Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Ekuele Y La Economia Tradicional Fang’. Malabo, 1990. 2. Mbana...

21
DELOSFANG El autor en un reciente artículo publicado en esta misma revista, ponía de relieve algunos elementos matrilineales de la ceremonia funeraria fang. Analiza en este artículo otro componente matrilineal de la estructura social de este pueblo, el Nda-bot. Por JOAQUIN MBANA NCHAMA S E sabe que el puet compone de nume nes exogamo-pa1 Cada uno de ellos. segú estudiosos, es la unidac de cuatro círculos fami son da-bot, bot y Etunga-bot. En un cendente el elemento i1 mente superior contie una de sus partes al ele1 mediatamente inferior. 1 bot es la unión de Mend Ayom-bot lo es de Me bot y el Etunga-bot de me-bot. No vov a discutir en sión la di-mensión socio-1 lógica de los conceptos 1 Ayom-bot y Etungabot. : sión que los rodea merec lisis independiente cuyo dos publicaré próximarr

description

Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Ekuele Y La Economia Tradicional Fang’ Malabo, 1990. Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Nda-Bot de Los Fang’. Africa 2000 14 (1991).http://www.opensourceguinea.org/2013/04/el-ekuele-y-la-economia-tradicional.html

Transcript of Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Ekuele Y La Economia Tradicional Fang’. Malabo, 1990. 2. Mbana...

Page 1: Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Ekuele Y La Economia Tradicional Fang’. Malabo, 1990. 2. Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Nda-Bot de Los Fang’. Africa 2000 14 (1991).

ELNDA~BOT DELOSFANG

El autor en un reciente artículo publicado en esta misma revista, ponía de relieve algunos elementos matrilineales de la ceremonia funeraria fang. Analiza en

este artículo otro componente matrilineal de la estructura social de este pueblo,

el Nda-bot.

Por JOAQUIN MBANA NCHAMA

S E sabe que el puet compone de nume nes exogamo-pa1

Cada uno de ellos. segú estudiosos, es la unidac de cuatro círculos fami son da-bot, ~vok-bo bot y Etunga-bot. En un cendente el elemento i1 mente superior contie una de sus partes al ele1 mediatamente inferior. 1

bot es la unión de Mend Ayom-bot lo es de Me bot y el Etunga-bot de me-bot.

No vov a discutir en sión la di-mensión socio-1 lógica de los conceptos 1 Ayom-bot y Etungabot. : sión que los rodea merec lisis independiente cuyo dos publicaré próximarr

Page 2: Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Ekuele Y La Economia Tradicional Fang’. Malabo, 1990. 2. Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Nda-Bot de Los Fang’. Africa 2000 14 (1991).

atención se centra entonces en los conceptos Nda-bot y Ayong (clan fang) como los dos pilares sobre los que descansa la sociedad fang. Pero si tuviera que seguir la lógica de la división anterior, el NDA­BOT se presentará como el ele­mento nuclear de la estructura so­cial fang.

Los defensores del «patriarcado de la sociedad fang» Jo definen como un grupo patrilocal, pues esa sociedad no podrá ser patrili­neal en su unidad superior -ayong o clan- si no lo es en su componente básico: Nda-bot. Aunque. claro está, esos autores uu M:: mult!stan en definir el ele­mento fundante del Nda-bot y de trazar su frontera repecto al clan o ayong. Configurar sin más el Nda­bot dentro de los limites del clan plantea ser·io<; nroble tuas.

E ob¡etvo fundam ntal de

cnt ca a los modelos

e ltura es d 1 pa ado es

promover a ve dadera

ea tzac on de odos en un

e

Porque:

- Dos personas del mismo clan o ayong pueden ser de Men­da-me-bot diferentes (siendo «me» la partícula de plural).

- Dos personas de clanes dife­rentes pueden ser del mismo Nda­bot. Es el caso de los hijos de las hermanas casadas con hombres de otros clanes.

- Si un hombre hace un crío con una solterona, él no pertenece a.l Nda-bot de su padre biológico; s1 lo hace una solterona, sí perte­nece al Nda-bot . de su madre.

D~ c-«to se sigue que el elemento fundante del da-bot es la mujer y no el hombre. Que él no es gru­po patrilocal, aunque, eso sí, tiene un componente patrifocal. Un Nda-bot puede existir en dos cla­m ; :, diferentes y las dos o mas fa­milias que lo componen, mante-niéndose unas relaciones no me-dintiz<>das por· el el un . Es el caso de loe hijo~ de do:~ hcrnlo.nu:. casa­dUii mn hombn:s de clanes o Me-

yong diferentes los cuales guar-da n unos vínculos que se escapan al control ciánico.

La pertenencia a un Nda-bot se justifica siempre con relación a un antepasado femenino común. Es la madre del padre a que, por sus numerosos hijos, en un hogar po­lígamo, dará origen a un Nda-bot diferente de otros Menda-me-bot que originan las demás esposas de su marido. Y dada la exogamia matrimonial imperante en la so­ciedad fang, será también la ma­dre de~ madre la que dará origen a un da-bot que comprende: los hijos dt:: sus hijas casadas y los hi­jos de sus hijos.

Por extensión se puede conside­rar como formando un mismo Nda-bot a todos los descendientes de un mismo padre con madres diferentes, pero la rivalid~d de és­t~s s~ transmite a los hijos y hace dtficil la configuración -en tér­minos de duración- del Nda-bot por vía paterna.

El problema de la poligamia

La poligamia se presenta enton­ces como la causa fundamental de la proliferación de los Menda-me­bot y quizás también de los clanes o Meyong-me-fang.

La tradición narra que Afiri Cara, padre de los negros y los fang, al que no hay que confundir con el nombre del continente ne­gro, era un polígamo.

A.firi Cara engendra a siete hi­jos (entre los numerosos que tuvo) de una misma mujer que se llama Nanengo Dos. Estos siete hijos fundan las subculturas de la cultu­ra fang. Fang Ajiri. Primogénito. Crea el clan fang o maquieñ.

Ocac Ajiri. Crea el clan o sub­cultura ocac.

Mevú y Nden Ajiri. Gemelos. No se separcm. Crean el clan me­vumP.dPn ..

Eulu A./iri. Crea el clan Bu/u. Ngue Ajiri. Unica hembra. De

soltera tiene a Owono Ajiri, que funda n los Hwondo.

Ntumu Afiri. Ntum-bastón. Lla­mado así porque cuando le dieron noticia a A.f/ri Cara del nacimien­tO del séptimo hijo de Nanengo !Jos, llevaba en la mano un bastón (ruum) cun tres nguic, tres medici­nas. Por (?SO (JUÍ.I'n (}Ue .\'U hijo se llamara Ntum. Ntum creó el clan de los Ntum (1).

Los siete hijos de una mujer Nanengo Dos formaron el actual pueblo fang; los de otras mujeres del mismo señor, formarían los restantes pueblos negro-africanos. Saben que forman un solo pueblo basado en la comunidad de san­gre; de hecho tienen una lengua propia y una cultura común. Los otros pueblos que los rodean son no-fang, sino Bilobilobo. Es decir, gente no perteneciente a la cultura fang.

Si el p¡1dre está com~ se dice en la base de la cultura fang, debido a que esta cultura tiene sus funda­mentos en la poses_ión atel c~á?eo del padre, ¿por que e ~xcluma a los demás hijos de -Afiri Cara en una cultura cuyo fundamento de­biera ser su propio padre? La cita anterior, ¿no es otra prueba irrefu­table del origen matrilineal de nuestro pueblo, de nuestros clanes y Menda-me-bot fang actuales?

U na sociedad puede evo! ucio­nar hacia un modelo u otro, pero de lo que no se puedt:: esperar de la cultura de un pueblo es que se contradiga en su estructura funda­mental. Los fundamentos de cual­quier cultura son positivos. Por eso mismo no pueden servir de base a la explotación humana, de una persona sobre otra persona, del hombre a la mujer. Una inte-

Page 3: Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Ekuele Y La Economia Tradicional Fang’. Malabo, 1990. 2. Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Nda-Bot de Los Fang’. Africa 2000 14 (1991).

El ob¡etivo damental de en ca a los modelos

llturales del pasado es womover la verdadera lzacon de

Ddos un undo 1bre.

de otros clanes. - Si un hombre hace un crío

con una solterona, él no pertenece al Nda-bot de su padre biológico; si lo hace una solterona, sí perte­nece al Nda-bot de su madre.

