarsa la tierra, y no se observaba la meno

seal de oposicin.Sujeta al cinto, cada hombre llevabuna antorcha con el extremo superioenvuelto en un pao empapado en aceit

para que la tea no estuviera hmeda en emomento de prenderla. De igual modocada uno iba equipado con un puado d

yesca de combustin lenta y sin llama


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guardada dentro de una pequea cajasta en el morral sujeto al cinto. De estmodo, podran prender fuego a la

antorchas al instante.nicamente el fuego destruir a est

enemigo para siempre haba repetido e

Capitn mientras les entregaba laantorchas y las cajas con la yesca.

Cuando la niebla se levant, dej a l

vista un paisaje de densas sombras que sextendan sobre unas rocas rojizas y unvegetacin amarillenta. Eran sombras dodas las formas y dimensiones, qu

recordaban todo tipo de objetos. Parecaformadas por el enorme sol de colosangre que permaneca en un mediod

perpetuo sobre la isla. Sin embargo, l


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sensacin ms perturbadora quproducan tales sombras era que nparecan responder a ningn objeto real

como si la materia cuya silueta recogafuera invisible o existiera en otro lugadistinto a la isla. Tambin el cielo parec

leno de tales sombras pero, mientras quas de la isla estaban quietas, las del ciel

se movan a veces, quiz desplazndos

con las nubes. Y, en todo momento, el sorojo derramaba su luz ensangrentadabaaba a los veinte hombres con snoportuno fulgor al tocar la tierra.

Y, en ocasiones, mientras el grupoprogresaba tierra adentro con cautela, uncuriosa luz parpadeante cruzaba la isla e

ocasiones haciendo que los perfiles de


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ugar se hicieran imprecisos durantalgunos segundos antes de recuperar sdefinicin. Elric dud de sus ojos y n

dijo nada al respecto hasta que Hown, eEncantador de Serpientes, quien tendificultades para ejercitar sus pierna

errestres, coment:Es cierto que rara vez he estado e

ierra firme, pero creo que la calidad d

a que ahora pisamos es ms extraa qucualquier otra que haya conocido. Emitun tenue resplandor y se distorsiona.

Varias voces confirmaron su

palabras.Y de dnde salen todas esa

sombras? pregunt Ashnar el Linc

mientras echaba un vistazo a su alrededo


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sin ocultar su temor supersticioso navergonzarse de ello. Por qu npodemos ver los objetos que las forman?

Puede respondi Corum qusean las sombras formadas por objetoque existen en otras dimensiones de l

Tierra. Si todas las dimensiones se juntaaqu, segn parecen sugerir las palabradel Capitn, sta podra ser un

explicacin coherente. Se llev la mande plata al parche del ojo y aadi: Nsera ste el ejemplo ms extrao de taconjuncin que yo hubiese presenciado.

Coherente? solt Otto Blendke. Que nadie me ofrezca, entonces, unexplicacin incoherente, os lo ruego!

Tras esto, continuaron avanzando


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entre las sombras y bajo la extraa luhasta que llegaron a las primeras ruinas.

Aquellas piedras, se dijo Elric, tena

algo en comn con los restos de la ciudade Ameeron que haba visitado en sbsqueda de la Espada Negra. Si

embargo, stas eran ms vastassemejantes a una serie de ciudademenores, cada una de ellas realizada en u

estilo arquitectnico radicalmentdistinto.Quizs esto sea Tanelorn

murmur Corum, que haba visitado e

ugar. O, ms bien, todas las versionede Tanelorn que han existido. PueTanelorn existe con muchas formas, cad

una de las cuales depende de los deseo


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de aquel que ms desea encontrarla.Esta no es la Tanelorn que yo

esperaba encontrar coment el Halc

de la Luna con amargura.Ni yo aadi Erekos, desolado.Quiz no es Tanelorn dijo Elri

. Quiz no lo es.O acaso es un cementerio aadi

Corum con aire distante, entrecerrando s

nico ojo. Un cementerio que contienas versiones olvidadas de esa extraciudad.

