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UNA ARQUITECTURA PARA LA REPRESIÓN
INFORME DEL SEGUIMIENTO ARQUEOLÓGICO EN EL MARCO DEL
PROYECTO REHABILITACIÓN PARCIAL Y MUSEALIZACIÓN DEL
DESTACAMENTO PENAL FRANQUISTA DE BUSTARVIEJO (MADRID)
Dirección arqueológica
Álvaro Falquina Aparicio
UNA ARQUITECTURA PARA LA REPRESIÓN
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Índice
Ficha técnica, p. 3
1. Introducción, p. 4
2. Metodología, p. 6
3. Resultados, p. 7
3.1. Sector 1: Manga ganadera, p. 7
3.2. Sector 2: Edificio de Los Barracones, p. 11
4. Bibliografía, p. 41.
Anexo I: Planimetrías, p. 42.
Anexo II: Fotografías de materiales, p. 50.
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Ficha Técnica
Denominación del proyecto: Seguimiento arqueológico en el marco del proyecto Rehabilitación parcial y musealización del Destacamento Penal franquista de Bustarviejo (Madrid).
Director de la intervención: Álvaro Falquina Aparicio. Arqueólogo. Descripción y delimitación del ámbito de actuación: Control: Edificio de Los Barracones y entorno, Dehesa Vieja, Bustarviejo. Término municipal: Bustarviejo. Datos de la propiedad: Terrenos de titularidad pública. Tipo de suelo: Monte de Utilidad Pública (nº 69). Suelo no urbanizable. Protección: Lugar de Interés Comunitario (LIC). Iniciado trámite para declaración del conjunto patrimonial como Bien de Interés Cultural (BIC). Tipo de actuación: Control de las obras de rehabilitación parcial y musealización [Arqueología del siglo XX]. Fechas de ejecución: 01/03/2012 – 30/06/2012 Financiación: Ministerio de Cultura. Gobierno de España.
UNA ARQUITECTURA PARA LA REPRESIÓN
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1. Introducción
En esta memoria se presentan los resultados del seguimiento arqueológico llevado a cabo en el
marco del proyecto de Rehabilitación parcial y musealización del Destacamento Penal franquista
de la Dehesa Vieja de Bustarviejo (Madrid), que estuvo en funcionamiento entre los años 1944 y
1952 para la construcción de un tramo de nueve kilómetros del ferrocarril Directo Madrid-
Burgos.
Figura 1. Localización de la Dehesa Vieja de Bustarviejo y de los sectores afectados por la intervención del proyecto
de rehabilitación y puesta en valor.
Desde el año 2006 han tenido lugar diversas fases de investigación en torno a este conjunto
patrimonial, representativo de una parte importante de la historia reciente del Estado español
(Falquina et al. 2008, 2010; Quintero Maqua, 2009; Marín et al. 2012). Estas investigaciones, de
carácter voluntario pero formal, se han venido efectuando por un equipo interdisciplinar de
arqueólogos e historiadores formado por Gonzalo Compañy, Álvaro Falquina Aparicio, Pedro
Fermín Maguire, Alfredo González Ruibal, Santiago Lorente, Carlos Marín Suárez, Alicia Quintero
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Maqua y Jorge Rolland Calvo. A su vez este proyecto se enmarca en una investigación más
amplia sobre los paisajes de la Guerra Civil española y la posguerra1 (González Ruibal e. p.).
En el año 2011 el Ayuntamiento de Bustarviejo promovió un proyecto de rehabilitación y puesta
en valor del conjunto patrimonial, apoyado en las investigaciones previas efectuadas en el lugar.
Su objetivo principal ha sido la apertura al público de este espacio represivo franquista para la
divulgación de la historia reciente estatal, regional y local. En este sentido, el proyecto es
novedoso por cuanto en la Comunidad de Madrid no existe ninguna iniciativa similar para la
difusión del patrimonio arqueológico e histórico de la etapa de posguerra2.
El proyecto, financiado por el Ministerio de Cultura con cargo a los Presupuestos Generales del
Estado de 2011, se ha llevado a cabo entre los meses de marzo y junio de 2012. Se ha actuado en
dos sectores diferenciados (fig. 1). En el Sector 1 se ha construido una nueva manga ganadera.
En el Sector 2, el edificio principal del penal, se ha actuado en dos estancias de la fachada
delantera (que se han denominado Módulo 1 y Módulo 2; fig. 2), que albergaron una oficina
para la gestión del penal y las dependencias de la Policía Armada. Asimismo, se han realizado
labores de limpieza en los dormitorios y las letrinas de los presos. Por último se han efectuado
los trabajos de musealización, consistentes, por un lado, en el acondicionamiento para la
apertura al público de los Módulos 1 y 2 y, por otro, en la colocación de dos paneles informativos
y el trazado de dos pequeños itinerarios con el fin de poder mostrar al público los demás restos
del complejo penal.
Figura 2. Plano y vista general de los Módulos 1 y 2, donde se ha llevado a cabo la actuación principal.
1 “Documentación de los restos de la Guerra Civil en la Ciudad Universitaria de Madrid” (Acción Especial, Universidad
Complutense de Madrid, 2008); “Vestiges of the Spanish Civil War”, dentro de Ruin Memories Project, dir. Bjornar Olsen (Consejo de Investigación Noruego, 2009-2012); “Arqueología del Fascismo: materialidad y memoria” (CSIC, 2010); “Excavaciones arqueológicas en Destacamento Penal de Bustarviejo” (Ministerio de la Presidencia, Subvenciones de las actividades sobre víctimas de la guerra civil y el franquismo, 2010).
2 Hasta el momento únicamente se habían efectuado labores de puesta en valor de algunos escenarios de la
guerra, por parte de asociaciones como Gefrema, Espacios para la Memoria o Colectivo Guadarrama y los Ayuntamientos de Rivas Vaciamadrid o Piñuecar-Gandullas, entre otros.
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Por su parte las tareas de control arqueológico han tenido una doble motivación. En primer
lugar, se ha pretendido mantener un estricto control de las obras de rehabilitación con el fin de
que éstas no alterasen la morfología de los espacios intervenidos; por extensión, a lo largo del
desarrollo de la obra se han documentado exhaustivamente y conservado todos los elementos y
restos materiales que pudiesen aportar información arqueológica acerca del lugar y el momento
histórico en el que se enmarca. En segundo lugar, los trabajos de documentación han tenido
como finalidad aportar nuevos datos históricos y arqueológicos de cara a la puesta en valor de
los espacios patrimoniales relacionados con el complejo penal franquista de la Dehesa Vieja de
Bustarviejo.