De esto se sigue que el elemento fundante del Nda-bot es la mujer y no el hombre. Que él no es gru­po patrilocal, aunque, eso sí, tiene un componente patrifocal. Un Nda-bot puede existir en dos cla­nes diferentes v las dos o más fa­milias que lo éomponen, mante­niéndose unas relaciones no me­diatizadas por el clan. Es el caso de los hijos de dos hermanas casa­das con hombres de clanes o Me­yong diferentes, los cuales guar­dan unos vínculos que se escapan al control ciánico.

La pertenencia a un da-bot se justifica siempre con relación a un antepasado femenino común. Es la madre del padre a que. por sus numerosos hijos, en un hogar po­lígamo, dará origen a un Nda-bot diferente de otros Menda-me-bot que originan las demás espo a de su marido. Y dada la exogamia matrimonial imperante en la o­ciedad fang, será también la ma­dre de l¡t madre la que dará origen a un Nda-bot que comprende: lo hijos de sus hija casada y lo hi­jos de sus hijos.

Por extensión se puede con ide­rar como formando un mi mo Nda-bot a todo 1 de cendientes de un mismo padre on madre diferente , pero la rivalidad de és­tas se tran mite a lo hijos y hace difícil la configuración -en tér­minos de duración- del Nda-bot por vía paterna.

El problema de la poligamia

La poligamia se presenta enton­ces como la causa fundamental de la proliferación de los Menda-me­bot y quizás también de los clanes o Meyong-me-fang.

J LlftUUrt tU.) .)UUl.UUUIUl) Wt. "'"" ""'"'""""'

ra fang. Fang Afiri. Primogénito. Crea el clan fang o rnaquieñ.

Ocac Afiri. Crea el clan o sub­cultura ocac.

Mevú y Nden Afiri. Gemelos. No se separan. Crean el clan me­vu.meden.

Eu.lu Afiri. Crea el clan Bu.lu. Ngue Afiri. Unica hembra. De

soltera tiene a Owono Afiri, que funda a los Ewondo.

1Vtumu Afiri. Ntum-bastón. Lla­mado as( porque cuando le dieron noticia a Afiri Cara del nacimien­to del séptimo hijo de Nanengo Dos, llevaba en la mano un bastón (nturn) con tres nguit, tres medici­nas. Por eso quiso que su hijo se llamara Ntum. Ntum creó el clan de los Ntum ( 1 ).

Los siete hijos de una mujer Nanengo Dos formaron el actual pueblo fang; los de otra mujeres del mismo señor, formarían lo restantes pueblo negr -afri an . Saben que forman un 1 pu bl basado en la comunidad d' . an­gre; de hecho tien n una 1 n ua propia y una cultura comun. lo" otros pueblos que lo r d an MH

no-fang, sino Bilobilobo. d • i • gente no perteneciente a la ultu1 a fang.

Si el p,ildre está com~ se di e n la base de la cultura fang, debid a que esta cultura tiene sus funda­mentos en la posesión jlel cráneo del padre, ¿por qu~e !xcluiría a lo demás hijos de Afiri Cara en una cultura cuyo fundamento de­biera ser su propio padre? La cita anterior, ¿no es otra prueba irrefu­table del origen matrilineal de nuestro pueblo, de nuestros clanes y Menda-me-bot fang actuales?

Una sociedad puede evolucio­nar hacia un modelo u otro, pero de lo que no se puede esperar de la cultura de un pueblo es que se contradiga en su estructura funda­mental. Los fundamentos de cual­quier cultura son positivos. Por eso mismo no pueden servir de base a la explotación humana, de una persona sobre otra persona. del hombre a la mujer. Una inte-

Page 4: Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Ekuele Y La Economia Tradicional Fang’. Malabo, 1990. 2. Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Nda-Bot de Los Fang’. Africa 2000 14 (1991).

ELNDA~BOT DELOSFANG

rrogación a los fundamentos de nuestra cultura conducen a la igualdad fundamental del hombre y la mujer. Que la poligamia es la causa de la escisión de pueblos y grupos sociales se ve con la crea­ción de diferentes pueblos por los numerosos hijos de las diferentes esposas de Afiri Cara tras su muerte.

Cada hogar polígamo tiene en formación tantos menda-me-bot como esposas tuviere. Si los cla­nes actuales son fragmentos de clanes originales, prooucw ae la separación de los hijos de los grandes jefes de la emigración, era porque tenían madres diferentes. Es casi imposible en la sociedad fang la separación total de pobla­dos entre dos hermanos carnales, por el mecanismo de sucesión. Entre dos hermanos, a la muerte de uno el otro tiene el derecho de llevarse consigo las posesiones del difunto o venir a instalarse en su casa. Cuando eran de madres dife­rentes, tal paso será imposibilita­do por la indudable oposición de la madre del difunto, que no per­mitirá que las «cosas>> de su casa vayan a formar parte de los bienes de su rival.

La experiencia cotidiana de­muestra que un polígamo fang reina sólo durante su vida. A su muerte, cada primogénito de sus diferentes esposas asume el man­do de la casa de su madre. De ahí que un jef~ fang no fuese más que un primu~ ínter pares de los dife­rentes Menda-me-bot. Una pe­queña dificultad es motivo sufi­ciente pa a;e los hijos de una misma madre se desaten de us hermanos - del mismo padre­para fundar su propio poblado en las mediaciones del poblado o a una larga distancia de é te. Si un poblado fang tiene siete casas de la Palabra, ellas pertenecerán a siete Menda-me-bot diferentes, por tanto , a sietes mujeres prolife­ras diferentes.

Todo esto debería lle,arno a no volver a abordar la ociedad fang sólo desde la ópti a patrili­neal. Los estudioso~ que la anali­zaron el siglo pasado ignoraban que se encontraban ante una o-.... : .... ...~ .... ~ ---'--·· ....l ___ _____ : _.:~-

de un arraigado prejuicio «pa­triarcal» sobre el fang. En efecto, la poligamia como el dominio del hombre sobre la mujer se introdu­jo entre los fang durante la emi­gración por motivos socio-ecoló­gicos, la menor movilidad de las mujeres que estaba relacionada con las dificultades del embarazo y la lactancia en marcos migrato­rios, las bajas que la guerra causa­ba entre los machos producía el número de viudas, la introduc­ción de la economía mercantilista basada en la venta del caucho v martil antes del contacto con é1 europeo. etc.

e_ún todo los indicios, e ta mstnuctón no parece correspon­der al modelo de comivencia mu­t~~o~tal original fang. La tradi-

No se puede mantener

eternamente una forma alienante y degradante bajo la excusa

de una pseudocultura

heredada en una situación de

crisis, so pena de poner en entredicho la

propia continuidad existencial.

-el uno no procediendo de otro- entre el primer hombre . la primera mujer: los dos saliero~ simultáneamente de dos hue\ originarios bajo la acción del E píritu. No hay algún mal que pe­bien no venga; el actual Bwiti " sabido conservar magistralme el relato de referencia. Este e~ párrafo:

Al terminar de arre¡dar 1 las cosas, M ebef{ue, Nkwa Mbongwe se unieron y pond ron dos huevos: un huevo dorad un huevo blanco: los dos han i1 bada y los han guardado.

Entonces Sekorne, por la m na, se fue a encontrar a Meb , Nkwa y Mhongwe que incub los huevos. ¡-;¡ lanzó cntonce_ grito espantoso,· los dos huer·

Page 5: Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Ekuele Y La Economia Tradicional Fang’. Malabo, 1990. 2. Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Nda-Bot de Los Fang’. Africa 2000 14 (1991).

>re y e ron e vos 1 Es­: por ti ha ten te

un

odas (1 l'

tera­rdny incu-

•ña-

s se dos

Sekome los tiró en la fuente del c¡e/o y los hizo bañar én el aglla de la vida.

Entonces denominó al bebé qlle estaba en el huevo duradu, X::a­ma, salido de Mebegue- klra­Sokume y Mbongwe. Y el que es­faba en el huevo blanco, Nyngono, salida de Mebegue- me - Ni<wa­Sekome- Mhonf?we. (2).