Empezaron a salvar las ruinas

avanzando hacia el centro del lugaacompaados del estruendo de sus armasAl contemplar la expresin circunspect

en el rostro de muchos de su


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compaeros, Elric comprendi que stoscomo l, se preguntaban si no estaraviviendo un sueo. Qu otra razn podr

haberles impulsado a encontrarse eaquella extraa situacin, en la cuaponan en riesgo sus vidas, y quiz su

almas, en una empresa con la cual ningunde ellos se identificaba?

Erekos se aproxim a Elric mientra

avanzaban.Has advertido que, ahora, lasombras representan algo?

En efecto asinti Elric. La

ruinas permiten hacerse una idea deaspecto que deban tener los edificiocuando estaban enteros. Esas sombra

misteriosas corresponden a los edificios.


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a los edificios originales, antes de que sconvirtieran en ruinas.

Exacto asinti Erekos.

Un escalofro recorri a la vez a lodos hombres.

Por fin, el grupo de guerreros s

acerc a lo que pareca el centro de laruinas, donde se alzaba un edificio que nestaba derruido. Situado en mitad de un

explanada despejada, estaba lleno dcurvas y planchas metlicas y drelucientes tubos y caeras.

Parece ms una mquina que u

edificio coment el Halcn de la Luna.Y ms un instrumento musical qu

una mquina musit Corum.

El grupo hizo un alto y cada escuadr


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de cuatro hombres se reuni en torno a sder. Nadie hizo la menor pregunta, pero

no haba duda alguna de que haba

alcanzado su objetivo.Cuando contempl con m

detenimiento el edificio, Elric apreci

que, en realidad, se trataba de doedificios distintos, aunque absolutamentdnticos, unidos entre s en varios punto

mediante diversos tendidos de caerasconductos que quiz fueran pasillos dconexin entre los edificios, aunquresultaba difcil imaginar qu tipo d

criatura poda utilizarlos.Dos edificios... murmur Erekos

. Para esto no estbamos preparados

Qu debemos hacer, dividirnos y ataca


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ambos?Por puro instinto, Elric consider qu

al accin sera una imprudencia y movi

a cabeza en gesto de negativa.Me parece que debemos entra

odos en uno de ellos pues, de l

contrario, nuestra fuerza se verdebilitada.

Estoy de acuerdo asinti e

Halcn, a quien pronto imitaron lodems.As pues, sin proteccin alguna tras l

cual refugiarse, el grupo avanz

atrevidamente hacia el edificio mprximo, dirigindose a un punto dondpoda apreciarse una oscura entrada d

proporciones irregulares. Segua si


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observarse el menor rastro de defensorey ello representaba una seal de maagero. El edificio lata, despeda u

fulgor mortecino y, de vez en cuandosusurraba, pero eso era todo.

Elric y su escuadra fueron lo

primeros en entrar y se encontraron en upasaje hmedo y clido que doblaba hacia derecha casi inmediatamente. Lo

dems guerreros les siguieron hastreunirse todos en el pasaje, con la miradcautelosamente fija en la negrura depasadizo en previsin de un ataque. Si

embargo, ste no se produjo.Los guerreros, con Elric a la cabeza

continuaron avanzando unos instante

hasta que el pasadizo se puso a tembla


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violentamente; Hown, el Encantador dSerpientes, tropez y cay al suelanzando maldiciones. Cuando el hombr

de la armadura verde mar logrncorporarse, se escuch en el pasadiz

una voz que pareca llegar de muy lejos

que, sin embargo, se apreciaba enrgica rritada.

Quin? Quin? Quin?, chill l

voz.Quin? Quin? Quin mnvade?

Las sacudidas del pasadizo remitiero

igeramente y se convirtieron en umovimiento de temblores constantes. Lvoz pas a ser un murmullo distante

dubitativo.


