Material de apoyo - La fuerza de rozamiento

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Unidad Didáctica: Las fuerzas y el movimiento LA FUERZA DE ROZAMIENTO Si quieres desplazar algo que está en el suelo, como una pelota, un cochecito de juguete o una silla, tienes que hacer fuerza para sacar del reposo eso que quieres mover. Sólo así el objeto se moverá. Si el objeto ya está en movimiento sobre el suelo y / o en contacto con el aire y no hay una fuerza que lo empuje, el objeto irremediablemente se detendrá. Es la fuerza de rozamiento la que hará que se detenga. Imagina por ejemplo que lanzas por el suelo una pequeña bolita. Al ejercer con tus dedos una presión sobre la bolita le aplicas una fuerza que ocasiona que la bolita comience a ponerse en movimiento. Luego, a medida que la bolita se mueve, va rozando con el suelo y esa interacción hace que se vaya frenando. La fuerza de rozamiento siempre es contraria a la dirección del movimiento. Así que en realidad hay dos fuerzas actuando: una que hace al objeto moverse (la fuerza de empuje) y otra que lo frena (la fuerza de rozamiento). La fuerza de rozamiento depende de la superficie del suelo, del aire o del agua. Por ejemplo, un balón de fútbol que se desplaza por el campo de fútbol después de que el jugador lo haya golpeado se moverá a mayor o menor velocidad, y lo hará a mayor o menor distancia dependiendo de las condiciones del campo: si la hierba está bien cortada, si el suelo está mojado o si hay charcos de agua o espacios con barro... Tercer Ciclo – Quinto 1 CP. Clarín

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Unidad Didáctica: Las fuerzas y el movimiento

LA FUERZA DE ROZAMIENTO

Si quieres desplazar algo que está en el suelo, como una pelota, un cochecito de juguete o una silla, tienes que hacer fuerza para sacar del reposo eso que quieres mover. Sólo así el objeto se moverá.

Si el objeto ya está en movimiento sobre el suelo y / o en contacto con el aire y no hay una fuerza que lo empuje, el objeto irremediablemente se detendrá.

Es la fuerza de rozamiento la que hará que se detenga.

Imagina por ejemplo que lanzas por el suelo una pequeña bolita. Al ejercer con tus dedos una presión sobre la bolita le aplicas una fuerza que ocasiona que la bolita comience a ponerse en movimiento. Luego, a medida que la bolita se mueve, va rozando con el suelo y esa interacción hace que se vaya frenando.

La fuerza de rozamiento siempre es contraria a la dirección del movimiento.

Así que en realidad hay dos fuerzas actuando: una que hace al objeto moverse (la fuerza de empuje) y otra que lo frena (la fuerza de rozamiento).

La fuerza de rozamiento depende de la superficie del suelo, del aire o del agua. Por ejemplo, un balón de fútbol que se desplaza por el campo de fútbol después de que el jugador lo haya golpeado se moverá a mayor o menor velocidad, y lo hará a mayor o menor distancia dependiendo de las condiciones del campo: si la hierba está bien cortada, si el suelo está mojado o si hay charcos de agua o espacios con barro...

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Cuanto más rugoso sea el suelo, mayor será la fuerza de rozamiento y antes se parará el balón, lo que siguiendo los casos anteriores probablemente lo hará cuando contacte con un espacio de barro húmedo en el campo.

Los automóviles, en su desplazamiento, también deben contrarrestar la fuerza de rozamiento del aire. Así los ingenieros y constructores se afanan por construir coches con formas aerodinámicas que venzan mejor dicha fuerza: de esta manera, se conseguirán mejoras en las velocidades adquiridas (coches de Formula I, por ejemplo), además se facilitará el consiguiente ahorro de carburante.

Y también se construyen las lanchas o barcos con formas aerodinámicas similares para contrarrestar la fuerza de rozamiento del agua.

En el espacio exterior no hay aire y, por tanto, no existe rozamiento. Esto permite que los satélites artificiales o una nave espacial pueda moverse en la órbita terrestre sin consumir carburante.

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