Martín Ramos Díaz y Gabriela Vázquez Barke · 2019. 9. 30. · saber de los primeros hijos...

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Martín Ramos Díaz y Gabriela Vázquez Barke Martín Ramos Díaz. Profesor-investigador del Departamento de Humanidades de la Universidad de Quintana Roo. Doctor en Letras por la Universidad Iberoamericana (1987-1991). Investigador nacional nivel I. Su más reciente publicación se titula “Inmigrantes y multicultura en la frontera México-Belice. Una mirada al pasado, 1904-1975”, capítulo del libro Migración y políticas públi- cas en el Caribe mexicano hoy, Miguel Ángel Porrúa, México, 2009. Gabriela Vázquez Barke. Estudiante de la maestría en Historia del CIESAS-Peninsular. Ha sido docente universitaria e investiga temas de historia regional en la península de Yucatán. Resumen La correspondencia familiar de Ignacio Bravo muestra facetas poco conocidas de los primeros años de vida del territorio de Quintana Roo, de algunos episodios de la revolución mexicana y del exilio del presidente Victoriano Huerta en Texas. Pero, sobre todo, las cartas personales del general Bravo delinean el itinerario de una fami- lia de militares en los años finales del siglo XIX y primeros del siglo XX, en el México de Porfirio Díaz. El presente artículo da la noticia del ha- llazgo de cientos de piezas de correspondencia personal de Bravo y al mismo tiempo realiza una antología de la información que ayuda a comprender, con nuevos datos, sucesos recu- rrentes en la historiografía regional del sureste mexicano, como la pacificación de los mayas, la creación del territorio federal de Quintana Roo en la frontera México-Belice y el entorno selvático y hostil para los pioneros que se esta- blecieron en esa alejada región. Fecha de recepción: enero de 2011 Fecha de aceptación: agosto de 2011 Palabras clave: Ignacio Bravo, Quintana Roo, revolución mexicana, mayas rebeldes, frontera México-Belice. 4_Art_Secuencia83.QXP9_Secuencia 1 19/04/12 09:46 Página 119

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  • Martín Ramos Díaz y Gabriela Vázquez Barke

    Martín Ramos Díaz. Profesor-investigador del Departamento de Humanidades de la Universidadde Quintana Roo. Doctor en Letras por la Universidad Iberoamericana (1987-1991). Investigadornacional nivel I. Su más reciente publicación se titula “Inmigrantes y multicultura en la fronteraMéxico-Belice. Una mirada al pasado, 1904-1975”, capítulo del libro Migración y políticas públi-cas en el Caribe mexicano hoy, Miguel Ángel Porrúa, México, 2009.

    Gabriela Vázquez Barke. Estudiante de la maestría en Historia del CIESAS-Peninsular. Ha sidodocente universitaria e investiga temas de historia regional en la península de Yucatán.

    Resumen

    La correspondencia familiar de Ignacio Bravomuestra facetas poco conocidas de los primerosaños de vida del territorio de Quintana Roo, dealgunos episodios de la revolución mexicana ydel exilio del presidente Victoriano Huerta enTexas. Pero, sobre todo, las cartas personales delgeneral Bravo delinean el itinerario de una fami-lia de militares en los años finales del siglo XIXy primeros del siglo XX, en el México de PorfirioDíaz. El presente artículo da la noticia del ha-

    llazgo de cientos de piezas de correspondenciapersonal de Bravo y al mismo tiempo realizauna antología de la información que ayuda acomprender, con nuevos datos, sucesos recu-rrentes en la historiografía regional del surestemexicano, como la pacificación de los mayas,la creación del territorio federal de QuintanaRoo en la frontera México-Belice y el entornoselvático y hostil para los pioneros que se esta-blecieron en esa alejada región.

    Fecha de recepción:enero de 2011

    Fecha de aceptación:agosto de 2011

    Palabras clave:Ignacio Bravo, Quintana Roo, revolución mexicana, mayas rebeldes, frontera México-Belice.

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  • Martín Ramos Díaz. Professor researcher at the University of Quintana Roo HumanitiesDepartment. Ph. D. in Literature from the Universidad Iberoamericana (1987-1991). Level Inational researcher. His latest publication is entitled: “Inmigrantes y multicultura en la fronteraMéxico-Belice. Una mirada al pasado, 1904-1975”, a chapter in Migración y políticas públicas en elCaribe mexicano hoy, Miguel Ángel Porrúa, Mexico, 2009.

    Gabriela Vázquez Barke. Student of master’s degree course in History at CIESAS-Peninsular. Shehas been a university professor and researches regional history in the Yucatan Peninsula.

    Abstract

    Ignacio Bravo’s family correspondence revealslittle-known aspects of the early years ofQuintana Roo, certain episodes of the MexicanRevolution and President Victoriano Huerta’sexile in Texas. Above all, General Bravo’s per-sonal letters trace the lives of a family of mili-tary men in the late 19th and early 20th cen-tury in the Mexico of Porfirio Díaz. The articlereveals the discovery of hundreds of pieces of

    Bravo’s personal correspondence and providesan anthology of the information that uses newdata to explain recurrent events in the regionalhistoriography of the Mexican southeast, suchas the pacification of the Maya, the creation ofthe federal territory of Quintana Roo on theMexico-Belize border and the hostile, jungleenvironment for the pioneers who settled inthis far-off region.

    Final submission:January 2011

    Acceptance:August 2011

    Key words: Ignacio Bravo, Quintana Roo, Mexican Revolution, rebel Maya, Mexico-Belize border.

    Letters from a Porfirian General. FamilyCorrespondence of Ignacio Bravo, 1889-1918

    Martín Ramos Díaz y Gabriela Vázquez Barke

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  • Secuencia [121] núm. 83, mayo-agosto 2012

    Cartas de un general porfirista.Correspondencia familiar de Ignacio Bravo,

    1889-1918

    Martín Ramos Díaz y Gabriela Vázquez Barke

    INTRODUCCIÓN

    El voluminoso expediente militar del ge-neral Ignacio Bravo (1835-1918) se guar-da en el Archivo Histórico de la Secretaríade la Defensa Nacional y esa documenta-ción ha sido hasta ahora la mayor fuentede información para reconstruir con am-plitud y objetividad la trayectoria dequien fuera jefe político del territorio deQuintana Roo entre 1903 y 1911.1 El en-sayo biográfico más extenso y clarificadorsobre Ignacio Bravo, basado en los cincotomos de su expediente militar, se encuen-tra diseminado en varias secciones delcompleto estudio de Carlos Macías Ri-chard sobre el papel de la milicia en elnacimiento del territorio quintanarroen-se.2 La aparición de nuevos documentossobre Bravo, distintos a su expedientemilitar, a sus informes como jefe políticode aquella entidad y a sus cartas oficiales,son noticia fresca para los historiadores

    mexicanistas. El presente artículo es por-tador de esa noticia, del hallazgo de unnuevo y amplio conjunto documentalsobre el general Ignacio Bravo. Damoscuenta aquí de la correspondencia fami-liar de Bravo, hasta ahora desconocida einédita.

    La selección de cartas, telegramas ydocumentos que adelante presentamosvibran con la intensidad de las pequeñasy grandes tragedias familiares, con las pre-ocupaciones que asustan el sueño a mitadde la noche o con las alegrías que inespe-radamente regala la vida. Hablan delafecto entre esposos, entre padres e hijos,de los gustos por la comida, de los viajes,de las dolencias, las enfermedades y losremedios. Y hablan también del apego ala vida, a las ideas y a los objetos. En esaatmósfera, íntima, privada, personal, rever-bera el mayor brillo de la correspondenciapersonal y, al mismo tiempo, la mayorlimitación para el historiador regional.Aun con ello, creemos que los documen-tos de los que damos noticia pueden con-tribuir a mirar desde otro ángulo la etapafundacional del estado de Quintana Roo ya complementar la biografía de sus pro-tagonistas. Los archivos epistolares fami-liares, como creemos que sucede en estecaso, muchas veces se transforman en una

    1 Archivo de la Secretaría de la Defensa Nacional,Fondo de Expedientes Cancelados, expediente IgnacioA. Bravo, XI-III-I-241.

    2 Véase la sección “Los hombres de la últimacampaña” y “Anófeles, quinina y manteca rancia”,del capítulo I; todo el capítulo II y el capítulo IV, enMacías, Nueva, 1997.

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    inusitada e invaluable mirilla de los suce-sos regionales y nacionales.

    El Archivo Bravo-Perea, casi mil car-tas y decenas de fotografías, es propiedadde George Glezmann, bisnieto del gene-ral Ignacio Bravo. Después de leer Niñosmayas, maestros criollos, un libro sobre pro-fesores rurales en aldeas mayas durante lasprimeras décadas de vida del territorio deQuintana Roo, el señor Glezmann viajóa México y buscó al autor de ese libro paradonarle una copia electrónica con las car-tas y fotografías de su antepasado. Eso ocu-rrió en el verano de 2006. Recientemente,en diciembre de 2010, el señor Glezmannotorgó el permiso para publicar las cartas.La correspondencia de la familia Bravo-Perea inicia en 1889, cuando desde la ciu-dad de México un general cincuentón leescribe a su joven consorte, radicada enNayarit. En las décadas posteriores lapareja y sus descendientes intercambiancentenares de cartas que dibujan el itine-rario personal de una familia en el Méxicoporfirista y revolucionario. El cuantiosonúmero de misivas intercambiadas entreel general Ignacio Bravo, la joven JesusaPerea y los hijos de ambos, aproxima allector a los genuinos aspectos con que se tejen las biografías personales; a los bre-ves destellos del destino atrapados en lascartas, se diría, si es que tal cosa existe.Las historias de familia son diminutassemillas flotando en el ancho río de suce-sos de una nación. Inevitablemente, lacorrespondencia Bravo-Perea filtra aconte-cimientos del entorno del país: la creacióndel territorio federal de Quintana Roo, losasesinatos de Francisco I. Madero y de JoséMaría Pino Suárez, los combates entre sol-dados federales y revolucionarios zapa-tistas, el exilio de generales profiristas en Texas, incluido el propio exilio de

    Ignacio Bravo en San Antonio, Texas,donde muere.

    La instantánea que las cartas nos dejande Bravo es la de un esposo y padre dis-tante, siempre en misión militar, lejos deJesusa y de los niños. Los giros postalescon el gasto de la familia y la correspon-dencia llena de recomendaciones para laeducación de los hijos son su ubicuidaden el frente de batalla y en el frente defamilia (de varias familias). La mujer y loshijos viven con modestia, en la medianíaeconómica, siempre en mudanza cons-tante, tal como lo exige la vida castrensede un artillero que en su juventud habíaluchado contra los franceses que invadie-ron el país (1862) y que durante su vejezse mantiene fiel a Porfirio Díaz. Nayarit,Jalisco, Chihuahua, Chiapas, Yucatán oQuintana Roo son lugares de residenciaprovisional hasta que Bravo decide queJesusa debe establecerse de manera defini-tiva en Guadalajara, para que los niñospuedan ir al colegio. El general prosiguecon su vida de militar en el lejano territo-rio de Quintana Roo, donde lo asignancomo jefe político. Su avanzada edad y susalud disminuida por las condiciones sel-váticas del oriente de Yucatán parecendecir que Quintana Roo será su tumba.Pero el anciano, que de joven había sobre-vivido a las mazmorras de la prisión fran-cesa –durante la intervención fue captu-rado por las tropas invasoras y llevado alotro lado del Atlántico a purgar condena–,también esquivó las balas de los mayasrebeldes y la común muerte por malariaen el trópico mexicano. Su vitalidad sedilató más allá de Quintana Roo; en plenadécada revolucionaria las energías le alcan-zaron para conspirar al lado de VictorianoHuerta, el efímero presidente de México,y para sobrevivir a la prisión en Texas.