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Qu me ataca? Qu?Los veinte hombres se miraron

desconcertados. Finalmente, Elric sencogi de hombros y, encabezando lmarcha, condujo a sus compaeros por epasadizo. Muy pronto, ste se ensanch

para dar paso a una sala cuyos murosechos y suelos estaban empapados en uquido viscoso y cuyo aire resultab

difcil de respirar. Fue entonces cuandocomo surgidos de los propios muros de lestancia, aparecieron los primerodefensores del edificio, unas bestia

repulsivas que deban de ser losirvientes de Agak y Gagak, la misteriospareja de hermanos.

Atacad! grit la voz lejana


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Destruid eso! Destruidlo! Las extraabestias, formadas bsicamente por ungran boca abierta y un cuerpo reptante

eran seres primitivos; sin embargo, snmero aumentaba incesantementmientras cerraban el cerco en torno a lo

veinte guerreros, quienes se apresuraron formar las cuatro escuadras de combatese aprestaron a defenderse. Las extraa

criaturas emitan un espantoso sonidsusurrante al avanzar y hacan rechinar losamenta en forma de sierra que leserva de dentadura, dejndola a

descubierto y disponindose a lanzar sudentelladas sobre Elric y sus compaerosElric descarg su espada a un lado y

otro, partiendo por la mitad a varios d


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aquellos seres sin apenas encontraresistencia. Sin embargo, el aire se hizentonces ms difcil de respirar y u

hedor insoportable, procedente dequido que brotaba de los cuerpo

heridos de las bestias, amenaz co

dejarles a todos fuera de combate.Continuad avanzando orden

Elric. Abros paso entre los cuerpos

dirigos hacia la abertura del otro lado da sala aadi, sealando con la manzquierda el lugar indicado.

As lo hicieron, segando los cuerpo

de centenares de aquellas primitivacriaturas y aumentando con ello lnocividad del aire.

Esas bestias no son adversario par


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a espada jade Hown, el Encantadode Serpientes, pero cada una qumatamos nos roba un poco de nuestra

posibilidades de supervivencia.Un plan muy astuto; obra d

nuestros enemigos, sin duda respondi

Elric, consciente de la irona.Solt una tos y descarg de nuevo l

espada contra una decena de bestias qu

reptaban hacia l. Las criaturas eravalientes, pero tambin estpidasCarecan del menor sentido de lestrategia.

Por fin, Elric alcanz el siguientpasadizo, donde el aire era ligeramentms puro. Efectu varias inspiraciones e

aquella atmsfera ms respirable y


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aliviado, gesticul a sus compaeros parque le imitaran.

A golpes de espada, el grupo fu

adentrndose en el pasaje, seguido apenapor un puado de las criaturas reptantesLas bestias parecan reacias a penetrar e

el pasadizo y Elric sospech que dentrde ste deca de ocultarse un peligro quncluso aquellos seres repulsivos teman

Sin embargo, no les quedaba ms opcique continuar adelante y Elric se limit alegrarse de que los veinte hubierasobrevivido a la primera dificultad.

Los guerreros descansaron umomento para recuperar el alientoapoyados en las paredes vibrantes de

pasadizo y escuchando los murmullos d


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a lejana voz, ahora apagados ninteligibles.

Este castillo no me gusta nada

gru Brut de Lashmar mientranspeccionaba un desgarro de su capa

alcanzada por un mordisco. Est regid

por la alta magia.Ya conocamos tal cosa antes de

desembarcar le record Ashnar e

Lince con voz enrgica, exigiendo a Bruque controlara su pnico.Los huesecillos de las trenzas d

Ashnar vibraban al comps de lo

emblores de las paredes mientras que egigante brbaro ofreca un aspecto caspattico, recuperando la presencia d

nimo necesaria para continuar.


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Esos brujos son unos cobardes dijo Otto Blendker. Luego, en voz malta, aadi: No se atreven presentarse. Acaso su aspecto es tarepulsivo que tienen miedo a que leveamos?

