Más allá de la hermenéutica del sujeto delirante · Gustavo Negri 1 1 Antropología, FCNM-UNLP....

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Más allá de la hermenéutica del sujeto delirante Gustavo Negri 1 1 Antropología, FCNM-UNLP. Alcmeon, Revista Argentina de Clínica Neuropsiquiátrica, vol. 16, Nº 3, agosto de 2010, págs. 269 a 290. Resumen Consideramos al ser humano el producto de una sinergia entre lo biológico y su am- biente. Este ambiente es tanto ecológico, como social, como cultural; por lo tanto, para dar cuenta del ser humano como multiplici- dad debemos tener en cuenta aquellas varia- bles que lo producen, lo modelan y lo modu- lan. En cuanto a lo biológico del estudio del ser humano, sostenemos los postulados del neodarwinismo, y desde lo sociocultural los del postestructuralismo deleuziano. Esta últi- ma corriente teórica es la única que nos ha resultado compatible para estudiar al ser hu- mano como una multiplicidad sin desnaturali- zarlo dialécticamente. Creemos que lo socio- cultural es parte del estrés ambiental con que debe lidiar el ser humano para sobrevivir. El ser humano no esta aún desconectado del ni- cho ecológico, pero este ha sido reemplazado casi en su totalidad por el nicho cultural. Pre- tendemos estudiar aquellas variables sociocul- turales que llevan a los individuos y a las po- blaciones a delirar. Objetivos Desde la antropología plantearemos un modelo de lo que Emil Kreaplin consideraba como aquellos factores de influencia exóge- na que hacen al delirium. En este punto trata- mos de dar una explicación científico-filosófi- ca sobre las implicancias de variables exter- nas a la neurobiología que llevan a individuos humanos a delirar. Trataremos de hacer un puente desde el cual la antropología y la psi- quiatría sean compatibles para los estudios científico-filosóficos de los delirios, y daremos las razones por las cuales creemos que esto no podría lograrse desde el psicoanálisis como corriente de pensamiento que ha influido a la psiquiatría. Introducción Desde la antropología creemos que las manifestaciones delirantes que los psiquiatras estudian como síntoma en sus pacientes, tie- nen una génesis trinitaria: una es el entorno social, dos la herencia cultural, y tres la neu- robiología de los individuos-función de produc- ciones delirantes. Trataremos de construir puentes conceptuales entre antropología y psiquiatría, para lograr así construir un len- guaje común entre ambas disciplinas, logran- 10_Negri.pmd 27/08/2010, 19:09 269

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Más allá de la hermenéutica del sujeto deliranteGustavo Negri1

1 Antropología, FCNM-UNLP.

Alcmeon, Revista Argentina de ClínicaNeuropsiquiátrica, vol. 16, Nº 3, agosto de 2010,págs. 269 a 290.

Resumen

Consideramos al ser humano el productode una sinergia entre lo biológico y su am-biente. Este ambiente es tanto ecológico,como social, como cultural; por lo tanto, paradar cuenta del ser humano como multiplici-dad debemos tener en cuenta aquellas varia-bles que lo producen, lo modelan y lo modu-lan. En cuanto a lo biológico del estudio delser humano, sostenemos los postulados delneodarwinismo, y desde lo sociocultural losdel postestructuralismo deleuziano. Esta últi-ma corriente teórica es la única que nos haresultado compatible para estudiar al ser hu-mano como una multiplicidad sin desnaturali-zarlo dialécticamente. Creemos que lo socio-cultural es parte del estrés ambiental con quedebe lidiar el ser humano para sobrevivir. Elser humano no esta aún desconectado del ni-cho ecológico, pero este ha sido reemplazadocasi en su totalidad por el nicho cultural. Pre-tendemos estudiar aquellas variables sociocul-turales que llevan a los individuos y a las po-blaciones a delirar.

Objetivos

Desde la antropología plantearemos unmodelo de lo que Emil Kreaplin considerabacomo aquellos factores de influencia exóge-na que hacen al delirium. En este punto trata-mos de dar una explicación científico-filosófi-ca sobre las implicancias de variables exter-nas a la neurobiología que llevan a individuoshumanos a delirar. Trataremos de hacer unpuente desde el cual la antropología y la psi-quiatría sean compatibles para los estudioscientífico-filosóficos de los delirios, y daremoslas razones por las cuales creemos que estono podría lograrse desde el psicoanálisis comocorriente de pensamiento que ha influido a lapsiquiatría.

Introducción

Desde la antropología creemos que lasmanifestaciones delirantes que los psiquiatrasestudian como síntoma en sus pacientes, tie-nen una génesis trinitaria: una es el entornosocial, dos la herencia cultural, y tres la neu-robiología de los individuos-función de produc-ciones delirantes. Trataremos de construirpuentes conceptuales entre antropología ypsiquiatría, para lograr así construir un len-guaje común entre ambas disciplinas, logran-

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do así pasar de la interdisciplina a la transdis-ciplina.

Para ello, conceptualizaremos lo que an-tropológicamente entendemos como delirios,para luego, tratar de homologarlos con la con-ceptulización psiquiátrica que se tiene de es-tos. Además, trataremos dar cuanta de losfactores, funciones y procesos, que llevan alos individuos a delirar, sobre todo, aquelloscomplementarios al estudio neurobiológico delos psiquiatras.

Hominización, socius, dispositivos,maquinas y delirios

Desde la antropología creemos que losseres humanos somos producto de tres tiposde variables: biológicas, sociales y culturales.Como individuos, los seres humanos, estamosinmersos en un ambiente que nos contiene.Ese ambiente es un todo complejo donde in-teractuamos con otras formas de vida comoplantas, animales y microorganismos, como asítambién, con otros individuos de nuestra es-pecie. Al ambiente humano lo denominaremosnicho cultural que es la modificación del ni-cho-ecológico original, que contiene a otrasformas de vida.

A los individuos que interactúen sexual-mente entre si, y dejen descendencia, los con-sideraremos como parte de una misma pobla-ción biológica. A los que interactúen social-mente entre si, con fines sexuales o de co-operación, los consideraremos como parte deuna misma comunidad. Y a los individuos delas comunidades que tengan un bagaje de có-digos heredado y heredable comunes entre si,y distintos a otros, los consideraremos comoparte de una misma cultura.

Desde la antropología materialista consi-deramos que los seres humanos somos el pro-ducto de estas tres variables interactuando a

la vez constantemente. Nuestra evolucióncomo humanos no culminará con Homo sa-piens sapiens, ya que las variaciones intraes-pecificas y la historia evolutiva indicarían quesi no hemos de extinguirnos primero, podríansurgir otras especies humanas en el futuro.

Nuestros cuerpos y nuestras mentes sonel producto de al menos 4 crones de evolu-ción que podrían remontarse hasta el GéneroAustralopitecus; el primer fósil consideradocomo el eslabón perdido predicho por Darwinentre los seres humanos y los simios. El Aus-tralopitecus africanus conocido como el niñode Taung fue hallado en la cantera de Bux-ton, cerca de la localidad de Taung, en Sudá-frica. El hallazgo fue estudiado por un profe-sor de anatomía de la universidad de Witwater-srand. El hallazgo fue publicado en la revistaNature y argumentaba que los ancestros delhombre habrían surgido en África en lugar deAsía, como se creía hasta ese momento, apartir de los descubrimientos de Dubois enIndonesia.

Otros especimenes del Género Australo-pitecus fueron descriptos en África del sur ydel Este. Las especies gráciles de Australopi-tecus son el A. anamensis con un fechado de4,2-3,9 crones; A aféresis con 3,6-3 crones;A. bahrelghazali con 3,5-3 crones; A. gharicon 2,4-2,1 crones; A. africanus con 3,5-2,3crones. Las especies robustas de Australopi-tecus son A. boisei y A. robustus ambos confechados de 2,4-1,4 crones en África de Estey África del Sur respectivamente. Ambos fue-ron contemporáneos a Homo habilis comoseñala Turbón en las áreas señaladas. Un datoimportante al que hace referencia Turbón,autor al que seguimos en esta descripción delproceso de hominización1, es que el cerebrode Australopitecus Robustus es un cerebrocompletamente homínido, que incluye las áreasde Broca y Wernicke, lo que indicaría que tal

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vez poseían la capacidad del habla. En Homo,dicha capacidad seria indispensable para lasupervivencia, ya que las hembras Homo,deben haber necesitando asistencia en lospartos. La estreches del canal de parto, y laexpansión del volumen craneano de las crías,hacían imposible el parto sin asistencia de lashembras.

Homo habilis fue la primera especie aso-ciada a herramientas, y por lo tanto, capaz detransformar su nicho ecológico en un nichocultural, haciendo mas fácil su supervivencia.Homo habilis vivió en África del Este y delSur entre 2,3 y 1,8 crones. Se lo asocia a laindustria modo I u Olduvaiense.

Homo erectus dominó el fuego y fue elprimero en salir de África. Vivió entre 1,9 y0,4 crones. Se lo asocia a la industria modo IIo Achelense.

