Martinez f Algunas Implicaciones de La Arquitectura Como Arte en El Diseno Arquitectonico-libre

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  • Algunas reflexiones sobre el imaginario de la arquitectura como arte en el diseo

    arquitectnico y en su enseanza

    M. en Arq. Federico Martnez Reyes

    Histricamente, desde que en Grecia se acu el trmino de arte (tekn), la arquitectura ha

    permanecido dentro de este campo, aunque su trnsito por este concepto ha cambiado tanto

    como lo ha hecho el mismo concepto de arte. Actualmente la arquitectura es arte porque fue

    incluida, y se ha ido consolidando, como una de las Bellas Artes. Sin embargo, hoy por hoy

    no basta que la arquitectura sea bella, es necesario que adems sea original, creativa, distinta

    y que, aunado a esto, sea expresiva. Si alguna arquitectura logra contener todos estos valores

    tendr gran resonancia en el mundo del arte. Detrs de su creacin, hay un ente que la hace

    posible, un ser creativo, con la posibilidad de imaginar formas imposibles para los dems

    seres, un creador de edificaciones y un verdadero hacedor de conceptos e ideas: el arquitecto,

    principal encargado de que la construccin sea, desde el diseo, Arte. Para lograrlo debe

    saber expresarse a travs de su obra, la arquitectura, como lo hace todo buen artista.

    Pero creer que de esta manera se hace la arquitectura, sealar como nico responsable

    y creador al arquitecto, tiene implicaciones en el entendimiento de la disciplina y, sobre todo,

    en un campo que nos compete a quienes adems de ejercer la profesin intentamos ensear:

    la docencia. En este campo, es necesario reflexionar sobre las incidencias que tal imaginario

    tiene en nuestra manera de pensar y ejercer el diseo, asi mismo, es necesario acotar las

    posibilidades que tenemos como docentes de crear artistas y las posibilidades que los

    alumnos tienen de llegar a serlo antes de recibir el ttulo, con el fin de definir nuestro campo

    de actuacin y de tener claridad sobre lo que queda dentro y fuera de nuestro alcance como

    diseadores arquitectnicos.

    La arquitectura no es del arquitecto

    Cuando un pintor trabaja en una pintura, traza, dibuja, afina detalles y al final firma su

    cuadro. Un escritor construye la trama de una novela, escribe y reescribe la historia hasta

    terminar y firma su obra. Nadie duda que estos artistas sean autores intelectuales y

    materiales de la obra que producen, por esta razn decimos que La noche estrellada es de

    Van Gogh, la Novena Sinfona es de Beethoven, el Pabelln de Barcelona es de Mies van der

    Rohe y la Villa Savoye de Le Corbusier. Como el artista es el hacedor de la obra, mantiene

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  • derechos de posesin sobre el resultado final. Incluso, an cuando alguien compra un objeto

    de arte, una pintura por ejemplo, el artista mantiene su derecho de posesin, pues cuando el

    dueo presume la obra de arte dice tener una pintura de Van Gogh en su sala. Con la msica

    sucede algo parecido, cuando vamos a una sala de concierto decimos haber escuchado la

    msica de Mozart o Bach.

    Pero con la posesin de la obra arquitectnica pasa algo muy distinto. Tomemos un

    caso paradigmtico de la arquitectura moderna: la Casa Farnsworth de Mies van der Rohe,

    de Edith Farnsworth.

    La aliteracin usada en la ltima frase es intencional y tiene el propsito de plantear la

    duda sobre qu cosa es del arquitecto y qu cosa es de la duea. Hagamos el ejercicio con la

    casa donde vivimos, la oficina donde trabajamos o la universidad a la que asistimos. De

    quines son esas arquitecturas? Difcilmente diremos que es del arquitecto, sobre todo cuando

    contestemos esta pregunta refirindonos a las casas donde vivimos, es decir, a nuestras casas.

    De manera similar diremos que la oficina es de la empresa o que el campus donde tomamos

    clase es de la universidad. Y el arquitecto? Por qu no decimos que es de tal arquitecto?

    Podramos decir que porque ni nuestra casa, ni las oficinas, ni el campus son arte y que

    solamente damos el nombre del arquitecto cuando la obra arquitectnica es arte. Pero

    diciendo esto, podramos pensar que los objetos en donde vivimos, estudiamos y trabajamos,

    al no ser arte no son arquitectura, lo que dara como conclusin que el arquitecto que trabaj

    haciendo el edificio, no hizo arquitectura sino construccin y que, por lo tanto, no es

    arquitecto sino constructor. Vaya lo.