El desafo no tuvo respuestaContinuaron avanzando por los pasadizosin encontrar el menor rastro de Agak o d

su hermana, Gagak. Segn la zona qucruzaban, la luminosidad aumentaba disminua. A veces, el pasadizo seestrechaba hasta el punto de que er

difcil escurrir el cuerpo entre laparedes; en otras ocasiones, el pasaje sensanchaba hasta casi formar salas. Elri

apreci que, la mayor parte del tiempo


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os guerreros parecan ir ascendiendhacia lo alto del edificio.

Intent adivinar la naturaleza de lo

habitantes del castillo. La fortaleza nena escaleras, ni artefactos que pudier

reconocer. Sin ninguna razn concreta e

que basarse, imagin a Agak y Gagacomo seres de forma reptiliana, pues loreptiles preferiran las rampas de subid

no muy acusada a las escalinatas y, sinduda, tendran poca necesidad dmobiliario convencional. Sin embargouna vez ms, era posible que los do

hermanos tuvieran el poder de cambiar dforma a voluntad, asumiendo el aspecthumano cuando as les conviniera. Elri

se senta ya impaciente por encontrars


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frente a frente con uno de los brujos o coambos a la vez.

Ashnar el Lince tena otras razones

o eso dijo, al menos para lmpaciencia que le consuma.

Decan que aqu encontraramos u

esoro murmur. Yo decid arriesgaa vida por una buena recompensa, per

no he visto aqu nada de valor. Apoy

su mano callosa contra el material viscosque formaba las paredes y aadi: Nsiquiera hay piedra o ladrillo. De questn hechos esos muros, Elric?

Es algo que a m tambin mntriga, Ashnar respondi Elric

sacudiendo la cabeza en gesto d

negativa.


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En ese instante, apreci unos ojograndes y feroces que le miraban desdas tinieblas que tena delante. Escuch u

sonido de pisadas aproximndose a todprisa y vio que los ojos se hacan msms grandes. Tuvo tiempo de ver un

boca encarnada, unos colmilloamarillentos y una pelambre anaranjadauego, son un rugido y el desconocid

animal salt sobre l mientras Elrialzaba la Tormentosa para defenderse daba la voz de alerta a los dems. Lbestia era un babuino, pero de enorm

amao, y detrs del primero apareci undecena de ejemplares ms. Elric impulsel cuerpo hacia adelante tras la espada

hiriendo a la fiera en el bajo vientre. La


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zarpas del animal se agarraron al hombry a la cintura de Elric, quien lanz ugemido al notar que, al menos en uno d

os dos lugares, se le haban clavado en lcarne. Tena ambos brazos atrapados y nopoda mover la Tormentosa de su

posicin. Lo nico que poda hacer ermover su filo en la herida que ya hababierto. Reuniendo todas sus fuerzas, di

una vuelta a la empuadura. El enormsimio lanz un grito, con una expresifuriosa en sus ojos inyectados en sangre,descubri sus colmillos mientras lanzab

el hocico hacia el cuello de Elric. Lodientes del animal se cerraron en torno acuello del albino y el aliento de la fier

estuvo a punto de dejarle sin sentido


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Elric dio una nueva vuelta a la espada. Ebabuino lanz un nuevo grito de dolor.

Los colmillos presionaban la gorguer

metlica que protega el cuello de Elricque era lo nico que le haba salvado duna muerte inmediata. El albino trat d

iberar un brazo al menos, y dio unercera vuelta a la espada en la herida

moviendo luego el filo de un lado a otr

para ensanchar la herida del vientre. Logritos y aullidos del simio crecieron entensidad y sus colmillos apretaron l

presa, pero ahora, confundido entre lo

ruidos del simio, Elric empez a escuchaun murmullo y not latir en su mano Tormentosa. Saba que la espada estab

absorbiendo energa del animal igual qu


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ste trataba de matarle. Y una parte de esaenerga empezaba a invadir el cuerpo dElric.

