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Voces: ACCION PENAL ~ ASEGURADOR ~ DESESTIMACION DE LA DENUNCIA ~ INHIBICION GENERAL DE BIENES ~ MINISTERIO PUBLICO FISCAL ~ QUERELLANTE ~ SUPERINTENDENCIA DE SEGUROS DE LA NACION ~ VIOLACION DE SECRETO Tribunal: Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal, sala I(CNFedCrimyCorrec)(SalaI) Fecha: 21/12/2010 Partes: Medone, Gustavo y otros Publicado en: La Ley Online Cita Online: AR/JUR/82454/2010 Sumarios: 1. Corresponde declarar la nulidad del auto que desestimó la denuncia por imposibilidad de proceder atento al pedido de desestimación formulado por el fiscal ya que, en los casos en los cuales el fiscal ha solicitado la desestimación de la denuncia pero existe un particular damnificado que pretende impulsar el proceso, el juez debe ingresar a considerar el fondo de la cuestión. Jurisprudencia Relacionada(*) Ver Tambien Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, sala V, “Calvo, Héctor Guido”, 09/09/2010, La Ley Online; AR/JUR/53124/2010. (*) Información a la época del fallo 2. La remisión a revisión de la instancia judicial del requerimiento de levantamiento de la inhibición de bienes decretada respecto de una aseguradora, no implica el desconocimiento de la vigencia del principio de confidencialidad previsto en el art. 74 de la ley 20.091 que rige las actuaciones administrativas ante la Superintendencia de Seguros de la Nación que rige las actuaciones administrativas en trámite ante dicho organismo, y por ende, no encuadra en el delito de violación de secretos. (Del voto en disidencia del Dr. Ballestero) Texto Completo: 2ª Instancia. — Buenos Aires, diciembre 21 de 2010. El Dr. Jorge L. Ballestero dijo: I. Que en virtud del recurso de apelación interpuesto por Enrique Feullaissier, parte querellante en autos, el Tribunal debe revisar la resolución de fojas 74/5, por medio de la cual la señora jueza de primera instancia dispuso desestimar las presentes actuaciones por imposibilidad de proceder de acuerdo con lo normado por los artículos 5, 65, 188 a contrario sensu, 195 y ccs. del Código Procesal Penal de la Nación y 120 de la Constitución Nacional. Las actuaciones se iniciaron con la presentación efectuada por el nombrado en su carácter de presidente de Proyección Seguros de Retiro S.A. (en adelante, "Proyección"). En ella atribuyó a los doctores Gustavo Medone, Mariano De los Heros y Marina Szymanowicz, funcionarios de la Superintendencia de Seguros de la Nación (en adelante, SSN), la comisión de los delitos de usurpación de autoridad, abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario público, y violación de secreto, previstos en los artículos 246, 248, 156 y 157 del Código Penal. La magistrada fundó el temperamento apelado en el imperio del principio ne procedat iudex oficio que obliga a los jueces a tal solución ante la existencia de un pedido de desestimación del agente fiscal, tal como en el caso ocurre a fojas 71/2. Ello, de conformidad con los parámetros constitucionales y de procedimiento que asignan a este último la competencia exclusiva para ejercer la acción penal pública y que se encuentran reconocidos en los precedentes jurisprudenciales de los que hizo cita. En prieta síntesis, el representante del Ministerio Público Fiscal se expidió en tal sentido pues consideró que la pretensión de la parte era zanjar en sede penal un conflicto que ya se encuentra controvertido en la justicia comercial, y que busca impugnar de manera elíptica ante este fuero decisiones de la Administración Pública que escapan a la esfera del sistema punitivo. Señaló que el conflicto que esgrime la firma no puede ser resuelto por la justicia represiva sino que es la instancia comercial, donde fueron sustanciados los planteos interpuestos por aquélla y se dieron las respuestas de la Administración Pública, la que debe darle solución y valorar si los funcionarios, al dictar los respectivos actos administrativos, se sujetaron a las disposiciones correspondientes, o contrariamente, actuaron de modo arbitrario. II. La parte querellante, en tanto, se agravia pues considera que en el caso no se verifica la única razón que hubiera justificado la adopción del temperamento apelado como consecuencia de un dictamen de desestimación del fiscal, y que debería haber estado dada por el hecho de que la mencionada pieza argumentativa hubiera demostrado la inexistencia de los delitos denunciados tras un exhaustivo análisis de las imputaciones efectuadas. Sostiene que la falta total de un análisis de los ilícitos achacados que evidencia el dictamen fiscal, al implicar la omisión de la obligada participación que le fue requerida, nulifica en un todo dicha opinión por falta de fundamentación. © Thomson La Ley 1