    Pero tratemos de no complicar las cosas, averiguando qu de lo construido es del

    arquitecto. Si le preguntramos a Edith Farnsworth de quin es la afamada casa a la que nos

    referimos, muy seguramente dira que es suya, tan suya que demand penalmente a Mies

    porque la casa que le pidi al arquitecto result ms cara de lo convenido. Si nos preguntaran

    tambin de quin es la casa en donde vivimos seguramente contestaremos de manera similar:

    es nuestra. Muy distinto a cuando presumimos nuestro cuadro de La noche estrellada que es

    de Van Gogh, la casa ser del dueo y nicamente del dueo. En el caso de la obra pictrica,

    y an cuando sea nuestro cuadro, si nos preguntan de quin es, no dudaramos en decir que es

    de Van Gogh, por el hecho de que l, el artista, la hizo. Pero la arquitectura no la hace el

    arquitecto. Esta aseveracin puede ser difcil de aceptar, porque es un hecho reconocido y

    difundido que el arquitecto hace la arquitectura y que, por lo tanto, lo construido es de l. Sin

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  • embargo, el cliente, que con su dinero posibilita la construccin, dir tambin, y muy

    justificadamente, que est haciendo su casa o un edificio de oficinas. Y los obreros y

    albailes dirn lo mismo. Quien haya contratado a un albail para construir aunque sea una

    barda podr constatar que ste presenta como curriculum vite lo que l ha hecho, y lo que ha

    hecho son edificaciones y as lo dice: yo hice una casa en tal lugar y tal edificio en otro. l

    hizo la obra, l con sus propias manos coloc tabiques y mezcl el cemento. Si nos apegamos

    al estricto significado de las palabras no nos equivocamos al decir que, efectivamente, l hizo

    la obra.

    Contrastando las otras artes, como la msica, la poesa o la pintura, con el de la

    arquitectura, vemos una primera diferencia: donde los otros hacen la obra, es decir la pintura,

    la escultura o la obra literaria, el arquitecto no, porque en la produccin de la arquitectura,

    entendida sta como el objeto construido, intervienen muchsimas personas, entre ellas el

    arquitecto, los ingenieros, los obreros y el cliente. Todas estas personas dicen haber hecho la

    obra; sin embargo, quienes la posibilitaron fueron, en primer lugar, el cliente y, en segundo

    lugar, los obreros. La arquitectura pertenece al cliente que la hizo, nunca al arquitecto quien

    muchas veces ni siquiera tiene participacin en la construccin.

    Si el arquitecto no es el que materializa la arquitectura, la obra arte, entonces su

    aportacin artstica se encuentra en el trasfondo de sta, en su espritu, en lo intelectual, es

    decir, en el diseo.

    El diseo y el diseador

    Las Artes del Diseo aparecen con el Renacimiento y le dan a los gremios de los arquitectos,

    pintores y escultores una posicin social distinguida. Hasta antes de esta poca, las cosas eran

    diferentes. Las disciplinas a las que pertenecan estos trabajadores eran consideradas artes

    pero no como ahora las entendemos, sino ms bien como oficios. Eran arte porque producan

    algo con base en reglas claramente establecidas. Dentro del sistema de las artes, que se

    divida en dos, ellos eran considerados artistas vulgares o mecnicos y no competan en nada

    con su contraparte, las artes liberales -las cuales se reducan a siete: la lgica, la retrica, la

    msica, la geometra, la astronoma, la gramtica y la aritmtica- que gozaban de un alto

    prestigio y marcaban claramente su diferencia con las artes vulgares por el simple hecho de

    no ejercer un trabajo fsico, como lo implicaba la escultura o la carpintera, sino un trabajo

    puramente intelectual.

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  • Pero a raz de la importancia que durante el Gtico adquieren los masones, o albailes

    y canteros que tallaban la piedra, esta situacin comienza a cambiar para los arquitectos.

    Estos masones no nada ms saben tallar la piedra sino que tienen el conocimiento y la

    capacidad de obtener el alzado de una planta, conocimiento sagrado y secreto de la logia de

    albailes-canteros-trabajadores de piedra, a la postre arquitectos, que se basa en una arte

    liberal: la geometra.

    Curiosamente es el gtico quien, a pesar de ser duramente desdeado por los

    renacentistas, le permite a las artes del diseo, es decir, a las artes del dibujo -arquitectura,

    pintura y escultura- escalar unos cuantos peldaos en la pirmide social. El arquetipo del

    artista del renacimiento, como Leonardo da Vinci o Miguel ngel, se distingue por ser

    diestro no nada ms como pintor, sino como escultor, arquitecto y humanista. De hecho, es a

    partir de esta poca cuando a las obras se les adjudica la autora del diseador, algo inaudito

    hasta entonces ya que si retrocedemos en el tiempo difcilmente veremos el nombre de un

    arquitecto, artista vulgar, ligado a una obra, una prueba ms de que ahora los diseadores se

    haban desprendido de este estatus y comenzaban a avanzar hacia el arte liberal gracias a sus

    conocimientos de geometra, principalmente de la perspectiva.

    Antes del Renacimiento el artista no importaba, ahora es protagonista. Se conoce su

    nombre y se le busca no nada ms por lo que hace sino por lo que sabe, sobre todo por sus

    ideas. Antes del Renacimiento el arquitecto era un albail, un mason, un artista vulgar,

    alguien que poda ser considerado un buen artista vulgar dependiendo de qu tanta destreza

    demostraba en su oficio. Pero para los pintores, escultores y arquitectos la destreza no

    bastaba, y no nada ms porque les comenzaba a parecer denigrante ser considerados simples

    artesanos o porque al dejar de ser artistas vulgares tuvieran mucho ms rdito monetario, no,

    esto era secundario, lo que les preocupaba era parecer intelectuales, individuos que basaban

    sus destrezas no nada ms en reglas sino en ideas plasmadas en el diseo, algo que hoy da

    sigue siendo de nuestro mayor inters.