Dos componentes esenciales

Los dos componentes funda­mentales de la estructura social fang -como el hombre y la mu­jer en una familia nuclear- son el Nda-bot y el Ayong. El primero representa la parte femenina y la segunda, la masculina. Están he­chos oara vivir en 111111 rPll\<"iAn ,:~,.

ión de todos en un mundo libre. Esta libertad no es un libertina­

j . preCisamente porque nuestro \amor por la libertad hunde sus

raíce en nuestra cultura perenne. Es como dice Eboussi Boulaga: «Las formas de alienación antigua ~ describen para promover otro comienzo, para denunciar su per­sistencia, su presencia latente y en prevenir los resurgimientos bajo otras formas)) (3) .

Con todo no pretendo declarar, desde \u o.ntropo\ogíu., a \a mono· gamia como la única convivencia matrimonia\ para todos los pue-blos del mundo. Hablo del pueblo fang, cuya tradición desconoce la práctica de este modelo matrimo­nial en los comienzos de la raza.

zama primer hombre --que los misioneros trllcluieron por Dios­) yu¡;uuu fu~;IUll uucslrus pri· meros padres. La introducción de la poligamia entre los fang es la c-dusa del desorden actual. Las mi-

ro-comunidades resultantes del odio acumulado por las mujeres en los hogares polígamos constitu­-en hasta \a fecha una insuperable

era para la concentración po­.- : · ~.u .. - ~ 1a l-''uuc:n:t muJer

~:; ue-~v ,. i,. (O. U CU }.)Cl fC\..:lCl

· onia para promover la parti­-ón de todos en un mundo

enamente humano. tpara que uede claro que el ong y el da-bot comtituyen como el

hombre y la mujer en un familia nuclear- los dos ejes f!Senciales de la estructura so~! l'ang, con­cluyo con esto. En efecto, no se ha \·isto a una mujer llamarse Ayong ni a un hombre llamarse Nda: Ayong es un apellido común a los hombres fang y Nda es un apelli­do común en las mujeres fang.

NOTAS ( 1) lr'ligo de J\ranzadi, Tradiciones

orales del bosque fang, Archivo del Instituto de Estudios Africanos, n. 41 (Madrid, 1957)pág. 64 .

(2) Jean Binet et al .. Textes r~>li-9,eux du «BWICI- f~nf:J», pégs . 22 1 - 222 .

\3) F. Eboussi Bou\aqa, Chrisrianis-

Page 6: Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Ekuele Y La Economia Tradicional Fang’. Malabo, 1990. 2. Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Nda-Bot de Los Fang’. Africa 2000 14 (1991).

Sekome los tiró en lafiteme del cielo y los hizo bañar en el agua de la ¡•ida.

Entonces denominó al bebé que estaba en el huevo dorado, N::a­ma, salido de lvfebegue-l•lkwa­Sokome y ;'l;fbongwe. Y el que es­taba en el huevo blanco, Nyngono, salida de 1\1 ebegue - me - .Nkwa -Sekome- Mbongwe. (2).

Dos componentes esenciales

Los dos componentes funda­mentales de la estructura social fang -como el hombre y la mu­jer en una familia nuclear- son el Nda-bot y el Ayong. El primero representa la parte femenina y la segunda, la masculina. Están he­chos para vivir en una relación de

complementariedad y no de su­bordinación. Cuando por razones conyunturales se produce el pre­dominio de una sobre la otra, la persona como ser inteligente tiene que utilizar los medios racionales para restablecer el equilibrio origi­nal, principio y motor de todo progreso duradero.

No se puede mantener eterna­mente una forma alienante y de­gradante bajo la excusa de una pseudocultura heredada en un si­tuación de crisis, so pena de poner en entredicho la propia continui­dad existencial. uestros modelos culturales no están cubiertos de una inmunidad diplomática. La pequeña crítica de cada uno de nosotros los puede alcanzar per­fectamente, crítica que tiene como objetivo fundamental el promover la verdadera realiza-

. -- - ---·cr-............. ~ ........ ~ "'-J

otras formas» (3). Con todo no pretendo declara1

desde la antropología, a la monc gamia como la única convivenci matrimonial para todos los pu~ blos del mundo. Hablo del puebl· fang, cuya tradición desconoce l práctica de este modelo matrimc nial en los comienzos de la raz~ Nzama primer hombre --que lo misioneros tradujeron por Dios­Y Nyngono fueron nuestros pri meros padres. La introducción d la poligamia entre los fang es l causa del desorden actual. Las mi ero-comunidades resultantes de odio acumulado por las mujere en los hogares polígamos constitu yen hasta la fecha una insuperabl· barrera para la concentración po blacional en estructuras viable capaces de promover un desarro Uo a la altura de nuestro pueblo Es inviable la poligamia. Ella pro voca el odio, y éste acaba con to dos nosostros.

Volvamos a la situación origi naria cuando el primer hombn - Tzama- y la primera muje -Nyngono- vivían en perfect< sintonía, para promover la partí cipación de todos en un mund< plenamente humano. xpara qU< quede claro que el Arong y e Nda-bot constituyen como e hombre y la mujer en un familü nuclear- los dos ejes senciale: de la estructura so · 1 ng, con­cluyo con esto. En efecto, no se h< visto a una mujer llamarse Ayon! ni a un hombre llamarse Nda Ayong es un apellido común a lo: hombres fang y Nda es un ape\Ji. do común en las mujeres fang.

NOTAS

(1) lñigo de Aranzadi, Tradicione: orales del bosque fang, Archivo de Instituto de Estudios Africanos, n . 41 (Madrid, 1957) pág. 64.

(2) Jean Binet et al. , Textes reli gieux du «Bwiti-fang». págs. 221-222.

(3) F. Eboussi Boulaga. Christianis me sans fétiche. pág. 23.

Page 7: Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Ekuele Y La Economia Tradicional Fang’. Malabo, 1990. 2. Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Nda-Bot de Los Fang’. Africa 2000 14 (1991).

Revista de Cultura Año V • Epoca 11 • Núm. 13 • 191

-·-lA COIICEPCIOII DE DIOS 8110$ FA/16 -·--EDITORIAL ¿Quién es Bisila? Prensa y desarrollo por José F. Eteo .. . . .. .. . ..

por Donato Ndongo-Bidyogo .. .... . ... 3 ORIGINALES AFRICA l

López El ekuele y la economía tradicional Poemas de María Caridat ...

fang por Joaquín Mbama Nchama ...... . . .. 4 . La economía guineana~tor

primario

Reflexiones sobre el Año Interna- por Fernando Muakuku R~ •... '

cional de la Alfabetización por Ciriaco Bokesa Napo . . ........... . 12 La concepción de Dios1ng

por Anacleto 016 Mipuy .

Caracteres parafeudoseñoriales en ciertas sociedades negroafricanas Tradiciones y cantos b vi-

por José Luis Cortés López ... .. . . ... . 16 sión de 1890 por Jacint Creus .. ....... .... 1

PREMIOS CENTRO CULTURAL

oos (Getafe) Boote-Chiba LECTURAS GUINEANA por Pedro Cristina Bueriberi Bokesa . . . . 25 Raquelllombé; leyendan

por T eodoro Sáez Fernán( .. '

]L

: 2720 Ecuatorial)

Page 8: Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Ekuele Y La Economia Tradicional Fang’. Malabo, 1990. 2. Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Nda-Bot de Los Fang’. Africa 2000 14 (1991).

EL EKUELE Y LA ECONOMIA

TRADICIONAL FANG

En la soci~d~d tradici na fang existen relacio­nes eco!lom cas_ ligadas al parentesco. Los fang teman un dmero -el ekuele- que cum­ple algunas funciones más que las que asignan los economistas al dinero: medio de cambio, patrón de va or, medio de atesorar riqueza y medio de realizar pagos. El ekuele, que se em­p eaba anfgua e e sólo en el intercambio matr"mon"al, eran anzas metálicas que se ag u a etes de diversas unidades.