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  • CORRESPONDENCIA FAMILIAR DE IGNACIO BRAVO, 1889-1918 123

    Bravo muere de viejo, en el exilio texano,pero en libertad.

    Las cartas de los años iniciales dejansaber de los primeros hijos –Abel y Xó-chitl– y de las primeras tragedias –la niñamuere. A una nueva descendiente quenace el 15 de mayo de 1894 (documento73), Jesusa la nombra igual que a la falle-cida. Cuatro años más tarde, Atala es lainfanta recién nacida. Un par de años des-pués, viene al mundo Victoria, quien tam-bién fallece. Sara nace en enero de 1907 yla última hija de la pareja es Cidlallin. Laprole crece al cuidado de Jesusa y de sumadre, Epifania Franco, quien siempre seencuentra presente en la mayor parte delas misivas del general, ya sea porque elyerno le remite cumplidos, felicitacioneso preguntas sobre su estado de salud. Sinembargo, sólo se registra una carta espe-cíficamente dirigida a ella (documento604). Algunos parientes del militar fi-guran con más frecuencia que otros, a menudo quienes al principio sólo eranmencionados vagamente cobran luegorelevancia. Al comienzo el centro de inte-rés son, naturalmente, Ignacio y Jesusa,después los temas de la correspondenciase desplazan a los hijos de la pareja y, final-mente, las misivas se ocupan de los asun-tos de la mujer de Abel, el único hijovarón de la familia Bravo-Perea quienmurió en un enfrentamiento contra tro-pas zapatistas.

    Abel es el primogénito que devieneunigénito; el joven sensible de vida trá-gica; el que debió renunciar a su verda-dera vocación para, como hijo de general,ingresar al Colegio Militar. De él y acercade él se cruzan muchas cartas. Las misi-vas de Abel delatan su inclinación por elteatro, la poesía y la música; revelan suañoranza por la casa materna mientras per-

    manece en el Colegio Militar de la ciu-dad de México. Como joven teniente delejército porfirista, Abel sabe del riesgo demorir en combate, en las refriegas contralos revolucionarios. Su correspondenciaque adelanta ese infeliz desenlace tiene undejo de resignación: acepta con naturali-dad su fatal destino. Quizá más miedosentía de su padre, pues el Abel adultoque vive con Margarita y tiene tres hijosmantiene oculta su relación de pareja hastaque las balas lo alcanzan en un campo debatalla. Su cuerpo quedó en un llano per-dido de Atlacomulco y nunca jamás regre-só a casa para enfrentar la ira de su padre.

    Años atrás, Bravo había escrito: “Abe-lito, camarada: recibí tu carta y te agra-dezco tus memorias cariñosas. Sé buenocon tu mamá, no seas malcriado ni te sal-gas a la calle solito, pues te puede atrope-llar un caballo o un coche” (documento58). En una época en que las hijas muje-res eran más una resignación que unaesperanza, Bravo solía escribir a Jesusasobre lo que debía hacer con el único hijovarón de ambos: “Aconséjalo y hazle pre-sente que en él has puesto tus esperanzaspara el porvenir” (documento 510). Segu-ramente Bravo fue un hombre enérgicocon sus subalternos y con su familia, tam-bién debió ser un hombre feroz en elcampo de batalla. Pero lo que se des-prende de la correspondencia familiar estálejos de alimentar la leyenda negra delgeneral.3 Decenas de misivas ofrecen tes-timonio de un esposo preocupado y cari-ñoso: “mientras yo viva no tienes nada quetemer” (documento 49). De un padre obs-tinado en la educación de los hijos: “mu-cho te recomiendo […] al educar a esos

    3 Véase la sección “El Torquemada de QuintanaRoo”, en Menéndez, Álbum, 1936, pp. 27-28.

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    niños […] imbuirles máximas sanas ybuenas costumbres, pues están muy tier-nos y, por consiguiente, adquieren la edu-cación y las maneras que se les dé” (docu-mento 377). Bravo no se enriqueció en elterritorio de Quintana Roo; su correspon-dencia está llena de penurias económicas.En algún momento justifica ante su fami-lia el rosario de estrecheces: “no les dejodinero el día que desaparezca de esta vida;en cambio les lego un nombre limpio ysin mancha, que es, a mi juicio, la verda-dera riqueza” (documento 229).

    Nada más contrastante que la lecturaalternada del expediente militar y la ín-tima voz de la carta personal; este últimoes el tono de la correspondencia sobre laque damos noticia. El imaginario que la historiografía regional ha construido deIgnacio A. Bravo tiene ahora nuevos ros-tros: el de esposo y padre.

    DE VICTORIA Y LA ÚLTIMA ETAPA DE LACAMPAÑA CONTRA LOS MAYAS

    El capítulo que Nelson Reed escribió so-bre la presencia de Ignacio Bravo en laselva oriental de Yucatán, completo y biendocumentado, narra con amenidad elarribo del viejo divisionario a Yucatán parahacerse cargo del frente de batalla contralos mayas rebeldes; reconstruye el itine-rario y las peripecias del avance de las tro-pas federales hacia Chan Santa Cruz y lacaptura del cuartel de los adoradores dela cruz parlante; da cuenta de la posteriorpermanencia de Bravo como jefe políticodel territorio federal de Quintana Roo ydesmenuza un importante volumen deinformación económica, política y etno-gráfica que ayuda a comprender con cla-ridad la última etapa de la guerra contra

    los mayas.4 Nelson Reed integró unaimportante cantidad de datos en la confec-ción de su apreciable libro, hoy un clásicode la guerra indígena en Yucatán. Sinembargo, las cartas de familia de Bravonos colocan en el centro mismo de lospensamientos del general en aquellos días,en su certidumbre de victoria sobre losmayas y en la necesidad de bautizar conese nombre, Victoria, a su hija recién na-cida en Peto. Las 850 cartas de familia delgeneral Bravo a las que tuvimos accesopueden dividirse en amplios grupos temá-ticos de interés para la historia de Quin-tana Roo y su vínculo con la vida nacio-nal durante aquella época. Las misivas delgeneral que conciernen a su estancia enQuintana Roo incluyen detalles de diversaíndole. En una carta de agosto de 1905,Ignacio cuenta que encontró cerca de San-ta Cruz un cenote con abundante aguapotable. Por fin asegura el abasto de agua para su tropa y para los primerospobladores del campamento: no más“miseria de agua” (documento 236). Senota que el frente de batalla de las tropasporfiristas enviadas a ocupar el santuariomaya de Chan Santa Cruz ya no está enlas trincheras, sino en la organización delabasto de agua y víveres. Bravo dice quelas privaciones en el territorio le arruinanla comida y el sueño: “aquí se carece detodo, pues esto es un bosque, lo mismoque cualquier otro, con el nombre deChan Santa Cruz” (documento 100). Pidenavajas; fruta, “pero que no sea muchaporque se pudre”; algo de verdura, “lomismo, poco pues con estos calores nodura más de cuatro días” y pastillas parahacer agua (documento 102 bis). Más ade-

    4 Véase el capítulo “El general Bravo, 1899-1912”, en Reed, Guerra, 1971, pp. 225-244.

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  • lante, para recibir una visita en SantaCruz, el general le escribe a Jesusa, queen ese momento reside en Peto: “hazmefavor de mandarme fideos, cebolla, tapiocade aquella hebrada, un jamón y mi hama-ca color de rosa” (documento 102).

    En los días en que la tropa federal des-perdigó a los últimos rebeldes mayas –loshijos y nietos de los indígenas que habíancomenzado la guerra 50 años antes–, lascartas dan paso a un Ignacio Bravo quelleva vida espartana. En medio de la caren-cia de agua y provisiones, otea el triunfo,se siente victorioso en la pacificación delos mayas escondidos en la espesura de laselva oriental de Yucatán. No meditamucho y con la noticia del nacimiento deuna nueva hija con su esposa Jesusa,ordena en un telegrama el nombre de larecién nacida: Victoria. El telegrafista trans-mitió de inmediato al hijo mayor del ge-neral aquella decisión, una especie de ale-goría de la campaña militar a la que elmismísimo presidente Porfirio Díaz lohabía enviado. Desde la comunidad deChankik, el 27 de abril de 1901 se remiteal telégrafo de Peto el mensaje del general,dirigido a Abel: “invité al capitán Villegasa que lleve [a la niña] al registro civil […]y le ponga Victoria por nombre” (docu-mento 98). Abel debe comunicar ese men-saje a su madre convaleciente.

    Las carencias en la región eran quejarecurrente en las misivas: “¿cómo puedenvivir los habitantes de ese poblado [Peto]?,¿para qué les ha servido el ferrocarril? Nocabe duda que están muy atrasados” (do-cumento 104). La pastura de los caballosy mulas tampoco era abundante, tantoque el general debe enviar a los animalesa otro lugar para que no murieran. Ennoviembre de 1903, desde la capital delpaís, el general informa a su familia que

    nuevamente viajará a Yucatán, pero estavez para hacerse cargo del mando políticoy militar de Quintana Roo. Una segundamisiva detalla: “hoy salgo para Veracruz,me embarco en el Zaragoza y llego aProgreso […] Permaneceré ahí un día ycontinuaré a la Bahía de la Ascensión”(documento 377). En los años siguientes,despachará los asuntos del territorio desdeuna casa de madera que la tropa erigió enel mítico cuartel militar de los mayasderrotados y que Bravo convierte en lacapital del territorio federal de QuintanaRoo (documento 164). Sobre las rutas parallegar a Santa Cruz, Bravo asegura queaunque es posible arribar desde Progresoo la Bahía de la Ascensión, ya que ambossitios se encuentran a la misma distancia,es más cómodo llegar por Ascensión.Desembarcando en Progreso se debíatomar el ferrocarril a Mérida, luego de ahía Peto y el último tramo sólo se podíahacer a caballo, “haciendo cuatro días muycaminados y con peligro de encontrarseuno que otro balacillo perdido que a losmayas se les antoje regalar” (documento165). En cambio, por Ascensión, despuésde bajar del vapor que se detiene en VigíaChico, el trayecto final se podía hacer enel tren militar que, inconcluso, llegabahasta Lagunas, es decir siete kilómetrosantes del cuartel de Santa Cruz.