    Una vez ubicadas las Artes del Diseo en el Renacimiento, se hace claro que la

    destreza no basta, hace falta la idea que mueva la maquinaria de la destreza. Porque si bien

    hay quienes tienen ideas y hay quienes tienen destrezas especficas, es el arquitecto quien

    tiene la capacidad y el privilegio de plasmar ambas en el diseo. Si es as, habr que

    comprobarlo.

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  • En primer lugar hay que dejar en claro que, si bien en el Renacimiento el diseo

    obtiene su nombre y se constituye como disciplina, ste muy seguramente era practicado

    desde mucho antes por quienes se dedicaban a producir objetos de cualquier ndole, sobre

    todo por los encargados de llevar a cabo una construccin. La razn es muy sencilla, la

    produccin de objetos arquitectnicos es costosa y uno no se puede dar el lujo de construir

    sin ms, sin tener al menos un modelo previo que nos permita proyectar qu tanto estamos de

    acuerdo en que as se construya, ya sea porque nos gusta, nos es agradable o porque

    pensamos que si se construye de esa manera nuestra construccin ser confortable, prctica,

    funcional y todo lo que queramos que sea cuando quede construida. No es como construir una

    vasija cuya forma podemos determinar al momento que la moldeamos en el torno y que

    podemos destruir si no es de nuestro agrado. En arquitectura destruir representa un gasto que

    ni el cliente ni el arquitecto estn dispuestos a erogar.

    Pero no siempre existe un arquitecto detrs de la arquitectura porque no siempre quien

    construye contrata un arquitecto; sin embargo, si construir es costoso, asumimos que siempre

    hay un diseo antes del objeto arquitectnico, lo que quiere decir que muchas personas, sin

    ningn conocimiento particular de la profesin, disean. Esto es difcil de reconocer para

    algunos arquitectos y profesionales del diseo en general, pero si tomamos en cuenta lo dicho

    anteriormente, nos daremos cuenta que es algo necesario. Quiz no sean diseadores

    profesionales y sus diseos no alcancen la calidad de un profesional, hay sus excepciones,

    pero si un individuo se propone construir algo es necesario prever cmo es que ese algo ser

    y, por lo tanto, tendr que disear, pues el diseo tiene como objetivo prefigurar la forma

    de lo que se pretende producir. En mi experiencia profesional he tenido clientes que al

    contratarme me entregan un diseo de lo que han pensado hacer, con trazos someros pero al

    fin y al cabo un diseo. Habr quienes objeten que esta imagen puede llegar a ser un diseo,

    pero entonces deberamos preguntarnos cul es la diferencia entre el dibujo de un individuo y

    el del dibujo del arqui.

    Ya veamos que las Artes del Diseo fueron nombradas as porque su comn

    denominador era precisamente el disegno, es decir, el dibujo. Pero decir que cualquiera que

    dibuje ya est diseando es un insulto para los que nos dedicamos al diseo de manera

    profesional, pues para que los diseadores aceptemos como diseo un dibujo ste debe estar

    cargado de significados que lo conviertan en original, creativo e innovador, entre otras

    caractersticas, algo que los arquis consideran que los no arquis difcilmente lograrn.

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  • Hay que sealar que en el habla cotidiana la palabra diseo no solamente la utilizamos

    para nombrar a los dibujos que hacemos, tambin la usamos para designar a los objetos

    diseados, de tal manera que cuando un objeto nos gusta decimos que es un buen diseo.

    Tambin se emplea para hacer referencia a una profesin, generalmente al diseo grfico o al

    industrial, aunque cada profesin que hace uso del diseo le quita su apellido, obviando su

    significado dentro del contexto en que se usa. Para nuestros fines, entenderemos el diseo no

    como el objeto o la profesin, sino como la serie de dibujos cargados de significados que

    nos permiten configurar la forma de lo que se pretende producir.

    Ahora bien, los valores que cargan de significado al diseo han variado a travs del

    tiempo y lo original y lo creativo, valores que hoy caracterizan la artisticidad del diseo, son

    recientes, de mediados del siglo XIX, cuando a raz del Romanticismo se comienzan a valorar

    ms el genio y las ideas del artista que sus destrezas y, en consecuencia, lo que hay dentro del

    artista y cmo lo expresa la potica de las cosas. Si su manera de expresarse es distinta a lo

    conocido, es mejor. La arquitectura, al quedar dentro de la clasificacin de las Bellas Artes

    establecida a partir de 1750, entra en este juego de valorar el arte por el artista y no el objeto

    construido a travs de destrezas basadas en reglas establecidas. Con el desarrollo del

    pensamiento impulsado por el Impresionismo y las Vanguardias, sern estas reglas la razn

    de la rebelda artstica y su negacin ser lo que motive la bsqueda de lo original, lo distinto,

    lo innovador y, con el tiempo, lo creativo. Ha cambiado el concepto de arte, de las reglas a las

    no reglas, y para que el arquitecto alcance el rango de artista debe expresarse en su obra

    buscando los nuevos valores.