L OS fang forman una de las etnias más numerosas de Africa Central. Pueblan

fundamentalmente el centro-sur de Camerún, la parte continental de la Guinea Ecuatorial y el cen­tro-norte de Gabón. Cuando digo fang, me refiero a los siguientes grupos o tribus: fang. okak, bulu. ewondo mvei, ntumu etc. Estos grupos se subdividen en clanes. que la administración colonial bautizó erróneamente por tribus. Aunque, hay que reconocerlo. el clan o tribu es el elemento que mejor caracteriza al hombre fang. El pueblo fang se compone de nu­merosos clanes, y cada uno de :. :::::- s::::;=--~~-·-::..""":_..:=.::::::--_::::::.__ r-;;:::::;::::::=;:::..::. ~--~~ -~:=~~~~-- -. ~r~=·~-~~- c-A.<:.--:..· jes llevan Jos de sus propiO 1 WJ·

dadores. Asi Exanvin. es d=ir pa­dre • -... in (n ... in es una ~e de ~ -:=....- -- - -- -- ----

sexuales entre individuos miem­bros del mismo clan; y patriline -les (y virilocales), en la medida que los hijos de una mujer casada son del clan del padre. Todos-los hombres viven en el mismo po­blado en que han nacido, el desti­no de la mujer es nacer en un p~­blado y casarse y morir en otro; las muchachas solteras son her­manas del clan y las mujeres casa­das de un poblado son cuñadas del clan.

Los fang practicaban una eco­nomía de subsist~ncia, fun ada sobre una agricultura extensiva, la caza.. y. moderadamente. la pesca. Los cultivos fang son de tipo nó-~:- :-::: --=:::--.:;::: __ -.-::: .... "';.- _""'!_ .... ":'"" •• -~--· '""':'". -~~

cé'fcarnn- finW.icvii"'flrlca:-O~ac 'e~= tos momentos la mujer sera la en­cargada del cuidado de la planta­-~F~~cis --cuiüv-6s-ciécen-~<1~1 r~1i1

Page 9: Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Ekuele Y La Economia Tradicional Fang’. Malabo, 1990. 2. Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Nda-Bot de Los Fang’. Africa 2000 14 (1991).

IMBAMA \ti \ntropología UNED

TRADICIONAL FANG

En la sociedad tradicional fang existen rela nes económicas ligadas al parentesco. fang tenían un dinero -el ekuele- que e pie algunas funciones más que las que asig los economistas al dinero: medio de cam patrón de valor, medio de atesorar rique• medio de realizar pagos. El ekuele, que se pleaba antiguamente sólo en el intercan matrimonial, eran lanzas metálicas que agrupaban en paquetes de diversas unida'

L OS fang forman una de las etnias más numerosas de Africa Central. Pueblan

fundamentalmente el centro-sur de Camerún, la parte continental de la Guinea Ecuatorial y el cen­tro-norte de Gabón. Cuando digo fang, me refiero a los siguientes grupos o tribus: fang, okak, bulu, ewondo, mvei, ntumu, etc. Estos grupos se subdividen en clanes, que la administración colonial bautizó erróneamente por tribus. Aunque, hay que reconocerlo, el clan o tribu es el elemento que mejor caracteriza al hombre fang. El pueblo fang se compone de nu­merosos clanes, y cada uno de ellos posee una fuerte población que vive en diferentes poblados geográficamente distanciados.

Estos clanes suelen llevar en ge­neral nombres totémicos de ani­males o plantas, mientras los lina­jes llevan los de sus propios fun­dadores. Así Exanvin, es decir pa­dre Nvin (nvin es una especie de antílope rojo o cabra de monte) se e mpone de dos linajes: Nsomo­Mchú y Mba-Mengué. Se puede caracterizar estos clanes diciendo que son exogámicos y patrilinea­le~ Exogámicos, porque se pro í­be el casamiento y las relaciones

sexuales entre individuos 1

bros· del mismo clan; y patr. les (y virilocales), en la rr que los hijos de una mujer e son del clan del padre. Tod hombres viven en el mism blado en que han nacido, el no de la mujer es nacer en t

blado y casarse y morir en las muchachas solteras sor manas del clan y las mujere~ das de un poblado son cu del clan. "' Los fang practicaban un: nomía de subsistencia, fu: sobre una agricultura extens caza, y, moderadamente, la Los cultivos fang son de ti~ mada. Cuando la tierra d( producir, se desbroza otra donde se realiza la nueva p ción. Los hombres son los e gados de deforestar y de des zar la tierra. Después quem¡ cercarán la nueva finca. Des tos momentos la mujer será cargada del cuidado de la p ción hasta la recogida de le tos. En esta parcela cose yuca, cacahuete, maíz, plá etcétera.

Estos cultivos crecen ca cuidados, tan sólo chape (cortar la maleza con mache

Page 10: Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Ekuele Y La Economia Tradicional Fang’. Malabo, 1990. 2. Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Nda-Bot de Los Fang’. Africa 2000 14 (1991).

v«!z en cuando y revisar latll p~ra que los animales nopul\n eiltrar a devorar lo fruttt la caza también tiene un pa~in­pc:>rtant n la vida del p~ fa.ng, pue es prácticamcnk el úitico pr edimiento de ~ camefre a paro 1 e nsumo~i­diano. L s unimalcs dom~ son utilizados g •n ·mlm ntcrnlls in tcrcarnbios «C m ·r ·inlcSI. He comenzado puntualizando IS\1s

notas tnográfí as, para faclilar una mcj r ompr nsi n del~e­sentc urtf ulo.

Aquf sb z un cstudio llbre una de las mon das african11que existían on ant rioridad ~ im­pacto d la u 1 tu m ·uro¡x¡: el ekuele d los fa n . on toquie-ro aportar una nu·vu cvidtncia etnográfi a en apoyo a aqll!llos antropól g qu dcli ndcnbim­posibilidad d estudiar las ecuno­mías de todas las so i dades~:gún los presupu '. lO. d la economía de mercado: lu of'rta Y la deman­da, la cuantifica i n de todas las cosas, in el u id11 la anancia, en concepto d dinero. Así, en el caso concreto d 1 s fa ng, se verá que las uatro fun i ne Que 1os moderno e ·on mistas reconoc• al dinero - medio d cambio, pa­trón de valor, m di de ah,v· r riqueza y m di de realizar 1-'~­gos- no las IIITIOI e! r' ll¡>lf'

Ademá , tendr la ocasión dt ~' cordar una v z más que P•

sociedad cor11 la fang, u-. .. 11;;: í; políti a, la rcligi n, la econo­m fa, etc., no eran eparadas ~rmo en el occidente moderno, es a ven-

Page 11: Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Ekuele Y La Economia Tradicional Fang’. Malabo, 1990. 2. Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Nda-Bot de Los Fang’. Africa 2000 14 (1991).

vez en cuando y revisar la reca para que los animales no puejan entrar a devorar los frutos. La caza tambi n tiene un papel im­portante en la vida del pueblo fang, pues e prácticamente el único pro edimiento de obtener carne fresca para 1 consumo coti­diano. L s animalc. dom t1cos son utilizados g ·n·nllmcnt· e~ los intercambios << ·om·rd!lll'S», 11 comenzado puntuolitundo Nas notas etn grá ti as, puru facilitar una m j r e mpr •nsi 11 11t'l pr -sente artf ulo.

Aquf esb zo un estutlin ~br una de las mon das nlikana qu existían on ant ·ri1lridad ul im­pacto d la ulturn t·umpca: 1 ekuel d 1 S ftll11\. IHI l'S(ll QUÍ -

ro aportar u nn nlll'VII ·vtdencia etnognHi ·a ·n ttl>üyo 11 aquellos antrop lo os que dcfi •nd •n la im­posibilidad d · ·studiur lus ·con • mías de todas las sodcdnd ·s li.!gú n los presu1 uestos dt' In ·conomf;¡ de mcr ado: la oferlll lu dcman· da, la uantifica ·i n de toda la! e sas, in ·luida lu p.tlllllll ia, cr: concepto d • din ·ro. Asf, en e caso on r ·to d · los fang, se verj qu la. uatro funcion ·s que 101 mod rnus economistas re onoc' al el in ro medio el· ·umbio, pa tr n d · valor, m· tío d • a1·~~v~\

medio de real izar 11a las ··¡mnlc e' r' npl f

Además, t ndr la ocasión dt .-ordar unu v z má que ,.

·iedad omo la fang, u.._ .. ut:: l p lfti 'H, la r •ligi n, la econc

epa radas e:!' m dcrno, es a ver

Page 12: Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Ekuele Y La Economia Tradicional Fang’. Malabo, 1990. 2. Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Nda-Bot de Los Fang’. Africa 2000 14 (1991).