    Los mayas no estaban del todo derro-tados; en grupos pequeños solían atacar alas tropas de Bravo, especialmente en lostramos de la construcción de la vía férreaentre Vigía Chico y Santa Cruz o en elcamino a Peto. A veces Bravo refleja ensus misivas una tenue sombra de inquie-tud sobre futuros levantamientos de losmayas. Cuando enferma de bronquitis,Jesusa insiste en que el militar se trasladea Peto a que lo cuide; ella misma se ofrece

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  • 5 Ramos, Diáspora, 1997, pp. 206-212.

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    para acompañarlo, pero el general res-ponde que no es prudente. No debeausentarse porque eso aumenta las posi-bilidades de que algún pequeño grupo de mayas ataque el campamento. Más ade-lante, en respuesta a una carta de su hijoAbel, Ignacio escribe:

    me pides algunos datos estadísticos y geo-gráficos de este territorio, mas como secomienza a formar, son pocos los que puedodarte. El citado territorio tiene 5 300 habi-tantes. Te acompaño su organización polí-tica, [y una] carta del estado de Yucatán(documento 385).

    Menciona que en la entidad apenascomienza la instalación de las primerasescuelas, “pues es indispensable hacer algopor la juventud” (documento 241). Segu-ramente se refería a las de Santa Cruz,Xcalak y Payo Obispo, porque en la islade Cozumel y en Isla Mujeres las escuelasde primeras letras funcionaban desde elsiglo XIX.5

    Cuando Jesusa y los hijos se mudanpara radicar definitivamente en Guada-lajara los retrasos en el servicio postal pro-ducen inconvenientes en la familia delmilitar. Bravo se defiende de los reclamosde Jesusa, le recuerda que la falta decomunicación se debe a las malas condi-ciones del territorio: “Muchas dificultadespresenta el correo, pues sólo cada quincedías sale [de la Bahía de la Ascensión] loque da por resultado que la corresponden-cia sea tardía” (documento 112). Y deAbel no acepta recriminación alguna sobrela falta de correspondencia, pues “la obli-gación de escribir la tiene el joven y no elviejo” (documento 100). Para junio de

    1904 Ignacio asegura que “como ya nohay combates a falta de mayas subleva-dos, el gobierno ha dado por terminadaesta campaña con fecha primero del pre-sente mes; así pues, ya estamos declara-dos en plena paz” (documento 172).Recomienda a Jesusa no hacer caso de loque publica la prensa: dan la noticia deque Bravo ha muerto “cada vez que se lesantoja” (documento 221). La última etapade la guerra contra los mayas y la primeraen la vida de Quintana Roo se sucedióentre el reconocimiento del gobiernoyucateco a la victoria de Bravo (el generalCantón, gobernador de Yucatán, vino aSanta Cruz; después Bravo recibió laespada prometida a quien derrotara a losmayas) y las intrigas regionales para queel gobierno federal no constituyera elnuevo territorio federal con las selvas paci-ficadas, cercenando de ese modo la por-ción oriental de Yucatán con sus valiososrecursos silvícolas.

    Una crónica del avance de las tropasde Bravo registra que las pérdidas en vidashumanas de la milicia federal fueron muyelevadas en ese corto tramo de selva (Petoa Chan Santa Cruz, 152 kilómetros). Lahostilidad del clima y la dificultad paraabastecer alimentos mató más soldadosque las balas rebeldes, según Pérez Alcalá(reproducido en Careaga).6 Oficiales ytropa enfermaban con facilidad y frecuen-cia, así que no es extraño que uno de lostemas recurrentes en la correspondenciade Bravo sea, precisamente, las enferme-dades y achaques, el clima de QuintanaRoo y los fallecimientos en la familiaBravo-Perea (no necesariamente vincula-dos con Quintana Roo). Las lluvias inun-daban todo, los mosquitos asediaban más

    6 Careaga, Antología, 1980, pp. 103-110.

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  • que los mayas rebeldes, el calor y la hume-dad eran agobiantes, el aislamiento de laregión y las dificultades para el abasto notenían solución en el corto plazo. Todo esofue debilitando la salud de viejo general,su correspondencia familiar revela susdolencias y enfermedades así como las delresto de la familia. Ignacio Bravo padececonstantemente del estómago. En Quinta-na Roo se enferma de dengue, influenza,conjuntivitis, paludismo. Lo pica, muerdee invade todo tipo de fauna tropical, inclui-das las niguas, unos ácaros que se adhierena la piel y que generan gran irritacióncutánea. En agosto de 1901 le escribe aJesusa: “me decías en tu grata del 10 delactual [sobre tu deseo] de estar en un lugarmás cercano para poderme atender, perono lo hay ni yo permitiría que sacrifiquesa la familia únicamente por mi bienestar”(documento 361). Los niños Bravo-Pereatambién padecen trastornos de saludcuando viven en Peto. Para tranquilizar asu mujer, Bravo le dice: “esa cuestión delombrices, propia a la edad de los niños,poco a poco va cediendo hasta desaparecer,ya naturalmente, ya por medio de medi-cinas” (documento 106).

    Y si los mayas tenían una peculiar vi-sión de la salud y la enfermedad, recogidaen el trabajo etnográfico Los elegidos deDios,7 el general Bravo poseía la suya: parala fiebre, nada como suministrar quininacon limón, “es el único remedio para lascalenturas” (documento 122). Para elpaludismo, el general aconsejaba quininay más quinina, “es el remedio eficaz, delo contrario, será tiempo perdido”. Y si laenfermedad era estomacal, la solución erael bicarbonato. Para el ensimismamiento,para agilizar el cerebro, lo mejor era el

    tónico preferido del joven Abel en víspe-ras de exámenes: un producto llamadocerebrina. En mayo de 1904, así respondeel general a una consulta de Jesusa sobreinsomnio y pesadillas:

    o no cenas y la debilidad produce sueñospesados o cenas mucho y la indigestión [pro-voca] igual efecto, lo que indica la necesi-dad de graduar la alimentación para evitaruna congestión poderosa que pueda atraerla muerte de una manera violenta (docu-mento 167).

    Igual que sus contemporáneos, el mili-tar conceptualiza al embarazo como unaespecie de enfermedad: “haces mal en alar-marte por tus enfermedades, pues sabeslo natural que ellas son en sí. Cuídate yprepárate para recibirla con sangre fría,que lo demás la naturaleza se encargaráde hacer” (documento 242). El regaño estádirigido a una Jesusa que se encuentraencinta y asustada por la proximidad delparto, a pesar de que para entonces ya hasido madre varias veces:

    no creo que tengas razón para estar alarmadapor el fin de tu enfermedad, pues ademásde la costumbre ya adquirida, estás muybien de salud y en condiciones muy natu-rales para resolver ese caso con toda felici-dad (documento 250).

    La enfermedad y la salud, bien lo sabíael anciano general, vienen y van. Paramarzo de 1907, desde Santa Cruz, un oc-togenario Bravo asegura que se encuentrabastante bien. Dos años después avisa aJesusa que su resistencia se ha deteriorado.Y sí, era cierto, meses después tiene unataque al corazón. En junio de 1910 relataa su familia que ha quedado muy debili-7 Villa, Elegidos, 1978, pp. 377-400.

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    tado, en las misivas siguientes le comentaa su hija Cidlallin que debido a sus acha-ques no podrá viajar a visitar a la familiacon tanta regularidad como antes. Avisaque tampoco podrá escribir tan seguido,por falta de escribiente (documento 549).Los índices de fallecimiento infantil eranaltos en esa época, los recién nacidosmorían con frecuencia. Jesusa sufre envarias ocasiones la muerte de sus hijos, yesas tragedias familiares pueden ser segui-das puntualmente en la correspondenciade la pareja: en enero de 1894 el generalle envía un telegrama expresando con-dolencias por la pérdida de Xóchitl, unsuceso que provocó en Jesusa una pro-funda depresión (documento 45). El gene-ral le recuerda que debe ser fuerte puesaún tiene a Abel, le sugiere que se dis-traiga, que salga a pasear y que comprendaque “la muerte es tan natural […] y nece-saria como el comer” (documento 49).Pero la joven madre no logra superar latristeza y el militar opta por reprenderla:Xóchitl ya no puede volver a la vida, lamadre debe conformarse y alejarse deldolor porque mantenerse en él, sin mirarsus otras obligaciones, “es ya una impru-dencia” (documento 56). El 24 de diciem-bre de 1903, Abel envía un telegrama a supadre en el que le comunica la muerte desu hermana Victoria (documento 116).Como muestra de luto, el general oscu-rece un área triangular en la esquina supe-rior izquierda de sus comunicados, cos-tumbre que se hará tristemente frecuentea lo largo de los siguientes años de vidafamiliar.

    Aunque su larga vida le había mos-trado que el llanto del nacimiento esasombro por llegar a este mundo, y que lamirada de los moribundos en los últimosinstantes de su vida queda fija también

    en la misma clase de asombro, ahora pordejar el mundo; aunque había visto lamuerte violenta en el frente de batalla y la muerte por enfermedad, aún le faltaba,en la siguiente década, en la década re-volucionaria, conocer de la muerte de su único hijo varón con Jesusa Perea: lamuerte de Abel Bravo, el teniente de tro-pas federales que quedó tirado, alcanzadopor las balas zapatistas, en un anónimollano de Atlacomulco. Y si en su juventudel general Bravo había probado la amargu-ra de la derrota y el desasosiego de la pri-sión en Francia, la década revolucionarialo conduciría, a pesar de sus 80 años a cues-tas, a una nueva derrota, a una nueva pri-sión en Texas y a un exilio donde moriría.

    ABEL, DE LOS AÑOS FELICES A LOS ACIAGOS

    Algunas conductas del general, comocuando menciona que asistió a la óperaAída (documento 6), encajan en las cos-tumbres de divertimiento de la aristocra-cia porfirista en la capital del país. Parte dela correspondencia deja percibir cómovivió su familia la revolución, las fiestasdel centenario de la independencia, losasesinatos de Madero y de Pino Suárez.Tras el saludo de rigor, las preguntas porla educación de los hijos y las recomen-daciones, las cartas de Bravo muestrandiversos aspectos en la vida cotidiana delnúcleo familiar. Un importante númerode comunicados corresponde a la época enla que Abel se encuentra en preparaciónpara ingresar al Colegio Militar y su pos-terior estancia en esa institución. Aparecenfragmentos de la vida de los cadetes enlos actos cívicos: “Querida mamá […]Vana sacar al paseo carros alegóricos y un arcotriunfal por cada estado” (documento

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  • 206); hay pasajes que denotan la venera-ción que despertaba Porfirio Díaz entrelos jóvenes estudiantes de la institucióncastrense: “A la una y media se presentó elpresidente […] entró, casi me rozó, vol-teó y me vio […] ¡cuánta honra para mí!”(documento 272). La fatiga en los entre-namientos, los desvelos en el estudio;mucho de esa vida estudiantil la comu-nicó Abel en sus cartas.