Luego en Europa y Asía Menor vivió unaespecie adaptada al ambiente glacial. Estaespecie fue Homo sapiens neanderthalensis.Se la asocia a la industria Musteriense. Vivie-ron entre los 120 ka hasta los 35 ka. Entrevarias hipótesis se cree que fueron desplaza-dos cada vez más hacia el oeste de Europa,hallándose los últimos en lo que hoy es Portu-gal. Quienes los habrían desplazado serianpoblaciones de Homo sapiens sapiens, porta-dores de tecnología paleolítica de vanguardia,que habría superado a la de los Neandertha-les. Los humanos modernos fueron los pri-meros fehacientemente asociados a compor-tamientos que requirieron de simbolismo com-plejo como el arte y la magia como intentosde dominar su entorno. Las evidencias de estopueden hallarse en sitios como las cuevas deAltamira en España y Cromagnon en Fran-cia.

Creemos que el arte rupestre fue la pri-mera evidencia de que los seres humanos te-nían la capacidad de delirar, ya que las prácti-

cas chámanicas o mágicas, muchas vecesrequieren el uso de alucinógenos.

Los humanos modernos llegaron a Europahace 40ka, desplazando a los neanderthales,y llevándolos a su extinción en solo 5000 años.

Hasta aquí hemos analizado brevementeel proceso de hominización que se inicia conlos Australopitecus y que se extiende hasta elsurgimiento del Homo sapiens sapiens. Unavez, homo sapiens sapiens, los seres huma-nos comenzamos a maquinar de manera dis-tinta a la del inicio del proceso. A esta nuevaforma de maquinar Michel Foucault la llamodispositivo y Gilles Deleuze agenciamiento. Losdispositivos son maquinas que producen lo quela maquina abstracta requiere para su funcio-namiento. A la maquina abstracta de Foucault,Deleuze le llama el socius, que no es el equi-valente a sociedad. El socius es la maquinaabstracta que coordina e inscribe las cadenasde código de la producción sociocultural ensu totalidad. Este socuis inscriptor es el quedirige y distribuye los flujos de códigos, de in-dividuos, de animales, etcétera, entre las po-blaciones humanas. La maquina abstracta esuna maquina sociocultural, y como tal, produ-ce las pautas de cómo deben relacionarse losseres humanos. Existieron tres maquinas cul-turales a lo largo de la historia. La primerafue la maquina territorial, la segunda la ma-quina despótica, y la tercera la maquina capi-talista. Estas tres maquinas culturales produ-cen las reglas de cómo los seres humanosdebemos comportarnos. No debe entendersepor maquina necesariamente algo material ydirigido. Consideramos maquina a todo lo quecumpla una función, por ejemplo, el jinete ysu caballo pueden ser una pieza en la maqui-naria de guerra mongol. Y teniendo en cuentaque a un jinete debe entrenárselo por lo me-nos 10 años para que sea efectivo en la gue-rra, a ese jinete hay que producirlo, como así

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también, al caballo indicado para que respon-da a las órdenes del jinete en batalla. Es decir,que a través de un caballo y un jinete, puedendeducirse los dispositivos que los han produ-cido. No debe confundirse el modelo maquí-nico del esquizoanálisis con un modelo meca-nicista. El primero es complejo y dinámico, elsegundo es cerrado y simple.

Daremos algunas conceptualizaciones delas categorías de análisis que utilizaremos paraanalizar la problemática de los delirios desdelo sociocultural, para complementar el cono-cimiento que se tiene de los mismos desde lobiológico. Utilizaremos alternadamente termi-nología tanto Foulcaltiana como Deleuziana.

Socius: la función del socius es "Codifi-car el deseo, - y el miedo, la angustia, de losflujos descodificados-"(2).

Maquina territorial, maquina abstrac-

ta, megamaquina o socius primitivo: "Lamaquina territorial, es por lo tanto, la primeraforma de socius, la maquina de inscripciónprimitiva, <<megamaquina>> que cubre uncampo social. No se confunde con las maqui-nas técnicas. Bajo sus formas mas simple lla-madas manuales, la maquina técnica ya im-plica un elemento no humano, actuante, trans-misor, o incluso motor, que prolonga la fuerzadel hombre y que permite que posea una cier-ta liberación. La maquina social, por el con-trario, tiene como piezas a los hombres inclu-so si se los considera con sus maquinas, y losintegra, los interioriza, en un modelo institu-cional a todos los niveles de la acción, de latransmisión y de la motricidad. También for-ma una memoria, sin la cual no habría siner-gia del hombre y sus maquinas (técnicas)"(3).

Maquina social y maquina técnica:

"Una misma maquina puede ser técnica y so-cial, pero no bajo el mismo aspecto: por ejem-plo, el reloj como maquina técnica para medirel tiempo uniforme y como maquina social para

reproducirlas horas canónicas y asegurar elorden de la ciudad"(4).

Maquina social: "es literalmente una ma-quina, independientemente de toda metáfora,en tanto que presenta un motor inmóvil, queprocede a diversas clases de cortes: extrac-ción de flujo, separación de cadena, reparti-ción de partes. Codificar los flujos implica to-das estas operaciones. Esta es la tarea masimportante de la maquina social, por ello lasextracciones de producción corresponden aseparaciones de cadena, resultando la parteresidual de cada miembro, en un sistema glo-bal del deseo, y del destino que organiza lasproducciones de producción, las produccionesde registro y las producciones de consumo.Flujo de mujeres y niños, flujo de rebaños ygranos, flujo de esperma, de mierda y de mons-truos, nada debe escapar. La maquina territo-rial primitiva, con su motor inmóvil, la tierra,ya es maquina social o megamaquina, quecodifica los flujos de producción, medios deproducción, productores y consumidores: elcuerpo lleno de la diosa Tierra reúne sobre sílas especies cultivables, los instrumentos delabranza y los órganos humanos(5).

La maquina social bárbara, despótica

o imperial: "En principio la formación bárba-ra despótica debe ser pensada en oposición ala maquina territorial primitiva, y se establecesobre sus ruinas: nacimiento de un imperio.(…) La instauración de la maquina despóticao del socius bárbaro puede ser resumida delsiguiente modo: nueva alianza y filiación di-recta. El déspota recusa las alianzas lateralesy las filiaciones extensas de la antigua comu-nidad. Impone una nueva alianza y se colocaen filiación directa con el Dios: el pueblo debeseguir. (…) Nuevos grupos de perversos pro-pagan la invención del déspota (tal vez inclu-so los han fabricado para él), expanden su glo-ria e imponen su poder en las ciudades que

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fundan o que conquistan. Por todas partes pordonde pasa el déspota y su ejército, doctores,sacerdotes, escribas, funcionarios, formanparte del cortejo"(6).

La maquina social capitalista: "es laúnica maquina social, como veremos, que seha construido como tal sobre flujos descodifi-cados, sustituyendo los códigos intrínsecos, poruna axiomática de las cantidades abstractasen forma de moneda"(7).

Relaciones maquínicas: "las maquinasson sociales antes de ser técnicas. O más bien,existe una tecnología humana antes dequeexista una tecnología material. Esta, natural-mente, desarrolla sus efectos en todo el cam-po social; pero para que sea posible es nece-sario que los instrumentos, es necesario quelas máquinas materiales hayan sido primeroseleccionadas por un diagrama, asumidas poragenciamientos. Los historiadores se han en-contrado a menudo con esa exigencia: las ar-mas llamadas hoplíticas están incluidas en elagenciamiento de la falange; el estribo es se-leccionado por el diagrama de feudalidad; elpalo de cavar, la azada y el arado no formanun progreso lineal, sino que remiten respecti-vamente a maquinas colectivas que varían conla densidad de la población y el tiempo de bar-becho. A este respecto Foucault cómo el fusilsolo existe como instrumento en <<una ma-quinaria cuyo principio ya no es la masa móvilo inmóvil, sino una geometría de segmentosdivisibles y componibles>>. La tecnología es,pues, social antes de ser técnica"(8).

Maquinas abstractas: "es el diagrama in-formal"(9). Este, cumpliría una función equi-valente de lo que Deleuze llama socius, perono es estrictamente lo mismo, porque Deleu-ze y Foucault usan cada uno su propia termi-nología. Igualmente creemos que pueden lle-gar a ser equivalentes desde lo funcional.Nosotros lo usaremos de ese modo.

Maquinas concretas: "son los agencia-mientos, los dispositivos biformes"(10). Unamaquina concreta es por ejemplo una iglesia.Esta resulta ser, como todo templo, una visibi-lidad del delirio existencial humano volcadoen el campo social. La iglesia también hacevisibles relaciones políticas, económicas, co-munales y sociales en general. La basílica deSan pedro en el Vaticano hace visible la re-forma protestante y la contrarreforma católi-ca dentro del delirio cristiano.

Maquinas biológicas: son todas aquellasunidades que hacen maquina. No hablamosexclusivamente de los individuos como ma-quina biológica porque también lo pueden sertanto una colonia de hormigas como tambiénun liquen(11).

Dispositivos: se aplica el termino tanto alas maquinas abstractas como las maquinasconcretas. Por ejemplo lo que Foucault llamapanoptismo es un dispositivo que comienzacomo maquina concreta: prisión, y que luegose extiende a todo el campo social. Foucaultnoto que las escuelas, las fábricas, los cuarte-les militares y los hospitales están basados enel modelo de la prisión, es decir, en el panop-tismo que consta de una forma arquitectónicaque permite una vigilancia constante(12).