; ''-. . ;a: t~fii~o . ~~~ucÍiar una de las partes ai margeif'de la sociedad global. iJ, t

LA Rll ­DE.- ..-. ":

;,~- kÍ· .. .~

~A dRE

En la ~ ,. · fang tradicional, la riquez:.:. ;10mbre se eva-h~~tba t'Jl num.,.rn de mujeres, de hiJOS, de plac.~ - ,s y de objetos en acero dr· ~1 JiS~!GGüt. : De estos últimos Je.>t<... b:1 · ·bbre todo el ekuele. antigut) dniero fang que sólo s~ uti hz~ ' el'!f.el intercambio matrimoni~ 1~11 e!e (pl. de ekue-le) eran '· .,...:etálicas que se agrupaba¡; paquetes de 1 O (awom bif :ie •100 (nted bi-kuel~) y h ie • ..m. millón (aku-ru b1kuele) , em~l valor máxi-mo más al ;L cuai toda estima-ción se co: -raba• n o razonable.

11.:'.

Las lanzas metálicas se · utilizaban en la economía tradicional fang como

moneda en el intercambio matrimonial.

Akuru viene de la palabra akut, que significa loco.

En los intercambios corrientes de la vida cotidiana, el fang se ser­vía del trueque: gallina por pláta­no, cabra por el servicio prestado. Todas las transacciones tenían lu­gar fuera del sistema de ekuele e implicaban diversas formas de re­ciprocidad e intercambio. Para desentrañar las relaciones comer­ciales de la economía fang entrela­zadas en su mundo socio-político y caracterizarlas, puedo servirme de este importante texto de Karl Polanyi: La observación emptrica demuestra que las pautas princi­pales son la reciprocidad, la redis­tribución y el intercambio. La re­ciprocidad supone movimientos entre puntos correlativos de agru­paciones simétricas; la redistribu­ción consiste en movimientos de

apropiación en direcciónt tro primero y, posteríormu de este centro hacia fuera~ por intercambio entendo, vimientos reciprocas com realizan los «sujetos>> em ma de mercado. La reci¡¡ pues, presupone un transp cial de agrupaciones dis1 simétricamente; la redisJ depende de la presencit cierto grado de centra/in el grupo; el intercambio, Ji ducir integración, necesin tema de mercados crea/, precios. Es evidente que lo tas pautas de integración:: nan en estructuras institu distintas ( l ).

Las dos primeras pall: tían en la economía tr.¡ fang, no así el sistema d: dos. Analizaremos la reci; en la vida cotidiana del b redistribución en la fiest¡

Page 13: Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Ekuele Y La Economia Tradicional Fang’. Malabo, 1990. 2. Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Nda-Bot de Los Fang’. Africa 2000 14 (1991).

ria fang o mesong. Pero antes de esto conviene recordar dos cosas: en primer lugar, la economía de subsistencia fang satisfacía con creces las necesidades alimenticias de la población; en segundo lugar, no existía en la sociedad fang una clase de comerciantes. Su ausen­cia no era, como piensa Augusto Panyella, una carencia -para la sociedad fang o de los fang mis­mos-, quien señala: «La falta de mercados o ferias y de toda la base monetaria y de capital. En aquella economía prácticamente cerrada tampoco existía trabajo asalariado» (2).

Creo que su falta hay que atri­buirla al tipo de integración que existía en un clan fang. Ella era total. En efecto, entre los fang no había un grupo de personas o una clase de individuos marginados por su ideología o por su religión. La división entre católicos y pro-

testantes es reciente. Se era un fango no.

Los fang conocían la propiedad privada; la diferencia entre un hombre rico y uno que no lo era -no existían mendigos- se ma­nifestaba en la posesión desigual de las mujeres y no en la propie­dad sobre la tierra. Así, no había entre los fang desigualdades acu­sadas en la riqueza, cimentada por el acceso diferencial en los re­cursos y a la base tecnoambiental de la producción. Estas condicio­nes, junto a la concepción de la persona de este pueblo, hicieron imposible, primero, la aparición de una clase de marginados, ori­gen muchas veces de la clase de comerciantes: un grupo de perso­nas cuya existencia depende del comercio al serie prohibido parti­cipar como los demás en la vida socio-político. Este fue el caso de los judíos hasta hace poco en mu­chos países europeos (el antisemi­tismo).

La respuesta del fang con el ex­tranjero instalado en su seno era, como señalan G. Balandier y Tri­lles, adopción o liquidación. Ade­más, estas mismas condiciones de la sociedad fang chocaban frontal­mente con la aparición de un sis­tema de mercado, «en la medida -según Maurice Godolier- en que la tierra y los alimentos sean movilizados por ese intercambio y allí donde la mano de obra se ha convertido en mercancía que pue­de comprarse libremente en el mercado» (3).

La economía fang, sin comer­ciantes y sin mercados, se reducía a actividades «comerciales» dis­continuas basadas en la necesi­dad. Lo único ue circulaba era el dinero ekuele, pero en forma de nsoa o dot_e. Este carácter «sagni­do» del nsoa -uso exclusivo en el intercambio matrimonial- ha­brá de salvar a los fang durante la trata, manteniéndolos al margen de la esclavitud. Paul Belloni de Du Chaillou, presunto primer blanco que entra en contacto con los f::~nP rl::t tP~ti"',-"''" rl o In ~-~-

basaba en do cas:

J. Persona 1 2. Cosa por

Por cosa se : llo que no sea na. Los fang ce tante tiempo e europeos a can tos. Pero cuan, intermediarios' cambio de los · recibieron un; puesta bélica. ban intercamt guerra por cosa Pierre Alexand los tratamientc reputación de ¡

estos gigantes r te armados, de ferocidad indisc a sus presos de lugar de guarc. como esclavos, mujeres y los h! naturalizaban ...

Incluso en u también se respc te la ley de la del delito. Vean respecto Paulin deOyem.

Cuando una t, lesionada en su sOlla de uno de .s ~ndra. Un ra muerte dada a 1

tribu, de l clan, te cipales c ausas d causas d e confl, JitO. Los conflü rnitados o gem las circunstancic. miferes, se resp< todel mi mo mí S( en una e. pea nrujeres, el clan sin nece idad, a otro clan., el qu, nruerte sólo resp su clan. P ero [re teJo el c lan era ej~to, la muerte aunque }uese un ~-,~ ~A~ ' ' ~- ~•-•

Page 14: Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Ekuele Y La Economia Tradicional Fang’. Malabo, 1990. 2. Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Nda-Bot de Los Fang’. Africa 2000 14 (1991).

nesong. Pero antes e 1e recordar do cosas: ugar. la economía de

fang satisfacía con "esidades alimenticias ón: en segundo lugar. la sociedad fang una

omo piensa Augusto 1 carencia -para la ~ o de los fang mis-1 señala: «La falta de ferias y de toda la ria y de capital. En o._,.,_ia. ~~,..·h~ _,on1'&A ~Q 'W~--g, ~-J .....

~).

u falta hay que atri­l de integración que

clan fanl!. Ella era to, entre los fang no 10 de personas o una ividuos manrinados [.1\.-.t..::- ..::c.. ....... ._ • .._.._.::> ... -LJI·'-J-

estantes es reoen e. Se era fan_ o o.

Los fan~ conocían la prop· priva : l ·-ere · e rre hom re ·ro ) o ~=- o lo era -no exisúan men ·~ - se ma­nifestaba en la posesión desigual

á re · uerra -~- 'r10-narim entre lo ang desigualdades a u­sadas en la ri eza cimentada por el acceso diferencial en los re-ursas v a la base tecnoambienta1

de La p~oducción. Estas condicio-

en dos condiciones bási-

l. Persona por persona. Cosa por cosa.