    La represin de la expresin: cliente vs diseador

    Hay quienes se atreven a disear sin ser profesionales; sin embargo, estas personas, aunque

    disean, no son diseadores, mucho menos (jams!) sern artistas, pues an dentro del

    campo profesional no todos los diseadores son artistas. Este es un privilegio difcil de

    alcanzar, reservado a aquellos que saben expresarse en su obra. En el caso del arquitecto,

    cuya obra no es la arquitectura sino el diseo, la oportunidad de ser artista parece hallarse en

    la forma de expresarse en ste.

    Pero cuando el diseador se encuentra frente a la hoja en blanco con el lpiz dispuesto

    a vencer con xito sus ms ocultos miedos y a manifestar lo que es, lo que siente y lo que

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  • suea1, surge un pequeo inconveniente, apenas visible pero muy incmodo: el cliente, ser

    creado para intentar, por todos los medios, coartar nuestro impulso creativo y nuestra ms

    sentida expresin.

    Qu diseador no ha tenido que pasar por la aprobacin de su cliente? Hay una

    ancdota sobre Christopher Wren cuando realizaba el proyecto para la Catedral de San Pablo,

    en Inglaterra. Para dejar constancia pblica de sus ideas (Carlos Montes, 2000, p. 47), y

    adems mostrar cmo eran los diseos (hizo varios), present maquetas ante los clrigos de la

    catedral y personas importantes de la corte. Esto le produjo ciertos inconvenientes, segn

    relata Carlos Montes (2000):

    Pues a la vista de los modelos, todos queran opinar, prefiriendo unos que la nueva

    catedral se ajustase a las formas longitudinales propias del gtico es decir, a lo propuesto

    con el primer modelo, mientras que otros se inclinaban por un esquema ms francs o

    italiano, consistente en una planta centralizada coronada en cpula, que es la ofrecida en el

    modelo que recibi la definitiva aprobacin del monarca. En consecuencia, Wren decidi no

    realizar ms modelos y trabajar en las modificaciones del proyecto tan slo con planos y

    dibujos. (p. 47)

    Wren dej de expresarse en sus maquetas, porque haba quienes, malamente, queran

    modificar su diseo. Ancdotas como stas hay muchas en donde el cliente opina sobre el

    diseo y lo modifica. El cliente est constantemente supervisando el diseo, la obra de arte

    del arquitecto, algo inimaginable en el caso de cualquier otro artista. No puedo imaginarme

    que alguien se atreva siquiera a sugerirle a Picasso que a uno de sus cuadros le quite o aada

    lneas mientras realiza una de sus pinturas, pues muy seguramente Picasso despedira ipso

    facto a ese impertinente con un furioso portazo envindole, de corazn, todo su odio. Con

    ninguna otra de las artes hay alguien que intente decirle al artista qu hacer, pero al arquitecto

    le sucede todo el tiempo, por qu? Resulta que el diseo es solicitado por un cliente que

    requiere de un objeto que ser para l, para el cliente, y que en ese objeto quiere proyectar lo

    que es, lo que anhela, lo que suea, no los deseos de expresin sentimental del arquitecto y,

    por lo tanto, se siente con el total deber y confianza de dar directrices de diseo y de opinar

    sobre la forma de ste, entrometindose, muy entendiblemente, en el proceso.

    1 Segn Alfonso Muoz (2008) cada proyecto es una manifestacin de lo que somos [como

    arquitectos], de lo que sentimos y de lo que soamos, por eso cada proyecto es diferente (p. 102).

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  • Y es que a diferencia de las dems artes, el diseo arquitectnico no es un fin en s

    mismo. La pintura, la msica, la danza o la poesa no pretenden otra cosa con la obra que la

    obra en s. En cambio, el diseo arquitectnico es un medio de produccin que permite llegar

    a un objetivo final: la construccin de un objeto, llmese casa, escuela, parroquia o centro

    cultural. Cualquier otro artista puede comenzar a trabajar por el simple hecho de quererlo, un

    pintor hace su cuadro y luego busca una galera para vender su obra, un poeta escribe y luego

    publica e intenta vender su obra; pero un arquitecto que se pone a disear por meritito gusto,

    sin tener previamente un encargo, corre un riesgo mayor que el del pintor o el escritor, pues

    un proyecto implica una cantidad de recursos mucho mayores y ser muy difcil, por no decir

    imposible, que en un Jardn del Arte, en donde los pintores venden sus cuadros, alguien le

    compre a un arquitecto un proyecto.

    El panorama es desolador. No importa hacia donde miremos: si lo que es arte es el

    objeto construido resulta que el cliente es el dueo de ese objeto porque su dinero posibilit

    la construccin y entonces el comitente es el artista; si lo que es arte est en el diseo

    entonces el cliente junto con el arquitecto son los artistas, pues ambos participan del diseo

    del objeto; si el arte est en cmo se expresa en el diseo, entonces el artista es nuevamente el

    cliente, pues son sus ideas, anhelos y sueos los que se manifiestan en el diseo que

    posteriormente ser una construccin. El panorama es muy, muy, desolador.

    La creatividad: el ltimo refugio del arquitecto que quiere ser artista

    Sin embargo, nos sigue quedando la esperanza de que el arquitecto pueda ser artista en la

    capacidad de interpretar las ideas del cliente, es decir, cuando recibe el encargo, realiza la

    entrevista a su mecenas y traduce los anhelos de ste, corrige y modifica segn se lo solicitan,

    realizando todo de forma creativa, innovadora y original. Quiz aqu est la esperanza del

    arquitecto de ser artista y su trabajo, arte.