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Voces: ACCION PENAL ~ ASEGURADOR ~ DESESTIMACION DE LA DENUNCIA ~ INHIBICIONGENERAL DE BIENES ~ MINISTERIO PUBLICO FISCAL ~ QUERELLANTE ~ SUPERINTENDENCIADE SEGUROS DE LA NACION ~ VIOLACION DE SECRETOTribunal: Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal, salaI(CNFedCrimyCorrec)(SalaI)Fecha: 21/12/2010Partes: Medone, Gustavo y otrosPublicado en: La Ley OnlineCita Online: AR/JUR/82454/2010

Sumarios:1. Corresponde declarar la nulidad del auto que desestimó la denuncia por imposibilidad de proceder atento alpedido de desestimación formulado por el fiscal ya que, en los casos en los cuales el fiscal ha solicitado ladesestimación de la denuncia pero existe un particular damnificado que pretende impulsar el proceso, el juezdebe ingresar a considerar el fondo de la cuestión.

Jurisprudencia Relacionada(*)Ver TambienCámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, sala V, “Calvo, Héctor Guido”, 09/09/2010, La Ley Online;AR/JUR/53124/2010.

(*) Información a la época del fallo

2. La remisión a revisión de la instancia judicial del requerimiento de levantamiento de la inhibición de bienesdecretada respecto de una aseguradora, no implica el desconocimiento de la vigencia del principio deconfidencialidad previsto en el art. 74 de la ley 20.091 que rige las actuaciones administrativas ante laSuperintendencia de Seguros de la Nación que rige las actuaciones administrativas en trámite ante dichoorganismo, y por ende, no encuadra en el delito de violación de secretos. (Del voto en disidencia del Dr.Ballestero)

Texto Completo:2ª Instancia. — Buenos Aires, diciembre 21 de 2010.

El Dr. Jorge L. Ballestero dijo:

I. Que en virtud del recurso de apelación interpuesto por Enrique Feullaissier, parte querellante en autos, elTribunal debe revisar la resolución de fojas 74/5, por medio de la cual la señora jueza de primera instanciadispuso desestimar las presentes actuaciones por imposibilidad de proceder de acuerdo con lo normado por losartículos 5, 65, 188 a contrario sensu, 195 y ccs. del Código Procesal Penal de la Nación y 120 de laConstitución Nacional. Las actuaciones se iniciaron con la presentación efectuada por el nombrado en sucarácter de presidente de Proyección Seguros de Retiro S.A. (en adelante, "Proyección"). En ella atribuyó a losdoctores Gustavo Medone, Mariano De los Heros y Marina Szymanowicz, funcionarios de la Superintendenciade Seguros de la Nación (en adelante, SSN), la comisión de los delitos de usurpación de autoridad, abuso deautoridad y violación de los deberes de funcionario público, y violación de secreto, previstos en los artículos246, 248, 156 y 157 del Código Penal.

La magistrada fundó el temperamento apelado en el imperio del principio ne procedat iudex oficio queobliga a los jueces a tal solución ante la existencia de un pedido de desestimación del agente fiscal, tal como enel caso ocurre a fojas 71/2. Ello, de conformidad con los parámetros constitucionales y de procedimiento queasignan a este último la competencia exclusiva para ejercer la acción penal pública y que se encuentranreconocidos en los precedentes jurisprudenciales de los que hizo cita.

En prieta síntesis, el representante del Ministerio Público Fiscal se expidió en tal sentido pues consideró quela pretensión de la parte era zanjar en sede penal un conflicto que ya se encuentra controvertido en la justiciacomercial, y que busca impugnar de manera elíptica ante este fuero decisiones de la Administración Pública queescapan a la esfera del sistema punitivo. Señaló que el conflicto que esgrime la firma no puede ser resuelto porla justicia represiva sino que es la instancia comercial, donde fueron sustanciados los planteos interpuestos poraquélla y se dieron las respuestas de la Administración Pública, la que debe darle solución y valorar si losfuncionarios, al dictar los respectivos actos administrativos, se sujetaron a las disposiciones correspondientes, ocontrariamente, actuaron de modo arbitrario.