Desesperadamente, aplic todas sufuerzas a sacar la espada del cuerpo desimio, abrindole el vientre de modo qu

a sangre y las entraas del animacayeron sobre l cuando, de prontoconsigui liberarse y dio un paso atr

ambalendose y sin dejar de mover lespada en el interior de la heridaTambin el simio retrocediambalendose, contemplando con aire d

estpida sorpresa su terrible herida antede caer al suelo del pasadizo.

Elric se volvi, dispuesto a presta

ayuda a su camarada ms prximo, y tuv


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iempo de ver morir a Terndrik dHasghan, pataleando entre los brazos dun simio todava ms gigantesco, con l

cabeza arrancada de los hombrosbaado en sangre.

Elric hundi limpiamente l

Tormentosa entre los hombros debabuino que haba matado a Terndrikalcanzndole en el corazn. La bestia y s

vctima humana cayeron juntas. Dohombres ms haban muerto y otroestaban malheridos, pero los restanteguerreros seguan luchando, con la

espadas y las armaduras teidas dcarmes. El estrecho pasadizo heda simio, a sudor y a sangre. Elric continu

a lucha partiendo en dos el crneo de u


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babuino que se dispona a acabar coHown, el Encantador de Serpientes, quiehaba perdido su espada. Hown lanz un

mirada de agradecimiento a Elric mientrase agachaba a recoger su acero y senfrentaron juntos al mayor de todos lo

simios. La fiera era mucho ms corpulentque Elric y tena acorralado contra lpared a Erekos, con la espada de st

atravesndole el hombro.Hown y Elric hundieron sus armas eel simio por ambos costados y el babuinanz un rugido y se volvi hacia su

nuevos agresores. La espada de Erekosvibraba, clavada en su carne. El animal sanz hacia ellos y los dos hombres l

hirieron de nuevo, alcanzndole en e


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corazn y el pulmn de tal modo quecuando lanz un nuevo rugido, vomitsangre por sus fauces. El animal cay d

rodillas, sus ojos se apagaron yentamente, rod hasta el suelo.

Y, de pronto, se hizo el silencio en e

pasadizo y la muerte flot sobre lopresentes.

Terndrik de Hasghan estaba muerto

gual que dos hombres de la escuadra dCorum. Todos los supervivientes degrupo de Erekos sufran heridamportantes. Uno de los hombres de

Halcn de la Luna estaba muerto, pero lores restantes haban salido prcticamentnclumes. Brut de Lashmar tena el casc

mellado, pero no presentaba otras heridas


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y Ashnar el Lince estaba despeinadosimplemente. Ashnar haba acabado codos de los babuinos durante el combat

pero ahora, mientras jadeaba apoyado ea pared del pasadizo, el brbaro tena l

mirada perdida.

Empiezo a sospechar que estempresa es una mala inversin dijo couna media sonrisa. Tras recuperar fuerzas

pas sobre el cuerpo de un babuino paracercarse a Elric. Cuanto menos tiempempleemos en ella, mejor. Qu piensa, Elric?

Estoy de acuerdo respondiElric, devolvindole la sonrisa. Vamos

Tras esto, abri de nuevo la march

por el pasadizo hasta llegar a una sal


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cuyas paredes despedan una luz rosadao haba avanzado mucho por ella cuand

not que algo le asa por el tobillo y

cuando mir al suelo, vio horrorizado quena una serpiente larga y delgad

enroscada a la pierna. Era demasiad

arde para utilizar la espada; en lugar dello, agarr la serpiente por detrs de lcabeza y logr separarla un poco de s

pierna antes de cortarle la cabeza de uajo. Los dems estaban ahora dandpisotones y lanzndose advertencias gritos unos a otros. Las serpientes n

parecan ser venenosas, pero las haba millares y parecan surgir del propisuelo. Carecan de ojos y tenan un colo

carnoso, ms parecidas a gusanos que


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otros reptiles, pero posean una fuerzconsiderable.