    Pero nos ha sucedido ms de una vez que cuando hacemos un diseo creativo y se lo

    mostramos al cliente nos pide que cambiemos cosas, a veces precisamente aquellas que

    considerbamos lo original del diseo. En la academia no es muy diferente, pues despus de

    que el alumno se desvela trazando creativamente, el profesor le solicita cambiar el proyecto.

    Por qu sucede esto? Por qu cundo creamos que nuestro diseo era originalmente

    creativo no es considerado como tal? En qu nos equivocamos?

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  • Por una parte la respuesta est en la definicin de creatividad, la cual, segn Mihaly

    (1998), muy distinto a como creemos, no se encuentra en la cabeza de las personas, sino en

    la interaccin de los pensamientos [o acciones] de una persona y un contexto sociocultural.

    Es un fenmeno sistmico ms que individual (p. 41). Mihaly identifica tres elementos

    dentro de este fenmeno sistmico: un campo, un mbito y la persona que produce algo. En el

    caso de lo arquitectnico el campo es la arquitectura como disciplina, el mbito son los

    expertos que publican sus criticas en libros o revistas y arquitectos connotados; y la persona

    el arquitecto-diseador. En este fenmeno los diseadores ponen a consideracin de un

    mbito su trabajo y no es hasta que el mbito lo evala como creativo y distinto que el trabajo

    recibe estos calificativos, nunca antes de esta relacin. Hacerlo previo al veredicto, creer que

    lo que hacemos tiene a priori estos valores o considerar de manera individual que los tiene,

    es engaoso.

    Por otra parte, el problema est en que los crticos de la arquitectura valoran como

    arte el objeto construido, no el diseo. Esto es fcil de corroborar. Tomemos cualquier libro

    de historia del arte. Veremos que las imgenes que se muestran en el libro de lo que se

    considera arquitectura-arte son imgenes de objetos construidos, no de los diseos de esos

    objetos. Las pirmides de Gizha, el Coliseo Romano, la Baslica de San Pedro, la Villa

    Savoye. Todos son [imgenes de] objetos construidos. No nos muestran el proceso de diseo,

    no los planos, perspectivas o maquetas, pues, en la mayora de los casos, mucho de este

    material ni siquiera existe. Y cuando algn libro los llega a mostrar lo hace para reforzar la

    calidad de arte del objeto, ciertamente atribuyndole al arquitecto todo el mrito del diseo.

    As como existe la creencia colectiva de que la creatividad est en la cabeza de ciertos

    privilegiados y que, si all est, tales privilegiados solamente deben desarrollarla, hay quienes

    creen que el arte surge por el simple hecho de querer hacerlo. Pero en el arte como en la

    creatividad la simple intencin de ser artista y creativo no basta. Analicemos un ejemplo

    clsico, nuevamente el de Van Gogh. Mientras vivi no fue reconocido como artista, an

    cuando l mismo se consideraba como tal. En su carrera como pintor apenas vendi un

    cuadro. Hoy da ni su fama ni su ttulo son cuestionados y sus cuadros se cotizan muy alto.

    Qu sucedi para que se diera este giro? Van Gogh y sus pinturas no cambiaron pero la

    crtica s, es decir, los que dicen saber sobre arte en un inicio no consideraron a Van Gogh ni

    artista ni creativo, pero al paso del tiempo esta opinin cambi y hoy da no hay duda de que

    Van Gogh es tan artista como creativo. Este ejemplo da fe de que el valor de arte no depende

    nicamente del artista.

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  • En el caso de la arquitectura, el arquitecto que se adjudica la obra arquitectnica (con

    la total complicidad del cliente que cree artista al arquitecto), la pone a disposicin de

    editores y crticos para que la juzguen y sean ellos quienes decidan si queda marcada como

    una obra de arte o no y con ello si el arquitecto es artista. Finalmente, en las revistas de

    arquitectura, ya sean impresas o digitales, se estampa el veredicto (sumamente variable en el

    tiempo) y se mediatiza la obra. Esta mediatizacin de la arquitectura es la que crea el

    imaginario colectivo que se expone al inicio de esta ponencia, en donde la obra es del

    arquitecto, aunque como hemos visto, es un imaginario cuestionable.

    Y sin embargo, se ensea

    Es habitual que vayamos a una tienda a revisar revistas de arquitectura y demos por sentado

    que arquitecto y arquitectura sean inseparables. El arquitecto es artista y la arquitectura arte.

    Cuando cerramos la revista y nos retiramos sin mayores pretensiones no hay razones para

    dudar de lo que dijo la revista ni de hacer ningn tipo de revisin, investigacin o

    cuestionamiento. Pero cuando un profesor de la carrera de arquitectura cierra la revista y se

    lleva el contenido para ensearlo como si se tratara de un libro de texto o si un estudiante de

    arquitectura toma la revista como biblia, entonces hay un foco de alarma, porque el profesor

    le exigir al estudiante que sea creativo y original, cuando lo creativo lo determina el mismo

    profesor; o en el afn de que hagan algo distinto, le pedir al estudiante que se atreva, sin

    saber ni dar a conocer bien a bien qu significa atreverse, pues, nuevamente, ser el profesor

    y no el esforzado y atrevido estudiante quien dir si el diseo es atrevido o no.

