Mensaje abril

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MENSAJE LA VISION DE CAPERNAUM Capernaúm es el lugar en el cual vivimos, la sociedad que nos rodea, nuestra casa, nuestra ciudad, nuestro trabajo, nuestro entorno. No podemos ser indiferentes ante la problemática que vive nuestra sociedad, pues tarde o temprano ella nos va a afectar y como resultado sufriremos las consecuencias de nuestra indiferencia. Dios nos ha llamado a ser luz en medio de las tinieblas, a ser respuesta a una sociedad en crisis, debemos ser parte de solución y no del problema, por eso es necesario que atendiendo el llamado de Dios y nos esforcemos. “Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice traspasar, y rogad por ella al señor; porque en su paz tendréis también vosotros paz.” Jeremías 29:7. Los hijos de Dios debemos ser esforzados y valientes y no amedrentarnos ante nuestros enemigos. Dios nos ha llamado a ser pacificadores, y un pacificador es aquel demuestra actos de paz, pero la verdadera paz solo puede darse, cuando el príncipe de paz reine en nuestros corazones; si esto es verdad, seremos gestores de paz y esta paz se reflejará primeramente en nuestra célula familiar. Dios tomo la decisión de reconciliarse con el mundo, no teniéndoles en cuenta a los hombres sus pecados y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación; así mismo tomando su ejemplo, debemos despojarnos de todo pecado, y no permitir que crezcan raíces de amargura, odio, envidia o resentimiento, en nuestros corazones. La palabra de Dios nos dice: “quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritos, maledicencia, así como toda malicia. Sed más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, así como también Dios os perdonó en Cristo. Efesios 4:31 La verdadera paz empieza en casa. Todo empieza con la célula familiar y desde allí estaremos afectando positivamente nuestro entorno (vecinos, amigos, compañeros de trabajo etc.).Podremos construir paz, cuando haya paz al interior de nuestros hogares. Dios nos ha dado en esta familia una hermosa estrategia como lo es el sistema celular y es a través de ella que podremos alcanzar el fin de la paz que nuestra sociedad necesita. Es en la célula donde se suplen todas las necesidades espirituales, afectivas, materiales que todo ser humano requiere. No fuimos llamados a vivir solos, pues somos seres sociales, necesitamos compartir con otros y trabajar en equipo para encontrarle sentido y propósito a nuestra vida. El sistema celular es el método de Dios para aportar a la paz. Debemos llegar a todo rincón de nuestro sector, nuestra cuadra, nuestro barrio, nuestra ciudad y desde allí conquistar la tierra que Dios nos ha entregado. Abramos nuestras casas para que el arca de Dios se establezca allí, seamos fuente de bendición en nuestra sociedad, y luchemos por un mejor futuro para nuestros hijos y como un solo hombre digamos: “Esfuérzate, y esforcémonos Por Nuestro pueblo, Y Por Las Ciudades de nuestro de Dios; y del haga Jehová lo que bien le parezca.” I Cron 19:13

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MENSAJE

LA VISION DE CAPERNAUM

Capernaúm es el lugar en el cual vivimos, la sociedad que nos rodea, nuestra casa,

nuestra ciudad, nuestro trabajo, nuestro entorno. No podemos ser indiferentes ante la

problemática que vive nuestra sociedad, pues tarde o temprano ella nos va a afectar y

como resultado sufriremos las consecuencias de nuestra indiferencia.

Dios nos ha llamado a ser luz en medio de las tinieblas, a ser respuesta a una sociedad

en crisis, debemos ser parte de solución y no del problema, por eso es necesario que

atendiendo el llamado de Dios y nos esforcemos. “Y procurad la paz de la ciudad a la

cual os hice traspasar, y rogad por ella al señor; porque en su paz

tendréis también vosotros paz.” Jeremías 29:7. Los hijos de Dios debemos ser

esforzados y valientes y no amedrentarnos ante nuestros enemigos.

Dios nos ha llamado a ser pacificadores, y un pacificador es aquel demuestra actos de

paz, pero la verdadera paz solo puede darse, cuando el príncipe de paz reine en

nuestros corazones; si esto es verdad, seremos gestores de paz y esta paz se reflejará

primeramente en nuestra célula familiar.

Dios tomo la decisión de reconciliarse con el mundo, no teniéndoles en cuenta a los

hombres sus pecados y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación; así

mismo tomando su ejemplo, debemos despojarnos de todo pecado, y no permitir que

crezcan raíces de amargura, odio, envidia o resentimiento, en nuestros corazones. La

palabra de Dios nos dice: “quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritos,

maledicencia, así como toda malicia. Sed más bien amables unos con otros,

misericordiosos, perdonándoos unos a otros, así como también Dios os perdonó en

Cristo. Efesios 4:31

La verdadera paz empieza en casa. Todo empieza con la célula familiar y desde allí

estaremos afectando positivamente nuestro entorno (vecinos, amigos, compañeros de

trabajo etc.).Podremos construir paz, cuando haya paz al interior de nuestros hogares.

Dios nos ha dado en esta familia una hermosa estrategia como lo es el sistema

celular y es a través de ella que podremos alcanzar el fin de la paz que nuestra

sociedad necesita. Es en la célula donde se suplen todas las necesidades espirituales,

afectivas, materiales que todo ser humano requiere. No fuimos llamados a vivir solos,

pues somos seres sociales, necesitamos compartir con otros y trabajar en equipo para

encontrarle sentido y propósito a nuestra vida. El sistema celular es el método de Dios

para aportar a la paz. Debemos llegar a todo rincón de nuestro sector, nuestra cuadra,

nuestro barrio, nuestra ciudad y desde allí conquistar la tierra que Dios nos ha

entregado. Abramos nuestras casas para que el arca de Dios se establezca allí,

seamos fuente de bendición en nuestra sociedad, y luchemos por un mejor futuro para

nuestros hijos y como un solo hombre digamos: “Esfuérzate, y esforcémonos Por

Nuestro pueblo, Y Por Las Ciudades de nuestro de Dios; y del haga Jehová lo que bien

le parezca.” I Cron 19:13