Finalmente, tanto el proyecto de rehabilitación municipal como las tareas de control
arqueológico se han dirigido en todo momento por la máxima de la necesaria preservación de la
Dehesa Vieja como espacio de gran valor ecológico, cultural e histórico, minimizando el impacto
de la obra en el paisaje. Asimismo se ha respetado el uso actual de la finca como lugar de
explotación ganadera particular.
2. Metodología
Al tratarse de un seguimiento de las obras de rehabilitación y puesta en valor, el trabajo
arqueológico se desarrolló de forma paralela a dichas obras, de modo que la metodología estuvo
adaptada a la evolución de las tareas. En el caso del Sector 1, donde se construyó una nueva
manga ganadera, con el fin de sacar a los animales del edificio principal del destacamento (Los
Barracones), la labor de control consistió en supervisar la excavación de las zanjas para la
cimentación de los postes que conformaron la estructura de la manga, que se hizo por medios
mecánicos, con una pala excavadora.
En el Sector 2, el edificio principal del penal conocido popularmente como Los Barracones, se
intervino en dos fases diferenciadas. La primera de ellas fue de limpieza: se desbrozó el
perímetro exterior del edificio con una pala excavadora, lo que permitió sacar a la luz algunos
elementos estructurales; por otra parte, la limpieza de los módulos interiores se realizo de forma
manual, minimizando así las posibles afecciones que pudieran sufrir los elementos
patrimoniales, así como su correcta documentación y conservación. Esto permitió entender los
procesos de abandono y reutilización del espacio, posteriores al momento de uso del sitio como
destacamento penal. En segundo lugar, se llevaron a cabo las obras de rehabilitación y
acondicionamiento de la construcción. Éstas se hicieron por medios manuales y mecánicos,
siempre bajo un estricto control técnico de cara a una correcta conservación de los elementos
muebles e inmuebles localizados. Además, durante la puesta en valor del edificio siempre se
tuvieron en cuenta los consejos de la dirección técnica arqueológica.
Los trabajos de control arqueológico consistieron en la documentación fotográfica de todas las
fases de la obra, así como de los elementos inmuebles y muebles que pudiesen aportar
información acerca del momento histórico del uso del edificio como penal franquista. También
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se hicieron levantamientos planimétricos de plantas y alzados de todas las estancias
intervenidas. Por último, se recogieron todos aquellos restos materiales que aparecieron en el
transcurso de la obra con el fin de realizar una adscripción cronológica e histórica de los mismos,
así como efectuar su limpieza, inventario y, si es necesario, su restauración de cara a una posible
exposición al público.
No se ha visto necesario el uso del método de Análisis Estratigráfico (método Harris) para el
registro de los distintos momentos de uso del edificio debido a la sencillez de la estratigrafía.
Todos los elementos estructurales conservados (muros, suelos, puertas, ventanas, escaleras…)
pertenecen al uso como penal del edificio, excepto las techumbres de uralita y cuatro vanos
abiertos con posterioridad, pertenecientes claramente al momento de uso como corral. No
obstante, se ha utilizado puntualmente el método Harris para registrar la estratigrafía del
terreno sobre el que se levantó la nueva manga ganadera y las fases de cimentación del suelo
del Módulo 1.
3. Resultados
3.1. Sector 1: Manga ganadera
Desde el abandono del destacamento penal en 1952, el edificio principal del complejo, conocido
en el pueblo como Los Barracones, se incluyó en la economía de explotación de la dehesa,
pasando a ser utilizado como corral y manga ganadera. El actual proyecto de rehabilitación y
puesta en valor del sitio preveía la construcción de una nueva manga ganadera con el fin de
conservar el edificio únicamente como espacio patrimonial.
Para la construcción de la nueva manga se ha seleccionado un espacio adecuado para el ganado,
que permite mantener el uso mixto de la dehesa como terreno de explotación de pastos al
mismo tiempo que se adecúa como nuevo espacio museístico y de la memoria. En este sentido,
el lugar elegido se encuentra alejado de cualquier elemento patrimonial visible y fuera del
entorno de los trazados de los itinerarios de las visitas al Destacamento Penal. En cualquier caso
debíamos realizar un seguimiento de la excavación de las pequeñas zanjas de cimentación de los
postes que iban a formar la manga ganadera, no sólo por la posible aparición de restos
relacionados con la etapa de posguerra, sino porque en la Dehesa Vieja existe un yacimiento
arqueológico, probablemente no catalogado, adscribible a los periodos Calcolítico/Edad del
Bronce. Como elementos destacados de este yacimiento encontramos una roca exenta situada
en el margen de una zona rica en pastos y que presenta en varias áreas de su superficie cazoletas
labradas de diversos tamaños (fig. 3); en segundo lugar, unos metros por encima de esta roca,
situado en una ladera con grandes afloramientos y desprendimientos de gneis, se localiza un
amplio abrigo rocoso que, aunque no presenta restos de cultura material en superficie,
potencialmente puede tener interés arqueológico dado el contexto ecológico y arqueológico en
el que se encuentra (fig. 4).
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Figura 3. Detalle de la roca con cazoletas labradas.
Figura 4. Abrigo situado a pocos metros sobre la roca con cazoletas.
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Figura 5. Imagen aérea con la situación de la nueva manga ganadera respecto de los elementos patrimoniales
mencionados.
Sin embargo, la nueva manga ganadera se sitúa en una zona alejada de cualquier elemento
asociado a dicho yacimiento (fig. 5), por lo que su construcción difícilmente podía afectar a
ningún resto arqueológico, como así ha sido. En concreto se encuentra en una zona de robledal
junto al Camino de las Viñas, en un tramo que discurre paralelo a la vía del tren.
La manga ocupa un área de 20 x 20 metros en la que se han excavado 57 zanjas de cimentación
de 1,3 x 0,8 x 0,8 metros. Revisando la excavación de todas las zanjas, que se hizo por medios
mecánicos con una pequeña máquina retroexcavadora, se ha visto que el área es estéril en
cuanto a restos arqueológicos y que la estratigrafía tiene una formación completamente natural.
La estratigrafía no presenta variaciones en toda la zona. Ésta consta de tres Unidades
Estratigráficas (en adelante UE) (fig. 6):
UE 1: Manto húmico con sedimento de matriz arenosa, de color marrón oscuro con tonos
grisáceos y que presenta una gran intrusión de raíces.