Deseo: "El deseo es entonces una pro-ducción social. La producción deseante se or-ganiza mediante un juego de represiones y per-misiones. Tal juego carga energía libidinal enla sociedad. La carga de deseo es "molar" enlas grandes formaciones sociales y "molecu-lar" en lo microfísico inconsciente. Lo molares deseo consciente, representación de obje-tos de deseo, y se origina a partir de los flujosinconscientes del deseo o cuerpo sin órga-nos"(13).

Individuo delirante: Individuo función deun delirio. Este puede estar dentro de la nor-ma delirante o fuera de ella. La norma deli-

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rante es aquella que define los límites de loque es normal delirar y que no lo es.

Colectivo delirante: individuos que sedejan arrastrar por algún delirio social. Todosellos son delirantes normales, ya que su deli-rio esta normalizado por algún dispositivo nor-malizador de los delirios. En el caso de loscatólicos el dispositivo normalizador de losdelirios es la iglesia católica. Dentro del co-lectivo católico delirante se espera que todoslos individuos deliren dentro de las normasimpuestas por la iglesia católica.

Perversos: individuos o colectivos queviolan tabúes. Los tabúes se determinan des-de el punto de vista social- cultural- político-histórico desde el cual se este haciendo la dis-tinción. El concepto de perversión esta direc-tamente ligado con el de tabú. Tabú son todasaquellas prácticas discursivas y no discursi-vas que son condenadas por un grupo. Nopodemos homologar psicopatía con perversión,ya que la primera esta incluida dentro de laotra, y por lo tanto, un perverso no siempre esun psicópata(14). Se dice que el capitalismo esperverso porque viola los tabúes de todas lassociedades preexistentes al mismo.

Ya habiendo definido las categorías deanálisis de nuestro marco teórico, pasaremosa aplicarlo a lo que Emil Kraeplin llamó exó-geno. Los dispositivos son maquinas de pro-ducir y moldear seres humanos. Estos son dis-positivos normalizadores de las poblaciones.Los segmentos de las poblaciones que no lo-gran ser normalizados por los distintos dispo-sitivos que moldean las sociedades son consi-derados desviados. La normalidad productode la normalización de los individuos, tiene quever directamente con el dispositivo que esteactuando en algún momento y lugar determi-nados. Por ejemplo, en Alemania durante lasegunda guerra mundial, estaba actuando eldispositivo nacional socialista. Este producía

individuos que en otros contextos históricosserian considerados psicópatas. Una carac-terística de la maquina despótica es la de pro-ducir perversos y paranoicos en masa. Lanormalización de los individuos durante la se-gunda guerra mundial, sobre todo en Alema-nia, pasaba por crear guerreros, y estos, de-ben tener todas las características que lospsiquiatras considerarían como psicopáticas.Un guerrero o soldado debe volverse un "psi-cópata" para cumplir con su función dentrode la maquinaria de guerra de cualquier ejér-cito regular de estado. Distinto a la milicia quesolo se recluta en caso de guerra, el ejército,es una maquina que necesita de la guerra parajustificar su existencia. Por lo tanto, el dispo-sitivo militar, como parte de la maquinaria es-tatal, necesita producir perversos para que lamaquinaria estatal funcione. Con esto no es-tamos afirmando que todos los militares seanperversos, solo que son función de la perver-sión estatal, función sin la cual los estadoscorrerían riesgo de ser fagocitados por otrosestados o por las etnias sometidas por estosmediante la fuerza. Es evidente que las clasi-ficaciones en psiquiatría y psicología utiliza-das en el DSM-IV responden a una visiónpanorámica desde la cual se tiene en cuentacomo normales, o psiquiátricamente estables,solo a aquellos individuos normalizados por elsocius capitalista. Hay que tener en cuentaque cada dispositivo produce un determinadotipo individuos, ya sean estos normales o des-viados. No discutimos toda la clasificaciónhecha desde la perspectiva psiquiátrica delDSM-IV, pero hay que tener en cuenta quees relativa, y que no puede extrapolarse acrí-ticamente a otras realidades producidas porotros dispositivos. La generalización de la bu-limia y la anorexia entendidas como sociopa-tias, solo son producidas por la maquina capi-talista, así como otras enfermedades relacio-

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nadas con la falta de higiene, el hacinamientoy la pobreza. No es verdadero que siemprehubo pobres en el mundo, y tampoco lo es,que las familias humanas siempre respondanal modelo occidental de organización filial(15).

En Argentina, y por lo general, en el restodel mundo también, las poblaciones son muydiversas desde lo cultural y no pueden gene-ralizarse esas categorías. Es por eso, que des-de la antropología, no podemos dejar de con-siderar inadecuados todos los análisis basa-dos en el modelo edípico de familia y en lageneralización de las pautas de relacioneshumanas burguesas, generadas durante elcapitalismo industrial europeo, desde el cualse han hecho todas las clasificaciones freu-dianas.

La normalización de los individuos duran-te el nacional socialismo pasaba por conver-tirlos en perversos y paranoicos, y con los queno lo lograban, se los consideraba desviados,y por lo tanto, se los eliminaba. Cuando lospsiquiatras y psicólogos hablan de adaptarseal ambiente social deben tenerse en cuentalas características de dicho ambiente. Los in-adaptados al ambiente generado por el dispo-sitivo nacional socialista tal vez no tendríanproblemas de adaptación a otros ambientesgenerados por otros dispositivos. El ambientees esencialmente el mismo nicho-cultural enel cual vivían los primeros homínidos peromodificado sustancialmente por el surgimien-to de los dispositivos.

Los seres humanos somos tanto productode la biología, como la cultura, como de lasrelaciones sociales que esta nos impone. Tantolos cuerpos como las mentes son producto delo que los dispositivos hicieron de nosotros, yasea que devengamos en normales o desvia-dos. Y con el delirio ocurre exactamente lomismo. Hay dispositivos que normalizan tan-to a la producción delirante como a los indivi-

duos que deliran, como así, a las manifesta-ciones artísticas, filosóficas y culturales rela-cionadas con estos. Una basílica es productodel dispositivo cristiano católico y constituyeen si una visibilidad. Todas las relaciones so-ciales que llevan a la construcción de una ba-sílica pasan por el dispositivo que normaliza eldelirio cristiano. Esther Díaz sintetiza de for-ma magistral la maquinación de los tres so-cuis deleuzianos de la siguiente manera.

"Tanto en el sistema primitivo (cuerpo dela tierra), como en el despótico (cuerpo totali-tario), como en el capitalismo (cuerpo del ca-pital-dinero) el deseo puede oscilar entre laparanoia y la esquizofrenia sociales. Además,cada tipo de sociedad produce tipos priorita-rios de subjetividades "enfermas". El cuerpode la tierra genera perversos sociales, indivi-duos que no cumplen el tabú. El cuerpo des-pótico produce psicosis paranoicas, tal comola del nazi que cree pertenecer a una razasuperior. Finalmente, el cuerpo capitalista en-gendra perversos individuales, psicosis esqui-zofrénicas, padres despóticos, privación do-méstica del deseo y neurosis edípicas. Estoúltimo es el aporte que, sin querer, el psicoa-nálisis le hace al capitalismo. Pueden estartranquilos quienes defienden un sistema devida neoliberal en lo económico, mientras eldiscurso psicoanalítico circule en lo social"(16).

Analizaremos los distintos procesos, pro-ductos y funciones que hacen a la matriz delos delirios algo sociocultural. Algo que ade-más de estar relacionado con un síntoma psi-quiátrico en los individuos que padecen algu-na patología de base, también esta relaciona-do con individuos psiquiátricamente estables.

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Modelo sobre la matriz socio-cultural de los delirios

En psiquiatría se ha definido delirio de va-rias maneras. Seguiremos el desarrollo quehace Lucio E. Bellomo(17) y Hugo Marietan(18).

Idea delirante: "el elemento constitutivofundamental del delirio lo constituye la ideadelirante <<Whan>>"(19).

Delirium: "el conjunto ensamblado de lasideas delirantes conforman el delirio(whan)"(20).

La etimología del termino delirio provienede delirare "(de: fuera; lirare: ruta)". Una vezdefinido delirio desde la psiquiatría, comenza-remos a concebirlo y caracterizarlo desde EmilKreaplin. Dice Marietam de la concepciónexógena de los delirios según Kreaplin: "Comoseñalamos (Kreapelin) siguió a Kahalbaum enel acento dado a lo descriptivo y en el interéspor el curso de la enfermedad, siguió el crite-rio anatomoclínico de su maestro Griensingery tomo a Mobiüs la noción de etiológica deexógeno (enfermedades psíquicas provocadaspor agentes externos que accionaban sobreel cerebro) y el de endógeno (predisposicióninnata a padecer en algún momento de la evo-lución madurativa una enfermedad mental sinbase somática reconocida)"(21).

Dice Bellomo de la clasificación de losdelirios kraepliniana: "Emil Kraepelin (1856-1926), en 1921 describe la paranoia (ve-rrütheit). Como tipos clínicos primarios com-prende a los delirios paranoicos de celos, degrandiosidad y de persecución; y consagradiversos "subtipos clínicos" de la paranoia -cinco fundamentales entre ellos-: 1- los deli-rios eretomaníacos; 2- de "los altos ascendien-tes" (magalomaníacos); 3- de los inventores;4- de los "profetas y santos" (místicos) y 5-los de temática hipocondríaca(22).