    Al no cuestionar estos imaginarios de la arquitectura, sobre todo dentro de un mbito

    acadmico, se corre el riesgo de continuar una prctica derivada de un mal entendimiento que

    intenta reproducir en las aulas un modelo muy difcil de alcanzar en el campo laboral.

    Veamos las razones:

    1) En el campo laboral son las construcciones terminadas las que alcanzan el valor de

    arte. Muy pocas veces, casi nunca, lo logran los diseos y si lo logran es porque son

    autora de un arquitecto ya reconocido, con obra construida.

    2) Si son las construcciones las catalogadas como arte, entonces este modelo de la

    arquitectura como arte se vuelve imposible de repetir en las aulas, porque en stas se

    ensea a disear y no se hacen objetos, no se construye, por lo que toda pretensin de

    ser artistas por parte de los alumnos, alentada muchas veces por los arquitectos

    profesores que entienden a la arquitectura como arte, es intil.

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  • Es necesario enfatizar esta marcada y sustancial distincin entre el campo laboral y la

    academia, pues entender que en las aulas se hacen diseos (dibujos, representaciones

    grficas) y no objetos, que se producen imgenes pero que nunca, jams, se construye ni

    se construir (por el simple hecho de que no se est inserto dentro de un campo productivo

    sino en un campo acadmico, donde, de inicio, no existe cliente alguno), podra enfocar la

    enseanza del diseo a un cuidado del proyecto arquitectnico y a su evaluacin exenta de

    cualquier intencin de que sea arte, pero tambin evitando evaluar otros imaginarios como lo

    habitable (un dibujo se puede habitar?) o lo funcional (acaso no se evala lo funcional en

    un objeto que se usa?, se usa un dibujo como, por ejemplo, se usa una casa?), caractersticas

    que son adjudicadas al dibujo pero que solamente se pueden valorar y comprobar en el objeto

    construido.

    Sin embargo, al no cuestionarse estos imaginarios, sobre todo los del arte y la

    creatividad, los alumnos intentan ser creativos mientras se desvelan, cosa que, segn Mihaly,

    no sern hasta que expongan su proyecto ante un profesor que juzgue si el diseo es o no

    creativo y quien, con mucha seguridad, lo enviar a casa para que modifique sustancialmente

    su supuesto diseo innovador (pidindole nuevamente que se arriesgue, se atreva y se

    destrampe). Este trabajo constante, estas modificaciones permanentes sern necesarias si lo

    que nos motiva es incidir contundentemente en el campo del diseo arquitectnico, pues

    solamente el profundo conocimiento de este campo y el correcto desarrollo de las habilidades

    requeridas para la hechura del diseo nos permitirn ser reconocidos. Pero muy contrario a

    esto, una gran cantidad de alumnos, bajo la idea de ser artistas, creen que su primer dibujo es

    suficiente y si son rechazados creen que, lo menos, no son comprendidos por estar

    adelantados a su poca, como Van Gogh. Modifican irritados su diseo, como cualquier

    artista se irrita cuando alguien le dice qu hacer. Este proceso frustra al alumno quien, si

    tuviera claro el funcionamiento del fenmeno sistmico de la creatividad y del arte, no

    ansiara en su primer intento ni una cosa ni otra, en pos de su salud mental.

    El costo de la arquitectura como arte

    No toda la arquitectura es arte, para serlo debe ser reconocida y, principalmente, difundirse

    ampliamente en revistas especializadas. Cuando estas obras se vuelven paradigmticas y

    adquieren cierto prestigio, sus formas llegan a reproducirse en las aulas de las escuelas de

    arquitectura. De esta manera, imgenes icnicas de proyectos desarrollados en los despachos

    de arquitectos famosos, preferentemente galardonados con el premio Pritzker, se repiten en

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  • los proyectos acadmicos. Formas a la Zaha Hadid, Frank Ghery, David Chiperffield o a la

    Herzog and de Meuron se pueden observar en ejercicios acadmicos muy frecuentemente.

    Esto no es despreciable, al contrario, llega a ser admirable el despliegue de destreza y

    conocimiento que los alumnos muestran de los programas CAD. Lo que puede ser revisable

    es si los alumnos, apoyados por los profesores, entienden las diferencias entre producir un

    proyecto de tales magnitudes en el mbito profesional a elaborarlo en el mbito acadmico.