UE 2: Sedimento de matriz arenosa, de granos finos y medios, de color marrón y que apenas
presenta intrusiones de raíces. Su formación se debe a la erosión del sustrato geológico y
a la sedimentación de los elementos orgánicos propios de la zona de bosque.
Destacamento Penal
Manga ganadera
Piedra con cazoletas
Abrigo rocoso
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UE 3: Sustrato geológico formado por roca de gneis, que en gran medida ha sufrido un
proceso de meteorización. Tiene un color marrón claro-anaranjado.
Figura 6. Estratigrafía general representada en una de las zanjas de cimentación de la manga ganadera.
Vista general de la nueva manga ganadera, concluida su construcción.
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3.2. Sector 2: Edificio de Los Barracones
Como se apuntaba en el primer apartado de la memoria, este edificio fue levantado en el año
1944 para albergar a los presos-trabajadores que durante ocho años iban a construir un tramo
de 9 km del ferrocarril Directo Madrid-Burgos. Este Destacamento Penal, perteneciente al
Patronato para la Redención de Penas por el Trabajo y dependiente de la Dirección General de
Prisiones, fue gestionado por la empresa Hermanos Nicolás Gómez, beneficiaria del contrato
para la realización de la obra de dicho tramo del ferrocarril. Durante los años que estuvo en
funcionamiento albergó a una media anual de cien presos para la construcción de dos túneles,
un viaducto, una estación, así como el trazado de la vía (Falquina et al. 2008, 2010; Quintero
Maqua, 2009; Marín et al. 2012).
El edificio de Los Barracones es el elemento principal del complejo penal. En él se encuentran los
dormitorios de los presos, pero también albergó otros espacios para el sostenimiento del
sistema carcelario. En este sentido, existían dependencias para la estancia de la Policía Armada
(que no pernoctaba allí), oficinas para la gestión del penal, letrinas, cocina, botiquín y un
economato (fig. 7)
El edificio tiene planta cuadrangular y un gran patio central (ver Anexo I: 43). El material utilizado
para su edificación fue el gneis que aflora por todo el entorno. Está construido sin cimentación,
apoyándose directamente sobre el sustrato geológico de gneis y adaptándose a la superficie en
pendiente sobre la que se eleva. Debido a esta pendiente, el edificio se construyó por módulos
adosados, de modo que se evitase la deformación de los muros y una mejor nivelación de todo
el inmueble.
Figura 7. Esquema de la planta de Los Barracones. Este plano corrige otro previo publicado en Falquina et al. (2008:
186). Los vanos señalados son los originales del edificio. 1: Oficina (Módulo 1); 2: Dependencias de la Policía Armada
(Módulo 2); 3y 4: Dependencias de la Policía Armada/Cuerpo de guardia; 5: Economato; 6: Botiquín y /u Oficina; 7:
Cocinas; 8: Patio; 9-11: Dormitorio de los presos; 12: Letrinas de los presos.
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Todos los módulos están hechos con la misma técnica constructiva: al no estar cimentados y
tener que salvar tanto la pendiente como algunos afloramientos rocosos, cada módulo tiene una
base formada por un cajeado rectangular a modo de “zapata corrida”. La fábrica de este cajeado
es de sillarejo rejuntado con cemento y el grosor de cada lado es de entre 0,80 y 0,90 metros,
con el fin de ofrecer una base sólida a los muros de cada módulo, que tienen un grosor de 0,60
m. Esto hace que se perciba en todas las fachadas, tanto del patio como del perímetro exterior,
un característico escalón en la base de los muros (fig. 8).
Figura 8. Dormitorios de los presos vistos desde el patio. En la base de los muros se aprecia el escalón que forma el
cajeado de “cimentación” de cada módulo.
Los alzados de los muros de la estructura son de sillarejo rejuntado con cemento. Los tejados de
los módulos eran a dos aguas cubiertos con teja árabe a “canal y cobija”. Actualmente no se
conserva ningún tramo del tejado original del edificio, pero sabemos de su morfología por la
impresión que queda de ellos en alguno de los muros, además de por la información oral. Este
tejado se derrumbó en la década de 1970 y fue sustituido, sólo en algunos módulos, por una
cubierta hecha con vigas de madera y uralita que vertía a un agua hacia el exterior de la
estructura. Aún conservan esta segunda cubierta los dormitorios de los presos, las letrinas y el
Módulo 1 (oficina; en la figura 7 es la estancia que aparece con el número 1); el Módulo 2
también tuvo un tejado de este tipo, pero en el momento de la rehabilitación se encontraba
derrumbado.
Durante los trabajos de desbroce del perímetro exterior del edificio, que se realizaron con
máquina retroexcavadora, quedaron al descubierto algunos indicios del sistema de canalización
de agua que en su momento poseía el penal. Las estancias que tenían acometida de agua eran el
botiquín/oficina, las cocinas y las letrinas de los presos (nº 6, 7 y 12 respectivamente, según el
esquema de la figura 7). Los indicios de la traída son los restos de cemento con los que se
afianzaron a los muros exteriores las tuberías por donde se canalizaban las aguas (fig. 9-11).
Posteriormente se ha visto que el Módulo 2 –dependencias de la Policía Armada (nº 2 en fig. 7)–
también contaba con acometida y evacuación de aguas.
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Figura 9. Cocinas. Detalle del cemento que sujetaba las tuberías en su entrada por la ventana central.
Figura 10. Letrinas de los presos. En este caso existían dos entradas de tuberías distintas.
Figura 11. Botiquín/Oficina. La impronta de cemento también señala en este caso que la entrada del agua se hacía
por el vano de una ventana.
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Al comprobar que existió un sistema de canalización de aguas en el penal, se buscó y localizó un
manantial que casi con seguridad era del que se abastecía el edificio. Éste se encuentra a poco
más de 52 metros lineales hacia el Noreste, desde la esquina superior derecha del edificio,
formada por las letrinas de los presos (fig. 12). El desnivel entre el manantial y las letrinas es de
105 metros. La fuente fue delimitada con un murete de sillarejo semicircular (fig. 13).
Figura 12. Vista aérea de la situación del manantial.
Figura 13. Detalle del manantial con los restos del murete que lo delimita.