    Fue una etapa en la que el intercambioepistolar entre padre e hijo se tornó fre-cuente. Abel estaba más cerca de los sueños del general que de los propios.Compartir la misma profesión los acer-caba (documento 319): el primogénitodaba a entender que se sentía orgullosode pertenecer al cuerpo de cadetes de laEscuela Militar. No era fácil ingresar a esecolegio, se requería de preparación previay de la activa búsqueda del apoyo de lossuperiores de su padre. En septiembre de1904, Ignacio le informa a Jesusa que“hay un colegio en Tacubaya” (documento183), donde un señor, Manuel FernándezGuerra, por 40 pesos al mes asiste y pre-para a los jóvenes aspirantes al ColegioMilitar. Para la partida de Abel todo seplanea cuidadosamente: quién lo recibiráen la estación de ferrocarriles, con cuántodinero debe contar y el equipaje que hade llevar. “Me supongo que alistarás aAbel para que lleve ropa interior y un parde mudas decentes exteriores, así comouna caja que contenga su equipaje, encar-gándote de que […] no sea muy bromoso”(documento 184). Para Jesusa esta ausen-cia es dolorosa: “acabo de recibir tu grata[…] y veo lo atribulada que te tiene laseparación de Abel” (documento 208).Ignacio trata de consolarla con una largacarta: “veo que tienes la pena de sentir laseparación de Abel […] él ya está en el

    camino de la formación y deseo que, almenos, le viva hasta que ya deje de serleútil” (documento 187).

    Jesusa intenta mudarse a México paraestar cerca del joven y Abel no oculta ensus misivas lo mal y poco que come, laspocas comodidades que tiene y lo débilque se siente: “ya estoy fastidiado de estaraquí, no como bien […] y las horas se mehacen días” (documento 197). El generalprocura alejar de la cabeza de su mujer laidea de la mudanza a la ciudad de México.Asegura que ese es un lugar lleno de peli-gros y ella no debe arrastrar a tal ambientea las otras niñas:

    No es posible, como lo comprenderás, quete puedas trasladar a México, pues para ellose tropieza con mil dificultades y peligros,que no hay necesidad de […] hacer compar-tir a esas inocentes [sus hijas]; así pues, loque has de hacer es aconsejar la vitalidad aAbel para que vaya acostumbrándose a serhombre, pues su profesión […] exige siem-pre estar separado de la familia (documen-to 191).

    Según el general, mientras que Abelse encuentre en México, en la casa delcoronel Manuel Blanco, estará seguro deaquel “dédalo de corrupción que esMéxico” (documento 194). Pide a Jesusaque al hijo sólo le mande dos pesos al mes“para que no aprenda a gastar dinero”.Ignacio confía en que el tiempo resolveráel problema:

    Abel, como es natural, como jamás se haseparado de tu lado, hoy que lo ha hecho,comprenderás que está como tú, […] esdecir, triste, pero por eso, como todo en lavida, va pasando con el tiempo, así pues, note desmoralice eso y ten confianza en el por-

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    venir, no olvidando que lo tengo bien reco-mendado (documento 191).

    El 6 de diciembre de 1905 la Secre-taría de Estado y del Despacho de Gue-rra y Marina comunica que “dispone el presidente de la república, que el jovenAbel A. Bravo sea filiado y admitido comoalumno en ese plantel [refiriéndose al Colegio Militar]” (documento 398). Apartir de ese momento los ansiados via-jes a Guadalajara a visitar a la familiadependerán de su desempeño escolar y de las decisiones del señor Guerra, sututor.

    El joven Abel terminó su estancia enel Colegio con grado de teniente. La inge-niería militar debió quedar para despuésporque la materia de Fortificaciones seconvirtió en un literal obstáculo dentrode su carrera:

    Querida mamacita, la presente tiene porobjetivo saludarte y decirte algo que me vaa traer serios disgustos […] Perdóname conanticipación el golpe que sin culpa alguna tevoy a dar […]No está a mi alcance seguir eneste funesto plantel” (documento 486).

    Por su lado, el general Bravo tambiéndebió leer el mismo informe:

    Nunca falta una mortificación en esta vidade pesares y amarguras: anoche recibí cartade Abel y como comprenderás me llené deplacer, pues esperaba noticias halagüeñas desus exámenes. No fue así: lleno de pesar, elpobre joven me ha manifestado que en suexamen de Fortificación, se atarantó […] loque ha dado por resultado que lo hayan sepa-rado del grupo de científicos y le den despa-cho de teniente para las filas en el presenteaño (documento 492).

    El general busca la manera de apo-yarlo, pero nada resuelve y el joven debeabandonar los estudios de ingeniería en elColegio Militar: “No crean ustedes quepor mi voluntad salgo. Dios es testigo deque odio y que lloro al pensar que soyteniente y no cadete” (documento 504).En lo sucesivo las cartas de Abel descri-birán gran parte de los traslados a los quese ve sujeto, así cuando el novel tenien-te se encuentra en campaña anuncia:

    esta carta te la escribo bajo el plateado velode la luna […] de Tlaxco, triste pueblo delpequeño Tlaxcala, histórico recinto de losantiguos tlaxcaltecas donde resido en estosdías de Dios, a lo sumo tiene 80 casitas dehispana construcción (documento 333).

    Abel también relata a su madre losejercicios como militar, le cuenta que enun simulacro de guerra su caballo saliódesbocado con los tiros de la artillería; pre-sume que pronto estará como jefe de van-guardia al mando de 32 hombres monta-dos (documento 337). Abel se adapta yacepta que su vida se desarrollará dentrodel ejército. En febrero de 1909 Ignacio lecomunica a Jesusa que Abel “está con-tento en su Cuerpo” (documento 510), ledice que tramita la transferencia del joventeniente al grupo de Artillería. Bravosiempre perteneció a ese sector del ejér-cito. Sin embargo, el joven Abel no está deacuerdo: “Mamacita, dices que mi papáquiere pasarme a Artillería […] cuántomal me haría, es lo peor, jamás ascienden”(documento 511). No obstante la in-conformidad de Abel, el general pacta elcambio y para agosto de 1911 Abel sedesempeña como artillero en Jonacatepec,pueblito “próximo al bandido Zapata […]Dios quiera que tengamos un encuentro

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  • con él para acabarlo”, escribe el joven Abel(documento 572). Cuando lo transfieren al34 batallón de Chiautla, apunta: “tuvi-mos algunas bajas, pero hicimos correr alos zapatistas” (documento 577). Enefecto, el reporte oficial de la brigada expe-dicionaria informa de un encuentro conzapatistas en el cerrro Chirimollo (docu-mento 593). En otra carta el joven Abelcuenta a un pariente sobre un combate enChinameca, donde el fuego rebelde matóa su caballo, pero se consiguió otro mejorque les quitó a los revolucionarios en elcerro del Aguacate (documento 265).

    El Noir y el Jonter son los perros delgeneral:

    Dentro de diez días emprenderé mi marchay voy a ver si con mi caballo puedes man-darme al Noir, si ha aparecido, así como alJonter, animales que no te será posible man-tener y a mí me harán falta y me acompaña-rán (documento 377).

    Durante mucho tiempo su favorito fueel Jonter: “está más grande que [el] difun-to Rey, pues parado a los pies de mi catre,sobresale unos seis u ocho centímetros conunas manos muy grandes y la cabeza im-ponente” (documento 167). El uso de lamáquina de escribir para la corresponden-cia familiar apenas comenzaba; en unacarta del 9 de junio de 1903, dice: “yaestoy aprendiendo a escribir en máquina,como ves por esta que es mi primera ¿Quétal está?” (documento 369). Tiempo des-pués, Ignacio le recomienda a su hijo quedebe tener cuidado al hacer uso de tanmoderno artefacto, pues una carta escritaa máquina jamás se debe firmar, la rúbricasiempre debe ser de puño y letra de quienremite, pues lo contrario indica mala edu-cación (documento 405).

    Por sus comunicados sabemos quecuando el general Bravo permanece en laciudad de México comúnmente se hos-peda en el hotel Gillow (documentos 466,520, 570) o en el Universal (documento 8)y suele pedir la habitación siete. Al gene-ral le gustan las piñas, le hacen daño lasnaranjas y los limones. Fuma cigarros deEl Buen Tono, hechos de papel blanco.Mientras el general permanece en SantaCruz, Jesusa, además de enviarle los sumi-nistros que el general prefiere, recibe ymanda algunos regalos: “Las dos bonitastoallas las dejo para el uso, la carpetitapara la mesa de noche la puse en el acto,pero la camisa de lana la reservo hasta queme bañe” (documento 111). A su vez elmilitar remite objetos que le parecencuriosos: “no [he] podido encontrar unconducto seguro para mandar unos cara-coles muy bonitos […] y unas esponjas”(documento 126). A veces las cartas dejanver a un Bravo enamorado, “yo estoy bieny espero que mientras nos vemos […] teretrates y me mandes un ejemplar. Si-quiera me conformaré con tu efigie porahora, que más tarde nos desquitaremos”(documento 79). Pero lo que más preva-lece es el jefe de familia que orienta y daconsejos. Al joven Abel le sugiere quelleve “un diario en el que cuente […] nosolamente [sus] actos militares y de hom-bre público […] sino también el resultadode […] meditaciones” (documento 249).Le exige que cuide siempre su reputacióncomo militar y lo alienta a que sea unbuen cadete, honrado, responsable y dignode portar la espada (documento 415).

    Obligado a abrazar la carrera militar,como los hijos varones de Bravo en otrosmatrimonios, Abel permanece en la ciu-dad de México y se aficiona a comprarbilletes de la lotería, en algunas ocasiones

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    tiene suerte y gana sumas que lo sacan deapuros: “Mi querida mamá: […] compréel billete con que me saqué $30” (docu-mento 254). Al sentir la fortuna de sulado, confiesa que también compró otroboleto más caro, uno con premio de 200pesos, y pagó lo de una rifa de postales.Abel colecciona postales. En temporadade exámenes el hijo escribe a Jesusa:

    te ruego que me mandes lo más pronto posi-ble un frasco de phosphogenol, que se pro-nuncia fosfogenol [como buen adolescente,el hijo pocas veces puede evitar instruir ocorregir a su madre], medicina para el cere-bro, pues siento algo anormal en él; pero si no lo hay, aunque sea cerebrina (docu-mento 320).

    Y ya en ese camino, bien sabía Abelque nada se perdía con rezar “a Dios [pa-ra] que me dé dos sobresalientes o tressobresalientes en geografía […] dile a miviejita que me encomiende a su santo pre-dilecto, pues de su ayuda necesito” (docu-mento 320). Y mientras vive en la ciu-dad de México, el joven suele gastar suescaso dinero en cajetas de Celaya y tar-jetas postales para su álbum (documen-to 203). A Jesusa le gustan los dulces detutifruti, es una mujer que se encarga de mantener viva la imagen del padre.Evidentemente, entre ella y el general seintercambia la mayor parte de la corres-pondencia, al menos durante los prime-ros años. En su vejez, desde el exilio, Bravose comunicará mayormente con sus hijas.