II. La parte querellante, en tanto, se agravia pues considera que en el caso no se verifica la única razón quehubiera justificado la adopción del temperamento apelado como consecuencia de un dictamen de desestimacióndel fiscal, y que debería haber estado dada por el hecho de que la mencionada pieza argumentativa hubierademostrado la inexistencia de los delitos denunciados tras un exhaustivo análisis de las imputacionesefectuadas. Sostiene que la falta total de un análisis de los ilícitos achacados que evidencia el dictamen fiscal, alimplicar la omisión de la obligada participación que le fue requerida, nulifica en un todo dicha opinión por faltade fundamentación.

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III. Ahora bien, así planteado el caso y de conformidad con el marco interpretativo que delineé en mi voto alfallo de esta Sala emitido en la causa nro. 42.345 el 28 de julio de 2009 (Reg. nro. 691), corresponde que meexpida respecto de la razonabilidad de lo argumentado por el representante del Ministerio Público Fiscal en sudictamen de desestimación y efectúe un análisis del fondo del asunto. En ese derrotero, habré de rememorarprimero los hechos que, conforme el relato que efectuó el señor Feullaissier, habrían desencadenado los delitosdenunciados.

En su presentación inicial el nombrado refirió que a raíz de una inspección que la Superintendencia deSeguros de la Nación efectuó en su compañía, dicho organismo de control inició el expediente nro. 51.247 encuyo marco le efectuó una serie de requerimientos que, si bien fueron cumplimentados por su representada,culminaron "infundadamente" rechazados. Asimismo, que por medio de la resolución nro. 33.805 de fecha 20de febrero de 2009, la S.S.N. le prohibió celebrar nuevos contratos de seguro en todas las ramas en que opera yrealizar actos de disposición de bienes registrables e inversiones. Aclaró que a tal efecto se dispuso su inhibicióngeneral de bienes. Que en consecuencia, con fecha 27 de febrero de 2009, "Proyección" interpuso recurso deapelación contra dicha resolución que fue concedido y actualmente se encuentra en trámite ante la Sala B de laCámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial de esta ciudad, en los autos caratulados "Superintendencia deSeguros de la Nación c/Proyección Seguros de Retiro S.A. s/Organismos Externos s/Acción ProcesalAdministrativa" (expediente nro. 11.545/09). Sin perjuicio de ello, señaló que periódicamente se solicitaronlevantamientos parciales de la medida a fin de obtener liberaciones de fondos para hacer frente a obligacionesde su giro comercial que fueron concedidas.

Que en dicho contexto, con fecha 20 de noviembre de 2009, la firma que preside presentó ante elSuperintendente de la S.S.N., Dr. Gustavo Medone, la nota nro. 32.779 por medio de la cual, en los términos delartículo 86 de la Ley de aseguradoras y su control nro. 20.091, le solicitó el levantamiento de la medida cautelarrespecto de un bien inmueble de propiedad de la empresa, con el objeto de reinvertirlo en activos másredituables para los asegurados.

Aclaró que la normativa esgrimida autoriza el levantamiento de este tipo de medidas no sólo para elcumplimiento de las obligaciones de la sociedad con sus asegurados o cuando se compruebe que el aseguradorse halla en condiciones normales de funcionamiento, sino también para reinversión del bien de que se trate encuyo caso esas cautelares subsisten sobre el que entra en su reemplazo.

Sostuvo que esa misma norma establece, entre otros requisitos para la transferencia de un inmueble porparte de las compañías de seguros, la necesidad de obtener la autorización de la S.S.N.; que ésta debe expedirseen un plazo de diez días a partir de la presentación de la solicitud con la documentación requerida, y que en casode silencio de la administración, al vencimiento del plazo, la operación se considera aprobada y la aseguradorapuede exigirle un certificado de aprobación ficta que debe ser entregado dentro de los cuatro días de solicitado.

Relató que fue así que, operado el vencimiento del plazo mencionado desde que la empresa efectuó lasolicitud, y ante la falta de contestación por parte de la S.S.N., con fecha 10 de diciembre de 2009 presentó unnuevo escrito dirigido al Superintendente, por medio del cual le requirió la emisión del referido certificado deaprobación ficta y el consecuente levantamiento de la inhibición general de bienes que pesa sobre ella parapoder transferir el inmueble.