Manantial
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Módulo 1
Para acometer la rehabilitación de esta estancia (fig. 14), en primer lugar había que realizar la
limpieza del interior. Tenía el suelo cubierto por una capa de residuos producidos por el ganado
que había estado allí estabulado. La retirada de los residuos se ha hecho por medios manuales
(fig. 15). Esta capa estaba depositada directamente sobre el suelo original de la habitación, cuya
superficie es de cemento.
Figura 14. Fachada del Módulo 1 (en el centro) antes del inicio de los trabajos de rehabilitación.
Figura 15. Retirada de los residuos animales del suelo del Módulo 1.
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Al quedar descubierta la superficie se han podido documentar una serie de huellas impresas aún
en el cemento fresco, por lo que pertenecen al momento de construcción del edificio, en 1944.
Estas improntas fueron hechas con botas de suelas claveteadas, que pudieron pertenecer a la
Policía Armada, aunque probablemente fueron dejadas por los propios presos trabajadores, ya
que debían llevar botas de trabajo con las punteras y los tacones reforzados por el exterior con
placas de hierro claveteadas (figs. 16 y 17), como así confirmamos por información oral.
Figura 16. Detalle de las improntas de suelas claveteadas junto a la escalera que conecta los Módulos 1 y 2.
Figura 17. Detalle de las improntas de suelas claveteadas junto a la puerta de acceso principal del Módulo 1.
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Como curiosidad, también se documentaron tres huellas de cánido contemporáneas de las
anteriores, junto a la puerta de acceso principal de la estancia (fig. 18). Es posible que en el
Destacamento Penal existiese alguna mascota o quizás algún perro del entorno lo frecuentase.
Lo que no está documentado es la existencia de perros adiestrados de la Policía Armada.
Figura 18. Detalle de las huellas de cánido.
La estancia que se ha denominado Módulo 1 es un espacio diáfano de planta rectangular, algo
irregular, con unas medidas en su fachada (muro sur) y muro norte de 4,75 m y en sus lados de
6,44 - 6,55 m (ver Anexo I: 44). La fachada presenta la puerta de acceso principal, flanqueada por
una ventana a cada lado; mientras, el muro norte presenta dos ventanas. De los muros laterales,
sólo el que da al Oeste presenta un vano: una puerta elevada, a la que se accede por medio de
tres escalones, que comunica los Módulos 1 y 2 (fig. 19).
Los muros del módulo, al igual que los del resto de la edificación, están construidos con doble
paño de sillarejo relleno de cascajo con el fin de rellenar los huecos y hacer la estructura de los
lienzos más homogénea. Las superficies de las paredes están enfoscadas con cemento y pintadas
de blanco. Las paredes laterales presentan en algunas zonas agujeros con tacos de madera
incrustados para sujetar clavos, con el fin probable de sostener estantes o algún otro tipo de
mobiliario. Este era el modo de sujetar con firmeza mobiliario a las paredes hasta la aparición de
los tacos de plástico.
En las paredes aparecen indicios de la existencia del uso de electricidad en el edificio del penal.
Se trata de dos piezas de porcelana que se han conservado clavadas; una sobre la ventana
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oriental del muro norte y la otra sobre la ventana occidental de la fachada (muro sur). Se trata
de apliques para la sujeción del cableado eléctrico trenzado, muy característico de la primera
mitad del siglo XX (fig. 20). Aunque la aparición de estos objetos indica la existencia de un
tendido eléctrico en el complejo penal, no se conoce la localización del generador. Algún vecino
ha comentado la existencia de uno sobre el túnel que se encuentra al sur del destacamento.
Figura 19. Puerta que comunica los Módulos 1 y 2.
Figura 20. Aplique de porcelana para el cableado eléctrico aparecido en el muro norte del módulo.
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Es de reseñar la existencia de varios grafitos en la pared interior de la fachada. Todos están
hechos con lápiz. Existe un grupo entre la puerta principal y la ventana occidental, donde se
pueden ver, por una parte, los nombres de tres personas aunque sólo dos se leen
medianamente: “Fausto” y “Pedro Muñoz”. Junto a estos aparece un listado (fig. 21):
Parece que se trata de la lista de un pedido, quizás de aceite o vino, para la distribución entre los
presos, trabajadores y/o el personal del penal.
Por último se ha encontrado un tercer grafito que parece reproducir una placa metálica con el
marcaje “DESTACAMENTO DE BUSTARVIEJO” (fig. 22). Se encuentra entre la ventana occidental
de la fachada y las escaleras que conectan los Módulos 1 y 2. Es probable que se refiera a las
placas con las que iban identificadas las cajas con los productos destinados a su distribución en
el penal.
Figura 21. Listado aparecido junto a la puerta del Módulo 1.
Partida 2 litros (tachado)
Tablada 1 “
Demetrio ¾ ”
Cabo 1 “ (tachado)
… ½ “
… 1 “
… ½ “
UNA ARQUITECTURA PARA LA REPRESIÓN
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Figura 22. Dibujo del marcaje de una posible caja con productos destinados al penal de Bustarviejo.
Todas estas inscripciones se han protegido con placas de cristal para quedar expuestas al público
y evitar su deterioro.
Como parte de los trabajos de rehabilitación, había que reforzar la cimentación de la esquina
sureste de la habitación por la aparición de una grieta desde el suelo hasta el tejado, que indica
el mal asentamiento sobre el suelo de esta parte de la estructura (fig. 23). Para este fin se
excavaron dos calicatas en el esquinazo, una al interior y otra al exterior, junto a la puerta
principal del destacamento. En el interior, la grieta se originaba en una zona del suelo que estaba
en peligro de hundimiento, por lo que se picó esta parte de la superficie de cemento del solado
con la intención de reforzar el cajeado de soporte del muro.
Figura 23. Detalle de la grieta en la esquina sureste del Módulo 1. Se puede apreciar cómo la grieta se origina en el
hueco dejado en el cajeado de cimentación para el canal de evacuación de aguas residuales.
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La excavación ha dejado al descubierto una estratigrafía donde se ha podido documentar el
relleno del cajeado de cimentación de los muros, probablemente similar en toda la estructura
del edificio. La debilidad del suelo en esta parte se debe a que por debajo pasa el canal de
evacuación de las aguas residuales proveniente del baño de las dependencias de la Policía
Armada que ocupaban el Módulo 2, como veremos en el siguiente apartado.
En la estratigrafía del relleno del cajeado y base del suelo de la estancia se han documentado
tres UE’s (fig. 24). La primera está formada por tres niveles diferenciados que formarían el
solado del módulo; la segunda es un depósito de relleno del cajeado de cimentación; finalmente,
la tercera es el canal de evacuación de aguas residuales:
Figura 24. Estratigrafía del relleno del cajeado de cimentación en el Módulo 1.