Por cosa se refiere a todo aque­llo que no sea una persona huma­aané 'lfc::f'iJ1fU"rul\PffiÍ'llibi'fD"a ha,% europeos a cambio de sus produc­tos. Pero cuando quisieron (o r-­

intermediarios) exigir esclavc cambio de los mismos productL . recibieron una implacabl~ ·res¡-,:,,

.'L EKUELE Y LA ECQl'JOf"liA TRAdiCiONAL

2~<Nb' '·

nP1ik:_junan :;.t ),.. c:nn.c:ención de la Ímposíble.- pnmero.-1a-· aPaña o o Qhl~ .. ~lj~~ ... _ _T OJl!J'()C~ . _a_C_ePt!,¡_: -:-j ----"-.-,,..-,

guerra por cosas, segun resumuru ¡¡_ ' · __ t.-.,.,.~,,:;;~ de una clase de marginados. ori­gen muchas veces de la clase de comerciantes: un !!rUDO de oerso­nas cuya existencia depende del comercio al serie prohibido parti­cipar como los demás en la vida ilés, · iac;¡;-c;;~-;; liquict~~ió;_,.Act;~ más, estas mismas condiciones de la sociedad fang chocaban frontal­mente con la aparición de un sis­tema de mercado, «en la medida

,. ...... _....~ '~---- ·- ~- --~~-- ... ~ ~ ··-- --

Pierre Alexandre: Sobre la fe de::. los tratamientos mpongwé, una reoutación de terror les orecediJ. estos gigantes rojos, superiormen-te armados, de un coraje y de-u.>ta • · , ferocidad indiscutibles. devoraba•r ;;~¡7; ¡;; d;~~í~~;;~;~;¿¡~;~ict~d· del delito. eamos lo que dice al respecto Paulin Nguema-Obam de Oyem. '

Cuando una tribu se encontraba _..__ - - __ .,.,._----e--- ~-.... --~-- w-.......-""""'- -.w

m tene sólo respondía delante de su clan. Pero frente a otro clan, uxlo el clan era responsable. En efecto, la muerte de una persona, aunque fuese un enemigo, difería en valor y en gravedad de un rapto de mujeres. El clan que habla per­dido un miembro preparaba una expedición punitiva. El deb!a li­mitarse a vengar a su miembro con la muerte de un solo miembro de otro clan. En el curso de la con­tienda, si la venganza habla sido cumplida, el que lo había hecho

Page 15: Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Ekuele Y La Economia Tradicional Fang’. Malabo, 1990. 2. Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Nda-Bot de Los Fang’. Africa 2000 14 (1991).

EL EKUELE Y LA ECONOMIA TRADICIONAL

FANG

daba un grito de guerra, de victo­ria, para hacer saber a todos los combatientes de la tribu, del cl(JJ! que su muerte había sido reng Desde este instante o parar el comb e _ atrás, en caso de necesuiad la fuga n.

INTERCAMBIO REDISTRIBUTIVO

Una vez enunciados estos ele­mentos básicos del intercambio • la economía fang, volvamos a las nociones formales de la reciproci­dad y la redistribución.

En la reciprocidad, los asocia­dos en el intercambio toman se­gún la necesidad y dan sin ningu­na regla establecida de tiempo y

cantidad. Así la mujer intercam­bia yuca por plátano, un pescador intercambia su pescado por ani­males con el cazador. Quizás el intercambio más interesante sea la que se establece entre el tío ma­terno (iía-ndomo) y su sobrino (muan-ka). La siguiente cita que Balandier toma del estudio del ca­pitán Curault, describe maravillo­samente esa apasionante relación: «Las relaciones del tío y su sobri­no son las más estrechas; durante su vida, el sobrino da a su tío mu­chos regalos para aumentar toda­vía el precio pagado, por su ma­dre, a su tío. Igualmente el tío, a cada visita de su sobrino, le mata gallinas, etc., como el suegro por su yerno... Si un sobrino pobre tiene necesidad de mercancías

.., para pagar una palabra o casarse. puede ir a encontrar a su tío, aun­que su pobreza le hubiese impedi­do a veces hacerle regalos, él le ayudará.»

También la ley fang prevé una <indemnización» a muan-ka (so­brino) a la muerte de su tío (ña­ndomo) y vice ersa. Sólo que en la m ert del sobrino la indemni· zación es ligeramente superior.

·edad fang uu . ..,..., ........... ,vnu recípro-

Hemos dicho que las cosas se -"'en en el intercambio · redis­

·o en dirección a un centro ;mm¡~ :. posteriormente, desde

hacia fuera otra vez. · eda fang no existía un

ente de intercam­En el Mesongo

- . se crea provisio­o. El clan orga­monia se pone

~o redistribuidor . '""e de la parte

Otra di-

yemisem: su del clan ~-eme o • más tm mudlill:lli!S.,

. eson~

_es - nd(,l-

yeme o' herm

el clan nde sus

casadll:s.. los horn-bres '-"-'<llil.r.>

nas y los espCS4:lS

chas de su maridos de las

o-es herma­e las mucha-

clan su propio an organizador de la fiesta sus amigos, los hom­bres influyentes de la zona, grupos musicales. etc. Los grupos e indi­viduos no \ienen con las manos

bio. Los diferentes hóspites apor­tan al grupo organizador ganado o dinero en metálico. Al término de la fiesta, él entrega dinero al grupo o individuo que le trajo ganado, o ganado al que le trajo dinero. El grupo organizador se convierte así en el centro donde se acumula la riqueza de varios individuos o grupos, su puerta de entrada y de salida. Es una redistribución.

Los aspectos externos que se han visto antes no dicen nada acerca del destino final de la ri­queza y cómo se recompensa el servicio prestado. Pero antes de continuar conviene caracterizar mejor lo que se entiende aquí por aspecto externo.

Con él se refiere a la tentativa de abordar un aspecto del Mesong sin tener en cuenta su significado global, la inocencia que lleva a ciertos autores a tomar su signifi­cado en base a la información su-ministrada por un fang «descono­'do» (no «amigo» del entrevista­or). y la ceguera de ciertos fang

odernizados» que no ven en él da más que una manifestación achista de una ceremonia bár­

bara. La inocencia, sobre todo en los extranjeros, juega en favor de la asunción de la interpretación li­teral del Mesong. La siguiente cita de J. M. Novoa es un ejemplo cla-ro: Aquellos que pertenecen al li­naje del difunto comenzarán a in­terpretar sus danzas, dando co­mienzo «Adjeme-ahú». El baile acompañado de tambores y tum­bas tiene por objeto reivindicar la parte del cadáver que cada uno cree que le corresponde. Si alguien

) baila tocándose un hombro, o un 1 dedo de la mano, querrá decir que . por el parentesco que tiene con el

difunto, le corresponde esa parte. Un hombre mayor, conocedor de estos códigos, irá recogiendo las reivindicaciones (6).

El autor no ha inventado nada de cuanto aparece en la cita - se lo dijeron así-; sólo que él no supo detectar el engaño informa­tivo o juego lingüístico común a los pueblos negro-africanos. Sería ridículo pensar que los fang hayan dado tanta importancia a una fiesta, congregando a centenares Y miles de personas, sólo para re­partirse un simple cadáver del di-funto. Esta es la versión popular,

Page 16: Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Ekuele Y La Economia Tradicional Fang’. Malabo, 1990. 2. Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Nda-Bot de Los Fang’. Africa 2000 14 (1991).

analizar objetivamente un he­sin tergiversar su sentido ni si-

ciar nada, y otra es hacer ganda consciente o incons­

te de una ideología. En el nú­- - o 8 de la revista AFRICA

apareció un artículo con el «Fiestas funerarias de los

:!DO de los párrafos dice así

su autor: Como no cabra en la meme de los.ano que. muerta una persona. su muene podía darse n .. r .. ..- lm nr • d t: ah[ que ae

/n ULrnlnA_..,. -/0·~¡; una persona y dtas

exequias, se averigua-... . .·o amente la causa de su

n-..JU."r;.e. Los pariemes apelaban a clase de bru-

U ­

' 'chas cosas. El mome • compren­dido entre la muerte de un a per­sona y la celebración del Mesong está lleno de luto. Poco después

mi!l:IllLSta. Aaemas, te­razón más nuclear

.... ~ ............. esta opinión. uriosamente, los

,__._._.,._..,"-3 no representan nin­asculino. Los tíos

representan, en el i da a la suegra de

so rinos representan a Es entonces fácil de

_ ar que el akus será duro 2

meramente simbólico a la viuda en la medida que sus relaciones con sus cuñadas y con su suegra hayan sido o no tensas.

ctilun~"YTa;-~üje~eSClefí)ób'íadü representan a sus madres (todas las madres de las mujeres casadas en el clan son suegras del viudo). Su akus será duro o leve en la me­dida que él ha cumplido con su deber: alimentar abundantemente a las suegras y cuidarlas mejor. Durante el akus el nkus pierde temporalmente la protección co­lectiva ciánica. De ahí la actua­ción de elementos extranjeros: to­dos los bedjeme-akus son extran­jeros respecto al clan del _viudo. La vida del hombre adquiere su verdadero sentido cuando se casa. La sociedad sentencia este paso con el matrimonio. aprovechaban para causar daños a hogares ajenos. Desaparecían ganados, asaltaban gallineros y no quedaba ningún plátano en pie en el poblado como en las fincas. Y para el colmo se llevaban las mujeres recién casadas para ultra­jar/as; también se incendiaban las casas en construcción para des­truirlas simplemente, total, una broma de mal J?Usto (8).