Hown, el Encantador de Serpientes

enton en ese instante una extraa tonadlena de notas lquidas, siseantes, qu

pareci ejercer un poder tranquilizado

sobre los ofidios. Una a una al principioy en nmero creciente ms tarde, cayeroal suelo en un aparente letargo. How

sonri al advertir su xito.Ahora entiendo a qu viene tapodo coment Elric.

No estaba seguro de que la canci

diera resultado con ellas respondiHown, pues son distintas de cualquieserpiente que haya visto nunca en lo

mares de mi mundo.


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Se abrieron paso entre montones dserpientes dormidas y advirtieron que esiguiente pasadizo presentaba una subidmuy pronunciada. En ocasiones, se vieroobligados a utilizar las manos parequilibrarse mientras suban por e

extrao y resbaladizo material quformaba el suelo.

En aquel pasadizo haca mucho m

calor y todos estaban sudando, por lo quefectuaron varias pausas para secarse lfrente. El pasadizo pareca ascendenterminablemente; en ocasiones formab

alguna curva, pero en ningn momento sreduca la pendiente ms que algunogrados. A veces, se estrechaba hasta

convertirse en apenas un tubo por el qu


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enan que avanzar a rastras; otras el techdesapareca entre las tinieblas sobre sucabezas. Elric ya haca mucho que hab

dejado de intentar calcular su posicirespecto a lo que haba visto en eexterior del castillo. De vez en cuando

unas criaturas minsculas e informecorran a su encuentro en masa, con laparente intencin de atacarles; si

embargo, los animalillos rara vez erams que una pequea molestia y pronto spresencia fue ignorada por el grupmientras continuaba el ascenso.

Llevaban bastante tiempo sin escuchaa extraa voz que les haba recibido a l

entrada, pero ahora empez a susurrar d

nuevo, en tonos ms urgentes que la ve


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anterior.Dnde? Dnde? Oh, el dolor!Los guerreros se detuvieron, tratand

de localizar el origen de la voz; siembargo, pareca provenir de todas partea la vez.

Con expresin sombra, continuaroavanzando mortificados por miles dpequeas criaturas que les picaban en l

carne expuesta al aire como otros tantomosquitos, aunque aquellos bichos neran insectos. Elric no haba visto nadsemejante: eran criaturas informes

primitivas y absolutamente incoloras. Lanotaba golpear su rostro al caminar, comosi fueran una brisa. Medio cegado

sofocado y sudoroso, not que las fuerza


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e abandonaban. Ahora, el aire era tadenso, tan clido, tan salado, que ercomo si se moviera en un lquido. Lo

dems guerreros estaban tan afectadocomo l; algunos avanzabaambalendose y un par de ellos cayero

al suelo, siendo ayudados a incorporarspor sus camaradas, casi tan exhaustocomo los cados. Elric se sinti tentado d

despojarse de la armadura, pero saba qucon ello slo conseguira dejar msuperficie de su cuerpo expuesta a lvoracidad de aquellas pequeas criatura

voladoras.Continuaron la subida y un nuev

grupo de aquellas extraas serpientes qu

haban encontrado antes empez a repta


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en torno a sus pies, dificultndoles man la marcha, pese a que Hown volvi cantar su tonada hasta enronquecer.

No podremos sobrevivir muchms a esto dijo Ashnar el Linceacercndose a Elric. Ni estaremos e

condiciones de enfrentarnos a los brujosi llegamos a encontrarles.

Eso mismo pienso yo asinti

Elric con un sombro gesto de cabezapero qu ms podemos hacer, Ashnar?Nada respondi Ashnar en u

susurro. Nada.

Dnde? Dnde? Dnde?La palabra se repiti en un susurro po

el pasadizo, envolvindoles. Mucho

miembros del grupo se estaban poniend


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visiblemente nerviosos.


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Haban alcanzado el extremo superiodel pasadizo. La voz quejumbrosa se oahora mucho mas, pero sonaba memblorosa. Vieron una arcada y, tras sta

una cmara iluminada.Los aposentos de Agak, sin duda

dijo Ashnar, asiendo con firmeza la

empuadura de la espada.Es posible respondi Elric.Se senta separado de su cuerpo

Quizs era el calor y el agotamiento, acaso su creciente sensacin de inquietudpero algo le hizo refugiarse en s mismoitubear antes de penetrar en la cmara.