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UE 1: Solado del Módulo 1
- Superficie del suelo. Se trata de una capa fina de cemento, de 1,5–2 cm de grosor,
que forma la superficie del suelo del módulo.
- Preparación del suelo. Está formada por un nivel de cemento de entre 4 y 5 cm de
grosor.
- Depósito de cimentación con relleno de cascajo y arenas de color anaranjado, con
una capa de cemento como base. Sirve como cimentación del suelo. Tiene entre 15 y
20 cm de potencia. En su base, mezclados con el cemento, han aparecido restos de
herramientas, probablemente algunas de las que se rompieron durante la
construcción del edificio. Destacan los restos de dos palas, un rastrillo y lo que podría
ser la ballesta de un camión. Se han recogido las tres primeras (ver Anexo II: 51).
UE 2: Depósito de cimentación con relleno de tierras de color marrón oscuro, poco
compactadas, con grano fino y muy homogéneo, aunque en ocasiones hay intrusiones de
algunos materiales constructivos, como fragmentos de ladrillo o cascajo. Tiene una potencia
de entre 40 y 50 centímetros.
UE 3: Canal de evacuación de aguas residuales. Se trata de un canal hecho de cemento de
20 cm de anchura y 10 de profundidad. El canal está cubierto por una hilera de ladrillo
macizo que a su vez se encuentra tapado por una capa de cemento. La estructura de la
canalización tiene su salida al exterior por una apertura en el cajeado de sujeción del muro
oriental del módulo (fig. 25).
En el interior del canal de evacuación, del que se levantó un pequeño tramo de la cubrición
de ladrillo, se han localizado algunos objetos de la época de ocupación del penal. Su
deposición probablemente se remonta al momento de abandono del penal, a partir de
1952. La datación en esta fecha se debe a que estos objetos se encuentran colmatando y
obstruyendo el canal, por lo que probablemente fueron depositados a través de la letrina de
las dependencias de la Policía Armada (Módulo 2), en el momento de la finalización de la
obra del ferrocarril o por parte de los primeros ganaderos que utilizaron el edificio como
corral.
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Figura 25. A la izquierda, detalle de la cubierta de la canalización (UE 3) en el interior del módulo. A la derecha, vista
de la UE 3 en relación al resto de las UE’s; en la parte inferior de la imagen se observa la posible ballesta de camión
inserta en la base de la UE 1.
El material arqueológico localizado es el siguiente:
Elementos de higiene personal (ver Anexo II: 52 y 53):
- 1 pequeño frasco de vidrio melado con las palabras “CARASA” y “RENTERÍA”. La
casa Carasa, afincada en Rentería, se dedicaba a la fabricación y venta de
productos de perfumería e higiene.
- 2 tapones, uno negro y otro rojo, de lo que parecen dos tubos de pasta
dentífrica.
- 1 cepillo de dientes, de color verde.
- 1 fragmento de un recipiente de porcelana, quizás de una palangana de
cerámica.
- 1 fragmento de un recipiente de cristal incoloro, con decoración de bandas
verticales. Por la morfología podría ser un vaso para el afeitado.
- 2 fragmentos de un recipiente de cristal incoloro de sección rectangular. Parece
un frasco de colonia o loción.
Alimentación (ver Anexo II: 54 y 55):
- 1 tenedor y 1 fragmento de cuchara.
- 4 fragmentos de una botella de vidrio verde.
- 2 latas cilíndricas de conservas.
- 2 fragmentos de hueso de animal.
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Elementos personales (ver Anexo II: 56 y 57):
- 1 moneda de 5 francos de la IV República Francesa, acuñada en 1949.
- 1 fragmento de tacón claveteado de zapato o bota.
Fontanería (ver Anexo II: 57):
- 1 pieza de aluminio, con forma de pomo y una rosca en el extremo. Parece una
pieza de grifería o del sistema de cañerías.
Por su parte, la excavación en el exterior del módulo, junto a la puerta principal del
destacamento, dejó al descubierto la salida de la canaleta, a partir de aquí cubierta de lajas de
piedra. En esta zona confluye con otra canalización, también de cemento, que viene desde un
lavadero para ropa situado en el patio (adosado al muro norte del Módulo 1) (fig. 26).
En el exterior, al levantar una parte de la cubierta de piedra del canal, siguió apareciendo
material arqueológico que forma parte del mismo relleno de colmatación que se localizó en la
calicata del interior del módulo, que fue realizado a partir del abandono del sitio como penal en
1952. Aparecen tres objetos (ver Anexo II: 58 y 59):
- 1 asa metálica de cubo.
- 1 tacón claveteado de bota con marcajes en el interior “ESPECIAL” “169”.
- 1 tintero de cristal.
Ante las indicaciones de la dirección arqueológica se ha decidido no realizar el refuerzo de la
cimentación del muro en esta zona, tapar la cata exterior y dejar descubierta la del interior –
protegida con una superficie acristalada– con el fin de no destruir la canalización y dejarla a la
vista para el público.
Figura 26. Salida del canal de evacuación por la apertura realizada en el cajeado de cimentación del Módulo 1. Se
puede ver la confluencia entre este desagüe y el proveniente del lavadero del patio (derecha).
25
Finalmente se decidió realizar un refuerzo de hormigón por la parte exterior del edificio, bajo la
fachada (muro sur), como solución para reforzar la esquina sureste del Módulo 1. Para esto se
realizó una cata de 1 x 1 x 0,80 metros. Esta zanja solo tiene un depósito de tierra de color
marrón oscuro, similar a la UE 2 del relleno del interior del cajeado de cimentación del módulo.
No ha ofrecido ningún tipo de material arqueológico (fig. 27).
Figura 27. Zanja para el refuerzo de la esquina del Módulo 1.
En cuanto a la construcción del nuevo tejado, primero se han retirado la uralita y las vigas de
madera del existente, para después construir un zuncho de ladrillo y cemento sobre el que
sujetar el tejado (fig. 28). Para la realización del zuncho ha habido que nivelar la parte superior
de los muros, pero no ha sido necesario desmontarla, por lo que la estructura del edificio
antiguo no se ha visto alterada. Para la sujeción del tejado se ha utilizado una viga de descarga
de acero envejecido en lugar de madera para diferenciar claramente los elementos nuevos
respecto de la estructura antigua. El zuncho se ha enlucido de cemento y pintado con el mismo
fin, tanto en el interior como en el exterior del módulo. Por último, el tejado se ha construido
con travesaños de madera, vertiente a dos aguas y con teja árabe, simulando el original (fig. 29).