Una vez conceptualizados y clasificadoslos delirios desde la perspectiva psiquiátricakraepliniana, buscaremos hacer el puente con-ceptual para acoplar el desarrollo kraeplinia-no de la psiquiatría con el desarrollo materia-lista de la antropología para dar cuenta de losseres humanos como un continun sinérgicoentre naturaleza, cultura y sociedad. EstherDíaz, da una definición de delirio basada en elmarco teórico deleuziano que se acerca bas-tante a lo que entendemos como tal.

Delirio: "La matriz de toda carga de ener-gía libidinal social es el delirio. Delirio, aquí,no se entiende como categoría psicológica in-dividual, sino como categoría histórico social.El delirio se desplaza entre dos polos, uno tien-de a homogeneizar el deseo de las grandespoblaciones desde los centros de poder y elotro trata de huir de esa masificación desean-te codificada, siguiendo alguna posible líneade fuga del deseo (molecular). El delirio es elmovimiento de los flujos del deseo. Puede serparanoico, esquizofrénico o perverso. Perotampoco estas categorías refieren a entida-des psicológicas individuales, ni tienen conno-tación de "enfermedad" (por lo menos, no deenfermedad subjetiva), se trata de distintasmodalidades del deseo que se manifiestan enlo social"(23).

Para nosotros la definición anterior respon-dería al delirio como categoría social, pero conel afán de dar una definición útil para la psi-quiatría que trata pacientes individuales, paranosotros, delirio, seria la función del productode un proceso cibernético de dominación, don-de a través de dispositivos de control colecti-vo, se controlan racionalmente poblacioneshumanas a través de prácticas discursivas yno discursivas aparentemente basadas en lairracionalidad. Es decir que los individuos, olos colectivos humanos, son función del deli-

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rio al delirar, ya sea a través de prácticas dis-cursivas o no discursivas.

Desde la antropología materialista consi-deramos que el delirio es una multiplicidad quearbitrariamente subdividimos en partes con elafán de tratar de construir un modelo que loexplique como proceso sociocultural que pro-duce individuos delirantes tanto normalizadoscomo desviados. Este modelo no explicaríalas causas de los delirios que presentan losindividuos que manifiesten delirios crónicoscomo parafrenias o paranoias, ya que cree-mos que estos se deben a causas neurobioló-gicas, pero si creemos que explicaría el con-tenido de tales, ya que estos responden a unamatriz sociocultural. Deleuze y Guattari dicen:"El esquizoanalista es un mecánico y el esqui-zoanálisis es tan solo funcional"(24). Siguiendoeste modelo de trabajo, trataremos de mode-lizar como maquinan los delirios como maqui-nas socioculturales. En contraposición al psi-coanálisis, no interpretamos, ni le impone-mos un significante a lo que no lo tiene. Unainterpretación común de los delirios es a tra-vés del complejo de Edipo, lo que convierte alproducto original en un nuevo producto: el pro-ducto psicoanalítico. Los deliros interpretadosdesde el psicoanálisis, se convierten en meta-delirios. Es por ello que creemos que debe-mos evitar la hermenéutica del sujeto deliran-te, para estudiar a los delirios como una mul-tiplicidad irreductible a la interpretación delpsicoanálisis.

El delirio en la antropología materialistapostestructuralista lo vemos como una maqui-nación compleja que va desarrollándose a tra-vés del tiempo y que produce multiplicidades.Delirio desde lo sociocultural es equivalente adecir maquinación delirante. En esta puedendistinguirse cuatro elementos que hacen quedicha maquinación sea posible. Estos elemen-tos son un modelo de cómo funcionaria la

maquinación delirante. Pasaremos a descri-bir la maquinación delirante y sus elementos.

La maquinación social delirante es unaforma cibernética de dominación sociocultu-ral. Esta conformada por una matriz que cons-ta básicamente de cuatro elementos que ma-quinan juntos. A partir de esta maquinaciónlos individuos delirantes se hacen función dela producción delirante, siendo junto a la sín-tesis delirante y al proceso de producción loque Emil Kraeplin llamaba exógeno.

El delirio como práctica social es la fun-ción del producto de un proceso cibernéticode dominación, donde a través de dispositivosde control colectivo, se controlan racionalmen-te poblaciones humanas a través de prácticasdiscursivas y no discursivas aparentementebasadas en la irracionalidad.

La síntesis social delirante es un fenó-meno mediante el cual a través de creacionesimaginarias una elite manifiesta su voluntadde dominio sobre la masa, y la segunda, mani-fiesta la voluntad colectiva de obedecer a esaelite a través del culto a esas creaciones.

El proceso social delirante esta confor-mado por la aplicación eventual concatenadade todas aquellas estrategias que utilizan laselites para dominar a las masas. Estas varíana través del tiempo en complejidad y se vansuperponiendo unas a otras. Estas estrategiasen orden de complejidad creciente son: lamagia, la religión, la política y el mercado.

La producción social del delirio es laresultante de un proceso cibernético de domi-nación, donde a través de dispositivos de con-trol colectivo, se controlan racionalmente po-blaciones humanas a través de prácticas dis-cursivas y no discursivas aparentemente ba-sadas en la irracionalidad.

Estos cuatro elementos parte de la maqui-nación delirante se van añadiendo paulatina-mente. Daremos el caso de la génesis del

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delirio cristiano para esquematizar tal maqui-nación.

El delirio es una contaste en la cultura hu-mana. Todas las culturas del mundo cuentanel tiempo en relación a eventos míticos, nosiendo la cultura occidental la excepción. Enoccidente, el tiempo se sigue contando, desdeel supuesto nacimiento de un personaje quehoy la psiquiatría consideraría esquizofrénico,al que en ese tiempo llamaron Jesús de Naza-ret, el Cristo. El cristianismo como procesode dominación cibernética de las poblacionessurge aparentemente a partir del delirio de unindividuo que padecería esquizofrenia. Marti-rizado por manifestar públicamente su deliriomístico, su imagen en la cruz, es utilizada paramanipular a las masas hasta la actualidad.Cristo murió en la cruz solo por hacer públicosu delirio, y algunos consideraron este marti-rio útil como un icono religioso con fines polí-ticos. Es así como surgieron los primeros evan-gelios, escritos supuestamente unos 60 añosdespués de lo supuestamente sucedido.

Mas allá de que haya existido la posibili-dad de que los seres humanos espontánea-mente abracen el delirio de un esquizofrénicocomo un dogma a seguir, el hecho de que ac-tualmente siga haciéndose, requiere de unasistematización y encauzamiento del deliriodesde lo sociopolítico. El delirio de un hombredeviene en el delirio de un pueblo, y luego deotros, y así hasta nuestros días. Desde el de-lirio de un esquizofrénico hasta la consolida-ción del cristianismo como herramienta políti-ca para el control de masas, hay miles de ope-raciones conscientes e inconscientes, indivi-duales y colectivas para que esto ocurra. Esdecir que todo delirio social es encausado enla dirección que crean convenientes los líde-res de turno. Implica voluntades de dominio yvoluntades de obedecer a ese dominio. El de-lirio social es producto de esta síntesis, y el

cristianismo no es la excepción. Según nues-tro modelo de delirio social, el cristianismo,posee los cuatro elementos de la maquinacióndelirante.

La maquinación delirante va complejizan-dose con el tiempo. Y en este proceso de com-plejización van surgiendo distintos tipos dedelirios a partir de la diferenciación de otrosanteriores o la combinación de estos. El deli-rio como maquinación, primitivamente, essiempre mágico, para luego devenir religiosocon el surgimiento de los estados, para luegoreconfigurarse en político con la seculariza-ción de los estados, para desembocar en laburbuja financiera al hacerse bursátil. El deli-rio bursátil es el más complejo de todos, es ellímite de la utopía capitalista. En la bolsa sedepositan todos los sueños de la humanidad.Toda la producción deseante de la humanidadsucumbe a la axiomática del mercado.

Si el mercado es un producto natural de lalibre interacción entre seres humanos; si todotermina teniendo un precio; si nuestras ilusio-nes cotizan en bolsa; si no puede salirse deesa axiomática que plantea el mercado; siestamos destinados a desear infinitamente; sino puede apagarse el interruptor de la maqui-na: estamos perdidos. El más perverso de losdelirios no ha tragado vivos sin siquiera ha-bernos dado cuenta.

Visibilidades del delirio

Las visibilidades son indicadores de prác-ticas discursivas o no discursivas. En cuantoal delirio son todos aquellos indicadores quehacen visible los delirios como produccióndeseante-social. Un templo, una tablilla decebil, una acción bancaria, etc. son indicado-res materiales de distintos tipos de delirios.Melodías como "cara al sol" y "a la barrica-das" son visibilidades de una producción de-

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seante-social que muestran tanto el extremofascista como el extremo libertario del deseo.La existencia de las mismas conlleva prácti-cas discursivas y no discursivas fascistas ylibertarias, y las mismas hacen visible el deli-rio político haciéndose carne en el campo so-cial. Los individuos que deliran la política demaneras opuestas, no solo se enfrentan en unaguerra teórica mediante prácticas discursivas,sino también desde la guerra material comopráctica no discursiva. Por lo tanto, las visibi-lidades son indicadores de las distintas varian-tes de delirios socioculturales. Estas nos per-miten diagnosticar, no solo delirios del presen-te, sino también, delirios del pasado. Las visi-bilidades son las evidencias a las que nos re-mitimos para tipificar las distintas clases dedelirios socioculturales.