    En este ltimo no hay ninguna repercusin ms all de su calificacin, pero si pretende

    participar en un proyecto en el mbito profesional cuyas formas sean zahanianas deber

    entender que estas formas generalmente se construyen porque existe un cliente sumamente

    adinerado que las solicita. Y es que la voluntad formal del arquitecto va de la mano con la

    voluntad formal del cliente y sus posibilidades econmicas. Si un cliente solicita un objeto,

    por ejemplo una casa, y pretende una forma como las mencionadas y no posee el dinero para

    construirla, el proyecto quedar como mero diseo, plasmado nicamente en dibujos. Pero el

    cliente no solicita proyectos para enmarcarlos y colgarlos en la pared ms vistosa de su

    departamento rentado, quiere que esos dibujos sean un medio para construir su objeto, por

    ejemplo, su casa. Por esta razn, es necesario que si el profesor alienta tales diseos le

    especifique al alumno los costos que pueden llegar a tener las construcciones que se realizan

    basadas en stos. Y es que muchas veces el arquitecto recin egresado pretende, animado por

    los asombrosos proyectos realizados en la academia, que el mundo se ajuste a sus diseos,

    cuando lo normal es que sus diseos se ajusten al mundo donde sern construidos.

    Para darnos una idea de lo costoso que es construir un objeto basado en proyectos

    desarrollados en los despachos de reconocidos arquitectos, veamos tres ejemplos:

    1. El Centro Acutico para los Juegos Olmpico de Londres 2012. El proyecto bajo

    el cual se construy este centro fue elaborado en el despacho de Design Zaha

    Hadid Architects2. Originalmente, el comit olmpico haba presupuestado 75

    2 Que no diseado por Zaha Hadid. En la ficha tcnica del proyecto se encuentran los siguientes

    participantes: Cliente: Autoridad Olmpica Londres 2012. Arquitecto: Design Zaha Hadid Architects. Director de Proyecto: Jim Heverin. Equipo de diseo: Glenn Moorley, Sara Klomps Project Team Alex Bilton, Alex Marcoulides, Barbara Bochnak, Carlos Garijo, Clay Shorthall, Ertu Erbay, George King, Giorgia Cannici, Hannes Schafelner, Hee Seung Lee, Kasia Townend, Nannette Jackowski, Nicolas Gdalewitch, Seth Handley, Thomas Soo, Tom Locke, Torsten Broeder, Tristan Job, Yamac Korfali, Yeena Yoon Project Team [competition] Saffet Kaya Bekiroglu, Agnes Koltay, Feng Chen, Gemma Douglas, Kakakrai Suthadarat, Karim Muallem, Marco Vanucci, Mariana Ibanez, Sujit Nair. Consultores: Arquitectura deportiva: S+P Architects (London), Ingeniera Estructural: Ove Arup & Partners (London, Newcastle), Servicios: Ove Arup & Partners (London), Seguridad contra incendios: Arup Fire (London), Acsticos: Arup Acoustics (London), Ingeniera de fachada: Robert-Jan Van Santen Associates (Lille), Luminotecnia: Arup Lighting (London), Diseo de cocina: Winton Nightingale (London), Mantenimiento de accesos: Reef (London), Construccin temporal: Edwin

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  • millones de libras, pero el costo final fue de 269 millones de libras3, casi 400

    millones de dlares.

    2. El Turning Torso, con un costo original de 81 millones de dlares termin

    costando 126 millones de dlares4. El hecho de que el presupuesto se fuera

    elevando provoc que Johnny rbck, quien le solicitara a Calatrava el diseo del

    edificio, fuera depuesto como director gerente de la cooperativa sueca de

    viviendas HSB.

    3. El Museo Guggenheim de Bilbao. En 1998 fue galardonado con el Premio

    Internacional Puente de Alcntara, el cual est destinado a galardonar, dentro del

    mbito iberoamericano, la obra pblica que rena, a juicio del Jurado, mayor

    importancia cultural, tecnolgica, esttica, funcional y social, teniendo en cuenta

    asimismo la calidad tcnica y esttica y perfeccin alcanzada en la ejecucin del

    proyecto5. Por este proyecto a Ghery le fue otorgada la Medalla de Oro del

    American Institute of Architects. Este extravagante y multipremiado edificio tuvo

    un costo de 100 millones de dlares.

    Este es el costo del arte en arquitectura. Estos elevados precios, y sus consecuencias,

    son muchas veces los causantes de que los edificios sean tal como los vemos al caminar por

    la calle. Si un arquitecto desea hacer algo diferente, tanto en volumetras como en materiales,

    ser necesario convencer a un cliente dadivoso, quiz un heredero, de que se tiene el ingenio

    y la destreza de hacer algo original, tan original como el dinero lo permita.

    Shirley Staging (London), Consultora en seguridad: Arup Security (London), AV + IT Consultores: Mark Johnson Consultants (London), Consultora en accesos: Access = Design (London), CDM Co-Coordinador: Total CDM Solutions (Cardigan), BREEAM Consultant (diseo sostenible): Ove Arup & Partners (London), Control de costos: CLM, Project Manager: CLM. Contratistas: Constructor: Balfour Beatty (UK), Subcontratista de andamios: Finnforest Merk GmbH, Hormign: Morrisroe. (Arquitectura blanca (s/f). Complejo Acutico de Londres, Zaha Hadid. Recuperado el 3 de julio de 2013 de http://www.arquitecturablanca.com/obrasP/complejo-acuatico-de-londres_104_900.html) 3 Dato tomado de: Moore, R.. (2011, 31 de julio). Olympics Aquatic Centre review [en lnea]. The Guardian, Seccin Deportes. Recuperado el 3 de julio de 2013 de http://www.guardian.co.uk/sport/2011/jul/31/london-olympics-aquatic-hadid-review 4 Dato tomado de: Building Turning Torso. Recuperado el 3 de julio de 2013 de http://www.turningtorso.net/building.html 5 Dato tomado de: Revista de obras pblicas. Recuperado el 3 de julio de 2013 de http://www.turningtorso.net/building.html http://www.ciccp.es/webantigua/rop/revistas/1995/mar95/premio.htm