Page 17: Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Ekuele Y La Economia Tradicional Fang’. Malabo, 1990. 2. Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Nda-Bot de Los Fang’. Africa 2000 14 (1991).

EL.E:KU.fLT y LA ECO é' tiA ¿Dónde ha visto nuestro autor TR~~gsr-~... todo esto? Esta cita la contradicen

, ,r ,,. u.e tú sus propias palabras cuando dice: ';-,_ Desde hace años, según la tradi-

.- ción, es creencia entre los jan que, muerta una persona, su espí­ritu queda viviendo detrás de la casa sin poder dirigirse a otra par­te mientras no se celebran los fu-

1-..u~-. ... a~,,r

nerales. La solemnidad de éstas dependían de la importancia que tuvo aquella persona en dicho po­blado. Así se explica lo sencillo r¡ue eran los funerales en honor a los niños y mujeres, al igual que de las gentes de menos calaña. So­lían ser de mucha sencillez y tam­bién los que se hacían en honor de las personas que habían sido hu­mildes. Los funerales fastuosos corrían a cargo de los jefes de la tribu y hombres ricos y famosos.

Lógicamente, la organización que acompañaba esta.fiesta era in-

. compatible con la idea de destruc­ción o desolación total. Según la experiencia empírica, el Mesong terminaba con un acto llamado eyalan-beyeng ( eyalan = respon­der, beyeng pi. de If\neng =extranjero). Cada uno de los grupos que hemos visto antes, al venir, trajo algo al clan organiza­dor. En este momento, el clan or­ganizador tiene que responder proporcionalmente a cada grupo, a cada individuo según lo que tra-

, jo. Evidentemente nadie viene ' para regalar. Los artistas convoca-

dos, de Nvet, Ndong Mba, Ozi-la, etc. , esperan una compensa­ción por los servicios prestados. Entonces a nadie le interesa el de­sorden, sería la pérdida de todos. El clan organizador espera incre-

~ mentar su buena reputación en el ~ buen hacer, y todos los que han

ve nido no puede;;n responder con manos vacías.

Para ello. el clan organizador tiene q e preparar us mejores es­pecialistas en e1 arte oratorio. Mu­cho - di\iduo elen e. 'gir más

~-.r.~uio. falla

nar algo; el clan organizador tiene que prepararse en consecuencia. El caso de un desenlance fatal es rarísimo. Con esto no quiero pole­mizar con el autor, le estoy más bien agradecido por haberme dado la ocasión de puntualizar ciertas cosas de nuestra cultura.

EL MATRLVIONIO

co o uimo el mauu.uv.~ ... .­con el in nvola.

La perso llama

relaciones matrimoniales interclá­nicas un papel de principio huma­nitario y regulador.

Pero el sistema de nvola hacía que los matrimonios fuesen cada vez más difíciles y casi imposibles, al no poseer todo el mundo el etud. También había otras dificul­tades. Se tenía que asegurar el equilibrio de las ventajas entre los dos metud (pl. de etud). Si una de ellas resultaba ser estéril, perezosa o de difícil carácter, su parentela se veía obligada, para vengar a su hermano, a atormentar también su hogar.

Por estas razones, el sistema de nvo/a no era práctico. Se creó e -tonces otro más flexible: la com­pensación por el ganado. Bastaba entonces reunir cuatro o cinco ca­bras para adquirir una dote. La dote había nacido. Con la evolu­ción de la técnica de intercam­bios, el desarrollo de la forja, se reemplazará a las cabras por la moneda, bikuele (pi. de ekuele).

Según esta lógica, una etud era destinada a reproducir otra etud; con la aparición del dinero en me­tálico, los bikuele recibidos con ocasión de un matrimonio no po­dían en ningún caso utilizarlos para otros fines. El matrimonio deja de ser entonces cosa indivi­dual entre un muchacho y una muchacha: implica más bien a las familias de ambos.

Tal conjunto de hechos es com-

Page 18: Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Ekuele Y La Economia Tradicional Fang’. Malabo, 1990. 2. Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Nda-Bot de Los Fang’. Africa 2000 14 (1991).

(

e a

a l;

n )-

JS

io 1-

ta l. S

1-

La dote, al facilitar el traslado o

integración de la mujer en

otro clan fuera del

suyo, elimina la endogamia

.a dote, la sociedad fang ha-éejado de ser hace mucho pa­

. un marido fang seria sim­- _ ente un visitante sin grandes

~ hos. Los que reclaman, a ve­;:on demagogia, la supresión

. _ : simple de la dote, tienen ... saber que están reclamando

· ente la desaparición de sus Y sin estos clanes, ¿la so­fang existiría como tal? La

facilitar el traslado o inte-p:riCJ::J de la mujer en otro clan

del suyo propio, elimina la .;:=nía y el aislamiento. «Al

"'-•"-'"'-'· -la dote teje una red de re­entre grupos que, sin la

=~=ón de exogamia, habrían en cuanto unidades bioló-

y el aislamiento.

bre ellas mismas. Ella obliga a la cooperación» ( l 0).

Lo que la sociedad fang busca­ba en el matrimonio no era el in­terés pecuniario, sino la coopera­ción interclánica. Dos hechos lo ponen de relieve, basados en las leyes del intercambio fang: la fa­milia de la muchacha, al recibir la

zada en sistema clán; Y'cxogámi­co. Las exageracion · ~;,~c~uales, las fluctuaciones que !". ':' ,- ··rocído la institución de la dr ·n nuestros días, hay que atr.~_ :> más bien al capitalismo q , ~ 'atriarcalis-mo fang. Todo in .o de querer

dote, proporciona a la del mucha­cho una gran cantidad de regalos y comidas, mevean; a la entrega de la novia y su establecimiento durable en el seno del grupo fami­liar del joven -eliri- , la familia

sustituir la dote ·• 1ue tener en cuenta qué se l ~ .. ;cm la socie­dad fang mism~ -,¡ .;,nt: (:Stá fun-dada en los clan "-<' '\micos.

Al estudiar 1: e~iprocidad :; la redistribución L1 · <1ctividades

del jo en también tiene que apor-tar una cont.rapart.lda en form a de comida y regalos. Los dos grupos

sociales fang, r - aebe sacar de aquí una con' 1ón meramente economicista. ...., .. ~>jemplo, no sólo se puede , . 'i 3!: una rela-

se han correspondido mutuamen-ción de tipo cm. ;al en el Me-

te e n los regalos y comidas (según song, sino tan · la política.

Lo que he qu {}ecir es esto: e1 principio cosa por cosa). Sólo queda. en_ oie la dote recibida, que no se mV1erte para ohtener nuevos b1K:ueles, sino que tiene que oro­du~.;ir una mujer. Entregado a otro, tendrá el mismo efecto, y así de familia en familia .

en la sociedad .g tradicional ell.isten relacion ~onómicas no

co CLUSIONES

De este análisis podemos sacar las siguientes conclusiones: la in­troducción de la moneda europea vino a equiparar la cosa a la per­sona; con el mismo dinero se po­día ya comprar un artículo cual­quiera, como pagar la dote de una mujer. La posibilidad de obtener o recaudar una dote trabajando en las factorías o en la administra-

. ón colonial redujo el valor mujer y favoreció el aumen-

e poligamia_ Ciertamente el ñncipio an según el cual las dotes recibidas. en los matrimo­nios de las muchachas. sirven para casar a los muchachos según el orden de su nacimiento princi­pio destinado a arreglar la distri­bución de las mujeres y a limitar la competición. no había sido aplicado infaliblemente por todos los jefes familiares. Ellos podían

· · · encía con el fin :or número de

eran los famosos " nkukuma) que rimeros explora­Pero, a pesar de

-gamia era más bien un =:;.a;:::;.e-::<J .imitado. La entrega de

-~ca una compfa er. SlnO lln~ "rP~nno."+.-.~~

separadas del p; --.co, que los fang tenían P so ( ekuele) que no cumple CC' .odas las fun­ciones que los· cv.1omistas creen poder atribuir ,1 wdo dinero. Nuestros padre:: r· ... ' ban sus deu­das con gallinas ~ ;,,e1.::ambiaban las mujeres cor. ;_: . . ~le, y en nuestros días, tod'- vmpra con dinero. ¿Qué sisten·· ~~ -' ;11ejor?