Visibilidades de delirios alucinatoriosLas visibilidades del delirio son aquellas

producciones culturales que hacen visible laproducción delirante. La magia y la religiónestán estrechamente relacionadas con el de-lirar en las culturas dentro de lo que nosotrosconsideramos socius primitivo. Los templosson maquinas de delirar que remiten indirec-tamente al delirio. Pero hay objetos religiososque están directamente relacionados con eldelirio. En el Museo de Ciencias Naturalesde La Plata, se exhiben unos objetos muy par-ticulares adjudicados a la cultura de la Agua-da, que se desarrollo durante los siglos IV yVIII D.C. Son tablillas que tenían la funciónritual de contener cebil en polvo, para inducirdelirios alucinatorios en ceremonias mágico-religiosas……

En Chavín de Huantar, Perú, se encontra-ron unas esculturas en piedra que aparente-mente están relacionadas con la representa-ción del uso de alucinógenos. Las figuras tie-

nen ojos extravicos, narinas dilatadas y mocochorreando de las mismas.

Existen indicadores arqueológicos de prac-ticas mágico-religiosas que inducían a los se-res humanos a ser función de delirios alucina-torios. A través de las obras de arte, podemosdar cuenta de la producción delirante socialde cada cultura en particular. Los cristianosdeliran cadenas de código judeo-cristianas, encambio, los nativos americanos deliraban lascadenas de código de sus respectivas cultu-ras. En los Andes, en tiempos de Chavín deHuantar, se deliraban los felinos y los reptilesmezclados con figuras antropomorfas. Esosdelirios estaban relacionados con el consumode sustancias psicoactivas que los hacían alu-cinatorios.

La maquinación de lo sociocultural con lobiológico mediante el uso ritual de alucinóge-nos fue común tanto en las áreas nuclearesde América (Mesoamérica y Los Andes)como en las áreas marginales (El Amazonas).Dicha maquinación implica un uso cultural deleco-nicho ambiental como forma de comu-nión entre lo sagrado con lo profano. El usode plantas sagradas para lograr esa comuniónes común aún hoy en Mesoamérica. Los es-tudios etnobotánicos dan cuenta de las espe-cies de plantas y los tipos de síntomas queestos producen en sus consumidores. "Entrelas plantas que usaron los nahuas y mayashay varias de reconocido poder alucinógeno.Otras parecen tener propiedades psicoactivasporque se dice que adormecen, o quitan el doloro emborrachan, pero que no han sido identifi-cadas botánicamente o cuyos componentesquímicos no han sido estudiados, y otras masson utilizadas para curaciones y de las cualesno hay referencia de sus poderes psicoacti-vos, pero que pertenecen a conjuntos de plan-tas botánicas psicoactivas. Las que fueron yson utilizadas para comunicarse con los dio-

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ses, tanto en ceremonias chamánicas comootros ritos, son generalmente alucinógenas; lasque provocan sueño, parecen ser sedantes(tranquilizantes, hipnóticas y anestésicas), ylas que quitan el dolor son tal vez narcóticas(analgésicas)"(25).

En conclusión, el delirio mágico y religiosocomo maquinación del socius primitivo, esdecir, como maquinación delirante previa alsurgimiento de los estados despóticos, estadirectamente relacionado con las alucinacio-nes provocadas por sustancias restingadas aluso ceremonial en rituales. La produccióndelirante de esta forma de maquinación má-gico-religiosa es el producto sociocultural dealucinaciones provocadas con fines rituales.En la actualidad, los delirios religiosos occi-dentales, no están asociados directamente conlas alucinaciones, porque las estrategias deinducir a las masas al delirio son distintas. Porlo tanto, creemos que las visibilidades son lamaterialización de la producción delirante, ylas mismas, presentan rasgos diagnósticossobre la filiación de cada una de ellas.

Visibilidades de delirios noalucinatorios

En esta categoría podemos agrupar aaquellos delirios socioculturales que no estánrelacionados directamente con las alucinacio-nes. Son todas aquellas producciones deliran-tes religioso-seculares como la política y elmercado. Son delirios de estructura más com-pleja que los mágico-religiosos alucinatorios.A su vez, los delirios políticos pueden ser se-culares o religiosos. Durante la guerra civilespañola, el delirio político, capturo toda laproducción deseante-social de la penínsulaibérica y encauso el devenir de su campo so-cial. En la península ibérica, durante la guerracivil, la producción sociocultural política llego

a su máximo esplendor, haciéndose visible deforma muy diversa.

En Barcelona, hay registros de que todoestuvo colectivizado: el transporte público, lascomunicaciones, la salud, y hasta los restau-rantes. Lo mismo ha ocurrido tiempo atrás enUcrania. El deseo libertario había creado unalínea de fuga y la utopía libertaria fue posiblepor unos meses en Barcelona y por cuatroaños en Ucrania. Luego este deseo libertariocolapso, y sucumbió ante producciones de-seantes-sociales más poderosas. Estas formaslibertarias de organización, en ambos casos,no sucumbieron ante el fascismo, su enemigode derecha, sino ante el comunismo marxis-ta-leninista-estalinista. Lo que se conoce comocomunismo, es una forma de producción de-seante-social que molariza a todas las demásproducciones deseantes sociales de izquier-da. No sólo los anarquistas sucumben antelos comunistas, también los trotskistas y lossocialdemócratas en general. Las utopías po-líticas como el anarquismo existieron y demos-traron ser realizables, solo que tienen que lu-char contra producciones deseantes más efi-cientes desde el punto de vista molar; comoel comunismo, el fascismo, el nazismo, y lamás mortífera de todas: el neoliberalismo. Lafuerza del neoliberalismo no esta en lucharcontra otras ideologías sino en desnaturalizarsus cadenas de código reescribiéndolas a lainversa axiomatizando su contenido. Es poreso que al neoliberalismo no lo consideramosun delirio político sino una forma distinta dedelirio que desnaturaliza a todas las demás.

El delirio bursátil es aquel que sacraliza almercado. Es el único singular, ya que la creen-cia bursátil, a diferencia otros delirios anterio-res, es centrífuga, y canaliza toda la produc-ción deseante del campo social humano en elcuerpo del capital-dinero. Hay varias concep-ciones de magia, de religión y de política; sin

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embargo todas se subyugan a esta abstrac-ción del capitalismo tardío o terminal. Todaslas formas cibernéticas de dominación deli-rante desembocan en el mercado y su axio-mática neoliberal.

Las bolsas de comercio hacen visible aldelirio bursátil, donde se juega el destino de laeconomía mundial. Los economistas hacen ladiferencia entre economía real y economíafinanciera. La economía financiera es la eco-nomía delirante, necesita que se crea en estapara que funcione. El neoliberalismo es el pro-ducto de la maquina capitalista en su máximaexpresión. Todos los códigos se transcriben ala inversa, todo se axiomatiza, todo se reducea variables abstractas. Los que crean estedelirio son todos aquellos que se beneficiandirectamente con el modelo financiero. Lasmasas solo se dejan arrastrar por el delirio.Las consecuencias del delirio financiero re-percuten en el campo social, por completo,generando trastornos biopolíticos en las po-blaciones(26). La desnutrición, la bulimia, laanorexia, la obesidad y la drogadicción sonejemplos de los trastornos directos e indirec-tos producidos por la maquina capitalista. ¿Noes acaso producto de un delirio que en unamisma población existan individuos muriendopor falta de comida y otros muriendo por ex-ceso de la misma? ¿Por qué estos tipos detrastornos antes del capitalismo bursátil noexistían? La respuesta esta en la biopolítica.En el panoptismo los estados necesitaban po-blaciones sanas para trabajar en las fábricaso en el campo, e ir a pelear en las guerras.Los estados practicaban una biopolítica inclu-siva. En la actualidad, vivimos en lo que algu-nos autores denominan capitalismo terminal oposcapitalismo. Poblaciones completas que-dan excluidas sistemáticamente debido a queya no son necesarias como fuerza productivadebido a la automatización de la misma y la

hiperespecialización de los empleos que re-quieran aun mano de obra humana. Los mar-ginados entran en un juego de doble vínculodonde deben matar o morir. La vida de susvictimas no vale nada porque la suya tampo-co vale. Es allí donde solo se los incluye paraconsumir las sobras de lo que lo incluidos con-sumen. El paco (o crack) es la pasta base dela cocaína mezclada con excipientes. Es pro-ducto de una maquinación perversa que cum-ple dos funciones: 1) Ubicar en el mercadoun subproducto de la cocaína como droga delas elites; 2) Eliminar sistemáticamente a unapoblación improductiva e innecesaria desdeel punto de vista económico cuya paupérri-mas condiciones de existencia exponen laperversidad del delirio bursátil como modelo.

"El delirio es el movimiento de los flujosdel deseo" y a través de distintas visibilidadesdamos cuenta de distintos tipos de deseo. Elmás complejo de todos es el deseo provocadopor la maquina capitalista, deseo que lleva aconsumir cocaína o paco, que lleva a dejar decomer o comer en demasía, deseo producidopor una maquina que todo lo traga y que des-conoce de significantes. La única función dela maquina capitalista es producir deseo deconsumir en las poblaciones. "Todo está codi-ficado para ser consumido. Es como un enor-me maquina de triturar, de devorar y asimilardeseo"(27). Una pipa de paco, y una pipa decebil, son visibilidades de dos tipos distintosde delirios. El consumo de cebil en el noroes-te argentino prehispánico no puede ser homo-logado al consumo de paco en la Argentinaactual. Porque la codificación que implicabael consumo de cebil, y que implica el consu-mo de paco, son completamente distintas.Porque ambas visibilidades implican produc-ciones deseantes y producciones delirantescompletamente distintas. Por lo tanto, consi-deramos que las visibilidades del delirio son

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fuentes de información de suma utilidad parael estudio de la producción deseante-social delas poblaciones humanas, y es por ello que lasincluimos en nuestro análisis.