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  • El diseo aislado de su condicin productiva

    Hay algunas excepciones en donde el diseo deja de ser un medio y se convierte en un fin, y

    por lo tanto en arte. Una de estas excepciones son los concursos de arquitectura que muchas

    veces se hacen sin la pretensin de que algo se construya. En este caso, el proceso de diseo

    es similar al de los ejercicios acadmicos, en donde los supuestos del programa

    arquitectnico, presupuestos, ubicacin y uso, entre otros muchos, son hipotticos. El diseo

    se vuelve un fin en s mismo y no un medio de produccin.

    Otro caso son los proyectos desarrollados por algunos despachos de arquitectura o por

    arquitectos solitarios con muy buenas intenciones pero sin un cliente que pretenda construir

    un objeto. En este caso, el arquitecto, adems de diseador, se convierte en un cliente sui

    generis, que demanda a su alter ego arquitecto un diseo y no un objeto. Al ser cliente y

    arquitecto al mismo tiempo se vuelve el nico autor del diseo. Sin embargo, aunque exista

    una buena intencin de que el proyecto sirva para algo, al no haber cliente solicitando un

    objeto, lo ms seguro es que ste termine archivado como otro ejercicio acadmico.

    Finalmente podemos incluir otro caso ms, el de las perspectivas fotorrealistas que

    hoy da se hacen para mostrar o vender proyectos. Estas imgenes de presentacin de

    proyectos son similares a las que se hacan anteriormente con acuarelas, aerografa o

    cualquier otra tcnica de presentacin. Las representaciones grficas de este tipo que

    alcanzan una calidad de arte, lo pueden hacer de manera independiente a la forma del diseo

    o al objeto arquitectnico, el cual al construirse puede no ser considerado arte. En muchas

    ocasiones quienes realizan estos trabajos no necesariamente son los arquitectos que

    desarrollan el proyecto, sino despachos especializados en la elaboracin de renders.

    Eplogo

    No toda la arquitectura es arte. No todo lo construido es arquitectura. Esta discriminacin es

    provocada por el entendimiento imaginario de que lo edificado, si es arte, entonces es

    arquitectura y si no, entonces es mera construccin. Hasta donde entiendo, es cuestin de

    posicin social, el arquitecto artista llega a tener ms renombre que el que no es artista y, por

    lo tanto, ms encargos de clientes que creen que el arquitecto es el hacedor de las formas, sin

    darse cuenta que l tambin participa en la determinacin de la forma del diseo y a la postre

    del objeto.

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  • Esto del arte en la arquitectura no lo determinamos los arquitectos, lo determinan los

    crticos y los editores de revistas especializadas en el rubro, por lo que, si queremos ser

    artistas, adems de ser un buenos arquitectos, habr que tener un muy buen departamento de

    relaciones pblicas.

    En las aulas ser necesario que tengamos claro que, mientras estamos en la academia,

    el cliente es inexistente y que por lo tanto, las ideas bajo las cuales se configura el diseo son

    nuestras y del profesor, pero que en el campo laboral existe un cliente que aporta ideas y

    directrices de la forma y que el objeto que se construir es de l, no del arquitecto.

    En el campo de la docencia debera prevalecer el trabajo del diseo sin una intencin

    a priori de reconocimiento artstico, lo que nos permitira enfocarnos en el objetivo propio de

    cualquier diseo: la forma y su representacin, para que, al insertarnos al campo laboral, (en

    donde, por cierto, no solicitan artistas sino arquitectos con ciertas habilidades y destrezas), los

    diseadores formados en las aulas de la academia, incluidos los docentes, seamos capaces de

    vivir sin frustrarnos por los mltiples cambios al diseo y de enfocarnos a la mejor

    configuracin de la forma del proyecto de un cliente que lo que ms le interesa es el objeto,

    mismo que usar para los fines que le convengan, tal y como lo haramos nosotros de ser los

    clientes.

    Si en algn momento lo construido, y con ello el diseo, se vuelven arte, que no sea

    nuestra responsabilidad.

    Referencias

    FERRER, J. Masonera, el arte de las catedrales, en Historia de National Geographic,

    nmero 31, 80-92.

    GOMBRICH, E. (2007). La historia del arte, Reino Unido: Phaidon Press Limited

    MONTES, C. (2000, diciembre) Modelos ingleses del siglo XVII. De Balthazar Gerbier a

    Christopher Wren, en Ra Revista de arquitectura, nmero 4, 37-48.

    MUOZ, A. (2008) El proyecto de arquitectura. Barcelona: Editorial Revert

    SIKSZENTMIHALYI, M. (1998). Creatividad: el fluir y la psicologa del descubrimiento y

    la invencin, Barcelona: Paidos.

    15

  • WLADYSLAW, T. (2002). Historia de seis ideas: arte, belleza, forma, creatividad, mmesis,

    experiencia esttica, Madrid: Tecnos Alianza

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