Y señaló que en vez de recibir dentro de los cuatro días el certificado de aprobación ficta solicitado, confecha 14 de diciembre de 2009 recibió una nota suscripta por el Gerente de Asuntos Jurídicos de la S.S.N., Dr.Mariano de los Heros, y por la Subgerente de Dictámenes de la institución, Dra. Mariana Szymanowicz, en laque le informaron que se había resuelto "no considerar la cuestión planteada" y remitir la solicitud a la instanciajudicial en la que tramita el recurso de apelación contra la medida cautelar a fin de que se expida al respecto.

Dijo que ante este evento, con fecha 17 de diciembre de 2009, la firma envió al Superintendente una cartadocumento agraviándose tanto del tenor de la decisión adoptada como por el hecho de que fuera emitida por losfuncionarios mencionados, tanto porque a su juicio no se encontrarían facultados a tal fin sino también porquesólo las resoluciones firmadas por el Superintendente resultan susceptibles de recurso de apelación directo y derecurso administrativo, lo cual habría impedido que impugne por dichas vías una decisión que le causaba seriosperjuicios económicos. Refirió que, como respuesta a esa carta documento, la S.S.N. le remitió dos notas, defechas 16 y 28 de diciembre de 2009, que tampoco fueron suscriptas por el Superintendente, en las que elorganismo reiteró "…que la cuestión de la liberación del inmueble sería elevada a la Excma. Cámara en loComercial para su resolución". Que ante tal situación, la firma presentó con fecha 9 de marzo de 2010 la notanro. 6031 en la cual se agravió de las respuestas recibidas y demostró el perjuicio irrogado.

En esa ocasión, como respuesta a esta última nota, el Superintendente, Dr. Medone, emitió y suscribió elproveído nro. 111.869 que le fue enviado junto a un dictamen suscripto por los funcionarios Mariano De losHeros y Marina Szymanowicz, donde se reeditó la postura antedicha. Contra dicha resolución, "Proyección"interpuso recurso de apelación que fue concedido por el Superintendente.

IV. El querellante considera que los Dres. De los Heros y Szymanowicz incurrieron en el delito deusurpación de autoridad tipificado en el inciso 3ro. del artículo 246 del Código Penal pues entiende que al

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remitir la solicitud de su representada a conocimiento de la instancia judicial emitieron un acto administrativodefinitivo ajeno a sus facultades y funciones orgánicas.

Asimismo, sugiere que cabría considerar la conducta del Superintendente que avaló tal criterio comoconstitutiva del delito de encubrimiento de aquél ilícito. Por otra parte, atribuyó a los tres funcionarios lacomisión del delito de abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario público (art. 248 del C.P.).Consideró que De los Heros y Szymanowicz lo habrían perpetrado al remitir la solicitud de la firma aconocimiento de la instancia judicial, y el Superintendente, al otorgar su aval a tal temperamento por medio delproveído nro. 111.869. Ello, en la medida en que dicho proceder habría implicado la oposición del organismoestatal al levantamiento de la medida cautelar al que, según su parecer, se encontraría obligado por imperio delas prescripciones de la norma invocada (artículo 86 de la Ley de aseguradoras y su control nro. 20.091).

Finalmente, consideró que ese comportamiento implicó una violación de secretos pasible de reprocheconforme los estándares establecidos en los artículos 156 y 157 del Código Penal, pues habría desconocido lavigencia del principio de confidencialidad previsto en el artículo 74 de la ley 20.091 que rige las actuacionesadministrativas de trámite ante la S.S.N. y que reconoce su razón de ser en el hecho de que se trata deconstancias en las que se revela el patrimonio de compañías aseguradoras y las inversiones que efectúan, y quese hallan protegidas para impedir que sean conocidas por sus competidoras. Como corolario, añadió que de lasconductas atribuidas se desprende un ánimo persecutorio contrario a su representada, consideración que, señaló,se vería robustecida por la circunstancia de que el organismo haya denunciado penalmente a sus autoridades(conf. fojas 8vta.).

V. Pues bien, tras haber compulsado detenidamente las actuaciones labradas, tanto como la normativainvolucrada e invocada por la parte, habré de adelantar que coincido con el representante de la acción penalpública en la inviabilidad de la pretensión formulada en el acto promotor, en base a una serie de argumentosque, si bien en orden a la falta de adecuación típica de los hechos allí denunciados, desembocan en los mismosfundamentos por él esbozados.