La hermenéutica del sujeto delirante

Si bien los orígenes del psicoanálisis sonprevios a la obra de Sigmud Freud, todos lospsicoanalistas hacen referencia a su obra o lareinterpretación de la misma. Freud estudioen la facultad de medicina en la universidadde Viena y recibió su titulo de medico en 1881.En 1885 fue designado profesor de neuropa-tología. Desempeño su labor médica en elHospital General de Viena, pasando por va-rios servicios, para desarrollarse como neu-rólogo en el departamento de neuropatología.Hasta el momento, Freud, fue un reconocidoneurólogo que utilizaba el método científicopara desarrollar su actividad profesional. Altener contacto con el Dr. Breuer, comienza aabandonar el método científico y a publicartrabajos de una gran riqueza literaria, pero,incompatibles con un saber riguroso. Algunaspublicaciones de Freud como la interpretaciónde los sueños, o, Tótem y Tabú, muestran lagran imaginación de Freud sobre algunos te-mas que no domina en absoluto pero que uti-liza para justificar su marco teórico de refe-rencia. Para Deleuze y Guattari "Freud es elLutero y el Adam Smith de la psiquiatría.Moviliza todos los recursos del mito, de la tra-gedia, del sueño, para volver a encadenar eldeseo, esta vez en el interior: un teatro ínti-mo"(28). Mas allá de que no todos los psiquia-tras adhieran al psicoanálisis hay que recono-cer que éste ha influido a la medicina entera.La creencia que muchos médicos tienen alrespecto de la existencia de "enfermedadespsicosomáticas" hace estragos en los pacien-tes, ya que tal creencia enmascara verdade-

ras patologías que no son tratadas correcta-mente a raíz de la creencia en lo psicosomáti-co en lugar de lo somatopsíquico.

Las publicaciones freudianas son hastanuestros días un éxito de mercado, gozandode gran aceptación en diversos campos delsaber. Creemos que esto ha de ser así porquelas mismas tienen un valor literario innegable,y su estructura tautológica permite a los psi-coanalistas "tener siempre razón", al no poderser refutados, desde ningún otro punto de vis-ta ajeno al mismo psicoanálisis. El carácterreligioso de los seguidores de Freud, y la es-tructura sacerdotal del psicoanálisis, han pro-vocado un gran revuelo cuando otro medico,Jacques Lacan, tuvo la osadía de reinterpre-tar las sagradas escrituras freudianas. Lacanreformo el psicoanálisis como Martín Luteroreformo el cristianismo siglos atrás. Pero ladisputa entre freudianos y lacanianos no esuna disputa plateada en términos científicos ymucho menos filosóficos. Fue una disputaentre una teología fundamentalista de la obrade Freud y otra herética de la misma. Losfundamentalistas pretendían tener el monopo-lio del psicoanálisis y los Lacanianos resulta-ban ser un obstáculo para la ortodoxia Freu-diana. Es decir, que lo que estaba en juegoera el poder pastoral, y no un paradigma uotro de un objeto de estudio en común. Estaestructura tautológica del psicoanálisis lo haceincompatible con los saberes no construidosen base al mismo. Y el carácter sacerdotal desus seguidores los hace fuertes ante las críti-cas, dado a que estos basan su conocimientoen la fe, y no en argumentos falsables comolos científicos.

El psicoanálisis de los delirios

Los psicoanalistas, tanto psiquiatras comopsicólogos, interpretan a los delirios que pa-

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decen los pacientes desde el delirio que creoSigmund Freud, a través de su complejo deEdipo. Deleuze y Gutatari se preguntaban conironía "¿Ha nacido usted Hamblet?", y noso-tros desde la antropología no podríamos ha-ber pasado por alto estas dos preguntas: ¿To-man en serio los psicoanalistas eso de la hor-da primitiva?, ¿Sin la existencia de la hordaprimitiva: como justificarían los psicoanalistasel complejo de Edipo? Esas preguntas seránrespondidas a partir del análisis de la estruc-tura lógica de un trabajo testigo de los traba-jos basados en el complejo de Edipo comoherramienta de análisis.

Deleuze y Guattari en su magistral obra,El Anti Edipo, dan todas las argumentacionesde porque "Edipo no sirve absolutamente paranada", y en base esa hipótesis de trabajo, no-sotros argumentaremos el por qué los deliriosno deberían abordarse desde el psicoanálisis.

En un trabajo titulado: "Comprensión psi-coanalítica del contenido de un delirio" publi-cado en la Revista Brasilera de Psiquiatría,podemos ver patente como maquína, lo queDeleuze y Guattari llaman "el molinillo psiquiá-trico y psicoanalítico"(29). Los autores de estapublicación a priori identifican "la presenciadel complejo de Edipo" en el delirio de unapaciente. Analizaremos cómo los autores im-ponen el complejo de Edipo al contenido deldelirio de una paciente internada en el Hospi-tal Psiquiátrico de La Habana, Cuba.

"Nos propusimos el estudio de un síndro-me delirante alucinatorio. Con este objetivoutilizamos el Psicodiagnóstico de Rorschach,el Inventario Multifacético de la Personalidadde Minnessota, el Test de Apercepción Te-mática (T.A.T.), la Prueba de las Asociacio-nes Determinadas y la Prueba de las Asocia-ciones Libres. Al profundizar en su psicodi-námica descubrimos la presencia del Com-plejo de Edipo como elemento central de su

estructura psicológica. Este hecho contribu-ye al esclarecimiento del cuadro clínico de unapaciente y a su adecuada acción terapéuti-ca"(30).

¿Pero como han llagado los autores a "des-cubrir la presencia del complejo de Edipo" (unaleyenda griega) en la "psiquis" de una pacien-te cubana que no ha enunciado a ese perso-naje mitológico en su discurso?

Los autores dicen haber llegado a descu-brir el complejo de Edipo en el inconscientede la paciente, por una prueba que los mis-mos definen como "de las asociaciones libres".Los autores definen el experimento de la si-guiente manera: "En este estudio, como va-mos a ver, las interrupciones asociativas seencuentran entre el término inferior de cadacolumna(31) y el superior de la columna siguien-te (palabra precedente a las interrupciones).A continuación presentamos las series de pa-labras que expresan el complejo: casa, terre-no, tienda, comida, apetito, amor; barco, mar,olas, nubes, agua, lluvia, deseo; comida, ali-mento, asado, viento, padre; caballo, animal,comer, Lázaro; callado, silencioso, calmado,tranquilo, bueno, sexual; corazón, riñones, ór-ganos….

Se ve claramente que si tomamos las pa-labras precedentes a las interrupciones aso-ciativas podremos construir con ellas una se-rie: Deseo- Amor - Sexual - Lázaro - Padre,que es por ella misma capaz de orientarnosrespecto a la naturaleza del complejo reprimi-do: "Deseo amor sexual con Lázaro pa-dre""(32).

La conclusión de este trabajo es la siguien-te: "Luego de este estudio podemos aseverarque el síndrome delirante alucinatorio de lapaciente presenta como centro neurálgico desus manifestaciones el Complejo de Edipo. Lamanifestación del Complejo de Edipo pormedio del síndrome delirante alucinatorio, la

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expresión de éste desde lo recóndito del in-consciente, mostrándose aquí por la voz deLázaro, cuyas características y modo de pre-sentarse simbolizan al padre incestuoso de laimagen inconsciente que la paciente guardade modo íntimo y no revelado, lo cual se haceevidente.

Mediante las pruebas administradas hemospodido desentrañar poco a poco el complejotan celosamente guardado desde su infan-cia"(33). Esto demuestra que los autores impo-nen el complejo de Edipo a la paciente. Por-que del listado de palabras citado nada hacereferencia a un tal Edipo, incesto, etc.….

El análisis del discurso, que se utiliza comoherramienta en disciplinas que no se jactande ser científicas como en historia o filosofía,es muy riguroso. La metodología requiereanalizar los enunciados que hacen al discursosin imponerle un significante arbitrario a di-chos enunciados. En el caso del psicoanálisis,los discursos, son analizados en función de laproducción delirante creada por SigmundFreud; y reinterpretada por los psicoanalistasa través del método "científico" de "la asocia-ción libre" (sic).

Lo que si creemos evidente, es que lospsicoanalistas en cuanto función de un dis-curso de poder, pretenden legitimar el psicoa-nálisis enunciándolo como "práctica científi-ca". Estos tienen una marcada obsesión porenunciar la cientificidad de sus argumentacio-nes. Como no podía ser de otra manera, losautores de la presente publicación, hacen elsiguiente descargo:"Aunque no nos conside-ramos psicoanalistas, en nuestra formaciónecléctica sí aceptamos cuantos conceptos yconcepciones creamos válidos o acertadosdentro del gran campo científico que abarcala Psicología"(34).