Para la puesta en valor del Módulo 1, además de proteger y dejar a la vista la canaleta de
evacuación de aguas residuales así como proteger los grafitos con placas de cristal, se ha
instalado una pasarela de madera para permitir el paso del público sin que se dañe la superficie
original del suelo.
UNA ARQUITECTURA PARA LA REPRESIÓN
26
Figura 28. Construcción del zuncho del Módulo 1.
Figura 29. Aspecto final de la nueva cubierta del Módulo 1.
27
Módulo 2
Del mismo modo que en el Módulo 1, en este caso también se ha tenido que realizar una
limpieza manual del interior de la estancia, que estaba llena de broza, basura y restos del tejado
de uralita, que se encontraba en estado de ruina (fig. 30). Se recogieron algunas piezas de
material arqueológico, pero no se las puede dar una adscripción cronológica clara, pues estaban
en el revuelto de basura y pueden ser tanto de la época de funcionamiento del penal o del uso
del edificio como corral. Las piezas recogidas son:
- 2 frascos de cristal transparente de medicamentos de uso veterinario.
- 4 fragmentos de vidrio de botellas de licor, de las cuales una es un cuello de botella
de coñac Terry, otra es una base de botella de Pedro Domecq y una última es un
fragmento del cuerpo de una botella de anís.
- 2 fragmentos de base de recipientes de cristal transparente, uno de un vaso o frasco
con el umbo decorado con líneas radiales y otro de una botella de sección
rectangular, quizás de licor.
- 2 fragmentos de cerámica esmaltadas en blanco, una de ellas un borde de plato con
decoración de una franja amarilla paralela al labio.
- 1 fragmento de una hoz.
En principio parece que todo el material fue depositado posteriormente al abandono del edificio
como penal.
Figura 30. Vista del Módulo 2 antes del inicio de los trabajos de limpieza.
Al quedar limpia toda la superficie del módulo se vio que éste estaba compartimentado en
habitaciones (fig. 31) (ver Anexo I: 45). En total eran 7 espacios diferenciados. No se conservan
los tabiques de separación, que debieron ser destruidos por los ganaderos, pero sí se pueden ver
aún las marcas de estos tabiques en las paredes. La función de las estancias se ha podido deducir
UNA ARQUITECTURA PARA LA REPRESIÓN
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en el caso de cuatro de ellas. Había un amplio recibidor, un baño y dos habitaciones de
descanso. El uso que se dio a las tres habitaciones restantes nos es desconocido, que quizás
pudieron ser despachos de los mandos de la Policía Armada. Como en el Módulo 1, los suelos
son de cemento y, exceptuando la entrada y el baño, todas las superficies están acabadas con
dibujos que imitan un suelo de baldosas (fig. 32).
Al recibidor se accede desde el exterior. Este espacio no aporta mucha información. Tiene la
superficie del suelo sin acabado, pero es bastante probable que nunca lo tuviese, lo que ha
dejado a la vista infinidad de huellas de botas claveteadas. Al igual que en Módulo 1 podrían ser
de botas de trabajo o de las botas militares de la policía, aunque en este caso parece más
acertado inclinarse por la segunda opción, dadas las características de las huellas (fig. 33).
Por otra parte, a lo largo de esta estancia hay una pequeña zanja picada en el cemento que va
desde los restos del antiguo baño hasta la puerta de entrada principal. Al limpiarla se ve que ha
quedado impreso el cuerpo de una pequeña tubería, seguramente metálica. Se trata claramente
de la entrada del agua al baño de la policía, un indicio más de la existencia de un sistema de
acometida de aguas en el destacamento penal (fig. 34).
Figura 31. Vista del Módulo 2 hacia el Oeste. Se pueden apreciar las marcas de las antiguas compartimentaciones en
suelos y paredes.
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Figura 32. Detalle del dibujo del suelo de una de las habitaciones de descanso de la Policía Armada.
Figura 33. Detalle de una huella de suela claveteada en la entrada del módulo.
UNA ARQUITECTURA PARA LA REPRESIÓN
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Figura 34. Se aprecia que la zanja de la tubería tiene su origen en una estructura del baño que se ha interpretado
como un plato de ducha.
Al clausurar el penal debió ser habitual que la gente se llevase cualquier cosa que se pudiese
reutilizar o vender, por eso faltarían todas las tuberías, que debieron ser vendidas como
chatarra.
El recibidor está dividido en dos espacios, ya que a la derecha del espacio central de la entrada
hay una zona con suelo de cemento con imitación de baldosa que aunque no se encuentra
separada con un tabique si diferencia su posible utilidad. Desde este espacio se accede al
Módulo 1 a través de la puerta descrita en el apartado anterior.
En la esquina noreste del módulo existían dos pequeñas habitaciones de las que no podemos
deducir su utilidad. Ambas tienen un tamaño reducido y presentan una ventana cada una. Sobre
la ventana de la habitación más oriental se ha localizado el primero de los dos grafitos de este
módulo. Grabado en el cemento aún fresco del alfeizar, algún preso/trabajador dejó constancia
de la finalización del trabajo escribiendo el año en que se concluyó: “AÑO 1945” (fig. 35).
Frente a la puerta principal del módulo, atravesando el recibidor, se encuentra un espacio que se
ha interpretado como un baño (fig. 36). De dimensiones reducidas, presenta un ventanuco sobre
una pared que en su mitad inferior tiene un dibujo en el cemento que imita el alicatado de un
baño. En esta pared se aprecia la marca de la existencia de un lavamanos en época franquista.
Sobre el suelo aparecen los restos de dos estructuras que han sido interpretadas como una
letrina y un plato de ducha, construidas ambas con hormigón y ladrillo. Ambas están
parcialmente destruidas, quedando al descubierto el sistema de evacuación de las aguas
residuales (fig. 37).
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Figura 35. Fecha grabada sobre la ventana de la habitación de la esquina noreste del módulo.
Figura 36. Vista de los restos del baño localizado en el Módulo 2. Se observan a la derecha los restos de la ducha (en
primer plano) y la letrina. Sobre la pared trasera se intuyen las marcas dejadas probablemente por la instalación de
un lavamanos.