En consecuencia, habré de proponer al Acuerdo la confirmación de la desestimación y archivo dispuestos enorden a lo siguiente.

El delito de usurpación de autoridad tipificado en el inciso 3ro. del artículo 246 del Código Penal encuentracorrelato en la conducta disvaliosa de quien ejerce funciones públicas correspondientes a otro cargo para el cualno tiene competencia.

Exige que ese ejercicio ilegítimo de la función ajena recaiga sobre actos propios de ella, es decir, que seejerzan actos que son exclusivos de la esfera de la competencia usurpada. De lo contrario, dichocomportamiento quedaría atrapado por el delito de abuso de autoridad. Es, pues, requisito que las funcionesejercidas estén legal o reglamentariamente asignadas a un cargo distinto del que desempeña el agente (conf.Código Penal de la Nación, Comentado y anotado. Andrés José D’Alessio, Director. Mauro A. Divito,Coordinador. 2da. Edición Actualizada y Ampliada, Tomo II, Parte Especial, La Ley, Buenos Aires, 2009, Pág.1218). De tal modo, para el análisis de la adecuación típica de la conducta reprochada habrá que establecerprimero los alcances de la normativa involucrada para determinar si el proceder cuestionado escapa a lasatribuciones de los funcionarios denunciados, o pertenecen al ejido de decisión de otro.

De las copias de las actuaciones acompañadas por la parte surge que la aseguradora requirió a laSuperintendencia de Seguros de la Nación el levantamiento de la inhibición general de bienes que le fueimpuesta por la Resolución SSN nro. 33.805/09, de acuerdo a lo previsto en la Resolución SSN nro. 34.165 del14 de junio de 2009 (conf. anexo de documentación identificado con el nro. 1 y agregado a fojas 39/40).

Esta última resolución estableció como normativa general que todo acto jurídico que comprometa directa oindirectamente la disposición de bienes inmuebles incorporados al patrimonio de las entidades aseguradoras yreaseguradoras deberá contar con la previa autorización expresa de la Superintendencia de Seguros de laNación.

Ello en atención al significativo porcentaje de los activos de las aseguradoras representados por tales bienes,ya que ellos respaldan los compromisos asumidos por ellas y deben ser computados por el organismo enejercicio de su función fiscalizadora de la situación patrimonial de la empresa (conf. considerandos de laResolución SSN nro. 34.165, publicada en El Derecho, Buenos Aires, del viernes 27 de noviembre de 2009).Ahora bien, dicha resolución fue complementada por la Comunicación SSN nro. 2157 del 3 de marzo de 2009que estableció el plazo de diez días hábiles -que esgrime la parte- para que la SSN se expida en relación a lospedidos de autorización, tras cuyo transcurso sin respuesta del organismo, estipula, se tendrá por aprobada laoperación inmobiliaria informada, quedando facultada la aseguradora a exigir el certificado de aprobación fictaya referido.

De allí que cabe concluir que este mecanismo fue previsto para la generalidad de las aseguradoras durante sunormal funcionamiento, situación nada más alejada de la padecida por "Proyección" sobre la que pesaba unaprohibición de celebrar nuevos contratos y realizar actos de disposición de bienes registrables e inversiones(dispuesta por resolución SSN nro. 33.805 de fecha 20 de febrero en el marco de la fiscalización tramitada bajo

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el expediente SSN nro. 51.247), que, además, se encontraba judicializada a raíz del recurso de apelacióninterpuesto por ella misma.

De ahí también que el organismo de control decidiera remitir el requerimiento a consideración del Tribunalque entiende en ese trámite recursivo, en la medida en que, efectivamente, cualquier pronunciamiento alrespecto correspondía ser ponderado a la luz de la decisión que a la postre allí se adoptase (conf. copia de lacontestación emitida por la SSN, identificada como anexo 3 agregada a fojas 42).

Así las cosas, no cabe dudas de que su ejecución se encontraba dentro del espectro de facultades otorgadas ala Gerencia de Asuntos Jurídicos, o a la Subgerencia de Dictámenes de la institución.