    Algunos documentos corresponden alos comunicados de Abel antes de cual-quier batalla contra los revolucionarios.De sus cartas se deduce que tiene unapareja estable (documento 621, 720):Margarita Nájera es su mujer y con ella

    tiene tres hijos: Ema, Abel y Nacho, sólola niña sobrevive. El joven teniente ocultóla información por temor a la reacción desu padre. En la primera carta que cono-cemos de ellos, Abel le dice a Margaritaque parte a una misión que lo enfrentaráa “muchas balas”. Si sale ileso regresará aldía siguiente, pero si no, Margarita deberátomar el dinero que tienen y llevar la cartaa su padre, el general Bravo, en la que lepide se haga cargo de ella y de Ema, lahija de ambos: “Si muero, desde el cielo teenviaré mis bendiciones y si vivo te ado-raré como siempre” (documento 578). Enotra ocasión, frente a similar circunstancia,Abel nuevamente pide a Margarita que encaso de morir en batalla, “lleva a mi tumbasolitaria y triste, como mi alma, un recuer-do, unas violetas y flores rojas, símbolo dela pureza del amor ardiente que en vida tededico. Dile a mi papá que mi último sus-piro fue para él” (documento 586).

    Varias veces Abel regresó sano y salvo,pero retornó con la certeza de que su vidaacabaría en los combates. Redactó unacarta confesión para que fuera leída des-pués de su muerte. Explica a su madreque conoció a Margarita cuando era alum-no del Colegio Militar, “una mujercita ha-cendosa y buena” que fue su novia y mástarde su compañera con quien tuvo treshijos. Pero de los tres sólo sobrevivió Ema.Pide a su madre que cuide y proteja a sumujer y a su hija pues esa es su últimavoluntad. En la misiva póstuma explicaque Margarita lo acompaña con frecuen-cia en las campañas, así que existe la posi-bilidad de que a ella también la maten; sieso ocurriera, Abel avisa que su hija Emaserá enviada a Guadalajara para que ella ysus hermanas la cuiden (documento 629).

    Un día una amiga de la familia BravoPerea envía el fatídico telegrama: “Acaba-

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  • mos de recibir triste noticia. Abel suma-mente grave. Herido en combate” (docu-mento 637). La carta póstuma de Abelllega a sus destinatarios y es entoncescuando comienza la comunicación entreMargarita y Jesusa. La primera escribe lar-gas cartas. Margarita explica que tras lamuerte de Abel han quedado en la or-fandad. Respecto a la espada de Abel, lamujer informa que esta permanece en elcuartel de Cuautla y que el joven militarfue enterrado. Las dos mujeres tramitanel traslado del cuerpo a Guadalajara (docu-mento 643).

    En octubre de 1913 leemos a un Ig-nacio Bravo aturdido por el dolor de lamuerte del hijo. Comenta con Jesusa lacarta que Abel le dirigió unos días antesde morir. Se encuentra además muy sor-prendido al enterarse de la existencia dela familia de su hijo (documento 668).Jesusa y Margarita se consuelan. Por susmisivas sabemos del dolor de la jovenviuda: le pide a Dios que la rescate paraacompañar a su Abelito (documento 643),llega incluso a pensar en arrojarse al pasode un tren (documento 720). En esta seriede cartas conocemos cómo el grupo deVictoriano Huerta rescata a la familia de Abel. Ayudan a Margarita con unapensión y un trabajo en la oficina deCorreos de la ciudad de México. El tras-lado de los restos de Abel, el entierro yuna beca para el colegio de su hija Ematambién es dado por la administración deHuerta. Poco a poco la relación entreMargarita, Ema y la familia Bravo Perease estrecha. Lo último que deja saber lacorrespondencia es que la niña se va a vivircon su abuela a Guadalajara, la viuda deAbel permanece en su trabajo en la ciudadde México.

    DE VIAJANTE A EXILIADO

    Los años iniciales de matrimonio entre elmaduro general y la joven Jesusa trans-curren con el último tramo del siglo XIX:“Hija mía, sin novedad he llegado a esta[refiriéndose a la ciudad de México] y sólocon deseos de saber de ti” (documento 5).El cercano lazo que los une es plasmado en las misivas: “hija mía querida […] lasemana entrante tendré el placer de estre-charte en mis brazos y besar a nuestroAbel; mientras tanto recibe el alma de tupadre” (documento 7). Las constantesausencias hacen que leamos a un generalnostálgico que tan pronto ve retrasada laentrega del correo, reclama: “no seas pere-zosa y me tengas en un brete […] cómoestás; escríbeme” (documento 9). Deldulce reclamo pasa al enojo: “pensando entu actuación, ni por un solo momento tehe olvidado y como desde que salí de esa[ciudad] no he tenido ninguna razón detu salud y de los niños, estoy ya violento”(documento 11). Pasado el tiempo lovemos escribir:

    como comprenderás, ansia tengo de vertealrededor de mis hijos, pero como esto noestá en mis manos, espero el momento de-seado que tarde o temprano debe llegar. Y laconfianza que tengo en ti más me alientapues estoy seguro de tu juicio y tu cariño(documento 36).

    Como es natural la lejanía representóvarios conflictos para la pareja. Jesusareclamaba la constante ausencia del gene-ral, pero finalmente el tiempo hizo quese adaptaran. Por su parte el general siem-pre remitió cartas a sus hijos en las quedenota una genuina preocupación por losvástagos. Cuando un profesor de Abel le

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    envía al general una nota enalteciendo elbuen desempeño escolar del muchacho,presto, Ignacio remite una copia a Jesusapara que vea que “el chico no va mal”(documento 384).

    Los traslados y cambios domiciliariosa que la familia se ve forzada figuran comootro asunto recurrente en la corresponden-cia. En los años iniciales, cuando los hijosson pequeños y no asisten a la escuela,Jesusa acompaña al general por distintosrumbos del país. Al principio viven enTepic, cuando Ignacio se traslada a Gua-dalajara y ya planea la primera mudanzafamiliar, a la que seguirán muchas otras.Para diciembre de 1893, el general seencuentra de comisión en el cuartel Rosa-les de Chilpancingo, mientras la familia seha mudado a Mazatlán. El 15 de mayo de1894, mientras Ignacio se encuentra enAcapulco, el militar recibe un telegramaen el que se le comunica el nacimiento deXóchitl. A la recién nacida se le pone elmismo nombre que su pequeña hermanafallecida tiempo atrás. Ahora la mujer seencuentra esperando su recuperación parasalir hacia Tuxtla Gutiérrez y así reunir ala familia: “el señor Francisco Trejo lleva[…] cargadores para tu caja y demás cosas”(documento 83). El militar le recuerda noolvidar los petates, además de que son lascamas provisionales, sirven en el caminopara protegerse de la lluvia y del lodo. Lacorrespondencia del general cesa durantealgunos periodos, se deduce que son lasescasas y breves temporadas en las que lafamilia estaba reunida. Dos niñas nacenen la época en la que es asignado a Yuca-tán: en 1899 nace Atala y el militar recibeesa noticia en Tekax; después, naceríaVictoria.

    Instalado ya en el oriente de Yucatán,la correspondencia familiar refiere conti-

    nuamente a las carencias, la dificultad paraconseguir alimentos y lo poco que ha ser-vido la vía del ferrocarril militar entreVigía Chico y Santa Cruz. En diciembredel mismo año, cuando los hijos mayoresnecesitan asistir a la escuela de maneraformal, se prepara el retorno definitivo deJesusa hacia Guadalajara, donde perma-necerá el resto del tiempo. Tras los mesesnecesarios para que Jesusa se recupere delparto y la pequeña Victoria sea lo sufi-cientemente fuerte para soportar un largoviaje, se planea el nuevo traslado: “ha lle-gado la vez de que emprendas esa marchatan larga como penosa, pues es necesarioque así sea” (documento 364). Debeempacar muy bien y vender todo lo que sepueda, como la mula y los caballos. Antesde salir de Yucatán, la mujer tendrá quecambiar el dinero de la venta porque “enMéxico no reciben [esos] billetes” (docu-mento 364). Las recomendaciones sobrelas precauciones que Jesusa seguirá en eltrayecto con los pequeños, mismas queincluyen el tránsito en buque hasta Ve-racruz y luego por ferrocarril, no se dejanesperar. El general también abandonaYucatán, su mermada salud lo obliga aausentarse de la región.

    Pero apenas transcurren dos años yBravo está de regreso. En noviembre de1903, Ignacio comunica a Jesusa: “meembarco rumbo a Yucatán, a fin de reci-bir el mando político y militar de aquellazona y del territorio de Quintana Roo; porconsiguiente, nuestra separación va a serlarga” (documento 377). Meses más tarde,para tranquilidad de la mujer, Bravo es-cribe: “como ya no hay combates a faltade mayas sublevados, el gobierno ha dadopor terminada [la] campaña, con fecha delprimero del presente mes; así pues, yaestamos declarados en plena paz” (docu-

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  • mento 172). Y en abril de 1905 avisa ala familia que deberá ir a “Mérida, dondeel gobernador [me] invita a recibir la espa-da de honor” (documento 276), durante eldesfile del 5 de mayo. De otro tono seránlas cartas que Bravo enviará a su familia enla década revolucionaria. La corresponden-cia que el general envía desde Texas a sufamilia da idea de cómo fueron los últi-mos años del militar porfirista quien hastaen el final de su vida fue fiel a sus compa-ñeros de armas. Las misivas incluyenrecortes de periódicos en los que se leennoticias referentes al exilio y encarcela-miento de Ignacio Bravo y de VictorianoHuerta. Llenos de adjetivos, los recortesperiodísticos dicen que autoridades esta-dunidenses han apresado “al criminalHuerta” en El Paso, Texas, junto con susesbirros, Bravo, entre ellos, a quien lla-man “el odioso Bravo”. Informan queHuerta juró bajo palabra de honor no vol-ver a fomentar nuevas conspiraciones enMéxico (documento 728). En una carta asus hijas, Ignacio explica desde Texas lapercepción que tiene sobre los aconteci-mientos:

    No creo que esta situación sea eterna; des-pués tendremos, o mejor dicho, volveremosa nuestra vida tranquila y con ella el des-canso de la miseria y los padecimientos. Porahora, resignación, honor y dignidad (docu-mento 696).

    Al duro golpe de la muerte de Abel,siguió el exilio. El general ha dejado deescribir a Jesusa y ahora sólo se comunicacon las hijas, les aconseja seguir traba-jando, no salirse del camino de la honra-dez, que estudien –Cidlallin es pianista yprofesora (documento 686) – para no sermujeres marchitas e ignorantes (docu-

    mento 725). En noviembre de 1917,Ignacio, con 81 años de edad, está fuerade la cárcel y escribe a su hija Atala expli-cando que vive en una habitación bienventilada frente a un parque en San An-tonio, Texas (documento 733). De maneraparalela la comunicación entre madre ehijas no cesa, sabemos que Cidlallin se fuea vivir a Los Ángeles y se casó con DanielGonzález (documento 249) y tuvieron doshijos: Daniel y Ofelia (documento 760).Atala, desde Guadalajara, sueña con poderir también a Estados Unidos (documento750). Y Xóchitl se casó y fue madre deBeatriz, Guille y Germán (documento764). Finalmente, muchos años despuésde la revolución, una carta de Atala envia-da en 1941 a la Cámara de Senadores delgobierno mexicano confirma que Bravomurió en El Paso, Texas, en 1918 (docu-mentos 727 y 817). En la misiva, Atala,la hija de Ignacio Bravo, incluye recortesde los periódicos que hacen la crónica delos funerales del general en el exilio esta-dunidense.