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Era una estancia octogonal y cada unde sus ocho lados inclinados tena ucolor distinto y cambiaba constantementde color. A veces, las paredes se volvansemitransparentes y dejaban ver unpanormica completa de la ciudad (

conjunto de ciudades) en ruinas, bajo sposicin, y una vista del edificio gemelal que ahora estaban, todava conectado

ste por tubos y cables.Fue el gran pozo situado en el centrde la cmara lo que ms atrajo satencin. Pareca profundo y estaba llen

de una sustancia viscosa de olor ftidque burbujeaba. En ella tomaban formextraos dibujos. Grotescos y extraos

hermosos y familiares, los dibujo


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siempre parecan a punto de cobrar formpermanente antes de volver a caer en lmasa del pozo. Y la voz era all an m

potente, y ya no haba duda de que vendel pozo.

QU? QU? QUIN INVADE?

Elric se oblig a acercarse ms apozo y por un instante, vio su rostrcontemplndole antes de fundirse d

nuevo en la masa.QUIN INVADE? AH! ESTOYDEMASIADO DBIL!

Elric habl en direccin al pozo.

Somos los que has querido destruidijo. Somos aquellos de los cualequeras alimentarte.

AH! AGAK! AGAK! ESTOY


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ENFERMA! D NDE EST S?Ashnar y Brut se reunieron con Elric

Los rostros de los guerreros reflejaba

asco.Agak... gru Ashnar el Lince

entrecerrando los ojos. Por fin, un

seal de que el brujo est aqu!Todos los dems haban penetrado e

a estancia y permanecan lo ms alejado

posible del pozo, pero todos tenan lmirada fija en ste, fascinados por ldiversidad de formas que se dibujabanse desintegraban en el lquido viscoso.

ESTOY DBIL... ES PRECISO QUEVUELVA A LLENAR MIS RESERVASDE ENERGA... DEBEMOS EMPEZA

AHORA, AGAK... HEMOS TARDADO


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MUCHO EN LLEGAR A ESTE LUGARCRE QUE PODRA DESCANSARPERO AQU HAY UNA ENFERMEDAD

QUE LLENA MI CUERPO. AGAKDESPIERTA. DESPIERTA!

Algunos sirvientes de Agak

encargados de la defensa de esta cmarasugiri el Encantador de Serpientes eun murmullo.

Elric, en cambio, continucontemplando el pozo mientras creempezar a entender la verdad.

Despertar Agak? dijo Brut

Vendr? aadi, mirando a sualrededor con nerviosismo.

Agak! grit Ashnar el Lince

Cobarde!


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Agak! gritaron muchos otroguerreros, blandiendo las espadas.

Elric, en cambio, no dijo nadaadvirti que tambin el Halcn de lLuna, como el prncipe Corum y Erekospermanecan en silencio. Consider qu

deban estar llegando a las mismaconclusiones que l y les observ. Vio eos ojos de Erekos un gran dolor, un

profunda pena por s mismo y por sucamaradas.Somos los Cuatro que son Uno

declar Erekos, con un temblor en l

voz.Elric se sinti presa de un impuls

extrao, que le desagradaba y l

aterrorizaba.


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No...! exclam.Intent envainar la Tormentosa, pero

el acero no quiso entrar en su funda.AGAK! DE PRISA!, dijo la vo

desde el pozo.Si no lo hacemos aadi Erekos

, devorarn todo nuestro mundo. Nquedar nada.

Elric se llev la mano libre a l

frente. Vacil al borde de aquellaespantosa sima y lanz un gemido.Entonces, debemos seguir se oy

a voz de Corum, como un eco.

Yo, no! insisti Elric. Yo soyyo mismo!

Y yo! exclam el Halcn de

Marinero de Los Mares Del Destino - Michael Moorcock

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