Al respecto, no abunda señalar que conforme la estructura orgánico-funcional de la Superintendencia deSeguros de la Nación dispuesta por Decreto Nacional nro. 1.084/2004 es función de la Gerencia de AsuntosJurídicos del organismo intervenir en las cuestiones de orden jurídico que se substancien en el organismo(acción nro. 1); ejercer el control legal de la actividad aseguradora en lo referente al funcionamiento y a lascondiciones operativas de las personas y o entidades participantes, impulsando las actuaciones verificadas por elcumplimiento de la normativa vigente e instruyendo, en su caso, los sumarios administrativos pertinentes ypromoviendo las medidas correctivas, cautelares o disciplinarias que corresponda adoptar (acción nro. 7);intervenir y emitir dictamen sobre las resoluciones generales que dicte el organismo (acción nro. 8); interveniren el encuadre legal de las operaciones que realizan las entidades aseguradoras, conforme a las prescripcioneslegales y reglamentarias (acción nro. 10); entre otras allí establecidas.

Por su parte, entre muchas otras, son acciones de la Subgerencia de Dictámenes, efectuar el encuadre legalde las operaciones que realizan las entidades aseguradoras, conforme con las prescripciones legales yreglamentarias (acción nro. 6) y substanciar las actuaciones sumariales que correspondan con relación a lasfunciones asignadas, promoviendo, en su caso, las medidas correctivas, cautelares y disciplinarias quecorresponda adoptar (acción nro. 10).

Sin perjuicio de que, como adelantara, lo trascripto lleva a concluir que la decisión cuestionada no es ajenaal ámbito de prerrogativas de ambas dependencias, lo cierto es que, más allá de las razones vinculadas con laposibilidad de recurso que esgrime la parte, no existen otros motivos por las que debiera considerárselas deexclusivo resorte del titular del organismo. Por lo demás, habrá de advertirse que el perjuicio aludido por elrecurrente no se materializó habida cuenta de que, con posterioridad, el Superintendente avaló dicha posición alemitir el proveído nro. 111.869 dando así lugar al recurso de apelación de la parte que, a su vez, y no obstantedictamen jurídico en contrario (conf. fojas 55/67), fue concedido (conf. fojas 53/4).

En consecuencia, descartada así la factible configuración del delito de usurpación de autoridad previsto en elinciso 3ro. del artículo 246 del C.P. cabe desechar, asimismo, la imputación de encubrimiento de ese ilícitodirigida al Señor Superintendente de Seguros de la Nación por avalar aquella decisión por medio del proveídonro. 111.869.

Como corolario de lo expuesto, habrá que ahora verificar si se dan los presupuestos típicos de la figuraresidual prevista en el artículo 248 del C.P. atribuida por el acusador privado a los tres funcionariosdenunciados.

Recordemos sintéticamente que desde el punto de vista objetivo, para que refleje ilicitud, el contenido delacto o resolución de que se trate, además de resultar contrario a las constituciones o leyes nacionales oprovinciales, debe, con carácter general o particular, extinguir o modificar derechos, facultades, obligaciones ocargas de terceros.

En el presente caso, surge del propio relato de la parte y de las actuaciones por ella acompañadas que el actocuestionado consistió en la remisión de un requerimiento de la empresa -el levantamiento de la inhibicióngeneral de bienes que pesaba sobre ella-, a estudio de la instancia judicial abocada al recurso de apelacióninterpuesto por ella misma contra la medida cautelar, la cual, no huelga aclarar, se encontraba vigente debido aque aquel medio impugnativo fue concedido al sólo efecto devolutivo.

De manera que resulta evidente que en modo alguno implicó un pronunciamiento en un sentido desfavorablea las pretensiones de la empresa, sino que se limitó a promover que la cuestión fuera resuelta por quien goza dela jurisdicción para ello y que, pese a resultar reiterativo corresponde indicar, fue provocada por la propia parteal recurrir aquella primigenia decisión. Sentado ello, entonces, sólo resta efectuar el análisis típico de lasubsistente hipótesis delictiva esgrimida por el recurrente: la pretendida violación de secretos.

Los artículos barajados por la parte son los números 156 y 157 del C.P. El primero de ellos prevé pena demulta de mil quinientos a noventa mil pesos e inhabilitación especial, en su caso, por seis meses a tres años,para el que teniendo noticias, por razón de su estado, oficio, empleo, profesión o arte, de un secreto cuyadivulgación pueda causar daño, lo revelare sin justa causa.