.;. M. N.

NOTAS .

( 1) Karl Polanyi, Comercio v mercado en lo~ i:,.,N~"•·'S .4mi­guos. Labor. Barcel---.-1<> pá .J ::.~H1

(2) A . Panyella. J • · ~f . ción de la cultura farw • blemas, Archivos d pág. 29, n.0 66.

(3) Maurice Godelier, .r _ . .:: · ción al libro: Comercio y m~r,~ ·-1o en los lmfJ*ríos Anttgu~s. pág.22. e

(4) Pierre Alexandre, Proto-his­toire du groupe beti-bulu-fang: es­sai de synthese provi:.;oln, pág. 503.

(5) Nguema-Obam Paulin. De !a guerre et de la justice chez les fan, Notes africaines, n. 0 113. 1967, págs. 96 SS .

(6) Novoa Ruiz, J . M: Guinea Ecuatorial, pág. 149.

(7) Francisco Abeso Owono: Cremonias funerarias de /os fang, Africa 2000, n. 0 8, págs. 28.

(8) ldem, pág. 29. (9) ldem. pág . 29. ( 1 O) G. Balandier, Sociologie

actuelle de I'Afrique naire.

Page 19: Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Ekuele Y La Economia Tradicional Fang’. Malabo, 1990. 2. Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Nda-Bot de Los Fang’. Africa 2000 14 (1991).

prensible, según G. Balandier «a partir del principio fang regulan­do la circulación de dotes: el her­mano se casa con la dote de su hermana, ndom da a lug bikeiñ ka. En tal circuito, la formación de una pareja pone en causa no s?lai_Dente los dos elementos cons­titutivos, sino también la herma­na del marido, y el hermano de la mujer, que indirectamente "recu­peran" ·la misma dote. al casar­se» (9). Pero ¿Por qué se tiene que pagar la dote? Ya hemos dicho que los hijos de una mujer casada son del clan de su marido, mien­tras los de una muchacha soltera son del mismo clan que ella mis­ma.

Sin la dote, la sociedad fang ha­b~a dejado de ser hace mucho pa­tnarcal: un marido fang sería sim­plemente un visitante sin grandes derechos. Los que reclaman, a ve­ces con demagogia, la supresión pura Y simple de la dote, tienen ~ue saber que están reclamando Igualmente la desaparición de sus c~anes. Y sin estos clanes, ¿la so­ciedad fang existiría como tal? La dote, al facilitar el traslado 0 inte­gración de la mujer en otro clan fuera del suyo propio, elimina la e~dogamia y el aislamiento. «Al Circular, la dote teje una red de re­laciones entre grupos que sin la o?l!gación de exogamia, habrían v!v•do en cuanto unidades bioló­gicas, económicas y políticas so-

aislamiento. cho una gran 1,;(1.~1 uua...._.. uv ·~ó·uv»

y comidas, mevean; a. la .en~rega de la novia y su estableCimiento durable en el seno del grupo fami­liar del joven -eliri--, la familia del joven también tiene que apor­tar una contrapartida en forma de comida y regalos. Los dos grupos se han correspondido :mutuamen­te en Jos regalos y comidas (según el principio cosa por c?s~). Sólo queda en pie la dote recibida, que no se invierte para obtener nuevos bikueles, sino que tiene que pro­ducir una mujer. Entregado a otro, tendrá el mismo efecto, y así de familia en familia_

CONCLUSIONES

De este análisis podemos sacar las siguientes conclusiones: la in­troducción de la moneda europea vino a equiparar la cosa a la per­sona; con el mismo dinero se po­día va comprar un artículo cual­qui¿ra, como pagar la dote de una mujer. La posibilidad de obtener 0 recaudar una dote trabajando en las factorías o en la administra­ción colonial redujo el valor de la mujer y favoreció el aumen­to de la poligamia. Ciertamente, el principio fang según el cu~l las dotes recibidas, en los matnmo­nios de las muchachas, sirven para casar a los m~c~achos segú~ el orden de su nacimiento, pnncl­pio destinado a arreglar la distri­bución de la mujeres y a limitar la competición, no había sido aplicado infaliblemente por todos tos jefes familiares. Ellos podían utilizar su preeminencia con el fin de acaparar el mayor número de mujeres; éstos eran los famosos mikukuma (pi. de nkukuma) que conocieron los primeros explora­dores europeos. Pero, a pesar de esto, la poligamia era más bien un fenómeno limitado. La entrega de la dote no significa una compra

1 de la mujer, sino una.«respuest~> social de una comumdad orgam-

. \' Al estudiar 1:' ~cipr<

redistribución :~5 sociales fang, r o~::~ aquí una conr ión 11

economicista. .,..,. rje sólo se puede ción de tipo co1 song, sino tall

Lo que he qt: en la sociedad .g existen relacio separadas del p; fang tenían l' .r.¡ que no cumple G<' .od ciones que los cvoom poder atribuir ,, tod Nuestros padre> r· ... •b das con gallinas ·~ tu •. e1 las mujeres con ::: nuestros días, tod · dinero. ¿Qué sister ,,, '

NOTAS

(1) Karl Polanyi, C<; mercado en lo!' í.,,...,, guas, Labor, Bél'ceh•f?,

(2) A . Panyella, 1, ·

ción de la cultura far¡('l blemas, Archvos ci pág. 29, n.0 66.

(3) Maurice Godelier, ción al libro: Comercio 1 en los lm~rios pág. 22.

(4) Pierre Alexandre, toire du groupe beti-bull sai de synthese ¡ pág. 503.

(5) Nguema-Obam Pa guerre et de la justice cli Notes africaines, n.0 11 págs. 96 SS.

(6) Novoa Ruiz, J . 1\ Ecuatorial, pág. 149.

(7) Francisco Abeso Cremonias funerarias dt Africa 2000, n.> 8, pág1

(8) ldem, pág. 29. (9) ldem, pág. 29. (10) G. Balandi' r, ,

actuelle de J'Afriqu pág. 118. Parls, Pr , 1 taires de Franc • 1 3 .

Page 20: Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Ekuele Y La Economia Tradicional Fang’. Malabo, 1990. 2. Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Nda-Bot de Los Fang’. Africa 2000 14 (1991).
Page 21: Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Ekuele Y La Economia Tradicional Fang’. Malabo, 1990. 2. Mbana Nchama, Joaquin. ‘El Nda-Bot de Los Fang’. Africa 2000 14 (1991).

da _vez más sofisticada, pero erronea en sus fundamentos mucho más antigua todavía qu~ el medio siglo del FMI y del BM. Esto hace muy difícil el diálogo c?n los economistas del Sur, que v1ven en sus propias carnes las consecuencias del error. El FMI y el BM no cambiarán sus crite­rios tan fácilmente aunque, co­mo hasta ahora, según se ha comprobado ante el Tribunal estén vulnerando la Carta de ¡~ ONU e incluso sus propias car­tas.

2. PERSPECTIVAS ANTE LA CRISIS ACTUAL

Mientras elvulor supremo de esta

sodedad sea el dinero 1

la naturaleza y los derechos

humanos seguirán siendo atropellados sistemáticamente.

mo expresa la portada informe anual del PNU mos viviendo una crisis sino una crisis global, u sistema.

La perspectiva a largc disyuntiva siguiente: e como en el famoso ar1 Fukuyama (El fin de la h el capitalismo actual indefinidamente, o b que este modelo está al ar ce de ideas nuevas

es buen jemplo la inca FMI y del BM para pon tura de los tiempos, a P' lar con excelentes funci

Personalmente com gunda interpretación. de condenar al sistem¡: que, desde sus primer • • • •.• ~h~ o ~