UNA ARQUITECTURA PARA LA REPRESIÓN
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Figura 37. Detalle de los sumideros de la ducha y la letrina.
En el interior del canal de evacuación se han localizado algunos materiales arqueológicos,
contemporáneos de los encontrados en la canalización del Módulo 1 (ver Anexo II: 60). No
obstante, se trata de dos tramos de un mismo canal de evacuación. Los materiales no son muy
significativos, pero puede decirse que pertenecen al momento de uso del edificio como penal:
- 4 fragmentos indeterminados de cristal incoloro, de un recipiente de paredes muy
finas, probablemente pertenecientes a algún frasco relacionado con la higiene.
- 1 fragmento de una pieza metálica indeterminada, quizás parte de una lata de
conservas.
- 1 fragmento indeterminado de diáfisis de hueso de fauna.
- 1 aplique eléctrico de porcelana.
Finalmente, en el lado occidental del módulo encontramos dos habitaciones similares, de
mayores dimensiones que las anteriores. Ambas tienen una ventana y, como elementos
destacados, en ambas encontramos los restos de una chimenea (fig. 38). La habitación situada
más al norte tiene también una puerta, con unas escaleras, que comunica este módulo con el
que se encuentra en la esquina suroeste del edificio, en la zona que hemos denominado “cuerpo
de guardia” (estancia número 4 en la fig. 7), que da acceso al patio.
En esta misma habitación, sobre el cemento del alfeizar de la ventana, se encuentra el segundo
de los grafitos grabados que han aparecido en este módulo. En él se puede leer “5-4-45
Destacamento de Presos”, fecha en la que se debió terminar la obra de este módulo (fig. 39).
33
Figura 38. Detalle de las chimeneas de cada una de las habitaciones situadas en el lateral oeste del módulo. En el
centro de la imagen, entre ambas chimeneas, se aprecia la marca del tabique que separaría las dos habitaciones.
Figura 39. Detalle del grafito grabado en la ventana de la habitación de la esquina noroeste del Módulo 1.
Según la información oral recogida (Falquina et al. 2008; Marín et al. 2012) el Módulo 1
albergaba las dependencias de la Policía Armada. Las dos estancias del lado occidental del
módulo parecen haber estado destinadas para el descanso de los guardias de la Policía Armada.
Pero su uso sería sólo diurno o para las guardias, ya que los policías tenían casas alquiladas en el
pueblo.
UNA ARQUITECTURA PARA LA REPRESIÓN
34
Tras la limpieza del interior del módulo se acometió la rehabilitación de las paredes interiores.
Todas tenían restos de pintura blanca, sin ningún elemento decorativo ni color. Los tramos de
pared que estaban en mal estado se picaron y se volvieron a enfoscar y pintar, esta vez de color
para diferenciarlos de las paredes originales. Se dejó la marca del tabicado interno para una
mejor comprensión del espacio de cara a las futuras visitas (fig. 40).
Figura 40. Picado, enfoscado (superior) y pintura (inferior) de las superficies interiores del Módulo 2.
35
En cuanto al tejado, se ha construido del mismo modo que en el Módulo 1. Se ha realizado un
zuncho, sin necesidad de desmontar los tramos superiores de los muros, sobre el que se ha
levantado un tejado con traviesas de madera y doble vertiente con teja árabe. En este caso el
tejado se ha sujetado sobre dos pilares de madera, apoyados en dos basas de piedra. Aunque el
tejado de uralita se encontraba arruinado, se ha podido documentar que en la época de uso
como corral del conjunto arquitectónico, éste estaba apoyado sobre tres pilares. Con la limpieza
del interior del módulo quedaron al descubierto las tres basas de piedra de estas columnas. Lo
que se ha constatado es que estas basas no son de la época de uso como penal del edificio, ya
que una de ellas, situada entre las estructuras de las chimeneas de las habitaciones del lado
oeste, se encontraba sobre los restos del tabique que separaba ambas estancias (fig. 41).
El hecho de no haber localizado restos de pilares de sujeción para el tejado del Módulo 1, junto
con la verificación de que el tejado del Módulo 2 tampoco los debió tener en la época de
funcionamiento del penal, lleva a pensar que quizás la técnica constructiva del tejado original no
debió precisar de estos elementos. Por ello, es probable que el tejado original de todo el
conjunto estuviese construido “a pendolón”, es decir, a base de estructuras de vigas de madera
que reforzarían la sujeción y descarga del volumen del tejado sobre los muros, sin necesidad de
sostenerlo sobre pilares, lo que supondría que cada módulo tendría el espacio interior diáfano.
En este módulo, las labores de musealización han consistido, como en el Módulo 1, en la
conservación y puesta en valor de los grafitos, así como en la instalación de una pasarela de
listones de madera que permita la deambulación por todo el interior evitando que se deterioren
los suelos.
Figura 41. Detalle de la basa de piedra situada sobre la separación de las habitaciones de descanso de los guardias. A
la derecha se ve el hueco dejado por la basa, que estaba sobre la marca del tabique, lo que indica que no existía en el
momento de funcionamiento del destacamento penal.
UNA ARQUITECTURA PARA LA REPRESIÓN
36
En el exterior, además de haberse diferenciado con color el zuncho de nueva construcción, los
Módulos 1 y 2 han sido pintados con una leve capa de cal blanca, recreando el estilo que tenía
originalmente el edificio, ya que sobre la piedra de las superficies exteriores de los muros
quedan restos del encalado antiguo (fig. 42).
Figura 42. Aspecto final de los Módulos 1 y 2 tras la finalización de las obras.
Dormitorios y letrinas de los presos
Aunque no han sido objeto de la obra de rehabilitación, se llevó a cabo la limpieza de los
residuos de los animales estabulados del interior de los tres módulos que albergaron los
dormitorios de los presos y sus letrinas. La finalidad de la limpieza ha sido la de sanear las
dependencias de los presos y poder permitir la visita del público.
La actuación en los dormitorios no ha proporcionado nueva información con respecto a lo que ya
se conocía (Falquina et al. 2008: 185; Marín et al. 2012). Únicamente se ha constatado la
existencia de instalación eléctrica en los mismos, además de haber permitido conocer la técnica
constructiva del techo. Se ha realizado, además, el levantamiento planimétrico de todas las
estancias (ver Anexo I: 46-49).
En cuanto a la instalación eléctrica, con la limpieza de las paredes han quedado al descubierto
los huecos por donde iría el cableado de los interruptores, en los barracones 1 y 3 (habitaciones
9 y 11 en fig. 7) (fig. 43).