Al analizar la estructura lógica de los enun-ciados construidos a partir de la "rigurosa"

metodología de la asociación libre, basados enel discurso delirante de una paciente del Hos-pital Psiquiátrico de la Habana Cuba, conclui-mos que el psicoanálisis no es una herramien-ta adecuada para diagnosticar y tratar a lospacientes delirantes.

El esquizoanálisis y los delirios

En su introducción al esquizoanálisis delAnti-Edipo, Deleuze y Guattari, exponen sumodelo de cómo estarían constituidos los de-lirios que nosotros tomamos como hipótesisde trabajo y base de nuestro propio modelosobre la maquinación delirante.

"¿Como empieza un delirio? es posible queel cine pueda captar el movimiento de la locu-ra, precisamente porque no es analítico ni re-gresivo: explora un campo global de coexis-tencia. Un film de Nicolas Ray, que se consi-dera que representa un delirio a la cortisona:un padre con pluriempleo, profesor de cole-gio, que hace horas extras en una estación deradio-taxi, tratado por desordenes cardiacos.Empieza a delirar sobre el sistema de educa-ción en general, la necesidad de restaurar unaraza pura, la salvación de orden moral, luegopasa a la religión, la conveniencia de un retor-no a la Biblia, Abraham… (…) Lo que el filmmuestra tan claramente, para vergüenza delos psiquiatras, que todo delirio es primerocatexis de un campo social, económico, políti-co, cultural, racial y racista, pedagógico, reli-gioso: el delirante le aplica a su familia y a suhijo un delirio que le desborda por todos la-dos. Joseph Gabel al presentar un delirio pa-ranoico con un fuerte contenido político-eró-tico y de reforma social, cree posible decirque tal caso es raro y que, por otra parte, susorígenes no son reconstituibles. Sin embargoes evidente que no hay un solo deliro que noposea eminentemente esta característica y que

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no sea originalmente económico, político, etc.,antes de ser aplastado por el molinillo psiquiá-trico y psicoanalítico"(35).

Vale aclarar que los autores del Anti-Edi-po, desarrollaron sus trabajos en Francia, queal igual que en la Argentina y en Cuba, la in-fluencia del psicoanálisis en la psiquiatría enmuy importante. Los autores hacen una dis-tinción entre la psiquiatría materialista y pro-cesualista a la que adhieren, y la psiquiatríaidealista y fenomenologista a la que critican.Nosotros vemos, en el esquizoanálisis, unacompatibilidad teórica que puede aplicarsetanto a la clínica neuropsiquiátrica como a laantropología de los delirios.

La maquinación cultural, más la maquina-ción social, más la maquinación biológica sonlo que hacen a los delirios una multiplicidad.Multiplicidad que se manifiesta en los indivi-duos función de los delirios y sus produccio-nes socioculturales. Por lo tanto, creemos, queel enfoque mecánico-funcional del esquizoa-nálisis puede resultar útil para construir mo-delos que expliquen la producción delirante ylas relaciones cibernéticas que la producen.

Discusión: ¿Pueden seguirseinterpretando los delirios desde elpsicoanálisis?

Los delirios son una fuente de informaciónexcepcional de los procesos socioculturales alos que estamos sujetos los seres humanos.El psicoanálisis le impone un significante a lascadenas de código de las que son función losindividuos delirantes. Edipo no sirve absoluta-mente para nada. Es una creación literaria deFreud. La relación causal entre el complejode Edipo y el comportamiento de los sereshumanos es ficticia. La producción deseantede los seres humanos esta codificada por elsocius inscriptor. Deseamos culturalmente y

deseamos socialmente, pero no deseamosedipicamente. Lo mismo ocurre con los deli-rios. Los seres humanos que pintaban en lasparedes de las cuevas escenas de casería delpaleolítico medio, nada sabían de Edipo; niconsciente, ni inconscientemente. Por lo tan-to, el complejo de Edipo, es un modelo que sele impone al mundo. Es un modelo obsoleto yempíricamente falso. La imposición sacerdo-tal del complejo de Edipo, no es distinta es-tructuralmente a la magia, la política o la reli-gión. Descubrir un complejo de Edipo en elcontenido de un delirio es equivalente a des-cubrir la imagen de la virgen en una manchade humedad en la pared. Ambas son creen-cias delirantes. El psicoanálisis es una herra-mienta de dominación mediante el discurso.Los psicoanalistas son literalmente sacerdo-tes: saben muy bien como funciona el poderpastoral. En cambio, para hacer ciencia, hayque delimitar los campos de acción y argu-mentar hipótesis mediante enunciados falsa-bles. Si nuestros enunciados falsables sonempíricamente falsados, deben ser reempla-zados por otros. La ciencia busca buscar ex-plicaciones o soluciones a problemas empíri-cos mediante métodos rigurosos. No importasi ha de tratarse de ciencias duras o blandas,lo que las define como ciencia es el métodoque utilicen. Algunas psicologías pueden serconsideras ciencia porque utilizan un métodoy sus hipótesis pueden ser falsadas. En cam-bio el psicoanálisis carece de método, por lotanto, también carece de carácter científico.

Los psicoanalistas podrán enunciar la cien-tificidad del psicoanálisis, hablaran de cien-cias duras y blandas, de relaciones sujeto-ob-jeto, de la diversidad de métodos para la gé-nesis de conocimiento, etcétera. Pero solo se-rán consideradas científicas sus construccio-nes teóricas y sus conclusiones empíricascuando estas se hagan a través de un método

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científico. Una metodología científica requie-re una forma lógica tal que pueda ser falsadamediante observaciones de lo empírico. Porejemplo, cuando se publicó el Anti-Edipo, losautores argumentaron antropológicamente laficción que representa el complejo de Edipo.No existe en la literatura antropológica la des-cripción de algo semejante al complejo deEdipo en las estructuras parentales hasta elmomento estudiadas. Al psicoanálisis lo refu-ta la diversidad cultural y esta resulta ser sumayor obstáculo. O se cree en Edipo o secree en las miles de descripciones etnográfi-cas que demuestran todo lo contrario. Algo afavor del psicoanálisis es el etnocidio que pro-duce el proceso de globalización de la culturaoccidental. A medida que desaparece la di-versidad cultural es más fácil imponer a Edi-po como modelo de las relaciones parentales.No esperamos que los psicoanalistas que leanestas líneas las analicen científicamente, sinotodo lo contrario. Lo triangularan todo y es-pecularan sobre aspectos de la vida privadade quien sea función de estas líneas. Especu-laran sobre una infancia llena de traumas, y leimpondrán un significante a los deseos de unniño devenido en adulto que odia al padre ydesea a la madre… En cambio, los científicosque lean estas líneas, analizarán la estructuralógica de los enunciados expuestos en el pre-sente trabajo y el correlato empírico de losmismos. A partir de allí, analizaran la formalógica del presente discurso y no le impon-drán un complejo de Edipo que nos estamosdispuestos a resolver.

Es por lo expuesto anteriormente, que alpsicoanálisis vamos a clasificarlo espistemo-lógicamente como una pseudociencia: creen-cia esotérica basada en fundamentos filosófi-cos tautológicos, a la cual se le pretende cien-tífica, con el afán de legitimar especulacio-nes.

Desde la antropología, consideramos queel estudio científico de los delirios no puedehacerse desde el psicoanálisis. Otras pseudo-ciencias ya han pasado a la historia como laeugenesia y la frenológia. A su tiempo tam-bién pasará el psicoanálisis.

Conclusión

Un vicio de la razón, que llamamos dialéc-tica, llevo a muchos pensadores a caer en latentación de distinguir dicotómicamente entrenaturaleza y cultura. Pero como hemos ex-puesto, naturaleza y cultura son parte de unmismo proceso sinérgico, en el cual, la cultu-ra, es la extensión de un proceso natural. Espor ello, que el límite entre lo que es humanoy lo que deja de serlo, es puramente conven-cional. Para los paleoantropólogos, somoshumanos a partir del hallazgo de fósiles aso-ciados a herramientas de piedra. Según estaclasificación los primeros humanos serian losHomo habilis; como también otras especies:Homo erectus, H. sapiens neandethalensis, yH. sapiens sapiens. Algunas de estas espe-cies de humanos coexistieron entre si, siendobiológica y culturalmente distintas. Se cree queno eran interfértiles, por lo tanto, pudo haberhabido al menos cuatro humanidades distin-tas desde lo biológico. No existe un límite ta-jante de lo que es o no es una conducta cultu-ral. Los chimpancés muestran algunas con-ductas heredables como el uso de algunosobjetos para extraer comida de los termiteroso piedras para defenderse de depredadores.También confeccionan nidos en los árboles ycooperan cuando es necesario para realizaralguna actividad de beneficio común. El sexoen los chimpancés es similar al humano. Es-tos tienen sexo por placer, como paga de fa-vores y con objetos masturbatorios. Tambiéntienen tanto relaciones heterosexuales como

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homosexuales y hasta tienen la capacidad dementir como nosotros.