El segundo establece pena de prisión de un mes a dos años e inhabilitación especial por uno a cuatro años,para el funcionario público que revelare hechos, actuaciones, documentos o datos, que por ley deben sersecretos.

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Ahora bien, para desechar sin más estas imputaciones basta con señalar que el secreto al que aluden lasnormas penales esgrimidas consiste en aquella información respecto de la cual una calidad de personas debepermanecer ajena por razón de la incidencia de su contenido en el interés del beneficiario del secreto.

La parte considera que se habrían configurado con el comportamiento cuestionado, consistente en haberremitido a resolución de la instancia judicial el requerimiento de levantamiento de la tantas veces referidamedida cautelar. Ello pues, sostiene, habría implicado el desconocimiento de la vigencia del principio deconfidencialidad previsto en el artículo 74 de la ley 20.091 que rige las actuaciones administrativas de trámiteante la S.S.N. y que reconoce su razón de ser en el hecho de que se trata de constancias en las que se revela elpatrimonio de compañías aseguradoras y las inversiones que efectúan, protegidas para impedir que seanconocidas por sus competidoras.

Si tenemos en cuenta que, como apunta el dictamen jurídico de fojas 55/74, el propio legislador previó en laLey 20.091 un régimen recursivo específico ante sede judicial de las actuaciones administrativas que se labrenpor ante la SSN, con el fin de lograr una instancia de revisión superior en un poder distinto del Estado,habremos de concluir sin mayores esfuerzos en que la confidencialidad y el secreto no rige respecto de aquélla.

De hecho, todo lo contrario. Esa garantía de actuación del Poder Judicial, a la que la misma parte que hoyimpugna ha acudido, supone necesariamente ingresar en el conocimiento de la información que, a su criterio,debiera quedarle vedado.

En consecuencia, ausente el elemento objetivo principal de estos tipos delictivos, y dado que tampoco surgede las presentes actuaciones elementos que permitan advertir la posible comisión de otro hecho ilícito,corresponde sin más descartar un análisis dogmático ulterior. No obstante, habrá de señalarse que las razoneshasta aquí esbozadas desenlazan, en definitiva, el nudo de los fundamentos de la opinión del fiscal y queadvierten acerca de una actitud elusiva de la parte hacia las instancias previstas por el legislador para dirimir elconflicto que la aqueja (conf. también dictamen de fojas 55/74 ya citado). Lo expuesto pone además enevidencia la ausencia total de una razón plausible de litigar en el recurrente, motivo por el cual propongo alAcuerdo la confirmación de la resolución apelada, con costas. Así lo voto.

Los Dres. Eduardo R. Freiler y Eduardo G. Farah dijeron:

La señora jueza de primera instancia, ante el pedido de desestimación de la denuncia por inexistencia dedelito por parte del fiscal, entendió que se encontraba obligada a tal solución en salvaguarda del principio neprocedat iudex oficio. En tal inteligencia, soslayó todo análisis sobre el fondo del asunto.

Al respecto, los suscriptos hemos sostenido que en los supuestos en los que el agente fiscal ha postulado ladesestimación de la denuncia el proceso puede ser de todos modos impulsado por el acusador particular más alláde la intervención residual del Ministerio Público Fiscal (ver causa nro. 37.543 "Cirielli, Ricardo…", rta.18/7/07, Reg. nro. 803 y sus citas). De lo expuesto se infiere que en los casos donde el Fiscal ha solicitado ladesestimación de la denuncia pero existe un particular damnificado que pretende impulsar el proceso, el juezdebe ingresar a considerar el fondo de la cuestión.

En este sentido, en ocasiones como la presente donde existe un accionante particular, la omisión apuntadaimporta un vicio que afecta directamente la validez de lo decidido de conformidad con lo normado por elartículo 123 del Código Procesal Penal de la Nación que manda motivar las sentencias y autos bajo pena denulidad, y que impone a este Tribunal ejercer el control de legalidad que le es propio. Por lo expuesto, en virtudde la mayoría que antecede, el Tribunal resuelve: Declarar la nulidad de la resolución obrante a fojas 74/5(artículo 168 del C.P.P.N.). Regístrese, hágase saber al representante del Ministerio Público Fiscal y devuélvasea primera instancia a fin de que practiquen las notificaciones de rigor. Sirva la presente de muy atenta nota deenvío. — Jorge L. Ballestero. — Eduardo R. Freiler. — Eduardo G. Farah.

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