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Figura 43. Detalle del muro occidental del Barracón 1. Sobre la marca del antiguo estante corrido vemos en vertical
dos marcas por las que iría la instalación del cableado.
En el Barracón 2 (habitación 10 en fig. 7) se han localizado restos del antiguo techo del
dormitorio, por lo que se ha podido conocer la técnica constructiva del mismo en todas las
estancias del conjunto arquitectónico. En un esquinazo, a 2,9 metros de altura, se conserva una
pequeña viga de madera con restos de una malla de cañizo clavada (fig. 44). A la misma altura
que esta viga encontramos en los muros este y oeste marcas de lo que debieron ser travesaños
de madera separados 0,5 metros entre sí. En definitiva, el techo de la estancia debió ser de
mallas de cañizo clavadas sobre estas traviesas, una técnica constructiva muy popular hasta la
segunda mitad del siglo XX. El hallazgo de los restos del techo nos ha permitido entender cómo
sería éste en el resto de módulos del edificio, ya que en todas las habitaciones se conservan
restos del encaje de las traviesas de madera, siempre a 2,9 metros de altura (fig. 45).
Finalmente, la limpieza de las letrinas ha proporcionado información interesante, ya que bajo la
capa de estiércol y basura se localizaron los restos del tejado antiguo, que tras derrumbarse no
fue desescombrado sino que se utilizó para nivelar el suelo. En este nivel apareció algo de
material arqueológico, pero que no puede adscribirse al momento de funcionamiento del penal
ya que el tejado se cayó años después, cuando el edificio ya era un establo. Entre estos
materiales destacan sobre todo restos de calzado, un aplique de porcelana para la instalación
eléctrica (éste sí de la época del destacamento penal) y un fragmento de lo que parece alambre
de espino (ver Anexo II: 61 y 62). Este último hallazgo quizás pudiera ser de la época de
funcionamiento del penal, pero por los testimonios orales recogidos se encuentra documentado
el hecho de que no existían en todo el entorno del destacamento alambrada de espino. En
cualquier caso, pudo haber un uso puntual de este material.
UNA ARQUITECTURA PARA LA REPRESIÓN
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Figura 44. Detalle de los restos del techo de madera y cañizo en el Barracón 2.
Figura 45. Vista al Este del Módulo 2. En la parte superior del muro se pueden ver los mechinales para el encaje de
las traviesas que sujetarían la cubrición de cañizo del techo.
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Bajo el escombro del antiguo tejado apareció, en un gran estado de conservación el suelo y
estructuras de las antiguas letrinas de los presos. Se ha podido documentar la existencia de tres
espacios diferenciados (figs. 46 y 47). Sobre el muro norte habría una pila corrida, de la que aún
se conserva una parte de la estructura; sobre el muro sur existe una canalización en pendiente
que sería el urinario; por último, sobre el muro este se encuentra la canalización, también en
pendiente, para las deposiciones. Sobre esta canaleta han aparecido siete pares de molduras con
forma de pie hechas en cemento, que marcarían los espacios destinados a cada persona. Frente
a este espacio hay un sistema de tres muretes de ladrillo (uno de ellos conservado casi
completo, tumbado sobre el suelo), que separarían la zona de deposición del resto del espacio
de las letrinas de los presos.
Las dos canalizaciones confluyen en la esquina sureste de la estancia donde, bajo el muro
oriental, se abre un hueco en el cajeado de cimentación que permitiría la evacuación de los
residuos hacia un pozo negro, del mismo modo que hemos documentado en el Módulo 1.
En el caso de esta habitación, también encontramos un grafito grabado sobre el cemento fresco
de parte de la estructura de la pila, en la esquina noroeste de la estancia. Se trata de la fecha
“1950”, probablemente un momento en el que se debió realizar algún arreglo en esta pila (fig.
48).
En el muro oeste se abre la puerta que comunica las letrinas con el Barracón 3. Existe otro vano
abierto en el muro sur, que comunica los baños con la cocina, pero es evidente que se hizo
picando el muro original, por lo que se trata de un acceso realizado cuando el edificio ya era un
establo.
Figura 46. Vista de los restos de la estructura de la pila (parte superior) y de la zona de deposición (a la derecha).
Sobre esta se ven las molduras de las huellas de pies que marcan las posiciones. En el centro, restos de la estructura
de muretes de ladrillo que separaría esta área del resto del espacio.
UNA ARQUITECTURA PARA LA REPRESIÓN
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Figura 47. Detalle de la canalización del urinario, al final de la cual se ve la confluencia con el otro canal y el hueco en
el muro para la evacuación de los residuos fuera del edificio.
Figura 48. Detalle de la inscripción de la fecha “1950” sobre la estructura de la pila de los presos.
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5. Bibliografía
Falquina Aparicio, A., Fermín Maguire, P., González Ruibal, A., Marín Suárez, C., Quintero Maqua,
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ferrocarril Madrid-Burgos. El caso de Bustarviejo. Complutum 19(2): 175-195.
Falquina Aparicio, A., Rolland Calvo, J., Marín Suárez, C., Compañy, G., González Ruibal, A.,
Quintero Maqua, A., Fermín Maguire, P. 2010. De estos cueros sacaré buenos látigos.
Tecnologías de represión en el Destacamento Penal franquista de Bustarviejo (Madrid).
Ebre 38. Revista Internacional de la Guerra Civil (1936-1939) 5: 247-271.
González Ruibal, A. e.p. From the battlefield to the labour camp. Archaeology of civil war and
dictatorship in Spain. Antiquity.
Marín Suárez, C., Quintero Maqua, A., Rolland Calvo, J., Fermín Maguire, P., González Ruibal, A. y
Falquina Aparicio, A. 2012. “Última estación. Arqueología de los destacamentos de
trabajos forzados en el ferrocarril Madrid-Burgos (España)”. En A. Zarankin, M. A. Salerno
y M. C. Perosino (comps.) Historias desaparecidas: arqueología, memoria y violencia
política. Córdoba (Argentina): Encuentro Grupo Editor: 117-140.
Quintero Maqua, A. 2009: “El trabajo forzado durante el primer franquismo: destacamentos
penales en la construcción del ferrocarril Madrid-Burgos”. Comunicación presentada en
las Cuartas Jornadas Archivo y Memoria. La memoria de los conflictos: legados
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0Quintero%20Maqua_web.pdf [Consulta: 25-05-2012]