En cuanto al proceso de hominización, des-de lo estrictamente biológico, se discute si al-gunas especies de Autralopitecus como el ro-bustus tenían la capacidad del habla, ya queen sus cráneos, se encuentran las improntasde las áreas de Broca y Wernicke. La líneaevolutiva de los Australopitecus robustus des-apareció con estos, y con ella, otras formaspotenciales de humanidad. Las primeras evi-dencias de que los seres humanos podíamosdelirar se encuentran en las cuevas del paleo-lítico medio Europeo. En la actualidad, enAustralia, la práctica de pintar en la roca aso-ciada al uso de alucinógenos esta documen-tada. En Argentina, en la provincia de Men-doza, se han encontrado representaciones ru-pestres abstractas, como así también, en laprovincia de Buenos Aires en la zona de Tan-dil. Todas estas son visibilidades producto dela capacidad de delirar de los seres humanos.Lo mismo ocurre cuando los chamanes, conayuda de los alucinógenos como el peyote, secomunican con seres de otras dimensiones.El delirio como visibilidad de un proceso so-ciocultural, es una de las primeras manifesta-ciones humanas atribuidas a Homo sapienssapiens, y de hecho, esa es la única caracte-rística que nos separa de los demás especiesde Homo.

Las posibilidades de lo real tienden al infi-nito, y nuevas formas de realidad surgen derepente como la realidad virtual. Las relacio-nes sociales de desterritorializan, el espacio yel tiempo de relatizan, y los seres humanosseguimos tratando de adaptarnos a nuestroentorno, en este caso virtual.

No sólo modificamos nuestro ambiente so-cioculturalmente, sino que nuestro ambientesocioculturalmente nos modifica a nosotros.No sólo utilizamos maquinas para hacerlas tra-

bajar en beneficio nuestro, sino que a la veznosotros también funcionamos como estas, yestas, poco a poco, comenzaron a funcionarsinergicamente sin necesidad de nosotros. Unmundo automatizado es posible. Muestra deello es la maquina capitalista, maquina semi-autónoma, que produce un deseo orientado agenerar una eterna insatisfacción, que nos lle-va a sentir la necesidad de consumir compul-sivamente sin saber por que. La ludopatía, labulimia, la anorexia, la desnutrición, la obesi-dad y la drogadicción son ejemplos de tras-tornos causados por la maquinaria capitalista,que repercuten biológicamente en aquellossegmentos de las poblaciones humanas vul-nerables a padecer este tipo de trastornos. Losdispositivos no afectan a todos los individuosque conforman las poblaciones humanas porigual, pero todos estamos expuestos a pade-cer las consecuencias de tales trastornos. Eldelirio es un ejemplo de aquello que nos afec-ta cibernéticamente desde lo sociocultural yque Kraepelin llamó exógeno. Nuestro mo-delo intenta explicar la estructura procesualde los delirios en cuanto maquinación ciber-nética de dominación sociocultural. Es decir,lo exógeno a la neurobiología humana. Loscontenidos de los delirios que manifiestan lospacientes psiquiátricos son función de proce-sos socioculturales. A diferencia de Deleuzey Guattari no pretendemos hacer un análisismilitante de la realidad, solo nos servimos delesquizoanálisis como herramienta analítica delos procesos que producen la realidad. Ya enel siglo XXI, podemos afirmar, que no tene-mos aquella ingenuidad del '68 Francés. Solobuscamos explicar el delirio como proceso dedominación de las poblaciones humanas, sinintentar ingenuamente tratar de boicotearlos.La desmanicomización no sólo ha sido un ro-tundo fracaso, sino que ha beneficiado eco-nómicamente a aquellos contra quienes que

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"se luchaba". En este caso, no somos tan in-genuos, las cartas están echadas, sólo nos re-mitiremos a analizar el funcionamiento ma-quínico de los procesos de dominación de laspoblaciones humanas. No creemos que seaposible cambiar la realidad, sólo analizaremoslos procesos que la producen. No obstante,esperamos que este trabajo pueda ser com-plementario a la psiquiatría como ciencia.

Citas

1.- La evolución humana.2.- El Anti-Edipo., pág. 154.3.- Ibíd., pp.146-147.4.- Ibíd., pág.147.5.- Ibíd., pág.147.6.- Ibíd., pág.199.7.- Ibíd., pág.145.8.- Foucault pp. 66-67.9.- Ibíd., pág. 66.10.- Ibíd., pág. 66.11.- El liquen es un organismo producto de la

simbiosis de un alga y un hongo.12.- El dispositivo conocido como panóptico

esta descripto por Foucault en "Vigilar y Castigar"en las páginas 199-230 y en "La verdad y las for-mas jurídicas" en la pagina 117 en la quinta confe-rencia está descripto de panoptismo.

13.- Deleuze, Poscapitalismo y deseo.14.- Dos casos sobre la panorámica de la per-

versión. En el primer caso, los wichí del noroesteargentino, consideran mujer a todas las hembrashumanas luego de la menarca. Además, no miden lamaduración humana en años como se hace en occi-dente por convención, sino categorías en edad: en elcaso wichí: bebé, niño, adulto. La justicia argentinatiene preso hace 4 años a Catú, un hombre wichipor "violación" de una "niña de 9 años de edad". Elcaso es interesante porque "la niña" tendría 14 añosy no 9 como figuraba en el DNI. La edad de "laniña" y la de otros 100 wichis de la comunidad deTartagal fueron medidas por un ginecólogo "a ojo"en lugar de utilizar métodos objetivos como el Tun-ner-Whitehouse para la estimación de la edad óseade maduración. El estado argentino mantiene presoa Catú por considerarlo responsable de un actoperverso. Pero esa perversión es relativa, y solo

puede ser considerada como tal, desde la perspecti-va etnocéntrica desde la cual se esta haciendo ladistinción, dado a que el tabú, desde la perspectivawichí, no habría sido violado. Los tabúes occiden-tales no son universales como los psicoanalistaspretenden. Por lo tanto, tampoco lo son las perver-siones. Catú solo seria perverso y condenado porlos wichi si su mujer no hubiese tenido la menarca.Desde la antropología creemos que la perversión esun concepto tanto cultural como histórico y social,y no puede generalizarse sin cometer errores.

En el segundo caso, los nativos de Nueva Gui-nea preguntaron a un antropólogo si los blancos semataban unos a otros en la guerra como ellos. Elantropólogo les dijo que si. Los nativos le pregun-taron si se comían a los muertos. El antropólogo lesdijo que no. Entonces consideraron que los blancosviolaban el tabú de desperdiciar carne. Para su for-ma de pensar la guerra entre blancos era algo per-verso, dado a que entre ellos la guerra incluía lapráctica ritual de la antropofagia. Para los nativosde Nueva Guinea, la matanza sin festín caníbal eraconsiderada tabú, y la violación del tabú es lo quehace a la perversión.

Por lo tanto, en ambos casos, la violación deltabú es relativa, como también así, la perversiónque conlleva dicha violación.

15.- Existen por lo menos seis modelos de orga-nización filial. El modelo de familia nuclear: madre-padre: casados entre si, e hijos producto de dichomatrimonio; es conocido en antropología comomodelo esquimal o inuit. Pero también existen otroscomo el omaha, el crow, el iroqués, el sudanés y elhawaiano.

16.- op. cit. 13.17.- Bellomo, L; "La medicina de la evidencia.

Su enfoque desde la psiquiatría"; Revista Alcmeón;2004; Volumen 11; pp. 261-280

18.- Marietam, H; "Breve historia de la psi-quiatría"; Revista Alcmeón; 2004; Volumen 11; 392-408

19.- op. cit., 17.20.- Ibid., 17.21.- op. cit., 18.22.- op. cit., 17.23.- op. cit., 13.24.- op. cit. 2 pág. 332.25.- Animales y plantas en la cosmovisión

mesoamericana. González Torres, Y. pág. 9126.- Cuando un producto como la leche vacuna

resulta poco rentable para los tamberos estos lo

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arrojan sin que este pueda ser utilizado para el con-sumo humano. Esto ocurre alrededor del mundocuando hay conflictos entre lo que la leche cotizaen el mercado, y los impuestos que deben pagar lostamberos al estado, para que esa leche llegue almercado.

Los tamberos son función de un delirio bursátilque los lleva a estas acciones repudiables en con-textos anteriores a la axiomática neoliberal. Que hayagente muriendo de hambre y gente tirando la lecheen un mismo orden político es un delirio completa-mente nuevo. En estados despóticos esto jamás ocu-rriría sin mediar una razón de estado como en Ucra-nia durante el gobierno de Stalin de la URSS.

Según los cánones del delirio bursátil, la muertepor hambre aplicada sistemáticamente a poblacio-nes humanas, no es catalogada como un crimen delesa humanidad. No hay responsables directos, solola axiomática de la oferta y demanda. No es casualque ciertas poblaciones sufran enfermedades rela-cionadas con la contaminación, dado a que la insa-lubridad del ambiente en el que viven, es productode que las tierras salubres alcanzan un precio queno todos pueden pagar. Es así, como la salud tam-bién se transforma en un bien de mercado en lugarde un derecho. El delirio bursátil se traga a todo lodemás, dado a que no hay religión, ni ideología po-lítica que rivalice con la lógica del mercado.

27.- Ibíd., pág13.28.- op. cit., 2 pág. 279.29.- Ibíd., 2 pág. 284.30.- Quintano Mendoza, J; et al.; "Compresión

psicoanalítica del contenido de un delirio"; pp. 74-79.

31.- La información originalmente dispuesta encolumnas la redispusimos en extensión por razo-nes de espacio. No hemos alterado ni el contenido,ni la estructura de la información recopilada me-diante el método de la asociación libre…

32.- Ibíd., 30.33.- Ibíd.34.- Ibíd.35.- op. cit., 2. pp. 283-284.

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