    COMENTARIO FINAL

    La selección de cartas, telegramas y notaspersonales del general Ignacio Bravo refe-ridas en las páginas previas tienen un pro-pósito modesto: dar a conocer entre loshistoriadores mexicanistas la aparición deun nuevo conjunto documental de casimil piezas de correspondencia sobre esemilitar. Considerando que en el surestemexicano se registran pocas coleccionesde correspondencias personal, de negociosu oficial de los hombres públicos en laregión, el hallazgo de las cartas de Bravocobra relevancia. Salvo la colección depapeles personales y de negocios de Simón

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    Peón, un hacendado yucateco del sigloXIX, que posee la Universidad de Texas,y la correspondencia del general indígenaFrancisco May, publicada tanto en Yuca-tán como en Quintana Roo –con excep-ción de la correspondencia de la guerra deCastas editada en 1992 por la Universidadde Yucatán–, las cartas de negocios de laCervecería de Yucatán y las misivas deSalazar Illaregui, Francisco Cantón Rosadoy Felipe Pren –estas últimas tambiéndepositadas en la Universidad de Texas–no tenemos noticia de otro conjunto ex-tenso de misivas alrededor de los temas ypersonajes de la historia regional. Los cen-tenares de cartas de la familia Bravo-Pereason en este entorno una inusitada ventanaa la biografía de Bravo, a su papel en elnacimiento del territorio de Quintana Rooy a su estrecho vínculo con los generalesdel presidente Porfirio Díaz.

    En el proceso de selección es inevitableelegir unas cartas sobre otras. Hay muchainformación que pertenece estrictamenteal plano familiar y sin relación directa conla historia de Quintana Roo, que es eltema de interés fundamental para noso-tros al analizar la correspondencia per-sonal de Bravo. Sin embargo, esa infor-mación estrictamente familiar ayuda aentender mejor a una de las figuras públi-cas de la región y la trayectoria de un mili-tar sobre el que la historiografía posrevo-lucionaria ha escrito con abundancia. Laactividad de Bravo en Quintana Roo hasido reconstruida y contextualizada porvarios autores, desde Carlos R. Menéndezen su inaugural Monografía de QuintanaRoo, pasando por Alfonso Villa Rojas enLos elegidos de Dios, hasta Nelson Reed en su clásico La guerra de Castas en Yucatány, más contemporáneamente, Carlos Ma-cías en Nueva frontera mexicana. La biblio-

    grafía regional que hace referencia a Bravo–a su dureza en los años de campaña con-tra los mayas y a los efectos de las deci-siones gubernamentales que se tomarondurante su estancia en Quintana Roocomo jefe político– tiene ahora un nuevoconjunto documental. Lejos estamos deintentar una apología o una reivindica-ción del general Bravo en Quintana Roo.Nuestro objetivo primordial es dar a cono-cer las cartas y su contenido, en todo casoel procedimiento en la selección de cartasy fragmentos de los comunicados fue pri-vilegiar los documentos y párrafos de lacorrespondencia personal en los que figuraalgún punto de vista alterno al que la his-toriografía local cuenta. Nos inclinamospor mostrar párrafos en donde aparecendetalles desconocidos alrededor de suce-sos locales o nacionales. Y también, cierto,fue inevitable seleccionar de las cartasalgunos pasajes que pueden ayudar aentender al esposo de Jesusa por encimadel general, y al padre de familia por enci-ma del jefe político de Quintana Roo.

    APÉNDICE. DOCUMENTOS CITADOSDE LA CORRESPONDENCIAFAMILIAR BRAVO-PEREA8

    5. 12 de diciembre de 1889, México, ciu-dad/Tepic. De Ignacio para Jesusa: nos-talgia por no haber recibido noticias.

    6. 20 de diciembre de 1889, México,ciudad/Tepic. De Ignacio para Jesusa:

    8 Se muestra con cursivas un número consecu-tivo asignado a la misiva, telegrama o nota, seguidode la fecha en la que se elaboró el comunicado.Después figura el lugar donde se encontraban el remi-tente y el destinatario. Finalmente se agrega un breveresumen del contenido del documento citado.

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  • CORRESPONDENCIA FAMILIAR DE IGNACIO BRAVO, 1889-1918 137

    repite que se cambie de casa, a una quetenga regulares condiciones de higiene.Quiere asegurarse que no le falte nada a sufamilia para evitarle preocupaciones a sumujer. Bravo sigue enfermo del estómago.Nota para el camarada Abel.

    73. 17 de mayo de 1894, Acapul-co/Mazatlán. De Ignacio para Jesusa: lajoven mujer le avisa que dio a luz una niñael 15 de mayo. El general le da libertadpara ponerle el nombre que quiera.

    79. 27 de mayo de 1894, Acapul-co/Mazatlán. De Ignacio para Jesusa: elmilitar le pide a su mujer que se retrate ya Xóchitl también.

    83. 31 de mayo de 1895, San Cris-tóbal/Tuxtla. De Ignacio para Jesusa: deta-lles sobre el viaje que hará la familia parareunirse con él. Ya tiene la casa lista parasu llegada.

    98. 27 de abril de 1901, Chankik/Peto. Dos telegramas. El primero deIgnacio para Jesusa: felicitación por elnacimiento de la niña. El segundo deIgnacio para Abel: ordena que el capitánVillegas lleve a registrar a la recién naciday le ponga Victoria.

    100. 25 de mayo de 1901, Chan SantaCruz/Peto. De Ignacio para Jesusa: es-quina con señal de luto. Ignacio avisa queestá muy ocupado y que la falta de corres-pondencia es porque prefiere hablar porteléfono. Menciona las inclemencias delclima y las carencias que padece. Pidesuministros.

    102. 28 de mayo de 1901, Chan SantaCruz/Peto. Telegrama de Ignacio paraJesusa: avisa que llegará el señor Duarte ypide que le mande víveres y su hamacacolor de rosa.

    102 bis. 4 de junio de 1901, Chan San-ta Cruz/Peto. Telegrama de Ignacio paraJesusa: petición de pastillas para hacer agua.

    Bravo anuncia viaje a Guadalajara; fue a laópera.

    7. 10 de diciembre de 1890, Guada-lajara/Tepic. De Ignacio para Jesusa: elgeneral visitará a la familia.

    8. 22 de diciembre de 1890, México,ciudad/Tepic. De Ignacio para Jesusa:Ignacio se hospeda en el hotel Universalmientras espera órdenes del gobierno.

    9. 30 de diciembre de 1890, México,ciudad/Tepic. De Ignacio para Jesusa: elgeneral está preocupado por falta de noti-cias de su familia.

    11. 15 de marzo de 1893, México, ciu-dad/Mazatlán. De Ignacio para Jesusa:inquietud por falta de noticias de su jovenesposa.

    36. 9 de enero de 1894, desconoci-do/Mazatlán. De Ignacio para Jesusa: reiterala confianza que le tiene a su mujer, ase-gurándole que no duda de su juicio y ca-riño. Aconseja sobre la educación de Abel.Aún se encuentra débil por la influenza.

    45. 12 de enero de 1894, Chilpan-cingo/Mazatlán. Telegrama de Ignaciopara Jesusa: pregunta por la salud deJesusa y de Xóchitl.

    49. 30 de enero de 1894, descono-cido/Mazatlán. De Ignacio para Jesusa:muestras de solidaridad y apoyo por lamuerte de Xóchitl. El general pide quese muden a una casa donde vivan mástranquilos. Critica el mal comportamientode las amigas de Jesusa ante la muerte deXóchitl.

    56. 12 de febrero de 1894, descono-cido/Mazatlán. De Ignacio para Jesusa:Jesusa no logra superar la tristeza por lamuerte de Xóchitl; Ignacio la reprendepues, según él, ese dolor es ya una impru-dencia. Le reitera que se cambie de casa.

    58. 18 de febrero de 1894, descono-cido/Mazatlán. De Ignacio para Jesusa: le

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  • 138 MARTÍN RAMOS DÍAZ Y GABRIELA VÁZQUEZ BARKE

    104. 17 de junio de 1901, Chan SantaCruz/Peto. De Ignacio para Jesusa: es-quina con señal de luto. Dificultades porla falta de alimentos en Peto. El general secuestiona de qué ha servido el ferrocarril.El gobernador visitó a la familia en Petoy Bravo lo agradece.

    111. 1 de agosto de 1901, Santa Cruzde Bravo/Peto. De Ignacio para Jesusa:esquina con señal de luto. Ignacio agra-dece los regalos que Jesusa le envía. Haestado enfermo de bronquitis. No puedesepararse del campamento porque mien-tras más tiempo pase, más posible es quese mueva el enemigo.

    112. 7 de diciembre de 1903, Bahíade la Ascensión/Guadalajara. De Ignaciopara Jesusa: el correo sale sólo cada quincedías del puerto. El general estuvo ausentedos años del territorio. Está enfermo delestómago. Sus hijos ya entraron a laescuela. Le pide a Jesusa que anime a Abelpara que pronto pueda ingresar al ColegioMilitar.

    116. 24 de diciembre de 1903, Bahíade la Ascensión/Guadalajara. De Ignaciopara Jesusa: el general recibió telegramaenviado por Abel que le anuncia la muertede Victoria. Esta carta tiene una nota deMariana Muñoz.

    122. 7 de marzo de 1904, Bahía de laAscensión/Guadalajara. De Ignacio paraJesusa: la prensa lo quiere perjudicarpublicando mentiras. Jesusa ya se cambióde casa. Recalca la necesidad de que losniños salgan a hacer ejercicio para que nose enfermen de anemia. Habla de la qui-nina como único remedio para las calen-turas. Aconseja ahorrar lo más que sepueda y hacerse de amistades leales.

    126. 25 de marzo de 1904, Bahía dela Ascensión/Guadalajara. De Ignacio paraJesusa: si la nueva casa en la que viven no

    es higiénica, Jesusa debe buscar otra. Lainvita a que salga con los niños a respiraraire puro. Atento a las necesidades econó-micas de la familia. Tiene caracoles y es-ponjas para regalarle a Jesusa. Próxima-mente se mudará a Santa Cruz de Bravo.El vapor es el que se encarga del correo,por eso demora más de quince días.

    164. 11 de mayo de 1904, Santa Cruzde Bravo/Guadalajara. De Ignacio paraJesusa: Ignacio se acaba de cambiar a eselugar declarado como capital del terri-torio.

    165. 13 de mayo de 1904, Santa Cruzde Bravo/Guadalajara. De Ignacio paraJesusa: desde el 3 de mayo está instaladoen ese lugar lleno de incomodidades. Dalas indicaciones para las posibles rutas dellegada a Santa Cruz de Bravo.

    167. 25 de mayo de 1904, Santa Cruzde Bravo/Guadalajara. De Ignacio paraJesusa: consejos sobre una abundante oprecaria cena y sus consecuencias. Tranqui-liza a Jesusa con respecto a una epidemiaque hay en Guadalajara. Manda de regalocaracoles y esponjas.

    172. 22 de junio de 1904, Santa Cruzde Bravo/Guadalajara. De Ignacio paraJesusa: recomendaciones de higiene y deejercicio para los niños. Ya no hay com-bates de mayas sublevados. El gobiernoha dado por terminada la campaña. A par-tir del 1 de junio está oficialmente decla-rada la paz. Pide a Jesusa que los niños nolo olviden. Está construyendo una casa endonde era el cuartel militar.

    183. 14 de septiembre de 1904, SantaCruz de Bravo/Guadalajara. De Ignaciopara Jesusa: relato del viaje de regreso alterritorio. No se arriesgó a viajar en elRomano; esperó a que le alistaran el caño-nero Veracruz que estrenó. Fue el primerviaje que hizo. Informa sobre que deberá

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  • CORRESPONDENCIA FAMILIAR DE IGNACIO BRAVO, 1889-1918 139

    inscribir a Abel en el Colegio Tacubayapara prepararse para entrar al ColegioMilitar.

    184. 20 de octubre de 1904, SantaCruz de Bravo/Guadalajara. De Ignaciopara Jesusa: están ocupados por la entradade Abel al Colegio Militar. Jesusa deberáaveriguar la cantidad de dinero necesariapara que se expida su certificado. Instruyesobre el viaje de Abel. Hay peligro de con-traer paludismo en el territorio. Abel par-ticipó en las fiestas patrias.

    187. 22 de noviembre de 1904, SantaCruz de Bravo/Guadalajara. De Ignaciopara Jesusa: consuelo por la pena quesiente Jesusa al alejarse de su hijo. Abelno pudo entrar al Colegio Militar. Mandadinero para gastos del joven. Jesusa gastótodo su dinero en comprarle ropa a Abel.

    191. 25 de noviembre de 1904, SantaCruz de Bravo/Guadalajara. De Ignaciopara Jesusa: escribe sobre la carta recibidapor el profesor de Abel en la que hace unareseña de la deficiente instrucción querecibió. Consuelo sobre la separación entreJesusa y Abel. Ella quiere irse a vivir aMéxico, el general se lo prohíbe. Abel estáenfermo, pero el general asegura que essólo aprensión por la ausencia.

    194. 31 de octubre de 1904, SantaCruz de Bravo/Guadalajara. De Ignaciopara Jesusa: en el colegio de Tacubayadonde Abel se preparará estará recomen-dado con el coronel Manuel Blanco quienlo atenderá como si fuera su propio hijo.Se le enviarán dos pesos al mes para queno aprenda a gastar dinero.

    197. 14 de noviembre de 1904, Tacu-baya/Guadalajara. De Abel para Jesusa:está enfermo de paludismo; rutina diaria.Abel se queja por la poca comida que ledan. Siempre tiene hambre. Se descalabrópor caerse de la cama. Pide que le mande

    el dinero que quiera y que no le hagamucha falta. Le especifica cómo debe diri-girle las cartas.

    203. 22 de noviembre de 1904, Tacu-baya/Guadalajara. De Abel para Jesusa:pide dinero para pupilaje y para comprarseunos dulces. Quiere que le envíe unos platos de barro para regalar a la familiaBlanco. Escribe sobre sus materias y surutina diaria. Se queja de que no comebien. Los becerros de la lechería voltearonlas cubetas y no hubo leche para el café.Quiere regresar a Guadalajara. Proponeestudiará allá. Se siente mal, le duele elestómago y está muy flaco.

    208. 2 de diciembre de 1904, SantaCruz de Bravo/Guadalajara. De Ignaciopara Jesusa: Abel aún no está apto paraentrar al Colegio Militar. Como el jovenno ha aprovechado sus estudios y tienemalas amistades que lo han perjudicado,el general determina que Abel regrese aGuadalajara para prepararse mejor y queJesusa lo controle. Manda dinero al coro-nel Blanco para que Abel regrese y dineropara el gasto.

    221. 9 de febrero de 1905, Santa Cruzde Bravo/Guadalajara. De Ignacio paraJesusa: el general comenta que la prensa esla que lo enferma. Pide a su compañeraque no haga caso a los periódicos. Quiereque sus hijas le escriban.

    229. 9 de junio de 1905, Santa Cruzde Bravo/Guadalajara. De Ignacio paraAbel: agradece la felicitación por la espadade honor que le dio Yucatán. Explica queno les heredará dinero; en cambio les dejaun nombre limpio y sin mancha. Hay unerror en el valor que ha circulado en laprensa. Describe la espada. Aconseja sobrelos estudios y le reitera la importancia deque Abel entre al Colegio Militar. Le pideque obedezca y venere a su mamá.

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  • 140 MARTÍN RAMOS DÍAZ Y GABRIELA VÁZQUEZ BARKE

    236. 29 de agosto de 1905, Santa Cruzde Bravo/Guadalajara. De Ignacio paraJesusa: la suegra está enferma del estó-mago. Le recomienda que tome unacucharadita de bicarbonato después decada comida. Espera que Abel entre enenero al Colegio Militar. Manda giro.Encontró un cenote a 250 m del centrode Santa Cruz de Bravo.

    241. 18 de septiembre de 1905, SantaCruz de Bravo/Guadalajara. De Ignaciopara Jesusa: recibió el certificado de naci-miento de Abel. Comenzará los trámitesde ingreso al Colegio Militar. Jesusa leprohibió a Abel que frecuentara la casa dela familia Blanco. En el territorio hay muybuenas escuelas para niños, pero hace faltaalgo para la juventud. Pide que las niñasno tengan etiquetas tan serias con él, quele escriban de cualquier manera.

    242. 26 de noviembre de 1906, SantaCruz de Bravo/Guadalajara. De Ignaciopara Jesusa: el general le pide que se pre-pare para el próximo parto. Manda cartadel profesor de Abel y le pide que reviselas cuentas. Abel salió regular en los exá-menes. Manda giro.

    249. 27 de noviembre de 1906, SantaCruz de Bravo/Guadalajara. De Ignaciopara Abel: agradece que lo ponga al co-rriente de sus adelantos y le da consejosen cuanto a la práctica. Abel es un oficial.Recomienda que haga un diario.

    250. 11 de diciembre de 1906, SantaCruz de Bravo/Guadalajara. De Ignaciopara Jesusa: no debe alarmarse por el finde su enfermedad (embarazo). Debe apro-vechar que Abel está en Guadalajarapasando sus vacaciones para aconsejarlosobre sus estudios.

    254. 24 de agosto de 1908, ColegioMilitar/Guadalajara. De Abel para Jesusa:ha ganado dos veces la lotería. Entró a una

    rifa de 56 postales. Quiere sacárselas paraenviárselas y que forme su álbum.

    265. 9 de mayo de 1913, Cuautla,Morelos/Guadalajara. De Abel para Ro-dolfo: agradece el regalo y le manda recor-tes de periódicos donde se habla sobre loscombates en los que ha participado.Estuvo en Chinameca donde mataron asu caballo y habla sobre el enfrentamientodel cerro del Ahuacate.

    272. 6 de enero de 1907, Colegio Mi-litar/Guadalajara. De Abel para Jesusa:describe una entrega de diplomas y pre-mios. Narra las actividades de los soldadospara prepararse para el desfile al que asis-tirá el presidente. Se siente honrado deque Porfirio Díaz lo haya volteado a ver.Describe la comida del banquete en elColegio Militar.

    276. 15 de enero de 1907, ColegioMilitar/Guadalajara. De Abel para Jesusa:la niña que acaba de nacer se llama Sara.Abel ha estado ahorrando para ir a ver a suhermana. Va bien en los estudios.

    320. 15 de octubre de 1907, ColegioMilitar/Guadalajara. De Abel para Jesusa:estaba preocupado por no haber recibidocarta suya. Necesita que le mande “lo máspronto posible” fosfogenol, medicina parael cerebro. Si no lo encuentra, pues “aun-que sea” cerebrina. Pasará a tercer año deingeniería. En un año será cabo de alum-nos. Está impaciente por que digan: “elseñor teniente ingeniero Abel A. Bravo”.

    333. 22 de noviembre de 1907, Tlax-co/Guadalajara. De Abel para Jesusa: des-cribe Tlaxco. No ha recibido el dinero queJesusa le mandó. No sabe cuándo irá aGuadalajara.

    361. 17 de agosto de 1901, Santa Cruzde Bravo/Peto. De Ignacio para Jesusa:esquina con señal de luto. Ignacio ha es-tado enfermo; Jesusa se preocupa por su

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  • CORRESPONDENCIA FAMILIAR DE IGNACIO BRAVO, 1889-1918 141

    salud. La consuela pues su enfermedad espasajera. Habla sobre la importancia deuna buena alimentación.

    364. 9 de diciembre de 1901, Méxi-co/Peto. De Ignacio para Jesusa: disposi-ciones y advertencias sobre la mudanza yel viaje que la familia hará a Guadalajara.Indica la ruta y el transporte que han detomar. Deben vender todo lo que no seanecesario y cambiar el dinero antes de lle-gar a México. Ignacio tiene paludismo;viajará a Guadalajara para recuperarse.

    369. junio de 1903, Chihuahua/Gua-dalajara. De Ignacio para Jesusa: enfermodel estómago. Describe la casa en la quevive y lo que paga de renta. Avisa que noes posible que la familia viaje por falta dedinero ya que se le ha retirado la subven-ción que le había otorgado el gobierno.Esta es la primera vez que el generalescribe a máquina.

    377. 20 de noviembre de 1903, Méxi-co/Chihuahua. De Ignacio para Jesusa: elgeneral informa que el 1 de diciembre seembarcará a Yucatán con el fin de recibirel mando político y militar del territoriode Quintana Roo. Reflexiones y recomen-daciones a Jesusa sobre la educación, y lasbuenas costumbres de los hijos, especial-mente de Abel. Tendrá mejor sueldo. Pideque le envíen a sus mascotas.

    384. 30 de septiembre de 1905, SantaCruz de Bravo/Guadalajara. De Ignaciopara Jesusa: remite las calificaciones deAbel y le dice que aunque el clima esmalo se encuentra bien de salud.

    385. 3 de octubre de 1905, Santa Cruzde Bravo/Tacubaya. De Ignacio para Abel:agradece el concepto que tiene de supadre. Abel le pide datos del territorio.

    398. 6 de diciembre de 1905. De laSecretaría de Estado y del Despacho deGuerra y Marina: anuncio de la presiden-

    cia de la república que autoriza el ingresode Abel al Colegio Militar.

    405. 28 de diciembre de 1905, SantaCruz de Bravo/Guadalajara. De Ignaciopara Abel: felicitaciones por sus estudios.Pronto se verán en México. En una cartaescrita a máquina la firma debe ser depuño y letra.

    409. 14 de enero de 1906, Santa Cruzde Bravo/Guadalajara. De Ignacio paraJesusa: sabe que seguramente tuvo díasdifíciles ahora que Abel estuvo con ella,debido a su enfermedad. Si el generallogra vivir aunque sea seis años más, ellay la familia tendrán con la carrera de Abelun futuro más promisiorio.

    415. 17 de julio de 1906, Guadalajara/Tacubaya. De Ignacio para Abel: desea quesalga bien en sus exámenes pues la repu-tación de un militar viene desde su vidade estudiante. Lo alienta a que sea un buenalumno, honrado, digno de portar la es-pada y responsable. Abel le pidió una cafe-tera y Bravo accede a comprársela.

    466. 21 de julio de 1908, Colegio Mi-litar/Guadalajara. De Abel para Jesusa:acaba de estar con su papá. Habla sobresu medio hermano Tomás a quien le gustapasear y gastar mucho dinero. Su papá lova a sacar del Colegio porque está per-diendo el tiempo al no ascender. Pide quele escriba y agradece sus panecillos.

    466 bis. 28 de julio de 1908, ColegioMilitar/Guadalajara. De Abel para Jesusa:como ella es progresista, es decir, da ejem-plo en todo, no le extraña que ya hayaaprendido a hacer los panes que tanto legustan. Avisa que su papá se aloja en elhotel Gillow y que está bien de salud. Eldomingo pasado fueron al cinematógrafoTomás, el general y Abel. Comenzará aahorrar para enviarle de cinco en cincopesos para que se los guarde.

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  • 142 MARTÍN RAMOS DÍAZ Y GABRIELA VÁZQUEZ BARKE

    486. 10 de octubre de 1908, ColegioMilitar/Guadalajara. De Abel para Jesusa:habla sobre el destino y le ofrece disculpaspor la carta en la que notifica que saliómal en Fortificaciones y es posible quetenga que salir de ese “funesto plantel”.

    492. 24 de octubre de 1908, SantaCruz de Bravo/Guadalajara. De Ignaciopara Jesusa: comenta la carta de Abel enla que le cuenta lo mal que salió en suexamen de Fortificaciones. El joven se ata-rantó, por lo que lo separaron del grupo decientíficos. Ahora será teniente. Está llenode pena. Bravo se comunicó por telégrafoen clave con el secretario de Guerra y conel subsecretario pidiéndoles que le permi-tan seguir con sus estudios. Urge que secambie de casa a una en mejores condi-ciones.

    504. 27 de noviembre de 1908, Co-legio Militar/Guadalajara. De Abel paraJesusa: siente mucho salir al ejército, loodia. Es teniente y no cadete.

    510. 6 de febrero de 1909, Santa Cruzde Bravo/Guadalajara. De Ignacio paraJesusa: comenta la carta de Abel. Está con-tento en el Cuerpo en Tepic. Debe hacercarrera en el ejército. Se está tramitando supase a Artillería.

    511. 15 de febrero de 1909, Tepic/Guadalajara. De Abel para Jesusa: agra-dece la carta cariñosa que le acaba de escri-bir. Comenta sobre la intención de su papáde pasarlo a Artillería. No desea vivir enMéxico.

    520. 23 de junio de 1909, México/Guadalajara. De Abel para Jesusa: avisaque llegó a México y que pasará unos díasen el hotel Gillow con su papá.

    549. 9 de agosto de 1910, Santa Cruzde Bravo/Guadalajara. De Ignacio paraJesusa: como ha estado enfermo y no tieneescribiente que le ayude con sus cartas

    no escribe mucho. Comenta que Abel estábien y supone que por haberse cambia-do tantas veces de casa las cartas se hanperdido.

    570. 28 de julio de 1911, México.Cuenta del hotel Gillow de Abel.

    572. 27 de agosto de 1911, Jonacate-pec/Guadalajara. De Abel para Jesusa: seencuentra en ese pueblito “próximo albandido Zapata”. Está enfermo de la gar-ganta. Pronto le mandará el dinero que le debe.

    572 bis. 29 de agosto de 1911, Jona-catepec/Guadalajara. De Abel para Jesu-sa: sigue enfermo de la garganta. Prontosaldrá a reconocer los cerros de los alre-dedores al sur del pueblo y la hacienda deSanta Clara.

    577. 14 de noviembre de 1911,Chiautla de Tapia/Guadalajara. De Abelpara Jesusa: acaba de ir a Huichila, Yeca-pixtla, Jalapa, Suchiapan, Tlacualpican,Hueuchitlan y Cuautla. En Yecapixtlaparticiparon en tremenda matanza con loszapatistas. Están preparados para cualquierevento. Ignacio está con la familia enGuadalajara.

    578. 4 de diciembre de 1911, Chiautlade Tapia/Guadalajara. De Abel paraMargarita: saldrá a un lugar donde segu-ramente habrá muchas balas. Si sale ilesoregresará al día siguiente, pero si mueredeberá llevar la carta que le adjunta algeneral para que se haga cargo de ella yde su hija Ema.

    586. 10 de febrero de 1912, Chiautlade Tapia/desconocido. De Abel paraMargarita: saldrá a combate contra loszapatistas. Si le pasara algo debe ir con suhija a buscar al general quien le ayudarápara que lleve una vida honrada. Si mueretendrá que enseñarle a su hija a venerarsu memoria.

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  • CORRESPONDENCIA FAMILIAR DE IGNACIO BRAVO, 1889-1918 143

    593. abril de 1912, Puebla de Zara-goza. Relato oficial de un encuentro conzapatistas en el cerro Chirimollo.

    604. 5 de diciembre de 1912, Yaute-pec, Morelos/Guadalajara. De Abel paraEpifanía Franco: comenta su estado desalud y le cuenta que ha estado en reposodebido a una operación que le acaban depracticar. Relata un enfrentamiento conzapatistas en el que participó al lado deAntonio, su primo. Lo elogia.

    621. 11 de marzo de 1913, México/Guadalajara. De Abel para Ignacio:informa sobre las noticias acerca de quelos rebeldes los esperan en Achichipicopara atacarlos. En el tren lo acompañaMargarita y su hija. Le pide que si lo ma-tan o lo hieren se haga cargo de ellas.

    629. 5 de junio de 1913, México/Guadalajara. De Abel para Jesusa: si des-graciadamente ha recibido esa carta es por-que ha dejado de existir y por medio deesta le confiesa la existencia de Margaritay de su hija Ema. Pide que las proteja.

    637. 24 de julio de 1913, México/Guadalajara. Telegrama de María de JesúsPérez de Díaz para Jesusa: le informa queacaban de herir gravemente a Abel encombate.

    643. 3 de septiembre de 1913, Méxi-co/Guadalajara. De Margarita para Jesusa:Jesusa las ha aceptado. Margarita está muydeprimida por la muerte de Abel quienestá enterrado en el casco de la hacienda deAtlacomulco al lado del sargento quemurió con él. Pronto lo sacarán de dondeestá y lo pondrán en la capilla. Don Ra-món Corona le escribió una carta al presi-dente Huerta para que le den una pen-sión o un empleo con el administradorgeneral de correos. Ema podría entrar deinterna en el Colegio de las Vizcaínas. Laniña está enferma del corazón.

    668. 17 de octubre de 1913, México/Guadalajara. De Ignacio para Jesusa:esquina con señal de luto. Escribe muysorprendido sobre la carta en la que Abelle encomienda a su familia.

    686. 14 de noviembre de 1913, Méxi-co/Guadalajara. De Ignacio para Cidlallin:se alegra de que las enfermedades de lafamilia vayan desapareciendo; en cambiolas de él aumentan. Comentan sobre la ideaque tiene Cidlallin de irse a México a con-cluir sus estudios en un colegio inglés.

    696. 16 de enero de 1914, San An-tonio, Texas/Guadalajara. De Ignacio paraCidlallin: esquina con señal de luto. Com-prende la situación desamparada de sushijas, pero poco puede hacer pues él seencuentra enfermo y en la miseria. Sólola mala fe criminal ha inventado que tienedinero. Aunque tiene cosas que puedevender en Guadalajara no hay quien com-pre. Además, los señores del gobierno seecharon sobre los bienes que tenía enQuintana Roo quitándole todo. Les diceque vendan el piano y vendan dulcecitospara que puedan comerse una tortilla.

    720. 11 de junio de 1914, México/Guadalajara. De Margarita para Jesusa:no le había escrito porque Ema estuvoenferma y a punto de morir. Ha pasadotantas penas que tenía ganas de correr alas calles y que la matara un tren. Por laenfermedad de Ema ha contraído muchasdeudas. Si renuncia Huerta bajarán losprecios, pero seguramente ella perderá sutrabajo porque cada gobierno mete a susrecomendados. El general Bravo no las haapoyado. No contesta sus cartas.

    725. Sin fecha ni lugar. De Ignaciopara Atala: está contento por saber de sus adelantos en la escuela para que puedaser una muchachita instruida y no unaignorante.

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  • 144 MARTÍN RAMOS DÍAZ Y GABRIELA VÁZQUEZ BARKE

    727. Recorte de periódico en el que senotifica de los funerales de Ignacio Bravollevados a cabo en El Paso, Texas.

    728. Jueves 26 de agosto de 1915.Recorte de periódico titulado “Huertasigue preso. Autoridades americanas apre-saron al criminal Huerta en El Paso, Te-xas; junto con él se hallaban presos susesbirros huertistas; entre ellos Bravo, aquien llaman el ‘odioso Bravo’.”

    733. 17 de noviembre de 1917, SanAntonio, Texas/Guadalajara. De Ignaciopara Cidlallin: se queja de la pérdida de car-tas. Ya salió de la cárcel. Su salud está algoquebrantada, “tal vez por los 81 abriles”.

    749. 18 de noviembre de 1926, Gua-dalajara/Los Ángeles. De Jesusa paraCidlallin: Cidlallin vive en Los Ángeles.Su nombre de casada es Cidlallin A. B.de González.

    750. 6 de junio de 1927, Guadalajara/Los Ángeles. De Jesusa para Cidallin: pre-gunta si ya entró su hijo al colegio y esperaque cuando los vuelva a ver ya hablen bieninglés. Atala sueña con visitarla.

    760. 8 de noviembre de 1928, Gua-dalajara/Los Ángeles. De Xóchitl paraCidlallin, Daniel y Ofelita: reclama quehace mucho tiempo que no le escriben.

    764. 12 de octubre de 1929, Guadala-jara/Los Ángeles. De Xóchitl para Cid-lallin, Daniel y Ofelita: reclama que nuncale escriben. Está embarazada y comentalos posibles nombres. Quiere que vaya avisitarla para que sea la madrina de con-firmación de su hija Beatriz. Avisa que semurió su hermana Sara Bravo y el primoAntonio Cornejo que era idéntico a su her-mano Abel.

    771. Recorte de periódico que relatael ataque en el que murió Abel.

    817. 9 de julio de 1941, Guadalajara/México, ciudad. Carta de Atala en la queespecifica que su padre murió en el exilioen El Paso, Texas, en el año de 1918 ysolicita al Senado de la República la ges-tión para que los restos de ese militar fue-ran traídos a la patria.

    BIBLIOGRAFÍA

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